y W. PuBEscENS, R. Br., árboles que los tagalos llaman Lanete y que
son de medianas dimensiones, de madera fina de color blanco de hueso
Ó ceniciento, con manchas blancas y de textura suave y compacta. Em-
pléase con preferencia para la fabricacion de muebles,
12.—La familia AscLePIÁDEAs está representada por un crecido nú-
mero de especies de los géneros PERIPLOCA, SECAMONE, TOXOCARPUS, As-
CLEPIAS, CYNANCHUM, 'TYLOPHORA, MARSDENIA, PERGULARIA, HETEROS-
TEMMA , CENTROSTEMNA, HoYa y otros. La ASCLEPIAS CURASSAVICA, L.,
es una planta cuyo cultivo se ha extendido mucho en los jardines de
todos los países intertropicales; la PERGULARIA GLABRA, BL,, tambien se
cultiva en Filipinas para adorno, recibiendo el nombre de Mi! leguas, á
causa de la gran longitud que alcanzan sus tallos rastreros.
13.—El género FacrA4a, de la familia LOGANIÁCEAS, está represen-
tado en Filipinas por las especies llamadas F. scHoLARIs, BL., y F. PLU-
MERIFOLIA, D. C,, de las cuales la primera es un árbol de tercer órden y
de flores blancas, cuyo nombre específico se deriva del uso que los mu-
chachos hacen de sus hojas, grandes y correosas, para forrar sus carti-
390
llas. Al género lanAaTIa, de la misma familia, pertenecen las dos espe-
cies l. AMARA, L., é l. PHILIPPINICA, LoUuR, que tienen el aspecto de
arbustos trepadores y dan por fruto una baya semejante á un pepino,
cuyas almendras, de forma aovada irregular, se conocen con el nombre
de Habas de San Ignacio, y contienen estricnina como la nuez vómica.
En Filipinas se llaman tambien pepitas de Catbalonga. Constituyen un
medicamento estimado y que se considera muy eficaz contra el cólera.
Tambien se usan para curar las mordeduras de las víboras.
14,—Las plantas más comunes de la familia GENCIANÁCEAS son las
llamadas ExACUM ALBENS, BL.; COBAMBA DICHOTOMA, BL., y MENYANTHES
INDICA, L. Esta última es una planta acuática que se cria en muchas
lagunas, presentando un tallo que desde el fondo se prolonga hasta la
superficie del agua, sobre la cual aparecen las hojas, de cuarenta centí-
metros de diámetro, y las flores grandes y blancas. Los indios llaman á
esta planta Lauas.
15.—A la familia Gencianáceas sigue la de las HIDROFILÁCEAS,
cuyas especies son de escaso interés, y á continuacion viene la de las
BORRAGÍNEAs, en la cual hay varias dignas de mencion. Del género Cor=
DIA citaremos las especies arbóreas denominadas (. SUBCORDATA, LAM.,
y C. BanaLo, BL., árboles de medianas dimensiones, de los cuales el
primero da una madera de color ceniciento rojizo, con manchas verdo-
sas y textura compacta, que sirve para tablas y pisos, y el segundo la
presenta de un color negro sucio, olorosa y de fácil labra, sirviendo
para diversos artefactos. En algunos puntos de Visayas se hace uso de
las hojas de la CARMONA HETEROPHYLLA, SPRENG, en sustitucion de las de
té. Del género EHrerTIa se conocen principalmente las especies E. PHI-
LIPPINENSIS, D. C.; 6. POLYANTHA, D. C.; E. BLANCOI, D. C., y E. vIR-
GATA, BL. Esta última es arbórea, y su madera es dura y sirve para
arados. Las especies COLDENIA PROCUMBENS, LAM.; TOURNEFORTIA SAR=
MENTOSA, LAM.; HELIOTROPIUM PARVIVOFLORUM, BL.; H. INDICUM, L.; TrI-
CHODESMA INDIGUM, R. BR.; T. ZEYLANICUM, R. BR., y (YNOGLOSSUM MI-
CRANTHUM, DEsrF., que son las más frecuentes, juntamente con las ante-
riores, nada ofrecen de particular.
16.—Entre los ConvoLvuLÁceos hay muchas especies cultivadas, ya
como plantas de jardin, ya como productos agrícolas. Las denominadas
por los botánicos CONVOLVULUS COLUBRINUS, BL.; (. SPECIOSUS, L.; (.. PUR=
391
PUREUS, L., y CU. HDERACEUS, L., figuran entre las primeras, y entre
las segundas sobresalen el C. BaTATAs, L.; (. PANICULATUS, CHOIS, y
C. PENTAPHYLLA, L. Los tubérculos de estas últimas son conocidos con
el nombre de Camote, y sirven para la alimentacion de los indígenas en
muchas localidades. La planta se desarrolla en cuatro meses y se ex-
tiende por el suelo, cubriéndolo enteramente. Si la tierra está única-
mente dedicada al cultivo del camote, se deja que las plantas retoñen, y
como las raíces se extienden y dan brotes y tubérculos continuamente,
en todas épocas pueden irse desenterrando éstos para comerlos. Si, por
el contrario, alterna el cultivo del camote con el del arroz, tiene que
hacerse cada año una nueva plantación, cuyo producto suele ser siem-
pre más considerable que en el caso anterior, sobre todo si ha sido pre-
cedida de una buena escarda. Otras varias especies del mismo género,
tales como las llamadas C. NiL, L.; €. REPTANS, L.; CG. PES-CAPRA, L.;
O. MAXIMUS, BL.; (. DENTATUS, BL., y C. DESTILLATORIUS, BL., son tam-
bien muy frecuentes, pero no reciben aplicacion alguna. Las plantas del
género IPoMoA son bastante numerosas y difieren poco de las anteriores.
Las más conocidas son la Í. FILICAULIS, BLUM; I. TUBEROSA, L.; I. PEs-
TIGRIDIS, L.; 1. HEPATICIFOLIA, L.; J. PHILIPPINENSIS, CHOIS; Í. CYMOSA,
BLum; Í. aEMELLA, RoTH, é 1. RENIFORMIS, CHOIs. El extracto de otra
especie de esta familia, la CALYSTEGIA SEPIUM, KR. BR., se administra
como purgante.
17.—Una de las familias más interesantes de la flora filipina es la
de las SOLANÁCEAs, á la cual pertenecen el Tabaco y otras varias plan-
tas útiles. Del género SoLANUM se conocen varias especies, espontáneas
unas y cultivadas otras. La Patata, SOLANUM TUBEROSUM, L., se cultiva
con buen éxito en algunas localidades algo elevadas sobre el nivel del
mar, como, por ejemplo, en el distrito de Benguet. El Tomate, S. LICo-
PERSICUM, L., y la Berengena, S. MELOGENA, L., se cosechan en las
huertas. Otras especies del mismo género, como son las llamadas S. NI-
GRUM, L.; S. VERBASCIFOLIUM, L.; S, MAURITIANUM, BL.; S. COAGU-
LANS, BL.; S. SERRATUM, BL., y S. ZEYLANICUM, BL., son de porte va-
riado, y algunas de ellas dan frutos que los indios suelen comer, Las
especies PHISALIS PERUVIANA, L.; PH. PUBESCENS, L., y PH. ANGULATA, L.,
no son objeto de aprovechamiento. En las huertas se cultivan tambien
el Pimiento, CAPSICUM ANUUM, L., y C. LONGUM, D. C., encontrándose
392
espontáneas en muchas partes otras especies, á saber: el C. TETRAGO-
NUM, MiLL.; el €, CONOIDES, MiLL., y el C. minimum, BL. Este último,
que los indígenas denominan Pasitis 6 Chile, da un fruto rojo, delgado,
cónico y de 24 milímetros escasamente de largo. Su sabor es extraordi-
nariamente picante. Del género DATURA son bastante abundantes las
especies D. MeTEL, L., y D. FASTUOSA, L., que tienen virtudes medici-
nales, y en el género CEsTRUM figura la especie G. NOCTURNUM, MURRAY,
ó Dama de noche, cultivada en los jardines. Pero la más importante de
todas las SOLANÁCEAs es la planta del Tabaco, NicOoTIANA TABACUM, L.,
cuyo beneficio constituye una pingúe riqueza para el país. Oriunda de la
América meridional, en donde se cria espontáneamente, la planta del
tabaco llega á adquirir por medio del cultivo hasta dos metros de altura,
Su tallo es derecho, redondeado, compacto, ramoso en su parte superior;
las hojas, grandes y de forma variable á causa del cultivo, son en la es-
pecie tipo oblongo-lanceoladas acuminadas, muy enteras, sentadas,
abrazadoras y decurrentes; las flores son pediceladas, están acompaña-
das de una bráctea lineal lanceolada y son grandes y de buen aspecto.
Antes del descubrimiento de América, los indios hacian ya de las hojas
del tabaco un uso análogo al que tan general se ha hecho entre nosotros.
Sus sacerdotes aspiraban el humo de las mismas para adquirir una es-
pecie de embriaguez, durante la cual pronunciaban sus oráculos, y tanto
entre los hombres como entre las mujeres era bastante comun el uso de
los Tabacos, Ó sea de rollos largos de hojas, que encendian por un ex-
tremo y chupaban por el otro para saborear el humo. En 1518, Cristó-
bal Colon envió á Europa semilla de tabaco, y desde entónces comenzó
á cultivarse la planta, si bien durante largo tiempo fué considerada úni-
camente como medicinal. En 1560, Juan Nicot, á quien se refiere el
nombre sistemático dado á la planta, hallándose de embajador de Fran-
cia en Portugal, tuvo ocasion de apreciar las numerosas é importantes
propiedades del tabaco, y envió una cierta cantidad de él á la reina Ma-
ría de Médicis, lo zual lo puso en boga en Francia. Con tal motivo reci-
bió los nombres de hierba del Embajador, hierba de la Reina y hierba
medicinal. Por el mismo tiempo fué introducida en Italia, y su uso se
generalizó en breve. Al principio los europeos, siguiendo el ejemplo de
los indios, fumaban únicamente el tabaco; pero poco despues tuvieron
la idea de aspirarlo en polvo por la nariz, y este nuevo uso se hizo tan
o ES
393
habitual que llegó á rayar en la exageracion. A medida que el tabaco se
popularizaba en Europa, los gobiernos comenzaron á asustarse de los
progresos que hacía y de los perniciosos efectos que á su parecer debia
producir. En 1604, Jorge l, rey de Inglaterra, y en 1624 el Papa Ur-
bano VII, prohibieron su uso en sus Estados bajo cualquier forma, y
casi todos los demás gobiernos europeos siguieron su ejemplo. En Fran-
cia no sucedió lo mismo, pues se permitió la venta, y habiendo sabido
encontrar el Gobierno en este nuevo comercio una considerable fuente
de ingresos, el interés triunfó de los escrúpulos y poco á poco la prohi-
bicion fué desapareciendo de toda la Europa. Desde aquel momento el
uso del tabaco se propagó rápidamente, y sabido es que su consumo al-
canza de uno ó dos siglos á esta parte á una cifra fabulosa.
En Filipinas el cultivo del tabaco fué introducido poco despues de la
conquista española por los misioneros, que llevaron plantas ó semillas
procedentes de Méjico, verificándose su desarrollo con rapidez en razon
á las excelentes condiciones del suelo y del clima y á la extraordinaria
aficion que al uso de la planta demostraron los indígenas. El cultivo de
que se trata era, pues, muy general ántes de que se convirtiese en ver-
dadero monopolio por parte del Gobierno; así es que en 1781, cuando
esto último tuvo lugar, el gobernador de las Islas, D. José de Basco y
Vargas, tuvo que desplegar gran energía para llevar á cabo la árdua
empresa del estanco. Esta medida, verdaderamente salvadora en aque-
llas circunstancias, puesto que permitió á las Islas subsistir sin el situado
que recibian de Méjico para atender á sus necesidades, ha sido en cam-
bio la causa más eficaz para la decadencia y abatimiento de un cultivo
que hubiera podido ser orígen de incalculable prosperidad. Abolido ya
el monopolio que el Gobierno ejercia, es de esperar que el libre cultivo y
comercio del tabaco se convierta en breve en abundante manantial de
riqueza y bienestar para Filipinas.
El tabaco que en las Islas se cultiva procede, como hemos dicho, de
- Méjico, y es opinion general entre las personas competentes que por su
excelente calidad no debiera tener más rival que el de la Vuelta de
Abajo de la isla de Cuba, y ningun competidor en los mercados de Asia
y Oceanía por desmerecer el habano en tan larga travesía. Las provin-
cias tabacaleras por excelencia son hoy en Filipinas las de Cagayán,
Isabela de Luzón y Nueva Écija. El tabaco de esta última provincia,
50
394
conocido con el nombre de tabaco de Gapán, es de color algo más oscuro
que el de las primeras y tambien de mayor fortaleza, siendo el que los
indígenas usan con preferencia. En el de Cagayán y la Isabela se dis-
tinguen dos variedades, una de hoja acorazonada, procedente de la se-
milla traida antiguamente de Méjico, y otra de hoja en forma de espada,
importada en época no muy remota de los Estados-Unidos. Los cultiva-
dores más inteligentes aseguran que las hojas de la primera variedad
son de calidad superior á las de la segunda, aventajándolas tambien en
que no se agorgojan tan fácilmente. En cambio las plantas procedentes
de la semilla de la segunda variedad presentan mayor número de hojas
y de mayor longitud. Como el aforo se ha hecho siempre por los em-
pleados del Gobierno, tomando únicamente en cuenta esta última cir-
cunstancia, no es extraño que se haya propagado mucho el tabaco de
hoja de espada, con el cual los cultivadores podian obtener mayor be-
neficio, aunque su calidad no fuese tan superior. He aquí, pues, cómo la
adopcion de una base errónea para el aforo por la Administracion ha
contribuido á la decadencia del producto. Dentro de las dos variedades
indicadas establecen los prácticos algunas subvariedades, que se fundan
en la mayor ó menor anchura de la hoja y en su coloracion. Las más
estimadas entre los indígenas son las llamadas romero y mariquina, de
la variedad de hoja de corazon, que dan un tabaco muy aromático y
fuerte. Cualquiera que sea la variedad que se examine, se observa que
todas las partes de la planta, y sobre todo las hojas, exhalan un olor
fuerte, viroso y desagradable, que se modifica más tarde por medio de
la fermentacion, convirtiéndose en el olor propio del tabaco preparado,
bien conocido de todo el mundo. Ese olor que despide la planta verde,
más fuerte que el de otras muchas plantas de la misma familia y áun
del mismo género, debe ser considerado como una indicacion de los
principios activos y enérgicos que entran en la composicion química de
aquella. A pesar de los trabajos de muchos químicos, esos principios no
son todavía bien conocidos. El más importante de todos es la Nicotina,
sustancia muy enérgica, que determina en poco tiempo el envenena-
miento de los animales, pero cuya actividad está considerablemente de-
bilitada en la planta misma por su mezcla con otras sustancias ménos
activas Ó enteramente inactivas y por el agua de vegetacion. La Nico-
z
tina se obtiene por la destilacion de la esencia del tabaco, ó sea de la
A
Fr
"lui
E Ñ
395
Nicociana con la potasa. Además de la Nicotina, se encuentran en el
tabaco algunos ácidos, tales como el ácido málico, y particularmente el
ácido nicótico, que, segun Barral, se presenta bajo la forma de láminas
micáceas solubles en el agua. El estudio químico ha demostrado tambien
que la planta del tabaco es la que produce mayor cantidad de cenizas,
las cuales se encuentran en proporcion diversa en las diferentes partes
de la misma; que entre las plantas hasta el dia analizadas es tambien la
que contiene mayor cantidad de ázoe; que sus raíces encierran una por-
cion considerable de sílice, y por fin, que en las semillas existe un aceite
craso é incoloro.
18.—CQuenta la familia EscRoruULARÍNEAS con muchos representantes
de los géneros STEMODIA, LIMNOPHILA, GRRATIOLA, DOPATRIUM, ÁRTANEMA,
CURANGA, LEGASPIA, VANDELLIA, TORENIA, ILYSANTHES, BONNAYA, SGO-=
PARIA, STRIGA y CENTRANTHERA. Todas son, sin embargo, plantas poco
notables y que no reciben aplicacion más que por las cualidades medici-
nales que algunas poseen. Las especies TORENIA EDENTULA, GRIFF., y
T. ASIÁTICA, L., son las únicas que se cultivan por sus flores elegantes,
cuya corola forma dos labios, de los cuales el superior es bífido y el in-
ferior trifido, con las divisiones planas.
19.—Las OROBÁNQUEAs son bastante escasas en Filipinas. Las espe-
cies más conocidas son las llamadas AEGINETIA ÍNDICA, ROXB., y A. AB-
BREVIATA, HAMILT., arbustos de hojas opuestas ó verticiladas agudas,
pecioladas y flores purpúreas ó anaranjadas, colocadas sobre pedúnculos
terminales, trifloros ó tricotomos.
20.—Entre las GESNERÁCEAS figuran tres plantas herbáceas, propias
de los terrenos aguanosos, que pertenecen al género CYRTANDRA, Todas
ellas carecen de importancia.
21.—Más interesante que las tres precedentes es la familia BiéNo-
NIÁCEAS. La BIGNONIA HORTENSIS, L., se cultiva en los jardines por sus
hermosas flores. La B. QUADRIPINNATA, BL, se hace un árbol de cinco á
seis metros de altura, con las flores moradas, al cual los indios denomi-
nan Pincapincahan, utilizando su madera, rojo clara y de textura sólida,
para balsas. La SPATHODEA LUZÓNICA, BL., Ó Tué, es tambien arbórea y
su madera sirve para zuecos. La de la MILLINGTONIA PINNATA, BL., es
amarilla con manchas más fuertes, ó rojiza y de textura bastante sólida,
sirviendo para tablazon. Finalmente, la de Baticulim, MILLIGTONIA QUA-
396
DRIPPINATA, BL., de color blanco amarillento 6 verdoso y de textura
floja, adquiere buen pulimento y es de fácil labra, empleándose, lo mis-
mo que la anterior, en tablas, en las construcciones civiles.
22.—La familia ACANTÁCEAS está representada en Filipinas por un
crecido número de especies de los géneros THUNBERGIA, ELYTRARIA,
RuELLIa, HYGROPHILA, ÁCANTHUS, BARRELIERA, G'YMNOSTACHYUM, LEPI-
DOGATHIS, JUSTICIA, ADHATODA, BUNGIA, PERIOTROPHE, HYPOESTES y otros.
Pocas son, sin embargo, las que debemos mencionar. La THUNBERGIA
GRANDIFLORA, ROXB., que se distingue por sus grandes flores azules; la
BARRELIERA CRISTATA, BL., Ó Flor de campana, arbusto que las presenta
de color violado; la Justicia EcBoLIUM, L., y la JUSTICIA PICTA, L., ar-
bolitos que tienen las hojas de color morado, uniforme el primero, y del
mismo color, con una mancha blanca en el centro, el segundo, por lo
cual los indígenas les llaman respectivamente Moradong y Moradong
maputi, se cultivan en los jardines. La especie ACANTHUS ILICIFOLIUS, L.,
ó Dilivario, propia de los terrenos en que penetra el agua salada, pro-
duce una ceniza muy buena para hacer jabon. Algunas otras especies de
los restantes géneros poseen virtudes medicinales.
23.—Escasas son las especies de la familia PeDALÍNEAS hasta ahora
conocidas; mas entre ellas figura el Sésamo ó ajonjolí, SESAMUM INDI-
cum, D. C., ó Limgá de los tagalos, que ofrece grande interés y tiene una
considerable importancia como planta oleaginosa. Procedente de las In-
dias orientales, su cultivo se ha propagado por todo el Oriente y por
Egipto, las Antillas y demás países cálidos de América. La semilla con-
tiene una cantidad considerable de aceite fijo, de sabor dulce y que
tarda mucho en enranciarse, comparable bajo todos conceptos al aceite
de olivas y áun preferido á éste por los orientales. Estos últimos hacen
de él un gran consumo para todos los usos domésticos. Dicho aceite es
tambien excelente para la saponificacion, y por esta causa es objeto de
un comercio importante entre Europa y el Egipto y países de Oriente.
Las tortas que resultan despues de la extraccion del aceite se emplean
en Inglaterra como abono de las tierras y como alimento muy eficaz
para el engorde de los ganados.
24.—Las especies de la familia VERBENÁCEAS son bastante numero-
sas, existiendo entre ellas algunas que tienen grande importancia. Del
género LANTANA se cultivan en los jardines las especies L. PURPÚ-
397
REA, HOoRN., y L. MIXTA, L., arbustos de los cuales el último se encuen-
tra tambien espontáneo. Los géneros VERBENA y CALLICARPA están re-
presentados por varias especies. La V. CHAMEDRIFOLIA, Juss., suele cul-
tivarse como planta de adorno. Pertenecen tambien á esta familia varias
especies de los géneros PREMNA, GrMELINA, CLERODENDRON, VOLKAMERIA,
LrirTs BA y ÁVICENNIA. La PREMNA ODORATA, BL., recibe por parte de los:
indígenas, que la conocen con el nombre de A lagao, las mismas aplica-
ciones que el sauco. La GMELINA ASIATICA, L., es arbórea y sus flores
son amarillas, dando un fruto parecido á una pequeña manzana y muy
oloroso. Los indios le llaman Bagalobó.. La VOLKAMERIA sP., Ó Baganac;
la V. CAsOPANGUIL, BL., Ó Casopangil, y la V. GRANDIFLORA, BL., Ó Ma-
lopotocan, tienen propiedades medicinales, siendo además notable la se-
gunda por sus abundantés flores encarnadas. La AvICENNIA TOMEN-
TOSA, BL., es un árbol que se cria en los manglares y que da cenizas
muy buenas para hacer jabon; pero para esto es preciso emplear aceite
de maní, En algunas localidades de las islas de Cebú y Negros se ven
pequeños grupos de árboles de la especie TEcTONA GRANDIS, L., que al
parecer son restos de plantaciones hechas con objeto de propagar en el
Archipiélago esta especie arbórea que tanta estima goza en la India in-
glesa, Ceylan y Java. Este árbol, que en el Indostan llaman Teck y en
Visayas Ticla, llega á hacerse de extraordinarias dimensiones y es céle-
bre por las cualidades que le distinguen. Los ingleses han reconocido
que aventaja mucho á todos los demás para las construcciones navales.
Su madera es muy fuerte y su duracion muy superior á la del mejor
roble; así, pues, es muy buscada para dicho objeto. Recibe además otras
aplicaciones; el cocimiento de la misma se aplica por los malayos con-
tra el cólera; las flores son diuréticas, las hojas astringentes, y sirven
tambien para teñir de encarnado. En Madrás se cultiva el Teck como
árbol de adorno. En Mindanao se encuentra otra especie del mismo gé-
nero, la T. HAMILTONIANA, SHAUER, cuyas cualidades no han sido estu-
diadas todavía. No ménos apreciadas que lo es la Teca en la India in-
glesa, lo son en Filipinas varias especies del género VITEX, y especial-
mente la llamada VITEX GENICULATA, BL., que se conoce en el país con
el nombre de Molavin. La madera de este árbol, que llega hasta ca-
torce metros de altura, es preferida á todas las demás de las Islas para
toda clase de construcciones, y realmente no tiene igual, pues resiste
398
mucho, tanto á la intemperie, como debajo del agua ó entre cal. Su
color es amarillo, amarillento-verdoso ó ceniciento y su textura com-
pacta. Las especies V. LATIFOLIA, BL., y V. ALTISSIMA, L., difieren poco
de la anterior y reciben la misma aplicacion. Las denominadas V. TRI-
FOLIA, L.; V. NEGUNDO, L., y V. HETEROPHYLLA, ROXB., son de menores
proporciones y de más escasa importancia.
29.—Las LABIADAs, última familia de las Dicotiledóneas gamopétalas,
son plantas generalmente herbáceas, cuyas partes verdes, sobre todo las
hojas, están cubiertas de un gran número de depósitos de aceites esen-
ciales, á los cuales deben su olor aromático. En Filipinas suelen culti-
varse en los jardines el Orégano, COLEUS AROMATICUS, BENTH.; la Mayana,
O. GRANDIFOLIUS, BL.; la Malamayana, C. PuMILUS, BL., y las especies
denominadas (. SUGANDA, BL., y (. SCUTELLEROIDES, BENTH., así como el
romero, RosMARINUS OFFICINALIS, L. Espontáneas se encuentran la SAL-
VIA VIOLACEA, BL.; la MENTHA AURICULARIS, BL., y otras varias especies
de los géneros OcimumM, MARRUBIUM, PYCNANTHEMUM, PHLOMIS, LEONURUS,
LEUCAS y GOMPHOSTEMMA.
CAPÍTULO IV
DICOTILEDÓNEAS APÉTALAS.
1. Caracteres distintivos.—2. Myristicáceas.—8. LorAawNTACEAS.—4. PLANTAGÍNEAS y NicraGi-
NEAS.—)9. POLIGÓNEAS. —6. CHENOPODIACEAS.—7. AMARANTÁCEAS.—S. MoLucinEas, ProTEÁ-
CEAS y TIMELÁCEAS.—9. SANTALÁCEAS, ELEÁGNEAS, HERNANDIAÁCEAS y LaurAcras.—10. Cu-
PULÍFERAsS. —11. JuoLAwDEaAs.—12. UrricAceas.—13. CAsuARiNFAs. —14. EurorBIACEAS.—
15. NeresTACEAS.—16. ARISTOLOQUIEAS, StockHOUSSIAÁCEAS y P1PERACEAS.—17. SALICÍNEAS
y GxNeTÁCEAS.—18. ConirerAs.—19. RArFrLEXIACEAS.—20. BALANOFORÁCEAS, CLORANTÁCEAS,
PonEsTOMÁCEAS y CRIPTERONIACEAS.
1.—Comprenden los botánicos en la clase denominada de las Dico-
TILEDÓNEAS APÉTALAS todas aquellas plantas que presentando raíz, tallo
y hojas, flores distinguibles y tejidos formados por celdillas y vasos,
Ó lo que es lo mismo, siendo FANERÓGAMAS y teniendo un embrion con
más de un apéndice lateral, como las incluidas en las dos clases ante-
riores, ostentan flores que carecen de pétalos.
2.—La primera familia de esta importante clase es la de las Myris-
TICÁCEAS, representada en Filipinas por muchas especies del género My-
RISTICA, entre las cuales ocupa un lugar preferente la M. FRAGANs, HOUTT.,
que produce la Vuez moscada. Este árbol, que proporciona uno de los
más valiosos productos en las posesiones holandesas, alcanza de 10 á 13
metros de altura, presentando el tronco recubierto de una corteza poco
gruesa, negruzca y ligeramente punteada por el exterior, de la cual
fluye por incision un jugo rojizo que se coagula al contacto del aire, to-
mando un color de sangre negruzco. El fruto es péndulo, de la magni-
tud de un pequeño albérchigo, obovoide, adelgazado en la base en un
corto pedúnculo, marcado de cada lado con un surco longitudinal, casi
lampiño, verde pálido al principio y despues amarillento, el cual cuando
está maduro se abre en dos valvas desde el ápice hasta la base, dejando
400
ver por la abertura la almendra, vulgarmente conocida con el nombre
de Nuez moscada, recubierta por su corteza. La almendra en sí misma
es ovoide y está marcada en su superficie por surcos reticulados que
corresponden á las ramificaciones de la corteza. Su cubierta testácea es
dura, ósea, frágil, de color pardo castaño. El árbol comienza á dar fruto
á los cinco ó seis años; pero sus productos son escasos al principio. La
madurez del fruto se conoce en el color rojizo del pericarpio, que co-
mienza al propio tiempo á abrirse. El aprovechamiento en las posesiones
holandesas se verifica de la manera siguiente: los operarios suben á los
árboles, cogen los frutos y los dejan caer al suelo; en tanto que otros los
abren inmediatamente y separan la semilla, desechando el pericarpio. Se
desprende en seguida la corteza de aquélla y se expone al sol durante unos
dias para que se seque bien; mojándola despues con agua para evitar
que se rompa en pedazos, se la introduce en sacos, en donde se la prensa
fuertemente para exportarla. En cuanto á las nueces, despues de haber-
las despojado así de su corteza, se las pone al sol todos los dias, teniendo
cuidado de retirarlas durante la noche, despues de lo cual se las acaba
de secar al humo durante tres 6 cuatro semanas; se rompe en seguida
su cáscara para sacar la almendra, la cual se sumerge en agua de cal
para preservarla de la descomposicion. De esta manera se transporta á
Europa para entregarla al comercio. La nuez moscada y su cubierta
contienen dos aceites, de los cuales el uno es fijo, amarillo, de un olor
agradable y de la consistencia del sebo, y el otro volátil y escaso. El
sabor de la almendra es comparable al de la canela y del clavo, aromá-
tico, cálido y como de pimienta; los fragmentos de la misma se desha-
cen en la boca, dejando una impresion muy persistente, miéntras que los
de la cubierta no hacen más que reblandecerse sin deshacerse. La nuez
moscada goza propiedades tónicas excitantes que, unidas á su sabor aro-
mático, hacen de ella uno de los condimentos más comunes y estimados.
En los climas cálidos entra en la mayor parte de los guisos y hasta en
las bebidas. Desempeña tambien un papel importante en la medicina
india. En Europa, áun cuando se emplea en algunas preparaciones far-
macéuticas, sirve principalmente como condimento, especialmente en
Inglaterra, Holanda y Alemania. Las demás especies congéneres más
conocidas en Filipinas son las llamadas M. INERS, BL.; M. sIMIA-
RUM, D. C.; M. BRACTEATA, Ho0kK.; M. GUALTERL£FOLIA, D. C.; M. PANI-
|
401
CULATA, D. C.; M. LAVIGATA, BLUM.; M. ARDISIAFOLIA, D. C.; M. CORTI-
cosa, Hook; M. LUZONICA, BL., y M. MACROCARPA, BL,
3.—Las LORANTÁCEAs son casi todas arbustos parásitos que viven so-
bre el tronco de otros vegetales arbóreos. Las especies más comunes en
Filipinas son las denominadas LORANTHUS LUZONENSIS, PRESL.; L. PAUCI-
FLORUS, BL.; DENDROPHTOE PHILIPPENSIS, CHAM.; D. HAENKEANUS, PRESL.;
D. MALIFOLIA, PRESL.; VISCUM CAPENSE, LLAN., y V. PHILIPPINENSE, LLAN.
4.—Las familias PLANTAGÍNEAS y NICTAGÍNEAS ofrecen poco interés.
En la segunda figura el árbol denominado Coles Maluco, CORDIA OLITO-
RIA, BL., y la planta herbácea MIRABILIS LONGIFLORA, BL., Ó Guilalas,
que se cultivan en los jardines.
5.—Las POLIGONÁCEAs están representadas casi únicamente por va-
rias especies del género PoLYGoNuM, que no ofrecen más particularidad
que la de sus virtudes medicinales.
6.—Entre las CHENOPODIÁCEAS tampoco hay especies interesantes.
La BASELLA LUCIDA, L., produce unas bayas que dan un tinte morado.
7.—Aunque bastante numerosas, las especies de la familia AMARAN-
TÁCEAS carecen de propiedades notables. Con el nombre de Palongpa-
longan se cultiva en los jardines la CELOSIA COCCINEA, L. Tambien se
suele ver en ellos la GOMPHRENA GLOBOSA, L., á la cual denominan los
tagalos Buguingan. El Quilites, AMARANTHUS SPINOSUS, L., produce una
ceniza, con la cual se forma una lejía muy buena para el tinte encar-
nado del algodon. Las hojas del A. MANGOSTANUS, BL., son encarnadas,
tirando á morado, y se comen cocidas. Son muy comunes, además de
las anteriores, varias otras Amarantáceas de los géneros DEERINGIA,
CHAMISSOA, EUXOLUS, PSILOTRICHUM, ÁERVA, ACHYRANTHES, PUPALIA y
ALTERNANTHERA.
8.—+Escaso es el interés que ofrecen las plantas de las familias Mo-
LUGÍNEAS, PROTEÁCEAS y TIMELÁCEAS. La denominada Malagoso, MoLUGO
SUBSERRATA, BL., perteneciente á la primera, suele comerse cocida, y la
CANSIERA GROSSULARIOIDES, BL., de la última, se hace un árbol de me-
diana altura, que los indios designan con el nombre de Cabogbog, em-
pleando su leño en la fabricacion de carbon para las fraguas.
9.—Las familias SANTALÁCEAS, ELEÁGNEAS y HERNANDIÁCEAS NO
contienen especies filipinas dignas de mencion, y las que figuran en la
de las LAURÁCEAS son á su vez muy escasas, Sin embargo, de esta
51
402
última citaremos el LAURUSs CULIBABAN, BL., árbol cuya corteza tiene
un fuerte olor á alcanfor y recibe aplicaciones medicinales, y sobre
todo el L. CrisnamomuM, L., ó árbol de la Canela, que, segun se dice,
existe en algunos bosques de Mindanao. La canela procede de la
corteza de las ramas despojadas de su epidermis, y es una sustancia
aromática de mucho uso, pues se emplea para la preparacion de una
infinidad de guisos, de licores, en perfumería, y por último en medi-
cina. Sus propiedades medicinales son debidas principalmente al aceite
esencial que contiene. Se la aplica, no sólo al natural, sino tambien
transformándola en tintura alcohólica y en líquido destilado. En los paí-
ses en que se cosecha, se prepara con los desperdicios que quedan, des-
pues del escogido, un aceite de un color blanco amarillento, muy esti-
mado y de alto precio, que sirve especialmente para aromatizar diversas
sustancias. Finalmente, las ramas gruesas y las raíces del canelero con-
tienen una gran cantidad de alcanfor, que puede extraerse, dando á este
árbol nuevo valor. Existen en Filipinas otras muchas especies del mis-
mo género, pero todas carecen de interés. La lenominada LAURUS PER-
SEA, L., da el fruto que en América llaman Ahuacate, el cual es grande,
piriforme, alargado, largamente pedunculado, con una corteza delgada,
pero resistente, verde ó violada, debajo de la cual hay una pulpa abun-
dante, de un sabor particular, que goza de gran estima entre los ame-
ricanos; pero que los europeos suelen encontrar desabrida, por lo cual
se ven precisados á ponerle azúcar, limon ó sustancias aromáticas.
10.—La familia CuPuLÍFERAs, que comprende los robles y encinas
de Europa, está representada por las especies del género QUERCUS,
denominadas Q. PRUINOSA, BLUM.; Q. LLANosít, D. G.; Q. ovaLís, BL.;
Q. BLancoí, D. C.; Q. PHILIPPINENSIS, D, C.; Q. JORDANA, LAG., y
Q. COOPERTA, BL. Son árboles todavía poco conocidos y no se sabe si su
madera tendrá buenas cualidades para construccion. Los tagalos desig-
nan con el nombre de Talacatac otro árbol, al cual el P. Blanco ha dado
el nombre sistemático de FAGUS PHILIPPINENSIS, y que es parecido al
verdadero castaño, si bien sus frutos son mucho más pequeños y de
sabor ménos dulce.
11.—Pertenecen á la familia JuaLANDEAS un corto número de espe-
cies filipinas que, aunque son arbóreas, no reciben aplicacion alguna.
12.—En la de las UrTICÁCEAS figuran varias especies del género
403
BOEHMERIA, de las cuales la más notable es la B. Nfvea Hook ET ARU.,
llamada en tagalo Amirai. Esta planta, que se cultiva bastante en
China, encuéntrase en las islas Batanes y Norte de Luzón. Su corteza
fibrosa puede beneficiarse como el cáñamo, obteniéndose filamentos sus-
ceptibles de análoga aplicacion á los de este último. La URTICA ARBORES-=
CENS, BL., Ó Dalondt, es tambien textil. Las demás especies conocidas
de los géneros indicados y de los llamados LAPORTEA, DORSTENIA, ELA-
TOSTEMA, LEUCOSYKE y otros, son poco interesantes, En el género ArTo-
CARPUS figuran varias especies muy conocidas. El Antipolo, ARTOCARPUS
INCISA, L., es un árbol de primera magnitud, de madera amarillenta por
lo comun y de textura estoposa, que sirve para canoas, y en tablas para
pisos y otras obras interiores de los edificios; el A. ovATaA, BL., y el
A. LAMELLOSA, BL., que indistintamente reciben el nombre vulgar de
Anobing, dan una madera más dura, la cual, enterrada en el suelo, se
conserva por mucho años, por lo cual suele emplearse para pilotes ó
harigues de las casas; el Dalangían, A. CAMANSI, BL., produce un fruto
de gran tamaño, dentro del cual hay unas semillas grandes como bello-
tas, que se comen crudas y cocidas, siendo su sabor parecido al de la
castaña; el Rimo, A. Rima, BL., da tambien un fruto que se emplea
para dulce, y el del A. INTEGRIFOLIA, L., Ó Nangca, que suele cultivarse en
las huertas, es de volúmen extraordinario, ligeramente dulce, pero muy
indigesto Siguen á las especies enumeradas otras varias de los géneros
CALIUS, CONOCEPHALUS, CUDRANUS, ANTIARIS, MALAISIA, BROUSSONETIA,
UkomMORUS y FATONIA, que no nos detendremos á detallar, pasando á la
denominada Morus ALBA, L., Ó Morera, importada de China. Segun el
P. Blanco, la primera semilla de este árbol, bien conocido por la apli-
cacion que de sus hojas se hace á la alimentacion del gusano de la seda,
fué remitida de dicho país en 1780 por el P. Manuel Galiana, misionero
Agustino en el mismo, siendo la Sociedad Económica la que promovió
la cria de gusanos y el beneficio de la seda. «La Sociedad, dice por su
parte el Sr. Comyn, dió en efecto el primer impulso á tan laudable pro-
yecto, y el Gobernador de las Islas, D. José Basco, deseoso de realizarlo,
comisionó al coronel D. Carlos Conely á la provincia de Camarines con
este objeto. Este celoso alcalde mayor plantó por los años de 1786, 1787
y 1788, 4.485.782 piés de morera en el término de los treinta pueblos
de su jurisdiccion, y son incalculables los felices resultados que se ha-
404
brian seguido de plan tan vasto y principiado con tanto vigor si hubiese
podido continuarse con igual teson por su sucesor y no hubiese sido de
una vez destruida la obra por la equivocada humanidad con que se pro-
cedió poco despues de la partida del Sr. Basco, exonerándose al indio
de ser aplicado á cultivo alguno que no fuese plenamente espontáneo,
en conformidad, segun se pretendia, con el espíritu general de nuestra
legislacion indiana. A providencia tan funesta se siguió, como era na-
tural, el total abandono de este ramo, y por más esfuerzos que se hicie-
ron sucesivamente por la Real Compañía para su restauracion, tanto
en Camarines como en la provincia de Tondo, fué todo en vano, con-
curriendo tambien varios contratiempos á desalentar áun á este Cuerpo
en la prosecucion de sus tentativas parciales.» Hoy dia no queda vesti-
gio alguno de la indicada industria. A la familia de que nos ocupamos
pertenece tambien el género Ficus, que cuenta en el país con gran nú-
mero de representantes. El Balefe, Ficus ÍNDICA, BL., es un árbol que
adquiere colosales dimensiones, presentando numerosas raíces aéreas,
unidas y entrelazadas, hasta una altura bastante considerable. Sus fru=
tos, del tamaño de una bellota, penden del tronco y de las ramas en
largos racimos, y la parte interior de la corteza, que es de tejido com-
pacto y resistente, sirve á los negritos para cubrir su desnudez. La Pa-
paya, F. PAPAYA, BL., muy afine y semejante á la especie anterior, da
un fruto parecido á un melon por su figura, pero poco estimado por ser
insípido. El Lagnob, F. LACCIFERA, BL., proporciona, segun el P. Blan-
co, la laca, materia colorante encarnada, elaborada al construir sus
nidos por un insecto perteneciente al gcupo de los Coccinelídeos; mas la
verdadera laca es una resina que exudan las ramas del CROTON LACCIFE-
RUM y otros árboles de la India, á consecuencia de las picaduras de un
insecto hemíptero denominado Coccus LACCA. Las especies F. HISPIDO-
ODORATA, BL., Ó Agos-0s; F. HISPIDA, BL., Ó /s-1s; F. HETEROPHY-
LLA, BL.; F. LAURIFOLIA, BL., 6 Hahwili; F. GLOMERATA, BL., 6 Tibig na
lalaquí; F. LaviGATa, BL., Ó6 Tangisang bayauac; F. ARGENTEA, BL.;
F. PSEUDO-PALMA, BL.; F. ROSTRATA, BL.; F. ÁSPERA, BL.; F. SCA-
BRA, BL., y F. NEPALENSIS, BL., proporcionan, ya materias tintóreas,
ya sustancias medicinales, más ó ménos eficaces y apreciadas. Por últi-
mo, á la familia URTICACEAS pertenecen tambien, el almez de Filipinas ó
Malaitmo, CELTÍS PHILIPPINENSIS, BL., cuya madera es bastante estimada
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405
y recibe varias aplicaciones por ser blanca, limpia y bastante dura, y el
Hanarion, C. LIMA, L., árbol con cuya corteza frotan los pescadores las
cuerdas de los anzuelos, las cuales quedan de este modo teñidas de en-
carnado oscuro, resbaladizas é impermeables.
13.—De la familia CASUARÍNEAS no se conoce hasta ahora en Fili-
pinas más que una sola especie, la CASUARINA EQUISETIFOLIA, FORST., que
los tagalos llaman Agoho. Las Casuarinas tienen su centro geográfico
en la Nueva Holanda, extendiéndose hasta la India, el archipiélago in-
diano y la Oceanía, países en donde son ya mucho más raras. La espe-
cie existente en Filipinas se confunde á primera vista con los pinos, y
como todas las del mismo género tiene las ramas y ramillas nudoso-
articuladas y sin hojas, pues las que parecen tales son vainas que en-
vuelven el tallo, presentando el aspecto de las agujas de las coníferas.
Llega á adquirir una altura considerable, y su madera, dura y resisten-
te, es á propósito para las construcciones navales. Su corteza tiene pro-
piedades ligeramente astringentes.
14.—A pesar de ser muy crecido el número de especies que abraza
la familia EUurFORBIÁCEAS, pocas son las que merecen nuestra atencion.
Una de las más importantes es el Lumbán, ALEURITES TRILOBA, BL.,
árbol de tercera magnitud, cuyo fruto produce un aceite que sirve
para las luces y para calafatear embarcaciones, y es excelente para
la pintura. Las tortas que quedan despues de prensado el fruto, se
emplean generalmente como abono de las plantaciones de buyo 6
betel. Otra especie del mismo género es el A. SAPONARIA, BL., que se
llama en tagalo Bolocanad, empleándose su fruto en la fabricacion
de jabon. Del género CroToN se cultiva en los jardines, con el nombre
de Buenavista, la especie OROTON VARIEGATUS, L. El Ricimo, RICINUS
COMMUNIS, MULL., de cuyas semillas se saca el aceite de ricino, tan apre-
ciado en medicina, es designado por los tagalos con el nombre de Tan-
gantangan. Por último, el género JaTROPHA está representado por tres
especies, la J. Maxtor, L.; la J. Curcas, L., y la J. MULTIFIDA, L. La
primera, denominada en el país Camoting cahoy, es de grande utilidad
por sus raíces, que los indios comen, y en América, en donde tambien
existe esta planta, sirven para extraer la fécula denominada tapioca,
Dichas raíces adquieren un volúmen considerable, y cuando están toda-
vía frescas contienen un jugo lechoso que es venenoso; pero la sustan-
406
cia que le comunica las propiedades deletéreas es muy volátil, pues des-
aparece por la coccion ó la simple exposiciorr al aire durante veinti-
cuatro horas, dejando el residuo del jugo lechoso completamente inofen-
sivo. Por el contrario, destilando ese mismo jugo lechoso cuando está
fresco, se obtiene un líquido extremadamente venenoso, hastando apli-
car algunas gotas del mismo á la lengua de un perro para que muera en
pocos minutos. Para servirse de la raíz del Camoting cahoy como ali-
mento, es preciso lavarla, pelarla, rasparla y someterla á una presion
bastante fuerte para hacer salir el jugo; la materia que queda despues de
estas operaciones es la harina de tapioca. En seguida que se saca de la
prensa, se la hace secar sobre una plancha caliente, removiéndola con-
tinuamente. La fécula de tapioca es muy nutritiva, pues se asegura
que medio kilógramo diario basta para la alimentacion de un hombre; su
color es blanco, algo amarillento; su sabor es dulce y empalagoso, y su
consistencia un poco granuda. En medicina es apreciada por ser de fácil
digestion. Las semillas de la J. Curcas, L., llamada por los tagalos
Tuba, son de gran actividad y obran como un violento purgante cuando
se toman en pequeña dosis; en mayor cantidad son venenosas. Las de-
más especies del mismo género tienen propiedades análogas. La J. MUL-
TIFIDA, L., se cultiva en algunas huertas, y produce frutos que en otros
países se denominan avellanas purgantes, las cuales, muy usadas anti-
guamente en medicina, se han abandonado ya casi del todo por los ac-
cidentes desgraciados que con frecuencia producian. Las restantes espe-
cies de la familia EUFORBIÁCEAS que se encuentran en Filipinas, cor-
responden en su mayor parte á los géneros EUPHORBIA, ÁNTIDESMA,
PHYLLANTHUS, C1CCA, KIRGANELLIA, BREYNIA, BACCAUREA, ÁPOROSA,
BISCHOFFIA, CUYCLOSTEMON, CLUTIA, BRIDELIA, CLAOXYLON, ACALYPHA,
ALCHORNEA, ÁDELIA, MALLOTUS, MACARANGA, LUMANAJA, 'TRIGONOSTE=
MON, CARUMBIUM y EXCECARIA.
15.—Las únicas especies de la familia NEPENTÁCEAS hasta ahora en-
contradas en Filipinas son las denominadas NEPENTHES ALATA, BL.;
N. VENTRICOSA, BL., y N. BLANcOI, BLUM., notables por la forma de sus
hojas y por pertenecer á cierto grupo de plantas que han sido denomina-
das cazadores vegetales 6 plantas carnívoras. El género NEPENTHES Se
compone de más de treinta especies de plantas trepadoras, que son casi
arbustos y que vegetan en las partes más cálidas del Archipiélago asiático,
407
desde Borneo hasta Ceylán, llegando por el E. hasta Nueva Caledonia y
la Australia tropical y por O. hasta las islas Seychelles, junto á la costa
de África. Estas plantas se distinguen por llevar en sus tallos verda-
deros jarros ó urnas, cuya forma y disposicion exterior varía mucho,
así como tambien sus dimensiones, pues miéntras las hay que no miden |
más que dos centímetros de altura, se encuentran otras que alcanzan
hasta veintiocho, y áun existe una de estas plantas, originaria de Bor-
neo, cuyas urnas son de cuarenta centímetros, comprendiendo el opérculo
Ó tapadera. La forma de dichas urnas, aunque algo variable, como he-
mos dicho, viene en general á ser semejante á la de las especies existen-
tes en Filipinas. Estas últimas presentan sus ramos cubiertos de hojas
apiñadas, que corren por el peciolo acanalado y son lanceoladas, tiesas
y muy lampiñas. Su nervio central se prolonga en un largo filamento
que se dobla primero hacia abajo y se dirige despues hacia arriba, sos-
teniendo una jarrita ó vinajera que puede cerrarse herméticamente por
medio de un opérculo ó tapadera, que tiene al efecto su gozne corres-
pondiente. Los bordes de la abertura de la urna están reforzados y son
encarnados, como los peciolos de las hojas. Cada urna puede contener,
poco más ó ménos, una jícara de agua. No están acordes los naturalis-
tas acerca de la verdadera naturaleza de estos órganos singulares. Unos
suponen que el limbo lanceolado que hay por bajo de las urnas es úni-
camente el peciolo de las hojas dilatado lateralmente en dos alas planas;
que la urna es un verdadero ascidio, ó sea el mismo peciolo, dilatado
tambien en su parte superior en dos anchas alas que, encorvándose y
cruzándose, se han encontrado y soldado en la línea media anterior,
formando una cavidad cerrada; y finalmente, que el opérculo ó tapa-
dera de la urna es la verdadera lámina de la hoja, reducida á pequeñas
dimensiones, en contraposicion al desarrollo anormal del peciolo. Otros
entienden que el limbo inferior lanceolado es la verdadera hoja, prolon=
gada en su -xtremidad en un zarcillo, cuya expansion extraordinaria
produce la urna. El estudio de las funciones que desempeñan estos Ór-
ganos, que no son exclusivos de los Nepentes, pues hay otras plantas,
tales como las del género SARRACENIA, que los presentan más ó ménos
análogos, ha adquirido mucho interés desde las investigaciones practi -
cadas por Darwin acerca de los fenómenos que se producen al poner al-
búmina en contacto con las hojas de las DroseERAsS, plantas que, del
408
mismo modo que las DIoxEAs, tienen la facultad de aprisionar á los in-
sectos, cerraado sus hojas al contacto de los mismos. De los experimen-
tos indicados se ha deducido que las DioNEAS, DROSERAS, SARRACENIAS y
NEPENTHES, y quizás otras muchas, son plantas verdaderamente carní-
voras que asimilan las sustancias animales, digiriéndolas de igual ma-
nera que el estómago del hombre. Segun las observaciones y experien-
cias de Hooker respecto á las especies del género NEPENTHEs, resulta
que en la mayor parte de éstas las urnas tienen dos formas, una que
pertenece á la juventud de la planta y otra á su edad madura, siendo
gradual el paso de una á otra forma. En las plantas jóvenes las urnas
son más abultadas, tienen grandes rebordes externos longitudinales y
franjeados, destinados tal vez á conducir los insectos hasta el orificio;
el opérculo es más pequeño y más abierto que en las plantas de más
edad, y toda la superficie interna está recubierta de elándulas de secre-
cion. Gomo las urnas se forman cerca de la raíz de la planta, se apoyan
con frecuencia en el suelo, y cuando se trata de una especie que no tiene
hojas inmediatas á la raíz, se hallan suspendidas de largos tallos, que á
veces alcanzan hasta un metro de longitud, permitiéndolas inclinarse
hasta la tierra. En las plantas más viejas, las urnas son mucho más
largas, más estrechas y ménos abultadas, pudiendo dilatarse y hasta
hacerse cónicas; los rebordes son tambien más estrechos y con poca 6
ninguna franja. El opérculo es más grande y se extiende oblícuamente
sobre el orificio, y las glándulas de secrecion no existen más que en el
fondo de la urna. Las indicadas diferencias respecto á la situacion de las
urnas, segun que la planta sea jóven ó vieja, indican al parecer que
unas están destinadas á cazar los insectos que andan y otras á cazar los
que vuelan. La abertura de la urna está siempre guarnecida de un borde
grueso y arrugado, que sirve para tres objetos distintos: primero, para
reforzar el orificio y mantenerlo bien abierto; segundo, para segregar
una sustancia azucarada, y tercero, para desarrollarse en ciertas espe-
cies, ya á manera de un embudo que desciende por dentro de la urna é
impide á los insectos escaparse de ella, ya en una fila de ganchos en-
corvados, bastante fuertes á veces para retener á un pajarillo si, bus-
cando el agua ó los insectos, se inclina demasiado hacia el interior de la
urna. Esta parte interior presenta tres clases de superficies, á saber: de
atraccion, de conduccion y de secrecion, Los Nepentes tienen dos super-
.
409 $3
ficies de atraccion, una la del borde de la urna y otra la inferior del
opérculo, que en casi todas las especies está recubierta de glándulas
que producen un líquido azucarado, á veces abundantísimo. Las glándu-
las se componen de masas esféricas de celdillas, contenidas cada una en
una cavidad del tejido del opérculo y rodeadas de una capa ó defensa de
tejido celular cristalino. La coloracion del borde de la urna y del
opérculo es más viva, con objeto tambien de atraer á los insectos hacia
la materia azucarada. La superficie de conduccion se extiende desde el
borde de la abertura hasta una distancia variable en el interior de la
urna, y se presenta azulada 6 verde, blanquecina, opaca y completa-
mente lisa, sin ofrecer asidero alguno á los insectos. El resto de la urna
está completamente ocupado por la superficie de secrecion, que consta
de un fondo celular lleno de un extraordinario número de glándulas esfé-
ricas.
Estas glándulas se parecen á las secretoras de la sustancia azuca-
rada del opérculo, y cada uña de ellas está contenida en un receptáculo
6 bolsita de la misma naturaleza, pero de forma semi-esférica con
el orificio hacia abajo, de suerte que el líquido segregado cae en el
fondo de la urna. Aunque el líquido existe siempre en ésta, sólo ocupa
una parte relativamente pequeña de su superficie glandular, y es
producido ántes de que el opérculo se abra. Si se vierte el líquido de
una urna completamente formada y en la cual no hayan penetrado sus-
tancias animales, se reproduce aquél, pero en cantidad relativamente
pequeña, durando la secrecion varios dias y hasta cierto punto, áun
despues de separada la urna de la planta. La presencia de sustancias
inorgánicas en el líquido no aumenta sensiblemente la secrecion; pero
lo contrario sucede cuando existen en él sustancias animales. Para de-
terminar la potencia digestiva de los Nepentes, Hooker ha hecho expe-
rimentos con clara de huevo, carne fresca, fibrina y cartílago, obser-
vando siempre que la accion es muy visible y á veces hasta sorpren-
dente. En un solo dia de inmersion, las aristas de los cubos de clara de
huevo aparecen roidas y las superficies convertidas en gelatina; los
fragmentos de carne disminuyen rápidamente de volúmen; los pedazos
de fibrina se disuelven y desaparecen por completo á los dos ó tres dias,
y los trozos de cartílago, de 8 á 10 granos de peso, están á las veinti-
cuatro horas convertidos en gelatina, y á los tres dias toda la masa ha
52
410
disminuido mucho, quedando convertida en una especie de jalea clara y
transparente. Esta notable accion digestiva de los Nepentes no es exclu-
sivamente debida, al parecer, al líquido segregado por las glándulas in-
teriores de la urna, pues los resultados son muy débiles cuando las mis-
mas sustancias animales se ponen en el líquido sacado de aquellos Órga-
nos y colocado en tubos de cristal, Debe, pues, creerse que la pared
interior de la urna segrega una sustancia dotada de una accion análoga
á la de la pepsina, sobre todo cuando se ha puesto en el flúido ácido una
materia animal.
16.—A la singular familia de las Nepentáceas siguen las de las ArIs-
TOLOQUIEAS, STOCKHOUSIÁCEAS y PIPERÁCEAS. Las dos primeras no ofrecen
interés alguno, pero la última es importante por comprender algunas
especies que son objeto de útil aprovechamiento. Estas especies son el
PIPER NIGRUM, L., Ó Pimienta; el P. BetTLE, L., 6 Itmo, y el P. ANISODO=
RUM, BL., 6 Buyo de anís. La planta de la pimienta se cultiva en las
huertas, y es un arbusto trepador que se fija por medio de ganchos á los
árboles próximos. Sus frutos consisten en unas bayas que, una vez secas,
constituyen la pimienta ordinaria, tan usada como condimento. El /tmo.
6 Betel es tambien una planta trepadora como la anterior, y objeto de
un cultivo muy vasto en la India, archipiélago de la Sonda y en todos
los demás que están inmediatos al Asia, como el filipino. En dichos paí-
ses las hojas de la citada planta sirven para la preparacion del mastica-
torio, que en Filipinas llaman bwyo, el cual se compone de una de dichas
hojas que tienen la forma y tamaño de una hoja de judía, frotada con un
pedacito de cal de ostras apagada, del tamaño de un guisante, arrollada
de los bordes á la línea central y doblada despues en forma de anillo, en
cuyo hueco se pone un pedazo plano de bonga (fruto de la Arca CaTk=
CHU, L.). Esta mezcla tiene por objeto suavizar y hacer soportable el sa=
bor del betel, que sin esto sería acre y desagradable. El abuso de esta
sustancia que primitivamente no se usaba más que como digestivo y
para excitar el organismo enervado por los »rdores del clima, ha contri-
buido poderosamente, en concepto de algunos autores, á la debilitacion
progresiva y al embrutecimiento de los orientales. La tercera especie que
hemos citado da una hoja que tiene un olor suave y agradable parecido
_al del anís, por lo cual algunos indios la mezclan á la de la especie an=
terior para la preparacion del buyo. Además de las anteriores hay en
411
Filipinas otras muchas especies del género Piper que no reciben aplica-
cion alguna.
17.—Las familias SALICÍNEAS y GNETÁCEAS están representadas en
el Archipiélago por un corto número de especies de escaso interés,
18.—En la de las ConírerAS figuran la DAMMARA ALBA, RUMPH.,
perteneciente á un grupo de árboles propios del Asia tropical y de Nueva
Zelanda, en donde adquieren grandes dimensiones y proporcionan una
madera excelente para la marina y las construcciones civiles, así como
algo de resina. Las hojas son alternas, gruesas, vblongo-lanceoladas,
muy enteras, coriáceas, sin nervios y persistentes por mucho tiempo.
Estos árboles son muy afines á las Araucarias, de las cuales difieren en
que sus semillas son aladas. Los Pivus MERKUSIL, JUNGH ET VRIEUSE, y
P. INSULARIs, ENDL., son los dos únicos pinos hasta ahora conocidos en
el Archipiélago. El primero se encuentra en la sierra de Zambales y
quizá en otras localidades; el segundo es mucho más abundante, forman-
do montes vastísimos en las cordilleras del N. de Luzón, en donde ad-
quiere dimensiones extraordinarias. Su madera no recibe, sin embargo,
aplicacion alguna, fuera de la que de ella hacen los igorrotes para la
construccion de sus casas, porque la explotacion y la extraccion serian
muy costosas. Produce gran cantidad de resina, y de ella se sirven ex-
clusivamente los igorrotes para alumbrarse.
19.—Las GAFFLEXIÁCEAS son plantas parásitas sobre las raíces de
vegetales dicotiledóneos. Generalmente se reducen á una sola flor, en-
vuelta al principio en bracteas de dimensiones variables, pero general-
mente grandes, hasta el punto de que hay una especie en que miden
cerca de un metro de diámetro. Las de la RAFFLEXIA PHILIPPINENSIS, BL,,
son encarnadas, y segun el P. Blanco, deben tener cuando están abiertas
unos diez y ocho centímetros de diámetro.
20.—Las plantas filipinas hasta ahora conocidas de las familias BA-
LANOFORÁCEAS, CLORANTÁCEAS, PODESTOMÁCEAS y URIPTERONIÁCEAS nada
ofrecen de notable.
CAPÍTULO V
MONOCOTILEDÓNEAS
1. Caracteres distintivos.—2. ORQUÍDEAS.—3. ZINGIBERACEAs.—4. MARANTÁACEAS.—5. MusA-
CEAS.—6. PONTEDERÁCEAS y COMELINÁCEAS.—7. AMARILÍDEAs.—8. TAccAcEAs, IriDEAS y
EsmiLAcras.—9. BromeLIAceas. —10. DrioscórBas. —11. Pannánrgas. —12. Parmas.—18. Tr
FACEAS, PisTIACEAS é HIDROCHARÍDEAS.—14. ArormEas.—15. LiniAcEAs.—16. ErIOCAULÁCEAS,
JUNCÁACEAS, CIPERÁCEAS y NAYADEAS.—17. GRAMÍNEAS.
1.—La última clase de la gran division de las FANERÓGAMAs es la de
las plantas MONOCOTILEDÓNEAs, las cuales teniendo raíz, tallo y hojas,
flores distinguibles y tejidos formados de celdillas y vasos, presentan el
embrion con un sólo apéndice lateral,
2.—La primera familia que en esta clase se nos presenta es la de las
ORQUÍDEAS, plantas difundidas por todos los países del globo; pero que
sólo en los tropicales ofrecen los tipos más sobresalientes, ya por la be-
lleza de sus flores, ya por la singularidad de sus formas. Las especies de
esta familia no bajan de 6.000, y entre ellas hay unas que vegetan en
el suelo, como la generalidad de las demás plantas, miéntras que otras
viven sobre los árboles, agarrándose á las cortezas con sus raíces, que
tienen al efecto una estructura particular. Estas últimas, sobremanera
notables por sus caprichosas formas y bellísimas flores, son las que en
todos tiempos han llamado más la atencion de los recolectores, que ex-
plorando incesantemente los bosques de la India, del archipiélago malayo,
de Filipinas y demás países intertropicales de Oriente, recogen y envian
á Europa cantidades considerables de las mismas, las cuales son vendidas
en Inglaterra y otras naciones á elevados precios como plantas de salon.
Para conservarlas vivas es necesario que la temperatura media de la
habitacion sea en estío de 20 á 24?, y que en invierno no baje de 10
á 12”. Es además preciso que la atmósfera contenga cierto grado de hu=
418
medad. Lo comun es tener las plantas entrelazadas en cuerdas ó alam-
bres, de las cuales penden trozos de corteza Ó de corcho que sirven de
- apoyo á las raíces. Puédense tambien cultivar en medio de musgos ó entre
serrin de madera dentro de. pequeñas canastillas ó jardineras, cuidando
siempre de que las raíces queden bien ventiladas. En este caso conviene
sumergirlas todas las mañanas en una vasija con agua, dejándolas es-
currir ántes de trasportarlas á su sitio. Otro medio de conservarlas en
buen estado de vegetacion es el de colocarlas entre dobles puertas acris-
taladas en los huecos de los balzones ó ventanas. Dentro de ese inver-
náculo se deja una cubeta con agua para que la atmósfera esté saturada
de,humedad.
Las singularidades que presentan las orquídeas son altamente curio-
sas. Entre ellas hay algunas que adquieren colosales dimensiones, y que
trepando hasta la cima de los árboles más elevados, despliegan sus hojas
de cerca de un metro de longitud, dejando caer á manera de guirnaldas
sus largos racimos flora les; otras presentan en sus flores dos pétalos que
se prolongan á manera de cintas; en ciertas especies las flores son casi
trasparentes, en otras parecen modeladas en cera; las hay turgentes,
frescas, tiernas y de apariencia seductora, y tambien sombrías, lívidas ó
rojizas. Su olor agradable y delicado en algunos casos, es en otros hasta
pestilente. En una palabra, se observan en esta familia las mayores ra-
rezas y contrastes.
Los bosques de Filipinas encierran una gran riqueza en orquídeas,
que no ha pasado desapercibida á los traficantes europeos. Los aco-
pios hechos por éstos han contribuido al conocimiento y clasificacion
de las especies, entre las cuales figuran muchas de los géneros DEN-
DROBIUM, BOLBOPHYLLUM, ERIA, MALAXIS, DENDROCHILUM, SACCOLA-
BIUM, SARCOCHILUS, CLEISOSTOMA, AÉRIDES, VANDA, PHALENOPSIS y Otros
varios.
3.—En la familia ZINGIBERÁCEAs no figuran más que plantas herbá-
ceas, que por ser aromáticas suelen usarse para condimentos, para per-
fumes ó en medicina. La especie ZINGIBER OFFICINALE, L., llamada por
los tagalos Luya, se cultiva en las huertas, y la KAEMPHERIA ROTUNDA, L.,
denominada Dusog, suele encontrarse en los jardines.
4.—Las especies filipinas más importantes de la familia MARANTÁ-
CEAS son las llamadas MARANTA INDICA, L., y M. ARUNDINÁCEA, L. Esta
414
última es objeto de un cultivo importante en las Antillas, en la parte
meridional de los Estados-Unidos y en la isla de Francia, á causa de la
fécula que proporciona, conocida con el nombre de Arrow-root. La parte
subterránea del tallo va adelgazando gradualmente hasta el punto de
insercion de un tubérculo prolongado, horizontal, carnoso, blanco, cuyo
tejido contiene mucha fécula, y es, al parecer, un rizoma. De este rizoma
parten brotes largos inflados hacia la extremidad, la cual sale del suelo,
despues de recorrer aquéllos por debajo del mismo un trayecto de dos á
tres decímetros. La fécula se extrae del rizoma indicado. El tallo de la
planta es herbáceo y alcanza un metro de altura. En Filipinas dan á esta
especie el nombre de Tagbac-tagbac, pero suele aplicarse la misma de-
nominación á la M. inbica, L., que tambien da fécula como la anterior.
5.—El género Musa, de la familia MusÁcrEas, contiene varias espe-
cies importantes, ya por sus frutos comestibles, ya por proporcionar una
materia textil muy estimada, el Abacd. Los indígenas de Filipinas lla-
man Saguing á la Musa PARADISIACA, L. El tallo de esta planta, que en
América denominan plátano ó bananero, tiene la apariencia de un tronco
formado por los peciolos de las hojas, las cuales se envuelven recíproca-
mente y recubren el eje central de la inflorescencia que es muy delgado.
Las hojas tienen dos metros ó más de longitud, por medio metro de an-
cho. El fruto es carnoso, de diferente grueso y longitud, segun las va-
riedades, pero la última no suele pasar de catorce á diez y seis centíme-
tros. Tiene generalmente tres aristas longitudinales y á veces cinco.
Asegúrase que hay en Filipinas cincuenta y siete variedades del plátano.
Las principales son el gloria, el lacatan, el tampohin, el bungulan, el
tondoc, el morado, el de la costa, el galamay señora, el batavia, el gina-
uayan, el tinumbaga, el de los negritos de Batangas, el botoan, el tina-
long y el letondál. Lo mismo que en figura y magnitud, difieren tambien
en sabor los frutos de estas variedades; pero todos proporcionan un ali-
mento sano y agradable, que se come crudo ó cocido, y que es sumamente
estimado en Filipinas y en otros muchos países,
La especie que produce el abacá ó cáñamo de Manila es la Musa TEX-
TrLIs, L., que se encuentra espontánea en varias localidades del Archi-
piélago. Todavía se ignora si deben ó no considerarse como especies dis-
tintas la MusA TROGLODITARUM y otras que tambien se crian espontáneas.
El abacá se cultiva preferentemente en las provincias de Camarines Sur
415
y Albay, y en las islas de Samar, Leyte, Cebú, Mindoro y Marinduque.
En la de Negros sólo se da bien en la parte meridional, y en la de Panay
el que se cosecha es escaso y de calidad inferior. Para obtener las fibras
que se emplean en la industria, se corta el tallo á flor de tierra y por la
extremidad superior, quitándole “las hojas. Esta Operacion se ejecuta
cuando comienza la fructificacion, por ser la época en que las fibras son
más consistentes. Cada peciolo de las hojas que se van separando del
tallo se corta en varias tiras, en cuya parte cóncava se hace por abajo
una incision transversal por medio de un cuchillo, á fin de poder arran-
car la epidermis juntamente con la parte carnosa. Otras veces la opera-
cion se ejecuta en el tallo entero, para lo cual se practica en la epidermis
y en la parte baja de aquél un corte atravesado ú oblicuo, se hace otro
corte por debajo del cogollo y se marca una tira longitudinal del mayor
ancho posible, repitiendo este procedimiento hasta que esté despojado de
su corteza todo el tallo. Este último método, llamado hagot, es más pro-
ductivo, pero tambien más costoso que el primero, denominado luní. Las
cintas de epidermis con la materia fibrosa á ella adherida que se obtienen
del modo expresado, reciben el nombre de saja. La saja se pasa por el filo
de un cuchillo de siete centímetros de altura por catorce de longitud, que
está sujeto al extremo de un palo flexible, de modo que la hoja se mueva
perpendicularmente á un trozo de madera pulimentada; el otro extremo,
correspondiente al mango, puede apretarse por medio de un pedal unido
á una cuérda. Puesta la cinta de la saja debajo del cuchillo, se tira de
ella con fuerza por un extremo, graduando convenientemente al mismo
tiempo la presion del cuchillo; se practica la operacion por segunda vez
tirando del otro extremo, y entónces quedan bien separados los filamen-
tos, los cuales se van extendiendo para que se oreen, cosa que se con-
sigue á los pocos momentos. Las fibras que produce un mismo tronco
presentan diferentes condiciones de finura, solidez y brillo, segun su
procedencia. Las de la parte exterior son gruesas, fuertes y de color ro-
jizo, constituyendo lo que se llama bandala ordinaria, empleada en ca-
bullería basta. Las del interior producen la bandala corriente, que se
presenta al comercio. Las más inmediatas al corazon de la planta y las
de los bordes de la saja corriente son muy blancas, y dan el abacá supe-
rior llamado /upis en Albay, y guilot en Marinduque. Estas últimas
fibras, notables por su finura, brillo y color anacarado, se reunen en
416
manojos, llamados puihan, y se emplean para diversos tejidos. A este
fin, las indias las clasifican y separan previamente en cuatro clases que
se denominan, de mayor ó menor finura, Binaní, Tonga, Cadaraclan y
Tinugnos, sirviendo las del primero para tejidos tan delicados que com-
piten con los de piña. Las hebras atadas por sus extremos por medio de
nudos imperceptibles, se devanan en ovillos que se golpean con un mazo
sobre un madero hueco, á fin de que adquieran elasticidad. El abacá
basto se emplea para jarcia y el fino para tejidos, ya sólo, ya mezclado
con hilo y cáñamo. En concepto de los marinos, la jarcia de abacá es de
menor duracion que la de cáñamo, se pudre con el agua dulce más pronto
que ésta, es ménos á propósito para bracear y carece de aplicacion des-
pues de inutilizarse como cuerda. En cambio reconocen que es más re-
sistente, más á propósito para jarcia fija y se deteriora ménos con el
agua salada. El cultivo del abacá comenzó á adquirir grandes proporcio-
nes en Filipinas en 1855, habiendo llegado á constituir el segundo ar-
tículo de exportacion de las Islas. Dicha exportacion se hace principal-
mente para los Estados-Unidos é Inglaterra, y en menor proporcion para
California, Europa, Australia, Singapore y China. La explotacion ha de-
caido algo de algun tiempo á esta parte, por la competencia que en los
mercados extranjeros hacen al abacá otras fibras textiles. A pesar de esto,
es todavía uno de los productos más importantes del Archipiélago,
6.—Las familias PONTEDERÁCEAS y COMELINÁCEAS carecen de especies
filipinas importantes. La TRADESCANTIA DISCOLOR, SMITH, perteneciente á
la última, se cultiva en los jardines.
7.—Entre las AMARILÍDEAs hay varias especies, tales como las deno-
minadas AMARYLIS ATAMASCO, BL., Ó Bacong; PANCRATIUM ZEYLANI-
CUM, L., y POLYANTHES TUBEROSA, L., Ó Azucena, que adornan los jar-
dines con sus hermosas flores; pero la más digna de mencion es la AGAVE
AMERICANA, L., ó sea la pita, planta muy comun en América, en el Me-
diodía de España y en otros muchos países. Las fibras de sus hojas, que
son carnosas, largas, aguzadas y armadas en sus bordes de una fila de
ganchos, sirven para los delicados tejidos llamados nipis. En Filipinas
se cultiva en pequeña escala en algunas localidades. Los tagalos le dan
el nombre de Maguí.
8.—De las familias TACCÁCEAS, IRIDEAS y ESMILACEAS no son muchas
las especies conocidas. En la primera figura la TACCA GAOGAO, BL., CUYAS
417
raíces tuberculosas producen una especie de harina propia para hacer
almidon y que tambien se come mezclada con azúcar. En la última hay
algunas especies que se utilizan como medicamento.
9.—Las BroMELIÁCEAs, plantas herbáceas, de hojas largas, rígidas,
lineares, dentado-espinosas en los bordes ó enteras, radicales, glaucas
y dispuestas en roseta, están representadas en Filipinas, entre otras es-
pecies, por la BROMELIA ANANASA, L., que ya espontánea, ya cultivada,
se encuentra en todos los países intertropicales de Asia y América. Hoy
dia dicha especie forma, con otras varias, el género ANANASSA. El fruto
de la misma, llamado en América Anana y en Filipinas piña, es suma-
mente estimado; pero la verdadera importancia de esta planta estriba
en los filamentos que se extraen de las hojas. Para obtenerlos se suele
cortar el brote terminal, haciendo de este modo que las hojas adquieran
mayor longitud y anchura. Arrancadas estas hojas y raspadas con un
fragmento de plato ó un instrumento adecuado, se separa la parte carnosa
y quedan las fibras aisladas. Lavadas éstas, se secan al sol, se peinan
con un batidor comun como si fuera una cabellera, se clasifican en cua-
tro calidades, segun su finura, y se anudan y emplean en tejidos como
el abacá. Los filamentos de piña más finos producen un tejido muy deli-
cado y de elevado precio, con el cual se hacen pañuelos, camisas y ves-
tidos. La calidad se aprecia muy bien en Filipinas, en donde ha llegado
á pagarse 20.000 rs. por un vestido de piña bordado.
10.—La familia Droscóreas es importante en Filipinas por com-
prender un crecido número de especies, cuyas raíces se utilizan como ali-
mento. Las más apreciadas para dicho objeto son las llamadas DioscÓREA
SATIVA, L., Ó Toqui; D. ALATA, L., Ó Ubi; D. DIVARICATA, BL., Ó Paquit;
D. TRIPHYLLA, L., Ó Nami-corot; D. PENTAPHYLLA, L., Ó Limalima;
D. BOLOJONICA, BL., Ó Bahai; D. PAPILLARIS, BL., Ó Tongo, y otras.
Todas ellas tienen raíces tuberculosas, que á veces adquieren colosales
dimensiones y que pueden comerse cocidas, ya sin preparacion alguna,
ya despues de tenerlas en agua por algunos dias. El toqui y el ubi son
objeto de cultivo. El rizoma de este último constituye un alimento sano,
de sabor dulce, algo acre cuando está crudo, pero que se vuelve suave
y nutritivo por la coccion. Su cultivo es muy sencillo y muy semejante
al de la patata.
11.—Las PANDÁNEAS, propias principalmente de los archipiélagos
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asiáticos, están bien representadas en Filipinas. Del género PANDANUS
hay en el país un gran número de especies, de las cuales unas habitan
en los manglares y otras en los bosques; unas tienen hojas alargadas,
estrechas, con dientes muy duros, agudos y espinosos, y otras pinatí-
fidas ó palmatífidas. Las del PANDANUS SPIRALIS, BL.; P. EXALTATUS, BL.,
y P. sABOTAN, BL., llamados vulgarmente Pandan, Alas-as y Sabo-
tan, se utilizan para la fabricacion de esteras y petacas. Las demás
especies del mismo género hasta ahora conocidas, son denominadas por
los botánicos P. GRACILIS, BL.; P. RADICANsS, BL.; P. MALATENSIS, BL., y
P. IvErRMIS, BL. A esta familia pertenece tambien otra especie, suma-
mente importante en Filipinas, la NIPA LITORALIS, BL., llamada por los
tagalos Vipa 6 Sasá. Esta planta llega á tener unos cuatro metros de
altura y es una especie de palmera, de cuyo tallo, de poca elevacion,
salen grandes hojas, compuestas de una multitud de hojuelas de forma
de espada. Abunda mucho en los estuarios de los rios y en todos los ter-
renos bajos de las costas á donde alcanzan las altas mareas. Los nipales
se obtienen ó repueblan por siembra que se verifica en Mayo, Junio y
Julio, recogiendo y empleando para dicho fin, los frutos caidos natural-
mente, que se encuentran al pié de las plantas viejas. Estos frutos deben
plantarse á 1”,67 de distancia entre sí, poniendo dos ó tres en cada
hoyo. Como en los meses citados la temperatura es fresca y hay lluvias,
el terreno se mantiene húmedo sin necesidad de regar la plantacion, fa-
vorecida tambien en su desarrollo por las altas mareas. Para benefi-
ciar bien el nipal, conviene limpiar cada mes las plantas de las hojas
secas y de las que se estorben mutuamente. Uno de los aprovechamien-
tos más importantes de los nipales, es el de las hojuelas, las cuales se
emplean para techar las casas de caña que habitan los indios. El consu-
mo de dichas hojas es enorme, y el producto de los nipales beneficiados
con dicho objeto es, por tanto, muy considerable. El aprovechamiento de
las hojas no debe comenzar hasta que las plantas tengan cuatro años, ni
deben cortarse más que tres ó cuatro hojas por pié al año. Los indios ni
se cuidan de la limpia anteriormente indicada, ni esperan á que las
plantas tengan cuatro años para comenzar el corte de la hoja, verifi-
cándolo ordinariamente en cuanto tienen dos. La renovacion de las
plantas no es necesaria hasta los treinta, cuarenta Ó más años. Supo-
niendo colocadas las plantas á la distancia de 1”,67 entre sí, resul-
419
tarán por quiñon (1) 10.000 piés, que á tres hojas anuales darán 30.000
hojas. Cada hoja proporciona unas tres nipas (cada nipa tiene 56 centí-
metros de longitud y consta de hojuelas ensartadas en un cordel ó bejuco
por un pequeño agujero que se les hace en la base), de modo que se obtie-
nen anualmente por quiñon unas 90.000 nipas El precio del millar en las
provincias inmediatas á Manila es de Noviembre á Marzo de 5 rs. fuer-
tes, y en la época de aguas de 10 á 12, En Manila oscila desde 10 á 12
reales fuertes (2) en tiempo de secas, hasta 20 en tiempo de aguas; de
manera que tomando el término medio de un peso en la localidad pro-
ductora y un peso y 6 rs. fuertes en Manila, resulta que el producto
bruto de un quiñon viene á ser de 90 pesos en la primera y de 157 pesos
en la capital. Los gastos son los siguientes: para el corte de la hoja se
acostumbra á tomar un obrero, al cual se paga el jornal de 2 rs. fuer-
tes, facilitándole banca (canoa) para ir al lugar de la plantacion y para
trasportar los veinte manojos que puede cortar al dia. Cada manojo tiene
cien nipas, y por tanto el obrero corta diariamente dos millares, resul-
tando un gasto de un real fuerte por millar. La confeccion de nipas para
techar se hace por mujeres, y cuesta de 1 Y. á 2 rs. por millar. El gasto
de banca (canoa) puede calcularse en un real fuerte al dia. Sumando las
diferentes partidas indicadas, resulta que el gasto total por millar de ni-
pas es de 4 rs. fuertes; el de las 90.000 nipas que da un quiñon ascen-
derá, pues, á 45 pesos, y como el producto bruto de la misma unidad
superficial asciende en la localidad, segun hemos visto, á 90 pesos, que-
dará un beneficio líquido de 45 pesos por quiñon. Si la venta se hace en
Manila, hay que recargar el gasto con el flete correspondiente; pero en
cambio se obtiene un beneficio crecido, que varía naturalmente segun
las circunstancias del mercado,
Más productivo que el de la hoja es el aprovechamiento de la tuba, 6
sea de la savia, con la cual se fabrica el vino ó aguardiente de nipa, de
gran consumo entre los indígenas. Para dicho aprovechamiento, pueden
estar las plantas á la misma distancia de 1”,67 entre sí, siendo preciso
irlas despojando oportunamente de las hojas que se vayan secando y
de las que puedan perjudicar al desarrollo del fruto. El aprovechamiento
(1) Medida superficial del país equivalente á 2 hect., 79495,
(2) El real fuerte vale veinte cuartos. Un peso tiene ocho reales fuertes.
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comienza cuando las plantas cuentan de cinco á seis años. El fruto consta
de varias drupas agregadas y arrimadas mutuamente, aunque fácilmente
separables, que forman una voluminosa cabezuela al extremo de un grue-
so pedúnculo que arranca del pié de la planta. La tuba se obtiene ha-
ciendo una incision en el pedúnculo, inmediatamente debajo del punto de
insercion del fruto. Déjanse algunos frutos de los más desarrollados para
la reproduccion. El líquido que fluye de la incision es recogido en hom-
bones Ó tubos de caña bambú, colgados convenientemente en la misma
planta. La primera operacion que los obreros hacen es la llamada sicat,
que consiste en golpear con el pié el pedúnculo del fruto, para relajar
algo sus tejidos y abrir los poros; esta operacion se hace una vez por
semana, durante las cinco precedentes al aprovechamiento; simultá-
neamente se procede á la llamada talog, que consiste en limpiar el
pedúnculo de las hojas que presente; llegada ya la época oportuna se
ejecuta el pucao, que consiste en pasar repetidamente el pié fretando el
pedúnculo para llamar la savia hacia el fruto; despues se hace el patit 6
incision del pedúnculo en la misma base del fruto, dejando colgado un
bombon de caña para ir recogiendo la tuba que aquél destila. La sangría
del pedúnculo se renueva en lo sucesivo dos veces al dia, por mañana y
tarde, recogiendo diariamente la tuba. El aprovechamiento dura unos
diez meses; durante los cinco primeros la cantidad de tuba aumenta gra-
dualmente, pero en los restantes decrece tambien poco á poco. La ope-
ración de refrescar diariamente la incision del pedúnculo se llama cartt,
nombre que se da tambien al cuchillo que para ello se emplea. La pro-
duccion media de cada planta suele ser de dos tinajas de tuba durante
toda la época del aprovechamiento, de modo que vienen á obte-
nerse 20.000 por quiñon; y como el precio es de 15 á 18 pesos el 100, -
resulta un producto bruto por quiñon de 3.000 pesos. La explotacion
suele hacerse á aparcería, dando á los aparceros que cuidan del entrete-
nimiento de las plantas y de la recoleccion de la tuba la mitad del pro-
ducto. La tuba se destila y concentra despues en alambiques, produ-
ciendo esto gastos de consideracion, pero quedando siempre un beneficio
líquido muy importante. La tuba muy fermentada sirve para vinagre, el
cual se vende de 10 á 12 pesos el 100 de tinajas (1). Tambien se apro-
(1) La tinaja tiene una capacidad variable, pero generalmente suele ser de 48 litros.
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vechan las hojas tiernas de la nipa, llamadas hbus, para envoltorios de
arroz, etc., y se venden en Manila á 3 pesos el 100. La nuez del fruto
sirve para confituras.
12.—La familia PaLmas cuenta en Filipinas con un gran número de
especies utilísimas. Del género ARECA se conocen la A. CATECHU, L.,
y la A. HumiLis, BL. La primera, que presenta algunas variedades, es
llamada Bonga; su tronco es medianamente grueso y perfectamente
derecho, con muchos anillos circulares, formados por los peciolos de las
hojas que se caen. El fruto, menor que un huevo de gallina, y con la
corteza fibrosa y carnosa cuando está verde, tiene dentro una nuez del
tamaño de la nuez moscada, ovalada, aplastada en la base, cuyo peris-
perma está penetrado por numerosas prolongaciones del tegumento de la
semilla y presenta jaspeaduras notables. Este perisperma es muy áspero
y estíptico, y á causa de esto se emplea en los países de Oriente como
masticaterio y probablemente para facilitar la digestion. Para disimular
su sabor desagradable, se mezcla con la hoja del betel (PipER BrerTLE, L.)
y con cal de conchas, formando lo que en Filipinas se llama buyo. Los
indígenas hacen mucho uso del buyo, el cual tiñe de rojo la saliva, cosa
que deja de suceder en cuanto falta uno cualquiera de sus tres compo-
nentes. La A. HUMILIS, BL., es muy parecida á la bonga, pero de mucha
ménos altura.
Encuéntranse en los bosques las palmas llamadas CARYOTA TREMU=
LA, BL.; CG. ONUSTA, BL.; C. URENS, L.; €. PALINDAN, BL., y otras especies
indudablemente del mismo género. La segunda, llamada vulgarmente
Canong, produce por incision del pedúnculo del fruto un licor dulce
ó tuba, y su tronco contiene lo mismo que el de las palmas llamadas
Burí y Pugahan, una sustancia fibrosa, que cortada, batida y sacudida
en una artesa con agua, suelta un polvo blanco. Separada esta sus-
tancia por decantacion del líquido despues de reposado, constituye el
sagú, que es un alimento bastante bueno. Las fibras de los peciolos de
las hojas son largas, negras y fuertes, y sirven para hacer cuerdas, que
son de mucha duracion áun en agua salada; por esto llaman los españoles
al árbol cabo negro. Las hojas se emplean para techar las casas en aque-
llas localidades en que escasea la nipa. Las semillas puestas en infusion
en agua hasta que se pudran, comunican al líquido tal causticidad, que
en cualquiera parte del cuerpo humano que toque produce un escozor
422
irresistible. Los indios hacen á veces uso de esta infusion para defenderse
de los moros joloanos.
Muy imperfectamente conocidas son todavía las especies del género
CALAMUS, de los bosques filipinos. Las clasificadas hasta ahora son las
llamadas C. MOLLIsS, BL.; USITATUS, BL.; GRACILIS, BL.; CURANG, BL., y
MAXIMUS, BL., á las cuales los españoles aplican el nombre genérico de
bejucos, pero que los indígenas distinguen con los nombres especiales de
Dit-an, Yantóc, Talola, Curag y Palasan. Todas son volubles ó trepa=
doras y espinosas, llegando algunas á alcanzar una longitud de 100 6
más metros, El bejuco es uno de los materiales más útiles para el indio.
Partido en delgadas tiras sírvele para toda clase de ataduras, sustitu-
yendo ventajosamente á las cuerdas. Todas las piezas de las casas de
caña y nipa se sujetan únicamente con ligaduras de bejuco, así es que en
la mayor parte de ellas no se encuentra ni un sólo clavo. Con tiras de
bejuco mucho más finas todavía, se fabrican en varias localidales som-
breros y petacas. El palasan sirve para bastones, que son muy aprecia=
dos en Europa. Los brotes tiernos, asados al fuego y cocidos despues, se
comen en ensalada. En Lucbán, provincia de Tayabas, en donde está
muy desarrollada la industria de sombreros y petacas, emplean para
este fin las hojas de pandano y las de otra palma llamada burí, que es la
CORYPHA UMBRACULÍFERA, L, Esta palmera, de hojas digitadas y suma-
mente grandes, adquiere mucho grueso y altura, y es muy útil por sus
productos. Las hojas sirven, como hemos dicho, para fabricar sombreros
y petacas, y tambien esteras ó petates, llamados Sagoran. El pedúnculo
del fruto produce por incision una tuba, de la cual se hace vinagre y
una miel amarilla llamada Pacascás. Del interior del tronco se saca una
especie de sagú, que mezclado con azúcar constituye un buen alimento.
Otra especie del mismo género se encuentra en los bosques de Filipinas,
y es igualmente muy apreciada. El tronco de esta palma, llamada
Anahao ó6 palma brava, C. MINOR, BL., es de madera muy dura, y se
emplea en estacadas, en conductos de agua y en otras obras, por ser de
larga duracion. Por último, la especie más estimada entre todas las pal-
mas es el Cocotero, Cocos NUCÍFERA, L., objeto de un cultivo importante
y base principal de la riqueza de varias provincias del Archipiélago.
Existen en Filipinas diferentes variedades del cocotero, tales como las
llamadas en Visayas cayumanús, limbaon, dahili, macapuno, ete. El
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segundo tiene el fruto encarnado en su punto de insercion; el tercero es
un árbol muy pequeño, y su fruto apenas llega á la mitad del tamaño del
coco ordinario; el cuarto produce un fruto cuya almendra ocupa casi toda
la cavidad de la semilla, conteniendo muy poca agua. Aunque el cocotero
puede vegetar en toda clase de terrenos, cuando se trata de establecer una
plantacion debe escogerse uno que no sea muy arcilloso, á fin de que las
raíces fibrosas del árbol puedan profundizar. El agua salada no le perju-
dica y se le ve vegetar bien en las playas, en donde no corre más peli-
gro que el de caerse, por quedar descarnadas las raíces á causa del flujo y
reflujo de las mareas. No conviene hacer las plantaciones en localidades
elevadas, en donde los vientos derriban fácilmente muchos árboles y en
donde los frutos, al caer, ruedan por las pendientes y hacen más labo-
riosa la recoleccion ó se rompen sobre las piedras, que generalmente
existen en tales sitios. Debe huirse de las exposiciones del Norte y Nor-
este, cuyos vientos determinan una evaporacion tan activa de la savia,
que amengua considerablemente la produccion. Tampoco conviene plan-
tar los cocoteros cerca de las casas ó sitios habitados, por los accidentes
desgraciados que en las personas produce con frecuencia la caida de las
hojas ó de los frutos. Los semilleros se forman colocando los frutos sin
preparacion alguna y de manera que se toquen mutuamente, en tierra
allanada y en donde reciban la influencia del aire. En este caso las plan-
tas suelen tardar un año en adquirir un metro de altura. El indio ha
inventado otro procedimiento más breve, que consiste en colgar los fru-
tos de modo que queden also protegidos de la accion del sol, pero expues-
tos á las influencias atmosféricas, aunque siempre fuera del alcance de
los animales que pudieran atacarlos. De esta singular manera el desar-
rollo de las plantas es más rápido, tardando sólo cinco meses en adquirir
la altura de un metro. Despues de aclaradas las plantas espontáneas que
existen en el terreno en que ha de hacerse la plantacion, se procede á
abrir los hoyos. El tamaño de éstos varía segun las costumbres de las
diferentes localidades; así es que miéntras en unos puntos los hacen de
una capacidad tan escasa que apenas permite la introduccion de la plan-
ta, en otros les dan las dimensiones de un metro en cuadro por medio de
profundidad, y los van rellenando á medida que va creciendo la planta,
de modo que queden cubiertos por completo á los dos ó tres años. El mejor
procedimiento sería abrir los hoyos un mes ántes de la plantacion para
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que pudiese meteorizarse la tierra, disponerlos á cinco Ó cinco y medio
metros de distancia entre sí y en líneas rectas, de suerte que la planta=
cion resultase á marco real, y darles la dimension de un metro en cua=
dro por otro de profundidad. Sería además conveniente cuidar de relle-
narlos con dos terceras partes de la tierra extraida del mismo hoyo y una
sexta parte de estiércol bien pasado; procurar que fuese al fondo la tierra
que ántes ocupaba la parte superior, desembarazar la tierra de piedras,
comprimiéndola ligeramente con los piés, colocar y mantener la planta
bien vertical, y echando despues y comprimiendo suavemente la tierra
hasta dejarla al mismo nivel del suelo, se obtendrian indudablemente
mejores resultados. La plantación debe hacerse poco ántes de comenzar
la época de lluvias. Una vez hecha, no necesita más cuidados que la lim-
pia de la vegetacion espontánea alrededor de cada árbol, la destruccion
de los insectos ú otros animales dañinos, el corte de las hojas que se va=
yan secando, la reposicion de las plantas que mueran, y en ciertos casos,
el dar algun riego durante los dos primeros años, si las sequías fuesen
muy prolongadas. Tambien conviene cultivar durante los primeros años
alguna otra planta entre las filas de cocoteros.
El arroz y las plantas que exijan riego, las que puedan adquirir mayor
altura que el cocotero, y sobre todo la caña dulce, no convienen para el
caso. En cambio pueden cultivarse con ventaja el maíz, los mongos y
otras plantas de secano, pues las labores que se les den aprovecharán á los
árboles. La produccion del cocotero comienza á los siete años en los ter-
renos buenos, y sólo á los diez en los malos. Mantiénese en todo su vigor
hasta más de los cuarenta años, y de los cincuenta en adelante comienza
á disminuir el fruto; la yema terminal y única adquiere ménos desar-
rollo; las hojas son más pequeñas, y como consecuencia natural el tronco
va adelgazando cada vez más por la parte superior, siendo esto señal de
decrepitud, precursora de la muerte, la cual tiene lugar generalmente
despues de los cien años de vida. Obsérvanse, sin embargo, casos excep-
cionales de extraordinaria longevidad. En una de las islas Camotes, ad-
yacentes á la isla de Cebú, existe una laguna con una isla central, en
donde vegetan un corto número de cocoteros desde fecha tan remota,
que ninguno de los habitantes recuerda haber oido cuándo ni por quién
fueron plantados, lo cual supone una existencia de más de cien años. La
humedad excesiva, sobre todo cuando el agua queda encharcada, perju-
e E vd A qe
A y
495
dica mucho al cocotero. La sequedad prolongada le es tambien perjudicial
en los primeros años. Los vientos pueden troncharlo ó desarraigarlo, aun-
que es preciso para esto que sean muy fuertes. Los temblores de tierra
producen tal perturbacion en las funciones vegetativas del árbol, que
ordinariamente, á poco de verificarse dicho fenómeno, se desprenden
muchos frutos por falta de nutricion. La langosta es un enemigo terrible
que devasta á veces, no sólo el limbo coriáceo de las hojas, sino hasta
los nervios leñosos. Otros insectos, el RHYNCOPHORUS OCHREATUS, EYDOUX,
y el R. Pascua, BoHEm., llamados en Visayas Bagañgan, penetran por
la yema terminal y única que tiene el árbol, y la van devorando inte-
riormente hasta concluir con ella en pocos dias. Para destruirlos ó por
lo ménos ahuyentarlos, es preciso buscar el agujero y echar en él ceniza,
arena ó agua que haya tenido en infusion hojas de tabaco. Los cocales
del interior de los montes son atacados por los monos, que arrancan los
frutos, los dejan caer al suelo para que se partan, y se comen despues la
carne interior. Tambien se beben la tuba depositada en los bombones.
Los cuervos, las ratas y los murciélagos son igualmente enemigos de los
cocoteros, pero causan poco daño. La recoleccion del fruto se verifica
tres veces al año, ó sea cada cuatro meses, y la operacion se ejecuta cor-
tando el pedúnculo por medio de una cuchilla en forma de media luna,
fija al extremo de un palo tan largo como la altura del árbol. Otras
veces se cortan los pedúnculos subiendo á éste; pero en ambos casos
se deja caer el fruto al suelo desde arriba, lo cual hace que se rompan
muchos, sobre todo cuando están muy tiernos. La conduccion al depó-
sito, al mercado ó á la fábrica de aceite, cuando á este objeto se des-
tinan, se hace en vehículos propios del país ó en carros, y si es posible
por agua, en balsas formadas por los mismos cocos y sin más que una
cuerda alrededor para que no se separen. El conductor va encima de
esa balsa de cocos. El cocotero puede beneficiarse para vender las nueces
como fruto comestible; para extraer de ellas aceite, ó bien para obtener
del árhol el jugo ó la tuba que, fermentada ó sin fermentar, constituye
una bebida por la que demuestra el indio especial predileccion. En el
primer caso, no se deja que el fruto llegue á su completa madurez, para
que no pierda el agua que tiene en su interior. Esta agua, mezclada
con la carnosidad interior del mismo fruto y con azúcar, constituye un
refresco excelente. Si el cocotero se beneficia para obtener la tuba (La-
54
4926
mina 12.*), se corta la espata en que está encerrada la flor ántes de que
salga ésta al exterior, y se adapta al corte un tubo ó bombon de caña, en
donde se recoge el líquido que de aquél destila. Para que la espata no se
abra y quepa en la boca del bombon, se le ponen unos aros de bejuco.
Como los racimos florales pueden ser varios en un árbol, se ponen tantos
bombones como sean necesarios. En el interior de los bombones se echa
previamente una corta cantidad de polvos procedentes de la corteza ma-
chacada del Tongóy (RHuIzOPHORA LONGISSIMA, BL.), los cuales sirven para
dar fortaleza y color sonrosado á la tuba. El jugo que se deposita en los
bombones colgados en el árbol, se va echando en otro más grande que el
obrero lleva á la espalda, sujeto por un gancho de madera que, pasán-
dole por encima del hombro, le abraza el pecho. A este bombon que lleva
á la espalda el obrero, va sujeto un recipiente semi-esférico, que es una
media cáscara de coco, dentro del cual están los polvos de que hemos
hablado anteriormente. Cada vez que se vacía un bombon, es preciso
limpiarle perfectamente por el interior y renovar los polvos. Lo primero
se hace por medio de un escobillon, que consiste en un pedazo de peciolo
de la hoja del mismo coco, machacado por un extremo hasta dejarle en
forma de brocha. Despues de limpio el bombon y de echados en él los
polvos en la cantidad que puede cogerse con tres dedos, es preciso, ántes
de atarle nuevamente á la espata, refrescar el corte, para lo cual se
hace una seccion á un centímetro por bajo de la anterior. Esta opera-
cion se ejecuta con una cuchilla curva, que se afila sobre un pedazo de
madera de dapdáp, en la cual se pone un poco de ceniza fina y aceite
batido en una cáscara de coco con una brocha, y para sentar el filo em-
pléase un pedazo de madera de pagatpát. Cada espata puede sangrarse
por espacio de dos meses, pasados los cuales se agota y seca. Si la tuba
que se recoge no cabe en el bombon que lleva el obrero á la espalda, se
vierte en otros más grandes para transportarla al sitio de la venta. Para
subir y bajar de los árboles, los obreros, á quienes dan el nombre de
manangueteros, hacen en el tronco unas entalladuras que sirven de esca-
lones. Cada cocotero exige esta escalera especial, y por lo tanto un as-
censo y descenso cada vez que se recoge la tuba, que es una vez al dia,
ya sea por la mañana, ya por la tarde. Mas frecuente es, para evitar la
subida y bajada á cada árbol y la pérdida de tiempo consiguiente, no
abrir escalones más que en algunos cocoteros del perímetro de la plan-
NPROVECHAMIENTO DE LA TUBA DEL COCOTERO
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APÉNDICE Á
a,
La falta de Observatorios meteorológicos en el Archipiélago ha sido
recientemente remediada, en gran parte, por las disposiciones del si-
guiente
REAL DECRETO
De conformidad con lo propuesto por el Ministro de Ultramar, de
acuerdo con el de Marina y con el parecer del Consejo de Filipinas y del
Director del Observatorio de San Fernando,
Vengo en decretar lo siguiente:
ARTÍCULO 1.” Se crea en la isla de Luzón un servicio meteorológico,
dependiente del Observatorio que tiene organizado en Manila la Compa-
nía de Jesús. Este Observatorio, con el carácter de Central, se denomi-
nará Observatorio meteorológico de Manila; estará bajo la dependencia de
la Direccion general de Administracion civil de las Islas Filipinas, á
cargo de la expresada Compañía, y verificará toda clase de observacio-
nes, y especialmente las que se refieran al cambio y prediccion del tiem-
po, dedicándose al estudio, recopilacion y publicacion de las que le tras-
mitan las estaciones secundarias.
ArT. 2.” Para plantear inmediatamente el servicio de que se trata,
y sin perjuicio de darle en lo sucesivo el desarrollo de que sea suscepti-
ble, se establecerán estaciones meteorológicas en las telegráficas siguien-
tes: al Sur de Manila, seis estaciones situadas en Albay, Daet, Atimonan,
Tayabas, Punta Santiago y Punta Restinga; tres en la costa occidental,
56
4492
situadas en Cabo Bolinao, Vigan y Laoag; y cuatro en la línea Central,
al Norte de Manila, situadas en Aparri, Tuguegarao, San Isidro y la
Gruz del Caraballo.
ArT. 3.2 Estas 13 estaciones dependerán de la Central y prestarán
sus servicios con arreglo al reglamento, que se formará por la Direccion
general de Administracion civil, de acuerdo con el Director del Obser-
vatorio meteorológico de Manila y oyendo al Jefe facultativo del ramo
de Telégrafos de las Islas. El reglamento que de esta manera se forme se
pondrá en vigor, con la aprobacion del Gobernador general de las mis-
mas, desde el primer momento del servicio, sin perjuicio de elevarlo al
exámen y resolucion definitiva del Ministerio de Ultramar.
ArT. 4.” La Estacion Central meteorológica, que deberá unirse tele-
gráficamente á la Central de Comunicaciones para que pueda recibir sin
demora los despachos que le envien las secundarias, estará á cargo de un
Director, auxiliado por un Subdirector, propuestos ambos por el Superior
de la mision de RR. PP. Jesuitas en Filipinas para su nombramiento por
el Gobierno. A las órdenes del expresado Director estará el personal su-
balterno de observadores, calculistas, mecánicos, delineantes, alumnos y
ordenanzas que el mismo Director preparará y nombrará la Direccion
general de Administracion civil de las Islas dentroMe la partida que para
dotacion de subalternos se asigna. El personal destinado á las estaciones
secundarias, preparado tambien bajo las instrucciones del Director del
Observatorio central, será nombrado por la citada Direccion de Admi-
nistración civil, oyendo al Jefe facultativo del ramo de Telégrafos por lo
que al servicio peculiar del mismo puedan afectar los nombramientos.
ArT. 5.” Por vía de indemnizacion del servicio que han de prestar al
Estado los RR. PP. de la Compañía de Jesús en el desempeño de los car-
gos de Director y Subdirector de la Estacion Central meteorológica, se
asignan 1 500 pesos anuales al primero y 1.000 al segundo, destinán=
dose la suma anual de 2.052 pesos para las dotaciones del personal su-
balterno de dicha Estacion Central, y la de 1.872 pesos para las del per-
sonal que ha de prestar el servicio meteorológico en las 13 estaciones
secundarias. Igualmente se asignan: para impresion de las observacio-
nes 1.500 pesos; para gastos de escritorio y correspondencia del Observato-
rio Central 1.000 pesos; para entretenimiento y conservacion del edificio
que ocupe dicho Observatorio y del material de todas las estaciones 1.500
E A TR a O EAN AS ;
e ce EA: .
el Ds Py - q .,
443
pesos, y para gastos de escritorio de las 13 estaciones secundarias 432
pesos.
Arr. 6.” Los 6.424 pesos importe de las asignaciones para el perso-
nal de todas las estaciones, así como los 4.432 asignados para los demás
gastos, se inclujrán en los presupuestos del año económico próximo ve-
nidero de 1884-85 y en los sucesivos, consignando en los del Estado sólo
una tercera parte de la suma á que ascienden las mencionadas partidas,
y en los de los fondos locales las dos terceras partes restantes.
ArT.7.” A medida que la red telegráfica del Archipiélago vaya po-
niendo en comunicacion otras islas del mismo con la de Luzón, el Go-
bernador general, oyendo al Director del Observatorio Central y á la
Direccion general de Administracion civil, propondrá al Gobierno el
establecimiento de nuevas estaciones además de las que por ahora se
- Crean.
ArT. 8.” En tanto que esta ampliacion de la red meteorológica no
pueda realizarse, el Ministerio de Marina, aprovechando las estaciones
navales que existen ó se creen en el Archipiélago, adoptará las disposi-
ciones convenientes para que los Jefes de las mismas organicen, cada uno
en la de sa mando y en los términos que les sugiera su celo en bien de
tan importante serviqio, una observacion tan exacta como les sea posible
de los fenómenos meteorológicos que en su respectivo territorio puedan
ser apreciados, y oportunamente remitan sus trabajos al Director de la
Estacion Central meteorológica de Manila, cooperando de esta suerte á la
perfeccion de un estudio en que se interesan de consuno la ciencia y la
humanidad.
Dado en Palacio á veintiocho de Abril de mil ochocientos ochenta y
cuatro. — Alfonso. —El Ministro de Ultramar, Manuel Aguirre de
Tejada.
APÉNDICE B
El Ingeniero de Montes D. Sebastian Vidal y Soler, Jefe de la Co-
mision de la Flora de Filipinas, presentó en la Exposicion colonial é
internacional de Amsterdam un folleto titulado Reseña de la Flora del
Archipiélago filipino. En nuestro propósito de recopilar cuantos datos
puedan contribuir al cabal conocimiento de la fisonomía y caracteres
que la Naturaleza ofrece en las posesiones españolas de la Oceanía, nada
más conveniente que insertar á continuacion muchas de las curiosas é
interesantes noticias que ese excelente opúsculo contiene. Las que en
la Seccion tercera de la Parte segunda de este libro hemos consignado,
bastan para conocer la mayor parte de las familias naturales que la
Flora filipina abraza, así como los rasgos más salientes de sus géneros y
especies, ya bajo el punto de vista de sus particularidades orgánicas, ya
bajo el de sus aplicaciones. Pero este conocimiento, puramente indivi-
dual, es insuficiente para determinar las relaciones de conjunto y para
apreciar el cuadro completo que el reino vegetal presenta en Filipinas.
Extractando unas veces y copiando otras algunas páginas del folleto
del Sr, Vidal, subsanamos dicha falta y completamos, por consiguiente,
nuestro trabajo.
El conocimiento de la Flora filipina ha adelantado mucho en estos
últimos años, como lo demuestran las siguientes cifras:
446
Número de especies conocidas hasta 1.” de Mayo de 1878.
FAMILIAS GÉNEROS ESPECIES
Dicotiledóneas 1.855
Monocotiledóneas 7 541
Criptógamas vasculares 339
2.129
Número de especies conocidas hasta fin de 1882.
FAMILIAS GÉNEROS ESPECIES
Dicotiledóneas. o cano. cata Nao 125 851 3.182
Monocotledónca 24 (1) 257 1.039
Criptógamas vasculares. .... Ap ood0 ooo) Dn 2 Do 362
TOTALES 064 es oa erat 4.583
Las familias representadas por mayor número de formas son las que
indica la siguiente lista, en la cual se expresa tambien la relacion entre
las especies herbáceas y las leñosas de cada familia:
RELACION RELACION
tre herbáceas entre herbáceas
FAMILIAS STAR FAMILIAS oa
Con más de 200 especies. Con 100 á 200 especies.
Orquideas. E 1:0 WUTbICACCAS Pano lee : 1:35
Helechosa 1: 0,02 Rubláceas...o...o..o.... es 1:4
Leguminosas. .............. 1:2 Euforbiácea8. ....o.o.o.o...... 1: 6,5
Gramíneas. ..... + ...... 150,7 Compuestas. «.......o ...... OL
(1) La anomalía que se observa de aparecer sólo 24 familias de Monocotiledóneas en 1882,
siendo así que en 1878 eran 25 las conocidas, debe atribuirse á algun error de clasificacion.
447
RELACION RELACION
FAMILIAS id FAMILIAS o
CAM caes. Da dl Borragíneas ..... ..... 1:15
Acantáceas.... ... A E 1: 0,8 ¡Armpelídeasil iaa hijo ajo as 1
Gon 50 á 100 especies. Con 10 á 20 especies.
Bahasdro JE Na 0:1 Ternstremiáceas.........»... 0:1
Mirtáceas.. ...... AT o 0/31 AMATER POSO 0:1
Asclepiádeas. ........ OS 108) Conaracelaa tencia ato ot O
Werbenaceat. ccoo como.m.s dudo 1:35 GuUtLCra iio it tala Usd
Melastomáceas.............. 1 Caparileas 0 ados» : 1 :4
Ciperáceasa Doce ella a as qn 1:0 Pandanáceas........ AO Deal
NPOCINACOAB NS majo cito de Ol Miristicáceas. ...... pedis se Weil
'AMODACCAB: ocacion EE 0:1 Celastríneas. ...o.o.oo.oo.ooo. e Med
Zingiberáceas.. ........ ... 1:0 DEnáceas e. serca El 0:1
ENTACCA lo a a ee al 1:0 Os cord eadi= eje ajo coja oleaen 1:0
ENE A 1:0,4 Comiieras. ose ndta dee o 50 OE
Convolvuláceas......... ... LS VALRATÍCAS: «di ela ra do Lito:
Meliáceas. ..... das Ue 0:1 Combretáceas.......... .... 0:1
PIPEráCeas. to tao ao E LL Bignoniáceas. ......... iS Otal!
AA O IN 0:1
Con 20 á 50 especies. Burseráceas. ......... TA OE
Escrofularíneas. ........ ea 130 ISAAC rat lao dadas 0:1
INIATAnbÁCEaD. +. eosicads! ass 1:0 A el
Sapindáceas. ... ..o.ooso.... UL Menispermáceas....... ..... Oil
Rutáceas....... II AZ IS 'Ammarilideas. -..0.0.o mocos. q 1:0
Solandacedss al is od A 1EGElAS Gesneráceas. ......... E 125
IMIESIÁCCAS dass 03 dos 20 0:1 Poligonáceas...... daa de ESTO
Esterculiáceas............... LIS Nearacc as aa meteo eje ars Le 0:1
COTICIMÁCEAS 0.0.0.0 0. 8. ooo sm 30 Magnoliáceas. .... ... 0:1
A A 1: :6 BIC oline. Elias OL
A A 140) ¡ENpEericinea8 ela ea. ojealeja e OjetL
SAapotáccas. lease. decai A ps Simarúbeas......... . O (real
(MACICASA Eo. sonatas TSE OL Rizofóreas..... E 78 OO ed
Dipterocarpeas. ............ 0:1 Onograriéas ..... A > % 1:0
Capuliteras. tia retos 0:1 A A NE 0:1
Cucurbitáceas. ............. 1:0 Lentibularieas........... .. 1:0
OBÁCCAB: 22m... - OS 175 Nepentáceas... . ...... 10)
Anacardiáceas. ............ OT Thymeleáceas..........o..... 051
Las familias omitidas cuentan ménos de diez especies cada una.
Entre los géneros más ricos en especies figuran los siguientes :
Ficus (Urticáceas-Artocárpeas), EuarznIa (Mirtáceas), DENDROBIUM
(Orquídeas), IpPomzaA (Convolvuláceas), SAURURUS (Piperáceas), PHYLLAN=
448
THus y MaLLoTUS (Euforbiáceas), LORANTHUS (Lorantáceas), DESMODIUM
(Leguminosas-Papilionáceas), Himiscus (Malváceas), DiospYros (Ebená-
ceas), CASSIA y BAUHINIA (Leguminosas-Cesalpíneas), MeEDINILLA (Melas-
tomáceas), ArDIsIa (Mirsináceas), Quercus (Cupuliferas), LITsgA y CINNA=
MOMUM (Lauríneas), ARTOCARPUS, ELAOCARPUS y GREWIA (Tiliáceas),
GARCINIA (Gutíferas), CLERODENDRON y PREMNA (Verbenáceas), etc., etc.
No debe darse, sin embargo, á estos datos mayor valor del que en
realidad tienen, no olvidando lo muy distantes que están de ser expre-
sion de trabajos definitivos, y que, sobre todo en las especies, son muy
incompletos y no pocas veces hipotéticos.
El exámen detallado de los géneros admitidos hasta fin de 1882, en
la parte hasta aquella fecha publicada del Apéndice á la Flora Agusti-
niana y en la Sinopsis de la Comision de la Flora forestal, lleva al señor
Vidal á las siguientes conclusiones :
1.2 Casi todos estos géneros tienen representacion en las floras del
Asia austro-occidental, y muy especialmente en las de la Península de
Malaca, de la isla de Borneo y del archipiélago malayo.
2.2 Un número muchísimo menor componen los géneros australia-
nos (p. €j.), XANTHOSTEMON, OSBORNIA, LEUCOPOGON, etc.
3.7 Los géneros exclusivos de Filipinas son muy pocos, y éstos casi
siempre monotípicos (p. ej.), DipLopIscus, DASYCOLEUM, CARÍONIA, etc.
4.” Los géneros formados con plantas de Filipinas, ó han resultado
inadmisibles, ó se han hallado despues tambien en otros países de la re-
gion malaya.
5.” La vegetacion de la region montana superior de Filipinas
(desde 2.000 metros altitud) resulta, segun las exploraciones de la Co-
mision, genéricamente idéntica á la análoga de Borneo y archipiélago
malayo.
Estas concordancias de la Flora filipina con las de los países citados
podian casi predecirse dada la íntima conexion del Archipiélago y sus
tierras vecinas, segun hemos visto en la Seccion primera de la Parte se-
gunda de este libro. Todo induce á creer que al aislarse aquél, los tipos
genéricos de su flora no diferian de los actuales, habiendo afectado las
variaciones posteriores únicamente á las formas específicas; pero á éstas
en grado tal, que quizás no haya otras islas continentales con un nú-
mero tan crecido de especies propias como las que el Archipiélago fili-
,
449
pino posee. En resúmen, el carácter de la Flora de Filipinas, comparada
con la de los países vecinos, es indo-malayo en sus géneros y malayo-
filipino en sus especies, entendiéndose que con la designacion de indo-
malayo tratamos de expresar su mayor afinidad con la parte de la Mala-
sia más íntimamente relacionada con la India propiamente tal (Borneo,
Sumatra, Península de Malaca y Java) que con la restante (Molucas,
Celebes, Nueva Guinea, etc.) (1), y que con la de malayo-filipino indica-
mos la especialidad de esta vegetacion, dentro de la gran region de la
India acuosa de los geógrafos antiguos y de Miquel.
Las interesantes afinidades con la flora de Sumatra se notan bien en
dos importantes familias: las DIPTEROCÁRPEAS y las CONIFERAs, SObre todo
en su tribu de las ABIETÍNEAS,
La riqueza en helechos de la Flora filipina es muy notable. De las
investigaciones hasta hoy dia practicadas resultan 51 géneros, ó cerca
de 70 por 100 de los admitidos por Hooker y Baker en su Sinopsis uni-
versal; las especies, segun el P. Fernandez Villar, serán unas 350.
Las plantas GIMNOSPERMAS, aunque no se presentan con gran número
de especies en absoluto, son en cantidad crecida comparadas con las del
resto de la India acuosa, sobre todo en su familia más importante, la de
las CONÍFERAs, que en Java cuenta, segun Miquel, tan sólo un género
(PoDOCARPUS) con seis especies, y en Filipinas tiene cuatro géneros con
unas 20 especies. Las Coníferas son importantes para caracterizar la
Flora filipina con relacion á las de los países vecinos, pues la aproximan,
como ya hemos indicado, á la de Sumatra (cinco géneros, 10 especies),
con la que tiene comun; por ejemplo, el Prnus MERKUSIT, JUNGH ET VRIES,
y la separan con una especie propia tan importante como el Pinus INSU-
LARIS, ENDL., que presenta íntima afinidad de mucho interés botánico-
geográfico con el P. KasYa, RoYLE, de la region himalayana, ambas
pudiendo apénas diferenciarse específicamente.
En la Flora filipina la relacion de las plantas DicoTILEDÓNEAS á las
MONOCOTILEDÓNEAS es de 100 á 31; miéntras que en el Cuadro geográfico-
estadístico de la India acuosa por Miquel, es de 1004 28.
(1) En una Memoria reciente y todavía inédita, rectifica el Sr. Vidal algun tanto esta opi-
nion, á causa de las afinidades que ha tenido ocasion de observar entre las plantas filipinas y
otras procedentes de las islas Celebes.
57
450
Las familias de MONOCOTILEDÓNEAS que aparecen con mayor repre-
sentacion son: ORQUÍDEAS, GRAMÍNEAS, PALMAS, CIPERÁCEAS y ZINGI-
BERÁCEAS.
Las familias de DICOTILEDÓNEAS más numerosas, son las LEGUMINOSAS
y las UrTICÁCEAS, consideradas ambas en su acepcion más lata, Ru-
BIÁCEAS, EUFORBIÁCEAS, COMPUESTAS, LAURÁCEAS, ACANTÁCEAS y MIR=
TACEAS,
Pasando despues de las observaciones expuestas á bosquejar la fisio-
nomía que en conjunto presenta la vegetacion filipina, dice el Sr. Vidal
lo siguiente :
«Adoptando el sistema de Grisebach, expuesto y seguido en su clá-
sica obra «Die Vegetation der Erde,» hallamos predominando entre las
formas arbóreas:
1. En las de tronco no ramificado y sólo coronado con un penacho
de hojas, las de las Palmas, de los Helechos, de los Plátanos y de los
Pandanos (á veces con ramificacion dicotómica).
2.7 En las de tronco, ó mejor tallo, con ramitas laterales, pero sin
copa propiamente tal, la de los Bambúes Ó Cañas, como aquí se les
llama.
3. En las de tronco descomponiéndose por ramas madres en una
copa bien marcada, la distincion es ya más difícil por la multitud de ti-
pos. A grandes rasgos puede decirse, ateniéndonos al follaje, que domi-
nan las de hojas persistentes con tintas verde-oscuras y lustrosas, siendo
relativamente mayor el número de las simples que el de las compuestas,
y el de las alternas que el de las opuestas. Como formas especiales fisio-
nómicas notamos: la de los Pinos, pobre en especies, pero con muchos
individuos, y á ella enlazada por el porte general la de las Casuarmas,
que se hallan en el mismo caso; la de los Laureles y de los Olivos, y las
de los Tamarindos y de las Mimosas. De las formas fruticosas señalare-
mos: las de los Mirtos y de las Adelfas, y la de las Palmas soboliferas.
Entre las leñosas volubles se distinguen las de las Lianas, de los Bejucos
ó Palmas trepadoras, y de las Cañas volubles (DOEMONOROPS).
En las plantas herbáceas ninguna forma gana en importancia á la de
las Gramas, imprimiendo fisonomía á grandes extensiones: despues si-
guen la bien conocida de los /Telechos; la de los Gengibres (ZINGIBERÁ—
CEAS y MARANTÁCEAs), con sus hojas simples, anchas, enteras, de nerva-
451
cion paralela y de disposicion dística, y la de las Araceas 6 Aroideas, de
hojas asaetadas, en general abroqueladas, con limbo entero ó dividido y
largo peciolo. La forma de las ep1fitas Ó falsas parásitas, cuya nutricion
es principalmente atmosférica, aunque crecen sobre otras plantas, es en
esta Flora muy rica, contando la mayoría de la gran familia de las Or-
QUÍDEAsS que, por la rareza y vistosidad de sus flores, contribuyen á dar
fisionomía á determinadas localidades. Finalmente, entre las plantas
acuáticas merecen mencion: la PIsTIA STRATIOTES Ó yu1apo, cuyos indivi-
duos, con sus hojas en roseta, cubren las aguas de lagunas y rios, las
PoTAMOGETON, las CHARA, las VALLISNERIA y las NINFÁCEAS, cuyos tipos
son propios tambien de los países extra-tropicales.
No deben omitirse al hablar del porte de nuestros árboles, ciertas
particularidades que el sistema radical ofrece con el desarrollo de raíces
aéreas, de sustentáculos y de estribos. Las raíces aéreas en su acepcion
más concreta, parten de las ramas, prolónganse hasta penetrar en el
suelo, engruesan luégo y aparecen al fin como troncos, sin desarrollo de
ramas ni hojas; así toma á veces un sólo individuo el aspecto de un
grupo de árboles con copas soldadas, como se observa en los haletes (Fr-
CUs). Otras raíces aéreas, yendo desde la copa á la tierra, se originan,
no de yemas adventicias como las anteriores, sino directamente de la
semilla, por verificarse su germinacion ántes de diseminar el fruto; tal
sucede en muchos árboles de mangle, por ejemplo, en la mayoría de las
RHIizorórEAs. Por sustentáculos entendemos las raíces que salen de la
parte baja del tronco, pero á cierta altura sobre el suelo, como se ve
en los Pandanos, en muchas RHIZOFÓREAS y en algunas Palmas. Una
formacion de raíces, más rara aún que las dos anteriores, es la que nos
presenta árboles de los más corpulentos de nuestros bosques (DRA-
CONTOMELUM, PTEROCARPUS, €etc.), en la parte inferior de cuyo tronco .
hay unos salientes á manera de listones verticales que, como estribos 6
botareles, le apoyan; el orígen de estas raíces soldadas con el tronco, ó
de estas excrecencias verticales del tronco mismo, se ha explicado por
acumulacion de jugos plásticos, debida á un entorpecimiento en su cir-
culacion motivado por excesiva horizontalidad de las raíces subterrá-
neas; de éstos, que á falta de nombre mejor llamamos estribos (en tagalo
banot), se sacan grandes tablas muy estimadas en las especies de buena
madera, como la narra,
452
Los órganos de reproduccion con sus accesorios quedan, en general,
subordinados á los de nutricion como elementos fisionómicos, pero no
tanto que se pueda prescindir de ellos. Recuérdese el efecto producido en
sierras de la Península al pintarse sus laderas con las flores de las reta-
mas, de los cantuesos y de varias ANTHEMÍDEAS (Compuestas), y no se les
negará un lugar aquí. Wallace, en sus viajes por el Archipiélago ma-
layo, dice que doce años de recorrer comarcas con la vegetacion tropical
más espléndida, le convencieron de que las flores tienen en sus paisajes
menor representacion que en los países templados; no es esta cierta-
mente la idea que de ella nos formamos por la lectura de obras de viajes,
más pintorescas que verídicas, ó por visitas á las estufas de los grandes
jardines en donde se aglomeran las plantas más hermosas de toda la
zona tropical. Las floridas praderas con sus tréboles, ranúnculos, jacin-
tos y narcisos, los brezales, los jarales y los retamales no existen aquí,
donde la vegetacion herbácea y fruticosa nunca ofrece tales masas de
vivos colores, por ser ménos sociables las plantas de bellas flores. Acep=
tando el aserto de Wallace como muy verdadero, es cierto tambien que
hemos visto en estos montes manchones con sus árboles cuajados de flo-
res, sobre todo en donde dominan las DIPTEROCÁRPEAS (DIPTEROCARPUS,
SHOREA, VATICA); pero por regla general las flores son en esta vegeta-
cion sólo un detalle de su fisionomía.
Entre las familias con plantas de flores más vistosas, tenemos las
siguientes, que enumeramos segun su órden sistemático: DILENIÁCEAS,
MAGNOLIÁCEAS, NINFEÁCEAS, CAPARÍDEAS, GUTÍFERAS (gro. Calophyllum),
DIPTEROCÁRPEAS, MALVÁCEAS, MELIACEAS, AMPELÍDEAS (gro. Leea), Le-
GUMINOSAS, MIRTÁCEAS, MELASTOMÁCEAS, LITRARIÉAS (gro. Lagerstro-
mia), CUCURBITÁCEAS, BEGONIACEAS y ARALIACEAS (gro, Osmoxylon), todas
de las DICOTILEDÓNEAS PoLIPÉTALAS; entre las GAMOPÉTALAS Citaremos
las RUBIACEAS, COMPUESTAS, ERICÁCEAS (gro. Rhododendron), PLUMBAGÍ=
NEAS, MIRSINÁCEAS (gro. Ardisia) OLEÁCEAS, ÁPOCINACEAS, ASCLEPIA-
DEAS, LOGANIACEAS (gro. Fagroa), GENCIANÁCEAS (gro. Exacum), CON=
VOLVULÁCEAS, SOLANÁCEAS (gro. Datura), GESNERÁGEAS, BIGNONIÁCEAS,
ACANTÁCEAS, VERBENÁCEAS y LABIADAS (gros. Coleus, Leucás, etc.); de
las DICOTILEDÓNEAS APÉTALAS, algunas EUFORBIACEAS y LAURÍNEAS, y de
las MONOCOTILEDÓNEAS las ORQUÍDEAS y las AMARILÍDEAS.
Algunos órganos accesorios presentan á veces formas con una vis-
453
tosidad ó rareza que les hacen verdaderos elementos fisionómicos; cita-
remos sólo las bracteas de las SIMPHOREMA (VERBENACEAS), las expan-
siones calicinas de la Muss4NDA (RUBIACEAS), y los ascidios tan curiosos
de los NEPENTHES Ó jarritas y de las DiscHIDIA (AsCLEPIADEAS).
No hemos recorrido los países vecinos bastante para entrar en com-
paraciones acerca de fisonomía de la vegetacion, que no se pueden
hacer de referencia como las relativas al carácter de la flora; no obs-
tante, observaremos que el reino vegetal causa en todos los países
tropicales impresiones muy semejantes. Así, Junghuhn dice que de Su-
matra parecen copiadas las inimitables descripciones hechas de América
por Humboldt, y Wallace observa la misma paridad entre las Celebes y
el Brasil; por lo que de Filipinas y de las Antillas hemos visto, hallamos
tambien una similitud en la fisonomía de la vegetacion mucho mayor
que la que presentan lejanos países en las zonas templadas.»
El estudio de la geografía botánica filipina, ó sea de la distribucion
horizontal y vertical de las especies vegetales en el Archipiélago, como
base de las características de zonas y regiones, se encuentra todavía en
un estado de atraso muy considerable, ya porque las exploraciones de los
botánicos no han podido hasta el presente extenderse á ciertas regiones
de aquél, ya porque muchos ejemplares de las colecciones más impor-
tantes carecen de indicacion de localidad.
He aquí lo que acerca de tan interesante punto consigna el señor
Vidal :
«Una simple ojeada sobre el mapa de Filipinas nos dice que su vege-
tacion ha de presentar diferencias locales notables, ya por extenderse
desde el paralelo 5” hasta el 20” de latitud Norte, ya por su fracciona-
miento en numerosas islas, ya por lo quebrado de gran parte del terri-
torio, ya por las diferencias en la constitucion de su suelo, ya tambien
por la distinta influencia de los monzones en la precipitacion de la hu-
medad, marcando de opuesto modo los períodos de secas y de lluvias.
En las islas situadas al Sur de Mindanao la vegetacion es verdadera-
mente ecuatorial, como indica bien el cultivo del mangostan (GARCINIA
MANGOSTANA) y del durian (DuRIO ZIBETHINUS), carácter que va perdiendo
ya en la gran isla de Mindanao, pero conservando el tropical hasta el
extremo Norte de Luzón, si bien con gradaciones que ni á una ligera
observacion se ocultan. Desde Manila hacia el Sur hay más riqueza en
454
formas que hacia el Norte, mostrándose allí con mayor representacion
familias tropicales tan importantes como son las MIRTÁCEAS, las LAURÍ-=
NEAS, las URTICÁCEAS, sobre todo en la subfamilia ARTOCÁRPEAS, las
ARÁCEAS y las ORQUÍDEAS.
La parte del Archipiélago sometida á la influencia de las lluvias del
mar Pacífico (monzon N. E.), presenta diferencias en su vegetacion
respecto á la opuesta, que recibe las aguas del mar de China (mon-
zon S. 0.), de ordinario ménos copiosas que aquéllas. Las masas de
monte son más extensas y más compactas, la zona agrícola es más limi-
tada, los HeLEcHOS, las ORQUÍDEAs, las PALMAS, las ARÁCEAS y las Mr-
LASTOMÁCEAS despliegan una esplendidez grande de formas. Su explora-
cion ofrece dificultades enormes, sobre todo en la parte septentrional de
Luzón; pero es donde únicamente hemos visto selvas vírgenes en toda
su sublime magnificencia. No se ha encontrado allí ninguna ABIETINEA;
pero tanto la AGATHIS LORANTHIFOLIA como varios PODOCARPUS vegetan
bien. Las CASUARINAS bordean las costas, ménos en los sitios abruptos y
peñascosos. j
Tanto en su carácter como en su fisonomía la vegetacion difiere mu-
cho en las localilades donde se han efectuado roturaciones y en aquellas
donde el trabajo del hombre ha tenido poca ó ninguna accion. Estas úl-
timas están cubiertas de arbolado espontáneo, formando espesos montes,
ó, desprovistas de él, tienen sólo gramíneas, que es como se presentan
los llamados coyonales. Pasemos á ocuparnos de su vegetacion bajo el
epígrafe adoptado en el programa, que es el de
Flora forestal.
Una clasificacion de las masas de monte en una flora tropical no es
tarea fácil. Kurz, en su: obra «Forest Flora of British Burmah, Cal-
cuta, 1877,» lo intenta; pero á nuestro juicio con poca fortuna, quizás
por haber querido establecer demasiadas divisiones y subdivisiones que
luégo no logra caracterizar con precision. En el siguiente ensayo, que
damos con no poca desconfianza, nos atenemos principalmente á las di-
ferencias que la vegetacion presenta á distintas altitudes, Ó sea segun
sus regiones. Éstas, sin embargo, ni siempre se marcan bien, ni tienen
ux carácter constante por ser expresion resultante de muchos factores
ida
455
difíciles de concretar (temperatura, humedad, suelo, particularidades en
el área horizontal de dispersion, sociabilidad de especies, ett.).
Las divisiones que admitimos son :
Vegetacion de manglar.
. Idem playera.
. Idem de la region baja, hasta 200” altitud.
Idem de la region media, de 200 á 1.000”
Idem de la region montana de 1.000 á 1.800”
Idem de la region montana superior, de 1.800 á 3.000”
DRA
1. VEGETACION DE MANGLAR.—Se halla en los estuarios de rios con
un suelo fangoso bañado constantemente por agua salada ó sometido al
influjo de las mareas altas ordinarias. Las especies leñosas dominan y
en ellas las formas arbóreas. Su familia típica es la de las RIzorÓREAS,
estando tambien representadas las MELIACEAS (gro. CARAPA), las LITRA-
RIEAS (PEMPHIS, SONNERATIA), las RUBIÁCEAS (SCYPHIPHORA), las MIRSINÁ—
CEAS (AEGICERAS), las ACANTÁCEAS (ACANTHUS) y las VERBENACEAS (AvI-
CENNIA) entre las Dicotiledóneas; las Palmas (Nipa) y los Helechos
(ACROSTICHUM) vegetan tambien aquí con otras que por su subordinacion
no enumeramos. Los Pandanos son comunes á este grupo y al siguiente,
en el cual abundan más.
La fisonomía de los manglares es quizá la mejor marcada en la ve-
getacion tropical. El porte de sus árboles—muy copudos, con raíces
aéreas y sustentáculos, y de follaje coriáceo, verde-oscuro brillante ó
mate y algo azulado-ceniciento, en general con hojas de limbo entero y
las más opuestas, los frutos germinando ántes de la diseminacion—da á
especies, muy distantes en el sistema, una semejanza que evidencia el
influjo ejercido en los organismos por el medio donde viven, y á cuyas
condiciones especiales tienen que adaptarse para prosperar en la lucha
por la existencia. La nipa con sus hojas grandes, pinatífidas y muy pa-
recidas á las del coco, forma en los manglares manchones que resaltan
sobre el conjunto. La importancia técnica de los montes de estas locali-
dades es mucha, siendo bien conocidos sus aprovechamientos, que ali-
mentan industrias de entidad.
2. VEGETACION PLAYERA.—Aquí comprendemos la que, hallándose
en la inmediacion del mar, no está sujeta, como la anterior, á la di-
recta influencia de sus aguás. La vegetacion leñosa domina y es muy
456
variada, contándose en ella árboles tan importantes por su madera como
el ¿pú (AFZELIA BIJUGA), el dungon (HERITIERA LITORALIS), el molave
(VITEX, varias especies), el palo-maría (CALOPHYLLUM INOPHYLLUM), et-
cétera, etc. Son características además: TERMINALIA CATAPPA, PONGAMIA
GLABRA, BARRINGTONIA SPECIOSA, CERBERA ODOLLAM, CORDIA SUBCORDATA,
DoDONOEA CANDOLLEANA, THESPESIA POPULNEA, HIBISCUS TILIACEUS, EX-
OECARIA AcaLLocHa, etc., etc., y bajan hasta aquí muchas especies que
parecen tener su centro ó paraíso en la region siguiente, entre ellas:
VITEX TIMORIENSIS, PTEROCARPUS ÍNDICUS, SINDORA WALLICHI, MIMUSOPS
ELENG1, HoMALIUM ARANGA (NOV. €sp.), AGLATA ROXBURGHIL y Otras varias
especies, CEDRELA TOONA Var. (Óó CEDRELA Nov. esp.), etc. Las DIPTERO=
CÁRPEAS son escasas, y cuando están parece su presencia un escape de
otras regiones; las CUPULÍFERAS y CONÍFERAS nunca se ven aquí, hallán-
donos, -siempre que nos han hablado de pinos, con la CASUARINA, cuya
área, en la parte central de Luzón, es tan curiosa que no podemos por
ménos de motivar una breve digresion.
Las Casuarinas, llamadas en tagalo 4900, aguho, aroó Ó aro, abun-
dan, como hemos indicado, en los montes playeros de la costa del mar
Pacífico, subiendo hasta 1.200” en la sierra del Caraballo: siempre cerca
de rios, faltan en toda la extensa llanura que media entre la sierra Ma-
dre, al Oriente de Nueva Ecija, y la de Zambales, excepto en algun rio
que desagua en el golfo de Lingayén, no viéndose un solo individuo en
los que vierten sus aguas en la bahía de Manila y en la Laguna de Bay;
tampoco los hemos observado en las costas del mar de Mindoro, y junto
al mar de China hállanse en Zambales, pero no en Bataan. Si se com-
para esta área de dispersion con la constitucion geognóstica del terri-
torio que ocupa, las soluciones de continuidad parecen marcadas por la
extension de las tobas y arenas feldespáticas arrojadas por los muchos
volcanes, hoy apagados, que en aquél se levantan. Si la relacionamos
con la orografía de esta parte de la Isla, casi podemos representarnos las
fajas, límites de los cenicientos agohos, como una especie de mojones
limitando dos antiguas islas, una oriental en el Pacífico, con su lí-
mite O. en Nueva Ecija, y otra occidental en Zambales; la emersion no
debió ser grande para unirlas, y más si á sus efectos se añaden los ma-
teriales de eyeccion que, con los aluviones, forman hoy las capas super-
ficiales del suelo de estas llanuras.
.
»
/
,
457
Sin detenernos en la vegetacion herbácea playera por su menor in-
terés, diremos para terminar con la leñosa, que la situacion de los mon-
tes es aquí favorable en extremo para su beneficio, y por consiguiente,
como sólo se ha procurado explotarlos sin cuidar de su conservacion, se
hallan muy maltratados en todas las comarcas pobladas, siendo sus úni-
cos protectores la falta de brazos y de vías de extraccion, como en la
costa del Pacífico sucede.
3. VEGETACION DE LA REGION BAJA HASTA 200”,— Alejándonos algo
de las playas hallamos masas de vegetacion leñosa, cuyo carácter la dis-
tingue de las anteriores lo bastante para apreciarse sus diferencias sin
gran dificultad.
Una familia entra aquí á ser elemento notable del vuelo, la de las
DIPTEROCÁRPEAS, propia de la gran region que Grisebach describe como
Region indica de los monzones (Indisches Monsungebiet), cuya impor-
tancia forestal es grande, por contar árboles como el yacal, el guiso,
el mangachopos, el apiton, el mayapís, el malaauonan, el panao, et-
cétera, útiles ya por su madera, ya por sus resinas. Es el vuelo por
lo demás tan heterogéneo, que nos vemos precisados á dar la siguiente
larga lista de familias que entran á componerle, indicando sólo alguno
de los géneros que contribuyen con mayor contingente, ora de especies,
ora de individuos.
DICOTILEDÓNEAS POLIPÉTALAS. —MAGNOLIÁACEAS (TALAUMA), ANONÁCEAS
(UNONA, CANANGA, XYLOPIA, ÁNAXAGOREA, €tc.), BIXÍNEAS (FLACOURTIA,
SCOLOPIA), PITOSPÓREAS (PITTOSPORUM), HIPERICÍNEAS (GCRATOXYLON), GU-
TÍFERAS (GARCINIA, CALOPHYLLUM), MALVÁCEAS (HIBISCUS), ESTERCULIÁCEAS
(STERCULIA, HERITIERA, PTEROSPERMUM, MELOCHIA), TILIACEAS (DIPLO-
DISCUS, COLUMBIA, GREWIA, ELAZ0CARPUS), RuTÁCEAS (todos nuestros gé-
neros hallan aquí su estacion más propia), BURSERÁCEAS (CANARIUM,
SANTIRIA), MELIÁCEAS, que tambien parece tener en esta region su pa-
raíso, como las siguientes, y son: OLACÍNEAS, CELASTRÍNEAS, RHAMNEAS,
SAPINDÁCEAS, ANACARDIÁCEAS, CONARÁCEAS, y gran parte de las LEGUMI-
NOSAS en sus tres subfamilias, por lo que omitiremos citar géneros (que
se pueden hallar en la Sinopsis; RosÁceas (PARINARIUM, PYGEUM) una
RHIzOFÓREA (CARALLIA INTEGERRIMA), MIRTÁCEAS (EUGENIA, NELITRIS,
BARRINGTONIA, PLANCHONIA, y en las islas del Sur, METROSIDEROS y XAN-
THOSTEMON), LITRARIEAS (CRYPTERONIA, LAGERSTRGMIA, DUABANGA), Sa-
58
458
MIDÁCEAS (HoMALIUM y muchas CasgarIa en el matorral), DATISCEAS (Oc-
TOMELES), y ARALIÁCEAS, propias todas de esta region.
DICOTILEDÓNEAS GAMOPÉTALAS. —RUBIÁCEAS (los géneros de la tribu de
las NAUCLEAS, ménos UNcARIaA que es más propio de la region siguiente:
WENDLANDIA, RANDIA, GARDENIA, CANTHUIM, PsYCHOTIA, POEDERIA, etc.),
COMPUESTAS (BLUMEA, CONYZA, PLUCHEA, VERNONIA; la V. ARBÓREA sólo
en el límite superior, etc.), SAPOTÁCEAS y EBENÁCEAS, para ambas su
verdadera region, EsTIRÁCEAS (SYMPLOCOS), el mayor número de las
APOCINÁCEAS y ÁSCLEPIADEAs, BORRAGÍNEAS (CORDIA, EHRETIA, TOURNE-=
FORTIA), BIGNONIÁCEAS (STEROSPERMUM), VERBENÁCEAS (VITEX, CALLICAR-
PA, OCLERODENDRON, PREMNA, (+MELINA), y LABIADAS leñositas.
DICOTELEDÓNEAS APÉTALAS. —NICTAGÍNEAS (PISONIA), LAURÍNEAS (CIN-=
NAMOMUM, LITSEA y otros ménos frecuentes), EUFORBIÁCEAS (BRIDELIA,
CROTON, ANTIDESMA, PHYLLANTHUS, MACARANGA, MALLOTUS, etc.), y URTI-
CÁCEAS que tienen aquí sus estaciones favoritas.
MoNoCcoTILEDÓNEAs.—Las Parmas y las BAMBUSÁCEAS principalmente
se presentan aquí.
4. VEGETACION DE LA REGION MEDIA, DE 200 Á 1.000”,—HRebasan
su límite inferior muchos de los elementos leñosos de la region baja,
más ó ménos, segun circunstancias muy complejas de estacion y socia-=
bilidad de especies. Su característica es difícil áun cuando la práctica los
haga distinguir bien.
Las DILENIÁCEAs arbóreas (DILLENIA, WorMIA) entran con mayor fre-
cuencia; las EUGENIA de la seccion SYzyarum (con muchas maderas bue-
nas) abundan; las LeGuMINOsAs, en sus tres grandes agrupaciones de
PAPILIONÁCEAS, CESALPÍNEAS y MIMÓSEAS, van disminuyendo algo á me-
dida que la altitud es mayor; en las RurrA4cras las tribus de las NAu=
CLEAS y de las GARDENIEAS pierden, al paso que las de las RONDELÉTIEAS
(WENDLANDIA, GREENIA, etc.) gana en representacion. En esta region
aparecen ya las CUPULÍFERAS (QUERCUS, CASTANOPSIS), y las CONÍFERAS
(Pinus, PopocARPUs) que bajan. hasta más allá de su límite inferior. Las
TERNSTREMIÁCEAS y MELASTOMÁCEAS son familias que la diferencian tam-
bien de la anterior por la frecuencia de sus especies, y á ellas puede
agregarse la de las MirsivAceas, áun cuando no deje tampoco de ha-
llarse en aquélla. Algunos de nuestros mejores árboles maderables van
en disminucion ó desaparecen, como los molaves (VITEX TRIFOLÍA, HETE=
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”
459
ROPHYLLA, €tc.), la NARRA (PTEROCARPUS ÍNDICUS, ERINÁCEUS, etc.); el
ipil, el tíndalo (AFZELIA RHOMBOIDEA), el banabá (LAGERSRTREMIA FLOs
RrEGINZ), las EBENÁCEAS y SAPOTÁCEAS en general; muchas y buenas
LAURÍNEAsS, etc. Entre las MONOCOTILEDÓNEAs, las PALMAS y BAMBUSÁCEAS
son ménos comunes; en las PANDANÁCEAS sigue principalmente el género
FREYCENETIA. Aquí se presentan los helechos arbóreos, cuyo límite infe-
rior puede fijarse para el centro de Luzón en unos 300”, si bien va-
riando mucho, pues la humedad parece ser el factor determinante casi
de distribucion vertical, tanto que en varios puntos de la costa del Pa-
cífico bajan hasta el nivel del mar.
El beneficio de los montes de esta region presenta ya mayores difi-
cultades que el de los situados en las anteriores, tanto por lo quebrado
del terreno como por la menor densidad de poblacion; así en muchos de
ellos apenas se hacen más aprovechamientos que los productos secunda-
rios de fácil extraccion. Son de gran trascendencia para el clima y el
buen régimen de las aguas, y en su conjunto puede decirse que entran ya
en la zona forestal de montes reservables.
9. VEGETACION DE LA REGION MONTANA INFERIOR, DE 1.000 4 1.800”, —
El carácter tropical de la vegetacion se iria perdiendo en esta region si no
nos lo recordaran á cada paso formas que están dentro de él y que no
cejan ante sus altitudes, como RUBIAGEAS y ACANTÁCEAS leñosas, CIR=
TANDRÁCEAS, 'T'ERNSTREMIACEAS, MIRSINÁCEAS, PANDANÁCEAS, MELASTO=
MÁCEAS, algunos Ficus, aunque muchísimos ménos que en las localidades
más bajas, y tambien representantes de las DIPTEROCÁRPEAS, MELIÁCEAS
y Otras familias de los trópicos. Entran de lleno las CONÍFERAs, sobre
todo con los géneros AgGATHIs y PoDOCARPUS, y las CUPULÍFERAS Cuyo
género QUERCUS, con gran diversidad de especies (unas 20 ya halladas),
llega á dominar en muchas localidades (Caraballo Sur, por ejemplo).
Esta region así como la siguiente, están aún peor exploradas que las
anteriores.
La importancia forestal de estas masas de arbolado, cuyos individuos
empiezan á mostrarse de tronco más tortuoso, ménos limpio y de copa
más achaparrada que los de las regiones bajas, es más bien cosmológica
que económica. Los obstáculos para el aprovechamiento de productos
primarios son, á lo ménos hoy por hoy, insuperables. La humedad at-
mosférica es en ellos grande y hacen el papel de verdaderos condensado-
460
res, que es de trascendencia suma en estos abrasadores climas. Si en la
region anterior debe fijarse ya la zona de montes reservables, en ésta se
necesitaria una prohibicion de destruir el arbolado tan estricta, que de-
berian formar la zona forestal sagrada, valiéndonos de la expresion de
un ilustre hacendista, Senador del Reino, dedicado hoy á desarrollar la
riqueza de, Filipinas al frente de una poderosa empresa.
5. VEGETACION DE LA REGION MONTANA SUPERIOR, DE 1.800 A 3.000", —
La mayor altura medida hasta hoy en el Archipiélago ha sido la de la
cumbre del Apo, volcan extinguido del Sur de Mindanao que, segun los
Sres. Kock y Schadenberg, se levanta á unos 3.100” sobre el nivel
del mar.
La montaña más alta en el centro de Luzón es el Banahao, en cuya
ascension el barómetro aneroide-hipsométrico nos acusó unos 2,250”.
La flora toma aquí ya un carácter alpino: VACCÍNEAS, ERICÁCEAS CON SUS
hermosos RHODODENDRON, raras MIRTÁCEAS (LEPTOSPERMUM), una curiosa
EPACRÍDEA (LEUCOPOGON), COMPUESTAS y GRAMÍNEAS, que recuerdan las de
los altos de las cordilleras europeas, mezcladas con las extrañas formas
de las ARÁGEAs y los familiares Rubus en alianza con MELASTOMÁCEAS,
RuBIÁCcEas y MIRSINÁCEAs, de tipo tropical, forman una vegetacion de
extraordinario interés botánico. Casi todos nuestros hallazgos aquí han
sido novedades para esta flora, que no podemos citar por falta de espa-
cio, contentándonos, en prueba de su interés, con mencionar la GUNNERA
MACROPHYLLA, BLUM., que vegeta tambien á grandes alturas en Suma-
tra y Java, pero no en el continente asiático, y una ÁsTILBE que nos
parece idéntica á la A. spEcIoSA, JuncH., de Java, y quizás no sea distin-
ta especificamente de la A. RUBRA, H. f. et Th., del Himalaya.
La conservacion de las masas leñosas, aunque importantísima, debe
preocuparnos ménos, por constituir lo poco accesible de estas localidades
su mejor defensa.
Si comprobamos la distribucion vertical de nuestra flora con la de
los países vecinos, veremos que aquí bajan las mismas especies Ó sus
afines mucho más que en Java, ofreciendo estas regiones mayor similitud
con las de Sumatra.
En esta Reseña, de carácter muy general, no podemos descender á
detalles respecto de especies, que además se hallan consignados: en el
Catálogo de las colecciones que la Inspeccion expone; nos limitaremos,
461
pues, á citar las familias más importantes, con alguno de sus géneros de
mayor interés forestal, y son:
DIPTEROCÁRPEAS.— DIPTEROCARPUS, ANISOPTERA, SHOREA, HOPEA,
VATICA.
LEGUMINOSAS. —PTEROCARPUS, ÁFZELIA, ACACIA, PITHECOLOBIUM, AL-
BIZZIA.
RUBIÁCEAS. —SARCOCEPHALUS, STEPHEGYNE, NAUCLEA, MORINDA, RAN-
DIA, etc. |
VERBENÁCEAS. —VITEX, PREMNA, TECTONA.
SAPOTÁCEAS. —SIDEROXYLUM, PALAQUIUM, AZAOLA, MIMUSOPS.
URTICÁCEAS. —ÁRTOCARPUS, FICUS.
EBENÁCEAS. — DIOSPYROS.
MIRTÁCEAS. —EUGENIA, BARRINGTONIA.
COMBRETÁCEAS. — TERMINALIA.
RIZOFÓREAS. —RHIZOPHORA, BRUGUIERA, CERIOPS.
PALMAS. —CORYPHA, ÁRENGA, LIVINGSTONA, ÁRECA, etc.
ESTERCULIÁCEAS. — HERITIERA, STERCULIA.,
LITRARIEAS. —LAGERSTROEMIA, SONNERATIA.
CONÍFERAS. —PINUS, AGATHIS, PODOCARPUS.
CUPULÍFERAS. —QUERCUS.
SAPINDÁCEAS. —NEPHELIUM, EUPHORIA, CUBILIA, etc.
MELIACEAS. —CEDRELA, ÁGLAIA, ÁMOORA, etc.
APOCINÁCEAS. — WRIGTHIA, ALSTONIA.
ANONÁCEAS.—XYLOPIA, GONIOTHALAMUS, POLYALTHIA, etc.
GUTÍFERAS. —CALOPHYLLUM, G+ARCINIA.
OLACÍNEAS. —GOMPHANDRA, STROMBOSIA, G'ONOCARYUM, etc.
EUFORBIACEAS. — BISCHOFIA, UYCLOSTEMON, CLEIDION, etc., etc.»
Prescindimos de trascribir aquí las noticias que el Sr. Vidal consigna
en su folleto acerca de las plantas que son objeto del cultivo agrario, que
sirven para adorno ó que se usan en medicina, porque casi todas ellas
constan ya en las anteriores páginas.
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