BOLETIN DEL 2oo*oq.' ^i\ DEC 22 1944V' L 1 .. Museo Nacional DE CHILE TOMO I 2 : mt SANTIAGO IMPRENTA, LITOGRAFIA Y ENCUADERNACIÓN «BARCELONA» Calle Moneda, esquina San Antonio 1909 r • BOLETIN DEL Museo Nacional DE CHILE TOMO I SANTIAGO IMPRENTA, LITOGRAFIA Y ENCUADERNACIÓN < BARCELONA» Calle Moneda, esquina San Antonio 1909 htc 'U 6f1C(lADeRCfAC10fi Tomo I. Bolotiii ilel IHiiseo Slacjoiial de (Jhile 1° 2 Los temblores en Chile Algunas de las conclusiones de la pr-esente memoria fueron publicadas el 16 de agosto de 1907 en el diario EL Mercurio. Al hacer esto nos llevó la intención de que algunos de los muchos lectores que tiene este importante diario en Chile, i que presenciaron nuestro último fenómeno sísmico, nos indi- caran algunas nuevas ideas, ya sean en contra o en pro de lo sostenido por nosotros en este delicado tema. I los datos que nos dieron vienen a corroborar aun mas lo sostenido en las conclusiones publicadas. El presente estudio no es mas que el resultado directo de una gran cantidad de observación que esponemos en parte i que las hemos recojido en el terreno mismo en nuestros diver- sos viajes a lo largo de la zona que conmovió el terremoto del 16 de agosto de 1906. Nos ha sido imposible encontrar un centro de conmoción único, como tratan de asegurar algunos autores; pero en cam- bio hemos hallado una multitud. Creemos que es materialmente imposible i aun fantástico el tratar de fijar líneas de igual intensidad en un mapa de la República; porque tendria tantas inflexiones como sinuosi- dades se encuentran en una quebrada vecina a un caserío. Así, hai pueblos que sufrieron de distintas maneras en sus diver- sos barrios, teniendo cada uno de éstos un orden distinto en la escala de Mercalli que también reproducimos aquí. Del estudio de las diversas secciones mas atacadas de las provincias de Aconcagua i Valparaiso hemos sacado las con- — 32 — clusiones que van al último; las que hemos aplicado a su vez a los otros pueblos de las demás provincias en que se sintió con fuerza este temblor i siempre hemos llegado a los mismos resultados, sin encontrar ni una sola escepcion a ella. Hubiésemos querido intercalar en este estudio algunos cor- tes jeolójicos, como igualmente vistas de monumentos i edifi- cios que fueron arruinados; pero nos detuvimos ante el exce- sivo gasto que demanda esta clase de trabajos. Para nuestras apreciaciones de intensidad hemos tomado la escala de Mercalli que se usa jeueralmente en Italia, la cual reproducimos aquí para la mejor comprensión de la fuerza con que ha obrado este terremoto en las diversas rejiones de la zona atacada. I. Movimiento anotado solamente por aparatos sismográficos. II. Mui suave. — Sentido solamente por unas pocas personas que se hallan en condición perfectamente tranquila, espe- cialmente en los altos de los edificios o solamente poi- personas sensitivas i nerviosas. III. Suave. — Sentido por varias personas, pero pocas en com- paración al número de habitantes de una localidad; se caracteriza como (sentido apénas), sin causar alarma i jeueralmente sin que las personas se den cuenta de que hubo un temblor hasta que se supo que también otros lo sintieron. IV. Moderado o sensible. — No sentido en jeueral, por muchas personas reunidas en una casa; pero por algunas reuni- das en los bajos. No causa alarma, pero se nota el movi- miento de objetos livianos, crujido en el entablado i osci- lación de objetos que estén colgados. V. Bastante fuerte. — Sentido dentro de las casas, pero mui poco fueia de ella; despierta a los que duermen i alarma a algunos; las puertas trepidan, las campanillas suenan, oscilan mucho los objetos colgados i algunos lelojes se paran. VI. — Sentido por ios que se encuentran dentro de una casa, causa alarma en muchas jentes i se fugan al aire libre; algunos objetos caen en las casas, se desprenden trozos de estucos i rajadura de casas mal edificadas. VIII. Ruinoso. — Sentido con gran alarma; ruina parcial de algunas casas i agrietamientos frecuentes i considerables en otras. No causa pérdidas de vidas; pero sí algunos heridos. IX. Desastroso. — Ruina completa o casi completa de algunas — 33 — casns i agrietamientos graves en otras, haciéndolas inha- bitables; pocas pérdidas de vidas en los puntos mas po- blados. X Mui Desastroso. — Ruina de muchos edificios i gran pérdida de vidas; formación de grietas en el terreno, derrumba- mientos de cerros, etc. HORAS EN QUE PRINCIPIO EL TEMBLOR Es bien difícil obtener la hora exacta en que principió i con- cluyó este fenómeno en los diversos pueblos de Chile, puesto que en ninguna parte de Chile existia un aparato rejistrador que nos pudiera indicar con exactitud este dato. Así en Santiago el señores Krahnass, empleado del obser- vatorio, nos dice que él percibió este temblor a las 7 h. 58 m. 36 s., ésta difiere en segundo de la obtenida por el señor Greve, astrónomo del observatorio. En V^alparaiso indican unos las 7 h. 55 m. i otros 7 h. 56 m. i como entre las horas de Santiago i Valparaiso hai una dife- rencia de 3 m. 50 s. que agregada a la de este puerto, nos da la hora con respecto a Santiago. Así en Santiago tenemos 7 h 58 m 36 s En Valparaiso 7 li 55 m mas 3 m 50 s da 7 h 58 » 50 » » » 7 » 56 » » 3 » 50 » da 7 h 59 » 50 » Comparando las dos horas, dato de Valparaiso, con la San- tiago, se ve que el temblor principio en Santiago ántes que en Valparaiso. lo cual nos indicarla que tal epicentro estaba mas cerca de Santiago. Pero tenemos la íntima convicción de que el temblor fué a un mismo tiempo en estos dos pueblos. En la estación de Pilar de Córdoba, Arjentina, el temblor quedó rejistrado en las 7 h 59 m 3 s, hora de Santiago. Si com- paramos ésta con las otras horas, se ve que hai una diferencia que indica que el temblor se demoró minutos o segundos en llegar a Córdoba i según me aseguró el astrónomo señor Greve de que esa diferencia horaria no existia i por tanto el temblor fué a un mismo tiempo en estos tres distantes puntos, i según éste en qué quedan los centros o rejiones epicentrales de don- de partió el movimiento? — 34 SANTIAGO Los destrozos que causó el temblor eu los diversos barrios en que se divide esta gran ciudad, fueron mui diversos en cada uno de ellos. En el barrio comprendido entre el rio, Avenida Portales por el Sur i la plaza de Yungai por el oriente, sufrió mucho mas que cualquiera otra rejion de Santiago. Se derrumbaron varias casas, las iglesias de Lourdes i de Yungai quedaron pro- fundamente agrietados i una torre de la primera jiró sobre sí misma por lo menos a cinco centímetros; la casa del Dr. Cas- tañerla se desmoronó en parte, igual cosa le pasó al enorme edificio del Internado Barros Arana, al Museo Nacional etc.; la muralla norte de la Quinta Normal, de cal i ladrillo, quedó a trozos con sus bardas destruidas. Al mismo tiempo en este barrio murieron algunas personas que quedaron sepultadas* entre los escombros. En jeneral los edificios de cal i ladrillo se agrietaron profun- damente cuando no quedaron desplomadas sus murallas; pero los que mejor resistieron fueron los de esqueleto de madera i de hierro con relleno de ladrillo o de adobes. En este barrio fue bien difícil mantenerse en pié miéntras duró el último remezón i a cada momento creíamos que el sue- lo se rajaba. En los otros barrios de la ciudad una que otra casa se agrie- tó, los individuos se podían tener mejor eu pió i el movimien- to fué por lo jeneral mas bien ondulatorio i su intensidad está mas o menos comprendida entre el VII i el VIH de la escala, miéntras que el anterior debe de estar entre IX i X. Sufrió también bastante el barrio que está al lado del Ce- menterio. En jeneral, aquí fueron atacados los barrios vecinos a los ce- rros de Renca adonde supongo que debe existir la roca sís- mica. Algunas personas creen haber visto fenómenos luminosos en las puntas de los árboles i edificios i otros aseguran que en las nubes se vieron pequeños franjas luminosas. Las casas de hacienda, galpones de máquinas i murallas divisorias, se tumbaron casi todas las vecinas a los cerros des- prendidos del Chicauma entre Santiago i Renca. — 35 — EFECTOS CAUSADOS EN LAMPA POR EL TEMBLOK DE 16 DE AGOSTO DE Í906 Este pueblo, se puede decir que fué totalmeute destruido por el movimiento sísmico; solo una baja casa de esqueleto de madera i de adobes quedó en buen estado; porque hasta los ranchos, contruidos de palos enterrados en el suelo i de ramas de árboles con embarrado por uno i otro lado, vinieron al sue- lo; mui pocas son las casas de esta clase de construcción, que se mantienen en posición mas o menos inclinada. Muchas habitaciones de material pesado, adobes, etc., se enterraron hasta la parte inferior de sus ventanas, mas o ménos un me- tro. Los pisos inferiores, ladrillos o tablas subieron vertical- mente en algunos centímetros. Es curioso ver que los adobes de las murallas que se vinie- ron al suelo, apenas representan un volúmen de un décimo en comparación del empleado en la construcción de la casa Los árboles se aflojaron en torno del tronco, removiendo la tierra que cubria a sus raices i dieron en el verano último, una cantidad de sabrosos frutos. Las murallas, tanto de casas como de deslindes de propie- dades, que son paralelas a los cerros, se cayeron en un noventa por ciento al oriente, miéntras que aquellas, perpendiculares a los cordones de montañas, solo se ven en pié uno que otro fragmento i la caida se efectuó tanto a un lado como a otro de los cimientos. Ademas de los destrozos que he enunciado en las construc- ciones hechas por el hombre, se formaron, en el terreno plano, grietas mas o ménos paralelas a los cordones de cerros que existen por el lado poniente del pueblo. En algunas localida- des, estas hendiduras tuvieron un ancho de cincuenta centíme- tros i una profundidad de uno a dos metros. Algunas personas se cayeron en éstas, durante el temblor, i una señora al ser sacada se encontró medio aterrada i con una pierna rota. A unos tres klms. al sur oeste de Lampa i al pié mismo de los cerros, se hundió una estension de unos 20,000 metros cua- drados, en forma semicircular, teniendo su nuevo nivel una diferencia de unos cincuenta centímetros sobre su antigua co- locación. Algunas personas que viven cerca de esta localidad me aseguraron que saltó agua caliente durante el temblor i que habia dejado en su superficie pequeños montículos de arena blanca. El pueblo se encuentra resguardado en su po- niente por altas montañas, de laderas escarpadas, en que su eje principal tiene su rumbo cercano al N. S. magnético, sali- endo hácia el oriente contra fuertes que van disminuyendo de altura hasta morir en el actual llano de Batuco. — 36 — Estas montañas se solevantan en el terciario debido a erup- ciones de rocas que tienen un aspecto granitoideo, un color blanco gris con manchas verdes claras. A esta roca le he dado el nombre de roca del temblor en el estudio que hice en Melipilla. Aquí ésta tiene mui poca mica i el cuarzo se encuentra en granos mas pequeños: a la simple vista se puede tomar por una sienita, pero abunda mucho el feldespato ortoclase i el cuarzo i corresponde a lo que se llama diorita cuarzosa a sienita. El subsuelo de Lampa está formado de arena cementada por arcilla, en que el agua subterránea se encuentra entre uno i dos metros de profundidad. Hoi esta capa de relleno forma un fértil valle, donde se en- cuentra el pueblo con muchas quintas a sus alrededores. Se debe a esta composición del suelo el que la parte inferior de los edificios pesados se enterraran. Cualquiera construcción que se haga, tendrá que estar es- puesta a destrucciones en semejante terreno; puesto que tene- mos tan cerca la roca en que tiene lugar el movimiento. Tanto al N. como al O. de Lampa existen cadenas de mon- tañas de un color gris amarillento que han sido ricas, desde tiempo inmemorial, en veneros auríferos que se han esplotado en gran abundancia. A esta riqueza de las montañas se debe que las arenas del rio Lampa contengan este metal en peque- ñas cantidades. LLAI-LLAl Esta pequeña poblacimi está edificada sobre un suelo arcillo- arenáceo que se apoya en el cerro de Ucúquer que está inme- diatamente al norte. La roca que forma este cerro tiene una estructura granuda i un color blanco gris i que por descom- posición se vuelve lijeramente amarillo; se compone de los elementos de la diorita en la que abunda el cuarzo, la mica biotita i el feldespato ortosa. Esta roca fué la solevantadora de los estratos de Tabón. Las construcciones cuyos muros son paralelos a la dirección j'eneral del cerro, se tumbaron todas; miéntras que aquellas que le son normales se agrietaron profundamente i se desmo- ronaron otras. Una pilastra decaí i ladrillo como de 0.70 m. de diámetro qne existia en el establecimiento de fundición de este pueblo, saltó a unos dos metros de distancia de su primi- tiva posición. Por los destrozos que causó este terremoto i por sus pér- didas de vidas se le puede asignar el máximum en la escala de Mercalli, es decir el X. 37 CALERA Loa edificios que se han ido construyendo en torno de Ja estación de este nombre, están en su mayor parte edificados en un suelo que ha sido rellenado por el hombre, con tierras i basuras que tian arrojado sobre el desigual cascajo formado por el rio Aconcagua. Ademas debemos decir que sus casas se encuentian cercanas al pié de un escarpado cerro, i como hai muchas personas que creen que en semejantes lugares nada queda en su primitiva posición, cuando un terremoto ataca a una semejante rejion por esto que con placer digo de que aquí los edificios bien poco o nada sufrieron, fuera de pequeños agrietamientos, rasgaduras de cornisa, etc. i cuya ^ intensidad creo puede corresponder a Vil. Los cerros que se encuentran al sur de la calera son en su mayor parte estratificados i de la época secundaria. Creemos que debido a la anterior composicicn se salvó este pintoresco lugar. A unos pocos minutos de marcha al norte de Calera existe el caseiío del Artificio, algo mas atacado que la anterior, i mas al norte vienen los lugarejos completamei'te destruidos de Nogales i Melón en que no quedó casi nada en pié; encontrán- dose edificado los anteriores en un suave faldeo de cerro i parte en un terrajilen plano de mucho mayor solidez que el de Calera. No vi personalmente lo roca sísmica en estos caseríos; pero se me trajo una de la misma composición que la ya tantas veces descrita i que se encuentra rompiendo algunos mantos calizos cerca de estos lugares. quillota Esta antigua i hermosa ciudad se encuentra en el medio de un ancho valle formado por el rio Aconcagua. Los cimientos de sus edificios se encuentran en un subsuelo bastante bueno que se com[»one de una capa de tierra vejetal i algo desfuies de un grueso cascajo. Casi en su mayor parte las casas son de un piso i sus murallas de adobes i algo bajas. El fenómeno de 16 de agosto’ causó mucho daño en sus construcciones, muchos edificios se vinieron totalmente al suelo; muchos otros se agrietaron profundamente i mui pocos queo tanto a! este como al sur de esta ciudad i propagán- dose ámhos en dirección al barrio del Almemiral, comprendido entre el Estero de las Delicias i el barrio de Bellavista. Ambos movimientos que mar(dian independientemente van a chocar en la parte baja de Valparaíso, i al juntarse dos ondas de la misma forma aumentaban en estos puntos al doble su fuerza 41 destructora, i cuando tenían distintas formas se anulaban i queor filones de porfirita anjita, den- tro de la cual van guias de calcita, ricas en plata metálica, como se [luede ver en la mina Descubridora. Eos movimientos se sintieron venir del poniente los unos i del sur el resto i se les puede asignar el Vil de la escala. En Los An'les el movimiento se sintió venir del oriente i otros dicen que del poniente, i por lo tanto, las murallas que tenían una dirección de NS. se desplomaron en parte, igual cosa le pasó a toda esquina que miraba al oeste. El suelo sobre que descansa se compone en parte de tierra ;yejal sobre cascajo i en otras son estratas rojizas que se ven ep el cerro, al pié del cual se encuentra esta ciudad. Afl'h tenemos un pueblo situado al pié de un cerro i sobre las nacientes dt=íl hermoso valle de Aconcagua i, sin embargo, ,ppr, sus insignificantes destrucciones, se le puede colocaren el Vil. tal como San Felipe. 42 — Una vez recorridas estas dos últimas ciudades, nos traslada- mos a Curimon, estación que se encuentra a pocos kilómetros al oriente de San Felipe, desde donde recorrimos los caseríos i caminos que se dirijen al sur para volvernos después por Los Andes. El caserío de Curimon sufrió bien poco por el temblor del 16 de agosto i en las murallas divisorias, ya sean de adobes o de adobones, que corren a ámbos lados del camino se nota que fueron mas atacadas las que tienen nna orientación NS. i se han caído a trozos de una íonjitud de 30 a 50 metros, jeneral mente en dirección al este, dejando en pié otras de 20 metros como máximum. Miéntras que los muros orientados de este a oeste resistieron mucho mejor i solo se les ve en parte des plomados i en otras se han caído a uno i otro lado de sus ci- mientos Parece que sus movimientos vinieron del cerro de Culunquen ,que se encuentra algo al oeste. Los destrozos causados en Caeuto, conjunto de casitas que se encuentran al SO. de Los Andes i a cosa de 7 kilómetros de distancia, porel último terremoto, solo son comparables con los que causó en Llai Llai, Limache i Ligua, etc., ni una sola casa quedó en pié i muchos de sus moradores quedaron entre sus escombros. Las murallas se tumbaron en su mayor parte al este o al NE., es decir, en un sentido paralelo a la dirección de una puntilla cercana a este lugar. Otra rejion completamente devastada es la Calle Larga de Los Andes, la que es paralela a unos cerrillos bajos i alargados de color blanco, amarillento a la distancia. La zona comprendida entre Tierra Blanca, el Bolson, el fun do del Recreo i el Patagual sufrieron algo ménos que los an- teriores. El suelo sobre que está edificado todo lo anterior se ha for- mado por los materiales arrastrados por el rio Aconcagua i el estero de Pocuro, i que se compone en su parte superior de un magnífico terreno vejetal i la inferior de un resistente i grueso cascajo. Esta rejion se encuentra limitada al sur por las continua- ciones del cerro de Culunquen, que en parte es estratificado i en parte nos muestra rocas eruptivas, ricas en anfíbolas, mui parecidas a las descritas como temblorosa, las que se pueden ver al subir la cuesta de Los Arayas. En éstas existen algunas delgadas guias de calcita, cuarzo i calcopirita con una débil lei en oro; miéntras que los minerales de cobre son mas abun- dantes en las rejiones estratificadas cercanas a la roca de que tratamos. Al norte de San Felipe i en el lado oriente del rio Putaendo / — 43 — se encuentra el pueblo de este nombre, estrechado entre el rio i el pié del cerro Orolonco. A pesar de encontrarse en una si- tuación tan desfavorable para las antiguas teorías, sufrió bien poco por el remezón de 1906, tal vez tanto como en Los Andes i San Felipe, es decir, a lo sumo el grado VII de la escala de Mercalli. Al lado opuesto del rio Putaendo i a unos seis kilómetros de distancia i en la dirección del NO. se encuentra un conjunto de casitas que se le conoce con el nombre de Rinconada de Guzman. Toda construcción humana se vino al suelo i entre sus escombros quedaron -sepultados muchos de sus moradores. Esta Rinconada está limitada al NE. i S. por altos cerros de laderas mui escarpadas i se componen en su mayor parte de esa roca del temblor de que hemos hablado. A pocos cientos de metros al oriente de este caserío comple- tamente destruido se encuentra el otro denominado EL Pata gual, el cual en parte se encuentra edificado en un fragmento de estratos, parecido al de Los Andes i Putaendo, i otro poco en el valle de Putaendo. Los desperfectos que causó aquí el terremoto son de poca consideración, si los comparamos con los anteriores; solo una que otra casa se derrumbó. Los habi- tantes de este villorrio se fueron a refujiar durante el temblor sobre la cima de un pequeño montículo donde existe una cruz de cuyos brazos aseguran haber visto durante el remezón una especie de aureola luminosa, bien visible en medio de la oscu- ridad de la noche. Otro tanto sucedió con el caserío de Lo Herrera que se en- cuentra al SO. de Putaendo en que no quedó nada en pié. Lo curioso del caso es que Casuto, Rinconada de Guzman i de Lo Herrera se encuentran a poco mas de cinco kilómetros de pueblos en que el temblor apénas causó perjuicios de poca consideración. Ademas las Rinconadas de Guzman i de Lo Herrera se encuentran edificadas al pié de altos cerros a igual de lo que pasa en Putaendo i Los Andes, i, sin embargo, aquí poco o nada pasó. Así gue en este caso no se puede aplicar la famosa idea de los piés de cerros con llanuras; pero tendrá su esplicacion, si estudiamos los cerros bajo el punto de su com- posición jeolójica. En el cerro Alto de Lo Guzman se sintieron durante un mes consecutivo ruidos largos en medio de los cuales venia siempre uii remezón. Al norte del Patagual existe el lavadero de oro denominado de Las Minillas, que tiene como cinco kilómetros de largo por dos de ancho, al oeste del cual existe la mina del Durazno, de cobre i oro, en un cerro compuesto en su mayor parte de dio- rita, cuarzo, micácea. — 44 — ' •• • 'l Siempre que nos hemos encontrado en estas rejiones i hajU veni(]o fuertes ruidos subterráneos en la noclie, hemos visto que al dia siguiente los cerros i partes de los valles se cubrer> de una espesa neblina. En el tra}’^ecto comprendido entre Llai íjlai i San Felipe hai unos cuantos caseríos al ledo sur del Aconcagua i cerca del cordon de cerros que une a Llai-Llai con el (Julunquen i todas las construcciones que se encuentran cerca de cerros en que domina la via temblorosa, han sido en su may(>r parte destiui- das i si los cerros son estratificados en sus laderas el efecto es mucho menor. El subsuelo sobre que se encuentran edificadas las casas i murallas divisorias es mas o ménos uniforme en todo este tra- yecto, es terreno moderno formado por el rio Aconcagua: ras- caj(» en su parte baja i terreno vejetal en su superficie. Así San Roque, Panquehue i Palomas fueron bastante atacados i los movimientos que aquí se sintieron parecian venir del sur en parte i el resto fué vertical. Sufrió poco Lo Ocampo i Chagre, porque se encuentran mas lejanos del cerro. De Chagre nos dirijimos en coche en dirección al mineral de Catemu para estudiar en el terreno los estragos que causó el fr-nómeno del 16 en los edificios i murallas divisorias. Una vez pasado el rio Aconcagua i a! llegar al caserÍQ d,e Las Máquinas de Catemu encontramos una puntilla mui escal- pada de color blanco amarillento compuesta en su totalidad de la roca sísmica, diorita, cuarzo micáceo potásico. Con solo'ver esta roca supusimos lo que habria pasado, i efectivamente ep torno de la roca temblorosa quedaron casi todas las muralLs di- visorias en el suelo como igualmente una gran mayoría de sus edificios, que debieron haber resistido mas; porque son por lo jeneral bajos, de adobes i sobre un magnífico sul)Suelo i todas ¡las anteriores construcciones se tumbar<»n al poniei.te por lo jeneral; pero apénas a{>arecen los conglomerados gruesos i de color blanco, cubiertos por estratos calizos negros, que encie- rran fósiles i cristalitos de [>irita en sus cerri'S, cuando cambió comf»letamente el modo de destruir del temblor del 16: ya se ve una que otra casa caida, i muchas murallas divisorias en pié; esto se puede comprobar en Las Varillas. Apareció de nue- vo la roca al pié i el morro del Salado i tenemos que el case- río de El Cobre sufrió bastante por este terremoto. Vemos nuevamente aparecer reventones do esta i oca entre .las quebradas del Ñilgüe i de la Poza e Riraediatamente. recru- decen los efectos destructores del terremoto i al mismo tiempo quedan como en Las Máquinas entrej sus escombros^ personas que no alcanzaron a salir. Algunas de las minas de cobre de la quebrada de la Poza — 45 — tienen una magnífica lei en oro, esto mismo pasa en otras de .^us alrededores Existe una bneita mina de oro en el cajún de Gómez que pertenece al señor Hnidol>ro. Una vez lecorrido Catemn nos dirijimos por la orilla ncrte en dirección al este al fundo de San José i llegamos a un ca- llejón que va en dirección a la quebrada de Reinoso i encon- tramos que la cerca oriente se desplazó como cosa de cuatro metros al este de su antigua dirección i en uno de los potreros que estos deslindes encierran se vió que todo el terreno veje- tai se movió en todos sentidos i aun lioi dia se })uede ver esto. I la roca causante de lo anterior se encuentra a algunos cente- nares de metros al poniente. Creo que cualquiera persona que quiera darse cuenta ca- bal de las teorías con comprobación que aquí drsai rollamos, puede estudiar esta sola rejion i aquí se veiá como la luz del (lia lo que sostenemos en nuestro ya largo estudio. 1 I.A LIGUA « Después del Artificio, Nogales i Melón e inmediato al costa- do Norte del cordón de cerros desprendido de la cordilleia de los Andes, que viene de Putaendo i de San Felipe, i al lado sur del rio de la Ligua, en un estrecho valle orientado de E. a 0. se encuentra el pintoresco [)ueblo de Ligua. Las construcciones descansan sobre un buen subsueb': las cercanas al cerro, sobre un conglomerado rojizo, cementado •por la atcilla o bien sobre el maicillo, })iimer picducto de des- composición de las rocas granitoideas; pei’o a mea, foiraada por estractos secundarios ricos en cal, llegamos al villorrio del Artificio, Los muros ya sean de casas o divisorias, a pesar de estar sobre un insignificante ci- miento, resistieron mui bien los fuertes movimientos del terre moto i se conservan casi todas en su primitiva posición. Solo una que otra esquina de adoboji se derrumbó. El subsuelo en esta zona está cubierta de uno a dos metros de tierra vejetal i después sigue el cascajo formado por el rio Petorca. El poco efecto que causó aquí el tei remoto se debe induda- blemente a la composición jeolójica de sus cerros vecinos i principalmente el de la Gurupa. Desde esta rejiun tomamos en dirección al norte hasta llegar cerca de las casas de la hacienda de Pedegua en donde existe cerca de una puntilla, una gran cantidad de rocas dioritas de forma mas c ménos redondeada que tienen cuarzo, mica, fel- despatos plajio clásicos i también anfíbola i ortoza, i que pasa de la iliorita cuarzo micácea a la sienita i al granito anfibólico Es bien curioso de que tanto las murallas divisorias como la de los edificios van sufriendo cada vez mas, a medida que se acercan a esta localidad; igual cosa pasa a medida que nos re- tiramos de este punto. HIERRO VIE.TO De Pedegua nos dirijimos por el lado sur del rio Petorca hasta llegar al caserío de Hierro Viejo, cuyas construcciones están dispuestas a lo largo de una sola calle paralela al rio i a los cerros que la limitan por el sur, encontrándose de uno i otro solo a unos cuantos metros de distancia. El subsuelo se compone de cascajo cubierto de una delgada capa de tierra ve jetal, i sus edificios son en su mayor parte de adobones i de adobes i uno que otro de esqueleto de madera rebosado con barro. Los efectos causados por el terremoto son bien diferentes en los dos estremos de este pueblo; son mayores en la parte oriente, en ese punto mas cercano al cerro i algo menos en su lado poniente, como igualmente en el medio, cuyas murallas ostán mas distantes del cerro. La mayor parte de sus muros se derribaron en una dirección paralela a la de los cordones de cerro i los normales se agrietaron i cayeron indistintamente a uno u otro lado de sus cimientos. A la parte mas atacada le pue- 48 de corresponder el IX de la escala de Mercalli i a la otra parte se le puede asignar VllL Las murallas arte algunas pequeñas habitaciones. Fe- nómeno es este que se ref»etirá siempre en años como ios que he indicado. Por el lado Sur i al otro lado del rio se ve esta misma roca en la quebrada Blanca i parte del morro de la Viña. , En el espacio comju’endido entre estos pueblos se encuentra el lugarcito denominado de Los (Jallejones, que a pesar de en- contrarse cercano al pié de un alto cerro, las murallas i caserío sufrieron l ien poco, debido, según mi modo de entender, de que aquí no existe esa roca que conduce el movimiento. — 4‘.í — OHINCOLCO Unas dos leguas mas al oriente encontramos el larguísimo caserío de Cliincolco, que se encuentra disftuesto en una sola calle, en un hermosísimo valle regado por el rio de Petorca. Aquí se pudo observar que toda construcción cercana a puntilla de cerro, sufrió mucho mas que aquellas intermedia- rias. Algunas murallas de adobones i mui pocas de adobes se tumbaron, otras se agrietaron i el techo de algunas se vino al suelo. Se puede decir que aquellas partes mas atacadas corres- ponden al Vil de la escala. Pero donde se nota de una manera mas marcada el efecto del temblor, según la composición del suelo, es en Ohincolquito, pequeño conjunto de casas que se encuentra al NE. del ante- rior i separado por el rio de! Sobrante i del Pedernal, áinbos afluentes del Petorca. En esta localidad las construcciones se encuentran en la paite superior de una estrata de conglomerado rojo que se in- clina al este, i casi todas se encontraban ántes del terremoto fuera de la vertical i sin embargo aun Imi dia se leve en su pri- mitiva posición i aun parece que se hubieran enderezado mas. Varias veces, ántes i desfrues del último terremoto, he reco- rrido estos pueblos, como igualmente sus campos i serranías, i frecuentemente he sentido ya en el dia o en la noche unos fuertes i prolongadas ruidos subterráneos que parecen venir aumentando del poniente, i cuando llega a su máximo en uno de estos puntos, se siente que todo el suelo como igualmente lo que sobre él se encuentra, vibra con flnísimo movimiento i algunos instantes después desafiarecen estas trejridac.ones i en seguida se siente que el ruido va disminuyendo de intensidad i concluye por perderse al oriente. Cuando se siente venir uno de estos ruidos cavernosos, créese que uno va a ser espectador de un gran temblor i pocas veces la intensidad de sus movi- mientos es de tal magnitud que se vea obligado a buscar un lugar de refujio en patios o en calles. Pero infunde temor, cuando uno se encuentra en alguna empinada ladera i siente este ruido acompañado de movimi nto, que hacerr resbalar las pe- queñas piedrecitas las unas sobre las otras, produciéndose uno a otro conjunto de sonido que hace perder la calma aun al mas tranquilo. Siguiendo al norte por el lado oriente del rio Pedernal llega- mos al hermoso fundo, cuando los años son lluviosos, de Cha- laco. Las pircas que dividen en potreros a esta hacienda se derrumbaron; [)robablemente los movimientos que tanto mal causaron deben de haber venido del poniente, de un contra- 50 — tuerte que se desprende del cerro de Altos de Caren i que for- ma la quebrada de la Cantería, donde se encuentra la sienita, granito i diorita, de que tanto hemos hablado. En la parte alta i al oriente de Chalaco se encuentran unas ricas i antiguas minas de oro de la Monguaca. Unos diez kilómetros al norte se encuentra la hacienda del Pedernal, cuyos terrenos se encuentran seguramente formados por los primeros del secundario. En esta zona el fenómeno del 16 de agosto causó mui poco daño. Seguimos al norte, i después de pasar la empinada cuesta del Pedernal, llegamos a una planicie que está a 2,000 metros sobre el mar, que se denomina. ho}>'a i de una composición idéntica a’la anterior. De aquí subimos por un caminito angos- to i mui malo hasta llegar al portezuelo del Bonito, que se en- cuentra unos 2,500 metros sobie el mar. Desde f-ste punto se- guimos bajando por la quebrada de Quelen, que va al NO., encontrándose en su primera parte el importante mineral de cobre de las Tazas, que se compone de calcopirita, pirita, cal- cuarzo con una pequeña lei en oro. Desde este punto se en- cuentra nuevamente la roca grano diorita, la cual nos acompaña hasta llegar al rio de Choapa i solo en una que otia cima se ven tiaizos de antiguos estratos de conglomerado rojo. Desde el rio Choapa seguimos por el lado norte en dirección al po- niente hasta llegara! pueblo de Salamanca. En el trayecto desde Chalaco a Salamanca nos hemos demoiado doce horas en bue- nos caballos marchadores. sAlama nca Este pueblo se encuentra situado en una planicie limitada al norte por el cordon de cerros de Chilla-Chilla; por el este están los cerros Colorado i Chico de Santa Rosa, corriendo por entre ámhos la larga quebrada del Consuelo, que nace del alto cerro de Mayacum; por el sur la limita el escarpado cordon de cerros de Caracha i que tienen una dirección cercana al EO. magnético, corriendo a su pió i por el lado norte el torrentoso rio de Choapa que la separa del pueblo; al oeste se encuentra el cerro de la Cuesta Vieja i el estero de Chalinga. La roca de que están formados los anteriores, con escepcion del Colorado, tiene todos los elementos esenciales del granito aufibólico, pobre en cuarzo, de la diorita mico cuarzosa i de la sienita diorítica, etc., el nombre depende de la roca que se tome. Euconti ándose en abundancia el feldespato ortosa de color rosado, la mica biotita, el cuarzo en pequeños granitos i frecuentemente en poca cantidad. Abunda i a veces domina el feldespato plajioclase con maclas de la albita i que tiene una estructura zonada, otras veces se le encuentra al uno i al otro en igual cantidad; la anfíbola es de color verde oscuro i es la que colorea de verde a esta roca. Debido a este cambio de elemento mineralójico que se ob- servan a pocos metros de distancia en una roca que tuvo un mismo tiempo jeclójico de salida, es por lo cual nos resistimos a aceptar un nombre para semejante roca; existe este elemento eruptivo en todas aquellas comarcas en que casi diariamente se sienten fuertes i prolongados ruidos subterráneos que siem- pre van acompañados de pequeños temblores, i hen:os obser- vado que cuando una zona del suelo chileno es devastada por un fuerte terremoto, sus efectos son mayores en toda cons- trucción humana que esté sobre o en sus vecindades de esta roca de elementos tan inconstantes; i es por esto que a esta roca que conduce el movimiento la hemos denominado roca sísmica o del temblor al tratar de estos fenómenos en un ar- ticulo que se publica en un diario de 1907 i que se denomina este estudio Las causas de los temblores en Chile. En algunos de estos cerros se han encontrado delgadas guias de cuarzo aurífero i solo mui pocas de estas han merecido el honor de ser trabajadas. Los efectos causados en Salamanca, Chalinga, etc., por el temblor del 16 de agosto fueron de poca consideiacion; a dos casas se le hundieron sus techos, muchas murallas divisorias se vinieron al suelo; no quedó en los tejados ninguna teja en. su lugar, muchos edificios se agrietaron i se le puede clasificar en el número VIH de la escala de Mercalli. En muchos cerros formados por la roca ya descrita hemos notado que tanto su cima como en laderas o en su base se en- cuentran grandes bloques de piedra que tienen una forma je- nerahnente redondeada i que parecen que han sido acumula- das en esos lugares por algún ventisquero. Cuando la roca tiene mucho feldespato ortoza, se descom- pone en capas mas o ménos concéntricas, tomando estas costras un color rojo amarillento, que se le puede distinguir desde mucha distancia. Una formación compuesta de la anterior inconstante roca la hemos seguido por el rio Choapa hasta la naciente de éste, hasta el límite con la República Arjentina. Se le encuentra frecuentemente a ámbos lados de los rios, que se desprenden de la cordillera de los Andes, con mui pocas escepciones, i la parte intermedia entre dos rios se componen de estratos rojizos ricos en veneros de cobre i a veces de oro, sobre todo en la proximidad de esta roca, o en sus contactos. Cuando en el año 1891 se decidla en los campos de la costa — 52 — de Concón, por medio de las armas, el predominio de las pala- bras gi>bierno i parlamento, se sintieron en Salamanca los dis- pares de artillería que se (iirijian mutuamente los belijerantes. Este hecho me lo han asegurado muchos vecinos respetables, que en aquel entóuces vivian en este pueblo. Estando ademas el señor Julio Echavarría perseguido por sus contrarios que dominaban esta rejion, se tuvo que esconder en una gran cueva que existe cerca del límite, en territorio arjentino, en cuyo lugar oyó también, a pesar de mas de 170 kilómetros de distancia, el infernal tiroteo que lo vino a librar del forzado destierro en que se encontraba. Es difícil encontrar otra roca que tenga la pro[)iedad de con- ducir el sonido i el movimiento como esta granitodiorita o sísmica. II.IiAPhO Esta ciudad se encuentra al norte del rio del mismo nombre en un angosto terreno de acarreo de dirección cercana al E. O. magnético. El cual se compone de una ca[>a de magnífico te- rreno vejetal que recubre el cascajo airastrado por el rio. En ieneral, el subsuelo es mui bueno para resistir cualquiera construcción. Sus casas son casi todas de adobes i algo liajas, escepto la iglesia Matriz que es de cal i ladrillo la parte baja i de esqueleto de madera con barro la superior. La magnitud del teniblor que se sintió en esta localidad es algo su[)erior al de Salamanca i está al rededor de \’I1I . IX de la es(*ala. Frecuentemente se sienten enormes ruidos subterráneos que el que lu) está acostumbrado a oirlos se imajina que es buen precursor de un gran terremoto. El año 1880 esta ciudad quedó completamente arruinada i no quedó teja en su lugar ni muralla que no se agrietara o viniese al suelo. Las norias, de donde se sacal>a el agua para beber, se llenaron de es[»uma i en algunos cerros vecinos sal- taron a gran altura chorros de agua. Los cerros que circundan a esta ciudad, compuestos de esa roca sienilo-dioi it a-granito que hemos descrito en la sección de Talca i Meli[)illa. Ademas existen en estos cerros magníficos lavadet'os de oro como igualmente ricas guias de cuarzo i pirita aurífera i solo hace unos cuantos decenios los mineros se ocupaban en lavar las arenas de los rios. En jeneral este pueblo tendrá que estar siempre espuesto a sufiir [>or cualquier fenómeno sísmico, aunque esté léjos la rejion en que tiene lugar su máximum de acción. — 53 — La montaña que separa a Salamanca de Illapel está for- mada por esta roca temblorosa, i los detritus arrastrados por las aguas de las quebradas que de esta rejion nacen tienen siempre una regular lei de oro. En esta rejion se sintió que la primera parte del temblor venia del sur; pero que al mismo tiempo se sintieron movi- mientos verticales de gran intensidad. nos vrLOS En la costa i al SO. de Illapel se encuentra este magnífico i simpático puertecito. Las casas que en él existen descansan sobre una antigua arcilla esquitosa que encierra algunos nú- cleos de cuarzo i uno que otro fósil. Tanto el temblor del 16 de agosto, como ese otro de 1880 no causaron estragos en las construcciones de este puerto, ni aun en aquellos viejos edificios que se inclinan al peso de los años. El último fenómeno que nos visitó solo agrietó en parte el edificio de cal i ladrillo de la estación del ferrocarril; pero en fin, esta es construcción fiscal adonde no se guarda muchos miramientos al construírsele. Solo una que otra botella saltó de los escaparates en que se le guardaba paradas. En jene- ral la intensidad no fué superior a la que sintió en (Córdoba, de la República Arjentina, según se me aseguró cuando fui a esa. Nos sorprende mas, cuando sabemos que Vilos está a 45 kilómetros de Illapel i a 65 de la Ligua, lugarejo este último que tanto sufrió en este último temblor. A los Vilos se le puede asignar el número VI de la escala de Mercalli mientras que a Illapel i Salamanca se le puede dar el grado VIII, siendo que éste está de la Ligua a un poco mas de 90 kilómetros en línea recta. Si he tratado de compararlo con el que se sintió en Córdoba, es porque aquí se me aseguró de que las botellas de los esca- parates de los hoteles se vinieron algunas al suelo, i los co- mensales tuvieron que arrancarse a la calle a causa de la fuerza del temblor i su grado se encuentra entre V i VI de la escala. Creemos difícil que se pueda esplicar esta diferencia de in- tensidad del fenómeno, en locales mas o ménos cercanos, si no es por la desigual composición jeolójica del suelo en que están edificados sus pueblos, tal como hemos venido haciéndolo notar. Me aseguraron de que el movimiento tuvo lugar de S. a N. — 54 CONCLUSIONES 1.0 Los temblores eu Chile obran con mayor fuerza en todas aquellas localidades que se encuentran cercanas a ciertas clases de rocas eruptivas, que hicieron su aparición en la era tercia- ria, o a fines de la secundaria. Esta clase de roca se presenta a veces solevantando los estractos que se formaron en el perío- do secundario. 2° Dicha roca tiene un aspecto granitoideo i un color blan- co gris con manchas verdes de anfíbola; a veces esta roca toma un aspecto porfiroideo. En ciertas locolidades se le puede de- nominar; sienita; en otras, diorita, diorita cuarzosa, granito an- fibólico, i frecuentemente es diorita granítica; pero siempre contieno anfíhola i feldespato ortoclásico, variando en cantidad los otros elementos de las rocas que he enunciado, y ademas esta roca es mui moderna. Creo que en Chile se la debe deno- minar a esta con el nombre de roca del temhlor o sísmica. Así se le encuentra inmediatamente al norte i sur de lllapel al S. E. i N. de Salamanca, al N. i S. de Petorca, en parte al S. de Chincolco, al S. E. i N. de Hierro Viejo, al S. de Pedegua, al S. i N. de Ligua, al N. de Llui-Llai, al N. S. i O. de Valparaíso, al N. de Quillota, al O. i N. de Melipilla, al N. de Nancaguai Pla- cilla i al O. de Talca, etc. 3. ° La roca del temblor se encuentra frecuentemente atrave- sada por guias, vetas i filones que encierran oro en su relleno. Es por esto que los pueblos, caseríos i murallas divisorias cer- canos a lugares ricos en oro, ya en forma de vetas o de lavade- ros auríferos, son mas atacados que aquellos que carecen de este precioso metal. A esto se debe, que los siguientes pueblos hayan sufrido tanto: Talca, Constitución i Putú que está a corta distancia del cerro de Culencó; Curepto, Vichuquen, Pa- redones, Raneagua, Placida, Pelequen, Rosario, Prat, Matan- zas, Rancagua, al poniente, Melipilla, San Antonio, Casablan- ca. Curaca vi, Lampa, Renca, Llai-Llai, San Francisco de Lima- che, Viña del Mar, Valparaíso, Quillota, Puchuncaví, Rincona- da de Guzman, Papudo, Placida, Ligua, Hierro Viejo, Petorca, Pupido e lllapel, etc. 4. ° Los edificios i murallas que están en calles a la dirección de la corrida de la roca del temhlor, han sufrido muchísimo mas que aquellos que le son perpendiculares, en donde sus contruc- ciones caen indistintamente a uno u otro lado de sus cimien- tos; igual cosa pasa con los cierros de pro[)iededes, sean éstos, de pircas o de adobones. 5. ° Calculo que el máximo del efecto destructor, se efectúa en la zona que abarca menos de cuatro kilómetros a ámbos — 55 — lados del cerro eu que existe esta roca del temblor, dentro de la cual les edificio mejor construidos, aunque se encuentren sobre un buen sub suelo, sutren; miéntras que pasada esta dis- tancia, no influye mucho el sub-suelo, ni los cimientos, ni los materiales de construcción. 6.° Las personas que viven sobre la roca del temblor, o mui cerca de ella, sienten frecuentemente ruidos subterráneos parecidos al que produce el paso de un tren pesado dentro de nn gran túnel. Algunos de estos ruidos son mui intensos, guardando su duración cierta relación con la distancia; así, el observador que se encuentra cerca del mar, nota que estos ruidos son mas cortos i marcados, miéntras que los que se observan mas al inte- rior, son mas largos. Así son mas largos en Chincolco i eu Petorca que en Cabildo, Ligua i Papudo; en Llai-llai que en Viña del Mar; en Melipilla que en San Antonio; en Nancagua que eu Aleones i Matanzas; en Talca que en Constitución, etc. Jene- ralmente se siente venir este ruido del poniente, produciendo en seguida una lijera oscilación i pasando con rapidez al oriente. 1° He notado mucha semejanza entre estos ruidos i movi- mientos naturales i aquellos que se producen cuando uno quema un diario lijeramente plegado dentro de los cañones que sirven para conducir el agua del techo al suelo. Mejor -efecto se obtiene si colocamos dentro de un largo i ancho tubo de vidrio abierto por sus dos estremidades, una gruesa llama de hidrójeno: en ámbos casos sentiremos un gran ruido, igual- mente una cierta trepidación que hará arrancar a los moradores de una casa que no estén eu el secreto. 8.“ He observado en los estudios que tengo de cada loca- lidad, que las destrucciones se efectúan siempre en ciertas líneas mas o ménos perpendiculares al mar i por lo tanto a la cordillera de los Andes i que vati frecuentemente a ámbos de los valles trasversales. Algunas de estas líneas de temblor van de mar a cordillera, como son las que se encuentran al norte de Santiago; porque aquí los cordones de cerros tras- versales no son cortados por el valle central de Chile. Al sur de Santiago llegan las líneas hasta el valle, pasando rara vez hasta la cordillera; sucede esto cuando el relleno de cascajo de aquél se encuentra roto por cerritos de roca eruptiva; frecueu temente éstos son bajos i de cima algo redodneada: en este caso se encuentra Talca, Curico, Santiago, con su cerro de Renca, etc. Cuando por estas líneas marchan vibraciones sísmicas, los lugares que están sobre aquéllas reciben choques verticales i los objetos móviles que se encuentran sobre una superficie plana, marchan en el sentido de las vibraciones del movimiento,^ es decir, al este. Se puede decir que en la zona Choapa-Maule, se notó, en el temblor del 16 de agosto, que los movimientos cambiaban a cada momento de dirección, en una misma localidad, domi- nando siempre los choques verticales en los puntos mas ata- cados, que son los que están sobre la línea del temblor. Santiago ocupa, mas o ménos, la parte intermedia en la zona del temblor, i por lo tanto es de sumo interes recordar lo que pasó durante este interesante fenómeno; el primer choque se sintió cerca de las 8 P. M. i traia una dirección de NO. a SE. es decir, venia de la Ligua, Placilla i Pullalli, la fuerza inicial partió de un punto mui carcano a la bahía de la Ligua, si- guiendo con toda su intensidad por la línea del temblor que existe entre los rios Ligua i Petorca, destruyendo la onda sís- mica los caseríos de Artificio, Pedegua, Hierro Viejo, parte de Petorca i Chincolco. Los pueblos mas el p^miente que Santiago recibieron este movimiento de una dirección mas cercana al norte; así Valparaíso, Viña del Mar i San Francisco de Limadle lo sintieron venir del norte; igual cosa le pasó a los pueblos de mas al sur. Este primer movimiento fué mui violento i las construcciones que resistieron siguieron balancenndose a im- pulso de esta fuerza. Aun no concluían los efectos del anterior choque, cuando se sintió otro dentro del primer remezón, algo mas intenso, que partió de un punto situado entre Zapallar i Quinteros, siguiendo sus ondas sísmicas por la roca del tem- blor que se encuentra en la línea que marcha entre los rios Li- gua i Aconcagua. Puchuncaví, Nogales i las Rinconadas de Guzmau i de lo Herrera, frente a Putaendo, etc., se destruyeron casi totalmente. Las construcciones de Santiago i de los otros [lueblos del sur, que se mecian a impulso del primer movi- miento, se vieron obligadas a cambiarlo bruscamente, cayendo, por esta causa, muchos edificios a tierra. Entre el primer remezón i el segundo, que fué mui largo, existió un intervalo de algunos segundos, según unos, i minu- tos, según otros; durante el cual se preparó el segundo cho- que, que tuvo lugar en un punto que debe encontrarse entre Valparaíso i San Antonio. Una vez producido el movimiento inicial en este nuevo punto, la onda sísmica se propagó por la roca del temblor, produciendo movimientos verticales en los pueblos que se encontraban sobre ella; Valparaíso, Viña del Mar, Llai-Llai, Casuto de San Felipe, San Antonio, Casablanca i Melipilla fueron recibiendo el movimiento de este temblor mucho mas intenso que el primero. Después de este choque se fueron produciendo otros nuevos, en dirección al sur, hasta llegar a la altura Putü-Talca, que es — 57 en donde se encuentra la última línea del teiiiblor. Debo decir, ademas, que no cesaban los efectos de un choque cuando venia otro i otro mas; esta serie de ondas que se formaban en dis- tintos puntos a la vez, se encontraban a cierta distancia del lugar de oríjen, produciendo en algunas localidades reposo absoluto o interferencia, i en otros aumentaba la intensidad del movimiento: según si se encontraban dos ondas hinchadas o dos deprimidas; pero si se juntaba una onda hinchada con otra deprimida venia el reposo. Si en una superficie de agua sin movimiento se arroja una piedra, veremos en torno del punto del choque una serie de ondas u olas, las unas son hinchadas, formando cerro, i las otras son deprimidas, formando quebradas. Si arrojamos otra piedra algo distante de la primera, ante que se tranquilice el agua, veremos formarse otra nueva serie de ondas i en aquellos puntos que se juntan dos ondas hinchadas o dos deprimida, el movimiento será mayor; luiéntras que si se junta una ola hin- chada con otra deprimida el agua quedará tranquila en ese [)Uuto. Si seguimos arrojando piedras una tías otra en una misma línea, veremos formarse en la superficie del agua, ondas de movimiento que llevan distintas direcciones, anu- lándnse en parte i aumentando en otras: algo mui parecido a esto es lo que pasó en el temblor del 16 de agosto de 1906. Habiéndose agotado el material de observación en las ante- riores conclusiones, nos queda ahora la parte mas difícil, cual es la de encontrar la causa que hizo obrar esa fuerza latente que se encuentra encerrada en el interior de nuestro planeta i que ¡-e encuentra en cada momento dispuesto a dar grandes enerjías. Antes de llegar a esta conclusión, es necesario considerar lo que sigue: los estratos o capas de roca que se formaron en el fondo de los mares secundario i parte del primario, se encuen- tran hoi a muchos miles de metros de altura sobre el nivel del mar; formando ese antiguo fondo de mar, lo que es hoi la cor- dillera de Los Andes. Estas enormes masas de rocas detríticas se principiaron a solevantar en el período terciario empujadas en gran parte por esa roca que hemos denominado sísmica; este movimiento ascensional aun no ha concluido; porque nuestra costa sube gradualmente un metro mas o menos por siglo. Ademas de! anterior, hai uno que es brusco i que se efectúa en los grandes temblores. El jeólogo C. Darwin en su Geological Observation on South América, trata mui bien esta materia i no deja la menor duda sobre ámbos solevantamientos. Esa inmensa cantidad de material que forman los estratos — 58 — de la cordillera de los Andes i parte de los cerros trasversales, se compone de rocas que encierran en su interior piedras redondas que fueron arrastradas por las aguas. Sabemos que en un rio correntoso las piedras grandes quedan en el curso del rio o en su desembocadura; miéntras que los elementos finos llegan hasta mucha distancia en el mar. Esto es lo que se observa en el espacio comprendido entre el mar i la cima de la cordillera; porque los elementos conglomerantes son mas grandes los estratos mas cercanos al mar i los mas finos se encuentran cercanos a la cordillera; de esta observación se deduce, que las corrientes de agua venian del poniente de las costas de la América. Ademas de esto he encontrado en todo el suelo de Chile, rocas que han venido desde mui lejos i que no corresponden a las que se encuentran en otras localidades de América. Ademas de lo anterior, tengo muchos otros datos que corroboran la idea de la existencia de un antiguo conti- nente, cuya mas alta cumbre debe haber pasado por la isla de •Juan Fernández, que no es enteramente volcánica, pues he- mos encontrado conglomerado de rocas antiguas en la bahía de Carvajal, que tenian una inclinación de 25 grados al este i una dirección norte sur. Se encuentran siempre en el mar grandes honduras frente a grandes alturas de la cordillera. El hundi- miento de ese antiguo continente del Pacífico, dió oríjen al actual continente americano, i para que en la costa chilena se efectúen esos solevantamientos graduales i bruscos, es necesa- rio que el fondo del mar se ahonde. (1) Estos solevantamientos i depresiones se tendrán que efectuar a lo largo de una rasga- dura o falla. Estas fallas aparecen en algunas localidades en la rejion litoral, pero en la costa chilena van sumerjidas en el agua; es por este que los pueblos cercanos al mar sufren mas que los interiores. En Chile sucede que nunca vienen dos temblores seguidos en una misma localidad; creo que esto se debe a que el conti- nente del Pacífico necesita uiayor presión para solevantar al de América: esto lo obtiene con los años i los rios chilenos se encargan de llevar materiales pesados, que lo sacan de la cor- dillera de los Andes. Así es que aquí tenemos una especie de (1) El señor Monte.ssus de Ballore, profesor de seismolojía, al leer una conferencia en el salón de honor de la Universidad de Chile, enunció como idea nueva de que el fenómeno del 16 de agosto de 1906 habia atacado con mas fuerza a los pueblos que se encontraban al frente de grandes alturas de los Andes i por lo tanto a las mayores honduras. Como este caballero no cita la procedencia de esta idea, es por esto que le llamamos la atención a este punto que ya nosotros habíamos enunciado. — 59 — balanza, en que uno de los platillos va dando al otro paulati- namente el peso suficiente para romper el equilibrio. En uno de los próximos números de nuestro Boletín, se- guiremos desarrollando la teoría que dejamos enunciada, i al mismo tiempo daremos una pequeña reseña de los lugares ata- cados al sur de Santiago i Valparaíso. » '> f i'.:- ;■ t- • ' " ^ i' ■-■■ ■■■■ 'ii* írKt w ■ •• ?. •'f:**''' ■ vil" ■ vT 4 -/'r i' •'-■ .[«tV'-- T«L...? -t. :. »CJ . . T--. .“ .. ■Itl» ,,. v^' M ' '■'' ' H'' .^'-..4 •• y •"^v ,-. ;S ■■_•'• • \ ‘-h '■ ■' * ' '■• «ir ! •..'ií* .V •» •‘i • /vv-t -- r ' í » ■ -.i™ ' > ■* * ■' ! ■ *"-‘-l/_ *-, , f; ^ . .S¿ '-■ '’.k^ v(>i^»Tsi ¡ i ii* , j " v>- My i. t •. - 1 -■ • í' - -*s- . .I, .r. ..ntiil ^ , ,. i(*í,í' f'r ' ,f. *i:,v'j - ■! : ^■- *7-' w.4;^ ►r ,' .» % , *.• r. A iv,-ti