I

<.f»iHi»í<««>^^?c-^^

4

The John Cárter Brown Libran/

Gift of

Míchael Zínman

ISrmmt ^nitif raitu

4

CARTAS A ÜN AMIGO

ACERCA DEL PAPEL

QUE SE DICE ESCRITO EN LIMA,

i IMPRESO EN BUENOS AYRES,

INTILULADO

MANIFESTACIÓN HISTÓRICA, Y PO- LÍTICA DE LA REVOLUCIÓN DE LA AMERICA, Y MAS ESPECIALMENTE DE LA PARTE QUE CORRESPONDE AL PERÚ Y RIO DE LA PLATA, ilN LAS QUE SE EXCLARECEN LOS EQUÍVOCOS QUE HA PADECIDO EL AUTOR.

POR EL Dr. D justo FIGUEROLA

del Ilustre Cohgio de Abogados^

Catedrático de Vísperas., de Leyes

de la Real Universidad de Sm

Marcos^ y Notario Mayor del

Arzobispado.

LIMA.

Con licencia del Superior Gobierno.

Imprenta de Niños Expósitos»

AÑO DE li^zQi

Nequ^ sic accipiátis tanquam exprobattirtis pr^eterita surrexe» rim. Nam veterem quidem culpam ijitempestivé objkere , inimici et ftlienís erroribus petülanter rnsul^ t antis únimi est : prohi víriy et sa* I litis comnmnis studiosi peccata C/- vitatis tegere^ aut excusare malunt^ nisi quoties ad calamitatem publi" eam amoliendamprceteritarum ojfen* slonum recordatio grande momentum habet. Nam ab error e quidem omni^ homities quum simus^ immunes haberi velle^ ^nimitim est superbum: sed úd eumdeni lapidem crebro impin- gere ; ñeque saltem eventu teme^ ritatem castigante ad cautionem erudiri ^ id vero jam vix bene kumanum est,

Supplem. Lívian. Dec. 2 .lib. la. cap. n.

No creáis que mi objeto es reprobar vuestra conducta pasada. Porque sacar en cara á destiempo las culpas antiguas es propio de un carácter enemigo, que insulta con petulancia los errores ágenos; pero el hombre . de bien , siempre ansioso de la salud publica, trata únicamente de cubrir, ó excusar las faltas de sus conciudadanos, recordándolas solo quando las es-* tima conducentes á evitar las ca- lamidades publicas. El último gxado iie sobervia es. juzgarnos esentos del error, siendo hombres; pero á- penas puede darse tal título á los que se estrellan tenazmente contra los mismos escollos, y no se ins- truyen y cautelan, quando el re- sultado de ios sucesos ha castigado §u temeridad.

Dec. 2, lib. 12. cap. ii. de los suplementos de Tito Livio,

"9^»^^^^^^^^^^ ^

JVL I amado amigo : me picje Y. le ma- niíieste francamente mi dictamen ácere del papel que corre impreso en Baenx)§r Ayres, y escrito en Lima segan se dice» con el titulo de Maaifesí ación histórica y política de la revolución de la Amé- rica , y mas especialmente de la parte que corresponde al Perú y Rio de la Pla- ta j y hablando á V. con la ingenuidad de mi carácter , se conoce que el autor, ó no tuvo noticias exactas , ó que e| calor ccn que escribe le privó de aquella tranquilidad que demanda la naturaleza de un asunto de tanta importancia para juzgarlo sin pasión , y que el dema- ciado análisis , que quizo hacer de las cosas , le produjo la confusión lejps ds

la claridad. Asigna veintiocho cau- cas de la revolución de América ,. q^t pueden reducirse á una sola , y se lleva de calle á todos los que encuentra al paso, despedazándolos con quanta im- piedad cabe en la pluma sin respetar autoridad sagrada , ni civil , y faltando decididamente á la verdad en hechos constantes á todo el mundo^ y en apoyo de sus opiniones subversivas viene es- cdkado Voltayre, Rosseaú , Mirabeau , Reynal, Mercier, Helvecio, D* Alamber , y demás Apóstoles que han tratado de neJQ:ar la sociedad arrojan4o luces , á manera de las que vomitan los vol- canes que ilustran al tiempo de su ex- piación, pero que también, destruyen lo que iluininan, Desengañémosnos : quando el hombre trata de instruirse en todo, y de buscar siempre la razón de todas. las cosas , en lugar de esclarecerse ,s.e confunde, sucediéndole lo mismo que >l.

t>am9s, 9t dona fercnus. Después de hi infelicidades en que han hundido al uin- ▼€1*50 los corifeos de la impiedad y sub- versión , el mayor mal es, el que se. amen estos males , y el que &e nuira el alma de este veneno mortal , que corroe la inteligencia y los sentimientos , con- Tirtiendo al hombre en una fiera íu- ¿ómita, sacándolo de la esfera de animal racional, y de consiguiente de civil y religioso. No se persuada V, , mi amado amigo, que trato de hacer el panegírico de la ignorancia : amo las luces y co nozco sus ventajas , al mismo tiempo ^ue tos funestos males, en que sumerge i los hombres la falta de ilustración^ pero quisiera se desterrasen del mundo los nombres ^ y aún la memoria de los escritores qne se han llevado la admi- ración de los incautos en estos últimos tiempos , y que parece han dé<ilarado guerra al cielo y ía tierra, eómbatieodo

los principios religiosos y sociales. Ar-t mado de estas balas roxas para cierta clase de gentes , aunque despreciables para otras, sale á luz el- papel sobpg que tRe pide V. dictamen^ no dando paso' su autor oin que inincdiatániente acoie^- con uno de estos padrinos trayéndolcs^ len ocasiones coa la mayor importunidad.'' Las ideas están hacinadas y no distingui,'* das, poniéndose causas ^ sobre causas. La proposición en ocasioríes es una, y la prueba otra , y caldeada fu alma con el fuego de los autores, y frenéticamente^ agitado, se esfuerza á establecer las doc-- ^rinas y asigna h's siguientes causas de ia revolución,

t Que los intereses de la Pcnín- ^itla están di a met raimen te- opuestos cotí (os de America , que para i]ue aquella, prospere 3 es preciso que esta permanez- ca cíj cadenas.

2 Que- ia Améiica periisaiicce go-^

bernada despóticamente sin observancia á lev alguna , expuestos sus habitantes á. los diarios uitrages y vioiencias de los ministros , vireyes y demás mandarines, que unos en la distancia -, y otros cer- canamente no la miran sino como á su Patrimonio, y á sus moradores como á rebaños de Quejas.

3 Que el monopolio de la Penín- sula les impide de todo comercio libre, y les pone las mayores trabas al ex- pendio de sus preciosos frutos. -4 Que ijabiendo llegado al extremo el aborrecimiento y odio entre españoles y americanos , refluyen sobre aquellos solamente las utilidades del comercio ó Monopolio , y estos tienen que comprar sus efectos á un precio excesivo y re- cargado sin alejarles siquiera á algunos particulares el lucro de comisionistas.

^ Que casi todos los empleos, mi- litares , poiíiicos , de Hacienda y Ecle-

8

Siasticos están ocupados y servidos por españoles, excluyendo tácitamente con esto á ios americanos de exercer los cargos principales.

6 Qaelos enxambrcS de empleados que eúvian de España á America par- ü-ularraenre en estos úiiimos tiempos son ias geiiies mas idiotas , inmorales , cor- rompidos , y sobre todo venales, de suerte < que iio [13 y buena administración oe jus- . ti- Í3 , iijjparciaíldad en ios juicios , ni rectitud en sus dictámenes. « 7 Que la dilapidación de la Real . Hacienda y la falta de economía , hace ' que no basten sus ingresos á los gasto» - de la guerra\, y demás atenciones útiles como son el gran niímero de empleados, ^ generales y oñciaies agregados, por lo i que se echan crecidas contribuciones para ^ Süscenerloá bajo el especioso nombre de c í.'o:.oefvar las autoridades constituidas-. 8 Qüc el üesórdea y U falta

método y de ge fes instruidos en k di- rección y administración la R^nta tiene al Real Erario del Perú descubierto en mas de doce miUones de pesos, cuya deuda Ta en aumenio progresivo , lo que irrc- media blcmen te va á ocasionar una ban- carrota ea todos los fondos públicos , y la ruina de los capitalistas acreedores.

p Que el gobierno arbitrariamente prende á toda ciase de personas sin tna» causa que su antojo , venganza , ó deseó de dañar , de lo que resulta que no hay seguridad personal , ni observancia hy^s divinas ni humanas , sino la¿ ád despotismo y de la fuerza.

lo Que la nobíeía está igualíDcnte estropeada por los despotas y sus satélites,

í I Que el mérito, ínsiruccionj buena conducta y luces son castigados como delitos ios mas coiurarios á la seguridad del gobierno liaicado ReáL

1 2 Que toda ilustración pública e^

t ^

lO

prohibida y se castiga á los que han leído obras fiíc^óficas de ilustración pública &c. &c. para los que la Inquisición tiene preparadas sus cárceles y el gobierno sus.

<:aQalzos.

1 3 Que toda opinión en política aunque sea de poca importancia es gra- duada de delito de alia traición.

14 Que las mismas cosas que he- chas en España 6 per españoles se dicen buenas Y aun santas , hechas 6 dichas por americanos son unos crímenes que ^os conducen á un severo castigo,

1 5 Que es . prohibido á los ameri- canos hasta el visitarse parientes con pa- rientes baxo el pretexto que se juntan part hacer coü?piraciones, y ai mismo tiempo los españoles están autorizados para tener ^oda clase de reuniones.

- 16 .Que para amedrentar á los ame- ricanos se hacen por el gobierno cierta escenas icagicas de supuesxas re^'ol-ucioiies

II

tn las que envuelven á muchas víctimas^ con el objeto de robar y saciar su encono.

17 Que en España se desaiiendea las quejas y claaiorcs repelidos de los americanos , de maniera que ni aún los leen los ministros , y los pacientes de América quedan sin recurso alguno de justicia,

18 Que contra lo establecido han consevado ios vireyes y gobernadores milita es diez, ó mas años en sus go-" biernos no debiendo permanecer sino so** lamente cinco. Que del mismo modo les aprueban sus maldades en España, y que no puede ser sino con el objeto de in-* comodar , destruir y exterminar á Ío9 Americanos.

19 Que ocultando los sucesos y fraguando embustes les vireyes y gober- nadores encienden la guerra entr^ unos piií"bÍGs con oíroSj para hacerse figurar éri Españi necesarios en el mando y adcjuírit

'^or éste medio mayores facultades , cen- "^ decoraciones , riquezas , y perpetuación en los mandos por los ministros y pri- Irados de la corte á quienes compran.

3o Que es doloroso á ios ameri- canos ci ser gobernados por unos dés^ potas , insultantes , venales , ignorantes , y soeces , y verlos al mismo tiempo car- gados de honores, coímados de riquezas, y cercados por hombres corrompidos c liVmoraies.

2 1 Que en el tiempo que regía la Constimcioo Española hecha en Cádix, los gobernadores haciaa lo que querian sin observarla en lo menor , sino en apariencia abrogándose facultades é intrigando de suerte , que no se hacia mas, sino lo que ellos gustaban, siendo en rigor ellos quie- nes elegían los Diputados de Cortes , y la única voi «n las Dipuiaciones de provincia, sio dejando libertad ál Ciuda- clan« ni á prensa,- siao solamente la

13

áe ineultarse enjtre si con el objeto de aumentar la desunión y ia discordia.

23 Que abii53ndo de la bcíena de los habitantes los vlreyes ó gober- nadores , deiienen los Correos , abren las cartas , substraen las corresponden- cias hasta el extremo de ocultar las que vienen de España, Casi siempre en es- tas se ha llevado el sistema de dar la penüUimí y guardar la recien recibida, para ten-T de es:e modo ai público sin noticias frescas de sus asuntos^ esto es si a embargo de las muchas cartas que se qui- tan á las personas que se consideran po- co afectas . á los opresores.

23 Que la colocación de tal qual American© á empleos y honores se ve- rifica en las gentes sin mérito , y dando estas gracias indebidamente se aumentan las injusticias y quejas délos beneméritos.

24 Que los generalas , comandantes y gobernadores se conviertca ea uaos

H

ladrones públicos que saquean lOvía I^r America, ya con contribuciones >, ó con la célebre purificación. '

25 Que Ja inobservancia del de-' recho de gentes con ios vencidos, y el no respetar Jas propiedades, las vidas, niños , mugeres , y de los vecinos de- sarmados, como también incendio de Ciudades , Pueblos y cosechas hac-n tomar á los Americanos medidas de de- fensa para librarse de tan crueles ene- migos.

26 Que los vireyes y comandan- tes echan contribuciones enormes y vio- lentas á las provincias y ciudades en que ellos dominan pacíficamente.

27 Que los españoles insultan pú- blicamente á todo americano , y se re- pite por todas parte» que la España no debe dejar ni siquiera un solo ame- ricano vivo que pase de siete años.

28 Que á la« quejas y asuntos

de !o$ americanos no se les subs* taiicion legal en la corte bajo el bár- baro pretexto de que tío llevan el in, forme de los gefes mismos contra quis" nes se quejan , y á los informes clan- destinos que los vireyes, gobernadores y gefes hacen contra americaotjs, inme- diatamente se procede contra estos, sia embargo de no oirlos ni juzgarlos con arreglo á las leyes , lo que manifiesta la prevención y odio que tienen en la Corte á todo Americano.

Aqui tiene V. las veintiocho causas con diferentes nombres y verbps , y todas reducidas á esta sola ; dcsds la conquista hasta el dia la América lia sido una parte pasiva de la Españfl , por cuya razón en el coviercio , en las letnis , en la agricultura , y en los empleos de honor no se ha considerada sino bajo este respectOy siendo el gavinete español^ y los encarg¿idos de cumplir

I

i6

sus órdenes^ $presoresy y toda la Amé- rica oprimida : y gn la época de la re- volucion los gobernadores y generales soh han tratado de fontentar la guerra for lucro de honor y dineros.

En esta sola causa se encierran las veintiocho asignadas, por lo que en el análisis de ella procuraré sa- tisñicer 4 V. haciéndole ver los cqui- ▼ocos y falcedades del autor del libro, hablando con la imparcialidad propia de quien trata las cosas buena ^ y vindicaré, á las personas que lo me- rezcan, y á quienes inhumanamente aco- mete con una pública injusticia.

Si para solo escribir la historia, decia el célebre Estrada, que era pre- ciso no tener Patria, padres , deudos, relaciones y no pertenecer á corpora- ción alguna, lo que equivale ano ser hombrejqué calidades habriá exigido pa- TA que en Ul actuales circunstancian se

^.^lablas^ $iii prif vención y; 3in .declíní^r^á <la diesira ó siniestra ? Las cosas ha^a ^^tocado ájps úiiimos extpeqios , y parece ^hi^mps^ llegada á aquella; crjisis funesta ^cn que el cuerpo polídcp ya no puede su* ,|rir ni Jps males , ni los remedios. Di* ^Tididoslps, partidos en realistas y ,é^* -fidentes , tpdos ven por estos anteojos, ^ npjhay^ vptps imparciales, ni nad^e

puede serlo, porque la misma iadiferen- ^cia.,.«e ..^considera un crimen por uno ¡y otro paj^tido. Publicarme yo neutral, ^,cs pecar doblemente , y hacerme reo de Jesa Magestad ó libertad. Pero amigo, j8Í no .me constituyo en la indiferencia j^de^. la causa, porque por todo principio , íoyde la del Monarca (que Dios guarde), .al oienos,, enjugándome las lágrimas que ,.ine han arrancado los males piiblicos,

procurar^ abrir los ojos y y decir áV. ..^ 6Íno la verdad , lo que siento aún con ^ todas las llamadas preocupaciones de ^ue

no quiero despojarme. Por otra parte el amor que profeso á' S. M. y el que tengo á la América me dan un derecho á ser creído. Continuamente suspiro por €l orden, y deseo la felicidad de mis 'paysanos, cuya sangre venida tengo siempre á la vista , y quisiera dejase de correr , y volviesen aquellos tiempos^ en que disfrutábamos una tranquilidad práctica en vez de upa teórica , qual €8 la que se nos brinda y se desva- nece como una sombra , á pesar ^ empeño de alcanzarla y abrazarla. No digo en materias de la clase de la presente , pero aún en las de la menor importancia he sugeiado mi voto al de los que saben mas , y no^ he tenido aliento para decidir en nada. V. lea tnis reflexiones , si le acomodan, admí- talas , no por mías , sino porque van conformes á raíon , y si las considera poco exactas, instruyame Y^ y quedare

19

con esta nueva deuda á su amiscad. Porque amigo mió, ¿hemos de querer que prevalezcan nuestras razones, y se han de defender como plazas inexpug- nables? Esta es una tiranía durísima y la mas detestable , que no va con- forme con la libertad que se nos pre- dica , y cuyas ventajas se ponderan, Pero ruego á V. que en caso de no convencerse, no se indi.'ponga contra ni saque á luz mis defectos , porque no tratamos de eso.

Es regla constante que quando se hacen primero las cosas , y se busca después la razón para justificarlas, pop Jo regular las cosas no andan buena s^ y tal ha sido la conducta de la re^ volucion. Se han conmovido los pueblos por razones que no son las asignadas en las veintiocho que se numeran , y posteriormente se ha entrado en el caí*

2e

peño de fundar su justicia. Pero no pue- de esclarecerse. Los motivos no eran del dia : se advertían algunes males de los exagerados en el Manifiesto; pero debiendo considerarse como casi inhe- rentes á la humanidad , ios pueblos to- lerabail , y las quexas no salían de las conversaciones privadas. Aun al mismo Soberano se había expuesto vigorosa- mente por las plumas de España y de América la postergación de esta úliimaj y. puede V. ver las representaciones del Doctor Pedro Bolívar y de la Redon- da , Dr. de esta Real Universidad al Señor Don Carlos II en el año de 17675 la de Ahumada y Macanaz ál Señor Felipe V j la de Castañeda al Señor Carlos III , y mil papeles comunes de nuestros escritores. Habla y hay que- xas en América como las hay en Es- paña y en todo Gobierno , «ea aristo-

criticó ,' democrático, ó monárquico; y sin subir tan arriba , póngalas V. en el Gobierno de una ciudad , de una aldea* y de una casa privada : todos censu- ran Ja conducta del gobernador , del alcaide , y aun del padre de familias', porque en realidad , ó hay que refor^ mar en el Gobierno, ó basta que las cosas no sean del gustó de todos para que sean tildadas, y á veces despeda- zadas inhumanamente las providencias del que marida. Todos están mal con loj? defectos, y todos teóricamente rigen el mundo en el papel ó en sus cabezas-, tan de maravilla , que no se nota una arruga en el Gobierno j pero llegando á^la execucion , allí son los trabajosj y si se encargan por desgracia de re- gir el carro del Sol , queman el mundo al primer paso. No se penetran de la verdad de que en la sociedad civil por

es

Muestra miserable constitución, son casi necesarios los crímenes , y las desgra- cias ^ y- que vieaen á ser en cierto mcr? do las Sáíes que impiden la corrupción ^ y que todo el empeño de un Gobier- no debe; dirigirse á endulzar las desgra- cias j; y:, á debilitar el imperio de los vicios?, considerando que no está en el- poder humano desteri-ar' del mundo ni' los unos ni los otrOs^ No es extraño, pues , que baxo este respecto se hayair Morado* y sientan en America vicios y desgracias : pero , amigo mió , repito' á i^ue no han sido la causa de la revolución , aunque con ella se han agitado los males que se sufrían, y que «on casr inevitables per la naturaleza de "las cosas , y no por culpa del Go- bierno , al que atribuyen todo los ig- * norantes por falta de principies , y los malignos por sobra de. perversidad. Ha*

213

blemos de buena fé.'í olvidémonos por

un insiante de este calor en que esiáa incendiados los corazones en uno y otra partido , y convirtamos ia consideracioii á la época desgraciada y feliz en qtie cautivo el Soberano y Real FaíKÜia ,, y apoderado Napoleón de nuestras prin- eipales pía?^^as y ciudades, quiso impo-t ner el yugo francés ó mas biea ei suyi)? sobre la España y las Aniéricas. Re>ft. cuerde V. el giito general y unisoí^di de ia' Península y. dei lluevo MundQi Sí, amigo mioi, la fidelidad Española- en esos moirieatos pudo ser igual , niaS' no superior á la nuestra. Todos fuicnos" faeridbé con un golpe mo.rtal en el agra- vio hécbo' ai Soberano y la Nación: iágriáias' ingenuas corrisron por nues- tras mexiilas, y el leng-uage vivo del dolor, y nuestras erogaeiones espontá- neas eoaveiicerán ai mundo en toda'

'I Ü'l

«4

tiempo que sangre de América era la de España , y que se agitaba de igual modo en ios padres que en los hijos. He llamado esta época feliz y desgraciada porque lo es efectivamente, manifestándose de todos modos la fide- lidad Americana , aunque por motivos taií tristes. Mas descontentos ios pue- blos con sus Gobernadores en la Penín- sula , sacrificándolos á su estupidez y falsos recelos : desagradados de las Jun- tas particulares , de la Central , y del Consejo de Regencia : luchando tan desigualmente la Espaiia con una po-^ tencia , que triunfadora de la Europa, amenazaba dar la ley á todo el globoj y que mandando cotno siíbdita á la vic- toria en todas sus campanas , solo vio marchitarse sus laureles por la primera vez , quando casi inermes los hijos del Cid , y revestidos únicamente de su

25

▼alor y constancia antepusieron la muerte

y la gloria á h esclavitud y á la in- famia : palpándose las derrotas de nues- tros exércitos , y las pérdidas de nues- tras provincias por momentos : dividi- dos en opiniones los hermanos ; insul- tándose neciamente los padres y los hijos; soplando el funesto viento de la nove, dad , el fuego inextinguible del amor propio resguardado baxo las respetables egidas del Soberano y de la Patria: haciendo figura la plebe , ese cuerpo, ese concepto de Demóstenes , semejante ai timón de la nave, robusto, pero tor- cido ; vistiéndose los vicios el ropíige augusto de la virtud : fomentando la imprenta libre , la facultad de pensar y de escribir en todas materias , con- virtiéndose instantáneamente los aturdi- dos c ignorantes en legisladores y po- lítico* ; juigándose la Península incapaz

26

de defensa , y los puntos conmovidoí en situación de no sufrir la suerte des graciada de la España : la voz hechi- cera de la libertad que arrastra á los incautos , apasionándolos hasta el extre- mo por ella sin conocerla , ni poderla conocer : el pésimo exemplo de haberse en México y Buenos-Ayres separado del Gobierno á los Vireyes Yturrigaray y Sobremonte de un modo ilegal y vio« lento, sin esperar los resultados de la Corte , abrogándose ios que intervinie- ron en estas maniobras las facultades de la Soberanía : las llamas de la filo- sofía destructora del orden , que desde la Francia se percibían de todo el glo- bo : la invasión de Berresford y Wi- telot que hizo considerar á las provin- cias del Rio de la Plata por pueblos bdligerantes , y capaces de valer por mismos :. el comercio. que se bnndr

I

27

ba con ventajas que aumentaban 109 mismos que lo intentaban introducir se- gún su plan : ios quexosos que nunca faltan y que no pudiendo figurar en el sistema antiguo , querían que se ba» blase de ellos : los que en ei trastor* no cuentan con mejorar de fortuna á cos- ía de empeorar la agena ; y sobre todo, haber quedado vacío el trono por Ja cautividad del Monarca, dexando lal gol- pe iíiesperado á todas las provincias de la Nación aturdidas y desoladas,

fracipitas atra ceu tempestaU columba:

Véanse aqui las circunstancias en que se alucinaron los incautos , y los motivos ocasionales del extravio de nuestros hermanos , y de las acmales desgracias j de suerte , que en mi con- cepto , sin el trastorno ocurrido por la, entrada de los Franceses en la Peníú»

28

sula , y sin el cautiverio del Monar- ca , que por una consecuencia preci- sa dexó á la Nación en amargura, sin poder atinar de pronto con los re- medios oportunos á un golpe ' tan im- previsto 5 la AiriCrica no se habría mo- vido , y todas sus provincias hasta el dia permanecerían quietas reposando á la sombra saludable del árbol de la obediencia. No , amigo mío , no fue- ron Jos males que se exageran, el ori- gen de ¡a subversión ; y voy á hacer i V. ver la íalsedad' de la única causa en que se pueden refundir, y á que he reducido las veintiocho dsi Mani- fiesto.

La España , se dice , ha ejrercido un dominio despóiico en la América , y esta ha sido considerada pasivamente en el comercio, en las ciencias y en los hono- res : y la revolución ha sido fomenta*

- - - ■"■^9,

taifa por los mismos gefes de las pr¿- ^Viflcias f de los exércitos por lucro ■"dlheros y de ascensos. "'•' guando hizo la conquista de!

Nuevo Mundo se halló la Éspaíía dueño 'de él, y coa un tesoro cuyo \raIor ignoraba. Los conquistadores maé sof- •^ dados que políticos trataron ^ entoncie^ apenas de ver las cosas que de consi- derarlas 5 y gravados con el cuidado de establecer la dominación española, ^ de serenar las quejas civiles en que fue- ron agentes y víctimas, no tuvieron ojos , ni espíritu , ni tiempo para exa- minar las riquezas naturales del Pera, y las producciones mas nobles , que el oró y la plata de que abunda. Todo era nuevo en estas regiones. Sub i tidi- g^^ená's vivían reconcentrados en si mis- mos , sin conocer ni ser conocidos? del resto del globo. Sus costumbres eran ' homogéneas, digámoslo asi, porque-tal

30

si resultado moral de los pueblos ala- lados y que desconocen, ó las ventajas ó las desventajas de! comercio. Se ha- llaron los conquistadores , pues, circun- ilados de millones de hombres físicos , pero no morales ni civiles , hablando de la moralidad y civilidad poliiica de la Europa, que había de establecerse por la suerte de la conquista en el pais conquistado. No habían de dexarlos eo una religión de errores, ni su civíli- sacion era de un dia , ni menos fácil de hacerse por un decreto. Por su es- tado pues no podia tomarse con ello$ otro temperamento que considerarlos co- 010 pupilos, porque realmente estaban en la infancia civil. Tuvieron que chocar coa la religión de Marco-Capac , con ^f U lengua , con su adhesión á las cos- ^J^umbres da sus mayores , pues si el hopí* l^re es animal de costumbre , puede ^ asegurarla qq¡^ ñi;meza que el indio es

engendrado, nacido, y nutrido en la cos- tumbre , y por la costumbre. Aun hk kiras maierialcs les eran desconocidas y se manejaban por quipos ó nudos, que servían de guia á su memoria para con- servar sus hechos. En tales circunstan- cias y con un pueblo de esta clase, yo iiamo á ios filantrópicos , á esois filósofos que se mueren de amores por el bien de ia humanidad teóricamente, y en ia práctica solo aman el yo , á que extiendan planes de buen gobierno, á que hagan correr rios de leche y de miel , y nos restituyan la edad de oro y el reynado de Saturno , poniendo fl comercio, la agricuuura, las letras y ios empleos de honor en manos de los indios, de unos niños que habrían jugado con las cosas , sin saber el bien ó mal que resultaba de (^ue se hiciesen pedazos. Amo á ios indios , pero r.o estaban en aquella fecha , y aun ios mas de ellos

^

3^

no lo'e^i^n en el dia para encargarse de otra cofa que de sus atenciones do- mésticas. No pudieron, pues, ni por po- liiica ; ni por constiiucion encargarse ^de estos ratnos , que necesitan saberse manejar para que traigan la felicidad á-ios pueblos , y si se administran mal acarrean infaliblemente la desgracia. Los conquistadores y los que posteriormente vinieron, no eran bastantes á proveer de ' habiiautes unos pueblos tan dilatados. Las generaciones no se hacen por ór- denes del Soberano, ni de un aia para Olio hablan de coronarse las Américas de naturales civiÜLados. Esto era obra ' del tiempo. Así , pues , el comercio , la agricultura , las ciencias y los empleos de honor no pudieron en esa ocasión jqucdar en manos de los inaígenas , ni de los que en los tiempos próximos á la conquista procrearon en Indias los Eu- ' rodeos, porque eran en muy poco núme- ro p siendo preciso que por la naturaleza

33

misma de las cosas de allá se diese el tono , y que fuese necesariamente pasi- ^'a Ja América, porque ni podía hacer otto papel. Regístrese la historia de priii» cipio á fin ; véanse las conquistas en pueblos de otra civilización y cultura mas análoga entre conquistadores y conquistados , y dígase si ha sido otro el proceder de los hombres. De ia coa^ ducta y pues,, de la España coa las Amé^ ricas en los tiempos cercanos á su des- cubrimiento no hay ni puede haber que- ja. Lo primero era constituir de la Amé- rica una segunda España, y estando en la cuna de la existencia civil , no po- dian franqueársele los bienes á que era acreedora en su virilidad. Y á la mane- ra que á un recien nacido si se otra cosa que leche, es matarlo con alferecía^ así á los pueblos no puede proporcio- nárseles todos los bienes de golpe y sia prólogo , sino en su oportunidad y en

m

34

su vez por la constitución humana. Nada mas podía hacerse que practicar los ofi- cJGS de un padre con un pupilo , y todas nuestras leyes respiran humanidad , pro- íeccion y acogimiento á unos pueblos tan acreedores á estos oficios. En vano se clama contra la tiranía de la con- quista , y con los colores mas vivos se empeñan los patronos de la humanidad en hacer ver los excesos y sangre ver- dda por las armas españolas , y llorar sobre las desgracias de los indios , car. gando con anatemas los mas horrendos á Cortés y Pizarro. Estos hombres que se encargan de oficio de hacer las ora- ciones fúnebres de los pueblos difuntos, igualmente pueden ir á llorar sobre los Medos , Persas, Egipcios, Judios, Grie- gos y Romanos , y aun sobre las ruinas de Troya, j Por qué solo vienen áUo- ,ar en México y en el Perú? ¿ Han 4«,,ubierto acaso alguna conquista sm

sangre y sin lágrimas ? La reciente filo- sofía ha encontrado un modo de herir sin dolor y de hacer dulces los horrores y males de la guerra. ¿Quieren que esta se haga sin hacerse ? Cúlpese á la humanidad, y considerándose las cir- cunstancias , ó no habrá delitos se presentarán menos deformes de lo que se les figLíra. En la época, pues, in- mediata á la conquista no pudieron éa manera alguna entregarse los ramos de agricultura , comercio , ciencias y em- pleos de honor á los indígenas, sino á Jos que venían de la Península. Era pues necesario que todo se reglase y prove- yese en España. ¿ Qué tiempo considera V. bastante para que tanto los natu- rales del pais , quanto los hijos de los Europeos y sus generaciones se pusiesen en aptitudes , para que se les pudiesen confiar con provecho de ellos, y de loda Ja monarquía, ciencias, comercio, agrkal-

S6

tura, y empleos de honor? Contrayéh-* donos ai Perú , desde que tomó el mando Pizarro en mil quinientos veinticinco, hasta el Licenciado Pedro de la Gasea, no hubo tiempo para otra cosa, que para ir estableciendo el gobierno Español sóbre- las ruinas del antiguo , y aquietar las conmociones civiles , de que está V. ins* truido por la historia del pais : y sin embargo ya se cuidaba con grande es- meró de la ilustración , porque el pri- mer paso es este. Ya se habían estable* cido las Religiones , y Prelaáos exem- plares trabajaban en formar hombres para el Ciclo y la tierra , catequizándolos acerca desús obligaciones religiosas y civiles.

Del año de t<;2$ al de 5t van 2<?, en cuyo tiempo apenas puede numerarse «na generación , contando con los tra- bajos del descubrimiento de la América, de las guerras con ios indios , y con

los mismes conquistadores entre si , y con los obstáculos que encuentra un nuevo go- bierno para establecerse., aboliendo el antiguo. Pues en ese año ya se cuidó por la Magestad de Carlos V de ios estudios generales, concediendo á los cur- santes los mismos privilegios que a ios de la universidad de Saiatnanca, según puede verse por la cédula iusena en ei tomo de las constituciones de esta real universidad , expedida á consecuencia de las preces del R. P. Provincial de Santo Domingo Fr. Tomas de S. Martin, cuya iremoria debia ser eterna, y conservarse en el corazón de todo literato.

Las ciencias que en la época de la conquista florecían en España, fueron las que vinieron á domiciiiarse en el Nuevo Mundo , y se vieron brillar á los Menachos Pinelos , Peraltas , Vegas, Bravos, Silvas , y otros cuyos nombres se repiten con gloria de las letras. Se

erigieron universidades en el Cuzco, Qui- to, Huauíianga, Chile y Córdova en solo en este Rey no , fuera de las de Méxic© y Nueva-Granada. Los planes de estu- dios de unas y otras , de las de la Pe- níiísuia y de América son los mismos, según podrá V. hacer el cotejo por Io$ que corren impresos y por el estado de nuestros estudios. Las Religiones han franqueado la enseñanza gratuitamente á todos los que no han podido costear les gastos de un colegio real, ó de un seminario. Esiqs están erigidos en todos ios obispados, fuera de los colegios rea- les, y de otras casas de enseñanza. Se han dotado cátedras enlodas las íacul- tades , y se pagan por el Erario. Este es el estado de ia ilustración de estos puntos , el mismo es el de la España, ? Cü.i que cómo esta se ha descuidado en este pai^iicuiar , y solo ha trabajado en que se hundan ios putblos en la ig-

39

MOrancía ? | No es esta una queja apo- yada en nna falsedad pública y mani- fiesta ? ¿ No es un desconcepto de la causa de la revolución sostenerla en he- chos públicamente desmentidos ? Si la España ha cortado el paso á eSa ilus- tración funesta y destructora todo principio, ha hecho un servicio positivo á las letras, á la humanidad y á la religión. Las luces, pues, funestas á la Religión y al Estado , no se han permi" tido en las Américas ni en la España ; pero todas las que han brillado en la Península , han brillado igualmente en las Américas , y si las ciencias exactas han aparecido de reciente fecha en este cmisferio , lo mismo ha sucedido en el oiro. En la primera universidad de E«» paña, la de Salamanca, dice D. Diego de Torres y Viiiarroel , catedrático de prima de matemáticas , que halló á este desgraciado estudio sin reputación ^ sin

40

áéquito, y en un abandono terrible, na- tido de la culpable manía en que estaba el mayor bando de los escolares , pues unos presumian que eran las gergas de los gitanos , ó charlaianerías de los li- teratos, oifos que eran soplos diabólicos, siendo ios del pariido de esta impiedad Jos barbones jurisconsultos , apoyándose en las citas de su título mal entendido d2 Maihcmatkis et maleficis , y que en la librería de esa universidad no se veia la rebanada de un globo , el aro de una esfera , el fárrago de una carta geográ- fica , la sanca de un coinpaz , la astilla de una regia , ni rastro alguno <áe que liubicEC parado algún tiempo exercicio práctica ó especulativa. No se con- cluye si entre los libros que ocupan sus tstanies j habrá alguno de esta profesión: lo que juro es, que el autor Príncipe' que tienen escogidos los estatutos de la otiiversidad para dar puntos para las

lecciones de oposición, que es el Alma- gesto de Ptoíoméo , no lo tenia , ni lo liene , y fac preciso que yo se le pres- tase ai Rector, y al Secretario, para que me picase el capítulo , sobre cuya doc* trina habia de leer. En este esiado es- taba la Universidad de Salamanca, y su librería, quando yo vine á ser su Maes- tro, que fué el aao de 1736, y hoy que estamos úítimo de Junio de 1751 está del mismo modo, huérfana de libros « instrumentos. Y quando la Universidad de Salamanca estaba ea ese estado, la de Lima tenia un Don Pedro Peralta 4 la frente de la Cátedra de Prima de matemáticas, capaz de competir con los primeros hombres de esta facultad, ad- mirando por su profunda ilustración á los primeros sabios de la Europa , y ea prueba, lea V. el diario del viags hecho por orden del Rey Cristianísimo al Eciuador , que sirvs ds ilustración

42

jjstórica á /¿j medida de los tres priv meros grados del Meridiano por Mr. de Ja Condamine. En todos los coJegios de esta capital se cursan matemáiicas , j salen todos los días jóvenes aprovecha- dos, y sugetos capaces de hacer los ma- yores progresos.

Asi 9 pu^s , con injusticia se atri- buye á culpa lo que es una desgracia, y todo el mundo sabe lo que trabajó el Señor Carlos HI para el restableció miento de las letras , que si resplande- cieron mas que en el resto de la Euro- pa en nuestra España en el siglo XVÍ, se obscurecieron sobre manera en el XVJI por las razones que nadie ignora , y principalmente por las grandes pérdidas y guerras de nuestra Monarquía en el infeliz Reynado de Felipe; IV. El hombre mas obcecado no podrá sostener jamas la proposición de que España ha negado á las Américas en úempo alguno

4S

Tas mismas luces que ella ha tenido. Si estas, pues, han decaído en la misino Península , y decaen por consecuencia «1 las Améficas , es por la vicisitud de las cosas humanas, por una causa conocida , pero jamas por culpa del Go- bierno, que siempre ha. franqueado al Nuevo Mundo ia ilustración que s^e ha disfrutado en el antiguo.

En el comercio y en la agricultura la América es pasiva absolutamente. V. me preguntará qué contesto á esta ver» dad. Aseguro á V. que me ha metido en un empeño grave. Pero amigo , yo he de decir á V. lo que siento. En quanto á los primeros tiempos después de con- quistada la América , me remito á lo que tengo dicho en ia parte anterior, y sírvale á Y. de regla , que io mismo se entiende quando hable en ios empleos de honor , en que según ia queja son pQSiergados los Americanos. íiablando

44

pues <3e los cincuenta ó sesenta anote después de Ja conquista ^ por qué á pesar de la fera-cidad de la América y de sa riqueza en los tres reynos animal, ve^ getal y mineral, hace un papel tan nulo en la agricultura y el comercio , que en la primera no salimos de sembrar frutas y alfalfa , olvidando tantos ramos de la primera importancia, que no tiene Ja Europa . y que ellos solos harían la felicidad pública bien administrados , y en el segundo estemos absolutamente pen- dientes de los que nos quieran traer los comerciantes de Cádiz, y de lo que se quieran llevar ? ¿Tiene V. que contestar . á estos cargos ? Me dirá V. : ¿ hará V. traición á la verdad y á los intereses bien eiucndidos de la monarquía , del mismo comercio y de su patria? La pa- tria no es otra cosa que la familia del estado á que pertenecen las particulares de que te ccnipone , y que icdíis se

unen con este lazo santo, y con esta amable cadena llamada bien publico, que nada mas quiere decir que la reunión de todos los intereses pertenecientes á todos y cada unoj y á la manera que sería mal modo de probar el amor de una fami- lia particular , ver á un individuo de ella dando de palos y puñaladas á los demás miembros, asi también es un modo extraño de amar la patria , dilacerarla, destrozarla , acabar con el orden , y su- mergirla en rios de sangre. Este es uii patriotismo de nueva fábrica , y un amor de furia por caminos que la constituyan en la desgracia. Hecha esta salv^ en- tremos en el examen de la culpa , con que se quiere cargar á la España por no haber fomentado el comercio de la América con toda su extensión»

Descubierta la América , el oro y plata que encierra en su seno , deslum- hró á toda la Europa , y no se trató

,$ino muy secundariamente de sus detnaf producciones, que aunque singulares^ apreciables , y capaces de hacer la ri- queza de mil pueblos , no tenian el brilla de estos dos metales, jjue emulando al Sol y la Luna , lucen en el orbe polí- tico á semejanza que los astros del dial y de la noche en el físico. Tácito ha dicho, que hasta el día era un proble- ma irresoluto determinar si el oro y la plata habían sido otorgados á los mor- tales en la apacibilidad 6 en la ira de los cielos , pues sumados los bienes y los males que pueden proporcionarnos, cada uno afirmará lo que sea mas con- veniente á sus ideas. Otros aseguran que no son la misma riqueza tales me- tales , sino el signo de las riquezas. Den- se de cabezadas sobre resolver el pro- blema , y sobre sostener si sean rique- zas ó signo de ellas el oro y la plata, lo positivo es que como signo, y como

47

riqueza son los ídolos de la adoracíoa política , y que todos ansian por estas posesiones. Quanto mi* veo en Roma, decia Catón en su céUbrs oración por la ley ópia , el oro y la plata venidos de Siracusa , tanto mas temo que nos hagamos esclavos y no señores de estos dones funestos. Tal es la alusinacion que estos planetas de la tierra han produ- cido en tojdos tiempos ,^jn que de esto pueda culparse á la España , sino á los hombres sean griegos , romanos ó lo que V. quiera. El oro y la plata, pues, atrajo toda la atención , y en ellos prin« cipalmente parece Se fixaron los ojos de la Europa. Los conquistadores no eran comerciantes , ni tampoco los que vinie- ron después , y subiendo mas adelante, ni la misma España lo era , y aua puede asegurarse que ni la Europa. En- tregada enteramente á la guerra por las

u,''IE

causas y motivos que V. sabe en lofi gloriosos reynados de Garios V y Fe- lipe IÍ,no pudo atender al comercio, que exige en otra tranquilidad en el Estado. Aunque el reynado ds Felipe III fué pacífico, no por eso fué la España mas comerciante : en el tiempo de Fe- lipe IV volvió la guerra coa .furor y se desmembraron de la España provin- cias y rey nos de mucha importancia por jCl resultado de eliá. Subiendo al trono Carlos II , ultimo vastago de la Casa de Austria , apenas pudo resarcirse la España de sus pérdidas , ó convalecer de los males que le habia acarreado la guerra en tiempo de Felipe IV. En- trando la Casa de Borbon , la guerra de succesion por los derechos litigados €ntre Felipe V y el Archiduque , no prometió á la España ser negociante, sino estar por necesidad con las armas

:)

49

en la mano. Fernando VI y Carlos lll hicieron mucho en obsequio de la nación con relación á su tiempo. Entonces fué quando la España empezó , digámoslo asi, á ser comerciante, pero en un co- mercio no en su última perfección, sino en los primeros pasos , que siempre de- ben considerarse primeros por grandes que sean , y por patrocinados por dos Reyes que abrigaban grandes ideas en bien da los pueblos. Al poco tiempo de hallarse en el trono Carlos IV , vino la explosión de la Francia , y ei riáido que hizo al caer el trono de San Lui^ aterrorizó á toda la Europa, y en es« pecial á la España que por la vecindad y las relaciones de sangre, le fué necesaria ocurrir á contener esta cruzada coligada contra los Reyes. Succediéndole el actual Soberano (que Dios guarde ) g quién ig- nora las desgracias de Ja monarquía h^s- tz el extremo de conducir cautivo ^1

so

Moaárca y su familia el tirano de la Europa, y los males que han subse- guido á este trasterno ? Asi , pues , e! poco comercio de la América , no se atribuya á tiranía de la España ni á opre- sión á las Américas , sino al estado y constitución de las cosas, desde la época 4el descubrimiento de este Nuevo Mundo* No condenemos sin examen , porque es mal modo de fallar ; profundemos ios mo- tivos en las cosas y será otro nuestro juicio. El corto comercio, pues, de la España habia de hacerse precisamente con las Américas j y por una juiciosa política , y aun por necesidad no habían de franquearlo activo ni pasivo á h& potencias extrangeras. iQuáles lo han franqueado ? ¿ Y de qué modo permi- ten las otras potencias-, que las em- barcaciones extrangeras toquen en sus puertos? V. lo sabe y lo saben todos, y asi no hay por qué hablar en esta materia.

51

S! Pi'os la Es¡,mi cscasamenie ha

í-'Jo comc,ci,une,no,ouenoha podMo s.rlo , a, reducido cciercio ,:o podií ';^^«.'o .h,o con las Apencas , y éstas sm eaw.rgo de sus grandes proporcio- í'-' y de £i.s princ.M.Ues ramos üe ex- , P;'''Jío , s;.av!o ¿eos de !,-, Mstrópsii, y Sia m;.,;:o3 para dedicarss a tanto coa f-"' P'-"-«-"-'e le bn„da ¡a .a.ura.

Jcz.t, nc Celaba en «ir i3n7V.., j

vu suuacion de ser co-

•"'^'•--"^■. L. .odas ias cosas es nece-

^'anocous«h,,r el origen do donde par^

""' ,''"'■•'''" *'■'■'" P^^^^oiente somos a!u. ciiiauos. Po'"'i V L

t-o.^aV. sobre lo dicho, que

;' ";"- '' ^^--3 - abW6 ayL .' ,

-i-'oa„..e,a,;o.,,,,ean.ese.aba

:: °^.^'^7'^ ' ^ -J- "^ .- en .es e.„a. ,,, ,,.,b3,,,,;,„,

- -. P0..e hace, pecado'^ ^ t-^^'hi^d eu las couduccioaes de los efee- ios nuestros v de C^'^tUi.

52

ha sUo tan reciente , y accsta ! íe .a. crificios de la España, pues todo el mun- do sabe los trabajos de la primee armada que se dirigió por es.e pumo , no l'.a. biendo llegado si>,o .1 buque de Puarro, ,a Esperanza, el .ño de 744 o 4,

r^^ciru^ no solo »>0l)«

Ponga V. que es ^^^^^^"^ "" ^^

r^ortpae la ivíonarqina, bino sidecar una paite de

todas ella», pu^=> ^- '^ I' , . , pon- armonia resulta ei bi.n general . ) pon JaV quelasveaujasdeuncotnercto LeJfellcidades.que brillan por ua

dia Y se desvanecen al siguiente, y pro duc'ea no la robustez, sioo la hinchazón

i mano un Jukio.o pa¿>a

. . M Licenciado D. Basilio de

México por el Uccnc ^

Arnilaga el año pasado de iSiS , 4^.^ ""■ ^ .1 rnnsulado di-

Reyno, contestando i una r p.e

de ..9 vecinos de Veracruz, qae p

abriera aquel puerto tendieron se »»"«'* *i

comercio directo con extr-angeros amígof Q n«utrales contra el dictamen de su junta de gobierno y de otros muchos vecinos de la propia ciudad. Dicho p^- pel es muy raro aquí , y asi me tomaré el trabajo material de copiar á V. una ú otra cosa de él para su gobierno, y por io que pueda importar. El lema que antecede á la obra dice asi : „E1 hom- bre de estado ^e lisonjea algunas veces de que hace servicios esenciales á su pais concediéndole puertos francos , pero fis tan al contrario , que casi en todas ^as naciones lús puertos francos perj^- dican y ponen verdaderos obstáculos al progreso de la industria nacional." Cita á Herrenschwand traducido por D. Juan Smiíh. Se prueba en dicho -manifíesto ^ue el comercio libre es la ruina de los pueblos que lo consienten , que en lugar de dar la ley , la reciben de las partes traficantes las naciones que se abren oon

S4

imprudencia á admitir en su casa á estos benefactores nocivos. Que la parte del pueblo nuínei'üsa y considerable que viv« del trabajo , queda reducida á la ham- bre y á vivir^ 6 delincuente ó des'espe- íada. Que las diversas clases y consu- lados de aquel rey no habían sacado á Yaz estos males físicamente, y para que riada falte á la prueba trae autorida- des de políticos extrangeros, de lasque copiaré á V. algunas. El citado ingles Herrenschenvrand en sus principios de economía política dice : ,,Que quandoel hombre de estado interrumpe este orden natural de comercio (habla del exterior) ó do transportes con el establecimiento prematuro de puertos francos , su con- ducta propende directamente á que su nación decaiga del grado de prosperidad íüc tiisfiüta. Charrcti en su obra inti- tulada Intereses ds la inteligencia de la Inglaterra ¿ice : ^,Una gran parte de ht

riquezas de Inglaterra proviene desús lanas , mas no tanto de los carnerot como de los hombres , que fabricadas las venden á ios extrangeros : nosotros seremos reducidos en breve á la indi- gencia si las vendemos crudas. Como nosotros no tenemos mina de oro ni de plata en Inglaterra , las especies no se pueden multiplicar en ella sino de la plata que trae el comercio de afuera, que por la mayor parte es de los do- mimos de España , porque un comercio que nos sacase la plata del reyno nos seria desventajoso y reduciría al reyno á la última pobreza. «< El misino Herrens» chenwand en la obra citada; las ni- ciones se lisonjean de la» expoaacioues de granos qu« hacen al extrangero, gra- duándolas de pruebas maniíiestas del es- tado floreciente de su agricultura que disfrutan. | Pero quién les ha dicho qut estas exportaciones no 9üí\ mas bien pru«-

56

bas manifiestas de la miseria que reina en ellos ? g Quién les ha dicho que baxa el títuio de sobrante no es su necesario el que se exporta ? El nombre de so- brante de subsistencia supone por pre- cisión á todos los individuos de la na- ción coaipietainente aumentados , no se le puede dar otro sentido/' Encargo á V, procure hacerse del citado papel para abrit los ojos y ver con distinción las cosas como son en , y no como nos las pintan los que tratan de hacernos felices de pronto sin ver lo« resuhados, y de que tengamos un gran dia hoy echando la casa por la ventana para perecer de hambre mañana.

Hoy rabiando de hambre estoy Y ayer de boda comí : Aprended flores de Lo que de ayer á hoy.

Copiaré á V. ademas literalmente

5?

tres acápites del citado papel y «na »a# ta , sin hacerle á V. reflexión alguna, sino dexándole sacar las consecuencias quQ le parezcan , que para eso sabe V. Lógica. Toda ley , ó reglamento nuevo, dice Cordocet i que se proponga en ne- gocios de comercio , si dimana de los que viven de sus ganancias , debe re- cibirse con suma precaución, y antes de adoptarle se ha de examinar detenida- mente con el mayor cuidado y atención, y con mucha desconfianza, porque estos proyectos dimanan de una clase de hom- bres , cuyo iniercs no siempre es confor- me con el del público.

La China , dice Herrenscheriwand, ¿é gobierna y se ha gobernado , según pa* rece en todos tiempos , por ios bené- ficos principios de est¿ sistema de eco* iiomía política tan «encillo , disfrutando Biuc'ho tiempo , todas las ventajas de que le he demostrado susceprible. Sia

S8

ftemcrcio exterior , reconcentrada ente- ramente en misma, y no admitiendo á la |)articipacioa de sus riquezas mas que sus consumidores nacionales , ha «levado la China su prosperidad á aquel Jurado asombroso , que parece no admite ya aum.ento en su agricultura , manufac- turas ni población. Considero la China sin comercio exterior, porque no se pue- de llamar tal el corto tráfico extrangero, que tolera en algutios puntos de su in- ftienso territorio , y que comparado á h tnorme extensión de su comercio inte- rior , se debe mirar como una de aque- llas cantidades infinitamente pequeñas, que ios geómetras desprecian en sus cálcu- ' los. Es asi que.... Ergo... Saque V.la me- nor, y la consecuencia qae le pareciere, que para eso quedan en blanco una y otra. JLa junta de gobierno del con- sulado de Guatemala en representa- ciofí que hizo en II de Diciembre de

59

l8o3 referida por D. Juan Bautista %:■

xaguirre en ia representación de 24 de Setiembre del año de 17 se expresa ea ios términos siguientes. „La6 ideas que •n estés tiempos se han difundido entre algunos americanos sobre las ventajas de un cemercio libre en América con los extra ngeros , son falsas y ruinosas con extremo á la misma América , y con especialidad á la provincia de Goa- témala:;; La Inglaierra no debe su pros- peridad ni pujanza marítima á CO" mercio libre en el modo que muchos se lo figuran y creen á pie juntillas, sino á las sabias máximas de su política acrí« soladi en esta materia ;:: Por una dis- posición de su famosa Acta de navega- ción , ios barcos ingleses deben salir de €us puertos á buscar los artículos y ma- terias extrangeras de Europa , de que necesita á ios países que los producen. Estos artículos ptieden á la verdad en-

6o

trar en los de Inglaterra y de Irlanda en barcos consiruidos en los parages mis- Hios düude aquellos se dan, pero se k$ carga entonces de tantos y tan excesivo^ derechos , que una prohibición absoluta no ios excluiría mas realmente. Los derechos impuestos sobre las mercadería^ «xtrangeras á su introducción , han de- 3íado siempre en Inglaterra él campo Ubre y despejado á su propia industria y adelanta miemos fabriles: ;: Basta saber que son diez y- ocho los distintos de- rechos que pagan á la introducción ea Inglaterra los caldos y géneros extran- geros , que diez recaen sobre los pri- meros, y ocho sobre los segundos, re- sultando en suma que los vinos de Fran- cia conducidos por los ingleáes al puer- to de Londres satisfacen 55 libras y 16 sueldos y 8 dineros sterlities por tonel, y los conducidos por exirangeros 61 li- bras i^> 5j 10 d. Cúíitinuaá los comi-

6i

sionados refiriendo que los vines de Es^ paña conducidos por les ingleses pagan 27 libras, 7 , 5, lo, d. y los extran. geros 37 libras 7, 5::: Que la extrac- ción de lana producida en Inglaterra estaba prohibida, entre otras^ penas coa la amputación de la mano , ai paso qué Ja introducción de la española tiene uri derecho tan leve qué casi no paga nada, y al fin concluyen sacando esta conse- cuencia. ,,Hé aquí como la Inglaterra consiguió el fin que se propuso de ele- varse al grado opulencia que es bq- torio." Imitemos pues á aquella nación, petó sea en gravar sus efectos de ma^ nerá que salgan mucho mas agraciados los nacionales , y en prohibir absolu- tamente si no todos , algunos , al modo que ella lo ha hecho , imponiendo los excesivos derechos referidos , y prohi* hiendo todas las teká de Francia. Vuel- ▼O á poner á V. I* tacner , y h een-

62

secuencia en bla<nco para que V. las HeHe, ^ueno todo se lo he de dar frito y cocido. üíiimatnenie copio á V. la no- ta que en dicho papel se halla á h fx. 47 n. 20. El palo de Campeche, la piíaienta , cera , carey y achiote están libres de derechos por real orden de 23 de Abril de 1774. El algodón, café, azú- car y añil por real cédula de 22 Abril de 804 y i a de Setiembre de 803. 5, Los cueros de pelo por real orden de Abril de 792.*' A los habitantes de Cos- ta-rica se les concedió libertad de de- rechos de los frutos y producciones que se exportasen por el puerto de Matint por real decreto de i. ° de Diciembre de 811. La misma libertad se concedió á todas las producciones naturales é in- dustriales de las, Islas Filipinas en el giro de su compañía por real cédula de 10 de Mano de 1785. Asi mismo se declararon libres.de derechos los aguar-

63

clientes de la Havana por real orden de 23 de Febrero' de 706. El lino y cáña- mo que se coseche en América goza libertad de derechos á extracción é introducción en puertos de la Península^ por real orden de 24 de Marzo de 7<>iíJ. La harina y dinero que se extraiga de Vera- Cruz para nuestras Islas , estáa libres de derechos por real' orden de •10 de Abril de 796 y 2 de Diciembre de 797. La plata copsUa y el oro no deben pagar derechos á su extraccipa para la Península, por real disposición de 18 de Agosto de 778.

Las producciones naturales é indtis- Iriales délas Islas Filipinas están libres de derechos en su extracción para fuera del reyno. (Almanak mercantil Ó guia de comerciantes del año de 803 fx. 184.) ' El achiote de América conducido en buques españoles, no sólo es libre df d«recho3 á s^ entrada ea Cádia y

64

áemas puertos habilitados , por real or- den de 23 de Abril de 1774 , sino aun quando' se traiga de la Península á do* iDinios extrangeros.

El agengibre también está libre de toda contribución á la entrada en España. Para animar la extracción de las producciones de América en vez de res- tringuirlas , se mandó por- real órdeti de 23 de Agosto de 96 y bandeen 3 ^e Enero de 97 , que los americanos hi- ciesen expediciones á los puertos ha- bilitados de la metrópoli con carga de frutos y producciones y retorno de efec- tos, como lo executan los españoles des- de la Península por .el: reglamento de comercio libre.

Kn el arancel segundo del año de 76 se*, dispensó que los nuevos efectos ^ue se lleven á España de América , sean libres: de derechos á su entrada.

I^ añiles de GoatemaU gozan U

6s

misma libertad por real orden novísima de 30 de Mayo de 817 ; á ios labra- dores y comerciantes de algodón y azá- car en estas Américas , se concedieron semejantes privilegios por reales ordene* de 17 de Junio de 796 y 12 de Setieiu- l)re de 803. (Noticioso general de Mé- xico núm. 448,)

Uitioiamente al núm. 44. de fx. de este Quaderno se confiesa que Io« frutos comunes de esta América están libres de derechos á su exportación para contribuir á su mayor cultivo.

Aunque posteriormente ha habido alguna variación en lo general de estas franquicias , ha sido interinaría y oca- sionada de las necesidades en que se ha visto el gobierno por causa de U presente revolución.

Considerando V. todas estas cosas, comparando los tiempos, las circunstan»

m

<;ías , las relaciones de la Península coa las Américas , y los intereses políticos con respecto á las naciones extrangeras, decida V. n ha sido tiránica ú opreso- ra la España en el sistema de comercio con las Américas ^ y si el plan en que este se halla no es mas que el resulta- do que indispensablemente dan las cosas por su misma naturaleza. La presente materia pide una pluma desembarazada y experta, que calculando los prineioa- les ramos de la España antigua y mo- derna, y haciendo ver los obstáculos ver- daderos que se oponen al comercio, des- cubra las veredas de felicidad con que brinda el cielo á la Península y á las Américas.

La España ha venido á abrir los ojos recientemente acerca de las venta- jas del comercio , y tstc ha llegado á ennoblecerse casi en nuestros días, por*

!|uc la alta noblera , la media, y, aiiii lofi., hidalgos han desechado esta carrera, qv^ ^ií^ embargQ ;de ;,ser la vena pria- xip^l ; por donde circula la sangre del Estado, se migaba conip .inde;C<:)rosa á 4<|, primera gerarq.uía , y se eaíregabia 4.,.ma;oos solo d,esxinadas á esa |);*ofe&ion ^tie 'desdeñaba conociendo, su jutiiidad. Las armas ,^ las- letras , la agriGukura despreciaban v.el comercio , y se tentará menos vaiéreh enlace de estas clases con ies^.r.üaa potencia beligerante y señorft d^b.i^ro y la plata no veía las ventajan ¿fl.. comercio , y dexaba á las otras na- ciones-el cuidado de buscar su subsistCii' ciar<iíín trabajo y la industria, suce- diéndole lo mismo que á los poseedo- res* de grandes vínculos que su misma opulencia los retrae de 'considerar Jos grandes ramos de' felicidad y abundan-

m que cultivin por estimarlos ap

3£i aí>*yi:»rB f*oe.^ jst/iy -. n^p^^-

necesarios á su bien estar , j vJeiíeíi de consiguiente á ser pobres en medio de su opulencia. La España no ha sido potencia comerciáhíé , ni su esplendor lo -ha debido á está catrera , y desde ^ue las demás naciohes han empezado á ver él cemercio baxo el verdadero punto de vista que merece 5 también elía ha tomado las medidas según sus cir- cunstancias , aunque no según todo su poder, ni en el modo que le brinda í% providencia con el territorio eii el án* tiguo y Nuevo Mundo. Toda, todo lo llene, y solo necesita que se pongan eh movimiento las primeras materias ; que ei^ las manos laboriosas Tetornarian d Estado mil por uno, no solo en utilidad y consuelo , sino en buenas costumbres, que e^ el mejor caudal de toda sociedad, porque no puede negarse que quanto '"^^ 5^^^» ios pueblos pro veidos de I9 necesario para la vida , son a,cnorc« las

desgracias , los delitos y miserias, y bri- llan Jas virtudes. Esia capital por lo respectivo á proveer á sus necesidades, €siá baxo un plan triste. Hágase como se quiera el cálculo acerca del modo como subsisten sus habitantes, y se ha- liará que de las veinte partes , única- mente la una es la que por su trabajo carga con las diez y nueve, y que éstas , no por una culpable inercia, como injustamente ha querido atribuirse por los que solo ven las cosas en su primer superficie, sino por la constitución de las cosas , tienen que estarse esperando el. pan de quien se lo traiga , y mo- lestas por no poder hacer nada, pues ni hay materia para Ja ocupación , y aun aquellas que ocurren continuamente no son para toda clase de gentes de las heterogéneas que componen la ciudad. Ai contrario,- franca la agricuhura , erigí, ¿os ¡Qs talleres j y tomando segunda vida

sn manos de ambos sexos las produc- ciones de la naturaleza \ qué conductos' de felicidad «e abrirían á estas feraces regiones , y qué gloria no resultaría Estado y á las mismas letras! PocpS silogismos se necesitan para estar pene- trados de nuestro bien ó malestar. Los pueblos son mas ó menos felices , á pró-^' porción que mas ó menos tienen dentro de mismos y en sus manos y trá-" bajos los recursos de su subsisienda. Fuera teóricas y cálculos de monopo^' listas , y de Señores que nos quieren traer la felicidad dexadonos en cueros de paso. A la manera que una casa par* ticular lo pasa mejor quamo menos ne- cesita de la agena 5 asi una monarquia, de manera que toda la sabiduría y po- líiica del gobierno ha de reducirse a que con ios renglones de los pueblos pani- cuiares de que se compone la monarquía» primero se surtan cüos , y después IgS

restantes en la parte que alcarwa¿cc$ porque en cierto modo es ir contra el plan de' la Providencia , aventurar lo que se tiene en su propio recinto , y fio aprovecharse de ios dones del Cria- dorj que Padre universa:^! y benéfico, ha dado á cada pueblo en el paso de esta vida miserable á Ja eterna , que nos es- pera , y en el desierto de las necesida- des, el reparo de ellas. No guardemos Maná, pero comamos de él , pues Dios lo para eso. Nadie puede negar i Tiberio , sin embargo de sus vicios, sus grandes talentos , y escribiendo al Se- «ado acerca de la representación de Cayo Bíbulo, y demás ediles, que recla- maban sobre ia ley sumpiuaria, para que se pusiese término á ios gastos ^ entre ©tras cosas , dice lo- siguiente ; Poco importa lo que nos advienen ios^ediiesr y ninguno de ellos nos dice ; que Ita- lia necesita de las ayudas externas, y

4gue la vida del pueblo Romano esta expuesta, y entregada á los peligros de! mar , y á ias tempestades : y que si los auxilios de ias prúvincias. no sustentasea á los Señores , esclavos y campos , nos defenderían nuestras caserías, y bos- ques. Este es , padres coDScriptos , el cuidado del Principe 5 que si lo oividi; fracasarla, enteramente la República. Antes ,.pues , necesitamos vivir de npso* iros mismos, que 4Q,r.^^Mró0.s exi^auosi porque prescindiendo de otras mil re- ñexiones, es aumentar considerablemente -las iÍKomodidades de la vida , nososte- iierk con nnesiro irabajo en nuestro territorio, y depender de lo que de fuera quieran iraeracs. Puede. V. ver quant^ sobre QSic pariicul;ar;,c.on:müiivo de-nues- ira-dependencia con Chile en punto irigus , escribió cl Señor D. Pedro Bra- to de, Casulla en 6u voto consultivo, cs- tbriaudü ia necesidad, c-n que csiábamo*

73

¿e sembrarlo aquí para no tener una,

dependencia tan absoluta de Chile que nos dexase sin pan. No solo el alimen* to entra en la vida del hombre , sino las demás cosas , sin las que no se puede vivir en la sociedad : y lo que se dice del trigo , puede decirse proporcional- mente del vestido, y de ios recursos para proporcionarse los renglones de la vida animal y racional. Oiga V. ademas- del Señor Bravo de Casiiiía , al Dr. D. José Antonio de Borda y Orosco, que «n la carta que dirige á dicho Señor, y se halla inserta en la colección lega! de dictámenes y otros papeles en dere- cho^ dice lo siguiente : ,,Dexando otros asuntos muy esenciales, no debo omiiir dos del principal interés de estos Reyrios y de ia- Corona que son minas y comer- cio. Estos dos ramos á mi parecer son los que mas padecen hoy en hs Indias. La mayor pane de los motivos de su

?4

decadencia todos la conocen , y para ex» ponerlos con distinción se necesita mu- cho papel y mucha pluma. No puedo dexar de hacer una reflexión geteral que fne parece que todo lo comprende.

Todas las cordilleras de la Amé- rica son plata ú oro. En qualquiera par- te que se busque , allí se encuentra, y solo se trabaja en donde la facilidad de la extracción , 6 la bondad del metal dexa algún logro. Este es un trabajo ^ue se hace á fuerza de manos , y las únicas que sirven son las del pais , in- dios , mestizos , españoles. España nunca puede enviarlos. Los negros no sufren Jos temperamentos fríos de las cordilleras^ de modo que si. la gente del pais se consume todo se pierde. Esta gente ne- cesita alimentarse y vestirse, y por con- siguiente la abundancia de frutos y la facilidad de un comercio arreglado es necesaria. Como la plata aunque por

7S

ti no significa nada , no obstante e9 signo de todo ; si ésta no circula tn «1 Reyno , y se extrae luego que sale> falta toda el alma que hace mover cl cuerpo de la s©citídad. Qualquiera de estos tres ramos , minas, labranza ó co- mercio , que se destruya ó deteriore, He- Ya iras su ruina á los demás. Hallar un medio para que las minas ce tra* bajen del modo conveniente , que el co- mercio se arregle siendo útil á todos los que lo hacen , que la plata salga del Reyno sin aniquilarlo , que la la- branza «e promueva , y que en todos estos ramos se distribuya la gente qué habita estos dominios con orden y pro- porción, es el último primor de la po- liiica diñcii de executar , pero necesario en los téraiinos en que hoy se halla ia América.

Todo está üamsndo il goce de los dones cfreciuog por i a naturaleza; Vis-

tónse pues nuestras inmensos campes del lino y del algodón , y nuestros carne- ros , bueyes y vicuñas despierten á Ja industria dormida y asustada^ con la* armas , y las avejas y gusanos de se- da respiren en un. pais en .que. jamas truena el cielo, y. ks brinda el trabajo á que les. destinó la Providencia. Vayan y vuelvan por nuestros rios émulos del Océano las naves de nuestras Améri- cas á la Península y de la Península á las Américas cargadas de mejores prc- sas que. las conducidas por los Argo- nautas. Todo americano se acueste y levante gozoso de su Jecho , sabiendo que con un honrado trabajo hade con- ducir á su casa un pan de consuelo^ Si; la época parece llegada en que re. conciiiados los pueblos disidentes con el' Soberano , que ansia por el bien generaf se pondrán en el mas activo movimfca-

7t

to los entorpecidos resortes de la agri* cultura y del comercio j p¿ro hoy obs- truidos y enervados por la ominosa guer- ra civil, solo existiendo los hombre para afligir y afligirse, j qué orden , armonía, ñi sistema puede regir en esta imagen del cahos político, mas triste que aquel que procedió á la creación? Tiempo vendrá. Oh 1 corra éste al par del pen- samiento ! en que haciendo la España y Américas un solo pueblo , abrigados feaxo la sombra del trono de San Fer- nando, obscurezcan las glorias de Isabel, su Esposo , Carlos V. y Felipe 11. Ami* go, me he dexado conducir naturalmente por mi corazón, olvidándome que estaba escribiendo esta carta. Dispense V. si- quiera por el noble motivo que ha oca- sionado esta digresión , y contraigamos la tercera-parte que encierra la propo- sicioii i que he reducido las yeiniiocho.

78

„La América ha $ido considerada pasivamente en los empleos de honor, de modo que todos están en poder de Europeos , y uno ü otro criollo que se coloca es inepto ó inmoral , oprimiéndose <on tai conducta á la América, así por el Gabinete Español, como por los que so mandan por él para regirla."

Es una injusiida de hecho noto- no tal proposición. Jamas han estado cerrados los caminos del honor á los Americanos , y tienda V. la tista en todo Lempo y verá Americanos en toda car- rera de gloria y de lustre. En la Iglesia en la Milicia , en la Magistratura , Real Hacienda, en los Vireynatos, en las Embaxadas, en la misma Graudeza, eala educación de los Príncipes y Soberanos, «u las grandes cruces , en los títulos &c.

^If ?"a' ''"•' ^^y «"« exceptuad» para Ips Americanos. ^

Qaando se tranquilizaron las con- mociones que succedieron á ia conquista, de ningUQa otra cosa cuidaron nuestros Reyes que de establecer sus dominio* liel mismo modo que en los Rey nos que en el mundo antiguo están baxo el pa- bellón de la Península , y aunque hay leyes propias de Indias, esto no importa mas que la necesidad de no poderse re- gir del mismo modo unos Rey nos que otros , porque esto exige ia localidad, el tiempo , las circunstancias , y la misma; naturaleza.- También hay fueros en Ara* gon , en Vizcaya , en Valencia y dema^ rey nos , sin que por eso dexen de estar comprendidos baxo un sistema uni%'ersal de gobierno , y confesemos que las Amé- ricas baxo nuestros Reyes, han estada; siendo unos Rey nos en el mismo plan que los de ia Península. Colegios y Uni» . versidades. Catedrales y Coros, Presiden-^, cias. , Vireynatos , Capitanías generale^l

8o

Audiencias &c. todo está en el mismo •rden que en España , y ilamados Jos naturales del país á los empleos segua «US aptitudes, y esta política ha sido solo de la España, pues las dema^ Po- tencias en sus posesiones de Ultramar con toda su humanidad é ilustración, casi no han hecho sino Factorías eh vez de Rey- nos según la norma de los suyos. No confesar esta- verdad es una publica in- gratitud y una mala fé. Mas estabieci- dos los españoles en estos países, tanto al tiempo como después de la conquista, viniendo entre ellos sugetos de la primera y media clase , han dexado á su pos- teridad sus nombres , sus memorias y el fruto de sus trabajos (distinguiéndose aquí por sus hazañas, y dineros, pues se- gún San Agusiin, al que tiene plata Dios tropieza á distinguirlo concediéndole esta prerogativa ) y los mismos derechos que «üzaban ca España ^ de modo que no

8i

¿an sido ni son ma$ los criollos que «nos españoles americanos , á la manera que son españoles andaluces los andalu- ces , españoles gallegos los gallegos , y españoles catalanes los catalanes /y asi los demás. Si hay alguna rivalidad es la que naturalmente se observa entre los demás Reynos de la España : cada uno €e cree mejor que otro , el castellano se juzga superior al aragonés por exera- pío , pero éste se desquita, creyendo que la superioridad está de parte suya. Mas quando se toca á intereses de la mo- narquia , todos son unos, y cesan aque« lias diferencias , que en cierto modo son ventajosas al Estado. Mas infelizmente encendida la guerra civil, se han caldeado las cabezas de europeos y criollos , y se han dicho denuestos mutuamente,. propios de hombres apasionados, de palabra y por escrito : de modo que han agotado el diccionario de las desvergüenzas , y no

se podrá afirmar quien á quien se h* -quedado debiendo. Como el número de los necios por desgracia es mas abun- dante de lo que aparece , íos hay en europeos y criollos , sin mas provecho ^ue atizar un fuego, que debían habersfe 'empeñado en apagar^ pero entre la gente sensata nada ha habido , y por el con. trario , españoles europeos, y criollo» mantienen las mas estrechas relacionea 'de amistad, de sangré y de comercio^ franqueándose en el modo mas íntimo y urbano , y lastimándose de la nece- dad de los que creen hacer un servicio señalado al Soberano ,. y á la patria ca- lentando una desvergüenza. Los intere- ses , pues , entre criollos y europeos son unos , como es una la nobleza, el honor y los einpleos. Se sacará sin duda mayor número de empleados europeos que criollos , pero esto no proviene de la postergación política del criollismo^

^3

sino de la mayor facilidad de ser color- eados ios unos que los otros , porque están mas cerca de la fuente de las gracias , que es el Soberano. Pero ha- blemos de buena ; g qué criollo regular mérito pasando á la Corte no ha 5Ído acomodado , porque de cerca ha he- cho su diligencia , como lo hace todo hombre? Aun muchos sin moverse de su, casa se Man colocado en empleos de en- tidad , porque han logrado hacer mani- fiesto su mérito. Tratar de excluir á los Europeos de los empleos en estos paí- ses , ademas de ser una injusticia , por- que no son extrangeros , y suyos sofi nuestros nombres y apellidos , sería tam- bién pretender se excluyesen los criollos de los empleos de la Penínsulaj y pri- rarnos de la gloria que han obtenido nuestros mayores en la campaña , en la magistratura y en el santuario , y querer que nuestros hijos rto puedan

^^

84

aigun tiempo succedtr á los Carvajales, Eslavas, Casares , Vallejos, Pérez de los Ríos, Mosqueras , ValdeÜrios , Lardiza- bales &c. No considerar á los criollos en ésta disiribucion, dándoles la pane que iu población, aptitudes y circunstancias exigen, es no acallar la queja que en to- dos tiempos, y con el lenguage de la jus- ticia, y de la moderación han hecho pre-- senté á S. M. plumas rccomendabiJísimas de uno y otro emisíerio. Amigo, como ca- íí»r los males es no querer su cura, digo á V. que en mi concepto, uno de los reme, dios esenciales de las presentes circunstan- cías, seria esía consideración con ios ame- ricanos. '^€ro aunen medio del fervor repu- blicano, Pisisírato tiranizó á los Atenien- ses, y Apio Claudio á ios Romanes, cnsc» fioíe¿indose del poder. ¿Y cómo estariaü las plazas rntermediarias hasia tocar en Pi- sisírato, y Apio Claudio ? | Qué hicítfrort MarioySila posteriormente, y despae*

los Triunviros? Pero sin ir tan léjós^ venga un gobierno de hombres , JlámeJo V. del modo de quiera , ea donde Jo purgue V. de las enfermedades civiles inhere.ues á la humanidad; Estas de- cantadas perfecciones son buenas para los romances. Pero en la hisioria de Jos pueblos no verá V. otra cosa que surcar muy pocas virtudes en un piélago bor- rascoso de vicios. Mas no nos cansc« mos. I Quiénes declaman contra ellos? I Acaso los hombres de probidad? No, porque estos tratando de su propia re* forma, los lloran, pero los toleran. Siem» pre los declamadores son los Absalones y Catiíinas aspirantes, no á Ja reforma^ sino al Trono, y Consulado. Oiga V. hablar á uno y otro. „Buenas y justa* me parecen tus palabras , decia á las puertas del palacio de su padre, á los que venian con alguna solicitud j mas no hay persona puesta por el Rey para

dirtc. Oh ! quién me pusiera juex sobré la tierra, para que viniesen á todos los que tienen negocios, y ios disidiese «cgun jusiicia ! Oiga V. ai segundo, que como adolecía del mismo mal se que- jaba igualmente. „Los virtuosos, buenos, íiobies y plebeyos somos contados entre el vulgo sin favor y sin autoridad, vi- viendo sugetos á los que si conservase «u dignidad la república , temblariati '4e nosotros : y asi todo el poder , go- bierno , honra y dineros están en sus manos, ó donde ellos quieren , dexán* <ionos á nosotros ios peligros y afren- -tas, y con los tormentos la pobreza. Todo lo que, ¿hasta quándo sufriréis va« toncs esforzados ? j No vale mas morir ■con honra, que perder entre mil opro- bios una vida miserable y abatida, des- ee que han hecho .escarnio de ella los Soberbios ?" Pero Amigo, amar ios ho- po res, y procurarlos, destruyendo la Fa*

tria , no es amar la Patria, sirjo el dulce de ella. El hoaibre que la ama , aun quando se vea postergado , ó sufre el desaire , ó aprueba la elección que se ha hecho en otros, aun en concurso suyo. Pretendió Pidareto , ciudadano de Lace- deinonia, ser admitido en el consejo de los trescientos, y no habiendo logrado nume^ rarse enire esos ilustres , que aun viven, y vivirán eternamente , exclamó: gracias á los Dioses, porque se encuentran en Es- parta trescientos hombres mejores que yo; y alcanzó de este modo por su modera- ción un lugar igual, y aun en cierto modo superior al de los escogidos para ese coagreso , cuya memoria será eterna. Esto es amar la Patria, esto es aii'» tepon'érla á mismo , y lo demás es quererse á tiernamente, y llamar Pa- tria nuestros propios intereses. Seamos ingéíiuos , y llamemos las cosas con suÉ verdederos noiíibres y apellidos. No to-.

88

éps han de ser colocados en los cm* pieos de la Patria ó de la Monarquía: esta clase de servicios únicamente pue- den prestarlos los favorecidos de la Pro- videncia por sus virtudes ó proporcio- nes ^ pero todos deben servir al Estado en la esfera que les ha cabido en suer- te , y tal vez le hace mas servicio el hombre de mérito olvidado de ella, to- lerando como buen hijo sus desaires, que aquellos que elevados á los primeros em- pleos llevan la admiración del vulgo, ese juez necio que ciegamente tributa honores á los indignos , corre desatinado tras la fama, y se alucina con nombres y retratos. No por mandar á Israel , ni á Roma, ni porque no se alcanza la corona, ni el consulado , hagamos causa pública la nuestra, c inundemos de sangre nuestr* patria. Pero vamos adelante.

Las discnciones de América son fomentadas , continúa el autor del Ma-

§9

«ifiesto por los generales y gobernadé* res de las Provincias , quienes por ha* cerse de dineros y de grados , las en- cienden lexos de apagarlas. ¿Esperaba V. esta proposición? Esto que es política^ y ver las cosas en su verdadero punto de vista. Los gobernadores y capitanes dixeron á los pueblos que se conmo* viesen , y con asesoría de ellos se hizo la revolución , y con la misma han sido eacrificadas ilustres cabezas como las de Liniers , Paula Sans , Nieto, y Ruis de Castilla. Conociendo estos Seño* res las ventajas de la libertad y de la independencia y y penetrados de la felicidad, que redundaba á los que abra^ zasen este partido , fueron asesinados con todo su corazón , y lograron estas conveniencias , y ascensos llenos de di- neros. Los gobernadores y capitanes que Bo han sido víctimas, fomentan la guer- ra , porque consideradas las cosaé coa

m

jl|!cio, ddjian estarse quietos, rendí^ las '^ armas , y la autoridad mal emplea- das, y administradas , y entregarlas i los que declarados caballeros déla liber» tad , están empeñados en hacernos felices, para q«e sino queremos ser hiena-? venturados á la buena, lo seamos á la inala, y que sino nos aícaqza la fe? Hcidad por ahora , porque el paso de un estado apático, y obscuro á otro acti- vo y brillante es de sangre, y de extep- miuio , á lo menos dexemos esta dicha á nuestros bijos , quienes cogerán fru- tos opimos , y bendecirán la mano que cortó los cables con que se afirmaba el despotismo. En suma estos señores fi- lantrópicos conocen que el cuerpo po« rlítico está con calentura pegada hasta Jos huesos , que no quiere tomar lot ^nedicamentos duros, que le darán la sa- nidad , y como buenos módicos se cx« /fuerzan ¿ que tome los remedios , pue$

91

¿espues de convalecido, y de pasaif pO| el tormento de la curación, ha de quedar con una salud y una robustez , que pue- da lucirse en qualquiera parte.

Oponerse ios gobernadores y ca« pitanes á este sistema, es una inhuma* nidad , es porque no tienen principios íentimentaks , y porque nuestros mayo* res trataban de andar por donde cami- naba el tropel de la gente.

No Señor, nuestros abuelos fueron unos j)uenos Juanes , que no trataron de otra cosa que de educar á sus hijos á la pata la llana , instruyéndsies en el Ca- tecismo por si mismos, y en que fuesen unos hombres útiles al Estado , y que quando no , trabajasen por no merecer la indignación del resto de los hombres, ? Qué leian ni hacian que leyesen sus hijos? Un Fray Luis de Granada, que no se como hay pulmones que lo aguan- ten con aquel estilóte de esos tiempos

93

|>ropiamente , y con unos clausulones que falta el resuello, y con las véjese» de allende , aquende , agora , dulzor y arreo : leían también la vida devola de San Francisco de Sales , que aunque es francés , pero dista mucho del gustó del dia , y el Santo no supo lo que el autor del Emilio , y del Diccionario filosófico. Estos, estos son libros para formar hom- bres regeneradores de la felicidad pú- blica , y como ya se ve , los gefes ni capitanes no entran en esto, porque no tniienden , ni son capaces de entender esos altos preceptos de sabiduría, reser- vados á Juan Santiago y á Francisco Miria , derraman la sangre sin filantro- f ismo, quando los patronos de la revolu- ción llenos de una dulce ira, y sobre precisados acometen dc^duro, porque asi Jo exige la humanidad, que clama por el remedio, y por ende se han declarado sus protectores. Los gobernadores, y ca-

i

93

pitanes son unos fanáticos serviles, y b». ^os. , que porque se les deu cruces y empleos, venden su sangre á los Reyes

que son los que ma* t„ .

que mas se oponen al pro-

greso de ¡a felicidad.

Pero busque V. amor limpio, !„.

ees , reciitud de DrinrimVc a

"t principios, desinterés.

y sohic ludo filantronia v á

P,. "'opia, y a mantas de

'*' encontrará V. todo eso en el'

ParuJo republicano. Si ,oma„ Jos en.!'

pLosessobremuyrogados, y por servir aja Patria, sin mas que sacrificarse en su obsequio como buenos hijos. Si

derraman sangre, es como lo hacen lo, flebotomólas, por aplicar al mal político -"-edicina. Si se saquean los pueb,r l7""'-^--«-si-„e:empla

q"e han obscurecido los tiempos de Jas -"."as repúblicas, y, WlLprov!

*^- -para sí. sino para el Estado: y SI toman aieo nr. »c

^i^go , no es sino como miem-

"-del Estado, po, guardar el 6rdel

94

pero no por deseo de "dinero. Afagc. Si tratan con demasiada urbanidad á la» niugeres , parte es por marcialidad, y parte por filantropía , la que se extien- de al bello sexo con alguna mayor dis- tinción, que al otro, que no es tan bello.

ía V. vera , mi Amigo , que quando a ¿sos Señores se les oponen los goberna- dores y generales . fomentan decid.da- óiente la diseacion, y es una culpa nue- va nada menos que de lesa filantropía.. 1.0S gefes de las provincias , y los capt- tanesdelosexércitosdebianab.itUsel

paso , y rendirles las armas hincados de rodillas , como á los libertadores del ge- nero humano , y sembrar de flores y de aromas el lugar por donde pasaban, comoel Sol, ilustrando, y felicitan^, te.

puntos de su curso.

V verá qué orden de cosas y hermo- ,„ra reina «n medio del filantropismo.

95

Verá V. la tolerancia sentada en su tron# de todos colores, y de todos metales, xibra- sando filaiurópicaracnte á todos los hom- bres de lodas castas, y religiones, y aun sin religión, pues la íliantcopíano tiraniza las conciencias, porque ese es pecado gra-- vísísimo , Y es demasiado escrupulosa para cargarse de tamaña maldad, propia de ios siglos de barbarie. Verá V. que al hombre que tiene bienes le obligan á que sea cariíaiivo , porque la íiian- tropía exige que iodos leiigan , y si hay alguno tan, poco j^níímenía/ que guarde sus talegos para solo , se le castigará para que los suelte, y ya queda con paiente de filantrópico , y habiíitado para arrcbaiar á quaiquicra lo que nc ie arrebató, cino le toa, ó filan- trópicamenie la Patria , para sus ¡úps famélicos, en virtuú del dominio eminente (júe en eíía resiue, y üel buen uso que iiinc quehacer por les principios iiUn-

g6

trópicos Verá V. que gasta poco tiempo en ir á los Tetuplos, ya se vé, irá el que quiera , porque Dios está en todas partes , y cada uno cumple con ei Ser Supremo ( lérmino cuito) á su modo. Verá V. marciaÜdad , nuevas cos- Iiimbre5 , nuevos hábitos y vestidos, co- mutiion de derechos , y de mugeres ^ di- versidad de lenguas, poea ó ninguna morai , y sobre todo verá V. la imagen del Infierno en la üerra , y blasfemar de esícs resüiiadcs funestos , de esta' sangre derramada , de éste trastorno del íordea , y de esta felicidad de quaíro in- dividuos , que han suniergido el resto dé" los incautos ó impotentes en este abis- mo de anarquía, de la que no hay plu- ma , íii corazón , que calcule los males que la cscoiían. ; Ay Amigo ! quándo, qu:uido se desvanecerá este prestigio libertad , que no es otra cosa , que Uiáscara dci bien , que cubre todos k.s

i

males! Oh! quantos se cometen en tu nombre , decia Madama Roland , una de las mugares mas célebres , que floreció en la revolución de la Francia I Estas fueron las palabras con que cami«aba al cadalso, y esta lección terrible dada por el pueblo mas ilustrado del mundo, aun no hace abrir los ojos á los que, ó embriagados con el hechizo, ó ya empeñados en el juego, continúan sacri- ficando las virtudes , los sentimientos, la moral , y quanto hay sagrado y res- petable. ¿ Qué enfermedad es esta que ha acometido al espíritu , y qué vér- tigo se ha apoderado de ciertas cabe- zas tanto mas débiles y flacas , quanto mas fuertes se creen, y capaces de orde- nar el sistema de la creación. ¿Quien que ha leido la historia de la revolu- ción francesa , prescindiendo de otras, porque esta és del dia, y lo que mas cerca teneoios , nos toca mas de iieno,

no temblará de toda revolución, y preferirá ios males , por graves que sean» á ios bienes que provengan por rom- per con la autoridad ya establecida ? Con franqueza puede asegurarse , que los anales del tiempo no presentan sub- versión, en que sea el pueblo mas po- deroso , ni mas ilustrados los que es- taban á su frente , ni con mas recur- sos, para sostener y llevar adelante esos principios, que trataron de desenvolver los filósofos en el exceso del delirio re- publicano. En el partido de la Gironda especialmente se hallaron hombres , que agotaron las materias, y las presentaron en el lenguage de la mas vigorosa elo- cuencia , ¿y quál ha sido el resultado? Ensangrentar el trono, y hacer correr ríos de sangre , con los que regado el árbol funesto de la libertad , producía frutos correspondientes á tal riego. En todo tiempo las generaciones succe^ivds

99

leerán temblando las página* que ínclu»- yen estos hechos, y aun dudarán de stí verdad j porque sin embargo del caudal de miseria , que encierra el corazón hu- mano en su seno , creíamos que no podía dar tanto de sí. i A qué hacer á V. Ja pintura funesta de estos maltís , quando es un hecho que ha empezado , y aca- bado en nuestros dias ? Ya cansados los pueblos de tanta sangre , y sutíiéf- gidos en el piélago de horrores, sin rte« cursos ni arbitrios de salvarse , puet losrtmcdiüs empeoraban la enfermedad poiíiica , clamaron por la dinastía con» tra la que se habían conjurado, y vol- vieron á ponerse baxo la sombra del trono , porque sino los males no tenían guarismo. Mas convirtámosnos á nues- tro asunto.

Aseguro á V. que no hay cora- zón que írufra la lectura del p/a«o gwt íHanijiesta el sistema , y régimen de las

TOO üpéracionss , que debían regir , y poner m cubierto la grande obra de la Ubertad- de las Provincias Unidas del Rio déla "Plata en la América del Sur , fresen* fado por comisión á acémila Junta por sa Secretario D. D. Mariano Moreno , quiea pasó i Lóüdres en calidad de Embiado, y en cuyo viage murió , dexando á ua amigo suyo , que hasta el dia se ignora^ quien fuese , una caxa de papeles pe- culiares á él : y siendo desierrado el sugeto en cuyo poder quedaron, del de este vinieron al de otro , por cuyo conduelo se tía franqueado tstc aborto concebido en la iniquidad mas tranquila, y así se ha descubierto este nuevo modo de felicitar á ios pueblos , acabando coa Ja humanidad , y la moral fruto mortal de la empresa que se habían propuesto los Wasiniones y Franclines de las Pro- vincias del Kiode la Plata.

Asombra ver á un hombre át la

i

101

ilustración de Moreno , porque es nece- sario hacerle justicia , no tropezar en nada , y jugar con la vida , y con la muerte, con la mala fé, con el engaño, con la sangre , con las virtudes y loS vicios para regenerar á su Patria. ¿Qué puede salir sino el Erictonio de la fá- bula? Con menos justicia se habia dicho non est tanto digna dolore salus. No pre- gunte V.... qué Evangelio rige, sino qué humanidad es la que puede caber en tales almas, delincuentes por principios? Oiga V. literalmente algunas de las re- flexiones , que entran en el plan de está felicidad mas insoportable que la mas dura desgracia.

„E1 hombre en ciertos casos e$ hijo del rigor , y nada hemos de conse- guir con la benevolencia y la modera- ción : estas son buenas , pero no para cimentar los principios de nuestra obra. Conozco al hombre, le observo sus pa-

102

alones , y convinando sus circunstancias sus talentos, sus principios y sus climas, deduzco por sus antecédeles, que no conviene sino atemorizarlo, y obscure- cerle aquellas luces , que en otro tiempo saría lícito Juminaríe.<« (Vaya esa ración de humanidad, y de luces con que se obse- quia al hombre por io pronto.) „La mo. deracion fuera de tiempo no.es cordura, ni es una virtud, al contrario c5 una debilidad qaando se adapta un sistema, que sus circunstancias no la requieren. Jamasen ningún tiempo de revolución, se vio adaptada por los gobernadores la moderación ni ia tolerancia ; el menor pensamiento de un hombre que sea con- trario á un nuevo sistema , es un de- lito por la influencia , y por el estrago ' que puede causar coa el exemplo, y su castigo es irremediable. Los cimientos de una nueva república , nanea se han c?í- mjntaüo sino con ei rigor, y el castigo,

103

inexclados con k sangre derramada de todos aquellos miembros, que pudierais impedir su progreso/* ( ¡Qué tal exordio para la felicidad ! ¡ Qué verdugos rege- neradores ! I Qué Arístides I ¡Qué Ca- oiilüs ! í Qué fieras!....)

5, La filosofía que reyna en este «iglo demuestra la ridiculez de la gran- deza , y la contingencia á que está ex- puesta." (La Religión lo ha demostrado en el verdadero sentido, y mejor. Pero los filósofos quieren acabar con la grandeza, para quedar ellos solos de grandes , y para que nada se respete. Con menos filo- sofía y mas religión se ven mejor las cosas. )

5,No debe escandalizar el sentido de mis voces de cortar cabezas , verter san- gre, y sacrificar á toda costa, aun quando tengan semejanza con las costumbres de los antropófagos y caribes. (¿Para quando Huardarémos el escandalizaraos? ) Y «in»

I por qué nos pintan á la libertad ciega>. y armada de un puñal ? (Según eso mata sin ver á quien.) Porque ningún Estado envejecido , ó Provincias pueden regene- rarse ni cortar sus corrompidos abusos, sin verter arroyos de sangre. «< (Regene- ración ! Semejante á la que hizo Meduia en Pelías.)

„En tiempo de revolución ningún del!- to debe castigarse sino es el de infidencia^ ó rebelión coí^itra los sagrados derechos de la causa qi^e se establece, 3; todo h ¡demás debe disimularse.^' (Vé aquí la li- bertad en su verdadero significado, según estos señores^ Como se sigan sus ideas, no hay delitos , que merezcan este nombre. Todos pueden contribuir á que se regene- re el Estado, libertad de ley , de concien- cía y de todo : los crímenes que no sean contra la libertad, son gracias y niñerías.)

Con Iqs adictos al sistema con* trario debe observar el, gobierqo,

IOS

•conducta muy distinta, y es la mas cruel j íanguinaria. La oienor especie debe ser castigada.,., y la meaor semíprueba de hechos, palabras &c. contra la causa que ^c defiende , debe castigarse con pena capital (Dracon mejorado!), prineípalinen- ic quando concurren las circunstancias de recaer en sugetos de talentos, riquezas, carácter y de alguua opinión. *< (Allí e^ el banco. Ya Qstáa señaladas las vícr *imas.)

„Quantos caigan en poder de la Patria de estos segundos, exteriores ó interiores, como gobernadores, capitanes generales, mariscaies de campo , brigadieres , coro- neles, ó quaíquiera oíros de los suje- tos, que obtienen los primeros empleos de los pueblos , que aun no nos han cbedecido , y quaíquiera otra clase de personas de talento, riqueza, opinión , y concepto , principalmente las que tienen un conocimiento completo del país , sus

io6

situaciones , carácter de sus habitantes, noticias exactas de los principios de la revolución , y demás circunstancias de esta América , debe decapitárseles: lo piiaiero, porque son unos antemurales ^ue rompemos de los principales , que se opondrian a nuestro sistema por todos caminos. Lo segundo , porque el exem- pío de esíos castigos es una baya para nuestra defensa , y ademas nos atraemos el concepto piáblico 3 y io tercero, por que la Patria es digna de que se le sacrifiquen estas víctimas , como triun- fos de mayor consideración é importan- cia para su libertad , no solo por io mucho que pueden influir en alguna parte de ios pueblos , sino que dexándoios es- capar , podría la uniformidad de infor- mes perjudicarnos mucho en la misma España , según las miras de las rela- ciones que debemos entablar/^ (¡Ay de los que valen algo cayendo en tales manov !Con que filantropía seráa desquaniía-

107

ábs, y qué himnos, y endechas tan tíer» ñas entonarán en loor de la libertad q\XQ \qs trae tal pro )

Reflexión V. „En la misma forma ^.omo he referido deben irse haciendo pu- blicar las demás providencias con algu- na lemitnd , sin mostrar de golpe el veneno á unos pueblos envejecidos en sus costumbres antiguas , y asi luego de- ben hacerse fixar edictos en todos los pueblos y su campaña , para que «jual- quiera delincuente , de qualquiera clase y condición que haya sido su delito, y tuvieren causas abiertas en los respec- tivos tribunales , presentándose y em- pleándose en servicio del Rey, queda- rán esenios de pena y nota , entregán- doseies las mismas causas para que no quede indicio alguno: baxo del concepto, que á cada uao se le empleará conforme a sus talentos y circunstancias , y en este caso se previene á los alcaides y demás jueces remitan una información del con

ccpto que entre la gente v^ga, y ociosa tiene cada individuóde .estos , é iguaU Hiente de su valor, talento y conocituien- tos campestres , para distinguirlos en Jos puestos de oficiales, y otros encargos, por Ja influencia que tienen. Que á estos y otros muchos, de quienes en Jos prin- cipios de la revolución es preciso valerse, luego que el Estado se consolide, se apar- tan como miembros corrompidos, que han merecido aceptación por la necesidad." (Véanse en este espejo los que por tales apiiiudes esperan las coronas cívicas de la amada Patria.)

Reflexión IX. ,, Las cosas en el es- tado que la antecedente reflexión ins- truye, presentan ya ocasiones que no de- ben desperdiciarse , mandando inmedia- tamente á los pueblos de Urugay, y de- mas principales de la campaña una fuer- 2.a de quinientos á ochocientos hombres, con ohciaies, sargentos y cabos, mas de los correspondientes, para que sirviendo

"•109

de apoyo > se ' vayan organizando en los mismos pueblos algunos esquadrones de caballería, y cuerpos de infantería , te- niéndose presente el haber atraído á nues- tro partido , y honrádolos con los pri- meros cargos á un Valdenegro , á un Baltasar Vargas , á los hermanos, y pri- mos de Artigas, á un Benavides, aun 'Vázquez de San José , á un Baltasar de Ojeda &c. &c. , sugetos, que por lo conocido de sus vicios, y condiciones son capaces para todo , que es lo que con- viene en las actuales circunstancias, por sus conocimientos campestres ^ y opinio- nes populares, que han adquirido con sus hechos temerarios j y después de es- tos, aquellos, de quienes se tenga aviso por los jueces , y los que estos mismos propongan , para que yéndose formando algunos cuerpos de tropas, é instruyén- dolas en el arte militar, mandándoíes de aquí lo que ívíqsq menester, se alis- tQii, y comiencen á hacer algunas corre-

lio

rias , tratando de hacerse obedecer, y á la fuerza , y no á las consideraciones. Asi va todo. Faltan voces para excecrar dignamente unas máximas pro- pias , ó por mejor decir impropias de los mayores tiranos. Ellas solas serán acompañadas en todos tiempos de los anatemas de esa razón, cuya sola auto- ridad conoce la filosofía , y de esa hu- manidad, que aman vilipendiándola y des- truyéndola. Abran los pueblos incautos los ojos, considérenla felicidad que se les brinda, y á qué precio, y tengan en Ipdo tiempo los patronos del tras- . torno este padrón de ignominia , que al paso que haga detestar su memoria, instruya á los pueblos del carácter de sus nuevos benefactores, y convénzanse de que solo la religión puede hacer hora- tres de bien , y monstruos la filosofía, en el sentido que nuevamente se á esta palabra.

Es un delirio pensar que la fe-

m

ücidad pueda venirnos de los que do- mésticamente nos asesinan, ni de manos extrañas. La revolución de ias provincias disidentes no puede existir por si sola, y quanta mas fuerza tome, se agusará como el fierro, perdiendo de su substancia en la sangre de sus íiijos. Podrá muy bien el Lord Cochrane ponerse á ia fren- te de su marina , y tras este otros hé- roes de igual entusiasmo , perdidos de amores por la libertad de países ex- traños, encargarse de proteger la dis-, cordia de los padres con los hijos , y arrojarnos manzanas de oro, no desti- nadas á las mas bellas, sino á los mas mentecatos ; pero después de la protec- ción, si infelizmente prevaleciese el par- tido disidente ¿quál sería el resuhadol No es necesario encumbrarse á los altos principios de la polídca , ni deducir por «na larga serie de raciocinios, conse- cuencias envueltas en misterios, Las ver-

Ilt

dades obvias no necesitan demos trarseí los protectores de los pueblos son pro- tectores de mismos , y tiranos de los necios , que ciegamente se ponen baxo una tutela, que no tiene otro objeto, que hacerse de los bienes dd pupilo.

Déxeme V. contarle un suceso referido en la historia Romana , porque hace al caso , y con diferencia de actores , las escenas del mundo son las mismas ; lo niismo dice la historia de ayer , que la de hoy, y lo que dirá la de mañana. Conmo- vidos los Tareníinos contra los Romanos, y tratando de sacudir el yugo , cono- ciéndose impotentes, imploraron el auxi- lio de Pirro , Rey de Epiro, cuyo solo nombre importaba su poder j y habién- dose divulgado en la ciudad , que se ha- bía decretado llamarle para esta empresa, el ciudadano Meton , hombre de bien y juicioso , se dirigió al teatro piíbli- co , llevando una tea en la mano.

1X3

en la cabeza una corona quebrada , y entró á él asociado de una moza flau- tista y fingiéndose borracho. Ei pueblo, consiguiente á su inclinación por ios pa- satieiiipos , ordenó que avanzasen aiubos al ^medio del Teatro, y que tocando la moza la fiauta cantase él. fíntóaces apro- vechándose del silencio dixo ; 5,Tarenti- nos 5 muy bien hacéis en permitir que canten y bayien por ahora ios que Qsiin para el paso, y lo desean, porque en quan- to Pyrro entre en la ciudad ya nadie po- drá.hacer lo que guste, ni le acomode. Un discurso de esia naturaleza obligó al pueblo á hacer reflexiones que fueron acompañadas de murmuraciones y los autores de los ultrages hechos á los Romanos, recelando que si se resol- vía la paz se les castigase según sus crímenes , reprendieron en la multitud la facilidad con que dexaba burlarse de un temerario insensato , y acometieron

«4

contra Meton se arrojaron sobre el, y le echaroa del Teatro , y asi sin opo- sición alguna se executó el decreto de la llamada de Pyrro. ( ^ ) ,v

{^) Ferunt vulgato per civitatem rumore^ deecretum de Pyrrho acciendo factum esse, Metonem qucemdam hominem frugi , sumpta corona marcida et fácula , ebrio- rum more, cum tibicina teatrum in- travisse ; ^opulum Tarentimm , sólita lascivia , jussisse , ut progresi in mé- dium y iík vocs y muliercula tibia cañe- rent, Tum Metonem , facto sikntio , di- xisse; Bene facitis Tarentini , quod sal- tandi canendiquc co^iam fraestatts^ quibus 'iibet : nam Fyrrho in urbem admtsso vix erit 5 ut liceat ampius nostro nobis ar^ hitratu vivere. Mote ad hoce populo , atque orto murmure y veriti qui autores injuriarum adversus romanos fuerant , «e pacificis consiliis vakntibus ad su- plicium ipsi dedereniur , increpito vuU go , quod ao homine temerario tam in- digne derideri paterctur , Ímpetu facto Metonem teatro exegerunt. Ita nemtne deinceps adversante, decretum ratum fuit, SuppietHt. Liviaa Decad. 2. üb. 12. 4:ap. 1 $: >

119

\ imagen é inscripción del Cesar , pues seguid este misino estado de cosas, sin alterarlo , porque nada contribuye á la religión el mezclarse en materias de es- tado , y esta se acomoda á todas las formas de gobierno de las diferentes gentes, que habitan el globo. Pero no alteréis el orden establecido por ningún ipotivo, asi como yo no he perturbado el público , sin embargo de estar en poder de usurpadores el trono de Da- vid que me toca, y pertenece de de- recho por hijo suyo. | Quién mejor que Jesucristo conocía ios vicios de los sa- cerdotes, de la ley, y loquecorrom- pian los Fariseos, y Escribas la moral de la Sinagoga ? Pero combatiendo sus errores , porque esta era una parte de su misión divina , consideraba su digni* dad,, y acataba la silla de Moyses , en que estaban sentados estos ministros ^^miquos^ y ea quantos prodigios obró

120

ch los que debía intervenir la autoridad sacerdotal , ordenaba á los agraciados, y limpios, que se mostrasen al sacer- dote. Esta consideración se tuvo por nuestro Señor quando ya iba á espirar la Sinagoga, siendo el Sac-erdote Eterno, el Deseado de las gentes, el Dios hom- brcj que iba á ser el lazo y cadena, que reconciliase el Cielo con la Tierra, y que derramando su sangre abriese las puertas de la vida, cerradas por el pecado. Los Apóstoles á imitación de su divino maes- tro perecieron viciimas de su amor á Dios, y á los hombres, derramaron su sangre enteram^ente , pero ni una gota agena , y respetaban la autoridad con su exemplo, y su doctrina. Tertuliano decia que en las cárceles únicamente estaban ios crisiianos por ser cristianos, y que no se les acusaba de otra cosa, ni de otra faha , y que si tenian ciro crimen ya no eran cristianos , porque ^^^

113

en la cabeza una corona quebrada , y entró á él con algazara de flautas, ;y fingiéndose borracho. El pueblo , consi- guiente á su inclinación por los pasa-

. tiempos , le obligó á que abanzase hasta el medio del Teatro , mientras su com« pañia tocaba los instrumentos , y enton- ces aprovechándose de la atención, que

le prestaba el concurso, dixo : ,, Señores, tarentinos hacéis muy bien de permitir que hoy canten, y toquen los que están pa- ra él paso, y lo desean, porque en quanto Pyrro entre en la ciudad ya nadie podrá hacer lo que guste, ni le acomode. Üa discurs© de e^ta naturaleza obligó ai pueblo á hacer reflexiones que fueron acompañadas de murmuraciones y llan- tos, y los autores de los ultrages he*

' chos á los Romanos , recelando que si se resolvía la pai se les castigase se- gún sus crímenes , reprendieron en la multitud la facilidad con que escuchaba.

8

114

laa bufonadas de un temerario insen- sato , y saliendo de sus asientos se ar- rojaron sobre él, y le echaron del Tea- tro , y asi sin oposición alguna se exe- cuto el decreto de la llamada de Pyrro. (*J,

C^) Ferunt vulgato per civitatem rumore,

deecretum de Pyrrho acciendo factum esse, Metomm qucemdam homincm frugi

sumpía corona marcida et fácula , ebrio- rum more, cum uhicina teatrum in^ travisse : fopulum rarci-itinuín , sólita lascivia , jussisse , ut i^rogresi in mé- dium , ilie voce , muliercula tibia cañe- rent. Tum Mstonem , ¡acto silentio , di^ SQisse; Bene facttis Tarentini , quod sal^ tmdt canendique cofiam praestatis, quibus

íwci : num ryrrho in urbem admisso vioc €nt , ut liceat ampiius nostro nobis ar- hitratu vivere. Moto ad htec populo , trique ^ orto murmure, veriti qui autore] injiiridrum udversus romanos fuerani , n'¿^ pacijicis consiliis vakntibus ad su- plkium ípsi dederentur , increpito vul- go , qucá ah homine temerario tam m- aigne derideri patereiur , ímpetu jacto Metonem teatro €xcgerunt. Ita nemine demceps adversante, decretum ratumfui^. Suppieiüt. Livian. Decad. 2. lib. la. cap., ij;

/V Mas el éxito acreditó la cuerda locura de Meten , y el juicio loco de los que despreciaron su saludable advertencia. Saque V. las consecuencias que quiera, y vea lo que es llamar á un poderoso á socorrernos. La protección se vuelve mas funesta que el domiaio mas duro, y al fin el pueblo auxiliado es oprimi- do por el auxiliante. Si, Amigo mió, no salgamos de nuestra casa implorando auxilio de la agena, que ha de salimos á precia muy triste. Los que entusiasmados con ideas quiméricas creen mejorar de fortuna con la regenera? ¿ion, vean lo acaecido en sucesos iguales, y sepan que se cuenta con ellos para des-» preciarlos , pues los hombres de otra im- portancia son arrastrados por la revo- lución , que ademas de parecerse á Sa- turno , que se comía á sus propios hi- jos , es un torrente que lleva tras ■quanto se le pone delante , si-endo mejor

ii6

contenerse en una suerte mediana, y con- tar con elJa, que no alusinarse con pala- cios de ioiaginacion , que no tienen otra realidad que la que quiere darle cierta cía. »« de hombres, que sueñan sobre despier- tos. Desde ahora para siempre renuncie V. toda felicidad que vengan trayendo de ofi- ció los procuradores del genero humano , pero transtornando el orden público y d privado, y desvaratando lo bien puesto Jesu-Cristo vida nuestra fué muy patriota , pues dio pruebas de su amor á su pueblo , hasia derramar lá- grimas sobre Jerusalen. Y de la con- ducta de este divino y único Maestra deducirá V. que el verdadero cristiano prescinde de las quesiiones civiles, y qug debe dexar las cosas en el mismo es- tado en que las halla : que su guerra no debe ser otra qne la que declare al vicio , y que todo trastorno es con- tra el espíritu de la religión , que est» ^

1^5

^ gratitud y adhesión á sus Soberanos? Los pueblos no son de los Reyes, á la tnJnera que las haciendas ó estancias, fion de sus dueños , mas lo son al modo que los hijos de los padres j porque, de- sengañémonos , y no entremos en los romances del contrato social: la autori- dad real no es otra cosa , que la au- toridad paterna civilmente constituida. Todo padre antes de que los pueblos hi- ciesen corporaciones, ó figuras civiles ea el globo era el Rey y el Sacerdote de «u familia , y exercia tanto sobre su» hijos naturales, quanto sobre los do- mésticos, que se ponian baxo su proiec* cion los derechos de la soberanía. Vea V. á Abraham sacrificando á Isaac, como Sacerdote, y arrojando de su casa á Is- mael al Desierto, como Soberano , y ven- ciendo á los reyes con su familia , y considerado el mismo como Soberano,

^unqueno llevase este título, que es ques*

126

lion de muy poco momento. Vea V. á Jú-^ das, hijo de Jacob, y cabeza de su Tribu,^ condenando á muerte á Tamar su nuerai sin mas derecho que el de ser gefe fa- milia. Muhipiicadas estas , los derechos parciales se refundieron en una sola ca» beza , de manera que solo la autoridad doméstica quedó á los padres de familia, y la piibiica á aquel, en quien por el bien común se trasmiiió este poder. No hay mas en esto, ni hay que calentarse la cabeza , ni perder tiempo. Esta es la soberanía en su naturaleza , y ríase V. de otras novelas de soberanías, que son en su esencia delirios de febrici- tantes, y no traen otra cosa que el Es- pinosismo civil, porque á la manera que aquel delirante se le antojó decir, que todo era Dios , y que de consiguiente el verdugo , el cuchillo , el cadalso y el executado eran la divinidad , asi sien- ¿0 el pueblo soberano , todo es sobera-

127

cda , y toda la baraja se vuelve Reyes sin encontrarse otra figura j por lo que desde el que tiene el cetro hasta el úl- timo en ia cadena civil hay soberanía á que quieres boca , y todos tienen el título de magestad, librado en el des- pacho de los señores ministros de gracia y justicia de la nueva filosofía. Riamos ó lloremos por tales desatinos , y con- fesenjos que el derecho de la soberanía de ios Reyes España tiene toda la legitimidad, que conoce la razón, y el orden. Las cosas las hemos encontrado en este estado , y á la manera , que si un extraño, que viniese á establecerse en nuestro territorio , quisiese llamar á juicio nuestras leyes , usos y costumbres, aventando unas, y conformándose ccq otras , porque no habia prestado su vo- to en la forma ó constitución del go- bierno , se declararía por un fatuo, dig- no de coxífinárscle en los colegios á

i

12S

Jps Orates, San Andrés, ó Hipólitos, asá el que naciendo baxo un gobierno conis- lituido, traía de su reforma por no con- venirse el actual régiaien con sus prin- cipios, ó sus pasiones, es acreedor al desprecio, y á ser expelido de ia socie- dad, con la que no se acomoda. Mas fácil es que. yo me arregle al orden común, que no que el prden cpaiuu se jarregle á ; en la mano tengo^el re- , medio , que es pasar á otro pais dc.Jq- igislacion mas análoga átni. cabeza, que presto me-cansarc de ella. Asi pues Ami- go mío, repito: sigamos con los Reyes de España que son los que por todo principio tienen la autoridad demandarnos, no co- ,mo borregos, sino como á hombres: y los españoles americanos debemos sostener los derechos de la corona ea -«stos dominios , porque lademas de otros justos motivos , no podemos tender la vista á .parte alguna , que no demos con

121.

Crt^crdaderainénte no es digno, ni propio discipulo de Jesucristo el que solo cree, sino el que cumple sus preceptos, y cumpliéndolos , ya no hay crimen pú- blico ni privado. ,

Los defectos pues , y aun los escándalos son necesarios en el mundo, y querer quitarlos es tratar de lo impo- sible. Pero porque haya abusos y faltas, tratar de perturbar el orden establecido es irritar los males , y aumentarlos de diez á ciento ó mil con esa clase de remedios. Los males son de la consti- tución humana en qualquiera constitu- ción. Sigamos por donde han caminado nuestros padres , sin que este proceder se llame supcrsiicion, sino el resultado de la sabiduria. Acójamenos á la som- bra -del trono , que es un ar bol ma- gestuoso , y de influencia conocida y beiiéñca , y no tratemos de cultivar arbustos que aparecen , y desaparecen

122

maleando la tierra , y destruyendo á sus cuiíivadores. No nos aterretnus con la palabra despotismo , ni n^os exáitéaios contra eiía sin examinarla, é Quái es -aquel íjue se quiere echar en cara á nuestros Soberanos ? ¿ Qué han he- cho los Reyes de España, y quálea son Jas culpas de que se acusa su go- bierno, para sacudirlo de nosotros ? £3 una iiijusticia , y una ingratitud atribuir los defectos del tiempo , de las circuns- tancias , y de aigunos gobernadores ó tnagisiradüs al mismo gobierno, y al So- berano inocente , quando su voluntad y su mismo interés le obliga á la conser- vación , y bien estar de esios Reynos, á que abrieron paso sus capitanes, dando nueva forma y gloria no solo al nombre cspai^ol , sino á la religión y ai prbe conocido.

Seamos justos , y aunque por Ja peste dtl día solo quiera considerarse

por los sabios caldeados los derechos de! hombre , examinemos otros de respetable antigüedad , fundada no en hechos qui- méricos sino reales , y con tranquilidad consideremos como españoles americanos, los derechos de nuestros Reyes , y la legitimidad , para continuar baxo su dominación : abramos nuestras historias. Establecidos los Godos en la Pe- nínsula , y diiigiéndoia hasta el infe- liz Don Rodrigo , en cuyo tiempo gra- vó sobre la España el yugo Sarraceno^ I quién quebró estas cadenas sinO los Pelayos, Ramiros, y Alfonsos , que con hazañas las mas heroicas arrojaron los Moros á la Libia , y palmo á pahuo fueron purgando á la Iberia de esta pes- te, hasta que resultó el gran pueblo de la Europa , por ias continuas reconquis- tas, y por los diferentes enlace? de los Reyes entre sí, que se refundieron en solo uno? Los Ricos-hoiiies de pendón

m

1 '^q.

y caldera ( j qué vejez ! y qué términos tan baxos ! como se dixcra esto culta- mente en el dia ? ) acompañaban á Jos Reyes en sus expediciones á h grande obra de Ja reconqnista , pero todos con- ducidos baxo Ja bandera reaJ , que era Ja que abrigaba á todos Jos particulares Adalides de esta empresa. ¿ QuáJ fué aqui ei contrato sociaJ , sino sacudir un yugo ©minoso é infame , siendo Jos Re- yes los que sacaron á Ja España del cautiverio , y deJ estado de sierva aJ de Señora ? ^ Quá les , pues, son Jos dere- chos , que corresponden á Jos Jibertado- res de sus pueblos ? La religión, Ja hu- manidad , Ja gratitud no dicen que se pongan los puebles baxo su imperio, para que Jos conduzca en paz y en guerra, no como una manada de ovejas sino en Jey y en amor? ^ Podrán Jos pueblos sin una injusticia, que riñe la verdadera nobleza , olvidarse de estos motivos de i

229

k España. Religión , lengua , nombres, apellidos , usos, costumbres, color, pa- siones , vicios, virtudes, todo es español. Y cómo abriendo el paso nuestros ma- yores 4. este Nuevo Mundo para cons- tituirnos en él , hemos de cerrarlo no- sotros á los mismos que lo abrieron ? ¿ Con una ingratitud tan negra se re- compensará este beneficio ? Podrá la filosofía absolver esta conducta , pero la reprobará siempre el corazón , que es el mejor filósofo. Seamos consiguien- tes , y sobre enferma nuestra madre no tengamos la impiedad de negarle los ofi- cios de hijos , ni despedazemos inhuma- namente sus entrañas. Basta de tanta sangre venida por opiniones propias del aniquilamiento, antes que de la regene- ración. Mi alma sale de misma, y casi ni percibe su existencia , enervada por la consideración de las desgracias públicas. Gózense ios furiosos sin prin-

no

eipios en los males de la irreligioa y de la anarquía , que los que ainan el orden 5 soio pueden suspirar por su res- . tableciíniento. El Soberano ansia, por él, y disculpando las circunstancias promul- gará la ley del oividp , que en otra» parecidas, á las presentes promulgó Tra- sibulo ea Alhenas. Aunque nos divide el occeano, á la manera que el Jordán á los Hebreos de las restantes Tribus de ia Península, nos unen el mivsmo Templo, la misma soberanía, y la naturaleza. Jamás se separará España del Nuevo Mundo; y la conmoción de algunas provincias no será una mancha á su antiguo lustre. Las disenciones han sido de todos los tiem- pos , y oxalá no presentase la historia tan tristes y repetidos exemploí. Nada perdió la España de $u opiü'ion por la cruenta guerra de los Comuneros en el glorioso reynado de Carlos V. , ni poi 2a de Succcsiou al ocupar el trono ia

aogusta familia reynante ,- 7- serenando •el uracan quedaron unidos bs hertnanos, los hijos y los padres entre sí. jQuándo, guando se desvanecerá esta nube que obscurece la atmósfera política ! Ya no hay corazón para sufrir los males que cada dia recrecen y extenúan la subs- tancia de la Patria, Los triunfos y las derrotas de las armas ád Rey , y de los disidentes, todas son derrotas , todo es duelo 5 y las lágrimas y sollozos mas amargos , son los verdaderos hymnos de estas victorias. Porque quiénes sino los mismos Americanos han sostenido los de- rechos del Monarca, y han derramado la sangre suya y de sus hermanos por no romper la unidad civil que los hace un cuerpo con la España ? ¡Oh, si mis clamores pudieran penetrar hasta el Tro- no ! Esforzando mi voz llorosa diría al succesor de Carlos V. Señor; los mis- mos que han teñido sus espadas en la

132

sapgro de sus hermanos , y los que harl descendido al sepulcro defendiendo la causa de V. M, , son los que in- terceden por el indulto de los que alu- cinados por la fatalidad de los tiempos, y por la fiebre de la libertad se haa desviado de la senda trazada por sus ma* yores. Nada tiene vuestra soberanía ma- yor que el poder, ni vuest á naturaleza me« jor que el querer conservar pueblos tan pumerosos que después de sus descarríos se acogen al abrigo del manto real , ese palio paterno, que cubrirá plenamente los defectos de los hijos. Aparezca en esas regiones desoladas , el Iris de gracia, y nuestra reconciliación haga mas estrc-, cha la fraternidad del antiguo y nuevo helnisferíor Los Cesares todo lo tienea presente y fijo en la memoria , y sola ie olvidan de las injurias. Y siendo ea el poder las mas vivas imágenes de la Diviaidad deben ^erlo en la clemeacia^

i33

y no escuchar los sombríos y roncos ecos de la política , sino la dulce y ma- gestuosa voz de la religión de paz , y de amor, que ó no conoce enemigos, ó solamente los distingue para beneíi* ciarlos, indultando delirios en que ka tenido mas culpa el tiempo que la de- liberación , ó acuerdo de los pueblos infelices envueltos hasta el dia en el turbillon del transtorno , y sacrifica- 4os á ios que abusan de su inocen- cia , ó cuentan con sus pasiones encen- didas por la novedad, ó el ínteres. Ol- vide el Rey en el trono los agravios de su cautividad , y la Europa asom- brada contemple á un Soberano mas gran- de por su bondad , que por stt potencia: y convertido cada corazón en un muro inexpugnable, sean unos los derechos del Soberano y de sus hijos , y estrechán- dose los eslabones de esta cadena sa- grada, suceda á la anarquía^ disensión, y

?34

franstorno, la paz, la armonía, y el órdeu.

< Amigo confieso á V. que al tra-

*^^,,.e?^s materias siento gravado mi

corazón^ y espíritu ^ .y que necesito sol-

tarla ,pluma, y tomar aliento. No hay

resistencia, ni valor para ser testigo de

antas .desgracias públicas, y no quiero

reniiticiat' - mi sensi-biiidad , ni que la

filo^baa me habilite del opio , qu»

aGa;b.a;eba ios pfiinero& sentimientos, y con

kg,^ívÍFtudes. Desca^ií^e V. de leer y,pert

rííitame dfecansar áe escribir, paraqué

íomantio. resuello pueda dirigir á V. Otra

caria cantrahida á-,cada- ujía de las cau-

sasjiiqu© asigna el; autor- del manifiesto

^obrs "<|ue V., me ha- pedido mi modo

^«■r^iífísar'v Lo dicho era bástanle y aqn

.éo^^aáí)^,- 'aporque ía mejor contestación

-áe^í' ^afjíel •• cf a despreciario. Mas para

G^c'-moy'-^ crea «[uc se han rccapitu-

%id*0' ^^ veintiocli©- causA-s en : k Mfoi

i

135

que llevo á V. asignada , con el objeta de evadirse de las dificultades, y prue- bas que presenta en cada una de ellas, prometo á V. en la carta siguiente, ( Dios mediante ) responderle en el mis- mo caso , y con la verdad , porque h mentira es bochornosa aun de palabra, y mucho mas por escrito , y en asuntof? de tanta importancia. Oxaiá (|ue al con- cluirla pudiese yo decir á V, lo misiBO que el limo. Señor Sandoval , Obispo de Pamplona , al íinaüxar en &\i. historia de Carlos V*; la pane respectiva á la guerra de ias Comunidades. ,, Salgo comp el que navega mareado , combatido de •las olas j y tormentas de las disensio- nes, y mas que civiles guerras, que hubo entre las gentes de mi Nación , al puerta felicísimo , y bonan^^a de los sucesos dichosos. '* No cese V. de clamar al Cielo por esta gracia, para bien de la religión, de la ipoíiarquía, y de la humanidad, Ta-

les son los ardientes votos de los hotn* bres de bien, y las puras inienciones del Gobernador de esto Reyno , que en Ja campaña , y en el gabinete ha sus- pirado por ei res tablee iuiiento del orden, y no cesa de tomar las medidas opor- tunas para reconciüar al padre con ios hijos. Ha triunfado con dolor de los alu- cinados, y su alma religiosa y española se lastima de ver envueltos á los pueblos en este humo denso de la subversión, y el trastorno, que extenuando las Américas , y disponiéndolas á ser vícti- mas de los que se venden por sus pro- tectores, siendo sus verdugos. O! y quiera- el Cielo favorecer sus iutenciunes^ des- vaneciendo la tempestad poliiica , que ijo nos deja tranquilidad, ni aliento! Pero, rodeados de angustias hagamos quanto quepa en nuestras fuerzas por la salud- de la Patria , que es ia suprema ley. Lima y Octubre 12 de 1 819, de V. S. servidor Q. B. S. M.

^^^^O^^'Í^O^'»^^'^^^^

CARTA SEGUNDA.

J^VA. i amado Amigo : cumpliendo á V. la palabra de exponerle en cada una de las proposiciones ó causas asignadas Jo que hay de cierto , dirijo á V. esta segunda carta , que será mas breve^ pues ya en la mayor pane esián los cargos contestados en la primera. Así en lo que ya esté respuesto me remiúiéá la ante- rior , por ahorrar tiempo y papel. Va- mos, pues . entrando en las veintiocho causas una por una , en el mismo orden que las ha numerado el autor de! ma- nifiesto , y para ceñirnos en lo posible^ reduciremos á cargo y descargo , como en las cuentas 5 las causas , diciendo lo que hay de verdad © falsedad en ellas.

138

CARGO.

Que los intereses de la Península e^tán díánietralmente opuestos con los de la América.

..Que para que aquella prospere es preciso que ésta permanezca en cadenas.

;^ : DESCARGO.

Me remito á lo dicho en Ja parte re- lativa á la ilustración, comercio y agri- cuíiura, agregando que la compañía que necesita la América con la Europa, solo puede serle ventajosa con la España,

CARGO 2./>

Que la América permanece gober- nada despóticamente sin observancia de ley alguna, expuestos sus habitantes á ios diarios Ultrages y violencias de los. •«inistros ^ vircycs y demás mandarines, ■\i\t unos «fi la distaiicia y otros cer-

139

canamente

no la

miran

sino

como

á su

patrimoniOj

, y á sus moradores

como

re-

baños de ovejas.

DESCARGO.

^ En Ja prueba de esta segunda pro- posición no hay un heeho , sino auto- ridades de filósofos, acerca del abuso áe la'"áíiiorídad. Como las proposiciones de hecho se prueban con hechos y no con autoridades , no trayéndose uno que con- testarj estamos excusados de la respuesta. Aquí era oportuno el haber traído ios 'hechos- que convenciesen la proposición.

No basta decir que- Fulano es matadof,

es preciso probar á quién muerto,

paca acusarle de este crimen.

CARGO 3. «

' - Que el monopolio de la Península les 'impide del todo ci comercio libre, \y ^5 pbiie rnayores trabas ál expendió lie sus pretio°sos fruios;

BESCARGO.

í-o ya dicho en la parle rclatím al comercio.

CARGO 4.0

Que habiendo llegado al extrcmt el aborrecimiento y odio entre espa- ñoles y americanos , refluyen sobre aquellos solamente las utilidades del comercio monopolio, y estos tienen que comprar sus efectos á un precie exccMvo y recargado , sin dexarles si- guiera á algunos particulares el lucro de comisionistas,

DESCARGO.

Esrs es el mismo que el anterior, con diferencia de palabras. Hay ma- yor número de comerciantes europeos que criollos, y asi han de ser mayores las uiilidades de los unos que de ios o ir 05.

141

CARGO 5.0

Que casi todos los empleos militares, polhicos 5 de hacienda y eclesiásiiccs es-^ tan ocupados y servidos por españoles, excluyendo tácitamente con esto á los americanos de exercer los cargos prin- cipales.

DESCARGO.

Ya sobre esto respuesto á V. y es por demás mortificarle con nuevas respuestas,

CARGO 6.9

Que los enjambres de empleados que embian de España á América , particu- larmente en estos últimos tiempos , son las gentes mas idiotas , inmorales, cor- rompidos , y sobre todo venales , de suerte que no hay buena administracioii de justicia , imparcialidad en los juicio?, qI rectitud en sus dictámenes.

142

•DESCARGO.

Ademas de lo dicho en el lugar opor- tuno , es una falsedad la proposición, y uno ú otro empleado de poco' mérito ó que abuse de su empleo , jamas pro- bará que estQ es el sistema del gobierno, sino que abusa de su empleo como hom- bre, ó que por un favor especial ó sor- presa , de lo que no puede verse libre gobierno alguno , consiguió el empleo que ó no mereció, ó desempeña mal. En España se notarán los mismos males, y corra V. todo el globo y hallará estos lunares en los gobiernos, porque, el favor, la petulancia, y las pasiones alcanzan á veces las gracias que solo son debidas al -verdadero mérito. Y sin otras pruebas pre- -guniemos á los pueblos disidentes , si todos , los que están á la frente de sus exérciios y cqrpofacioiies políticas lieuen

j 143

h

aprobación

del pueblo y

el

voto uni-

versal? A qué

pues cargar

al

gobierno

de España con defectos, que son y serán siempre de los hombres , sean españoles, ©habitantes de la Luna, si acaso los hay.

CARGO 7.®

Que la dilapidación de la Real Ha- cienda, y la falta de economía hace que no . bastea sus ingresos á los gastos de k guerra y demás atenciones útiles como son el gran número de empleados ge- Derales, y oficiales agregados^ por lo qus se .echan crecidas contribuciones , para sostenerlos , baxo el especioso nombre de conservar las autoridades constituidas.

DESCARGO.

Es inútil buscar causas , que esláíi manifiestas. Los gastos extraordinarios ocasionados por el triste estado de las cosas ¿ no pueden hacerse por los in-

144

gresos comunes del erario , siendo pre- ciso con dolor , ocurrir á arbitrios ex* traordinarios, porque no bastan las an- teriores entradas , las que han menguado por los mismos motivos. Por otra parte I qué causa puede hacerse al Gobierno de que á los ministros y oficiales que vienen á esta capital de Buenos-Áyres, Chile &c. se ks auxilie según su clase, quando tal conducta está no solo en el orden de justicia, sino en el de la hos- pitalidad ? En una casa particular quan- do sobreviene muerte o enfermedad, ya no hay regla eq el gasto, aunque se estu- die la economía, porque en cada instante hay nuevas necesidades á que ocurrir, y es necesario apelar á los recursof mas apurados para salir de la agonía. £1 Estado no es mas que una gran familia, y lo que en pequeño sucede en una casa, sucede en grande en las cor- poraciones civiles» Fero no se quiere

ver lo que es tan claro como ia luz del día , y en prueba de la causa asig- nada en este número se traen dos he* chos para manchar el nombre del Excmo. Señor Abascal, que envuelven la calum- nia mas negra , y la falsedad mas pública. Primero: Que declarada la guer- ra del Perú con Chile , dicho Señor Virey arbitró un modo de ganar mu- cho dinero en poco tiempo , y fué es- tancando todo el trigo del Perú por medio de algunos dependientes suyes jCjue remiiió á la5 Provincias, que estos com- praban la fanega de trigo á tres pesos y en Lima ia vendian á doce lo me- nos. Este monopolio ( continúa ) se efec- tuó á un tiempo en todas partes ^ d@ suerte que nadie pudiese interesarse^ por^ que si se hubiese dexado la libertad de ccmpradores, estos se habrían eontíentado' con gáiiar un ciento por ciento^ yesto-

146

220 convenía á las miras de Abasca?^ c]ue apenas se contentaba con ganar en el plazo de un mes un trescientos por ciento. Hasta aquí la calumnia : oiga V. io que hay de verdad. Interrumpido comercio con el Reyno de Chile, te- miendo el Señor Virey llegase á faltar cl pan en la ciudad , animó á ios ha- cendados del Reyno á la siembra de tri* gos , y dio orden á los subdelegados de Jauja y Angaracz para que hiciesea I cuenta de la Real Hacienda quanias compras pudiesen de aquel grano, y lo yemiiieseñ á esta capital para el abasto público. Los subdelegados compraron quatro á cinco mil cargas de trigo, su- pliendo para esta compra el Estanco de tabacos cincuenta y ocho mil pesos: y es- tando en aquella fecha » en el año de 14 de Juez de trigos el Regidor decano de este Exctuo. Ayuatamientg Conde de

San Isidro , fué nombrado por S. E, para ir recibiendo estos granos en un almacén , que para este efecto se deso- cupó en la Real Aduana, desde donde se repartiese á las panaderías al precio que resuhase, según su compra y gastos de conducción , con el objeto de cubrir cl capital suplido. Computados unos y otros, resultó importar el de Jauja seis pesos real y medio , y el de Angaraez seis pesos y seis reales, con lo que se abasteció ia ciudad , y fué necesario ia intervención y eHcácia del Gobierno pars prevenir esta necesidad , como para lo- grar que se cubriese el dinero suplido, lo que se verificó por el zelo y cons- tancia de S. E. y del Señor Conde co- misionado. Aquí tiene V. la verdad sen- cilla y pública , y aquí tiene V. la ca- lumnia desnuda, y capaz da avergcn- zarse, si fuese capaz de vergüenza. ¿T

148

es posible que asi se mienta y y coo tanto descaro se vulnere la opinión do un Gobernador ^ sin mas motivo que tratar de que no falte pan al put^blo? |Por qué una viriud se le convierte ea crimen ? Pero oiga V. otra calumnia igual á la primera. Continúa el mani- fiesto: Esta nueva é inaudita guerra á ¡05 estómagos Limsños , le dio á Abascal muchos centenares de miles de p^sof , per0 fio contento con esto solamente , tomó otr9 fnedio mas productivo á su insaciable co- dicia: dispuso mandar varios cargamen* tos de a%úcar para Chile , y este con* trabando se hizo con mucho sigilo , y también embarcó considerables remesas ha* ico de pabellón ingles. Los comerciante* aprovechándose de los buques que se dirigían á los puntos de Chile, hicieroa efectivamente varias remesas , pero el Señor Virey ninguna, ni en buques nues- tros ^ ni baxo el pabelloa itigk». Como

149

tío se asigna un hecho ^ ni los buquet nuestros ni ingleses que conduxesen los ' cargamentos, no se puede responder pun- to por punto á la calumnia. Dígase el buque en que se conduxo , y entonces saldrá una prueba igualmente victoriosa que la de los trigos. Hiere decia un polí- tico malvado , que aunc^ue ss cure la herida , queda la cicatriz j pero aqui esta infernal máxima no tiene lugar^ pues que no alcanzó la espada á dar el golpe á un gobernador de la bondad característica del Señor AbascaL

CARGO 8.^

Que el desorden , y la falta de mé* todo de gefes instruidos en la dirección y adaiinistracion de las Rentas, tiene al Real Erario del Perü descubierto en mas ¿Q doce millones de pesos , cuya deuda ea aumeaio progresivo j lo que ir*

fsm

remedia biemcníe á ocasionar una ban- carota en t<!>dos los fondos públicos, y h ruina de los capitalistas acreedoras.

DESCARGO.

Casi es este lo mismo que el ante* rior j y su respuesta en la parte respec- tiva debe ser una. En la prutba s* "traen varios hechos de sugetcs que han enriquecido al lado de los Generales, sin nombrar quienes sean, pero haya en esto lo que hubiese , no se imputen á ios Generales ni Gobernadores los dc-> fectcs de sus dependientesj principalmen- te en tiempos de turbulencia, quando en los de la paz mss tranquila, y en el estado ordenado de las cosas , puedcíi abusar ios encomendados de asuntos de segunda , tercera ó última clase, de la confianza de los Gefcs, sin que para evitar estos malts haya en las fuerzíís

humana» "poder bastante á prevenirloá*^ hi evitarlos.

CARGO 9.

Que el Gobierno arbitrariamente pren» de á toda clase de personas , sin mas causa que su antojo, venganza ó deseo de dañar, de lo que resulta que no hay seguridad personal , ni observancia de leyes divinas ni humanas , sino la del despotismo ó de la fuerza.

DESCARGO.

Es verdad que se ha hecho una u otra prisión , no á toda clase de personas, sino á muy pocas que posteriormente se han declarado por libres , por no ha- ber resultado nada de los procesos^ mas fio ha provenido esto de despotismo, ni de odio ó venganxa , sino de una pre- caución prudente, j Quién sabe los fun^

áamentos secretos que ha íenido el Go- bierno para este proceder ? En causa* de ^sta naturaleza nada es despreciable, y asi el Gobierno por su vigilancia no ha debido esperar las úhimas pruebas, bastando qualquiera temor racional para proceder á tomar providencias. Es una desgracia vivir en tiempos tan tristes, en que la calunania y la sospecha pue- den acomeier á los primeros hombres providad y concepto , pero también ¿qué podrá hacer el Gobierno sino cautelarse y librar providencias prontas que no tomaría en otras circunstancias? No se culpe , pues , al Gobierno , sino al lietn- po 5 y véanse las cosas en su verdadera punto de vista.

CARGO iG.

Que ia nobleza etti igualmente es-

tropeada por ios dcspoias y sus satélites*

153

DESCARGO.

Como no se trae un hecho, no hay sobre qué contestar. La nobleza Ameri* cana ha ocupado y sigue ocupando el lugar que siempre ha tenido en esta ge. rarquia Ni ¿ cómo políticamente puede prcpendérse á esta depresión en el Go* bierno monárquico? Si porque se dice qué se coloca una ú otra persona poco digna en empleos elevados , se juzga deprimi- da la nobleza, esta queja no es del Perú, ni de España , es de todo el mundo, por las razones de que me he encarga- do , y que es ocioso repetir , por ser sabidas de todos.

CARGO II.

Que el máriío , instrucción , buena conducta y luces, son castigados coaio delitos los mas contrarios á ia seguri- ¿ad del Gobierno llamado Real.

154

CARGO 12. Que es el aiismo que el ame» >ior: que toda iíustracion pública es prohibida , y se castiga á los que han Jeido obras filosóñcas, para ' los que ia Inquisición tiene preparadas sus .cárceles y el Gobierno sus cadalsos,

CARGO 13.

Que es consecuencia de los dos: que toda opinión en política , aunque sea de poca importancia , es graduada de delito de alta traición.

DESCARGO.

Me remito en todo á lo que tengo á V. dicho en la parte relativa á vin- dicar á la España' de haber negado, las luces á la Aracrica. Jamas ei Gobierno M la Inquisición prohibe el curso de Jas luces , sino el abuso que de cílas pue- da hscersc. Y 3i se ha prohibido la en- señanza del derecho natural, es por igual

feíotlvo j porque forjándoselo cada un» á su antojo , se vuelve un legislador atraviiiaiio , lexos de un hombre instrui- do j fuera de que muchas cosas lícitas, f aun provechosas se prohiben por jus- tas consideraciones , sin que tal prohi- bición éea una injusiicia , porque pue- den ser iicitas , pero no convenientes* Ahora, hacer en la prueba de estas cau- sas autor al Señor Abascal de las falsas noii'-ias favorables á la causa de S. M. es una arbitrariedad, porque siempre ea circunstancias iguales á las tristes en que nos hallamos , las buenas y malas aou- cías parten de todos puntos , y se aumen- tan ó disminuyen pasando de boca en boca. y todo hombre libremente ha opinado en pro ó en cocira de tales noiicias, sin que se haya fulminado proceso contra per- sona alguna, porque, sería hacer lui nue- vo crimen por el inayor ó menor grado

156

ie probabilidad en que reputaban los

liombres tales noticias.

CARGO 14.

Que las mismas cosas que hechas en España, ó por Españoles, se dicen buenas y muy buenas, hechas 6 dichas por Americanos , son unos crímenes que los conducen á un severo castigo.

DESCARGO.

En España y América en tiempo de la liberiad de la prensa, iguaimeníe se siguieron procesos contra los que abu- saban de esta libertad , y si algunos de los diputados de Cortes hablaban un lenguage que no estábamos acostumbra- dos á oir , era en la discusión de las materias , y en un lugar que no tenían los escritores aventureros , que hablaban sin respeto y miramiento.

CARGO 15.

Que es prohibido á ios Americanos hasta el visitarse parientes con pariea-» tes, baxo cl pretexto que se juntan para hacer conspiraciones, y al mismo tiempo los españoles están autorizados para toda clase de reuniones.

DESCARGO.

No solo los parientes entre sí, si no todo hombre va á la casa que se le antoja á toda hora á entretenerse, y di» vertirse del modo que le acomoda. ¿Có. mo no tropieza la pluma en una calum- nía y una falsedad tan notoria ^ ? Por* ^ue se falta á la verdad tan impuden- tcoaente á la faz del mundo I

CARGO i6.

Que para amedrentar á los Ameri* canos $e hacen por d Gobierno cíerta$

»58

escenas trágicas de supuestas revolucio- Des, en Jas que envuelven á muchas vícumás con el objeto de robar, y de «aciar su encono.

DESCARGO.

La misma respuesta que se dio al ne*

no , porque es el mismo, puesto en otra

iigura.

CARGO 17.

Que en España se desatienden las iquejas y clamores repetidos de los Ame- ricanos , de manera que ni los leen ios Ministros , y los pacientes de America puedan sin recurso alguno de justicia.

DESCARGO.

El autor en la prueba á la causa nona había sentado , que á la represen- tación hecha en Lima por varios ca- ballercs y señoras , por el motivo que '^Ili relaciona , libró S. M. una orden

159

toara que no conociese el Señor Ah'ié* cal en cierta causa, y que aun produ* jo su remoción del vireynato. Prescin- do de la verdad del segundo hecho , el autor lo asienta como verdadero, pero el primero lo es j componga V. , pues, c«^tos dos hechos en que toma resolu- ción el Gobierno de España contra un Vircy , que es un vice-regente del Mo- narca , con ser desatendidos los cla- mores y quejas de los Americanos ? y todos los días se repiten hechos de reforma á revocación de los respeciivos ministerios acerca de lo actuado aqui. Recientemente hicieron recursos á S. M, tres guardas de la Real Aduana, de U postergación que hablan «ufrido en las consultas para sus ascensos en sus pía* las respectivas , y á consecuencia ^e expidió Real orden para que el Gobierno informase sobre este pariicuiar. Quando SO se desatienden en la corte los cla«

t6o

mores de unos guardas, sin prot ce :íoh m v^ihukmo, que elevan sus represen, taciones á S. M. , sin mas apoyo <jue su simpk ruego , ¿ cómo podrán desaten- derse asuntos de otra importancia? Sería mortificar á V. puntualizarle Jas repc jidas Reales órdenes que en todos liein. pos han venido y vienen de la Corte de resultas del reclamo de quaiquier individuo , que se considera agraviado^ mas no puedo menos que poner en no. lícia de V. , que un portero de una ofi.- cina elevó queja de su superior, á Ja Corte , y fue atendida , y recomendada su representación por Real orden muy reciente. ¿Cómo, pues, no se escuchan los clamores , quando hay en Ja Corte oí- dos para quaiquiera ? Es importunidad numerar á V. ios , hechos constantes so- bre este particular , pero aunque se mo- jeste V, en leer, y yo en escTÍbir en ©bsequio de Ja causa , y para confusión

i6i

ác !a calumnia , haré á V. relación de varias resoluciones de S. M. acerca de reformar ó revocar lo hecho aquí , solo en virtud de simples quejas de ios indi- viduos que se hao juzgado postergados, y tales son las siguientes:

En I. de Abril de 1 8i 6, Real orden pa- ra que se informe sobre la queja de Calvo uno de los guardas de que he hablado.

En 3. de dicho , otra para que se in- forme acerca de la del Señor A^merich contra ei Señor Montes.

Kn 17 de Agosto de 817 otra sobre las que se interpusieron coritra el Ad- ministrador de la Real Aduana D. An- tonio Izquierdo.

En 9 de Diciembre del mismo ano otra por haberse quejado Querol de ha- berse dado el archivo de Tabacos á Següin,

En 1 5 de Juuio de 8i8 otra sóbrfe

l62

h queja de Ruiz Tagle contra él Señet Zambrano.

Ea 23 de dicho mes y año otra erl que se aprueba Eguren en la Factoría de Chachapoyas , y se reprehende á Zú- íííga y Carriiio por las hijusias quejas, que dirigieron contra ei Exctno. Señor Marques de Ja Concordia,

Pero sería moiesíar á V. demasiado relatar á cientos las ReaJes resoluciones que revocan Jo actuado aquí, siendo justos los recursos. Prosigamos,

CARGO 18.

Que contra lo establecido se han con- servado Jos Vireyes y Gobernadores mi. litares diez ó mas años en sus gobier- nos, no debiendo permanecer sino cinco solamente. Que ád mismo modo Jes aprue^ ban todas sus maJdades en España , y que no puede ser sino con^el objeto de

i63

Iflcoaiodar, destruir , y exterminar á los Americanos. . ,

DESCARGO/

Aqiii todo el golpe se dirigQ de lleno al Excmo. Señor Don Pernanda Abascal , quien permaneció diez ano^s, en. el Perú , por las circunsiansias que nipti varón esta prolonga en ¿u gobier- no , y se pinta á este caballero Qoa los borrones mas negros y desmerecidos, de manera, que aun los mayores enetn i' gos "del Señor Abascal han de despr«» ciar el quadro^ que de él se hace : como de un déspota , que desde la cijnquista no ha tenido igual en astuciúji en vh" lenciaí , y en toda clase de crímenes. ¿Habrá quien pueda leer esto sin risa? De un monstruo que jamas se asociaba con los hombres de bien: de una fiera indó-^. mita que hollaba las leyes : de un libertin» o inmoral , y cuyo gobierno §e contará

164

jpor éi del patrocinio de los vicios. . . . qus excedió á Calígula , Nerón y JDomicianoi ¿Quica puede con tanto ? y que Lima , ;y todo el Reyno vio en su tiempo la per- sicucíún la virtud , y á la justicia. Ya falta la paciencia- Pues sepa V. que éste hombre tan crimiaalj no tenia alien» para firmar una sentencia de muerte, y no firmó una sola , ni como vocal los consejos guerra , ni como presidente de Guada laxara , y Virey del Perú : que su corazón sensible, no- ble y religioso se dolía de los males d'él úhimo hombre , y que su alma es- taba penetrada de amor al bien común. Póngase á los Gaseas y Toiedos, esos grandes hombres que han dexado me- moria eterna en el Perú , en las actua- les circunstancias , y pregiíntese qué ha- brían hecho ? Este Gobernador tomó el mando en las circunstancias mas tris- tés. £t mi;smo dia que se recibió pú*

l)Iicarxiente , st coafirmó la noticia df la invasión de Beresford en Buenos» Ayres , y dio las providencias mas ac,* tivas en todo ramo para la recupera- ción de ese punto importante. Poste- riormente vienen las de las desgracias de España , por la cautividad del Mo- narca , y al cabo de algún tiempo em- piezan á conmoverse ios pueblos de Qui- lo , Buenos- Ayres y Chile. ¿No había de ocurrir á contener el torrente de la disensión con quantos arbitrios y recur- scs dictasen la prudencia , y el consejo en semejante conflicto ? Pues esto fué lo que hizo ) y ve aquí toda su culpa, y toda su iniquidad. Venga un hom- bre , no adornado de grandes virtudes, sino de una mediana conducta , y de un sano juicio , á estarse sosegado en el gobierno , viendo difundirse el fuego de la insurrección por varias partes? Los Gobernadores , es verdad , no de--

^feen mezclarse en el gobierno de Pro- .'Tincias ó Rey nos distintos de los que rígcn^ quando las cosas están en su ^r- 'den natural y firme j pero quando se desconciertan , es de su inspección y cargo tratar del restablecimiento del or- den , porque de lo contrario , no sería cumplir dignamente la obligación sagra- da , en que se hallan constituidos j asi roeaianie sus medidas se pacificaron va- rias Provincias, cuyo hecho es constan- te. y observándose por el Gobierno de España en la cautividad del Soberano la conducta del Señor Abascal , se le continuó en el Gobierno , y no con el objeto de exterminar á los Americanos. La presente materia pedia una larga disertación , que no sufre lo limitad» de esta carta. Continuémoí.

CARGO ip.

Qué ocultando ios sucesos y £ca,-

guando embustes , los Vireyes y Gober-

Oftipf^ : enciendea 4^. guerra ^ntf e unos

puebÍ95 1. con otros, >. para hacerse figu^ar^

e^ ^s^na necesarios en el maado» y ad*^

quíf ir- per este medio mayores... f¥:*?H

tades , condecoracíoaes, riquezas,. y per.

petu ación en los matidos por ios m?ptstr<>$

y privados de la Corte 5 á quienes, corj;*

pran.

DESCARGO.

Me remito á lo que tengo á.V* di- «ho en la primera carta , en Ja, líkir tna parte de la linica causa áqu^ i^f; reducido las veintiocho.

CARGO 20.

Que es doloroso á los Americanas el ser gobernados por unos déspotas ja- saltantes, venales, ignorantes y soeces, y verlos al mismo tiempo cargados do. ka* ñores , colmados de riquezas, y cercados^ por hombres corrompidos é inmorales»

r68

' DESCARGa h

Igualmente'mé remito á lo ameriof« ¿eme dicho 8Óbi*e éste parrícular , y solo agrego á W , qóe refiriendo ti autor en la prueba de esta causa una conversación del Señor Abascal con el Marii^cal de Campo' Picoaga ^ en que se cuenta que este díxo : ^ que quándo los Españoles habían si.io amigos de la América ? sin mas auíorlJad que su sola palabra , se asienta de paso que dicho Señor Picoága fuá quien ganó !a batalla de Vilcajíüs^lo , háí laudóle ya de huida el Señor Pezuela, Tod^ falsedad inco* cnoda^ pero principalmente quando se apo- ya en hechos públicamente desmentidos. No solo no huyó el Sr. Pezuela , pero ni el úliimo soldado en esa acción. Hubp, sí, un momento de desorden en la ala izquier- da del exército del Rey , durante el qual mantuvo firme una parte del regimien^ to 1. ® con su coronel Picoaga que cer- raba la derecha^ mandada por ci Sr. Ra*

i69

jiiiree : pero el Sr. PezueU> reconducfea*

do personalmefite los desordenados á la

tiea > decidió á su favor una batalla ya

casi de! todo perdida, é hizo suya , pot

doble titulo, esta victoria. Mas <:oino ella,

y las subsiguientes d^ Ayouoia y Wilou*

ma, desbarataron las medidas de la insur«r

reccion, no es mucho que los protectores

de ella traten de negar esta gloria á quiea

justamente corresponde. Picoaga fué uti

caballero de mérito,y un militar de valor y

derechura, como lo acreditó en VilcapugiQ

y en todas ocasiones 7 y ha dexado bas-»

tante honor propio para no necesitar de

que se refíera el ageno á su buena me*

moría.

CARGO ai.

,.,;n:;

Que tn el tiempo que regia la Cpnsti* ücíon española hecha en Cádiz, los Go- bernadores hacían lo que querían sin ob* •ervarla en lo menor, sino en apariencia^ abrogándose facultades é intrigando , da euerte ^ue no se hacia mas ^ue Í9 ^ua

17^

ellos gustaban, siendo en tigór ellos qutc* Des elegían los diputaxios de Cortes, y i^ única voz en las diputaciones de Provin*» cia-,,No dexandb fíbemd al ciudadano, ni- á la prensa , sino soiimente la de insuK iárse entre sí, coií objeto de aatüentar'- Ja 'desunión y la diJ5cordia. -'-'o^^^ «?i:;- DESCARGa '*^

1.a Cbristitucion sufrió mil détí?ite¿ en Es- paña y América, y asi no hay'poVque apli- car á la sola AtDerica este defecto. Habrá' V. íeido veimé papeles en pro y Contra de' Ja Constitución, y mientras la opinión na fija ha de sufrir "debates en la' jiráctica ^Válquiera resolución moderna. V. ha leí- do las cartas de Blanco, y lo que dice so- bre la Constitución, poniendo en claro loS oeféctós de que adolecía. Otros la levan- taban hasta las nubes. í la opinión estaba en el mayor choqué en la misma Pcnínsu- jl.'Eri k prueba de esta causa vieíie uii ciálogo entre Juan y Pedro acerca de ¡6 f^Í& es la Coasiitucion española ea

171

*<iicifindose aílí entre otras cosas ; que lúS Diputadvos en Cortes eran electos á vir- tud dd influjo de los Señores Virey y Arzobispo, y que sería conveniente que estos solo los nombrase con la ayuda de su intrigante secretario Arias. Ltís Electores de los diversos partidos que venían al acto de la votación á esta capital, se presentabau politicameiue coti esa investidura ante ambos Gefes, quie- nes les decían tratasen de desempeñar el cargo del mejor modo posible, po- niéndose en los sugetos mas acreedo- res para llenar la ccmision , y -todos rotaban ó según su concepto, ó sus re- laciones , porque este es el modo de votar humanamciuc. ¿Pero qué ínteres podían tener ai esto los Señores Vírey -y Af zobiipo , sino el del bien común, siéndoles absoiutauíenie indiferente , que la elección cayese en éste ó aquel, co- ao fuese ua íJugoto coaipetetue ? Mi á

rnlllT

^ué tenia que intrigar el Sr. Secretarlo de S. E. 1. ea una votación de seis ó siete personas , siéndole igualmente iüdiferen- ic que el electo fuese alio ó chico de cuerpo ? Superior por su empleo , ca- rácter y dignidad á esas baxezas , y no necesitando de la Diputación , ni de los Diputados, á que iba á mez- clarse de oficio en tales intrigas ? Si acaso el Señor Yirey hizo alguna in- sinuación , sería en los términos decen- tes 5 y si uno ú otro Diputado se prestó á ella , lio fué en virtud de ninguna violencia , sino por el orden cctiíun de las cosas. Pero confesemos que estas son pequeneces que nada conducen á la ma- teria.

CARGO 22.

Que abusando de la buena - de ios liabiiaiucs , los Vireyes y Goberna- dores detienen los correes , abren Us canas , í?ubsir£cn las correspondencias

173

hasta el extremo de ocultar las qu^ vienen de España. Casi siempre con esl- ías se ha llevado el sistema de dar la penúltima, y guardar la recién recibida para tener de este modo al público sia noticias frescas de sus asuntos > esto es, sin embargo de las machas canas que se quitan á las personas qua se consi- deran poco afectas á los opresores.

DESCAKGO.

La proposición es falsa, pero ditir dola por cierta de barato, ¿qué se de- ducirá de ella? Que en ocasiones el Gobierno considera no conveniente co- municar una noticia , y no franquea Ja correspondencia. ¿Halla V. pecado oa esto ? Ponga V. al autor de Vlrey ,, y en un apuro igual , á ver si no hace lo mismo. Que por justos recelos , ó ra* CJonalmente fundados contra algunas per* sonas substraiga la. correspondencia ¿qué

"■■■

dice acercía de esta cufpa la mora! y- Ift política ?

CARGO 23.

Que la colocación de tal qual Ame- ricano á empleos y honores, se verifica en ias gentes sin mériio , y dando estas gracias indebidamente , se aumentan ias injusticias, y quejas de ios beneméritos.

DESCARGO.

Ademas de lo dicho sobre este par- ticular , debo agregaar que lo 4uc se note en esta parte no es imputable en' manera alguna a! Gobierno Espailol,- &Ííto á los que no cumplen con las le- yes en este particular.. Está mandado- que los GcfeS' y corporaciones informea" aCerca del mérito y aptitudes de las perdonas dignas de los empleos de ho- cor, y franqueándose dichos informeS- en varias ocasiones mas bien á la pe- tulancia , al favor , ó al influjo ^ que-

'al verdadero mérito , logra la coloca- ción en ocasiones el que tal vez es me- nos acreedor á ella; lo que no suce- dería haciéndose los informes con cir. cunspeccion y justicia, como lo ordena la ley. ¿ Por qué , pues , el abuso de esta lia de ser imputable ai Gobierno , quan- do éste es prevenido á otorgar las gra- cias por informes que cree justos , y que ha ordenado se hagan en las perso- nas verdadera mente acreedoras á ellos!

CARGO «4.

Que los Generales , Comandantes,

y Gobernadores se convierten en uno$

ladrones públicos , qué saquean toda la

América , ya con contribuciones , ó y?t

con la Celebre purificación.

DESCARGO

En la última parte de la carta ante- Tior he dicho á bastante sobre este par-

-^?5

Upm% , y que algunos abusos que pue- dan? haberse notado acerca de esto no; deben en manera alguna cargarse 4. los Generales y Gobernadores , sino á la licencia de la tropa , ó de algu- nos oficiales ,. que . conducidos mas d^ ia codicia , que del honor, han come- tido excesos , por los que han sido juz- gados y reprehendidos. Este es un mal necesario de la guerra, y principalmente de la civil , y oxalá no presentase tan tristes y repetidas pruebas toda ia his- toria del mundo. En esta causa se ponderan las infelicidades de los pue- blos conmovidos y tranquilizados por las armas del Rey. Los males, des- trozos, y hurtos del Tribunal de Puri- íicacion desconocido hasta dia ; Jos excesos de algunos oficiales de orden de sus Generales^ los del Sri General Oso-^ rio y el número de muertes , que de or- den verbal del Señor FezueU se ha he-

177

cho en esos crueles tribunales de Pu« rificacion. Pero vamos por partes. Ea*. traiido las armas del Rey en los pue-. blos disidentes , los Generales han tra- tado de cimentar su tranquilidad , de eensiguiente después de la acción de hs armas han examinado quienes ha ti; sido ios que han tenido parte principal en activar ó fomentar el fuego de la. discordia , y en un tribunal qual exi- gen las circunstancias , han juzgad© del grado de culpa de los individuos comprendidos en la subversión-, irritan- do con muerte , destierro , ó pena pe- cuniaria á ios que resultan reos. Este tribunal/ aunque se lia llamado de Pu- rificación en estos tiempos ¡ po tiene de nuevo sino el nombre, pero es tan aníiguo como las mismas revoluciones, pues en todas ellas se ha procedido de igual, modo , asi en las antiguas como ea las modernas. Nada hay de Doyedad

178

ni de escándalo en un proceder que íui «ido de tod®s los tiempos, y consecuen- cias funestas de la guerra civil. Alma- gro , Pizarro y Carvajal , sin embargo de sus grandes servicios perecieron des- pués de serenadas las disensiones ori- ginadas poco después de la conquista, y todo el mundo sabe las proscripcio- nes de Roma á consecuencia de extin- guirse sus particulares guerras civiles. Pero es cosa admirable se asegurase per el Señor Abascal , según el autor, que solo el Señor Pezuela llevaba mas de mil trescientas víctimas inmoladas de esta clase. En primer lugar , el número prue- ba en solo la falsedad , pues er« necesario que el Señor Pezuela en sus expediciones gloriosas no hubiese hecho mas que dar órdenes para decapitacio- nes tan francas. En segundo g dónda cstán^acrificadas estas víctimas, y quále* $on , pue$to ^u« a^ú «e puotuaUxa «*

179

ttómero? La parte del pueblo que

«ido arrastrada por el torrente de la iiiíurreccioíj ha sido iadultada ; solo las personas señaladas por su-Jaflaxo moral y de una representación conocida , haa aido juzgadas , pocas decapitadas, y las mas desterradas, ómuludas, fuera de las absueltas. | Cómo pues ha ascendido este numero á mas de mil trcscientag cabezas , de las que no se señala unal j Por qué se calumnian los procederes de la justicia confundiéndolos con los de la arbitrariedad ó tiranía ? | Y cómo «iendo el carácter dd Señor Virey taa propenso á la indulgencia , q«e aua perdona las penas á que se hacen acree^ dores los criminales , habiendo dado tantas pruebas públicas de esta conducta} ha tenido la cuchilla levantada para derribar cabezas sin cuento ? Coüfese^ mos que hay calumnias demasiadamente necias , y ^ue de esta claíc es Ja pr««

i8o

sentc ¡ sin apoyo , y desmentida por si; misma. Los excesos que Imaz haya co- metido , impúteose á él, y el mismo pro,», ceso que se le ha seguido convence que su conducíase examinó, para probar ó re- probar sus hechos. Su causa misma, qu« pende ante S. M. será la que lo condent ^ ó absuelva. Pero lo que mas asombra ^ el alto que hace el autor^ por el Crucifixo , que después de la acción do Eartcagua trato el Señor Osorio de co- locar en la capilla de nuestra Señora del iR^osario, como única estimable pre- sea que le cupo en la rendición de aquella Villa, Para este acto religioso .. convidaron los mayordomos de nuestra Señora al vecindario , y esto escanda- liza al autor hasta el punto de excla- par , que no puede darse mayor des- caro , que. convidar á celebrar los ro- to i que no se respetan los crucifixos m imágenes destinadas al culto divino. y ^ue aada mas puede esperarse de ua»

invasión Moros. ^ Pero quál esaq^ui ci escándalo I ¿ Qué cosa mas ordenada y piadosa que colocar un Santo Cristo €0 una capilla? ¿Acaso fué extraída h imagen del Templo de Rancagua? ¿Sobre rendida una villa , qué quiere decir que un General traiga de ella ud Santo Cristo , y Jo coloque en uno de los Templos de esta capital? Verdaderamen- te es un escándalo farisaico , es asotó- brarse de lo que está en el orden, y es convencer que no hay crimenes que echar en cara ^ quando uiia acción taa religiosa se glosa por delito.

j Mas cómo podrá tolerarse Ja in- juria mas negra y atroz contra el Ge- neral Goyeneche , de quien se dice ha- ber afirmado Imaz, que robaba para di- cho General , y de orden suya ? ¿Con que objeto podía robar el General Go- yeneche, notoriamente acaudalado por la opulencia de su casa , aacido y cria-

l82 do en el dinero, y nutrido en los prin* cipios de honor , á qué tenia que inet* ciarse en talbaxeza, quando por «u cons- titución efttaba superior á ella ? Hay defectos que no son imputables á cierta clase de hombres , y tal es el robo al Señor Goyeneche , pero la calumnia poco reflexiva, y también acreedora al desprecio universal en ciertas oca- siones. En una de las tragedias de Eu- rípides , uno de los actores acusa de cobarde á Hercules , sin embargo de que su solo nombre envuelve la idea del valor.

^gi'^g^ <]U€ l^s contribuciones con que se cargan los pueblos baxo el especioso pretexto de pagar la tropa, es una mentira atroz , pues los produc- tos de Us rentas, y gravámenes anti- guos de que se compone ei Real Erario bastan para estos pagos. Nada hay qu2 responder á esta calumiJa desmentida por

i8s

>

misma. ^ Cómo con un gasto triple, quadrupie , ü mayor, que tiene Ja Real Hacienda eii el dia, puede subvenir á ellos con los mismos ingresos y graváme- nes antiguos ? A la vista están hs entra- das antiguas, y sus gastos, dd mismo mo- do que Jos del dia. Si mágicamente el ín^ greso como diez no es, suficiente al gasto como cincuenta ó como ciento, lo que rase de diez es imposible que pued* *aUr de la Real Hacienda.

Cierra por líltimo su prueba di» ciendo que está autorizado el exérciio del Alto Perii para que tome todo quan- to necesite y quiera para su alimenta^ cion y vestuario , y que con esta licen^ cía desconocida entre Jas naciones cul- tas, no se respetan las propiedades, y que se destacan grandes partidas para robar los ganados , y matar á los due- ños y pastores. Pero una ú otra licea- cia de la tropa , ó un apuro en la ne-

tBá

cesidad no puede lianiarse orden de los Generales, sino abuso de los soldados, ó imperio de la misma necesidad. Cbm- párefise los excesos de las tropas disidentes con los de las realistas , y véase la huma- nidad tan pregonada que observan las pri- meras. Estos destrozos no son imputables, no hay ojos para verlos , pero si se ven disíintamente las culpas de nuestras tropas : con mas imparcialidad seremos mas justos en nuestros juicios.

CARGO 21.

: Que la inobservancia del derecho de, gentes eon los vencidos , y el no respetar las propiedades , las vidas de uinos , mugercs , ancianos , y demás yecinos, desarmiados , cerno también c,I incendio de las ciudades , pueblos y co- sechas , hacen tomar á ios Americanos medidas de defensa para librarse de tan crueles enemigos.

DESCARGO.

Me remito á lo dicho en la última parte de esta carta , y acerca de los excesos cometidos , viva V. en la ih* eligericia de que son exagerados en la mayor parte. La guerra actual no es de Nación á Nación, sino de los pueblos disidentes con el Gobierno constituido. En guerras que tienen entre ias mo- narquias se observa el derecho de igual á igual , pero en las civiles , y por el actual motivo, no rige el derecho y política que en las guerras con las de- mas Naciones ^ y esto no es del dia, ni pciíifca nueva , quando toda la bis. toria de todos los países manifiesta la diferencia que ha habido estre reducir á los pueblos á la anidad ád Gobierno, y combatir entre Us Naciones por de- rechos litigiosos. Después de la acción Sen escarmentados los gue' haa tenido

principal parte en Ja subversión, sísnd, «« ó menos los castigos , sin que este «a sistema de la España , sino conse- cuencias de cosas. ; Oxalá que no se hubiese derramado una go,a de san- gre ! ¿Pero quién ha puesto á los Go- b«rnos y Generales en estas circuns- lancias sino los mismos pueblos disiden- _ tes ? El hecho del oficial Callejas, exa- gerado , aun guando fuese positivo, pro- bará la precipitación de un oficial, per» jamas el sistema del Gobierno. Las du- ras órdenes de Don Francisco Marcó del Pom promulgadas en su bando , conven- ceráh ttias bien su humor que su pru- dencia j pero su zelo indiscreto ¿ por qué ha de atribuirse en manera alguna á pian de nuestro Gobierno? Los hom- bres siguen con su carácter en sus vir- tudes y vicios, en la elevación y el abatimiento, y ¡as faltas ¿^i ^.^ác. ter de los individuos nunca son itnpu- tabies á las Nationcs.

CARGO 26.

^ue los Vireycs y Comandantes íchan contribuciones enorme» á las Pro- Tincias y Ciudades cu que ellos domi- &aa paciücamente.

DESCARGO.

Ta sobre esto he hablado á V. , y es inútil insistir en lo mismo j pero no puedo desentenderme de lo que se dicc «n la prueba acerca de que el Excmo. Señor Pezuela ha ordenado que todas las Provincias costeen á proraieo el gatio de las tropas de su guarnición , y del cxército , repartiéndose ia quota entre todos los vecinos. Esta orden solo eS reservada ai autor de la manifesiatioa histórica y poliiica. Ni se ha dado tal or- den ni en amago han sufrido los pueblos tal gravamen. Se dice que quando se exi- gen tales contribuciones los Vireyes, Ge-

«erales y empkados no hacen ningún sá-- orificio , ni ceden, las rentas que disfru.

tan Pues el Señor Virey fea contribuida 2oS pesos, y sostiene diez soldados, cuyd

valor asciende á dos mii pesos anua, íes , y en todo ei tiempo de su Go, bierr.o fácil es computar á quanto as. tiende su total contribución , en media de los gastos indispensables del empleo, y de los de su numerosa familia.

V. sabe que tengo motivos públicos que me aproximan ai Palacio Artobis. pal, y asi no extrañará V. que pueda puntualizarle la mas exacta noticia no solo de lo que ha contribuido la Mitra en obsequio de S. M. y de su causa en España y América desde la invasión de los franceses hasta el dia , sino de todo lo demás en que se han invertido ias retuas del Arzobispado j de manera que cotejados los libros de ios ' in- gresos y gastos , que he exami.

i89

■ado partida por partida , se manifiesta que* S. ÍE. I. ha gastado mucho mas de Jo que ha renf^do la Mitra en los catorce años que rige esta Santa Iglesia ; ha- biéndose sostenido coo las cantidades que poitcriormente á su ascenso de la dió- cesis del Cuzco á esta Silla se le pa- garon por sus muchos deudores en su anterior Iglesia. La prueba de esta propo-» sicion puede V. llamarla demostración, porque no hay otro nombre que dar al convencimiento que necesariamente pro- duce esta verdad. Las rentas del Ar« achispado en el dia por las públicas baxas que ha sufrido quando mucho, ascienden á 48c) pesos, y aun menos, por no pagar- se los Sínodos en la actualidad, ni en parte considerable lasQuartas^ pero suponién- dose el ingreso anual de 48D pesos, sien- do mucho menos , suma en los catorce años del gobierno del actual Señor Ar- agbispQ ójzd pesos. £sie es el u^tal y

único ingreso ; vea V. ahora lai salídaiv Primeramente en el navio San Fulgencio remitió S. E. I, de donativo para la Nación Española. ............ ^^^^^^

En el mismo para socorro del batallón de Carmona , y de las viudas de sus soldados. io,oo# .Para mantener en el desagua- dero cien soldados á veinte pesos en cerca de dos años y posteriormente quince sol- dados por tres años 43>700

Para donativo á España en la Veloz, y en San Pedro AU

cániara. 13,100

Para la maiítencion de Minis- tros de Indias en España. *,ooo Para la conducion de Misio- neros de España á este reyno

delPcriJ I|000

Para el socorro de Monte video

4>ooo

2,000

•en dos ocasione? , cada una á dos mil pssos. .,..♦.... Para Ja consiruccion de los baluartes de estas murallas

de Licna.

para socorrer al Empecinado

y á Renovales , de orden

del Sr. Duque del Infantado. 2,000

Para los Vales Reales que se

establecieron ea tiempo del

Señor AbascaJ .

Para pagar el cupo del millón que se pidió en préstamo forzoso por el Sr. Pezuela.. Para ía Uniuersidad de Sala- manca de orden del Rey , dos mil pesos cada año, y

en doce años son 24,000

Para la pensión de quatro mil pesos cada año á favor de la Orden de Isabel la Cató-

12, §00

10,000

4)000 4,00©

192

lica , en quatro años* . . . 16^00^

Para la construcción del Ar- chivo eclesiástico que no había , y se mandó cons- truir de orden de S. M.

Para las rejas de fierro en el Coro de la Catedral

Por la pensión de la Cruz de Carlos III^ en catorce anos, á mil doscientos ps. cada uno. 16; 8 09

Por otra ai Seminario Con- ciliar 5 por el mismo tiem- po de catorce años , á mil trescientos ps. cada uno. i8}2oe

Para la erección del Colegio de

San Fernando * . . é^ooo

Para pagar el gasto que hizo el Cabildo Eclesiásiifco en la entrada ó recibimiento de S. E. I. 5 pues de orden de S. M. ya no es" abonable di- cho gasto por el Erario. . . 5)5oe

45>ooe

Por Ia'>e?accion dd Palacio Arzobispal que estaba casi arruinado. .

Por las linibsiías reservadas y públicas, ascendiendo al- ' guncs meses este gasto á dos míi pesos , y en otros á mil y quinientos , computándose únicamente en esta cantidad. 2 5 3.000"

Pesos. . . 53Ó.70Q

No incluyéndose en estas partidas los gastos de mantención de S. E. I. y sti familia , jii bs de I05 negocios de h Mitra asi en Madrid como en tsti Keyno, es ei ingreso como sq ha dicho de672D pesos, y la saiidaJíde 536.700, siendo el exceso de la entrada á la sa- lida de 145,300 pesos. Ponga V. po^ la parie^ue menos i2D pesos por año en Ja mantención decorosa de S. E. L

^3

194

y su casa, lo que en catorce años as- ciende á i68D pesos , y resulta alcaa- *ada la entrada por la calida en 22,700 por cuentas tan claras y llanas , que las percibirá aun el que no tenga vista. No extrañe V. que las rentas de la Mi- tra estén reducidas á solos 489. pesos, porque aunque anteriormente llegaba^ á mas de 54D, era incluyendo el Nove- no que posteriormente se le ha baxado ^n la maza decimal, que siendo de 6,300 pesos en cada año, sube en los 14 a 88200 cuya suma no debe computarse en la Renta Arzobispal , porque ya no ingre- sa en ella. En el estado pues que se halla la entrada , es positivamente ex- cedida en mucho por la salida , según la manifestación de partidas constantes y públicas. ¿Y á un Prelado de este des- |>rendimiento tan absoluto , y de las vir- tudes que "lo caracterizan , se pinta coa los coloridos de mentecato j adulador y

^9S

tímido? Ya había acaMo eJ Sacerdocio en la Sinagoga, y San Pablo pidió per^ don públicamefíte de una palabra agria fliciía contra d Sumo Sacerdote, quien ha- hh ordenado se k hiriese en ia boca, di. ciendo que no le habia conocido j porque «abJa muy bien que estaba escrito : Nq maldecirás al Vrínci^s de tu pueblo. A ios Obispos de que habla Saii^Juan en su Apocalipsi , sobre reprensibles se les da ia denominación de Ang^ks -, mas ia^ felizmente es llegado el tiempo en que «e insultan las virtudes, y no se acá- tan las primeras dignidades de la Igle- sia. Pero ¿ qué ha de considerar ni res- petar la locura é insolencia de una filo. sofia subversiva ? Llorem&s estos maics esperando de Dios el remedio, y coa* tinuemos.

Los empleados y miíiistros contri- buyen á proporción de «us sueldos/ ¿Y fómo se habla q^ii esta ligereza ? Por

ptra parte las rentas Reales solo bastan ^ sestener á un empleado con la decencia^ ^ue demanda el mismo empleo, i Qtié puede sobrarles para enagenar lo qu« hace su subsistencia y las de sus fa¿ uiilias j principalmente en el dia , en qüá todo hombre está alcanzado, porque se han multiplicado las necesidades, al paso que se han obstruido los recursos de proporcionarse algún alivio ? Ahora jpor qué se escandaliza el autor de que en tima se pagasen los sueldos á los dos Señores Vireyes , Abascal y Pezuela? ¿No es sabido que al que acaba le corre la renta íntegra por seis meses después de la conclusión de su Gobier- Bo ? 2 Y qué hay que admirarse de que á un gefe como el Señor Pezuela se le abonasen sus sueldos íntegros , sin em- bargo de la interinidad, que fué de po- cos meses , viniéndole la propiedad in- mediatamente , (juaudo aunque oo húbic^

19?

se vüehó con la investidura de Viiñe% sus grandes servicios á' la Corona ¿y los gastos hechos en sus víagés , y én'stt numerosa famiiii le hacían acreedor i uhll gracia , que locaba en justicia ? SíM^ aprobó esta resolución, y lio hay pór(|ue escandalizarse de un proceder que nadíi tiene de irregular , y que parece detnan* darlo el mismo estado de las cosas. Taniw poco es extraño que á un Ministro como «I limo. Sr. D. Manuei íle Arredondo se le jubile coa renta íntegra despuesdemaí de quarenia años de servicios probados en las togas de Goateíiiala "y Lima. , y las Regencias de Buenos Áyre« y el Perú» Este es un estímulo para los buenos-^ ser* vidores de S, M. , y ai mismo iiemJ)o una recompensa justa á los trabajos gloriosos. Se íigrcgi que el Sr. Abascal ha remi- tido á Londres y á España mas de un miiíoii de pesos ; será baxo otro nom-^

líreiy ¿on señas y contraseñas resef* •lyadas ai autor del manifiesto. | Y de don* de sacó tanto dinero? El sueldo no po- día dárselo ; su carácter franco y gene» JfoSQ. no le permiiía ahorrar con indecen- cia. Sin una calumnia la mas negra no puede arguírseie de venal. Gon que no se da con el secreto de esta piedra filosofal .que le multiplicó este millón largo de pe- ^os. El Sr. Pezuela ( cominiía el autor ) tiene cerca de otro tamo, es decir , cerca ?de mas de un míiion, que es la quota asig- nada al Sr. Abascal. Como el cómputo es á bulto, y estriba en la del que cscri- be , solo puede contestársele, que mnga- na especie es mas calumniosa notoria- mente, que la relativa al ingente caudal acopiado per el Sr. Virey Pezuela, cuyas virtudes religiosas y poiíticas le ponen ,¿1 abíigo á<¿ injuria tan grosera. Pero ka^ blando genera líuente sobre tales acrimina» c'ionee qüléñ esperaría persuadir d

- 199

lutor la facilidad con que en sa pluma se emnillonan hoy nuestros Gefes , aun per» miiiéndole calificarlos de abandonados en jsupremo grado i Escribiría sin duda para babitantes iejanos del Peni , y de la vista de su actual decadente estado. Esta única reflexión baste para desbaratar la ide'4 de ios mares de riquezas en que el amor ^ figura nadando á ios Sres. Montes , Ra- mírez , Ossorio y otros , que gozan át distinto concepto entre los imparciales.

2 Pero de dónde ha ocurrido ai es- critor que cada Intendencia ha de con- uibuir mensuaimente con una suttia ma- yor de los particulares , que la que pro- ducen las Rentas Reales ? Que á estas úlumas no se les ha de tocar para nada, sin duda con el objeto de remitirlas á ííspaüa, agreijando por una nota que sera para lograr por este anedioel Sr. PezucU 4a propiedad del Vireyaato. ta se habrá

convencido de que la propiedad le vino ínuy pronto, y sin necesidad de esta re* inision. Pero i con qué objeto se asientan fafeedades públicas, que á nada mas con- tribuyen que á hacer odiosa la causa de S. M. ? Es constante que los pue- blos sufren gravámenes y pero no en el sistema que expresa el autor del tnánifiesto, ¿Y cómo podrán no sufrir- los ton dolor del mismo Gobierno, sino pueden repararse las públicas necesida- des con las solas Rentas Reales? ¿ cómo éstas en tal angustia pueden per- manecer intactas con el objeto de re- mitirse á España? Quando la calumnia se urde tan mal , por lo regular se hace traición á misma.

CARGO 27.

Que los Españoles insultan pública*

-iRenic á todo Americano, y se repite por

todas partes j que la España no á^bt

201 dexar ni siquiera ua soío Americano Vivo, que pase de siete anos.

BESCA RGO.

Me remito á lo que tengo á V. dicho en la carca anterior. Ha habido , y hay necedades mutuas de Españuies y Americanos, pero entre las gentes sin principios ó frenéticas. Todos ios dias se estrechan mas y mas las relaciones entre unos y otros , en amistades , en matrimonios y en comercio. Se trae para la prueba de la proposición el haberse singularizado el finado Don Alexandro de Este-van Martinez , ofreciéndose á sec e( primero que degollase á sus propios hijos , siendo asi que viniendo de Es. paña de criado del Señor Escalada, In- tendente de Huamanga, ascendió á M- oalReal en dicha ciudad , y debió de consiguiente su suerte á la América. Y^ ha muerto este sugeto, pero en obsequio

202

de la verdad debo decir á V. que fe traté de cerca , y conocí en él uno de los mas tiernos padres de familia : y que tanto por su corazón, como j)or sus mas que regulares talentos, era inca*^ paz de haberse vertido de ese modo. Es igualmente falso que viniese de criado del Señor Escalada j pues quando éste vino de Director general de Alcabalas de este Vireynato , pasando por Chile, en donde de fecha anterior estaba Mar- linez de Oficial primero de la Aduana, lo traxo en su compañía, para darle me- jor colocación, así por sus méritos, como por recomendaciones particulares, que á este fin se le hicieron de la Corte. Y habiendo tenido varios empleos en Real Hacienda , se jubiló de Oficial Real de Huamanga por su falta de vista , des- pués de quareuta años de acreditados bue- nos servicios. Su hijo Don Manuel , á quien se sindica de uno de los mas pí-

203

caros entre los Americanos, no tuvo oím delito, que haber servido con honor al Excmo. Sr. Abascal , y haber sido adicto á ia causa de S. M. Con que si tal era d proceder dd iiijo , ¿ á qué tenia el padre ^ue amcíiaiario con degú'elio ?

Se traen también en la prueba esta proposición 5 las crueldades de los conquisiadore?, apoyadas ea ei testimonio del Señor Don Fr. Bartolomé de las Ca- sas , Obispo de Chiapa, sobre lo que «e ha escrito tanto, que puede V* ver en mil partes , y en e! de Mon« tesciiieu en sus canas persianas, des- mentido por la Legislación de Indias,, y por U protección que ha dispensado y dispensa constantemente el Trono á ios indios. Pero admírese V. del modo coa que concluye en esta parte el autor. I Qjándo se civilizarán los Españoles^ A;i ] jarús. Li Biviaá Providencia pa" rece haberlos destinada al enibfutccimicfl-

204 etcrn©. ^ Pues qué , ignora este s^•

.geto el distinguido papel que ha hecho Ja España en la república de las letras,

j¡. que en el siglo XVÍ era sino la única, la, primera depositarla de las luces? Por

Jo que toca á las lenguas modernas, dice

.el célebre chanciller Dagueseaú en las Instrucciones á su hijo : ,, hay dos prin- cipaiinente que iio debes ignorar ,; tanto ppr la facilidad que hay de aprenderlas, como por el gran número de . cbras que en ellas se encuetitran en todo genero, y priucipaimente en la Historia. El ge- nio de ios italianos y Españoles es mas propio á este género de obras , que el nuestro j ó porque s on mas capaces que nosotros de una sólida y continua re-_ flexión sóbrelas cosas humanas, ó por-, que la consúíucion de lu Gobierno , y las diferentes revoluciones acaecidas ellos , los han heciiO, principalmente á ios Italianos, mas profundos en la po-

205 lítica, que ~ es el aima de la Historia,

Así por ignorar dos lenguas , que ape- nas te costarán uii mes de trabajo, te privarás del placer y ventaja de leer historiadores, que igualen á los aniiguos, ó que á lo menos no le seaa inferio- res , ó no gustarás sino una parte de ese placer, y de esa ventaja leyendo solo las traducciones.** Este testimonio es de la Francia , y reciente , y de un autor tan recomendable , que no podrá ser tachado por el autor. Sobre las cruelda- des de los Españoles en Indias, me remito á lo que tengo contestado ea la primera

Carta.

CARGO 28.

Que á las quejas y asuntos de los Americanos no se les sustanciacion legal en la Corte , baxo el bárbaro pre- texto de que no llevan el informe de los Gefes mismos, contra quienes se que- jan , y á los informes clandestinos , que los Vircyes , Gobernadores y Gefes ha-

cen contra Americanos , inmediatamente se procede contra estos, sin cmbarg© de no oiilos ni juzgarlos con arreglo á las leyes , lo que manifiesta la preven- ción 5 y odio ^ue tienen en la Corte á todo Americano.

DESCARGO.

La respuesta dada ai cargo 17. Una cosa es que los informes de los Señores Vircyes y Gobernadores infíu-» yaíi en la Corte, y otra que sin ellos nada pueda hacerse allá, ni se resuelva aun contra sus informes.

Concluidas las veintiocho causas, se contrae á examinar , primero : la con- ducta de la España y sus Vireyes , y demás autoridades, que gobernaban en America desde la invasión de los Fran- ceses hasta la total disolusion de la Junta Central , y aproximación de las tropas Francesas á las inmediaciones de Cádiz. Segundo : la que tuvieron las

2C?

Cortes y sus Regencias : y el manejo y sistema adoptado después por Fernan- do Vil. No entremos en vindicar Ift conducta de Jas Cortes, ¿ ni á qué coa- duce tocar en lo extinguido y acabado? Después se tiiere" duramente al Señor Abascal por el rompimiento con Buenos- Ayres , y se llega al extremo de asen- tar , que asi él, como el Señor Goyene- che trataron d? coronarse, el uno en el Perii, y el otro en Buenos-Ayres , que- dando ambos dueños de la América me- ridional , y siendo el uno yerno del otro (¿se reproduciría la escena acaso de Cesar y Porapeyo?) y que gracias á Belgrano, que con sus dos victorias desbarató este proyecto , que sino ya tal vez estarían coronados. Spectatum admissi , risum teneatis amici ? Que la guerra contra Buenos -Ay res fué sin motivo , y contra la opiniqn de las personas de juicio- Que el Señor Arzobispo j hombre co-

?o8

nocido por un insigne menfec^to^, y'por €l mas adulador de Abascal , á quiea temía por su audacia y altanería , apo- yando ciegamente al Virey , habló por mucho tiempo en favor de la guerra, y ofreció para ella toda la plaia,.y alha- jas de los Templos. Que los demás ca- liaron por temor del Virey , y se de- cidió la guerra. Que dio el Señor Goyeneche U batalla por enriquecer- se, y hacerse el arbitro del Peiü, y por cumpiir con las iiistrucciones que traxo de Murat , de quien fué emisa^ rio. Que el Señor Abascal, premiado por todos los Gobiernos de España, fué el mayor traidor que tuvo la Nación, no- tándosele su adhesión á José Bonap.irtej' f que demoraba Ja jura del Rey , sin' embargo de las instancias del .Cabildo, para dar titímpo á tomar otraí medi- das. Que por fia accedió i ella , y que

en el tabIadiIIo| de la plaza en que se verificó este acto , se vieron en los qua^ tro extremos quatro banderas , que de- cían : viva José,

i Que tropel de calumnias envuel- tas en mil necedades! La mejor con- testación sería el desprecio ; pero el ca- rácter de las personas injuriadas obliga á no callar , y á manifestar la baxeia y puerilidad con que se les agravia. ^Va- mos por partes.

Sin entrar al exvimen del procedi- miento de Buenos-Ayres en erigir su Gobierno del modo que lodos saben, la prueba manifiesta de sus intenciones la dan los mismos hechos, y las instruccio- nes del Dr. Moreno , de que me he hecho cargo en esta eontesiacion* Allí verá V. si por el sistema de |Buenos- Ayres habia unión con la Península, y si no se trataba de otra cosa que de iín desprendimiento de ella esenciahneni*

i4

%I0

te. Abatidas, Tilipendiadas y decapitadas las Autoridades constituidas , erigido un Gobierno popularmente , roto el lazo de la unidad, y diciéndose viva Fernan- do Vn , era acreditar una fidelidad có- iTiica , por ia que no podian pasar ios mas necios espectadores del drama. En tales circunstarícias , j qué podía ha- cer ci Virey del Perú , sino tratar de reducir á los pueblos del Rio de la Plata á la obediencia , y de emplear aquellos medios propios á este fin ? No pudiendo ser en paz y armonía , con dolor había de valerse de las armas. Hagamos justicia. En la Junta que tuvo el Señor Abascal hubo algunos votos en pro y en contra de la guerra , y todos de buena ' \ porque son li- bres los hombres en sus opiniones , y precisamente van con aquella mas con- forme á sus principios , á sus conoci- ccientos ,y á su carácter^ y querer tern-

sil

piar á todos los hombres por un tono, es tratar de hacer ío que Dios no ha hecho. Mas los votos coiurarios á la guerra no fueron por justicia ó injusti- cia de ella, en lo que no hubo diversidad de opiniones, sino por las dificultades que presentaba su continuación en aquelk época. ¿ Un Pueblo que trata de eman- ciparse de la dominación jurada, nq puede ser obligado á permanecer baxo la potestad que ha reconocido ? Si está guerra no es justa, quáles soa las ideas de la justicia? A no ser que por Ja Soberanía de los Pueblos , cada uno calidad de Soberano pueda hacer io que guste y quiera, pudieado decirse lo mis- mo de todo liombre, que tomando su porción de Soberanía resuelva y decrete Jo mas conforme á su Soberana volun- tad.

Que S. E. I. fuese del voto de k guerra es positivo , y que este dic-

21^

.támen ni es contra su ministerio , ni contra h lenidad del Sacerdocio , es «na verdad que no necesita prueba. Bero S. E. I. fué el último que habló ^n la Junta con la dignidad de su per- ^na y carácter. Y ni en esa ocasión, y (¿a niíiguna otra ha ofrecido la plata de jas Iglesias, sobre que ni- por inciden- ,pa se ha tocado en las juntas, ó sesiones. Lo que S. E. I. ha dicho es , que está pronto á que dexándosele lo ne- cesario para una frugal subsistencia, se disponga de los productos de la Mitra, fi se considera que la indigencia del Es- tado sea preferible al socorro de los po- bres. Y siendo de este dictamen , sos. teniendo como Sacerdote , como Arzo- bispo, y Español la causa de S. M. ^ en que ha pecado contra estos caracteres? Los Teólogos y Juristas de mas nombre sostienen que la guerra justa puede ser apoyada y predicada por ios mismos

213'

Sacerdotes. Observe V. en Ta Escritura la conducta dei Sumo Sacerdote Joyajla con la impía Atalia , usurpadora del Trono de Judá. Vea V. á uno de los* primeros hombres de su siglo en san* tidad y luces, á un San BernardOj pre- dicando la Cruzada. Guerra santa, á pe» sar de lo que contra eila se ha escrito, tms por su infeliz éxito, que por la jus- ticia de la causa. Y ¿quién niega ni puede negar que los Prelados Eciesiás* ticos , como los mas amantes del orden, y que por su instituto deben predicarlo, y contribuir á su custodia , no sean les primeros también que propendan á c¡ue se conserven los subditos en la de- bida obediencia á sus Soberanos ? ¿ Con que quando se desbordan los pueblos disidentes sobre los fieles , y quando su €xemplo omiíioso puede dañar ia parte sana , permanecerán los Prelados con hs manos cruzadas , y como perros mu-

Vi

2l6

tf Consolidación , como lo^ vsrí*

ffeó á^ consecuencia , debiéndose á s-a filfmezfa'ola execucion de la resolución de la- Junta de Sevilla, Quando se impuso la ^contribución áeuu cinco por ciínto sebre ios predios rúsütos , resistió coa vigor que á tai gravamen se le no- miiiase iiíedio diezmo ^,^. y corriese la hue- va; .'contribución,, unida cojí ese ramo; ~ sobre io que sostuvo con vehemencia.^ oiü^^íias , y acaloradas dJspuias coa.^^l^« Smor-Abascai y ia.Juoiai Véase aqtíí' sitita-í.t'^roeeder ptíedé iiámarse condes^' céndencia , y si merece el nombre de* ad«iacion iina oposición -tan ñrme , y vigorosa;: ' .

Pe-í o- <|;:é ' -pod-rá - deci rse , é ' qtié - ficmbre darse- ia:^ cMmiila de1a''1ííi" teifvéncíoh de S. E. í. con 'el Sr. Virév ' par'áf" la denoíTirnacioír 'de Diputados en kií ^5)ft^•^■És corrstaiít^ --que S."-E.-i;-' •jfecí'is^ 'ái^z'dó'ái-fóineüOT ea tales asuti-

217

tos , como he expuesto á V. en la ante- rior , siéndole absolutamente indiferente que se r:üir.brase á esta ó la otra per^- sona, y deseando ümcamente que re-' cayese en el sugeto mas digno. Si estos deseos son criiuiriales , es necesario que «t autor del manifiesto nos nuevas ideas de las virtudes, y de bs vicios. Pero á qué fin cansarnos en contestar frivo- lidades ? Para genies preocupadas no hay r'azones , ni silogisnos , y todo lo que no sea ir coiforme á su's princi- pios, es una necedad y un delito. S. E. 1. detesta la subversión , luego ha de ser cargado por los que la apetecen y fo*' mentan con todos los dicterics posibles, sin pararse en las falsedades, en calum-» nias , ni en insuíios.

La historieta de las banderas en el tabladrilo de la jura con la inscripción de ^jíva ]o:z y u6a: cosa sabida de todo el aiúndo , eotiiO taitibien el motivo.

2l8

Sepa V. el suceso , y admírese de la malignidad. Llegada ia noticia á Lima de lo acaecido en Aranjuez , y á con- secuencia de ia cautividad del Soberano y su Real Familia , se irritó el pueblo, sin excepción de personas^ y clamó por- que en el acto se hiciese Ja proclama- ción del nuevo Rey con aquella pom- pa, que exigia la brevedad j y encarga- tío, de esta obra el Dr. D. Madas Maesi- tro 5 buscó en los Monasterios , y en donde pudo los paramentos mas deco*, . rosos á 4a solemnidad, y entre <;ilos sacó del de las Descalzas , en dóiide se ce-, jebra á San José , que es uno de los titulares de dicho Monasterio, anas banderitas en que estaba puesto ei mote dq viva José. Ai tiempo de ir recibiear, do de varias partes ya alfombras , ya tarimas , ¿¿c. vinieroa dichas banderas que se recibieron sin verse la inscripción; y quando Se cobcaron se advirtió et

219

mote > y se quitaron en el teomento,-

instruido, todo el mundo del motivo lue- go luego. Vea V. la ridiculez de cstC' cargo , y ci alto que trata de hacerse por una vagaieU.

No es menos fútil el cuento de qufe los conquistadores tuvieron hijos nacidos en España y en América , y que ama-, ban mas á los primeros que á los se- gundos, ó que positivamente no aten- dían á estos úiiimos. ¿ De dónde se hi sacado esta anedocta centra la natura- leza? ¿En qüái de los hisiorJadores de la conquista se halla tal especie? porque aseguro á V, que en todos ellos no se ve una palabra sola relativa á esta no- ücia. El misino Dios consideró el carác- ter de padre en , Abraham respecto de Ismaelj y colmó á este de beneficies , aua siendo hijo de si'erya en consideración al padre , quiu scmsn tuum est. Pero los Hijúe de tas eonquiscadotes eh América j

220 sobre libres, se hacían peores que escla- vos por -él terreno en que eran nacidosj y los padres ahogaban ios gritos de ia naturaleza, y se olvidaban de esta re- lación, que acompaña al hombre hasta el último instante, acordándose mas de Sus hijos que de mismo. Esto solo puede contestarse despreciando ia fal- sedad y ridiculez del cargo.

Mas qué dirá V. déla sander de que se llam'an criollos á ios hijos de la Aínérica, para darles un nombre común con los negros , hijos de los de Guinea, y nacidos en estos países ? -^ Hay valor para tal aserción? Criollo es el nacido en América, sea blanco ó negro, para distinguirlo del Europeo y Afíicano si- tuados en ella , que se llair.an chape- tones los uiios , y bozales los Oíros. Bre- ve se interpondrá queja de que se lla- men hombres á los negros , siendo lla- mados también hombres ios bíancoSj y

22 í

buscaremos nuevas voces , para no cdn- fuadir las gerarquias. Pero á ia mane- ra que el Rey es hombre , y el negro .bozal es hombre , siendo el uno boza!, y negro , y el Soberano , SobtTano y blanco , asi el criollo blanco es blanco, y el criollo negro , negro* San Mi- guel es Ángel , y Satanás es Ángel, y no se ha quejado el Arcángel bendito de que por esto se le confunda con el Diablo , porque cada uno sobre Ángel está en el lugar de gloria y de honor, y de tormento é infamia que le corres- ponde.

Pero conírayéndonos a! ca/go hecho al Sr. Goyeneche , ¿ no advierte V. que el descargo está en el mismo cargo? Se dice que dio la batalla por enriquecerse^ y por cumplir las órdenes, de Murat , de quien fué emisario. Según esto sale por consecuencia que Murat le ordenó Isostu- viese la causa de Fernando Vil , y que

224

. íe SUS vasallos , y q"' est» se """,■ Z el amor y el respeto 4 "" a .Werao, aunque conside-

^^'"T^lircas.,.,yesca™ie«o<lc r " iTy de 10^ i'^^--- ' '""'"'

los malos, y ^^ ,r;,<íaáo de tras-

tornar la coi. ^^^^^^^^ .^

A de establecer :(

,oble.oUu..o,..pean^^ ;^^

.e„ su poder, "'" „„ henlkgad.

aequelosdecnasquc ^^^^^^^

,es..pu.ono e. - ^^^^.,^

unos delincuente., 1 . .,

'-"•-"";:'*-^>^"

,ean echados eu ^^ ^^^^^ ^^^

guido. có..oreos,2n^^^^^^^^.^^

'""""" '^,W . con discursos teu

^ " .!;"-- - ^"^°"" ^'

^" ^"' "es' d..« goxar de la Ub. "^'"* '' U.d individual enl'^

bcn permanecer í?

' -*-'•<". vL ^"; ^- '^- í- '*

^ justicia, de su r^i

"O" sólida, y df \ "" '""''"'■

-^'o'-i./dJ"" *-"/-»,,«. ^^n ad extravio r!^

^" -'.secuencia h. ,,J [. '""^''^•

"-''-atiendo oidó r ,^^""'-

--na,con.a,„L. ;^""'■°'''^^• í aquel/a, 7 '■ "'"''" " ^"^^'o ' V7 ^"^ Pwdan aiier.r I, , n-

^26

casarlas , porque las^ exija la jusiicia, para contenerlas en su deber. Lo par- íicipo á V. E. para su inteligencia y cumplimiento. Dios guarde &c. Madrid 10 de Junio de 1 8 14. = Lar ííiaaí^ai.^^ Sjí0or Virey del Perú.

^ ' Este es lenguagc mas bien de un Pa-»- dre que de un Rey\ Si los pueblos di- fidentes hubiesen dexado las armas, ya todo habria concluido , y ei Soberano jbabria olvidado los delirios de sus hi* jos , abrigando á todos paternalmente. Pero sucede por desgracia, que embria- gados con el aparente néctar , y real tósigo de la libertad , no consideran los males , en que los sumerge esta embriaguez. Todos los hombres , en ex- presión del gran D* Aguesseau , jj- firan á la independencia y fero est$ feliz estado j que es el punto y fin dt tus deseos , es el que menos gozan^ pues e^var^s de sus tesoros , sQn prédigos

2«7 de su libertad , y reduciéndose é ún§ esclavitud voluntaria , acusan á la 'Natwr raleza de haberles inspirado un deseoy quB jamas llega á contentar : y buscando en ios objetos que les rodean un bien que ¡no pueden encontrar sino en mismos^ fiden á la fortuna un presente , que deben esperar sino de la virtud: y en- gañados por la falsa luz de una líber-. tad aparente , prueban todo el rigor de una verdadera tirania. Asi hablaba este sabio , conocedor del corazón humano. ¿Pero quál es el lenguage de los ato* londrados í V. lo oye, y se lastima dt la necedad , y del prestigio de los pue- blos. 2 Eí^ donde existe esta libertad^ quando todo nos llama á la dependencia en lo religioso , en lo civil , y en lo doméstico ? Esperemos de la Providen- cia y del tiempo , que los hombres en- tren en si mismos, y que desengaaado$ los puebios detesten k impostura » f

228

rtraten ác apartar las desgracias, que han sido el único fruto de la subversión , la que siempre . viene escoltada de muer- tes y ruinas. Jamas y jamas, decía un célebre filosofo , oigao de este nombre, los ciudadanGs virtuosos han perdido su Patria. Tero si los malvados pueden im' ^unementc levantar sus cabezas : si agra-^ dan á la Nación : si, ^or asegurar su fortuna y ^oder, prestan á la injusticia . ún cul^abís a^oyo , en vano el Estadé «o . ofrece á la vista sino el feliz ejpce- táculo del esplendor y de la ^a%..,. bi€» /presto se verán ciudadanos atroces bus* car su felicidad en la ruina de sus com- ciudadanos ; bien presto se manifestará la rebelión ; por todas partes á agu- ssrse el fierro del aborrecimiento , y á correr la sangre. Así hablaba Teognit ^hora dos mil quinientos años, y cumo la verdad es de todo* tiempos , hof vemos que refiere . io siismo la historia

de nuestros días. Aquellas cabezas que st calientan con bienes quiraéricos, y con los tieíopos de Grecia y Roaia , han estu- diado mas los libros que el corazón hu- mano. Si hoy se reproduxesen ios Arís* lides y Caínilos ¡ y apareciesen en las Provincias coíunovidas , siendo ciuda* danos de ellas , squái sería su conducía? Esos hombres que toleraron los desaires de su5 ingratas Patrias ^ jamas las hundi- rían en la .sangre de sus hermanos. Otón -para conservarse en el Imperio podía haber aventurado una segunda batalla. Su vida no nos presenta el modelo de lo« grandes ciudadaHos , y antes fue acu" sada su primera edad de descarríos y excesos , que jamas se hermanan con las virtudes civiles j pero resolvió morir antes que ver derramada por su causa se- gunda vez esa sangre preciosa , para el que no ha perdido en todo los sentimien- VQS de humanidad. No es dudablt , dice

Tácito , que se pudo renovar una guerra atroz, cruel y dudosa á los vencidos, y á los vencedores. Pero Otón, distante de loi pensamientos de la guerra , dixo á lo9 suyos : Seria estimar demasiado mi vida exponer á nuevos peligros vuestro ánim9 y valor. medido fór bastante tiem- po mis fuerzas con las de la fortuna.,,,» Vitelio ha comenzado la guerra civiL Fué la primera vez que combatimos por kl Imperio , y también será la última: dando este exemplo , para que por ék la posteridad me juzgue,.,: Otios Vrín^ cipes habrán reynado mas largo tiempo y pero ninguno habrá dexado de rcynar con mas fortaleza, iPodré acaso sufrir qut un ex'ército escogido , y ia flor de la juven¡:ud Romana se sacrifique de nuevo, ^'se le arrebate á la República^ Des- cienda yo' al' sepulcro llevando la satisfac- ción d^ que ffiS habríais sacrificado vues- tras %}id'Usi' psrQ sGbvcvivid.f y no nos

231

•pongamos , yo á vuestra conservación , ni vosotros á mi constancia. Hablar mas de ¡a muerte es una especie de cobardiáy quando de nadie me quejo , convenceos de que estoy decidido al partido, que he to- mado , porque solo el que quiere vivir $e queja de los Dioses y de los hombres, A Otón , pues , grande en su muerte, se- gún las ideas de ia grandeza E.t>t«ana, faltó el valor para exponer por su causa las vidas de los que militaban por ella^ y perdiendo la suya, acabó de ese mod«> ía guerra civil, uno de los mayores males , con que el Cielo en su cólera castiga á los pueblos. Con estos sacri- ficios se acreaita el amor á la Patria, y no con inundarla de sangrcj y desmc^- ralizarla con los males necesarios á la guerra. Pero la infeliz América hasta el dia se halla en una crisis descono- cida por los poli lieos, scometida <¿e ma. ks positivos é iiuagiosnos, nuevos j

232

tfctnendoíS: , y la adversidad púbiica hi presentado en toda su deformidad su téLrico seaiblante. Parece que el Cielo irritado ha áerraoiado sobre ella la copa de sus iras , esparciendo la guerra, la desunión , el vértigo, y todos los males, que según ios poetas , encerraba la fu- Resta caxa de Pandora, j Que tiempos! I Qué dias i ¡ Qué instantes tan aciagos! j Qué Palinuro salvará esta Nave azota* da por tan contrarios vientos ! Pero Lima, con todo ci Vireynato en medio dei fuego permanece sin quemarse, siendo modelo de íideüdad y de constancia. Feli- ces los Pueblos de tal carácter y virtude», j feliz el Gobernador, que rige tales Pue- blos. Quando las Provincias conmovidas vuelvan de su letargo",* y reconciliadas consigo mismas se restituyan á su antiguo lustre, contemplarán absortas la con* ducta áú Perú , y la propondrán á ia posteridad como cxemplo de los

233

«¿«guiares en la Historia. |0 Liait í consentirás gustosa no se haga recuerdo de tus virtudes , y de tu heróyca fi- delidad , con tal que un olvido eter- no sepulte la memoria de la disen- •sion de ios pueblos, hasta el dia envuel- tos en elJa! ¡ Qnándo acabará ! j Quandp #1 resultado de las luces será amarse ios hombres , y propender á la conser- vación de todos , y no á la destrucción! ! Quándo cesará de herirnos de esta modo la Espada de los Cielos ! j Quán^ do saludaremos á nuestros padres y hermanos en sus hogares pacíficos, y no ios matarcinos , ni nos mataráíi en los campos de batalla ! ¡ Quándo dexa- rcmos de ser fieras , y nos restituiremos a nuestro ser primitivo de hombre,? i i Quándo , ya que no tenemos imperio «» ía opinión , alcanzaremos a lo iiienos ^er llegada la época, en que desenga^ ña^os ios pueblos disidentes, se espan-

tasen de los males positivos, que pro- curan acarrearse por bienes quiméricos! Dios io baga por quien es , y guarde á V. muchos anos. Lima y Noviembre «3 de 1 819.

De V, afectísimo amigo y seguro íervidor Q. B. S. M.

9o- ^(^