y >». 2 2 ARA O IAN a NA IN AAA AARASARA O ARAAA A AAA RA N Alé V y ! 50 A PA e IPN > A SA A AO A AITANA Y QU o qa THC Ul z NS IECCELUER AAN AER AR ECU. CEC CC EU E “€ «GU CCE ECUCUC ESE CE EE CU CAR SEÑA E ECC ER e LES q Ss EEC CEE UE EQEÉEES E EL TE A HT O ¿ da a TERTAECAS AREA RARE A AS cur E E C4 VR TTD FERRERA ARE LEAR E ÓSEA E ECEO EA CUR AUCUA A EA A EAU rue E as > EN A e e COR d LLE EE «A $ E Et CEE ECLU A E EEC: E «REA LEERSE E ¿ XUC E AÓO á HE (E Le ¿E EEC CAC ES + E ; ] > xEdA ES ES E ; E Ec Ci de SEE E Es E +35 CO 2 F - SECRETARÍA DE FOMENTO, COLONIZACIÓN É INDUSTRIA BOLETÍN, ? INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO: 4 : DEL | h ) Le Cot) ; NÚMERO 26 ALGUNAS REGIONES PETROLÍFERAS DE MÉXICO POR Ingeniero de Minas (CON TRES LÁMINAS) MEXICO IMPRENTA Y FOTOTIPIA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Callejón de Betlemitas núm. 8 a | 1908 ] | JUAN PD. VILLARELLO INSTITUTO CASIO ICO. DE MEXICO —_—+-— BOLETÍN NÚM. 26 PUBLICACIONES DEL INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. BOLETIN. * Num. 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguilera.—1895—56 pp., 21 lám. * Núm. 2.—Las Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez.—1895.—46 pp., 1 lám. * Núm. 3.—La Geografía Física y la Geología de la Península de Yucatán, por C. Sapper.—1896.—58 pp., 6 lám. * Núnos. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. * Núms. 7 8 y 9. —El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. * Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana, por R. Aguilar y Santillán.—1898.—158 pp. * Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 pp. * Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp., 6lám. * Núm. 13.—Geología de los alrededores de Orizaba, con un perfil de la vertiente oriental de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—51 pp., 3 lám. * Núm. 14.—Las Rhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 pp., 6 lám. * Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez.—1901.—78 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Rangel, y de la Hacienda de Va- querías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902.—1441 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana, completada hasta 1904, por R. Aguilar y Santillán.—1908.—XII1-330 pp. Núm. 20.—Reseña acerca de la geología de Chiapas y Tabasco, por el Dr. E. Bóse.—1905.—116 pp., 9 lám. Núm. 21.—La Faune Marine du Trias Supérieur de Zacatecas par le Dr. C. Burckhardt avec la collaboration du Dr. S. Scalia.—1905.—41 pp., 8 pl. Núm. 22.—Sobre algunas faunas terciarias de México, por el Dr. E. Bóse.—1906.—96 pp., 12 lám. Núm. 23.—La faune jurassique de Mazapil, Zac., par le Dr. C. Burckhardt.—1906.—216 pp., 43 pl. Núm. 24.—La fauna de moluscos del Senoniano de Cárdenas, S. L. P., por el Dr. E. Bóse.—1906.—95 pp., 18 lám. Núm. 26.—Algunas regiones petrolíferas de México, por el Ing. J. D. Villarello.—1908.—120 pp. 3 lám. PARERGONES. * Tomo I. N* 1.—Los temblores de Zanatepeo, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emi- lio Bóse.—1903.—25 pp., 4 lám. * N* 2.—Fisiografía, Geología é Hidrología de los alrededores de La Paz, Baja California, por E. Angermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp.., 3 lám. N” 3.—El Mineral de Angangueo, Michoacán, por E. Ordóñez.—Análisis de una muestra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—Apuntes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.— 1904.—34 pp., 2 lám. N? 4, —Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para explicar la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.—El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. An- germann.—Las aguas subterráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez.—1904.—24 pp., 1 lám. N” 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Búse y E. Angermann.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del Rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. Ne 6.—Estudio de la hidrología subterránea de la región de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp., 2 lám. N” 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Estado de Oaxaca, por el Ing. J. D. Villarello.—Análisis de las cenizas del Volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—26 pp. N: 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1905.—56 pp., 3 la- minas y 2 figuras. N: 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla, por el Ing. E. Ordóñez (Primera parte).—1905.—54 pp., 1 plano y 4 lám. No 10.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla, por el Ing. E. Ordóñez (Segunda parte).—1905.—45 pp., 3 planos y 8 lám. - Tomo 11.—N* 1.—Explicación del Plano Geológico de la Región de San Pedro del Gallo, Estado de Durango, por el Dr. Phil. Ernesto Angermann.—Sobre la Geología de la Bufa, Mapimí, Estado de Durango, por Er- nesto Angermann, Dr. Phil.—Notas Geológicas sobre el Cretáceo en el Estado de Colima, por el Dr. E. Angermann.—1907.—35 pp., 3 lám. N” 2.—Sobre algunos fósiles pleistocénicos recogidos por el Sr. Dr. E. Angermann, en la Baja California, por el Dr. E. Bóse.—Sobre la aplicación de la Potasa cáustica á la preparación de fósiles, por Emilio Bóse y Víctor von Vigier.—Sobre las rocas fostoríticas de las Sierras de Mazapil y Concepción del Oro, Zacatecas, por el Dr. Carlos Burckhardt.—1907.—31 pp., 1 lám. N? 38.—El Volcán Jorullo, por el Ingeniero de Minas Andrés Villafaña.—1907.—58 pp., 8 lám. Números 4, 5 y 6.—El temblor del 14 de Abril de 1907, por el Dr. Emilio Bose, é Ingenieros A. Villafafía y J. Gar- cía y García.—1908.—124 pp., 43 lám. y 1 cuad. N” 7.—El Valle de Cerritos, Estado de San Luis Potosí, por el Ing. Ezequiel Ordóñez, p. 263-273.—Fuente termal en Cuitzeo de Abasolo, Estado de Guanajuato, por el Ing. Andrés Villafaña, p. 277-287, láminas LVI y LVIT.—1908. Núm. 8.—Estudio hidrológico de la región de Rioverde y Arroyo Seco, en los Estados de San Luis Potosí y Querétaro, por el Ing. Trinidad Paredes, p. 289-337, lám. LVIM.—1909. * Agotado. SECRETARÍA DE FOMENTO, COLONIZACIÓN É INDUSTRIA EANSAIUAEO GEOLÓGICO DE MÉXICO DirECTOR, JOSÉ Gr. AGUILERA ALGUNAS REGIONES PETROLÍFERAS DE MÉXICO POR JUAN 1D WILD 1160) Ingeniero de Minas (CON TRES LÁMINAS) MÉXICO a IMPRENTA Y FOTOTIPIA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Callejón de Betlemitas núm. 8 1908 INDICE A onde Dead ao cea DOE rc dd sas AOS Literatura del petróleo en MÉXICO ...ooocoococoncccoccnccccncns: e ONE Santloscidc las RU cord lle ade de AA O cas AO A Noa A A TN tooo ayi DA oa accedes BA eE oda AA cora ioeo foo Origen del petróleo y su asociación con otros minerales...occoocoocncccncncconccncnnccnncorncccinnoconons Distribución probable del petróleo en el subsuelo. ...oocooonnconiocnonnocncconccnneo eonencconcnccnnnonccnnas Importancia relativa y exploración de las regiones petrolíferas antes descritaS....ooonnnonco..... Artie cola AAN hace seca vasocacooodaneooopoconinacoóUSsOdS Poe obOcONcabOLRcEne Se LAMINAS Lám. 1.—Regiones petrolíferas de San José de las Rusias, Sabino y Tancasnequi. Lám. II. —Regiones petrolíferas de Aquismón, Ebano, Tantoyuca, Tuxpan y Papantla. Lám. I11.—Región petrolífera del Istmo de Tehuantepec. ERRATAS Página 6, en la nota, dice: ““chapopote;”” léase ““chapapote.”” Página 28, última línea, dice: y sus, léase y aun. Página 39, línea 11, dice: cubren la mayor, léase cubren en la mayor. INTRODUCCION A principios del año de 1902, fuí comisionado por el señor Director del Instituto Geológico.de México, para estudiar, por acuerdo de la Secretaría de Fomento, las manifestaciones petrolíferas superficiales de los Estados de Tamaulipas y San Luis Potosí; y las de los Cantones de Ozuluama, Tux- pan y Papantla, del Estado de Veracruz. Más tarde, en 1904, fuí comisio- nado, también por el Instituto Geológico de México, para estudiar la re- gión petrolífera del Istmo de Tehuantepec, en donde comenzaban entonces las exploraciones que ha hecho la casa S. Pearson and Son Ltd. Al con- cluir mis estudios, tanto en una como en otra región, rendí los informes correspondientes, informes de los que tomo ahora los datos principales pa- ra escribir el presente Boletín. La zona que estudié al desempeñar la primera comisión — antes mencio- nada, —es bastante grande. En efecto, esa zona está limitada al Este, por el Golfo de México, comienza al Norte en Ciudad Victoria y Soto la Mari- na, para terminar al Sur en Teziutlán, del Estado de Puebla; y se extien- de al Poniente: en el Estado de Tamaulipas, hasta la Sierra Madre Orien- tal; en el Estado de San Luis Potosí, hasta Jilitla; y de Tantoyuca hasta Papantla, en el Estado de Veracruz. El objeto principal de mis excursiones por las zonas antes mencionadas, y con especialidad de la que hice el año de 1902, fué resolver algunas cues- tiones industriales relativas al petróleo, resoluciones que debían darse en el menor tiempo que fuera posible. Esta urgencia me impidió hacer un es- tudio geológico detenido, y tomar todos los datos necesarios para escribir una monografía detallada; y como después no he podido completar perso- nalmente esos datos, pues no he vuelto por aquellas regiones, no puede considerarse el presente estudio ni como completo, nicomo definitivo. Ade- No 26.—1* 6 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS más, en las épocas en que yo visité las regiones petrolíferas antes mencio- nadas, eran muy pocas las perforaciones exploradoras que se habían hecho en esas zonas; y por lo tanto, eran pocos los datos industriales que entonces podían obtenerse. La mayor parte de las perforaciones no producían pe- tróleo de ninguna especie; y en otras había necesidad de hacer uso de bom- bas, para extraer un producto bastante pesado, muy pobre en aceites ilu- minantes, de base asfáltica, y que se obtenía en muy pequeña cantidad. Posteriormente á mi visita por las zonas mencionadas, se han abandona- do muchas de las perforaciones que yo conocí; y en cambio, se han abierto otras varias, algunas de las cuales han alcanzado éxito comercial. De estas nuevas perforaciones me han sido proporcionados, espontáneamente, mu- chos datos; pero de éstos sólo he aceptado los que me han parecido más verosímiles, é indicaré cuáles son estos nuevos datos al ocuparme de cada región petrolífera. Con objeto de hacer más clara la descripción de la zona petrolífera que he estudiado, la divido en siete regiones, que designaré con los siguientes nombres: San José de las Rusias, Aquismón, El Ebano, Tantoyuca, Tux- pan, Papantla y el Istmo de Tehuantepec. A cada una de estas regiones petrolíferas les consagraré un capítulo especial, después de indicar algu- nos datos históricos relativos al petróleo en México. Los hidrocarburos líquidos obtenidos hasta hoy en las regiones petrolífe- ras antes mencionadas, y aun por las perforaciones que han alcanzado ma- yor éxito comercial, se encuentran más ó menos evaporados, oxidados ó sul- furados; y por lo tanto, el producto que sale por los pozos, es bastante pesado, escaso en aceites iluminantes, es de base asfáltica y de color negro. "Ii nom Este producto es conocido en México con el nombre de ““chapopote, bre que aceptaré en todo este estudio, porque creo impropio llamar ““pe- tróleo crudo”” al resultado de la evaporación, oxidación ó sulfuración de un petróleo, es decir, al residuo que queda de un petróleo crudo, cuando ha perdido éste la mayor parte de los hidrocarburos ligeros ó aceites iluminan - tes que contenía. La resinificación del petróleo y su transformación en '““chapopote,”” es e debida principalmente á la diminución en el petróleo de la “petrolena,”” c que es el disolvente natural de la '“asfaltena;”” y como la “petrolena,”” va desapareciendo por evaporación, por oxidación ó por sulfuración del petró- leo crudo, á medida que este último vaya teniendo mayor cantidad de oxí- geno ó de azufre, irá perdiendo su fluidez hasta llegar á endurecerse, irá 1 La palabra ““chapopote'” no es usada en la mayor parte de las regiones petrolíferas de México. DE MEXICO. 7 disminnyendo su contenido en aceites ligeros, é irá aumentando, de una manera notable, su peso específico. Según esto, la consistencia de un cha- popote indica el grado de alteración en que se encuentra su mayor ó me- nor oxidación ó sulfuración; y, por lo tanto, creo conveniente distinguir en este estudio tres clases principales de chapopote: fluido, viscoso y duro. Los manantiales de chapopote (seepages), son conocidos en México chapopoteras,”” y este nombre será el que emplearé en ed con el nombre de todo este estudio. Como últimamente se ha tratado de revivir una teoría antigua relativa á la formación del petróleo, y como según esta teoría el azufre y las aguas sulfurosas superficiales, podían considerarse como manifestaciones del pe- tróleo del subsuelo, he creído conveniente dedicar un capítulo al estudio del origen del petróleo y de su asociación con otros minerales. Como para hacer la mejor exploración de una región petrolífera, es ne- cesario conocer la distribución probable del petróleo en el subsuelo, he de- dicado al estudio de esta importantísima cuestión un capítulo especial, y otro á la importancia relativa y exploración de las regiones petrolíferas descritas. Por último, indicaré en otro capítulo los resultados obtenidos al hacer los análisis de las muestras de chapopote que recogí en las diversas regio- nes petrolíferas, al estudio de las cuales está dedicado el presente Boletín. E 2 AA Nos A IU BOSQUEJO HISTORICO Antes de hacer la descripción de las regiones petrolíferas que he visita- do, me parece conveniente indicar algunos datos históricos relativos al pe- tróleo en México. Hasta hoy están muy poco exploradas las regiones petrolíferas de Méxi- co; pero como se verá en seguida, hace mucho más de treinta años que se conocen las localidades en donde existen manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo. En 1872, John C. Spear escribió una interesante Memoria relativa al Ist- mo de Tehuantepec, que tituló ““Reporton the Geology, Mineralogy, Natural History, dsc., of the Isthmus of Tehuantepec, *”* y en la cual menciona las ma- nifestaciones petrolíferas conocidas con los nombres de Chapo y San Cristó- bal, chapopoteras situadas cerca del río Coachapan. Esta región, como se verá después, ha sido explorada por la Compañía S. Pearson d Son Ltd. En Marzo de 1878 los periódicos de Veracruz y el Minero Mexicano, publicaban la noticia referente á la existencia de manantiales de petróleo en los Cantones de Minatitlán y Tuxpan, diciendo que en este último lu- gar brota el chapopote en distintos puntos, y en parte derrama para la la- guna de Tampamachoco. Estas últimas chapopoteras son las conocidas hoy con el nombre de Chapopotito de los Martínez. En la Exposición de la Secretaría de Hacienda de 15 de Enero de 1879, en respuesta á los conceptos emitidos por Mr. John W. Foster, en su infor- me fechado el 9 de Octubre de 1878, se encuentran los siguientes datos re- lativos á la ubicación de manifestaciones superficiales del petróleo del sub- suelo en México. En el Cantón de Ozuluama, del Estado de Veracruz, se menciona la exis- tencia del chapopote: en el lugar llamado El Chapopotillo, de la Muni- cipalidad de Pánuco; en la laguna de Chila; en el Alamo; y en los cerros de la Pez y los Pedernales. Las tres primeras localidades serán mencionadas 1 Reports of Explorations and Surveys, to ascertain the practicability of a Ship-Canal between the Atlantic and Pacific Oceans, by the way of the Isthmus of Tehuantepec. By R. W. Shufeldt. Washington, Gov. Printing Office. 1872. N? 26.—2 10 E ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS cuando me ocupe de Tampalache, pues se encuentran en los alrededores de este lugar, y me referiré á los cerros de la Pez y los Pedernales, al hablar de la región petrolífera del Ebano, la cual pertenece, en su mayor parte, á la municipalidad de Pánuco del Estado de Veracruz. Del Cantón de Tantoyuca se mencionan las siguientes localidades. En Tamelul existe una chapopotera, y la grahamita se halla: en las márgenes del río Tempoal, por el Cristo; en el Paso Real del Capadero, ribera izquier- da del río Calabozo, en la Muzicipalidad de Platón Sánchez; en la hacienda los Venados, de la Municipalidad de Chiconamel; en la margen izquierda del arroyo del Estero; en el arroyo del Muerto, ranchería de Zacatianguis; en la hacienda del Aguacate, Municipalidad de Tempoal, y en la hacienda de Chintepec. De la grahamita de estos Ingares me ocuparé al hablar de la región potrolífera de Tantoyuca. En el Cantón de Tuxpan se mencionan en la misma Exposición las si- guientes chapopoteras. Varias en terrenos de la hacienda Chapopote. Otras en terrenos de la hacienda de la Asunción, á orillas de la laguna Tampa- machoco. Dos en las cercanías del arroyo que desemboca en el de Agua Na- cida. Una cerca de la hacienda llamada Cerro Viejo y otra en el cerro del Chapopote, como á una legua de Santa Teresa. Una en terrenos de la ha- cienda San Isidro, en la municipalidad de Tuxpan. Otra en terrenos de la hacienda de Solís, municipalidad de Temapache. Otra en el rancho de Pal- ma Real, perteneciente también á esta última municipalidad. Otra en un cerro situado al Norte de Tumbadero, y otra en terrenos del rancho de Pie- dra labrada. Cinco en terrenos de Juan Felipe, de la municipalidad de Tepe- zintla. De todos estos lugares me ocuparé al hablar de la interesante región petrolífera de Tuxpan, región que como se ve, es conocida como petrolífera hace ya muchos años y que hasta hoy está muy poco explorada, no obstante que parece ser ella la más interesante de todas las regiones petrolíferas que mencionaré en este estudio. En el Cantón de Papantla se mencionan los siguientes lugares, en los que existen chapopotes duros: terrenos de la municipalidad del Espinal; el lugar llamado Tupani, que no pude identificar; los ríos de Tecuantepec y Apulco, por el Paso'de los Armadillos y el cerro Miradores; el lugar llama- do el Naranjal, en terrenos de Tulapilla; el arroyo Coapechapa y los terre- nos de Comaltepec y de Jamaya. De estas localidades me ocuparé al hablar de la región petrolífera de Papantla. En el Cantón de Jalacingo, también del Estado de Veracruz, se men- ciona la existencia del chapopote en Tlapacoyan y el Quilate. Son estos los chapopotes duros que se encuentran en las márgenes de los ríos María de la Torre y Quilate, situado este último en el lindero de los Cantones de Jalacingo y Misantla. Por último, en la misma Exposición de la Secretaría de Hacienda, al ha- blar del Cantón de Minatitlán se dice que existen manantiales de petróleo en los siguientes lugares: “Varios criaderos de petróleo situados, uno en DE MEXICO. 11 un arroyo tributario del río Usculia, en la margen Norte; otro en un arro- yito de un sitio conocido con el nombre Cerritos de Piedras blancas; otro en un arroyito, cerca del cerrito y remolino de Tecolotepec; otro en las sa- linas de Otapa; otro en la bajada de Chacalapa; otro en el lugar conocido por San Cristóbal; otro en la isla de Atapa; otro en Barragantitlán, mar- gen derecha del río Coatzacoalcos; otro en la Laja; otro en un paraje del pueblo Ixhuatlán, y otro conocido con el nombre de la Laguna de Alqui- trán.”” De la mayor parte de estas localidades, aunque hoy con nombres distintos, me ocuparé al hablar del Istmo de Tehuantepec, y reservo para ese capítulo la copia del resto de los datos que de Minatitlán proporciona la Exposición tantas veces mencionada, porque estos últimos datos no son completamente exactos. En Mayo de 1882 el periódico llamado 41 Reproductor, de Orizaba y el Minero Mexicano, publicaban la siguiente noticia. “En Tamaulipas, se ha deseubierto un criadero de petróleo situado en jurisdicción de Soto la Ma- rina, al N.E. de la hacienda de San José de las Rusias, en una loma que se encuentra como á 400 metros, y corre de Sur á Norte, lindando por el S. W. con el río de Palmas, que pasa á una distancia de 180 metros de la ex- presada hacienda. Esta chapopotera es conocida ahora con el nombre de Chapopotito, y me ocuparé de ella al hablar de la región petrolífera de San José de las Rusias. También en 1882 el periódico de San Juan Bautista llamado La Civi- lización, publicó la siguiente noticia: “los manantiales de petróleo descu- biertos en San Fernando (Macuspana) y Estancia Vieja, cerca de San Juan Bautista, serán puestos en explotación próximamente por el Sr. Sarlat, que es la persona más interesada en este negocio, y quien trajo ya los aparatos necesarios para abrir el primer pozo en el manantial de Estancia Vieja.”” En esta región se abrieron entonces varios pozos, y se obtuvo petróleo de muy buena calidad pero en muy pequeña cantidad. De este petróleo remitió á México el Sr. Sarlat unas muestras, que figuraron en la colección minera: lógica de la Escuela Nacional de Ingenieros. Después fueron abandonados los referidos pozos; y últimamente, en 1906, fué cuando la Compañía $. Pearson d Son Ltd. comenzó á abrir nuevas perforaciones cerca de los po- zos de Sarlat. En 1898, en el Boletín núm. 11 del Instituto Geológico de México, se mencionan las localidades anteriores y otras más como regiones petrolífe- ras. Entre estas últimas se citan: Pichucalco, en Chiapas; Pochutla, en Oaxaca; y Tancanhuitz y Valles en el Estado de San Luis Potosí. Como se ve por los datos anteriores, antes que las Compañías extranje- ras comenzaran los trabajos de exploración en la regiones petrolíferas de México, se encontraban ya en distintas publicaciones todos los nombres de los lugares en que existen las principales manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo. Algunos años después comenzaron á explorar esas regiones personas enviadas por Compañías extranjeras que se dedican á la 12 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS explotación del petróleo, y aun comenzaron á hacerse algunas perforacio- nes exploradoras, entre las cuales debo mencionar la primera que se abrió en la hacienda Chapopote cerca de Tuxpan. Estas primeras exploracio- nes no hicieron venir desde luego al capital extranjero que se ha empleado en la explotación del petróleo en México; pero algún tiempo después se for- maron dos Compañías, una inglesa y otra americana, que fueron las pri- meras que trabajaron en gran escala en dos regiones petrolíferas del país, una situada en Papantla y otra en los límites de los Estados de San Luis Potosí y de Veracruz. Por el año de 1900 contrataron unos mexicanos, para la exploración sub- terránea en busca de petróleo, Jos terrenos de las haciendas llamadas Sa- baneta, Tulapilla y Comalteco, del Cantón de Papantla en el Estado de Veracruz. Este contrato, celebrado por un número crecido de años, fué ven dido á la Compañía inglesa llamada Mexican Petroleum ds Liquid Fuel Co. Litd. Comalteco, Ver., la cual abrió veintitrés pozos que representan una perforación total de 4297.78 metros. En 1901 esta Compañía trabaja- ba en gran escala en la región de Papantla, y en 1903 trabajó también en la hacienda de Chapopote y en Cerro Viejo, lugares estos pertenecientes al Cantón de Tuxpan, también del Estado de Veracruz; pero no habiendo alcanzado éxito comercial en sus exploraciones suspendió sus trabajos en 1904, y ahora la región de Tulapilla y Comalteco está abandonada. Antes que la Compañía inglesa anterior comenzará sus trabajos en las regiones mencionadas, ya se habían abandonado los trabajos emprendidos por cuenta del Sr. Manuel Romero Rubio para explotar los chapopotes du- ros y la erahamita, que en vetillas se encuentra en las márgenes del río Chumatlán cerca del Espinal. Esta zona es la prolongación hacia el Este de la de Comalteco que exploró la referida Compañía inglesa. En 1901 la Mexican Petroleum Company, Sociedad americana, ha- bía comprado ya una gran extensión de terreno perteneciente á las hacien- das de Tulillo y Chapacao, por los alrededores del Ebano, en los límites de los Estados de San Luis Potosí y de Veracruz. El 1% de Febrero de 1901 co- menzaban los trabajos preliminares á la exploración subterránea de los al- rededores del Ebano. Se construyeron casas, oficinas, talleres, etc.; y el 12 de Mayo del mismo año comenzaron á perforarse los pozos que en 1902, época de mi visita á ese lugar, aún estaban en trabajo. Los primeros pozos que se abrieron son los cuatro que se hallan á un kilómetro al Sur de la Es- tación Ebano, del Ferrocarril Central Mexicano. Estos pozos no alcanzaron éxito comercial, fueron abandonados, y después se abrieron otros más al Sur, algunos de los cuales han sido brotantes. En la actualidad, el chapo- pote fluido que producen los pozos del Ebano, se emplea como combustible líquido en el Ferrocarril Central Mexicano; y el asfalto obtenido por des- tilación en la pequeña refinería que existe en el Ebano, se usa en la pavi- mentación. La Compañía americana anterior, en 1906, compró un contrato de ex- DE MEXICO. 13 ploración de los terrenos de Piedra Labrada y Juan Felipe, y contrató tam- bién los terrenos de Cerro Viejo, lugares todos del Cantón de Tuxpan; pe- ro no han comenzado todavía los trabajos de exploración formal de estos terrenos. Después de haber comenzado los trabajos de exploración las dos Com- pañías extranjeras anteriores, el Gobierno Mexicano, deseando facilitar y estimular la exploración y explotación del petróleo en México, publicó con fecha 24 de Diciembre de 1901 un decreto del Congreso de la Unión, por el cual se autorizó al Ejecutivo Federal para conceder permisos á fin de ha- cer exploraciones en el subsuelo de los terrenos baldíos ó nacionales, en los lagos, lagunas y albuferas, que sean de jurisdicción federal, con el objeto de deseubrir las fuentes ó depósitos de petróleo, ó carburos gaseosos de hi- drógeno que en él puedan existir. El mismo decreto autorizó también al Gro- bierno Federal para expedir patentes, por virtud de las cuales habían de hacerse las explotaciones de las fuentes ó depósitos de petróleo ó carbu- ros de hidrógeno gaseosos. Para que estas patentes se pudieran expedir, entre otras cosas era preciso que las fuentes ó manantiales descubiertos por el solicitante fueran capaces de producir cada uno cuando menos dos mil litros diarios de petróleo, ó veinte mil litros en el mismo tiempo de carbu- ros de hidrógeno gaseosos de buena calidad, y adecuados para combustible en su estado natural. Los descubridores de petróleo ó de carburos de hidró- geno gaseosos, que de acuerdo con la ley obtuvieran la patente mencio- nada, gozarían para la explotación de esas substancias de varias franqui- cias, entre las cuales mencionaré las siguientes. Exportar libre de todo im- puesto los productos naturales, refinados ó elaborados que procedan de la explotación. Importar libres de derechos por una sola vez las maquinarias, tuberías, tanques, etc., destinados á la explotación. El capital invertido y los productos de la explotación quedan libres por diez años de todo impues- to federal, exceptuando el timbre. Se concede derecho de expropiar los te- rrenos de propiedad particular necesarios para el establecimiento de ma- quinarias y oficinas. Además de Jas franquicias anteriores, los primeros que en un Estado, ó en los Territorios de Tepic y la Baja California, descubran depósitos ó fuentes de petróleo ó carburos de hidrógeno gaseosos, de mane- ra que cada pozo rinda por lo menos dos mil litros cada veinticuatro horas, gozará del privilegio consistente en que: durante un período máximum de diez años, en una distancia máxima de tres kilómetros alrededor del pozo primitivo en el que se hubiere hecho el descubrimiento, sólo el descubridor tendrá derecho de abrir perforaciones. Las empresas que obtengan paten- te de explotación estarán obligadas, en cambio de las franquicias que les otorga la ley anterior, á pagar el diez por ciento de las utilidades líquidas, es decir, del importe total de los dividendos que decretaren en favor de los accionistas, y de los fondos de previsión ó de reserva que acordaren sepa- rar, en cuanto excedan del tanto por ciento que para la formación de di- chos fondos señale el Código de Comercio. 14 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Con las franquicias concedidas por la ley anterior, y con fecha 12 de Mayo de 1906 fueron aprobados por el Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, los contratos celebrados entre el Ejecutivo de la Unión y la Com- pañía S. Pearson dy Son Ltd., para la exploración y explotación de los eria- deros de petróleo, ó carburos de hidrógeno gaseosos, existentes en el sub- suelo de los lagos, lagunas, albuferas, terrenos baldíos ó nacionales, y aquellos cuyo título de propiedad hubiere expedido el Gobiern> Federal con reserva del subsuelo, ubicados en los Estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Veracruz, en el Partido de Valles del Estado de San Luis Potosí, y en el Distrito Sur del Estado de Tamaulipas. Con las mismas franquicias concedidas por la ley mencionada, de 24 de Diciembre de 1901, se han celebrado contratos entre el Ejecutivo de la Unión y particulares ó Compañías para la exploración y explotación de los criaderos de petróleo ó de carburos de hidrógeno gaseosos existentes en te- rrenos de propiedad particular, cuyos propietarios autoricen la exploración y explotación. De estos contratos se celebró uno, con fecha 10 de Diciem- bre de 1907, por diez años, con los Sres. Luis de la Barra y Juan Bringas, para hacer exploraciones en el Departamento de Pichucalco del Estado de Chiapas. Avanzada ya la exploración que hacían las dos Compañías extranjeras antes mencionadas, comenzó sus trabajos la Compañía S. Pearson d Son Ltd. por el año 1902 en el Istmo de Tehuantepec. En los alrededores de Jal tipan y de San Cristóbal abrió esta Compañía varios pozos, después de haber celebrado con los dueños del terreno los contratos de exploración del subsuelo. En 1904 comenzó á hacer contratos con los dueños de terrenos situados por los alrededores de Sayula, lugar en donde más tarde se hicie- ron perforaciones sin éxito comercial. En 1905 la misma Compañía contra tó terrenos cerca de los antiguos pozos de Sarlat ya mencionados, y comenzó á hacer perforaciones en esa región. En 1906 envió exploradores y geólo- gos por la región petrolífera de Tuxpan, y después contrató esa Compañía los terrenos del Tumbadero, Tanguijo y Cerro Viejo, y en 1907 abrió per- foraciones en Tumbadero, obteniendo chapopote fluido. Desde 1905 la Compañía Pearson está construyendo una refinería en Minatitlán, refinería que comenzó á trabajar en pequeño á principios de 1908, época en que la misma Compañía contrató el chapopote que produ: cen los pozos abiertos en la región de Cubas, ó Furbero, del Cantón de Pa- pantla, chapopote que se piensa refinar en Minatitlán (Istmo de Tehuan- tepec). Tanto la Compañía inglesa que trabajó en Papantla, como la americana que aún trabaja en el Ebano, y la Compañía S. Pearson d Son Ltd., han tenido que hacer considerables desembolsos antes de comenzar á explorar las regiones petrolíferas, y antes de conocer el verdadero valor comercial de esas regiones. Estos capitales se han invertido en comprar terrenos pa- ra comenzar la exploración del subsuelo ó en comprar permisos de explora- DE MEXICO. 15 ción, es decir, han sido cuantiosos capitales entregados en parte al dueño del terreno, y en parte á las personas que han intervenido en el arreglo de la compra de terrenos ó de permisos de exploración. Estos capitales desem- bolsados mucho antes de conocer el verdadero valor comercial de los terre: nos petrolíferos, y mucho antes también de conocer hechos suficientes en que fundar el éxito de las exploraciones, ha dado por resultado: que la ex- ploración petrolífera en México ha sido sumamente costosa; y que las per- foraciones hechas y en general la exploración toda, esté muy lejos de re- presentar los muchos millones de pesos que ha costado á las Compañías exploradoras. El petróleo, lo mismo que el carbón de piedra, pertenecen en México al dueño del terreno, conforme á la ley de Minería vigente; pero los dueños de terrenos carbonosos se han conformado con recibir del explotador cierta cantidad de dinero por cada tonelada de carbón extraída de sus terrenos, y de este modo se ha facilitado y desarrollado en gran manera la explora: ción del carbón en el Norte de la República. En cambio, los dueños de te: rrenos petrolíferos en la costa del Golfo de México han vendido en alto precio lo que aún no se sabe si tiene valor comercial. No se han conforma- do los expresados dueños con recibir del explotador, sin exponer nada por su parte, un tanto por ciento del petróleo que se extraiga de sus terrenos, y á obligar al explotador á gastar determinada cantidad como mínimum en esa exploración; sino que han tratado de obtener desde luego muy buenas utilidades, ya sea vendiendo sus terrenos á muy alto precio, ó recibiendo considerables sumas de dinero, sólo por conceder el permiso de exploración del subsuelo. Algunos de estos dueños han logrado realizar sus intencio- nes; pero puede decirse que todos ellos han sido un gran obstáculo para la activa exploración de las regiones petrolíferas del país. Relativamente con menor capital, según entiendo, la Compañía Furber logró explorar la región petrolífera de Cubas en Papantla, y ha obtenido allí un éxito comercial relativo. Desde 1900 los Sres. Furber y de la Barra abrieron pozos en el cerro lla- mado La Mina de Cubas, y en 1905 hicieron allí varias perforaciones. Ac- tualmente se instala una tubería de Cubas para Tuxpan, con objeto de transportar el chapopote de esa región, y llevarlo después á la refinería de Minatitlán; pues la Compañía S. Pearson d Son Ltd. ha comprado toda la producción de los pozos de Cubas. | Además de las exploraciones anteriores, que son las más interesantes, se han hecho en las regiones petrolíferas del país otras varias, como se ve- rá en seguida. Por el año 1900 una Compañía española perforó en Tanute, cerca de Aquismón, un pozo que alcanzó la profundidad de 138 metros; y como no obtuvo éxito comercial se abandonó ese pozo. Igualmente fué abandonado el pozo conocido con el nombre de Ojo de Brea, que se halla al pie de la loma Tambacán, en terrenos de Tamelul, en 16 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS el Cantón de Tantoyuca del Estado de Veracruz. Este pozo se dice que al canzó una profundidad de 300 metros, y fué abierto por la Compañía me xicana llamada La Peregrina. En 1889, cerca de la casa de la hacienda de San José de las Rusias, y entre las chapopoteras llamadas San José y Chapopotito, se abrió un pozo que á poca profundidad alcanzó chapopote fluido, y se abandonó en seguida. En 1873 se trabajó en la explotación de las vetillas y lentes de graha- mita que existen en las márgenes del río Tempoal. En esta localidad se abrió la mina llamada El Cristo, se extrajo alguna cantidad de esa substan- cia, y después se abandonó la mina por no ser negocio de valor comercial. En la misma época se trabajaron minas por San Juan, Tancanzahuela, de., también con objeto de extraer grahamita; pero pronto se abandonaron to- das esas minas. En Pochutla, del Estado de Oaxaca, se abrieron en el granito de la lo- calidad varios pozos, los cuales fueron pronto abandonados; pero la explo- ración la han continuado en ese lugar distintas personas, sin éxito comer- cial. Por el año 1901 comenzaron á hacerse algunas exploraciones en Pichu- calco, del Estado de Chiapas, y actualmente se activa esa exploración de acuerdo con el contrato que mencioné antes, y que fué celebrado entre el Ejecutivo de la Unión y los Sres. de la Barra y Bringas. En la parte norte del Estado de Coahuila se han hecho varias perfora- ciones, algunas de las cuales han cortado pizarras bituminosas; pero la can- tidad de carburos de hidrógeno líquidos que contienen estas pizarras es insignificante, y por lo tanto no tienen valor comercial. En la cuenca de México, en la Villa de Guadalupe, muy cerca y al Nor- te de la Basílica de este nombre, se abrió por 1882 una perforación de la cual se extrajo insignificante cantidad de petróleo (dos botellas) de muy buena calidad. Este pozo quedó abandonado; pero en 1901 se abrieron otros pozos al pie de la sierra de Guadalupe, por Atzacoalco, pozos por los cuales salió gran cantidad de bióxido de carbono sin vestigios de petróleo. Por último, en Aragón, cerca de la Villa de Guadalupe, se perforó un pozo en 1904; por este pozo brotó gran cantidad de agua acompañada de bióxido de carbono, y salió también un poco de petróleo, gotas solamente. Repentinamente dejó de brotar el agua en este pozo dos meses después, y quedó abandonado. Los datos anteriores, aunque están muy lejos de constituir una reseña histórica completa relativa al petróleo en México, creo que dan alguna idea acerca del desarrollo de la industria petrolífera en este país. Para concluir este capítulo indicaré lo relativo á publicaciones del pe- tróleo en México. DE MEXICO. 17 LITERATURA DEL PETRÓLEO EN MÉxIcO Maximino Alcalá. —Criaderos de petróleo de Pichucalco, Estado de Chia- pas. Memorias de la Sociedad Cientifica ** Antonio Alzate” Tomo XIII, págs. 311 á 326. , Andrés Almaraz. —Estudio é informe sobre el petróleo de Aragón. Méxi- co. Imp de I. Escalante. 1903. 12 p. Agustín Barroso. —Memoria sobre la Geología del Istmo de Tehuantepec. Anales del Ministerio de Fomento le la República Mexicana. To- mo III, 1897, pág. 273. John C. Spear. —Report on the Geology, Mineralogy, Natural History, de., of the Isthmus of Tehuantepec. Rep. of Expl. and Surveys, to ascertain the practicability of a Ship-Canal, etc. by KR. W. Shufeldt. Washington, 1872, págs. 103-104. Juan D. Villarrello.—Estudio de la Teoría química propuesta por el Sr. D. Andrés Almaraz, para explicar la formación del petróleo de Ara-. gón, México, D. E. Parergones del Instituto Geológico de México. Tomo I, núm. 4, 1904, págs. 95 á 111. N2 26.—3 SAN JOSH DE LAS RUSIAS SITUACIÓN. En este capítulo me voy á ocupar de las regiones petrolíferas del Esta- do de Tamaulipas, que son: la de San José de las Rusias como principal; y como secundarias, las del Sabino y Tancasnequi. Por lo tanto, la región que paso á estudiar se extiende: desde el lugar llamado Santa María de las Ovejas, al Sur de Soto la Marina, hasta el río Tamesí, que es el lindero entre los Estados de Tamaulipas y Veracruz; y está limitada al Este por el Golfo de México, y al Oeste por la Sierra Madre Oriental. La región petrolífera que estudié en Tamaulipas más al Norte, es la que designo con el nombre de San José de las Rusias, por estar comprendida en la hacienda del mismo nombre. La hacienda de San José de las Rusias está ubicada en el Distrito del Centro del Estado de Tamaulipas; y se encuentra al Sur de Soto la Marina, y al S.E. de Ciudad Victoria, capital del Estado mencionado. El Ferrocarril Central Mexicano, en su división de Monterrey á Tam- pico, pasa por la región de que me ocupo; y es la vía de comunicación que liga á estas zonas petrolíferas con Tampico, y con el centro de la República. Para conocer esta región el mejor itinerario es el siguiente. De Tampi- co por el Ferrocarril Central á Monterrey se llega á la Estación llamada González. De esta Estación, y á caballo, se sigue por el Cojo, el Barranco y Aldama para la hacienda el Sabino. De aquí, por Carricitos, Jobo, Carrizos y La Guajolota, se llega á San Rafael, rancho que pertenece ya á la ha- cienda de San José de las Rusias. De San Rafael, por los ranchos llamados San Juanito, la Zamorina, la Encarnación, El Gorrión, el Espinazo, Lava- deros y Santa Olalla, se llega á la casa de la hacienda de San José de las Rusias. A cortas distancias de este lugar se encuentran las chapopoteras llamadas: El Salerito, El Chapotito, San José, Palo alto y el Divisadero. De San José de las Rusias se regresa por las lomas llamadas Tierritas Blan- cas, y por el rancho Sombrerito para el de San Rafael. De San Rafael, por Lagarto, rancho la Corona, hacienda Santa María, La Azufrosa, los Estri- bos y hacienda el Cojo, se regresa á la Estación González. Para tener idea 20 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS de las distancias que separan á los lugares que acabo de mencionar, véase la Lám. I adjunta. Por último, de la Estación Altamira del ferrocarril an- tes mencionado se puede ir á caballo para el rancho Jopoy, en terrenos de Tancasnequi, y visitar la laguna llamada la Culebra, que está situada en la margen izquierda del río Tamesí. En toda esta región, que comprende al Distrito del Sur y la mitad del Distrito del Centro del Estado de Tamau- lipas, se encuentran manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo. TopPoGRAFÍA. En la región de que me ocupo se encuentran tres serranías casi parale- las, con rumbo 30% N.W. y son: al Poniente, la Sierra Madre Oriental, que se prolonga al Sur para el Estado de San Luis Potosí; al Oriente, la Sierra de San José de las Rusias; y en medio de las sierras anteriores se encuentra la llamada de Tamaulipas. Entre esta última y la Sierra Madre Oriental pasa el ferrocarril de Tampico para Ciudad Victoria y Monterrey; y entre la Sierra de San José y la de Tamaulipas se extiende un lomerío, que al Sur termina en el rancho La Guajolota, y al Norte llega hasta Soto la Ma- rina. Más al Norte de este último lugar, tanto la sierra de Tamaulipas co- mo la de San José se transforman en un lomerío bajo, y poco á poco se van perdiendo. Al Sur del rancho La Guajolota; y entre Carrizos y Aldama, se encuen- tran los cerros llamados: el Cautivo; el Perro; San Pedro; las Calaveras; los Granadillos, cerca de la hacienda de Santa María; el Placeta; y los de Aldama, que se encuentran en los alrededores de la villa de este último nombre. Al Sur-Poniente de Aldama, y no muy distante de la hacienda El Cojo se levanta majestuoso el elevado pico llamado Bernal, pico visible desde largas distancias, y es el que alcanza mayor altura en toda esa región. De la hacienda del Cojo hacia el Norte el terreno desciende para el Ba- rranco, Aldama, el Sabino y el Espinazo hasta San José de las Rusias, lu- gar que se halla solamente á 40 metros sobre el nivel del. mar. El lomerío que se extiende entre las sierras de Tamaulipas y de San Jo- sé está surcado por muchos pequeños arroyos, que descienden del Poniente hacia el Oriente, y que son conocidos en la localidad con el nombre de ““rayas.?? Entre estos pequeños arroyos puedo mencionar á los llamados: Santa Gertrudis, La Curtiduría, Lavaderos, Las Palmas, El Nopal y Los Cuates. Entre Zamorina y San José el relieve del terreno es muy poco acciden- tado, es un lomerío muy bajo, en el cual se encuentran como principales las siguientes lomas. De Norte á Sur: San José, Cruces, Salerito, Alto de Ebanos, Santa Gertrudis, El Cortado, Los Cerritos y Zamorina. De Oeste á Este, ó sea, de la sierra de Tamaulipas para la de San José, las lomas DE MEXICO. 21 principales son las siguientes: Palo verde, El Fierro, El Mitote y La Mi- nita. Hacia el Poniente de la Encarnación se encuentran los cerros aislados llamados La Peña ó Gordo, el Plateado, el Platanar; y al Sur—Poniente de la Encarnación se levanta el cerro pieudo llamado las Y ucas. La villa de Aldama está situada entre los dos rios llamados: el Azufro- so y el Salitre; ríos que descienden de la parte Sur de la Sierra de Tamau- lipas, se reunen al Oriente de Aldama, y ya unidos bajan para Chavarría, en donde desembocan para el Golfo de México. La sierra más elevada en esta región es la Sierra Madre Oriental, la cual presenta una forma muy accidentada debida á influencias tectónicas prin- cipalmente. La sierra de Tamaulipas, mucho menos elevada que la Sierra Madre, es también de forma muy accidentada, debido esto á influencias ge- néticas, pues está constituída por conos y corrientes de rocas basálticas. La sierra de San José, así como el lomerío que se encuentra al Poniente de esta última son de formas más ó menos arredondadas. En los alrededores de Aldama y de las haciendas llamadas Carricitos y Santa María, es muy accidentado el relieve del terreno; pero en cambio, al Sur de estos lugares, del Cojo para el río Tamesí, se encuentra una exten- sa planicie. En esta planicie y cerca de Tampico se hallan Jas lagunas lla- madas: El Carpintero, Pueblo viejo, Champayan, La Culebra, Chila, ete. Estas lagunas desaguan en el río Pánuco ó en el Tamesí. (GEOLOGÍA DE LA REGIÓN. En la región de que me ocupo se encuentran rocas sedimentarias y tam- bién ígneas: las primeras pertenecen al Mesocretácico, al Neocretácico, al Eógeno, al Neógeno y al Cuaternario; y las ígneas son rocas basálticas de especies diferentes, y las cuales se encuentran en conos, en corrientes, y también como intrusivas cortando á las rocas sedimentarias. La formación mesocretácica está constituida por calizas de color gris en gruesos bancos, con rumbo medio de 18? N.E. y con 31* de echado al N.W. Estas calizas se encuentran fuertemente plegadas y también dislocadas, y constituyen una gran parte de la Sierra Madre Oriental, la cual se extien- de del Distrito de Tula, pasando por la parte Poniente de los Distritos del Sur y del Centro del Estado de Tamaulipas, para entrar después al Estado de Nuevo León. El Neocretácico está constituído por pizarras y areniscas con rumbo va: riable entre 18% y 25? N.E., y con echados al N.W. El Neocretácico se en- cuentra en la Sierra Madre Oriental cerca de Ciudad Victoria, por la ba- rranca El Novillo, y en otras varias localidades de la misma Sierra Madre. Las formaciones cretácicas anteriores se prolongan hacia el Sur, y pene- tran al Estado de San Luis Potosí: por la sierra de Temapache para Jili- 22 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS tla; y al Poniente de Tulillo, para la zona comprendida entre Valles y Ta- ninul. La Sierra de San José de las Rusias está constituída por calizas de Num- mulitas, de color amarillo, calizas que pertenecen al Eógeno y que se ex- tienden: al Norte, hasta las cercanías de Santa María de las Ovejas; al Oes- te se prolongan por la planicie de San José; al Este se pierden debajo del Cuaternario y formaciones recientes de le playa; y al Sur llegan hasta la base de la misma sierra de San José. Como localidad fosilífera en estas ca- lizas amarillas debo citar especialmente: la zona de la sierra de San José conocida con el nombre de “Subida alta de Buenavista,” al Este del ran- cho San Rafael ya mencionado. E Entre la sierra de San José y la de Tamaulipas se encuentra el lomerío antes indicado, y toda esta zona está formada por capas de calizas areniscas y margas, con rumbos variables entre 30 N.E. y 30% N. W., y con echados de 8 417 alS.E.óal N.E. Estas capas pertenecientes al Eógeno, forman pliegues suaves, á veces en cruz, estando orientados los ejes de estos últi- mos: uno con rumbo 20 N.W., y el otro E.W.; siendo los echados de las capas 10% al N.E. y 12” al Sur. Estos pliegues en cruz forman bóvedas po- co levantadas y de pendientes suaves. La formación anterior se extiende: al Este, por la sierra de San José; al Poniente, hasta la base de la sierra de Tamaulipas; al Norte, continúa para El Lobo y Chachalacas; y al Sur, lle- ga hasta el rancho llamado La Guajolota, en donde se encuentran ya las rocas basálticas. La formación neógena, constituida por pizarras arcillosas, se encuentra entre la sierra de Tamaulipas y la Sierra Madre Oriental, por las cercanías de Escandón, y está limitada: al Norte, por los basaltos que se encuentran en San Francisco; al Este, por los basaltos de los alrededo- res de Aldama; al Oeste, por la Sierra Madre; y al Sur se prolonga por Jo- poy, Tancasnequi y el Ebano, para los Estados de San Luis Potosí y de Ve- racruz. Al Este de la sierra de San José y prolongándose hacia el Sur, por Al- tamira para Tampico, se encuentra el Cuaternario, y las formaciones recien- les de la playa. Las rocas ígneas que se hallan en esta región son: basaltos en Aldama, El Sabino y San Francisco; basaltos micáceos en Bernal; y basaltos de ne: phelina en Chapotito, cerca de San José de las Rusias. Esta formación ígnea comienza en el elevado y pintoresco Pico de Bernal, y aflora después del cerro Placeta para la sierra de Tamaulipas, extendiéndose al Poniente por San Francisco para la Sierra Madre Oriental. Hacia el Este las rocas ígneas mencionadas afloran en una ancha zona que se desprende de la sie- rra de Tamaulipas para el Este hasta el mar; y que llega por el Norte has- ta el rancho La Guajolota, y por el Sur hasta la hacienda el Sabino y la villa de Aldama. La mayor parte de la sierra de Tamaulipas está constituída por basal- tos, roca que en algunos lugares se halla cubierta por brechas y tobas tam- DE MEXICO. 23 bién basálticas. Los basaltos son de color negro, de textura maciza ó ampo- llosa; las brechas son de color rojizo; y las tobas basálticas son blancas ó amarillentas. Los basaltos se encuentran formando conos en la sierra de Tamaulipas; ó constituyen extensas corrientes, como las que se hallan por los alrededo- res de la hacienda Santa María y por el rancho de La Guajolota; ó son en parte intrusivos y afloran en varios lugares, sobre todo en las cercanías de las chapopoteras de esta región petrolífera. Como ejemplos de estos últi- mos puedo citar entre otros los siguientes: el que se encuentra en el arro- yo de los Cuates; el que aflora en las cercanías de la chapopotera llamada el Chapotito, en San José de las Rusias; los que se encuentran en las lo- mas llamadas Tierritas Blancas, al S. W. de San José; y los que están cer- ca de las chapopoteras conocidas con los nombres de Palo Alto, Divisade- ro, Espinazo y Gorrión. Los basaltos anteriores cortan á las margas apizarradas y á las arenis- cas, estando metamorfoseadas estas rocas en la zona de contacto con la par- te intrusiva de los basaltos. La intrusión de los basaltos en las rocas sedimentarias que contienen á los receptáculos petrolíferos subterráneos (oil pools) de la región de San José de las Rusias, facilitó la emigración de los hidrocarburos de la pro- fundidad á la superficie del terreno. En efecto, esas intrusiones basálticas cortaron á las rocas sedimentarias, formando una especie de barreras sub- terráneas, más ó menos impermeables; y en el contacto entre las rocas sedi- mentarias y las intrusivas basálticas quedó constituída una zona permeable por la cual pueden circular más ó menos fácilmente los hidrocarburos que emigran de la profundidad para la superficie del terreno. Los hidrocarbu- ros al emigrar de sus receptáculos subterráneos por los planos de estratifi- cación, y por las fracturas de las areniscas y margas apizarradas, encuen- tran un trayecto fácil para su movimiento ascensional, al llegar á la zona de contacto entre esas rocas sedimentarias y los basaltos que las cortan. Estas partes intrusivas de los basaltos, á la vez que impiden el movimien- to lateral de los hidrocarburos, los obligan á continuar su circulación as- cendente siguiendo la zona de contacto antes mencionada, que es la de ma- yor permeabilidad relativa. Además, como las rocas sedimentarias eogénicas y neogénicas de esa región están casi horizontales, son muchas las capas cor- tadas por los basaltos; y como por los planos que separan á estas capas se ve- rifica en gran parte la emigración de los hidrocarburos, al cortar los basaltos ámuchos de estos planos han facilitado la emigración de los hidrocarburos contenidos en las varias lentes petrolíferas, que estén comunicadas con los referidos planos de estratificación. Según esto, la presencia de manantiales de chapopote en las cercanías del contacto entre las rocas sedimentarias y las intrusivas de la región, indica la preseucia en ek subsuelo de receptáculos petrolíferos más ó menos cercanos de las mencionadas rocas intrusivas. En este caso, las perforaciones en las cercanías de las zonas de contacto entre 24 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS las rocas intrusivas y las sedimentarias, tendrán muchas probabilidades de cortar uno ó varios de los conductos de emigración de los hidrocarburos, y aun de cortar también á algún receptáculo petrolífero seeundario; es decir, á algún depósito subterráneo formado por la acumulación de los hidrocar- buros que emigran de los receptáculos primitivos lejanos, y que se reunen en lugares favorables, situados en las cercanías de las zonas de contacto an- tes mencionadas. Por estos motivos, las referidas perforaciones tienen pro- babilidades de alcanzar éxito industrial. En cambio, cuando en las referi- das zonas de contacto, que por las razones indicadas son las más favorables para la emigración de los hidrocarburos, no se encuentren manantiales de chapopote, es probable que á la profundidad no se encuentren tampoco re- ceptáculos petrolíferos cercanos á estas zonas; y por lo tanto, en este caso las perforaciones cercanas á las referidas zonas no tienen probabilidades de alcanzar éxito comercial. En la región de San José de las Rusias se observa, como se verá más adelante, que la mayor parte de las chapopoteras se encuentran en las cer- canías de la parte intrusiva de los basaltos que afloran en la región en va- rias localidades. Después de la eyección de rocas basálticas en esa zona, y como última manifestación de la actividad eruptiva en ella, debo citar el geyser calcáreo ya extinguido que se encuentra en la pequeña loma llamada El Sombreri- to. Los basaltos de la región cortaron rocas sedimentarias calizas; y más tarde, las aguas meteóricas calentadas al ponerse en contacto con las par- tes aún calientes y profundas de la roca basáltica, disolvieron en parte á la caliza por cuyas grietas circularon. Al salir al exterior esas aguas, con un régimen geyseriano, depositaron en la superficie del terreno al carbo- nato de cal que contenían en disolución, formando el travertino calizo que se encuentra en la loma El Sombrerito, en el lugar por donde brotaron esas aguas. Este travertino calizo está rodeando una oquedad de gran diáme- tro y de corta profundidad. Al bajar del rancho el Barranco para la villa de Aldama, se encuentran los basaltos cubiertos en partes por brechas basálticas de color rojo. Los basaltos continúan por Carricitos, la Hoya de Media Luna, el rancho Ca- brera, Carrizos y La Guajolota. De San Rafael por los ranchos San Juanito, El Sombrerito, la Za- morina y la Encarnación, se llega al Gorrión. Toda esta zona está consti- tuída por areniscas y margas apizarradas, cubiertas en muchos lugares por arcilla de"color gris. De Zamorina para el Espinazo se encuentran los arro- yos llamados de Las Palmas y el Nopal, los cuales se unen y forman el arro: yo de Los Cuates. En este arroyo las margas tienen rumbo de 30 N.W. con 17” de echado al N.E.; y están cortadas por el basalto en este lugar. En el arroyo Las Palmas, las margas tienen 10% N. W. de rumbo, y 10* de echado hacia el N.E. En la junta de los arroyos llamados Santa Gertrudis y La Curtiduría, DE MEXICO. 25 las margas apizarradas tienen 60% N.W. de rumbo, y 10% N.E. de echado; y en el arroyo de Lavaderos, tienen 10% N. W. de rumbo, y 12* de echado al NE. En el cerro llamado El Divisadero se encuentran las margas con rumbo 60% N.E. y con 8? de echado al S.E. Estas margas están plegadas suave- mente, y se hallan cortadas por basaltos intrusivos hacia la parte Sur del cerro mencionado. Por Tierritas Blancas y el arroyo el Patito, las margas están cortadas por basaltos. Al Oriente del rancho Sombrerito se encuentran las margas formando un pliegue en cruz, estando orientados los ejes de este pliegue, uno con rumbo 20% N.W. y el otro E. W., siendo los echados de las capas muy pe- queños: 10? hacia el N.E. y 12? hacia el Sur. Este pliegue forma una bó- veda poco levantada y de suave pendiente. Del Sombrerito para el rancho Zamorina se encuentra un conglomera- do reciente formado por guijarros calizos. La hacienda Santa María y los ranchos La Coma y El Lagarto se en- cuentran sobre basaltos, rocas que continúan en extensa corriente por el arroyo Corocito y el rancho La Guajolota. En varios lugares, como he dicho, se encuentran sobre los basaltos, brechas y tobas también basálticas. ESTRUCTURA GENERAL. La estructura general del Terciario en San José de las Rusias es mono- elinal; y aunque las capas que lo constituyen forman pliegues suaves, la inclinación general de estas capas es hacia el Este. En cambio, el Cretácico de la Sierra Madre Oriental está fuertemente plegado, fracturado, y tam- bién dislocado. La estructura monoclinal, y sobre todo el encontrarse las capas tercia- rias casi horizontales, han impedido las grandes acumulaciones de petróleo en el subsuelo de esta región, como se comprenderá en vista de las razones que indicaré más adelante en capítulo especial. La estructura monoclinal se observa no sólo en el Eógeno que se encuen- tra entre las sierras de Tamaulipas y de San José; sino también en el Neó- geno que se extiende al Sur de la sierra de Tamaulipas, por Jopoy y 'lan- casnequi, para los Estados de San Luis Potosí y de Veracruz. N2 26.—4 26 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO. Las manifestaciones petrolíferas se encuentran en el Estado de Taman- lipas en tres zonas, que son: la de San José de las Rusias; la del Sabino y la de Tancasnequi; siendo la primera de mucha mayor importancia que las dos últimas. La región petrolífera de San José de las Rusias, se encuentra en el lo- merío comprendido entre las sierras de Tamaulipas y de San José; y se ex- tiende por el Norte, para el Lobo y Chachalacas, llegando por el Sur hasta La Guajolota. En esta región se hallan las siguientes chapopoteras: San Rafael, el Gorrión, el Espinazo, el Salerito, el Chapotito, San José, Palo Blanco, la Azúcar, el Lobo y las Chachalacas. La chapopotera llamada San Rafael se encuentra en la falda de una pe- queña loma, situada al Este del rancho del mismo nombre; y es la que se halla más al Sur en esta región petrolífera. El escurrimiento de chapopote por este manantial sólo se observa en la época de calor, cuando la tempe: ratura elevada liquida al chapopote sólido que se halla en ese lugar, y así se facilita su salida del interior y su escurrimiento por la superficie del te- rreno. El escurrimiento superficial en esta chapopotera ocupa poca exten- sión, y está formado por chapopote duro, que impregna á las margas de ese lugar. La chapopotera llamada El Gorrión está al Norte de la anterior, y cerca del rancho La Encarnación. Es de muy poca importancia el escurrimiento superficial que ha formado, y el chapopote brota por grietas en las margas. La chapopotera llamada Sombrerito se encuentra al Este del rancho del mismo nombre, y en la base de una pequeña loma. El chapopote que sale por este manantial es viscoso, y brota acompañado de una poca de agua. La chapopotera llamada El Espinazo está en el arroyo de Los Cuates, entre los ranchos Encarnación y Lavaderos. En ese lugar hay varios ma- nantialitos por los cuales sale agua acompañada de chapopote viscoso en pequeña cantidad. Este chapopote ha escurrido por el arroyo de Los Cua- tes, y allí forma un depósito pequeño. La chapopotera llamada El Salerito se encuentra en una planicie situa- da á doscientos metros de la loma del mismo nombre. En este lugar hay va- rios manantiales por los cuales salen pequeñas cantidades de chapopote viscoso, el cual ha formado un escurrimiento de poca extensión superficial. El chapopote brota en este lugar por grietas que cortan á las margas, y á las arcillas superficiales. Las chapopoteras llamadas San José y el Chapotito están muy cerca de la casa de la hacienda San José de las Rusias, y se hallan en el contacto de las margas apizarradas con la parte intrusiva de un basalto de nephelina, roca que es bastante rara en la República. Tanto en Chapotito como en San José hay tajos abiertos, de cuatro metros de profundidad, en el fondo DE MEXICO. 27 de los cuales está el chapopote viscoso, que sale por las grietas de las mar- gas en la zona de contacto con los basaltos intrusivos. La chapopotera llamada Palo Blanco se encuentra también en el contac- to de las margas con basaltos, rocas que afloran en el cerro llamado Divi- sadero. el cual se halla al Poniente y muy cercano de la chapopotera men- cionada. El escurrimiento de chapopote en este lugar es pequeño; y ya está derrumbado un tajo que se abrió para explorarlo y extraer el chapopote viscoso que sale por las grietas de las margas en ese lugar. Las chapopoteras llamadas: Azúcar, El Lobo y Chachalacas son de poca importancia, y producen muy pequeña cantidad del mencionado hidrocar- buro. E Como se ve por lo anterior, es bastante extensa la región petrolífera de San José de las Rusias; y las muchas chapopoteras que allí se encuentran están colocadas en el lomerío que se halla entre las sierras de San José y de Tamaulipas, ocupando una zona que tiene aproximadamente ochenta kilómetros de Norte á Sur, y siete kilómetros de Oriente á Poniente (Véa- se Lám. 1). En la hacienda el Sabino se encuentran dos chapopoteras: una en el lu- gar llamado Hoya de la Luna; y otra en el rancho Cabrera, cerca del paso del Mezquite. Estas dos chapopoteras se hallan al N.E. y á seis kilómetros de distancia de la casa de la hacienda llamada el Sabino. Toda esta zona está constituída por basaltos como dije antes; y por lo tanto, el chapopote que pueda encontrarse en esta roca es emigrado de lejos, de la región de San José de las Rusias probablemente, y circula por las grietas del basalto que estén en comunicación con las rocas sedimentarias antes mencionadas. Por esta razón me parece de poca importancia industrial la zona del Sabino, y creo que las perforaciones en las cercanías de estos lugares no alcanza: rían éxito comercial. La zona petrolífera de Tancasnequi, zona que hacia el Sur se prolonga por el Estado de Veracruz, es escasa en manifestaciones petrolíferas super- ficiales. En efecto, en esta zona, y dentro de los límites del Estado de Ta- maulipas, sólo se encuentran pequeñas chapopoteras en el rancho Jopoy, que se halla en terrenos de Tancasnequi, cerca del río Tamesí. En esta mis- ma zona, en terrenos pertenecientes al Estado de Veracruz se encuentran otras chapopoteras, como se verá más adelante; y por lo tanto hablaré de la importancia industrial de esta zona al ocuparme del Estado de Veracruz. PERFORACIONES En toda la región de que me he ocupado en este Capítulo sólo existe una pequeña perforación, situada entre las chapopoteras llamadas San Jo- sé y Chapotito, cerca de la casa de la hacienda de San José de las Rusias. Esta perforación alcanzó chapopote viscoso á los cuarenta metros de pro- fundidad, según me informaron; pero está ya completamente abandonada. 28 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Además de esta perforación existen tajos abiertos de cuatro metros de pro- fundidad, en las chapopoteras llamadas el Chapotito, el Salerito y San José, tajos que hicieron aumentar el rendimiento de chapopote. Como se ve, es casi nula la exploración que se ha hecho hasta ahora en la región petrolífera de San José de las Rusias; y desde la época de mi vi- sita, 1902, hasta ahora, nada se ha hecho en esa región, que es de relativa importancia industrial. Es ciertamente sensible que esta región petrolífera esté completamente inexplorada, y que por lo tanto no+se posean datos suficientes para juzgar acerca de su verdadera importancia industrial. Sin embargo, en el informe que rendí en 19092 relativo á San José de las Rusias (pág. 19) decía yo que: existe mucha semejanza entre la región petrolífera de que me estoy ocupando y la del Ebano en San Luis Potosí. En efecto, tanto en una como en la otra los receptáculos petrolíferos sub- terráneos se encuentran en el Terciario formado por areniscas y margas api- zarradas; en las dos regiones se encuentran las anteriores rocas sedimenta- rias cortadas é inyectadas por basaltos; y en las zonas de contacto entre las rocas intrusivas y las sedimentarias se encuentran las chapopoteras, tanto en el Ebano como en San José de las Rusias. Las perforaciones quese han hecho en el Ebano en las cercanías de las rocas basálticas han encontrado chapopote, y algunas lo han encontrado en cantidad comercial, y según lo anterior, es probable que se obtuvieran resultados semejantes con las per- foraciones que se hicieran en la región petrolífera de San José de las Ru- sias. Creo, en vista de lo anterior, que es muy interesante la exploración de esta última región petrolífera, de cuya importancia industrial me vol- veré á ocupar más adelante, en el Capítulo que he dedicado al estudio de la importancia relativa y exploración de las regiones petrolíferas descri- tas en este Boletín. RESUMEN Resumiendo los datos anteriores, relativos á la región petrolífera de San José de las Rusias, se puede decir lo siguiente: La zona petrolífera de San José de las Rusias se extiende: por el Norte hasta los ranchos llamados el Lobo y Chachalacas; por el Sur, hasta La Guajolota; por el Este, hasta la Sierra de San José; y por el Oeste, hasta la sierra de Tamaulipas. Esta zona tiene aproximadamente: ochenta kiló- metros de Norte á Sur, y siete kilómetros de Oriente á Poniente. La región petrolífera está constituida por calizas, margas grises apiza- rradas y areniscas, rocas que pertenecen al Eógeno y Neógeno. Las margas y areniscas están cortadas en varios lugares por basal- Los. El Terciario marino de esta localidad tiene estructura monoclinal; y aunque las capas que lo constituyen forman pliegues suaves, y sus bóve- DE MEXICO. 29 das poco levantadas, la inclinación general de las capas es de 8” á 17” ha- cia el Este. Las principales manifestaciones del petróleo del subsuelo se encuentran en el lomerío comprendido entre las sierras de San José y la de Tamanli- pas; y por lo general, en la zona de contacto entre las rocas sedimentarias terciarias y los basaltos intrusivos que afloran en varias partes de la región. Sólo existe una perforación en esta zona petrolífera. La perforación se encuentra cerca de la casa de la hacienda de San José de las Rusias, entre las chapopoteras llamadas: Chapotito y San José. Esta perforación alcan- zó chapopote viscoso á los cuarenta metros de profundidad, y está completa- mente abandonada. Los receptáculos petrolíferos subterráneos tienen probablemente la for- ma de lentes irregulares, de dimensiones relativamente pequeñas; y los hidrocarburos al emigrar de estas lentes circulan por las cercanías del con- tacto entre las rocas sedimentarias y la parte intrusiva de los basaltos, y salen hasta la superficie del terreno siguiendo el trayecto ascensional ya indicado. ] Es probable que las perforaciones situadas en las cercanías de los con- tactos antes mencionados alcancen éxito comercial, cuando en esas zonas de contacto existan chapopoteras. Por último, puede decirse que existe mucha semejanza entre la región petrolífera de San José de las Rusias, ubicada en el Estado de Tamaulipas, y la del Ebano, situada en el Estado de San Luis Potosí, y de la cual me ocuparé en uno de los próximos Capítulos. AQUISMON SITUACIÓN Como región petrolífera de Aquismón consideraré principalmente, á la faja de terreno que en la Huasteca Potosina se extiende por el cañón de Tocomón, desde el Tamarindo por Aquismón, para Tanute, Tanchanaco y Tres Arroyos; y referiré á esta región también, el terreno comprendido en las márgenes del río Moctezuma, de Tampamolón para Tanquián, lugares todos pertenecientes al Estado de San Luis Potosí. (Véase lám. II.) La zona petrolífera de Aquismón se prolonga del río Moctezuma al Este para la región de Tantoyuca, en el Estado de Veracruz, región de la cual me ocuparé más adelante; y al Norte-Oriente está separada de la zona del Ebano por el río Tamuín, conocido más abajo con el nombre de río Pánuco. Entre la zona de Tampamolón y la de Aquismón se encuentran los ce- rros de Tancanbuitz, que al S.E. se prolongan para Axtla, y al N.E. para Tancuayalab y Tancuiche. La zona de Aquismón se halla entre los cerros de Tancanhuitz, ya mencionados, y la sierra de Temapache que se levanta al Poniente del cañón de Tocomón. En la división de San Luis Potosí para Tampico del Ferrocarril Central Mexicano, á 304 kilómetros al Este de San Luis, y á 14u al Poniente de Tampico, está la estación llamada Valles, muy cerca de la población del mismo nombre, cabecera del Partido también de Valles, en el Estado de San Luis Potosí. De este lugar para la región petrolífera de Aquismón hay que caminar á caballo, conforme al siguiente itinerario: De Valles por el puente de la Virgen, la Loma, Rincón de Peñas, en el río Tampaón, Tan- tisohviche, Santa Cruz, Tres Arroyos, la Garita, Tanchanaco, Tanute y Aquismón. De aquí, por el rancho Ojitipa se llega á Tancanhuitz. Para completar el estudio geológico de esta parte de la Huasteca Potosina, de Tancanhuitz se sigue por la cuesta Sonsa y el Aguacate para Huehuetlán; y de aquí, por el puerto de Santa Magdalena, Tierras Coloradas, hacienda Huichiguayan y los Cajones, se llega á Xilitla. De Xilitla, bajando por la cuesta del Tamarindo se sigue para Axtla, Tampamolón y Tanquián. To- dos los lugares que acabo de mencionar se encuentran en los Partidos de Va- 32 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS lles, Tancanhuitz y Tamazunchale, del Estado de San Luis Potosí, Parti- dos que hacia el Este colindan con el Estado de Veracruz. La distancia entre la Estación de Valles y Aquismón es de 48 kilóme- tros, y el camino no es accidentado; pues sólo atraviesa terreno casi plano, y un lomerío de corta elevación. La zona petrolífera de Aquismón está muy poco explorada, sólo existe en ella una perforación de 138 metros de profundidad, y como se ve no está muy distante de la Estación Valles del Ferrocarril Central Mexicano. TopPoGRAFÍA. Del Estado de Tamaulipas para el de San Luis Potosí, y con dirección de Norte á Sur aproximadamente, pasan las sierras llamadas: de Tanchipa ó Boca del Abra, hacia el Este; y las de Nicolás Pérez y Colmena al Ponien- te de la anterior. Las faldas de la sierra Colmena hacia el Poniente descienden para el río Salto ó Abra de Caballeros, y hacia el Este para el río Mesillas. Estos ríos se reunen al Sur— Este de Micos, y ya reunidos bajan por las cercanías de Valles para el río Tampaón. Las sierras antes mencionadas se transforman hacia el Sur en el lome- río que se halla en los alrededores de Valles; y más al Sur el terreno, con suave pendiente y poco accidentado, desciende para el río Tampaón. Este río, del Oeste hacia el Este, baja hasta Tamuín, desde donde toma este úl- timo nombre; y más abajo, después de recibir como afluente al río Mocte- zama, se llama río Pánuco. Al Sur del río Tampaón, y al Sur— Oeste de Valles, se levanta la sierra de Temapache con rumbo N.E. aproximadamente. Las faldas de esta sie- rra hacia el Poniente descienden para el río Santa María; al Norte para el río Tampaón; y porel Este y Sur bajan por Tanute, Aquismón y Tocomón- Al Este de la sierra de Temapache se extiende un lomerío que baja para los ríos Tampaón y Parrodi; yal Sur— Este de la misma sierra se encuentra Tancanhuitz cabecera del Partido de su nombre. Entre Valles y Tancahuitz se halla solamente el lomerío, que al Norte se une con las sierras de Tanchipa y la Colmena, y al Poniente con la sie rra de Temapache. Este lomerío, cortado de Oriente á Poniente por el río Tampaón, desciende al Este para la planicie de Tamuín y el Ebano. Tancanhuitz está situado á 241 metros sobre el nivel del mar, y desde allí el terreno desciende al Norte, al Este y también al Sur—Este. Hacia el Norte baja por San José y Corrales para el río Parrodi, río que al Este se reune con el Tampaón, y del cual está separado al Poniente por el lome- río bajo que se desprende de la sierra Temapache hacia este rumbo. Al Este y Sur—Este de Tancanhuitz el terreno desciende para Tanquián y Tampa- molón, y de este lugar para el río Moctezuma que baja hacia el Norte= Oriente y Norte para desembocar en el río Pánuco. DE MEXICO. 33 De Tancanhuitz hacia el Este para Tancuayalab, se extiende un lome- río que separa al valle del río Tampaón situado al Norte, del valle del río Moctezuma situado al Sur del lomerío mencionado. De Tancanhuitz hacia el Sur—Este se extiende un lomerío para Axtla; y hacia el Sur de Tancanhuitz el terreno se eleva para Huehuetlán y Tie- rras Coloradas, y de aquí desciende para la hacienda Huichibuayán. Des- pués el terreno se eleva con fuerte pendiente, por las cuestas de los Cajones y del Tamarindo, hasta Xilitla. De Xilitla hacia el Sur y el Este desciende el terreno para el río Tan- cuilín. A este río se une el arroyo de Huichihuayán; y después al N.E. de Axtla, desemboca el río anterior en el Moctezuma, el cual desciende como he dicho por Tampamolón y Tanquián para el río Pánuco. Por último, entre Tancanhuitz y la sierra Temapache se encuentra el cañón de Tocomón. Este cañón, interesante para el presente estudio por encontrarse en él manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo, desciende del Tamarindo, al N.E. de Xilitla, por Tocomón y Aquismón, al Poniente de Tancanhuitz, para Tanute y Tres Arroyos. Como se ve, el terreno desciende en esta parte de la Huasteca Potosina del Sur y el Poniente para el Norte-Oriente, es decir, de Tancanhuitz y Tancuayalab para Tamuín y el Ebano, y de la sierra de Temapache por el lomerío bajo que se encuentra entre Tancanhuitz y. Valles para la planicie también de Tamuín y el Ebano. De Tancanhuitz y Xilitla el terreno des: ciende hacia el Este para el río Moctezuma, y para los Cantones de Ozu- luama y Tantoyuca del Estado de Veracruz. (GEOLOGÍA. En esta región se encuentran rocas sedimentarias y también ígneas. Las primeras son cretácicas principalmente, y las segundas terciarias. (Véase Lám. II.) Las capas sedimentarias más antiguas en esta región están constituídas por calizas de color gris, en gruesos bancos, y fosilíferas en algunos luga- res, principalmente: en los alrededores de la gruta del Choy, entre las Es- taciones de Taninul y las Palmas del Ferrocarril Central; y en las cercanías de Xilitla, en las cuestas de los Cajones y el Tamarindo. Esta caliza cons: tituye al Mesocretácico de la región; y sólo las calizas de las cercanías de Xilitla pertenecen probablemente al Eocretácico. Sobre las calizas mesocretácicas ya mencionadas, y en estratificación discordante, se apoyan pizarras y margas á veces apizarradas, entre las cua: les se intercalan calizas y areniscas con cemento calcáreo. Todas estas ca- pas pertenecen al Neocretácico, y afloran en gran extensión, como se verá más adelante. Las capas anteriores están cubiertas en varios lugares por formaciones No 26.—5 34 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS cuaternarias y recientes, constituídas por arcilla, arena, aluviones de río, y también por conglomerados calizos recientes. El Mesocretácico ya mencionado aflora en la región de que me ocupo en los siguientes lugares. Del Norte —Poniente de Xilitla, por Tampachal y Pubiche en la sierra de Temapache, al Poniente de Tocomón y Aquis- món, para Micos y la sierra Colmena ó Abra de Caballeros. Al Oriente de este afloramiento, y al Este de Valles, aflora el Mesocretácico desde Ran- cho Nuevo, fracción del llamado Pujal en el río Tampaón, para las Esta- ciones del Ferrocarril Central llamadas el Abra y las Palmas; y de allí se prolonga para la sierra de Tanchipa. En esta sierra las calizas mesocretá- cicas están cubiertas en varios lugares por las pizarras y margas neocre- tácicas, como sucede entre Valles y el Abra. Por último, al Poniente de Valles, y desde este lugar hasta la Estación Cárdenas, se encuentra al Me- socretácico cubierto en partes porlas pizarras, margas y calizas neocretácicas. El Neocretácico aflora al Norte de Xilitla, desde la hacienda Huichi- huayán, por Tierras Coloradas, Tocomón, Huehuetlán, Tampamolón, Tan- canhuitz, Aquismón y Tanute para Valles. Se extiende al Poniente hasta la base de las sierras de Temapache y de la Colmena, y al Este hasta la sie- rra Tanchipa ó Boca del Abra. Las arcillas, arenas y aluviones, se encuentran principalmente entre los ríos Tamuín y Moctezuma, desde donde se reunen estos ríos hasta las cer- canías del lomerío cretácico que, de la sierra Temapache y de Tancanhuitz y Tancuayalab, desciende para la planicie de Tamuín y el Ebano. Debajo de estas capas cuaternarias y recientes se encontrarán probablemente por Tamuín las pizarras arcillosas terciarias de que hablaré más adelante, y que constituyen el subsuelo de la región del Ebano. Las capas mesocretácicas, sobre todo por Cárdenas, Canoas, Espinazo del Diablo y Micos, están muy plegadas formando anticlinales y sinclina- les á veces muy cerrados, y asimétricos por lo general. Estas calizas en bancos gruesos tienen un rumbo variable entre 30 y 60 Norte—Poniente, con echado de 60 á 80” al S.W., ó hacia el N.E. con menor pendiente por lo general. Entre los anticlinales notables en esta región puedo citar al que se encueutra en el Espinazo del Diablo. Las pizarras neocretácicas tienen un rumbo variable entre N.-S. y 25% N.E., con echados de 10 y 20% al Poniente, ó al Norte—Poniente. Estas pizarras están suavemente plegadas, formando á veces pliegues cruzados, bóvedas éstas poco levantadas y de suave pendiente. En otros lugares comoson: Tamaquillo, cercanías de Tocomón y de Hue- huetlán, el Aguacate, Tierras Coloradas, dc., las capas anteriores tienen rumbo variable entre 45 N. W. y E.—W., con echados de 5á 15” al S.W.ó Sur generalmente. Entre estas capas de areniscas y pizarras se hallan intercaladas por Hue- huetlán y Tierras Coloradas, capitas de carbón de cinco centímetros de grueso. Estas capitas de carbón, sin valor industrial, afloran principalmen- DE MEXICO. 35 te en las cercanías de Tierras Coloradas, entre Huehuetlán y la hacienda Huichihuayán. Cortando á las rocas sedimentarias cretácicas, se encuentran noritas en las cercanías del rancho Ojitipa entre Tancanhuitz y Aquismón. Esta es la única roca ígnea que se halla en las cercanías de Tocomón y de Aquismón. Hacia el Oriente de esta región, por el Ebano, y también hacia el Ponien- te por Canoas, se encuentran basaltos y tobas basálticas, como se verá más adelante. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO Las manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo se encuen- tran en la región de Aquismón, tanto en Jas rocas mesocretácicas como en las neocretácicas. En el lugar llamado Pubiche, arriba de Tanchanaco, en las faldas orien- tales de la sierra Temapache, las calizas están en algunas partes impregna- das por petróleo. Este último, oxidado y transformado en chapopote duro, rellena grietas de las mencionadas calizas; y en el interior de éstas, en los lugares adonde el aire no ha podido penetrar, el petróleo no está alterado. Al partir las calizas anteriores se percibe el olor del petróleo, y en el inte- rior de los pedazos partidos se ve la caliza engrasada por el petróleo que impregna en parte á esas rocas. En el cañón de Tocomón, desde el Tamarindo para la Garita y Santa Cruz, se observa en varios arroyos el petróleo que en pequeña cantidad se extiende sobre el agua, engrasándola en la superficie. En el mismo cañón de Tocomón, en la margen izquierda del río Tanu- te, se halla una chapopotera. Allí brota el chapopote por las grietas de las pizarras y margas, que tienen en ese lugar rumbo N.-S. y echado de 10” al Poniente. RESUMEN Como resumen de los datos anteriores relativos á la región petrolífera de Aquismón, se puede decir lo siguiente: La zona petrolífera que he llamado de Aquismón, se halla en la faja de terreno que en la Huasteca Potosina se extiende por el cañón de Tocomón, desde el Tamarindo por Aquismón, para Tanute, Tanchanaco y Tres Arro- yos; y refiero á esta región también, el terreno petrolífero del río Moctezu- ma, de Tampamolón para Tanquián. Esta región petrolífera está constituída principalmente por rocas sedi- mentarias cretácicas: calizas mesocretácicas, en gruesos bancos y muy ple- gadas, cubiertas en partes por pizarras, margas y areniscas neocretácicas. Estas últimas están suavemente plegadas, y se apoyan en estratificación discordante sobre los bancos de caliza mesocretácica. 36 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Las rocas cretácicas anteriores, en el rancho Ojitipa, están cortadas por noritas terciarias. En el cañón de Tocomón, principalmente cerca de Tanute, se encuen- tran chapopoteras con chapopote fluido. Sólo existe un pozo en esta región, está abierto en Tanute, tiene 138 metros de profundidad, y está abandonado actualmente. - El chapopote en esta región es menos denso que el del Ebano, pero relativamente esta región es de menor importancia comercial que la del Ebano, la cual está situada en los linderos de los Estados de San Luis Po- tosí y de Veracruz. EBANO, 8. L. P. SITUACIÓN Como región petrolífera del Ebano consideraré á la zona de terreno casi plano que se extiende de las sierras de Tanchipa y Chapacao para el Este hasta Tampico; y que está limitada al Norte por el río Tamesí, y al Sur por el río Pánuco. Una parte muy pequeña de esta zona, la del Poniente, pertenece al Estado de San Luis Potosí, y la mayor parte del terreno ante- rior corresponde al Cantón de Ozuluama, del Estado de Veracruz. (Véase lám. II.) La región petrolífera del Ebano, por el Norte se une con la de Tancas- nequi, situada en el Estado de Tamaulipas, y al Sur se prolonga por Ozu- luama y Tantoyuca del Estado de Veracruz, como se verá más adelante. La región del Ebano está atravesada longitudinalmente por el Ferro- carril Central Mexicano, en su división de San Luis Potosí para Tampico. En este ramal, á 388 kilómetros al Este de San Luis Potosí, y á 65 kilóme- tros al Poniente de Tampico, está la estación llamada el Ebano, estación que se encuentra en el Partido de Valles perteneciente al Estado de San Luis Potosí. Esta vía de comunicación tan fácil, que liga á la región pe- trolífera del Ebano con el centro de la República y con el puerto de Tam- pico, ha sido uno de los motivos que explica por qué ha avanzado más la exploración en esta región petrolífera, y por qué ha dado hasta ahora algún resultado comercial. Para estudiar cómodamente esta región se puede seguir el itinerario que paso á indicar. Por el Ferrocarril Central, en su división de San Luis á Tampico, se llega á la estación del Ebano, y de aquí por un ramal del mis- mo ferrocarril hasta el cerro de la Pez. Después, de la estación del Ebano se sigue para la de Chijol, y de aquí á caballo se camina hacia el Norte hasta el río Tamesí, por donde se hallan los terrenos de J opoy y Tancasne- qui. En seguida, de la estación de Chijol se pasa á la de Tamós, y de aquí á caballo por los ranchos Tamós y Caracol se llega á la laguna de Chila, la cual está situada al Sur de los cerros Tortuga y Corcovado. Por último, del 38 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS rancho Caracol, por Montesinos y el cerrito los Maguaves, se llega á Tam- palache y Pánuco. La región petrolífera del Ebano ha sido explorada hasta ahora por la “Mexican Petroleum Co.” solamente. s ToPOGRAFÍA Del Estado de Tamaulipas para el de San Luis Potosí entra por el Par- tido de Valles, y con rumbo casi Norte-Sur, la sierra de Tanchipa ó Bo- ca del Abra. Las faldas orientales de esta sierra descienden para la plani- cie ligeramente inclinada que baja del rancho el Limón, por Auza, el Ebano, Chijol y Tampico, para el Golfo de México. Hacia el Norte-Oriente del rancho el Limón, y al Este del llamado Tu- lillo, se levanta en la planicie antes mencionada la sierrita Chapacao, la cual, con rumbo casi Este-Oeste, se prolonga del Tulillo para la Cebadi- lla. Al Poniente de esta sierrita se hallan como principales los cerros co- nocidos con los nombres de Nopal, Peñitas y San Francisco. Las faldas de la sierra Chapacao descienden hacia el Sur y Sur—Este para Velasco, Auza y el Ebano. Al Norte de la sierrita de Chapacao, y casi de Poniente á Oriente baja el río Tantoán, afluente del Tamesí, y que nace en la sierra de Tanchipa. Descendiendo de esta misma sierra, y más al Norte del río Tantoán, se en- cuentra el llamado Naranjo, el cual más abajo se llama río Tamesí. Entre los ríos Tamesí y el Pánuco, situado éste al Sur del anterior, se extiende una faja de terreno que es bastante ancha en las cercanías de la sie- rrita de Chapacao, y muy estrecha hacia el Oriente, en la cercanías de Tampico, hacia donde se reunen los dos ríos antes mencionados. Esta fa- ja de terreno, con pendiente suave hacia el Este y en muchas partes pan- tanosa, está interrumpida por pequeños cerros aislados, colinas entre las cuales mencionaré á las siguientes: Al Norte de la laguna de Tamós ó Chila están situadas las colinas llamadas Chijol, Tortuga y Corcovado; y al Este y Sur dela estación del Ebano se encuentran, respectivamente, el cerro Soledad y el de la Pez, bastante notable este último por la gran cha: popotera que en él existe, y porque en sus cercanías se hallan las perfora- ciones que han alcanzado algún éxito comercial. En la faja de terreno comprendida entre los ríos Tamesí y Pánuco exis- ten varias lagunas, como son: la de Chairel, la de 'Pamós ó Chila y la de la Tortuga; y hacia el Sur del Ebano está el terreno pantanoso de Vichinchi- jol, que en la temporada de lluvias se transforma en una laguna, la cual comunica por el Sur con el río Pánuco. DE MEXICO. 39 GEOLOGÍA En la región que he llamado del Ebano se encuentran rocas sedimen- tarias, y también ígneas. Las primeras son cretácicas en la parte Poniente de la región; neogénicas probablemente, en el subsuelo de la planicie del Ebano; y estas últimas están en su mayor parte cubiertas por formaciones cuaternarias y recientes. Las rocas ígneas terciarias afloran al Poniente del rancho Tulillo, en el cerro Peñitas, y también en las colinas que se levan-: tan en la planicie del Ebano. Las capas cuaternarias están constituidas por arcilla, arena y grava, y por aluviones de río que se extienden del Tamesí para el Sur, y del río Pá- nuco para el Norte. Las capas anteriores cubren la mayor parte de la pla- nicie á las rocas terciarias neogénicas del subsuelo, las cuales afloran prin- cipalmente en la base de la sierra Tanchipa. El Terciario de esa localidad está formado por pizarras arcillosas ama: rillentas, y margas de color gris ó gris azulado. Intercaladas en las margas y pizarras anteriores se encuentran capas de arenisca, de cemento arcillo: so y á veces calcáreo. Las capas anteriores afloran principalmente, pero en muy pequeña extensión, hacia el Poniente del Ebano, y en algunas par- tes de la planicie, en donde por lo general están cubiertas por las forma- ciones cuaternarias y recientes de la costa del Golfo de México. Con excepción de las calizas cretácicas fosilíferas de la sierra de Tan chipa, no se encuentra ninguna localidad fosilífera en la región del Eba no. Las pizarras arcillosas y margas apizarradas, que constituyen el sub- suelo de la planicie de este nombre, no tienen fósiles; y si considero estas últimas rocas como neogénicas, es por su gran semejanza con las rocas neo- génicas que se hallan en la costa del Golfo de México, principalmente en Tuxpan, Papantla y el Istmo de Tehuantepec. Hacia el Poniente del Ebano se levanta, como he dicho, la sierra de Tan- chipa, la cual está constituída, como indiqué en el párrafo anterior, por calizas y pizarras, mesocretácicas y neocretácicas. Estas rocas se extienden hacia el Sur, y afloran en casi toda la región petrolífera de Aquismón ya descrita. Cortando á las rocas cretácicas se encuentra un macizo de sienitas en el cerro llamado Peñitas, al Poniente del rancho el Tulillo; y cortando á las pizarras arcillosas, margas y areniscas del Ebano, se hallan rocas basálti- cas, en parte intrusivas, que han metamorfoseado á las rocas sedimentarias con las cuales se hallan en contacto, y son las que constituyen á las coli- nas que se levantan en la monótona planicie del Ebano. Estos pequeños cerros, como son los de Tortuga, Corcovado, los Pedernales y la Pez, están formados por basaltos á veces cubiertos por corrientes superpuestas de to- bas basálticas, las cuales descienden de las colinas mencionadas y se ex- tienden un poco por la llanura. Algunos de estos cerritos, como el de la 40 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Pez, creo que son pequeños conos por los cuales se verificó el derrame de tobas basálticas, que en corrientes superpuestas se extendieron un poco so- bre la llanura, corrientes de tobas que han sido fraccionadas, y también en partes completamente destruídas por erosión. La parte intrusiva de los basaltos ha sido alcanzada por las perforaciones hechas en las cercanías del cerro de la Pez. En estas perforaciones se han encontrado basaltos entre las pizarras, areniscas y margas, que constituyen el subsuelo de la plani- cie del Ebano. En ninguna parte de esta región encontré diques basálti- cos, sino únicamente macizos y conos constituídos por rocas basálticas, y también restos de corrientes de tobas basálticas fraccionadas por erosión. Estos restos de corrientes fraccionadas constituyen varios, aunque muy pe- queños, accidentes en el relieve del suelo. EsTRUCTURA GENERAL. Las pizarras arcillosas y margas neogénicas están suavemente plegadas, formando anticlinales y sinclinales muy abiertos y poco levantados. Esas capas, con rumbo variable entre 45 y 60% N.E., y ligeramente onduladas como acabo de decir, tienen su inclinación general hacia el S E. muy pe- queña, 8 4 10” solamente. En algunos lugares, pliegues cruzados forman bóvedas muy poco elevadas, y las capas tienen siempre muy corta pendiente. La estructura general que acabo de indicar es muy poco favorable para la acumulación de grandes cantidades de chapopote; porque la pequeña in- clinación de las capas no facilita la emigración de ese compuesto por los planos de estratificación de estas capas, planos tan poco inclinados que el chapopote no puede vencer las resistencias que se oponen á su ascenso por esos planos. Por esto, en vez de acumularse en las crestas de los anticlina- les, queda diseminado en una gran extensión, formando lentes aisladas im- posible de localizarlas desde la superficie del terreno. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO. En los alrededores del Ebano, y sobre todo en las cercanías de las coli- nas basálticas, hay un gran número de chapopoteras. La extensión super- ficial ocupada por el chapopote viscoso que, acompañado de gases combus:- tibles, ha salido por estos manantiales, es generalmente pequeña, así como la producción de los referidos manantiales. En el cerrito de la Pez, situado al Sur de la Estación del Ebano, sale el chapopote por las grietas de las rocas basálticas; y en las cercanías de esta colina hay varias chapopoteras, algunas de las cuales han formado escurri- mientos superficiales algo extensos. Al Este del Ebano, y á dos kilómetros al Norte de la Estación Chijol, existen otras chapopoteras semejantes á las anteriores; y una depresión DE MEXICO. 41 del terreno en la cual se reune el chapopote que sale por varios manantia- les. Esta pequeña laguna produce al vaciarla cuatrocientas ochenta tone- ladas de chapopote, pero tarda sobre seis años, según informes, para vol- verse á llenar. Al Norte de Chijol por el rancho de Jopoy, en terrenos de Tancasnequi, y en las cercanías del río Tamesí, hay pequeñas chapopoteras. A1S.E. de Chijol y en las márgenes del rio Pánuco se encuentran los lugares llamados Tampalache y el Alamo. Estos lugares muy cercanos en: tre sí, pertenecen á la Municipalidad de Pánuco, del Cantón de Ozulua- ma, en el Estado de Veracruz, y existen en ellos pequeñas chapopoteras. Como se ve, en la faja de terreno casi plano comprendida entre los ríos Tamesí y Pánuco existen muchas chapopoteras, principalmente en los al- rededores del Ebano, y también en las cercanías de Chijol, Jopoy y Tam- palache. El chapopote que brota por las grietas del terreno en esta región es viscoso, sulfurado, y escaso de aceites ligeros; y el que se encuentra al- rededor de las chapopoteras está evaporado, oxidado y en parte endurecido. PERFORACIONES. Sólo existen en esta región las perforaciones hechas por la “Mexican Petroleum Co.”” en los alrededores del Ebano. En Marzo de 1902, época de mi visita á esta región, sólo existían cuatro pozos, muy cercanos entre sí, y abiertos á un kilómetro de distancia al Sur de la Estación del Ebano. Según informes, estos pozos tenían las siguien- tes profundidades: 300 metros el número uno y el número cuatro; 500 me- tros el número tres, de los cuales estaban entubados 270; y 908 metros el número dos, de los cuales estaban entubados 283. En aquella época se con- tinuaba la perforación de los pozos dos y tres. Los pozos anteriores cortaron á las pizarras arcillosas neogénicas y Ca: pas delgadas de arenisca intercaladas en las pizarras. Mas abajo, las piza- rras tienen intercaladas capas de caliza de espesores diferentes, grises ó ama- rillentas, y á veces muy duras. En estos pozos se encontró chapopote muy viscoso á los veinte y á los ciento treinta metros de profundidad. Para hacer la perforación de los pozos anteriores fué preciso verter agua en ellos, pues hasta los 908 metros, profundidad del pozo número dos, no se había cortado ningún receptáculo acuífero subterráneo. En cambio, á distintas profundidades se obtuvieron desprendimientos notables de ga- ses combustibles. El chapopote alcanzado por estos pozos es muy viscoso, muy denso (1.0122), de base asfáltica, y sumamente escaso en aceites ligeros Ó ¡lumi- nantes. Para extraer este chapopote de los pozos se quiso hacer uso de las bombas especiales para este objeto; pero no dió resultado comercial este procedimiento, ni aun inyectando vapor de agua en los pozos, con objeto N? 26 —6 42 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS de hacer algo fluido al chapopote alcanzado por las referidas perforaciones. En el pozo número cuatro el chapopote subía hasta una altura de 105 metros sobre el fondo de la perforación; y según me informaron, vaciando completamente el pozo tardaba veinticuatro horas en volverse á llenar. La producción diaria de este pozo sólo era de diecisiete barriles de 159 litros; y como ni éste, ni los otros tres pozos eran brotantes, y con las bombas no se aumentaba notablemente la producción, en el informe relativo que en- tonces rendí indicaba yo que la producción de los referidos cuatro pozos debía ser pequeña. (Pág. 7 de ese informe.) Los pozos anteriores están situados cerca de las chapopoteras; y el cha- popote encontrado en estos pozos, entre los 20 y 1380 metros de profundi- dad, es de composición y propiedades casi iguales al que se encuentra en la superficie del terreno en los alrededores de las chapopoteras. En la extensa zona del Ebano, en 1902, sólo existían como he dicho las cuatro perforaciones antes mencionadas; y por lo tanto, en el informe rela- tivo decía yo que: la exploración no había proporcionado todavía datos su- ficientes para juzgar acerca de la importancia industrial de esta región pe trolífera; y que era posible que en otros lugares, lejanos de donde estaban localizados los pozos anteriores, se encontraran chapopotes fluidos, menos densos, de mejor calidad, y en mayor cantidad que los encontrados allí has ta entonces. Después, abandonó la Compañía los pozos anteriores y comenzó á abrir otros, distantes dos y cinco kilómetros al Sur de los ya mencionados. En esta zona, y entre el cerro de la Pez y otra colina también basáltica, se abrieron trece pozos, la mayor parte de los cuales encontraron chapopote fluido. De todos estos pozos, el número diecisiete, con profundidad de 510 metros, fué el más notable por ser brotante (eusher). En este pozo brotan te durante los primeros días de su existencia, por Abril de 1904, el chapo- pote se elevaba á una altura de dieciocho metros sobre la superficie del te- rreno, y con tal fuerza que el chorro destrozaba tubos, codos, ete.; y no se le pudo captar sino después de varios intentos, y de varios días de estar brotando. Más tarde, el chapopote brotaba periódicamente (cada dos ho- ras brotaba durante cuarenta minutos hasta una hora), produciendo en 24 horas sobre 1,600 barriles aproximadamente. Después, la producción dis minuyó aún más. Este chapopote se ha usado como combustible líquido en las calderas de la Compañía, y en las locomotoras del Ferrccarril Central Mexicano, principalmente en la división de San Luis Potosí para Tampico. También se ha empleado en gran cantidad para la pavimentación en varias ciudades del país. Según las indicaciones proporcionadas por los pozos auteriores, parece fundado decir que: son poco gruesas las capas de arena ó de arenisca que se encuentran intercaladas entre las pizarras arcillosas y margas de esta región; y además, la forma de estas capas más ó menos permeables es en lentes aplastadas. En efecto, pozos muy cercanos entre sí, no han cortado DE MEXICO 43 á las mismas capas de arenisca ó las han cortado con espesores distintos, lo cual indica la forma en lentes de estas capas. Por lo tanto, la forma de los receptáculos petrolíferos subterráneos en esta región parece ser en len- tes generalmente pequeñas, muy diseminadas en una gran extensión su- perficial de terreno, y muy diseminadas también á la profundidad. Como prueba de lo anterior puedo decir que: pozos muy cercanos entre sí no han cortado al mismo receptáculo petrolífero subterráneo; y en muchos de es- tos pozos el uso de la bomba no aumentó notablemente la producción de chapopote, lo cual indica la forma en lentes de los receptáculos petrolífe- ros subterráneos en esa región. * Por las razones que indicaré más adelante, en el Capítulo relativo á dis- tribución probable del petróleo en el subsuelo, creo que el chapopote en las regiones descritas en este estudio, emigra de la profundidad hacia la superficie del terreno por grietas, á veces capilares, y asciende por ellas impulsado principalmente por la presión de la roca y la de los gases que lo acompañan. Estas grietas al pasar por rocas más ó menos porosas permiten que el chapopote, en su circulación ascendente, llene á los espacios vacíos contenidos en esas rocas porosas, y que se formen allí receptáculos petro- líferos subterráneos de origen secundario. Como las rocas porosas en la re- gión del Ebano son las capas de arena suelta, y en partes las capas de are- nisca; y como estas capas parecen tener en esa región la forma de lentes aplastadas y aisladas, los referidos receptáculos secundarios tendrán esta misma forma, y estarán diseminados en una gran extensión superficial de terreno. Las partes intrusivas de los basaltos constituyen en el subsuelo una es- pecie de barreras impermeables, que impiden se verifique junto á ellas la circulación lateral del chapopote; y en cambio, permiten el ascenso de este compuesto por la zona de contacto entre las rocas sedimentarias cortadas, y las partes intrusivas de los basaltos. Esta zona de contacto es relativa- mente permeable por estar fracturada, y por encontrarse en ella la super- ficie de separación de rocas de origen diverso, de edad distinta y de condi- ciones físicas completamente diferentes. Las grietas por las cuales emigra el chapopote hacia la superficie del terreno, al llegará las zonas de contac- to antes mencionadas, permiten que el chapopote forme en esas zonas de- pósitos secundarios, al llenar los espacios vacíos comprendidos en ellas. Teniendo en cuenta lo anterior creo que no pueden alcanzar un éxito comercial igual, ni semejante, todos los pozos que se abran en la región petrolífera que he llamado del Ebano, pues no todos cortarán depósitos se- cundarios, ó sean, lentes petrolíferas de las que se hallan muy diseminadas en el subsuelo de la región, sino que algunos cortarán solamente grietas por donde el chapopote emigra hacia el exterior, y otros no cortarán ni á es- 1 Myron L. Fuller. The Gaines Oil Field of Northern Pennsylvania. 22d Ann. Rep. U. S. Geol. Surv, 1900-1901. Part III, pág. 604. 44 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS tas grietas. Por otra parte, las referidas grietas pueden ser capilares ó su- percapilares, y el chapopote circulará por ellas venciendo resistencias dis- tintas, y con velocidades diferentes. Por lo tanto, los pozos que cortan á grietas distintas producirán también muy distintas cantidades de chapo- pote. Además, como el chapopote fluido puede circular con mayor facili- dad que el viscoso por las grietas, poros é intersticios de las rocas, los po- zO8 que corten grietas ó lentes con chapopote fluido producirán mucha mayor cantidad de este compuesto, que los pozos que corten lentes ó grie- tas con chapopote más ó menos viscoso. Por las razones antes expuestas, y por las que indicaré más adelante en otro Capítulo, creo que los pozos ubicados en las zonas de contacto entre las rocas sedimentarias cortadas y las partes intrusivas de los basaltos de esa región, son los que tienen mayores probabilidades de cortar grietas por las cuales circule chapopote, y aun de alcanzar alguna lente petrolífera subterránea, si existen chapopoteras en esas zonas; pero no tendrán todos estos pozos la misma producción, ni alcanzarán todos el mismo éxito comer- cial. Para concluir esta parte de mi estudio diré que: el dato exacto relativo á la producción actual de chapopote fluido en la región del Ebano no lo puedo indicar, porque son muy distintos los datos que poseo relativos á esta producción. Por lo tanto, me limitaré á decir: que en 1902 la produc- ción era casi nula; y que desde 1904 hasta ahora, la región del Ebano es la que ha producido en total mayor cantidad de chapopote en México, aunque su producción diaria no haya sido muy notable, con excepción de los pri- meros días que estuvo brotando el pozo número 17, situado en las cercanías del cerro de la Pez. RESUMEN Resumiendo los datos anteriores relativos á la región petrolífera del Ebano, se puede decir lo siguiente: La que he llamado zona petrolífera del Ebano se extiende: de la base de las sierras de Tanchipa y Chapacao para el Este hasta Tamós, en las cercanías de Tampico; y está limitada al Norte por el río Tamesí, y al Sur por el río Pánuco. Esta región petrolífera está constituída por pizarras arcillosas y mar- gas, con areniscas intercaladas, pertenecientes todas al Neógeno probable-' mente. El Neógeno marino del Ebano está cubierto en la mayor parte de esa planicie, hasta Tamós, por formaciones cuaternarias y recientes; y se apo- ya en estratificación discordante sobre las calizas y pizarras calizas, meso- cretácicas y neocretácicas, de la sierra Tanchipa ó Boca del Abra. Las pizarrras arcillosas amarillentas, neogénicas probablemente, están ligeramente plegadas, formando anticlinales y sinclinales sumamente abier- DE MEXICO. 45 tos y muy poco levantados. Estas capas así onduladas tienen su pendiente general muy suave, 8 410”, hacia el Sur—Este. Las pizarras anteriores están cortadas por basaltos en parte intrusivos. En los alrededores del Ebano, y en las cercanías de Chijol, Jopoy y Tampalache existen chapopoteras por lo general pequeñas y con muy cor- ta producción de chapopote. En las cercanías del Ebano y del cerro de la Pez se han hecho perfora- ciones en número de 17, una de las cuales alcanzó cerca de mil metros de profundidad. Varias de estas perforaciones han producido chapopote flui- do, sobre todo el pozo 17 que fué brotante. Los receptáculos petrolíferos subterráneos en esta región parecen tener la forma de lentes irregulares, generalmente pequeñas, y que se encuen- tran diseminadas en una gran extensión de terreno. El chapopote de esta región, aun el producido por el pozo brotante (gusher), es de los más densos encontrados hasta ahora en las regiones pe- trolíferas de México, descritas en este estudio. Ese chapopote es muy esca- so en aceites ligeros, es negro, de base asfáltica, y aprovechable como com- bustible líquido. Aunque no son de igual valor comercial esta región y las petrolíferas de Texas, la región del Ebano es hasta ahora la que en México ha produ- cido en total mayor cantidad de chapopote, no obstante que su producción diaria no ha sido muy notable. con excepción de los primeros días que es- tuvo brotando el referido compuesto por el pozo número 17, situado en las cercanías del cerro de la Pez. E y IMAINIDO UIC SITUACIÓN La región petrolífera que designo con el nombre de Tantoyuca, es la que se extiende del río Pánuco para el Sur hasta la sierra de Otontepec ó de Tantima. Esta sierra separa á la región petrolífera de Tantoyuca de la de Tuxpan, situada más al Sur. La zona anterior comprende á los Cantones de Ozuluama y Tantoyuca del Estado de Veracruz, Cantones en los que hasta ahora no existe ningún ferrocarril que los atraviese; pero se puede estudiar con facilidad esta re- gión, embarcándose en Tampico por el río Pánuco hasta este último lugar, y después caminando á caballo conforme al siguiente itinerario. De Pánu- co, por Miradores, rancho de Santa Ana, perteneciente á la hacienda Paijá, el Pueblito, hacienda del Higo y Badeas, siguiendo siempre la margen de- recha del río Pánuco y después la del llamado Tempoal, hasta la población de este último nombre. De Tempoal, al S.E., y por los ranehos Motzoron- go y San Luis hasta el llamado Cantarranas, en donde se encuentra la lo- ma Tambacán en terrenos de Tamelul. De Motzorongo por el rancho del Cristo para Platón Sánchez, y los lugares llamados: el Aguacate, los Vena- dos, San Juan y Tancanzahuela. De Motzorongo, dejando á la izquierda la loma del Carmen, y por la Hacienda y Paso real de la Laja, se llega á Tantoyuca. Por último, al Sur de esta población está el lugar llamado la Condesa, en donde también existen manifestaciones superficiales del petró- leo del subsuelo. ToPoGqRAFÍA Las faldas de la elevada sierra de Otontepec descienden al Poniente pa- ra Tantoyuca, y por el Norte hacia Ozuluama, hasta perderse en el lome:- río que se extiende de estos lugares para el río Pánuco. Del Sur para el Norte descienden de la sierra de Otontepec, el arroyo Escribanillo y los ríos Chila y Tamozus. Estos dos últimos se reunen, y más abajo el río se llama Comales. A éste se une el arroyo Escribanillo, y des- pués el río toma el nombre de Chicayán. 48 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Al Poniente del río Chila, y descendiendo también de Sur á Norte. se encuentra el río Calabozo. Este río nace en la sierrita de Chicontepec, reci- be como afluentes varios arroyos que descienden de las sierras de Huautla, Huejutla y Orizatlán, del Estado de Hidalgo; y pasa por Tempoal, desde donde el río toma este último nombre. Más abajo y hacia el Norte, se reu- ne el anterior con el río Moctezuma, que baja del Estado de San Luis Po- tosí, río que á su vez se reune al Pánuco al Oriente de Tamuín, y al Sur—Po- niente del Ebano. Entre los ríos Chila y Calabozo se levanta un lomerío que llega á alcan- zar 217 metros de altura sobre el nivel del mar; y á esta altura, y en ese lomerío, se encuentra la villa de Tantoyuca, cabecera del Cantón del mis- mo nombre. De Tantoyuca desciende el terreno por todos lados. Por el Norte hacia Mata del Tigre y la Cebadilla; al Norte-Oriente para Pecero; al Este para el río Chila; al Sur y Poniente para el río Calabozo, y al Norte-Poniente para Tempoal. El lomerío anterior por el Oriente, y el de Chiconamel y Sacatianguis por el Oeste, limitan al valle que de Sur á Norte desciende de la Puerta pa- ra Tempoal. Entre los ríos Tempoal y Chicayán, así como entre este último y Ozu- luama, hasta la laguna de Tamiahua, se extiende un lomerío, que al Nor- te termina en el río Pánuco, y al Este en la laguna antes mencionada. En los Cantones de Tantoyuca y Ozuluama el descenso general del te- rreno es del Sur hacia el Norte, es decir, de las sierras Otontepec y de Chi- contepec para el río Pánuco. En este descenso el terreno está cortado por los ríos que mencioné antes, y entre estos últimos se encuentran, ó los con- trafuertes de las sierras mencionadas, ó el lomerío que se levanta al Sur del ríc Pánuco. (Véase Lám. ID). GEOLOGÍA Las rocas que afloran en esta región son sedimentarias en su mayor par- te: terciarias, neogénicas, generalmente cubiertas por formaciones cuater- narias, al Norte, al Este y al centro; neocretácicas al S.W.; y eruptivas basálticas al Sur—-Oriente de la región. Las capas cuaternarias están constituídas por arcilla, arena y grava; así como, por aluviones de río que se extienden del Pánuco para el Sur y para el Este. Las capas anteriores son prácticamente horizontales, y se hallan en estratificación discordante con los estratos terciarios á los cuales cu- bren en gran extensión. El terciario está formado por capas de marga, de color gris ó gris azu- lado, plásticas ó duras, á veces apizarradas, que han sido cortadas por ero: sión y afloran en los cortes naturales del terreno, principalmente en el río DE MEXICO. 49 Tempoal por el rancho del Cristo. Intercaladas en las margas anteriores hay capas de arena suelta, y á veces areniscas arcillosas ó calcáreas. Las margas anteriores están por lo general poco consolidadas, y son fo- silíferas en las cercanías del Cristo. Por los fósiles que contienen las he considerado pertenecientes al Neógeno, de la división que llamo Tuxpan. Las capas veogénicas mencionadas se apoyan sobre calizas y areniscas, las cuales tienen rumbo variable desde 20? N. W. hasta 30% Norte-Orien- te, estratos que forman pliegues suaves, con muy pequeña pendiente gene- ral hacia el Sur-Este. Estas calizas y areniscas probablemente neocretáci- cas, afloran al Sur y Sur—Poniente de Tantoyuca, y están cubiertas por las margas grises ya mencionadas. Las capas cuaternarias cubren en gran extensión, como he dicho, á las terciarias de esa localidad; pero el grueso de las primeras es pequeño, pues tanto en los cortes naturales, principalmente en los ríos Pánuco y Tempoal, como en las perforaciones que se han hecho en esa región, aparecen las ca- pas terciarias á poca profundidad. Las capas sedimentarias anteriores están cortadas y en parte cubiertas por las rocas balsáticas que constituyen á la sierra de Otontepec, sierra tam- bién conocida con los nombres de San Juan ó Tantima. Allí se encuentran basaltos negros cubiertos en partes por tobas basálticas amarillentas. Estas rocas basálticas se extienden de San Juan por el N.E. para Tantima y Ama- tlán, y de San Juan por el S.W. para el Humo. Más al Norte de esta región afloran los basaltos, como dije antes al men- cionar los cerros llamados Tortuga, Corcovado, Topila y Maguaves; y más al Sur de esta región, como se verá adelante, afloran también los basaltos en los cerros llamados Chapopote, Santa Teresa, Los Horcones, etc. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO Con excepción de la región cercana del cerro de la Pez, en el Ebano, son insignificantes las manifestaciones petrolíferas en los Cantones de Ozu- luama y Tantoyuca; pues los manantiales de chapopote, 62.14 pS. IN dE pactosocJdcosndcnonDbndaaeba 0.36 pS CAL os 31.63 pS Coke ra AZ TAE A E A 0.37 pS 5 37.86 ps A (CELA pavosanoon dan dongujodododO 5.86 pS Tanto en el Cristo como en las cercanías de Tempoal, en el Aguacate, en San Juan, en Venados, en Huisache cerca de Corosal, y en todos los lu- gares donde aparece la grahamita en esa región, que es conocida con el nombre de Huasteca Veracruzana, se encuentra esta substancia rellenando grietas que son angostas é irregulares. Por lo tanto, considerados indus- trialmente estos depósitos de grahamita de las regiones mencionadas, pue- de decirse que no tienen valor comercial. En la Huasteca Véracruzana se ha confundido á la grahamita con el carbón bituminoso de la mejor calidad; y por esto se ha llamado región cat- bonosa á la que se extiende de Huejutla, por Platón Sánchez, para 'Tan- toyuca. Pero esto no es exacto, pues tanto la manera de yacimiento en grie- tas y no en mantos, como la composición y propiedades de ese hidrocarburo, que se funde y se hace viscoso al calentarlo, son pruebas evidentes de que no se trata de un carbón, sino de una grahamita, la cual es de origen muy dis- tinto del que tiene el carbón. En efecto, la grahamita es el resultado de la oxidación ó sulfuración del chapopote, compuesto que al enriquecerse en oxígeno ó en azufre y al perder hidrógeno, pasa de fluido á viscoso; y des- pués, si la oxidación ó la sulfuración continúan, se endurece hasta llegar á convertirse en una grahamita ó en chapopote duro. La composición de es- tos chapopotes duros varía con el grado de oxidación alcanzado; y á esto es debido que se les haya designado con distintos nombres, como son los de grahamita y albertita, nombres que no designan especies minerales, sino 1 Minero Mexicano, Tomo VIII. 1882, Págs. 18 y 19. DE MEXICO. 51 únicamente distintos grados de oxidación de los hidrocarburos que consti- tuyen á los chapopotes fluidos. El chapopote puede oxidarse ó sulfurarse en las grietas, ó conductos en general, por donde emigra de la profundidad hasta la superficie del terre- no, y también en esta superficie. En el primer caso, al endurecerse el cha- popote por oxidación ó sulfuración lenta, rellena las grietas por las cuales se verifica su circulación subterránea, y forma vetillas de grahamita; en el segundo caso, el chapopote oxidado y endurecido se encuentra en forma de lentes, situadas á veces debajo de los aluviones. No solamente en la Huasteca Veracruzana se encuentra la grahamita, sino que, como se verá más adelante, la hay también en las cercanías del Espinal, en el Cantón de Papantla, y también en el de Misantla en el río Quilate; pero todos estos yacimientos no tienen valor comercial, como lo han comprobado las exploraciones que de ellos se han hecho, tanto por la mina el Cristo en Tantoyuca, como por las minas del Espinal en Papantla. PERFORACIONES La única perforación que conocí en esta zona, en 1902, fué la llamada Ojo de Brea. Esta perforación se halla al pie de la loma Tambacán en te- rrenos de Tamelul; tiene según informes 300 metros de profundidad, su sección circular es de 14 centímetros de diámetro; y cuando la visité no pro- ducía ninguna clase de chapopote, ni se podía ver si existe éste á la pro- fundidad alcanzada por la perforación, por estar este pozo completamente azolvado. Posteriormente á mi visita no se ha abierto ninguna nueva perforación en esta región, y por lo tanto, puede decirse que hasta hoy la zona de Tan- toyuca no ha producido chapopote en cantidad comercial. La zona petrolífera que de San Luis Potosí por Coscatlán, y de Tamau- lipas por Tancasnequi, entra á Veracruz por los Cantones de Tantoyuca y Ozuluama, está limitada al Sur—Este por la sierra basáltica de Otontepec ó de Tantima, sierra que separa á esta zona de la muy interesante región pe- trolífera de Tuxpan que está situada más al Sur. La región petrolífera de Tantoyuca que, como he dicho, es la prolonga- ción al Sur y Sur—Este de las regiones de Tancasnequi y del Ebano, es com- parable con estas últimas regiones en lo que se refiere á la distribución del chapopote en el subsuelo. En efecto, parece que en todas estas regiones, el chapopote se encuentra en el subsueloformando depósitos lenticulares ais- lados, y diseminados en una gran extensión de terreno. Estos depósitos pa- recen ser más abundantes en la región del Ebano que en las de Tancasne- qui y en la parte Norte de Tantoyuca; pues en la primera de las mencionadas son mucho más abundantes que en las otras dos las manifestaciones superfi- ciales del chapopote del subsuelo. En vista de lo anterior, me parecen de mu- 52 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS cha menor importancia industrial las regiones petrolíferas de Tancasnequi y la parte Norte de Tantoyuca, que la del Ebano en su parte occidental. Sin embargo, para emitir una opinión mejor fundada acerca del valor co- mercial de las dos primeras regiones que acabo de mencionar, es preciso hacer algunas perforaciones exploradoras que proporcionen datos exactos relativos, ála distribución del chapopote en el subsuelo de esas regiones, y á la cantidad y calidad de este hidrocarburo más ó menos oxidado y sul- furado. RESUMEN Resumiendo los datos relativos á la región petrolífera de Tantoyuca, se puede decir lo siguiente. La región petrolífera de Tantoyuca está limitada al Norte por el río Pá- nuco; al Poniente por la sierra de Zacatianguis; al Sur y Sur-Este, por las sierras de Chicontepec y de Otontepec; y al Este, por el Golfo de Mé: xico. Esta zona es la continuación al Sur y al Sur-Este de las regiones petrolíferas de Tancasnequi y del Ebano, la primera perteneciente al Es- tado de Tamaulipas y la segunda en parte al Estado de San Luis Potosí. Las rocas que afloran en esta región son sedimentarias en su mayor par- te: terciarias neogénicas, generalmente cubiertas por formaciones cuater- narias, al Norte, al Este y al centro; neocretácicas al Sur-Poniente; y erup- tivas basálticas al Sur-Oriente de la región. Las manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo son escasas y no tienen importancia industrial. Sólo existe una perforación profunda al pie de la loma de Tambacán en terrenos de Tamelul, perforación que está completamente azolvada. Esta región no está explorada y aunque parece que es de menor impor- tancia comercial en su parte Norte que la parte Poniente de la región del Ebano, es preciso hacer algunas perforaciones exploradoras para poder emitir una opinión bien fundada acerca de su verdadero valor comercial, considerada como zona petrolífera. INGEA SITUACIÓN El Cantón de Tuxpan del Estado de Veracruz, es una región petrolífera sumamente interesante, sobre todo en su parte Norte; ó sea, la comprendi- da entre el río Tuxpan, y los linderos del Cantón de este nombre con los de Tantoyuca y Ozuluama del Estado de Veracruz. Hasta ahora no existe ningún ferrocarril que pase por el Cantón de Tux- pan; pero se puede llegar con comodidad á esta región petrolífera: embar- cándose en Veracruz ó Tampico para Tuxpan, y de este puerto hacia el Norte caminando á caballo;.ó bien, embarcándose en Tampico, y por la La- guna de Tamiahua, se llega en doce horas hasta la región que paso á es- tudiar. Para conocer esta región petrolífera el mejor itinerario es el siguiente. De Tuxpan, por el camino de Tamiahua, el rancho Tecomate y el Paso de los Martínez se llega á la Laguna Tampamachoco, en donde se encuen- tran las manifestaciones petrolíferas más cercanas al mar en esta región. De Tuxpan, por Boca del Monte, el Ojito, y Jacubal para el rancho el Tumbadero. De este lugar, por el rancho de La Laja y el Molino, á la ha- cienda el Chapopote, en donde se hallan el cerro y arroyo de este mismo nombre. De la hacienda el Chapopote, por Laguna Seca á Cerro Viejo. En este lugar está el cerro Chapopotal, muy cerca del rancho llamado Santa Teresa. De Cerro Viejo, por la hacienda Palma Real, y dejando al S. E. el pueblo de Temapache, se llega al rancho Cuitlahuloco. De este lugar, siguiendo para el Paso de Gil se encuentra la notable chapopotera de Tie- rras Amarillas. De aquí, por terrenos de la hacienda Solís y los ranchos Zapotal, Milquiahualos y Santa Cruz se llega á la hacienda Juan Felipe. De Juan Felipe, por Cerro Azul, Cerritos y el Paso de las Rusias, el cami- no sigue para el rancho Piedra Labrada; y de aquí por el cerro el Chapo- pote continúa hasta Tepetzintla. Toda esta región, que comprende la parte Norte del Cantón de Tuxpan es petrolífera, y de espectativa industrial. 54 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS ToPoGRAFÍA Al Norte-Poniente del Cantón de Tuxpan se levanta la sierra de Oton- tepec, la cual con rumbo medio 45% N. E. se prolonga del cerro San Juan para Tantima. Esta sierra divide á las aguas que por el Norte-Poniente descienden por los ríos Chila, Comales y Chicayán para el Pánuco; de las que por el Sur—Este bajan por el río Buenavista para el de Tuxpan. (Véa- se Lám. IT.) La sierra anterior separa la región petrolífera que se extiende al Ponien- te y Norte, por Tantoyuca y Tempoal para Pánuco, de la región de Tux: pan que se prolonga al Este y al Sur de la referida sierra: por San Sebastián y Rancho Nuevo para la laguna Tampamachoco; y por Tepetzintla, Tema- pache y hacienda Chapopote, para el rancho el Tumbadero y Tuxpan. De la sierra de Otontepec se desprenden hacia el Este varios contrafuer- tes, entre los cuales mencionaré los siguientes. De San Pedro por Tama- limillo se extiende un contrafuerte con rumbo casi Oriente-Poniente, y se dirige para San Francisco y Cerro Azul. Hacia el Norte de este contrafuer- te las aguas descienden por los ríos Tancoco y Tancochín; y por la parte Sur del mismo contrafuerte las aguas bajan por el río Gil. Al Sur del contrafuerte anterior se encuentra otro, que con rumbo Sur— Este se prolonga de Tepetzintla para Cerro Gallo. Entre este contrafuerte, que llamaré de Tepetzintla, y el anterior que distinguiré con el nombre de contrafuerte Cerro Azul, se encuentra el río de Buenavista. Entre este río y el de Gil, y cerca de Temapache, se levanta la sierrita de este último nombre, sierrita que hacia el Sur desciende para Jacubal. Esta sierrita se extiende del Zapotal y Cuitlahuloco para Temapache. En las faldas Sur del contrafuerte Cerro Azul se encuentran los siguien- tes lugares, de los cuales me ocuparé más adelante: Piedra Labrada, Juan Felipe, El Zapotal, Solís y Tierras Amarillas. En la falda oriental del con- trafuerte Tepetzintla, y al Sur—Este de ese lugar, se encuentran Los Hor- cones, Santa Teresa y Cerro Viejo. Los contrafuertes anteriores descienden hacia el Este para el Golfo, y hacia el Sur para el río Tuxpan. De la sierrita de Temapache para la laguna de Tamiahua se extiende una planicie, de San Sebastián y Rancho Nuevo por Tangúijo, para la ha- cienda de la Asunción y la población de Tuxpan; planicie que está limita- da al Este por las lagunas de Tamiahua y Tampamachoco. Al Sur del río de Tuxpan se encuentra un lomerío que desciende hacia el Norte para el río Tuxpan, y al Sur para el río Cazones, que es el lin- dero entre los Cantones de Tuxpan y Papantla. : La parte Norte del lomerío anterior está surcada por varios ríos y arro- yos, que descienden para el río Tuxpan con rumbo medio 45” N. E. Entre estos ríos mencionaré: el Vinasco, el Pantepec, el Castillo y el Tecoxtema; y entre los arroyos citaré á los llamados: Mequitla, Cañas y Zapotal. La DE MEXICO 515) parte Sur del mismo lomerío está surcada por los ríos Acuatempam y Toto- lapa, los cuales con rumbo medio Este-Oeste descienden para el río Ca- ZONES. En el lomerío antes mencionado se encuentran entre otros los siguien- tes lugares: Rancho Nuevo y Tihuatlán. Los lugares más elevados en el Cantón de Tuxpan se hallan en la sierra de Otontepec, la cual levanta su cima hasta mil metros arriba del nivel del mar. La forma de esta sierra es bastante accidentada debido á condiciones genéticas, pues toda ella está constituída por rocas basálticas, como se ve- rá más adelante. Toda esta región, aunque cálida es bastante sana; y con excepción de al- gunos terrenos situados en la planicie que se extiende de la sierrita de Temapache para las lagunas de Tamiahua y Tampamachoco, no hay terre- nos pantanosos en esta región. En cambio, algunos lugares de la planicie antes indicada se inundan en tiempo de lluvias, y permanecen húmedos casi todo el año, sobre todo en las cercanías de la laguna de Tampama: choco. (GEOLOGÍA DE LA REGIÓN En la región petrolífera de Tuxpan el Neógeno está constituído por margas apizarradas, y capas de arena ó de arenisca intercaladas en las mar- gas. Debajo hay calizas amarillentas fosilíferas, que afloran en varios luga- res, y en las cuales se encuentran Equinodermos del género Clypeaster, sobre todo en una pequeña loma situada al Norte de Tuxpan, muy cerca de este lugar, y de donde se saca la piedra para construcciones y pavimentos. Las rocas anteriores están cubiertas en muchas partes por arcillas amarillentas no apizarradas. Las margas son de color gris azulado, y tanto ellas como las areniscas tienen rumbo medio de 30 N.W. con echado al N.E. hasta de 35%. En Cuitlahuloco el rumbo de las capas es de 45 N. W. con echado al N.E.; en- tre Tierras Amarillas y el Alto de Agua Nacida el rumbo de las capas es Oriente-Poniente, con 35” de echado al Sur; y las mismas capas son casi horizontales en el río Buenavista, cerca del rancho llamado El Molino. El Neógeno antes mencionado, y que comprende la parte superior del Mioceno y la inferior del Plioceno, se extiende de la sierra Otontepec ó de Tantima: para el Este, hasta perderse bajo el Cuaternario y formaciones recientes de la playa; y por el Sur, se prolonga para el río Tuxpan y de allí para el de Cazones, constituyendo todo el lomerío que se halla entre estos dos ríos. En muchos lugares de esta región está cubierto el Neógeno, como dije antes, por arcilla amarillenta; pero en otras partes afloran las calizas y mar- gas, rocas que son fosilíferas en esta región. Desde la sierrita de Temapache para la laguna de Tamiahua aflora en 56 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS varios lugares el Neógeno; pero generalmente está cubierto en esa zona por arcillas, y por las formaciones recientes de la playa. En muchos lugares el Neógeno anterior está cortado por basaltos que en forma de conos se encuentran repartidos en esta región. La sierra de Oton- tepec ó de Tantima, de San Juan para el N.E. por Tantima y Amatlán, y de San Juan para el S. W. por el Humo, toda está constituída por basaltos negros, cubiertos en partes por tobas basálticas amarillentas. El cerro lla- mado Chapopote, situado á cuatro kilómetros al N.E. de Tepetzintla, está constituído también por basaltos. Los mismos basaltos afloran en las cer- canías de Santa Teresa, Los Horcones y Cerro Viejo, así como en otros va- rios lugares de esa región, sobre todo en las cercanías de las chapopoteras. En esta región, lo mismo que en las de San José de las Rusias y el Eba- no, los basaltos en su parte intrusiva han formado especies de barreras sub- terráneas impermeables, las cuales dificultan el movimiento lateral y faci- litan la circulación ascendente del chapopote. Por lo tanto, y por las razones que indiqué ya en otro Capítulo, las zonas de contacto entre los basaltos y las rocas sedimentarias de esas regiones, son permeables, y facilitan la emigración del chapopote de la profundidad hacia la superficie del terre- no. Esto explica por qué en el afloramiento de estas zonas de contacto es en donde se encuentran principalmente las chapopoteras. Es tan constante en estas regiones la asociación de las chapopoteras con la parte intrusiva de los basaltos, como es en el Istmo de Tehuantepec la asociación de las mismas chapopoteras con los arrecifes calizos pretercia- rios de que hablaré más adelante. El estudio de estas asociaciones es muy interesante; pues así como han dado resultados industriales la mayor parte de las perforaciones hechas en las cercanías de las zonas de contacto, entre las rocas sedimentarias y las basálticas intrusivas, cuando en estas zonas hay chapopoteras; las perforaciones han sido un fracaso comercial cuando se han abierto en las zonas de contacto en donde no existen chapopoteras, Ó que son éstas completamente insignificantes. Un ejemplo de este último caso son las perforaciones de Sabaneta, de las cuales me ocuparé en el si- guiente Capítulo. En las cercanías de los contactos antes mencionados las rocas sedimen- tarias se hallan metamorfoseadas, las margas se encuentran apizarradas y bastante endurecidas. ESTRUCTURA GENERAL La estructura general del Neógeno de esta región es monoclinal. Las margas apizarradas y las areniscas forman suaves ondulaciones, pliegues muy abiertos y poco levantados, con rumbo medio 30% N.W. y con echado al Norte-Oriente; pero la inclinación general de estas capas, así ligeramen- te onduladas, es hacia el N.E. La misma estructura monoclinal se observa al Sur de Tuxpan, en el ex- DE MEXICO 57 tenso lomerío comprendido entre los ríos de Tuxpan y de Cazones; y como se verá más adelante, esta estructura monoclinal es la que se observa en el Neógeno de casi todas las regiones petrolíferas estudiadas por mí en la cos- ta del Golfo de México. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO Las manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo en la región de Tuxpan se encuentran: tanto en el contrafuerte que he llamado Tepe- tzintla, como en el de Cerro Azul; y también en la planicie que se halla entre la sierrita de Temapache y las lagunas de Tamiahua y Tampamachoco. En efecto: hay chapopoteras desde el Norte de Tepetzintla, por Cerro Azul, Juan Felipe, Cerro Solís, Tierras Amarillas, Santa Teresa, Cerro Viejo y hacienda Chapopote, hasta los ranchos de Tumbadero y Jacubal; y en la planicie situada al Este de la sierrita de Temapache, se encuentran las cha- popoteras de Tangúijo, San Marcos, San Sebastián y las del lugar llamado Chapopotito de los Martínez, en la orilla de la laguna de Tampamachoco. En las faldas Sur y Poniente del cerro basáltico llamado Chapopote, á cuatro kilómetros al Norte-Oriente de Tepetzintla, y en terrenos del ran- cho Piedra Labrada, existen tres chapopoteras, por las cuales sale chapo- pote viscoso junto con agua en pequeña cantidad. Este hidrocarburo que brota por las grietas del basalto ha formado grandes escurrimientos en las faldas del mencionado cerro. lin la base del mismo cerro, hacia la margen izquierda del arroyo conocido en ese lugar con el nombre de Piedra Labra- da, existen otras chapopoteras por las que brota también el chapopote jun- to con agua. En Los Cerritos, cerca Gel Paso de las Rusias, existen otras dos chapo- poteras con chapopote viscoso. En Cerro Azul, que está situado al Este de Tepetzintla, y también al Este del rancho Piedra Labrada, muy cerca de la hacienda Juan Felipe, se encuentran unas de las chapopoteras más notables y más importantes de las que existen en las regionss petrolíferas que he estudiado. Estas chapopo- teras son en número de tres; las principales están al Poniente de Cerro Azul, se hallan en las margas cubiertas por arcilla, y por ellas está brotando constantemente chapopote fluido, el cual al escurrir por los barranquillos del cerro ha formado un depósito superficial de grandísima extensión. Es- te chapopote brota acompañado de agua conteniendo hidrógeno sulfurado disuelto; y acompaña también al chapopote gran cantidad de gases fácil- mente inflamables. En las faldas de Cerro Azul se ha depositado el chapo- pote en las depresiones del terreno, y forma pequeñas lagunas. Estas la- gunas llenas de chapopote fluido son muy peligrosas para el ganado, pues al caer en ellas se hunden los animales y allí se mueren. Para evitar este peligro se quema el chapopote contenido en las lagunas, el cual arde muy fácilmente; y una vez endurecido desaparece el riesgo, entretanto no se N?% 26 —8 58 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS llenan de nuevo con chapopote fluido las referidas depresiones del terreno. Al Sur-Oriente de Cerro Azul y muy cerca de él, se encuentran otras chapopoteras, también muy interesantes, que se conocen con el nombre de Juan Felipe, y son casi iguales á las de Cerro Azul; brota por ellas el cha- popote fluido, y han formado también notables escurrimientos. Estas cha- popoteras, y las de Cerro Azul y Tierras Amarillas, son las más importan- tes y las más productivas de toda la región petrolífera de Tuxpan. En la falda Poniente del cerro llamado Solís ó Pelón, que se encuentra al Sur-Este de Juan Felipe, existen muchas chapopoteras, en las que bro- ta por grietas de las margas chapopote viscoso, el cual ha formado escurri- mientos bastante extensos. En Tierras Amarillas, lugar muy cercano de Palma Real y del cerro Solís, y separado de éste solamente por el arroyo de Gil, existen varias chapopoteras por las que brota chapopote fluido, acompañado de gran can: tidad de gases combustibles. En este lugar se encuentra una depresión de diez metros de diámetro, muy profunda, y completamente llena de chapo- pote fluido, el cual baja por un arroyo cercano y ha formado un gran es- currimiento. En la falda Norte-Oriente del cerro llamado Chapopotal, en terrenos de la hacienda Cerro Viejo y muy cerca del rancho Santa Teresa, existen otras chapopoteras por las que escurre chapopote fluido, el cual ha llenado una pequeña depresión en la base del cerro mencionado. Al Sur de los manantiales anteriores, y al Norte y muy cerca de la ha- cienda Cerro Viejo, se encuentran tres chapopoteras con chapopote fluido. En la falda Norte-Poniente del cerro llamado Chapopotal, al Norte del arroyo y hacienda Chapopote, existen varios manantiales por los que bro- ta chapopote fluido en gran cantidad y acompañado de gases combustibles. Estos manantiales han formado un extenso escurrimiento con chapopote viscoso. Las chapopoteras anteriores se encuentran en las margas apizarra- das casi horizontales, que afloran en la margen izquierda del arroyo Bue- navista, cercano al rancho de La Laja. Al Norte-Poniente del rancho Tumbadero, y en el camino de La Laja para Loma Larga, existen muchas pequeñas chapopoteras en las margas y arcillas de Buenavista, y por las que casi ya no brota chapopote. El escu- rrimiento formado por estos manantiales es pequeño, y el chapopote es duro. Al Norte de Tuxpan, á la orilla de la laguna Tampamachoco, se en- cuentran los manantiales con chapopote duro conocidos con el nombre de Chapopotito de los Martínez. Entre las arenas y arcillas modernas que se encuentran en este lugar, brota por muchos puntos en tiempo de calor el chapopote viscoso. De estos manantiales llegué á contar treinta y seis, unos muy pequeños, otros más importantes, y que producen regular canti: dad de chapopote en la temporada de mucho calor. Cerca del rancho Jacubal, en Llano Grande, en San Marcos, en San DE MEXICO. 59 Sebastián, en Tangúijo, en San Gerónimo y en Palo Blanco, existen otros manantiales de chapopote de alguna importancia. Las principales chapopoteras de la interesante región petrolífera de Tuxpan, están situadas en una línea mixta.? La parte semicircular está de- finida por las chapopoteras llamadas: Cerro Chapopote, al Norte—Oriente de Tepetzintla; Cerritos; Cerro Azul; Juan Felipe; Cerro Solís ó Pelón; Tie- rras Amarillas y Cerro Chapopotal, en las cercanías del rancho Santa Te- resa. Después siguen en línea recta para el Sur, las chapopoteras de Cerro Viejo y hacienda Chapopote; y forman otra línea recta, dirigida hacia el Este, las chapopoteras de Tumbadero, Jacubal y Chapopotito de los Mar- tínez. PERFORACIONES. En la chapopotera que se encuentra en la base del cerro llamado Cha- popotal, cerca del rancho Santa Teresa, existe una perforación antigua; el tubo se levanta más de un metro sobre el nivel de la chapopotera; y por ese tubo brota chapopote fluido acompañado de gases. A veinte metros al Este de la perforación anterior, abrió otra la «Mexican Petroleum d Liquid Fuel Co. Ltd.» de Comalteco. Esta última perforación tenía en Abril de 1902, ciento cincuenta metros de profundidad, y había cortado arcillas, margas y chapopote fluido. Las margas cortadas son de color gris azulado. En la chapopotera situada en la falda Poniente del cerro llamado Cha- popotal; al Norte del arroyo y hacienda Chapopote, existe una perforación antigua, por la cual brota chapopote fluido. Cerca de la perforación ante- rior, la Compañía que acabo de mencionar comenzaba á abrir en Abril de 1902, otra perforación. Ultimamente se han abierto perforaciones en terrenos de Tumbadero y han encontrado chapopote fluido. RESUMEN. Resumiendo los datos anteriores relativos á la región petrolífera de Tuxpan, se puede decir lo siguiente. La zona petrolífera de Tuxpan se extiende: por el Norte, hasta Tepe- tzintla, Piedra Labrada y Cerro Azul, y más al Norte se une con la del Can- tón de Ozuluama por las cercanías del lugar llamado la Pitahaya: por el Sur, se prolonga para la hacienda Chapopote y los ranchos Tumbadero y Jacubal; por el Poniente llega á Cerro Viejo, Santa Teresa y los Horcones; y al Este está limitada por las lagunas de Tamiahua y Tampamachoco. La región petrolífera está constituída por calizas, areniscas y margas apizarradas de color gris azulado, cubiertas en muchas partes por arcillas 1 Véase Lám. II. 60 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS amarillentas y por formaciones recientes. Las areniscas, calizas amarillas y margas azuladas, pertenecen al Neógeno. Las areniscás y margas están cortadas en varios lugares por basaltos pleistocenos. El Neógeno de esta localidad tiene estructura monoclinal; y aunque las capas que lo constituyen están ligeramente onduladas, formando plie- gues muy abiertos y poco levantados, la inclinación general de las capas es de 30” hacia el Norte— Oriente. Las principales manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo se encuentran: tanto en el contrafuerte que he llamado Tepetzintla como en el de Cerro Azul, desprendidos los dos de la sierra Otontepec ó de Tan- tima; y se hallan también en la planicie que se extiende de la sierrita Te- mapache para las lagunas de Tamiahua y Tampamachoco. Solamente existen perforaciones poco profundas en los siguientes luga- res: dos en la chapopotera que se encuentra en Ja base del cerro llamado Chapopotal, cerca del rancho Santa Teresa; dos en la chapopotera situada en la falda Poniente del cerro Chapopotal, al Norte de la hacienda Chapo- pote; y dos en terrenos del rancho Tumbadero. Casi todas estas perfora- ciones están abandonadas. Son muchos y muy cercanos los manantiales de chapopote fluido que existen en esta región; y el chapopote brota acompañado de gases combus- tibles y de una pequeña cantidad de agua sulfurosa. En todos los lugares en donde se han abierto perforaciones se ha encontrado el chapopote fluido á poca profundidad. Son muy extensos los escurrimientos de chapopote cerca de las chapo- poteras; y son las de esta región las que producen mayor cantidad de cha- popote fluido en toda la costa del Golfo, desde Soto la Marina en el Norte, hasta Coatzacoalcos al Sur. Esta región está muy poco explorada; pero es probable que las perfora- ciones que se abran en las cercanías del cerro basáltico llamado Chapopote, al N.E.de Tepetzintla, conduzcan á un buen resultado comercial. Igualmente se obtendrá regular cantidad de chapopote fluido al abrir perforaciones en las cercanías de: Cerro Azul, Juan Felipe, Tierras Amarillas, Santa Teresa y Cerro Viejo. Por las razones que indicaré más adelante creo que los receptáculos pe: trolíferos subterráneos de esta región, así como los de las otras regiones estudiadas, tienen probablemente la forma de lentes irregulares, aplasta- das y de dimensiones relativamente pequeñas. Los hidrocarburos líquidos de esta región están más ó menos oxidados, son chapopotes como los de las otras regiones estudiadas; pero en la región de Tuxpan parecen encontrarse en mucha mayor cantidad relativa, que en cualquiera de las otras regiones del Golfo indicadas en este estudio. Las vías de comunicación son fáciles, el clima es sano, y es de desearse que pronto se comience la exploración sistemática y razonada de esta inte- resante región petrolífera de la costa del Golfo de México. EAN INIA SITUACIÓN La región petrolífera de Papantla se encuentra al Poniente y Sur-Po- niente de la villa de ese nombre, Cabecera del Cantón de Papantla del Es- tado de Veracruz. (Véase Lám. II). De la hacienda Palma Sola, situada al Poniente de Papantla y al Sur— Poniente de Coazintla, la región petrolífera se extiende hacia el Oeste y Sur por los siguientes lugares: Cubas,' El Brinco, Tulapilla, Jamaya, En- tabladero, Sabaneta, Ojite, Comalteco, Naranjo, Santa Domitila y el Es- pinal. Más al Sur se prolonga esta región petrolífera por Santa Emilia, San Pedro Miradores y Armadillos, lugares estos situados en la margen izquierda del río Tecuantepec, río que forma parte del lindero entre los Estados de Veracruz y Puebla. Toda esta zona petrolífera está comprendida: entre los 20%10' y 20%17' de latitud Norte; y entre 19%30' y 1%45' de longitud Este de México. La región anterior se encuentra al Norte de Teziutlán, Estación del Fe- rrocarril Oriental. De esa Estación, y á caballo, se llega en dos días al Espinal, pasando por los lugares llamados: La Garita, Cuauxocota y el Pa- so de las Palmas. Este es el itinerario más corto y más cómodo para ir á la región petrolífera de Papantla; porque de Tuxpan para la misma región se emplean tres días á caballo, pasando por el rancho de La Peña, el río Cazones, los ranchos Caristay y El Aguacate, las villas de Papantla y Coa- zintla, la hacienda Palma Sola y el rancho de Cubas. Además, de México á Teziutlán se llega por ferrocarril en una noche y medio día; y de México á Tuxpan se emplean tres días. Estando ya en el Espinal, se puede conocer lo más interesante de esta región petrolífera de la manera siguiente. Abajo del Espinal, y en la mar- gen izquierda del río del mismo nombre, se encuentran las minas llamadas Romero Rubio. Entre el Espinal y Sabaneta están los lugares conocidos con los nombres: Santa Domitila, Naranjo, Comalteco y Ojite. Por último, entre Sabaneta y Cubas se hallan los siguientes lugares: Entabladero, Ja- 1 Conocido ahora con el nombre de Furbero. S. 159) ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS maya, Tulapilla y el Brinco. En esta región se encuentra, como se verá adelante, una pequeña zona petrolífera de mucha importancia, y es la que se halla en los alrededores del cerro llamado La Mina de Cubas. Hasta ahora, como se ve, las vías de comunicación no son muy fáciles en esa zona petrolífera, y se dificulta por lo mismo sacar de ella el chapo- pote que produce.' El clima en toda esta región es cálido, y algo enfermizo. ToPoGRAFÍA La villa de Papantla se encuentra entre los ríos Cazones y Tecolutla, aunque á mucha distancia de los dos ríos. De las cercanías de Papantla el terreno desciende por todos lados: hacia el Norte baja por Arroyo Colora” do, Aguacate y Caristay para el río Cazones; hacia el Norte-Poniente des- ciende para Coazintla; por el Sur-Poniente, Sur y Sur—Oriente, baja para el río Tecolutla; y hacia el Norte-Oriente y el Este para el Golfo de Mé- xico. El lomerío comprendido entre los ríos Cazones y Tecolutla está surcado por muchos arroyos que descienden: unos, hacia el Norte-Poniente para el río de Cazones; otros, con rumbo al Sur—Este bajan para el río Tecolu- tla; y otros varios con rumbo al Norte-Oriente descienden para el Golfo de México. Entre los primeros de estos arroyos puedo citar al llamado Coa- pechapa; entre los segundos se encuentra el San Miguel ó Cañas, y el Tla- huanapa; y entre los terceros citaré el Tepetates, Palo Blanco, y río Te- nixtepec. El río Tecolutla, en Comalteco, se divide hacia arriba en otros dos, llamados: el Tecuantepec, que sube hacia el Sur-Poniente, y el Comalteco que á su vez se divide en dos: el Chimatlán, que sube también hacia el Sur—Poniente; y el río Necaxa que sube hacia el Poniente, pasando por Entabladero, Coyutla y Progreso. Hacia la parte Poniente del Cantón Papantla se prolonga el lomerío del Este del mismo Cantón, lomerío orientado del Sur—Poniente al Norte Oriente, y que desciende por el Sur para el río Necaxa, y por el Norte=Po- niente para el río San Marcos. Las alturas sobre el nivel del mar varían en este Cantón entre 100 y 300 metros. El río Tecolutla ya mencionado, baja del Espinal para el Golfo de Mé- xico con rumbo medio, S. W. á N.E. Al Sur-Oriente de este río, y casi pa- ralelo á él, baja el arroyo Solteros, de Acateno para la Ciénaga del Fuerte. Este arroyo es el lindero entre los Cantones de Papantla y Jalacingo, del Estado de Veracruz. Entre el río Tecolutla y el arroyo Solteros se levanta un lomerío, desde 1 Actualmente se está poniendo una tubería de Tuxpan para Cubas. DE MEXICO. 63 Joloapan y el Pueblito para Cerro Blanco y Mesa Grande, lomerío surcado por el arroyo Chichicatzapa. Este arroyo baja hacia el N.E., y se une al río Tecolutla cerca de la población de este último nombre. Todo el lomerío que se encuentra en el Cantón de Papantla afecta for- mas más ó menos arredondeadas; formas debidas principalmente á la ero: sión que han sufrido las rocas neogénicas que afloran en todo ese Can- tón. De Teziutlán, en el Estado de Puebla, lugar que se encuentra á 1990 metros sobre el nivel del mar, el terreno desciende con fuerte pendiente por la Ventilla (1150), Tatahuicapan (1330) y Zoquitacomul (1100), para la Garita, rancho situado á 710 metros sobre el mar. Con poca pendiente continúa el descenso del terreno por Ayahualco (640), Palmalito (560), San Carlos Texixapa, Las Canoas (530) y hacienda Cuauxocota (500). De este lugar baja el terreno para el río Zopiloapa, y de aquí para Tenexapa y Te- nampulco, lugar este situado á 257 metros sobre el mar. De Tenampulco por el arroyo Colorado continúa el descenso del terreno para el Espinal (111). (Véase Lám. ID. Toda la parte comprendida entre Teziutlán y el río Espinal pertenece al Estado de Puebla, y se encuentra en Jas vertientes septentrionales de la serranía que, hacia el Sur, se levanta hasta la cima del Nauhcampatepetl (Cofre de Perote), volcán que alcanza la altura de 4282 metros sobre el ni- vel del mar. Desde este volcán y hacia el Norte, el terreno desciende por Las Minas y Tatatila, lugares situados respectivamente en los Cantones de Jalacingo y Xalapa del Estado de Veracruz. De Jalacingo hacia el Este baja el terreno por el Cantón Misantla para el Golfo de México; y por el Norte-Poniente desciende el terreno de Teziu- tlán para el río Espinal. Tlanquitepec está situado al Poniente de Teziutlán; y del terreno com:- prendido entre estos dos lugares descienden para el Norte multitud de arroyos, de los cuales: se dirigen unos hacia el Norte-Poniente para los ríos Tecuantepec y Espinal; y otros bajan para el Golfo de México direc- tamente, como sucede con el río María de la Torre, el cual más abajo se llama río de Nautla. GEOLOGÍA DE LA REGIÓN Las rocas que afloran en esta región son en su mayor parte sedimenta- rias neogénicas, de la división que llamaré Papantla. Estas rocas están cu- biertas en partes, sobre todo en las cercanías del Golfo, por formaciones cuaternarias y recientes; y en otros lugares están ocultas bajo una arcilla de color rojizo, ó bajo tierra vegetal. Las rocas sedimentarias neogénicas están constituídas por calizas fosilí- feras de color amarillo, que en gruesos bancos afloran en las cercanías de Papantla, Coazintla y otros lugares. Sobre estas calizas se encuentran are: 64 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS niscas, pizarras, margas apizarradas de color gris azulado, y arcillas de co- lor rojizo. El Neógeno constituído por las rocas antes mencionadas se extiende: de Cubas, por Entabladero, Sabaneta, El Ojite, Naranjos, El Espinal, pa- ra San Pedro Miradores; y se prolonga más hacia el Sur—Poniente, hasta apoyarse en las calizas cretácicas que se prolongan para el Estado de Pue- bla. Por el Norte y Norte-Oriente, el Neógeno se prolonga para el río Ca- zones; y por el Este se dirige para el Golfo de México, hasta quedar cubierto por las formaciones cuaternarias y recientes de la playa. En las márgenes del río Espinal, por el lugar llamado Ojite, se han encontrado molares de Mastodonte. Las areniscas y margas apizarradas que se encuentran en esta región, tienen rumbo variable entre 40 N.E. y 45% N.W., con echados al S.E. de 71á10%,ó de 20 á 30% al Norte-Oriente. En algunos lugares se encuentran plegadas estas capas, formando anticlinales bastante abiertos por lo ge: neral. Al Norte de Papantla, dieciséis kilómetros, las margas apizarradas tie- nen 40” N.E. de rumbo, y 7? de echado al S.E. En las cercanías de Saba- neta, las areniscas y margas tienen 45? Norte-Poniente de rumbo, y echado al Norte-Oriente variable entre 4 y 320. De Ayahualo para Zoquitacomul, en el Estado de Puebla, se encuentran bancos de caliza cretácica de color gris azulado, caliza que aflora también en las barrancas de Zomelahuacán, Las Minas y Tatatila. Estas calizas es- tán cortadas y en partes cubiertas por las andesitas del Nauhcampatepetl, y en otras partes están cubiertas por labradoritas augíticas ó basaltos po- bres de olivino, como sucede cerca del lugar llamado La Garita. En Sabaneta, en el cerro llamado de la Lumbre, las pizarras, areniscas y margas, forman un anticlinal con rumbo 45 N.W. Las capas más cerca- nas del eje del anticlinal tienen 32? de echado, inclinación que va dismi-- nuyendo poco á poco en las capas más lejanas del mismo eje; pues éstas tienen 23%, 15%, 9? y 4%, como puede observarse en el río Chumatlán, fren- te al pozo número 7. En ese mismo cerro llamado de la Lumbre se encuentra una intrusión basáltica. El basalto aflora en la cima del mismo cerro, y en las faldas de este último está cubierto por las pizarras, areniscas y margas, rocas que se hallan plegadas allí, formando el anticlinal que acabo de describir. Este anticlinal coincide con el cerro antes mencionado, en el centro del cual se encuentra el basalto intrusivo, que ha sido cortado por algunas de las per- foraciones abiertas en la base del mismo cerro. Esta masa intrusiva de ba- salto metamorfoseó á las rocas sedimentarias que se hallan en contacto con ella, y sólo aflora, como he dicho, en la cima del cerro de la Lumbre. Al Sur del río Espinal. en el camino á Teziutlán, afloran los basaltos pobres de olivino, ó labradoritas augíticas, cubiertas á veces por tobas ba- sálticas, desde las cercanías de Sopiloapan, por Cuauxocota, San Carlos DE MEXICO. 65 Texixapa y Palmalito hasta La Garita, hacia donde cubren en partes á las calizas cretácicas en gruesos bancos que afloran de Ayahualo para Zoqui- tacomul. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETROLEO DEL SUBSUELO. Las principales manifestaciones snperficiales del petróleo del subsuelo en Papantla, son las siguientes. En Cubas, en un cerro llamado la Mina, en terrenos de la hacienda Pal- ma Sola, del Municipio de Coazintla, existen unos manantiales de chapo- pote líquido en las faldas Oriente y Poniente del referido cerro, y coloca: dos sobre una línea con rumbo 30% Norte--Poniente. En este lugar se encuentran abjertos tres pozos, de sección cuadrada, de un metro por lado; y de los cuales el más profundo alcanzó, según informes, setenta metros de profundidad. En estos pozos se encuentra el chapopote líquido, y uno de ellos está completamente lleno con el referido chapopote. Cerca de Cubas, en los arroyos Coapechapa y Caliche, así como, en te- rrenos de Jamaya y en las cercanías del Paso de los Armadillos y hacienda San Pedro Miradores, existen pequeñas chapopoteras que producen chapo- pote viscoso aunque en pequeña cantidad. En Ojite, pero sobre todo en las cercanías del Espinal, y en la margen izquierda del río Tecolutla, se encuentran grietas muy angostas que están rellenas de grahamita. En el Espinal, en las minas Manuel Romero Rubio, se emprendieron algunas obras para la explotación de la grahamita, cbras que se abandonaron por completo, por no ser estos yacimientos de impor- tancia industrial. Como se ve, no son muchas las manifestaciones superficiales del petró- leo del subsuelo en el Cantón de Papantla; y son aún menores en los Can- tones de Misantla y Jalacingo, en los cuales se encuentra solamente graha- mita, principalmente en las márgenes del río Quilate. PERFORACIONES En las cercanías de la zona de contacto entre la masa intrusiva basálfica del cerro de la Lumbre y las sedimentarias de esa región, se han abierto varias perforaciones como se verá en seguida, perforaciones que están en Jas cercanías del eje del anticlinal en que se halla la intrusión basáltica. La Compañía inglesa llamada «Mexican Petroleum d Liquid Fuel Co. Ltd. de Comalteco» fué la que exploró la mayor parte de la región de que me ocupo en este capítulo, é hizo las siguientes perforaciones. En el arroyo Coapechapa existen cuatro pozos: el núm. 1, de 82.40 me- tros de profundidad; el núm. 2, de 41.90 metros; el núm. 3, de 96.37 metros; y el núm. 4, de 97.76 metros de profundidad. Estos pozos repre: sentan una perforación total de 318.43 metros, Ne 26.—9 66 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS En el Brinco, en la margen izquierda del arroyo Coapechapa, existen cuatro pozos: el núm. 1, de 87.99 metros de profundidad; el núm. 2, de 69.86 metros; el núm. 3, de 82.12 metros; y el núm. 4, de 75.42 metros de profundidad. Estos pozos representan una perforación total de 315.39 metros. En el arroyo Caliche existen dos pozos: el llamado núm. 5, de 87.15 me- tros; y el núm. 6, de 74.02 metros de profundidad; pozos que representan una perforación total de 161.17 metros. En terrenos de Sabaneta, entre los ríos Chumatlán y Coyutla, existen siete pozos que representan una perforación total de 2,116.79 metros, repar- tidos de la siguiente manera: el núm. 1, con 3878.17 y que ha cortado va- rias capas de arenisca; el núm. 2, con 187.13, en el que se encontró agua salada y pocos gases combustibles, y ha cortado capas de arenisca, encon- trándose una oquedad en el fondo; el núm. 3, con 349.12, ha cortado capas de arenisca, y encontró á tres niveles agua salada y gases combustibles; el núm. 5, con 251.76, y alcanzó vestigios de petróleo; el núm. 6, con 408.61, cortó grietas rellenadas con grahamita; el núm. 7, tenía en Marzo de 1902, 364 metros; y el núm. 8, en la misma época, tenía 178 metros de profun- didad. En Ojite existe un pozo de profundidad que no pude conocer, y en el cual se encontrí3 una grieta con algo de chapopote. En Comalteco existe un pozo de 145.07 metros de profundidad, que no encontró chapopote ni gases combustibles. En Santa Domitila existen dos pozos: el número 1 de 363.09 metros; y el número 2 de 734.56 metros de profundidad. Estos pozos cortaron cali- Zas y pizarras, y también grietas angostas rellenadas por grahamita. En Santa Emilia hay dos pozos que no alcanzaron chapopote, y de los cuales el número 1 tiene 143.28 metros de profundidad. De los veintitrés pozos anteriores, que representan una perforación to- tal de 4,297.78 metros, sólo estaban en trabajo en 1902, los llamados número 7 y número 8 de Sabaneta. Después se abandonaron todos esos pozos, y se suspendió la exploración en esa región por no haber alcanzado éxito comer- cial alguno. E En las cercanías del cerro llamado la Mina de Cubas, ó Furbero, se han perforado últimamente cuatro pozos. De estos pozos, el número 2 con una profundidad de 423 metros, está produciendo diariamente sobre 500 barri- les de chapopote finido. Esta exploración ha comprobado la creencia que tuve acerca de los alrededores de Cubas, cuando informé acerca de esa región en 1902, pues la consideré de importancia industrial aunque de cor- ta extensión. Por los resnltados obtenidos en la exploración de los terrenos de Tula- pilla, Comalteco, Los Naranjos y el Espinal; y teniendo en cuenta también, que en la zona de contacto entre la masa intrusiva basáltica del cerro de la Lumbre, y las rocas sedimentarias de esa región no existen chapopoteras, DE MEXICO. 67 ni se encontró chapopote en regular cantidad con los pozos allí abiertos en las cercanías del eje del anticlinal, que forma al mismo cerro de la Lumbre, creo fundado decir que: la región pretrolífera de Papantla es relativamen- te la de menor importancia comercial de las que he estudiado en la costa del Golfo de México, exceptuando únicamente los alrededores de Cubas, zona ésta que puede decirse es de tanta importancia y valor comercial co- mo las zonas de Tuxpan y el Ebano, pero es de mucha menor extensión que estas últimas. RESUMEN La región petrolífera de Papantla se extiende del cerro llamado la mi- na de Cubas, por Tulapilla, Jamaya, Entabladero, Sabaneta, Santa Emilia, Ojite, Comalteco y Naranjos, para el Sur del río Espinal, hasta San Pedro Miradores. Toda esta región está constituída por calizas, pizarras, areniscas y mar- gas, pertenecientes al Neógeno, rocas que se apoyan hacia el Sur—Ponien- te en las calizas cretácicas que se prolongan para el Estado de Puebla. Las rocas neogénicas anteriores están cortadas en el cerro de la Lumbre por una masa basáltica intrusiva, que metamorfoseó á las rocas sedimenta- rias en la zona de contacto con estas últimas. Son pocas las manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo en esta región; y como chapopoteras verdaderamente interesante desde el pun- to de vista industrial, sólo se pueden citar las del cerro de la Mina de Cu- bas, ó Furbero. En la zona de contacto entre la masa basáltica intrusiva y las rocas sedimentarias en Sabaneta, no existe ninguna chapopotera, ni en- contraron chapopote en regular cantidad los pozos abiertos en esta zona. En los terrenos de Tulapilla, Comalteco, los Naranjos, Sabaneta y el Espinal, se abrieron veintitrés perforaciones sin ningún éxito comercial; y en los alrededores de Cubas se han abierto cuatro pozos, uno de los cua- les produce sobre 500 barriles diarios de chapopote fluido. Parece fundado decir que: la región petrolífera de Papantla es relati- vamente de poco valor comercial; y solamente los alrededores de Cubas son de importancia y valor comercial, pero esta última zona es de corta ex- tensión. ISTMO DE TEHUANTEPEC SITUACIÓN Las manifestaciones superficiales del petróleo en el Istmo de Tehuante- pec se encuentran: entre los 17%-85' y 185" de latitud Norte; y entre los 45' y 5-15' de longitud Este de México. Esta zona ocupa una gran parte de los Cantones de Acayucan y Minatitlán del Estado de Veracruz, los cuales están limitados: al Norte, por el Golfo de México; y al Sur, por el Estado de Oaxaca. Acayucan está lindando por el Poniente con los Canto- nes de Cosamaloapan y Tuxtla del Estado de Veracruz, y por el Oriente con el Cantón de Minatitlán; y este último linda también por el Orien- te con el Estado de Tabasco. Las vías de comunicación son fáciles, pues hay ferrocarril desde la ciu- dad de México hasta el Istmo de Tehuantepec; y puede recorrerse cómoda- mente todo el terreno petrolífero del Istmo subiendo los ríos en embarca- ciones pequeñas, y haciendo uso: del camino carretero entre Acayucan y Minatitlán; y del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, entre Coatzacoal- cos y la Estación de Medias Aguas. ToPOGRAFÍA Hacia el Sur del Cantón de Minatitlán, y en terrenos pertenecientes al Estado de Oaxaca, se levanta la sierra llamada del Istmo, la cual corta á éste de Oriente á Poniente, y está formada por los cerros llamados Saravia, Tarifa y Chimalpa. Esta sierra de poca altura, 250 metros sobre el nivel del mar, establece la división hidrográfica en el Istmo, y separa las aguas que descienden por el río Coatzacoalcos para el Atlántico, de las que bajan para el Pacífico por el río Tehuantepec. (Véase Lám. III.) Al Norte de la sierra del Istmo se extienden vastas llanuras, que con muy suave pendiente bajan de Acayucan para el Este y de San Cristóbal para el Oeste, planos ligeramente inclinados que se reunen hacia abajo en el río Coatzacoalcos. Las planicies anteriores, así como la sierra del Istmo, están cubiertas por 10 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS rica y variada vegetación, selvas casi vírgenes que se hallan cortadas por el río Grande ó Coatzacoalcos, y por sus numerosos afluentes. Entre estos citaré como principales: los ríos Chalchijapa, Coachapan y Uspana- pa en la ribera derecha; y los ríos Saravia, Jumuapa, Xaltepec, Naranjo, Pajapan y Tierra Nueva, hacia la margen izquierda del mencionado río. En los alrededores de Sayula se encuentran lomas que separan á las aguas que por el Poniente descienden para el río San Juan, de las que por el Oriente bajan para el río Coatzacoalcos. En varios lugares de la planicie que desciende de la sierra del Istmo para el Golfo de México, hay pequeños cerros aislados, de poca elevación, y que interrumpen la monotonía de la extensa planicie que desciende para el Golfo. Entre estas pequeñas eminencias puedo citar: los cerros llamados de la Cantera, en Medias Aguas, los de Chinameca, los de Jáltipan y los muy bajos de Chapo y San Cristóbal. La forma de estas eminencias es arre: dondada; y como se ve, es muy poco accidentado el relieve del terreno en esta parte del Istmo de Tehuantepec, zona que es la única petrolífe- ra en esa región. Una gran parte de la zona de que me ocupo es pantanosa; y en varios lugares se encuentran lagunas que se reunen entre sí en tiempo de lluvias, y desaguan en los ríos ya indicados. Las lluvias son muy abundantes en el Istmo, se inundan varios lugares, y es cálido el clima de toda esa región. GEOLOGÍA DE LA REGIÓN Las rocas que se encuentran en el Istmo de Tehuantepec son sedimen- tarias en su mayor parte: terciarias, á veces cubiertas por formaciones cua: ternarias, hacia el Norte; cretácicas en el centro y Sur; y arcaicas en las cercanías de Tehuantepec. Cerca del puerto de Coatzacoalcos se levantan médanos relativamente pequeños, conquistados ya por la vegetación; y en los meandros del río del mismo nombre se hallan extensos manglares. Más al Sur, y también hacia el Poniente del río Coatzacoalcos, se encuentran capas cuaternarias consti- tuídas por arcilla, arena y grava, así como, aluviones de río que se extien- den para el Sur de Minatitlán. Las capas cuaternarias son prácticamente horizontales, y se hallan en estratificación discordante con las capas terciarias que cubren, y que han sido cortadas por los tajos del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec desde el kilómetro 35, cerca de la Estación de Chinameca. Estas capas terciarias afloran también más al Norte de este lugar, en el rancho Trajillo, cercano del llamado Chapopote. Las capas cuaternarias cubren en gran extensión á las terciarias, pero el espesor de las primeras es pequeño; pues á poca profundidad, tanto en DE MEXICO. al los tajos del ferrocarril como en las perforaciones exploradoras, aparece el Terciario de la localidad. El Terciario está formado por capas de margas de color gris ó gris azu- lado, plásticas ó duras, á veces apizarradas; y entre las cuales se hallan ca- pas de arena suelta, ó de arenisca á veces calcárea, y otras veces silizosa y dura, como la que aflora en las cercanías del pueblo de Sayula. El Terciario aflora en el Istmo en varios lugares como son: en el rancho Trujillo, situado á seis kilómetros al Norte de Chinameca; en los tajos del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, abiertos en los kilómetros: 35, cerca de Oteapa; 70, al Norte de Almagres; 104, cerca de Tortugas; 124 y 127, cerca de la margen izquierda del rio Xaltepec; al Sur de Santa Lucrecia; en las cercanías de Sayula; y por último, en las riberas del río Coachapan, cerca de los ranchos Buenavista, Cocuite, San Cristóbal y el desembarca- dero de Amesquite. Las margas grises ya mencionadas son fosilíferas en los kilómetros 35, 70, 104, 1294 y 127 del Ferrocarril de Tehuantepec. Todos los fósiles colectados por el Dr. Bóse, mi compañero de excursión en el Istmo, y por mí, en las localidades antericres, fueron clasificadas por el mismo Dr. Bóse, como pertenecientes al Mioceno superior y Plioceno.' El Neógeno anterior se extiende desde el Sur de Coatzacoalcos, por Chi: nameca, Sayula, San Cristóbal y Santa Lucrecia, oculto á veces, como he dicho, por los aluviones, arena y grava, hasta cerca de la Estación de Pa- lomares, ó sea, hasta el kilómetro 1643 del Ferrocarril de Tehnantepec. En el kilómetro anterior aflora el Mesocretácico, formado por caliza de Rudis- tas, y en estratificación discordante con las capas terciarias antes mencio- nadas. Más al Sur, desde Mogañé aparecen las areniscas y pizarras sobre las cuales se apoyan las calizas mesocretácicas, sobreposición que se obser- va en varios lugares, al bajar la sierra del Istmo, de Chivela para la Esta- ción de Río Verde. En las cercanías de Tehuantepec aflora el Arcaico, cons- tituído por gneiss amphibólico y leptynita intercalada. Por último, en el puerto de Salina Cruz se encuentran las granulitas de la costa del Pací- fico. Las rocas sedimentarias que constituyen el Terciario del Istmo de Te- huantepec están por lo general poco consolidadas; y la presencia de tallos de plantas é impresiones de hojas en las margas, como se encuentran en el kilómetro 124 del ferrocarril tantas veces mencionado, prueba que el depó- sito de esas margas se verificó en aguas poco profundas, cuando el mar in- vadía en anchas zonas la región del Golfo. Además de las rocas anteriores. debo mencionar una caliza cristalina en erandes blocks, surcada por multitud de grietas. Esta caliza, probable- mente cretácica, y con seguridad preterciaria, constituye arrecifes que aflo- ran en varios lugares, y entre los cuales mencionaré los siguientes: el ran- 1 Véase: Boletín del Instituto Geológico de México. Núm. 22. Págs. 11 4 17. 72 ALGUNAS REGIONES PET OLIFERAS cho el Alquitrán, al S.W. de San Cristóbal; cerca de Chinameca; y en Medias Aguas, en donde constituyen los pequeños cerros llamados la Can- tera y Cabeza de Perro. EsTRUCTURA GENERAL El Neógeno marino del Istmo de Tehuantepec se encuentra ligeramente plegado formando un anticlinal, asimétrico, muy abierto, descopetado por la erosión, y cuyo eje tiene rumbo variable entre 75 y 80% N.W., cerca de Sayula. Este eje sufre una pequeña inflexión al Poniente de San Cristó- bal, y en este último lugar es Oriente-Poniente. El eje de este anticlinal pasa un poco al Norte de Sayula, entre la Estación de Ojapa y el kilóme- tro 70 del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, y un poco al Sur de San Cristóbal. El flanco Norte del anticlinal anterior desciende en el desembarcadero de Amesquite, en el río Coachapan, afluente del Coatzacoalcos, con una pen- diente de 35%, «echado que en San Cristóbal es de 20%, en Cocuite 15", y so- lamente 13% al Norte del rancho Celestino Pérez, situado también en el río Coachapan, y al Sur de Minatitlán. En el rancho Trujillo, sobre el flanco Norte del mismo anticlinal las capas terciarias, con rumbo E.W., descien- den hacia el Norte con una inclinación de 30?. Hacia el Sur, el flanco del anticlinal desciende con echado de 50% en el kilómetro 70, con pendiente de 30 y 20” en Sayula, echado al Sur que sólo es de 8” en los kilómetros 104 y 124, y las capas se encuentran casi horizontales en Santa Lucrecia, ó sea, en el kilómetro 127 del Ferrocarril de Tehuantepec. Como se ve, es muy abierto el anticlinal menzionado, pues empieza á levantarse suavemente al Sur de Coatzacoalcos, se eleva con mayor pen- diente por Cocuite, llega á su cresta cerca de San Cristóbal, después des- ciende con fuerte pendiente hacia el Sur por el kilómetro 70, el echado disminuye notablemente del kilómetro 70 al 124, y las capas llegan á ser horizontales hasta Santa Lucrecia; de donde se deduce que: la amplitud de este anticlinal es aproximadamente 70 kilómetros. Prolongando hacia el Este el eje del anticlinal mencionado, y con el rum- bo E.W. que tiene en San Cristóbal, después de sufrir la inflexión ya in- dicada, se llega á La Laja y Baño de Tigre, lugares situados muy cerca de la isla Xhucuapa. Esta isla se encuentra limitada al W. por el río Playas, y al Este por el río Pedregal, ríos que al reunirse forman el Tancochapa, y éste desemboca en la barra de Tonalá para el Golfo de México. Además del anticlinal anterior, que llamaré anticlinal San Cristóbal, las capas margosas terciarias, casi horizontales en Santa Lucrecia, se levan- tan un poco para formar otro anticlinal asimétrico y muy cerrado al Sur de este lugar, y muy cerca de la Estación Cárdenas. De esta Estación ha- cia el Sur, continúan las capas de marga con suaves ondulaciones, hasta poyarse sobre las calizas mesocretácicas que afloran en el kilómetro 1642. DE MEXICO. 138 La ausencia de varios pliegues paralelos en las capas terciarias del Ist- mo, indica la pequeñez relativa de los esfuerzos horizontales de compresión á que ha estado sometida la planicie de la costa del Golfo en esa región. Las capas cretácicas están muy plegadas, formando anticlinales y sin- clinales muy cerrados, como puede observarse en el río Malatengo, al Nor- te de Rincón Antonio; siendo variable entre 45 y 80% N.W. el rumbo de las calizas y areniscas de esa localidad. Las capas terciarias están agrietadas en varias direcciones, tanto en las cercanías del eje del anticlival San Cristóbal como al pie ó terminación del mismo anticlinal. En las cercanías de Sayula se observan grietas de rum- bo 24” N.E. con echado de 82” al S.E.; y en el kilómetro 124 existen grie- tas, casi verticales, con rumbo variable entre 35% N.E. y 58 N.W. MANIFESTACIONES SUPERFICIALES DEL PETRÓLEO DEL SUBSUELO Las manifestaciones petrolíferas en el Istmo de Tehuantepec se encuen- tran solamente en el Neógeno de la localidad, en los flancos del anticlinal San Cristóbal; y se extienden: al Norte, hasta el rancho Chapopote; al Sur, hasta Medias Aguas y río Naranjo; al Poniente, hasta Sayula; y al Este, por San Cristóbal para la isla Xhucuapa. (Véase Lám. IT.) Subiendo por el río Coachapan hasta el desembarcadero de Amesquite, situado en la margen izquierda de ese río, y caminando después un kiló- metro hacia el Poniente, se llega á la laguna Las Salinas, la cual en tiempo de lluvias comunica con las llamadas La Trinidad, Los Juanes, Macayas, Las Calzadas y Otapa, lagunas que desaguan en el río Cuatzacoalcos. Esta comunicación fluvial en tiempo de lluvias es casi perfecta; pero se interrum- pe en las secas, quedando separadas las anteriores lagunas. En la ribera derecha de la laguna Las Salinas, en terrenos de Otapa, se encuentra el lugar llamado Chapo, y en éste existe una manifestación petrolífera que consiste en una chapopotera, con chapopote viscoso que ha impregnado á la arcilla y arenas superficiales, impregnación que ocupa una superficie circular de treinta metros de diámetro aproximadamente. Este manantial de chapopote no produce nada en la actualidad, y el escurri- miento anterior fué sin duda insignificante, como lo comprueba la peque- ña superficie que ocupa el chapopote derramado en ese lugar. Muy cerca de la anterior se encuentra otra chapopotera de muy poca importancia también. En Chapo, cerca de las chapopoteras anteriores, se halla un cerrito de muy poca elevación formado por la caliza cristalina en grandes blocks ya mencionada. Esta caliza, que constituye los arrecifes preterciarios de la re- gión, está muy agrietada, y en algunas de esas grietas se encuentra cha- popote muy viscoso, á veces duro, y siempre en pequeñas cantidades. En la ribera izquierda de la misma laguna, frente á Chapo, y á unos N? 26.—10 74 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS 200 metros de este lugar, se encuentra el rancho llamado El Alquitrán. Allí hay otro arrecife calizo preterciario, como el de Chapo, arrecife que consti- tuye una pequeña elevación. En este cerrito no se encuentra chapopote; pero se halla en su pie, y hacia el rancho El Alquitrán, un manantial de agua salada y sulfurosa, agua que al airearse deposita pequeña cantidad de azufre. El gasto de este manantial es sumamente pequeño, y la tempe- ratura del agua es igual á la atmosférica. Al Norte-Poniente de Chapo, bajando un kilómetro por la ribera iz- quierda de la lagenna Las Salinas, se encuentra el rancho de este último nombre, en el cual hay un pozo de poca profundidad, y que contiene agua salada y sulfurosa. Esta agua evaporada deja un residuo que usan en aquel lugar como sal de cocina. A veinte metros distante de este pozo y en una zanja pequeña, escurre por las grietas de la arcilla superficial pequeñísima cantidad de chapopote viscoso. En la margen derecha del río Coachapan, al N.E. del desembarcadero Amesquite y cerca de este lugar, se encuentra el rancho San Cristóbal. Al S.E. de este rancho y á dos kilómetros aproximadamente, se halla un ma- nantial de chapopote fluido y de producción insignificante; pero que ha impregnado al terreno en una superficie circular de 20 metros de diámetro poco más ó menos, dentro de la cual el chapopote fiuido llena pequeñas oquedades de poca profundidad. Esta chapopotera, la más interesante de esa región, se encuentra casi al Este de la de Chapo antes mencionada. ' Más al Este de Chapo, y cerca de la isla Xhueuapa, según informes de Varias personas, se encuentran manifestaciones petrolíferas importantes en los lugares llamados: La Laja y Baño de Tigres, lugares que no pude visitar cuando estudié la región de que me ocupo en esta parte de mi es- tudio. Al Sur-Poniente de Chapo, y en la margen derecha del río Coatzacoal- cos, existe un manantial muy pequeño de chapopote viscoso en el lugar llamado Coapiloloya. Al Poniente de Chapo, al Sur-Poniente de Acayucan, y á 16 kilómetros al Oeste de la Estación Almagres, ó del kilómetro 69 del Ferrocarril Na- cional de Tehuantepec, se encuentra el pueblo de Sayula. Al Poniente de este pueblo y á dos kilómetros de distancia, en una zanja pequeña, hay un pozo como de un metro de profundidad conocido con el nombre de «Pozo 4»; en el cual, y por una grieta de las margas terciarias ha brotado una cantidad insignificante de chapopote viscoso. A unos 10 metros del pozo anterior hay otro, llamado «Pozo 5,» en el cual se encuentran las mismas capas terciarias que en el «Pozo 4»: arena encima; después margas; y en se- guida, otra capita de arena con olor de petróleo muy poco perceptible. 1 Las chapopoteras de Chapo y San Cristóbal fueron descritas en 1872 por Jobn C. Spear, véase Report on the geology, mineralogy, natural history, «c., «€c., of the Isthmus of Tehuantepec. Washington. 1872. Págs. 103 y 104, DE MEXICO. 75 Como á 200 metros al Este de los pozos anteriores me enseñaron otros tres, en los que algunas personas han pretendido encontrar manifestaciones del petróleo del subsuelo. En estos últimos pozos se halla lo siguiente: En el «Pozo 1,» un charco de agua en el cual se desprenden pequeñas cantidades de gas de pantanos. En el «Pozo 2,» que es una pequeña oquedad llena de agua, nada interesante se observa; pero se cuenta de este lugar la historia inverosímil de que en otro tiempo brotó allí mucho petróleo, del que no queda ni el más insignificante vestigio. Por último, en el «Pozo 3,» y Casi en la superficie del terreno, se encuentra una capita turbosa insignificante; y á un metro más abajo, profundidad total del pocito, se hallan las mar- gas, con azufre y yeso en muy pequeñas cantidades. Al Norte del pueblo llamado Jáltipan, y á unos seis kilómetros de dis- tancia, se encuentra el lugar conocido con el nombre de Potrerillos de Bue- navista. En este lugar y cerca del arroyo del Salitre, hay varios pero muy pequeños manantiales de chapopote viscoso, con gasto insignificante, y que sólo han podido impregnar la superficie del terreno en cortísima ex- tensión. Al Norte del pueblo Chinameca, y cerca del rancho Trujillo, se encuen- tra la laguna Tatanapa. Muy cerca de esta laguna, y en terrenos de Tona- lapa, se halla el rancho llamado Chapopote, junto al cual hay un pequeño pantano en el que se halla muy poco chapopote viscoso revuelto con arena. Cerca de la Estación Medias Aguas, en el kilómetro 98 del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, se encuentra el cerro de La Cantera, que es otro arrecife formado también por calizas preterciarias en grandes blocks y muy agrietadas. Por las grietas de esta caliza han cirenlado aguas superficiales, las cuales, por contener bióxido de carbono, disolvieron en parte á la cali- za, y han depositado el carbonato de cal, formando estalactitas, en las pe- queñas cavidades de la misma caliza. En algunas de las grietas, y en las pequeñas cavidades de la caliza, se encuentra á veces chapopote fluido en pequeñísimas cantidades; y además, la caliza tiene en algunas partes un po- co de yeso y un poco de azufre libre. En la margen izquierda del río Coatzacoalcos, un kilómetro abajo de la desembocadura del río Naranjo, hay un manantialito insignificante de cha- popote viscoso. En Pajapan, cerca del río Tatagapa, en el potrero de la Encantada, hay una pequeña manifestación petrolífera semejante á la del rancho Cha- popote ya descrita. Por último, se dice que en Ixhuatlán hay otra chapopotera que no me fué posible visitar. Las manifestaciones petrolíferas superficiales antes indicadas se pue- den agrupar de la siguiente manera. (Véase Lám. III). En las cercanías, y casi sobre el eje del anticlinal que he llamado San Cristóbal, se encuen- tran, de Poniente á Oriente, las que siguen: primero, las insignificantes de Sayula; luego, la de Chapo que es un poco más importante; en seguida, la 76 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS de San Cristóbal, mucho más importante; y por último, las de La Laja y el Tigre, que según informes, son también de importancia. En el flanco Norte del mismo anticlinal, y casi en la terminación de éste, se encuentran las manifestaciones petrolíferas de Chapopote é Ixhuatlán, colocadas estas dos en una línea paralela al eje del anticlinal. En el flanco Norte del an- ticlinal se encuentran también las de Potrerillos de Buenavista, cercanas de Jáltipan. En el flanco Sur del mismo anticlinal San Cristóbal, y cerca de la terminación de éste, se encuentran las de Medias Aguas y Naranjo, colocadas en una línea casi paralela al eje del referido anticlinal. Por úl- timo, en el flanco Sur de este mismo anticlinal, y al Sur de Potrerillos, se hallan la chapopotera de Pajapan, y la de Coapiloloya. Además de las manifestaciones petrolíferas antes indicadas, busqué las siguientes, de las cuales se hace mención en el periódico llamado El Mine- ro Mexicano.' Eu la publicación citada se indica la presencia en el Istmo de Tehuan- tepec de los siguientes manantiales de petrólso. «Trece manantiales de pe- tróleo, nafta, alquitrán, etc.: tres en el rancho de Buenavista; uno en terreno de Tonalapa llamado Chapopote; otro al lado derecho del camino de Minatitlán á Cosoleacaque; otro al lado izquierdo del mismo camino; otro en la primera loma al Poniente del arroyo Corpal y á la izquierda del mis- mo camino; otro al lado izquierdo del mismo camino y cerca de la casa del Sr. Vasconcelos; otro al lado derecho del citado camino, donde el arroyo del Obispo le atraviesa, lado izquierdo del citado arroyo y cerca también de la casa del Sr. Vasconcelos; otro en el referido camino, lado derecho, en terrenos del rancho de D. Agustín Torres; otro en el rancho llamado San- ta Clara, y otro en el rancho de Tacoteno. Cinco criaderos de petróleo si- tuados en la casa conocida por Gerard, en la población de Minatitlán.» El resultado de mis investigaciones con respecto á las localidades ante- riores fué el siguiente: El Sr. Ramón Vasconcelos, propietario de algunos de los terrenos antes indicados y con quien hablé en Chinameca, me dijo que: nunca había visto semejantes manifestaciones en sus terrenos, ni en el arroyo del Obispo, llamado también de las «Piedritas,» ni en el camino de Cosoleacaque á Minatitlán, ni en el rancho Tacoteno; sino que un Sr. Weed fué quien habló de esas manifestaciones. El mismo Sr. Vasconcelos, D. Germán Fúschera, y otros vecinos antiguos de Minatitlán me informa- ron que: en la casa de Giraux (no Gerard) en Minatitlán nunca había exis- tido petróleo en los pozos. El mismo Sr. Fúschera, que es dueño del rancho Buenavista, situado en la margen izquierda del río Chichigapan, que más abajo se llama río Uspanapa, me indicó que: se había dicho existían en ese rancho manifestaciones del petróleo del subsuelo, pero lo cierto era que in- tencionalmente se había derramado por allí un barril de petróleo. Por úl- timo, busqué todas las localidades antes mencionadas, identifiqué muchas 1 El Minero Mexicano. Tomo VI. Núm. 42. Julio 17 de 1879. Págs. 501 y 502. . DE MEXICO UV de ellas, pero sin encontrar ningún vestigio de petróleo. Por los motivos anteriores creo fundado decir que: son inexactas todas las noticias que se han publicado respecto á las manifestaciones petrolíferas de las localidades antes mencionadas, excepto la de Tonalapa. Descritas ya las manifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo en el Istmo de Tehuantepec, hablaré ahora de las perforaciones explorado- ras que se han ejecutado en aquella región. PERFORACIONES Las perforaciones que se hallan en esta región han sido ejecutadas por cuenta de la casa S. Pearson ds Son Ltd., y están abiertas: en Chapo, cerca de San Cristóbal; y en Potrerillos, cerca de Jáltipan.* En Chapo se encuentran los siguientes pozos: El «Núm. 1,» llamado «El Chato,» se perforó en la misma chapopotera de Chapo, alcanzó una profundidad de 320.25 metros, y está ahora aban- donado. No se conservaron ejemplares de esta perforación, y sólo pude ob- tener los siguientes datos: el pozo cortó capas de marga; capas delgadas de arena, conteniendo á veces un poco de yeso y azufre; y á distintas profun- didades brotó el chapopote fluido, pero siempre en cantidad insignificante. El «Pozo 2» de Chapo se perforó á unos trescientos metros distante del anterior, no ha producido chapopote; y ha cortado, según el examen que hiee de las rocas extraídas, las siguientes capas: Pl od e arcilla. -De los 3.35 á los 9.45 Metros.............. arena. ZA 03 1200 EUROS coobocdascaconosó pubsecas chapopote viscoso. O A Si marga gris. o EA caliza. O caliza amarillenta de grano fino. De los 61 á los 152.50 metros....0.o.o..... marga gris apizarrada. LOS 110 ICO eosecosrccnsuecdscdodoco arenisca calcárea, y se encontró agua salada. OSO marga gris. o AE os . Marga y arena. rs: laa UY A caliza y yeso con poco azufre. o ZULIA arena. ZO ns e LAO Io e arena con azufre. LO ZO ateos yeso con poco azufre. O o oa caliza y yeso con azufre. AAA o Saa caliza y yeso con azufre. De los 274.50 4 305 metros...... PEO marga con poco yeso. IO SOMO marga con caliza y azufre. La profundidad de este pozo es en la actualidad 307 metros y continúa perforándose con maquinaria Standard. Los diámetros de los tubos de fie- rro que ademan este pozo son: 29 centímetros hasta los 53.37 metros de pro- 1 Los datos siguientes corresponden al mes de Febrero de 1904, 78 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS undidad; 24 centímetros desde los 53.37 hasta los 236.37 metros; y 19 cen- tímetros en el resto de la profundidad alcanzada hasta ahora por este pozo. En el rancho El Alquitrán, y junto al manantial de agua sulfurosa indicado autes, estaba levantada ya una torre (derrick) para perforar en ese lugar el «Pozo núm. 3.» En Potrerillos, cerca de Jáltipan, se encuentran los siguientes pozos. El «Pozo núm. L,» llamado San Juan, se perforó muy cerca de la cha- popotera que se encuentra en el arroyo Salitre, ya indicado, llegó á la pro- fundidad de 356 metros, y cortó las siguientes capas, según el examen que hice de los ejemplares extraídos de esta perforación. De la superficie del terreno hasta 73.20 A odcdobonduasectonal dota cobLopoVacgSnas marga. JS TO MENOS ess nonoccoroocanonaaness encontró agua salada. ao AL oo tanda bonoatdsco taco ribreo marga gris. 20 op LOG UD, 0 pp, 7 ooopongovosebodosonacaooas marga gris. e Sta da ts as gOReEpRaaRo un poco de chapopote fluido. De los 125.00 á los 145.35 metros........ marga gris. IS O AA soso cvacecocanocas .--.- Arena con poco chapopote fluido. GILI MS marga gris. o 0 OO py arena con poco chapopote fluido. LO 52 0 marga gris. E so po DUOS op oonavoconanondssanaroo arenisca con poco chapopote duro. o AMOO 1 pp) aspostanasroooacopcosuanos arena con poco chapopote duro. OZ ZO O marga gris y arena con poco chapopote. AZ ZO 42 ZN . Marga gris. on 00 ARO. pp. ancospaconosarassosacuonao arena con poco chapopote. De los 245.02 4 los 247.35 metros........ arenisca con poco chapopote. na O o o) USO 990 onasono marga gris, en partes dura y en otras blanda. AOS AO arcilla plástica gris claro. Este pozo fué perforado con maquinaria Standard, su producción fué nula, y ahora está abandonado. El «Pozo núm. 2» de Jáltipan, llamado D. Carlos, se encuentra aproxi- madamente á 400 metros al Sur del anterior, alcanzó la profundidad de 478.85 metros, y cortó á las siguientes capas. De la superficie hasta los 27.45 metros........ arcilla. INICIALES MOMO avosocodeoconondoscocncocoonobnendo chapopote fluido. De los 89.97 4 los 160.12 metroS....ooooocon.o.. marga gris plástica. IN 3 EA CBR oconaco do pooraVo pasota doVaganose chapopote fluido. De los 195.20 á los 244.00 metros. ..coommoc.... marga gris con ligero olor de petróleo. IO OA DA MENO ooVsocs9co occ caom voor ndposado chapopote fluido. De los 308.00 á los 466.70 MetroOs....ooomomooco.. marga gris. AO O ON ASS E IE arena con ligero olor de petróleo. Este pozo se perforó con maquinaria Standard, y está revestido con tu- bos de fierro de los siguientes diámetros: 29 centímetros hasta los 76.25 me- tros de profundidad; 24 centímetros desde los 76.25 hasta los 198.25; 19 DE MEXICO. 79 centímetros desde los 198.25 hasta los 259.25; y 14 centímetros el resto de la profundidad. Cuando se comenzó á bombear produjo este pozo: los pri- meros días, veinte barriles de chapopote fluido en 12 horas; y después, so- lamente cuatro barriles. Sin hacer uso de la bomba el chapopote sube pe- riódicamente, cada 8 ó 10 meses, según informes, hasta la boca del pozo; y entonces el escurrimiento natural del chapopote es aproximadamente de cinco litros en 24 horas. Este esenrrimiento natural dura dos ó tres meses, y después baja notablemente el nivel del chapopote dentro del tubo. Este pozo no está ya en trabajo El «Pozo núm. 3» de Jáltipan se abrió al S.E. y á 100 metros de distan- cia del «Pozo núm. 2.» Ese pozo alcanzó 122 metros de profundidad, y cor- tó margas y arenas con vestigios de chapopote á los 67.10, y á los 97.60 metros de profundidad. El Pozo anterior «núm. 3» fué abandonado; y muy cerca de él, á seis metros de distancia, y al Este, se abrió el segundo «Pozo núm. 3,» actual- _ mente en trabajo, y que ha alcanzado una profundidad de 131 metros. Es- te pozo ha cortado las siguientes capas. Desde la superficie hasta los 23.79 MEtIOS..ooooooooccccconaconinnnos arcilla. so O Ma os OL MENO Sbsncoo ose asar scpodo oooO ecosauos marga gris. LOS AO mE cocanss ales lts ptas no bcacos Topashond BOSARaR O BOS Dad -muy poco chapopote. so 0 EAU ra eco obosooopbsas coa poopacoddoocosaddrconen sor psnas marga gris. Este pozo se ha perforado por el procedimiento hidráulico, con una má- quina «Rotary drill,» con tubo de 18.8 centímetros de diámetro; y ahora se va á continuar el trabajo con maquinaria Standard. En este pozo el chapo: pote desciende entre el tubo y el terreno, y se renne en el fondo del pozo; de tal suerte que suspendiendo Ja perforación el sábado, para el lunes si- guiente el chapopote ha subido en el pozo dos metros arriba del fondo; pe- ro durante la perforación sólo suben algunas gotas de das fluido con el agua que sale de la «Rotary.» Estas eran las únicas perforaciones que se encontraban en la zona pe- trolífera del Istmo de Tehuantepec en el mes de Febrero de 1904, que fué cuando estudié aquella región. Esas perforaciones habían cortado capas de margas, de caliza gris ó amarillenta de grano fino, areniscas y capas del- gadas de arena suelta, conteniendo á veces un poco de yeso y azufre; y á distintas profundidades se había encontrado chapopote viscoso ó fluido, pero en pequeñísima cantidad. Según las indicaciones que habían proporcionado ya las perforaciones hechas en Chapo y en Jáltipan podía decirse que: son poco gruesas relati- vamente las capas de arena suelta que se encuentran intercaladas entre las margas grises de esa región; y además la forma de estas capas debe ser en lentes aplastadas. En efecto, los dos pozos «núm. 3» de Jáltipan, distantes uno de otro seis metros solamente, no han cortado á las mismas capas de 80 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS arena; y los pozos 1 y 2 de Jáltipan, poco distantes uno de otro, han corta: do á las capas de arena con espesores diferentes, lo cual indica la forma en lentes de estas capas, ' forma que está comprobada también por los siguien- tes hechos. En las areniscas que afloran en Sayula así como en las capas delgadas de arena suelta que se ven en algunos lugares superficiales no se encuentran manantiales de chapopote, los cuales deberían aparecer en al- gunas de ellas si fueran continuas las capas permeables petrolíferas, ? pues los estratos afloran desde el rancho Chapopote hasta Santa Lucrecia, por estar descopetado como he dicho el anticlinal San Cristóbal. Además, el empleo de la bomba en el «Pozo 2» de Jáltipan no hizo aumentar de una ma- nera notable la producción de chapopote lo cual, según Myron L. Fuller, indica la forma en lentes de los receptáculos petrolíferos subterráneos. * Las dimensiones de estas lentes petrolíferas son probablemente pequeñas en la región de que me estoy ocupando, porque pozos muy cercanos entre sí no cortan á la misma lente, y la cantidad de chapopote que contienen esas len- tes es: ó muy pequeña, ó prácticamente nula, según los datos de produe- ción que indiqué en uno de los párrafos anteriores. Además, las referidas lentes se encuentran muy diseminadas en una gran extensión de terreno, tanto en las cercanías del eje como en los flancos del anticlinal San Cristó- bal, desde el rancho Chapopote hasta Medias Aguas, y desde Sayula para San Cristóbal y la Isla Xhucuapa. En la época de mi visita al Istmo de Tehuantepec sólo dos perforacio- nes estaban en trabajo: el «Pozo núm. 2 de Chapo, y el segundo «Pozo nú- mero 3» de Jáltipan; y sólo el «Pozo núm. 2» de Jáltipan había producido chapopote, aunque periódicamente y en muy pequeña cantidad. Las muestras de chapopote que tomé de las chapopoteras de Chapo y San Cristóbal, así como, del que brota periódicamente en el «Pozo núm. 2» de Jáltipan, se analizaron en el laboratorio de Química del Instituto Geo- lógico de México, y los resultados se encuentran más adelante en un capí- tulo especial. En el informe que rendí en Abril de 1904 (pág. 46) relativo á la región petrolífera del Istmo de Tehuantepec, sólo recomendé se hiciera una per- foración de mil metros de profundidad en las cercanías de la chapopotera San Cristóbal. Decía yo entonces: que esta perforación suministraría datos muy importantes acerca de las condiciones de las capas á gran profundi- dad; y que en la parte superficial se obtendrían resultados semejantes á los del «Pozo 2» de Jáltipan; es decir, que se cortarían grietas y lentes con cha- popote fluido, aunque este producto se encontraría tal vez en mayor canti- 1 Edward Orton. The Trenton Limestone as a source of petroleum and natural gas in Ohio and Indiana. 8% Ann. Rep. U. S. Geol. Surv. 1886-87. Parte II, pág. 511. 2 George TI. Adams. Oil and gas fields of the upper cretaceous and tertiary formations of the westerns gulf coast. Bull. U. S. Geol. Surv. N. 184. 1901, pág. 19. 3 Myron L. Fuller. The Gaines Oil field of Northern Pennsylvania. Ann. Rep. U.S. Geol, Sury, 1900-1901. Parte III, pág. 604, DE MEXICO. 81 dad relativa que en el mencionado pozo de Jáltipan. La perforación ante- rior se ejecutó, pero no tan profunda como estaba indicado, sino que, se suspendió al encontrar al chapopote fluido, el cual brotó acompañado de gases. La producción media de este pozo, según informes, ha sido valuada en cuarenta barriles diarios. Además de la perforación anterior, y según datos que espontáneamen- te me han sido suministrados, se han hecho en la zona petrolífera del Ist- mo, después de mi visita á esa región, las siguientes. En San Cristóbal se hicieron otras dos perforaciones situadas al Norte de la mencionada en el párrafo anterior. En Sayula se ejecutaron perforaciones que no encontra- ron chapopote. Por último, en Juile y en Chinameca (véase Lám. III) se dice que han empezado á hacerse perforaciones. RESUMEN Resumiendo los datos anteriores, relativos á la región petrolífera del Istmo de Tehuantepec, se puede decir lo siguiente. La zona petrolífera del Istmo de Tehuantepec se extiende: por el Nor- te, hasta el rancho Chapopote; por el Sur, hasta la Estación de Medias Aguas del Ferrocarril del Istmo; hacia el Poniente, para Sayula; y por el Este, para los Estados de Tabasco y Chiapas. La región petrolífera está constituída por margas grises y areniscas in- tercaladas, pertenecientes al Mioceno superior y Plioceno. El Neógeno marino está cubierto en parte por formaciones cuaternarias y recientes; y se apoya en estratificación discordante sobre las calizas me- socretácicas. El Neógeno forma un anticlinal de 70 kilómetros de ancho, cuyo eje pasa por San Cristóbal y por Sayula. Las principales manifestaciones del petróleo del subsuelo se encuentran casi sobre el eje del anticlinal, ó en líneas paralelas á éste, y situadas en la base del mismo anticlinal. En el lugar llamado Chapo se han perforado dos pozos sin éxito comer- cial. En Potrerillos cerca de Jáltipan se han perforado tres pozos, de los cuales sólo uno ha producido periódicamente y en pequeña cantidad cha- popote fluido. En San Cristóbal se han abierto cuatro pozos, de los cuales uno ha producido cuarenta barriles diarios de chapopote fluido. Los receptáculos petrolíferos subterráneos tienen probablemente la for- ma de lentes irregulares, de dimensiones relativamente pequeñas, y están diseminados en una gran extensión de terreno. Por último, por las razones que indicaré en otro Capítulo, puede decir- se que: desde el punto de vista comercial, no son comparables los receptá- culos petrolíferos subterráneos de Beaumont, con los del Istmo de Tehuan- tepec. No 26.—11 y » hñdo És e a es ORIGEN DEL PETROLEO Y su IASOQIELNO IDAS CON OSOS IMAN Isa EAS) No es mi propósito discutir ahora las diversas teorías' propuestas para explicar la formación del petróleo, y sólo diré que: tanto los geólogos ame- ricanos como los de diversas partes del mundo, han desechado la teoría anorgánica,” pues aunque presenta ésta sus atractivos, no ha sido compro- bada;' y en cambio, se puede decir con Klement, que la teoría del origen animal es cada día más aceptada, tanto por los geólogos como por los quí- micos.* Esta plausible teoría, como la llama Frederick Salathe,? fué pro- puesta primero por Hófer,* admitida después por los geólogos y químicos alemanes, y se le designa generalmente con el nombre de teoría Hofer— Engler.* Los notables experimentos sintéticos ejecutados por Engler, y perfec- cionados más tarde, en 1896, por Heusler,* constituyen la base sólida en que se apoya la teoría del origen animal del petróleo. En efecto, Engler llegó á producir un petróleo artificial, semejante en todos aspectos al pe- tróleo natural,? por la destilación del aceite de pescado; destilación por 1 Véase Edward Orton. The Trenton Limestone as a source of petroleum and natural gas in Ohio and Indiana. Eighth Annual Report of the U. S. Geol. Survey. 1886-87. Parte Il, págs. 485 á 506. Véase también A. Jaccard. Le pétrole, l'asphalte et le bitume au point de vue géologique. Pa- ris. 1895. Pág. 34. 2 W. J. McGee. Rock gas and related bitumens. Eleventh Annual Report of the U. S. Geol. Surv. Parte 1. 1889-90. Pág. 609.—Frederick Salathe. Resume of original researches, analyses, and refining methods of petroleum, mainly from the southern counties of California. California State Mining Bureau. Boletín núm. 2. Parte I, 1897. Pág. 73. —Edward Orton. Loc. cit., pág. 609. 3 C. W. Hayes and William Kennedy. Oil Field of the Texas—Louisiana Gulf Coastal Plain. U. S. Geol. Survey. Serie A. Economic Geology. Boletín núm. 212. 1903. Pág. 1838. 4 C. Klement. Les théories relatives a origine du pétrole. Procés verbaux de la Société Belge de Géologie, de Paléontologie et d' Hydrologie. Tomo XI. 1897. Pág. 85.—Véase también Francis C. Phillips. Origin of natural gas and petroleum. Am. Chemical Journal. Tomo XVI. 1894, Pág. 417. 5 Loc. cit., pág. 73. 6 Das Erdól und seine Verwanten. Braunschweig. 1888. 7 C. Klement. Loc. cit., pág. 82. 8 C. Klement. Loc. cit., pág. 84. 9 C. Klement. Loc. cit., pág. 84. E 2LSGUNAs PUETOROS PROL BRAD medio de la cual obtuvo la serie completa de parafinas, idénticas á los hidrocarburos del petróleo natural.* En apoyo de esta teoría, y como com- probante de mucho valor, existe el hecho de haberse encontrado: bases or- gánicas de la serie pyridina y quinolina, en los petróleos de California.” La pyridina se había obtenido antes por medio de cadáveres de animales, so- metiéndolos á la destilación seca y destructora de la gelatina contenida en la carne y en los tejidos; y ahora se extrae de todas las variedades de pe- tróleo crudo encontradas en Ventura y sus alrededores (California), así co- mo de los productos destilados de estos petróleos.? Esta es sin duda una comprobación notable de la hipótesis del origen animal del petróleo. Es muy cierto, como dice Wm. C. Day,* que parece razonable atribuir distinto origen á los petróleos tan diferentes que salen por distintos manantiales; pero se comprende también que variando la intensidad del calor y de la presión, una misma substancia orgánica producirá materias carbonosas cu- yas propiedades físicas ó químicas serán diferentes; y así, Wm. C. Day ha obtenido en su laboratorio diferentes clases de asfalto artificial destilando, en presencia del agua líquida ó en vapor, materias animales ó materias ve- getales, ó las dos reunidas. Por último, aunque parece que no sólo la ma- teria orgánica animal sino también la vegetal” puede originar en algunos casos la formación del petróleo, Boverton Redwood dice que: la teoría Ho- fer-Engler tiene en la actualidad el mayor número de partidarios.” El conjunto de observaciones geológicas hechas en las regiones petro- líferas descritas antes, se concilia” con la teoría del origen animal del pe- tróleo; y por lo tanto, puede decirse con fundamento que: el petróleo de la costa del Golfo de México parece ser un producto de la descomposición” de la materia animal proporcionada por una fauna marina, que se extin- guió paulatinamente al variar el nivel del mar en esa región. Acerca de la asociación del petróleo con otros minerales, dice Robert T. Hill lo siguiente: «The bodies of sulphur are probably a by-product of the formation of the oil, which at Spindle Top is not only highly saturat- 1 F. Salathe. Loc. cit., pág. 73. 2 F. Salathe. Loc. cit., pág. 73. 3 S. F. Peckhann. On the origin of bitumens. Am. Journ. of Science. $ Serie. Vol. 48. 1894. Pág. 394. 4 Wm. C. Day. The laboratory production of asphalts from animal and vegetable materials. Am. Chemical Journal. Tomo XXI. 1899. Pág. 498. 5 W. J. McGee. Loc. cit., pág. 613. 6 Wi. C. Day. Loc. cit., pág. 495. 7 C. Klement. Loc. cit., pág. 613. 8 Véase E. Orton. Loc. cit., pág. 613. DE MEXICO. 85 ed with sulphuretted hydrogen, but contains by chemical analysis from 1.5 to 3 per cent of sulphur. It was Capt. Lucas who discovered the re- lation between the sulphuretted hydrogen fumarolas, gas-springs and sulphur incrustations at the surface, and the bodies of subterranean oil, and it was his belief in this association that led him to seek for oil ou Spindle Top hill.» Como en el Istmo de Tehuantepec se encuentra el hidrógeno sulfurado en los dos insignificantes manantiales de agua de Chapo y Salinas ya men- cionados; y como también se encuentran pequeñísimas cantidades de azu- fre en Medias Aguas, en Sayula y en los pozos de Chapo, junto con caliza y yeso; he creído, en vista del párrafo anterior, que estas manifestaciones superficiales son el principal fundamento de la opinión que emitió el Capt. Lucas respecto al terreño petrolífero de Tehuantepec, y que expresó en los siguientes términos: «the oil is there in large quantities, a three week of careful examination and analyses demostrates a rich oil district, with a product of excellent quality.»* No solamente en el Istmo de Tehuantepec, sino también en el Cantón de Tuxpan del Estado de Veracruz, se observa que: acompaña al chapopo- te, en su emisión, una cierta cantidad de agua conteniendo un poco de hi- drógeno sulfurado. Este hecho me obliga á estudiar el valor científico que tenga la asociación del hidrógeno sulfurado, y del azufre, con los yacimien- tos de petróleo; pues en caso de ser esta asociación siempre constante, y de que las mencionadas manifestaciones superficiales hayan indicado siempre la presencia en el subsuelo de receptáculos de petróleo, de gran valor co- mercial, apoyaré también en la existencia de esas manifestaciones superfi- ciales la opinión que voy á emitir después acerca de las regiones petrolífe- ras ya descritas, y de su manera de exploración. En cambio, si el resulta- do de este estudio es una prueba de que las referidas manifestaciones no son indicio cierto y constante de la presencia del petróleo en el subsuelo, en cantidad industrialmente aceptable, quedará salvada mi opinión de las objeciones que pudieran hacerle más adelante fundándolas en la referida asociación. Desde el año 1869, F. V.-Hopkins, en su informe acerca de la geología de la Louisiana mencionó la asociación del azufre, del yeso y la caliza con el petróleo, asociación que explicó como sigue: el yeso en presencia de una materia orgánica en descomposición, que produzca ácido carbónico, se re- duce por la acción de este ácido con formación de caliza, azufre libre y car- buros de hidrógeno.* 1 R. T. Hill. The Beaumont Oil Field with Notes on other Oil Fields of the Texas Region. Trans. Am. Inst. Min. Eng. 1908. Vol. ARA pág. 375. 2 Mexican Herald. 1904. Núm. 178, pág. 2. 3 George I. Adams. Oil and Gas fields of the upper cretaceous and tertiary [formations of the Westerns Gulf Coast. Bull. U. S. Geol. Surv. núm. 184. 1901. Pág. 50.——Véase también C. W. Ha- yes y William Kennedy. Loc. cit., pág. 139. 86 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS La teoría química anterior ha sido llamada intermediaria, entre la or- gánica y la anorgánica,' porque según ella intervienen en la formación del petróleo: una materia orgánica, la cual por su descomposición produce bió- xido de carbono; y una materia anorgánica, el yeso, que se supone es redu- cido por el ácido carbónico. Esta teoría fué sin duda la que sirvió de fun- damento á los Sres. O. W. Hayes y William Kennedy para decir que: el petróleo de la costa del Golfo es debido probablemente, en parte cuando menos, á la acción reductora que ejerció sobre el yeso la materia orgánica animal y vegetal, pero principalmente esta última.” Sería inútil hacer un estudio químico detallado de la teoría de F. V. Hopkins,” porque es perfectamente sabido que: el bióxido de carbono no ejerce acción química alguna sobre el sulfato de cal. En efecto, la reacción química que se verifica por completo ó casi por completo es la reacción con- traria, es decir, la formación del sulfato de cal y del bióxido de carbono (ácido carbónico), por la acción del ácido sulfúrico sobre el carbonato de cal. Esta última es una reacción necesaria, no invertible, se verifica á la temperatura ordinaria sin necesidad de la intervención de ninguna euergía extraña ó trabajo preliminar que la provoque; es exotérmica, desarrolal 47.8 kilocalorías suponiendo todos los compuestos al estado sólido; y se ve- rifica aun con soluciones muy diluídas de ácido sulfúrico.? Según lo anterior, y como no se verifica la reacción química entre el ácido carbónico y el yeso, puede concluirse con fundamento diciendo que: no es exacta la teoría de Hopkins; y que en la formación del petróleo, el yeso no tiene la intervención supuesta en esa teoría. La asociación del petróleo con el yeso, el azufre, y el hidrógeno sulfu- rado, puede explicarse con Braun” como sigue. El yeso es reducido por los carburos de hidrógeno! con formación de sulfuro de calcio y bióxido de car- bono; este último, en presencia del agua, ataca al sulfuro de calcio y se produce carbonato de cal é hidrógeno sulfurado, quedando en equilibrio químico: por una parte, el bióxido de carbono y el sulfuro de calcio; y por otra, el carbonato de cal y el hidrógeno sulfurado (ácido sulfhídrico). Por la acción del oxígeno del aire, ó de las aguas aireadas superficiales, el sulfuro de calcio produce azufre libre; y el hidrógeno sulfurado al oxidarse en pre- 1 C. W. Hayes y William Kennedy. Loc. cit., pág. 139. 2 C. W. Hayes y William Kennedy. Loc. cit., pág. 140. 3 F. V. Hopkins. Report on the geology of Louisiana. 1869. 4 Charles Janet. Transformation artificielle en gypse du calcaire friable des fossiles des sables de Bracheux. Bull. Soc. Belg. de Géol. Tomo VIII. 1894. Pág. 170. 5 George IL Adams. Loc. cit., pág. 51.—Véase también F. S. Hunt. Chem. and Geol. Essays; y 8. F. Pecham. The genesis of bitumens, as related to chemical geology. Proceedings of the Am. Phil. Soc. Philadelphia. 1898. Pág. 114. 6 E. Fuchs y H. De Launay. Traité des gites minéraux et metalliferes. Paris. 1893. Tomo L. Pág. 274. DE MEXICO. 87 sencia del agua se transforma en azufre con formación de una pequeña cantidad de ácido sulfúrico.' La extensión de las reacciones anteriores depende sobre todo de la can- tidad de agua que circule en el subsuelo; pues el yeso no es muy soluble, y es preciso que se encuentre en solución para que se verifiquen las reac- ciones anteriores. Según esto: cuando la circulación acuífera subterránea sea muy pequeña, esas reacciones alcanzarán poca extensión, y las mani- festaciones sulfurosas superficiales serán insignificantes, aunque exista en el subsuelo gran cantidad de carburos de hidrógeno; en cambio, si la cir- culación es activa, aunque los hidrocarburos se encuentren en mucha me- nor cantidad, las reacciones mencionadas serán más extensas, y mucho más notables las manifestaciones sulfurosas superficiales. De lo anterior se de- duce que: estas últimas manifestaciones no sirven para calenlar la cantidad de hidrocarburos contenidos en el subsuelo. Por otra parte, como las aguas en su circulación interior pueden seguir caminos muy irregulares, y salir á la superficie por puntos lejanos del lugar en que se encuentra el receptáculo pe- trolífero subterráneo (oil pool), y no siempre por puntos situados en la ver- tical que pasa por este último, las referidas manifestaciones no sirven tam- poco para determinar con exactitud la situación del petróleo en el subsuelo. Para comprobar las conclusiones anteriores podría citar muchos hechos, pero me conformaré con indicar los que proporciona la exploración de la re- sión petrolífera del Isimo de Tehuantepec. En efecto: en Chapo se encuen- tra, como he dicho, el manantial de agua sulfurosa del rancho el Alqui- trán; además, en los dos pozos que se han perforado allí se han encontrado el azufre y el yeso; y sin embargo, prácticamente ninguno de los pozos de Cha- po ha producido chapopote, hasta una profundidad que es ya mayor de 300 metros. En cambio, en Potrerillos, cerca de Jáltipan, no existen manifes- taciones sulfurosas en la superficie del terreno, no se han encontrado ni el yeso ni el azufre en los pozos perforados allí; y no obstante, en el «Pozo 2 de Jáltipan se encontró chapopote fluido á los 178 metros de profundidad, y este pozo ha producido hasta 20 barriles diarios del referido chapopote. Creo que los hechos anteriores pueden considerarse como una comprobación de las conclusiones antes indicadas. Por las explicaciones anteriores se comprende que: para encontrar en la superficie del terreno las manifestaciones sulfurosas mencionadas, no basta la presencia del petróleo en el subsuelo; sino que se necesita también la presencia del yeso, y una corriente de agua subterránea, que después de disolver á este compuesto para que se verifiquen las reacciones anteriores, eleve en disolución hasta la superficie del terreno al sulfuro de calcio y al hidrógeno sulfurado. En Spindle Top (Beaumont) se han encontrado con las perforaciones 1 Para estudio detallado de estas reacciones véase: J. D. Villarello. Génesis de los yacimientos mercuriales de Palomas y Huitzuco. Memorias de la Sociedad científica Antonio Alzate. Tomo XIX. Págs. 99, 104, 124, 128 y 130. 88 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS además del petróleo: dolomita,' yeso” y agua salada caliente. * Ahora bien, el agua, sobre todo cuando tiene en disolución bióxido de carbono, disuelve al yeso;* por lo tanto, en Beaumont las aguas calientes subterráneas di- solvieron al yeso, hecho que está comprobado por los fragmentos de este mi- neral que han salido por los pozos, pues la superficie deesos fragmentos estaba siempre corroída, lo cual prueba que estuvieron sujetosá la acción de algún disolvente.” Las aguas selenitosas así formadas, al obrar sobre los carbu- ros de hidrógeno producen sulfuro de calcio é hidrógeno sulfurado, com- puestos que al llegar en disolución á la parte superficial del terreno, ó zo- na de oxidación: depositan azufre en las grietas, acidulan las aguas superfi- ciales, si no se encuentran rocas calizas en la superficie, ó en presencia de estas últimas forman depósitos secundarios de yeso.? De esta manera que- dan explicados los fenómenos químicos observados en Beaumont, * y á los cuales ha dado mucha importancia el Capt. Lucas. * En Chapo, lugar comprendido en la zona petrolífera del Istmo de Te- huantepec, se han encontrado con las perforaciones: carburos de hidróge- no, yeso y agua salada, compuestos suficientes para que tengan verificativo las reacciones que indiqué antes. Por lo tanto, aunque en muy pequeña escala, se verifican en este lugar los mismos fenómenos químicos que se ob- servan en Beaumont: pero tanto en estas localidades, como en otras varias en las cuales aparece en la superficie del terreno el hidrógeno sulfurado y el azufre, se encuentra el yeso á la profundidad. El yeso, cuando no se ha formado por la acción de aguas termomine- rales sulfurosas, ó por la acción de vapores calientes de agua é hidrógeno sulfurado, puede encontrarse en el subsuelo: ya sea en capas de origen ma- rino; ó mezclado á la sal gema, con la cual está generalmente asociado; 26 bien como resultado del ataque de la caliza por el sulfato de magnesia con- tenido en el agua del mar. De esta acción química resulta, además del ye- so, un carbonato de magnesia que en determinadas condiciones se une al carbonato de cal, y forma la dolomita.” 1 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit. pág. 70. 2 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit. pág. 71. 3 Robert T. Hill. Loc. cit. págs. 392-396. 4 Arthur M. Comey. Dictionary of chemical solubilities. 1896.—Véase también: G. P. Grims- ley and E. H. $. Bailey. Special report on gypsum and gypsum cement plasters. The University Geological Survey of Kansas. Tomo V. 1899. pág. 72. 5 C. W. Hayes and Wiiliam Kennedy. Loc. cit. pág. 71. 6 Spezia, Braunn's chemische Mineralogie. pág. 366.—Véase también: George I. Adams. Loc. cit. pág. 52. 7 Robert T. Hill. Loc. cit. págs. 392 y 398. 8 Robert T. Hill. Loc. cit. pág. 397. 9 H. Coquand. Sur l'áge des gisements de sel gemme (Djebel— Mélab), sur l' origine des ruis- seaux salés (Oued — Melah) et des lacs'salés (Chotts et Sebkéa) de 1” Algérie. Bull. Soc. Ghol. de Fran- ce. 22 Serie. Tomo XXV. 1867-68. pág. 440. 10 Para detalle de estas reacciones véase F. Sterry Hunt. On the formations of gypsums and do- lomites. Quarterly Jour. Geol. Soc. of London. Tomo XVI. 1860. pág. 153. DE MEXICO. 89 La asociación de la sal, el yeso y las aguas saladas, con el petróleo, se ha observado en muchas localidades, como en Galicia en donde se encuentra también el azufre libre;' pero esta asociación no es constante,” ni aun en Ga- licia.? Si la asociación anterior no es constante, si no en todos casos se ha encontrado el petróleo junto con el yeso, la sal, ó las aguas saladas, tam- poco puede ser constante la asociación del petróleo con el azufre y el hidró- geno sulfurado, substancias que para formarse requieren, como he dicho antes, la presencia del yeso ó de las aguas selenitosas. Por otra parte, las manifestaciones sulfurosas ya indicadas pueden ser debidas á acciones sul- fatarianas, y no á la acción reductora de los carburos de hidrógeno; de donde se deduce que: estas manifestaciones no siempre indican la presen- cia del petróleo en el subsuelo. Es cierto que el petróleo crudo de varias localidades, y tanto el super- ficial como el encontrado á la profundidad, contiene azufre, asociación que podría indicarse como fundamento de la teoría según la cual, el azufre con- tenido en el petróleo es siempre un producto accesorio á la formación del mismo petróleo; pero como se verá en seguida, el azufre que acompaña al petróleo es anterior ó posterior á la formación del mismo petróleo. El Prof. Peckham dice: Elazufre contenido en el petróleo puede ser de- bido á dos diferentes causas: cuando se encuentra en muy pequeña canti- dad, una fracción por ciento, puede decirse que ese azufre formaba parte constitutiva de la materia de que se formó el petróleo; pero cuando el azu- fre contenido alcanza varias unidades por ciento, es porque ha sido produ- cido por reacciones químicas, entre el petróleo y los sulfatos contenidos en las aguas naturales. * El procedimiento según el cual se sulfura el petróleo en el subsuelo puede explicarse como sigue. Al descomponerse las substancias azoadas animales producen ácido carbónico por la unión del oxígeno de la substan- cia con el carbón; y el hidrógeno se combina con el ázoe, el azufre y el fós- foro, contenidos en las mismas substancias y se forma amoníaco y pequeñas cantidades de hidrógeno sulfurado y fosforado.? Por otra parte, el hidróge- no sulfurado se forma también, como dije antes, por la acción reductora de los carburos de hidrógeno sobre los sulfatos de cal ó de magnesia conteni- 1 Fuchs et De Launay. Loc. cit. pág. 124. 2 H. Coquand. Sur les gítes de pétrole de la Valachie et de la Moldavie. et sur l'áge des ter- raims quí les contienent. Bull. Soc. Géol. de France. 2* Serie. Tomo XXIV. 1866-67, pág. 509.— Véase también T. Sterry Hunt. Loc. cit. pás. 152. 3 Fuchs et De Launay. Loc. cit. pag. 150. 4 Prof. Peckham. Discussion. Proc. of the Am. Phil. Soc. Tomo XXXVI. 1897. pág. 188. Véase también: S. E. Peckham. Oh the nature and origin of petroleum. Proc. Am. Phil. Soc. To- mo XXXVII. 1897 pág. 109. 9 A. $S. Cooper. The genesis of petroleum and asphaltum in California. California State Mining Bureau. Boletín 16. 1899. pág. 7. Véase también: W. L. Watts. The gas and petroleum yielding formations of the Central Valley of California. California State Mining Bureau. Boletín 3. 1894, pág. 35. No 26.—12 90 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS dos en el agua del mar.* El hidrógeno sulfurado que resulta de las reaccio- nes químicas anteriores ataca al petróleo, lo resinifica y lo sulfura, sobre todo cuando este ataque se verifica en las cercanías de la superficie del te- rreno, ó sea en la zona de oxidación, en la cual como he dicho se oxida el hidrógeno sulfurado con precipitación de azufre.” Cuando es pequeña la cantidad de este metaloide contenido en el petróleo, podrá decirse: que ese azufre se encontraba en la substancia azoada animal que originó la forma: ción del petróleo; que al descomponerse esa substancia, el azufre se trans: formó en hidrógeno sulfurado como dije antes; y que este compuesto sulfu- ró al petróleo. En cambio, si la proporción de azufre contenida en el petróleo excede de uno por ciento, puede decirse: que ese azufre proviene de substan- cias extrañas á la formación del petróleo; y que es debido á la reducción de sulfatos alcalino-terrosos, por la acción de carburos de hidrógeno previa: mente formados. El azufre contenido en el petróleo se encuentra en combinación quími- ca;' y han podido ser separados é identificados los siguientes sulfuros: me- thyl, normalpropyl, iso y normal butyl, pentyl, etylpentyl y hexyl, sulfu- ros contenidos en el petróleo crudo de Ohio.? El petróleo de Beaumont,* así como el chapopote que se halla en las re- giones ya descritas de los Estados de Tamaulipas, San Luis Potosí y Vera- eruz, contienen gran cantidad de azufre en combinaciones orgánicas, y tam- bién hidrógeno sulfurado. Según varios químicos la cantidad de azufre contenida en los petróleos de Beaumont, después de expulsar el hidrógeno sulfurado con una corriente de aire ó vapor, varía entre el 1.75 y el 2.4 por ciento, siendo 2.04 por ciento el contenido en el petróleo del «pozo Lu- cas.» El chapopote de las regiones descritas en este estudio contiene can- tidades de azufre variables entre el 1.48 y el 5.31 por ciento; y por lo tanto, según la respetable opinión del Prof. Peckham ya indicada, y la no me: nos autorizada del Dr. A. S. Cooper,* puedo decir que: la mayor parte del azufre contenido en los chapopotes de la costa del Golfo en México, y en el petróleo de Beaumont, es debida á la reducción del sulfato de cal; y no puede considerarse ese azufre como un producto accesorio de la formación de los referidos carburos de hidrógeno. Al sulfurarse el petróleo no sólo varía su composición química, sino que 1 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 24. 2 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 56. 3 A. $. Cooper. The genesis of petroleum and asphaltum in California. California State Mining Bureau. Boletín 16. 1899. pág. 10. 4 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 56. 5 Charles F. Mabery. On the composition of certain petroleum oils, and of refining residues. Proc. Am. Academy of Arts and Sciences. Tomo XXV. 1890. pág. 218. 6 Robert T. Hill. Loc. cit. pág. 393. 7 CO. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit. págs. 149-150 y U. S. Geol. Surv, Serie A, Economic Geology. Boletín 213. 1903. pág. 851. : 8 A. 8. Cooper. Loc. cit. pág. 10. DE MEXICO. Sil varían también sus propiedades físicas. En efecto, haciendo obrar el hidró- geno sulfurado, el oxígeno, el ácido azótico, ó los azotatos de potasa y sosa, sobre el petróleo '* se obtiene el chapopote, ó sea, un hidrocarburo que con- tiene azufre, oxígeno ó ázoe, y á veces todos estos elementos.” En los cha- popotes se ha encontrado ó una gran cantidad de oxígeno ó una gran pro: porción de azutre,? y el exceso de estos elementos ocasiona que: el petróleo pierda su fluidez, hasta llegar á endurecerse;' y que aumente de una mane- ra notable su peso específico.? La resinificación del petróleo y su transformación en chapopote es de- bida principalmente á la diminución en el petróleo de la «petrolena,» que es el disolvente natural de la «asfaltena.»* Ahora bien, la «petrolena,» puede desaparecer del petróleo crudo: por evaporación; por oxidación; por la acción del agua que contenga oxígeno ó aire atmosférico;” % bien, al sul- furarse el petróleo por la “acción del hidrógeno sulfurado ó del azufre. Se- gún esto, cuando el petróleo se encuentre sometido á alguna de las accio- nes anteriores desaparecerán de él los aceites ligeros,'” y se transformará en un chapopote más ó menos viscoso, y á veces enteramente duro.” RESUMEN. En vista de las razones expuestas en esta parte de mi estudio, creo fun- dadas las siguientes conclusiones: El yeso no interviene en la formación del petróleo. La mayor parte del azufre contenido en los petróleos de Beau- mont y en los chapopotes de la costa del Golfo en México, no es un pro- ducto accesorio de la formación de esos hidrocarburos, sino que es debido á la reducción del sulfato de cal por los mismos hidrocarburos. La presen- cia de las incrustaciones de azufre en la superficie del terreno, log manan- tiales de agua sulfurosa y los desprendimientos de hidrógeno sulfurado, 1 A. $. Cooper. Loc. cit. págs. S y 15. 2 A. S. Cooper. Loc. cit. pág. 15. 3 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 17. Véase también: Richardson. Nature and origin ofasphaltum. 4 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 40. 5 Charles F. Mabery. On the composition of american petroleum. Proc. Am. Phil. Soc. To- mo XXXVI. 1897. pág. 180. 6 Stanislas Méunier. Etude stratigraphique et chimique sur les gisements asphaltiques du Ju- ra. Mémoires de la Soc. Bele. de Géol. Paléont. et d' Hydrol. Tomo XII. 1898. pág. 88. 7 $. Meunier. Loc. cit. pág. 88. Véase también H. Coquand. Sur les gisements asphaltiques des environs de Raguza, dans la province de Val di Noto (Sicile). Bull. Soc. Géol. de France. 2* Se- rie. Tomo XXV. 1867-68. pág. 429. Véase también S. F. Peckham. On the nature and origin of petroleum. Proc. Am. Phil. Soc. Tomo XXXVI. 1897. pág. 110. 8 Boussingault. Annales de Chimie et de Physique. 1* Serie. Tomo LXIV. 1837. pág. 148. 9 A. 5. Cooper. Loc. cit. pág. 56. 10 A. Jaccard. Loc. cit. pág. 247. Véase también Dr. J. P. Kimball. Am. Jour, of Science. 3% Serie. Tomo XII. 1876. pág. 285. 11 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 40. 92 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS no siempre indican la presencia del petróleo en el subsuelo. La ausencia de estas manifestaciones superficiales no prueba la ausencia del petróleo en la profundidad. La presencia de las referidas manifestaciones superficiales, cuando no son debidas á acciones sulfatarianas, sólo indican la presencia del yeso y de carburos de hidrógeno en el subsuelo; pero sin que pueda apreciarse por ellas: ni la naturaleza del hidrocarburo; ni, en su caso, el valor comercial de los receptáculos petrolíferos subterráneos; ni mucho me- nos permitirán fijar la posición de estos receptáculos. Por último, la pre- sencia de esas manifestaciones superficiales en terrenos petrolíferos, indi- can que el petróleo del subsuelo, sobre todo en la zona de oxidación ó superficial: está sulfurado y en parte resinificado; es pesado, más ó menos viscoso, de base asfáltica, y relativamente escaso en aceites iluminantes. DISTRIBUCIÓN PROBABLE DEL PETROLEO EN EL SUBSUELO. Hasta la profundidad alcanzada por los diversos pozos que he mencio- nado en los Capítulos anteriores, puede decirse que: los receptáculos petro- líferos subterráneos de la costa del Golfo de México, no parecen ser primi- tivos sino secundarios; es decir, que el petróleo no se formó en las capas ya cortadas, sino que se acumuló en ellas después de haber caminado erran- te y por grietas, desde los receptáculos primitivos hasta encontrar estratos ó lugares apropiados para su acumulación.* En apoyo de esta idea se en- cuentran los hechos que paso á mencionar. Cuando el petróleo se forma en una capa arcillosa, la arcilla intercep- ta toda comunicación entre el petróleo líquido, que aprisiona, y las aguas aireadas ó sulfurosas; y por lo mismo, evita de una manera más ó menos completa las reacciones químicas relativas que mencioné en el Capítulo an- terior, y el petróleo queda fluido.” En cambio, al salir el petróleo de su re- ceptáculo primitivo, para caminar errante por grietas hasta encontrar un lugar favorable á su acumulación, se encuentra en íntimo contacto con las aguas sulfurosas que á veces lo acompañan en su circulación ascendente,* ó con el aire contenido en esas grietas; y al sulfurarse ú oxidarse por estos motivos, pierde mayor ó menor cantidad de hidrocarburos ligeros, y se transforma en un chapopote duro ó viscoso. Por esta razón dice Jaccard que: la formación de un depósito secundario de petróleo, casi siempre está acompañada de una transformación de la substancia que emigra.* En to- das las perforaciones que se han hecho en las regiones petrolíferas antes descritas, se ha encontrado solamente chapopote fluido ó viscoso, y á veces duro como en Tantoyuca, en Papantla y en el Istmo de Tehuantepec. Este hecho indica, en vista de los motivos antes expuestos, que los recep- táculos petrolíferos subterráneos que se han cortado hasta ahora en las re- 4 1 W. L. Watts. Loc. cit. pág. 59. 2 H. Coquand. Sur les gisements asphaltiques des environs de Raguza dans la province du Val di Noto (Sicile). Bull. Soc. Géol. de France. 2* Serie. Tomo XXV. 1867-68. pág. 429, 3 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 72. 4 A. Jaccard. Loc. cit. pág. 247. 94 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS feridas regiones, son de origen secundario; pues esos receptáculos contie- nen chapopote, y esta substancia no se encuentra en las rocas en las cuales se opera la descomposición lenta de los restos orgánicos, vegetales ó anima- les,* que originan la formación del petróleo. La cantidad de azufre contenida en los chapopotes de las regiones ya descritas, es muy superior á la que podría considerarse como existente en la substancia azoada animal que originó la formación del petróleo; y por lo tanto, ese exceso de azufre proviene de la causa extraña á la formación del petróleo, que indiqué en el Capitulo anterior. Ahora bien, si los receptácu- los petrolíferos ya cortados fueran primitivos, esa causa extraña no habría obrado con igual intensidad en todo el petróleo contenido en ellos, y el azufre no se encontraría en la misma proporción en todo el petróleo que proviniera de un mismo receptáculo subterráneo; porque al solidificarse el chapopote en toda la superficie del receptáculo primitivo se forma una cu- bierta que impide” la evaporación, la oxidación y la sulfuración del petró- leo contenido en el interior del referido receptáculo. Pero esto no sucede en las regiones petrolíferas antes descritas, pues es constante la cantidad deazu- fre contenida en el chapopote que proviene de un mismo receptáculo. Por lo tanto, parece fundado decir que:” el petróleo fué sulfurado antes de pene- trar en los receptáculos ya cortados por las perforaciones; y que estos últi- mos son de origen secundario. Por último, en vista de los datos proporcionados por las perforaciones, no puede decirse que una capa determinada sea la petrolífera; y si no pue- de definirse la posición de esta capa, no pueden considerarse como primiti- vos los receptáculos petrolíferos cortados por las referidas perforaciones.* * ES X Como los receptáculos petrolíferos subterráneos ya cortados por las per- foraciones hechas en México, pueden considerarse. como secundarios, el chapopote se encontrará en el subsuelo: ó en las grietas por donde se veri- fica ó se ha verificado la circulación ascendente del chapopote; ó-en las ca- pas permeables que haya encontrado en esta circulación.? Me ocuparé prime- ro en estudiar las capas permeables que existen en las regiones petrolíferas ya descritas, con objeto de ver si se encuentran en condiciones favorables para permitir una gran acumulación de chapopote; y después me ocuparé 1 S. Meunier. Etude stratigraphique et chimique sur les gisements asphaltiques du Jura. Mé- moires. Soc. Belg. Géol. Paléontol. et d' Hydrol. Tomo XII. 1898. pág. 85. 2 A. 8. Cooper. Loc. cit. pág. 49. 3 A. S. Cooper. Loc. cit. pág. 10. 4 W. L. Watts. Loc. cit. pág. 59. 5 E. Fuchs et L. De Launay. Loc. cit. pág. 146. DE MEXICO. 95 en estudiar las grietas por las cuales haya circulado el referido hidrocarburo. Las condiciones esenciales para la acumulación del petróleo en depó- sitos secundarios son: un abastecimiento suficiente que provenga de los de- pósitos primitivos; una roca porosa en la cual pueda almacenarse, y que le sirva de receptáculo; y una capa impermeable que cubra á la porosa, é im- pida el escape de los hidrocarburos acumulados.! El plegamiento de Jas ca- pas formando anticlinales, siempre que no sea exagerada la inclinación de estas capas, favorece la formación de receptáculos petrolíferos secundarios de valor comercial.* La bondad de los receptáculos pretrolíferos secundarios depende prin- cipalmente: de la abundancia en el abastecimiento de chapopote; de la fa- cilidad con la cual pueda circular este último por las grietas de las capas impermeables en pequeño hasta llegar á las rocas permeables; y de la po- rosidad y extensión de estas últimas.* En las regiones petrolíferas que he descrito anteriormente existe como zona impermeable superficial, la que está formada por arcillas y margas muchas veces no apizarradas, zona que es bastante gruesa como lo han de- mostrado las perforaciones hechas: en el Ebano, en Tanute, en Cerro Vie- jo, en Cubas, en Sabaneta, en Jáltipan, en Chapo y en San Cristóbal. En esta zona por naturaleza impermeable, el chapopote ha podido circular so- lamente por las grietas poco importantes que cortan á las margas y á veces también á las arcillas, grietas angostas é irregulares que en algunas par- tes llegan hasta la superficie del terreno, y permiten el derrame del chapo- pote por los pequeños manantiales mencionados ya con el nombre de cha- popoteras. Las margas y arcillas se encuentran saturadas de agua en algunas pat- tes de las regiones petrolíferas ya descritas, y sobre todo en la del Istmo de Tehuantepec; y por lo tanto, la circulación del chapopote por las grietas de estas rocas saturadas de agua es muy lenta. Además, como la mayor par- te del chapopote de las regiones antes mencionadas es más ó menos visco- so, su circulación por las grietas y poros de las rocas es bastante lenta ó imposible, sobre todo si las rocas están húmedas. * Algunas de las perforaciones hechas en Sabaneta, en Jáltipan y en Cha- po, han encontrado chapopote duro; y éste, al obstruir las grietas que cor- tan á las rocas mencionadas, impide la circulación ascendente del chapo- pote viscoso ó fluido. Esta circulación no puede ser activada por la del agua,” porque la de esta última es muy pequeña ó totalmente nula en la 1 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit. pág. 140.—W. J. Mc Gee. Loc. cit. pág. 604. 2 1. C. White. Petroleum and natural gas. West Virginia Geol. Surv. Tomo I. 1899. pág. 372. 3 S. Meunier. Loc. cit. pág. S7. 4 A. $. Cooper. Loc. cit. pág. 42. ; , 5 Louis Lartet. Sur les gítes bitumineux de la Judée et de la Ccelé-Syrie, et sur le mode d'arri- vée de lasphalte au milieu des eaux de la mer Morte. Bull. Soc. Géol. de France. 2* Serie. Tomo XXIV. 1866-67. pág. 30.—Robert T. Hill. Loc. cit. págs. 397 y 398. 96 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS mayor parte de las regiones petrolíferas antes mencionadas, según lo han demostrado las perforaciones hechas en el Istmo de Tehuantepec y en el Ebano. En vista de lo anterior puede decirse que: en las regiones petrolíferas que,he estudiado existen capas de naturaleza impermeable, por no ser po- rosas, y cuya «permeabilidad en grande,» debida á las grietas que las cor- tan, es para el chapopote muy pequeña ó casi nula en muchos lugares. Es- tas rocas se hallan en las regiones estudiadas desde la superficie del terreno hasta la profundidad alcanzada por las perforaciones; pero intercaladas en ellas se encuentran lentes y estratos permeables, formados por arena suel- ta y areniscas, estratos que debo estudiar con algún detalle, pues de su po- rosidad y extensión depende la riqueza de los receptáculos petrolíferos sub- terráneos que se encuentren en esas regiones. La porosidad de una arenisca depende de la forma de los granos, de la uniformidad en el tamaño de estos últimos, y de la cantidad de material que les sirve de cemento.* Ahora bien, en Sabaneta, en el Ebano, en Cha- po y en Jáltipan, han cortado las perforaciones capas de areniscas calcáreas y de areniscas silizosas, rocas que afloran principalmente en las cercanías de Sayula en el Istmo de Tehuantepec. La presencia de este cemento cali- zo Ó gilizoso, debido á la circulación de aguas que depositaron estos com- puestos al pasar por capas de arena, disminuye ó nulifica la porosidad de estas capas.* Además, las areniscas de las regiones mencionadas son de grano fino, y esto ocasiona una circulación lenta y difícil para los líquidos, * razón por la cual la porosidad de estas capas sólo es de ocho á diez por cien- to.” Según lo anterior puede decirse que: la porosidad de las areniscas en las regiones petrolíferas mencionadas antes es en lo general pequeña, y va- ría en una misma capa con la cantidad de cemento calizo ó silizoso, y con la mayor ó menor finura del grano, lo cual hace que tengan una forma irre- gular los tramos más permeables de las referidas areniscas. Por los datos que han proporcionado la mayor parte de las perforacio- nes hechas en el Ebano, en Sabaneta, y en el Istmo de Tehuantepec, pue: de decirse que: son poco gruesas relativamente las capas de arena suelta y de areniscas; y que en estas capas se ha acumulado el chapopote formando lentes aplastadas de dimensiones variables. En efecto, perforaciones muy cercanas, tanto en el Ebano, como en Cubas y en Jáltipan, no han corta: do las mismas capas de arena, Ó las han cortado con espesores diferentes, lo cual indica la forma en lentes de estas capas,* forma que está comproba- 1 Daubrée. Les eaux souterraines á l'époque actuelle. 1887. Tomo 1. pág. 17. 2 C. W. Halles and William Kennedy. Loc. cit. pág. 141. 3 W. F. Griswold. The Berea grit oils and in the Cadiz Quadrangle Ohio, Bull. U.S. Geol. Surv. Serie A. Economic Geology. 1902. N. 198. pág. 14. 4 W. F. Griswold. Loc. cit. pág. 14. 5 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc, cit. pág. 141. 6 Edward Orton. Loc. cit. pág. 511, DE MEXICO. 97 da también por los siguientes hechos. En los primeros pozos abiertos en el Ebano, así como en el «Pozo 2» de Jáltipan, se hizo uso de bombas para ex- traer el chapopote; y, sin embargo de esto, no aumentó de una manera no- table la producción del referido hidrocarburo, lo cual según M. L. Fuller, indica la forma en lentes de los receptáculos petrolíferos subterráneos.' Además, en San Cristóbal del Istmo de Tehuantepec, en Cubas de Papan- tla, y en otros lugares, se observa lo siguiente: Un pozo abierto cerca de una chapopotera encuentra chapopote fluido brotante á determinada pro- fundidad; y teniendo en cuenta la inclinación de las capas en las cercanías del pozo referido, se ha podido calcular la profundidad á la cual será cor- tada la misma capa, que en ese pozo contiene el chapopote, por otro pozo distante del primero cierto número de metros medidos en una línea normal al rumbo de las capas y en la dirección del echado de estas últimas. Cono- cida ya teóricamente la profundidad á la cual debe ser cortada la capa pe- trolífera se han abierto los nuevos pozos; y estos muchas veces no han encontrado al chapopote ni á una profundidad muchísimo mayor de la cal- culada. Esto prueba que no hay capas petrolíferas en esas regiones, sino que el chapopote se halla concentrado en receptáculos subterráneos de for- ma lenticular; y por lo tanto, sólo las perforaciones que corten á mna de estas lentes, ó á una grieta directamente comunicada con ellas, producirán chapopote. La mayor parte de las lentes cortadas por las perforaciones hechas has- ta ahora puede decirse que son pequeñas relativamente; porque pozos muy cercanos entre sí no cortan á una misma lente, y muchas perforaciones han producido cantidades muy pequeñas de chapopote, y durante poco tiempo. En las cercanías del cerro de la Pez, en el Ebano; en las inmediaciones de Cubas, en Papantla; y en San Cristóbal en el Istmo de Tehuantepec, son los lugares en donde se han encontrado lentes de mayores dimensiones re- lativas, sobre todo en Cubas y en el Ebano. Más tarde, cuando se explore la región petrolífera de Tuxpan, es problable que se corten lentes de im- portancia industrial semejante á la que han tenido las de Cubas y el Ebano. Como se comprende por la descripción que he hecho de las regiones petro- líferas de los Estados de San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz, las ma- nifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo se encuentran dise- minadas en una gran extensión de terreno; y por lo tanto, puede decirse también que: las lentes petrolíferas subterráneas de esas regiones se en- cuentran muy diseminadas. De todo lo anterior se deduce que: en las regiones petrolíferas ya men- cionadas se encuentran satisfechas las condiciones indispensables para la acumulación del chapopote en depósitos secundarios, pues existe la indis- 1 Myron L. Fuller. The Gaines Oil field of Northern Pennsylvania. Ann. Rep. U. S. Geol. Surv. 1900-01. Parte III. pág. 604. No 26. —18 98 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS pensable' zona impermeable que cubre á las capas permeables; pero debe tenerse en cuenta para los fines comerciales, que estas últimas capas son por lo general poco porosas en esas regiones, que los receptáculos petrolí- feros subterráneos tienen la forma de lentes de dimensiones relativamente pequeñas en la mayoría de los casos, y que estas lentes están diseminadas en una gran extensión de terreno. Como dije antes, la estructura anticlinal favorece la formación de re- ceptáculos petrolíferos de valor comercial.? Esta teoría fué sostenida pri- mero, en 1861, por T. Sterry-Hunt,* y más tarde por I. C. White; ha sido comprobada en multitud de localidades,? es ahora generalmente acep- tada,” y puede decirse con G. H. Eldridge que: las zonas productivas se han encontrado en conexión con anticlinales, ya sea en la proximidad de sus ejes, Ó bien á lo largo de sus flancos, ó en las cercanías de la base de los referidos anticlinales.” Cuando el petróleo se encuentra junto con el agua, en una capa poro: sa, tiende á subir hacia la superficie del terreno, separándose del agua por ser el petróleo de menor densidad. Este movimiento ascendente continúa hasta encontrar una capa impermeable: si esta capa es horizontal, el petró: leo no se acumula en gran cantidad;* pero si es inclinada, el movimiento ascencional continúa bajo esa capa hasta llegar á la cresta del pliegue en la cual se verifica la acumulación, y se forman receptáculos en las cercanías del eje del anticlinal. El gas, el petróleo y el agua, se separan por orden de densidades, y se encontrarán los dos primeros en los anticlinales, y la segunda en las cercanías de los sinclinales. Para que la acumulación del petróleo se verifique según la teoría del anticlinal, de la manera antes indicada, es preciso que la capa permeable sea regular en grueso y carácter, uniformemente porosa y homogénea, has: ta llegar á la cresta del anticlinal;” pues sólo así podrá subir el petróleo hasta la referida cresta y formar allí receptáculos largos y angostos. Pero si la roca permeable afecta la forma de lentes aisladas y diseminadas en los flancos de un anticlinal, el movimiento ascendente del petróleo, y la sepa- 1 Edward Orton. Loc. cit. pág. 512.—C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 141. 2 A. S. Cooper. Loc. cit., pág. 19. 3 T. Sterry-Hunt. Sur les pétroles de 1 Amérique du Nord. Véase también Louis Lartet. Loc. cit., pág. 5972. 4 I. C. White. Loc. cit. 372. 5 Véase S. Meunier. Mém. Soc. Belg. Géol. Paléont. d'Hydrol. Tomo XIL 1898. pág. 94.— W. L. Watts. Loc. cit., págs. 5, 19, 27 y 59. —E. Fuchs et L. De Launay. Loc. cit., pág. 123. — Edward Orton. Loc. cit., pág. 515.—George H. Eldridge. The Asphalt and bituminous rock deposits of the United States. 22th. Ann. Rep. U. S. Geol. Surv. 1900-01. Parte I. pág. 219.—C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 144. 6 W. F. Griswold. Loc. cit., pág. 11. 7. G. H. Eldridge. The Petroleum fields of California. U. S. Geol. Surv. Serie A. Economic Geology. 1902. Boletín 213., pág. 321. 8 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 142. 9 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 143. DE MEXICO. 99 ración por densidades del gas, petróleo y agua, se verificará sólo dentro de la lente.* En el Istmo de Tehuantepec la estructura anticlinal no ha favorecido probablemente la formación de grandes receptáculos de petróleo, tanto por no ser uniformes y homogéneas las capas porosas, sino en forma de lentes, como por el motivo que paso á mencionar. El anticlinal San Cristóbal se levanta con muy poca pendiente al Sur de Coatzacoalcos y al Norte de Santa Lucrecia, y solamente en las cerca- nías del eje las capas tienen una inclinación de 30 450%. La poca pendien- te de las capas en los flancos de este anticlinal no es suficiente” para que el chapopote pueda vencer los obstáculos debidos á la irregularidad de ca- rácter de las capas permeables, á su desigual espesor y porosidad, y pueda elevarse hasta la cresta del anticlinal. Por lo tanto, esa poca pendiente no favorece la acumulación de grandes cantidads de petróleo, conclusión ésta enteramente de acuerdo con la opinión de W. F. Griswold, quien dice: en los lugares donde los estratos tienen una pendiente uniforme en una gran extensión de terreno, es probable que no haya acumulaciones de petróleo de valor comercial.? Como se ve, la porosidad de las capas es una condición esencial para la acumulación del petróleo, como lo es para la de la agua;* pero también las condiciones de estructura general del terreno intervienen notablemente en esta acumulación.? En todas las regiones petrolíferas ya descritas en los Capítulos anterio- res, la estructura geueral del terreno es monoclinal; es decir, las capas, aunque ligeramente onduladas formando pliegues sumamente abiertos y de muy pequeña altura, tienen una pendiente casi uniforme y siempre ha- cia el Este. La inclinación de estas capas es muy pequeña en todas las re- siones petrolíferas mencionadas, como se ve por los datos que he indicado en sus correspondientes lugares; y esta corta y casi uniforme pendiente de las capas, es probable que no haya facilitado el movimiento ascensional del chapopote por los planos de estratificación de las referidas capas. Según esto, no solamente en Tehuantepec, sino que en todas las regiones petrolí- feras de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, el chapopote se encuen- tra en el subsuelo acumulado en lentes relativamente pequeñas y muy di- seminadas en una gran extensión de terreno. Las condiciones de los estratos, y la estructura general del terreno en las regiones petrolíferas descritas en este estudio, son muy distintas á las 1 A. M. Chance. The anticlinal theory of natural gas. Trans. Am. Inst. Min. Eng. Tomo XV. 1887. Pág. 9. Véase también W. F. Griswold. Loc. cit., pág. 14. 2 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 143. 3 W. E. Griswold. Loc. cit., pág. 16. 4 Edward Orton. Loc. cit., pág. 604. 5 W. L. Watts. Loc. cit., pág. 19.—Arthur John Phinney. The natural gas field of Indiana 11th Ann. Rept. U. S. Geol. Surv. 1889-90. Parte I, pág. 654. 100 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS que se encuentran en Beaumont (Texas); aunque en este lugar existen ma- nifestaciones sulfurosas superficiales semejantes á las que se encuentran en el Istmo de Tehuantepec, y en la región de Tuxpan. En Spindle Top (Beaumont) la roca permeable petrolífera es una dolo- mita sumamente porosa' y muy permeable, tanto por el carácter cristalino de la roca,” como por existir en ella pequeñas cavidades formadas por la ac- ción disolvente de las aguas.* Esta gran permeabilidad permite la circu- lación fácil del petróleo, su acumulación en grandes cantidades, y también su fácil salida al exterior cuando una perforación corta á la capa de dolo- mita.* La zona impermeable en esta región es bastante gruesa, y está cons- tituída por una serie de capas de arcilla y calizas intercaladas, hasta lle- gar á la capa de caliza más profunda llamada «cap-rock.»” La estructura del terreno petrolífero en Spindle Top es anticlinal* con flancos bastante inclinados y el copete casi plano, anticlinal que coincide con una eminen- cia en la superficie del terreno, llamada Spindletop-Hill, aunque es mayor la inclinación de los flancos del anticlinal que la pendiente de los flancos de este cerro.” Las aguas termales se han encontrado en esta región abajo del aceite, y éste sale caliente del Pozo Lucas.* El receptáculo petrolífero se encuentra á una profundidad de 320 metros,* y ocupa una superficie de 823 por 915 metros.” Comparando los datos anteriores con los relativos á las regiones petro- líferas descritas en este estudio, se obtienen las siguientes couclusiones. La capa petrolífera de Beaumont es excesivamente permeable, y en las re- giones petrolíferas de que me he ocupado no existen capas permeables con- tinuas, sino lentes de areniscas poco permeables y diseminadas en una gran extensión de terreno. La porosidad de la dolomita de Beaumont es de más de 25 porciento” y la de las areniscas de las regiones estudiadas es sólo de 8á10 por ciento. La circulación del petróleo en la dolomita de Beaumont es muy fácil, y es difícil en las areniscas calcáreas y silizosas de las regio- nes de que me ocupo. La dolomita de Beaumont cede fácil y rápidamente el petróleo que contiene, y las areniscas mencionadas lo ceden con dificul- 1 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 70. 2 Edward Orton. Loc. cit., pág. 584. 3 Charles A, Ashburner. Petroleum and natural gas in the New York State. Trans. Am. Inst, Min. Eng. Tomo XVII. 1888. Pág. 914. —C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 70. 4 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., págs. 71 y 141. 5 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 142. 6 Robert T. Hill. The Beaumont Oil Field, with notes on other oil fields of the Texas region. Trans. Am. Inst. Min. Eng. 1903. Tomo XXXIII, pág. 392. 7 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 72. 8 Robert T. Hill. Loc. cit., págs. 392 y 395. 9 G. I. Adams. Loc. cit., pág. 48. 10 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc.cit., pág. 69. 11 C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 141. DE MEXICO 101 tad y lentitud cuando son cortadas por uma perforación.' La estructura de la roca permeable en Beaumont es muy favorable á la acumulación del pe: tróleo en grandes receptáculos subterráneos, pues los flancos del anticlinal tienen bastante pendiente, y esto facilita el movimiento ascensional del petróleo contenido en esa parte de las capas y su llegada hasta la cresta del anticlinal, la cual por ser casi plana, permite la formación de recep- táculos petrolíferos subterráneos bastante extensos en el sentido horizontal. En cambio, en las regiones que he estudiado, la estructura del terreno no es favorable; porque la inclinación de las capas es muy pequeña, y esto no facilita el movimiento ascensional del chapopote por los planos de estra- tificación de las referidas capas, sino que ese hidrocarburo permanece muy diseminado en una gran extensión de terreno. En el Istmo de Tehuante- pee el anticlinal tiene una forma enteramente contraria á la del anticlinal de Beaumont; pues en el de Tehuantepec los flancos tienen muy poca pen- diente, y en la cresta las capas están bastante inclinadas; y en Beaumont los flancos están muy levantados y en la cresta las capas están casi hori- zontales. Por lo tanto, los receptáculos petrolíferos subterráneos de Te- huantepec se encontrarán diseminados en la gran extensión de terreno ocu- pada por los flancos del anticlinal San Cristóbal; pero en la cresta de este anticlinal no se encontrarán grandes acumulaciones de chapopote, porque en esta cresta la mucha inclinación de las capas facilita la emigración de los hidrocarburos hasta la superficie del terreno y su salida al exterior, sobre todo en el caso de que me ocupo, en que el anticlinal está descopetado por erosión. Según esto, es fundado decir que: desde el punto de vista comer- * cial, no son comparables los receptáculos petrolíferos subterráneos del Ist- mo de Tehuantepec y los de Beaumont en Texas. Indicadas ya las condiciones en que se encuentran las capas permeables en las regiones petrolíferas descritas en este estudio, condiciones que, en vista de las razones expuestas, pueden considerarse como poco favorables para permitir grandes acumulaciones de chapopote en el subsuelo, paso á ocuparme de las grietas por las cuales circula el chapopote en el subsuelo de las regiones petrolíferas de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz. La circulación subterránea del petróleo ha sido poco estudiada, pero se sabe sin embargo que difiere de la del agua.” Además, dice A. S. Cooper que: cuando una roca está saturada de agua es casi imposible que el petró- leo desaloje á esa agua y penetre en la roca, y menos aún si ésta es de gra- no fino.” En cambio, el petróleo, por la presión hidrostática, la de la roca y la de los gases, tiende á emigrar para acumularse en cualquier espacio vacío,* y sólo el chapopote endurecido conserva su posición.” C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit., pág. 141. Robert T. Hifl. Loc. cit. pág. 365. A. 5. Cooper. Loc. cit. pág. 46. A. S. Cooper. Loc. cit. págs. 42 y 47. A. 5. Cooper. Loc. cit. pág. 47. ¡40 A a 102 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Según la teoría indicada primero por L. Lartet' en 1866 y propuesta recientemente por R. T. Hill? en 1903, las aguas termales en su cireulación ascendente por grietas ó fracturas sirven de vehículo al petróleo que en- cuentran diseminado en su trayecto, al cual elevan hasta la superficie del terreno, ó por lo menos, hasta las capas porosas apropiadas para su acu- mulación. La circulación subterránea de aguas termales en las regiones petrolífe- ras que he descrito es insignificante ó nula, en la mayor parte de ellas, según lo han demostrado las perforaciones; y por lo tanto, no puede conside- rarse á estas aguas como vehículo del petróleo, en su circulación ascendente por las grietas de las rocas en todas esas regiones. Además, el Terciario de la costa del Golfo de México, ha estado someti- do á esfuerzos horizontales pequeños; y por lo tanto, el plegamiento y agrie- tamiento de las capas es también poco importante. Según esto puede de- cirse, que en las regiones mencionadas el chapopote generalmente emigra por grietas más bien capilares que supercapilares. Esto dificulta la circu- lación subterránea del chapopote, más aún cuando es viscosa esta substan- cia, razón por la cual no puede decirse que es muy abundante en las regio- nes descritas el abastecimiento de los receptáculos petrolíferos de origen secundario, abastecimiento que se verifica al emigrar el chapopote por grie- tas generalmente angostas, hasta encontrar zonas porosas apropiadas para su acumulación. El chapopote al emigrar por grietas hacia la superficie del terreno, im- pulsado principalmente por la presión de la roca y por la de los gases que siempre lo acompañan, tiende á llenar todos los espacios vacíos que encuen- tre en su trayecto. De esta manera puede pasar el chapopote de las grie- tas á los tramos porosos de las rocas cortados por las referidas grietas; y en este caso, al llenar los espacios vacios de las rocas porosas, constituye allí un receptáculo de origen secundario. Puede también pasar el chapopo- te de las grietas para alguno de los planos de estratificación de las rocas cortadas, y entonces continúa su trayecto lateral-ascendente por los espa- cios vacíos irregulares que existen entre las caras de separación de los re- feridos estratos. Después de seguir este camino, más bien lateral que as- cendente, puede encontrar otras grietas, y entonces continuará su ascenso por ellas, para llegar á otros tramos porosos de las rocas cortadas, á otros planos de estratificación, ó hasta la superficie del terreno. En varias de las regiones petrolíferas descritas en este estudio existen, como he dicho, rocas ígneas en parte intrusivas. Estas partes intrusivas al cortar á las rocas sedimentarias establecen una comunicación entre las ca- pas inferiores y las superiores, por la solución de continuidad que existe 1 Louis Lartet Loc. cit. pág. 30. 2 Robert T. Hill. Loc. cit. págs. 397 y 398.—C. W. Hayes and William Kennedy. Loc. cit. pág. 143. DE MEXICO. 108 en el contacto de los estratos sedimentarios con las rocas ígneas menciona- das. Al llegar á estas últimas, el chapopote que circule en las grietas in- terceptadas por las intrusiones, tendrá que continuar su ascenso por la zona de contacto entre las rocas ígneas y sedimentarias. Igual trayecto seguirá el chapopote que emigra por los espacios vacíos de los planos de estratifi- cación cortados por la parte intrusiva de las rocas ígneas. Según esto, esas partes intrusivas de las rocas mencionadas, son una especie de barreras impermeables subterráneas que impiden pase el chapopote de uno á otro lado de las rocas cortadas, y lo obligan á seguir su camino por las zonas de contacto entre las rocas ígneas y sedimentarias. En los lugares en que las partes intrusivas de las rocas ígneas son más bien verticales que hori- zontales, el chapopote asciende por las zonas de contacto ya mencionadas; y en los lugares en que esas partes intrnsivas son más bien horizontales que verticales, el chapopote se acumula debajo de esa barrera impermeable, constituyendo allí un receptáculo de origen secundario, ó circula horizon- talmente debajo de la roca intrusiva hasta que encuentra una grieta ó es- pacio vacío que le permita continuar por allí su circulación ascendente. Las partes intrusivas de las rocas ígneas al cortar á las sedimentarias permiten que el chapopote contenido en receptáculos secundarios, disemi- nados á distintas profundidades, emigre por la zona de contacto entre las rocas mencionadas, y se acumule arriba formando nuevos receptáculos. Es- tos últimos se encuentran en las zonas porosas de las rocas superiores cor- tadas por las partes intrusivas de las rocas ígneas, ó debajo de los tramos casi horizontales de estas intrusiones, ó bien en los lugares más agrietados dle las referidas zonas de contacto. Siguiendo el chapopote los trayectos ya indicados, en su emigración hacia la superficie del terreno, se acumula constituyendo receptáculos pe- trolíferos subterráneos de origen secundario, y de formas diversas, según es el lugar en que se verifica la acumulación. Cuando el chapopote se acumula en los tramos porosos de las rocas se- dimentarias, tramos que pueden estar situados en las cercanías de las grie- tas que los cortan, ó en las zonas de contacto de las rocas intrusivas y de las sedimentarias, ó debajo de los tramos casi horizontales de las rocas in- trusivas, la forma de los receptáculos subterráneos es en lentes más ó me- nos irregulares, de extensión muy variable, y de grueso también muy di- verso. Las dimensiones de estas lentes son las que tienen los tramos porosos de las rocas sedimentarias, arenas ó areniscas, tramos porosos aislados por lo general y muy irregulares. Esto explica por qué son tan irregulares las lentes petrolíferas, y por qué se hallan éstas muy diseminadas tanto en el sentido horizontal como á la profundidad. La misma forma en lentes tienen los receptáculos secundarios debidosá la acumulación del chapopote en los espacios vacíos irregulares, comprendi- dos entre las caras de separación de los estratos. Estas intercalaciones en- tre los estratos son, por lo tanto, de dimensiones muy irregulares también. 104 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Por último, tienen la forma de vetillas ó de venas, los receptáculos se- ecundarios debidos á la acumulación del chapopote en las grietas ó en los espacios vacíos comprendidos en las grietas que cortan á las rocas, ó que se hallan en la zona de contacto entre las rocas sedimentarias y las partes im- trusivas de las ígneas ya mencionadas. Estas diferentes formas de receptáculos petrolíferos de origen secunda- rio, explican los diferentes resultados alcanzados hasta ahora con las perfo- raciones, y explican las diferencias que se observarán en los nuevos pozos que se abran en las regiones petrolíferas que he descrito en los Capítulos anteriores. En efecto, unas perforaciones pueden cortar lentes de regula- res dimensiones, en las que se haya acumulado durante mucho tiempo cha- popote fluido, en los poros de una roca muy permeable, ó en algún espacio supercapilar comprendido entre las caras de separación de los estratos; en- tonces, el chapopote brotará al ser cortada la lente por la perforación, y continuará brotando en gran cantidad mientras exista en la lente cortada un exceso de gases y de chapopote acumulado. Después, la cantidad de chapopote que salga por el pozo en la unidad de tiempo, dependerá: de la cantidad que en igual tiempo llegue á la lente cortada por las grietas que la alimenten; de la permeabilidad de la roca; de la facilidad con que la ro- ca pueda ceder el petróleo que contenga; y de la presión originada por la acumulación de gases en la misma lente. Al disminuir la presión de estos gases, disminuye también la cantidad de chapopote que brota por el pozo, y aun llega á suspenderse temporalmente la salida del chapopote entre tanto aumenta la presión de los gases, que juntos con esta substancia emi- gran de la profundidad para alimentar receptáculos de origen secundario. En este último caso, el pozo tiene un régimen geyseriano, como lo tuvieron los pozos núm. 17, del Ebano, y núm. 2, de Jáltipan. Cuando la perforación no corta á una lente petrolífera sino á una grie- ta, el éxito de la perforación depende de la importancia de la grieta corta- da. Si ésta se encuentra á poca distancia de alguna lente petrolífera impor- tante, con la cual esté comunicada, ó si por ella se verifica una circulación activa de chapopote fluido, como sucede á veces en la zona de contacto en- tre las rocas sedimentarias y las ígneas en sus partes intrusivas, la produc- ción del pozo será regular; porque entonces, encontrando el chapopote menor resistencia en su movimiento ascendente por la perforación, que si- guiendo su trayecto natural por las grietas de las rocas, brota por el pozo en cantidad tanto mayor, cuanto más activa es la circulación del chapopo: te por la grieta cortada. En cambio, cuando la perforación corta á una grieta capilar, por la cual se verifica con dificultald y lentitud la circula- ción del chapopote, este último saldrá por el pozo en muy pequeña canti- dad, aun haciendo uso de bombas para extraerlo. Tampoco producirá cha- popote la perforación que sólo corte grietas llenas de grahamita, ó tramos de grietas ocupadas por este chapopote duro. Otros pozos, aunque muy cercanos de aquellos que han alcanzado éxito DE MEXICO. 105 comerzial, pueden pasar dentro de la red de grietas por donde circula el chapopote sin cortar á ninguna de ellas, y sin cortar tampoco á las lentes petrolíferas, que pueden estar muy cercanas. En este caso la perforación no producirá chapopote, y muchas veces ni aun haciendo uso de la dina- mita; pues la explosión de ésta en el fondo del pozo no siempre establece la comunicación entre éste y las grietas y lentes petrolíferas cercanas. Ejemplos de todos los casos anteriores se encuentran en las regiones que he descrito, y no obstante que la exploración de ellas se encuentra sólo en sus principios. : Al verificarse la emigración del petróleo de la profundidad hacia la su: perficie del terreno, por las grietas antes mencionadas, hasta acumularse constituyendo receptáculos petrolíferos secundarios en forma de lentes ó de vetillas, se oxida ó se sulfura al ponerse en contacto con el aire, ó con las aguas meteóricas oxidantes, ó con aguas sulfurosas. Entonces el petró- leo se resinifica, y se vuelve viscoso y á veces duro. Si la resinificación tie- ne lugar en la superficie del terreno, por la evaporación, oxidación, ó sul- furación rápida del chapopote fluido, se forma entonces el chapopote duro que se encuentra alrededor de varias chapopoteras; pero cuando la resini- ficación se verifica en la profundidad, por una oxidación ó sulfuración len- ta del chapopote, se forma entonces la grahamita, ó la albertita, ú otros hidrocarburos del mismo tipo.' Según esto, la grahamita puede encontrar- se en cualquiera parte del trayecto que sigue el chapopote en su circula- ción subterránea, y en cualquiera de los lugares en donde esta substancia se acumula formando depósitos de origen secundario. Por lo tanto, la gra- hamita puede encontrarse: en vetillas, rellenando las grietas más ó menos irregulares por donde asciende el chapopote, circulación que se interrum- pe al endurecerse esta substancia en las grietas mencionadas; en lentes in- tercaladas entre las caras de separación de las rocas sedimentarias, cuando se ha resinificado el chapopote que rellenaba á los espacios vacíos compren- didos en los planos de estratificación; ó bien en lentes comprendidas en las mismas capas sedimentarias, cuando se resinifica por cómpleto el chapo- pote que ocupa los tramos porosos de estas rocas, tramos que entonces que- dan llenos de grahamita. Como se ve, este hidrocarburo puede encontrarse en depósitos de formas iguales á las que tienen Jos receptáculos petrolífe- ros subterráneos de origen secundario; pero por lo general son menos pro- fundos relativamente los depósitos de grahamita, porque en las cercanías de la superficie del terreno es en donde se verifica más fácilmente la resi- nificación del chapopote. La resinificación del petróleo no se verifica de una manera uniforme en todos los receptáculos petrolíferos de origen secundario, ni en todas partes de un mismo receptáculo, cualquiera que sea la forma de este último. En efecto, las causas que originan la resinificación del petróleo no obran con 1 J. P. Kimball. Am. Journ. Science. 3* Serie. Tomo XII. 1876. Pág. 285. No 26.-—-14 106 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS igual intensidad á todas las profundidades, sino que como dije antes son mucho más activas en las cercanías de la superficie del terreno. En estas cercanías la evaporación de los productos ligeros se verifica con mucha ma- yor facilidad que en lugares profundos; la oxidación es mucho más activa, por encontrarse mayor cantidad de oxígeno en las cercanías de la superficie del terreno que en la profundidad; y la sulfuración es también más enér- gica, porque como dije en el Capítulo anterior, en las cercanías de la su- perficie del terreno, ó sea en la zona de oxidación, el hidrógeno sulfurado se oxida con precipitación de azufre, lo cual activa la sulfuración y resini- ficación del petróleo. Por otra parte, cuando se resinifica y endurece el pe- tróleo, la parte dura constituye una cubierta sólida que impide el contacto del chapopote fluido ó petróleo contenido en el interior de la cubierta, con el oxígeno ó el azufre; y por lo tanto, esa cubierta impide más ó menos la resinificación del chapopote situado en el interior de un receptáculo petro- lífero de origen secundario. En vista de lo anterior puede decirse: que no todas las lentes petrolífe- ras secundarias, situadas al mismo nivel, contienen chapopotes igualmente resinificados; y que por lo general, el chapopote es más fluido y menos denso en las lentes petrolíferas profundas que en las superficiales. La calidad del chapopote que se encuentra acumulado en grietas es más variable, porque las grietas, aun las que están muy cercanas, comuni- can á veces con lentes que contienen chapopotes de calidades diferentes; y puede suceder que un pozo corte primero á una grieta comunicada con len- te petrolífera muy profunda y con chapopote muy fluido, y á mayor pro: fundidad el mismo pozo corte otra grieta comunicada con lente petrolífera menos profunda que la anterior, y con chapopote menos fluido y más den- so. Según esto puede decirse que: por lo general al aumentar la profundi- dad de un pozo se puede obtener chapopote más flnido, y menos denso que el encontrado en las zonas superiores; pero muchas veces el resultado es contrario, principalmente cuando el pozo va cortando grietas por las cuales se verifica la circulación subterránea de los referidos chapopotes, pues en- tonces son muchos los cambios en la calidad de esta substancia, por la razón antes indicada. Antes de concluir este Capítulo voy á indicar algunas ideas relativas á los receptáculos petrolíferos subterráneos de origen primario, en las regio: nes descritas en este estudio. En las regiones descritas en los Capítulos anteriores se encuentran ma- nifestaciones superficiales del petróleo del subsuelo en rocas cretácicas, ter- ciarias y cuaternarias; pero en las dos últimas sólo existen chapopotes, es decir, substancias que resultan de la evaporación, oxidación ó sulfuración del petróleo, y únicamente en las rocas cretácicas, como sucede en Pubiche del Estado de San Luis Potosí, se halla el petróleo inalterado impregnando á las calizas. Parece según esto, que en las rocas de la parte superior del Cretácico y tal vez en las del Eógeno también, se verificó principalmente DE MEXICO. 107 la descomposición lenta de la materia orgánica animal que originó la for- mación del petróleo en las regiones descritas. Es probable según esto, que los receptáculos petrolíferos primarios se encuentren en las rocas neocretá- cicas y en las eogénicas. Estas rocas que afloran ó se encuentran á poca profundidad en Aquismón y San José de las Rusias, están muy profundas en otras regiones, como sucede en los alrededores del cerro de La Pez en el Ebano, en Tuxpan, y en la parte Norte del Istmo de Tehuantepec; pues en todos estos lugares las perforaciones muy profundas sólo han cortado al Plioceno y á la parte superior del Mioceno. Por los motivos que indiqué en la primera parte de este Capítulo es fun- dado decir que: en el Neógeno de las regiones estudiadas, la mayor parte de los receptáculos petrolíferos subterráneos son de origen secundario; y como en el Eocretácico y Jurásico no sé que existan en México manifestaciones petrolíferas, me parece por ahora que es en la parte superior del Cretácico y en la inferior del Terciario, en donde se hallan principalmente los receptácu- los petrolíferos subterráneos de origen primario. En las rocas eogénicas de San José de las Rusias se encuentran muchos fósiles marinos, lo cual pare- ce ser otra prueba más, de que fué una fauna marina la que proporcionó la materia orgánica que al descomponerse con lentitud se transformó par- cialmente en petróleo, hidrocarburo que impregnó á las rocas en las cuales se verificó esa descomposición lenta. Impregnando el petróleo á las calizas, pizarras y areniscas, y rellenando principalmente los poros ó espacios va- cíos de estas últimas, y las oquedades de las calizas, quedaron constituidos log receptáculos petrolíferos primarios, con mayor ó menor extensión. Di- seminado así el petróleo en las rocas que acabo de mencionar, necesitaba después acumularse en algunos lugares, para que los receptáculos forma- dos en éstos fueran de mayor valor comercial. Para que esta acumulación se pudiera realizar era preciso que las capas sedimentarias se plegaran ó se fracturaran; pues entonces el petróleo, impulsado principalmente por la presión de la roca y la de los gases que siempre loacompañan, podría emi- grar por los planos de estratificación y acumularseen las crestas de los anticli- nales formados por el plegamiento de las capas, ó ascendiendo por fracturas podría acumularse en las partes más porosas de las rocas cortadas por las referidas fracturas, formando en éstas ó en las crestas de los anticlinales receptáculos más ó menos importantes, y de mayor ó menor valor comercial. La estructura monoclinal del terreno en algunas de las regiones antes descritas, y en otras la forma inconveniente de los anticlinales, su muy poca inclinación en los flancos y su mucha pendiente en las cercanías de las crestas, no fueron favorables, como dije antes, para la emigración fácil del petróleo por los planos de estratificación de las capas en que se formó, ni para que circulara entre las caras de separación de las capas superpuestas á las anteriores, y á las cuales llegó el petróleo ascendiendo por grietas, que las ponían en comunicación con los estratos petrolíferos situados deba- jo de ellas. 108 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS El esfuerzo horizontal al cual estuvieron sometidas las capas terciarias de las localidades que he descrito, fué relativamente pequeño; y por lo tan- to, como dije antes, fué también poco notable el plegamiento y el agrieta- miento del terreno. La estructura general y el agrietamiento del terreno no fueron favora- bles para la fácil emigración del chapopote y su acumulación en grandes receptáculos petrolíferos secundarios; pero en cambio, el haber sido corta- das y á veces inyectadas las rocas sedimentarias por las partes intrusivas de los basaltos que he mencionado, compensó en parte la desfavorable es- tructura monoclinal del terreno, y facilitó la emigración del chapopote. Este último se acumuló en la zona de contacto entre las rocas sedimenta- rias y la parte intrusiva de los basaltos, y formó receptáculos petrolíferos cercanos y directamente comunicados con las referidas zonas de contacto. Fijar desde la superficie del terreno la posición que ocupan en el subsuelo las lentes petrolíferas es hasta ahora imposible, como lo dije antes, y como lo repetiré después. En cambio, en la superficie del terreno se observan con facilidad las zonas de contacto antes mencionadas; y como estas zonas son trayectos fáciles para la emigración del chapopote de la profundidad hacia la superficie del terreno; y como muchas veces se encuentran cercanas á esas zonas de contacto lentes petrolíferas secundarias de importancia indus- trial, he considerado muy interesantes esas Zonas para la exploración de las regiones petrolíferas descritas en este estudio. Cuando en el afloramien- to de las zonas de contacto mencionadas se encuentran chapopoteras, las cuales indican que por esas zonas se verifica una circulación subterránea de chapopote, creo que en esas zonas y cerca de las chapopoteras, deben abrir- se las primeras perforaciones exploradoras; porque éstas en poco tiempo relativamente pueden proporcionar datos muy interesantes para poder opi- nar, con fundamento, acerca del valor comercial de la región petrolífera que se estudia y explora. RESUMEN Como conclusiones generales de esta parte de mi estudio puedo indicar las siguientes. El chapopote de la costa del Golfo de México en las regiones aquí des- critas, parece ser un producto de descomposición lenta de la materia ani- mal, proporcionada por una fauna marina neocretácica y eogénica princi- palmente. Los receptáculos petrolíferos subterráneos cortados hasta ahora por las perforaciones no parecen ser primarios sino secundarios, es decir, que el chapopote no se formó en lag capas cortadas, sino que se acumuló en ellas el petróleo ya resinificado que caminó por grietas desde los receptáculos primarios, hasta encontrar lugares apropiados para su acumulación. Estos lugares fueron principalmente: los tramos porosos de las rocas, los espacios DE MEXICO. 109 vacíos existentes entre las caras de separación de los estratos, y también las grietas por las cuales emigró el petróleo y se resinificó. Por los datos obtenidos con las perforaciones puede decirse: que en las regiones estudiadas los receptáculos petrolíferos secundarios tienen la for- ma de vetillas, de venas y de lentes aplastadas, relativamente de pequeñas dimensiones por lo general; y que estas lentas están diseminadas en una gran extensión de terreno, y se hallan también muy diseminadas á la pro- fundidad. La estructura monoclinal del terreno en algunas de las regiones estu” diadas, y en otras la forma inconveniente de los anticlinales, su muy poca inclinación en los flancos y su mucha pendienteen las cercanías de las cres- tas, no fueron favorables para la emigración fácil del chapopote por las ca- ras de separación de los estratos, ni para su acumulación en grandes recep- táculos petrolíferos de origen secundario. Las zonas de contacto entre las rocas sedimentarias y las partes intru- sivas de los basaltos de las regiones descritas, compensaron en parte la des- favorable estructura monoclinal, facilitaron la emigración del chapopote de la profundidad hacia la superficie del terreno, y permitieron la acumu- lación del chapopote en receptáculos directamente comunicados con las re- feridas zonas de contacto. Cuando existen chapopoteras en el afloramiento de las zonas de contac- to antes mencionadas, creo que cerca de ellas deben abrirse las primeras perforaciones exploradoras, las cuales cuentan con probabilidades de éxito comercial, y son ellas las que en poco tiempo relativamente pueden pro- porcionar datos muy interesantes para poder opinar con fundamento, acer- ca del valor comercial de la región petrolífera que se estudia y explora. ; re as 0 O Ed q A 5 Feel ano Ap 0 de EA IMPORTANCIA RELATIVA ey EXPLORACIÓN DE LAS REGIONES PETROLIFERAS ANTES DESCRITAS Las perforaciones ejecutadas hasta ahora en las regiones petrolíferas de los Estados de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, regiones que he descrito en los Capítulos anteriores, han proporcionado como principales los siguientes datos. Los que he llamado receptáculos petrolíferos subterráneos de las regio- nes mencionadas, tienen la forma de venas, vetillas ó lentes que son por lo general de pequeñas dimensiones. Las lentes anteriores están diseminadas en una extensión muy grande de terreno. Los hidrocarburos líquidos contenidos en esas lentes están más ó menos oxidados ó sulfurados, son bastante densos, de color negro, de base asfál- tica, pobres en aceites iluminantes, y constituyen la substancia llamada “chapopote.”” E) chapopote tiene en el subsuelo de las regiones mencionadas diferen- tes consistencias, según es el grado de su oxidación ó sulfuración. Se en- cuentra fluido en las lentes que han sido cortadas por los pozos cercanos del cerro de La Pez en el Ebano, por los de Cerro Viejo y hacienda Chapo- pote en Tuxpan, por los de Cubas en Papantla, y por los de Jáltipan y San Cristóbal en el Istmo de Tehuantepec. El Chapopote es viscoso en los primeros cuatro pozos que se abrieron en el Ebano, en los tajos de San Jo- sé de las Rusias, en Tamaulipas, y en la mayor parte de las chapopoteras mencionadas en los Capítulos anteriores. El chapopote duro se encuentra llenando grietas, y también pequeñas cavidades lenticulares, en el Cantón de Tantoyuca, principalmente en los ríos Tempoal y Capadero, y en los arroyos Los Venados, San Juan y Tancanzahuela. Se halla también el cha- popote duro llenando grietas más ó menos angostas en los ríos el Espinal y el Quilate, que están situados: el primero en el Cantón de Papantla, y el segundo en el lindero de los Cantones de Misantla y Jalacingo, todos del Estado de Veracruz. Por último, se ha encontrado el chapopote duro en algunos de los pozos de Sabaneta en Papantla, y en algunas de las perfo- raciones hechas en Jáltipan del Istmo de Tehuantepec. 112 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Las perforaciones que hasta ahora han dado mejores resultados comer- ciales, y que han producido mayor cantidad de chapopote; son las que se han abierto cerca de las chapopoteras situadas en las zonas de contacto, en- tre las rocas sedimentarias neogénicas y los arrecifes calizos preterciarios del Istmo de Tehuantepec; ó en el contacto entre las mismas rocas sedimen- tarias neogénicas y la parte intrusiva de los basaltos pleistocénicos. Las perforaciones que se han abierto en las zonas de contacto antes men- cionadas no han dado resultados comerciales, cuando en esas zonas no han existido chapopoteras. De este caso son un ejemplo los pozos de Sabaneta en Papantla. Teniendo en cuenta los hechos que acabo de mencionar; y también las razones expuestas en el Capítulo anterior, de acuerdo con las cuales puede asegurarse, que la estructura del terreno en las regiones antes descritas no es la más favorable para permitir grandes acumulaciones de petróleo en el subsuelo, sino que los hidrocarburos en vez de reunirse quedan disemina- dos en lentes generalmente pequeñas, y distribuídas en una gran extensión superficial; y teniendo en cuenta por último, los datos ya indicados relati VOR á la topografía del terreno, y á las vías de comunicación más ó menos fáciles que existen en cada una de las regiones petrolíferas estudiadas, se llega á las siguientes conclusiones. Los hidrocarburos líquidos que más comunmente se obtendrán al abrir perforaciones en las zonas petrolíferas de los Estados de Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, serán bastante densos, escasos en aceites iluminan- tes, de color negro y de base asfáltica. Los pozos relativamente más productivos serán, por lo general, los que se hallen en las cercanías de las chapopoteras situadas en las zonas de con- tacto entre las rocas sedimentarias y las ígneas en sus partes intrusivas. La producción de los pozos, aun de los que se encuentren muy cercanos entre sí, será diferente; y también será variable el tiempo que dure su pro- ducción. Desde el punto de vista comercial puede decirse que son comparables las siguientes regiones: Tuxpan, desde San Gerónimo y Tepezintla, por Ce- rro Azul, Tierras Amarillas y Cerro Viejo, hasta la hacienda Chapopote al Poniente de Tuxpan; Cubas, en el Cantón de Papantla; la parte Sur—Este de la región de Tantoyuca, cercana de los basaltos; el Ebano y San Jo- sé de las Rusias, siendo la primera región la más importante probablemen- te. Son de menor importancia industrial que las anteriores, las siguientes zonas: Aquismón, Tantoyuca, en la parte Norte, Motzorongo, Sabaneta, Comalteco, Espinal, y los Cantones de Jalacingo y Misantla. En el Istmo de Tehuantepec la zona más interesante, y tal vez la única de importancia industrial como petrolífera, es la de San Cristóbal. Las chapopoteras por su importancia industrial pueden mencionarse en orden decreciente como sigue: 19 Cerro Azul y Juan Felipe; 22 Cerro Vie- jo, Cubas, Solís, Cerro Chapopotal; 32 Tierras Amarillas, Cerro de La Pez, DE MEXICO 113 El Ebano, Chijol; y 4% todas las otras chapopoteras mencionadas en este estudio. Por la facilidad de explotación, en lo relativo á vías de comunicación actuales, en orden decreciente pueden mencionarse las regiones petrolífe- ras como sigue: Ebano, Istmo de Tehuantepec, Tuxpan, Aquismón, Tanto- yuca, Papantla y San José de las Rusias. La exploración de las regiones petrolíferas se encuentra en sus principios solamente. Se han explorado más, aunque no por completo, las siguientes regiones: Ebano, Istmo de Tehuantepec, Cubas, Sabaneta, 'Pulapilla y Co- malteco. Las regiones de Tuxpan, San José de las Rusias y Aquismón es- tán casi inexploradas, lo mismo que las otras regiones que he mencionado en este estudio. La producción de chapopote fluido es relativamente pequeña en la ac- tualidad, como se comprende por los datos que han sido indicados al des- cribir las localidades comercialmente productoras hasta hoy en México, y que son: Cubas, en Papantla; El Ebano, en San Luis Potosí; y San Cristó- bal, en el Istmo de Tehuantepec. La producción media actual puede cal- cularse en cuarenta y cinco mil barriles mensuales aproximadamente. El chapopote duro (la grahamita, la albertita, etc.) puede decirse que en México no se ha encontrado en cantidad comercial; pues se halla sola- mente como relleno de lentes aisladas, de dimensiones pequeñas, ó en grie- tas muy irregulares, generalmente angostas, situadas en los meandros de los ríos ó arroyos. Por su importancia relativa, aunque no comercial, pue- den citarse en orden decreciente las localidades en que hay chapopote duro como sigue: El Cristo, Los Venados, Tancanzahuela, en el Cantón de Tan. toyuca; El Ojite y El Espinal, en Papantla; y el río Quilate que se halla en el lindero entre los Cantones de Misantla y Jalacingo, lugares todos del Estado de Veracruz. Para trazar las perforaciones exploradoras en las regiones petrolíferas descritas en este estudio, no son útiles las reglas conocidas, por las siguien» tes razones. No puede aplicarse la teoría del anticlinal, porque esta estructura, co- mo dije antes, no ha favorecido en México la acumulación del petróleo en gran cantidad, debido á que los flancos de los anticlinales tienen muy po- ca inclinación, y esto impide que el chapopote pueda vencer las resistencias que se oponen á su movimiento ascensional hasta la cresta de los anticlina- les. Por consiguiente, en vez de acumularse los hidrocarburos en las crestas, quedan “uy diseminados en los flancos de los referidos anticlinales. Ade: más, como la forma probable de los receptáculos petrolíferos subterráneos en las 1 ¿giones descritas, es la de pequeñas lentes muy diseminadas, nadie No 26.—15 114 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS sabe hasta ahora cómo se pueda fijar desde la superficie del terreno la po- sición de esas lentes subterráneas.' Antes se aceptaba como ubicación favorable para las perforaciones ex- ploradoras, los lugares donde se encuentran manantiales de petróleo; pero la práctica ha demostrado que es inadecuada esta ubicación, porque los re- feridos manantiales, que en México son conocidos con el nombre de «chapo- poteras,» no tienen una conexión inmediata con los grandes receptáculos petrolíferos subterráneos.” En vista de lo anterior puede decirse que: sólo una plausible casualidad podrá motivar el éxito comercial de alguna ó algunas perforaciones en las zo- nas petrolíferas ya descritas; regiones en las que existe sin duda chapopote en el subsuelo, pero está tan diseminada esta substancia, que no pueden darse reglas precisas para trazar perforaciones que con seguridad alcan- cen éxito comercial. En vista de esto sólo puedo decir que: para comen- zar la exploración de las regiones petrolíferas descritas, será conveniente abrir perforaciones en las cercanías de las chapopoteras, principalmente de las que se encuentren en las zonas de contacto entre las rocas sedimentarias y las ígneas en sus partes intrusivas. Estas perforaciones podrán no cortar directamente á un receptáculo petrolífero subterráneo; pero sí es muy pro- bable que corten á alguna de las grietas ó conductos por los cuales se ve: rifica la emigración del chapopote de la profundidad hasta la superficie del terreno. Por las razones que he indicado en varias partes de este estudio, puede decirse que las zonas de contacto que acabo de mencionar son las zonas más probables de emigración del chapopote; y por lo tanto, las per- foraciones en estas zonas tienen probabilidades de alcanzar algún éxito co- mercial, cuando en las referidas zonas de contacto existan chapopoteras. Estas últimas podrán no estar en conexión directa con los grandes recep- táculos petrolíferos que existen en el subsuelo de las regiones mencionadas; pero las perforaciones que se abran cerca de estas chapopoteras, tienen bastantes probabilidades de cortar á las grietas ó conductos que comuni- quen con esos grandes receptáculos, y por los cuales se verifica la emigra- ción del chapopote. Las perforaciones exploradoras trazadas como acabo de indicar produ- cirán chapopote, es decir, hidrocarburos más ó menos oxidados y sulfurados; porque esas perforaciones cortarán conductos de emigración ó receptáculos secundarios, y en todos éstos sólo se encuentran petróleos que han perdido la mayor parte de los aceites ligeros, y que se han resinificado transfor- mándose en chapopote. Sin embargo, como las perforaciones trazadas en las cercanías de las chapopoteras que se hallan en las zonas de contacto entre las rocas sedimentarias y las ígneas en sus partes intrusivas, son las que con mayores probabilidades alcanzarán éxito industrial, creo que esas 1 Roberí T. Hill. Loc. cit., pág. 366. 2 $. H. Stowell. Petroleum. Mineral Resources of the United States. 1883. Pág. 214. DE MEXICO. 115 son las perforaciones que deben hacerse primero, para tener una idea del valor comercial de cada una de las regiones petrolíferas. Después de haber aleanzado éxito con las perforaciones anteriores, podrán hacerse otras, ubi- cadas á mayor distancia de las zonas de contacto mencionadas, y las cuales tendrán por objeto ver si con ellas se obtienen chapopotes de mejor cali- dad. En todo caso, las perferaciones que se hagan deberán ser profundas; y creo muy acertado decir, con Hayes y Kennedy,' que: en las regiones descritas en este estudio será mucho mejor hacer un pozo de mil ó mil dos- cientos metros de profundidad, que varias perforaciones de quinientos ó seiscientos metros solamente. Me fundo para decir lo anterior en lo siguien- te. Las manifestaciones petrolíferas superficiales en las regiones descritas se encuentran desde el Cretácico en Pubiche, arriba de Tanchanaco, en el Estado de San Luis Potosí, y en el Eógeno de San Jozé de las Rusias, en Tamaulipas, hasta el Mioceno superior y Plioceno de Papantla y el Istmo de Tehuantepec, en el Estado de Veracruz. Por otra parte, el Terciario en la costa del Golfo de México es bastante grueso, como lo han demostrado las perforaciones profundas del Ebano y del Istmo de Tehuantepec. Por lo tanto, si el Terciario es muy grueso en las regiones petrolíferas descritas; y si en todo el Terciario y también en la parte superior del Cretácico, se han encontrado hidrocarburos líquidos en las regiones mencionadas, creo fundado decir que: á medida que una perforación sea más profunda en esas zonas, tendrá mayores probabilidades de cortar varios conductos de emi- eración de los hidrocarburos del subsuelo, y aun de cortar á alguna de las lentes petrolíferas que se hallan muy diseminadas en el sentido horizontal, y también á la profundidad en esas regiones. Además, los pozos muy pro- fundos podrán cortar algunos conductos que se hallan relativamente cerca de los receptáculos petrolíferos primarios, y en los cuales la oxidación y sulfuración de los hidrocarburos será menor que en los lugares más cerca- nos de la superficie del terreno; y por lo mismo, esos pozos profundos, con- venientemente trazados, tienen probabilidades de permitir la fácil salida al exterior de hidrocarburos líquidos, de mucha mejor clase que los chapopo- tes que se hallan á poca profundidad, y también en la superficie del te- rreno. RESUMEN Como resumen de esta parte de mi estudio puedo decir lo siguiente. La estructura general del terreno en las regiones petrolíferas descritas en este estudio, no es favorable para permitir grandes acumulaciones de petróleo en el subsuelo; y por lo tanto, los receptáculos petrolíferos subte- rráneos en esas regiones son probablemente lenticulares, generalmente pe- queños, y estas lentes están muy diseminadas tanto en el sentido horizon- tal como á la profundidad. 1 Loc. cit., pág. 86. 116 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS La mayor parte de los hidrocarburos líquidos que se hallen en el sub- suelo de las referidas regiones, estarán más ó menos oxidados y sulfurados, serán de base asfáltica, y contendrán pequeña cantidad de aceites ilumi- nantes. Es muy probable que se obtenga bastante cantidad de chapopotes flui- dos y viscosos al hacer perforaciones en varios lugares de las regiones des- critas; y aun es posible que se encuentren hidrocarburos líquidos menos densos, al perforar pozos bastante profundos en algunas de las localidades ya indicadas. La exploración de las regiones petrolíferas de México apenas está co- menzando, y esta exploración es la única que puede proporcionar datos su- ficientemente exactos para emitir, más adelante, opiniones mejor fundadas acerca del valor comercial de las referidas regiones petrolíferas. Teniendo en cuenta todo lo anterior creo que: deben ser exploradas las regiones descritas en este estudio; pero esas exploraciones deberán hacerse con criterio científico, con método, y con mucha precaución, para evitar los fracasos y la pérdida completa de los cuantiosos capitales que es necesario invertir en esta clase de exploraciones. ANALISIS DE LOS CHAPOPOTES Los resultados de los análisis de las muestras de chapopotes colectadas en las regiones descritas en los capítulos anteriores, me fueron proporcio- nados por el Jefe del Laboratorio de Química del Instituto Geológico de México; y puedo decir, que en lo general esos análisis fueron ejecutados por el método indicado en el Boletín número 31 del California State Mi- ning Bureau, por H. N. Cooper. Los resultados son los siguientes: ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS 118 '$01931] $0)1008 Op prpryueo vuenbad £ un3u 10d vpinyysuoo ys .091 £ 0% 9:1JU0 VPY[IJSOP UDIDOBAJ Br[—*V LON G9b [Pell (9860 $160 | * *** [906'0 | pe8'0 1p9'83 | 14'e6 [eL'L1[00'0 | 9901 8821 | pez | 9960 | “opi | ""1uqossto ueg vaorododego | === wopr | op 061 [8611 [v66'0 [P36'0 9160 8060 |398'0|P1'93 |vp'er | 03:83 [368 | 1wo1 L8t6 | 281 | esoo] ce eroparar | esos "3 0zog “uwduwp | coodojuwauoz, | 062 818 | 811 [0 [8860 | 6160 206'0 |998"0| 62:43 | 00'0 |63'08 | 98:91 096 | vererl 21% [esco | "opa | “"seqno vagododego | "vpuvdea | 818 ¿18 [ost |" [ae6'0|0z6'0 |906'0 | e9s'o | ope | 000 | eu pr l1o:8z | 986 2901 l zur lez6o | Oprarar | cofora ox89 mieyododwgo | += wopr | 218 | 618 [Gel "1 [2p9'0 | 986'0 |316'0 | 106'0 | 098'0 | ee“98 | 11'81 [98'z1 0091 vero |ue'or| 1372 |286'0 | ""opsoza | ==" ¡me y oxop raojododugo | +" undxnz | 618 Op8 [St'T [8860 [1280 | 9p8'0 [6380 618'0|19'Lp | 98'61 369 |63p |ps6 [6mz |orz [ego 1 | “"""osoostA | +"""oqoweduw, euogododugo | + ==="=wspr | ops 68 988'0 | 988'0 | 8380 | pLL'0 | 0" | Lo'pp 829% ape 80» (9.1 |2e'z1| 690% |966'0 | ""opiaia “1 ozOg | esoumqgr | 688 al > elas Tse ate Tela Tels Te o . % O O A A A a A E SS E E 1 ISS (8/8 18 Ss (¿18 es | (Elsie. 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Chapopote fluí- lO conoccossconoool3cono nano: 73.54 | 26.46 | 0.00 2.59 SAO dc Tampalach6......... - 41.02 |37.26| 0.10 2.10 446 TÚXpaN ccoo... 50 || (ORO An coscoccoios 21.20 |77.67 | 0.00 | 5.51 788 1 Je ESsoceronodos --- | Tierras Amarillas.... co 26.18 |72.24| 0.48 531 664 JE xN sosocoonn esrroarooconss Canto Ve] Orescoacnanoconccono nens 21.26/|41.80| 1.26 3.11 789 Lyn ccccoconoroococos suenos Chapopotito de los Martínez 27.69 |41.03| 6.20 4.35 442 [dem .....o.... Idem ídem 3479|4229| 5,41 4.47 | 587 Tehuantepec. (AAYO sooneonooncoconos veseduens o 32.84 63,171 0.28 4.80 690 Misantla.....o... Río Quilate. Grahamita...... 0.33 | 16.97 | 66.24 | 3.78|12:68| ...... 714 JOTA sescosoonococococodecaco MG la GEA econoonscccoooccosecos | 0.17 pere e 18.88 | 74.75] 0.36 2.45 Se ve por los datos anteriores que: en los chapopotes analizados es muy pequeña la cantidad de destilados de ebullición baja, los cuales suelen ca- racterizar al petróleo de Pensylvania; y en cambio contienen una propot- ción mayor de aceites de ebullición alta. Estos últimos productos son in- dispensables en la manufactura de aceites lubricantes; y por lo tanto, los chapopotes fluidos mexicanos pueden servir más bien para la fabricación de lubricantes y no para la de aceites iluminantes. La densidad de los petróleos crudos de Pensylvania y de Ohio llega al- gunas veces á ser 0.898 y 0.936, y los petróleos rusos son por lo general mucho más densos. Además, los petróleos rusos naturales cuando se desti- lan dan pocos productos ligeros y muchos pesados, mientras que con los petróleos americanos sucede todo lo contrario. Por último, los petróleos crudos americanos contienen mucha parafina, y los rusos contienen muy po- Por los datos anteriores puede decirse que los chapopotes fluidos mexi- canos tienen más semejanza con los petróleos rusos que con los americanos; pues son bastante densos, producen al destilarlos pequeña cantidad de aceites ligeros, y no son de base de parafina sino de base asfáltica. Comparados los chapopotes mexicanos más fluidos con los petróleos cru- dos del Estado de California, E. U. A., puede decirse que: tienen alguna semejanza con los petróleos más densos de Santa Bárbara, Los Angeles y Kern, en lo que se refiere á la cantidad de asfalto contenido en ellos, y á la cantidad de sus diferentes destilados; pero son más densos los destilados obtenidos con los chapopotes fluidos mexicanos, que con los más densos pe- tróleos crudos californianos. 120 ALGUNAS REGIONES PETROLIFERAS Los chapopotes fluidos mexicanos pueden emplearse como combustible líquido, lo cual se hace ya en México en varios de los ferrocarriles. Ade- más, el chapopote viscoso y semiduro se puede emplear en la pavimentación. En varias chapopoteras de la parte norte del Cantón de Tuxpan existe regular cantidad de chapopote viscoso y semiduro, el cual podrá emplear- se para pavimentos cuando mejoren las vías de comunicación, y se puedan obtener fletes baratos para transportar el referido chapopote á los centros poblados de la República. Instituto Geológico. México, 1908. OUPUw=- Xx 8 | % ri 0 , 2 YN , V X p Cranrala Palo Ao 0 A x ] 0 e sal rapotto alerta Azucar aEsplraso ; eL0yr101? LA E E E onzbreritos PSN Se Rotaela x » Darro =l =—=>+ e 1 B e ui ne Lara), 6 34 Y MP Crapupate” CROQUIS GEDLOGIEO | —EXPLICAC | de Chapopolera ó guupoo De hapoporeray RR AAC : a Localidad fs ififora Diocrormetrácico : Doescirlácico i AOgeno Dordqmo HRaraltes Cuutenare y reciente AN oda] /3 1 E a EA td co, olrialsCa j Ñ vols Am a oessigede Í ¿o stomod a | 1 '' . da / a o! ita 1 ) , x alastiAgae fo A A a A Ay yo 4 l / Ñ a | 9 ¿ml / á N a FAS AE LaS RS 7 taagssta? > X X S o —MOQDASIIIIX4=— Non peda 2 «exstocosarto $6 ocre O arado ora de 4 Soprano Jl ox lies: GrGnocA NS ; NS ESAS E camela de UNDROr ono pos SC ¿oo Siuorr y EOS TAN) SOOUtyHAN>X<0m b BoLeríx N% 26. Ixstiruro GrEoLÓGICO DE MÉxICO Lám. I, S SN — SE ¡| CIUDADNICTORIA 1 O SSA DAS 507 % SIS Y L OLA MARINA sl A 2 7 a Ñ FL ; e » SN.FRANCIS an 5 47 R 7 ry 3 IO y Ó % GOMEZ FARIAS So o % S An ) Y N EA BDERESENDIS (0 E B. 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L Institut est installé définitivement dans son nouveau bátíment 6* DEL Ciprés N* 176; on est prié de vouloir bien prendre note de sa nouvelle adresse, et aussi de ce qu'il est entierement indépendant de l' Ecole des Ingé- mieurs qui lui a accordé autrefoís une yracieuse hospitalité. Adresse: Instituto Geológico de México, 6% del Ciprés núm. 176. METEO, DEB MEXIQUE. Amérique du Nord. On est instamment prié d'accuser réception. Dans le cas oú cette formalité aurait été négligée, on serait considéré comme ne desirant plus continuer a recevoir les publications de l'Institut Géologique du Mexique. LA A A DS SS OS E LE: CA LAA: E UE LEE C RO ¡ATTE RETALES E HR MAAAACCERRAR A ER EASTER CACERES E CE 1d ¡(EEC CHEET ARE EC COCEÉCA E CEC EA UA GC (ACE «CC ( ES EE EOA A CUA AC UA S CELE « HECHA UACAMUCARA SES SEE AE EA EUA A IO EEE (ECC KEEN ACARREAR ESE EE CERAS TER MINAS AS CA « K ( CEC AAA CEC AA O AA A O (HE E E EA E ACA CALA aa E CÓCAO UE UE AAA O MEL EL E AE A SS CELA EE E MEC E E CEEAUALA EAU E AA E ea A DIDID IDO A 23 D>D>I3») 2) DIDIDDA y : pe DIO DDD > PAD DIDDDDD ) IDO 9 Da DID DD DDD SS $ DDD Y DS