FOR THE PEOPLE FOR EDVCATION FOR SCIENCE LIBRARY OF THE AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY República de Chile — Ministerio de Instrucción Pública BOLETIN DEL MUSEO NRCIONRL DE CHILE : } TOMO II, NUMERO 1 Santiago de Chile IMPREMIR UMIVERS1TRRIR BHIiDERR 150 1910 Y*, (i 1 t I I rk\.2'\ 605 -CJ-y->-A lo SUMARIO DEL TOMO II. — N.° i (Apareció el i.° de Diciembre de 1910) 1. — Dr. AuRELIANO OyarzüN. — Contribución al estudio de la civilización peruana sobre los aboríjenes de Chile 3 2. — Id. Los Petroglifos del Llaima 38 3. — Dr. Francisco Fonck. — La Lanceta deQuilpué 49 4. — FEDERICO Philippi. — Desarrollo i estado actual de la Zoolojía en Chile 66 5. — Dr. EDUARDO Moore. — Mamíferos chilenos: Adver- tencia 83 6. — -JOHN A. Wolffsohn. — Revisión de algunos jéneros de Marsupiales i Roedores chilenos del Museo Na- cional de Santiago, parte 1 84 7. — Bernardino Quijada B. — Teratolojía animal: Catá- logo ilustrado i descriptivo de las anomalías orgá- nicas conservadas en el Museo Nacional 103 8. — Congreso Científico Internacional Americano, Buenos Aires, 10 a 25 de Julio de 1910: Sección de Ciencias Jeolójicas 149 9. — FlLIBERTO Germain. — Las colecciones de insectos: co- lectores i coleccionistas 156 10. — Miguel R. Machado. — Los huracanes en Chile 159 11. — Id. El terremoto de Illapel, 15 de Agosto de 1880... 164 12. — Bernardino Quijada B. — Principales rasgos de la Jeografía Animal de Chile 187 13. — Sección de Administración i Estadística. — El Museo Nacional en 1910. — Apuntes biográficos so- bre el señor don Federico Philippi, condensación del trabajo del señor Gotschlich. — Crónica i corres- pondencia.— Necrolojía. — Relaciones Científicas 203 PERSONAL DEL MUSEO NACIONAL EN 1910 DIRECTOR: Prof. Dr. Eduardo Moore. Jefe de la Sección Botánica: Dr. Cárlos Reiche. Jefe de la Sección Entomolójica: Don Filiberto Germain. Jefe de la Sección Jeolójica: Don Miguel R. Machado. JEFE DE LA SECCION ZoolóJICA: Don Bernardino Quijada B. Naturalista AuSIITAR: Don Bernardo Gotschlich. Escribiente i Bibliotecario: Don Raúl Agrieta. PREPARADOR: Don Zacarías Vergara. DISECTOR: Don Paublo Vergara. MAYORDOMO: Don Manuel Loyola; i Tres Porteros i cinco Guardianes. Tomo II. Boletín del Museo Nacional de Chile. Núm. 1 17°. Congreso de I05 americanistas celebrado en Buenos flires, República flrjentina, desde el 16 hasta el 24 de mayo de 1910 Dr. AURELIANO OYARZUN Contribución al estudio de la influencia de la civilización peruana sóbrelos aborijenes de Chile I CONSIDERACIONES JENERALES En la sesión celebrada el 3 de enero de 1909 por la Sección . de Ciencias Naturales i Antropolójicas del Congreso Pan-Ame- ricano de Santiago de Chile, el doctor O. Aichel, a propósito de una colección de objetos changos que presentó i de unos hua- cos de greda pintada que encontró en una zanja del alcantari- llado de la ciudad de Santiago, rebatió la idea aceptada hasta hoi dia, de que fueron los incas los que trajeron a los chilenos la civilización que encontraron los conquistadores al descubrir nuestro pais. Tomaron parte en la discusión varios miembros presentes para sostener la teoría de que la influencia peruana había sido nula o no había tenido la estension de que jeneralmente se ha hablado por diversos autores. Las pocas palabras quichuas que se encuentran en la lengua araucana, son en tan corto número, que, si bien indican una in- — 4 — tervencion estranjeraen esta civilización, no bastan para asegurar la idea de la influencia bien acentuada de la cultura peruana. Para imponer una civilización estranjera a un pueblo se nece- sita del trascurso de muchos años, i no son suficientes setenta i cinco, que fueron los que gobernaron los incas en Chile. Solo uno de los presentes en esa sesión, el señor T. Guevara, disintiendo completamente de estas opiniones, adujo algunos hechos que confirmaban la influencia peruana en el desarrollo de la civilización del pueblo araucano, como eran la forma i los dibujos de la mayor parte de las vasijas de alfarería indíjena que él habia encontrado en el pais, los tejidos de lana de hueque o llama, que aprendieron los araucanos de los indios chilenos del norte, a su vez influenciados por los peruanos; algunos adornos , como el tupo, los aros o pendientes, etc., i la produc- ción agrícola , como la quínua, el maiz, los pallares, etc., i las armas , que son en todo semejantes a los que usaba o producía el Perú. Estudiando estas opiniones, vemos, desde luego, que no hai duda de que la civilización peruana se hizo sentir ménos en la lengua que en los objetos destinados a la vida ordinaria, lo que prueba simplemente que jamás los pueblos del norte subyuga- ron a los chilenos i que en el último siglo de su existencia, solo lograron los incas llegar con sus tropas hasta las cercanías del rio Maulé. Pero si la guerra lleva la civilización a otros pueblos, el co mercio salva también las mas difíciles barreras, por la necesidad que tienen los hombres i los países de cambiar sus productos. Si sabemos, entonces, que la civilización peruana se remonta a muchas decenas de siglos de antigüedad, ¿no será lójico pregun- tarse si la influencia de esa civilización habría llegado a Chile ántes que las armas de los incas? No lo sabemos, e ignoramos todavía cuándo i por quién fué poblado el pais. A la llegada de los españoles, los chilenos del norte gozaban ya de los beneficios de la edad de bronce i los — 5 — araucanos del sur vivian en estado de barbarie, o todavía en la edad de piedra. Los restos de la industria alfarera de aquellos tiempos nos muestran de una manera evidente que su desarrollo se debe a una influencia nueva, talvez de pocos años de existencia. Mas todavía, la perfección de este arte sigue una escala decreciente de Copiapó al sur. Mui perfecto en el norte, se hace mas tosco en el sur, hasta quedar para siempre, como lo podemos ver hoi todavía en Arauco, grosero i sin ningún pulimento. No sin razón, dice Medina hablando de la alfarería chilena, que «los peruanos mejoraron de una manera estraordinaria este arte... i que, miéntras mas al norte de nuestro pais se encuentran dichos objetos, tanto mas marcada es la semejanza que puede encontrarse con aquellos tenidos por jenuinamente peruanos. Hácia el norte el pulimento es mas fino, la forma mas elegante, las imitaciones humanas en los objetos comienzan a aparecer i la pintura asume esos colores hermosos que ni el tiempo ni su larga permanencia bajo de tierra han conseguido hacer totalmente des- aparecer. En los objetos sacados de los sepulcros que existen desde el Maipo al sur, por el contrario, las pinturas casi no exis- ten, la forma humana desaparece del todo, i en lugar del trabajo bien concluido i hasta elegante, solo se encuentran vasijas de una arcilla tosca i de formas poco simétricas», (i) Siendo, por lo demas, deficientes los documentos escritos, que, al decir del historiador Barros Arana, nos enseñan la influencia ejercida po** los incas en la civilización de los araucanos i, si bien es cierto que Medina, Philippi, Guevara, Cañas i muchos otros autores chilenos, han contribuido con estudios de mucho mérito acerca de los araucanos, el ensanche i los nuevos rumbos que ha tomado la ciencia nos obligan a revisar algunos de estos estudios i a considerarlos desde un punto de vista, permítaseme la espresion, mas moderno. La discusión habida en la sesión del Congreso que mencioné (i) J T. Medina. — Los Aboríjenes de Chile. Santiago 1882, páj. 355. 6 — . al principio, prueba que no se ha formado todavia una opinión científica sobre el tema que trato. Xo es mi ánimo presentar a este Congreso ni siquiera un bos- quejo de tan vasto problema, pero quiero iniciarlo i hojear las primeras pájinas de un libro que es necesario estudiar con mas detención. Como no dispongo de bastante tiempo para desarrollarlo en su totalidad, no me detendré en estudiar las influencias de los métodos agrícolas peruanos sobre los chilenos, ni trataré de los animales introducidos por los incas al pais, ni de las plantas o semillas que cambiaron !a alimentación i el modo de ser de nues- tros indios, ni de sus costumbres i relijion, ni del lenguaje, ni de sus armas; quiero solamente estudiar algunos objetos de la cerá- mica antigua de Chile , i algunos adornos i tejidos actuales de Arauco i compararlos con los del Perú. Estimo que de esta manera llegaremos a un resultado positi- vo i sin discusión. Ahora, si se agregan a esto algunos datos de supervivencia que he observado en los tiestos modernos de gre- da i en los tejidos i adornos de plata de los indios de Arauco, creo que nuestra demostración será mas completa. Empezaré por declarar que no he encontrado nada de orijinal en los productos de la cerámica chilena. XTi la forma de los va- sos u objetos de greda ni sus dibujos, revelan una creación jenui- namente nacional. En cada cosa que analizo descubro el sello peruano, a veces el cal chaqui, que, como sabemos, también des- ciende de aquél. Pero para una comprensión mas completa de nuestro estudio, necesitamos saber primero cual es el oríjen déla ornamentación peruana. Stübel (2), compara esta ornamentación con la griega. Efec- tivamente, es curioso observar como dos pueblos tan distintos (2 A. Stübel. — Ueber altperuanische Gewebe-Muster u. s. w. páj. 35 siguientes. Festschrift zur Jubelfeier des 25 jahrigen Bestehens, etc., Dres- ' den, 1888. — 7 tan remotos llegaron por los medios mas sencillos, a formar los mismos dibujos fundamentales, solo por la simple combina- ción de líneas. Esto demostraría que el hombre crea las mismas concepciones sin necesidad de comunicarse con sus semejantes. Hai, sin embargo, variantes en estas creaciones i esto es ca- balmente lo que aprovecha el arqueólogo para sus comparacio- nes i deducciones. Así, la greca de líneas angulares i cortadas de los antiguos peruanos, se diferencia de la clásica en que la primera se deriva de tres cuadros concéntricos i la segunda de cuatro. Cortadas estas figuras por la mitad i dislocadas convenientemente hasta formar la greca, la peruana no se cierra i forma un gancho, lo que la caracteriza. Si en lugar, ahora, de cuadrados, las figuras son romboideas, dan el mismo resultado. El meandro ondulado, nacido de dos círculos concéntricos cortados por la mitad i también dislocados i colocados conve- nientemente, corresponden exactamente al de los griegos, eso si que en los tejidos peruanos, se le encuentra en forma ele S S tendidas, separadas unas de otras por una raya vertical. En mu- chos trozos de tejidos peruanos que poseo se ven estas S S formar una línea de la manera dicha o filas de dos o tres para- relas, en grupos de varios colores, pero también cortadas por las mismas líneas verticales. La cuarta figura, tan común en la ornamentación peruana, es la de gradas o escaleras, a la que algunos autores han dado la interpretación de que fué concebida así para representar la fecundidad, la idea del camino, probablemente a lo infinito, a lo grande! Creemos que se trata de un motivo simplemente estético, nacido, según lo explica el mismo Stübel, de la casualidad, co- mo los meandros. Tanto esta figura como las derivadas de ella, se deben a una dislocación conveniente de figuras cuadradas i romboidales. Así, si suponemos un cuadro dividido en ioo pe- queños cuadros iguales, lo cortamos en cuatro partes i movemos — 8 — éstas vertical i horizontalmente, de manera que tome una nue- va disposición, digamos de i/io por lado, por este simple mo- vimiento de dislocación formaremos una nueva figura jeomé- trica del tipo de escalera, de 12 esquinas o tramos. Este seria el oríjen de toda la ornamentación peruana en que aparece la escalera con tanta profusión i formando las mas va- riadas figuras jeométricas. Podemos decir, pues, que el oríjen de todas estas figuras se debe a la casualidad i que no ha habido ni intención, ni simbo- lismo en su primitivo desarrollo. La casualidad i el estudio han hecho que nacieran de las líneas, el círculo i los cuadrados dis- locados convenientemente, figuras jeométricas de carácter tan peculiar. «Una de las características mas dignas de tomarse en cuen- ta en la creación de los tejidos i pinturas peruanas, agrega Stü- bel, consistió en el esfuerzo que gastaron los artistas en tras- formar las figuras humanas i animales en elementos puramente jeométricos, sin comprometer la organización primitiva del modelo. «Consiguieron esto en parte con las figuras nacidas de la dis- locación, las que fueron retocadas en sus contornos, i sus super- ficies completadas con líneas i puntos». A tan injeniosas esplicaciones agregaremos las no ménos in- teresantes de A. Bássler (3). Este autor hace depender las esca- lerillas i sus apéndices del tentáculo y ventosas del pulpo, que, con la perfección i la necesidad del dibujo, dieron oríjen mas tarde, a las grecas i disposiciones diversas de estos dos elemen- tos, que quedaron siempre combinados tal como se les encuen- tra en la ornamentación mas fina de sus tejidos i objetos de al- farería. La doble linea de zig-zag provendría de la disposición curiosa que dan las cabezas triangulares de dos pescados acostados so- bre una superficie plana i dispuestos de tal manera que, en el án- (3) A. Bássler. — Altperuanisché Kunst. — Berlin pl. 1-2 fojs. 1,2, 3, 4, etc. — 9 — guio vacio que dejan las cabezas, se coloque otra en sentido opuesto. Para reforzar todavia el conocimiento de la ornamentación pe ruana, séame permitido recordar ajiménez de la Espada (4). «En los yuncas i pueblos vecinos del interior, dice este autor, cuya civilización precedió a la de los incas, el elemento funda- mental de su ornato es el cuadrado, cuadra o escaque, ya se ori- jine del cruzamiento en ángulo recto de dos series de paralelas, ya del corte de un prisma de base cuadrada. Con él, no solamen- te componían las líneas i trazos jenerales del adorno de sus ropas, vasos i edificios i los injeniosos i peregrinos detalles de cenefas, orlas i frisos, si que también modificaron las elegantes curvas i rectas de otros ornamentos al parecer exóticos, trasfor- mando las diagonales de cuadrados i rombos i los meandros, en escalerillas, i las ondas i hélices en enroscadas hojas de sierra; rasgos de estilo característicos de los toltecas i yucatecos, con cuyas jentes a mi juicio, tuvieron contacto i relaciones, cuando ménos, los yuncas costeños (contando desde los pasaos, tumbe- emos, tallanes i muchicas hasta los chinchas) i sus afines los caxamarqueños, huamachucus, huailas, yauyos i collahuas. jor- que es pasmosa, no la semejanza, la identidad de los grandes frisos de Xochicalco, Mitla, .Uxmal i Chichen Itza, con los de Huamachuco i Huailas i los estucados del palacio del Chimu i con las cenefas pintadas o grabadas de los huaqueros de Truji- 11o, Lambayeque i otros pueblos de los Llanos». I por lo que hace a la cruz, la agrupación de cinco escaques produce la cruz griega i. agregándole otro, la latina. No serian los peruanos, según este autor, los inventores de las figuras de ornamentación de Stuebel i Bássler. Mas todavia, provendrían, según las nuevas ideas, de la Baja California, Méjico i Centro-América i habrían llegado a la costa de lea, Xasca, etc., por mar. (4) Jiménez de la Espada. — El hombre blanco i la cruz en el Perú. Con- grés International des Américanistes. — T. I., páj. 526, Bruxelles, 1879. IÓ Pero sea de esto lo que fuere, el hecho práctico es que, ha- biendo llegado la cultura peruana al norte de Chile por el comer- cio o la conquista de los Incas, de aquí la tomaron los araucanos del sur, que jamás se sometieron a su gobierno, i por superviven- cia se conserva mucho de ella todavía en los tejidos i adornos de nuestros actuales mapuches, como lo vamos a demostrar. En la esposicion que sigue haré la relación de algunos objetos de alfarería chilena de mi propiedad particular, que tomo como tipos. Daré a conocer asimismo los vasos llamados atybalos , o con • mas razón, ápodos , por Outes, pertenecientes al Museo Nacio- nal, i terminaré analizando algunos tipos de supervivencia de va- sos de greda del pueblo chileno i de tejidos i adornos de los ac- tuales indios araucanos. II VASOS ARYBALOS O ÁPODOS (5) ñai una clase de vasos que han tomado en el último tiempo una importancia capital para reconocer los límites de la domina- ción peruana. 5) El arybalo es un tipo de vaso griego de tamaño pequeño, cuerpo es- férico, cuello corto, boca chica con bordes invertidos. Fue usado para guar- dar ungüentos. Según la definición mas corriente aplicada a los arybalos del Perú, ten- drían estos los caracteres siguientes: cuello alargado en forma de tubo, in- vertido en su desembocadura, en donde llevan dos anillos u orejas simétricas; hombros estrechos, vientre poco dilatado, dos asas gruesas, verticales, situa- das en la parte inferior del vientre; llevan siempre en la base del cuello, en el lado con mas adornos, un apéndice en alto relieve que representa una cabeza de león americano o puma estilizado; su fondo es casi siempre cóni- co; su tamaño varia desde 10, 20 i 35 centímetros, hasta un metro de alto. Outes los llama ápodos por tener el fondo cónico. E] modelo de estos vasos seria orijinario del Cuzco, lo que demostraría su oríjen incásico. Me refiero a los arybalos, llamados así por Longférier, Hamy, Lejeal, Uhle i E. Boman, i ápodos por Outes (6). Han sido mui comunes en el Perú, pues no hai obra que se ocupe de las antigüedades de este pais que no traiga una lámi- na de estos vasos. Xadaillac (7) figura uno, Rivero i Tschudi (8) otro, Ch. Wiener (9) uno del Cuzco i otro de Huamachuco, i mi amigo señor Ch. A. Pope poseía varios en una colección hecha por él en el Perú i que después obsequió al Smithsonian Institu- tion de Washington, etc., etc. El único vaso chileno de esta clase que se conocía, lo da Me- dina en su atlas de Los Aboríjcnes con el núm. 21 1, agregando que «es mui fino i proviene de Freirina» (10). En mi deseo de dejar establecido que Chile ha sido también influenciado por la civilización peruana, reproduzco aquí los seis que posee el Museo Nacional de Santiago. Se verá de esta ma- nera cuán estenso fué el reino de los incas en Sud-América, si se piensa que estos vasos se encuentran en el Ecuador, Perú, Bo- livia, Noroeste Arjentino i Chile. Aceptando la conocida definición que de, ellos tenemos, paso a describir los seis ejemplares del Museo Nacional. Núm. 1.— 433 del Museo Nacional. — Proviene de Freirina. Vaso de color rojo con adornos negros. Ercuello presenta an- chas fajas negras separadas unas de otras por líneas angostas amarillas. Su cara anterior está dividida en tres campos verticales que se dirijen desde el cuello hasta la base, siguiendo el ensancha- miento del vientre, separados por cinco fajas negras, bastante anchas, con bordes claros. (6) F. Outes. — Alfarería del Noroeste Arjentino. Buenos Aires, 1907, páj. 24. (7) Marquis de Nadaillac.— L’ Amérique preh istorique, París MDCCCLXXXIII, páj. 429. (8) M. E. de Rivero i doctor J. O. de Tschudi. — Antigüedades Peruanas. Viena, 1851. Atlas, lam. XXXV. (9) Ch. Wiener. — Pérou et Bolivie. Paris, 1880, pájs. 157-370. (10) Medina. — Aboríjenes de Chile, Santiago, 1882. Atlas, fig. 21 1. 12 El campo mediano está subdividido a su vez, por una de es- tas fajas, en dos espacios compuestos de dobles líneas cruzadas oblicuamente a mo- do de aspa, forman- do dibujos de igual porte, con séries de nueve líneas horizon- tales, con los que al- ternan de arriba a abajo. Estas figuras no se corresponden con las del espacio del lado opuesto, pues a un campo de líneas cruzadas co- rresponde otro de paralelas. Los campos late- rales presentan en el medio una línea ver- tical doble con rami- ficaciones dirijidas" oblicuamente hacia los lados i arriba, que terminan en un punto o maza cerca de una línea color sepia paralela a las líneas gruesas que limitan estos campos. Este dibujo representa una hoja de planta. Todos estos campos i fajas están separados del fondo por otra faja negra, igual a las que limitan los campos, lo mismo que la parte superior respecto del cuello, pero aquí esta faja es mas delgada. N.° 1 — *4 del /tamaño natural. X 0 1 A — 4 tamaño natural 13 — El promontorio que representa la cabeza de puma, cubre el comienzo de la faja del medio. Presenta, ademas, este vaso, en la parte posterior cercana al cuello, una línea negra, separada de otras tres del mismo color por tres grupos equidistantes de cinco líneas onduladas verti- cales. Núm. 2. — 432 del M. N. — No indica su procedencia, pero pertenece a la colección de antigüedades chilenas. De color amari- llento, con el fondo o base mas oscuro. El cuello presenta un anillo color sepia en su labio, i otro del mismo color en su base de inserción. Hai cinco campos en su cara anterior. El del medio está formado por una faja roja mui ancha con un losanje com- pleto, cuadriculado con líneas negras, i dos incompletos: uno, cerca del cuello que abarca la cabeza de puma en su ángulo superior, i otro r e limita el fondo, ámbos también cuadriculados con líneas negras. A cada lado de esta faja central corre, desde su inserción con ella en el cuello, una línea negra diverjente, que queda a un de- do de distancia de la faja del medio al llegar al fondo. Los campos laterales presentan en su cuarto superior una fi- gura triangular cuadriculada con líneas negras, e inmediatamen- te, por delante de las asas, una figura rectangular con líneas negras cuadriculadas. 14 — Núm. 3. — 434 del M. N. — Parecido al anterior, recojido en Caldera en 1885. De color amarillo, con la base pintada de rojo. Su cuello con- tiene cuatro anillos ne- gros separados por es- pacios mui anchos. El anillo superior envía hácia arriba dos líneas diverjentes, que son cor- tadas, antes de llegar al labio, también teñido de negro, por otra tras- versal para formar un trapecio, El vientre pre- senta cinco campos, uno central con cuatro losanjes i medio cua- driculados con líneas N.° 3 — del tamaño natural negras, correspondien- do el medio a la inser- ción del anillo del cuello. El segundo contiene la tetilla que re- presenta la cabeza; del puma i una sombra rojiza. Este campo está limitado en sus dos lados estemos por una línea negra gruesa. Los dos campos adyacentes son simétricos i no presentan ornamentación. Los campos estemos presentan, mas o ménos, la misma orna- mentación del vaso núm. 2, con la diferencia solamente de que la línea negra que los limita por el lado interno, es paralela a la faja del medio. Núm. 4. — 428 del M. N. — Del norte de Chile, su color fun- damental es amarillo, esceptuando el cono de su base, que es ocre. La parte superior del cuello no existe. El resto presenta ani- llos anchos formados por una série de líneas negras oblicuas i5 — mui finas que dejan en su intersección tres a cuatro séries pa- ralelas de pequeños losanjes. Estos anillos están separados unos de otros por líneas delgadas amarillentas. La cara anterior está dividida en tres campos. El del medio se limita hácia afuera por una línea delga- da negra. Está sub- dividido á su vez por tres fajas verticales anchas, de color ocre, que seestienden des- de el cuello hasta la base, i limitan con los laterales cuatro espacios con orna- mentación de líneas negras. Los dos del medio presentan una série de líneas dobles cruzada,s oblicua- mente, en forma de aspa, con pequeños dibujos que alternan con otros de igual porte, de líneas paralelas horizontales variables en número, je- neralmente seis o siete, pero casi siempre siete. Estas figuras alternan en los espacios, de manera que, a una de líneas cruzadas, corresponde otra de líneas paralelas. Las otras dos fajas esternas de este mismo campo están for- madas por grupos de seis líneas paralelas, que descienden del cuello a la base formando una especie de zig zag. Los campos esteriores están limitados por líneas negras del- gadas. Presentan en su parte media una faja delgada, vertical, for- mada de figuras romboidales mui alargadas, en la inserción de cuyos vértices de unión, lo mismo que en los ángulos laterales, se desprenden dos líneas paralelas dirijidas oblicuamente hácia N.° 4. — \ tamaño natural i6 — arriba i que terminan en un punto negro al acercarse a los li- mites formados por la línea negra esterna. Entre los campos estemos las asas corre verticalmente des- de el cuello hasta la base, otra faja delgada de líneas paralelas en forma de zig-zag. El boton o apéndice que re- presenta la cabeza de puma, está situado como siempre en la parte anterior del vaso, por de- bajo del cuello, cubriendo el comienzo de la faja central ocre del campo del medio. Por debajo del cuello, en su parte posterior, presenta este vaso un dibujo horizontal formado de una línea negra seguida de una faja de dos centíme- tros de ancho con puntos ¡ color sepia, limitada por abajo por dos líneas hori- zontales, delgadas, negras. Los campos estemos re- presentan en este v-aso las mismas hojas de plantas del núm. i. Núm. 5. — 429 del M. N. — Vaso proveniente de Freirina. Fué encontrado en una tumba indíjena por el señor Rafael Garrido. Está pintado de rojo i carece de ornamentación. Su formase ajusta mas o menos a los de su especie, no faltando ni el mamelón o apéndice que representa la cabeza del puma. Núm. 6.— -430 del M. N. — Obsequio del señor Echenique. N " 5 — 4 del tamaño natural — 1 7 — Proviene de Caldera i es de fabricación mas tosca que los ante- riores. El cuerpo i el fondo son de color ladrillo. En lo que resta del cuello se ven anchas fajas negras separa- das por líneas de color amarillento. La cara anterior está divida en tres campos por cuatro fajas verticales color ocre i bordes delgados de líneas negras. Estas fajas están separadas del cuello por una línea tras- versal negra, a la que sigue inmediatamente mas arriba otra rojiza, mas ancha; i por abajo, del fondo, por una línea del mismo grue- so de las fajas, color rojo. El campo central contie- ne en su 1/5 superior un rectángulo color ladrillo, limitado por abajo por una delgada línea trasversal negra, rectángulo que con- tiene a su vez otro mas pe- queño, negro, sobre el cual se destaca una eminencia amarilla. En los 4/5 inferiores se encuentra una línea roja en zig-zagque termina hácia abajo en una rejion que está borrada. Esta línea se hace mas manifiesta por estar acompañada en sus dos lados por un espacio libre del color del fondo del vaso, que semeja lí- neas paralelas, pero que no son mas que la parte libre dejada por los triángulos de coloración mas oscura que ocupan los es- pacios formados por el zig-zag i que contienen una o dos gre- cas de gancho. Los campos laterales presentan una serie de figuras parale- 2 1 8 — las, en forma de serrucho, teñidas de a pares, de negro i rojo oscuro alternativamente, desde el cuello hasta la base. Outes dice que «los vasos ápodos son indudablemente de orí- jen peruano i evidencian una vez mas la influencia decisiva de la cultura incásica sobre el Substractum étnico local de las pro- vincias arjentinas de noroeste». Otro tanto podemos decir respecto del norte de Chile, en don- de ejercieron dominio los incas. La existencia de estos vasos en el pais, es, pues, un argumen- to en favor de la influencia peruana sobre la cerámica i cultura chilenas. III VASOS ANTIGUOS DEL NORTE DE CHILE Paso a estudiar ahora una série de vasos en que resaltan los adornos de oríjen peruano i talvez calchaquí, principalmente la greca de gancho, la esca- lera, la cruz, el trinacrio, el cuatro sagrado, los yuros, etc. Núm. 7. — Vaso cilindri- co, bajo, cubierto por una superficie abovedada que contiene una cabeza de pá- jaro; mango trasversal i gollete angosto en su inser- ción con el cuerpo, i ancho en su parte superior libre, a modo de embudo. Proviene de la plaza de Copiapó, de donde fué estraido al re- 19 — mover la tierra para colocar los fundamentos de una fuente. Me fué obsequiado por la señorita Beatriz Garin. La pintura es una especie de esmalte blanco, grueso, sobre el cual se ha hecho la ornamentación de colores. La figura ornitomorfa lleva el pico dentado. ¿Será ésta una su- pervivencia de los Odontornithes que hoi se encuentran fósiles en el oeste de Norte-América? La ornamentación negra de los ojos con sus colgajos triangu- lares color sepia, como cejas o lágrimas, recuerdan las líneas on- duladas de la cerámica calchaquí. La característica de este vaso es, sin embargo, la faja central dividida en rectángulos que llevan en su centro figuras romboi- dales, cruzadas de líneas negras, que forman a. su vez un tablero de pequeños rombos. Cada uno de los cuatro espacios triangu- lares restantes del rectángulo, pintados alternativamente de rojo i negro, presentan un círculo blanco con un punto en el medio. Esta faja se interrumpe al llegar a los limites del pecho del ave, en donde los rectángulos correspondientes están cortados en su mitad por dos triángulos negros de base superior mui agudos que toman todo el diámetro vertical de la faja. Figuran las dos alas del ave i llevan en la parte superior un círculo blanco con un punto negro en el centro. El espacio comprendido entre es- tos triángulos está ocupado por un nuevo triángulo cuadriculado con líneas negras que forman pequeños rombos. Su base da al piso del vaso i su vértice al límite superior de la franja i se con- tinua con una línea negra que sigue el cuello hasta la base del pico. Entre este triángulo i los anteriores queda un espacio trian- gular blanco. La faja está limitada en su parte superior e inferior por una línea negra alternada con una roja i seguida de una franja for- mada por dos líneas negras que contienen un cuadriculo de líneas oblicuas, cruzadas de tal manera que dejan entre sus líneas una série de rombos i dos filas de figuras triangulares a los lados. El gollete, ancho en su desembocadura, presenta en esta par- te una ornamentación teñida de negro i compuesta de tres fajas — 20 del mismo color, que se interrumpen cerca del mango. Están se- paradas por dos líneas blancas. La faja del medio mas ancha, presenta una serie de dieciseis ángulos pintados de blanco, en- cajados uno dentro del otro, con el vértice dirijido a la izquierda i la abertura a la derecha. Los espacios angulares, uno, seis, once i dieciseis, están teñi- dos de rojo; los cuatro ángulos comprendidos entre estos nú- meros, no presentan nada de particular o solo el color negro del fondo, (i i) En resúmen, encontramos aquí una serie de emblemas relacio- nados con el objeto a que estaba destinado este vaso, o sea para el servicio del agua. Creo que los rombos de la faja ancha pudie- ran representar tocos o sea los signos de Tocapo Viracocha, uno de los tres dioses del agua, i los círculos con punto, a los Imai- manas Viracocha, o sea el poder jenerador de la vida. Las líneas que cuelgan de los párpados, tan comunes en la alfarería calcha- quí, significarian el agua o la lluvia abundante, i los puntos ro- jos del gollete pueden mui bien tener relación con las ideas qui- chuas, en que el número cuatro era sagrado. Tenemos, por consi- guiente, que el vaso de Copiapó, si no es de importación peruana, ha sido hecho por los araucanos de esa ciudad imbuidos en las ideas míticas del Perú. Núm. 8. — Vaso an- tropomorfo de greda cocida, proveniente de una ancuviña exhumada en Guallillinque, depar- tamento de Ovalle. Tiene la forma de un ovoide aplastado en r~ 11 "na- ""sy-'g:- s •®58r*rv' N.° 8 — \ del tamaño natural. (i i) Así como es sagrado el número tres para los ejipcios, los neo -plato- nianos i los cristianos i el número diecinueve para los badistas de Persia, 21 el sentido de su diámetro vertical, considerándolo acostado. Mi- de 24 centímetros de largo, 18 de ancho en su parte posterior i 18 de alto. Está cubierto de una capa de barniz rojo i blanco semejante al esmalte. Presenta en la parte mas angosta una cabeza humana, que se comunica con el gollete por medio de una asa, el cual tiene 10 centímetros de diámetro i 4 de alto. De la cabeza continúa directamente hacia abajo el pecho, for- mando una especie de trapecio blanco encerrado e.i una faja oscura como marco. La parte superior de la cabeza presenta una ornamentación de pirámides en escaleras alternas rojas i negras en fondo blanco, ad- heridas las superiores al marco ne- gro del trapecio descrito, i las infe- riores a una línea que representa las cejas, la cual se estiende por toda la frente. En la parte correspondien- te a las orejas se encuentra un ras- go negro pendiente que se deriva de la línea de las cejas. Los ojos están representados por una línea trasversal negra, de la que caen tres líneas verticales, negras también. La nariz es saliente, con una línea negra en el dorso que se pierde en las cejas. La boca es una figura romboidal con ocho dientes arriba i otros tantos abajo. De las comisuras labiales i M.° 8 A — !} del tamaño natural. así también fue sagrado el número cuatro para los antiguos peruanos. Ellos hablaban de cuatro partes del mundo, de cuatro rejiones del Perú, de cua- tro cuarteles en todas las ciudades, de cuatro calles en cruz, de cuatro vientos, de cuatro castas (incas, curacas, nobles, pueblo), de cuatro pueblos (antis, cuntis, chinchas, collas), de cuati o fiestas en el año, i de una de cua- tro dias en cada luna nueva! — André Lefévre. La Religión, Paris 1893, páj. 81. 22 labio inferior caen, a cada lado, tres líneas negras onduladas. El mentón es mui manifiesto. Del cuello cuelga un pectoral negro con TT invertidas. Su ángulo inferior termina en una franja ho- rizontal compuesta de figuras en escaleras, rojas i blancas, que contienen a su vez otras mas pequeñas, negras, con greca de gancho. Esta franja termina a los lados en bisel, i de su prolon- gación cuelgan dos hilos negros. A un dedo, por detrás de esta figura, se desarrolla una franja blanca de seis i medio centímetros de ancho, que rodea todo el vaso, cubriendo su superficie mas voluminosa. Está también ence- rrada en un marco de líneas negras gruesas. Esta franja está cru- zada en toda su estension por dos líneas en zig-zag doble, denta- das, que dividen el campo en tres secciones, siendo la del medio mas ancha que las otras dos. Estos zig-zag se corresponden en sus ángulos mas próximos i están unidos entre sí por una línea vertical que lleva una rayita horizontal cerca de cada una de sus inserciones. Los espacios formados entre ellos corresponden a exágonos i los de los lados a pentágonos. Los primeros contienen una figura en escalera, dispuesta de tal manera que forma una pirámide de cuatro lados, una espe- cie de cruz, i las segundas, la mitad de estas figuras, o sea me- dia pirámide con dos escaleras. Cada ^ de pirámide lleva en su interior otra mas pequeña en escalerilla, pintada de sepia. El gollete presenta tres dibujos en campo blanco contenidos en un marco negro cuadrado. Los de los lados son iguales i consisten en una especie de franja de líneas negras alternas que se quiebran oblicuamente, para hacer el efecto de una cinta plegada en partes iguales i que se hubiera abierto o estirado lijeramente. El campo posterior, mas estenso, presenta, ademas del mar- co negro, otro de líneas delgadas, rojo, seguido de otro mas in- terno, negro, que carece de lado superior. Presenta en su parte central una especie de apéndice con tres círculos paralelos, ro- jos i negros, de los cuales el de la punta presenta unas rayas que forman un canastillo. De la base de este apéndice irradian — 23 — cuatro escalas, que van a dar a los ángulos del cuadro. Por encima de él sale una raya negra ensanchada en su punto de nacimiento, se adelgaza en la mitad de su camino i se ensancha de nuevo al llegar a la línea superior, donde se inserta. A los lados de esta línea se encuentran dos círculos con un punto en el medio. Lo demas del campo está sembrado de puntos negros (¿gotas de agua?). El resto del vaso, es decir la parte superior de la cabeza de la figura humana, asa, piso superior, asiento i espacio dejado por la gran franja i el trapecio, están pintados de rojo. Se ve, pues, que la fabricación de este vaso corresponde a una cultura ya mui desarrollada. Ademas de la figura antropomorfa, encontramos en él orna- mentos en escalerillas de oríjen peruano, pero también líneas onduladas de los labios i lágrimas (?) en los ojos, que nos indi- can un oríjen diaguita. Este vaso seria una prueba de que la cul- tura araucana ha sido'influenciada también por la del Noroeste Arjentino. Advertimos de paso, que en el Museo Nacional se encuentran varios ejemplares de este vaso parecidos al nuestro. Núm. 9. — Vaso de greda ordinaria, con dos golletes unidos por un man- go. Fué encontrado este verano en Santiago, en unas obras de fabricaciou de ladrillos en el lugar llamado «Las Barrancas». Estaba enterrado a tres metros de profundidad junto con otros objetos pertenecientes a un antiguo cementerio indíjena. Su forma, que es mui conocida, revela su oríjen neta- mente peruano, lo mismo que el siguiente. Núm. 10. — Fué encontrado hace años por mi amigo el Dr. P. Martin en un antiguo cementerio de indíjenas en un lugar del 24 — valle de Quillota llamado Rauten, junto con otros objetos que aquí describo. Núm. 1 1. — Olla de Rau- ten, con ornamentación de colores rojo i gris. El cue- llo presenta los ángulos abiertos hácia la derecha, de color rojo i gris alter- nativamente. Las dos fran- jas que cubren la mitad superior de su vientre, de- nuncian las pirámides ro- jas i grises con sus grecas de ganchos entrelazados i sus hipotenusas libres de escaleras. Núiti 12. — Taza proveniente del departamento de Vicuña i queme fué obsequiada por el señor barón H. von Welczeck. Mide 1 7 centímetros de diámetro por io de alto. Es cilindrica, con su base o fondo abovedado i teñido de rojo. Presenta una ornamen- tación policroma, de fon- do blanco, con pirámides i grecas negras i líneas de colores alternos, rojos i negros. Esta ornamentación es manifiestamente peruana. Las líneas oblicuas que miran a las pirámides, presentan la forma de serrucho, i las pirámides en escaleras dejan en la es- quina de su ángulo recto un espacio blanco, en donde se va a perder un apéndice o línea que nace de la misma pirámide i se — 25 — envuelve en ángulos rectos para formar el conocido meandro peruano en forma de gancho. Núm. 13. — Hermosa olla de Rauten, cubierta de un magnífico barniz amarillento, color ante, i ornamentación de co- lores negro i ocre. Pre- senta figuras rectangu- lares, verticales, que se N.0 12.-V tamaño natural, estienden desde el cue- llo hasta la base, separadas unas de otras por tres líneas verti- cales, de las cuales las esternas son negras i la del medio roja. Estas figuras están subdividi- das a su vez en dos partes iguales por otras tres líneas horizontales de la misma dis- posición i coloración que las anteriores i que, sin cortarlas, se insertan en los puntos en que encuentran a la primera de las verticales. Contienen cada uno de estos cuadros n.° 13.— i del tamaño natuai. dos escalerillas color negro i ocre que se miran por sus ángulos salientes i entrantes. En la inserción del cuello con el cuerpo se encuentran de nue- vo las tres líneas paralelas, de las cuales la del medio es roja i las otras dos negras. El cuello mismo presenta una serie de cin- co líneas paralelas en zig-zag, en que alternan las negras con las rojas. Núm. 14 A i B. — Plato estraido de una ancuviña de Paine, en el departamento de Maipo. Es de greda mui fina, bien cocida i 26 de superficie lisa. Esta pintado de rojo i su ornamentación es negra. Su cara esterna presenta tres escaleras peruanas mui estiliza- das. No forman pirá- mides sino tres séries de tres escaques cada una, dispuestas obli- cuamente i unidas en sus bases tanjencia- les por líneas delga- das. Dos líneas para- lelas siguen los con- tornos de sus pel- daños. Esta escalera se estiende oblicuamente desde el borde del pla- to hasta un círculo negro de la base. La superficie interna K presenta [una cruz griega que la ocupa toda entera. Está for- mada por una doble lí- nea. Recorre los brazos trasversales en toda su estension i sin interrum- pirse, una línea en zig- zag, dentado, con su bor- de libre, que contiene en sus ángulos entran- tes, triángulos negros. Cada uno de los Otros N.° 14 B — i del tamaño natural, dos brazos llevan tres grupos de dibujos formados de tres líneas, de las que, la que mira al eje de la cruz, es dentada. En los espacios limitados por la cruz hai cuatro triángulos jsSBBBELl. :¿M. ... J N.° 14 A — 'í del tamaño natural. — 27 — isósceles adheridos al borde del plato. Llevan pestañas en sus dos lados libres. Núm. 15 A i B. — Plato proveniente de Rauten. De greda fina bien cocida. Su color fundamental es rojo por fuera i gris por dentro. Presenta en su superficie interna A, dos fajas de pirámides para- lelas con escaleras i gre- cas de gancho entrela- zadas, de color rojo i negro alternativamente. El borde superior está pintado de negro. El lí- mite inferior está forma- do por dos líneas, una roja i negra la otra. La superficie esterna B, presenta una pequeña circunferencia en el fondo, en el cual se insertan tres triángulos equidistantes que dejan dos ángulos libres en el espacio. Del ángulo dere- cho libre de cada uno de ellos, sale una lí- nea que recorre obli- cuamente un tercio de circunferencia en esta misma dirección i va a terminar en un triángulo negro, mas pequeño, en el borde de la vasija. De la misma circunferen- cia, a la izquierda de los triángulos, nacen dos líneas paralelas que se quiebran a la altura del ángulo izquierdo de este mismo N.° 15 B — '4 del tamaño natural. — 28 — N 0 16 — ^ fiel tamaño natural triángulo, corren paralelas a la primera línea i van a terminar también en el borde en un lijero ensanchamiento triangular. Núm. i6. — Plato o taza proveniente de la isla de Maipo. Sus dibujos son iguales a los del núm. 14, con la diferencia que presentan solo dos rectángulos, siendo mas pequeño el de la peri- feria. Como se ve, puede decirse que estos tres platos son un pro- ducto lejítimo de la alfarería chi- lena, pero influenciados en sus rasgos fundamentales de orna- mentación por la escuela peruana. Es mui interesante observar en ellos la estilización de las escaleras i la existencia de la cruz. Las escaleras recuerdan por su disposición la figura del trina- crio i debo decir que este nuevo adorno es mui común en los obje- tos indíjenas pintados de esta manera en el centro del país. Num. 17. — Plato proveniente de Vicuña, provincia de Co- quimbo. Por dentro está cubierto de una especie de esmalte blanco con cua- tro figuras triangulares in- sertas por un lado a los bordes i cuadriculadas por líneas negras cruzadas obli- cuamente. De cada uno de los ángulos de estas figuras cuelgan dos líneas negras cortas. Este adorno se parece al del plato núm. 18, que representa un ave marina. Es este un ejemplo de lo que dejamos dicho, de que «una de las características mas dignas de tomarse en cuen- ta en la creación de los tejidos i pinturas peruanas, consistió en el esfuerzo que gastaron los artistas en trasformar las figuras hu- N ° 17 — ^ del tamaño natural — 29 — manas i animales en elementos puramente jeométricos, sin com- prometer la organizaciou primitiva del modelo». Por fuera muestra una franja ancha en la mitad superior, limi- tada por dos líneas negras. Esta franja está recorrida por una lí- nea de zig-zag, delgada, que deja en sus ángulos espacios trian- gulares cuadriculados por líneas negras finas. El fondo es rojo. Siendo este plato tan sencillo en su ornamentación, deja ver, sin embargo, en sus líneas de zig-zag i los triángulos cuadricula- dos, la idea peruana de su concepción. Núm. 18. — Este yuro doble con asa, hace poco que fué encon- trado en las calles de Santiago, al remover los escombros "para la ejecución del alcantari- liado de la ciudad, que acaba de terminarse. Las dos fajas grises situadas por debajo de su cuello formadas por triángulos alternos se- parados por una raya pequeña, revelan una ornamentación no mui común, que tiene un sello especial. Por lo demas, la forma del vaso es enteramente peruana. Núm. 19. — Plato del de- partamento de Vicuña. Quienquiera que haya observado la metamorfosis del pájaro en plato en el atlas ya citado de Bássler, verá inmediatamente que el nuestro trae a la mente los ejemplos de este antor, con el agregado todavía de que éste representa cuatro aves N.° 18 — '4 del tamaño natural 30 - marinas pintadas en su interior en la forma de cuatro triángulos O cuadriculados blancos, que tienen la cabeza del ave en el ángulo libre. Los apéndices laterales del plato son el cuello i la cabeza del ave estilizados i que sirven de agarradero. x.oon , . . , Núm.20. — PlatodeRau- iv .0 20. — -4 del tamaño natural ten. Presenta una franja blanca de triángulos desordenados con líneas negras paralelas, dibujada en fondo negro. El asiento de la vasija es abo- vedada i teñido de rojo. Se pa- rece a la taza que describimos con el número 12, también de Rauten. Núms. 21 i 22. — Cantaritos de Paine, departamento de Maipo, Sacados de una ancuviña del fundo del señor Pacheco. Presentan de particular que son de forma sencilla, de orna- mentación sui gencris, que me atrevería a calificar de chilena, lla- mando la atención la inserción característica oblicua del asa. Solo notaré que las franjas que adornan sus cuellos presentan losanjes, figuras mui sencillas, que la simple casualidad ha pro- ducido en esta ornamentación. N.° 21 — !¡ del tamaño natural. N 0 22. — *¡ del tamaño natural. Con escepcion de estos dos — 3i últimos cantaritos, que, lo repito, es ío mas orijinal que he en- contrado en la cerámica prehistórica de los araucanos, podría multiplicar mucho mas los ejemplos de esta sección de mi estu- dio, para llegar siempre a las mismas conclusiones, esto es, de que todos nuestros vasos antiguos están cubiertos de adornos de oríjen peruano. IV SUPERVIVENCIAS Son numerosos los ejemplos de supervivencia que encontra- mos en la tierra de los mapuches i aun en el mismo pueblo chi- leno. Quiero contentarme con recordar los mas sobresalientes i que mas llaman la atención del observador. Núm. 23. — Vaso compra- do a unas indias de la costa de Curicó. Los usan como floreros. Son rojos i de masa bien cocida, pero de fabricación ordinaria. No tienen adornos. Esta clase de vasos, de orí- jen antiquísimo, si no son ver- daderamente de oríjen perua- no, se fabrican, al ménos, por tradición desde ántes de la conquista, en las costas del centro del pais, i aun alcanzan hasta Valdivia. Será necesario buscarle su conjénere en el Perú. Núm. 24. — Jarro en forma de pez, con un gato de gollete. Servia hasta hace poco para escanciar vino en un a taberna del puerto de Constitución, donde lo compré. Es mui parecido al que traen Rivero i Tschudi en su — 32 — atlas (12). La diferencia capital consiste en que el de estos auto- res tiene un mono, animal americano, mientras que el gato do- méstico fué traido a este Continente desde Europa por los conquistadores. Bássler (13), en su atlas citado, trae otra figura de pescado con un bote i dos hombres en un huaco en- contrado en Pascasmayo, Perú. Se ve pues que, a pesar de los siglos que han pa- sado, todavía se encuen- tran en el pueblo chileno artefactos que conservan el carácter derivado de la tradición peruana. Núm. 25. — Adornos de plata, mui usados por las mujeres mapuchesde la Araucanía. Los llevan colgados del cuello. El de la figura a repre- senta una cruz griega, algo estilizada, con la estre- midad de los brazos en for- ma de hoja de trébol. Cuel- gan de ella varias cruceci- tas pequeñas, también de estilo griego. El de la figura b , tiene N.°25 — 'a del tamaño natural la forma de una cruz de Malta i lleva también otras crucecitas de estilo griego. (12) M. E. de Rivero i T. Q. de Tschudi. — Antigüedades peruanas. Viena, Atlas, lám. XIII.— 1851. (13) A. Bássler. — Altperuanische Kunst, Berlin, Part. 1, Blatt 24, fig/270. N ° 24 — ’« del tamaño natural. — 33 — El uso de la cruz es mui antiguo en América. La usaban los mejicanos, peruanos i calchaquíes. Quiroga (14) cierra su magnífico estudio sobre «La Cruz en América» con estas palabras: «La lluvia es el fundamento de su relijion (se refiere a la de los calchaquíes) i la cruz su símbolo. Llama la atención, pues, ver que un símbolo tan antiguo i que viene de tan lejos, haya pasado a la Araucanía para conservar- se hasta hoi sin que ninguno de los indíjenas actuales compren- da su significado. Otro tanto pasa con el tupo , adorno también mui estimado en la Araucanía, i que lo dibujan en sus obras Baessler i Am- brosetti, (15). Interrogadas las indias por el orijen i significado de este ador- no, tampoco saben de donde se deriva. La cruz i el tupo son el ejemplo mas hermoso de superviven- cia que conserva Chile de los paises prehistóricos del norte. De los ponchos o mantas araucanas actualmente en uso, lla- mados por ellos núcur macuñ , presento aquí cua- tro ejemplares adquiridos por mí en Temuco. Sonde lana, magníficamente teji- dos i teñidos de colores con yerbas indíjenas. Núm. 26. — Presenta un dibujo de cruces i escale- ras exactamente igual al del estuco del palacio de Chan-Chan, capital del Chimu, en Trujillo. (16) N.° 26 (14) Adan Quiroga. — La Cruz en América, Buenos Aires MCMI, páj. 254, (15) J. B. Ambrosetti. — El bronce en la rejion calchaquí, Buenos Aires. 1904, páj. 217. (16) Thomas H. Hutchinson. — Two vears in Perú, London. 1873, 2 vols., páj. 135, del t. II. 3 — 34 Núm. 27. — Formado por líneas de escalera o escaques dis- puestos en zig-zag. Núm. 28. — Repro- ducción del núm. 26 en líneas sencillas i con las cruces mas alargadas. Núm. 29. — Es un ejemplo clásico i fresco de la cruz de Chan-Chan i la cruz griega corrien- te que vemos en los adornos de plata ac- tuales. N°. 27. Tenemos, pues, que estos cuatro ponchos nos muestran una vez mas la influencia profunda ejercida en si- glos anteriores por el pueblo peruano sobre nuestros araucanos. Estos ejemplos prue- ban, además, que si es cierto que se necesita mucha perseverancia i mucho tiempo para introducir cosas nuevas en un pais, sean éstas costumbres, doctrinas o artefactos, se ve que, apesar deque pasan los años i los hombres, subsisten en los pueblos; mas aun, ni la es- tincion de una raza las hacen desaparecer completamente. — 35 — Hai en Arauco un adorno mui usado por los mapuches i que consiste en una faja larga de mas o ménos tres dedos de ancho i uno i medio metro de largo, tejida de lana con los mas variados ador- nos. Sirve esta faja para asegurarse el chamanto i la llaman trarihue. Presento los dibujos de esta pieza. Núm. 30. — Contiene un trozo de trarihue con dos dibujos antro- pomorfos, el uno segui- do del otro. El de arriba, en la lámina, muestra una cabeza estilizada en la que se ven los cabellos, las orejas i la cara representada por dos aberturas, el cuerpo en forma de dos ángulos agudos insertos en la base de la cabe- za i abiertos hacia abajo. El superior, después de recorrer cierta estension hacia abajo, se dobla de repente en ángulo de mas 90 grados hacia afuera, recorre así un pequeño espacio, vuel- ve a doblarse hacia arriba formando un ángulo recto, i termina por una figura en forma de mano con tres dedos. Los dos lados de este ángulo serian los brazos. El otro ángulo incluido en éste, sigue hacia abajo, se dobla tam- bién hacia afuera i desciende de nuevo para ir a formar la misma figura de arriba; los piés con tres dedos. El cuerpo de este ser estraño quedaria así formado por estos N,° 30. X o 29. — 36 — dos ángulos, que contienen todavía un triángulo sólido en su abertura. El dibujo de abajo es igual al anterior, con la diferencia so- lamente de que los piés terminan en una línea horizontal corta. Es de notar que del ángulo de la ingle de la pierna izquierda de la figura superior, sale una línea oblicua que (va a dar a la parte media i superior de la ca- beza de la figura inferior. La diferencia de los piés i esta línea, indican, quizás, en el sim- bolismo indíjena, que tenemos que hacer aquí con una pareja matrimonial (?). Para demostrar el oríjen perua- no de estos dibujos, he tenido la suerte de poderlos comparar con la figura núm. 31 sacada de la faja de una bolsa para guardar coca, estraida de una antigua tumba peruana de Sama, que se encuentra en el Museo Nacional. Sin entrar a analizar los pormenores de estas dos interesantes figurillas, se ve a la simple vista, la si- militud de las araucanas de hoi con las antiquísimas del Perú. Mas todavía, en la figura de abajo se representa el embarazo (?). La figura 32, de otro trarihue, es ca- racterística i el ejemplo mas convin- cente de las tésis que vengo soste- niendo, i con la cual concluyo este tra- bajo. Se ven aquí las grecas de gancho a un lado, en campos blancos i rojos, i r 1 : .' •- -y 'O ** 1 L -üi » : • i * r ‘ - 11 Wmi •A ¡ 111 i- 1 1 ! 1 X 0 81. X o 32. — 37 — las figuras en escalerillas en el otro, en campos alternos también de rojo i blanco. Frente a los ángulos de la escalerilla hai una linea en forma de serrucho o si se quiere de escaques. Ya hemos visto que en las escalerillas que forman los trina- crios de los platos de Paine i de la isla de Maipo, esta linea en forma de sierra está representada por otras simples. De lo espuesto llegamos a la conclusión de que la civilización prehispánica de Chile, se deriva del Perú i los actuales arauca- nos conservan todavía por supervivencia, los restos de, aquella antigua civilización 17°. Congreso de I05 americanistas celebrado en Buenos flires, República Rrjentina, 'desde el 16 hasta el 24 de mayo de 1910 Dr. AURELIANO OYARZUN Los Petroglifos (leí Llaima (1) Son vários los autores que han estudiado las piedras trabaja- das por los aboríjenes de Chile. Si bien es cierto que sus publicaciones andan dispersas en varios libros i revistas, podemos resumirlas en las siguientes: Medina (2), que trata de las piedras de Chile en jeneral. Philippi (3) i Cañas (4), de las piedras horadadas. Cañas (5), de las piedras de tacitas. A nuestro compatriota A. Plagemann (6) debemos una intere- sante monografía sobre los «Pintados de Chile», en la cual, sin tomar en cuenta las otras clases de piedras, aborda, con multi- tud de datos, el problema de las pictografías i petroglifos chile- nos únicamente. (1) El departamento de Llaima está situado entre los grados 38 i 39 de Lat. S. Su capital es Lautaro. Forma parte de la provincia de Cautin. La palabra Llaima o Yaima significa zanja o acequia. (2) J. T. Medina. — Los aboríjenes de Chile. Santiago, 1882. (3) R. A. Philippi. — Sobre las piedras horadadas de Chile. Anales de la Universidad de Chile. Santiago, 1884, páj. 470. (4) A. Cañas P. — Estudio arqueolójico sobre las piedras horadadas, San tiago, 1904. (5) A. Cañas P. — El culto de la piedra en Chile. 1904. (6) A. Plagemann.— Amerikanisten Kongress, Stuttgart, 1906. 39 — Barros Grez (7), algunos años ántes que Plagemann, habia hecho una publicación de los petroglifos del valle del rio Ca- chapoal. El Dr. F. Fonck i Hugo Kunz (8), otra sobre la edad de piedra en el centro de Chile. I por último, Guevara (9) resume todo lo que se refiere a las piedras de Chile en su libro «Historia de la Civilización de la Araucania.» Según Plagemann (10) talves nunca han existido verdaderas pictografias araucanas. Esta esterilidad de la Araucania en pictografias, dice Mecíi- na (1 1), no tiene nada de estraño si se considera que, a la llega- da de los españoles, era este , un pueblo pobre, habitado por hombres que vivian en plena edad de piedra, en el grado mas primitivo de cultura, al parecer con mui pocas ideas de relijion, sin fantasía, sin sentido artístico. Barros Arana (12) agrega: «el suelo chileno fué ocupado hasta la época de la conquista incásica del siglo XV por bárbaros que no habían salido de los primeros grados de la edad de piedra.» Involuntariamente se pregunta uno cómo es posible que la civilización incásica sólo en 75 años, haya podido influenciar de tal manera la población bárbara de Chile para que, en ese corto espacio de tiempo, se hayan podido ejecutar todas las pictogra- fias i petroglifos que hoi encontramos en el pais. Tiene razón Plagemann (13) cuando a su primera tésis agrega (7) Actes de la Société Scientifique du Chili. Santiago, 1893. Í8) F. Fonck i Hugo Kunz. — Ein Beitrag zur Kenntniss der Steinzeit in mittleren Chile. Verhandlungen des Deutschen Wissenschaftlichen Yerei- nes. Santiago, II. B, 5 i 6, 1893. (9) T. Guevara. — Historia de la civilización de la Araucania. Santiago, 1898-1902. Tom. I, páj. 86 i sig. (10) V. 6, páj. 58. (1 1) V. 6, páj. 9. (12) D. Barros Arana. Historia Jeneral de Chile. Santiago. 1884. Tom. I, páj. 27. (13) V. 6, pájs. 78-79. — 40 — esta otra: «por éstas i las demás consideraciones espuestas se deduce probablemente que el llamado influjo peruano , producto de una cultura mas avanzada, que, dirijiéndose hacia el sur, habia llegado hasta el norte de Chile cuando sobrevino la Con- quista, no se verificó en tiempo de las relaciones íntimas de los nor-arjentinos i nor-chilenos con los quichuas, pues, habiendo sido de tan corta duración el dominio de los incas, no se com' prende que su cultura dejara tan hondas huellas en el pais. Con el fundamento de nuestros estudios paleo i pictográficos creemos que debemos considerar este influjo como mas antiguo, prove- nientes de los colla -aimaráes.» Efectivamente, todas las pictografías i petroglifos estudiados representan motivos peruanos: el sol, las escaleras, las líneas en zig-zag, la cruz, etc., etc. La misma piedra de Malloa, la mas austral de todas las "cono- cidas hasta hoi, representa un sol. I, al contrario, los petroglifos de Cauquénes no serian la obra de los antecesores de nuestros araucanos. Tocaría a los arqueólogos calchaquíes descifrar sus enigmas.» (14) La influencia de la civilización peruana en Chile, lo mismo que en la Arjentina, habría llegado hasta los grados 33-34. Sir- ve de testimonio para esta afirmación la pictografía de San Luis, descrita por Ameghino. Pero todavía agrega Plagemann, por lo dicho se ve que el sur de Chile no fué jamás ocupado por un supuesto pueblo ci- vilizado ni primitivo que, siguiendo un natural instinto artístico, creara pictografías.» (15) Espuestos estos antecedentes, paso a ocuparme de la descrip- ción de las piedras que, por una feliz casualidad, descubrí este (14) Y. 6. páj. 57. (15) Y. 6, pájs. 85-86. 41 verano en la provincia de Cautín, departamento del Llaima, si- tuado entre los grados 38-39 L. S. Visitando el fundo llamado Quinchol, su dueño, el señor L. A. Rivera, tuvo la bondad de conducirme a un pintoresco lugar de su propiedad, donde me hizo conocer las piedras de mi refe- rencia. En un hermoso valle situado en la márjen derecha del Cau- tín se encuentra un lugar llamado Licapen , que toma su nom- bre de un estero que desemboca en aquel rio. Este valle conti- nua al oeste paralelo al Cautín, pero, no bien presenta en algunas partes un ancho que se puede apreciar en dos o tres kilómetros, cuando el mismo rio i sus barrancas lo interrumpen al lado izquierdo, i al lado derecho lo cortan las faldas de una montaña que va a terminar casi de repente en la altura por una planicie cubierta de bosques, que no me fué posible esplorar. Esa media falda de esta planicie, como a 200 metros de altura sobre el valle, en donde encontramos dos piedras o bloques de lava volcánica, situados a pocos metros de distancia uno del otro. Miran a las cordilleras nevadas del este, al volcan Tolhuaca i a los inmensos bosques azules que, desde la distancia infinita, vienen tomando un color verde i se resuelven en árboles inmen- sos cuando se acercan al que tiene la fortuna de observar tan grandioso panorama. Xo sin razón elijió el hombre primitivo tan pintoresco lugar para fijar su residencia en él, como lo atestiguan innumerables c benques o cementerios antiguos que se encuentran en estos para- jes i de donde sacamos el esqueleto de una india con sus cha- quiras de ámbar i loza, el freno de su caballo i sus aderezos de plata con un taJiual , pieza que no usan los araucanos desde al- gunos años atrás. Una de las piedras, (Láminas 1 i 2), está hundida en la termi- nación de un foso trabajado por las aguas del invierno, el cual mide cinco metros de largo, dos de profundidad i dos de an- cho. En el estremo de este foso, que da a la parte mas alta de la falda de la montaña, forma esta piedra una especie de pared. — 42 — Bajando a él i examinándola de cerca, se ve que está formada de lava volcánica mui dura i de grano mui grueso. Su altura es de tres metros, mas o ménos. La cara que mira al foso es lisa i presenta en la parte inferior una figura elíptica, vertical, en for- ma de herradura cerrada con la base hácia arriba. Mide en su eje mayor i 5 centímetros i en el menor 6. De un foco al otro presenta una línea recta. Esta figura está grabada en la superficie de la piedra hasta un centímetro o mas de profundidad. El ancho del rasgo del grabado corresponde al de la profun- didad. Observándola con cuidado se ve que representa los contor- nos estemos de los órganos jenitales de la mujer, del pudendum muliebre , según la denominación de His (16). La otra piedra, de forma romboidal, está situada a la misma altura de la anterior i es de su mismo tamaño. Descansa sobre el suelo raso, pero está acostada de tal mane- ra que presenta dos caras, una a la derecha, vertical, i la otra, a la izquierda, oblicua, que mira hácia arriba. La cara de la derecha (Láminas 3 i 4) presenta, en la parte inferior principalmente, una série de figuras grabadas, parecidas a la descrita en la piedra anterior, pero enteramente elípticas i que representan con mas plasticidad los contornos de la entrada del órgano femenino de la jeneracion. Son todas verticales i es- tán situadas unas al lado de las otras, en tanta cantidad que puede decirse que esta pared está totalmente cubierta de gra- bados tan estraordinarios. Los ejes de estas figuras o elipses varian de 15 a 30 centímetros los mas grandes, i de 10 a 15 centímetros los mas pequeños. Hai una, sin embargo, que sobre- sale por su tamaño. Es el doble mas grande que las mayores. Toda esta cara grabada tiene mas de un metro cuadrado de superficie. La cara de la izquierda (Lámina 5), que es también, como lo (16) W. His. — Die anatomische Nomenclatur. Leipzig, 1 895, páj. 64. 43 dijimos, superior, deja ver grabados mui importantes. Sobresale entre ellos el de una figura circular que presenta los contornos de una cara i parte de la cabeza de una figura humana (¿el sol de los aimaráes?). — -(i y). El diámetro de esta figura es de 25 centímetros. Al lado dere- cho de ella hai algunas otras iguales a la de la cara derecha de la piedra. He dicho que estas figuras representan el pudendum muliebre. Declaro que ántes de dar esta opinión he estudiado con de- tenimiento el significado o esplicacion que había de dar a estos signos. En balde he querido atribuirlos al sol de los incas, a los imai- manas de Viracocha, de que tanto nos hablan los autores arjen- tinos en sus últimas publicaciones, etc., etc. De todas las vistas (17) Al poner en prensa este trabajo, recibo de Bolivia, enviado por mi amigo el señor A. Posnansky, el Boletín de la Oficina de Estadística Nacio- nal (Números 58, 59 i 60, La Paz, 1910, con los discursos de los miembros del XVII Congreso de los americanistas que de Buenos Aires se traslada- ron a Bolivia, el Perú i Méjico, i leo con placer el discurso de Max Uhle sobre 'La posición histórica de los aimaráes en el antiguo Perú»; en él en- cuentro, en la páj. 353, las observaciones siguientes»; «De la antigua grandeza de la raza aimará cuentan en Bolivia las ruinas de Tiahuanaco, en cierto sentido las mas interesantes, las mas curiosas, las mas majestuosas de América. Aunque varias veces se ha dicho que pare- cen obras de los Incas, esta idea no debe subsistir ya ni un momento mas. Datan de un período de cuando ni se hablaba de los Incas, o de los qué- chuas. La grandeza de estos monumentos corresponde a la grandeza de la raza en épocas preincaicas que hemos probado. No solo existen las ruinas en te?-ritorio jenuino aimará , sino los relieves de la portada grande repre- sentan también un mito solar , que se contaba todavia entre los indios del lugar en el tiempo de la conquista, sin que se pensase mas en su represen- tación en las figuras de la portada. Este mito cuenta que el sol ántes de le- vantarse estaba escondido en el fondo del lago Titicaca. I en la portada te- nemos la representación de un sol escondido en la barriga de un pescado. Otra figura nos lo enseña debajo de un número de cabezas de pescados. El mito orijinal ha sido evidentemente mas completo que la forma que de él nos cuenta Cieza. La última (o primera) figura de la série, nos enseña dos cóndores criando encima de la figura del sol. Evidentemente el relieve quie- re espresar aquí, que al fin el sol salió de un huevo procreado por cón- dores». — 44 — de petroglifos que tengo a la mano, solo encuentro que la de la oficina de Santa Fé a Quillagua (18) tiene una figura que pue- de compararse con las de las piedras del Llaima. Representa una elipse con una raya mas escavada en él centro, que se es- tiende de un foco al otro del eje mayor. Aumentaba mi duda la circunstancia de que, por lo que co- nozco de la literatura americanista, ésta es la primera vez que se presenta a la consideración de estos Congresos un problema de la naturaleza del que me ocupo. Mis dudas se desvanecen, sin embargo, cuando considero las prácticas que a este respecto han observado otros pueblos pri- mitivos o de mui antigua o rudimentaria civilización. Desde luego, en el mismo Perú, mucho antes de los incas, se adoraba a Catequil, dios del trueno i del rayo, que era represen- tado, entre otros atributos, con un falo al hombro i los órganos sexuales femeninos al lado de las piernas. Es sabido, por lo de- más, que los atributos fálicos abundan en las representaciones míticas de todos los pueblos de América, sea que se trate de figuras masculinas o femeninas. En medio de la plaza cuadrada del templo del Cuzco existia una columna fálica. Todos los autores nos hablan del culto que los pueblos primi- tivos rendían a las partes pudendas, grabadas intencionalmente en las rocas o representadas casualmente por una estría. Lefé- vre (19) refiere las prácticas groseras que estos pueblos rendían a rocas naturales que tenían algún parecido con estas figuras que por su forma consideraban masculinas o femeninas. Agrega aún (20) que los peruanos creían que las piedras no solo tenían vida sino también que eran de sexos diferentes i mantenían re- laciones de familia. Los naturales de las islas de Ambón i Uliase graban en los árboles figuras groseras que indican los órganos jenitales feme- (18) V. 6, Tab. III. (19) André Lefévre. — La religión, páj. 75, Paris, 1892. (20) V. 19, páj. 79. 45 ñiños con el objeto de que carguen mas los árboles i para asus- tar a los ladrones, porque es convenido entre ellos que estas figuras representan las partes vergonzosas de la madre del que En la isla de Pascua se conserva todavía la costumbre de que el recien casado se tatúa una vulva de dos pulgadas de largo in- mediatamente debajo de la larinje para indicar que está ca sado. H. Stolpe (22) agrega que el joven soltero de estas islas que tiene la suerte de sorprender a una pareja matrimonial en el acto de la cópula, corre inmediatamente a su vivienda para ha- cerse tatuar una vulva! Por su parte R. A. Philippi (23) nos da a conocer varias pie- dras de esta isla conservadas en el Museo Nacional de Santia- go, con figuras humanas que llevan signos femeninos. Una de ellas los trae en la cara, el pecho i el vientre, otra en la frente; i Make-make, dios de la fecundidad, representado por una figu- ra ántropo-ornitomorfa doble, tiene una al costado de su sagra- do cuerpo. Heródoto (172, 11; 106, 102) (24), cuenta que vió en la Judea columnas erijidas por Sesóstris en las que habia inscrito este rei ejipcio el nombre de los pueblos vencidos, i mas abajo los ór- ganos jeneradores de la mujer para significar que habian sido cobardes. Los musulmanes reverencian en el templo de la Kaaba la pie- dra Hadschav que tiene ciertas estrias en que los devotos ven marcas o señales del sexo femenino i las besan i frotan con un celo que el monoteísmo ha sido incapaz de debilitar. Todos los grandes dioses del Asia Anterior i de la Grecia (21) Ploss i Bartels. — Das Weib, T. I, páj. 190. Leipzig, 1905. (22) H. Stolpe. — Ueber Taetowierung der Oster-Insulaner, páj. 10, fig. 11. 13, 15. Friedlánder u. Sohn, Berlin. (23) R. A. Philippi. — La isla de Pascua, etc. Anales de la L'niversidad de Chile, 1873, páj. 365. (24) V. 21, T. I, páj 191. — 46 — han comenzado por ser meteoritos, piedras cónicas o pilastras groseras en que los artistas hieráticos han grabado i esculpido los atributos sexuales. (25) «La fuerza creadora de la naturaleza, dice Philippi, (26) que se muestra con tanta evidencia en el acto misterioso de la jene- racion, ha parecido a casi todos los pueblos una cosa divina, que han venerado o adorado de una manera mas o ménos espi- ritual o mas o ménos grosera i sexual, i es cosa mui rara que esta idea haya sido pura al principio i dejenerado con el tiem- po en el Indostan, como en Persia, Grecia i Roma». En el Indostan se llamó Lingam i representó el órgano se- xual masculino en unión con el femenino, en la forma de un ci- lindro de piedra o de madera con una especie de hoyo. El Phallus representa todo el órgano masculino, solo o ad- herido a un dios. , En la misma India era adorado el órgano femenino por los sectarios de Vishnú. Lo llamaban Yani o DsJiani i lo llevaban en la frente. (27) No cabe duda alguna que al proceder así la humanidad pri- mitiva no lo hacia con un fin deshonesto, inmoral o vicioso. Nuestros aboríjenes no conocían su desnudez ni el pudor. No existia en su Clan el hogar, i la mujer pertenecía a la comu- (25) V. 19, páj. 149. (26) V. 23, páj. 419. (27) Podríamos ilustrar con muchos otros datos este vastísimo tema; pero, a pesar de no creerlo necesario por lo fácil que es hoi dia imponerse de esta clase de literatura en la Antln-ofiophyteia de Krauss, Viena Vil, 2 Neuestiftgasse 12, queremos mencionar la magnífica obra del benemérito escritor francés Jacobo Antonio Dulaure. Esta obra, que cuenta mas de un siglo de existencia, ha sido revisada en el año que acaba de pasar por los señores Friedrich S. Krauss i Karl Reis- kel, siendo fruto de este laborioso trabajo el hermoso volumen titulado; Die Zeugung in Glauben, Sitien und Braeuchen der Voelker (La concepción en las creencias, costumbres i usos de los pueblos). Leipzig, 1909. Su abundante lectura i las hermosas láminas que lo adornan, imponen inmediatamente al lector de todo lo que se refiere a los cultos fálicos de la antigüedad i la Edad Media de la Europa. — 47 nidad o al mas fuerte. Se la consideraba como un ser útil para el trabajo i el placer. No se cfaba tampoco importancia a la su- cesión. El culto de los órganos jenitales femeninos de la antigua Arauco en las piedras, era precisamente la misma litolatria que han practicado los salvajes de todos los países en las formas mas variadas, cuando pasaban todavía por el grado mas ínfimo de la cultura relijiosa. Representaban con este culto el de la madre tierra, el tote- mismo con la vulva por Tótem, — práctica que estaba en rela- ción con las ideas absurdas de su imajinacion infantil. Como complemento de estas consideraciones citaremos toda- via una vez mas a Philippi (28), quien dice que autores de méri- to piensan que las piedras horadadas de Chile no eran otra co- sa que una especie de ídolos que representaban las partes pu- dendas de la mujer, adoradas por los indíjenas del pais. No dejaría de ser interesante saber que al culto antiguo de las grandes piedras grabadas hubiera sucedido el de las piedras horadadas. Pero dejando a un lado estas consideraciones que no obede- cen mas que a una especulación filosófica que por el momento no nos interesa, volvamos a considerar la importancia étnica de estos petroglifos. Vemos, desde luego, que existían petroglifos en la Araucania, mui léjos del dominio de los incas. Cuando se ha sostenido, pues, que todas las piedras grabadas o pintadas de Chile se deben a los incas, que solo llegaron al Cachapoal o al Maulé, i encontra' mos ahora dos tan hermosos ejemplares en tierras que jamás pisaron ni los mitimáes de los incas, debemos pensar que tai- vez todos los petroglifos i pictografías conocidos i atribuidos a .28 V. 3, páj 470. 48 — estos conquistadores, pertenecen a la misma categoría de las del Llaima. Por esta razón me atrevo a pensar que, si no todas, la mayor parte de los petroglifos i de las pictografías chilenas entran al dominio de una civilización mucho mas antigua que la de los incas, digamos a la de los collas-aimaráes, o mas antigua toda- vía, a la de los caribes o caucas de Colombia. Por consiguiente, aunque.se descubran motivos incásicos en la ornamentación de los petroglifos del norte de Chile, esto no quiere decir que sea la civilización del Cuzco la única autora de estos petroglifos. Siendo, por otra parte, mui posible que muchos de los ornamentos peruanos sean copias de otros pro- venientes de países situados mas al norte, queda de nuevo sub- sistente, hasta reunir otras pruebas, la idea de que estos monu- mentos litolátricos son de una antigüedad mui remota i traba- jados probablemente, como dejo dicho, por una raza de aborí- jenes mas antigua que la araucana. Queda rechazada, por lo tanto, la tésis de Plagemann, que dice que jamas fué ocupado el sur de Chile por un supuesto pueblo civilizado, que, siguiendo un instinto artístico natural, creó pictografías. Lámina i Lámina 2 Lámina Lámina Lámina La Lanceta (le Quilpué Estudio de Antropolojía prehistórica chilena ofrecido para el Centenario El campo etnográfico de Quilpué ANTECEDENTES Quilpué, antigua estación dei ferrocarril, en la que termina el camino real que viene del distrito de Margamarga ,i donde pasa un camino a Limache, ántes caserío de pocas casas, fué fundado en 1885 mas o ménos, como población i mas tarde ciudad por el ilustrado i laborioso vecino don Enrique de Veer. La etimolojía del nombre Quilpué envuelve una cuestión de cierto interés. Según don Francisco Solano Astaburuaga (1) fué llamado ori- jinalmente Queripue o Queipué , que quiere decir lugar de jas- pes. Ademas, apunta un riachuelo del nombre Quilpué limitado al norte de Putaendo. Parece que la versión Queipué implica una relación con la palabra Queupü , el nombre mas común de la lan- ceta para sangrar. Don Benjamin Vicuña Mackenna , el fecundo escritor de inol- vidable memoria, precisa de firme esta etimolojía. Dice (2) «Quil- pué es una aldea de montaña que debe, sino su oríjen, su nom- bre a la afición que los indíjenas tenían por la medicina. Cuenta Garcilaso de la Vega, que los indios del Perú i los de Chile como sus discípulos, practicaban solo dos clases de remedios para sus dolencias; en las internas purgantes i para las esternas las sangrías. Se valían de unos guijarros agudos, a manera de (T Diccionario Jeográfico de Chile, 1.a edición 1867. (2) De Valparaiso a Santiago, 2.a edición, p. 120, 1877. 4 50 — las esquistas o astillas que produce el granito, cuando se quiebra •i como los pedernales aguzados que usan los guerreros en sus flechas. A esos guijarros, verdaderas lancetas de la edad de pie- dra, daban los indios el nombre de gueipues i aplicaban ese mis- mo calificativo a los lugares peñascosos de donde los estraian. De aquí el que este nombre sea tan frecuente en el pais . Señala un potrero cerca de San Felipe i un lugarejo en el valle de La Li- gua de ese nombre. Según el diccionario de F abres: «Queupú es una piedra negra como pedernal con que se sangran, i Queupúhue, lugar donde las hai, i una Reducción». La terminación «pue» de la palabra en cuestión no cuadra bien. Presumo que la derivación mas natural será la de tomarla del vocablo Queupúhue de Fabres, saltando por la primera uh i pronunciándose Queupué , que se trasforma fácilmente en Quil- pué , que tiene ademas la ventaja de indicar los lugares en que se encuentran los pedernales para la lanceta, en conformidad con la versión de Vicuña Mackenna. No hai duda que la ciudad debe su nombre a la mentada lanceta. El nombre queupú se encuentra frecuentemente en el idioma araucano: una vez es epíteto en el nombre de indios, por ejem- plo Cayuqueupu, un cacique, Curuqueupu (sangrador) según el P. Havcstadt , 1751 (3). Alolfinqueupu, cacique, según Francisco P. Moreno (4). Faltaría saber si estos indios llevaban el nombre por ejercer la profesión. Havestadt agrega en paréntesis: «san- grador», lo que indica talvez que este indio, que le mostró el ca- mino, ejercía efectivamente este oficio. Veremos mas adelante que la interpretación del nombre Quilpué como derivación del término queupú, lanceta, tiene una base positiva. Quilpué, situado a 20 kilómetros de Valparaíso i a la altura de 108 metros sobre el nivel del mar, es la cabecera de un pin- toresco i estenso valle tributario de la cuenca del rio Margamar- ga. Se es tiende, entre el cordon central al este i un cordon ter- (3) Murr, Nachrichten aus dem spanischen Amerika, p. 465. (.4) Revista de la Sociedad Jeográñca Arjentina, t. VI, j888, p. 245. 5i minal de la cordillera de la Costa al oeste, desde Peña Blanca hasta el Paso Hondo, que marca la angostura que atraviesa el estero ántes de caer al rio nombrado, con varias ramificaciones, angostas unas, mas anchas otras. El valle forma una planicie bastante ancha i regularmente poblada. El declive de las lomas es suave; las vertientes suelen correr en el terreno aluvial de^ granito por quebradas de paredes casi verticales. El estero prin- cipal, que recibe todas las aguas, corre en línea casi recta al pié del cordon de la Costa; no se seca en todo el año. Sus riberas están adornadas de trecho en trecho, por grandes trozos de rocas i piedras de granito, que es la formación que domina el valle. Al pié de estas rocas brotan jeneralmente árboles robustos de patagua, peumo, boldo, arrayán, espino, etc., lo que da a este valle un aspecto pintoresco i agradable. Habia ántes otro atractivo particular: todo paseante que re- corría el camino que sigue de Ouilpué a Villa Alemana i Peña Blanca, notaba en la orilla izquierda del camino varios grupos de piedras marcadas por morteros i tacitas, que alegraban la vista i no dejaban de llamarla atención, pero no fueron examina- das científicamente, según parece. Desgraciadamente la mayor parte de estos hermosos testimo- nios de la existencia de una tribu pacífica e intelijente, han de- saparecido. La barreta vandálica de los canteros de piedras las han destruido casi todas en los últimos años. Para ellos, que ávi- dos de lucro cortaron piedras para las construcciones de las nue- vas poblaciones vecinas, era indiferente si llevaban estas marcas de venerable antigüedad o no. Prescindiendo de eso, el aire puro i seco i las demas condi- ciones favorables dan a Ouilpué merecido crédito como lugar climatérico. Ademas tiene fama como asiento de los lavaderos tan célebres de oro, formando junto con los esteros de Marga- marga i Reculemu, aquel famoso distrito, de que los primeros conquistadores sacaban tan abundante cantidad de oro. Los restos de estos trabajos están actualmente aun visibles en mu- chas partes. Un estudio de los métodos injeniosos que se em- pleaban en esta industria, seria un tema de gran interés. Considero como un axioma el hecho que toda la parte del pais que está habitada actualmente estaba también .poblada an- tiguamente por la raza indíjena: tanto la existencia de la una como la de la otra estaba ligada a la presencia de agua i de te rreno medianamente fértil. De esta manera hemos de encontrar los restos de esta población antigua casi en todas las partes que ofrecen estas condiciones. Como hai pocos campos que han sido esplorados bajo el punto de vista arqueolójico, se puede presumir que aun quedan muchos disponibles para examinar i que estos prometen a los investiga- dores futuros resultados favorables. En Quilpué, donde no esperaba encontrar indicios etnográfi- cos, di, sin embargo, con ellos sin buscarlos i en una forma tan notable, que me fascinaron hasta el punto de obligarme a su es- tudio detenido i a formar una colección, bastante rica, de los ob- jetos hallados. Asociándome con mi digno amigo, el vice-cónsul Hugo Kunz , publicamos en 1893 los resultados de mis estudios sobre tres grupos de piedras con tacitas. El señor Kunz publicó dos edicio- nes de este trabajo; i una tercera salió en la revista de la Socie- dad Científica alemana de Santiago. (5) Atraídos por la novedad i obedeciendo a mi invitación, vino buen número de profesores i aficionados a la ciencia etnográfica a ver las piedras con tacitas tan notables. Recuerdo entre ellos a los señores doctor Stcjfen , don Federico Philippi , doctor P'óhl- inann, doctor Lens, don Francisco P. Moreno , señor Swingle- hurst, doctor Pídele, doctor C . Hiibncr , doctor G. Bermúdez , don Enrique Sim, una reunión amistosa de médicos de Yalpa- (5) F. Fonckund Hugo Kunz, Ein Beitrag zur Kenntnis der Steinzeit im mittlern Chile, in Siidamerikanische Rundschau, Hamburg, Heft 2 u. 3. con láminas. 1893. El mismo en edición aparte i en 12.0, Hamburg con lá- minas. El mismo en « Verhandlungen des Deutsch. vissenschaftl. Vereins zu Santiago», A. II, p. 272, c. lám. — 53 — raiso en 1898. Tomaron parte en ella los doctores G. Middleton, Jorje Thiele, Manuel S. Ramírez, Daniel Carvallo, Arnao i otros que no recuerdo. Los colegas, en vista del hecho, que les manifesté, de haber encontrado una lanceta en el grupo II, adonde los había llevado, lo bautizaron «La casa del Médico». Espero que esta denomi- nación mui oportuna sea conservada para conmemorar al primer médico del pais, de quien tenemos noticia, por este significativo i, según veremos, perfecto instrumento. EL FUNDO DEL RETIRO Una parte de la actual ciudad de Ouilpué está situada sobre el suelo que pertenecía, hasta hace pocos años, al fundo el Re- tiro, de propiedad del apreciable caballero don José Ramón Sán- chez. Su terreno es el campo principal de mis estudios etnográ- ficos. Este fundo situado al pié i en la falda del cordon de la cordi- llera de la Costa es delicioso en cuanto a su situación i clima. Del lecho del estero de Ouilpué se eleva gradualmente a regular altura; gran parte de su superficie es cubierta de bosque espeso de robustos árboles, que ofrecen paseos lindísimos. En la orilla del estero, junto a la línea del ferrocarril i a la planta de Quil- pué está situado el paseo de las Pataguas, un pintoresco parque natural de pataguas i boldos, que ofrece una esceneria encanta- dora i goza por eso de mucha fama como lugar de picnic. Dos de los puntos prehistóricos mas importantes están en contacto inmediato con este paseo. Bajan tres vertientes por el fundo; dos de ellas que corren por quebradas, nacen i mueren en el fundo. La tercera, que es lar- ga i abundante, entra al fundo desde léjos i desemboca, al sa- lir de él, al estero principal. Las piedras con tacitas están situa- das a orillas de este o en la tercera i segunda quebrada. El señor Sánchez se mostró mui complaciente con mis inves- tigaciones etnográficas: me ofreció el grupo principal en propie- — 54 — dad, arreglo que no se llevó a efecto por haberse puesto en venta el fundo; en cambio me cedió la piedra que llamé «del Sacrifi- cio». Obtuve también otra piedra con tacitas i una porción de objetos etnográficos de piedra para mi colección. EL GRUPO II Este hermoso grupo, el mas importante de todos, está situa- do a alguna distancia adentro del fundo, como a 50 minutos de camino a pié. Se llega a él tomando la alameda hasta la viña, torciendo a la derecha i siguiendo al lado de ella hasta la terce- ra quebrada, atravesándola i faldeando la colina de granito sua- vemente ondulada, hasta una lijera depresión entre ella i la se- gunda colina, subiendo por ella i siguiendo desde lo alto en la misma dirección al este hasta divisar el Belloto. En este camino se pasan de cerca dos asientos de piedras con tacitas de menor importancia. En la última parte hai varios grupos de piedras i peñascos poblados de árboles i arbustos que invitan al caminan- te a examinarlos por si tengan tacitas, aunque de balde. Otro camino conduce desde el establecimiento del agua pota- ble hasta enfrentar al cerco afuera del grupo, debiendo fran- quearlo. Está situado allí en el límite del fundo. El belloto , que nos guia en el primer camino, es un árbol mui hermoso i fenomenal, porque es el único ejemplar que se encuen- tra en el Retiro; es mui alto i sumamente frondoso, cubriendo su copa un radio de terreno bastante estenso. Sus frutos del tama- ño de un huevo de paloma, llaman la atención; sirven de comida a los chanchos; contienen gran cantidad de «amylum». Existe la tradición que los indios antiguos los comían después de moler i prepararlos convenientemente. He visto algunos arboles soli- tarios como este, cerca de los antiguos lavaderos de oro de Mar- gamarga. Es dudoso que hayan sido plantados por aquellos mi- neros a una época tan lejana. Se crian bien talvez en la vecindad del hombre. Crecen abundantes en los campos fértiles de Ocoa. Inmediatamente al belloto se halla el lejendario grupo II de El Retiro, Grupo II de las Piedras con Tacitas. Piedras A y B. piedras con tacitas, en el medio de un bosquecillo, rodeado de silencio, interrumpido solo por el zumbido de los moscardones, al parecer intacto, ofreciendo un cuadro encantador por su si- tuación pintoresca al pié de una roca partida, de cuya hendidura se eleva un peumo robusto, i por el hermoso aspecto de sus grandes piedras tendidas como baldosas, labradas largamente por la mano del hombre con perfección admirable. Es probable que tenemos aquí el monumento mas notable en el pais, que nos hay§. quedado de la edad primitiva de sus habitantes. Con cierta razón el señor Alejandro Cañas Pino che t en su en- tusiasmo a la vista de este grupo le llama el Olimpo de Chile. Si bien no aceptamos propiamente esta interpretación, recono- cemos de ántes, que la impresión que produce este grupo es mui amena i profunda a la vez, i que envuelve un problema científi- co de importancia capital. Xo podemos ménos de figurarnos a sus antiguos moradores, moviéndose alrededor de estas piedras seculares o quizás mileniarias al trabajar en sus faenas domésti- cas, en el oficio de su profesión de labrar las piedras, acompa- ñándolos en la celebración de sus fiestas acostumbradas común- mente báquicas, o aun de cierta devoción a un ser divino de carácter indefinido i finalmente también en sus ceremonias fúne- bres, que se hicieron efectivamente en este lugar, según nos lo enseñan los rastros positivos que nos dejaron. El grupo está compuesto de 5 piedras situadas al pié de la roca partida, al lado de una pequeña quebrada con una corta- vertiente con sombra i frescura. Se halla aparentemente intacto. Véase la bonita figura del grupo. Las dos primeras que llevan la letras A i B nos interesan es- pecialmente, porque fué al* pié i al medio de entre ellas, que en- contré los objetos mas importantes. En cuanto a las demas piedras i a la descripción i apreciación de las marcas sensacionales que las distinguen ( piedras con ta- citas >), debo dejarla para otro lugar. He sacado moldes perfec- tos de dos de ellas en su tamaño natural, para facilitar su estu- dio a primera mano. — 56 - A, piedra situada a la derecha al pié del peñasco partido, es un poco elevada i se inclina suavemente a la izquierda con fren' te a piedra B. A poco mas de un metro de distancia se halla la piedra B, que es indudablemente la mas bonita e importante, se puede decir la joya del grupo i debe considerarse como la mas perfec- ta que se conozca hasta ahora en el pais: es una piedra bien pla- na, que sobresale algunos centímetros del suelo. Véase la vista fotográfica de las piedras. t El hallazgo inesperado de este grupo sensacional no dejó de deslumbrarme, i creció mi asombro, cuando invitado por mi hijo Julio, comencé a escarbar la tierra liviana al lado de las piedras del grupo i hallé luego fragmentos de ollas i piedras labradas. El examen prolijo i repetido del grupo me dió a conocer va- rios objetos interesantes. El mas importante fué una piedrecita hallada al pié de la piedra B. Cerca de ella se halló una punta de flecha mui bonita de obsidiana (Pohlmann). Aquella es una pequeña piedra, al parecer insignificante, ne- gra, delgada, de 15 por 17 milímetros de ancho i largo, con filo cortante en forma de arco en la punta i una incisión triangular en el lado opuesto. Me ha costado largas horas de estudio i reflexión para desci- frar el carácter de esta piedrecita singular. La recortadura en la parte inferior no dejaba duda que la piedrecita poseía la estruc- tura de una punta de flecha. En cambio su filo arqueado, sin punta i ademas su tamaño diminuto como también su anchura relativa, no admitían su uso como flecha. Al fin se me ocurrió que debia ser una lanceta para sangrar , opinión que se puso en duda, pero que ha quedado plenarfiente comprobada, según veremos mas adelante. Esta piedrecita formaba la parte principal de un aparato para sangrar, que he reconstruido según la descripción del padre Alonso de Ovalle (véase la fig. 3, que muestra nuestra lanceta en la posición que le corresponde). Al imponernos de este feliz hallazgo, no podemos ménos de acordarnos en primer lugar, del ilustre autor don Benjamín Vicu- ña Mackenna, quien, se puede decir, lo adivinó. Rindámosle, por el momento nuestro homenaje, ántes de entrar a analizar los detalles de este curioso instrumento. Al concluir volveremos a ocuparnos del papel que le tocó al escritor jenial al señalarlo. Las figuras 2 -a i 2 -b, que representan la lanceta por las dos caras, dan una idea de este delicado i fino instrumentito. Es de cuarcita de grano mui fino (Profesor P'ólilmann)\ es negra, según la conoció Pebres; hemos llamado la atención a su analojía con la punta de flecha; vimos que no se usaba suelta, sino que se insertaba en un cañito o palito amarrándola firmemente, para formar un pequeño aparato, que obedecía al mismo principio, usado ántes en Europa en los sajados de resorte, cuya hoja no penetraba, sino que cortaba solo por encima el cutis i la vena, sin lastimar la arteria situada luego debajo, cuya lesión es un accidente grave. Nuestra lanceta corresponde mui bien a esta indicación; siendo relativamente ancha i teniendo su filo arquea- do abría la vena por encima i con corte ancho, de manera que la sangre saldría abundante. La finura de su forma casi elegante i su tamaño apropiado la distingue de otros tipos. Tenemos datos de otras tres lancetas, en partí de tipos diferentes. La primera es a la que se refiere el señor Medina (6) i que ha reproducido en la figura 57. Se encontró en una sepultura indí- jena antigua de Curicó. Es algo tosca en comparación de la nuestra. Otra fué encontrada por el señor G. B. Calvert cerca del estero Llollao, 4 kilómetros al sur del puerto de San Antonio, i repro- ducida i descrita por el Dr. Aureliano Oyarsun en un notable folleto (7). Tiene la ventaja de haberse hallado junta con el mango que la sostenía. Tiene la forma de corazón i es de tamaño mayor que la nuestra. Según su estructura habrá necesitado (6) Aboríjenes de Chile 1882, páj. 254. (7) Los Kjoehkenmoeddinger o Cónchales de las costas de Melipilla i Casablanca, 1910 páj. 8 fig. 1. 58 - bastante cuidado por parte del operador para no comprometer la arteria. De todos modos es instrumento notable e instructivo por demostrar que la lanceta estaba insertada en la punta del cabo i no del lado, conforme a mi reconstrucción. La tercera es figurada i anotada por el señor Tomas Gueva- ra (8). Esexactamente del mismo tipo que la nuestra i existe una congruencia casi completa entre las dos de modo que se tapan mutuamente según se reconocerá por la figura 4. La única dife- rencia que existe, es que tiene 2 agujeritos especiales para ama- rrarla, que faltan en la nuestra, de modo que esta es aun supe- rior a la de Quilpué. Sorprende que los dos ejemplares de la lanceta hallados a distancia tan considerable sean tan perfectamente iguales. Dá que pensar realmente, esta homojeneidad estraordinaria. Es como si este tipo haya sido el reconocido oficialmente como el lejítimo por la ciencia de la medicina araucana, cuyos represen- tantes se hayan puesto de acuerdo para adoptar este tipo como el mejor (?) ¿O vendrían estos ejemplares de alguna parte central como objeto de fabricación por mayor? De todos modos, este hecho es significativo, porque com- prueba que habia un grado regular de civilización i que los habitantes llevaban una vida pacífica, que permitía el intercam- bio de sus productos i artefactos como también de los materiales (piedras especiales, etc.) para sus labores. Debo agregar aun otra consideración relativa á la comunica- ción de esta lanceta en 1898 por el señor Tomas Guevara , en cuanto se refiere indirectamente a mi publicación anterior, siendo para mí de importancia capital. Cuando publiqué en 1893 mi ensayo en aleman (junto con el señor Hugo Kunz) sobre la edad de piedra en la parte central del pais, en que califiqué la piedre- cita hallada en el grupo citado, como lanceta, hubo autores que (8) La Civilización de la Araucanía, tomo I, 1898, páj. too fig. 9, 109. E autor no ha comunicado mas datos sobre este instrumentito tan perfecto, lo que sería de desear. N.° 4. Lanceta de Arauco figurada por el señor T. Guevara 5 a. Lanceta moderna del señor Guevara; N.° 5b. La piedra «queupu» — 59 — pusieron en duda esta interpretación mia. Pues bien, la con- gruencia perfecta de las dos piedrecitas, prueba de un modo concluyente que la nuestra es lanceta también, disipándose por lo tanto, toda duda a este respecto (9). Por ultimo, me cabe aun referirme a otra lanceta de fabrica- ción moderna, que debo a la deferente bondad del mismo señor Tomas Guevara , quien me la obsequió en 1901 en retribución de un molde de mi lancetita que le había mandado ántes. Es esta una lanceta hecha por un indio por encargo del señor Gue' vara. Consiste este instrumentito en una varita delgada, de 12 centímetros de largo, partida i añiarrada firmemente en su cabo superior. Un poco mas abajo de la amarra se halla insertada lateralmente una piedrecita puntiaguda i trasparente que sobre- sale 4 mm. libres. Acompaña un pedazo regular, vidrioso i oscu- ro, de cantos afilados, de la piedra de que se estrajo, probable- mente obsidiana. Este instrumentito hace honor a su artífice por su práctica en la labranza de la piedra. Posee probablemente una idea tradicional sobre la forma de la lanceta i de su fabri- cación. En cuanto al modo de usarla no entramos a estudiarlo. Si no fuera apropiada talvez para la sangría de la vena, será sin duda eficaz para sajar el cútis, operación que se practicaba a menudo i en diferentes ocasiones (10). Véase figuras números 5 -a i 5 -b. (9) Para ser lo mas completo posible, agrego todavía el dato siguiente, aunque no sea probablemente de consecuencia: Un vecino que vivia en 1894 en Los Nogales, me comunicó que Pascual Yivanco, en Valle Her- moso, cerca de la Ligua, tiene un lanceta que no le quiso vender. (10 Por via de digresión intercalamos aquí un dato interesante sobre la costumbre de los indios de sajar el cútis: Se repite por los autores el hecho mentado por Fictas , que los pehuenches sajan el cútis cuando tienen pena. Nos permitimos señalar esta misma costumbre, usada por otro motivo mui diferente en 1363. La observó el famoso i nunca suficientemente pon- derado esplorador de la Patagonia don Guillermo E. Cox en su segunda visita a los toldos de su amigo el noble cacique Inacayal , al principio de una gran cacería , en que tomaron parte, fuera de Cox, 36 indios manzane- ros (rama de los pehuenches) montados, en los campos del rio Chimehuin en la otra banda. «El viejo cacique Puelmai los juntó a su lado i sacó una — 6o Esta lanceta se halla acompañada del siguiente apunte de ma- no del señor Guevara'. « i Ngenicuhue , sangrador. 2 Piedra queupu o queipu. De ella se estrae un trocito para arreglar la lanceta, que es de diferentes tamaños. F. Guevara». Enero de 1901. La cañita trae en el cabo opuesto el núm. I, que corresponde al núm. 1 del apunte, de modo que la palabra indicada corres- ponde al instrumento, i no al sangrador que lo usa. Según esta versión, la palabra «queupu» es usada de prefe- rencia para especificar la piedra de que se hacia la lanceta. Te- nemos que tocar aun este punto. La sangría formaba una parte importante en el arsenal de la medicina i cirujía prehistórica. Por esta causa sucede que mu- chos autores del coloniaje se ocupan de ella, dándonos la descrip- * cion de su aplicación. Citaremos en primer lugar la descripción que nos ha legado el Padre Alonso de Ovalle. Dice: «El modo de sangrarse es mas seguro que el nuestro, porque no es con lanceta que tiene el ries- go que se sabe de mancar o apostemar un brazo cuando el bar- bero es ménos entendido en el arte, sino con una punta de pe- dernal mui aguda; ponen ésta en el estremo de un palito hasta especie de escalpelo, cjue principió a afilar con aire misterioso. Todos des- cubren sus hombros e Inacayal , como jefe, presenta el hombro derecho a Puelmai; éste levanta el cutis del hombro i hace con el escalpelo una doble incisión: Ningún músculo de la cara del paciente reveló el mas leve dolor; una línea de sangre corrió hasta el puño; Inacayal untando la otra mano, hizo aspersiones al sol rogando al Hualichu para que se manifieste favora- ble al buen éxito de la caza, i ajitando en seguida el brazo herido probaba la ajilidad adquirida con la operación; después echóse tierra en la herida. Esta bárbara ceremonia se repitió con cada uno de los circunstantes». — Cox, Guillermo E., Viaje a la Patagonia, edición separada, con mapa, páj. 184. Los asistentes imploraban con su sangre el buen éxito de la caza. Era probablemente también para envalentonar el cuerpo i espíritu, ejercitando su estoicismo contra el dolor. Parece que el escalpelo de Puelmai era de fierro. — 6 1 un palmo de largo, i allí lo aprietan estrechamente, de manera que quede todo aquello que basta i no mas para romper la vena, la cual disponen al modo ordinario, que se usa en otras partes para levantar bien la vena, la cual estando ya bien dis- puesta, le aplica el barbero la punta del pedernal, teniendo el palito en la mano izquierda, i estado bien ajustado, da sobre él un fuerte golpe con la derecha, con que la sangría sale mas cierta i segura, i comunmente no es mas copiosa que las nues- tras » . ( 1 1 ) Esta descripción del sabio autor me ha dado la norma para reconstruir el aparato de sangrar. Como habia que dar un golpe fuerte sobre el cabo opuesto del palito o mango, he dado a esa parte una forma algo ancha i redondeada. Vease figura 3. El Padre Miguel de Olivares da una descripción algo dife- rente. La copiamos del testo del señor Medina'. «Para sangrarse usa- ban de una delgada punta de pedernal, injerida en la estremi- dad de una varilla, de suerte que sale la punta a un lado, i el contrario estremo de la varilla toman en la mano del desnudo brazo de que se han de sangrar, de manera medida, que venga a ajustarse la punta del pedernal sobre la vena que ha de rom- per, i asegurada de tal manera, dan con la otra mano un pa- pirote sobre el pedernal, con que abre la vena i destila el hilo de la sangre sin dificultad, ni mas cuenta de onzas, de esperar cada uno a cuanto le parece que basta para la indisposición que siente, habiendo advertido ante todas cosas, en atarse con cinta el brazo». (12) Se vé que la piedrecita cortante hacia salida a un lado de la cañita, i que no era un sangrador que la aplicaba, sino el mismo enfermo, pasando la operación a manos de los legos, con me- noscabo de la ciencia. (1 i) Histórica Relación del Reyno de Chile por el padre Alonso de Ova- lle, Roma, 1656, páj. 90. (12) Medina, 1. c. páj. 254. No hallamos la cita en la Historia Militar, Civil i Sagrada de Olivares, edición de Santiago 1864. 62 El Padre Diego de Rosales no considera importante la san- gría, pero dá con todo, una descripción de ella. Hablando de barberos i sangradores dice que «no los han menester porque no se acomodan a sangrar con lanceta (de fierro ?), i no reconocen enfermedad que necesite de sangría... Para alguna hinchazón, golpe o caída se sangran en la parte adolorida, saxándose con un pedernal agudo. I con él también suelen sangrarse de las venas poniéndole encima de la vena atado a un palito, i dándole un papirote abre la vena i hace su sangría mas segura que con lanceta» (13). El padre jesuíta Andrés Pebres habla repetidas veces de la lanceta i conoce los varios términos aplicados a ella: Oueupú, una piedra negra como pedernal con que se sangran; Oueu- púhue, lugar donde las hai, i una reducción, Queuputun sangrar así; Gicun, sangrar; Gicuhue, su lanceta, un pedernal puntiagudo; Malin, pedacitos de la piedra queupú con que sangran (14). El padre jesuíta Bernard Havcstatt usa promiscuamente en sus numerosas citas las palabras malin, gicun i queupú. Bajo el término «Malin» piedrecitas negruzcas, trasparentes, mui duras i mui agudas, que se llaman también queupu ; con ellas que se han insertado en palito partido i fuertemente amarradas para que no se suelten, i moviendo el dedo pulgar i el dedo del cora- zón o con un papirote abren la vena como con un escalpelo o flebótomo, Gicun es sangrar, Gicuhue es escalpelo, flebóto- mo (15). Llama la atención que en las descripciones sucesivas viene repetido el papirote , es decir, cierto movimiento, que requería destreza i arte de estos «doctores», probablemente análogo a algunos movimientos, que conocemos en la medicina i que exi- (13) Historia General del Reyno de Chile, tomo I, páj. 167. 14) Arte de la Lengua General del Reino de Chile, Lima 1765, véase su Diccionario. (15) Chilidugo, sive Tractatus Linguae Chilensis, pájs. 206 i 708, núme- ros 425 i 536, etc. — 63 — jen cierta habilidad, como por ejemplo «le tour de maítre» para la introducción del catéter. Por último nos queda la relación mas somera del ilustre padre Ignacio Molina. Dice: «Estraen la sangre con la punta de un pe- dernal introducido en una varita, a los que dan el golpe con el dedo índice apoyado sobre el pulgar. Este instrumento lo pre- fieren a la lanceta, porque lo creen ménos espuesto a faltar». (16) Molina menciona también el papirote, pero en forma un poco diferente. No da el nombre del instrumento. La lengua araucana, según se vé, es bastante tica, porque usa tres palabras del todo diferentes para el mismo objeto. Si me fuese permitido un lijero parecer sobre este tema, diria que las palabras gicun i malin no entran en combinación con nombres i lugares, como sucede con la palabra queupú. Hemos citado ya varios nombres de personas i lugares compuestos con este epí- teto. Se recibe la impresión, que queupu corresponde orijinal- mente a la piedra, de que se hace la lanceta, i que de ahí se aplica este término al mismo instrumento que se hace de esta piedra, según una costumbre que rije sobre este particular. Véase también lo que dice el señor Guevara en la nota que acompaña su lanceta moderna. Al fin no puedo menos de espresar el deseo de que se indague, si- la teoría del señor Benjamín Vicuña Mackenna sobre el oríjen del nombre de Quilpué se funda solo en la analojía de este nom- bre con el de la lanceta, o si se funda en el hecho que otros lu- gares del mismo nombre sean también asientos de talleres de lancetas i puntas de flechas. Este autor ha hecho tal vez esta observación, porque sabemos por su historia que pasó una tem- porada cómo refujiado en Petorca, rejion en que el mismo señala lugares del nombre Quilpué. Menciona dos, uno un potrero de este nombre en la hacienda de los millonarios Toro Mazóte en que se fundó San Felipe; el otro es un lugarejo de ese nombre en el valle de la Ligua. Francisco S. Astaburüaga cita un ria- (16) Edición de Nicolás de Cruz, tomo II páj. 108. — 64 — chuelo Quilpué al X. de Putaendo. La jeografía de Espinosa cita en el Departamento de San Felipe la hacienda de Quilpue i un lugar del mismo nombre, tal vez idénticos con los nom- brados. Valdría saber si se hallan en estos lugares talleres de lancetas i puntas de flechas, lo que confirmaría un tanto mas la teoria de Vicuña Mackenna i seria por si mismo un hecho por demas interesante. Casualmente puedo traer aquí a colación un ejemplo autén- tico de un taller de puntas de flechas i lancetas que deriva su nombre de la palabra «queupu». Fué hallado en una rejion, donde menos se podia suponer i a una distancia enorme, en 43o 48' L. S., en plena Patagonia, cerca del rio Chubut; Los via- jeros Asahel P. Bell i Carlos V. Burmeister pasaron el 7 de Abril de 1887 por un paradero de indios flecheros llamado Queúpungéu , donde encontraron en el suelo gran cantidad de astillas de cuarzo, principalmente de jaspe i pedernal, en la es- tension de media cuadra por 20 a 30 varas de ancho. Entre es- tos pedazos informes, cuyos lados de algunos son cortantes, se hallan las puntas de flechas, aunque Burmeister no encontrara ninguna (17). Tenemos aquí, según se vé claramente, un caso en que la lanceta ha dado el nombre al lugar en que se trabajaban esos útiles de piedra. Vemos por consiguiente que no es de estrañar, que la lan- ceta haya dado su nombre al lugar en que se fundó el pueblo de Quilpué. Para concluir, al despedirnos de la venusta «Casa de Médico» llevamos la convicción que fue la hermosa mansión de un céle- bre médico de la antigüedad, que reuniera constantemente a su torno a muchos enfermos, que acudirían atraídos por su arte i (17) Revista de la Sociedad Jeográfica Arjentina 1888, tomo VI páj. 198 i 245. He citado este mismo hecho en mi obra «Diarios de Menendez, Via- jes a Nahuelhuapi, tomo II páj. 66», para fijar la estension de la lengua i nacionalidad araucana en la Patagonia, que es la mas lejana hacia el sur. — 65 — ciencia relativa, de modo que no le faltaria ni autoridad ni ri- queza. Asi no podemos menos de tributarle nuestro respeto i con- servar su memoria. Quilpué, el 6 de Agosto de 1910. Dr. Francisco Fonck. 5 DESARROLLO I ESTADO ACTUAL DE LA ZOOLOJÍA EN CHILE (i) POR FEDERICO PIHLIPPI Este trabajo tiene por objeto dar una idea sucinta del des- arrollo de los conocimientos de la fauna chilena i de su estado actual, i por esto he podido citar solo los datos que me pare- cen de mayor importancia, como también puedo citar solo aque- llas publicaciones en que hai mayor número de descripciones o trabajos monográficos sobre uno u otro grupo de animales de Chile. En la segunda parte trataré las diferentes clases de ani- males según el sistema seguido por Ricardo Hertwig en su re- putado libro Lehrbuch der Zoologic, e indicaré en cada grupo la literatura mas importante. I. — Desarrollo Los aboríjenes de Chile solo distinguían los animales mas no- tables con un nombre especial i conocían sus costumbres, pero sus conocimientos no pasaban mas allá. Los primeros escritores sobre Chile eran o soldados o cléri- gos, quienes se interesaban mui poco por la Historia natural i no tenian tampoco las menores nociones de ciencia, así no debe (i ; Este trabajo fué presentado para la obra Chile en 1908, por la Sección de Ciencias Naturales del 4.0 Congreso Científico (i.° Pan-Americano). 6; — estrañar que no se hayan ocupa'do de los animales de Chile sino incidentalmente, con escepcion del padre Alonso de Ovalle, (1646) que dá algunas nociones aunque solo defectuosas, sobre animales chilenos. El estudio de la fauna chilena fué principiado, puede decirse, por los viajes que mencionaremos en seguida en orden cronoló- jico, i por dos escritores chilenos. En 1709 estuvo en Chile el padre Feuillée, i en 1712 el inje- niero Frezier, ambos encargados por el rei de Francia de estu- diar las tierras de Sud- América. El primer libro sobre los pro- ductos naturales de Chile fué el del padre Felipe Gómez de Vi- daurre, publicado en Boloña en 1 776 bajo el título Compendio dclla storia jeografica , 7 intuíale c civile del Regno del Chile, del cual apareció una traducción al aleman en Hamburgo en 1782. En este mismo año salió á luz en Boloña el libro que en esos tiempos era considerado como el mas exacto i mas detallado sobre la Historia natural de Chile, escrito por el abate Juan Ig- nacio Molina i titulado Saggio sulla Storia Naturale del Chile , i del cual en 1810 se publicó una segunda edición en cuarto; era un libro mui meritorio para esa época. Desde la aparición de la obra de Molina comenzó una série de espediciones científicas, que han contribuido, cual mas cual menos, al conocimiento de la Historia Natural de Chile, cuyos resultados fueron publicados, ya en las descripciones de los via- jes, ya en diferentes revistas científicas. El buque ruso Rurik, en su viaje (1815-1818), bajo el coman- dante Kotzebue i con los naturalistas Chamisso i Eschscholtz fué el primero que tocó en Chile. Eduardo Poeppig coleccionó en 1826 i 1827, en Concon i en la vecindad de Antuco, i los re- sultados zoolójicos de su viaje fueron publicados principalmen- te en Wiegmann's Arcliiv fiir Naturgeschichte , en que desde en- tonces aparecieron muchos trabajos sobre animales chilenos. Un viaje mui importante fué el de los buques ingleses Aven- ture i Bcaglc bajo el mando de King i con Carlos Danvin como naturalista, 1826-1832, ya que su objeto fué el estudio de las — 68 — rejiones magallánicas i de la Patagonia occidental i de la costa de Chile, i a él se debe mucho en cuanto a la fauna de estas re- jiones; sus resultados fueron publicados en Inglaterra, en parte en obras especiales, en parte en los Proceedings of the Zooloji- cal Society of London. El viaje de l' Astro labe y Zclée bajo Du- mont d'Urville, 1826-1829, adelantó también los conocimientos de los animales de Chile, lo que puede decirse también del via- je de la Bonite, 1836-1837. Pero fué don Claudio Gay, quien con sus esploraciones de las diferentes rejiones de Chile enriqueció mas que nadie, la zoolo- jía chilena, pues recojió entre 1830 i 1842 con sumo celo, todos los objetos naturales de Chile, i los ejemplares zoolójicos fueron descritos en la parte zoolójica de su gran obra Historia física i política de Chile , llenando 8 tomos en 4.0, que vieron la luz en- tre 1847 i 1854, i que van acompañados de un magnífico Atlas de 135 láminas. El tomo I (1847) contiene: los mamíferos por Gervais (1 1 lám.), las aves por Desmurs (14 lám.). El tomo II (1848) contiene los reptiles i batracios (9 lám.) i los peces (17 lám.) ambos por Guichenot. El tomo III (1849) contiene los gu- sanos por Blanchard (3 lám.), los crustáceos por Xicolet (4 lám.) i las arañas por Xicolet; el resto de los arácnidos por Gervais (todo el grupo lám.) principia en el tomo IV (1849), en que se tratan además los miriápodos por Gervais (1 lám.), los insec- tos ápteros por Xicolet (•£ lám.) i el principio de los coleópteros por Solier, los que ocupan todavía todo el tomo V (1851), sien- do tratados los tetrámeros i trímeros por Blanchard (32 lám, en todo). El tomo VI (1851) contiene los ortópteros (1 lám.), neuróp- teros (2 lám.) i los tisanópteros por Blanchard i los himenópteros (4 lám.) por Spínola. El tomo VII (1852) contiene los lepidópte- ros por Blanchard (7 lám.), hemípteros en parte por Spínola, en parte por Blanchard (3 lám.) i los dípteros por Blanchard (5 lám.). El último tomo VIII (1854) contiene los moluscos por Hupé (14 lám.), los tunicados, equinodermos i acalefos, cuyo autor no se indica, los pólipos por Hupé, i los foraminíferos, in- fusorios i amorfozoos (esponjas), cuyo autor no se indica. — 6g — Esta obra es el fundamento i la base de la Historia Natural de los animales chilenos, i será siempre consultada por todo el que quiera conocer la fauna chilena, no obstante que es ahora anticuada i no corresponde a las ideas que hoi dia prevalecen entre los naturalistas. En 1831 visitó Meyen las cordilleras de Tinguiririca, el vol- can de Maipo i el valle del rio Copiapó, i los animales traídos por él se describieron en las Actas de la Sociedad Eeopoldino- Carolina; también visitó la espedicion norte-americana bajo el mando de Wilkes (1838-1842) las costas de Chile, lo mismo la U. S. Naval Astronomical Expedition (1849-1852) bajo el man- do de Gillis, como también la fragata sueca Eugénie en su viaje al rededor del mundo en 1851-53. Un nuevo i gran impulso recibió la zoolojía chilena desde 1853 con el nombramiento del doctor R. A. Philippi para direc- tor del Museo Nacional, quien se dedicó, con todo celo i con todo su amor a la Historia Natural, no solo a la formación de este establecimiento, sino también al estudio i descripción de las plantas i animales de1 su nueva patria, trabajo que continuó has- ta que la debilidad de su vista i su avanzada edad le impusieron un descanso forzoso. Sus trabajos zoolój icos sobre Chile, que no es aquí el lugar para enumerarlos aisladamente, fueron publica- dos en los Anales de la Universidad, Anales del Museo Xacio- nal, f 'taje al Desierto de At acama, Wiegmanns ArcJdv für Na- turgeschichte , Zeitschrift für die gesammten Xaturwissenchaften, Stettiner Entomologische Zeitung, I ’ erhandlungen des Deutschni wissenschaftlichen Vereins, i en Verhandlungen der K. K. Zoo- logiscJi-botanischen Gesellschaft in Wien, etc. En la segunda mitad del siglo NIN pasaron varios buques de guerra en sus viajes al rededor del mundo por Chile, donde se detuvieron por algún tiempo, i los animales chilenos obtenidos en estas ocasiones fueron descritos, ya en las obras sobre el via- je, ya en diferentes revistas científicas. También vinieron algu- nos naturalistas i espediciones a Chile con el objeto de estudiar sus animales i plantas o solo los primeros. — 7.o — Así, pasaron por Chile la fragata austríaca Novara (1857-59), con los zoólogos G. Frauenfeld i J. Celebor, la comisión de natu- ralistas españoles (1862-1865) con el zoólogo Mario X. de la Espada, la fragata italiana Magenta con el zoólogo Giglioli. El buque ingles Nassau , comandante Charles R. Mayne i el natu- ralista Roberto O. Cunningham, esploró durante los años 1866- 1869 los canales de la Tierra del Fuego i la Patagonia occiden- tal; en 1872 estuvo en Chile don Luis Agassiz en un buque norte-americano, el Challenger , bajo el mando del capitán Nares en su viaje al rededor del mundo, 1873 i 1874, i pasó también por Valparaíso. El buque ingles Alert con el naturalista R. Cop- pinger esploró en 1873 i 1874 las rejiones magallánicas. De mucho mayor importancia para el conocimiento de la fau- na chilena fueron los viajes siguientes. De 1882 a 1883 estuvo en los mares de la Tierra del Fuego una espedicion francesa la «Mission scientifique du Cap, Horn», que publicó sus resultados en una estensa obra; el buque italia- no Vittor Pisani estuvo en 1883 en los mares magallánicos i canales de la Patagonia occidental. En 1892-1893 esploró el señor Michaelsen por encargo del Museo de Hamburgo las rejio- nes magallánicas i el sur de Chile, alcanzando hasta Valparaíso i Santiago, con el objeto de recojer ejemplares zoolójicos; sus colecciones están descritas en tres tomos que llevan el título: Ergebnisse der Hamburger Magelhaensischen Sammelreise. Des- de 1893 a 1 895 estuvo el doctor Píate en Chile, alcanzando has- ta Iquique, con el objeto de recojer animales, ante todo marinos, i el resultado de su viaje salió a luz en dos tomos titulados: Fau- na chilensis. De 1895-1896 esploró una comisión sueca las rejio- nes magallánicas, de cuyos resultados ya se han publicado algu- nos cuadernos sobre botánica i jeolojía, pero todavía no he visto ninguno sobre la zoolojía. Los viajes mas provechosos para el adelanto de los conocimientos de la fauna chilena, fueron los de Michaelsen i de Píate, ya que eran destinados esclusivamente a la zoolojía de Chile, i en seguida la «Mission au Cap Horn», que solo perseguía fines científicos, mientras que todas las demas 7i espediciones perseguían fines mui distintos, siendo la recolección de objetos de historia natural solo secundaria. Los viajes de Michaelsen i Píate son principalmente importantes, porque se han estudiado en ellos de preferencia, los animales inferiores, que por lo común son dejados a un lado por los colectores. Las publicaciones mas importantes sobre animales chilenos son las siguientes, que de aquí en adelante citaré solo con las abreviaciones que vienen en paréntesis después de cada título. Chile; Historia Física i política de Chile, por Claudio Gay (Gay Zool.) Anales de la Universidad de Chile (An. Un.) Ana- les del Museo Nacional (An. Mus. Nac.), Revista Chilena de Historia Natural (Rev. Ch. Hist. Nat.), Verhandlungen des Deutschen wissenschaftlichen Vereins zu Santiago (Veril. D. wiss. Ver.), Actes de la Société scientifique du Chili (Act. Soc. Se.) En el estranjero: Proceédings of the Zoological Socicty of Lon- don(P. Z. S), Wiegmanns Archiv für Naturgeschichte (Wiegm. Ardí), Zeitschrift für die gesammten Naturwissenschaften (Zcit, ges. Nat), Verhandlungen der zoologisch botanischen Gcsellschaf in Wien (Veril, zool. bot. Ges), Nova Acta Academiae Caesareae Leopoldino- Carolinae (Nov, Act), Entorno lo gis che Zeitung heraus- gegeben vom entomologischen Verein zu Stcttin (Steit. Zeit) Anuales de la Sociéte entorno lo gique de F ranee (Ann. Fr), Tran- sactions of the entoniological Society (Trans. Ent. Soc), Píate, Fauna chilensis (Faun. Chil) y Michaelsen, Ergebnisse der Hamburgcr Magelhaensischen Sammelreise (Erg. Hanib. Saín ni) II. — Estado actual de la Zoolojia en Chile I. — PROTOZOOS En el tomo VIII de Gay se describen sólo 16 especies de Rizópodos o Foraminíferos, pero ninguna especie de los demas órdenes, lo que no debe estrañar, pues sólo en los últimos decenios, debido a la perfefcción de los microscopios, se ha dado la importancia merecida a estos pequeños organismos. En Chile 7 2 se han publicado en los An. Un: un trabajo del doctor Izquier- do: «Ensayo sobre los protozoos de las aguas dulces de Chile» y dos trabajos del doctor Bürger: «Estudio sobre los protozoos chilenos de agua dulce» i «Nuevos estudios sobre los protozoos chilenos de agua dulce». En este grupo queda todavía mucho por descubrir i trabajar. II. — CELENTERADOS a) Esponjas. — Al fin del tomo VIII de Gay se describe una sola especie de esponja, pero hay bastantes de estos seres en las las playas de Chile; el único trabajo publicado después sobre esponjas chilenas se halla en el tomo II de Faun. Chil., donde Breitfuss trata de las esponjas calcáreas de Chile. No cabe duda que un estudio detenido de la costa dará a conocer todavía un gran número de especies nuevas para la ciencia. b) Hidromedusas. — Escifomedusas i Tenóforos. La obra de Gay cita en su tomo VIII sólo diez especies en todo de estos tres grupos, de los cuales debe haber mucho mayor número en los mares de Chile. Desde la publicación del libro citado se han descrito unas cuantas especies mas, ya en relaciones de viajes, ya en diversas revistas zoolójicas, pero no conozco ningún tra- bajo que trate de las especies chilenas en conjunto. c) Antozoos o pólipos. — En el tomo VIII de Gay se citan sólo 16 especies de Actinia i i de Bathyeyathus, aunque debe haber muchas mas en los mares de Chile, principalmente en el norte. El doctor R. A. Philippi ha descrito unas cuantas especies en los An. Mus. Nac. i en Wicgm. Arch.; habrá sin duda todavía descripciones dispersas en diferentes revistas científicas, pero no he tenido noticia de trabajo alguno que trate los pólipos chilenos en conjunto, escepto uno de Karlgren sobre Alcyona- rios i Zoantoarios en Hamb. Mag. Samm. — 73 — III. — GUSANOS O VERMES Este grupo es tratado en el tomo III de Gay, por Blanchard, donde se describe un número considerable de especies. Ni.iguna sección de animales chilenos ha esperimentado un adelanto tan grande durante los últimos decenios como ésta, debido princi- palmente a las esploraciones de Michaelsen, quién de preferen- cia se dedico á ella. En el tomo III de Hamb. Mag. Sainm. hai no ménos de quince monografías i en la Faun. Chil. hai tres, que enumeraré especialmente. a) Gusanos en el sentido estricto déla palabra. — Los Turbe- larios fueron tratadas: a) los Policládidos por R. Ritter von Zahony; b) Rabdocélidos y Tricládidos por R. Bohmig; c) los Tremátodos por R. Braun; d) los Cestodos por Emar Lonnberg; e) los Nemertinos por O. Biirger, i en Faun. Chil. por Isler; f) los Quetognatos por O. Steinhaus; g) los Nematelmintos por von Lianton; h) los Anélidos a1 ) Quetópodos, Naidas, Tubifí- cidos i Tenícolas por Beddard i por Michaelsen i en Faun. Chil. b1 ) los Oligoquetos por Michaelsen; c1 ) Enquitréidos por Ude, el1 ) los Poliquetos por Ehlers, i en Faun. Chil ., los Anélidos por Ehlers; i) losGefíreos por Fischeri los Hirudíneos por Blanchard. b) Tunicados. Estos seres ocupan en el tomo VIII de Gay solo unas pocas pájinas, y creo que desde entonces no se ha publicado ningún trabajo sobre los Tunicados de Chile fuera del dado a luz por el doctor Michaelsen en Hamb. Mag. Samm.; pero sin duda existirán unas cuantas descripciones aisladas en diferentes revistas. Para un especialista habrá aquí todavía un vasto campo de estudio. c) Briozoos. — El único trabajo sobre especies chilenas es el de Caloct en Hamb. Mag. Samm. i habrá sin duda unas cuantas descripciones dispersas en las numerosas revistas de historia natural de Europa o Norte- América. Gay parece no haberse ocupado de este grupo, pero es mui probable que investiga- — 74 — ciones hechas especialmente de estos seres, darán todavía mu- chas especies nuevas. d) Braquiópodos, — Son tratados en el tomo VIII de Gay en unas cuantas pajinas, i creo que desde entonces no se ha publi- cado ningún trabajo sobre los chilenos en conjunto, de que yo sepa. Creo que no quedará mucho que describir en esta sección, tan pobre en especies hoi dia, cuando era tan rica en épocas anteriores. IV. — EQUINODERMOS Son tratados en el tomo VIII de Gay, pero en todo se enume- ran solo unas pocas especies. En P. Z. S. apareció un trabajo sobre los equinodermos recojidos por el buque A/ert, i ademas hai descripciones de especies chilenas diseminadas en diferentes publicaciones. Sobre los Asteroídeos chilenos hai un trabajo de Meissner en Hamb. Mag. Simún.; sobre los Ofiuroídeos dos trabajos de Ludwig en Hamb. Mag. Sanun. i Faun. Chil.; sobre los Crinoídeos hai un trabajo de Ludwig en Hamb. Mag. Samm.; sobre los Equinoídeos, uno de Meissener en Wiegm Ardí, i otro del mismo autor en Hamb. Mag. Samm. Ademas hai varios trabajos de R. A. Philippi, Wiegm Ardí, i otras revis- tas; sobre los erizos de mar chilenos descritos en el Challenger Rcport hai una relación de C. Porter en Reír Ch. Hist. Nat., i sobre las Holoturias hai un trabajo de Ludwig en Hamb. Mag. Samm. i Faun Chil. V. — MOLUSCOS Estos animales ocupan la mayor parte del tomo VIII de Gay, desde cuya aparición el doctor R. A. Philippi ha publicado un buen número de especies en An. U., Seitschr. ges. Nat., etc.; otras han sido publicadas en diversas revistas i descripciones de viajes. Los trabajos mas importantes sobre moluscos chilenos son aque- llos en la Faun. Cliil., de Píate, sobre anatomía y fitogenia de los Chitonidos, de Stempell sobre las Nuculidas, de Bergh sobre los Ofistobránquios, de von Wissel sobre Oncidiella, de Stepell sobre los Bivalvos, de Keller sobre la anatomía de Vaginula i de Píate sobre los Ciclóstomas; los trabajos de los naturalistas espa- ñoles Juan González Hidalgo, sobre los univalvos i Francisco Martínez Saez, sobre los bivalvos, tres trabajos de Edgar A. Smith en P. Z. S., uno sobre los moluscos recojidos en Juan Fernández por el Challenger, otro sobre los Helícidos recojidos en el norte de Chile por Cumming i el tercero sobre el jénero Chilina. Una monografía de los Uniones de Chile por R. A. Phi- lippi fué publicada en Pfeiffer novitates conchylcologicae , tomo III. VI. — ARTHROPODOS 1) Crustáceos. — Este orden fué trabajado por Nicolet en el tomo III de Gay. Después de esta publicación han aparecido muchos trabajos sobre estos animales, en que se trata también de especies chilenas, que se hallan dispersos en muchas revistas i relaciones de viajes; los más importantes son en Faun. ChiL, los Crustáceos por Lenz i en Hamb. Mag. Sanim., los Pycnogó- nidos por Hogdson, los Schizópodos por Zimmer, los Cumáceos por el mismo, los Cirripedios por Weltner, los Ostrácodos de agua dulce- por Yávra, los Cladóceros de agua dulce por el mismo, i los Copépodos de agua dulce por Mrásk. Merecen también mencionarse los trabajos publicados sobre este grupo, por den Cárlos E. Porter, Rev. Ch. Hist. Xat. 2) Miriápodos. — Los tratados por Gervais en el tomo IV de Gay, donde se describen solo unas pocas especies. Fuera de descripciones aisladas i dispersas, hai que citar el trabajo sobre este grupo de Attems en Hamb. Mag. Sanim., i un trabajo corto de Silvestri en Rev. Chil. Hist. Xat. i el de Bouvier sobre el Peripatopsis Blainvillei. — ;6 — 3) Insectos. — Muchos insectos se hallan descritos en las dife- rentes revistas entomolójicas, Anales de Museos, etc., pero casi siempre entremedio de insectos de otra procedencia o aun como descripciones aisladas; rara vez hai un trabajo que se refiera exclusivamente a un grupo mas o menos grande de insectos chilenos, i citaré en cada orden solo los trabajos de mayor im- portancia i de que tengo conocimiento, ya que este bosquejo no tiene por objeto dar una bibliografía de todo lo que se ha pu- blicado sobre la fauna de Chile, cosa árdua, por la dificultad que hai aquí para procurarse la literatura necesaria. a) Aptcñgotos.— Son tratados por Xicolet en el tomo IV de Gay, i los Mallófagos (solo 5 especies) se tratan junto con el jénero Pediculus. El trabajo mas completo sobre las especies chilenas es el de Scháfier en Hamb. Mag. Sanim., i el señor Sil- vestri ha descrito unas especies en Reo. C/i. Hist. Nat.; así, puede decirse que son ahora bastante conocidos, aunque habrá todavía una que' otra especie que ha escapado a los colectores. b) Arquépteros ó Seudoneurópteros . — Son tratados por Blan- chard en el tomo VI de Gay, junto con los neurópteros i como tales, pero son pocas especies. Una enumeración mas completa dan en Hamb. Mag. Samm. Ulmer, de los Ephemeridos i Risde los Odonatos; Klapálek, de los Plecópteros, i Hagen da en Stctt. Zeit. una lista de los Hemerobios. Un especialista podrá sin duda, encontrar todavía novedades en este grupo. c) Ortópteros. — Se hallan en Gay VI i han sido trabajados por Blanchard. Una enumeración de las especies chilenas con descripción de nuevas, fué dada por R. A. Philippi en Zeit. gcs. Nat. En jeneral, puede decirse que las especies chilenas de este grupo no son bien conocidas, á lo que contribuye el hecho de que no existe ninguna obra reciente sobre él en conjunto; ade- mas su literatura se halla mui dispersa en gran número de revis- tas. El doctor Berg ha tratado también en algunos de sus traba- jos incidentalmente de ortópteros chilenos. d) Neurópteros. — Como se dijo, fueron tratados por Blanchard en el tomo VI de Gay, junto con los seudoneurópteros. Después — 77 — de este trabajo se han publicado unas cuantas descripciones di- seminadas en diferentes revistas; una enumeración de los Tri- chópteros chilenos da Ulmer en Hamb. Mag. Samm. c) Coleópteros. — Ocupan en la zoolojía de Gay la segunda mitad del tomo IV i todo el tomo V; Solier trató los pentáme- ros i heterómeros i Blanchard los tetrámeros i trímeros, pero no puede negarse que ambos autores, ante todo el últimq, han procedido con cierta lijereza, así que el trabajo padece de inexac- titudes, que a veces dificultan el reconocimiento de los jéne- ros o especies. Desde la aparición de la obra de Gay se ha pu- blicado un gran número de jéneros i especies nuevas, tanto en las diversas revistas entomolójicas, como en la relación de los viajes citados en la primera parte de este trabajo. R. A. Philip- pi i heclerico Philippi han publicado trabajos sobre este orden en An. Un. i Stett. Zeit., i el segundo publicó un «Catálogo de los coleópteros chilenos» en An. Un.\ el señor Calvert publicó en An. Un., una monografía de los Elatéridos, Kerremans i Germain publicaron en Anuales, de la Société entomologique de Belgique , que el último publicó traducida al castellano i aumen- tada en An. Un., pero quien ha adelantado mas que nadie el co- nocimiento de estos animales es Filiberto Germain, quien ha publicado numerosos trabajos, en parte monográficos, en An. Un. i junto con Fairmaire en Ann. Fr. Un trabajo notable es tam- bién el de Raitter sobre los pseláfidos de Chile i el de Ivraatz- Koschlau sobre las especies chilenas del jénero Carabus. Fos señores Berg i Burmeister han tratado también, en varios de sus trabajos, sobre coleópteros arjentinos, de unas cuantas espe- cies chilenas. f) Himenópteros. — Son tratados en el tomo Vi de Gay por Spínola i desde la aparición de esta obra se han publicado nu- merosas descripciones i aun monografías de algunos grupos, pe- ro creo que todavía quedarán muchas especies por descubrir, i lo que es de sentir mas, es que de su biolojía no sabemos casi nada. Hai que citar los trabajos de Berg i Emerg i de Forel (és- - 7B - te en Hamb. J\Iag. Samm.) sobre las formicidas, un trabajo de Reed sobre los Odynerus, trabajos pequeños de Kieffer, de An- dré sobre las Mectillas, i unos cuantos trabajos mas en Aji. Un. i Rcv. Ch. Hist. Nat. g) Rincotos o Hemípteros. — Después del trabajo de Spínola i Blanchard en el tomo VII de Gay no se ha publicado en Chile mas que un trabajo del señor Reed en An. Un. i dos trabajos en Hamb. Mag. Samm., uno de los Schonteden sobre los Afidos i de Breddin sobre los Hemípteros, i un número de descripcio- nes dispersas en varias revistas científicas i relaciones de viajes. Creo que quedará que hacer mucho en este grupo. h) Dípteros. — Son tratados por Blanchard en el tomo VII de Gay, desde cuya aparición se han dado a luz las descripciones de varias especies chilenas en diferentes revistas; el trabajo mas notable en este grupo fué publicada por R. A. Philippi en Verh. zool, bot. Gcs, bajo el título: «Aufzáhlung der chilenischen Dip- teren», i el «Catálogo de los Insectos Dípteros de Chile» por Reed, que apareció en An. Un. i) Afanípteros. — Desde la publicación de este grupo en el to- mo VII de Gay, se han publicado cuatro nuevas especies de pulgas por el barón Rothschild, pero tengo la convicción de que un estudio prolijo de los maníferos i aún de las aves chile- nas, suministrará todavía un número bastante considerable de es- tos parásitos tan molestos para su huésped. k) Lepidópteros. — No debe estrañarse que este orden sea bas- tante bien conocido, ya que las mariposas a causa de sus lindos colores, tienen tantos aficionados. El trabajo de Blanchard en el tomo VII de Gay enumera un número reducido de especies. Después ha aparecido un trabajo de Butler ( 1 88 1 i 1882) en Trans. Ent. Soc., fundado sobre una gran colección hecha en Chile por el señor Edmonds, i que fué traducida al castellano por el doctor Izquierdo i publicada en An. Un., en que el mis- mo autor publicó un bonito trabajo. Reed publicó una monogra- fía de los ropaloceros de Chile en An. U71., el doctor Philippi publicó varias descripciones de nuevas especies en An. Un., W. — 79 B. Calvert publicó un «Catálogo de los lepidópteros de Chile» en An. Un., i las descripciones de varias especies nuevas, ya en An. Un., ya en Inglaterra. Un trabajo importante para el estu- dio de los lepidópteros chilenos es el de Felder i Rogenkofer en las publicaciones del viaje de la Novara. VII. — VERTEBRADOS 1) Peces. — Aunque ya se ha descrito un número considerable de estos animales como pertenecientes a la fauna chilena, creo que se descubrirán todavía muchas especies, ante todo entre las marinas, que serán ya nuevas para Chile. El señor jCuichenot ha tratado este orden en la segunda parte del tomo II de Gay. El doctor Philippi ha publicado también algunas nuevas espe- cies, asimismo el doctor Federico Delfín, quien publicó también en Rev. Ch. Hist. Nat. un catálogo mui bueno de los peces chi- lenos. En la U . S. Naval Astronoviical Espedition , tomo II, en P. Z. S. i en otras revistas de historia natural europeas i norte- americanas i relaciones de los diferentes viajes, hai artículos ictio- lógicos en que se tratan peces chilenos. El doctor Pérez Canto publicó descripciones de tiburones, i en el núm. 3 de An. Mus. Nac., se describen i figuran peces chilenos por el doctor Philip- pi; en Faun. Chil., hay un trabajo de Steindachner sobre peces chilenos, i sobre los mismos hai un trabajo de Lónnberg en Hamb. Mag. Samm. i Steindúchner dió también a conocer unas cuantas especies chilenas en una revista publicada en Viena. 2) Batracios i Reptiles. — El señor Guichenot ha tratado estos animales en la primera parte del tomo II de Gay. R. A. Philippi ha publicado varios trabajos sobre estos animales, ya en An. Un., ya en Wiegm. Areh en el tomo II de la U. S. Naval. As- tron. Expcd. se describen unas cuantas especies nuevas; de im- portancia son también los trabajos de Werner en Faun. Chil. i Hamb. Mag. Samm. Sin duda serán descubiertas todavía unas — 8o — cuantas especies nuevas, pues estos animales por su reducido ta- .maño i su agilidad i por la semejanza que frecuentemente tienen unas especies con otras, escapan fácilmente al colector. 3) Aves. — Este orden es ya mui bien conocido, i no se des- cubrirá mucho de nuevo en él, ya que hai tantos aficionados que hacen colecciones de pájaros. Ocupan la segunda parte del tomo I de Gay, i han sido tratados por Desmurs. Después se han publicado unas cuantas especies nuevas porPhilippi i Land- beck en An. Un. i Wiegm. Arch.; también hai unos cuantos trabajos sobre este grupo en P. Z. S., uno de Martens en Hamb. Mag. Sanan., i uno de Schadom en Faun. Chil. El ultimo tra- bajo grande es el del doctor Philippi, en el número 1 5 de An. Mus. Xac. El señor Albert publicó en An. Un. (1898-1899) una «Contribución al estudio de las aves chilenas , con detalladas descripciones de muchas especies, cuya nomenclatura dió des- graciadamente lugar a una crítica poco favorable. El señor Reed publicó también un trabajo sobre aves chilenas en An. Un. (1896). 4) Mamíferos. — Este orden es bastante estudiado, i parece que ya no se descubrirán muchas especies nuevas, a no ser en- tre los pequeños roedores, que por su pequeñez i su vida oculta escapan tan fácilmente a la persecución del hombre. Después del trabajo de Gervais en la primera parte del tomo I de Gay, se han publicado muchos trabajos en que se trata también de especies chilenas, tanto en P. Z. S. como en Wiegm. Archiv., i en otras revistas científicas i relaciones de viajes. Lo mas nota- ble es la publicación de R. A. Philippi en An. Mus. Xac., donde el número 1 trata las focas chilenas; los números 2 i 7, los cier- vos; los números 6 i 12, los delfines chilenos; el número 14, los Murídeos chilenos; i el número 13, los mamíferos traídos de Tarapacá. Matschie enumera en Hamb. Síag. Samm. los mamí- feros recojidos por Michaelsen. III. — Museos Chile posee tres museos: el Museo Nacional de Chile en San- tiago, el Museo de Valparaíso i el de Concepción. El Museo de Concepción fué creado pocos años há, i está, por consiguiente, en sus principios; es dirijido por el competente naturalista don Ewin C. Reed. El Museo de Valparaíso, dirijido por el entusiasta profesor don Cárlos E. Porter, está ahora formándose de nuevo, pues las valiosas colecciones i biblioteca que su director había reunido desde años con tanto celo i trabajo, i que eran la admiración de todos los visitantes, fueron destruidas durante el terremoto de 1906 por un incendio, qne era imposible apagar en esas horas de jeneral consternación i terror. El señor Porter está reuniendo ahora en un salón que el Supremo Gobierno le dio en el liceo Miguel Luis Amunátegui, los materiales que han de servir para el nuevo Museo de Valparaíso, a donde serán trasladados tan pronto como haya un local adecuado para ello. El Museo Nacional fué creado en el año 1830, pero llevó una vida lánguida hasta el año 1853, en que fué nombrado como director el doctor Rodulfo Amando Philippi, quien lo dirijió hasta 1897, i quien lo elevó a su actual altura. Su aspiración principal era, reunir los productos naturales chilenos tan com- pletamente como posible, lo que logró, pues, puede decirse sin exajeracion, que la flora, fauna, mineralojía i arqueolojía de Chile, están mui bien representadas. Los productos naturales de otros países no se han dejado, sin embargo, a un lado, i hai un número considerable de animales, plantas, minerales, rocas, fó- siles i objetos arqueolójicos i etnolójicos de otros países. El Museo Nacional ocupa la mayor parte de un vasto palacio situado en la Quinta Normal de Agricultura, i sus ricas coleccio- nes están dispuestas, según los sistemas aceptados hoi dia por la ciencia moderna. Atraen siempre en las horas destinadas al público (domingo i juéves de 12 a 5) un gran número de concu- 6 82 trentes, i pocos viajeros que visitan Santiago dejan de verlo; está también en relación con gran número de establecimientos análogos, sociedades científicas i naturalistas. Publica Anales del Museo Nacional en 4.0, de los que ya han sido 1 7 entregas, adornadas de numerosas láminas, i se halla en prensa el número primero del Boletín del Musco Naciotial en 8.°, que es destinado para trabajos de menor estension. El Museo dispone también de una buena biblioteca, para la cual se han adquirido de preferencia, aquellas obras que tratan de objetos chilenos. MAMÍFEROS CHILENOS ADVERTENCIA El deseo de contribuir al estudio de la Faioia de Chile , ha movido al Director del Museo a estimular las publicaciones des- tinadas a describir, clasificar i revisar los Mamíferos Chilenos, i con este objeto solicitó del señor D. JOHN A. WOLFFSOHX, de Valparaíso — poseedor de ricas colecciones i ocupado de este tó- pico para el Museo Británico — que publicara en nuestro Boletín sus observaciones bajo su firma. Como el trabajo de modernizar la clasificación de los mamí- feros en jeneral, ya ha sido hecho, siguiendo el Catalogas Mam- malium de TroüESSART, por el actual Jefe de la Sección Zoo- lójica del Museo — quien, a ejemplo del célebre zoólogo de Paris, no admite las especies chilenas de Mus, considerando unas idén- ticas a las introducidas en el país i repartiendo otras entre los jéneros Akodon. Oryzomys, Phyllotis, Oxyuiyctenis i Reithrodon — quiero dejar constancia de ello en este punto, a fin de evitar erradas interpretaciones de las causas que han orijinado la pre- sente publicación del señor V’olffsohn en las pájinas del Boletín del Museo Nacional. Prof. Dr. Eduardo Moore REVISION DE ALGUNOS JÉNEROS DE MARSUPIALES I ROEDORES CHILENOS DEL MUSEO NACIONAL DE SANTIAGO POR JOHN A. WOLFFSOHN, C. M. Z. S. PARTE i.» Estudiando los jéneros de Marsupiales i Roedores chilenos, he observado cierto número de errores cometidos en la descrip- ción de especies nuevas ya descritas por diferentes autores bajo otros nombres jenéricos i específicos, i me propongo esclarecer en las pájinas del Boletín del Museo Nocional de Chile, las con- fusiones que reinan aun en diversos trabajos monográficos pu- blicados (i). El que esto escribe, carece de atribuciones para emprender este trabajo, pero lo impulsa el vivo interes por el estudio de los mamíferos chilenos i la esperiencia adquirida en coleccionar para el Museo Británico de Londres, hace ya una docena de años. (i El Jefe de la Sección Zoolójica del Museo Nacional, señor Profesor D. Bernardino Quijada B., ya habia empezado esta revisión en los ejemplares existentes en el Museo i lo publicó en el Catálogo de los Verte- brados Vivientes, dado a luz en el Boletín de! Museo en mayo de 1910, des- de la pájina 89, i en el Catálogo Ilustrado i Descriptivo de la Colección de Mamíferos Vivientes (que a partir de Agosto de 1910 está a disposición del público), desde la pájina 67. I el señor Quijada tiene una nota esplicativa en la pájina 108 del Bole- tin , en la que manifiesta que se incluyen en el catálogo del Museo las es pecies chilenas de Mus, establecidas por el Dr. R. A. Philippí, con poste- rioridad a la obra de Trouessart, por habérselo pedido el anterior Director, señor don Federico Philippí. — Nota del Director del Museo Nacional. - 85 Habiéndome faltado el tiempo i oportunidad de hacer la revi- sión en el mismo Museo de Santiago, resulta imposible proceder metódicamente por familias i jéneros al anotar sus resultados, por cuyo motivo es necesario proceder en el orden en que han llegado las especies a Valparaíso, indicando las publicaciones científicas en las cuales se han establecido las especies supér- fluas. NÚM. I Didelphys soricina (2)^Marmosa elegans El ejemplar que forma la base de la especie soricina es bas- tante joven i, por lo tanto, de coloración algo oscura, que, sin embargo, no puede llamarse nigrescens, como la describe el au- tor, pues, es evidentemente plomiza, con bastantes puntas de pelos color café, como se observa en la especie Marmosa ele- gans. Tampoco es exacto que la medida de la cola es algo ma- yor que la del cuerpo: cauda corpas aliquantum superante. To- mando por exacta la medida que da el autor para la «cabeza i cuerpo... 98 m/m.», encontramos que la cola, medida con todo cuidado es, desde su raiz hasta la punta 85 m/m. i no 103 m/m., como se afirma. Sin embargo, aun en el caso que la última fue- ra la medida correcta, no seria esto un obstáculo para que que- dara el ejemplar en la especie Marmosa elegans , en la cual mui a menudo el largo de la cola supera la medida de la cabeza i cuerpo. De las demas medidas indicadas sólo merece mención un error evidente en la del pié. Mide, desde el talón hasta la punta del dedo mas largo, 16 m/m. i no 26 m/m., como se indi- ca. Es de suponer que se trata de un error de copia no obser- vado por el autor. La afirmación que es mui fácil distinguir, el ejemplar de las (2) Dr. R. A. Philippi en «Archiv für Naturgeschichte gegr. v. A. F. A. Wiegmann LX. Jahrg. I., Bd. 1 Heft, Febr. 1894», páj. 36. — 86 — otras dos especies de Didelphys por el pelo pizarra oscuro del dorso, el tamaño menor i la cola mas larga (el autor se refiere a las especies Marmosa elegans i Dromiciops anstralis) sólo puede admitirse para la segunda de dichas especies. Como ya se ha visto, el pequeño tamaño se esplica por ser el ejemplar de un animal joven i la cola larga, aun cuando en la descripción no se hubiese exajerado su dimensión, no es escepcional en Mar- mosa elegans. Para citar hechos concretos sobre este punto, puedo indicar las siguientes medidas sacadas al acaso, de algunos ejemplares colectados por mí mismo, como sigue: Fecha Sexo Cabeza i cuerpo Cola 15 de Mayo de 1906... 9 98 m/m. 100 m/m. 30 de Abril de 1907... » 98 » 104 » 1 3 de Mayo de » . . . £ 99 » 1 1 7 » 25 » » ... » 93 » 122 » Es inexacta la afirmación que la base de la cola se encuentra tapada por un centímetro de su estension del mismo pelo del lomo, lo cual la haria parecida a la cola de Dromiciops australis. La equivocación se debe únicamente a que el autor ha descrito el ejemplar después de embalsamado, sin fijarse que, junto con el pelo, se ha desprendido del cuerpo también parte de la piel del ejemplar i ha caido sobre la raiz de la cola. Afirma el autor que no se nota bien la rayita desnuda que existe debajo de la cola de Marmosa elegans. Se ve bastante bien, a pesar de en- contrarse el ejemplar no mui bien embalsamado. La mancha de pelos oscuros alrededor de los ojos, no es mas negra que en otros ejemplares de Marmosa elegans , como parece indicarlo la frase ist bei unserem Thic relien sehr tief schwarz (es de un ne- gro mui cargado en nuestro animalito). La frase que sigue: Die Schnauzenspitze ist schwarz es sencillamente inexacta, se ve claramente que en vida la punta del hocico ha sido de color claro i la nariz color carne, como en todo ejemplar de Marmosa - 8; — elegans. A pesar de no haberse conservado el -cráneo aparte, sino en la piel, se distingue perfectamente que los dientes, i 1 de ámbos lados se encuentran mas cerca uno de otro que de su correspondiente vecino: i 2. Esto es característico del jénero Mannosa, como lo he esplicado últimamente en otro trabajito sobre los marsupiales chilenos. NÜM. 2 Mus aethiops (3)=Mus decumanus, juv. El Dr. Moore no me ha enviado el cráneo, i es de suponer que falta en la colección, pues no está colocado dentro del ejem- plar embalsamado, lo cual hace imposible comprobar la afirma- ción: dentibus incisoriis atris. Sin embargo, no hai que atribuir demasiada importancia a este hecho que puede ser consecuen- cia de haber el ratoncito comido alguna fruta, como maqui al tiempo que lo examinó el autor. La coloración del ejemplar no difiere de la de muchos ejemplares de esta especie tan común, que, como tantos animales casi domesticados, varía muchísimo en el color del pelo. Admitiendo las medidas indicadas como exactas, las proporciones no serian escepcionales en un ejem- plar joven de Mus decumanus , ni tampoco en uno de Mus rattus. Pero están exajeradas las diferencias en que insiste el autor, por haber el embalsamador estirado mui evidentemente la piel del cuerpo i, sobre todo la de la cabeza. En vida es de supo- ner que el tamaño de cuerpo i cabeza i el de la cola, hayan sido mas o ménos iguales. Las orejas no son «mucho mas peque- ñas» que las de otros ejemplares de Mus decumanus de la mis- ma edad. (3) Dr. R. A. Philippi en «Anales del Museo Nacional de Chile», entrega 14-a (1900), páj. 9. — 88 Núm. 3 Mus dumetorum (4)=Akodon longipilis Las medidas están mal tomadas, la del cuerpo i cabeza es 104 m/m. la de la cola 68 m/m., lo cual cambia todas las proporcio- nes en que insiste el autor para distinguir la especie de otras. El pelo es el característico de Akodon longipilis i se ha conser- vado el color bastante bien. Es imposible entender porqué el autor ha principiado su descripción en castellano con la frase: «El hocico es bastante obtuso» emitida de la descripción en la- tín, pues el ejemplar embalsamado demuestra el hocico puntia- gudo de esta especie. Núm. 4 Mus dichrous (5)= Phyllotis Darwini, juv. La descripción principia con un error: supra pallide griseus en latín i otro en castellano: «el perfil de la frente hasta la pun- ta del hocico es casi recto». En verdad, el color es plomo oscu- ro en la base de los pelos con punta larga de color canela claro, en el dorso i en el vientre, la misma base de los pelos con pun- ta larga blanca que deja parecer el color completamente blanco; en breve, los colores característicos de Phyllotis Darwini. En el ejemplar embalsamado la frente combada de Phyllotis Darwini ha sido mejor imitada, que en muchos otros ejemplares de la misma especie en la colección del Museo Nacional. La medida que tomó de las orejas 1 5 m/m. (en verdad miden 20 m/m. aún se- cas i encojidas) es tan inexacta como la que da de los pelos del bigote, cuyos más largos indica con 22 m/m., mientras hoi diatie- (4) Ibid. páj. 14. (5) Ibid. páj. 14. — 89 - nen 3 6 m/m. Observa que el color de los pelos del bigote del la- do izquierdo son casi todos blancos. Lo que hai es que algunos pelos de dicho lado están manchados de la pasta arsenical que ha servido para la embalsamacion. El P/iyl/otis Darwini tiene, sin embargo, a menudo pelos blancos en los bigotes, especial- mente cuando viejo. Núm. 5 Mus lepurus (6)= Akodon olivaceus El ejemplar es del color normal en esta especie. En la des- cripción se principia por decir que el pelo es «casi enteramente sin mezcla de amarillo» i sin embargo mas adelante se dice que el pelo «tiene el último cuarto de su longitud de un amarillo pá- lido». Con el tiempo, el color de las puntas de este pelo se ha vuelto mas rojizo a uno de los lados que, sin duda, es aquel que se ha encontrado por algunos años espuesto a la luz. Aún asi no difiere mucho del color normal de Akodon olivaceus. La cola le «parece» al autor «mas delgada que en todos los demás ra- toncitos de Chile», pero no se divisa mas base para esta afirma- ción, que la del grueso de los alambres usados por los embalsa- madores en las colas de otros ejemplares de Akodon olivaceus que mas adelante se verán con otros nombres específicos. NÚM. 6 Mus trichoti (7)= Akodon olivaceus En la descripción latina el autor dice cauda ornnine pallide fu- sea i en la castellana «la cola... es de color pardo claro i apenas mas oscura en el dorso» .. .Esto es inexacto. Como en todo (6) Ibid. páj. 17. (7) Ibid. páj. 18. — 90 — ejemplar de Akodo?i olwaceus , la cola es de color pardo claro en el dorso i blanquizco por debajo. Trato de distinguir la especie de Mus andinus que mas tarde veremos, es Akodon (Chelemys) andinus i desde luego se distin- gue por sus uñas largas, pero solo se refiere el autor al pelaje que no es, naturalmente, parecido a dicha especie. También nota que es diferente de Mus nigribarbis cuya especie, como veremos mas tarde es Oryzórnys longicaudatus i tiene razón en llamar la atención a la diferencia de esas dos especies. Pero el ejemplar de que tratamos, nada tiene que lo haga diferente de un Akodon olwaceus normal. Núm. 7 Mus mollis (8‘)=Phyllotis Darwini Con razón lo compara el autor con Mus Seget/ii cuya des- cripción no se da en la «entrega 14-a» pero que podemos clasi- ficar con seguridad por la misma especie Phyllotis Darwini, por tener a la vista el ejemplar por el cual fué clasificada la especie. La diferencia que observa el autor proviene evidentemente de que el ejemplar de Mus mollis está bien embalsamado, con el pelo liso i bien cuidado, mientras que el ejemplar Mus Segetln ha estado conservado en alcohol antes de ser embalsamado i tiene el pelo arrugado, dejando aparecer mas del color de la raiz del pelo que en ámbos ejemplares i en todo individuo de la especie Phyllotis Darwini , es de un color plomó oscuro hasta cerca de la punta. Admitiendo que el pelo del ejemplar llamado Mus Segethi tuviese 2 m m. mas de largo, no sería estraño, siendo el ejemplar mas grande i probablemente de mas edad. No se entiende por qué dice que «las orejas son mas agudas que en las especies parecidas». En verdad son exactamente de la misma forma que las de los demas ejemplares de Phyllotis (8) Ibid. páj. 23. — 9i — Darwini a los cuales el Dr. Fhilippi ha dado inútilmente tantos nombres específicos diferentes. NüM. 8 Mus vinealis (9)=^Akodon olívaceus Es incomprensible por cual razón principia la descripción con la observación «el hocico es obtuso» siendo que ambos ejem- plares están embalsamados con la nariz mas puntiaguda que lo necesario. El «pasaje paulatino» (del color del dorso al del vientre) es imajinario. Hai una línea de demarcación bastante clara entre los dos colores. Observa el Dr. Philippi la igualdad de la especie con Mus Renggeri de Waterhouse, que se sabe es sinónimo de Akodon olívaceus, pero dice que esta última especie es «mucho maá grande i tiene la cola mucho mas larga». Para probar esta afirmación el Dr. Philippi comete el error de con- vertir en 142 m/m. las 5 pulgadas i una línea que cita Waterhouse en páj. 16 de Proc. Zool. Sec. Part V. 1837, mientras equivalen solo a 129 m/m. El ejemplar mayor de Akodon olívaceus que he medido yo mismo entre algunas docenas, no pasa de 120 m/m. Estas diferencias no tienen valor para establecer medios di- ferentes. Es simplemente inexacta la afirmación que los «ojos se hallan mucho mas cerca de la punta del hocico que en las especies ve- cinas-. Como veremos mas tarde, el Dr. Philippi ha dado una cantidad de diferentes nombres a diferentes ejemplares de este pequeño roedor, i sin embargo, en ninguno de ellos hai diferen- cia en la posición de los ojos que valga la pena de mencionarse i no es probable que el mismo autor haya hallado otras especies mas vecinas a su Mus vinealis que los otros ejemplares de la misma especie. (9) Ibid. páj. 24. — 92 Núm. 9 Mus Philippii (io)— Oryzomys longicaudatus Se cita la descripción de Landbeck, quien reconoció el pare- cido de su ejemplar con Oryzomys longicaudatus, conocido en esa época por Mus longicaudatus, pero lo creyó de «tamaño mayor i de tarsos mas cortos», da como largo del cuerpo i ca- beza 108 m/'m. i de los tarsos (con uñas) 20 m/m. Para probar que Mus Philippii no es mas largo que Oryzomys longicaudatus , ni sus tarso (con uñas) mas cortos, basta citar una docena de medidas de ejemplares colectados por mí, como sigue: Cabeza Pata poterior i cuerpo sin uñas 1901 26 Octubre, de Concepción. 1 108 m/m 14 m/m. 1903 7 de Puente Alto. » 1 17 » ¿7 » 1906 26 Marzo, de Valparaíso... » ni » 18 » 1907 29 » de Quilpué » 1 13 » 16 » 14 Mayo, » » 1 13 » 17 » » 16 » » » 1 1 5 » 18 » » 28 » » » 109 » 17 » » 4 Junio, » » 1 1 7 » 17 » » 21 Noviembre, » » 1 1 5 » 18 » 1909 18 Marzo, » » iii » 15 » » 25 Febrero, » » 1 12 » 17 » • » 21 Marzo, » » 1 1 5 » 17 » Si estos ejemplos prueban algo, es que los ejemplares de esta especie mayores de 108 m/m. son siempre £ í> , es decir, que las 9 9 suelen ser menores de tamaño que los í> $ . (10) Ibid., páj 26 i Landbeck, en «Anales Univ., XIV (1857) p. 360. — Wiegmanns, Archiv. XXIV (1858) p. 80. — 93 — Ha sido, pues, por error que el señor Landbeck ha dedicado al doctor Philippi como nueva una especie ya descrita por Bennett en 1831 (Proc. Zool. Soc.), p. 2, i por Waterhouse en 1843. NÚM. IO Mus (Oxymycterus) senilis (11)=- Akodon olivaceus Aquí el autor admite que es en el «animal embalsamado)' que el «hocico es bastante agudo , miéntras tanto que en Mus vhiea- lis (que es la misma especie) Akodon olivaceus, decia que el «ho- cico es obtuso . De ambas «especies» hai dos ejemplares em- balsamados, i los cuatro son. naturalmente, absolutamente igua les. En la pájina 28 menciona su parecido con Mus Landbecki harto natural, pues tampoco Mus Landbecki es otra cosa que Akodon olivaceus, pero encuentra una diferencia en las uñas de las manos, que no existe. Cuán poco conoce la forma de las uñas de todos estos roedores, lo demuestra su afirmación, un poco más adelante, que creyó al principio que su «especie» (Mus senilis) podia ser Mus megalonyx, es decir; Akodon ( Che- letnys) megalonyx. Ahora bien, las uñas de dicha especie son fenomenalmente largas i fuertes en proporción i al describir las diferencias, el doctor Philippi ni siquiera menciona esta caracte- rística tan claramente espresada hasta en el nombre específico que le dió Waterhouse. Nüm. i i Mus illapelinus (i2)=Phyllotis Darwini El autor dice que ha tomado por mucho tiempo este ratón por una variedad de Mus Darwini (es decir por Phyllotis Dar- wini) . Lo único que debería haber correjido en esta presunción (i 1) Ibid., páj 27. (12) Ibid., páj. 28. — 94 - era de quitar la palabra «variedad», pues el ejemplar no es mas que un verdadero Phyllotis Darwini. Vuelve a insistir en una diferencia insignificante en la propor- ción del largo de la cola i de las orejas con el del cuerpo i ca- beza. Afirma que en Phyllotis Darwini la cola es 8o del lar- go de cabeza i cuerpo i en su Mus illapelinus 64 %. Ambas afir- maciones carecen de base. El Mus illapelinus está mal medido i no hai para qué correjir las medidas tomadas, pues no tienen valor las tomadas en un ejemplar estirado por el embalsamador i, en Phyllotis Darwini de ambos sexos, puedo dar mas de una docena de ejemplos entre los colectados por mí, en los cuales la cola es 1 00 % exactos del largo de cabeza i cuerpo i las ore- jas entre 25 i 27 %. Xl.M. 12 Mus macrocercus (1 3) Oryzomys longicaudatus A pesar de tener cuatro ejemplares embalsamados, en la des- cripción el autor ni siquiera espresa la sospecha que es la espe- cie que Landbeck le ha dedicado a él mismo. En la descripción nada dice el autor que pudiera desvirtuar lo que los ejemplares nos enseñan a primera vista :que es la especie Oryzomys longicau- datus , tan común en nuestras provincias centrales i mas al sur, que, como lo menciona el mismo Landbeck, ha llegado a ve- ces a propagarse en forma de ser una verdadera plaga por su abundancia. Núm. 13 Mus Segethi (iq^Phyllotis Darwini Lo he afirmado ya en la descripción de Mus mollis i el mis- mo Dr. Philippi en ámbas descripciones parece sospechar sus (13) Ibid., páj. 30. (14) Ibid., páj. 30. — 95 — afinidades sin darse cuenta de la causa esterna de las diferen- cias que desviaron su criterio i que ya hemos mencionado. NÚM. 14 Mus nigribarbis (1 5)=Oryzomys longicaudatus El autor ha observado que es diferente de Mus trichotis o sea Akodon olivaceus pero no se ha fijado que es igual a Mus Phi- lippii de Landbeck o sea Orysomys lo?igicaudatus hasta en los bigotes negros, según la misma descripción de Landbeck, a pe- sar de que no tiene importancia esta circustancia para la clasi- ficación de un roedor que tiene tantos caractéres suficientes para clasificarle sin error, como la coloración, las orejas, la cola lar- ga, las patas posteriores mucho mas largas de los brazos, etc. Núm. 15 Mus Germain (16)— Akodon olivaceus Pregunta el autor «será esta rata una simple variedad de Mus Renggeri Waterhouse». Sabemos que dicha especie es Ako- don oliiMceus i podemos contestar que no es una variedad, sino la mismísima especie. Observa que «en los lados hai algunos pe- los con la punta blanca». No son mas que los pelos del vientre que en este ejemplar suben mas hácia el dorso, por la sencilla razón que el embalsamador ha rellenado mucho al ejemplar i que lo ha montado en posición sentada, encontrándose los de- mas ejemplares de la especie, que figuran con tantos diferentes nombres específicos, montados en posición afirmada en sus cua- tro patas. Dice que no encuentra que los pelos «sean anillados», pero no es otra cosa esta espresion usada por Waterhouse que un modo de describir que los pelos, cuya base es plomo os- (15) Ibid. páj. 30. . (16) Ibid. páj. 32. — 9 6 curo, tienen antes de la punta una faja canela oscuro en el lomo, i la punta mas oscura. Tampoco vale la diferencia que quiere establecer por no ser «las orejas pobladas por adentro i por afuera de pelos del mismo color del dorso». Estos pelos son bien visibles i solo faltan en una gran esten- sion de los orejas por haberse caído, cosa que se nota al mas li- jero examen. Nüm. i 6 Mus saltator (17)= Oryzomys longicaudatus Ni en la descripción ni en las medidas se encuentra nada que no pudiera aplicarse a Orysomys longicaudatus i el ejemplar pre- senta todos los caractéres de dicha especie. Núm. 17 Mus lutescens, Gerv. (18)= Mus rattus En fecha 20 de Julio de 1906 me escribió el señor Oldfield Thomas, de fama mundial como el mejor entre los mamálogos actuales, lo que sigue: Mus lutescens , Gerv. is neither more ñor less than one of «the grey forms of Mus rattus. I have seen the type in París». (Mus lutescens, Gerv. no es ni mas ni ménos que una de las formas plomas de Mus rattus. He visto el ejemplar que forma la base de la especie en Paris). El Dr. Philippi observa que Mus Philippii (sabemos que es Orysomys longicaudatus) tiene un color parecido, pero las orejas menores i la cola mas larga. Se ve cuán poco se fija en lo que afirma: en páj. 26 da por Mus Philippii'. longitude auris, 16 m/'m. i5X> i en páj. 34 por Mus lutescens'. longitude auris, 11 m/m.=j.2p¿. (17) Ibid. páj. 32. (18) Ibid. páj. 34. — 97 — ¿Así que resultaría que 1 6 es menor que II i 15 % son me- nores que 7.2 X? Num. 18 Mus amblyrrhynchus (19)= Oryzomys longicaudatus Dice el autor «tiene la cabeza proporcionada» ¿que signifi- carán estas palabras? «i el hocico mui grueso i obtuso», lo cual es otra hazaña del embalsamador. Llama la atención una can- tidad de caractéres sin importancia, como los pelos de las ore- jas, cuya mayor i menor frecuencia es, en jeneral, cuestión de mejor o peor preservación de los ejemplares estudiados, siempre después de embalsamados. Dice que los pelos que tapan las uñas, (cosas que en ejemplares frescos o bien colectados se ob- serva en la mayoría de los roedores chilenos i de otros paises también) recuerdan al jénero Ctenomys. Hasta cierto punto, po- dría hacerse tal afirmación, pero esto haria pensar que en las demas espeeies con iguales caractéres en este respecto, esto fuera diferente. Dice que «los pelitos blancos dirijidos hacia abajo que hai en el labio superior i la barba, me parecen mas largos que en las demas ratas». Es que en el labio superior ha observado un pedazo de algodón blanco del relleno que se asoma. Del resto, nada le habría costado medir el largo de los pelos de la barba a los cuales siempre parece dar tan grande importancia, para convencerse que no es mayor que en muchas otras «especies» suyas. NÚM. 19 Mus brachitarsus (2o)=Akodon longipilis Esta vez ha acertado con decir que el hocico de esta especie es «bastante agudo». Dice que el tarso «mide 6 m/m. ménos (19) Ibid. páj. 36. (20) Ibid. páj. 37. 7 — 98 — que la distancia del hocico a la oreja». Efectivamente, la piel de la cabeza ha sido desproporcionalmente estirada por el embal- samador i ha producido este fenómeno, que tanto le llama la atención al autor. Ignoro adonde se encuentra descrito el Mus brevicaudatus con cuya «especie» está comparado aquí este ejemplar que tiene el color, pelaje, proporciones i todo, de un Akodon longipilis típico. NÚM. 20 Mus nasica (2i)=Akodon olivaceus Aquí habla de la «frente cóncava». El embalsamador ha di- rijido el hocico algo para arriba, dándole al ejemplar que es un Akodon olivaceus indudable, una cara de perro. Le compara con un Mus commutatus que no se describe en la entrega 14-a, e ig- noro si en otra parte. Dice que el hocico «amarillo recuerda al Mus xanthorhinus-¡> , es decir al Akodon xanthorhinus (Philippi dice xanthorrhinus). Ele embalsamado en Magallanes varios ejemplares de dicho roedor i puedo asegurar que no se parece en nada el color, al del ejemplar de que aquí se trata. Núm. 21 Mus campestris (22) = Phyllotis Darwini Al enviar el año pasado un ejemplar de Phyllotis Darwini , al entonces Director del Museo Nacional de Santiago, Dr. Federico Philippi, este señor reconoció, inmediatamente, que era idéntico a este Mus campestris, i el Dr. R. A. Philippi lo está diciendo también con compararlo a su Mus Segethi, que, como hemos (21) Ibid. páj. 38. (22) Ibid. páj. 38. — 99 — visto, no es tampoco otra cosa. Pondera el largo de los pelos finales de la cola, hasta querer colocarlo en el sub-género Rhipi- durus. Raro que no haya observado este carácter en todos los ejemplares de Phyllotis Darwini, a los cuales dio tantos nombres específicos. NÚM. 22 Mus griseoflavus (23) = Phyllotis Darwini Lo compara el autor con Mus musculus, aunque solo en la forma del cuerpo i del hocico (embalsamado, se debe suponer). Con el mismo derecho podría comparar todo roedor pequeño con dicha especie. La descripción deficiente se debe, indudable- mente a que el ejemplar le ha sido enviado en alcohol, sacado i embalsamado, i después descrito. Los pelos de la cola de Phy- llotis Darwini, que en otros ejemplares encontró abundantes el Dr. Philippi, en éste los encuentra raros, i solamente, lo dice, porque no toma en cuenta que con la acción del alcohol que- daron mui pegados a la piel de la cola estos pelos i el embal- samador no cuidó o no pudo cuidar de que recuperasen su posi- ción natural. Núm. 23 Mus ruficaudus (24) = Akodon olivaceus Aunque el autor haya dicho al principio Chile, sine iudicatio- ne ulteriore , encuentro en la etiqueta la designación: Prou. O' Higgins. Este ejemplar también ha estado en alcohol, pero el color del pelo no difiere mucho del natural a la especie; de todas maneras no es permitible llamarlo rojo, como lo hace el autor. (23) Ibid. páj. 55. (24) Ibid. páj. 40. IOO Distingue entre el color de las patas posteriores i anteriores, pero ámbas son algo sucias i, en realidad, su color es idéntico. Describe minuciosamente el color de los bigotes sin mucho tino, distinguiendo, como tan frecuentemente lo hace, el color de los pelos del lado izquierdo del de los del lado derecho. Luego cuenta los que le parecieron mas negros en un lado i los que le parecieron blancos en el otro (me refiero al lado izquierdo), en que todavía se distinguen manchas de la pasta arsenical con que se preparó el ejemplar. Es sumamente probable que también aquí el color ha sido descrito a causa de estas manchas que pueden haberse estendido por todo el pelo de un lado. Hace observaciones sobre el cráneo, que no puedo controlar, por no habérseme mandado el cráneo, pero no me parece que tengan importancia. NÚM. 24 Mus fusco-ater (25) = Akodon longipilis, juv. En el testo pregunta el autor: Habitat r Sin embargo, en la misma etiqueta se le contesta «Quinta Normal, Santiago», como decir en la misma casa del autor. Tan inexacto como en su pre- gunta, se manifiesta el autor en las medidas tomadas. Este ejem- plar de Akodon longipilis, bastante joven, no puede haber medido nunca 85 milímetros de la punta de la nariz hasta la raiz de la cola, aun tomando en cuenta que el autor confiesa tomar sus medidas siguiendo todas las curvas (del animal embalsamado, se entiende), por lo cual sus medidas nunca servirán de comparación con las de otros mamálogos, quienes las toman de la manera correcta. A lo sumo puede haber medido unos 70 milímetros. A pesar de haber sido cazado cerca de la casa del autor, se nota que ha tenido el ejemplar en alcohol, ántes de embalsamarlo; con lo cual queda el pelo mui mal presentado, reconociéndose (25) Ibid. páj. 45, IOI — sin embargo los colores, el largo, etc., característico de Akodon longipilis. El mismo autor dice «los pelos son bien recostados, lo que no podrá ser atribuido1 al alcohol en que el animal se habia conservado». Siento contraducirle, pero precisamente a esta causa debe ser atribuido i lo será por cualquiera persona que haya observado casos parecidos. Núm 25 Mus pachycephalus(26)=^Reithrodon cuniculoídes, juv. Nada de especial puede decirse de la descripción, que corres- ponde bastante bien a la de un ejemplar mui joven de Reithrodon cuniculoídes, bastante común en Magallanes. Se reconoce como tal a primera vista, a pesar de haber el tiempo desteñido algo su color, que en los animales jóvenes suele ser mas oscuro que el de los adultos. Núm. 26 Mus diminutivus (27)=- Oryzomys longicaudatus, juv. El ejemplar, a primera vista, es de un animal sumamente nuevo, por las patas posteriores largas, la cabeza grande, etc., aun tomando en cuenta lo exajerado de estos caracteres por la mala embalsamacion, aumentado por la dificultad de tratar un cuero tan delicado como lo es el de un animalito joven. Como en todos los ejemplares en que el Dr. Philippi llama la atención a lo que él llama « pilis appressisf> , este ejemplar ha estado en alcohol ántes de ser embalsamado, i como lo he observado con frecuencia, el pelo de animalitos nuevos que, en jeneral, son mas oscuros que el de sus padres, se destiñe mas luego en alcohol. (26) Ibid. páj. 42. (27) Ibid. páj. 43. 102 Del resto, el color del pelo no es mucho mas, claro en color del de un Orysomys longicaudatus normal, especialmente toman- do en consideración los años que ha estado espuesto a la luz. Felizmente, el cráneo, aunque roto, i sin preparación ninguna, deja ver que la dentición recien empieza su desarrollo. Sin em- bargo, el primer molar de la mandíbula superior deja ver clara- mente los plegues de esmalte bien incisos hasta la línea mediana de la muela, como en todo Orysomys. Las dimensiones son fal- seadas por la embalsamacion, pues un cuero tan delgado se estira mucho, i la cola, a pesar de no ser en los animales nuevos de la misma proporción con respecto al cuerpo que en los adul- tos, en vida ha estado del mismo o mayor tamaño que la cabeza i el cuerpo juntos. La observación del autor que la cola, después de seca, deja ver los pelos formando «verticilos levantados» es bastante injé- nua, pues toda cola peluda, dejando las vértebras del esqueleto dentro, como se ha hecho en este caso (costumbre mala en un embalsamador) daria este efecto. Valparaíso, 21 de Octubre de 1910. John A. Wolffsohn (Continuará) mm TERATOLOJÍA ANIMAL CATÁLOGO ILUSTRADO I DESCRIPTIVO DE LAS ANOMALÍAS ORGANICAS CONSERVADAS EN EL MUSEO NACIONAL POR BERNARDINO QUIJADA [B. I CONSIDERACIONES PREVIAS La historia de las anomalías i monstruosi- dades orgánicas o irregularidades de confor- mación del cuerpo animal, constituye la materia de la Teratolojía , así como la demostración del mecanismo según el cual se producen las mis- mas, forma el asunto de la Teratojenia. Cuando las anomalías no comprometen la existencia de los animales en que residen, alcan- zan éstos a la edad de la reproducción i pueden propagarse de una manera definitiva, llegando a ser los'individuos anormales el orijen o fuente de nuevas especies , que se perpetúan indefini- 104 — clámente siempre que encuentren un lugar vacío en la naturaleza. Este principio, formulado en diferentes épo- cas, ha sido recientemente sostenido con tanta precisión como enerjía, desarrollado i compro- bado con innumerables datos, i resuelto, en fin, en leyes diversas, por el naturalista holan- dés Hugo de Vries, estableciendo la teoría biblójica de evolución natural de los seres orgá- nicos por mutaciones o variaciones bruscas, en oposición a la «doctrina darwiniana de la se- lección natural en la lucha por la vida» que admite las variaciones pequeñas, lentas i pro- gresivas. (i) Sin discutir el valor que corresponde a este fi) El naturalista Hl'GO DE VRIES, — que, ocupado durante 20 años en esta clase de estudios, ha logrado comprobar su «teoría de las mutaciones» con la crea- ción esperimental de nuevas especies de plantas, es- pecialmente del jénero Oenothera (Don Diego de la Noche) de las Onagrariáceas, — ha establecido las si- guientes cuatro leyes del proceso jeneral de la evo- lución orgánica: 7.a Las especies 7iuevas aparecen súbitamente i las alteraciones de formas , producidas así de un modo tan violento, se hacen hereditarias como muchas enferme- dades. 2.a Las nuevas especies aparecen al lado de la fuente principal i se desarrollan con ella. j.a Las nuevas especies que se forman por vi a tera- tojcnica muestran inmediatamente u?ia constancia ab- soluta, conservándose como tipos fijos e invariables. 4.a Las mutaciones o variaciones bruscas se efec- túan en todos sentidos. Teratolojía. Lámina I Megalocephalus polycerus, Gurlt Carnero u Ovies artes, L. CHILE — 107 — nuevo factor trasformador de las especies, ni buscar las causas que, perturbando el desarro- llo, ocasionan las formas anómalas, pasaremos a la modesta tarea de catalogar i denominar las anomalías orgánicas conservadas en el Museo Nacional, después de dar a conocer la clasifi- cación al por mayor de las mismas. Las anomalías animales que vamos a consi- derar son de dos clases, atendiendo a la divi- sión que de ellas hace Isidoro Geoffroy Saint- Hilaire, naturalista francés que fundó la Tera- tolojía animal a principios del siglo pasado. De una parte, las Anomalías simples o He- ñí i tenias, que son jeneralmente conjénitas i no se separan sensiblemente de la conformación habitual del cuerpo de una especie animal. De otra parte, las Anomalías graves, las cuales pertenecen a su vez a tres órdenes: o las visceras cambian de situación relativa por trasposición (heterotaxias) , o se reúnen en un sólo i misino individuo los óro-anos sexuales masculinos i femeninos (hermafrodismos) , o el organismo ofrece, en fin, una irregularidad de conformación estraordinaria (monstruosidades) . II PRINCIPALES DIVISIONES De todas estas categorías teratolójicas coor dinadas i subordinadas, hemos de ocuparnos siguiendo el orden que dejamos estampado, pero sin entrar en detalles que no convienen a nuestro propósito. I. Clase. —Anomalías simples o Hemiterias En todas partes, tanto en el hombre como en los animales, es fácil encontrar esta clase de Anomalías simples, i para los observadores superficiales los individuos que las presentan, pasan muchas veces como seres de conforma- ción normal. Para principiar con la especie humana, son ejemplos de Anomalías simples o Hemiterias en su mayor sencillez, los j i gantes i los pigmeos , o vicios de conformación por aumento o dismi- nución jeneral, respectivamente, del volumen del cuerpo, lo mismo que la adiposidad jeneral o hipertrofia mas o menos estendida i conside- rable del tejido adiposo o de la grasa. A esta misma categoría de Anomalías sim- pies del cuerpo humano, pertenecen: La Hidroraquis o anomalía de la columna vertebral, cuya consecuencia es la abertura permanente de varios arcos vertebrales. La Microcefalia i Macrocefalia o anomalías por pequenez exajerada o ensanchamiento con- siderable del cráneo. La Hidrocefalia, caracterizada por el gran volumen del cráneo cuya cavidad está en gran parte llena por una abundante cantidad de se- rocidad. El Macrostoma , llamado también Labihcn - Teratolojía. Lámina II Bracliygnatliismo superior, G S. H Ternera ñata o Bos taurus, L. CHILE 1 1 1 dido, Labio leporino , o mejor Cheiito, chilenismo de palabra que con toda propiedad se aplica al que, por vicio de conformación orijinal, tiene el labio superior partido. El Patuleco i las Manos torcidas , cuyas arti- culaciones están de ordinario ankylosadas, o sea inmovilizadas o cuando mas con movimien- tos sumamente difíciles. La Ectrodactilia i la Polidactilia, o sea la disminución o aumento, respectivamente, del número habitual de los dedos de las manos i de los piés en el hombre (Familias humanas con cuatro dedos en cada mano i en cada pié i otras con seis i siete). La Megalodadilia o hipertrofia conjénita de los dedos, la Braquidactilia o ausencia de una o mas falanjesde los dedos i la Sindactilia o anomalía por fusión o soldadura anormal de los dedos. El Albinismo i el Melanismo o anomalías de la piel caracterizadas por la falta o abundancia, respectivamente, de la materia colorante o pig- mentaria. La Alopecia i la Hiper trico sis o ausencia i desarrollo exajerado, respectivamente, de los pelos; i El Estrabismo o desviación de los ejes óp- ticos que impide la visión normal por mala disposición de los músculos. Entre las anomalías simples esternas se co- locan también los casos de regresiones atávicas , o sea la singular reaparición, en un animal, del I 12 tipo primitivo de sus antepasados o de sus partes. Las mas interesantes formas atávicas en la especie humana, se refieren a la existen- cia de hombres caudados o con cola provista de vértebras, de individuos con la cara i el cuerpo totalmente cubiertos de pelos largos i tupidos i de mujeres portadoras de mayor nú- mero de tetas (Po/ismatiaJ, hasta tres pares a veces, colocadas en dos filas diverj entes, tal como se vé en otros mamíferos polimamelona- dos. Es curioso observar que el atavismo de esta última clase puede aparecer también en los individuos del sexo masculino. —Si del exámen esterior del cuerpo humano, pasamos al de los órganos internos, encontra- mos anomalías simples: Por atrofia o desarrollo exajerado de los huesos maxilares (Braquiñatismo i Proñatismo). Por ausencia, soldadura, ankylósis o bifur- cación de la lengua. Por imperforacion de la boca. » » del exófago. » * del ano. » persistencia de una cloaca. » extraversión de la vejiga. » situación anormal de las hendiduras de la uretra, pudiendo estar: a) En la parte dorsal del pene (epispadias) . b) Debajo del mismo i léjos del glande (hi- pospadias). — Después de las precedentes consideracio- Teratolojía. Lámina III Brachygnathismo superior, G. S. H. Perro o Canis familiaris, L. CHILE 8 nes j enerales sobre la teratolojía humana, nos toca denominar i describir los ejemplares con anomalía de esta clase que posee nuestro Mu- seo en forma clasificable. Estos son: i. — Megalocephalus polycerus, Gürlt. Carnero doméstico u Ovies aries, L. — Cráneo. — Muestra este cráneo una anomalía de número , pues tiene cuatro cachos contor- neados mas o ménos en espiral, con la super- ficie interrumpida por rodetes trasversales i colocados simétricamente, siendo los superio- res mas largos i gruesos que los inferiores. Se ha llegado a obtener, por medio de la fijeza de esta anomalía de número, una raza de carneros con cuatro cuernos simétricos que se designan en Chile con el sobrenombre de Me- llihuacos. (Lám. I). 2- — Brachygnathismo superior, G. S. H Toro ñato o Bos taurus, L. — $ J. Crá- neo.— Este cráneo presenta como caractéres anormales la desigualdad de las mandíbulas i la brevedad excesiva de los huesos de la nariz. En efecto, la mandíbula inferior sale hácia adelante de la superior, i los huesos de la nariz son tan cortos que no pueden articularse con los maxilares ni con los intermaxilares, estando completamente separados de los primeros por las piezas lagrimales, que normalmente forman Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). 1 16 — parte de los contornos óseos del orificio ante- rior de las fosas nasales. (Lám. II). Es curioso observar que esta disposición anómala, aparecida por primera vez por varia- ción brusca, haya podido dar oríjen a una raza bovina con esta irregularidad de conformación por haberse hecho hereditaria con o sin el con- curso del hombre. Los animales de esta singular « Raza bovina de Vacas ñatas » fueron observados por primera vez en la América del Sur i descritos por los naturalistas europeos Lacordaire i Darwin. Hablando el primero en 1833 de dicha raza se espresa de este modo: < Existe ademas en las pampas Arjen tinas una variedad constante que se distingue de la raza ordinaria por su talla ménos elevada, sus formas mas rechon- chas i sobre todo por la cabeza, que es reco- jida i con el hocico aplastado». I el ilustre Darwin, que la observó una vez en la provincia de Buenos Aires escribió lo si- guiente en su « Viaje ah'ededor del mundo » (1852): «La raza es bien definida i un Toro ñato i una Vaca ñata producen invariablemente Terneros ñatos*. 3. — Brachygnathismo superior, G. S. H. Gran Salón Central (Es- tante A). Perro dogo o Canis familiaris, L. — Crá- neo. — Notable también por la desigualdad de las mandíbulas, pero la anomalía en él es ménos pronunciada que en la vaca ñata. Teratolojía. Lámina IV Heterotaxia o inversión visceral en el Hombre [a, corazón; — b, hígado; — c , bazo; — d, apéndice vermiforme del ciego] pues, si bien es cierto que los huesos de aquel están modificados en sus formas i proporciones, hai que notar que no han perdido sus conexio- nes normales. (Lám. III). Es este otro caso que habla en favor del oríjen teratolójico de las razas i variedades. 4, — Prognathismo superior e inferior, G. S. H. Zorzal o Turdus falklandicus, O. G. — 9 Adulta. — El pico de este Zorzal presenta un encorvamiento i un desarrollo exaj erado de las dos mandíbulas, anomalía que se designa de una manera jeneral con el término de pro- gnathismo. 5. — Alopecia total, G. S. H. Laucha o Mus musculus, L. — $ Adul- to.— La alopecia total o ausencia completa de pelos en toda la superficie del cuerpo, es una curiosa anomalía frecuente sólo en cier- tas razas de animales domésticos, como el Pe- rro desnudo de la China, por ejemplo, i acci- dentalmente puede presentarse en el Caballo ; en la Vaca i en el Ratón, como lo prueba la Laucha totalmente desprovista de pelos con- servada en nuestro Museo. Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). 120 Gran Salón Central (Es- tante A). 6. — Albinismo jeneral a) Ratón o Mus decumanus, Pall. — Santia- go, 1897. b) Laucha o Mus musculus, L. — Santiago. c) Golondrina o Tachycineta leucopyga, Me- yen. — Santiago. d) Diuca o Diuca grísea , Less. — Santiago. e) Tenca o Mimus t henea, Mol. f) Loica o Leistes super ciliar is , Bp. — ? , Santiago. g) Zorzal o Turdus falklandicus , Q. G. — Santiago, 1869. h) Tordo o Curaeus aterrinus, Kittl. — ? , Santiago, 1857. i) Tórtola común o Zenaida maculata, Vieill. — Santiago. j) Tagua o Fúlica ardesiaca , Tsch. — San- tiago, 1857. k) Pato jergón grande o Dafila spinicauda, Vieill. — 9 , Rancagna. Los mamíferos i aves supramencionados i otros muchos que pudiéramos citar como per- tenecientes a la colección jeneral del Museo, presentan todos los caractéres del albinismo jeneral, que es una variedad anormal de colo- ración caracterizada por la ausencia absoluta de pigmento en la totalidad del cuerpo. Como la falta de materia colorante o pig- mentaria en los individuos albinos o caquerla- cos se estiende también a los ojos, resulta que Teratolojía. Lámina V Hermafroditismo glandular lateral Langosta de Juan Fernández o Palinurus frontalis, M. E. (Cara iñferior) CHILE • l l 123 — el iris de estos órganos no presenta color o parece rojo, debido a que en tal caso los vasos sanguíneos finos o capilares son visibles por trasparencia. A la inversa del albinismo, la anomalía de la piel que se designa con el nombre de mela- nismo se caracteriza esencialmente por la pre- sencia de una cantidad mas o ménos abun- dante de pigmento. 7. — Bifurcación caudal a) Lagartija o Liolcemus chilensis, Less. — J., Puerto Montt. b) Lagartija o Liolcemus cyanogaster, D. B. — Valdivia, 1862. c) Lagartija o Liolcemus pictus , D. B. — Puerto Montt. La Bifurcación caudal o división de la cola en forma de horquilla, que puede ser el resul- tado de una modificación impresa al organismo por una serie de cortes accidentales o intencio- nales en el órgano afectado, es una anomalía frecuentemente hereditaria en las Lagartijas, pu- diendo observarse como se continua la bifididad hasta tres, cuatro i a veces mas jeneraciones. 8. — Anomalía numérica Estrella de mar o Asteracanthion auran- tiacus. — La anomalía de número en los brazos de las Estrellas de mar es comunísima. En efec- Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central) Es- tante A). 124 to, no es raro encontrar en la arena de las playas ejemplares con seis i siete radios, i con mas frecuencia se descubren en las partes peñasco- sas i en las pozas formadas en las bajas mareas algunas que tienen cuatro, tres o un brazo so- lamente, en cuyo caso suelen mostrar peque- ños apéndices braquiformes que empiezan a nacer. Reciben entonces las estrellas de mar anómalas por disminución de sus radios, el nom- bre de Cometas. II. Clase. — Anomalías graves Estos vicios de conformación, que son mui contra el orden de la naturaleza, comprometen la vida del animal en que radican cuando opo- nen obstáculos a cualquiera de las grandes fun- ciones de la nutrición (dijestion, circulación, respiración i escrecion). Deben ponerse aparte: A. — Las Heterotaxias Son las anomalías conjénitas por inversión de las visceras, de modo que las derechas se vuelven izquierdas i vice-versa. (Lám. IV). No poseemos todavía en este Museo ningún ejemplar teratolójico heterotáxico, lo que no es raro, pues de esta clase de anomalía, mui escasa en el hombre, solo se conoce un caso auténtico: el encontrado en un caballo viejo de disección en 1854. ¿Teratolojia. Lamina VI Hermafroditismo glandular lateral Langosta de Juan Fernández o Palinutus frontalis, M. E. (Cara superior) CHILE 127 B — Los Hermafrodismos, ditismos Son las anomalías que consisten en la coexis- tencia en un solo i mismo individuo de los ór- ganos sexuales masculinos i femeninos. Pudiéndose decir de una manera jeneral que los animales que gozan de locomotividad son unisexuales, la presencia en ellos de los dos sexos constituye casi siempre un caso tera- tolójico de hermafrodismo. Sirva de ejemplo i prueba el caso de: 9. — Hermafroditismo glandular lateral, G. S. H. Langosta de Juan Fernández o Palinurus, frontalis, M. E. — $ adulta. — Como el ani- mal es en jeneral de simetría bilateral, ofrece la forma de hermafroditismo glandular lateral , porque el lado derecho de su abdomen contiene la glándula sexual femenina ( =poro jenital 9 en el borde interior del tercer articulo abdomi- nal) i el izquierdo, la glándula sexual masculina {=p oro jenital £ en el borde interno del quinto artículo , ocupando así el lugar típico para el ma- cho), como puede observarse por la inspección de la parte ventral de la cola, portadora de cuatro patas bifurcadas, — como se encuentra en la hembra de nuestra Langosta de Juan Fer- nández,— solo en el costado que mira hácia la diestra, suponiendo el ejemplar de espaldas, tal como está colocado en e! estante. Gran Salón Central (Es- tante A). 128 El ejemplar con esta anomalía que posee nuestro Museo fué descubierto i descrito por el Dr. don Otto Bürger, quien se espresa de este modo: «Uno de los pescadores de la Isla Masatie- rra, me entregó el carapacho de una Langosta, conservada en una solución de sal, que presen- taba el raro fenómeno del hermafroditismo la- teral en un grado eminente. (Láms. V i VI). Se trata de un ejemplar adulto que mide, desde la frente hasta el borde de la aleta cau- dal, 34,5 cm. En su mitad izquierda nuestro individuo es hembra; en su derecha, macho. Se sabe que las langostas son de sexo separado como lo son, en j eneral, todos los Crustáceos. Nuestro ejemplar deja ver, tomando en cuenta primero los caracteres mas visibles, en el lado izquierdo el poro jenitál femenino en el borde interior de la coxa tercera. La vulva es mui pronunciada i me parece, en relación con el tamaño del individuo, mui grande. Su diá- metro es de 4 mm. La quinta pata izquierda lleva en su estremo la tijera tan característica de la hembra de Palinurus, que muestra igual- mente un desarrollo normal i mui robusto. El lado izquierdo de la cara inferior del abdomen está cubierto por las cuatro patas bifurcadas, como se encuentra en el sexo femenino de nuestra especie. Estas se estienden hasta sobre el lado derecho del cuerpo. Ninguno de estos apéndices abdominales muestra algo anómalo, es decir, tanto la parte esterior foliácea como la 129 parte inferior estiliforme, poseen el mismo as- pecto i la misma organización como en una hem- bra normal, i no presentan ninguna reducción. En el lado derecho hai solo caractéres mas- culinos. Aquí vemos el poro jenital masculino en el borde interior de la quinta coxa, ocupando así el sitio típico para el macho. También es bien desarrollado. La quinta pata derecha lleva una uña sencilla. El ramo interior falta a los cuatro apéndices en el lado derecho del abdo- men, el esterior representa una hoja casi oval que no se distingue de ninguna manera de la misma parte del macho. Una mirada al dorso de nuestra Langosta permite reconocer inmediatamente que está formada por dos mitades de sexo diferente. El carapacho dorsal del abdomen masculino es relativamente mas angosto i mas convexo que en la hembra. Las espinas laterales están dirijidas en el macho mas hácia abajo, pero en la hembra mas hácia el lado. Ademas, las es- pinas i las partes adyacentes del carapacho dorsal, son mucho mas desarrolladas en el sexo femenino que en el masculino. Todas estas diferencias sexuales tan mani- fiestas se notan también en nuestro hermafro- dita lateral a primera vista. El lado derecho con su declive pronunciado difiere considera- blemente del izquierdo que tiene poco declive. Las espinas derechas sobresalen apénas cuando se mira el centro del dorso. La diferencia res- pecto del tamaño entre las espinas derechas e 9 130 — izquierdas es enorme; por ejemplo la espina izquierda del cuarto segmento abdominal mide 31,5 mm., pero la correspondiente derecha solo 2 1 mm. Nuestro caso de hermafroditismo lateral pre- senta por sí mismo un fenómeno especial, por- que no sigue la regla j eneral. Se sabe que la langosta masculina es siem- pre mas grande que la hembra. Tal diferencia sexual en el tamaño se nota naturalmente de un modo correspondiente en los casos de her- mafroditismo lateral, lo que prueban ante todo las mariposas de esta organización. (1) Deberíamos esperar por esto que en un Pa- limirus lateralmente hermafrodita, el lado dere- cho fuera mas enéticamente desarrollado. En nuestro hermafrodita lateral sucede lo contrario. La mitad femenina no solo es mucho mas ancha sino también mas larga que la mitad masculina. El lado derecho del cefalotórax es casi un cen- tímetro mas corto que el izquierdo, i todavía mas considerable se muestra esta diferencia en el abdomen. Vemos que los escudos laterales del pecho son mucho mas pequeños en la mi- tad masculina que en la femenina, i notamos que en el escudo mediano del esternón, el lado izquierdo es mas largo que el derecho. Por eso la línea média se ha desviado esencialmente (1) En las mariposas sobrepuja la hembra al ma- cho en tamaño, i por consiguiente se observa que el lado femenino es mas grande que el lado masculino en los individuos con hermafroditismo lateral. Teratolojía. Lámina VII Sycephaliano synoto, G. S. H. Cerdo o Sus scrofa, L « J- CHILE I — 133 — hácia el lado derecho i por esta causa también aquella cavidad se encuentra siempre en un in- dividuo normal en el medio, entre el cuarto par de los escudos del pecho. El animal se divide en dos mitades asimétricas i el crecimiento di- ferente de las dos mitades del cuerpo ha tenido como consecuencia que el abdomen se encor- vara de una manera mui notable hácia el lado derecho. La asimetría de las dos mitades del cuerpo está considerablemente aumentada por el ta- maño diferente que poseen casi todos los apén- dices del lado derecho e izquierdo. Si hai una diferencia pequeña en el largo de las primeras antenas, es dudosa, porque las puntas han sido quebradas. Sus miembros básales no muestran ninguna diferencia. Pero las antenas segundas del lado masculino son un poco mas largas i gruesas que las del lado femenino. Lo contrario se ve en los aparatos masticadores que son sin escepcion mas largos i gruesos en la mitad fe- menina que en la masculina. Especialmente llama la atención la diferencia entre el último par de las patas masticadoras; la izquierda tiene de largo i 27 mm., pero la derecha sólo 104 mm. Los cinco pares de las patas ambulatorias tienen las medidas siguientes: % Mitad 9 Mitad 1 par 239 mm. 231 mm 2 pares 204 » 262 » 3 * 304 » 290 » 134 - % Mitad 9 Mitad 4 pares 262 mm. 258 mm. 5 * 1 93 204 » Se ve, pues, que las estremidades de la mi- tad masculina sobrepujan en j eneral a las de la mitad femenina en el largo, escepto el último par. Con escepcion de esta estremidad que se muestra también en el lado izquierdo mas des- arrollado i de la primera pata ambulatoria que se encuentra en el lado masculino no sólo mas larga sino también mas gruesa, son las otras en cada lado casi de igual espesor. El poco desarrollo de las cuatro patas primeras en el lado izquierdo i que no armoniza con el menor crecimiento de esta mitad, se esplica bastante satisfactoriamente. Las patas ambulatorias del macho del Palinurus son siempre mas largas i gruesas en la hembra, i la diferencia entre la mitad masculina i femenina de nuestro herma- frodita lateral, debiera ser mucho mayor a favor de la primera, si nuestro ejemplar representara un caco normal de hermafroditismo lateral. Es- pecialmente la diferencia que existe entre ma- cho i hembra respecto del tamaño del primer par de las patas ambulatorias, es en nuestro individuo igualada por el desarrollo mayor de la mitad femenina. Sin embargo, se puede reconocer la primera pata izquierda como femenina, a primera vista, por el desarrollo menor de las espinas. Como un hecho enigmático queda el desarrollo mayor de la quinta para femenina, considerando que ésta en la hembra normal no es mas grande que en el macho, no obstante la forma espe- cial de su pié. La aleta caudal es en nuestra langosta her- mafrodita considerablemente mas ancha i larga en el lado femenino que en el masculino. Este desarrollo diferente se estiende aun a la pieza del medio que, a consecuencia de esto, es com- pletamente asimétrica; pues mide desde la línea del medio, que es marcada por una hilera de espinas, hasta su borde izquierdo 21 mm., i hasta el derecho solo 18,5 mm. Si suponemos que el hermafroditismo late- ral es causado por una nueva fecundación de una de las 2 células en que ya se habia divi- dido el huevo, entonces debemos aceptar en nuestro caso, que la primera fecundación oriü- nó el sexo femenino de nuestro individuo i que la nueva fecundación de la célula derecha del huevo orijinó el desarrollo de una mitad dere- cha masculina. Por eso considero que el sexo femenino de nuestro individuo es el primitivo, porque muestra un desarrollo considerable- mente pronunciado » . C. — Las Monstruosidades o Monstruos propiamente dichos Como tuvimos ocasión de ver precedente- mente, se aplica este nombre a toda desviación irregular considerable de la conformación habi- tual del organismo. — 13 6 — Gran Salón Central (Es- tante A). I. — Si las monstruosidades no presentan mas que los elementos de un sólo individuo, se de- nominan Monstruos Unitarios. Estos pueden ser: *) Onfalósitos , esto es, sin corazón, i en j eneral privados de cabeza i con el resto del cuerpo mas o menos incompleto. Que el Museo Nacional no posee ningún ejemplar onfalósito, debe suponerse si no se dice otra cosa. :fv) Parásitos o productos amorfos cuyo cuer- po está formado por una mezcla de huesos, carne i pelos sin ton ni son. La observación precedente sobre la falta de onfalósitos en nuestra colección de anomalías, es también aplicable a esta categoría de mons- truos unitarios parásitos, ***) Atitósitos , es decir, aptos para poder vi- vir por si mismos por estar dotados de casi to- dos los órganos esenciales. Poseemos un ejem- plar teratolójico de esta clase. El: io. — Cyclocephaliano rhinocephalo, G. S. H. — Cerdo doméstico o Sus scrofa, L. J. Este chanchito, cón cuerpo de pocas carnes, tiene dos ojos juntos dentro de una sola escavacion o cavidad orbitaria común si- tuada en la frente en la línea media de la cara. Arriba de los ojos se adelanta una trompita carnosa perforada que le comunica el aspecto de un elefante en miniatura. Teratolojía. Lámina VIII Monosomiano opodymo, G. S. H Oveja u Ovis aries, L. * J- CHILE — 139 — Ofrece ademas una cresta sobre el maxilar superior que está atrofiado, sin que el inferior se encorve hacia arriba como suele ocurrir cuando aburta el aparato nasal, caso que es mui común en los miembros de la tamilia te- ratolójica de los Ciclocefalianos. II.— Si en las monstruosidades están repre- sentados elementos que pertenecen a dos indi- viduos, reciben el nombre de Monstruos do- bles. *) Los hai Autositarios en los cuales los dos individuos son mas o menos iguales. Tales son: ii. — Sycephaliano synoto, G. S. H. Cerdo común o Sus scrofa, L. — ? J. — -En esta chanchita hai fusión de dos troncos i dos cabezas. (Lám. \1I). La soldadura del cuerpo se estiende desde el ombligo común hasta el pecho, resultando una caja toráxica sin vestijio esterior de dupli- cidad. La doble cabeza tiene dos caras opuestas. Una de las caras está bien conformada, si se prescinde de la atrofia de la trompa i del maxilar superior, i ofrece dos orejas en su lu- gar i dos ojos cerrados, horizontales i colocados a los lados de la línea media. La otra cara tiene también dos orejas bien conformadas, pero parecen salir del cuello, por delante de éste, soldándose por las partes bá- sales en forma de corbata de rosa, i sus ojos, Gran Salón Central (Es- tante A) 140 — Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). también en número de dos i laterales, están •gualmente cerrados, pero son verticales. ^ Nótese por lo demas, que tiene cuatro ma- nos, cuatro patas i dos colas, todo perfecta- mente desarrollado, i que las pezuñas de todos los dedos están arqueadas hácia arriba. 12. — Monosomiano opodymo, G. S. H Cerdo doméstico o Sus scrofa, L. — 9 J. La chanchita que tenemos a la vista presenta un tronco, cuatro estremidades i dos cabezas in- completamente soldadas. Estas muestran dos caras diverjentes, con un total de dos orejas laterales i cuatro ojos, de los que dos están a los lados i los restantes, rudimentarios, apare- cen en el centro alojados en un sola cavidad cutánea rodeada de pestañas. 13. — Monosomiano opodymo, G. S. H Gato común o Felis domestica, L. — 9 J. — -En esta gatita tenemos que contemplar un tronco, cuatro estremidades i dos caras diver- jentes con dos orejas grandes situadas lateral- mente i cuatro ojos, de los cuales los dos late- rales están bien desarrollados i los dos centra- les son rudimentarios i colocados juntos en una depresión ocular. (Lám. IX). Véase ademas que la cara derecha es cheuta, pues muestra el labio superior partido en un grado eminente. Teratolojía. Lámina IX Monosoiiiiano opodymo, G. S. H. Gato o Felis domestica, L. ? J- CHILE H3 — 14- — Monosomiano opodymo, G. S. H. Vaca común o Bos taurus, L.— ? J. La ternerita delante la cual estamos ofrece un solo tronco, cuatro estremidades, dos cuellos libres i dos cabezas, también separadas i con caras diverjentes, provistas de dos orejas i dos ojos cada una, todo bien conformado. Está pendiente del cordon umbilical i en el lomo muestra una fisura espinal. Este interesante monstruo fué obsequiado al Museo, en Agosto del corriente año, por el Sr. D. Ramón Bárrales, de Santiago, i la necesidad de incorporarlo a la colección jene- ral dió orijen a que el jefe de la Sección Zoo- lójica ideara i elaborara un Catálogo de Tera- tolojía. 15- — Monosomiano opodymo, G. S. H. Carnero u Ovies aries, L. — p J. En esta ovejita la cabeza es, como en el anterior, doble> separándose en dos caras distintas a partir de la rejion ceruical. Muestra también en el lomo una fisura es- pinal. En lo demas es todo normal. íó. — Monomphaliano hemipago, G. S. H. Vaca común o Bos taurus, L — 9 J. Crá- neo jemelar. — Como esta pieza huesosa ais- Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). 144 — Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). lada no nos suministra el material suficiente para lograr la clasificación teratolójica defini- tiva, ni disponemos tampoco de datos que revelen el oríjen i formación del ejemplar anó- malo, lo designamos provisoriamente con el nombre preinserto, pues el surco que muestra el cráneo en su línea antero-lateral, indica la fusión en el monstruo jemelar de dos cabezas componentes por sus partes laterales. **) Otros son Parasitarios , es decir, los dos individuos del monstruo doble aparecen mui diferentes en estructura i dimensiones, siendo el menor más imperfecto que el mayor i a cuyas espensas vive. i 7. — Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallina común o Gallus ferrugineus, Gm. — 9 adulta. — Adviértese en ella una pata accesoria bien desarrollada que toca el suelo i está provista de cinco dedos perfectamente conformados, siendo uno de ellos desmesura- damente largo ( =Megalodactilia :). Esta pata suplementaria está soldada supe- riormente en la pélvis i se encorva hácia la ra- badilla para descender verticalmente por de- bajo de la cola. 18. — Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallo común o Gallus ferrugineus, Gm. — £ adulto. — Muestra dos patas supernu- Teratolojía. Lámina X Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallo o Gallus ferrugineus, Gm. J. de sexo desconocido CHILE IO — 147 — merarias que se fijan en el lado derecho de la pelvis i están recojidas sobre el plumaje en la parte superior de la estreniidad normal de este costado. Nótese que estas patas accesorias, mas o menos abortadas, son ectrodáctilas, pues cada una está provista de tres dedos solamente, dos bien desarrollados i uno rudimentario, a los cuales se agrega, en uno i otro pié, un espo- lón ofensivo de conformación habitual. 19. — Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallina o Gallus ferrugineus, Gm. — J. de sexo dudoso.— Tiene, ademas de las alas, cuatro estremidades posteriores, mas o menos iguales i dirijidas en el mismo sentido. El tronco de este monstruo se continua en una especie de cola i tiene el abdomen abier- to por delante, dejando descubiertas las vis ceras. 20. — Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallina o Gali.us ferrugineus, Gm. — J. de sexo desconocido. — También con cua- tro patas situadas en la parte posterior del tronco como el N.° 19 i, lo mismo que éste, con el abdomen abierto. No tiene cola. 21. — Polymeliano gastromelo, G. S. H. Gallina o Gallus ferrugineus, Gm. — Feto de sexo desconocido.— Mui parecido al Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). Gran Salón Central (Es- tante A). — 148 — Gran Salón Central (Es- tante A). anterior, pero una de sus cuatros patas es tri- dáctila. (Lám. X). Ademas, está pendiente de la vesícula um- bilical i tiene el bajo vientre cerrado. 22. — Polymeliano cephalomelo, G. S. H. Gallina o Gallus ferrugineus, Gm. — % adulto. — Lo mismo que los cinco ejem- plares anómalos precedentes, este gallo con dos espolones accesorios cefálicos, es un mons- truo polymeliano porque muestra estremidades supernumerarias, pero no colocadas en el ab- domen como en aquellas sino insertas en la ca- beza, por lo que se incluye en la especie tera- lójica Cephalomelo. Vése, pues, por lo espuesto, que en estos monstruos dobles parasitarios que hemos pa- sado en revista (N.os 17, 18, 19, 20, 21 i 22), el individuo imperfecto está representado sólo por uno o mas miembros que se adhieren en el sujeto principal, en una u otra rejion de su cuerpo. Damos por terminado, con estas considera- ciones, el estudio de los ejemplares teratoló- jicos del Museo Nacional. CONGRESO CIENTÍFICO INTERNACIONAL AMERICANO Buenos Aires, 10 a 25 de Julio de 1910 SECCION CIENCIAS JEOLÓJICAS Acta correspondiente a la sesión inaugural del dia mártes 12 de Julio de 1910 PRESENTES Miguel R. Machado Guillo Yunge Eduardo Aguirre Justino Thierry Enrique Hermitte José C. Fuenzalida P. Scalabrini J. Dobranich F. P. Moreno Ag. Mercau Cristóbal M. Hicken Julián Romero Luis M. Torres Sra. Elina G. A. de F. Reichart Correa Morales Francisco Kühn A. R. del Busto Ernesto Maier Alejandro Rosa Clemente Onelli G. Barrié Orlando Ghigliotto N. Caplain G. Negri En la ciudad de Buenos Aires, a los doce dias del mes de Ju- lio de mil novecientos diez, reunidos los señores adherentes a la Sección jeolójico-jeográfica e histórica i que figuran al márjen (1), (1) En la copia del orijinal enviada de Buenos Aires figuran en el márjen los señores adherentes a la Sección de Ciencias Jeolójicas que aquí apare- cen arriba. — i5o — en el salón del Museo Mitre, calle San Martin 336, i siendo las 9 A. M., el Presidente de la Comisión Organizadora de la men- cionada Sección, ingeniero Eduardo Aguirre, inicia los trabajos i después de saludar a los señores presentes propone la desig- nación de un Presidente de Honor, siguiendo así la costumbre establecida en esta clase de torneos científicos. Aprobada la idea, se designa por unanimidad al señor injeniero Miguel R. Machado, delegado oficial del Gobierno de Chile, para presidir la sesión del dia, quien, acto continuo i en medio de manifesta- ciones inequívocas de aprecio, ocupa su lugar, teniendo como Secretario al Doctor Cristóbal M. Hicken. Se da lectura a la orden del dia. El Dv. Umberto Giulio Pao//, había prometido un trabajo titulado: «Une nouvelle classification générale mineralogique»; pero en vista de no haber recibido la Secretaría tal estudio ni estar presente dicho señor, se pasa en seguida a considerar el trabajo que los injenieros Julio Vatus i Gastón Barrie ofrecian a la consideración de la asamblea bajo el título de «Estado de la minería en los distritos de Michicó i Malalcaballo». En ausencia de los autores, el señor Enrique Hermitte infor- ma detalladamente, indicando las ideas poco favorables que se tenían de aquellas rejiones mineras poco há i que vienen a que- dar desvirtuadas en gran parte, por el prolijo estudio que ahora se presenta. El señor Machado solicita datos mas precisos sobre la forma en que se hace la esplotacion, i con este motivo el señor Her- mitte detalla el método de socavones empleados i las variacio- nes de la lei de oro existente en la veta, que disminuye rápida- mente con la profundidad, notándose el pasaje casi brusco desde la superficie en que aparece el oro nativo, hácia niveles inferiores en que surje la pirita de hierro. Estas observaciones orijinan una interesante discusión en que intervienen, ademas de los señores adherentes ya citados, los injenieros P'uenzalida, Thierry i Aguirre. Se dilucidan los méto- dos de esplotacion por socavones, las ventajas de la cianuracion sobre la amalgama, la sustitución de especies mineralójicas, la ausencia del cobre, cosa digna de atención, por ser lo contrario la leijeneral de las minas de Chile; las ventajas del empleo de molinos de bolas, etc. También la vinculación de la mina con las rocas, inicia una discusión de alto valor científico, indicán- dose la conveniencia de hacer un estudio petrográfico bien dete- nido, que al arrojar luz sobre la formación i edad del yacimiento, indique los rumbos mas adecuados para hacer la esplotacion. El señor Machado hace resaltar las analojías de estas minas con las chilenas a igual latitud i hace notar los motivos que tiene para no atribuir a la clasificación petrográfica un valor primor- dial. El Dr. Juan Keidel , actualmente en Europa, entregó opor- tunamente en Secretaría un estudio sobre las «Condiciones jeo- lójicas de los alrededores del Cajón del Cadillal» i a los efectos de poderlo apreciar debidamente se designa al señor Thierry para que estudiándolo informe sobre él en tiempo oportuno. Acto continuo el señor Machado hace una rápida esposicion sobre el «Carbón arjentino del Neuquen», cuyo estudio lo habia cautivado desde el momento que, deslindando unas muestras recibidas, notó la riqueza de petróleo i de sus derivados. Hace una descripción topográfico-jeolójica del yacimiento, da los ca- racteres de combustión del carbón, su cockificacion i su utilidad para producir gas i empleo como combustible en las locomoto- ras. Las ideas que con este motivo se cambian entre algunos señores adherentes, le lleva a establecer su opinión sobre un oríjen probable del yacimiento i su estrecha vinculación con depósitos de petróleo. El señor Hermitte amplia estos datos citando las característi- cas de la rafaelita, llama la atención sobre la presencia de vana- dio i la importancia que esos carbones tienen para apreciar la formación petrolífera del país, que es mucho mas jeneral i mas estensa de lo que jeneralmente se cree. El señor Thierry men- ciona la asombrosa cantidad de amonitas que halló en las minas — 152 de San Rafael, que él trabajara personalmente, i emite la idea de que el petróleo sea debido a una transformación de esos mo- luscos, pero el señor Machado hace resaltar que en el Neuquen no ha visto fósiles de esa naturaleza, i que esos yacimientos de- ben ser mas recientes que los anteriores. Con este motivo se estiende sobre los movimientos actuales observados en la cordi- llera, llegando a la conclusión que nuestra gran cadena no ha encontrado aun su reposo definitivo i que los cambios bien visi- bles que se notan en las líneas del mar, observables en el tras- curso de algunos lustros, no son sino prolongación de esos mo- vimientos jenerales que durante el terciario la dieron oríjen. Todas estas ideas motivan un intercambio de opiniones, rico en observaciones personales i obligan al señor Fuenzalida a indicar la conveniencia que habría en establecer una clasificación jeoló- jica especial para Sud-América, pues son notorias las dificulta- des i errores habidas i cometidas, al querer aplicar las ideas de Europa a nuestro continente. Como ya fuera algo tarde, se resolvió pasar a cuarto intermedio i reanudar la sesión a las 3^- P. M., como efectivamente se hizo. El señor Machado, para ampliar sus ideas sobre el oríjen del carbón, presenta a los concurrentes algunas muestras de ese mineral i el Dr. Maier, delegado de Chile, al considerarlas alta- mente interesantes, llama la atención sobre las estrías que se notan en sus lustrosos planos de fractura i que bien pudieran ser debidas a presiones laterales i cuya dilucidación seria de gran importancia técnica. Por estos motivos indica la conveniencia de hacer un reconocimiento local para constatar la existencia o ausencia de movimientos laterales posteriores a la formación carbonífera, que pueden conducir a otros descubrimientos de mayor importancia quizá que el mismo carbón en sí; pero el señor Machado insiste en declarar que no ha observado despla- zamientos ni dislocamientos en el sentido apuntado, sino peque- ñísimas e insensibles variaciones que no cree deban tenerse en cuenta para la cuestión en debate. El señor Aguirre opina que el carbón se ha debido a una infiltración orij inada en las grietas. 153 — estando aun la materia en estado pastoso, no en disolución, pues de lo contrario se hubiera notado impugacion en las rocas adya- centes, cosa que no ha sido constatada. Se reanuda otra vez la conveniencia de una nomenclatura especial, aplicable sobre todo a los yacimientos carboníferos, análoga a la que tienen los Estados Unidos de Norte América i poniéndose esta mocion del señor Fuenzalida a discusión i dado el asentimiento jeneral se aprueba sin objeción alguna. El señor Cud A. Romero indica la conveniencia de dar una base firme a tal clasificación, pues cree que la presencia de dos o tres fósiles no pueden jamas dar un criterio suficiente para llegar al fin deseado. El señor Hermitte declara que tal clasificación no solo es con- veniente sino necesaria i pide, atendiendo la gran importancia del asunto, que se señale una sesión especial para discutirla, prometiendo ofrecer i presentar para entonces, algunas publica- ciones que sirvan de ilustración al respecto. El injeniero G. Barrié da lectura al informe del injeniero Juan Mena «Sobre la cantera de mármol», i que resulta tan intere- sante i completo que obligan al señor Machado i al injeniero Hermitte a pronunciar palabras elojiosas para el autor de la me- moria. Llena de interes resulta la opinión que se establece sobre los mármoles arjentinos; debido en parte al cuarzo que contienen, ha sido hasta ahora el único inconveniente que se les ha hallado para aplicarlos también a la escultura. El señor Fuenzalida hace una interesantísima disertación so- bre «La lejislacion minera» i propone unas bases para llegar a la realización de ella, consignándose disposiciones especiales que garanten la vida del obrero con leyes mas en conformidad con los progresos liberales i humanitarios de nuestros dias. Con unánimes muestras de aplauso se reciben estas ideas i por la discusión que se orijina entre los señores Thierry, Macha- do, Hermitte i el Dr. Ghiglioto, delegado chileno, se nota el espíritu altamente humanitario que domina en la asamblea i que — 154 — se esterioriza de un modo irrefutable al emitir ésta el voto de que las bases para tal lejislacion sean redactadas por una comi- sión mista de técnicos i abogados i declarando que toda inicia- tiva que tienda a mejorar la triste condición del obrero, está fue- ra de discusión, por tener ella como base los sentimientos de humanidad que jamás pueden posponerse a consideraciones de interes personal o egoísta. Se resumen, pues, las ideas del señor Fuenzalida, que quedan concretadas en los siguientes votos: 1. ° La Sección de jeolojía-jeografía e historia del Congreso Científico Internacional Americano, emite el voto porque las modificaciones de la lejislacion minera, en cuanto se refieren a la propiedad de las minas de combustibles, se realicen a la bre- vedad posible i que sus bases sean redactadas por una comisión mista de técnicos i de abogados. 2. ° Recomendar a los gobiernos la reglamentación de la es- plotacion en el sentido de asegurar la conservación de la riqueza minera i la seguridad del personal obrero. El señor Claplain es relator del trabajo presentado por el inje- niero Juan Campbell titulado «Métodos económicos de rembla- yage i de enmaderamiento, caso en que se puede emplear ma- dera » . Al señor injeniero Maier se pasa un trabajo del señor Ricar- do Lleras Codaszi , sobre «Las minas de cobre de Columbia» para que presente sus conclusiones. Como nadie hiciera uso de la palabra, el Presidente levantó la sesión, siendo las 6 P. M. (P'do.) F. P. Moreno. — (Fdo.) Cristóbal M. Hicken. — (Fdo.) Elena G. A. de Correa Morales. — (Fdo.) Luis M. Torres. Es copia fiel de su orijinal. — N. Besio Moreno , secretario je- neral. LAS COLECCIONES DE INSECTOS COLECTORES I COLECCIONISTAS POR PHILIBERT GERMAIN Por la palabra, que aquí sirve de título, entiendo las reunio- nes sistemáticas de tantos pequeños seres que a millares nos ro- dean; para que, recojidos, preparados i dispuestos de un modo conveniente, nos sea posible estudiarlos, i conocer su biolojia, es decir: su utilidad i los perjuicios que causan. En mi opinión, las colecciones han de repartirse en dos ca- tegorías: 1. a La que comprende los elementos, que los sabios, por sen- tirse ignorantes, reúnen, estudian, consultan, esperando apren- der algo sobre las leyes que rijen este mundo de enanitos. Los hombres, provistos de bastante paciencia para formar estas co- lecciones, arreglarlas, i disponerlas de modo a contentar sus de- seos de aprender, merecen el título honorable de «colectores», como asi mismo el respeto i la protección de toda persana seria i sensata. 2. a La otra categoría consiste en la reunión de elementos se- mejantes hecha para recrear la vista de los ociosos, sin sacar de ellos ningún provecho ni utilidad. Llamaré «coleccionistas» los — 156 dueños de esta clase de colecciones. I considero, a ellos i a los que las forman, como unos seres con el cerebro algo desequili- brado, que pierden su tiempo en realizar un trabajo sin provecho para nadie i para el cual no economizan las manías mas infanti- les, ni las ideas mas desprovistas de razón. Chile Desde el trópico hasta su extremidad, la América del sur tie- ne el borde occidental de su parte austral ribeteado por una tira de tierra aprisionada entre mar i cordillera, larga de 600 leguas, ancha de 30 a 50, i cuya superficie es sumamente desigual. ¡Esto es Chile! En la estremidad austral de su lonjitud, este ribete recibe abundantes lluvias, está cubierto de selvas profundas e intransita- bles, i el clima es frío, pues algunos ventisqueros llegan hasta el mar. En su estremidad boreal no llueve nunca; solo una neblina es- pecial se arrastra a veces a inmediaciones del mar; el clima es cálido, i, en partes, la vejetacion ha desaparecido por com- pleto. Entre estos dos estremos la parte intermediaria presenta to- das las variaciones posibles. En el sentido de la anchura, el clima de la parte en contacto con el mar, participa de las ventajas i de los inconvenientes pro pios a toda rejion marítima. Luego después, i mas o ménos en medio de la anchura, se es- tiende de norte a sur una cordillera, que, cortada con frecuencia por las corrientes caudalosas que bajan de los Andes, sale mui irregular i desigual; pero que, en algunas partes alcanza a dos mil metros de altitud, o aun más. Entre esta cordillera i la de los Andes se estienden valles fér- tiles, en donde se levantan ciudades numerosas, i de los cuales la agricultura saca la alimentación de los habitantes. — 157 Por fin, mas al Este, en medio de un desorden caótico de cum- bres i quebradas inaccesibles, corre, encima de las nieves eternas de los Andes, la línea que separa esta faja angosta de la ancha pampa del vecino. Es evidente que todo naturalista, i sobre todo los entomólo- gos, deben comprender cuánta influencia ésta topografía ha de tener sobre el clima de Chile; i que los insectos, viviendo en una rejion tan accidentada, han de presentar en gran número, estas modificaciones conocidas bajo el nombre de variedades jeográ- ficas; cuya misión evidente es de formar en la prosecución de los siglos, especies distintas de las actuales, pero derivadas de ellas. Lo que antecede indica claramente cuánto importa que la re- colección de los insectos sea hecha metódicamente; i que ellos sean preparados de un modo suficiente para facilitar su estudio al sabio bastante audaz para tomarlo a su cargo. Siempre que se emprenda en Chile una esploracion entomo- lójica de algún interes con motivo de su duración, al regreso, se ha de colocar en cajas separadas los resultados conseguidos, agregando a cada una un rótulo que lleve: «Chile boreal» — «Chile central» — «Chile austral» — según ha sido la provincia de «Copiapó» — «Santiago» — «Valdivia» — la, cuyo territorio ha sido mas esplorado; i debe ademas agregarse a cada caja: «re- jion andina» — «rejion intermediaria» — «rejion marítima»; — -se- gún la parte que se puso mas a contribución. Pero considero como una necedad el papelito, que, pasado a un alfiler, indica, en la filiación del insecto que lo acompaña, los nombres indíjenas de la infinidad de lugarcitos mas o ménos ig- - i58 - norados de los jeógrafos, donde tanto él como sus antepasados, han tenido su cuna. I diré ademas, que si no alcanzo a ver claramente la ventaja que estos papelitos pueden tener para el estudio de los insectos, que el naturalista recoje, no faltan ejemplos del estorbo i de la confusión que pueden ocasionar, sobre todo, cuando el sabio, en cuyas manos caen, no tiene los conocimientos exijidos por el ramo a su cargo, i, por esto, ve su ignorancia puesta crudamen- te a la vista en los impresos científicos que publican sus elucu- braciones. LOS HURACANES EN CHILE POR MIGUEL R. MACHADO A un viento mui fuerte que produce frecuentemente grandes destrozos materiales i que se debe a una gran depresión baromé- trica, se le designa jeneralmente con la palabra de huracán. Esta tiene ademas otro significado para los que viven en los faldeos o cerca de la base de cerros que se encuentran en los cordones trasversales que se desprenden de la Cordillera de los Andes, en las provincias del Norte. En nuestro último viaje de estudio a aquellas localidades, se nos presentó la oportunidad de ver los efectos que hacen los huracanes, tal como lo entienden los que viven en las montañas. Estos se producen: destruyendo los terrenos arables que el hombre habia logrado formar; llevándose las casas, murallas di- visorias, árboles i grandes piedras que arrojan a lo léjos; los torrentosos ríos son desviados de su curso natural cuando llega hasta ellos uno de esos fenómenos; los que ignoran lo que es esto, como igualmente los que no alcanzan a salir a tiempo de la zona peligrosa, son arrastrados a inmensas distancias. El 3 de Enero del presente año llegamos a la hacienda de Chillepin del señor Vicente Echavarría, que está inmediatamente al Norte del rio de Choapa. En ese vistazo rápido que damos a una localidad que por primera vez se conoce, notamos que en algunas habitaciones sobresalían del suelo la parte alta de sus murallas. — i6o — Debido a la amabilidad del señor Jorje Echavarría i emplea- dos superiores de dicha hacienda, pudimos obtener una relación exacta i completamente de acuerdo con las que tanto habíamos oido en nuestras distintas escursiones i ademas con lo que ha- bíamos visto personalmente. El año 1888 fué para el Norte de calamidades: su invierno excesivamente lluvioso, de algunos de sus meses se puede decir que el sol no se vió; pero los moradores de esos pueblos recuer- dan de una manga de agua que duró cuatro dias sin disminuir en lo mas mínimo su intensidad. En el último dia de ese gran aguacero se sintió de repente un fuerte estampido en dirección a la cima del escarpado cerro de- nominado Cuncuna, al pié del cual se encuentran las casas de esta hacienda. Un pobre hombre que en ese momento estaba cerca de la familia de un señor Tagle, le grita en un tono de súplica que se retiren de ese lugar; indicándole al mismo tiempo de que el es- tampido que se habia sentido es el de un huracán que ha reven- tado; pero esta advertencia que venia de tan abajo no fué escu- chada i por lo tanto se quedaron donde estaban. Sólo algunos segundos habían pasado desde que se oyó el estampido; cuando se distingue, apenas perceptible en su prin- cipio, un ruido que va aumentando de intensidad hasta hacerse ensordecedor, llegando un momento en que se ven pasar en todos sentidos por delante de la casa, una infinidad de piedras sueltas, e instantes después una masa rojiza semi fluida de agua, piedra i barro. Este cuerpo hetereojéneo que venia de tanta altura, llevaba en sí, una gran fuerza capaz de destruir cuanto encontrarse por delante; las casas por donde pasó esta avalancha, como igual- mente las murallas de pirca o de adobes i los árboles, etc., todo fué arrasado i los diversos materiales que formaba ese conjunto, fueron dispersados en todos sentidos. Ademas de los daños ma- teriales que hemos enunciado, existieron algunas desgracias humanas i entre ellas la familia Tagle que pereció casi en su — 1 6 1 — totalidad, así a la señora se la encontró algún tiempo después como a cinco cuadras de la casa, entre el barro. Una vez que se olvidáronlos efectos causados por el huracán, el señor Vicente Echavarría, volvió a construir las casas mas o ménos en el mismo lugar de las anteriores. En el año 1906, unos tres meses ántes del temblor del 16 de Agosto, cayeron en esa rejion, fuertes i prolongadas lluvias; una de éstas duró cuatro dias, al fin de la cual los que se encontraban en la hacienda o en sus alrededores principiaron a acordarse de lo que habia pasado el año 88; los mas previsores se habían ido a refujiar a lugares mas seguros, quedando en las casas sólo aquellos que no podían moverse por sus obligaciones. El cuarto dia por la mañana el administrador conversaba con algunos empleados del eminente peligro en que se encontraban, cuando instintivamente dirijieron la vista hácia la cumbre del Cuncuna, de donde mas o ménos habia salido la otra tormenta, cuál no seria su asombro al divisar en la cima del cerro una guarda rojiza que se levantaba sobre la superficie i algunos ins- tantes después se vió salir de ese punto una gran nubecilla blan- quizca que se prolongaba en forma de abanico, sintiéndose al cabo de un rato un fuerte ruido que hizo estremecerse el suelo, siguiendo el eco repercutiendo en las montañas i aumentando de este modo el pavor de los espectadores. Casi todos los que se encontraban en este lugar amagado pu- dieron escapar, quedando sólo un viajero que no lo pudo hacer. Segundos después llegó la piedra, el agua i el barro que se lle- varon por delante cuanto encontraron a su paso; de las pocas habitaciones que quedaron en pié, se llenaron casi totalmente de barro semi-líquido mui arcilloso. Existe aun sepultado una gran cantidad de minerales de plata de mui buena lei i muchas pipas de rico alcohol de uva, etc. Aun no ha sido suficientemente enérjico el modo de obrar de la Naturaleza en ese lugar; puesto que los dueños de este her- moso fundo no trepidaron en volver a edificar las casas de la hacienda en este mismo sitio. 1 1 IÓ2 Creemos que el próximo huracán que reviente en ese lugar dejará mui poco vestijio de construcción humana, a pesar délas precauciones que ha tomado el hacendado para librarse de este fenómeno, al construir una gruesa pirca de piedra suelta, per- pendicular a la dirección de destrucción; creemos que los mate- riales de ésta van a aumentar los efectos destructores haciendo las veces de proyectiles. Otro fenómeno de esta misma naturaleza hemos podido obser- var en la desembocadura de la quebrada de Llahuin, en la ciu- dad de Petorca, cuyas piedras i barro taparon algunas pequeñas casas que se encontraban al lado del establecimiento del señor W. Lastarria. Este huracán reventó al frente del mineral de oro del Barco i de Llahuin. Hemos observado otro huracán que salió de la parte alta de los cerros que se encuentran inmediatamente al Norte del pueblo de Illapel; los materiales que salieron del interior de la tierra destruyeron algunas murallas que encontró a su paso, encauzán- dose después este torrente por una de las calles, cuya dirección es Norte a Sur, hasta llegar al rio de Illapel. A lo largo de esta calle se formó un zanjón de mas de tres metros de hondura i que aun hoi cha se ve en parte. Esto pasó el año de 1880. Posteriormente a este año pudimos observar que el rio de Illapel se llenó de caja a caja de un barro algo fluido que corrió por su lecho durante unos tres dias. Esta gran cantidad de tierra i agua venia desde la Cordillera de los Andes, i no era mas que el producto de uno de estos fenómenos. Indudablemente la palabra huracán se deriva de huraco, que quiere decir portillo, i que es mui empleada por nuestro pueblo del Norte. Las localidades en que se agrieta la tierra, para dejar salir el agua, están jeneralmente cerca de la cima de los cerros: frecuen- temente estos se van encadenando hasta llegar a la Cordillera de ios Andes; se encuentran ademas recorridos en todo sentido por rios que están a mas de cien metros mas bajo que el punto donde se formó el huraco o hueco. — 163 Los cerros en que pasa este fenómeno no tienen nada de volcá- nico i están jeneralmente formados por esa roca que varia entre el granito moderno, sienita i diorita, según el punto donde se tome la muestra; a esta le hemos puesto el nombre de roca sísmica o del temblor, porque siempre en la vecindad de ésta hacen efec- tos los temblores. Ademas debemos insistir en que en esta clase de formación se encuentran invariablemente guias i vetas de oro i sus detritus forman los lavaderos auríferos. Creemos que la causa de estos huracanes se debe a que al formarse estos cerros han quedado en la parte baja grandes ca- vernas que se llenan de agua en los inviernos lluviosos i ésta a su vez es espelida por entre las grietas, debido a la presión que ejercen los vapores o gases, que se desprenden del interior de la tierra, sobre la masa líquida, que arrastra en su salida agua, tierra i piedra. EL TERREMOTO DE ILLAPEL 15 DE AGOSTO DE 1880 POR MIGUEL R. MACHADO El pueblo de Illapel fué completamente arruinado por un te- rremoto que bruscamente sobrevino, a las ocho tres cuarto de la mañana del dia Domingo 1 5 de Agosto de 1 880, es decir, hace a la fecha treinta años. Este año del temblor grande, como se le llama en esta rejion, fué excesivamente lluvioso; el rio venia de caja a caja lleno de agua i a cada momento amenazaba inundar aquellas calles cer- canas a su lecho, al mismo tiempo impedían las sucesivas llu- vias la libre entrada de los alimentos mas indispensables a un pueblo; este estado de cosas era aprovechado a las mil maravillas por los comerciantes, para subir a las nubes el precio de sus mercaderías. Lo anterior, parece que no era lo bastante para poner a prue- ba la paciencia i resignación de los moradores de esta localidad, i seguramente a esto se debe que la Naturaleza les preparara en este dia del Tránsito, una de esas brutales manifestaciones de fuerza que todo lo destruye. Los mas viejos habitantes de este pequeño i fértil valle, no recordaban un invierno mas lluvioso que el de este año i para que se puedan dar una cuenta mas cabal los que este artículo — 1 65 — lean, bástenos decir que el dia antes había llovido de una nia- ra estraordinaria, 1 6 horas consecutivas. El sol se presentó el dia del fenómeno en todo su esplendor, solo una que otra nubecilla se veia en el firmamento, nada hacia presajiar lo que pocos momentos después iban a presenciar aqué- llos que con esa mañana eran felices, parecía que el sol quería a su vez ser un mudo testigo de esa escena terrible que en algu- nos minutos mas se iba a desarrollar a su vista. Instantes antes del sismo, algunos vecinos notaron algunos hechos insignificantes en apariencia; pero que indudablemente serán de una gran importancia en las futuras investigaciones sobre la causa de los temblores: Un individuo de esta ciudad, se ocupaba con uno de sus empleados en colocarle un puntal de madera a una muralla, el que al cortarlo lo habían dejado inten- cionalmente mas largo que lo necesario, i después cuando lo fueron a colocar notaron con gran asombro, que este puntal les quedó mui corto a pesar de sus precauciones anteriores; na- turalmente este hecho les llamó en estremo la atención; porque no alcanzaban a darse cuenta de lo que a ellos les pasaba, en- contrábanse atareados en la resolución de este problema, cuando sobreviene el terremoto que apenas les dejó el tiempo necesario para escapar con vida; porque los muros de la habitación en que se encontraban se vinieron al suelo. En ese mismo dia, una sirvienta fué mui de mañana a sacar agua de la noria, pozo o jahuel, que en esos entonces existían en cada casa, i cuál no seria su sorpresa al notar que el agua del pozo estaba hirviendo; asustada corre a dar cuenta a la dueña de casa. Después de lo cual este fenómeno fué observa- do por ámbas, i se convencieron de que esto de la ebullición se debia a un gas que se desprendía de la tierra, el cual al pasar por entre la masa del líquido, lo movía violentamente. Al mis- mo tiempo notaron que el agua de la noria subía sobre su ni- vel ordinario; estaban haciendo comentarios sobre este estraño fenómeno, cuando el ruido i el remezón les vino a dar la clave de lo que ellas estaban viendo. Lo anteriormente dicho se ob- — 1 66 — servó en todos los pozos de Illapel, algunos de los cuales casi se llenaron de una agua espumosa, la que frecuentemente tenia un color barroso, debido a que el cieno del fondo habia sido remo- vido por el gas. Pero lo curioso del caso es, que esta agua principió a bajar poco a poco después del terremoto, llegando a su máximo el dia siguiente del temblor, en que el agua desapareció totalmente de algunos pozos surtidores, teniendo muchos de sus habitantes que recurrir a las turbias aguas del rio para el uso de sus prin- cipales necesidades. Solo en los primeros dias de Setiembre de ese año, se notó que el líquido en cuestión subía poco a poco hasta llegar a su primitivo nivel, desapareciendo por lo tanto en gran parte, ese terror que le causara este estraño conjunto de fenómenos, que parecían haberse unido para atemorizar aun mas, a los des- graciados habitantes de esta rejion. Nunca se nos olvidará lo que un compañero de infancia nos dijo un momento ántes, una hora por lo ménos, de este cataclis- mo i que fué mas o ménos lo que sigue «Un poco ántes de le- vantarme me quedé algo dormido i miéntras estaba así, vi de- rrumbarse muchos edificios del pueblo, añadiéndonos ademas muchos otros detalles que se confirmaron todos después del te- rremoto.» Respecto a esto último, nos hacemos un deber en citar un párrafo del sismolojista arjentino señor P. A. Loos que publicó en el Boletín del Ministerio de Agricultura de la República Ar- jentina, al tratar del temblor que tuvo lugar en Mendoza el 8 de Setiembre de 1907 a las 6 h. 37 m. i que dice: «Una señora an- ciana i paralizada sintió los movimientos vibratorios de la tierra 5 minutos antes del fuerte remezón. Dicha señora exijió a las personas quienes la cuidaban que la llevaran al patio; i cuando la habían sentado en su sillón en medio del patio recien sobre- vino el fuerte remezón.» En la parte media del cerro que se encuentra inmediatamen- te al Norte de Illapel, frente a la plaza i un poco mas arriba del i6; — cementerio, saltaron dos enormes chorros de agua a gran altura, durante el temblor i algún tiempo después, los que siguieron al principio por una pequeña quebrada, tomando después esta es- pecie de avalancha de agua, piedra i barro, por el medio de una de las calles trasversales de dirección Norte Sur, hasta que el todo desembocó en el rio; igual fenómeno se observó en algu- nos otros cerros de este departamento. A estos chorros de agua que frecuentemente saltan en los cerros en años lluviosos o du- rante algunos fuertes temblores, se le conoce en estas rejiones con el nombre de Huracanes , los cuales ya los hemos descrito en otra revista que no es la del Museo i es por esto que la inserta- remos al fin de este trabajo. Una vez pasado el terremoto, se principió a cubrir poco a po- co el cielo de negros nubarrones que amenazaban convertirse en fuertes lluvias, en vista de lo cual los habitantes de esa rejion pusieron todo empeño en cubrir el techo de una sola de sus ha- bitaciones, con los materiales que quedaron mas o menos bue- nos, entre todo ese conjunto de destrozo. Las desgracias personales fueron por fortuna mui pocas i se debe indudablemente a que a esa hora casi todos se encontra- ban en pié. Una señora llamada Tránsito Izquierdo quedó en- tre los escombros de una de las dos iglesias que se vinieron al suelo, muriendo al mismo tiempo un niño. Las desgracias materiales fueron inmensas: muchas casas se vinieron al suelo, quedando el resto en mui mal estado i a las que se les tuvieron que hacer mui sérias reparaciones algún tiempo después. Es necesario tomar mui en cuenta que casi la mayor par- te de las anteriores construcciones estaban hechas para resistir temblores de mas o menos intensidad; ellas son mui bajas, de murallas mui anchas de adobes, estando ademas en la mitad i en la parte alta, todas ligadas con soleras de maderas amarradas en- tre sí. Naturalmente esto lo hacían así; porque en ese enton- ces no primaba el lujo a la seguridad personal i de la familia, como pasa en estos tiempos en que se prescinde de esto último. i68 — i Naturalmente un temblor de la intensidad del de 1880 se haria sentir en este pueblo con mucho mas violencia en todas aque- llas construcciones modernas; porque en estas no se han toma- do las mismas precauciones de seguridad que en aquellos en- tonces. La subsistencia diaria de los de esta rejion se hizo algo difícil; el pan en los primeros dias que siguieron al temblor, fué mui di- fícil el proporcionárselo; porque casi todos los hornos que lo co- cían, se vinieron al suelo; los comerciantes elevaron inmediata- mente el precio de sus mercaderías; porque consideraron mui oportuno estos momentos para especular con el hambre de una población; igual cosa pasó con todos los materiales de cons- trucción. La tierra se rajó en diversas localidades lo que se pudo ver mejor en todos los caminos públicos que dan acceso a este pue- blo. A esto de las rajaduras se les ha dado por algunos sismo- lojistas que viven en Chile mucha importancia; pero, por el si- guiente párrafo se verá lo que esto vale i que es sacado del estudio que hizo el jeólogo arjentino señor Guillermo Bodenben- der sobre el Terremoto Arjentino del 27 de Octubre de 1894 i que dice: «También he observado muchas rajaduras, con rum- bo paralelo a las cuestas, donde el blando suelo aluvial i dilu- vial descansa sobre la roca firme.» «Estos fenómenos de rajaduras no ofrecen nada digno de mencionarse; i los señores injenieros que han basado en su na- turaleza, rumbo e inclinación, una teoría relativa al centro, epi- centro, propagación, etc., del terremoto, han cometido un gran error. Han demostrado con ello que saben calcular i también que no han comprendido la teoría de Mallet, de la cual parten en sus esposiciones.» En el mineral de Las Tazas, que se encuentra al SE. de Illa- pel, se. corrió un gran pedazo de cerro, el que llevó a uno de los trabajadores i lo estrelló contra una quebrada, matándolo inme- diatamente, saliendo heridos algunos otros mineros. Uno de los anteriores contaba algún tiempo después, que la impresión — ióg — fué tal, que creyó encontrarse sobre un volcán o sobre el mismísimo infierno. Algunas minas se sentaron i el ruido que se sintió dentro de ellas i que precedió al terremoto fué terriblemente espantoso. Para que se comprendan mejor los destrozos que causó este cataclismo en Illapel, daremos el parte que pasó el Gobernador de ese pueblo al señor Ministro del Interior: « Illapel, Agosto 20 de 1880. Señor Ministro del Interior: Después de una lluvia de dieciseis horas consecutivas, a las 8 horas 45 minutos A. M. del dia 15, Illapel fué conmovido por un espantoso temblor que ha dejado a esta ciudad en completa ruina, mas de una tercera parte de los edificios han sido des- truidos completamente, incluyendo en estos los dos templos; i los que quedan en pié están en mal estado, que muchos de sus mo- radores temen habitar en ellos. Los edificios municipales de la cárcel, Gobernación, Munici- palidad, notaría, juzgado, recova, hospital i en jeneral todos los edificios que ocupan las escuelas, han sido destruidos casi ente- ramente. Pasan de seiscientas las .familias i pobres que han quedado sin asilo i sin recursos. La caridad pública les proporciona hasta ahora los auxilios mas indispensables, i el patriótico vecindario de la Serena ha enviado por de pronto i por conducto del señor Intendente, la cantidad de dos mil pesos para atender a esas ne- cesidades. Las propiedades se encuentran hoi en común unas con otras por haber sido destruidas sus murallas i paredes divisorias, i necesi- tan una pronta reparación para evitar los perjuicios que esta in- seguridad podría ocasionar. Hasta diez leguas a la redonda de esta ciudad han reventado muchos huracanes de agua; unos grandes i otros pequeños, sin causar perjuicios de consideración. Los hornos de fundición completamente destruidos i las minas sentadas casi en su totalidad. Felizmente por ser dia festivo, no hubo desgracias personales. Los operarios no trabajaban, (no comprendemos porque el señor Gobernador no indica en su par- te las desgracias personales que hubieron a consecuencia del te- rremoto.) De Salamanca i Chalinga aun no tengo noticias oficiales; pero por personas que me merecen entera fé, se que estas poblaciones han sufrido perjuicios de consideración; muchas casas caidas i otras amenazando ruina. Los templos han sufrido bastante. No se tiene noticias de desgracias personales. Las haciendas han quedado rasas. La gobernación ha tomado todas las medi- das del caso para resguardar las propiedades i para evitar des- gracias. Atendiendo al estado de pobreza i miseria en que ha quedado la mayor parte de la jente indijente, i según la limosna que se ha repartido en estos dias pasados, dándosele cuarenta centavos para cada familia, ha ascendido por cada dia a la su- ma de 240 pesos, incluyendo en este número muchas familias vergonzantes. Esto solo, señor Ministro, ha servido para proporcionarles un pan diario, teniendo la gobernación' el sentimiento de no poder socorrer otras mil necesidades que son de suma urjencia, que han sido causadas por la catástrofe de que han sido víctimas las numerosas familias de que he hecho mención. US. en vista de los datos de que he hecho referencia i toman- do en consideración la situación del Erario, podrá calcular cual sea la cantidad con que el Supremo Gobierno se digne favore- cer para satisfacer las mas premiosas i urjentes necesidades a tantos infelices. Dios guarde a US. — J. de D. Monarde. En un diario de Valparaíso encontramos hace tiempo la si- guíente relación: «Todos sabemos que no hai ningún otro fenó- meno natural cuyos efectos sobre la naturaleza humana sean mas terribles que los de un temblor. Su rapidez, su precipita- ción, su infinita potencia destructora, su fuerza incontrastable i ^a casi completa oscuridad respecto a sus causas inmediatas, se combinan para darle ese aspecto de terror misterioso que aun mismo tiempo sobrecoje todas las fuerzas de la Naturaleza. En presencia de un temblor los hombres mas sabios pierden la es- peranza, los mas fuertes se ven débiles i todos son igualmente heridos, por ese temor reverencial del poder de la naturaleza, que forma la relijion del salvaje i la superstición de los hombres ignorantes. Los temblores lijeros, las oscilaciones casi imperceptibles del suelo en que vivimos, son probablemente bastante comunes en muchas partes del mundo. Muchos de estos movimientos pueden pasar i no sentirse mas, o puede ser mui bien el precursor de una destrucción repentina i vasta, contra la cual no hai escapada posible.» Cuando caen las casas i bambolean sus murallas i se rajan, pueden escusarse el mas valiente si participa del pánico de sus mas tímidos vecinos. El personal de cada casa se encontraba casi todo en pié cuan- do sobrevino el primer ruido i esto se debió en gran parte a que la jente devota de esos entonces, se encontraba en este dia de fiesta, por ser el dia del Tránsito mui celebrado por la iglesia [ a esto se debe principalmente la levantada temprano; porque nadie quería perder la fiestas relijiosas i que por fortuna princi- piaban después de las nueve de la mañana. Casi todo el elemento femenino de este pueblo se encontraba en camino al templo, o bien se encontraba listo para partir una vez dada la última seña. Cuando ménos se pensaba se siente venir del lado norte i poniente un gran ruido que fué aumen- tando rápidamente de intensidad, este estado de cosas duró como diez segundos, el cual terminó como una especie de esplosion de un gran cañón, sintiéndose acto continuo un gran número de — 172 — violentas oscilaciones, que duraron mui cerca de un minuto. En este conjunto de vibraciones se pudieron distinguir claramente dos grandes choques, siendo el segundo mucho mas intenso que el primero. Después de estos movimientos tan violentos vinieron algunos otros de mucho ménos intensidad que fueron disminuyendo poco a poco hasta que por fin pasaron del todo. Desde que principiaron a sentirse los primeros ruidos precur- sores de este gran temblor, se vió salir apresuradamente a las hasta ese entonces solitarias calles, aun sin número de personas que arrancaban atemorizadas desde el interior de sus habitacio- nes; así es que no fué raro ver a hombres i mujeres en trajes que nos revelaba de que aun se encontraban en sus lechos. Al- gunos de estos imploraban en alta voz el ausilio del Ser Supre- mo, otros miraban asustados el cuadro que en esos momentos se desarrollaba ante sus ojos, otros se preocupaban solo de su con- servación personal i de la de aquellos de sus seres mas queridos; pero todos se alejaban de aquellas murallas que bamboleaban i de aquellos edificios que a cada momento amenazaban con ve- nirse al suelo. Apena el alma cuando uno se encuentra en un medio seme- jante; porque de esto de ver derrumbarse los techos i las pare- des de las habitaciones, las murallas divisorias de sus pertenen- cias, i cubrirse el suelo de fragmentos de tejas que hasta hace poco cubrían las casas i que impedían la entrada de las aguas de lluvias al interior, i como si esto fuera poco para probar la resistencia moral del hombre, se ve de repente saltar a enorme altura sucesivamente, esos dos enormes chorros de agua de que ya hemos hablado. La dirección del movimiento fué en jeneral de Norte a Sur, notándose a su vez algunos de Este al Oeste. Los anteriores se encontraban unidos a un fuerte movimiento vertical de abajo arriba que es el que dominaba i a esto se debe que los edificios i murallas han caído en todas direcciones i muchas murallas de — 173 — adobones, tierra comprimida con pisones, se desmoronaban in- distintamente a un lado i a otro. Algunos mojinetes se desprendieron al Este i otros al Oeste, i las personas mismas saltaban como impulsadas por una fuerza misteriosa que se encontraba debajo de sus piés. Algunos indi- viduos que se encontraron en el paseo de los Naranjos, notaron que la superficie de la tierra hacia una especie de olas que se dirijian desde los cordones de cerro que están al Norte de la población hácia el Sur. Los temblores i fuertes ruidos subterráneos se repitieron en ese dia con una frecuencia aterradora, fueron estos no ménos de treinta; pero por fortuna eran de mucho ménos intensidad; el 17 hubo uno mui récio. En jeneral la tierra diariamente seguía moviéndose hasta los primeros dias de Octubre, en que se fueron perdiendo poco a poco, hasta que desaparecieron completa- mente. Respecto a estos temblores que siguen a uno grande, pode- mos citar algunos párrafos de un pequeño folleto publicado en el Boletín del Ministerio de Agricultura de la República Arjen- tina el año 1908, i que se titula: «Principales fenómenos orijina- dos por los terremotos i manera de observarlos», escrito por el encargado de la estación sismolójica de Mendoza, señor P. A- Loos i que dice: «Los post temblores. A un fuerte terremoto si- guen frecuentemente una cantidad de sacudimientos posteriores. Su número es tanto mas grande cuanto mas fuerte ha sido el sacudimiento principal i cuanto mas pequeña ha sido la zona sacudida. El límite de tiempo durante el cual pueden continuar los post temblores puede abrazar varios años, pero con el andar del tiempo su frecuencia va disminuyendo. La zona en la cual se producen los post temblores no coincide siempre exactamente con la rejion en que tuvo lugar el sacudimiento principal, los epicentros de los post temblores se trasladan con frecuencia dentro de la zona de los sacudimientos en jeneral. «Los observadores suelen no darle mucha importancia a los post temblores, no atribuyéndoles igual valor con relación al sa- 174 — cudimiento especial; lo que es un error, pues hai que tenerlos en igual consideración. «Es necesario tomar mui en cuenta, cada sacudimiento pos- terior, ya sea en relación a su tiempo, duración e intensidad, con el mismo cuidado empleado para los primeros i aun mas, si es posible. «De cierto punto de vista, la observación de los post temblo- res es casi mas importante que la de muchas otras manifesta- ciones sísmicas.» El temblor del i 5 de Agosto fué para los habitantes de Illa- pel, según la opinión de las personas mas ancianas que aquí vivían, mas recio que el délos años 1847 i 1876. I por las destruc- ciones que causó este terremoto en este pueblo, le podemos asignar el máximo de la escala de intensidad de esta clase de fenómenos, dada por De Rossi i Forel i que es el grado 10 i que corresponde a un sacudimiento que es capaz de hacer lo que sigue: gran catástrofe, ruinas, formación de hundimientos i raja- duras en la tierra, derrumbamiento de montañas, etc. Efectos causados por este sismo en otros pueblos de Chile Petorca. — Esta ciudad fué mui maltratada por el terremoto de Illapel i algunos que visitaron a estos dos pueblos después de algunos dias de la catástrofe, sostienen que a lo ménos tuvo una igual intensidad i los antiguos los compararon con el del año 1822. Por la siguiente comunicación pasada por el Gobernador de Petorca se podrá calcular la magnitud de este movimiento en esta ciudad i en sus alrededores: « Petorca, Agosto 19 de 1880. Señor Ministro: Tengo el sentimiento de poner en conocimiento de US. que el 1 5 del actual, a las 8 h. 27 m. A. M. se hizo sentir en esta i75 — ciudad un récio temblor, precedido de un fuerte ruido, causando males de suma consideración. El movimiento de vibración i os- cilación que produjo el fenómeno fué estraordinario. Su dura- ción aproximativa, cincuenta i dos segundos. Casi la totalidad de los edificios particulares han quedado inhabitables i otros arruinados por completo. La cárcel pública, cuartel, recova, matadero, locales de escuelas, en una palabra, los edificios fiscales i municipales, en mui mal estado. Las poblaciones vecinas de Chincolco i Hierro Viejo han su- frido perjuicios análogos a los de esta ciudad. El barómetro marcaba lluvia en segundo grado. Si llueve los males serán irreparables. Xo ha habido desgracias personales que lamentar. Debo prevenir a US. que inmediatamente después de verifi- cado este suceso, envié espreso ala Ligua para comunicar a US. por telégrafo lo ocurrido; lo que no se efectuó por interrupción de las líneas telegráficas. Por el próximo correo, con mayores datos, daré cuenta a US. detalladamente de lo ocurrido en el resto del departamento. Dios guarde a US. — Alberto Luco Lynch.-» Los Vilos. — Apesar de encontrarse este puerto a mucho mé- nos distancia que lo que se encuentra Petorca de Illapel, pode- mos decir de que en los Vilos no causó el menor daño, a no ser que se considere en estos una que otra muralla de pirca que se derrumbó i que no es mas que un amontonamiento de piedras sueltas colocadas una encima de otra. Copiapó. — Aquí fué mui récio i prolongado; pero no causó daño alguno; por ser casi todos los edificios construidos para re- sistir a esta clase de fenómenos. Serena^ — Tuvo lugar mas o ménos a las 8 h. 45 m. A. M. Uno que otro rancho se desplomó; el barómetro marcaba 766 milí- metros. Coquimbo. — Fué mui fuerte i en el mar se levantaron gran- 176 — des columnas de agua, debido a esto un buque cortó una de sus anclas. El cable sub-marino se cortó por efecto del temblor a la altura del rio Limari i a una hondura de i ,8oo metros. Ovalle. — Tuvo lugar a las 8 h. 45 m. A. M.; causó muchos destrozos en el departamento i en la ciudad se derrumbaron muchas murallas i algunos edificios quedaron en estado ruinoso. Salamanca i Chalinga. — En ámbos pueblos fué mui intenso el movimiento i causó inmensas ruinas materiales. Lo mismo que en los anteriores se pudo observar en las haciendas de Llim- po, Quelen, Chellepin i Cuncumen, etc. Valparaíso. — Se sintió a las ocho tres cuarto de la mañana. Fué mui récio desde el principio. De los edificios cayeron algu- nos trozos de cornisas i de estuco, algunos muros se rajaron. Solo una señora fué algo maltratada al tratar de salir de una iglesia. Viña del Mar. — Se cayó una de las torres de una iglesia i la otra quedó desplomada. Limache i San Francisco de Limachc. — En el primer pueblo se hundió un techo de una casa i en el segundo se cayeron dos casas. Quillota. — Se arruinó la Matriz. Llai-Llai. — Se derrumbaron algunos edificios i cerca de aquí, en la cuesta del Tabón se interrumpió la linea férrea que une a Santiago con Valparaíso, por haberse derrumbado algunas rocas del cerro. San Felipe.- — Hizo poco estiago este sismo. Santiago. — Un diario de esta ciudad nos dice que este tem- blor se dejó sentir un poco ántes de la nueve de la mañana i que fué mui récio i prolongado, causando algunós perjuicios en los edificios; pero por fortuna estos no fueron de consideración. En muchas casas i edificios públicos se cayeron algunos trozos de cornisa i muchas murallas se rajaron. La figura que coronaba el arco central del portal Fernández Concha cayó de su pedes- tal, como así mismo otra del Poniente. La cruz de la torre de la Recoleta Franciscana se ladeó al Este. En los suburbios de — 1 77 — la ciudad se han derrumbado algunas murallas, sin causar des- gracias personales. Se sintió mas o ménos este temblor a las 8 h. 47 m. A. M. Algunos otros temblores se sintieron en este dia: a las 12 h. 45 m. 4 s. otro a las 12 h. 44 m. 22 s. i el últi- mo a la I h. 38 m. 18 s. Melipilla. — Se sintieron dos temblores, el mas fuerte a las 8 h. 50 m. i que fué un verdadero terremoto. Concepción. — A las 8 h. 30 m. A. M. Se sintieron dos fuertes remezones que venían del Norte; el primero de oscilaciones ménos intensas que el segundo, el que a su vez fué precedido de un gran ruido. Algunas paredes en mal estado se derrum- baron. En cuanto a los pueblos intermediarios sufrieron unos mas que otros, así en Talca se sintieron dos choques mui violentos, i en Rancagua llegaron hasta tocar solas las campanas de la iglesia. — Hasta aquí sólo nos hemos concretado a dar una descripción mas o ménos rápida de los efectos causados por el sismo del 15 de Agosto de 1880, sin preocuparnos en lo mas mínimo de hacer la menor conjetura sobre la probable causa del temblor; pero en los párrafos que siguen entraremos mas a fondo en esta materia. Illapel está situado en un angosto valle de dirección cercana al E. O. por el que corre el insignificante rio Illapel; pero que en algunos años lluviosos se convierte en un verdadero torrente que todo lo destruye. Este pueblo se encuentra edificado en un angosta lengua de tierra de unos quinientos a ochocientos metros de ancho, por un poco mas de mil de largo i está al Norte del anterior rio e in- mediatamente al Sur de un alto cordon de cerros; existiendo por el Poniente i Oriente una especie de apófisis del anterior cordon de cerros que avanzan al Sur. Al otro lado del rio existe un en- cadenamiento de empinados cerros, en cuyas faldas se ven es- parcidos algunos grandes bloques erráticos, de un color blanco gris con manchas verdosas i que a veces encierran grandes núcleos 12 178 — de un color mas oscuro, igual cosa pasa en el lado Norte, Este i Oeste de Illapel. Entre el cordon de cerros del lado Norte i el pueblo existe una angosta terraza, de cima casi horizontal, i que se encuentra unida a las eminencias del Norte, i encontrándose mas o ménos a unos sesenta metros sobre el plan de la ciudad, la que le sirve a los illapelinos como cancha de carrera. Los cordones de cerros que limitan a este pueblo se compo- nen casi en su mayor parte de esa roca clara de estructura gra- nitoidea, rica en anfíbola i que tiene a su vez feldespato sódico i potásico i que como elemento accesorio se encuentra la mica, el cuarzo, la magnetita i la pirita, etc.: a este conjunto de mine- rales lo hemos denominado roca sísmica, a la que en otras partes se le ha denominado: Tonalita, Nevadita, Diorita Cuarzosa, Gra- nito anfibólico, rico en feldespato, Sódico-cálcico, etc. La terraza de que hemos hablado está formada por rocas de- tríticas ricas en arcillas; las que fueron depositadas por los an- tiguos ventisqueros, a la que se le puede considerar como la moraina lateral del lado Norte. En las puntillas que se avanzan al Sur, existen también esas rocas erráticas de color castellano. Abundan mas estas en el lado oriente en donde se pueden ver algunos de estos trozos que llegan a tener hasta diez metros de largo por cinco de ancho i por otros tantos de alto. De las anteriores se han aprovechado los antiguos para hacer las muelas que le han servido para mo- ler los metales de oro. La arena de este rio de Illapel ha sido siempre rica en oro, la que en tiempo pasado se ocupaban en lavarla. Al lado Norte del pueblo existe una veta de donde se saca un mineral compuesto de óxido de hierro i que ademas encierra una débil lei en oro i en cobre, encontrándose a veces algunas partículas de cobre metálico. En el cordon del lado Sur del pueblo existen en una quebrada que está algo al poniente, algunos filones ricos en hierro, en el que hai cobre metálico i óxido negro, algunos súlfuros i carbo- 179 — natos, teniendo estos minerales una fuerte lei en oro: empleán- se a estos minerales como fundente con preferencia a cuales- quiera otros por tener lei en cobre i en oro. Al lado Sur Este se encuentra la quebrada de los Lavaderos, de cuyo lecho se han estraido grandes cantidades de oro. Chalinga i Salamanca sufrieron mucho por este temblor. En- cuéntranse estos pueblecitos a unos veinticinco kilómetros de distancia de Illapel. Ambas poblaciones están al pié de cerros que tienen la misma roca sísmica. Se puede decir que desde aquí al interior principian los primeros terrenos estratificados compuestos de una roca de color rojo oscuro i que se deposita- ron en el Retico o en el Trias, los que a veces sólo se ven en la parte alta de los cerros, en que su base es de la misma roca an- terior. A cincuenta kilómetros al Sur Este del que hemos denomina- do epicentro, se encuentra el mineral de Las Tazas, cuyos filones metalizados están dentro de una roca igual a la ya descrita: el mineral que aquí se esplota es la calcopirita con algo de oro. El puerto de Los Vilos se encuentra a unos cuarenta kilóme- tros al Sur Oeste i sufrió mui poco en sus débiles construccio- nes; porque sólo una que otra pirca se desperfeccionó. Este pequeño caserío está edificado sobre un subsuelo de rocas estrati- ficadas pizarreñas, que se depositaron en una de las últimas mani- festaciones del Primario, las que frecuentemente son atravesadas por rocas de granos mui finos, de color verde oscuro de diorita. A unos cinco kilómetros mas al Norte hai aisladamente uno que otro crestón de roca granítica, los que van aumentando a medida que se avanza en ese sentido: en este puerto o en sus alrededo- res no hemos encontrado a esa roca que hemos denominado sísmica, i seguramente a esto se debe que este caserío hu- biese sufrido tan poco por los terremotos de 1880 i 1906, puesto que los pueblos que a continuación enumeramos han sentido con mucho mayor intensidad los efectos destructores de ese sismo. A 1 1 5 kilómetros al Norte de Illapel está Ovalle, en donde se manifestó con mucho mas intensidad este fenómeno, puesto que i8o — se derrumbaron algunas murallas, sus efectos van siendo cada vez a medida que uno se acerca al Sur. A unos 180 kilómetros mas o ménos al Norte del que hemos denominado epicentro, se levanta la hermosa ciudad de la Sere- na; aquí el sismo se sintió con mas fuerza que en los Vilos. La ciudad de Copiapó está a 480 kilómetros al Norte de Illa- pel. Este terremoto dió lugar a fuertes i violentas ondulaciones que, por fortuna, no ocasionaron daño de consideración, i su in- tensidad se puede comparar con la de los Vilos; siendo que este está a diez veces ménos distancia que aquel. Tomemos ahora como punto de comparación algunos pueblos que están al Sur de Illapel. Petorca está a 75 kilómetros de distancia. Los efectos causa- dos por este sismo fueron mui desastrosos en esta ciudad, como igualmente en los caseríos vecinos, i sólo se le puede comparar con lo que pasó en Illapel. Petorca se levanta sobre un angosto valle i al lado Norte del rio de igual nombre, entre dos altísimos cerros: el de Llahuin por el Norte, en el que se encuentran los ricos i antiguos minerales de oro de Llahuin, del Barco, del Es- pino, del Bronce, etc. En este cerro se ven algunos restos de estratos que han sido mui convulsionados i que seguramente los mas nuevos son del Cretáceo i los mas antiguos del Trias. Algu- nas de estas capas se encuentran en posición casi vertical. La roca eruptiva que domina en este cerro, es la andesita en el lado poniente i en el norte i oriente es una roca de estructura porfiroídea a granitoidea, es sólo una variedad de la que hemos denominado sísmica. Esta misma roca existe en el lado Sur en la quebrada Blanca i de la Viña, viéndose sus afloramientos en muchos lugares. Ademas debemos decir que tanto en este pueblo como en los anteriores, se sienten con demasiado frecuen- cia fuertes i prolongados ruidos subterráneos. En Valparaíso se sintió con mucha fuerza aunque no produjo daños materiales, los cuales únicamente se concretaron a rotu- ras de comizas i rajaduras de murallas. Sabemos que los cerros por el lado oriente están constituidos por diorita rica en cuarzo, 1 8 1 mica i feldespato ortosa, viéndose en el lado poniente algunos filones de la anterior algo estratificada. Este puerto se encuen- tra a unos 160 kilómetros i algo al Sur Oeste del centro. En Viña del Mar se derrumbó una torre de una iglesia, que- dando la otra desplomada, igual cosa le pasó a algunas mura- llas. La anterior roca está al Poniente i al Sur. En Limache i en San Fransisco de Limache se derrumbaron los techos de algunas casas, mas en el segundo que en el pri- mero, puesto que este está mas cercano de esa roca. En Quillota se destruyó la Matriz, la que está a poca distan- cia del cerro de Mayaca que es de roca sísmica. Esta ciudad está a 140 kilómetros al Sur. Llai-Llai a 140 kilómetros i algo al Sureste de Illapel. Se de- rrumbaron dos edificios, i es porque está inmediatamente al Sur de un cerro compuesto de la roca sísmica. Santiago dista 215 kilómetros al Sur, algo al Este. En esta ciudad el temblor fué mui recio i prolongado, i causó algunos perjuicios, aunque no de mucha consideración, concretándose éstos a desprendimientos de cornisas, rajadura de muros i de arcos; se derrumbaron algunas murallas en las afueras de la ciudad, en dirección a San Pablo. Se sintieron las primeras on- dulaciones a las 8 h. 47 m. de la mañana. En Melipilla fué sumamente fuerte i causó lijeros desperfectos. Se encuentra esta ciudad al pié del cerro de la Esmeralda, que se compone de esa roca. Pón Concepción solo algunas murallas en mal estado. Lo cu- rioso es que en este pueblo, a pesar de la enorme distancia que se encuentra de Illapel, sus efectos destructores fueron mas o menos iguales a lo que pasó en Los Vilos: esto se debe segura- mente a que aquella se encuentra cercana a la roca sísmica. De lo anterior sacamos en limpio, que sus efectos destruc- tores se hicieron sentir con mas fuerza en Illapel i en sus alre- dedores, i que a medida que se aleja de esta ciudad va disminu- yendo, por lo jeneral; pero es mas intenso en aquellos lugares que están vecinos a esa roca que hemos denominado sísmica 182 en el trabajo que publicamos en el BOLETIN DEL MUSEO NA- CIONAL, a propósito del temblor del 16 de Agosto de 1906 i que se titula Los Temblores en Chile. En aquellos temblores chilenos que han sido presenciados por algunos hombres observadores o que han recorrido los luga- res mas amagados, nunca se ha dejado sostener que semejan- tes movimientos han tenido por principal causa, algunos sole- vantamientos de la costa del suelo convulsionado, miéntras que nadie se preocupó de estudiar el fenómeno del 1 5 de Agosto de 1880, al menos que sepamos nosotros, i a esto se debe que no se hubiese notado un solevantamiento en las costas. Pero en los frecuentes viajes que hemos hecho algunos años después a esas playas, hemos preguntado siempre a los mora- dores de esas rejiones, si notaron algo después del sismo o án- tes de él; i lo curioso del caso es que todos han estado de acuerdo en que se notó una subida del suelo; porque el agua que en anteriores tiempos rellenaba algunos pozos rodeados de rocas, en donde se bañaban algunas familias, están ahora casi secos i algunas piedras que permanecían ántes completa- mente tapadas por el agua, están descubiertas en las bajas ma- reas; así es como hemos logrado reunir un gran acopio de datos que nos han dado la certidumbre de que a causa de ese temblor subió la costa; lo que no hemos podido avaluar en metros; lo que sólo se podrá hacer una vez que se establezcan los marió- grafos en nuestros principales puertos. Casi la mayor parte de nuestros temblores se deben a nuestra joven Cordillera de los Andes, que es una de las mas modernas del mundo i que aun hoi dia se solevanta, no estando aun con- cluida del todo su formación; porque aun en estos tiempos actúa la misma fuerza que la hiciera surjir del fondo de los mares terciarios. Se puede decir que en el cretáceo, esta Cordillera se nos pre- sentaba como una série de islas que se estendian del Norte al Sur por entre las cuales pasaba el mar, encontrándose tanto las pampas arjentinas como el suelo en que hoi habitamos, ocupados — i83 por los mares de aquellos tiempos. Debiéndose las actuales estensiones de tierras a esos movimientos bruscos que frecuen- temente destruyen las construcciones humanas, i que quedan entre sus escombros miles de personas, dejan en cambio, una nueva i delgada faja de suelo que se estiende de Xorte a Sur. Estas son las tierras en donde seguirán viviendo las futuras jeneracio- nes, porque sin movimiento no hai vida. Según lo anterior, esta parte del continente se ha venido formando del Este al Oeste. Ademas, del solevantamiento brusco que observamos en nuestra costa, después de cada temblor, hai otro que es mui lento e in- terrumpido, pudiéndose avaluar el solevantamiento jeneral a razón de un metro por siglo. A terremotos que tienen sus causas en el cambio de posición de las masas de la costa sólida i que se verifican a lo largo de las fracturas, se les denominan terremotos tectónicos o de disloca- ción, i los temblores que con tanta frecuencia, azotan a este pais, son casi todos de esta especie. En el desarrollo de nuestra teoría sobre los temblores de Chile, hemos supuesto que el fondo del mar de nuestra costa se hunde dia a dia debido al peso que va aumentando al deposi- tarse los materiales que son arrastrados por los ríos que bajan de la cordillera, i por lo tanto tiene que llegar forzosamente un momento en que el equilibrio se rompe i las anteriores masas sobrecargadas, ejercerán una enorme presión sobre el núcleo central, el que comunicará el movimiento a los terrenos parale- los que son separados por esa falla o plano de separación entre el elemento que baja i el que sube. Este proceso de hundimiento no siempre continúa, pudiendo ser interrumpido por algún tiempo. En tal caso se produciría otra vez una cierta tensión, la que concluiría por vencer las re- sistencias resultantes de la fricción i el descenso de la masa ocu- rriría bruscamente. Hemos dicho que las ondas del temblor llegaban a Illapel del Norte i ademas esto mismo fué asegurado por algunos observa- dores que notaron durante el temblor que se formaban olas u ondas que venian del cordon de cerros que a este lado existe, i aquellas que se sentían venian de abajo arriba, se deben a que el terreno sobre el cual se ha edificado Illapel descansa directa- mente sobre la roca de que se compone el cordon del cerro. Con- firmánse, pues, una vez mas lo que dijimos en nuestro folleto sobre las causas de los temblores. Estas ondas de movimiento no tuvieron su oríjen en Illapel i sus alrededores, sino que ellas vinieron del Poniente, por la roca de que está formado el labio Oriente de la falla que corre de Norte al Sur cerca a nuestra actual costa. Las ondas de movimiento se deben a la fricción que se pro- duce en la roca del labio Oriente por las otras que forman parte del que se ha denominado continente del Pacífico i que se en- cuentran en el fondo de los mares cercanos a nuestra costa. Para que se comprenda mejor el modo como marchan estas ondas por la roca que hemos denominado sísmica, daremos un ejemplo mas práctico, para lo cual supondremos que nos encontramos en posesión de una larga barra de acero a la que se le han sol- dado algunas otras trasversales. Si al anterior conjunto lo cubrimos con arena, teniendo cuida- do de dejar al descubierto algunos trozos de la barra, miéntras que otras partes se le tapa con una delgada capira i al resto lo recubrirmos con una gruesa capa de arena. Si al conjunto anterior le hacemos una pasada de lima de dientes ásperos en un punto cualquiera, notaremos lo que sigue: en aquellas partes desnuda los granitos de arena que la rodean vibraran con mucha fuerza en torno de la barra i cada uno de estos trocitos recibirá el movimiento del lugar en donde está la barra, siendo estos movimientos cada vez ménos intensos a me- dida que uno se aleja del acero; pero indudablemente serán mucho mayores que aquellos que se notan en donde la barra está cubierta por esa delgada capa de arena i serán mayores aun que aquellos que se observan en los trocitos que recubren a las capas gruesas, e indudablemente serán mucho menores las vibraciones de los granitos, en todos los lugares en que no pasa — i85 la barra por debajo; aunque estos estén mui cercanos al punto en que se ha dado la limada. A lo anterior se debe cuanto sostenemos de que los movi- mientos sísmicos se sienten venir de la dirección en donde exis- te la roca sísmica: así si un pueblo está al Norte de ella las on- dulaciones vendrán del Sur, i si está al Sur lo sentirá venir del Norte i si está al Poniente vendrá del Oriente, etc. Si se encuen- tran dos pueblos a una misma distancia del foco del temblor, este se sentirá con mas intensidad en el que esté mas cerca de la roca o bien que la capa de roca de acarreo que la separe sea ménos espesa. El movimiento será mínimo para un terreno, cuando este no tenga a su lado ni en su sub suelo la anterior dicha roca. A esto se debe que a veces es mas fuerte un temblor en una rejion mui lejana, con tal que ésta esté cerca de la roca, que en otras en cuyos alrededores o sub suelo no exista. En Con- cepción i en los Vilos el terremoto se hizo sentir con mas o mé- nos igual intensidad, a pesar de la diferencia enorme de distan- cia. Limache i San Francisco de Limache están solo separados por unos mil metros i los efectos destructores son mui diversos en ámbos pueblos, debiéndose ésto únicamente a la cercanía de la roca. Estos mismos hundimientos i solevantamientos, que en Chile es la causa principal de los temblores, se han observado tam- bién en la República Arjentina, como se podrá ver por el si- guiente párrafo del señor Bodenbender al tratar del gran tem- blor arjentino del 27 de Octubre de 1894: «¿Ha tenido también lugar un decenso jeneral comprendiendo grandes zonas la de depresión, por ejemplo, de manera que pu- diéramos considerar este proceso como la continuación de los anteriores? «Es mui probable, aunque sea mui difícil dar una prueba de- finitiva de ello. El descenso ha podido ser tan mínimo que solo una nivelación de precisión podría contestarlo. «Tengo que hacer mención aquí de una observación, hecha 1 86 por una persona bastante instruida, pero cuyo valor puede, sin embargo, ponerse en duda. «Esa persona que vive en Moquina, afirmaba que todos los años había podido percibir, desde cierto sitio de sus habitado" nes, un punto blanco de sierra nevada de Olivares (cordillera principal) sobresaliendo de la de Talacastra, pero nada mas que un punto. Actualmente después del terremoto, se vé con toda claridad i desde el mismo sitio, una pequeña parte de la cumbre. Suponiendo la observación exacta, la zona situada al este de la Cordillera habría esperimentado un movimiento (recíprocamente la Cordillera se habría levantado).» Ademas de esto último, hubiésemos querido citar algunos pá- rrafos de eminentes jeólogos i viajeros que recorrieron nuestra costa en el siglo pasado, siendo algunos de estos, testigos de es- tos fenómenos i todos ellos han quedado plenamente conven- cidos del solevantamiento de nuestra costa. Es verdad que algu- nos grandes i modernos jeólogos europeos han negado esto del solevantamiento, lo cual es mui natural puesto que ellos no han recorrido estos mundos; valiéndose, al escribir sus obras maes- tras, de algunos estudios de viajeros, en que por lo j eneral, hai mas fantasía que realidad. Santiago, Agosto 15 de 1910. PRINCIPALES RASGOS DE LA JEOGRAFÍA ANIMAL DE (HILE POR BERNARDINO QUIJADA B. 1 CONSIDERACIONES PRÉVIAS Cuando se estudia la repartición actual de los animales sobre la superficie dei globo, se ve que las especies no están esparci- das sin orden, sino que su distribución obedece a ciertas reglas, i es un primer hecho de importancia que en la universalidad del mundo animal de un pais se distinguen formas (i) indíjenas e (2) introducidas o emigrantes i (3) endémicas o locales i (4) cos- mopolitas o universales. (1) Entre los numerosos animales indíjenas de Chile podemos citar la Chinchilla o Chinchilla laniger, Mol. i la Viscacha o La- gidium peruanum, Meyen que, como se sabe, pertenecen a los Lagostómidos, familia de Roedores limitada de un modo esclu- sivo a la América del Sur. (2) De la casi infinita variedad de especies introducidas , que juntas forman lo que se llama la fauna adventicia, conviene ele- jir como ejemplos el Caballo o Equus caballus, L. i el Cerdo o 1 88 — Sus scrofa, L. para advertir, como otro hecho curioso de la jeografía animal de Chile, que las dos familias a las cuales per- tenecen estas dos especies, los Equidos i los Suidos, faltan por completo en nuestra República, i, con ellos, todos los Perisodác- tilos i los Artiodáctilos no rumiantes. (3) Continuando nuestro estudio jeográfico, vemos que los animales llamados endémicos o locales, caracterizados por su distribución restrinjida, abundan principalmente en las islas oceánicas. Para citar algunos ejemplos de endemismo insular de Chile, son característicos i esclusivos de Juan Fernández el Pi- caflor grande o Eustephanus fe rnandensis , King., el Torito o Anaeretcs fernandezianus, Ph., el Comcsebo u Oxyurus masafue- rac, Ph. i el Aguilucho o Bufeo exsul, Sala., correspondiendo las dos primeras de estas aves a Mas a Tierra i las dos últimas a Mas a Fuera. Preciso es notar aquí que los mamíferos no se prestan en este caso para nuestros fines, pues, por el carácter oceánico de las islas de Juan Fernández, no se presenta en ellas ninguna es- pecie terrestre privativa de esta clase superior de animales. Pero sin salir del territorio continental chileno podemos encontrar excelentes ejemplos de mamíferos endémicos. Sirvan de prueba las dos especies de Marsupiales Didélfidos conocidos en el pais con el sobrenombre jeneral de Comadrejas. Es el primero el Didelpiiys (Marinos a) ELEGANS, Wtrie, de las provincias centrales de la República i tan abundante en Valparaíso en la primera mitad del siglo pasado que, a decir de Gay, se le cojía mui fácilmente en trampas, atrayéndole con queso i carne. El segundo es el DlDELPHYS ( Drioniiciops ) AUSTRALIS, F. Ph. que se encuentra en nuestras provincias australes, sobre todo en Valdivia i Flanquihue i probablemente también en la Araucanía i quizas todavía mas al Norte, no conociéndose en ninguna otra parte del mundo. (4) Por último, si tomamos en cuéntalas formas cosmopolitas , llamadas también ubiquitarias i universales por encontrarse en muchos puntos de la tierra, es fácil comprobar que pertenecen — 189 — a los animales propiamente domésticos i a aquellas especies de parásitos cuya existencia depende del hombre. Como se sabe, el hombre, por sus viajes, conquistas, comer ció, civilización, etcétera, contribuye a esparcir muchas especies por todo el globo, llevando intencionalmente unas veces i ca- sualmente otras, gran número de animales útiles o nocivos. Las manadas casi innumerables de toros i de caballos salva- / jes, que pululan hoi en la América del Sur, siendo animales que no existían ántes del descubrimiento, son el mejor ejemplo del poder de este medio diseminador. Los parásitos que viajan con el hombre son esteriores o ecto- parásitos unos e interiores o endoparásitos otros. A los de la primera categoría pertenecen muchas especies de Artrópodos de las clases de los Insectos (a) i Arácnidos (b), i entre los últi- mos nombrados se notan no pocos Vermes (c) i Protozoos (d). (a) Hai 28 especies de Dípteros parásitos del hombre en estado larvario, a los que se agregan dos de este mismo orden, que lo son en estado adulto i 4 de Hemípteros: A) DÍPTEROS; 1. Pulga o Pulex in-ita?is, L. 2. Nigua o Sarcopsilla penetrans, L. — B) HEMÍPTEROS: i. Piojo de la cabeza o Pediailus capitis, Deg. 2. Piojo de los vestidos o Pediculus veslimenti, Burm. 3. Ladilla o Phthirius inguinalis, Redi. 4. Chinche de cama o Acantina lectularia, L. (b) Dos especies de Linguátulas i 18 de Acarinos. Por ejemplo: Lingiiatula rhinaria, Pilger, parásito de las fosas nasales, Arador de la sarna o Sai-coptes scabiei, Latr. var., hominis i Garrapata o Ixodes iici- mes, L. (c) Quince especies de Cestodes. Por ejemplo: Lombrices solitarias o Taenia solium Rud. i Taenia sagina/a, Goeze. Doce especies de Trematodes. Por ejemplo: Sanguijuela del hígado o P'asciota hepática, L. i Bilharzia o Schistósomum hacmatobium , Bilharz. Treinta i una especies de Nematodes. Por ejemplo: Lombriz del niño o Ascaris lumbricoides , L., Triquina o Trichinella spiralis, Owen, i Piduye u Oxyurus vermicularis, L. (d) Cinco especies de RiZÓPODOS. Por ejemplo: Amoeba cali, Loesch., productor de la diarrea amebiana. — 190 — Mas interesantes que las especies que deben a circunstancias fortuitas el haberse estendido por la superficie de la tierra, son las formas cosmopolitas de animales salvajes, las cuales se en- cuentran principalmente en los organismos alados, de movi- mientos de traslación rápidos i poderosos, esto es, las aves entre los vertebrados i los insectos entre los evertebrados. Como ejemplos pertenecientes a aquella clase superior de animales, podemos citar la Lechuza o Strix flammea , L., i el Halcón común o Falco peregrinas , Tunst, dos especies de aves rapaces que Chile tiene en común con el Viejo Mundo. Ejemplos de insectos notables por habitar una rejion jeográ- fica de gran estension, tenemos en las mariposas llamadas Ere- bus odora i Pyrámeis carie que se hallan en casi todo el conti- nente americano. A la inversa del orden de los Lepidópteros, el de los Coleópteros comprende especies que no se inclinan al cosmopolitismo conforme con que tienen un vuelo pesado i mu- chas han perdido sus alas membranosas. ■ — Estos hechos de la Jeografía animal, como muchos otros, se esplican mui bien admitiendo que cada especie orgánica ha sido producida una sola vez i en un sólo punto de la tierra, al cual se ha llamado su centro de dispersión, desde el que se han estendido los animales a otras rejiones en áreas específicas o de dispersión, de amplitud mayor o menor, favorecidos por la fuer- za propagadora de los ajentes físicos i orgánicos (= el agua, el viento, las aves i la actividad humana). Once especies de Esporozoarios. Por ejemplo: Plasmodium malarioe, Laveran, parásito de la malaria o del paludismo. Diez especies de INFUSORIOS, Por ejemplo: Tripanosoma gambiense, Dutton, productor de la Enfermedad del Sueño, propagándose por la mos- ca Glossinia palpalis, Rob. i por el mosquito Stegomya fasciata, Fabr., Treponema pallidium, ájente específico de la Sífilis i Balantidium coli , pa- rásito del intestino grueso, provocando una desintería grave. — 1 9 1 2 LIMITACION DE LAS GRANDES REJIONES ZOOJEOGRÁFICAS i Composición de la Fauna propia de Chile Después de formarse una idea de la manera cómo la natura- leza ha efectuado la repartición de las especies animales en la superficie terrestre, nos toca ahora entrar en el estudio de la composición de la Fauna propia de Chile, una vez que conozca- mos la división que los zoólogos hacen de la tierra, fundándose en los rasgos jenerales de los animales terrestrés, de las estacio- nes húmedas i de las aguas dulces que la habitan. — Repártese el globo entero en las siguientes ocho Rejiones Zoojeogváñcas que señalan la distribución actual de los animales vertebrados terrestes o Jeosoos , de las estaciones húmedas o Higv osoos i de las aguas dulces o Potamosoos: 1) R ejión Artica o del Polo Norte , que comprende las tierras mas boreales, como Groenlandia, Nueva Zembla, Spitz- berg, Islandia i comarcas del N. de Laponia i Siberia. 2) Rejion Paleártica , a que pertenece la Europa, la porción Norte del Asia hasta el Japón i el Norte del Africa hasta el Desierto de Sahara inclusive. 3) Rejion Neártica , que abarca el Norte del Nuevo Mundo hasta el N. de Méjico. 4) Rejion Oriental o Indica , constituida por el mediodía del Asia, al Sur de los Montes Himalaya i la mitad occiden- tal del Archipiélago Malayo (Islas de la Sonda, hasta Célebes i Lombock). 5) Rejion Etiópica , a que pertenece el Africa, desde del Sur del Desierto de Sahara, Madagascar, las Mascareñas i la Arabia. 6) Rejion Neotropical , que comprende la América el Sur, las Antillas i el Sur del Méjico. 7) Rejion Australiana o Polinésica, que abarca la Australia, la Polinesia i las islas situadas al Sureste de la Malasia; i 8) Rejion Antartica o del Polo del Sur, que comprende las comarcas mas septentrionales. Admitiendo esta clasificación faunística de la tierra, propuesta por SCLATER i WALL AGE i ampliada por TroüESSART, tendría- mos a Chile incluido en la Rejion Neotropical. Como es esta la rejion quemas nos interesa, conviene conocer sus caractéres zoolójicos esenciales i su dimisión en sub-rejiones. Desde luego se advierte que desde el punto de vista de su fauna mammalójica está caracterizada por la coexistencia de Mamíferos Placentados e Implacentados. Faltan entre los primeros nombrados las órdenes de los Pro- simianos i de los Insectívoros (escepto Blarina, Cray de Centro América i Solenodon, Brandt de las Antillas) i la familia de los Símidos, perteneciendo sus Pnmatos a la categoría de los Plati- rrinos o Monos ñatos i con 12 molares en cada mandíbula; i al número de los Mamíferos Placentados neotropicales se refieren los Marsupiales de la familia de los Didélfidos que se conocen con el nombre vulgar de Comadrejas i son de réjimen carnívoro. Como se sabe, las otras familias de Marsupiales carnívoros i todas las especies herbívoras, lo mismo que los singulares Mono- tremas, están hoi relegados al continente australiano e islas pró- ximas. Ademas se observa que en la Rejion Neotropical viven nume- rosos Edentados que son privativos de la América del Sur, como el Quirquincho, el Perezoso i el Hormiguero, i cuatro familias de Roedores que faltan en absoluto en las otras partes del mun- do. Son éstos los Lagostóniidos (Chinchilla i Viscacha), los Da- — 193 sipróctidos (Agutí i Paca), los Cávidos (Cui, Liebre de las Pampas i Capibara) i los Dinómidos (Dinomys branickii, Peters, del Perú). Finalmente, entre las Aves caracterizan la Rejion Neotropical la familia de los Troquílidos o Picaflores , de los Sitácidos o Loros i de las Readas o Avestruces americanas. Hai que saber en seguida que la Rejion Neotropical se divide en cuatro sub-rej iones, que son la Patagónica o Chilena, la Brasi- lera, la Antillana i la Mejicana. Aunque los límites fijados a estas sub-rejiones son, en jeneral, mui inciertos, por los ménos respecto a la Brasilera, resalta a primera vista el hecho de que el territorio continental chileno e islas adyacentes, está enteramente comprendido en la sub-rejion Patagónica, que comprende no sólo nuestro pais sino también toda la Arjentina i ademas casi toda la República Oriental del Uruguai, la de Bolivia i del Perú. — Señalaremos ahora los caractéres faunísticos de nuestros vertebrados (i) Jeozoos, (2) Higrozoos i (3) Potamozoos, o sean las faunas terrestre, de las estaciones húmedas i de las aguas dulces. (1) Fauna terrestre (Mamíferos, Aves i Reptiles). — Cuan- do se estudian al por menor los componentes de la fauna mam- malójica de nuestro pais se ve que, dentro de la sub-rejion pata- gónica, se caracteriza negativamente por la ausencia de Prima- tos, de' Edentados, de Perisodáctilos i de Artiodáctilos no ru- miantes. Ademas se advierte que la distribución jeográfica de nuestros Mamíferos indíjenas indica para Chile tres zonas zoojeográficas caracterizadas por el predominio de ciertos jéneros i especies que, encontrándose esclusivamente o con mas o ménos frecuen- cia en unas, faltan por completo o son escasos en otras i vice- versa. Estas tres zonas zoojeográficas en que naturalmente se divide el territorio chileno según su fauna mammalójica son: 1 la Zona 13 — 194 — Zoojeográjica Boreal o Andina , 2 la Zona Zoojeográfica Central i 3 la Zona Zoojeográfica Austral o Patagónica. 1. — La Zona Zoojeográfica Boreal o Andina se estiende desde el límite con el Perú hasta la Cuesta de Chacabuco, que se halla bajo el paralelo 33 i a unos 65 kilómetros al N. de la ciudad de Santiago. La caracterizan especialmente los siguientes jéneros i especies de Mamíferos: En el Orden de los Quirópteros: el jénero Desmodus, JVied con la especie /). r tifus, IVied o Piuchén de Coquim- bo i Valparaíso, el Murciélago mas grande de Chile (=85 m/m.), i el jénero Vespertilio, Keys. — Blas, con la especie V. nigrans, Wied o Murciélago de Atacarna. En el Orden de los Carnívoros: el jénero Trernarctos, Gerv. con la especie T. arrnatus , F. Cuv. u Oso de la Cor- dillera, cuya área específica alcanza mui al N. En el Orden de los Roedores: los jéneros lagostómidos Chinchilla, Bennett i Lagidiurn, Meyen con la Ch. laniger, Mol. o Chinchilla i L. pcruanum, Meyen o Viscacha, i ademas las especies de Ctenornys, Blainv. o Tuco-Tucos de Chile septentrional (Ct. atacarnensis, Ph., Ct. fiulvus, Ph., Ct. pernix, Ph. i Ct. robus tus, Ph.). En el Orden de los Ungulados: el jénero Lama , Cuv. con la especie L. vicugna, Mol. o Vicuña que, lo mismo que el Oso cordillerano, se estiende mui al N. 2. — La Zona Zoojeográfica Central comprende desde la Cuesta de Chacabuco hasta el paralelo 37 que divide entre si las provincias de Chillan i Concepción. Su carácter común se funda en el gran desarrollo de ciertos jéneros de Roedores i Carnívoros, como son: En la familia de los Octodóntidos: el jénero Spalacopus, Wagl. con 5. poeppigii, Wagl. o Cururo, el jénero Ocio- — 195 — don , Bennett con las especies O. degus, Mol. o Degú i 0. bridgesii, Wtrh. o Bori , i el jénero Abrocoma, Wtrh. con A. bennettii, Wtrh. que vive en las colinas i al pié de la cordillera. En la familia de los Félidos: el jénero Polis, L. con las especies de Gato montes o P*. pajeros, Desm. i F. colocolo, H. Smith. 3. — A la Zona Zoojeográfica Austral o Patagónica pertenece lo demas de la rejion propia del pais, i, estendiéndose de los 37o hasta el estremo meridional del continente, aparece formada al S. por innumerables islas. Viven en ella Uugulados de los jéneros Pudua, Gray i Ca- riacus, Lcss. representado aquel por el Pudú o Pudua humilis , Bennett, Cérvido que no tiene mas de 60 centímetros de lonji- tud, i el últimamente nombrado, por el Huemul o Cariacus chi- lensis, Gay & Gerv., cuya área específica se estendia antigua- mente hasta Cauquenes i ahora se hace cada dia mas raro, re- tirándose hacia el Sur. Pero lo mas notable es que está habitada por Marsupiales del jénero Didelphys, L. (Driomiciops, Thomas), como es Didel- phys (D.) australis, F. Ph. o Monito del monte que vive en las provincias de Valdivia i Flanquihue i probablemente también en la Araucanía i quizás todavía mas al norte, pero sin que haya cruzamiento de su área específica con la de Didelphys (Marmosa) elegans, Wtrh., cuyos dominios chilenos ocupan solo porciones de las zonas central i boreal. Ademas son característicos Reithrodon chinchilloides, Wtrh., Reithrodon cuniculoides, Wtrh., ,()xymyctencs laño sus, Thomas, Oxymycterus delphini, A. Cabrera Latorre, lo mismo que los Tuco-Tucos patagónicos o Ctenomys magellanicus, Bennett i Cte- nomys fueguinas , Ph. Por fin, llama la atención el gran desarrollo de los jéneros carnívoros Lutra, Erxleb. i Conepatus, Gray, el primero con el Chungungo o Lutra felina , Mol. i el Huillin o Lutra huidobria, — 196 — Mol., i el segundo con los Chingues o C. humboldtii , Gray i C. chilensis, Desm., sin tomar en cuenta los Pinipedios i Cetáceos de los mares australes, como el Lobo de un pelo u Otaria jubata, Forst., el Lobo de dos pelos o Arctocephalus australis , Zimm., i la Ballena blanca del sur o Balaena australis, Desmoul. • - — Los demas Mamíferos chilenos pertenecen a jéneros de áreas de dispersión sumamente vastas, que por estar represen- tados de un estremo a otro de la República, no se prestan para nuestros fines. En cuánto a la fauna mammalójica de las Islas Chilenas, hai que saber que en las Oceánicas , de oríjen volcánico i madrepó- rico, como Juan Fernández, San Ambrosio i San Félix, Pascua, faltan en absoluto las especies indíjenas de Mamíferos, mientras que estos mismos animales casi siempre se encuentran en las Continentales , como la Quinquina, la Santa María i los Archi- piélagos de Chiloé i Chonos. La esplicacion de este hecho está en que las especies mamífe- ras del territorio continental no están organizadas especialmente para franquear el mar profundo i mas o menos estenso que siempre ha mantenido separadas aquellas islas de los continen- tes, mientras que la segunda categoría de islas, representando fragmentos de los mismos, ofrecen tales especies por haberlas conservado. — Si de los Mamíferos pasamos a considerar las Aves, encon- tramos que, aunque incomparablemente mas numerosas que aquellos, no pueden utilizarse para el establecimiento de zonas naturales, pues, siendo animales alados, su fuerza locomotiva les permite esparcirse con facilidad por toda la estension del terri- torio chileno. Con todo, la estadística sistemática i jeográfica de las espe- cies de Aves indíjenas de Chile, demuestra que no faltan algu- nos rasgos característicos en la avifauna chilena, cuando se le — 197 — compara con la de las Repúblicas de la sub-rejion patagónica i otros países lejanos. Por de pronto, se ve que nuestra avifauna es mui rica en aves acuáticas. En efecto, en las orillas oceánicas, en los ríos i en los lagos cordilleranos, hai numerosos pájaros de esta catego- ría biolójica, lo que se esplica por la configuración especial de la angosta i larga faja de terreno que ocupa Chile, comprimida entre la Cordillera de los Andes i el Océano Pacífico de dila- tada estension litoral. Limitándonos a las especies de agua dulce, notamos que en el Orden de los Pigópodos la familia de los Podicipédidos está representada por el Picurio o Podilymbus podiceps, L., el Pim- pollo o Podi cipes americanas, Garn., el Blanquillo o Podicipes calipareus, Less., i la Huala o fiechmophorus major, Bodd., de las cuales la última es peculiar a Chile i las restantes se encuen- tran también en otros países de la América meridional, pero sin salir de este continente. Otro orden de Aves acuáticas que tiene representantes en las aguas dulces de Chile es el de los Anseres o Nadadoras , cuya familia única, los Anátidos , comprende cuatro especies de Gan- sos chilenos deljénero Chlo'épliaga, Eyt., (el Piuquen i el Gansi- llo de las lagunas de la Cordillera, el Cauquen de las provincias centrales i el Cague , común de Chiloé al sur), dos especies de Cisnes , la Coscoroba blanca o Coscoroba candida, Vieill i el Cis- ne de cuello negro o Cygnus melanocoryphus , Mol., i varias for- mas de Patos, de las cuales cuatro son privativas de Chile, el Pato juarjual, el Pato anteojillo, el Pato jergón chico, el Pato de la Cordillera, i las demas se hallan igualmente en otros paí- ses sud-americanos i aun en Norte América, como ocurre con nuestro Pato colorado o Querquedula cyanoptera, Vieill. A la inversa, Chile es mui pobre en Passeres o Pajarillos i entre ellos la familia de los Teroptóquidos comprende los jéneros Pteroptochus, Kittl., Hylactes, King. i Triptorhinus , Cab., que son propios.i característicos de nuestro pais. A estos jéneros de aves de alas cortas i cola levantada casi perpendicularmente — 198 — sobre el cuerpo, pertenecen los Tapaculos o Pteroptochus albi- collis , Kittl., (que por escepcion es también arjentino), los Chu- caos o Pteroptochus rubecula, Kittl., los Huczhuez o Hylactes castaneus, Ph. & Landb., i H. tamil , King., las Turcas o II. me - gapodius, Kittl., i los Chur riñes del Sur o Triptorhinus p ara- doxus, Cab. Del mismo modo, son esclusivamente peculiares a Chile las aves del Orden de los Psittacii o Loros, con el Trieagiie, el Cho- roi i la Catita , i algunos Pícidos ,del Orden de las Scansores o Trepadoras , como el Pitigüe i el Carpintero grande, que nunca pasan al otro lado de los Andes. Esta observación puede hacerse estensiva a una familia del Orden de los Macrochires o Manilargas , la de los Troquílidos o Zumbones, mas conocidos con el nombre de Picaflores, que son esclusivamente americanos i están representados en nuestro suelo por siete especies, de las cuales el Eustephanus fernandensis, King, es endémico en Juan Fernández i el Eustephanus galeritas, Mol., efectúa peregrinaciones periódicas en el territorio, alcan- zando hasta la Tierra del Fuego, donde se le ve revolotear en medio de las tempestades de nieve. En cambio, faltan por completo en Chile algunas familias de los dos últimos órdenes nombrados que son mui numerosas en el hemisferio boreal de ámbos mundos, como los Cucúlidos o Cuclillos entre las Trepadoras i los Cipsélidos o Vencejos entre los Manilargas, con adición de los Tanágridos o Pirangas, los Córvidos, o Cuervos i Cornejas i los Paridos o Paros, Paj arillos que tampoco tienen representantes en la República. Observamos asimismo que negativamente se caracteriza nuestra avifauna por la ausencia del Orden de las Pal ame didas, cuyos miembros viven en los otros países de la sub-rejion patagónica, faltando también los representantes de los órdenes Aptcrijos i Casuarinos de las tierras australes, lo mismo que los Estrutiones o Avestruces africanas. Estas tienen aquí sus especies represen- tantes en el orden sub-americano de las Reas, cuya única familia, las Reidas , comprende dos formas: son la Avestruz petiza o — 199 — Rhea darwini , Gould, que habita la Patagonia al Sur del Rio Negro i el Ñandú o Rhca americana, L., que vive principalmente en la República Arjentina, encontrándose en Chile sólo en cier- tos parajes abrigados de la Cordillera de Tarapacá. Finalmente, notaremos que el orden de las Accipitres o Rapa- ces comprende las especies que, como es mui sabido, muestran la mas basta distribución, pues la inspección de la lista sistemá- tica i jeográfica que exhibe el continjente de estas aves de rapiña, deja ver que mas de la mitad de las formas chilenas se conocen no sólo en la República Arjentina, Perú i Bolivia sino tam- bién en la América del Norte i algunas aun en Europa i otras partes del mundo, como ocurre, por ejemplo, con la Lechuza i el Halcón común precitados. —Pasando ahora a analizar la fauna reptiliana, vemos que es notable la falta de Loricatos o Cocodrilos, de Ouelonios o Tor- tugas i de Ofidios o Serpientes venenosas, existiendo sólo dos especies de Culebras de costumbres inocentes i que se distin- guen entre sí a primera vista por la lonjitud relativa de su cola. Son estas la Tachymenis peruviana, Wiegm., i la Dromicus tem- minckii, Wiegm. En cuanto a los Saurios o Lagartos chilenos, mas de la mitad de nuestras especies pequeñas o Lagartijas pertenecen al jéne- ro Liolcemus, Wiegm., i el Lagarto grande de Chile o Callopis- tes maculatus, Gravh., — que llega a ser de media vara de lonjitud i está adornado de cuatro séries de manchas negras sobre un fondo oliváceo, — es una especie endémica en nuestro pais que vive perfectamente en los lugares pedregosos de las provincias centrales de la República. Un hecho mui notable en la fauna de Chile es que hai Saurios de reproducción vivípara , como se ha constatado del modo mas positivo en los Lagartos Tropidurus peruvianas, Less., conocido también en el Perú, i el Phymaturus palluma, Mol., llamado vul- garmente Matuasto i que vive en las partes ásperas de las altas cordilleras del Norte i Centro del pais. 200 (2) . — Fauna de las estaciones húmedas (Anfibios). — Los animales vertebrados de las estaciones húmedas o Higro- soos — cuya piel siempre húmeda secreta un mucus mas o ménos abundante — están representados esclusivamente por los Anfi- bios o Batracios, que en los testos modernos de zoolojía apare- cen formando una clase aparte. En la fauna chilena de estos animales encontramos una parti- cularidad en la ausencia de Apodos i Urodelos o Batracios con cola, que faltan también en toda la América del Sur. Ademas, entre los Anuros o Batracios sin cola no existe el jénero Rana propiamente tal, pero tenemos animalitos pareci- dos, como el Calyptocephalus gayi, D. B., por ejemplo, conocido en Chile con el nombre vulgar de rana i que es uno de los ba- tracios mas grandes que se conocen, pues llega a tener hasta 25 centímetros de largo. De los otros Anuros chilenos, son particularmente importan- tes el Bufo chilensis, D. B., mui parecido al Sapo común euro- peo, que vive también en la República Arjentina, i la Rhinoder- ma danvini , D. B., pequeño batracio raniforme con el cuerpo pintado de blanco, amarillo i negro, de especial interes biolójico por el saco de incubación que posee el macho debajo de la bo- ca i en el cual se hace la metamorfosis larval. Esta ranita de nuestro pais habita las provincias australes, desde el Rio Maulé hasta la Isla de Quehui, cerca de la costa oriental de Chiloé, i ha sido descrita según los ejemplares que el ilustre biólogo Dar- win recojió en el viaje de esploracion alrededor del mundo del buque de S. M. B. « Beagle » o Sabueso (1831-1836). (3) .— Fauna del agua dulce (Peces). — Cuando se estudia la población zoolójica lacustre i fluvial, se observa una grandísima semejanza entre las especies de las aguas dulces en casi todas las rejiones del globo, hecho que encuentra su esplicacion en el carácter universal de la fauna litoral primitiva, de la cual pro- vienen, i también en el trasporte por el viento i el agua de cier- tos animales actuales i en su diseminación por medio de las 201 aves que conducen los hueves, llevándolos pegados en el barro de sus patas i en su cuerpo. Los vertebrados verdaderamente acuáticos de agua dulce o Potamosoos pertenecen a la clase inferior de los Peces. La fauna ictiolójica de las aguas dulces de la República está caracterizada negativamente por la falta de los Salmónidos i de los Ciprínidos indíjenas, que pueblan los lagos i rios de todos los climas, escepto la América del Sur i Oceanía. Estas familias de peces alimenticios están reemplazadas en nuestro pais por los Haploqiátónidos o Farionelas, cuyas espe- cies, Haplochiton zebra, Jen. i Haplochiton teniatus. Jen., de las provincias del sur i de las Islas Falklands, ofrecen una semejan- za asombrosa con los Salmones, i por los Galáxidos o Peladi- llos, peces pequeños i sin escamas, representados en Chile por diez especies que son mui abundantes desde Valdivia a Tierra del Fuego, habitando en jeneral en las tierras australes, como Nueva Zelanda, Tasmania i las Islas Malvinas. Ademas, abundan los Tricomiptéridos o Bagres, peces des- provistos también de escamas i con barbillas alrededor de la boca, que son propios i característicos de Chile i el Perú i com prenden ocho especies chilenas (=Nematogenys inermis, Gi- rard. -J- 7 especies del jénero Trichomycterus , Val.) Por último, llama la atención que las familias de los Diplostó- midos, de los Loricáridos i de los Caracínidos tienen las tres una especie peculiar a las aguas dulces de ciertas zonas de la Repú- blica: son Diplomystes papillosus. Val. o Tollo de agua dulce i Chaestomus erinaceus, C. V., i Cheirodon pisciculus, Girard, que no gozan de nombre vulgar porque son pocos estimadas i no se hace caso de ellas. — No entra en nuestro programa indicar los caractéres faunís- ticos de los animales marinos o Halosoos , cosa que no sentimos puesto que el estudio de esta parte de la fauna propia de Chile, no permite todavia llegar a una apreciación exacta en lo que concierne a la zoojeografía marítima del pais. «§* X SECCION DE ADMINISTRACION I ESTADÍSTICA EL MUSEO NACIONAL DE CHILE EN 1910 Es mui sensible tener que declarar al mundo científico el falle- cimiento del ilustre director del Museo Nacional i Profesor de la Universidad de Chile, señor don Federico Philippi, acaecido el 16 de Enero de 1910. El fallecimiento del señor Philippi, ha llenado de luto a una distinguida familia, al personal del Museo, a nosotros los que tuvimos la honra de ser sus alumnos, al Gobierno de la Repú- blica que se asoció al duelo público, i a la ciencia en jeneral, que pierde en él a un colaborador antiguo, activísimo e inteli- jente. La biografía del señor Philippi, que hemos encomendado al naturalista ausiliar del Museo, señor Gotschlich i que va inserta en este Boletín, nos ahorra nuevos detalles; bástenos agregar que él terminó de organizar la gran obra empezada por el sabio don Rodulfo Amando Philippi, su señor padre. A ellos debe la República la acumulación, clasificación i publicación de la in- mensa mayoría de la riqueza reunida en nuestro Museo; e ins- pirado en sus sabias determinaciones, siguiendo ese plan traza- do por ellos, esta Dirección impulsará el estudio de la Historia Natural. Nada mas grato nos será aprovechar los sabios colaboradores que forman parte del personal del Museo, de los que existen — 20 6 — fuera de él, sean nacionales o estranjeros, i, si el progreso de las Ciencias Naturales nos exijen buscar sabios estranjeros, especia- listas que no tuviéramos en el pais, no vacilaremos en buscarlos en el Viejo Continente o en los Estados Unidos, incorporarlos al Museo i rodearlos de todas las facilidades necesarias a fin.de hacer fructífera su obra. Honor es declararlo que los Gay, los dos Philippi, los Germain, los Lataste, Bürger, etc., han contri- buido eficazmente a las ciencias chilenas, como en otro tiempo lo hicieran Molina, Frezier i otros, i como ahora colaboran en las ciencias naturales de Chile, Reiche, Reed, Wolfsohn, Lenz, Johovv, al lado de los nacionales Machado, Quijada, Porter, Ri- vera, Izquierdo, etc. La dirección trabaja por abrir oficialmente el estudio de la Antropolojía, Arqueolojía i Etnografía ya iniciada con tanto en- siasmo por Oyarzun, Lenz, Medina, Guevara, Latcham, etc., por abrir la sección de las plantas Criptógamas; por darle gran desa- rrollo al estudio de la Jeolojía; construyendo la Carta Jeolójica en pos de estudios sistemáticos del suelo; por impulsar el estu- dio de los Invertebrados, i en ellos creando una sección especial de estudios de insectos dañinos i de las arañas. Organizado así el Museo, será una Escuela de Altos Estudios, en donde los sabios pueden dar conferencias públicas que sean provechosas a los especialistas i a los amantes de la ciencias naturales; ancho campo encontrarán los aficionados, aprovechan- do los elementos de que dispone el Museo, la biblioteca de él i las columnas del Boletín que les quedan abiertas. Daremos cumplida satisfacción a la ciencia mundial, envián- doles nuestras publicaciones a aquellos centros que deseen nues- tro intercambio, abriendo así una fuente de relaciones científicas i de cambios de ejemplares repetidos del Museo. Dr. Eduardo Moore, Director del Museo Nacional i Profesor de la Facultad de Medicina. MEMORIA PRESENTADA AL SEÑOR MINISTRO DE INSTRUCCION PÚBLICA POR EL DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL Señor Ministro: Con fecha 7 de Abril fui designado por el Supremo Gobierno para tomar la Dirección del Museo Nacional. En un mes que va trascurrido he tratado de imponerme de la marcha del Es- tablecimiento, de su necesidades mas urjentes i he estudiado un plan de trabajos que someto a su consideración en este In- forme. Don Federico Philippi. — Séame permitido ante todo, espresar al Supremo Gobierno a mi nombre i al de todos los empleados del Museo, los sentimientos de alta condolencia por la muerte del ilustre sabio don Federico Philippi, hijo del no ménos ilustre i verdadero fundador del Museo Nacional, profesor Rodulfo Amando Philippi. Rol del Museo. — El Museo Nacional es un establecimiento, hoi por hoi, destinado a conservar los representantes de la Fauna, Flora i del Suelo del pais i del estranjero, para mostrarlos al público dos veces por semana, Juéves i Domingos por la tarde. Sirve a la enseñanza de los alumnos de los colejios i a la inves- • — 20S tigacion científica de los que se dedican a la ciencia. Ademas se dan consultan gratuitas a los industriales que van a pedir datos, sobre todo en la Sección de Jeolojía. Se investiga sobre la Flora Chilena por el Jefe de la Sección Botánica, a fin de publicar sistemáticamente las’plantas chilenas, modernizando la clasificación hecha por don Claudio Gay, i lle- vando el plan de publicar todas las Fanerógamas, para empren- der la clasificación de las Criptógamas, plantas mui numerosas i sobre las que aun casi nada se ha escrito. Existe también, en embrión, una sección de Arqueolojía, Antropolojía i Etnolojía, rama importantísima i sobre la cual mui poco se ha podido hacer. Esta sección no tiene un jefe téc- nico a su cabeza, de modo que la investigación no es sistemá- tica. Sección de Zoolojía. — El jefe de esta sección atiende al cuida- do, clasificación de los mamíferos, aves, reptiles, batráquios i peces; no seria posible exijirle otro trabajo desde que esas di- visiones exijen modernizar las clasificaciones, catalogar las es pecies, publicar catálogos para ilustrar al público i adquirir nuevos ejemplares chilenos i estranjeros. Ademas deberá dar conferen- cias públicas para enseñar prácticamente a los profesores i afi- cionados a esta ciencia. No puede pues abarcar los animales evertebrados; de ahí es que la clase de los insectos solamente esté entregada a un especialista con el nombre de: Jefe de Sección de Entomolojía , que es el señor Filiberto Ger- main. Este distinguido sabio tiene 84 años de edad i ha servido al Museo Nacional, con algunas interrupciones, desde el tiempo de don Claudio Gay. Acompaño a US. junto con el informe de su respectiva sección un memorial sobre su actuación científica para que si US. lo tiene a bien, se sirva recabar del Congreso Nacional, una pensión de gracia con el sueldo de $ 6,000 que consulta el próximo presupuesto. Sección de Evertebrados. — Esta parte de la Zoolojía es mui estensa apesar de segregarle los insectos i las arácnidas i nece- sita un jefe especial técnico que los abarque, porque si escep- — 2Ó$ — tuamos los moluscos, cuyo estudio está mui avanzado, se puede decir que lo demas está por hacerse. Por esta razón he solicitado de US. consulte en el próximo presupuesto la cantidad de $ 6,000 para colocar un técnico a su cabeza. Tengo el agrado de hacerle presente a US. que existe en el pais un chileno, el señor don Cárlos Porter, preparado para dirijir esta sección. Sección de Aracnolojía e insectos dañinos. — Esta importante sección no tiene un solo representante, entre las arañas, en el Museo Nacional. Su estudio i clasificación están solo hechos en parte, i es de gran importancia para la medicina i para los agri- cultores, conocer las condiciones biolójicas de las arañas i de los insectos perjudiciales. Proponemos para el próximo presupuesto, un jefe para esta sección con $ 5,000 anuales de renta, i puedo adelantar al señor Ministro que he encontrado en el señor Ri- vera, profesor del Instituto Agrícola, una persona entusiasta, instruida i dedicada a esta clase de estudio. Con un costo insig- nificante se podría tener en el Museo mismo un gabinete de Biolojía para esta clase. Estación de zoolojía marítima. — Se impone la creación de una estación marítima destinada a recolectar animales del mar con acuarios especiales. Esto serviría: i.° Para aumentar las colecciones del Museo Nacional i de los museos de enseñanza; 2.0 Estudiar la Piscicultura; 3.0 Estudiar la Biolojía de la Fauna Marítima; 4.0 Un Museo Oceanográfico. El Gobierno posee terrenos en el puerto de San Antonio, i por nota he pedido a US. se sirva recabar del Ministerio de In- dustria, mil metros de tierra a orillas del mar para instalar esta estación. Con este objeto he solicitado en los próximos presupuestos i por una sola vez, la cantidad de $ 20,000 i como gastos fijos $ 5)4°° que servirían para sueldo de un Conservador i de un 210 — Pescador de la estación. El Ministerio posee un barco, el Ale- jandro Selkirk, cuyo paradero es San Antonio, i durante las épocas que está en esas costas, asi como cuando viaja a Juan Fernandez, puede ocuparse en pescar i mariscar para la esta- ción zoolójica. Para completar el estudio de la Zoolojía creo conveniente hacer presente a US. que de esta sección podria depender el Jardin Zoolójico, el cual suministra los animales que se mue- ren. Bajo la dependencia de la Sección de Zoolojía podria for. marse un Jardin Zoolójico de animales chilenos para el estudio de ellos i de animales estranjeros, lo que secundaría en bien de la instrucción i del entretenimiento público. Sección de Botánica. — La flora de Chile está mui bien repre- sentada en un rico herbario. El jefe de esta sección está ocupa- do en la publicación de las plantas chilenas, formando asi un trabajo científico de la mas alta importancia i preparando para el Centenario una monografía sobre las orquídeas chilenas. He pedido a US. elevar el sueldo de este jefe a seis mil pesos. Sección de plantas Criptógamas. — No existe colección de estas plantas ni especialista que se ocupe de ellas. El estudio de los hongos, musgos, heléchos, liqúenes i algas, apenas se conoce en Chile i como no hai jente preparada en el pais, convendría contratar uno en el estranjero; con este objeto he pedido la inclusión en el Presupuesto de la cantidad de 15,000 fran' eos anuales. Creo que se podria contratar un especialista joven en Italia o en Wáshington, en la Sección de Industrias de plan- tas del Ministerio de Agricultura. Ya hemos escrito al señor Ministro de Italia i a una personalidad de los Estados Unidos’ para tener adelantada la elección de la persona que pudiera servir a este puesto. Sección de Jeolojía. — Esta sección es la que sirve para el es- tudio del suelo del pais, no sólo por conocer su constitución, re- colectar rocas i minerales que clasificados ilustran a los especia- listas, sino por las consultas mui frecuentes que hacen los industriales. En todos los países posee el Estado este departa- mentó de Jeolojía que ilustra científicamente a los mineros i agricultores, sin fijarse sino en la verdad, desechando la conve- niencia del negocio. Asi se ha visto que nuestra sección ha po- dido concluir con muchísimas empresas costosas, que no tenían como base otra cosa que la ilusión o la especulación; i también ha enderezado industrias mal dirijidas por falta de conocimiento científico. Hemos creído conveniente elevar el sueldo del Jefe a $ 6,000. La existencia de la Sección de Jeolojía no escluye la existen- cia de colecciones en las clases de Jeolojía o de Mineralojía de los establecimientos de instrucción, como tampoco la de sociedades mineras que tienen otros objetivos. Para bien servir esta sección i levantar la carta jeolójica del pais, se necesita poseer un laboratorio de jeolojía que estudie las rocas, otro de agrolojía que estudie la composición del suelo, i otro de química que haga análisis. Para esto se consultan tres ayudantes con $ 3,000 cada uno. Por una sola vez hai que gastar la suma de $ 1 00,000 para encargar a Europa una sonda de reconocimiento con todos sus accesorios, para el estudio de estratificación i la investigación de aguas, carbones i petróleos; i $ 3,000 para un gabinete de Jeo- lojía, $ 2,000 para el de Agrolojía, $ 2,000 para el de Química 1 $ 5,000 para la carta jeolójica. Sección de Antropolojía, Arqueolojía i Etnolojía. — Las colee, ciones de estas ciencias no tienen un estudio sistemático i se impone la contratación de un jefe con 15,000 francos de renta anual. Estas ciencias que tienen tanta importancia en todos los paises i que aquí han empezado a despertar, necesitan mucha atención. Instituto de Botánica. — Anexando al Museo el Jardin Botá- nico o creando un jardin ad hoc i con los dos jefes de secciones ya citados, se podría hacer un trabajo científico i útil procuran, do: i.° que se recolecten plantas en el pais; 2.0 cultivando especies nacionales fabriles en el jardin; 3.0 clasificando sistemá* ticamente las especies no clasificadas; 4.0 estudiando las propie- 212 dades químicas de las plantas, i 5. ° estudiando la acción fisioló- jica de las medicinales. Como los gastos serian mui insignificantes, bastaría un decreto de ese Ministerio haciendo pasar el Jardín Botánico, que es de su dependencia, a la Dirección del Museo Nacional, para que se realizara esta gran obra, en caso de no crear un jardin especial. Preparación i Embalsamamiento . — Los ejemplares acumulados en el Museo destinados a ser preparados i los que se pueden recolectar son tantos que, no puede el personal i elementos actuales, alcanzar a terminarlos: de ahí es que pido la inclusión en el presupuesto, por una sola vez, de la cantidad de $ 1,000 para formar el gabinete de Taxidérmia. Por la misma razón pido se consulte el sueldo del preparador en $ 4,000. Sueldos. — Se han aumentado los sueldos de los jefes de sec- ción a $ 6,000 para poder exijirles la dedicación de todo su tiempo a los trabajos del Museo. Hoi con el sueldo de $ 4,000 dedican solo de dos a tres horas, lo que es insuficiente. He en- contrado establecida esta costumbre. No se puede exijir con sueldos tan exígüos la contracción absoluta a la ciencia, i por eso se ven obligados a hacer clases para formarse una renta que les permita vivir con cierta holgura. Si cuando contratamos sabios estranjeros que nos vengan a instruir, pagamos buenos sueldos, justo es que a los sabios del Museo Nacional se les pa- gue honorarios compatibles con su posición, tanto mas cuanto que es el Museo Nacional el único establecimiento de investi- gación científica en el cual, junto con darse a conocer el pais, sirve a la enseñanza de las ciencias naturales i ayuda eficaz- mente a los industriales i agricultores. Hace años que la Junta de Vijilancia pidió ese aumento, reiterando con urjencia su pe- dido en una nueva nota de fecha 27 de octubre de 1908. Palacio — En el edificio del Museo Nacional no caben todas sus colecciones, pues ocupa el Instituto Agrícola toda la parte poniente; a su vez este establecimiento, desde hace veintiocho años, se encuentra estrechado e.i dicho recinto. Por insinuación de US. i de acuerdo con el Inspector Jeneral 213 — de la Instrucción Agrícola, se ha solicitado a ese Ministerio un decreto, ordenando que el Instituto Agrícola se traslade al Ob- servatorio Astronómico cuando éste haya abandonado esta lo- calidad para irse a Lo Espejo. Conseguido ésto, el Museo po- drá estender al recinto desocupado, la Sección de Jeolojía i sus gabinetes. Casa de la Dirección. — Está en mui mal estado, inhabitable, i como hai que dedicar gran parte de ella a la Dirección i a la Biblioteca que no poseen localidad, no queda casa para el Di- rector. Esto se ha conciliado con el acuerdo de US. de edificar ha- bitaciones para el Director en la parte norte de la antigua casa, dentro del recinto que le pertenece a dicha casa, i al efecto la Dirección de Obras Públicas ha terminado el plano i presupues- tos consiguientes i que tengo el honor de presentar a US. para su aprobación. Este presupuesto sube a 30,800 pesos i llena una necesidad urjente, ahorra el gasto de casa para el Di- rector i dedica gran parte de la casa antigua a la biblioteca i oficinas. Biblioteca. — La biblioteca del Museo Nacional es mas o mé- nos de 2,200 volúmenes. La inmensa mayoría ha sido suminis- trada por los Estados Unidos en canje con nuestras escasas pro- ducciones científicas; en segundo lugar vienen las producciones nacionales, en tercer lugar los canjes con otros paises, sobresa- liendo Suecia, Inglaterra i sus colonias; por fin, el resto de la biblioteca, los libros comprados con el exígüo presupuesto que se ha destinado con. este fin. Es menester tener presente, que sin libros especiales a cada asignatura de las Ciencias Naturales, no se puede clasificar, de tal manera que si los libros en otros repartimentos del Estado son útiles para la instrucción i adelanto científico del personal, aquí es absolutamente indispensable; sin libros de especialistas no se puede clasificar, pues cada especie de los tres reinos de la Naturaleza, cuando se la descubre, se la describe en todos sus detalles, con todos sus caractéres científicos para no ser — 214 — confundida con ninguna otra. Las especies conocidas se en cuentran, pues, publicadas i las nuevas para publicarse, se nece- sita consultar los libros mas modernos sobre la materia, evitan- do así repeticiones inútiles i perjudiciales. Mui pocos son los libros que tenemos para clasificar. Afortunadamente, el Supremo Gobierno ha aceptado la proposición hecha por la sucesión de don Federico Philippi de ceder la Biblioteca Científica valiosísi- ma que posee i que fué formada por el doctor R. A. Philippi i por don Federico, por la cantidad de veinticinco mil pesos ($ 25,000). Ese Ministerio ha tenido a bien confiar a la Biblioteca Na- cional el estudio de esta cuestión i un perito especial va a informar sobre el mérito de las obras i el precio que han exi- jido. Puedo adelantar a US. que el precio no es exajerado, idea que domina también al citado perito de la Biblioteca; el núme- ro de volúmenes es mui cerca de ocho mil. Con esta adquisi- ción el Museo Nacional llegaria a tener una riqueza de diez mil volúmenes i se encontraría apta para contestar a cualquiera in- formación sobre las Ciencias Naturales que se le sometiera, a clasificar los ejemplares científicos presentes i futuros, i por fin, a proporcionar, sin salir del recinto del Museo, libros a los sa- bios que desearan consultarlos, con cuyo objeto se dispondrá de salas especiales. Esta valiosa colección de obras científicas será colocada en cinco piezas de la casa del ex-Director, en donde estará también la Dirección, la Secretaría i la Sala de espera para consultas e investigaciones. Informe de los Jefes de Sección. — Acompaño los informes evacuados por los jefes de las secciones respectivas. Museos provinciales. — Su Señoría a tenido a bien consultarme sobre la conveniencia de hacer depender de la Dirección del Museo Nacional, las de los Museos de Valparaíso i Concepción. He consultado al señor Intendente de Valparaíso i concuerda con las ideas de Su Señoría; el de Concepción ha ido mas léjos — 215 — porque ha enviado una nota a ese Ministerio haciendo ver la conveniencia de dar mayor impulso al Museo dependiendo del Nacional. Yo estimo la necesidad que dependan del Museo Na- cional por las siguiente consideraciones: La existencia de los Museos de Concepción i de Valparaíso se impone como un medio de descentralizar la enseñanza de la Historia Natural, popularizando la ciencia, teniendo nuevos lo- cales para las colecciones i estableciendo asi centros científi- cos en que puedan estudiar los profesores de esas grandes po- blaciones. Ademas existe una razón de economía al mantener una sola Dirección, pues que los ejemplares dobles del Museo se repartirían a los locales i las mismas comisiones científicas encargadas de esplorar i recolectar para el Museo Nacional, lo hacen también para los Museos provinciales. Esto estimula también las donaciones jenerosas de los amigos de las ciencias Construcciones en el Museo. — La Junta de Vijilancia del Mu- seo así como el ex-Director, sostuvieron, por notas ante ese Mi- nisterio, la necesidad de construir en el patio del preparador del Museo una sala especial para embalsamar, preparar esque- letos i en donde tener los instrumentos de los preparadores. He obtenido de la Dirección de Obras Públicas haga un estudio i presupuesto i en cuanto él esté terminado, tendré el honor de someterlo a la consideración de US., para que si lo tiene a bien, se sirva poner los fondos a la disposición para cons- truirla. Conferencias.— A fin de aprovechar los numerosos elementos que existen en el Museo, esta Dirección estima conveniente que los diversos Jefes de Sección den conferencias quincenales sobre sus respectivas ciencias. Conferencias prácticas desarrollando en diez lecciones anuales para cada sección, el estudio de la Bo- tánica, Zoolojía, Entomolojía, Jeolojía, Antropolojía, i demas asignaturas. Así tendrían los profesores i los aficionados de estas ciencias, un campo práctico para refrescar sus conocimientos. Casa para los empleados. — Los escasos sueldos con que son remunerados los que se dedican a las Ciencias Naturales, hace — 2 1 6 que éstos no puedan dar todo su tiempo al Museo Nacional i buscan un aumento de renta dedicándose a la enseñanza en los Liceos i Colejios particulares. Ademas viven mui léjos del Museo Nacional. Si ellos vivie- ran en la misma Quinta Normal este ahorro de casa seria una compensación de su exígüo sueldo i una gran facilidad para asistir al Museo. Estas facilidades la tienen todos los emplea- dos de la Quinta Normal, incluso los que dependen del Minis- terio de Instrucción Pública, como ser los del Observatorio As- tronómico i los del Jai din Botánico. Someto a la consideración de US. la necesidad urjente de edificar para los cuatro actuales Jefes de Sección, para los cuatros que se van a crear, para el Naturalista Ausiliar, para el Secretario, para los tres Ayudantes i para el Preparador, en to- tal para catorce familias. Los ocho Jefes de Sección podrían vivir en cuatro chalets de dos pisos cada uno, los seis restan- tes todos solteros, podrían vivir en un solo chalet. Estos cinco chalets podrían edificarse en el terreno del jardín Botánico, al Sur del Museo Nacional i calle de por medio i su costo seria $ 100,000. Al Jardín Botánico se le podría devolver ese terreno en otra parte vecina a su dependencia. Sección de Teratolojía. — Dependiendo del Jefe de la Sección de Zoolojía se ha creado una Sección de monstruos. Privilejios esclusivos- — La lei ordena al Director del Museo, custodiar los privilejios esclusivos, dependiendo del Ministro de Obras Públicas. Esto es ajeno a un establecimiento científi- co, i he encontrado la mejor buena voluntad en el señor Minis- tro para trasladar los pliegos sellados i pruebas de inventos a las Bóvedas del Ministerio de Industria, bajo la custodia del que suscribe: — ahí estarán mas seguros bajo la inmediata vijilancia del Jefe de la Sección de Privilejios i al alcance del público in- teresado en consultarlos. Mientras tanto ruego al señor Ministro enviar un mensaje al Congreso Nacional, sometiendo a su consi- deración que los privilejios esclusivos no dependan del Director del Museo Nacional, sino del Jefe de la Sección de Privilejios — 217 — que es un injeniero dependiente del Ministerio de Obras Públi- cas. Por el momento el Supremo Gobierno ha accedido a estas insinuaciones decretando la traslación de esta sección al Minis- terio de Obras Públicas. Termino, señor Ministro, haciendo notar a Su Señoría que la gran obra emprendida por don. Rodulfo i don Federico Phillip- pi de formar el Museo Nacional enriqueciéndolo con coleccio- nes que lo ponen a la altura de las mejores de América i clasi- ficando sus ejemplares, no ha terminado. El Museo Nacional abarca las Secciones de Zoolojía, Jeolojía, Paleontolojía i Antro- polojía, como existen en los Museos de Buenos Aires i de la Plata, i como el South Kensington (Rama del Museo Británico) sino que también abarca la Botánica, la Arqueolojía i Etnolojía. Necesita modernizar las clasificaciones que no hubieren sido aun terminadas, recolectar i clasificar secciones enteras aun no estudiadas para publicar toda la Flora i la Fauna chilena, hacer la carta jeolójica del pais, después de estudiar las capas de sus suelos i las composiciones agrolójicas i químicas. I todo este es- tudio señor Ministro, con un fin científico i práctico del que ob- tendría un resultado inmediato la Agricultura, la Minería i la Medicina. Del apoyo que le preste el Supremo Gobierno al Museo Na- cional, resultará que este establecimiento se coloque a la altura que exije la cultura del pais i el progreso de las Ciencias Na- turales. Dios guarde a US. Dr. Eduardo Moore. INFORMES DE LOS JEFES DE SECCION I OTROS EMPLEADOS DEL MUSEO i. — Informe i Memorial del Jefe de la Sección de Entomolojia A.— INFORME Señor Director: Santiago, Abril de 1910. La Providencia tiene a veces en reserva unas sorpresas tanto mas terribles cuanto imprevistas eran. El Director de este Museo, don Federico Philippi, murió el 16 de Enero último, sin que una enfermedad séria hubiera hecho conjeturar esta desgracia. Este golpe lamentable, tanto para • el Museo como para su personal, deja tras de sí un desorden moral en el cual la calma no vuelve fácilmente. I me veo, señor, en la necesidad de diri- jir a su sucesor el informe que cada año, mas o ménos en esta época, solia remitirle, dando cuenta de los trabajos ejecutados durante el año que acababa; pero para ser comprendido claramen- te de Ud., es preciso que éste llegue precedido de unas notas esplicativas. Luego después del terremoto de 16 de Agosto, que casi causó la ruina del Museo Nacional, los esfuerzos de todo el personal se dirijieron hácia la conservación de lo que el cataclismo habia dejado en sus manos; pero se vió luego que después de los per- juicios resultantes de la brutalidad del golpe, era preciso prote- jerlo contra los peligros que podia ocasionarle el enjambre de obreros, a pasos i movimientos algo pesados, a los cuales el Museo tuvo que abrir sus puertas. Se comprendió entonces que de todas las colecciones del Mu- seo, las mas frájiles i que necesitaban una vijilancia especial, eran las de la Sección Entolómojica; i a consecuencia de esto se resolvió bajarlas del domicilio que ocupaban en los altos de la parte norte del edificio i buscar su salvación depositándolas en unos cuartos húmedos i sin ventilación, al raso del suelo, de la parte sur. Haciendo eso, se obedecía a una necesidad imperiosa, que ha sido perjudicial en estremo a las colecciones, por haberlas condenado durante dos años a una atmósfera fria i húmeda; i ha sido mas perverso aun para la salud del que escribe estas lí- neas. Se comprenderá con qué alegría vi, por fin, el dia en que los acontecimientos me permitieron depositar colecciones que yo cubría con un cariño casi paternal, en su antiguo alojamiento de los altos de la parte norte. Entonces vi que era preciso, respecto a los insectos chilenos, separar el orden de los coleópteros de los demas, por ser el mas interesante, i el que por su biolojía está relacionado con la vida del hombre. A consecuencia de esta idea proseguí ese dia a arreglar los insectos de este orden, siguiendo un sistema de cla- sificación metódica, de modo que por los meses de Marzo o Abril de cada año, se pudiese conocer la calidad de la colección chi- lena de este orden, por la lista de su composición, i su valor, por la numeración de sus ejemplares. Dos años o algo mas han pasado sobre este sistema de arre- glo, i he conseguido que la clasificación metódica sea un hecho cumplido para la familia de los coleópteros carnívoros terrestres, i carnívoros acuáticos. Los pormenores de la parte que corres- 220 ponde a estas familias figuran en el informe del año anterior, que en fecha exijida fué entregada al señor Director de entonces i ha de figurar en los documentos. Son veinte familias las que vienen a continuación, ántes de llegar a la gran familia de los Lamelicornios. Pero es de notar que ellas constituyen un grupo enorme i hai que agregar que abarcan los insectos mas pequeños de todo el orden; pues, si en unos pocos, los mas largos alcanzan a 5 o 6 milímetros, en los otros la mayoría mide apénas 203 milímetros, i los hai mas pequeños aun, es decir, de I o | o | de milímetro. % Esto indica las dificultades que presenta el estudio de estos seres, el cual solo puede ser vencido por el que ha pasado su vida en lucha con él. Para poder vencer las dificultades que pre- senta este estudio i la clasificación de estos pequeños seres, he tenido que hacer mui numerosas (de 200 a 300) preparaciones con bálsamo de Canadá, que me permitiesen poner las partes mas ínfimas, tarsos, antenas, piezas bucales, sexuales, etc., al alcance del microscopio, instrumento sin el cual todo estudio es imposible. PlIILIBERT GERMAIN, Jefe de la Sección de Entomolojía. 221 Museo Nacional. — Abril de 1910 Catálogo de los Coleópteros de las familias siguientes: FAMILIAS JÉNEROS ESPECIES EJEMPLARES Staphylinadae 66 156 I 591 Pselaphidas 9 33 I 035 SeydmaenidEe 1 20 44 Silphidae 8 25 256 Trichopterygidae 3 6 97 Scaphididae 1 6 1 13 Histeridae 7 14 149 Nitidulidae 16 28 364 Trogosididae 6 19 264 Colydidae 9 20 175 Cucujidae 5 8 • 1 77 Cryptophagidas 5 21 309 Lathrididae 3 15 158 Mycetophagidae 3 10 69 Dermestidae 4 21 188 Byrrhidae 6 6 90 Parnidae 2 9 55 Heteroceridae 1 3 18 Georysidae i 1 19 El Jefe de Sección, Philibert Germain. 222 B— MEMORIAL Filiberto Germain, Jefe de la Sección Entomolójica del Museo Nacional, a US. respetuosamente dice: Nací el 25 de Enero de 1827 en Lyon, Departament du Rhone (Francia); mis padres eran Michel Etienne August Germain i Andrea Puys. A los ocho años de edad ingresé al Colejio Jesuíta de Lyon, i permanecí en él por espacio de seis años, i después ingresé al Liceo de Roanne. Paso a consignar mi actuación al servicio del Gobierno de Chile. Salí en Mayo de 1850 del puerto de Burdeos i llegué a Talcahuano después de 105 dias de navegación. Acababa de estallar la revolución contra el Presidente electo Exmo. señor Manuel Montt. De Talcahuano me trasladé a Valparaíso i de allí a Quillota. En esta rejion me ocupé en recojer insectos i cazar pájaros, los que embalsamaba, i otros objetos de Historia Natural. Estuve en relaciones con don Claudio Gay, quien me recomendó al encargado de Negocios de Francia, Conde de Cazotte; por él quedé relacionado con don Luis Sadá, Director de la Quinta Normal i con don Vicente Bustillos; éstos hablaron con el Ministro señor Silvestre Ochagavía acerca de mi compe- tencia en las Ciencias Naturales. El Ministro señor Ochagavía me ofreció el puesto de Director del Museo Nacional que había quedado vacante por la ida a Francia de don Claudio Gay, i el 5 de Julio de 1853 fui nombrado Director del Museo Nacional; tenian intervención en el Museo don Andrés Bello i el Injeniero don Francisco de Borja Solar. Principié a trabajar con todo en- tusiasmo pues oí decir que el Museo estaba pobre en objetos; pedí dinero para hacer escursiones i se me dieron $ 100 i después $ 50 mas; contraté a don Eulojio Salinas, excelente cazador i i salimos en busca de objetos i animales, los que yo mismo em- balsamaba. Estaba yo ocupado en estas tareas cuando con gran sorpresa — 223 — mía, de vuelta de una escursion, supe que el Supremo Gobierno había nombrado, con fecha 20 de Octubre de 1853, al doctor don Rodulfo Amando Phillippi, Director en propiedad del Museo Nacional i a mí se me dejaba en el carácter de Sub-Director con solo $ 800 de sueldo, habiendo ganado como Director $ 1,200. Yo seguí con todo entusiasmo mis trabajos de preparación i viajes; así en 1854 hice un viaje a Juan Fernández i 1855 viajé por las provincias de Nuble i Talca en compañía del Disector don Bernardino Cortés. En 1856 esploré con el mismo Disector la Cordillera de San- tiago i en 1857 con el mismo acompañante esploré, durante nueve meses, la lluviosa isla de Chiloé. El material acumulado i embalsamado o preparado por mí es cuantiosísimo; aun hoi en dia después de tantos cambios figuran en el Museo Nacional los siguientes objetos con la indicación: «Traídos i preparados por don Filiberto Germain:» Felis pajeros Felis domestica Galictis vittata Esqueleto de culebra Octodon Cummingii Equus caballus Lama huanacus Canis familiaris Felis puma Gato Montés Gato doméstico Quique Ratón degu Esqueleto de caballo Esqueleto de guanaco Perro León de Chile Las siguientes especies de aves fueron traídas i preparadas por mí: Núm. 778 Gallinago paraguayae (Vieill), Porotero, Santiago 1857. Núm. 791 Gallinago paraguayae, Porotero, Santiago 1857. Núm. 785 Gallinago stricklandi, Gray, Archipiélago Los Cho- ros, Enero 1858. 224 — Núm. 898 Porphyriops melanops (Vieill), Abril 1855, San- tiago. Núm. 903 Porphyriops. melanops (Vieill), Abril 1855, San- tiago. Núm. 801 Totanus melanoleucus (Gm.), Pitoitoi grande. Núm. 807 Limosa hudsonica Lath, Chiloé, Octubre 1857. Núm. 809 Himantopus melanurus (Vieill), Perrito, Santiago Junio 1854. Núm. 820 Numeniushudsonicus Lath, Chiloé, Octubre 1857. Núm. 817 Numenius hudsonicus Lath., Algarrobo, Noviem- bre 1856. Núm. 805 Limosa hudsonica Lath., Santiago, Mayo 1858. Núm. 810 Himantopus melanurus Vieill., Santiago, Junio 1854. Núm. 875 Fúlica ardesiaca Tschudi, Santiago, Junio 1857. Núm. 655 Belonopterus chilensis (Mol.), Santiago. Núm. 655 Haematopus lencopus (Garn.), Chiloé, Diciembre 1857. Núm. 66 1 Haematopus leucopus (Garn.), Algarrobo, Noviem- bre 1856. Núm. 667 Haematopus frazari (Brewster), Algarrobo, Noviem- bre 1856. Núm. 666 Haematopus leucopus (Garn.), Chiloé, Diciembre 1857 Núm 677 Zosterops modesta (Sriht), Chiloé, Octubre 1857. Núm. 695 Aegialitis faklandica (Lath), Chiloé, Diciembre 1857. Núm. 696 Aegialitis faklandica (Lath), Chiloé, Diciembre 1857. Núm. 702 Aegialitis faklandica (Lath), Algarrobo, Noviembre 1856. Núm. 709 Calidris arenaria (L.), Chiloé, 1857. Núm. 736 Arenaria interpres (L.), Algarrobo, Noviembre 1856. 225 Núm. 710 Phegornis Mitchelli (Fraser), Cordillera, Santiago Febrero 1857. Núm. 760 Tringa Bairdi Cones, Santiago, Abril 1857. Núm. 749 Calidris arenaria (L.), Chiloé, Diciembre 1857. Núm. 776 Rhynchaea semicollaris (Vieill), Vecasina, Santiago, Agosto 1854. Núm. 731 Arenaria interpres (L.), Algarrobo, 1856. Núm. 752 Tringa maculata (Vieill), Pollito negro, Algarrobo, 1856. Núm. 852 Herodias canaidissima (Gm.), Garza chica, Santia- go, Noviembre 1856. Núm. 854 Herodias egretta (Wils.), Garza grande, Chiloé, Oc- tubre 1857. Núm. 848 Ardeta involucris (Gray), Garza amarilla, Santiago, Agosto 1855. Núm. 855 Ajaja mexicana (Gamb.), Planeta, Santiago, Julio 1858. Núm. 866 Phoenicopterus chilensis (Mol.), Flamenco, Santia- go, Julio 1857. Núm. 870 Phoenicopterus andinus (Phil.), Panina, Santiago, Enero 1854. Núm. 831 Plegadis guarauna (Lin.), Algarrobo, Noviembre 1856. Núm. 839 Theristicus melanopis (Gm.), Bandurria, Algarrobo, Noviembre 1856. Núm. 862 Ardea cocoi (L.) Cuca, Santiago, Agosto 1854. Núm. 863 Ardea cocoi (L.) Cuca, Santiago, Agosto 1854. Núm. 906 Merganetta armata (Goned), Pato de Cordillera, Santiago 1854. Núm. 922 Coscoroba candida (Vieill), Cisne, Chiloé, Noviem- bre 1857. Núm. 920 Coscoroba candida, Laguna de Acúleo, Julio 1858. Núm. 934 Mareca sibilatrix, Prepp. Santiago. Núm. 931 Mareca sibilatrix, Prepp. Santiago 1854. 15 22 6 Núm. 928 Spatula platalea (Vieill), Pato cuchara, Santiago, Mayo 1858. Núm. 941 Choephaga hybrida (Mol), Cagüe, Chiloé, Noviem- bre 1857. Núm. 943 Choephaga hybrida (Mol), Cagüe, Chiloé, Noviem- bre 1857. Núm. 949 Choephaga melanoptera (Eytm), Piuquen, Santia- go, Junio 1857. Núm. 951 Dafila spinicauda (Vieill), Pato jergón grande, San tiago, 1854. Núm. 953 Dafila spinicauda (Vieill), Pato jergón grande, San- tiago, 1854. Núm. 964 Anascristata Gm., Pato Juarjual, Santiago, Agosto 1856. Núm. 969 Anas specularis King., Pato anteojillo, Chiloé, Di- ciembre 1857. Núm. 974 Erismatura ferruginea Eyt, Pato tripoca, Santiago, Junio 1857. Núm. 986 Tachyeres cinereus Gm., Quetru, Chiloé, Octubre 1857. Núm. 988 Tachyeres cinereus Gm., Quetru, Chiloé, Octubre 1857. Núm. 989 Metopiana peposaca (Vieill), Pato negro, Santiago, Junio 1857. Núm. 995 Querquedula cyanoptera (Vieill), Pato colorado, Santiago, 1854. Núm. 996 Querquedula cyanoptera (Vieill), Pato colorado, Santiago, 1854. Núm. 1010 Querquedula flavirostris (Vieill), Chile, Pato jergón chico Núm. 1005 Querquedula versicolor (Vieill), Pato capuchino, Santiago, 1856. Núm. 1038 Leucophaeus scoresbyi (Traill), Chiloé, Octubre 1857. 227 Núm. 1039 Leucophaeus scoresbyi (Traill), Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1040 Leucophaeus scoresbyi (Traill), Chiloé, Octubre 1856. Núm. 1036 Larus modestus. Tsch. Gaviota. Algarrobo, No- viembre 1856. Núm. 1044 Larus dominicanus. Licht. Gaviota. Algarrobo, Noviembre 1856. Núm. 1055 Sterna trudeaui. Andub. Chibrillo. Santiago, Julio 1856. Núm. iiii Diomedea exulans. L. Pájaro carnero. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 11 19 Phalacrocorax Gaimardi (Garnot.), Lile. Algarro- bo, Noviembre 1856. Núm. 1 120 Phalacrocorax Gaimardi (Garnot.), Lile. Algarro- bo, Noviembre 1856. Núm. 1 128 Phalacrocorax vigna (Vieill), Yeco. Algarrobo, No- viembre 1856. Núm. 1 1 30 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1 129 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1130 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1 1 32 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1133 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1 134 Phalacrocorax magellanicus (Gm.), Lile. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 1154 Podilymbus podiceps. Lin. Picurio., Santiago, Tu- nio 1857. Núm. 1153 Podilymbus podiceps. Lin. Picurio., Santiago, Ju- nio 1857. 228 Núm. 1155 Podilymbus podiceps. Lin. Picurio., Santiago, Ju- nio 1857. Núm. 1148 Podicipes calipareus. Less. Blanquillo., Santiago, Septiembre 1857. Núm. 1 144 Podicipes americanus Garnot, Pimpollo., Santiago, Julio 1854. Núm. 1 1 59 Aechmophorus major (Bodd), Huala., Santiago, Tunio 1857. Núm. 1 1 7 1 Spheniscus Humboldti. Meyen., Pájaro Niño, Pa- tranca, Chiloé, 1857. Núm. 58 Sarcorhamphus gryphus L. Condor. Núm. 61 Sarcorhamphus gryphus L. Condor. Santiago, 1854. Núm. 64 Ibicter megalopterus (Meyen), Tiuque de Cordillera, Santiago 1854. Núm. 65 Ibycter megalopterus (Meyen), Tiuque de Cordillera, Santiago, 1854. Núm. 66. Ibycter megalopterus (Meyen), Tiuque de Cordillera, Santiago, 1854. Núm. 67 Ibycter megalopterus (Meyen), Tiuque de Cordillera, Santiago, 1854. Núm. 68 Catharista s’trata (Bartran), Gallinazo, Santiago, 1854. Núm. 75 Parabuteo unicincta (Temm), Peuco, Santiago, 1857. Núm. 78 Polyborus tharus (Mol), Traro, Santiago, 1855. Núm. 79 Polyborus tharus (Mol), Traro, Santiago, 1855. Núm. 80 Milvago chimango (Azaca), Tiuque. Núm. 83 Parabuteo unicincta micinctal (Temm), Peuco. San- tiago, 1857. Núm 93 Buteo erythronotus (Ibing), Aguilucho. Ñaucu. San- tiago, 1854. Núm. 97 Buteo melanoleucus (Vieill), Aguila. Santiago, 1855. Núm. 98 Buteo melanoleucus (Vieill), Aguila. Santiago, 1853. Núm. 99 Elanus leucurus (Vieill), Bailarín, neblé. Santiago, 1854. Núm. 100 Elanus leucurus (Vieill), Bailarín, Santiago, 1857. 229 — Núm. i o i Tinnunculus sparverius, L. (Siv.), Cernícalo. Juan Fernández, 1854. Núm. 102 Tinnunculus sperverius (L.), Cernícalo. Santiago, 1854. Núm. 103 Tinnunculus sperverius (L.), Cernícalo. Santiago, 1854. Núm. 107 Tinnunculus sperverius (L.), Cernícalo. Santiago, 1854. Núm. 108 Falco fusco-caerulescens (Temm), Halcón. Santia- go, Junio 1857. Núm. 120 Circus cinereus. Vieill. Varí. Santiago, Tunio 1857. Núm. 121 Circus cinereus. Vieill. Varí. Santiago, Junio 1857. Núm. 122 Circus cinereus. Vieill. Varí. Santiago, Septiembre 1855. Núm. 132 Speotyto cunicularis (Mol) Pequen. Santiago, Junio 1857. Núm. 1 36 Glaucidium namun. King. Chuncho. Santiago, Julio 1854. Núm. 147 Asió americanus. Steph. Concon. Nuco. Santiago, Junio 1857. Núm. 148 Asió americanus. Steph. Concon. Nuco. Santiago, Septiembre 1855. Núm. 159 Henicognathus leptorhynchus (King), Loro Choroi. Santiago, Junio 1857. Núm. 160 Henicognathus leptorhynchus (King), Loro Choroi. Santiago, Junio 1857. Núm. 165 Henicognathus leptorhynchus (King), Loro Choroi. Santiago. Junio 1857. Núm. 166 Henicognathus leptorhynchus (King), Catita Choroi. Santiago, Junio 1857. Núm. 168 Ceryle torquata (Lin), Martin pescador. Chiloé, Oc- tubre 1857. Núm. 180 Colaptes pitius (Mol) Pitigüe, Santiago, Julio 1854. Núm. 187 Dendrocopuslignarius(Mol), Carpinterito. Santiago, Junio 1857. — 230 — Núm. 1 88 Dendrocopus lignarius (Mol), Carpinterito. Alga- rrobo, Noviembre 1856. Núm. 190 Ipocrantor magellanicus (King), Carpintero. Chiloé., Noviembre 1857. Núm. 192 Ipocrantor magellanicus (King), Carpintero. Chiloé, Noviembre 1857. Núm. 216 Patagona gigas. (Vieill), Picaflor grande. Alga- rrobo, Noviembre 1857. Núm. 247 Cinclodes nigrofumosus (D’Orb.), Molinero. Alga- rrobo, Noviembre 1856. Núm. 255 Cinclodes fuscus. (Vieill), Molinero. Algarrobo, No- viembre 1856. Núm. 259 Henicornis melanura. (Gray), Santiago, Mayo 1854. Núm. 264 Pteroptochus albicollis. (Kittl.), Tapaculo. Santiago, Junio 1856. Núm. 268 Pteroptochus rubecula (Kittl.), Chucao. Chiloé, No- viembre 1856. Núm. 273 Hvlactes megapodius. (Kittl.), Turca. Santiago, Mayo 1854. Núm. 282 Hvlactes tarnii. (King), Huerhuez. Chiloé, Octubre 1857. Núm. 285 Anthus correndera. Caminante. Santiago, Septiem- bre 1856. Núm. 295 Anthus furcatus. (Lafr. i D’Orb.), Santiago, Marzo 1856. Núm. 298 Troglodytis hornensis. (Less), Penitente. Santiago, Tulio 1853. Núm. 304 Geositta cunicularia. (Vieill), Algarrobo, 1856. Núm. 31 1 Geositta isabellina. Santiago, Febrero 1854. Núm. 312 Geositta rufipennis. (Burm), Agachovera. Santiago, Julio 1854. Núm. 323 Syvilothorynchus desmursi. (Gay), Larguicola, Chi- loé, Diciembre 1857. Núm. 324 Leptasthenura aegythaloides. (Kitll), Colilarga. San- tiago, Mayo 1854. Núm. 335 Leptasthenura aegythaloides(Kittl), Colilarga. San- tiago, Mayo 1854. Núm. 360 Liptornis humicola (Kittl), Santiago, Mayo 1854. Núm. 361 Liptornis humicola (Kittl), Santiago, Mayo 1854. Núm. 365 Liptornis sórdida (Less.), Canastero. Santiago, Mayo-Junio 1854. Núm. 366 Liptornis antho'ides (King), Canastero. Santiago, Mayo-Junio 1854. Núm. 369 Muscisaxicola rufivertex (D’Orb i Lafr.), Santiago, Febrero 1857. Núm. 378 Muscisaxicola cinérea (Ph. i Landb.), Cordillera, Diciembre 1856. Núm. 384 Muscisaxicola macloviana (Garn.), Dormilón. San- tiago, Mayo 1854. Núm. 385 Muscisaxicola macloviana (Garn.), Dormilón. San- tiago, Mayo 1854. Núm. 393 Muscisaxicola flavinucha (Lafr.), Dormilón. Cordi- llera, Diciembre 1856. Núm. 403 Scytalopus magellanicus (Gm.), Chercan negro. Chiloé, Septiembre 1857. Núm. 406 Scytalopus obscurus (King), Churrin. Núm. 414 Scytalopus magellanicus (Gm.), Chiloé, Noviembre 1857. Núm. 417 Anaeretes parulus (Kittl.), Torito. Santiago, Mayo 1854. Núm. 418 Anaeretes parulus (Kittl), Torito. Santiago, Mayo 1854. Núm. 420 Anaeretes fernandezianus (Phil.), Torito. Juan Fer- nandez, Agosto 1855. Núm. 421 Anaeretes fernandezianus (Phil.), Torito. Juan Fer- nandez, Noviembre 1854. Núm. 424 Elainea murina. ¿Santiago. Marzo 1854. Núm. 426 Elainea albiceps (D’Orb. i Lafr.), Santiago, Sep- tiembre 1856. — 232 — Núm. 430 Lichenops perspicillata (Gm.), Runrun. Chiloé, No- viembre 1857. Núm. 447 Phrygilus xanthogrammus(Gray), í> Cordillera, San- tiago, Febrero 1857. Núm. 448 Phrygilus xanthogrammus(Gray), ? Cordillera, San- tiago, Febrero 1857. Núm. 449 Phrygilus unicolor (D’Orb. i Lafr.), Santiago, Julio 1854. Núm. 451 Phrygilus unicolor (D'Orb. i Lafr.), Santiago, Julio 1854. Núm. 463 Phrygilus fruticeti (Kittl.), Rara negra. Santiago, Agosto 1854. Núm. 497 Zonotrichia pileata (Bodd.), Chincol. Santiago, Mayo 1854. Núm. 504 Phytotoma rara. Mol. Rara, Santiago, Diciembre 1854. Núm. 505 Phytotoma rara. Mol. Rara. Santiago, Diciembre 1854. Núm. 516 Agelaeus thilius (Mol), Trile. Santiago, Mayo 1854. Núm. 517 Agelaeus thilius (Mol), Trile. Santiago, Junio 1857. Núm. 523 Curaeus aterrimus (Kittl), Santiago, Junio 1857. Núm. 524 Curaeus aterrimus (Kittl), Var. Santiago, Junio 1857. Núm. 526 Curaeus aterrimus (Kittl), Var. Santiago, Abril 1857. Núm. 534 Leistes superciliaris (Bp), Loica. Santiago, Tunio 1857. Núm. 565 Agriornis livida (Kittl), Zorzal. Santiago, Junio 1857. Núm. 568 Agriornis livida (Kittl), Zorzal. Santiago, Febrero 1854. Núm. 581 Mimus thenca (Mol), Trenca. Santiago, Junio 1857. Núm. 587 Metropelia melanoptera (Mol), Tórtola de la Cor- dillera. Santiago, Noviembre 1856. — 233 — Núm. 603 Columbula picui (Azara), Tórtola cuyana. Santiago, Julio 1854. Núm. 604 Columbula picui (Azara), Tórtola cuyana. Santiago, Julio 1854. Núm. 610 Columba araucana (Less), Torcaza. Santiago, Junio 1 857. Núm. 627 Thinocorus orbignyamus (Geoffr. i Less) Cojon. Cordillera. Santiago, 1857. Núm. 638 Nothoprocta perdicaria (Kittl), Santiago, Mayo 1854. Núm. 640 Nothoprocta perdicaria (Kittl), Santiago, Junio 1857. Núm. 651 Attagis Gayi (Less), Perdiz. Cordillera. Santiago, Diciembre 1856. Hago figurar aquí los nombres modernos según la nomencla- tura que se usa en el Museo de Bruselas, aunque las etiquetas de las aves del Museo aun no se han cambiado por las nuevas; por el número se las encuentra a fin de que siempre se sepa cual es el trabajo mió. Aunque dedicado a este trabajo de Zoolo- jía, no descuidé por un momento el ramo de Entomolojía, pues no descuidaba ocasión para aumentar la colección del Museo. También he juntado gran parte del material de la Sección Bo- tánica, en las escursiones mencionadas. En los «Anales de la Universidad» del año 1854, pájinas 323 a 336, describí 21 especies nuevas de coleópteros de Chile, i en los mismos Anales, año 1855, pájinas 386 a 407, describí 71 es- pecies nuevas de insectos. En la Societé Entomologique de France del año 1858, publi- qué en unión con el entomólogo Mr. León Fairmaire, varias monografías sobre jéneros de Insectos Chilenos, como, por ejemplo, de los jéneros Maypa i Listronyx i también una revisión de los Coleópteros de Chile, como lo haré constar en la enume- ración de mis trabajos publicados. Ocupado estaba en tales trabajos ya enumerados cuando ines- 234 — peradamente i por cierto no por culpa mía, tuve dificultades con el Director i para manifestar mi carácter pacífico i espíritu de- sinteresado presenté, con perjuicio evidente para mis años de servicio, ante el Gobierno de Chile, mi renuncia, la que me fué aceptada en 6 de Diciembre de 1858. Desde el decreto de mi nombramiento número 656, del 5 de Junio de 1853, habia servido pues a la República de Chile du- rante cinco años, cinco meses i un dia. Gravemente perjudicado en mi carrera de empleado público de Chile i mui decepcionado, me propuse viajar i estudiar, por cuenta propia, la fauna entomolójica de diferentes países, como que la entomolojía constituye mi ramo favorito. Recorrí las Pampas Arjentinas hasta Buenos Aires; hice un viaje interesan- tísimo a la Arjentina, pasando por San José de Maipo llegué al Sur de Mendoza i Rio Diamante; en 1861 estuve en Mendoza; salí de esa ciudad el 2 de Marzo i el 1 8 del mismo mes fué des- truida por el terremoto. En 1863 regresé a Francia i en 18 66 pasé a España visitando Bilbao, todo el Aragón i Cataluña hasta Zaragoza, en calidad de Director de varias fábricas de Gas de Alumbrado; estuve en España 14 años hasta 1881; en este año me embarqué en un buque de vela, me trasladé para el Amazonas (Brasil); en 1885 me trasladé a Rio de Janeiro i después recorrí la provincia de Minas Geráes; mandaba mis colecciones de insectos a mi amigo Mr. Fairmaire en París, quien publicaba los trabajos, i en venta a Mrs. Oberthier en Rennes, casa edictora i litógrafos. P2n 1886 pasé a Asunción del Paraguai i de allí a Matto Gros- so, 1887-1888; a principios de 1889 vine a Quillota i traje una rica colección de insectos. Volví el mismo año al Paraguai i allí recibí una carta de don Guillermo Matta, Ministro de Chile en Buenos Aires, ofreciéndome el nombramiento de profesor en el Liceo de Quillota. Hice algunos viajes interesantísimos por ese tiempo, como ser el de Asunción (Paraguai) a Moliendo (en el Perú); i de Corumba a Santa Cruz de la Sierra. Un estudio especial me mereció la — 235 ~ Prefectura de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia Oriental i estuve tres meses en el famoso valle de Sipotuba. Llegué a Chile en 1890; en unión del doctor don Vicente Izquierdo, Federico Puga Borne i Cataste, formamos el Museo de la Escuela de Me- dicina; hasta que por decreto del 18 de Octubre de 1893 se me comisionó para hacerme cargo de la colección de insectos del Museo Nacional. Ya el 2 de Setiembre de 1893 se me habia comisionado en viaje a Coquimbo en unión de don Federico Phillippi. El 12 de Febrero de 1903 fui nombrado Jefe de la Sección Entomolójica del Museo Nacional; pero, como acabo de decir, trabajé en el Museo en calidad de empleado público desde el 2 de Setiembre de 1893, si bien tenia otras comisiones del Gobierno desde 1890 Durante este 'tiempo he trabajado sin descanso en el arreglo i determinación de la inmensa i valiosísima colección de insectos que he formado. Mis publicaciones son únicas en Chile, referentes a Entomolojía i por ellas no he percibido aun ningún premio, al cual me considero acreedor, lo mismo que los demas traducto- res de obras útiles, científicas i didácticas. Ellas son por orden cronolójico: 1. — Descripción de 21 especies nuevas de coleópteros de Chile por P. Germain. — Anales de la Universidad, año 1854, pá- jinas 323 a 33Ó=cuatro pájinas de testo. 2. — Descripción de coleópteros de diversas especies que no se hallan en la obra del señor Gay, por el señor Germain i pre- sentadas a la Facultad de Ciencias Físicas i Matemáticas. — Anales de la Universidad, año 1855, pájinas 386 a 407; son 71 especies en 31 pájinas de testo. 3. — Monografía de los jéneros Maypa i Litronyx chilenos. — So- cieté Entomologique deFrance, année 1858, pájs. 721 a 746 con una lámina i 22 figuras. — L. Fairmaire i P. Germain; son 25 pájinas de testo. 4. — Revisión des Coleoptéres du Chili. — Armales entomologiques 236 — de France 1858, pájs. 709-795, 1 planche avec 14 figures. — P. Germain i L. Fairmaire; son 84 pájinas de testo. 5. — Notes sur les Coleoptéres du Chili. — Renseignementetobser- vations de 9 éspéces nouvelles, rectifications, indications de synonymies. — Actes de la Societé scientifique du Chili, Tom. II. — Année 1892. — Pájs. 241-261, avec 4 figures; son 20 pájinas de testo. 6. — -Voyaje d’Asuncion (Paraguai) a Moliendo (Perou); Actes de la Societé scientifique du Chili. — Tome IX (1899) pájs. 1 a 30 avec Prologue, pájs. 128 a 137; son 40 pájinas de testo científico. 7. — De Corumbá a Santa Cruz de la Sierra. — Tome X (1900). — Actes de la Societé Scientifique du Chili. — Pájs. 1 a 52. 8. — La Prefecture de Santa Cruz de la Sierra (La Bolivie Orien- tal).— Actes de la Societé Scientifique du Chili. — Tome X (1900) pájs. 318 a 378; son 61 pájinas de testo i en la misma revista que no puedo consultar por el momento. 9. — Trois mois dans la Vallée du Sipotuba; 32 pájinas. Trabajos netamente entomolójicos publicados en mi calidad de Jefe de Sección del Museo Nacional: 10. — Apuntes diversos sobre los Coleópteros de Chile. — Anales de la Universidad, año 1893, con un total de 46 pájinas de testo, 1 lámina con 14 figuras. 11. — Monografía de los Phanodesta, 10 pájinas, 1 lámina con 7 figuras. — Anales de la Universidad: — año?.. . 12. — Los Carabus chilenos, pájs. 1-59 con una lámina i 26 figu- ras.— Anales de la Universidad, Mayo de 1895. 1 3. — Monografía de los Listroderitos.— Anales de la Universi- dad, entregas Febrero 1895: Julio 1895; Junio 1896; No- viembre 1896, con un total de 241 pájinas de testo i 5 lá- minas que contienen 201 figuras. 14. — Monografía de los Cyphonotus, pájinas 1 - 1 5 . — Anales de la Universidad Febrero de 1897. — 237 — 15- — El jénero Brachidia, pájinas 1-12. — Anales de la Universi- dad, Mayo de 1897. 16. — Los Taurocerastidae, pájinas 1-1 6 i una lámina con 24 figuras. — Anales de la Universidad. — Tomo XCVII, año 1897. 17. — Los Lonjicornios chilenos. — Anales de la Universidad. — Abril i Mayo de 1898. — Anales de la Universidad 1899. — - Anales de la Universidad, Julio de 1900; con un total de 262 pájinas de testo, con tres láminas que contienen 85 figuras. 18. — Monografía de los Cnemalobus; 20 pájinas. — Anales de la Universidad, 1901. 19. — Monografía de los Phytoloema. — Anales de la Universidad, Julio de 1901; 21 pájinas i una lámina con 7 figuras. 20. — Monografía de los Oryctomorphus, 28 pájinas, 1 lámina con 15 figuras. — Anales de la Universidad, Julio de 1901. •21.— Los Helophoridae, pájinas 24; 3 láminas con 29 figuras. — Anales de la Universidad, Tomo CIX Noviembre de 1901. 22. — Monografía de los Nycterinus; 24 pájinas. — Anales de la Universidad.— Tomo CXII, 1903. 23. — Compendio histórico de la clasificación de los Coleópteros i de su nomenclatura con anotaciones críticas, relativas al sistema tarsal. — Variaciones i variedades, 25 pájinas de testo. — Anales de la Universidad. — Tomo CXII, Mayo i Junio de 1903. 24. — Rectificaciones, anotaciones i descripciones varias, 57 pá- jinas de testo i una lámina con 15 figuras. — Anales .de la Universidad. — Tomo 1 1 3 , Setiembre i Octubre de 1903. 25. — Monografía de los Braquiaternidos chilenos, pájinas 449- 506, total 57 pájinas de testo. — Anales de la Universidad, Noviembre i Diciembre de 1903. 26. — Monografía de los Benbidios chilenos. — Anales de la Uni- versidad, Noviembre i Diciembre de 1905, pájinas 589 a 653. — Total 64 pájinas de testo con una lámina i veinte figuras. — 23B — 27. — Monografía de los Buprestidos chilenos. — Anales de la Universidad 1907.— Pájinas 31 de testo. El resúmen jeneral de mis obras se descompone en: 1,321 pájinas de testo; 19 láminas, i 443 figuras. La labor ha sido intensa i no guarda relación con mi escasa renta. He hecho ademas mas de 300 preparaciones microscópicas al bálsamo de Canadá; cada una de estas preparaciones tiene un valor material de no ménos de $ 10, i el valor comercial es diez veces mayor. La inmensa colección de insectos tanto estranjeros como chi- lenos es también obra del infrascrito que representa un valor de mas de $ 200,000. • Creo tener sobrado mérito para obtener un premio por mis obras i por la recolección i preparación de la valiosísima colec- ción de insectos i ejemplares zoolójicos del Museo Nacional. Mis viajes a través de la Cordillera, mis noches pasadas a la intemperie, todos mis desvelos, creo serán considerados por el Supremo Gobierno de Chile tal como los ha tomado mui en cuen- ta el Gobierno francés, por el cual he trabajado mil veces ménos, pues mis publicaciones en Francia se refieren a Chile; i sin em- bargo, ese Gobierno me nombró con fecha i.° de Agosto de 1902 «Chevalier du Mérite Agricole». La carta recibida, por la cual consta mi nombramiento, dice así: Membrete: — «Ministére d’Agriculture. — Direction du Secré- tariat du Personel Central et de la Comptabilité. — Secretariat: — Mérite Agricole. — République Frangaise. — París, le 1 Aout 1902.» — 239 — J'ai l’honneur de vous faire connaitre que par arrété en date de ce jour, je vous ai nommé Chevalier du Mente Agricole. Je suis heureux, Monsieur, d’avoir pu vous accorder cette distinction en récompense des Services que vous avez rendus á l'Agriculture. Recevez, Monsieur, l’assurance de ma consideration la plus distinguée. Le Ministre de l’Agriculture. — Lonis Mougrat? — La firma es ilejible. Santiago de Chile, 1 5 de Abril de 1910. Philibert Germain. 2. — Informe del Jefe de la Sección de Botánica Señor Director: Durante el año pasado, desde el i.° de Enero de 1909 hasta igual fecha de 1910, en la Sección Botánica de este Museo hubo el movimiento siguiente: En el Salón de Botánica se colocó una vidriera nueva para la instalación de un arbusto de Euphorbia lactiflua Ph., traído por mí de Taltal. Esta planta atrajo la atención pública por creérsela productora de caucho. El trozo antiguo ’de la Palma de la calle de Agustinas se armó de nuevo i se cubrió de una tapa decentemente pulida. Las ventanas del Salón grande, las que dan al Instituto Agrí- cola, se empavonaron. El Herbario Xacional, en vista de las invasiones reiteradas de insectos nocivos, necesitó una impregnación con solución aleo- 240 — hólica de sublimado. Este trabajo fué encomendado al ayudante por el señor Philippi, pero produjo deterioros tan serios en las muestras secas, que creo de mi deber la insinuación de que dicho empleado proceda a un arreglo minucioso de la colección, según las informaciones que me permití darle yo, cuando está- bamos sin Director. Los trabajos científicos se estendieron a la revisión i descrip- ción de la segunda mitad de las Escrofulariáceas. Después de- diqué todo el tiempo disponible a la revisión esclusiva de las Orquidáceas chilenas, para presentar de ellas una monografía detallada i profusamente ilustrada a propósito del Centenario de la Independencia; mi proposición de dedicar a esta obra la entrega 18 lujosamente preparada de los Anales del Museo, fué aprobada por el Director quien hizo entregar a la Imprenta Barcelona la suma de $ 1,100, para poder iniciar la impresión ya en Diciembre de 1909. Fué éste el último acto administrativo de mi inolvidable amigo don Federico Philippi. Emprendí tres viajes de estudio: 1) Uno en Enero, dirijido a la Cordillera de Nahuelbuta; 2) Otro, en la Semana Santa a Chiguayante, comisionado por el Ministerio de Industria para estudiar la estension del chancro de los manzanos, y 3) El ter- cero en Setiembre en comisión del mismo Ministerio para ave- riguar la estension i utilidad de los arbustos lecheros, que, sin razón, gozaban de la reputación de producir caucho. Publiqué: 1) Zur Kenntnis von Epipetrum. — Bot. Jahrb. vol. 42 (1909) Páj. 178-190; 2) Flora deChile, conclusión del quinto tomo, sin índice; 3) Viaje de estudio a la Provincia de Atacama en busca de plantas cauchíferas (la parte botánica i técnica); 4) Un roble nuevo de Chile, en el Boletín del Museo Nacional, 1 páj. 67-69. Remití al estranjero los siguientes objetos de estudio: 1) Se- millas de Cuscuta suaveolens al doct7 Plantas carnívoras ; « Anales de la Universidad» t tomo XLYIII, 1876, páj. 425-440. Los jardines botánicos. Discurso de incorporación .a la Facul- tad de Ciencias Físicas i Naturales en 21 de Noviembre de 1877. «Anales de la Universidad >; tomo XLIX, 1877, pájinas 850-873. Ilustraciones de la término! ojia botánica. Santiago 18/9. Imp. Guttemberg. Algunas plantas forrajeras que coiwcndria ensayar en Chile. «Anales de la Universidad», tomó LVII, 1880, pájinas 67 3- 675. Quinchamalium patagónicum «Analeá de la Universidad» (1880). Catalogas plantarum vascíilariurn chilensihm crdhut dcstrip- tarnm auctore Friderico Philippi. «Anales de la- Universidad >, tomo LIV, 1881, pájinas 49-422. Esta obra enumera las -plantas chilenas i sirve para ordenar sistemáticamente nuestro Herbario. Elementos de Fisiolojía vejetal. Santiago 1882. Imp. Guttem- berg' 7 . •.? Ai xVCi Y YV Vegetation of Coquimbo. Journal oí Botany, 21 (1883), páj. 247. A Visit to the northern most forest of Chile. Journal of Bot. 22, (1884), páj. 201, London. uq ; od ; G adroG Memoria i Catálogo de las plantas cultivadas '.melFfdrdin Botánico hasta el 1, de Mayo de 18.84.. Santiago, Imprenta Na- cional.- i 884. ís-r '/o i3 opr gilcorod « 294 — En Verhandlungen des deutschen Wissenschaftlichen Vereins zu Santiago publicó: a) Bot. Reise von Yerbas Buenas nacli Matanzas (Viaje botá- nico de Yerbas Buenas a Matanzas). Tomo III, (1894) paj, 24. b) Reise nach der Provinz Tarapacá (Viaje a la provincia de Tarapacá), I, ( 1 886), páj. 135. c) Botaniche Reise nach der Provinz Atacama im Frühjahr 1885, I, (1887), páj. 214. Verzeichniss der von Verfasser auf der Hochebene der Pro- vinzen Antofagasta und Tarapacá gesammelten Pflanzen, Leip- zig, 1891. Esta publicación corresponde a la de los Anales del Museo, entrega N.° 8. Expedition von F. Philippi, nach der Provinz Tarapacá Gar- tenflora vol. 34 (1885), páj. 216 en que colaboró con su padre. El árbol de Sándalo de la Isla Juan Fernández. Anales del Museo, II, Botánica N.° 9, páj 5, (1892). Catalogus praevius plantarum in itinere ad Tarapacá lectarum (Anal, del Museo Nacional, Botánica, VIII) (1891), colaboró con su padre. Escursion botánica, hecha de orden del Supremo Gobierno en Setiembre de 1885, a la provincia de Atacama. Diario Oficial, año X, N.° 2,793. Imprenta Nacional, 1886. Las plantas nuevas descritas por don Federico Philippi (F Ph.) en los Anales de la Universidad son: Pájs. Tomo LXXXI, 1892: Nasturtium stenophyllum 177 « Coxi 182 Draba (Drabella) pusilla 329 Hexaptera constitutionis 335 Azara Bergi 337 » Browneae 338 » borealis 340 — 295 — Pájs. Tonto LXXXII, 1892-93: Cristaria inconspícua 302 Tomo LXXXIV, 1893: Phaca araucana 14 Epilobium lignosum 746 Eugenia pinifolia 758 » ebracteata 758 Tomo LX XX V. 1893-93: Loasa humilis 6 » Williamsi 7 » subandina 8 Calandrinia Caesia 187 Hedyotis inconspícua 739 Gochnatia multiflora 836 Tomo LXXXVII, 1893: Leuceria (Chabraea) nivea 104 Hipochaeris (Achyrophorus) grandiflora 313 » » cupressorum 313 Conyza setulosa 681 Baccharis Williamsi 701 Tomo XC, 1893: Cephalophora spathulata 33 — 296 — ~ Pájs. Tomo XCI, 1895: .\V/J/7/\.Y fvAw\' Euphrasea aurea 113 Calceolaria georgiana (De Fraijorje), Enero 1883 133 Potamogetón tenuifolius y.-. 52^ » australis 523 Tomo XCIII, 1896: O w _ Epipetrum polyanthes Lapiedra chilensis Leucocoryne Coquimbensis Nasella obscura nni.ot/j&tn mar!1! rn uso rt ; > i 1 ni ni dolí < ¡ j L fiiloVmiq nitioguH 22 144 273 , 727 Tomo XCIV, 1896: \ iarrmifítW « Mélica Paulseni : 159 V1 1 r. i?.oiO UrinbriKhO Las callampas comestibles de Chile (en aleman). Hedwígia, 1893. Viaje a la laguna de Budi, Revista Chilena Ñ.° 18, Junio i.° de 1876. Una nueva enfermedad de la parra (Heterodera) i una nueva enfermedad de los árboles frutales con uná lámina. Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, tomo XV, N.° 11, páj. 225, 20 de Marzo de 1884. Excrecencias de la vid i dos insectos dañinos al agricultor. Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, tomo XVIII, 1887. • \>j 'i Y . ) L V ZZ rr odqolsi — 297 — Trabajos varios HOI2UJOWOO Valdivia und seine Deutschen Einwohner, aus Im Neuen Rei- che, 1 875, II. La formación carbonífera en Chile. An. l.'njv, tomo.CI- 1898,! P§É 367.. Tono Descripción de algunas ropas del, desierto .de, .i^tap^ma. Tra- bajo hecho por el finado doctor Pohjmann i traducido por Pede-, ricp Philippi. An. Uifiv, tomo CI, 189,8, páj. Noticias sobre el primer Censo de la provincia de .S^nta Fe., Verhandl. des deutsch. wiss. Verein. Santiago II,.páj.,6l. Las causas de los terremotos en Chi(e>, .(traducido dé la «Frankforter Zeitung» piel 19 de Setiembre de 1906); «Diario Ilustrado», Enero 1907. Arqueolojía de la isla <^le La Mocha, cap. IV» Anales del Mu- seo, 1903 pájs. 13-17. Historia del Museo Nacional de Chile, por el doctor R. A. Philippi (en Setiembre de 1908 preparaba esfo, trabajo para la impresión, i a él se debe pl capítulo V),,.«Esfodo aqtual del Mu- seo».. Boletín del Museo Nacional de Chile, tqrnp I, núrn, 1, pájsv IA°- Los informes anuales desde 1 898 sobre la marcha del Museo, que se publican en k El Diario Ofiiciabx, .,,p , El señor Federico, Philippi escribía, taparea en la, prensa sobre temas de utilidad pública, escritos que firmaba con su nombre,, i que por esto se podrian reunir. , , Debemos advertir que al dar la ifo. tuina de las especies des- critas por don Federico Philippi, no nos toca averiguar cuáles han sido aceptadas por los hombres de ciencia; ademas, la no aceptación de una especie, puede derivarse del hecho de haber sido descrita ántes por otro especialista con nombre diferente, de modo que la descripción posterior entra en la categoría de sinó- nimo, aunque sea mejor que la orijinal. — 298 — CONCLUSION Cuando el 16 de Enero último, cumpliendo un deber ineludi- ble para con el Jefe, Maestro i amigo, presenciábamos los últi- mos momentos del señor bederico Philippi, nos hacíamos la re- flexión que perdíamos en el a un jefe modelo, con el cual se estinguia, por ahora, el último naturalista de esta familia, en cuyas manos ha progresado el Museo Nacional durante mas de medio siglo. Con fecha 22 de Abril último el nuevo Director del Museo Nacional, profesor doctor don Eduardo Moore, nos confió la re- dacción de una biografía de su digno predecesor; recibimos llenos de gusto este encargo el cual suscitó en nosotros la preo- cupación de reunir los datos mas completos posibles sobre la vida i labor científica del estinto. Hemos cumplido en la medida de nuestras fuerzas dos com- promisos; el uno para con el señor Director en ejercicio i el otro se refiere al profundo reconocimiento que debemos al finado señor Federico Philippi, por las muchas distinciones de aprecio i confianza que de él recibimos durante mas de doce años, pri- mero como secretario de su señor padre i durante los cinco últi- mos años en que fué nuestro Jefe inmediato i maestro. Podemos decir con el doctor don Aureliano Oyarzun, en cir- cunstancias que juntos vestíamos lbs despojos del buen conse- jero i maestro: «Hemos concluido con los dos naturalistas Philippi». Santiago, 30 de Mayo de 1910. CRÓNICA I CORRESPONDENCIA Nombramiento del nuevo Director del Museo Na- cional.—Circular. — Para el caso de no haber llegado al co- nocimiento de todas nuestras Relaciones Científicas, reproduci- mos aquí el decreto de Nombramiento del Nuevo Director del Museo Nacional i la Circular que, en español, francés, ingles i aleman, ha sido dirijida a las personas que se interesan por nuestro intercambio de publicaciones i ejemplares duplicados: 1. Decreto. — Núm. 1,391. — Santiago, 7 de Abril de 1910. — Hoi se decretó lo que sigue: He acordado i decreto: Nómbrase al doctor don Eduardo Moore para que desempeñe el cargo de Director del Museo Nacional, vacante por falleci- miento de la persona que lo servia. Tómese razón i comuniqúese. — MONTT. — E. Figueroa. — Lo digo a usted para su conocimiento. Dios guarde a usted. — Moisés Vargas. 2. Circular. — El nuevo Director del Museo Nacional de Santiago (Chile) cumple con el triste deber de anunciar el falle- cimiento de su malogrado antecesor el señor don Federico Philippi acaecido el 16 de Enero último. — 300 Por otra parte, tiene el agrado de anunciarle, que en el pues to que acaba de asumir, seguirá inspirándose en los actos de sus dignísimos predecesores, i desea conservar i, si posible fue- ra, aumentar i robustecer eficazmente las relaciones que nos unen con usted. Le agradecerá también toda clase de continjente científico, de í^sÍoria'*Ñ’a^al'|’ Ajerio) ía, Arque^íojía, Icnografía, etc.j que este Museo procurará corresponder -dignamente en canje. Aceptamos también con gftsto las relaciones de todas aque- establecimiento, al cual nos dirijimos en la presente; agradece- ríamos toda indicación útil para ponernos en contacto con los especialistasde habla es-papola i también con los de otras nacio- nalidades.— Prof. Dr. Eduardo Piyeetor d.el Museo N^-; cional. obia :aobsDÍIqob aa'inlqino'O'i '-.vnonaoildiiq ob oidrnr.oujru otJaoun .oiQi ab íiidA ob q .osfiiinnS — t v?£ , i .mu '/I — .otoiooG . i Presupuesto del Museo Nacional para 1911— Damps_ en seguida el presupuesto aprobado por el !qu(prena,o Gobierno i presentado al Congreso Nacional, agregando artículq dirijydo a los Honorables Senadores i Dipufqdos para c.onseguir el sqs r tenimiento de las partidas su primitas, ¡eq el proyecto de lg^p}f, Ljecutho. oJrrjirnioonoD ir¿ fiiaq boJau r, ogib Museo , Nacional ;J ri¡ c . . (i Este estal>lecipqi,ento, en pl.cnal ha,i acupiulado qvqr ¡yqliqgísimo material, qqcqsitq una rpqrgaqijsaciqn, ;eqra,plp£a para aprpvecfrqc- este material i los conocimientos,. de, los ivapp^especiqjjstas qpq , de su personal forman parte, en beneficio de la ciencia, de la agricultura, esto se ha aumentado la dotación de los Jefes de Sección, que en adelante dedicarán toda su actividad al Mqspp; £e han creado algunpS;; rxj~ i - rl'^T J \ ‘fí hR’/TOPíK J^) 1 W7‘'Ú*/ i nuevos puestos técnicos, í se han consultado los fondos tíos- para completar el material científico. GASTOS FIJOS cJanrl 3tip ,aoi .un zotieeun t>h r,vR i r.nurd i:m . ,, j. . „ , Moneda .corpente 32 i .oinoJnA rrn2 no nmiínnl/l noioeíaS r,I £"t ADMINISTRACION NiK» ciólos r.l ob ao Divisa ?o( ni.mrioovoiqs Sueldos ■ ' c 0(2.394 Director , anLi.Víáí. .•.o.zvu '/. , 2395 Jefe de la Sección Vertebrados .nosm ameirn ni ‘ioT Se divide la Sección Zoolójica en dos, confiando a un jefe lo referente a los mamíferos, aves, reptiles, batraquios i peces, i dejando a otro los moluscos, crustáceos, radiados, gusanos, zoófitos i protozoos, porque es imposible que un sólo jefe, en un museo de la importancia del nuestro, tenga a su cargo todo el reino animal. -hodic si si£q i Briioibom ni mnq cionnr . -q (Nuevo). Jefe de la Sección Evertebrados ocq,£ OOO, ó OOOT Los animales inferiores de Chile han sido mui poco estudiados, con grave perjuicio para la agricultura, en cuyo desarrollo tienen una importancia considerable. 113 2396 Jefe de la Sección n.ntomolójica (Nuevo). Sub-jefede la Sección de Entomolojía. Indispensable, para continuar el estudio de los insectos e iniciar el de las arañas, con un la- boratorio especial para el estudio de los in- .sectos dañinos. necesa- 6,000 6,000 6,000 QQ¿- 6.000 5.000 — 302 — (Nuevo). Conservador de la Estación Zoolójica Marítima i del Museo Oceanográfico 3,000 Es tiempo ya de estudiar sériamente la riquísi- ma fauna i flora de nuestros mares, que hasta ahora lo ha sido mui poco. Para esto se crea- rá la Estación Marítima en San Antonio, i se aprovecharán los servicios de la goleta « Ale- jandro Selkirk ». (Nuevo). Pescador 2,400 Por la misma razón. 2397 Jefe de la Sección Botánica 6,000 (Nuevo). Sub jefe de la Sección Botánica, encar- gado de las Plantas Criptógamas 4,500 A fin de confiar a un especialista el estudio de la flora nacional en lo referente a los hongos, musgos, liqúenes i algas, plantas de gran im- portancia para la medicina i para la arbori- cultura. 2398 Naturalista ausiliar 2,500 2399 Jefe de la Sección Mineralójica 6,000 (Nuevo). Ayudante de Jeolojía.- 3,000 Este i los tres ítem siguientes tienen por objeto organizar sériamente el estudio del suelo i sub-suelo del pais, el análisis de los terrenos de cultivo i de las rocas i avanzar en la cons- trucción de la carta jeolójica. (Nuevo). Ayudante de Agrolojía 3,000 3©3 (Nuevo). Químico 3>000 (Nuevo). Mozo para la Sección Jeolójica 1,200 (Nuevo). Jefe de la Sección de Antropolojía, Arqueolojía i Etnolojía 6,000 Para aprovechar científicamente el numeroso material etnográfico del Museo i organizar la contribución de Chile al estudio de la prehis- toria americana. 2400 Preparador 4,000 2401 Disector 1,200 2402 Escribiente i bibliotecario 2,400 2403 Mayordomo 1,200 2404 Dos porteros 2,000 2405 Un tercer portero 1,000 (Nuevo). Segundo preparador 2,000 Hai un gran número de animales acumulados en el Museo i que no han sido preparados porque el único preparador no ha alcanzado a hacerlo; con lo cual están espuestos a per- derse. Premios por obras 2406 Don Cárlos Reiche, por su obra «Estudios so- bre la Flora de Chile». D. 4,560, 14 Octubre 1909 900 GASTOS VARIABLES Moneda corriente 2407 Para adquisiciones, guardianes, viajes i demas gastos jenerales 25,000 O 2408 00 1 i 2409 2410 000 d 000, ooí'.r oog ,c OOÍ., ! O'”'" O OOl OCO, ; I' — POc — 304 — Impresiones Para estantería Fomento de la biblioteca (Nuevo). Para formar el gabinete del prepara- dor oeoiomun lo ■ r.i ifisinsgio i opeuM hb ooñJríjj Este gabinete es indispensable para mantener fnnq so 1 al dia las preparaciones de animales que, por falta de él, están mui atrasados. 3.000 4.000 2.000 2,000 (Nuevo). Para adquirir un gabinete para la Sec- ción Zoolójica ....... (Nuevo). Gabinete de Jeolojía (Nuevo). Gabinete de Agrolojía (Nuevo). Gabinete de Química ... . icol (Nuevo). Para encargar una sonda de reconoci- miento, a fin de elaborar la Carta Jeolójica del país. Por una sola vez 100,000 obnsn/.olf. cfl 011 lobsTfcqsiq ooinu k oupioq Esta sonda es necesaria para el estudio del sue- lo i del sub suelo, de las corrientes subtemb neas i, en jeneral, para la construcción de la Carta Jeolójica del pais, indispensable para el progreso de la minería i de la agricultura. Se dispone para ello en el Museo de un jeó- logo mui competente. oog £ iogs 2.000 FO* £ 3.000 2.000 r O-f- 2,000 (Nuevo). Para la Estación Zoolójica Marítima i Museo de -Oceanografía. Por una sola vez... 20,000 Para la construcción del acuario, laboratorio, etc. (Nuevo). Para la Carta Jeolójica 5,000 305 — Museo de Valparaíso DEPENDENCIA DEL MUSEO NACIONAL GASTOS FIJOS Moneda corriente Sueldos Se ha suprimido el ítem 2411, que consultaba el sueldo del Director del Museo i Jefe de la Sección Zoolójica. 2412 Jefe de la Sección Mineralójica 600 2413 Preparador 1,500 2414 Archivero i bibliotecario, oficial de pluma i en- cargado de la fotografía 1,500 2415 Portero 600 2416 Jefe de la Sección Botánica i encargado de los peces 2,400 Se han suprimido los ítem 2417, 2418, 2419 i 2420. No se necesitan. (Nuevo). Para pagar la diferencia de sueldos a los naturalistas que se contratarán para ser- vir los puestos de Jefe de Sección Botánica i encargado de las plantas criptógamas i de Jefe de la Sección de Antropolojía, Arqueo- logía i Etnografía del Museo Nacional, oro... 10,000 — He aquí ahora el artículo de la referencia: Es costumbre pedir como un empeño amistoso a los señores 20 — 306 — miembros del Congreso, apoyen el sostenimiento de las partidas incluidas por el Ejecutivo en el proyecto de lei de presupuestos. Pero esta práctica no es buena. Estoi seguro que si ellos son instruidos en los asuntos se con- vencerán sobre la necesidad de sostener partidas que son hijas de un concienzudo estudio de parte del Gobierno; el que, ademas, ha recibido el estudio de los jefes del repartimiento nacional de la citada cuestión. Por eso me permito ilustrarlos por medio de la prensa, a fin que reconsideren i sostengan los ítems que la Comisión de Pre- supuesto ha suprimido en el Museo Nacional, tomando en cuen- ta la necesidad de reducir los gastos públicos. Tratándose del presupuesto del Museo Nacional, se suprimió en el proyecto de lei del Ejecutivo: Por una sola vez. Una sonda $ 100.000 Para construir la carta jeolójica 20,000 Para un ayudante de jeolojía 3,000 Total $ 123,000 Yo invoco el patriotismo de los miembros del Congreso para que repongan esa partida, teniendo en cuenta las siguientes con- sideraciones: La Sección de Jeolojía del Museo Nacional es un departa- mento de consulta para el Gobierno i para los particulares sobre composición del suelo i subsuelo de la República, lo que inte- resa a la agricultura, sobre las capas jeolójicas que encierran riquezas mineras, sobre las corrientes subterráneas de agua que pueden dar lugar a pozos artesianos, sobre la existencia de pe- tróleo o de carbón de piedra, etc., etc. Esta Sección le ha costado hoi al Estado un desembolso de 5,000 pesos anuales, i he aquí a la lijera los servicios que ha prestado: i.° En las diversas sociedades auríferas de Magallanes, afir- — 307 — maban los técnicos, ya sean nacionales o estranjeros traídos especialmente de afuera, que el oro existia en enormes cantida- des industriales. Sociedades fueron éstas que le sacaron a nues- tros compatriotas mas de diez millones de pesos i estamos se- guros que si no hubiese sido por los estudios i enerjía del jefe de Sección de Jeolojía, se les habría sacado las economías de mas de cincuenta millones de pesos. 2.° En la Sociedad Hullera de Huimpil también le tocó a dicho jefe tener que informar en contra de otros que aseguraban la existencia de la hulla en terrenos terciarios. Naturalmente, nosotros tuvimos la razón i si se hubiese tomado en cuenta a los empleados de este Museo, estamos seguros que no se habrían perdido algunos cientos de miles de pesos, como pasó. 3.0 Informamos en contra de la existencia de carbón en Cob- quecura; pero desgraciamente sus accionistas no nos creyeron i estos tuvieron que pagar las ilusiones de algunos que se decian especialistas. 4.0 Informamos también en contra de esas grandes masas de carbón que cierto injeniero estranjero, especialista en la mate- ria, aseguró existia cerca de Valdivia, en el rio Calle-Calle. 5.0 Ademas, nos tocó demostrar al público que no existia la potasa de Upeo. Esta opinión aislada en un principio, en contra de la de todos los técnicos, nos enajenó la mala voluntad de casi la mayor parte del personal de algunos centros; porque se consideraron ofendidos tanto en sus capitales como en su modo de pensar. Así mismo somos de los primeros en Chile que sostenemos la existencia del petróleo en estepais, después de profundos estu- dios; aunque al principio dudábamos que nuestro suelo pudiese encerrar semejante riqueza. I tenemos la plena seguridad que en algún tiempo mas veremos implantarse en nuestro suelo esta industria que nos llevará a la riqueza efectiva. Por último, hai muchos otros trabajos que hemos hecho i que seria largo enumerar; pero que todos ellos tienden a desarrollar el poder productor de este pais. 3°8 — Creemos que la labor realizada en estos últimos años es dema- siada, si se toma en cuenta que esta oficina le cuesta a la Nación unos cinco mil pesos al año. I como nos creemos con fuerza para hacer mas que lo que hasta aquí hemos hecho, es por lo que nos atrevimos a solicitar de los poderes públicos algunas otras cantidades, las que estamos seguros de devolver con cre- ces en algún tiempo mas, puesto que con estas sumas pensamos resolver el problema de las aguas surjentes que hoi se escapan por entre las capas del suelo, i a su vez el de secar todos aque- llos terrenos que hoi son pantanosos i que mañana pueden ser fértiles; indicando al mismo tiempo a los hacendados la compo- sición de sus suelos i los abonos que le son necesarios para que tengan una buena producción. Ademas, a los que se ocupan en esplotar minas les señalaría- mos los medios mas apropiados para la esplotacion de sus mi- nerales i a los industriales, los lugares en que se encuentran aquellos productos que necesitan en sus industrias. Una oficina que contase con todos los medios de trabajo i con un personal que sacrificase sus intereses personales a los de la colectividad, tendría que ser forzosamente el punto de partida en el futuro desarrollo de nuestra casi muerta minería. Porque los que hoi tienen capitales no quieren esponerlos en empresas que tan malos resultados han dado en estos últimos años, debi- do esto en gran parte a los informes de personas que atienden mas bien al amigo que al negocio mismo, o bien que hacen co- mercio con su ciencia, i, por último, a que no se proteje debi- damente los intereses de los accionistas. Naturalmente, en vista de los fracasos que han tenido algunos de nuestros compatriotas en las empresas de los anteriores años, tratan de buscar afuera lo que ellos no creen encontrar en Chile. Podemos asegurar que todos aquellos negocios que han sido in- formados por especialistas de otros países han sido los peores, i si no díganlo todos los que perdieron en las sociedades auríferas de Tierra del Fuego que fueron aconsejados por los inolvidables < Reyes del oro», de todos conocidos. — 309 — De consiguiente, se impone dar a la Sección de Jeolojía la importancia que tiene en otros paises, a fin de que las autorida- des i particulares tengan un departamento de informaciones ve- rídicas, pero sin tomar en cuenta si es o no es un negocio. Si examinamos otros paises, veremos que tienen no solo un departamento de jeolojía destinado a estudiar el suelo, hacer la carta jeolójica, hacer sondajes para buscar las riquezas interio- res, el agua subterránea, petróleo, carbón, sino que como en Ar- jentina, drenan los terrenos pantanosos iguales a Batuco, perfo- rando las capas impermeables i permitiendo escurrir las aguas a lo permeable, desecando grandes cantidades de terreno. Hoi no conocemos la jeolojía completa de la República; hai que hacerla. Aparte de este trabajo se tiene colecciones de ro- cas para mostrar al público la composición del suelo; se tienen colecciones mineralójicas para muestrario del Museo. Hoi dia evoluciona la feliz idea de crear un Ministerio de Agri- cultura. Este Ministerio va a necesitar permanentes informacio- nes sobre la jeolojía chilena; composición de las rocas de cada distrito i, por consiguiente, composición química i agronómica del suelo. El Ministerio de Industria ha necesitado mucho tiempo los in- formes de nuestra sección de jeolojía para el estudio de carbo- nes i petróleos. La sección de jeolojía serviría, pues, si obtenemos los escasos elementos solicitados: a) Para Oficina de informaciones. b) Museo de jeolojía, mineralojía i fósiles. c) Para levantar la carta jeolójica del pais, tomando como ba- se el gran trabajo de la carta de Chile emprendido bajo la direc- ción de don Luis Riso Patrón. d) Para sondear el pais, tanto para construir la carta, como para buscar aguas, carbones i petróleos. e) I, por último, servirá para echar las bases de la Escuela de Ciencias Naturales, a fin de preparar especialistas, doctores en 3io — las ciencias o especialistas en botánica, en zoolojía, en ciencias jeolójicas, i en ciencias antropolójicas, lo que hoi no existe. Al azar tomamos el Museo de La Plata para que hagan el control nuestros representantes. Copio la disposición: «La Plata, Octubre 18 de 1910. — El consejo Académico del Museo, resuelve: A) Escuela de Ciencias jeolójicas: jeolojía, mineralojía, pa- leontolojía, jeografía física, política i económica: B) Escuela de botánica; C) Escuela de zoolojía: anatomía comparada, zoolojía; D) Escuela de Ciencias antropolójicas: antropolojía, etnogra- fía, arqueolojía, lingüística. Licenciado en Ciencias Naturales, (tres años), doctor en cien- cias naturales (4 años). Art. 3.0 En el plan de estudio entran como ciencias de espe- cialidades: En la Plscuela de Ciencias Jeolójicas, la jeolojía, mi- neralojía, (petrografía), jeografía, paleontolojía i ciencias comple- mentarias, la jeografía física, topografía, química, matemáticas, astronomía, botánica, zoolojía i anatomía comparada.» No quiero alargarme en describir el plan de estudios de las escuelas de zoolojía, botánica i antropolojía, porque hoi por hoi me contraigo a sostener la importancia de la jeolojía. Este pais, señores representantes del Congreso Nacional, es en superficie cultivable muchísimo mas pequeño que cualquiera de nuestros vecinos del Pacífico hasta Panamá. En 50 años mas, la riqueza i desenvolvimiento del Perú, Bolivia, Ecuador i Co- lombia, superará considerablemente a Chile; pero habrá una ra- zón que mantendrá la superioridad de nuestra patria, i esa es si nosotros desde hoi nos afanamos en transformar a Santiago en una Atenas de cultura i ciencias, a donde converjan, desde Mé- jico hasta Bolivia, a buscar nuestros maestros, nuestros oficiales, nuestros marinos, nuestros profesores, sabios i enviándonos una falanje de jóvenes a estudiar en nuestras Universidades, en nues- tros Liceos, en nuestros Museos, los que de vuelta en sus paises hacen una propaganda en favor de nuestras instituciones, de nuestro comercio, mas que los diplomáticos i que los tratados. — Dv. Eduardo Moore, Director del Museo Nacional. Privilejios esclusivos. — A petición del Direcor del Museo Nacional el Supremo Gobierno decretó la traslación de los Plie- gos sellados i Pruebas de Inventos a las Bóvedas del Ministe- rio de Industrias, como va a verse por las comunicaciones si- guientes: «Santiago, 28 de Abril de 1910.— Señor Ministro: Honrado recientemente el infrascrito con el cargo de Director del Museo Nacional que el Supremo Gobierno ha tenido a bien encomen- darle, estima de su deber dirijirse al Ministerio de US. a fin de hacerle algunas observaciones relativas al ramo de Privilejios de Invención, cuyos pliegos de esplicaciones, a virtud de la lei del año 40, deben mantenerse guardados en el Museo. Cuando se dictó la lei citada del 9 de Setiembre de 1 840, los inventos que se patentaban en Chile eran mui contados, i apénas si excedian de seis u ocho en cada año. Se esplica, pues, que en aquel entonces no existiese una oficina especial para guardar este archivo, el que se le encargó al Director del Museo porque probablemente no se encontró otro local mas apropiado para el caso. Con el constante aumento de las peticiones de privilejio, el Gobierno consideró necesario crear una oficina para atender este servicio, la que desde Abril de 1908 funciona anexa a la Direc- ción Jeneral de Obras Públicas. No obstante — por disposición espresa de la lei — el archivo de los pliegos de esplicaciones de los inventos, continúa guardado en el Museo Nacional bajo la responsabilidad de su Director, funcionario que depende de otro Ministerio i que nada tiene que entender con el ramo de los privilejios, tan ajeno a las otras funciones que le están enco- mendadas. 312 — Esta anomalía — que perjudica el buen servicio — tendrá que subsitir miéntras se dicta otra lei reformando la del año 1840. Mas, como esta reforma es tardía, el infrascrito se ha preocu- pado de buscar una solución inmediata a este asunto i, de acuer- do con el jefe de la Sección de Privilejios, cree haberla encon- trado. Dicha solución seria la siguiente: Que el Ministerio de Industria dictase un decreto autorizando al Director del Museo Nacional para depositar los pliegos de esplicaciones de los inventos en un local fuera del recinto del Museo, el que se consideraría como Anexo del Museo Nacional para los efectos indicados en la lei de patentes. Ese local se elejiria de acuerdo con el Jefe de la Oficina de Privilejios, bajo cuyo cuidado i responsabilidad quedarían esos documentos, i dejando establecido, para cumplir con la lei, que en todo caso el Director del Museo tendrá la supervijilancia superior de dicho archivo. Esta solución no tiene nada de ilegal supuesto que la lei no le fija al Museo Nacional un local único i determinado para su establecimiento. Puede, por lo tanto, autorizado por el Gobierno, repartir sus servicios en secciones o departamentos anexos en los locales que mas convengan al buen servicio. Esto es lo que pasa, por ejemplo, con la Universidad: sus dis- tintas facultades funcionan en locales independientes ubicados en diversos barrios de la capital; pero el conjunto de todas es lo que constituye la Universidad. Aceptada esta idea por US., habría que modificar en la parte pertinente los artículos 11 i 17 del decreto Supremo núm. 3,121, del 6 de diciembre de 1905, encargando al Jefe de la Sección de Privilejios las funciones que allí se señalan al Director del Museo, quien — como ya lo dejo dicho — tendria siempre conforme a la lei, la supervijilancia i dirección inmediata del archivo de privi- lejios. Con la solución que me permito someter a la consideración de US. se conseguirá dar unidad i mejorar en beneficio público, el servicio de las patentes de invención, que tanto incremento 313 — van tomando de dia en dia, pues así el jefe de este ramo podrá tener a la mano el archivo que solamente a él le interesa guar- dar i organizar en forma conveniente para las consultas que a menudo necesita hacer. I al propio tiempo se conseguirá tam- bién retirar del local del Museo un servicio que impone cierta dedicación i atenciones especiales que el actual Director no puede consagrarle, por tener que contraer su actividad a una serie de reformas de gran importancia i trascendencia que le impiden distraer en otras funciones, el escaso tiempo de que puede dis- poner. El Jefe de la Sección de Privilejios me ha hecho notar que en las bóvedas del piso subterráneo del Ministerio de Industria hai local apropiado para guardar las esplicaciones de los inven- tos, que hoi dia ocupan en el Museo un sitio estrecho, inadecua- do i sin ninguna seguridad contra ios riesgos de incendio. Ese nuevo local seria, para los efectos legales, un verdadero anexo del Museo, i allí tendría la indiscutible ventaja de quedar al alcance inmediato de la oficina de quien depende el servicio en referencia. Espera el infrascrito que el Ministerio de US., penetrado de las ventajas que para el mejor servicio público presenta la solu- ción que me permite someter a la consideración de US., se ha de servar acojer favorablemente la idea propuesta. Dios guarde a US. — Dr. Eduardo Moore , Director del Museo Nacional.» Santiago, 12 de Mayo de 1910. — S. E. decretó hoi lo que sigue: «Sección 1.a núm. 850. — Vista la nota que precede del Direc- tor del Museo Nacional, i Considerando: Que la lei de patentes de invención de 9 de Setiembre de 1840 dispone que los pliegos de esplicaciones de los inventos — 3H — privilejiados se guarden en el Museo Nacional en una arca se- gura, i las muestras, dibujos i modelos en una sala del mismo establecimiento; Que con el notorio incremento que en los últimos años han tomado las concesiones de privilejios i dadas las condiciones actuales del local que ocupa el Museo, no puede disponerse allí de un departamento que reúna las exijencias de comodidad i seguridad que requiere el desarrollo paulatino i constante de este archivo; Que aun cuando la citada lei del año 1840 ordena que las especificaciones de los inventos patentados sean guardados en el Museo Nacional, no establece que sea precisamente su Direc- tor, el funcionario encargado de la custodia de aquellos docu- mentos, quedando, por consecuencia, al arbitrio del Gobierno, encomendar ese servicio al empleado de la administración que considere mas apropiado al efecto; i Que hai evidente conveniencia en que este archivo se con- serve bajo la inmediata dependencia i responsabilidad del fun- cionario que hoi cha tiene a su cargo la atención i despacho de todos los asuntos relacionados con los privilejios de invención, con lo que se consigue dar mas unidad i mejorar este servicio público, Decreto: Artículo primero. Autorízase al Director del Museo Nacional para depositar el archivo de esplicaciones de las patentes de in- vención en algún local adecuado, dependiente del Ministerio de Industria i Obras Públicas, el que se considerará como anexo del Museo para los efectos de lo establecido en los artículos 5.0 i 6.° de la lei de 9 de Setiembre de 1840. Este archivo quedará bajo la dependencia i cuidado inme- diato del Jefe de la Sección de Privilejios Esclusivos. Art. 2.0 Desde esta fecha todas las funciones que el decreto reglamentario de los privilejios núm. 3,121, del 6 de Diciembre — 3i5 — de 1905, encomienda al Director del Museo Nacional, serán de- sempeñadas por el Jefe de la Sección espresada, quedando, en consecuencia, modificado en tal forma el referido decreto. Tómese razón, comuniqúese, publíquese e insértese en el Boletín de las Leyes i Decretos del Gobierno. — MONTT. — Eduar- do Dé laño •>•>. Lo que trascribo a Ucl. para su conocimiento. Dios guarde a Ud.- — E. Altamirano T. Edificio del Museo Nacional. — Se ha ordenado que el Instituto Agrícola se traslade al Observatorio Astronómico cuan- do éste haya abandonado su actual localidad para irse a Lo Espejo, cosa que el Museo pueda estenderse a! recinto desocu- pado: Núm. 942. — Santiago, 5 de Julio de 9910. — Con esta fecha se ha enviado al Administrador de la Quinta Normal de Agri- cultura el siguiente oficio: «En conformidad a lo solicitado por el Director del Museo Nacional, este Ministerio ha resuelto que el Instituto Agrícola se traslade al local actualmente ocupado por el Observatorio Astronómico tan pronto como éste sea instalado en Espejo». Lo que trascribo a Ud. en respuesta a su nota de 12 de Mayo último. Dios guarde a Ud. — E. Altamirano T. Núm. 974.- — Santiago, 8 de Julio de 1910. — Con fecha 5 del actual i por nota núm. 943, se ha enviado el siguiente oficio so- licitado por US. al Administrador de la Quinta Normal de Agricultura: «En conformidad a lo solicitado por el Director del Museo Nacional, este Ministerio ha resuelto que el Instituto Agrícola — 316 — se traslade al local actualmente ocupado por el Observatorio Astronómico tan pronto como éste sea instalado en Espejo». Lo que trascribo a US. en respuesta al oficio 566 de 28 de Mayo último. Dios guarde a US. — E. Altamirano T. Núm. 3,3 19. — Para el Director del Museo Nacional. Anótese. — Por el Ministro, Moisés Vargas. — Al señor Minis- tro de Instrucción Pública. Número de especies existentes en el Museo Nacio- nal i nómina del Personal del establecimiento en 1909. — Núm. 389. — Santiago, 22 de Abril de 1910. — Sírvase Ud. enviar a este Ministerio, a la mayor brevedad que le sea posible, los datos acerca del número de especies existentes i la nómina del personal del establecimiento a su cargo, correspondientes al año de 1909. Urje tener estos datos, porque ellos deben incluirse en la Me- moria que este Departamento debe presentar al Congreso Na- cional, el l.° de Junio próximo, Memoria que ya está en prepa- ración, debiendo entrar en prensa a fines del presente mes. En consecuencia, Ud. se servirá remitir los espresados datos cuanto ántes. Dios guarde a Ud. — Por el Ministro, C. Silva Crus. 1. — Especies existentes ZOOLOJÍA MAMÍFEROS l74jéneros, 413 especies, 731 ejemplares. — 3i7 — AVES Colección chilena: 172 jéneros, 283 especies, 1 ,1 58 ejemplares embalsamados. 59 nidos, 386 huevos, 2 esqueletos i 36 cráneos; ademas ingresaron unos pocos ejemplares en estos últimos meses, que están en preparación. Colección estranjera: 71 1 jéneros, 1,235 especies, 2,249 ejem- plares embalsamados, 6 nidos, 501 huevos, 6 esqueletos, 12 cráneos; el Jardin Zoolójico ha mandado en este último tiempo como 14 ejemplares que están en preparación. REPTILES 65 jéneros i 102 especies. ANFIBIOS 30 jéneros i 59 especies. PECES 190 jéneros con 277 especies. INSECTOS Colección chilena: 60,000 ejemplares. Colección exótica: 5,000 ejemplares. MIRIÁPODOS, ARÁCNIDOS I ONICÓFOROS 27 jéneros con 32 especies. CRUSTÁCEOS 96 jéneros i 182 especies. — 318 — MOLUSCOS 72 jéneros i 91 especies. EQUINODERMOS 57 jéneros i 141 especies. TUNICADOS 12 jéneros con 18 especies. GUSANOS 76 jéneros representados en 93 especies. CELENTERADOS 1 1 3 jéneros con 123 especies. PROTOZOOS 5 1 jéneros cada uno representado por una especie. Botánica De la Flora chilena tenemos al rededor de 1,500 jéneros de plantas con 5,600 especies mas o ménos; el número de los ejemplares pasa de 30,000 i ademas hai al rededor de 20,000 ejemplares en duplicado. — El Herbario chileno consta de 117 libros. El Herbario exótico consta de 138 libros con aproximada- mente 35,000 ejemplares. — 3T9 — Mineralojia, Jeolojía i Paleontolojía Minerales como 5 ejemplares. Rocas como 3 ejemplares. Fósiles 5,385 especies que suman en todo mas de 100,000 ejemplares. Etnografía En esta sección hai 1,086 objetos. Arqueolojía Objetos chilenos: 1,301. Objetos estranjeros: 2,386. 2. Nómina del Personal del Museo Nacional Director: Prof. Dr. Eduardo Moore. Jefe de la Sección Botánica: Dr. Cárlos Reiche. Jefe de la Sección Entomología: Don Filiberto Germain. Jefe de la Sección Jeolójica: Don Miguel R. Machado. JEFE DE LA Sección ZoolÓJICA: Don Bernardino Quijada B. NATURALISTA AuSILIAR: Don Bernardo Gotschlich. Escribiente i Bibliotecario: Don Raúl Arrieta. Preparador: Don Zacarías Yergara. DISECTOR: Don Paulo Vergara. MAYORDOMO: Don Manuel Loyola. Portero PRIMERO: Don Juan Vergara. PORTERO SEGUNDO: Don Apolinario Benavides. Portero TERCERO: Don Mauricio Avilez. — 320 Delegado al Congreso Científico de Buenos Aires — Núm. 4,103. — Santiago, Junio 25 de 1910. — He acordado i de- creto: Nómbrase delegado al Congreso Científico que se celebrará este año en Buenos Aires, a don Miguel R. Machado, Jefe de la Sección Jeolójica del Museo Nacional. Tómese razón i comuniqúese. — MONTT. — E. Figueroa. Lo digo para su comocimiento. Dios guarde a Ud. — C. Silva Cruz. Biblioteca Philippi.— Núm. 337.— Santiago, 16 de Mayo de 1910. — El señor Ministro de Instrucción Pública, en oficio de 6 del mes en curso, ha dispuesto que un empleado de esta Bi- blioteca informe sobre la importancia científica de la biblioteca que fué del ex-Director del Museo Nacional, don Federico Phi- lippi. a fin de adquirirla por cuenta del Gobierno, para el uso del referido Museo. Con tal objeto he comisionado al Jefe de Sección don Enri- que Blanchard-Chessi, i para que este empleado pueda desem- peñar su cometido me permito rogar a Ud. tenga a bien indi- carme con quién debe entenderse i cuál será la hora mas opor- tuna para examinar dicha biblioteca. Dios guarde a Ud. — R. A. Laval. Obsequios al Museo Nacional. — En el último tiempo hemos recibido los siguientes, i damos a los señores donantes las gracias mas espresivas por sus bondadosos envíos: En la Sección de Antropolojía, Arqueo ¿ojia i Etnolojía: 1 cráneo humano i 2 vértebras cervicales, 1 piedra horadada de 3 5 centímetros de diámetro i 3 litros de capacidad, 3 peque- ños cántaros, algunos trozos de olla, 7 anzuelos, 1 arco, 1 car- — 321 caj de cuero de chungungo con 1 1 flechas sin sus puntas, varias espinas de árboles, dos finísimos canastos de fibra, 2 madejas de lana hilada, i especie de cuchara de madera, i fragmento de roca de 25 centímetros de largo i atenuado en sus dos estremos, i 2 trozos de palo de unos 20 centímetros de lonjitud. Estos objetos antiguos fueron colectados en una de las gua- neras del norte de la República i donados por el señor D. V. A. Opazo. 1 bastón de columna vertebral de tiburón, obsequiado por el señor don Oscar Vicl Cavero. 47 piedras horadadas de forma discoidal, obsequiadas por el señor Dr. don Eujenio Díaz Lira. En la Sección Jeolójica: 30 fragmentos de diversas clases de rocas. Fueron obsequia- dos por el señor D. Eujenio Diaz Lira. En la Sección Teratolójica: 1 monstruo Monosomiano opodymo de Ternerita. Fué envia- do por el señor D. Ramón Bárrales, de Santiago, i la necesidad de incorporarlo a la colección dio oríjen a que el Jefe de la Sec- ción Zoolójica ideara i elaborara un catálogo ilustrado i descrip- tivo de las anomalías orgánicas conservadas en el Museo Nacio- nal que aparece en el presente número de nuestro BOLETIN. En la Sección Zoolójica: 1 cérvido arjentino, donado por el honorable Senador de la República, señor don Joaquín Figueroa Larrain. 2 carpas enviadas de San Antonio por el señor Dr. don Es- pe ridion Vera. 1 liebre de las Pampas, regalada por el señor don C. Fleusch- mann. 6 pieles de pequeños roedores chilenos con sus iespectivos cráneos, enviados por el señor don J. A. Woljfsohn, de Val- paraíso; i 1 5 Aves tropicales, obsequiadas por el señor D. Francisco J. Herboso. Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de Chile en el Brasil. 21 322 — Del último de estos obsequios da cuenta la comunicación si- guiente: Xum. 26. — Rio de Janeiro, 27 de Mayo de 1910. — Señor Di- rector: Grato me es remitir a Ud. una encomienda que contiene quince aves disecadas, de los mas variados colores, que me fueron obsequiadas por el Presidente del Estado de Pará cuando visité el Museo de la ciudad de Belem, durante mi viaje a la rejion Amazónica. Como creo que esos ejemplares de la fauna amazonense puedan contribuir a aumentar las diversas colecciones ya exis- tentes en el Museo a su cargo, he creido conveniente remitirlos a Ud. Dios guarde a Ud. — Francisco J. Herboso. Carnivoro Sud-americano. — Proveniente de Guayaquil nos ha llegado un ejemplar vivo de Coatí o Nasua rufa , mas co- nocido en el Ecuador con el sobrenombre de Cuchucho. Como este animalito, de nariz prolongada i móvil a manera de una trompa, es todavía joven, no será difícil domesticarlo i entonces prestará en nuestro Museo los servicios del gato, lim- piando la casa de ratones. Por ahora figura en el Jardin Zoolójico i ya comienza a hacer- se popular, pues está alojado en la gran jaula de los Monos que, por sus ademanes i truhanerías, constituyen las delicias del pú- blico santiaguino. Es un obsequio del señor D. Félix Armando Vianx A ,, Cón- sul Jeneral de Chile en el Ecuador, a quien debemos nuestro particular agradecimiento. — 323 La Carpa europea en los ríos de Chile. — Entre los obse- quios que hemos recibido durante el último trimestre figuran al- gunos hermosos ejemplares de Carpa verdadera, pescados en el Rio Maipo i enviados por el señor doctor don Espcridion Vera, de San Antonio de las Bodegas. Como se sabe, los numerosos cultivos de este pez exótico, tan estimado en Europa por su sabrosa carne, se deben a la ini- ciativa particular, i los primeros ejemplares que representan el tronco común del cual proceden todas las carpas diseminadas en las aguas dulces de la República, fueron suministrados por el antiguo Acuario de la Quinta Normal de Agricultura de San- tiago, a partir del año 1886. En épocas anteriores ya se habian hecho tentativas para in- troducir la carpa en Chile, pero sin llegar a conseguir propa- garla. El primero que hizo venir carpas fué el doctor aieman señor don Carlos Scgcth , pero no se multiplicaron porque se pusieron en un estanque de una propiedad de don Enrique Lanz donde los peces no encontraron las condiciones biolójicas necesarias para la reproducción. Este ensayo tuvo lugar en 1875. Por este mismo tiempo, dice el doctor R. A. Philippi en un artículo sobre los animales introducidos en Chile, el finado don Olio Muhm de Valdivia trajo igualmente carpas a esta provincia en un lugar adecuado en la Isla de Guacamayo, pero una gran crece del rio inundó la parte de la isla donde habia carpas i se las llevó el mar. Mas tarde, don Ernesto Ducaud, trajo algunas carpas, las puso en una pequeña laguna de su jardín, se cruzaron con el Ciprino dorado i todo se perdió, resultando formas híbridas inadecuadas para el consumo. Por fin, en los primeros dias de Noviembre de 188Ó llegó de Europa el señor don 'Julio Besnard, trayendo varios peces, entre ellos carpas, que se multiplicaron mucho en el Acuario de la Quinta Normal de Agricultura. En gran número se compra- ron estos peces para llevarlos a las distintas partes de la Repú- 324 — publica, desde el Norte hasta la provincia de Llanquihue i en la Calera hace años que se venden las carpas del Aconcagua. Esta introducción de peces, que con tanto éxito llevó a cabo el señor Besnard, fué el objeto de un artículo del señor doctor don Joaset de Bellesme publicado en la « Rcuuc Scient ¡fique» el año 1887. Durante muchos años se ocupó personalmente el señor Bes- nard de entregar las carpas a los interesados, de facilitar su trasporte i de indicar como tratarlas para obtener el buen resul- tado que se deseaba. Adquisición de insectos para el Museo Nacional.— Se ha comprado al señor Calvert una colección de mas de 10,000 insectos chilenos en 1,800 pesos. Pertenecen principalmente a los órdenes de los Coleópteros i Lepidópteros, i pronto serán arreglados para esponerlos al pú- blico. Cesión de terrenos para la Estación Zoolójica Ma- rina.— La Dirección de Obras Públicas ha informado favorable- mente sobre la cesión de 1,000 metros cuadrados de tierra a ori- llas del mar en el puerto de San Antonio, pero no dentro del recinto del futuro puerto. Anexión del Museo de Valparaíso.— El Ministerio ha dispuesto que el Museo de Valparaíso dependa de la Dirección del Museo Nacional. Se estudia si habría conveniencia que igualmente dependiera el de Concepción. — 325 ~ Zoólogos yankees recomendados.— Se ha recibido co- municación del Jefe de la Sección Biolójica del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, señor H. W. E. Strushaw, en contestación a una nota del Director del Museo de Santiago, recomendando al señor Robert A. Coker, empleado en ia oficina de Pesca en Faupoul Yowa, como Jefe de la Sección de Inver- tebrados. Otra comunicación recomienda a Mr. Kare R. Coobdge de la Universidad de Stanpors, California, que posee el español, como Aracnólogo del Jefe de la oficina de Entomolojía de Wáshing- ton, señor L. O. Howard. Casa para los empleados del Museo. — Se ha termina- do los planos i presupuestos para la construcción de Chalets para los empleados del Museo Nacional. Cada chalet se com- pondria de dos pisos, destinado cada piso para una familia. El costo de cada chalet será de S 27,706. 10. Protección de animales útiles. — Señor don Joaquín Walker Martínez. — Mi estimado Senador i amigo: He leido con vivo interes su proyecto de lei destinado a pro- tejer las chinchillas. Como Director del Museo Nacional me creo autorizado para estimularlo en su patriótica tarea, i me permito darle algunos datos ilustrativos a fin que estienda su protección a los siguientes animales: El Huemul, el Pudú, el Guanaco, la Vicuña, la Viscacha el Huillín , el Chungungo i el Lobo de mar. Estos animales están próximos a desaparecer. El Coipo por ser esclusivo a Chile i a otros paises sud americanos debe también ser amparado, i la destrucción de que es objeto no responde sino a instinto de salvajismo. Entre las aves el Cisne, el Flamenco, la Garza, la — 326 — Garceta , por su plumaje; el Queltehue, el Pitihue , por los servi- cios que prestan destruyendo los insectos dañinos, son acreedo- res de nuestra protección. Xo quiero estenderme a recordarle cómo en Europa i Estados Unidos se llevarla la legislación hasta los pajaritos que conclu- yen con los insectos perjudiciales i que no sirven a la alimenta- ción ni del mas desvalido, como ser la diuca, el chincol, la tenca, el tordo, etc. Su seguro servidor i amigo. — Dr. Eduardo Moore. Casa de la Dirección. — Núm. 3,096. — Santiago, 18 de Mayo de 1910.- -Vistos estos antecedentes, decreto: Se autoriza a la Dirección de Obras Públicas para que, de los cuatrocientos mil pesos (S 400,000) puestos a su disposición por decreto número 2,290, de 2 de Mayo último, deduzca los fon- dos necesarios para llevar a cabo la construcción de una casa- habitacion para el Director del Museo Xacional, en conformidad al presupuesto formado por esa Dirección i que asciende a la suma de treinta mil ochocientos pesos (S 30,800). Tómese razón i comuniqúese. — TOCORNAL. — E. Figueroa. Adquisición de un Delfín grande. — Núm. 1,265. — San- tiago, 7 de Abril de 1910.— Vistos estos antecedentes, decreto: Se autoriza al Director del Museo X acional para que j i re con- tra la Tesorería Fiscal de Santiago por la suma de tres mil qui- nientos pesos (S 3,500) que invertirá en pagar un cetáceo adqui- rido para el establecimiento a su cargo. Ríndase cuenta documentada de la inversión de dicha suma e impútese el gasto al ítem 2,491 del presupuesto vijente. Refréndese, tómese razón i comuniqúese.— Por orden del Pre- sidente, E. Figueroa. — 327 — Reseña de la Fauna de Chile. — Xúm. 1,540. — Santiago, 17 de Agosto de 1910. — He tenido el honor de recibir las dos primeras publicaciones de ese Museo Nacional, i espero que esta oficina seguirá recibiendo las que se impriman en lo sucesivo. Me permito solicitar del señor Director, que se sirva, si lo tiene a bien, proporcionar a esta Oficina, para insertar en el bosquejo que se adjuntará al mapa que se imprime, una somera reseña de la Fauna de Chile, a semejanza de la hecha para la flora, por el señor Reiche, en la pájina 30 (Apéndice) de la obra de Poirier Chile en 1908», la que se imprimiria, naturalmente, con el nombre del autor. Saluda a Ud. atentamente. — L. Riso Patrón. Tomando en cuenta esta petición, el Jefe de la Sección Zoo- lójica del Museo redactó un artículo que aparece en el presente número del BOLETIN con el título de Principales rasgos de la Jeografía Animal de Chile. Objetos para la Esposicion Histórica del Centenario. — Xúm. 1,134. — Santiago, 22 de x\gosto de 1910. — El Director de la Esposicion Histórica del Centenario ha nombrado una co- misión compuesta de don Joaquín Figueroa, don Aureliano Oyarzun, don Cárlos Cruz Montt i don Ricardo E. Latcham para que elija en el Museo Nacional los objetos históricos que puedan exhibirse en dicha Esposicion. Sírvase Ud. disponer se entreguen a la referida comisión las especies que ella, de acuerdo con Ud., estime históricas. Dios guarde a US. — E. Figueroa. Hallazgo arqueolójico. — Xúm. 1,098. — Santiago, 19 de Agosto de 1910. — Se han encontrado diversos objetos de valor — 328 — histórico i arqueolójico en la Escuela Normal núm. i de Precep- toras de esta ciudad, al practicarse escavaciones para la cons- trucción de una noria. Por tratarse de objetos encontrados en una propiedad fiscal, la custodia de ellos corresponde al Museo de su cargo; i el in- frascrito ha dado ya orden a la Inspección Jeneral de Instrucción Primaria, a fin de que se den a usted toda clase de facilidades para dirijir la continuación de las escavaciones, en caso necesa- rio, i, en todo caso, para guardar los objetos estraidos ya i los que se estraigan en lo sucesivo. Dios guarde a usted. — E. Figueroa. Setenta ejemplares de cada publicación oficial. — Núm. 461. — Santiago 29 de Agosto de 1910. — Ruego a Ud. tenga a bien disponer se envíen a esta Biblioteca Nacional, de acuerdo con lo que dispone el decreto supremo de 16 de Se- tiembre de 1904. setenta ejemplares de cada uno de los núme- ros 4, 5, 6 i 7 del Boletín del Museo Nacional, i del número 1 del mismo Boletín, sección administrativa. Dios guarde a Ud. — Cárlos Silva Cruz. Santiago, 3 de Setiembre de 1910. — Los números 4, 5, 6 i 7 del Boletín del Museo Nacional, — publicados antes de mi admi- nistración— no existen sino en la Biblioteca del Museo, en un número estrictamente necesario para la consulta; todos los de- mas han sido enviados en canjes á las diversas personas i socie- dades con las que tiene relación este establecimiento. Los Boletines de este año formarán el comienzo del tomo II- Mui pronto aparecerán dos i Ud. encontrará inserto al final la Sección de Administración i Estadística a que se refiere su nota número 461 que en tiraje aparte se estrajo una cantidad para poderlo enviar al Congreso Científico de Buenos Aires. Juntamente con los dos números citados enviaré a esa Biblio- 329 teca un número nuevo de los Anales del Museo Nacional. Así cumpliré el decreto de 15 de Setiembre de 1904. Dios guarde a Ucl. Dr. Eduardo Moore. Alumbrado eléctrico de las oficinas i establecimien- tos fiscales. — Núm. 926. — Santiago 22 de Julio de 1910.— Con fecha de ayer el Ministerio de Industria i Obras Públicas dice a este departamento lo que sigue: «Por decreto número 1282, de 26 de Junio último i en vista de lo manifestado por los diversos Departamentos, este Ministerio aceptó la propuesta de The Chilian Electric Tranway and Light Company Limited para informar el precio que cobra por el alumbrado eléctrico de las oficinas i establecimientos fiscales de Santiago, con arreglo a las siguientes tarifas i disposiciones: 1 ,a clase, veinticinco centavos moneda nacional de oro por kilowatthers por el consumo de alumbrado en los edificios del palacio de la Moneda, Congreso Nacional, Tribunales de Justicia, Juzgados, Establecimientos de Instrucción i cualquier otro de- partamento con carácter de oficinaro casa habitación. Este convenio durará dos años contados desde el i.° de Julio próximo, i se entenderá prorrogado por un período igual si den- tro de los tres meses anteriores al vencimiento de cada período no se diere aviso de desahucio, sea por la Compañía sea por la Dirección de Obras Públicas que tendrá a su cargo el control del servicio de alumbrado eléctrico de las oficinas i establecimientos fiscales de Santiago». De acuerdo con estas disposiciones, el Ministerio ha contra- tado a don Heriberto Bascur para que se haga cargo del referi- do servicio de control, bajo la dependencia de la Dirección de Obras Públicas. Lo que trascribo a Ud. a fin de que se sirva proceder en la forma que se indica en el oficio preinserto. Dios guarde a Ud.— A. Figueroa. — 330 Inversión de fondos. — Núm. 1500. — Santiago, 7 de Abril de 1910. — Autorízase al Director del Museo Nacional para que, a medida que las necesidades del servicio lo requieran, i con cargo a los Ítems que se espresan, j i re contra la Tesorería Fiscal respectiva hasta por las siguientes cantidades, a fin de que con ellas atienda a los gastos que se indican; Item 2407.- Para adquisiciones, guardianes, viajes etc., cinco mil veinticinco pesos ($ 5,025). Item 2409. — Para estantería, quinientos pesos ($ 500). Item 2408. — Impresiones, setecientos cincuenta pesos ($750). Item 2410. — Para fomento de la biblioteca, quinientos pesos ($ 500). Ríndase cuenta documentada de la inversión de estas sumas e impútense los gastos a los Ítems mencionados. Refréndese, tómese razón i comuniqúese. — MONTT. — E. Fi- gucroa. Núm. 1675. — Santiago. 13 de Julio de 1910. — Vistos estos antecedentes, decreto: Autorízase al Director del Musco nacional para que jire con- tra la Tesorería Fiscal respectiva hasta por las siguientes sumas, a fin de que atienda a los gastos que se espresan, del estableci- miento a su cargo: Item 2497. — Para adquisiciones, guardianes, viajes etc., cinco mil veinticinco pesos ($ 5,025). Item 2408. — Para impresiones, setecientos cincuenta pesos ($ 750). Item 2409. — Para estantería, quinientos pesos ($ 500). Item 2410. — Para fomento de la biblioteca, quinientos pesos ($ 500). Ríndase cuenta documentada de la inversión de estas sumas e impútense a los Ítems indicados del Presupuesto vijente. Refréndese, tómese razón i comuniqúese.— FERNÁNDEZ.— E- E i güero a. — 33i Gratificación a los empleados del Museo. — Núm. 1,513. — Santiago, 5 de Abril de 1910. — Teniendo presente lo dispuesto en la lei núm. 2,276, de 5 de Marzo último, decreto: Los empleados del Museo Nacional que a continuación se in- dican gozarán de las gratificaciones anuales que se espresan: Director, mil doscientos pesos ($ 1,200). Jefe de la Sección Zoolójica, mil pesos ($ 1,000). Jefe de la Sección Entomolójica, mil pesos ($ 1.000). Jefe de la Sección Botánica, mil pesos ($ 1,000). Naturalista auxiliar, setecientos cincuenta pesos ($ 750). Jefe de la Sección Mineralójica, mil pesos ($ 1,000). Preparador, ochocientos cincuenta pesos ($,850). Disector, cuatrocientos ochenta pesos ($ 480). Escribiente i Bibliotecario, cuatrocientos ochenta pesos (S 480). Mayordomo, seiscientos pesos (S 600). Dos porteros, con cuatrocientos veinte pesos cada uno, o sea ochocientos cuarenta pesos ($ 840). Un tercer portero, seiscientos pesos (S 600). Dichas gratificaciones se pagarán por mensualidades iguales i vencidas i a contar desde el i.° de Enero último. Impútese el gasto a la lei citada. Refréndese, tómese ra¿,on i comuniqúese. — MONTT. — E. Fi- gucroa. . Fallecimiento del Director del Museo de Historia Natural de Concepción. — Los diarios de la capital nos dan la sensible noticia del fallecimiento del Director del Museó de Historia Natural de Concepción, el competente Naturalista don Edwyn CARLOS Reed, acaecido el 5 de Noviembre del corrien- te año. Sin tiempo para publicar un artículo especial sobre la vida i las obras del malogrado señor Reed, nos limitaremos a repro 332 — ducir en este punto las siguientes notas biográficas i bibliográfi- cas tomadas de la Revista Chilena de Historia Natural»: «Don Edwyn Cárlos Reed nació en Bristol (Inglaterra) el 7 de Noviembre de 1841. Desde su mas tierna edad tuvo vocación por la Historia Na- tural, especialmente por la Entomolojía, habiendo conseguido ya a la edad de t8 años reunir la mejor colección de Insectos de Inglaterra occidental i ser reconocido por los intelijentes como una autoridad en la Entomolojía de esa parte de Inglaterra, como puede verse en los trabajos de Douglas i Scott sobre los Rincotos, i en las publicaciones de la Ray Society i otros perió- dicos entomolójicos ingleses. Fué secretario ad-hónorevi de la Sociedad Entomolójica de Bristol, de la Sociedad Microscópica i ayudante también ad- honorem de la Dirección del Museo de dicha ciudad. En 1859 dejó a Bristol para dirij irse a Londres con el objeto de hacer los estudios necesarios para recibirse de Injeniero Civil. Habiendo, en Londres, llegado a formar parte de varias so- ciedades científicas i hecho amistad con naturalistas eminentes como Darwin, Wallace, Bates, Hamlet, Clark i otros, determinó abandonar la carrera titulada que lo llevara a la capital i entre- garse de lleno a la hermosa ciencia de la Historia Natural. Por aquel tiempo le fué ofrecido un puesto en Australia: se le proponía la formación de un Museo en Brisbane. El joven na- turalista no aceptó, i debido a su amistad con Bates optó por venir al Brasil a estudiar la fauna entomolójica, quedando en este interesante pais cinco años. La estadía allí casi le costó la vida, pues estuvo enfermo tres años de fiebre intermitente i tuvo también un grave ataque de fiebre amarilla. A su regreso a Inglaterra en 1868, algunos de los principales médicos de Londres le aseguraron que si permanecia allá, seria difícil se prolongara su vida por un año mas i le aconsejaron viajar por mar por algunos meses i establecerse en un clima seco. Por este tiempo algunos de los mas distinguidos naturalistas in- — 333 — gleses le indicaron que la fauna de Chile no era bastante cono- cida en Europa i que haria un buen acuerdo si se decidiera bus- car en Chile un nuevo campo para sus estudios al mismo tiempo que para la recuperación de su quebrantada salud. Vínose Mr. Reed a Chile — llegando a Valparaíso a fines de Marzo de 1869 — i decidió quedarse en nuestra querida patria por haberle agradado en estremo el territorio, sociedad i clima. En Junio de 1869 aceptó el puesto de Entomólogo del Museo Nacional, empleo que tuvo durante siete años, haciendo estu- dios de la fauna i flora de Chile; ocupó los meses de verano en escursiones científicas en la Cordillera de los Andes, Valdivia, Chiloé i otras islas del sur. En 1873 visitó Europa con el objeto de estudiar la organiza- ción de los principales museos. En 1875 solicitó i pidió permiso (sin renumeracion) para for- mar un pequeño Museo en los Baños de Cauquenes. Este fué presentado a la Esposicion de 1876 i obtuvo una medalla de oro. En 1877 se retiró del Museo Nacional i a fines de 1878 co- menzó el arreglo del Museo de Valparaíso que fundara en el Liceo de esta ciudad, el ilustrado Rector don Eduardo de la Barra. Difícil tarea era la de hacer un Museo sin ayuda la que menor de parte de los poderes públicos. El entusiasmo del progresista Rector de la Barra i la activi- dad poco comunes del naturalista Reed, vencieron todas las di- ficultades i antes de un año las colecciones acumuladas con tesón constituían ya una magnífica base de nuestro Museo de Historia Natural. En ese primer año de febril actividad para fundar un Museo en Valparaíso i en que la idea obtuvo tan popular acojida en esta ciudad, hizo brillante papel el bien entendido patriotismo de ciudadanos entusiastas por todo lo que significa progreso na- cional como los señores Agustín Edwards, Francisco Echáurren, Federico Vareta i muchos otros que ayudaron con dinero a esta obra de cultura nacional. — 334 — Como lo veremos al ocuparnos, en nuestra Galería de Natu- ralistas de Chile, de los doctores Fuga Borne i Pérez Canto, estos distinguidos médicos i naturalistas continuaron con inteli- jencia i actividad incrementando las colecciones del estableci- miento, cuya dirección tuvo a bien confiarnos el Supremo Go- bierno con fecha 27 de Octubre de 1897, al darle vida indepen diente. Poco después dejó ese puesto, para desempeñar las clases de Historia Natural i Jeografía Física en nuestra Escuela Naval Mi- litar. Dictó dichas asignaturas durante siete años, hasta que el mal estado de su salud lo obligó a trasladarse a Los Andes, dedi- cándose allí al estudio de la fauna i flora andinas. Por este tiempo escribió varias monografías de grupos de insectos chile- nos, algunas de las cuales han sido ya publicadas. Después de retirarse del Museo de Valparaíso i durante su permanencia en la Escuela Naval formó el Museo de Historia Natural que posée el Seminario Conciliar de San Rafael Arcán- jel, de esta ciudad. Por decreto Supremo núm. 4,427, de fecha 11 de Setiembre de 1902, fué Mr. Reed nombrado Director del Museo de Con- cepción, cuyas bases ha echado él i cuyos rápidos progresos tuvimos ocasión de observar de cerca a principios del presente año. De manera que el Museo de Concepción es el 4.0 cuya for- mación se debe al distinguido naturalista. Terminaremos esta breve noticia sobre Mr. Reed con la enu- meración de sus principales trabajos científicos dados a luz en Chile. EX LOS «ANALES DE LA UNIVERSIDAD» 1871 «Catálogo de las especies chilenas de la familia de los Bupréstidos». 1 87 1 ; La Psyche chilensis». 1874 Catálogo de los Insectos chilenos (i.a parte)». 1875 «Sobre el jénero Carabus». 1876 Catálogo de los Insectos chilenos (2.a parte; no se ter- minó la publicación de este trabajo)». 1877 Zoolojía de la Hacienda de Cauquenes». 1877 Monografía de las mariposas chilenas». 1888 «Catálogo de los Dípteros chilenos». 1893 «Sinopsis de los Odyneridae chilenos». 1894 «Introducción al Estudio de los Himenópteros». 1894 «Los Fosores o Avispas cavadoras de Chile». 1896 «Catálogo de las Aves chilenas». 1897 «Catálogo de los Peces chilenos». F.N LAS «ACTES DE LA S0C1ETÉ SCIENTIFIQUE DU CHILI» 1891 «Sinonimia de Lepidópteros i Dípteros chilenos». 1892 Sobre la invasión de la Langosta en Chile». 1892 «Revisión de las abejas chilenas descritas en la obra de Gay». EN I.A «REVISTA CHILENA DE HISTORIA NATURAL» 1897 Catálogo de los Crustáceos anfípodos i lemodípodos de Chile». 1898 «Revisión de las Mutillarias de la obra de Gay». 1898-1901 «Sinopsis de loshemípteros heterópteros de Chile». 1900 «Cuatro especies de Himenópteros nuevos a la fauna de Chile». 1902 «Nuevos insectos chilenos». TESTOS DE ENSEÑANZA 1882 «Glosario de términos técnicos de la Botánica» (con 307 figuras). — 336 1885 «First steps in English (dos ediciones). 1892 «Compendio de Historia Natural de Chile» (un tomo en 16). 1893 «Ciencias físicas i naturales». El señor Reed tiene ademas en preparación varios trabajos entomolójicos». NECROLOJÍA EL ENTOMÓLOGO CHILENO Sr. RIYERA Con profundo sentimiento comunicamos a nues- tros lectores el inesperado fallecimiento del querido compañero, Manuel Jesús Rivera, acaecido el 8 de Octubre del corriente año en la ciudad deCuricó. Profesor de Estado en la asignatura de Ciencias Naturales desde mui joven, profundizó mas tarde en Estados Unidos i Europa, sus conocimientos adqui- ridos en el Instituto Pedagójico; publicó numerosos Estudios de Biolojía Animal i Vejetal en diversas Revistas nacionales, i prestó verdaderos servicios a la Enseñanza Oficial, particularmente como Cate- drático en el Instituto Agrícola de Santiago. Actualmente profesaba en dicho Instituto un Cur- so de Entomolojía Aplicada a la Agricultura, i des- plegó en este puesto una actividad científica incan- sable, rara vez vista entre nosotros. La prematura desaparición del Señor Rivera significa una perdida, tanto mas sensible e irrepara- ble, cuanto que Chile es mas escaso en hombres de Ciencia que en otros elementos de Grandeza. Eramos sus amigos, el Museo Nacional ya lo había llamado a su seno, pidiendo para él la crea- ción del Departamento de Aracnolojía e Insectos dañinos, i nos duele su pérdida, como desgracia propia. Paz en su sepulcro! Gloria a sus cenizas! Museo Nacional de Santiago, Octubre, 1910. RELACIONES CIENTÍFICAS El Museo Nacional de Santiago está en Correspondencia i Canje con los principales servicios de la República, Museos, Uni- versidades, Sociedades de Historia Natural del Antiguo i Nuevo Continente, Centros Científicos i Sociales, la Prensa i Particula- res Nacionales y Estranjeros, alcanzando el número de sus rela- ciones científicas a mas de 900, repartidas en la forma que sigue: A— CHILE I. — Presidencia i Consejo de Estado 1 S. E. el Presidente de la República. 2 Don Vicente Aguirre Várgas, Compañía 1679. 3 » Ramón Barros Luco, Santo Domingo 714. 4 » Ventura Blanco Viel, Agustinas 571. 5 » Pedro Bannen, Avenida España 524. 6 Emilio Bello Codecido, Calle Moneda. 7 » Javier A. Figueroa, San Antonio 231. 8 » Enrique Mac-Iver, Merced 542. 9 » Juan Antonio Orrego, Huérfanos 1440. 10 » Fidel Urrutia, Ejército 771. 1 1 » Miguel A. Varas, Amunátegui 50. 12 » Cristóbal Villalobos, Lira 428. — 339 — II. — Congreso Nacional 13 Biblioteca del Congreso. CÁMARA DE SENADORES 14 Don Arturo del Rio. 15 » Jorje Buchanan. 16 » Enrique Mac-Iver. 17 » Rafael Balmaceda. 18 » Enrique Villegas, ig » Ignacio Silva Ureta. 20 » Rafael Sotomayor. 21 » Joaquín Figueroa. 22 » Guillermo Rivera. 23 » Abdon Cifuentes. 23 » Vicente Reyes. 25 » José Tocornal. 26 » Joaquín Walker Martínez. 27 » Cárlos Aldunate Solar. 28 » Eduardo Charme. 29 » Ismael Valdes Valdes. 30 » Fernando Lazcano. 31 » Leónidas Vial 32 » Pastor Infante. 33 » Arturo Besa. 34 » Domingo Fernández Concha. 35 » Elias Balmaceda. 36 » Gonzalo Urrejola. 37 » Javier Eyzaguirre E. 38 » Juan Luis Sanfuentes. 39 » Ramón Subercaseaux. 40 » Luis Devoto. 41 » Juan Castellón. 340 — 42 Don Luis Antonio Vergara. 43 » Darío Sánchez M. 44 » José Francisco Fábres. 45 » Ricardo Matte Pérez. CÁMARA DE DIPUTADC 46 », Pedro Araya. 47 » Oscar Viel Cavero. 48 » Eduardo Délano. 49 » Lindorfo Alarcon. 50 » Francisco de Paula Pleiteado. 5i » Javier Gandarillas. 5 2 » Bruno Serjio Pizarro. 53 » Luis Vicuña Cifuentes. 54 » Enrique A. Rodríguez. 55 » Guillermo Echavarría. 56 » Luis Eguigúren V. 57 » José Victorino Varela. 58 » Ramón Corbalán Melgarejo. 59 » Marcial Rivera A. 60 » Manuel Espinosa Jara. 61 » Jorje Matte. 62 » Enrique García Huidobro. 63 » Luis Enrique Campillo. 64 » Manuel Rivas Vicuña. 65 » Enrique Bermudez. 66 » Alberto Edwards. 67 » Alfredo Rodríguez R. 68 » Bonifacio Veas. 69 » Jorje Ariztia. 70 » Agustín Edwards. 7i » Rafael Lorca. 72 » Adolfo Armanet. 73 » Ricardo Cox Mendez. 34i 74 Don Agustín Gómez García. 75 » Maximiliano Ibáñez. 76 » Armando Quezada A. 77 » Eduardo Ruiz Valledor. 78 » Guillermo Tagle Cárter. 79 » Zenon Torrealba. 8o » Enrique Morandé. 8i » Manuel García de la Huerta, 82 » Arturo Urzúa Rojas. 83 » Alejandro Huneeus. 84 » Baltazar Villalobos. 85 » Gonzalo Echenique. 86 » Cárlos Larrain C. 87 » José Pereira. 88 » José Maria Bustos. 89 » José Francisco Echáurren. 90 » Francisco Echenique. 9i » Maximiliano Roldan. 92 » Arturo Alessandri. 93 » Manuel J. Correa. 94 » , Abraham Ovalle. 95 » Samuel González Julio. 96 » Belfor Fernández. 97 » José Manuel Pozo. 98 » Francisco A. Encina. 99 » Luis Pereira I. 100 » Guillermo Ramírez Sanz. 101 » Alejandro Rosselot. 102 » Cárlos Balmaceda. 103 » Roberto Arellano. 104 » Pedro García de la Huerta. 105 » Emiliano Figueroa. 106 » Cárlos Maira. 107 » P'idel Muñoz Rodríguez. 108 » Guillermo Subercaseaux. — 342 — 109 Don Alfredo Barros E. I IO » Ramón León Luco. 1 1 1 » Luis Serrano A. I 12 Darío Urzúa. 1 1 3 » Enrique Oyarzún. 1 14 » Enrique Zañartu Prieto. 1 1 5 » Malaquias Concha. 1 16 » Samuel Bambach. 1 1.7 » Aníbal Rodríguez. 1 1 8 » Víctor V. Robles. 1 19 » Manuel Gallardo González. 120 » Luis Izquierdo. I 2 I » Víctor Ríos Ruiz. 122 » Ponciano Dávila Vicuña. 123 » Pedro N. Montenegro. 124 » Mariano Palacios. 125 » Miguel A. Urrutia. I2Ó » Alfredo Irarrázabal Zañartu I 27 » Luis Alfredo Rivera. 128 » Cornelio Saavedra M. I 29 Ascanio Bascuñan S. M. 130 » César A. Sanhueza. 131 » Paulino Alfonso. 132 » Cárlos Mohr. 133 » Aníbal Mena. 134 » Agustín Correa Bravo. 135 » Miguel Varas V. 136 » Ignacio García Sierpe. 137 » Guillermo Pereira I. 138 » Néstor Sánchez. — 343 — III. — Ministerio del Interior 139 Sr. Ministro. INTENDENCIAS I GOBERNACIONES 140 Intendente de Tarapacá. 141 » de Tacna. 142 » de Antofagasta 143 » de Atacama. 144 » de Coquimbo. 145 » de Aconcagua. 146 » de Valparaíso. 147 » de Santiago. 148 » de O’Higgins. 149 » de Colchagua. 150 .» de Curicó. 151 y> de Talca. 152 y> de Linares. 153 » de Maulé. 154 » de Nuble. 155 » de Concepción. 156 » de Arauco. 157 » de Bio-Bio. 158 » de Malleco. 159 » de Cautín. 160 de Valdivia. 161 » de Llanquihue. 162 » de Chiloé. 163 Gobernador de Magallanes. 163 bis » de Arica. 164 » de Pisagua. 165 » de Tocopilla. 166 » de Taltal. — 344 — 1 6/ Gobernador de Freirina. 1 68 » de \rallenar. \6g » de Chañaral. 1 7 o » de Illapel. i/i » de Combarbalá. 1/2 » de Ovalle. 1 73 » de Coquimbo. 174 » de Elqui. i/5 » de Los Andes. 1 76 » de Putaendo. 1 77 y> de Ligua. 178 » de Petorca. 179 » de Casablanca. 1 80 de Limache. 181 » de Quillota. 182 » de Victoria. 183 » de Melipilla. 184 » de Cachapoal. 00 de Maipo. 186 » de Caupolican. 187 » de Vichuquen. 188 » de Santa Cruz. 1 89 » de Curepto. 190 » de Lontué. 191 » de Parral. 192 i de Loncomilla. i93 » de Itata. 194 » de Constitución i95 de Chanco. 196 » de Yungai. 197 » de Búlnes. 198 » de San Cárlos. 199 de Lautaro. 200 » de Talcahuano. 201 » de Rere. — 345 — 202 Gobernador de Puchacai. 203 » de Coelemu. 204 de Cañete. 205 » de Arauco. 206 » de Nacimiento 207 » de Mulchen. 208 » de Traiguén. 209 » de Collipulli. 210 de Mariluan. 21 I » de Imperial. 212 » ' de Laima. 213 * de La Union. 214 » de Carelmapu. 215 » de Osorno. 2IÓ » de Castro. 217 » de Quinchao. ESTADÍSTICA 218 Oficina Central de Estadística. HIJIENE 219 Consejo Superior de Hijiene. 220 Instituto de Hijiene. IV. — Ministerio de Relaciones Esteriores 22 1 Sr. Ministro. 222 Biblioteca. 223 Inspección Jeneral de Colonización. 224 Oficina de Mensura de Tierras. — 346 — SERVICIO DIPLOMÁTICO I CONSULAR DE CHILE EN EL ESTRANJERO i.— LEGACIONES ALEMANIA 225 Berlín. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. ARJEÑTINA 226 Buenos Aires. — Enviado Estraordinario i Ministro Ple- nipotenciario. AUSTRIA- HUNGRÍA 227 Viena. — Encargado de Negocios ad ínterin. BÉLJICA 228 Bruxelles. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipo- tenciario. BOLIVIA 229 La Paz.— Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. BRASIL 230 Rio Janeiro. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipo- tenciario. — 347 ~ COLOMBIA 231 Bogotá. — Ministro Residente. ECUADOR 232 Quito. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. ESPAÑA 233 Madrid. — Ministro Residente. ESTADOS UNIDOS DE NORTE-AMÉRICA 234 Nueva York. — Enviado Estraordinario i Ministro Pleni- potenciario. FRANCIA 235 Paris. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. GRAN BRETAÑA 236 Londres. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipo- tenciario. ITALIA 237 Roma. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. JAPON 238 Tokio. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. — 348 — MÉJICO 239 Méjico. — Enviado Estraordinario ciario. PANAMÁ Ministro Plenipoten- 240 Panamá. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. PERÚ 241 Lima. — Enviado Estraordinario i Ministro Plenipoten- ciario. SANTA SEDE 242 Roma. — Enviado Estraordinnario i Ministro Plenipoten- ciario. VENEZUELA 243 Caracas. — Ministro Residente. 2— CUERPO CONSULAR Consulados Jenerales de Profesión EUROPA 244 Cónsul en Italia. 245 » en Alemania. 246 » en Francia. 247 » en Inglaterra. 248 » en Béljica. — 349 — ASIA 249 Cónsul en el Japón. AMÉRICA 250 Cónsul en Estados Unidos de América. 251 » en la República Arjentina. 252 » en Habana. 253 » en el Perú. 254 » en el Ecuador. 255 » en Bolivia. Consulados Particulares de Profesión EUROPA 256 Cónsul en Jenova. 257 » en Glasgow. 258 » en la Rochela. 259 » en el Havre. 260 » en Londres. 261 » en Burdeos. 262 » en Bremen. 263 » en Cristianía. 264 » en Cardiff. ASIA 265 Cónsul en Calcuta. OCEANIA 266 Cónsul en New Castle. — 35o — AMÉRICA 267 Cónsul en Panamá. 268 » en Buenos Aires. 269 » en Neuquen. 270 y> en San Francisco de California. 271 en Chiclayo. 272 » en Montevideo. 273 en Salaverry. 274 » en Moliendo. V. — Ministerio de Justicia 275 Sub-secretario. 276 Jefe de la Penitenciaría i Presidio de Mas Afuera (Juan Fernández). VI. — Ministerio de Instrucción Pública 277 Sr. Ministro. 278 » Subsecretario. UNIVERSIDAD 279 Rector de la Universidad. 280 Secretario Jeneral. 281 Archivo i Sección de Canjes. 282 Decano de la Facultad de Medicina i Farmacia. 283 Director de la Escuela de Matronas. 284 Director de la Escuela de Dentística. 285 Decano de la Facultad de Ciencias Físicas i Naturales. 286 Decano de la Facultad de Filosofía i Humanidades. 287 Director del Instituto Pedagójico. 288 Director de la Escuela de Bellas Artes. 35i — Miembros del Consejo de Instrucción Pública 289 Decano de la Facultad de Teolojía. 290 Decano de la Facultad de Leyes i Ciencias Políticas. 290-bis Decano de la Facultad de Filosofía i Humanidades. 291 Rector del Instituto Nacional. 292 Don Manuel Salas Lavaqui, miembro nombrado por el Supremo Gobierno. 293 » José A. Alfonso, miembro nombrado por el Supre- mo Gobierno. 294 » Francisco Antonio Concha Castillo, miembro nom- brado por el Supremo Gobierno. 295 » Gaspar Toro, miembro elejido en Claustro pleno. 296 » Armando Quezada Acharan, miembro elejido en Claustro pleno. Facultad de Medicina i Farmacia (miembros docentes i académicos) 297 Don Roberto Aguirre Luco. 298 » Gregorio Amunátegui S. 299 » José María Anrique. 300 » David Benavente. 301 » Ventura Carvallo. 302 » Máximo Cienfuegos. 303 » Mamerto Cádiz. 304 » Daniel García Guerrero. 305 » Adeodato García V. 306 » Cárlos Ghigliotto. 307 » Cornelio Guzman. 308 » Vicente Izquierdo. 309 » Cárlos Ibar. 310 » Federico Johow. — 352 — 31 1 Don Víctor Kórner. 312 » Joaquín Luco. 313 » Octavio Maira. 314 » JuanB. Miranda. 315 » Teodoro Mühin. 316 » Caupolican Pardo Correa. 317 » Luis Puyó Medina. 318 » Alejandro del Rio. 319 » Francisco Servat. 320 » Lúeas Sierra. 321 Max. Westenhoeffer. 322 Ramón Corvalan Melgarejo 323 Benjamín Manterola. 324 » Guillei mo Middleton. 325 » Augusto Orrego Luco. 326 » P'rancisco Puelma Tupper. 327 Daniel Rioseco. 328 Alcibíades Vicencio. 328-bis Don Eduardo Moore. Facultad de Ciencias Físicas i Matemáticas (miembros docentes i académicos) 329 Don Alberto Cruz Montt. 330 » Adrián Edwards. 331 ) José Forteza 332 » Cárlos Malsch. 333 2> P'rancisco Mardónes 334 » José Abelardo Bizarro. 335 » Alberto Obrecht. 336 » Arturo Salazar. 337 Domingo Víctor Santa María. 338 y> Cárlos Sánchez Cruz. 339 » Luis Schmidt. 340 » Julio Schneider. 353 341 Don Arturo Titus. 342 » Rojerio Torres. 343 » Roberto Torretti. 344 » Manuel Trueco. 345 » Luis L. Zegers. 346 » Guillermo Ziegler. 347 » Fernando Montessus de Ballore 348 » Federico Ristenpart. 349 » Cárlos Gregorio Aralos. 350 » Manuel Salustio Fernández. 35i » Wáshington Lastarria. 352 » Ricardo Poenisch. 353 » Diego A. Torres. 557 » Ismael Valdes Valdes. Facultad de Filosofía i Humanidades (miembros docentes i académicos) 358 Don Federico Hansen. 359 » José Toribio Medina. 360 » Juan Steffen. 361 » Guillermo Mann. 362 » Rodolfo Lenz. 363 » Luis Barros Borgoño. 364 » Claudio Matte. 365 » Gonzalo Búlnes. 266 » Vicente Aguirre Várgas. 367 » Julio Montebruno. 368 » Francisco Valdes Vergara. Liceos de Hombres (Profesores de Ciencias Naturales) LICEO DE TACNA 369 » Nicanor Reinoso. 23 — 354 — 370 Don Prudencio Alvarez. 371 Biblioteca. UCEO DE IQUIQUE 372 Don Baldomero Wolnitzki. 373 Biblioteca. LICEO DE ANTOFAGASTA 374 Don José Antonio González. 375 Biblioteca. UCEO DE TALTAL 376 Don Julio Riffo B. 377 Biblioteca. LICEO DE COPIAPÓ 378 Don Aníbal Cobo. 379 » P'rancisco Zambrano. 380 Biblioteca. UCEO DE LA SERENA 381 Don Francisco Fuentes. 382 Biblioteca. LICEO DE OVALLE 383 Don Pedro N. Opazo. 384 Biblioteca. — 355 ^ LICEO DE ILLAPEL 385 Don Benjamín Velasco Reyes. 386 Biblioteca. LICEO DE SAÑ FELIPE 387 Don Roberto Humeres O. 388 Biblioteca. LICEO DE LOS ANDES 389 Don Jprje Undurraga. 390 Biblioteca. LICEO DE VALPARAISO 391 Don Eliseo Soto. 392 Biblioteca. LICEO DE VIÑA DEL MAR 393 Don Rafael Campusano. 394 Biblioteca. LICEO DE QUILLOTA 395 Don Maximiliano Sir. 396 Biblioteca. INSTITUTO NACIONAL 397 Don Román Bonn. 398 » Jorje Eckers. — 356 — 399 Don Jerman Wieghárdt. 400 » Cárlos Ugarte Jiménez. 401 » Belisario Díaz Ossa. INTERNADO BARROS ARANA 402 Don Rojelio Sánchez. 403 » Francisco Lara. 404 » Alfredo Campaña. 405 Biblioteca. LICEO DE APLICACION 40Ó Don Cárlos Silva Figueroa. 407 » Adrián Soto V. 408 Biblioteca. LICEO MIGUEL L. AMUNÁTEGUI 409 Don Roberto Burr. 410 » Ernesto Meló. 41 1 Biblioteca. LICEO SANTIAGO 412 Don Cárlos Fernández Peña. 413 Biblioteca. LICEO MANUEL BARROS BORGOÑO 414 Don Luis Torres Pinto. 415 Biblioteca. UCEO DE RANCAGUA 416 Don Julio Escudero M. — 357 417 Biblioteca. LICEO DE RENGO 418 Don Salustio Calderón, 419 Biblioteca. LICEO DE SAN FERNANDO 420 Don Juan A. O’Donovan. 421 Biblioteca. LICEO DE CURICÓ 422 Don Rafael A. Correa. 423 Biblioteca. LICEO DE TALCA 424 Don Agustín García. 425 Biblioteca. LICEO DE LINARES 426 Don Cárlos Pincheira. 427 Biblioteca. LICEO DE CAUQUENES 428 Don Miguel A. Lois. 429 Biblioteca. LICEO DE CONSTITUCION 430 Don Leoncio Rodríguez Señoret. - 358 - 431 Biblioteca. LICEO DE CHILLAN 432 Don Narciso Tondreau. 433 Biblioteca. LICEO DE CONCEPCION 434 Don Marcial Espinosa. 435 » Edmundo Larenas. 436 Biblioteca. LICEO DE TOMÉ 437 Don Vicente A. Palacios. 438 Biblioteca. LICEO DE LOS ANJELES 439 Don Ruperto Banderas. 440 Biblioteca. LICEO DE ANGOL ' I . 441 Don Lucas Mellado. 442 Biblioteca. LICEO DE TEMUCO 443 Don Rodolfo Poblete N. 44.4 Biblioteca. LICEO DE TRAIGUEN 445 Don Gustavo Vera. 359 — 446 Biblioteca. LICEO DE LEBU 447 Don Julio V. Acuña. 448 Biblioteca. LICEO DE VALDIVIA 449 Don Luis Bianchi. 450 Biblioteca. LICEO DE OSORNO 45 i Don Abraham Gajardo. 452 Biblioteca. LICEO DE PUERTO MONTT 453 Don Francisco Vivar. 454 Biblioteca. LICEO DE ANCUD 455 Don Liborio Sánchez. 456 Biblioteca. LICEO DE PUNTA ARENAS 457 Don Elias Almeyda. 458 Biblioteca. Bibliotecas, Museos i Otros Servicios 528 Biblioteca Nacional (70 ejemplares). 36o — 529 Biblioteca del Instituto Nacional. 530 Biblioteca de Valparaíso. 531 Biblioteca de Concepción. 532 Museo de Valparaíso. 533 Museo de Concepción. 534 Jardín Botánico. 535 Observatorio Astronómico. 536 Comisión Permanente de Bellas Artes. 537 Biblioteca de Escritores de Chile. 538 Visitador de los Establecimientos de Instrucción Espe cial, don Enrique Matta Vial. 539 Instituto Comercial de Santiago. 540 Instituto Comercial de Valparaíso. 541 Instituto de Educación Física. VII. — Ministerio de Hacienda 542 Señor Ministro. VIII. — Ministerio de Guerra 543 Señor Ministro. 544 Cirujano Jefe del Ejército. 545 Academia de Guerra. 547 Escuela Militar. 547 Museo Militar. IX. — Ministerio de Marina 548 Dirección Jeneral de la Armada. 549 Oficina Hidrográfica. 550 Escuela Naval. 551 Apostadero Naval de Talcahuano. 552 Apostadero Naval de Magallanes. 553 Gobernaciones Marítimas. — 361 — 554 Dirección del Territorio Marítimo. 555 Escuela de Aspirantes a Injenieros. 556 Escuela Náutica de Pilotines. 557 Cirujano jefe de la Armada. X. — Ministerio de Industria i Obras Públicas 558 Señor Ministro. 559 Inspector de Enseñanza i Fomento Agrícolas. 560 Instituto Agrícola. 561 Escuela Práctica de Agricultura de Santiago. 562 Escuela Práctica de Agricultura de Talca. 563 Escuela de Viti-vinicultura i Arboricultura de Cauquenes. 564 Escuela de Agricultura e Industrias Animales de Chillan. 565 Escuela Práctica de Agricultura de Concepción. 566 Escuela Práctica de Agricultura de Temuco. 567 Administrador de la Quinta Normal de Santiago. 568 Director de la Estación Agronómica. 569 Director de la Estación de Patalojía Vejetal. 570 Director del Hospital Veterinario. 571 Agrónomo rejional de las provincias de Atacama a Val- paraíso. 572 Agrónomo rejional de la segunda zona. 573 Agrónomo rejional de la tercera zona. 574 Profesor de Veterinaria de la tercera zona. 575 Jefe de la Sección de Aguas i Bosques. 576 Oficina de Estadística, Publicaciones e Informaciones Agrícolas. 577 Escuela de Minería de Copiapó. 578 Escuela Práctica de Minería de la Serena. 579 Escuela Práctica de Minería de Santiago. 580 Museo Mineralójico. 581 Sociedad Nacional de Minería. 582 Escuela de Artes i Oficios. 583 Inspección de Jeografía i Minas. XI. — Centros Científicos i Sociales 584 Centro Industrial i Agrícola. 585 Instituto de Injenieros de Chile. 586 Sociedad de Fomento Fabril. 587 Sociedad Médica. 588 Sociedad Nacional de Agricultura. 589 Sociedad Nacional de Farmacia. 590 Sociedad Nacional de Minería. 591 Société Scientífique du Chili. 592 Asociación de Educación Nacional. 593 Sociedad de Instrucción Primaria. 594 Centro de Estudiantes de Medicina. 595 Club de la Union. 596 Club Alemán. 597 «Club Valparaíso», Valparaíso. 597-bis Biblioteca i Museo Popular, Antofagasta. XII. — Prensa 598 El Mercurio. 599 El Ferrocarril. 600 El Diario Ilustrado. 601 La Union. 602 La República. 603 «El Sur», Concepción. 604 «La Union», Concepción. 605 «El Dia», Valparaíso. XIII. — Particulares 606 John A. Wolfísohm, Valparaíso, casilla 672. 607 Doctor Aureliano Oyarzún. 608 Doctor Francisco Fonck, Quilpué. — 363 — 6og Doctor Clodomiro Pérez Canto. 610 Joaquín Fábres. 61 1 Mr. Jales Besnard. 612 Julio Philippi. 613 Doctor Otto Philippi. 614 Julio Vicuña Cifuentes. 615 Moisés Várgas Molina. 616 Doctor Esperidion Vera, San Antonio de las Bodegas 617 Doctor Antonio Dagnino, Buin. 618 Doctor Vicente Dagnino, Tacna. 619 Federico Videla, Jefe de la Estación de Nos. 620 Cárlos Rahmer, Rancagua, Minas del Teniente. 621 Doctor Fermín Montero, Paredones, Estación Población 622 Roberto Montt, Valparaíso.' 623 Doctor Thierry, Valparaíso. 624 Doctor Hagnauer, » 625 Salvador Izquierdo. 626 Cárlos Lagarrigue, Nos. 627 Benjamin Matte, Guindos. 628 Alberto Bravo, Buin. 629 Santiago Toro Herrera, Santiago. 630 Miguel Fernández, Talca. 631 Arturo Toro Herrera, Rancagua. 632 Pedro Vicente Correa, San Fernando. 633 Doctor Manuel Acuña, Talca. 634 Doctor Francisco Hederra, Talca. 635 Ascencio Astorquiza, Villa Alegre. 636 Omer Huet, Quillota. 637 Dr. Eujenio Diaz Lira. 638 Juan M. Valle, Ferrocarriles del Estado, Valparaíso. 639 Manuel Barragan, Puerto Montt. 640 S. Bullock, Temuco, casilla 75. 641 Javier Larrain Irarrázabal, Amunátegui 224. 642 Juan Fleischmann, Santiago. 643 Párroco de Punta Arenas. 3o. Austria-Hungría. 290 Museums — Gesellschaft. — Teplitz. — Austria-Hungría. 291 Kais. Akademie der Wissenschaften. — (Práhistorische Ko- mission). — Wien. 292 Anthropologische Gesellschaft. — Wien. 293 K. K. Geographische Gesellschaft. — Wien. 294 K. K. Xaturhistorisches Hofmuseum. — Wien. 295 Verein für osterreichische Volkskunde. — Wien. 296 Felliner Literarische Gesellschaft. — Fellin (Livland) Kuss- land. 297 Gelehrte ethnische Gesellschaft. — Yurjew (Dorpat).— Russ- land. — 393 — 298 Kaiserliche Archáólogische Gesellschaft in Moskau. — Mos- kau. — Russland. 299 Anthropologische Gesellschaft. — St. Petersburg. — Russ- land. 300 Kais. Archáologische Komission. St. Petersburg. — Russ- land. 301 Kais. Russische Geographische Gesellschaft. — St. Peters- burg.— Russland. 302 Kaukasische Sektion d. kais. Russ. Geogr. Gesellschaft. — - St. Petersburg. — Russland. 303 Kungl. Vitterhets — , Historie — och Antikvitets — Akade- mien. — Stockholm, Schweden. 304 Rikmuseets Etnografiska Afdelning. — Stockholm, Schwe- den. 305 Nordiska Museet. — Stockholm, Schweden. 306 Statens Historiska Museum. — Stockholm, Schweden. 307 Svenska fornminnesforeningen. — Stockholm, Schweden. 308 Svenska Sállskapet for Antropologi och Geografi. — Stock- holm, Schweden. 309 Sammlung für Volkerkunde u. naturwissenschaftliche Samm- lung der Universitat. — Basel. — Schweiz. 310 Schweizerische Gesellschaft für Volkerkunde. — Basel. — Schweiz. 31 1 Geographische Gesellschaft. — Bern. — Schweiz. 312 Antiquarische Gesellschaft, Zürich. — Schweiz. 313 Geographische — Ethnographische Gesellschaft, Zürich. — Schweiz. 314 Dr. Yellinghaus. — Realschuldirektor. — Osnabrück. 315 Dr. Edw. Schroder. — Gottingen. 316 Dr. W. Eange. — Kassel. — Hessen — Nassau. 317 Dr. Kropatscheck. — Frankfurt a/M. 318 Prof. Dr. Weerth. — Detmold. 319 Prof. Dr. Anthes. — Darmstadt. 320 Prof. Dr. C. Schuchhardt.— Berlín. 321 Prof. Dr. K. Schumacher. — Mainz. — 394 322 Dr. H. Seger. — Breslau. 323 Prof. Paul Wolters. — Direktor der Glyplothek. — München 324 Rudolf Lepke. — Kochstr. 28-29. Berlín S. \V. 68. 325 Prof. Dr. Karl Stubenrauch. — Berlín. 326 Prof. Paul Ferdinand Schmidt. — Magdeburg. 327 Rudolph Silib. — Heidelberg. 328 Dr. Ernst Traumann. — Heidelberg. 329 E. Selch. Erzherzog Rainer — Museum. — Brünn. 330 Dr. Martin, Director der Mauritshuis. — Haag. — Holanda 331 Dr. Phil. Albert von Lecoq. Universitát. — Kiel. 332 Dr. Walter Lehmann. — Ethnograph. Mus. München. 333 Dr. Peter Gossler. — Stuttgart. 334 Dr. Moritz Dreger. — Wien. 335 Prof. Dr. Lionel von Donop. Xationalgalerie. Berlín. 336 Dr. Nátzel. — Münz Kabinett. — Berlín. 337 Prof. Dr. Loubiér. — Kunstgewerbemuseum. — Berlín. 338 Dr. Messerschmidt.- — Kais. Museum.— Berlín. 339 Prof. Dr. Lehner.— Bonn. 340 Dr. Hans Posse. — Kaiser Friedrich — Museum, Dresden. 341 Prof. Dr. Richard Stettiner. — Hamburg. 342 Yohann Haupt. — Stadtmuseum. — Iglau. 343 Dr. Heerwagen — Museumkonservator. — Xiirnberg. 344 Dr. August Neuhaus. — Museumsassistent. — Nürnberg 345 Johannes Sieveking. — Stettiner Museum. — Stettin. 346 Das Komitatsmuseum in Bártfa. — Ungarn. 347 Das Komitatsmuseum in Sopron. — Ungarn. 348 Das Komitatsmuseum in Kassa. — Ungarn. 349 Gewerberath G. Wagner.— Darmstadt. 350 Prof. Dr. Richard Grundmann. — Darmstadt. 351 Dr. Edwin Redslob. — Suermondtmuseum. — Aachen. 352 A. Pit Museum zu— Amsterdam. 353 Dr. Paul Pappenheim. Zoolog. Museum. — Berlín. 354 Dr. A. Brinckmann. Kestner-Museum, Hannover. 355 Dr. Wichert. — Stadstmuseum. — Manheim. 356 Rgsrat. v. Tschudi. — Staatsgalerie. — München. — 39? — 357 Prof. P. Ascherson. Bülowstr. 52. Berlín. 358 Prof. Ad. Engler. Direkor des bot. Gartens. — Berlín 359 Prof. C. E. Goebel, Bot. Garten. — München. 360 Prof. W. Pfeiter, Bot. Garten. Leipzig. 361 Prof. Ed. Strassburger. Bot. Garten. — Bonn. 362 Prof. S. Schwendener. — Universitát. — Berlín. 363 Prof. H. Vochting. Bot. Garten. — Tübingen. 364 Prof. J. Wiesner. — Universitát. — Wien. 365 Prof. H. De Yri'es, Universitát. — Amsterdam. 366 C. A. J. A. Oudemans. Universitát.- — Amsterdam, 367 Prof. M. Treub. Bot. Garten. — Buitenzorg. — Java. 368 Prof. A. Fischer von Waldheim. Bot. Garten. St. Peters- burg. — Russland. 369 Prof. M. Woronin, Wasilii Ostroff. 9. Linie, St. Petersburg. 370 Prof. Th. Fríes. Bot. Garten, Upsala. — Schweden. 371 Prof. H. Christ, 8 rué St. Jacques. Bale (Basilea) Suisse. 372 Prof. C. de Candolle. 3. cour St. Pierre — Généve. 373 Prof. L. Fischer. Universitát. — Berne. 374 Bergens Museums Aarbog. Bergen, — Xorwegen. 375 Sitzungsberichte der Gesellschaft Xaturforschender Freun- de — Berlín.. 376 Mitteilungen aus der Zool. Sammlung des Museums fiir Xaturkunde. — Berlín. 377 Sitzungsberichte der K. Akademie der Wissenschaften. — Berlin. 378 Sitzungsberichte der Xatru hístorischen Yereines. — Bonn. 379 Abhandlungen des Xaturswissenchafl. Yereines. — Bremen. 380 Kgl. Ungarische Geologische Anstalt. — Budapest. 381 Archiv. for Mathematik of Xaturvidenskab. — Christiania. 382 Petermanns Geographische Mitteilungen. — Gotha. 383 Verhandlungen der K. K. zoolog. botanischen Gesell schaft. — Wien. 384 W iener Entomologischer Yerein. — Wien. 385 K. K. Geologische Reichsanstalt. — Wien. 386 K. Akademie der Wissenschaften. — Wien. — 396 — 387 Prof. Dr. Wladislaw Heinrich. — Universitát Krakau. — Aus- tria. 388 Prof. Dr. J. Kirste. — Universitát Graz. — Austria. 389 Prof. Dr. Karl Kretschmer. — -Universitát Wien. — Austria. 390 Dr. Albert. Reibmayer. — Brixen, Tirol. — Austria. 391 Prof. Dr. Winternitz. — Deutsche Universitát Prag. — Aus- tria. 392 Dr. Diñes Andersen, Copenhagen. — Denmark. 393 Excellenz Hassan Sabry Bey. — Cairo, Egypt. 394 Prof Dr. G. K. Antón. — Universitát. Jena. — Alemania. 395 Prof Dr. Paul Rathgen. — Kolonial Instituí. — Hamburg. 396 Prof Dr. C. H. Becker.— Kolonial Instituí. — Hamburg. 397 Prof Dr. Tomeri Tanimoto. — University of Kyoto. — Ja- pon. 398 Prof. Dr. Eugen Fischer. — -Universitát Freiburg. 399 Prof. Dr. W’eule. — Universitát Leipzig. 400 Prof Dr. Julius Wolf. — Universitát Breslau. 401 Prof Dr. Ingvar Nielsen. — Universitát Christiania, Norwe- gen. 402 Prof Dr. Alexander Jastchenko. — Universitát Dorpat. — Russland. 403 Prof Dr. Gustaf. F. Steffen. — Universitát Goteborg. — Sweden. 404 Prof Dr. Hans T. Wehrli. — Universitát Zürich, Suisse. 405 Antonius J. Manasseh. B. Se. M. D. Beyrouth Syria. 406 Khalil Sarkis. — Editor. — Lissan. — Ul. Hal. Beyrouth, Syria. 407 G. Spiller, 63 South Hill Park. — Hampstead. — London. 408 Marius Jaccard. — 22 Avenue de l’Aurore. — Lausanne (Suisse). 409 Prof. Dr. L. Bohmig, Graz. — Austria. 410 Dr. A. Mrázek. — Prag. — Austria. 41 1 Dr. Cari Zimmer. — Breslau. — Alemania. 412 Dr. W. Sorensen. — Kopenhagen. — Denmark. 413 Prof Dr. E\v. H. Rübsaamen. — Berlín. — Alem. 414 Prof Fr. Klapálek. — Prag. — Austria. — 397 — 415 Dr. Franz Werner. — Wien. — Austria. 416 Prof. Dr. L. Milch. — Breslau. — Alemania. 417 Dr. Hans Crammer. — Salzburg. — Austria. 418 Prof. Dr. Erich Kaiser. — Giessen. — Alemania. 419 E. Nágele — Schweizerbartsche Verlagshandlung.— Stutt- gart. — (Z11 alien Geologen). 420 Dr. Emilio Bóse. — Instituto Geológico. — México. 421 Hermann Rolle. Speyerer Str. 8. Berlín. W. 30. 422 Alfred Hetschko, K. K. Professor in Teschen. — Schlesien. 423 Edmund Reitter, Paskau. — Máhren. — Austria. 424 A. V. Korek, Burean de Journaux, Prague 72-II-78. — Bóh- men. Austria. 425 Prof. J. D. Alfken. — Bremen. — Alemania. 426 Dr. F. \Y. Neger. — München. — Bayern. Alemania. 427 Jakob Erikson. — Stockholm. — Suecia. 428 K. Otahi. — Tokyo. 429 F. P'ujita. — Tokyo. 430 Knerr, Dr. Rudolf. — Wien. 431 T. Adensamer. — Entomologe. — Wien. 432 Dr. W. Michaelsen. — Hamburger Museum. — Hamburg. 433 Hugo Streisand. Augsburgerstr. 40. Berlín. W. 50. 434 Ludwig Rosenthal. Hildegardstr. 14. München. Alemania. 435 Franz Malota. — Wiedener Hauptstr: 22. Wien IV. 436 Verein Carnuntum. — Wien. — Austria. 437 Dr. Günther Enderlein. — Stettin. 438 Prof. Dr. O. Bütschli. — Heidelberg. 439 Prof. Dr. B. Hatschek. — Wien. 440 Dr. A. Schuberg. Berlín. Gross Lichterfelde. 441 Prof. Dr. A. Brauer Invalidenstr. 43. Berlin n. 4. 442 Dr. med. et phil. E. Ballowitz. — Kgl. Universitát Münste in W. 443 Prof. Dr. Ehrenbaum. Mundsburger Damm 59 III Ham- burg. 444 Prof. Dr. R. Klebs. — Konigsberg. 445 Naturse Novitates. — Berlin. — 398 — 446 Insekten — Borse. — Leipzig. 447 Etgnographisches Museum. Chaussee Kiseleff. — Bukarest. (Rumania). 448 Kunsthistorische Sammlung des allerhochsten Kaiserhauses. Wien. 449 Yerlag von Georg Reimer, Berlín \Y. 35. 450 Altertumsmuseum.- — Pforzheim. Alemania. 45 1 Altertumsmuseum. — Glogau — Alemania. 452 Museum fiir Yolkerkunde. — Rostock (Mécklenburg Schwe- rin). Alem. 453 Prof. Dr. Comventz, Direckt. Westpreuss. Provinzialmuseum. Danzig. 454 J. J. \Yeber. — Reudnitzerstr. 1-7. — Leipzig. 455 Mr. Sven Hedin. — Stoekholm. 456 Dr. von Ehrenwall. Ahrweiler (Rheinprovinz). 457 Deutsche Geographische Gesellschaft. — Gotha. — Alemania. 458 Deutsche! u. Osterreichischer Alpenverein. — Wien. 459 Prof. Dr. Thomas Achelis, Bremen. Sielwall 12. 460 Prof. Dr. Richard Andrée Friedrichstr 9/ Y. München. 461 Dr. Joseph Gerstendorfer. — Krumau. — Bóhmen. 462 Alexander Gesell. — Stephanierstr. Budapest VII. Bez. 463 Prof. Dr. Hermann Guthe. — Kornerplatz 7. — Leipzig. 464 Prof. Cari v. Hahn. Tiflis. — Wera. 465 Prof. Dr. G. Píaberlandt. — Graz. — Austria. 4 66 Dr. Bernhard Hagen. Miquelstr 5. Frankfurt a M. 467 Dr. Ernst Hammer. — Hegelstr 15. — Stuttgart. 468 Josif Josefowitsch Kosonogow. Kijcw Russia. — Karawajeros — kaja 14. 469 Alexander Torncjuist. Prof. Dr. Schweigháuserstr. 1 8. Strass- burg. 470 Dr. Albert Voss. — Alte Jakobstr. 167. Berlín. J. W. 471 Dr. H. Haack. — Gotha. 472 Dr. Oskar Stübel. Hohenzollernstr. 18. Berlín \Y. 473 A. F. Stahl, Baskow Per 29. St, Petersburg. 474 Bibliotekar der Klosters Vatopedi. — Berg Athos (Turquía). — 399 — 475 Kgl. Friedrich Alexanders Universitát. — Lrlangen. — (Ba- yern) Alem. 476 Prof. Heinrich Bulle. Universitát. — EiÉangen. 477 Graf Johann von Marmora. Bibliothek in Korfü. Grecia. 478 Kyoto Teikoku Daigaku. — Kyoto. — Japón. 479 Naturwissenschaftliches Museum. Sarawak. — Borneo. 480 Archáolog. Histor. Stadtmuseum. Smolensk. Rusia. 481 Eürstl. Hohenzollern’sches Museum für Wissenschaft. u. Kunst. Sigmaringen, Hohenzollern. Alem. 482 Orientalisches Instituí. Wladiwostok. — Asiatisches Russ- land. 483 Gesellschaft für Physiokratie in Bohmen. Prag. Bohemia Austria. 484 Cyrus C. Adams, 416 West 1 18 til Street. New York City 485 Frank Dawson, Adams Me Gilí College Montreal Cañada. 486 A’ Alcock. Indian Museum. Calcutta. 487 W. H. Alexander. Weather Bureau. Washington. 488 Thom. Joshua Allridge. Oíd Charlton, Kent. England. 489 H. A. Alien, geol. Survey of United Kingdom. London. 490 Henry M. Ami. Geol. Nat. Hist. Survey. Ottawa Cañada. 491 F. M. Anderson. University Berkeley, Cal. — U. S. A. 492 Ch. W. Andrews. — British Museum. London. 493 Sir John C. Ardagh. Athenaeum Club. — London. 494 Dr. George H. Ashley. — Palo Alto. California. 495 R. S Badén Powell. St. Georges Place 8. London. 496 Solon Irving Bailey. Harvard University. Cambridge. Mass. U. S. A. 497 Marcus Baker. U. S. Board of Geogr. Ñames. Washington. 498 John B. Ball. Ashburton College. London. 499 Prof. Erwin Hinckley Barbour. — Univ. Nebraska. Lincoln. U. S. A. 500 Alfred Ernest Barlow. Geol-Survey. Ottawa, Cañada. 501 John George Bartholomew. Geogr. Inst. Edinburgh (Scot land). — 400 — 502 Prof. William Shirley Bayley. Colby College. Waterwille. U. S. A. 503 Si; Lewis A. Beaumont. United Service Club. London. 504 Chas. Raymond Beazley, London S. E. 505 George F. Becker. U. S. Geolog-Survey, Washington D. C. 506 Charles E. Beecher-Jale University, New-Haven. — Conn. U. S. A. 507 M. Begg. University Otago-Dunedin (New Zealand). 508 Dr. Robert Bell. Geolog. Survey. Ottawa Cañada. 509 Lord Charles Beresford. Lower Berkeley Street 2. London. 510 Sir Michael A. S. Biddulph. Whitehall curt 2. London. S. W. 51 1 Will. P. Blake. — Tucson, Arizona U. S. A. 512 \Y. T. Blanford. — Campden Hill. Bedford Gardens 72 Lon- don W. 513 T. Blatchford. — Perth. West Austral!^. 514 Willfr. S. Blunt. — Southwater near Horsham (Sussex. En- gland). 515 Thomas George Bonney, Hampstead, Domingroad 23, London. 516 Carsten PL Borchgrewink. — Bromley, Kent, England. 517 P. N. Bose, Geolog. Survey. — Calcutta. India. 5 1 8 Gershom Bradford. U. S. Coast and Geod-Survey. Was- hington. 519 Andrew Braid. — U. S. Coast and Geod-Survey. Was- higton. 520 David L. Brainard. U. S. Signal Service. Washington D. C. 521 J. V. Biower, Ouívira Histor. Society, St. Paul (Minn. U S. A. 522 Albert E. Calvert, Eaton Avenue-London. 523 Prof. Samuel Calvert. — University Jowa City. U. S. A. 524 Etnographical Museum. — Makassou (South Celebes). 525 Prof. Dr. Georges Lecointe. Observatoire Royal de Belgi que. — Uccle (Belgique). 526 Chas. W. Campbell. Shangay (China). - 385 - go Herausgeber der Grenzboten— Leipzig — Alemania. 91 Verlag von Gustav Fischer — Jen a- -Alemania. 92 Prof. Dr. Gcebel — Herausgeber der Flora — München. 93 Dr. K. Müller — Freiburg Br. 94 Dr. Cari Chun Prof. der Zoologie. Leipzig. 95 Dr. Lendl Adolf Urnack. Budapest II Ker. Donáti utcza 7 oz Austria. 96 Keiroku Tsuzuki— Tokio-Japon. 97 Prof. Dr. Scheicher — St. Polten— Austria. 98 Natuforschende Gesellschaft — Zürich, Suiza. 99 Roberto Lehmann Nitsche— Museo Etnográfico — La Plata — (República Arjentina). 100 Dr. Max Goldschmidt — Oranienburgerstr. 42/43 Berlin N. 101 Waldemar Müller-Eberhart. Friedenau Büsingstr. 17 Berlin. 102 Dr. Percy D. Quensel- University of Upsala — Suecia. 103 Dr. P5duard Suess II Afrikanergasse 9 Wien — Austria. 104 Karl Wohlgemuth. Bozal — Laubengasse 62 Tirol Austria. 105 Prof. Dr. Karl A. Zittel — Ludwigstr 17-g- — München. 106 St. Gallische Naturforschende Gesellschaft — St. Gallen Schweiz. 107 Naturforschende Gesellschaft des Osterlandes zu Altenburg, Schweiz. 108 Schweizer Heraldische Gesellschaft — Bern. Suisse. 109 Schweizer Zoologische Gesellschaft — Zürich, Suisse. 110 Schweizer Entomologische Gesellschaft Zürich, Suisse. 1 1 1 Stiftsobergymnasium der Benediktiner zu Bvauríau. Bohmen, Austria. 1 1 2 Prof. Vinzenz Maiwald — Braunau, Bohmen, Austria. 1 1 3 Dr. Max Bartels, Berlin W. am Karlsbad 12/13. 114 Graf Hans v. Berlepsch Schloss Berlepsc'n, Post Gersten- bach, Kr. Witzenhausen. 1 1 5 Dr. Arthur Baessler. Konigsstr. 4. Glauchau i. Sachsen Alemania. 116 Heinrich Bode. Landgerichtsrat — Braunschweig. 25 — 386 — ii/ Dr. Cari Burckhardt. Instituto Geológico de Mégico D. F 5.a del Ciprés 2728. 1 1 8 Dr. Antón Collin. Berlín. 1 1 9 Dr. Louis Darapsky — -Kirchenallee 43 II Hamburg. 120 Prof. Dr. K. W. Dalla Torre — Innspruck — Tirol- Austria. 12 1 Per Dusén (Geologiska Byrau-Stockholm) Consulado Geral. da Suecia e da Noruega-Rio Janeiro. 122 Félix L. Dames-La.idgrafenstrasse 12 — Berlín, W. 62. 123 Karl Derncdde, Sedanstrasse 3. Hannover. 124 Wilhelm Fórnlein, Rabenhausen (Bayern). 125 Zahn & Jánsch, en venta la («Flora de Chile»), Dresden A. Waisenhausstr. 126 Julius Fohr, Feldstr. 19. Breinen. 127 Luis Goldsack. Mendoza. 128 Prof. Enrico Giglioli.— Firenze (Italia). 129 Prof. Dr. Julius Hann, Hohe Warte 38. Wien XIX. 130 Dr. G. Fleck. — Dir. Zool. Gartens, Berlín, Kurfürsten damm 9/ 1 1 . 131 Dr. F. Hóck. — Luckenwalde. — Alemania, 132 G. Hieronymus. — Grunewaldstr 6-7. Berlín. 133 Matilde v. Harlessem. — Hildesheim. — Goslarsche Strasse 1 134 Dr. med W. Horn. Pariserstr. 59, Berlín, W. 15. 1 3 5 Eugen Kittel, Oberbaurat. — Hohenheimerstr. 67. Stuttgart. 136 Prof. Rudolf Kittel, Breslau. Mauritiusstr. 16 II. 137 Dr. Richard Kiepert. Lindenstr. 11. Berlin. S. W. 138 Martin Koppe. — Landgerichtsrath. Sedanstr 47. Hannover. 139 Prof. Dr. Fritz Kránzlin, Klosterstr. 73. — Berlin C 2. 140 Prof. Dr. Chr. Lütken. — Kopenhagen, Dir. Zool. Mus. Da- nemark. 141 Dr. Müller. — Linnaea. — Luisenplatz 6 (Naturhist. Institut) Berlin. 142 Prof, Dr. Nehring. Neue Invalidenstr. 42. Berlin. 143 Dr. Otto Müller. — Kurneumárkische Darlehnskasse Berlin W. 8 Wilhelmplatz n.° 6. 144 Dr. Otto Nordenskjold.— Eksjo. — Schvveden. 387 — 145 Prof. Dr. F. W. Neger. — Forstakademie.- — Tharandt i/ Sachsen. Alemania. 146 Dr. Wilhelm Ohnesorge. — Osterstr. 50. Eimsbüttel b/ Hamburg. 147 Johann Pólgar. — Mezlem, post acsád, Eisenburger Comitat. — Hungría. 148 Dr. Albert Plagemann. St. Georg b Besenbinderhof n° 68. Hamburg. 149 H. Cari Dahms, Kantstr 1 18/ 1 19 Charlottenburg. — Ale- mania. 150 Santiago Roth, Ingeniero. — Morelia, Est. Michoacán. — México. 1 5 1 Oskar Rothacker, P riedrichstr. 105 A. Berlín N. 152 Dr. Antón Reichenow. n° 4. Invalidenstr 53. — Berlín. 153 H. Folsche u. Martin, Dorenhof 71.- — Hamburg. 1 54 Wilhelm Schlüter, Ludvvig Wuchererstr 9. Halle a S. 155 Pfarrer W. Slüyter, Sperenberg b/ Zossen, Prov. Branden- burg. 1 56 Pastor Rudolf Schulz, Eangengrassau b. Halle a/S. í 57 Ingenieur Wolfart. — Stitzenburgerstr 21 III. — Stuttgart. 158 Dr. Eeo Wehrli Culmannsstr. 12. Zürich IV. 159 Luis Wachowski. Dresden A. 14 Bismarkplatz 9 II. 160 Dr. Otto Witte, Wernigerode a/H. 161 Dr. Karl Wcermann. — Dresden. — Alemania. 162 Dr. F. Deneken. — Kaiser Wilhelm Museum. — Krefeld. Ale- mania. 163 Herrn Direktor des Ivasseler Museums. — Kassel. Alemania. 164 Volksmuseum in Wilsede.- — Hannover. — Alemania. 165 I. D. E. Schmeltz. Dir. Rijks Etnograph Mus, Leiden. 166 Dr. Jacques Huber. — Pará Brasil. 167 Prof. Dr. Ernst Pollaczek.— Strassburg. 168 G. v. Kloch. — Landesmuseum in Darmstadt. Alemania. 169 Volksmuseum in Antwerpen. — Niederlande. 170 Práhistorisches Museum. — Koln, Alemania. 1 7 1 Zichy — Museum. — Budapest. — Hungría. — 388 — 1/2 Landesmuseum Joanneum. Grctz. — Austria. 173 Stádtisches Museum. — Braunschweig. 174 Provinzial Museum von Bonn. — Alemania. 175 Museum für Volkerkunde. — Bremen. — Alemania. 176 Konigl. Zool. Anthropol. gesch. Ethnograph. Mus. Dres- den. 177 Stadt. Kunst u. Altertümer Sammlung. — Heidelberg. 178 Museum für Volkerkunde. — Hamburg. 179 Naturhist. & Ethnograph. Mus. Heilbronn. — Alemania. 180 Senkenbergische Naturforschende Gesellschaft. — Frank fort a/M. Alemania. 1 8 1 Haeckelmuseum. — Jena. — Alemania. 182 Museum für Kulturgeschichte. Lübeck. — Alemania. 183 Museum für Volkerkunde. — Leipzig. — Alemania. 184 Museum für Xaturkunde. — Magdeburg. 185 Museum für Volkerkunde. — Stettin. — Alemania. 186 Naturhistorisches Museum. Weimar. — Alemania. 1 87 Volksmuseum.- — Wien. — Austria. 188 Naturhist. Museum. Wiesbaden. — Alemania. 189 K. K. Natur & Kunsthistor. Josef Eerdinand Museum. — Olmütz. Austria. 190 Ethnographisches Museum. — München. — Alemania. 191 Nationalmuseun. München. — Alemania. 192 Pinakothek. München. — Alemania. 193 Kaiser Franz Josef — Museum. — Troppau. — Austria. 194 Dr. Phil. Johannes Kretzchmar. — Universitát Leipzig. 195 Liiders, E. Friedrich. — Wilhelmshafen.- — Deutsch Neu. — Guinea. 196 Mr. Mischlich. — Kete. — Kratschi, Togo. — Japón. 197 Museum für Volkerkunde in St. Petersburg. — Russland. 198 Max Nabe. — Leipzig— Gohlis. — Alemania. 199 Osterroht, Kurt. — Tahití. 200 Proettel, H. — Surabaya. — Java. 201 Reichel V.- — Rota. — Islas Marianas. 202 Senfft, Arno. — Jap. Islas Carolinas (Micronesia). — 3^9 — 203 Paul Zierold. — Mexiko. 204 Bock, Dr. H. Leipzig. 205 Mr. Cohrs, Vorstand des Centralmagazins. — Dates Salam. Africa Or. 206 Diederich P. Halle a S. 207 DorenbergJ. Cónsul. — Puebla. — Méjico. 208 Félix , Johannes, Prof. Dr. Leipzig. 209 F roben: t/s, Leo, Halensee bei Berlín. 210 Goldstein, Otto. — Pozcega, Slavonia. — Hungría. 21 1 Theodor Kniesche. — Leipzig, — Lindenau. 212 Meyer, Hans, Prof. Dr. jur. Leipzig. 213 Paschen, Hans, Longji. — Kamerun. 214 Dr. Preil. — Seminardirektor, Dresden. 215 Theile, Curt. Tsingtau.— China. 216 Aachener Geschichtsverein. — Aachen. 217 Yerein fiir Geschichte von Annaberg u , Umgebung. Anna- berg. 218 Historischer Verein für Schwaben u. Neuburg. — Augsb'urg. 219 Brandenburgía. — Heimatskunde der Prov. Brandenburg. — Berlín. 220 Museum für Volkerkunde. — Berlín. 221 Yorderasiatische Gesellschaft. — Berlín. 222 Verein von Altertumsfreunden im Rheinlande. — Bonn. 223 Schlesische Gesellschaft für Volkskunde. — Breslau. 224 Verein für Chemnitzer Geschichte. — Chemnitz. 225 Naturforschende Gesellschaft. — Danzig. 226 Westpreussisches Provinzialmuseum. — Danzig. 227 Historischer Verein für das Grossherzogtum Hessen. — Dannstadt. 228 Verein für Anhaltische Geschichte u. Altertumskunde. — Dessau. 229 Gesellschaft für Naturkunde Isis. — Dresden. 230 Verein für rheinische u. vvestfálische Volkskunde. Elber- feld. — 390 — 231 Yerein für Geschichte u. Altertumskunde von Erfurt — Erfurt. 232 Stádtisches Vólkermuseum. Frankfurt a/M. 233 Freiberger Altertumsverein. — Freiberg i. S. 234 Gesellschaft zur Beforderung der Geschichts, — Altertums und Volkskunde von Freiburg in Breisgau.— Freiburg i. B. 235 Dr. Friedrich Ohaus. — Deutsche Entomologische Gesell- schaft.— Holstein Str. 59. Steglitz — Berlin. 236 Gesellschaft für Erd-und Volkerkunde. — Giessen. 237 Gesellschaft für Anthropologie u. Urgeschichte.- — Gorlitz. — Alemania. 238 Gesellschaft für Xiederdeutsche Volkskunde. — Gottingen. 239 Rügisch-pomnerscher Geschichtsverein. — Greifswald. 240 Xiederlausitzer Gesellschaft für Anthropologie u. Alter- tumskunde.— Guben. 24 1 Rbmer — Museum. — Hildesheim. 242 Geographische Gesellschaft für Tlniringen zu Jena. — Jena. 243 Yerein für hessische Geschichte und Landeskunde. — Kassel. 244 Gesellschaft für Schleswig — Holstein. — Fauenburgische Geschichte. — Kiel. 245 Museum Vaterlandischer Altertümer. — Kiel. 246 Xaturvvissenschaftlicher Yerein für Schleswig Holstein. — Kiel. 247 Rautenstrauch. — Joest — Museum (Museum für Volkerkun- de) Koln. 248 Altertumsgesellschaft Prussia. — Konigsberg. 249 Yerein für Geschichte der Xeumark — Fandsberg a. Warthe. 250 Geschichts und Altertumsverein. — Feisnig. 251 Romisch-germanisches Zentralmuseum. — Mainz. 252 Fthnographisches Museum der k. bayr. Akademie der Wis- senschaften. — München. 253 Münchener Orientalische Gesellschaft. — München. 254 Yerein für Geschichte und Altertumskunde Westfalens Münster in \Y. — 39i 255 Historischer Verein. — Xeuburg a. D. 256 Germanisches Xationalmuseum. — Xürnberg. 257 Verein für Geschichte und Landeskunde von Osnabrück. — Osnabriick. 258 Altertumsverein. — Plauen i. V. 259 Deutsche Gesellschaft für Kunst u. Wissenschaft. — Posen. 260 Historischer Verein von Oberpfalz und Regensburg. — Re- gensburg. 261 Verein für mecklenburgische Geschichte u. Altertumskun- de. — Schwerin. 262 Historischer Verein der Pfalz. — Speyer. 263 Verein für Geschichte u. Altertümer der Herzogtümer Bre- men u. Verden und der Landes Hadeln. — Stade. — Ale- mania. 264 Gesellschaft für Geschichte u. Altertumskunde. — Stettin. 265 Gesellschaft für Volker — u. Erdkunde. — Stettin. 266 Staatssammlung nat. Altertümer. — Stettin. 267 Württenbergischer Anthropologischer Verein. — Stuttgart. 268 Verein für Xassauische Altertumskunde u. Geschichts forschung.- — Wiesbaden. 269 Historischer Verein von Unterfranken u. Aschaffenburg. — Würzburg. 270 Verein für bayer. Volkerkunde u. Mundartenforschung. — Würzburg. 271 Kongl. Xoodiske — Oldskriftselskab. — Kopenhagen. — Dan- mark. 272 Finska Fomminnesforeningen — Helsingfors. — Finlandia. 273 Provinzial Museum van Oudheden in Drenthe. — Assen. — - Holanda. 274 Indisch Genootschap. — Haag (s'Gravenhage). — Holanda. 275 Konniklijk Instituut voor Taal — Land — en Volkenkunde van Xiederlandsch Indié. — Haag (s’Gravenhage). — Ho- landa. 276 Det ethnografiske Museum. — Kristiania. — Xorwegen. — 392 — 277 Foreningen fór Norsk Folkemuseum.— Kristiania. — Nor- vvegen. 278 Máhrische Museumsgesellschaft — Briinn. — Austria-Hun- gría. 279 Ungarische Ethnographische Gesellschaft. — Budapest. — Austria-Hungría. 280 Ungarisches National Museum. — Budapest.- — Austria-Hun- gría. 281 Bukowiner Landesmuseum: Czernovvitz. — Austria Hungría. 282 Siebenbürgischer Karpatenverein. — Hermannstadt. — Aus- tria-Hungría. 283 Siebenbürgischer Verein für Naturwissenschaft. — Herinann stadt. — Austria-Hungría. 284 Kaiserliche Akademie der Wissenschaft. — Krakau. — Aus- tria-Hungría. 285 Museal — -V ere'm.—Laibach Austria-Hungría. 286 Museum Francisco — Carolineum. — Linz. — Austria-Hun- gría. 287 Gesellschaft zur Forderung deutscher VVissenchaft, Kunst u. Literatur in Bóhmen. — Prag. — Austria-Hungría. 288 Verein für die Geschichte der Deutschen in Bóhmen. — Prag. — Austria-Hungría. 289 Bosnisch — Herzegowinisches Landesmuseum. — Sarajevo. Austria-Hungría. 290 Museums — Gesellschaft. — Teplitz. — Austria-Hungría. 291 Kais. Akademie der YVissenschaften. — (Práhistorische Ko- mission).— Wien. 292 Anthropologische Gesellschaft. — Wien. 293 K. K. Geographische Gesellschaft. — Wien. 294 K. K. Naturhistorisches Hofmuseum. — Wien. 295 Verein für osterreichische Volkskunde. — Wien. 296 Felliner Literarische Gesellschaft. — Fellin (Livland) Russ- land. 297 Gelehrte ethnische Gesellschaft. — Yurjew (Dorpat). — Russ- land. — 393 — 298 Kaiserliche Archáologische Gesellschaft in Moskau. — Mos- kau . — Russland. 299 Anthropologische Gesellschaft. — St. Petersburg. — Russ- land. 300 Kais. Archáologische Komission. St. Petersburg. — Russ- land. 301 Kais. Russische Geographische Gesellschaft. — St. Peters- burg. — R usslañd. 302 Kaukasische Sektion d. kais. Russ. Geogr. Gesellschaft. — St. Petersburg. — Russland. 303 Kungl. Vitterhets — , Historie — och Antikvitets — Akade- mien. — Stockholm, Schweden. 304 Rikmuseets Etnografiska Afdelning. — Stockholm, Schwe- den. 305 Nordiska Museet. — Stockholm, Schweden. 306 Statens Historiska Museum. — Stockholm, Schweden. 307 Svenska fornminnesforeningen. — Stockholm, Schweden. 308 Svenska Sállskapet for Antropologi och Geografi. — Stock- holm, Schweden. 309 Sammlung fiir Volkerkunde u. naturwissenschaftliche Samm- lung der Universitát. — Base/. — Schweiz. 310 Schweizerische Gesellschaft fiir Volkerkunde. — Base/. — Schweiz. 31 1 Geographische Gesellschaft. — Bern. — Schweiz. 312 Antiquarische Gesellschaft, Zürich. — Schweiz. 313 Geographische — Ethnographische Gesellschaft, Zürich. — Schweiz. 314 Dr. Yellinghaus. — Realschuldirektor. — Osnabrück. 315 Dr. Edw. Schroder. — Gottingen. 316 Dr. W. Eange. — Kassel. — Hessen — -Nassau. 317 Dr. Kropatscheck. — P'rankfurt a/M. 318 Prof. Dr. Weerth. — Detmold. 319 Prof. Dr. Anthes. — Darmstadt. 320 Prof. Dr. C. Schuchhardt. — -Berlín. 321 Prof. Dr. K. Schumacher. — Mainz. — 394 — 322 Dr. H. Seger. — Breslau. 323 Prof. Paul Wolters. — Direktor der Glyptothek. — Miinchen. 324 Rudolf Lepke. — Kochstr. 28-29. Berlin S. W. 68. 325 Prof. Dr. Karl Stubenrauch. — Berlin. 326 Prof. Paul Ferdinand Schmidt.- — Magdeburg. 327 Rudolph Silib.— Heidelberg. 328 Dr. Ernst Traumann. — Heidelberg. 329 E. Selch. Erzherzog Rainer — Museum. — Brünn. 330 Dr. Martin, Director der Mauritshuis. — Haag. — Holanda. 331 Dr. Phil. Albert von Lecoq. Universitát.— Kiel. 332 Dr. Walter Lehmann. — Ethnograph. Mus. Miinchen. 333 Dr. Peter Gossler. — Stuttgart. 334 Dr. Moritz Dreger. — Wien. 335 Prof. Dr. Lionel von Donop. Nationalgalerie. Berlin. 336 Dr. Nátzel.- — Münz Kabinett. — Berlin. 337 Prof. Dr. Loubiér. — Kunstgewerbemuseum. — Berlin. 338 Dr. Messerschmidt. — Kais. Museum. — Berlin. 339 Prof. Dr. Lehner.— Bonn. 340 Dr. Hans Posse. — Kaiser Friedrich — -Museum, Dresden. 341 Prof. Dr. Richard Stettiner. — Hamburg. 342 Yohann Haupt. — Stadtmuseum. — Iglau. 343 Dr. Heerwagen — Museumkonservator. — Nürnberg. 344 Dr. August Neuhaus. — Museumsassistent. — Nürnberg 345 Johannes Sieveking. — Stettiner Museum. — Stettin. 346 Das Komitatsmuseum in Bártfa. — Ungarn. 347 Das Komitatsmuseum in Sopron. — Ungarn. 348 Das Komitatsmuseum in Kassa. — Ungarn. 349 Gewerberath G. Wagner. — Darmstadt. 350 Prof. Dr. Richard Grundmann. — Darmstadt. 351 Dr. Edvvin Redslob — Suermondtmuseum. — Aachen. 352 A. Pit Museum zu— Amsterdam. 353 Dr. Paul Pappenheim. Zoolog. Museum. — Berlin. 354 Dr. A. Brinckmann. Kestner-Museum, Hannover. 355 Dr. Wichert. — Stadstmuseum.— Manheim. 356 Rgsrat. v. Tschudi. — Staatsgalerie. — Miinchen. — 395 — 357 Prof. P. Ascherson. Bülowstr. 52. Berlin. 358 Prof. Ad. Engler. Direkor des bot. Gartens. — Berlin 359 Prof. C. E. Goebel, Bot. Garten. — München. 360 Prof. W. Pfeffer, Bot. Garten. Leipzig. 361 Prof. Ed. Strassburger. Bot. Garten. — Bonn. 362 Prof. S. Schwendener. — Universitát. — Berlin. 363 Prof. H. Vochting. Bot. Garten. — Tübingen. 364 Prof. J. Wiesner. — Universitát. — Wien. 365 Prof. H. De Vries, Universitát. — Amsterdam. 366 C. A. J. A. Oudemans. Universitát. — Amsterdam, 367 Prof. M. Treub. Bot. Garten. — Buitenzorg. — Java. 368 Prof. A. Fischer von Waldheim. Bot. Garten. St. Peters- burg. — Russland. 369 Prof. M. Woronin, Wasilii Ostroff. 9. Linie, St. Petersburg. 370 Prof. Th. Fríes. Bot. Garten, Upsala. — Schweden. 371 Prof. H. Christ, 8 rué St. Jacques. Bale (Basilea) Suisse. 372 Prof. C. de Candolle. 3. cour St. Pierre — Généve. 373 Prof. L. Fischer. Universitát. — Berne. 374 Bergens Museums Aarbog. Bergen, — Norwegen. 375 Sitzungsberichte der Gesellschaft Naturforschender P'reun- de — Berlin. 376 Mitteilungen aus der Zool. Sammlung des Museums für Naturkunde. — Berlin. 377 Sitzungsberichte der K. Akademie der WiSsenschaften. — Berlin. 378 Sitzungsberichte der Natru historischen Vereines. — Bonn. 379 Abhandlungen des Naturswissenchafl. Vereines. — Bremen. 380 Kgl. Ungarische Geologische Anstalt. — Budapest. 381 Archiv. for Mathematik of Naturviclenskab. — Christiania. 382 Petermanns Geographische Mitteilungen. — Gotha. 383 Verhandlungen der K. K. zoolog. botanischen Gesell schaft. — Wien. 384 Wiener Entomologischer Verein. — Wien. 385 K. K. Geologische Reichsanstalt. — Wien. 386 K. Akademie der Wissenschaften. — Wien. — 396 — 387 Prof. Dr. Wladislaw Heinrich. — Universitát Krakau.— Aus- tria. 388 Prof. Dr. J. Kirste. — Universitát Graz. — Austria. 389 Prof. Dr. Karl Kretschmer. — Universitát Wien. — Austria. 390 Dr. Albert. Reibmayer. — Brixen, Tirol.— Austria. 391 Prof. Dr. Winternitz.- — Deutsche Universitát Prag. — Aus- tria. 392 Dr. Diñes Andersen, Copenhagen. — Denmark. 393 Excellenz Hassan Sabry Bey. — Cairo, Egypt. 394 Prof Dr. G. K. Antón. — Universitát. Jena. — Alemania. 395 Prof Dr. Paul Rathgen. — Kolonial Instituí. — Hamburg. 396 Prof. Dr. C. H. Becker. — Kolonial Institut. — Hamburg. 397 Prof. Dr. Tomeri Tanimoto. — University of Kyoto. — Ja- pon. 398 Prof. Dr. Eugen Fischer. — Universitát Ereiburg. 399 Prof. Dr. Weule. — Universitát Leipzig. 400 Prof. Dr. Julius Wolf. — Universitát Breslau. 401 Prof Dr. Ingvar Nielsen.— Universitát Christiania, Norwe- gen. 402 Prof. Dr. Alexander Jastchenko. — Universitát Dorpat. — Russland. 403 Prof Dr. Gustaf. F. Stefifen. — Universitát Goteborg. — Sweden . 404 Prof. Dr. Hans T. Wehrli. — Universitát Zürich, Suisse. 405 Antonius J. Manasseh. B. Se. M. D. Beyrouth Syria. 406 Khalil Sarkis. — Editor. — Lissan. — Ul. Hal. Beyrouth, Syria. 407 G. Spiller, 63 South Hill Park.- — Hampstead. — London. 408 Marius Jaccard. — 22 Avenue de l'Aurore. — Lausanne (Suisse). 409 Prof. Dr. L. Bóhmig, Graz. — Austria. 410 Dr. A. Mrázek. — Prag. — Austria. 41 1 Dr. Cari Zimmer. — Breslau. — Alemania. 412 Dr. W. Sorensen. — Kopenhagen. — Denmark. 413 Prof. Dr. Ew. H. Riibsaamen. — Berlín.— Alem. 414 Prof. Fr. Klapálek. — Prag. — Austria. — 397 ~ 415 Dr. Franz Werner. — Wien.— Austria. 416 Prof. Dr. L. Milch. — Breslau. — Alemania. 417 Dr. Hans Crammer. — Salzburg. — Austria. 418 Prof. Dr. Erich Kaiser. — Giessen. — Alemania. 419 E. Xágele — Schweizerbartsche Verlagshandlung. — Stutt- gart. — (Zu alien Geologen). 420 Dr. Emilio Bose. — Instituto Geológico. — México. 421 Hermann Rolle. Speyerer Str. 8. Berlín. W. 30. 422 Alfred Hetschko, K. K. Professor in Teschen. — Schlesien. 423 Edmund Reitter, Paskau. — Máhren. — Austria. 424 A. V. Korek, Burean de Journaux, Prague 72-II-78. — Boh- men. Austria. 425 Prof. J. D. Alfken. — Bremen. — Alemania. 426 Dr. F. \Y. Xeger. — München. — Bayern. Alemania. 427 Jakob Erikson. — Stockholm. — Suecia. 428 K. Otahi. — Tokyo. 429 F. Fujita. — Tokyo. 430 Knerr, Dr. Rudolf. — Wien. 43 1 T. Adensamer. — Entomologe. — Wien. 432 Dr. W. Michaelsen. — Hamburger Museum. — Hamburg. 433 Hugo Streisand. Augsburgerstr. 40. Berlin. W. 50. 434 Ludvvig Rosenthal. Hildegardstr. 14. München. Alemania. 435 Franz Malota. — Wiedener Hauptstr: 22. Wien IV. 436 Verein Carnuntum. — Wien. — Austria. 437 Dr. Günther Enderlein. — Stettin. 438 Prof. Dr. O. Bütschli. — Heidelberg. 439 Prof. Dr. B. Hatschek. — Wien. 440 Dr. A. Schuberg. Berlin. Gross Lichterfelde. 441 Prof. Dr. A. Brauer Invalidenstr. 43. Berlin n. 4. 442 Dr. med. et phil. E. Ballowitz. — Kgl. Universitát Münste in W. 443 Prof. Dr. Ehrenbaum. Mundsburger Damm 59 III Ham- burg. 444 Prof. Dr. R. Klebs. — Konigsberg. 445 Xaturae X’ovitates. — Berlin. 398 — 446 Insekten — Borse. — Leipzig. 447 Etgnographisches Museum. Chaussee Kiseleff. — Bukarest. (Rumania). 448 Kunsthistorische Sammlung des allerhochsten Kaiserhauses. Wien. 449 Verlag von Georg Reimer, Berlín \V. 35. 450 Altertumsmuseum. — Pforzheim. Alemania. 45 1 Altertumsmuseum. — Glogau— Alemania. 452 Museum für Yolkerkunde. — Rostock (Mecklenburg Schwe- rin). Alem. 453 Prof. Dr. Conwentz, Direckt. Westpreuss. Provinzialmuseum. Danzig. 454 J- J Weber. — Reudnitzerstr. 1-7.— Leipzig. 455 Mr. Sven Hedin. — Stockholm. 456 Dr. von Ehrenwall. Ahrweiler (Rheinprovinz). 457 Deutsche Geographische Gesellschaft. — Gotha. — Alemania. 458 Deutscher u. Osterreichischer Alpenverein. — Wien. 459 Prof. Dr. Thomas Achelis, Bremen. Sielwall 12. 460 Prof. Dr. Richard Andrée Friedrichstr 9/V. Miinchen. 461 Dr. Joseph Gerstendorfer. — Krumau. — Bohmen. 462 Alexander Gesell. — Stephanierstr. Budapest VII. Bez. 463 Prof. Dr. Hermann Guthe. — Kornerplatz 7. — Leipzig. 464 Prof. Cari v. Hahn. Tiflis. — Wera. 465 Prof. Dr. G. Haberlandt. — Graz. — Austria. 466 Dr. Bernhard Hagen. Miquelstr 5. P'rankfurt a/M. 467 Dr. Ernst Hammer. — Hegelstr 15. — Stuttgart. 468 JosifJosefowitsch Kosonogow. Kijeiv Russia. — Karawajeros — kaja 14. 469 Alexander Tornquist. Prof. Dr. Schweigháuserstr. 18. Strass- burg. 470 Dr. Albert Voss. — Alte Jakobstr. 167. Berlin. J. W. 471 Dr. H. Haack. — Gotha. 472 Dr. Oskar Stiibel. Hohenzollernstr. 18. Berlin W. 473 A. F. Stahl, Baskow Per 29. St, Petersburg. 474 Bibliotekar der Klosters Vatopedi. — Berg Athos (Turquía). — 399 — 475 Kgl. Friedrich Alexanders Universitát. — Erlangen. — (Ba- yern) Alem. 476 Prof. Heinrich Bulle. Universitát. — Erlangen. 477 Graf Johann von Marmora. Bibliothek in Korfü. Grecia. 478 Kyoto Teikoku Daigaku. — Kyoto. — Japón. 479 Xaturwissenschaftliches Museum. Sarawak. — Borneo. 480 Archáolog. Histor. Stadtmuseum. Smolensk. Rusia. 481 Fürstl. Hohenzollern’sches Museum für Wissenschaft. u. Kunst. Sigmaringen, Hohenzollern. Alem. 482 Orientalisches Instituí. Wladiwostok. — Asiatisches Russ- land. 483 Gesellschaft für Physiokratie in Bohmen. Prag. Bohemia Austria. 484 Cyrus C. Adams, 416 West 1 18 th Street. Xew York City 485 Frank Dawson, Adams Me Gilí College Montreal Cañada. 486 A- Alcock. Indian Museum. Calcutta. 487 W. H. Alexander. Weather Bureau. Washington. 488 Thom. Joshua Allridge. Oíd Charlton, Kent. England. 489 H. A. Alien, geol. Survey of United Kingdom. London. 490 Henry M. Ami. Geol. Xat. Hist. Survey. Ottawa Cañada. 491 F. M. Anderson. University Berkeley, Cal. — U. S. A. 492 Ch. W. Andrews. — British Museum. London. 493 Sir John C. Ardagh. Athenaeum Club. — London. 494 Dr. George H. Ashley. — Palo Alto. California. 495 R. S Badén Powell. St. Georges Place 8. London. 496 Solon Irving Bailey. Harvard University. Cambridge. Mass. U. S. A. 497 Marcus Baker. U. S. Board of Geogr. Xames. Washington. 498 John B. Ball. Ashburton College. London. 499 Prof. Erwin Hinckley Barbour. — Univ. Nebraska. Lincoln. U. S. A. 500 Alfred Ernest Barlow. Geol-Survey. Ottawa, Cañada. 501 John George Bartholomew. Geogr. Inst. Edinburgh (Scot land). — 400 — 502 Prof. William Shirley Bayley. Colby College. Waterwille. U. S. A. 503 Sir Lewis A. Beaumont. United Service Club. London. 504 Chas. Raymond Beazley, London S. E. 505 George F. Becker. U. S. Geolog-Survey, Washington D. C. 506 Charles E. Beecher-Jale University, New-Haven. — Conn. U. S. A. 507 M. Begg. University Otago-Dunedin (New Zealand). 508 Dr. Robert Bell. Geolog. Survey. Ottawa Cañada. 509 Lord Charles Beresford. Lower Berkeley Street 2. London. 510 Sir Michael A. S. Biddulph. Whitehall curt 2. London. S. W. 51 1 Will. P. Blake. — Tucson, Arizona U. S. A. 512 W. T. Blanford. — Campden Hill. Bedford Gardens 72 Lon- don W. 513 T. Blatchford. — Perth. West Australia. 514 Willfr. S. Blunt. — Southwater near Horshanr (Sussex. En- gland). 515 Tilomas George Bonney, Hampstead, Domingroad 23, London. 516 Carsten E. Borchgrewink. — Bromley, Kent, England. 517 P. N. Bose, Geolog. Survey. — Calcutta. India. 518 Gershom Bradford. U. S. Coast and Geod-Survey. Was- hington. 519 Andrew Brkid. — U. S. Coast and Geod-Survey. Was- higton. 520 David L. Brainard. U. S. Signal Service. Washington D. C. 521 J. V. Biower, Quívira Histor. Society, St. Paul (Minn. U S. A. 522 Albert F. Calvert, Eaton Avenue-London. 523 Prof. Samuel Calvert. — University Jowa City. U. S. A. 524 PZtnographical Museum. — Makassou (South Celebes). 525 Prof. Dr. Georges Lecointe. Observatoire Royal de Belgi que. — Uccle (Belgique). 526 Chas. W. Campbell. Shangay (China). — 4i7 921 Musée scientifique et archéologique. Guéret. (Creuse). — France. 922 Musée scientifique et Archéologique. — Issoudun (Indre). France. 923 Ecole pratique d'Etudes Bibliques. — -Jerusalem. — Palestina. 924 Instituí frangais d'Archéologie Oriéntale. — Kairo. Egypt. 925 Musée Artistique et Archéologique. — Langres. (Haute- Marne). France. 926 Muséum Lafaille et Museum Fleuriau (Jardín de Plantes). Ea Rochelle-Charente Inferieure. France. 927 Musée d’Archéologie, rué Gargoulleau. (Ea Rochelle). — (Charente Inferieure). France. 928 Musée scientifique et Archéologique. — La Roche-sur-Non. (Vendée). France. 929 Musée d’Histoire Naturelle et d’Archéologie (Place des Arts) Ztf¿W-Mayenne. France. 930 Les archives de l'Ordre de S. Jean de Jerusalem. — Lava- ¡etia, lie Malta, 931 Museum d’Archéologie.- — Le Havre, Seine-Inferieure. — France. 932 Museum d'Histoire Naturelle, Le Havre, Seine-Inferieure. France. 933 Musée Archéologique (Rué des Bas fossés). — Le Mans (Sarthe) France. 934 Musée Crozatier (Jardin du Fer a Cheval) Le Per)’ (Haute- Loire). France. 934 Université de Lille. Lille (Nord) France. 936 Ecole des hautes études industrielles (1 1 ruede Toul). Lille (Nord). France. 937 Musée National Adrien Dubouché (Place des Champs de foire). Limoges. (Haute Vienne). France. 938 Prof. Dr. N. van Werveke-Histor. Ateilung; Luxemburg. 939 Université de Lyon. (Rhóne, France). 940 Museum des Sciences Naturelles (Palais des Arts) Lyon. France. 27 942 Musée d’histoire Naturelle et d’Archéologie. — Macón (Saóne et Loire. — France. 943 Université D'Aix. — Marseille. — Bouches du Rhóne.— France. 944 Musée Archéologique. — Chateau Borély. Marseille. Bouches du Rhóne. — France. 945 Musée scientifiqué et archéologique. — Melun. — Seine et Marne. — France. 946 Musée scientifique et archéologique.— Mende (Lozére).- — France. 947 Musée d Histoire Naturelle. — Montauban (Tarn et Garonne.) —France. 948 Société archéologique de Tarn et Garonne. — Montauban. Garonne. — France. 949 Musée scientifique et archéologique. Montbéliard. — Doubs. — France. 950 Musée de la ville (13 boulevard de la Préfecture) Montbri- son; Loire. — -France. 95 1 Musée archéologique. — (á la Diana) Montbrison; Loire.- — - France. 952 Musée d’Histoire Naturelle et d’archéologie. — Mont-de- M a rsan . La n des . — France. 953 Université de Montpellier. Montpellier. (Hérault). — France. 954 Ecole nationale d’agriculture. — Montpellier. (Hérault). France. 955 Société archéologique (Rué Eugéne Lisbonne 14), Mont- pellier; Hérault. — France. 956 Université Laval. — Quebec. — Canadá. 957 Musée scientifique et archéologique. - — Moulins (Allier). — France. 958 Université de Nancy. — Nancy (Meurthe et Moselle). France. 959 Musée archéologique de Nantes (Place des Irlandais) Nan- tes-Loire-lnferieure. France. 960 Museum d'Histoire Xaturelle, Nantes- Loire Inferieure. F'rance. — 419 — 96 1 Musée scientifique et archéologique. Narbonne (Aude). France 962 Musée scientifique et archéologique. Nérac (Lot et Garon- ne). France. 963 Musée Céramique, ethnographique (Palais ducal) Nevers (Niévre). France. 964 Museum d’Histoire Naturelle (anden Lycée) Nimes (Gard). France. 965 Musée d’Histoire Naturelle, rué de l’Oratoire, Niort (Deux Sevres). France. 966 Musée d’ Historie Naturelle (Place Garibaldi 6) Nizza. France. 967 Musée scientifique et archéologique. Oran (Algiér). Afrique. 968 Musée d’Histoire Naturelle, Orleans. Loiret. France. 969 Université de París. Paris. France. 970 Elcole Nórmale Supérieure. — Rué d’Ulm 45. Paris. France. 971 Ecole nationale supérieure de Mines. Boulev. St. Michél 60. Paris. France. 972 Instituí National Agronomique. Rué Claude-Bernard 16. Paris. France. 973 Museum d’Histoire Naturelle, (Au Jardín des Plantes), rué Cuvier 57. Paris. France. 974 Institut Pasteur (Rué Dutot 25) Paris. France. 975 Bibliothéque Nationale, Rué de Richelieu. Paris. France. 976 Bibliothéque Sainte-Geneviéve. (Place du Panthéon). Paris. France. 977 Mr. Paul Wiriath. Musée du Louve (Place du Carroussel). Paris. France. 978 Musée d’Ethnographie. — Palais duTrocadéro. Paris. France. 979 Musée Pedagogique (41 rué Gay Lussac). Paris. France. 980 Jardín zoologique d’acclimatation. — Boy de Boulogne. Paris. France. 981 Société Entomologique de France (28 rué Serpent). Paris. France. 982 Musée scientifique et archéologique.— Pau. France. 42° 983 Musée du Périgord. — Périgneux (Dordogne). France. 984 Musée scientifique et archéologique. — Péronne. Somme. France. 985 Musée scientifique et archéologique. Perpignan (Pyrenées Orientales). P'rance. 986 Université de Poitiers. — Poitiers (Vienne). France. 987 Musée d’Histoire Naturelle; Poitiers — (Vienne) France. 988 Musée d’Archéologie » » » 989 Musée scientifique et archéologique. Privas. Ardéche — • France. 990 Musée artistique, scientifique et Archéologique. Provins. Seir.e et Marne. I-'rance. 991 Musée de l’Université Laval. Quebec. Canadá. 992 Musée Departamental D’Archéologie. Quimper (P'inistére) France. 993 Musée Archéologique. Reims. Marne. France. 994 Université de Rennes. Ule et Vilaine » 995 Musée Archéologique de Rennes; Ule et Vilaine. P'rance. 996 Musée Municipal — -Roanne (Loire) France. 997 Musée scientifique; Rodez Aveyron » 998 Museum d’Histoire Naturelle — Rouen (Seiné Inférieure) France. 999 Musée scientifique et Archéologique — Saint Brieue — Cotes du Nord. P'rance. 1000 Musée scientifique et Archéologique; Saint Dié (Vosges) France. 1 00 1 Musée Artistique, scientifique et Archéologique — Haute Marne — Saint Dizier. 1002 Musée Archéologique — Saintcs (Charente inférieure — France. 1003 Musée scientifique et Archéologique; Saint-Etienne — Loire. France. 1004 Musée des Antiquités Nationales. Saint-Germain en Laye — Seiné et Oise; France. — 421 1005 Société d'Archéologie et D’Histoire Naturelle du Depar- tement de la Manche; Saint Lo-Manche. France. 1006 Musée Scientifique et Archéologique — Saint Onier — Pas- de Calais. France. 1007 Musée Lecuyer — Saint Quentin, Aisne. France. 1008 Musée Scientifique et Archéologique — Saumur (Marné et Loire). France. 1009 Musée scientifique et Archéologique, Semur-en-Auxois — Cote d’Or France. 1010 Musée scientifique et Archéologique, Sais — Jonne. France. 1 0 1 1 Musée scientifique et Archéologique; Soissons — Aisne. France. 1012 Musée scientifique et Archéologique, Tarbes — Hautes Py- rénnées. France. 1013 Musée scientifique et Archéologique — Thonon (Flaute Sa- voie). France. 1014 Université de Toulouse (Flaute Garonne). France. 1015 Musée Archéologique Saint Raymond. — Toulouse. Haute Garonne. France. 1016 Musée Archéologique des Augustins. — Toulouse. Haute Garonne. France. 1017 Musée d’Histoire Naturelle; Tours, Indre et Loire. France. 1018 Musée de Sciences naturelles; Frayes. Aube, France. 1019 Musée Alaqui — Tunis. Afrique. 1020 Musée Lavigerie de Saint Louis de Carthage. Tunis, Afri- que. 1021 Mr. A. Petit, Archiveur, — Tulle — Corréze. France. 1022 Instituí de Sociologie (Solvay) Park Leopold. Bruxelles. Belgique. 1023 Musée scientifique et Archéologique. — Valence, (Dróme). — France. 1024 Galerie d'histoire Naturelle (Aux Académies). Valencien- nes (Nord-Depart). France. 1025 Musée Archéologique. Vannes (Morbihan). p'rance. — 422 — 1026 Musée scientifiquc et Archéologique; Verdun — Meuse. France. 1027 Musée National de Versailles — (Seine-et-Oise). France. 1028 Musée de Vesoul; Vesoul — Haute Saóne. France. 1029 Musée Lapidaire; Vienne — Isére. France. 1030 Musée Historique (Smalands Fornsal). — Wexio — Suecia. 1031 Musée Océanographique. Monaco. — Principé. 1032 Mr. Dr. F. Mühlberg. — Aarau — Suisse. 1033 R. Museo Archeologico delle Marche — Via del duomo 12. Ancona. Italia. 1034 Museo della fraternitá dei Laici — Arezzo, Italia. 1035 Museo Comunale — Ascoli; Piceno, Italia. 1036 Societa internazionale di Studi Francescani — Assisi, Italia. 1037 Museo Provinciale. — Bari, Italia. 1038 Museo Cívico. — Belluno, Italia. 1039 Reale Ateneo di Scienze, Lettere e Arti (Via Donizetti). Bergatno, Italia. 1040 Regia Universita degli Studi — Bologna, Italia. 1041 Sig. Cárlo Fmery. — Bologna, Italia. 1042 Museo Cívico (Sezione antica) — Bologna, Italia. 1043 Biblioteca Cívica Queriniana — Brescia, Italia. 1044 Museo Cívico — Brescia, Italia. 1045 Regia Universita degli Studi — Cagliari-Sardinia, Italia. 1046 Signore Domenico Lovisato » » 1047 Libera Universita degli Studi — Camerino, Italia. 1048 Museo provinciale sannitico. — Campobasso >> 1049 Museo provinciale — Capua, Italia. 1050 Regia Universita degli Studi di Catania — Catania, Sicilia, Italia. 1051 Sig. Giovanni Di Stefano (Geología) — Catania, Sicilia, Italia. 1052 Umberto Drago (Zoología) — Catania, Sicilia, Italia. 1053 Museo Civico di Catania » » » 1054 Museo Provinciale — Catanzaro, Italia. 1055 Prof. Adriano Piccolomini — Cesena, Italia. — 423 — 1056 R. R. Museo Archeologico, Archivi e Biblioteca — Civida- le del Friule, Italia. 1057 Museo Cívico; — Como — Italia. 1058 Museo comunale; — Corneto — Tarquinia, Italia. 1059 Museo comunale; — Cortona, Italia. 1060 Museo Civico — Ala Ponzoñe — Cremona, Italia. 1061 Signore Giulio Bazetta — Domodossola, Italia. 1062 Det Ivgl. Norske Videnskabers Selskab; Drontheim, No- ruega. 1063 R. Museo Atestino;— Este, Italia. 1064 Museo Comunale; — Fermo » 1065 Libera Universita di Ferrara » 1066 Felice Gavelli, Ferrara , Italia. 1067 R. Istituto di Studi superiori, pratici e di perfeziona- mento, Ferrara , Italia. 1068 Reale Museo di Storia Naturale. — Via Romana 19. Firen- ze, Italia. 1069 Prof. Paolo Mantegazza — Via Gino Capponi 3. P'irenze, 1070 Reale Istituto dei Scienze Sociali. — Cesare Alfieri; — Via Laura 42. Firenze, Italia. 1071 Reale Istituto superiore di magisteri femminile. Lirenze, Italia. 1072 Reale Biblioteca Marucelliana — Firenze, Italia. 1073 Accademia della Crusca — Firenze. — Italia. 1074 Reale Biblioteca Mediceo — Laurenziana — Firenze, Italia. 1075 Museo Archeologico (Palazzo della Crocetta) — Firenze, Italia. 1076 Societá Colombaria (Via dei Bardi) — Firenze, Italia. 1077 Museo Civico — P'orli, Italia. 1078 Reale Universita degli Studi — Genova, Italia. 1079 Museo Civico nei Palazzo Bianco — Genova, Italia. 1080 Museo Civico di Storia Naturale (Villeta Dinegro) — Geno- va, Italia. 1081 Istituto Idrografico della Regia Marina — Genova, Italia. 1082 Márchese Cesare Imperiale di S. Angelo — Genova, Italia. 424 — 1083 Museo Archeologico Comunale — Girgenti — Sicilia, Italia. 1084 Museo provinciale — Grosseto, Italia. 1085 Museo Cívico — Imola, Italia. 1086 Museo Cívico — Livorno, Italia. 1087 Osservatorio della R. Accademia Navale di Livorno; Li- vorno, Italia. 1088 Biblioteca Governativa- — Lucca, Italia. 1089 Regia Universita degli Studi — Macerata, Italia. 1090 R. Accademia scientifico— letteraria. Via Borgonuovo 25 . Milano , Italia. 1091 R. Istituto técnico superiore — Milano , Italia. 1092 R. Scuola superiore di agricoltura — Milano , Italia. 1093 Biblioteca Ambrosiana — Piazza della Rosa 2 — Milano , Italia. 1094 Museo Patrio D’archeologia — Milano, Italia. 1095 Museo Cívico di Storia Naturale — Corso Venezia— Mila' no . Italia. 1096 Archivo di Stato — Mantua , Italia. 1097 Museo Cívico — Palazzo accademico — Mantua, Italia. 1098 Biblioteca e Museo Comunale — Massa marittima — Gros- seto, Italia. 1099 Regia Universita degli Studi — Messina, Italia. 1 100 Regia Universita degli Studi — Modena, Italia 1 101 Prof. Cario Felice Restagno — Modena, Italia. 1102 Museo Cívico — Modena, Italia. 1103 Regia Universita degli Studi — Napoli, Italia. 1 104 Prof. Abele de Blasio (anthropologia) — Napoli, Italia. 1105 Prof. Giulio de Petra (archeologia) — Napoli, Italia. 1106 Stazione Zoológica — Napoli, Italia. 1 107 Regia Universita degli Studi — Padua, Italia. 1108 Sig. Giovanni Omboni — Universita di Padua, Italia. 1109 Prof. Sig Enrico Tedeschi — Universita di Padua, Italia. 11 10 Prof. Pier Andrea Saccardo — Universita di Padua, Italia, mi Museo Civico — Padua, Italia. ii 12 Reale Accademia di Scienze, Lettere ed Arti — Padua Italia. 1 1 13 Regia Universitá degli Studi — Palerino, Italia. 11 14 Gius. Mazzarelli — Universitá di Palermo, Italia. 1 1 1 5 Regia Biblioteca Nazionale — Palermo, Italia. 11 16 Biblioteca Comunale — Palermo, Italia. 11 17 Museo Nazionale — Palermo, Italia. 11 18 Reale Accademia di Scienze, lettere e belle arti. — Paler mo, Italia. 1 1 19 R. Accademia delle Scienze mediche — Palermo, Italia, i 120 Regia Universitá degli Studi — Parma, Italia. 11 21 R. Biblioteca Palatina — Parma, Italia. 1122 Museo di Antichitá — Parma, Italia. 1123 Regia Universitá degli Studi — Pavia, Italia. 1124 Prof. Camilo Golgi, Universitá di Pavia, Italia. 1125 Prof Giulio De Alessandri — Pavia, Italia. 1126 Museo Cívico di Storia Patria — Pavia, Italia. 1 127 Universitá libera degli Studi — Perugia, Italia. 1128 Signore — Conte G. B. Rossi Scotti — Perugia, Italia. 1129 Museo Oliveriano — Pesaro, Italia. 1130 Biblioteca Comunale Passerini — Landi; Piacenza, Italia 1 131 Regia Universitá degli Studi — Pisa, Italia. 1132 Mario Canavari — Geolog. Paleontólogo — Pisa, Italia, 1133 Regia Scuola superiore di Agricoltura — Portici, Italia. 1134 Museo Concordiese; Portogruaro — Venecia, Italia. 1135 Museo Cívico Archeologico. Reggio di Calabria, Italia. 1136 Museo Comunale Chierici — Reggio dell’Emilia, Italia. 1137 Museo Comunale Spallanzani — Reggio delPEmilia, Italia 1138 Museo Cívico — Rímini, Italia. 1139 R. Osservatorio Geodinamico — Rocca di Papa, Italia. 1140 Regia Universitá degli Studi — Roma, Italia. 1 1 4 1 Prof. Decia Vinciguerra. Universitá di Roma, Italia. 1142 Biblioteca Alessandrina delta R. Universitá — Roma, Italia 1143 Museo Borgiano — Roma, Italia. — 426 — 1144 Pontificium ColLegium Urbanum de Propaganda Fidei— Roma, Italia. 1 145 Pontificia Universitas Gregoriana in Collegio Romano, Palazzo Borromeo, Via del Seminario 120 — Roma, Italia. 1 146 Commissione de Archeologia sacra — Roma, Italia. 1 147 Museo Xazionale Romano — Roma, Italia. I 148 Museo Preistorico, Etnográfico e Kircheriano — Roma, Italia. 1149 Museo Capitolino — Roma, Italia. 1150 Antiquarium Comunale — Via San Gregorio 1 — Roma, Italia. II 51 Museo Comunale — San Gimignano, Italia 1152 Sign. Gofíredo Macrelli. — Museo Sarsina prov. Forli, Italia. 1153 Regia Universitá degli Studi — Sassari, Isla Cerdeña, Italia. 1154 Regia Universitá degli Studi — Siena, Italia. 1155 Museo Archéologico — Sulmona, Italia. 1156 Museo peligno Municipale — Sulmona, Italia. 1157 Museo Cívico — Susa, Italia. 1158 Museo Xazionale. — Taranto. — Italia. 1 159 Museo Municipale; Teramo. — Italia. 1160 Prof. S. Ciofalo. — Termini (Sicilia). — Italia. 1 1 6 1 II Museo Cívico; Tortona (Italia). 1162 Museo Cívico di Storia Xaturale Ferdinando Massimi- 1 i a n o . — Trie ste- A us t r i a- H u n g r i a . 1163 Regia Universitá degli Studi. — Torino. Italia. 1164 Reale Museo industríale italiano. Torino. Italia. 1 165 Reg. Scuola superiore di Medicina veterinaria. Torino. Italia. 1166 Biblioteca Xazionale. Torino. Italia. 1167 Reale Museo di Antichitá. Torino. Italia. 1168 Biblioteca Civica e Museo Friluano. — Udine. Italia. 1169 Libera Universitá degli Studi. — Urbino. Italia. 1170 Sig. Pompeo Xatalucci. Urbino. Italia. 1 17 1 Comm. Francesco Piccioli, Vallombrosa. — Firenze. — Italia. 1172 Gabinetto Archeologico comunale. — Vasto D’Aimone. (Prov. Chieti). Italia. 1173 R. Istituto Veneto di Science, letterc ed arti. Campo San Stefano. Palazzo Loredan. — Venecia. Italia. 1174 Conte Filippo Xani Mocenigo. Venecia. Italia. 1175 Biblioteca Xazionale Marciana. Venecia. Italia. 1 176 Biblioteca del Seminario Patriarcale. Venecia. Italia. 1177 Museo Archeologico. Venecia. Italia. 1178 Museo Lapidario Bruzza. Vercelli. Italia. 1179 Biblioteca Comunale. Verona. Italia. 1180 Museo Cívico. Verona. Italia. 11 81 Museo Cívico. Vicenza. Italia. 1182 Museo Guarnacci. Volterra. Italia. 1183 Príncipe Luigi Amadeo Duca degli Abruzzi. — Roma. — Italia. 1284 G. Alfani. — Osservatorio Ximeniano. — Firenze. Italia. 1185 Prof. Guiseppe Alliero. Torino. Italia. 1186 Prof. Gioacchino de Angelis d’Ossat. — Universita di Roma. Italia. 1187 Edouard Anthoine, Mimstére d'Interieur, Rué Treilhard. París. 1188 Paolo Conti Antonelli. Vía Marghera 59. Roma. Italia. 1189 Salvatore Arcidiacono.- -Osservatorio Geodinamico. — Catania. Sizilia. 1190 Prof. Tito Badia. Vía Milano 19. Roma. Italia. 1 1 9 1 Dr. Mario Baralla (Vulcanólogo) Voghera-Vía Cavour 21. Italia. 1192 Prof. Dr. Charles Barrois. Rué Pascal 37. Lille. France. 1193 Dr. Odoardo Beccari (Zool). Firenze, Via Romana 19. Italia. 1194 Jules Bergeron (Géol). Boulevard Haussmann 157.— Paris. France. 1195 Aleksei A. Birula. Zool. Mus. St. Petersburg. 1196 Luigi Bodio. — Vía Torino 153. Roma. — 428 1 197 Prínce Roland Bonaparte (Anthropogeogr). Av. d'Jena io. Paris. 1198 Charles Eudes Bonin. Boulev. Pcreire 58. Paris. 1 199 Albert Bonnel de Meziéres; — Ruejufíroy 93. Paris. 1200 Prof. Francesco Borletti. Vía Vittoria 39/41. Milano. Italia. 1201 Prof. Piérre Marcellin Boule. — Place Valhubert 3. Paris. France. 1202 Cav. Luigi Bricchetti-Robecchi.- Pavía. — Italia. 1203 Prof. Peter Iwanovitsch Brounow. Wassili Ostrow 10. Linie 5. St. Petersburg. 1204 Prof. R. Cagnat. (Archéologne) Collége de France. Paris. 1205 Umberto Cagni, Capt. de fregata; Roma. 1206 Vicomte Rob. Caix de Saint Aymour. — Boulev. de Cour- celles 112. Paris. 1207 Prof. Ad. Cancani. — Piazza Pollaroia 38. Roma. Italia. 1208 O. L. Cattolicá, Capt. de fregata. Genua. Italia. 1209 Prof. J. Igino Cocchi. Via Pinti 51. Firenze. Italia. 1210 Prof. Dr. Giuseppe Angelo Colini, Museo preistorico ed etnográfico. Roma. 12 11 Sig. Guido Cora.— Via Goito 2. Roma. 1212 Prof. Henri Cordier. Rué de Filie 2. Paris. 1213 Guiseppe Dalla Vedova. Via Cavour 108. Roma. 1214 Conte Luchino dal Verme. — Foro Bonaparte 17. Milano. Italia. 1215 Prof. Achille Dardano. Via Ariosto 6. Roma. Italia. 1216 Prof. Giovanni De Agostini. Via X X Setiembre 98-A. Roma. Italia. 1217 Prof. Giovanni de Berardinis. Napoli. Italia. 1218 Prof. Conte Angelo De Gubernatis. Via S. Martino al Macao. Roma. Italia. 1219 Dr. Fernand Delisle. — Rué de l’Arbaléte 35. Paris. France. 1220 Prof. Luigi DeH’Erba. Napoli. Italia. 1221 Mr. Frangois Deloncle.— Rué de la Tour 59. Paris. — 429 — 1222 Mr. Emile Deschamps. Rué St. Placide I. Paris. 1223 Dr. Giovanni Di Stefano. Ufficio Geolog. Roma. 1224 Prof. Boris Alex Fedtschenko. (Botánico) Moskau. Rusia. 1225 Mr. Lucien Gallois, Rué Claude Bernard 59. Paris. 1226 Mr. Alfred Grandidier. — Champs Elysées 6. Paris. 1227 Prof. Dr. Vincenzo Grossi. — Via R. Cadorna. Roma. 1228 Ignazio Guidí, Via Botteghe Oscure 24. Roma. 1229 Mr. Joseph Guillaume, Rué de l’Université 176. Paris. France. 1230 Mr. Camille Guy. — Avenue de Wagram 86. Paris. France. 1231 Mr. A. Hacquart. Tombouctou. iSoudan frangais). 1232 Prof. Ernest Théodore Jules Hamy. — Rué Geoífroy — Saint Hilaire 36. Paris. 1233 Prof. Emile Hang. Rué de Condé 14. París. France. 1234 Mr. Jacques Haussmann. Rué de la Ville — l'Evéque 15. Paris. 1 23 5 Dr. Edouard Heckel, Institut Colonial. — Marseille. France. 1236 Prof. Shin Hirayama. Université — Tokyo — Japón. 1237 Aleksandr Aleksandrovitsch Inostranzew. Université St. Petersburg. 1238 Mr. Alex Iwanowski (Ethnograph1. — Moskau. Rusia. 1239 Mr. León Janet; Boulevard St. Michel 87. Paris. France. 1240 Mr. Paul Janettaz. — Rué Claude Bernard 68. Paris. France. 1241 Prof. Dir. Federico Delpino. — Universita di Xápoli.— Italia. 1242 Reg. Scuola d applicazione per gli ingegnieri. — Xapoli. — - Italia, 1243 Michail Erastowich Janishewsky. (Geolog.) Université. — Kasan. Rusia. 1244 P. Jaworsky. 1 Geolog.) St. Petersbourg. Rusia. 1245 Ecole Xationale d'Agriculture. — Rennes (lile et Vilaine). — Francia. 1246 Fred. Hjalmar Johansen. — Kristiania. — Xoruega. 1247 Etienne Jonkowsky. — Musée d Histoire Xaturelle. — Genf. (Suisse) Rué de Carouge. 116. 430 — 1248 Dir. Alexander Karpinsky (Geolog) Wasili Ostrow 4 Linie, 15. St. Peterburg. 1249 Xicolai Barón Kaulbars. — Zanemskaja 26. St. Petersburg. 1250 Dr. Fernand Kerforne. — Rué de Cháteaudun 16. — Rennes. - -Francia. 1251 Prof. \Y. Kilian. — Université de Grenoble (Isére) Francia. 1252 Joseph Georges Kergomard. Rué St. Ives 7. (Loire Inf.) Xantes. — Francia. 1253 Xikolai Mich. Knipowitsch, Bolschoi Prosp. 42. St. Peters- burg. 1254 Martin Knudsen.— Politechnical School. — Kopenhagen. — Dánemark. 1255 Aleksander Konstantinowitsch Kononowitsch; Odessa. — Rusia. 1256 Dmitrij And rejé witsch Keroptschewsky; Ethnograph. Univ. St. Petersburg. Rusia. 1257 Historisches etnographisches Museum. Kasan (Russland). 1258 Mr. Mugues Krattt. — Rué de Lubeck 42. Paris. 1259 Andrej. Nikolajewitsch Krassnow (Ethnograph) Univ. Charkow (Rusia). 1260 Christian Kruuse. Fredriksveg 23. Fredriksberg b Ko- penhagen. (Dánemark). 1261 Henri Küss, Ing. en chef des mines. Douai (Xord — P'rancia). 1262 Jules d'Herculais Kunckel. — Rué de Buffon 55. — Paris, Francia. 1263 Dr. Ütto Kuntze. — San Remo. — Italia. 1264 Prof. J. V. Laborde (anthrop.) Rué de l'Ecole de Medici- ne 15. Paris, Francia. 1265 Dr. med. H. Lacaze. — Tananarive. — Madagascar. 1266 Alfred Lacroi x (Prof.) Quai Henri IV. 8. Paris. Francia. 1267 Prof. C. de Levivier. — Montpellier (Hérault) Francia. 1268 George loan Lahovari. — -Strada Surorilor n° 1. Bukarest (Rumania). — 43i 1269 Ing. Charles Lallemand. Boulevard Emile Augier 66. Pa- rís, Francia. 1270 Henri de Lamothe.- Rué de l’Odéon. 20. París. 1271 Prof. Albert de Lapparent. — Rué de Vaugirard 74. París, Francia. 1272 Louis de Launay. Boulevard Haussmann 134. París, Francia. 1273 Henry Comte de La Vaulx. Avenue des Champs Elysées 122. Paris, Francia. 1274 André Leciére. — (Geolog.’) Rué des Fontaines. Le-Mans. (Sarthe) Francia. 1275 liara Leder. — (Entomolog.) Irkutsk (¿iberia) Rusia. 1276 Prof. Charles Ledoux. Boulev. St. Germain 250. — Paris, P'rancia. 1277 Andrée Lefévre (Anthropol.) Rué de l’Fcole de Medicine 15. Paris, Francia. 1278 Nicolás Comte de Léontieff. — Rué Clément Marod 20. Paris, Francia. 1279 Fd. David Levat (Geol.) — Boulevard Malesherbes 174. Paris, Francia. 1280 A. Michel Lévy. — Rué Spoalini 26. Paris, Francia. 1281 Mr. Julien Viaud. Rué St. Pierre. — Rochefort. -Francia. 1282 Prof. Giuseppe Mercalli. — Napoli (Liceo) Italia. 1283 Dr. Elio Modigliani. Corso Vittorio Fmmanuele 16. Fi- renze, Italia. 1284 Prince Albert 1 de Monaco. — Monaco. — (Oceanograph). 1285 Prof. Chaimas Munier. Rué Xótre-Dame-des-Champs 75 Paris. 1286 Jean Frangois Albert du Pouget, Marqués de Nadaillac (Archéólog.) Rué Duphot 18. Paris. 1287 Cesare Porro (Geolog.) Carate-Lario (Como. — Italia). 1288 Mr. Gregor Potanin. Samyssewskaja 35. St. Petersburg. 1289 Mr. Gontaud Georges Ramond. — Rué Louis-Philippe 18. — Neuilly-sur-Seine. — 432 1290 Ettore Regalía (Antropol). Via Passavanti 12. Firenze. Italia. 1291 Mr. S. Reinach (Anthropologue). París. 1292 Dr. Jules Richard. — Directeur du Musée Océanographi- que. — Monaco. 1293 Dr. Giuseppe Sergi (Anthropolog). Via Firenze 1. Roma. 1294 Hisashi Terao. — Tokyo. Japón, 1295 Mr. H. Jabe. — University of Tokyo. Japón. 1296 Prof. S. Joshiwara. — Science College University, Tokyo. Japón. 1297 Prof. Pietro Zezi. — Via S. Susanna 1. Roma. Italia. 1298 Julio Melgares Marin, Archivero Jeneral Central; Alcalá de Henares, España. 1299 Universidad de Barcelona; Barcelona, España, 1300 Odón de Buen i del Clos, Universidad de Barcelona; Es- paña. 1301 Museo Martorell; Barcelona, España. 1 302 Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, Plaza del Rei 14; Barcelona, España. 1303 Academia Colombiana; Bogotá, Colombia. 1304 Museo de la Sociedad de Naturalistas Colombianos; Bo- gotá, Colombia. 1305 Museo Nacional; Bogotá, Colombia. 1306 Universidad Nacional de Buenos Aires. 1307 Biblioteca Nacional de Buenos Aires. 1308 Oficina Meteorolójica Arjentina; Calle Viamonte 668. 1309 Director del Jardín Zoolójico de Buenos Aires, Sr. Dr. Ed-Lad. Holmberg. 1310 Facultad de Medicina; Cádiz, España. 131 1 Instituto Agronómico do Estado de Sao Paulo; Campiñas, Brazil. 1312 Academia Venezolana; Caracas, Venezuela. 1313 Museo Nacional; Caracas, Venezuela. 1314 Universidad de Coimbra; Coimbra, Portugal. 1315 Dr. Bernardino Machado; Coimbra, Portugal. — 433 — 1316 Escuela de Veterinaria; Córdoba, España. 1317 Universidad Nacional; Córdoba, República Arjentina. 1318 Museo Mineralójico i Jeolójico; Córdoba, República Ar- jentina. 1319 Museo Botánico; Córdoba, República Arjentina. 1320 Museo Zoolójico; Córdoba, República Arjentina. 1321 Observatorio Nacional Arjentino; Córdoba, República Ar- jentina. 1322 Archivo Jeneral de Galicia (Galicia); La Coruña, España. 1323 Biblioteca Real (Escorial); Madrid, España. 1324 Universidad de Granada, España. 1325 Francisco Guillermo Nobles (Bibliotecario); Granada, Es- paña. 1326 Academia Guatemalteca; Guatemala, América Central. 1327 Universidad de la Habana; Habana, Cuba. 1328 Laboratorio Histo-Bacteriolójico; Habana, Cuba. 1329 Museo Gundlach; Habana, Cuba. 1330 Observatorio del Colejio de Belen (Apartado 221); Haba- na, Cuba. 1331 Academia de Ciencias Médicas, Físicas i Naturales de la Habana; Cuba 34, Cuba. 1332 Biblioteca Pública Provincial; La Plata, República Arjen- tina. 1333 Museo de La Plata; La Plata, República Arjentina. 1334 Prof. Cárlos Bruch » » 1 3 3 5 Museo de Antropología e Historia Natural; Las Palmas, Isla la Gran Canaria. 1336 Escuela de Veterinaria; León, España. 1 3 3 7 Biblioteca provincial; León, España. 1338 Universidad Mayor de San Marcos de Lima; Lima, Perú. 1339 Academia Peruana; Lima, Perú. 1340 Academia real das Sciencias de Lisboa; Lisboa, Portugal. 1341 Escola Polytechnica; Lisboa, Portugal. 1342 Biblioteca Nacional de Lisboa, Portugal. 28 — 434 — ¡343 Real Archivo da Torre do Tombo, Lisboa, Portugal. 1344 Real Observatorio Astronómico de Lisboa; (Tapada), Por- tugal. 1345 Instituto de Agronomía e Veterinaria; Lisboa, Portugal. 1346 Real Instituto Pacteriolójico de Lisboa, Portugal. 1347 Commissáo do servido geológico (Rúa do Arco de Jesús 11 3); Lisboa, Portugal. 1348 José Solano i Enlate, (Jeolojía) Universidad de Madrid, Es- paña. 1349 Manuel Antón i Ferrandiz, (Antropol.) Universidad de Ma- drid, Portugal. 1350 Museo de Ciencias Naturales i Jardín Botánico; Madrid, España. 1351 Escuela especial de Injenieros de Caminos, Canales i Puer- tos; calle Alfonso XII; Madrid, España. 1352 Escuela Jeneral de Agricultura; Madrid, España. 1353 Real Academia Española; Madrid, España. 1354 Real Academia de la Historia, calle del León 21; Madrid, PZspaña. 1355 Real Academia de Ciencias exactas físicas i naturales; Ma- drid, España. 1356 Instituto Jeográfico i Estadístico, Ministerio de Instruc- ción Pública i Bellas Artes; Madrid, España. 1357 Biblioteca Nacional; Madrid, España. 1358 Museo Arqueolójico; Madrid, España. 1359 Museo de Historia Natural; Madrid, España. 1360 Biblioteca Central de Marina; Madrid, España. 1361 Archivo Histórico Nacional, (Paseo de Recoletos 20); Madrid, España. 1362 Museo Pedagójico Nacional; Madrid, España. 1 363 Observatorio Astronómico i Meteorolójico; Madrid, Es- paña. 1364 Instituto Central Meteorolójico; Madrid, España. 1365 Comisión del Mapa Jeolójico de España, (Isabel la Cató- lica 25); Madrid, España. — 435 — 1366 Universidad de Santo Tomas; Manila, Filipinas. 13 67 Observatorio Meteorolójico; Manila, Filipinas. 1368 Instituto Médico Nacional, Méjico. 1369 Prof. Oárlos Espino Barros, Méjico. 1370 Dr. D. Fernando Altamirano, Méjico. 1371 Museo Nacional, Méjico. 1372 Academia Mejicana, Méjico. 1 3 7 3 Universidad de Montevideo, Uruguai. 1374 Biblioteca Nacional de Montevideo, Uruguai. 1375 Museo Nacional de Montevideo, Uruguai. 1376 Prof. José Arechavaleta; Montevideo, Uruguai. 1 377 Universidad literaria; Oviedo, España. 1378 Biblioteca provincial i Universidad; Oviedo, España. í 379 Museu Goeldi (Museu Paraense de Historia natural e Eth- nographia, Caixa postal 399; Pará, Brazil. 1380 Academia polytechnica; Porto, Portugal. 1381 Alexandre Alberto Souza Pinto; Porto, Portugal. 1382 Academia Ecuatoriana; Quito, Ecuador. 1383 Dr. Cárlos R. Tobar; Quito, Ecuador. 1384 Observatorio astronómico; Quito, Ecuador. 1385 Bibliotheca Nazional; Rio de Janeiro, Brazil. 1386 Museu Nazional; Quinta de Boa Vista, Rio de Janeiro, Brazil. 1387 Dr. Joás de Lacerda; Quinta de Boa Vista, Rio de Janeiro, Brazil. 1388 Engo. FYancisco de Paula Oliveira; Quinta de Boa Vista, Rio de Janeiro, Brazil. 1389 Engo. Domingos Sergio de Carvalho; Quinta de Boa Vis- ta, Rio de Janeiro, Brasil. 1390 Jardim Botánico; Rio de Janiero, Brazil. 1391 Instituto Histórico e Geographico Brazileiro (Rúa da Mi- sericordia A 2, (antigo Pago), Rio de Janeiro, Brazil. 1392 Observatorio de Rio de Janeiro, Brazil. 1393 Universidad literaria de Salamanca; Salamanca, España. I — 436 — 1394 Biblioteca de la Universidad de Salamanca; Salamanca, España. 1395 Instituto i Observatorio de Marina; San Fernando, Prov. de Cádiz, España. 1396 Instituto Físico-geográfico Nacional; San José, Costa Rica, Centro América. 1 397 Academia Salvadoreña, San Salvador. 1 398 Estación de Biolojía Marítima; Santander, España. 1399 Universidad de Santiago, España. 1400 Escola polytechnica de Sao Paulo; Sao Paulo, Brazil. 1401 Sociedade de Geographia do Rio de Janeiro (Avenida Cen- tral 153). 1402 Instituto Histórico e Geographico de Sao Paulo; (Rúa Ben- jamín Constant). 1403 Instituto Histórico e Geographico Fluminense (Xichteroy), E. do Rio. 1404 Dr. Antonio Carlos Simoens da Silva; (Rúa Visconde de Silva 111), Rio de Janeiro. 1405 Museu Paulista; Sao Paulo, Brazil. 1406 Universidad de Sevilla; España Si villa. 1407 Biblioteca Provincial; Sevilla, España. 1408 Archivo Jeneral de Indias; Casa Lonja, Sevilla. 1409 Archivo Jeneral de Simancas; Valladolid, España. 1410 D. Julián Paz; Simancas, (Valladolid), España. 141 1 Biblioteca provincial; Tarragona, (Valladolid), España. 1412 Academia Científico literaria de la República de Hondu- ras; Tegucigalpa, Honduras. 1413 Universidad literaria de Valencia; Valencia, España. 1414 Biblioteca Universitaria; Valencia, España. 141 5 Archivo Jeneral del Reino de Valencia; Valencia España. 1416 Museum of i\nthropology. — Berkeley (Cal.) U. S. A. 1417 University of California. — Berkeley (Cal.) U. S. A. 1418 American Folklore Society. — Boston (Mass.) U. S. A. 1419 American Folklore Society. — Cambridge (Mass.) U. S. A. — 437 - 1420 Peabody Museum of American Archaeology & Ethnology, Harvard University Cambridge (Mass.) U. S. A. 1421 Chicago Folklore Society.— Chicago. U. S. A. 1422 Field Columbian Museum. — Chicago. U. S. A. 1423 The American Institute of Anthropology. - — Cleveland (Ohio) U. S. A. 1424 Davenport Academy of Natural Sciences. — Davenport. U. S. A. 1425 American Anthropological Association. — Fancaster (Pa.) U. S. A. 1426 American Asiatic Association.— New York. U. S. A. 1427 American Association of China. — New York. U. S. A. 1428 American Association of Japan. — New York. U. S. A. 1429 American Ethnological Society. — New York. U. S. A. 1430 American Museum of Natural History. — New York. U. S. A. 1431 Free Museum of Science & Art. Philadelphia. U. S. A. 1432 Department of Archaeology. Philadelphia. U. S. A. 1433 Wagner Free Institute of Science. Philadelphia. U. S. A, 1434 Anthropological Society of Washington. Philadelphia. U. S. A. 1435 American Antiquarian Society.— Worcester (Mass.) U. S. A. 1436 Academy of Iowa. — Illinois. U. S. A. 1437 Mr. Arthur Keith Curator of the Royal Collége of Sur- geons. — Fondon. England: 1438 J. Ray Hardy.- — Curator of Entomology. — Manchester. — Fondon. England. 1439 LTniversidad de Valladolid, España. 1440 Prof. Emiliano Rodríguez Risueño (Zoolog.); Valladolid, España. 1441 Universidad de Zaragoza, España. 1442 Prof. Félix Gila i Fidalgo; Universidad de Zaragoza, España. 1443 Luis Abaurea i Cuadrado; Universidad de Sevilla. España. - 438 ¡444 Prof. José Guadalupe Aguilera; Calle del Paseo Nuevo 2, Méjico. 1445 Prof. Eduardo Aguirre, Buenos Aires. 1446 Prof. Antonino Alvarado; Universidad de Lima, Perú. 1447 Dr. Anjel Anguiaño; Tacubaya, Méjico. 1448 Prof. Eduardo Aquino; Madrid, España. 1449 Catedrático P. de Aranzadi (Anthrop.); Barcelona, España. 1450 Dr. Augusto Arcunis i YVehrle, Conde deAranda 4; Ma- drid, España. 1451 Sixto L. Ballesteros; La Paz, Bolivia. 1452 J. Arturo Ballivian, Calle Indaburu 34; La Paz, Bolivia. 1453 Barbosa du Bocage, Museo Zoolójico; Lisboa, Portugal. 1454 Catedrático José S. Barranca; Universidad de Lima, Perú. 1455 A. de Barros Barreto, Escola Technica; Sao Paulo, Brazil 1456 Hermenejildo Cárlos de Brito Capello; Lisboa, Portugal. 1457 Prof. Dr. Salvador Calderón, Sagasta 9; Madrid, España. 1458 Vice Adm. C. A. de Campos Rodríguez; Lisboa, Por- tugal. 1459 Sr. Lina D. Carvajal; Patagones, (Rep. Arjentina). 1460 Prof. Joaquín Carbonell; Universidad de Montevideo, (Uruguai). 1461 Dr. Gregorio Chil i Naranjo; Las Palmas, (Islas Canarias). 1462 Prof. Miguel F. Colunga; Universidad de San Márcos, Lima. 1463 Sr. Daniel de Cortázar; Isabel La Católica 25, Madrid. 1464 Francisco Miranda da Costa Lobo; Universidad de Coimbra , (Portugal). 1465 Abel Díaz Covarrúbias (Jeol.); Tacubaya, Méjico. 1466 Luis S. Crespo, Calle Indaburu 34; La Paz, Bolivia. 1467 Prof. Luis Cruis; (Observatorio). Río de Janeiro. 1468 J. F. Nery Delgado; Rúa del Arco a Jesu, Lissabon. 1469 Dr. Federico Faura, Observ. Meteorológico; Manila, Fili- pinas. 1470 Prof. Cesáreo Fernández Duro, Salesas 3; Madrid, España. 1471 Prof. Parmenio Ferrer; Córdoba, Arjentina. — 439 — 147 2 Sr. Laureano Figuerola, Serrano 49; Madrid, España. 1473 Dr. demento Fregeiro, Universidad de Buenos Aires. 1474 Alberto L. Gadea; Universidad de Lima, Perú. 1475 Prof. Gabriel Galan i Ruiz; Universidad de Zaragoza, Es- paña. 1476 Valentín Gama, Jeodesia; Tacubaya, Méjico. 1477 Dr. Julio Garavito, Observ. Astron.; Bogotá, Colombia. 1478 Sr. Antonio García Cubas, Méjico. 1479 Sr. Jenaro García: Doncetes 23, Méjico. 1480 Prof. Rejino García; Universidad de Manila, Filipinas. 1481 Sr. Rómulo E. García; Lima, Perú. 1482 Antonio Esteban i Gómez, (Minas), Barbieri 1; Madrid, 1483 A. Gómez, (Meteorolojía); Tacubaya. Méjico. 1484 Prof. Antonio José Gongalvez Guimaráes; Coimbra, Por- tugal. 1485 E. Gonnesiat, Observ. Astron.; Quito, Ecuador. 1486 Dr. Rodolfo Hauthal, Museo de La Plata. 1487 Dr. F. Latzina, Oficina de Estadística; Buenos Aires, Arjentina. 1488 Dr. Vicente López Puigcerver; Madrid, España. 1489 Sr. L. Mallada, (Jeolojía); Madrid, España. 1490 Dr. Eduardo Miér, Inst. Jeogr. i Estadístico; Madrid, España. 1491 Dr. Aldobrandino Mochi, Vía Gina 3; Firenze, Italia. 1492 Francisco J. P. Moreno; La Plata, Arjentina. 1493 Manuel Moreno i Anda; Tacubaya, Méjico. 1494 Adolfo de Motta, Marqués de Legunés 7; Madrid Es paña. ■* 1495 Dr. Eufemio Uballes, Rector de la Universidad Nacional; Buenos Aires, República Arjentina. 1496 Dr. Joaquín V. González, Presidente de la Univ. Nacional; La Plata, República Arjentina. 1497 Dr. Julio Deheza, Rector de la Universidad Nacional; Cór- doba, República Arjentina. — 440 1498 Dr. Oscar Doering, Presidente de la Academia Nacional de Ciencias; Córdoba, República Arjentina. 1499 Dr. Estanislao S. Zeballos, Buenos Aires. 1500 Inj. Luis A. Huergo, Buenos Aires. 1501 Inj. Vicente Castro, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1 502 Dr. Atanasio Quiroga, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1503 Dr. Inj. Marcial R. Candioti, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1504 Inj. Eduardo Aguirre, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1497 Cristóbal M. Hicken, Corrientes 3284; Buenos Aires. 1498 Dr. Eduardo L. Holmberg, Cerrito 858; Buenos Aires. 1499 Luden Hauman-Merck, Calle Echeverría 3366; Buenos Aires. i 500 Dr. Jorje Magnin, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1501 Dr. Cárlos A. Marelli, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1502 Inj. Enrique Hermitte, Jeolojía i Minas; Maipú 1241, Bue- nos Aires. 1503 Inj. Leopoldo Sol, Jeolojía i Minas; Buenos Aires. 1 504 Prof. Rodolfo Senet, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1505 Prof. Luis M. Torres, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1506 Dr. Christian Jacob, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1 507 Dr. Fernando Thibon, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1508 Srta. Juliana Disenius, Museo Etnográfico; Calle Cevallos 269, Buenos Aires. 1509 Prof. Benigno T. Martínez, Colejio Nacional; Concepción, Uruguai. 1510 Rvdo. Padre A. Larrouy; Calle Cevallos 269, Buenos Aires. i 5 1 1 Dr. Ramón J. Lassaga; Santa Fé, República Arjentina. 1512 Aníbal Cardoso, Sección Numismática; Museo Nacional, Buenos Aires. 1513 Dr. Juan B. Ambrosetti, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1514 Dr. Rafael Obligado » » » » » 1515 Dr. Juan Alvarez » » » » » 1516 Dr. Roberto Dabbene » » » » » — 44i 1517 Sr. Salvador Debenedetti, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1518 Eduardo A. Holmberg, Cerrito 858; Buenos Aires. 1519 Coronel Luis Jorje Fontana; San Luis, República Arjen- tina. 1520 Sr. Samuel Lafone Quevedo; La Plata, República Arjen- tina. 1521 Filiberto Oliveira César, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1522 Inj. Juan Pelleschi, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1523 Prof. Matías Calandrelli, Filólogo, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1524 Prof. Juan B. Selva, Escuela Normal de Dolores; Repú- blica Arjentina. 1525 Prof. Ricardo Monner Sanz, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1526 Prof. Pedro Scalabrini, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1527 » Augusto Scala, Universidad de La Plata. 1528 » Juan Nielsen, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1529 Dr. Roberto Wernicke, Calle Cevallos 269; Buenos Aires 1530 Dr. Fernando Lahille, Sección Zoolójica; Ministerio de Agricultura, Buenos Aires. 1531 Inj. Gualterio Davis, Oficina Meteorolójica; Buenos Aires. 1532 Dr. Francisco Porro de Somenzi, Observatorio Astronó- mico; La Plata. 1533 Dr. Santiago Roth, Jeografía Física; Universidad, La Plata. 1534 Sr. Gu nardo Lange, Calle Cevallos 269; Buenos Aires. 1 5 3 5 Sr. Alejandro Rosa, Director del Museo Mitre; Buenos Aires. 1536 Dr. José León Suárez, Ministerio de Agricultura; Buenos Aires. 1537 Inj. Enrique Wolff, Hidrometría; Oficina Meteorolójica, Buenos Aires. — 442 i 538 Sr. Clemente Onelli, Director del Jardín Zoolójico; Buenos Aires. 1539 Luigi Xiccolai, Via Balbi 13; Jénova, Italia. 1540 Manuel de Olavarría, Isabel la Católica 25; Madrid, Es- paña. 1541 Ezequiel Ordóñez, Jeólog'o, Escuela de Injenieros; Méjico. 1 542 Dr. med. Amadeo Osorio; Madrid, España. 1 543 Dr. Antonio Peñafiel; Méjico. 1544 Wenceslao de Souza Pereira Lima, Academia Polytechni- ca; Porto, Portugal. 1545 Gabriel Puig, Injeniero de Minas, Fomento 1; Madrid, España. 1 546 Alfredo Filgueiras Rocha Peixoto, Universidad; Coimbra, Portugal. 1547 J. Barbosa Rodríguez, Jardín Botánico Rio de Janeiro. 1 548 Sr. Arístides Rojas; Caracas, Venezuela. 1549 Bernardo Mateo Sagasta. Instituto Jeográfico; Madrid, España. 1550 Martin Francisco Sánchez, San Quintín 1; Madrid, Es- paña. 1551 Prof. Joachim Sena, Ouro Preto; (Minas Geráes), Brazil. 1552 Ildefonso Sierra i León, Injeniero de Minas, Olivar 2; Ma- drid, España. 1553 Prof. Graciano Silvan González, Universidad de Zaragoza; España. 1554 Alvaro Astolpho da Silveira, Rio de Janeiro; Brazil. 1555 F. A. A. Simons; Bogotá, Colombia. 1556 Marques del Socorro, Calle de Jacometiezzo 41; Madrid, España. 1557 José Freire de Sousa Pinto, Prof. de Top. & Jeod. Univ Madrid, España. 1558 Don Rafael Torres Campos, Calle Fernando el Santo XT.° 5; Madrid, España. 1559 Luis Ulloa; Sevilla, España. 1560 Antonio de Valbuena, Torres 2; Madrid, España. — 443 1561 Dr. Felipe Valle, Director delObserv. Astron.; Tacubaya, Méjico. 1562 Prof. Domingo de la Vega; Universidad de Córdoba, Rep. Arjentina. 1563 Marqués de la Vega de Armijo, San Jorje 10; Madrid, España. 1564 Inj. de Minas, Luis Mariano Vidal, Diputación 382; Bar- celona, España. 1565 Prof. Francisco Vidal i Carete; Madrid, España. 1566 Dr. Federico Villareal, Universidad Mayor de S. Márcos; Lima, Perú. 1 567 J. Villarello, (Min. jeolog); Calle del Paseo Nuevo 2, Mé- jico. 1568 Sr. Ricardo Palma, Biblioteca Nacional; Lima, Perú. 1 569 Mr. H. Léveillé, Le-Mans (Sarthe), Francia. 1570 Mirko Seljan, Agram.; Zagreb, Austria. 1571 Francisco Dias da Rocha, Rúa 24 de Maio N.° 66; Forta- leza Ceará, Brazil. 1572 Sociedad Científica Arjentina; Calle Cevallos 269, Buenos Aires. 1573 Sociedad Jeográfica; Lima; Perú. 1574 Cuerpo de Injenieros de Minas del Perú; Lima, Perú. 1 575 Cárlos I. Lisson, Inj. de Minas; Perú, Lima. 1576 Instituto Jeolójico, Méjico. 1577 Sociedad Científica Antonio Alzate, Méjico. 1578 Comisión de Parasitolojía Agrícola; (Secretaria de Fo- mento), Méjico. 1 5 79 Estación Central Agronómica; Habana, Cuba. 1580 Academia de Ciencias Médicas, Físicas i Naturales; Ha- bana, Cuba. 1581 Instituto de Segunda Enseñanza; Habana, Cuba. 1582 Sociedad Médica Arjentina, Buenos Aires. 1583 Instituto Jeográfico Arjentino, Buenos Aires. 1584 Sociedad Jeográfica; La Paz, Bolivia. — 444 — 1 5B5 Instituto Archeológico e Geographico de Pernambuco, Brazil. 1586 Instituto Oswaldo Cruz, Rio de Janeiro; Manguinhos, Brazil. 1587 Dr. Alcides Godoi; Rio de Janeiro, Brazil. 1588 Dr. Arthur Moses; Rio de Janeiro, Brazil. 1 589 R. P. Longinos Navás S. J., Colejio del Salvador; Zara- goza, España. 1 590 Prof. Aloisio Sodiro S. J.; Quito, Ecuador. 1591 Vicente Ortoneda. Naranjito, Ecuador. 1592 Dr. Santiago Ramón Cajal, Universidad Central; Madrid^ España. 1 593 Dr. Blas Lázaro Ibiza, Facultad de Farmacia; Madrid, España. 1594 Dr. José Gogorza G., Prof. Universidad Central; Madrid, España. 1595 Mr. Vernon F. Masters; Lima, Perú. 1 596 Antonio Alvarado; Lima, Perú (Revista de Ciencias), Calle 2 de Tacna 245. i 597 Biblioteca Pública; La Plata, República Arjentina. 1 598 Oficina Agrícola Ganadera; La Plata, República Arjentina. 1 599 Facultad de Agronomía i Veterinaria; La Plata, República Arjentina. 1600 Revista del Centro Universitario; La Plata, República Ar- jentina. 1601 Sociedade de Medicina e Cirujía; Rio de Janeiro, Brazil. 1602 Gaceta Médica de Paraná; Curityba, Brazil. 1603 Sociedad de Agricultura; San José, Costa Rica. 1604 Revista de la Asociación Médico-farmacéutica; Habana, Cuba. 1605 Revista de la Escuela de Medicina; Cuenca, Ecuador. 1606 Anales de la Universidad Central del Ecuador; Quito, Ecuador. 1607 Boletín de Medicina i Cirujía; Guayaquil, Ecuador. — 445 — 1608 Boletín del Observatorio Meteorolójico; Guayaquil, Ecua- dor. 1609 Anales de la Sociedad Española de Hist. Natural; Madrid, España. 1610 Revista Ibero-Americana de Ciencias Médicas; Madrid, España. 1 6 1 1 Real Academia de Ciencias i Artes de Barcelona; Barce- lona, España. 1612 La Medicina Científica en España; Barcelona, España. 1613 El Boletín Científico, Guatemala. 1614 Revista Nueva; Tegucigalpa, Honduras. 1615 Laboratorio Zoolójico Marítimo (Dep. Univ. de Barcelona); Palmas de Mallorca; Islas Baleares. 1616 Instituto Médico Nacional, Méjico. 1617 Boletín de la Comisión de Parasitolojía Agrícola, Méjico. 1618 Dr. Nelson de Senna; Bello Horizonte; Minas, Brazil. 1619 Dr. Alfredo de Carvalho Recife; Pernambuco, Brazil. 1620 Cont0r Dr. Pitanga; Corte de Appellagao, Rio de Janeiro. 1621 José Verissima; Academia de Letras, Rio de Janeiro. 1622 Dr. Anjel Cabrera Latorre; Museo de Madrid, España. 1623 Sr. Anjel Gallardo, Buenos Aires. 1624 Kamakichi, Kishinouye; Tokyo, Tapón. 1625 Dr. C. B. Klunzinger; Jena, Alemania. 1626 Nicanor Mallo; Sucre (Chuquisaca), Bolivia. 1627 Luis A. Martin; Ambato, Ecuador. 1628 Joaquín Méndez, Guatemala. 1629 Adolfo Navarrete; Madrid, España. 1630 Fedeiico Puga Borne; Ministro de Chile en Paris, Francia. 1631 N. Rojas Acosta; Corrienies, Rep. Arjentina. 1632 Teodoro Stuckert; Córdoba, Rep. Arjentina. 1633 Boletín del Instituto Jeolójico. Méjico. 1634 Boletín de la Sociedad Astronómica, Méjico 1635 S. P. Miles, Buenos Aires. 1636 Pedro Antiga, (Caofinólogo); Barcelona, España. — 446 — 1 637 S. Sinclair, Secretary of the Australian Museum, Si d- ney. 1638 Florentino Ameghino; Calle 60 N.° 795, La Plata. 1639 Nicolás Aguilar; San Salvador, Delegado al Congreso Médico. 1640 Ernesto Autran; Museo de Farmacología, Buenos Aires. 1641 Dr. Raf. Blanchard; Paris, 226 Boulevard Saint Germain. 1642 Dr. Otto Buchtien; La Paz, Bolivia. 1643 A. Boulenger, British Museum; 3 Cromvvellroad, London S. W. 1644 Silva Baccani Giani, Corso Colatafimi 787; Palermo, (Si- cilia). Italia. 1645 Arthur Bennet, Croydon, ^England), Highstreet 143. 1646 Thomas Barbaur, Museum of Comparative Anatomy; Cam- bridge, Mass. U. S. 1647 Geological Survey of Cañada; Sussextreet, Ottavva. 1648 Julio S. Christen; Yidy, Lausanne. 1649 Deyrolle P'ils & Succ.; Rué du Bac 46, Paris. 1650 R. F. Damon; Weymouth, England. 1651 Paul Dupont; Rué du Bonloi 4, Paris. 1652 H. J. Ehves, Colesborne, Chettenham, (England). 1653 Ch. W. Furlong, Salonagundi Club, 14 \V. 12 th Street, New York. 1654 Prof. Enrico Giglioli; Firenze, (Italia). 1655 Paul Godet, Professeur conservateur adjoint au Musée d'Hist. Nat. Neufchátel, Faubourg du Crót 23. 1656 Prof. Emilio A. Goldi, 26 Zieglerstrasse, Bern. 1657 Dr. Albert Günther, 2 Lichtfieldwards; Kew-Garden, Lon- don. 1658 \Y. Balfour Gourlay; Edinburgh, England. 1659 F. W. Hatton, Director of Canterbury Museum; Chirst- church, N. Zealand. 1660 R. J. Hinks, Júnior Calton; Pall Malí Club, London. 1661 H. v. Jhering, Museu Paulista; Sao Paulo, Caixa 500, Bra- zil. — 447 — 1662 Americo Martins dos Santos: Caixa X.° 270, Santos; Bra- zil. 1663 J. P. Roth, Caixa X.° 791, Rio de Janeiro. 1664 Jamrach Alb. E.; 180 St. George Street, London E. 1665 Charles Krull, Los Anjeles; Palondale. California U. S. A, 1666 J. Kirk, Chief Conservator of the State forests; The Tenas- se Wellington, Xew Zealand. 1667 Fernand Lataste, Cadillac sur Garonne (Gironde), Trance. 1 668 Linnean Society; Bourlingtonhouse, London \\ 1669 Injeniero Enrique Lorenz, Casa Broker & Cié.; calle del Espíritu Santo, Méjico. 1670 Librairie d’Enseignement Générale; Rué Dante 1, París. 1671 Dr. Jesús E. Monjarás, 2.a calle de Itúrbide 1, Méjico. 1672 Mr. R. Morton Middleton; 20 Johnstreet; Bedford Row, London \Y. C. 1673 Donald Petrie M. A. F. L. New Zealand; Dunedin, Ins- pector of schools. 1674 Pharmaceutical Society of Great Britain; 8 Serle Street, Lincolns Inn., London \Y. C. 1675 X. Rojas Acosta, Corrientes; República Arjentina, (Xatu- ralista). 1676 P. L. Sclater Secretary of Zoolog. Soc.; 3 Hanoversquare, London W. 1677 Dr. Cárlos Spegazzini; calle 56 X.° 740, La Plata. 1678 Prof. Roland Thaxter, Cambridge Mass; U. S. A., Har- vard University. 1679 H. H. Wunderlich; 1024 Xorth 4th. Street, Philadel- phia, Pa. 1680 H. A. \Yard; Divisionstreet 620, Chicago, 111. 1681 Zoological Society; 3 Hanover Square, London \V. 1682 James L. Caw. Curator of the Nat. Gallery; Edinburgh, (England). 1683 Mr. Jean Ajalbert; Conservateur du Malmaison, París. 1684 T. V. Hodgson, Museum of Phymouth. 1685 Dr. Oscar Montelius; Antiquar Museum, Stockholm. — 448 ■ — 1686 Mr. J. Wilfried Jackson, Assistant; Museum, Manchester. 1687 Rijks Museum, Amsterdam. 1688 National Museum of Westindia, Bombay. 1689 Brooklin Museum of the Brooklin Inst. of Art & Sciences; Brooklin, U. S. A. 1690 Fitzwilliam Museum; Cambridge, (England). 1691 Colorado Museum; Colorado Springs, U. S. A. 1692 Museum of Natural Science; Dublin, (England). 1693 Royal Scottish Museum; Edinburgd (England). 1694 Victoria & Albert Museum; London, 1695 Musée d'Historie Naturelle; Lyon, France. 1696 Museo del Castello Sforzesco; Milano, Italia. 1697 American Museum for Natural History; Michigan, U. S. A. 1698 Public Museum; Milwaukee, U. S. A. 1699 American Museum of Natural History; New York, U. S. A. 1700 Museum of Natural Science; Oxford, (England). 1701 Jardín des Plantes. — Paris. 1702 Musée du Louvre. — Paris. 1703 Musée du Saint Sulpice. — Paris. 1704 Municipal Museum. — Plymouth (England). 1705 Instituto Archeologico. — Roma. 1706 Museo Nazionale. — Roma. 1707 Illinois State Museum of Natural History. — Springfield (111.) 1708 Musée du Congo. — Bruxelles. — Belgique. 1709 Société Belge de Folklore. — Bruxelles. — Belgique. 1710 Société d’Anthropologie. — Bruxelles’ — Belgique. 1 7 1 1 Société d’Archéologie de Bruxelles. — Bruxelles. — Bel- gique. 1712 Société d’Etudes belge-japonaises. — Bruxelles. — Belgique. 1713 Institut Archéologique Liégeois. — Liége. — Belgique. 1714 Société dauphinoise d'Ethnologie et d'Anthropologie. Gre-noble. Francia. 1715 Société d'Anthropologie de Lyon. Lyon. Francia. — ?449 - 1716 Ecole d’ Anthropologie. Paris. Francia. 1717 Musée Guimet. Paris, P'rancia. 1718 Société Académique Indo - chinoise de France. Paris. Francia. 1719 Société de Linguistique de Paris. Paris. Francia. 1720 Société d’Ethnographie. Paris. Francia. 1721 University Museum of Archaeology and of Ethnology. Cambridge. England. 1722 Royal Scottish Museum. — Edinburgh. — England. 1723 Museum of Science and Art. — Edinburgh. — England. 1724 Museum of Antiquaries of Scotíand. — Edinburgh. — En- gland. 1725 Royal Anthropological Tnstitutc of Great Britain and Ire- land. London. England. 1726 British Archaeological Association. London. England. 1727 Central Asian Society. London. England. 1728 East India Association. London. England. 1729 Folk-Lore Society. London. England. 1730 Japan Society of London. London. England, 1731 Royal Archaeological Institute of Great Britain and Ire- land. London. England. 1732 Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland. Lon- don. England. 1733 Societa Italiana di Antropología, Etnología e Psicología. Comparata. — Firensc. — Italia. 1734 Societa Africana d’Italia. — Napoli. — Italia. 1 735 Societa Romana di Antropología. — Roma. — Itala. 1736 South African Museum. — Capetown — Africa. 1 737 Académie Malgache. — -Tananarivo. — Madagascar. Africa. 1738 Bataviaasch Genootschap van Kunsten en Wetenschapen. Batavia (Java). 1 739 Anthropological Society of Bombay. — Bombay (India). Asia. 1 740 Royal Asiatic Society.— Bombay Branch. — Bombay (India) Asia. 29 — 45o 1 74 1 Asiatic Society of Bengal. — Calcutta. Asia. 1742 Royal Asiatic Society, Ceylon Branch. — Colombo. — (Ceylon). Asia. 1743 Colombo Museum. Colombo. (Ceylon). Asia. 1744 Ecole Frangaise d’Extréme Orient. — Hanoi (Tonking). Asia. 1755 Imperial University of Kyoto. — Kyoto (Japan). 1746 Provincial Museum of the United Provinces of Agrá & Oudh.— Lucknow. — Oudh. — India. — Asia. 1747 Government Museum. — Madras. — Asia. 1748 Royal Asiatic Society, Madras Branch. — Madras. — Asia. 1749 Société des Etudes Indo-Chinoises. — Saigon. — (Cochin- china). Asia. 1750 Musée de Zi-ka-\vei; Shangai. — China. Asia. 1751 The North China Branch of the Royal Asiatic Society; Shangay. Asia. 1752 Raffles Museum. — Singapore. Asia. 1753 Royal Asiatic Society, Straits Branch. — Singapore. Asia. 1754 Korea Branch of the Royal Asiatic Society=Soul (Korea). Asia. 1755 Anthropological Society. — Tokyo. — Japan. Asia. 1756 Asiatic Society of Japan.— Tokyo.— Japan. Asia. 1757 Deutsche Gesellschaft fiir Natur u. Volkerkunde Ostasiens. — Tokyo. Asia. 1758 Royal Society of South Australia. — Adelaida. — Australia, í 7 59 Queensland Museum. — Brisbane. — Australia. 1760 National Museum of Natural History. — Melbourne. — Australia. 1761 Goverment Statistician's & Registrar General’s Office of Western Australia. — Perth. — Australia. 1762 Surveyor General’s Office. — Perth. — Australia. 1763 Australasian Association for the advancement of Science. Sydney. — Australia. 1764 Australian Anthropological Institute. — Sydney. Australia. 1765 Australian Museum.— Sydney. Australia. - 45i 1766 Société Frangaise des Nouvelles Hebrides. — Noumea. (Nueva Caledonia). — Australia. 1767 Bernice Pauahi Bishop Museum of Polynesian Ethnology and Natural History. — Honolulú. — (Hawai). Santiago, Julio de 1910. ÍNDICE DEL TOMO II Congreso Científico Internacional Americano, Bue- nos Aires, io a 25 de Julio de 1910: Sección de Ciencias Jeolójicas 149 Fonck Francisco. — La Lanceta de Quilpué 49 GERMAIN FlLIBERTO.- — Las colecciones de insectos, colec- tores i coleccionistas 1 50 Machado Miguel R. — Los huracanes en Chile 159 Id. El terremoto de Illapel, 15 de Agosto de 1880 164 Moore EDUARDO. — Mamíferos chilenos: Advertencia 83 OYARZUN Aureliano. — Contribución al estudio de la ci- vilización peruana sobre los aboríjenes de Chile 3 Id. Los Petroglifos del Llaima 38 PHILIPPI FEDERICO. — Desarrollo i estado actual de la Zoo- lojía en Chile 66 QUIJADA B. Bernardino. — Teratolojía animal: Catálogo ilustrado i descriptivo de las anomalías orgánicas conservadas en el Museo Nacional 103 Id. Principales rasgos de la Jeografía Animal de Chile. . . 187 Sección de Administración i Estadística. — El Museo Nacional en 1910. — Apuntes biográficos sobre el se- ñor don Federico Philippi, condensación del trabajo del señor Gotschlich. — Crónica i correspondencia. Necrolojía. — Relaciones Científicas 203 WOLFFSOHN John A. — Revisión de algunos jéneros de Marsupiales i Roedores chilenos del Museo Nacio- nal de Santiago, parte 1 84 / ERRATAS QUE SE HAN NOTADO Pájina Línea Dice Debe decir 50 H Frtbres Frbres 50 23 ^4/olfinqueupu J/olfinqueupu 52 28 Leiu Lens 57 28 Llolltfo Llollro 59 38 IJ63 1^63 66 4 Pihlippi Philippi 81 6 Ewin EíAv/n 82 4 sido .tolido 89 8 lepurus lep/urus 89 23 trichoti trichoti^ 90 3 Trato T rato 9i 1 Philippi Philippi 9i 16 Src. S¿?c. 9i 19 medios especies 95 14 Germain Germain? 95 28 3 0 32 96 25 longitude longitud^ 97 7 atención una atención hacia una 1 1 5 6 Ovirs Ovis 229 2 spcrverius sp^rverius » 3 » » » 4 » » 236 25 año año 1898 237 29 Braquitfternidos Braquuternidos 455 — Pájina Línea Dice Debe decii 238 32 Ke;/bidios Bewbidios 267 28 conservarse conservase 268 4 Krum¿/iede Krumw'iede 270 26 principio principios 271 5 Ernom E«nom 278 18 1¿?S ltfS 281 27 chilenos chileno /