A Y Y, Y » AS IAS Ñ EAS 1 ¡Y VU AS Y ME E NOA . IN! ¡ul Í: y , JN y A ( h AÑ MIJO VYV YU YE y VU UY DIS o SO ID O O O A > 5 DY SI Ek E + a E Ji z y “Y y Y o E : DS ya A Sy E A 2 : . DADA : ; Ñ ES 2 E

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F., MEXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» COSTADO DEL EX-ARZOBISPADO NÚM. 1 1892 e e N AA sn a ] eN al ES ME sp a: ATEN mirá ONO pia. en santa ¡sanan sr e E CAD a Amen BL Y . ora O sannós odoano NI e y al $ INDICE RAZONADO Academia de Ciencias de Paris, dispone no exa- minar las soluciones que se le envien de la cua- dratura del circulo, 1. Africanos, formación de los numerales, 318. Agua cambiada en vino, 86. Agua Hedionda, análisis y aplicación médica de las aguas de ese nombre, en Morelos, 971. Agujas flotantes de Mayer, juguete cientifico, 110. Aire, el problema de su resistencia, y Jas opinio- nes de diversos autores, Sl. —Factores que entran en su fuerza, 97. —Equivalencia de su fuerza dinámica, fórmula general, 98. —Atributos y cireunstancias que influyen cn los cambios de su resistencia, 9). —Partes esenciales de que se compone el estudio de su resistencia y fórmula general, 100. —Lo que debe entenderse por resistencia del aire y comnotación y división general del estudio de esta resistencia, 101. —Resistencia de los planos inclinados. 105. —Comparación entre la resistencia del aire y las corrientes eléctricas, 144. —LkRelación entre la resistencia del aire y la super- ficio de los cuerpos, 161. —El poder angular como elemento de la resisten- cia del aire, 162. —Asociación de la ley de intensidad del aire á la ley de las resistencias pasivas angulares, 164. —Hipótesis de NEWTON € hipótesis actual acerca de la acción del aire sobre los planos inclina- dos, 16». — Aplicación de la ley del poder angular, 167. —Resultante de las acciones y de las reacciones del viento sobre un plano normal primero, é in- clinado después, 179. —Curva de los centros de presión, 179. —Poder extensional, definición y estudio, 193. —Poder ponderal, id., id., 195. Alacrán de alcanfor, física recreativa, 239. Alambre, Trabajo Manual, 344. Albaricoques, id., id., 979. ALBERTONI, influencia de la alimentación, 60. —Importancia que tiene la solución científica de la cuestión social, 70. Alcohol, su significación primordial, 10. —Extraeción y propiedades según ARNALDO DE VILLENEUVE, 12. Alcoholes, nombre que se les deberá dar según lo aprobado en el Congreso Internacional de Qui- mica de Ginebra, 309. Alfabeto griego, es modificación del semítico, 333. o perforado con una aguja, fisica recreativa, Alfiler giratorio, fisica recreativa, 224. Alimentación, suinsuficiencia en la clase pobre, 59. —Simil entre las clases sociales y el reino ani- mal, 70. —Su importancia en el ejército según FEDERICO EL GRANDE, NAPOLEÓN 1 y MOLTKE, 10. —Su influencia según MOLESCHOTT Y ÁLBERTO- NI, 60. —Cuándo favorece el desarrollo de los órganos, 66. -—Su relación con la producción del trabajo, 68. —1d. con la reproducción. 69. Alumbre, procedimiento para conocer su presen- cia en el pan, 64. Amigeno, definición de este grupo según el Con- ereso Internacional de Quimica de Ginebra, 510 —Discusión habida en el mismo Congreso acerca de este grupo, 326. Anatomista, lo que debe aprender según HuxLry, Dl. Ano=kato, juguete cientifico, 325. ANtTIRÓN, su método para dividir el circulo, 29. Antigiiedad de la letra griega 7 como valor ma- temático, 5. Aparador, ZPrabajo Manual, 254, Arabes, como consideraban el problema de la cua- dratura del circulo, 36. Arado, á quienes atribuyen su invención los di- versos pueblos, 49. ' —$Su origen más probable, 49. —Antigúedad y periodos de evolución, 50. —Tríplex 6 arado CHÁvez, 50. ARISTÓTELES. caracteres del vino, 10. —Transformación del alcohol en agua, 11. —Preparación que se le atribuye del elixir de lar- ga vida, 19. Aritmética, nombre de los números y su escala en diversas tribus, 282. —Empleo de los dedos de las manos para la nu- meración, 292. —Medio mnemotéenico usado en la India para re- cordar los números, 316. —Formación de los numerales sin recurrir á los dedos, 317. —Transformación de aleunas palabras en nume- rales en naciones civilizadas € inferiores, 332. —El alfabeto y la numeración, 333. Armarios para desaparecer, física recreativa, 122. ARMSTRONG, MITCHELL y Co., cañón expuesto en la Naval Esposition de Londres, 44. ARMSTRONG. proposición en el Congreso Interna- cional de Química de Gincbra para designar los carburos de cadena cerrada, 320. ro para servilleta, Trabajo Manual, 200. Al AN DIAR ARQUÍMEDES, sus cálculos para la solución de la cuadratura del circulo, 29. —Imposibilidad de la realización de su prover- bio, 74. —Se le atribuye la idea de los logaritmos, 155. Atavismo, definición, 259. Atlantosauro, su magnitud, 11. AUBERT, la desinfección por el ácido sulfuroso no altera el contenido de las habitaciones, 167. AXAYACATL, manda labrar la piedra conocida con el nombre de calendario azteca, 290. Azufre, procedimiento para desinfectar las habi- taciones, 167. Azul de metilo, su empleo en el tratamiento del :áncer, 320. Babilonios, cómo consideraban el problema de la cuadratura del circulo, 27. Bacteriología, su importancia, 354. Bayer, adopción de un nombre oficial en la no- menclatura química, 325. BAILLE y CORNU, cifra media de la densidad de la Tierra, 77. BAILLY, id. id. id., 71. Barx, persistencia del movimiento mental, 21. —Valor de la inducción y de la deducción combi- nadas, 101. Balance animal, 58. BALFOUR STEWART, diferencia entre los movi- mientos individuales y los sociales, 188. —Importancia relativa del descubrimiento de JEN- NER, 240. Banasta, Trabajo Manual, 547. Banco, id. id., 361. Baratilleros, manera de que se valian los del Oriente para entenderse secretamente en los mercados, 291. Barco, Trabajo Manual, 118. —Doble, id. id., 120, 135. —De vela, id. id., 153. Bario, precio de este metal, 44. BEARD, consumo de carne de cerdo en la alimen- tación, 61. BEccarr, de Bolonia, sus ideas acerca de la cons- titución del cuerpo, 58. BECQUEREL EDMUNDO, sus experimentos para fi- jar fotográficamente los colores del espectro solar, 78. —Causa de que fracasaran sus experimentos, 139. —Poder magnético del oxigeno, 149. BeLa Welz, el precio de los granos y la mortali- dad, 65. Bellota, Trabajo Manual, 364. Berilo, precio de este metal, 41. BERNSTEIN, ilusión del sentido del tacto, 45. BERTHELOT, traducción de un párrafo de la Map- pe clavicula relativo al método hidrostático pa- ra la determinación de los pesos, 141. BESSEMER, su batidor para metales fluidos, 104. Bibliotecas públicas de Paris, concurrencia que asiste, 63. Bon, valor que le da á 7, 32. Bomba de bujia y máquina correspondiente, ju- guete cientifico, 51. Boomerang, juguete cientifico, 62. —Arma arrojadiza usada por los australianos, 62. Bota, Trabajo Manual, 317. Botella, llenarla de vino, física recreativa, 208. —1d., Trabajo Manual, 376. : BouGueEr, PEDRO, lugar de su nacimiento y fecha de éste y de su muerte, 76. —Sus trabajos acerca de la desviación de la plo- mada, 76. Bourges, procedimiento recreativo para demos- trar que esta ciudad se halla en el centro de Francia, 256. BoYD DANKINS, origen del rinoceronte peludo, 267. BrADLEY, calendario perpetuo, 47. BricGas, Hexry, aplicación de los logaritmos á la división del círculo, 155. Bronce, origen de esta palabra, 145. Brontosauro, sa magnitud después de restaura- do, 71. BROUNCKEL, representación del valor de 7. 53. Brysox, de Heráclea, su tentativa para resolver la cuadratura del círeulo, 29. Buey, Trabajo Manual, 214. BurroN, el impuesto sobre la sal, 61. BuxGE, su ley relativa al consumo de la sal en la alimentación, 61. ByrGÉ, debe asociarse su gloria respecto á loga- ritmos con la de Naprer, 156. Caballete, Trabajo Manual, 361. Cadenas, id. id., 345. Caja simple, id. id., 118. —Cuadrada ó rectangular id. id., 199, 253. —Con tapa, id. id., 199. —De paredes oblicuas, id. id., 2341. Cajas para desaparición, fisica recreativa, 121. Calendario azteca, naturaleza de la piedra de es- te nombre, 237. —Distintas opiniones acerca de su significado, 274. —Fecha en que se le encontró 274. —Rey tenochea que lo mandó grabar, 290. Calendario perpetuo, gregoriano y juliano, 46. —Arreglo de ROBELO para un procedimiento mne- motécnico, 209, 241. CALMBETTE, ALBERTO, procedimiento para estu- diar la neutralización del veneno de la naja tri- pudians, 269. * Calor, fuente de toda actividad, 265. Camisa, Trabajo Manual, 135. Campana de buzo, fisica recreativa, 169. Canasta, Trabajo Manual, 135, 314. Cancer, último tratamiento instituido, 320. Cañonazo, fisica recreativa, 207. Caracol de Pascal, curva así denominada, 150. CARDAN, antigiiedad de esta suspensión, 143. Carroza de fantasia, Trabajo Manual, 347. Cartera, id. id., 119. —Mágica, fisica recreativa, 121. CAVENDISH, Henry, lugar de su nacimiento y fe- cha de éste y de su muerte, 77. Centavo perforado, fisica recreativa, S6. Cera, procedimiento usado en el siglo X para mol- dear objetos hechos con esta substancia, 145. Cerezas, Trabajo Manual, 361. Cerillera, id. id., 199, 234. Cesta, con asa, id. id., 199. —Hexagonal, id. id., 254. —Oval, id. id., 239. —Para cocer huevos, id. id., 346. —Para fruta, id. id, 347. Cestería, id. id., principales útiles que deben em- plearse, 312. Cestos, de labor, para pan y para papeles, id. id., 03108 CeuLEy, LuboLr Van, valor que le da á 7, 38. Cilindro, su construcción, Trabajo Manual, 233. Circuitos asociados, su definición, 19. Cireulación del cuadrado, problema indou, 35. Circulo, origen de la división centesimal según distintos autores, 154. z —1Íd. de la división sexagesimal, 155. —Substitución de la división decimal 4 la división sexagesimal, 156. Circulos estraboscópicos, ilusión de óptica, 297. Cirujia antiséptica, su punto de partida, 355. * Civilización americana, su antigiiedad, 296. CLERGBT, base de su solución de la cuadratura del circulo, 52. Clima, donde pudo comenzar uno apropiado para la vida primitiva, 190. , ÍNDIC RAZONADO VII Clima, consecuencia de su transformación de frio en templado, en los polos, 192. Cobra capel, lo mismo que raja tripudians, 261. Color, su origen, 78. —Definición, 94. Colores complementarios, fisica recreativa, 211. Combustión animal, 68. Conciencia, pr oducción de estados y producción de corrientes inducidas, 18. —Asociación de estados, 19. Coxborcer, utilidad de las ciencias, 48. Congelador de WoLLASTON, 31. Congreso Internacional de Quimica de Ginebra, miembros que lo formaron, 305. | —Cuestiones discutidas - —Principios seguidos, 306. Cono, su construcción, Trabajo Manacal, 233. Corazón, estudio de sus movimientos por medio de la Fotocronografía, 989. CorNU Y BAILLE, cifra media de la densidad de | la Tierra, 77. Corrientes adreas y marinas, su velocidad en vir- tud de la rotación de la Tierra, 195. | CorsoNIcH, valor que le da 4 7, 52. Craxz, la numeración de los grocnlandeses hace un siglo, 293. CroLz, acción de los agentes climatéricos, 266. —Los lechos carboniferos del polo, 267. —Unidad de un clima determinado cerca del po- lo, 267. Cuadrado de la hipotenusa, demostración recrea: tiva de este teorema, S». Cuadrado, dividirlo en cinco cuadrados iguales, id. id. id, 110. Cuadratriz, inventada por Hippias, 28. —Su relación con la cuadratura del círculo, 28. Cuadratura del circulo, antigúcdad de este pro- blema y alicientes para resolverlo, l. —Naturaleza del problema, 3. —Bases del problema, 4. —Son inútiles las aproximaciones constructivas, 92. Cubo, su construcción, Trabajo Manual, 231. Cuchara—reflector, fisica recreativa, 212. Cuerpos químicos de función complexa, discusión acerca de su nomenclatura en el Congreso In- ternacional de Química de Ginebra, 327. Cuna, Trabajo Manual, 120, 154. CUSA, NICOLAUS DE, su pretendida resolución de la cuadratura del circulo, 37. Cuvier, utilidad de la Zoología, 16. Cuzco, centro militar del Perú, 276. CHavero, interpretación de la piedra conocida con el nombre de Calendario azteca, 290. Cuávez, arado de su invención, 50. —Supuesta demostración de que la resistencia del aire es proporcional al seno del ángulo que la superficie herida forma con la dirección del vien- to, $3. —Anemodinamómetro, su principio y descripción como aparato meteorológico, 115. —Td. id. como anemómetro, 129. —Id. id. como aparato de determinación experi- mental de los valores parciales de que se com- pone la resistencia del aire, 145. Chinos, valor que le daban á 7,36. —-Base de su numeración, 570. Dados, Trabajo Manual, 315. Dana, años transeurridos desde la edad siluriana, | 190. —Consecuencias del frio del periodo glacial, 192. | —Por qué puede haber tenido el Globo áreas no solidificadas, 266. —Arboles que existieron en el polo durante el pe- riodo micceno, 266. Deriv Darwix, es permitido inventar hipótesis en las inv estig aciones cientificas, 266. DAVANNB, NUCyo pr ocedimiento para verificarlas proyecciones estereoscópicas, 238. DAwsoN, no es irracional investigar los primeros vestigios de vida en el periodo laurenciano in- ferior, 266. Densidad media de la tierra, 77. ados aromáticos, su clasificación según lo aprobado en el Congreso Internacional de Quí- mica de Ginebra, 32 A. DERRECAGAIx, comprobación deloslogaritmos, 158. Dervaz, crítica de las cifras dadas por los que han hecho experimentos acerca de la resistencia del Qro, S2. : DeEsarIxs y PREVOSTAYB, aparato para estudiar los anillos coloridos de NEwToN, 107. Descuieys, bugías de azufre para desinfectar ha- bitaciones, 168. Desinfección, procedimientos que comprende, 167. DEwAR, experiencia para demostrar el magnetis- mo del oxigeno, 149. —Procedimiento para liquidar el aire atmosférico, 279. Diatómeas, ilusión óptica que producen las estrias de su concha, JUL Didimo. precio de este metal, 44. DIÓDORO DE SICILIA, elixir de larga vida, 12. Dominó. Trabajo Manual, Sas DrAPER JoHy W., las etapas del desarrollo son las mismas en toda. la humanidad, 295. —Analogia entre las sociedades humanas y las de animales, 295. —El crimen de España en América, 296. Educación, cómo debe darse en la escuela, 343. —Entre los obreros, 382, 383. Egipcios, .divinizaban á los mónstruos, 6. —Inventores delos aparatos para destilación, 11. —Cómo consideraban el problema de la cuadratu- ra del círculo, 27. —Conservación de los cadáveres, 59. —Base de su numeración, 370. Ejercicios con papel plegado, Trabajo Manual, 200-202, 218215. con papel recortado y pegado, id. id., 215-917. Elafina, alcaloide contenido en el veneno de la na- ja tripudians, 261. Electro-psicogénesis, teoría, 22. Elefante, Trabajo Manual, 215. Enrejado, id. id., 344. Enverjados, id. id., 362, 363. Equilibrio de un lápiz, fisica recreativa, 48, —De un plato, id. id., 48, 144. —De una taza, id. id., 125. —De un cucharón, id. id., 198. —De un huevo, id. id., 144. —De una botella, id. id., 160. -—De dos lápices, id. id., 168. Escala decimal, su aplicación á la división del dia, 154. Escalera, Trabajo Manual, 360. Escuela Normal de Profesores de México, condi- ciones que deben llenar los libros de texto, 319. Espartanos, inmolaban á los mónstruos, 6. Espectros vivos, fisica recreativa, ST, Espejo, Trabajo Manual, 155. Espejos, juguetes cientificos, 95. Espiritu (aleohoD, primera significación de esta pa- labra, 10. Estrella nueva, 11£. Estuche para plumas, Trabajo Manual, 118. Eter, cabida de cnergía que hay en un pié cúbi- co, 250. Eteres óxidos, discusión habida en cl Congreso Io- ternacional de Quimica de Ginebra acerca de su denominación, 325, vii ÍNDICE RAZONADO EUucLIDES, omisión en sus “Elementos” de la cua- dratura del círculo, 29. Excitación fisica y excitación psíquica, 22. Experiencia, valor que tiene, 359. Eyck, SIMÓN VAN, valor que le daba 4 7, 37. FArADAY, su raciocinio acerca de la circulación de una corriente eléctrica en un alambre enro- llado en una barra de acero, 109. Fenoles, elasificación que se deberá adoptar se- gún lo dispuesto en el Congreso Internacional de Química de Ginebra, 309. Fibras nerviosas, su carácter donde las facultades del espiritu son más delicadas, 20., Figuras mágicas, física recreativa, 256. y Ñ Figuras magnéticas flotantes, juguete cientifico, 109. Fisiologia, su relación con la cuestión social, 5 Flor desileno, Trabajo Manual, 380. Fonógrafo, base de este aparato, 94. Fotocronografia, 25. —$Su utilidad, 26. FoviLLE, variación de los precios en Francia res- pecto de la propiedad raiz y delas mercancias, 66. Fracaso humano, su por qué, 15. FRANK, PEDRO, por qué deben economizarse las fuerzas psiquicas, 68. Frasco de Bolonia, juguete cientifico, 43. FRESNEL, teoría de la luz, 91. —Ampliación de esta teoría, 92. —Experiencia de los dos espejos, 105. id FRIEDEL, su opinión en cuanto á la adopción de un nombre oficial en la nomenclatura química, 323. Fuelle, Trabajo Manual, 135. 7 (E GALILEO, empleo de la balanza hidrostática para determinar las pérdidas de peso de una masa metálica, 140. GALTON, proporción entre el hombre de talento y el de genio, 176. Gama, interpretación de la piedra conocida con el nombre de Calendario azteca, 289. Gamuza, Trabajo Manual, 215. Gancho para papeles, id. id., 345. Garitón de Arlequin, fisica recreativa, 123. Garitones, Trabajo Manual, 235, 317. Gato, id. id., 380. Gavión, su definición en cesteria, 313. Felatino-bromuro de plata, ventajas obtenidas con la invención de este procedimiento fotográfico, 23. GrIssLER, tubo auto-excitador, juguete cientifi- co, 223. h GELLIBRAND, HENRY, continuador del trabajo de BRIG6s, 105. GEOFFROY SAINT-HILAIRE, su influencia en el es- tudio de los mónstruos, 6. —Lo que debe entenderse por anomalia, 6. —Clasificación de mónstruos, 6. Glucinio ó berilo, precio de este metal, 44. Godete, Trabajo Manual, 376. Góndola, id. id., 136. GOTTENDORF, ilusión óptica, 15. Gracus, Marcus, método para hacer arder el vi- no, 11. : A -—ld. para preparar el agua ardiente, 11. (GHRAMMATBUS, HENRICUS, precisa las observacio- nes de ARQUÍMEDES respecto de los logaritmos, 156. Gravedad, variación de su intensidad, 16. GrEGoRY, valor de la cuarta parte de 7, 53. Griegos, cómo consideraban el problema de la cuadratura del circulo, 28. GRoOs8, 8u procedimiento para descomponer el azufre, 254. Gudiano, (manuscrito) reglas para la cuadratura del círculo, 35. e GUIDONIS, preparación del elixir de larga vida, 12. GUILLAUME, cuadro de las abreviaturas de las unidades métricas y de las unidades mecánicas y eléctricas, 34. HAUGHTON, estimación de la edad geológica, 190. Hebilla, Trabajo Manual, 246. HENSSEN, aseo del obrero americano, 59. Herencia, definición, 229. HERróN, de Alejandria, valor que ledaba á 7, 30. HERRERA Y GUTIERREZ, teatro de su invención, 225. HERSCHELL, continúa los experimentos de SEE- BECK, (8. Hervidor de FRANKLIN, juguete cientifico, 30, Hesse, valor que le daba á z, 52. Hidrocarburos, clasificación adoptada por el Con- egreso Internacional de Química de Ginebra, 308. HIERÓN, el problema de la corona, 140. Higiene, su aplicación en la desinfección, 396. Higrómetro, juguete científico, 42. HiPócrATES, de Chio, su tentativa para resolver la cuadratura del circulo, 9. HipPsICLES, antigiiedad de la división del círculo, 154. Historia Natural, deficiencia de esta expresión y primera aplicación que se le dió, 205. HoBBEs, valor que le daba 47, 51. Hoja sensitiva, juguete cientifico, 43. Hojas, Trabajo Manual, 379. Horas, las que existen actualmente en Europa, 348. Huevos de pájaro, Trabajo Manual, 364. HUMBOLDT, su opinión acerca de los caminos mi- litares del Perú, 262. S —Naturaleza de la piedra conocida con el nom- bre de Calendario azteca, 278. —No debe admitirse una distinción neta en nacio- nes bárbaras y naciones civilizadas, 291. —Origen de los numerales actuales, 316. Hurto, densidad de la Tierra según los traba- jos de MASKELYNE, 76. HuxLey, en qué reposa el fundamento de la doec- trina de la evolución, 228. —Los restos de animales y de plantas indican el sitio en que unos y otros vivieron, 267. HUYGENs, su demostración de los teoremas de SNELL, 38. —8Su discusión con GREGORY acerca de la impo- “sibilidad de resolver con la escuadra y el com- pás el problema de la cuadratura del círculo, 39. Imágenes, su utilización en la enseñanza, 244. Imán permanente, juguete cientifico, 109. Inducción asociada, su definición, 19. —Asociada y estados de conciencia, 21. —"Fisica é inducción psiauica, 21. -——Voltaicaó electromagnética, 18. Influencias que obran sobre los habitantes de ca- da Estado, 67. Insecto, etimología de esta palabra, 127, Tridio, precio de este metal, 44. Is1s, diosa egipcia inventora del elixir de larga vi- da, 12. Jardinera, Trabajo Manual, 134. Kaleidoscopio, partes de que se compone y pro- ducción de la imágen, juguete cientifico, 108. Krr, AxpL, condiciones de salud en los alumnos de las escuelas de Suecia y Dinamarca, 68. KocHANsky, su procedimiento para rectificar el círculo, 52 INDICE RAZONADO! IX KocHr, RoBERTO, ventajas de la negativa fotográ- fica sobre el ojo humano, 188. Laboratorio fotográfico, blecimiento, 335. LACORDAIRE, error zoológico de SwAMMERDAM, 239. LAGRANGE, recomienda abolir la división sexage- simal del circulo, 156. Lágrimas batávicas, juguete cientifico, 45. LamBBRT, demostró que 7 no era número racio- nal ni raiz cuadrada de un número racional, 54. LanGLer, fotografía de la parte invisible del es- pectro solar, 33, LAVERRIBRD, deseripdión de las ruinas de Tlal- manalco (México), 258. Lectura, periodos en que puede dividirse su en- señanza, 920. Lkerorr, opinión que le mereció el trabajo de Pro- NY, 157. LEIBNI1z, valor de la cuarta parte de 7, 53. LENORMANT, origen de la división del círculo, 154. Lente de agua, juguete científico, 94. LETRONNE, origen de la división del circulo, 154. Leyes, del cambio ó de la relatividad, 17. —De los anillos coloridos de Newton, 107. —Del comienzo de la vida, 190. —De la concordancia, 19. —De la contigiidad, 19. —De la distancia entre dos planos nodales conse- cutivos 6 entre dos planos ventrales consecuti- vos, 91. —De la inducción, 20. —De la intensidad del viento, 103. —De LeNz acerca de las corrientes inducidas, 20. —De Onm, procedimiento mnemotécnico para que nose vacile al aplicarla, 336. —De las resistencias pasivas angulares, 164. Libro, Trabajo Manual, 375. LIEBEN, principios para denominar á los hidrocar- buros saturados, 325. LrEBIG, el impuesto sobre la sal, 61. Liebre, Trabajo Manual, 215. LiGeR, su opinión acerca de la cuadratura del circulo, 52. e Limón, Trabajo Manual, 3719 LINDEMANN, de Koenigsbere, demostración de la irresolubidad de la cuadratura del circulo por medio de la regla y el compás, 3. —El valor de 7 no es algebráico, 152. Lineas horizontales iguales, ilusión de óptica, 15. LIPPMANN, principio en que se basa su descubri- miento de la reproducción del color, 124. —Elección de las placas sensibles, 124, —Aparato para fotografiar el espectro y tiempo de exposición, 125. —Interposición de pantallas coloridas, desarro- llo y fijación, 126. —Reproducción de los colores complexos, 197. —Aplicaciones que pueden hacerse de su deseu- brimiento, 138. Locomotora, Jugncte cientifico, 15 -—Eléctrica, 1d. 1d., 225 LoDGE, cómo considera á la electricidad, 250. Logaritmos, los obtenidos por el método de Pro- NO —Publicación de las tablas, 157. —Contenido de las tablas de MENDIZÁBAL Tam- BORRÉLL, 159. LONGOMONTANO, valor que le daba á 7, 38. LuBBocK, Jony, dificultad que hay para estudiar los órganos sensoriales de los animales, 23 Ludión, juguete cientifico, 14. Luro, RaImuxDo, destilación del agua ardiente, 14. Lurricn, Franck Von, su obra acerca de la cua- dratura del circulo, 37. importancia de su esta- LO. Luz, su velocidad por segundo, 91. —Coloressimples y colores complementarios, 92. —Colores complexos, 93. .—Interferencias en la reflexión normal, 106. —$Su acción mecánica, 227. Luz zodiacal, explicación de su origen, 227. Lluvia, cambios biológicos que produce su varia- ción, 173. MACHIx, sus series para obtener el valor de la cuarta parte de 7, 53. Magnetismo, experimento de Fisica, 16. Malayos, cómo designan á sus hijos, 317. MALTHUS, principios acerca de la existencia hu- mana y su multiplicación, 69. Manómetro, descripción del establecido en ia To- rre MirreL, 9. MANTEGAZZA,importanciade la alimentación azoa- da, 67. Manzana, Tr abajo Manual, 378. Marry, relaci ión entre las cuestiones cientiflcas y los problemas económicos, SO. —La acción del aire y el mecanismo: del vuelo, 81. —La esencia de los experimentos en Física, 8), —Cree probado que la resistencia del aire es pro- porcional al seno del ángulo que la superficie herida forma con la dirección del viento, 82. Marfil artificial, procedimiento para prepararlo, 70. Margarita, Trabajo Manwal, 381. Maromero. chino, principio á que obedece este ju- guete cientifico, 143. Martillo de agua, juguete cientifico, 14. MAasixo, informe acerca de la alimentación en el distrito de Turin (Italia), 159. MASKELYNE, su procedimiento para determinar la densidad de la Tierra, 76. Masrio, el nuevo elemento asi llamado, 274. MATHULON, premio ofrecido al que resolviera la cuadratura del círculo, 52. Mazos, Trabajo Manual, ¿60 Media manzana, id. id., 379. Memoria, su poder, 17. MENDIZÁBAL TAMBORRELL, contenido de sus ta- blas de logaritmos, 159. Mercurio vegetal, á qué se llama, 12, —Bicloruro de, inconvenientes de su uso en la desinfección de las habitaciones, 167. Mesas, Trabajo Manwal, 119, 135, 360. MuprI su descubrimiento acerca de la relación En 16 ” 3559:118.03 my, 97. Métodos de contar, el de gestos y eldepalabras,370 México antes de la Conquista, su sistema político, 231. —Religión, clerecia y ceremonias, 259 y 261. —Condición literaria, 260. —División del tiempo, 260. — Industria y artes, 260. MITCHELL, ARMSTRONG y Co, cañón expuesto en la Naval Exposition de Lóndres, 44. Mircueuo, Jony, idea fundamental de su aparato y de su procedimiento para determinar el peso de la Tierra, 77. Mitra, Trabajo Manual, 118. MoLESCcHorTr, influencia de la alimentación, 60, Molino, Trabajo Manual, 120, 235. Moneda escapada, física recr cativa, 234. —lId. aspirada, id. id., 240. Moónstruos, su veneración en la India, 6. —Suinmolación por los pueblos de Occidente, 6. —Origen que se les atribuia en los pueblos no ci- vilizados, 6. — Clasificación de GROFrROY Sarvr- HiLArRE, 6. —Intluencia de las creencias religiosas, 6. —Rareza de la monstruosidad doble parasitaria, familia de los polimelianos, tipo gastromeles, 6. Montañas Rocallosas, su importancia paleontoló- gica, 11. XxX ÍNDICE RAZONADO Motor eléctrico, juguete cientifico, 222. Museos, su origen y su carácter en la antigiiedad y en la Edad Media, 205. —Contenido del de South-Lambetb, 204. —Id. del de Oxford, 204. —Clasificación del de Bloomsbury, 205. —Condiciones que deben satisfacer, 217. —Defectos de que adolecen los actuales, 219. —Cómo deben estar colocados los objetos, 220. Naja tripudians, (cobra capel), nacionalidad de esta serpiente y poder venenoso, 267. —Forma y grueso de las glándulas productoras del veneno y carácter de este, 265. —Sintomas de la mordedura, 268. —Propiedades fisico-quimicas del veneno, 269. —Su neutralización por medio del cloruro de oro, 270. Najina, alcaloide contenido en el veneno de la na- jatripudians. 267. NAPIER, prioridad de los logaritmos respecto de BykrGE, 156. NEwTON, su opinión acerca de la cuadratura del circulo por medio de la regla y del compás, 39. —Valor de la cuarta parte de 7, 53. —$Su experiencia del espectro solar, 92. —Anillos coloridos, 106. —Leyes, de estos anillos, 107. —Hipótesis acerca de la reflexión del viento des- pués de haber herido una superficie oblícua, 165. Nickel, su peso atómico, 359. Nido de pájaro, Trabajo Manval, 364. NoNIUs, PEDRO, demuestra la imexactitud delacua- dratura de ORONTIUS, 57. Notaciones quinaria, decimal y vigesimal, su ori- gen, 390. Núcleo químico, definición, 307. Nudos, Trabajo Manual, 246. —De amarre, id. id., 265. —De áncora, id. id., 265. —De botero, 1d. ¡id., 240. —Completo, id. id., 240. —Corredizo de gaza, id. id., 246. —Derecho con ajuste en cola de vaca, id. id., 247. —Id. con presilla, id. id., 246. —Id. de gaza, 247. —TEn forma de bonete turco, id. id., 264. —De galera, id. id., 249. —Medio nudo, id, id., 249. —De muñeca, id. id., 262. —De puerco, id. id., 247. —Sencillo, id. id., 246. —Id. con presilla, id. id., 248, 249, Numeración griega, 370. Numerales, derivados de palabras deseriptivas, 332. y —Mezela de expresiones nacionales y extranjeras, 367 y 3653. Número gramatical, su expresión cn las lenguas antiguas, 992. Onm, mnemotecnia de su ley, 336. ' Ondas sonoras, mecanismo de su transmisión, SO. Ondulaciones, velocidad de su propagación, 719. —Movimientos vibratorios, 19. —Longitud de la onda y duración de la vibración, 80. —Reflexión del movimiento ondulatorio, 90. — Interferencia de la onda directa y de la onda reflejada, Y0. l Oro, cloruro de, sn empleo en el tratamiento de la mordedura de la naja tripudians, 210. OroNtTIUS FIN-PUS, su pretendida resolución de la cuadratura del circulo, 37. Orozco Y BERRA, MANUEL, qué fueron probable- mente las ruinas de Tlalmanalco (México), 258. Orozco y Berra, MaxurL, estilo arquitectónico de estas ruinas comparado con el de otras de la época de la conquista, 258. PAGLIARI, cuadro eráfico relativo al crecimiento individual y al aumento de peso según las cla- ses sociales, 6». —Id. id. id. á la capacidad vital y á la fuerza mus- cular según id: id., 66. Pájaro mecánico de PENAUD. juguete cientifico, 62. PaLemo, Reuxto Fanxnio, valor de la diferencia entre las pérdidas de peso en el agua, de una onza de oro y otra de plata, 142. —Procedimiento para determinar la composición de un objeto comparando gu peso y el de un vo- lumen igual de cera, 142. Palomar, Trabajo Manual, 235. Palomas viajeras, experimento de comunicación aérea, »7. Pantalón, Trabajo Manual, 135. Paquete que se transforma, juguete cientifico, 191. Paralelipipedo rectangular, su construcción, Tra- dajo Manual, 231 Parrilla rectangular, id. id., 345. Pato, id. id., 380. Películas de celuloide, fenómeno eléctrico que presentan al ejecutar la revelación, 348. Pera, Trabajo Manual, 378, 319. —Cortada, fisica recreativa, 160. Perreras, Trabajo Manual, 234, 31. Perro, id. id., 215. Perú, peculiaridades veográficas, 261. —Agricultura, 261, 294. —Caminos militares y recursos guerreros, 262, 278. —El Inca era Señor del Imperio, 276. —Religión y ceremonias, 217. —Sistema social, 277. —Literatura, 278. —El gran acueducto de Condesuya, 293. Pesas, Trabajo Manual, 376. PriLipPoN, nueva interpretación de los experi- mentos de PauL Brkr, 390. Picado de papel, Trabajo Manual, 300, 304. Pieles rojas, inmolación de los monstruos, 6. Pirámide de base cuadrada, su construcción, T1a- dajo Manwal, 222, Platino, precio de este metal, 44. Plato, Trabajo Manual, 264. PLayrarr, densidad de la Tierra, 76. Pr1ixI0, propiedad del vino de Falerno, 11. Plomo, su solubilidad en el aceite de algodón, 176. PLUTARCO, la ociosidad, 67. Población, antigúedad de las medidas para mode- rar su aumento, 69. —$Su aumento es un factor de mortalidad infantil y de prostitución, 70. Pocillo, Trabajo Manual, 3717. Poder dieléctrico, su coexistencia con la condue- tibilidad electrolítica, 384. Polinesios, formación excepcional de las expresio- nes numéricas, 317. Poliprisma, juguete cientifico, 94. Polos, situación de sus superficies respecto de las masas de hielo, 191. —Consecuencias de la transformación de su clima tórrido en templado, 192. Porta-pantalla, Trabajo Manual, 346. - Porta—pastel, id. id., 346. Porta-planchas triangular, id. id., 545. Id. id. hexagonal, id. id., 345. Pórtico, id. id., 361. Presilla, id. id., 246. PREVOSTAYE y DESAINS, aparato para estudiar los anillos coloridos de NEwWtToN, 107. PRrISCIANO, se le atribuyen los procedimientos de REMNIO FANNIO PALEMO, 142. Prisma, juguete cientifico, 94. ÍNDICE RAZONADO XI Prisma triangular, su construcción, Trabajo Ma- nual, 232. —Pentagonal, id. id. id. id., 335. Problemas geométricos, condiciones para resol- verlos, 3. Proxy, construcción de la tabla de los senos, 156. Proyecciones estereoscópicas, físico que primero las describió y procedimiento para verificarlas, 187. —Procedimiento para verificarlas por medio de cristales de colores complementarios, 258. PTOLOMEO, valor que le daba á í, 30. 7, raiz de una ecuación, 5. PTOLOMEO SOTER, primer fundador demuseos, 205. Purera, Trabajo Manual, 134. Radical químico, su definición, 307. Radicales, su denominación según lo adoptado en el Congreso Internacional de Quimica de Gine- bra, 321. Radiómetro, juguete científico, 3520. Rasks, preparación que se le atribuye del elixir de larga vida, 12. Rastra, Trabajo Manual, 360. Rastrillos, id. id., 362. Ratonera doble, id. id., 347. Reetángulo de cartón blanco, ilusión óptica, 64. —Id. id. con colores blanco y negro, id. id., So. Rectificación y cuadratura constructivas, 4. Re1lcH, cifra media de la densidad de la Tierra, 77. Reloj, estadistica de su marcha, 331. Relojera, Trabajo Manual, 234. RENARD, insuficiencia de los experimentos acerca de la resistencia del aire á determinados planos, Silla a Residuo quimico, definición, 307. RiccroL1, origen de la división del circulo, 154. Riqueza, su consideración desde el punto de vista de la Higiene, 66. RoBELO, CEcIL10, aplicación del procedimiento de AZEVEDO al arreglo mnemotécnico de un calen- dario perpetuo, 209. -—Id. id. de PERROUX para id. id., 241. Rocio, cambios biológicos que produce su varia: ción, 173. Rododendrón, Trabajo Manual, 381. ROLLMANN, primero que describió las proyeecio- nes estereoscópicas, 187. ROMANUS, ÁDRIANUS, su cálculo para la circunfe- rencia de un poligono regular circunscrito, 38. Rosa, Trabajo Manual, 381. Rousseau, sus ideas acerca de la prevención de las enfermedades, 67. RuseLL WaALLaAce, relación entre los animales y la vegetación, 266. —Clima de las regiones árticas durante el periodo mioceno, 266. Sacrificios humanos europeos y americanos, 296. SAIGEY, sus resultados acerca de la desviación de la plomada, 76. Salero, Trabajo Manual, 134. SAPORTA, origen del hombre y dirección de sus emigraciones, 267. SAVART, experimento que demuestra la existencia de las interferencias, 91. SCALÍGER, Josh, pretendida resolución de la cua- dratura del círculo, 37. SCHOBBENS, procedimiento para verificar las pro- secciones estereoscópicas, 187. SEEBECK, intenta fijar fotográficamente sobre ca- pas sensibles los colores del espectro solar, 78. SERRES, OLIVERIO DE, su procedimiento para re- solver la cuadratura del circulo, 52. e ABRAHAM, determinación del valor de 7, Dd. Sifón común, juguete científico, 14. Silla, Trabajo Manual, 135, 360, 562. SNELL, teoría para resolver la cuadratura del circulo, 38. Soldado, Trabajo Manual, 380. Sombras chinescas, fisica recreativa, 250. —Vivas, id. id., 280. Sombrero, Trabajo Manual, TL. —De gendarme, id. id., 318. SPENCER, HERBERT, qué prueban las conversacio- nes de sobremesa, 189. —Universalidad de la tendencia de las razas hu- manas para ocupar tierras de otros, 266. —Es limitada la acción de la alteración de un cli- ma, 266. Stegosauro, origen de este nombre y animal que lo lleva, 72. STUART MiLL, bases de la Aritmética, 281. Sustención, definición y adopción de este término en Mecánica, 195. SYNBSIUS, describe el alambique, 11. Tabaco, afecciones producidas por su abuso, 16. Tablilla de chocolate, Trabajo Manual, 375. Tang, fatalidad de las leves naturales, 205. —Valor de la invención, 288. —Conciencia del derecho propio, 288. Tajín, ruinas así denominadas, 369. TanNery, PAUL, origen de la división del circulo, 135. Tapones de corcho, modo de hacer que floten ver- ticalmente, fisica recreativa, 280. Tarjetero, Trabajo Manual, 118. Tarius, AquiLes, origen de la división del cireu- lo, 154. Taza, Trabajo Manual, 376. Tejido, ejercicios con papel, id. id., 150, 153, 169, 172, 185, 187, 199, 200. Tejido doble de estera, id. id., 199. TEOorRrAsto, propiedades del vino, 11. Termómetro de aire, juguete cientifico, 15. -—Quiímico, id. id., 43. TrsLa, su procedimiento para la producción de luz eléctrica, 251. Tetraedro rectangular, su construcción. Trabajo Manual, 252. TrHomsoN, WILLIAM, sus resultados acerca de las moléculas de agua, 52. —Estimación de la edad geológica, 190. Tierra, procedimiento para pesar este planeta, 75. —Diversas cifras obtenidas, 77. —Fué un globo incandescente, 175. —Importancia de su topografía para la emigra- ción as la vida y condiciones que favarecieron á esta, 197. —Irradiación de calor y proporción de éste, 176. — Id. id. en relación con la superficie de los polos y con el diámetro ecuatorial, 189. —5Su peso en kilogramos, 78. Tintero, Trabajo Manucl, 376. Tio Chepe, id. id., 380. Torniquete hidráulico, física recreativa, 182, 255. —Sifón, id. id., 270. Torre ErrreL, aplicaciones cientificas del monu- mento, S. —Experiencias manométricas, 10. Trabajo, su relación con la salud, 67. —Cerebral, ventajas é inconvenientes, 68. —Perjuicios que produce su exceso, 6 —Manera de remediar esos perjuicios, 69. —Muscular, su medición, 67. Trabueo neumático, juguete cientifico, 14. Transmisión nerviosa, 19. Trenzas, Trabajo Manual, 285. —De cinco y de nueve cordones, id. id., 285. —De cuatro, id. id., 286. —De ocho, de diez y de diez y ocho, id. id., 286. —De paja con tres y cuatro hilos, id. id., 287, 298, Trenzas de paja de cinco y de siete hilos, Zraba- Jo Manual, 299. —Sus aplicaciones, id. id., 300. Triángulos isóseeles y rectángulos, ilusión de ópti- ca, 32. Triceratops, origen del nombre dado á este ani- mal y su aspecto después de restaurado, 12. Tripié, Trabajo Manual, 360. Trompo aéreo, juguete cientifico, 62. —Coral, id. id., 14. —Magnético, id. id., 100. Tronadora, Trabajo Manual, 119. | Unidades métricas, sus abreviaturas, »4. —Mecánicas y eléctricas, id. id., 34. Unificación de simbolos y abreviaturas, su impot- tancia, 32, Varror, su procedimiento para la antropoplastia galvánica, 39. Vaso patriota, fisica recreativa, 185. Velocipedo, su aplicación en la milicia, 337. Vesubio, su erupción, fisica recreativa, 155. Vida, es migratoria ó nómada, 173. | —Dónde comenzó la de tierra firme, 115. —Duración que exige el movimiento de N. á $. y consecuencias que se desprenden, 190. —Leyes relativas á su comienzo, 190. —Por qué se inutilizaron los polos para su exis- tencia, 192. _ ÍNDICE RAZONADO —Su relación con la irradiación de calor verifica- | da en las superficies polares, 189. A AS Vida, importancia de la topografía de la Tierra respecto de su desarrollo, 107. —Cambios efectuados, 209. —Conclusiones que se deducen de esas Iismas pruebas, 257. —Ikivolución y degeneración, 254. —El hombre, 254. —Tropical, pruebas de su existencia, y exámen de esas pruebas, 236. -—Unidad de origen, 252 Viera, procedimiento para aproximarse al valor de 7, 39. VILLENEUVE, ARNALDO DE, extracción del alcohol, 12. —Propiedades del alcohol, 12. VILLENEUVE, HUREAU DE, crítica de los experi- mentos acerca de la resistencia del aire, Sl. Viruta, ejercicios de tejido, Trabajo Mamual, 199, VirruB1o, valor que le da á 7. 55. | —Procedimiento de ARQUÍMEDES para analizar una liga sin descomponer el objeto tratado, 140. Vuela-vuela, juguete científico, 62. WaLzts, representación de la cuarta parte de í, Se Worrr, de Zurich, método para determinar el va- lor de 7, d4. Zaxzo, á qué se llama en cestería, 315. Zoótropo, juguete cientifico, 109. Zóz1MO, su agua blanca, 13. E EE SATANODIA SOT 44 OIL THA A SONVITANTITIOd SOT HA VIONVA VI 1d OLIVILISVUVd A TAIOA ONULSNOM e ón 0 Bla a “LO4 'VITINVINIO) “H SONSOD 194 VJAVUDOTOIOLOH v] VNIMy"] eE *SOWSOD% REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS GS E S- Dirzcror proprerarto, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 1% pe Exero me 1892 Núm. 1 LA CUADRATURA DEL CÍRCULO ! BOSQUEJO HISTÓRICO DE ESTE PROBLEMA DESDE LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DÍAS I Hace dos mil quinientos años que tanto las inteligencias privilegiadas como las que no lo son, se han esforzado vanamente por re- Interés univer SOlver el problema conocido con del problema. el nombre de la cuadratura del cír- culo. Ahora que los geómetras han logrado darnos, por fin, una demostración rigurosa de la imposibilidad de resolverlo con la re- gla y el compás, nos parece conveniente y oportuno dar una ligera idea de la naturaleza é historia de tan antiguo problema, y se ve- rá que nuestro intento es uno de los más jus- tificados, si se tiene en cuenta que la cuadra- tura del círculo, á lo menos de nombre, es conocida de casi todo el mundo. Los Comptes Rendus de la Academia Fran- cesa correspondientes al año de Resolución de la a . A AcademiaFran- 1775, contienen en la página 61 la $5 resolución de no examinar, en lo futuro, ninguna de las llamadas soluciones de la cuadratura del circulo. La Academia se vió obligada á tomar esta determinación por la multitud de soluciones del famoso proble- ma que se le enviaban día con día,—solu- clones que por supuesto eran un testimonio constante de la ignorancia y pretensiones de sus autores, y todas ellas estaban inficio- nadas, además, de una misma enfermedad: la de ser erróneas. Desde entonces todas las soluciones del problema que recibía la Aca- demia, encontraban seguro refugio en el ces- to de los desperdicios, y allí permanecían pa- ra siempre sin contestación. El cuadrador del círculo, sin embargo, creía encontrar so- Traducido de “The Monist,” de Chicago 1891; pp.197—228, lamente en este imperioso proceder la envi- dia de los grandes hacia su gran descubri- miento intelectual; no quiere permanecer 1g- norado, y en consecuencia, acude al público, Los periódicos deben procurarle el mérito que las sociedades cientificas le han negado, y todos los años el antiguo dragón de las matemáticas se recrea más de una vez en las columnas de nuestros diarios, porque un Sr. N. N.ó6 P. P. ha resuelto el problema de la cuadratura del circulo. ¿Pero qué clase de gente son estos cuadra- dores del círculo cuando se los exa- eN mina atentamente? Casi siempre ral de los cua, se encuentra que son personas de ei poca ilustración y cuyos conocimientos ma- tematicos no exceden de los de un estudian- te recién salido del colegio, Pocos son los que conocen la naturaleza y requisitos del problema, ninguno sabe sus dos mil qui: nientos años de historia, y no tienen ningu- na idea de las importantes investigaciones que se han hecho ni de los resultados á que han llegado los grandes y verdaderos mate- máticos de todos los tiempos. Pero por grande que sea su ignorancia, la vanidad y pretensiones con que sa- RL zonan su obra, son todavía mayo- res. No es necesario ir muy lejos para de- mostrarlo. Tenemos á la vista un libro im- preso en Hamburgo el año de 1840, cuyo autor da gracias al Todopoderoso, cada dos páginas, porque lo ha elegido á él y no á otro, para dar la solución del problema fe- nomenal de las matemáticas, «por tanto tiem- po buscada, deseada con tanto anhelo y es- perada por todo el mundo.» Después de que este modesto autor se proclama él mismo el corrector de la impostura de Arquímebes, di- ce: «Nuestra madre naturaleza se ha compla- cido en ocultar á la investigación humana 2 COSMOS —— esta joya matemática; pero al fin ha creído conveniente revelarla con toda su sencillez.» Esto puede bastar para poner de manifies- to la gran pretensión del autor; pero no bas- ta para probar su ignorancia. No tiene ni siquiera idea de la demostración matemática; toma por concedido que las cosas son así, porque así le parecen á él. Errores de lógi- ca abundan también en su libro. Pero apar- te de estos defectos, veamos en dónde está el punto principal de su falacia, aunque es di- fícil encontrarlo á través del lenguaje tan hin- chado y pomposo estilo con que encubre sus conclusiones. Pero es éste: el autor inscri- be un cuadrado á un círculo, circunscribe otro al rededor, luego dice que el cuadrado interior está formado por cuatro triángulos congruentes, en tanto que el circunscrito tie- ne ocho; de aquí, viendo que el círculo es más grande que uno de los cuadrados y más chico que el otro, deduce la valiente conclu- sión de que el círculo es igual en superficie á seis de dichos triángulos. Apenas se con- cibe que un sér racional pueda inferir que algo que es más grande que cuatro y menor que ocho, necesariamente ha de ser igual á seis. Pero para un hombre que cree en la cuadratura del círculo, este raciocinio es po- sible. De un modo semejante, en todas las de- más soluciones del problema, hay sofismas lógicos ó violaciones contra la aritmética ó geometría elementales, sólo que no slem- pre son de naturaleza tan trivial como las del libro antes mencionado. Pero veamos de dónde proceden ese amor por la cuadratura del círculo y los esfuerzos que se hacen para resolverlo. Ante todo debemos llamar la atención so- Alcientesdelpro. DY€ la antigúedad del problema. blema, En Egipto se intentó una cuadra- tura 500 años antes del Éxodo de los israe- litas. Entre los griegos este problema nunca dejó de representar un papel que influenció randemente los progresos de las matemáti- cas. Y en la Edad Media también, la cuadra- tura del círculo aparece por aquí y por allá como la piedra filosofal de las matemáticas. Así, el problema nunca ha dejado de preocu- par los ánimos. Pero no es por la antigúe- dad del problema por lo que los cuadrado- res del círculo se ven excitados, sino por el aliciente que en todas partes se ejerce, y por la esperanza de sobresalir de las masas y ceñirse la corona de laurel de la celebridad. La ambición aguijoneó á los antiguos grie- gos y todavía es ella quien impulsa á los hom- bres en los tiempos modernos á alcanzar es- Si son ó no competentes para ello, no es aquí opor- te fruto matemático tan codiciado. tuno decirlo. Consideran la cuadratura del circulo como el premio mayor de una lotería, que bien pueden alcanzar ó ver en poder de ajenas manos. No se acuerdan de que: La inmortal sabiduría exige el trabajo antes de los honores, y de que se requieren años de continuo estudio para adquirir las armas ma- temáticas necesarias para atacar el proble- ma, armas que en las manos de los más dis- tinguidos estratégicos matemáticos no han bastado para apoderarse de la fortaleza. ¿Pero cómo es, preguntamos, que la cua- dratura del círculo y no otro pro- blema matemático no resuelto, ha- Único problema que conocen los . o ignorantes. ya merecido que se consagren a resolverlo personas que no saben nada de matemáticas? La contestación está dada por el hecho de que, al menos de nombre, la cua- dratura del círculo es el único problema ma- temático que conocen los profanos. Entre los griegos sucedía lo mismo. A los ojos del griego ignorante, como ahora para muchos de sus modernos hermanos, ocuparse de es- te problema era considerado como el asunto más esencial é importante de los matemáti- cos, y tenían una palabra especial para de- signar ese género de actividad, llamándole zerpaovigsty, que quiere decir ocuparse de la cuadratura. También en los tiempos mo- dernos muchas personas ilustradas, aunque no sepan matemáticas, conocen el problema por el nombre y saben que es irresoluble, ó al menos, que no obstante los esfuerzos de los más famosos matemáticos, no se ha resuel- to todavía. De ahí la frase: «ocuparse de la cuadratura del círculo» para significar el tra- bajo inútil é imposible. Pero además de la antigivedad del proble- ma y del hecho de que es conoci- do por el mundo profano, aun hay un tercer factor que contribuye á ai inducir á las gentes á encariñarse con la cua- dratura del círculo. Es la especie que se ha extendido en el extranjero, hace cien años, de que las Academias, la reina de Inglaterra y algunas otras personas influyentes, han ofre- Creencia en el o. frecimiento de COSMOS 3 cido un gran premio al que primeramente re- suelva el problema. La esperanza de obte- ner este gram premio, en dinero, es sin duda el incitante principal que mueve 4 muchos cuadradores del círculo. Y el autor del libro ya mencionado, suplica á sus lectores le pres- ten su ayuda para obtener el premio ofrecido. ceneralmente S que los matemáticos de profesión Aunque los profanos creen El problema en- trelosmstemá- se ocupan todavía de resolver el 2 problema, ésto no es cierto, sino que por el contrario, desde hace dos siglos próximamente, muchos de los verdaderos ma- temáticos se han empeñado en demostrar, con exactitud, que el problema es irresoluble. Y asi-ha sucedido que no obstante el empleo de los métodos más extensos y variados de las matemáticas modernas, hasta hace algu- nos años no se había logrado suministrar la 9 deseada demostración de la imposibilidad del problema. Por fin el Profesor LiNDEMAxNx, de Kónigsberg, en Junio de 1882, demostró —y fué la primera demostración —que es im- posible construir un cuadrado matemática y exactamente igual en superficie á un círculo dado, con el empleo exclusivo de la regla y el compás. Por supuesto que esta demos- tración no tiene por apoyo los antiguos mé- todos elementales; si así fuera, con toda se- guridad habría sido dada hace ya muchos si- glos; hubo necesidad de recurrir á métodos suministrados por la teoría de las integrales definidas y á operaciones de alta algébra, descubiertas en las últimas décadas; en una palabra, fué indispensable la preparación di- recta é indirecta de muchos siglos para ha- cer finalmente posible una demostración de la imposibilidad de resolver el histórico pro- blema. Por supuesto que así como la resolución de la Academia Francesa de 1775, esta de- mostración no hará desaparecer de la super- ficie de la tierra la raza fecunda de los cua- dradores del círculo. En lo futuro, como en lo pasado, habrá gentes que no sepan nada ó no quieran” saber nada de esta demostra- ción, creyendo que pueden tener éxito en un asunto que ha sido fatal para otros; y que han sido escogidos por la Providencia para resol. ver el famoso enigma. Pero desgraciadamen- te, esa pasión por resolver la cuadratura del círculo tiene su lado serio. Los cuadradores del círculo no siempre son tan pretensiosos como el autor del libro que hemos mencionado. Ven con frecuencia ó al menos adivinan las dificultades insuperables que tienen que vencer; y el conflicto que se produce entre sus aspiraciones y su empre- sa, la conciencia de que es necesario resol- ver el problema, pero que para ello son in- capaces, obscurecen su espíritu y, perdidos para el mundo, se convierten en casos inte- resantes de psiquiatria. TI Si tuviéramos un círculo á la vista, fáci nos sería determinar la longitud del diáme- tro y del radio, y después, la primera cues- tión que se presenta, sería encon- yaturidez del problema. Rec- tificación numé- el radio ó el diámetro, que es el vicr trar el número de veces que cabe doble del primero, en la circunferencia, que es la longitud de la línea circular. Del he- cho de que todos los círculos tienen la mis- ma forma, se sigue que esta proporción se- orandes S ó pequeños. Ahora bien, desde el tiempo de rá siempre la misma en todos ellos, ArquímeDes, todas las naciones civilizadas que han cultivado las matemáticas, designan el número que denota cuántas veces es más grande la circunferencia de un círculo que su diámetro, con la letra 7,—letra griega inicial de la palabra periferia. Buscar el va- lor de z es, por consiguiente, calcular cuántas veces la circunferencia de un circulo es más grande que su diámetro. Este cálculo se lla- ma «la rectificación numérica del circulo.» Después del cálculo de la circunferencia, el del contenido superficial de Un 5a cuadratura circulo por medio de su radio ó de "weica su diámetro es quizá más importante, y con- siste en saber cuantas veces cabe en el cír- culo una superficie conocida. Este calculo se llama «la cuadratura numérica.» Depende, sin embargo, de la rectificación numérica de la circunferencia, ésto es, del cálculo de la magnitud de z. Y se demuestra en geome- tría elemental que la superficie de un círcu- lo es igual al área del triángulo que resulta: de trazar un radio, levantar en el extremo una tangente—que en este caso es una per- pendicular—de igual longitud que la cireun- ferencia, y de unir después los extremos li- bres por medio de otra línea. Se deduce de ésto que el área de un círculo es tantas veces 4 COSMOS mayor que el cuadrado de su radio, como lo indica el número 7. Hay que distinguir la rectificación y cua. dratura numéricas, basadas en el cálculo de la magnitud de z, de aquellos problemas que requieren una línea recta igual en longitud á la circun- ferencia de un círculo ó al perímetro de un cuadrado de área igual á la del círculo, pro- ducida constructivamente sin tomar en consi- deración su radio ó su diámetro; problemas Rectificación y cuadratura constructivas. que propiamente podrían llamarse «rectifica- ción constructiva» y «cuadratura constructi- va.» Aproximativamente, por supuesto, em- pleando un valor aproximado de estos problemas son fáciles de resolver. T, Pero resolver en geometría un problema de construcción, quiere decir resolverlo con exactitud matemática. Si el valor de z fue- se exactamente igual á la relación de dos nú- meros enteros, la rectificación constructiva no presentaría dificultades. Por ejemplo, su- pongamos que la circunferencia de un círcu- lo fuese exactamente 31/, veces mayor que su diámetro; podría entonces dividirse éste en siete partes iguales, lo cual podría ser fácil ejecutarlo con regla y compás mediante los principios de planimetría; agregaríamos á una de estras partes una línea recta exactamente tres veces mayor que el diámetro, y obten- dríamos así una línea recta exactamente igual á la circunferencia del circulo. Pero de he- cho, y como se ha demostrado últimamente, no existen dos números enteros, por gran- des que fueran, cuya relación represente exac- tamente el número 7. Por consiguiente, una rectificación como la que acabamos de indi- car, no satisface el objeto deseado. Podría preguntarse aquí, sien vista de que el número z no es igual á la relación de dos números enteros, por grandes que sean, no se sigue inmediatamente que es imposible construir una línea recta exactamente igual en longitud á la circunferencia de un círculo; así se demostraría de una vez la imposibili- dad de resolver el problema. No podemos menos que responder negativamente. Por- que hay en geometría muchos pares de líneas en los cuales puede construirse una, valién- dose de la otra, no obstante el hecho de que no puedan encontrarse dos números Enteros) que representen la relación entre las dos lí- neas. El lado y la diagonal de un cuadrado por ejemplo, se hallan en este caso. Es ver- dad que la relación entre estas magnitudes es próximamente de 5 á 7; pero esta propor ción no es exacta, y de hecho no hay dos números que representen esa relación con exactitud. Sin embargo, cualquiera de estas dos líneas puede construirse fácilmente con ayuda de la otra por el solo empleo de la regla y el compás. También podría ser éste el caso de la rectificación del círculo; y por consiguiente, de laimposibilidad de represen- tar la relación por dos números enteros, no es inferible la imposibilidad de la rectifica- ción de la circunferencia. La cuadratura del círculo descansa y se desprende del problema de la rectificación. Está basada en la verdad antes mencionada de que el círculo es igual en área á un trián- gulo rectángulo, en el cual un cateto es igual al radio del círculo y el otro á la circunfe- rencia, Supongamos, según ésto, que la cir- cunferencia del círculo fuese rectificada; po- dríamos entonces construir el triángulo ya sin dificultad. Pero todo triángulo, como se sabe en planimetría elemental, puede, con ayuda de la regla y del compás, convertirse en un cuadrado equivalente. Así pues, su- puesto que la rectificación de la circunferen- cia de un círculo fuese llevada á cabo con éxi- to, podríamos construir un cuadrado que fue- se, en área, exactamente igual á un círculo dado. La dependencia íntima que existe entre los tres problemas: cálculo de la magnitud de 7, cuadratura del círculo y su rectificación, nos obliga, al hablar de la historia de la cuadra- tura, á detenernos un momento sobre las in- vestigaciones que se han hecho respecto al valor de 7, lo mismo que sobre los esfuerzos para rectificar el círculo, como de igual im- portancia, y considerarlos luego en sus rela- ciones mutuas. Hemos usado repetidas veces en el curso de esta discusión las palabras cons- truir con regla y compás. Es pues necesario explicar lo que quere- mos significar al hacer la especificación de estos dos instrumentos. Cuando en geome- tría se exigen ciertas condiciones dadas para Condiciones de la, resolución geo- métrica. COSMOS 5 construir alguna figura, porque la construe- ción sólo puede hacerse dadas esas condicio- nes, esta exigencia se llama problema de construcción, ó simplemente problema. Cuando un problema de esta especie se presenta para ser resuelto, es necesario re- ducirlo á problemas más sencillos, que ya se conocen como solubles; y como éstos depen- den á su vez sucesivamente de otros más sen- cillos, llegamos finalmente á ciertos proble- mas fundamentales, sobre los cuales están basados los otros; pero que ya no pueden simplificarse más. Estos problemas funda- mentales son, por decirlo así, las piedras an- gulares del edificio de la construcción geo- métrica. En seguida, es necesario saber qué problemas deben considerarse como funda- mentales propiamente; y así se ha venido en conocimiento de que la solución de un gran número de problemas que se presentan en planimetría elemental, descansan sólamente sobre la solución de cinco problemas origi- nales. Son: 1% Construcción de una línea recta que pase por dos puntos dados. 2 Construcción de un círculo cuyo cen- tro sea un punto dado y el radio una longi- tud dada. 3” Determinación del punto de encuentro de dos líneas rectas que pueden prolongarse tan- to como sea necesario, —en el caso de que di- cho punto (punto de intersección) exista. 4 Determinación de los dos puntos de encuentro de una línea recta y un círculo dado,—en el caso de que dichos puntos (pun- tos de intersección) existan. 3" Determinación de los dos puntos de en- cuentro de dos círculos dados,—en el caso de que dichos puntos comunes (puntos de intersección) existan. Para la solución de los tres últimos de es- tos cinco problemas basta el ojo, en tanto que para la solución de los dos primeros, además del lápiz, tinta ó gis, se necesitan otros instrumentos especiales: para resolver el pri- mero lo que se usa más generalmente es una regla, y para la solución del segundo, un compás. Pero debe recordarse que no es in- cumbencia de la geometría indicar los ins- trumentos mecánicos que han de emplearse en la solución de los cinco problemas men- cionados. La geometría se limita simplemen- te á presuponer que estos problemas pueden resolverse, y considera un problema compli- cado como resuelto, si en la especificación de las construcciones en que consiste la so- lución, no se requieren otras bases que las cinco mencionadas. Así, puesto que la geometría no se da la solución de estos cinco problemas, sino que más bien los exige, se los ha llamado pos- tulados 1. No todos los problemas de pla- nimetría se reducen únicamente á estos cin- co. Los hay que pueden resolverse tomando como solubles otros problemas que no es- tán incluidos en los cinco dados; por ejemplo, la construcción de una elipse, conociendo su centro y sus dos ejes, mayor y menor. Mu- chos problemas, sin embargo, tienen la pro- piedad de resolverse con la ayuda sólo de los cinco postulados que hemos formulado, y entonces se dice que se construyen con regla y compás, ó que son de construcción elemen- tal. Después de estas observaciones generales sobre la solubilidad de problemas de cons- trucción geométrica, que hacía indispensa- blemente necesarias una buena comprensión de la historia de la cuadratura del círculo, el significado de la cuestión de si la cuadra- tura del círculo es ó no soluble, ésto es, so- luble elementalmente, se hace inteligible. Pero sólo gradualmente es como esta con- cepción aparece con claridad; y encontramos tanto entre los griegos como entre los arabes, esfuerzos felices, bajo ciertos conceptos, di- rigidos á la resolución de la cuadratura del circulo valiéndose de otros medios que de los cinco postulados dichos. Tomaremos en con- sideración estos esfuerzos, especialmente porque ellos, no menos que las infructuosas tentativas para la solución elemental, han hecho avanzar la ciencia de la geometría y contribuido mucho al esclarecimiento de las ideas geométricas. HeErMANN SCHUBERT. (Continuará.) <= 1 Comúnmente los geómetras sólo mencionan dos postulados (Núms. 1y 2); pero como á la geometría propiamente dicha le es indiferente el que sea necesario Dada más el ojo 6 instrumentos mecánicos especiales, el autor ha considerado más correcto, en punto á método, admitir cinco postulados, 6 COSMOS UNA NIÑA DE CUATRO PIERNAS Los monstruos ofrecen la particularidad de llamar la atención de cuantos tienen opor- gen al mis- mo tiempo, á las ideas más heterogéneas. En tunidad de observarlos, dando ori épocas remotas algunos de ellos fueron vene- rados en la India, y elevados á la categoria de divinidades entre los egipcios; pero en cam- bio casi todos los pueblos de occidente los inmolaban sin piedad, por considerarlos pre- cursores de desgracias y calamidades. Hay que exceptuar, sin embargo, á los espartanos (y en América á los pieles rojas) que también los inmolaban, pero no lo hacían impulsados por la misma superstición, sino porque era] obligatorio entre ellos, por deber patriótico, sacrificar á todos los recién nacidos que no reunían, en su concepto, las condiciones de vigor y belleza que su raza y costumbres re- querian. Influyeron indudablemente de un modo po- deroso, en estas maneras tan distintas de tra- tar á los monstruos en los pueblos de orien- te y de occidente, las creencias religiosas: los primeros aceptaban la más lata metemsícosis, es decir, creían que las almas podían tras- migrar de un sér humano á cualquier animal ó vegetal, y á esa causa se debió sin duda el respeto que profesaban álos monstruos; mien- tras que los segundos no creían en ella ó no la hacían extensiva á los animales y vegeta- les, dando con ésto margen á que sus legis- laciones los condenasen á muerte. Es asimismo digno de mención el orisen S que por lo regular les asignaban: los atri- buían á la unión de séres de diferentes es- pecies ó bien á la intervención directa de Sa- TANÁS; y en general, casi todas las ideas que prevalecían sobre ellos eran poco más ó menos tan absurdas como éstas, hasta que por fin EsreBaN E Isiboro GrorrroY Sarvt-HiLarrE, sobre todo el segundo, hicieron un estudio profundo y científico, publicando el último en 1836, su inmortal Historia General y Par- ticular de las Anomalías de la Organización. Según Istboro GrorrroY Sarvr-HiLarre toda desviación del tipo especifico ó toda particu- laridad orgánica que presenta un individuo cualquiera, comparado con la gran mayoría de los individuos de su especie, edad y sexo, constituye lo que se llama una anomalía. Y para facilitar el estudio de todas las ano- malías que pueden presentar los séres orga- nizados, las dividió en las cuatro grandes ra- cuiente cuadro S sinóptico, dándole á cada una la designación mas que se indican en el si que se expresa: ligeras ó poco graves desde el punto Hemiterias. | en apariencia desde el punto de vis- Simples 5 Ea e vista anatómico ta anatómico, complexas, pero que no entorpecen el cumplimiento de ningu- na función y no son aparentes al ex- Heterotaxias. complexas en la conformación de una terior ó varias partes del cuerpo, que hacen que los machos se asemejen á las hembras de su especie, d vice-versa, ó bien reunión más d menos comple- Graves ta, en algunos individuos, de las con- Anomalías diciones orgánicas correspondientes ú Hermafrodismos. muy complexas, que imposibilitan ó ambos sexos dificultan el cumplimiento de una 6 va- rias funciones, 6 producen en el indi- viduo afectado una conformación vi- pan ciosa, congenial y aparente al exterior, muy diferente de la que presenta por lo común laespecie Monstruosidades. El caso que representamos en la lámina 17, Figs. 1, 2 y 3, entra indudablemente en la última categoría, y según todas las aparien- cias, es un monstruo doble parasitario de la familia de los polimelianos y del tipo de los pigomeles. Este tipo es bastante interesan- te, pues según el autor citado «esta mons- truosidad, caracterizada por la existencia de uno ó dos miembros pélvicos accesorios, es rara en el hombre y los mamíferos, pero co- mún en las aves *.» Los dos miembros super- numerarios parecen insertados en medio de los normales, habiendo dado margen á la formación de dos órganos sexuales femeni- nos y dos anos, caso que ya se había obser- vado en animales. Las cuatro extremidades están afectadas de pie de piña ó pateta (pied- bot) y uno de los supernumerarios, además parece tener solamente dos dedos (Fig. 3). No nos ha sido dado hasta hoy el poder examinar directamente este monstruo que su- ponemos vive todavía, y pudiera muy bien suceder que al practicar un estudio sobre el 1, Ismmoro GEOFFROY SAINT-HILAIRE, Histoire générale et particuliére des Anomalies de l'organisation chez l'homme et les animaux, t. HI p. 264, COSMOS ejemplar, resultara que no pertenece al tipo pigomeles, sino que más bien fuera un monstruo doble auto- sitario de la familia de los monocefalianos y del tipo de los tora- delfos, caso excesiva= mente raro; pero con la simple inspección de la fotografía, no creemos posible el afirmar nada con cer- teza. Las negativas que nos sirvieron para im- primir las fotocolo- grafías de nuestra lá- mina, fueron hechas con una cámara de mano (detective) en la Hacienda del Espíiri- tu Santo, Estado de San Luis Potosi, el año de 1887, por el Sr. Enrique QuINTA= NILLA; estas negativas fueron después á po- der del Sr. ManueL Bury Áñab, á quien damos las gracias por haber tenido la dele- rencia de cedérnoslas. Ninguno de dichos señores tiene otro da= to sobre tan intere- sante monstruosidad, que las tres negati- vas. Tan luego como nos sea posible estu- diarlo directamente, lo que esperamos se realice pronto, am- pliaremos esta corta noticia. F. Ferrari Pérez. i ! Fic. 1.—EL LABORATORIO. Bomba de compresión que sirve para hacer subir el líquido en el tubo 8 COSMOS Fic. 2.—Lectura de las presiones EL MANÓMETRO DE LA TORRE EIFFEL La construcción de una torre de trescien- tos metros, al presentarla ante los ojos del mundo entero convocado en la Exposición Universal, no tenía solamente por objeto poner de manifiesto el grado de perfección á que ha llegado en Francia el arte del in- geniero: se tuvo también intención de utili- zarla ulteriormente para experiencias cienti- ficas. Mientras duró la construcción, este fin no se perdió de vista; y así como las insta- laciones del vértice fueron adaptadas á la meteorología, hoy se continúa montando otros aparatos que permiten hacer experiencias, imposibles en otro tiempo con los medios de COSMOS 9 que se dispone en los laboratorios comu- nes. El primero de estos aparatos que se acaba de terminar, es el gran manómetro de aire libre construido según las indicaciones de M. Car o LLETET, Mmiem- bro del Institu= to, y ofrecido ge- nerosamente á laciencia por M. ErrFEL, que lo mandó cons- truir en sus ta- lleres. Elinstrumen= to se compone de un tubo de a= cero de 300 me- tros de altura que se puede llenar de mer- curio, para te- ner una presión directa próxi- mamente de... 400 atmósferas. La base de este tubo llega al pi- lar Oeste de la torre, en el cual se instaló el la- boratorio desti- nado a las ob- servaciones y que representa las lo 181 mercurio está contenido en el recipiente re- presentado en el centro de nuestro graba- do y en cuyo fondo termina la extremidad del tubo de 300 metros; la parte superior de este recipiente está en comunicación con una bomba impe- lente, representada á la izquierda. Basta ha- cer funcionar la bomba, para comprimir agua sobre el mercurio, y obligarlo así á elevarse E sol 1390) poco á poco en el tubo hasta lo alto de la torre. Alcanzado este resultado, la bomba ' E At DD Eh: [TAC en LL as AS ¡ASS Fic. 3.—Disposición del tubo manométrico en la torre cesa de funcionar. Se sabe que una colum- na de mercurio de 76 centímetros represen- tauna atmósfera; así pues, al pié de la torre se tiene 300-0"76, ó sean 395) at- mósferas. Claro esque puede ob- tenerse cual- quiera presión intermedia, ha- ciendo subir el mercurio hasta cierta altura; pero siendo el tubo de acero, la observación del nivel del mercurio en el tubo se hace im- posible. Se vence esta dificultad de la manera siguien- te: De tres en tres metros, po- co más ó menos, en toda la altu- ra del tubo, se han dispuesto tubos de vidrio verticales, que pueden ponerse á voluntad en comunicación con el de acero por medio de llaves. Todos estos tubos son accesibles con facilidad, pues- to que van por las escaleras de la torre. No po- día disponerse el tubo de acero en línea recta vertical par= tiendo del vértice; se necesitaba que lo sopor- tasen los pilares de la torre, y éstos son in- clinados. La Fig. 3 representa la disposición que se adoptó para instalarlo. 10 COSMOS Cuando se quiere hacer una experiencia con una presión determinada, una persona sube á la altura correspondiente, Fig. 2; abre entonces la comunicación de que aca- bamos de hablar, entre el tubo de acero y el tubo de vidrio, y espera á que el mercu- rio llegue. Lleva consigo un teléfono que si- gue al tubo en toda su longitud y que está puesto en comunicación con el laboratorio. Observa la subida del mercurio en el tubo de vidrio, que está graduado cuidadosamen- te, y por medio del teléfono guía al operador que hace funcionar la bomba para detenerlo en el momento oportuno. Si por casualidad se inyectara más mercurio que el que puede contener el tubo de vidrio, el excedente vuel- ve al laboratorio por medio de un tubo es- pecial de fierro. Se han tomado todas las medidas necesa- rias para que las operaciones se hagan con facilidad y precisión. Una de las principales aplicaciones de este manómetro será la gra- duación directa de los manómetros de alta presión. G. MarEscHAL. (E Mlustration, XCV1I, 1891, p. 344.) SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DEL ALCOHOL Me propongo reunir algunas citas relati- vas al descubrimiento del alcohol, á fin de señalar los nombres originarios de esta subs- tancia, los hechos que han sugerido su des- cubrimiento y la época en que, por autores de fecha cierta, está comprobado con preci- sión: puntos que habiendo dado lugar en otro tiempo á confusiones y errores, se han veni- do repitiendo después. Desde luego, para la inteligencia de las ci- tas, importa definir los nombres originarios. El nombre mismo de alcohol, reservado á los productos de la destilación del vino, es mo- derno. Hasta fines del siglo XVIII, esta pa- labra significaba un principio cualquiera, ate- nuado por pulverización extrema ó por su- blimación. Por ejemplo, se aplicaba no sola- mente á nuestro alcohol, sino también al polvo de sulfuro de antimonio, empleado para ennegrecerse las pestañas y para otros usos. : En el siglo XI! y aun en el XIV, no he hallado ningún autor que aplique la palabra alcohol al producto de la destilación del vino. La palabra espíritu de vino ó espíritu ar- diente, aunque más antigua, tampoco era co- nocida en el siglo XIII; pues se reservaba en esa época el nombre de espíritu, única- mente á los agentes volátiles capaces de obrar sobre los metales para modificar su color y sus propiedades 1. En cuanto á la denominación de agua de la vida (eau-de-vie), la encontramos desde su origen en ÁrxauD DE VILLENEUVE, NO COMO nombre específico, sino como resultado de la asimilación del producto de la destilación del vino con el elíxir de larga vida, que lle- vaba entonces propiamente hablando el nom- bre de agua de la vida. Daré en seguida de- talles más circunstanciados sobre este punto, que ha ocasionado más de un error en los historiadores de la ciencia. Al principio nuestro alcohol aparece en la ciencia bajo la denominación de agua ar- diente (eau ardente), es decir, inflamable. Detallaremos un poco el origen mismo del descubrimiento. Los antiguos habían ya observado que el vino podía suministrar alguna cosa inflama- ble. En efecto, se lee en AnistórrLES (Me- téorologiques, edición Didot, t. HI, p. 622, (a, 1. 23): «El vino ordinario posee una ligera exhalación; por eso emite una llama ?.» El griega que se traduce aquí por llama, la admiten todos los traduec- sentido de la palabra tores latinos; y se confirma por la significa= ción que esa palabra presenta en las siguien- 1. En aquella época, la palabra espíritu se apli- caba únicamente ¿ las substancias volátiles suscep= tibles de combinarse con los metales (llamados cuer- pos), tales como el mercurio, el azufre y los sulfuros, los compuestos arsenicales y ciertos óxidos metáli- cadmias (Introd. cos sublimados, llamados tucias 6 á la Chimie des Anciens, ete., p. 248-249.) Más tarde fué cuando la palabra espíritu ha sido aplicada ú las esencias y al alcohol. Al principio, tenía un sentido más particular y más preciso, el de agente metalizador, representando un papel esencial en las trasmutaciones. 2. “O zuyov S'otvos puxpav Eyer Oupulaciy 810 , 12 ' avufor phoy COSMOS 11 tes líneas del texto, donde se aplica á subs- tancias combustibles. Se lee también en Teorrasto, discípulo in- mediato de Arisróreies (De fgne, 67): «El vino vertido sobre el fuego, como pa- va las libaciones, produce un resplandor» (Exhápe:); es decir, produce una llama bri- llante. Priwio contiene una frase más decisiva aún; nos enseña (Hist. Nat., L. XIV, 6) que el vino de Falerno producido por el campo Faustien «es el único vino que mantiene la llama: solo vinorum flamma accenditur.» Lo que sucede en efecto para ciertos vinos muy ricos en alcohol. Al mismo género de ensayos se aplica el texto siguiente, que he encontrado en el ma- nuserito latino 197 de la Biblioteca Real de Munich, manuserito escrito hacia el año... 1438, pero que contiene escritos más anti- guos. El texto actual sigue inmediatamente áuna copia del Liber ¿gniun de Marcus Gru- cus, obra del siglo XII 6 XUL. «Se puede hacer arder el vino en una va- sija del modo siguiente: poned vino blanco ó rojo en una vasija, cuya parte superior es- té un poco elevada y provista de una cubier- ta agujerada en el centro. Cuando el vino se haya calentado, entrado en ebullición y salido el vapor por el agujero, acercad una candela encendida; inmediatamente el vapor se enciende y la llama dura en tanto que el vapor sale.» (Ms. latino 197 de Munich, f' 76, verso.) No obstante el conocimiento de estos he- chos, no fué aislado el alcohol por los anti- guos, aunque supiesen ya condensar algunos líquidos vaporizados. Así, en las Metéorolo- giques de AristóreLES (L. H, C. II) se lee: «La experiencia nos ha enseñado que el agua del mar reducida á vapor se hace potable, y el producto vaporizado, una vez condensado, no reproduce el agua del mar..... El vino y todos los líquidos, una vez vaporizados, se convierten en agua.» Parecía, pues, que la 9 evaporación cambiaba la naturaleza del cuer- po vaporizado. Por otra parte, estas indicaciones deben referirse á la condensación del líquido ca- lentado en un vaso, realizada, ya en la su- perficie de una cubierta superpuesta; pro-| cedimiento referido por DroscórIpES (en el primer siglo de la era cristiana), para con-= densar el vapor del mercurio; ya en copos de lana, como Privio lo indica para la esen- cia de trementina. Pero no: conocemos nin- gún texto análogo para el vino. Los aparatos destiladores propiamente di- chos fueron inventados en Egipto, en los pri- meros siglos de la era cristiana, y descritos en el Tratado de una mujer alquimista, lla- mada CLeopaTra. He reproducido los dibu- jos de estos aparatos (Introd. á la Chimie des Anciens, p. 132), aparatos que han condu- cido, por sus transformaciones, al descubri- miento del alambique, descrito hacia el fin del siglo IV de nuestra era por Syxéstus ([n- trod., etc., p. 164). Pero no encontramos en los alquimistas griegos ninguna indicación precisa concer- niente al alcohol. Los arabes, que conoce- mos por textos traducidos al latín, no hacen respecto á nuestro asunto ninguna mención especial; lo que es contrario á una aserción errónea de Harer, de que ya tendré ocasión de hablar. El texto más antiguo que habla del alcohol, es probablemente el que sigue, que se encuentra después del tratado de Mar- cus Gracus en el Ms. latino 197 de Munich (fol. 75 v.), suponiendo que ese texto sea, como lo creo probable, tan antiguo como el mismo Tratado de Marcus Grxcus: está com- prendido en la misma colección de recetas técnicas que ese tratado. En todo caso, he aquí la traducción: «El agua ardiente se prepara así. Tomad vino añejo y bueno, de no importa qué co- lor; destiladlo á fuego suave, en una cucúr- bita y un alambique de ¡unturas bien em- betunadas. El producto destilado se llama agua ardiente. He aquí su virtud y su pro- piedad. Mojad un trapo de lino y prended- gran llama. Cuando se apaga, el trapo queda intacto, tal como es- lo: se producirá una taba antes. Si os mojáis el dedo en esta agua y lo metéis al fuego, arderá como una can- dela, sin experimentarse daño alguno. Si gua una candela encendida, mojáis en esta ag no se apaga. “Notad que el agua que destila primero, sobre todo, es activa é inflamable; la última, es útil en medicina. Con la primera se ha- COSMOS ce un excelente colirio para las enfermeda- des de los ojos.» El primer autor conocido nominalmente, que haya hablado del alcohol, es Arxaup DE ViLLENEUvE. Ordinariamente se le considera como el autor del descubrimiento, preten- sión que nunca abrigó él, pues se limitó á hablar del alcohol como de una preparación conocida en su tiempo y que lo maravillaba en alto grado. Su obra se llama: De conser- vandá juyentute, obra escrita hacia 1309, según M. Haurrau (Hist. littéraire de la France, t. XXVII. He aquí los textos, tales como estan im- presos en las Opera omnia Arnaldi Villano- vant (Bale, 1585), p. 1699, E.: “Se extrae por destilación del vino, ó de sus asientos, el vino ardiente, denominado también agua de la vida. Es la porción más volátil del vi- »” no. En otra parte (p. 832) ensalza sus virtudes: “Discurso sobre el agua de la vida. Algunos la llaman agua de la vida. Algunos moder- nos dicen que es el agua permanente,! ó bien el agua de oro, á causa del carácter sublime de su preparación. Sus virtudes son muy cono- guida enumera la enfermeda- 9 des que cura. Luego, ““Prolonga la vida y cidas.” En se gua de la vida. Se debe guardar en un vaso de oro; cualquier por ésto debe llamarse a otro vaso, excepto los de vidrio, da sospe- chas de alteración.... En razón de su sim- plicidad recibe toda impresión de gusto, olor, y cualquiera otra propiedad..... Cuando se le han comunicado las virtudes del romero y de la salvia, ejerce una influencia favora- >, ble sobre los nervios, etc. El pseudo Rarmuxpo LuLro, autor más mo- derno que Árxaun DE VILLENEUVE, habla del al- cohol con el mismo entusiasmo (Theatrum chemicum, t. 1V, p. 334). Describe la desti- lación del agua ardiente, sacada del vino, y sus rectificaciones, repetidas si es necesario siete veces, hasta que el producto arda sin dejar vestigio de agua. ““Se le llama, añade, mercurio vegetal.” Se ve que los alquimistas, al principio del siglo XIV, tuvieron tal admiración por el descubrimiento del alcohol, que lo asimila- ron al elíxir de larga vida y al mercurio de los filósofos. Pero es preciso no tomar cualquier texto donde se hable de ese mercurio ó de ese elí- xir, como aplicable al alcohol. El elíxir de larga vida es un viejo sueño del antiguo Egip- to. Diónoro pe SiciLia (1, 25) habla de él ba- jo el nombre de'Abavcias edpyoroy, ““reme- dio de inmortalidad;” cuya invención se atri- buía á Isis. GaLeno (citado por H. Érirxe, Thesaurus, edición Didot) da también la fór- mula. Este fue también el sueño de toda la Edad Media. Este elíxir de larga vida se re- putaba al mismo tiempo susceptible de cam- biar la plata en oro 1. Á este orden de ideas se refiere un texto, de fecha incierta por otra parte, que se encuentra en las traducciones de algunas obras árabes, atribuidas ? ya á Rasks (Ms. 6514, f” 124, recto) ya a Arisró- TELES (De perfecto magisterio, Theatrum che- micum, t. TI, p. 104; y de nuevo con más detalles, p. 124). Este texto, del que conoz- co tres versiones, no habla del vino: emplea la palabra fermentari, que entonces se apli- caba á toda reacción química lenta. He aquí la tradución 3: “Preparación del agua de la vida, simple. Toma la cantidad que quieras de piedra secreta 4; muélela bien hasta con- sistencia blanda; déjala fermentar por un día y una noche. Ponla entonces en un vaso des- tilatorio bien embetunado y destilala por me- gua y cenizas. Cohoba S el agua destilada, ó su residuo, y repite es- dio de un baño de a 1. Guidonis Magni de Monte Tractatulus (Th. chem., t. VI). “Tú podrías también preparar el grande elíxir de vida; pues yo quiero que tú sepas que tomando el mercurio rojo y añadiéndole mercurio fijado y que ha sido pasado sobre la tucia y el vitriolo para en- rojecerlo y hacerlo aceitoso, no perderás tu trabajo. En efecto, una lámina de plata, enrojecida y apaga- da en este licor, se pone amarilla.” 2. La atribución de este texto ¿ ARISTÓTELES Cs evidentemente falsa. Las obras químicas del preten- dido ARISTÓTELES árabe, no se remontan probable- mente más allá del siglo XI!I, 6 á lo más hasta el siglo XII. La atribución á RasÉs es tan incierta co- mo la anterior. La única fecha segura es la del ma- nuscrito mismo, escrito hacia el año de 1300. 3. Según el Theatrum chemicum, t. YI, p. 104. El texto del Ms. 6514 no difiere sensiblemente. 4. La versión de la página 124 añade después de lapidis occulti, la palabra elíxati, es decir, lexivia- 1 Es decir, que no puede solidificarse ó fijarse. ¡da ó hervida con agua. COSMOS tas destilaciones tres veces. En muchos li- bros no se habla de volver á destilar el re- siduo, sino solamente hacer dos destilaciones, y estará hecha !. Entonces destilará un agua blanca como la leche; guárdala para tu uso.” Este pasaje es muy vago para que se pue-=, da decir exactamente qué substancia desig- na. En realidad, de ninguna manera se trata 8 del pino, lo repito, ni del agua ardiente, si- no de un líquido lechoso, análogo al agua blanca de ZosmmzE ?, agua derivada de un po- lisulfuro y capaz de teñir superficialmente los metales. Harer ha creido ver aquí la pri- mera alusión del alcohol. Pero esta opinión - me parece tener poca solidez y reposa so- bre una confusión que resulta de los senti- dos múltiples de la palabra agua de la pi- da 3, Se ve por estos detalles cuán delicados son los problemas relativos al origen de los descubrimientos químicos, en razón de los sentidos múltiples de las palabras, y también porque los descubrimientos han tenido lu- gar con frecuencia poco á poco, y por los cambios insensibles de los detalles y la in- terpretación de las operaciones. BerTHELOT, Del Instituto de Francia. (Annales de Chimie et Phystque, Sexta serie, 1891. TT, XXIIL, pp. 469-475.) JUGUETES CIENTÍFICOS! El que conoce todas las nociones cientifi- cas que pueden aprenderse por medio de los juguetes, es con seguridad un estudiante 1Ns- truido, puesto que apenas hay una rama de la física que no esté representada de alguna manera por juguetes, y hasta cuesta trabajo algunas veces el distinguirlos de los instru- mentos cientificos. Al reflexionar sobre la 4. Toda esta frase falta en el Ms. 6514. 2. Colection des Alchimastes grecs, Traduction, p. 144.—Véase también p. 165, no 16. 3. Eau-de-yie, también significa en francés aguar- diente. 4. Traducido del Scientific American, 1887, LVI, p. 25, ; definición aceptada de la palabra juguete, á saber: una cosa de entretenimiento, pero no de valor real, algunos prácticos exagerados cla- sificarían la mayor parte de los instrumen- tos de física como meros juguetes, en tanto que, por otra parte, el juguete más sencillo tendría, en la estimación de un hombre de ciencia, un gran valor para ilustrar algunos hechos cientificos. La colección de juguetes que ilustramos, no es de ningún modo tan extensa como de- bería ser; pero es más que suficiente para hacer comprender que gran parte de los co- nocimientos cientificos pueden adquirirse por el estudio de estas cosas al parecer insigni- ficantes. La locomotora representada en la Fig. 4 sirve para ilustrar la propiedad de la iner- cia, la acumu- lación de fuer- za, la trasmi- sión de la fuer= za por el fro- tamiento, y la conversión del movimiento circular en rec- tilineo. El volante A está montado en el ár- bol B, que descansa sobre las ruedas moto- ras C. Larueda A se enreda con una cuerda, lo mismo que un trompo. En virtud de su inercia, la rueda A tiende á conservar su mo= vimiento de rotación. Si no sufriese influen= clas exteriores, se movería indefinidamente; pero el roce de sus chumaceras y del arre, la gravedad y el magnetismo terrestre, combinados todos, pronto anulan su movimien- to. La fuerza comunicada y acumulada en la rueda Á se gasta en hacer voltear las, ruedas €, venciendo el ro- zamiento éimpulsando lamá- quina hacia adelante. La compresión y la elastici- dad de los gases, la produc- ciónde calorpor compresión, la trasmisión de la fuerza por medio de un cuerpo ga- seoso, el poder de ruptura del aire comprimido, y el Fig. b.—TRABUCO USADO CO- MO JERINGA NEUMÁTICA, ESLABÓN DE AIRE choque del aire sobre el aire, se demuestran por el senci- 14 COSMOS llo juguete conocido con el nombre de tra- buco (popgun). ? El trabuco representado en la Fig. 5 es tal vez el mejor que puede conseguirse para nues- tro objeto; pero puede utilizarse cualquiera otro de buena construcción. Se comienza pegando un pedazo de papel fuerte en la boca del cañón; pero con el fin de desarrollar una fuerte presión y también para permitir al operador mirar el interior del tubo, se susti- tuye el papel con un pedazo de mica gruesa. Cuando la boca del trabuco se coloca con- tra la pared y se empuja el émbolo, dismi- nuye considerablemente el volumen del aire contenido en el cañón. Si el émbolo se suel- ta, retrocede inmediatamente hacia el punto de partida; el aire encerrado y comprimido manifiesta su elasticidad obrando como re- sorte, y hace retroceder al émbolo. Cuando el aire está confinado por la lámi- na de mica, si el émbolo se introduce brusca y fuertemente, puede encenderse un pedazo de yesca puesto en el fondo del trabuco, que desempeña entonces el papel de eslabón de atre. Cuando se retira de la pared la boca del trabuco y se reemplaza la mica primitiva por otra lámina más delgada, una presión con- siderable es capaz de romper la mica, de- mostrando que la fuerza aplicada al émbolo se ha trasmitido por el aire contra la lámina. El choque del aire exterior y del que ex- pulsa repentinamente el trabuco, produce un sonido semejante al que cau- san dos cuerpos sólidos al encontrarse con fuerza. El llamado trompo coral, Fig. 6, representa de un modo notable la acción de la fuerza centrifuga. Cuan- Fig. 6 —TROMPO CORAL do el trompo baila, el aire, entrando por los agujeros superiores, es ex- pulsado al través de los del ecuador por la acción centrifuga. El arre, al entrar por arri- ba, pasa por una serie de tubitos que entran en vibración y producen sonidos musicales agradables. Hay otro trompo que ilustra la acción de la fuerza centrifuga por medio de un liquido. El juguete hidrostático conocido con el do, de fondo cerrado 7, ilustra las diversas condiciones de la flota= tación, Inmersión y suspensión en equi- librio. En un tubo de vidrio, alto y delga- y casi lleno de agua, 8 se pone una figura de porcelana ó vidrio Fig. 7.—DIABLILLO CARTESIANO que tenga un globo de cristal en la cabeza. El globo tiene un agujerito en el fondo, y se llena parcialmen- te de agua y en parte de aire, siendo la pro- porción de aire y agua tal, que el globo flote libremente. Para tapar la boca del tubo, se le amarra un pedazo de tela de goma elás- tica. La presión de los dedos sobre la tela se comunica, á través del agua, sobre el arre con- tenido en el globo; le obliga á ocupar me- nor espacio, y aumenta el peso del globo en proporción al agua que se ve obligada á en- trar. Ásí que el peso del globo aumenta, el diablillo desciende, y cuando se quita el de- do de la cubierta elástica del tubo, el aire recobra su volumen normal, y el globo, ha= ciéndose más ligero, sube á la superficie del líquido. Los juguetes del globo de hidrógeno y el de alre caliente se conducen en la atmósfera del mismo modo que el globo lleno de aire en el agua. El sifón común, Fig. 8, resu- me todos los principios de la hi- dráulica. Es una bomba en que el agua misma obra como émbo- lo permanente, pues es un ém- bolo que de continuo se renue- va. Demuestra la fuerza de pro- yección del agua é ilustra las ri5.0-orós condiciones diversas de elevación y presión del agua y su conducción por las cañerías. El martillo de agua, Fig. 9, consiste en un tubo donde se ha hecho el vacio, lleno en parte de agua ú otro líquido. Un movimiento brusco del tubo hacia abajo y hacia arriba, obliga al líquido á abandonar el fondo cuando el tubo baja, y á golpearlo fuertemente cuando el tubo sube. El líquido no encuentra resistencia, y al golpear pro- duce un sonido seco, metálico, como de vi- nombre de diablillo cartesiano ó ludión, Fig. | drio que se rompe. COSMOS 15 Este tubo demuestra en peque- ña escala lo que sucede en los tubos de vapor, cuando dan los so- nidos agudos y detonantes que se oyen tan á menudo en los tubos de los caloríferos. El vapor, con- densándose, produce un vacio, sobre el cual se precipita el agua con gran velocidad, y al no en- contrar ninguna resistencia de al- re, produce un sonido que recuer- Fig, 9. —MARTILLO DE AGUA Cuando el tubo se invierte, como se ve en da la ruptura de los tubos. B, y se coge la porción globular con la ma- no, el calor de ésta hace que el líquido se evapore rápidamente, lo cual origina una pre- sión; y el vapor sale por el cuello del tubo, formando burbujas sobre la parte principal del líquido, y se condensa ya sea p encima del fluido ó abajo. Algunas veces, cuando el tubo se constru- ye con este fin, contiene la figura de un diablillo que la ebullición del líquido agita con violencia. El termómetro de aire, que con- siste en un globito lleno de aire A, Fig. 10, y un tubo capilar B, sumergido en un líquido colori- do, muestra los cambios de volu- men que experimenta el aire, de- E bidos á los cambios de temperatura, aero oe arme por la elevación ó descenso de la columna del líquido colorido en el tubo capilar. Es un ter- mómetro sensible; pero de poco valor prac- tico, á causa de la variabilidad del volumen del aire, que tiene lugar a consecuencia de los cambios barométricos. G. M. H. ILUSIONES ÓPTICAS M. Gorennorr, de Maisons-Laffitte, nos da á conocer una curiosa ilusión de óptica pu- blicada en un periódico inglés. Tomad una hi lera de caracteres mayúsculos y números: SSSSSSXAXXXXX333333888899 Parece que están divididos en dos partes iguales. Miradlos con cuidado y veréis que la mitad superior de los caracteres es un poco más pequeña que la mitad inferior; pe- ro es tan poca la diferencia, que es casi ina- preciable. Ahora, si volteáis el papel de ma- nera que el texto quede invertido, veréis facilmente que esta diferencia de tamaño ces muy exagerada, y que la verdadera parte superior de la letra es mucho más pequeña que la mitad inferior. (Nouvelles Scientifiques de «La Nature», 1891, p- 38.) * * Varias veces hemos dado ejemplos curio- sos de ilusiones producidas por el efecto de líneas oblicuas inclinadas en distintas direc- ciones. He aquí uno nuevo y curioso. De es- 7 Fig. 11.—Ilusión óptica tas dos líneas horizontales (Fig. 11), ¿cuál es la más grande? Debe dársenos la respuesta, mi- diendo. Ambas tienen la misma longitud. (La Nature, 1891, 11, p. 158.) PORQUE FRACASAN LOS HOMBRES Pocos hombres son los que alcanzan éxi- to. Unos fracasan por timidez ó debilidad. No quieren luchar para vivir y caen por te- mor del deber: les falta ánimo. Otros fraca- san por imprudencia, falta de discreción, de cuidado ó de juicio. Estiman más lo futnro, construyen castillos en el aire, se ilusionan, y caen. Otros por falta de aplicación y per- severaneia: comienzan bien las cosas, resuel- tos; pero pronto se fatigan; cambian de ca- mino, creyendo que en otra cosa estarán mejor; emplean mal su vida, y nunca tienen éxito en nada. Otros gastan su tiempo y su dinero y fracasan por falta de economía. Muchos fracasan por sus hábitos ruinosos: el tabaco, el whisky y la cerveza los alejan COSMOS de los negocios, sus clientes también se ale- jan, y todo en torno se disipa. Algunos caen por falta de seso, educación 6 formalidad en sus negocios; no tienen conocimiento de la naturaleza humana é ignoran lo que mueve á los hombres; no están preparados para vi- vir: les falta educación práctica. —School Su- pplement. - ANO — EXPERIENCIA DE MAGNETISMO (Del Scientific American, LVI, 1887, p. 312.) Útiles: un imán en forma de herradura y una aguja común para coser. Se enhebra la aguja con hilo delgado, se anuda y se corta el hilo, dejando una sola hebra de 6 4.8 pul- gadas. Se coloca la herradura en una mesa con los polos tencia del hilo; las mismas causas hacen que la aguja no caiga sobre el polo negativo. GUILLERMO SALISBURY. * * Ilustramos con un grabado esta experien- cia tan importante, que puede realizarse con un imán pequeño; uno de dos pulgadas sir- ve perfectamente. Si se usa un imán peque- ño, debe despuntarse la aguja para reducir Debe cogerse el hilo bastante cerca de la aguja, una pulgada de distan- Sale mejor la expe- riencia y es de más efecto, cubriendo el imán su longitud. cia es muy suficiente. con un pliego de papel para ocultarlo.—La REDACCIÓN. —_—NA—A UTILIDAD DE LA ZOOLOGIA Cuenta Cuvier haber tenido una visión en la cual se le pues el diablo con cabeza de buey y piés de caballo. al frente, y se El gran na= imana la agu- uralista, de-= ja frotándola varias veces en una mis- ma dirección sobre uno de safiando al Espiritu de las tinieblas, le apostrofó los polos del en los si- imán, tenien- do cuidado de levantar la aguja después de cada toque. Cójase el hilo por la extremidad entre el pulgar y el índice, y suspéndase la aguja so- bre el polo que la atrae de modo que la pun- ta quede como á un cuarto de pulgada del imán; entonces, haciendo con la mano un mo- vimiento circulatorio y conservando la punta en su posición, déjese caer el ojo de la aguja sobre el otro polo. Si se ejecuta ésto con cuidado, la aguja tomará una posición horizontal, en la que permanecera, flotando ó en suspensión, todo el tiempo que se tenga firme el hilo. Parece ser que las fuerzas magnéticas que produ- cen este efecto, son, primero, la atracción que ejerce el polo negativo sobre la punta de la aguja; segundo, la repulsión del polo positivo sobre la misma punta; y tercero, la atracción de este último polo sobre el ojo de la aguja, que está destruida por la resis- F1c. A E en La alre. guientes tér- minos: —Tienes los piés de un solípedo y los cuernos de un rumiante; no eres, pues, car- nicero, y por más que abras tu horrible ho- cico, no podras devorarme. ANDAR _ >= A EL CIGARRO En el año de 1886 fueron encerrados mu- chisimos jóvenes en el Asilo de locos del Estado de Michigan y se observó que la ma-= garros en No cabe duda que, en muchos ca- yor parte de ellos fumaban ci exceso. sos, el cigarro es la causa de la demencia. Se dice también que un ¡joven de Detroit, perteneciente á la alta sociedad, y gran fu- mador, quedó sordo á consecuencia del uso del cigarro.—Nesw York Sun. AT TA LONAS IN *C.OSMOS> Tomo 1 Lámixa 22 REA > F. Ferearr Pérez, For. FoTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS GRUTA DE CACAHUAMILPA PRIMER SALÓN Ó SALA DEL CHIVO REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS 1 A Ss ESA DrrecTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo I Tacunara, D. F., 15 me Enero DE 1892 Núm. 2 ELECTRO-PSICOGÉNESIS La electrogénesis de los órganos de la vi- da de relación y en general las manifesta- ciones eléctricas de los diversos estados de la conciencia, aun no se han explicado; y es necesario guardar en el estudio de estas manifestaciones, toda la circunspección y to- da la reserva prudente que entraña una cues- tión de este género. Si yo me atrevo, sin embargo, á aventu- rar una opinión á este respecto, es que me ha impresionado la grande semejanza que existe entre dos fenómenos, ó mejor dicho, entre dos categorías de fenómenos conside- radas hasta hoy como-distintas. Daré desde luego algunas explicaciones sobre la primera de estas categorías, después, sobre la segunda, y pasaré finalmente á su comparación, tratando de mostrar las rela. ciones que las ligan, sin pretender jamás sa- lir, por supuesto, del terreno de la hipótesis. PARTE PSICOLÓGICA LEY DEL CAMBIO En el campo tan vasto de las relaciones del individuo con el mundo exterior, es decir, desde elPacto más elemental hasta el acto más complexo de la conciencia, donde todo pa- rece desemejante; desde la sensación de tem- peratura, la percepción de una distancia, ete., hasta las concepciones más elevadas de la inteligencia; en medio de esa multitud de fenómenos cuyo conjunto parece inextrica- ble, existe, sin embargo, la gran ley funda- mental de la psicología contemporánea, /a ley del cambio. Esta ley, que se aplica generalmente á la relatividad de los conocimientos y que se de- signa bajo el nombre de Ley de la relatividad, dice que todo conocimiento es doble; que las nociones calor y frío, luz y obscuridad, pla- grande, movimiento y reposo, alto y bajo, recto y curvo, etc., cer y dolor, pequeño y son inseparables; que conocer una cosa es co- nocer al mismo tiempo la cosa que le hace contraste; que conocemos el calor por opo- sición al frío, el placer por oposición al do- lor, ete.; en suma, que afirmar una cosa es negar la cosa opuesta; que conocer una co- sa es compararla, asimilarla á todas las que se le parecen y distinguirla de todas las que difieren de ella; es decir, que todo cono, cimiento implica y comporta en su desarro- llo una multitud de cambios correlativos de semejanza y de diferencia. El poder de la memoria, bajo la doble re- lación de la retentividad y de la reyiviscen- cia, retiene los conocimientos, las ideas, y los despierta ó los revive en el momento oportuno. Todos los estados de la conciencia, todos los cambios, retenidos y latentes en el espí- ritu al estado de potencia pasiva, son los ele- mentos de la razón y de las combinaciones subsecuentes del pensamiento. Estos estados se manifiestan en todas las operaciones de la contigúidad y de la similitud, desde los más rudimentarios hasta los más elevados de la inteligencia humana; en el poder de la asociación compuesta, como en el de la aso- ciación constructiva y en el feliz encuentro de semejanzas ocultas, de semejanzas lejanas 6 de las brillantes concepciones del genio. Todos están de acuerdo en decir que todo es relativo; éste es el argumento supremo, es la base de todo lo que se dice y de todo lo que se hace. Ahora bien, esto equivale á decir | que todo está sujeto á cambio; solamente que 18 COSMOS es preciso tener en cuenta la naturaleza par- ticular de cada cambio. Sentir, querer, pensar, es cambiar. Para que haya conciencia, es preciso que haya cambio en la impresión; una sensación per- manente de una cosa cualquiera no produ- ce conciencia; cuando nos bañamos, por ejemplo, la sensación de diferencia de tem- peratura que experimentamos, va perdiéndo- gradualmente hasta el punto de desapa- 8 recer la conciencia de calor ó de frio. ¡Cuántas se veces no buscamos el sombrero que tenemos en la cabeza! Un placer muy vivo como un dolor muy intenso determinan muy pronto la insensibilidad; la renovación de un acto de la conciencia es la renovación misma de un cambio en el estimulante que la excita ó en el individuo que la experimenta. PARTE FÍSICA LEY DEL CAMBIO Ocupémonos ahora de la parte de la Fiísi- ca designada con el nombre de inducción, á fin de establecer la ley general que preside á la formación de las corrientes inducidas. Refirámonos á las conocidas experiencias de la inducción voltáica y electro-magnética. Sean desde luego (Fig. 13) a, PB, 3, y, el circuito inductor, compuesto de la pila y del alambre grueso del carrete central, y a, 0, el circuito inducido formado por el ca- d, 8, Fic. 13. rrete del alambre fino y por el galvanóme- tro; y representa la pila, 3, una llave ó con- mutador y g el galvanómetro. Se sabe que si se cierra la llave 3, la agu- ja del galvanómetro se desvía para volver en seguida á cero y quedar allí mientras dure el paso de la corriente de la pila; si luego se abre la llave, la aguja del galvanómetro se desvía aún para orientarse de nuevo. No hay, pues, inducción, sino en el momento del envío y de la interrupción de la corriente. Dejando la llave 3 cerrada, la inducción se variar la intensidad de la corriente ó la re- sistencia que hay que vencer. Asímismo, quedando uniformemente igua- les la intensidad de la corriente y la resis- tencia, si se disminuye ó si se aumenta por el desalojamiento del carrete interior la distancia entre el circuito inductor y el cir- culito inducido, habrá también inducción en el momento del alejamiento ó de la aproxima- ción de los dos circuitos. Sabemos, pues, que el estado permanente de la corriente no produce inducción; para que la inducción voltaica tenga lugar, es pre- ciso que sobrevenga un cambio en el circui- to inductor: que éste se acerque ó se aleje, que la corriente se envie Ó se interrumpa, en fin, que la intensidad de la corriente ó la resistencia aumenten ó disminuyan. Los mismos efectos se producen si se reem- plaza por un imán z (Fig. 14) la corriente inductora de una pila; la presencia constan- te éinvariable del campo magnético del imán Fic. 14. no determina inducción, en tanto que á ca- da desalojamiento del imán, el galvanómetro revela la presencia de una corriente induci- da, que es tanto más intensa cuanto más brusco es el movimiento impreso al imán. La experiencia puede hacerse de diversas maneras, pero todas se reducen á cambiar el número de líneas de fuerza del campo mag- nético. Que se trate, pues, de los cambios del cir- cuito inductor en la indución voltáica (Fig. 13), 6 de los cambios del campo magnético en la inducción electro-magnética (Fig. 14), los dos casos están sometidos á la ley gene- ral siguiente: Toda corriente inducida impli- ca un cambio; de otro modo: Para que haya inducción, es preciso que se produzca un cambio. COMPARACIÓN Hay que observar que la ley de producción producirá igualmente, siempre que se haga | de los estados de conciencia, es la misma que | COSMOS 19 la de las corrientes inducidas; y hasta parece que hasta aquí no nos hemos ocupado sino de la sola inducción bajo diferentes nombres: inducción electro-mag- nética, inducción electro-fisiológica ó psico- inducción voltaica, fisiológica; es decir, inducción dinámica psi- quica y física. Sin embargo, como el valor de una com- paración depende de la importancia de los puntos de semejanza de las cosas que se com- paran y del número de esos puntos de se- mejanza, vamos á proseguir rápidamente el estudio de la comparación bajo este doble aspecto. Las corrientes inducidas pueden, como se sabe, producir á su turno y por su propia influencia, nuevas corrientes inducidas de di- versos órdenes sobre circuitos cerrados cer- canos é independientes. S1 tenemos por ejemplo, una serie de cir- cuitos cerrados cercanos, aislados unos de Otros, €, C2 C3 €. ... 2, (Fig. 15), y uno cual- quiera de ellos es inductor (v. g.c;), todos los otros circuitos se asocian en la inducción y se tiene lo que se podría llamar la ¿nduc- ción asociada; es decir, que el circuito in- ductor c; induce al circuito secundario co; éste induce á su turno el circuito c, y así su- cesivamente. guir, naremos bajo el nombre de ¿inducción aso- En la exposición que va á se desig- ciada un sistema cualquiera de corrientes in- ducidas de diversos órdenes, y bajo el nom- bre de circuitos asociados la serie n de cir- cuitos cerrados, cercanos é independientes, de la inducción asociada. Ahora bien, en el organismo de los séres vivientes y en el sistema nervioso, «los ner- «vios, dotados durante la vida, de un poder «electro-motor, trasmiten, bajo la forma de «corrientes, las impresiones y las excitacio- «nes ó stímuli de una parte del sistema ner- «VIOSO Los compuestos de un numero infinito de fibras; a la otra». He aquí los conductores. cordones y centros nerviosos están «el número de fibras nerviosas de la substan- cia blanca del cerebro, debe contarse por centenas de millones». He aquí un número inmenso de conductores: Cj, Co, Co... € n «Cada fibra se continúa sin solución de continuidad, con independencia completa, des- de el centro hasta la extremidad periférica». He aquí un gran sistema de circuitos asocta- dos. ñ Un cambio basta para que la inducción asociada se presente y con ella la asociación de los estados de la conciencia correlativos. Quien dice asociación de los estados de la conciencia, dice contigúidad y similitud; es decir, retentividad y semejanza. Si agrega- mos a estos dos modos de asociación el cam- bio ó6 relatividad, tendremos el cuadro com- pleto del espíritu: la distinción, la memoria y la concordancia. : Para convencerse de que la asociación de los estados de la conciencia se reduce en el sistema nervioso á fenómenos de inducción asociada según la teoría que proponemos, 9 basta citar las leyes de contigitidad y de si- militud. gún Ha- MILTON, «aquella en virtud de la cual una de La primera de estas leyes es, se las partes de un todo evoca las otras partes». En lo que concierne á las corrientes indu- cidas de diversos órdenes, ó de una serie n de circuitos inducidos, se dirá: Uno de los circuitos de la serie induce á los otros circui- tos. La expresión más general de la ley es ésta: «Las acciones, las sensaciones, los estados «de sensibilidad, que se presentan al mismo «tiempo ó uno inmediatamente después del «otro, tienden á unirse estrechamente, á ad- «herirse entre sí, de tal manera que cuan- «do uno de ellos se presenta al espíritu, los «otros son susceptibles de evocarse por el «pensamiento.» ! La expresión equivalente de la inducción asociada sería: Los cambios que se presentan en un siste- ma de circuitos asociados, tienden á unirse estrechamente, «4 adherirse entre sí en la in- ducción, de tal suerte que cuando uno de ellos se presenta, los otros se presentan tam- bién. La segunda ley, la ley de la concordancia ó similitud parece ser la misma: que la de la contigúidad; para comprenderla bien, y 1. Esta ley, lo mismo que varias expresiones que aquí empleamos, están sacadas de la obra del emi- nente filósofo y psicólogo inglés ALesANDRO BAIN, intitulada «Los sentidos y la inteligencia.» 20 COSMOS desvanecer toda duda, sería preciso apoyar su explicación con ejemplos. Pero como no puedo hacerlo aquí, me limitaré á señalar la obra de ALesanDro Barx de que se ha habla- do en una nota anterior. Diré solamente que la similitud no es más que la repro- ducción de diversos estados de concien- cia contiguos que son similares; es el acuer- do total ó parcial de las asociaciones conti- guas; por esto es tan importante desde el punto de vista del conocimiento. Para apreciar bien toda la significación, la paridad y extensión de la ley expresada en los términos de la inducción asociada, es ne- cesario, además, fijar los puntos siguientes: Las corrientes inducidas de diversos órde- nes tienen todas una constitución análoga cada vez más complicada. Si ya no tomamos uno solo, sino varios circuitos inductores en una serie n de cir- cultos asociados, habrá entonces una serie muy complicada de acciones y de reacciones sucesivas. Supongamos la Fig. 15 compuesta de fibras y de celdillas nerviosas, y en lugar de un solo sistema de circuitos asociados, una mul- titud de sistemas entremezclados de mil mo- dos. Representémonos desde luego el todo; es decir, la constitución com- plicada de las corrientes in- ducidas de diversos órdenes, sus acciones y reacciones re- cíprocas, la confusión múl- Etc. 15. tiple y extremadamente va- riada de numerosos sistemas de circuitos asociados; la extensión y la na- turaleza de los cambios que se producen en el campo inmenso de la inducción asociada del sistema nervioso, y pasemos á la expre- sión de la ley en cuestión, que extenderemos á la asociación constructiva ó invención. Los cambios presentes de un conjunto multiple y variado de induccio- nes asociadas, reproducen los cambios pasados y pueden producir á4 su turno nue- VOS cambios en otros circuitos asociados. No se puede negar que esta ley, así ex- presada, establece de una manera muy clara la distinción que conviene hacer entre la contigitidad, la similitud y la invención, y posee además, sin perder su generalidad, to- da la precisión deseable. Continuemos el estudio de nuestro para- lelo entre las corrientes inducidas y los fe- nómenos del espiritu bajo otros aspectos, as- pectos que, para ser menos generales, no son menos importantes, y que vendrán aún en apoyo de lo que hemos dicho respecto de las semejanzas de una y otra categoría de fenó- menos. Según las leyes de la inducción, la dife- rencia de potencial de la corriente inducida, es proporcional á la resistencia del circuito inducido que recorre. Ahora bien, es preci- samente allí donde las facultades del espíritu son más delicadas, donde las fibras nerviosas son más finas, «en las capas superficiales del «cerebro y en los nervios de sensibilidad es- «pecial.» «La condición física de la delicade- «za 6 facultad de discriminación muscular, «por ejemplo, es la abundancia de elemen- «tos nerviosos, fibras y celdillas.» Existen fibras nerviosas de tal manera te- nues, que su diámetro no alcanza 0,”"0011, Reflexionad cuál podrá ser la extrema sen- sibilidad de sistema nervioso para corrientes aún muy débiles. Si «la intensidad de la co- «rriente producida por un teléfono Br, «para una vibración correspondiente al la nor- «mal, es igual á la de la corriente que suminis- «traría un solo elemento DanteL en un circui- «to telegráfico que diera 290 veces la vuelta á «la tierra», cual será la corriente producida en el sistema nervioso por una reminiscencia de la misma vibración! La ley de Lewz sobre las corrientes indu- cidas podría tener igualmente importantes aplicaciones. Unida á la inducción asociada de los estados de la conciencia, nos da la clave de un gran número de hechos, entre los cuales se pueden citar los de la persis- tencia de la impresión después de la supre- sión del agente externo; los relativos á las condiciones mismas de la retentividad ó me- moria y en particular /a repetición, de la cual /a. concentración es el corolario que se refiere al principio de la transformación de la fuerza. La ley en cuestión dice: «El sentido de la «corriente es tal que se opone al movimien- «to que la produce.» En la hipótesis del campo magnético, la misma ley se expresa asi: «La corriente inducida es inversa, si COSMOS 21 «el número de líneas de fuerza aumenta; di- «recta, si disminuye.» En otros términos, cuando el inductor co- mienza á obrar, la inducción es inversa; cuan- do el inductor cesa de obrar, la inducción es directa. Ahora bien, todos los estados de la con- ciencia demandan un esfuerzo de acomoda- ción que varía con los individuos y con la naturaleza del trabajo psicológico. Las ex- presiones familiares: encontrar el hilo, es- tar sobre la vía, etc., se derivan justamen- te de esa dificultad que siempre se experi- menta al comenzará hacer alguna cosa y de la inducción nerviosa que se produce al prin- cipio de toda inducción. Después de los primeros momentos, al contrario, la acción tiende á continuarse por si misma. «Debe- «mos hacer llamarla atención, dice Bar, «sobre un hecho del sistema nervioso que «se relaciona con la facultad mental de la «memoria de las sucesiones de las imágenes: ES «el movimiento mental, una vez comenzado, «tiende á continuarse y mantenerse por sí mis- «mo. Podemos notar que el ojo tiene una «tendencia á persistir en un movimiento una «vez comenzado, como por ejemplo, para se- «guir un proyectil, ó recorrer el borde del «horizonte. Viendo el principio de una línea «recta, ó una parte de un círculo, nos sen- «timos inclinados á concebir las otras partes «que la vista no abraza.» Ahora bien, si «una vez comenzados, los movimientos del espíritu persisten natural- mente» y si el ejercicio del órgano perfec- 8 ciona su funcionamiento, resulta que así co- mo la renovación de una coriente inducida es la renovación del cambio que le motiva, igualmente la renovación del mismo acto de la conciencia, exige la renovación de sus cambios: He aquí la condición de la repeti- ción. Si otros cambios distintos se producen, nuevas corrientes se producen también, y como estos cambios provocan la inducción asociada en otros sistemas asociados, se sl- gue que en lugar de fortificar las primeras ligas de la asociación primitiva, la inducción gana entonces en generalidad lo que pierde en concentración: He aquí el corolario de la concentración 0 atención, Se puede decir, en fin, que el asunto es ina- gotable. Para terminar, nos limitaremos á resumir en el cuadro que sigue, las dos categorías de fenómenos que comparamos, añadiendo solamente algunos hechos nuevos; y tratare- mos de hacer al mismo tiempo una especie de sintesis, PARTE FÍSICA Para que haya induc- ción, es preciso que haya cambio. En otros La presencia de un nú- mero invariable de líneas de fuerza, no produce in- ducción. Mientras más poderoso es el inductor, más enérgi- ca eslainducción, 0 mien- tras más grande es la di- ferencia de potencial de la corriente inductora, más intensa es la corriente in- ducida. La intensidad media de la corriente inducida está en razón inversa del tiem- po que dura la inducción. La diferencia de poten- cial de la corriente indu- cida es proporcional á la resistencia del circuito in- ducido que recorre, == CORRIENTES DE DIVERSOS ÓR- DENES Ó INDUCCIÓN ASO- CIADA. Las corrientes induci- das pueden ser, á su tur- no, inductoras de nuevas corrientes inducidas. Los cambios que se pre- sentan en un sistema de circuitos asociados, tien- den ¿unirse estrechamen- te, á adherirse entre sí de tal suerte, que cuando uno en la inducción, de ellos se presenta, los PARTE PSÍQUICA Para que haya concien= cia, es preciso qua haya cambio. términos: La presencia de un a- gente que obra de una manera constante, no pro- duce conciencia. Mientras el cambio es más grande, más grande es también la conciencia, 0 mientras más grande les el contraste, más enér- gica es la conciencia. Mientras más súbito es el cambio, la conciencia es más viva. Las fibras nerviosas son largas y extremada- mente tenues. La condi- ción física de la discrimi- nación muscular, por ejemplo, es la abundan- cia de elementos nervio- sos. —=o— ESTADOS DE CONCIENCIA DE DIVERSOS ÓRDENES Ó ASO- CIACIÓN DE LOS ESTADOS DE CONCIENCIA. Los estados de concien= cia pueden producir, 4 su turno, nuevos estados de conciencia. Ley de contigiidad: «Los estados de concien= cia que se presentan al mismo tiempo ó uno in- mediatamente después del unirse estrechamente, á otro, tienden á adherirse entre sí, de 22 COSMOS otros se presentan tam- bién. Los cambios presentes de un conjunto múltiple y variado de inducciones a- sociadas, reproducen los cambios pasados, y pue- den producir á su turno, nueyos cambios en otros circuitos asociados, si es- tos cambios se presentan en condiciones mejores para la inducción. En un vasto sistema de inducciones asociadas, donde todos los circuitos pueden sufrir cambios, ja inducción es general. Las partes más favorables á la inducción son natu- - ralmente las más ¿mpor- tantes. La corriente inducida que comienza, es inversa. La corriente inducida que concluye, es directa. tal manera que cuando uno de ellos se presenta al espíritu, los otros son susceptibles de evocarse por el pensamiento.» Ley, de similitud; a- sociación constructiva: «Los estados de concien- cia presentes, tienden á recordar las impresiones ó estados del espíritu que les son semejantes.» «Por medio de la aso- ciación, el espíritu tiene el poder de formar nue- vas combinaciones d agre- gados, que difieren de ca- da uno de los que se han presentado durante el cur- so de la experiencia.» El cerebro no es un Ccensortum. Todos los estados de conciencia demandan un esfuerzo de acomodación. «Una vez comenzado el movimiento mental, tien- de á continuarse por sí mismo.» EXCITACIÓN Lainducción puede ser en condiciones favorables auto-excitadora. La excitación puede ser independiente. La excitación indepen- diente puede ser parcial, ó total. El individuo puede re- cibir su propia influencia y extender considerable- mente, (hasta á la misma acción involuntaria) la es- fera de sus propios esta- dos de conciencia. El individuo puede re- cibir del exterior la exci- tación de sus estados de conciencia. El individuo recibe en general, su propiainfluen- cia y la de los cambios exteriores. El individuo, en cier- tas condiciones especia- les, (sueño hipnótico) re- cibe la excitación total ó independiente. Se ve que en esta teoría, hastalos fenómenos del hipnotismo aparecen naturalmente y son susceptibles de adquirir una claridad de ex- plicación tal, que desaparece su lado miste- rioso. Una persona indiferente á una cosa, con- serva cierto equilibrio de sus acciones recí- procas interiores. Desde el momento en que se encuentra, por una circunstancia cualquie- ra, bajo la influencia de una idea, de un de- seo, de una pasión, está bajo la influencia de sus propios cambios; de su propia induc- ción; tiene entonces su campo magnético ó mejor dicho, su campo psicodinámico; es susceptible de recibir sus propias influencias interiores y de trasmitirlas ó de recibir otras influencias exteriores. En otros términos, el individuo se encuentra bajo la influencia más ó menos poderosa de la asociación de sus propios estados de conciencia, de las fuer- zas de la contigitidad y de la similitud: nue- vos cambios interiores y exteriores lo esti- mulan, su propia inducción se extiende más, la esfera de su campo magnético se aumen- ta. He aquí lo que sería por ejemplo en la inducción animal ó psico-inducción, el juego de la plena actividad humana en la jerarquía de sus manifestaciones superiores. Considerando así la electrogénesis de las funciones de la vida de relación y sin pre- tender remontarnos á la causa última de los fenómenos, ¿qué tendría de extraño ó de sor- prendente el grandioso y sublime espectácu- lo de un sér que siente, que quiere y que piensa? Tal es el resumen extremadamente sucin- to de lo que se podría llamar la teoría de la electro-psicogenests. Acustín M. Chávez. => ANÁLISIS DE LOS MOVIMIENTOS POR MEDIO DE LA FOTOGRAFÍA Cuando Muysri1ncE, de San Francisco, lo- gró fotografiar veinticuatro actitudes suce- sivas de un caballo al galope, adquirió la ciencia un método preciso para analizar los movimientos del hombre y de los animales. |El célebre fotógrafo americano hizo ver, él COSMOS Fic. 16. —Hosición E G sucesivas que toma en el espacio un bastón que se lanza haciéndolo - girar (24 imágenes por segundo). mismo, las aplicaciones que podrían hacer-]las imágenes, han recibido de M. Awscuutz, se de su método para el conocimiento de la andadura de lós caballos des cuadrúpedos, y para el de los principa- les movimientos del hombre; en fin, disponiendo en un zoó- tropo las imágenes corres- pondientes á las fases suce- sivas de un movimiento pe- riódico, llegó á dar á la vista la ilusión de ese movimiento mismo. El ciclo de las apli- caciones de la fotografía á los estudios fisiológicos quedó trazado por completo. Pero como nada llega á la perfección desde el primer momento, el método de Muy- BRIDGE tenia algunos defectos y en su aplicación presenta- ba serias dificultades. La invención de-las placas al gelatino-bromuro de pla- ta permitió muy pronto ob- tener, con exposiciones de poca duración, imágenes bien modeladas, en lugar de las simples siluetas que daba el colodión húmedo. Los inter- valos de tiempo que separan las imágenes sucesivas, se hicieron más iguales, condi- ción indispensable para la determinación de las fases del movimiento. En fin, los aparatos zootrópicos destina- dos á reproducir la aparien= cia de los movimientos, que eran bastante imperfectos y deformaban sensiblemente ó de los gran- o) Frec. 17.—Caballo al trote desunido (5 imágenes por segundo).. de Lissa, importantes perfeccionamientos. Conserva, sin embargo, el método de Muv- BRIDGE un defecto que particularmente dismi- nuye sus aplicaciones cien- tíficas, y es la necesidad de emplear muchos objetivos. Esa larga fila de.aparatos fo- tográficos abocados sobre un animal en movimiento, es comparable á una serie de ob- servadores colocados en una misma línea, y por consi- guiente, cada uno de ellos viendo al animal bajo un as- pecto diverso. Los cambios en la pers- pectiva son poco sensibles si los aparatos son de pequeña dimensión y si se Opera so- bre un animal de gran talla colocado muy lejos. Si por ejemplo, los veinticuatro apa- ratos, bien alineados, no ocu-= pan en su conjunto más que una longitud de dos metros y se dirigen á un caballo coloca- do á una distancia de cincuen- ta metros, el error debido á la perspectiva es poco impor- tante; si un animal pequeño, un pájaro por e- jemplo, se pone á una corta distancia de los aparatos, la diferencia de perspectiva ha- pero rá el análisis del movimiento enteramente imposible. Era pues necesario, para que la fotografía fuese apli- - cable á los estudios fisiológi- 24 COSMOS Fic. 18.—Brinco á lo alto. Imágenes sucesivas de un hombre que se lanza, que franquea un obstáculo y cae. Fic. 19.—Esgrima francesa, 24 imágenes sucesivas, á razón de 15 imágenes por segundo. (La sucesión de las imágenes se lee de abajo arriba en cada una de las tres columnas y éstas se cuentan de izquierda á derecha.) COSMOS 25 Fic. 20.—Esgrima española, 20 imágenes sucesivas obtenidas en dos segundos. (Estas imágenes se leen de abajo arriba en cada una de las cuatro columnas, y éstas se cuentan de izquierda á derecha.) Fic. 21.—Movimientos de una mosca que corre agitando las alas. cos, no emplear mas que un objetivo, á fin de que el objeto en movimiento pudiera ser observado desde un mismo punto de vista. A lograr este perfeccionamiento me he con- sagrado desde hace varios años, y he descri- to,bajo elnombre de fotocronografía, diversos medios de obtener, con exposiciones de muy corta duración é intervalos de tiempo igua= les, imágenes sucesivas correspondientes á fo) las diferentes fases de un movimiento, 26 COSMOS En algunos casos, se dirigía el objetivo sobre un animal de color blanco, expuesto á la luz del sol y colocado delante de un fondo obscuro. Una serie de iluminaciones, producidas á intervalos de tiempo iguales, formaba sobre la placa sensible una serie de imágenes más ó menos separadas, según la velocidad del animal. Otras veces, se foto- grafiaban las imágenes sobre una larga ban- da de película sensible, animada de un mo- vimiento de traslación rápido; pero detenién- dose, durante un tiempo muy corto, cada vez que debía recibir una nueva imagen. La realización de este movimiento rápido ha presentado muy grandes dificultades; pe- ro el resultado obtenido tenia gran impor- tancia. En efecto, la fotocronografía sobre una película que se mueve, se aplica sin li- mitación á toda clase de estudios. Ya no hay necesidad de operar sobre animales blancos ó de color claro, colocados al sol y creando detrás de ellos una perfecta obscuridad, co= mo la que existe en la boca de un túnel pro- fundo y de paredes ennegrecidas: con tal que el objeto estudiado se destaque clara- mente sobre un fondo cualquiera, la imagen será pura. Podemos, pues, ir á cualquier parte en busca de asuntos de estudio, y ope- rar sobre un fondo obscuro ó luminoso. Ciertas experiencias en vía de ejecución me permiten afirmar que podemos sorpren- der por medio de este método, el movimien- to de los pequeños séres que se agitan en el campo del microscopio. El mecanismo del aparato debe estar en posibilidad de adaptarse á hacer variar la duración de las iluminaciones y su frecuen- cia, según la naturaleza del movimiento que se estudia. Imágenes poco frecuen- tes y tiempos de exposición relativamen- te grandes bastan para el análisis de los movimientos lentos; mas al contrario, imá- genes muy frecuentes (40 á 50 por segundo) y duraciones de iluminación muy pequeñas 0 A 57 de segundo), cuando se deben estu- 1000 diar movimientos muy rapidos, como los de las alas de un pájaro y sobre todo, de las de un insecto que vuela. Una vez que se han llenado estas condi- ciones, el aparato se presta á las aplicacio- nuestros lectores por los ejemplos siguien= tes. $ : Las fotocronografías sobre placa inmóvil- exigen que se coloque uno delante de un campo obscuro y que se opere sobre un ob- jeto vivamente iluminado y de pequeña su- perficie. Por medio de la figura 16 po- demos seguir el doble movimiento de rotación y de traslación de un bastón blanco lanzado sobre un campo obscuro. La Fig. 18, como la precedente, ha sido obtenida sobre placa inmóvil en campo obs- curo. Pero como las imágenes del saltador presentan bastante superficie, tienden á so- 'breponerse, yen consecuencia, aconfundirse. Esto se produce cuando la velocidad de tras- lación del objeto fotografiado es insuficien- te, como se ve en esta figura, en el momento de la caida que sigue al salto. Asímismo la confusión tiende á producirse á medida que aumenta la frecuencia de las imágenes, ó bien si operamos sobre un animal de gran lon=* gitud, como un caballo. En este caso, se ne- cesita recoger las fotografías sobre una suú- perficie sensible en movimiento. Es lo que pasa en la Fig. 17, donde es- tán representadas las actitudes sucesivas de un caballo al trote. Con este método, se puede operar en to- da especie de fondos, luminosos ú obscuros; permite 1r á estudiar allí donde se producen les movimientos que importa conocer. Po- demos pues ir á las fábricas a sorprender los movimientos profesionales de los diferentes obreros, de los corredores y gimnastas en el campo de sus ejercicios, de los animales de toda especie en los corrales, casas de fieras ó jardines zoológicos. Para los movimientos del hombre, la fo- tocronografía permitirá útilescomparaciones, diciéndonos con precisión cómo se carac- terizan los buenos ó malos modos de ejecu- tar los diferentes trabajos ó los ¡ejercicios del cuerpo. Recientemente, la casualidad me ha sumi- nistrado ocasión de comparar entre sí dos escuelas de esgrima que presentan grandes diferencias. Una es la escuela francesa mo- derna, otra es la antigua escuela española, cuyas tradiciones guardan algunos profeso- o) nes más variadas; de ello podrán juzgar | res napolitanos, “Todos pueden observar á COSMOS 27 la primer mirada cuán diferentes son las ac- titudes de los tiradores de una y otra escue- la; un adepto á la esgrima que siguiese sobre estas figuras la sucesión de los movi- mientos del cuerpo y de los miembros, ha- llaría todos los elementos necesarios para juz- gar de la corrección y rapidez de estos movimientos. En estos últimos ejemplos, el método de Muysr1pGE habría podido emplearse con bas- tante precisión, puesto que se operaba so- bre objetos de grandes dimensiones coloca- das á distancia considerable. La fotocrono- grafía sobre una banda de película presenta sin embargo, además de la ventaja de supri- mir las diferencias de perspectiva entre las imágenes, la de permitir desarrollarlas to- das á un tiempo, poniendo en el baño reve- lador la banda impresionada. De aquí resul- ta una igualdad mayor entre las imágenes, respecto de intensidad y de modelado. - Pero si se trata, como en la Fig. 21, de seguir los movimientos de una mosca que corre agitando las alas, será nesesario em- plear indispensablemente un objetivo único dirigido sobre el insecto á corta distancia. Espero que el análisis de los movimientos pueda hacerse muy pronto en el campo del microscopio !; así se aplicará un mismo mé- todo sin límites, al estudio de los movimien- tos en toda la serie de los séres vivos. J. Mary. («Paris-Photographe», 1891, núm. 1, pp. 5412.) LA CUADRATURA DEL CÍRCULO? BOSQUEJO HISTÓRICO DE ESTE PROBLEMA DESDE LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DÍAS 1001 En la obra más antigua sobre matemáti- cas que poseemos, hallamos una regla que nos indica el modo de construir un cuadra- La cundratura en LO 1gual en área á un círculo dado. Feo Este célebre libro, el Papiro Rhind 1. Después de escritas estas líneas, M. Marex ha logrado fotografiar los animales microscópicos con muy grande aumento (1000 diámetros) y con gran frecuencia en la sucesión de las imágenes (40 á 60 por segundo). 2. Continúa. Véase Cosmos, p. 1. del Museo Británico, traducido y explicado por Ersentomr (Leipsic, 18897), se escribió, como se asienta en la obra, en el año trigé- simo tercero del reinado de Ra-a-us, por un escriba de este monarca llamado Anumes. La composición de la obra corresponde, según ésto, al período de las dos dinastías de los Hixsos, que se halla comprendido entre... 2000 y 1700 años A. J. C. Pero hay otra circunstancia que la hace más interesante. Ammes menciona en su introducción que ha compuesto su obra según el modelo de anti- guos tratados, escritos en tiempo del rey Rarnmar; de donde se infiere que los origi- nales de las ideas matemáticas de ÁHmes se remontan quinientos años más que el men- cionado Papiro Rhind. La regla para obtener un cuadrado igual á un círculo, dada en este papiro, determina que el diámetro del círculo debe acortarse un noveno de su longitud, y se construye el Por supuesto, el área de un cuadrado construido cuadrado sobre la línea así obtenida. de este modo, es sólo aproximadamente igual á la de un círculo. Puede formarse una idea del grado de exactitud de esta cuadratura primitiva y original, si consideramos que el diámetro del círculo en cuestión tiene un metro de longitud; en cuyo caso el cuadrado que se supone igual al círculo, es mayor que éste un poco menos que medio decímetro cuadrado, aproximación que no es tan exac- ta como la calculada por ARQUÍMEDES; pero que sí es mucho más correcta que otras que se han empleado después. No sabemos có- mo Ánumes ó sus predecesores llegaron á esta aproximación de la cuadratura; pero lo cierto es que se trasmitió en Egipto de siglo en si- glo, y que en los últimos tiempos se la ha visto aparecer repetidas veces. Fuera de los egipcios, y cuando Grecia Cuadraturas bíblicas bra de la autigúedad, hallamos en- Y *otónicas. estaba obscurecida aún por la som- tre los babilonios una tentativa del cálculo del círculo. No es una cuadratura; pero tien- de á una rectificación de la circunferencia. Los matemáticos de Babilonia habían descu- bierto que si el radio de un círculo se lle- vaba sucesivamente sobre la circunferencia, á modo de cuerda, después de la sexta ins- cripción se llegaba al punto de partida; de 28 COSMOS donde concluían que la circunferencia de un circulo debe ser un poco más grande que seis veces la longitud del radio ó que tres ve- ces la del diámetro. Un reflejo de este méto- do de computación babilónico lo pode- mos encontrar aún en la Biblia, porque en el libro 1% de los Reyes, cap. VII—23, y en el 2% de las Crónicas, cap. IV—2, está descri- to el gran aguamanil, que con el nombre de mar fundido constituía un ornamento del templo de SaLomón; y se dice de esta vasija que medía diez codos de borde á borde y treinta al rededor. El número 3 como rela- ción entre la circunferencia y el diámetro, se da más plenamente en el Talmud, donde se lee que lo que mide tres longitudes en circun- ferencia, mide una al trayés. Respecto á los primeros matemáticos grie- La cuadratura en 805, —como ThuaLes y Prráconas, Grecia. sabemos que adquirieron en Egipto la base de sus conocimientos matemá- ticos. Pero no nos ha llegado nada que muestre que conocían la antigua cuadratura egipcia, ó que tuvieron que ver al menos con el pro- blema. Pero la tradición nos dice que sub- secuentemente el maestro de EurípInEs y Pe- RICLES, el gran filósofo y matemático ÁAnaxá- GORAS, á quien tantos elogios prodiga PLaróN, «se ocupó de la cuadratura del círculo» en la prisión, el año de 434. A ésto se refiere Prurarco en el capítulo XVII de su obra De Exilio. No nos dice el método empleado por Awxaxácoras para la supuesta resolución del problema, y tampoco si fué intencional ó casual el descubrimiento de la solución apro- ximada, al modo de la de Ames. Pero de cualquier modo, á Axaxácoras pertenece el mérito de haber llamado la atención sobre un problema que produjo tan grandes frutos, incitando á los griegos a dedicarse á la geo- metría, haciendo así que la ciencia avanzara cada vez más. Se refiere también que el matemático Hir- La cunaratriz do Plas de Elis inventó una línea cur- Eurrías de El? yg que podía servir para un doble propósito; primero, para triseccionar un án- gulo, y segundo, para cuadrar el círculo. Es- ta línea es la teroywvíscovsa tan mencionada por los últimos matemáticos griegos, y que A Parpus debemos un conocimiento exacto de la na- ]os romanos llamaron cuadratriz. turaleza de esta curva; pero basta á nuestro objeto asentar que no es un circulo ni por- ción de círculo; por consiguiente su cons- trucción no es posible por medio de los postulados enumerados en la sección prece= dente; de donde resulta que la solución de la cuadratura del círculo fundada en la cons- trucción de la cuadratriz, no es una solu. ción elemental en el sentido que la hemos discutido. Podemos, sin embargo, concebir un mecanismo para trazar esta curva, como se traza un círculo con el compás, y con la ayuda de este mecanismo resolver la cuadratura del círculo con exactitud. Pero si fuese permitido emplear en una resolución un aparato ad hoc, mo habría problema sin resolución. Propiamente hablando, la inven- ción de la curva de Hirrías no hace más que cambiar una dificultad insuperable en otra igualmente insuperable. Algún tiempo des- pués, por el año 350, el matemático Dinós” TRATOS demostró que la cuadratriz podía tam- bién servir para resolver el problema de la rectificación, y desde entonces, entre los ma- temáticos griegos, este problema representa casi el mismo papel que la referida cuadra- tura del circulo. Como estos problemas fueron conociéndo- se poco á poco por los no matemá- — sotución de los ticos de Grecia, surgieron tenta- “ts tivas de resolución que son dignas de com- pararse con las soluciones de los aficiona- dos á cuadrar el círculo de la época actual. Los sofistas, especialmente, se creyeron competentes por su dialéctica seductora, para apoderarse de una fortaleza que por tanto tiempo había desafiado los ataques de los más grandes matemáticos. Con hermosa verbosidad, amontonando puerilidades, se di- jo que la cuadratura del círculo dependía del hallazgo de un número que representase á la vez un cuadrado y un círculo; un cuadra- do, por ser número cuadrado; un círculo por el hecho de acabar con un número igual á su raíz. El número 36, según ésto, era, como creian, el que entrañaba la solución del fa- moso problema. Contrastaban con este tejido de palabras las especulaciones de Brysón y AntIiFÓN, am- bos contemporáneos de SócrATES, que aun- que inexactas, son en alto grado interesan- COSMOS 29 tes. Antirón dividió el circulo en cuatro arcos Tentativa de as Iguales, y uniendo los puntos de mrós. división, obtuvo un cuadrado; lue- go dividió nuevamente cada arco en dos par- tes iguales y así obtuvo un octágono inserl- to; después inscribió un dodecágono, y per- cibió que la figura así inscrita se acercaba Vien- do ésto, se dijo, que prosiguiendo así, se cada vez más á la forma del círculo. llegaría á inscribir al círculo un polígono, cuyos lados, por razón de su pequeñez, coin- cidirían con el circulo. Ahora bien, este po- lígono podía, empleando los métodos ense- ñados ya por los pitagóricos, convertirse en un cuadrado de igual superficie; y fundándo- se en este hecho, Anrtirón consideró resuel. ta la cuadratura del círculo. Nada puede decirse de este método en contra, sino que el resultado debe quedar todavía aproxima- do, por lejos que se lleve la bisección de los arcos. La tentativa de Brysóx de Heráclea fué mejor aún; porque este sabio no Bnryaóy de Heráier se limitó á buscar un cuadrado que fuese muy poco menor que el círculo, sino que obtuvo, por medio de polígonos cir- eunscritos, otro cuadrado muy poco mayor que el circulo. Pero Brysón cometió el error de creer que el área de un círculo era un medio aritmético entre dos polígonos de igual número de lados, uno inscrito y circunscrito el otro. Sin embargo de este error, perte- nece á Brysón el mérito, primero: de haber introducido en las matemáticas, por la nece- sidad de un cuadrado más grande y otro más pequeño, la concepción de los límites má- ximo y mínimo en las aproximaciones; y segundo: por su comparación con el círculo de polígonos regulares, inscritos y circuns- eritos, el mérito de haber indicado á Ar- QUÍMEDES el modo de obtener para z un valor aproximado. No mucho tiempo después de Awrirón y Brysón, Hipócrates de Chio consi- HIPÓCRATES “emo deró el problema,—que se había hecho ya más y más famoso,—desde un nuevo punto de vista. HirócraTEs no se satisfi_ zo con igualdades aproximadas, y buscó figu- ras planas limitadas por curvas que fuesen ma- temáticamente iguales á una figura plana S limitada por rectas, y por consiguiente ca- paces de convertirse con regla y compás en un cuadrado igual en superficie. Primera- mente, Hirócrates encontró que la figura plana en forma de media luna, producida por el trazo de dos radios perpendiculares en un círculo y describiendo luego sobre la cuerda que une las extremidades, un semicírculo, es exactamente igual enfárea al triángulo que está formado por la cuerda y los dos radios; y partiendo de esta base, el infatigable sabio trabajó ardorosamente en convertir un circu- lo en una media luna. Naturalmente no pu- do alcanzar su objeto; pero descubrió mu- chas verdades geométricas nuevas; entre otras, el teorema mencionado, que hoy lleva el nom- bre de Lunule Hippocratis, las lunas de Hi- PÓCRATES. Esto pone de manifiesto con toda claridad que los problemas irresolubles ha- cen adelantar la ciencia de que dependen, porque incitan á los investigadores á dedi- carse con persistencia al estudio; y así son- dean sus profundidades. Después de Hirócrares, entre los grandes geómetras griegos aparece el siste- Orión del: pro mático EucLIDES, cuya rigurosa ex- por FuEniDes. posición de los principios geométricos ha quedado clásica hasta el día. Sin embargo, los Elementos de EucLipes no contienen na- da que se refiera á la cuadratura ó á la com- putación del círculo. No cabe duda que se encuentran en el libro comparaciones de su- perficies relativas al círculo; pero en ningu- na se ve una computación de la circunferen- cia 6 del área de un circulo. ArquímeDeES, el más grande matemático de la antigiiedad, fué quien llenó este palpable vacío en el sis- tema de EucLipes. ArQquÍMEDES nació en Siracusa el año 287 A. J. C., y dedicó toda su vida á las ciencias físicas y matemáticas, “+ Arbrmors. Cálculos que enriqueció con valiosísimos descubri- mientos. Vivió en Siracusa hasta la toma de la ciudad por Marcezo, año 212 A. J. C., día en que murió á manos de un solda- do romano, á quien había prohibido destru- yese las figuras que había dibujado sobre la arena. Indudablemente pertenece á Anquí- MEDES la gloria del feliz cálculo del número 7. Como Brysón, tomó como punto de parti- da los polígonos regulares inscritos y cir- cunscritos. Demostró que era posible, co- 30 COSMOS menzando por el perímetro de un exágono inscrito, que es igual á seis radios, obtener por medio del cálculo el perímetro de un dodecágono regular, y luego el perímetro de una figura de doble número de lados que la precedente. Haciendo lo mismo con los polígonos cir- cunscritos, y procediendo con ambas series de polígonos hasta llegar á un polígono re- gular de 96 lados, percibió, por una par- te, que la relación entre el perímetro del poligono inscrito de 96 lados y el diámetro, era mayor que 6336: 20173, y por la otra que la relación correspondiente respecto del polígono circunscrito de 96 lados era menor que 14688: 46733. De aquí con- eluyó que el número z, relación entre la circunferencia y el diámetro, era mayor que la fracción 6%6/,737 y menor que 1%088/, .-. 7. Simplificando los dos límites así encontra” dos para el valor de 7, Arquímenes demos- tró entonces que la primera fracción era más grande que 3; y que la segunda era más pe- queña que 37; de donde dedujo con certeza que el valor buscado para 7 se halla com- 30 a El mayor de estos prendido entre 37 y dos valores aproximados es el único que ge- neralmente se aprende y usa. Lo que más nos llena de asombro en este cálculo de Ar- QUÍMEDES, es, en primer lugar, la gran exac- titud que campea en todos los detalles, y después la incansable perseverancia que debió poner en actividad para hacer el cálculo de los límites de sin las ventajas del sistema arabe de numeración y de la notación deci- mal, porque debemos considerar que este cálculo exige á cada paso lo que llamamos nosotros extracción de raices, y que Arquí- MEDES sólo por operaciones en extremo fas- tidiosas podía obtener relaciones que apro- ximadamente expresaran las raices de las fracciones y números dados. Respecto á los matemáticos de Grecia que Los últimos ma- temáticos de Grecia. siguieron a ÁrquímEDEs, todos em- plean y se refieren al valor aproxi- mado de 3% para z,sin contribuir con algo esencialmente muevo ó adicional para los problemas de la cuadratura y de la ciclome- tría. Así Herón de Alejandria, el padre de la agrimensura, que floreció por el año 100 A. J. C., con objeto de sus medidas prácticas, emplea algunas veces el valor 32 para 7 y otras aun la más burda aproximación de... r=3. El astrónomo ProLomro, que vivió en Alejandría por el año 150 de la era eristia- na, y famoso por ser autor del sistema pla- netario reconocido universalmente como ver- dadero hasta el tiempo de Copérnico, fue el único que dió un valor más exacto; él lo de- signaba, en el sistema sexagesimal de que- brados que empleaba, por 3, 8, 30,—que es 3 y 5» Y zm» 0 como ahora decimos 3 grados, 8 minutos (partes minute prime,) y 30 se- gundos (partes minute secuudie.) De hecho la expresión 3 + 60H ao 9 representa el número z con más exactitud que dn pero, por otra parte, es más emba- razosa en razón de la magnitud de los nú- meros 17 y 120, comparada con los núme- ros 1 y 7. HermMmANN ScHUBERT. (Continuará.) JUGUETES CIENTÍFICOS! 10 El tubo hervidor, Fig. 22, se debe á Fran- kLIN. Consiste en dos globos de vidrio que se ponen en los extremos opuestos de un tubo acoda- do dos veces en angulo El sistema se recto. Fiz. 22.—HERVIDOR DE FRANKLIN llena parcialmente de alcohol ó éter y se ex- pulsa el atre por medio de la ebullición del líquido, antes de cerrar el tubo. Cuando el globo que contiene el líquido se coge en la mano, y se coloca el tubo en posición hori- zontal, la rápida evaporación del fluido por el calor de la mano, origina una presión que obliga al líquido á transportarse hacia el glo- bo más frio. La súbita evaporación del lí- quido adherido «¿ los lados del globo que ahora está vacío, aumenta la presión, y da lugar á una rápida ebullición del liquido en el tubo lleno; y al mismo tiempo se roba el ca- lor á tal grado, que produce una sensación de frio. Cuando el tubo se coge con una incli- 1. Continúa. Véase Cosmos p. 13. COSMOS 31 nación de 40? próximamente, el líquido va de un globoal otro. La expulsión del líquido del globo que se tiene en la mano, produce un frío que desaparece pronto; y cuando se res- tablece el equilibrio, el líquido contenido en el tubo condensa el vapor del globo vacio, y entra á éste para ser expulsado como an- tes. El instrumento opera indefinida- mente y con mucha regularidad cuan- do se pone hori- zontalmente sobre una mesa, con uno de sus globos en la proximidad de una lámpara, esto es, a ocho ó diez pul- gadas de la flama, y poniendo el otro globo lo más lejos que se pueda y en la sombra. El crióforo ó congelador de WoLLastoN, Fig. 23, es semejante al hervidor de Fran- KLIN; la única diferencia consiste en que el tubo que lleva los globos es más grande, para evitar la obstrucción del tubo, cosa que con toda seguridad ocurre cuando el tubo es de pequeño diámetro, pues el vapor de agua que se dirige al globo vacio (del modo que se va á decir) se condensa y congela sobre las paredes del tubo hasta obstruirlo com- pletamente. El crióforo en vía de construcción, se llena parcialmente de agua, la cual se hierve en los glo- bos antes de cerrar el tubo, con obje- to de expulsar el alre. Cuando el Fig. 24,—BOMBA DE BUJÍA globo vacio del apa- rato se coloca en una mezcla refrigerante, de hielo y sal marina por ejemplo, la eva- poración del agua en el globo lleno, debida al enfriamiento y condensación de vapor en el globo vacío, es tan rápida que hay una F1G, 23.—CRIÓFORO Ú CONGELADOR DE WOLLOSTON agua se congele. En vez de emplear la mez- cla refrigerante, un rocío de éter ó de bisul- furo de carbono proyectado sobre el globo va- cío, produce iguales resultados. Esta es una experiencia muy interesante, que ilustra el principio de congelación por evaporación. Es la opuesta á la experiencia del trabuco, que ya describimos. Aquella da calor por compre- sión; ésta da frío por rarefacción. La bomba de bu- jía, Fig. 24, pone D: en evidencia de un modo preciso, el poder explosivo del vapor. Consiste en un globito de vidrio lleno de agua y ce- y a a y > rrado. Cuando se pone en la flama de una vela ó de una lámpara, por medio de un aro de alam- bre, estalla violentamente 1. La máquina me- nos dispendiosa para aplicar al trabajo me- cánico la fuerza dada á conocer por la bom- ba de bujía, es la má- quina de cincuenta cen- tavosrepresentada enla Fig. 25. Es una máqui- na pequeña y sencilla, pero mucho más per- fecta que las máquinas de vapor de nuestros abuelos. Da fácilmen- te de 800 á 1000 revo-. luciones por minuto. Es una muestra admi- rablemente económica Fig. 25.—MÁQUINA DE Á CINCUENTA CENTAVOS del mayor poder motor que hay en el mundo. Su construcción es tan conocida, que no necesita descripción. "El radiómetro, Fig. 26, es uno de aquellos instrumentos que bien pudieran clasificarse entre los aparatos científicos, pero que con toda propiedad puede llamarse juguete. Es 1 Cuando se experimente con bombas de bujía, es necesario cubrirse con alguna cosa para evitar desaparición de calor suficiente para que el| algún accidente. 32 COSMOS una máquina de calor, notable por su sensibi- lidad y al mismo tiem- po por su grande senci- llez. Ilustra una clase de fenómenos compli- cados descubiertos por CrookeEs, que es muy difícil explicar breve- mente y en un lengua- je que esté al alcance 5 de todos. Consiste el instru- Fig. 26.—RADIÓMETRO mento en una especie de veleta, formada de dos varillas de aluminio cruzadas y muy ligeras, que llevan cada una en sus extremos una lámina de mica muy delgada ennegrecida por un lado y plateada 9 por el otro. Esta veleta está provista de una joya que descansa sobre la punta de una aguja delicada puesta en el centro del globo de vidrio. La veleta está retenida en su pivote por un tubi- to que baja de la parte superior del globo. Cuando se coloca 4 la luz del sol ó de la flama de una lámpara de gas, la veleta co- mienza á girar rápidamente. Crooxrs expli- ca así este fenómeno: «Estando el interior del globo vacio, la luz 6 el haz luminoso que cae sobre el lado ennegrecido de las aspas, se absorbe, y por consiguiente se ele- va la temperatura del lado negro. Esto causa una excitación extraordinaria de las molé- culas de aire que están en contacto con él, y se origina una presión, que da por resulta- do el movimiento giratorio de la veleta.» G. M. H. — A _—_—. TAMAÑO DE LAS MOLECULAS DE AGUA El distinguido físico inglés Sir WiLLram Tuomson ha obtenido un resultado muy digno de mención referente al tamaño de las mo- léculas del agua. Supone el ilustre pensador que se agranda una gota de agua hasta dar- le las dimensiones del planeta que habitamos, y que las moléculas que la forman, crecen proporcionalmente á esta amplificación. Pues bien, hechos todos sus cálculos, deduce la conclusión de que, en estas condiciones, el tamaño de la molécula no sería mayor que el de un grano de munición. _—__—_—— ILUSIONES ÓPTICAS La Fig. número 27 representa dos peda- zos de papel ó de cartón recortados en for- ma de arcos de círculo y numerados con las ci- Fic. 27 fras 1 y 2. ¿Cuál es más grande de los dos? Seguramente se contestará que el número 2, Pues bien, si se coloca el número 1 debajo del número 2, no se podrá menos que decirque el número 1 es el mayor. Estas dos figuras son exactamente del mismo tamaño, como es facil asegurarse midiéndolas. Si se re= producen en cartones que se sobrepongan, se apreciará más facilmente el hecho. Cuan- do se aproximan 1 y 2 hasta tocarse, la ilu- sión es más considerable aún.—La Nature, 1888, II, 254. * ** Recibimos del Sr. Dr. Féz, médico direc- tor del 11% cuerpo, en Nantes, la comunica= ción siguiente: «La figura número 28 da lugar en cuanto á la equidistancia de los cinco puntos, á un error de apreciación que me ha parecido curioso. Desearía que pudiera interesar 4 vuestros lectores como me han interesado a mí, suscriptor viejo, tantas comunicaciones género.» —La Nature, 1888, 11, del mismo g 287. ld x Pa F. FERRARI Pérez, For. COSMOS GRUTA DE CACAHUAMILPA EL TRONO LámINA 32 FoTocOLOGRAFÍA DEL COSMOS REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS AS E ASAS Director pPropIETarIo, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 1% pe Febrero DE 1892 Núm. 3 LA UNIFICACIÓN DE LOS SÍMBOLOS Y DE LAS ABREVIATURAS Es indudable que la unificación de los simbolos y las abreviaturas que usan los au- tores de diferentes nacionalidades, traería consigo un gran desarrollo en el progreso de las ciencias. Puesto que hoy ningunalen- gua artificial puede extenderse por el mun- do y estando muy lejos de la épeca en que guas vivas se hable o universalmente, las fórmulas unificadas cons- alguna de nuestras len tituirían un lenguaje científico universal, que haría los trabajos de todo idioma acce- sibles á todos los hombres, con un mínimo de esfuerzos y algunas nociones muy elemen- tales de los idiomas extranjeros. En parti- cular, todos esos cuadros que acompañan á las memorias, resumiendo conjuntos y escla- reciendo los puntos esenciales, serían legi- bles por todos los sabios. En Química, puede decirse que se ha al- canzado ya este resultado por la unidad re- lativa de los simbolos y construcción de las [órmulas. Pero la generalización tan desea- ble del sistema métrico, no dará todas las ventajas que de él pueden sacarse, sino con la condición de que las unidades métricas de longitud, superficie, volumen, capacidad y masa, se representen por abreviaturas bien determinadas. Eu fin, las ciencias físicas, entre las cuales la electricidad progresa tan rapidamente é implica aplicaciones indus" triales tan múltiples, reclaman con urgencia una nomenclatura uniforme de las unidades mecánicas y eléctricas. Varios congresos, varias publicaciones científicas han tratado ya esta cuestión de uniformidad de las nomenclaturas y han dis- cutido los principios de esta unificación; en- tre otras, esta cuestión ha sido tratada últi- mamente para la Zoología con un cuidado muy particular. Pero queda aún muchísimo que hacer. Daremos aquí á conocer, relativa- mente á este orden de ideas, un importante ensayo de M. Cu. Ep. GuiLLaume, publicado enlos Archives des sciences physiques et natu- relles (número del 15 de Nov. de 1889) y en el cual el autor expone el estado actual de la cuestión, indica los puntos sobre los cuales cree difícil la uniformidad, y completando. la obra trunca de sus predecesores, propo- ne todo un sistema de notaciones y abrevia- turas. p Los que deseen conocer los caracteres ti- pográficos que se han de emplear, los múl- tiplos y los submúltiplos por adoptar, el principio y la manera de escribir las nota- ciones abreviadas, pueden consultar el artí- tículo de M. GuiLaume; sólo nos referimos á dos cuadros que creemos merecen cono- cerse y cuya generalización sería ventajosa. El primero de estos cuadros se refiere á las abreviaturas de las unidades métricas adoptadas por el Comité Internacional de pesos y medidas, desde 1879. Está basado esencialmente en el principio de las inicia- les y de los prefijos. Da significa deca; el gra- mo se llama masa, y las unidades de volu- men están separadas de las de capacidad. Como lo hizo notar O. J. Brocn, en 1880, conviene en efecto, para distinguir el volu- men de agua pura, al máximo de densidad, del volumen del decímetro cúbico deducido directamente del prototipo del metro, desig- nar el primero por la palabra litro, cuyo va- lor depende del kilogramo y no del metro. -Por otra parte, las millonésimas de las uni- COSMOS 34 les bastan, pues, as inicia letras diferentes. L para distinguirlos. Ohm es la única excep- y) ción; por una parte la o es muy incómoda por otra, la letra y ha entrado ya en el uso, a eiciaror a Puta PLC puro OOO *quorno”) ox “quwo[noso[IN IN O O ARO [O SIN coso odo dury es > cox9dueo[y e Da EAN ALO AOS el A E OT (CN OOOO 00 AS IN AM 00 “"JPEMOJIM AMA] sd Lor=>omof) Bi +=* “amoo fm IO RSOSOO E tal ON ===" S190]IM 9 O SUL PA o" ceuIpojiN JN > praejeSolN * QUO[no9e39]A “==> uqo doy *-"3adoduresop: * *e[oAe dol “++ *91IBQeS9N "+ peMmedo]N A AT ==> S 10 Sa PAS “euIpeSoJA (1) TIM (n) nora “>>> peproeden * *Pepronoa[9 9p pepyuen) + **ROLIJO9][9 VIDUDSISIN * AJUALIIO) IP PYPISU9UT ****ZLOUI-0.199]9 eZ19NH pere OIL] AN cero *- B1ouojOg vonovad E PI SVOMILOATA A SVOINYOHMN SACVUAINA SVT Hd SVUALVIAHU IV E E 5 > pexero) o e a a de : ¡PA PureITIN y E ol * QUIO|NODOA9]JA| DU * QUOJNOMTIA O * 3 Or +++ *UIYOJOT]A | OU +++ UYOTIA O + pe ed + 919 dureoo1]y eur > 9x9 dure ia e: S AfÍ + >> e] pOAOJOL]A| AU “> * “BOAT A * = qu >>> c9LIBGOJorA QUE *** “9 QUA q e 2 AN +37 JeAROIOL]A AA UL 7 PATTI AS 2 CE A 3 Sal 000 OO on e o0 no “SIDA 9 * 3 pil >> RUIpOWMA| Pu +++ BUIpro Ap * El ICON ! prTt se (11) VIISANOTIIH (wa) vnisaria % ES = E 5 Q >. dades fundamentales están designadas sim-|gresos, forman un sistema, cuyos términos ro) lo) ) , , las letras criesas correspon-|porsingular casualidad, comienzan todos con gres p 3 > plemente por 3 + +QUIPABOJOLA Oo outs, Y - OMOID]N ¿VU * *OPpvApeno OJJ9UITIA “sour uo)| que OMA ¿uo oprapeno omaugua)| Y +... HON ORO OWIPIBIOO (] [9 “*OMIDUIO| ¿UU *O91NI OMIWITIA| ¿WUP * OPvapeno 07999 (J|wuur * +09 PA “QUISO! [Pp :O0MIL9I(| ¿UY O9IGNI O1J9ULUO () ¿u ****0pe1peno O039]A| uo ***01J9UUI) O OuIvaSo[rM| [300 cc00431UT| ¿Up 091qn9 OXjauo(] moco Ray op“: o49unos q “*OD1IJQUL [eyuno [*p “coMmIne99q q eoogeesas O119ISH E] Peoooooosos POP JD oo OMA 135355 Bpe [ono | 14 “01099 H| ¿UL ****091qN9 OO] ¿UY *Opepeno O]9UOTIM| WA ** *OJQUOTIM SVSYIW SIAVAIDVAVO SANAWLIOA SULDIIMAINS SHAUALIDNO'T SVOIALAMN SHAUYVAINA SVT HA SVUALVIATIAAV dientes á las iniciales de las unidades, y se deducen del sistema de prefijos adoptado por el autor. Faltan algunos intermediarios para agotar las combinaciones de las iniciales y de O YNn o a - 3) (dy [77] >) 0 . E O E > eS a a a — ¿7 SO == 5 3 Y (77) H los prefijos; pero no habría inconveniente El segundo cuadro se refiere á las abre- en servirse de tales abreviaturas, como hn tricas. M. GuiLLaume expone las considera- ó dag para designar el hectómetro ó el de- viaturas de las unidades mecánicas y eléc- ciones siguientes: adoptadas hace algunos cagramo. cuanto á la a, que designa al área | en el sistema métrico, no hay que temer que se pres- te á confusión, si se adopta también para el ampére, siendo estas dos magnitudes tan extrañas entre sí, que casi nunca se las en- cuentra juntas. Las unidades mecánicas y eléctricas están muy lejos de poderse representar material- mente, y su adopción data de tan pocos años, que no ha habido tiempo de introducir se- riamente los múltiplos intermediarios á las potencias de 1000. Podemos pues todavía impedir su adopción, y en todo caso, no de” signar en abreviatura más que los múltiplos contenidos en las potencias de 1000. Los prefijos deducidos de este sistema son: mega, kilo, mili y micro; el segundo y el tercero tienen ya por abreviaturas k ym; pero es preciso crear las otras. Lasletras My y. se presentan naturalmente al espíritu. Es cier- to que la primera sale del sistema, puesto que es mayúscula; mas precisamente por este motivo, tiene la ventaja de evocar la idea de algo grande. Estando siempre seguida de una minúscula romana, no puede confundirse con el signo de una magnitud. En fin, la letra y. o recuerda el micrón y obliga á pensar en el prefijo que reemplaza. No recargan pues la memoria estas abreviaturas, y deben com- prenderse inmediatamente, hasta sin explica- ción. Llamamos la atención de nuestros lecto- res sobre las ventajas que resultarían de adoptar este sistema de notaciones y abre- viaturas, que son sencillas é introducen en suma, pocos elementos nuevos. La Repue (y el Cosmos) recibirán con gusto las observa- ciones que se le hagan á este respecto. (Revue Scientifique, 1890. XCV, pp. 116-117.) - LA CUADRATURA DEL CÍRCULO? BOSQUEJO HISTÓRICO DE ESTE PROBLEMA DESDE LOS TIEMPO3 MÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DÍAS IV En ciencias matemáticas, más que en nin- guna otra, los romanos no fueron más que 1. En México se ha acostumbrado decir ara en vez de drea; pero como ara significa altar, hemos creído conveniente emplear la palabra propia se- gún el Diccionario de la Academia. 2. Continúa. Véase Cosmos, p. 27. COSMOS 35 herederos de los griegos, sin hacer nada por su parte. Respecto á la ciclo- metría no sólo no añadieron nada ia a los descubrimientos hechos en Grecia, sino que demostraron no conocer el hermoso re- sultado á que llegó ArquímeDeEs ó al menos no supieron apreciarlo. Por ejemplo, Vrrruvio, que vivió en tiempo de Aucusto, calculó que una rueda de 4 piés de diámetro debía me- dir 127 piés de circunferencia; en otros términos, hacia ==37. Y de un modo se- mejante, un tratado de agrimensura, llega- do hasta nosotros en el manuscrito gudiano de la biblioteca de Wolfenbúttel, contiene las siguientes reglas para cuadrar el circulo: Divídase la circunferencia del círculo en cua- tro partes y levántese un cuadrado sobre una de estas partes. Este cuadrado será igual en superficie al circulo. Aparte de que la rec- tificación del arco de un círculo es indis- pensable en la construcción de un cuadra- do de esta especie, la cuadratura romana, en vista de este cálculo, es la más inexacta de todas, porque su resultado es ;=4. Los conocimientos matemáticos de los in- dos no sólo fueron más grandes que 8 los delosromanos, sino que en cler- India. to modo, hasta superaron á los de los griegos. En la fuente más antigua de las matemáti- cas que conocemos en la India, el Culpasu- tras, que data de una fecha un poco ante- rior á nuestra era, no hallamos, es verdad, tratada la cuadratura del círculo, pero sí el problema opuesto, que pudiéramos llamar La mitad de un lado del cuadrado propuesto se prolonga un tercio del exceso de longitud que hay la circulación del cuadrado. entre media diagonal y medio lado, y la lí- nea así obtenida se toma como radio del cír- culo que ha de ser igual en área al cuadrado. El modo más sencillo de obtener una idea de la exactitud de esta construcción, es calcu- lar cuál sería en este caso el valor de z, si la construcción fuese exactamente correcta. Descubrimos que el valor de 7, sobre el cual los indos basaban la circulación del cuadrado, es cerca de 5 6 6 centésimas me- nor que el valor verdadero, mientras que el valor aproximado que obtuvo ARQUÍMEDES, 312, es sólo de una á dos milésimas mayor, y el antiguo valor egipcio excede al verda- 36 COSMOS dero de una á dos centésimas. Muy proba- blemente la ciclometría hizo grandes pro- to) gresos en la India en los primeros cuatro ó cinco siglos de nuestra era; pues ÁRrYa- puarra, que floreció por el año 500 después de Cristo, establece que la relación de la cireunferencia al diámetro es 62832:20000, aproximación que, tocante a exactitud, va aun más allá que la de Proomo. El resultado indo da para = un valor de 31416, en tan- to que z realmente se halla entre 3141592 y 31141593. Cómo obtuvieron los indos es- ta excelente aproximación, nos lo dice Ga- NEcA, comentador de Buaskara, escritor del siglo XI. Gaxeca dice que el método de AnquímeDes fué llevado aún más lejos por los matemáticos indos; que continuaron do- blando el número de lados hasta llegar á un polígono de 384 lados, y que por com- paración de las circunferencias de los poli- gonos inscritos y cireunseritos de 384 lados, encontraron que = era igual a 3927: 1250. Se ve que este valor dado por Bmaskara, es idéntico al dado por Aryammarra. Es, ade- más, digno de observación, que el primero de estos dos matemáticos no menciona ni 1 el valor 32 7 z0 120 de Arquímenes ni el valor 3 de ProLomeo; pero el segundo conoce am- bos valores y especialmente recomienda el de ArquímeDEs como el más usual enlas apli- caciones prácticas. Es extraño que la buena aproximación de ÁrYABHATTA nO se encuen- tre en Bramacupra, el gran matemático de la India, que floreció al principio del siglo VII; pero hallamos en este autor la curiosa observación de que el área de un círculo es raiz cuadrada de 10, El valor de exactamente igual a la cuando el radio es la unidad. valor ma- 7 que se deriva de esta fórmula, yor que el verdadero en dos ó tres centési- ha nacido ineuestionablemente en el mas, suelo indo, pues no se le encuentra en nin- gún matemático griego; y los autores arabes, que estaban en mejor situación que nosotros para conocer la literatura matemática de Gre- cia y de la India, declaran que la aproxima- ción que hace á z igual á la raíz cuadrada de 10, es de origen indo. Es posible que el pueblo indo, que era más adicto que ningu- no otro al misticismo numeral, haya tratado de encontrar en esta aproximación alguna co- nexión con el hecho de que el hombre tiene 10 dedos; y en efecto, 10 es la base de su sistema de numeración. Analizando los resultados de los indos con relación al problema de la cuadratura, nos vemos inclinados á reconocer que este pue- blo, que sobresalió más haciendo cálculos nu- méricos, que estudiando las relaciones de es- pacio, perfeccionó como ninguno el lado pu- 9 ramente geométrico del problema; y que les corresponde el mérito de haber llevado el método arquimediano mucho más lejos y de haber obtenido por este medio un valor mu- cho más exacto, —cireunstancia explicable, cuando se considera que los indos son los inventores de nuestro actual sistema de nu- meración, y que poseían un medio con el que fácilmente sobrapujaroná ÁrquíMEDES, quien empleó el torpe sistema de los griegos. De los chinos sabemos que en los tiempos antiguos empleaban el valor babi- O China. lonio de z, ó sea 3; pero tenían conocimiento del valor aproximado de Arquí- MEDES, á lo menos desde fines del siglo VI. También encontramos en varios tratados de matemáticas un valor aproximado, peculiar y propio de los chinos, en que ==35,; NES lor que no obstante hallarse escrito con nú- meros más grandes, no es mejor que el de Anrquímenes. No hay entre los chinos tenta= tivas de una cuadratura constructiga del cir- culo. Mayores son los méritos de los arabes en los progresos y desarrollo de las A os árabes. matemáticas; y especialmente en virtud de haber preservado del olvido tanto las matemáticas griegas como las indas, trans- mitiéndolas á los países cristianos del Oeste. Los árabes distinguieron expresamente el va- lor arquimediano y los dos indos:la raiz cua- drada de 10 y la relación de 62832:20000. Esta distinción se presenta también en Muna- mmeD ly Musa ALcHivarizM1, el mismo sa- bio que al comienzo del siglo noveno, trajo de la India los principios de nuestro actual sistema de numeración, introduciéndolo en el mundo mahometano. Los árabes, sin- embargo, no sólo estudiaron la cuadratura numérica del círculo, sino también la cons- tructiya; como, por ejemplo, lex ÁLHAITAM, que vivió en Egipto por el año 1000 y cu- COSMOS 37 yo tratado sobre la cuadratura del círculo |BoviLrus anunciando de nuevo — Bovxws O e E Oh y Orowrius Fr- se conserva en un códice del Vaticano, que la construcción de Cusa; pero pa- NEUS. desgraciadamente no se ha publicado. La civilización cristiana, á la que vamos ahora á pasar, produjo hasta la Tiempos cristin- DOS, segunda mitad del siglo XV, re- sultados matemáticos en extremo insigniflican- tes. No tenemos más que una obra importan- te que mencionar, la obra llamada de Franxos Vox Lurrich sobre la cuadratura del círeu- . . . | lo, publicada en seis libros, pero de la cual | sólo se conservan fragmentos. El autor, que. vivió en la primera mitad del siglo XI, fué probablemente discípulo del papa SiLves- TRE IL, quien para su tiempo fué un nota- ble matemático y quien escribió también el más célebre libro sobre Geometría de su época. Revisten el mayor interés las matemáticas yl cardenar nico £M general, pero especialmente el mas »EC0ss problema dela cuadratura del cir- culo, en la segunda mitad del siglo XV, cuan- do las ciencias comenzaron á renacer. Este interés fué promovido especialmente por el cardenal NicoLaus be Cusa, hombre altamen- te estimado por sus estudios sobre Ástrono- mía y el calendario. Pretendió haber des- cubierto la cuadratura del circulo por el empleo solamente de la regla y el compas, con lo cual llamó la atención de los sabios hacia el histórico problema. Todos ereye- ron en el famoso cardenal y se maravillaron de su sabiduría; hasta que RecIOMONTANO, en unas cartas que escribió en 1464 y 1465 y que se publicaron en 1533, demostró con extrema exactitud que la cuadratura del car- denal era incorrecta. La construcción de Cu- cue: El radio de un círculo S se prolonga una distancia igual al lado del sA era Como: si cuadrado inscrito; la línea que asi se obtiene se toma como diametro de un segundo elrcu- lo y en éste se describe un triángulo equi-| látero: el perímetro de este triángulo es igual á la circunferencia del círculo original. Si esta construcción, que su autor consideraba exacta, la mirásemos como aproximada, ve- ríamos que es aún más inexacta que la que se obtiene haciendo á z=3;, pues por el método de Cusa, z es de 5 4 6 milésimas menor que el valor verdadero. A principios del siglo XVI aparece un tal só inadvertido. Mas á mediados de este mis- mo siglo, se publicó un libro que en un principio los sabios de la époea recibieron con interés. Llevaba el pomposo título De Rebus Mathematicis Hactenus Desideratis. Su autor, Orontrus Fiveus, pretendía haber vencido todas las dificultades que estorba- ¡ban el camino de la investigación geométri- (a ca; é incidentalmente comunicaba al mundo la perdadera cuadratura del circulo. Su fa- ma fué de poco tiempo, pues poco después, en un libro intitulado De Erratis Orontit, el portugués Pepro Noxrus demostró que la cua- dratura de Oroxrius, como todos sus demás pretendidos descubrimientos, era incorrecta. Después de este período viene un núme- ro tan crecido de cuadradores del SIMÓN Vay EycE. círculo, que tendremos que limi- tarnos solamente á aquellos que los mate- máticos reconocen. Se mencionacon particularidadá Simón Van |Excx, quien al concluir el siglo XVI publicó una cuadratura, la cual era tan aproximada, que el valor de z que de ella derivaba, era más exacto que el de ArquímeDes; y al desa- | probarlo, el matemático Peoro Mertus se vió obligado á buscar un valor aun más perfec- [to que 37. La errónea cuadratura de Van Eyck dió pues lugar al descubrimiento de Merrus, y á su relación 355: 113, 6 3%, que difería del valor verdadero en menos de una millonésima, eclipsando, por consiguiente, S á todos los valores hasta entonces obtenidos. Por otra parte, se demuestra por la teoría de las fracciones continuas, que admitiendo números hasta de cuatro cifras nada más, no hay otros dos números que representen con más exactitud el valor de 7, que 355 y 3, También fué refutada la cuadratura del gran filólogo José ScaLrcer. Como casi. JusÉ ECALIGER. todos los cuadradores del círculo que creen en sus descubrimientos, ScALIGER estaba también poco versado en Geometría elemental. Resolvió, no obstante, al menos en su propia opinión, el famoso problema, y publicó un libro en 1592 que ostentaba el pretencioso título Noya Cyclometria y en el cual escarnecía el nombre de ArquímeDes, 38 COSMOS La insignificancia de su supuesto descubri- grandes matemáticos de su tiempo, como Viera, miento le fué demostrada por los Abriano RomaAnus y CLavrus. De los cuadradores del círculo que flore- Loscomosrayo, Cieron en la mitad del siglo XVII, JUAN PORTA Y GREGORIO S, VI- CENTE, otros tres merecen particular men- ción —LoNGOoMONTANO de Copen- hague, que prestó grandes servicios á la Ás- tronomía, el napolitano Juan Porra y Grr- GORIO DE S. Vicente. LoNGOMONTANO hizo á y estaba tan convencido de la exac- 1300 000» ) titud de su resultado, que daba gracias a Dios fervorosamente, en el prefacio de su obra Inyentio Quadrature Circuli, por ha- berle concedido en su ancianidad fuerzas para vencer las dificultades del célebre pro- Juan Porta siguió la iniciativa de HirócrATES y creyó que había resuelto el blema. problema por la comparación de las lunas. GreEGORIO DE S. VICENTE publicó una cuadra- tura, cuyo error era muy difícil de averiguar, pero que al fin fué descubierto por Descar- TES. De los famosos matemáticos que tuvieron que ver con nuestro problema du- Pebro Merius Y VIETA. ante el periodo trascurrido desde los últimos años del siglo XV hasta la época de Newrox, aparece en primer lugar Peoro Merrus, ya mencionado, que logró encontrar en la fracción 395:113, la mejor aproximación del valor de z con números pequeños. El pro- blema recibió un impulso diferente en ma- VieETA fué el primero á quien se le ocurrió repre- nos del célebre matemático VirrTA. sentar á 7 con exactitud matemática por me- dio de infinitas series de operaciones conti- nuas. Comparando polígonos inscritos y cit- cunscritos, Viera encontró que nos acercamos más y más el valor de z, si ejecutamos ope- raciones de extracción de la raíz cuadrada de ¿, y de adición y de multiplicación alter- nadas de cierto modo, y que 7 debe resul- tar exactamente, si estas series de operacio- nes pudieran continuarse indefinidamente. Viera encontró de este modo que si un diá- metro mide 10,0001000,000 de unidades, co- rresponden á la circunferencia de..... oe 31,4151926,535 á 31,4151926,536 unidades de la misma longitud. Pero más lejos que Viera, fué el holandés ADRIANUS ROMANUS agregando cin- Abraxvs Roma: NUB, LUDOLF VAN CEULEN. co cifras decimales á las diez del primero. Para llegará ésto, calculó, con inex- plicable trabajo, la circunferencia de un po- lígono regular circunscrito de 1,0731741,824 lados. Este número es la trigésima potencia de 2. Si grande fué el trabajo de AbrIawus Romanus, el de Luvpor Van CeuLeN fué to- davía mayor; pues usando el procedimiento arquimediano, logró obtener para z un nú- mero con 35 cifras decimales, que difiere del valor verdadero menos de una mil quintillo- nésima, grado de exactitud que apenas si se puede concebir. Luporr publicó las cifras del tremendo cálculo que le condujo a este resultado. Este cálculo fué examinado cui- dadosamente por el matemático GRIEMBER= GER y declaró que era correcto. LupoLr se enorgulleció con justicia de su obra, y si- guiendo el ejemplo de ArquímeEDEs, encargó en su testamento que el resultado de su tra- bajo matemático más importante, el cálculo de z con 35 cifras decimales, se grabara sobre su tumba; encargo que, según se dice, se llevó á cabo. En honor de LunoLr, 7 se llama hoy en Alemania el número ludolfiano. Sin embargo de que por el trabajo de Lu- S bargo de que p l trabajo de Lu grado de exac- Nuevo método de titud para las operaciones ciclo- DOLF, se alcanzó un SNELL. Su verificación por HuYGENS. métricas más que suficienté en cualquiera aplicación práctica, niel problema dela rectificación ni el de la cuadratura cons- tructiyas avanzaban teóricamente bajo nin- gún sentido. Las investigaciones hechas por los célebres matemáticos y físicos HuYGrExs y SELL, á mediados del siglo XVII; desde el punto de vista matemático, fueron más importantes que la obra de Lunorr. En su libro Ciclometricus, SxELL afirma que el mé- todo por comparación de polígonos inventado por Árquímebes y empleado por LupoLr, no es deningún modo el mejor método paraalcanzar el fin deseado; y logró, por el empleo de pro- posiciones que establecen que ciertos arcos de un círculo son más orandes ó más peque- 8 ños que ciertas lineas rectas conexas con el circulo, obtener métodos que hacen posible alcanzar resultados como el ludolfiano, con menos trabajo de cálculo. Los bellos teore- mas de SwNELL fueron demostrados por se- gunda vez, y mejor demostrados, por el cé- COSMOS 39 lebre promovedor de la óptica científica, el danés Huycews (Opera Varia, pág. 365 y Theoremata De Circuli et Hyperbole SsIg.; S Quadratura, 1651), así como perfeccionados en muchos puntos. SxeLL y HuYcExs creye- ron firmemente que habían hecho avanzar nada más el problema de la cuadratura numé- rica, y no la cuadratura constructiva. Por lo que toca a Huycewns, no cabe duda á este res- pecto, en vista de la vehemente discusión que sostuvo con el mátemático inglés James GrE- GORY. Esta controversia tiene alguna significa- Controversia en- ción en la historia de nuestro pro- tre HUYGENs y Guecoer blema, porque GrrecorY inten” tó por la primera vez demostrar que la cua- dratura del círculo con regla y compis es imposible. El resultado de la controver- sia, de la cual poseemos muchos estimables tratados, fué que HuyceEns demostró á GreE- GorY, de una manera incontrovertible, la 1n- corrección de su prueba de imposibilidad, añadiendo que él también era de opinión que la solución del problema con regla y compás era imposible; pero que, sin embar- go, él no se creía capaz de demostrar ese hecho. Newrox se expresó, después, de una manera semejante. Y de hecho, ha sido ne- cesario llegar al período más reciente, que abarca unos 200 años, para que los más gran- des matemáticos adelantaran lo suficiente, y suministraran una rigurosa demostración de la imposibilidad del problema. HERMANN ScHUBERT. (Conclutrá.) LA ANTROPOPLASTIA GALVÁNICA En todos los tiempos se han visto inclina- dos los hombres á rendir un culto particu- lar á los muertos; y sin embargo, nunca han demostrado mucho interés en la conserva- ción de los cadáveres. Verdad es que los egipcios aseguraban muy escrupulosamente la conservación de los muertos. DauBeNntoN y más recientemente CzerMarkK nos dan lu- ces á este respecto. Había en elantiguo Egip- to oficinas especiales donde se sometía á los cadáveres á manipulaciones más ó menos complicadas: los cuerpos eran sumergidos en baños antiputrescibles, y después en- vueltos por los parientes con millares de ven- das. Pero se puede afirmar que el embalsa- miento egipcio era, por decirlo así, una ex- cepción: solamente los ricos podían realizar- lo. En nuestro tiempo, no ha hecho grandes progresos el arte de embalsamar; hoy to- dos se contentan, generalmente, con hacer en las arterias del cadaver una inyección es- terilizante, cuya composición varía, y nadie se preocupa de lo demás. Por otra parte, lo mismo que en Egipto en tiempo de ProLo= MEO, este modo de conservación es también excepcional. ¿Dependerá de la imperfección de nuestros procedimientos el poco gusto que manifesta- mos por la momificación ó el embalsamien- to? ¿Obedecemos fatalmente á alguna ley de la naturaleza, á aquella ley formulada por las palabras del evangelio: pulpis es et in pulye- rem reverteris? El Dr. Varior, uno de los médicos más distinguidos de los hospitales. de París, responde á estas dos preguntas proponiendo á sus contemporáneos el em- pleo de los procedimientos galvanoplásticos para obtener momias indestructibles. El Dr. Varior metaliza nuestro cadáver enteramen- te; lo encierra en cubierta de bronce, de co- bre, de níkel, de oro ó plata, según los ca- prichos ó la fortuna de los que nos sobre- viven. Ya no hay putrefacción, ya no hay polvo. ¿Excita vuestra atención este descu- brimiento? ¿Queréis saber cómo procede el Dr. VarriorT? Mirad los dibujos que hemos hecho eje= cutar en el laboratorio donde M. Varior ha-= ce sus investigaciones. En un doble marco de cuatro montantes, reunidos arriba y aba- jo por tablas cuadradas, veis el cuerpo de un niño (en nuestro primer dibujo, el cua- dro esta dispuesto bajo una campana neumá- tica; en el segundo en un baño de sulfato de cobre). El cuerpo del niño ha sido per- forado por medio de una varilla metálica. Una de las extremidades de esta varilla ter- mina contra la bóveda del cráneo, en tanto que la otra penetra, a modo de pivote, en un mango de metal perteneciente al aparato y situado en el centro de la tabla inferior del 40 COSMOS ==Á | hi t E Fic. 29, —La metalización de los cuerpos COSMOS 41 marco. El marco soporte es un marco con- ductor de la electricidad. Los montantes y los hilos conductores han sido cuidadosa- mente aislados con caucho, guta ó parafina. Una pequeña batería de tres pilas termo-eléc- tricas CHaupron suministra la corriente eléc- trica. Un contacto métálico dentellado, en forma de corona, desciende de la tabla supe- rior y se apoya ligeramente sobre el vértice del cadáver; la cara plantaria de los pies y la palma de las manos reposan sobre dos con- tactos. Además, se han escalonado contac- tos en los cuatro mon- tantes me- tálicos del marco, para aplicarlos vacío por medio de una trompa de agua, y en seguida se hacen penetrar vapores de fós- foro blanco, disuelto en sulfuro de carbono. Es una operación peligrosa, como todas las operaciones en que el fósforo en disolución interviene de un-modo ú otro. Los porme- nores de esta operación están representados fielmente en nuestro primer dibujo. A la derecha, un mozo del laboratorio vigila el funcionamiento regular de la trompa. A la ¡izquierda del operador, se ve una especie de .marmita de hierro, de gruesas paredes, y en la cual la solución de fósforo se ha some- tido, por medio de u- en los pun- tos desea- dos, pudién- dolos rar a volun- tad. Antes de sumergir reti- este aparato en el baño galvano- plástico, es necesario hacer al ca- dáver buen conductor de la elec- tricidad. Con este ob- jeto, el ope- rador baña la piel del cuerpo con una solución de nitra- to de plata, ó mejor aún, pulveriza esta solu- ción en la superficie cutánea por medio de un instrumento muy conocido: el pulverizador, amables lectoras, de que os servís para per- fumaros. Hecha esta operación, la sal de plata penetra hasta el dermis y la piel se vuelve de un negro opaco. Pero es preci- so reducir la sal de plata; es decir, se- pararla de su óxido. Esto se logra con mu- cha dificultad. El doble marco se coloca de- bajo de una campana en la cual se hace el Fic. 30.—Inmersión del cuerpo en el baño galvánico na pequeña lámpara de gas, -á una temperatu- ra bastante elevada pa- ra vapori- zarla. Cuando los vapores fosforados han reduci- do la capa -de nitrato de plata, la piel del ca- dáver que- da de: un blanco agri- sado; el ca- dáver pare- ce una estatua de yeso. Ya no hay más que proceder prontamente á la metalización. Con ce en el S baño de sulfato de cobre. No tenemos que este fin, el doble marco se sumer describir esta operación que todo el mundo conoce. Bajo la influencia de la corriente eléctrica, el depósito metálico se hace de una manera no interrumpida; las moléculas del metal vienen á depositarse sobre la piel del cadáver, y forman muy pronto una capa continua. El operador debe arreglar con mu- cho cuidado las fuentes de electricidad, á fin 42 COSMOS de evitar un depósito metálico granoso y sin ] 8 ) coherencia. Mudando convenientemente los | contactos, se sustituirá a la piel una capa de cobre amoldada sobre todas las partes sub- yacentes. Vigilando atentamente el espesor del depósito que va sobre la cara, las manos, y entodas las partes delicadas del cuerpo, se obtendrá un molde fiel, que recordará exac- tamente los detalles de conformación y los rasgos de la fisonomía. Un buen depósito S de 1/, á ?/, de milímetro de espesor ofrece una solidez suficiente para resistir al dobla- miento y á los choques exteriores. El espe- sor de 1/, á 9/, de milímetro se recomienda especialmente como límite, tratándose de las cubierta metálica de la cara y de las manos, las cuales quedan así rigurosamente amoldadas. En el tronco, el abdomen, las primeras por= ciones de los miembros y el cuello, la con- servación integra de las formas plásticas no es tar importante; y si se juzga útil, puede llevarse el espesor hasta 1 ó 11/, milímetros para consolidar la momia metálica. ¿Qué porvenir está reservado á este pro- cedimiento de momificación que el Dr. Va- rIoT llama antropoplastia galvánica? No po- demos adivinarlo. Es muy probable que los cadáveres me- talizados figurarán en muy corto número en nuestras necrópolis, y que por mucho tiempo, muchisimo quizá, sufriremos el pe- so de esa ley de la naturaleza que recor- damos al principio: pulvis es et in pulverem reyerteris. ¡Somos polvo y volveremos al polvo! Por otra parte, el inventor de la an- tropoplastia concede muy poca importancia Su ob- jeto es, sobre todo, dar á los museos y á á la metalización total del cadáver. los laboratorios de nuestras facultades de medicina, piezas anatómicas en perfecto es- tado de conservación, piezas muy fieles, muy exactas, más bien que disputar nuestros ca- dáveres á los gusanos de la tumba. MarceL Enpanr. (L'lllustration, Vol. XCVII, 1891, pág. 40). —_—_—_— A _—_—_—_—_—. JUGUETES CIENTÍFICOS! 1001 El juguete del higrómetro sirve para mos- trar aproximadamente el estado higrométri- co del aire. Una de las varias formas que se le dan, está representada en la Fig. 31. Un tubo perforado de metal, que sale por de- trás de la figura, con- tiene una cuerda de tripa, qce se ha fija- do en la parte poste- rior del tubo, aplas- tando las paredes de éste. Elextremo opuesto de la cuerda sale por delante de la figura y se une al brazo del Fig. 31. —HIGRÓMETRO niño. En la mano del brazo así sostenido, está sujeto un paraguas. Cuando el aire está seco, la cuerda se con- serva torcida, y el brazo tiene el paraguas fuera de la posición de uso; pero cuando el aire se humedece, la cuerda se engruesa ligeramente y se destuerce, y entonces el niño levanta el brazo y lleva el paraguas so- bre su propia cabeza y sobre la de su com- pañera. Otra forma de la misma invención consis- te en una casa que tiene dos puertas y dos figuras: un hombre con un paraguas y una mujer vestida con traje de calle; las figuras están sostenidas en los extremos opuestos de una varilla, que una cuerda de tripa sostle- ne por el centro. Cuando la cuerda esta des- torcida por la acción de la humedad, sale el individuo del paraguas; cuando la cuerda se seca, el hombre entra y aparece la mu- jer. Estos juguetes sencillos, agradables é ins- tructivos, ilustran la acción de la humedad sobre ciertos cuerpos porosos, y son de in- terés, aunque no de uso inmediato para el ¡observador meteorológico. La acción de la hoja sensitiva, Fig. 32, se debe también á la expansión producida por la absorción de la humedad. La hoja consiste en un pedazo de oro volador, de papel cubierto de gelatina, ó un pedazo de 1, Continúa. Véase Cosmos p. 30. COS 43 MOS gelatina sola, en que se ha impreso algún dibujo fantástico. Se escoge generalmente la sirena. Cuando la hoja se pone sobre la pal- ma de la mano, la humedad de ésta es ab- Fig. 32.—HoOJA SENSITIVA sorbida por un lado de la hoja, y en unos lu- gares más que en otros, á causa del contae- to imperfecto que existe entre la hoja y la mano. Las partes humedecidas se hinchan rápidamente, y la hoja se encorva y se tuer- ce en todas las direcciones posibles, como si estuviese dotada de vida. Como la hoja es muy delgada, muy pronto se seca; por lo cual todas las contorsiones se suceden rápi- damente. El termómetro químico, Fig. 33, se hace encerrando herméticamen- te en un tubo nna solución de eclo- ruro de cobalto en alcohol diluido. Cuando se sujeta el tubo á una tem- peratura de 5% á 10% C., la solución se pone rojiza, color de clavel, y si la temperatura sube á 30% ó 400, pasa por una serie de matices de púrpura, hasta que finalmente se pone azul. Fis 53.—ren- La misma sal aplicada á una flor iS artificial, por ejemplo una rosa, la hace vi- siblemente higroscópica. Cuando el aire está húmedo, la rosa tiene color de clavel; y cuan- do el aire está caliente y seco, la rosa se pondrá púrpura ó azul. Una de las tintas simpáticas está constituida por una solución de la misma sal. ¡ La rosa luminosa, Fig. 34, está repre- sentada en el mismo vaso acompañando á la rosa higroscópica; es un hermoso ejem- A Fig. 31—Rosas HIGROSCÓP: CA Y LUMINOSA plo de la propiedad maravillosa que tie- nen algunos cuerpos de acumular la luz. Es- ta propiedad se le comunica á la rosa por . medio de una capa de pintura luminosa, cu- ya base es el sulfuro de calcio. Si esta rosa se expone á una luz fuerte durante el día, se hará luminosa por la noche. No se conoce la naturaleza exacta del cam- bio que tiene lugar en la substancia fosfo- |¡rescente mientras está expuesta á la luz. Se supone que es debida á alguna acción mo- dificadora de la luz, más bien que á una ac- ¡ción química. Se ha asegurado que la fosto= ¡rescencia tiene lugar tanto en el vacío como en el aire. | Laslágrimas batávi- ¡cas, Fig. 35, muestran de un modo notable, cómo un cuerpo, por una fuerza interior su- ficiente, puede ence- rrar elementos de des= "ls 95 Lácmaas parávicas trucción. Estas lágrimas tienen una forma oval y alargada, y por un extremo se adel- gazan formando una curva más ó menos pro- nunciada. Se fabrican haciendo gotear vi- drio fundido sobre agua; se enfría rápida- mente la capa exterior del vidrio, y al con- traerse comprime fuertemente la parte in- terior. Puede golpearse la parte más voluminosa de la lágrima con un martillo, sin que se quiebre; pero rompiendo la punta, destru- yendo asi el equilibrio en un lugar, el vidrio se hace pedazos instantáneamente. Es la destrucción tan completa, que los fragmen- tos quedan como arena fina. El frasco de Bolonia, Fig. 36, es de la misma naturaleza que las lágrimas batávicas. Fiz, 36,—FRAsco DE BOLONIA, 44 COSMOS Es un frasco de vidrio no recocido, de fon- do grueso, y que tiene una gran tensión. Puede recibir el frasco un golpe fuerte sin quebrarse, y aun puede dejarse caer dentro de él una bala de plomo sin producir nin- gun efecto; pero si se deja caer un cristal de cuarzo, ó se raya de cualquier otro mo- do la superficie interior del frasco, en el fondo, el frasco se hace pedazos. Esta acción puede compararse á la destrucción de un edificio de albañilería, cuando se debilita ó se destruye la clave del arco que lo sostiene. Un ejemplo común de una acción de esta especie, se ve en las bombillas, que se rom- pen sin causa aparente. Los ingenieros en- cuentran tubos de vidrio que resisten la pre- sión del vapor; pero si se rayan, aun cuan- do sea imperceptiblemente, en la superfi- cie interior, se quiebran. G. M. H. PRECIO DE LOS METALES RAROS - El iridio, que es un metal muy denso per- teneciente al grupo del platino, y que debe su nombre á la irisación de algunas de sus soluciones, y muy conocido por su uso en las puntas de las plumas de acero, puede comprarse aproximadamente á 720 pesos la libra. El precio actual del platino, que es de los metales maleables, blancos y dúctiles, el mejor conocido, pero casi infusible, corre parejas con el del oro: vale 350 pesos libra. Pero generalmente su valor oscila entre los de sus hermanos más populares, la plata y el oro. El metal más raro y lo es tanto que su reciente descubrimiento arroja dudas sobre su caracter elemental es el didimio, y su precio actual, si es que puede cotizarse un artículo que nunca aparece en el mercado, es de 4,500 pesos la libra. Sigue el metal más costoso, después de éste, que es el bario, elemento pertenecien- te al grupo de los alcalino-terrosos; su va- lor EA 3,750 pesos. El berilio ó glucinio, substancia metálica encontrada en el hermoso berilo. se cotiza en 3,375 pesos. (Scientific American.) El cañón de 110 tone- ladas exhibido en la Vayal Exposition de Londres, por Sir W. G. ÁrustTroxNG, MircmeLL y Comp., tiene ¡una carga completa de... 434 kg. de pólvora more- na prismática, cuyo valor ¡es de 2000 francos; el pro- yectil de acero pesa 815 ¡kg, y cuesta 2125 francos; ¡lo que hace un precio to- ¡tal de 4400 francos, com- | prendiendo los accesorios (espoletas, ete.), para ca- | | AAA ¡da tiro á plena carga, con l . n ¡proyectil para perforar ) 1 ¡las corazas. Se cree que | EE E ¡la duración de una pie- za de este género corres- ¡ponde a 75 tiros á ple- na carga, 125 á tres cuar- tos de carga y 250 á media carga. Se concibe que es (a necesario usar poco estas costosas máquinas entiem- [po de paz, para que pue- dan utilizarse en tiempo de guerra. La velocidad inicial, con la carga de pólvora y el ¡proyectil arriba indicado, es de 642m por segun- S do, y la energía total de 7,632 toneladas métricas. La fábrica de Elswick, ha puesto al lado del cañón, un dibujo de tamaño na= tural, que señala los elec- tos obtenidos sobre un blanco, por un proyectil lanzado con una pieza de 110 toneladas del Sans- paretl. El blanco se dispuso co- mo sigue: una placa com- pound de 0'506m de es- pesor, detrás una contra- placa de fierro de 0'202m, BALÍSTICA 3'35m 1'52m 6'10m 0'586m 0'202m FiG. 37.—Efecto de la bala un cañón de 110 toneladas Hormigón Granito Encino Placas compound Fierro COSMOS 45 fija en un armazón fuerte de fierro, en segui- da un espesor de 6,10m formado de vigas de encino, después 1,52m de granito, 3,35 de hormigón, y para terminar 1,52m de mam- postería de ladrillo. El proyectil, dando en el centro de la placa de coraza con una veloci- dad inicial de 634m por segundo, atravesó el metal, la madera, el granito y el hormi- detuvo solamente en el muro gón, y de ladrillos á una distancia de 12,5m de se la cara exterior de la placa de coraza, em- pujando por el otro lado, bajo forma de án- gulo, una parte considerable de la mampos- teria.—(Cosmos, de Paris, XXIL, pp. 2-3.) EE A ILUSION DEL SENTIDO DEL TACTO Cuando cruzamos el dedo índice y el de enmedio y palpamos con ellos un chícharo puesto sobre la mesa, creemos firmemente que tocamos dos chicharos. Y aun cuando se mire y se convenza uno que no hay más que un chícharo, es muy dificil alejar la primera impresión. Sobre todo, la ilusión es muy in- tensa cuando se hace rodar el chicharo entre los dedos. ¿Cuál es la causa de esta ilusión? Se debe con toda evidencia á que hemos dado á las superficies sensibles de la piel una posición que no es común ni ordinaria. Si hubiése- mos cogido el chícharo entre el índice y el medio en su posición natural, sabríamos por experiencia que no se trataba más que de un solo chicharo. Pero si eruzamos los dedos, la experiencia nos abandona, y hasta nos en- gaña respecto á la sensación que experimen- tamos. La causa de la ilusión es en efecto una ex- periencia ya hecha por el cerebro, la cual se ha impregnado en él por el ejercio y que nos indu- ce á errar en un caso se- mejante. Cuando cruza- mos los dedos, ponemos en contacto del chicharo los bordes exteriores de los dos dedos. Pero en los actos habituales, estos dos bordes están, por el con- trario, separados uno del otro, y cuando en esta po- Fig. 38.—ILUSIÓN DEL TACTO sición se tocan al mismo tiempo, sabe el cerebro, por experiencia, que ese contacto no puede ser el producto sino de dos cuer- pos diferentes. Esta experiencia se convierte en regla pa- ra el cerebro en cualquiera circunstancia y en cualquier posición que se dé á los dedos. Si cruzamos los dedos y tocamos un glóbu- lo, el sentido del tacto del cerebro creerá que los dedos están, sin embargo, en su posición natural, y transformamos en nuestra concep- ción la posición cruzada en posición natu- ral. Hecho ésto, nuestra concepción debe también transformar en dos el único chícha- ro que tocamos. Por este fenómeno vemos que la imagen de nuestro cuerpo esta sólidamente impresa en el cerebro. El cerebro conoce perfecta- mente la posición natural de todas las par- tes del cuerpo y el lugar de cada punto sen- sible, y este conocimiento lo: ha adquirido por largos años de observaciones y ejerci- cios. Ademas, está en aptitud de estimar exactamente la mayor parte de los movimien- tos de las diversas partes del cuerpo. Cuando paseamos la mano por la super- ficie de un objeto, la ponemos en diferentes situaciones relativamente á nuestro cuerpo, y sin embargo, nos formamos, al palpar así, una imagen exacta del objeto, puesto que por experiencia hacemos intervenir la posi- ción de la mano como factor de nuestro cál- culo. No podemos formarnos una idea exacta de las diversas posiciones y de los diver- sos movimientos del miembro que palpa, sin haber experiencia suficiente y ejercicios re- petidos. Pero desde el momento que pone- mos nuestros miembros en una posición que no es común ni ordinaria, sobre la cual no po- seemos nociones adquiridas, la apreciación exacta de nuestras sensaciones del tacto nos abandona y ya no podemos localizar con cer- teza los objetos palpados. J. BeErNSTEIN. (Les Sens, pp. 33-35.) 46 COSMOS CALENDARIO PERPETUO GREGORIANO Y JULIANO 7 En el calendario ju- [FEB.o| | En el calendario gre- liano, los años múlti- | EN.o [ABR. [SEPT. | | goriano, los años múl- plos de 4 son bisiestos. JUN. MAR. AGOS|MAY.| tiplos de 4 son bisies- Este calendario toda- | OCT. | JUL. | DIC. | | tos, salvo los años múl- vía se emplea en Ru- NOV. | tiplos de 100. Estos no Sn. son bisiestos sino cuan- Alemania lo abando- ¡| do son múltiplos de... nó en 1700 é Inglaterra 1 9 3 4 5 6 7 400, Este calendario en 1752. 319 10 11 12 13 14 existe desde 1582. 15 16 17 18 19 20 21 22 23 2% 745) 26 27 28 SIGLOS JULIANOS 29 30 31 | | SIGLOS GREGORIANOS Sáb. ¡Dom.o Lunes Mart. Miérc. Juev. Vier. | 14 | 18 | 22| 26 | 30 Vier. | Sáb. Dom.o Lunes! Mart. Miérc.| Juev. | | | | | | Jueves Vier. | Sáb. Dom.*¡Lunes Mart. Miére. | Miérc. Juev. Vier. | Sáb. Dom.o Lunes Mart. | | | | | z Mart. ¡Miérc. Juev. | Vier. Sáb. Dom.” Lunes| Lunes Mart. Miére. Juev. | Vier. Sáb. Dom.o| Dom.? Lunes| Mart. Miére. Juev. | Vier. | Sáb. i ¿En qué día de la se- AÑOS DEL SIGLO ¿En qué día cayo el 16 mana consumo Hernán ——__—_—= A RR de Septiembre de 18102 Cortés la Conquista de | | La intersección de la México (13 de Agosto 1 | 2 Sp ep € B) 6 columna horizontal que de 1521)? ¿ ISS O) 10 11 12 contiene al siglo 19 gre- Como es una fecha 12 13 Tara 4 16 16 17 "| goriano, con la colum- anterior á la reforma 18 19 20 MO AA A 23 na vertical que contie- gregoriana, se busca la 21 ZE A AO 28 28 ne al año 10, indica que intersección de la co- 29 30 | 31 2 1 22 A este año comienza en lumna que contiene el 35 36 | 36 37 138 39 40 Lunes. á siglo 16 juliano, y la co- 40 (AT 14D) 43 Ple ll RA AS Lunes debajo de Sep- lumna quecontieneal a- [46 47 48 48 TR E tiembre dá la línea ho- ño 21: este año comien- 52 52 El E E eS rizontal de los días de zaen Martes. Martes de- 55 HQ 5 pci A la semana, correspon- bajo de Agosto indica la ES | Da EA 80 00 61 | 62 dientes ¿ las fechas del 6 g al: ¡cz == > á las fecha línea horizontal de los 68 | +0 7 7d Ba 66 Ed BS mes de Septiembre de días de la semana co- = de SEC II 73 1810, El 16 de Sep- rrespondientes úlas fe- ÓN ao Med 77 78 79 tiembre de 1810, fué chas del mes de Agos- $5 | En | 81 82 83 SA | 8% pues un to de 1521. Los días 6, 91 | ES 27 $8 | 88 89 90 DOMINGO 13,20 y 27 fueron Mar- se Le 92 93 94 95 96 El centenario; es decir Q 96 95 Q A . tes. Luego el 13 de A- z | Ely 98 99 100 100 4 el 16 de Septiembre de gosto de 1521 fué | 3 | 1910, será —_—————————_ _— MARTES VIERNES ADVERTENCIAS.—Para las fechas anteriores á Jesucristo, réstese el año de 2201, lo que dá una fecha después de Jesucristo, que se cuenta en el calendario juliano. Así, el año lll antes de Jesucristo tiene el mismo calendario que el año juliano 2198 después de JESUCRISTO. Cada año bisiesto se encuentra en dos columnas, de las cuales, la primera es para Enero y Febre- ro, y la segunda para los otros diez meses. COSMOS 47 NUEVO CALENDARIO PERPETUO Tenemos hoy el gusto de dar ¿á conocer á los lectores del «Cosmos», el calendario perpetuo de BraADLEY, por muchos títulos curioso é interesante. Es notable por su sen- cillez; puede imprimirse con los tipos de im- prenta ordinarios, y sobre todo, no tiene ninguna parte móvil. Contiene seis cuadros arreglados en cruz, que, designados con las letras -a, b, c, d, e, f, toman esta disposi- ción: El cuadro a es de los doce meses del año; b, de los 31 días del mes; e, de los días de la semana; d, de los años del siglo; e, de los siglos julianos, y f, de los gregorianos. Los cuadros c, d, f, tienen por objeto dar a conocer el día de la semana correspondien- te al primero de Enero de cualquier año. Este se halla en la intersección de las colum- nas que contienen, una, el siglo, y la otra, el año del siglo. Por ejemplo, el primero de Enero de 1892, año actual, es un Viernes, porque se encuentra en la intersección de la primera columna que contiene á 92 (por ser bisiesto) y la que contiene al siglo 19 gre- Soriano. En todo año común, hay 52 fechas que caen el mismo día de la semana que el pri- mero de Enero. Basta arrojar una mirada sobre los cuadros a y b, para ver que estas fechas fijas, con su mes, están en la misma columna vertical. Los ejemplos son muy fá- ciles: si un año común comienza en Domin- go y se quiere saber en qué fechas caen los Domingos del mes de Abril, por ejemplo, no hay más que ver la misma columna ver- tical de los cuadros a y b, que nos dá las fechas 2, 9, 16, 23 y 30. El año de 1892 comenzó en Viernes. ¿En qué fechas caerán los Viernes del mes de Noviembre? Si fue- ra común, en los días 5, 12, 19 y 26; pero como es bisiesto, y se trata de un mes poste- rior á Febrero, hay que rebajar un día, y quedan las fechas 4, 11, 18 y 25. Dicho ésto, veamos cómo está dispuesto el cuadro c. Comprende siete líneas horizon- tales con los días de la semana; cada línea comienza con un día diferente, y como un año cualquiera no tiene más que siete mo- dos distintos de empezar, resulta que siem- pre se puede hallar en el cuadro c una lí- nea de los días de la semana que, para un mes dado, corresponda á las fechas del cuadro 5. Sólo nos resta decir, para completar es- tas explicaciones, que los últimos diez me- ses de todo año bisiesto se consideran como pertenecientes á un año ficticio común que comience el 2 de Enero. Para el año actual, los diez meses últimos, Marzo, Abril, Mayo, Junio, etc., se consideran como si el año hu- biera empezado en Sábado. Pondremos un ejemplo más: ¿En que día de la semana descubrio CoLón la América (12 de Octubre de 1492)? Teniendo en cuenta que 1492 es año bi- siesto, anterior á la reforma gregoriana, y que en el cuadro d hay dos columnas, la primera para Enero y Febrero, y la segun- da para los otros diez meses, como se ha dicho en una advertencia, se busca la inter- sección de la columna que contiene al siglo 15 juliano, y la segunda que contiene al año 92, y se encuentra Lunes. Lunes deba- jo de Octubre dá la línea de días de la se- mana, correspondientes á las fechas de ese mes. En Octubre de 1492 fueron Lunes los días 1, 8, 15, 22 y 29. Por lo cual, es muy fácil saber ahora que CoLón descubrió la América el Viernes 12 de Octubre de 1492. La sustracción que se encuentra indicada para las fechas anteriores á Jesucristo, tie- ne por objeto el suprimir tablas especiales, que casi no tendrían uso ninguno. S crean que son deficientes los cuadros e y pueden agregarles los siglos que quieran. Este es el calendario que damos hoy á Los que conocer a nuestros lectores, inventado hace treinta años poco más ó menos, por Mr. BrapLeY, actualmente magistrado de la Su- prema Corte de los Estados Unidos. Grecorio Torres QUINTERO. SA 48 COSMOS LA CIENCIA DIVERTIDA PARAR DE PUNTA UN LAPIZ Y QUE SE SOSTENGA EN EQUILIBRIO Nuestro dibujo resuelve, sin necesidad de explicaciones, el problema de parar de pun- ta un lápiz y que se sostenga en equilibrio. Basta clavar la hoja de una navaja en el lá- Fic. 39 piz, cerca de la punta, y cerrarla un poco, variando su abertura hasta obtener el equili- brio. El conjunto del lápiz y la navaja se man- tiene en equilibrio de acuerdo con las leyes de la Física. El centro de gravedad del sis- tema está situado abajo del punto de apoyo (el dedo, el borde de la mesa, ete.), lo cual produce un equilibrio estable. Variando la abertura de la hoja, podéis dar- le al lápiz inclinaciones diversas; y cuando el centro de gravedad del sistema venga á colocarse en la prolongación del eje del lá- piz, tendrá éste una posición perfectamen- te vertical. A A EL PLATO SOBRE UNA AGUJA En los cireos, todos hemos visto equili- bristas que hacen girar en la punta de un palo, platos, ensaladeras y otros utensilios del hogar; generalmente estos objetos son de madera ó de metal, y su equilibrio, debi- do nada más á la fuerza centrifuga, cesa Jue- go que el movimiento de rotación no es bas- ¡tante fuerte para vencer la acción de la gra- vedad. e aquí un medio para mantener un pla- to en equilibrio estable sobre la punta de una aguja, y hasta para imprimirle un movimien- to de rotación sobre tan delicado eje: Dividid dos tapones en el sentido de su eje, y en la extremidad de las cuatro mita- des obtenidas de esta manera, clavad cuatro tenedores de modo que formen, con la cara ¡plana que habéis hecho, un ángulo algo me- nor que el recto. Colocad los cuatro tapo- nes así preparados, al rededor del plato y á igual distancia entre si, cuidando de que los dientes de los tenedores se apoyen en los bordes del plato para evitar que balan- ¡|ceen. Así dispuesto el sistema, podrá mante- nerse en equilibrio sobre la punta de una aguja, cuya cabeza se haya clavado en el ta- pón de una botella; y procediendo con cui- dado para evitar un resbalamiento, podéis imprimimirle un movimiento de rotacion á vuestro plato, que girará por mucho tiempo, es casi nulo en el aguja. puesto que el frotamiento punto del contacio con la Tox rr. AA] 0 GORRA De que cien medinnías hagan versos o cultiven la literatura y las lenguas, no le resulta á nadie niu- gún provecho; pero si veinte se divierten en hacer experiencias y Observaciones, probablemente añadi- rán alguna cosa á la masa de los conocimientos; y el mérito de una utilidad real, honrará sus laudables pasatiempos.—CoNDORCEr. OATHO TEL NQIVS TAL VLINOVIVISA NV4O VITAVAHVIVO HA VLAHO SONSOD 144 VJAVUDOTONOLO A. 'LOY ZANJA TAVAUIJ CL vy VNIMy"] ] OO L, :£€SOWSO 9% - REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DirEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo 1 Tacuraya, D. F., 15 ne Feorero De 1892 Núm. 4 UN ARADO NACIONAL La invención del arado se pierde por com- pleto en la noche de los tiempos; y si bien los egipcios la atribuyen á Ostrrs, los chi- nos a Giy Hoano, los fenicios á Dacon, los persas á HuscHeNk, los hebreos 4 TunaL- gos a TriproLeEmO, etc., lo más 3 probable es que aun la forma más primi- Cary, los grie tiva que conocemos, no se deba á un solo hombre, sino al concurso colectivo de mu- chos ingenios primitivos estimulados eficaz- 3 mente por las reducidas necesidades del hombre semi-salvaje. ¿En dónde tuvo su ori- gen? Es imposible dilucidarlo ahora con los datos que poseemos, y lo más probable es que, como las razas humanas y la civilización, ha- ¡ya tenido varios orígenes. Según el eminen- [te pensador americano J. W. Drarer 1 la ¡civilización comenzó á desarrollarse en aque- grí- cola, donde escaseaban las lluvias, pero que ¡llos lugares de privilegiada situación a ) tenían la ventaja de que regaran natural y S periódicamente sus terrenos las corrientes que los cruzaban. Cita como centros prin-= cipales que reunieran estas condiciones, el Fic. 41.—Arado Tríplex, sistema Chávez Egipto, el Perú y la costa del Pacífico en México, siendo de admirar el que á pesar de ser regiones tan apartadas, las mismas causas fisicas originaran en ellas tres vigorosos cen- tros de civilización. Teniendo ésta en esos grícola, es decir, debiéndose á las comodidades que proporcionaba un rendimiento raro de la tie- lugares un origen enteramente a rra, que no requería, por decirlo así, culti- vo ninguno, es muy natural suponer, aun cuando nuestro distinguido autor no diga nada sobre el particular, que los arados tu- vieron su origen en alguno de esos lugares ó en todos á la vez, pues es cosa sabida que medios semejantes engendran productos aná- logos. Siendo anterior el arado á la edad del bron- ce y á la del fierro, los primeros que se usa- ron fueron necesariamente de madera ó cuer- no y de forma muy rudimentaria, adaptada al uso directo por el hombre mismo, en te- rrenos que por su flojedad no exigían ni gran trabajo ni fuerza considerable. Más tar- de se domesticó el toro, y acrecentada la po- 1. History of the Intellectual development of Eu- rope, 1 p. 85-86. ¿ 50 COSMOS blación no era posible encontrar siempre te- | con las aproximaciones del regulador á la rrenos blandos; lo que obligó sin duda á reja, sin que sea necesario aumentar la fuer- perfeccionar el instrumento y á aplicar el|za de tracción por decimetro cuadrado de buey á su tracción. Es muy difícil, por falta sección de tierra labrada. de datos, poder seguir las modificaciones El regulador, como se ve en la parte an- que se le fueron haciendo. Lo que sí sabe- terior de la Fig. 4l, consiste en una espe- mos con certeza es que desde hace dos mil | cie de estribo fijo en una barra horizontal años el arado tenía ya todas las piezas de que tiene varias perforaciones circulares y que se compone actualmente; es decir, la una cuadrangular; las primeras sirven para reja, mancera, timón, cuchillo, pertedera y fijar el gancho del tiro y la última pare re- hasta las ruedas, estando ya bosquejados recibir el avantrén. Este regulador puede también el talón y el regulador, aunque sin fijarse en cualquier punto del timón, con lo ser piezas distintas 6 separables, como pasa cual se obtienen las variaciones de profun- en la actualidad. didad que se quieran. Esta particularidad, Hoy podriamos decir que el arado, en su| que es peculiar del arado Cuávez, reduce á evolución, ha pasado por dos periodos ó épo- | su más simple expresión los órganos de que cas pincipales: la primitiva que abarca el pe- constan todos los reguladores. Para variar la anchura de los surcos, basta simplemen-= ríodo que hemos bosquejado á grandes ras- gos ú sea el de invención y constitución del | te insertar el gancho del tiro en el agujero arado en sus Órganos fundamentales y el mo= | correspondiente al ancho que se necesite. derno 6 de perfeccionamiento aislado 6 dela otros reguladores (siempre fijos á la detalle de los órganos que lo forman, perfec- ¡cabeza del timón), sólo hay dos movimien- cionamientos en que tanto sobresalieron Wat= tos: horizontal para los cambios de anchura mer Bern, Árpuranor, JeFrERSON, LAMBRUS- y vertical para los de profundidad; en el que cminr, DombasLE, GRANDVOINNET, Cte. ¡nos ocupa, además de éstos, hay el de aproxi- Y últimamente tuvimos oportunidad de exa- mación á la reja cuando se minar el arado perfeccionado de nuestro cola- aumenta la profundidad; mo= borador el Sr. Ing”. Acustíx M. Cuávez y vimiento que porserconcomi- nos sorprendieron tanto las ventajas practi- tante é inseparable de ésta, ticas que resultan de su uso, sobre todo cuan- compensa el exceso de es- do se las compara con la aparente pequeñez | fuerzo de tracción que se de las modificaciones introducidas en las más necesitaría hacer, si no exis- perfectas formas conocidas del arado, que |tiera. A estos tres movimien- no hemos podido resistir á la tentación de tos debe el arado el nombre darlo á conocer á los lectores del Cosmos. |de tríplew, que le ha dado El arado Cnávez, Fig. 4l, difiere esen-|su autor. Fic, 42 cialmente de todos sus antecesores por la| Las figuras 42 y 43 dan una idea completa disposición especial del timón, del regula- | del avantrén, de una y dos ruedas, así como dor y del avantrén. de la sencilla manera La reforma fundamental radica esencial- | de fijarlos al regula- mente en la inclinación que se le ha dado al dor. Su ventaja con- timón. En todos los arados conocidos, el ti- siste en la solidaridad món es horizontal ó de inclinación acciden- de movimientos con tal muy ligera, que no se ha aprovechado en este último órgano, so- beneficio del trabajo que debe ejecutar la lidaridad que ha veni- máquina; en tanto que en el actual, el timón! do a producir el ines- tiene una inclinación de treinta grados, que! perado efecto de que fueron los indicados por el cálculo y aconse- trabajando el triplex con avantrén requiera un 10.26%/, menos de ¡ados por la practica, para conseguir que | dicho timón se convirtiera en un graduador de profundidades. Estas pueden aumentar fuerza en la tracción, » que cuando se le usa como arado simple. Este efecto no se verifica en ninguno de los avados conocidos, pues todos requieren ma- yor esfuerzo cuando se emplean con avan- trén. Como corroboración de todo lo anterior, reproducimos en seguida un extracto del certificado original expedido por la Estación de Ensayos de máquinas agrícolas del Mi- nisterio de Agricultura de la República Fran- cesa, pues los números que contiene, dan idea cabal de lo que puede esperarse del tra- bajo del tríplex. Resultados de las experiencias di- namométricas efectuadas en Lian- court(Oise), en tierra arcillosa muy fuerte. L0—TRABAJO DE LA MÁQUINA COMO ARADO SIMPLE Dimensiones del Anchura de 07,24 4 01,30 Profundidad .. de 0,19 á 0,21 Tracción media por decímetro cuadrado de surco sección del surco «La posición del regulador, por unidad de see- ción del surco, no influye sobre la tracción del ara- do.» «El modo de regulación es eficaz.» 20— TRABAJO DEL ARADO CON AVANTRÉN DE UNA RUEDA del(Anchura.... de 07,29 4 0m,318 /| Profundidad. de 07,16 á4 01,167 Tracción media por decímetro cuadrado de Dimensiones surco sección del surco 43k. 900 «Con una rueda, la tracción de la máquina, por unidad de sección del surco, es de 43k. 9 en lugar de 48k. 915 (cuando funciona como arado simple); esta diminución se debe á que el labrador, teniendo necesidad de obrar con menos energía sobre las man- ceras, ocasiona de ese modo menos resistencia.» «ha tracción del ¿rado provisto de la rueda es un 10,26 0/, menor que la de la máquina funcionan- do como arado simple.» DU TRABAJO DEL ARADO CON AVANTRÉN DE DOS RUEDAS Dimensiones del¡Anchura.... de 0,31 á 01,32 | Profundidad . de 02,17 4 00,175 Tracción media por decímetro cuadrado de sección del surco 43k.780 «Con dos ruedas, la tracción, por unidad de su- perficie de sección del surco, es la misma que con una rueda; pero el arado, teniendo más estabilidad, se conduce más regularmente solo.» COSMOS 40 — TRABAJO DEL ARADO SIMPLE CON RASTRILLO MÁQUINA MONTADA COMO ARADO SIMPLE —__ —__—_> Con rastrillo Sin rastrillo Pracción media por decímetro cuadrado de sección del sur- 48k.410 46k. «El rastrillo exige una tracción suplementaria de 5,23 0/.; está compensada por la calidad del trabajo obtenido: no queda ninguna yerba en la superficie del surco.» «El rastrillo es muy recomendable para los últi- mos trabajos.» Certificado y fechado en París el 16 de Julio de 1891. El Director, Firmado: M. RINGELMANN. Nos hemos extendido, quizá demasiado, sobre el arado Cnávez, porque ha sido gran- de la satisfacción que hemos experimentado al yer que nuestros compatriotas inteligen- tes comienzan á dedicarse, con resultado práctico, á trabajos que contribuirán eficaz- mente al engrandecimiento moral y material de México. F. Ferran Pérez. AR LA CUADRATURA DEL CÍRCULO” BOSQUEJO HISTÓRICO DE ESTE PROBLEMA DESDE LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS HASTA NUESTROS DÍAS Vv Antes de proceder á considerar la pode- rosa influencia que la invención de los cál- culos integral y diferencial tuvo sobre nues- tro problema, enumeraremos siquiera algu- nos de los cuadradores que se han sucedido sin interrupción y que, desde el tiempo de Newrox al presente período, han divertido al mundo con los frutos de su ingenio; pero por una piadosa y sincera consideración ha- cia el mundo contemporáneo, no hablaremos aquí de los cuadradores del círculo de nues- tro tiempo. El primero queaparece, es el célebre filó- sofo inglés Hosses. En su libro 5. eusaratora de De Problematis Physicis, enel que "e se propone principalmente explicar el fenó- meno de la gravedad y de las mareas, se 1, Concluye. Véase Cosmos, p. 35. 52 COSMOS . refiere también á la cuadratura del círculo y da una construcción muy trivial que en su opinión resuelve definitivamente el proble- ma, haciendo á ==33. En vista de la impor- tancia de HorzBes como filósofo, dos matemá- ticos, Huycexs y WaLtis, creyeron conve- niente refutar lo dicho por Hors; pero éste defendió su opinión en un tratado es- pecial, en el que, para sostener al menos la apariencia de tener razón, puso en duda los principios fundamentales de la Geometría y el teorema de Prrácoras; de suerte que los matemáticos no tienen para qué tomarlo en consideración. En el siglo pasado, Francia especialmen- Cuadradorestran- te fué muy rica en cuadradores. silo XVII | Mencionaremos a OLIVERIO DE SE- RRES, que por medio de un par de balanzas determinó que un circulo pesaba tanto co- mo un cuadrado construido sobre el lado de un triángulo equilátero inscrito en aquél, de donde dedujo que debían tener la misma área; experimento en que z es igual á 3; MarnuLón, que ofreció en forma legal un premio de mil pesos a la persona que le se- ñalara un error en la solución de su proble- ma, y que fué obligado por los tribunales á pagar el dinero; BassELIN, que creyó que su cuadratura debía ser correcta, porque con- venía con el valor aproximado de Arquíme- DES, y que anatematizó á sus ingratos con- temporáneos, en la confianza de que la pos- teridad le glorificaría; L1cer, que probó que una parte es mayor que el todo, y para quien por consiguiente, la cuadratura del circulo era un juguete de niños; CLerGET, que basó su solución en el principio de que un círcu- lo es un poligono de un número definido de lados, y que calculó también, entre otras cosas, la magnitud del punto de contacto de dos circulos. También Alemania y Polonia prestaron su contingente para engrosar las filas Alemania y Po- lonia. del ejército de los cuadradores del circulo. El teniente coronel CorsoxicH dió á conocer una cuadratura en que z era igual á3L, y prometió cincuenta ducados á la per- sona que le probara que estaba equivocado. Hesse de Berlín escribió una Aritmética el año de 1776 en que también da á conocer una nueva cuadratura, siendo 7 exactamen- te igual á 35. Por el mismo tiempo, el pro- fesor Biscnorr de Stettin defendió una-cua- dratura publicada previamente por el capi- tán Lersrxer, el predicador MerxkeL y el maestro de escuela Bomm, en la cual se ha- cía implícitamente a ==(i)? con lo cual no se alcanzaba ni la aproximación de Arquímr- DES. También hubo quienes trataran de dar cons- trucciones aproximadas, enlas que — aproximación constructiva, EULER. KocHANsKY. el autor no pretendió encontrar una construcción matemáticamen- te exacta, sino nada más una aproximación. El valor de una construcción semejante de- pende de dos cosas: primero, del grado de exactitud de su expresión numérica, y segun- do, de que la construcción pueda hacerse más ó6 menos facilmente con la regla y el compás. Hace muchos siglos que tenemos construcciones de esta clase, simples en la forma y aun suficientemente exactas para los objetos de la práctica. El gran matemático Ever, muerto en 1783, no creyó fuera de lugar buscar una construcción aproximada de esta clase. Una construcción relativa á la rectificación del círculo, muy sencilla y que ha pasado por muchos libros de texto, es la que publicó Kocnaxsky el año de 1685 en el Leipziger Berichte. Es como sigue: «Le- vantense perpendiculares en los extremos del diámetro de un círculo; con el centro como vértice, márquese sobre el diametro un án- gulo de 30% búsquese el punto de intersec- ción de la última línea que se ha trazado y la perpendicular; y únase este punto de in- tersección con un punto que diste 3 radios del p1é de la otra perpendicular y colocado sobre esta misma línea. La línea de unión es con mucha aproximación igual a la mitad de la circunferencia del círculo dado.» El cálculo demuestra que la diferencia entre la verda- dera longitud de la circunferencia y la línea asi construida es menor que q del diáme- tro. Aunque tales construcciones de aproxima- Imutilidad de las aproximaciones ción sean muy interesantes en sí mismas, representan, sin embar- constructivas. go, un papel muy secundario en la historia de la cuadratura del círculo; pues por una parte, con ellas nunca se puede alcanzar una exactitud mayor que la de las 35 cifras COSMOS K9 1973) decimales de Lupozr, y por la otra, no son! propias para hacer avanzar la cuestión de | posibilidad de la exacta cuadratura con re-. gla y compás. Sin embargo, Newrox y Leimxrrz, hicie- Investizaciones TOM adelantar considerablemente iaa el lado numérico del problema por y Brovsexer- Jos nuevos métodos matemáticos: perfeccionados, llamados comúnmente cál- culos diferencial é integral. Y á mediados del siglo XVII, poco tiempo antes de que Nuwrox y Lerwrrz representasen á = por! series de potencias, los matemáticos ingle-| ses WaLLis y Lord Brouxcker, en cierto mo- do predecesores de Newrox, lograron repre-' sentar á 7 valiéndose de una serie infinita de números combinados por medio de las pri- meras cuatro reglas de la aritmética. Así se inició un nuevo método de cálculo. WarLis descubrió que la cuarta parte de z se repre- senta con más exactitud por el producto re- gular de / 8 GE FX PX FXEXó A si se continúa la multiplicación lo más lejos que se pueda; y que el resultado es menor que el verdadero si nos detenemos en un que- brado propio, y mayor si en un quebrado im- propio. Lord BrouxckEr, por otra parte, re- presenta el valor en cuestión por una frac- ción continua en que todos los denomina- dores son iguales á 2 y los numeradores números cuadrados impares. WazLris, á quien Brouxcker había comunicado su hermoso re- | sultado sin prueba alguna, lo demostró en su Aritmética de los infinitos. La determinación de z, por medio de es- tos resultados, podía haberse llevado más lejos que como la llevaron LupoLr y otros; pero, por supuesto, por un camino más la- borioso. Sin embargo, las series de poten- cias obtenidas con ayuda del cálculo diferen- cial de Newron y Le1Bx1Tz, suministraron un medio de hacer el cómputo de = con cien- tos de cifras decimales. Grecory, Newrox, y después Leipwrrz, | | encontraron que la cuarta parte | Otros cálculos. | de z era igual exactamente á 1 MA Le AT 57 Í 5 CE g 3 3 7 si concebimos á esta serie, llamada leibnit- ziana, continuada hasta el infinito. Induda- blemente que esta serie es maravillosamente sencilla; pero no es adecuada á la determi- nación de Ty porque se necesita tomar en | cuenta muchas [fracciones para obtener pocas cilras decimales. No obstante, la fórmula original, de donde la serie se deriva, da otras fórmulas que se adaptan excelentemente á la actual determinación. Esta fórmula es la se- rie general: a E a =P == ¡Ll A AS en que y es la longitud de un arco perte- neciente á un angulo central de un círculo, cuyo radio es 1, y en que a es la tangente áesteángulo. De ésta se deriva la siguiente: en que 4, DIC 01 tangentes de augu- los cuya suma es de 45%. Determinando, se- gún ésto, los valores de a, hb, c..., que son c iguales 4 pequeñas y fáciles fracciones, y que llenan la condición mencionada, obte- nemos series de potencias que son aplicables á la determinación de z. El primero que añadió por medio de estas series descritas, nuevas cifras decimales á las antiguas 35, fué el aritmético inglés ÁBrAHam Sharp, quien siguiendo las instrucciones de Harry, de- terminó en 1700 el valor de = con 72 cifras decimales. Poco después, Macmix, profesor de Astronomía en Londres, obtuvo 100 ei- fras decimales poniendo en las series da- das arriba, D d: (4 C: 1 5 239? lo que equivale á emplear la siguiente serie: E E l 1 1 A o e lea tes mt) 2 , | e (2309 39393 + 5.3395 ) El año de 1819, Lacxy, de París, fué más lejos que Macmix, obteniendo de peterminación dos modos diferentes 127 decima- 7 comme chas cifras deci- males, les de 7; Veca, obtuvo después, COSMOS 140; y el aritmético hamburgués Zacarías Dase, 200 cifras decimales. Este último no usó en su cálculo la serie de Machix, simo la que se produce haciendo en la serie ge- neral dada arriba, a, Finalmente, en una fecha reciente, el valor de 7 se ha llevado hasta 500 cifras decima- les. La determinación de 7 con tantas cifras decimales puede ilustrarnos sobre la exce- lencia del método moderno, comparado con los antiguos; pero no tiene valor teórico ni práctico. Que el valor de z con 15 cifras decimales es más que suficiente para las más sutiles exigencias de la práctica, puede acla- rarse con un caso concreto. Íma- ¡lea de la exacti- tud que puede obtenerse con los valores apro- lin por centro y que la circunfe- ximados de 7 ginese un circulo que tenga a Ber- rencia pase por Hamburgo; cal- cúlese luego la circunferencia, multiplican- do el diámetro por el valor de z con 15 el- [ras decimales, y supóngase medida ese cir- cunferencia directamente. La diferencia con grande, apenas podría llegar á la 18 millonésima la verdadera longitud, en círculo tan parte de un milímetro. Apenas nos podemos formar idea del gra- do de exactitud producido con 100 cifras de- cimales. Pero el siguiente ejemplo puede tal vez hacérnoslo concebir. Imagínese una esfera con la tierra por centro y la superfi- cie pasando por Sirio, que dista de nosotros unos 134) millones de millones de kilóme- tros. Imagínese también que llenamos esta esfera enorme con microbios, —de los cuales caben en cada milímetro cúbico, millones de millones. Concíbase ahora que sacamos á es- tos diminutos animalitos y los formamos en línea recta, poniéndolos unos de otros á una distancia igual á la de aquí á Sirio; es de- cir á 1347 millones de millones de kilóme- tros. Concibase esta larga línea, formada por los microbios, como el diametro de un cír- ginese que calculamos su 8 circunferencia multiplicando el diámetro por culo, y luego ima el valor de z con cien cifras decimales. Áun en el caso de un círculo de tan enorme mag- nitud, la circunferencia así calculada, no dile- riría de la circunferencia real en un milloné- simo de milímetro. Este ejemplo puede ser suficiente para de- mostrar que el cálculo de z con 100 6 500 cifras decimales es enteramente inútil. Antes de cerrar este capítulo sobre la va- luación de 7, debemos mencionar Método curloso el método, menos interesante que al curioso, que el Profesor WoLrr de Zurich empleó hace varios años para determinar el valor de z con tres cifras decimales. Se di- vide el piso de un cuarto en cuadrados igua- les de manera de figurar vastísimo ajedrez, y luego se arroja al azar una aguja de lon- gitud exactamente igual al lado de cada uno de los cuadrados. Si ahora se calculan las probabilidades que tiene la aguja de caer en- teramente dentro de uno de los cuadrados, ésto es, que no se cruce con ninguna de las líneas paralelas que los forman, el resultado de este cálculo de probabilidades es exacta- mente igual a 7=3. Por consiguiente un gún la ley de los ) números máximos, debe dar un valor aprox1- gran número de tiradas, se mado de z. Como hecho probado, el Profe- sor Wozrr, después de 10,000 tiradas, ob- tuvo el valor de z con tres cifras decimales de un modo correcto. Por fructuosos que hayan sido los cáleu- los de Newroy y de LermNirz pa Pos votemiti cos tratan ahora de demostrar que ra la evaluación de 7, no por eso el problema no se ha avanzado en la resolución de tiene resolución. nuestro problema. WaLLis, Newrox, Lerb- Nrrz y sus continuadores inmediatos lo re- conocieron así. Podría no resolverse la cua- dratura del círculo; pero también podría no probarse que el problema es irresoluble con regla y compás, aunque todos estén conven- cidos de que no puede resolverse. Sin em- bargo, en matemáticas sólo se justifica una convicción cuando descansa en una prueba incontrovertible, y en vez de esfuerzos he- chos para resolver el célebre problema, aho- ra se hacen para probar la imposibilidad de su resolución. El primer paso, pequeño en verdad, dado Concurso de en este sentido, pertenece al ma- temático francés LambBrerT, que 0er probó en 1761 que z no era ni número ra- cional ni aun raiz cuadrada de un número racional; esto es, que ni z ni el cuadrado de COSMOS -D0) z pueden representarse exactamente por un quebrado, cuyo numerador y denominador sean números enteros, por grandes que fue- 'an. La prueba de Lamserr demostró, indu- dablemente, que la rectificación y la cuadra- tura del círculo podían no ser realizables del modo particular según el cual se demos- tó su imposibilidad, pero no se excluyó to- davía la posibilidad de que el problema fuese soluble de otro modo más complicado, y sin exigir para eso más medios que la regla y el compás. Procediendo con lentitud, pero con se cu- gu Condiciones dela Yidad, se trató en seguida de des- . demostración. cubrir las propiedades distintivas y esenciales que separan á los problemas so- lubles con regla y compás, de los problemas cuya construcción elemental es imposible, esto es, por el solo empleo de los postula- dos. La menor reflexión bastó para ver que un problema de resolución elemental, debe siempre poseer la propiedad de tener las lí neas desconocidas de la figura relativa á él, estrictamente relacionada con las líneas co- nocidas por medio de una ecuación, para la solución de la cual sólo son necesarias ecua- ciones de primero y segundo grado, y que pueden disponerse de tal modo, que las me- didas comunes de las líneas conocidas sean números enteros. De aquí se concluyó, que guien- te su rectificación tuviesen resolución ele- si la cuadratura del circulo y por consi mental, el número z, que representa la re- lación entre la circunferencia desconocida y el diámetro conocido, debe ser raiz de cier- ta ecuación, de un altísimo grado quizá; pe- ro en que todos los números fuesen núme- ros enteros; esto es, tendría que existir una ecuación, compuesta completamente de nú- meros enteros, que sería correcta si'su 1n- cógnita resultase igual á 7. Desde el principio de este siglo, por con- Éxito nal del secuencia, los esfuerzos de un gran Profesor a OO aO número de matemáticos se diri- LINDEMANN. no es al- Te gieron á probar que el valor de gebraico, esto es, que no puede ser raiz de ninguna ecuación que tenga por coeficientes números enteros. Pero las matemáticas te- nían que avanzar muchísimo para que se lle- garan á tener los medios de dar esta demos- tración. Después de que el Profesor HMermrre, académico francés, hubo prestado interesan- tes bases preparativas en su tratado Sur la fonction Exponentielle, publicado en el vo- lumen 77% de los Comptes Rendus, el Profe- sor LixpemanN, entonces de Freiburg y aho- 'a de Konigsberg, logró por fin, en Junio de 1882, demostrar rigurosamente que el número z no es algebraico 1, proporcionan- do así la primera prueba de que los proble- mas de la rectificación y de la cuadratura del círculo, por medio solamente de instru- mentos algebraicos, como regla y compás, son irresolubles. La prueba de LIxDbEMANN apareció sucesivamente en los Informes de la Academia de Berlín (Junio 1882), en los Comptes Rendus de la Academia Francesa (Vol. 115, págs. 72 4 74), y en los Mathe- matischen Annalen (Vol. 20, págs. A DS 1. Para beneplácito de nuestros lectores matemáti- cos, indicaremos aquí los puntos más importantes de la demostración de Livbemany. M. HermrTE para de- mostrar el carácter trascedental de l añ a =P 7 an En ar 2264 desarrolló relaciones entre ciertas integrales defi- nidas /Comptes Rendus de la Academia de París, Vol. 77,1873). Partiendo de las relaciones así esta- blecidas, el Profesor LrxpemaxN demostró primero (1 == la siguiente propoposición: Si los coeficientes de una ecuación de n grado son todos números enteros reales 4 complexos, y las raices n de esta ecuación 0... 31» -) Ey difieren de cero, y entre sí, es im- posible para o » > y ser igual á :eY , en que (dy b son números enteros ko) ' . reales 4 complexos. Se demuestra después que tam- bién entre las funciones e 4 + a e BL ONE: a en que r denota un número entero, ninguna ecuación lineal puede existir con coeficientes racionales dife- rentes de cero. En fin, resulta el hermoso teorema: Si z es la raíz de una ccuación algebraica irreduci- ble, cuyos coeficientes son números enteros reales ó complexos, entonces e2 no puede ser igual á un aL número racional. Ahora en realidad es igual á un número racional, 4 saber, —1. Por consi- guiente, ay, Y F mismo, no pueden ser raíz de una ecuación de n grados que tenga números enteros por coeficientes, y en consecuencia de ninguna ecua- ción que tenga coeficientes racionales. Sin embargo, la propiedad mencionada en último lugar, la tendría T, si la cuadratura del círculo, con regla y compás» fuera posible, 56 COSMOS Es imposible construir con regla y compás | dradores del círculo, desconociendo esta sen: ; vereaicto ars UN cuadrado igual en área á un tencia de las Matemáticas, que son el más in- wutemáticis. — ozreulo dado. Estas son las pala- |falible de los árbitros, no morirá mientras bras de la determinación final de una contro- | vivan en estrecho consorcio la ignorancia y versia que es tan vieja como la historia del la sed de gloria. espiritu humano. Pero la raza de los cua- HermMANN SCHUBERT. IU Fic. 44.—Una liberación de palomas en la torre ErrreL, experiencia hecha por la Sociedad Columbófila de París COSMOS E 97 UNA LIBERACIÓN DE PALOMAS La sociedad columbófila La Boussole ha- biía convidado el segundo Lunes de Agosto del año pasado, á los numerosos represen- tantes de las sociedades columbófilas de Fran- ela, para hacer interesantes experiencias de comunicación aérea por medio de palomas viajeras. Se trataba de determinar la altura del vuelo de las diferentes especies de palomas men- sajeras y presentar ejemplares especialmen- te educados á elevarse á muy grandes alti- tudes, para poder trasmitir por este medio despachos en tiempo de guerra, sin temor de que el plomo enemigo las detenga en el camino. La tercera plataforma de la torre Eiffel, que se había escogido á este electo, simula- ba, en cierto modo, la canastilla de un glo- bo cautivo destinado á enviar á tierra las señales, y permitía seguir más fácilmente la marcha aérea de las mensajeras. Se había hecho una selección especial en- tre las diversas razas de palomas. Las palo- mas que se soltaron, se lanzaron efectivamen- te en el espacio y, elevándose en seguida rápi- damente y muy alto, tomaron la dirección de sus palomares. : Las sociedades de Saint-Sever, de Orleans, de Villers-Cotterets, de Montrouge, de Saint- Ouen, habían enviado los representantes más aprovechados de sus palomares, y en el mo- mento de la liberación general, trescientas palomas próximamente se elevaron en con- junto, para separarse en seguida en grupos bien distintos, tomando cada uno una direc- ción diferente en el aire libre. Después se trató de estudiar el peso que una paloma adulta puede llevar en su vuelo, y varias de estas aves se han elevado llevan- do en la extremidad de la cola tiras de pa- pel delgado, bastante largas, y pequeños glo- bos inflados con aire. Aunque visiblemente incomodadas al prin= cipio á causa de este exceso de peso, casi orande esfuerzo 3 unirse á sus compañeras y viajar de concier- 250 gramos, pudieron sin to con ellas. M. PrroLLer, Secretario de la Boussole, y á quien se debe la inciativa de estas experien- cias, ha prometido presentar muy pronto una especie de coracita, con la que fácilmente se cubrirán las palomas, y que podrá con- tener en dos bolsillos laterales, los despachos y aun las órdenes que se deben firmar en tiempo de guerra. A las dos en punto, las numerosas cestas 'acias descendían de la torre Eiffel, desper- tando la curiosidad de los touristas que vi- sitaban el Campo de Marte á esa hora ma- tinal y que no se habían sorprendido poco al ver girar sobre sus cabezas y bajar á sus 8 piés un cantidad insólita de globitos de co- lores y paracaídas que habían servido para determinar la fuerza aproximativa del vien- to y de las corrientes aéreas. (LTllustration, XCVII, 1891, p. 133.) LA FISIOLOGÍA Y LA CUESTIÓN SOCIAL ! Hoy como ayer, uno de los problemas de mayor gravedad y que más preocupa a los espiritus, es el del pan y el trabajo. El pueblo pide trabajo. - Ninguna reclamación, en verdad, es más sagrada ni más digna de llamar la atención. Consolémonos por el progreso que indica, y temamos que mañana sea sustituida por otras reclamaciones más amenazadoras. Preciso es recordar que el pueblo de Ro- ma, fuerte y virtuoso en tiempo de los pri- meros reyes y de los primeros cónsules, pe- día la división de las tierras; es decir, pedían pan con y por medio del trabajo, y más tar- de, desmoralizado, no pedía mas que pan y juegos; que los Gobiernos y los Estados han perecido al oir este grito: ¡Pan!; que los in- tereses de la sociedad no pueden estar en oposición con las necesidades fisiológicas del organismo, pues de otro modo, á menos que sean héroes ó mártires, los hombres se ven arrastrados á las revueltas y al crimen. En frente de esta cuestión social que se resume brutalmente en estas palabras: pan y trabajo, la Fisiología tiene el derecho y el deber de dar sus consejos, puesto que, sien- do su objeto el estudio de los fenómenos del organismo humano y de las leyes que lo ri- 1 Lección inaugural en la reapertura de las facul- | tades de la Universidad de Bolonia. 59 gen, esta en el caso de establecer las leyes de la alimentación y del trabajo del hom- bre. Creo de mi deber recordar aquí lo que hace algún tiempo escribí en la publicación consagrada al primer centenario de nuestra Universidad. La cuestión social, decía yo, debe resol- verse con ayuda de la Fisiología, porque és- ta establece el balance alimenticio del hom- bre y su capacidad física para el trabajo. Todas las gentes generosas admiten que 8 la sociedad debe asegurar á cada uno el ali- mento indispensable á sus necesidades y el trabajo adecuado á su fuerza y su valor. Así como el desorden ó el exceso aislado en el ejercicio de una función perjudica al in- dividuo, así también cada extravío individual es nocivo á la sociedad. Ya en el orden po- lítico, la persuasiva fábula de Mexento Ácri- PA había demostrado cómo, del examen de las funciones del cuerpo, se puede sacar un excelente modelo de una constitución polí- tico-social. Aunque se acuse, y con razón, á nuestra época de conceder g las cosas puramente materiales de la vida, tan preponderancia á en oposición á las tendencias espiritualistas de las épocas precedentes, es sensible sin embargo, que lo que sabemos sobre los fun= damentos materiales de nuestra existencia, se tengan todavía en tan poca consideración. El ideal y la verdad no deben marchar separadamente, y ambos nos inducen á bus- car en el estudio de las condiciones de la vida, una base cientifica y positiva de la cues- tión social, de un socialismo sano y verda- dero. El organismo humano posee, como una ad= ministración financiera, INYYCSOS Y CLTesos. Los primeros están representados por los alimentos y las bebidas; y podemos recor- dar aquí que Beccart, de Bolonia, emitió por primera vez la idea de que el cue "po del animal esta constituido por las msimas subs- tancias que componen su subsistencia, idea que Prevost y Dumas demostraron después con exactitud. mones se escapa el humo de los materiales quemados; por los orimes, las escorias y los desechos de la máquina. En el equilibrio realizado del Debe y el Haber residen la fuer- za y la salud. Pero el balance animal esta dotado de una gran elasticidad, gracias á la aptitud que posee el organismo de regula- rizar sus gastos, aumentándolos cuando hay exceso de materiales introducidos, disminu- yéndolos, al contraio, cuando hay escasez. go, limites variables con los individuos, y que no podrán traspasarse Existen, sin embar sin ver aparecer perturbaciones orgánicas: las enfermedades. Por medio de métodos y procedimientos de investigación diversos, experiencias mul- tiplicadas, ha podido la Fisiología determi- nar esos límites generales, precisando lo que el hombre debe absorber según las condi- ciones en que se halla, y fijando también el balance de la alimentación humana. El hombre que ejecuta un trabajo mode- rado debe introducir en el organismo, por períodos de 24 horas, para mantener su pe- so en equilibrio: Albúmina....... Deo eS tal) Gris ocon os OE . Qe Substancias amiláccas y azucaradas....... 450 S1 come menos, debe trabajar menos ó sacrificar una parte de su propia substancia. En efecto, es verdad que por un tiempo li- mitado, un hombre puede vivir con un sis- tema nutritivo inferior al indicado más arri- ba, ejerciendo un trabajo fatigante y penoso, como lo demuestran. entre otras, las obser- vaciones que se hicieron sobre la g cuardia móvil durante el sitio de París. Entre nosotros, hay algunos que consumen ciertamente una cantidad de alimentos su-= perior á sus necesidades; pero éstos se ven castigados por las afecciones diversas que se procuran con sus excesos, y correspondería á una buena legislación social poner un tér- mino á ese despillarro de fuerza, á esa subs- tracción de materiales nutritivos, para ase- gurar una repartición más justa y dar á todos una alimentación suficiente. Porque es evidente que otra parte del pue- Los ingresos son incesantes. Por los pul- blo sulre por la insuficiencia de una buena COSMOS 59 alimentación. No tenemos mas que consul- tar los datos oficiales de la estadística So- bre las condiciones materiales de la vida de los campesinos en las diversas regiones de Italia !. En el distrito de Turín, que es el prime- ro que se cita, el relator M. A. Masivo dice que el gasto de alimentos de una familia de trabajadores rurales, de diez personas, se eleva 4 948 francos. En esta alimentación el maíz representa la mitad, y la otra mitad la forman el trigo, el centeno y un poco de queso. Un calculo muy sencillo basta para demostrar que esa familia, con sus 948 fran- cos, está en la imposibilidad de procurarse los alimentos suficientes para sus necesida- des fisiológicas. El precio de 100 kilogramos de maiz es por término medio 15 francos, ó sea 0,*15| senta 100 gramos ) dl el kilogramo. Este repre 592 de de substancia azoada, 4 EA ooo po S 656,* 5 de hidrocarburos. Teniendo en cuen- gún las experiencias he- chas por MaLrarrr sobre la asimilación de ta las pérdidas, se DAO nm V la polenta, se debe admitir que 60 gramos solamente de substancias azoadas son asimi- | ladas por el organismo. Para encontrar los 70 gramos de substancias albuminoides que faltan y tomando la substancia más econó- mica, es preciso añadir á la ración de maíz, 200 gramos de queso magro. Al precio, pues, de 1,%20 el kilogramo, es un gasto cotidiano de 0,124 por per- sona, sean 866 francos anuales para una fa- milia de diez personas. Admitiendo que to- dos los miembros de la familia consuman como adultos, es un gasto total de 1,413 francos el que esa familia debería realizar gurarse la ración alimenticia fisioló- gica, y hemos visto que este gasto no es, en pa Pa ase realidad, sino de 948 francos. Y todavía no es ésta una cifra elevada, porque los prome-. dios muestran que el gasto cotidiano de los campesinos de los alrededores de Turín, es próximamente de 0,%39, en tanto que en el ejército se concede 0,*62 para el alimen- to del soldado. Las condiciones sociales no son peculia- res del distrito de Turín, y como lo demues- | 1 Bodio, Annali dí statistica, 1879, vol. VII, p. 125. tran los datos oficiales, ninguna parte de Italia se exceptúa de esta regla. Y sin em- bargo, la abundancia y la buena calidad de los alimentos es uno de los factores más 1m- portantes del bien público, así como uno de los mejores indicios de su estabilidad y de su seguridad. Francia tiene la ventaja de poseer una re- partición más uniforme del uso de la carne, sobre todo en su población rural. En Sajonia el consumo de la carne de buey y de puerco, en 1875, igualaba al consumo total de carne en Francia. En la Gran Bretaña, el consumo anual de carne y de cereales alcanza una cifra supe- rior á todos los demás paises de Europa, y esta superioridad queda marcada, aun cuan- do se tenga en cuenta el clima. En los Estados Unidos, escribe M. Rask-= ri, la cantidad de substancias alimenticias gastadas por cada individuo, alcanza una ci- fra enorme. La carne, el pescado fresco, el pan blanco, las frutas, son de un uso uni- versal. Además, en las familias obreras rei- na una gran limpieza, y HrexseN afirma que jamás ha encontrado un obrero que, antes de sentarse á la mesa, no se asee escrupu- losamente. Pero veo que se suscitan dudas y objecio- nes que parecen formidables. Contra esta afirmación de la insuficiencia ¡alimenticia de nuestros campesinos, se pre- senta, es verdad, una objeción fácil y natu- ral: los campesinos trabajan mucho y desa- rrollan mayor fuerza que otras gentes. La explicación es fácil, sí consideramos que en- tre los campesinos y los obreros, las subs- tancias albuminoidas son las insuficientes, y que consumen por el contrario un exceso de feculentos y algunas veces grasas. Y bien, para producir trabajo en la máquina animal como en las máquinas de vapor, es preciso, sobre todo, quemar carbón. Debemos com- parar nuestro campesino á una maquina; en él la preponderancia adquirida sobre la acción muscular por el ejercicio y la alimentación, ¡hace casi nula su actividad psíquica. No sólo la cantidad insuficiente de albumi- ¡noides influye sobre la energía individual, sino también la naturaleza de su combina- |¡ción. La clase pobre saca casi todos sus ali- 60 COSMOS mentos albuminoides del reino vegetal, mien- tras que la carne está reservada casi exclu- sivamente á las clases acomodadas; pues los alimentos de origen animal han sufrido, en la segunda mitad del siglo actual, un au- mento de precio de 140 %/,, en tanto que la alimentación de origen vegetal no ha sufri- do sino una elevación de 30 9/,. Sucede en las clases de la sociedad lo que en el reino animal: los amos, los domina- dores, son carnívoros; los criados, los do- mésticos, son hervíboros. El halcón, el águi- la, son animales valientes, orgullosos, viven en la independencia; en tanto que el buey y el caballo se someten dócilmente al yugo ó á la silla. El Estado y la sociedad ya han reconoci- do implícitamente y rendido homenaje al axio- ma fisiológico de que la salud, la fuerza y la energía de las masas dependen de todas las condiciones del medio que las rodea y, en primer lugar, de la alimentación. Así es co- mo en todos los ejércitos, precisamente allí en donde la acción gubernativa es más direc- ta, la alimentación está basada en las exi- gencias fisiológicas, como lo demuestra el cuadro siguiente, que representa en gramos la composición de la ración alimenticia de los soldados. Italia Francia Alemania Austria Rusia Ingl* 1 Wboo00s0000 919 1000 875 750—1000 122 8680 PE y 180220 1) b 5 205 4 Carme 0omoo.. o] y 15 de grasa 309 190—420 150—500 205 240 ATTOZ + 0ooco.o 150 " 105 90—170 " " Legumbres ... " 100 121 " " " WU Ooos000990 250 500 " " " " Es de notar que los grandes capitanes concedían una importancia esencial á la ali- mentación del soldado. Fenerico EL GRANDE escribía: «Cuando se quiere una base sóli- da para la buena organización de un ejérci- to, es preciso comenzar por ocuparse del estómago. » NapPoLEóN Í decía: «El soldado tiene el valor en el vientre,» y M. ve MoLrkkg: «En campaña, ninguna ración alimenticia es cos- tosa, con excepción de la que es mala.» Los filósofos antiguos habían presentido bien la relación que existe entre las costumbres de los pueblos y su régimen alimenticio, así como la ley secreta que, según la alimenta- ción, arregla los destinos y la vida política de muchas naciones, Los jefes religiosos, al prescribir la abs- tinencia de la carne animal, querían obte- ner y obtuvieron, en efecto, de los dicipulos una obediencia pasiva, una débil resistencia. En los tiempos modernos, FrexerBach, el fi- lósofo del humanismo, ha dicho: «El hom- bre es lo que come (Der Mensch ist was er genio adivinador, había visto que las revoluciones toman su isst.)» NAPOLEÓN, con su origen en el vientre. Un fisiólogo que ha he- cho un estudio profundo de la alimentación humana, MoLeschorT, ha descrito así su in- fluencia: q «El valor, la buena voluntad y la actividad gran parte de una nutrición 8 sana y abundante. El hambre vacía el cora- dependen en zón y la cabeza. «Ninguna fuerza de voluntad es capaz de suplir la acción de una sangre pobre, dé un músculo mal alimentado ó de un nervio ago- tado. «Los pueblos que principalmente se ali- mentan de vegetales, son dominados fácilmen- te por aquellos que comen carne.» Esto no significa que yo quiera negar la gía moral. Es cierto que hombres mal alimentados, debilitados, pueden desplegar un valor y una altísima inteligencia; mien= ener tras que otros, colocados en buenas condi- ciones materiales, son incapaces de entusias- mo y de actos valerosos. Pero la necesidad fisiológica es la palanca de las facultades hu= manas, y no podemos esperar mas que es- fuerzos fugaces y pasajeros en un organismo mal alimentado. Si afirmamos la preponderancia de los ele- mentos exteriores y económicos, no por eso desconocemos la obra de la voluntad y de la libre energía en la historia humana; pero la vida intelectual y moral está, sin embargo, fatalmente sometida á las condiciones fisio- lógicas; debemos, pues, velar con cuidado sobre éstas para conservar lo que el hombre tiene de más precioso: el carácter y el sen- timiento del deber. Aunque los irlandeses en los Estados Uni- dos y los italianos en la República Argenti- na hayan cambiado su primitivo modo de ser, creemos que existe una influencia en la energía moral de la raza, á causa de la trans- 8 misión de las modificaciones hereditarias. COSMOS 61 Si se admite manifiestamente que la indus- tria y el comercio deben sufrir la influencia de las grandes leyes de la alimentación, no está por demás citar algunos ejemplos. Béarp, que ha escrito un excelente libro! sobre la filosofía médica cantemporánea, re- fiere una observación interesante sobre el consumo y el comercio de cerdos. Entre los efectos señalados de la civiliza= ción sobre el sistema nervioso, las digestio- nes difíciles, dice, son uno de los más co- nocidos y de los que primero se han obser- vado. La historia de la elevación y luego de la caida del cerdo como artículo de consu- mo, es á este respecto una de las más ins- tructivas. En América, el puerco, como el indígena, huye ante la civilización. En todas las grandes ciudades orientales de los Esta- dos Unidos, en la clase de gentes que tra- bajan con la cabeza, muy pocas veces se ve aparecer la carne de puerco en la mesa, por- que el estómago que trabaja cerebralmente, no puede digerirla. En la generación pasa- da, cada día, y con frecuencia tres veces por día, la carne de puerco, en todas sus formas, servía de alimento á nuestros padres, que la comían hasta la saciedad, sin preguntar- se si era fácil ó no de digerir. Esta deca- dencia de la carne de cerdo ha producido y produce aún, en América, efectos desastro- sos, porque no se ha podido todavía susti- tuirla con otro alimento tan rico en grasa. Los hermosos trabajos de Buxcr han demos- trado que el consumo de otra substancia tam- bién está subordinado á ciertas leyes fisioló- gicas. Por medio de sus investigaciones et- nográficas, ha llegado á formular esta ley: que, en todos los tiempos y en todos los lugares, los pueblos que han hecho única- mente uso de alimentos animales, no cono- cían la sal, ó la desdeñaban cuando conocie- ron su uso; en tanto que aquellos que se alimentaban principalmente de vegetales, tenían una pasión irresistible por la sal y la consideraban como una substancia nece- saria é indispensable para la conservación de la vida. No era, pues, posible que la fortuna son- riera á los que querían llevar el comercio de la sal al seno de los pueblos carnívoros. Con justa razón el impuesto sobre la sal ha encontrado siempre serias dificultades, y por ésto la abolición ó al menos la diminu- ción de ese impuesto, ha sido siempre uno de los puntos importantes en los programas de los hombres políticos, de los filósofos y de los reformadores. Todavía nos acordamos de la viva agitación que se produjo reciente- mente en Italia á este respecto. El argumento que se presenta y que es ri- gurosamente cierto, es que esa contribución grava al pobre, porque se alimenta sobre todo de substancias vegetales y no tiene mas condimentos que la sal, la cebolleta y la sal- via. Debemos repetir con el gran naturalis- ¡ta Burron: «El impuesto sobre la sal es un delito que echa por tierra los beneficios de ¡la naturaleza,» y con un gran químico, Lre- BIG: «El más odioso, el más absurdo de to- dos los impuestos, es el de la sal.» M. P. ALBERTONI. (Concluirá.) A AA JUGUETES CIENTÍFICOS! IV El poder ascencional del aire caliente se nos manifiesta en el tiro de cualquier chi- menea. Se ve también en la mongolfiera y en la tendencia á subir que tienen las llamas. Es el principal factor del poder propulsor de uno de los motores antiguos: el molino de viento; pues el viento no es otra cosa que el aire que se precipita hacia adelante para ocupar el lugar que el aire caliente ha de- jado vacio. El aire enrarecido por el calor, sube. El poder que directamente se deriva de una columna ascedente de aire calentado, no se ha utilizado sino como motor en algunos 1. Continúa. Véase Cosmos p. 42, COSMOS juguetes mecánicos, 6 cuando más para ha- cer funcionar pequeñas muestras mecánicas. El juguete motor que representa la Fig. 45, es tan familiar que no necesita descrip- ción. Se pone generalmente sobre una bom- billa ó al lado de un tubo de estufa, donde el aire caliente que sube con mucha veloci- | dad, puede tropezar contra las aspas. El aire, obrando sobre las aspas según tan conocida del plano inclinado, produce un movimiento lateral de cada aspa, y como estas están sujetas en el centro de la rueda AV libres en sus extremos exteriores, se ven obligadas á moverse circularmente. El trompo aéreo, Fig. 46, es el reverso del juguete que acabamos de describir. En vez de hacerlo girar por elec- to de una columna ascen- dente de aire, se le hace su- bir en una columna de aire por electo de su propio mo- vimiento giratorio. Substancialmente es de la misma forma que el motor de aire caliente, Fig. 46.—TRroMPO AÚREO pero es mucho más pesado, con objeto de que pueda adquirir suficiente velocidad pa-: ra elevarse en el aire. Con la aplicación de suficiente cantidad de fuerza, este trompo sube hasta una altura de 150 a 200 piés. No puede llamarse propiamente una máquina voladora, por- que no lleva su propio mo- tor. En la Fig. 47, sin em- ba rgo 5 representamos una cierto modo, lleva su propio poder; ésto es, potencia acu- mulada. Consiste en un marco li- Fig. 47.—EL VUELA-VUELA gero que tiene en un extremo un arco de ca- ña delgada, incluido en una bolsita de pa- pel de seda, la cual forma una especie de timón cuando el vue- la-vuela asciende y se abre como para- guas cuandodescien- de, formando un pa- 'acaldas, que retar- da mucho el descen- la ley | máquina voladora que, en| Fig. 48.—PÁJARO MECÁNICO DE PENAUD so. En el atravesaño del extremo opuesto está insertada una pequeña flecha de alambre que tiene en su extremo interior un anillo para recibir unas cuantas tiras de goma elástica, las cuales estan sujetas por el otro extremo del marco. Al extremo exterior de la flecha está asegurado un pedazo de corcho. en el cual están insertadas dos plumas inclinadas en ángulo con relación al plano de rotación de la flecha, y puestas una en frente de la otra. Dando vueltas á la rueda propulsora que así queda formada, se tuercen las tiras de ¡goma elástica, y se acumula en ellas el po- der suficiente para hacer girar la rueda pro- [pulsora en sentido opuesto al que se nece- ¡sitó para darle cuerda, y lanzan de este modo Lel juguete en el aire. | Otro ingenioso aparato que se acerca to- ¡davía más al ideal de la máquina voladora, está representado en las Figs. 48 y 49. La ¡Fig. 48 es una perspectiva del pájaro ente- ro, v la Fig. 49 otra perspectiva amplifica- | | Fig. 49 ¡da de las partes que funcionan. Se conoce ¡con el nombre de pájaro mecánico de Pr- NAUD: Es un bonito juguete que imita muy bien ¡el vuelo de un pájaro. Vuela por algunos “segundos, y luego es preciso volverle á dar cuerda. Dos soportes en forma de Y, sujetos en una varilla que representa el espinazo del “aparato, sostienen en sus extremos superio- res dos alambres, so- bre los cuales están dispuestas dos alas de seda ligera. Elar- mazón de las alas es muy ligero y está uni- do por los ángulos interiores al espina- zo. En los soportes en Y está insertada una flecha en forma de manubrio, la cual lleva en su extremo anterior un alambre transversal, que forma una especie de volante y sirve también co- mo llaye para dar cuerda. El extremo in- terior de la flecha está provisto de un anillo al cual están unidas tiras de goma elástica, que á su vez están aseguradas en un alam-' bre situado en el extremo posterior del apa- rato. Dos varillas engarzadas en el manu- brio, están unidas por medio de goznes al brazo más corto de las palancas de las alas. El extremo posterior del espinazo está pro- visto de un timón. | Se tuercen las tiras de goma elástica ha- ciendo girar la flecha por medio del alam- bre transversal. Cuando se suelta la flecha, | las tiras de goma elástica la hacen dar vuel tas en sentido opuesto, lo cual causa un mo- vimiento oscilatorio de las alas, que hienden el atre de un modo muy natural, y propio pa- ra mover el aparato hacia adelante. Aquí es- tá comprendido el principio del plano ineli- nado; pero este plano en lugar de girar co- mo en los casos arriba mencionados, obra ejecutando movimientos alternativos de as- | censo y descenso. | El juguete del boomerang |, que es, en O cierto modo, semejante al verdadero instru- mento, no puede realizar todos los efectos que se le atribuyen; pero puede arrojarse y hacerse volver casi por el mismo camino. Este juguete, Fig. 50, se ha- ce de un peda- zo de cartón, cortado según una curva para- bólica, como se ve en el graba- do, siendo un brazo del boo- MErang un poco Fig, 50.—BOOMERANG más largo que el 1 No hemos podido encontrar traducción á la pa- labra boomerang. Según WerkstEr, esta palabra de-| signa un arma arrojadiza, muy singular, usada por los naturales de Australia. Se hace de madera dura, tiene generalmente de veinte á treinta pulgadas de longitud, dos 4 tres de ancho y de media á tres cuartos de pulgada de espesor. Está doblada por el: medio formando un ángulo de 1009 4 1400, y describe en el aire curvas muy notables. | COSMOS otro. Cuando se pone en una superficie in- elinada, como se ve en el dibujo, y se gol- pea bruscamente con un lapiz, el boome- rang, 4 consecuencia del golpe, toma un movimiento de rotación rápido, y como al mismo tiempo recibe impulso hacia adelan- te, la primera parte de la trayectoria resul- ta prácticamente en la continuación del pla- no de donde el boomerang partió; pero cuando se acaba la fuerza que lo impulsa, el Loome- rang sigue dando vueltas y conserva su mis- mo plano de rotación, de tal manera, que ¡cuando comienza á caer, en lugar de des- eribir la trayectoria de los proyectiles ordi- ¡narios, vuelve por el mismo camino, ó qui- zá por camino diferente, al punto de partida. El aplanamiento ó curvatura del Loome- rang y la forma de sus aristas, así como la posición que se le da al tiempo de golpearlo, y la velocidad y modo de partida, todo tie- ne influencia para determinar la ida y la vuelta del proyectil. G. M. H. o o— BIBLIOTECAS PUBLICAS DE PARIS En un informe rendido por el Prefecto del Sena sobre las bibliotecas públicas de Pa- rís y sus suburbios, se dice que ascienden a 64, y que todas están anexas á las dife- rentes casas consistoriales y escuelas del mu- nicipio. Se dieron á leer el año pasado. ... 1.385,642 libros, siendo de éstos 690,105 novelas. Los artesanos, que son los que más usan estas bibliotecas, devuelven escrupulo- samente los libros, pues la pérdida anual no ¡llega al medio por ciento, y cuando los li- ¡bros no son devueltos, más bien se debe á descuido que á fraude. La gran preferencia por las novelas indujo á la admininistración lá recomendar á los bibliotecarios interpu- sieran toda su influencia 4 fin de dar á los lectores más obras serias é instructivas; pe- ro el único resultado de esta medida fué un descenso inmediato en el número de los lee- tores. En consecuencia, se revocó el acuer- do, prefiriendo la administración que el pú- blico leyese novelas en vez de nada. (Scientific American.) áíl——_—_—_ —.- 64 COSMOS LA CIENCIA DIVERTIDA ILUSIONES DE OPTICA I Tomad tres tiras de papel blanco de la misma longitud y una de ellas de la mitad Cruzad en for- del ancho de las otras dos. ma de X las tiras y del mismo ancho y colocad vertical- mente en su inter- sección la más an- gosta: ésta Os pare- cerá más larga, siendo necesario de- mostrar con el com- É pás que las longitu- E des de las tres tiras son rigurosamente iguales, para que los espectadores se rin- dan á la evidencia. Esta ilusión, sensible para el que mire nuestro dibu- muy jo, lo será mucho más con pedazos de papel blanco puestos sobre un fondo de papel ó de paño negro. Si hacéis ahora con vuestras tres tiras una figura que tenga la forma de la letra H, po- niendo la tira angosta de rasgo horizontal, y luego hacéis girar ésta como si tratarals de figurar una N, entonces 0s parecerá Más corta que las dos ti- ras verticales, á pesar , de tener exactamente f la misma longitud. Así pues, una tira £ de papel que tiene si exactamente la misma + longitud que las otras dos, Os parecerá oraf más grande, ora más pequeña, según la po- sición que le hayáis da- do con relación á las otras; y eso á causa de la curiosa ilusión de óptica de que todo mun- do podrá fácilmente ser juguete. ¡0 Transformad una tarjeta en una especie| Fic. 52 de parrilla de atravesaños paralelos, como lo indica el dibujo, y haced girar detrás de esta parrilla una tira delgada de papel ó de cartón, cuyos bordes sean perfectamente rec- tilíneos, alrededor de un alfiler como eje, que se clavará en una de las esquinas de la tarjeta. Cuando la tira móvil sea casi perpendicular á los de la parrilla, parecerá li- por líneas rectas, pero á medi- da que la pongáis más oblicua con res- pecto á los atrave- atravesaños mitada saños, revestirá la apariencia, más pro- nunciada cada vez, de estar compuesta de lineas pequeñas que no se encuen- tran en la prolon- gación unas de las Fic, 51 otras. Es ésto muy notable, sobre todo, en la posición de la izquierda de nuestro dibujo, y solamente aplicando una regla en las dos líneas que la limitan, podréis rectificar la ilusión óptica que acabamos de señalaros, y convenceros de que estas dos líneas son per= fectamente rectas.—Tom Trr. Modo eficaz de conocer la presencia del alumbre en el pan Nuestro amigo el Dr. Schumacuer-Korr ha hecho conocer (Zeit- schrift fúr angew Che- mie) un procedimien- A to rápido para demos- trar la presencia del alumbre en el pan. Este procedimiento consiste en humedecer el pan sospechoso en un extracto acuoso y reciente de madera de Lima. Si hay alumbre aparecerá una colo- ración roja. En lugar de la madera de Li- ma se puede hacer uso de una solución alco- hólica de alizarina al 10 %/,. *COSMOS* Lámina 52 F. FERRARI PÉREZ, For. FoTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS GRUTA CARLOS PACHECO (CERCA DE CACAHUAMILPA) ESTALACTITAS DE LA ENTRADA REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DireEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo Il Tacupaya, D. F., 1% pe Marzo pe 1892 LA FISIOLOGÍA Y LA CUESTIÓN SOCIAL ! Si dejando á un lado los impuestos y el comercio, examinamos los demás fenómenos sociales, se ve que el mayor número de de- litos que se producen contra la propiedad, son un efecto de la miseria;—que hay relación entre el precio de los granos y el número de matrimonios;—que es preciso admitir un paralelismo entre el precio de los artículos alimenticios y la mortalidad, por mucho que la facilidad de los cambios tienda á anular Acomodados Sd EA pal Eloded Pa ña 160 | a MAR CO ABREN 120 124 4 207) 1461 8 9 10 M1 12 19 14 15 16 17 18 49 Fic. 53.—Gráfico que muestra el crecimiento com- parativo de la talla en individuos de 8 á 19 años, pertenccientes ¿las clases acomodadas y ¿las cla- ses pobres de la ciudad de Turín.—(Tomado de la memoria de M. Pacurant: Ánnali de statisticct, 1878.) los efectos de las carestías. El profesor Br- LA Weisz, que recientemente ha hecho inte= 1, Concluye. Véase Cosmos, p. 57. Acomodados Fic. 54.—Gráfico que indica el aumento de peso en los individuos de 8 á 19 años en las clases aco- modadas y pobres. resantes investigaciones estadisticas, llega á esta conclusión: el precio de los granos, y principalmente el del trigo, ejerce influen- cia sobre la mortalidad de la población. Es= ta influencia es bastante fuerte para poder- se distinguir con claridad en medio de los hechos múltiples que influyen sobre la mor- talidad. 1 Por otra parte, desde este mismo punto de vista, el estudio de la mortalidad y de la duración de la vida media en las diversas clases sociales, es todavía más significativo. La clase pobre tiene siempre una morta= lidad superior. No cabe duda que una buena alimentación, á igualdad de condiciones, debe influir so- bre el desarrollo físico. Y sin embargo, exis- ten á este respecto preocupaciones que se apoyan en hechos contradictorios en apa- riencia. Basta mirar los graficos compues= 1 Bria Weisz, Die Ehe-Frequenz in ¿hrer Abhan- gigkeit von den Getreidepreisen. 66 COSMOS tos por PAGLIANI sobre el crecimiento del hombre por estado, por sexo y según las condiciones sociales. Se construyeron esos cuadros con medidas tomadas en niños de los dos sexos, pertenecientes á las clases aco- modadas y pobres de una misma región (Tu- rin). En estos cuadros, el hecho más notable, es que la curva del peso, la talla y la capa- cidad vital de la clase acomodada es siem- pre superior á la de las clases pobres, lo que quiere decir que el peso medio, la talla me- dia y el aire medio respirado son más ele- vados en el primer grupo (Figs. 53, 94 y 55). Otra curva que merece igualmente tomar- se en consideración, representa la fuerza muscular. Permite reconocer la grande y feliz influencia del ejercicio. A cualquiera edad, el niño del campo presenta una fuer- za muscular superior al de la ciudad, sea pobre ó rico (Fig. 56). La alimentación no favorece el desarrallo de los órganos, sino cuando va asociada con un ejercicio activo de esos órganos. Asi es co- -mo vemos desarrollarse los músculos de un cargador, mientras que los de un gran se- Pobres (Ciudad) Acomodados Pobres (Campo). 150 |] EAS 40 aaa pura ama aa: ouro used doo 100 aa a 00 Gus pea EA Amada! Jus 2S00 EN 8 9 19 41 12 143 19 15 160 17 18 19 Exc. 55.—Gráfico de la capacidad vital en las clases pobres y acomodadas (ciudad de Turín). for, ocioso, quedan magros y débiles, á pe- sar de estar mejor alimentado. _ La buena salud es el resultado de cierta comodidad. Desde el punto de vista de la higiene, la riqueza puede ser tan nociva como la pobre- za: una expone el organismo a gastarse por to) Acomodados Por a ere Cindad Capacidad Vita) ul AL 10 020 A PITT L fiin! 8 9 40 44 42 13 16 45 16 17 18 19 Fic. 56.—Gráfico que indica la fuerza muscular en las clases pobres y acomodadas de la ciudad y de la clase pobre de los campos. el exceso, y la otra por falta de lo necesa- rio. La principal ventaja de la pobreza resi- de en que inspira el deseo de substraerse á sus golpes y de desarrollar aptitudes que de otro modo quedarían latentes. Pero pocos, muy pocos, salen victoriosos en esta lucha desigual. Los salarios, las obras de benefi- cencia aumentan sin duda, y todos los hom- bres de corazón, por la iniciativa privada ó por la oficial, se consagran á aliviar la mi- seria; pero parece, no obstante estos esfuer- zos, que la adquisición de los medios indis- pensables para la existencia, se hace cada vez más difícil. M. Dz FovintkE en su trabajo sobre la va- riación de los precios en Francia, muestra gul- do estas variaciones: toda la propiedad raiz, que los precios de las mercancías han se un aumento real de 137 por 100; los alimen- tos de origen animal, un aumento de 142 por 100; las bebidas indígenas, un aumento de 109 por 100; en fin, los productos de la industria, una diminución de 25 á 62 por 100. Resulta de estas cifras la tendencia |ascensional de los precios de los productos COSMOS 67 agricolas, indispensables á la existencia, y la o tendencia decreciente de los productos in- dustriales. El descubrimiento que haría más servicios á la humanidad, sería aquel que permitiera suministrar azoe fácilmente asimilable. Uno de nuestros sabios más simpáticos, ManrE- GAZZA, hace ya tiempo escribió: «Dar átodas las clases pobres de Europa ázoe bajo una forma que no repugne al paladar, es arran- carlas de la miseria, acrecentar las fuerzas de todas las naciones, y aumentar la vida media del país.» TI El segundo término del problema social es el trabajo. Ganarás el pan con el sudor de tu frente. La Fisiología muestra con evi- dencia la necesidad y la moralidad del tra- bajo. Hace mucho tiempo que ya PLurarco había dicho: «El que quiere conservar la sa- lud viviendo en la ociosidad, es tan insen- sato como aquel que tratara de perfeccionar su voz por medio del silencio.» Al antiguo proverbio: la ociosidad es madre de todos los picios, podemos agregar este otro más her- moso y más consolador: el trabajo es el pa- dre de todas las virtudes. Los presos se elevan moralmente por el trabajo, y nada es más eficaz y saludable en los asilos de enajenados, para los pobres lo- cos, que un trabajo regular y bien apro- piado. La conservación de la salud reposa en un justo eqilibrio entre las entradas y las sali- das, entre el trabajo y la alimentación. Sino ejercitamos suficientemente nuestros órga- o) guínea y los cambios intersticiales se debilitan, se suspenden, la nos, la circulación san vida languidece. En efecto, la vida es un trabajo, y la naturaleza no conoce el repo- so absoluto; aun cuando parezca entregado al reposo más completo, el sér viviente está obligado á consagrarse al trabajo para ase- gurar su circulación y su respiración. El cambio de los materiales, en economía ani- mal como en economía social, es más activo allí donde se trabaja. El trabajo desarrolla los órganos y la ociosidad los atrofia; la im- portancia de ellos en el organismo está en razón directa de la actividad de su función. Salvo en los casos de parasitismo, la molé- cula nutritiva se distribuye en los elemen- tos anatómicos en razón de su actividad fun- cional y reproductora. No puede considerarse bien ordenada una ganan- 8 cias no se reparten proporcionalmente al tra- sociedad en donde la riqueza y las bajo consumido, debiendo al menos las ga- nancias representar el equivalente necesario para reparar el gasto fisiológico producido por el trabajo. La riqueza, que bien podemos considerar en gran parte como trabajo acumulado, de- be utilizarse, como un patrimonio común, en favor de los quo no se hallan en las con- diciones requeridas para proporcionarse la alimentación necesaria; es decir, de los ni- ños, los ancianos y los enfermos. Puede medirse ahora el trabajo muscular con precisión rigurosa, merced á las nocio- nes que se han adquirido sobre el equiva- lente mecánico del calor. Ahora bien, en to- das las máquinas, solamente una parte (9 á 10 por 100) se transforma en trabajo, el res- to se pierde. El organismo humano tiene un rendimiento superior, y para una misma can- tidad de carbón quemado, da más trabajo. El calor y el trabajo mecánico se derivan de las fuerzas contenidas al estado de ener- gía latente en los alimentos. En todos los ación de guerra es más rica 8 que la ración de paz. Los alemanes atribu- ejércitos, la yen, en parte, su buen resultado en la últi- ma guerra, á la excelente alimentación de su ejército. Está todavía muy generalizada la opinión fundada en la idea de J. J. Rousseau, quien pretendía que el ejercicio, el aire libre y las costumbres sencillas bastaban para prevenir las enfermedades. Estas serían indudable- mente excelentes condiciones de salud, si no fuesen destruidas por el exceso de tra- bajo é insuficiencia de alimento. Exceso de trabajo, transpiración profusa, insuficiencia de sueño y de alimento: tales son las influencias que obran sobre todos los habitantes de cada Estado. Las mujeres del campo trabajan, transpiran, duermen mal y comen insuficientemente, como los hom= bres, y tienen además, los embarazos, los 68 COSMOS cuidados y el amamantamiento de sus hijos. Es una existencia de destrucción. Los materiales que continuamente absor- ben los músculos en trabajo, no pueden lle- gar por esta causa al cerebro, que se hace vada vez menos impresionable y más y más perezoso. Únicamente las imperiosas excl- taciones de las necesidades orgánicas pue- den determinar una reacción; las otras ex- citaciones son impotentes. Aun antes de que poseyéramos los datos exactos de hoy, se sabía desde hace mucho tiempo que, en igualdad de condiciones, la calidad del régimen ejerce una gran influen- cia sobre la producción del trabajo. Ejem- plo: el tantas veces citado de los obreros empleados en el ferrocarril de Ruan el año de 1814. Los ingenieros ingleses, encarga- dos de la construcción, habían observado que los obreros ingleses que habían traido de su país, suministraban más trabajo que los obre- ros franceses; y sustituyeron con carne de res asada el régimen vegetal de los france- ses. Rápidamente se observó que éstos pro- ducían tanto trabajo como los ingleses. El trabajo nervioso se acompaña de una combustión muy activa, sobre todo de subs- tancias albuminoides, y aunque nuestros co- nocimientos sobre los cambios nutritivos del tejido nervioso sean.aun poco precisos, se sabe que la reparación es más lenta y recla- ma una elaboración más completa de los ma= teriales nutritivos. Los músculos, como los nervios, se fati- gan después de algún tiempo de excitación, y deben reposar para recuperar su actividad funcional; bajo la influencia de diversos ex- citantes, pueden todavía funcionar por más tiempo; pero la reparación se hace con me- nos facilidad. Un reposo regular propor- cionado al trabajo, es una necesidad fisioló- gica. La salud no puede conservarse mas que por un ejercicio moderado y equilibrado de todos los órganos; el funcionamiento exce- sivo del estómago ó de los músculos no pue- de producirse sino á expensas del cerebro, y recíprocamente. Es evidente que el trabajo intelectual pro- cura más bienestar, más satislacción, más independencia y más riqueza. Los trabajadores cerebrales alcanzan una edad más avanzada; pero también el uso exa- gerado del sistema nervioso no carece de in- convenientes; y la civilización contemporá- nea tiende á aumentarlo. El fisiólogo sueco ÁxeL Key, muy conoci- do por sus investigaciones sobre higiene es- colar, ha dirigido al Congreso de Berlín una comunicación interesante sobre este punto. Las condiciones de salud de los niños que frecuentan la escuela, durante la pubertad, en Suecia y Dinamarca, son de las más tris- tes: 40 por ciento de los niños examinados estaban atacados ó se temía que lo estuvie- ran, de enfermedades crónicas; 14 por cien= to sufrían dolores de cabeza habituales, y 13 por ciento estaban cloróticos. 65 por 100 de los niños pertenecientes á las clases acomodadas estaban más ó6 menos. enfermos, 36 por 100 eran anémicos con ce- fáleas frecuentes, 10 por 100 tenían desvia- ciones de la columna vertebral, y el 5 9, estaban escrofulosos. AxeL Key atribuye en gran parte estos males á los pupitres dema- siado elevados que se emplean en las clases. En Suiza, los alumnos de las clases supe- riores, trabajan de once á doce horas, al- gunas veces catorce, y no hay tiempo sufi- ciente para el reposo y el sueño. AxeL Key termina su comunicación con estas palabras del padre de la higiene escolar, Penro FrANk: «Cuidad bien vuestras fibras, economizad vuestras fuerzas psíquicas, no agotéis en el niño las fuentes del hombre futuro.» En todos los salvajes, la miopía, la locura, la neurasthenia, la histeria, las dispepsias nerviosas, son: casi desconocidas. La vida sedentaria, la tensión cerebral, las preocupaciones de examen, de éxito, los temores al público, determinan facilmente los desórdenes digestivos. La nutrición del cerebro sufre; la memo- ria, la percepción, la ideación se hacen me-= nos faciles, y rehusa el cerebro obedecer a las órdenes de la voluntad. La tristeza y la inquietud sobrevienen, el sueño y la cir- culación se alteran, y pueden resultar tam-= bién una infinidad de perturbaciones nervio- sas. En la antigitedad, los hombres que se de- dicaban a la ciencia, merced á su vida tran- COSMOS 69 quila, excentos de preocupaciones exagera- das por la prioridad de sus trabajos y de sus descubrimientos, pocas veces eran pre- sa de las neurosis; al contrario, hoy en nues- tros jóvenes profesores y estudiantes, esta enfermedad hace rápidos progresos, y así se ve aniquilada la potencia intelectual del hombre en la mañana de la vida. La ley de la armonía en el orden físico, como en el orden moral, reaparece sin ce- sar. La pobreza intelectual y el recargo es- colar son dos enfermedades contemporáneas, que se han desarrollado á nuestra vista des- de hace algunos años. La satisfacción, lle- ada demasiado lejos, de una necesidad de las más nobles, se hace para los individuos como para la sociedad, el origen de un cú- mulo de males. Todos amamos la instrucción; pero si es- ta mal dirigida, origina lo que Bismark ha llamado la pobreza intelectual, y de aquí na- cen las enfermedades de los nervios. Para luchar contra el primero de estos males sería preciso, repartiendo mejor las funciones y la población, disminuir los gra- vamenes de la agricultura para contener la emigración hacia las ciudades; el antídoto del segundo se le halla en un justo medio entre las funciones nerviosas y musculares. Es necesario llamar bien la atención so- bre el hecho de que los estudiantes alema- nes é ingleses saben luchar con sus múscu- los lo mismo que con su cerebro, y que toda Inglaterra observa atentamente las regatas en que los alumnos de Oxford y Cambridge se disputan el honor de la victoria y los apa- sionados aplausos de un público tan grande. 111 Los alimentos y el trabajo son de un modo fatal, proporcionales al número de individuos entre los cuales deben repartirse. Y aquí surge el gran problema sexual. La necesidad de reproducción es esencial- mente fisiológica. Aparece con la pubertad; pero su satisfacción regular se retarda y en- cuentra obstáculos en razón de las condicio- nes sociales. El matrimonio es fácil solamen= te para los pobres. El aumento de la población no está so- metido a las solas leyes naturales; sobre él reinan en el orden económico dos principios diferentes. Según uno de ellos, el número de los in- dividuos y la cantidad de alimentos dispo- nibles están ligados en una relación íntima, debiendo aumentar necesariamente la pro- ducción alimenticia, cuando la población au- menta. El segundo principio, aunque ya for- mulado antes de MaLtmus, ha sido resumido por éste en tres proposiciones y lleva su nombre: 1* La existencia de los hombres no es po- sible sino cuando hallan los medios necesa- rios á su subsistencia; es preciso pues, en todo caso, que el número de hombres se equilibre con los medios de subsistencia. oran tenden- S cia á multiplicarse; para mantener el equi- 2% La especie humana tiene librio entre los dos factores mencionados, sería pues necesario que los víveres crecie- sen en las mismas proporciones. 3" Pero ese equilibrio tiende á romperse, precisamente porque el aumento de la po- blación sigue una marcha más rápida que el aumento de los artículos alimenticios. Esta cuestión es grave y la primera entre todas; superabundancia de hombres y défi- cit de víveres, decía el Nestor de los eco- nomistas italianos, Ferrara; he aquí la causa intima, expresada bajo la forma más senci- lla, que ha hecho pensar á los pueblos, bien ó mal, heroica ó cobardemente, desde las riberas del Támesis hasta las del Mississipí, desde los tiempos más remotos hasta nues- tros días. Ya Licurco, ArisróreLeSs y PLarón, habían indicado medidas destinadas á moderar el go, el número de los hombres ha continuado cre- aumento de la población; sin embar ciendo más allá de lo que pensaban; y sólo Francía se espanta en su riqueza, al ver que su población ya no aumenta con regularidad. En Inglaterra v Alemania, al contrario, una escuela numerosa combate la excesiva pro- liferación de las clases pobres, pensando que es poco moral que la miseria aumente con el número de los desgraciados. En China la extrema densidad de la población no es po- sible sino por la extrema parsimonia de los chinos, los cuidados religiosos que consa- 70 COSMOS gran á la agricultura y la suavidad de los impuestos públicos. Las proposiciones formuladas por Mar- THus se derivan de consideraciones científi- cas de tal peso, que, para mí, no dan lugar á duda. El poder de multiplicación de la raza humana es tal, que si no encontrara obstáculos, hace mucho tiempo que los ali- mentos fueran ya insuficientes. En los ani- males, la reproducción está sometida á una verdadera auto-regulación. La fecundación es un acto volutario, y son conocidos desde la antigúedad los medios de restringirla. Francia, en el apogeo de la riqueza y de la civilización, no ve aumentar sus habitantes, á causa de los medios artifi- ciales empleados para limitar la producción. Hay un precepto que domina en todas las familias que habitan las ciudades: tener dos hijos á lo más. Dejando á un lado estas consideraciones y sin abandonar el terreno fisiológico, po- demos afirmar que el aumento de población es inevitable, y que si no es proporcional á las subsistencias, se originan muchos males. Esta es la primera causa de la mortalidad de los niños en algunos países y en ciertas clases sociales; y del deterioro físico y moral de la mujer y de los progresos de la prostitu- ción. El empleo de los medios destinados á li- mitar la población puede, en muchos casos, aprobarse, si nos colocamos ante este dile- ma: diminución de nacimientos ó6 mortali- dad extraordinaria de niños y sacrificios de la madre. Pues semejante al salmón que con- sume sus músculos poderosos para preparar la hueva, la mujer pobre da su carne en el parto y el amamantamiento. No quiero prolongar por más tiempo este estudio de fisiología social, y debo repetir lo que ya he escrito: «Espero que nuestra juventud universitaria reflexione sobre esta solución cientifica de la cuestión social, y yo me felicitaría de haber hecho nacer este de- seo. Pedid que la ganancia sea á lo menos el equivalente de la pérdida fisiológica sufri- da en el trabajo. Pero siempre acariciad un ideal y combatid valerosamente por él. Guar- daos de la apatía que enerva el cuerpo y el espíritu; que la crítica os guíe y os corrija, pero que no os espante.» M. P. ArpeErtoN1. (Revue Scientifique, 1891. XL VII, pp. 225-232.) A a MARFIL ARTIFICIAL Se ha intentado muchas veces producir un efecto artificial capaz de sustituir al marfil. Hasta aquí ninguno ha tenido éxito. En es- tos últimos días se ha concedido patente á un procedimiento basado en el empleo de aquellos materiales de que está compuesto el marfil que, como es sabido, son: fosfato gnesila, tribásico de cal, carbonato de cal, mag alúmina, gelatina y albúmina. En este procedimiento, ante todo, se trata la cal viva con agua suficiente para convertirla en hidrato; pero antes de que se haya hidratado completamente ó apagado, se le agrega una solución acuosa de ácido fos- fórico; y al mismo tiempo que se agita la mezcla, se le adiciona á la vez en pequeñas cantidades el carbonato de cal, la magnesia y la alúmina, y por último se le incorpora la gelatina y la albúmina disueltas en agua. Todos los esfuerzos deben dirigirse á ob- tener un compuesto suficientemente plástico y mezclado con la mayor perfección posible. Se deja entonces en reposo para que el ácido fosfórico complete su acción sobre la cal. Al siguiente día, todavía cuando está plástica, la mezcla se pone en los moldes de- seados y se deja secar en una corriente de aire de 150% de temperatura. Con el fin de completar la preparación de este producto artificial, se guarda por 3 6 4 semanas, después de lo cual queda perfecta- mente duro. He aquí las proporciones de la mezcla, que puede teñirse con algún color á propósito: Cala e 100 partes bl 00309992900. Pe SS 300 .,, Solución de ácido fosfórico .. ES Carbonato de cal..... A los MA IZ Alúmina precipitada ........ ap Gelatina....... St tala As (Scientific American, 1891, LXV, p. 167.) COSMOS 71 EXCURSIÓN LASM ONTAÑAS ROCALLOSAS Acaba de tener lugar en Washington un S Congreso Internacional de Geología. Des- pués del Congreso, se organizó una excursión geológica á las Montañas Rocallosas; ochen- ta y nueve personas tomaron parte en esta excursión; las dos terceras partes eran sa- bios venidos de diferentes puntos de Euro- pa. Es la primera vez que un número tan considerable de hombres de ciencia visita una región lejana. Por todo el tiempo estuvo á nuestra disposi- ción un tren especial. Cuando pasaba por un lugar interesante, se detenía; descendían los geólogos armados de martillo, luego se volvían á montar, y así sucesivamente. De Washington llegamos á Chicago, luego á 5. Pablo, donde nos enseñaron documentos in- teresantes para la historia de los periodos glacial y post-glacial. En seguida, en las Mon- tañas Rocallosas, llegamos al Parque Na- cional; visitamos sus curiosidades geológi- cas: las mesas de travertino de Mammoth Hot Springs, la costa brava de obsidiana, geysers, de los cuales se elevan 8 varios a grandes alturas y depositan por to- los númerosos das partes concreciones silíceas, y el lago y el cañón de Yellowstone, cuya formación es todavía un problema. Luego fuimos más allá de las Montañas Rocallosas, sobre la vertien- te del Pacifico, para ver las minas de plata de Butte-City; de allí nos dirigimos á la ciu- dad del Gran-Lago-Salado, capital de los mormones. Después de haber estudiado la antigua extensión del Gran-Lago-Salado, cos- teamos las escarpaduras de las mesas cretá- ceas, donde las erosiones han producido una sucesión indefinida de cortaduras extrañas que simulan torres, murallas, castillos arrui- nados. Atravesamos de nuevo las Montañas Ro- callosas hacia los 39% de latitud, pasando por Newcastle, donde se explota el “carbón de piedra en el cretáceo; por Glenwood, por Ca- non-City, donde vimos los vestigios de los vertebrados más antiguos (peces silurianos. del horizonte de Trenton) y las capas de Atlantosauros; por Leadville, centro de gran- des minas; por Manitou, donde visitamos el Jardín de los Dioses y tomamos un ferroca- rril que nos condujo hasta la cumbre del Pike's Peak, á 4,300 metros de altura. En Denver se separaron los excursionistas; unos fueron á ver el gran cañón del Colorado, otros se volvieron á Nueva York pasando por el Niágara. Así hicimos 2,500 leguas en te- rritorio americano. Con las dos travesías del Atlántico, es un total de 5,500 leguas. Si en nuestras reuniones geológicas, hace treinta años, se hubiera hablado de una excursión semejante, habría parecido muy extraordi- naria. Hábitos nuevos se introducen en la ciencia con gran provecho suyo, pues el cam- bio de ideas con los hombres de los diferen- tes países del mundo, no pueden menos que engrandecer al espíritu. Las Montañas Rocallosas tienen un inte- rés especial para los paleontólogos. Cuando los americanos hicieron los ferrocarriles que las atraviesan, encontraron en espacios 1n- mensos, restos de creaturas fósiles muy ex- traordinarias. Entre las colecciones de esos ejemplares, hay dos que son particularmen- te importantes: la del Profesor Marsm, de New-Haven, y la del Profesor Cork, de Fi- ladelfia. mientos son mas numerosos que nunca. Mr. En estas momentos los descubri- MarsH me ha dado los dibujos de algunas restauraciones de los fósiles más curiosos de las Montañas Rocallosas, que estudia en este Están á la vista de los lectores. He aquí desde luego (Fig. 57) la restaura- momento. ción del Dinosauriano que él llama el Bron- tosaurus, es decir el Sauriano del rayo. La pequeñez de la cabeza contrasta con la gran- deza del cuerpo que, se dice, tendría 15 metros de longitud. El At/antosaurus, aso- ciado con él en el mismo terreno, era toda- grande; se ha pretendido que tenía 8 24 metros de longitud. Aun disminuyendo vía mas un poco esta cifra, podemos creer que es el animal más poderoso que haya jamás vivido en los continentes. El esqueleto del elefan- te de Durfort, que impresiona por sus di- mensiones á todos los visitadores de nues- tra galería de Paleontología, no tiene ni 7 metros de longitud; el Megatherium tiene 5%, 50; el mastodonte de Sansán tiene próxi- mamente 4 metros. La Fig. 58 representa la restauración del 72 COSMOS Stegosaurus, llamado así, á causa de las|na bestia actual puede darnos una idea de grandes piezas que lleva en la espalda; la | tal disposición. Como en el Brontosaurus, se cola está armada de fuertes espinas. Ningu-|admira uno de la pequeñez de la cabeza. Fic. 57.—Brontosaurus excelsus, Marsm.—Jurásico Superior de las Montañas Rocallosas Mr. Marsn ha tomado los moldes del encéfa- | proporción del desarrollo de la substancia lo y de la médula espinal en la región sacra; | nerviosa, es preciso creer que en estos ani- esta última es mucho más voluminosa; si|males era más grande en la parte posterior pues se supone que la energía vital está en! del cuerpo que en la cabeza. El Brontosau- Fic. 58.—Stegosaurus ungulatus, Marsm.—Jurásico Superior de las Montañas Rocallosas rus y el Stegosaurus eran sin duda muy es-| El 7riceratops del fin del cretáceo es aún túpidos. Estos animales vivieron al fin del | más extravagante, como se puede juzgar por jurásico. el ensayo de restauración representado en COSMOS Fic. 59.—Triceratops prorsus, Marsm.—Cretáceo Superior de las Montañas Rocallosas la Fig. 59. Debe su nombre á que tiene tres cuernos: uno mediano, formado por los hue- sos nasales, y dos laterales, colocados arriba de los ojos como en varios rumiantes. La cabeza tiene próximamente 2 metros de longitud. Un hueso está añadido al inter- bió tener hacia adelante un pico córneo co- mo los pájaros; y atrás, dientes como la ma- yor parte de los reptiles; pero estos dien- tes tienen raíz doble como los de los ma- miferos. En su parte posterior el cráneo presenta la mayor rareza: los huesos parie- maxilar; Mr. Marsn le llama el rostral. De-|tales y escamosos se adelgazan (Véase la Fig. , Fic. 60.—Brontops robustus, MarsnH.—Mioceno de las Montañas Rocallosas. (Reproducciones reducidas de los dibujos comunicados por Mr. Marsm á M. Argerro Gaubry, del Insti- tuto. Se han agregado personajes á los dibujos para dar una escala aproximativa.) 74 COSMOS 60) y se prolongan muy lejos para constituir sobre el cuello una especie de capucha, cu- yas primeras vértebras, sin duda inmovili- zadas, se han anquilosado. Los bordes pos- teriores de la capucha llevan espinas. Mr. Marsu clasifica el Triceratops entre los rep- tiles dinosaurianos. Los mamiferos tercia- rios de las Montañas Rocallosas ofrecen tam- bién singularidades. He hablado, en otra oca- sión, del Dinoceras eoceno, del cual hizo Mr. Mansn una restauración qua cedió al Museo de París. La Fig. 61 representa una restau- ración del Brontops mioceno; es un animal de cuernos como el Dinoceras, pero es muy diferente del género eoceno. Podría citar aún otras creaturas dadas a conocer por Mr. MarsH y otros sabios ame- ricanos. Las restauraciones que acabo de re- producir, bastan para dar una idea de la importancia de los descubrimientos que se han hecho en las Montañas Rocallosas ó en sus cercanías; estos descubrimientos, obte- nidos á costas de grandes sacrificios, indi can una rara energía en sus valientes au- tores. ALBERTO GAUDRY, Del Instituto de Francia. (La Nature, 1891, IL, pp. 403-406.) CURIOSIDADES CIENTIFICAS La palanca de Arquímedes Casi en todas partes, en la escuela, en la tribuna, en la calle, se oye decir con frecuen- cia que ArquímeDEs, profundamente maravi- llado por las propiedades de la palanca, ex- clamó en un momento de entusiasmo: Dadme un punto de apoyo y levantaré al mundo! Si Arquímenes dijo efectivamente lo ante- rior, fué contando sin duda con la imposibi- lidad que había, hay y habrá de poder pro- porcionar el punto de apoyo que solicitaba; pues era demasiado inteligente y sabio para ignorar que no le habría sido dado cumplir su ofrecimiento en caso de ser posible en- contrar el deseado punto de apoyo. Para pa- tentizar esta imposibilidad, vamos á hacer algunas consideraciones y pequeños cálculos, que nos darán una idea del viaje que habría tenido que ejecutar Arquímenes, en el caso de haber sido factible el proporcionarle, no solamente el soñado punto de apoyo, sino también la palanca á que se refería. Esta palanca es una de las que los físicos llaman de primer género; es decir, de las que tie- nen el' punto de apoyo entre la resistencia y la potencia, las cuales, en nuestro caso son el planeta que habitamos y la fuerza de Ar- químeDEs. En estas palancas, como es bien sabido, para que haya equilibrio, es necesa- rio que los pesos colocados en sus extremos estén en razón inversa de las longitudes de los brazos de palanca. Supongamos que se había conseguido el punto de apoyo á 10 metros de distancia del lugar en que debiera colocarse la Tierra, y que ArquímeDEs tenía una fuerza de 100%; en este caso, para determinar la longitud del brazo de palanca en que debía ejercer su acción, estableceríamos, en virtud del prin- cipio asentado anteriormente, la proporción que sigue: el peso de la Tierra (que supon- dremos igual a 1) es a la fuerza de Arquí- MEDES (que representaremos por A), como la longitud del brazo de palanca, en cuya extremidad debía colocarse ArquímeEDEs (lon- gnaremos por X), es á la longitud del brazo de palanca en cuya ex- gitud que desi tremidad debía ponerse la Tierra (10 metros gún el supuesto); ó bien seg INEA O Sustituyendo el valor de Á, que supusi- mos igual á 100*s, y aplicando la propiedad que tienen las proporciones de que el pro- ducto de los extremos es igual al de los me- dios, tendremos USO = XX 5 100 De donde se deduce que E Tx 10" 00 64002 163*990967*860591 1560240 x 10 E 00 600 2163399096? 786059 1156024 metros poniendo en lugar de T el valor encontrado COSMOS 75 en otro lugar ! para peso de la Tierra y eje- cutando las operaciones indicadas. Para lle- gar ÁrquímeDEs al punto en que debiera utili- zar sus 100' de fuerza que le supusimos, era necesario recorrer antes esta distancia del brazo de palanca. Suponiendo que hubiera dispuesto de un tren expreso de ferrocarril que caminara á razón de 100% por hora, habría necesitado para llegar al extremo (re- duciendo á kilómetros y dividiendo por 100) 63002 16329909671860591 horas, cantidad que dividida por 24 horas que tie- ne un día, nos produce 250090? 1662901327 524 dias; los cuales convertidos en años, dividiendo por 365, nos dan 6852? 1785371781719 años, que son los que habría tenido que caminar AkrquímepeEs en tren expreso para llegar á su destino. Arquímebes probó plenamente, durante su vida, que era hombre de genio superior; de modo que podríamos suponer que disponien= do de los elementos científicos actuales, hu- biera inventado, para salvar su compromiso, alguna manera de viajar en un rayo de luz ó con la velocidad de ésta. La luz, como es bien sabido, camina á razón de 300000 km por segundo 181000000 ,, ,. minuto 10801000000 ,, ,, hora 259201000000 ,, ,, día y 924608001000000 ,, ,, año de 365 días. Dividiendo los kilómetros de la longitud del brazo de la palanca que tenía que reco- rrer, por esta última cantidad, encontrare- m0Os 631442457 años! tiempo que habría necesitado emplear para recorrerlo, montado sobre un rayo del astro rey que caminara á plena velocidad! Pero concedamos que ÁrquÍMEDES, por me- dio de cualquier procedimiento desconocido, 1 Cosmos, p. 78 había llegado ya al extremo de su palanca, donde debía de utilizar su fuerza. Calcule- mos ahora la longitud del arco que habría necesitado hacer que recorriera la extremidad de su brazo de palanca para que la Tierra se moviera un milímetro solamente. Basta cue: para ésto establecer la proposición que sig 10:600216 399096 786059156024: :0.001:X ó sea X=63002 16329909671860591 km que dividos por 9%4608001000000, que son los kilómetros que recorre un rayo de luz en un año, nos producen 634,424 años. Este sería el tiempo necesario que debía emplearse en recorrer el arco enorme de cír- culo descrito por la extremidad del brazo de potencia, para poder desalojar ála Tierra un solo milímetro de su posición actual. Vemos, pues, por todo lo anterior, que la tan conocida y usada frase atribuida á Ar- QUÍMEDES, ho pasa de ser una exageración in= mensa, propia nada más para sorprender la buena fé de las personas que no tienen la paciencia de hacer el sencillo calculo ante- rior. Peso del planeta en que vivimos Pesar la tierra nos es absolutamente im-=. posible, siempre que pretendamos aplicar al- guno de los procedimientos directos usuales; pero el genio humano ha encontrado otros medios indirectos para lograr ese objeto. Cuando se conoce el volumen de un cuer- po cualquiera y su densidad, basta multipli- car el uno por la otra para obtener el peso de dicho cuerpo. Considerando á nuestro planeta como un elipsoide de revolución, con un radio ecuatorial de 61378,233" y un ra- dio polar de 61356,558*, su volumen será igual á £ Xx 61378233 X (61356 558)*= =1079252589726560901034 454” el valor 3'141593. Bas- tará, pues, multiplicar esta cantidad por la adoptando para 7 76 COSMOS densidad de la Tierra, ó sea la densidad me- dia de todas las substancias que la forman, para obtener su peso. Siendo de grandísima importancia la determinación de esta densi- dad, vamos á indicar los procedimientos más apropiados a este fin, bosquejando algo de su historia. El distinguido matemático [rancés Pebro Boucuer ! fué elegido en 1731 por la Aca- demia de Ciencias de París, para 1r al Perú en compañía de Goin y La CoNDAMINE, con objeto de tomar algunas medidas necesarias para determinar la figura y dimensiones de la Tierra. Durante el curso de sus trabajos le ocurrió la idea de confirmar experimen- talmente la célebre ley que formuló Newron en 1687 sobre la atracción universal, obser- vando si las grandes montañas desviaban de una manera sensible la plomada de su di- rección normal á la superficie de la Tierra, en virtud de la atracción que ejercieran so- bre ella. Hechas sus experiencias con el Chimborazo, cerca de Quito, confirmó ple- namente las ideas de Newrox, encontrando una desviación de 7” 5 (?) en la dirección de la plomada á causa de la acción de la mon- taña. Como la verticalidad de la plomada ó más bien su dirección normal a la superfi- cie de la Tierra en el punto que se observe, se debe á la atracción total que ejerce sobre ella el planeta; conociendo la desviación pro- ducida en esa verticalidad por una montaña, podría tenerse una idea bastante aproxima- da de la densidad media de la Tierra, cal- culando la densidad de la montaña y hacien- do una. comparación de los volúmenes de ambas. Dificultades inherentes á las cireuns- tancias en que trabajaba Boucugrk, hicieron que el resultado obtenido se alejara mucho de la realidad. El físico escocés MaskeLyNe, estimulado por la Sociedad Real de Londres, se consa- gró en 1774 á hacer una serie de experien- cias con el fin de determinar la densidad de 1 Pero BouGuEr nació en Croisic (Bretaña), el 16 de Febrero de 1698 y murió en París el 15 de Agosto de 1758. (2) Posteriormente SarceY escogió las mejores ob- servaciones de estrellas que Boucuer llevó á cabo, y haciendo nuevamente todos los cálculos, encontró “que la desviación era de 19”, resultado más confor- me con la verdad, la Tierra por este método. Determinó la desviación producida en la plomada por la montaña Shehallien de Escocia, montaña enteramente aislada, de constitución geoló- gica bien conocida, cuyo podía considerarse como centro de gravedad determinado y cu- ya masa valuó MaAskeLYNE con la mayor apro- ximación posible. Hurron hizo todos los calculos necesarios para obtener un resulta- do práctico con las observaciones anteriores, y después de un trabajo inmenso, encontró que, tomando como unidad la densidad del agua, la del planeta debía ser de 4, 5. Desgraciadamente apreció en menos de lo que debía el peso especifico de la montaña, por lo cual fué necesario repetir todos los cálculos, cuyas operaciones hizo con la colo- boración del profesor PLayrarr, quedando entonces representada la densidad de la Tie- rra por el número 5; resultado. que, como va- mos á ver, es todavía inferior á la verdad. La intensidad de la gravedad varía con la latitud del lugar en que se hagan las obser- vaciones, siendo menor en el ecuador y au- mentando progresivameute hacia los polos; estas variaciones se deben al aplanamiento de la Tierra en los polos y á la fuerza cen- trifluga que resulta de su movimiento sóbre si misma. Independientemente de la latitud, la intensidad de la gravedad varía también con la distancia que existe del punto que se considere al centro de la Tierra, demostran- dose en Fisica que esta variación se verifica en razón inversa del cuadrado de la distan- cia del lugar al centro. Y como es sabido, cuando sacamos un péndulo de su posición de equilibrio, las oscilaciones que ejecuta se deben precisamente á la acción de la grave- dad, variando su número en un tiempo de- terminado, con la intensidad de aquella. Es- to sentado, si tomamos un péndulo de longi- tud invariable y contamos el número de os- cilaciones que ejecuta en la cima de una mon= taña elevada, en el Citlaltepetl por ejemplo, y elegimos después otro lugar situado pró- ximamente á la misma latitud, ó sea en el mismo paralelo, encontraremos que nuestro péndulo oscilará un número de veces distin- to en el mismo espacio de un segundo. Por otra parte, el cálculo nos permite determinar el número de oscilaciones que daría un pén- COSMOS 17 dulo al nivel del mar, en el lugar de obser- vación, conociendo las que da á una altura cualquiera; de modo que si hacemos las ope- raciones necesarias con la observación del Citlaltepetl, comparando el número así ob- tenido con el que se observó directamente en la otra estación, se encontrará una dife- rencia que permitirá valuar la acción ejerci da por la masa de la montaña. No quedaría, pues, mas que calcular el volumen de ésta para compararlo con el de la Tierra y ob- tener así una idea de la densidad de la última. Este método lo emplearon por pri- mera vez Boucuer y La Conpamixe haciendo observaciones en Pará, Quito y la cima del Pichincha; pero los resultados obtenidos no fueron satisfactorios. Viendo el sabio inglés Juax Mrrcmeuz las dificultades, casi insuperables en la práctica, que presenta la determinación exacta de la composición mineralógica, volumen y cen- tro de gravedad de cualquiera montaña por aislada que se encuentre, condiciones indis- pensables para la aplicación de cualquiera de los métodos anteriores, ideó un aparato especial que permitía obtener los mismos resultados con mucha mayor exactitud. Por desgracia MrrcHELL murió antes de po- der hacer todas las experiencias necesarias; pero conociendo la importancia del asunto, legó su aparato á Francis-Juow-Hyoe Wo- LLASTON, Célebre Profesor de Cambridge, quien no teniendo tiempo para utilizarlo, se lo cedió á su vez á CAveNDIsH ! que ya en- tonces era reputado como uno de los prime- ros físicos de Inglaterra. Con el nombre del ceneralmente cono- S cido el aparato, y con bastante frecuencia se último físico citado, es le atribuye todo el mérito de la invención. Vamos á bosquejar Ta idea fundamental en que se basan el procedimiento y el aparato de MrrcmeLL. Si en lugar de una montaña gran bola metálica, de 3 me- tros de radio por ejemplo, es claro que és- se usara una 1. EnrIqueE CAveNDIsH, ilustre físico y químico in- glés, nació en Niza el 10 de Octubre de 1731 y mu- rió en Clapham-Common cerca de Londres, el 24 de Febrero de 1810. Entre los numerosos problemas importantes que resolvió, colocaba en primera línea el de no desperdiciar ni un minuto ni una pala- |: bra. ta no desviaría nada la plomada de su direc- ción vertical, ó más bien, su acción pasaría enteramente desapercibida para nuestros me- dios de observación, puesto que apenas po- demos notarla cuando es producida por gran- des montañas. Pero si en lugar de una plo- mada cuya dirección vertical se debe á la acción de la gravedad, le presentáramos á la esfera metálica y al nivel de su centro, una palanca horizontal bien equilibrada y perfectamente móvil, es claro que debería atraerla hacia su centro, haciéndola girar, puesto que entonces la gravedad no podría contrarrestar su acción; y si en vez de una bola se usaran dos, de modo que obraran si- multáneamente sobre las dos extremidades de la palanca, se duplicaría el efecto. La palanca horizontal viene á ser, pues, una es- pecie de péndulo, cuyas oscilaciones se de- ben á la atracción combinada de las dos bolas, del mismo modo que el péndulo común os- cila debido á la atracción de la Tierra. Com- parando las oscilaciones de ambos péndulos y los volúmenes de la Tierra y las esferas del aparato, se puede, sin dificultades insu- perables, llegar á una determinación mucho más exacta de la densidad media del plane- ta, que por cualquier otro de los métodos conocidos. La descripción detallada del aparato de Mrr- CHELL, así como la de los perfeccionamien- tos que se le han hecho posteriormente, nos llevaría demasiado lejos, por lo cual vamos á limitarnos á indicar los resultados obte- nidos. CavenbisH obtuvo en 1798 el núme- ro 5,48 para densidad media de la Tierra; Reicn en 1837, obtuvo 5,44, después 5,49 y por fin (en 1849) 5,58; Bay en 1843, por un promedio de más de 2000 experiencias, sacó 5,67; por último los físicos franceses Corxu y Bare, haciendo modificaciones y perfeccionamientos considerables al apa- rato, y rodeándose de toda clase de precau- ciones, obtuvieron en 1873 el número 5,56. Aplicado el cálculo de probabilidades á la determinación del error probable de esta ci- fra, encontraron que no podía ser mayor de = 0,01; por lo cual 5,56 será la que adop- temos para nuestro cálculo. Puesto que según esto, un litro de mate- ria media terráquea pesa 5*,56 y un me- 78 COSMOS tro cúbico de la misma, 5560* toda la Tie- rra pesará 107935258972656 0901034454” * x5 560* Ó sean 64002 163990 967? 860 5911560 240 kg. F. Ferrarr Pérez. E A FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES PQREL METODOINTERFERENCIAL DE M. LippmanN ! I ALGO DE HISTORIA No es nuestra intención recordar en deta- lle todas las tentativas hechas con objeto de fijar fotográficamente sobre las capas sensi- bles, los colores de los objetos. Tendríamos qua escribir una larga é interesante obra so- bre este asunto. Sin embargo, es imposible pasar en silencio algunos nombres ilustres que marcan las etapas de este escabroso ca mino, Ya en 1810, Sreseck, profesor en Jena, había abordado la cuestión y tratado de 1m- presionar, por medio de un espectro solar, un papel cubierto con una capa de cloruro de plata. Sus experiencias tuvieron poco eco y fué preciso llegar hasta el año de 1841 para verlas de nuevo tomadas en considera- ción seriamente por Juax HerscHkEL, quien puso en obra, no solamente el cloruro de pla- ta, sino también el bromuro y el yoduro del mismo metal, así como algunos productos naturales, como la raíz de guayacán. Aunque pasajeramente, algunos colores pa- recieron dibujarse sobre sus papeles sensi- bles. Ya estos eran resultados que anima- ban á los investigadores, teniendo en cuenta que se estaba entonces en la infancia de la Fotografía; pero estos resultados fueron in- feriores á los de M. Enmunpo BEcquerrL. En 1848, este sabio logró, por el empleo de una lámina chapeada de plata y cubierta de una capa de sub-cloruro de plata violeta, 1 Photographie des Couleurs par la méthode in- terférentielle de M. LiprmanN.—Par ALbuonse Ber- GET, Docteur es Sciences, Attaché au Laboratoire Paris, des Recherches (Physique) de la Sorbona, Gaurmier-ViLLars et Fils, 1891. obtener, sobre esa capa, la impresión de to- dos los colores del espectro solar. Desgra- ciadamente los colores así realizados, se bo- rraban si se exponía el clisé á la luz; y si se trataba de fijarlos en un baño fijador cual- quiera, toda coloración desaparecía. La impresión de todos los colores espec- trales era un gran paso dado hacia adelan- te; pero la falta de éxito respecto á la fija- ción, falta de éxito que no habían podido vencer la ciencia y habilidad experimental de M. Enmunpo BrcoukreL, era el obstácu- lo contra el cual, desde entonces, debían es- trellarse todos los que abordaran la Fotocro- mía por el método de la impresión directa. De 1861 á 1866, Nierce De Sarnt- Victor efectuó numerosos y notables ensayos con objeto de fijar los colores, por medio de una substancia química; en 1855, Tesrup DE BraurecarD obtuvo también interesantes re- sultados; en fin, en 1865, Porrevix indicó un procedimiento fotocrómico sobre papel, del cual nosotros hemos podido ver todavía, durante algunos instantes, pruebas cuidado- samentente conservadas al abrigo de la luz; pues como todos sus predecesores, Porrevin nunca pudo fijar sus pruebas. Todos lor ensayos precedentes, y muchos otros aún, se hacian por el método químico: se buscaban siempre substancias susceptibles de impresionarse cromáticamente bajo la in- fluencia de los colores correspondientes; 4 priori, este es un problema irrealizable. Los procedimientos análogos al de Ch. Cros, que reproduciían los colores por tira- das sobrepuestas, no son métodos directos, y por lo mismo no me ocuparé de ellos. En suma, si los ensayos anteriores fueron seguidos de falta de éxito por lo que toca á la fijación de las pruebas obtenidas, era que la cuestión no había sido abordada en su verdadero aspecto. La Física nos enseña, en efecto, que los colores son el resultado de un movimiento vibratorio. La prueba está en las magníficas tintas de las burbujas de jabón, producidas, en el espesor de una laminilla líquida per- gracias á un mecanismo que veremos mas lejos. La fectamente incolora por sí misma, solución más racional consistía pues en bus- car si no sería posible encontrar, entre las COSMOS 79 propiedades de los movimientos vibratorios que se estudian en óptica, la que produce en nuestra retina la sensación del color. Esto es lo que ha hecho M. Liermanx. Antes de exponer sus experiencias decisi- as, vamos á recordar en los capítulos siguien- tes los puntos esenciales de la teoría de las| ondulaciones luminosas que es indispensa- ble conocer para la inteligencia del nuevo | descubrimiento. TI LAS ONDULACIONES Velocidad de propagación.—Todo el mun- do ha observado esas estrías circulares con- céntricas que se forman en la superficie del agua tranquila cuando se ha dejado caer so- bre ella un guijarro; parecen salir de su cen- tro común y se propagan lentamente produ- ciendo arrugas en cuyo contorno el agua se levanta y se deprime alternativamente. La distancia recorrida por esas ondas líqut- das en la unidad de tiempo, se llama pelo- cidad de propagación del movimiento ondu- latorio. Esa velocidad, por otra parte, de- pende únicamente de la nuturaleza del me- dio. Es preciso no creer que el agua se trans- porta en el sentido de la propagación de las ondas: es facil convencerse de ello ha- ciendo flotar en la superficie una partícula de madera, que se baja y se eleva alterna- tivamente, pero sin estar animada de ningún movimiento de traslación. Es preciso, pues, admitir, para explicar esas ondulaciones, que las moléculas suscep- tibles de trasmitirlas, están dotadas de elas- ticidad como las bolas de marfil del aparato representado en la Fig. 61. Si una de estas bolas, perfectamente elás- tica, recibe un choque de la precedente, tras- mite á la que sigue la totalidad del movi- miento recibido; de suerte que si se separa la primera bola A hasta A” y se la deja caer, no se empujara, hacia la derecha, como po- dría esperarse á primera vista, el conjunto de las bolas: solamente la última bola B es la repelida. El movimiento se ha propagado pues progresivamente de la primera á la úl- tima, sin que las bolas intermediarias hayan hecho otra cosa que trasmitir ese movimien- to. Fic. 61 Las moléculas de un cuerpo cualquiera se comportan como las bolas de marfil de nues- tra experiencia: reciben un movimiento de la molécula precedente y lo trasmiten inte- gralmente á la molécula que sigue, quedan- do todas inmóviles por separado; de suerte que toda conmoción que afecta á una molé- cula de un medio elástico, se terasmitirá a las moléculas contiguas á la primera; éstas la trasmitirán á las que la siguen, y así suce- sivamente. Movimientos vibratorios.—Entre las diver- sas conmociones que pueden producirse en un medio dado, hay unas más interesantes que otras: son las periódicas, es decir, las que se reproducen de la misma manera des- pués de intervalos de tiempo iguales. Una lámina de acero sujeta en un torni- llo por una de sus extremidades, nos ofrece un ejemplo: cuando se separa la extremidad de la posición que ocupa en reposo, tiende a volver al mismo punto, ejecutando una se- rie de oscilaciones que duran sensiblemente el mismo tiempo. En una palabra, la lámina vibra. Se concibe que si una lamina semejante se coloca sobre la superficie de un líqui- do, de modo que venga a tocar un punto, o siempre el mismo, en cada una de sus os- cilaciones, las ondas se producirán alrede- dor de ese punto sin interrupción, y el mo- vimiento ondulatorio será continuo como en el primer caso, con la diferencia de que, en el caso de una sola conmoción, las vibracio- nes de un punto del medio, guardando la SO COSMOS misma duración, tienen amplitudes que van decreciendo sin cesar, mientras que, sí la conmoción se repite periódicamente, conser- van siempre su amplitud primera: el movi- miento ondulatorio representa entonces un fenómeno cuya intensidad queda constante. Longitud de la onda. —Duración de la pi- bración.—Hemos visto que todo movimien- to ondulatorio se trasmite, en un medio de- terminado, con una velocidad constante que se llama su velocidad de propagación: ésta es el espacio recorrido por la onda en la uni- dad de tiempo. Cuando las ondas provienen de un movi- miento vibratorio, hay todavía una longitud más interesante que considerar: es la lon- gitud del camino recorrido por la onda, ya no en la unidad de tiempo, sino en la dura- ción de una vibración: esta longitud se lla- ma longitud de la onda, y es la que desem- peña en el estudio de los fenómenos físicos el papel más importante. De ésto resulta que la velocidad de pro-| pagación puede considerarse desde dos pun- tos de vista; ó bien es el camino recorrido por la onda en la unidad de tiempo, duran- te un segundo, por ejemplo; ó bien es el S espacio recorrido por esa misma onda en el tiempo que pone una oscilación del cuerpo vibrante en efectuarse completamente. Ondas sonoras.—Por el mecanismo pre- cedente se trasmite el sonido, el cual es el resultado de un movimiento vibratorio. Todo cuerpo vibrante emite un sonido, ya que este cuerpo sea un sólido como el acero, yaun líquido como el mercurio ó un gas como el aire; y recíprocamente, á todo sonido co- rresponde un movimiento vibratorio situado en alguna parte. Así pues, el estudio de las propiedades de los sonidos mos suministra el modo más sencillo y más demostrativo de estudiar las ondulaciones. El cuerpo sonoro M (Fig. 62) siendo un centro de vibraciones, se hace e también un centro de on- dulaciones. Si el medio propagador es homogé- neo, las ondas son esféri- al tiempo, el movimiento vi- :abo de cierto cas; Fic, 62 bratorio se ha propagado hasta todos los puntos de la superficie de una esfera A, B, C. Cada uno de esos puntos se convierte, á su vez, a cada instante, en un centro de on- igualmente esférica. Estas nuevas ondas, A”, B”,C?, son dulaciones, y emite una onda iguales entre sí, y tienen por envolvente una esfera más grande que se ve dibujada en la figura: sobre esta esfera es a donde lle- ga el sonido al cabo de un tiempo dado. Pero nosotros no tendremos que conside- rar como fuente vibrante un punto único. Este caso hipotético nunca se realiza en la práctica, puesto que los puntos materiales tienen siempre dimensiones apreciables. Su- pongamos, pues, que se conmueven á la vez una serie de puntos A, B, C, D, E (Fig. 63), situados en una misma superficie plana y en línea recta. Cada uno de ellos, siendo un centro de conmoción, se hace el centro de W una onda esférica; pero todas esas ondas siendo iguales y muy próximas, 3 mismo radio esféricas, tendrán el al fin del mismo tiempo; tendrán, pues, por envolvente el pla- no A”, B”, €”, D', E” que toca todas las esferas de la onda. En una palabra, la onda se propaga como si su superficie fuese tam- bién un plano. ALroNso BrrGET. (Continuara.) Las cuestiones cientificas están íntimamen- te ligadas á los problemas económicos, ó por mejor decir, los dominan. Un pueblo que cuida de conservar su rango, debe tener más solicitud por la buena utilización de sus fuer- zas intelectuales que por la organización de su trabajo y de su industria, pues en el or- den material, el progreso se suspende si la ciencia no le abre sin cesar caminos nuevos. E. J. Marry, Del Instituto de Francia, AOS EN . EE Ll 20) IAN Natal O Ea Pones F. FERRARI PÉREZ, For. C.OSMOS* [ii 7 K É : K GRUTA DE CACAHUAMILPA LA LIRA Lámixa 62 FoTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS COSMOS REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS [ASES AS DirrcToR PropIEraRIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 15 pe Marzo pe 1892 Núm. 6 ENSAYO DE APLICACION DEL METODO LOGICO AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECTO DE UN APARATO PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE LOS VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA PRELIMINARES 1. Importancia y estado de la cuestión.— El problema de la resistencia del aire es uno de aquellos cuya resolución está llamada á prestar los mayores servicios y, en razón de su misma importancia, ha sido desde hace ya mucho tiempo el objeto de las más serias investigaciones. Desgraciadamente la insuficiencia ó la inexactitud de los resultados obtenidos por los experimentadores no han permitido es- tablecer con precisión el valor de la acción resistente del aire. 2. Opinión general de los autores.—To- dos los autores que han abordado el estu- dio de la resistencia del aire reconocen de acuerdo, que este estudio necesita aun de nuevas experiencias, No será supérfluo re- cordar aquí algunos párrafos interesantes que copiamos de muy recientes publicacio- nes y que resumen las diversas opiniones emitidas por algunos de estos autores acer- ca de la cuestión que nos ocupa. 3. Opinión de M. Marey.—«El conoci- miento de la acción del aire sobre las super- ficies delgadas inclinadas bajo diferentes án- gulos, dice el eminente profesor M. Manex, es muy importante para la inteligencia del me- canismo del vuelo; pero es éste un punto aun no dilucidado suficientemente. La mayor par- te de los autores que se hán ocupado de la locomoción aérea han comprendido bien que | z o . . son todavía necesarias nuevas experiencias acerca de este asunto; sin embargo la difi- cultad para realizarlas ha impedido con mu» cha frecuencia su ejecución.» 1, 4. Opinión del Sr. Comandante Renard, —En una comunicación que presentó el Sr. Comandante Rexaro á la Sociedad Francesa de Física, dijo que la resistencia del pire ¿4 los movimientos rectilíneos de los planos delgados normales ú oblicuos al curso aéreo ¡y relativo, y la resistencia de las carenas aéreas «han sido objeto de numerosas experiencias y sin embargo el conjunto de los resultados obtenidos es aun muy insuficiente.» Y más adelante: «En cuanto á los planos oblícuos hay confusión completa.» ?.. 5. Opinión de M. Hureau de Villeneupe, —Además, en un informe que publicó el Dr, AneL Hurzau DE VILLENEUVE, Secretario de la Comisión del Congreso de Aeronáutica, des» cribe el aparato que han empleado todos los experimentadores para determinar la varia- ción de presión que un plano sufre en el aire al avanzar bajo ángulos variables, y agrega: «Se debia, a priori, encontrar que la paleta que se presenta normalmente, es decir, de cara á la corriente de aire, debía encontrar el máximo de resistencia y que á medida que se aproximara á la horizontal, la resistencia debia disminuir. Pues bien, co- sa singular, no es eso lo que ha demostra= do la experiencia, sino quese ha observado este hecho: extraño una paleta inclinada á 60% sobre la horizontal, soporta una presión más considerable que si estuviera á 90% es de= cir, de cara á la corriente.» 3 1. Margx, Le vol des otseaux, p. 231, 2. L'Aéronaute, Abril 1889, pp. 73-74, 3. L' Aeronaute, Agosto 1889, pp. 189-190, -S2 COSMOS _6. Opinión de M. Derval.—Finalmente el Sr. «Las cifras dadas por los experimentado- Ingeniero DenvaL se expresa asi: res que se han ocupado de la resistencia del aire difieren demasiado para que se pueda g | establecer de una manera cierta el valor de .Las fórmulas que se encuentran en la mayor patr- los coeficientes que conviene adoptar... te de las publicaciones que tratan de la ae- rostación son completamente erróneas y no reposan en ningun dato formal, sobre todo en lo que se refiere á la famosa ley del se- no del ángulo de inclinación, sobre el valor del cual no se ha llegado nunca á un acuer- do; de tal modo que lo vemos figurar bajo todas las formas que es susceptible de to-.' mar: vsen.? 1 I+senti"4-3 sen. : 9: 3; 2 sen.i sen.,1sen.*1,sen.%1, etc. para no hablar más que de las expresiones más sencillas, expresiones que nos cuidare- | mos de discutir hasta que experiencias se-| “rias hayan dilucidado la cuestión !.» 7. Confirmación.—Se ve por las citas que preceden, que son en efecto indispensables nuevas experiencias, porque el problema de la resistencia del aire, lejos de estar resuelto parece que lo complican fenómenos en apa- riencia inexplicables y cuyo descubrimien- to se debe á las experiencias anteriores. 8. La experimentación sola es insuficien- e.—Mas para llegar á establecer un lazo en- tre las diferentes partes que hacen del es- tudio de la resistencia del aire un problema tan complexo, es necesario, en nuestra opi- nión, que las experiencias tengan por ba- se el estudio previo y razonado de todas estas partes; en una palabra, que se funden en un análisis minucioso del fenómeno. Es- te análisis permitirá no solamente allanar numerosas dificultades, sino tambien fijar de antemano las condiciones de la experimen- tación, de acuerdo con los principios de la inducción. ? 2 En su interesante obra sobre el vuelo de las aves, dice M. Marey que «la esencia de las 1. DervaL, Etude sur la nayigation aérienne, pp. 190. : 2. Le damos aquí á la palabra ¿inducción el sentido en que la emplea la Filosfía deductiva é inductiva. experiencias de Física es simplificar las con- diciones de los problemas y alejarse, por consecuencia, de lá extrema complexidad de los fenómenos de la Naturaleza.» Ahora bien, esta simplificación no es posible sino cuando las experiencias reposan en un conocimien- to profundo de todas las circunstancias que ¡acompañan á la producción del fenómeno que se estudia. 9. La experimentación sola, puede llegar á ser aso contrario, causa de error. sucede con frecuencia que las mismas expe- riencias, lejos de producir el resultado que se espera, son la fuente .de. nuevos exrores que dificultan más la investigación científica. La experimentación viciosa á que-voy á referirme ó más bien, la conclusión ilegítima deducida de ella, ha sido sancionada por la mayor parte de los autores desde hace va- rios años. El profesor Mare la expresa en estos términos: Pro- Dinroy, ete., han demostrado «Vixce, Hurron, TiimauLr, Borpa, BERT, Monay, con sus experiencias que la resistencia” del aire decrece más y más á medida que el angulo formado por el plano con sú trayee- toria se hace mas pequeño. Esta resisten- cia, dirigida normalmente al plano. puede "descomponerse en dos Íuerzas, de las cuales una será opuesta á la dirección del movi- miento, en tanto que la otra es perpendi- cular á esta dirección y tiende á desviar al plano de su curso. «Sean (Fig. 64) cinco planos rectangulares inclinados diversamente y cuyas secciones sean las visibles para el observador bajo la YA forma de líneas 1, 2, 3, 4 y 5, más ó me- nos inclinadas. gún la dirección de las flechas representadas en la figura. Estas flechas, al moverse todas, para- lelamente entre sí y á distancias iguales unas «Supongamos que el viento sopla se de otras, representaran las series de molé- culas de aire cuyo movimiento E el |yiento. «Se ve claramente que cada uno de los cinco planos inclinados chocará con un núme- ro de flechas, es decir, de moléculas de aire, tanto menor cuanto más pequeño sea el án- gulo que este plano forme con la dirección del viento. Así, el plano 1, muy..inelinado, COSMOS 83 no recibe más que dos séries de moléculas, mientras que el plano 2 recibe tres, y el plano 5, casi vertical, recibe seis. «Empero, si se considera que la presión del atre es producida por la fuerza piva de las moléculas en movimiento, es natural admi- tir que esta presión debe ser tanto mayor cuanto más numerosas sean las moléculas que tropiezan con el plano; dedúcese de aquí. que la resistencia del aire contra cada uno de los cinco planos inclinados tendrá valo- res crecien- tes á medida que sea más abierto el án- gulo. Esto es 1 2 Fs. 64.—Figura teórica con la cual lo que se ex- presa dicien- do que la re- sistencia del aire es proporcional al seno del ángulo que la superficie herida forma con la dirección del viento.» ! A primera vista, esta conclusión parece absolutamente racional é irrefutable, cual- quiera que sea el punto de vistaen que uno se coloque; sin duda esto es lo que le ha valido la sanción que los autores le han dado desde hace tiempo; sin embargo, es fácil conven- cerse de que es errónea. Es cierto que si con la expresión resisten- cia del aire ? se hubiera querido designar la intensidad ¿lafuerzadel piento, lacon= clusión debe- ría ser admi- : tida; pero co- mo esta últi- estos planos. ma se apoya, riencia, como podremos demostrarlo fácil- mente. 1.—El error cometido es un sofisma de no obsergación que consiste en no haber consi- derado un elemento importante: la sección. En efecto, notamos en la experiencia dos circunstancias de variación, á saber: la sec- ción del viento y la inclinación del plano; to- do cambio de inclinación hace variar la sec- ción. Ahora bien, cuando en una experiencia tencia del aire á un plano inclinado, es proporcional al seno del án- gulo que este plano forma con la dirección del movimiento. Fic. 65.—Figura con la cual se podría demostrar que la resistencia del aire, en los planos inclinados, es independiente de la inclinación de ¡existen dos circunstancias de yartación, no hay razón para que los resultados ob- tenidos sean atribuidos á 3 $ se pretende demostrar que la resis- L una de estas circunstan- cias mejor que á la otra, 9 4 las dos al mismo tiempo. Aun puede suce- der muy bien que procediendo de esta ma- nera, seatribuya á una deellas una influen- cia que no está ejercida exclusivamente sino por la otra de las dos circunstancias en cues- tión. Es lo que tiene lugar en el caso que acabamos de citar, como será facil conven- cerse más adelante, cuando lo presentemos con toda claridad ($$ 29, 30 y 31). I1L.—£l criterio sobre que se apoya la con- clusión precedente, permite también concluir de una manera completamente opuesta. Pa- ra hacer com- prender me- - jorelerroren que se ha in- currido, mo- 2 difiquemos los planos 1, 2, 3,4y5 de entre otras cosas, sobre consideraciones re- | la Fig. 64, como aparece en la Fig. 65; es de- lativas a la fuerza viva del viento, la idea cir, de tal manera que todos estos planos es- que se desprende es que la expresión de téncomprendidos exactamente en una misma que se trata no puede aplicarse sino al tra- sección de viento y apliquemos á este nuevo bajo resistente del aire sobre planos inclina- dos, de lo que resulta que la conclusión | que se acaba de leer es lógica sólo en apa- 1. Marey.—Le vol des oíseaux, pp. 224-225. 2. Nos ocuparemos más adelante ($$ 15,24 y 25) de la ambigiiedad de esta expresión. caso el criterio del caso anterior. Puesto que la presión del aire es produ- cida por la fuerza viva de las moléculas en movimiento y puesto que esta presión es tan- to mas grande cuanto mayor es el número de moléculas de aire que hieren al plano, es claro que la presión será constante cuando ! 84 sea producida por un número constante de moléculas. “Pero la Fig. 2 nos muestra que los pla- nos 1, 2, 3, 4 y 5 reciben ahora, cualquiera que sea el grado de inclinación de que se tra- te, las presiones de un número igual de molé- culas en movimiento. Concluiremos, pues, forzosamente, que estas presiones son igua- les entre sí y por lo tanto, llegaremos á for- mular una conclusión del todo opuesta á la anterior, á saber: la presión del viento sobre los planos inclinados es independiente de la inclinación de estos planos. Es supérfluo agregar que esta conclusión “es, naturalmente, tan falsa como la primera. Se comprenderá ahora más fácilmente la importancia de lo que decíamos desde las primeras líneas de este estudio: para hacer una aplicación juiciosa del método lógico, es indispensable analizar préviamente con tanta minuciosidad como sea posible los fe- nómenos que se trata de estudiar. Vamos á exponer, pues, los resultados de nuestro análisis, reservandonos, no obstan- te, responder más adelante á la objeción que pudiera surgir con la introducción en nuestra experiencia de un nuevo elemento de variación; queremos hablar del aumento de superficie que hemos tenido que darle a los planos á medida que se inclinaban más. Es cierto, en efecto, que para determinar de una manera exacta la verdadera influencia de la inclinación de un plano sobre la resisten- cia que este plano opone al viento ($$ 57, 59 IV, 61 VII, 62) sería necesario eliminar convenientemente todas las circunstancias susceptibles de producir una variación en el efecto. Diremos en tiempo oportuno ($$ 20, 55 y 56) cómo puede hacerse esta eliminación. 10. División fundamental de este estudio. —Ha llegado el momento de indicar la mar- cha que nos proponemos seguir en el curso del presente estudio y establecer la división fundamental del problema que vamos á exa- minar. 19. Parte teorica.—Hablaremos desde lue- go del viento, es decir, de la fuerza en ac- ción; veremos en seguida cómo obran el plano, la superficie ó el cuerpo sometidos á esta acción. La fuerza del viento y la resis- COSMOS tencia de la superficie que son los dos ele- mentos constitutivos del problema de la re- sistencia del aire, pueden estudiarse sepa- rada é independientemente uno de otro. Cuando conozcamos la fuerza con sus var riaciones y también la resistencia bajo sug diversos aspectos; en otros términos, cuando conozcamos ““el poder motor y las circuns- tancias en las cuales puede obrar este poder motor” nos esforzaremos en aclarar las re. laciones que ligan invariablemente sus accior nes recíprocas. 20. Parte práctica. —El establecimiento de las /eyes secundarias que presiden á la producción de los fenómenos de que nos ocupamos, corresponde á la parte inductivo- concreta de nuestro ensayo. Conforme á los preceptos generales de la teoría, trataremos en la parte práctica de la determinación ex- perimental de la fuerza del viento, asi como de la que se relaciona con los cuerpos en particular desde el punto de vista de /as di- ferentes especies de resistencia que le ofrecen al viento. Acustín M. Chávez. (Continuará.) LA CIENCIA DIVERTIDA I EL CUADRADO DE LA HIPOTENUSA (DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA POR MEDIO DE UN JUEGO DE DOMINÓ Levanta un cuadrado En la hipotenusa; Verás que equivale A toda la suma De los dos cuadrados Que después construyas En los dos catetos: No te quepa duda. ! Nada de pizarrón, nada de papel: un sim- ple juego de dominó nos va á servir para esta demostración aplicada á un triángulo 1. El enunciado del teorema es el siguiente: el cuadrado construido sobre la hipolenusa de un tridn= gulo rectangulo es equivalente d la suma de los. dos cuadrados construidos sobre los catetos. COSMOS 85 rectángulo cuyos lados miden respectivamen- | binación de 24 dominós escogidos especial- te 3, 4 y 5 unidades. mente; sumad los puntos de los dominós del Observemos que cada dominó tiene la for-l cuadrado grande y hallaréis 75; los de los ma de un rectangulo compuesto de dos cua- | otros dos cuadrados os dan, por una parte, drados. Cons- 27 y por otra truyamos el 48 puntos. Ahora bien, 27 y 48 son justamente 7o, cuadrado dela hipotenusa y contemos los cuadraditos suma de los puntos del cua- drado grande. Y aquí po- demos decir que contiene. Son 24, pues- to que hemos necesitado 12 también: Que es lo que se quería dominós; más un vacio equi- valente á uno de estos cua- demostrar: draditos: total 25 cuadraditos cd 1 y Fic. 66 iguales que tienen, cada uno, la superficie de un medio | Ll dominó. ILUSION DE OPTICA Hagamos lo mismo con los cuadrados cons- A truidos sobre los otros dos lados. Sobre el: Mirad la tira de papel representada á la lado 3 hemos emplea- izquierda de nuestro ¡dibujo (Fig. 67) y mar- cada con el número 1Í, do cuatro dominós, lo que nos da8 cuadrados, más un vacío: total, 9 teniendo cuidado de cuadraditos iguales. colocaros á 3 metros En fin, sobre el lado 4, tenemos S dominós, de distancia. Esta ti- ra presenta un tinte lo que hace 16 cua- degradado que va del draditos iguales. Pues negro al blanco, y tie- bien, estas cifras 9 ne la forma de un rec- cuadrados y 16 cuadra- tángulo muy alargado. dos nos dan, sumán- Aunque los dos la- dolas, la cifra 29, que dos más largos sean es exactamente el nú- rigurosamente parale- mero que habiamos en- los, la ilusión de óp- contrado para el cua- tica que hoy ofrecemos drado construido so- ánuestros lectores, nos la hará parecer más bre la hipotenusa. Que es lo que se que- ancha en la parte blan- ria demostrar. SSISSS ca y más estrecha en Aquello es para los e la extremidad negra, E 1G. 67 matemáticos. Es pre- y, en lugar de presen- ciso que los jugadores de dominó hagan ltársenos á la vista como un rectángulo, nos también su cuenta, y á ellos me dirijo ahora: | parecerá que tiene la forma de un trapecio. La pequeña figura, que está á la izquier- | ¿Queréis rectificar este error de la visión? da de nuestro dibujo, os muestra una com-| Colocad esta pequeña tira sobre otra más 86 COSMOS ancha (marcada con el número 2) que esta- rá pintada como ella, pero á la inversa, de tal suerte, que la parte blanca de la tira pe” queña esté colocada sobre la parte sombrea” da de la tira ancha. La ilusión de óptica se destruye inmediatamente y la tira pequeña toma ante vuestros ojos, su forma verdade- ra de. rectángulo, TIL EL AGUA OAMBIADA EN VINO No se trata aquí de reproducir el milagro de las bodas de Canaán, sin embargo, la ex- periencia que presento tiene gran interés para los aficionados. Tomad dos copas de diámetro igual, que designaré con las letras A y B para facilitar mi demostración, y sumergidlas en un cubo de agua teniendo una parada é otra; cuando estén ambas completamente lle- nas de líquido, sin que les quede una sola burbuja de aire, ponedlas en contacto, bor- de con borde, manteniendo verticales sus ejes, de modo que la copa inferior, Á, que- de parada y la otra, B, invertida. Sacadlas, en esta posición, del cubo de agua, y des” invertida la pués de dejar que se escurran en un plato y de secarlas bien, os cercioraréis de que B está llena de líquido, aun desalojando li- geramente su borde, de manera de dejar en- ES tre ella y A un pequeño inter- valo cuyo ob- jeto veremos después. So- bre el pié de B colocad una co- pa más chica € que contenga vi- nO rOjO, y anun- ciad que sin lo- car ninguna de las tres copas y aún sin cubrir el conjunto con el tradicional pañuelo de los prestidigita do- res, pats á hacer que pase, á vista del público, el pi- node C á B siínque una sola gota de ese vino penetre en la copa A. Como se ve, la opera- ción es doble: es necesario, 1%, hacer salir el vino de la copa menor y, 2%, hacerlo que pe- netre en la copa B que está invertida. Una hebra de lana mojada en el vino de la copa chica y cuyas extremidades cuelguen hacia afuera, constituirá por su capilaridad, un si- fón excelente y en cada extremidad de la he- bra de lana veremos formarse una gota de vino que crecerá, poco á poco, hasta caer sobre el pié de B y de ahi, desbordándose, sobre los lados de esta copa. El vino escu- rrirá, así, muy suavemente, hasta los bor- des superpuestos de las dos copas grandes, pero una vez allí, en lugar de continuar descendiendo bajo la acción de la gravedad, lo veremos, cosa rara, aspirado por entre los dos bordes. E Este fenómeno se debe á la capilaridad y. recuerda la experiencia de un líquido que sube entre dos láminas de vidrio que se han aproximado bastante entre sí, ó en el inte- rior de un tubo de diámetro muy pequeño. Veremos que nuestro vino, ya dentro de las copas, sube en forma de hilillos rojos a la parte superior del agua de B, tiñéndola de un color más y más intenso que se degrada: hacia el borde. Prolongando la experiencia que, comó se ve, se hace automáticamente, se llegará al resultado final siguiente: la co- pa Á estará llena de una agua límpida, la B de un líquido rojo y en fin, la € completa- mente vacia. IV EL CENTAVO PERFORADO CON UNA AGUJA Perforar un centavo con una aguja pare- ce, á primera vista, un problema insoluble sobre todo si es fina la aguja; sin embargo, es muy sencillo. Basta introducir la aguja en un tapón ha- ciendo que sobresalga un poquito la punta y cortar, con unas tenazas, la parte de la cabeza que no queda cubierta del otro lado. Golpead, entonces con fuerza sobre el ta- pón con un martillo, después de haber co- locado el centavo y el tapón como lo indica COSMOS 87 nuestro dibujo ó colocado sencillamente, el centavo sobre una tabla de madera poco dura. No pudiendo flexionarse la aguja en nin- gun sentido gracias al tapón que la guía de Fic. 69 . una manera rigida, atravesara el centavo, 6 cttalquiera otra moneda del mismo espesor, con la mayor facilidad, puesto que sabemos que el acero de que se compone la aguja, es más duro que el bronce del centavo. Tom Trr. x_—__—A —————— ESPECTÁCULOS CIENTÍFICOS LOS ESPECTROS VIVOS Los espectros vivos formaron la reputación de un teátrillo situado en el boulevard del Temple, durante los últimos años del Impe- rio y que todos conocieron con el nombre de Teatro Robin. Las piezas de espectros representadas, ya en ese teatro, ya en otros, tenian por objeto mostrar en la escena, en un momento dado una figura cuyas formas eran perfectamente distintas; esta figura, este espectro, despren- dido del suelo, suspendido en el espacio, se movía, ejecutaba movimientos, tenía ges- tos; en una palabra, parecia vivo; no obstan- te, dejábase penetrar por los objetos, por los personajes de la pieza; dejábase atrave- sar por una espada, por-un bastón, por un sable y sólo por esta particularidad, los es- pectadores adivinaban que tenían delante del sí una forma inmaterial. | Algunos ejemplos harán comprender me- jor el género de estas piezas fantásticas. Eran casi siempre pantomimas. En unas, el genio de Pacaniwr viene bajo la forma de un dia- blillo rojo que revolotea en el aire, á to- av el violín, colocándose cerca del cuerpo del gran músico; en otras, un joven ve. en un ensueño bacantes que le dan de beber, tiende su copa y el público advierte una ba- cante-espectro que desde una ánfora hace caer un chorro de vino-espectro en la copa real. En una pieza representada en 1868 en el Teatro del Ambigú, la Czarina, pieza que tenía la particularidad de haber estado á car- go del célebre Ronerro Hounix, se veía en el desenlace la escena siguiente: Tratábase de desenmascarar á un impostor que se hacía pasar por el Czar Pbro III. ... «Un sarcó- lago sale de una roca !, se endereza, se abre 8 y deja aparecer á un fantasma cubierto con una mortaja. La losa cae y el espectro que- da de pié.... la parte superior de la mor- taja desciende y vense los rasgos lividos del ex-soberano. El falso Czar tira de su espa- da y con un solo tajo le corta la cabeza que rueda por tierra con estrépito. Inmediata- mente después aparece en el cuerpo del fan- tasma la cabeza viva de Peoro III; el falso Czar, enloquecido, se precipita sobre el es- pectro cuyo cuerpo vuelve á caer dentro del sarcófago, pero cuya cabeza queda en el mis- mo lugar suspendida y con los ojos fijos en los del usurpador. Éste hiere á la cabeza con el sable; pero el sable pasa á través de ella. Entonces, bajo de esa cabeza se pre- senta repentinamente el cuerpo de Prbro III vestido con su traje de gala y con sus El falso Czar confuso, confie= sa sus crimenes y el fantasma desaparece.» Insignias. ... El escenario á que se refiere nuestro gra- bado consiste en lo siguiente: un jóven con el traje elegante de los petimetres ve apa» recer una forma blanca que, dibujándose poco a poco, muestra á una niña encantado- ra. Cae él á sus piés, quiere apoderarse de la mano que le presentan, pero no encuentra nada; vacila, retrocede, y la visión desapa- rece. Cambia entonces la escena, surge otra 1. Magte et physique amusante de RoperT HoupIx, p. 98. - 88 COSMOS forma blanca como la anterior; pero al vol- verse distinta, el jóven percibe á un horro- roso espectro, descarnado, cubierto con un sudario y que se adelanta á él amenazándo- le; el jóven coje su espada, traspasa al es- pectro y ve que la espada penetra á través del cuerpo de éste. Tal es la escena que re- presenta nuestro grabado. Obtiénense estas ilusiones por medio de espejos. El principio ha sido expuesto ya en La Nature, | pero lo recordaremos en dos palabras. Sucede diariamente que al pasar frente á un establecimiento cerrado por grandes eris-' tales sin estañar, se advierte en ellos la re- flexión de objetos que la calle, al mismo tiem- se encuentran en po que se distinguen perfectamentelas per- sonas que están en el almacen. Este fenó- meno tiene lugar con tanta mayor intensi- dad cuanto más ilu- minados están los ob= jetos exteriores; en la noche, en el crepús- culo, por ejemplo, se tical por medio de dos grandes libros colo- cados en una de sus extremidades; detras de este cristal se coloca de pié, un naipe y delante otro naipe apoyado, como el an- terior, en un alfiler grueso. Cerca del eris- tal se sitúa una luz; aproximándola ó aleján- dola, es decir, arreglando el alumbrado de las dos cartas y merced á un lijero tanteo se llegará á colocar un espectro bien distinto de la segunda carta cerca de la imagen de la primera. > El juguete llamado ombrascopio permite hacer con facilidad esta experiencia. Si se reemplazan los naipes por muñecos se podrá tener títeres espectros. En los teatros, cuan- do se producen es- pectros, la sala está á obscuras y la escena muy poco iluminada; ésta se halla separada del público por un gran cristal sin esta» ñar, inclinado unos 20* poco más ó menos, según la disposición de las butacas de la sala. Frente á la es- cena hállase una gran abertura que da á la ve que las farolillas de los carruajes pasan por el fondo de los almacenes cuyas lám- paras de gas no han sido encendidas; fué este fenómeno, ob- servado por el físico inglés Perrer, el que le sugirió, en 1863, la idea de producir es- pectros en los teatros; de allí los espectros vivos, las Pepper's ghosts (sombras de Peerrn) que es el nombre con que se las designa ge- neralmente en Inglaterra. Cada uno puede hacer en su casa una pe- queña experiencia que le permita, por si sola, comprender bien todas las condiciones á que debe atenderse para que los espectros den la ilusión de la realidad: se toma un cristal común que se puede poner en posición ver- 1. 1880. Tom. 1I, p. 184. Fic. 70.—Experiencia de espectro luminoso ejecu- tada con naipes y un cristal * parte inferior del tea- tro; allí, sobre un ca- rro cubierto con una tela negra y que mue- ve el maquinista, está el personaje que apa- rece en la escena en forma de espectro; debe estar inclinado pa- ralelamente al cristal para que su imagen aparezca vertical. La luz de una poderosa limpara oxi-hi- drica ó eléctrica, lo sigue en sus movi- mientos. Se comprende que basta cerrar el obturador de la lámpara para que el espec- tro desaparezca instantáneamente de la vis- ta del espectador. Según las leyes de la reflexión, la figura reflejada aparece tras del espejo á una dis- tancia igual á la que la separa de él: los espec- tros aparecen, pues, ante el público, no so- bre el cristal ni en el delantero de la escena, F:6 71.—Experiencia de los espectros en el escenario de un teatro sino más bien en medio de ésta y parecen no(tá en escena no ve al espectro que debe tocar á nada, Este hecho aumenta la rareza. agradarle, ó más á menudo horrorizarle; asi, Detalle digno de notarse: el actor que es- para que no haya equivocaciones por su par- v Fic. 72.—Corle del escenario que demuestra la disposición de la experiencia COSMOS te, el-escenario ha de estar perfectamente arreglado y los sitios que el actor y el es- pectro tienen que ocupar, marcados cuida- dosamente en el piso. Cuando el teatro por su disposición no permite que el actor que hace de espectro se coloque abajo, puede situársele entrebas- tidores: entonces el espejo debe estar ver- tical, pero de través respecto de la escena. En este caso los efectos están más limitados que en el primero; sin embargo, este proce- dimiento se emplea en algunas fantasma- gorías y mediante él se pueden hacer apa- recer y desaparecer instantáneamente ha- das y genios, así como darle forma á las vi- siones y á los ensueños. Para estos últimos están completamente indicadas las pistas di- solventes (dissoloying-spectres), que consisten en la aparición sucesiva y no interrumpida de diversos objetos que se transforman á la vista de los espectadores. De esta mane= ra obtuvo M. Roserro Houbiy muy curio-| sos efectos. Las vistas disolventes se obtie=. nen colocando un objeto en la escena para que se le vea directamente, y otro abajo que ha:de ser visto por reflexión, é 1luminando,. gradualmente el unoy no el otro. La imagen. ménos alumbrada desaparece, dejando en su lugar en el mismo punto, á la del ubjeto que 2 » recibe en ese instante toda la luz. Tal es el secreto de los espectros; es de- cir, el de una de las más hermosas aplica- ciones de un principio de óptica para di- versión de los espectadores. G. KerLus. (La Nature, 1883, I, pp. 167-170.) > ho FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES PORELMÉTODOINTERFERENCIAL DE M. Lippmany 1 MI LAS INTERFERENCIAS Reflexión del movimiento ondulatorio.— Imaginemos una onda que tenga por origen un centro de conmoción Á (Fig. 73). Si es- ta onda se propagara libremente, el movi- miento vibratorio, después de cierto tiempo, habria llegado a la superficie de una esfera 1. Continúa, Véase Cosmos p. 78. D D¡; más tarde estaría sobre una esfera de ¡radio más grande E E,, y así sucesivamente; ¡pero no sucedería lo mismo si la onda, al | propagarse, encontrara un obstáculo fijo M M' ¡(una su AS perficie plana, por ejemplo, como la ¡cara reflectora de un espejo pulido). En este [caso, la onda cambia su dirección de propa- gación, se refleja, y al cabo del tiempo en que el movimiento haya llegado primitivamente a DD,, llega á todos los puntos de una es- lera D D', simétrica de la primera con rela- ción al plano del espejo; en otros términos, todo pasa como si el centro de conmoción, en lugar de estar en Á, estuviese situado en un punto A”, al otro lado del plano MM”, á la misma distancia que el punto Á. Esta nueva onda realmente no existe entera: so- lamente la porción desviada por el: espejo le, tiene una existencia real; se la llama onda reflejada, mientras que la primera se llama onda directa. : En particular, se puede hacer reflejar una onda plana sobre un obstáculo plano. En es- te caso, la dirección de propagación de la onda directa y la dirección de propagación de la onda reflejada hacen con el espejo án- gulos iguales, absolutamente como la bola de billar, después de haber tropezado con la ¡banda, se refleja formando un ángulo de re- flexión igual al ángulo de incidencia. Interferencia de la onda directa y de la onda reflejada.—Como caso particular, po- demos hacer caer la onda incidente, una on- da sonora por ejemplo, perpendicularmente en la superficie reflectora. En este caso, la cue exactamente el camino onda reflejada sig É COSMOS 91 inverso, y se eruza, al volver, con la onda incidente que llega sobre el espejo. ¿Qué es lo que entonces va ú pasar? No olvidemos que cada punto del medio situado adelante del espejo participa del mo- vimiento ondulatorio y vibra ejecutando os- cilaciones al rededor de su posición de equi- librio. Desde entonces, un punto cualquie- ra se encontrará solicitado á la vez por dos movimientos ondulatorios: el movimiento di- recto y el movimiento reflejado. Si este pun= to está en condiciones tales que las dos ve- locidades que lo solicitan por efecto de estos: dos movimientos, tengan en un instante dado: la.misma dirección, estas velocidades se aña- dirán la una á la otra y resultara un acre=: centamiento en la vibración propi del pun- to: considerado; pero si estas dos velocidades son, en el mismo instante, iguales y de sen= tidos contrarios, los dos movimientos se anu- larán, y el punto considerado quedará en reposo. Si se trata de: una onda sonora, ha- brá en este punto extinción de todo ruido, habrá silencio.” El estudio de los movimientos vibratorios conduce, pues, á esta consecuencia notable: sónido añadido á sonido. puede producir, ya un acrecentamiento ctel movimiento so- noro, ya una anulación de este movimien- to. Una experiencia célebre, hecha por el Coronel NaroreóN Savart en 1839, ha dado á este enunciado una brillante confirmación experimental. Delante de un gran muro, es- te oficial había colocado un timbre que ha- cia vibrar golpeándolo con un martillo. El timbre se hacía el centro de una onda direc- ta que se propagaba hasta el muro y allí se reflejaba. Pues bien, paseando el oído por la límea recta que iba del timbre al múro, demostró la existencia de puntos equidistan- tes en que el sonido se extinguía completa- mente; estos puntos estaban separados por otros, igualmente equidistantes, en que el sonido estaba enérgicamente reforzado. - La existencia de las interferencias está, pues, de- mostrada de una manera irrefutable. El estudio de los tubos sonoros, como los tubos de un órgano, y el de la vibración de S las cuerdas de violín, muestran también que hay puntos en que la vibración es nula, en que el movimiento se extingue, en tanto que en otros puntos se refuerza. Los primeros se llaman nodos y los segundos vientres. Diremos, pues, que delante de una super- «ficie plana sobre la cual cae una onda pla- na, hay una serie de planos equidistantes en los que todo movimiento se extingue: estos son los planos nodales y están separados por planos paralelos en que el movimiento se refuerza: estos son los planos ventrales. La distancia entre dos planos nodales con= secutivos ó6 entre dos planos ventrales conse- secutivos, es siempre igual á una semi-lon-= gitud de la onda. IV LAS ONDAS LUMINOSAS El eter:luminoso.—Los principios prece-- dentes tienen una verificación contínua en el estudio de los fenómenos sonoros que cons- tituyen la parte de la Física llamada Acústica... El honor de dar la primera teoría racional de la luz, considerándola como resultado de un movimiento ondulatorio, estaba reserva= do á un sabio francés: FrEsNEL. Por una concepción de genio, el ilustre físico imaginó que todo punto luminoso era un centro de vibraciones muy rapidas, y que ' estas vibraciones se trasmitían á través de un medio especial. Este medio no debía ser un gas, puesto que la luz se trasmite en el vacío. FresxeL le dió el nombre de eter, y admitió que llenaba todo, aun los espacios interpla= netarios. Las moléculas de este medio, do- tadas de una elasticidad perfecta, desempe- ñan en esta hipótesis el papel de las bolas de marfil de la experiencia que hicimos al principio de esta exposición; se trasmiten mútuamente, sin moverse de sus lugares res- - pectivos, el impulso recibido por la prime= ra de ellas. Velocidad de la luz.—Esta trasmisión del movimiento vibratorio, de molécula en mo- lécula, se hace en el eter con-una velocidad considerable. Se ha podido medir por experiencias di- rectas, pertenecientes unas á la Astronomía y otras á la Fisica pura, la velocidad con la cual se propaga una onda luminosa; todas las experiencias han estado sensiblemente de acuerdo y han dado el resultado siguiente: La luz se propaga con una velocidad de TRESCIENTOS MIL KILÓMETROS por segundo, 92 Asi, para dar una idea de la 'apidez de esta trasmisión, diremos que un rayo lumi- noso emplea ocho minutos en franquear la distancia que separa la Tierra del Sol. Pues- to que, por otra parte, hemos admitido que la luz tiene por origen un movimiento vi- bratorio, este movimiento se trasmitirá en el eter, por ondulaciones, como el sonido en el aire. Cada onda es una esfera, que aumenta rápidamente de diámetro, como un globo que se inflara con bastante rapidez para que su radio ereciese 300,000 kilómetros por se- gundo. 8 to de partida, una porción pequeña de esta A una distancia infinita de su pun- superficie esférica es sensiblemente plana. Luz blanca. Colores simples.—A Nuwron se debe el descubrimiento de la complexi- dad de la luz blanca, instituyendo la expe- riencia clásica del espectro solar. Por una abertura muy pequeña S (Fi hizo penetrar en un cuarto obscuro un rayo horizontal de luz solar. Este rayo, si se le hu- biese dejado caminar libremente, habría ido á dibujar en una pantalla una imagen brillan- te y redonda D. Newron colocó en el tra- yecto un prisma de vidrio de aristas vertica- les, en la posición indicada por la figura. In- mediatamente el haz incidente se desvió de su dirección primitiva y al mismo tiempo se extendió y vino á formar en la pantalla, no ya una imagen redonda, sino una faja alar- gada que presentaba todos los colores del: arco-iris, dispuestos en el orden siguiente: Violeta, índigo, azul, verde, amarillo, na- ranjado y rojo. El violeta es el color más desviado, y se COSMOS encuentra en una de las extremidades de este espectro colorido, en tanto que el rojo, menos desviado que los otros, se encuentre en la otra extremidad. La luz blanca se había, pues, descompuesto en colores simples por medio de un prisma. Recibiendo este espectro en un espejo que giraba lentamente y mirando el espejo en una dirección fija, Newrox veía sucesiva- mente todos los colores del espectro; pero si la velocidad del espejo se aceleraba, el ojo veía todos los colores simultáneamente, y de esta sobreposición de las impresiones resultaba la sensación de la luz blanca. Ha= bía. pues, reconstituido, por una experiencia inversa, la luz blanca con ayuda de los co- lores simples. Colores complementarios.-—Ocultemos, por medio de un cuerpo opaco, una parte de los rayos del espectro, y' examinemos los tintes restantes con avuda del espejo gira- torio animado de un rápido movimiento; co- mo nos faltan colores ya no obtendremos pues, el blanco, sino otro color A. Hagamos la mis- ma experiencia, pero esta vez ocultando los colores precedentemente examinados, y exa= minando en el espejo los que habíamos ocul- tado, tendremos otro color resultante B. ¿videntemente los colores A y B mez- clados, reproducirán la luz blanca: y se lla- man por ésto colores complementarios. Teoría de Fresnel.—¿Cómo explicar, en la teoría de las ondulaciones, las diferencias de coloración de las diversas partes del es- pectro? FresweL ha logrado encontrar esta expli- cación, asimilando los colores simples á las notas musicales de la gama. Hemos visto que todo sonido era produ- cido por un cuerpo vibrante, engendrando una onda que llegaba hasta nuestro oído para producir allí la sensación sonora. Pe- ro no son idénticos todos los sonidos, y sa- bemos distinguir muy bien una nota aguda de una nota grape. Los fisicos han estudia- gravedad 8 de los diversos sonidos, y han llegado á la do este caracter de la agudeza y conclusión experimental de que los sonidos emitidos por un mismo cuerpo vibrante eran tanto más elevados cuanto más rápidas eran las vibraciones, cualquiera que fuese la na- COS MOS 93 turaleza del cuerpo vibrante. Á cada sonido corresponde pues una longitud de onda que le es propia. Pero entonces, diréis ¿los sonidos agudos se trasmiten en el aire con mayor veloci- dad que los sonidos graves? De ninguna manera; recorren con mayor velocidad la distancia que separa un nodo | de otro nodo, pero como estos nodos son más numerosos, el espacio total recorrido en un segundo por un sonido, cualquiera que sea su altura, es siempre el mismo: la ve- locidad del sonido en el aire es de 330 me- tros por segundo. Además, tenemos una prueba material de ésto, siempre que escuchamos una orques- ta á distancia; la melodía y la armonía nos llegan y nos dan, con intensidad menor, la sensación exacta del trozo ejecutado: lo que no tendría lugar si los sonidos agudos de los violines y de las flautas caminasen con mayor velocidad que los sonidos graves del violoncelo y de los contra-bajos, y, en vez de una sensación agradable, no oiríamos más que una espantosa cacofonía, cuyo des- agrado crecería con la distancia. FresneL ha asimilado los colores simples á los sonidos simples. Ha admitido que el número de vibracio- nes efectuadas en un segundo por un punto luminogo que emite luz roja, no era el mis- mo que el que corresponde á la luz amari- lla, Resulta de aquí, á la inversa, que la longitud de la onda será diferente para es- tos distintos colores. El Cuadro siguiente da los números de vibraciones efectuadas en un segundo por un punto luminoso que emite los diversos colores. 1.—Nuúmero de vibraciones correspondien- tes á los diversos colores: 2.—Longitudes de onda de los colores sim- ples. Rojo......... 620 diez mils. de milímetro Naranjado.. 583 E e Amarillo.... 551 pe de Verde....... 512 SN SS JN7AWloovacacos 475 E SA Índigo....... 449 E 2 Violeta...... 423 , El rojo corresponde, pues, á las notas gra- ves de la escala musical, y el violeta á las notas agudas. Los colores complexos.—¿Cómo explicar ahora los colores complexos, no ya los del espectro qué son simples, sino los de los cuerpos naturales? Recurriremos todavía á las propiedades de los movimientos vibratorios, y una com- paración con los fenómenos sonoros nos fa- cilitará la apreciación de la teoría de los co- lores. Muchos movimientos vibratorios pueden sobreponerse unos á otros. Asi, cuando una cuerda está tensa sobre una caja sonora, co- mo la cuerda de un violoncelo, podemos ha- cerla vibrar toda entera, Sus dos extremida- des estarán inmóviles, serán dos nodos, en tanto que su mitad vibrará con la amplitud máxima: será un pientre. Pero se puede he- rir esta cuerda con el arco de manera que, vibrando toda en conjunto, cada una de sus mitades vibre individualmente, según los contornos punteados representados por la Fig. 75. En estas condiciones, realizamos Rojo 497 mil millones por segundo Naranjado.. 528 4% as Amarillo... 529 sn y Verde...... . 601 BL de 500 Azul........ . 648 ds e | pi =( a Indigo...... 686 2 bo Frc. 75 Violeta..... 728 ; | Hé aquí ahora el Cuadro que da las lon- gitudes de onda correspondientes á los di- versos colores simples: la sobreposición de los dos movimientos vi- bratorios: el de la cuerda entera y el de sus dos mitades vibrando aisladamente. De aquí resulta un sonido complexo, formado del so- COSMOS nido fundamental y del sonido armónico so- brepuesto; esta sobreposición da al oído las sensaciones del timbre de los diferentes so- nidos. El /onógrafo es un instrumento basado en este principio: las vibraciones de una sola membrana pueden reproducir varios movi- mientos vibratorios sobrepuestos, repetir la palabra humana y registrarla por medio de picaduras en un cilindro maleable. Los colores complexos, tales como el cas- taño, los diferentes matices del verde, ete., se explican por un mecanismo análogo. Re- sultan de la sobreposición de varios movi- mientos vibratorios simples. Coloración de los cuerpos.—Digamos á es- te propósito lo que se entiende por color de los cuerpos. El color resulta de la difusión de los ra= yos que iluminan un cuerpo. Este cuerpo absorbe algunos y refleja otros cuya mezcla produce en el ojo la expresión de un tinte determinado. Un tapiz nos parece rojo por- que refleja sobre todo la luz roja y absorbe los otros colores. Los cuerpos que reflejan todos los rayos solares, cualesquiera que sean, nos parecen blancos; los que los absorben todos, al con- trario, nos parecen negros. Es evidente, según ésto, que el color apa- rente de un cuerpo para nuestro ojo, debe variar con la naturaleza de la luz que lo alumbra; no es el mismo á la luz del día ó á la luz eléctrica, que son luces blancas que contienen todos los rayos, que á la luz ex- clusivamente amarilla del gas. Con una luz monocromática, tiene por fuerza el tinte mis- mo de esa luz. (Continuaraá.) ALronso BeErGET. = = JUGUETES: CIHENTÍ FICOS! V Entre los muchos ¡juguetes que ilustran el fenómeno de la luz, el más sencillo es la lente de agua. Ñ Consiste, Fig. 76, en un globito lleno de agua y provisto de un brazo de alambre pun- 1. Continúa. Véase Cosmos, p- 61. tiagudo destinado á sostener el objeto que se va á examinar. Es una lente Coddington que carece de diafragma central. Funciona muy bien: como mieroscopio de poco aumento, é ilustra el prin- cipio de la refracción como lo presentan las lentes. Re- cibe los rayos divergentes Fig. 76.— del objeto colocado en el foco, y los refracta, haciéndolos converger en el lado opuesto del globito; pero no todos los rayos convergen exactamente en el mis- mo punto, por lo cual la imagen, salvo en el centro del campo, está deformada y es po- co clara. Esto es efecto de la aberración es- férica. El prisma, Fig. 77, se halla tanto en la lista de los ju- guetes como en la de los instru- mentos cientifi- COS. Descompone la luz y recombi- na el rayo dis- Fiz. 77.— y PRISMA y persado forman- do de nuevo luz blanca. Cuando se pone á la luz del Sol, da un hermosiísimo es- pectro. Hasta puede dar un prisma común, varias lineas de Fraunnorer, poniéndolo en frente de una estrecha abertura al través de - la cual éntre un rayo de luz á un cuarto obscuro. Uno de los lados del prisma que sirve en este experimento, debe disponerse de modo-que haga un ángulo muy pequeño con el rayo incidente. El espectro contendrá cierto número de líneas negras delgadas, S S > conocidas con el nombre de líneas de Fraun- HOFER. Estas líneas nos enseñan la constitución del Sol. El principio que ilustra es- te experimen- to es la base del espectros- Fig. 78.—Pot1PRISVA copio. Un vidrio plano convexo que tiene cierto COSMOS == QÍ número de facetas formadas en su cara convexa, constituye el juguete conocido con el nombre de poliprisma, Fig. 78. Las facetas forman ángulos ligeramente diferentes con la cara plana del vidrio, por lo cual los rayos se refractan dife- rentemente en cada faceta, produciendo una imagen. Un hombre visto al través de este instrumento, aparece multipli- cado. Una moneda se reproduce tantas veces como lacetas hay, y una estula se ve como una ciudad que es presa de las llamas. . El espejo cilíndrico, Fig. 79, da la imagen de un objeto ordinario, muy contraída en el sentido de la horizontal. e” Las estampas que acompañan a estos Fig. 79.—1. ESPEJO CILÍNDRICO CONVEXO 2. FIGURA DEFORMADA QUE DEBE VERSE EN EL ESPEJO espejos, están deformadas de tal modo que el objeto es inconocible mientras no se mira en el espejo, el cual corrige la imagen. Trazando el rayo incidente de un pun- - to de la estampa hacia el punto corres- pondiente de la imagen en el espejo, y _ trazando el rayo reflejado del mismo ¿punto del espejo hacia el ojo, se verá que en este punto; como en todos los espejos, se aplica la sencilla ley de la reflexión; esto es, que el ángulo de in- cidencia es igual al angulo de refle- : xión. El espejo cilindrico-cóneavo, es en sus electos el reverso del espejo ya des- erito. Fig. 80.—EsPEJO CILÍNDRICO:CÓNCAVO, CAUSTICO. Produce una imagen ensanchada lateralmen- te de un objeto estrecho, y mientras el es- pejo cilíndrico convexo dispersa la luz de ¡un foco lejano, el espejo cóncavo la hace convergente; pero como en el caso del mi- eroscopio de agua, los rayos reflejados no ComCUren en un solo punto, sino que se | eruzan formando curvas cáusticas. Estas cur- ¡vas pueden verse parando un espejo cónca- vo cilíndrico ordinario, sobre una superficie blanca, y poniendo una pequeña luz, una vela por ejemplo, a corta distancia del es- ¡pejo, como se ve en la Fig. 80. No es ne- ¡cesario un espejo cóncavo para este experl- ¡mento. El mismo fenómeno puede presen- ¡tarse observando un vaso lleno parcialmente ¡de leche, dispuesto en relación conveniente — SS Fiz. S1.—EsPEJO ESFÉRICO con la luz. La superficie interior del vaso sirve de espejo, y la superficie de la leche sirve para el mismo propósito que el papel blanco. Un anillo cilíndrico de servilleta muestra las curvas en condiciones semejan- tes. De hecho, una superficie cilíndrica cón- cava brillante presentará el mismo fenómeno. El espejo esférico convexo, Fig. 81, de- forma las imagenes á un grado notable. Un globo de vidrio plateado cogido en la mano, da una imagen del experimentador algo se- mejante á la que se ve en la Fig. 81. Las partes que están más próximas al es- pejo se han exagerado considerablemente, mientras que las otras partes han disminui- do con mucha desproporción. La imagen en un espejo convexo está apa- rentemente detrás de la superficie re- flejante, y siempre es más pequeña que el objeto mismo. El espejo esféri- co cóncavo, Fig... 82, produce efectos que son inversos de los que se acaban de describir; y aun- que en este caso Cco- COSMOS dadera; y unos cuantos libros pueden servir para ocultar el ramillete. Dos libros empastados de negro se pa- ran y arreglan en ángulo, y un tercer libro se pone horizontalmente sobre los prime- ros. El ramillete se cuelga invertido en el ángulo de los libros, y se pone un vaso en el libro superior, sobre el ramillete colgan- te. El espejo cóncavo se dispone de modo que la prolongación de su eje biseccione el angulo formado por líneas trazadas desde la parte superior del vaso y de la parte supe- rior del ramillete suspendido, y se aleja del ramillete y del vaso á una distancia próxima- mente igual á su radio de curvatura. Una pequeña experiencia determinará la posición correcta del espejo. Cuando se haya conseguido la colo- cación apropiada, una imagen real del ramillete aparece admirablemente en el aire del vaso. Con un buen espejo y colocación arriba propia, la ilusión es mo en el otro, la muy completa. Ls- imagen virtual apa- rece detrás del es- gen está aumentada. La ima pejo, la ima gen real que aparece en frente del espejo cóncavo, puede ser más grande ó más pequeña que el objeto mismo, según la posición que tenga el objeto relati- vamente al espejo y al observador. Una vela colocada entre el centro de cur- vatura del espejo y el foco principal, forma en el aire una imagen invertida, que es más grande que ella misma. El ramillete fantasma, Fig. 82, que es una ilusión óptica interesante y muy hermosa, se produce colocando un manojo de flores (na- turales ó artificiales) en posición invertida, detrás de algún objeto que lo oculte, y pro- gen en el aire por medio 8 de un espejo cóncavo. yectando su ima Una lente manual de aumento basta para este propósito, si estáaá la longitud focal ver- Fig. 82.—ESPEJO CÓNCAVO tando el ramillete invertido, la ima- gen está derecha. En el grabado se representa un modo de iluminar el ramillete, con muy buenos re- sultados, debido al Profesor W. Le Conrk, de Brooklyn. cerca y á cada lado del ramillete y detrás de Se hace colocando una vela los libros. Y además, coloca todo el aparato en una tabla que descansa en un pivote, para que se mantenga en posición horizontal, permi- tiendo al fantasma el ser visto por muchos espectadores. Este sencillo experimento ilustra el prin. cipio del telescopio rellejador de Herscner. En este instrumento la imagen del objeto celeste se proyecta en el aire por reflexión y es aumentada por las lentes del ocular. G. M. IT, Tomo 1 LámMINA 72 FoTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS F. Ferrari PÉrez, For. GRUTA CARLOS PACHECO (CERCA DE CACAHUAMILPA) FONDO DEL ÚLTIMO SALÓN REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS A EDS E Direcror ProprIeTaRIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 12 be Anrin pe 1892 ENSAYO DE APLICACION DEL MEYODO LOGIC) AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECTO DE UN APARATO | PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE | LOS VALORES PARCIALES | DE DICHA RESISTENCIA ' PARTE TEORICA FUERZA DEL VIENTO 11.-—Examen de los factores de la fuerza del piento.—Según las diversas cireunstan- cias que examinaremos dentro de un momen- to, el viento tendrá una energía más ó me- nos grande cuyo valor nos será facil estimar aplicando los principios de Mecánica. Para ésto, sea AB, Fig. 83, una corrien- te de aire cualquiera que se desaloja de A. hacia B- con una velocidad determinada que llamaremos (o Esta corriente no es otra cosa que el mo- vimiento simultáneo de un sistema de pun- tos materiales homogéneos, una especie de ejército de moléculas de aire más ó menos aproximadas unas á otras; pero siempre equi- distantes entre sí para un mismo viento y que se adelantan todas en el mismo sentido. Dividamos la corriente en cuestión AB en una serie de secciones paralelas 0, 0,, 0», ete., normales á la dirección del viento. Es claro que todas estas secciones están for- madas del mismo número de moléculas de alre, poseyendo cada una de estas últimas | | 1. Continúa. Véase Cosmos p. 81. la misma masa y la misma velocidad; por consecuencia, lo que se diga de la fuerza de una molécula cualquiera a, podrá decirse también de la molécula b, de la molécula ce, ete.; y lo que se diga de la fuerza viva de cualquiera de las secciones 0, en el instan- te 1, se aplicará igualmente á las demás y á la fuerza del viento por completo, en el mis- mo instante /. No perdamos de vista la circunstancia del tiempo, porque además de las confusiones que podrían producirse relativamente á la medida de la masa, nos expondríamos á no hacer ninguna diferencia entre la manera de estimar la medida del efecto y la medida de la causa. Ahora que ya está establecido que la fuer- za viva del viento no es distinta de la de una sección normal á la dirección de este vien- to, cxaminemos una sección cualquiera, 0, por ejemplo. Si llamamos m la masa de una molécula de atre, su fuerza viva será: my A] Considerando en su conjunto el sistema de moléculas a, a, 4,..... rn formado por la gual a la suma de las fuerzas vivas de los diferen- sección 0, la fuerza viva del sistema es 1 tes puntos que lo componen; y, como la fuer- za viva de cada punto es la misma, se dedu- ce que la mayor ó menor fuerza viva del sis- tema no depende sino del número más ó menos grande de moléculas que contenga. De suerte que si llamamos 2 el número de moléculas, la fuerza viva en cuestión será; eP?mn 2) 98 COSMOS Ahora bien, es evidente que la masa total mn depende, por una parte, de la densidad de cada una de las moléculas ó, lo que es lo mismo, de la densidad del aire, y, por otra parte, del tamaño ó magnitud de la sección; porque no hay duda de que á una sección más ó menos grande, corresponde un número más ó menos grande de moléculas. De ma- nera que llamando d á la densidad del aire, el producto mn equivale al producto 0d; de donde: 20d a) 0 mn; 12. — Fórmula general. —Por consecuen- cia, si llamamos / la intensidad ó energía dinámica de la fuerza del viento tendremos: ¡4% (1) 13.—Coeficiente de 1. do se haya convenido en dar á p, 0 y d, va- Es claro que cuan- lores determinados se tendra el coeficiente de /, es decir, la unidad de intensidad bajo la unidad de velocidad, de sección y de den- sidad. 14.— Consideraciones sobre la obtención y la significación de la formula general. —Es- te coeficiente no es, como se ve, más que el valor de la fuerza de una sección normal y determinada de un viento que tenga una ve- locidad y una densidad fijas. La determina- ción abstracta del valor de / ha sido tanto más facil de obtener cuanto que han sido eliminadas todas las causas de complicación y cuanto que se encuentra así desprendida de toda resistencia particular. En efecto, no olvidemos que hemos obte- nido la expresión (1) basándonos pura y sen- cillamente en consideraciones relativas á la fuerza del viento; nos da únicamente, como se dice en la dinámica moderna, una cuali- dad del viento: su aptitud para vencer los obstáculos que puedan presentársele; pero no nos hace presentir nada referente a estos obstáculos, cuerpos ó planos que reciban la acción del viento; 0 es, pues, como lo ha- bíamos dicho, la sección del viento conside- rada; pero no podría representar en mane- ra alguna la superficie de los cuerpos some- tidos á la acción del arre. Nos ocuparemos en tiempo oportuno de la resistencia que los cuerpos oponen al viento y diremos también lo que, en nuestra opinión, conviene enten- der especialmente por las palabras resistencia del aire ($$ 24 y 25). 15. cia del aire.— Consecuencias .— Esta Ambigúuedad de la expresión resisten- expre- grada por el uso, es am- bígua. En efecto, se ha confundido bajo la sión, aunque consa denominación resistencia del aire, por una parte, dos cosas muy distintas: la fuerza del viento y la resistencia que le oponen los cuer- pos sobre los cuales se aplica esta fuerza; y por la otra, dos clases de resistencias: la resistencia util y la resistencia pasiya. De allí procede el desacuerdo que se nota en los autores respecto de la fijación del ó de los coeficientes de la resistencia del aire. Ade- más, esta fijación no puede ser sino posterior á la del valor de /,-porque antes de cono- cer la naturaleza y la cantidad de la fuerza en acción, no es posible saber en que se transforma esta fuerza después de haber obra- do. Pero la confusión principal sobre la cual queremos insistir especialmente, es la que se refiere á las dos partes ya citadas del es- tudio de la resistencia del alre y que se pro- duce entre la fuerza 6 el viento, cuyos ele- mentos son independientes del cuerpo que recibe la acción, y el cuerpo mismo cuyos elementos son independientes de la velocidad y de la cantidad del viento. La confusión de que se trata ha tenido lu- gar con mucha frecuencia y de diversas ma- neras: por ejemplo, la cantidad, elemento del viento, ha sido confundida con la ¿ncli- nación, elemento de la superficie expuesta á la acción del viento; la sección del piento con la superficie del cuerpo 6 aun con la ¿n- clinación de esta superficie, ete. Pero mejor se comprenderá más adelante la razón de lo que acabamos de decir. Con- tinuemos ocupándonos de la expresión fi 0d 16. mentos de la densidad d del aíre.—5Se sabe que Fórmula de 1 en función de los ele- la densidad d del viento varía: 1%, con la temperatura; 2%, con la altura á que se con- COSMOS 99 sidera este viento; 3%, con el estado higro- métrico de la atmósfera. p De ésto resulta que para dar á la expre- sión de / toda la connotación de que es sus- ceptible y para poder aplicarla así á todos los casos, teniendo en cuenta las circunstan- clas de variación, se debe sustituir el valor de d en función de las cantidades ya men- cionadas. Este valor de d, tomado de la Fí- sica es: 1 I+at fórmula en la que 1 +1 es el binomio de la dilatación, M1 la presión atmosférica, F la tensión del vapor saturado á t grados y e H=2Fe d=1* 293 GON el estado higrométrico. Haciendo la sustitución indicada y redu- ciendo, se tiene para valor final de / la fór- mula de aplicación inmediata: 291 293(8H—5 Fe) 12160 (L+at) 17.—El efecto de 1 depende de los valores positivos y negativos de la resistencia total. — Habiéndose obtenido este resultado se sa- be, por otra parte, que el efecto de / 6 la variación de la potencia viva depende de las variaciones de la suma algebráica de los tra- (2) bajos de las fuerzas resistentes interiores y exteriores del sistema considerado. Siendo estos trabajos, en realidad, los valores posi- tivos y negativos de la resistencia total, los daremos á conocer en el capítulo siguiente, | después de haber procedido al análisis de | dicha resistencia; sin embargo, para abreviar | y generalizar la exposición de ideas, usare- mos solamente la fórmula (1) en el curso de este trabajo. RESISTENCIA QUE LOS CUERPOS PRESENTAN Á LA ACCIÓN DEL VIENTO 18.—División de los atributos y de las cir- cunstancias que influyen en los cambios de resistencia.— Clasificación.—La resistencia que los cuerpos oponen a la acción del vien- to es muy variable porque depende de cir- cunstancias muy diversas y que cambian con la naturaleza de estos cuerpos. Estas diversas circunstancias son las que vamos á examinar. l Dividamos desde luego los cuerpos en dos grandes grupos: los cuerpos regulares y los cuerpos irregulares, y cada uno de estos gru- pos en tres categorías: cuerpos de superfi- cie plana, cuerpos de superficie curva y cuer- pos de superficie mixta. Los cuerpos de superficie plana reunen cinco elementos fundamentales que son: 1, la forma ó figura del plano; 2, su inclina- ción con respecto á la dirección del viento; 3, su extensión ó área; 4, el estado de la superficie; y 5, el peso del cuerpo. Los cuerpos regulares de superficie curva contienen los mismos elementos que los an- teriores con excepción, sin embargo, de la inclinación que está comprendida en la re- gularidad misma de la superficie curva de estos cuerpos ($ 54). De igual manera, los cuerpos regulares de superficie mixta no tienen elemento distin- to de los que acabamos de enumerar. En fin, los cuerpos irregulares de cual- quiera superficie, no ofrecen igualmente en su examen sino elementos semejantes á los que hemos indicado ya, porque la irregula- ridad del conjunto puede reducirse á una regularidad convencional de partes más ó menos pequeñas donde se encuentran sepa- radamente los elementos en cuestión. guiente resume la clasificación El cuadro si que precede: 7 | forma. inclinación. plana... < área. estado dela superficie. Y peso. ñ ) / forma. [ regulares con superficie. .... ( inclinación Curva... ( área. | estado dela superficie. Cuerpos .... “ peo: mixta, irregulares con superficie cualquiera. 19.— Variaciones fundamentales de la re- sistencia total.—Esta variedad y esta com- plexidad en los elementos de la resistencia de los cuerpos, son menores de lo que pa- recen á primera vista, si se recuerda sobre todo que lo que se relaciona en general con el estudio de los cuerpos regulares, se aplica igualmente al estudio de los cuerpos irre- gulares. En resumen, las variaciones fundamenta- les que deben estudiarse se reducen á las 100 cinco siguientes, que nos limitaremos á de- signar en lo sucesivo por medio de las letras colocadas entre paréntesis: ELEMENTOS PARCIALES DE LA RESISTENCIA TOTAL (;r) 1% forma 6 poder marginal... (m) 2% estado de la superficie ó po- UA? SQPORÍCIO oa asoaoncoaco (s) 3% inclinación ó poder angular... (la) 4% área ó poder extensional.... (e) 9” peso 6 poder ponderal...... (p) bien entendido que la palabra forma no se aplica aquí sino á las figuras diversas que puede aléctar una superficie plana cualquie- ra. 20.— Idea general del método de expert: mentación.— Yodos los elementos parciales de la resistencia total, así como lo veremos más adelante, deben y pueden felizmente es- tudiarse aislados y en el orden de su senci- llez relativa. El método general consiste en operar sobre cuerpos en los cuales no se ha- ga variar más que á aquellos elementos que se trate de determinar, quedando iguales los demás. Por ejemplo, la influencia de la for- ma en el valor total de la resistencia debe- rá buscarse por medio de cuerpos de diver- sas formas (polígonos, círculos, elipses) pe- ro que tengan todos igual inclinación, igual área é igual estado de superficie; de la mis- ma manera se llegará á conocer la influen- cia de la inclinación, sirviéndose de cuer- pos de igual forma, de igual área y de su- perficie idénticas, pero cuyas inclinaciones de superficie sean distintas y así sucesiva- mente. En un capítulo próximo daremos algunas explicaciones importantes acerca de la esti- mación de los valores de e y de a. RELACIÓN ENTRE-LA FUERZA DEL VIENTO Y LA RESISTENCIA DE LOS CUERPOS QUE RECIBEN'SU ACCIÓN 21.—Maneras diversas de considerar es- ta relación—WVamos ahora á examinar en su conjunto las dos partes esenciales que com- ponen el estudio de la resistencia del aire. general que nos permita establecer después la ma- A fin de llegar á una expresión nera de resolver los casos fundamentales de que hablamos anteriormente, imaginemos COSMOS por una parte, el viento en acción; por la otra, un cuerpo cualquiera sometido á esta acción. » Pueden presentarse tres casos: L% El piento es activo 6 el aire se desaloja. 2% El viento es pasivo ó el cuerpo se des- aloja. 3% El viento y el cuerpo se desalojan V en el mismo sentido. :« en sentido contrario. formando un ángulo. Se comprende sin esfuerzo que, confor- me al principio de la igualdad de la acción y de la reacción, el estudio del primero de estos tres casos comprende el de los otros dos. Este primer caso es, pues, el único de que nos ocuparemos aquí, basándonos en las con- sideraciones generales siguientes. 22. — Fórmula general. —Cuando una su- perficie libre cualquiera, recibe la acción del viento, participa del moyimiento de este yien- to y absorbe una parte de la fuerza motriz, en virtud de las resistencias pasivas ó reac- ciones que tienen lugar entre la acción del viento y la superficie en cuestión; de suer- te, que la fuerza del viento se emplea: 1%, en mover la superficie; 22, en vencer las re- sistencias pasivas, es decir, las resistencias debidas al frotamiento de las moléculas de alre sobre esta superficie. Ahora bien, si consideramos (tal como general miento de la superficie como un trabajo útil conviene considerarlo, en ) el movi- y los frotamientos ó resistencias como un trabajo pasivo, reconoceremos que la fuerza del viento en movimiento es igual á la suma de estos trabajos resistentes; sea, llamando u el movimiento de la superficie y emplean- do las notaciones establecidas: I[=u ER (3) 23.—Eupresión de R.—El trabajo util « se determina multiplicando el peso del mo- vil sometido á la acción del viento por la ve- locidad de este movil; pero como ya cono- cemos el valor de la intensidad /[(1) p. 98] deduciremos de la fórmula (3) el valor de R, es decir, el trabajo debido á los frotamien- tos: Ó (4) COSMOS Tal es, á nuestro juicio, la expresión gene- | ral de la resistencia del atre, y la manera de considerar á / que no es en realidad sino | un trabajo pastvo. 24.—Significación de la expresión ““resis- tencia del aíre”.— Como se ve, la resistencia ' del aire comprende, por una parte, la resis- tencia debida á los frotamientos, y por otra, la resistencia debida al trabajo util. Con objeto de conservar en los términos general y evitar toda ambi- gitedad en su empleo, llamaremos resisten- | su acepción más cia del aíre en particular, á la resistencia debida á los [rotamientos, es decir, al con-' junto de las resistencias pasivas. 25.—Connotación y división general del estudio de la resistencia del aire.—Para dar | mayor claridad á la división del estudio de la resistencia del atre, así como á las expre- siones empleadas en este trabajo, hemos ereí-. do util establecer el cuadro siguiente: / el estudio de la intensidad 6 fuerza del viento (1); El estu- tlio de lare- sistencia del aire en 1” en resistencia útil. 2" en resistencia / la figura ó márgen del general | elestudio de lare- | pasiva total (R) 6 MENO )o0oduuoadacio (m) comprende || sistencia del cuer- | resistencia del ai- | el estado de la super- po; éstase divide ( re, propiumente Ad (s) ele dicha, la que com- ( el ángulo de inclina- | prende á su vez ción del plano...... (a) | las resistencias | 1n extensión de ln su- parciales debidas | perficie...0oocooo. (e) de el peso del cuerpo.... (p) De “os > . . 26 estón de u.—Estas explicacio-| nes muestran que la fórmula (4), completa- mente general, no nos da más que el valor de la resistencia total de los diversos Írota-. mientos que tienen lugar entre el viento y el movil, frotamientos que varían, según di- jimos, con la forma, la inclinación, el área, el estado de la superficie y el peso del mo- vil referido. Nada nos dice aún de las re- sistencias parciales cuyo conocimiento nos. permitirá determinar el trabajo util del vien-: to para cada caso en particular, empleando | la misma ecuación bajo esta lorma: | causas que son y, 101 contramos, asi como lo hemos visto, plura- ¡lidad de causas y mezcla de efectos. Sabemos ya que / (el poder motor, la fuer- ¡za del viento) depende de una pluralidad de d; á su vez, d es pro- ducida por diversos antecedentes variables: H, e, a. Por otra parte, la resistencia en general se compone de la resistencia útil « y de la resistencia pasiva total: R, la cual re- sistencia /i es un efecto homogéneo compues- to de la mezcla variable de diversos efectos parciales que son: m, s, a, e, p. El estudio precitado exige, por consecuencia, un nuevo contingente de conocimientos que tratare- ¡mos de adquirir con el precioso concurso ¡de la experimentación y de la deducción combinadas | EXPLICACIONES Y DEDUCCIONES PRELIMINARES RELATIVAS AL ES- TUDIO EXPERIMENTAL DE LOS VALORES PARCIALES DE _R 28.—m, s y p no ofrecen dificultades.— Sin embargo, antes de ocuparnos de algún 30, 8 aparato, vamos á dar todas las explicaciones preliminares que exige el estudio experi- mental de los valores parciales de Veremos más adelante que el estudio del elemento m no olrece dificultades; basta es- ¡tudiar Ri desde luego en cuerpos lijeros de igual inclinación, de igual extensión ó área y y La " 3 cuyo estado de superficie sea idéntico, pero de diferentes formas. Se procede de una ma- nera análoga para el estudio de los elemen- tos s y p- In estos tres casos, la sección del viento ¡en acción queda invariable, puesto que la in- clinación y el área de las superficies no su- fren modificaciones 1. «La inducción y la deducción combinadas, re- presentan el método científico aplicado con su ma- yor fuerza á la solución de los problemas más com-= | plicados. La inducción sola, la deducción sola, son ¡igualmente impotentes cuando se trata de grandes problemas, aun en el mundo inorgánico. La in- ¡ducción, tomada aisladamente, no es más que el em- 1/ |pirismo; la deducción, si no se apoya en fundamen- (ia PE; PE (5) ¡tos reales, si no busca su base y su comprobación [en los mótodos inductivos no es sino una vana feo- zo A a ría en el peor sentido de la palabra.»—«El acuerdo 27.—Pluralidad de las causas y mezcla de los efectos. —Pero el estudio detallado de estas resistencias parciales debe referir- se dl casos muy diversos en los cuales en: | Sguque, ¡de la deducción y de la inducción es el arte más elevado que la inteligencia humana puede practicar, no sólo para probar las proposiciones difíciles, sino para inspirar las proposiciones nuevas.» —Barx, Lo- t. IL, pp. 153 y 620. (24 edición). 102 COSMOS En cuanto á los elementos « y e, su estu- gran parte casi, la mis- dio no presenta, en g ma facilidad. 29.—Examen del elemento a. Influencia de la sección. —Examinemos desde luego la inclinación «a. Sea el plano ab, Fig. 84, que supondre- mos visto de perfil. Hagamos girar el plano al rededor del punto b, de manera que tome sucesivamen- te las posiciones intermedias a,b, ab, ayb... y conduzcamosle hasta ab donde el plano recibe normalmente la acción del viento V. Supongamos, además, que este plano sea el rectángulo abcd, que hacemos girar aho- ra sobre su lado ab á fin de ponerlo de fren- te. En el movimiento precedente, el plano giró en realidad sobre el lado be. Para hacer más clara la explicación, re- presentaremos la sección 6 del viento por el producto de dos líneas que llamaremos m y n; es decir, (=MX n. En su posición a,b; ésto es, cuando está colocado en la dirección del viento, el pla- no no presenta á la corriente sino el borde ad, de suerte que la sección del viento es casi nula. Cuando llega á ocupar la posición ab, el plano recibe la acción de una sec- ción de viento igual al área misma del rec- tángulo, ó mXn, sección del viento, igual a abXbc, área del rectángulo. En las posiciones intermedias ab, azb, doo oaos el área del plano no cambia, pero no sucede lo mismo con la sección del vien- to. Tan fácilmente como en las posiciones anteriores, reconoceremos que esta sección aumenta á medida que el plano forma con su posición primera a,b un ángulo de in elinación más abierto. Podemos concluir des- de ahora que cuando un plano recibe la ac- cion del viento y se inclina con relación á la inclinación de este, el valor. de la sección moxn y, por consecuencia, el palor de la in- tensidad del viento es cada yez más grande dá medida que aumenta el ángulo de inclina- cion. 30.—Ley de variación de 1.—Veamos aho- a cual es la relación que existe entre el au- mento de la intensidad / y el aumento de los angulos de inclinación 7,, la, 13)... Cuando el plano a,b pasa sucesivamente por las posiciones 4,b, azb, ajb...... - las seccciones del viento en acción son respec- tivamente begc, bhjc, bklc....... es decir, una serie de rectángulos en los cuales el la- do bc es común y los lados be=cg, bh=cj, son cada vez mayores. Llame- mos á estos lados m,, m,, M;... La medida de las secciones respectivas será entonces: RAM) RAXMy, NX Marcos Pero > » 1 M¡=4) dl.» MI—=43 4 > M¿—3M, QU cu... Por otra parte pes . DS . M9 . PSA Da MS Uy DA == Ds os Por consecuencia n XX m,==n X sen. n X my,=N)X Sen. n XmMmj=NX Sena... Los valores, pues, de las intensidades res- pectivas del viento para cada una de las po- siciones a,b, azb, ayb... del plano a,b, se- rán, llamando /,, £, /;.... las intensidades en cuestión *P?nsenti,d L.= B) = > > ENE q nsent ly d l o , 5) o. yn sentia d AR etc. L= COSMOS 103 Establecido ésto, podemos precisar como sigue, la ley de variación de / que expresa- mos más arriba: Cuando un plano recibe la acción del pien- to y se inclina con relación á la dirección de éste, el palor de la intensidad del viento es proporcional al seno del ángulo de inclina- ción del plano. 31.—Resistencia de los planos inclinados. —Llamemos ahora £i,, Ri), Aiz,.... las resis- tencias pasivas del viento correspondientes á las inclinaciones Ly L, L,..... y Uzy=«... al trabajo util respectivo. Puesto Uli, Uy que conocemos ya los valores de las inten- sidades £,, L,, Li, ..... debidas á los cam- bios de sección, es evidente que las fórmu- las: (fórmula (4) p. 100.) , e? nsent d Ri A > p vn sen z,d li >= == y o E 2 v?nsent, d (=> === llo o 6 Nos DAN SIN DIFICULTAD, NO OBSTANTE LOS CAMBIOS DE SECCIÓN, LOS VALORES DE LAS RE- SISTENCIAS DEL VIENTO SOBRE LOS PLANOS OBLI- CUOS. Rendiímiento.—Por otra parte, comparan- do entre sí los valores de las resistencias tútl- les y los valores de las intensidades del vien= to correlativas para dipersas inclinaciones, podemos determinar las mejores condicio- nes de utilización de la fuerza del viento sobre los planos inclinados, es decir, el ren- dimiento del movil para cada caso particular de inclinación, siendo absolutamente com- parable á una máquina, el dicho movil ó cuerpo sometido á la acción del viento. Aplicaciones. —Es claro que después de esta comparación de rendimiento, tendre- mos una serie de valores, (diremos más ade- lante cómo pueden obtenerse numéricamente por la experiencia estos valores) cuyo cono- cimiento servirá de base para numerosas é importantes aplicaciones. El mayor de es- tos valores indicará cuál debe ser, por ejem- plo, la inclinación que conviene dar exacta- mente d los brazos de las hélices para ob- tener el mejor rendimiento de estas últimas; el valor mínimo de la serie es de gran uti- lidad en muchos casos, y sobre todo para buscar la solución del problema de la nave- gación aérea. Hé aquí en que consiste la aplicación del valor del rendimiento mínimo de los planos inclinados. Supongamos que el movil ó la máquina sea un aeróstato cualquiera. En este caso, para que el rendimiento (77) sea un mínimo, Tm/ es decir, para que el trabajo util del viento considerado, esté reducido á su más simple expresión, se debe aumentar hasta donde sea posible la resistencia del aeróstato. Se- gún la fórmula (5), ==; vemos que esta diminución puede obtenerse de dos maneras que consisten en disminuir a /ó en aumentar a £. Pero /, 6 la intensidad del viento, es una fuerza de la Naturaleza que la mano del hom- bre no podría modificar; Ai, al contrario, es, como lo sabemos, una cantidad cuyo valor depende de los valores parciales m, s, a, e y P, y que nos es posible variar á voluntad. En efecto, si aumentamos el valor del elemento parcial a, por ejemplo, el valor de Ri se encontrará aumentado igualmente. 3 Mientras más grande sea Xi, más pequeña será u; podemos, pues, decir que el valor de « ó la resistencia util, será tanto menor cuan- to mayor sea la resistencia pasiva parcial » ó cuanto más pequeño sea el rendimiento de los planos inclinados. A primera vista, lo que acabamos de de- cir del aumento de Ai parece comprender el mayor sofisma que pueda cometerse, por- que nadie ignora que todos los que se ocu- pan de la solución del problema»de la nave- gación aérea, se esfuerzan, al contrario, en disminuir la resistencia que los aeróstatos presentan á la acción del viento con el fin de neutralizar lo más que les sea posible esta acción. Pero, en realidad, el sofisma no existe; desde luego preséntase en el espíritu á cau- sa de la ambigiedad de la expresión rests- tencia del aíre, ambigúedad que hemos pre- tendido hacer cesar, fijando de antemano el sentido de esta expresión y no empleándola sino para designar la resistencia pasiva, es 104 decir, la resistencia debida á los frotamien- tos. De manera que no hay ya que temer nin- guna confusión, ni puede subsistir ninguna duda acerca de los valores que se le deben dar á Ai; porque es evidente que mientras más obedezca un globo á la acción del vien- to, mayor es el trabajo util ó la resistencia util, y, por consecuencia, menos considera-' ble es la resistencia pasiva; al contrario, mientras menos obedezca el globo á la ac-| ción del viento (y ésto es precisamente lo que importa obtener), menos considerable será Fic. 85.— Láminas batidas directamente BATIDORES DE METAL FLUIDO DE BESSEMER En un escrito que leyó recientemente Sir HewrY Bessemer ante el British fron and Steel Institute, describe un laminador por me- dio del cual se pueden producir hojas y lá- minas maleables de hierro y de acero, di- rectamente del metal fluido. Este batidor, como puede verse en la Fig. 35, es un perfeccionamiento al que patentó él en 1857 y que no había sido mejorado a causa de las dificultades que presenta la fa- COSMOS el trabajo util y más grande, por el contra- rio, será la resistencia pasiva. Teníamos, pues, razón para decir lo que hace un momento parecía paradójico: que en circunstancias iguales, el viento mueve tan- to menos los areóstatos, cuanto mayor es la resistencia que éstos presentan á su acción. | Ocupémonos ahora del elemento e. | Acustíx M. Chávez. (Continuará.) 1 == del hierro 6 del acero fluidos ¡bricación del acero. Los rodillos consisten ¡en dos tambores huecos L y M, en cada uno de los cuales hay un eje tubulado de acero por el cual corre el agua necesaria para man- tener fríos los rodillos, Los brazos que sostienen uno de los ro- dillos están fijos, mientras que los del otro son movibles, pudiéndoseles estrechar con una máguina hidráulica que está en comu- nicación con un acumulador, por medio del cual, si la cantidad de metal es excesiva, uno de los rodillos impedirá que haya un aumento de presión, resultando únicamente como defecto, un ligero aumento de espesor en ese punto de la hoja, lo que puede reme- diarse con una batida subsecuente. Los rodillos deben tener, de preferencia, de tres á cuatro piés de diámetro y un bor=' de, sólo en una de las orillas, para que for-' men cuando estén en posición, una cañería de paredes cerradas por donde corra el me- tal fluido; para que el escurrimiento de és- te se haga de una manera regular, se em- lea un pequeño recipiente de hierro que p I tiene una abrazadera en cada ángulo, por medio de las cuales se sostiene sobre el ar- mazón. Este recipiente cuya construcción aparece en las Figs. 85, 2 y 3, está revestido en el fondo con plombagina ó con tierra re- lractaria, y tiene además de diez á veinte agujeros de un cuarto de pulgada, poco más ó menos, de diámetro, alineados, con una forma cónica y hechos con bronce. El reci- piente ha de estar perfectamente seco y sus superficies deben calentarse al rojo antes de que se usen; una vez que se encuentren en este estado, se les coloca en posición hasta que la primera carga de metal esté á punto de verificarse. El surtidor Ri es enviado al recipiente sobre rieles y tiene una ó más vál- vulas para regularizar la corriente. Una cantidad casi constante, de metal, es- curre asi entre los rodillos, sin salpicar, por las varias aberturas del recipiente; las corrientes no caen directamente entre los rodillos, sino en un pequeño estanque for- mado entre las películas que se solidifican con- tra la superficie fría de los rodillos, quedan- do el metal libre de escorias flotantes. La velocidad de los rodillos es uno de los | medios de que se puede disponer para apre- | ciar la cantidad de metal que ha quedado retenido entre ellos. Al salir la hoja de metal de los rodillos, pasa por entre dos superficies curvas, $ > T, en una de las cuales está ajustada la cu- chilla U; la pieza, después de cortada, pasa! por entre dos rodillos más V V y de allí, por entre un tercer par Y IV de los que va á una mesa ó desliza en una cuba llena de agua. La construcción permite el enfriamiento y la reunión de las hojas sin ningún tra- bajo: COSMOS 105 | El espesor de las láminas depende de la ¡anchura de los eilindros y se estima que ci- ¡lindros de diez ó doce piés de diámetro, pue- ¡den producir hojas de tres cuartos de pul- gada de grueso. En la producción va descrita, la expost- ¡ción:á la influencia oxidante de la atmósfe- lva, antes de su inmersión en el agua, es tan ¡corta que no merece mencionarse; y puesto que no hay envoltura en los batidores, la ¡pérdida de metal es insignificante. (Scientific American, LXV, p. 343.) FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES POREL MÉTODOINTERFERENCIAL De M. Lippmaxx |! y INTERFERENCIAS DE LA LUZ Experiencia de los dos espejos. —FRESNEL había considerado los fenómenos luminosos como producidos por vibraciones. La luz de- be. pues, presentar las particularidades de todos los movimientos ondulatorios, y debe ser posible producir interferencias con dos ondas luminosas. A este electo, se toman dos espejos que lormen entre sí un pequeño ángulo: un pun” to luminoso colocado por delante da, detrás de los espejos, dos imagenes muy próximaS que pueden considerarse cada una como el centro de una onda distinta. ) Si estas ondas, al llegar á un punto, son ¡tales que hayan recorrido caminos diferen- ¡tes y su diferencia de marcha sea, ó una se- ¡mi-longitud de onda, ó un número impar de ¡semi-longitudes de onda, ese punto tendrá “¡en un mismo instante dos velocidades igua- les y de signos contrarios: habrá, pues, anu- ¡lación de movimiento vibratorio; es decir, ¡obscuridad. Por el contrario, habrá acrecen- ¡tamiento de luz en todos los puntos en que ¡las dos ondas hayan, ó recorrido el mismo camino, ó recorrido caminos cuya diferen- ¡cia sea un número entero de longitudes de | onda. | 1, Continúa, Véase Cosmos p. 90. 1 106 COSMOS Si se ha tenido cui- dado de operar con una luz perfectamen- te monocromática, se tendrá, sobre una pan- talla colocada en fren- te de los dos espejos, una serie de franjas, alternativamente bri- llantes y obscuras, pa- ralelas á la intersec- ción de los dos espe- jos, como lo represen- ta la Fig. 86. Si hemos operado Fic. 86 reemplazamos por luz con luz amarilla y la más refrangible, luz violeta por ejemplo, las franjas parecerán estrecharse. Si, en fin, empleamos luz blanca, el elec- to producido será la resultante de los efectos parciales que se obtendrían con cada uno de los colores simples separadamente: se ten- drán, pues, franjas irisadas, que presentan los diferentes colores del espectro. Interferencias en la reflexión normal.— La experiencia anterior es muy brillante y lacil de repetir: nos prueba claramente la existencia de las interferencias luminosas. Podemos, pues, estar ciertos de que cuando una onda directa y una onda reflejada se en- cuentren, podrán y deberán interferir. En particular, y ésto es de una importan- cia capital para el asunto que nos ocupa, cuando se hace caer luz perpendicularmen- te sobre la superficie de un espejo plano, la onda reflejada interferirá con la onda direc- ta, dando nacimiento delante del espejo, á una serie de planos paralelos, alternativa- mente brillantes y obscuros: los planos obs- curos corresponden á las interferencias, y la vibración luminosa se extingue allí; por el contrario, se duplica en los planos lumino- sos. Dos planos obscuros consecutivos (dos planos rodales, como se dice en Física) es- tán separados por un intervalo de una semi- longitud de onda. Sucede lo mismo para dos planos pentrales consecutivos. Este fenómeno se produce siempre que una onda se refleja sobre un espejo; vamos á ver lo que tiene lugar cuando la luz en- cuentra una lamina delgada. Anillos coloridos de Nuwrox.—Las inter- ferencias nos van á servir ahora para expli- car uno de los fenómenos naturales más in- teresantes: quiero hablar de los colores que presentan las láminas delgadas. Todo el mundo ha visto esos tintes mara- villosamente puros que presentan las burbu- jas de jabón. Examinándolas, se reconocen fácilmente los tintes simples del espectro. Desgraciadamente se prestan mal al estudio, á causa de su naturaleza fugitiva y voluble. El genio de Newrox había presentido la causa del fenómeno: el ilustre fisico la veía en la delgadez misma de la lámina líquida que forma la burbuja. Quiso entonces re- producir el fenómeno con mayor regulari- dad, y hé aquí la disposición que adoptó. Sobre una lámina de cristal rigurosamen- te plana, Fig. 87, se pone por su cara eslé- rica una lente plano-convexa ADBE, que to- ca por un solo punto, el punto £, á la lámi- na. Á partir de este punto, las dos láminas 0 5555555555555 Fic. 97 están separadas por una capa de aire tanto más gruesa cuanto más;lejana esté del pun- to de contacto. En estas condiciones, hé aquí lo que se observa: Si se ilumina este sistema de los dos vi- drios asi sobrepuestos con luz monocromá- tica (como la luz amarilla que resulta de la combustión de una lámpara de alcohol sala- do), se ve por reflexión una mancha negra central rodeada de anillos concéntricos al- ternativamente brillantes y obscuros. Estos anillos no están equidistantes: se estrechan tanto más cuanto más lejanos se hallan del centro negro correspondiente al punto de contacto de los dos vidrios. Empleando una luz de naturaleza diferen- en de los anillos, según que la longitud de on- se ve aumentar ó disminuir el diámetro da de la luz empleada sea más grande ó más pequeña. COSMOS 107 Resulta de éso, que si se ilumina el apa- rato con luz blanca, se tendrá la sobreposi- ción de los efectos obtenidos con las diver- sas luces simples. Los colores no coinciden; por consiguiente no se tendrá un sistema de anillos alternativamente negros y blan- cos, sino anillos matizados con los colores del arco-iris, absolutamente como lo están las franjas de interferencias en los espejos de FresveL cuando se emplea la luz blanca. Pero no es ésto todo. En lugar de mirar el sistema de nuestros dos vidrios por re- flexión, lo podemos ver por transparencia, es decir, interponerlo entre nuestro ojo y la luz difusa. En este caso, se observan aún anillos, pero son inversos de los preceden- tes: allí donde ha- bía un anillo blan- co, observamos un anillo obscuro v re- ciprocamente. Por ejemplo, el centro que era obscuro y formaba una man- negra cuando S se miraba el siste- cha ma por reflexión, modamente con ayuda de un anteojo. Los dos vidrios están sobre una pieza movil que puede hacerse mover á lo largo de una re- gla dividida por medio de un tornillo mi- crométrico, el cual le imprime desalojamien- tos tan pequeños como se quieran y conoci- dos muy exactamente. Se alumbra el todo con luz amarilla. Midiendo así con el mayor cuidado los diámetros sucesivos de los diversos anillos, se ha podido enunciar la siguiente ley: Los espesores de los anillos obscuros son iguales á los muúltiplos pares sucesivos del cuarto de la longitud de onda de la luz em- pleada.--Los espesores de los anillos brillan- tes son iguales á los múltiplos impares de la an er misma cantidad. Teoría de los a- nillos de Nr wroN. —Hay pues, una relación entre las propiedades de los anillos y la longi- tud la onda. Las propiedades de de las interferencias van aho pal permi se vuelve brillante tirnos explicar el fenómeno. cuando se le obser- Representem os 'a por, transparen- cla, y, si nos ser- una lámina delga- de la luz vimos da transparente, blanca, los anillos Fic. 88 ABCD (Fig 89; li- que se observan del mitada por dos segundo modo, tienen exactamente los co- | superficies muy vecinas AB y CD: por ejem- lores complementarios de los que se habian observado en primer lugar. Leyes del fenómeno.—Newrox estudió más de cerca esta admirable experiencia. Ponía su ojo en O, en la vertical ODE; tomaba con un compás los diámetros sucesi- vos de los diversos anillos y medía en seguida la separación de las piernas del compás por medio de una regla dividida. Dos sabios franceses, Di La PrEVvOSTAYE y Desarws inventaron, para estudiar los anillos de Newrox, un aparato muy preciso que es el que representa la Fig. 88. El sistema de los dos vidrios, lente y cris- tal, se ve en la figura con los anillos que se producen y que se pueden observar más có- plo, una capa de aire comprendida entre dos láminas de vidrio. Lancemos sobre el apa- rato un rayo luminoso S/: antes de conti- nuar su camino á través de la capa de aire, una porción de este rayo se reflejará sobre la primera lámina de vidrio, según A; la otra porción llegará hasta la segunda lámi- na CD, sobre la cual se reflejará según S7M. Los dos rayos reflejados /A y TM han re- corrido caminos diferentes: el segundo ha- brá recorrido, además del camino recorrido por el primero, la línea quebrada /57T; ten- drá, pues, un retardo respecto del primero. Según que este retardo sea un múltiplo impar ó par de la semi-longitud de onda, los dos rayos reflejados interferirán ó darán un COSMOS aumento del color que | caso presente, son seis las imágenes, si el ob- tenga la misma lon-|jeto e se cuenta por una. gitud de onda. Las imágenes adyacentes al objeto están Las láminas delga- | formadas por las primeras reflexiones del das permiten, pues, objeto. Las imágenes en los segundos see- tener la sensación de [tores están formadas por las segundas refle- FiG. 89 los colores, aunque es- tén formadas de una substancia perfecta- mente transparente. Los colores de las láminas delgadas, por otra parte, no toman la forma de anillos, sino 4 causa de la disposición de la lente sobre la lámina de cristal. Si las dos caras reflejantes son paralelas, se tienen franjas. rectilineas ó poco curvas, que se parecen a === a E o o | Fiz. 91.—LaAÍrIGURA las franjas de la experiencia de los dos es- genes coincidentes en el constante, se tendría un color uniforme. sector diametralmente opuesto al objeto, es- pejos. Si el espesor fuese rigurosamente |xiones, v las dos ¡má ALFoNso BrErGET. tán formadas por las terceras relloxiones. (Continuardá.) JUGUETES CIENTÍFICOS! VI lkaleidoscopio, Figs. 90 v92,cs uno de los Elkaleid pio, Figs. 90 y 92 lel juguetes ópticos más hermosos y económi- pl UD de rriente en emco ó diez centavos. Algunas; US LEI EA cos. Puede comprarse un kaleidoscopio co- veces esta montado cuidadosamente en un En la mayor parte de los kaleidoscoptos soporte y provisto de objetos especialmente | se añade un tercer espejo que multiplica los preparados. Consiste en un tubo que con-. efectos. El zoótropo, Fig. 93, 6 rueda de la ve da, es un juguete óptico, común, pero 1n- S teresante. Se funda en los curiosos elec- tos de la persistencia de la visión. Consis- te en una caja de cartón, montada en un Flg. 90.—PARTES DEL KALEIDOSCOPLO pivote, y que tiene cerca de su borde su- ; 2 perior unas aberturas estrechas, que son tiene dos espejos largos, que comunmente. LA , e S 3 paralelas á su eje. son tiras de vidrio corriente, dispuestos en 5 , > OA a Contra la superficie interior de la pared un angulo de 60%, con un vidrio plano en el ¿ ] , : . [de la caja, está colocada una tira de papel extremo de los espejos, luego un espacio y +A y A : : que lleva un número de imágenes del mismo estrecho y un vidrio exterior que sirve de a o exe ; a s objeto, arregladas en otras tantas posicio- londo. El espacio se llena en parte de peda- q iS) ES 2 MES S Eje Ei : nes diferentes, diferenciándose cada imágen citos de vidrio quebrado, vidrio torcido, te- z ADS ligeramente de las imáge- la metálica, etc. Los espejos pueden arre-' A E A nes adjuntas, de modo que glarse en cualquier ángulo que sea parte pe : ( 3 z a E as posiciones sucesivas de alícuota de 360%. Cuando los espejos ab es- a - EN h NA : 2% as diversas Imágenes sean tán inclinados en angulo de 60, como en el SO j tales, que completen un 1. Continúa. Véase Cosmos, p. 94. | movimiento entero ú series Fiy. 93.—ZoórkorPo COSMOS de movimientos. Cuando se ven estas estam- pas al través de las hendiduras, al hacer girar la caja, el ojo mira rápidamente las figuras en sucesión, y retiene la imágen de cada una du- rante el tiempo del eclipse ocasionado por el papel que queda entre las aberturas y hasta que aparece la siguiente figura. De este mo- genes se combinan y la figura produce las apariencias de la vida do, las imá El zoótropo ha sido objeto de estudios muy Interesantes producidos con avuda de la fotogralía instantánea. Teniendo en cuenta los progresos recientes E => Tiz. 94.—CURVAS MAGNÉTICAS de la ciencia de la electricidad, es notable que se haya concedido tan poca atención á los juguetes magnéticos y eléctricos. Sin embargo, bastante se ha producido en este sentido con objeto de suministrar material para mucho estudio y experiencia. Un juguete común, sencillo, y al mismo tiempo maravilloso, es el imán permanente. Iananay lo hizo objeto de investigación y estudio, y a su habilidad como investigador debemos el gran descubrimiento de la in- ducción, el cual ha hecho po- sible todas las empresas elée- VARADAY tricas modernas. raciocinó de este modo: puesto que la circulación de una corriente eléctrica en un alambre enrollado al rede- dor de una barra de acero, hace magnética la barra, la una barra introducción de magnética de acero dentro de un alambre enrollado, de- be producir una corriente eléctrica en el rollo. La ex- periencia corroboró este raciocinio, y el mundo se Fig. 95 Dux Y 2ueDa) enriqueció más con el des- 109 magnética de acero atrae y repele. Su in- fluencia se ejerce á distancia, atrayendo otros objetos dentro de su campo magnético. El solo hecho de coger su armadura Fig. 96.—TromMPO MAGNÉTICO con tanta tenacidad, exita siempre un senti- miento de admiración, aún en aquellos que conocen bien el fenómeno. La dirección tomada por las líneas de fuerza que emanan de los polos del imán, pueden presentarse á la vista por medio del antiguo y bien conocido experimento, que consiste en espolvorear limadura de fierro en un vidrio plano colocado sobre los polos del imán, como se ve en la Fig. 94. Estas curvas muestran donde es más fuer- te el campo. La armadura giratoria, Fig. 95, aplicada á un largo imán en U, manifiesta la persis- tencia con que una armadura se adhiere a un imán. La rueda, en la armadura ciliíndri- ea, adquiere fuerza al bajar por los brazos del imán, el cual la hace pasar por las ex- tremidades polares y la impulsa á subir por el otro lado. Ultimamente se ha hecho una modifica- ción muy bonita de este juguete. Se compo- ne de un trom- po, Fig. 96, que tiene un eje magnético, y bres de fierro unos alam- curvos y rec= tos. El trom- po se baila con los dedos, co- GNÉTICAS FLOTANTES mo es común, y uno de los alambres se pone contra el lado de la punta del eje. La fricción del eje hace que el alambre tome un movimiento de un lado á otro, muy curioso, semejante al de una lanzadera. La punta del trompo rueda cubrimiento de la inducción. Una barra|primero á lo largo de un lado del alambre 110 COSMOS CA Fig. 98.—AGUJAS FLOTANTES DE MAYER y luego á lo largo del otro. El pescado, el pato, el ganso, el barco, ete., magnéticos, comunes, son ejemplos de imanes flotan- tes, que muestran de un modo muy agrada- ble la atracción y repulsión de un imán. La barrita ¡manada que acompaña á las figuras magnéticas, Fig. 98, sirve como vara mági-. ca para reunir ó dispersar las figuras flo-. tantes; 6 puede servir como anzuelo en las manos de un niño experimentador. El Prof. A. M. Maxer ha ideado un arre-. glo de agujas magnéticas flotantes que ma- nifiestan muy bien la repulsión mútua de los cuerpos imanados de una manera semejante. Varias agujas gruesas ¡manadas fuerte- mente se insertan en taponcitos de corcho, como se ve en la Fig. 98. Cuando flotan, estas agujas se arreglan solas en grupos simétricos, variando las for- mas de los grupos con el número de las agujas. Un polo de una barra magnética puesto sobre el centro de una vasija que contiene las agujas flotantes, las dispersa, mientras que el otro polo las reune. G. M. II == EA CIENCIA DIVERTIDA PERFORAR UN ALFILER CON UNA AGUJA Se fija el alfiler en un tapón en que se han clavado, en dos lados opuestos, dos na- vajas del mismo peso. (En el caso de que no pesaran lo mismo las dos navajas, sería necesario variar la abertura de sus hojas.) Colocad la cabeza del alfiler en la punta de vuestro dedo y cercioraos, variando á cálculo la posición de las navajas, de que el alfiler guarda una posición horizortal. Ponedlo, entonces, en la punta de una aguja cuya cabeza se haya clavado en el tapón de una botella. Soplando sobre el tapón que tiene las navajas, ponéis el sistema en mo- vimiento y girará sobre la punta de la aguja. Entonces, siendo la aguja más dura ¡que el alfiler, que es de cobre, al cabo de [cierto tiempo llegará á hacer un agujerito Fic. 99.—Perforar un alfiler con una aguja en el alfiler y aun lo atravesará completamen- te, si la experiencia se prolonga bastante. DIVIDIR UN CUADRADO ENCINCO CUADRADOS IGUALES | Si diera á ustedes un cuadrado de papel | encargandoles que lo divieran en cuatro cua- ¡drados iguales, la proposición no dejaría de ¡hacerlos sonreír; pero si pidiera que lo di- ¡vidiesen en eimco cuadrados iguales, más de ¡uno de mis lectores habría de preocuparse, ¡máxime si no tenía á su disposición regla ¡mi lápiz. He aquí lo que debe hacerse: pléguese ¡el cuadrado de papel ABCD en cuatro, lo | que dará los dos pliegues GA y FE marcados ) en la figura 100 con líneas de puntos: Desdó- blésele y háganse en seguida los dos plie- gues FA y DE, después los pliegues GC y BH. Estos cuatro últimos pliegues están in- dicados en nuestro dibujo por líneas llenas, y siguiendo estas cuatro líneas es como de- be cortarse el papel. Se obtendrá así un pe- queño.cuadrado, marcado con el número 1 en el dibujo, y otras ocho porciones com- guales y cua- 8 tro triángulos rectángulos iguales entre sí, puestas por cuatro trapecios 1 y numerados 2, 3, 4 y 5. 2 Nótese que el trapecio 2 forma un cua- drado perfecto, si le agregamos el triángu- S lo 2, poniendo la hipotenusa BF sobre su lado BG; estas dos líneas son iguales, y tie- S nen las dos como tamaño el del semi-lado del gran cua- drado primiti- vo. Hágase lo mismo con los trapecios 3, 4 y 5, a los que deben agre- garselostrián- 3,4, 5, y seob- tendrán cua-= tro cuadrados, compuestos de cada uno dos fragmen- COSMOS y sición con todo cuidado. El dia 5, un telegrama de Mr. PicxerinG, Director del Observatorio de Cam- bridge (Estados Unidos) hacía saber que la estrella en cuestión estaba indicada desde el 19 de Diciem- bre en las fotografías que se toman del cielo en ese observatorio, siempre que está claro el espacio. En esta fecha la estrella tenía un debil brillo, el 10 es- taba brillante y el 20 llegó á su máximum de bri- llantez. Precede á 26 de Auriga en 6" 38%. En el momento de su descubrimiento, el 19 de Febrero, era de sexta magnitud y tenía un tinte amarillento. Su espectro era idéntico al de la nueva estrella de 1866. La línea C era muy brillante, y veíase muy bien marcada, una línea amarilla cerca de D; había cuatro fajas brillantes muy visibles, en el verde; y, finalmente, se notaba con facilidad una hermosa lí- nea en el violeta. > oo UNA ILUSION DE LA VISION En un artículo acerca de las diatómeas, que vió la luz pública en el núm. 85 de La Nature (16 de Enero de 1875 p. 102), menciona el autor las medidas de sepa- ración de las estrías que se encuentran so- bre la cubierta silicea de esos raros organis- mos; explica él, como todos los naturalis- tas, que están formadas por hexágonos, visibles sola= mente cuando se examina el tos que tienen el maño que el mismo ta- Fic cuadrado núm. 1. Este cuadrado núm. 1 se puede descomponer en un triángulo y enun trapecio semejantes a los anteriores; después mézclense los diez trozos de papel y entré- guénsele á algún amigo, encargándole que reconstituya el gran cuadrado primitivo. Este será un rompe-cabezas de nuevo gé- nero, y que lo hará trabajar, quizá durante algún tiempo.—Tom Tir. UNA NUEVA ESTRELLA A fines de Enero, el director del Observatorio de Edimburgo, M. A. CoreLanpD, recibió una carta and- nima en la cual se le anunciaba que á dos grados al S. de y de Auriga, en la Vía Láctea, se hallaba una nueva estrella. Comprobado inmediatamente el des- cubrimiento en el Observatorio, se dió aviso tele- gráfico el 19 de Febrero á los demás observatorios del mundo. El mismo 1% de Febrero, en la noche, el nuevo astro quedó fotografiado en el Observato- rio Real de Greenwich, siendo determinada su po- 00 objeto con un microscopio ¡cuya potencia es relativamente considerable. Desde hace mucho tiempo me había preo- cupado la apariencia hexagonal de los pun- tos que constituyen las estrías en cuestión. ¿Por qué-se velan hexágonos y cómo po- drían no ser éstos sino la base visible de pirámides pequeñas muy próximas las unas á las otras, y en este caso, por qué no se veía el vértice de las aristas superiores de estas pequeñas piramides? 6 ¿se estaba fren- te á una estructura análoga á la de los ojos de los insectos? En este caso, el carapacho no sería otra cosa que una superficie per- forada por aberturas poligonales. La última hipótesis era seductora y habría explicado muchas cosas; pero algunas buenas observaciones con objetivos de inmersión 2 11 muy poderosos y corregidos por completo de cualesquier defectos, me demostraron que es- tos hexágonos eran puntos redondos; lo con- trario de lo que decían en sus descripciones, los micrógraflos. Estas observaciones corro- boradas por fotografías micrográficas de Lac- KERBAUER, el dibujante tan sentido por los sabios, y del coronel Woobwarn, de Wash- ington, no dejaban duda alguna; no obs- tante, faltaba averi- guar por qué, inevita- blemente, se veían he= xagonos allídonde ha- bía círculos. Para dilucidar es- 0 te hecho era nece- sario encontrar la ma- nera de reproducir artificialmente lo que la naturaleza ha he- cho con tanta precisión en la superficie de las diatómeas. Después de varias tentativas infructuosas COSMOS ¡bada heliográficamente según la Fig. 101. Allí los puntos blancos parecen destruir á los es- pacios negros y aproximarse tangencialmen- te unos á otros: la irradiación es tan intensa que los círculos blancos parecen mucho más o o) son del mismo diámetro. En:todo ésto, hay randes quelos negros de la Fig. 101, aunque algo que puede interesar no solamente á los naturalistas micrógrafos sino también á los En a las diatómeas, ori- artistas. cuanto gen de este estudio, lalta por saber si los (5) (>) -) círculos que cubren es039? su carapacho siliceo O o son la proyección de pequeños hemisferios ó la sección de aber- turas practicadas en el espesor de la en- voltura; sin embargo, algunas experiencias parecen demostrar que se trata de hemis- ferios; el hecho puede ser tanto más cierto dispuse un cliché formado con puntos finales, | cuanto que está confirmado por una fotogra- muy aproximados los unos a los otros y fía microscópica de la colección de Lacker= que tenían la disposición de un rombo, |naurr, aumentada hasta 3,000 veces de diáme- Fig. 101. El resulta= do tuvo más éxito del que esperaba: el efecto pro- ducido era exactamente el delos pre= tendidos he= xagonos de la mas diatómea hermo-= sa, la Pleuro- sigma AUNZU= Fic lata. S1 se ven a distancia estos clichés, con un solo ojo, queda uno convencido de que tiene á la vista polígonos hexag inutil dar largas explicaciones con una figu- ra de suyo tan explicativa: tratase puramen- te de un electo de contraste y de oposición del negro al blanco, en la sensación retinia- na. do, en la Fig. 102, fotografía negativa gra- conales. ls! Este efecto llama la atención, sobre to=. tro, fotogra- fía en la cual aparece en el centro de ca= da circulo un punto negro central: ima= “gen cierta de la fuen= te luminosa, reproducida enel foco de cada una de las pequeñas semi- esferas . 102 E que constl- ltuirian la decoración del cuerpo de las diató- meas. El mierospio que, de progreso en pro- oreso, ha dejado ver sucesivamente, primero estrias, luego hexágonos y después super- ¡ficies redondas, dilucidará de seguro esta ¡cuestión algún día. A. Nacuer. ¡(La Nature, 1875, L, pp. 191-192.) 4 £COSMOS*. Lámina 82 FOTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS F. FERRARI PÉREZ, For. GRUTA CARLOS PACHECO (CERCA DE CACAHUAMILPA) PRIMER SALÓN REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS => —- ITA AO NAAA DirEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo I TacunaYa, D. F., 15 De AbriL De 1892 Núm. 8 ENSAYO DE APLICACION DEL MEYODO LOGICO AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECTO DE UN APARATO PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE LOS VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA” 32.—Examen del elemento e.—1.—La sec- ción varía al mismo tiempo que el elemento e,—Lo mismo que los cambios de inclina- ción, los cambios de extensión ó de area de los cuerpos provocan otras tantas variacio- nes en la sección del viento. Pero como conocemos ahora las variacio- nes de la sección, podemos aplicar al ele- mento e, el sistema de experimentación que hemos empleado para la determinación del elemento a; sin embargo, el estudio de e puede hacerse de dos maneras según que el plano sea normal á la dirección del viento ó que esté inclinado. IL. Ye presentan dos casos.—1%—8S1 el plano es normal á la dirección del viento, la sección es igual al area 6 extensión del plano; 22, si el plano es inclinado, el area 05 mayor que la sección, pero ésta es siem- pre proporcional á la inclinación y hay lu- gar por lo mismo, para buscar, desde lue- go, el valor de la inclinación. Por esta cir- eunstancia creímos deber prelerir el estudio de la inclinación al estudio del aire. 33.—No puede haber un coejeciente único de la resistencia.—Abordaremos dentro de un momento la parte experimental propiamen- te dicha; mas para la mejor inteligencia de és- ta nos permitiremos hacer aun algunas con-| sideraciones generales. . * a e Y Es . , “Debido á la combplexidad y á la heteroge- Ad Continúa. Véase¿Cosmos pp. 81 y 97, | '¡neidad del estudio de la resistencia del aire, así como á causa de la presencia ó de la au- | | y B ; z ¡sencia de los diversos elementos que influ- yen sobre esta resistencia, es facil reconocer ¡que no puede haber un coeficiente único de lla resistencia, sino que es necesario deter- | minar coeficientes ó, mejor dicho, unidades ¡diversas para la intensidad del viento (de lo ¡cual nos ocupamos ya), para la forma de los planos, el estado de la superficie, la incli- nación, etc. Decimos unidades diversas por- que cada uno de los elementos distintos (7, ls, a, € y p) pasa por valores diferentes cu- ¡yo máximo y mínimo se puede tomar. Pa- va el estado de la superficie, por ejemplo, se experimentará sobre telas diversas, sobre revestimientos de diversas substancias y so- bre una misma substancia con grados dife- rentes de superficie lisa ó de pulimento. De todos los valores de s, así obtenidos, no re- tendremos más que dos, el máximo y mí- nimo prácticos, que llenan las mejores con- ¡diciones de baratura, duración, facil empleo, lete.; cualidades que, naturalmente, se tra- ¡tará de combinar con tanta ventaja como sea posible. Lo que hemos dicho antes ($ 31) demues- tra la importancia del procedimiento que consiste en tomar dos unidades: una grande, launque se aparte un poco del máximo teó- rico, y otra pequeña que sea un mínimo práctico. Entre los numerosísimos casos en que la teoría de la resistencia del aire recibe su aplicación, hay algunos en que conviene dar a u el mayor valor posible; en otros al con- trario, es indispensable que u sea nulo ó muy pequeño; y ya hemos visto que según ¡la fórmula u=/=R, R será tanto mayor cuanto más pequeño sea u y recíprocamente. y 114 En lo que concierne á la inclinación, pue- de suceder que algunos planos inclinados á menos de 90” opongan al viento resistencias mayores que si se presentaran normalmente á la corriente de aire (el ángulo de 60% pare- ce ofrecer esta particularidad. $ 5), y que otros, al contrario, comprendidos entre 0” y 30% de inclinación, opongan al viento resis- tencias negativas, es decir, inferiores á las de un plano inclinado á 0% ($$ 59-11 y 62). Los valores máximos y mínimos son los que de- berán tomarse para unidades de inclina- ción. Lo que acabamos de decir de los coefi- gualmente á los otros elementos de variación de £?. 34. to de vista de la existencia de los coeficien- cientes de s y de a, se aplica 1 Comparación parcial, desde el pun- tes diversos y distintos, entre el estudio de las corrientes eléctricas y el estudio de la resistencia del aire.—Para dar una idea más precisa de lo que precede, relativamente a . » | los coeficientes 6 unidades así como del ca- racter y de la fisonomía del presente estu- dio, estableceremos una rápida comparación entre el estudio de las corrientes eléctricas y el de la resistencia del aire. No podría ser nuestro pensamiento hacer una asimila- ceneralización de fenómenos; to) (queremos nada más hacer resaltar que hay ción ó una en la manera con que tratamos algunas par- tes de la cuestión de la resistencia del aire, | una especie de semejanza con los procedi- mientos empleados para el estudio de las corrientes eléctricas, semejanza por otra parte puramente filosófica, y nada más des de el punto de vista del método. El estudio de las corrientes eléctricas se divide en dos partes fundamentales, donde se encuentran, por un lado el generador, por el otro el conductor; aquí, la pila; allá, el circuito. Esta división implica la de la fuerza y la de la resistencia. En el presente estudio, encontramos la misma división: por una parte el viento; por la otra los cuerpos que reciben la acción. En otros términos: la fuerza v la resisten-| cia. En los circuitos eléctricos, la resistencia depende de circunstancias muy diversas: na- turaleza, longitud, sección, diámetro y es- COSMOS tado molecular de los conductores; tempe- ratura, etc. La resistencia que las superficies ofrecen al viento dependen á su vez, como lo vi- mos ya, de circunstancias diversas y múlti- ples: forma, estado de la superficie, exten- sión Ó área, inclinación, peso. eléctrica La intensidad de la corriente es la cantidad de electricidad que pasa por el conductor en la unidad de tiempo. |-—La intensidad de la corriente aérea es la cantidad de viento que- pasa en la unidad de tiempo. Hay una unidad práctica de intensidad de llas corrientes eléctricas. (ÁMPERE). | Dijimos ya que se puede establecer una unidad práctica de intensidad de viento. Las unidades prácticas de intensidad y de cantidad tienen además la misma significa- ción en los dos casos. Cuando uno de los elementos del cireul- ¡to cambia, la resistencia se modifica; au- menta si el diámetro del conductor dismi- nuye, si la longitud aumenta, etc. De igual manera, cuando uno de los ele- mentos del cuerpo sometido á la acción del viento sufre un cambio, la resistencia pasi- va se modifica también; aumenta (en ciertas proporciones) si el ángulo de inclinación disminuye, si aumenta el área, ete. [No se pueden determinar los cambios de uno de los elementos del circuito eléctrico sino en tanto que se mantienen invariables la corriente y los demás elementos del cir- culto. Este mismo método es el que hemos se- S resistencia del aire. uido para determinar los elementos de la La comparación podría llevarse mucho más adelante aun; pero, según nuestra creen- cla debemos detenernos en este corto para- lelo. Diremos solamente que la determinación experimental de las leyes de variación de la resistencia de las corrientes, según los cam- ¡bios de naturaleza, de sección y de longitud ¡de los circuitos, se hace por medio del reós- tato de WurarsroNk. De igual manera, el estudio experimental de la resistencia que los cuerpos ofrecen al viento puede hacerse ¡por medio de un aparato análogo que nos COSMOS 115 servira para establecer los valores parciales |la inclinación, del área, y, en fin, del peso de R para todos los casos particulares de|del cuerpo sometido á la acción del viento. forma, estado de la superficie, inclinación, | Tales son los resultados que esperamos área y peso de los cuerpos. obtener con el anemodinamómetro, á cuya Intentaremos describir este aparato en la | descripción y funcionamiento vamos á con- parte que sigue. ¡sagrar la última parte de este trabajo. Desde luego, no se limitan aquí las ven- ¡tajas de este aparato, que en virtud de las PARTE PRACTICA A ; y A pa ¡modificaciones que le haremos sufrir según ANEMODINAMÓMETRO el caso, nos dará, además de la medida de 35.— Principio. —Podemos decir desde la resistencia del aire, la solución de otras ahora que el aparato que designamos con el | varias cuestiones importantes. nombre de anemodinamómetro es una espe- | 36.—Aplicaciones.—Hé aquí cuales son cie de balanza que sirve para medir la fuer- las principales aplicaciones. za del viento. Reposa en este principio: opo-| El anemodinamómetro es un aparato: ner á la fuerza del viento una fuerza equi- 1% De observación meteorológica de la fuer- valente que pueda valuarse numericamente 34 del viento. en unidades de peso. 22 De determinación de la velocidad del Según la expresión ¡ptento. 3" De investigación experimental de los pa- lores parciales de que se compone la resis- R=IZ= vemos que A es igual á / cuando u es igual tencia total del piento.' á cero, es decir, cuando el trabajo util es| 4 De comprobación experimental de las nulo; basta conocer la intensidad del viento | leyes del movimiento uniformemente acelera- - para conocer igualmente la resistencia que do, sin la intervención de la grayedad. ofrece el cuerpo; lo que se reduce en la prác- 5% De medida para el rendimiento prácti- tica á obtener el reposo del cuerpo someti- | “0 de las hélices. do á la acción del viento ó, en otros térmi-| Nos ocuparemos aquí nada más de las tres nos, el equilibrio de las fuerzas R é /. primeras aplicaciones, porque las otras dos La realización de este principio es en ex- [se apartan del cuadro de este trabajo. tremo ventajosa, en el sentido de que la ex- presión algebráica de la resistencia del aire : , . , h . ne o I.—EL ANEMODINAMÓMETRO está reducida á sus más simples términos y COMO APARATO DE OBSERVACIÓN METEOROLÓGICA que_su aplicación puede alcanzar toda la pre- cisión de que es susceptible el cálculo de las 37.—Descripción.—El anemodinamóme- tro como aparato de observación meteoroló- fuerzas. 4 ra gica se compone de las partes principales siguientes (Fig. 103): AB, ventilador manométrico. podemos determinar experimentalmente a /| TT”, tubos de escape. z E A ; > PJ, fiel. y á u, nos será facil hacer variar á- 4, por z 4 2 » GT, veleta. ejemplo, de manera que se obtengan para yy órganos de orientación. una misma intensidad diversos valores de Ri. 00”, pedestal de madera sobre el cual está al R=I—u Además, si Af no representa más que las va- | aparato riaciones de uno de los elementos 7n, s, a, el Describiremos en particular cada una de y p, tomados separada y sucesivamente, es |estas partes. claro que siguiendo el procedimiento de ex- El ventilador manométrico consiste en un perimentación de que ya hablamos, tendre- ventilador común A, que se comunica por mos todos los elementos necesarios para co- | medio de un tubo € (provisto de una llave nocer separadamente las leyes de variación de doble conducto) con un manómetro muy de la forma, del estado de la superficie, de | sensible de Bournow, B, es decir, con un 116 manómetro cuyo tubo es muy largo y del- gado, de transmisión indirecta y graduado comparativamente con un manómetro de 1é quidos menos densos que el mercutio. El ventilador entra en movimiento por medio del manubrio D. Los tubos de escape son dos; el tubo 7 del ventilador y el tubo opuesto 6 antago- nista 7”, del mismo diámetro que el prime- ro y colocado sobre la prolongación de éste. A alguna distancia de la extremidad del tubo 7” se halla interpuesta una placa P COSMOS entre el viento y las demás partes del ane- modinamómetro con el objeto de limitar la acción del viento á la acción de la corrien- te que pasa en el interior del tubo. El fiel consiste en un disco ó placa cireu- lar P, de mica, suspendido por medio de una ligera varilla de acero de forma cónica. La suspensión del fiel es idéntica á la del fiel de una balanza muy sensible. La placa está provista, en su parte inferior, de una aguja indicadora cuya punta está dirigida hacia abajo é indica, por su coincidencia con la punta de otra aguja fijada en el pedestal, el punto en que el disco está equidistante de las aberturas de los tubos de escape y para- lelo á estas aberturas. Frc. 103.—Anemodinamómetro La veleta C, es una veleta común, extre- madamente ligera, bien equilibrada y soste- nida en suspensión á la Carpan, es decir, reune todas las condiciones posibles de sen- sibilidad y de precisión. Su centro de mo. vimiento debe encontrarse en la prolonga- ción del eje común a los dos cilindros de escape. La orientación del aparato se hace por medio de una articulación que consiste en una esfera de metal M engastada en sus tres cuartas partes en un casquete esférico cor- tado verticalmente y cuyas dos mitades yux- tapuestas pueden aproximarse Ó separarse Al voluntad con un tornillo de presión ?. Es esencial que esta esfera esté colocada de tal manera que mantenga el aparato en equi- librio, cualquiera que sea la posición que ocupe. Finalmente un montánte $ sostiene todos los órganos que acabamos de enumerar. 38.— Funcionamiento.—Es facil compren- der cual es el funcionamiento del anemodina- mómetro cuando se quiere determinar la presión del viento. Por medio del tornillo £ se regula el apa- rato de manera que el eje de los tubos esté colocado muy exactamente en la dirección del viento, lo que está, además, indicado por la veleta. El aire, al entrar entonces li- COSMOS 117 bremente por el tubo 7” obra sobre la pla- ca y le imprime un movimiento hacia la 1z- quierda. En este momento se debe hacer girar el ventilador á fin de que mueva á la placa en sentido inverso; cuando ésta ocupa el medio del espacio que separa los tubos, es decir, cuando la coincidencia de las agujas tiene lugar (w es entonces nula), los dos vientos son de igual intensidad (A=/) y el manómetro indica en unidades de peso la: luerza del viento que se trata de conocer. Esto se explica ficilmente puesto que se está en presencia de dos fuerzas contrarias: por una parte, la del viento propiamente dicho (1), que obra en el sentido de la fle- cha e, Fig: 103, sobre una de las caras de la placa P; por otra parte, la del viento del: ventilador que obra como resistencia (A), | en el sentido de la flecha e sobre la cara opuesta. Es evidente que cuando la placa ocupe el medio del espacio comprendido en- tre las aberturas de los tubos y esté mante- nida en equilibrio por la acción de las dos fuerzas, es decir, cuando ru sea nula, estas fuerzas serán iguales. Bastará ver en estos momentos el manómetro: el grado de in- tensidad ó de resistencia del viento (A) pro- cualmente el ducido por el ventilador, será 1g 9 to (/) propiamente dicho. El simple examen de la Fig. 103, que representa el aparato, permite comprobar: 1:% que este aparato no tie ne ningún punto de semejanza con cualquiera de los apara- tos giratorios; 2.” que la presión del viento se obtiene directamente sobre una placa cu-| ya posición de reposo es la condición de. equilibrio de las fuerzas, es decir, el mo- mento. durante el cual debe, precisamente, leerse enel manómetro. No sólo el movimien-| to giratorio está suprimido, lo que evita los errores debidos á la fuerza centrifuga , sino que hay también ausencia completa de mo- vimiento. El anemodinamómetro está funlado, lo repetimos, en el equilibrio de dos fuer zas antagonistas y podría llmarse: balanza pa- ra la fuerza del viento; la placa es el equi-| valente del fiel y los vientos son los e qui- valentes de las pesas colocadas en los pla- tillos. A propósito de la tercera aplicación orado de intensidad ó resistencia del vien-| del aparato se verá más claramente aun la exactitud de esta comparación. Es evidente que el anemodinamómetro se- rá tanto más sensible, cuanto más grande sea y cuanto permita, por consecuencia, some- ter á la acción de los vientos, superficies más extensas. Acustíx M. Chávez. (Continuara.) EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 PRIMERA SERIE | PLEGADO 1.—ÚTILES Y MATERIA PRIMA Todos los ejercicios de plegado que siguen se hacen con papel. Se pueden emplear las planas viejas, los forros y las páginas de los cuadernos terminados; pero es preferible comprar papel de color. Nos parece que las mejores dimensiones son, ¡para el rectángulo, 9 centimetros sobre 12; para el cuadrado, 10 centimetros por lado. 2.— EJERCICIOS PREPARATORIOS Algunos ejercicios deben familiarizar desde luc- go al niño con la práctica del plegado. Se le hará construir, por ejemplo, el techo de una casa (cua- drado 6 rectángulo plegado en dos); un banco, una mesa (cuadrado ó rectángulo plegado en tres); un aparador, una persiana (cuadrado 6 rectán- gulo plegado en cuatro, cinco ó seis partes). Asi mismo se le puede decir que confeccione cu- curuchos, estuches, ete. Estos pequeños trabajos no ofrecen ninguna dificultad, y nos abstendre- | | | mos, por lo mismo, de describirlos. | 3.—FORMAS DERIVADAS DEL RECTÁNGULO | Sombrero de gendarme | Dóblese el rectángulo en dos, colocando el lado | . ¡a.sobre el lado b, Fig. 104. l, Fic. 105 Fic. 104 1. Le travail manuel á l'école et dans la famille par MM. Er BERTRAND, 'TOUSSAINT et J. GOMBERT. —Dessins de Y. LAINE París, 1890. LECENE, OuDIN et Cre, Edite urs. 17 rue BONAPARTE 17. — Dóblese otra vez el nuevo rectángulo, con obje- to de obtener la linea mn que le divide en dos! partes iguales, y desdóblesele en seguida, Fig. 105. Dóblense sucesivamente las dos puntas, una ha- cia adelante y la otra hacia atrás, Figs. 106 y 107. Fic. 106 Fic. 107 Levántense los dos bordes libres del papel, Fig, | 108. | Fic. 108 ; | Repléguense hacia fladentro los ángulos salien- | tes, Fig. 109. | Mitra | | Dóblese una de las puntas del sombrero de gen-| | | darme é introdúzcasela en la abertura de en me- dio, Fig. 110. | | Fic. 110 Igual operación con la otra punta que se reple-: gará hacia el lado opuesto, Fig. 111. | Estuche para plumas Pléguese un rectángulo de papel cuatro ó cinco | veces sobre si mismo, Fig. 112. | 1 | | | AAA A NA IU LOU IIA III nr ro cenamos PA IA A A Fic. 112 Dóblense ligeramente los ángulos, Fig. 113. Fic. 113 Introdúzcase cada extremidad en una mitra, for- mada como se dijo arriba, Fig. 114. COSMOS Tarjetero Hágase un sombrero de gendarme, Fig. 115. Abrase el sombrero y eolóquese la punta b so- bre la punta a, Fig. 116. Dóblese la punta b, lo cual da el tarjetero, Fig. 117. Barco Dóblese igualmente la punta a, Fig. 118. Abrase el sombrero asi obtenido y repléguesele ¡como en la Fig. 105, Fig. 119. Fic. 119 Tirese de las puntas « y b para obtener el bar- co, Fig. 120. Caja simple Pléguese el rectángulo en dos, Fig. 121. FriG. 122 Fic. 121 Llévense los ángulos a y b hacia adentro, Fig: 122, ] COSMOS 119 Dóblense dos de los lados sobre el centro, por | Sáquese una de las puntas retenidas en el inte- delante, y los otros dos por atrás, Figs. 123 y 124. | rior, Fig. 132. | | Tronadora | Pléguense las cuatro esquinas como para hacer | la cartera, Fig. 135. | a Dóblense los bordes libres como para el sombre- | ro de gendarme, Fig, 12, | | | AÑEN PA d. b. Fic. 125 Fic. 126 Sepárense los lados de la caja, y fórmese el fon- | do doblando el papel según líneas muy rectas, y paralelas á los bordes a, b, e, d, Fig. 126. | | | Fic. 133 Fic. 134 | Pléguese en seguida el papel en el sentido de la | longitud según ab, Fig. 134. | | Cartera | Dóblense las cuatro esquinas del rectángulo, | Fig. 127. | Etc. 136 Frc. 135 Dóblense las puntas « y b sobre sí mismas, Fig. 135. Pléguense en dos, de adelante d atrás, aplican- do d sobre c, Fig. 136. | Fi6. 137 Repléguense las puntas a y b sobre si mismas, Fig. 128. | : is 1017 : : : ¡por los extremos a y b reunidos, Fig. 137. Dóblese la parte superior de la figura sobre la | parte inferior, Fig. 129. 4.—FORMAS DERIVADAS DEL CUADRADO Sacúdase con fuerza la tronadora, teniéndola Mesa simple | —Dóblese el cuadrado en cuatro según sus diago- |nales, y desdóblesele después, Fig. 138. Fic. 129 FrG. 130 | Dóblense además las dos extremidades c, d, so- | bre el centro y por detrás, Fig. 150. Fic. 138 - Fic. 139 Repléguense en seguida sobre el centro los cua - Fic. 132 tro lados y desdóblesele de nuevo, Fig. 139. Hágase un doblez siguiendo la línea ef, Fig.130,| Voltéese la hoja, dóblense los cuatro ángulos so- para obtener la Fig. 131. | bre el centro y desdóblese una vez más, Fig. 140 120 COSMOS Voltéese el papel y las cuatro puntas "a, be, d, al centro del cuadrado, Fig. 141. coseno. Fic. 140 Fórmense bien los pliegues para obtener la me- sa invertida, Fig. 142, y cámbiese la posición para Fic. 142 Fic. 143 que resulte la mesa derecha, Fig. 143. Barco doble Fórmese una mesa como en el ejercicio prece- dente y llévense los piés de adentro hacia afuera, Fig. 144. Fic. 145 Fic. 144 Repléguense las dos partes de la figura, la una sobre la otra, de adelante hacia atrás, y se obtie- ne el barco doble, Fig. 145. Molino Doblando en ángulo recto las puntas opuestas ¿y d de la Fig. 143, se obtiene el molino,” Figs. 146 yv 147. FrG. 146 "Cuna EEVoltéese el niolino y dóblesele en dos, según la inea mn, Fig. 146. Fic. 148 Hágase salir el ángulo b que forma el cuerpo de la cuna, Fig. 148, y terminese doblando d sobre c, Fig. 149. > ¡ BErRRTAND, 'TOUSSAINT Y GOMBERT. (Continuará.) ESPECTÁCULOS CIENTÍFICOS! LOS ARMARIOS PARA DESAPARECER Los aparatos por medio de los cuales se puede producir en los espectadores la ilu- sión de que desaparecen los objetos que en esos aparatos se coloquen, tales como una tarjeta, una ave, un niño, una mujer ó un hombre, representan un gran papel en las funciones de los prestidigitadores y también en las pantomimas y fantasmagorias. Entre ko) estos aparatos, hay algunos que reposan en combinaciones mecánicas ingeniosas, mien- 5 tras que otros estan basados en efectos óp- ticos. Examinemos algunos: La cartera mágica.-—-Mace algunos años pudo vérsela exhibida en las plazas y calles por un físico ambulante. Éste, hacía que un espectador sacase una tarjeta, la ponía entre las cuatro hojas de papel que, cubriéndose en eruz, formaban la cartera y en seguida cerraba; cuando la abría de nuevo, algunos instantes después, la tarjeta había desapare- cido 6 se había transformado. El industrial, entonces, se aprovechaba de la sorpresa pro- ducida en los espectadores v les ofrecía su cartera mágica al precio de cinco centavos las pequeñas y diez las grandes. La cartera en cuestión estaba formada por dos cuadrados de cartón reunidos por cua- tro hilos y éstos, fijados de tal modo, que abiertos y yuxtapuestos en dos cartones, el borde exterior de cada uno de ellos, estaba unido al borde interior del otro, lo que constituía, en cierto modo, una doble bisa- gra que permitía abrir la cartera por dos partes. Sobre uno de los pares de estos-hi- los estaban pegadas dos hojas de papel, dor- so con dorso, que al replegarse formaban las secciones de la cartera. Bastaba, pues, abrir ésta en un sentido ó en otro para hacer 1. Continúa Véase Cosmos p. 87. COSMOS 121 y [ posible la abertura únicamente de una ú otra| Se compone de varias hojas de diversos colo- sección. La cartera mágica permite ejecutar res quese plegan unas sobre otras. Puesta una un gran número de escamoteos, puesto que tarjeta en la hoja del medio y plegadas las todo objeto puesto en una de las secciones, siguientes, desaparece cuando el paquete se como una tar- abre de nue- jeta, una foto- vo. El secreto grafía, una es muy facil imagen, una moneda, ete., de compren- der: una de las desapareceri hojas del me- óÓ se trans[or- dio, la segun- mará a volun- da por regla tad del presti- general, es do- digitador. ble; al ple- El paquete garse forma que se trans- dos comparti- forma. —Este mientos que paquete, cu- están dorso vo vendedor Fic. 150. —Cartera mágica, paquete que se transforma y Cajas con dorso bas- E de desaparición de los prestidigitadores : : se encuentra ta abrir uno u siempre en algún punto de los malecones, | otro para hacer desaparecer ó para trans- es una simplificación de la cartera mágica, | formar los objetos que se habían colocado. ATA ¡ a ——— === == O Fic. 151.—Armario de desaparición, en el cual se hace desaparecer instantancamente á la persona que se encierra en él (Fig. 150). Esta sencilla combinación per- destreza y que repite diariamente centena- mite á su autor ejecutar una serie de esca- | res de veces. moteos muy curiosos que hace con mucha Las cajas para desaparición.— Hay va- k rios sistemas de cajas para desaparición, se- gún el tamaño de los objetos que se quie- ren hacer desaparecer. Así, no hay nadie que no haya visto á un prestidigitador, meter a una ó dos tortolitas en el cajón de algu-| no de estos aparatos, cerrarlo, abrirlo ins- tantes después, y mostrarlo vacío: las torto-| litas han desaparecido. Los aparatos de este | género, contienen, como lo deja ver el gra- bado “Fig. 150) un doble cajón, el cual si: está corrido se confunde con el primero; basta, pues, abrirlo ó dejarlo en el fondo de | la caja para hacer visibles 6 para escamotear á las dos aves que se encerraron. Para hacer desaparecer objetos más pe-' queños, los prestidigitadores emplean con (frecuencia un colre para joyas, en el cual co- locan el objeto que quieren escamotear, una sortija por ejemplo. Tomando, entonces, el. cofrecillo, le ordenan á alguna persona que lo tenga, suplicándo- le que lo envuelva en varias hojas de papel; pero este simple mo- vimiento hace que la sortija calga en ma- nos del prestidigita- merced a dor, una pequeña abertura que * Fc. se encuentra debajo del cofrecillo. A pesar de ésto, cuando lo agitan, el público cree oír el ruido de la sor- tija que choca contra las paredy es no es una ilusión: el ruido que se escucha proviene de un martillito oculto en el espesor de la cu- bierta, Cuando el prestidigitador oprime la cha- pa, bajo la chapa. inmoviliza el martillo; ocún mismo, agitar el cofrecillo sin que ning ruido se produzca y el público cree que el; ruido cesa porque el objeto desapareció va. Las cajas de doble fondo son demasiado conocidas para que haya necesidad de des- cribirlas; unas veces el doble fondo está disimulado en la tapa, y otros en alguno de | los costados. Estas cajas permiten la desaparición 6 la substitución de objetos poco gruesos, una imágen 0 una Los armarios en que se desaparece, —Es- como una carta, tarjeta. 152.—Plano explicativo del armario de des- aparición puede, por lo | tales | COSMOS tos armarios son en cl lerto modo grandes Cad- jas de escamoteo que, gracias á sus dimen- | o) siones, permiten escamotear una ó varias | personas, con la misma facilidad con que un |[titiriter ro hace que desaparezca un esferita ¡de corcho. Se ha podido ver un ejemplo de ésto el año pasado en un teatro de los arrabales y ¡más antes con algunos prestidigitadores co- mo Roberto Hospo. He aquí una de las escenas que pueden ¡presentarse: Después de que se levanta el telón, se ad- vierte en medio del teatro un gran armario de color obscuro, adornado con molduras y ¡montado sobre piés un poco más altos que los de los armarios comunes, todo ésto con ¡objeto de quitar toda idea de comunicación posible con el sub-suelo del escenario. Los plés tienen carrreti- llas. El prestidigitador, haciendo girar sobre sí mismo á este ar- mario, da á compren- el exterior der que no presenta nada anormal; en seguida pide que suban algu- nos espectadores, los obliga á examinar el interior del armario, que está completamen- te vacío, no habiendo dentro de él más que una barra de madera, sobre la cual se apoyan las hojas de la puerta, cuandose las cierra. ni escondite No hay doble fondo alguno. Cuando los testigos están bien seguros de este hecho, se sientan en el escenario y al- gunos de ellos consienten en quedar detrás del armario, ó lo que es lo mismo, consien- tenen no ver nada de la experiencia. Rodea- do así el aparato por todas partes, y pudien- do verse por debajo, parece imposible todo fraude. ¡En esos momentos llega una joven vestida de bailarina, entra en el armario (Fig 151) y el prestidigitador cierra las puertas. Cuan- do al cabo de algunos instantes las abre, el mueble está vacio, la joven ha desaparecido. ¡Cierra de nuevo, abre, y la bailarina reapa- Al final de la ex- así sucesiva mente. rece y periencia los testigos examinan de nuevo el mueble mágico y como no encuentran nada cambiado se justifica su estupelacción. Hay otro sistema en el cual no se ve ba- rra ninguna, pero se nota en las paredes in- teriores, casi á un metro, una tira de made- ra y en la parte superior una especie de de- partamento que no ocupa el interior del mue- ble. Este sistema permite hacer algunas ex- periencias más de las que acabamos de enu- merar. Así, cuando la mujer ha desapareci- MO 0 . | do, el prestidigitador hace entrar al armario á un joven que desaparece en tanto que re- aparece la bailarina. Hay, pues, una sustitu- ción muy sorprendente. El garitón en el cual se refugia Arlequín y que parece vacío cuando Pierrot ó Casan-| dra levantan la cortina que cubre la entra- da, es también un armario de desaparición. En una serie de conferencias dadas hace algunos años, en el Polytechnic Institution de Londres, un profesor de Física descubrió el secreto de algunas suertes empleadas en el teatro para producir ilusiones, y muy es- pecialmente el secreto de estos armarios. El conferentista después de haber presentado el armario y hecho desaparecer á un indi- viduo, cerradas las puertas repetía la misma experiencia con el armario abierto; pero la desaparición era tan rápida que, aún en el segundo caso, los espectadores no podían darse cuenta de cómo se producía la ilusión. ¿ista es el resultado de efectos de espejos. En el primer sistema, el representado en la Fig. 151, cuando el que exhibe cierra las puertas, la joven atrae á sí dos espejos de- signados en nuestro dibujo explicativo (Fig. gl 'anen 0 O y vienen á aplicarse sobre la 152) con las líneas G G. Estos espejos barra P, ocupando las posiciones G G. Cuando se abre de nuevo el armario, la bailarina colocada en A queda cubierta por los dos espejos cerrados sobre ella; pe- ro el aspecto del interior no cambia, por- que en cada uno de estos espejos, ven los espectadores reflejarse la pared interior del mismo lado, la que parece ser el fondo del armario. La ilusión es completa. Cuando concluye la experiencia y los es- pejos quedan aplicados sobre los dos lados G G, el público no ve más que el respaldo COSMOS 123 cubierto con madera; el mueble está, pues, vacio y nadie se da cuenta de la modifica - ción que se produjo en el interior durante la desaparición aparente de la bailarina. En el segundo sistema, cuyo corte verti- cal representa la Fig. 153, el joven se co- loca en el departamento que está en la parte superior del armario, apoyándose en la tira de madera 7, de que ya hablamos y deja caer el espejo bc, que está fijo en el techo del ropero, este es- pejo inclinado á 45” refleja el techo y el público cree ver el fondo de la parte del del compartimiento, tal como en armario situada arriba FiG. 153,—Corte explicativo del garitón de Arlequín lel caso anterior. El garitón de Arlequin reposa exactamen- te en el mismo principio. El interior está tapizado con papel de rayas alternativamen- te azules y blancas. Cuando Arlequín se re- refugia allí, se coloca en uno de los ángu- los y atrae hacia él, dos espejos que lo cu- bren completamente; los espejos reflejan el lado opuesto del garitón y el espectador cree percibir el fondo. En este caso uno de los angulos del fondo no es aparente; pero las 'ayas le impiden al espectador que lo note. Se ve por estos ejemplos que el empleo de los espejos para la desaparición de las personas es un procedimiento muy fecundo, susceptible de recibir inmensas aplicaciones. G. KerLus. (La Nature, 1883, L, pp. 315-318.) FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES POREL MÉETODOINTERFERENCIAL De M. LipermanyN ! VI LA FOTOGRAFIA DE LOS COLORES Principio de la experiencia de M. Lxer- MANN. — Adquiridas ya estas nociones nece- sarias, vamos á exponer el principio de la experiencia de M. Lipemann. Consideremos un espejo plano metálico, 1. Continúa. Véase Cosmos p. 105, y supongamos que su cara reflectora haya sido cubierta, por medio de los procedi- mientos ordinarios de sensibilización, con una capa impresionable formada de albúmi- na ó de colodión al cloruro ó6 bromuro de plata. Supongamos, además, que esta ca- pa sea (ransparente, contínua y sin gra- no. Hagamos caer sobre ella un ravo de una luz colorida, cualquiera, que tenga una lon- gitud de onda determinada y que ocupe por consiguiente un lugar determinado en el es- pectro: los rayos incidentes atravesarán la capa sensible y transparente, se reflejarán en la superficie pulida, y volverán sobre sus pasos; pero encontrarán al volver los rayos que llegan. Tendremos entonces dos ondas luminosas: una onda directa y una onda re- flejada, que van á producir interferencias. El espacio del frente del espejo estará, pues, lleno de planos paralelos, alternativamente brillantes y obscuros; dos planos brillantes, consecutivos, cualesquiera, están separados por una distancia igual á una semi-longitud de onda; es decir, á la cuatro milésima par- te de un milímetro. Habra, por consiguien- te, muchos de esos planos situados en el es- pesor mismo de la capa sensible. _ Solamente los planos brillantes impresio- narán á esa capa, y esta impresión vendrá en negro en el desarrollo; mientras que las capas correspondientes á los planos obscu- ros, no serán impresionadas. Si pues, ponemos la placa desarrollada en el hiposulfito de sosa, toda la materia sen- sible-á la luz y no alterada va á disolverse, y no quedarán sino telas infinitamente del- gadas de plata reducida, allí donde había planos brillantes. De aquí resulta que todo el espesor de la capa fotográfica estará di- vidido por planos de plata metálica, parale- gual á la semi-longitud de onda de la luz que ha im- los y separados por una distancia 1 presionado la placa. Pero dos de esos planos constituyen una lámina delgada, y precisamente una lámina delgada de espesor tal, que según la teoría de los anillos de Newrox, los rayos refleja- dos sobre sus dos caras, dan, interfiriendo entre sí, la sensación del color correspon- diente. Por consiguiente, cuando se mire por re- COSMOS flexión la placa fijada y seca, se verá repro- ducido el color mismo de la luz que se ha hecho caer sobre la placa. Elección de las placas sensibles.—Tal es el principio de esta maravillosa experiencia, tan sencilla y tan cientifica en su esencia. Pero esta sencillez exige una gran preci- sión al realizar la experiencia: desde luego, gelatino- bromuro ó al gelatino-cloruro que se hallan será preciso excluir las placas al en el comercio, y cuya capa sensible es una emulsión. Vista al microscopio, una capa co- mo esa, presenta un grano muy. aspero, que proviene de las partículas sólidas de la ma- teria sensible. Las partículas de ese grano tienen dimensiones considerables con rela= ción á la semi-longitud de la onda: obstrui- rían, pues, completamente la capa, defor- marían los planos reflectores é impedirían toda manifestación del fenómeno cromático. Las placas del comercio son, por otra par= te, opacas, y no serían susceptibles de ser atravesadas por la onda directa y la onda re- flejada, lo cual es un segundo motivo de ex- clusión. Será preciso, pues, recurrir de pre- lerencia á las capas sensibles de colodión ó de albúmina, que tienen la ventaja de ser con- tínuas y transparentes. Se prepararán esas capas por el método ordinario, y no con= tendrán emulsión pero estarán sensibiliza- das por el baño de plata, como en los an- tiguos procedimientos del colodión. Las ca- pas mixtas de albúmina y colodión que cons- tituven el procedimiento Taurexor han da- do excelentes resultados. M. Lieemany ha hecho uso también de placas gelatinadas, sensibilizadas por el baño de plata, como el vidrio colodionado. En suma, con tal que la capa no tenga grano, ó por lo menos, con tal de que.el gra- no sea de dimensiones despreciables con re- lación á la semi-longitud de onda, todas las preparaciones sensibles se podrán emplear. Exposición de la placa.—Quedaba por realizar la yuxtaposición: de la capa sensible en un espejo plano. La idea que se presenta naturalmente al espíritu, es platear un vidrio de caras pa- ralelas, pulir el depósito de plata y aplicar directamente la placa sensible sobre el es- pejo metalico así obtenido, COSMOS Por desgracia, esta idea no es útilmente realizable. Cualquiera que sea la variedad de fórmulas de albúmina y de colodión sen-= sibles, tienen de común el contener todas iodo libre: resulta de ésto que la capa de plata se alteraría rápidamente y se empaña- ría por la capa de ioduro de plata que se formaría en su superficie. He aquí la disposición ingeniosa á que ha llegado M L1ipbemanx. Sensibiliza un vidrio “corriente, y forma. con este vidrio G la pared anterior de una cajita rectangular (Fig. 154) cuyas paredes laterales están constituidas por un marco de ebonita y cuyo fondo es una placa de vi- drio. Los dos vidrios G y Y están adheri- dos al mareo por medio dle pinzas de latón del vidrio sensible, un pequeño cuadro des- pulido cuyo lado mate está vuelto hacia el interior de la pequeña cuba, y se afoca con ayuda de la cremallera:de que suponemos) provista la cámara (Toda cámara 13<18 tre- ne dimensiones sufici entes para esta opera-=: ción). Habiéndose conseguido el afocamiento, se -aflojan las pinzas 2, se quita el pequeño vi- drio despulido, que se reemplaza por el vi- drio sensibilizado, se instala esta última con la capa sensible vuelta hacia el interior de' -la cuba; se hace el llenamiento y se puede comenzar la exposición. La Fig. 155 representa la manera como el PP. Se vierte entonces mercurio en la caji- Como la capa sensibilizada del vidrio es- tá volteada hácia el interior, se halla directa- mente en contacto con el mercurio que, si ha sido vertido con ayuda de un embudo lar- go y fino que descienda hasta el fondo de la cajita, la llena sin dejar burbujas de aire; y forma, detrás de la capa impresionable, un espejo perfecto: este aparatito, que todo el ¡mundo puede construlr fácilmente en unos instantes, realiza pr acticamente todas las con- | ¡diciones impuestas por la teoría. Para alocar, se pone la cajita en un so- porte de pinzas, análogo á los que se en- ¡cuentran en los laboratorios de Química, y ¡se coloca en el fondo abierto de una cá- Lmara fotog: ráfica común; se pone en lugar ¡didura en la cual la luz se concentra por ¡medio de una lente; después de esta hendi- dura sigue una segunda lente que vuelve á tomar la luz y forma un haz paralelo; P es el prisma de visión directa que descom- pone la luz blanca y produce el espectro ¡O es el objetivo de la cámara fotográfica C, | y en fin-E representa la cuba de mercurio precedentemente descrita y que soporta á la | placa sensibilizada. Tiempo de exposición. Interposición de ¡pantallas coloridas. — La cuestión de tiempo ¿de exposición es capital para el buen resul- tado de la experiencia; exige e algu- nos tanteos. : M. LirrmanxN se ha servido, cono fuente ¡luminosa para reemplazar la luz del Sol, de ¡una lámpara eléctrica de arco, sistema CAN- cz, de una potencia de 800 bujias. Obtenía profesor M. Lipemawy ha dispuesto, en su así un espectro muy brillante. Este espec- Laboratorio de Investigaciones físicas de la tro contiene una extremidad roja que es la Sorbona, la experiencia de la Fotografía de que se trata de fotografiar. -Ahora bien, los colores del espectro. En esta figura, L |todos conocen la poca actividad química de representa la lámpara eléctrica, Ff' una hen- los rayos rojos: impresionan-las placas con J A 126 COSMOS bastante lentitud para que se pueda emplear! Desarrollo. —5Si se ha empleado un vidrio | : | : cas al gelatino bromuro de plata. Todos los se sabe, valiéndose de dos procedimientos fotógrafos saben muy bien que los objetos distintos: de un desarrollo ácido ó de un rojos vienen en negro sobre las positivas: desarrollo alcalino. no impresionan, pues, la placa negativa ex- Si se emplea el desarrollo ácido (ácido la luz roja para revelar sin peligro las pla-|albuminado, se le puede desarrollar, como puesta en la cámara, por más sensible que gálico, por ejemplo), será preciso emplear sea. una exposición poco mayor y llevar el des- También, no obstante el brillo del espec- arrollo á fondo; si nos servimos de un des- tro solar, la exposición que ha de producir arrollo alcalino, será preferible una exposi- el rojo, deberá ser forzosamente muy larga: ción de menos tiempo, á causa de la mayor ha variado, según que se emplee colodión 6 actividad del desarrollo. albúmina, de AN how 4 dos home. En todo caso, deberá conducirse la ope- Pero aquí se presenta una dificultad. Si ración con la idea de que se debe producir el rojo viene lentamente, por el contrario, | plata reflejante en el espesor mismo de la el azul y el violeta son colores activos por ex-: placa. Si se juzga insuficiente la prueba, se celencia, y solarizarán completamente la pla-, puede, antes de la fijación, reforzarla por casi se les deja obrar por todo el tiempo ne- | medio del ácido. Es necesario evitar siempre cesario á la buena impresión del rojo. Será el insistir demasiado en este reforzamiento, preciso, pues, encontrar un medio de dejará causa de los empastamientos que podrían obrar el rojo solo por mucho tiempo y no producirse en la capa y ocultar los fenóme- permitir al verde, más activo, sino una du- NOS de reflexión metálica sobre las láminas “ación de impresión de algunos minutos, de plata destinadas a reproducir los colo- que se reducirá á algunos segundos para el és. azul y el violeta. Fijación. Aparición de los colores.—El M. Lieemany ha llegado a este resultado | fijador empleado ha sido siempre el hiposul- interponiendo en el travecto del haz lumi- fito de sosa á la dósis de 500% por litro. La noso, durante toda la exposición del rojo, fijación es muy rápida 4 causa del poco es- una pequeña cuba llena con una solución pesor de las capas de colodión ó de albú- de heliantina roja. Esta substancia absorbe | mina empleadas. completamente las radiaciones verdes, azu- Durante el desarrollo y la fijación, no son les y violetas, y no deja pasar más que los | visibles los colores; pero comienzan á apa= 'ayos rojos y amarillos. Se puede pues, gra-|recer en el secamiento; pues las capas de cias á esta pantalla colorida, dejar obrar el | plata se colocan entonces á la distancia que rojo durante todo el tiempo necesario, sin tenían cuando fueran producidas por la ac= riesgo de solarizar las regiones verdes y ces de las interferencias de la luz sobre la azules. ¿placa sensible que estaba seca al tiempo de Cuando el rojo ha obrado suficientemente la exposición. se reemplaza la cuba de heliantina con otra Para verlos en las más ventajosas condi- cuba que contiene una solución de bicroma- | ciones, es preciso mirar por reflexión el vi- to de potasa, que deja pasar el verde y el 'drio iluminado por la luz difusa; sea la del rojo, pero detiene los rayos azules: en estas día, sea la que proviene de la cara interna condiciones se impresiona cómodamente la de un reflector blanco. En ningún caso se parte de la placa que corresponde al verde debe, si se quiere Je de la vista comple= del espectro; el rojo continúa obrando du- ta del fenómeno, mirar la placa alumbrada rante este tiempo. ¡directamente por una fuente luminosa. lón fin, para obtener el azul, se descubre > Los colores tienen un aspecto del que no completamente el objetivo durante algunos |nos podemos formar una idea sin haberlos segundos, sin interposición de ninguna eu- visto: tienen una especie de brillo metálico baz:el azul y el violeta obran 4: su vez, y que les da una vivacidad extraordinaria. Es queda terminada la exposición. casi inútil insistir sobre la inalterabilidad ab- COSMOS soluta de la prueba así obtenida: el color, en electo, no es producto de un pigmento cualquiera susceptible de alterarse á la luz: resulta de la realización de una propiedad mecánica del movimiento vibratorio que cons- tituve á la luz. Esta inalterabilidad es tal (que se pueden provectar sobre una pantalla las imágenes de esos espectros, vivamente ¡lu- minados por una luz eléctrica intensa, sin| alterar los colores en lo más mínimo. El buen éxito de estas pruebas demuestra. también de un modo irrefutable la delicade- za de la impresión fotográfica; en el momen- to de la impresión el vidrio está seco, y el soporte de gelatina, de albúmina ó de colo- dión tiene cierta consistencia, bien determi- nada en cada caso. Durante las operaciones del desarrollo, de la fijación y del lavado, la capa se sumerge en baños de naturaleza diversa, que hinchan y modifican su estrue-| tura, la cual no vuelve á su estado normal sino después de seca. Puesto que en estas condiciones, los colores vienen a sus luga- res respectivos, es prueba de que los planos de plata reflectores han vuelto rigurosamen- te á su lugar; y como la distancia de dos de esos planos es, por término medio, de un cuatro milésimo de milímetro, se puede ¡uz- gar por ésto la precisión verdaderamente sorprendente realizada por la Fotografía. Reproducción de los colores comple.ros.— La experiencia de la Fotografía de los colo- res del espectro es decisiva, pues, como en él se encuentran todos los tintes simples, el problema de la reproducción de un color simple cualquiera, está resuelto de una ma-=' nera definitiva. Pero se puede preguntar: ¿Qué sucederá cuando se quiera reproducir un color com- plexo, como los de los objetos naturales? Se puede prever á priori que el problema es resoluble de la misma manera, pues si se estudian algebráicamente las propiedades de 127 ¡verde, alumbrados por trasparencia con ayu- da de la luz eléctrica. Estos vidrios, proce- dentes de los talleres de M. Cm. CmHampIG=- NEULLE, habían sido tomados al azar y esta- ban muy lejos de ser colores simples, puesto | que, vistos al espectroscopio, dejaban pasar sensiblemente todos los colores, en propor= ciones variables: contenían, pues, todas las longitudes de onda, y realizaban á maravi- ¡Ma dos colores complexos. La prueba obtenida ha sido muy satis[fac- toria y ha reproducido los dos colores con mucha exactitud. Se puede, pues, afirmar que la solución encontrada por M. LippmANN es absolutamente general y se aplica 4: to- dos los casos. ÁLFoNso BErGET. (Concluira.) A IS Insecto es la traducción literal de la pala- ¡bra latina ¿nsectum, derivada por síncopa de ¡intersectum (entrecortado): esta última pala- ¡bra á su vez, no es más que una traducción de la de ¿vzopov (éntomon) que, en griego, ¡expresa la misma idea y que combinada con , Byoc NS ll . [el sustantivo A (lógos) discurso ha dado nacimiento á la palabra Entomología ó cien- cia que estudia los animales articulados. — Th. LAcorDAIRE. ás _—_—— PACTENCADIERCUDA EL TERROR DE LAS AMAS DE LLAVES Se os propone sostener una taza cafetera ¡sobre la punta de un cuchillo. Los accesorios ¡son muy sencillos y se encuentran á- vues- ¡tro alcance cuando estais en la mesa: un ta- ¿pón y un tenedor, he ahí todo lo que nece- | sitais!......sin olvidar, por supuesto, una ¡poca de destreza. Meted el tapón en la asa de la taza cafe- un movimiento vibratorio, se puede, por me- tera, con bastante fuerza pata que se deten= dio de la aplicación de un notable teorema ga sólidamente en ella; pero con mucho cui- debido á Fourier, demostrar que los movi- dado á fin de evitar que se quede sin su asa. mientos periódicos pueden sobreponerse ¡Clavad el tenedor en el tapón montado so- dando nacimiento á un movimiento periódi- | bre la asa, con dos dientes para un lado y co único. ¡dos para el otro é inclinado ligeramente el M. Lirrmaxx expuso delante de su apara-. | to dos vidrios de colores, uno azul y otro la taza. 4 mango del tenedor hácia la parte inferior de 128 Bajado, de este modo, el centro de gra-., vedad del sistena, colocareis vuestra taza so- bre la punta de un cuchillo y encontrareis, | por medio de tanteos, el punto exacto en que puede mantenerse en equilibrio. ¿Istando es- maltada, por lo general,.la parte inferior de las tazas, evitad el temblor de la mano que tiene el cuchillo, porque no tardaría en res- balarse la taza. Al comenzar, conservad la mano derecha cerca del mango del tenedor, de modo de poderlo agarrar violentamente en caso de caída, evitando, así, la de la taza. 156 BiGS EPS | Recomendación última: bebed vuestro ca=| , AE A | fé antes de hacer la experiencia, sí no que-| reis exponeros a perderlo. EQUILIBRIO DÉ UN CUCHARON PIIMERA POSICIÓN El cucharón que tienen todas las cocine-=!| ras va á permitirnos ejecutar cierto número. de experiencias de equilibrio, cuando se tra=" te no solamente de bajar el centro de gra= vedad, sino tambien de trasladarlo del lado del punto de suspensión. Colocad una navaja grande, entreabierta, sobre la orilla de una mesa, como lo indica nuestro dibujo; enganchad el cucharón en el angulo que forman la hoja y el mango, de modo que el interior de la cuchara quede [rente á la mesa, y abandonad el sistema a sí mismo: oscilará la navaja y se balancea- rá el cucharón hasta que encuentre la posi-, COSMOS | sayadla y 157 ¡ción de equilibrio estable. Si cargais con arena el cucharón, lejos de caer el cuchillo se levantará más, continuando lo mismo mien- ¡tras el centro de gravedad del sistema se en- cuentre detrás de la orilla de la mesa. E SEGUNDA POSICIÓN Aquí esta enganchado el cucharón en el ¡nacimiento de la hoja; pero se ha tenido cuidado de cerrar su gancho de modo que ¡no pueda resbalarse y de que haga con el ¡mango en el sentido vertical un ángulo de ¿45% próximamente. Conseguireis” mantener en equilibrio este sistema, colocando la ex- tremidad del mango de la navaja en la ori- lla de una mesa, sobre vuestro dedo 6 sobre el borde"de un vaso lleno de agua, para que tenga más estabilidad. Parece imposible la experiencia; pero en- os sorprendereis de la facilidad con ¡que se ejecuta. | Tom Trr. *COSMOS* Tomo 1 Lámina 92 F, Ferrarr Pérez, For. FoOTOCOLOGRAFÍA DEL COSMOS GRUTA DE CACAHUAMILPA LA TORRE CHINESCA REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS RA IIS ANA Director prorrerarto, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo l Tacunaya, D. F., 1% pe Mayo pe 1892 Núm. 9 ENSAYO DE APLICACION DEL MEYODO LOGICO AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECTO DE UN APARATO PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE LOS VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA” 11.—EL ANEMODINAMÓMETRO COMO ANEMÓMETRO 39. —Idea general. —Esta aplicación es, por decirlo así, el corolario de la prece- dente. Por medio de la simple adición de una: llave y de un contador, el aparato que nos! sirvió para determinar la presión del vien- to va á servirnos ahora para determinar la. velocidad. Este resultado puede obtenerse de dos maneras: 1” por el cálculo, después de ha- ber determinado la densidad del viento; 22 directamente, agregando al anemodinamó-. metro un contador de las vueltas y de las fracciones de vuelta de las alas del venti- lador. : En el primer caso, es necesario recoger el aire en el momento de la experiencia, de- terminar experimentalmente su densidad y. despejar 4 p de la fórmula (1): de pp So En el segundo caso, se debe conocer de antemano la relación que existe entre la ve- locidad del viento y la de las alas del ven- tilador, de manera que no se tenga más que ver el contador del aparato para conocer esta velocidad, como no hay más que leer las indicaciones del manómetro para cono- cer la presión. 1. Continúa. Véase Cosmos pp. 81 y 113. [ | 40.—1*. método ó método del globo.— De- ¡terminación de d.—Para recoger el aire, co- loquemos una llave de tres tubuladuras C en el tubo del anemodinamómetro que hace comunicar el ventilador con el manómetro guida al conducto » un ¡globo de vidrio provisto de una llave que ly adaptemos en se hacemos girar de manera que el ventilador, el globo y el manómetro comuniquen entre si. (Figs. 159 y 160). Repitamos ahora la experiencia de la de- ¡terminación de la intensidad del viento. En virtud del principio de PascaL, según el cual los líquidos y los gases transmiten igualmen- ¡te en todos sentidos las presiones que se ¡ejercen en un punto cualquiera de su masa, es evidente que la densidad del aire del glo- bo de vidrio, aumentara siempre en las mis- mas proporciones que la densidad del aire que contienen el ventilador y el tubo de es- cape. Por consecuencia, si cerramos la llave del globo de vidrio en el momento en que ob- tenemos el equilibrio de la placa 2, la can- tidad de aire que almacenamos así, tendrá una densidad igual á la del viento que obra sobre la placa en sentido inverso. Nos fal- tará entonces nada más quitar el globo de vidrio y determinar la densidad del aire que contiene, por los procedimientos conocidos 130 en lisica bajo el nombre de «Método de RecxauLr», por ejemplo. 11.—Cálculo de v.—En la primera aplica- ción del anemodinamómetro, vimos que cuan- do la placa 2 está en equilibrio se tiene: lE==/R es decir que en ese momento el trabajo mo- tor es 1gual al trabajo resistente Li. Por. otra parte, como los dos vientos (el viento pro- ducido por el ventilador y el viento propia- mente dicho) son de igual intensidad y como todas las demás circunstancias (0, 1, e y H) son las mismas, resulta que las velocidades v las densidades respectivas son iguales. Ahora bien, sabemos que “od == fórmula en la cual se encuentran los valores conocidos £, 0, y d. ! Nos basta pues des- pejar ás para conocer la velocidad del viento: EN: 2 1) bd 22 metodo o metodo del contador.— | ¿== 2 Para conocer la relación que existe entre la velocidad de las alas del ventilador y la del viento que circula en el tubo de escape, de manera que se pueda determinar ésta por aquella por medio de un contador, es pre- ciso conocer previamente una y otra de es- tas velocidades por casos distintos, escogi- dos convenientemente. Según que la rela- ción sea simple 6 complicada, se la expresará bajo la forma de ley ó de tabla que sirva para la determinación de la velocidad del viento propiamente dicho, en los diferentes casos que pueda presentar la práctica. ¿sta relación puede obtenerse de dos ma- neras muy diferentes que serán, naturalmen- te, la prueba y la comprobación una de otra. 1* experiencia.—Los diferentes valores de y se determinan como en el primer metodo; las velocidades de las alas, por medio del l [es el producto de la presión por centímetro cuadrado que nos da el manómetro, por el número de centímetros cuadrados de la placa P; 0 6 la sec-= ción del viento, es la sección misma de los tubos de escape puesto que el viento hiere normalmente la placa P; finalmente d 6 la densidad del viento que pasa por los tubos (la cual debe ser superior á la del aire ambiente) se determina como lo hemos in- dicado. COSMOS contador.—Esta primera experiencia es muy sencilla y consiste en substancia en repetir la experiencia del primer método, salvo que en lugar de servirnos del viento propiamen- te dicho que entra por el tubo de escape, nos serviremos del viento artificial de otro ventilador cuya velocidad de alas pueda mo- dificarse á voluntad y de una manera metó- dica, como la serie de los números 1, 2, 3, 4, por ejemplo. Operando como lo hicimos en el primer método, es decir, por medio de la fórmula se determinara la velocidad del viento co- ¡rrespondiente á cada una de las diferentes ¡velocidades de las alas y se establecerá asi La relación buscada. Para que el anemodinamómetro funcione también como anemómetro bastará colocar lun contador de vueltas sobre el «ventilador A para determinar, al mismo tiempo que la presión del viento por el manómetro, la ve- locidad del viento por la velocidad de las alas del ventilador acusada por el contador. Las condiciones que requiere el ventila- dor con que sustituimos al viento natural son desde luego faciles de realizar. Se ob- tienen las velocidades crecientes por medio de un motor de peso; la uniformidad de mo- vimiento correspondiente á cada velocidad por medio de un regulador; finalmente, la velocidad de las alas por medio de un con- tador. Nos ocuparemos de los detalles de un ven- tilador semejante al tratar de la segunda ex- periencia. 2% experiencia.—Los valores de y se de- terminan de una manera distinta; las pelo- cidades de las alas, por el contador.—Esta experiencia consiste en aprovecharse de la fuerza misma del viento constante cuya ve- locidad se trata de determinar, para mover un cuerpo M y deducir en seguida del mo- vimiento acelerado de este cuerpo, el movi- miento uniforme del viento. El aparato que emplearemos y que está representado en la Fig. 160, es una especie de máquina de Arwoo»p muy especial, en la cual la acción del viento constante repre- 1 COSMOS 131 === === == | senta el papel de la gravedad; una placa ó. 4.—Ventilador cilíndrico de metal. movil M, el de los pesos iguales y el del pe- 1 bo de escape AS más de un me tro de longitud, de paredes interiores perfectamen- so adicional; un hilo fino de acero tendido Ñ E : , te lisas, al cual se articula el ventilador como lo in- horizontalmente el del hilo de los pesos Y ( dica la figura: el de la polea; finalmente, los contactos RK.—Mecanismo de reloj compuesto de: eléctricos y un aparato electro-cronográfico | LK.—Motor de pesos variables K, compuestos de el de las placas de detención de caída y el | placas de diferentes pesos; de reloj de segundos. | rr" .—Sistema de engranes que sirven para multi- ondaa D rato pues plicar el número de vueltas de las alas del venti- > p p pue lador; de reducirse á la simple enumeración de las fi —Romledes de Morana del meemieno de partes de que se compone y que son (Fig. | reloj; 160 detalles I y II): ) —C.—Contador de vueltas y de fracciones de vuel- Fic. 160 ta de las alas del ventilador, articulado al sistema (zar á frotamiento muy suave. Esta placa debe ser de engranes; ¡más gruesa en el centro que en los bordes; la cara D.—Manómetro diferencial de M. Krerz, en comu- | vuelta hácia el lado del ventilador es plana y per- nicación con el ventilador. ¡pendicular al hilo, mientras que la cara Opuesta es uv.—Hilo de acero muy ligero y perfectamente | ligeramente cónica. Además, la placa está provista pulido, tendido en la dirección del eje del tubo, sol- | en el centro, de un pequeño rodete, ligeramente sa- dado en u á otro hilo transversal que se fija á las lliente sobre la cara anterior y en la cual se halla paredes del tubo en dos puntos diametralmente luna ranura circular; en esta ranura penetra la pun- opuestos, por medio de dos tuercas de ebonita m ¡ta de una aguja 22” que puede retirarse á voluntad yHM. por medio del botón 3 situado al exterior del tubo; w.—Tornillo que recibe la extremidad libre del | el pequeño agujero practicado en la pared del tubo hilo de acero y que sirve para restirarlo convenien- | para el paso de la aguja, lleva una guarnición de temente. |ebonita. M.—Placa ligera y pequeña d disco de metal, del 540,8 ¿heosos —Pequeñas agujas de cobre que un peso determinado y perforado en el centro para | se colocan á lo largo del tubo en la dirección de dar paso al hilo uy á lo largo del cual puede desli- una misma generatriz y que se terminan por una Q 132 especie de escoba pequeña, hecha con algunos hilos muy finos de platino, cuyas puntas vienen á tocar ligeramente á la placa al paso, cuando ésta circula á lo largo del hilo uy que le sirve de riel. En la ex- tremidad opuesta á la que lleva esta pequeña esco- ba, se fijan las pequeñas agujas en una regla de me- tal V, colocada en el tubo mismo y que el detalle Il nos muestra fuera de su posición normal y con la cara inferior vuelta hácia arriba. En esta cara, que debe ajustarse perfectamente á las paredes 1n- teriores del tubo, está marcada una escala en milí- metros y hay agujeros practicados á intervalos de 5 mm para permitir la introducción de las agujas a, Do Er Chaos ¿1 .—Botones que sirven para colocar la regla en el espacio que le está reservado; el botón (sirve además de tornillo límite. y P.—Pila eléctrica. ".—Aparato electro-cronográfico que permite apreciar por el simple examen de una lira de papel | cuadriculado, el tiempo transcurrido entre la pro-| ducción de dos señales consecutivas. mP.—Eléctrodo positivo que comunica con la pla- ea M por intermedio del hilo-ricl us. PFt.—Parte del circuito formado por el polo nega- | tivo, el aparato electro-cronográfico, el eléctrodo negativo, la regla t'' y los contactos a, b, e, Alo HH'.—Amillo y pié que sostienen la extremidad li- bre del tubo. OS'.—Soporle de metal fundido que reposa sobre cuatro piés con tornillos niveladores y que consiste | en un gran marco rectangular sobre cuyos lados | puede deslizar el ventilador E.—Tuerca que sirve para fijar sólidamente el ventilador en un punto cualquiera del marco. Veamos ahora cómo funciona el aparato. Para ésto, pongamos en movimiento por medio del botón z, el mecanismo de reloj. Después de los primeros instantes, el siste- ma toma una velocidad uniforme y la fuerza del viento producido por el ventilador se vuelve constante. Levantemos en este mo- mento el botón ¿ y como la placa M no es- tá ya retenida, recorrerá toda la longitud del hilo «p con un movimiento uniformemente acelerado bajo la impulsión igual y constan-| te del viento; pero tropezará en su curso con las escobas en que terminan las agujas a y b, cerrando así cada vez, durante un tiempo muy corto, el circuito eléctrico formado por la pila, la parte recorrida del hilo zp, la: placa misma, la escoba ó aguja en contacto, la regla de puntos y, finalmente, el aparato cronográfico F, cuya tira de papel se desen- rolla con una velocidad uniforme y sobre la cual recogeremos las dos señales que corres- | ponden á los contactos a y b. COSMOS Es evidente que si la placa M se moviera con una velocidad igual á la del viento su- ministrado por el ventilador, la medida de la velocidad de este viento sería facil: bas- taria establecer una comparación entre el tiempo transcurrido en el intervalo de pro- ducción de dos contactos y el espacio reco- rrido durante el mismo intervalo, espacio que está indicado por las divisiones de la regla (1; pero no sucede así: siendo unifor- ¡me el movimiento del viento, el de la placa es más ó menos acelerado según la intensi- dad del viento y el peso de esta placa ¡de donde resulta que el viento gasta un tiem- ¡po más largo que el movil para recorrer el ¡mismo camino y por consecuencia, la dife- | ¡rencia entre los tiempos empleados por el movil y por el viento en franquear el mismo espacio, será tanto menos sensible en con- diciones iguales, cuanto más aproximadas ¡estén una á otra las agujas a y 6. Ahora bien, gracias al empleo de la elec- ¡tricidad, el aparato nos permite obtener de ¡conformidad con la teoria, v =lim (25) límite práctico de la velocidad media en un ¡espacio ab (Ae) correspondiente á un inter- ¡valo de tiempo muy corto (AZ) que nos bas- ¡tará para determinar con una aproximación ¡suficiente en la práctica, la velocidad uni- ¡forme del viento Para obtener esta velocidad por la expe- [riencia, bastará aproximar suficientemente ¡los puntos a y b, después leer el espacio ab ¡sobre la regla ¿ y el intervalo de emisión de ¡dos contactos en la tira del aparato F. En cuanto á la relación que existe entre ¡la velocidad del viento y la del ventilador, ¡será suministrada por los diferentes pesos Ye procediendo de una manera análoga á la ¡de la primera experiencia. 42.—Otra manera de obtener el valor de ¡[.—Agreguemos que se puede llegar á co- | z COSMOS nocer de una manera diferente, por medio del mismo aparato, la intensidad ó fuerza del viento. Se puede hacer fácilmente la prueba de lo que acabamos de decir más antes, á saber, que el movimiento de la placa 6 movil 3 es uniformemente acelerado. Si ésto es cierto en efecto, y si se colocan varias agujas sobre la regla de espacios 1t” con intervalos regu- lares que varien como la serie de los núme-. ros 1, 3, 5, 7, los tiempos marcados en la: tira del aparato cronográfico deben ser igua- les entre sí. Por otra parte, como la aceleración y del movimiento es conocida (puesto que es igual al doble del espacio recorrido en la prime- 'a unidad de tiempo) y como el peso de la cualmente, la intensi- placa M es conocido ig dad 6 fuerza del viento se deducirá de la! fórmula: IM Estas experiencias son importantes por- que además de que terminan en un mismo! resultado no obstante los distintos procedi- miestos, dan un medio excelente de com- probación. k Acusríx M. Cuávez. (Continuará.) EA EL TRABAJO MANUAL. EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 PRIMERA SERIE PLEGADO Fuelle Fórmense en el cuadrado de papel 8 triángulos iguales de lamanera siguiente: dóblese hacia atrás asobre d, luego c sobre b, y desdóblese, Fig. 161- Fio. 162 Fic. 161 Dóblese por delante ab sobre cd, luego ac sob1e qa, y desdóblese aun, Fig. 161. 1 Continúa. Véase Cosmos p. 117. 133 | Aproximense los cuatro ángulos « y d,b yc, | Fijo. 162. Háganse en cada cara Cos pliegues que se cru- cen, doblando Jos lados sobre el eje, Fig. 165. Pic. 164 Fic. 163 Fórmense en seguida las puntas del fuelle do- blando las alas según la línea de puntos 1, 2, 3, 4, Fije. 163. La fig. 164 muestra una de las puntas así ¡obtenicas. Fic. 165 AT | ; Fic. 166 Concluido el fuelle, Fig. 165. para hacerlo fun- |[cionar, manténgense de cada lado dos puntas reu- Imidas, luego tírese y empújese alternativamente. Barco de vela Llévense los cuatro ángulos al centro del cua- drado, Fig. 166. | Repléguense, sobre el medio ma, dos de, los la- dos aa del nuevo cuadrado obtenido de este mo- do, Fig. 167. Fic. 167 Repléguense igualmente los lados bb haciendo resaltar los ángulos, Fig. 168. Pléguense en dos, de adelante atrás, para obte- ner el barco doble, Vig. 169. | del interior para formar Levántese una punta ¡una vela, ig. 170. La segunda punta levantada da el barco doble de dos velas, Fig. 171. Purera y Salero Llévense los cuatro ángulos al centro, como se dijo para el barco de vela, Fig. 172. Voltéense de nuevo los cuatro ángulos al centro del cuadrado obtenido, pero para atrás, Fig. 173. Fic. 1 o /3 Dóblense las cuatro puntas «, b, c y d que for- man los piés, Fig. 174. Sepárense con cuidado los lados de la purera, Fig. 175. Dóblense hacia afuera las esquinas salientes y se obtendrá el salero, Fig. 176. Jardinera Empléese una vez más el cuadrado (Fig. 112) del ejercicio precedente y dóblense por tercera vez los ángulos, de la misma manera, Fig. 177. FiG. Voltéese el papel, Fig. 178. Abranse las esquinas que deben formar canas- tillo, levantando las puntas «a, bd, e y d, Figs. 179 y 180. : Fic. 179 Fic. 180 Levántense también, pero sin abrirlas, las pun- tas de abajo para formar los piés de la jardinera, Fig. 181. Otra cuna Continúese usando el cuadrado (Fig. 177) del ejercicio precedente; pléguesele sobre sí mismo es- tirando hacia afuera las dos puntas a y db, Figs. 182 y 183. Frc. 182 Despléguense completamente los otros dos án- gulos, Figs. 184 y 185. Fic. 183 Fic. 184 | Lléveseles en seguida hacía abajo, plegándolos á la mitad de su altura, Fig. 186. : Me Fic. 185 Repléguense por dentro las dos puntas que que- dan abiertas, para dar más gracia á la cuna, Fig. 187. Fic. 186 - Fic. 187 Fic. 188 - COSMOS 135 Camisa Tómese de nuevo la fig. 180 de la jardinera, Tig. 188. Pléguense, para formar las mangas, dos de los lados, Fig. 189. | : 2, | Ii. MO Elévense los ángulos a, boy «sobre el centro, lo que da un cuadrado. Repléguese entonces la mi- : tad superior del cuadrado sobre la parte inferior F1G. 189 FrG. 190 para obtener la Fig. 195, Pantalón Levantando la parte inferior b de la figura pre- | cedente, sobre la parte superior a, se obtiene el pantalón, Fig. 190. ñ Silla Fic. 195 Cuando se quiere hacer la silla, basta despleyar. Desdóblese igualmente el otro lado del barco do- la parte inferior de la fig. 189 y llevarla adelan- | ble, y repléguese como se ba dicho arriba: se ob- te para formar el tercer pié, Fig. 191. tiene la caja de música, Fig. 196. Canasta Estírense los lados para obtener una caja, Fig. 197. Fi. 191 | d Péguese un «sa para acabar de formar /a ca- ES nasta, Fig. 198. Desplegando igualmente la parte superior «que forma el respaldo de la silla, se obtiene el cuarto pié de la mesa, Fig. 192. Fic. 192 Barco doble Espejo A A A h - Wuélvase á tomar la fia. 197 de la canasta y re- Inviértase la mesa, bájense Jos piés y el barco, A AS E > iS ¡pléguense sobre sí mismos dos lados de la caja, doble $e forma naturalmente, Fig. 195. | pS . S como lo indica la fig. 199. Caja de música Frc. 199 Desdoblese completamente uno de los lados del Llévense las partes e y d por debajo de la caja, bareo doble de la figura precedente, Fig. 194. [con objeto de reunirlas, Fig. 200. J 136 COSMOS que ese medio cuerpo ó esa cabeza apare- recen aislados en un escenario absolutamen- te vacío, distantes algunos metros del suelo, de las paredes ó del techo, produciendo la ilusión de una de esas cabezas de hule que se ven suspendidas de un hilo muy fino en Fic. 200 las Jugueterias; ¡Imagínese que está viva esa Apriétense fuertemente los lados para que se | e h ; cabeza y podrá uno darse cuenta de la 1lu- distingan el espejo y su marco, Fig. 201. y sión que resulta con la suerte del busto ais- lado y la sorpresa que causa en los espec-. tadores. : ENE En cuanto al busto, lo mismo puede ser el de Sócrates que el de Pierrot. Roberto '¡Houb1x, el autor, presentó el primero á sus |¡óvenes espectadores: y .en. una barraca de ¡feria, se exhibió el segundo, en provincia, E hace algunos años. Naturalmente, puede em- su ao AS 'plearse así una cabeza de clown como un A a A | busto de mujer. El busto aislado que repre- ¡senta nuestro grabado (Fig. 204) es el de Pierrot: un rostro blanco y vestidos también ¡blancos que reciben una gran cantidad de luz. sE Se distinguen perfectamente el piso, el | | l ¡fondo, los dos lados y el techo, que están | Estirense los lados ef, (Fig. 202) lo cual da la | cubiertos con un mismo tapiz: éste ha de góndola, Fig. 203. ¡ser de color neutro, gris ó moreno, para ¡que haga resaltar el rostro blanco. Puede ¡usarse también un lienzo rayado. El busto demuestra estar vivo: cuando es el de Pierrot, no: solamente hace lorribles la cual asegura que era éste un personaje mu- do-—cantando alguna jácara ó respondiendo muecas, sino que derrota á la tradición BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. , , Ad p ¡á las bromas y á las preguntas burlescas del (Continuara.) | - tas : payaso que le presenta el público. Cuando aparece el busto de Sócrates, es BES Ac UOSIIÉN ICO SE lun ateniense el que replica y el diálogo va ¡de acuerdo con la gravedad de los persona- EL BUSTO AISLADO UE AA, ¡Llama mucho la atención el efecto que se A Ñ L E ¡obtiene con este busto aislado: ese rostro En la suerte de la mujer viva, ó en las x : , $e: ¡blanco suspendido en el aire, que resalta, de los diversos decapitados parlantes que : Ss - , . . + [luminoso, sobre un fondo sombrío y que ya hemos descrito, el cuerpo de la mujer ó , _ E : aparece más cerca de los espectadores de lo la cabeza del decapitado reposan sobre una z e ; ; . [que está realmente, semeja una especie de mesa 6 sobre un plato, y por consecuencia E o Ñ a CE -. ¡espectro grotesco, de cuya vitalidad, sin em- están en relación con el piso por los piés ; bargo, no puede dudarse; esta mezcla de de la mesa, ó con el techo por las cadenas realidad y de fantasmagoría destruye por o) ¡completo las suposiciones del público, so- que á él sujetan el plato; pero supóngase 1. Concluye. Véase Cosmos, pp. 87 y 120. ¡bre todo del público que acude á las ferias, ) COSMOS acerca de los medios empleados para obte- | pejo PM debe formar con la línea del techo ner ese electo. MI/ un ángulo igual al que forma con la lí- La ilusión del busto aislado se debe á una nea del fondo M£ ó dicho de otra manera, combinación de espejos. la línea del espejo PM debe ser la bisec!riz El busto que se percibe es real y se le ve del ángulo /M£; pero en virtud del princi- directamente: pero el cuerpo está disimula- pio de óptica que recordamos ya al hablar do de la ma- de los espec- nera siguien- tros vivos: te: en nues- «un objeto tro dibujo ex- que se refleja plicativo, en en un espejo el que repre- aparece de- senta el corte trás de ese es- álolargo de la pejoá una dis- escena, Fig. 205, la línea PMres el cor- te deun gran tancia igual ad fa en que se separa»; cual- quier punto de la línea M/ alreflejarse espejo -esta- ñado, que partiendo. de en el espejo la linea de te- PM aparece- lón P sube rá situado en la línea ML. Así pues, para el espec- tador coloca- hasta la parte superior del fondo en MM. Este espejo tiene el ancho Fic. 204—Experiencia del busto aislado do en O, el de la.escena. punto e al re- Casi en la parte media presenta una abertu- ' fljarse en C” parecerá estar en el punto C, “apor la cual un:actor en traje de Pierrot, | siendo la distancia cC” igual á CC”. El pun- pasa la parte superior de su.cuerpo, el bus- to / al reflejarse en £L” parecerá ser £; y lo to, que los espectadores deben mirar: los mismo con todos los puntos intermedios. pliegues. del vestido El espectador cree- ocultan los bordes de rá ver, pues, la línea la abertura. ML, cuando en reali- El espejo divide, dad no ve mas que la reflexión de M/. O, ceo- mo acabamos de decir- pues, la escena en do s partes. casi iguales: una que es visible para lo, eréerá ver el fon. el público, es decir la G: /3 parte anterior; y otra do de la escena, cuan- do no percibe otra que le está oculta, ó cosa que la reflexión sea la en que se en- Fic. 205.—Diágrama explicativo del fenómeno del techo en el espejo. cuentra el cuerpo del De igual manera, la actor. Ahora bien, como el público. no se, da (reflexión de la parte anterior de éste, le pro- cuenta de esta separación cree ver directa- | ducirá la ilusión del piso de la escena. mente el piso y el fondo de la escena, cuan-) Es de notarse que el quidam que le con- do en realidad no ye más que la reflexión testa al busto puede encontrarse delante del del techo en el espejo. espejo, sin que su imagen se refleje hacia ara que se obtenga el resultado, él es- llos espectadores. Este hecho contribuye 4 aumentar la ilusión porque el público no se da cuenta de la diferencia que existe entre la disposición del lugar donde aparece el busto y la del lugar donde camina el que le habla. Siendo el busto aislado un espectáculo que para conservar su interés no ha de durar si- no algunos minutos y necesitando así mismo una instalación muy delicada y muy larga. conviene más á los gabinetes de Física y á las barracas de las ferias donde el público se renueva constantemente, que a los gran- des teatros; pero aún en éstos si las dispo- siciones están bien tomadas y el alumbrado bien arreglado, constituye una de las ilusio- nes de óptica más hermosas y más Intere- santes. / G. KenLus. (La Nature, 1883, I, pp. 367-368.) > FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES PORELMÉTODOINTERFERENCIAL: DE M. LipprmMawnN |! Aplicación.—¿Qué falta para hacer abso- lutamente usual el procedimiento fotocró- mico de M. LipPmMANN?. Disponer de aparatos que permitan la ex-| posición facil, en la cámara obscura, de pla- cas de grandes dimensiones: esta es una cuestión material que no embarazará á nin- guno de nuestros hábiles constructores. En- COSMOS ¡lamente la venida del rojo exige tiempos de ¡exposición tan largos; las otras partes del ¡espectro vienen en algunos minutos; y aún en algunos segundos el violeta y el azul. Algunas placas empleadas en ensayos re- cientes, han permitido reducir á cinco mi- nutos la exposición del rojo: éstos casi son tiempos de exposición normales. tan grande apariencia, del gelatino-bromuro de plata, Ademas, la sensibilidad, en no existe sino para los objetos azules ó vio- letas: la Fotografía ordinaria no da más que las partes azules ó violetas de los objetos que reproduce. La experiencia diaria esta alli para probarlo: los árboles vienen siem- pre, en todos los clisés ordinarios, en ne- gro sombrio, así como las praderas; los ama- rillos, que son sin embargo, tintes claros en la naturaleza, vienen en negro; los rojos, los bermejos, por escarlatas que sean, dan genes sombrias, absolutamente como si fuesen negros. Al contrario, los co- siempre imá ¡lores violetas y azules, naturalmente obscu- ros, sombrios y poco visibles, impresionan ¡vigorosamente las placas, y producen, sobre los clisés, partes blancas que dan una sen- sación contraria á la del objeto. ¿Quiere ésto decir que el gelatino-bromu- ro es impotente para impresionarse bajo la acción única de los rayos rojos? No. Es ¡siempre posible, si se trata de un objeto ¡rojo escarlata sobre fondo negro, obtener | ¡de este objeto, como es racional, una prue- contrar substancias más sensibles que las Co- | ha elara sobre fondo obscuro: pero será pre- nocidas hasta hoy, y que permitan por con- ciso para ésto, exposiciones de varias horas, siguiente reducir con grandes proporciones durante las cuales la placa deberá proteger- la duración de exposición, sobre todo para | se de la luz difusa actínica que contiene ra- el rojo, es un asunto difícil de resolver; yos azules. pero: no Iasolltioo. l , E : En este orden de ideas M. Lirpmann ha- 2 Basta neleninse á la historia de la Fotogra- | bía publicado desde 1889, un procedimiento Ha ordinaria [Pers as una verdadera revolu- | de Fotografía ortocromática, cuyas pruebas crón operada por el O que |figuraron en la Exposición de 1889 en los pes obtener E un centeno de segundo, l aparadores del Ministerio de Instrucción el clisé que hubiera exigido Eva el colodión Pública. Este procedimiento consiste en di- seco, diez minutos de exposición: es Pues vidir el tiempo de exposición en tres perio- un aumento de sensibilidad en la relación' de 60,000 á 1. Por o parte es preciso observar bien | objeto que se va á reproducir: algunos se- que, aún con las placas albuminadas 6 colo-' gundos bastan, interponiendo un vidrio azu? eenets empleadas pos Ml [usas 50! delante del objeto. En el segundo período, dos: en el primero, no se impresiona la pla- ca sino con los rayos violetas y azules del 1. Concluye. Véase Cosmos pp. 78—123. se pone delante del objetivo un vidrio per- de, que detiene los rayos azules: es necesario conceder varios minutos á esta exposición del verde, haciendo variar naturalmente la gún el brillo del objeto. En fin, en el tercero y último perio- duración de exposición se do, estando cubierto el objetivo con un vi- drio rojo que detiene completamente los rayos azules y verdes, se impresiona la placa por las partes rojas del objeto; pero esta última fase es muy larga; á menudo son necesarias varias horas para obtener una prueba sufi- ciente. Se ve, pues, por este ejemplo, que la Fotografía de los colores no es más lenta que la Fotografía común, cuando se exija á ésta ser fiel, es decir, que reproduzca las partes claras del objeto, comprendiendo las partes rojas. ] Se puede decir que desde hoy el método de M. LiprmMANN permite las reproducciones de vidrieras y de objetos muy iluminados, con un tiempo de exposición que no es na- da exagerado. Naturalmente, todas las pruebas obteni- das son sobre vidrio; pero se concibe facil- mente la posibilidad de desprender la capa de gelatina y transportarla sobre papel. Es- te transporte es hoy cosa familiar á los fo- tógrafos, y no ofrecerá ninguna dificultad práctica en manos ejercitadas: Causa de las faltas de éxito en las inves- tigaciones antiguas. —Abhora que M. Lrer- MANN ha hecho conocer la teoría de la re- producción fotográfica de los colores, es facil explicar por qué la notable experiencia de M. Ebmunvo BecouerreL no ha dado resulta- dos definitivos: en una palabra, por qué la prueba del espectro que había obtenido, no era susceptible de fijarse. Este sabio había constituido su capa sen- sible por medio de una capa de sub-cloru- ro de plata violeta, extendida en la cara pu- lida de una lámina reflectora de chapa de plata. En estas condiciones, los planos no- dales y los planos ventrales, que son el ór- gano mismo de la reproducción física de los colores, se producían en el espesor de esa capa, y el ojo tenía bien la sensación de los colores espectrales. Pero, si se coloca la placa impresionada en el hiposulfito de so- sa, destinado á fijar la imagen obtenida, las partes comprendidas entre los planos ven- COSMOS 139 trales, que eran los únicos activos, se di- solverán. Como estas partículas constituían el único soporte que mantiene los planos reflectores á distancia de una semi-longitud de onda, faltando este soporte, los planos reflectores se desplomaban unos sobre otros y desaparecía toda coloración: esto es lo que sucedía. Si ahora, en lugar de fijar la placa, se la expone de nuevo ¿ la luz del día, obra- rá ésta sobre las partes todavía sensibles que están situadas en el intervalo de los pla- nos ventrales y las impresionara á' su vez: toda la materia quedará, pues, alterada de una manera uniforme y la imagen desapáte- cerá también. En la experiencia de M. Lirpmana, al con- trario, la materia sensible “se impresiona en la masa de una substancia transparente: colodión, gelatina, albúmina, que le sipve de soporte. Esta substancia no se disuelve por el fijador, el cual no disuelve sino el cloruro no impresionado que aquella encie- rra: sirve, pues, de armazón al edificio de los planos paralelos reflectores, para mantener invariable la distancia que los separa y que es necesaria á la producción de los colores por medio de las interferencias. CONCLUSION Se puede decir que ahora la Fotografía ha franqueado la última etapa que le quedaba: la solución general del único problema que aun estaba por resolver, se ha encont vado y es definitiva, porque es científica y racional. En estas investigaciones, proseguidas duran- te tres años, nada ha quedado abandonado al azar: todo, al contrario, ha sido buscado en la vía de la experiencia por medio de un métudo esencialmente fisico. Asi, el éxito brillante obtenido por M. LippMaNN, es un triunfo para la Ciencia pura. ' Es también un triunfo para la Ciencia francesa, pues este modo de reproducción de los colores del espectro con ayuda de las láminas delgadas limitadas por planos de plata, constituye una materialización, reali- zada por un sabio francés, de esas ondas lu- minosas concebidas primeramente por el ge- nio poderoso de otro francés ilustre: AGus- TÍN FRESNEL. ALFONSO BERGET, APUNTES PARA LA HISTORIA | DE LA BALANZA EN MICA Y DE ALGUNOS OTROS APARATOS Y PROCEDIMIENTOS CIENTIFICOS | 1*,—Se conoce el problema de la corona | de Hierox, relativo al análisis de una liga! de oro y de plata por un método puramen- le físico. El rey había confiado á un plate- ro cierto peso de oro para fabricar una co- rona, Entregado el objeto, bajo una forma. artística, se sospechó un fraude. Se había. devuelto el mismo peso del metal, pero ¿er: oro? ¿Había sustituido el artista á una parte del oro, un metal menos precioso, la plata ó: el cobre, por ejemplo? Los antiguos poseían desde esa época, — por medio de la copelación, combinada con el empleo del azulre y de los sulfuros me- tálicos, ó bien con la cementación en pre-! sencia de las sales de hierro y del cloruro. de sodio —procedimientos propios para ana- lizar las ligas de oro y plomo, cobre y aún plata, Pero estos procedimientos exigían la re- fundición del metal, y por consiguiente, la destrucción del objeto de arte: analizar la liga sin alterar el objeto, parecía un proble- | ma irresoluble. Sin embargo, fué resuelto por Arquiímepes, y dió en cierto modo la: primera ilustración del principio célebre so-' bre que reposa la Hidrostática. En esta oca- sión fué, se dice, cuando el geómetra grie-; go pronunció la palabra tan conocida y re- petida Edonxx, «he encontrado.» Vrrruvio es el autor conocido, más anti- | guo, que expone detalladamente la solución, | tal como él la comprende. ! Según este au- | tor, ArquímeDES había introducido sucesiva-. mente pesos iguales de oro y plata en un: agua. Habría medido el agua derramada en los dos casos, no directamente, sino según la cantidad de vaso lleno completamente de agua que fuera preciso cchar de nuevo en el] vaso, para llenarlo exactamente, después de | haber sacado la masa metálica. Conociendo estas dos cantidades, así como el peso del agua: desalojada de la misma manera por un peso igual de la liga desconocida, Anquímeoes ha- bría concluido, por una regla que es facil! 1 De Architectura, L. IX, Ch. 3. COSMOS establecer. la proporción relativa de los dos metales en la liga, sin que fuese necesario destruir la corona, ni hacerle sufrir ningu- 'na alteración. i Ala verdad, ésto supone que la plata nada ¡más había sido empleada por el falsificador ide ovo. Pero cualquiera que sea el metal ¡sustituido, el método empleado sería siem- ¡pre eficaz para acusar el fraude, siendo “el oro, de todos los metales conocidos en su época, el que ocupa menor volumen bájo un peso dado: es, pues, el metal que desaloja ¿Menos agua, v todo exceso a este respecto acusa el fraude. Observemos aquí que el descubrimiento del platino y de los metales congéneres, más ¿densos que el oro, haría defectuoso este mé- todo, pues permite fabricar, ligando el pla- tino con un metal más ligero, ligas de la misma densidad que el oro, y los falsifica- dores modernos han empleado en efecto es- te procedimiento. Pero el platino era des- conocido por los antiguos. Sea lo que fuere, limitándonos á conside- “ar las ligas de oro y plata, el método ex- puesto por Vrrruvio es correcto en principio; con tal, bien entendido, de que se suponga ¡—lo que hacía implicitamente Arquímenes ¡—que no hay dilatación ni contracción, al ¡formarse la liga. Pero el procedimiento (i- sico que pone este método en práctica, es ¿de una exactitud mediana, porque el llenado de un vaso de boca grande, vaso necesario pa- ¡ra la inmersión de una corona es difícil de definir, y la medida de la cantidad de agua derramada en estas condiciones es poco pre- cisa, Esto es lo que GaLiro hizo observar con razón, | y presentó otro procedimiento me- nos grotesco, fundado en el empleo de la balanza hidrostática. Dijo que * este em- pleo respondía mejor al genio de Anquime- pEs, que sin duda debió usar algún artifi- cio análogo. ln la balanza hidrostática, en efecto, se determinan las pérdidas de pe- so de una masa metálica suspendida y pe- sada sucesivamente en el atre y en el agua, 1. Obras de GaLiLgo, edición de ArsErr, t. XI, p. 21; 1854. 2. La misma obra, t. XIV, p. 201.—BiLAxcerTa, Edición Nacional, t. [, p. 215; 1890, operación susceptible de muy grande pre- cisión. Esta suposición de GaLiLEO era más ver- dadera de lo que quizá creía él; á no ser que haya tenido conocimiento de los procedi- En electo, citaré pasajes que muestran que la ba- mientos de oficio que voy á recordar. lanza hidrostática se empleaba, para analizar una mezcla de la Edad de oro y plata, por los plateros Media, y que su procedimiento se remonta á la antigúedad. Citaré primero un texto perteneciente á la Edad Media, que da una expresión numéri- ca más aproximada que ninguna otra para la composición de la liga. Se encuentra en un tratado técnico, relativo á la Platería y á la Pintura, tratado intitulado Mappz clayicula. Poseemos de él varias copias: una, del si- glo XUL, ha sido publicada por Way en el tomo XXXII de la Archeología, colección de la Sociedad Arqueológica de Londres. COSMOS 4 141 te trozo, es preciso observar que la frac- ción indicada al principio: ¿+5 es la di- ferencia entre las pérdidas de peso, en el agua, de masas iguales de oro y plata. 1 kilogramo de oro, por ejemplo, per- derá según la densidad conocida del metal —(sea 19.26): 51%. 9 Y 1 kg. de plata perderá según la densidad ¡eomeaida del metal —(sea 10. 51) : 95%. 1. La diferencia es 43%. 2 Ahora bien, (5, +3) de 1 kg.==45%. 8. Los números son tan aproximados como po- | mw) 1 dría esperarse dados los procedimientos de purificación de los metales conocidos, en la Edad Media. La proporción relativa del oro y de la plata, | | en una liga sometida á la misma prue- ba, se calcula fácilmente: siendo y la pérdi- da de peso del oro, p” la de la plata, e” la de la liga, la fracción x del oro que encie- ¡rra será Voy á dar este pasaje entero, traducido á y pasa nuestra lengua. de la Archeología (t. XXXII, p. 225). Toda muestra de oro puro, cualquiera que sea su peso, es más densa que toda muestra de plata igual- | mente pura y del mismo peso, y ésto en la propor- ción de un veinticuatroavo más un docientoscua-| rentavo. Se puede probar como sigue: comparemos | bajo el agua una libra de oro puro con una libra de plata igualmente pura, y encontraremos que el oro pesa más que la plata, ó que ésta pesa menos que aquel once dineros, es decir, la veinticuatroava más la docientascuarentava parte de su peso. Y es la razón por qué, si teneís un objeto fabri- cado, en el cual el oro parezca mezclado con la pla- ta, y desecis saberla cantidad que tiene de oro y la cantidad de plata, tomad oro ó plata, bajo una ma- | sa igual; luego colocad un peso igual de uno ó del otro metal, lo mismo que la masa en cuestión (to- mada bajo el mismo peso) en la balanza, y sumer- gidla en el agua. Si la masa es de plata, se levan- tará, en tanto que el oro se inclinará; habiéndose bajado el lado del oro la misma cantidad que se ha elevado el de la plata. Con el objeto mismo, pesa- do bajo el agua, todo aumento de peso (con rela- ción á la plata) pertenece al oro; (con relación al oro) debe corresponder á la plata, Y para hacernos entender mejor, debeis considerar que bajo la relación del exceso de peso del oro, como el de ligereza de la plata, once dineros repre- | sentan una libra, así como se ha dicho más arriba. El empleo del método hidrostático está: descrito aquí con mucha claridad. Para en-| tender con toda exactitud el sentido de Cerresponde al núm. 194 toda disminución | (CO 9 '—y es lo que el autor expresa por once ¡dineros para una libra. Para comprender | ¡es ta expresión, conviene saber que el au- ¡tor usa libra de doce onzas, valiendo cada onza veinte dineros; once dineros haeen, pues, precisamente ¿-+;,, del peso de la.ma- 57 sa metálica puesta en experiencia. Este procedimiento de análisis de las li- ¡gas de oro y plata por medio de la balanza hidrostática, estaba muy extendido entre los plateros de la Edad Media, pues se encuen» tra el mismo texto en un manuscrito del siglo XII, que contiene un tratado técnico muy conocido, Cap. : nos exactas en cuanto á los valores numé>- el de Eraciio (Libro III, 23); pero con variantes un poco me- 1 0 ricos. El autor indica la fracción ;, (es de- cir 50%. en lugar de 45%. 8) para repre- sentar el exceso de la pérdida de peso de- 'bida al oro 12 dineros como número característico. Aho- sobre el de la plata, y el valor ra bien, estas variantes numéricas existen, así como el texto mismo, según lo he com- probado en el manuscrito latino 12,292 de 1. Se desprecia la pérdida de peso en el aire, que no afectaría sino á Ja última decimal. la Bibloteca Nacional de Paris, l en el pri- mer folio escrito en el siglo X. El pasaje de la Mappe Clayicula es, pues, el más exacto y probablemente el que res- ponde á la más vieja tradicción, que debe ser la más precisa. Hácia los siglos X ó6 XII no se les ocurría ni tenían posibilidad de rectificar los datos transmitidos por los sa- bios de la antigitedad. Algunos modernos, principalmente el edi- tor del Tratado de Eraciio en los Quellen- schriften fur Kunstgeschichte und Kunsttech- nik des Mittelalters (Viena. 1873, p. 141), han pensado que el procedimiento descrito por el autor no se ha transmitido directa- mente desde la antigúedad, sino que ha ve- nido á Europa, como tantos otros resultados cientificos, por conducto de los árabes. Se sabe que los árabes mismos no han hecho, en materia de Física y de Matemáticas, más que que traducir á los sabios griegos. Parece probable, según ésto, que la balanza hidros- tática viene de los griegos, si es que no de ARQUÍMEDES mismo. Añadiré que la indicación del procedimien- to en los manuscritos del siglo X, es decir, anteriores á la influencia árabe, demuestra que se había conservado en Occidente por una transmisión técnica directa y no inte- rrumpida. Que la balanza hidrostática se remonta á la antigúedad clásica, lo demuestra efectiva- mente la lectura de un pequeño poema lati- no sobre los pesos y medidas, atribuido por a O. Remnio Fannio PaLemo. ste poema, escrito en tiem- unos a Prisciano y por otros po del Imperio Romano, hacia los siglos IV ó V de nuestra era, ha sido publicado en los Poeta latini minoris. El empleo de la balan- za hidrostática para resolver el problema de la corona, se describe allí ¿mpliamente y se atribuye á Arquimees (HuLrscu, Metrol. reliquize, t. IL, p. 95). La diferencia entre las pérdidas de peso en el agua, de una onza de oro y de plata, está fijada en este poema en tres dracmas, es decir, en z,, aceptando la valuación de la libra ática en 75 dracmas, según los versos anteriores del mismo poema. Esta fracción 1 Ancien Fonds Saint Germain 852, COSMOS es un poco inferior, según lo que precede, pero siempre se aproxima á la verdad. En resumen, el empleo de la balanza hi- drostática para analizar las ligas de oro y plata, reposa en una tradición cierta, ates- tiguada por pasajes auténticos y transmitidos á la Edad Media desde el tiempo de los grie- gos y de los romanos. 2"—El mismo poema latino, contemporá- neo del Imperio Romano, contiene la des- cripción del areómetro, instrumento del que habla también detalladamente Siwesto, en una Carta á Hiparía, publicada en sus obras. 3—En fin, el poema sobre pesos y medi- das expone un procedimiento para determi- nar la composición de un objeto formado con una liga de oro y plata, según su peso y el de un volumen igual de cera, medidos di- rectamente: lo que es todavía más notable. El procedimiento consiste en tomar desde luego los pesos de un mismo volumen de oro, de plata y de cera, y después el peso del objeto y el peso de una reproducción de ¡cera, ejecutada por medio del mismo objeto. | La comparación de estos diversos datos per- mite calcular la proporción relativa del oro + . . . . y la plata, en la liga arriba indicada. Este procedimiento se deriva evidentemen- te de la práctica de los plateros de vaciar sus | plezas en cera, perdida hoy y de la cual voy . á hablar ahora. 4'—Se observará que, en los procedimien- tos anteriores, no se calculan las densidades propiamente dichas de los metales, si bien las experiencias suministran todos los datos necesarios. La densidad es una noción abs- tracta, que hasta muy tarde ha venido á acla- rarse y definirse completamente. Sin embar- go, las relaciones numéricas entre las den- sidades de los metales eran conocidas de hecho, al menos aproximadamente; pues re- sultan de una receta señalada en un manus- erito de la Mappe clavicula, que existía en Schlestadt, escrita en el siglo X. M. Giry, que la ha descubierto y cotejado, tuvo á bien comunicarme su cotejo; ha encontrado dos transcripciones de la receta que voy á dar. Esta receta me parece, lo repito, que se re- fiere al moldeo de objetos de cera, práctica ¡olvidada hoy, é indica los pesos relativos de los metales susceptibles de reemplazar en el molde, un peso dado de cera. Yo he encon- trado un pasaje análogo en el manuscrito latino 12,292, manuscrito del siglo X ya ci- tado (p. 480), pasaje que allí figura bajo el título: De mensura cere et metalli in operibus fu- silibus: «De la medida de la cera y del me- tal en las obras ejecutadas por fusión ». En la fusión, he aquí los pesos de caza metal que | deben corresponder al peso de la cera. * l onza de cera (20 dineros) es reem- plazada durante la fusión por 8 onzas y 16 dineros de bronce ?*.... 176 9 onzas y 3 dineros de cobre ?...... 185 T onzas y 17 dineros de estaño...... 157 10 onzas y 12 dineros de plata....... 212 1 libra y 6 dineros de plomo........ 246 1 libra, 7 onzas y 8 dineros de oro *. 388 se admite para la densidad de la cera el valor conocido 0,96, las cifras que ante- ceden, darían para los metales, las densida- des siguientes: Bronce........ OS O UNA 8,4 COLT a tao 8,8 ENA aas 1,0 Is e car 10,2 AN o NERO MOSSOS 11,5 Dane 18,6 ¿stas cifras se acercan bastante á las den- sidades de los metales puros, tales como hoy sabemos prepararlos. Se referirían á los me- tales solidificados, más bien que los á meta- les en fusión; pero las condiciones del moldeo son muy complicadas para permitir acercar más, semejantes aproximaciones. 5%,—He tomado esta relación para recor- dar un nuevo texto relativo al origen del nombre del bronce, texto más decisivo aun que los precedentes que he sañalado. ? Yo había referido este nombre al de la ciudad de Brundusium habiendo hecho Brundustum lo mismo que es Cyprium, cobre. Sin vol- ver á las pruebas que habia dado, diré hoy 1 En varios de estos pasajes, después de haber dado los pesos de las materias que reemplazan á una onza de cera, el autor ha creído necesario presentar una segunda tabla en que da los pesos que reempla- zan á una libra de cera; pesos proporcionales á los | precedentes. 2 Eris albe, ms. 12,292. 3 Lris Cypril, ms. 12,292. 4 19 onzas y 9 dineros en uno de los pasajes: lo que corresponde á oro un poco más fino. 5 Introd. a U'étude de la Chimie des anciens, pp. COSMOS 143 | que se leen, efectivamente, en una receta de amalgama de la Mappe clavicula (Num. 89), las palabars: Brundisini speculi tusi et cri- ¡bellati; es decir «Metal para espejos de Brin- ¡des, molido y cribado.» Se trata, pues, del metal que servía para fabricar aquellos es- pejos de Brindes, de que nos habla Primo en dos lugares, | y que me parecen el ori- gen del nombre moderno del bronce. Pero yo he tratado esta cuestión más am- ¡pliamente en la Revue archéologique (1891), a la cual remito al lector. 6. clayicula la descripción de una invención Se encuentra también en la Mappe menos importante, pero que no carece de interés ni de aplicación, la del sistema de circulos concéntricos, llamado de CaArDan; sistema muy conocido, con ayuda del cual un objeto colocado en el centro, conserva una posición invariable, cualesquiera que sean los movimientos impresos al sistema. Pues bien, éste era conocido en el si- glo XII, porque figura en la Mappe clasi- cula, entre una serie de recetas de magia 6 prestidigitación, profesiones ejercidas enton- ces por los mismos individuos. He aquí en qué términos: Sean cuatro circulos concéntricos, que se desli- cenlosunos sobrelos otros, por una disposición con- veniente de sus diámetros; si se suspende un vaso en el interior, de cualquier modo que se les voltee, nada se derramará. No es dudoso que en los procedimientos secretos de la magia, á la que no era extra- ño, haya encontrado CARDAN su invención, que es probable se remonte hasta los físi- cos griegos. Según una carta que M. Le Myxrk oe Vi- LERSs me ha hecho el honor de escribirme, la suspensión á la Caran se ha empleado igualmente en el extremo de Asia, probable- mente desde tiempo inmemorial, pues los chinos no cambian sus procedimientos: sin embargo este punto exigiría nuevas luces. 7%.—Es oportuno recordar aquí que el principio del maromero chino, es decir, el ¡empleo del mercurio en un cuerpo hueco | cuya presencia desaloja el centro de grave- dad durante la serie de movimientos que io en contacto de un soporte sólido, era | A e 5 ¡ 1 La misma cita, p, 279, 144 ya conocido y utilizado por los saltimban- quis de la antigiedad, como lo atestigua un pasaje de FiLipo, autor cómico, citado por ARISTÓTELES !. 8”.— Hago observar, por fin, que he de- mostrado en la presente Compilación ?, la filiación an'igua de algunas recetas de la Mappe Clayicula, sacadas del estudio de las ligas metálicas y congéneres. En efecto, va- rios artículos que las describen, están tradu- cidos palabra por palabra de los textos grie- | gos contenidos en el papiro egipcio de Lei | de y otros artículos están traducidos de un modo semejante de algunos textos, pertene- cientes á los más viejos alquimistas grieg que yo he publicado. Esto prueba una trans- misión directa de los conocimientos téeni-: cos de la antigiedad, por la vía de los pro-= cedimientos tradicionales en los talleres de Egipto á Italia y de la época del Imperio Romano hasta el corazón de la Edad Me- dia. BeErTHELOT. (Del Instituto de Francia). ¡Annales de Chimie et de Physique, 1891, pp. 47 y 485). - LA CIENCIA DIVERTIDA EQUILIBRIO DE UN PLATO El cucharón, modesto emblema de las co- ñ cineras, nos ha servido para ejecutar dos curiosas experiencias de equilibrio, que pa- | recen contrariar las leves de la gravedad. Fic. 206 Anexémosle á su hermana la espumadera y estos dos utensilios reunidos nos permitirán colocar la orilla de un plato invertido so- 1 Introduction a la chimie des anciens, p. 257. 2 63 serie, Tomo XXII, p. 145. COSMOS DOS, | ] bre el borde de un vaso ó la boca de un botellón, en donde se mantendrá en equili- brio estable. Enganchad el cucharón en la orilla del plato interponiendo una rodajita de corcho, (una rebanada de tapón) de manera de evi- tar, por medio de la presión así producida, el que pueda oscilar á derecha ó izquierda el cucharón. Golocad el plato sobre el bo- ¡tellón con la mano izquierda, enganchad con ¡la derecha la espumadera y después de al- cunos tanteos, haciendo avanzar ó retroce- | S ¡der el plato, encontraréis el punto en que ¡permanecerá en equilibrio. EL HUEVO PARADO SOBRE LA BOTELLA Clavad en dos lados opuestos de un ta- 1 ¡pón, dos tenedores de igual peso; ahuecad ¡ligeramente, la extremidad inferior de di- ¡cho tapón, de manera que se aplique exac- tamente en uno de los vértices del huevo; colocad el otro extremo enel borde de una botella, pero teniéndolo muy derecho, y des- pués de algunos tanteos, os convenceréis ¡de que el conjunto permanece en. equilibrio lá causa de haber bajado el centro.de grave- dad. SNE os ES y e, ñ A z Pou Trr. £C.OSMOS*s Lámina 10% Tomo | K, FerrarI Pérez, For. FoTOCOLOGRAFIA DEL COSMOS GRUTA CARLOS PACHECO (CERCA DE CACAHUAMILPA) EL MONJE REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS => RATAS IA NT Director PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo Í ] TacunaYa, D. F., 15 be Mayo pe 1892 Núm. 10 e ENSAYO DE APLICACION DEL MEYODO LOGICO AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECIO DE UN APARATO PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE LOS VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA? EL ANEMODINAMÓMETZ20 COMO APAPATO DE DETERMINACIÓN EXPEZIMENTAL DE LOS VALORES PARCIALES (m, a, a, e, p) DE QUE SE COMPONE LA RESISTENCIA 43. Deseripcióon.—En esta nueva aplica-| ción como en la precedente (2* experiencia del 2% método) el anemodinamómetro debe| tener una gran precisión y una gran sensi- bilidad. Las principales modificaciones que se le han de hacer sufrir para la presente aplicación, son las siguientes: El tubo de escape adaptado al ventilador manométrico Á es aquí más pequeño que en la Fig. 160 y esti desprovisto del hilo inte- rior (Fig. 208). Un segundo ventilador absolutamente idén- tico al ventilador A y colocado en frente de éste, tiene por objeto sustituir al viento pro- piamente dicho, una corriente artificial cuya intensidad se puede variar á voluntad por medio del peso adicional K. Hemos emplea- do ya, por otra parte, esta disposición en la primera experiencia del 2% método ($ 41). El mismo soporte de metal fundido OS de la Fig. 160 lleva además un marco OIPS de metal fundido también que sirve par sus- pender el fiel 4G. Las modificaciones hechas al fiel son poco más ó menos las mismas que las que hacen de una balanza corriente, una balanza de sensibilidad y precisión; no nos ocuparemos, por otra parte, de estos de- talles que pertenecen sobre todo al dominio de la construcción. 1. Continúa. Véase Cosmos pp. 81 y 129. ¿n lugar de una sola placa, ó para expresar- nos en términos más generales, de un solo. cuerpo P (Fig. 160) tenemos ahora dos, P y P” (Fig. 208) fijos en las extremidades de una. ligera varilla de acero d'e”. Esta varilla de ace- ro forma parte de un marco muy ligero d'dee” | z A tambien de acero. Un travesaño // asegura la invariabilidad de forma del sistema. La varilla dese prolonga de cada lado, detal manera que sea In" 6 Hii=ee' 6 dd"; leva? en sus extremidades dos platillos m y n. Se ve en /la sección del cuchillo de suspen- sión del fiel. Dos pequeños agujeros oblon- g'os, perforados en el sentido de la longitud so- bre la varilla 77, dan paso á las varillas dd' y; ¡ee” y permiten las libres oscilaciones del fiel.. Finalmente, una aguja larga y muy ligera bg cuya punta está dirigida hacia el suelo, com-: pleta el conjunto de los órganos que desig-. namos bajo el nombre genérico de fiel. Como la mesa OS está nivelada conve- nientemente por medio de tornillos que, pa- ra el efecto, están colocados en los piés, la. aguja DG del fiel tiene que estar rigurosa- mente vertical, y las varillas de y d'e*, soli- darias en sus movimientos, deben ser hori- zontales. Además, la varilla d'e” debe estar colocada en la dirección del eje de figura de los tubos de escape; finalmente, se coloca en el suelo otra aguja Q, lastrada en su base, y cuya punta coincide exactamente con la de la gran aguja del fiel. Describiremos á medida que la necesidad se haga sentir, en el curso de la experiencia, los organos de este aparato que se podría llamar anemodinamómetro diferencial, por las razones que se verán más adelante. Al accionar los dos ventiladores sobre los cuales se han colocado los pesos iguales KK, las dos fuerzas opuestas deben equilibrarse siempre y la coincidencia de las agujas debe por lo tanto persistir; mas aun, la igual- dad de presión en los manómetros no de- jara de tener lugar si uno y otro están cons- truidos y graduados idénticamente, Pasemos, en fin, á la determinación expe- vimental de los valores parciales (1, s, a, e v:p) de la resistencia total A, determinación respecto de la cual hemos hecho va algunas | consideraciones generales (p. 101), 44. Definición de los poderes.—Hemos de- signado bajo el nombre de poderes los va- lores precitados ó circunstancias de varia- ción de la resistencia total, porque en efecto vada uno de estos valores representa una parte del poder pasivo total A, estando for- mado en realidad este último valor por el conjunto de las diversas circunstancias de forma, estado de la superficie, inclinación, etc., propias á cada cuerpo en particular, es decir que R==m+s+a+e+p. Dentro de poco daremos la definición de los poderes parciales de que se compone el poder pasivo, resistente, total de los cuerpos. Cuando tratemos cada uno de los poderes en particular se comprenderá mejor la ra- zón de las definiciones respectivas. Se llama: la longitud de sus períme ep s SN AN tros 6 márgenes; la propiedad que tienen las | el estado de unión, de pu. Y + superficial | superficies ó los cuerpos de limento 6 de lisura de | presentar 4 la sección del la superficie; E viento una resistencia pa- | el ángulo constante d varía. 1 AS siva más 0 menos grande ble que forman con la direción del viento; su extensión ó Arca; | au peso, serán extensional ponderal 45. Variación de circunstancias.—la ven- taja que presenta el aparato de poder apli- carse de diversas maneras al estudio de un mismo caso, 6 para decirlo mejor, de repe- tir la misma experiencia en condiciones di- lerentes, nos permitirá emplear el procedi- miento que la Lógica inductiva llama paria- ción de las circunstancias. Podemos operar, sea con uno de los ven- tiladores, sea con los dos. Si empleamos uno, la experiencia puede hacerse de dos maneras: con presión manométrica constan- te y con peso variable del fiel, ó bien, á la COSMOS ES Y Inversa, con peso constante y con presión variable. PODER MARGINAL m EL poder marginal se divide en poder marginal curvilineo, en poder marginal rec- tilineo y en poder marginal anguloso. 46. Contornos curvilíneos,—1* Experien- ¡cila.—Determinación completa de R=l-u. Tomemos desde luego un solo ventilador, A por ejemplo, Y OPEREMOS CON PRESIÓN CONS= TANTE SOBRE EL MANÓMETRO DE ESE VENTILA= [DOR Y CON PESO N VARIABLE DEL FIEL mn”, Comencemos por el estudio de la influen- ¡cia de los cambios de forma (m), es decir, lla influencia que los cambios de figura en ¡las superficies planas ejercen sobre la resis- tencia pasiva que estas superficies presentan | | al viento. Veremos más adelante que el es- ¡tudio de las superficies curvas queda com- ¡prendido en el caso de la inclinación. Dijimos ya que era esencial en el estudio ¡de los diversos elementos que influyen sobre la resistencia total que los cuerpos ofrecen al aire, operar siempre en las mismas con- ¡diciones de presión ó de fuerza del viento [y no hacer variar entre eslos diversos ele- mentos más que á aquel cuya influencia se quiere determinar; además es necesario, como ¡vamos á verlo, que se hagan metódicamente los cambios que sufre el elemento al cual se estudia. Tomemos, para el estudio del elemento »», ¡una serie de placas de metal cuyas condicio- nes de pulimento, de área y de peso, sean ¡idénticas y á las cuales daremos la misma inclinación con respecto al eje de figura del tubo de escape, es decir, á la dirección del viento. Estas placas no difieren entre si sino ¡por la figura que afectan; pueden fijarse su- |cesivamente por su cara posterior y por el ¡punto que corresponde á su centro de figura, ¡en una de las extremidades 2 6 2 de la va- 'rilla del fiel que llamaremos varilla porta- objeto. (En el caso presente, la extremidad le de esta varilla es la que utilizaremos.) Cada placa se fija sólidamente en la extre- ¡midad «+ del porta-objeto, apretando un bo- ltón e que desempeña el doble papel de tuer- ¡ca y de contra-tuerca (Fig. 208). De esta | suerte, las placas forman un ángulo constan- ¡te de 90% con la dirección del viento. En la 1 208 [ESSE Fic. extremidad opuesta, z, de la varilla porta-¡en cuestión, placas de igual área, pero de objeto, se coloca una esferita de metal, lle- | formas más ó menos alargadas sin que éstas na, y que tenga un peso igual al de la placa, | dejen de estar comprendidas enteramente en á fin de que el fiel permanezca horizontal. |la sección del tubo, y, por consecuencia, de Supongamos que la placa en experiencia P | recibir la corriente de aire en todasu exten- (Fig. 208) sea un disco circular. "sión. Debe ponerse mucho cuidado en que el| Si en estas condiciones se aprieta el bo- área de este disco sea inferior á la sección |tón z, al obrar libremente entonces la acción del tubo de escape T; no es inútil tomar es- | de la gravedad sobre los pesos K, pondrá en ta precaución que nos permitirá substituir, movimiento al mecanismo de reloj y, por lo dentro de un momento, á la placa circular|tanto, al ventilador. Il viento vendrá á he- 148S CO ) riv la placa que comenzará á desalojarse en dirección de la flecha para alcanzar su des-| viación máxima cuando la fuerza del viento se haya vuelto constante. Entonces, se deja- rá caer poco á poco limadura de hierro en el platillo 2 hasta que se restablezca el equí- | librio del fiel en el punto de coincidencia de| las agujas Gy OQ y se podrá en este momen- lo expresar numericamente la fórmula gene-! ral: I=R— u. lin efecto, se tendrá: /, intensidad ó pre- sión indicada por el manómetro; u, trabajo de movimiento del viento ó trabajo util, re- presentado por el peso de la limadura de hierro, necesario para hacer volver á la pla: ca P.á su posición primera de equilibrio 1; linalmente, Ri ó la resistencia, será la dife- rencia entre la presión manométrica y el pe- so de la limadura, puesto que ik =/—u. Por consecuencia, el anemodinamómetro determina el valor exacto de todos los e'e-| mentos de que se compone el estudio de la $ 35). 2% experiencia.— "Tomemos nota del núme- resistencia del aire ( ro de gramos y de fracciones de gramo que representan el trabajo util u y prosigamos la experiencia reemplazando la placa circu- lar con una placa ligeramente elíptica. Pro- cediendo así, desde luego, por grados poco sensibles, se reunirá un mayor número de| elementos de comparación. Esta nueva experiencia que debe natural- mente hacerse de la misma manera y con la misma presión manométrica que la prece- dente nos dará á conocer si el peso de la! limadura de hierro que colocamos en el pla-+|- tillo es el mismo en uno y otro caso, ó si es diferente. Nosotros creemos que este peso debe ser menor para un plano elíptico que para un plano circular, basándonos para ésto en las ob- servaciones de M. Marey relativas á las pér- didas marginales ó diminución de la resis- tencia total en los bordes de los discos, di- | minución que es relativamente mayor cada L Para determinar el peso de la limadura, se sus- penderá la acción del viento y se restablecerá la ho- rizontalidad del fiel por medio de pesos marcados y colocados en el otro platillo, como en una balanza común; o SMOS vez que las superficies son más pequeñas, porque entonces sus bordes tienen relativa- mente una extensión más grande. ' Pérdida marginal. —De que el perímetro de un plano circular sea más pequeño que el perímetro de un plano elíptico, de igual su- | e Z perficie, parece deber resultar que la resis- ¡tencia util será más pequeña para éste que para aquél. La experiencia presentara, pues, dos ven- tajas, a saber: Primera ventaja: La diferencia de peso ¡comprobada entre el primer caso y el segun- do, el ] marginal. será valor exacto de la pérdida Sccunda ventaja: La pérdida ó diminución marginal de la presión en una superficie no ¡se conocerá solamente con relación á una ¡superficie más grande 6 más pequeña; que- ¡dará determinada exactamente para. super- ¡ficies Ó áreas iguales entre sí, ¡que sean sus perímetros 0 cualesquiera la longitud de sus ¡ bordes. Llamaremos en lo de adelante, resistencia y pasiva marginal, á la pérdida ó diminución ¡de presión de que acabamos de hablar. Experiencias sucesivas.-—Manera de esta- ¡blecer la ley del poder marginal cursilíneo. —Para darnos perfecta cuenta de esta re- sistencia, repitamos la experiencia anterior con una tercera placa, después con una ¡cuarta, luego con una quinta, etc., todas AOS pero de forma siempre más alar- gada, teniendo cuidado de anotar cada vez lel peso de la limadura de hierro con la cual es necesario cargar el platillo. Aún convendría operar con placas cuyos perimetros, conocidos de antemano, tuvieran ¡entre si relaciones en progresión aritmética, ¡por ejemplo. La comparación de estos pe- rímetros con los números que representan las diferencias de peso de la limadura entre los diversos casos, permitiría sin duda for- mular la ley de aumento de la resistencia ¡Pasion marginal de una misma superficie se- ¡gun el crecimiento del perímetro. 47.—Contornos rectilíneos y angulosos.— Manera de establecer los poderes margina- les correspondientes. —No hemos hablado hasta ahora más que de las superficies de contornos curvilíneos. Al experimentar siém- COSMOS 40) | pre con placas de igual extensión ó área! 2 , . . | y pulidas á un mismo grado que las prime- “as; pero cuyos contornos fueran triangu-| lares, cuadrangulares, etc., y al estable- | cer la comparación entre los aumentos de la resistencia pasiva marginal de vada una de estas placas entre sí, se determina cierta- | mente la influencia relativa de cada una de. ¡ Í ll I estas categorías de contornos curvilineos y! rectilineos, así como la influencia de los con-. tornos angulosos. Un cuadrado y diversos | rectángulos indicarían la variación corres. pondiente al crecimiento del contorno rec-| tilíneo sin aumento de angulos. Diversos! poligonos cóncavos regulares, escogidos con- | venientemente, y con un número de lados cada vez más grande, harán conocer la in- fluencia de los ángulos. 1 3 : a 9 a Se ve que el estudio del elemento 2, es decir, de la figura de las superficies planas, reduce en realidad se al estudio de los contornos 6 márgenes de estas superficies. : Hemos empleado desde el principio para designar el elemento m el nombre general de figura; las expresiones perímelro, mar- gen y contorno completan la idéa de la no-. ción m como elemento parcial de la resis- tencia total; pero se comprende fácilmente, “después del estudio que acabamos de hacer de esta noción, que la expresión más apro- piada y más general es la de poder margi- nal. 49. —E.uperimentación con peso constan. y con presión variable.—Después de que las experiencias hayan sido hechas así con un solo ventilador á presión constante y con: pesos variables, se las repetirá sin modificar en nada el peso de la limadura; pero hacien- do variar para cada uno de los casos la pre- sión manométrica. Lo que hemos dicho an- teriormente basta para establecer la marcha o to) rrespondiente. que ha de se uirse en la experimentación co: 1 Este estudio arrojará quizá alguna luz sobre mu- chos hechos, principalmente sobre aquellos que se refieren á la forma y á los contornos de las plumas ' y de las alas de los pájaros, porque las grandes resistencias pasivas marginales que se producen en- tee los bordes de las grandes plumas consecutivas del ala, cuando ésta se inclina, constituyen acaso la explicación de la debil resistencia que se opone al: movimiento del ala durante su periodo de cleva- ción. 49.—Experiencia por medio de dos venti- ladores idénticos. —Finalmente, se podran comprobar los resultados obtenidos emplean- do dos ventiladores 4 y 4 Fig. 208. In este caso, se colocará en cada parte de la ¡experiencia la primera placa 6 placa-tipo, en una de las extremidades de la varilla porta-ob- ¡¡eto y todas las demás placas sucesivamente len la extremidad opuesta. Se vigilará con ¡cuidado, entiéndase bien, que la presión ejer- cida sobre la placa-tipo sea siempre uniforme y, de esta manera, las diferencias de presión ¡indicadas por los dos manómetros, repre- sentarán el valor de las resistencias pasivas margina!es. Se ve, pues, que el nombre de anemodi- namómetro diferencial puede darse, en efee- to, al aparato que hemos descrito, cuando se le aplica al estudio de los valores parciales de la resistencia total. 50.—Ventajas propias de cada método e.- perimental.—Es tan importante. como ven- tajoso hacer la experiencia de diferentes ma- neras; además de que ésto permite estudiar la correlatividad de acción que existe en- tre cada una de ellas y seguir, por decirlo asi, paso ád paso, el juego de los elementos Lu y R, que constituyen la fórmula li=l=W) ¡cada una de las maneras que hemos indica- ¿do tiene ventajas propias: la primera es más precisa, la segunda es menos laboriosa (pues- to que no hay que pesar) y la tercera, final- mente, establece por si misma la comparta ¡CiÓn. Acustís M. CHávez. (Coutinuara.) A — ATA EL MAGNETISMO DEL OXIGENO Se sabe, desde Fanavar, que el oxigeno es un gas magnético. Ev. BecouereL ha de- ¡mostrado que en nuestra atmóslera es 2,660 gnético que el hierro; de donde esta inducción: si el enfriamento, la veces menos mi presión, el cambio de estado, no modifican su magnetismo, el oxigeno liquido debe, a ¿masa igual, mostrarse mas magnético que el hierro. M. Dewar hizo recientemente, acerca de 150 OSMOS esta cuestión, una experiencia tan sencilla como notable: colocó entre los polos del gran electro-imán de Farapay, una cápsula de sal gema que contenía oxigeno liquido; este lí- quido, expuesto á la presión común de la atmósfera, se encontraba pues, 4 —181* € No mojando la pared de sal gema, estaba al estado esferoidal. l rriente atravesó el solenoide, el oxigeno se levantó bruscamente y se dirigió á los po- los, donde permaneció suspendido hasta completa evaporación. Este resultado es fecundo en consecuencias, pues ha he-!9 cho algo más que acusar, bajo una for-!' - Tan pronto como la co-; lo menos doce centimetros por lado, dividido en 30 tiras bien paralelas. Esta hoja se llama urdimbre; 20 Una serie de tiras pequeñas, de la misma an- chura que las de la urdimbre, pero siempre de co- lor diferente; es la trama; 30 Una varilla de madera (15 em. por 1 em. de anchura y */, cm. de espesor) Y á facilitar El paso de las tiras. ' Los maestros pueden cortar el papeln necesario para todos los ejercicios que siguen; pero es pre- ferible comprar las. urdimbres y las tiritas ya pre- paradas. ¡ Mito 113% Estas deben juntarse á medida que se las en- trelazan, si se quiere obtener un tejido muy re- gular y sólido. (Fig. 209.) : Cuando se deseen conservar los sio termi- ¡ nados, se pegarán por el contorno solamente, sobre ma extremadamente sensible la propiedad! una hoja de papel cualquiera. magn ética que ya se le conocía: nos demuestra por primera vez la conti- nuación de esta propie- dad desde el estado ga- seoso hasta el estado lí- quido, lo que induce á considerarlo como atómi- co. Hay en és- to, sl nó una idea entera- mente nue- va, por lo menos, el primer paso hacia la: solución del problema. EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 SEGUNDA SERIE TEJIDO 1.—ÚTILES Y MATERIA PRIMA Los niños deberán tener para todos los ejerci- | cios de tejido: 10 Una hoja de papel coloreado que tenga por 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 133. 1 | 1! ¡ 1 | 1 | Es muy im- portante esco- ger conve- nienteméente los colores-pa- ra obtener un conju nto de aspecto agra- dable. - En general, los fondos gris, azul-cla- ro, verde-cla- ro, salmón, madera, se ar- -monizan bien - con los mati- - ces A A- zul marino, a ul celeste, ro- jo amapola, rojo solferino, vermellón, madera vieja, obscuros, ete. ABREVIATURAS a significa.........- arriba; d A O debajo. Ejercicios de tejido But E AS la Linea. 1d, la y asi sucesivamente. 2 la, 1d, id. 3a —,- Comoenla primera. DE Cómo en la segunda. Fic. 211 la Línea. 1d, la, y asi sucesivamente. AS la, 1d, id. 3. 1d, la, id. da Como en la tercera línea - - Estas cuatro primeras tiras constituyen el dibu- jo que se repite hasta el fin. 1 E Ja Ca Linea. "” " Fic, 212 da, 3d, ete. la, 1d, etc, Como en la la línea, 2d, 3a, etc. 1d, la, etc. Como en la de línea. Vuélvas: á tomar como en lg 12 - linea, 12 6 a su Linca. ” "” Fic, 213 la, 1d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d. 2d, la, 7d, la, 7d, la, ld, Como en la y] rimera. 1d, la, ete. la, 3d, ete. 3d, 3a, 5d, 3a, Hd. Como en la ¿9 y €n la áz. Estas ocho líneas constituyen el dibujo, li Linea, Gu ” " ” " Linea. ” añ0 on Fic, 214 la, 2d, 2a, 1d, 2a, la, 2d, 2a, 1d, 2a, 2d, 2a, 3d, 2a, 3d, 3d,2a, 1d. 1d, 2a, 2d, la, 2d; 1d, 2a, 2d, la, 2d, la, 3d, 3a, 3d, la, 3d, Ba, 3d. 3d, 2a, 1d, 2a, ód, 2a, 1d, 2a, 2d, 2d, 2a, 3d, 2a, 3d, 2a, 3d, 2a, 1d. Se repite entonces la da línea en que co- mienza de nuevo el dibujo, 2d, 2d. 2a, Ya, 2a. Fic. 215 1d, 3a, 3d, 3a, 3d, 3a, 3d, la. 2a, 1d, 2a, etc. la, 3d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d. Semejante á la 21. id. á la la, da, 1d, ete, Esta última línea forma la sepa- ración entre los dibujos. Se vuelve á comenzar el tema hasta el fin. ja Ja Ñ yA Linea. "” " Fic. 216 da, 1d, etc. 3a, 1d, la, 3d, 3a, la, 3d, 3a, 1d. 2a, 2d, ete, 1d, COSMOS A UE) : 11 PO Ine CA AE , me pi mí HH EN FE 1 A O mí l: E ll Aa Mint 7 hr CELE AE A (Mi 11 pd 'ñ tt O NELLA Pi OR a ¡00 o ACA AL Fic. 211 ! CH da | TT MIT dE tr pe (UT CT 0 All El IDADAA aj WEN pt QT Mt ES lÍ 1 | Sueno lr nus qe eumulle A la Gold: WTO Cl ul ro E 007 MTI TEA sl EUA Li lr M1 ol | 0:15 id el] 1 Mi UL e Mi li AE: pa Mi UAT pl yla MN Ml ll 7] ul im 1 SA na ¡Eg AN M1 ET] mo UE mim mu 1 a AAN Ñ ña TÍ A] l=4:8=] Hi HT] EN MA ET EIN MAC CEE MY ' 7 Fic. 214 da Ga _—— Linea. Linea. a Linea. la, 3d, .3a, 1d, la, 3d, 3a, 1d, la, Bd, 4d, 1a, etc. Como en la 44 linea. IAN "y enla ££ ,, "en la Fic, 217 la, 5d, 2a, 2d, la, ód, 2a, 2d. 1d, la, 3d, la, 2d, la, 2d, 1a, 3d, la, 2d, la, 1d. 2d, la, 1d, la, 4d, la, 2d, la, 1d, 1a, 4d, la. 3d, 2a, 1d, la, 2d, la, 3d, 2a, 1d, la, 2d, la. 4d, la, 2d, 2a, 5d, la, 2d, 2a, 1d. 1d, 2a, 2d, la, Td, 2a. 2d, la, 4d. la, 2d, la, 1d, 2a, 3d, la, 2d, la, 1d, 2a, 3d. la, 4d, la, 1d. la, 2d, la, 4d, la, 1d, la, 2d. 1d, la, 2d, la, 3d, la, 2d, la, 2d, la, 3d, la, 1d. 2d, 3a, 5d, la, 2d, 2a, 5d, la. Como en la primera sa repite el dibujo. Fic. 218 3d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, lar2d. 4d, 2a, ete. 3d, 3a, etc. la, 1d, la, 3d, la, 1d. la, 3d, 1n, 1d, la, 3d, la, 1d. 1d, 2a, 4d, 2a, 4d, ete. 3a, 3d. ete. Semejante á la prime» ra, repetición del dí- hujo. Fic. 219 6d, la, 9d, la, 3d. 1d, la, 3d, 3a, 3d, la, 3d, 3a, 2d. 3a, 1d, 2a, 1d, 2a, 1d» 3a, 1d, 2a, 1d, 2a, 1d, , 1d, 3a, 3d, da, 1d, 3a, 3d, 2a. Semejante á la Ja. id. á la 2a, id. á la la, y vuelve á comenzar el dibujo. TÍ Min 10 11] Oa MT] sl E Za MÍ MÍ a "y pl a CU 7] a. Mi 11 Ml ba UN 7a Fic: 215 se ga Ja a ja Ja Fic. 216 a Ga HE] E] a el dí E E EJE 1 7 l ja Fic. 217 3a Sl Frc. 218 E 1Ca Linea Linea. Linea. COSMOS Fic. 220 3d, la, 6d, la, 6d, la, 2d. 2d,3a,1d,32,4d,3a,1d. ld, 2a, 1d, 2a, 2d, 2a, 1d, 2a, 2d, 2a, 1d, 2a. 2a,3d, 4a,3d,4a,3d, la. la, 2d, la, 3d 2a, 2d, la, 2d, 2a,2d, la, 2d. Semejante á la 4a. id. á la 3a, id. á la Ya. id. á la la y vuelve á comenzar el dibujo. Fic. 221 la, 2d, la, 2d, la, 3d, la 2d, la, 2d, la, 3d. 24/32, 9d) la; 3d, da; 3d, la, 1d. 1d, 2a, 1d, 2a, 1d, da, 1d 2a, 1d, 2a, 1d, 3a, 2a, 3d, 3a, 1d, 3a, 3d. 3a, 1d, la. Semejante á la £u. id. á la 22. id. álal3, vuel- veá comenzar el di- bujo. Fic. 222 5a, 2d, la, 2d, 5a, 2d, la, 2d. la, 3d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d, la, 1d. la, 1d, la, 1d, 2a, 3d, 2a, 1d, la, 1d, 2a, 3d, la. Semejante á la 24 id. ála la. 2d, la, 2d, da, 2d, la, 2d, da. 1d, la, 1d, la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 3d, la. la, 3d, 2a, 1d, la, 1d, 2a, 3d, 2a, 1d, la, 1d, la. Semejante á la Ta. id. á la 63. id. álala, vuel- veá comenzar el di- bujo. Fic. 223 1d, 3a, 1d, 2a, etc. 3a, 3d, da, 3d, da, eS 2a, 2d, la, 2d, Sa, 2 la, 2d, 3a, 2d. - Semejante á la 2%. id. ála la. 16.224 a a ga Ya pe FS Línea. Linea. Linza. Línea. 2d, 34, 3d, da, 3d, 24. ada 2d la 2d; 29, 2d, la, 2d, la. Semejante á la 6a, id. ála la, vuel- ve á comenzar el di- bujo. 2d. Sa, 2d, la, 2d + Alai 20, Vd 20 1d Sa, 9d, 20, 1d, 2a, 3d, 2a, 1d. 21) ML, Mer Mel, Pe 1. al, Ma” le, 2, al 22 el, Ma 3a, ld, 2a, 1d, etc. Semejante á la la, vuelve á comenzar el dibujo. la, Fic. 225 1d', 3a, 1d), 3a, etc: 3d, la, ld, la, 3d), la; al, Ta, Sul, e. dla la; 2d: nl, SE Ml EE 1 da, ld, 3a, 1d, da, ld, la. 1d, la, 5d, la, 5d, la, 3d, la. Semejante á la 31 id. ála 2a: 1d. ála la vuel- ve á comenzar el di- hujo. Fic. 226 3a, 1d, la, 1d, la, ld, la, 1d, la, 1d, la, 2d, la, 1d» la, 1d, la, 1d, la, 1d, la. da, 1d, 2a, 2d, la, 2d, la, 14d, la, 2d. Semejante á la la. id. ála La, 3a, 1d, a, 2d, da, 3a. 2, 2) 1 Gal, 3d, la, 3d. Semejante á la la. lada 3d la, 2d, la, Sl, dle, Sul) a Semejante á la 102. id. ála la, sa 1d, da, 1d, 1d, 1d, la, ¿ELSUOS ME pa q e lu el MM CO A AA queia A Pf ANA ES MAN=5=M=0 QER U= M0: ess] = A — O mE Mi o |, ML y l CTA LEO MIRA dE ml e TI 0 PA TICO ll: 01008 JU: a ml | Ñil E 00H FE e pl men 11 10) 11) bd 110 228 Fic. oda JM AU o A PERICIA Al Ln NDA! er MES E MEN ml ms E UA 1 153 123 Linea. Semejante á la Sa. Ma id ála Ta, 3 E id ála 63, asi sucesivamente. Fic. 227 11 Linea. 1d, la, etc. a la, 1d, etc. A 1d, la, ete. A 2d, la, 1d, la, 3d, la 1d, la, 3d, la, 3d. A 3d, la, dd, la, 5d, la. 4d. EE y Semejante á la 4u, AA id ála 33, 3 id álaa vuel- veá comenzar el di- bujo. Fic. 228 iu Línea. a, 3d, etc. A 1 1d, 5a, 1d, ña, ld, da, 1d. o Semejante á la lu. A 1d, la, 2d, la, 2d, la A, la 2, ME A) Ta, 2d, la. DU 1d, la, ete. CU Semejante á la de. US id álala vuel- ve ácomenzar el di- bujo. Fic. 229 1* Linea. 1d, 3a, 1d, la, 1d, la. 1d, la, 1d, 3a, 1d la, 1d. ' a a, 1d, la, 3d, la, la, Da. A dd, 2a, 3d, 2a, dd, Ya, 1d. 22 Semejante á la £2*. A 11 á la 1r. 6a y 123 da, 3d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la 3d, la, 1d, la, la, 1d. 7e y dla 1d, 3a, 1d, la, 1d, la. ld, la, 1d, la, 1d. 3a, 1d, la, 1d, la. ga, Ya y 16a la, 3d, la, 1d, 2a, 1d, Y%a, 1d, la, 3d, la, 1d, 2a. IB Semejante á la 1*, vuelve á comenzar el dibujo. BERTRAND, TOU8SAINT Y GOMBERT. (Continuara). —a—— COS ! LA | DIVISIÓN DECIMAL DEL CÍRCULO Se conocen los felices resultados de la introducción de la división decimal en nues- tro sistema métrico: los cálculos reducidos á la más extrema sencillez por el estable- cimiento de una armonía perfecta entre la: hase de ese “sistema y el de nuestra nu- meración, “traen una economía considera- ble de tiempo y fastidio para toda la so-, ciedad. Ahora bien; entre las diversas medidas, los ángulos son los que casi únicamente no hán sacado beneficio de esta reforma, y la: mayoría de calculadores continúa emplean-: do para el círculo la antigua graduación sexagesimal.. Esta irregularidad se debía principalmen- te á dos causas que obraban la una sobre la otra; por una parte, la rareza y la eos modidad de las tablas existentes en el siste- “ima decimal, no animaban á los calculadores | a adoptar este método; por la otra, debido á una especie de círculo vicioso, la poca dili- | gencia de los calculadores en servirse de la: división decimal, no inducía á la iniciativa privada á arriesgar los gastos necesarios al cálculo y á la impresión de trabajos tan im- portantes.-*> - . .p . , 1 Ya no existe esta dificultad, gracias á dos. notables obras con que el Servicio Geográ=. fico del Ejército acaba de enriquecer al mun- do sabio. ! Ís pues quizá interesante rehacer hoy la: historia de la cuestión, recordar las causas | que han hecho adoptar en el pasado la di-: | visión sexagesimal del circulo, los esfuerzos | intentados desde hace tres siglos para sus- | tituir la división centesimal del cuadrante, y 1 Service géographique de Varmée. lo Tables de logarithmes a 8 décimales des nom- |! bres entiers de 1 á 120,000 et des sinus et tangentes de 10 secondes en 10 secondes d'arc, dans le syste= me de la division centésimale du quadrant, publiées par ordre du Ministre de la guerre. ¡ 29 Nouvelles Tables de logarithmes 45 décimales pourles lignes trigonométriques dans les deux syste- | mes de la division centésimale et de la division se- xagésimale du quadrant et pour les nombres de 1 a 12,000, suivies des memes tables a 4 décimales et de | diverses tables et formules usuelles. Tpibrairie GAUTHIER- VILLARS, “controvertidos y sobre ¡año solar y MOS los obstáculos que se han opuesto hasta el día, á la adopción definitiva de un sistema único para la medida de todas las magnitu- des (La división del tiempo está en parte ligada á la de la circunferencia; se sabe, ade- más, que la aplicación de la escala decimal lá la medida del día, votada el 4 frimario, año II, fué revocada el 11 ventoso, año III, sin haber sido puesta en práctica jamás). Si es preciso creer á GosseLiw, 1 la divi- ¡sión centesimal del cuadrante se empleó por la primera vez para la circunferencia de la Tierra, y sirvió de base á las primeras me- didas itinerarias. Esta aserción nos parece que reposa sobre hipótesis más bien que sobre hechos. Lo seguro es que desde el siglo Il antes de la Era Cristiana, la di- visión del circulo en 360% estaba ya esta- blecida, como lo prueba el tratado de Hir- SICLES (Avagoor55), que es un poco anterior a Hiparco. ? ¿Por división? qué se adoptó de preferencia esta ¿La tomaron los griegos de los cal- deos, á quienes debieron sus primeros co- nocimientos matemáticos? Estos son puntos los cuales es dificil ¡llegar á la certeza, siendo los datos del pro- blema, lo más á menudo, textos alterados ó de una interpretación dudosa. Aquites Tarrus * atribuye la división del ¡círculo en 360% á la partición del año en 360 días (antes de la adición de los 5 epagómenos); según RiccroLr + esta cifra 360 fué escogida ¡como término medio entre la duración del la del año lunar; Lerronxe ? ha hecho remontar su origen á la creencia an- tigua de que el Sol oia .en el espacio una curva cuya longitud era igual a 720 ve [ces el diámetro de este astro, principio del ¡cual nació una división de 720 partes que ¡fué transmitida á los alejandrinos con las observaciones caldeas y que Hirarco y otros matemáticos redujeron á 360 por conside- raciones geométricas; Fr. LexorManT % es- l Mémotres de l'Institut (Académie des ¿nscrip- - VI). 2 M. PauL Tannery, la Geométrie des Grecs. $ 26. 4 Almagest. nor. astron., t. 1, 1. 19, cap. Y. 5 Journal*des Sayants (Diciembre 1817). 6 Essai sur un document mathématique chaldeen, e et belles lettres, t 3 Introduction aux phéenomenes d'Aratus, ¿COSMOS tá persuadido que antes de los astrónomos de la escuela de Alejandría, los. :asirio-cal- deos ya empleaban esta división-de 360% no solamente para el Zodiaco, sino para el cir- culo en general; M.:PauL Tanneny ! cree que los, astrólogos. de Caldea tenian para la «di- visión del Zodiaco: varias unidades, que-una «de :ellas. correspondía bien: á la ,;, parte del círculo de: la :eclíptica, haya sido transportada por ellos á-otros cir- culos; cree, al contrario, que «su aplicación al cirgulo abstracto se, debe ;¿d-HipParco,. y que el empleo anterior del codo astronómi- co: (55 de, la circunferencia) no ha carecido de influencia sobre su adopción por los: grie- gos. ln cuanto á la división de cada grado sé-! gún una escala de fracciones sexagesimales, “vino de la propiedad que tiene el número :60 de contener ún gran número de diviso- “res, y que no fué más que un caso particu- lar del sistema que los babilonios pusieron constantemente en' práctica en todos los ór- denes de cantidades y de medidas para ex- presar los valores inferiores á la unidad. ¿La remota: antigúedad de este sistema es- “tá atestiguada por varias inscripciones cu- neiformes, entre otras por las que Fx. Le- NORMANT ha descifrado: én Senkéreh. 2: 270 Los griegos lo heredaron, y les prestó tales el tablero: de _servicios, que lo adoptaron no solamente pa- ra la medida de los arcos, sino también pa- ra la de los radios. Simplilicaba, en efecto, sus Operaciones aritméticas, disminuyendo -Jla incomodidad de-las fracciones comunes á las que estaban limitados, puestó que su modo de numeración no implicaba ni: nota- “ción ni medio de calaulo paña las fracciones | decimales Lal división sexagesimal' ha tenido, pus su utilidad en los” tiempos antiguos. “Para nosotros ha tenido lugar lo eoñtra- | rio, contando con la escritura aritmética que “nos han transmitido los árabes y gracias ála cual basta avanzar una cifra hacia la izquierda para hacer su valor diez veces mayor. Efec- 1' La Coudée astronomique et la division du cer- cle. NE í j z pero no le pa-: wece, que esté demostrado: que esa división | tuando una operación cualquiera en el sis» tema sexagesimal, podemos darnos cuenta de la pérdida -de tiempo considerable que este modo de contar ocasiona a los que ha- cen uso habitual de los ángulos, por la ne- cesidad constante de convertir los grados en minutos y en segundos, ó vice versa; mien- ¡tras que con la-escala decimal no habría, en la- mayor parte de los casos, más que «des- alojar una coma, Es preciso no olyidar á es- te respecto que, cuando se trata de una.lar- ga serie de. cálculos, toda operación suple- ¿mentarla, por sencilla que sea, se convierte en causa de fatiga y de error cuando se re- ViETE y SIMÓN STEVIN pedian ya, hace ¡trescientos años, el empleo parcial de la-pro- |¡gresión decimal; es decir, que ¡aconsejaban | conservar la división del circulo .en 360%, pero dividiendo en seguida el grado en par- Sr MóN Srevin anunciaba en su Práctica de tes de diez en diez veces más pequeñas. y ¡Aritmética, que apareció en Amberes el año de 1585, la intención que tenía de emplear esta notación en sus obras posteriores. La aparición” del cálculo logaritmico es- tuvo Al punto de traer pos consecuencia la adopción de esta proposición. ¡En efecto, cuando Enriquk Bric6s se re- solvió ú establecer las primeras tablas de logaritmos comunes se decidió ¿para la divi- sión del circulo, por el término”medio reco- mendado cuarenta años antes, de modo que la Trigonometría britannica, en la cual tra- bajó hasta su. muerte y que Enr1queE GEL- LIBRAND terminó y publicó en 1633, contie- ne los senos y tangentes, tanto naturales como logarítmicos, y las secantes naturales por centésimas de grado. AJO Además, el momento era el más propicio para tentar una reforma, puesto que, gra- Lo) cias á la creación del poderoso instrumento ide trabajo debido al genio de NAPIER, llas L z E - 1 Algunos autores han creído poder remontar 4 dos mil años-la idea primera de los logaritmos. Es verdad que en el. Arenario, ArquímeDes demuestra cómo se puede encontrar, entre los términos de una progresión geométrica, el producto de dos de ellos cualesquiera que sean, lo que sería la base de los logaritmos, y aún utiliza ese lema para determinar, por medio de la progresión 1 10 100 1000 AS ma 7 156 tablas numéricas precedentemente calcula- das, tales como las de Ruéricus, se hacían súbitamente inútiles, é indudablemente esa reforma se hubiera realizado, si Ab. VLaco no hubiera publicado casi en la misma épo- ca su Trigonometría artificialis, que, más completa que la obra de los dos profesores de Gresham, la hizo olvidar. Ciento cincuenta años más tarde, Lacnan- E, todavía director de la Academia de Cien cias de Berlin, volvió á ocuparse del asunto de una manera completa, y recomendaba, no solamente sustituir la división sexagesimal del grado con la división decimal, sino tam- bién abolir la división del círculo en 360* y establecer una progresión decimal, partien- do del cuadrante, de manera que se consi- derara el ángulo recto como unidad funda- mental, á la cual se referirían todas las otras. Hacia 1790, Bora introdujo este princi- pio en el reloj astronómico de que se sir- un límite superior de los productos que hay que efectuar (aproximación que, por otra parte, le es suficiente para el fin que se propuso en esta obra). Es igualmente cierto que en el siglo XVI, MrcueL StirELS (Artthmetica integra; Nuremberg, 1544), precedido en esta vía, á decir de ScHerBEL, por Henx- RICUS GRAMMATEUS, dió una precisión nueva á la ob- servación fecunda de Arquímebes, estableciendo la relación constante que existe entre los términos co- rrespondientes de las dos progresiones l 2 Ss 16 32 0 4 3 4 3 4 2 E) una aritmética y la otra geométrica; pero ni el geú-:; metra siracusano, ni los matemáticos alemanes sa- caron de ese principio todas las consecuencias que contenía, completando sus progresiones por la in- serción de promedios en número ilimitado y no pre- vieron que su observación pudiese utilizarse de un modo corriente en los cálculos. La manera con que NarIER concibió sus logarit-' mos y describió su generación, lo pone al abrigo de la imputación de no haber hecho más que perfeccio- nar la idea de otro. La fecha (1614) en que publicó su Mirifici loga- rithmorum canonts descriptio le asegura igualmente la prioridad sobre ByrGE, á quien se ha querido, equivocadamente, oponerle, puesto que la Arihme- tische und geometrische progresse tabulen de este último, no apareció sino en 1620. Pero es equitati- vo admitir que ByrsE no pudo, en seis años, haber tenido conocimiento en Alemania de la obra del gen- til-hombre escocés, haber tenido el tiempo de estu-; diarla y de calcular más de 30,000 logaritmos, pues- ; to que su tabla está dispuesta de una manera espe- cial, y en consecuencia, se le debe asociar á la gloria de NApIER. COSMOS vió, con Cassist, para determinar la longitud del péndulo de segundos, y en los círculos repetidores que emplearon DeLambrE y Mk- CHAIN para la medida de la meridiana. Por otra parte, en esa época, la Acade- mia de Ciencias consideraba la reforma pro- puesta, como el complemento natural de la que se iba á introducir en nuestro sistema de pesos y medidas, y, á fin de facilitar su aplicación, decidió la construcción de tablas trigonométricas establecidas según la nueva división, más completas que ninguna de las que ya existían, y de una exactitud que no dejara que desear. Proxy fué encargado, el año IL, de esta misión, en el cumplimiento de la cual de- mostró la claridad de talento que ya le ha- bía hecho distinguir en su doble carrera de ingeniero y de matemático. ; El método seguido hasta entonces en los trabajos de esta nataraleza, consistía en cal- cular directamente todas las líneas trigono- métricas 6 sus logaritmos y en deducir de estos resultados las diferencias que servían para comprobar la exactitud de los cálculos y para interpolar. Esta manera de operar exige el empleo exclusivo de calculadores que estén versados en la práctica del análisis. ProxY hizo que se procediera de un mo- ¡do absolutamente inverso: para construir, por ¡ejemplo; la tabla de los senos, se calculaba cierto número de senos, ya naturales, ya lo- garítmicos, con sus diferencias de todos ór- denes, hasta aquel que era necesario para que la interpolación tuviese la precisión busca- ¡da; luego, por medio de la fórmula conoci- da al efecto, se partía de las últimas dife- ¡renclas, para formar, por adiciones y sus- tracciones sucesivas, todas las diferencias de orden superior hasta llegar á las cantidades mismas, que eran objeto de todos esos cál- culos. De este modo fué posible dividir el trabajo entre algunos geómetras distingui- dos, bajo la divección de Lecesore, y un gran número de operadores que no conocían más que la adición y la sustracción. Asi fué como el eminente ingeniero pudo ¡suministrar el medio de subsistir a modes: ¡tos artesanos que el rigor de los tiempos había reducido á la miseria, y según la ex- COSMOS presión de Araco “hacer á la vez un traba- su vista, tablas de más modestas ! dimen- jo muy util y una buena acción”. siones. Los cálculos se hicieron por duplicado y| La muerte le impidió terminar este traba- sin ninguna comunicación mientras duraron jo, al que había consagrado la mayor parte las operaciones, con el objeto de tener todas | de su fortuna; pero DeLamBRE le dió la últi- las garantías de exactitud. 'ma mano y lo publicó en 1801. Se obtuvieron asi dos manuscritos 1 no. Por otra parte, los Srs. HoserT é [DELER copiados el uno del otro y que formaban | componían al mismo tiempo en Berlín un cada uno, sin contar los anexos, 17 volúme- manual todavía más portátil que el de Bor- nes en folio que comprenden: 1%. Una introducción; 20, a 1000 calculados hasta 19 decimales y los de los números de 1000 á 200,000 calculados con 14 decimales y 5 columnas de diferencias; Los logaritmos de los números 1 3%. Los senos naturales para cada diez mi- lésima del cuarto del círculo, calculados! hasta 25 decimales y con 7á 8 columnas! de diferencias; 4%. Los logaritmos de los senos para ca- da cien milésima del cuarto del círculo, cal-; culados hasta 14 decimales con 5 columnas! de diferencias; 5%. Los logaritmos de sen a 2 para las primeras 500 cien milésimas del cuarto del círculo, calculados hasta 14 de-: cimales con 3 columnas de diferencias; 6”. Los logaritmos tangentes correspon- | dientes á los logaritmos senos; 7%. Los logaritmos tang 2 ES correspondientes a los logaritmos sen a Se hizo un contrato con la Tipografia lin- MIN-Dipor para el estereotipado de una edi- ción, según los procedimientos que ese es- tablecimiento acababa de crear; pero los. obstáculos financieros en medio de los cua-. | > : har en esa époc: iga- ; : les se tuvo qué luchar en esa EUA: obliga | tro, asi llamadas porque Proxy era ya director del ron á renunciar á ese proyecto cuando la composición iba ya muy avanzada. Felizmente Borba había hecho calcular á 1 Se depositó un ejemplar, desde cl principio, en los Archivos del Observatorio; y el otro, conserva- do por la familia de Prowx hasta 1858, fué ofrecido | en esa época á la Biblioteca del Instituto. DA. Los extranjeros comenzaban, en efecto, á | interesarse también en la reforma que aca- ¡bábamos de iniciar; y aún J. SvanbERG se ¡adhirió á ella en las operaciones que ejecu- ¡tó para la medida del grado de Suecia; pe- ¡ro en Francia es donde siempre se han preo- cupado más para hacer que tuviera éxito. ¡Así, la nueva división, bien merece llamar- se división francesa, como la han llamado en ¡los demás países. LarLace, Bror, Le Verrien, la emplearon ¡en sus investigaciones; la Comisión nombra- da en 1817 para determinar las reglas de ejecución de la triangulación general de Francia, confiada al depósito de guerra, pres- cribía también su empleo, que desde esa época se ha hecho tradicional en el Cuerpo ¡de Estado Mayor Francés. En fin, á esta última circunstancia se de- be la publicación de las tablas del catastro, reclamadas tantas veces desde hace ochenta años. En 1887, las últimas ediciones de la obra de Borpa estaban casi agotadas. El Minis- ¡tro de Guerra, á propuesta del general Pr- RRIER, entonces Director del Servicio Geo- ¡gráfico, decidió que extractaran del manuscri- to de Proxy, tablas destinadas no solamen- ¡te á reemplazar las de Bona, sino á servir lá los cálculos de precisión, para los cuales ¡se habían hecho insuficientes estas últimas. Se fijó en 8 el número de decimales?. 1 La edición proyectada de las Tablas del catas- catastro cuando se le encargó su construcción, de- ¡bía dar los logaritmos con 12 decimales y tres co- umaas de diferencias, y contener por esta causa 1200 páginas en folio. | 2 En un estudio muy profundo, publicado en 1858 ¡(Annales de | Observatoire, parte teórica, t. IV), | M. F. Lerorr se expresaba así, hablando del manus- | erito de Proww: “Pero parecería más deseable uti- COSMOS La: sección de Geodesia se: encargó de es- te trabajo, que acaba de terminarse y que|c ha tenido por resultado la publicación de las dos obras cuyos títulos hemos dado más. arriba. La más importante de -estas: obras comprende los logaritmos de los números | de 1 a 120,000; los de las línéas trigono- métricas de diez en diez segundos centesi- males en todá la extensión del cuadrante, ó dicho de otro modo, por cada cien milé- sima del cuarto de círculo; en los cinco primeros grados, los logaritmos de | sen a tang a DAA Ac | indispensables para los cálculos de los ar- cos pequeños; una tabla para. convertir los logaritmos vulgares en logaritmos. neperlas nos y reciprocamente; en fin, otra tabla pa- ra la transformación de los grados sexagesi- males en grados centesimales y viceversa. _Lo mismo que en algunas tablas, como las de BannAGe y de Scmrox, se han indica: do con un signo particular los. logaritmos que tienen forzada su última cifra; esa no- tación. _permite evaluar la exactitud de la última cifra en una suma de logaritmos. Tam- bién se han sustituido las características ne- gativas con las características positivas com- leete. El estudio de F. LerorrT habia ea. re- saltar la presencia, en los manuscritos de PronY, de algunas inexactitudes que se ha- bían escapado al examen de la Comisión nombrada el año IX por el Instituto para proceder á su rectificación. Era pues de to- da necesidad no solamente evitar los erro-| res de impresión, sino someter á un regis- tro riguroso el ejemplar de que se copiaba. __En el prefacio de la obra que acaba de aparecer, el general Derrécacarx, bajo cuya dirección ha sido terminada por el tenien- te coronel Bassor, después de la muerte del | general Perniern, indica en los- siguientes! términos cómo cada logaritmo ha sido ob-: ¡Srs. de ViLLeEDEUIL y 1' jeto de dos comprobaciones independientes. “Sobre esqueletos del tamaño de la impre-' lizarlo en primer lugar para imprimir tablas de 8 | decimales. Además, estas tablas pueden hacerse de un tamaño cómodo y, cómo no necesitarían el em- pleo dé diferencias segundas, serían tablas manuales de un úso precioso. : sión, se copiaron «primero: las tablas del atastro reduciéndolas 4 ocho decimales; es- ta «copia «sirvió para la: composición. Las primeras pruebas se cotejaron por duplicado, de'un modó independiente, sobre.el manus- crito mismo de Proxy, por dos grupos de lectores; las correcciones, hechas por cada uno de estos grupos, se examinaban en se- guida por un calculador. Cuando se“obte- nía una prueba sin errores, idéntica entonces á este manuscrito, se, procedía al. clisaje. Cada página clisada ha dado lugar á las com- probaciones .sIguientes: qa sobre cada co- lumna vertical, se hace la suma de. los logs ritmos, por grupos de. cinco; obtenidas ; las sumas y probadas en el sentido horiaó6- tal y transcritas las unas debajo de las otras por grupos de diez, se formaban las dife a rencias sucesivas: éstas, en cada grupo, de- berían ser idénticas con dos ó tres unidades de diferencia, en más ó en menos, en la úl. tima cifra, -no pudiendo pasar de cinco uni: dades la desviación máxima; esta operación tenía especialmente por. objeto: poner en evidencia los errores de cifras que hubie- ¡ran podido observarse en el cuerpo mismo de los logaritmos; 2* se han formado las diferencias sucesivas de los. logaritmos mis: mos, siguiéndolos en el orden: horizontal; ¡esas diferencias debían ser constantes - con una unidad de diferencia en lá última cilra para cada línea. horizontal y crecer ó decrecer de un modo contínuo de arriba á “abajo de la página. Esta segunda rectificación com- pleta la primera y asegura definitivamente la exactitud de Ta última cifra. En las líneas trigonométricas, para las tangentes y co- tangentes inscritas en la misma página, los dos modos de comprobación deben dar ade- más números idénticos para los arcos: que son complementarios uno de otro” Estas comprobaciones-se hicieron por los HoPITAL..+ <= 308: La Imprenta Nacional ha consagrado un cuidado extremo á la ejecución tipográfica, ¡cuya importancia es capital «para una Obra de este género; el tipo de:los caracteres, su dlcpactalen en los números, todo, hasta el color del papel, ha sido estudiado con el fin de hacer las investigaciones fáciles y segu- ras y disminuir la fatiga del calculador. COSMOS Asi se encuentra realizado, si no en toda su extensión, á lo menos en gran parte, el proyecto concebido hace un siglo para tra- tar de generalizar el empleo de la división decimal del cuadrante, poniendo á la dis- posición de los astrónomos y de los geóme- tras, tablas trigonométricas establecidas se- gún este sistema y tales que sus cualidades hagan buscar su empleo. Pero las circunstancias ya no son tan fa- vorables como en aquella época. Las inno- vaciones que presentaban un carácter pu- ramente cientifico, se aceptaban entonces en Francia con la misma facilidad que las que te- nían un fin político ó social, pues se trataba de poner»por todos los medios, una separación muy clara entre el pasado y el porvenir. Ca- si se podría decir que toda idea de cambio se acogía con tanto más favor cuanto más radi- | cal era, y este sentimiento favoreció entre nos- | otros muchas reformas, unas fecundas en resultados felices, como la del sistema de pe- sos y medidas, que la mayor parte de las otras naciones nos han tomado después; otras inútiles, como la del calendario, que fué abandonada después de: un corto ensayo. Ahora ya no existe esta exaltación, y es pre- ciso, muy al contrario, contar con las cos- tumbres adquiridas. Por otra parte, se han formado desde en- tonces dos corrientes de opiniones muy dis- tintas entre los partidarios de la substitución de la escala sexagesimal por la decimal. Mien- tras que algunos sabios continúan admitien- do que debe escogerse el cuadrante como unidad angular, otros estiman, al contrario, que sería preferible adoptar como tal el cir- culo entero, es decir, dividir á éste en 10... 100...., 1000.... partes alícuotas en lugar de 40..., 400...., 4000. apoyan su opinión en consideraciones astro- Unos y otros nómicas y matemáticas, de las que resulta que cada sistema presenta sus ventajas y sus inconvenientes particulares, si bien parece que no está próximo á establecerce el acuer- do entre ellos ?. 1 Mémotres de-U' Institut (Académie des Sciences, 1 sem., 1870). 2 M. ve MenpizáñaL TAmborRELL, de México, ha aaa en una de las últimas sesiones dela So- | En: estas condiciones, á- menos que un: congreso cientifico internacional intervenga para transar la cuestión, esta incertidumbre hará que se establezca la reforma sólo por una evolución lenta debida á una sucesión de iniciativas privadas. Es poco probable, además, que este per- leccionamiento se extienda á todas las “ra- mas de las ciencias en que se hace uso de los angulos. La ventaja que se sacaría de su aplicación á las investigaciones astronómicas, para las cuales las observaciones anteriores represen- tan un papel considerable, no parece tener relación con la nportanciacdel trabajo que exigiría la refundición de un número consi- derable de documentos establecidos en todos los tiempos según la división sexagesimal, sin contar las fuentes de errores que.resul- tarían de esta recomposición y el disgusto para los observadores actuales de modificar los instrumentos á que están acostumbrados. Pero esta objeción, particular á la Astro- nomía de observación, no puede dirigirse á los cálculos de Mecánica celeste, de Geode-: sia, de Física, y en general. á todas las: de- terminaciones matemáticas en las que los angulos no son más que intermediarios” des- tinados á conducir á otros resultados por medio de operaciones numéricas que sapos ta abreviar y simplificar !. Llegamos á esta conclusión ya propuesta á la Academia de Ciencias y á otras socieda- des cientificas, que la división sexagesimal ya no tiene razón de ser sino en ciertos tra- bajos astronómicos, y que podría ser util conservarla en los observatorios, pero que, en todos los otros órdenes del cálculo, im- portaría adoptar la única división que está en armonía con nuestro sistema métrico. Nues- de las tablas.que está publicando y que contendrán, entre otras cosas, los logaritmos de las funciones circulares de micrógono en micrógono, parte con. 8 decimales, parte con 7 (siendo el gono el a que mide la circunferencia). 1 - : 1 Según las experiencias hechas en el Dia de Guerra, el empleo de la división decimal hace ganar sobre las observaciones y los cálculos de una triangulación las 2/7 partes del tiempo necesario pa- ra hacer el mismo trabajo con la división sexagesi- mal. 1 La publicación de las Tablas del Sr. MESDIZABAL está ya conelulda y el “Cosmos” publicará, próximamente, un estudio comparativo entre e y las del ciété Mathématique de France los primeros pliegos | servico Geográfico Panteón — (Nota del "Cosmos". 160 COSMOS tros cuerpos docentes podrían ayudar E rosamente para obtener este precioso resul- tado, favoreciendo el empleo del método decimal en los ejercicios prácticos !. ALBerTO HATzFELD. ¿Revue Scientifique, XL VIM, 1891, II, pp. 655-659). EXCIENCIA DIVERTIDA LA BOTELLA ACROBATA = | Se trata de hacer que una botella se sos- tenga en un hilo atravesado en el cuarto. Co- mo lo indica nuestro dibujo, (Fig. Fra. 230 tará introducirle, en la boca, la extremidad de un paraguas de mango encorvado. Para evitar resbalamientos desagradables podéis untarle creta á la parte del hilo que reciba la botella, del mismo modo que los acróba- tas untan brea en las suelas de sus cal- zados. La figura que está á la derecha, muestra como podría decantarse una botella de buen vino, sin necesidad de sacudirla. Bastaría reemplazar el paraguas anterior por un cu- charón, colocar nuestra botella sobre una poco sacudidas, vertiendo agua, gota á gota, cinta ancha é inclinarla, á poco y sin en un recipiente suspendido en la otra extre- midad del cucharón. Inútil me parece añadir que esta indica- ción es enteramente teórica; haced la ex- periencia con una botella de vino corriente y no confieis á la cinta vuestra botella de vino añejo. 1 Permitasenos « este proposito una corta obser vación sobre los nombres adoptados cn las nue- vas tablas para expresar las partes del cuadran- te. Conservando los nombres de minutos y de se- gundos, ¿no hay riesgo en establecer una confusión, entre el antiguo y el nuevo sistema? ¿Y no sería | preferible escoger términos diferentes, t tales como prima, grado, etc., como lo ha propuesto M. HoueL? La experiencia cola al principio de este siglo para las otras unidades, ha probado que era necesario crear nombres nuevos para las divisiones nuevas, | | 1 230), bas- | * ** LA PERA CORTADA ¿Qué hacer para colocar un cuchillo deba- jo de una pera, con bastante exactitud para que ésta, colgada en el techo lo más alto posible, venga á cortarse en la hoja luego | ¡que se queme el hilo con que está suspen- ¡dida? No se necesita plomada para eso, bas- ¡tará mojar la pera en un vaso de agua que. quitaremos luego: algunas gotas de líquido, lal desprenderse de la pera, caerán en un mismo punto de la mesa ó del suelo, pun- to que marcaremos con cuidado. Estos pre- ¿parativos deberán hacerse en secreto y de modo que las personas que lleguen después, ¡encuentren colgada la pera sin conocer el “artificio de la g Llegado el momento, colocaréis el cuchi- ota de agua. ¡llo en el lugar marcado y la pera viene in- laliblemente á cortarse en dos, en la hoja. Podéis disponer también la experiencia como lo indica la Fg. 231, y encontrar, por medio de tanteos, haciendo caer de la pera varias gotas de agua, en qué punto, exacto, 50) y Pis: deben cruzarse los dos cuchillos. La pera se cortara entonces en cuatro pedazos que recogeréis en un plato colocado debajo de los cuchillos. Tom Trr. A) É“COSMOSs Lámina 112 Tomo Í F. Fereart PÉrez, For. FoTocoLOuKArTA DEL COSMOS GRUTA CARLOS PACHECO (CERCA DE CACAHUAMILPA) EL CENTINELA COSMOS REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS SEA RA DireEcTOR PropbIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 1% De Junio pe 1892 Núm. 11 ENSAYO DE APLICACION DEL MEYODO LOGICO AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE Y PROYECTO DE UN APARATO PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE LOS VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA” PODER SUPERFICIAL s bl. Clasificación y elección de las super- ficies.—Si se comparan entre sí las superfi- cies de los cuerpos, se reconoce desde lue- go que estas superficies son muy diferentes. Una fruta, una tela cualquiera, una hoja de papel, una placa metálica más 6 menos pu- lida y barnizada, etc., presentan, en efecto, | grados muy diversos de lisura 6 de pulimen- | / Naturales de pro- cedencia. Superficies más ó me- nos lisas,tersas ó pu- lidas, divididas en superficies. ........ Artificiales de | procedencia..../ | De todos estos cuerpos, los más impor- tantes, desde el punto de vista en que nos colocamos, son los que pertenecen á las dos últimas categorías, porque son los que se emplean más generalmente en la construec- 1, Continúa, Véase Cosmos pp. 81 y 145. to. Conviene, pues, antes que todo, clasif- car los cuerpos desde el punto de vista del estado de sus superficies, en un orden apro- piado para que se facilite la comparación de los poderes pasivos que les corresponden en el valor parcial s de la resistencia total R. Desde este punto de vista todos los cuer- pos están comprendidos en los dos grandes grupos siguientes: cuerpos de superficie na- tural y cuerpos de superficie artificial, se- o gún que el estado de la superficie sea obra de la naturaleza ó de la mano del hombre. Pueden ser, además, de procedencia orgáni- ca ó6 de procedencia mineral. Siendo suficiente esta división, dispondre- mos como sigue la clasificación: Ñ | AS y hojas. ....... Ut plumas. ......) superficie libre de los líquidos en general... Orgánica... 1* categoría mineral..... 2* categoría maderas...... telas... papel... 2..... barnices secos y extendidos.. Orgánica. ... 3* categoría piedras y meta- | mineral..... les en general 4% categoría ción de los techos, de las aspas de molino, de las velas, de los aeróstatos, etc. 52. Experimentación.—Para determinar ex- perimentalmente la resistencia pasiva debida al estado de la superficie de las maderas, de las telas, de los metales, etc., y para estudiar el poder relativo de cada superficie se proce- 162 COSMOS derá como para el poder marginal teniendo en cuenta, entiéndase bien, las condiciones especiales de experimentación. N PODER ANGULAR a 53. Importancia del poder angular.—Es- te elemento de la resistencia pasiva total del viento es, desde diversos puntos de vista, el más importante de todos. reclama teóricamente, el cuidado más rigu- roso y la más estricta observación del mé- todo, está caracterizado por el número y por la variedad de sus aplicaciones prácticas. Así lo demuestran desde luego, el estudio del vuelo de los pájaros, el estudio de la lo- comoción acuática, la propulsión de los bu- ques de vela, el rendimiento de las aspas de un molino de viento ó el de las hélices de los | buques y sin duda también la navegación aérea, cu- ya solución práctica no se ha encon- trado aun, pero queto- dos los au- tores reco- nocen como ligada ínti- mamente al estudio de la resisten- cla del aire. 54. El poder angular comprende dos ca- tegorías de poderes.—Dijimos ya, que se lla- | ma poder angular (a) la propiedad que tie- nen las superficies de presentar á la acción del viento una resistencia pasiva más ó me- nos grande, según el ángulo de inclinación | variable ó constante que forman con la di- rección del viento. Agreguemos que el po- der angular puede ser simple, constante ó de primer grado; ó bien compuesto, variable 6 de segundo grado, tal como vamos a expli- carlo. Sean dos superficies cuyas proyecciones A y B están expuestas (Fig. 232) á la ac- ción del viento. Á es una superficie plana, B, una superficie curva. El angulo de inclinación que el plano 4 forma con la dirección del viento es el án- Además de que! ' Frc. gulo /oA. Cualquiera que sea la parte del plano que se considere, a, por ejemplo, for- ma con la dirección del viento un angulo F ao igual a foA. La superficie A, es de las que se designan en Matemáticas con el nom- bre de superficie de primer grado. | No sucede lo mismo con la superficie £. ¡En efecto, si suponemos esta superficie con- formada por una infinidad de pequeñas par- tes planas y si consideramos varias de estas partes b,, b,, 0,.... por ejemplo, vemos que sus ángulos de inclinación respectivos son los ángulos que los planos tangentes mn, . forman con la dirección del man, mon viento. De suerte que tendremos ete. | "bom >fbm; PF "bom" > bum... 2 gunos 3 2 y así sucesivamente mientras nos alejamos del punto b, ya sea de un lado de este punto, ya del otro El ángulo de inclina- ción no es, pues, cons- tante en la superficie B,es varia- ble; la in- [clinación no es simple sino compuesta de 232 una serie de inclinaciones cuyo conjunto es la definición misma de la superficie ó forma que se considera. Por consecuencia, la su- perficie curva B es de las que se llaman de segundo grado. Tal es la razón de la distinción que he- mos creido deber establecer entre el poder angular simple y el poder angular compues- to. Es también por lo que hemos compren- dido el estudio de la forma de las superfi- cies curvas en el estudio de la inclinación. ¡En virtud de lo que acabamos de decir dividiremos el estudio del poder angular ó inclinación de las superficies en dos partes que designaremos y definiremos como sigue: 1%. Poder angular simple, de primer gra- do, 0 constante.-—Es la propiedad que tie- nen las superficies planas de presentar á la COSMOS 163 acción del viento una resistencia pasiva más ó menos grande, según el ángulo constan- te que formen con la dirección del viento. 2*. Poder angular compuesto, de segun- do grado, 6 variable.—Es la propiedad que tienen las superficies curvas de presentar á la acción del viento una resistencia pasiva más ó menos grande según la ley de varia- ción elemental de la superficie considerada. El estudio del poder angular simple y el estudio del poder angular compuesto se ve- rifican de la misma manera por médio del anemodinamómetro, colocando los cuerpos en uno y otro caso, sobre la varilla porta- objeto. Bastará, pues, ocuparnos del poder fundamental simple que es notoriamente el más importante. 55. Poder angular simple.—Experimenta- cion en general.—En una de las extremida- des del porta-objeto del anemodinamómetro diferencial (Fig. 208) se adapta un plano que, desde luego normal ó perpendicular al viento, pueda moverse á voluntad al rededor: del punto » y tomar posiciones diversas; de tal manera que formen diferentes angulos con la dirección del viento, quedando ese. plano siempre perpendicular al plano ideal vertical que pasa por el mismo punto y com- prendido en la dirección del viento. La Fig. 233 da el detalle de esta dispost-' ción. Se gradúa de antemano la varilla por- ta-objeto, á fin de saber por la posición del 2 | l | Fic. 233 L A 6 A | plano. Si se le dan sucesivamente áú este, plano inclinaciones más y más grandes con relación á su posición normal y si se opera! anillo a cuál es el angulo de inclinación del | con un solo ventilador á presión constante y con peso variable del fiel, se llegará á de- terminar numéricamente, como lo hicimos con el poder marginal, la ley de variación del poder angular simple, aplicando para cada experiencia la fórmula general R=lL-u 56. Variación concomitante de la sección. —No ha de olvidarse que en este caso la sección del viento cambia y que como lo di- jimos anteriormente, la intensidad del vien- to que obra sobre los planos inclinados es proporcional, en igualdad de condiciones, al seno del ángulo que forma la dirección del viento con la superficie del plano ($30, p- 102). Para fijar bien las ideas, supongamos que el plano en experiencia sea un cuadrado y examinemos lo que sucede en cada una de las posiciones que ocupa. 1* experiencia.—Cuando el plano es nor- mal, sabemos que la sección del viento es igual al área de este plano. Sean p la presión por centímetro cuadra- do que nos indica el manómetro, y m el la- do del cuadrado medido en centímetros; su área será mi= De suerte que ($$ 30 y 31, pp. 102-103) 0d 2 u, es igual al peso de la limadura colocada == =pm=u, +R;; en el platillo y RA, ó la resistencia pasiva del plano normal, debe expresarse bajo esta forma: R,=!I,— y =pm—u =p XmXm—uy, (1) 2* experiencia.—Cuando el plano se in- | clina bajo el ángulo z,, la sección del vien- to cesa de ser igual al área del cuadrado pa- ra volverse igual á 7 multiplicada por una S cantidad menor que m. Según la ley de va- riación de la intensidad del viento sobre los planos inclinados, esta cantidad menor que m es el seno del ángulo de inclinación 7,; por consecuencia 6<) Vemos, pues, que el valor de R va au- mentando al pasar por los valores: u os u es posi- R=pX m(sen i— pxm) to; ISLAN e cuando u es tol R=pXm (senie, == a R será igual á u cuando sen i, sea igual 4 cero; pero como en ese momento / será nu- lo, se tendrá: R=u=/( IV. Resumen de la discusión.—Resumien- do: la inclinación de los planos con relación al viento, en ángulos cada vez más peque- ños que 90%, ofrece las particularidades si- guientes: 1*.—Las resistencias pasivas son cada vez. mayores. 2*.—Las intensidades relativas del viento ; son cada vez más pequeñas y están en razón | directa del seno del ángulo de inclinación del| plano. 3*.—Los trabajos 6 resistencias 1tiles son también cada vez menores dentro de mayo- res límites, pasando sucesivamente por una serte de valores positivos, después por un ya- lorigual á cero, y, finalmente, por una serie de valores negativos. Aplicación.—No hay, pues, nada sor- 165 a ha quedado destruida con la expe- riencia. y TI. Hipotesis actual.—Actualmente todos los autores consideran la acción del aire so- bre los planos inclinados como dirigida nor- malmente al plano. | «Esta resistencia normal se descompone en ¡ E - , seguida en dos fuerzas, una opuesta á la di- ¡rección del movimiento, en tanto que la otra cuando u es nega- [es perpendicular á esta dirección y tien- ¡de á desviar al plano de su camino. | «Esta resistencia cuyo valor total varía se- ¡Ben el ángulo que forma el plano con la di- ¡rección del movimiento, da lugar por sí mis- ¡ma á dos impulsos: uno vertical y otro ho- 'rizontal cuyos valores dependen también de ¡este mismo ángulo». TT ¡determinación.—Esta segunda hipótesis no es más sostenible que la primera. En efecto, se reduce, en substancia á descomponer una ¿fuerza en más de dos distintas y situadas en La hipotesis actual se reduce á la ín- un mismo plano; es lo que se llama en Mecá- o un problema indeterminado, es decir, que admite una infinidad de soluciones para da una de las cuales se puede proceder ide dos maneras «tan arbitrarias una como otra» según cada uno sabe. P prendente en que los planos inclinados al pasar por diferentes grados de inclinación ofrezcan al viento resistencias muy variadas y á primera vista inexplicables. Al contra- rio, ésto es muy racional y está de acuerdo: con la teoría, puesto que el valor de la re- sistencia útil angular es sucesivamente po- sitivo, nulo y negativo. 60. Descomposición de la fuerza del vien-! to en los planos inclinados.—La ley del po-' der angular adquiere aun mayor claridad si: examinamos cómo se descompone la fuerza del viento en los planos inclinados. L. Hipótesis de Newrox.—NEWTON suponía que el viento después de haber herido una superficie oblicua, se reflejaba formando con la dirección normal, un ángulo de reflexión igual al ángulo de incidencia; pero esta hi- e) Vamos á explicarnos. Sean P (Fig. 234) el plano inclinado y £ ¡la fuerza del viento que se trata de descom- ¡ poner; esta fuerza obra sobre el plano fora ; mando con este último el ángulo FOP. Según la hipótesis admitida hoy, se considera que la fuerza F' obra, no siguiendo su dirección real FO, sino siguiendo la dirección F'Onor- mal al plano y ésto, cualquiera que sea la inclinación de dicho plano. En seguida esta fuerza F'O se descompone en otras dos: una 1 Marer, Le vol des OÍseauz, pp. 224-225, 166 COSMOS F”O, que es el impulso vertical; otra F”0, que está opuesta á la dirección del movi- miento. Se ve, pues, que la hipótesis con que se ha substituido la de Newrox conclu- ye en la indeterminación. IV. Componente de acción y componente de reacción.—Veamos ahora cómo debe con- siderarse según nosotros y de acuerdo con la ley del poder angular, la fuerza del vien- to sobre los planos inclinados. Esta cues- tión se presenta, por otra parte, bajo un as- pecto completamente nuevo, después de las hermosas y sencillas experiencias de H. Mu- LLER, que han contribuido de una manera poderosa á explicar el avance horizontal en el mecanismo del vuelo de las aves. «Estas ingeniosas experiencias hacen ma- terialmente demostrable la acción del ala sobre el aire: prueban que este fluido com- presible no recibe un choque, propiamen- te hablando, nique sus moléculas son proyec- tadas según el sentido del movimiento del ala; sino que el aire se comprime y, al rozar el plano del ala, se escapa siguiendo el borde posterior. Este soplo, como el de los gases que salen de un cohete, produ- ce una reacción cuyo efecto tiende á llevar hacia adelante el borde anterior del ala y, con ella, el cuerpo entero del ave; pero an- tes de transmitirse á la masa del ave, la re- acción del aire obra desde luego sobre el ala y la lleva hacia adelante, tal como lo han demostrado las imágenes fotográficas.» ! Consideremos el plano UN (Fig. 235) cómo si recibiese normalmente la acción del vien- to A. Según lo que precede, el viento, des- pues de haber chocado con el plano, se des- liza y pasa por los bordes en una infinidad de direcciones a, b, c, d,... que determi- nan sobre estos bordes un número igual de reacciones iguales y contrarias que se neu- A a Fic. 235 1 Maregy, Le yol des oiseaux, pp. 261-262. tralizan dos á dos y producen por conse- cuencia, el equilibrio de las fuerzas al rede- dor del centro de presión O. En estas con- diciones, el plano se mueve siguiendo la direción misma OA del viento. Si colocamos ahora el plano en una po- sición inclinada, es evidente que el equili- brio de las fuerzas a, b, c, d,... de que acabamos de hablar quedará destruido. Sea MN (Fig.236) la posición del plano. Fic. 236 El viento F, después de haber chocado con el plano inclinado, desliza sobre la superficie de este plano y se escapa casi com- pletamente por los bordes inferiores en la dirección VA, ejerciendo sobre el plano MA una reacción VA” igual y contraria á la fuer- za de escape del viento. Asi es como ca-= da punto del plano, el punto O por ejem- plo, está sometido en realidad al impulso de dos fuerzas, una que es la fuerza misma del viento y que obra en el sentido de su pro- pia dirección OF”; y otra que es la reacción del escape del viento y que obra en el sen- tido de OR”. El plano MN, no pudiendo se- guir estas dos direcciones á la vez, toma una intermedia, OK por ejemplo, dada por la resultante del paralelógramo construido so- bre las dos fuerzas en cuestión. Podremos pensar, por consecuencia, que las componentes OF” y OR” son las compo- nentes del viento. Ahora bien, como sus di- recciones, para cualesquiera inclinaciones, son siempre la del viento, por una parte, y la de su reacción sobre el plano, por la otra, llamaremos á estas componentes ó im- pulsos del viento: á la 1*. componente de ac- ción 0 de la dirección del viento; á la 2%. componente de reacción o de la inclinación del plano.—Acustín M. Chávez. (Continuara.) COSMOS LA DESINFECCIÓN DE LAS HABITACIONES ¿Cómo debe operarse el saneamiento de una habitación contaminada por la perma- nencia ó por la muerte de un enfermo? Muchas personas, confundiendo la desin- fección con la desaparición del mal olor, creen que con lavar la habitación con agua de Javel, fenol diluido, ó cualesquiera lí- quidos aromáticos, y quemar después pas- tillas del serrallo ó papel perfumado, ya se llevó á cabo la operación necesaria; es- tos son procedimientos infantiles, doblemen- te peligrosos porque dejan intactos todos los gérmenes morbosos y porque inspiran una seguridad engañosa. La desinfección de una habitación com- prende la destrucción completa, científica, de todos los microbios que viven en ella y que es preciso ir á buscar lo mismo en el fondo de las grietas de las paredes y del pi- so, que en los muebles, los tapices y aún en medio de los colchones. Son tres los procedimientos que se usan en la actualidad: 1*. El vapor recalentado. 2%. Los lavados y pulverizaciones de lí- quidos antisépticos (sublimado corrosivo, sulfato de cobre). 3%. Elácido sulfuroso (combustión del azu- fre). Las estufas de vapor recalentado prestan importantes servicios en los hospitales y en los grandes establecimientos, para la desin- fección de los lechos, de las ropas de cama y de los vestidos; es un procedimiento infa- lible, pero no es posible calentar á 115” los muebles ó una récamara entera. linalmen- te, no se encuentran estas estufas ni en las ciudades pequeñas ni en el campo. Los lavados y las pulverizaciones de líqui- dos antisépticos, muy especialmente el bi-: eloruro de mercurio, tan alabados en Ale- mania, son en extremo peligrosos, necesitan aparatos y operadores especiales y, en fin, no penetran por todas partes como puede gaseoso. -El empleo del azufre, al contrario, está hacerlo un desinfectante al alcance de todos y no origina grandes gas- tos, trastornos ó pérdida de tiempo; tiene la ventaja de que destruye el mal en el sitio 167 donde se encuentra, desinfectando: a la vez en una sola operación el continente y el con- tenido. Las propiedades microbicidas del ácido sulfuroso han quedado definitivamente con- sagradas por un gran número de trabajos ly de experiencias á los cuales están unidos los nombres de Pasteur, DusarDin-Brau- Merz, Roux, Áusert, de Prerra-SanTa, Du- BIEF, Brun, etc. Basta quemar en un espa- cio hermeticamente cerrado, 20 gramos de azufre por cada métro cúbico para destruir todos los gérmenes infecciosos. ¿El ácido sulfuroso altera en estas condi- ciones los muebles y los tapices? Las minu- closas experiencias del Dr. Auserr, médico mayor de primera clase, responden á este temor. 1 El Dr. Auberr, relata entre otras desin- fecciones, la que practicó él, personalmente, en dos piezas. Contenían éstas, camas de ma- dera y de hierro, roperos con espejos, col” chones, sábanas, cobertores, plumazones de salón azules y amarillas, diversos muebles, cortinas y además, á título de experimenta- ción, objetos de seda, de lana, de algodón, de terciopelo, de raso y de rasillo de diver- sos colores; objetos metálicos como cande- leros de cobre, piezas de ruolz y de bron- ce dorado, etc. Después de cuatro días de exposición á los vapores sulfurosos, el Dr. AuberT comprobó que «los distintos tejidos que habían permanecido en esa habitación no experimentaron la menor alteración, lo mismo respecto del color que de la estrue- tura;» y que «los objetos metálicos de bron- ce, de cobre, de ruolz y de acero estaban ligeramente empañados 6 ennegrecidos; pero que recobraron su coloración normal des- pués de una simple fricción con un trapo de llana». Para practicar la desinfección por medio del azufre, es necesario tapar cuidadosamen- te todas las hendiduras por las cuales po- dría escaparse el gas sulfuroso; se pegarán, pues, tiras de papel al rededor de las ven- tanas, de las puertas, y sobre todo, de la cortina de la chimenea (se humedecerá el piso con una esponja) y en seguida se que- 1 Bulletin Général de Thérapéutique, 30 de Enc- ro de 1890. 168 marán 20 gramos de azulre por cada metro eúbico fra de que tenga la pieza. Aunque la ci- 20 gramos baste por regla general y sea la adoptada por la Prefectura de poli- cía, es preferible aumentar la cantidad y usar 30 gramos. Se puede quemar este azulre en un crisol de barro refractario, en un recipiente metá” lico ó sobre una placa de hierro fundido ro” deada de arena. Esta operación no es siem- pre muy cómoda para las personas no acos- tumbradas á las: manipulaciones.. Además del peligro de incendio sucede á veces que por una colocación defectuosa 6 por haber encendido mal, la combustión es incomple- | ta y al cabo de 24 horas cuando se cree que la operación está ya concluida, es preciso comenzar de nuevo. Para evitar este in- conveniente M. Des- CHIENS, Ingeniero del Laboratorio de Higie” ne del Hospital Co- chin, ha hecho fabri- car gruesas bugías de azufre que pesan 500 gramos, que pueden dividirse en dos par- tes y que bastan pa- ra la desinfección de una habitación co- mún. Estas bugías, repre sentadas en la Fig: FiG. 237.—BUGÍA SULFUROSA DESINFEC- TANTE.—A, cilindro de azufre quími- camente puro, de 250 gramos, colocado dentro de la tela metálica B.—C, agu- jero que atrae el aire y que permite una combustión completa y rápida.— de gruesos cartuchos de tela metálica; se colocan en un plato D, mecha. lleno de ceniza, bas- tando encender la mecha para que en el es- | pacio de tres horas y sin peligro alguno, la combustión sea completa. Este pequeño apa- vato, empleado en los hospitales, es prácti- co en extremo y por otra parte lo preseri- ben.en la ciudad muchos médicos. Después de que se haya verificado la sul- furación debe quedar la pieza hermética-' mente cerrada por espacio de 24 horas. DR UL (La Nature, 1, Tomo XX pp. 238-239.) A ” . | 237 tienen el aspecto | COSMOS LA CIENCIA DIVERTIDA LOS LAPICES EN EQUILIBRIO Esta experiencia, dedicada á los señores estudiantes, consiste en mantener en el es- pacio, dos lápices en equilibrio; uno que debe permanecer horizontal apoyado por su | Fic. 238 punta en una aguja ó suspendido por la mis- ma de la extremidad de un hilo, y el otro que debe mantenerse vertical con su punta hacia la extremidad del lapiz anterior. Los lectores están bastante familiarizados con ¡nuestras experiencias anteriores de equi- ¡librio para que nos sea necesario insistir de- masiado sobre la disposición de la actual: ¡los dos cuchillos de igual peso, que mantie- ¡nen horizontal el lapiz, recuerdan la expe- riencia del alfiler ¡perforado por una aguja; y en cuanto al ¡equilibrio del lapiz mantenido vertical por medio de dos porta-plumas, es una experien- cia muy conocida; pero la combinación de indicada anteriormente ambos equilibrios nos ha parecido bastante original y digna, por lo mismo, de figurar [aquí. Si nuestros jóvenes lectores han dispues- ¡to con cuidado su aparato, podrán hacerlo girar al rededor de su punto de suspensión, y una vez dado el impulso, verán continuar movimiento de rotación durante po. el la rgo ¡tiem LA ERUPCION DEL VESUBIO | | Colocad en el fondo de un frasco de bo- ¡ca ancha un frasquito lleno de vino tinto, | tapado con un corcho que tenga una peque- ñita perforación longitudinal. Sabemos que a causa de la diferencia de densidad entre ambos líquidos, el agua penetrará en el fras- quito, expulsando el vino que se escapará en forma de hilillo rojo, extendiéndose des- pués, en la superficie del agua. He aquí un medio pintoresco de presen- tar esta conocida experiencia: con yeso Ó sim=- plemente con tierra, figurad una montaña en el fondo de vuestra vasija, montaña que ser- virá para ocultar el frasquito. y en la parte superior de la cual haréis un agujero pe- queño que figurará el erater y servirá para darle salida al hilillo de vino. Tened cuidado de agitar el agua de la va- sija á fin de que el penacho que la atravie- sa figure el humo rojizo que mueve el vien- Fic. 239 to al salir del volcan y habréis dado, así, á los espectadores una reproducción bastante exacta de la erupción del Vesubio. CES LA CAMPANA DEL BUZO Cuando sumergimos en el agua una copa invertida, percibimos que el nivel del agua en la copa está más bajo que el nivel del agua exterior, Este conocido fenómeno va á permitirnos dar una demostración divertida del funcionamiento de la campana del buzo, en la cual pueden los obreros respirar y trabajar cómodamente á pesar de encontrar- se debajo del nivel del agua. Para hacer visible la experiencia á todos vuestros espectadores disponedla como se va a indicar. , COSMOS 169 El vaso que contenga el agua será la ta- 240 pa invertida de una quesera y sostenida por Fic. un frasco de boca ancha en el interior del cual penetre el botón de la tapa. Tendréis así un vaso transparente que permitirá ver lo que pasa en su interior. Si sumergís aho- ra una copa invertida en esta agua, compro- baréis que el nivel del agua, en la copa, está mas bajo que el nivel exterior. Apoyándose en este principio se puede proponer la experiencia siguiente: Sumer- gir en el agua un trozo de azucar sin mo- jarlo. Bastará colocar el azucar sobre un tapón de mostaza y cubrir éste con la co- pa invertida. Cuidese de sumergir la copa muy verticalmente á fin de evitarle una ma-= roma al corcho, y manténgase el borde de la copa en el fondo de la tapadera todo el tiempo que se quiera. Al sacar la copa, y por consiguiente el azucar y su soporte, to- maréis el pedazo de azucar enteramente se- co puesto que el aire contenido en la copa impidió que el agua lo tocara. Tom Trr. => EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 3 SEGUNDA SERIE TEJIDO Fic. 241 a Línea. la, 1d, etc. 2a E 1d, la, ete. A Semejante á la 12. ga ES ld, la, 7d, 2a, 7d, la, 1d, la. Ba La, 1d, la, 5d, la, 2d, la, 5d, la, 1d. CU Semejante á la 41. za be la, 1d, La, 3d, 3a, 2d, 3a, 4d, la, 1d: 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 150, 1Kol, ey Echo ler, all, len 2d, la, 1d, la, 3d, da, Ulla, la, 1d, la, 1d, la, 1d, 3a, 2d, 3a, 1d, la 2d, 1d, la. 104 o a dad ta ul La, 3, la, Mal, Za, Ld, Ta. ga " f1a . ta, 1d, 2a, 1d, la, 34, 20, Bal, Ta, ly Ma, ld, la, 1d. 12 dÍ ld, la, 2d, la, 1d, 3a, 2d, 3a, 1d, la, 1d, eE 1d, la. 13u ñ e lll) Ter Dilo de Mal, la, 2d, la, 1d, la, £d, la, 1d. L4a 4 ld, la, 4d, 3a, 2d, 3a, 3d, la, 1d, la. 15a e la, 1d, la, 6d, %a, 7d, la, 1d. 161 0 1d, la, 6d, la, 2d, la, 5d, la, 1d, la. AGN Semejante á la 153, Para las tres últimas lineas si- gase el dibujo. Fic. 24) la Linea. 2d, 2a, 5d, 2d: de 1d, £a, 3d, la, 2d, la, 3d, 4a, 1d. 2a, 5d, 2a, $ 2a, 2d, 2a, 8d, 2a, 2d, 2a. pa só 2a, 2d, 2a, 3d, 2a, 3d, 22, 2d, 2a. E ld, 4a, 3d, 4a, 3d, 4a, ld. ba Se 2d, 2a, 3d, 2a, 2d, 2a, 2d, 2a, 2d. A 6d, 2a, 4d, 2a, 6d. A 5d, 2a, 2d, 2a, 2d, 5d. Ya A ld, la, 2d, 2a, 2d, £a, 2d, 2a, 2d, la, 1d. LO la, 2d, 2a, 2d, 2a, 2d, 2a, 2d, 2a, ld. A Semejante á la 101, Las nueve últimas lineas son se- mejantes á las 9 primeras, comen- zando por la 9: es decir, de abajo hacia arriba, puesto que acaban el dibujo. Asi sucederá para muchos de los dibujos que van á seguir; por lo mismo, para la explicación citaremos la 222 con el signo * > 243 Fic. la Linea.. 2a, 2d; +a, 3d, 4a, 3d Za. 2a E la, 2d, la, 4d, la, 1d, a, +d, la, 3d, la. COSMOS e am lr (TS Ile Ace Te Url M1 Aa Jes=il] LO sl LA 01M la Mi MEE VE mM AA ANA] Ab AE ida SL MT Amina Ú Ñ e ll mas A AA A Mo mM CODA fm ds dl ES cl se ps 2 LE mu ELN pa 007, 13 qa MAN [AE IE LA di LE Irina e Mm ¿e 0 UE ga ja 103 La Linea. Linea. a Linea. 2d, la, 2.1, la, 2d, la, Ld, La, 2d, 1a, 2d, Las 31. dal lo, 291, ln. dl, 21, Aly Dn el, e Al illa Z40lo la, 2d, La, 11d, La, 2d, la, 1d. Aaa a la, 1d. Es 2 la 4 la, Dl ¡leño Palo Er, all La, 24, la, 4d), La, 1d: la, 4d, la, 1d. (4, 2a, 1d; La, 1d, La, 1d, la, 4d, 2a, 2d, 61, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 7d. Semejante á la 92 *, Fic. 244 la, 1d, la, 1d, la, 4d, la, 4d, la, 1d, la, 1d, la, 1d. 1d, la, 1d, la, 4d, 3a, £d, la, 1d, la, 2d. 21, la, 4d, la, ld, la, 1d, la, 4d, la, 3d. 7d Da, Sal 7d, la, 1d, la, 1d, la» 8d. : 6d, la, 1d, 3a, 1d, la, 7d. 5d, la, 1d, la, 3d, la, ld, la, 6d. 2d, 3a, 1d, la, 5d, la, 1d, 3a, 8d. 1d, la, 1d, la, 1d, la, 74,1a, 1d, La, 1d, la, E ba, 34, La, 3d, 6a, 1d. Semejante á-la 9 $. Fic. 245 2a, Zd, Za, 7d, 2a: lada 2d Las 7d: la. . Sd, la, 2d; La, 8d. PULSE AS ZA 4d. 3d, La, 2d, La, ld, La, 2d, la, 1d, la, 2d, la, 3d. 2d, la, 4d, la, 4d, la, 4d, la, 2d. Semejante á la 5a. 41, 2a, 2d, la, 2d, la, 2d, 2a, 4d. 1d, 2a, 4d, la, 4d, la £d, 2a, 1d. 101 lla Ja 163 112 Linea. la, 2d, ta, 5d, 2a, 5d, la, 2d, la. Semejante á la 103%, 246 7d, Sa, 8d. 1d, 2a, 3d, la, 31, la 4d, 2a, 1d. 11, 2a,2d, la, 1d, la 1d, la, 1d, la, 1d, la. 3d, 2a, Ld. 4d, la, 1d, 3a, 1d, 3a, 1d, la, 5d. Sl 0, 116L 20 UL 0, 1d, 2a, 4d. 2d, la, 1d, la, 1d, 2a, 1d, la, 1d, 2a, 1d, la, 1d, la, 3d, 1d, la, ld, 4a, 5d, ta, 1d, la, 2d. la, 1d, 2a, 11d, 2a, 1d, la, 1d, la, 2d, 2a, 3d, la, 1d, la, 3d, 2a, 2d, la, 1d. la, td, la, 1d, 2a, 3d, la, 3d, 2a, 1d, la, 1d, la, 1d. Semejante á la 92 $, FiG. 247 Sa, 3d, Sa, 1d. 7a, sd, 7a, 1d. 6a, 3d, la, 3d, 6a, 1d. 5a, 3d, la, 1d, la, 3d, sa, 1d. ta, 3d, la, 3d, la, 3d, 4a, 1d. 3a, 3d, la, la, 3d, 3a, 1d. 2a, 3d, la, 2d, la, 1d, la, 2d, la, 3d, 2a, 1d. la, 3d, la, 2d, la, 1d, la, 1d, la, 2d, la. 3d, la, 1d. 3d, la, 2d, dd. 2d, la, 2d, la, la; La, 16 Mal) a al la, 2d, la, 3d. Semejante á la 9a *. Fic. 248 la, 1d, 3a, 1d, la, 6d, la, 1d, 3a, 1d, la. 1d, la, 3d, la, 3d, 2a, 3d, la, 3d, la, 1d. la, 1d, la, 5d, 4a, 5d, la, 1d, la. la, 2d, 2a, 2d, 6a, 2d, a, 2d, la. Ya, la, 9, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 2d, la, COSMOS 7] ¿E Di ll 7 | JA il ¡ne A pls AN E Mp ¡gl al UI ME dle CA | Ml: añ O FUEL fm Al E EE ! A al 11008 4010 1 AMAT WOY || Dans] DA TTM ua AO 0] Meza pa UT MA AA MORO Lal os Aa, dy ql : al Ut A OA ve paa cn Jl a bs DE Dn rn 108 La Im II Ñ ne ll al Mu! if ¡Up LP ] ECO ae En lodo] JUN JEAN: COMERC ps Ano di li ' MA hi a Ae ld ae A Mb Mm Mas Jl E ME ee bl AUN a MU en MN AE gel ill a pu Ñ A A | ALA as 3 Pi 1 48 Ñ IRON ne A] par ps EN ppm LONA le ' A AA letrero AULA: Ñ Fic. 249 RÍ cn ENT a E al alo Bu MTRO a EJ [MUI Cp ¿zi la, 2d, 2a, 2d, la, 1d, 2a, 1d, la, 2d, 2a, 1d, cla. 1d, la, 3d, la, 3d, 2a, Sul) e Sul Tay tal: Ja Ñ ls Bal a all) 20 Gl 2a, 5d, la. ¿2 Linea. Su E ax 2 Ea, Ml ela ld, la, 1d, 2a, 3d: Sa al 25 Eto (Sel Exa Pel 2d. 102 y lí 1d, Sa, 2d, 8a, 1d. ¡DA Semejante á la 91%. Fic. 249 9a, 2d, 9a. A la, 5d, 3a, 2d, 3a, dul, la. A la, 1d, 3a, 2d, 2a, 2d, 2a, 2d, 3a, 1d, la. A la, 1d, 2a, 1d, la, 1d, 2a, 2d, 2a, 1d, 1d, 2a, 1d, la. A O O ETS a E la, 24, 2a, 24, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la. Ta, 2d, la, La, la, 2d; la, 2d, la, 1d, la, 1d, la, 2d, la. ra 9a, 2d la, dd; la, 2d; %a, 2d, la, 1d, la, 2d, Da. 3a, 4d, 32. ga 0 ta, 1d, la, 1d, 2a, 2d, 9a, 1d, la, 1d,4a la, %a, 2d, 2a, Ad, 10 y 1la 4d, la, 1d, la, 2d, la, 2d, la, 1d, la, 4d. 1 Semejante á la Sa *. Fic. 250 ía Linea la, 2d, la, 3d, 2a, 1d, 9%, 3d, la, 2d, la, 1d. Da 5 2d, la, 3d, la, 1d, la, ad, la, 3d. E ld, la, 2d, 3a, 2d, la, 2d, 3a, 2d, la, 2d. Ja $ la, 2d, 5a, 3d, da, 2d, la, 1d. Da 9d, 3a, 2d, 2a, 1d, 2a, 2d, 3a, 3d. A 2d, 2a, 4d, la, 1d, la, 4d, 2a, 3d. qa E 2d, 2a, 5d, la, 5d, Ya, 3d. ED la, 2d, 2a, 4d, la, 4d, 2a, 2d, la, 1d. 9a 0 2a, 2d, 2a, 3d, la, 3d, 2a, 2d, %a, 1d. WET 2d, la ,3d, 3a, 1d, 3a, 3d, la, 3d. 11a 60 Semejante á la Ya + la Linea. 1Ca ” 3d, la, Sd, la, 5d. 3d, 2a, 6d, 2a, 5d. 3d, 3a, 4d, 3a, 5d. dd, ta, 2d, 4a, dd. od, 10a, 5d. ba, 10d, ha. 1d, ta, 1d, la, 2d, 2a, 2d, la, 1d, 4a, 1d. ad sm Su se, 3d,3a,2d. Za a a, sd. 4d, la, 1d, 2a, 1d, %a 1d, 2a, 1d, la, 4d. Semejante á la 1Ca, a Línea. 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Los métodos y modos por me- dio de los cuales las semillas de las plantas se trasladan y depositan en nuevas locali- dades, la parte que toman los insectos, las aves y otros animales en su distribución, no menos que sus propios é ingeniosos medios para flotar en el viento y en las olas, y para adherirse á cualquier objeto en movimiento, todo ha sido observado cuidadosamente y dado á conocer con exactitud. La primera verdad importante que recibe fuerza con estas observaciones, es la de que toda la vida orgánica de la Tierra, en sen- tido genérico, es migratoria ó nómada. Los individuos pueden arraigarse ó estacionarse, pero la tribu es errante; deja constantemen- te los viejos campos y los lugares próximos pa- 'a dirigirse á otros nuevos, unas veces ex- pulsados en masa, otras debilitados y ham- brientos, algunas estimulados por otros, pe- ro siempre en movimiento; tanto los in- dividuos como la especie, van á una nue- ya localidad, mejor acondicionada, tomando todo en consideración, para satisfacer nece- sidades apremiantes, y para desarrollarse y levantarse en la escala de la vida. Otra gran verdad, deducida del examen de los métodos de estos movimientos y del es- tudio de las causas de este incesante viaje de la vida orgánica, esla de que ciertos elemen- tos esenciales de la localidad misma también se transportan ó se adelantan un poco á las especies emigrantes. En otros términos, las líneas pluviosas é isotermas, las condiciones climatológicas y Otras indispensables para la vida, están cambiando constante y lenta- mente en relación con la localidad, pero de 1 Where DID LIfE BEGIN? —A brief enquiry as to the probable place of beginning and the natural cour- ses of migration therefrom of the flora and fauna of the Earth.—A monograph by G. HiLrox ScrIBNER.— New York. ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA? | COSMOS | 173 hecho están en movimiento. Se ha observa: do con frecuencia que ciertas especies, que ocupan en un momento dado algún terreno particular, al poco tiempo y por tales cam- bios, se ponen en estado de expulsar en mra- sa á otros habitantes del "mismo territorio, que á su vez serán expulsados indudable- mente por cambios y medios semejantes. Todas las especies de plantas y animales que han permanecido en una localidad hasta perder los medios de movimiento y que no pueden ó no quieren viajar, tarde ó tempra- no degeneran, primero, y luego son exter- minadas. Por ejemplo, una faja de lluviaó una área de rocío cambia de dirección lenta, pero constan- temente del Norte hacia el Sur; un suelo ári do se hace fertil y un suelo fertil se torna árido; el pasto y las plantas floríferas de in- finita variedad se mueven con la faja de ro- cío 6 de lluvia; los venados siguen al pasto y los lobos á los venados; mil variedades de insectos siguen á las plantas florileras, y las aves insectívoras y otros animales, herbívo- ros y carnívoros, vienen después, y asi, átravés de todas las exigencias de la vida, el cam- [bio de una sola condición esencial, el movi- miento de una variedad, causan una pertur- bación y un movimiento en toda la localidad, De aquí viene toda esa actividad incesante de emigración en la flora y fauna de la Tie- rra. Todo este orden de cosas indicaría la po- sibilidad, á lo menos, de que en nuestro planeta, la vida de tierra firme comenzó en alguna área favorecida y de allí se extendió sobre la superficie del globo, excitada por los cambios del medio, escaseando las condiciones favorables de su desarrollo en el lugar de su principio, y siempre atraída por las con- diciones más favorables de los distritos ad- yacentes. Como no hay plantas y animales, con excepción del hombre, y probablemente su compañero el perro y su calamidad la rata,-que puedan desarrollarse en casi to- das las latitudes donde la vida es posible, es evidente que las plantas v animales, co- mo ahora los vemos, no pudieron hacer su advenimiento sobre la Tierra, universal ó si- multáneamente. Todos los hechos geológi- cos contradicen las dos suposiciones. Por 174 otra parte, para decidirse por cualquiera de las dos, es preciso aducir, primero, que to- das las partes de la Tierra se hicieron ha- bitables para alguna forma de vida al mismo tiempo, lo que es apenas posible; y segun- do, tales razones harían á un lado la impor- tante cuestión de distribución, harían su- perfluos la mayor parte de los modos de movimiento, y resultaría absurdo hablar del tiempo, métodos y caracter de la distribu- ción de lo que desde un principio babía si- do completamente distribuido. Es mucho más probable que la vida hizo su primer | advenimiento sobre este globo en alguna lo- calidad favorecida, y no en todas partes a la vez. Si fuera posible en ciencias naturales pre- sentar proposiciones axiomáticas, sería una de ellas la que asentara que la vida debió hacer su primera aparición en aquella parte de la Tierra 6 en aquella parte de un plane- ta en vía de desarrollo, que por condiciones climatológicas y otras condiciones concu- rrentes, fué preparada antes que otra, si no para originarla, á lo menos para recibirla y mantenerla. Nada puede ser más cierto que ésto, pues no podría haber hecho su prime- 'a aparición en aquella parte ó en una de aquellas partes que careciera de estas con- diciones. Por condiciones concurrentes de clima y temperatura—donde quiera que use esta [ra- se—quiero significar las corrientes aéreas y oceánicas, la evaporación y condensación del agua, la desintegración de rocas, los cam- bios eléctricos y químicos, las nuevas com- binaciones y los fenómenos y movimientos que están sujetos á la influencia del clima y la temperatura, 6 que cambian con ellos, juntamente con todos los electos secunda- rios y remotos que son sus consecuencias. Y al hablar de la primera aparición de la vida, no importa, para mi modo de ver, si fué creación, desenvolvimiento ó trasplanta- ción, si fué un liquen sobre una roca ó una mó- nada en el mar; una celdilla única primordial y solitaria, ó mica en cualquiera parte. No investigo las causas, métodos, carácter 6 extensión de la primera vida; me limito á indagar simple y sencillamente su probable primus locus, una molécula de materia plás- COSMOS Situviésemos la fortuna de descubrir dón- de comenzó la vida en la Tierra, habría bas- tante seguridad para apoyar la aserción que una gran parte, sino toda la vida actual so- bre la Tierra, es su legítimo resultado y con- secuencia. l ¿Hay pues, alguna fecha, algunos hechos aceptados, relativos al estado de nuestro globo, anteriores al advenimiento de las plan- tas y de los animales, que nos puedan po- ner en estado de comparar su pasado con su presente, y que bajo leyes conocidas, in- diquen qué porción de la superficie de la Tierra, por la temperatura, clima y demás condiciones concurrentes, fué la primera que se hizo propia para la vida? ¿Puede descu- brirse alguna causa razonable, probable y todavía existente, en esa porción habitable antes que otra, que haya podido dispersar toda la vida vegetal y animal y enviarla en igual distribución por todos los mares y to- dos los grandes continentes, tan luego como otras porciones de la Tierra se hubieron he- cho, por temperatura, clima y demás condi- ciones concurrentes, capaces de recibirla y mantenerla? ¿Hay alguna localidad que co- rresponda á estas condiciones, y de la cual pudiera decirse, con mayor razón que se di- jo de Roma, que todos los caminos iban á ella y venian de ella; no solamente caminos reales que pudieran dirigirse 4 cualquier parte del mundo, sino que permitiesen el uso de vehículos, vagones cargados de se- millas, que fueran constantemente en direc- ción de la distribución más favorable y á las más remotas regiones de la Tierra? ¿Alguna localidad dispuesta de tal modo respecto a ¡la topografía de toda la Tierra, que hiciese esos movimientos dispersivos de las plantas y animales en todas las direcciones imagina- bles y á todas las distancias, no sólo fáciles y probables, sino conformes con la distri- bución actual? ¿Hay alguna semejanza en la lorma, anatomía, estructura, talla, color, ali- mentación, costumbres, lugar de habitación, longevidad, modo de propagación, término de gestación, y capacidad para los cruza- mientos entre cierta flora y fauna de los con- tinentes orientales y occidentales que pu- COSMOS 175 diese sugerir que muchas especies y varle- dades, hoy tan lejanas, han podido venir en su origen de la misma localidad y de los mismos antepasados? ¿Las plantas y los ani- males se han perfeccionado siempre, des- guir un camino mejor que otro? ¿Las corrientes do- arrollado y hecho prolificos, al se minantes, aéreas y oceánicas tenían una di- rección favorable á esos movimientos? ¿Son | casos de exterminio y de degeneración el resultado de un movimiento opuesto ó un obstáculo que impida ese movimiento favo- rable? Hay muchos hechos y consideraciones que pueden presentarse en abono de la solución de estas cuestiones, y para contestar del to- do algunas de ellas. Consideremos, en primer lugar, el estado probable de la Tierra antes del advenimiento | de cualquier especie de vida en su superli-: cie. Muchos de los que á la luz de la inves- tigación y del pensamiento moderno, han da- do inteligentes opiniones acerca de la cosmo- gonía, creen y sostienen muy firmemente que la Tierra fue en un tiempo un globo in- tensamente caliente, sin duda una masa (ui- da, que en el transcurso del tiempo, se en-| | ¡da que negarlo. frió por radiación hasta su actual tempera- tura. No es del todo necesario para el obje- | to del presente estudio, examinar la llamada teoría de las nebulosas, ni indagar cuándo ó cómo se calentó tanto nuestro globo, ni cuánto se ha enfriado hasta hoy, ni necesi- tamos inquirir si la Tierra no es ahora mas que una masa fluida cubierta con una costra comparativamente delgada, ó si se ha en- friado y endurecido hasta el centro. Es im- portante, sin embargo, tener entendido des- de luego, que los hechos y consideraciones que aquí presentamos, se dirigen á aque- llos, solamente á aquellos que han compren- dido y aceptado la conclusión de que nuestro globo, en un tiempo del proceso de su for- mación y desarrollo, pasó por terribles orda- lias, que las rocas primitivas fueron de forma- | ción ignea, y que hay otras muchas condi- ciones existentes y hechos sensibles, que no pueden explicarse sino apoyándose en la hi- pótesis de que toda la Tierra fué masa flu1- da en una época. Aun después de estas admisiones, se pre- senta una dificultad, pero que felizmente no afecta el argumento, á saber: Las inferencias concebibles, los hechos y lenómenos que se pueden suponer en el des- arrollo é historia de la Tierra, se han discu- tido y analizado de un modo tan completo, á la luz de esta brillante masa fluida primi- tiva, por escritores tan capaces y distingui- dos, que parecería presunción en estos últi- mos días aventurar alguna nueva deducción, ó dar una nueva conclusión radicalmente im- portante, respecto de esta materia; pero si con relación de lascausa á efecto, ya han sido expuestas antes las ideas que aquí se pre- sentan, el autor no ha tenido la fortuna de encontrarlas, y puede decir con seguridad ¡que si son correctas, su significación co- mo factor de otros problemas, no será pues- ta en duda por lo menos. No es necesario que estas ideas hayan si- do demostradas inductivamente como verda- deras; pero hay ciertos hechos y fenómenos que conducen directamente á conclusiones definidas que más adelante se citan, las cua- les estoy seguro que todos aceptarán creyen- do que es más facil y racional admitir que la Tierra fué en otro tiempo una masa flui- Considerando, pues, á la Tierra como un globo que estuvo en alguna época intensa- mente caliente y desprovisto en absoluto de vida orgánica, una de las precisas é indis- pensables condiciones para la existencia de las plantas y de los animales, fué con toda evidencia, la irradiación en el espacio de ese calor tan excesivo y destructor. El cumpli- miento de ésto, unido á los efectos concu- rrentes que debieron seguir, ó por lo menos la reducción gradual de la temperatura, fué todo lo necesario para hacer que la Tierra fuese un lugar propicio para el sostenimien- to de la vida vegetal y animal. Bajo cual- quier concepto, esto es precisamente lo que ha sucedido desde el comienzo de la edad azoica y es lo que sucede todavía en algunos puntos de la costra terrestre, cosa visible y facil para cualquier observador. Nuestro trabajo, entónces, queda reducido á esta cuestión: ¿Qué lugar ó qué lugares de la superficie de la Tierra fueron los pri- meros que se enfriaron por irradiación á tal 7 punto que permitieron la existencia de las plantas y de los animales? Una suposición puede ayudarnos á obte- ner una respuesta satisfactoria. Áceptemos que la Tierra fué en una época una masa fluida, que giraba en su órbita tan cerca del Sol que la cantidad de calor que recibía era igual á la que perdía por irradiación. En estas condiciones se habría enfriado hasta que el Sol se enfriara, ni más ni menos. Esto indica que el calor recibido por la Tierra está y ha estado siempre en equilibrio: el valor que llega es igual al que se pierde por irradiación. La pérdida de calor durante un tiempo determinado puede formularse de la siguiente manera: del calor que la Tierra pierde durante un tiempo determinado, sus- tráigase el calor recibido del Sol durante ese mismo tiempo, y el resultado equivaldrá al calor de la Tierra 6 á la pérdida actual de éste. Notomaremos en consideración el calor de procedencia estelar por ser relativamen- te infinitesimal, y aún cuando fuere consi: derable no tiene gran importancia para no- sotros desde el momento en que cae ¡gual- mente sobre toda la Tierra. Es evidente, supuestas las condiciones ac- tuales de la superficie de la Tierra que en la época en que fué una masa fluida y aún mucho tiempo después, irradió calor en el espacio en mucha mayor cantidad que el que podía recibir del Sol; pero, no obstante, el calor del Sol está y ha estado siempre en equilibrio respecto del que se pierde por irradiación y del que llega durante un mis- mo tiempo. Pero este calor del Sol, este equilibrio de irradiación no ha sido recibido igualmente por toda la Tierra. El anillo ecuatorial, ó sea la zona tórrida, ha obtenido más por pié cuadrado en proporción a su área. Los dos intermedios, es decir, las zonas templadas han recibido por pié cuadrado una cantidad menor á la de la zona tórrida y mayor que la de los polos, pero siempre proporcional á su área; en tanto que los polares, ó las zonas (rígidas, han recibido la parte menor en cada pié cuadrado, también en relación á las áreas. Si la suma de ese calor solar recibido en el ecuador fuera como 1000, corresponderían 975 ala zona tórrida, 757 á las zonas tem- COSMOS pladas y 454 á las frígidas, ó lo que eslo mis. mo, menos de la mitad que en la zona tórrida y menos que las dos terceras partes de queen las zonas templadas. Entiéndase que se ha- bla aquí, y así lo haré en lo de adelante, de las zonas geográficas. Siendo en igualdad de circunstancias en el ecuador, como ya hemos visto, donde se recibe mayor cantidad de calor y donde es menor la pérdida por irradiación, y dismi- nuyendo esta proporción más y más a medida grado hácia el N. 6 hácia el S., y habiendo recibido durante este tiem- que se avanza un po las zonas frígidas la menor cantidad de calor solar—la menor compensación para su propia pérdida de calor por irradiación— ¿no debe deducirse que fueron estas las pri- meras partes de la Tierra que se enfriaron suficientemente para mantener la vida vege- tal y la animal? La inferencia parece inevitable. G. HiLrox ScriBNER (Continuard.) —_—__-__—_—_—-- SOLUBILIDAD DEL PLOMO EN EL ACEITE DE ALGODON El Mining and Scientific Press, señala una propiedad curiosa del aceite de algodón. Si se vierte un galón (4 '.54) de aceite en un recipiente de hierro en cuyo fondo se en- cuentren 20 libras inglesas (9*.) de plomo fundido, y se agita durante algún tiempo y después se decanta y se pesa el plomo que queda, no se encontrarán más que diez y siete libras: se han disuelto, pues, tres en el aceite. Si se repite esta misma operación cuatro veces, se advertirá que la mitad del plomo ha desaparecido. El aceite así modificado se aplica como una capa de pintura común y dícese que evita muy eficazmente el que se oxiden las superficies metálicas. - -—_——__— Nos dice Mr. GaLrox que solamente de uno en cadacuatro mil, se puede esperar que al- cancen distinguirse; y que nada mis uno en cada millón participa de esa intensidad deap- titudes instintivas, de esa insaciable sed por excelencia que se llama genio. Thomas H. Huxukey, i A A Ao UZLOX: E Ss os OINIZLTVIIL == E: Le NE ( sí OPS — EL — >] — £ PAPAB) HL AMOL) OMXIN >p ¡ediourad CURP (S-E6I-R10H 7] YNIMV'T 00005 G ere G WINVIDERT VOTEN CES WT Ea a £SOWSODI+ O) ] HOJ, ATAIS e (4) SjoMzuosoy 10d 0UH SY (9) sarao 1 apuran L O (£) ope 4 yspavuong—f (£) v3varto 10d ooByudiex—8 (4) Uyzv my 10d 091239813091, —% SLITA 19P “JU9L) “ULOD 104 ONG 9P SLYA 19D YYIL AS - AY SWIVIOIISA SOLNAIMVINVAAT 2 A BN (A) SPPITA DU (L) vOAON 7 (1) U9BPIPUuo A ¿1 duo — (ar) oponer Len ——— (1A) *y10nH o BUT ¿E ("f) 00210p Zo[ezu0p st du) 5 (A) zoo CE ES (Y) uo veo “91 “09 “PNAY 7 (5) Tpreroo = AU SL (*) OPRIeAry saIHOTOD SOT AA NQIOVOIANI AVIAIHOLA Y SOIYVYUANILI HA SVAN[T == AAA 300IN1DNI SODIAVHDOJOL SOMVAVa.L ZAUVATY 10 Iguoo £ 1085 IA E "IVAOUNVS Y ¿307 195007) VA0AVAOTAXA ODIAYH9ONO NOISIMOS OJUAUIOA IP VJIBJOIIIS Y] UI “BJFUIBOJIEO SP UDISFILOO) YLP SELIVS2IIU SAUOJOBAIISQO SUL esajgpuro1 uspand 'eaxoplo3sod saroporpa Su] IBIO(9Ur OpuvosaG —'VIONALUIAUY ( EA IMAN Y 503 vz vor e bl ODIN YN V TO NVTLLLODO: “e[o7 Y[ 3P UYJIINIJSUO) V[ Y SOLTESI09U »oyund 8o| 9p seopyidosg souopo]sod se] e[qey e] ue 03eaud uE y as 0198 ,€ —e9gp13095) UDJSpUIO) v] 10d Optuzto] '043j08dsax oquonre[a -2Y PP US e3euoo “seImpeBpa9Iqu Á 69191090189 'sOUB]S Op UPLOPI ANO UT -Z “70z8 wap) 100 SOXJQUL UD SUJ[IORUT UPJE9 so(edjou pad soqund so[ ap sapuy4[y SuT ,[—“SVLON Oo NL 2 | ¿IVA 19D HS Y za A) las P | A 29 61 00 US 3L 61 O9[EUBUL[U[J, *10PeIo dx TS | HL 0% 0€ 00 | 21 10 61 | (o31u spur ozund) ¡yadequsodog :1309f) -U10) «SUPLE E (1) zopuyiLiox | H 80 03 00 8030 61 | —— ('boLredaxtoz) equinzo uuonoT ) H 00 02 00 sr 8061 | (spdeoox) “> esopezodxg (-ourzj9L Y | H 91 63 00 IL IL 61 (zOqU) 901) TFUNUJOIVIX] 4309) "uo0) (elqond ap ( H 9 8h 00. 83 60 61 (*boxred 0.1103) 09Uu[zJO0Xx9NH “UY LIL 64 17 00 08 9 81 | — — (“boxtredaLioz) 00XH19Y OUVETAHA OAOLJH A ODIXHU Ad | HIJON | ——— AVArmoLOV AAIIONOT | anzuvr | OPPRIAOLNOS 1 Uvo07 —É—— A — SVOVNIWY3130 SVOIIY4DOZ3D SVAVNIAHOOD Z va NLISODV ¿JUL 18 19P U9JON9IIP UL O(VH OLNAMWÓA A VUUANO A VILAFUDOAPD NOISIKOD OLNAKOA IA OHOVASAI TIA A VAVISA JA VJUVLAUDAS Tomo 1 É*COSMOS* TSERIE Lamiva 121 Hoja 0-5 101194 | 194 | 194 OA m1] UN) | A - Pr Wu > -- ala HIZMANILOO me Guadalupe. 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F., 15 De Junio De 1892 Núm. 12 SE - =— qn En ENSAYO DE APLICACION DEL METODO LOGICÓ y de la intensidad de la resultante.—4. Pro- AL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DEL AIRE ¡cedimientos; convenciones. La aplicación de Y PROYECTO DE UN APARATO ¡la ley del poder pasivo angular y de la in- PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE | a ¡tensidad correspondiente del viento, á casos ñ J y . . . . E ci diversos de inclinación de un plano, nos permitirá fijar convenientemente la propie- Gl, Determinación teórica de la dirección dad de estas expresiones, así como la direc- a Commngorrs 00 ecc om E OTAZZIO ción y la intensidad aproximativas de la|resultante de las dos fuerzas componentes. | y .. 1. Continúa. Véase Cosmos pp. 81 y 161. Sean ad' el plano y mn la sección del 178 viento correspondiente á la posición normal de este plano (Fig. 256). Hagamos girar aa” al rededor de una recta que pase por el centro de figura O, y paralelo á los lados cuyas proyecciones son los puntos a y a. Sea ay aa aa TAS A pOSICIOS nes sucesivas del plano, de 10 en 10 grados, á partir de la posición normal aa”. Supon- amos que para esta última posición, el va- lor de la intensidad del viento mn sea igual a Oay, II. Valores de las componentes de acción. es decir, Oa¿=1. —Sabemos que para cada una de las post- ciones indicadasa, 4/”,09 49, Az Ag yo... ete., los valores de la intensidad decrecen pro- porcionalmente á los senos de los ángulos de inclinación, es decir en razón directa de las perpendiculares bajadas de los puntos Ay, A, az, -..... sobre la recta Oay, ó lo que es lo mismo, en razón directa de los tama- ños Oa, Ob, Oc,..... que son los cosenos de los complementos. Llevemos estos tama- ños sobre la recta Oay. Las distancias Oa,”, Oa,”, Oaz”,..... Oag”, nos representarán los valores de las componentes de acción correspondientes á los ángulos de 10%, 20%; AP oooor0. ADS II. Examen, ley y valor de las compo- nentes de reacción. —En cuanto á la compo- nente de reacción, hemos visto ya que su valor es nulo cuando el plano forma con la dirección del viento un angulo de 90”; pero que el equilibrio del escape del viento por| los'bordes del plano se rompe desde el ins-: tante en que éste se inclina. Es claro que esta ruptura de equilibrio del escape del viento es tanto más sensible cuanto más se inclina el plano; alcanza su valor máximo cuando el plano está horizontal por- que en ese caso no hay ya obstáculo al es- cape del viento si suponemos inapreciable la resistencia del corte. La componente de reacción comienza, pues, por 0 y llega á un valor máximo igual á 1 cuando el ángulo de. o) inclinación es nulo, mientras que la compo- | nente de acción disminuye desde 1 hasta U durante el mismo movimiento del plano. No ha de olvidarse que la componente de reacción es relativa á la acción misma del: viento y, por consecuencia, al seno del án- gulo deinclinación; no hay allí una fuerza dis- COSMOS inta de la intensidad del viento que obra sobre el plano, sino más bien una parte de la misma intensidad de este viento, que re- presenta una fracción cada vez más grande de la acción, es decir, de una fuerza que va disminuyendo y cuyo valor debe, por lo mis- mo, multiplicarse por el seno del angulo de inclinación correspondiente. ¿Cual es la ley de variación de la compo- | nente de reacción? Es facil preverla basándonos en las consi-.. deraciones que hemos establecido ($59 p. 164.. Desde luego, es seguro que la componen: te de reacción es una fuerza antagonista de la componente de acción, puesto que mien-- tras ésta tiende á mover el plano en el sen- tido de la dirección del viento, aquélla tien- de á moverlo en el sentido de la inclina- ción de dicho plano. La componente de reacción es, pues, al mismo tiempo uná uerza antagonista del trabajo util del viento y esta fuerza no es, en cierto modo, más que una transformación del sentido de una par- te de la fuerza del viento. * Si el trabajo util decrece entre mayores limites que la intensidad del viento ($ 59-11 | p- 164), es decir, entre límites mayores que los del seno del ángulo de inclinación, la componente de reacción debe crecer, rela- tivamente a su unidad respectiva, entré ma- yores límites que el seno en cuestión. Por otra parte, sen 30%=1/,; luego compo- nente de reacción correspondiente á 30%>1/, de este seno. Y como el valor total máximo de esta componente es igual á- 1, se de- duce de las mismas leyes de la intensidad y ¡del trabajo util, que los crecimientos deben convertirse en decrecimientos á partir de 30%, En otros términos, cuando el ángulo de inclinación del plano disminuye gradualmen- te desde 90% hasta 0, la componente de reac- ción crece desde luego hasta 30% de incli- nación, para decrecer en seguida hasta 0. En el primer caso alcanza un valor mayor que */, y en el segundo llega hasta la uni- dad. Los demás valores de la componente de ¡reacción para diferentes inclinaciones, se obtienen, aproximadamente, interpretando ¡de una manera análoga la ley del poder pasi- COSMOS vo angular y de la intensidad correspondien- te del viento. IV. Intervención de la ley de JusseL.—Pro- cediendoasiscobtienen valores cuyarepresen tación analitica recuerda, ó para decirlo me jor, sugiere inmediatamente, relaciones bien definidas con la ley de JesskL relativa al desalojamiento del centro de presión en fun ción del angulo. Esta ley, obtenida después de numerosas experiencias, corrobora y facilita inductiva- mente por sus datos la fijación de los valo- res de la componente de reacción. Más adelante indicamos el procedimiento experimental de que conviene hacer uso pa- ra descubrir la relación numérica que exis: te entre las componentes de reacción. Lo que hemos dicho anteriormente, unido á las experiencias de JasskL acerca de los cen- tros de presión, nos basta por ahora para determinar aproximadamente la dirección y la intensidad de la resultante de la luerza del viento sobre los planos inclinados. Sean Ob, Ob,, Obj..... Ob, (Fig. 256), los valores de las componentes de reacción 00; transporlemos estos tamaños sobre las di- para los ángulos de 80% 70%, 60%...... recciones correspondientes del plano. 1) V. Valores de las dos componentes (acción y reacción) de 10) en 10 grados.—Tendre- mos entonces como valores de las dos com- ponentes, los valores que siguen: ano ice OS 900 Oay=1 MM =0 FO) Da Obz 700 Oa”, Ob. VI. Paralelogramos de las componentes Ógra- respectivas.—Construyendo los paralel g mos en cada uno de estos pares de fuerzas, | las resultantes serán: Lp O EEE MN ER Y RR, ¿A 2 que tienden a mover el plano en las diree- clones: +0r,, +0rg, +0r,, +0r¡, +0Or;,, +0r), | ¿4 Ory, —Ora, —Or,, —Or. 179 VII. Variaciones de la dirección, de la in- 'ensidad y del signo de la resultante.—Po- demos decir, pues, que cuando un plano es rwumal á la dirección del viento y se incli- 1a en seguida, con relación á esta dirección, 'ormando ángulos cada vez más pequeños entre 90% y 0% la resultante de las acciones y de las reacciones respectivas del viento so- bre el plano son: 1%. Positiva entre 90% y 30% (aproximada- mente), cada yez menor, y tiende á moyer el plano en todas las posiciones correspon- dientes d un cuadrante, con acción prepon- ¡derante de la componente de acción. 2%. Negativa entre 30% y 0% (aproxima- damente), cada vez mayor, y llega asíá ser igual y contraria á la acción del piento. Tien- de á mover el plano en todas las posiciones correspondientes á un cuadrante, con acción preponderante de la componente de reacción. | O más brevemente: ¡El viento mueve los planos inclinados, sea ¡irectamente, sea en sentido opuesto a la- corriente; directamente, entre 90% y 302, contra el viento entre 30% y 0%. 62. Trabajo del viento en los planos in- cl nados. Lo que precede equivale á decir ¡que el trabajo del viento sobre los planos inclinados es un trabajo motor entre 90% y 30% y un trabajo resistente entre 30% y 00. ¿n electo, en los primeros 60% de ineli- nación, las direcciones de movimiento del ¡plano Ory, Orj..... forman con la dirección ¡de la fuerza un ángulo agudo, mientras que para las inclinaciones comprendidas en los 130% restantes, las direcciones correspon- ¡dientes forman un ángulo obtuso con la ¡misma dirección. 63. Cura de los centros de presión.—Se- gún la ley de JasseL, cuando el plano aa” lentra en movimiento, el centro de presión ¡abandona el centro de figura con el cual coineidia en el momento en que este plano ¡ocupaba la posición normal, y se aproxima al borde inferior a' hasta un punto p' que se en- ¡cuentra a !/ de la longitud total del plano ¡para un ángulo de inclinación infinitamente | pequeño. | De suerte que O y p son las posiciones ¡extremas del centro de presión. Las posi- | ¡ciones intermedias de los centros de presión 180 COSMOS | correspondientes á cada una de las posicio- | carse sobre el eje de la varilla 20; el plano nes del plano Oaz, Oa;,..... se obtienen |se encontrará entonces en una posición de ligando el punto a” con el punto p y tra- equilibrio inestable y el más ligero desalo- zando paralelas á ap por los puntos /,, 6, ¡jamiento de abajo hacia arriba lo hará bas- e alcoi : las intersecciones de estas rectas cular. : des con las posiciones correspondientes del pla- y Debido 4 una disposición especial la va- no, dan los centros de presión buscados: pls ab traza sobre la parte posterior del 120 JD Ja Ligando ahora estos pun- ¡plano una serie de líneas paralelas que indi- odiosos lg a st tos entre sí obtendremos la curva conocida, Can las diferentes posiciones que ha ocupa- Ad E MS con el momibire de eoracol de PNser. do; la última de estas líneas // (Fig. 259) Antes de terminar esta parte de nuestro | pasara, pues, por el centro de presión. l | | estudio que se refiere á la inclinación, dire- | Coloquemos ahora las varillas ab y cd eo- | | A IO Malal mos cómo pueden obtenerse facilmente , por la M0 lo indica la Fig. 258, es decir, paralela experiencia, el centro de presión, la direc- mente á los bordes MD y LN, pero sin mo- o ción y la intensidad de la resultante y, pon QuE la posición del pla- A deducción, en virtud de las relaciones que "9: Repitiendo la expe- ñ AR DA tee m el existen entre la resultante y las componen- "encia precedente er ' senti dl, Fig. 258 tes, los valores de la componente de reac- $S tido de tí, Fig ida o la varilla ab ocupará una a A E : eva serie de posiciones 25 64. Determinación experimental del centro "UY p E ua ES sucesivas, y el movimiento de báscula se de presión.—I. Principio.—Merced á un pro- EE - producirá en po, por ejemplo (Fig. 259). cedimiento un poco análogo al que se apli-; : pco a | El centro de presión p se encontrará si- ca á la determinación experimental del cen- 'tuado, evidentemente, en el punto de inter- tro de gravedad de los cuerpos, podemos >? ) ! sección de las lineas 4 y pp. obtener el centro de presión de un plano! % : IL Descripción del aparato.—l.as figuras inclinado. ASIS ¿ Qe 260 y 261 dan una idea del aparato que permite realizar prácticamente esta experiencia asi co- mo la que consiste en determinar la dirección y la intensidad de la resultante. Este aparato ¡podría llamarse: compás de la resultante de ¡la fuerza del viento sobre los planos inclinados. Los órganos comunes a las dos figuras están N ¡representados por las mismas letras. Exc. 257 Fic. 258 Mn T. Tubo de escape del ventilador del anemodina- Sea MEND un plano delgado y ligero, mometro. A. Anillo 6 armadura de latón que se adapta al (Fig. 257) inclinado con relación á la o [tubo 7 y que se fija por medio de un tornillo A ción del viento Vp y sea p el centro de pre- ¡en la posición que se quiera, la cual está indicada | sión. Sean además ab y cd, dos varillas de ¡ORCOS MATOS pequotas es > La amadina A sosíte= . 6 ne todos los órganos que son: acero muy ligeras, colocadas horizontalmen- , RR”. Regla acanalada que se fija por medio de los te, contra las cuales aplicamos el plano. tornillos ¿t'. Una regla semejante está colocada si- % Es claro que si el esfuerzo del viento Vp es bastante intenso relativamente al peso de [. Semi-limbo graduado en grados y enfraccio- nes de grado, cuyo centro esta en (0) ay que sirve para métricamente del otro lado de la figura. la placa que constituye el plano, quedará... E E d :d E bei indicar la abertura de los ángulos de inclinación ésta mantenida en equilibrio sobre las va- | qel marco BR. rillas ab y cd, en tanto que el centro de pre-| BB. Armazón porta-plano de forma cuadrangular sión p esté situado en el intervalo que se- fijo en las extremidades de las reglas AR por la par- para las dos «millas en enestión. te media de dos lados opuestos. Dos tornillos de > : unión aseguran la estabilidad de posición del marco Pero si elevamos el plano gradual y para- z 1 Ñ , para una misma inclinación. lelamente á los lados MZ y DN, llegará un ri?, Extremidades de dos cilindros pequeños y es- momento en que el punto p vendrá á colo- triados ó con ranuras, destinados á detener el plano, Ú COSMOS 131 El cilindro /” está provisto de un botón (visible en [ una desus estrías trace una línea sobre la parle pos- la figura 261) al cual basta hacer girar para que se| terior del plano en experiencia. Sobre la última lí- mueva lentamente el plano. Se entinta de antemano ¡ nea trazada se encuentra el centro de presión. Los el otro cilindro ó varilla 1, con objeto de que cada! dos cilindros son de acero, muy ligeros, de un mis- [ ; mo diámetro y pueden colocarse, sea en rr”, sea en| hh. Fic. 260 DD. Dinamómetro que sirve para buscarla inten- ¡sidad y la dirección de la resultante y que desliza á cc”. Dos anillos pequeños que pueden deslizar á | [rotamiento suave entre las dos placas ó superficies frotamiento duro sobre los cilindros, impiden el¡de acero del limbo, tal como una alidada. En el desalojamiento del plano en el sentido de la lon- gitud de estos cilindros. Los órganos, cuya des- cripción sigue, pertene- cenespecialmente al com- pás de la resultante. SS". Contra-tuerca del tornillo CC. HH. Limbo graduado, fijo sólidamente enel ani- llo CC que está d su vez atornillado al tubo ó ar- mazón 4. La coinciden- cia de dos líneas peque- ñas ss' indica la posición que debe ocupar la coro- na HH á fin de que su plano comprendido en cl eje del tubo 7, sea per- pendicular á los cilindros 11? que detienen el plano en experiencia. La coro- na 6 limbo se compone de dos láminas paralelas entre las cuales puede deslizar á voluntad una pieza I Fic. 261 tubo o estuche del dina- mómetro, graduado de an- le mano en gramos Y en fracciones de gramo, se encuentra un resorte que se comprime por medio del botón D'. Una agu- ja dequeña a, da á cono- cer la intensidad de las presiones ejercidas s0- bre el resorte. Después de lo que hemos dicho acerca del principio que sir- ve de base para la de- terminación del cen- tro de presión, y des- pués de la descripción que acabamos de ha- cer, bastará tomar un ejemplo para que se conozca la función del aparato. III. Función.—Supongamos que se trata DD cuyo uso va á indicarse; de estas láminas está| de saber, por ejemplo, cuál es el centro de graduada una ssolamente, ¡presión de un plano inclinado a 60% y cual == LS COSMOS es la dirección y la intensidad de la cule liámetro de vuestro popote. Haced en una | É | tante respectiva. ¡avellana dos agujeros: uno en la parte pla- Por medio del limbo £ se coloca el arma ¡na y gris opuesta á la punta, y el otro, más zón BB á 60% de inclinación y se entinta E pequeño, hacia un lado, y extraed á la ave- 'arilla estriada 7. Después, por medio de llana su almendra con un alambrit> dobla- las reglas AR se hace coincidir el punto o do en forma de gancho, Haced, de la mis- con el punto p, centro de figura de la coro- ma manera, otros dos agujeros en otra ave- na HH, y se hace retroceder el botón P' del dinamómetro para que la punta D no! venga á ser un obstáculo en esta parte de la experiencia. Se pone el ventilador en movimiento, de: tal manera que se produzca un viento cuya intensidad sea bastante fuerte, y cuando la uniformidad del movimiento esté ya estable-. cida, (que puede ser una hoja de cartón compri- se coloca el plano ó la placa ligera mido, por ejemplo) delante de los cilindros: rr. En seguida se hace girar el cilindro! ri por O del botón; el plano se desalo. | ja y su centro de presión se aproxima más; y más al cilindro entintado. Finalmente. el! movimiento de báscula se produce cuando alcanza á este cilindro, y por consecuencia, la última línea trazada por éste sobre la cara. posterior del plano pasa por el centro de presión. Se repite á continuación la misma expe- viencia después de haber colocado los cl: lindros rr” perpendicularmente á su posi: ción primera sobre el marco. presión buscado estará situado en la inter- sección de las dos últimas líneas trazadas: por el cilindro entintado á cada parte de la experiencia. Acustín M. CHaAvez. ¿Conclutra.) LA CIENCIA DIVERTIDA TORNIQUETE HIDRAULICO HECHO CON UNA NUEZ Y DOS AVELLANAS Un popote grueso, una nuez y dos ave- llanas, es todo lo que se necesita para cons- truir el aparato. Cortad el lado de la nuez opuesto a la | extremidad puntiaguda, vaciadla, comedia si gustals, perforad luego, opuestos y cerca de la puuta, dos agujeros. muy redondos que tengan exactamente el El centro de! en dos lados! ¡llana y vreunid las dos avellanas con la nuez ¡por medio de dos pedacitos de vuestro po- pote, de 10 centímetros de longitud próxi- 'mamente, metidos por un lado en los agujeros Fic. | ás la nuez y por el otro en los que estan en pl a parte plana de las avellanas. En los agu- ¡jeros laterales de las avellanas poned dos [petalos de popote de dos centimetros de longitud y de diámetro menor que los tu- ES principales. Hecho ésto, colocad la punta de la nuez sobre el tapón de una botella, en donde se mantendrá el sistema en equilibrio, y si en leste momento vertís en la nuez un chorrito de agua, esta agua escurrirá por los dos po= | potes á las avellanas de donde se escapara, lal exterior, por las dos alargaderas latera- les, produciendo la rotación del aparato á a de la reacción del agua contra las ca- vas de las avellanas opuestas á los orificios Este es el conocido fenómeno del de salida. torniquete hidráulico que se ve en todos los COSMOS tratados de Fisica; pero la construcción rús- tica que damos hoy nos ha parecido diga de ser indicada á nuestros lectores. Para hacer los agujeros en la nuez y las avellanas es necesario tomar algunas pre- auciones para no romper las cáscaras y, So- bre todo, para no quebrar la punta de la na- vaja; lo mejor es tomar un alambre enro- jecido en la lumbre, el cual permite ensan- char gradualmente los agujeros hasta que tengan el diámetro requerido. Cualquiera que sea el procedimiento que se escoja, se requiere una poca de habilidad y de paciencia; pero recordemos que á pro” pósito de una nuez dijo el fabulista: Sin algún trabajo no puede haber placer. + Ex EL VASO PATRIOTA Todos sabemos que sí vertimos con pre- caución vino sobre“agua, el vino flota en la superficie. Esta experiencia es demasiado conocida para que nos sea necesario insistir en ella ¡pero hoy nos proponemos colocar el | vino en el fondo del vaso y el agua encima sin que se mezclen los dos líquidos. Se utiliza para ello la desigual densidad entre| el agua fria y la caliente. Poned agua hirviendo en un vaso (esco-' gedlo de vidrio templado para evitar su rup-' tura) y después, por medio de un embudo| que llegue hasta el fondo (Etc. 263), vertid | vino que habreis enfriado todo lo posible por! y E , | medio del hielo. Operando con cuidado ve- 183 vels formarse en el fondo del vaso una ca- ya roja bien definida. Quitad suavemente «l embado y vertid en la superficie del agua un líquido azulado más ligero que ella, por ] mplo, alcohol teñido con tinta (Fic. 263). Obtendreis así la capa azul superior que completará el paso patriota, el cual os per- mitirá proyectar en la pared, por medio de una luz, los tres colores de la bandera fran- cesa. Eso es para la ¿luminación; hé aquí, aho- ra, lo que debe hacerse para los fuegos artifi- Ú ciales. Si dejais enfriar el agua del vaso si, para proceder con mayor rapidez, colo- cais el vaso en un recipiente que contenga agua fria, vereis subir el vino por el agua del vaso en forma de hilillos rojos análogos a cohetes (Fic. 263.) Se mezclarán los diferen- tes líquidos, y las columnas azules que ba- suben, 0s proporcionarán un espectáculo an, mezcladas con las columnas rojas que curioso: el de fuegos artificiales en un va- so de agua, Tom Trr. EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 SEGUNDA SERIE TEJIDO Fic. 264 elias Un, Hals dle Sal) ME Ml UE. 10, Meno 1d, la, 1d, la, 1d. da ñ Lal, da, del, la), 216 ala, mal, o, dal, la, 1d, la, 2d. ga ES la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 5d, la, ld, la, 1d, la, 1d, la, 1d. A 1d, la, 1d, la, 21, 2a, 34, 2a, 3d, la, 1d, la, 21. Di Sn la, 1d, la, 3d, la, 1d, la, 1d, la, * SQL Ma, dal, Me, Lol, an, Jal cues il, Mera fal, Ma, Al, Mar, al. My al, la, Eiji, 223 7a e ile, Hal, La, Mel, Pal) Mil Za aL, La. iól, aln, L3E ga ee la, 26, Hay Zal, Mer, Mal, He, Lal, Ma, 1d, Ta, 2d, la, 2d, La, 1d: Yu . ta, 3d, £a, 1d, la 1d, 4a, 3d, la, 1d. 108, La, 7d, 3a, 7d, la, 1d. Ml Semejante á la Ya *, 1] Continúa, Véase Cosmos pp. 117 y 169. 18% 12 Linea. Ya 5 ya a ” Linea. Linea. " Fic. 265 10d, la, 9d. 2d. 2a, 2d, 3a, 1d, 2a, 2d. la, 6d, 2a, 1d,2a, 5d: “la, 1d. ld, la, 6d, la, 3d. la, 5d, la, 1d. 8d, la, 11d. dd, 2a, 1d, la, 1d, 6a» Ad. 2d, la, 2d, la, 6d, la, 4d. 7d, la, 6d, la, Td. 2d, 2a, 1d, la, 1d, 4a, 1d, la, 1d, óa, 1d. 1d, 2a, 2d, la, 6d, la, 5d, 2a. Ya, 3d, 1a, 2d, 1a, 3d, la, 2d, la, 3d, la 1d, 2a, 5d, la, 6d, la, 2d, 2a, etc. sigase el dibujo para las líneas siguientes. Fic. 266 1d, 3a, 11d, 3a, 2d. da, 9d, ba, 1d. 2a, 1d,3a, 7d, 3a, 1d, Ya, 1d. %a, 1d, lla, 1d, 2a, 2d. 4d, 2a, 1d, la, 1d, la, 1d, la. 1d, 2a, 5d. Td. id. id 3a, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, 3a, 4d. 3d, 2a, 2d, la, 1d, la. 1d, la, 2d, 2a, 4d. 2d, 3a, 4d, la, 4d. Sa, 3d. 2d,%a, 1d, 3a, 1d, la, 1d, 3a. 1d, 2a, 3d. 1d. 2a, 1d, 5a, 1d, da, 1d, 2a, 2d. 1d, 5a. 3d, la, 3d, da, 2d, ete., sigase el dibujo para las lí- neas siguientes. 1d, Fic. 267 ña, 1d, 6a, 1d. da. la, 3d, la, 1d, la, 4d, la, 1d, la, 3d, la. la, 1d, 6a, 1d, la. la, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 4d, la, 1d, la, 1d, la, 1d, la. Semejante á la 12. 2d, la, 12d, la, 2d. 2d, 6a, ¡COSMOS ¡tt Mes 0 de Use hn in DN Il En qa lí il ¡1 10] [CET] MOTO ALIADA 10d, pop 1 ' Ao A AA ñ ln EE e mi 0 Mi ANA MI 111 m7] 07 A WU AA IN 110 1] Ñ jor] Fic. 266 OT] AR M1) CE NA A Ñ OOOO CEA 117 CIO COTA] A ANA MT 1 1 AI 0 OT AL 1 0 00 PU MA MILI pa y 16 mi Mñ: 0 ANAL ET A A | | COTE CUOTA SILLA lao a AAA 0 AO | (ODO pa A proc mu SODIO MEA MA] CNA elfo 1 [rasa] A 4 Mer TE MIN Ú MY | AU | el] IN dll E an an ll . TO TA me A] 17 El inicia ¡10 CURA 101 JN ACA ATENTA MO LIO DO da E ' MT de ro MA Hr leia nt 268 JE AE Fic. 72 Linea. Sa "” 9a Se LGa >a, 3d, 2a, 3d, da. la, 1d, la, 1d, la, 2d, la, 2d, la, 2d, la, ld, la, 1d, la. la, 3d, la, 1d, la, 1d, %a, 1d, la, 1d, 1d, 3d, la. Semejante á la a. Nota.— Hay que advertir que, para este dibujo, bastan 18 tiras tanto para el ancho como para el largo, 12 Linea. da a ” da ” Ja ñ JA 6, qa "” $e "” $2 102 mm iz se 12 Linea. Da ” a " da, ya ” Ga " 10a 0 Fic. 268 ha, 2d, 8a, 2d, 4a. Ja, 2d, Ja. 2d, la, 6d, la, 2d, la, 2d, la. la, 2d, la, 2d, la, 2d,2a,2d, la, 2d, la. Ta, 2d, 2a, 2d, Ta 3d, la, 5d, 2a, 5d- la, 3d. 3d, la, 12d, la, 2d. Semejante á la 1:. la, 5d, la, 6d, la. ad, la. Semejante á la Se. la, 1d, ¿a, 1d, la, 2d, 2a, 2d, la, 1d, 3a, 1d, la. Semejante á la 102.* 269 la, 3d, la, 2d, 4a, 2, la, 3d, la. 1d, la, 1d, la, 2d, la, 4d, la, 2d, la. ld, la, Hd. 1d, 3a. 1d, 2a, 1d, Ya, 1d, 2a, 1d, 3a, Lal. Semejante á la 22. Semejante á la 14. 24. la 120, la. 24, ete. Sigase el di, bujo para las de- más líneas. Semejante á la 91. * KrG. Nota.— Este dibujo no contiene más que 18 dos. Fic. la Linea. Za ” Ja ” de " ya tiras en los dos senti- 270 1d, Ta, 2d, Ta, 1d. la, 6d, la, 2d, 6d, la. la, 1d, 14a, 1d, la. la, 1d, 1a, 4d, la, 2d, la, 4d, la, 1d, la. la, 1d, La, 1d, 2a, 1d, la, ia 2Xolo Malo Ol 2, Illes la1 la, 1d, la, ld, 10a, 1d, la, 1d, la, ete, Sigase el dibujo para las demás lí- neas. 102 an Semejante á la 92. Nota.— Este dibujo no contiene más que 18 tiras en los dos senti- dos. a Linea. Frc. 271 12 Línea. 6d, 2a, 3d, 2a, 6d. Ya 0 3d, la, 2d, la, 1d, la, 2d, la, 51. Sa di la. e de la, 4d, la, 4d, 4d. AA Se A ála da, ja A 2d, 3a, 4d, la, 4d, 3a, 2d. 1d, la, 3d, la, 3d. la, 3d, la, 3d, la, 1d. Ta in la, 5d, la, 2d, la, 2d, la, 5d, la. Su si la, 6d, 5a, 6d, la. ga vi 1d, la, 5d, 2a, 1d, 2a, 3d, la, 1d. 10a ón 2d, 6a, 1d, la, 1d,6a, 2d. JNE Semejante á4 la Sa *, Nota.—Este dibujo no contiene más que 19 tiras. Fic. 272 la Línea. 4d, %4a, 1d, 2a, 1d,4a, 4d. Ja de 1d, la, 3d, la, Jal, la, 4d, la, 1d. la, 3d, la, 1d. pa he 2d. 2a, 1d, 10a, 1d, 2a, 2d. da ás 2d, 2%a, 3d, 1a, Td) La, 3d, 2a, 2d. ya A la, 3d, la, 2d, 6a, 2d. la, 3d, la. Ga ñ a, 2d, la, Sd, la, 2d, Da. qa e la, 1d, la, 6d, 2a, 6d, lay ML lla. sa ón da, 2d, 2a, 2d, 2a, 2d, da. Ya co 2d, la, 1d, la, 2d + La. Iloly Zed, UL, Ma 2 la, 1d; la. 2d loa o, La, 1d, La, 1d, la, 1d, la, 1d, la, 2d, La, ld, la, 1d, la, 1d, la, 1d, La. ja A Semejante ála 102%, Fic. 273 lx Linea. 6d, 8a, 6d. Jay ig , Semejante á la la. COSMOS EL io MM 10 5 Ide a di Ada ia tl 1 Ed td E 1 E AÑ JU AN AO ¡ | ALEIDA CN | Il 5 Pi] me Cd e de 1 y la: AA] le | ul A Ue [0 10 TACTIL AE An ' a 0 MN ÚS A 1 rim! tn Mi tl ll A A AN li fl M4 META ni A O Da | EA 14 PA otr | Ml h Him MIA Ma [ee ir MU A rd Ú Eine Fic. 270 ñ MT ” ll 4 ol Mi Ñ 0 ó es 27 h al mí (UU Al 0 al 10 E 01d] HE Sed sl Un qn TT Ela ru he HE e TT FOCA TDI Ca , aa] Um IN TL pl E E EL] hn ira Jl mí rl 1 mel la n [MT 1 (TO) nó ' MOTO CLARA LT 185 32 y 18a Línea. 2d, 2a, 2d, 2a, 4d, da y 12 Ga " Ta y 8a Ca ”" 101 y ]1a 12 "” 134 y da ja 2 Ja 103 1la 5" "”" Linea. " Linea. Fic. 2a, 2d, 2a, 2d. 2d, 2a, 2d, 2a, 1d, 2a» 1d, 2a, 2d, 2 2a, 2d- 6d, 2a, 1d, 2a, 1d,2a, 6d. 5d, la, 6d, 3a, 5d. lla, 1d, 2a, 1d, 5a. 2a, 1d, 2a, 4d, 2a. 2a, 1d, etc. 2a, 4d, 2a, 1d, 2a: Td, 2a. da, 1d, 2a, 1d, lla. 5d, 4a, dd, la, 5d. Semejante á la 14, 274 3a, 1d, 12a, 1d, Sa. la, 1d,la,1d, la, 10d, la, 1d, la, 1d, la. 5a, 1d, La, 6d, la, 1d, da. 2d, la, 4d, 6a, 4d, la, 2d. 3a, 1d, la, 2d, la, 4d. la, 2d, la, 1d, Sa. La, 4d, 3a, 1d, 2a, 1d, 3a, 4d, la. La, 1d, La, 2d, la, Sd, la, 2d, la, 1d, la. La, 2d, 3a, 1d, 6a, 1d, 3a, 2d, la. la, 2d. 1a, 3d, la, 4d, la, 31, la, 2d, la. la, 2d, la, 1d, la, de la, 1d, 2a, 1d, 1d, la, 1d. la, Sa la. Semejante á la 16.4 Fic. 275 3a, 1d,3a, 1d, da, 1d, 3a, 1d, ga. E Ds 3a, 1d, 2a, 20 , 1d, 3a, 1d, la. 24, a 2a. ld, la, 1d, la, 3d la, 1d, 2a, 1d, la, 3d. la, 1d, la, 1d. Ya, 2d, 4a, 1d, 2a, 1d, ha, 2d, 2a la, 3d, 2a, 1d, la, 4d la, 1d, 2a, 3d, la. 2a, 2d, la, 1d, 3a, 2d, 3a, 1d, la, 2d, 2a. ld, la, 1d, 4a, 1d, la, 9d, la, 1d, 4a, 1d, la, 1d. %a, 4d, 3a, 2d, 2a, 4d, 2a. la, 2d, 2a,4d,2a,4d, Za, 2d, Ta: Semejante á la 10%, Fic. 276 ATA a e a a E E A UNE O coda ¡60 lu Linea. 5d, la, 3d, 2a,3d, la, ama rot a y 1d, 2d. 0 Ea. y qu 2% 2 a, 41, 3a, 4d 3 SS E ld a a A 1d, 7a, 1d, 21, 1d, 72, Va | fra par Hina ne 2a, 2d, 1d. ld 0 IM PERO COLIN A UT: 48 7 2d, 2a, 4d, la, 1d za 1d, la,3d, la. ld la MINA ! Ph da, dd, Pa 2 ada da, taa AN PA A ra da ml y O ed Mera Ia ppt rar 5 ls dl ea 2d, 20, 4d, a e ¿ , sa ler | A ] MA E y 22, 2d, la, 4d, mm Id, la, 1d, la,ld,1Ca, " AGO 1 (Mp METIDA ba > ad, la, 1d, Ya, 1d, Cri rara Md 1d, la, 1d, la, 1d. 2a, 1d, la, 5d, Ja de 1d, la, 5d, la, 4d, la, Fic, 274 A sd, 3a, Si. 5d, la, 1d. DA a E éx —. da, ld,3a,1d,2a,1d, MA Y da La, 4d. y a, 1d, 4a. | MÍN a 5 Co q 2 5a, 211, la, 2d, 5, 1,10, 1d,1a,10,10, [YO ip A Jr 51, 20, 3d, 2a, 3d, la, 1d, Mm ot A 40% 1 Ba 84, 70, 8U 30 la, 1d, la, 1d. E Ar Aa Semejante á la Sa, % o ld, 5a, 1d, la, 4d, la, Nota.— Este dibujo no contiene - 1d, da, 1d. más que 1) tiras en los dos senti- SI 3d, la, 4d, la, 2d, la, ii puro parana dos, 41, la, 3d. MATA? MT Erc. 280 10, 0 24, 1d, la, 1d, 2a, 2d O 1 Hide la Línea. 8d, 2a, 9 ) y) y y , , p e 24.21, 2a, 1d, la, Fic. 275 Za E 8d, la, 21, la, SL 1d, 2a A a Ta, la, 4d, la, 7d. A Semejanteá la 164% ie 61, la, 6d, La, 6d. Eric. 277 ALA ¿0 GA 4% La, 21, 4a, 2d, pra An 2a, 4d, mn Ol prof a ix Linea. 208. 2 "” 2a. lr 72 Linea. 3d, la, 5d, 2a, 5d, Po. 20d. TU EA! mE UPA 2 CAL al o as Hua made ¿00 pl Anar a cd la, 2d, la, A il dr ml 11 ld CE la, 2. Ca E ld, 1a, 2d, 2a,3d, 2a, 31,22, 20, Va; Td: o GENNES ML a) 2, cla Pal la, 2d, la, 21, la, al lla ó > A ad Eo Hal E 1d, 3a. AMA lic. 281 ya ” ld, ld, id. Exc 276 la Linea. 9d, 22, 9d. yA " la, 1d, óa, 1d, 5a, DES Zu A td, 3a, 6d, 3a. dd. 1d, 5a, 1d. a 2d, ña, 4d, da. 3d llo " Semejante á la 108. * OCT de de Mal, Day Milo Bn, Al. Ec. 278 Eu 3a, 9d. s da. 2d. l= Linea. 9d, 2a, 90. Md A A e Za y 192 8d, da, Sd. LE 10 Ya, 4d, 2a, 1d. a y 182 7d, %a, 2d, 2a, Td. GU 3a. 2d, la, 14. Sa. 2d. de y 172 6d, 2a, 4d, 2a, 6d. %a, 1d, la, 2d, 3a. e y 162 6d. la, 6d, la, 6d. qa mn 2d. ?2a.1d, 4a, 2d, 4a. 52 Linea. 6d, la, 13d. Sa A NAAA E 3d, 3a, 1d, la, 1d. 1 COCO +1, 2a, 9, la, 1d, 9a, 3d. AAN A la. 1d. ga de 2d, 2a, 2d, la, 9d. Fic. 277 Io 2d, 3a, 109, 3a, 2d. 2a, 2d. , 10% a 3d. la, 1d, la, Sd, la, Ya y 122 1d,%a,3d, la, 2d,%a. , 1d, la, 3d. 21, 1a, 3d, 2a, 1d lides A 3d, a. 1d, 2a, 10 l0x y 11e %a, 4d, la, 1d, La. 21, Zn, al, La, Sl: la, 1d, la, 4d, %a. 12a Én al, Las e. (fs Mo 132 Línea. 2d, 2a, 9d, la, 2d, 21, 4d. Lalo 2 le 13a 5% ad, Za, 4d, da. dd. La 3d, Ya, 1d, la, 1d, tb E de Ga, Td. 22 Bl, 17 pe 3, La, 8d. ao. 131, la, 6d. 163 191 y 202 ca 2a, 9d. 1 Semeiante á la 12. 172 Linea. 5d, la, 2d, la, 2d, la, 21, la. dd. 181 a Ga, 2a, 4d, 2a, 6d, Fic. 279 la Línea. 9d, la, 9d. COSMOS Fic. 282 12 Linea. 1d, 3a, etc 2a y 54 2a, 1d, 3a, 1d, 3a, 1d, 3a, 1d 3a, 1d, 3a, 1d, la. 3a y da 1d, la, 1d, la, etc. 62 Linea. Como en la primera. 7a En 20d. ga > 1d, 3a,2d,2a, 2d,3a,2d,4a, 1d. ga ño 2d, la, 21, 2a, 4d, la, 5d, la, 2d. 104 dí 2d, la, 1d, 1a, 1d, la, 4d, z m la, 4d, 2a, 2d. A L e 114. 2d, a, 1d, la, 1d, ta, 4d, Jen ln 7 la, 5d, la, 2d. 12a 2 2 Pd Pl Ma Ea las Ea la, 2d. IZA e ll La 20 En, 20, ¿0 EQ 3a, 1d: 14a E 211, etc. Sigase el dibujo ya ra las demis lineas. BerrrAND, ¿Continuard). LAS PROYECCIONES ESTEREOSCCPICAS La idea de mos rar las imagenes en relie- ve por medio de proyecciones estereoscópi- cas es ya muy antigua. mera vez dlosale 1853 por un fisico alemán, RorLmaxx., en los ¿nales de Poggendor/]. Ignoramos por qué razones no se ha di-! fundido este procedimiento; una de ellas es, sin duda, el alto precio y la dificultad rela= tiva que se experimentaba en aquella época para obtener vistas estereoscópicas bien he- chas y baratas. Hoy que la Fotografía se ha vulgarizado considerablemente y ha simpli- dl sus procedimientos en proporciones inesperadas, sería util emprenderlas de nue- vo y aplicarlas, ya fica, ya —y ésto presenta un interés prac- tico mayor—como procedimiento de ense- a | ñhanza para mostrar en los cursos públicos | y privados, fotografías en relieve de apara- tos de mucho costo ó muy voluminosos. Tomamos los elementos de la descripción del procedimiento de proyecciones estereos- | cópicas, de una reciente comunicación pre- sentada por el Dr. Scuomnexs, de Amberes, ante la sección de la Sociedad Belga de Fo-| tografía que esta radicada en esa ciudad. El procedimiento propuesto primero por! RoLLMANN, después por otros, y realizado | experimentalmente por el Dr. ScuoBBExs, está fundado en dos principios ópticos Toussaint Y GOMBERT* Fué descrita por pri- | PORN como curiosidad cientí- | 282 muy conocidos: el de: la estereoscopia y el de la absorción de los colores por los vidrios coloreados. Estos dos principios son tan conocidos de nuestros lectores que nos parece superfluo describirlos conten> tindonos con indicar cómo es posible apli- carlos á las proyecciones estereoscópicas, Se comienza haciendo, por el procedimien- ¡to común, las vistas estereoscópicas de los ¡objetos que se quieren mostrar en esa pro- ta y se proyectan estas dos vistas sobre lla p antalla de modo que queden superpuestas les imagenes, pero teniendo cuidado de in- | te erponer un vidrio verde delante del obje- tivo de una linterna y un vidrio rojo delante ¡del objetivo de la otra linterna. La proyección que resulta de esta super- as dos imágenes vueltas mono- |cromáticas de este modo, está desprovista de | LEO ¡posición de | coloración especial, á pesar de que aparece una verde y roja la otra, interponiendo una ¿pantalla en el travecto de cada una de las ¡¡mágenes. Proveamos ahora á cada obser- vador con anteojos que tengan un vidrio ver- | ¡de y otro rojo: un ojo solo verá la imagen ¡verde y el otro la roja nada más, y la su- ¡| perposición de estas dos imagenes diferentes “al verificarse distintamente sobre cada uno de los ojos que deben impresionar, produ- cirán una sóla imágen sin coloración, pero que presentará con nirehá claridad el relieve ¡estereoscópIco. Como disminuye mucho la 188 intensidad de la luz á causa de las observa= ciones producidas por los vidrios colorea- dos puestos delante de los objetivos y de los ojos, es necesario usar una fuente lu- minosa enérgica tal como la luz oxihídrica ó la luz eléctrica; debido á la superposición de las dos imágenes en un mismo punto de la pantalla, el afocamiento del ojo y la con- vergencia necesaria se hacen naturalmente, sin esfuerzo ninguno, y todas las condicio- nes de la estereoscopia se encuentran satis- lechas naturalmente. Pero los vidrios coloreados no son puros: el verde deja pasar algo de rojo y el rojo algo de verde, á no ser que se tomen vi- drios muy gruesos, lo cual sería perjudi- ctal para la buena disposición y brillo de las imágenes. M. ScHosBENS advierte que esta imper- lección da por resultado el permitir nada más el uso de fotografías esteoroscópicas hechas con aparatos que no estén muy se- parados: sin esta precaución las imagenes serían defectuosas en ciertas partes ó dema- siado delectuosas para que las diferencias no saltaran á la vista y pudieran ocultarse por los vidrios imperfectos de los anteojos. Sin embargo, M. Scuossess ha podido presentarle á sus colegas algunas negati- vas cuyos resultados son satisfactorios, y que ofrecen algunas particularidades curiosas, como, por ejemplo, el desalojamiento apa- rente de la proyección esteoroscópica cuan- do cambia de posición el observador. Nos causaría gran placer que, para perlec- cionarlas, volvieran á ocuparse de estas in- teresantes experiencias de proyecciones es- tereoscópicas, tan hábilmente renovadas por M. ScHorBExs; estamos convencidos de que podrían prestar los mayores servicios a la enseñanza desde el momento en que se sim- plificaran lo bastante para que pudiesen en- trar en la práctica común de las proyeccto- nes. Sería posible, tambien, utilizando el prin- ceipio del praxinoscopio unido al de las pro- yecciones estereoscópicas, el darle á estas proyecciones observadas a través de anteojos de vidrios coloridos, la ilusión completa de un aparato en movimiento en el espacio, y mostrar, de este modo, en actividad, las lun- COSMOS ciones de ciertos órganos de maquinas cuya aplicación, aún con figuras explicativas nu- merosas, no es siempre de las más sencillas ni su comprensión de las más faciles. La Nature, 1890, IL, 809. A _— En tanto que los individuos ofrecen el es- pectáculo de una gran libertad de acción y de una gran complicación de movimientos. las leyes que rigen al resultado final á que llega la sociedad son relativamente senci- llas. —BaLrourR STEWART. a — FOTOMICROGRAFÍA La importancia de la Fotografía moderna respecto de los objetos microscópicos ha sa- lido á plena luz, vigorosamente, debido á las siguientes observaciones del Profesor Ro- serTO Kocu, el eminente bacteriologista, que emplea la Fotografía con gran éxito para apro- vechar las partes más pequeñas de los cuer- pos orgánicos é INOrgánicos. E El Profesor Kocu compara la lámina de la negativa á un ojo humano no deslumbra- do por una luz penetrante ni fatigado por exámenes muy continuados. «La negativa, dice el Profesor Koch, muestra frecuentemente partes y cuerpos muy finos, que después se descubren con el microscopio sobre el objeto mismo; pero só- lo después de muchísimo trabajo y bajo las mejores condiciones de luz, cte. «Las medidas exactas de los objetos visi- bles, pero débiles y obscuros, se hacen ca- 5 imposibles en el microscopio; pero eu la negativa ya concluida, la tarea es relativa- mente facil. «El retrato lotográfico de un gran número de objetos es con lrecuencia de más impor- tancia que el objeto mismo. «Si doy ¿alguna persona un ejemplar pre= parado para que vea ciertas partes del mis- mo en el microscopio; por ejemplo, vasos linfáticos que contengan bacterias, no estoy seguro de que encuentre el punto en cues- tión, y si lo encuentra, creo que no ve el punto bajo la misma luz y condiciones que yo. go, da el re- trato microscópico exactamente en la misma «Una lotogralta, sin embar COSMOS | a | luz, el mismo aumento, ete., como se vela al tiempo de afocarlo. «Es muy sencillo explicar el fotograma 4 un grupo de personas a la vez, puesto que una puede apuntar con el dedo un punto particular, ó medirlo con el compas, ó com- pararlo con otras fotografías semejantes pues- tas al lado; en resumen, se puede hacer ca- si todo aquello que es necesario para es-| clarecer un punto dudoso.» —— OA Las conversaciones de sobremesa prueban que de cada diez individuos, nueve leen lo que les divierte ó lo que les entretiene, más bien que lo que les instruye, y que lo últi- mo que leen es lo que les dice verdades des- agradables ó disipa esperanzas infundadas. —HenBerRT SPENCER. A LU ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA?! Mi Pero hay otros factores que conducen á la misma conclusión y que son tan eviden-: tes como los ya citados. Nadie ignora que la Tierra está achatada en los polos y en-| sanchada en el ecuador, como si hubiera res una área superior de superficie irra- diante y un aumento proporcional de pér- rra irradió más, y tal sucedió siempre, por los lados polares que por cualquier otro! ¡las primeras que se enfriaron, tuvieron en a COLa Coi, | , punto, y ésto en un límite extremo evitó que | las regiones polares se enfriaran más pron- to que la región ecuatorial. Otro efecto de la misma causa y que con- duce á un resultado idéntico es el siguiente: el diámetro ecuatorial de la Tierra es casi 26 millas más largo que el delos polos. Esta condición favorece tambien el mayor| enfriamiento ártico y antártico. ln primer lugar, la Tierra es más delgada en los po. los que en el ecuador y por lo tanto, hay menos masa por pié cuadrado que se enfríe por irradiación polar que por ir 'adiación 1 Continúa. Véase Cosmos p. 173. 189 ecuatorial; en segundo lugar, esta diferen- cia de diámetros equivale á que hubiera ha- bido una capa de materia fluida por enfriar al rededor de la Tierra, de 13 millas de es- pesor en el ecuador, y disminuyendo hasta nulificarse un poco más allá del N. del tró:- pico de Cáncer y del S. del trópico de Ca- pricornio, merced al enfriamiento del exce- so de materia fluida por la irradiación po- lar, ésto habría tendido a mantener las re- Setentific American, 1891, LXV, p. 369. giones polares en un adelanto constante de enfriamiento respecto de las demás partes ¡de la Tierra. Además de ésto, es obvio que la forma de la Tierra á causa de estos diámetros di- lerentes—el achatamiento de los polos—dis- minuira un tanto los angulos de incidencia y de reflexión de los rayos solares en las regiones del polo, lo cual minoraría su efec- to y reduciría la compensación de la pér- dida del calor por irradiación en esas mis- mas zonas. ¿Puede dudarse, pues, que las zonas frí- gidas fueron las primeras que se enfria- ¡ron lo suficiente para mantener la vida en la Tierra tal como la vemos hoy? Resumiendo brevemente: las regiones po- lares recibieron menos calor solar, tenían menos superficie que enfriar é irradiaron ca- ¡lor de una manera proporcional más rápi- sido en alguna vez una esfera líquida en re-| volución: ésto da á las extremidades pola-'| damente, dado su espacio, que el anillo ecua. torial ó que cualquier otra parte de la su- ¡perficie terrestre. A la luz de estos hechos, ¡me parecen innegables las siguientes con- dida de calor. Así, es evidente que la Tie-' clusiones: Primera. Las zonas polares que fueron cambio todas las temperaturas, climas y con- diciones climatéricas que han tenido y ten- drán las zonas tórrida y templadas, con la diferencia de que tendrá períodos de tem- peratura frígida, mayores que cualesquiera de las dos. Segunda. Por lo tanto, sea en una época, sea en otra, las regiones polares de la 'Tie- rra gozaron de todas las varias temperatu. ras y condiciones climatéricas necesarias pa. [ra mantener en buena situación las infinitas formas de la vida, ya vegetal, ya animal, que existieron ó6 que han existido en nuestro planeta. A riesgo de ser difuso, confirmaré esta cuestión considerándola desde otro punto de vista. El globo entero fué en una sa fluida demasiado caliente época una ma- para permitir la vida; las regiones polares eran demasia- do ardientes para este efecto. Estas mismas regiones son ahora demasiado frias para man- tener la vida tal como la encontramos en| otros lugares de la Tierra. Nada, pues, se- rá más obvio de admitir que la temperatu- ra de estas zonas hoy frigidas, por el paso | gradual del calor extremo al frio intenso, les irracional, sin embargo, el pretender, en deben de haber pasado lentamente por todos los grados de temperatura y condiciones climatéricas á los que siguieron exactamen- te en un tiempo ó en otro, todas las varie-; dades de plantas y de animales que viven ó que vivieron en la Tierra. No se puede escapar á esta conclusión, á no ser que alguien dijera que las condicio- nes usuales de clima y de temperatura no siguieron en este caso á la diminución de la temperatura; pero ésto no sólo no sería una objeción formal sin base en un hecho, sino que también perturbaría, contradeciría é in- vertiría el orden de las cosas. Ciertamente al que invocara esa suposición no podría quedarle más que el onus probandi. La primera pregunta que surge en estas cuestiones es la de si hubo tiempo suficien- te para que se desarrollaran los organismos. sente, demostrarán que hubo tiempo su- después de que las zonas polares se torna- ron propicias para la vida y antes de que las demás partes de la Tierra alcanzaran la mis- ma temperatura y las mismas condiciones climatéricas. Pues bien, el tiempo. es un factor infinito en cálculos de este género. COSMOS La naturaleza, la razón y la observación di-: cen de acuerdo que «es ilimitable y omnipo- tente». Á no dudarlo, hubo tiempo y lo ha-' brá para todo. cha mayor extensión á los períodos de la historia de la vida; por ejemplo, según el Prof. Daxa el mínimo de tiempo trascurri- do desde el comienzo de la edad siluriana es de 48.000,000 de años; en tanto que Sir WiLLtam Tnomson estima la edad geológica en 100.000,000, Havcrrox en dos veces este pe- riodo, y otros muchos, en miles de millones. Ahora bien, sin pretender que ésto se aprue- be, y sin que haya necesidad tampoco de averiguar | —puesto que los datos son tan insuficientes a época en que comenzó la vida y las conclusiones sumamente distintas-—no vista de ellos y de otros cálculos aceptados, y en lo que concierne al tiempo como fac- tor, que un clima susceptible de permitir la vida primitiva pudo comenzar en alguna par- ¡te y caminar en todos sentidos (y todas cla- ses de organismos tuvieron él siguiendo las naturales vías de comuni- que viajar con cación) en un globo que sólo tenia 25,000 millas de circunferencia, moviéndose nada más, a razón de una milla en diez milenios. Por otra parte al comenzar cerca del pelo Norte una zona de elima tórrido, al rodear- lo y al dirigirse de allí al ecuador con pa- so muy lento, hubo tiempo sobrado para que las formas complexas se desprendieran de las más sencillas, dado que todos los orga- nismos se movían en sus límites isotermos. Las consideraciones que mis adelante pre- ficiente de que disponer para que se verifica- ra el vasto y elevado desarrollo de los di- versos órdenes de vida en las zonas (ria y tem- plada antes de que hubiese movimientos, quizá antes de que la faja ecuatorial se en- friava lo bastante para permitir la vida é indudablemente antes de que el primer elr ma tórrido cerca de los polos se tornase tan ¡frío que la impidiera. Si el primer anillo isotermo, incluyendo: los mayores grados de calor en que es po-| y 8 [ poz sible la vida, se movió hacia el S. á razón de | una milla inglesa por milenio, necesitaria 6.000,000 de años para llegar del polo N. Podemos. pues, coneluie con toda con- fianza, si las leves naturales han sido siem- pre las mismas: Primero: que la vida comenzó cn aquellas ¡partes de la Tierra que primero estuvieron al Ecuador. Este lapso de tiempo parece | | po TÍ muy suficiente para que se desarrollaran en esazona todas las formas de la vida. Sé muy bien que geólogos eminentes le dan mu- preparadas para el efecto; forzosamente, no pudo haber comenzado en otra parte. Segundo: que como toda la Tierra estuvo en alguna época demasiado caliente para que la vida pudicse existir, las comarcas en que ésta principió, fueron aquellas que se en- friaron primero. Tercero: que aquellas partes que recibían menos calor del Sol y en las cuales había al mismo tiempo una irradiación mayor, pro- porcionalmente á la masa y siendo ésta, á su vez, más delgada, fueron las que primero se enfriaron. Cuarto: que las porciones de superficie terrestre, únicas que corresponden a estas condiciones son las zonas ártica y antártica. Quinto: que como estas zonas estuvieron en otras edades demasiado calientes y algu- nas de ellas están ahora demasiado frias, has: ta el punto de impedir la vida tal como exis- te en las porciones calientes de la Tierra; estas regiones hoy frías, digo, al pasar del calor extremo al frío intenso, deben de ha- ber disminuido lentamente de temperatura, siguiendo estos cambios con entera exacti- tud, las distintas plantas y animales que vi- ven ó que vivieron en la Tierra. Sexto: si las condiciones concurrentes que acompañan generalmente á los descensos de temperatura, acompañaron á los cambios de elima en este caso, la vida en la Tierra de- bió comenzar dentro de una ó ambas de cier tas de las zonas que rodeaban á los polos y que giraban lo bastante para recibir la menor cantidad de luz solar necesaria para la vida vegetal y para la animal. Casi parece superfluo decir que aquellas partes de la Tierra que se enfriaron prime- ro lo suficiente para mantener la vida, tu- vieron un clima más cálido en esa época que el que nosotros llamamos ahora tórrido: fué esa, pues, una época, y probablemente una época muy larga, en que hubo una gran can- tidad de calor, pero compatible con la vi- da. " Estambien muy obvio, teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, que así co- mo las zonas templadas han recibido siem- pre más calor del Sol y tenían por cada pié cuadrado mayor masa enfriable, en propor ción á la superficie irradiante, que las zonas polares; así tambien, por otra parte, han recibido siempre menos calor del Sol y tenían menos masa enfriable en proporción á la. COSMOS 191 superficie irradiante, que la zona tórrida; en suma, cuando Jas zonas árticas perdieron su clima tropical para transformarse en lo que denominamos clima templado, las zonas templadas descendieron á la temperatura que desiguamos ahora con el nombre de clima tórrido, permaneciendo la porción ecuato- rial, porsu excesivo calor, inhabil para cual- quiera forma de existencia. Así, el descen- so de la temperatura, los cambios climaté. ricos, y en una palabra, la vida que brotó en estas zonas cercanas á los polos, descen- dió paulatinamente, parí passu, de estas re- giones polares al ecuador. Sin duda alguna, á través del tiempo geológico, tras de cada cambio de clima, las correspondientes for- mas de la vida, incluyendo las especies ex- tinguidas desde la más remota antigúedad, desde el laurenciano hasta el aluvión, desde el eozon hasta el mamífero, cuyas historias todas, escritas en las rocas, han dado ori- gen á las épocas; las correspondientes for- mas de la vida, repito, siguiéronse una á otra, sucesivamente, desde la originaria y prolifi- ea zona polar hasta la zona ecuatorial. 00 Consideremos ahora la condición actual de la Tierra y la vida que en ella se osten- ta; veamos hasta qué punto concuerdan los hechos con las conclusiones á que hemos llegado; pero, antes, sería bueno no olvidar dos consideraciones preliminares. Según una teoría muy importante Ó cuan- do menos muy plausible y que va ganando terreno más y más, debido á la excentricidad de la órbita de la Tierra y por otras cau- | sas demasiado numerosas para citarlas aqui, los hemislerios Norte y Sur quedan sumergi- dos en las vastas acumulaciones de hielo ó re- tirados de ellas, alternativamente, primero respecto de un polo y después respecto del otro, lo que produce un ligero cambio en el centro de gravedad de la Tierra: en un caso es encuentra al N. del plano del ecuador y en el otro al S.; verificándose cada uno de es- tos cambios en un extenso periodo de años que teóricamente equivale a unos 26,000, pero que de una manera práctica y atendien- do al movimiento inverso de la precesión de 192 CO los equinoccios, es poco más ó menos de... 25,000 años comunes. Si ésto es así, si cuando tuvo lugar el primer brote de vida sobre la Tierra, el con- tinente Sur hoy sumergido en los hielos, estaba retirado de ellos, y el continente Nor- te cubierto; ó si éste se encontraba libre y aquél sumergido como en la actualidad, es asunto que no debe inquietarnos para vuestras pesquisas; lo cierto es que con la cantidad de agua que hoy cubre á la Tierra, sería necesario para sumergir los continentes. del hemisferio N. hasta el nivel de los ocea- Sur, conducir al hemisferio meri- dional grandes porciones de tierra y darle nos del al polo de éste una extensión de superficie igual á la que hoy tiene el polo ártico. Se-' mejante estado de cosas, mantendría á la! vida en una constante emigración norte y! sur, y casi de polo á polo; esto es, de una zona fría á la otra. Desde el momento, pues, en que no hay diferencia—supuesto el fin que nos propo- nemos en nuestras investigaciones haya habido estos cambios alternativos; y también para evitar que la atención traiga fijandonos primero en un polo y des- pués en otro, consideraremos el asunto como | silos continentes y los oceanos hubiesen per- manecido siempre en el estado en que hoy los contemplamos, y dedicaremos nuestra atención, mejor que á las dos zonas frígidas, á la región ártica que ha sido la más explo- rada. Como puede comprenderse facilmente, es- | tas regiones árticas que fueron las primeras que se enfriaron lo suficiente para mantener la vida, por las mismas causas fueron las pri- meras que alcanzando un [rio intenso, se inu-' tilizaron para ese efecto; y este frio se pre- sentó al principio como en un elima templa- do cerca y en torno del polo; es decir, en el centro de una zona suficientemente apar- tada del polo para que pudieran combinarse! la influencia del Sol y el enfriamiento pro- pio, hasta dar lugar al establecimiento de: la vida. ¿ste frio central al crear un clima templa do, dió lugar á la primera y omnipotente causa de dispersión y distribución de plan- tas y animales tropicales de una á otra zona SMOS en que | se dis-| | (Continuará. ) ¡hacia el S. apartándose más y más del polo, á medida que el enfriamiento hacía posible la vida. Más aun, presentándose este clima (rio en el centro, debe de haber obligado á la vida á dispersarse en todas direcciones; asi, sí la primera zona habitable estuvo 1n- ¡cluida en la porción más al N. de los gran- des continentes que rodean al polo N., la dis- ¡persión del aumento de frío al norte de ca ¡da uno de ellos, hizo que emigraran al S. lantas y animales de origen y antepasados PP ) 4 comunes, para poblar toda la extensión de ¡la Tierra, salvo probablemente Australia cu- ya flora y fauna son en verdad anómalas y acaso indigenas. He considerado al frío como la causa om- nipotente en punto á dispersión rumbo al S. de plantas y animales Para aquellos que admitan la causa, pero que duden del efec- to, transcribiré un parrafo del admirable li- bro del Prof. Daya, «The Geological Story Briefly Told» en donde dice, hablando de la época glacial, p. 224: «Debe de haber habido algunos exterminios ¡como consecuencia del frio del periodo gla- elal y de los hielos de las altas latitudes; muchas plantas fueron empujadas hacia el $. por la llegada del frío, esc apando así á la Udestr ucción; algunas de éstas vigen ahora en ea Washington y otras cuúspides eleva- das de la región templada de Norte-Amert- ica. Las aves deben haber acortado sus emi- ¡graciones hacia el N. aumentandolas hacia tel S. merced á lo cual han de haber esca- pado en su mayor parte de la catástrofe; los ¡animales de presa, los ganados y otros gran- des mamiferos de las latitudes frías, d su vez, y en gran número, deben de haberse mo- vido hacta los trópicos tan pronto como prin- cipiaron á hacerse sentir los rigores del frio.» St la llegada relativamente rapida, del pe- a todas y ¡víodo glacial empujó hicia el S. las plantas y animales del hemisferio N, unos y otros ocuparon grandes áreas, es evi: ¡dente que fué mucho más adecuado para el mismo efecto, el descenso gradual de la tem- peratura durante los remotos é inmensos periodos históricos de la vida de la Tierra. G. HiLTON ScRrIBNER. eo “ONIGOINI OdIL THA A SONVINOSONON SOIL 4d VIUIAVA VI Hd SOTAVLISOLOV SHATHOA SONALSNOM “LOA ZUJ A MAYA CA »E] VNIXy] ] OO L, SOWSODs* REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS A A ES A DIRECTOR PRorrETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo Í Tacunaya, D. F., 1% pe Juro pe 1892 Núxm. 13 ENSAYO DE! APLICACION DEL METODO LOGICO 'á la dirección de la resultante, así como la AL ESTUDIO | DE LA RESISTENCIA DEL AIRE | y , > Y PROYECTO DE UN APARATO ¡tensidad de la dicha resultante suponiendo, PARA DETERMINAR EXPERIMENTALMENTE por el momento, que el peso de la placa PP “LOS: VALORES PARCIALES DE DICHA RESISTENCIA” E : E > pea Diremos cómo puede determinarse la in- presión acusada por la aguja a será la in- ¡pueda descuidarse. 65. Determinación experimental de la di fluencia del peso en el estudio que nos que- rección y de la intensidad de la resultante. da aun por hacer del último de los elemen- Así determinado el centro de presión del | tos de la resistencia del aire. plano, se llegará á conocer la dirección y la e intensidad de la resultante por medio del dinamómetro DD”. Al efecto, se colocará de nuevo el plano sobre las varillas rr? como lo muestra el puntuado de la figura 260 y de 66. Causas de error.—Presencia inelimi. nable de los elementos de variación m ó a y m.—Hemos dicho que el poder extensional (de extensión, tamaño ó área) es la propie- manera que el centro de presión p esté si- o : ¿ a (q l / dad que tienen las superficies de presentar tuado exactamente en el lugar de rozamien- to de la punta D sobre el plano. En estas condiciones, la aguja pequeña a está en el a la acción del viento una resistencia pasiva más 6 menos grande según la extensión de estas superíicies, cero de la escala del dinamómetro; el pla- ] iy Aunque el estudio del poder extensional no PP está, por decirlo así, comprimido y parezca más sencillo que el de los otros po- retenido por el viento contra las varillas 77”. deres, es el que reclama más cuidados y mien: Q , >, Agreguemos que el dinamómetro DD” se h ción en uiitaal de las numerosas bamero da colocado de antemano en la dirección aproxi- error que trae consigo. Las dificultades no Saa ares 7 S A a- 9 o o o mativa de la resultante ($ 61 p. 177). Sellega-| residen en la experimentación misma cuya y Ad Jyminar la di :1lÓn exacta A O : rá á determinar la dirección exacta de estal marcha es casi idéntica á la de las experien- > > A Oo h Ss con- o a a resultante después de algunos tanteos con cias que se aplican á los otros poderes; con- Si S a A es ; Sr "SE : 5 o on ono sistentes en buscar cuál es, de las diversas sisten esencialmente en la imposibilidad para posiciones que pueda ocupar el dinamóme- : : estudiar el poder extensional en condicio- tro DD' sobre el limbo 44H, la que corres- >| nes tales que todas las demás circunstancias ponde al CEMEnO maximo que es MecesarlO! de variación de la resistencia sean invaria- ejercer en D” para igualar la fuerza del vien- bles to que obra sobre el plano; la aguja peque-| Las cireunstancias sobre las cuales influ- ña a : strará «a esle respe e : : a ña «a nos suministrará a este respecto las yen inevitablemente las variaciones del ele- indicaciones necesarias. Cuando se hava en- | mento e son las siguientes: contrado esta posición, es claro que la di- | [* Si el plano es normal, m varía al mis 1 A a La > a al el a visión del limbo en que se detenga el dina- mo tiempo que e. mómetro, indicará el ángulo que corresponde| 91 gi el plano es inclinado, m y a varían 1. Concluye. Véase Cosmos pp. 81, 97, 113, 129, al mismo tiempo que e. 145, 161 y 177: 67. 1% caso.—Hemos visto, y ésto se cons COSMOS cibe además fácilmente, que cuando el pla- no es normal á la dirección del viento, la extensión ó área de este plano es igual a la sección del viento ($29, p. 102). IL. Sofisma que. podría resultar.—Esta so- la consideración puede dar nacimiento á un grave error que consiste en extender la igualdad e=0 á la totalidad de dos cosas muy distintas de las cuales una parte so- lamente es la que está representada por estos simbolos. En otros términos, siendo la sección 0 uno de los diversos elementos de la fuerza del viento, y la extensión e del plano, uno de los diversos elementos de la resistencia pasi- va, la igtaldad de los elementos 0 y e no podrá implicar en manera alguna la igual. dad de la fuerza y de la resistencia; estas dos últimas no tienen de común entre sí más que los límites cuantitativos de la ex- tensión sobre lá cual se manifiestan. Quizá se considere esta aclaración como supérflua, pero tiene Importancia según va- mos a verlo. IL. Ejemplo. —Supongamos que P-sea la|- presión por centímetro cuadrado que mar- que el manómetro en el momento:de la expe- riencia, y 0 la sección correspondiente del viento. La intensidad del viento será PX0. ¿Cuál será el valor de la resistencia ó de la fuerza antagonista que el plano oponga al viento en razón de su extensión? Siendo igual la sección del viento al área “del plano, se podría creer evidentemente, á- primera vista, que esta resistencia es tam- bién PX0 pero no puede ser así porque e, ó el poder extensional, no es más que una parte de la resistencia pasiva total R, la cual está for- mada, como sabemos, de diversas resisten- cias parciales que son únicamente cuando el plano es normal R=m>+.ec. «En cuanto á los otros elementos (s, 4 y p) son: -s, constante en las diversas experiencias puesto que el estado de la superficie de los diferentes planos puede tornarse en unifor- me para todos estos planos. a, nulo, puesto que los planos son nor- males. 225. Pp, netraulizado, estando sostenidos los planos por el porta-objeto del fiel. IM. Valores de la resistencia e y estable- cimiento de la ley del poder extensional de los planos normales.—De suerte que Si (y, Uy Uz,...... representan los pesos de la li- madura colocada en el platillo », (Fig. 208) en cada experiencia y 0¡, 0,, 03, -... las sec- ciones respectivas del viento, correspondien- tesá cada una de las extensiones ey, €, €3)-..- de los planos, tendremos, de acuerdo con la fórmula general : R=I—u los valores de R¡, Mo, Ry, --... como sigue R¡=PX0, —4, a etc. S Por otra parte R =mM1 +1 R=m3+ €, etc. Sustituyende y despejando ey, €, .... se tendrá e, =(P +0, —1)—m,, e,=(P +0, —U3) —M, ete. Estas últimas ecuaciones nos darán los va- lores de los poderes extensiunales puesto que se conocen de antemano las demás can- tidades. La comparación de estos valores entre sí nos dará, á su vez la: ley de los poderes en cuestión. IV. Observación.—Queda entendido que como lo dijimos para los demas poderes, se tratará de dar á los planos, extensiones cre- cientes según una relación simple 1/;,?/5,*/;, 4/;.... por ejemplo. Si las dimensiones del anemodinamómetro lo permitiesen, sería más' ventajoso y por consecuencia preferible, ser- virse de planos que tuvieran extensiones cre- cientes en la relación de los números 1, 2, iia 68. 2% caso.—Después de lo que acaba-' mos de decir á propósito del primer caso, nos queda poco que agregar. Se compren- de que cuando los planos estén inclinados COSMOS 195 no tendremos que examinar más que el ele- mento de variación a, además de los prece- dentes. Este elemento no da lugar á consi- deraciones distintas de las que se aplican al elemento 72. PODER PONDERAL p 60 El ate A al AOS al traba- ado bajo el jo de SUsl g OE de sustención 1 la. acción de soste- Sea que se trate de un aeróplano animado, sea nerse en el aire por medios mecánicos. que el movimiento del aire mismo desarro- lle solo el trabajo. de sustención, es seguro que en igualdad de circunstancias este tra- bajo será tanto mayor cuanto más pesado sea el acróplano. Ilemos llamado poder ponderal á la pro- piedad que tienen los cuerpos de presentar a la acción del viento una resistencia más ó menos orande según su peso. Por Cconse- 3 9 cuencia, la determinación del poder ponde- al se reduce á la del trabajo de sustención. Recordaremos para la mejor inteligencia del ¡Presente caso, lo que dijimos desde el principio, a saber, que Ss E es pasivo o Pa 101). 70. El trabajo de e enciól varía según 6 el aire se desaloja ($ 2 el cuerpo considerado y la posición de este cuerpo con relación al iento. —Dados cuer- pos. del mismo peso y un viento de intensi- dad fija, el trabajo de sustención varía con gu- lar simple Ó compuesto de estos cuerpos, la inclinación, es decir, con el poder-an según que sean de superficie plana Ó no. Para Ana or claridad supongamos un vien- to de una intensidad cualquiera é imagine- mos al mismo tiempo un aeróplano y un ae- ro-elipsoide, de pesos iguales, sometidos los dos al impulso de ese viento: es cla- ro que el trabajo de sustención del aeró- plano, cuando éste corte al viento normal ó transversalmente, no es el mismo que cuan- do lo hienda oblicua ó longitudinalmente; de un modo semejante, el trabajo de susten- ción viiría para el elipsoide según que el 1 La palabra sustención, propuesta por la Comi- sión de organización del Congreso Internacional de Aeronáutica de 1889, quedó adoptada en la sesión general. de clausura (3 de Agosto de 1889). viento hiera á este último sobre el diámetro más grande ó sobre el más pequeño. De suerte que podemos ya dividir como sigue el poder ponderal. 11. División del estudio del poder ponde- ral. Í' con inclinación constante. con inclinación variable. / Ce los cuerpos planos ..... Poder ponderal (1) de los cuerpos no planos. . Í' con Inclinación constante. con inclinación variable. mi Experimentación en general Al ¡para- to cada una de estas dos subdivisiones del po- imental de der ponderal, insistimos sobre'la observa- ción que hicimos al estudiar los poderes an- gulares simple y compuesto ($ 54, p. 162). El aparato que ha de servir para determi- nar el poder ponderal es el mismo que se aplica á la determinación del centro de pre- sión. ? 3% clinación constante.—Para determinar el tra- Poder ponderal de los planos con tn- bajo de sustención cuando el plano es nor- mal á la dirección del viento, se usarán di- de igual forma, de igual extensión, etc., ($20, p. 100) y de versos planos Py, Pa, Pa: > -- pesos desiguales pero cuyas diferencias, co- 283 Fr6. nocidas de antemano, tengan entre sí una relación simple. Con cada uno de ellos se repetirá la experiencia que vamos á indicar. (1) Aun suponiendo que el poder ponderal no ya= riase con las condiciones diversas que hemos indi- cado, que tendrá por lo menos la ventaja de fijarnos acer- no dejaríamos de establecer esta distinción ca de la cuestión de saber si el poder ponderal es. , independiente ó no de las circunstancias de varia- ción que Je hemos asignado. 2 Esta es la razón por la cual se ha colocado al último al estudio del poder ponderal, 196 COS Sea el plano p, elo (Fig. 383), que colocamos delante de las varillas ó ci por lindros r,” de manera que el centro de pre- sión quede situado entre estas varillas, y sea t el tubo de escape. Los cilindros rr” que eran estriados cuando se trataba de deter- minar el centro de presión del plano, son ahora perfectamente lisos. Supongamos que al principio de la expe- riencia el viento es bastante intenso para mantener el plano p, en la posición en que lo hemos colocado, pero que la intensidad de este viento vaya disminuyendo poco á poco (más adelante diremos cómo puede obtener- se este resultado). Es evidente que el plano abandona la posición representada en la fi- gura 283 y caerá en el momento en que el viento cese de ser lo suficientemente fuerte para hacer equilibrio á la acción de la gra- | vedad que solicita incesantemente al cuerpo o según la dirección py g- Por consecuencia, la presión acusada por el manómetro en el instante preciso en que: el cuerpo desliza sobre los cilindros rr”, nos | indicará el trabajo de sustención p0. dl Se puede obtener Í fácilmente la disminu- | ción insensible de la intensidad del viento 208) del | 284) de forma cilindro-cónica en el cual se vierte sea sustituyendo a los pesos K (Fig. ventilador, un receptáculo C (Fig. mercurio, sea limadura de plomo ó de hie-| rro. Este recep- táculo lleva en su | parte inferior u- na abertura pe- queña por la cual se hace lentamen- te el escurrimien- to del liquido ó del polvo metáli- co que contiene; resulta un alige- Pa miento más y más grande del peso del motor que obra sobre las alas del ventilador. 714. Poder ponderal de los planos con in- clinación variable. Lo que acabamos de de- cir respecto de los planos con inclinación constante y lo que se refiere á la determi- nación de los centros de presión sobre los 1 MOS planos inclinados nos dispensa, según cree- mos, de indicar las experiencias que se de- ben hacer para determinar el poder ponde- ral de los planos con inclinación variable; no puede subsistir á propósito de ellos nin- guna duda. 75. Poder ponderal de los cuerpos no pla- nos.—De igual manera, en lo que concier- ne al poder ponderal de los cuerpos no pla- nos, están ya del todo indicadas las expe- riencias. 76. Observación general.—Diremos, sin embargo, y ésto se aplica en general á to- idas las experiencias de que se ha hablado en el curso de este trabajo, que según la na- turaleza y las dimensiones de los cuerpos considerados, convendrá rodearse de mayo- res Ó menores precauciones, aproximar ó se- parar los ór ganos, etc.... proporciones del anemodinamómetro, siem» y aún aumentar pre que se quiera eliminar de una manera más completa las causas de error, inherentes á todos los aparatos de pequeñas dimensio- nes. . Conclusión. —Tal es el ensayo de inves- tigación cientifica á que nos ha conducido el ¡deseo de aplicar el método positivo al estu- dio tan interesante como trascendental, de la resistencia del aire. No tenemos que recordar aquí las venta- jas reconocidas de ese método que evita por la bondad de los procedimientos eminente- mente analíticos y sintéticos de prueba y de descubrimiento que posee, los inconvenien- tes que presenta el debil poder de la inteli- gencia, expuesta siempre á perderse en el complicado laberinto de la pluralidad de las causas y de la mezcla de los electos, Empero, si nos hemos esforzado en obser- var los grandes preceptos de la generaliza- ción cientifica, no tenemos la presunción de creer que nuestra observación haya sido petr- lecta bajo todos conceptos y menos aun que hayamos dicho la última palabra sobre la materia. Podemos afirmar solamente que hemos hecho lo que nos era posible hacer en con- diciones en que por razones del todo inde- pendientes de nuestra voluntad, no nos per- mitían realizar las nuevas experiencias que | reclamaba nuestro estudio y que nos hemos COSMOS tenido que limitar á indicar: éste es el gran 'acio de nuestro trabajo. Acustín M. Cuávez. WA ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA?” IV Veamos ahora cuan admirablemente dis- puesta está la Tierra, por la formación de su superficie y por su topografía, para una: emigración salida hacia el Sur, de alguna zona que rodeó el polo N. Desde luego, en casi toda la superficie de la Tierra, con es- pecialidad el hemisferio N., se encuentran | alternativamente continentes y mares pro- fundos que se extienden de polo á polo. Ambos continentes, el oriental y el occiden- | tal, se extienden por medio de conexiones terrestres no interumpidas desde la zona ártica al través de la templada del N., la tórrida, la templada del Sur y casi hasta la antártica. Entre estos grandes continentes se hallan dos profundos oceanos cuyos ál- veos ocupan muchos grados de latitud N. 6 S.; las grandes corrientes aéreas y marinas corren hacia el N. 6 hacia S.; las cordille- ras del continente occidental y muchas del; oriental, siguen una direción de N áS. ó vice-versa; casi todos los rios del hemisferio septentrional se dirigen hacia el N. ó hacia: el S.: supuesto lo anterior, para una emi- gración meridional, ó en otros términos, | para una emigración de las regiones árticas hacia el ecuador, estas peculiaridades topo- gráficas, esta situación de los continentes y cordilleras, estas corrientes marinas y sus guías y socorros; en tanto que para una emigración lechos, son caminos y vehículos, de E. 40. 6 a la inversa, estas mismas circunstancias no solamente son obstáculos! y dificultades, sino en muchos casos barre-'| ras insuperables. Que la infranqueabilidad de las montañas | es un hecho para muchas plantas, lo demues- tra la circunstancia de que notables varieda- | des, así por el número como por las dis-. tintas especies, ocupan la parte oriental de. las Montañas Rocallosas, de Sierra Nevada, de los Alleghanis y de otras montañas mu- 1 Continúa. Véase Cosmos p. 173 y 189. 197 cho menos altas, en tanto que no se presen- ¡tan en la parte occidental y vice-versa. Tal condición de cosas, incompatible con una emigración oriental ú occidental, está de “acuerdo en absoluto con un movimiento sep- ¡tentrional ó meridional. Por lo que respec- 'ta á las condiciones climatéricas, especial- | mente las lluvias, que son tan distintas en Ñ 11 as vertientes opuestas de cada cordillera, a misma variedad dividida ó separada por las extremidades septentrionales de estas cordilleras, al dirigirse á lo largo de los la- ¡dos E. ú O. y al encontrar esas condiciones distintas, pudo producir á través del tiem- po y merced á las leyes de adaptación, di- lerentes variedades y acaso diferentes espe- cles. ¿s éste el momento oportuno para que exa- minemos las condiciones que debieron favo- recer este movimiento. Siendo el aire caliente más ligero que el frío, el viento tórrido del ¡anillo ecuatorial tuvo que levantarse y pasar siempre en una corriente superior, al diri- ¡girse hacia el polo norte; mientras que las corrientes frías y pesadas, procedentes del N., al correr hacia el S. rozaron la super- ¡ficie de la Tierra cargadas de polen, gér- menes pequeñísimos, esporos y semillas ala- ¡das de plantas, inclinaron á las yerbas, ar- ¡bustos y árboles hacia el S. y por pequeños incrementos anuales, movieron todo el rei- ¡no vegetal á través de los valles y á lo lar- ¡go de las montañas, hacia la parte inferior ¡delos grandes continentes, moviéndose siem- pre; pero sin cruzar jamás en otra dirección estas grandes y acerdentadas superficies, No es necesario añadir que todos los insectos y los animales herbívoros tuvieron que seguir á las plantas, lo mismo que las aves y los animales carnívoros tuvieron que seguir a ¡los insectos y á los animales herbívoros. De ¡Igual manera, las corrientes del oceano que- - ¡daron establecidas de acuerdo con leyes se- mejantes: como quiera que el agua caliente J 3 ¡es más ligera que la fría, se formaron gran- des corrientes en ambos oceanos, Atlántico y Pacífico, las cuales se dirigieron del ecua- ¡dor á las regiones árticas; en tanto que las |corientes más [rías y más pesadas que pro- ¡cedían del N. bañaban el lecho de uno y votro oceano, de ribera á ribera y con di- ) 198 rección de N. á S. trayendo consigo, desde el polo hasta el ecuador, todas las varieda- de la vida marina. A este respecto podría mencionarse otro hecho que se relaciona muy ¡íntimamente con las corrientes que se dirigen del polo al ecuador, trátese del aire ó del oceano. En virtud de la rotación de la Tierra sobre su eje, un punto dado de su superficie y ¿ 1000 millas al S. del polo N., se mueve ha- cia el O. á razón de unas 260 millas por hora, mientras que otro punto en el mismo “meridiano y en el ecuador se movería hacia el E. á razón de unas 1000 millas por hora; así pues, cada yarda cúbica de aire ó de agua que corre en el fondo de una corrien- te, dirigida de las regiones polares al ecua- dor, debe adquirir antes de llegar á este último punto, una velocidad hacia el E. de casi 750 millas por hora: por lo tanto, la tendencia de todos los fondos de corrien= tes, aéreas ú oceánicas, que se muevan al S. es empujar al O. todos los obstáculos que encuentren en su camino, y el resultado, así para las corrientes como para todo lo mo- vible que se ponga en contacto con ellas, se- rá dirigirse hacia el SO. Ahora bien, hay una extraña coincidencia, si no es que algo más, en que las costas orientales de todos los continentes, tengan S un declive SO., estén llenas de bahías, en- tradas y bajos, como si se levantara el lecho del oceano contra de las mismas costas; en :ambio, las occidentales son más abruptas y estrechas, alcanzan aguas más profundas, 3 como si los levantamientos de las tierras fueran arrollados constantemente por el mar a lo largo de toda la costa. No obstante todos estos indicios de un movimiento hacia el S. ó hacia el SO., des- de que la emigración de las plantas y de los animales llamó la atención por primera vez, los que se dedican á las ciencias natu-. “ales, los observadores cuidadosos, los 1n=: vestigadores capaces, casi de común acuer-=| do, se han fijado en las partes orientales | y occidentales de estas grandes accidenta- ciones N. y S. que son tambien barreras naturales que obstruían los senderos de sus jornadas é investigado á lo largo de cada paralelo de latitud; á través de las altas cor- COSMOS dilleras, de los grandes y profundos oceanos ¡y delas corrientes marinas, indistintamente; ly si acaso se fijaron en el N. ó en el S. fué sólo buscando un medio de transporte en las masas de hielo ó un vado, que facilita- sen el paso de la: flora 6 de la fauna de uno á otro continente. Así pues, es evidente que muchas especies y variedades distribuidas proceden de una misma localidad y tienen origen y antepasados comunes. Mi ¿No es evidente que las plantas y los ani- males (como tribus) cuyas emigraciones han producido la dispersión son mucho más an- tiguos sobre la Tierra que los hielos y las nieves, puesto que se requiere tiempo para ¡que por el descenso proporcional de la tempe- ratura en una gran área, se transforme en [rio un clima tropical? ara dar una idea de este inmenso lapso de tiempo mencionado antes, puede decirse que las rocas cristalizadas son peores con- ductores de calor que las rocas fundidas; asi pues, cuando las zonas fría y templada, que- daron cubiertas por rocas del primer géne- ro, el escape del calor de la Tierra conti- nuaba verificándose por el anillo ecuatorial que, de seguro, recibía la misma cantidad de calor que ahora; así debe de haber per- manecido, en igualdad de cireunstancias, du- rante un inmenso é incalculable périodo de tiempo, antes de que se verificase lá com- pleta inerustación; por lo tanto, estas co- rrientes de aire y de agua que poseían un grado de calor tan intenso, produjeron en las regiones polares un clima tórrido que duró mucho tiempo. G. HiLroN ScriBNER. (Continuard.) ei > o— EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1. SEGUNDA SERIE TEJIDO Doble tejido de estera Para este género de tejido, se usan tiritas de papel ó de viruta de una longitud de 39 0 40 centimetros. Se doblan por la mitad: de alí el nom- bre de doble tejido. 5] 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 183. COSMOS 15%) Tómense cuatro tiritas que se colocarán en cruz | de manera que cada una de ellas se sujete cn el | doblez de la otra (Fig. 235); continúese en segui- | _ Fic. 285 da como en el tejidosimple. Apriétense, tirando de | 116. 288 : A . 200 ellas, las puntas libres a, b, e y d, Fig. 236. l y 7 CON el Le ZA Fic. 289 Cesta con asa : La cesta difiere del ejercicio precedente en y que el asa se agrega cuando la caja está ter- Fic. 286 minada, Fig. 290. Caja cuadrada ó rectangular á S | Téjase una estera doble, suficientemente Seno | de para que forme el fondo y los costados. | Levántense los costados verticalmente y con- clúyase haciendo pasar los bordes libres en cada esquina, como lo indica la Fig. 287. Cenillera | La cerillera es una modificación del trabajo an-' terior. Se construye del mismo modo. (Fig. 288). Caja con tapa La caja y la tapa se hacen por separado. Se de- jan puntas libres para que sirvan de bisagras (Fig. 239). | Aro para servilleta | Téjase una estera rectangular de 16 em. por 6 em. próximamente; redondeésela y ciérresela con ayuda de las puntas libres. Córtense en seguida las tiritas sobrantes, Fig. 291. Se construirá igualmente una cesta redonda y! todas las pequeñas medidas de capacidad. TERCERA SERIE | RECORTADO, ENCARTONADO Y PEGAMENTO | 1.— MATERIAL DE TRABAJO | Para el recortado se emplean al principio los | mismos cuadrados de papel que sirvieron €n el; plegado. Pero, debe escogerse papel más delgado | para los ejercicios difíciles. La enseñanza del recortado es esencialmente | práctica. Sin embargo, es bueno hacer que los ni- ños sepan de antemano el efecto que ha de produ-' cir una incisión hecha en uno de los bordes do-' blados ó en uno de los bordes libres del papel. El recortado de cartoncillo se hace según los patrones preparados por el maestro. Para el en- colamiento se emplea la cola del comercio llama- da «cola fuerte en frio»; es decir, que no es pre- | ciso calentarla, ó de una solución de goma arábi-: sa. Para los forros de papel delgado ó para las tiritas de color, el engrudo hecho eon almidón ó. arroz da los mejores resultados. En el recortado, las tijeras son el único util ne- | cesario. Es preciso escogerlas que tengan la pun- ta redonda con objeto de evitar accidentes. Eno muchos casos puede dejarse á un lado el uso de este instrumento y romper el papel con los dedos. | TORMAS DERIVADAS DEL TRIÁNGULO RECTÁNGULO Plegado de papel Cuadrado doblado por la mitad según la diagonal: se obtiene un triángulo rectángulo, Figs. 292 y 203. | Fic. 292 COSMOS Triángulo doblado por la mitad según la altura ab: se obtiene un nuevo triángulo rectángulo, Fig. 234. Fic. 294 Fr. 295 Este triángulo doblado de nuevo porda mitad, 3 E según la altura bd, da todavia un tridngulo rec- , tángulo, Fig. 295. Fic. 296 La Fig. 296 representa el triángulo en la posi- | ción que ocupa por la huella de los ejercicios que siguen. E Fic. Primer Ejercicio Córtense los ángulos de la derecha y la izquier- ¡da (Fig. 297) desdóblese y se obtendrá la figura 98. Segundo Ejercicio Cortando los tres án julos (Fig. 239) se obten- drá la forma 300. COSMOS : 201 | Quinto Ejercicio I | Las seis cortaduras de la Fig. 305 dan, despues de desdoblar, la forma 306. Fié. 300 Tercer Ejercicio Hávanse las cuatro cortaduras indicadas en la: Ke) y Fig. 301 para obtener, al desdoblax, la forma 362 Ñ AS 8 Flc. 301 Fic. 306 Sexto Ejercicio ¿Con dos cortaduras hechas con mucha regula: 'ridad (Fig. 307) se obtiene otra composición 308: | Fic. 307 Fic. 302 Cuarto Ejercicio Haciendo las cortaduras de otra manera, (Fig. : 303) se obtiene el desarrollo 304. Fic. 308 Séptimo Ejercicio Se han de hacer siete cortaduras (Fig. 509) pa- ra obtener el dibujo; fig. 310. eS Y Fic. 304 | Fic. 309 Décimo Ejercicio La Fig. 315 representa un trabajo de recortado en líneas curvas que exige mucha delicadeza: li- bélulas y mariposas; (Fig. 316). -Fro. 310 Octavo Ejercicio Las seis cortaduras (Fig. 311) deben hacerse con el mayor cuidado. El menor descuido defor- maría completamente la estrella 512. A .» | A BerTAND, TOUSSAINT Y GO3ÍBERT. (Continuará. ) LOS MUSEOS DE HISTORIA NATURAL * Todo el mundo admite que entre los me- dios empleados por una asociación como la nuestra, para justificar su nombre y su ob- jeto, se deben colocar la recolección y la con- servación de los objetos indispensables para AN ¡la investigación, para los estudios v para la Fic. 312 | to) JR e A enseñanza; en una palabra, la formación de Noveno Ejercicio : : Las cortaduras en lineas curvas (Fig. 313) dan, después de desdoblar, la forma 314. medios más importantes desde el punto de lo que hoy se llama un museo es uno de los vista práctico. Por ésto me parece que el asunto es digno de ocupar nuestra atención en estos momentos. Por otra parte es ésta SEntocoa d. una materia que ha constituido la ocupación Fic. 313 principal de mi vida, y según creo, pensa- reis como yo que la manera más util de satisfacer el encargo que habeis tenido á ¡bien confiarme, es la de que os exponga ¡el resultado de mis estudios personales. La primera institución que con el nombre ¡de museo, templo ó mansión de las musas, menciona la Historia, fué fundada por Pro- i | | | 1 Discurso de inauguración pronunciado por su autor en la Asamblea General de la Asociación Bri- tánica para el adelanto de las ciencias, en Newcas- Fic- 314 | IG. D14 Ue. COSMOS EoMEo Soren en Alejandría, 300 años antes «de Jesucristo, poco más ó menos. No era “aquél un-museo en el sentido que hoy: le damos á esta palabra, sino más bien, de acuer- do con la etimología, un lugarrapropiado «para el estudio-de hu:ciencia y frecuentado por una reunión, ó academia de «sabios que 203 soberanos que encontraban en ello una sa- tisfacción personal. En todo caso, estos mu- seos no servían más que para el goce de sus poseedores ó para el de los amigos de éstos, y raramente ó nunca fueron útiles para el público, ó lo instruyeron. Uno de los primeros catálogos conocidos «consagraban su existencia á los estudios fi- «losóficos y al adelimto de los conocimientos «útiles. No hay trazas ni recuerdos de colecciones antiguas, permanentes 'ó públicas, de pro- ductos naturales, aunque algumos grandes :Avcusto en Roma, hayan hecho gala de gus- | to artístico: y ostentado su magnificencia, ,reuniendo'en sus palacios objetos raros ve- nidos de diferentes puntos del: globo; así, cuéntase que FeLtee y ALesaxoro manifesta- ron su liberalidad para con ArIstóTELES SU- ministrándole abundantes materiales para | sus trabajos. Se encontraría quiza el pri mer brote de semejantes colecciones :en las nuestras admirablemente conservadas y que se asociaron algunas vetes:á una veneración supersticiosa y aún á leyendas extravagan- tes, que se han' ballado en templos consa- grados al culto religioso. Las pieles de go- rilas que el navegante Haxxo descubrió en un templo de Cartago, son un ejemplo muy “conocido. El gusto por las colecciones, innato en que de un museo semejante se haya impreso, es el de SamurL QuickeLoErG, de Amsterdam» Le : e e y que fué publicado el año de 1565 en Munich. En ese mismo año Conrapo: (GÉss- ser, publico un catálogo de la colección de ¡Juán Kewrmanx médico de Torgau, Sajonia: : 3 , | ente ¡ ; principal: monarcas, como Satomóx en Jerusalem y [2% PUseo contenía 1600 objetos; princip: mente minerales, conchas y animales mari- nos. Poco después vemos al emperador de Alemania, RovoLro LL, esforzarse en reunir los tesoros que sirven hoy de base a. los magníficos museos que distinguen á la: ca- pital de Austria. ¿ ¿n Inglaterra, los primeros colecciona- dores de renombre fueron Juan 'TrADESCANT, padre é hijo; este último publicó en 1656 un opúsculo intitulado Museum Tradescan- danum 6 colección de las curiosidades con- servadas en South Lambeth, cerca de Lon- dres. La ¡asombrosa variedad y la yuxta- posición heteróclita de los objetos conteni- dos en esa colección hacen que sea muy di- vertida la lectura de ese catálogo. En el primer capítulo consagrado á las dipersas especies de aves, á sus huevos, picos, plumas, garras Y uñas, encontramos: Especies diver- gran número de personas de todas naciona- lidades en distintos periodos de la historia, reapareció vigorosamente en la Edad Media «con el renacimiento de las ciencias, é indi- “viduos ricos, de cultivado talento, -estable- cieron la moda de adornar sus casas con co- leciones de objetos variados (creando así los museos de antigúedades y de Historia Natu- al), 4 las que agregaban con frecuencia ga- lerías de pintura y de escultura. Las primeras colecciones conocidas, com- parables á nuestros museos, fueron creadas y sostenidas á expensas de algunos particu- lares; algunas veces eran médicos que mer- ced á sus estudios, adquirieron el gusto por la Biología, y con mas frecuencia, mercade- res, los cuales en virtud de sus relaciones comerciales podían hacer venir de países sas de hueyos de pato, dado uno por hueyo de dragón; huevos de pascua del Patriarca de Jerusalem; dos plumas de la cola del fé- O | 3 ¡algunos autores, puede levantar un elefante. nixw; una garra del pájaro rock, que segun ¡En el número de las aves se halla el famoso Dodar de la isla Mauricio, que no puede vo- ¡lar porque es demasiado grande. Tal -es' el ¡primer tipo y la base de lo que fué después ¡el Ashmolean Museum y luego el museo de ¡la Universidad de Oxford; pero lo que no sabemos es qué haya sucedido con la garra del rock, con la cola del fenix y el huevo del dragón. La falta de tiempo me impide mencionar los objetos maravillosos que con- tenía el capítulo de los vestidos, tunicas, há- bitos y adornos, 6 el de las máquinas, obras de arte, grabados, objetos torneados, semt- extranjeros, colecciones de curiosidades; ó llas y pinturas; el de los guantes tejidos de 204 Eduardo el Confesor y el famoso traje de Pohatan, rey de Virginia, bordado con con- chas 6 Roanoke; pero según sabemos, per- manece aun en el museo de Oxford, á juzgar por la reciente descripción de Mr. TayLon, el hueso de cereza sobre el cual están perfec- tamente grabados de un lado San Jorge y el Dragon, y del otro, los rostros de 88 empera- dores, así como otro hueso de cereza que contiene diez docenas de peines de carey ta- llados por Ebuarbo GimnoNs. Ántes de con. cluir con las colecciones privadas no puedo pasar en silencio, como un ejemplo de los grandes servicios que prestan los museos al adelanto de las ciencias, la deuda contraída por Liseo en sus primeros estudios, para con el importante museo zoológico que con- tribuyó á reunir la pasión dominante que por la Historia Natural tuvieron algunos re- yes y reinas de Suecia. Como ejemplos de museos fundados por individuos constituidos en sociedad para el adelanto de la ciencia, y que consideraron esta fundación como inherente á sus funcio- nes, citaré en primer lugar entre las de nuestro pais, el museo de la Sociedad Real, en Cranecourt, del cual publicó Grew un atálogo ilustrado en 1681. La idea de que el estalecimiento de un | museo formaba parte de los deberes del Estado ó de las instituciones municipales, no: se le ocurrió á nadie sino hasta princi- pios del siglo pasado. Los mismos grandes cuerpos de enseñanza, tales como las uni- versidades, procedieron con mucha lentitud para adquirir colecciones; pero es justo te- ner en cuenta que los conocimientos con-| siderados entoncés como los más esenciales para la instrucción que esas universidades da- ban, no exigían como complemento los ob- jetos que pueden reunirse en un museo. Las universidades italianas, donde la Anatomía se enseñó como ciencia desde un principio y más completamente que en cualquiera otra parte de Europa, comprendieron bien pronto la necesidad de crear colecciones: de modelos conservados, y el arte de pre- pararlos alcanzó un alto grado de perlec- ción en Padua y en Bolonia, hace dos si-| glos; pero estas colecciones pertenecían, en general, á los profesores, como casi todas COSMOS las colecciones que sirven para enseñar la Anatomía y la Patología, en nuestra patria, tal como lo recuerdan varios de nuestros contempo 'ANCOS. No obstante la multiplicación de los mu- seos públicos en nuestra época y los grandes recursos y ventajas que poseen algunos de éstos, excluyendo las colecciones privadas que no pueden igualárseles, el gusto por las colecciones entre los particulares no ha des- aparecido felizmente, bien que de una mane- 'a general sigue direcciones distintas á las de las pasadas épocas. Los museos genera- les ú colecciones de objetos variados y an- tiguos han quedado ahora á los gobiernos garan- S tía de permanencia y de utilidad pública, y a las instituciones que ofrecen más gozan de ocios y de medios que rinden servicios admira- mientras que los particulares bles á la ciencia al dedicarse á algún objeto especial y al amasar materiales que les sir- ven para proseguir estudios de detalle, sea por si mismos, sea empleando á los que tienen cualidades para hacerlo; sus coleccio- nes, cuando llenan el fin que se han propues- to, pasan más tarde por donación ó por compra á alguno de las museos públicos y sirven entonces para la educación de la na- | ción ó más bien para la del mundo entero. Sería pasar los límites del tiempo conce- dido á este discurso, así como el fin de esta asociación, abordar los diferentes asuntos que han ejercitado las facultades de los co- leccionadores y que han servido para la re- unión de los materiales que constituyen hoy los museos. Los resultados de los diversos procedimientos empleados por el hombre para reproducir las formas de los objetos 6 para reprensentar las imágenes creadas por su fantasia, desde las figuras más grotescas talladas por los salvajes en los huesos ó las más sencillas disposiciones de las líneas em- pleadas para adornar los utensilios más co- munes, hasta las más graciosas combinacio- nes de lormas y de colores á que han llegado en la actualidad la escultura y la pintura, ó hasta el modelado del metal y del barro, todas esas producciones se conservan en los mu- seos para instrucción nuestra y para la his- toria del pasado que sirve de enseñanza pa- ra el porvenir. Me limitaré aquí á examinar las coleccio- nes consagradas al objeto que constituye á nuestra Asociación, es decir, á las ciencias de la Historia Natural; pero lo que diga de estas colecciones será más ó menos aplica- ble á los museos en general. Las expresiones Historia Natural y Natu- ralista están profundamente arraigadas en nuestro lenguaje, pero carecen de una con- cepción bien definida de su significado ó: del sentido de su aplicación. La Historia Natural se aplicó en su origen al estudio de todos los fenómenos del universo que son independientes de la acción del hombre; des- pués el sentido de la expresión se redujo gradualmente en la mayor parte de los es- píritus. Se dieron títulos adecuados á algu- nas de sus subdivisiones como la AÁstrono- mía, la Química, la Geología, ete.; pero en estos últimos tiempos aun no se le había a , , | dado nombre especial á esa parte de la cien- cia que trata de los seres vivos. Aún después de esta separación, la Botá- nica quedó dividida gradualmente en varias partes y los términos naturalista y zoólogo se volvieron sinónimos, bien que irracional- mente. La feliz introducción de la pala- bra Biología, aceptada generalmente á pesar de las objeciones fundadas en la etimología, reunió el estudio de los. organismos dota- dos de vida y eliminó del lenguaje cientifi- co la expresión vaga é indeterminada de Mis- toria Natural. Como es seguro, por otra parte, que este último término se quedará en el idioma común, propondria yo que se le devolviera su significación primitiva y real que forma contraste con la historia del hombre y sus obras, y con las modificacio- nes que su intervención ha producido en el UNIVErso. En este sentido fué determinada la línea de demarcación de las clases en el Museo britanico de Bloomsbury, separando los pro- ductos naturales de las creaciones del arte: | las primeras comprenden las materias pro- ducidas por las fuerzas naturales, no modi- ficadas por la acción del hombre. Los salo- nes dedicados á estos productos llevaron el nombre de salas de Historia Natural y el nuevo edificio que las comprendía fué deno- minado Museo de Historia Natural. COSMOS 205 > z - NR | Es importante que nos detengamos algún tiempo en considerar el valor de esta divi- ¡sión porque sobre ella reposan la clasifica- ¡ción y la administración de la mayoría de los museos. Se pueden dar muchas razones en apoyo ¡de esta división, por más que se haya he- cho la objeción de que se divide al hombre en dos. | Los modelos de estructura del cuerpo hu- mano son evidentemente del resorte del zoó- ¡logo. Las graduaciones ligeras de forma, de proporción y de color que distinguen á las diferentes razas humanas no pueden apre- clarse sino por el anatomista que ha apren- dido á estimar el valor de estos caracteres al estudiar las variaciones de las formas ani- males; por consecuencia, es preciso ir á bus- car los modelos de esta especie en las co- lecciones de Zoología. Además, la Antropología, relativamente |joven, abraza no solamente la estructura (í- sica del hombre sino también el desarro- llo de su inteligencia, sus usos, costum- bres, trajes, tradiciones y lenguas. Los mo- delos de sus obras de arte, los utensilios domésticos y las armas de guerra, forman una parte esencial de este estudio. De he- cho, es imposible decir donde concluye. Comprende todo el pasado y el presente del hombre con todas sus obras. No se puede tirar ninguna línea de demarcación entre las armas groseras de silex y los instrumentos de destrucción más perfectos que salen de nuestros talleres; entre cl boceto de la'ima- gen del mammouth grabado en uno de sus colmillos por un contemporaneo de él y las admirables reproducciones de nuestros ar- tistas. Una colección antropológica, para ser lógica y racional, debe comprender no sólo todo el antiguo Museo Británico, sino también el Museo de South Kensington y la Galería Nacional. La noción de una Antropología que considere á los salvajes y á los hombres prehistóricos como si estuvieran aparte de la humanidad, puede satisfacer ciertas con- veniencias al limitar la especie humana; pe- ro esta concepción nada tiene de cientifieo y pierde de vista todo el valor del estudio que da cuenta del perfeccionamiento gradual de nuestra complicada organización y de 206 COS MOS nuestras costumbres según los hábitos pri- mitivos de nuestros antepasados. Por otra parte, la primera clasificación que hemos indicado, es tan definida, tan ló- gica y tan científica como puede serlo una división semejante. Presenta, es cierto, va- rios inconvenientes en razón de la capacidad del local necesario para contener todas las subdivisiones de objetos tan diferentes unos de otros, pero tan unidos por sus carac- teres antropológicos, somáticos y psicoló gicos; pero estas dificultades no pueden do- minarse sino reuniendo en una gran insti- tución las variadas colecciones. nacionales que representan las distintas ramas de la ciencia y del arte, disponiéndolas y agru- pandolas bajo, un orden tal que resalten sus relaciones mútuas y que las propiedades de cada una sirvan para dilucidar todas las de- más. Aún no se ha establecido una institución: de este género, pero nuestro antiguo Museo Británico podrá realizar algún día esta or- ganización ideal. -Un museo consagrado exclusivamente á ea Historia Natural rada pues, una colec- | ción de objetos que representaran todos los productos de la Tierra y que comprendiera, en su sentido más vasto y más verdadero, todas las ciencias que se ocupan de los fe- nómenos. naturales en tanto que pueden re- presentarse por medio de muestras de mu- seos. Estas dificultades únicamente, reales Ó imaginarias, para representar con mode- los la Astronomía, la Física, la Química y la Fisiología, dido ¿ocupar los salones de nuestro Museo son las que les han impe- Nacional de Historia Natural, en tanto que se ha admitido la introducción de otras cien- la la cias como la Mineralogía, Geología, Botánica y la Zoología. Las ciencias experimentales y las que es- tudian las leyes que gobiernan el Universo, más bien que los materiales de que está com- puesto, no han despertado mucho hasta aho- ra el gusto de los coleccionadores, ni hecho servir los museos para su enseñanza; sin (10d bar go, cada año se reconocen más y más las. grandes ventajas que resultarian de colec- | cionar los, diversos instrumentos que sirven para proseguir el estudio de estas ciencias, así como, los modelos de los métodos em- ¡detalles de cada asunto se multiplica, ¡cales, pleados para su aprendizaje. Los museos de aparatos cientificos forman hoy parte inte-, orante de todo establecimiento de educación 5 bien organizado; hay en el Museo de South. Kensington, bajo la denominación de Cien- cia y Árte, salas que contienen una colec= ción nacional de enseñanza para aquellas ra- mas de Historia Natural que no tienen. re- presentación en el Museo Británico. La im- portancia de esta colección ha crecido de tal manera que han tenido que ocuparse de si- tuarla convenientemente y di en pri- mera línea. Es natural encontrar anomalías como Esta en el estado actual, casi naciente, de la Cien- cia, por más que ella crezca rápidamente. Es cierto que ninguna institución científica o o) ción puede estar, que exige cierta colo de Organiza, salvo en el momento. de su nacimiento, á la altura de las ideas más avan- zadas de su época, en particular relativa á las líneas que la subdividen y á la repre, [sentación proporcional de las diferentes ra- mas de conocimientos que comprende. , Se reconoce más y más la necesidad de introducir subdivisiones en el estudio: de una ciencia a medida que el conocimiento de los, sin, que el poder del espíritu humano para reco- jer y asimilarse estos detalles aumente en la misma proporción. Las líneas de división se acentúan propor cionalmente y exigen que se las revise con frecuencia. Podria creerse que tal revisión” ¡habría de conformarse con la dirección se> guida por el desarrollo natural de las rela- cionés que existen entre las diferentes ras mas de la Ciencia y las concepciones más exactas que se han formado de estas relacio- nes; pero no sucede siempre asi: 'contínua- mente se clevan barreras artificiales que mantienen á estas líncas de separación en la direceión que tomaron desde un principio; surgen dificultades de reorganización no só- lo de los obstáculos materiales causados por las dimensiones y la distribución de los lo- de las facilidades concedidas á la ad- |quisición de las variadas especies de colec-. ciones, sino, principalmente, de los nu- merosos intereses personales que se des-. arrollan y extienden en forma de red al, re-: dedor de estas instituciones, » - COSMOS Se instala y subvenciona á los profesores y. á los conservadores de tal ó cual división de la Ciencia y éstos se oponen con tenaci- dad á toda usurpación respecto de sus pro- piedades, ó á todo ensanchamiento importan- te de los límites del asunto que han empren- dido enseñar ó ilustrar. Por esta razón, so- bre todo, es por lo que las fases transitorias | de los conocimientos científicos se han que- dado eristalizados ó al estado fósil en insti- tuciones en que menos podía haberse espe- rado tal fenómeno. Podría citar algunas uni- versidades de Europa y grandes museos en donde la Zoología y la Anatomía Comparadas se consideran como asuntos” distintos y las enseñan profesores diferentes; en las cua- les, en razón de la clasificación de las colec- ciones que de ellas dependen, la piel de un animal que es del resorte de la Zoología” y su esqueleto y sus dientes que pertenecen á la Anatomía, quedan clasificados en distin-' tos locales del establecimiento, y, con fre- cuencia, muy alejados unos de otros. La organización defectuosa de nuestros museos es en gran parte, responsable de es- ta sensible separación de la Paleontología y de la Biología, la cual separación sobrevivió evidentemente á las antiguas condiciones de la enseñanza cientifica y á la persistencia en- la integridad de ese compuesto heterogéneo de ciencias reunidas hoy con el nombre de: Geología. Mientras más. pronto se. puedan reorgrnizar los museos para borrar y des- truir esta línea fija de demarcación, adopta- da universalmente, entre los seres actuales y los. que vivieron en otra época (esa sepa- ración tan profundamente arraigada en el espíritu público y que es tan difícil de ex- tirpar aún del espíritu del estudiante cien- tífico), más pronto también se realizarán los progresos de una sana enseñanza biológica. . Empero, el progreso no depende princi- palmente de la reforma de estas burdas ano- malías y de estas imperfecciones, que exi- gen métodos heróicos para enderezarlas ya que se las ha dejado crecer; depende, sobre todo, de ciertos defectos menores que exis- ten en la organización de casi todos los mu- seos y que medios administrativos, relativa- mente fáciles, pueden hacer desaparecer. De esos ¿procedimientos quiero hablaros ahora. No puede negarse que recientemente, se han realizado grandes progresos, bajo mu- chos conceptos, en diversos museos de nues- tra patria, en el Continente europeo y es- pecialmente en América. Este asunto ha lla- mado, felizmente, la atención de los que tie- nen á su cargo la dirección de los museos, y aún ha despertado la atención del público en general. De aquí que con la esperanza de guiar ó con la de ayudar en cierto modo á este movimiento, me permita hacer las no- tas que siguen. W. MH. Fiower. (Continuará. ) LA CIENCIA DIVERTIDA EL CANONAZO - ¿Quereis tener en la mesa la emoción de- un cañonazo, oir la detonación que tanto asusta.á las personas nerviosas, ver desfilar la granada con la rapidez del relámpago. y. asistir, por fin, al fenómeno del retroceso de las piezas de artillería? Podeis responder valerosamente que «sí» porque la experiencia que os propongo es de las 'más inocentes, como vais á verlo. Tomad una botella vacía de vidrio grue- so (la cada) de champaña está naturalmente indi- y echadle agua hasta la tercera parte. de su altura. Disolved en esta agua un poco de bicarbonato de sosa, contenido, como sa- beis, en los paquetitos que venden para fa- bricar agua de Seltz. Poned el polvo del otro paquete (el ácido tártrico) en una baraja arro- llada en forma de cilindro formando así un tubo que tapareis por un lado, con un tapón de papel secante. Colgad, ahora, vuestro cartucho fabricado así, del tapón de la botella que está parada en la mesa, clavándole un alfiler en que amarrareis.un hilo; la abertura del tubo de- be estar hacia arriba y después de haber arreglado la longitud del hilo de modo que no toque el liquido la parte inferior del tu- bo, tapad bien la botella con el tapón. He aquí cargada nuestra pieza; sólo falta disparar. Basta, para ésto, colocar horizon= talmente la botella sobre los lápices dispues- 208 1 tos paralelamente sobre la mesa, imitando |tapándole momentáneamente la boca con el la cureña. Penetra el agua en el tubo de | dedo, invertid la botella y sumergid su cue- ¡llo en el agujero del barril; retirad vues- ¡tro dedo y dejad por algunos instantes la 'botella en esta posición, como lo indica la figura 318, y vereis que el vino, más ligero que el agua, lo reemplazará insensiblemen- te y al fin de la operación, la botella que ¡estaba llena primitivamente de agua, lo es- ¡tará de vino puro. | | * >» LA ROTACION DE LA TIERRA Cuando comals en su cascaron huevos pa- Fic. 317 sados por agua, no olvideis ensayar la expe- riencia siguiente que siempre da resultado artón, Ls aly l ácido tártric e AS oo o . cartón, disuelve el ácido tártrico y el ga oa tada 4el 'arbón1 > 'oduce r ina= |" : icido carbónico que se produce repentina | Humedeced ligeramente el contorno de >, lanza ín con una vi a ex-! Oe mente, lanza el tapón con una violenta ex vuestro plato, dibujad conola yema les | | 16 y a ll o 6 o a plosión, en tanto que, por efecto de la reac ¡vo (ya veis que el color no está lejos) un ción, la botella rueda hacia atrás sobre los: dos lápices, imitando exactamente el retro-' ceso de una pieza de artillería. | EL BARRIL Y LA BOTELLA | Se os dan un barril lleno de vino y una botella y se os propone llenarla de vino por el agujero del barril, sin emplear más apa-= rato que la misma botella. He aquí la solución: Estando el barril bien Fic. 319 lleno de vino, llenad de agua la botella y sol de rayos dorados en el centro de dicho plato, y ya teneis un aparato que bastará ¡para explicarle á un niño el doble movimien- ¡to de nuestro planeta, que gira sobre sí mis- ¿mo al girar al rededor del sol. Solo ten- ¡dreis que poner vuestro pedazo de cascarón 'en la orilla del plato que inclinareis conve- 'nientemente por medio de un pequeño mo- ¡vimiento del puño y entonces vereis al cas- carón ponerse á girar rápidamente sobre sí ' mismo, desalojándose al mismo tiempo al- rededor de plato. La ligera cohesión producida por el agus ¡que moja el plato, impide que el cascarón se escape hacia afuera impulsado por Ja fuer- ¡za centrifuga. Fic, 318 | Tom Prr. > 4 ¿SHAH INO ALS VO OdIL “Hd A SONVITHNITOd SOT HA VIUNVA VI 44 OLAVLISVUVdA HTLEOA ONULSNOIN SOWNSOD THU VIAVADOLODOLO “LO Y ZAUJA AVUI CH ep] VNIMy'] | OKO J REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS A RA IRSA NAAA Direcror propreTarro, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 15 De Juro pe 1892 EL CALENDARIO PERPETUO Y LA MNEMOTECNTA I Hojeando un tomo de La Nature, esa pre- ciosa revista de las ciencias y de sus aplica- ciones á las artes y á la industria, redacta- da en París hace diez y nueve años, por el sabio Gastón TISSANDIER, tropezaron mis ojos con un opúsculo que tenía por epígrafe el mismo que he dado á este artículo. Aficionado como soy ¿4 los estudios cro- nológicos en su atingencia con el Calenda- rio, y lleno de pasión por todo lo que se relaciona con el arte de ayudar 4 la memo- ria, ó sea la Mnemotecnia, devoré, que no lei, el contenido de aquel interesante á la par que curioso eserito. Sawriaco BErTILLON, su autor, refiere que M. mnemotécnico para llevar, no en la bolsa, Azuveo le había enseñado un medio sino en la memoria, un calendario perpétuo. Agrega el citado autor que AzkveDo te- nía una memoria admirable que le permitía almacenar en su cerebro una cantidad in- creible de fechas, de cifras y de sucesos de todo género; y que esa prodigiosa memoria era enteramente artificial, pues la había ad- quirido con el auxilio de la mnemotecnia, inventada por su amigo M. Arvk París. Des- pués de este preámbulo dice BertIiLLON que un día, discutiendo con Azeveno las venta- jas del Arte, le hizo tomar un lapiz y un papel y escribir algunas palabras y varios números combinados con tal artificio, que! fueron bastantes para inculcarle en breve es-| pacio de tiempo las nociones del Calendario Universal. De tal manera están vinculados los artifi- elos de la mnemotecnia con la estructura de las palabras de cada idioma, que las reglas que se dan para uno son inútiles y aún ca- recen de toda significación en cualquier otro. Sería, pues, estólido traducir el artículo fran- cés de La Nature. Empero, empleando el método de ÁzeveDO, que con tanta razón en- comia BertiLLox, puede exponerse el medio mnemotécnico inventado por él, adaptándo- lo al idioma castellano. Tal es el objeto del presente artículo. á un amigo S mío, un papel y un lápiz; voy á enseñaros —Tomad, le dije una noche el almanaque, y os prometo a fé mía, que no lo olvidareis jamás. Escribid: Enero..... CONV ACN cero. Hebreo cOn Ote tres. Manzo eRLO SR OSEA tres. ¿Molle oc dice el refrán que os purguéis seis. Mayo..... salta el gacuno..ooo.o..... uno. Junio del año anfiteatro ......... cuatro. TU a la Francia aplaudiréis... seis. Agosto.... murio la madre de Dios.... dos. Septiembre por Hidalgo brinco ........ cinco. Octubre... último aguacero .......o.o.o.. cero. Noviembre. acaba por San Andrés..... tres. Diciembre. me abrigo con ahúnco...... cinco. —¿Qué diablos me haceis escribir? me di- jo mi amigo. ¿Qué quiere decir todo ésto? —No os enfadeis, todavía no llegamos al fin. Os he hecho escribir Enero, compadre- ro, porque en Enero hay un ¡jueves que se llama de los compadres, en cuyo día se ce- lebra un baile, y los concurrentes á él bus- can en el sexo opuesto un compadre ó una comadre. Os hice escribir cero porque com- padrero es consonante de cero. Luego Ene- ro, compadrero, cero. Febrero sólo tiene 28 días, es el mes mas pequeño, el corto mes, y mes es consonante de tres. Luego Febrero, corto mes, tres. Marzo es el mes josefino, porque el día 19 210 COSMOS celebra la iglesia á Josí, el esposo de María, y el mundo felicita á los que llevan ese nom- bre. Luego Marzo, de los Josés, tres. Abril es el mes propicio para purgarse, porque dice el refrán: «cursos en Abril ó Mayo, salud para todo el año.» Abril, pur- Quels, sets. Mayo es el mes en que se inicia el tem- poral de las lluvias: los animales, y parti- cularmente el ganado vacuno, saltan y brin- can en las praderas luego que oyen en Mayo los primeros truenos del cielo: Mayo, salta el yacuno, uno. Junio es el sexto mes del año, lo dimidia, y en el último día de este mes se ven, como en un anfiteatro, los seis meses corridos á un lado, y los seis por venir al otro: Junto, del año anfiteatro, cuatro. Julio es el mes de la Toma de la Bastúlla, cuyo suceso solemniza la Francia el día 14, hace 103 años, y lo aplaude todo el que cree que allí está la primera etapa de la Liber- tad: Julio, á la Francia aplaudireis, sets. Agosto es el mes en que se celebra el tránsito ó muerte de la Virgen ó sea la ma- dre de Dios: Agosto, murió la madre de Dios, dos. Septiembre fué el mes en que HimaLco dió el grito de independencia, y en cada año, la noche del 15 de ese mes hasta saltan y brincan los mexicanos por tan fausto su- ceso: Septiembre, por Hidalgo brinco, cinco. —Pero todo lo que me estais diciendo no tiene sentido común, me dijo muy azorado mi amigo. —¡Tanto mejor! Os digo que no lo olvi- daréis jamás. Pero dejadme continuar. Octubre es el mes en que acaba el tem- poral de las lluvias; en los primeros quince días cae generalmente el último aguacero: Octubre, último aguacero, cero. Noviembre es llamado por el vulgo «di- choso mes», porque empieza por Todos San- tos y acaba por San Anbrís: Noviembre, San ÁnDRís, 17es. Diciembre es el mes en que se sienten más los rigores del invierno, y se abriga uno con ahinco para entrar en calor: Diciembre, me abrigo con ahínco, cinco. Sabiendo ésto (y luego que lo hayáis re- pasado dos ó tres veces, no lo olvidareis jamás), sabeis todo el almanaque, al menos el del año corriente. Veamos ahora el modo de servirse de él. La semana, como todos sabemos, tiene siete días, y comienza por el lunes, que de- signamos con el número 1; el martes lleva el número 2, y así sucesivamente. Es necesario que tengais presente el día en que comienza el año y yo os enseñaré una regla para que lo logréis sin esfuerzo. En 1862 el primer día del año fué miér- coles (3% de la semana). De este número se quita 1, quedan 2. El número 2 mero del año de 1862. Siendo así, supongo que quereis saber en qué día de la semana cayó el glorioso 5 de Mayo de 1862: haceis la adición siguien- te: es el nú- 60 aha do MENO. oo000doVVoVnooooroooo dosooso 5 Número del mes (Mayo, yacuno, uno)...... 1 Número cal WO ooococobvonocnoonocvonaroso 2 Totaloosooooooo 8 De este total sustraed el mayor múltiplo de 7 (sea 7), queda 1, ó sea lunes, primer día de la semana. El 5 de Mayo de 1862 fué, pues, un lunes. Tal fué la conversación que tuve con mi amigo. Pocos días despues me buscaba presuroso, y al encontrarme me dijo: «Ya aprendí las doce fórmulas que me parecieron tan dispa- ratadas; os vengo á dar las gracias por vues- tra enseñanza y á deciros el día de una fe- cha que me propongais.» —¿Qué día de la semana, le pregunté, fué el 19 de Junio de 1867? —¡Ah! el día en que fusilaron á Maximr- LIANO. Como aun no sabía mi amigo el método para buscar el número del año, le dije, que el de 1867 era 2. —Haré pues, la adición siguiente: 199 día de Junio 19 Número del mes (Junio, anfiteatro, cuatro) 4 Número del año disminuido de una unidad. 1 Total. oosvsoconos Sustralgo de esta suma el mayor múltiplo de 7, ó6 sea 21, quedan tres, ó sea miérco- les. El 19 de Junio de 1867, fué miércoles. —Ya veis, le dije á mi amigo, qué facil COSMOS 211 es el método; si lo ejercitais algunos días, hareis la adición con tal presteza que halla- reis una [echa con más prontitud que una persona con el calendario á la vista. —La única dificultad consiste en conocer el número que corresponde al año; pero la mnemoteecnia os prestará su ayuda. Con ese arte maravilloso M. AzeveDo enseñó en un cuarto de hora á M. BerrinLoN todos los al- manaques presentes, pasados y futuros, tan- go0- to del calendario juliano como del greg riano. so, sera La nueva lección que dí á mi amig el objeto de un segundo artículo. TI —Me habeis ofrecido, me dijo mi amigo, enseñarme en un cuarto de hora todos los calendarios presentes, pasados y futuros, el goriano. —Sií, y aprovecharé esta ocasión para juliano y el gre enseñaros los principios de la mnemotec- nia. Un diputado, de esos que sólo van á dor- mir en un sillón del hemiciclo de Iturbide, decía hace pocos días á un ¡efe político ami- go suyo: —$i tu no me reeliges, ¡que felpa! El ¡efe político que no ha podido averiguar si la /elpa envuelve una lamentación ó una amenaza, no ha podido olvidar la tal frase, oinación. S Yo tambien os aconsejo que la grabeis en y la tiene estereotipada en la ima vuestra memoria, porque las diez letras con que comienzan las sílabas de las palabras que contiene esa frase, indican en la mne: moteenia el valor numérico de las conso- nantes. VALOR MNEMOTÉCNICO DE LAS CONSONANTES S primera letra de Sí significa O ñ tú A A no a e me A ñ ree Ñ $ li 7 ges "”" de que A " fel " " pa " ¡IO SS O0NJOVJAmN- Puedo aseguraros que éste es el único punto convencional que hay en mnemotec- nia, y tambien el único llamamiento que se le hace á la memoria. Además, esta con- vención no es tan arbitraria como parece, pues reposa en algunas analogías: S tiene el valor de O, y en efecto una $ manuscrita tiene una forma redonda como la del cero. t, que tiene el valor de 1, está formada con una jamba ó un solo palo. N, que tiene el valor de 2, está formada con dos palos. Mm, que tiene el valor de 3, está formada con tres palos. r, que tiene el valor de 4, tiene, aunque grosera- mente, la forma de cuatro cuando está ma- nuscrita. manuscrita, se parece á una de las formas del 5, tiene alguna semejanza con un 6 invertido. tiene menos semejanza con un 7 mal escrito. manuscrita, tiene dos ojos como el 8, tiene la forma de un 9 invertido. Ds>+tom— En nuestro alfabeto hay más de diez con- sonantes, y una de dos, ó se han de quedar sin significación muchas de ellas, ó se ha de ensanchar el cuadro de las representativas. Esta dificultad desaparece estableciendo diez articulaciones ó consonantes principales y las restantes equivalentes. He aquí el valor numérico de todas las consonantes: traduce por S, C, Z, Ch, x. traduce por t, d. traduce por n, ñ. traduce por m. traduce por r, rr. traduce por l, 11. traduce por g, j. traduce por q, K. traduce por f, v. traduce por p, b. ON JDOPON—O En mnemotecnia sólo las consonantes tie- nen valor. Las voces entre las que se cuen- ta la y no tienen valor alguno. Establecido lo que va dicho, ya podre- mos aprender la fecha de muchos hechos históricos. El descubrimiento de América por Cnis- TOBAL CoLón en 1493. Ame rica mujer, y sufrí duras bromas. (Amé rica=América.—du—=1; ras=4; bro=9; mas=3. O sea 1493). El asesinato de Don MeLcHor Ocameo en 1861. ¡Oh campo tan fragante! (Oh campo= Ocamro.—tan=1; fra=8, gan=5; te=l. O sea 1861. Fundación del imperio azteca ó mexica- no en 1325. Hazte capa con tamaño lío. (Hazte ca= 3; ño=2; lío Azteca. —ta=1:; ma 5. O sea 1325). Con estas fórmulas ya sabemos lo bastan- te para comprender las relativas al calenda- rio perpétuo, ya sea el juliano ó6 el grego- vano. Estas son de dos especies, las que se refieren al siglo, que son cuatro, y las rela- tivas particularmente al año, que son diez. FÓRMULAS DEL SIGLO . Sincero (0) te quiere Dios (d=1). Un (1) alumbrado nocivo es el del gas (g=6). 4) . Gaspar (2) fué uno de los magos reyes (r=14). O) Tres (3)es el segundo non (n=2). FÓRMULAS DEL AÑO Sincero (cero) elogio tributó la Europa á la con- desa Cinchona luego que donara la gran qui- NA. DO 7 102456 7 2 1. Alguno (uno) ha dicho de Morelos que tenia ma- los jaques. 38 72.12 8 (0.7 Los dos (dos) esposos lloraban, y él pregunta- ba: ¿Lemeraás la guadaña, Maruja? e L£ 36 32 3£6 3. Los sastres (tres) que tiíñen y relujan, que no MUeran. 7 1-2 456 EZ e 4. En un cuartel (cuatro) cantaba un soldado: los que tienen molleja que duerman. 5 Z 12 35860 7 1 3 5. En la religión de Noé murio el gran Quintín (cin- 456 IL S IA 6 JE co, quinto). 6. No paseis (seis) ni releguers al que numere Lu- 2 4 7) lA que. 36 7 236. 5 Si he tenido (siele) vestido de una mala jaque- ta amarilla. 10. 2:.3.39:07 1.345 Ochoa (ocho) al grande numen rogó que tronara. O 123 66.7 192 Nuevecito (nueye) es el refrán: lego que no ma- rra lo quita Anaya. 007.28 2D DY 09 lle aquí las fórmulas por absurdas que os parezcan. No basta leerlas para saberlas; es necesario repetir dos ó tres veces cada una de ellas, por mañana y tarde, durante dos ó tres días, y ya no se olvidarán jamás. A la simple lectura, todo lo que precede puede parecer pueril y ridículo. Pero no es esa la cuestión, sino saber si con esas fór- mulas se llega al propósito de aprender el 1) COSMOS calendario de una manera indeleble yen muy poco tiempo de estudio. MODO DE USAR LAS FÓRMULAS Supongo que se quiere saber en qué día de la semana murió MoreLos, que fué fusi- lado el día 22 de Diciembre de 1815. Se tomará el número 18 (con que comienza... 1815), y de él se sustraerá el mayor múlti- plo de 4; quedan 2. Se recurre entonces á la fórmula del siglo que corresponde á esta cifra; es la de Gaspar fué uno de los magos / reyes (r=4). Se escribe el 4. Después se observará la cifra de las dece- nas del año dado; es 1. Se recurre entonces á la fórmula del año que le corresponde. Ls la de «Alguno ha dicho de MorrLos, etc.» Al fin de esta fórmula hay diez cifras (Mo- RELOS que tenía malos jaques). Si se trata- ra del año 1810, se tomaría la primera ci- fra Mo (=3). Si se tratase del año 1811, se tomaría la segunda cifra re (=4). Se trata del año 1815; se tomará, pues, la sexta (S5+1) cifra que es nía (=2). Para saber qué día de la semana fué el 22 de Diciem- bre de 1815, se hará la siguiente adición: A A lo A A dr e 2 Mes de Diciembre (me abrigo con ahínco). 5 Días recorridos del mes.....o.ooo.o.o....o.. 22 Mot 33 Quitemos el mayor múltiplo de 7, quedan De Fué un ezernes el día en que fusilaron á MorkBLos. En este género de cálculo, que en breve tiempo se llega á hacer con una rapidez in- creible, hay que desconfiar de los años bi siestos. Para reconocerlos facilmente se ten- drán presentes estas dos reglas: I. Si las dos últimas cifras del año son divisibles por 4-, sin que haya resta, el año es bisiesto. II. En los años seculares se suprimen los dos ceros de la derecha, y si la cantidad que queda es perfectamente divisible por 4, el año será bisiesto. El calendario juliano ! utiliza las mismas fórmulas de la manera siguiente. Supongo 1 El calendario gregoriano comenzó ¿ usarse en el año de 1582, que se quiere saber qué día de la semana fué el 1% de Julio de 1520. Primero se toman en consideración las dos primeras cifras del año, que son las que mar- ca el siglo (15). Pero en lugar de recurrir á las fórmulas del siglo tales como se han expuesto, se calculará la cifra que añadida al número del siglo dé el múltiplo de 7 in- mediatamente superior, disminuido en 1. (El múltiplo de 7 inmediatamente superior á 15 es 21; disminuido en 1, quedan 20. De 20 quitad 15, quedan 5.) Escribimos el 5. Asíse procede para buscar el número del siglo en el calendario juliano. | Para el año se procede exactamente como | en el calendario gregoriano. Siendo 2 la ci- fra de las decenas en el ejemplo dado, vecu-| rrimos á la fórmula 2* de «Los dos esposos, | etc.», y siendo O la cifra de las unidades tomamos la primera sílaba (0+1) del fin de: la fórmula. Los dos esposos lloraban y él preguntaba: ¿temerás.......?) Escribimos pues 1. Siendo el año bisiesto, y la [echa poste- rior al mes de Febrero, añadiremos otro 1,' y haremos la adición siguiente: MO NOAA 5) O ro 1 Día suplementario por ser el año bisiesto... 1. Mes de Julio (4 la Francia aplaudiréis).... 6 | Días recorridos del mes. ..........0.0...... 1 MOM 14 Quitemos el mayor múltiplo de 7, queda 7. El 1” de Julio de 1520 es un domingo. ¡Ah! sí, es un domingo, el más horrible de todos para los conquistadores de México, es el domingo de la Noche Triste. | Crciio A. RobrLo. (Correspondiente de la Academia Española.) A Cuando se quiere apreciar el alcance del espíritu en una persona, cl mejor medio es observar cuál es, en sus discursos, la pro- porción de las generalidades á las persona- lidades; hasta donde las verdades simples que conciernen á los individuos están reem- plazadas por las verdades abstractas, dedu- cidas de numerosas experiencias sobre los hombres y sobre las cosas.—H. Srexcer. ———__—_A—_—_—_—_— | 213 EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 TERCERA SERIE RECORTADO, ENCARTONADO Y PEGAMENTO FORMAS DERIVADAS DEL TRIÁNGULO ISÓCELES (Ángulo de 609 en el vértice) Plegado de papel Pléguese el cuadrado (Fig. 320) según una dia- gonal para obtener el triángulo (Fig. 321). Fic. 320 321 Repléguense los dos ángulos agudos, con obje- Fic. ¡to de formar seis triángulos sobrepuestos (Fiv. 1322). Erc. 322 Córtense siguiendo la línea de puntos para ob- [tener triángulos equiláteros (Figs. 323 y 324). Fic. 324 Fic. 323 Advwertencia.—El ángulo de 6C* es precisamoen te igual á un ángulo del centro del hexdágono re: gular. Por ésto la forma hexagonal domina en to- dos los ejercicios siguientes: Primer Ejercicio Cortando los tres ángulos (Fig. 225) se obtiene la Fig. £25 compuesta de hexágonos regulares 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 195. 214 COSMOS Las celdillas de las abejas presentan esta disposi- ción. d e LN A Ñ a , UA Fic. 335 Fic. 336 Fic. 326 . El último ejercicio exige mucha atención: por Segundo Ejercicio : sE A m medio del recortado, es bastante dificil obtener el “corte POE 7 “or 297 A NU 2 , 2 S os cortaduras en V (Fig. 327) dan después de hexágono estrellado perfectamente regular, desdobladas la Fig. 328, Séptimo, Octavo y Noveno Ejercicios El primer modelo no contiene más que cortadu- ras en línea curva (Fig, 337), Al desdoblar se ob- tiene la forma 338. Fic. 328 Tercer Ejercicio Las seis cortaduras de la Fig 329 dan la forma estrellada 330. El hexágono del centro es siempre muy regular, si el doblez del papel ha estado bien Fic. 338 poo: Los dos últimos son combinaciones de líneas rectas y líneas curvas (Figs. 339, 340,314 y 342), Aqui todavía los desarrollos no son regulares sino en tanto que los cortes se hacen con precisión. Fic. 329 Fic. 330 Cuarto, Quinto y Sexto Ejercicios 6 "uo y Fic. 339 Seis cortaduras de formas y de tamaños dife- rentes (Figs. 331,333 y 339) dan los desarrollos 332, 334 y 336. E EN z iS RECORTADO DE ANIMALES Buey Tómese un rectángulo de papel próximamente de 12 á 13 centímetros de longitud, por 10 de al- tura. Dóblesele por la mitad, en el sentido de la lon- gitud, y trácese con lápiz la forma dada por la = Fig. 343. Si es necesario, puede emplearse papel Fic. 334 cuadriculado. Fic. 333 COSMOS 215 los cuernos replegados desde un prin- cipio por el interior. Hásase en se- guida un pliegue en el nacimiento del cuello para levantar la cabeza (Fig. 348). REE Fic. 343 Fic, 347 Córtese siguiendo bien el trazo, y hágase una abertura por donde pasen los cuernos replegados por la parte interior. Fic. 348 Perro Hágase una cortadura para bajar la cabeza y un pliegue para levantar el cuello (Figs. 349 y UN | 350). Fic. 344 Hágase una cortadura en el cuello para dará la cabeza su posición natural. Bájese también la cola haciendo un pequeño pliegue (Fig. 344). Elefante La cortadura del cuello (Fig. 345) permite ba- jar la cabeza y figurar al mismo tiempo las orejas. Los colmillos están replegados casi verticalmente (Fig. 346). Fic. 350 Liebre Debe hacerse una cortadura en el cuello, pero la cabeza está un poco replegada como se ve en la Fig. 352. pr Fic. 352 RECORTADO DE SUPERFICIES Fic. 346 Y PEGAMENTO DE TIRITAS DE COLOR Gamuza Ejercicios preparatorios La cortadura del cuello tiene una pequeña vuel-| Los niños deben dibujar en el cartoncillo, con ta hacia adelante (Fig. 347). Allí se introducen | ayuda de patrones, un cuadrado, un rombo, un rectángulo, un paralelóyramo, 0 un hexágono re- gular, por ejemplo. AS Fic. Fic. 353 Han de ejercitarse, en seguida, en untar con co- la Ó engrudo tiritas de colores variados y en apli- Fic. 355 carlas en los bordes de las superficies recorta- das (Figs. 395, 354, 355, 396 y 357). Fic. 357 Fic. 356 Nota.—No ha de olvidarseíque, en cuanto sea pe- sible, es necesario asociar, para los trabajos de es- te género, los colores llamados complementarios: amarillo y violeta, rojo y verde, azul y naranja- do, por ejemplo. PEGADO DE TIRITAS PARA PRODUCIR DIBUJOS VARIADOS Primera serie de Ejercicios Dibújense primero con lápiz las figuras que se desca obtener. Los niñospueden servirse venta- Josamente para ésto, del papel cuadriculado. Fic. 358 Fic. 359 Dóblense las tiritas, sin pegarlas —siguiendo cxactamente el trazo del dibujo—y póngase un punto de goma en los lugares donde se eruzan. COSMOS 1 Cuando un doblez, asi obtenido, esté determina- do y todas sus partes se hallen bien adheridas, se Fic. 360 Fic. 361 untan de goma y se aplica con mucha exactitud sobre el dibujo (Figs. 358, 399, 360, 361 y 262), Fic. 362 Segunda serie de Ejercicios Las Figs. 363, 364, 365, 266, 367 y 368 dan una idea suficiente de los numerosos dibujos que se pueden crear en este género. Fic. 363 Fic. 364 Sin embargo, la dificultad aumenta un poco; pa- - ra que tengan gracia estos pequeños trabajos, se Fic. 365 Fic. 366 necesita que los cortes d escuadra ú en ¿nglete de las tiras, estén bien hechos. Aqui sobre todo se necesita redoblar las pre- cauciones de aseo. Cualquiera que sea el pega- AS FiG.368 mento empleado, ha de ponerse en muy poca can- tidad para evitar que se formen rebabas. PEGADO DE PEDAZOS DE PAPEL QUE REPRESENTEN EJERCICIOS DE ENSAMBLADURA Y EMBALDOSADO Tercera serie de Ejercicios Los miños deben trazar, bajo la dirección del maestro, las lincas principales de construcción, con ayuda de las cuales se van á pegar los pedazos de papel. Fic. 369 Fic. 370 En seguida se les distribuyen cuadrados, trián- gulos equiláteros 6 hexágonos regulares: son éstos los únicos polígonos regulares que se pueden em- plear exclusivamente en el embaldosado (Fio. 369, 370 y 3710. Fic. 371 Fic. 372 Más tarde, ellos, por si mismos, combinarán va- rias especies de polígonos regulares y obtendrán así muevas disposiciones (Figs. 372 y 373). Fic. 373 n fin se pueden combinar poligonos regulares con otros que no lo sean (Fig. 374). Nota.—La suma de todos los ángulos reunidos al rededor de un punto debe ser siempre igual á cuatro ángulos rectos. Fic. 374 BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. (Continuará.) >= L 9 === COSMOS 217 LOS MUSEOS DE HISTORIA NATURAL + La primera consideración que se tiene en cuenta al fundar un museo, grande ó peque- ño, en una ciudad, en una institución, en una sociedad ó en una escuela, es darle un objeto definido ó un fin que satisfacer; y la segunda es que los medios sean suficientes no sólo para establecer, sino para mantener el museo de una manera tan conveniente que permita llenar los fines propuestos. Hay muchas personas tan ligeras que creen que un museo es un establecimiento que tiene tal valor por sí mismo que basta proveerlo de un edificio y de armarios, de un cierto número de modelos escojidos sin estudio previo, para llenar esos armarios y que ya con ésto se alcanzó el fin: la verdad es que entonces la obra ha comenzado. Lo que im- porta realmente para el éxito y para la uti- lidad de un museo no está constituido ni por el edificio, ni por los armarios, ni aún por los modelos, sino por el conservador: él es quien le da vida á la institución, de él depende todo su valor, y sin embargo, en muchos museos y aún en la mayor parte de ellos, es él en lo último que se piensa. Los cuidados, la conservación, la clasifica- ción de lo expuesto quedan á la iniciativa privada (excelente, con frecuencia para las colecciones particulares y para un tiempo limitado, pero siempre insuficientes para una organización permanente) ó bien se le encargan á un empleado mal retribuido y, | por consecuencia, poco instruido, el cuida- do de poner en orden, de limpiar, de des- empolvar, de arreglar, de poner nombres y de clasificar de manera que se contribuya al adelanto de la ciencia, las colecciones que comprenden en extensión casi todos los ramos de los conocimientos humanos, desde el aspecto de un antiguo carricoche inglés hasta la última ave del paraíso encontrada en Nueva Guinea. Algunas veces llegan muestras de valor á museos así organizados. Los donantes, ce- losos del bien público, creen firmemente que sus obsequios serán bien cuidados y útiles para todos en manos de semejante institución, 1 Continúa. Véase Cosmos p. 202, 218 COSMOS Lejos de ésto, desgraciadamente, su suerte es completamente distinta: sucios, descui- dados, sin etiqueta alguna, pierden su mar- ca de identidad y concluyen devorados por los'insectos ó relegados á las tablas de de- sechos, para dejarle lugar á un nuevo obse- quio hecho por un benefactor más reciente de la institución. Sería preferible que jamás se hubiesen fundado semejantes museos: son trampas en que caen objetos preciosos, á menudo de un precio inestimable para que se destruyan; y lo que es peor, estos esta- blecimientos desacreditan todas las institu- ciones parecidas y tornan á la palabra museo en un objeto de irrisión y de reproche que hace retroceder en lugar de adelantar, el momento en que se reconozca el valor de esta institución como agente del gran movi- miento educativo de nuestra época. Un museo es semejante á un organismo vivo: exige cuidados atentos y constantes. Debe desarrollarse ó perecer; y los gastos y labor necesarios para mantener su vitali- dad no se han realizado por completo en ninguna parte, lo mismo en los grandes es- tablecimientos nacionales que en las más pequeñas instituciones locales. «Dícese á menudo, y yo no cesaré de re- petirlo, que al formar una colección de una especie cualquiera (salvo el caso de que se encuentre placer en la adquisición simple- mente, lo que algunas veces es el único mo- tivo para las colecciones privadas) y al so- meterla á la organización de los museos, el verdadero fin que se pretende alcanzar pre- senta dos fases, dos indicaciones completa- mente distintas una de otra y algunas veces Opuestas. La primera, hacer que progresen ó se desarrollen los conocimientos en un asunto dado. Este es generalmente el movil del co- leccionador privado, al cual la experiencia le ha demostrado qué poderosos recursos cuando tiene á su alcance los materiales necesarios á sus estudios, para formarse ideas exactas al conducir sus tra- encuentra, bajos en cierta dirección: puede tener, en efecto, los objetos á la mano, examinarlos y compararlos, tomarlos ó dejarlos á volun- tad; pero á menos que la materia no sea muy limitada ó que sus medios sean muy extensos experimenta bien pronto la nece- sidad de consultar colecciones más comple- tas que la suya. Pocas personas tienen idea de la multiplicidad de ejemplares necesarios para resolver aún los problemas más sen- cillos de la historia de la vida de las plan- tas ó6 de los animales. El naturalista, con frecuencia, tiene que recorrer todos los mu- seos públicos y privados de Europa y de América para llegar á componer la mono- grafía de un sólo género común ó aún de una especie, de tal manera que queden com- prendidas todas las cuestiones de variación, de cambio según las estaciones y bajo los diferentes climas, todas las condiciones de su existencia y la distribución de todas sus modificaciones á través del tiempo y del es- pacio. Á menudo se ve obligado á confesar que se frustraron sus trabajos por falta de los materiales indispensables para sus pes- quisas. De seguro, ésto no debía suceder, y algún día no sucederá, pero todavia esta- mos muy distantes de esa época. Todos conocemos el refrán de que la pa- sión de adquirir aumenta con la riqueza. Este adagio es verdadero en cierto modo, para las colecciones científicas, reunidas con el propósito de hacer adelantar la ciencia: mientras más ricas son, más se nota lo que les falta y más se desea colmar los vacios que nos impiden extraer la historia comple- ta que debieran darnos. Además, tales coleciones están destinadas solamente para el estudiante instruido, ya al corriente de los elementos de la ciencia y que, por los conocimientos adquiridos, por su cultura intelectual, por sus facultades de raciocinio y de observación, se halla en posibilidad de aprovechar estos materiales para hacer avanzar su estudio más allá del punto en que lo comenzó. Pero hay otra clase de hombres, mucho más Numerosos, para quienes los museos son, 6 debieran ser, un poderoso medio de adquisición deconocimientos. Puédense com- prender en esta clase á los que comienzan los estudios superiores; pero yo aludo, prin- cipalmente, á esa clase mucho más nume- rosa que, como puede esperarse, formará cada año una proporción mayor relativamen- te á la población total del país; á esa clase COSMOS 219 que carece de tiempo, de ocasión y de me- dios para estudiar á fondo una rama cual- quiera de la ciencia, y que, sin embargo, ve con gran interés sus progresos, desea co- nocer algo del mundo que la rodea y de los principales hechos que se han comprobado, ó cuando menos, adquirir una parte de es- tos conocimientos. Cuando los museos estén organizados y arreglados convenientemente, se beneficiará á esta clase y en un grado que apenas se puede realizar hoy. La segunda parte del finá que han de tender los museos es la difusión de los co- nocimientos entre las personas de esta clase. En mi concepto la causa principal de lo que pudiera denominarse el defecto de la mayoría de los museos, especialmente los museos de Historia Natural, para llenar las funciones que se tiene dereho á esperar de ellos, se debe á que confunden casi siempre los dos objetos distintos que están llamados a satisfacer, y á que intentando combinar estos dos objetos en una misma exposición, no realizan, en verdad, ni uno ni otro. Para allanar los dos desiderata, que se pueden condensar en estas dos palabras: investigación é instrucción, y que constituyen el fin definitivo de los museos, se debe ha- cer en principio la primera clasificación con- formándola al estudio á que está dedicado cada ejemplar. Los objetos clasificados para las pesquisas, para el avance de la ciencia, para las inves- tigaciones laboriosas acerca de la estructura y del desarrollo ó para mostrar las distin- ciones minuciosas que han de establecerse al estudiar los problemas relativos á las va- riaciones de especie, según la edad, el sexo, la estación ó la localidad, así como para fi- geográfica Se0%3 ó para determinar la edad geológica, no de- jar los límites de la distribución ben ser numerosos únicamente, sino que se les ha de presentar de tal manera que per- mitan examinarlos y compararlos de cerca y facilmente. No obstante, si todos los ejemplares in- dispensables á la extensión de límites de la Botanica y de la Zoología tuvieran que ex- ponerse de modo que cada uno ellos hubie- ra de ser visto distintamente por el que re- corriese las galerías públicas de un museo, | la extensión y los gastos de un estableci- miento semejante estarían en absoluto, fue- ra de proporción con su utilidad; los objetos mismos serían del todo inaccesibles al exa- men de cuantos pudieran aprovecharlos, y en razón del efecto nocivo de una exposición contínua á la luz, la mayoría de los produc- tos naturales conservados perderían una gran parte de su valor intrínseco. En realidad, las colecciones de este género han de ser tra- tadas como los libros de una biblioteca, que. no deben servir sino para que se les consulte y para suministrar datos á los que son ca- paces de leerlos y de apreciar su contenido. Exigir, como se hace por ignorancia, que todes los modelos de nuestros museos na- cionales, por ejemplo, estén expuestos en casilleros y en galerías públicas, equivaldría á exigir que los libros de una biblioteca, en vez de estar cerrados y guardados en arma- rios para que se les consulte cuando sea preciso, tengan cada una de sus páginas, bajo de cristal, en cuadros colgados de la pared, para que el más humilde visitante, al pasar por alguna galería, abra los ojos y se sacie con la literatura de todas las eda- des y de todos los países, sin necesidad de pe- dirle al conserje que le facilite el libro. Tal arreglo sería evidentemente irrealizable; la idea de exponer todas las aves, insectos, con- chas ó plantas que existen en cualquiera de nuestros grandes museos de instrucción, da- ría un resultado semejante. En el arreglo de las colecciones destina- das á las investigaciones, y que deben en- cerrar todos esos preciosos ejemplares lla- mados «tipos», y que servirán en todo tiem- po para determinar la especie que recibió un nombre en su orígen, hay que observar los principales puntos siguientes: preserva- ción de los objetos de todas las influencias nocivas, especialmente del polvo, de la luz y de la humedad; identificación- muy exacta. y agrupación de todas las circunstancias de su historia que necesiten conocerse; clasifi- cación tal que cualquiera de ellos pueda en- contrarse sin dificultad ó pérdida de tiempo; y desde el punto de vista del gasto y de la facilidad de acceso, los objetos deben ocu- par el espacio más reducido, compatible con estas exigencias. Los museos deberán estar 220 provistos de salones que tengan mesas apro- piadas y bien iluminadas y han de estar á la mano los libros necesarios para consultar lbs asuntos á que se refieren los modelos. Además, los salones estarán situados de tal manera que los empleados del museo ayu- den, cuando llegue el caso, y vigilen á los | que estudian sin molestarlos por ésto en sus trabajos; y si los modelos están coloca- dos en un mismo departamento es evidente (que más se podrán aproximar los de un mis- mo grupo y mayores serán las facilidades para los que estudian y para los conserva- dores, porque habrá pocos establecimientos donde sea posible formar cada serie según una escala tal que quede completamente in- dependiente de la otra. 1 Por otra parte, en una colección dispues- ta para la instrucción del público que cons- tituye á los visitantes, las condiciones de disposición de los ejemplares deben ser com- pletamente distintas. Desde luego, su núme- | ro tendrá que ser estrictamente limitado, según la natuuraleza del asunto de que se trate y según el espacio disponible. Ningu- no ha de estar colocado demasiado alto 6 demasiado bajo para la facilidad del examen. No hay que hacinar los objetos uno tras de| otro, todos deben estar muy á la vista con un espacio libre al rededor. Imaginad una galería de pintura en la cual la mitad de los cuadros, á lo largo de los muros, estu- l vieran ocultos, enteramente ó en parte, por otros que estuvieran colgados delante de ellos: la idea parece irracional, sin embargo, | no es otro el arreglo adoptado para los ejem- plares en la mayor parte de los museos pú- blicos. Si un objeto merece estar expuesto, | es preciso que se le pueda ver. Cada ejem- | plar exhibido debe ser perfecto en su géne- ro y tienen que emplearse todo el cuidado y toda la destreza posibles para conservarlo y para hacerlo susceptible de dar la lección: que de él se espera. | No puedo dejar de decir aquí algunas pa-| labras á propósito del arte dela taxidermia, tan tristemente descuidado, que continúa llenando los armarios de la mayor parte de | nuestros museos con miserables y repulsivas caricaturas de mamiferos y aves, las cuales están fuera de todas las proporciones natu- | COS MOS rales, unas veces arrugados, otras hinchados y en actitudes que jamás tomaron durante su vida. Felizmente, á este respecto por ejemplo, aficionados de gusto estético y con buena instrucción en Historia Natural han demos- trado que un animal puede tomar después de su muerte, mediante la aplicación feliz de la taxidermia, una apariencia de vida que represente al original perfecto en cuanto á forma, proporciones y actitud, y que tenga tanto valor en datos, desde “este punto de vista, como el mismo animal vivo. De hecho, la taxidermia es un arte que se asemeja á la pintura ó más bien á la escultura, exige ge- nio natural lo mismo que una gran cultura 8 intelectual, y no podrá hacer progresos per- manentes en tanto que no renunciemos al titulo inferior y poco renumerado de empa- jador de pájaros, que es absolutamente im- propio para que un hombre de mérito haga de él su profesión. Haciendo á un lado esta digresión, diré que cada ejemplar exhibido ha de tener un fin determinado y que no se deben admitir los duplicados en ningún caso. Más que to- do, el objeto de la exposición, del modelo y la lección principal que de él ha de obte- nerse, deben estar indicados distintamente en las etiquetas que se fijen al frente de las divisiones variadas de las series y en los diferentes ejemplares. Se ha definido un museo de educación bien organizado como una colección de etiquetas instructivas ex- plicadas por modelos bien escogidos. ¿Cuál es ó cuál debe ser el orden que pre- sida á la clasificación de una parte de un mu- seo público? No se trata, como sucede muy frecuentemente, de poner en seric, casi al azar, una cantidad de modelos ni de estre- charlos lo más que sea posible en un arma- rio demasiado pequeño para contenerlos, te- niendo pocas consideraciones respecto á su orden y á la posibilidad de verlos distinta- mente. Desde luego, como ya dije, se debe tener un conservador: éste tiene que consi- derar con atención el objeto del museo, la clase v el saber de las personas para la ins- trucción de las cuales ha sido fundado, y el ¡espacio disponible para alcanzar ese fin. Entonces, dividirá en grupos el asunto de COSMOS 221 enseñanza, considerará sus proporciones re- lativas y deducirá en consecuencia su plan. En seguida, preparara grandes etiquetas pa- ra los principales encabezamientos, como si se tratara de los capítulos de un libro, y luego otras más pequeños para las variadas subdivisiones; agregará, en estilo abreviado, preciso y conciso, algunas observaciones en que comente la estructura, la clasificación, la distribución geográfica, las costumbres ó las evoluciones de los seres expuestos. En último lugar vendrá el ejemplar explicativo que habrá sido arreglado, preparado y co- locado en el sitio que le corresponda. Como no siempre es facil procurarse los modelos en el momento en que se les necesita, que- darán algunos vacios; pero, utilizáandolos convenientemente con dibujos ó con etique- tas, estos vacios podrán ser tan útiles, casi, como si estuviesen ocupados realmente por los ejemplares. Una exposición pública para ser instruc- tiva é interesante no debe estar nunca re- cargada. Ni hay verdaderamente razón para que suceda así. Una exposición semejante, hecha en una escala grande ó6 pequeña no puede contener sino series que representen ejemplares escogidos en vista de las necesi- dades de la clase especial de personas que debe visitar las galerías, y el número de los modelos ha de ser proporcionado al es- pacio disponible. Hay raramente escusa pa- ra recargarlo de tal modo que impida la vis- ta completa de cada ejemplar expuesto. Una galería hacinada, salvo circunstancias excep- cionales, es la condenación inmediata del conservador porque el remedio generalmen- te está en sus propias manos. Para evitar este inconveniente no hay más que eliminar con severidad todos los modelos menos im- portantes. Si algunos presentan caracteres de un interés histórico ó cientifico por el cual merezca conservársele, es menester co-- locarle en las colecciones reservadas; de lo contrario no hay motivo ninguno para guar- darle. Sin embargo, el museo público ideal del porvenir exigirá mucho más espacio para la exposición que se ha necesitado hasta ahora, porque aunque el número de los modelos exhibidos pueda ser más pequeño de lo que | se piensa hoy generalmente, cada uno de ellos exigirá más espacio, si se satisfacen las - condiciones antes enumeradas, y sobre todo, si se desea presentarlo de modo que cada visitante se dé cuenta en parte de la mara- villosa complexidad de las proporciones que tiene cada especie en relación con el medio que las rodea. Las reproducciones artísticas de la naturaleza ambiente, las ilustraciones de los caracteres especiales de la vida, to- dos estos accesorios exigen mucho mayor espacio para llamar la atención como con- viene. Este método de exposición, donde quie- ra que se le sigue concienzudamente, es á la vez instructivo y atrayente, y se le debe difundir. Las guías y los catálogos son complemen - tos útiles cuando se les ha compuesto con el fin de completar los datos de las etique- tas y puede llevárseles para estudiarlos en los intervalos de las visitas al museo, pero no deben reemplazar nunca á las etiquetas. El que está habituado á visitar las galerías de pintura, donde los nombres de los artis- tas y el asunto figuran en el cuadro, y los que están obligados á buscar, en cada caso, sus informes en el catálogo, podrán apreciar la superioridad, la comodidad y la economía del primer sistema. Como la comparación efectiva de los di- ferentes ejemplares es la base de los traba- jos botánicos y zoológicos, y como todo tra- bajo hecho con materiales imperfectos es ne- cesariamente defectuoso por si mismo, el mejor sistema es concentrar en un pequeño número de grandes instituciones centrales cuyo número y situación haya de determi- narse por la cifra de la población y por los recursos de la comarca, todas las coleccio- nes y, en particular, las que contienen los ejemplares de que ya hablé, los cuales, por ser tan importantes para el naturalista sis- temático, se designan bajo el nombre de ti- pos de los autores. Estos tipos son en elec- to indispensables para buscar los orígenes. Es mucho más ventajoso para el investiga- dor frecuentar una colección semejante y es- tablecerse temporalmente en el lugar en que está situada, durante todo el tiempo de sus trabajos, teniendo así a la vez á mano todos los materiales requeridos, que viajar de lugar 222 COSMOS en lugar, y rebuscar por piezas los detalles que necesita sin tener la oportunidad de comparar directamente los ejemplares entre lei No quiero decir con ésto que las coleccio- nes para estudios especiales y aun para las pesquisas del orígen, no deban en algunas circunstancias particulares y en ciertos li- mites, estar formadas en museos distintos á las instituciones nacionales centrales ó que no deba conservarse nada en los museos de provincia, exceptuados los materiales que sir- van para la enseñanza directa ó que sean de una naturaleza elemental. Una colección lo- cal que explique la flora y la fauna del dis- trito tiene que formar parte de cada uno de estos museos; y, en este caso puede com- prender hasta los menores detalles, bien que en muchas ocasiones sea muy inoportuno exhibirlos todos. Se puede exponer una co- lección de los objetos más importantes, ba- jo las condiciones ya dichas y conservar el resto preciosamnte, en los departamentos reservados para los estudios de los especia- listas. Sería tambien muy de desearse que hu- biera en todos los museos una serie suple- —mentaria de modelos comunes, los cuales podrían reemplazarse fácilmente cuando se deterioran, para uso de los profesores y de los alumnos; de esta suerte se movería lo “henos posible á los modelos expuestos y sa- tisfarían siempre el fin para que están des- tinados. Es preciso no olvidar que el inves- tigador cuidadoso y el conservador concien- zudo, son frecuentemente terribles antago- nistas: uno se esfueza en sacar de un ejem- plar todo el saber que puede darle sin preo- cuparse por su destino ulterior, aun cuando “él sea el único que se aproveche; el otro queda satisfecho si no se ve más que una parte del modelo, con tal que sea visible para todos hoy y siempre. Tal es pues, el primer principio a que debe someterse el arreglo de todo museo: la separación distinta de los dos objetos en vista de los cuales se hacen las coleccio- nes. La sala expuesta al público no será nunca un lugar privado ó un almacén, sino que estará organizada de modo que un visitante cualquiera pueda comprender yaprovecharse; y la colección para los estudiantes se arre- glará de tal manera que ofrezca toda clase de facilidades para el examen ó para las investigaciones. Los perfeccionamientos que se pueden hacer en estos dos géneros son 1li- mitados, pero el tiempo no nos permite en- trar en el detalle de estas consideraciones. W. H. FLower. (Concluira.) JUGUETES CIENTÍFICOS ! vil Un motor eléctrico de á cincuenta centa- vos es quiza tan notable como la máquina de vapor de igual precio. Este motor está representado en la Fig. 375. Contiene todos los rasgos esenciales de los grandes motores y generadores eléctri- COS. El eje vertical que lleva la armadura, es- ta insertado por su extremo inferior en la mitad del imán en U, y por el extremo su- perior en un travesaño de latón unido á los polos del imán. La armadura consiste en un brazo cruzado de hierro dulce, liado con 4 ó 5 capas de alambre fino. Los extremos terminales del alambre de la armadura es- tán conectados con un conmutador bipartido que lleva el eje, y tocados por dos resortes conmutadores, sostenidos por alambres cla- vados en la base. Un montante de metal, que Fic. 375.—MOTOR ELÉCTRICO se levanta en la base, está conectado con uno de los resortes conmutadores, y provis- to á los lados de una cubierta aisladora, mientras que su extremo superior está des- está coloca- cubierto. Sobre el montante do un aro de carbón, tocado en su super- ficie exterior por un resorte conectado con el resorte conmutador permanente. 1 Continúa. Véase-Cosmos pp. 13 y 108. COSMOS El aro forma uno de los elementos de la batería. El otro elemento consiste en una barra de zinc provista de una abertura cen- tral para recibir el extremo superior del montante, y que tiene sus extremos in- clinados hacia abajo. El aro se llena con una solución acuosa de bisulfato de mer- curio. Al reducirsela sal por la acción quí- mica, se produce una corriente que hace tomar al motor un alto grado de velocidad. El motor está adaptado á una rueda ó lá- mina para recibir discos de color, seme- jantes á los que acompañan al bien conocido trompo camaleón. El juguete de la locomotora eléctrica (Fig. 376) ya es cuestión de algún gasto. Tiene dos electro-imanes con sus polos frente á fren- te. Entre los polos de los imanes se co- loca una flecha provista de una armadura que tiene va- rios brazos. Sobre la fle- cha y su arma- dura está colo- É cado un con mutador en forma de es- trella, que in- Fic. 376.—LOCOMOTORA ELÉCTRICA terrumpe e circuito en cada revolución tantas veces co- mo brazos tiene la armadura. La flecha-ar- grana en una rueda dentada sobre el eje de la rueda mo- triz. madura lleva un piñón que en Las ruedas de un lado de la locomo- gas tocadas por resortes que conducen la co- rriente al conmutador. La corriente pasa de tora están aisladas y provistas de man los imanes por el marco de la locomotora y por las ruedas motrices al lado opuesto. Los polos de la batería están conectados con los rieles. La máquina puede caminar en cual- quier dirección. Un juguete que presenta algunos de los fenómenos de electricidad estática, está di- bujado en la Fig. 377. Ha recibido el nom- bre de ano-kato, pero solamente es un simple electróforo formado de una caja brillante, revestida con una hoja de estaño, cubierta con un pedazo de vidrio corriente y que contiene unas cuantas figuras de médula de sauco. Me Fic. 377.—ANO-KATO —JAubY Frotando el vidrio con un cojín de cuero cargado con un poco de bisulfuro de estaño, (oro musivo) se perturba el equilibrio eléc- trico y las figuras ejecutan toda clase de ejercicios gimnásticos. El tubo de GrrssnER auto-excitador, Fig. 378, es de un hermoso efecto en un cuarto obs- curo. El efecto eléctrico se produce por la fricción del mercurio en la superficie inte- rior del tubo cuando éste se invierte ó se agita. El tubo que es de vidrio Y está vacío, está ideado de una manera tan ingeniosa que no se quiebra cuando el mercurio cae contra los extremos, al mismo tiempo que aumen- ta el efecto del espectáculo, por medio de dos tubos concéntricos, de los cuales el in- terior tiene una forma anudada ó de rosa- rio y está provisto de pequeñas prominen- cias que amortiguan la caída del mercurio. El tubo interior está soldado con el ex- Fic. 378.—TuBO DE GErSsSLER AUTO-EXCITADOR 224 terior cerca de un extremo. En el tubo in- terior, á corta distancia de la soldadura, se ha practicado una abertura que determina la cantidad de mercurio que debe retenerse entre los dos tubos cuando antes de usarlo el tubo está invertido, pues todo el mercu- rio que se halla entre los dos tubos y arriba de la abertura, se deslizará a través de ésta hasta el extremo inferior del tubo. De esta manera, el mercurio se divide igualmente, de modo que cuando el tubo se. invierte, la mitad del mercurio corre por el tubo inte- rior, y la otra mitad baja por entre los dos. El efecto es completo sólo cuando el mer- | curio se deja correr rápidamente de un ex- tremo á otro del tubo; pero cualquier agi- tación del mercurio en el tubo produce al- guna luz fosforescente.—G. M. H. LA CIENCIA DIVERTIDA LA MONEDA ESCAPADA Escogereis una copita de forma cónica cu-| yo diamétro, en el borde, sea un poco más grande que el de una moneda de 5 francos (un peso). Colocad en el fondo una mone- dita de 50 céntimos (10 centavos) y encima la moneda de 5 francos, que sólo debe en- trar un poco en la copita, y que se co- .locará horizontalmente como una especie de tapa. Entonces podeis anunciar que sin to- car la copita, ni el peso, vais á sacar la mo- neda de 10 centavos. Basta para eso soplar con: fuerza contra una orilla del peso, el cual 379 oscila alrededor de su diámetro y se coloca ErG. verticalmente; al mismo tiempo el aire que vuestro soploha comprimido bajo la moneda de 10 centavos, la hace saltar fuera de la co- pa y en seguida la de un peso vuelve á su posición horizontal. Con un vasito para vi- no madera puede realizarse tambien esta ex- periencia; pero la forma cónica es preferible. * * o EL ALFILER GIRATORIO Tomad un resorte de botín y atravesadlo con un alfiler doblado como se indica en la figura 380. Torciendo las dos extremidades del caucho, que se mantendrá verticalmente entre el pulgar y el índice de cada mano, y Fic. 380 [separando éstas en seguida a fin de restirar el resorte, se le imprime un movimiento ¡bastante rápido para producir la imagen de un objeto de vidrio. Esta ilusión es más completa si el alfiler esta vivamente ilumi- nado y se destaca sobre un fondo obscuro. En nuestro dibujo se ha supuesto que el operador se encuentra en un cuarto obscu- ro, y que cae sobre el alfiler un rayo de sol que penetra por un agujerito de la ven= tana. Con una poca de habilidad pueden re- producirse con alfileres los objetos más diver- sos: queseras, acuarios, [loreros, copas cham- | pañeras, etc. En el caso de que la forma del alfiler tendiera á darle la posición horizon= tal en virtud de la fuerza centrifuga, debe amarrarse su extremidad al resorte con un hi- lito blanco que no perjudica en nada el as- pecto general en el movimiento de rotación. Tom Trr. E ES AUS Y él A no «DONIHAEOYOA VOLLAO HLVIA,, OULVAL OAJHAN THA TVNIGATIONOT HLIOD A HOTHHLX8H VLSIA SOWSOO TIA VIAVUDOT DA > “LOA 'AVUY NUNT “ *C] VNIMy7] | OKOJ, £SOWSO DO REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS RAS PORT DirecToR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 1% pe Acosto DE 1892 Núm. 15 É UN NUEVO TEATRO ¡acaba de inventar un teatro basado en un ¡plan y en un sistema completamente distintos ! Nuestro compatriota, el reputado pintor¡ide los conocidos hasta hoy, que se exhibirá 4 . ODA . . escénografo D. Jesús Herrera Y Guriérrez, ¡en la próxima Exposición Colombina de Chi- SEUA [PAra] COMETEN 5 OTAN En e. 3 j ; DO Frc. 381, Corte transversal del nuevo teatro « Viaje Óptico Foro-Férico» '' * cago, y al cual, le ha dado el nombre unjen los Estados Unidos de Norte-ÁAmérica y. tanto extraño de «Viaje óptico foro-férico».j en las principales naciones de Europa, es de De esta invención, patentada ya en México, la que vamos á ocuparnos en el presente ar- 226 COSMOS tículo, con el objeto de que nuestros lectores conozcan, siquiera en compendio, los deta- lles. El caracter principal del invento del Sr. Herrera Y Gutiérrez radica en que los es- pectadores no tienen necesidad de moverse de sus asientos para asistir ¿á una serie de representaciones que tienen lugar en los di- versos escenarios de que consta el nuevo tea- tro, lo cual se realiza haciendo girar la pla- taforma en que están colocados esos mismos asientos. Para mayor claridad acompañamos á este artículo los grabados explicativos correspon= dientes. El primero, tirado en lámina apar- te (Lámina 15*) representa, en una mitad la vista exterior del edificio, y en la otra el cor- te longitudinal; el segundo, incluido en el cuerpo del periódico, da á conocer el cor- te transversal (Fig. 381). En este último, son: A, A, A, A, A. Pared exterior del edifi- cio, el cual puede ser circular ó de la for- ma que se quiera, siempre que esté en re- lación con el arreglo interior y circular del mismo edificio. 0, 0, 0, 0, O, O Post-escenio circular y fijo. H, H, H, A, H, H, H. Plantas del post- escenio que equivalen a otros tantos escena- rios. CRCRCACHE: giratoria central destinadas á la concurren- Divisiones de la cámara cla. C 1. Asientos para el público. D, D, D, D, D. Antesalas para la entrada. | NN, NN, NN, NN, NN. munican á las divisiones C, C,.... de la cá- Pasillos que co- mara giratoria con las antesalas de entrada D, D,.... y con el vestíbulo. A 1. Vestíbulo. BB, BB. Puertas que dan acceso del ves- tíbulo á la cámara giratoria, E, E. Escaleras que conducen á los cuar- tos de los artistas, á las bodegas y á las de- más dependencias de la escena colocadas so- bre el vestíbulo y sobre el vomitorio. S. Vomitorio. ele ie dl l, l, I, [. Espacios situados en el post-escénio y destinados á los actores, á los operarios, á las vistas, etc. NANA NANA EN NN ENS Pasillos que unen el vestíbulo y las antesa- las, las dependencias del post-escenio entre sí y el post-escenio con el exterior. G,G,G,G,G,G, G. Proscenios. L. Departamento en que-puede colocarse una maquinaria de la forma que se crea más conveniente para mover las secciones ocupadas por el auditorio. JJ, JJ, Puertas del vomitorio. CONCO) Las líneas de puntos indican la división Puertas de salida. entre las cámaras ó salas escénicas y no son más que la continuación de las líneas de las paredes laterales de los salones de la concurrencia. Sus lados corresponden á los de las respectivas salas de escena; por lo tanto dan al espectador la debida distan- cia ó el alcance visual necesario, regulari- zado todo por el movimiento de los salones del auditorio. A fin de que se comprenda con entera precisión cómo funciona este nuevo teatro, debemos advertir que las plantas están mar- cadas con los números correspondientes del l al 10, procediendo de derecha á izquier- da, ó lo que es lo mismo, comenzañido en el vestíbulo A 1, siguiendo: los a OR y 8, el vomitorio 9, y el sitio paña la ma-= 10. ES: Ea Las salas para la concurrencia y las án= tos señalados con las cifras 2, quinaria, tesalas de entrada están numeradas también del 1 al 10, sólo que en este caso la nume- ración corre de izquierda á derecha. La parte giratoria del edificio puede co- locarse sobre ruedas y unirse por medio de U . bandas ó de cadenas con cualquier género de motor. Después de explicado lo que antecede, pa- ra que se comprenda mejor el mecanismo, pondremos un ejemplo. Supongamos que la sala de auditorio C 1 coincide con el vestibulo 41, en los mo- mentos en que va á comenzar el espectá- culo. Una vez que comienza á girar la pla- taforma, la sala núm. 1 se halla frente á la escena núm. 2; se verifica una detención por el tiempo que se juzgue conveniente para que los espectadores contemplen lo que pasa en el escenario. En virtud del pri- COSMOS 2217 mer movimiento, el espacio angular D2, ha sido llevado al yestibulo y, por conse- cuencia, puede entrar á este espacio un nue- vo auditorio atravesando por el pasillo V de la derecha hasta el salón G. Trascurrido el tiempo que se haya deter- minado, la sala l se mueve y queda frente á la escena 3 por otro tiempo igual al ante- rior, y la sala 3 frente al vestibulo, de donde resulta que pueden entrar nuevos especta= dores. oundo intervalo, la sala 5 3 llega al escenario 2 y la 4 al vestíbulo, y Al concluir el se así sucesivamente. De todo ésto se desprende que, mientras el público presencia los espectáculos de cada uno de los escenarios, entra constantemen- te una concurrencia distinta. Cuando la sala 1 ha recorrido todas las escenas se detiene ante $, que es la salida, para permitir que los espectadores se diri- jan al exterior. Lo que se dice de la sala 1 es aplicable á todas las demás. Finalmente, debe tenerse en cuenta que el número de las salas, el tamaño del edifi- cio, el caracter ó el género del asunto es- eogido, el tiempo de duración, ete., pueden variar según el gusto del propietario ó el del público, sin que se afecte la naturaleza propia del nuevo teatro. Basta lo expuesto para que se aprecie li novedad del invento así como su comodi- dad y sus múltiples aplicaciones, circuns- tancias todas que harán de él, sin duda al- guna, uno de los principales atractivos del gran Certamen Internacional de Chicago. ——__— LAS ACCIONES MECANICAS DE LA LUZ Nadie ignora que todos los cuerpos se atraen según la gran ley descubierta por NewToN; pero su acción mutua no se limita allí, la irradiación luminosa ú obscura que se envían el uno sobre el otro, ejerce una ac- ción repulsiva que puede, en algunos casos, tener una parte importante en la acción que resulta. FresxeL había entrevisto ya el origen de esta fuerza, MaxwkezL dió más tarde su ex- presión, después algunos físicos encontra- ron diversos hechos que nos obligan á ad- mitirla, y, últimamente, un físico ruso, jo- ven todavía, Leseoer, ha calculado algunos de sus efectos, bastante inesperados. Notemos, desde luego, que la fuerza de atracción es proporcional á las masas, es decir, al cubo de las dimensiones, mientras que la fuerza de repulsión varía con las su» perficies, es decir, con el cuadrado del ra- dio. Allí se produce ese eterno combate de los cuadrados y de los cubos, en el cual estos últimos quedan vencidos cuando las dimen- siones llegan á ser muy débiles. La enorme irradiación del Sol no ejerce sobre la Tierra ninguna acción apreciable, junto á la atracción del astro central, supe- rior al esfuerzo que podría soportar un ta- llo de acero de 10,000 kilómetros de diá- metro. No sucede lo mismo con la materia ténue que constituye la cauda de los cometas; en tanto que la atracción prepondera sobre el núcleo, la repulsión puede aumentar de in- tensidad en la cauda, cuando no está abri- gada por un cuerpo relativamente opaco, porque es preciso notar que hay una dife- rencia en la manera con que accionan estas dos fuerzas: la atracción se ejerce—así se erce por lo menos—á través de todos los cuerpos; la repulsión se debilita á medida que la irradiación se absorbe por una pan- talla. Así es como la Física confirma esa hermo- sa teoría de la cauda de los cometas expre- sada por M. Faye hace más de diez años. De igual manera se explica la luz zodia- cal, tan misteriosa. La Tierra, exactamente como un cometa, posee una cauda—análoga en su formación a los remolinos que se ob- servan hacia abajo del pilar de un puente— que está opuesta al Sol, pero es tan debil que se la advierte solamente cuando esta ma- sa de polvo cósmico se presenta en su ma- yor longitud. Los diversos meridianos de la Tierra pa- san sucesivamente en su media noche deba- jo del origen de esta cauda que se vuelve así visible en la dirección opuesta al Sol. (La Nature, WM, t. XX, p. 11.) A 228 LOS MUSEOS DE HISTORIA NATURAL h Advierto que no he abordado aun ciertos asuntos á propósito de los cuales debeis es- perar en estos momentos algunas palabras. Quiero referirme á esos grandes problemas relativos á las leyes que presiden á la evo- lución de los seres organizados, problemas que agitan á los biólogos de la época ac- tual y cuya solución espera con avidez una vasta agrupación, agrupación que de hecho coincide con la inteligencia y la instrucción del mundo. Dentro de algunos dias se pre- sentarán en las reuniones de esta Asamblea algunas comunicaciones referentes á estos problemas, y tendremos la ventaja de oírlas de los labios mismos de los que, en virtud de sus estudios especiales y del conocimien- to entero de estas cuestiones, son los más competentes para hablar de ello con auto- ridad. Para mí, es éste, desde luego, un asunto muy delicado de abordar. Creo que puedo afirmar con seguridad que son pocos los biólogos, si es que hay algunos, que al estudiar los orígenes en una de las ramas de esta ciencia, tengan dudas formales acerca de la verdad de esta doctri- na general: todas las formas existentes de la vida, se han derivado de otras formas por un progreso natural de descendencia que trae consigo modificaciones; y se acepta general- mente que es á los archivos del pasado de la vida sobre la Tierra, donde hemos de ocurrir para encontrar la confirmación de una doctrina que está de acuerdo tan exac- tamente con todo lo que sabemos en punto á la historia de los seres que viven actual- mente. El Prof. HuxreY dijo en 1875: fundamento perfectamente seguro de la doe- «El único trina de la evolución, reposa en la evidencia histórica . ó más bien arqueológica de que los organismos. particulares se han desarro- llado por la modificación gradual de sus pre- decesores, dá los cuales conocemos por sus restos fósiles. Esta evidencia aumenta cada día En magnitud Y en import ancia y es pre- , esperar que las comparaciones de la ge- nealogía actual de estos organismos con pa fenómenos de su desarrollo podrá suminis- 1 Concluye. Véase Cosmos p. 217. revelan continuamente, COSMOS trar algún criterio que atestigúe de una ma- nera satisfactoria la validez de las conclu- siones filogénicas que se han deducido so- lamente de los hechos de la Embriología». No obstante, la Paleontología, como sabe- mos todos, no deja que se penetren lácil- mente sus secretos. Nada puede obligarnos mejor á reconocer esta verdad que la noticia, anunciada hace tres meses apenas por el Prof. Marsn, rosos restos de mamiferos en las formacio-= del descubrimiento de nume- nes del periodo cretáceo: la ausencia de es- tos fósiles había sido hasta: ahora una cons- tante fuente de dificultades para todos los zoólogos. Cuán grandes esperanzas arroja este descubrimiento respecto de los del por- venir y que completo descrédito arrojaría, st no fuera ya innecesario, sobre el valor de la negación en estas materias. Con la conciencia del estado imperfecto de los documentos que están 4 nuestra dis- posición, creo que ninguno de los que siguen 8 con imparcialidad los progresos recientes: de los descubrimientos paleontológicos pon- drá en duda que la evidencia á favor de la mo- dificación gradual de las formas vivas crece regularmente cada día. No se puede contar, en efecto, con una ocasión de tal modo ex- cepcional y con un concurso tan favorable de circunstancias, que series regularmente pro-= gresivas de cambios de estructura se hayan conservado por completo en perfecta colm- cidencia con los cambios traídos por el tiem- po; pero los anillos más 6 menos perfectos de muchas series de .esta naturaleza se nos y el descubrimiento de una sola forma intermedia ofrece á me- indica nudo un inmenso interés, puesto que gulr tal modifi- cación de forma brotada de otra que era el camino que ha podido se distinta en apariencia. Aunque se pueda ocurrir á la Paleontolo- gía para apoyar la conclusión de que se han producido modificaciones á través del tiem- po, ésta puede apenas dar algún apoyo pa- ra resolver los problemas más difíciles que se relacionan siempre con el modo según el cual se han verificado estas modificacio= nes. Es cierto que desde la publicación de lo que se ha considerado con justicia como /a COSMOS 229 creación de la Historia Natural moderna, comprenderá que estas fuerzas opuestas ofre= me refiero á la obra de Danwix, £l origen |cen ancho campo á la especulación. Final- de las especies, se ha producido un gran|mente, aún cuando se hayan dado muchas número de controversias para saber cómo |teorías de la variación, creo que nadie tie- las modificaciones de las formas vivas podían ¡ne fundamento alguno para asegurar que es- estar de acuerdo con el principio de la se- ¡tamos ya en posesión de este asunto, lección natural ó con la conservación de las| Si aceptamos, como lo hacemos todos, variaciones mejor adaptadas á las condicio-|que hay una tendencia de variación indivi= nes del medio, 6 si no había otros factores | dual muy positiva, falta conocer los agentes que hubieran intervenido en el curso de la |que intervienen en ella ó6 que la dirigen, evolución orgánica. para producir esas modificaciones permanen- No se puede decir, en verdad, que se ha- (tes, en realidad ó en apariencia, de las es» ya llegado 4 un acuerdo. Ciertamente, cuan- |tructuras orgánicas que nos rodean. La su» tos están al corriente de la literatura cienti- | perpipencia del más fuerte, 6 la conservación fica saben que el ruido de las discusiones por la selección natural de las variaciones en la última reunión anual de nuestra Áso- mejor adaptadas al medio (lo que constitu- ciación repercutió en todas partes y que ye la esencia de la teoría de Darwin, y me- apenas acaba de apagarse el eco de ese rui- jor aun de la de WaLLace) ¿son los únicos do. ó siquiera los principales de estos agentes? En estos últimos meses, también, han apa- | ¿Sería el aislamiento, por un retroceso á las recido dos obras importantes en nuestro país ideas de Lamarck, sobre la acción directa que presentan bajo una forma accesible y|del medio 6 los efectos de la costumbre y popular, varios de los datos sobre los cuales | de la falta de ésta, acumulados á través de están basadas las principales consecuencias |las generaciones? ¿Es una causa sola ó su de este asunto. combinación lo que puede dar cuenta de El primer libro lleva el título de Darwi- todo? O bien ¿es necesario invocar el auxi- nismo.—E.xposición de la teoría de la selec- lio de uno de los numerosos métodos secun- ción natural, con algunas de sus aplicaciones, | darios de selección que se han sugerido co- por Arrreobo RusseL WatLace, uno de los|mo factores para resolver el gran problema? cooperadores del maestro. Quien haya seguido de cerca estas discu- El segundo, es una traducción. al inglés siones, especialmente las que se refieren del notable Ensayo sobre los problemas bio- más á lo que la generalidad considera como lógicos de la herencia y la selección natural] el factor de mayor importancia en la evolu- la selección natural 6 la superpivencia por Á. Wrismaxw, y se trata en él de la tras- | ción misión 6 de la no trasmisión al niño de|del más fuerte—no dejará de haber notado los caracteres adquiridos por los padres du- el»llamamiento constante que se hace á la rante su vida. ventaja, á la utilidad, y, por otra parte, á Se está de acuerdo en reconocer como uno | los órganos especiales ó á las modificaciones de los elementos principales del darwinismo, | de los órganos y de la estructura de los así como de cualquiera otra teoría de la evo- | seres. Los que están convencidos de la apli- lución, que hay en cada sér organizado una | cación universal de la doctrina de la selec- tendencia innata á apartarse del tipo de sus | ción natural, sostienen que cada detalle de or- predecesores, pero que esta tendencia se en- | ganización 6 de modificación de órgano de- cuentra contrabalanceada por la influencia |be ser util para la planta ó para el animal de la tendencia opuesta, que es la de ase-|que los presenta ó para algún antepasado mejárseles: esta fuerza es lo que se llama |de la planta 6 del animal, porque de otro herencia y atavismo. Si se consideran, por| modo no se habrían producido esas modifica- una parte, las causas de la tendencia inicial | ciones; y no hacen más que una sola ex- á variar; y por la otra, las circunstancias | cepción para los casos explicados por el prin- que favorecen esta tendencia á expensas de | cipio designado por Darwrx, correlación de la influencia coexcitiva de la herencia, se | crecimiento. En ese momento el seleccionis- 230 COSMOS ta natural más avanzado y el teólogo de la escuela más vieja están á punto de enten- derse. Además, pretenden algunos que seencuen- tran en la naturaleza numerosos órganos 6 modificaciones de estructura que ostensible- mente carecen de utilidad; aún se asegura, de una manera confidencial que existen al- gunos nocivos para los que los poseen, y que por consecuencia no pueden resultar evidentemente de la acción de la selección natural ni de las variaciones favorables. Es- te defecto se señala particularmente, en los órganos 6 en sus modificaciones, cuando se encuentran al estado naciente; pero, desde este punto de vista, paréceme que invocamos constantemente un criterio para probar teo- rías que no conocemos todavía suficiente- mente, y este es el punto que muchos con- sideran como el más fuerte y que en realidad es el más debil de la discusión. Comenzamos á saber algo de la forma y de la estructura de los cuerpos organizados. Nuestros museos cuando sean más comple- tos y estén mejor dispuestos, nos enseñarán mucho más; nos demostrarán las modifica- ciones infinitas, admirables y caprichosas en apariencia, de forma, color y textura que caracterizan á cada una de las partes más pequeñas de la organización de las innume- rables criaturas que pueblan la Tierra; nos mostrarán ejemplos de disposiciones delica- das de órganos y de tejidos maravillosamen- te complicados, de los cuales consideramos á algunos como pertenecientes á grupos de seres que son los más inferiores y los más imperfectamente organizados que conoce- mos. En cuanto á la utilidad de todas estas for- mas en la economía de las criaturas que los poseen, no me es posible decir nada: nues- Si el tiempo lo permitiera, podría citaros nume- tros museos nos lo dirán sin duda. rosos ejemplos tomados de los animales que nos son más familiares. Sus costumbres y sus acciones son objeto de observación dia- ria y conocemos la historia de su vida casi tan bien como la nuestra; pero la explica- ción de su organización es aun dudosa para nosotros. Otro tanto sucede para muchas de las: partes que entran en la composición de| nuestro cuerpo. ¿Cómo entonces podremos es- perar obtener la resolución de tales cuestio- nes, cuando se relacionan con animales que no conocemos sino por ejemplares muertos ó por las más ligeras observaciones hechas en el animal vivo, en estado libre ó confi- nado en las condiciones más anormales? A ésto, sin embargo, es á lo que se reduce el estado actual de nuestros conocimientos acer- ca de la gran mayoría de las miriadas de seres vivos que habitan en la Tierra. ¿Cómo podríamos con muestro limitado po- der de observación y con la estrecha capa- cidad de nuestra inteligencia, avanzar una opinión acerca de la conveniencia 6 de la inconveniencia de los accesorios complexos de alguna modificación particular de estrue- tura encontrada en un animal desconocido, retirado á los abismos del oceano, ó que pasa su vida en el retiro obscuro de alguna selva tropical, cuando no tenemos ningun medio para ponernos en un contacto cual- quiera con las condiciones esenciales de su existencia? Cuán ciertas son las siguientes palabras de Jomy LubBock: «Encontramos en los ani- males órganos sensoriales complexos y abun- O dantemente provistos de nervios, cuyas [un- ciones no podemos explicar debido á nues- tra impotencia; puede haber en ellos cin- cuenta especies de sentidos, tan diferentes de los nuestros como lo es el oído de la vis= ta, y aún en los límites de nuestros propios sentidos puede haber una multitud de soni- dos que nosotros no estamos en posibilidad de oir y colores tan distintos como lo es el rojo del verde y de los cuales no tenemos la menor idea. Esta cuestión y otras mil quedan sin solución; el mundo familiar que nos rodea puede tener un aspecto totalmen- te diverso para los demás animales; quizá tenga sonidos que á nosotros no nos es da- do oír, colores que no nos es permitido ver y sensaciones que no sabemos concebir». El hecho es que casi todas las tentativas para asignar fines á las variadas organiza- ciones de los animales no son otra cosa que simples hipótesis. Los naturalistas del co- mienzo de este siglo que á cada por qué quieren responder con un porque, abundan en conjeturas que una ciencia más desarro- COSMOS 231 llada ha demostrado como insostenibles. Mu- chos argumentos en pro ó en contra de la selección natural basados en la utilidad ó en la inutilidad supuestas de los órganos de los vegetales y de los animales, no son ya presentables; el hecho de decir que tal ganismo de una planta ó de un S animal, ó tal hábito ó instinto de que está parte del or dotado carece de utilidad, ó aún es nocivo, me parece una presunción que nadie está autorizado á tener en el estado actual de la ciencia. La luz se hará con el tiempo, pero son indispensables una paciencia y un tra- bajo infinitos para que nos encontremos en situación de discurrir dogmáticamente á pro- pósito de estos misterios de la naturaleza. Es fuerza trabajar no sólo en los museos, en los laboratorios y en las salas de disec- ción, sino que tambien en las habitaciones de los animales mismos, espiando y anotan- do su porte y sus acciones en los medios naturales: es asi únicamente como podremos penetrar los secretos de la historia de su vida; pero en tanto llega este tiempo y sin que ésto signifique que desesperamos, la franca confesión de nuestra ignorancia será nuestro guía más seguro y, en verdad, la única actitud honrada que podemos tomar en un tema semejante. No olvido cuán difíciles son de explicar todos los defectos aparentes de la organiza- general, sus costumbres crueles y salvajes; pero de- ción de los seres en y sobre todo, bo confesar que cuando mie esfuerzo en mi- rar más allá del cuadro de la naturaleza or- gánica y si quiero formarme alguna idea del plano según el cual fué edificada toda la diversidad de este mundo, encuentro las razones más poderosas en apoyo de la cre- encia de que la selección natural ó la su- pervivencia del más fuerte, satisfizo con los demás agentes, el papel más importante en la formación del mundo orgánico conside- rado en su estado actual, y que una fuerza activa, universal y bienhechora tiende cons- tantemente á la perfección del individuo, de la raza y de toda la creación. W. H. FLowex. EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR TERCERA SERIE RECORTADO, ENCARTONADO Y PEGAMENTO RECORTE Y PEGADO DE ALGUNOS SÓLIDOS GEOMÉTRICOS Cubo Los desarrollos de los sólidos geométricos se cortan también con ayuda de patrones prepara- dos de antemano. Sin embargo, los niños llegan pronto á trazarlos por si solos en papel cuadricu- lado (El maestro hace primero el trazo en el pi- Zarrón). Fic. 382 Téngase cuidado de dejar los rebordes necesa- rios para el pegado (Fig. 382). Fic. 383 Úntense de cola esos rebordes y acérquense las dos caras 1 y 6. Cuando las dos primeras caras es- tén exacta y fuertemente ajustadas, pásese á una tercera, y asi sucesivamente (Fig. 383). Parelelepipedo rectángulo Las observaciones hechas para la construcción del cubo se refieren á la del paralelepipedo rec- tángulo (Figs. 384 y 585). VNota.— Algunos autores aconsejan reunir las caras por medio de papel engomado: esto es muy defectuoso, á no ser que se peguen en seguida ti 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 213. 232 COSMOS l Fic. 384 ritas de color á lo largo de las aristas; pero este | es un trabajo muy largo y muy dificil. Fic. 385 Tetraedro regular Después de haber recortado los cuatro triángu- los, que se dejan adherentes, es preciso a Fic. 386 los bordes hacia el interior, encolarlos, y acercar | las caras (Figs. 386 y 387). Fic. 387 ' Pirámide de base cuadrada Igual construcción que la anterior: el cuadrado que forma la base se pega al último (Figs. 388 y! 389). t Fic. 388 Fic. 389 Prisma triangular La construcción está indicada por el desarrollo Fic. 391 COS MOS 39 anterior. Las bases no se pegan sino hasta que las caras se adhieren bien (Figs. 390 y 391). Prisma pentagonal Téngase cuidado de replegar los rebordes en án- ic 992 gulo recto, antes de pegarlos, para que las bases se adapten fácilmente á ellos. El encolamiento FrG. de las bases es la parte dificil de la construcción (Figs. 392 y 393). : : Cilindro Acérquense y péguense los lados a y b. Re- pléguense los rebordes en ángulo recto, póngase- Les cola y colóqueseles las dos bases (Figs. 394 y 395). ie. ¿05 1 Cono Teual construeción que la anterior (Figs. 396 y 391). Fic. 397 Nota.—Para todos estos ejercicios y para los [que van á seguir, será bueno autorizar, á los ni- «ños que trabajen por parejas, es decir de dos en dos. RECORTE Y PEGADO DE OBJETOS DIVERSOS Caja rectangular (Fig. 398) Para construir este objeto pequeño, se necesita: Fic. 394 234 COSMOS lo, recortar con cuidado los contornos teniendo cuidado de dejar los rebordes que han de recibir la cola (Figs. 399 y 400); 20 no pegar más que dos Fic. 400 Fic. 399 caras á la vez; 30 cuando éstas se adhieran bien, pasar á la siguiente. Evitese manchar el objeto al poner la cola sobre los rebordes. Caja de paredes oblicuas (F1G. 401) Dóblense las cuatro caras, para hacerlas tomar Fic. 402 la inclinación que deben tener, y reúnaselas como se ha dicho ya (Fig. 402). Cerillera (Fig. 403) La construcción es de las más sencillas, y el tra- Fic. 403 bajo es muy sólido, si los rebordes se dejan como indica el desarrollo (Fig. 404) Relojera (Fic. 405) Córtense separadamente la pieza pequeña (Fig, 406) y el cartón del fondo (Fig. 407), Fic. 405 Fic. 407 Para poner la pieza pequeña, se introducen los rebordes en las aberturas preparadas. Péguese fuertemente. Aparador (Fic. 408) Igual construeción que para la relojera (Figs. 409 y 410). Fic. 408 Fic. 410 Cesta hexayonal( FIG. 411) Deben dejarse los rebordes necesarios para el AGO Fic. 411 pegado, con objeto de que los lados tomen bien la forma que han de tener (Fig. 412). Lo demás como para las otras construcciones. Perrera (Fic. 413) Se cortan separadamente el cuerpo de la pe- rrera y el techo (Figs. 414 y 415). Téngase cuidado de no ajustar el techo sino COSMOS 8) 35 después de asegurarse que las paredes de la pe- rrera están bien pegadas. ro. 413 Fic. 414 : AS Ai: EFrc. 415 Garitón (Fics. 416, 417 y 418) La construcción es semejante á la de la perrera. Ei. 417 Fic. 416 > Fic. 418 Palomar (FiG. 419) Esta construcción comprende 4 partes principa- les, que se cortan separadamente. Fic. 419 El pié, Fig. 420; el soporte, Fig. 421; la jaula, propiamente dicha, Fig. 422; el techo, Fig. 423. TO naaa nn A A a Fic. 423 Aqui el.empleo de la cola fuerte es absoluta- mente necesario. Molino (Fic. 424) Esta construcción exige igualmente el empleo de la cola fuerte para que queden pegadas las di- ferentes partes. Fig. 425 el pié; :. 496 el soporte; Fic. 427 Fic. 424 Fig. 427 el cuerpo del molino; Fig. 428 el techo; Fig. 429 las aspas. 426 Fic. . 42 a Fic. 429 El eje puede ser un pedazo de cartoncillo en- rollado en forma de cilindro pequeño, ó un peda- zo de madera. BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. ( Continuard.) E _E AA 236 ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA?» y Aludamos ahora, brevemente, á los pocos hechos y cireunstancias relativas á la flora y á la fauna actual del hemisferio norte, ei] los restos de su pasado y á su situación pre-=| sente, que están completamente de acuerdo con las ideas aquí expresadas y en total con- tradicción con cualquiera otra causa de dis- persión, emigración ó6 distribución sobre la superficie de la Tierra. Son innumerables las pruebas de que hu- bo una vida tropical, así para los animales como para las plantas, en la zona templada y en los límites, cuando menos, de las re- giones árticas. Basta mencionar los restos que del elefante peludo, del rinoceronte, del mammouth, del plátano, de la palma y de la magnolia, se han encontrado en las reglo- nes de las nieves perpétuas. Es cierto que se dice que los restos de elefantes pertene- cen á la época posterciaria, lo cual es pro- bable; pero ¿ha de deducirse de ésto que ellos ó sus antepasados abandonaron un cel ds ma tropical cualquiera para dirigirse á las nieves y á los hielos donde perecieron? Es mucho más probable que un clima nocivo cuyas desventajas fueron aumentando, como sucedió en el período glacial, los hayan ex- terminado allí donde se encontraron sus restos. Se ha querido probar con algunas teorias que esos restos fueron acarreados y deposi- tados en ese lugar; en unas segundas se in- voca la desviación del eje terrestre; finalmen- te, en otras se asegura que hubo levantamien- tos, sumersiones y corrientes marinas distin= tasá las actuales, que produjeron condiciones de habitabilidad en un tiempo dado. Si du- rante el proceso del enfriamiento terrestre, los mares y tierras del polo*estuvieron, en alguna época, tan calientes como era nece- sario para mantener la vida tropical ó cual- quier otro género de vida, parece supérfluo, aún decirlo solamente, dados los descubri- mientos que de los restos de semejante exis- tencia se han hecho en nuestros días; parece supérlluo, digo, suponer levantamientos y sumersiones que apartaran de su curso á in- mensas y tórridas corrientes marinas y las 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 173 y 197. COSMOS difundieran para.que vivificasen en períodos posteriores y más frios, lo que ya estaba vi- vificado con mucha anterioridad y según el orden natural de las cosas. Pero es un hecho visible que cualquiera que sea el medio imaginado para conservar 4 "el calor en las regiones árticas, sele ha su- tpuesto siempre como una condición que ex- plique el fenómeno, en tanto que el fenóme- no mismo permanecía en la condición su= puesta, y mi la condición ni el fenómeno han sido necesarios en ningún tiempo para ex- plicar si este globo pasó realmente por to- dos los grados de una baja temperatura, des- de masa hirviente hasta su situación actual; por lo tanto, es perfectamente justo supo-= ner que estas formas tropicales vivieron en los climas árticos cuando éstos les fueron propicios y que murieron allí donde se han encontrado sus restos; con mayor razón to- davía, puesto que no se ha descubierto nada que pruebe lo contrario y sí mucho que co- rrobore con entera evidencia la conclusión á que hemos llegado. Así mismo, es un hecho perfectamente bien establecido que los elefantes siberianos tenían la piel cubierta con pelos extremada- mente largos y abundantes y de una gruesa capa lanosa que le servía de abrigo. No es | menos exacto que continuaron viviendo en las regiones árticas hasta el principio del primer período glacial (el comienzo de la época cua- ternaria) 6 edad del hombre, y que fueron ex- terminados por el frio. ¿Será cierto que los antepasados de estos elelantes peludos emi- oraron a las regiones árticas? Si ésto fué S 3 así, venían de climas más cálidos, pues to- ¡dos los demas climas son y han sido siem-= pre mas cálidos; debían proceder de ante- pasados sin vello, pues todos los demás ele- fantes carecen de él y aún ellos mismos han de haber llegado desnudos; debieron, tam- bién, venir de tierras donde los alimentos eran mejores y mas abundantes que en las regiones polares, pues no habrian sido más escasos en cualquier otro lugar situado al S. de las tierras árticas y en que habitaran elefantes. ¿Seria posible que animales que no tenian enemigos ni seres que les fueran S | superiores desde el punto de vista de la con- | quista, emigraran de tierras que les eran (a- COS MOS vorables y donde el clima no exigía que es- | partes más ardientes brotan aun sus formas tuviesen cubiertos, a regiones donde los ali- | empobrecidas? mentos no abundaban y en los cuales era preciso una cubierta protectora? Es más racio- nal y está más de acuerdo con las leyes de la vida, suponer que los elefantes del N. permanecieron en la mansión primitiva de los elefantes y que llegaron á adquirir pelo y lana merced á una larga lucha con una tem- peratura descendente, mientras que los que se dirigieron al S. siguiendo las meridiona= les líneas isotermas carecieron de pelo por- que sus antepasados no los tuvieron y porque ellos mismos no los necesitaban. Si los ele- fantes peludos y los animales que en la ac- tualidad son del trópico, insinúan ó sugieren por sus restos que en las regiones árticas hu= bo alguna vez un: clima tórrido, los restos de la vida vegetal lo testifican. «El árbol vace donde cae». Los lechos carboníferos que se han descubierto recien- temente en las comarcas del polo, prueban que las plantas carboniferas florecieron alli en abundancia, y al florecer es porque hubo condiciones climatéricas favorables; más aun, los fósiles de estos lechos carboniferos y mu- chas de las especies de plantas que los com- ponen son idénticos á los de Europa y AÁmé- rica, demostrando así no sólo que hubo una temperatura igual para todos, sino que tam- bién un parentesco y un origen comunes. Estas mismas plantas, los helechos arbo-! rescentes y los licopodios, por ejemplo, tor= nádos en raquíticos y pequeños por el frío | de nuestros actuales trópicos, que son, no obstante, los únicos lugares en que se les encuentra con el tamaño de unos cuantos! piés y sin exceder de la estatura de un hom- bre, florecieron en los remotos y. ardientes | climas del N. alcanzando las proporciones de 50 a 75 piés de altura. ¿No es verdad que los restos de estas plan-| tas encontrados en los yacimientos árticos y en los de ambos continentes, nos dicen que El simple hecho de que las formaciones carboniferas a través de estos residuos de vida, están á nuestra vista en los trópicos y yacen bajo las montañas de nieve de los po- los, es en mi concepto evidencia de muchas cosas y prueba positiva de dos: 1* que, á no ser que esta formación concluyera donde co- menzó, lo que parece ser el colmo del ab- surdo, comenzó donde primero concluyó, se- o o) lidad estuvo, sin disputa, en las reglones da ún acontecen los hechos, y que esta loca- árticas; que como « estas plantas se las ha encontrado ahora en los trópicos y vi- vieron alguna vez en las comarcas polares, se deduce, salvo el caso de que su origen estuviese en las comarcas ya dichas, que tu- vieron que retroceder, viajando á través de los territorios comprendidos entre el trópi- co y los polos; y que para el caso, debe ha- berse también movido con ellos un clima calido que les fuera benéfico, ó6 que en la época de su movimiento hacia el N. el eli ma de los polos debió ser más caliente que el de los trópicos para que lo aprovecharan, lo cual supone una serie de fenómenos des- usados y dos improbabilidades para lo que es absolutamente facil de resolver según el orden natural de las cosas y sin que haya necesidad de recurrir á otros medios. ¡| Parecen, pues, inevitables, una de estas ¡dos conclusiones, á juzgar por los casos en que se han encontrado restos de formas idénticas en localidades distantes unas de otras: ó uno de los dos se dirigió de la pri- mera localidad á la segunda, ó ambos tuvie- ron antepasados comunes que vivieron en algún otro lagar. En ambos casos las espe- ¡cies han de haber viajado tan lejos, al me- nos, como lo indican las distancias que hay entre los lugares donde se han encontrado los restos, y si tuvieron antepados comunes que habitaron en un lugar cualquiera, ex- en todo el hemisferio N. irradió en alguna ¡cepto la línea recta que comprende el es- época un clima uniforme que ellos siguie-|pacio situado entre los dos lugares donde ron con toda exactitud? ¿No atestiguan tam=|los restos se han hallado, la distancia agre- bién que el clima del polo fué en otro tiem= gada de sus viajes tiene que ser mayor. po benéfico para ellos, que en otro lo fué la | temperatura del N. y que en un tercero más | diversos restos de plantas de la misma posterior el de la zona tórrida, en cuyas|pecie encontrados en los yacimientos Apliquese este principio al caso de los Cu de COSMOS carbón de la región ártica y en los de Penn- sylvania y se deducirá, primero, que la dis- tancia total entre estos yacimientos tan se- parados uno de otro, según puede compren- derse á primera vista, ha sido atravesada, en el sentido de tribu, por muchas especies; segundo, si las plantas de Pennsylvania no vinieron de las comarcas polares, entonces las plantas árticas tienen que haber salido de Pennsylvania, ó de alguna otra localidad más cálida que aquéllas (pues todas las demás, excepto las antárticas, son y han sido siempre más cálidas), para habitar un terri- torio cuyo clima fué en un periodo previo, favorable para ellas; pero que en la época de su llegada era ya demasiado frío, á no ser que el calor de la Tierra se debiera en aque- llas épocas remotas á medios radicalmente distintos de los actuales y que las regiones polares y el anillo ecuatorial tuvieran el mismo clima. Afirmar tales proposiciones es dar al mismo tiempo material para la me- jor refutación. La conclusión más razonable que puede presentarse de estos hechos es esta: todas las plantas cuyos restos se ham encontrado en los yacimientos árticos vivieron en esas latitudes cuando el clima fué apropiado y como no hubo obstáculos, ni los ha habido nunca para una emigración al S., todas las especies semejantes que se han encontrado en los lechos carboníferos de Europa y Ámé- rica, vinieron genéricamente de la misma localidad N. y de los mismos antepasados; pero como la región ártica es ahora dema- siado fría para esas plantas y el trópico no, parece tan exacto, como la generalidad de las deducciones geológicas, concluir que el clima propicio vino con ellas y mejor aun que las plantas vinieron con el clima. Por otra parte, lo que es cierto para el ca- mino de estas plantas tiene que serlo para todas las que vivían en las mismas condi- ciones, y como los animales se mueven siem- pre junto con ellas y las siguen puesto que las alimentan, es innegable que toda la flora y la fauna del hemisferio N. verificó un vasto movimiento meridional, desde el polo hasta los continentes oriental y occidental, duran- te la emigración de las plantas carboniferas, 5 de la misma manera que lo verificaron es- tas plantas; finalmente, lo que es cierto pa- ra la emigración de las plantas y la de los animales en esa edad bajo leyes, causas y condiciones uniformes, debe serlo también para las emigraciones de todas las edades. G. HiLtToN ScrIBNER. (Continuará. ) ÁS AAA AA A AAA —Á PROYECCIONES ESTEREOSCOPICAS M. Davaxxe presentó en la Sociedad de estimulo (Societe d'encouragement), un tra- bajo acerca de las proyecciones estereoscó- picas por medio de vidrios de colores com- plementarios, por M. MoLtexr (arreglo de d'Arurrna). En el mes de Abril último el Sr. Dr. ScuoLnrur hizo experiencias en Ám- beres, sobre las proyecciones de pruebas estereoscópicas, recordando que un físico alemán, Roman, había descrito en 1853 una experiencia del mismo género en los Anales de Poccennorr; después, d'ÁLMEIDA, profesor de Física, realizó proyecciones es- tereoscópicas ante los concurrentes á sus cursos en las condiciones siguientes que M. MorLrex1 se ha servido repetir con la mayor amabilidad. Para aislar las dos imágenes confusas que un aparato doble de proyección envía sobre la pantalla, se utilizan las propiedades de los vidrios de colores complementarios de manera que no se vea con cada uno de los ojos sino la imagen que le corresponde. En el paso de los rayos luminosos que van á formar estas dos imágenes sobre la pantalla, se interpone un vidrio verde para una, y para la otra uno rojo; las vistas co- loreadas aparecen de un modo confuso to- davía; pero si se las mira con anteojos arma- dos de los mismos vidrios y temiendo cuida- do de hacer que correspondan los colores de los vidrios de los anteojos con los colores de las imágenes y no alternándolos, se ten- drá inmediatamente la sensación del relieve. En efecto, nulificando el vidrio rojo el color verde, sólo deja llegar al otro ojo la imagen colorida en verde y estas dos vistas de colo- res complementarios, superponiéndose en el acto de la visión, producen una imagen úni- COSMOS 239 ca de tinte neutro con su electo de relieve. Si se invierten los anteojos transportan- do los colores, cada ojo percibe la imagen destinada al otro yen lugar del efecto es- tereoscópico se obtiene el efecto pseudoscó- pico que traspone los planos y hace que los últimos vengan á desplomarse sobre los primeros. M. Davanxe añade que este mé- todo de proyecciones estereoscópicas no de- be ser el único y que el recordarlo provo- cará, sin duda, otras comunicaciones sobre este asunto. (Cosmos, XVIIL, 1890, 56.) SS Uno de los anatómicos más gran- des que ha existido, Swaxmmerbam, al em- plear la metamórfosis como base de la cla- sificación de los insectos, comprendió entre éstos á un animal vertebrado, la rana, en atención á que antes de llegar á su último estado, pasa por el de renacuajo. Si pudo cometerse un error tan craso, júzguese en cuántos se podrá incurrir al comparar, entre si, animales de una misma rama. Th. LacorDAIRE. LA CIENCIA DIVERTIDA EL ALACRAN DE ALCANFOR Colocad en la superficie del agua conte- nida en una cubeta, pedazos de alcanfor de diferentes tamaños, de manera que vepro- duzcan la forma de cualquier animal, por ejemplo, la de un alacrán. Al cabo de cier- to tiempo el alacrán comienza á moverse en el liquido y lo veis agitar sus patas como sl quisiera nadar, y replegar convulsivamente la cola. Esta divertida experiencia es muy senci- lla y poco costosa, puesto que el alcanfor se encuentra en todas las casas, y á pesar de esta aparente sencillez vais á ver que puede ser para nosotros, objeto de algunas obser- vaciones interesantes. 1* Nuestro alacrán náda sobre el agua, pero casi sumergido, lo cual nos prueba que la densidad del alcanfor es menor que la del agua, pero que se le aproxima mucho; en electo, esta densidad es 0.995 tomando la del agua por unidad. 2* El animal no se funde en el líquido, lo que nos indica que el alcanfor es insoluble en el agua. Si lo hubiéramos puesto en al- cohol, habriamos comprobado, por el con- trario, que el alcohol disuelve el alcanfor. Fic. 430 3* Los diversos pedazos que forman nues- tro alacrán permanecen yuxtapuestos en el lugar en que los colocamos y parecen estar pegados los unos á los otros; es que están unidos entre sí, por la fuerza conocida con el nombre de cohesión. 4* En fin, si el alacrán ejecuta en el agua los movimientos tan curiosos de que acaba- mos de hablar, se debe á la conocida pro- piedad del alcanfor de desalojarse en la su- perficie del agua en que flota. Sabemos, en efecto, que un pedacito de alcanfor colo- cado en un vaso de agua posee, al cabo de algunos instantes, movimientos de traslación y rotación sobre sí mismo, debidos según unos, al rechazo producido por un despren- dimiento de vapores, y según otros, á una fuerza misteriosa llamada tensión super ficia! y que reside en la superficie de los líqui- dos. * . o EL TITERE EN EL ESPEJO He aquí un juego que no requiere prepa- rativos y que está al alcance de todo el mun- do. E Colocaos como lo indica el dibujo, al la- do de un ropero que tenga espejo, de tal manera que la mitad de vuestro cuerpo que- 240 de oculta y la otra mitad sobresalga hacia adelante del ropero. La persona colocada á vuestro frente, á cierta distancia, parecera que os ve por completo, puesto que la mitad visible de vuestro cuerpo se refleja en el espejo, produciendo la ilusión del cuer- po entero. Si levantais ahora el brazo visible, el es- pectador vera levantarse en el espejo otro brazo simétrico al primero, dándoos la apa- riencia de tener los dos brazos levantados (en el aire), lo cual nada tiene de extraordina- rio, puesto que no es dificil levantar ambos brazos á la vez; pero no será lo mismo sl levantáis la pierna que está delante del es- pejo, porque entonces éste nos dará la ima- gen de una segunda pierna que se levanta al mismo tiempo, de modo que presentando vuestro cuerpo la apariencia de haber aban- donado supuñto de apoyo, ofreceréis la ima- > levanta las dos gen de una persona que Fic. 431 piernas al mismo tiempo, como un titere al cual se tira de un hilo. * » - LA MONEDA ASPIRADA x Es sabido que cuando vemos un objeto sumergido en el agua, aparece a catisa del COSMOS fenómeno de la refracción, más arriba de la posición que realmente ocupa. Por eso es Fic. 432 ¡por lo que parece quebrado un bastón in- troducido en el agua. He aquí una experiencia basada en este principio. Poned una moneda en el fondo de una vasija lena de agua y rogadle á alguno que ise baje hasta que su ojo, el borde de la vasi- ja y el punto del contorno de la moneda, que ¡está de un lado, se encuentren en la misma ¡línca. En este momento no ve ya la mone=- ¡da misma, sino una imagen suya creada por ¿la refraccion. No dejando que la persona que ve la moneda, se mueva de su posición, anun= lciadle que vais á hacer desaparecer la mo- ¡neda, aspirándola. Os basta para eso extraer el líquido de la vasija aspirándolo con un (tubo ó con una jeringa. Una vez quitado el líquido, la persona no [verá ya la moneda, porque se la oculta la pared de. la vasija. Volved á poner el líqui- do y la moneda reaparecerá inmediatamen-= te. Tom Trr. O Gracias a Jenner sabemos que la vacuna detiene los estragos de la viruela; pero en leste caso no es mejor nuestra situación que la de una banda de cautivos que hubiera ¡descubierto el medio de mutilarse á fin de | pe FOUR STEWART. rder su valer ante sus enemigos.-—BaL- “COSMOS Tomo 1 Lámina 162 F. FERRARI PÉrez, For, ForocoL ANTIGUEDADES MEXICANAS AEIA DEL COSMOS (MUSEO NACIONAL) REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS -E DS EA A. AS DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo l Tacunara, D. F., 15 pe Acosto pr 1892 Núm. 16 ¿QUÉ DÍA ES.....? ' En una reunión oí hacer esta pregunta: —¿Qué día fué el 16 de Septiembre de 1810? ¿Lunes, martes......? -—Fué un domingo, respondió un joven. Poco tiempo después se quiso saber en qué día había dado Hidalgo /a batalla del Monte de las Cruces, que fué librada el 29 de Octubre del mismo año, y el mismo jo- ven contestó con presteza: fué un lúnes. —Pero este joven, dijo una vieja de la reunión, es un verdadero calendario del año de 1810. —Mejor diga vd., replicó el joven, que soy un calendario perpétuo de todos los años pasados y futuros de la era cristiana. Em- pleo un procedimiento muy sencillo «que voy á enseñar d ustedes, y luego que lo ha- yan aprendido serán tan sabios como yo. * ** Cada año está representado por un nú- mero que llamaré número anual, los meses por un número mensual, los días por un número diario. Después diré cómo se retie- nen en la memoria estos tres datos. Pondré primero un ejemplo, ¿En qué día caerá el 18 de Julio de 1893, aniversario de la muerte de Juárez? El número anual de 1893 es 6. El número mensual de Julio es 6. A estos dos números se añade el día del mes, 18. 6+6+18=30 La suma es 30. Se busca el residuo de la | 1 Este artículo ha sido escrito con vista de otro, publicado en francés por M. JuLes Perroux, en el que plantea y resuelve bajo otra forma los problemas - contenidos en el presente artículo. | división por 7 de esta suma. En 30 hay 4 veces 7 y quedan 2. El 2 es el número dia- vio que corresponde al martes. El 18 de Julio de 1893 será un martes. Se adivina cuál es la regla y la formularé después. Aprenderemos primero á retener las tres especies de números. Los numeros diarios son los siguientes que no se pueden olvidar: DA e aci 0 UA e do e OOO! Mante Rd 2 Miércoles a UN 3 TUN e UI A 4 NACLn ES Os Ea AOS 6) Sábado 6 Los números anuales son los mismos y se suceden en el mismo orden; basta por con- siguiente retener el que corresponde á un año determinado. Pero debe advertirse que alos años bisiestos les corresponden dos nú» meros; el primero sirve hasta el 29 de Fe- brero inclusive; el segundo se emplea des. pués hasta el fin del año. El cuadro siguiente nos lo hará comprender: VES IAA de eo ree Alar set ce qe bares Dir dee pd A 1) 100r | del 19 de Enero al 29 de Febrero........ 4 + | del Lo de Marzo al 31 de Diciembre....., 2 MAT io lO IN Y MAI IA E ONO e 4 ARE a ; del 19 de Enero al 29 de Febrero........ 6 ES | delo de Marzo al 31 de Diciembre...... 0 MO E a os o dl LO O EA arca e an 2 LIMA e ed o 8) 1090 | del 19 de Enero al 29 de Febrero....... .d 2 | del 19 de Marzo al 31 de Diciembre...... 5 MIO a a Ea 6 Los numeros mensuales se encuentran en el cuadro siguiente: ¡NERD poooao 0 (laos. s09000 1 | Septiembre... 5 Febrero 3 | mmvo” ..0000 lA | Octubre..... 0 Marzo 3 | Julio , 6 | Noviembre.. 3 Abril... 6 | Agosto...... 2 | Diciembre... 5 A primera vista parece dificil conservar en la memoria estos números, pero se pue- de retener por un procedimiento mnemotéc- nico 1 ó encontrarlos matemáticamente. Para el procedimiento matemático debe tenerse presente la siguiente observación: Cada número es igual al resíduo que se obuene dividiendo por 7 la suma de los días del:mes anterior y del numero de este mes. Así Enero tiene 31 días: el numero men- sual es 0, SL O=% el residuo de la división de 31 por 7 es 3, número mensual de Febrero. Febrero tiene 28 días: el número mensual es 3, SILO el resíduo de la división de 31 por 7 es 3, número mensual de Marzo. Noviembre tiene 30 días: el numero men- sual es 3, . 2013=% el residuo de la división de 33 por 7 es 5, número mensual de Diciembre. "Ahora sí ya se puede enunciar la regla que se había prometido. "Se suma el día del mes, el numero men- sual y el número anual; el resíduo que se obtiene, dividiendo por 7 la suma encontra- da, es el numero diario. Terminaré esta primera parte con dos ejem- plos: ¿Que día será el 1% de Enero de 1901, 6 sea el primer día del siglo XX? Diadema Ne 4 Número mensual.............. 0 Número anual ...... ....... AE! Esta cifra representa un martes. ¿En qué día cae el centenario del Grito de Dolores? (15 de Septiembre de 1910) SOS aida 1 Véase El Calendario Perpétuo y la Mnemotec- nia, «Cosmos», p. 209. 242 COSMOS DA 15 Número mensual............. 5 Nac 5 SUMA odas ro ao 25 Reside lA El 15 de Septiembre de 1910 será un jue- ves. E Con este método puede proponerse otra investigación. Sucede que al tiempo de fe- char una carta no se acuerda uno del día del mes y sí del de la semana. Por ejemplo, sé que hoy es sábado, pero no me acuerdo a cuántos estamos. Es el mes de Octubre y me acuerdo que ya paso el día 15. Por el método expuesto averiguo que el 15 fué un domingo, y diré mentalmente: domingo 15, lunes 16, martes 17, miércoles 18, jueves 19, viernes 20, sábado 21. Una hermosa joven que contaba cinco lus- tros interrumpió al adivinador de fechas, y con voz melíflua y asomando el rubor á su semblante, le preguntó si podría decirle cuántos viérnes 13 tuvo el año de 1889. El joven adivinador le contestó que á tí- tulo de curiosidad podría resolverse con su método ese problema; pero que siendo ne- cesario plantear y resolver una ecuación muy complicada, se abstenía de exponer la apli- cación; y después de trazar unos cuantos números y letras en una hoja, le dijo á la joven que en 1889 cayeron en piernes el 13 de Septiembre y de Diciembre. Alguien que estaba á mi lado me hizo sa- ber que imploraba por la intercesión de San Francisco de Paula, un nopio que la llevara al altar; que una beata le había hecho creer que el Mínimo de Dios querido sólo conce- día á sus devotos esta gracia en los años que tenían tres piernes 13 y que lo que trataba deaveriguar era si habria algún año próximo to) que tuviera esta condición. Luego que supe la causa de la aflicción de la joven, me apresuré á preguntarle al adi- vinador si podría darme una fórmula con la que, generalizando el problema, pudiera ave- riguarse en qué años habría viernes 13. El joven escribió la siguiente ecuación: 13+x + y=mult. 745 6+x+y=mult. 7+5 x +y=mult. 7 —1 x + y=mult, 776 COSMOS 243 Esta ecuación nos da á conocer, añadió el joven que los números anual y mensal de- ben sumar 6. Si el número El número mensual ¡anual es: serás DIA 6=Abril, Julio. Md ¿=Septiembre, Diciembre. AS ¿=Junio. e 3=Febrero, Marzo, Noviembre. de 2=Agosto. AS 1—Mayo. NS Ea 0=Enero, Octubre. En un año común ó no bisiesto, el míni- mum de viernes 13 es uno, el máximum es 3. Luego que la joven devota de San Francis- co-oyó esta última palabra, con ansiedad mal contenida preguntó: ¿qué año tiene tres vier- nes 132 El adivinador, sin comprender la intención de la pregunta, contestó friamen- te: el año de 1891. La joven exhaló hondo suspiro. —Y la tabla anterior ¿sirve para todos los años? le pregunté al joven-calendario. —No señor, para los bisiestos se hace uso de una tabla-que sg obtiene borrando des- pués del prímer número anual los meses posteriores 4 Febrero, y, al frente del se- gundo, los meses anteriores a Marzo. —Hela aquí: "Y escribió la tabla siguiente: n Septiembre, Diciembre. Junio. (1884) N- 1 Í ) ] Í ) S + Marzo, Noviembre. > 0 Marzo, Noviembre, Agosto. r ) Ol UMayo. a L Octubre. E ; (1888) y p Enero, Abril, Julio. Por último, debo advertir que el ciclo com- pleto. de los calendarios es de 28 años. Transcurrido este número de años, los nú- meros anuales se suceden como antes, tan- to en los años bisiestos como en los comu- nes: ler. año.. 0 [ 4 20 E A 1 .. E ES 3er. , LE 2 479, ea i Lo O y A 180 ” 0 LE IS 1 Se 5 la 6, A E E DP 0 HO 4 E hr a O digo p? DO se 0 go " 3 | 240 ! 0 100, B| E aa EA aos dido lc 2 | ño 120 6 | 25 y E " Es po O ia SR 1 280 ! 5 Ao 2 alo A 3 2 0 “Esta observación puede servir para encon- trar rápidamente el número correspondien- te á un año lejano. Asi, el año 1860, tenía, como 1888 por número anual 6 y 0. Mas no se crea por ésto que el número anual de 1916 (1888428) será también 6 y 0, porque el año 1900 no será bisiesto sino en Rusia, si esta nación sigue repugnando la reforma gregoriana. CeciLio A. RobELo. (Correspondiente de la Academia Española.) AHD KA LAS IMAGENES EN LA EDUCACIÓN gen en sus diversas formas de es- tampa, de grabado ó cuadro, se ha utiliza- La ima do con frecuencia y con mucho fruto en la educación. Nos ofrece desde luego un medio de en- señar al niño á examinar, á analizar lo que tiene frente á sus ojos. Se le muestra, por ejemplo, una imagen que representa una ac- ción sencilla, apropiada á su desarrollo in- telectual y capaz de interesarlo, una escena del mundo infantil, y se le invita luego á describirla. Lo que se ye en una imagen: así se designa este ejercicio, del que se sa= ca un partido excelente para enseñar al niño á darse cuenta de sus impresiones y á ex- 244 presarlas. Aquí, como en todo, importa no olvidar nuestro objeto, ni desentendernos de los límites de la capacidad intelectual del niño; es preciso no pedirle que vea sino lo que puede ver, no exigirle más finura ni más penetración que las propias de su edad, pues tanto equivaldría á querer que nos hiciera la crítica de una obra literaria. Las imágenes pueden utilizarse también como procedimiento de enseñanza en la ju- ventud; son á modo de descripciones ó re- latos á la vista. Así es como pueden ense- ñarse los principales hechos históricos, los rasgos importantes de la vida de los hom- bres célebres, por la representación de esos hechos ó de esos rasgos, acompañados de una explicación sumaria. Igualmente se pro- cederá para dar á conocer los principales detalles de la fabricación de las cosas usua- les, los procedimientos de algunos oficios. Estas representaciones explicadas cautivan al niño mejor que las descripciones; y éste retiene también más fácilmente lo que ha visto que lo que ha oido. Mas tarde, bajo la forma de ¿lustraciones en los libros, y de proyecciones en las clases orales, viene la imagen como un complemento util y agra- dable de la enseñanza en general. Impresio- nar al espíritu por dos sentidos, es impre- sionarlo dos veces y fortificar mútuamente las impresiones; y comprendemos más facil- mente y retenemos mejor lo que hemos ad- quirido por la acción combinada de aque- llos dos sentidos que más particularmente sirven al espíritu. Agreguemos que la ima- gen, por ser agradable, determina una aten- ción más sostenida, Por medio de las imágenes se llega á despertar el sentimiento de lo bello. Desde luego, sirviéndonos para decorar las pare- des de la escuela, de composiciones artisti- cas, de gusto puro y ejecución correcta: és- to constituye el museo escolar. Digamos de paso que sería de desear que tales museos se fundasen en todas las localidades peque- ñas y particularmente en aquellas que están lejos de los grandes centros. Estos museos no son costosos; podrían hacerse los gastos por un bienhechor de la comunidad; el lo- cal podría ser una sala del Ayuntamiento. En ésto hay, así lo creemos nosotros, un COSMOS medio de levantar el gusto y de hacer co- nocer á las masas algunas de nuestras obras maestras. Pero más bien que el ornamento de la escuela y la elección de modelos, la enseñanza del dibujo es la que está llamada á formar el gusto de los niños. Sus ojos se acostumbrarán á la pureza de las formas así como en la enseñanza musical su oido se acostumbrará á la afinación de los sonidos. Al cabo de cierto tiempo, experimentarán por los dibujos de mal gusto ó mediocres, la impresión desagradable ó aún penosa que resiente el músico por los sonidos falsos ú discordantes. No se limitan á ésto las aplicaciones de las imágenes. Ejercen en el niño un efecto moral, una influencia análoga á una suges- tión. Todos recordamos las impresiones, re- cibidas en la infancia que nos han ocasiona= do los cuadros suspendidos en los muros de la casa paterna, y de los cuales conserva- mos un recuerdo no menos vivo que per- sistente, análogo á los que nos han dejado las primeras lecturas. Más tarde, no nos cuidamos de haber sentido tales emociones; pero no por eso ha dejado de producirse el efecto, ni la vista de esos cuadros ha deja- Es pues profundamente sensible mirar el per- do de contribuir á nuestra educación. fecto descuido que ponen algunos padres, respecto á losasuntos delos cuadros con que adornan sus moradas. El mérito artístico ó la moda deciden de la elección, y en tanto que no dejarían en manos de sus hijos li- bros que el gusto y la decencia condenan, no obstante su valor literario, no temen ex- poner á sus miradas escenas que se les de- be ocultar. La representación de una escena produce casi el mismo electo que la acción misma. Algunas veces la impresión es más fuerte que una narración, porque la imaginación de los niños es tan fecunda y tan viva, que fácilmente anima la inmovilidad y el silencio de los personajes. Para los niños todo co- bra vida y animación; aún miran lo que no está representado, y al mismo tiempo conci- ben el prólogo y el desenlace. Las figuras ha- blan y accionan: el cuadro vive. El cuadro está siempre expuesto á sus miradas; es un libro que nunca se cierra y se lee sin cesar. A cada mirada, renace la impresión, pues la saciedad no se produce, gracias á las contí- nuas intermitencias. Las imágenes nos permiten, pues, dar una enseñanza moral; podemos hacer de ellas una escuela de inspiraciones honradas y de bue- nas resoluciones, una especie de colección de trozos escogidos de moral, un curso de moral práctica. Y ésto sin perjuicio de las otras ventajas y aplicaciones que ofrecen. Quizá se ha pensado en esta aplicación de las imágenes, pero se ha hecho sin método y Casi por instinto, lo que no ha permitido obtener todo el provecho posible. La Histo- ria suministrará fácilmente asuntos propios para despertar en el espíritu del niño, sen- timientos delicados, impulsos generosos, ten- dencias valerosas; en una palabra, todas las cualidades ó virtudes que constituyen un título de gloria en la especie humana. He- cha la elección, hay que establecer el orden segun el cual deben sucederse los cuadros y el modo de utilizarlos. Además de esta enseñanza general, apli- cable indistintamente á todos los alumnos, cualesquiera que sean sus defectos, hay otra destinada á un pequeño número de niños, de defectos graves ó inveterados. Es como una especie de tratamiento moral, como una sugestión por medio de la imagen. Tome- mos ejemplos: presentamos á la vista de un niño perezoso escenas que representen el trabajo, ó las consecuencias de la pereza, imágenes en que se haya representado á un hombre enérgico, en lucha con las dificul- tades de la vida; pero triunfando de ellas con su trabajo; ó un hombre de condición hu- milde que se ha elevado por su mérito y sus esfuerzos; un episodio de La Ramész, mostrándole cuando, devorado por la sed de saber, estudiaba por las noches á la luz de una lámpara humeante, después de haber cumplido sus deberes de sirviente; otro de la vida de LixcoLN, que fué sucesivamente obrero, abogado, diputado, presidente de la República de los Estados Unidos, y que, después de haber impedido la división de su pais, dió libertad á cuatro millones de esclavos. La infancia del general Drovor proporcionará asuntos análogos: hijo de un COSMOS 240 donoroso y valiente; como se sabe, se hizo no- table por su aplicación al trabajo.—Expo- nemos á la vista de un niño cobarde, tímido, irresoluto, escenas que representan rasgos de audacia, de valor, de firmeza, actos he- róicos: D'Assas que grita al sucumbir «¡A mí, Auverntal»; Vialia que da hachazos al ca- ble que retiene los pontones realistas y mue- re acribillado de balas; Juan Barr, próximo á hacer volar el navío inglés en que estaba prisionero por sorpresa. Al niño orgullo- so, vano, pretensioso, convendría presentar- le episodios de la vida de Tunewnxe, cuando el ilustre soldado daba á un niño el conse- jo de no acercarse demasiado á los caballos ó á4 Catinar dando una lección de. cortesía á un joven fatuo que le había dirigido la palabra de una manera descomedida y sin quitarse el sombrero. La imagen provocará en el alma del niño un estado en armonía con la escena repre- sentada. Al principio muy debil, la impre- sión se hará más viva; á cada mirada, habrá una acumulación de impresiones, seguidas, continuadas, como los golpes de un marti- llo sobre un «clavo. Y no sólo se produce ésto; esa disposi- ción del espiritu repercute en el cuerpo, que la manifiesta á su turno por actitudes y gestos. La concordancia es completa; al mis- mo tiempo, el cuerpo obra sobre el espíritu y le fortifica. Un ejemplo nos permitirá ha- cernos comprender mejor: supongamos que asistimos á una ceremonia religiosa, y al leer los textos sagrados arrodillándonos, res- pirando el incienso, escuchando los himnos y las notas del órgano, experimentamos una impresión del conjunto muy propia para des- pertar en nosotros el sentimiento religioso ó fortificarlo si ya existe. Por el contrario, el sentimiento religioso, si existe en nostros, nos predispone a to- mar la actitud y hacer los movimientos de la persona que reza; es decir, á ponernos de rodillas, á ¡untar las manos, á orar mental- mente. Es una serie de acciones y de reac- ciones análogas á aquellas por las que las diversas partes de un mismo mecanismo, se equilibran mútuamente y aseguran su es- tabilidad. ¡ > . honrado panadero de Naney, y soldado pun, Con razón decia Pascal: «Primero reza, 246 COSMOS la fé vendrá después». Los sacerdotes exi- gen de sus fieles las prácticas religiosas, y desconfían de una fé que no se afirma con actos; saben que los actos de piedad son el principio de la fé y que el espíritu seguirá al cuerpo. Asimismo, si alguien no tie- ne desarrollado su sentido moral, y se le hace cumplir actos de. bondad, de abne- gación y de desinterés, se le habituará á practicar estos actos, y á su turno, el hábito del bien despertará en su espíritu el deseo | dehacer el bien, el gusto y el amor del bien; á fuerza de hacerle practicar la virtud, lo ha- bréis hecho virtuoso. Sugestionad al niño con las imágenes, haced quetenga el deseo de imi- tar las buenas acciones representadas, y asi, imitando al niño que trabaja, se hará labo- .rioso; esforzándose en llevar á cabo actos de valor, se hará valiente. Es un procedimien- to análogo á aquel por el cual se enseñaría una ciencia, comenzando por la práctica y acabando por la teoria. Fénix Hémenr. Reyue Scientifique, 1890. t. XLVI, pp. 51-53. EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR i CUARTA SERIE NUDOS Y TRENZAS Primera parte: nudos Presilla La palabra presilla, en el sentido que aqui le damos, designa una cuerda replegada sobre si Fic. 433 misma, sin que los cabos se crucen, que forma una especie de ojal, Fig. 433. Hebilla La hebilla es otro repliegue de la cuerda, de forma casi circular, en el cual uno de los cabos está cruzado sobre el otro, Fig. 434, 1 Continúa, Véase Cosmos pp. 117 y 231.5 —g Nudo sencillo El nudo sencillo es el más elemental de todos los nudos: es una hebilla cuyos eabos están entre- cruzados, Fig. 435. j 10 Dóblese la cuerda en hebilla; voltéese una de las puntas al rededor de la otra, con objeto de ha- cerla pasar por la hebilla. 2o Apriétese, estirando las dos puntas de la cuerda. Fic. 435 El mudo sencillo es, con la presilla y la hebilla, el principio de todos los nudos. Se usa para impe- dir que una cuerda se deslice en la mano, para acortar prontamente las correas de un tiro, para hacer que tengan igual longitud las cuerdas de un aparato ó máquina cualesquiera. Nudo sencillo con presilla El nudo sencillo con presilla es un nudo senci- llo en el que uno de los cabos de la cuerda forma presilla, Fig. 436. Fic. 436 1o Dóblese la cuerda en hebilla; fórmese una prestilla con el cabo b y pásesela por la hebilla. 20 Apriétese, estirando el cabo a y la presilla b. El nudo sencillo con presilla se forma y se de- sata con la mayor facilidad. Se usa para fijar una cuerda en un objeto. Asi es como los carreteros amarran por lo común sus caballos del abarcón. Se puede tirar impunemente del cabo a; pero la menor tracción hecha en el cabo b basta para des- hacer el nudo. Nudo corredizo de gaza Este nudo se forma de una gaza por la cual se pasa la extremidad libre de la cuerda. AS _— Fic. 437 COSMOS 247 10 Hágase un nudo sencillo con presilla (Fig. 436), cójase la punta b con la mano derecha; báje- sela hacia atrás al rededor del cabo a y déjese por dentro en nudo sencillo. 20 Apriétese, estirando con la mano izquierda los cabos a, b, y la gaza con la mano derecha, Fig. 437. El nudo corredizo se emplea para fijar una cuer- da ámna argolla, para apretar fuertemente un bul- to de mercancias, para sujetar Jas patas de los caballos á los cuales se va á herrar, ete. Nudo de puerco Este nudo forma una cabeza ó botón. Sólo difiere del nudo.sencillo en que uno de sus cabos pasa dos veces por la hebilla. Fic. 438 lo Hágase un nudo sencillo; vuélvase 4 pasar el cabo db por el interior del nudo sencillo, Fig. 438, %o Estirese vivamente con lamano izquierda el | cabo a, empujando el nudo con la derecha, Fig. 439. El nudo de puerco impide la desunión de los hi- | los de la cuerda. Los vaqueros hacen generalmen- te un nudo de este género en el extremo libre de la cuerda con que conducen á los animales. Nudo derecho Esternudo se compone de dos presillas absolu- tamente idénticas, cada una de las cuales abraza los dos cabos de la otra. Fic. 440 lo Póngase la cuerda b sobre la cuerda a; cója- se b entre los dedos indice y del medio de la:ma- no derecha, Fig, 40. 2 Hágase que b ejecute un movimiento en tor- no de a y llévese en seguida b sobre a, Fig. 441. 30 Por medio del indice de le mano izquierda hágase todavía girar b sobre a, con objeto de in- troducirla en la presilla formada por a. 4 N Fs. 441 4o Apriétese estirando fuertemente las dos cuer- das, Fig. 442, Frc. 442 Otro modo dE lo Fórmese una presilla con el extremo b y pá- sese por ésta el extremo a. , 20 Abrácese con una vuelta del cabo a la pre- silla formada por 0 y vuélvaselo en seguida á pa- sar por la presilla, Fig. 443. 30 Apriétese estirando las dos cuerdas, Fig. 449. Fic. 443 Es el más seguro de todos los nudos. Los alba- ñiles, los carpinteros, y los constructores de techos lo emplean de preferencia. El nudo derecho tiene la gran ventaja de po- derse desatar fácilmente: basta para ésto empujar la hebilla de fuera hacia adentro aproximando vi- sorosamente las manos. Nudo derecho con ajuste en cola de vaca El ajuste en cola de vaca consiste en introducir el extremo libre de cada una de las cuerdas entre los hilos de la otra. Lo Ábranse, por medio de los dedos, ó de una es- pecie de punzón Jlamado pasador, los hilos de a. 20 Introdúzease en la abertura, el extremo libre de la hebilla. b y == ISS 3o Hágase lo mismo con la cuerda b y apriétese estirando a y b, Fig. 444: Cuando se hace un nudo derecho por medio de cuerdas un poco voluminosas, se aumenta su $0- lidez si se forma un ajuste en cola de vaca. 248 COSMOS Vudo derecho con presilla Nudo de tejedor Este nudo, llamado vulgarmente «nudo de cor- bata», es una especie de nudo derecho en el cual eada cabo está reemplazado por una presilla. Este nudo se compone de una gaza formada por una de las cuerdas que entrelaza á una presilla formada por la otra. Fic. 448 lo Póngase la cuerda bd sobre la cuerda a, Fig. 448. 20 Levántese a, volteándola de adentro á afue- FiG. 445 lo Hágase un nudo sencillo. '" Déjese deslizar la mano izquierda y repléguese la cuerda bd en forma de presilla, Fig. 445. 20 Levántese el cabo b, y désele vuelta, de fue- ra hacia adentro, al rededor de la presilla d. ra, de tal manera que quede esta cuerda entre los dos extremos libres, Fig. 449. 30 Hágase con b. una presilla que abrace á la cuerda q. Fic. 446 Empuújese vivamente a en la gaza 0, por medio «del pulgar de la mano derecha, Fig. 446. 3o Cójase en seguida, con la mano izquierda, la presilla nuevamente formada a, y apriótese esti- rando fuertemente las dos presillas, Fig. 447. Fic. 450 4o Apriétese estirando fuertemente a, mientras que la mano izquierda retiene la presilla db, Fig. 450. Otro modo lo Fórmese una presilla con el extremo b é in- trodúzcase en ella el extremo «. HE 20 Voltéese este último extremo al rededor de la Fic. 447 presilla, para hacer una hebilla que la abrace en- Este es el nudo por excelencia de tocador: las | teramente. corbatas, los delantales, los botines, etc., se detie-| 30 Apriétese estirando los cabos a y d, Fig. 451. nen 6 fijan?con un nudo de este género. Este nudo, como lo indica su nombre, sirve muy A a particularmente á los tejedores para amarrar los hilos que se rompen. Lo emplean también los en- Na Fic. 451 euadernadores. Es tan fuerte como el nudo dere- eho, y al mismo tiempo es menos voluminoso. Medio nudo El medio nudo se forma de una hebilla en la cual pasa el extremo libre de la cuerda. 1o Hágase una hebilla que abrace el objeto por amarrar. 20 Métase el extremo b en el interior de la he- billa. 30 Aprictese, estirando fuertemente a y d, Fig. 452. Este nudo, asi como todos los que van á seguir, no se hace en la práctica más que con los cables. Sirve para sujetar los objetos de poco peso cuan- do se van á elevar ó á embarcar. Se emplea tam- bién como nudo corredizo. Nudo completo Difierc del medio nudo en que los cabos y la hebilla están enlazados dos veces. lo Hágase un medio nudo. 20 Voltéese el cabo b al rededor de a y métase una vez más en la hebilla. COSMOS Apriétese, empujando la gaza con la mano de- recha, y poniendo tirante el cable con la mano iz- quierda, Fig. 453. El nudo completo se emplea para sujetar los fardos de peso considerable. Igualmente puede servir de nudo corredizo. Nudo de galera El nudo de galera es un nudo sencillo con pre- silla; en ésta se pasa una palanca. lo Hágase una hebilla, dándole al cabo « una longitud suficiente. 20 Voltéese a al rededor de b para formar una presilla en el interior de la hebilla. 3o Colóquese la palanca entre la hebilla y la presilla a. Apriétese estirando á la vez a y 0, Fig. 454. Fic. 454 El nudo de galera sirve para unir el cordaje á una palanca. Se mueve ó se quita con la mayor facilidad tan pronto como cesa la tracción. Nudo de botero Este nudo se forma con dos hebillas, puestas una sobre la otra, por las cuales se pasa el objeto don- de se quiere fijar el cordaje. lo Hágase una hebilla, llevando el cable a sobre Dd, Fig. 455. 2% Lácese el madero p y apriétese estirando la extremidad b (el nudo hecho asi, á medias, se des- liza fácilmente). 30 Hágase nuevamente con b una hebilla; enlá- cese por segunda vez el madero de modo que los COSMOS dos hilos queden colocados interiormente entre las hebillas, Fig. 456. Fic. 456 Munténgase b fuertemente: el nudo se aprieta y cesa de deslizarse á causa de la tracción del ho- bo, Fig. 457. El nudo de botero sirve para amarrar un bote en la ribera. Su principal ventaja estriba en que no produce una detención súbita. BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. (Continuará.) o EL ÁTOMO ELÉCTRICO En el último bamquete de la Institución de Ingenieros Electricistas de Londres, el Pre- sidente, Profesor Guinermo CrookeEs, dijo: Felizmente, hemos destruido la absurda idea de que la investigación en algún ramo de la ciencia es sólo pérdida de tiempo. Hoy se admite generalmente que la ciencia pura, lejos de las aplicaciones prácticas, be- neficia al investigador mismo y enriquece á la vez grandemente á la colectividad. «El bendice al que da y al que recibe». Entre la temblorosa pierna de la rana sobre la me- sa de trabajo de GaLvaxt, y el telégrafo 6 el teléfono, existe una filiación directa. Sin la una no podriamos haber tenido el otro. Sin embargo, sabemos poco respeto al agente de la electricidad; los substancialis- tas dicen que es una especie de materia; otros lo consideran no como materia, sino como una forma de energía y otros rechazan ambas opiniones. El profesor Lopck lo con- sidera cuna forma, ó mejor, un modo de manifestación del eter». El profesor NikoLa Testa se opone á la opinión del profesor Lop6k, pero piensa que «nada hay de segu- ro en llamar electricidad al eter asociado con la materia ó eter confinado. Autores com- petentes no han podido todavía convenir en si tenemos una electricidad ó dos clectrici- dades opuestas; el único modo de vencer la dificultad consiste en perseverar en la ex- periencia y la observación: si nunca sabre- mos lo que es la electricidad, si vida ó Mma- teria, si permanece como entidad desconoci- da, seguramente descubriremos más acerca de sus atributos y de sus funciones. La luz que el estudio de la electricidad arroja sobre una variedad de fenómenos quimicos—comprobados tanto en nuestros pequeños laboratorios como en los vastos laboratorios de la Tierra y el Sol—no puede ser menospreciada. La antigua teoría elec- tro-quíimica de BerzeLrus se ha vuelto inutil, y una nueva teoría más amplia comienza a aparecer. Los hechos de electrólisis no están de ningún modo averiguados ó coor- dinados completamente; se inclinan á la gran probabilidad de que la electricidad es ató- mica, que un átomo eléctrico es una canti- dad tan definida como un átomo químico. La atracción eléctrica entre dos átomos quí- micos, siendo un trillón de veces más gran- de que la atracción de la gravedad, es pro- bablemente la fuerza son que la química está más en relación. Se ha calculado que en un solo pié cúbi- co del éter que llena un espacio, hay ence- rradas 10,000 toneladas de energía que has- ta aquí se han escapado a la observación. Abrir este almacén ilimitado y ponerlo al servicio del hombre, es una tarea que es- pera á un electricista del porvenir. Las úl- timas investigaciones dan fundadas esperan- COSMOS 251 zas de que este vasto almacén de poder, no es inaccesible; antes de hoy conocíamos sólamente un campo muy estrecho de vibra- ciones etéreas, desde el extremo rojo por un lado hasta el ultra violeta por el otro, es decir, desde 3 diezmillonésimas de milí- metro á 8 diezmillonésimas de milímetro. Dentro de este campo relativamente limita- do de vibraciones etéreas, y el campo igual- mente estrecho de vibraciones sonoras, he- mos estado hasta aquí limitados á recibir y comunicar todo el saber que poseemos en compañía de los demás seres racionales; si las vibraciones del eter, más lentas que las que nos afectan como luz, pueden no estar constantemente en trabajo en torno de nos- otros, hasta estos momentos es cosa que nunca hemos inquirido seriamente. Pero las investigaciones de Look en Inglaterra, y de Hertz en Alemania, nos dan un campo cas infinito de vibraciones etéreas ó rayos eléc- tricos, desde ondas de una longitud de mi- llares de millas, hasta de unos cuantos piés. Aquí se nos descubre un universo—nuevo y admirable—que es difícil concebir si es impotente para transmitir y comunicar la in- teligencia. Los experimentadores han reducido la lon- gitud de las ondas de los rayos eléctricos. Con la diminución en tamaño de los apara- tos, la longitud de las ondas se hace más pe- queña, y si pudiéramos construir botellas de Leyden de dimensiones moleculares, los ra= yos caerían dentro de los estrechos límites de la visibilidad. No sabemos todavía como podría hacerse funcionar una molécula co- sin embargo, no es 8 improbable que la luz fosforescente discon- mo botella de Leyden; tinua, emitida por ciertos cuerpos raros, cuando están excitados por una corriente de alta tensión en un gran vacio, es realmente una producción artificial de estos rayos eléc- tricos, suficientemente pequeños para afec- tar nuestros órganos visuales. Si tal luz se pudiese producir con mayor facilidad y regularidad, sería mucho más económica que la luz de una llama ó de un arco, pues muy poca energía se gasta en forma de rayos de S calor. De esta producción de luz, la natu- raleza nos suministra ejemplos con los gusa= nos luminosos y con las luciérnagas; su luz aunque suficientemente enérgica para que peeda ser vista á distancia, no está acom- pañada de ningún desprendimiento de ca- lor capaz de ser apreciado por nuestros ins- trumentos más delicados. Por medio de corrientes que se alternan con mucha frecuencia, el Prof. NikoLa Testa ha logrado pasar por inducción al través del eristal de una lámpara, la energía suficiente para tener un filamento en estado de in- candescencia sin el uso de alambres conec-= tadores. Llegó á iluminar un cuarto en con- diciones tales, que en cualquier parte podría hacerse una aplicación de su alumbrado, sin necesidad de conectar eléctricamente con nada. Ha producido la condición requerida creando en el cuarto un poderoso campo electrostático que se sucede con mucha ra- pidez. Suspende dos hojas de metal, cada una conectada con los extremos del ani- llo; si se lleva un tubo vacío á donde quie- ra entre estas hojas; ó puesto en cualquier parte, permanece siempre luminoso. llasta dónde sea prácticamente provecho- so este método de iluminación, solamente las experiencias pueden decidirlo. En todo caso, se ha extendido el conocimiento pro- fando de las posibilidades de la electricidad estática, y la máquina eléctrica ordinaria ce- sará de ser considerada como juguete. Las corrientes alternantes tienen una re- putación dudosa, pero se sigue de las in- vestigaciones de Testa que si la rapidez de la alternación aumenta, no se hacen más pe- ligrosas, sino menos; además, aparece que ahora puede producirse una verdadera llama sin necesidad de la química, una flama que da luz y calor sin consumo de material y sin proceso químico. Á este fin requerimos métodos adelantados para producir en ex- ceso frecuentes alternaciones y enormes po- tenciales. ¿Seremos capaces de obtenerlos dando salida al eter? Si así es, podemos ver con indiferencia el agotamiento de nuestros campos de carbón; resolveremos á un mismo tiempo la cuestión del humo y anularemos todos los yacimientos posibles de carbón. La electricidad parece destinada á anexarse no sólo el campo entero de la óptica, sino que también probablemete el de la termo- logía. 252 COSMOS Los rayos de luz no pasarán al través de una pared, ni de una densa neblina, como lo sabemos perfectamente; pero los rayos eléctricos, cuyas ondas sean de una longitud de uno á dos piés, traspasarán tales medios, que serán transparentes para ellos. Hay otro hermoso campo para las inves- tigaciones, apenas atacado por los pioncers, que espera la exploración; aludo á la ac- ción mutua de la electricidad y la vida. Nin- gún hombre de ciencia que esté en su cabal sentido, admite la aserción de que «la elec- tricidad es la vida», ni aún podemos aven- turarnos á hablar de la vida como una de las variedades ó manifestaciones de la ener- gía. Sin embargo, la electricidad tiene una influencia importante sobre los fenómenos vitales, y á su turno es puesta en acción por el sér viviente, animal ó vegetal. Tene- mos peces eléctricos, uno de ellos el proto- tipo del torpedo del arte militar moderno. Hay la babosa eléctrica que encontramos en los jardines y caminos cerca de Hornsey- rise; hay también una escolopendra eléc- trica. En el estudio de tales hechos y rela- ciones, el electricista científico tiene ante sí un campo infinito de investigación. Las vibraciones más lentas á que me he referido, revelan la posibilidad incierta de obtener la telegrafía sin alambres, postes, cables, ó de cualquiera otra de nuestras aplicaciones costosas. Es en vano querer hacer una pintura de las maravillas del por- venir; el progreso, como lo observó el Dean SwirT puede ser muy ráapidu para el sufri- miento; para esta generación son suficien- tes las maravillas que nos asombran. Scientific American, 1891, LXV, p. 369. O ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA? vI Hay una gran variedad de opiniones y muchas teorías interesantes para dar cuen- ta de la similitud de las especies y los gé- neros en los continentes oriental y occiden- tal. Si, como lo hemos pretendido, hubo una zona en torno del polo y ésta estuvo suficientemente alejada para recibir una in- 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 173 y 236. fluencia mínima del Sol, es decir, la apro- piada para las vidas animal y vegetal, nece- sarlamente, merced á la evolución climaté- rica, pudo mantener sucesivamente todas las formas de vida que existieron siempre so- bre la Tierra; y si una región de frio cre- ciente rodeada por esta zona, dispersó estas variadas formas de vida, arrojándolas en to- das direcciones á los continentes asiático, europeo y norte-americano y rumbo al ecua- dor; si estas hipótesis son ciertas en verdad, y sistodo ocurrió así, deberemos encontrar, naturalmente, una marcada semejanza á tra- vés de todos los continentes, entre la flora y la fauna del hemisferio N. Precisamente ésto es lo que vamos a encontrar. Requiérense pocos conocimientos cientifi- cos para concluir que el mammut, el mas- todonte, el elefante, el búfalo, el bisonte, el tapir, el ciervo, la liebre, el carnero, el lobo, el zorro, la comadreja, el martín, el castor, la nutria, el oso, el tigre, la pante- ra, el león, el puma, el gato montés, el co- codrilo, el caimán, la rana; que el salmón, la perca, la trucha y otros muchos peces de agua dulce; que las mariposas, las abejas, to) la langosta é innumerables géneros de hor- 8 migas y escarabajos, que las innumerables tribus de pajarillos terrestres; que el roble, el olmo, el arce, el abedul, la haya, el cas- taño, el alerce y muchos pinos, más las plan- gos, los helechos, los cés- pedes y los innumerables arbustos que viven tas floridas, los mus ó que vivieron en todos los continentes del hemisferio N. casi indistintamente, tienen mútuas relaciones y, respectivamente, unos mismos antepasados y un origen común. Ni las teorías indígenas ni cualquiera otra hipótesis, á este respecto, podrán explicar la semejanza mucho más marcada entre ciertos animales y plantas de los continentes orien- tal y occidental que la similitud de los que los rodeaban, y las condiciones anteriores de su vida. Esta notable paridad de las formas de la vida en comarcas tan separadas y en medios tan diferentes es posible y solamente posi- ble en el caso de que emigraran del mismo lugar; puede decirse, 4 mayor abundamien- to, que si hay alguna localidad de donde | pudieran emigrar y ésta no lué una zona norte, como se dijo antes, no se ha descu- bierto todavía; y aun sapotiéndo la existen- cia de otra localidad, indudablemente per- manecieron una parte de su vida en esa zo- na norte para alcanzar su condición actual. La hipótesis de que hubo una emigración septentrional y otra meridional para pasar de continente á continente, da origen, en mi concepto, a este dilema: suponer que los animales y las plantas siguieron rutas lar- 8 gas é intrincadas con el definido propósito de llegar á nuevos campos y continentes, es tanto como atribuirles la previsión é in- teligencia de un Cristobal Colón, por ejem- plo; en tanto que pretender que fueron ex- pulsadas y conducidas por circunstancias favorables, equivale á asegurar que todas las condiciones de esta larga ¡jornada sep- tentrional—á fin de hallar un paso favorable y después de un viaje meridional igualmen- te largo para llegar á su residencia de hoy— debieron ser, si hubo una especie de uni- lormidad en el sistema termal de la Tierra de un opuesto caracter, y por lo tanto, si en un caso fué favorable á la emigración, en el otro debe haberle sido desfavorable; pero las plantas no se mueven nunca y los animales, raramente, en contra de condicio- nes que les son desfavorables dentro de ciertos límites. Es cierto, hasta donde se refiere á la sim- ple dirección, que en el caso excepcional de la vuelta de los hielos al final del perio- do glacial, las plantas y los animales em- pujados al S. por el frio, volvieron al N. con el movimiento excepcional semejante de un clima cálido hacia al N.; pero ambas ex- cepciones son precisamente de aquellas que confirman la regla. En cada caso el movi- miento total de la vida orgánica en cl he- misferio N. fué originado por un movimien- to semejante de las líneas isotermas y de las condiciones climatéricas, y mientras en un caso fué de S. á N., los fenómenos que indicamos nada más al considerarlos en co- nexión con sus causas excepcionales y anó- malas, que el movimiento general no se ha- bía verificado en dirección opuesta, el hecho de que las olas de las mareas se levanten á cientos de millas en los grandes ríos indica que sus principales corrientes no se diri- COSMOS 253 gieron siempre y constantemente al mar. Se admiten atrevidamente dos opiniones: que la vida orgánica se movió de las regio- nes polares á los trópicos ó vice-versa, pues si hubiera comenzado en algún sitio situado entre estos dos extremos no habría podido seguir los dos caminos, toda vez que la tem- peratura, el clima y las demás condiciones septentrionales y meridionales de cada loca- lidad son y han debido ser siempre tan disímbolas que si favorecían el movimiento en una dirección, lo perjudicaban en otra. Ahora bien, como los movimientos hacia el E. y hacia el O. son imposibles en gran extensión, y como las condiciones favorables á una forma de vida son por regla general favorables á todas, despréndese que el mo- vimiento general de toda la vida orgánica en la Tierra se verifica, y así sucedió siem- pre, de las porciones más calientes á las más frias ó de las más [rias á las más calien- tes, y ésto tambien de un extremo á otro. En mi opinión, el movimiento de la parte más fría á la más caliente, del N. al S. de nuestro hemisferio, parece no sólo del todo razonable, sino que los hechos lo prueban de una manera positiva y la conclusión es ¿ne- v table. Es un hecho bien reconocido y digno de mencionarse en este asunto que todas las plantas y los animales movidos por el hom- bre unos cuantos grados del N. hacia el S. de nuestro hemisferio se mejoran y se des- arrollan con más amplitud, y se vuelven, con el cambio, más prolíficos y más vigoro- sos; así como con un movimiento semejan- te en opuesta dirección, y en grado pro- porcional á la distancia, se producen efec- tos contrarios como son la esterilidad y la degeneración. Así, este movimiento meri- dional añadido á todas las demás probabi- lidades está de acuerdo en línea recta con la evolución y desarrollo: más latos de las plantas y de los animales. A la luz de estos hechos preguntemos qué cambios se produjeron probablemente en aquellos animales que se retardaron en las zonas árticas cuando las especies á que ellos pertenecían se habían dirigido ya al S., y que permanecieron allí en tanto que su clima tropical se tornaba primero en 254 COSMOS templado y después en (rigido. Estos re- tardados, en la lucha por la adapiación á las nuevas condiciones de frio progresivo y des- pués de pasar por los. climas templado y frígido, han de haber perecido ó sufrieron degeneraciones como la ballena y la vaca y león marinos, así como la entera tribu marina de las regiones árticas de la actua- lidad que han retrocedido lentamente á la vida acuática y de sangre fria, de la cual proceden verosímilmente todas las formas de la vida animal. Estas mismas degeneraciones prueban que en las regiones árticas hubo alguna vez un elima tórrido; proceder de otro modo equi- vale á afirmar que sus antepasados buscaron un clima favorable en el cual pudieron, úni- camente, escapar al exterminio por. la de- gene vación y acudieron á las aguas para su subsistencia. Creo más racional decir que buscaron ese clima favorable y que ence- rrados en un clima que no lo era, fueron degenerando más y más en su terrible lu- cha por la vida. La evolución y la degeneración en el mun- cánico son, en una fase al menos, re- 3 sultado de los cambios en las relaciones en- do or contradas entre el gasto y la demanda. Siem- pre que en los Organismos, yen cuanto les es S util, el gasto excede a la demanda, aun cuan- do sea en grado muy pequeño, las antiguas ) 8 necesidades y capacidades se ensanchan y otras nuevas surgen en la existencia; ade- más, los viejos ór ganos se mejoran en tanto que se desarrollan otros nuevos para asegu- 9 rar y hacer más propia la defensa, la lucha y- la competencia; así, el organismo adquie- re variados apetitos, la actividad aumenta, se dividen las aptitudes, la sensibilidad au- menta, se amplía el genero de vida, de suer- te que por tales cambios pasan de las for- mas y funciones más simples 4 las más com- plexas, que es lo que constituye la evolución. Por otra parte, cuando la demanda es mayor que el gasto. necesario, se suprimen las ne- cesidades sobrantes, de donde resulta que los órganos y las capacidades, precisos pa- ra una función, dejan de usarse, se atrofian y el organismo cayendo en una actividad restringida; en funciones más limitadas y en un género de vida estrecho, retrocede de las formas y funciones más complexas á las más sencillas, qué es á lo que se llama de- generación. Todo ello es el resultado de las relaciones variables entre el gasto y la de- manda; en último análisis, para cada caso— y ésto no es más que una sospecha mia —en que la vida brota en un cierto géne- ro de calor, es la demanda; y todo calor que es consecutivo á esa especie de vida, el gasto. Estos casos de degeneración en los dife- rentes órdenes son más numerosos de lo que pudiera suponerse. De hecho, fueron tan fre- cuentes como los éxitos constantes de una al limitar sus necesidades—en su especie lucha por la adaptación á un medio adverso, el cual hizo disminuir continuamente la va- riedad y cantidad de gastos y aún cambió con tal lentitud sus condiciones desfavora- bles que no produjo el exterminio de las especies. A este respecto, el hecho citado nos su- giere otras consideraciones. Si es verdad que junto con muchas plantas y animales, el antepasado del hombre—algún animal con dedo pulgar, y teniendo en cuenta la posibilidad de las cosas—vivió en esta man- sión septentrional, este origen: común é 1n- mensamente remoto, puesto que es anterior en muchas épocas al período glacial, sería una prueba posible para los que sostienen la unidad de origen del hombre y también una razón para explicar la ausencia de su inmediato predecesor en la Tierra. Á su pro- genitor en las primeras filas de esta gran 3 . 8 emigración hacia el S. antes de la época cuaternaria—periodo durante el cual el hom- bre habitó probablemente en la Tierra—lo empujó desnudo el implacable y siempre progresivo (rio, llevándolo en el movimien- to hacia el S. en busca de un clima tropical, á los distintos continentes del Este y Oeste, hasta que llegó con el tiempo al anillo ecua- torial, siempre á la cabeza de los seres, en virtud de este movimiento y de su progre- so, adelantó lo bastante, bien que con gra- do lento, para fabricar el luego, vestirse, hacer herramientas y, acaso, domesticar ani- males, por lo menos el principal y más util para el hombre primitivo, como el perro; preparado así para todos los conflictos y pa- va todos los climas, se dirigió hacia atrás á los límites de las nieves perpétuas, some- tiendo ó exterminando, primero á sus pro- pios antepasados, que eran sus rivales mas próximos, pero ya mis debilitados, los cua- les por una permanencia tardía y en virtud de la lucha por la vida en un clima cuya temperatura fria no cesaba de aumentar, de- generó forzosamente, hasta el extremo, y quedó á propósito para que se le venciera, sino para que se le exterminara, por el clima mismo, dejando así como semejante más cer: cano al hombre y hasta como el más remoto en relación entre él y sus antepasados, las posteriores tribus de cuadrumanos antro- poides que se desarrollaron cerca del Ecua- dor, de los más bajos animales que lo acom- en su emigración meridional. 3 Esta última proposición, sin embargo, no pañaron es más que una vaga suposición deductiva cuya posibilidad ó cuya simple probabilidad nada demuestra todavía. Esto no obstante, para sostener las principales conclusiones ya establecidas, con todos los resultados y de- ducciones quede ella se deriven, paréceme que es necesario probar únicamente lo que puede admitirse de una manera general, 4 saber: que toda la Tierra estuvo en alguna época demasiado caliente para que pudiese existir la vida y que no se han descubierto causas 6 hechos que señalen una diferencia menor entre la temperatura de los trópicos y la polar de otra época, de la que existe hoy. Una condición y una diferencia de tem- giones del polo, primero un clima tropical y la vida correspondiente; después, un clima templa- peratura tales, produjeron en las re do y la vida apropiada, y cada una de éstas por una época inmensa antes de que el anillo ecuatorial hubiera estado en condi- ciones de habitabilidad para cualquier orga- nismo conocido. G. HiLtTON ScrIBNER. (Concluira.) A ——— Las cosas tienen leyes y estas leyes son se- veras: Operan contra el hombre ó a favor suyo, á su elección; pero no es él dueño de cambiarlas, las sufre y padece por ellas ó se acomoda á ellas y las aprovecha. En las co- sas morales como en las fisicas el contra- COSMOS 255 golpe es seguro; 4 nosotros toca el adver= tirlo; nos destrozará si lo provozamos y-lo esperamos.—H. Tarne. —_——_A _—— LA CUENCIA DIOS GUaDyS EL TORNIQUETE DE POPOTE Se ahuecará un tapón, de los más grandes que se encuentren, de modo que se forme un recipiente pequeño para el líquido; le ha- reis un agujero en el fondo, en el cual fija- reis la extremidad de un popote de centeno de 40 centímetros de longitud, próximamen- te. En la otra extremidad de este popote, en A (véase la figura que está a la derecha del dibujo), pegareis, con un poco de lacre, otro pedazo transversal, provisto en su me- dio de otro agujero que lo pondra en comu- nicación con el tubo vertical. Las extremi- dades de este tubo transversal se taparán con cera y se le harán, en dos lados opuestos, dos agujeros que correspondan á dos pe- dacitos de popote de dos centímetros de lon- gitud pegados con cera y que servirán de apéndices (ajoutages). Cortad en forma de bisel las extremidades de estos apéndices para facilitar la salida del alre y, por con- siguiente, el escurrimiento del líquido. Unid vuestro tapón á un disco pequeño de metal (por ejemplo, un botón) por medio de tres hilos adheridos á sus bordes; sus- pended el botón, por su centro, de un hilo vertical y ponedlo bajo un chorrito de agua: ésta saldrá por los dos apéndices y como están dispuestos en lados opuestos, todo el aparato girará en el sentido de las flechas, con gran velocidad por efecto de la reacción Sl de que hablamos en el «Torniquete hidráu- lico hecho con una nuez y dos avellanas.» Para evitar las dificultades de las uniones con cera, podeis hacerlas por medio de tres corchitos como lo indican los cortes figura- dos en medio de nuestro dibujo. El tapón de en medio, con dos perforaciones en ángulo recto, recibirá el popote vertical 4” y dos popotes transversales y horizontales B”. Dos taponcitos menores servirán para unir los apéndices con los dos tranversales B”. En fin, si el popote no os parece bas- tante sólido podremos reemplazarlo por un tubo delgado de cobre, como, por ejemplo, 256 COSMOS el que sirve para las cortinas llamadas de ba y Mlenad de agua la figura dibujada, lo corredera. La extremidad del tubo que pe-|que será facil haciéndolo con cuidado: las netra en el recipiente superior se cortará y | líneas húmedas que limitan vuestro dibujo, doblará como se ve en C* y se colgará de Fig. 459, (un triángulo por ejemplo) impe- Fic. 458 un alambre en que girará el conjunto del aparato. Podeis poner cuatro tubos trans- versarles en lugar de dos, y doblando lige- ramente sus extremidades, como lo indica el dibujo, suprimireis los apéndices. Colgad el aparato, así modificado, sobre la mesa, despues de haber apagado la lámpara; vertid ron caliente en la salserilla formada por el tapón; encended, al salir, los chorritos de líquido que saldrán en torbellino luminoso y caerán en forma de lluvia de fuego sobre el plum-pudding 6 la tortilla de huevo que se habrá colocado debajo, y vereis el efecto que causa en vuestros convidados esta piro- tecnia de nuevo género! * * LAS FIGURAS MAGICAS Dibujad en un cuadradito de papel blanco común, ó de papel de cartas, una figura geo- métrica cualquiera: cuadrado, rectángulo, triángulo, polígono, etc., usando para tra- gua. Poned á flotar sobre el agua de una cu- zarla, un lápiz mojado en a beta vuestro papel, con el dibujo para arri- ¡dirán que el líquido salga de entre las líneas | ¡ trazadas. Tomad, ahora, un alfiler y colocando la punta en un lugar cualquiera del triángulo, ¡de manera que esta punta penetre en el agua, pero sin que toque el papel, y vereis ¡que el papel se pone en movimiento en cier- ¡ta dirección, hasta que el centro geométrico del triángulo venga dá colocarse exactamen- ¡te debajo de la punta de vuestra alfiler. Os es facil determinar de antemano el | | ¡punto A, centro de figura del triángulo, y ¡comprobar que el papel caminará en el sen- tido de la flecha hasta que A venga á colo- carse debajo de la punta del alfiler. El pa- pel se detiene por sí mismo en ese momento. Repetid la experiencia con un cuadrado ó un rectángulo y comprobareis que el punto que se encuentra debajo de la punta es, exactamente, el punto de intersección de ¡las dos diagonales. Si habeis dibujado en vuestro papel el contorno de la carta de Francia, teniendo cuidado de mojar vuestro lápiz, y haceis flotar este papel, cubriendo de agua la superficie de la carta, vereis, co- locando el alfiler en un punto cualquiera, que la carta se pondrá en movimiento hasta que cierto punto venga á ponerse debajo del alfiler. Marcad este punto y comprobareis que corresponde en la carta á la ciudad de Bourges. He aquí una curiosa manera de de- mostrar que la ciudad de Bourges está en el centro de Francia. Tom Trr. pe Is 2 USAN (ODIXTAL HA OU VLSI-OYIVHO HT OMILAVO OI9TVNVN'IVIL 40d SVNIAY SOWS0D TIA VIAVADOTODOLO Y “LON 'ZAMYA y HL ISO eL] VNIMy7] ] OwOJ, £SOWSO 0% REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS RT TERRA IAO NAAAT DrrEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo 1 Tacumaya, D. F., 1% pe Serriembre DE 1892 Núm. 17 RUINAS DE TLALMANALCO Tlalmanaleo, pueblo cabecera de munici- palidad, del partido de Chalco en el Esta- do de México, esta situado á la falda de la Sierra Nevada, á dos leguas al E. de Chal- co; antiguamente era cabecera de alcaldía mayor y contaba un buen convento de reli- giosos franciscanos y un hospital de bethle- mitas, fundado por el Lic. D. MicueL bEL MoraL. El temperamento es frio, cl terreno feraz, el aspecto hermoso; los habitantes se ocupan en la agricultura. De las ruinas que dan motivo á este artícu- lo y la estampa representa, (Lám. 17* !) no he encontrado noticia alguna, no obstan- te haberme dirigido á personas inteligentes. Importantes como lo son, su memoria se había perdido; eran tal vez conocidas de al- gunos curiosos, pero en manera alguna del público. Quien primero llamó la atención acerca de ellas, fué el distinguido joven M. Ju- LIO LAverrIERE, miembro de una de las co- misiones encargadas de explorar el Valle de México: en su muy importante trabajo acer- ca del Popocatepetl, se encuentran los pá- rrafos siguientes: «Á legua y media de Chalco se presenta una costa que pasa cerca de la hermosa fá- brica de Miraflores, establecimiento de hi- 1 El Renacimiento publicó como ilustración de este artículo una estampa litográfica, y en su lugar reproducimos nosotros una magnífica negativa he- cha en 1889 por el hábil fotógrafo Sr. José Ma. PÉ- REz; estando en vidrio esta negativa y deseando que perdiera lo menos posible en la impresión, nuestra lámina ha quedado invertida; ésto es, que lo que aparece á la derecha, está en el original sá la iz- quierda y vice=versa, lados de algodón, perteneciente á los Sres. Martínez DeL Rio, en cuya consolidación se han empleado grandes caudales, inteligen- cia y perseverancia, y que ocupa varios cen- tenares de operarios indígenas, entre quie- nes hay muchos que han adquirido mucha ha- bilidad. Á mayor elevación, semejante á una ciudad fortificada, se ve Tlalmanalco con su ¡iglesia moderna muy insignificante y flanquea- da por ruinas muy notables. Estas son los restos de un convento de franciscanos, cuya construcción principió después de la con- quista. Por razones que no he podido ave- riguar, este monumento no se elevó más que al alto de los primeros arcos, y así se quedó, lo cual es de deplorarse por el arte arquitectónico; pues puede juzgarse de lo que hubiera sido el monumento, por lo po- co que de él se ve. «Figúrese unos tres arcos de bóveda co- mo de ocho metros de altura, separados uno de otro por macizos cubiertos de multitud de arabescos, de figurines y de follaje en re- lieve. La cantería, de un hermoso color obs- curo, parece haber sido amoldada en moldes hechos á voluntad y retocada después con cincel, según la mucha limpieza que se ad- vierte en los contornos, sin que se note nin- gún recargo de mal gusto. Los adornos es- tán distribuidos con aquella ciencia parti- cular propia del renacimiento, que no sacri- ficaba las líneas mayores á favor de los por- menores, y que no obstante daba, por decir- lo así, un valor especial á cada piedra. Los arcos no tienen esa forma aplastada, ni esas proporciones desagraciadas que á menudo se notan en los pórticos de los conventos en México. Haállanse de una figura larga y están rodeados de cordones salientes de una ele- gante cinceladura. ; 258 COSMOS «Lamento el no poder dar una descripción más exacta de esta muestra preciosa de ar- quitectura americana. Mi deseo hubiera sido poder sacar un dibujo de ella; pero entre nos- otros ninguno se halló capaz de reproducir correctamente unas bellezas tan grandes, re- presentando la fantasía morisca, grabada en las magestuosas proporciones del arte del re- nacimiento. Si lo poco que digo de ésto, in- vitare á los artistas á visitarlo, mi objeto se habrá llenado. Por lo que hace al templo, no es más que un montón de piedras embadur- nadas de amarillo, que al lado de aquellas ruinas tan brillantes, no obstante las injurias de siglos, hacía una figura muy lastimosa por el color rechinante del blanqueado de cal que nos deslumbraba con su reflejo de tal ma- nera, que nos quitó el deseo de visitarla.» Antes de pasar adelante es preciso adver- tir que el original de la relación del Sr. La- VERRIERE está escrito en francés, una traduc- ción de la cual, que no me parece muy cuidada, se publicó en el Boletín de la So- ciedad de Geografía y Estadística, de donde he copiado los párralos antecedentes. Con- tinuemos. Por desgracia lo que acaba de leerse es lo único que encuentro acerca de las ruinas, habiendo registrado en balde los libros que pudieran contener algunas noticias relativas; por otra parte, yo no he tenido la oportu- nidad. de visitar á Tlalmanalco, no conozco de vista inmediata el monumento, y lo que diga está únicamente fundado en lo que pre- senta á los ojos la estampa que se publica y en los informes que el Sr. LaverrierE tuvo la bondad de proporcionarme. Lo que existe de las ruinas no suministra suficiente luz para juzgar del objeto que iba á tener el edificio; podría apropiarse á un templo, pudiera también pertenecer á un pa- tio como el que se encuentra siempre en los claustros de los religiosos: esto segundo pa- rece lo más verosímil, atendida la portada que al frente se presenta. Si se considera con atención, se descubre de luego á luego que el edificio no pasó de la altura que ahora presenta; lo prueba, que en toda su exten- sión el muro sigue una misma línea hori- zontal; que hay colocadas el mismo número de hiladas de sillares, y que las caras supe- riores de las piedras no llevan señal alguna de la argamasa, ni rastro de haber perdido su Jabor: si el tiempo ú otra causa hubiera derribado la construcción, indicios queda- rían, y la línea superior no guardaría su re- gularidad. Lo verdaderamente exquisito de esta mues- tra arquitectónica, es el estilo. Los haces de columnillas, la disposición de las labores, traen una reminiscencia del arte morisco, y no sé qué del gótico; el pensamiento de ne- cesidad era español y venía acompañado de los recuerdos de la Alhambra de Granada y de la Catedral de Burgos. La parte orna- mental lleva el carácter del gusto mexicano, rico, complicado, caprichoso, fantástico, me- dio simbólico. El arquitecto, pues, venía del antiguo mundo; del nuevo, eran los obreros que ejecutaban, y la obra sacaba el sello de la mezcla de ambas civilizaciones. Única muestra de su especie; pues nada se le parece de lo que aún subsiste del siglo XVI entre nosotros. Los templos construidos en esa época tie- nen el doble aspecto de casa de oración y de fortalezas. Paredes fuertes, reforzadas por gruesos estribos, sobre la bóveda un parapeto con almenas para servir á los ba- llesteros, y garitones con troneras para los gi arcabuceros; la torre, completamente sepa- rada como en Tlaxcala, ó en ángulo como en Tepeaca, en Tula y otros, con la entrada interior haciendo oficio de caballero alto; el atrio delante con parapeto, almenas y aun fortines encubiertos, bajo el título de capi- llas; en el interior, los'muros desnudos, se- vero el aspecto de la construcción. En los claustros que ¡unto á los templos se ponían, los arcos son pequeños, los tránsitos angos- tos y sombríos, las piezas chicas; pero todo fuerte, macizo, sin adornos de ninguna cla- se: parecian parte de un castillo habitado, como era verdad, por ascéticos castellanos. Nada de ésto se mira en los restos de Tlal- manalco; en ellos hay gusto, elegancia, va- lentía; el arquitecto no tenía las aprensio- nes de un levantamiento de los naturales, y en amor del arte dejaba libre su ingenio pa- ra producir una obra primorosa. Si el cari- ño por las cosas de mi país no me ciega, creo que nuestros artistas deberían estudiar es- COSMOS ; 259 tas ruinas. Es un error, es un grave error decir que la antigua civilización azteca no ha dejado para nuestros días cosa notable, digna de la atención de la ciencia. Consúl- tense los dibujos que poseemos de las rui- nas esparcidas en Yucatán, de las del Pa- lenque, de Mitla, de los otros monumentos mexicanos, y digase con inparcialidad si no son obras sorprendentes: chocan al 1gno- rante las fantásticas figuras simbólicas, y desdeña lo demás sin tener en cuenta la no- vedad y la hermosura que en el resto de la ornamentación se encuentra. A nuestra Áca- demia Nacional de San Carlos, toca la tarea de hacer ese estudio. Asi tal vez obtendre- mos en arquitectura un estilo nuevo, her- moso, que podamos decir pertenece ú4 Mé- xICO. ManueL Orozco y Brrra. (El Renacimiento, t. 1, 1869, pp. 65-66.) o LA CIVILIZACIÓN DE MÉXICO Y EL PERU ANTES DE LA CONQUISTA La condición social de América en la épo- ca de su descubrimiento, demues- El progreso del E Ñ tra que ideas y usos semejantes hombre en el Nuevo Mundo es el mismo que en el Viejo. aparecen espontáneamente en los progresos que hace la civilización en diferentes países, y prueba cuán poco dependen esos usos y esas ideas de los ac- cidentes y cuán estrechamente ligados están con la organización, y por consecuencia, con las necesidades del hombre. Es tan no- table el paralelo entre los aborígenes ame- ricanos y los europeos que, si descendemos de las ideas superiores á los más insignifi- cantes detalles de la vida doméstica, pres- cindimos con dificultad de la creencia de que Jhubo alguna vez comunicación entre ambas regiones; sin embargo, en cada una se verificó un progreso aislado y espontáneo, y aún lo que constituye en sí el cuadro de la vida en el Nuevo Mundo corresponde al del Viejo Continente. El monarca de Méxi- México, su siste- CO Vivía en medio de una pompa! mapolítico. bárbara, llevaba en las sienes una corona de oro resplandeciente por la pe- drería; miento prestábanle ayuda en el cumpli- de sus deberes un consejo privado; ' y los grandes señores cuidaban de sus do- minios en virtud de la obligación del servi- cio militar. En él residía el poder legisla- tivo, por más que estuviese sujeto á las leyes del reino. Eran independientes de él las oficinas de los jueces y carecia de poder pa- ra removerlos. Las leyes estaban reducidas á lo escrito que, aún cuando se limitaba al sistema de jeroglíficos, llenaban tan bien su objeto que los españoles se vieron obligados á admitirlas como válidas en sus juicios y á fundar un colegio para perpetuar el conoci- miento de ellas. El matrimonio era considerado como un importante compromiso social; el divorcio se conseguía con dificultad; la esclavitud se aceptaba tratándose de prisioneros de gue- rra, de deudores 6 de criminales; pero en México ningún hombre nacía esclavo. No se permitía la distinción de castas. Las órde- nes del Gobierno y la correspondencia pú- blica se trasmitían por medio de un bien or- ganizado sistema postal de correos capaces de caminar doscientas millas en un día. La profesión de las armas era la vocación re- conocida de la nobleza; sosteníanse á los establecimientos militares, ya estuvieran en activo servicio en el campo, ya de guarni- ción en las grandes ciudades, por medio de contribuciones impuestas á los productos y á las manufacturas. Los ejércitos estaban divididos en cuerpos de diez mil hombres y los cuerpos en regimientos de cuatrocientos. Usabanse estandartes y banderas, las tropas ejecutaban sus movimientos al son de músi- cas militares, y estaban provistas de hos- pitales, cirujanos de ejército y cuerpo mé- dico. En los colmenares humanos de Asia, Europa y América, estaban arregladas las abejas de una misma manera é, instintiva- mente, fabricaban sus panales de un modo idéntico. El estado religioso refleja el de Europa y el de Asia. El culto estaba cons= Religión, clerecía y ceremonías, tituido por imponentes ceremo-= nias; el pueblo bajo tenía una mitología de muchos dioses, pero las clases elevadas eran estrictamente unitarias, puesto que acepta- ban á un Creador invisible y omnipotente. De las deidades populares, era la principal el dios de la guerra: nació de una virgen y 260 COSMOS fué concebido misteriosamente con un globo formado de plumas brillantes que flotaba en el aire; los sacerdotes le administraban el bautismo á los niños con objeto de borrar sus pecados, y les enseñaban que había re- compensas y castigos en una vida futura, un paraíso para los buenos y un infierno obscuro para los malvados. La jerarquía descendía por grados precisos del primer sacerdote que en autoridad era casi igual al soberano, hasta el más humilde de los sirvientes ecle- siásticos. Les era permitido a los sacerdotes el matrimonio; tenían instituciones monas- ticas y los que en ellas estaban, rezaban tres veces en el día y una en la noche; celebra- ban abluciones y vigilias y se flagelaban ó se picaban con espinas de maguey. Obliga- S ban al pueblo á la confesión auricular y, ad- vertido de las penas, le daban la absolución. Su sistema eclesiástico alcanzó una fuerza á que nunca llegó en Europa, puesto que la absolución dada por el sacerdote en ma- teria de ofensas civiles era una sentencia absolutoria á los ojos de la ley. Era doctri- na aceptada que los hombres no pecaban por su propia espontánea voluntad sino por- que á ello los impelían las influencias pla- netarias. Con cuidadoso celo los sacerdotes absorbían la enseñanza pública para con- servar así bajo su dominio a la sociedad. Escribían en lienzos de algodón, en piel 6 en papel extraido del maguey. En la época y Jl o) de la conquista existían grandes 8 colecciones de este género de lite- Condición litera- ria. ratura; pero el primer arzobispo de México quemó, según se afirma, una montaña de estos manuscritos en la plaza del mercado, creyendo que esos rollos eran obra del dia- blo. Casi en la misma época y bajo circuns- tancias semejantes, el cardenal Jimenez que- mó en Granada un gran número de manus- eritos árabes. En cuanto al calendario, la situación de la Astronomía en México, era tan División del tiem- ; po, Semana, Alustrada como la de Egipto. El mee” año constaba de diez y ocho me- ses, y el mes de veinte días; para completar los trecientos sesenta y cinco, añadían al último cinco días complementarios; el mes tenía cuatro semanas y cada una de éstas, cinco días; el último, en lugar de dedicarse á fines religiosos, era el día del mercado. Suplían las seis horas adicionales del año agregando doce días y medio cada cincuenta y dos años. En la época de la conquista el calendario mexicano era superior al español. Como en otras naciones, los sacerdotes. te= nían una división lunar del tiempo para el arreglo de sus fiestas religiosas; el día cons- taba de diez y seis horas y principiaba al salir el Sol; usaban relojes solares para de- terminar la hora é instrumentos para los solsticios y para los equinoccios. Conocían la forma esferoidal de la Tierra y la oblicui- dad de la Eclíptica; la conclusión del año quincuagésimo segundo era celebrada con grandes ceremonias religiosas, se apagaban todos los fuegos y los nuevos se encendían frotando maderos. Su agricultura era supe- S rior á la de Europa; nada había Vida privada, ar- en el Viejo Continente compara- tes mecánicas, ble á las casas de fieras y á los parade jardines botánicos de Huaxtepec, Chapulte- pec, Ixtapalapam y Tetzcoco. Ejecutaban con rara habilidad las obras mecánicas más delicadas, como las de joyería y esmalte. Del maguey obtenían alfileres, agujas, hilo, cuerdas, papel, alimento y una bebida em- briagante. Fabricaban utensilios de barro, sabían barnizar la madera y emplear la co- chinilla para producir el color rojo; eran habilísimos tejedores de telas finas y se dis- tinguían en los trabajos de pluma: sus bri- llantes colibríes suministraban el material necesario para ese efecto. En Metalurgia estaban más atrasados que en el Antiguo Continente puesto que no conocían el uso del hierro; pero como lo había hecho antes el mismo Antiguo Continente, empleaban el bronce en su lugar. No les era desconó- grandes masas de rocas: la enorme piedra de su calendario cida la manera de mover las era de pórfido, pesaba más de cincuenta to- neladas y había sido traída desde una dis- tancia de muchas millas. Las transacciones comerciales no se verificaban en estableci- mientos, sino en mercados ó ferias que te- nían lugar cada cinco días. Empleaban como moneda, polvo de oro, piezas de estaño y sacos de cacao. En cuanto á la vida domés-= tica, era permitida la poligamia, pero la acostambraban generalmente los ricos. Las COSMOS 261 mujeres no trabajaban fuera del hogar, sino que se ocupaban en bordar, coser y hacer trabajos de pluma y de música. Las ablu- ciones se hacían antes y después de las co- midas; los perfumes se usaban en el tocador. Los mexicanos le hicieron conocer á Europa el tabaco, el rapé, el pavo, el chocolate y la cochinilla. Como nosotros acostumbraban en sus lestines platos sólidos, con apropiados Lujo delas clases CONdimentos, jugos, salsas y pos- o tres constituidos por pasteles, con- fituras y frutas frescas ó conservadas. Usa- ban braserillos de oro y plata. Como noso- tros conocían el uso de bebidas embriagantes; como nosotros no dejaban de tomarlas [re- cuentemente con exceso, y, finalmente, co- mo nosotros, celebraban sus festividades con bailes y músicas. Tenían espectáculos tea- trales y pantomímicos; en Tetzcoco había un concejo musical que extendía sus facul- tades hasta ejercer la censura en materias científicas como la Astronomía y la Historia; en esa ciudad norte-americana la civilización llegó á su cúspide; el palacio real era una obra de arte maravillosa; dícese que para su construcción se emplearon 200,000 hom- bres. El harem estaba adornado con mag- nificas tapicerías de plumajes, en cl jardín había fuentes, cascadas, baños, estatuas, mo- numentos de alabastro, bosques de cedros, selvas y una gran variedad de flores. En un lugar visible de la ciudad se elevaba un templo cuya cúpula era de marmol negro pulido y cuyas paredes se hallaban cubiertas de estrellas de oro, á imitación de las del cielo. Estaba dedicado al Dios Omnipotente Allí no se ofrecían sacrificios, El senti- miento religioso y predominante está expre- é invisible. sino flores perfumadas y resinas. sado en los sentimientos de uno Su monoteismo y sw sentimien- de los reyes, sentimiento que, por tos filosóficos. otra parte, ya había sido en- salzado, por uno de ellos, en expresiones poéticas. «Aspiremos al cielo, dice, donde todo es eterno y a donde no llega nunca la corrupción». Le enseñó á su hijo que no confiara en los ídolos, sino que les tributa- ra únicamente una adoración exterior por respeto á la opinión pública. A la pintura anterior de la condición so- cial de México, añadiré una breve noticia se- mejante de la del Perú, pues las conclusio- nes que se deduzcan del paralelo a nocido para Mé- xico, entre el proceso espontáneo de ci- vilización de estos dos paises y el de Europa, son de gran importancia si se quiere tener sun juicio exacto del des- arrollo del género humano. Los autores más competentes declaran que los mexicanos y los peruanos ignoraban sus existencias res- pectivas. La posición del Perú, es importante des- de un punto de vista especial. Presenta ana- logías con el Alto Egipto, esa CU= su pecultarida: na dela civilización del Viejo Mun- e errites: do, en este sentido: sus costas arenosas son regiones en que no llueve. Esta costa are- nosa tiene casi sesenta millas de extensión y está limitada al E. por una gran cordille- ra cuya altura disminuye á medida que' se aproxima al istmo de Panamá; la longitud del Imperio peruano era casi de 2,400 millas, y se extendía desde el N. del Ecuador hasta lo que se conoce hoy con el nombre de Chile. La latitud variaba según los diversos puntos; el viento del E. procediendo del Atlántico, viene cargado de humedad y al subir, debi- do á la elevación del continente sud-ameri- cano, y muy especialmente á la de la cordi- llera de los Andes, tiene que dejar la mayor parte de su hume edad, la cual desciende al Atlántico en esos prodigiosos rios que hacen de la región oriental de los Andes, la más regada del mundo; pero tan pronto como el viento cruza por sobre la COXdI= > vn pars siniuvía llera y baja por la vertiente occi=. sel dental se transforma en un viento seco; si humedad y por lo tanto las comarcas que corresponden al Pacífico tienen corrientes muy insignificantes. ¿sta disposición de la cordillera puede parecer imade= su distema de cuada para el éxito de MAC tura; pero el estado de la civilización perua- na queda demostrado cuando se diga que estas vertientes se tornaron en jardines, que donde quiera que fueron necesarios se cons- truyeron inmensos terrados y que la irriga- ción se verificaba en una escala mayor que la de Egipto, por medio de acueductos y ca= nales gigantescos. Se aprovechaban las ven tajas de las diferentes temperaturas medias en las distintas alturas para conseguir el 262 COSMOS cultivo de diferentes productos, pues la di- ferencia de altura corresponde topografica- mente á la diferencia de latitud geográfica, y así en un espacio estrecho tenían los pe- ruanos todas las variedades de temperatura, desde la que poseen las porciones más cá- lidas de la Europa Meridional hasta las de la Laponia.” En las montañas del Perú, como ya se dijo gráficamente, el hombre ve «todas las estrellas del cielo y todas las familias de plantas». En las mesas á gran elevación so- bre el nivel del mar había aldeas y aun ciudades. La planicie en que se levanta Quito, arriba del Ecuador, está á la altura de diez mil piés casi; tan industriosos eran los pe- ruanos que tenían huertas y jardines arriba de las nubes y conservaban grandes rebaños de llamas en lugares cercanos al límite de las nieves perpetuas. Cruzaban la longitud entera del Imperio dos grandes caminos militares: uno en la Susgrandes cami Altiplanicie y otro en la ribera. nos militares, construcción de éstos. El primero, de unas dos mil mi- llas poco más ó menos, atravesa= ba sierras cubiertas de nieve y barrancas 6 penetraba á través de túneles perforados en la roca. Mediante escaleras ascendía los pre- cipicios más escarpados; donde fué posible, los huecos de las montañas se habían relle- nado con obras de mamposteria para que el camino siguiese, y donde ésto no había podido hacerse acostumbrábanse puentes col- gantes cuyos cables estaban fabricados según S guey. Dicese también que algunos de estos cables tenían el grueso de un hombre y doscientos piés de largo; donde no podían tenderse se dice, con mimbres ó fibras de ma tales puentes y había una corriente en el fondo de algún valle montañoso, se electua- ba el paso en barcas ó almadías. En cuanto al camino mismo, tenía veinte piés de an- chura, estaba cubierto con losas embetuna- das y de trecho en trecho veíanse mojone- ras. Tratándose de estas construcciones es- pléndidas nuestra admiración aumenta al recordar que se hicieron sin el auxilio del hierro y de la pólvora. Las orillas del ca- mino estaban embanquetadas, cercadas y con arboledas; donde las circunstancias lo exi- glían se usaban postes; los correos estaban establecidos en cada cinco millas. Los co- rreos públicos podían caminar, ee IO: como en México, si era necesario hasta doscientas millas en un día. Hablando de estos caminos, dice HumboLDT que son los más estupendos y los más maravillosos que ha construido la mano del hombre; no es necesario decirle al lector que no triunfó tanto en España la habilidad; dadas las cir- eunstancias de que no tenían animales do- mésticos, como el caballo ó el dromedario, la amplitud de estos caminos era suficiente puesto que solo transitaban individuos á pié. Jomy W., Drarrr. (Continuará.) NDA EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 CUARTA SERIE NUDOS Y TRENZAS Nudo de muñeca Este nudo difiere del nudo de botero, propia- mente dicho, en que la cuerda abraza con tres vuel- tas la muñeca (poupée) del bote. Fic. 461 lo Hágase una hebilla que abrace la muñeca po- niendo el extremo libre encima del cabo largo, Fig. 460. Fic. 462 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 246. 29 Enróllese db una segunda vez para obtener una nueva vuelta, Fig. 461. Llévese en seguida debajo del cabo largo. Jo Hágase con b una hebilla, con el extremo li- bre debajo, y lácese la muñeca con esta hebilla; apriétese, estirando el cabo hb; Fig. 462. Nudo de amarre El nudo de amarre se compone de dos hebillas reforzadas por dos repliegues del cabo libre, que se llaman semi-trabales. Fic. 463 Voltévse h al rededor de a, para obtener el pri- mer semi-trabal, Fig. 465. > > NV IN EAS QA RUSS as Fic. 464 20 Fórmese un segundo semi-trabal llevando de nuevo bal rededor de a. 30 Unanse a y bh por medio de una cuerdita e llamada rebenque, Fig. 461. El nudo de amarre sirve, como el precedente, para sujetar un bote en la ribera 6 para fijar sóli- damente un cordaje en una estaca. Nudo de áncora Es un verdadero nudo de amarre hecho en la argolla de una áncora. Fic. 465 COSMOS | 263 lo Dénse dos vueltas de cable en el anillo, Figo 465. 20 Pásese 5 en la doble hebilla asi formada de modo que se haga una especie de semi-trabal. 30 Fórmese el segundo semi-trabal, como para el nudo de amarre. Fic. 466 do Sujétense los dos cabos por medio de un cor- delito de rebenque, Fig. 466. Nudo de andamio Este nudo sirve para unir piezas de madera con cuerdas para obtener un armazón ó para cons- truir puentes volantes. 19 Colóquense en cruz las piezas de madera y lácense por medio de una media vuelta de la cuer- da, la cual ha sido replegada sobre si misa. Fic. 467 2» Introdúzcase en seguida el cabo bh en la he- billa, y estirense fuertemente a y b, Fig. 467, > ) 2» SS SN ES a TESSS RS “> Fic. 468 3v Rodeense de nuevo las vigas con una vuelta del cabo a; lévese Db para delante, y amárrense 264 _—— las puntas libres por medio de un nudo derecho, con presilla ó sin ella, Fig. 468. En la industria constructora, en general, se em- plean frecuentemente los andamios. Se constru- yen éstos amarrando las vigas en los travesaños sostenidos por montantes variables en fuerza y altura. Ajuste El ajuste sirve para empalmar una cuerda con hilos. otra, entrelazando los Fic. 469 10 Destuérzanse las cuerdas y pónganse como en la figura 469, reteniéndolas, si es necesario, con un hilo. Fic. 470 2o Levántese con el pasador (especie de pun- ta de hierro) una hebra a de una de las cuerdas y pásese por ahi la hebra correspondiente bh de la otra, Fig. 470. 30 Hágase lo mismo con las otras hebras, Fig. 471. so MR Fic. 471 4o Repitase la operación con las hebras de la cuerda opuesta que han quedado libres. Se tiene asi el ajuste sencillo ó corto, Fig. 472. Fic. 472 El ajuste largo se obtiene entrelazando por se- gunda y hasta por tercera vez las hebras, como se ha dicho más arriba. Con el ajuste se puede también formar una he- billa en la extremidad de una cuerda. Este nudo se emplea para enlazar las cuerdas de las cabrias, garruchas y otras máquinas del COSMOS mismo género. El ajuste presta igualmente gran- des servicios en la confección de los aparatos de gimnástica y de salvamento. Bonete turco Es el más dificil de todos los nudos y el que exi- ge más tiempo. Se ha llamado asi á causa de su semejanza con el peinado de los orientales. Fic. 473 lo Colóquense las dos cuerdas en cruz, atrave- sando el cable de parte á parte, Fig. 473. Fic. 474 20 Póngase a debajo de b; b debajo de d, Fig. 474, € introdúzcase en seguida d debajo de la he- billa formada por a, Fig. 475. Fic. 477 Fic. 475 Fic. 476 3o Llévese entonces a detrás de d; luego todos los otros cabos, Fig. 476, hasta el último d, que se pasa en la gaza formada por a, Fig. 477. 40 Todos los cabos se vuelven hacia abajo. Se les desliza de izquierda á derecha, bajo la hebilla formada por el cabo siguiente. Cuando todas las cuerdas han sido empleadas, las hebillas inferio- res son dobles, Fig. 478. 59 Ahora se voltean los cabos hacia arriba. Se COSMOS les vuelve á pasar de izquierda á derecha, bajo las hebillas ya formadas, para doblarlas también Fig. 479. E Fic. 478 Fic. 479 Fic. 480 60 He aquí ahora los cabos vueltos otra vez abajo. Se vuelven á pasar debajo de las hebillas ya hechas, para hacerlas triples. Y así sucesiva- mente, Fig. 480. Sólo queda cortar las puntas libres. El bonete de turco se emplea en la confección de escalas de cuerda. Sirve para cubrir y conso- Jidar los ajustes que forman hebillas, y, en gene- ral, á todos los nudos de enlace. BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. (Continuara.) q_ AAA: ¿EN DÓNDE COMENZÓ LA VIDA?» VII He dado, pues, una idea de la causa in- mediata—el probable poder motor—de esta variada, complexa y vasta naturaleza y emi- gración de vida. Hemos podido contemplar á la distancia y discutir los resultados de este poder llegando á una descripción par- cial de los métodos que se han manifestado en la conducción de la vida y en los traba- jos de eliminación, descubriendo por qué medios la vida apareció, se desarrolló, se dis- persó y se distribuyó; siguiendo los sende- gran- des zonas ó anillos que rodearon á la Tierra ros y examinando los efectos de las y los cuales han estado situados desde los polos hasta el ecuador, uno después de otro y edad tras de edad, á través de perio- dos tan extensos, tan incomprensibles que aún las épocas de que se componen nos pa- recen casi grandes eternidades. Coloquémo- nos más cerca, y observemos y definamos con mayor solidez esta fuerza maravillosa 1 Concluye. Véase Cosmos pp. 173, 189, 197,236 y 252. que si es excesiva apaga la vida, si deficien- te la destruye y que si no existe la hace im- posible. El calor es la causa próxima de toda ac- tividad; con él la vida surge y se difunde, y su desaparición, que es lo que llamamos «frío» es la muerte. El frío inmoviliza las móleculas de todas las substancias conocidas; la vida no puede invadir sus dominios, y así como el frio dispersa á las plantas y á los giones polares, de la mis- ma manera establece barreras que impiden su vuelta. Cada elevada montaña tiene una línea frígida, arriba de la cual nada subsis- te. La Tierra se va enfriando á medida que animales de las re transcurren los tiempos; el astro más cer- cano á nosotros, la Luna, se halla en la ac- tualidad frio y sin vida, aun cuando reciba una gran proporción de calor solar. Es que cierto grado ó ciertos grados de calor no constituyen solamente el poder motor de to-= da la vida; pero ¿no parece probable que el descenso constante de temperatura en la Tierra, la pérdida, tambien constante de ca- lor durante su existencia histórica unido a los efectos concurrentes haya sido directa ó indirectamente el grande y omnipotente Cx- extinguidas? El calor y el frio son, por supuesto, tér- terminador de las especies minos comparativos; pero no obstante, co- mo quiera que todo el globo estuvo en una época demasiado caliente, y algunas porcio- nes están ahora demasiado frias para que la vida pueda existir, dedúcese en conclusión, que hay un límite definido de temperatura, un número fijo de grados de calor que cons- tituyen la gama de la vida. Ningún orga- nismo puede subsistir por un solo instante arriba ni abajo de él; las numerosas subdi- visiones en la escala de la existencia, origi- nan y definen las conclusiones más favora= bles para el desarrollo de las diversas espe- cies y variedades de plantas y animales; pe- ro una parte de estas subdivisiones, á saber: las más elevadas líneas de calor de este gé- nero de vida han pasado de la Tierra para siempre 6, mejor dicho, la Tierra ha pasado á través de ellas, destruyendo de tiempo en tiempo esas especies extinguidas que esta- ban formadas sólo para los climas más ca- lientes, en tanto que las subdivisiones más (rias, las líneas más bajas de calor en esta gama de la vida, son las que nosotros atra- vesamos, y las que constituyen ahora, como orandes 3 zonas de temperatura—las líneas insotermas en un tiempo sus predecesoras, las que circuyen el globo y que se mueven len- tamente de los polos al ecuador, conducien- do, desarrollando y levantando con ellas, en la escala de los seres, sus formas peculiares de vida. La accidentada costra de la Tierra nos re- vela los comienzos de la vida, y nuestra pro- pia época nos da múltiples indicios de su final. Las rocas laurencianas asistieron al nacimiento del primer sér, y hoy la línea mortifera que rodea los polos, donde la vi- da comenzó, guarda con sus inaccesibles y blancas pirámides de hielo, el cementerio de las edades que fueron. La última vida so- bre la Tierra será tan remota en el miste- rioso futuro como lo fué en el sombrío pa- sado; pero según todo lo indica, es en las regiones polares donde tenemos el comienzo de nuestro fin. Asi, las zonas árticas que fueron las pri- arado S de calor impropio para la vida, se tornaron meras en enfriarse y en alcanzar un después en fertiles, produjeron la vida y dispersaron á su progenie sobre la Tierra. De igual manera y merced al orden univer- sal de las cosas, fué la primera que llegó á la madurez, la primera que pasó por todas las subdivisiones de los climas para la vida, por el grado más inferior para esa misma vida y, finalmente, ellas fueron las prime= ras á que hirieron la esterilidad, la vejez, la degeneración y la muerte. Hoy, helada y sin vida, envuelta en su mortaja de nieve, la que fué en un tiempo madre de cuanto existe, yace en el frio recinto de un eterno sepulcro de hielo. APENDICLE En las investigaciones científicas es permitido in- ventar hipótesis, y si explican varias clases, am- plias é independientes, de hechos, se eleva á la ca- tegoría de teoría bien cimentada.—CárLos Darwin. —Animals and plants under domestication, vol. 1. p. 9. El globo, cuando su área continental llegó 4 ser en la parte principal erra firme, puede haber teni- COSMOS do, ¡or esta razón, otras grandes áreas no solidi- ficadas.—DAna's, Manual of Geology. La tendencia que vemos en las razas humanas para recorrer y ocupar cada una tierras de otros, lo mismo que las habitadas por seres inferiores, es una tendencia que presentan todas las clases de or- ganismos, en todas las variedades de medios.—HEr- BERT Spencer. —Principles of Biology, t. VII, p. 315. Cualquiera alteración en la temperatura de un eli- ma 6 su grado de humedad es poco probable que afecte simultáneamente el ¿rca entera ocupada por una especie; y, más aún, puede apenas dejar de suce= der que la adición 6 la sustracción de calor ó de humedad dé á una parte de alguna ¿rea adyacente un clima semejante á aquel 4 que han estado habi- tuadas las especies. —HERBERT Srencer.—Principles of Biology, t. 1, p. 428. Desde que sabemos que en los demás periodos, la vida estuyo presente donde estuvieron presentes las condiciones que se requerían para su desarrollo, no esirracional investigar las primeras trazas dela vida en esta formación (el laurenciano inferior) en la cual encontramos por primera vez la realización de esos arreglos que hacen posible la vida en formas ta= [les como las que se encuentran en nuestro planeta. —Dr. J. W. Dawsox.—Reliring address as Prest- dent of the American Asocialion for the advancement of science, 1883. Como muchos animales dependen de la vege- tación, los cambios de ésta afectan inmediatamente su distribución.—ALrreD RusseL WarnLace.—Distri- 00 bution of animals, 1. 1, p. 33. Creo que hay pocos queal reflexionar sobre cl asun- to, no se inclinen á admitir que si en lo referente á los grandes cambios fisicos que se verifican en la superficie del globo 6 en lo que se relaciona con el crecimiento y la distribución de las vidas vegetal y animal, los agentes elimatéricos comunes son los verdaderos agentes de esa Obra y que comparados con ellos todos los demás parccen insignificantes.— CroLL's, Climate and Time. Hasta en las zonas ¿rticas hubo en las grandes selvas del periodo mioceno, robles, ¿lamos, noga-= les, magnolias, abedules y otros. —James D. Dana, Ll. D.—The Geological Story briefly told, p 200. En la misma época (periodo mioceno) 6 tal vez en otro más anterior se extendió un clima templado en las regiones árticas y se produjo una magnifica vegetación de arbustos y árboles de los cuales al- gunos siempre estuvieron verdes, y que florecieron ádoce grados del polo.—ArLrreD RuseeLL WALLACE. —Distribution of animals, t. 1, p. 41. Los lechos de carbón del período carbonifero es- tín desarrollados muy extensamente en las regio- COSMOS 267 nes árticas. —James CroLL's, Climate and Time, p. 198. El rinoceronte peludo puede considerarse, por otra parte, como una forma del norte, desde cl mo- mento en que se le encuentra con abundancia en las regiones árticas de Siberia lo mismo que en las de Europa, sin que se le halle al S. de los Alpes y de los Pirincos.—W. Box Dawxiws, M. A., F. R. S.| ¡indígenas por efecto de la inundación, mor- F. G. S —Cave Hunting, p. 400. Que un clima de condición uniforme se extendió cerca del Polo N., está probado por el hecho de que hay en las regiones árticas vastas masas de ca- lizas carboniferas que tienen todos los caracteres de la caliza de las montañas de Inglaterra.—James CrozL's, Climate and Time, p. 297. Lo escrito en las páginas de la Tierra consiste en restos de animales y de plantas que, enla gran ma- yoría de los casos, vivieron y murieron en el mis- mo lugar donde los encontramos, ó cuando menos en su inmediata cercanía.—Th. HuxLeY.—Origín of species, p. 42. Dedúcese.... que el hombre al brotar de una re- gión madre, todavía indeterminada, pero que in- numerables “consideraciones indican que debió es- tar al N. irradió en distintas direcciones y que sus emigraciones fueron constantemente del N. al S.— M. le marquis G. de Sarorta. — Popular Science monthly Octubre, 1883, p. 753. G. HiLTON SCRIBNER. OGG NEUTRALIZACIÓN DELVENENO DE LA COBRA CAPEL El Dr. Angerro CaLmerTE acaba de pu- blicar en los Annales de l'Institut Pasteur una memoria muy interesante de la cual re- producimos para conocimiento de nuestros lectores, los principales detalles. Es de desearse que este trabajo sirva de punto de partida para las investigaciones de aquellos que desean ganar el premio pro- puesto por la Academia de Medicina de Pa- ris para el que llegue á instituir un método racional para neutralizar los efectos produ- cidos por la penetración en el organismo del veneno de los reptiles de nuestras co- marcas. No sería raro que el tratamiento preconizado por el Dr. CaLmerre pudiera experimentarse útilmente á este respecto. Hé aquí cuál es el resumen del trabajo del autor, Una ciudad de los alrededores de Bace- Lieu (Cochinchina) fué asaltada el año de 1891, en la época de las lluvias, por una banda de serpientes venenosas de la fami- lia de la Vaja tripudians ó cobra capel. Estos animales, rechazados hasta las casas de los dieron á cuarenta individuos, de los cuales cuatro murieron casi en seguida. Un ana- mita pudo capturar y encerrar dentro de un barril á diez y nueve de estas cobras, de las que sólo llegaron vivas catorce al laborato- rio de la circunscripción, donde algunas fueron sacrificadas inmediatamente á fin de que se les pudiese: extraer más facilmente las glándulas productoras del veneno. La naja tripudians es la serpiente más temible de todas las especies venenosas. En cuanto á su poder destructivo, supera en mucho á los erótalos y á los trigonocéfalos del Nuevo Mundo; en la India inglesa causa anualmente una mortalidad de veinte mil personas. En Cochinchina la temen mucho los ana- mitas, pero aun cuando sea bastante co- nocida, se oye hablar raramente, por lo me- nos en los alrededores de Saigón, de acci- dentes mortales ocasionados por sus morde- duras. La variedad más extendida en estos lugares lleva en la parte superior de la di- latación del cuello una impresión circular blanca, en forma de monóculo, en lugar de la forma en espejuelos que es más común en la India, sobre todo, en Ceylán. Los demás caracteres zoológicos son iguales para las dos variedades y no tienen nada que envi- diarse una á otra en punto a la intensidad de su veneno. , M. A. Gautier pudo estudiar, en Francia, la composición química de estos venenos y algunas de sus propiedades fisiológicas. Pre- paró en 1881 con veneno auténtico de naja y de trigonocéfalo, dos alcaloides nuevos, la najina y la elafina que presentaron las reac- ciones habituales de las ptomainas, pero que no constituían la parte más peligrosa de es- tos venenos: no hacen sucumbir á los ani- males, á lo más les dan una poca de sofoca= ción ó de atontamiento; algunas veces les producen somnolencia. La parte esencialmen- 268 COSMOS te activa del veneno es azoada, pero no alca- lóidica; más aun, la composición centesimal del veneno se aproxima singularmente á la de la parte incristalizable extractiva de las orinas normales. La naturaleza del principio activo de los venenos no es, pues, desconocida, pero su acción fisiológica y la disposición anatómica de las glándulas que la secretan dan lugar á suponer que existe una analogía entre ellas y la saliva parotidea. Las glándulas de las najas corresponden exactamente á las paró- tidas de los demás animales, y, aun al esta- do normal, la saliva de los vertebrados su- periores como el hombre, contiene substan- elas tóxicas. M. A. Gautier ha obtenido de ella un extracto, venenoso para las aves y según él, el veneno de las serpientes difiere de nuestra saliva más por la intensidad de los efectos que por la naturaleza íntima. Comparando estos datos con experiencias personales, el autor ha encontrado un mé- todo que permite detener con seguridad el envenenamiento si está en su principio y siempre que no se hayan manifestado los síntomas de parálisis bulbar. Este método ha sido eficaz para los animales en el labo- ratorio y aunque no ha habido todavía la ocasión de aplicarlo al hombre es permitido creer que conservará su eficacia para él. II Las glándulas productoras del veneno en el naja adulto tienen la forma y el grueso de una almendra descascarada. El líquido que escurre de ellas cuando se las comprime es transparente é hilante, mezclado al aire forma burbujas muy persistentes como una emulsión hecha con clara de huevo. Cada glándula suministra treinta gotas poco más ó menos y se puede estimar en tres gramos á lo sumo el veneno contenido en todo el aparato secretor de veneno de un naja adulto. La picadura no es muy dolorosa, está carac= terizada por el entumecimiento que sobre- viene en la región picada, entumecimiento que se propaga en todo el cuerpo y que produce sincopes y desfallecimientos; la bo- “ca se contrae, se vuelve babosa, la lengua se hincha, los dientes se cierran, después el herido cae en el estado comatoso más profundo y expira en algunas horas. La mor- dedura de cobra no siempre es mortal, la vi- rulencia depende de la cantidad inoculada y de la cireunstancia ocasional de que la ser- piente esté en ayunas ó acabe de morder á una presa. Si el veneno se introduce en una región muy vascular ó en una vena directa- mente, mata casi fatalmente. Al contrario, si el dermis está herido apenas, ó si los ves- tidos han podido ejercer una acción protec- tora, la absorción del veneno será casi nula. Se advierten aquí los mismos factores de gravedad que para las mordeduras hechas en el hombre por los animales atacados de hidrofobia. Los mamiferos, los monos, los perros, los conejos de Indias y las ratas sucumben más ó menos rápidamente según la dósis inocu- lada; solamente la cobra y otra serpiente colubriforme, no venenosa, se han mostrado refractarias á la intoxicación. Por otra pat- te, es imposible calcular con alguna preci- sión la dósis mortal para cada animal: es imponderable puesto que una sola gota de la maceración de ocho glándulas en 300 gra- mos de agua destilada, introducida en la ve- na de un conejo, lo mata en cinco minutos. La primera señal aparente de la absorción del veneno es una especie de cansancio ge- neral, después se entre-cierran los párpados, el animal parece buscar un lugar favorable para el reposo, se levanta en seguida, ca- mina con paso vacilante, sus miembros- lo sostienen trabajosamente; bien pronto le aco- meten las nauseas, los vómitos y la ansie= dad del aparato respiratorio; apoya la cabe- za sobre el suelo, la endereza como si qui- siera-aspirar el aire, y lleva las manos á la boca como para arrancar un cuerpo extraño de la faringe. Vacila sobre sus miembros y se acuesta de lado con la cara sobre el sue- lo; la ptosis se acentúa y la asfixia completa sobreviene en pocos momentos; el corazón continúa latiendo cinco minutos por lo me- nos después de que la respiración ha cesado y luego se detiene en duástole; la rigidez ca- davérica se presenta muy tápidamente y per- siste largo tiempo, aún al principio de la putrefación; durante los últimos momentos . de la vida la pupila queda muy impresio- nable; la excitabilidad eléctrica de los mús- culos de la cara persiste, pero la de- los COSMOS 269 miembros y la de los músculos del tronco queda casi totalmente abolida; los esfínteres de la vejiga y del ano, se relajan después de algunos espasmos y dejan escapar la ori- E na y las materias fecales. Es, pues, evidente, que la acción tóxica del veneno se manifiesta por síntomas bulbares. La ptosis, síntoma del principio, indica la lesión de la substancia gris del piso del cuarto ventrículo y la de los núcleos de origen de La parálisis bulbar progresa rápidamente y cuan- los nervios motores oculares comunes. do alcanza á los núcleos de origen de los nervios neumo-gástricos, el animal muere en estado de asfixia. La rapidez de la «bsorción del veneno en losanimalesinoculadosesincreíble, aun cuan do se le haya depositado simplemente deba- jo de la piel. El veneno es, pues, muy di- fusible, lo cual explica la ineficacia casi absoluta de los tratamientos locales más enér- gicos instituidos contra las mordeduras de las serpientes. Ni las incisiones amplias, ni la cauterización con el hierro al rojo, ni las inyecciones de permanganato de potasa, ni la ligadura del miembro mordido bastan pa- ra detener los progresos del mal: á lo sumo estos medios los retardan un poco. Esto es siempre un resultado útil porque permite intervenir á tiempo para neutralizar el ye- neno introducido ya en la circulación ge- neral. Daremos algunos detalles acerca de las propiedades lisico-químicas del veneno: El veneno de la cobra es perfectamente neutro al papel de tornasol. Se disuelve muy fácilmente en el agua y en el alcohol diluido. El alcohol fuerte, el eter, el amo- niaco, el tanino y el iodo lo precipitan, pe- ro el precipitado que se forma se redisuel- ve en el agua. No se adhiere á los precipi- tados de fosfato de cal, á la inversa de lo que se observa con las toxinas de la difte- ria y del tétanos. Tratado por VaClá 109/0, después por la solución saturada de sulfa- to de sosa, el veneno no forma ningún pre- cipitado aparente. La acción del calor le hace perder mucho más difícilmente sus propiedades virulentas al veneno de la co- bra que á las toxinas micróbicas ó á las dias- tasas en general. Se le puede calentar im- punemente hasta 4-90% por espacio de una hora sin que pierda su actividad. No obs- tante, la virulencia del veneno se destruye exactamente entre 497% y +98” y no re- siste á una ebullición prolongada. 00! Las investigaciones que tuvieran por ob- jeto neutralizar el veneno debían limitarse necesariamente al ensayo de substancias que fuera posible introducir debajo de la piel sin provocar lesiones ó accidentes de enve- nenamiento. Se ha precedido de dos mane- ras: Lo Se ha inyectado á los animales la mez- ela de una dósis mortal de veneno con la substancia que se ensayaba. 2% Se ha inoculado á los animales el ve- neno puro después, y al rededor de la heri- da de inoculación, la substancia que se en- sayaba. El ácido fénico, el bicloruro de mercurio en solución á ?1/¡pp, el sulfato de cobre, el agua naftolada, el nitrato de plata á 00 no destruye la virulencia del veneno, ni aún retardan la aparición de los síntomas de envenenamiento, cuando estos antisépticos se inyectan bajo de la piel al mismo tiempo que el veneno. Sucede otro tanto con el clo- ruro de sodio, con el carbonato y con el sul- fato de sosa, con el ioduro de potasio, con el iodo, con el alcohol, con el cloroformo y con el eter. Las esencias de sándalo, de romero, de clavel y de limón no han dado mejores re- sultados. El permanganato de potasa, considerado actualmente como el mejor neutralizador del veneno de los ofidios, desde los trabajos de Lacerna, forma con el veneno de la na- ja un coágulo albuminoso, negro é insoluble en el agua. Los animales á los cuales se les ha inyectado una parte de veneno mezclado previamente con diez partes de la solución de permanganato de potasa al centésimo, han resistido en tanto que otros inoculados con la misma cantidad de veneno puro, han muerto. Si en un animal que tenga alguna resistencia, como el conejo ó la gallina, se practica una inyección intramuscular de ve- neno á dosis mortal y á continuación una COSMOS inyección de permanganato de potasa en el trayecto mismo de la primera inoculación, el animal, por regla general, no sucumbe. Sin embargo, si se tarda en llevar el per- manganato al sitio en que se ha depositado el veneno, aunque no sea sino por breves instantes se produce el envenamiento. Los animales pequeños, en los cuales la absor- ción es casi inmediata, sucumben siempre ganato. Poseyendo la mayor parte de los alcalói- des fisiológicos de los tejidos animales, la propiedad de formar con los cloruros de oro y de platino, sales evristalizables, seria inte- por más que se emplee el permanb resante estudiar la acción de estos cuerpos sobre el veneno. El cloruro de platino en solución al centésimo produce un precipita- do gelatinoso, blanco, que introducido de- bajo de la piel, es absorbido muy pronta- mente y mata al animal casi con tanta rap dez como el veneno puro. El eloruro de oro, al contrario, da un precipitado de aspecto semejante, pero insoluble. La mezcla de es- ta substancia, aún en proporción muy debil, con el veneno, quita á éste todo su poder tóxico: hay en ésto una reacción comparable á la de la albúmina de huevo en presencia de las sales de mercurio. Se pueden inyee- tar cantidades considerables debajo de la piel, en los músculos ó en las cavidades se- rosas como el peritoneo, sin que aparezca el menor accidente. Los tejidos impregna- dos recientemente con una solución debil de cloruro de oro, quedan imposibilitados para absorver el veneno. Variando las experiencias y acercándose á las condiciones en que se encuentra el hombre más comunmente, el autor ha lle- gado siempre á la demostración de este he- cho: el cloruro.de oro, introducido en can- tidad suficiente en los tejidos de un animal inoculado con una dosis mortal del veneno de la cobra, aun fuera del punto de ino- culación de este peneno, impide el envene- namiento del animal, con tal que se inter- venga antes de que se hayan manifestado los síntomas de la asfixia bulbar y con tal de que se oponga, hasta donde fuere posi- ble, á la absorción del veneno, interrum- piendo la exrculación venosa entre la mor- dedura y el corazón, por medio de una li- gadura elástica, que podrá quitarse después de que se hayan efectuado las inyecciones. Este tratamiento aplicado al hombre, da probablemente los mismos felices resultados que se han obtenido experimentando con los animales. Es también probable que su eficacia se extienda'á las mordeduras de to- das las serpientes venenosas, porque las di- versas equidninas no presentan entre sí si- no lijeras diferencias de acción fisiológica, y es un hecho, aceptado generalmente, que el veneno de la cobra es el veneno más ac- tivo que producen los ofidios exóticos. Los sintomas de envenenamiento por las morde- duras de los viperídeos, no tienen los mis- mos caracteres que los producidos por las mordeduras de serpientes colubriformes. El veneno de las daboía (viperideos) por ejemplo, provoca convulsiones precoces, des- truye menos pronto la función respiratoria é impide la coagulabilidad de la sangre des- pués de la muerte, mientras que el veneno de las najas no hace más que modificarla. Cualesquiera que sean estas divergencias, poco considerables, los efectos locales y ge- nerales de todos los venenos, son casi idén= ticos y no difieren sino por la intensidad: es racional suponer que el cloruro de oro deberá netraulizarlos igualmente. (Le Mercure Scientifique, suplemento al Moniteur Seientifique du Docteur Quesxevi- Lp, de Junio de 1892, VI, pp. 86-88. LA CIENCIA DIVERTIDA EL TORNIQUETE SIFON Un popote central metido en un tapón ancho de mostaza, sostiene otro popote trans- versal del mismo grueso; los dos popotes que cuelgan son más delgados. Están uni- dos por medio de junturas de cera B, por una parte con el popote horizontal superior y por la otra con dos pequeños apéndices (ajoutages) representados en la Fig. 481. Las dos puntas de los dos popotes que cuel- gan y dos del popote transversal están ta- padas con cera. El aparato construido de este modo, cree- mos que realiza una novedad científica de las más interesantes, porque reune las pro- piedades del torniquete y las del sifón. Des- pués de colocar el tapón sobre el agua con- tenida en un vaso, lo cual hace que entre en el líquido la extremidad del popote central, Fic. 481 aspiran una persona por cada uno de los apéndices y luego que comienza el escurri- miento comienza á girar todo el aparato va- ciando, poco á poco, el vaso, hasta que el popote transversal descienda lo suficiente para apoyarse en el borde del vaso. Alimentando con agua este vaso, de una manera contínua, para que el nivel perma- nezca constante, el aparato funciona indefini- damente. Este principio podrá prestarles grandes servicios á los hidráulicos para ob- tener efectos de agua sin mecanismo ningu- no. Se puede, como lo hemos indicado pa- ra un aparato anterior, hacer las ensambla- duras por medio de tapones A”, £”, para reemplazar la cera; también se pueden reem- plazar los popotes, demasiado frágiles, con tubos de cobre muy delgados encorbados co- mo lo indica la figura que está á la derecha de nuestro dibujo, y metidos en el mismo tapón. Esta disposición permite emplear un número cualesquiera de tubos y la mis- ma persona puede cebarlos todos sucesiva- mente. Si adoptais el popote, cortad en for- ma de bisel las extremidades de los apén- dices para facilitar la salida del aire, y si preferís el metal achatad ligeramente los orificios de salida del líquido para dismi- COSMOS 271 nuir la acción y la velocidad del escurri- miento. * ** LOS COLORES COMPLEMENTARIOS I—EL DIABLO VERDE Colocad una pantalla vertical frente á dos bujías encendidas é interponed entre la pan- - ¡talla y las bujías un objeto opaco, por ejem- plo, un diablito recortado en cartón, y pro- ducirá en la pantalla dos sombras corres- pondientes á las dos bujías. Si interponeis ahora, delante de la bujía de la derecha y del lado de la pantalla, un pedazo de vidrio rojo ó simplemente una copa con agua en- ¡rojecida, vereis la sombra de la derecha co- ¡lorida de rojo, y la de la izquierda habrá ¡desaparecido; pero mirando atentamente, ¡observarcis que está reemplazada por la ima- gen de un diablo verde pálido, complemen- tario de la luz roja que ilumina la pantalla. Poned cerveza en vuestra copa en lugar del agua enrojecida, y este diablo os parecerá violeta, color complementario del amarillo de la cerveza; llenad por fin la copa con agua débilmente colorida con el azul que usan las lavanderas, y el diablo de la izquer- ¡da parecerá naranjado. Las sombras de la ¡derecha serán siempre del mismo color que el líquido contenido en la copa. Fic. 482 Invirtamos la experiencia y pongamos en la copa ajenjo, agua mezclada con tinta vio- leta y por fin curazao; el color del diablo de la pantalla será sucesivamente rojo, amari- llo y azul. * .* z II—LA ESTRELLA TRICOLOR Tomad una hoja de cartón, un calendario por ejemplo, y dobladlo un poco en el sen- 272 COSMOS tido de su línea media. En una de las hojas obtenidas de esta manera, recortad una es- trella de cuatro puntas, de modo que una de sus diagonales sea vertical y por consecuen- U ' da TT 0 ' : a ll / l m0 % A | A Wa ha Al Ml Fic. 483 cia, horizontal la otra. Abatid sobre la otra hoja que tiene la otra abertura, de manera de poder trazar en ella el contorno de la estrella por medio de un lapiz, encontrad el centro del dibujo por medio de la intersec- ción de las diagonales y haced de este cen- tro el de la otra estrella de cuatro puntas también, pero cuyas diagonales formen un ángulo de 45” con las de la estrella anterior. Después de trazar esta nueva estrella, la recortaréis con cuidado y colocaréis el cartón horadado, como se indica en el dibujo, Fig. 183 sobre una mesa en donde estén dos bujías encendidas, del mismo tamaño, frente á una hoja de papel blanco fijada en la pared y que servirá de pantalla. Arreglaréis el ángulo formado por las dos hojas de car- tón, de modo que las proyecciones laminosas de las estrellas se superpongan en medio de la sombra que proyecta, la cual producirá en la pantalla una estrella luminosa de ocho puntas. Si cubrís ahora una de las dos aber- turas con vidrio colorido, verde por ejem- plo, obtendréis una estrella tricolor: las pun- tas exteriores serán rojas y verdes alterna- tivamente y aparecerá en el centro de la imagen una estrella octogonal blanca. El vi- drio de color puede reemplazarse, como se ve en el dibujo, por una copa que contenga líquidos diversamente coloridos, y las puntas de la estrella presentarán alternativamente la coloración misma del líquido ó el color complementario. k ** LA CUCHARA-REFLECTOR ¿Queréis en caso de enfermedad iluminar vivamente la boca de vuestro hijo? He aquí un medio rápido de tener á mano una luz muy intensa. Aplicad una cuchara contra una bujía de modo que la parte hueca que- de volteada hacia la llama y tendreis así un excelente reflector que os permitirá concen- trar los rayos luminosos y producir, en el fondo de la garganta que vais á examinar, un alumbrado suficiente. Una cuchara de plata os permitira estu- diar también las curiosas propiedades de los espejos curvos. Presentad la parte hue- ca ante vuestra cara y os vereis con la cabe- za para abajo en este espejo cóncayo; voltead la cuchara, y la parte aboyedada constituyen- do un espejo conpe.ro, os mostrará una cara muy alargada, derecha ahora, pero seme- jando caricatura; aproximando la cara pro- gresivamente á la cuchara, vereis á vuestras naricestomarlas proporciones más divertidas, Tom Trr. COSMOS Tomo 1 Lámina 182 a » CALENDARIO AZTECA O PIEDRA DEL SOL. EN EL MES DE DICIEMBRE 'DEL AÑO DE 1790 AL PRACTICARSE LA NIVELACION PARA EL NUEVO. EMPEDRADO DE LA PLAZA MAYOR DE ESTA CAPITAL FUE DESCUBIERTO ESTE MONOLITO Y COLOCADO DESPUES AL PIÉ DE LATORRE OCCIDENTAL DE LA CATEDRAL POR EL LADO QUE VE AL PONIENTE DE CUYO LUGAR SE TRASLADO A ESTE MUSEO NACIONAL EN AGOSTO DE 1885. F, Ferrari Pérez, For. FOTOCOLOGRAFIA DEL COSMOS CALENDARIO AZTECA O PIEDRA DEL SOL (MUSEO NACIONAL) REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS ASS A > DirecrTor ProbIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I - Tacuraya, D. F., 15 De Sreriembre DE 1892 Núm. 18 EL CALENDARIO AZTECA De entre los monumentos pertenecientes á la civilización méxica y que han llegado hasta nosotros, acaso no haya otro más im- portante que el conocido con el nombre de Calendario Azteca; é indudablemente, nin- guno ha producido controversias más intere- santes, ni dado origen á estudios de ma- yor trascendencia. En electo, es muy arduo deducir sólo del exámen de la piedra, puesto que los datos históricos no son tan abundantes como se- ría de desearse, cuól fuera el empleo que se le daba; y sobre todo, adquirir por medio de una descifración justa y correcta, su ver- dadero significado, es tarea de suyo tan la- boriosa y dificil que no extrañan los diver- sos resultados que han obtenido, así los ar- queólogos extrangeros, como los nacionales. En nuestro concepto, y sin que ello signi- fique que vemos con desdén los trabajos publicados hasta la fecha, el problema que encierra ese monolito de pórfido no ha sido resuelto aun de una manera satisfactoria; que ni las interpretaciones se hallan exentas de críticas, ni los trabajos mismos, considerados cada uno aisladamente, son de lo más com- pleto y acabado. Empero, á fin de que el lector tenga un conocimiento lo más aproximado posible del estado en que se encuentra la cuestión y con objeto de que juzgue por sí mismo la di- versidad de opiniones, expondremos breve- mente lo que estimamos de mayor mérito de cuanto se ha dicho acerca del particu- lar, no sin referirnos antes á algunos deta- lles referentes á la historia y a la construc- ción del ya mencionado calendario. «La naturaleza de esta piedra no es cal- cárea como lo afirma Gama sino de pórfido trapeano, de color gris negruzco con base de wacke basáltico. Examinando con cuidado algunos fragmentos, encontré anfíbola, mu- chos cristales muy alargados de feldespato vitreo y, lo que es muy notable, partículas de mica. Esta roca, hendida y llena de ca- vidades pequeñas, se halla desprovista de cuarzo, como casi todas las rocas de forma- ción de ¿rapp. Como su peso actual es to- davía mayor de cuatrocientos ochenta y dos quintales (24,400') y como ninguna de las montañas que rodean la ciudad hasta ocho 6 diez leguas de distancia no pudo suminis- trar un pórfido de este grano y de este co- ES) lor, se comprenderá fácilmente las dificul- tades que experimentaron los mexicanos pa= ra conducir una masa tan enorme al pié del Teocallí. La escultura en relieve es tan acabada como todas las que se encuentran en las obras mexicanas: los circulos concén= tricos, las divisiones y las innumerables subdivisiones están trazadas con una exac- titud matemática; mientras más se examinan los detalles de esta escultura, mejor se des- cubre el gusto por la repetición de las mis- mas formas, ese espiritu de orden, ese sen- timiento de la simetría, que, en los pueblos semi-civilizados, reemplaza al sentimiento de lo bello». 1 En cuanto á su historia, mencionaremos por el momento, cómo fué encontrada y su destino ulterior, porque en lo que se rela- ciona con la época anterior á la conquista tendremos oportunidad para hablar, cuando demos cuenta de la opinión de D. ALrreDO CHAvERO. 1 ALEJANDRO DE HumBoLDrT, Sites des Cordilleres et monuments des peuples indigenes de U Amérique, pp. 241-242, 274 COSMOS Al empedrar la plaza principal de México el año de 1790, y cuando rebajaban el piso de la plaza, el 7 de Diciembre de ese mismo año, se descubrió á media vara de profun- didad y á distancia de ochenta metros, al Poniente de la entonces segunda puerta de Palacio y á treinta y siete al Norte del por- tal conocido todavía con el nombre de las Flores, la piedra de que nos ocupamos con la cara anterior vuelta hacia el suelo. El Dr. D. José Uxrimk, canónigo penitenciario y el prebendado Dr. José Gamboa, Comi- sarios ambos de la Santa Iglesia Catedral, la pidieron al Virrey, quien la cedió con la condición de que fuese puesta en un lugar público para que se la conservara y todos la conociesen como una muestra de la ci- vilización indígena. Los mencionados Comisarios dispusieron que se la colocara al pié de la torre que correspondía al Callejón del Arquillo, lo que es hoy extremidad E. de la calle del Cinco de Mayo, y allí estuvo hasta Agosto de 1885 en que se la trasladó al Museo Nacional. Hasta aquí, la historia de la piedra. Vea- mos ahora, por órden de antigiedad algunas de las diversas explicaciones que se han da= do. Una de ellas es la de D. Axroxio LEóN y Gama quien la considera como un Calen- dario Mexicano, explicación que ha prevale- cido, ya por lo fecha en que se dió, ya por la notoriedad del autor y de la cual tomó el nombre que hasta hoy conserva dicho mono- lito; es otra la de D. Aurrebo CHavero por lo cual se la estima como monumento votivo al Sol y sobre la que se hacían sacrificios hu= manos: cuenta como principal argumento los antecedentes históricos; y según una tercera que pertenece á D. Dronisro AñapIaxo, el monolito en cuestión, acompañado del cuau- wicalli de Tizoc,—monolito encontrado el 17 de Diciembre de 1791, en donde estuvo la esquina de la cerca del cementerio de Catedral y las tiendas de cerería del Empe- dradillo—no es más que un libro astronó- mico, histórico y cronológico de los aztecas. Cuál sea de estas opiniones la más veraz; cuál se acerque siquiera, á la verdad, es materia que nosotros no pretendemos dilu- cidar. Ni podriamos hacerlo aún cuando lo deseáramos: la Arqueología Mexicana está todavía en sus principios; la descifración jeroglífica, no obstante los esfuerzos de Ra- mirEz (D. José Ferxaxbo), de Orozco Y Br- rra y de Mexpoza (D. Gumersinoo y D. Ev- FemMIo) no ha dicho su última palabra, y por lo tanto, conceptuamos aventurado cuanto pretenda establecerse como verdad incon- trastable. Josí P. Rivera. (Continuará. ) nd UN NUEVO ELEMENTO EL MASRIO En una de sus últimas sesiones, la Che- mical Society recibió la comunicación del descubriento de un nuevo elemento, descu- brimiento que hicieron dos químicos del la= boratorio khedival del Cairo, MM. H. Droor RicHmoxb y Orr. El mineral donde se encuentra el masrio, que tal es el nombre propuesto para el nue- vo metal, fué recogido en 1890 en una pe- queña localidad del Egipto superior por Lewa-Jomysox-Pacma y enviado al laborato- rio del Cairo para que se le examinara. Un primer examen demostró en esta subs- tancia, llamada al principio johnsonita y más tarde masrita, sin duda á causa de la pro- ximidad de un molino de aceite, en arabe masra, la presencia del cobalto, hecho tanto más interesante, cuanto que á este metal no se le había hallado en Egipto. Se en- contró también una gran manganeso. Estos ensayos preliminares hi- proporción de cieron que MM. Droor Ricumon» y Orr tra- taran en el laboratorio unos 150 kilogramos de masrita. En el transcurso de estas ope- raciones fué cuando lograron aislar un óxido cuyas propiedades no pertenecían á ningun elemento conocido y que bastaban para ca- acterizar al masrio como un nuevo elemen- to, aun cuando no hubieran sido determi- nadas todavía sus constantes principales. La masrita se encuentra en el antiguo le- cho de un rio desecado en la actualidad, pe- ro del cual se hace mención en inscripcio- nes que se remontan, poco más ó menos, á 6,000 años. El nombre actual de la locali- COSMOS! 275 dad es «Bahr-bela-Ma» La constitución mineral de la región es por sí misma bastante notable. Se hallan es decir: rio sin agua. varias fuentes en cuyas aguas predomina la 8 potasa sobre la sosa en la proporción de 2.54 1. A lo largo del lecho vacío del an- tiguo rio hiay algunos lagos pequeños eono- cidos por los habitantes á causa de sus vir- tudes curativas. Las aguas de uno de estos lagos abundan en oe de magnesia, de sosa y de potasa; son muy laxantes. Las aguas del otro, según se dice, 8 las telas teñidas de rojo de alizarina (ro- ennegrecen jo turco), debido, sin duda, al carbonato de hierro de que están cargadas. ln opinión de los indígenas, las aguas de un tercer la- go curan la blenorragia. El análisis completo ha conducido á los resultados que se resumen en el cuadro, si- guiente: ¿NV o 00000 000 GnoDsoVacooDa boo 40.39 O ES 10.62 Oxeclo de mentos. cosooonrcooosos 1.63 Oxido de masri0.......ooo.ooo.... 0.20 Óxido de manganeso (protóxido).. 2.56 Óxido de cobalto... 1.02 Óxido de hierro (protóxido)...... 4.23 Acido salio. concovenduocason 36.78 El mineral disuelto en el agua y adicio- nado de ¿cido acético, fué tratado por una corriente de hidrógeno sulflurado para se- parar el cobalto. En lugar del precipitado negro de sulfuro de cobalto que se espera- ba, pudo advertirse que se formaban desde grumos blancos que se reco- gieron antes de llevar más adelante la acción del 41?S. Lavado este precipitado con ácido clorhi- un principio, drico diluido para quitar el sulfuro de hierro arrastrado, se le disolvió en el agua regia. 8 A la solución, enfriada y separada, por me- dio de la filtración de una pequeña cantidad de sulfato de cal (?) se le agregó un exceso de amoniaco. Formóse un voluminoso pre- cipitado blanco que se lavó varias veces por decantación y que se disolvió en un ligero ex- ceso de ácido sulfúrico. A la solución con- centrada á consistencia siruposa, se agregó se formó en segul- da un precipitado cristalino del que se ob- su volumen de alcohol; tuvo una nueva porción, evaporando las aguas madres. Una nueva cristalización del sulfato tenido y considerado como puro, dió un producto exento casi de hierro. Estos cristales se disolvieron en el agua y se trataron por un exceso de sosa cáustica que precipita y redisuelve el óxido de masrio y deja las últimas huellas de hierrro; despues de filtrado el licor alcalino se le adicionó sal el óxido se separó; se le volvió a tratar por ACI, se le precipitó una vez más por AzH1* y, con el hidrato así ob- “amoniaco: se hicie= "ron los ensayes siguientes: El hidrato se disuelve á saturación en el acido clorhídrico. En una parte de este licor se precipita el hidrato de masrio por el amoniaco, se re- coge en un filtro, se lava, se le calcina y se le pesa. En una segunda porción se determina el ácido clorhídrico por la adición del nitra- to de plata. Una tercera se trata por el amoniaco en presencia de un exceso de fosfato alcalino. Se recoge el precipitado, se lava, se calci- na y se pesa. Los resultados obtenidos permiten calcu- Se ad- quirió la seguridad de que en cada preci- lar el equivalente del nuevo metal. pitación el óxido de masrio estaba comple- tamente separado al ensayar el licor filtrado por el hidrógeno sulfurado que precipita al masrio lo mismo en un licor alcalino que en un medio acético. Por otra parte, se precipitó una cantidad determinada de la solución del cloruro neu- tro por medio del oxalato de amoniaco. Ll oxalato insoluble, lavado y secado á 130%, fué analizado. Se le calcinó en un tubo de combustión cuya parte anterior estaba llena de óxido de cobre, y se pesaron el agua y el ácido carbónico lo mismo que el residuo de óxido de masrio. El resultado fue el si- guiente: AO O nabo 55.70 olo Acido oxálico (anhidro) ....... LD IED nl oo rola olaa AO MZA 102.82 Del conjunto de estos análisis se calculó aproximativamente, el equivalente 114; peso atómico para Ms, bivalente, 228. Hasta ahora se ha obtenido solamente un óxido MsO, 276 El cloruro MsCl? se obtiene por evaporación en seco de la disolución clorhidrica del óxido y ligera calcinación del resíduo. El nitrato Ms (Az03) se obtiene cristalizando en alchol á 50 0/,; contiene agua de crista- lización. El sulfato MsSO*+8H?O0 cristaliza mal en el agua, fácilmente en el alcohol diluido. Forma un alumbre y otra sal doble con el sulfato de potasa. El oxalato Ms.C? 01.8H20 es soluble en el ácido acético y en un exceso de cloruro de masrio. Los caracteres analíticos del metal lo aproximan al grupo del aluminio: El ácido clorhídrico no precipita. El hidrógeno sulfurado no precipita en licor acidulado por ACI ú otro ácido mi- neral, pero precipita en presencia del ácido acético (¿un sulfuro ó un óxido?). El amoniaco separa el hidrato, precipitado blanco voluminoso, insoluble en un exceso de reactivo. 4 El fosfato de amoniaco precipita en gru- mos blancos, insolubles en un exceso de reactivo y en el amoniaco. El carbonato ó el sulfhidrato de amoniaco dan precipitados gelatinosos igualmente in- solubles en un exceso de reactivo. Con los álcalis cáusticos se obtiene un precipitado soluble en un exceso de reac- tivo. "El ferrocianuro de masrio es insoluble en el agua, en un exceso de ferrocianuro alca- lino y en el ácido clorhídrico diluído, so- luble en un exceso de cloruro de masrio. El ferricianuro no precipita. El acetato de amoniaco precipita en ca- liente, pero el precipitado se redisuelve por el enfriamiento. El cromato de potasa da un precipitado soluble en un.exceso de cloruro de masrio. El tartrato de potasa da un precipitado blanco soluble en un exceso de reactivo. El amoniaco no separa el óxido del licor adi- cionado con un exceso de tartrato. "Todavía no se ha podido aislar al metal. Se ha ensayado, sin éxito, reducir el cloru- ro por el sodio bajo una capa de cloruro de sodio fundido. Los ensayes por reducción galvánica, del. cianuro no han concluido aún. Por falta de COSMOS aparatos no ha sido posible verificar el ex- men espectroscópico. (Moniteur Scientifique du Docteur Quesneville, t. VI, 22 parte, pp. 514-515.) LA CIVILIZACIÓN DE MÉXICO Y EL PERU ANTES DE LA CONQUISTA'* En Cuzco que era la metrópoli hallábase la residencia imperial del Inca y el templo del Sol. Contenía edificios que cusco era el con- excitaron la admiración de los *emtltar mismos aventureros españoles, calles, plazas, puentes, fortalezas almenadas, galerías sub- terráneas por medio de las cuales podia al- canzar la guarnición partes importantes de la ciudad; y, á decir verdad, los grandes ca- minos de que hemos hablado, podían con- siderase como porciones de un inmenso sis- tema de obras militares, extendidas por to- do el Imperio y que tenían su centro en Cuzco. La dignidad imperial era hereditaria, des- cendiendo de padres á hijos. Al . . El Inca ora el 8e- igual de lo que sucedía en Egip= sor del tmpe: to, las hermanas del monarca *” eran, con frecuencia, sus esposas. La dia- dema que ceñía su frente consistía en una franja escarlata con borlas y adornada con plumas. Llevaba zarcillos de gran valor; su vestido de piel de llama estaba teñi- do de escarlata y tenía incrustaciones - de oro y piedras preciosas; todo el que se le acercaba llevaba un ligero fardo sobre los hombros en señal de servidumbre é iba des- calzo. El Inca era no solamente represen=- tante del poder temporal sino que también del espiritual; era algo más que el supremo pontífice, puesto que descendía del Sol que era el dios de la nación; dictaba leyes, im= ponía contribuciones, levantaba ejércitos, y nombraba ó removía jueces, todo según su voluntad; viajaba en un palanquín adornado con oro y esmeraldas; se barrían los cami- nos antes de que él pasara, se les regaba de flores y se les perfumaba. Los españoles describen su palacio de Yucay como un lu- - 4 Continúa. Véase Cosmos p. 259; COS MOS 277 E1 palacio mueto- Sar hermosisimo. Veíanse en él ño obras del arte indio, los nichos de las paredes estaban cubiertos con imá- genes de animales y de plantas, había un laberinto interminable de lujosas recámaras y aquí y allá criptas sombrias para un reti- ro tranquilo. Sus baños eran grandes tinas de oro situadas en medio de selvas artifi- ciales. Las damas imperiales y las concubi- nas pasaban su tiempo en habitaciones her- mosamente adornadas ó en jardines llenos de cascadas y fuentes, de grutas y de glorietas; fué aquella una de las pocas comarcas que pueden vanagloriarse de poseer una región templada en medio de la zona tórrida. heligiónder pero, Mente en la adoración del Sol, susestableci- mientos y cere- Imonlas, emancipado de una asociación tan material y reconocían la existencia de un] Dios omnipotente é invisible. Creian en la resurrección del cuerpo y en la continuación del alma en una vida futura. Aceptaban que en el mundo futuro sus ocupaciones se pa- recerían á las que habían tenido en la Tie- rra. Lo mismo que los egipcios, que habían llegado á unas ideas semejantes, los perua- nos practicaban el embalsamamiento: las mo- mias de sus Incas eran colocadas en el tem- plo del Sol en Cuzco, los reyes á la derecha, las reinas á la izquierda, vestidos con su traje de ceremonia, con las manos cruzadas sobre el pecho y sentados en sillas de oro, esperando el día en que las almas volvieran á reanimar los cuerpos. A las momias de los personajes distinguidos se las enterraba, sentadas, bajo túmulos de tierra. Sólo un templo estaba dedicado al Sér Supremo, templo que se elevaba en un valle sagrado y al cual se hacían peregrinaciones. En la mitología peruana, el cielo estaba arriba del espacio y el infierno en el interior de la Tierra, siendo la residencia de un espíritu maligno llamada Cupay. La semejanza ge- neral de estas doctrinas con las egipcias nos da á comprender forzosamente que se trata de ideas que se presentan necesariamente en el pensamiento humano, á medida que se verifica su desarrollo intelectual. Como en todos los demás países, la parte educada te- vía un adelanto muy superior á las masas pero las clases elevadas se habían] populares, las cuales se hallaban sumergi- das en el fetiquismo é incurrían en las lo- curas de la idolatría y del culto al hombre. No obstante, el gobierno creyó oportuno apoyar las supersticiones vulgares y, en ver= dad, el sistema político, de hecho, estaba basado en ellas; pero á este respecto, los peruanos estaban más adelantados que los europeos, puesto que no perseguían á los que habían emancipado á su conciencia, Además del Sol, que era la deidad visible, se adoraba á otros cuerpos celestes, bien que de una manera subordinada. Se supo» nía que había espíritus en el viento, en el | rayo, en el trueno y genios en las montañas, La religión peruana consistía ostensible-| en los rios, en las fuentes y en las grutas. En el gran templo del Sol situado en Cuzco hallábase colocada una imagen de la deidad, de tal manera, que recibía los rayos del Sol al salir; en el Serapión de Alejandría se ha- bía practicado un artificio semejante. En la isla de Titicaca había también un templo dedicado al Sol, y dicese que en Cuzco había de trescientos á cuatrocientos templos de menor categoría. Estaba adscrito al templo mayor un número de sacerdotes que no era menor de cuatro mil, y mil quinientas vir- genes vestales cuya obligación era cuidar el fuego sagrado. Entre estas vírgenes se escogían las más hermosas para el serrallo del Inca. La creencia popular tenía un ritual y un ceremonial espléndidos para la gran fiesta nacional que se celebraba en el sols- ticio de verano. Se concentraban los rayos del Sol en un espejo cóncavo y por este me= dio se encendia de nuevo el fuego, ó fro» tando dos maderos. En cuanto á su sistema social, la poliga- mia estaba permitida, pero prác- ticamente sólo se aprovechaban de ella las clases privilegiadas. La subordinación .social se extendía á to= do. El Inca Tupac Yupanqui decía: «Los conós Su sistema social, la nobleza y el pueblo. cimientos no deben difundirse entre el pue- blo, sino entre los de sangre noble solamen- te». La nobleza era de dos clases, los des- cendientes poligámicos de los Íncas que eran el principal sostén del Estado, y los nobles adoptados de las ciudades que habían sido | conquistadas. En cuanto al pueblo, en nín= 278 guna otra parte del mundo entero fué ob- jeto de una vigilancia tan estrecha. Estaba diyidido en grupos de diez, de cincuenta, de cien, de quinientos, de mil, de diez mil y sobre el último estaba coloca- cado un Inca noble. Mediante este sistema se obtenía una rígida centralización y el Inca era el eje en que giraban todos los ne- gocios nacionales. Era aquél un absolutis- mo digno de la admiración de muchas nacio- nes europeas actuales. El territorio, estaba dividido en tres partes: una pertenecía al Sol, otra al Inca y la tercera al pueblo. En organización aa Punto á fórmula, la subdivisión se al hacia anualmente; sin embargo, en la práctica, como resultado quizá de estos procedimientos agrarios, las reparticiones se renovaban continuamente. El pueblo cultiva- ba todas las tierras de la manera siguiente: primero las del Sol, después las de los pobres ya las de los inválidos, en seguida! las su- Al Sol y al In- ca pertenecían todos los carneros, cuya | lana yas y al fin las del Inca. después de trasquilada, se repartía. entre el pueblo ó se le daba algodón en su lugar. Los oficiales del Inca ica que “dios tejieran y que ninguno estuviera OCIOSO, Anualmente se hacía un levantamiento en todo el país, «de las tierras de labor y de.los productos minerales, se formaba 1n,inven- tario y se le trasmitia al gobierno. .Se,lle- vaba un. registro de los nacimientos y de las defunciones y. periódicamente ¡se.forma- ba el censo. general. El Inca que, era 4-la vez emperador .y papa podía, .en: virtud de esta doble capacidad, ejercer-un.riguro- so gobierno patriarcal sobre su. pueblo, el cual era tratado como menor de. edad: no se le Oprimía, pero sí se le obligaba á es- tar ocupado. Debido á una profunda sabi- duría, como no la presenta ninguna otra na- ción, si el trabajo .egra considerado en el Perú como un medio, también era conside- rado como un fin. Allí nadie podía mejorar su condición social, pues, merced á estos re- finamientos de legislación, se producía una posición absolutamente estacionaria. No se podía llegar á ser ni más rico ni más po- bre; pero' era la vanagloria del sistema que todos viviesen exentos de sufrimientos socia= les, que todos tuvieran lo necesariog. COSMOS El ejército constaba de 200,000 hombres. Sus armas eran arcos, lanzas, hon- Sistema 1uilitar; Yecursos guerre” TOS. das, mazas y espadas; sus medios de defensa: escudos, broqueles, yelmos y trajes de algodón acolchonado, Ca- da regimiento tenía su bandera propia, y el estandarte del imperio, el emblema nacio= nal, era el arco-ivis, descendiente del Sol. Las espadas y muchos utensilios domésticos eran de bronce, las puntas de las saetas, de cuarzo, hueso, oro ó plata. En las mar- chas se mantenía la disciplina más estrie- ta, y los graneros y los depósitos estaban situados á distancia conveniente en los ca- minos. Bajo la vigilancia más estrecha se transportaban á Cuzco los dioses de. las co- marcas conquistadas, y á los vencidos se les adorar al Sol; obligaba á sus hijos tenían que aprender forzosamente el idioma del Perú para lo cual el gobierno les daba los maestros correspondientes. Á manera de es- tímulo, este conocimiento era indispensable para ejercer un cargo público. Para amalga- mar los territorios debelados, sus habitantes eran separados en grupos de diez mil y trans: portados á diferentes partes del imperio, no para que trabajasen como esclavos hasta su muerte, según sucedía en el Viejo Mun- do, un número igual de nativos era enviado en sino para que se volviesen peruanos; lugar de los extradicionados, y se les con= cedía privilegios extraordinarios que recom- pensaban esa remoción. La policía del im perio, servía, ¿para mantener. la mayor. dran- quilidad. en el. interior ya la, guerra, perpétua en las [ronteras. El adelanto filosófico de los, péruaños se retardó mucho por «su imperlecta método de escritura, método del todo IM= puteratira perié ferioral de los egipcios. .Una cuer-- ¿Rei da de hilos coloridos, llamados quipos, ser- via indiferentemente para la numeración, sin que fuera en modo alguno igual á los ¡ez roglíficos como método de expresión gene= As pesar de este atraso poseían una, literatura ral de hechos. Tal. era su único sistema: consistente, en poesías, composiciones: dra= máticas y las semejantes. Sus alcances cien= tificos eran inferiores á los de los mexicaz nos. El año estaba dividido en meses y los meses en semanas. Tenían gnómones para COSMOS indicar los solsticios: uno, que tenía la for- ma de obelisco y se elevaba en el centro de un circulo donde estaban marcadas las lí- neas oriental y occidental, indicaba el equi- noccio. Estos guómones fueron destruidos por los españoles creyendo que respondían a algún propósito idolátrico, pues en las fies- tas nacionales era costumbre adornarlos con hojas y con flores. Desde el momento en que la religión nacional se basaba en el culto al Sol, es de suponerse que Quito, dada su posición sobre el ecuador sería un lugar sa- grado. JoHx W. Draper. (Concluirá.) ———— A — LA LIQUEFACCIÓN DEL AIRE ATMOSFÉRICO La sesión que celebró el Instituto Real de Londres el 10 de Junio del corriente, se contara ciertamente entre los acontecimien- tos científicos más importantes del año, y los concurrentes a la memorable conferencia del Prof. Dewar, el digno sucesor de los TywnaLL y de los Faranay, conservarán el recuerdo de ella porque vieron por primera vez al mismo tiempo que una pinta de oxí- geno líquido, la liquefacción del aire atmós- férico á la presión ordinaria de 76 centí- metros de mercurio. Nos felicitamos al se- ñalar esta memorable experiencia que puede citarse como el complemento de los hermo- sos trabajos de nuestro sabio compatriota M. CAILLETET. El procedimiento de Mr. Dewar para li- quidar el aire es el siguiente: se une un tu- bo que contiene oxígeno líquido con una bomba aspirante, de donde resulta que el Oxígeno se evapora á una temperatura más y más baja. En esas condiciones un tubo de vidrio hundido en este oxigeno y dejado abier- to al aire, se llenó en poco tiempo de aire líquido que presentaba todos los caracteres del aire atmosférico y ninguna de las pro- piedades del oxígeno líquido. Según hizo notar el feliz y habil experi- mentador, parece curioso á primera vista que los dos cuerpos que constituyen el aire se liquiden al mismo tiempo y no primero 279 el ázoe y después el oxígeno. Esto se debe á las diferentes presiones á que se encuen- tran los dus gases: el ázoe ocupa los cuatro quintos del volumen del aire y el oxígeno un quinto solamente; una vez liquidado, el aire atmosférico se porta de un modo muy distinto: el ázoe entra primero en ebullición porque el punto de ésta es de 10% €. menor que el del oxígeno. Inmediatamente después de su formación, el aire líquido no ofrece ninguna de las pro- piedades del oxígeno, pero á medida que el azoe se evapora, el líquido restante aumenta más y más en oxigeno, cuyos caracteres pre- senta entonces: inflama y abrillanta el fós- loro incandescente, etc. Colocado entre los polos de un poderoso electro-imán, el aire atmosférico, nuevamen- te liquidado, obra como el oxígeno líquido: toda la masa viene á adherirse á uno de los polos tan pronto como se excita al electro- 1mán. La experiencia ha demostrado que el aire líquido, aunque conteniendo los cuatro quin- tos de su volumen de ázoe, no modifica en la oran resistencia eléc- 8 trica especifica del oxígeno líquido. menor proporci ón la No podemos por ahora hacer otra cosa que señalar los notables experimentos del Prof. Dewark, según las pocas noticias que han pu- blicado los periódicos ingleses; pero nos pa= reció interesante decir desde ahora algunas palabras acerca de la memorable sesión en la cual el sabio inglés pudo mostrar por pri- mera vez á su auditorio una pinta inglesa (567 centímetros cúbicos) de oxígeno líqui- do y un vaso de vino (sic) de aire liquidado á la presión atmosférica. (La Nature, 1892 , 1, p. 62.) LA CIENCIA DIVERTIDA HACER QUE FLOTEN VERTICALMENTE TAPONES DE CORCHO Una cubeta de agua y siete tapones cons- tituyen todo el material necesario para esta experiencia; espero que no por eso será me- nos interesante para nuestros lectores, á quienes propongo hacer flotar estos tapones en el agua, pero manteniéndolos en posición 280 COS MOS vertical. Todos sabemos que la forma de los tapones, que es la de un cilindro alargado, los obliga, cuando flotan, á quedar en el líquido con el eje del cilindro en posición horizontal; ¿qué haremos pues para hacer que se queden parados? Parad enunamesauno de los tapones y rodead- lo de los otros seis, pa- rados también; tomad el conjunto con una ma- no y sumergidlo en el agua (Fic. 485) de mo- do de mojar comple- tamente los tapones; sa- cadlos un poco del agua y soltadlos. El agua que ha pene- trado por capilaridad, entre los tapones mo- jados, los mantendrá ad- . heridos entre sí y, aun- SE: que cada tapón esté en equilibrio inestable, el conjunto obtenido de este modo será es- table, porque la base de nuestra improvi- sada almadía es mayor que el alto de un tapón. Esta recreación, que nos demuestra la co- hesión producida por A un fenómeno capilar, ' viene á probarnos una vez más la verdad de nuestro antiguo ada- alo: La unión consti- 8 tuye la fuerza. * * NUEVAS SOMBRAS CHINESCAS * He aquí un medio muy sencillo de pro- ducirsombras chines- cas sobre la pared, y FiG en el cual el operador y los personajes recortados quedan detrás de los espectadores, lo que puede tener ciertas ventajas. Colocad una bujía sobre una mesa y fi- jad en la pared, frente á esta bujía, una hoja de papel blanco que servirá de pantalla. In- terponed entre la bujía y la pantalla un cuerpo opaco cualquiera: un calendario ó un libro grande, por ejemplo. ¿Cómo podréis ahora proyectar las sombras sobre la panta- lla? Simplemente por medio de un espejo puesto á un lado de la mesa. El reflejo del espejo se dibujará en la pared, bajo la for- ma de un rectángulo ó un óvalo luminoso, y si habeis colocado con- venientemente la panta- lla y haceis maniobrar vuestro muñeco de car- tón entre la bujía y el espejo (Fic. 486), vereis inmediatamente evolu- cionar en la pantalla sombritas de aspecto fantástico, sin que el es- pectador no prevenido pueda sospechar el me- dio empleado. * * Y LA SOMBRA VIVA 485 Aunque no sea muy complicada, esta ex- periencia se comprenderá mejor si mis lec- tores la ejecutan desde luego, en vez de contentarse con: leerla. Nada os enseñaría diciéndoos que si os colocais entre la pared y una luz, producirá vuestro cuerpo una sombra en dicha pa- red; pero esta sombra sólo reproduce vues- tra silueta y no sería de esperarse ver figu- rar en los contornos de esta silueta, 0j0S, nariz y boca. Pues bien, yo voy á proponeros hoy un medio muy sencillo, pa pra hacer no sola- mente que aparezcan en la sombra de vues- tra cabeza, 0jOs, nariz y boca, sino también para representar estos ojos moviéndose en sus órbitas, y la boca, provista de enormes dien= tes, abriéndose y cerrándose como si quisie- ra devorar á alguno de los presentes. Para eso os bastará que os coloquéis en el ángulo del cuarto y cerca de una pared en que se encuentre un espejo. La persona que tenga la luz á vuestra espalda, deberá COSMOS 281 asegurarse, variando su distancia y altura, de que el reflejo de esta luz en el espejo va á dar exactamente en el muro que sirve de pantalla, al mismo lugar en que la sombra de vuestra cabeza; este reflejo dibujará en el contorno de dicha sombra un rectángulo ó un óvalo luminoso de acuerdo con la forma del espejo. Pero si cubris el espejo con un papel grueso en el que hayais recortado como lo indica el dibujo, (Fig 487) ojos, nariz y boca más ó menos fantásticos, sólo se refle- jarán los rayos luminosos que toquen estos recortes é irán á dibujarse en medio de la sombra de vuestra cabeza produciendo el electo representado en el dibujo. Para terminar la experiencia, superponed en el espejo dos papeles recortados de la misma ma- nera y de los cua- les uno sea fijo y el otro movil; mo- viendo éste sobre el primero, los es- pectadores verán moverse los ojos y la boca de una manera horrorosa, tenía como lo anunciado. FrG. Tom Trr. EL ARTE DE CONTAR SUMARIO.—La ¡lea del número derlvadla de lu experiencia.— Estado de In Arit- mética entre las razas clvilizadas.—Pobreza de la numeración en las tribds Infe- rlores.— Manera de contar con los dedos de las manos y de los plés.— La for- mación de las expreslones numéricas por me:lio de las inanos, pruebala numera- ción verbal como derivida del cálculo inímico.— Etimología de la numeración. —Las notaciones quinaria, decimal y vigesimal se derivan de la manera de contar con los dedos de las manos y de los pi¿s.— Adopción de las expresiones numéricas extrangeras.— Pruebas que demuestran que el desarrollo de la Arlt- mética parte de un nivel de cultura inferior. Joun Stuart MiLL en su System of Logic, examina las bases del arte de la Aritmética. Á la inversa de la opinión sostenida por el Dr. WnmeweLL que las proposiciones, como 2 y 3 suman 5, son verdades necesarias que contienen en sí mismas un elemento de cer- tidumbre que no podría dar la simple expe- riencia, avanza Mr. MuL la opinión de que «1 y 2 son 3, es una verdad meramente adquirida por una experiencia larga y cons- tante; es decir, una verdad inductiva, y que tales verdades constituyen la base de la Arit- mética. Las verdades fundamentales de esta ciencia reposan todas sobre el testimonio de los sentidos; se prueban en tanto que mues- tran á nuestros ojos y á nuestros dedos que un número dado de objetos, 10 balas, por ejemplo, pueden ofrecer á nuestros sentidos, por separación ó por reunión, todas las dis- tintas series de números cuya suma es igual á 10. De la observación de este hecho pro- ceden todos los métodos perfeccionados pa= ra enseñar la Aritmética á los niños. El que quiere obrar sobre una inteligencia infantil enseñandole Aritmética, le da á conocer nú- meros y no cifras, y debe presentarle demos- traciones que que= den bajo el domi- nio de sus senti- dos, como he di- cho ya.» S El argumento de Mr. MiLu se ba- sa en las condicio- nes mentales del pueblo en el cual existe un arte arit- mético ya adelan- tado. Hs éste un asunto cuyo estu- dio es precioso desde el punto de vista etnográfico. El examen de los métodos numéricos usados por las razas inferiores confirma no solamente la tesis de Mr. Mit, á saber: nuestro conocimiento de las rela- ciones de los números entre sí está basado en la experiencia actual, sin que nos permita remontarnos á la fuente del arte de contar y determinar cuál fué su marcha progresiva en ciertas razas y probablemente en todo el Universo. En nuestros avanzados sistemas de nume- ración no conocemos límites ni para el infi- nito grandor ni para la infinita pequeñez, El filósofo no puede imaginar una cantidad tan grande ni un átomo tan pequeño que el matemático no lo pueda concebir y repre- sentar por medio de una simple combinación de cifras; pero á medida que descendemos 282 COS MOS en la escala de la civilización encontramos una impotencia más y más marcada para llegar ála noción distinta de los números elevados, aun cuando haya en el lenguaje usual términos para las centenas y los millares; el que cuen- ta recurre cada vez más á sus dedos y en- tonces observamos en los más inteligentes la misma incertidumbre para la apreciación de los números que en-los niños. Ejemplo: no había 1,000 personas, había 100, 6 cuando menos 20. El grado de los conocimientos en Aritmética no corresponde exactamente, en verdad, al nivel de la cultura en general. 3 Algunas teibus salvajes:ó bárbaras son muy Los habitantes de la isla Tonga pueden contar hasta 100,000 y el hábiles ea- numeración. viajero francés LasiLLarbIERE, alentándolos, los hizo contar hasta 1,000 billones y reco- gló é imprimió después»los nombres de los números que empleaban; pero al verlos de cerca, no encontró otra cosa que palabras | a de sentido, expresiones imper-. fectas, 1 una masa de incoherencias del idio=. ma tonga que patentizan hasta donde debe. uno precaverse de lo que se obtenga ator-. En el! el hábito constante del'| mentando el espiritu de un je Africa Occidental, tráfico ha desarrollado mucho la Aritmética, y los negros pequeños se divierten contan- do los montones de cauriís ?. Entre los yo- «No equi- vale á reprocharle su ignorancia en térmi- vubas de Abeokuta, decirle á alguien: sabes cuantos son nueve por nueve», nos injuriosos. Este proverbio asombrará singularmente sisse le compara á las locu- ciones europeas correspondientes y que asig- nan el extremo de la estupidez. No' puede contar hasta 5, dice el alemán; y el español, té: diré cuantas son 5; expresiones que tam- bién encontramos en inglés: tan seguro como que soy hombre y como que sé cuantas habas hacen 5. Un tribunal siamés no tienc en cuenta la declaración de un testigo que no sepa contar y escribir hasta 10; este proce- dimiento nos recuerda la antigua costumbre de Shrewsbury, donde se estimaba á una persona como mayor si sabía contar hasta 12 4 Mariner, /les Tonga, 1, p. 370, etc. 2 Conchas pequeñas que se usan en Africa áma- nera de moneda. peniques 1. Entre los hombres que ocupan hoy los últimos peldaños de la civilización, entre los salvajes de las selvas de la Améri- ca del Sur y de los desiertos de Australia, el lenguaje no encierra con frecuencia pala- bra especial para expresar el número 5. No sólo no han podido comprobar los viajeros en el idioma de alguna de estas tribus, nom- bres numerales superiores á 4, 3, y aún 2, sino que la opinión de que allí se detienen sus concepciones numéricas está justificada por el empleo que estos salvajes hacen de su número más alto para designar en gene- ral una gran cantidad. Las hordas imbéci- les del Brasil, según dicen Spix y MarrTrus «cuentan comunmente con las coyunturas de los dedos, pero nada más hasta 3. Au- mentan el valor de un número por medio de la palabra mucho» ?. El vocabulario puri da así los nombres: 1.—omt. 2.—curtri. 3.—prica, mucho. El vocabulario botocudo da: |.—mokenam. 2.—uruhú, mucho. Según JorcENsoN la numeración de los tas- manios es la siguiente: GE 1.—parmery. 2.—calabawa. Más de 2, cardia. Es decir, como lo hace notar BackHousk, que se cuentan 1, 2, y mucho; pero un ob- servador del todo competente, el Dr. Mir GAN, ha encontrado para el número 5 una palabra que cita y dela cual volveremos á hablar 3.- Los neo-holandeses, dice Mr. :Orn= FIELD —refiriéndose especialmente alas tri- bus del Oeste—no tienen nombres j pará los números mayores de 2. La escala de la notación watchandie es: 1 u-tau-Ta, 2, boo-thal, mucho y bool-tha-bat, co-ote-on, inmensamente. 1 Low, en Journ Ind. Archipel. t, 1, p. 408; Year- books Edw. 1 (xx=1) ed. Horwood, p. 220. 2 Serx et Martius, Reise in Brastlien, p. 387. 3 Bonwick, Tasmantans, p. 143; BackHouse, Varr. p- 104; MiLLicaw, Papers, cte., Royal Soc. Tasma- ¡nía, vol. TH, parte II, 1859. CO SMOS 283 Si tienen una necesidad absoluta de ex- presar los números 3 ó 4, dicen u-tar=ra coo-te-00, para indicar el primero y u-tar- equi- ra u-tar=ra, para el segundo; lo que : 3 ale á ésto: sus palabras para 1, 2, 3, 4, son lo mismo que uno, dos, dos-uno, dos-dos. La numeración de las tribus de Queensland, que nos da el Dr. Laso, reposa sobre el mis-: mo principio aunque las palabras difieran: 1.—ganar. A ODVA. Se DUES dos-uno. 4 , dos=-dos. "horumba, de de 4, mucho, con- "sidBrablemente. “El aalecto kamilanal. que ene Ñ misma palabra para 2 que el precedente, le es su=: perior puesto que tiene para 3. un vocablo es-; pecial, gracias al cual puede contar hasta 6: :L.—mal. ¡22 búlarr. SS SUD O $ Ss :4.—bularr=bularr, dos=dos:==%a -35.—byulaguliba, dos-tres. * 6.—guliba-guliba, tres=tres.:” E Estos ejemplos suministrados por la Aus-: tralia muestran la pobreza al mismo tiempo] p quédo grosero del sistema numeral de cier-! tas tribus !. Tendremos que señalar, sin'em- bargo” AS que designan números más Ílóvan le expresiones numerales de' los” in= a hasta el 15 y aún hasta el 20. DA De: que un rezca des voces usualés j para los. números. mayores de 516 ó No; TE da ño es de a tribu salva aje ca e deducirse a que no , pueda contar más allá. Los salvajes poscen medios par a egar mucho más lejos, si bien retrocediendo | siem- pre. hasta el uso de un método de expresión grosero, y muy inferior 4 3 la palabra y y al len- guaje de los gestos. El lugar ocupado . -en el desarrollo lec por el arte de contar con los. dedos, está bien descrito en el cua- dro que. pinta, de su infancia, comparativa- mente sin ninguna instrucción, Massteu, el discípulo secos mudo del abate Sicaro: «Ani tes de instruirme, conocía los números, mis 1 OLorizzD, Tr. Ethn. Soc. vol. TIL, p. 291; Lano, Queensland, p. 433; Lasmám, Comp. Phil. p. 352 para las demás palabras, Bonw1ck, loc. cit. No sabia las y cuando el dedos me los habían enseñado. cifras; contaba con los dedos, número pasaba de LO trazaba rayas en la ex- ltremidad de una astilla de madera» 1. Asi es como los dedos han enseñado la Aritmética a todas las tribus salvajes Después de haber dado cuenta de sus ob- servaciones acerca de la facultad que tiene la lengua watchandie para alcanzar el nú- mero 4 con sus expresiones numerales, Mr. OrbrieLD continúa exponiendo la manera con que los naturales pretenden resolver el pro= blema de un cáleulo más. complicado: «Un día, dice, quise asegurarme del número exac- to de los que habían perecido en cierta Oca» sión. El individuo á quien le a comenzó por reflexionar en los nombres.. lá cada uno levantaba el dedo, -y no fué sino después de muchas tentativas inútiles, se- guidas de nuevos esfuerzos, cuando llegó a [expresarme un número elevado extendien ] do tres veces la mano con lo cual me daba la comprender que 15 era la respuesta á tan «dificil pregunta de Aritmética». «Los abo- | dice Mr. STANDBRIDGE, pio rigenes de Victoria, no tienen nombres para los números mayo- res que 2; polo por medio de repeticiones cuentan hasta-5, y con los dedos, los hue= sos y-las articulaciones de los brazos y de 0) la eabeza, anotan los días de la Luna». Los bororos del Brasil cuentan .de este > | modo: 1 |.—ceouat. 2 .=macoual. 1 3.—OUAl. y continúan repitiendo con Tos dedos “éste ouai. 3 Naturalmente, tanto entre los salva- jes como entre nosotros, de que una perso- “na cuente con los dedos no ha de concluirse que su idioma está desprovisto -de. expresio- nes para el número que necesita. Por ejem- plo, se ha notado que los naturales de Kamt- chatka, al calcular, cuentan primero todos los dedos de las manos, en seguida todos los de los piés, hasta llegar á 20; luego se preguntan: ¿Qué se hace ahora?; y, no obs- tante, el examen de su lenguaje ha revelado 1 SicArD, Théorie des signes pour Cinstruction | des sourds-muets, II, p. 62%. - ? 2 SrawbmriGE, Tr. Ethn. Soc. vol. 1, p. 304, 3 Martrus, Gloss. Brass. p. 15. 284 COSMOS que éste encierra números hasta 100. 1 Los viajeros han notado el hábito de contar con los dedos en tribus que, si quisieran, po- drían pronunciar el número ó que, general- mente, reunen el acto á la palabra; además, cada uno de estos dos modos está muy es- parcido en la Europa moderna. Dejemos al P. GumiLia, uno de los misioneros jesuitas más antiguos de la América Meridional, que nos describa la relación del gesto á la pa- labra en el arte de contar y que nos cite muy notables ejemplos (que compararemos con otros analogos) de la acción del consen- sus que transforma en reglas fijas, acepta- tadas por todos, puras convenciones, aún en un arte tan sencillo como el de contar con los dedos: «Entre nosotros, dice, nadie, salvo accidentalmente, diría, por ejemplo: 1, 2, etc. marcando con una mano el núme= ro en los dedos de la otra. Entre los indios sucede exactamente lo contrario; por ejem- plo, si dicen: Déme un cuchillo, levantan un dedo; déme dos, levantan dos dedos, y así sucesivamente. Jamás dirían cinco sin mostrar una mano, ni diez sin mostrar las dos, ni veinte sin mostrar á la vez los de- dos de las manos y de los piés. Más aun, la manera de designar los números con los dedos difiere en cada país. Para no ser pro- lijo tomaré como ejemplo el número tres. Para decir tres, los otomacos unen el pulgar, el índice y el medio, raramente otros dedos; los tamanacos, enseñan el meñique, el anular y el medio, cerrando los otros dos; y los maipuros levantan el índice, el medio y el anular, doblando los demás ?.» Enwarb B. TyrLor. (Continuara.) py LA DESCOMPOSICIÓON DEL AZUFRE Las singulares relaciones que se han com- probado desde hace tiempo entre las cons- tantes de los pretendidos cuerpos simples, relaciones demostradas del todo por M. MenbeLgrF, dan lugar á creer que esos cuer- pos no son del todo independientes unos de otros; de allí, á concluir que no son sino 1 KRACHENINNIKOW, Kamichatka, p. 17. 2 GumiLa, Historia del Orinoco, VE, cap. XLV; Pott, Zehlmethode p- 16 combinaciones de un número pequeño de verdaderos elementos, no hay más que un paso. Aunque se hayan hecho ya numerosos esfuerzos á fin de descomponer los elemen- tos actuales, no se cuenta todavía con un caso en que esté bien demostrada la sepa- ración de un elemento conocido en otros más simples. Así pues, el descubrimiento verificado por un físico de Berlín, Th. Gross, de un sub-elemento del azulre puede consi- derarse como de primer orden, siempre que se confirme y siempre que su autor no haya seguido un sendero falso. Este descubri= miento da lugar, en verdad, á muchas in- terpretaciones; sin embargo, hablaremos de él, reservándonos volver á hacerlo en otra oportunidad. «Habiendo calentado al rojo en un crisol de plata, dice M. Gross, una mezcla de una parte de sulfato de barita con seis de nitra» to de potasa, hice pasar la corriente de seis elementos Bunsen, tomando el crisol como polo negativo, y como polo positivo un hilo de platino de 0%"3 a 0""9,. El hilo se fun- dió poco á poco, y, mientras que se le hun- dia para mantener la corriente, el conteni- do del crisol se endurecía, habiéndome visto obligado á agregar diez y seis partes de nitrato de potasa para que permaneciese al estado líquido». Se perdieron por todo, tres partes de platino y después de haber interumpido la corriente, se dejó enfriar el crisol el cual contenía una masa negra, soluble en parte en el ácido clorhídrico. El análisis de esta substancia demostró que había desaparecido una parte del sulfato de barita; habiendo aislado todos los cuerpos previstos, se encon- tró un polvo de color gris negruzco insolu- ble en los ácidos nitrico y fluorhidrico y en el agua régia. Representaba, poco mas ó menos, el 30 0/, del azufre contenido en el sulfato. El autor cree que el azufre es una com- binación hidrogenada, que, por la eletrólisis descrita, pierde el hidrógeno que es reem- plazado por el platino. Los nuevos experimentos que se están llevando á cabo parecen confirmar, según él, esta manera de ver, La Nature. 1892, 11, pp. 14-15. 2 TINA COSMOS 285 EL TRABAJO MANUAL ta para la misma cantidad de agua: 100 gramos EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 de rubia, 100 de cachunde, 40 de sulfato de hierro, == que se añaden solamente después de 9 6 10 horas. cu ARTA SERIE Trenzas de cinco, con cinco cordones lo En la posición dada (Fig. 488), los cordones están igualmente espaciados. Se necesita llevar a hacia la derecha y d hacia la izquierda para te- ner 3 cordones diversamente coloridos de un lado y 2 del otro (Fig 489); NUDOS Y TRENZAS Segunda parte: trenzas El trenzado puede ejecutarse con todos los cuer- pos flexibles, cualesquiera que sean. Las tiritas de papel empleadas en el tejido también pueden | servir. Pero son preferibles los cordones de colo- | res variados, paja, junco, dloe, etc. ! Cuando se ha hecho una larga trenza continua, E de paja ó junco, es facil contornarla para formar una estera, una canasta, ete. Los juncos se emplean tales como se recojen al borde de los caminos. La paja puede emplearse en bruto, blanqueada 6 teñida. Para blanquear la paja, basta encerrarla en una caja donde se que- me por varios dias azufre molido en pequeños pe- dazos. La paja debe mojarse antes en agua muy clara. Para teñir la paja de negro, se sumerge por nue- ve ó diez horas en un baño de agua hirviendo, á la cual se han añadido, para diez litros de agua: 500 gramos de palo de campeche, 40 de zamaque, 20 de betún, 3 6 4 de nuez de agalla molida. Al Fic. 490 Fic. 491 Yo Llévese en seguida e hacia la izquierda, pa- sando sobre e y sobre a. Hay ahora 3 cordones de de este lado. Igualmente 6 hacia la derecha; y asi sucesivamente, tomando siempre el cordón del lado donde se encuentren tres (Fig. 490). Trenza de tres, con nueve cordones La Fig. 491 indica e) medio de operar; se nece- sita tomar alternativamente el cordón exterior ú la izquierda y á la derecha, y llevarlo sobre los otros dos. Fic. 488 fin de la operación, se añaden 100 gramos de sul- fato de hierro bien diluido en el agua. Si se quiere teñir la paja de moreno, se necesi- Fic. 489: Fic. 492 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 262, 286 cos MOS Trenza de cuatro, con ocho cordones Tómese el cabo exterior de la izquierda, d, por ejemplo, y pásese bajo el segundo d y sobre el ter- cero b..Llévese en seguida a hacia la ¿zquierda, pasando bajo c y sobre dl (Fig. 492). Trenza de cinco, con diez cordones | Opérese como se ha dicho para la trenza senci- lla de cinco, tomando siempre el cordón exterior del lado donde se encuentren tres, para llevarlo al | otro ladM(Fig. 493). Trenza de sets, con diez y ocho cordones EN manténgase entre el pulgar y el índice (Fig. 496). 20 Rodéese la hebilla a con una vuelta comple- ta formada por b (Fig. 497). 1» Habiendo colocado los cordones 'como en la Fig. 494, opérese como si se tratase de hacer dos Fic. 494 trenzas de tres, ama con los tres cordones de la izquierda, la otra con los tres de la dereclra. 20. Pásese a bajo b y sobre c, para tener 4 cor- dones á la derecha. Llévese en seguida f£ sobre e, bajo d y solre a hacia la izquierda: habrá enton=: Fic. 495 da ces 3 cordones de cada lado. Tómese 6, que se eruza á su turno con los dos cordones siguientes, vendo de izquierda á derecha (Fig. 495). Cadena de reloj con dos cordones lo Amárrense los dos cordones con ayuda de un nudo sencillo, repliégese a sobre si mismo y ZN Parr Fic. 496 Fic. 497 30 Fórmese una nueva hebilla con 6 (Fig. 498) é introdúzcase en la hebilla a (Fig. 499). Erc. 498 Fic. 499 Fic. 500 : do Estirese el cabo a y hágase una tercera he- billa que se vuelve á pasar por b, y asi sucesiva- mente (Fig. 500). Fic. 501 o Cadena terminada (Fig. 501). Cadena de cuatro cordones 1% Reúnanse cuatro cordones, ó tómense dos solamente, que se doblarán para producir cuatro cabos que se colocarán como en la Fig. 502. Fic. 502 J COSMOS 287 20 Fórmese al rededor del dedo mayor una he- | el extremo c y bajando sucesivamente day d billa con el extremo a, y manténgase con el pulgar | que se introducen en la nueva hebilla, ete (Fig. 503). Trenza de paja 9 junco.—Trenza de tres lo Colóquese el cabo a en cruz con la extremi- ¡dad de b (Fig.507). 20 Dóblese b sobre a; luego a sobre b, así se ob- tienen los tres cabos necesarios (Fig. 508). Fic. 503 : Fic. 509 Fr. 510 do , a Na h 2 a h 1 a A are 30 La posición exacta de los cuatro cabos se ve| Ñ eo Si oa > Bsobre¡al, luego a so OA bre), ete. (Figs. 509 y 510). La Fig.511 muestra la a | posición de las manos. Fic. 504 40 Bájese entonces b sobre d, e sobre b y d so- bre ec (Fig. 505). Fic. 511 Nota.—Aqui se opera sin ninguna especie de unión ó soporte. Luego que una hebra se acaba, se pone otra, y despues se cortan las puntas que ¡salen cuando la trenza esta terminada. Fic. 505 52 Introdúzcase en seguida « en la hebilla for- 20 : : e da pe z 0 EM o Fórmense dos cabos y s an (Figs. 512 mada por a y estirese el cabo a (Fig. 506). Con- El ormense dos cabos y se doblan (Tigs. 5 ly 515). Trenza de cuatro SSSSS55555555555555555555555555555555S Fic. 512 Fic. 506 tinúese la cadena formando una nueva hebilla con Fic. 508 288 COSMOS 20 Levántense b? sobre a? ; pásese a! bajo bl y | via estos dos cabos por delante de los otros dos, sobre b?, ete., (Figs. 514 y 515). etc. Figs. 520 y 521. Fic. 516 30 La Fig.516 muestra un cabo de reemplazo e, asi como una pu ue debe cortarse y asi como una punta c q Fic. 591 40 Las Figs. 522 y 523 muestran las dos caras de esta elegante trenza. Otra trenza de cuatro lo Habiéndose replegado los cabos, como para el ejercicio precedente, dóblese a? bajo 0? (Fig. 517). ZII Z,, SS ¡SNS SS ve Ñ Fic. 517 Fic. 518 Fic. 523 %o Dóblese en seguida 0? bajo a? (Fig. 518) y llévense estos dos cabos por delante de los otros | - BERTRAND, Toussaint Y GOMBERT. dos cabos de la izquierda (Fig. 519). (Continuará.) 30 Dóblese entonces al bajo b* y lévense toda- SC La invención es la que mide la fuerza moral. Para buscar, para des- cubrir, para aplicar, es necesario de- sear con pasión. H. Taxne. La fuerza verdadera constituye el orgullo legítimo y con el sentimien- to de su energía se adquiere la con- ciencia de su derecho. H. Tarxe. Fic. 519 : —_— mn É*COSMOS* Tomo 1 Lámixa 192 F. Ferrart Pérez, For. FoOTOCOLOGRAFIA DEL COSMOS VASO PARA CORAZONES (MUSEO NACIONAL) COSMOS REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS RAT IL NA AT DirECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacuñara, D. F., 1% pe Octubre be 1892 Núm. 19 EL CALENDARIO AZTECA ' Veamos ahora la primera de las teorías ya citadas: la de Gama. A juicio de este autor, * el rostro del centro que aparece con la boca abierta, atr- mada de dientes y sacando la lengua, es la efigie del Sol, Tonatiuh; y los cuatro cua- dretes que lo rodean, significan los cuatro movimientos, de suerte que el conjunto equivale á nahui ollin Tonatiuh, el Sol en sus cuatro movimientos. Adviértense ade- más, ocho rayos triangulares que rodean á la figura central, alusión á la división del día y la noche en ocho partes; y entre la imagen del Tonatiuh y los ocho rayos, un circulo interior que contiene los veinte sig- nos de los días, contados de izquierda a de- recha: Cipactli, Ehecatl, Calli, Cuetzpalin, Cohuatl, Miquiztli, Mazall, Tochtli, Atl, Itzcuintli, Ozomatli, Malinalli, Acatl, Ocelotl, Cuauhtli, Cozcacuauhtli, Oliin, Tecpatl, Quiahuitl y Xochitl. Finalmente, constan en el monolito las datas de diez grandes fiestas que se cele- braban desde el equinoccio de primavera hasta el de otoño. Ahora bien, para conocer por medio de es- te monumento los movimientos del Sol y con éstos el tiempo en que se celebraban las fiestas, hay que tener en cuenta dos circuns- tancias: la piedra estaba colocada en un plano horizontal situado verticalmente sobre una línea tirada de Oriente á Poniente y con la cara al Sur; después, la existencia de ocho taladros inmediatos al circulo y en un plano 1 Concluye. Véase «Cosmos», p. 273. 2 Gama, Descripción histórica y cronológica de las dos piedras halladas en la plaza de México en 1750. inferior, en donde se fijaban otros tantos estilos. Esto supuesto, fijados dos estilos de corta longitud en dos de los taladros y otros dos estilos mayores en otros dos taladros y reu- nidos cada uno con el estilo correspondiente por medio de hilos, la sombra que éstos for- maran debía coincidir exactamente con la línea situada donde el plano de la piedra cortaba al plano horizontal ó con otra para- lela á ella sobre la misma piedra, según la longitud dada al estilo. Los otros cuatro taladros, distantes entre si igualmente, servían para que se fijaran en ella otros cuatro estilos de la misma longi- tud, reunidos dos á dos, por hilos paralelos entre sí y al horizonte, con lo que conocian los días del año en que llegaba el Sol al zenit al ir del equinoccio al trópico de Can- cer y al volver de éste al equinoccio, por- que en esos momentos la sombra que daba el hilo de arriba debía cubrir exactamente al de abajo, en el medio día, lo cual tenía lugar el día Vahui Ocelotl, 6 el siguiente, que corresponden al 22 y 23 de Mayo, en los cuales pasa el Sol por primera vez por el zenit. La segunda vez que de vuelta del trópico tiene igual declinación es el 26 de Julio. : Este medio calendario no sólo daba á co- nocer los equinoccios, los solsticios y el paso del Sol por el zenit, sino que servía también de reloj solar, porque á más de se- ñalar el medio dia por las sombras que pro- ducían los estilos, señalaba también las nue- ve de la mañana y las tres de la tarde, horas en que se verificaban sus ritos y ceremo- nias. Tal es, en breve sinopsis y á grandes ras- gos, la teoría de aquel diligente arqueólogo; 290 pero contra sus investigaciones, aprobadas por casi todos los historiadores y sanciona- das, principalmente por HumboLpr, se ele- 'an gravísimas objeciones, al grado de que ese sistema planteado con tanta sagacidad y con todos los visos de irrefutable, está a punto de caer por tierra. De otro modo: los principios de que parte Gama, las bases en | que apoya su teoría, no tienen la debida comprobación histórica, puesto que ni el monolito estuvo colocado verticalmente, ni se tiene noticia de la segunda piedra, com- plemento de la anterior. Más feliz, acaso, en sus pesquisas, el Sr. Cuavero la considera, según dijimos ya, co- mo un monumento votivo al Sol. El autor del tomo 1 de México dá través de los siglos, basado en el testimonio del P. Duray, en el de Tezozomoc y en el del des- conocido que escribió el Códice Ramirez, demuestra, primero, que la piedra estuvo co- locada siempre horizontalmente y segundo, que en ella se verificaban sacrificios huma- nos. En efecto, el mencionado calendario fué mandado labrar por el rey Axayacaro, cele- brándose su conclusión después de las exe- | quias de los que murieron en la guerra con Michoacan. Á este respecto, es bastante ex- plícito el P. Durax. «También estaba, di- ce, ocupado (el rey AxayacarL) en labrar la piedra famosa y grande, muy labrada donde estaban esculpidas las figuras de los meses y años, días y semanas, con tanta curiosidad que era cosa de ver, la qual piedra muchos vimos y alcanzamos en la placa grande jun- S to á la acequia, la qual mando enterrar el Ilmo. y Rmo. Sr. D. Fray ÁLonso De Mon- rTurar dignísimo arzobispo de México, de felice memoria; por los gr grandes delitos que sobre ella se cometían de muertes». Más ade-| lante, refiere cómo el mismo ÁxAYACATL Or- denó que contribuyeran los pueblos con la | arena, cal y piedra necesarias para la cons: | trucción del edificio en que había de colocar- se; el tiempo que duró la fabricación y las fies- tas con que hubo de celebrarse cuando fué concluida, y, finalmente, su consagración. Verificóse ésta después de las exequias ya dichas, asistieron los señores de Huexotzin- co, de Cholollan y de Metztitlan, consistiendo | l COSMOS la parte principal de la fiesta en el sacrifi- cio que se hizo sobre la piedra misma, de setecientos prisioneros de guerra traidos de Tliliuhquiiepec. 1 . Como se ve, con la historia de la piedra queda plenamente comprobado el uso que de ella se hizo; y por otra parte, habla en contra del sistema de Gama el que no apa- rezcan en la piedra, los señores acompañados de la noche y los simbolos anuales tochtli, calli y tecpatl; el que no estén combinados, para el arreglo de las fiestas, los dioses y los signos correspondientes, faltando ade- más los dioses, y el que no existan los ta- ladros en que debieran fijarse los estilos ?. En opinión del referido anticuario la fi- gura central representa-al Tonatiuh; al na- hut ollin, ó sus cuatro movimientos; a los cuatro soles, Fhecatonatiuh (sol de awe), Tle- tonatiuh (sol de fuego), Atonatiuh, (sol de agua ta) cuatro elementos, y á las cuatro estaciones. ) y Tlaltonatiuh (sol de tierra); á los Los dos rostros que se ven en la parte inferior del círculo y que según Gama re- presentan a YoHuaLTeUTLI, que dividía el gobierno de la noche y lo distribuía entre los acompañados de los días, se refieren, á juicio del Sr. CHavero á la dualidad mitológica Oxomoco-CirAcTLI, inventores del Tona/a- mail que es el verdadero calendario mexica- no; dualidad repetida en las garras de la figura central. Para concluir: encuentra él entre otras combinaciones numéricas, los 365 días del año solar, los 260 del año religioso, los tre- ce años que corresponden á un ¿lalpilli, los cincuenta y dos, ó a1uhmolpilli, las ocho ho- ras del día y las ocho de las noche *. Al tenor de la tercera teoría, la de D. Droxisto ÁBADIANO y que en último análisis no es más que una ampliación y no pocas ve- ces una corrección de la de Gama, la piedra, origen de tanta controversia, no sólo es un 1 Durán, Historia de las Indias de Nueya-Espa- ña, 1. pp. 272-303. 2 Polémica entre el Diario Oficial y la Colonia Española, t. IU, pp. 478-479 (art. Calendario azteca, del Sr. CHAvERO). 3 Chavero, Calendario Azteca. Apéndice alt. UI del Diccionario Geográfico y Estadístico, publicado por Pérez HERNÁNDEZ. COSMOS 291 calendario sino también un libro astronómi- co, astrológico, histórico y cronológico. La falta de espacio, por una parte, y por la otra el temor de no poder condensar de- bidamente las opiniones del autor, nos im- piden dar cuenta de la voluminosa mono- grafía escrita por el Sr. Ánapraxo; pero sí es de justicia advertir que ha procurado ra- zonar su interpretación. Lo que nosotros no. nos atreveríamos a decidir es, como ya lo hicimos constar, si la interpretación es ve- vaz. Desde luego, en contra de esta teoría como respecto de la de Gama, queda en pié lo asentado por el P. Durán y mientras no se produzca nada adverso á este historiador primitivo, su testimonio es de gran valía; además, según el Sr. Apapiaxo la piedra es tuvo pintada de azul, amarillo, rojo y ver- de, lo que es inadmisible; y tiene su com-: plemento en el cuauxicalli de Tizoc, lo que no está probado debidamente. De cualquiera manera que sea, calendario, monumento votivo ó libro astronómico, etc., | el monolito tantas veces repetido es un ín- dice precioso de aquella civilización extin- guida hoy absolutamente y desconocida 6 ne-| gada por los escritores europeos; que todavía se empeñan en demostrar que los aztecas eran unos salvajes ó poco menos. El calendario, repetimos, así como el cuauxicalli de Tizoc, descifrado por D. Ma- NUEL Orozco Y Berra; como las lápidas con- memorativas de Morecunzoma 1, de Tizoc y de AmurrzorL y de Morecunzoma Il, estudia- dos por D. José Ferwawbo Ramírez; como la piedra del hambre dada á conocer por PD. ALrreDO Cuavero, son los argumentos con | que mejor se puede defender á los méxica. | «Un pueblo, dice HumsoLor, ! que arre- glaba sus fiestas por el movimiento de los! astros, y que grababa sus fastos en un mo-' numento público, había llegado sin “duda á un grado de civilización superior al que le asignan Paw, RayxaL y aún Ronerrsox, que es el más juicioso de los historiadores de América. Esos autores consideran como bár- baro todo estado humano que se aleja del tipo de cultura que se han formado seg sus ideas sistemáticas. No podemos admitir 1 Humor, Sites des Cordilleres, etc., p... 250-251. cún esa distinción neta en naciones bárbaras y naciones elvilizadas..... .... Hay naciones enteras así como simples individuos; y lo mismo que en estos últimos no todas las fa- cultades del alma llegan á desarrollarse si- multáneamente, en las primeras los progre- sos de la civilización no se manifiestan á la vez en la suavización de las costumbres públi- cas y privadas, en el sentimiento de las ar- tes y en la forma de las instituciones. Án- tes de clasificar á las pueblos, es preciso estudiarlos según sus caracteres especificos, porque las circunstancias exteriores hacen variar al infinito los tintes de cultura que distinguen a las tribus de raza diferente, sobre todo cuando fijadas en regiones muy lejanas unas de otras, han vivido largo tiem- ¡po bajo la influencia de gobiernos y de cul- tos más ó menos contrarios á los progresos del espíritu y á la conservación de la liber- tad individual». = (o) P. Rivera. EL ARTE DE CONTAR ' La relación que existe entre el cálculo digital y el hablado puede establecerse ge- neralmente como sigue. Desde el punto de vista de la facilidad más grande que trae comprender bién los números, una aritmé- tica palpable, la que emplea los dedos 6 sus articulaciones ?, los montones pequeños de guijarros ó de habas, 6 medios menos naturales, como el rosario ó el abaco, po- see tan grandes ventajas sobre el cálculo verbal, que ha debido precederlo necesa- 1 Continúa. Véase «Cosmos», p. 281. 2 Los baratilleros orientales practicaban desde hace siglos, y practican aun, el método de indicarse secretamente los números en los mercados, por | medio de sus dedos, ocultos bajo la capa. Cada ar- ticulación, cada dedo, tiene su significado según lo cuenta un viajero antiguo y este sistema parece ser un desarrollo artificial más 6 menos complicado del cálculo corriente de los dedos. El pulgar y el me- nique, extendidos, y los otros dedos cerrados, equi- valen á 6 6 460; la adición del cuarto dedo es igual 476470, y así sucesivamente. Dícese que entre dos baratilleros, el debate de un mercado se hace tan hábilmente con sus señales como con las pala- ¡bras comunes empleadas por los comerciantos para marcar la vacilación, para ofrecer un poco más 6 | 0% , | Paraexpresar una denegación obstinada. 292 COSMOS riamente. Así, encontramos el método de contar con los dedos no sólo entre los sal- vajes y los hombres sin educación para ayu- dar á sus operaciones «mentales allí donde la palabra les hace falta, sino que también entre las naciones más cultivadas donde este procedimiento ocupa aun un lugar como preparación y modo de elevarse 4 métodos aritméticos más complicados. Es indiscutible que el niño que aprende á contar con los dedos, reproduce uno de los procedimientos de la historia mental de la raza humana; que, en efecto, los hombres contaron con los dedos antes de tener pa- labras para expresar los números; y que en esta rama de cultura el lenguaje de las pa- labras no sólo siguió al lenguaje miímico sino que salió de él. Da la prueba el len- guaje mismo, porque vemos en innumera- bles tribus lejanas, que cuando se tiene la ne- cesidad de expresar la cifra 5 con una palabra se da simplemente el nombre de la mano que se ha levantado para indicarlo, que de la misma manera se dice dos manos ó la mitad de un hombre para significar diez, que la palabra pié sirve para élevar el cal- culo á 15; después á 20, que se enuncia con la voz y con el gesto mediante las manos y los piés á un mismo tiempo, ó diciendo un hombre entero; finalmente, merced á diver- sas expresiones que se relacionan con el cálculo de los dedos de las manos y de los piés, se dan nombres á estos números y Al los intermedios. Como quiera que es nece- sario un término definido para designar los números significativos de esta clase, con- viene llamarlos numeros de las manos ó nuú- meros digitales. Una elección de ejemplos típicos bastará para establecer la probabili- dad de que este procedimiento ingenioso no ha sido imitado en modo alguno de otra tribu ni tomado de una fuente común, sino que se ha formado en las diferentes razas con su caracter original y con la interesante variedad de sus detalles, por un medio aná- logo, pero independiente. El P. GiLis, al describir la aritmética de los tamanacos del Orinoco, da su número has- ta 4; cuando llegan á 5 lo expresan por la palabra amgnaitone, que significa una ma- no entera; 6 se expresa con un término que traduce en palabras el gesto propio: Ztacono amgnapo' na” teyinttpe, uno de la otra mano, y así sucesivamente, hasta llegará 9. Cuan- do llegan á 10, lo expresan con las palabras amgna aceponare, las dos manos. Para de- cir 11 extienden las dos manos y, avanzando el pié, agregan puilla-poná tevinitpe, uno del pié y así sucesivamente hasta 15 que es iptaitone, todo un pié. Para 16 uno del otro pié y así sucesivamente hasta 20, tepin ito- to, un indio; 21, ¿tacono itoto jamgnar boná tevinitpe, una de las manos de otro indio; 40, acciache itoto, dos indios, y lo mismo para 60, S0, 100, tres, cuatro, cinco indios, y más sl fuere necesario. idiomas de la América Meridional abundan en hechos de este género. Entre Los los numerosos dialectos que conservan las huellas de la numeración digital, los de los cairiris, tupis, abipones y caribes rivalizan con el dialecto de los tamanacos por su me- dio sistemático de emplear una mano, las dos, un pié, los dos, etc. Hay otros que ofrecen menores huellas del mismo proce- dimiento; por ejemplo, los números 5 y 10 están unidos á la palabra mano: de aquí que los omaguas empleen la voz pua, mano, pa- ra 5 y la dupliquen en upapua, 10. En al- gunos lenguajes de la América del Sur un hombre, en razón del total de sus dedos de las manos y de los piés, equivale á 20, mien- tras que á la inversa, se citan dos idiomas que atestiguan un estado intelectual interior, merced al cual no sabiendo contar el hom- bre más que con una mano, se detiene en el número >. En juri, ghomen apa, un hom- bre, designa el 5; en cairiri, ¿bicho se em- plea á la vez para persona y para cinco. La numeración digital no esta limitada á las tribus salvajes ¿los muiscas de Bogotá, entre las razas indígenas de la América, eran tan célebres como los peruanos á causa de su civilización; no obstante, el mismo método de formación empleado en el lenguaje de en el ey Lil MICA, los incultos tamanacos se encuentra de los muiscas que cuando llegaban 12, 13, contaban quilicha ata, bosa, es decir, pié uno, dos, tres, |. Si conver- 1 Guuis, Saggío di storia Americana, t. Il, p. 332 (Tamanac Maypure); Marrius, Gloss. Brasil. (cairiri, tupí, caribe, omagua, juri, guachi, coretu, timos nuestras miradas á la América del Norte, el misionero moravo Cranz, nos des- eribe cuál era hace un siglo la numeración de los groenlandeses. «Sus expresiones nú- mericas, refiere, no llegan muy adelante; el proverbio dice que apenas pueden contar hasta cinco, porque cuentan con los cinco dedos; después con los dedos de los plés alcanzan con gran trabajo á veinte». La moderna gramática groenlandesa da los números como lo dice Craxz, pero de una manera más completa. La palabra pa- ra 5 es tadlimat, lo que, según se piensa, pudo haber significado mano; 6 es arfinek- attausek uno de la otra mano, ó más bre- vemente, arfinig-d!tt, los que toman de la otra mano; 7, arfinek-marluk dos de la otra mano; 13, arkanek-pingasut tres del primer pié; 18, arfersanek-pingasut tres del otro pié. Cuando llegan á 20 dicen ¿nuk navd/ugo, un hombre completo, ó ¿nup apatai navdlu- 81, los miembros de un hombre completo; y contando así varios hombres llegan á nú- meros más elevados, por ejemplo, expresan 33 diciendo: ¿nup pingajugsane arkanek- pingasut, tres dedos del primer pié del ter- cer hombre !. Si de los rudos groenlande- ses pasamos á las aztecas, comparativa mente más civilizados, advertiremos que así en las comarcas septentrionales como en las meri- dionales, hay, aún en las razas elevadas, hue- llas de la numeración digital. La etimología de las primeras cuatro cifras mexicanas es tan desconocida como la nuestra; pero en cuanto llegamos al 5 encontramos en ma- cutlli, la expresión de esta cifra; como ma (ma-101) significa mano y cuiloa, pintar ó describir, es verosímil que la palabra cínco haya significado algo así como la imagen de una mano. ln el 10, matlactli, la palabra ma, MALO, aparece una vez más; pero como tllacilí significa mitad y está representada en los ¡eroglificos mexicanos por la mitad superior del cuerpo de un hombre, es pro- bable que entre los aztecas, LO signifique dos cherentes, maxuruna, caripuna, cauixana, carajas, IL, p. 648; Demrrznorrer, Abipones, XLIV coronado) t. t. IL, p. 168; Humzoror, Monumendts, pl. (Muysca). 1 Craxz, Grenland, p. der Grenl. Spr. Raz, in Tr. Elh. Soc. t. VAS. E 286; KrLeEnNscumiDrT, Gr. Vo. De COS MOS ; 293 veces la mano de un hombre, absolutamente como entre los towkas de la América del Sur en los cuales 10 se expresa por la mi- tad del cuerpo y 20 por el cuerpo entero. Cuando los aztecas llegan á la cifra 20, la llaman cempoalli, un entero, evidentemente en el mismo sentido que todo un hombre, dedos de las manos y de los piés. En las demás razas inferiores se observan hechos semejantes. El idioma de los tasma- nios deja ver una vez más al hombre que se detiene cuando ha levantado las manos y contado con los dedos, porque aquí al igual de las dos tribus de la América del Sur mencionadas antes, puggana, hombre, es to- mado por cinco. Algunas tribus del occi- dente de Australia han hecho un empleo mucho mejor de la palabra mano: marh=ra; marh=jin=bang-ga, la mitad de las manos, es 9; marh-jin-bang-ga-gudjir-gyn, la mi- tad de las manos y uno, es 6, y así sucesi- vamente; marh-jin- belli- belli-gudjir-jina- bang-ga, las manos de cada lado y la mitad de los piés, 15. 1 Como ejemplo de las lenguas melané- sicas tomaremos al maré: en ésta se desig- na al 10 por ome re rue tubenine, que sig- nifica probablemente las dos partes (es de- cir las dos manos); 20 por sa re gnome, un hombre, ete. Así, en la versión del Evange- lio de San Juan, V, para decir que «un en- lermo sufría desde hacia 38 años», se da el número 38 con esta frase: un hombre, dos partes, cinco y tres. * En los lenguajes malayo-polimésicos, la pa- labra típica para cinco es lima ó rima, ma- no, y la unión prosigue á través de las va- riaciones fonéticas que existen en las dife- rentes ramas de esta familia de lenguas: por ejemplo, en malagasy, dímy; en las islas Marquesas, fíma; en las islas Tonga, nima. Pero en tanto que líma y sus variedades significan cinco en casi todos los demás dia- lectos malayo-polinésicos, su significación de mano esta comprendida en un dominio más restringido, lo que prueba que la pala- bra se volvió más persistente por su empleo 1 MiLLicAw, loc. cit; M. F. Moorz, Vocab. W. Aus- tralíia, Cf. una série de números quinarios hasta 9 en Sipwex, en Porr, Zehlmethode, y. 46. 2 GabrLentz, Melanesische Sprachen, p. 183, 294 como término numeral simplemente tradicio- nal. En las lenguas de la familia malayo- polinésica se encuentra generalmente que 6 y 7 están designados por palabras cuya eti- mología no es dudosa; está demostrado que lima=sa, lima-zua, (mano y uno, mano y dos), han designado 6 y 7 1. Lo que nos dice Rork de la lengua veí que se habla en el Africa Occidental, suministra un caso tipico. Los negros dependen tanto de sus dedos que apenas pueden contar algunos sin servirse de ellos, y hacen uso de sus dedos de los piés cuando al calcular se hallan acu= rrucados. El pueblo veí y otras tribus afvi- | canas cuentan primero con la mano izquier- da, comenzando, á lo que se dice, por el meñique, continúan con la derecha y siguen con los dedos de los piés. El número 20 en vel, mo bande, significa evidentemente que se ha acabado (bande) con una persona (mo), y asi sucesivamente hasta 40, 60, 80, ete.: se ha acabado con dos, con tres ó con cuatro hombres. Un hecho de comproba- ción interesante es que los negros que ha- cian uso de estas frases hayan olvidado su sentido descriptivo original. Finalmente, pa- ra despertar en nuestro espíritu la imagen de un hombre que cuenta con los dedos y para hacer comprender cómo llega á tradu- cir sus gestos con palabras, g gua sobrepuja á la zulú en esas palabras que | pueden llegar a ser nombres fijos de núme- ro. El zulú al contar con los dedos comien- za por lo común con el meñique de la ma- no izquierda y cuando llega á 5 dice: Mano concluida; entonces pasa al pulgar de la ma- no derecha, y el vocablo tatisitupa (tomando el pulgar) se vuelve 6; despues el verbo komba (indicar) que designa al índice da el número que sigue, 7. Así, para responder áesta pregunta: ¿Cuánto le dió á vd. suamo? un zulú respondería.—U kombile. Adelanta el indice, lo que significa me dió siete, y este modo curioso de emplear los verbos nu- méricos se encuentra en este otro ejemplo: amahast akombile, los caballos han indica= do, es decir, había siete. De igual manera, hijangalobili, dos dedos cerrados, para 8; 1 W. yow HunmsoLDr, Mco Spr. t. IL, p. 308, confirmado por As. Res. t. VI, p. 90, Jvurn. Ind. AÁrch., t, MI, p. 182, ete. ninguna len-| COSMOS kijangalolunje, un dedo cerrado para 9, lle- va á Juni, 10; al fin de cada decena se gol- pean una contra otra las dos manos tenien- do los dedos separados !. El sistema según el cual el primer pro- cedimiento de que el hombre hizo uso para contar, fué tocar sus manos y sus dedos, el hecho establecido de que muchos números empleados actualmente se derivan de un procedimiento semejante, han hecho que se dé un gran paso hacia el descubrimiento del origen de los números en general. ¿Po- dremos ir más lejos y dar un conjunto del procedimiento mental por el cual los salva= jes, cuando aun no tenían en su lenguaje nombres de números, llegaron á inventar- los? ¿Cuál fué el origen de los que no se refieren á las manos y á los piés, particu- larmente los números superiores á cinco que se prestan mal a esta hipótesis? La cuestión es dificil de resolver; sin embargo, en principio no es irresoluble porque se tienen algunos datos acerca de la formación actual de nuevas expresiones numerales, for- madas bajo la influencia de la simple nece- sidad de apropiar ciertos objetos y ciertas acciones á usos determinados. EbwarD B. TyLor. (Continuará. ) LA CIVILIZACIÓN DE MÉXICO Y EL PERU ANTES DE LA CONQUISTA” Se advierte bien el talento de los perua- nos en sus extraordinarias pro- 0-0 o La agricultura visiones de agricultura que eran tuénevada nas o o SU ta la perfección. la tendencia nacional. Una rápi- da elevación desde el nivel del mar hasta la altura de las montañas, les daba en una ex- tensión pequeña, todas las variedades de los climas y se aprovecharon de estas cir- cunstancias. Formaron terrados en las vertientes de las montañas y cubrieron a los terrados con tie- rra fertil. Cavaban pozos en la arena, los 1 ScmreuDEr, Gr. for zulu Sproget, p. 30; Donne, Zulu Dict.; Grour, Zulu Gr. V. Harm, Gr. des He- rrero. 2 Concluye. Véase Cosmos p. 259 y 279, COSMOS cercaban con muros de adobe y los llenaban con estiercol para abonos. En los terrenos bajos, cultivaban el plátano y la yuca; en| los terrados, el maíz y la quina; más arriba el tabaco, y más arriba aun, las patatas. En esa superficie relativamente limitada, obtenían g cioso de los abonos; á este electo, se valían de los pescados y especialmente del guano. Su ejemplo ha conducido al uso de esta última substancia en Europa con un fin se- mejante, en la época actual. Todo el mundo civilizado los ha seguido en el cultivo de las patatas. La corteza peruana es uno de los re-! medios más eficaces. Grandes comarcas de -Norte-América serian inhabitables sino fue- ra por el uso de su activo alcalóide, la qui- nina, el cual, de un modo que está léjos de! ser insignificante, reduce la: proporción de la mortalidad en los Estados Unidos. Las grandes obras hidráulicas eran nece- Yi cronacuedueto SABIAS INndispensablemente para su! de Condesuya. de Es- paña eran absolutamente indignas de compa- sistema agricultor. Las rarse con éstas. El acueducto de Condesuya tenía casi quinientas millas de largo. Los ingenieros tuvieron que dominar tales dificultades, que hoy la obra llena de ad- miración. El agua que venía en él, se dis- tribuía según lo ordenaba la ley. Había ofi- ciales que velaban por el uso conveniente de esa agua. Por estas grandes obras hi- dráulicas y por sus grandes caminos, puede comprenderse que el talento arquitectónico de los peruanos estaba muy lejos de ser in= significante. Construyeron edificios de pór- - fido, de granito, de ladrillo; pero los edificios eran en su mayor parte bajos debido á los ción. temblores que sacudían á esa reg Me he extendido tanto acerca de la histo- | Lasetapas del desarrollo hu mano son las mismas. cionada con uno de los principios que son objeto de este libro, á pr filosóficos saber: el progreso humano se verifica según | una ley invariable y por lo mismo de una manera definitiva en todas partes. Los tri-| viales incidentes mencionados en los párrafos anteriores pueden haber parecido insignifi- cantes ó fatigosos, pero su misma igualdad, su misma familiaridad les da, si se les con-| erandes productos por el uso ¡ui-| ria doméstica de México y del Pe- | , e, . | rú porque esta íntimamente rela- 293 sidera con atención, un interés sorprenden- | te. No hay en estos detalles mínimos otra cosa que lo que encontramos perfectamente desde el punto de vista europeo. Pueden represen- tar en vez de reminiscencias de la evolución ¡espontánea de un pueblo aislado del resto del ¡mundo por infranqueables oceanos, la rela- ción del progreso de una nación asiática 6 ¡europea. El hombre de América adelantó ¡en el sendero de la civilización de la misma ¡manera que lo hizo el habitante del Viejo ¡Mundo: tendiendo hacia las mismas institu- ciones, guiado por las mismas ideas y cons- treñido por los.mismos deseos. Desde los ¿grandes rasgos de su sistema social hasta los detalles m ás pequeños de su vida domés- tica hay gran semejanza con lo que se hi- izo en Asia, en Áfrics y en Europa; pero electos semejantes implican causas semejan- tes. ¿Qué fué, entonces, lo que poseyeron ¡de común los chinos. los hindous, los egip- cios, los europeos y los americanos? Sin ¡duda alguna, no fué el clima, ni las nece- ¡sidades, ni la oportunidad: simplemente su organización física. Así como los autómatas ¡fabricados según un mismo plan harán co- sas iguales, así también en las formas orga- nizadas, la igualdad de estructura producirá la identidad de funciones y la semejanza de ¡hechos. El mismo sentido común guía á la ¡humanidad en su camino por el mundo. El sentido común es una función de organiza- ¡ción común. La Historia Natural está llena lastimar nuestro orgu- ¡llo, pero nada es menos cierto que, en su ¡de ejemplos; podrá ¡progreso social, el albedrío de que tanto se ¡ufana el hombre en su capacidad individual, desaparece como influencia activa y queda de manifiesto el dominio de leyes generales é inflexibles. En vez del.libre albedrío del individuo, surgen el instinto y el automa- ltismo de la raza. El camino está libre pa- 'a cada abeja; puede gustar de Analogía entre las ¡esta flor y evitar aquella, puede sociedades hu a nanas y las s0- ciedades de anl- males desplegar su industria en los jar= dines 6 malgastar su tiempo en ¡el aire; pero la historia de un colmenar es la historia de otro colmenar, porque habrá siem- pre una organización predestinada: la rema, 296 los zánganos y los trabajadores. En medio de mil actos imprevistos, no calculados y variables, emergen con fatal certeza, resul- tados definidos. Las celdillas de un panal son construidas según un plan pre-determi- nado, pero al fin se las llena de miel. En las abejas, en las avispas, en las hormigas, en las aves, en toda esa baja vida animal que se mira con arrogante desprecio, el hombre aprende un día lo que es en realidad. Por una segunda razón también, me he de fade detenido en estos detalles. El pañaen Améri- enorme crimen de España al des- Se truir esta civilización, no ha sido nunca bien apreciado en Europa. Después de una atenta consideración de los hechos del caso llego á la conclusión de Carrr, que en la época de la conquista el hombre moral del Perú era superior al europeo, y yo añadi- ré que también el hombre intelectual. ¿Hu- bo en España ó en toda Europa un sistema político que realizara los detalles prácticos de la vida actual y que expresara en gran- des obras públicas visibles, exterioridades y señales duraderas, el cual sistema pudie- se compararse con el del Perú? Su único competidor podía haber sido el sistema italiano, pero ese habia sido usado ya ac- tivamente para reprimir el avance intelectual del hombre. «En vano los españoles excusan sus atro- cidades con el pretexto de que una Los españoles y los americanos. nación como la mexicana en don- de se permitía el canibalismo no podía con- siderarse como fuera del estado de barbarie, y que un país como el Perú donde se cele- braban hecatombes humanas en las fúnebres solemnidades de los grandes hombres, debió haber sido salvaje. Recordemos que no hay nación civilizada cuyas prácticas populares no sean inferiores á su inteligencia; recor- demos que á este respecto, España misma es también culpable. En América, los sa- erificios humanos formaban parte de las so- lemnidades religiosas, se hallaban exentos de pasión. El auto de fé europeo era una crueldad horrorososa; nada le ofrecía al cie= lo, sino que expresaba el despecho, el odio, el temor, la venganza, que son las peores pasiones de la Tierra. No hay espectáculo en el continente americano que obligue tanto COSMOS á un hombre á ruborizarse por su raza, co- mo el que se presenta en la Europa occidental cuando los herejes, cuya confesión había sido obtenida por la tortura, pasaban á la. hoguera vestidos con un traje obscuro en el cual aparecían pintadas, llamas y eligies de abominable significación. Recuérdese desde 148L á 1808 la In- a 340,000 per- quisición castigó sonas y de éstas, 32,000 perecie- J > > p Y ue Sacrificios huma- nOs europeos y sacrificios hu- manos america- 2108. ron quemadas. Recuérdese lo que se hizo en el S. de Francia; recuérdese fi- nalmente que, considerados el poco mérito del cuerpo bumano que á la postre será pasto de los gusanos y el infinito valor de su alma inmortal para cuya redención fueron muy poco la agonía y la muerte del hijo de Dios, las indignidades ofrecidas al cuerpo son de menor importancia que las indigni- dades ofrecidas al alma; bueno sería que el que se presenta como acusador de las atro- cidades cometidas en México y en Perú, tu- viera en cuenta que en ese período la auto- ridad entera de Europa tendía á la perver- sión y mejor dicho, á la total represión del pensamiento, á exclavizar la inteligencia y a hacer de la más noble creación del cielo, una máquina indigna. Gustar de la carne humana es menos criminal á los ojos de Dios que sofocar el pensamiento humano. Finalmente, hay otro punto al cual quie- ro aludir brevemente. Se ha ase=.. Antigiiedad de la gurado en todos tonos, que las — civilización civilizaciones mexicana y peruana a eran de orígen reciente, que databan cuan- do más de dos ó tres siglos antes de la conquista. Sería entonces justo decir tam-= bién que no hubo civilización en la India antes de la invasión macedónica porque no existen en ese país documentos históricos anteriores 4 ese acontecimiento. Los mexi- nos y los peruanos no fueron héroes de no- vela entre quienes ocurrieron sucesos ma- ravillosos fuera de lo común, cuyas vidas fueron reguladas-por leyes que no se apli- caban al resto de la humanidaad, y que pudieron producir en un día resultados á que otros no llegaron sino después de miles de años. Sus mujeres y sus hombres fueron iguales á los nuestros, y lenta, penosa y tra= bajosamente, realizaron su civilización. La COSMOS 297 manera compendiosa de que se valieron pa- ra recordarnos el método pensado de su popular cronología, se parece á los enmo- hecidos anales de Egipto y de China. Ha- ciendo á un lado los métodos imperfectos para recordar los acontecimientos practica- dos por los autóctonos del Viejo Mundo, el que estime justamente la lentitud con que el hombre pasa á través del proceso de la ci- vilización y compara así mismo las prodi- giosas obras de arte que nos dejaron esas dos naciones—índice duradero del grado de adelanto que alcanzaron—se verá obligado á desechar esas fútiles aserciones como 1n= dignas de refutación y aún de atención. Jonx W. Draper. History of intellectual development of Europe, t. TI, cap: Y. pp. 175-189. ———— + 0. — ILUSIONES DE ÓPTICA LOS CÍRCULOS ESTRABOSCÓPICOS Hace diez años, un sabio físico, Mr. SiL- vanus P. Thompson, profesor de Fisica en University College (Bristol), dió á conocer bajo el nombre de círculos estraboscópicos, dibujos particulares por medio de los cua- se obtiene un género de ilusión óptica no observado hasta hoy. Fic. 523 Como ya hemos analizado los trabajos de Mr. Thomrsow, nos bastará recordar que si se dibujan círculos concéntricos y si se le imprime un movimiento circular al dibujo obtenido, los círculos parece que giran. Nuestra Fig. 523 sobre todo cuando está dibujada en una escala conveniente, cuatro veces mayor, permite apreciar el fenómeno con toda exactitud. Basta colocar el dibujo planamente sobre la mano á la cual se hace describir rápidamente un movimiento circu- ori- lar. En seguida parece que los círculos g fran. Uno de nuestros lectores repitió no hace mucho estas interesantes experiencias y las completó con algunos efectos muy Curiosos. La Fig. 524 representa unos rosetones que parece que giran cuando se le imprime al dibujo un movimiento de rotación. Esta o Fic. 525 Fig. 524 en la que los colores blanco y ne- gro son más apreciables que en la Fig. 523 deja ver al fenómeno, en la escala en que está dibujada. ; Las Figs. 525 y 526 dan los modelos de los discos, los cuales deben colocarse en un eje por su punto central. Cuando se les 298 COSMOS hace girar á la manera de una rueda, se | 20 Dóblese primero 4! y 1? Juego a! y a? sobre transforma de un modo muy curioso. | Los círculos radiados de la Fig. 525 des-: aparecen, percibese un círculo, cuya circun- ferencia está limitada por los centros de los circulos reales y fuera de esta circunferen- cia se ven semi-círculos múltiples. La Fig. 526 se transforma completamen-: te por la rotación de su eje: en lugar de lí-- neas paralelas, da el aspecto de círculos con-' céntricos. Fic. 527 ¡los dobleces hechos antes, y asi sucesivamente (Figs. 528 y 529). Fic. 526 Estos dibujos están reducidos á la cuarta | parte de su tamaño; aquellos de nuestros. lectores que se interesen por estas experien-=. clas podran hacer los dibujos cuatro veces | más grandes. Cada figura puede montarse en un disco de cartón y pintársela en su parte central, Fic. 528 de rojo y verde alternativamente. : 30 La Fig. 550 representa la trenza terminada. Para la rotación de los discos (Figs. 525' y y 526) basta atravesarlos en su centro con: la punta de un lapiz y hacerlos girar con la Pp ¡pis y 8 | mano. (La Nature, 1888, 1, pp. 301-302.) A E TN IA p EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 | CUARTA SERIE NUDOS Y TRENZAS Segunda parte: trenzas Otra trenza de cuatro il lo Colóquense dos pajas en cruz para obtener Fic. 529 DA los cuatro cabos.al, a?, bd! y 1? (Fig. 597). , ' Es muy propia para formar el ase de las canastl- 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 285, ¡Mas de paja ó de junco. 299 COSMOS Trenza de cinco pajas en cruz, en la extremidad del cabo b (Fig. 19 Para obtener los cinco cabos, se colocan dos | 531), y se doblan (Fig. 532). 9% Dóhlese en seguida al sobre b! y pásese ba: [jo c; luego, sucesivamente, todos los cabos extre- 'mos de la derecha y de la izquierda, pasándolos IAE IR PDA A 7 ARA LARA DR RA RARA RR TIRAR, ¡DIVIMATASITRITARAL TL A on Fic. 535 sobre el que viene después y bajo el tercero (Fig. 1333). , 30 La Fig. 534 muestra la trenza terminada. Trenza de siete 10 Para obtener los siete cabos, se procede co- ¡mo ya se ha indicado varias veces, Fig. 030. | | 90 Habiendo tomado los cabos, á causa del do- 'blez, la posición representada en la figura 536, dó- Fic. 536 blese c2Ebajo d y lévese por delante de ar3y de b2, Fig. 537. S Ed TN da Exc. 537 3o Igual movimiento á la izquierda con a*, que Fic. 534 | 300 COSMOS se dobla bajo e*, y que se lleva por delante de e? | ra tapar las rendijas de las puertas de los establos y de c?; y asi sucesivamente, Fig. 538. y de las caballerizas durante la mala estación. In la industria se utilizan para preservar del contacto del aire frio los conductos de agua, de | Fic. 542 | gas 6 de vapor. Se entiende que entonces se ope- ra con 30 6 40 cabos, por lo menos, distribuidos en | 3,4,5 07 hilos, según el caso, | 40 "Trenza de siete terminada, Fig. 539. Aplicaciones En el campo se emplean las trenzas de paja pa- | Fic. 543 Las trenzas de siete se emplean mucho en la [confección de las formas de sombreros. Las gruesas esteras de junco de rio están for- [madas igualmente de una trenza de siete, enrolla- da en espiral, Figs, 540 y 541. ANA, 2 S OS ÁÚTRS A HR SS S S A 33 SN AU z = lA dal e Fic. 544 SIA a > a a La misma trenza puede servir para la confec- PRA RANA laa a 5 EIA AO ¡ción de canastitas para niños. A RUVAIVIEID | a : 0 , Y Ss NA | Reproducimos aquí dos de las formas más co- EA IIIS LO [aa IA Ss |nocidas, Figs. 542, 543 y 544. 34 a VAL, ) He ) o ON A > | ES RR ARI A DO ES eS ES sas. ES SS S ES QUINTA SERIE PICADO 772 A 277 zz E == PS 27. IZ MATERIAL DE TRABAJO Todos estos pequeños trabajos se ejecutan con ayuda de una aguja enmangada. A defecto de 7 aguja especial, se puede emplear un alfiler grue- KE 4. o O . . Fic. 541 so. Si los niños trazan solos sus diseños, es indis- COSMOS 301 pensable emplear papel cuadricula- do, para obtener un dibujo más ó menos exacto. Los diseños he- chos por los niños ó los patrones pro- porcionados por la maestra, se colocan sobre una hoja de papel blanco y re- tenidos, si es me- ro. nester, con ayuda de dobleces practi- cados en la hoja. Cuando el traba- jo es facil y la hoja de pequeñas di- mensiones, se pue- de tener el papel Fic. con una mano y pi- carlo con la otra. Pero siempre es Lira Hágase dibujar la lira, Fig.549, con el lapiz en papel cuadriculado. Si el resultado no es sa- tisfac torio, emplée- 50 un patrón y pí- quese en papel blanco. Los puntos deben tener exactamente la importancia re- lativa que tienen en el dibujo. VNota.—La difi- cultad principa consiste en no que- Fic. ca brar las líneas cur- VAS, Letras Para trazar estas letras, los niños tie- nen absolutamente preferible colocar Id AAN GD de necesidad de guiar- la labor en un cojín formado con algunas hojas | se por el papel cuadriculado 4 5 milímetros 4 lo gruesas de papel secante. más. El bordado no exige más material que una agu-| Sila habilidad de los niños no es suficiente, no ja, estambre de diferentes colores, y un par de ti-[se vacile en emplear patrones preparados, Fijo. jeras de punta redonda, en cuanto sea posible. 900. Los muchachitos reciben algunos lápices de co- Limeas rectas lor para iluminar los dibujos, si hay lugar. Cuando se ha obtenido el diseño, lléyese sobre Grecas el papel blanco. Háganse trazar con el lapiz, en pa- pel cuadriculado, los ejercicios de arriba. Piquense en se- guida, en todas las líneas, los puntos extremos, primero; luego los puntos in- termedios, teniendo cuidado de que es- tén esparcidos con regularidad. Para variar, há- ganse picar los mis- mos ejercicios con el papel blanco de- bajo, á fin de habi- tuar al niño á picar con patrones. "fé El bordado no o- opos. a EN frece entonces nin- guna dificultad. Puede hacerse con estambre de di- ferentes matices, 6 combinando lana y seda. ] E ARO DO EEE AO 4 . . h e , , Respecto á los ni- ños, NOS contentare- mos con hacerles u- nir los puntos con rayas de lapiz de color, Fig. 551. Hojas de parra Estas hojas se pi- can siguiendo un di- bujo hecho en papel cuadriculado. Pue- de, igualmente, ser- Vir un patrón. Para la elección de colores, dirijanse porla naturaleza de los objetos que se van á bordar. a Cuando haya ad- quirido una poca de habilidad, hágasele picar las grecas en papel cuadricula- do, sin trazo previo Para el contorno con el lapiz. Figs. de las hojas, emplée- 545, 546, 547 y 548. Fic. 549 se estambre verde COSMOS 302 rosa claro. El cua- dro de varios mati- ces, sise desea, Fig. 20). obscuro y para los . pre 0 nervios, estambre y LA e... Ecol ocofeos lo verde pálido. Los niños ilumi- narán con lápices de color, Fig. 552. Ha eS o jode dee. op Racimo de uvas de El racimo, viole- Uaoioo to Hojas de yedra pedo ¡ . ta; hojas, verde cla- El contorno de GS cede ¿ ? od ro;rama, sepia; cor- las hojas sebordará ¿5 Aoc bere z. dol da dón, azul ó rojo. de verde y el tallo tido... e-dep od Cuadro, azul 0 de moreno. e Sr is naranjado,Fig.556. El cuadro podrá o ; Ñ Leó bordarse de rojo. 2 td : cd Nota.—Para que he 4 E Y Toda la dificul- las hojas conserven E Polo tad consiste en pi- bien su caracter, es Aa oa ' car bien, según el necesario que el pi- Eos A eN patrón dado. cado se haga con AL A : El león se borda- mucha exactitud, o ' 'á nutria claro, y el Fig. 553. 4. á y p zócalo azul ceni- Margarita A EN E 1 ciento, Fig. 557. Se bordará el q Sut 4 e ¿Gato y Perico contorno de las flo- : dee 2 Elgatopodrá ser res con estambre :. el ¿ moreno; la linea rosa, el centro con :. que marca el cojín seda amarilla. En + POS, será roja. la hojas se pondrá AA AA MAA El perico será a- verde claro y en e. 380 zul, verde, rojo y el tallo verde obs- amarillo, según las euro. El cuadro puede ser azul, rojo ó naranja- (partes; el palo donde está posado deberá ser mo- do, Fig. 554. [reno claro, Fig. 558. Tulipan | Ejercicios diversos 10 Canastillo.—El canastillo deberá cortarse por la maestra en papel grueso. O Las hojas serán verde obscuro con los nervios verde pálido. Las flores serán rojas con las venas AN Ural 303 COSMOS E IS s 0 LA A Me? A E RS == Fic. 554 Fic. 556 y $u. 5. py. DYPSR 7 E ee podes PU A HB 5] : E a q R md NS RA EA ah e los re q e? --9 A E : 4 > 07 E e. o4 0) | . j $ 1 . i o. ; LS . a H .. > ] H e $ 5 + S . . (22) e y 16 Z eS a ES PS 10 » : ES -. y . ; H E z $ a) 5d S 2 E « LS o e : : e . 2 S SS ¿ > : ES e: . a $ y 1 . e El 0 SA w ES NN o e. . SO 2 A a aL as . A COSMOS rr De Or Fic. 557 e o. Fic. 558 A A G: 560 Fic. 561 Las niñas pican las caras ayudándose del patrón que se les dé. En seguida bor- dan. Terminado el bordado, se cosen los lados y se tapiza el interior con papel co- lorido, Fig. 559. : Fic. 562 Yo Aro para servilleta.—30 Bolsas de pared.—4o Carteras.— Todos estos ejerci- cios se preparan por la maestra, se pican según un patrón, y se terminan pegando interiormente una hoja de color, Figs. 560, 561 y 562. BERTRAND, ToussAINT Y GOMBERT. (Continuará.) pa ce] *0% (ONIX VINHOHHY VI HA OHSVd 14 NA NOTOD Y OCIDITA OLNANANON *SONSOD TIA VIAVADO'LODOLOH VNIWy7] “DD DM 1 oxoJ, HO MO REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS [- RSE EE ASR-A Direcror PropPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 15 De Ocrubre De 1892 LA NOMENCLATURA QUÍMICA EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE GINEBRA Antes de dar cuenta de las resoluciones que se adoptaron en este Congreso, creemos util indicar cómo nació y cuáles fueron las deliberaciones aprobadas anteriormente. Á fin de poner al lector al corriente, lo mejor que podemos hacer es reproducir la ¿ntro- ducción del informe de la Sub-comisión nom- brada por el Congreso Químico de 1889 y formada por miembros residentes en París. El gran número de trabajos de Química , Orgánica que han salido 4 luz desde hace veinte y cinco años, la síntesis de compues- tos de funciones complexas y de núcleos muy complicados, han hecho que estalle, por to- das partes, el cuadro ya muy estrecho de la nomenclatura. Se han formado nuevas con- venciones á medida que se han necesitado á fin de poder darle nombre á los nuevos compues- tos. El número de estas convenciones au- menta de día en día; pero en tanto que al- gunas de ellas son lógicas y cómodas, otras son menos felices, ó, lo que es más grave, se hallan en contradicción entre sí ó con las convenciones aceptadas anteriormente. Fren- te á este estado de cosas, el Congreso In- ternacional de Química que se celebró en París el año de 1889, instituyó una sección especial que estudiara la nomenclatura quí- mica, la completara y la regularizara. Esta sección presentó 4 la aprobación del Con- greso un cierto número de proposiciones, expresando sus sentimientos porque el corto tiempo de que pudo disponer no le permi- tiera examinar y resolver todas las cuestio- nes en litigio. En la sesión del 3 de Agosto, el Congre- so de Química decidió que se formara una Comisión Internacional á la cual confió el estudio de las reformas que debía sufrir la nomenclatura. Nombró el congreso como miembros de esta Comisión a las siguientes personas: MM. BrrtmeLor, FriroeL, Á. Gautier, GRIMAUX, SCHUTZEMBERGER, JunGrLEIscH, FAu- CONNIER, BEHaL, CombEs, BouvauLrT, Francia; GrabeE, Suiza; ALexerEFE, BribsterN, Rusia; von Bayer, NaLtinc, Alemania; LrirEBEN, Austria; FravcuimonT, Holanda; Paterno, Italia; ArmstronG, Inglaterra; Isrrarr, Ru- manía; CALDERÓN, España; CLEvE, Suecia; Bowxowsk1I-BeY, Turquía; Ira-Remsen, Es- tados Unidos; Mourcurs, Chile. Se les notificó la elección á aquellos sa- bios que no habían tomado parte en el Con- greso. Todos manifestaron su adhesión. La Comisión Internacional se reunió en París el 8 de Agosto de 1889. Formó con los miembros residentes en la capital fran- cesa, una Sub-comisión permanente que fué la encargada de preparar el trabajo y presentar un informe satisfactorio respecto de los de- siderata del Congreso y dilucidar las demás cuestiones de nomenclatura que pudieran producirse. Las cuestiones de nomenclatura discutidas ante el Congreso y que quedaron en sus- penso fueron: a). La nomenclatura de los compuestos de funciones múltiples. b). La nomenclatura completa de los com= puestos benzénicos. c). La nomenclatura de los núcleos de ca= dena cerrada y la de sus derivados. La Sub-comisión examinó además: d). Las reglas que deben seguirse para 306 designar una función química por medio de una desinencia ó de un prefijo constante agre- gado al nombre. e). Las denominaciones que deben apli: carse á los radicales y en gener funcionales que se presentan con más ([re- alalos grupos cuencia en las moléculas. El conjunto de las decisiones votadas por: el Congreso de 1889 y las proposiciones adoptadas después de numerosas conferen- cias por la Sub-comisión emanada de él di- rectamente, permite, á nuestro juicio, de- signar clara, brevemente y sin ambigúedad, todos los cuerpos orgánicos conocidos. No creímos deber intentar la reforma de la nomenclatura química mineral. Tal como es, la nomenclatura actual es casi suficiente; por otra parte, pensamos que no ha llegado Si algún día se quisiera emprender esa obra, aun el momento de tocar á ese edificio. las reglas y los principios que hemos segui- do en este trabajo, podrían aplicarse util y facilmente á la Química Mineral. Esas reglas y esos principios son los si- guientes: 1%.—Tocar lo menos posible la nomencla=. tura actual, limitarse á completarla, y á re- gularizarla á fin de evitar las confusiones ó los sinónimos imútiles. 2.—Fundar, hasta donde fuera posible, las leyes de esa nomenclatura reformada, en un principio general, el de las substitucio- nes, salvo los casos en que se trata de ex- presar una adición directa. 3.—Hacer aparecer en todos los nombres de los derivados de una misma familia, de un mismo hidrocarburo, de un mismo alco- hol, ete., un radical común que indique su parentesco y su origen. 4*.—Obtener por medio de prefijos ó de sufijos agregados al radical la determina-| ción de los grupos que caracterizan las fun- ciones de estas moléculas. 5, —Conservar para formar el radical de estos nombres, los nombres usuales, como alcanfor, xileno, naftaleno, terebeno, ete., sin indicar la estructura de estos núcleos ó radicales conocidos. 6. —Adoptar y construir, hasta donde fue- ra posible, los nombres hablados y escritos «sobre la fórmula química, separando, si hay COSMOS lugar, cada radical é indicando sucesivamen- cún un orden determinado te su posición seg y constante. 7". —Conservar los nombres vulgares tales como alcohol, alcanfor, eloral, quinina, ín- digo, tirosina, urea, ete., cuando han pasa- do al uso común sí no perjudican á los nombres nuevos. Este último principio, así como la facil dad de nombrar á un mismo cuerpo de di- lerentes maneras, siguiendo siempre las re- S glas de la nueva nomenclatura, han hecho que algunos de nuestros colegas extranjeros teman la multiplicidad de los sinónimos. Llamándoles la atención el inconveniente de que hubiera nombres diversos para un mismo cuerpo, según el punto de vista en que se colocaran y según las funciones que se quisieran designar más especialmente, pidieron que se fijaran reglas para determi- nar en cada caso un nombre oficial que ha- bía de emplearse solamente en los índices y ¡en los diccionarios, para indicar cada cuer- po; se debiendo estar formado este nombre gún reglas que no estuvieran en desacuer- do con las de la nueva nomenclatura. Dos miembros de la Comisión Internacio-= nal, uno alemán y otro francés, presentaron cada uno un proyecto de nomenclatura para determinar en cada caso este nombre oficial; pero encontramos en sus proyectos tales inconvenientes que no nos fué posible adhe= rirnos á ninguno de ellos. Poruna parte, esas nuevas nomenclaturas introducian más si- nónimos; por la otra, creaban á veces nom-= bres tan largos que eran inabordables para las memorias escritas y que no representa- ban nada directamente al espíritu desde el momento en que eran un poco complicados. |Finalmente, podían reemplazarse útilmente en el lenguaje hablado por la lectura directa de la fórmula química que era mas clara. ¡No tener más que un solo nombre para cada substancio cuya función es á menudo com- plexa, equivale á privarse de la facultad de expresar, con la variedad de nombres, cada una de esas funciones que pueden en diver- sos casos ser consideradas por el autor co- mo preponderantes. Publicaremos después de este trabajo, esas proposiciones de nuestros colegas; así, el COSMOS 307 Congreso General podrá discutirlas y acep- tarlas sí hay lugar. Por otra parte, habién- dose comunicado un proyecto de informe á nuestros colegas. algunos de ellos, MM. Ba- YER, BristriN, CALDERÓN, FraxcmmoNr, Grabe, Istrarr, Liegen, entre otros, han tenido á bién trasladarnos las observaciones y proposiciones tenidas en cuenta en lo que sigue y que hacen de nuestro trabajo una obra verdaderamente internacional. La necesidad de tener un lenguaje claro y palabras bien definidas nos condujo a fi- jar el valor de los términos usados en Quí- mica, pero cuya acepción varía algunas ve- ces con los diversos autores. Radical. —Se Mama así una agrupación de atomos que tienen bastante estabilidad para transponerse, sin modificación, de una mo- lécula á otra á la manera de cuerpos simples (etilo, acetilo, piridilo, ete.) Resíduo 0 grupo.-—Es un conjunto de ato- mos reunidos entre sí que se separan de una molécula completa por medio del pensa- miento (carbonilo, oxidrilo etc.). Esqueleto.—En un cuerpo de cadena larga, el esqueleto carbonado 6 la cadena de car- bono representa el conjunto de los ¿tomos de carbono ligados entre sí directamente; en las cadenas cerradas el esqueleto compren- de todos los elementos que forman la cade- na cerrada y estos elementos solos con su modo de unión (ázoe, azufre, oxígeno, se- lento). Núcleo. —Compuesto de cadena cerrada que puede modificarse por substitución, dan- do derivados capaces de reproducir por me- dio de otras reacciones el compuesto pri- mitivo. Cuando se trata de un compuesto de la serie grasa, es decir, de cadena larga ó ar- borescente, se necesitan emplear signos pa= S ra fijar la situación de los diferentes átomos de carbono y distinguir los isómeros. Usanse actualmente las letras griegas a, f, y, ete.; pero cuando el primer átomo de carbono de la cadena no está ligado directamente con algún átomo de hidrógeno substituible, en lugar de designar por a al primer átomo de carbono, es al segundo al que se denomina 0. Esta costumbre tiene el inconveniente de designar de una manera distinta á un mismo producto de substitución del alcohol y del ácido correspondientes. CHr0H —CHCI—CH* alcohol £ —cloropropílico. COYM—CHCI CH acido a —cloropropiónico. Nos propusimos renunciar á esta práctica | nos que no haya lugar de indicar la posición y emplear cifras en todos los casos, contando | relativa de dos agrupaciones funcionales en á partir del primer átomo de carbono, á me-|la molécula (7 dicetonas, —f dicetonas). CIPCI—CHCI— CH? CO-H—CHCI|— CH? COr1—CH— CHARO CH Esperamos que nuestro trabajo, profundi- zado maduramente y discutido en más de cuarenta y cinco sesiones, una vez que nues- tros colegas de la Comisión lo completen y modifiquen, si hay lugar para ello, podrá tomarse como base de discusiones en un nuevo Congreso que arreglará de una ma- nera definitiva estas cuestiones tan complexas, y tan delicadas. | -2- dicloropropana. ácido 2-cloropropiónico. ácido 3-oxi-isobutírico. Etc. Ese nuevo Congreso, aludido en las fra- ses anteriores se reunió en Ginebra los días 19, 20, 21 y 22 de Abril de 1892. Antes de entrar en detalles acerca de este Congreso y de hacer el extracto de él, pu- blicaremos desde luego las resoluciones acep- tadas definitivamente, é indicaremos después las discusiones que originaron los diferen= rentes parrafos transeritos. COSMOS Resoluciones aceptadas por la Comi- sión Internacional para la reforma de la nomenclatura quimica 1. Junto á los procedimientos habituales de nomenclatura se establecerá para cada compuesto orgánico un nombre oficial que permita encontrarlo bajo una rúbrica única en los índices y diccionarios. La Comisión desea que los autores se acos- tumbren 4 mencionar en sus memorias el nombre oficial entre paréntesis al lado del nombre escogido por ellos. 2. Decide no ocuparse, por el momento, más que de la nomenclatura de los compues- tos de constitución conocida, y dejar para más tarde la cuestión de los cuerpos de constitución desconocida. Í. — HIDROCARBUROS 3. Se adopta la desinencia ana para todos los hidrocarburos saturados. CHA*—CH?—CH? PS A E CHA 7. La posición de las cadenas laterales se designará por medio de cifras que indi- quen á cuál de los átomos de carbono de la cadena principal se refieren. La numeración partirá de la extremidad de la cadena prin- a) (2) CHICHA dE da CH—CH?—CH*—CH> 4. Se conservan los nombres actuales de los cuatro primeros hidrocarburos normales saturados (metana, etana, propana, butana.); se emplearán nombres derivados del griego para los que tengan más de cuatro átomos de carbono. 5. Se considera á los hidrocarburos de cadena arborescente como derivados de los hidrocarburos normales y se referirá su nom- bre á la cadena normal más larga que se pueda establecer en su fórmula, agregando S la designación de las cadenas laterales. CH >CH—CH” Metilpropana. CH3/ 6. Cuando un radical hidrocarbonado se introduzca en una cadena lateral, se emplea- rán meto, eto, etc., en lugar de metil, etil, etc., prefijos que se reservarán para los ca- sos en que la substitución se hace en la ca- dena principal. Metoetilheptana. cipal más aproximada a una cadena lateral. En el caso de que las dos cadenas laterales más cercanas de las extremidades estén co- locadas simétricamente, la más simple de- cidirá de la elección. CH—CH?— CP CH Metilo-3-hexana. 50/ (2) El) (1) o CPC A CH / 8. Los átomos de carbono de una cadena lateral se designarán por la misma cifra que el átomo de carbono al cual está relaciona- da la cadena. Llevarán un índice que fije su rango en la cadena lateral á partir del punto de unión. (Mm 0 56 DS (2) (3) (4) (5) (6) (7) CH CH: CH—CH?— CH2-—CHe Ccu/ (2!) (¿1) CH? | (:) CHP Metilo-3-etilo-4-hexana. 9. En el caso de que haya dos cadenas laterales ligadas al mismo átomo de carbo- no, el orden en el cual se enunciarán estas cadenas corresponderá á su orden de com- plicación y se acenturán los índices de la más sencilla. 10. Se adoptará el mismo método de nu- meración para las cadenas laterales ligadas a las cadenas cerradas. 11. En los hidrocarburos no saturados de cadena abierta que posean una sola doble unión, se reemplazará la terminación ana COSMOS 309 del hidrocarburo saturado correspondiente, por la terminación ena; si hay doble unión se terminará en diena, si hay tres en iriena, etc. CH?=CH? CER=C==CH? 12. Los nombres de los hidrocarburos de Etena. Propadiena. triple unión terminarán igualmente en /na, 9 diina, triina. CH=CH Etina CH=C—CH?—CH?—GC=CH Hexadiina. 13. Si hay simultáneamente dobles y tri- ples uniones se emplearán las desinencias enina, dienina, ete. 14. Se numerará á los hidrocarburos no saturados como á los hidrocarburos satura- dos correspondientes. En el caso de ambi- gúedad ó6 de ausencia de cadena lateral, se colocará el núm. 1 en el carbono terminal más cercano á la unión de orden más ele- vado. a) CH? E 3) (4) CH — CH? —CH= CH? Cca/ (2) 5 (5) (1) (2) (3) (4) (5) CH=C—CH?*—CH=CH? 15. Si fuere necesario, el lugar de la do- ble ó de la triple unión se indicará por el número del primer átomo de carbono sobre el cual se apoya. CAR=CH—CH?—CH* CHI—CH=CH— CH? 16. Los hidrocarburos saturados de ca- Butena 1. Butena 2. ES CNT MSIE CH —SO* Cb Se caracterizará á las aldehidas por el sufijo al agregado al nombre del hidro- carburo de que derivan; las aldehidas sul- luradas por el sufijo tial. HCOH Metanal. CHE =CSH Etana-tial. 24. Las cetonas recibirán la desinencia ona. CH:—CO—CH* Propanona. CH—CO—CHE—CH:—CH? Pentanona 2. Se designará á las dicetonas, á las trice- tonas y á las tiocctonas con los sufijos diona, Iriona, tiona. dena cerrada tomarán los nombres de los hidrocarburos saturados correspondientes a la serie grasa precedidos del prefijo ciclo (ciclohexana por hexametilena). 17. La numeración de los hidrocarburos se conservará para todos sus productos de substitución. T[.— FUNCIONES 18. Se dará á los alcoholes y fenoles el nombre del hidrocarburo de que derivan seguido del sufijo o/ (metanol, pentenol). 19. Cuando se trate de alcoholes 6'de fe- noles poliatómicos, se intercalará entre el nombre del hidrocarburo fundamental y el sufijo, una de las partículas di, tri, tetra, para indicar la atomicidad (propanatriol pa- ra la glicerina, hexana-hexol para la mani- ta). 20. El nombre de mercaptan queda aban- donado, expresándose esta función por el sufijo (tol (etana=tiol). 21. Los éteres-óxidos se designarán por los nombres de los hidrocarburos que los componen ligados por la partícula o.ví (de- cisión provisional). C?H"—0—C?H” Pentana-óxi-etana. CsH+—0O —CH* Benzena-óxi-metana. 22. Los sulfuros se designarán también por la silaba to, los disulluros por ditio, los sullonos por sulfono (decisión provisio- nal). Benzena-tio-ctana. Benzena-ditio-benzena. Benzena-sulfono-benzena. 25. Se conserva la nomenclatura actual de las guinonas. 26. El nombre de los ácidos monobási- cos de la serie grasa se tomará del nombre del hidrocarburo correspondiente, seguido del sufijo dico. Se designará á los ácidos polibásicos con las terminaciones didico, trióico, tetrótco. CH*—CO?H CO2H— CH?—CO*H Acido etanóico. Acido butana-dióico. 277. En los ácidos de la serie grasa, será S considerado el carbóxilo como si formara parte integrante del esqueleto del carbono. 310 COS MOS 28. Los ácidos en los cuales uno ó dos átomos de azuíre reemplacen otros tantos ato- mos de oxígeno del carbóxilo, se denomina- rán como sigue: el azufre simplemente ligado con el átomo de carbono, se designará con tiol; sí la unión es doble, se empleará la partícula tono. CHCO—SH Ácido etana-tiólico. CH CS —OH CHB=-CS— SH Acido etana=-tiónico. Acido etana-tiono=tiólico. 29. En los ácidos monobásicos cuyo es- queleto de carbono corresponde á una ca- del Ca- dena normal ó simétrica, el carbono carbóxilo lleva el núm. 1. En los demás sos se conservará la numeración del hidro- :arburo correspondiente. 0) 00) Aval | - CH'—CH—CH?— CH? Los acidos lactónicos que se deriven de los ácidos bibásicos se denominarán como E 0 COrPH— CH —CH?—CH? 39. Áminas: no hay cambio para los amo- niacos compuestos (etilamina, etilmetilami- na, etena-diamina). Cuando el grupo AzH? se considere como grupo substituyente, se- vá expresado por el prefijo amino. AzH3—CH?—CO?H Acido amino-etanolco. Los cuerpos en que el grupo bivalente AzH cierre una cadena compuesta de radi-' cales positivos, se denominarán ¿minas. ON ' | Ari Etena-1mina. CHA? dh La Comisión propone que el grupo AzHP? se llame amigena y el grupo AzH, imigena. 34. Se conservará la nomenclatura usual | Pentanólida 1, 4 6 y—Pentanólida 1, o, | CHI—CH? 10) (3) (2) (1) HCs=CH:=CH?=C0%H (1) (2) (3) (4) CL=CH= CAES GOA Ñ 12) 13) Lo) > yo) CH=— CH?= CO?H pe CH 30. Se conservarán las convenciones ac= tuales para las sales y los éteres compuestos. 31. Las anhidridas de ácidos conservarán su modo actual de designación según los nombres de los ácidos correspondientes (an- hidrida etanóica). 32. Las lactonas se designarán con el su- fijo ólída. La posición que ocupe en la ca- dena principal, por el oxígeno alcohólico en ¡relación con el carbóxilo, podrá expresarse 2, que se co- habitual. | S . “a aye > pe a Pe ¡con las letras griegas a, f. y, | Aepieo m bre locarán junto a la numeración llas lactonas de que se derivan, agregando el sufijo ó1co. Acido pentanolidóico 1, 4 para las fosfinas, arsinas, estibinas y sulfi- nas. 35. Los compuestos que se deriven de la hidroxilamina por reemplazo del hidrógeno sobre el hidróxilo, se designarán con el su- fijo hidroxilamina. C2H+—0—AzH? Etilhidroxilamina. Los óximos se denominaran agregando el ¡sufijo óxima al nombre del hidrocarburo co- rrespondiente. CH%—CH?—CHAR—CH=AzZOH Butanóxima l C(AzOHM)—CH? Butanóxima 2 Se conservarán los nombres de «ami- 36. das, imidas y amidoximas. CH CO— AzIH? Etanamida. AP CO == CP CRE=CO) == 14 Butana-diamida. AzH?— CO —CH?— CH?-— CO?H Acido butana-amidóico. CH?--COs SAzH Butanimida. CAP=AN4 5Az0U CH—CÍ Etanamidoxima. AzH? 37. Se conservará el término genérico urea. Se le empleará como sufijo para los derivados alcohólicos de la urea, en tanto que los derivados por substitución ácida se= rán las urcidas. Los cuerpos que se deriven de dos molé- culas de urea se designarán con los sufijos diurea, diureída. Las ureíidas ácidas toma- rán el nombre de ácidos uréicos. Se recha- zaván las desinencias urámico y úrico. 398. Amidinas. Se conservará este sufijo. : AzH mé Etanamidina. AzH?2 39. Se conservará el término genérico guanidina, pero se denominarán las diferen- tes guanidinas como derivados substituidos de la diamido-carbo-imidina. 40. Betaína. Sulijo taína. (CH) Az———0 | | Etanol trimetillaina. Ct==0(0) 4l. Nitrilos. Para los derivados de la se- rie grasa en que el grupo CAz forma parte de la cadena principal, se hará seguir el ro) CH —Az*Cl CH —Az?— CH CAP= 2 CME== 7 2= 04h 47. Se considerará á las hidrazinas simé- tricas como derivados hidrazóicos y se les denominará como á tales. Se designará á CH? — AzH — AzH — CH CSH5 Az— Azll CH CH*—- COHA AzH—AzH* 48. Se formara el nombre de las /idra- COSMOS nombre del hidrocarburo, el sufijo ritrilo. CH'—CAz La cuestión queda en suspenso para el Etana-nitrilo. caso en que este grupo forme parte de una cadena lateral. En la serie aromática se adoptará el pre- fijo cíano. CH—CAz 42. Carbilaminas. | .. Cianobencena. Se conservará la no- 'menclatura actual. 43. Eleres isociánicos. Subijo carbonimida. |[CO=Az—C?H? | ES=Az— CH: Do la, Etilcarbonimida. Etiltiono-carbonimida. Cianatos. Se reservará este nombre ¡para los éteres verdaderos que, por saponi- | | ficación, den ácido ciánico ó sus productos de hidratación. Se reemplazará el nombre de sulfocianato por el de tiocianato. 45. Deriyados nitrados. No se cambiará la nomenclatura actual. 46. Derivados azóicos. Se conservarán las denominaciones azo, diazo, hidrazo, azo.t, | pero el modo de enunciación de estos com- | e 0 o ¡puestos se modificará como sigue: Cloruro de diazobenzena. Benzena-azo-benzena. Benzena-azo-benzena-azo-benzena. las hidrazinas asimétricas por los nombres de los radicales que encierran, seguidos del sufijo hidrazina. Benzena-hidrazo-metana. Fenilmetilhidrazina. Metofenilbidrazina. de las aldehidas y de las cetonas por el su- zonas reemplazando la terminación al ú ona | hijo hidrazona. CI —CH?—CH=Az—AzH CIb C=A —AzH—CóHb CI CO [> Propanhidrazona 1. Propanhidrazona 2. El término oazona se reemplazará por ¡te respecto un proyecto que sera sometido el de dihidrazona. 49. Se aplazó una discusión más profun- | á un próximo Congreso. La Comisión bus- cará los medios de conciliar las exigencias da acerca de la nomenclatura de los com-|de la nomenclatura hablada con las de una puestos de función complexa, y el estudio de esta cuestión quedó encargado la Cos misión Internacional para que prepare á es- ¡terminología aplicable áú los diccionarios. | BúnHaL, | (Continuará). | ( 312 COSMOS EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 SEXTA SERIE CESTERÍA Los principales útiles del cestero son el punzón Fig. 563, y el desbrozador Fig. 564. Pero los niños sólo tendrán á su disposición un punzón y un cu. chillo. Se puede también evitar el uso de estos Fic. 563 instrumentos preparando de antemano los mate- riales necesarios, y dejando á algunos niños gran- des el cuidado de desbrozar los trabajos conclui- dos. Fic. 564 Los materiales que se han de emplear son: el Junco, para los trabajos preparatorios; después el taray, el mimbre bruto 6 blanqueado y el roten. l roten se trabaja con más facilidad que el taray ó el mimbre; desgraciadamente es muy caro. Cesta de junco. Bajo el nombre de cestas se designan objetos de junco, paja, mimbre ó roten de formas muy va- riadas; la que vamos á construir es un juguete de niños. Costado: 19 Córtense dos varillas de cinco á seis centimetros de longitud próximamente; hiéndase una de ellas é introdúzcase en ella la otra para formar una cruz, Fig. 565. Fic. 565 20 Introdúzcase un primer junco en la hendidu- ra y llévese sucesivamente al rededor de los bra- zos a, b, e, d, hasta que se acabe. Renuévese en- tónces con un segundo, luego con un tercero, y asi sucesivamente. Cuando el cuadro esté lleno, fór- mese una doble vuelta en uno de los trazos y mé- tase el cabo libre debajo de la vuelta anterior, Fig. 566. 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 117 y 298, 3o Háganse otros cinco costados que tengan exactamente las mismas dimensiones. Fic. 566 Fondo.—10 Prepárense tres varillas de 8 á 9 centimetros de longitud; hiéndase una de ellas € introdúzcanse las otras, teniendo cuidado de que los brazos estén muy iguales y sus extremi- dades exactamente espaciadag, Fig. 567. 20 Fic. 567 So Llénense con juncos, los costados, como ya se indicó, Fig. 568 Fic. 568 Armar la cesta.—Se reunen las diferentes patr- tes con hilo gordo ó de coser. En las escuelas de Fic. 569 COSMOS 313 niñas, se reemplazará ventajosamente el junco con estambre. Variando los colores, se obtienen efectos que encantan á los niños, Fig. 569. LAZO. Se da el nombre de zarzos á obras que se com- ponen invariablemente de montantes ó varillas entre las cuales se entrelazan juneos ú otro cuer- po flexible. 19 En una pequeña tabla rectangular de made- ra blanca, se hace, con ayuda de un barreno, una serie de agujeros bien alineados y espaciados, á dos centimetros unos de otros próximamente. 20 Córtense los montantes y fijense en los agu- jeros, colocando alternativamente las puntas grue- sas arriba y abajo. 30 Comiéneese el zarzo propiamente dicho, po- niendo un tallo detrás del primer montante de la izquierda: llévese en seguida por delante del se- gundo, empújese detrás del tercero; y asi sucesi- vamente, de modo que se le entrelace con todas las varillas. 4o Voltéese al rededor del último mor la derecha y vuélvase hacia la izquierd el tallo se acabe, Fig. 570. ntante de a hasta que Se usan los zarzos para depositar las frutas, pa- ra dejar secar el queso. Los jardineros emplean una especie de zarzo grueso para limpiar las tie- rras. Los albañiles se sirven de él para tamizar la arena ó la cal. In fin, los soldados hacen zarzos fuertes que cubren de arcilla húmeda para formar obras de defensa. Gavión El gavión es una especie de cesta sin fondo. Tiene montantes—siempre en número impar—que forman por decirlo asi el esqueleto, y mimbres en- trelazados que constituyen el circuito, lo Fijense en una tablita los montantes del vión, como se dijo arriba. O 0 ga l ll IN A Fic. 572 20 Comiéncese el cireuito por medio de dos mim- bres como en la Fig. 572; ó para servirse de la ex- presión técnica, hígase una vuelta de á dos. He- cha la primera vuelta, los montantes conservan bien su posición vertical, Fig 573. Fic. 570 po Colóquese entonces un nuevo tallo metiéndo- lo por la parte gruesa, etc. Nota.—Se necesita tener cuidado de que las puntas sobrantes y las puntas encajadas queden por un mismo lado del zarzo. Asi, hay la ventaja === A INTA de desbrozar el trabajo y se obtiene lo que en tér- minos del oficio se llama «un lado hermoso», Fig. 511, Fic. 32 Continúese el trabajo con un solo mimbre cuya parte gruesa se encaja inmediatamente. Jl pulgar echa el tallo al otro lado del montante; el dedo de en medio lo trae de este lado, y así suce- sivamente. 40 Terminese con una nueva vuelta de á dos y desbrócese el gavión; es decir, córtense las puntas que salen, tanto hacia adentro como hacia afuera, Fig. 574. La artillería fabrica gruesos gaviones que lle- na de tierra para revestir los parapetos y algunas obras de defensa. Los gaviones protegen á los sol- dados y á los trabajadores en las trincheras. En COSMOS fin, la agricultura emplea grandes gaviones para | en ángulo recto, Fig, 579, También se pueden co- el transporte de los abonos. locar sencillamente las varillas en cruz sin hendir- las. Fic. 578 20 Enlácense Jas tres ramas «a con una vuelta de roten; pisenso arriba Qe les brazos hb, después Canasta La canasta es una especie de costa más alta que | «bajo de los brazos e y, finalmente sobre sus bra- ancha, cuya forma y dimensiones varian según el | Zos d, Mig. 976. Dense asi tres vueltas completas, uso á que se destina. Fig. 977. HiG. 575 Fondo: 19 Córtense las seis varillas para for- | 1 > . . | mar la cruz del fondo, teniendo cuidado que ten- | | 5 | Fic. 579 o Estando a:i las vatillas del fondo sólidamen- te unidas, es necesario separar los brazos. Intro- dúzcase para ésto en o una segunda hebra de ro- ten, Fig. 578, y dése ma vuelta de d dos. Sucesi - vamente se separan, en la primera vuelta, los brazos 1,2, 3 y 4, Fig. 579. Uns segunda vuelta permite separarlos brazos 5, 6, 1 y 8. El fondo pre- [senta entenees el aspecto de la Pig. 580. 4 ¡E Fic. 576 | gan todas la misma longitud; hiéendanse tres de . 20 , | las varillas € introdúzcanse en ellas las otras tres, | | Fic. 581 Fic. 580 ¿o Llévese el fonlo con una serie de vueltas de dá dos y terminese introduciendo los dos cxtremos | libres en la vuelta hecha precedentemente. Al llevar el fondo, desde las primeras vueltas les necesario estirar un peco Lacia sí los brazos, á fin de obtener la concavidad necesaria, Fig. 581. Circuito. —1% Prepárense tantas veces cuatro Fic. 577 montantes como varillas se han empleado en el 315 fondo, sean 21 en el caso presente. Estos montan- tos deben tener una longitud que pueda estimarse próximamente en tres veces la altura que se quie radarála canasta: servirán para el borde superior. (Recomendamos hacer los montantes de mimbre y el circuito de. roten). Fájense los extremos grue- J j Mi Fra. 582 sos de estos montantes; introdúzcanse en el fondo á derecha y á izquierda de cada brazo, Fig. 582, y levántese en angulo recto, Fig. 583. Para ésto, se pueden hender con la punta del cuchillo, á tin de evitar que se quiebren. Estando doblados los mon- tantes, sujétense con ayuda de un pequeño cir- culo de mimbre y de roten. INT al | | r COTO A Al Ml ¡ Ú El TA 5 ¡IA l aa ' ! | Wa Ñ AA Ñ AN) MER NE A Zo Hágase en seguida el rodete. El rodete se hace con tres hebras que se pasan sucesivamente por delante de los dos montantes y detrás del | Sal i E | | COSMOS se trata de gavión). sencillo (véase el EOI Al | y ( | Fic, 585 Observemos que es necesario tener un número impar de montantes, para que las hebras se entrecrucen regularmente. Aquií no conservaro- mos más que 23. Otro circuito. —Es éste” un circuito más bello y más sólido que el cireuito sencillo. Es muy ven- tajoso cuando se trabaja con roten. Fic. 586 Colóquese sucesivamente una hebra de mimbre ó de roten detras de cada montante, Fig. 5e6. Cuando se han puesto tantas hebras cómo mon- tantes hay menos uno, es necesario introducir el último debajo de las que se han colocado ya, Fiw o Fire. 587 287. El entrelazamiento de las hebras se hace co- mo en el circuito sencillo. Se acaba el trabajo Fic. 584 tercero, Fis. 584. Tres vueltas bastan. El rodete da mucha solidez á la canasta, Fig. 585. 39 Continúese el cireuito con una sola hebra, si cortando las puntas que salen á lo largo de los montantes, por el interior de la canasta ó cesta. BERTRAND, Toussaint Y GOMBERT. (Continuará. ) COSMOS EL ARTE DE CONTAR ' Hay pueblos que poseían por tradición la serie de los nombres de los números y que sin embargo han encontrado más cómodo inventar otros nuevos. Asi, los sabios de la India en tiempos remotos daban una serie de palabras como medio mnemotéénico para | recordar las fechas y los números. Esco- gíanse estas palabras en un orden que aun hoy nos parece, con frecuencia, muy lógi- co. Ejemplo, luna ó tierra expresaba 1 en atención á que no hay más que una Tierra y una Luna; se podía designar 2 por los ojos, los brazos, las alas 6 las mandíbulas, puesto que estos órganos existen por pares; para 3 decían rama, fuego ó cualidad, por- que suponían la existencia de tres ramas, de tres clases de fuego, de tres cualidades (gu- na); para 4 se decía peda, edad ú oceano porque se aceptaban cuatro vedas, cuatro edades, y cuatro oceanos; se decía estación con el número 6 porque se aceptaban seis estaciones; 7, sabio ó vocal, en razón de los siete sabios ú de las siete vocales, y así su- cesivamente para los números más elevados. Con el Sol se designaba al número 12 á cau- sa de sus doce denominaciones anuales, ó zodiaco, en virtud de sus doce signos; y el 20 con las uñas, palabra en que la notación por medio de los dedos aparece incidental- mente. Como el sanscrito es muy rico en sinónimos, y como los nombres de los nú- meros mismos pueden emplearse, es muy facil componer Írases ó versos que no ten- gan significado por sí mismos, pero que sir- van para recordar series de números. La fórmula siguiente es una lista de números que se relacionan con las estrellas y con las constelaciones lunares. Cada palabra está tomada como equivalente mnemotécnico de un número colocado encima. No hay nece- gún S el cual se han escogido las palabras para sidad de explicar el principio general se designar Jos números: Vabni tri rtvishu gunendu kritágbnibúta Binásvinetra cara bhúkú vugabdhi rámah Rudrábdhirámagunavedacatá dviyugma Dantá budhairabhibitáh Kramaco bhatárah es decir: 1 Continúa, Véase «Cosmos», pp. 281 y 291, A) B) 6 5 3 1 muego, tres, estación, flecha, cualidad, Luna, los cuatro lados de un dado, ANETO! elementos. 5 2 2 5 1 1 4 Plecha, Asvin, ojo, flecha, Tierra, Tierra, edad, NACamO, rama, malta, nao, soma, emo. ve- 4 100 2 2 32 da, cien, dos, par, dientes; por el sabio han sido colocados en este orden los poderosos señores. * GuiLermo pe HumnoLor, al estudiar este curioso sistema de numeración, creyó tener á la vista la prueba de un procedimiento se- mejante a aquel de que han nacido las expre- siones numéricas actuales uno, dos, tres, cte., en las diferentes lenguas de la Tierra. El párralo siguiente en el cual exponía sus ideas hace más de treinta años, me parece que suministra de una manera casi perfecta la clave de la teoría de las expresiones nu- méricas: «Si se busca el origen de los nu- merales actuales, se encuentra que su modo de formación debe haber sido el mismo que el indicado aquí. El último no es más que una ampliación del primero, por ejemplo: 5 se expresa, como es el caso, en diferentes lenguas de la familia malesa, por mano (/- ma), se tiene allí absolutamente lo mismo que cuando en la designación de los núme- ros por palabras se dice 2 con ala. Es in- discutible que la raiz de todos los números reposa cn metáforas de esta especie aunque no siempre podamos encontrarlas; mas pa- rece que también se comprendió desde tem- prano que era supérflua tal multiplicidad, demasiado grosera y que conducía (recuente= mente á errores.» HumsoLor, prosigue de- mostrando que los sinónimos de los nume- vales son muy raros. Y, en cuanto á las naciones dotadas de un sentido profundo del lenguaje, han debido comprender pronto, sin tener quizá conciencia de ello, que valía más dejar desaparecer los recuerdos etimo- lógicos y el sentido descriptivo de los nú- meros que dejar á los numerales mismos llegar á ser simplestérminos convencionales. 1 Sir W. Jonrs en 4s. fRies., t. M, 1790, p. 296; E. Jacquer, en Vouv. Journ. AÁstat., 1839; W. y. HumsoLor, Kawi Spr. t. 1, p. 19. Este sistema de recordar las fechas se extiende hasta el Tibet y el Archipiélago indio. Muchos puntos de la cronolo- gía dependen de fórmulas semejantes. Desgracia- damente su sistema está más ó menos viciado por la incoherencia de las palabras que designan los números. El testimonio más interesante que he ha- llado acerca de la formación de los numera- les distintos á los que se deben á la nume- ración digital acostumbrada por las razas inferiores, es el uso esparcido en los dos he- misferios de lo que se podría llamar los nombres numéricos de los niños. Australia ofrece un caso bien caracterizado. No obs- tante la extremada pobreza de los lenguajes de los aborígenes respecto de los números, empleándose en general 3 para designar va- rios 6 mucho, los naturales del distrito de Adelaida, por un procedimiento completa- mente particular, han ido mucho más alla: poseen una especie de sistema numérico es- pecial que se extiende quizá hasta 9. Dan, según el orden de edad, nombres conveni- dos á sus hijos, nombres que M. Eyrr tras- eribe de la manera siguiente: | Kertameru, 2 Warritya, 3 Kadnutya, 4 Monaitya, 5 Mi- laitya, 6 Marutva, 7 Wangutya, 8 Ngarlat- ya, 9 Pouarna. Esos son los nombres de los varones, la terminación cambia para los de las hembras. Después del nacimiento y aún más tarde, se dan nombres más distin- tos. ! Hay una costumbre semejante entre los malayos, los cuales, según se dice, designan en algunas comarcas á sus hijos por una se- rie de siete nombres que indican el orden de edad, comenzando por 1 Sulung (el ma- yor), 2 Awang (amigo, compañero) y ter- minando por Kechil (pequeño) 6 Bongsu (el menor). El prefijo de los nombres de hem- bras es meh; y cada una tiene un sobre- nombre para distinguirse *. En Madagascar, el empleo de una serie análoga de apelativos dados á los niños á guisa de nombres pro- pios, reemplazados con frecuencia despues, descubre el parentesco de raza con los ma- layos. Estos nombres son, para los varones: Lahimatoa (primer hijo), Lahiyo (hijo se- gundo), Ra-fara-hayy (hijo menor); para las hembras: Samatoa (hija mayor), fia-iv0 1 Exxe, Australia, t. Y, p. 234; Smurman Voc. of Parnkalla Lang., da formas poco más 4 menos correspondientes. 2 Journ. Ind. Archip. new ser., t. 1, 1858, p. 118 (Sulong, Awan, ltam (negro), Puteh (blanco), Allang, Pendeh, Kechil 6 Bongsu). En Bastian, OEstl. Asien, t. 1, p. 494, los detalles están dados imper- fectamente y no parecen correctos. COSMOS (hija segunda), Ra-fara=9a9y (hija menor). ! En fin, se observa un sistema semejante en un grupo de tribus de la América del Nor- te: los dacotas ó sioux. Se han encontrado en ellos las dos series de nombres que si- guen para los varones y para las hembras según el orden de nacimiento: el hijo mayor, Chaské; el segundo, Haparm; el tercero, Ha-pe-dah; el cuarto, Chatun; el quinto, Harka; la hija mayor. Wenonah; la segunda, Harpen; la tercera, Harpstenah; la cuarta, Waska; la quinta, We-harka. Los niños conservan durante los primeros años esos simples apelativos numéricos, hasta que sus padres y sus amigos tienen oportunidad para reemplazarlos por nombres personales más 2 característicos. En cuanto á los numerales en el sentido común, los polinesios ofrecen casos notables de nueva formación. Además de los sistemas ya conocidos de expresiones numéricas adop- tados en la Polinesia, han aparecido de tiem- po en tiempo términos excepcionales. Por ejemplo, la costumbre de alterar las palabras cuyo sonido se aproximaba al nombre de un rey, condujo á los tahitianos, despues del advenimiento de nuevos jefes, á forjar nue- vas palabras para los números. Así, nece- sitando de un vocablo nuevo para 2, en lu- gar del rua común, tomaron por una razón, lacil de comprender, la palabra pitz (juntos) é hicieron un número; despues, queriendo erear una voz nueva para 5, a ríma, (mano) que ya había sido abandonada, sustituyeron pae, parte, división, queriendo decir pro- bablemente división de las dos manos. Cuan- do las palabras como éstas fueron introdu- cidas en Polinesia en razón del ceremonial, era de suponerse que serían abandonadas y que se volvería á las antiguas tan pronto como hubieran cesado los motivos de su ex- clusión; sin embargo, los nuevos 2 y 5, pill y pae, sevolvieron tan positivamente nombres numerales en el idioma que quedaron en lu- 1 Exzis, Madagascar, t. L, p. 154.—4Andriampatro, ó Lahi-Zandrina, se dice también para el hijo me- nor, Andrianiyo para el segundo; en malagazy, Lahy, macho, en malayo, Laki; en malagazy vay) hembra, en tonga fafine, en maori wahine mujer, Com. malayo balina niña. 2 Eastman, Dahcotah, or life and legends of the Sioux, p. XXV. gar de rua y rima en la traducción tahitia- na del Evangelio de San Juan, hecha en esa época. Es de notarse aun que las distintas maneras de contar en las islas del Mar del Sur, han influído en el lenguaje. Los habi tantes de las islas Marquesas al contar ell pez ó el fruto por uno de cada mano, han llegado al empleo de un sistema de nume- ración por pares en lugar de unidades. Par- ten de fauna, un par, que se torna en equi- valente de 2; después continúan contando por pares y cuando dicen takau 6 10, expre- san en realidad, lO pares 620. Respecto de los frutos del árbol del pan, como tienen la cos- tumbre de atarlos por medio de nudos que están de cuatro en cuatro, comienzan por la palabra poma, nudo, que se transforma así en numeral para 4, y entonces siguen eon- tando por nudos; así pues, cuando dicen (a- hau, 6 L0, comprenden diez nudos, ó 40. Los errores filológicos que esta manera de contar ha producido en los vocabularios po- linésicos, son innumerables. En tahitiano rau y mano que significaban comunmente 100 y 1000, pasaron á significar 200 y 2000, y en Hawaii se les duplica de nuevo y se vuelven equivalentes de 400 y de 4000. Se pueden seguir más lejos aun, en Poline- sia, los cambios de nombres de objetos en la palabra tongan y maori, tekau, 10, que parece haber significado paquete 6 puñado, porque se la emplea al contar las patatas y el pescado, lo mismo que la voz tefui, 100, derivada de fuhi, gavilla ó manojo. Merece notarse igualmente la formación de los numerales propios al Africa. En la lengua yoruba, 40 se expresa ogodzl, un cor- dón, porque los cauris están atados por gru- pos de 40, y 200 se dice ¿gba, un montón, significando un montón de cauris. Entre los dahomeyanos, 40 cauris se expresan también con un kade ó cordón; 50 cordones son un afo 6 cabeza: estas palabras se transforma= ron en los números 40 y 2000. Recuérdese que cuando el rey de Dahomey atacó 4 Abeo- kuta, fué rechazado con la pérdida conside- rable de dos cabezas, veinte cordones y veinte cauris de hombres ó sean 4,820 sol- dados. 1—Ebwaro B. Tyior.—(Continuard.) 1 Bowen, Gr. and Dict 0f Yoruba; en Burron, Mem. anthrop. Scc. t. 1, p. 314. COSMOS 4 DICTÁMEN COMISION NOMBRADA PARA LA ELECCION DE TEXTOS ESCUELA NORMAL DE PROFESORES ? EN LA SEÑORES: De árduo y laborioso desempeño ha sido el cargo con que se nos ha honrado; lo acep!amos por deber y fiados en la benevo- lencia de la Junta. Previene en su artículo 51, el Reglamen- to que nos rige, que la Junta de la Escuela Normal señale, al comenzar el año escolar los libros de texto para la instrucción que se dé, tanto en las escuelas primarias nacio- nales, como en las que están á cargo de los Avuntamientos del Distrito Federal y Terri- torios de Tepic y la Baja California, y en el artículo 13 dice: «En la Escuela de instrue- ción primaria para niños se enseñara lo si- cuiente: ko) «Lectura. — Escritura. — Aritmética. —Elementos de Gramática española, de Geografía, de Historia General y de México.—Nociones de las Ciencias Naturales en forma de lecciones de cosas.—Instruc- ción cívica. —Dibujo.—Francés é Inglés. —Gimnás- lica práctica. Pero en nin Ejercicios militares. —Canto coral.» guno de los 54 artículos que lo forman indica cuáles de entre las mate- rias anteriores son las que requieren texto para su enseñanza, ni tampoco á qué bases deba sujetarse la Junta para la elección de ellos. Esta ha sido la primera dificultad con que ha tropezado la Comisión, dificultad acre- centada por la creencia que abriga de que es una aspiración sana y una tendencia ra- cional, la de suprimir, casi por completo, en la enseñanza primaria, el uso del libro que, por lo general, atrofia y embota la in- teligencia del niño, substituyendo aquél por la palabra del maestro que puede adaptarse 1 La introducción que hoy publicamos cs la que encabeza el dictamen presentado en Octubre de 1890 por la Comisión de Profesores de la Escuela Nor= mal, nombrados para opinar acerca de la elección de los libros de texto. Nos limitamos á publicar la introducción solamente, tanto porque la extensión del trabajo es por sí misma un impedimento, cuan- to porque los detalles técnicos en que abundan las páginas subsecuentes carecen de interés para el pú- blico en general, COSMOS mejor á las variadas aptitudes intelectuales de los discípulos y comunicarle tanta ant mación y vida á la enseñanza. Pero nom brada la Comisión, en cumplimiento de la ley, para designar libros de texto, creyó, al menos, de su deber, antes de emprender el examen de los que le han sido remitidos con ese objeto ó que ha podido procurarse, fi- jar ciertas condiciones generales que, en su concepto, deberían satisfacer todos; las cua- les, además de facilitae su estudio permiti- rían subdividirle sin perjuicio de la unidad que debe dominar en un trabajo de esta ín- dole. Después de detenido estudio, la Comit- sión se fijó en las bases qa acuerdo con lo prevenido en los programas cenerales siguientes: generales siguientes Los libros de texto deben estar de aprobados y mandados publicar por el Mi nisterio de Justicia é Instrucción pública. Varios de los libros aprobados actualmen- te como textos estan en contradicción con los programas vigentes, lo cual pone en con- flieto á los Profesores que deben usarlos. Si algunos autores no están conformes con los programas, podrían escribir sus libros imi- tando lo que se hace en Francia y o'ros paí- ses, en donde, además de lo prescrito en el programa respectivo, incluyen los auto- res, en sus libros, todo lo que estiman con- veniente. 2* Sólo deben contener verdades cientifi- camente demostradas ó no encerrar ningún error. El Estado, al prescribir como obligatorios ciertos conocimientos no debe incluir en su enseñanza oficial nada dudoso, que pudiera dar margen a que se le hicieran juiciosos y merecidos reproches. 3 Que predomine en ellos el método edu- cativo sobre el instructivo. Es verdad indiscutible que es más venta- joso y util en la vida el tener una inteligen- ela desarrollada y vigorosa, que el poseer una suma determinada de conocimientos, los cuales en cualquiera época, llegando el ca- so, pueden adquirirse con facilidad contando con aquel elemento. Durante el periodo es- colar, sobre todo, por opinión unánime de los pedagogos, debe atenderse de preferencia al cultivo de las facultades mentales antes que á atesorar conocimientos en la memoria. 41% Que se haya seguido al escribirlos y hasta donde es posible, un método lógico, es decir, pasando siempre de lo concreto á lo abstracto, de lo simple á lo complexo, de lo particular á lo general, de lo empírico á lo racional, de lo físico á lo intelectual, de lo material 4 lo inmaterial. Verificandose el desarrollo psíquico en el orden apuntado y debiendo precisamente, para ser Íructuoso, conformarse el estudio con las leyes de aquél, la base anterior pa- rece incuestionable. 5% La extensión de cada libro debe li- mitarse tomando como base, no la de la ma- teria especial sobre que verse, sino la del conjunto de estudios obligatorios para los alumnos y el tiempo util de que pueden dis- poner para hacerlos. Los autores, al redactar sus textos, si- guiendo la tendencia natural á todo espe- cialista de darle mayor importancia á lo que cultivan con predilección, suelen perder de vista que el alumno debe cursar otras mate- rias además de aquellas sobre que escriben y no toman en cuenta con frecuencia el nú- mero total de horas asignadas por el pro- grama para su estudio. 6” Que el autor haya tenido muy presenie al escribir su libro que el gran fin de la vida no es el saber sino la acción, y que, por lo mismo, debe ser lo más práctico posi- ble. 7% El lenguaje debe ser claro, correcto y Castizo. S” Que contenga el mayor número posible de buenas ilustraciones. Las ventajas de la ilustración son indis- cutibles. Aunque en menor escala, son las mismas que las que ofrece la presentación directa del objeto. 9% Las condiciones materiales del texto deben estar de acuerdo con las prescripcio- nes de la higiene de la vista. La Comisión no ha encontrado un solo li- bro de texto que satisfaga todas las condi- ciones anteriores, de modo que se ha visto obligada, bien, á elegir entre los examina- dos los que más se acercan al ideal que ella se ha formado de cada uno; bien á propo- ner la supresión completa del texto, en cier- tas materias, substituyéndolo con obras de 320 COSMOS consulta para el maestro, substitución que, por más de un motivo, juzga ventajosa. Para proceder con algún acierto en la elec- ción de los que propone, ha examinado con detenimiento todos los libros que han esta- do á su alcance formando para cada cual, una lista de los inconvenientes y ventajas que en su concepto presentan. La mente de la Comisión fué al principio, formar con es- tos apuntes, un dictamen especial sobre cada texto; pero persuadida al poco tiempo de em- prendidos sus trabajos de que siguiendo ese plan no los concluiría en mucho tiempo, se ha limitado á presentar sus observaciones ta- les como las formuló, añadiendo solamente bajo forma de notas, algunas citas que servi- rán de justificantes ¿4 sus elogios 0 censu- PAS. Lectura.—la enseñanza de la lectura pue- de dividirse en tres periodos perfectamente definidos. Debe tenderse en el primero á asociar en la mente del niño la relación que existe en- tre el sonido oral y el signo ó signos escri- tos correspondientes, inculcandole el cono- en el segundo periodo la mira principal deberá ser trans- cimiento de estos últimos; formar en hábito mecánico los conocimien- tos adquiridos durante el primero, de suer- te que el alumno pueda leer á primera vis- ta con rapidez y sin vacilación ni errores, cualquier trozo de lectura que se le presen- te; y, por último, en el tercero, el fin de la enseñanza será procurar que el discípulo adquiera el tono y las modulaciones que re- quieren la lectura expresiva ó emocional. La realización de estos fines excluye por completo, como malos, todos los libros cu- yos autores se han propuesto sistemática- mente, tomando como base la lectura, 1n- culcar determinados conocimientos cientifi- eos ó dar lecciones de moral. Es un princi- pio psicológico, perfectamente demostrado, que los resultados obtenidos en cualquiera operación mental, son proporcionales á la cantidad de atención que se le consagra; dividir, pues, la del niño entre las dificul- tades inherentes á la lectura y la adquisi- ción de conocimientos diversos, es incon- veniente. No pretendemos, por esto, ex- cluir del libro de lectura todo lo que impli- que un conocimiento científico ó una lección de moral; pero no creemos que deba su- bordinarse la enseñanza de la lectura á la de conocimientos más ó menos útiles. Principio psicológico ¡igualmente demos- trado es que una de las causas determinan- tes de la atención que ejerce una acción poderosísima en todas las épocas de la vida y preponderante en la niñez, es el placer que experimenta el espíritu al ejecutar ciertos actos; principio del cual se desprende que la primera condición de toda enseñanza para ser fructuosa es que encierre tal atractivo que logre cautivar la atención del niño. Di- ficil, muy dificil, es el realizar esto en un libro de lectura y mucho más cuando el au- tor se propone otros fines diversos, además del principal. F. Ferrari Pérez. —Francisco Gómez FLo- RES. —CARLOS CARRILLO. NUEVO TRATAMIENTO DEL CANCER Refiere el Medical Record que los Dres. Rubisf y Ervuorx han empleado con algún éxito en el tratamiento del cancer, el azul de metilo y, al efecto, citan el caso siguiente: una mujer de 40 años padecía de cancer ute- rino, la caquexia era ya intensa, había per- dido el apetito, el pulso estaba de 110 á..... 120 y muy debil, los dolores eran vivos y permanentes y había finalmente una anasar- ca absolutamente generalizado. Comenzaron el tratamiento dándole á la enferma azul de metilo á4:la dosis de veinte centigramos diarios, en capsulas. Á los po- cos días cesaron los dolores y hubo algún apetito; á las tres semanas desapareció el anasarca, disminuyó el volumen del tumor y se mejoró el aspecto general de la enfer- ma. Í Los profesores citados no se atreven á gurar si se trata de la primera faz de una to) curación; pero sí han notado ya que en un ase cancer del estómago y en otro del hígado se presentó también la mejoría. HAAAAáÁAÁA O SA COSMOS Tomo 1 Lámina 212 V. VARGAS GALEANA, FoT. FoTOCOLOGRAFIA DEL COSMOS ESTATUA ERIGIDA Á CRISTÓBAL COLÓN EN LA PLAZUELA DE BUENAVISTA (MÉXICO) REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS SD AED ASA DirEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacunaya, D. F., 1% pe Noviembre DE 1892 Núm. 21 LA NOMENCLATURA QUÍMICA EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE GINEBRA ! TIL. —RADICALES 50. Los nombres de los radicales mono- valentes que se deriven de los hidrocarbu- ros por eliminación de un átomo de hidró- geno, terminarán en zo. Esta desinencia reemplazará la terminación ana para los ra- dicales de los hidrocarburos saturados y se agregará al nombre completo del hidrocar- buro cuando éste no esté saturado. CH*—CHA?— Etilo. CHR=GH — Etenilo. Chl=C. = Etinilo. 51. Los radicales de función alcohólica, es decir los que se derivan de los alcoholes por la separación de un átomo de hidróge- no unido directamente al carbono, se deno- minarán agregando ol al radical del hidro- carburo correspondiente. -CH?—CH*0H Etilol. -CH=CHOH Etenilol. 52. Los radicales de las aldehidas se de- CSH3— CHO Benzena- C6H3— CH?—CHPOH CsH>—.CO?H CSH*Az(CO*H Y? (Las exigencias del lenguaje decidirán la eleeción entre estas dos últimas expresiones.) 56. Los átomos de carbono del núcleo benzénico y las cadenas laterales que con él se relacionan se numerarán del 1 al 6. 1 Concluye. Véase Cosmos, p. 305. nominarán como las de los alcoholes, reem- plazando ol por al. -CH?-—COH Etlal. 53. Los radicales de los ácidos que han conservado la función ácida, es decir que se derivan del ácido correspondiente por eli- minación de un átomo de hidrógeno ligado al carbono, se denominarán de la misma ma- nera reemplazando o/ por óico. -CH?—CO0OH Etilóico. Al contrario, los que se derivan del ácido por separación del oxihidrilo carboxílico se denominarán transformando la terminación dico del ácido por oilo. CH—CO— Etanóilo. 54. Cuando dos radicales están unidos al mismo átomo se enunciará primero el más complicado (feniletilhedrazina, pentilmetila- mina). TV ——sERIE AROMÁTICA 55. En los derivados aromáticos y en to- dos los cuerpos que contengan una cadena cerrada, se considerarán todas las cadenas laterales como grupos substituyentes. metilal. Benzena-etilol. Acido benzena-carbónico (6 -carboxilico). Acido piridina-dicarbónico (6 -dicarboxílico). 57. En un derivado polisubstituido de la benzena, se atribuirá el índice l al grupo subs- tituyente en el cual el átomo ligado directa- mente al núcleo tiene el peso atómico me- nos elevado. 58. Así fijado el lugar 1, se enunciarán 322 COSMOS sucesivamente los índices de los grupos si- guiendo el orden de los pesos crecientes de los átomos directamente al núcleo. En caso de identidad de dos átomos ligados al nú- cleo, se considerarán los demás átomos del grupo clasificandoles según el orden de los pesos atómicos. En el caso de que existan varias cadenas laterales, se colocaran en primer lugar las que no contengan más que un solo átomo CH?—AzH2 CH? | | / o 4 > E ICHBOH k, 3¿—CH?O0H AA (2H CH? | | YN A Ñ > AzO2—% 3—0C*H? po —CH?—CO?H O y OGEl 7 O | OH 59. Cuando el mismo grupo substituyen- te se repita varias veces, se adoptará, para atribuirle el índice 1, el que dé al grupo de CH EZ Gas A / NZ AzH£ 60. Cuando dos núcleos benzénicos estén igados directa ó indirectamente, se acentua- IS IS TE ES Os EN Y 6 SN EXA 61. La discusión acerca de la nomencla- Y de carbono. Para clasificar estas cadenas en- tre si, se tendrá en cuenta si derivan del grupo CH? por reemplazamiento de 1,263 átomos de' hidrógeno, y en cada una de es- tas categorías, pasará al primer lugar la mo- dificación que traiga el menor crecimiento del peso molecular; las cadenas de varios átomos de carbono se clasificarán entre sí de una manera análoga. CH?OH CH? | | | Ne E 6 2 6 2 A > —-(0?%H ko 3 —(2H5 Acido metilo-oxi-etoxi-nitro-benzena= carbónico 1, 3, 6, 4, 2. especie diferente enunciado después, el ín- dice menos elevado. : Aminodimetilbenzena 1, 3, 4. rán los índices del núcleo enunciado al últi- mo. N NS 3" 2 Naftilfenilamina 62. La comisión invita á los redactores tura de los cuerpos que contengan cadenas |de los grandes periódicos químicos á que se cerradas no saturadas queda aplazada para el momento en que la publicación de las ideas de Mr. ArmsTrOoNG, á este respecto, permita á la Comisión compararlas con las proposiciones de M. Bouveaurr. pongan de acuerdo en cuanto á la aplicación de los principios que ha adoptado. La primera reunión de Congreso tuvo lu- gar en la sala del Gran Consejo. Después de haber dado la bienvenida á los sabios COSMOS 323 que honraban con su presencia la ciudad de Ginebra, el Sr. Consejero de Estado Ri- cuaro, dió la palabra á M. FriroeL, quien 10- dicó en breves palabras cómo se instaló el Congreso de Ginebra y concluyó suplicando á los miembros del Congreso tuvieran á bien nombrar presidentes para cada sesión. Á su juicio, para marcar bien el carácter de in- ternacionalidad de la reunión, sería bueno escoger sucesivamente los presidentes de en- tre las eminencias que representan las di- versas naciones y pidió que se procediera á la votación. M. Caxxizzaro recordó que M. FxriepoeL fué el promotor de la reforma de la nomenclatu- ra, después Presidente del Congreso de 1889. y, finalmente de la sub-comisión parisiense cuyo trabajo va á discutirse. Así pues, se ad- virtió que M. FrieoeL era el más autorizado para dirigir los debates. M. Caxxtzzaro pro- pone, á fin de facilitar el trabajo del Con- greso, que se nombre nada más un presi- dente y que éste se encuentra ya designado. Se nombra por aclamación á M. Frigoez; como vice-presidentes a MM. Buyer, Canxi- ZZARO, GLADSTONE y Liepey. MM. BouveauLr, CLaparEDE, Narino y Prerer quedaron de- signados para secretarios. Se procedió inmediatamente á la discu- sión. ¿Es necesario encontrar una nomenclatu- ra oficial que permita no dar sino un solo nombre á cada cuerpo y que esté destinada antes que todo á facilitar los trabajos biblio- graficos? M. Baver desarrolla esta manera de ver; según él es preciso tener nada más un nombre para los índices de los registros. En los momentos actuales, el gran número de sinónimos obliga á que sean interminables las investigaciones bibliográficas: la adop- ción de un nombre oficial para los índices simplificaría mucho el trabajo. M. FrieveL es de esta opinión, pero no cree que este nombre oficial deba proseri- bir el empleo de los otros sinónimos, pues- to que éstos son a menudo útiles en la en- señanza para poner en relieve tal ó cual fun- ción. Se aprobó la creación de una nomencla- tura oficial con la restricción hecha por M. FrIiEDEL. Se pasó á la nomenclatura de los hidro- carburos saturados, quedando adoptada la terminación ana. M. Liesex expuso los prin- cipios que deben servir para nombrar los hidrocarburos saturados. Estos principios están de acuerdo con los de la Sub-comisión. Se formará para nom- brar los carburos, la cadena más larga po- sible de átomos de carbono y se considera- ra esta cadena con fundamental. Se consi- derará á las cadenas laterales como substi- tuyentes en la cadena principal. Sea el cuerpo: CH*— CH CH—CH— CH? CH?—CHs LE Lar Será éste la etilemetil-pentana. Si hay una substitución en una cadena lateral, pa- ra marcar esta substitución terminará el re- siduo por o pudiéndose además contraer: metilo, etilo, que pueden ser meto, eto. Por ejemplo el cuerpo: CEP CH*— CH*—CH— CH?—CH?*— CH» pe EE CH se vuelve la metoetilheptana. Para no dar más que un nombre á los car- buros que contienen varias cadenas laterales ó á los cuerpos de funciones simples ó com- plexas, es necesario desde luego adoptar un orden de enunciación y de numeración. Con ésto continuará la obra del Congreso. M. Beer propuso referir todos los cuer- pos á los carburos correspondientes: en elec- to, se puede siempre considerar un cuerpo de función cualquiera como derivado del carburo correspondiente por una ó vavias substituciones; esta manera de ver había si- do ya adoptada parcialmente por la Sub=co- misión parisiense; es claro que al formar las palabras etaneamida y butanóico, la Sub- comisión consideraba la función amida ó áci- da como substituyente en el carburo corres- pondiente. Además, el principio de nombrar los cuerpos por substitución fué erigido des- de el comienzo como regla fandamental. Sin embar la proposición presentada 80, por la Sub-comisión parisiense era conside- 324 COSMOS rar como punto de partida de la numera- ción, las agrupaciones funcionales. Este sis- tema presenta las ventajas de dar nombres generalmente más cortos, además no repo- sa sino en un solo principio, mientras que considerando la cadena de átomos de carbo- no se estara obligado á hacer una nomen- elatura para el esqueleto carbonado y des- pués cuando el cuerpo esté en cadena lineal saturada, será preciso hacer de nuevo una nomenclatura funcional. Sea el ácido dietil- acético. El proyecto de la Sub-comisión: cr —CcH—CH—COOH | CH daba el nombre de ácido 2-etilbutanóico, el proyecto propuesto por M. Bayer da el nom- bre: CH*-—CH?—CH*—CH»—CH* | 3CO0H 3 metil-3 -pentanóico. Hay necesidad de emplear dos cifras. * Pero este último procedimiento ofrece una ventaja: dar, por decirlo así, una numera- ción inmutable, en tanto que la nomencla- tura funcional puede variar de un momento á otro, á medida que se hacen variar las funciones. Este último inconveniente hizo que todos se adhiriesen al proyecto de M. BaxYER. Se considerará, pues, para numerar los átomos de carbono, la forma del esqueleto carbonado independientmeente de las funcio- nes en los cuerpos de cadena lateral. Se tomará como posición inicial para la numeración el átomo de carbono terminal que esté más cerca de una cadena lateral. (Véase el núm. 7). Si hay dos cadenas laterales á igual dis- tancia se tomará la cadena más corta para decidir la elección. (Núm. 7). Hubo aquí un lapsus calami: es en elec- to la cadena más larga la que debe tomarse, porque de otro modo esta resolución no es- taría de acuerdo con las siguientos. (Res. 1 En el caso particular, podría haberse suprimi- do la primera cifra; pero éste es un caso especial. 9 y 14), en las cuales se toma siempre la substitución más complicada para determi- nar la posición inicial. La numeración de las cadenas laterales se hará como la de la cadena principal; estará formada de una cifra mayor que indique el punto de inserción y que lleve como índice los números de orden del carbono en la ca- dena lateral. (Véase 8). Los carburos etilénicos terninarán en eno, y M. Bayer propuso que terminaran en die- no, trieno, los carburos dos, tres veces eti- lénicos. Consideró además los carburos alé- nicos como carburos dietilénicos, así pues, la alena será la propadieno. Á juicio de M. BémaL es inconveniente este procedimiento. Los carburos alénicos se hidratan como los carburos acetilénicos, se combinan con el bicloruro de mercurio y son muy diferentes de los carburos dieti- lénicos. Se puede responder que no se ha- ce una nomenclatura de funciones; pero en= tonces no hay por qué hacer la distinción entre el oxígeno acetónico y el oxigeno al- dehídico según se verá más adelante, como no hay lugar tampoco, colocándose fuera del punto de vista funcional, para hacer la distinción entre los carburos dietilénicos y los acetilénicos. La función alena es especial y debe, por esta circunstancia, no confundirse con la función carburo-dietilénica. Aun se puede hacer notar que cuando las funciones etilé- nicas se vuelvan complicadas, habrá cuer- pos que lleven, por. ejemplo, el nombre de octopentena, lo que quiere decir ocho veces pentena y puede prestarse á la ambigitedad. La nomenclatura de los carburos de tri- ple unión, no dió lugar á discusión por des- prenderse naturalmente, de la de los carbu- ros etilénicos. En seguida se indicó el sentido de la numeración en los carburos no satu- rados de cadena lineal y se adoptaron las re- soluciones 14 y 15. Se puede hacer notar inmediatamente que la numeración se aplica á todos los com- puestos que poseen, sea una cadena arbo- rescente, sea una cadena lineal no saturada. Pero la numeración es muda respecto de los compuestos de cadena recta saturada que po- seen una función cualquiera. COSMOS 325 Se puede colmar este vacio rápidamente, aplicando los principios emitidos más antes. Los compuestos más substituidos en un mis- mo átomo de carbono que forma parte de una cadena lineal son los que lo son tres ve- ces; se les dará la cifra 1, después á falta de trisubstituido se dará la cifra 1 á los disubs- tituídos. Finalmente, á falta de tri ó de di- substituido se dará la cifra 1 al monosubsti- tuido. Se puede concebir aún que la cadena esté terminada por dos extremidades tri- substituidas idénticas ó no. Si son idénticas, se tomará la función más cercana para indicar el 1, si no lo son, se hará la suma de los pesos de los átomos ligados directamente al carbono, como lo propuso M. Comes para la serie aromática y se le atribuirá el número 1 al que tenga el peso más débil. ed 2 COOH— CH? —CHBr—CÓOOH 4 3 0) 1 cOOH—CH?—CHOH—COOM COOH—CB2—CHAzH?—COAzH? (32) (30) 1 9 AzH a xAzH? (32) (28) 4 2 COÓNa —CH2— CH2— CO*C?H5 (55) (44) Estos pocos datos aplicables á los deriva- dos bisubstituidos y monosubstituidos, bas- tan para todas las necesidades. M. ArmstroN6 propuso designar los car- buros en cadena cerrada, análogos á la tri- metilena y que juegan el papel de carburo saturado, poniendo en prefijo la palabra ci- clo y terminando el nombre del compuesto con el del carburo saturado correspondien- te; la trimetilena se vuelve la ciclopropana. Se pueden así formar fácilmente los nom- bres de los derivados obtenidos por sepa- ración de hidrógeno. Ejemplo: ciclobutena: para el carburo | | M. Bouveaurr leyó, á propósito de los éteres óxidos, una carta de M. BriLsTEIN quIen propone nombrarlos considerandolos como formados de dos cuerpos saturados en los cuales el oxígeno haría la substitución. El óxido de etilo se vuelve la etaneoxietana. Esta nomenclatura que en el caso particular parece poco útil, se hace necesaria cuando los dos residuos poseen varias funciones y son disimbolos. Los ácidos se nombran por medio de la palabra ácido y el sufijo óico. M. Bémar hizo notar que ésto es hacerles un honor excep- cional á los ácidos; hasta ahora había bas- tado un sufijo ó un prefijo. No obstante, el Congreso aprobó los dos: prefijo y sufijo. Parece verosímil que se vuelva á tratar de esta decisión, tanto más cuanto que si se trata de funciones complexas, la palabra áci- do se torna muy embarazosa, separada como lo está por tres ó cuatro funciones de su sufijo óico. Los ácidos sulfurados dieron lugar á una gran discusión. La Sub-comisión, basándose en lo que se había admitido en la generalidad de los paí- ses, propuso designar el azufre bivalente por sulfo y el residuo SH por tio; correspon- diendo los ácidos sulfurados al ácido eta- nóico, se transformaba entonces: CH*—CO—-SH ácido tioetanóico CH—C—0OH ácido sulfoetanóico | | S CH:—CS—SH ácido sulfotioetonóico. M. Barx hizo notar que los acetales mer- captánicos dan sulfonas y que sería mejor invertir el sentido de las palabras tio y sul- fo. E M. FrieveL vió un inconveniente en esta interversión de sentido porque es importan- te no dar á un cuerpo un nombre que per- tenece ya á otro cuerpo, lo que trae confu- siones deplorables. M. Bayer dijo que se emplean ya estas expresiones en el sentido que él indica. Se votó entonces la cuestión y se adoptó tio para el azufre bivalente y sulfo para el residuo SH. La cuestión, no obstante el voto cuya mayoría era débil, parece que queda en suspenso. En la sesión siguiente, M. Arm- 326 COSMOS TRONG propuso reservar la palabra su/fo para el azulre oxigenado; el azufre bivalente S se designaría por tiono y el sulfihidrilo por tiol. La cuestión sometida á votación, fué apro- bada por unanimidad, permitiendo conser- rar esta manera de interpretar la mayor parte de las palabras ya adoptadas por el uso, co- mo tiodilenilamina, tioacético, etc. M. Hawnrior propuso que se designara ba- jo el nombre de amigeno el grupo AzH?; el amigeno engendraría las aminas si está subs- tituido en un carburo, las amidas si está subs- / 0H Com Á - xx COOH oxibenzó1queazodifenileazofenilamina. M. GrabBE apoyó esta manera de conside- rar. M. NaxLriné pensó, además, que se deben separar los hidrazóicos (hidrazinas simétri- cas) de las hidrazinas disimétricas; la carac- terística de las hidrazinas simétricas es su transformación isomérica en diamina; las hidrazinas no poseen esta propiedad; pro- puso, pues, nombrar á los hidrazóicos de la misma manera que á los azóicos. Así, se dirá benzenahidrazobenzena: C'H*—AzH— AzH —C*H? Al contrario, se considerarán las hidrazi- nas como formadas por la substitución de uno ó varios residuos de la hidrazina. Así, se dirá fenilhidrazina, fenilmetilhidra- zina. Continuó después la nomenclatura de los radicales ó de los residuos. A ¡quicio de M. BouveauLr, es inútil dar nombre á estos residuos que exigen, una no sucede técnica especial. Sin embargo, S asi, todos los residuos se denominan simple- mente por medio de la sílaba z/o, la cual indi- ca que el cuerpo que lleva esta sílaba contiene un átomo de hidrógeno menos que el com- puesto correspondiente. 7 6 tituido en una función ácida; de igual ma- nera se llamaría imígeno al grupo AzH. En un carburo daría las iminas, substituido á dos funciones ácidas daría las imidas. Se llegó en seguida á los derivados azói- cos: M. Narrivc, independientemente de las proposiciones presentadas por la Sub- comisión, preguntó si se denominaría a los diazóicos de la misma manera que á los azóicos simples. Según él, así debe ha- cerse; por ejemplo, un derivado de la ben- zidina debe llamarse; Az= Az — C$H%— C$H%4—Az=Az—C6H%*—AzH? Asi, la etana da: CH*CH? etanilo (etilo, por contracción). La etena CH'CH? da CH'*=CH (el etenilo). El etanal CH CHO da CH?2—CHO, el etanilal (etilal por contracción), etc., véase 50, DL, 02. DS Se trató de la nomenclatura de los cuerpos de función complexa. Parecía que habiéndose demostrado desde un principio cómo debía construirse la cadena de los átomos de car- bono, que sabiendo numerarla y que pudien- do dar muy fácilmente un nombre á cada residuo, estaba hecha la nomenclatura de las funciones complexas. No sucedió así, sin em- bargo. Hubo dos proposiciones idénticas en el fondo, pero esencialmente distintas en cuan- to a la forma. MM. Bayer, Hanrior, Ma- QUENNE, querían que se refiriesen todos los sulijos en bloc al fin del nombre que expre- sara la cadena del carburo y que se indicase la posición de las funciones por medio de ci- fras. MM. FrieveL, BouvrauLr y BénaL sos- tenían, á la inversa, el proyecto presentado por la Sub-comisión parisiense, que con- siste en enunciar sucesivamente cada cade- na lateral aplicándole inmediatamente su función. Tomemos un ejemplo: 9 Ss 5 Ma 3 9 cHs—cH:—CH—(€—CHCI—CO—CH—CGH*—COOH | 6 CH 6:CO0H 3:CHO COSMOS 327 Según, la primera proposición se denomi- na d este cuerpo: + 3metil 6 etil 6nonena 4ona 3' al 5 cloro 1-6? dióico El nombre de la Sub-comisión parisiense es al contrario: 3metilal Getilóico 4ceto 5cloro 6nonenóico. Se ve que, en el primer caso, se necesi- tan ocho cifras para expresar la consitución; mientras que en el segundo no son necesa- rias más que cinco, lo cual es una ventaja. Además, el segundo procedimiento puede emplearse más fácilmente en el lenguaje ha- blado, en tanto que el primero, parece pres- tarse muy difícilmente. Por otra parte, es posible representar por _Nonena h4ona 3! al 5 cloro y de la otra manera: un ejemplo vulgar, pero bastante significa- tivo, la diferencia que existe entre los dos procedimientos. Imaginemos una alfombra que tenga dife- rentes adornos. La Sub-comisión parisiense la describirá como una alfombra de lana fina, flores rojas, y rayas negras con puntos blancos. Según el otro proyecto, la descripción es como sigue: alfombra de lana con flores, rayas, puntos, fina, rojas, negras, blancos. Entiéndase tambien que en las tablas de recopilaciones bibliográficas estos dos nom- bres se escribirían: 1-62 dióico-etil 6-metil 3. Nonenóico 6-cloro 5 ceto 4-etilóico 6-metilal 3. Se decidió, en efecto, enunciar los cuer- pos complicados poniendo sucesivamente las cadenas laterales por tenor decreciente en carbono. Los dos proyectos se pondrán á prueba diaria. E Se pasó á la numeración de los derivados de la benzina. El excelente procedimiento, completo has- ta en sus menores detalles, que propuso M. Comes fué aprobado por unanimidad. Quedaron los compuestos en cadena ce- rrada que encierran ázoe. M. AnmstroNG hizo una serie de proposi- ciones para denominar los compuestos de cadena cerrada que contuvieran ázoe. Estas diversas proposiciones necesitan reu- nirse en un cuerpo de doctrina. Tal fué la CH*—CH*—CH*0H A AR CH?=CH — CH*OH E CH==C—CH20H propinol Tres nombres entre los cuales era impo- sible antes encontrar el menor parentesco; opinión del Congreso, el cual le suplicó á M. ÁrmstroNG, tuviera la bondad de darlas á luz para que se las pudiera comparar con las de M. BouveauLr, cuya memoria publi- có la Sub-comisión parisiense. Aquí se detuvo la obra del Congreso. Se ve que es considerable; no solamente se ha podido llegar á un acuerdo completo acerca de los nombres destinados á los registros, lo que facilitará considerablemente las in- vestigaciones bibliográficas, sino que tam- bien se ha alcanzado igual inteligencia para los compuestos de función simple. Cuando éntre en la práctica de la ense- ñanza, la nueva nomenclatura facilitará de un modo singular la tarea de los estudian- tes. Tomemos dos ejemplos para poner de relieve lo que decimos. Sean los derivados en C* Nombres antiguos Alcohol propilico. Alcohol aliílico. Alcohol propargilico. hoy, propanol indica un alcohol de función saturada, propenol un alcohol de función 328 COSMOS etilénica, propinol un alcohol de función |den obtener partiendo del cianógeno, por acetilénica. la acción sucesiva del hidrógeno, del ácido Supóngase aun los derivados que se pue-|nitroso y de los agentes oxidantes: Nombres antiguos G=142 CH? —AzH? CH:0H COOH | L C=Az CH?—AzH? CH*0H COOH los nuevos nombres demuestran el paren- do Vuélvase al segundo montante acostado, y tesco de estos diferentes cuerpos. pásesele por delante de los dos montantes siguien- Etano dinitrilo, etena diamina, etanediol, acido etanedióico. No podría concluir esta corta exposición sin hablar de la hospitalidad generosa tan previsora y tan cordial que se nos ofreció por el Comité de Ginebra y por la ciudad misma. BEHaAL. Te —— — =3 E En 7 5 EL TRABAJO MANUAL ue 060 EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 tes y llévesele también detrás del tercero. Conti- núese asi hasta que todos los montantes acostados SEXTA SERIE se reunan de dos en dos, Fig. 590. ESTA | 1 CESTERÍA A! | y | ll Costado.—10 Cójase uno de losmontantes y acués” tesele, pasando por detrás de los dos siguientes, y delante del tercero. Hágase lo mismo con cuatro montantes sucesivos, Fig. 588. Ye ) Fc. 590 ¿o Conseguido ésto, se abandonan las hebras de la izquierda y se pasan las hebras de la dere- cha por delante de los dos montantes siguientes que quedan derechos, y por detrás del tercero. Fre. 588 Á Ta” £ . Al == So Vuélvase á cojer el montante que se acostó primero y hágasele pasar por delante de los dos montantes derechos que siguen y detrás del ter- cero, Fig. 589. ¿9 Cójase entonces el primer montante derecho que sigue y acuéstesele detrás de los dos montan- z Y 230111 av ” Y , . jo" do 7 tes siguientes y por delante del tercero (igual Fic. 591 gura). Los tres últimos montantes que quedan, después 1 Continúa. Véase «Cosmos», pp. 171 y 312. de haber acostado todos los otros, se cortan á una COSMOS 329 longitud conveniente y se introducen con ayuda del punzón en el lugar que deben ocupar. 69 Desbrócese, es decir, córtense todas las pun- tas que salen. Queda terminado el cuerpo de la canasta, Fig. 591. Asa.—10 Introdúzcanse las dos hebras que de- ben formarla, al lado de dos montantes suficiente- mente espaciados; cójase en seguida la hebra de la derecha y hágase un arco hacia la izquierda, AS : AS Fic. 592 pasando por debajo del borde, de fuera adentro» y detrás del montante donde se encuentra la se- gunda hebra. Entonces la hebra de la izquierda se enreda dos veces, de fuera adentro, en el pri” mer roten ya puesto; una tercera vuelta de dentro afuera la lleva al interior de la canasta, pasando bajo el borde, Fig. 592. | Fic. 593 Fic. 594 20 Dénse en seguida con el roten dos vueltas, de dentro afuera de la asa, siguiendo las hebras Fic. 595 ya puestas; pásese entonces bajo el borde, al lado | cer el circuito y el borde, véase lo dicho á propó- del montante de la izquierda, Fig. 593. 30 Dénse todavía dos nuevas vueltas, de dentro afuera, con esta misma hebra y pásese en la hot- quilla de la derecha, Fig. 594. 40 Con la hebra no empleada se dan igualmente dos vueltas, pasándola por debajo de la hebra que se encuentre, é introduciéndola debajo del borde, de fuera adentro; dos nuevas vueltas la llevan á la horquilla de la izquierda. Con otras dos vuel- tas se termina el asa, y la hebra se introduce en la horquilla de la derecha en donde dejamos la primera. Córtense econ precaución las puntas li- bres, Fig. 595. Cesta oval Casi todos las cestas tienen fondo oval. Fondo: 19 Córtense nueve varillas que deben formar el esqueleto del fondo, á saber: tres largas y seis pequeñas. Hiéndanse las seis pequeñas 6 introdúzcanse en ellas perpendicularmente las tres largas, Fig. 596. Fic. 596 20 Pásense en seguida dos hebras en la hendi- dura de las varillas del fondo a; enlácense á b eru- zamdo las hebras; lo mismo e, después de las dos varillas d, etc., Fig. 597. Dénse asi tres vueltas. Fic. 597 Estando sólidamente sujetas las varillas del fon- do, es necesario separar sucesivamente los brazos, como en el fondo de la canasta redonda. Fic. 598 Nota.—Es menester tener cuidado de encorvar un poco los mimbres al separarlos, á fin de que el fondo tenga la convexidad necesaria, Fig 598. Circuito.—Para poner los montantes, para ha- sito de la canasta. 330 COSMOS Asa.—El asa de la cesta se ejecuta como la de la canasta; pero se pone préviamente un mimbre fuerte, cuyas extremidades se fijan en el borde con ayuda del punzón. Este mimbre da la forma y dimensiones del asa. Es necesario agregar que cada hebra ejecuta un número. de vueltas tanto más considerable cuanto más grande es el asa. Fic. 599 Nota. —A fin de evitar que el fondo de las canas- tas y cestas se deteriore, se hace continuamente un borde suplementario al rededor del fondo. Pa- ra esto voltéese la cesta, póngase un montante á cada lado de los que ya existen; hágase el borde como se ha dicho anteriormente, y córtense las puntas que salgan, Fig. 599. Cestito de labor, cestito para pan, cestito para papeles, etc.—1% Hágase el fondo más ó menos oval, como se ha dicho más arriba. 20 Pónganse los montantes y hágase el rodete de tres vueltas; dóblesé:el número «de montantes introduciendo hebras en el rodete entre los mon- tantes principales. Estos montantes suplementa- rios, al no servir para hacer el borde superior, no deben tener más longitud que la altura de la ces. ta, Fig. 600. Fic. 600 o Lo Fíjense los montantes suplementarios por medio de dos trenzas sencillas puestas una en me- dio y otra arriba de la cestita. Córtense las puntas delosmontantes suplementarios que salgan arriba de la trenza superior y hágase un rodete sobre los montantes que quedan. —e 40 Terminese haciendo un borde, luego dos asas, como se ha dicho arriba, Fig. 601. Fic. 601 Cesta-criba Se da este nombre á una especie de cestita an- cha, euyo fondo es de zarzo, de modo que pueda servir de criba. ? ] Fondo.—Cójase una hebra fuerte de mimbre y hágase un circulo de diámetro igual al que se quie- re dar al fondo de la cesta: sujétense las varillas del fondo por medio de una trenza que enlace des- de luego el mimbre a, luego sucesivamente las va- rillas c, d, e, f, ete.... En fin, se enlaza de nuevo el Fic. 602 circulo en b, luego se vuelve hacia la derecha en- lazando aun algunas varillas, y se cortan las pun tas libres. Para darle fuerza al fondo, se pueden” añadir dos trenzas, una arriba y otra abajo de la primera, Fig. 602. Varillas. —Adelgácese el extremo grueso de los montantes con una podadera Estando aplica- | Fic. 603 dos los montantes contra el circulo del fondo, dó- blese en ángulo recto la extremidad adelgazada» hágasela resaltar de abajo á arriba, á la derecha del montante, y bájese completamente hacia la izquierda, Fig. 603. El segundomontante refendrdá COSMOS la parte adelgazada del primero y le impedirá que se vaya para atrás; el tercero retendrá la del segun- do, y así sucesivamente. PSA Siempre es necesario poner un número impar de montantes, á fin de poder emplear el circuito sencillo. Todos los montantes se fijan en seguida por me- dio de un rodete de tres vueltas. El circuito, el borde y las asas se hacen como se ha dicho prece- dentemente, Fig. 604. BeErTRAND, Toussaint Y (GOMBERT. (Continuará. ) ESTADÍSTICA DE LA MARCHA DE UN RELOJ En otro tiempo se tenía á los relojes en gran estimación y se les atendía con el ma- yor cuidado; pero desde que se les obtiene con gran baratura, se les somete sin piedad á todas las causas de destrucción (caídas, polvo, variaciones bruscas de temperatura, magne- tismo) y hay quien se asombre de que se nieguen á andar. No obstante, un reloj co- rriente comparado con una máquina cual- quiera es una maravilla. Algunas cifras lo harán comprender. El resorte motor arrastra al barrilete, su movimiento se transmite por tres ruedas al escape cuya rueda hiere al áncora ó al cilin- dro del balancín a razón, por término medio, de 8000 golpes por hora (con diferencias de 3000 á 4000 según los sistemas); ya en mo- vimiento, otro mecanismo de engrane de- tiene en la relación de 124 1, el movimiento que se transmite á la aguja de las horas. Todos los movimientos del reloj son discon- tinuos y se ejecutan por medio de saltos pequeños é iguales, cuyo número pasa de... 200.000,000 al año en algunos relojes. Las personas que cuidan sus relojes, los mandan limpiar cada dos años, es decir, despues que han sufrido de 300 á 400.000,000 de choques. Al cabo de unos 20 años se le cambian tornillos á un reloj bien fabricado y que no se ha destruido prematuramente; pero ésto sucede después de que se han verificado millares de milla- res de los saltos pequeños de que acabamos de hablar y después de que la rueda de es- cape ha ejecutado decenas de millares de vueltas. Si á lo anterior se agregan las complicaciones de los cronómetros, de los relojes que señalan los días, de las repeti- ciones, etc., no es posible dejar de maravi- llarse. En cuanto al trayecto descrito por el ex- terior del balancín es tan inesperado que ninguno de nuestros lectores admitrá el resul- tado sino hasta después de haber compro- bado el cálculo. El balancín de un reloj de 19 líneas, mide, por término medio, 17 milí- metros de diámetro en los tornillos de arre- glo; verifica por segundo 5 oscilaciones de una vuelta y media ó sean 395 milímetros de trayecto recorridos en un segundo, 34 kilómetros por día y 12,500 kilómetros por año, cifra redonda. Ahora bién, como los relojes que señalan los días perpétuamente, tienen una rueda que da una vuelta en cuatro años, resulta que durante ese tiempo el ba- lancin le habría dado la vuelta al mundo. No es menos extrordinaria la pequeñez de potencia de que se dispone para la marcha de un reloj. Según el Journal suisse d'hor= logerie, un resorte de reloj que pese 2 gra- z mos puede producir 40 horas de marcha. Á razón de 20 kilográmetros de energía dis- ponible por kilogramo de acero, tendremos '40 grámetros en 40 horas 6 sea 1 grámetro por hora. Un caballo de vapor desarrolla en una hora 75x3600=270,000 kilográmetros, un reloj exige, pues, O 270,000 ——270.000,000 de caballo. En otros términos: un caballo de vapor bastaría para hacer andar á 270.000,000 de relojes ó6, probablemente, para hacer andar á todos los relojes que hay en el mundo. Más aun, el escape es el que consume la mayor parte de este poder; en efecto la rue- 332 COSMOS da de escape se pone en marcha rápidamen- te y experimenta una brusca detención, lo cual según el principio enunciado por Lá- ZARO CARNOT Ocasiona siempre una pérdida de fuerza viva, ó como diríamos hoy una de- gradación de la energía. Originan pérdidas también, la resistencia del aire al movimien- to del balancín, la flexión y el desarrollo de la espiral. ¿Qué queda entonces para el engrane y para los ejes? Con seguridad muy poco. Y, sin embargo, todo este mecanis- mo puesto en diferentes circunstancias de posición, de temperatura, de presión de aire, llega á andar con menos de 1* de dife- rencia casi por día. (La Nature, 1892, 1, p. 30.) SITAS ARES O EL ARTE DE CONTAR ' En las naciones civilizadas, cuyos idiomas conservan con más tenacidad los nombres de números convencionales é ininteligibles heredados de sus antepasados, se observan ¡igualmente ciertos términos que se han vuel- to ya numerales por la práctica y que lo serán realmente á la primera oportunidad. Por ejemplo, los ingleses necesitan de otra palabra para decir dos y ocurren al vocablo pair (en latín par, igual) ó couple (en latín copula, atado ó ligado); para veinte usan la palabra score (incisión). Los alemanes em- plean también como número, stiege, cuyo sentido original fué probablemente un es- tablo lleno de bestias; el norraiín antiguo drott, una compañía; el danés snees. La si- guiente lista de palabras análogas emplea- ass, pero no clasificadas gramaticalmente como números en los lenguajes europeos, ofrece una gran variedad: norrain antiguo flockr (rebaño), 5; sveit, 6; drott, (reunión) 20; thiodh (pueblo), 30; folk (gentes), 40; old (multitud), 80; her (ejército), 100; en Schles- wig, schilk, 12; medio alto alemán, rotte, 4; nuevo alto alemán, mandel, 15; schock, haz, 60. Los lettes forman un curioso con- traste con los ejemplos polinésicos ya cita- dos. Arrojan cangrejos y pescados pequeños de tres en tres, lo que ha valido á la palabra 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 281 y 316. mettens, un puñado, el sentido de 3; mien- tras que otro pescado, el rodaballo, que se reune en lotes de treinta, ha hecho del tér- mino kahlis, cuerda, el equivalente de este número. 1 La transformación de simples palabras descriptivas en numerales puede tener lu- gar de otras dos maneras en las razas infe- riores y en las adelantadas. Los gallas no poseen términos numéricos fraccionarios, pero tienen una serie de voces equivalentes que proceden de la división del trozo de sal, substancia que les sirve de moneda. Asi tchabnana, un fragmento (detchaba, quebrar, como decimos nosotros una fracción) signi- fica mitad, vocablo que podemos comparar al latino dimidium y al francés demi. Los números ordinales proceden en general de los cardinales, como tercero, cuarto, quinto, de tres, cuatro, cinco; pero entre los núme- ros muy bajos se encuentran ejemplos de formaciones independientes completamente fuera de un sistema numérico convencional preexistente. Asi, los groenlandeses no se sirven nunca de su uno para formar la pa- labra primero, sino que dicen sujugdlek (des- de luego) ni de dos para decir segundo, si- no de aipa que significa su compañero. Á partir del tres es cuando recurren á los nú- meros cardinales: forman pingajuat de pin- gasut,'3. De igual manera en las lenguas indo-europeas el ordinal prathamas, rezos, primus, first, premier, que nada tienen que ver con uno, pero que sí se relacionan con- la preposición pra, adelante, en la significa- ción simple de desde luego; y aun cuando los griegos y los alemenes designan el número , ordinal por 3eúrepos, awelte, de 3%0, zwel, nosotros decimos second, en latín secundus, el siguiente (segui) que es una palabra sig- nificativo-descriptiva. Si nos permitimos mezclar, por un mo- mento, lo que es á lo que podría ser, vere- mos cuán ilimitado es el campo de produc- ciones posibles de números por la simple adopción de los nombres de cosas familia- res. Siguiendo el ejemplo de los habitantes de Schleswig, podríamos hacer del chelín un signo numeral que representara al 12 y 1 Véase Porr, Zelmethode, pp. 78, 99, 124, 161; | Gruun, Deutsche Rechisallerthimer, cap. Y. COSMOS 333 proseguir expresando 4 por groat (4 peni- ques, 40 céntimos), semana podría servir pa- ra designar á 7 y trébol á 3; pero este sen- cillo método descriptivo no es el único prac- ticable para forjar nombres de números. Tan pronto como una serie de nombres cual- quiera que sea, está dispuesta en un orden regular, se vuelve una máquina de contar. He leído en alguna parte que una niña á quien le dieron tarjetas para que las conta- ra lo hacía diciendo Enero, Febrer, Marzo, etc. Lo mismo habría podido decir lunes, martes, miércoles, etc. Es interesante ob- servar entre los hombres, casos de idéntica naturaleza. Sábese que los valores numéri- cos de los hebreos están representados por letras tomadas según su orden alfabético sin que parezcan tener ninguna relación con la aritmética. El alfabeto griego es una modificacación del semítico; pero en vez de conservarle á las letras el valor numérico que les asigna el lugar que tienen en el alfabeto, después de haber asimilado a, f, y, 3, e, 41, 2,3,4 y 5, los griegos toman < por 6 é : por 10, por- que en hebreo zod (1) es realmente la déci- cima letra. Una vez admitida la disposición de estas letras, los griegos que habían for- mado los números regulares 1, 2, 3, eis, 30, rpsis, podían poner en su lugar las le- tras que los reemplazaban y llamar así, á 1, alpha; a 2, beta; á 3, gamma, etc. Esto es lo que sucede precisamente en una curiosa jerga de Albania cuya construcción es grie- ga aunque esté saturada de palabras pres- tadas y alteradas, de metáforas y de epíte- tos comprensibles solamente para los ini- ciados, que tiene por equivalente de cuatro y de diez las voces ¿ékra é ira. ! Al insistir sobre el valor de las pruebas propias para hacer resaltar los principios generales de la formación de los nombres de los números, noto que es inútil buscar la etimología de estos nombres fuera de los límites del cálculo digital en los idiomas de las razas inferiores ya mencionadas. Pueden subsistir otros vestigios de la etimología de semejantes nombres que den la clave de las ideas que las han agrupado con un fin arit- mético; ? pero tales vestigios parecen es- 1 Francisco MicmeL, Árgot, p. 483. 2 Entre los testimonios de esta clase, merecen parcidos y obscuros. Aun pueden existir restos de una produción de numerales for- mados con palabras descriptivas de las len- guas indo-europeas, hebrea, árabe y china. Ya han sido señaladas etimologías de esta especie y están de acuerdo con lo que se conoce acerca de los principios según los cuales se han formado realmente los nume- rales ó cuasi-numerales. Pero siempre que he podido comprobar los datos que han ser- vido para establecer esas etimologías, me han parecido tan dudosas desde el punto de vista filológico que no me puedo servir de ellas para la teoría de que me ocupo ni pue- do dejar de penssr que si han logrado es- tablecerse como pruebas, es menos porque han confirmado la teoría que porque han sido sostenidas por ésta. El hecho está de acuerdo perfectamente con las ideas aquí adoptadas, á saber: que tan pronto como una palabra ha sido tomada una vez como nombre numeral, y se ha vuelto símbolo ne- cesario, el idioma tiende á dejarla degene- nerar en una palabra vacía de sentido en apariencia, cuya significación no está defi- nida, y de la cual ha desaparecido toda hue- lla de etimología primera. Enwarb B. TyLor. (Continuará.) —_——_—_ LABORATORIO PARA INVESTIGACIONES FOTOGRAFICAS La discusión acerca de los méritos respec- tivos de las placas comunes y delas sensibles á los colores cuando se tratade fotografiar estre- llas, discusión producida entre los astróno- atención los siguientes: DoBRIZHOFFER, Abipores, t. II, p. 169, da gevenkñaté, dedos de avestruz, para 4, porque los avestruces no tienen más que tres dedos delante y uno detrás, neenhalek, una piel marcada con cinco colores, para 5. D'OrsicnxY, £' Homme américain, t. 1, p. 163, advierte que los chiquitos no saben contar sino hasta 1 (tama) y que carecen de terminos de comparación. Koztk, Gr. of vel lang., refiere que fera significa á la vez con y dos y cree original el primer sentido. (Compárese e] tabitiano pitt, junto, de donde, 2; puichua chun- ce, montón; chunca, diez, etc. azteca, ce, 1, cen-tli, grano. En cuanto á los derivados posibles de la mano para 2, él hotentote t'koam, mano, 2). Véase Porr Zehlmethode, p. 29. ; 334 COSMOS mos [ranceses, es tan sólo un ejemplo extrai- do de las muchas que pueden mencionarse para demostrar cuántos trabajos experimen- tales tienen que hacerse todavía antes de que nuestros procedimientós fotográficos satis[fa- gan por completo las exigencias de las inves- tigaciones científicas. La Fotografía moderna ha experimentado un desarrollo muy rápido. Ha sido ésta una materia de-tanto atractivo para la experi- mentación, que un gran número de personas, muchas de ellas habilísimas é infatigables, han contribuido con la aclaración de incon- tables hechos; pero hay mezclados á éstos tantas observaciones de un carácter distinto, que la extensa literatura de este asunto es muy confusa. Por ejemplo ¿qué hemos lle- gado á saber acerca de los notables fenóme- nos observados por algunos de los primeros investigadores quienes advirtieron que cler- tas rayas del espectro producían cambios quí- micos que á su vez sufrían otros cambios por diversos rayos determinados? Paréceme que se facilitaría la investigación de este punto con los aparatos perfeccionados que se po- seen y con los mejores conocimientos actua- les. La última aplicación del fenómeno que ha llegado á mis noticias fué la que se hizo en el Observatorio Astro-VFísico de Washing- ton con objeto de fotografiar el invisible es- pectro ultra-rojo por medio de una placa fos- forescente. Los rayos del espectro destruyen la fosforescencia y dejan en su lugar bandas luminosas que representan las líneas del es- pectro. No es probable que un método se- mejante sea de un gran valor práctico, pero no por ésto la investigación del fenómeno ca- rece de interés para estudiar lo concernien- te á la naturaleza de la energía radiante. El hecho de que el Prof. LaxcLeY haya re- currido á una estratagema semejante para fo- tografiar la parte invisible del espectro, nos da á comprender claramente que son supues- tos los límites de la Fotografía en este sen- tido. Las líneas del rojo en el espectro fo- tografiado se han extendido hastante desde hace algunos años, aun más allá de lo que pueda suponerse, merced á los agentes sen- sibles especiales ó por los métodos particu- lares para preparar las placas; pero la teoría de esta cuestión no ha sido resuelta, por lo cual es éste un campo muy importante para las investigaciones. Los móviles para proseguir en estas inves- tigaciones deben venir de los que más nece- sitan los resultados. En otras palabras, en éste como en otros casos le agradaría saber al fotógrafo experimentador que sus resulta- dos,se aplicaban de una manera inteligente, pues de otro modo se desalienta y se dedi- ca á otro género de trabajos. Si el experimentador físico quiere impul- sar los trabajos fotográficos á fin de que sa- tisfagan sus exigencias, sl el astrónomo quiere tener placas perfectamente adaptadas á sus propósitos, dejen de confiar en las placas sensibles á los colores ó en cualesquiera otras de las que se preparan para el público, y pon- gan sus trabajos fotográficos en manos de un fotógrafo químico experimentado, no un fo- tógralo recogido en una galería ó de entre aficionados, sino uno que pueda aplicar los últimos descubrimientos á los trabajos que tenga á su Cargo. Debido á que investigadores no competen- tes ni familiarizados con los procedimientos é invenciones de la época, ban sido los que emprendieran los más difíciles tra- bajos fotográficos, es por lo frecuencia son los resultados inferiores á lo que con tanta que debieran ser. En verdad, es un hecho que los mejores conocimientos fotográficos que poseemos no se aplican generalmente á los trabajos cientificos. Para materias como ésta es para las que he pedido desde hace mucho tiempo el esta- blecimiento de un laboratorio fotográfico que hiciera sus investigaciones en conexión con alguno de nuestros grandes institutos. Un laboratorio semejante no solamente produci- ría importantes descubrimientos y la perfec- ción en los métodos, sino que también im- pulsaría el estudio de la Fotografía como ciencia que tiene relaciones con la Física y con la Química y que prepara para diversos trabajos en distintos ramos de la Ciencia. Así, los problemas que se presentan en el observatorio y en el laboratorio espec- troscópico podrían estudiarse sistemática- mente, lo que no sucede hoy porque los in- vestigadores trabajan en diferentes campos. Por ejemplo, el astrónomo desea placas pa- COSMOS 335 ra mapas estelares fotográficos, las cuales placas sean uniformes en el carácter y en la rapidez, que no las afecten la temperatu- ra 6 la humedad, que estén libres de gra- nulaciones y que no tengan la tendencia al halo por exposiciones dilatadas. Más toda- vía, podrían hacerse esfuerzos para obtener placas que produjeran con entera limpieza las magnitudes actínicas relativas, si puedo valerme de esta expresión, ya que no las magnitudes visibles de las estrellas. Que tales placas pueden prepararse apenas ad- mite duda, mas para realizar este hecho se requiere alguna sino es que una gran suma de experiencias, y una vez que se alcanzara el resultado, los beneficios que obtuviera la Astronomía bastarían para justificar la exis- tencia de ese laboratorio y los gastos creci- dos que se hicieran. El simple descubrimiento de un medio para preparar placas de una sensibilidad ab- soluta y uniforme, medida en unidades de tiempo y también espectrograficamente, se- ría de incalculables ventajas para las inves- tigaciones físicas. En cuanto á las granula- ciones de la imagen, se ha demostrado ya claramente que se deben en gran parte al desarrollo, y que sucede más particularmen- te con unas placas que con otras. Ahora, respecto de placas para fines es- peciales, y queriendo mencionar un caso par- ticular, me referiré una vez más al deseo del Prof. LaxcLeY para fotografiar la parte del espectro que tan ingeniosamente delineó con el bolómetro. Nadie ha discutido la exacti- tud de las indicaciones de ese instrumento; pero sería de interés, ciertamente, ver una reproducción fotográfica de una parte, al me- nos, de ese espectro invisible y compararla con las curvas bolométricas. Nos pondría en posibilidad de interpretar las últimas con mucha mayor confianza cuando llegáramos á reducir las curvas á líneas espectrales. Como ya se dijo, se han verificado con- -siderables trabajos en el extranjero al ex- tender la acción fotográfica de las rayas ro- jas del espectro. ScHumANN, por ejemplo, ha fotografiado el espectro mostrando dis- tintamente la línea A, y aun más alla. Pero cuando consideramos la enorme ex- tensión del espectro invisible más allá del azul, fotografiado recientemente por Scnu MANN, * en placas preparadas especialmente para ese fin, tenemos una indicación de que por medio de la fotografía son posibles las investigaciones científicas. En justicia, no hay razón ninguna para suponer que hemos llegado al límite fotográfico en lo que se re- fiere á la extremidad menos relrangible del espectro. Los interesantes fenómenos de la corona solar han dado lugar á muchas tentativas para fotografiarla en las raras ocasiones que se ofrecen con los eclipses totales de Sol; pero las condiciones fotográficas han sido tenidas tan en poco a este respecto que, se- gún lo hice notar en alguna ocasión, la ex- pedición fotográfica del gobierno fué al Ja- pón sin un fotógrafo y la enviada al Africa llevó consigo las placas sensibles á los colo- res que se venden en el comercio. Ahora bien, sería importante saber qué razones hay para escoger estas placas parti- culares cuando se trata de la corona, y co- mo quiera que no tengo motivos para decir que no se las escogió juiciosamente, puesto que los hechos no acaecieron en mi presen- cia, me hallo en libertad para confesar que tengo graves dudas acerca de si estuvieron tan bien adaptadas á ese fin como las pla- cas secas comunes. Sea como fuere; está aun por hacerse el mejor trabajo á propósito de la corona, pues para ello se necesitan placas preparadas para ese fin especial y aparatos arreglados convenientemente. En el extranjero, se han heho ya varios esfuer- sos en este sentido, es cierto que no del todo satisfactorios, pero que indican, sí, el que se reconoce el progreso en materias fo- tográficas y una disposición laudable para aplicar los últimos conocimientos á investi- gaciones particulares. Ignoro si algunos experimentos fotográfi- cos están ahora en vía de anticiparse á los métodos perfeccionados que se aplicarán al eclipse solar del año entrante. Si no es así, no tenemos derecho para esperar mejores fotografías de la corona que las del Prof. HoLpen, las cuales son, sin duda, tan buenas como las hechas sin placas especiales. Per- 1 R. Hrircucocx, The latest advances in spectrum photography, «Science», Febr. 26 de 1892, 336 COSMOS mitaseme añadir, como opinión enteramen- te gratuita, aunque fundada en grandes con- sideraciones acerca del asunto, que estoy convencido de que es practicable fotografiar la corona sin tener que esperar un eclipse. Sin embargo, para realizar tanto, se requie- re una suma no pequeña de trabajos preli- minares para los cuales es indispensable la existencia de un laboratorio bien montado. No: deseando darle á este escrito límites indebidos, referiré mis observaciones á estos pocos asuntos, eminentemente prácticos, que son del dominio de un laboratorio, añadien- do tan:sólo que hay otros muchos que me- recen la investigación, tales como las uni- dades fotográficas de luz y color, los méto- dos para registrar la actividad solar diaria, la comparación del efecto químico y visual de la luz de colores varios (importante asun- to de fotografía estelar), la absorción at- mosférica, la aplicación de la fotografía á la Meteorología, la formación de las nubes, la del rayo, y una multitud de cuestiones diversas que brotan de las anteriores. En lo que insisto tenazmente, es en que un laboratorio para investigaciones fotográ- gran valor para ayudar á las pesquisas en muchos ramos de la investiga- ción física. He tenido la oportunidad excep- cional de visitar el laboratorio del Dr. Even, de Viena y el del Dr Vocrz, de Berlín, que tanto han contribuido al conocimiento cientifi- ficas, sería de co de los métodos fotográficos; pero antes que éstos, ya que se trata de investigaciones pu- ramente científicas, diré que el laboratorio privado de M. Scuumany, de Leipzig, aun- que de fines menos extensos, es el que más se aproxima al ideal que me he formado y que tanto necesitamos en este país. Confío en que estas breves palabras reci- | birán una acojida favorable y las apoyarán los hombres de ciencia de la nación—espe- cialmente aquellos que han experimentado los cortos alcances de la Fotografía para re- gistrar los resultados de sus trabajos —pues- to que parecen ser de importancia, y que un laboratorio como el que he indicado, se esta- blecerá pronto, ya en conexión con alguna grandes Universidades; sufragios privados. —RomYx Hrrencock. de nuestras ya por (Science). MNEMOTECNIA DE LA LEY DE OHM No obstante su gran sencillez, la ley de Ona produce todavía algunas vacilaciones en los espíritus no familiarizados con las operacio- nes algebráicas cuando se trata de dedu- cir, partiendo de la fórmula tan conocida: el valor de la intensidad de la corriente 0 de la fuerza electromotriz. sd Para obviar este inconveniente, damos á continuación un ingenioso procedimiento mnemotéenico que acaba de indicar Mr. Hen- perT PirxincroN, de la Edison Electric l/u- minating Company, de Brooklyn, al Electri- cal World, y que en nuestro concepto hace que desaparezca toda vacilación. Si se designa por / la intensidad de una corriente, por A la resistencia que atraviesa y por £ la fuerza electromotriz que produ- ce, basta escribir la palabra £RT de la ma- nera siguiente: E RI Ocultando, entonces, con un dedo el sim- bolo que representa la cantidad cuya rela- ción con las otras dos se desea conocer, no hay más que leer lo que queda visible. Así, por ejemplo, ocultando la letra A se tiene por valor E I > cocientes de la fuerza electromotriz para la intensidad; ocultando / se lee el valor y ocultando Z se lee su valor Al. Recomendamos este procedimiento á los principiantes y á los aficionados que con fre- cuencia confunden las relaciones fundamen- tales entre las tres principales cantidades lisicas. (La Nature, 1892, M, p. 111.) OPTA COSMOS Lámina 222 Tomo I do Ni y) (e 4 Dn sd pin ForocoLoGRAFÍA DEL COSMOS F. Rio bE La Loza, For. , ANTIGUEDADES MEXICANAS.—EL TAJÍN (VISTA POSTERIOR) REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS ES Y A DirEcTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo 1 Tacuñaya, D. F., 15 ne Noviembre De 1892 VELOCICLO «MALLEN » 1. Desde hacía tiempo intentábase aplicar el velocípedo á la guerra, pero como el apa- rato nos pareció deficiente no dimos impot- tancia al problema, con tanta mayor razón cuanto que no teníamos tiempo para ocupar- nos de él. Ahora bien, hoy podemos dedicarle algu- na atención y puesto que los autores del pro- yecto lejos de ceder han logrado implantarlo en algunos ejércitos, y como además no ca- ¡be duda que esos pequeños cuerpos de velo- ¡cipedistas que se les han agregado pueden, en ciertos casos, prestarles muy buenos ser- vicios, resulta que es tiempo ya para noso- Fis. 605.—Vrrocicro «MALLEN » tros el que tomemos la cuestión en serio y aceptemos la reforma ó la mejoremos se- gún nuestras especiales condiciones. 2. Veamos, pues, cuáles son las ventajas y cuáles los inconvenientes del velocipedo, á fin de aceptar las primeras y corregir los| últimos. En suma, las ventajas quedan reducidas á una locomoción rápida, facil y económica en alto grado. Los inconvenientes son: l. Todas las cualidades desaparecen en un terreno accidentado, como lo es la mayor parte del nuestro. o Il. Es verdaderamente insignificante la carga que se puede transportar en el velo- cipedo. Como se ve, la primera de estas desven- tajas lo hace en nuestro país inadecuado pa- ra la guerra y en consecuencia, ó se renun- ¡cia á él ó se inventa algo que lo substituya eficazmente, 338 Por lo tanto, es indispensable sujetarse á la ley general de la locomoción, en virtud de la cual corresponde á perfección mayor, costo y peligros mayores; y buscando el mínimo de estos factores y en vista de nuestra topogra- fía general, aceptar la solución que mejor satisfaga en su conjunto. 3. Para resolver el problema notemos que el principal escollo del velocípedo radica en las pendientes por falta de fuerza muscular en el hombre que lo monta, y que, así, se hace necesario darle un motor. Débese, entonces, elegir entre un motor in- animado y otro animado. Para ello, reflexió- género le haría perder al velocípedo su ventaja esencial: la base pequeña de sustentación y, por la cual tiene fácil acceso en caminos estrechos. Ahora bien, para la instalación del motor nese que uno del primer serían necesarias lo menos tres ruedas en distintos planos y de modo que los tres pun- tos de apoyo formasen un triángulo, porque de lo contrario, al más leve descuido, ó brus- ca detención en mal camino, se perdería el equilibrio y el todo vendría por tierra. Luego resulta que no es práctico para la guerra aplicarle al biciclo un motor inani- mado. No obstante, él nos llevará al descu- brimiento de un vehículo propio para subs- tituirlo, sobre todo en un pais tan acciden- tado como el nuestro. 4. Para lograrlo, puesto que un motor inanimado es imposible, procuremos adap- tarle otro animado, es decir, el caballo; y procedamos por grados en las modificacio- nes que se le deben hacer al biciclo. Advirtamos que si al eje de la rueda de- lantera se le pone un par de varas de coche y se guarnece con éstas un caballo, del mo- do común, no obstante la dificultad, puede llegarse con alguna practica y habilidad á uniformar los movimientos del hombre y del animal y establecer una marcha regular en el sistema. Si ésto se acepta, fácil será comprender que si en vez de que las varas vayan del modo común, se fijan fuertemente por sus extremos á un fuste bien cinchado en el ani- mal, para que caiga de lado el bicielo será necesario que las varas se rompan por tor- sión ó que se vuelque el caballo. Se le da, COSMOS pues, al ginete un apoyo mayor que el que obtiene con el simple equilibrio, pero como son grandes los brazos de palanca del cen- tro de gravedad del hombre al fuste, el sis- tema todavía es inestable. Suprimamos la rueda posterior; coloque- mos el asiento del hombre sobre la rueda y su diámetro vertical; pongamos un crucero, para ligar las varas cerca de la rueda, Pig. 605; hagamos, finalmente, que el hombre apo- ye sus piés sobre estribos al exterior de las varas, y el sistema ganará notablemente en estabilidad. Más todavía, es posible reducir los movi- mientos de las varas, al desalojarse la rueda por la tendencia á caer de lado, colocándole al caballo un cincho posterior y allí, á la altura de las varas, poner unos correones que las fijen, con lo cual los brazos de palanca de la torsión se reducen notablemente. Con ésto y el collar que sirve para ayu- dar al tiro, se facilita mucho el manejo del vehículo, tanto más cuanto que apoyados los piés en los estribos, al sentirse perdido el perfecto equilibrio bastará inclinar el cuerpo al lado contrario del cual se inicie la caída, hacia adelante y sobre el estribo de ese lado, y azuzar á la vez al animal, pues como es sabido, en esta clase de vehí- culos la rapidez de la marcha es un factor de estabilidad. Con lo anterior el problema queda resuel- to en general, pero es preciso ahora estu- diar algunos detalles que completen su rea- lización. 5. Estos detalles son tres principalmente: I. La conexión de las varas con el fuste.— Estas varas deben estar unidas por sus ex- tremos, invariablemente, con el fuste en el sentido de que no puedan desalojar de la vertical sus planos laterales, á fin de oponer con esa imposibilidad una dificultad á la tor- sión de las varas cuando el vehículo tienda á caer; pero deben en cambio poder girar sobre el punto de unión con el fuste para que cuando la rueda y el caballo se encuen- tren, por causa del suelo ó de los movimien- tos del animal, en planos de asiento dileren- tes, la rigidez del sistema no sea un obstáculo para los movimientos. Esto se logra con la grapa representada bajo c, Fig. 605. COSMOS f En las piernas de la campana del fuste se | camilla formada con el fondo de la caja y sus atornillan unas láminas de acero c en las! cuales entran las grapas, y con un tornillo se fija la grapa á la altura conveniente se- gún la alzada del animal, para lo cual la lá- | de aplicaciones, y con práctica, aún lleyar paredes laterales que caerán sobre bisagras, ¡un botiquín, una despensa de provisiones. ¡En una palabra, es fácil darle una multitud mina tiene agujeros espaciados con objeto de que éntre en ellos la espiga del tornillo. Hecho ésto, se fija el cincho en la grapa, por la derecha, y á la izquierda, con un látigo común que enrrolla en un correón! ajustado á la grapa de un modo semejante ' á como lo está el cincho por la derecha. Así preparado el fuste, las puntas de fierro de las sobre camillas un herido á cada costado de ¡la rueda. varas, entran en el espacio rectangular for-' mado por la cinta de acero y la grapa, se fijan por un tornillo cuya espiga penetra en uno de los diversos agujeros que para el caso tiene la punta de la vara. Como se ve, las varas pue- den, así, girar por sus extremos sobre la espiga del tornillo de la grapa; quedan sólidamente reunidas al fuste; y, en fin, se aprovecha de esta manera su gran resisten- cia á la torsión. Respecto al fuste, lleva su mantilla con su rozadera de grapa. IL. Reducción del brazo de palanca con que obra sobre el caballo el peso del hombre al caer.—Como ya dijimos se logra ésto! por los nuevos puntos de contacto por me- dio del braguero ó cincho posterior. En este cincho se remacha el correón el cual da una 7. Nada hemos dicho de las aplicaciones civiles del velociclo, porque sobre ser nues- tra mira principal su uso militar, estas úl- timas ocurrirán fácilmente á los hacendados, á los ingenieros, á los médicos, á los corre- dores, á los empleados del correo, de ex- preso, ete., ete. S. Para concluir: el modelo que hoy pre- sentamos es el de prueba; pero perfeccionan- do el invento se le dará un toldo y se fabri- ¡carán distintos ejemplares según el servicio vuelta á la vara y se fija en g por medio de | una hebilla. Un cuadro de metal de una he-: billa sin espiga por el cual pasa la parte an-| gosta del correón tiene por objeto el que se le adapte á una de las caras de la vara, según la alzada del caballo, las cuales varas son de sección cuadrada en ese lugar, con el fin de que al pretender dislocarse la yara no corra sobre ella el látigo y se haga ilu- soria su ayuda. TIT. Un martingal.—Éste une álos dos cin- chos y el collar para que se conserve la po- sición de los primeros. Los demás detalles son tan secundarios y pueden variarse tanto que no creemos val- ga la pena describirlos con más amplitud de la que explica la figura. 6. Concluido el velociclo, resta mani- festar que sobre el crucero de las varas, en- tre el hombre y el caballo, puede ponerse una caja de municiones, un herido en una á que se les destine. RaraeL MaLLés. LA EDUCACIÓN TÉCNICA! El observador más cándido de los fenó- menos que presenta la sociedad moderna, admitirá fácilmente que los fastidiosos de- ben clasificarse entre los enemigos de la ra- za humana; y una ligera consideración le conducirá á admitir más aun: ninguna es- pecie de este extenso género de criaturas nocivas es más reprochable que la de los que tienen la manía de aburrir con temas educa- tivos. Convencido como estoy de la verdad de esta gran generalización social, no sin te- mor me atrevo á hablaros de una materia educativa. Desde estos últimos diez años, pa- ra no referirme á tiempos más lejanos, te- mo decir cuán á menudo me he aventurado á hablar de educación, no sólo de la que se da en las escuelas primarias, sino que también de la que se imparte en las universidades y escuelas de Medicina; pero en verdad, la úni- ca parte de este amplio asunto en que no había entrado es la que me propongo tratar ahora. Asi, no puede dejarse de comprender que ¡me estoy acercando á una materia de que los hombres huyen porque la temen; pero de 1 Discurso pronunciado en el Working Men's Club de Londres. 340 COSMOS intento, me he decidido á correr los ries- gos, puesto que me habeis hecho el honor de pedirme que os diga mi opinión, circuns- tancia inesperada que me ha obligado á ocu- parme seriamente de la cuestión de la edu- cación técnica, puesto que había adquirido la convicción de que hay pocos asuntos que sean mas importantes que éste para todos los que desean ideas claras y precisas; y, fi- nalmente, puesto que ninguno era más dig- no de la atención del Working Men's Club y del Institute Union. No me corresponde emitir una opinión acerca de si demostrará la experiencia que son justas ó no las consideraciones que voy á exponeros; en cambio haré de mi parte cuanto sea posible para presentarlas con to- da claridad. Entre lo mucho bueno que pue- de encontrarse en las obras de Loro Bacon, nada hay más lleno de sabiduría que aque- llas palabras: «la verdad brota más fácil- mente del error que de la confusión». Un pensamiento erróneo, pero claro y consi- guiente, es lo mejor en bondad después de un pensamiento exacto: así pues, si llego á al- canzar éxito al aclarar vuestras ideas en el particular, nios habré hecho perder el tiem- po ni habré perdido el mío. La «educación técnica» en el sentido en que se emplea generalmente esta palabra y en el cual la empleo ahora, significa esa es- pecie de educación que se adapta principal- mente á las necesidades de los hombres cu- ya ocupación en la vida es aprender cualquier oficio; de hecho, esta elegante frase greco- latina equivale á lo que un buen inglés lla- maría «la enseñanza de los oficios». Proba- blemente, dada la altura de nuestro progreso puede ocurrirle á varios de vosotros el cuento del zapatero y su horma, y deciros á vos- otros mismos, por más que no saliera de los límites de lo correcto dirigirme abierta- mente la pregunta: ¿de qué manera llega el orador á conocer su materia? ¿cuál es su oficio? Paréceme que la pregunta sería opor- tuna y de no estar preparado para contestar- la, en mi concepto satisfactoriamente, habría escogido cualquier otro tema. El hecho es que soy y he sido algunas ve- ces durante estos treinta años, un hombre que trabaja con sus manos; es decir, un obre- ro. No digo ésto en el amplio sentido me- tafórico en que lo usan los caballeros ele- gantes cuando con toda la delicadeza de Aca sorprenden á los electores en la épo- ca de los comicios y protestan que son tam- bién obreros. Deseo yo, en realidad, que mis palabras se tomen, sin ambajes, en su sentido recto, literal. En efecto, si el relo- jero de más ágiles dedos con que conteis viene á mi gabinete de trabajo, puede en- cargarme el arreglo de un reloj, y yo á mi vez, puedo ponerle á disecar los nervios de un insecto: sin que ésto signifique ala- banza, me inclino á pensar que yo concluiré mi obra á su satisfacción más pronto que él la suya á la mia. A decir verdad, la Anatomía, que es mi oficio, es una de las labores mecánicas más difíciles, desde el momento en que compren= de no sólo la ligereza y la destreza de las manos sino que también una mirada pene- trante y una paciencia inagotable. No de- jareis de comprender que esta rama de la ciencia á que me he dedicado, se distim- gue especialmente por la habilidad en las manipulaciones; otro tanto se requiere para cuantos estudian las ciencias físicas: el as- trónomo, el electricista, el químico, el mi- neralogista y el botánico, tienen que ejecu- tar constantemente operaciones manuales de una delicadeza estremada. El progreso de todas las ramas de la ciencias físicas depen- de la observación natural ó de esa observa- ción artificial que concluye en los experi- mentos, cualesquiera que sea su clase, y mientras más adelantemos, mayores dificul- tades prácticas rodearán ala investigación de las condiciones de los problemas que se nos ofrezcan. Así pues, la mobilidad y la pron- titud manuales, guiadas por una vista clara, es lo que se necesita más y más en los ta- lleres científicos. Á decir verdad, siempre he creído que en ésto radica una de las bases de esa simpa- tía que existe entre los obreros de este país y los hombres de ciencia, simpatía que con tanta frecuencia he tenido la fortuna de apro= vechar. Comprendeis así como nosotros que, entre las que se denominan gentes ilustra- das, nos ponemos únicamente en contacto con los hechos tangibles de la misma ma- COSMOS 34l nera que vosotros. Sabeis muy bien igual- mente, que una cosa es escribir la historia de las sillas en general, dedicar un poema á un trono por lo que éste tiene de silla ó hacer especulaciones con motivo de los poderes ocultos de la silla de San Pedro; y otra, com- pletamente distinta, hacer con sus propias ma- nos una verdadera silla que resulte perfecta y segura, cuyo asiento esté bien fijo y el marco sea hermoso y sólido. Otro tanto sucede con nosotros cuando pasamos de nuestros oficios mecánicos á lo que hacen nuestros demás hermamos ilus- trados, cuyas obras están libres por cual- quiera circunstancia de la parte mecánica, como se acostumbraba llamar á los oficios cuando el mundo era más jóven, y en algu- nos casos menos inteligente que ahora. Nos tomamos un gran interés por sus trabajos; nos conmueven sus historias y nos encantan sus poesías; historias y poesías que demues- tran algunas veces, de una manera notable, el poder de la imaginación humana; en oca- siones también nos causan tal admiración que pretendemos humildemente seguirlos en sus elevadas excursiones filosóficas, aunque conozcamos á qué riesgos nos exponemos los rastreros disectores de monos y escara- bajos al intentar remontarnos á los celestia- les dominios de la especulación. Pero com- prendemos así mismo que nuestro oficio es diferente; si quereis más humilde, aun cuan- do la diminución de la dignidad esté, aca- so, compensada con el aumento de la rea- lidad, y aun cuando nosotros, como vosotros, tengamos que realizar nuestras obras en una región donde los provechos sean menores, si es escasa la proporción entre los proce- dimientos y los hechos prácticos tangibles. Sabeis que el orador inteligente que con- mueve á una reunión no fabricará una si- lla; y yo á mi vez sé que ésto es de un gram valor casi en las ciencias fisicas. La madre naturaleza es fríamente implacable para los que se valen de palabras melosas; únicamen- te obtienen beneficios de ella los que cono- cen el modo de ser de las cosas y pueden manejarlas silenciosa y efectivamente. Ahora bien, habiendo justificado mi pre- sencia, según creo, entre los obreros; y ha- biendo ¡justificado esa calificación mia de co- nocimientos prácticos a fin de hablar de la educación técnica, procederé á exponeros los resultados de mi experiencia como maes- tro en mi oficio y á deciros qué clase de edu- cación es en mi concepto la más adaptable al joven que desea ser un anatomista de pro- fesión. En primer lugar, diría, darle una buena educación inglesa elemental. No quiero de- clr que sea capaz de servir de modelo— sea una expresión equivalente ó no—sino que su enseñanza sea tal que le permita do- minar los rudimentos comunes del aprendi- zaje y que le haga desear los elementos del saber. Más adelante, me agradaría que tuviese nociones de ciencias naturales, especialmen= te de Física y de Química y que este cono- cimiento elemental fuese verdadero. Meagra- daría también que el estudiante á que me. refiero se hallase en aptitud de leer un li- bro científico en latín, en francés ó en ale- mán, porque en estas lenguas se halla al- macenada una gran cantidad de conocimientos anatómicos. Y especialmente le exigiría al- guna habilidad para dibujar—no me refiero porque éste es un don a la parte artistica que ha de cultivarse, ya que no aprenderse, por medio de un gran cuidado. No quiero decir que todos puedan aprender ésto, pues el desarrollo negativo de las facultades para el dibujo es maravilloso en algunas personas. Sin embargo, todos, 6 casi todos pueden aprender á escribir, y como la eseritura es una especie de dibujo, supongo que la ma-= yoría de las personas que dicen que no pue- den dibujar y dan pruebas evidentes de su aserción, podrían hacerlo, si se propusie- ran, después de acostumbrarse: ese acos- tumbrarse sería lo mejor para mis propósi- tos. Antes que tod», mi discípulo imaginario ha conservado la frescura y el vigor de la juventud así en la inteligencia como en el cuerpo. La abominable y desoladora educa- ción de la actualidad es el estimulo para que los jóvenes trabajen á alta presión por me- dio de incesantes exámenes en competencia. Algunos hombres inteligentes, que proba= blemente no tienen la costumbre de levan-= tarse temprano, han dicho de los que ¡al ha- 342 COSMOS cen, en general, que son vanos toda la ma- ñana y estúpidos toda la tarde. Ahora bien, no pretendo decir nada acerca de si es cier- to ó no ésto que se dice de los que se levan- tan temprano, en la acepción común de la palabra; pero sí es verdad con mucha fre- cuencia en los infelices niños que están obli- gados a madrugar para asistir á sus prime- ras clases: son vanos en la mañana de la vida y estúpidos en su tarde. Han perdido por una precoz prostitución mental que no otra cosa es esa glotonería para leer y ese emborrachar- se con lecciones, el vigor y la frescura que deben conservarse para la ruda lucha por la existencia en la vida práctica. La tensión con- tinua en que están sus débiles cerebros ha consumido sus facultades y ellos mismos, desmoralizados por indignos triunfos infan- tiles, no pueden llevar á cabo los verdade- ros trabajos del comienzo de la vida. No tengo compasión para la pereza; pero la niñez necesita de más descanso intelectual que cualquiera otra edad: la satisfacción, la tenaci- dad en los propósitos, la fuerza para trabajar, causa muchas veces de que un hombre al- cance éxitos completos, debe atribuirse, con frecuencia, no á sus horas de labor, sino á las que tuvo de ocio en el hogar cuando fué niño. Aún el trabajador más tenaz de todos nosotros, si tiene que luchar con algo más que con simples detalles, hará bien, ahora y siempre en darle reposo á su cerebro por algún tiempo. La venidera siega de pensa- Lo) SUro, g magnificas mientos contendrá, de se g espigas y muy poca paja. Esta clase de educación es la que yo de- searía para cualquiera que intentara dedi- carse á mi oficio. En cuanto á conocer algo de la Anatomía misma, lo dejaría, sobre to- do, solo en mi laboratorio hasta que se pre- ocupara formalmente. Es un trabajo muy im- probo enseñar, y no me agradaría tener que agregar a ésto la posibilidad de que el dis- cipulo no fuese apto para aprender. Pero diréis: —Bien, este es el caso de Ham- zer abandonado por el principe de Dinamar- ca; la «educación técnica» á que vd. se re- fiere es simplemennte una buena educación que se fija más de lo común en las ciencias fisicas, en el dibujo y en los idiomas mo- dernos; pero no es técnica especialmente. En verdad esa observación aumenta de valor si se tiene en cuenta quienes la hacen; mas lo que yo digo es que, á mi juicio, en la educación preparatoria de un obrero no debe entrar nada de lo que se comprende gene- ralmente por «técnico». El taller es la única escuela verdadera pa- ra el obrero. La educación que precede á la del taller debe dedicarse por completo á for= talecer el cuerpo, á levantar las facultades morales, á cultivar la inteligencia, y, muy especialmente, á imbuir en el pensamiento ideas claras y amplias acerca de las leyes de ese mundo natural con cuyos componentes luchará el obrero. Lo más importante en ese temprano periodo de la vida en que el obrero entra á practicar su oficio, es que dedique las preciosas horas de la educación preliminar á las cosas de la inteligencia que no tengan una conexión directa é inmediata con la rama de la industria que haya esco= gido, aunque esas mismas cosas sean la ba- se de todas las realidades. Dejadme ahora aplicar á vuestros oficios las lecciones que he aprendido en el mío. Si alguno de vosotros se viera obligado á re- cibir un aprendiz, supongo que preferiría á un joven de buena constitución, con voluntad para aprender, hábil y que tuviera los dedos en su lugar, como dice el refrán. Querrían que supiese leer, escribir y contar bien; y si se tratara de un maestro inteligente, y si su oficio fuese de los que envuelven la apli- cación de principios cientificos, como sucede en muchos, le agradaría que supiese bastan= te de los principios elementales de la cien- cia para que pudiese comprender de qué se trataba. Supongo que en nueve oficios de cada diez sería conveniente que supiese di- bujar; muchos de vosotros habrán lamen- tado su falta de habilidad para inventar por sí mismos lo que inventan ó han inventado los extranjeros. Igualmente sería de desear- se en muchos casos que tuviera algunos co- nocimientos de francés y de alemán. Después de ésto, me parece que lo que necesitáis es mucho más de lo que yo exijo, y que la cuestión práctica es la siguien= te: ¿cómo podríais conseguir lo que les es preciso, teniendo en cuenta los actuales li- mites y las condiciones de vida en los obre- COSMOS 343 ros de este país? Pienso que tendré el asen- timiento de los obreros y de los empleados “respecto de uno de estos límites, á saber: ningún proyecto de educación técnica puede aceptarse formalmente si dilata la entrada de los jóvenes á la vida del trabajo ó si les im- pide que contribuyan á su propio sostén tan temprano como lo hacen ahora. No sólo creo que no podría llevarse á ca- bo un proyecto semejante, sino que dudo que alguien lo deseara, aún en el caso de que fuera practicable. El período entre la niñez y la ¡juventud es- tá lleno de dificultades y peligros, aun cuan- do se hallen bajo las circunstancias más fa- vorables, y no obstante el bienestar y las cn- diciones más propicias con que pudiérais rodear á vuestros hijos, hay ejemplos dema- siado frecuentes de carreras arruinadas antes de que se las haya comenzado bien. Más toda- vía, aquellos que deben vivir del trabajo, tienen que ser modelados para él desde un principio. El potro que permanece mucho tiempo en el campo será un miserable ca- ballo de tiro, aunque este género de vida no lo ponga al alcance de tentaciones artificia- les. Acaso el resultado más válido de toda la educación es la habilidad para hacer por sí mismo lo que es debido, agrade ó no; es ésta la primera lección que ha de aprender- se, y, sin embargo, aunque la educación de un hombre comience desde temprano, es probablemente la última que aprende en todo el transcurso de su vida. Hay otra razón que ya había mencionado y que ahora quiero repetir, según la cual no es de desearse la extensión de tiempo para los trabajos escolares comunes. Merced al celo que se ha despertado recientemente por la educación, corremos el riesgo de olvidar el hecho de que si es mala la falta de ins- trucción, puede ser peor el recargo de ella. Los éxitos en cualquiera situación de la vida práctica no dependen única, Ó mejor dicho principalmente, de los conocimientos; aún en las profesiones sabias, el conocimien- to solo, es de menor importancia de lo que el vulgo puede suponer. Y, si está compren- dido en el trabajo diario un gasto excesivo de energía corporal, el simple conocimiento es de mucha menor importancia, compara- do con el costo probable de su adquisición. Para hacer diariamente un buen trabajo ma- nual, el hombre necesita, antes que todo, salud, fuerza, gusto y paciencia, los cuales si no acompaña siempre á estos dones, difícil- mente puede existir sin ellos en la natura- leza de las cosas; á lo que debemos añadir la honradez en los propósitos y el orgullo para hacer lo que está bien hecho. Un obrero puede realizar mucho sin genio, pero se hallará en mala situación si no tie- ne la porción necesaria de eso que es indis- pensable poseer para los diarios trabajos de la vida, de otro modo, sino tiene el suficiente sentido común; y estará en aptitud de tener un conocimiento real aunque limitado de las leyes comunes de la naturaleza y especial- mente de las que se refieren á su propia ocupación. : Así llevada la educación hasta ayudar al estudiante para que su cerebro adquiera una gran cantidad de sanos conocimientos ele- mentales, y para que use de sus manos y de sus ojos; si le deja la frescura y el vigor ne- cesarios, y le da, además, la noción de dig- nidad inherente á su oficio, cualquiera que pueda ser éste; y si se la prosigue perfecta y honradamente, es imposible que no pres- te verdaderos servicios á los que se hallen bajo su influencia. En cambio, si la instrucción que se dé en la escuela ha de tener por objeto alentar la afición á los libros; si la ambición del estu- diante ha de inclinarse, no en el sentido de que adquiera conocimientos, sino en el de que sulra exámenes con gran éxito, parti- cularmente si con ese aliento se da á com- prender la perjudicial suposición de que la obra intelectual es por sí misma y aparte de su cualidad, más noble ó más respetable que la obra manual; una educación de éstas, di- go, sera dañina en absoluto para el obrero, y lo conducirá á la rápida ruina de la in- dustria á que pretenda dedicarse. Sé que expreso la opinión de algunos de los más ilustrados obreros cuando digo que hay un peligro real en que de la completa falta de educación en los artesanos, pasemos al extremo opuesto, al recargo. Sé tam- bién que lo que es cierto para los oficiales es cierto así mismo para los maestros, La 344 COSMOS actividad, la probidad, el conocimiento de los hombres, el buen sentido, aunado al per- fecto conocimiento de los principios genera- les que comprende un oficio, son los ele- mentos precisos para constituir un buen maestro. Si posee todas estas cualidades, no nece- sita de otros conocimientos para satisfacer las exigencias de su posición; mientras que el transcurso de la vida y el hábito de pen- sar que se requiere para alcanzar una ins- trucción semejante, puede producirle, direc- ta ó indirectamente, una positiva incapaci- dad. Thomas H. Huxuey. (Continuará.) EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 SÉPTIMA SERIE - TRABAJOS DE ALAMBRE Y DE MADERA la Parte: Trabajos de Alambre ÚTILES Y MATERIA PRIMA Los útiles que se han de poner en manos de los alumnos son: unas pinzas cortantes, Fig 606, unas pinzas de pico plano, Fig. 607, y otras de pico re- dondo, Fig. 608. El maestro debe, además, tener á su disposición algunos cautines. Fic. 606 Fic. 607 Fic. 608 Se emplean alambres de gruesos diferentes se- gún el género de trabajos que se han de ejecutar. : Enrejado E El enrejado metálico se hace, ó mecánicamente ó con la mano. Las mallas son de una ó varias torsiones; pueden ser cuadradas, rectangulares 6 romboidales. Marco.—El marco debe prepararse de antema- no por el maestro. En la práctica, no debe tener más de 12 centimetros de lado. El alambre que se emplee ha de ser del número 14. 1o Córtense los cabos de alambre de una longi- tud conveniente y enderéceseles, golpeándolos por paquetes de 20 6 30 con un mazo de madera. 20 Dóblense en seguida en ángulos bien rectos; es necesario dejar cn el primer ángulo un peque- no recodo de a'gunos centímetros. 20 Adelgácense las dos extremidades a, b, y su- jéteselas por medio de un alambre de hierro muy delgado (m0 cero) ó con un punto de soldadura, Fig. 609. AS. al Fic. 610 Soldadura.—10 Pásese sobre los alambres un pincel humedecido en ácido clorhídrico. 20 Estando muy caliente el cautin, pero sin que llegue al rojo, frótese por primera vez en un tro- zo de sal amoniaco. 30 Estáñese en seguida, dejando caer una gota de estaño sobre la sal y frotando por segunda vez enérgicamente. 40 Cójase un poco de estaño, con el cautin toda- via caliente, y póngase en el lugar donde están reunidos los dos alambres para la soldadura. Formación del cuadro.—1* Dividanse los lados en partes muy iguales; la primera y la última di- visión no tienen más que una semi-longitud. Ejem- plo: para un cuadro de 12 centimetros, que deba contener un enrejado euyas mallas sean de 2 centi- metros, la primera y la última división no deberán tener más que un centímetro, Fig. 610. 20 Márquense las divisiones haciendo una mues- ca con ayuda de un triángulo. AY la la no í Fic. 61L 30 Coórtense cabos de alambre bastante delgado (el número 2 es el mejor) de manera que la longi- tud de cada hilo, sea igual á tres veces la altura del cuadro. Estando los hilos replegados sobre si mismos, cada mitad tiene, por consiguiente, una longitud igual á una y media veces la altura del Fic. 612 1 Continúa. Véase «Cosmos», pp. 117 y 328. e el trabajo puede hacerse asi, sin enlace COSMOS e ninguno. Ejemplo: para un cuadro de 12 centíme- tros de-lado, los brazos de los hilos deberán tener 18 eentímetros, y el alambre se cortará por cabos de 36 centimetros. 40 Enderécense los cabos, golpeándolos por ma- nojos, como se ha dicho precedentemente. 50 Póngase un hilo en la muesca Za y opérese una doble torsión de los dos brazos por medio de las pinzas de pico plano; pásese en seguida el bra- zo de la derecha bajo el lado derecho del cuadro, y apretando fuertemente, dése una vuelta com- pleta en la muesca, Fig. 611. Fic. 614 60 Póngase un segundo hilo en la muesca 2a Fig. 612, y hágase una doble torsión. Con el brazo de la derecha del segundo hilo y el brazo de la iz- quierda del primero, fórmese una doble malla por una doble torsión en e (igual figura). Vuélvase á cojer el brazo de la derecha del primer hilo, enro- llado sobre el montante en 1 b, para formar una vuelta entera en d. Continúese, enrollando el brazo “de la derecha sobre el montante, en la dirección 2b. To Póngase entonces el tercer hilo en el punto Fic. 615 3a, Fig. 613, y fórmese una nueva serie de vueltas por torsiones, en los puntos e, f, y, h. Los puntos la, d y h, deben encontrarse en linea recta, si el trabajo está bien hecho. Y asi sucesivamente; añadido el último hilo en 6a, Fig. 614, se continúa como se dijo más arriba. Terminese cortando las puntas libres al nivel del cuadro. Nota.—Aconsejamos que se haga trabajar á los niños de dos en dos, uno sujetando el marco, el 345 otro formando las mallas del enrejado. Los alum- nos adultos trabajan solos. La Fig. 615 muestra la posición de las manos. Cadenas diversas Los anillos de cadena, cualquiera que sea su Fic. 616 forma, se hacen encorvando un alambre (número 12. por ejemplo) con las pinzas de pico redondo. que están del todo al alcance de los niños. Porta-planchas triangular lo Córtense tres cabos de alambre número 15, de treinta centimetros de longitud. 22 Dóblense las extremidades de los hilos-en án- gulo recto, y amárrense con alambre número 2, Fig. 619. Fic. 619 Porta-planchas.hexagonal Se compone de dos triángulos entrelazados que se construyen como se ha dicho. Empléese alam- bre número 15 para el cuerpo del porta-planchas y número 2 para amarrar, Fig. 620. Parrilla rectangular 10 Córtese un cabo de alambre número 16, por lomenos de 1 metro de longitud, fórmese el gancho 346 COSMOS a y dóblese en ángulo recto en los puntos 1, 2, 3, 4, 5; lo que queda del alambre forma la agarradera. 20 Pónganse en seguida los hilos paralelos á los lados pequeños del rectángulo (número 12) y su- jétense sólidamente con alambre número 2. 30 Hágase la segunda parte de la parrilla exac- tamente como la primera, y terminese uniéndolas por medio de ganchos, Fig. 621. Porta-—pastel 1o Córtense cuatro alambres número 13 de igual longitud, se enderezan, se reunen sólidamente por la mitad y se separan las extremidades. 20 Partiendo del centro, hágase una voluta con alambre número 6 y sujétese á los rayos por me- dio de alambre número cero. Fic. 622 o 32 Téngase cuidado de dejar un centímetro li- bre en cada uno de los rayos, á fin de poder formar los ganchos que consoliden la última voluta del porta-pastel, Fig 622. Porta-pantalla 19 Dóblese en forma de circunferencia un alam- bre número 7. 20 Coórtese otro alambre del mismo grueso y dó- blese en zig-zag como se ve en la figura. 30 Amárrese en seguida á la circunferencia con alambre número cero, Fig. 623. Exc. 623 Fic. 624 Gancho para papeles lo Se cortan dos hilos de igual longitud (núme- ro 13) y se hace una espiral con las extremidades. 20 Se corta un tercer hilo del mismo grueso, se forma una hebilla en su extremidad y se afila la otra. 3 Se reunen las tres partes con alambre núme- ro2 y se daá la punta del gancho para papeles la curvatura conveniente, Fig. 624. Cesta para cocer huevos 10 Se corta un hilo número 13 de longitud con- veniente, se forman seis circunferencias tan regu- lares como sea posible y se unen en a las extre- midades de este hilo. Se prepara la agarradera por medio de tres hi- los replegados sobre sí mismos. Uno de los hilos se corta más largo; éste, suministra el anillo en que termina el mango. Fic. 625 do La extremidad de estos hilos se dobla enton- ces en forma de hebillas que retienen la agarra- dera y consolidan la parte formada precedente- mente. 40 Tres hilos más finos (número 5) forman las canastillas en que se ponen los huevos. Se ama- rran á los circulos principales por medio de una hebilla fuertemente apretada. Se puede consolidar este utensilio por medio de un alambre delgado, enrrollado en bd, Fig. 625. Ratonera doble 10 Se prepara una tablita de dimensiones con- venientes y se introducen en ella los cinco mon- tantes (número 13) que forman el esqueleto. En el montante del centro, fijese la placa de separa- ción; esta placa puede ser de zinc ó de hojalata muy delgada. 20 Hágase el resorte enrrollando un alambre so- bre un portaplumas ó en un tubo de vidrio y pón- gase en el interior. Fic. 626 30 Tómese en seguida alambre numero 6 para formar, colocándolo según la forma indicada, Fig. COSMOS 347 626, el enrejado de la ratonera. Todos los cabos se sujetan á los montantes con alambre número 1. Uno de los cabos, atraviesa el anillo de los gan- chos a, b, que sirven para que la trampa esté abierta. 4o Se preparan las placas de cerradura, se ponen en ellas las agarraderas y se su- jetan á los montantes extremos por charne- las de alambre delgado. 50 Únanse los resortes á las puertas de la ratonera introduciendo los extremos li- bres enlas aberturas practicadas á ese efec- to y haciendo un gancho bastante largo (igual figura). Cesta para fruta Pié.—10 Córtense tres hilos (número 8), únanse sólidamente por su mitad y déseles la forma indicada en la figura. Se mantienen separados por medio de un torzal hecho con un alambre número 8 doblado en dos. Este torzal se fi- ja sólidamente con ganchos; forma la base mis- ma de la cesta. 20 Enrróllese un hilo número 3 en torno de los montantes y fijese en ellos por medio de un alam- bre delgado, número cero por ejemplo. Cuerpo de la cesta.—1% Fórmense cuatro hilos número 8, reúnanse por su mitad y dóblense se- gún la forma que se quiera dar á la cesta. Hága- se un torzal y fijese á los ocho montantes ob- tenidos por medio de ganchos fuertemente apre- tados, Fic. 627 20 Enrróllese un hilo número 3, como se ha dicho ya para el pié, y añádase un adorno si se juzga conveniente. Asa.—Se corta un alambre número $, que se do- bla en dos para hacer un torzal, y se adorna como está indicado en la figura. Armar la cesta.—Terminadas las tres partes, se unen por medio de alambre número 1, Fig. 627. Carroza de fantasia lo Háganse primero las agarraderas y el basti- dor con un alambre doble número 12, torcido ó no; en el punto a se separan los dos hilos y forman al mismo tiempo el respaldo. 20 Colóquense los travesaños, que se detienen por medio de un gancho y se consolidan si es ne- cesario con una ligadura. 30 En seguida, se agregan los piés y los ador- nos laterales. Rueda.—1* Se hace una torzal doble, con alam- bre número 8, y con él se forma una cireunferen- cia. So Fijense en ella los rayos y dóblense en án- gulo recto para formar el cubo. 20 El cubo se introduce en unos anillos hechos en las extremidades del bastidor, se cortan las puntas que salen, menos una que se dobla y que impide que la rueda se escape, Fig. 628. Banasta 12 Con un un alambre de fierro bastante grue- so (número 15) se forma un cuadrado en el cual se hace un enrejado con alambre número 2: es el fondo de la banasta. So Hágase otro cuadrado un poco más grande, pónganse los dos montantes del frente y del res- paldo, apretando fuertemente los anillos de unión. Zo Se guarnecen los dos cuadrados con un ador- no cualquiera hecho con alambre número 6 y re- tenido por medio de un hilo muy delgado. Fic. 629 4o Se hacen los torzales del circuito y se ponen como indica la figura. Estos hilos se fijan en el cuadrado pequeño por medio de ganchos, y en el cuadrado grande con alambre número cero, Fig. 629. Adornos diversos Se pueden ejecutar con el alambre los trabajos artísticos más variados. Nos contentaremos con | dar algunas muestras, Se emplea el alambre nú- 348 COSMOS mero 12 para estos pequeños trabajos y se fijan en diferentes piezas por medio de alambre núme- ro:cero, Figs. 630, 631, 632, 633 y 634, BS “Fic. 631 Fic. 632 Estañado Fic. 630 Es fácil estañar uno mismo los objetos de alam- bre de hierro: se les da ast más brillo y solidez. 12 Sumérjanse los objetos en ácido clorhídrico á-fin de limpiarlos. Fic. 633 -2e Lávense con mucha agua y séquense con mucho cuidado. 30 Pónganse de nuevo en el ácido, préviamente descompuesto por el zinc. === SXUS>' Fic. 634 40 Sumérjanse en seguida los objetos en el ba- ño de estaño y retirense inmediatamente. BERTRAND, TOUSSAINT Y GOMBERT. (Continuará.) LA HORA UNIVERSAL La cuestión tan complexa de la hora uni- versal, acerca de la cual no han podido po- nerse de acuerdo los Congresos Internacio- nales, parece que se va simplificando poco á poco, gracias á inteligencias amistosas y á la adopción del sistema de usos ensanchados en los límites de los paises: no otro 'es el sistema adoptado en los Estados Unidos des- de hace diez años casi. En Europa, la cuestión es más delicada á causa de la división del territorio y de los achaques de amor propio. Felizmente ó no, la adopción del meridiano de Greenwich co. mo primer meridiano es un hecho real para muchos países, de entre los cuales han adop- tado algunos una hora nacional que estuvie- se de acuerdo con esa primera convención. Así, Bélgica y Holanda, á partir del 1% de Mayo del corriente, siguen la hora de Green- wich, y Alemania y Luxemburgo desde el 1% de Abril de 1893, tomarán la hora 15 al E. de Greenwich; es decir, llevarán una hora de adelanto sobre los ingleses. Esto mismo sucede desde 1879 en los estados escandi- navos. : Los caminos de hierro rusos, están: arre- glados sobre el tiempo medio de San Peters- burgo, que está adelantado uno ó dos mi- nutos respecto de la hora del meridiano 30% E.; es, pues, por casualidad y no por prin- cipio por lo que Rusia ha adoptado sensi- blemente el meridiano de la segunda hora. Algunos estados no han tomado todavía ninguna decisión en este asunto; pero por una anomalía, singular y característica, en tanto que muchos estados han hecho una importante concesión á Inglaterra, ni las Colonias inglesas ni aún las islas del Reino Unido han dado hasta ahora un solo paso hacia la unificación: de aquí que Irlanda ten- ga la hora de Dublin, y que el punto más occidental de Inglaterra tenga 25 minutos de adelanto sobre Donaghadee, ciudad ir- landesa situada un grado más al E. En resumen, hay en Europa las horas na- cionales siguientes: Hora del meridiano de Greenwich.—Gran Bretaña, Bélgica y Holanda. Hora del meridiano de 15% al F.—Escan- dinavia, Alemania (excepto, provisionalmen- te, Prusia), Luxemburgo, Austria-Hungría, Servia, Bulgaria y Tru occidental. Hora de San Petersburgo.—[ Aproximada- mente del meridiano de 30% E). Rusia y Turquía oriental. Horas nacionales independientes. —Portu- gal —37” (con relación á Greenwich), Irlan- da —25', España —14, Francia +9”, Sul- za +30", Italia +50”, Grecia +1” 35”, Ru- manía +1" 44. —_— O LOS FENÓMENOS ELÉCTRICOS Y LAS PELÍCULAS FOTOGRÁFICAS Hace cerca de un mes, revelando unas pe- lículas de celuloide que acababa de preparar, COSMOS 349 fuí testigo de un fenómeno eléctrico que no había oído mencionar; ereí al principio que la fosforescencia que estaba presenciando provenía de alguna ilusión óptica, quise cer- ciorarme, y repitiendo la misma experiencia con una película de la C*. Eastman, observé de nuevo el mismo fenómeno eléctrico. Ha- biendo sabido después que otros experimen- tadores habían sido testigos del mismo fe- nómeno me decidi á ponerlo en conocimien- to de nuestros lectores. Hé aquí las condiciones en que operaba: revelaba la película en una cubeta de guta- perca por medio de un revelador de ácido pirogálico y carbonato de sosa. Siempre que derrramaba el reactivo en la cubeta, después de haberlo adicionado con una: nueva dosis de carbonato, percibia cla- ramente un resplandor fosforescente sobre toda la superficie de la película. Cuando el revelado estuvo concluido, arrojé el reactivo dejando adherir la película al fondo de la cubeta y para lavarla proyecté sobre su su- perficie 200” de agua. El brillo de la luz fué entonces mucho más aparente. La negativa una vez fijada tenía un lijero velo, mientras que otras películas de idéntica preparación me habían dado antes negativas enteramen- te puras, de lo que deduje que el velo era producido por la fosforescencia. También traté una película de Eastman por un revelador de hidroquinona. Cuando el revelado estuvo completo y quité el líquido de la cubeta dejando adherir la negativa al fondo de aquélla y proyecté sobre su super- ficie el agua que debía servir para lavarla, se produjo la misma luz fosforescente. Esto es una prueba de las acciones elec- tro-quimicas que se producen durante el revelado; esta producción de electricidad se ha evidenciado por las experiencias de An- NEY, Warernouse, etc., y se ha patentizado en la experiencia que refiero, por la natura- leza misma de la materia que sirve de so- porte al bromuro de plata. La celuloid> es, en efecto, una substancia muy mala conduc- tora de la electricidad y que conserva por mucho tiempo la que se desarrolla en su superficie. Si se prepara una pelicula extendiendo Ñ un colodión espeso de acetato de amila so- bre un vidrio talcado, cuando se desprende después de su perfecta desecación se escu- cha una ligera crepitación particular pro- ducida por una multitud de chispitas que se estrellan entre la película y el vidrio, en el momento de separarlas. La película es y queda por mucho tiempo (uertemente elec- trizada, se adhiere á los dedos y se precipi- ta hacia los cuerpos buenos conductores que se le presentan. Cuando se preparan películas al gelatino- bromuro de una gran superficie, como su- S cede en la industria, este desprendimiento eléctrico, es una causa de mal éxito y de disgusto que a muchos fabricantes les ha cos- tado caro conocer. La luz producida por es- tas chispas eléctricas produce un velo sobre toda la superficie de la película ó que pue- de localizarse en algunos puntos; en este caso en el momento de revelar la imágen el efecto de la descarga se hace perfectamente 8 visible y es del todo neta. Poseo muchas negativas sobre película con pequeñas estrellas que no reconocen otra cansa. Pero el ejemplar más notable de es- ta falta de éxito me lo ha proporcionado una negativa hecha sobre una película de la C*. Eastman. En el centro de esta negativa se nota un punto obscuro de un medio mi- límetro de diámetro, del cual parten ocho ó diez radios que afectan forma de líneas re- gulares de las que algunas alcanzan hasta un centímetro y medio de largo. Al lado de este primer punto hay otro aná- logo; pero sus irradiaciones son mucho me- nos extensas. Empleando como soporte de la película una hoja metálica plana en lugar de un radio, como sucede generalmente, se producen aun las chispas si se arranca violentamente la película y si el aire está seco, mientras que se evitan seguramente si se opera en un am- biente húmedo y teniendo cuidado de sepa- rar suavemente la película del soporte apli- cando por ejemplo un rodillo envuelto en paño en una de sus extremidades y en el cual se envuelve á medida que se desprende. L. Marnuer. (L' Amateur Photographique, 1892, pp. 541 943). ——— e —— 350 COSMOS NUEVA INTERPRETACIÓN DE LOS EXPERIMENTOS DE PAUL BERT M. las diferencias comprobadas en los experi- mentos de Pau Bert y que consistían en G. Pminieroy al buscar las causas de someter conejos á presiones de 6 á 8 at- mósferas y después á descompresiones más ó menos bruscas, ha llegado á las conclu- siones siguientes: 1% Debido á la acción mecánica de los gases que se desprenden en los vasos, es por lo que mueren los animales colocados en el aire comprimido á consecuencia de la descompresión brusca. 2: Bastarían algunos instantes, menos de dos minutos, para que el gas acumulado en la sangre, por efecto de la compresion, se eliminara completamente por los pulmones, lo que explica la vuelta de los animales al estado normal cuando se les lleva lentamen- te á la presión ordinaria. EL ARTE DE CONTAR ' Las investigaciones etimológicas empren- didas con motivo del origen de las expre- siones numéricas no llegan más que á mos- trar en los lenguajes de razas de cultura inferior, ejemplos frecuentes de nombres de números digitales tomados de la descripción directa de los gestos que se hacen al contar con los dedos de las manos y de los piés. Queda aun fuera de este punto un poderoso gumento aplicable á casi todos los elemen- tos que componen el problema. Los siste- mas numéricos, por la forma que presentan hoy, desarrollan y confirman la opinión de que el uso de contar con los dedos de las ar manos y de los piés, fué adoptado, en su ori- gen, por el hombre, y que despues se refle- jó sobre el idioma. Contar con los dedos de una mano hasta 5, y en seguida, continuar de la misma manera con la otra mano, consti- tuye la notación de cinco en cinco, Ó como se dice, la notación quinaria. Servirse para contar hasta 10, de las dos manos y de allí contar por diez, es la notación decimal. Ser- virse á un tiempo de las manos y de los piés y contar por veintenas, es la notación vige- 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 281 y 332. simal. Aun cuando en la mayor parte de las lenguas conocidas, no se encuentre ninguna mención formal de los dedos de las manos y de los piés, ó de las manos y de los piés en los nombres de los números mismos, el fondo de las notaciones quinaria, decimal y vigesimal, subsiste y está allí para atestiguar que el hábito de contar por medio de los de- dos de ambas extremidades, ha sido el punto de partida de estos nombres. Está fuera de duda que el número de los dedos condujo á la adopción del número 10 para base del sis- tema, número que bien pudo haber sido reemplazado por otro. La aritmética decimal está, pues, basada en la anatomía humana. Esto es tan evidente, que se ve á Ovrpio enunciar en versos curiosos y muy conoci- dos, los dos hechos, uno despues de otro, sin advertir que el segundo era la consecuen- cia del primero: Annus erat, decimum cum luna repleverat orbem. Hic numerus magno tune in honore fuit: Seu quía tot digiti, per quos numerare solemus; Seu quia bis quino femina mense parit; Seu quod adusque decem numero crescente venitur, Principium spatils sumitur inde novis. 1 Dirigiendo una mirada sobre el conjunto de las lenguas, se observa que entre las tri- bus cuyas nociones de aritmética son tan avanzadas que cuentan hasta cinco por me- dio de palabras distintas, prevalece casi sin excepción un modo fundado en la numeración por las manos, quinaria, decimal, vigesimal, formado con estos sistemas ó combinados. Como ejemplo del método quinario, se pue- de tomar una serie polinésica compuesta así: 1, 2,3, 4, 5,5:1,5:2, etc.; ó una serie ma- lésica que puede representarse por 1, 2, 3, 4, 5,2% 1, 2% 2, etc. El paso del método quinario al método decimal, resalta clara- mente en la serie felata: 1....5,5:1....10, 10.1....10:5,10-5-1....20....30....40, etc. Los hebreos nos dan un ejemplo del méto- do puramente decimal: 1,2....10,10-1.... 20,20-1...,etc. El método exclusivamente vigesimal no se encuentra nunca por la ra- 1 Era el año, por la décima vez iluminaba al orbe el plenilunio. Dábanse entonces á este número gran- des honores, ya por los dedos, que nos sirven pa- ra contar; ya porque la mujer pare en el mes déci- mo, ya porque siguiendo el orden creciente de los números hasta diez, sirve de nuevo punto de parti- da.—Ovinio, Fastos, VI, 121 (Nora De 1a ReDAc- CIÓN). COSMOS 351 zón de que no es cómoda una serie de nú- meros independientes hasta veinte; pero se forma por medio de la serie quinaria, como la de los aztecas, que puede analizarse así: Dos DD o MOMO Lo o o MOD MOD 20,20:1....20:10,20-10:1....40, ete. ó de la serie decimal, como en los bascos: 1.... 10,10:1....20,20:1....20:10,20:10-1....40, ete. ! Me parece inútil consignar aquí los innu- merables detalles lingúísticos á que se re- curre en toda demostración general de los principios de numeración en las diversas ra- zas humanas. El Prof. Porr, de Halle, ha tratado este asunto ampliamente desde el punto de vista filológico en una monografía especial, ? obra indispensable para el que se dedique á este estudio en virtud de la rique- za de detalles que contiene á este respecto. Para el fin que nos proponemos actualmente, basta establecer en general que el principio del sistema quinario prevalece entre las ra- zas inferiores, en las cuales el sistema vige- simal está también muy esparcido; pero la tendencia de las naciones más avanzadas, ha sido apartar al uno, por demasiado débil; al otro, por demasiado fuerte, y adoptar el in- termedio, es decir, el sistema decimal. Es- tas diferencias en la manera de proceder de las diversas tribus y naciones confirma, en vez de contradecirlo, el principio general de donde proceden estos usos, á saber: que el hombre comenzó por contar con los dedos de las manos y de los piés y estereotipó en el lenguaje, de distintos modos, el resultado de este método primitivo. Se han observado en Europa algunos ca- sos interesantes que se relacionan con estos sistemas de numeración. Un sordo-mudo jo- ven, llamado OLtverio CAswELL, aprendió á contar con los dedos hasta cincuenta, pero procediendo siempre por cinco, contando, 1 Ejemplos de expresiones numéricas de las dos series quinarias empleadas actualmente. Triton's- bay; 1, samost; 2, roeeti; 3, touwroe; 4, faat; 5, ri- mi; rim-faat; 10, woetsja;. Lifu: 1, pacha; 2, lo; 3, kun; th, thack; 5, thabumb: 6, lo-hacha; 7, lo-a-lo; 8, lo- kunn; 9, lo-tthack; 10, te-bennete. 2 A. F. Porr, Die quienere und yigesimale Zeehl- melhode bei Volkern aller Weltheile, Hate, 1847; completa en Festgabe zur XXV Versammlung deuts- cher Philologen, etc., Hare, 1867. 6, rim-samos; 7, rim-rollti; 8, rim-touwroe; 9, por ejemplo, 18 objetos con las dos manos, una mano y tres dedos. ! Seha notado que la costumbre de los griegos de tomar zeprálery, es decir, cinco, como unidad numérica, era un residuo de la antigua é inperfecta nume- ración quinaria (véase el finnés lokket, con- tar, derivado de lokke, diez). Las cifras ro- manas [,II,....V,VI,....X,XI,....XV,XVI, ctc., forman, de seguro, un sistema quinario escrito, expresado netamente. Los restos de la numeración vigesimal, son más instructivos todavía. El uso de contar por veinte es de un carácter céltico muy notable. La com- pendiosa notación vigesimal no aparece, en ninguna raza salvaje, más claramente que en estos ejemplos que nos presenta el gaé- lico: don deug is da fhichead, una, diez y dos veintenas, es decir, 51. En el país de Gales se dice: unarbymtheg ar ugain, uno y quin- ce arriba de veinte, es decir, 36; ó en bre- tón unnek ha triugent, once y tres veintenas, es decir, 71. El francés, habiendo salido de la lengua romana, tiene el sistema regular de los latinos hasta 100: cinguante, soizan- te, septante, octante, nonante, que se usan todavía en las comarcas en que se habla fran= cés como en Bélgica, por ejemplo. Pero el sistema menos perfeccionado que consiste en contar por veinte, surge en Francia á través del sistema decimal. La palabra sep- tante, demos por caso, ha sido abandonada, y se dice sozrante-quatorze (sesenta cator=- ce) para 74, quatre-vingts (cuatro veintes) para 80 y se la conserva para la decena si- guiente, quatre-pingts-treize (cuatro-veintes- trece), 93. En cuanto á los números supe- riores á cien, encontramos seis veintes, sle- te veintes, ocho veintes, para 120, 140, 160, y un hospicio de París lleva el nombre de Quinze-vingts, por los 300 ciegos que allí se cuidaban. La mejor explicación de - este curioso fenómeno es, quizá, suponer que el sistema céltico primitivo impuso al francés, de fecha más reciente, su forma grosera. En Inglaterra, los anglo-sajones seguían una nu- meración decimal hund seofontig, 70; hund, eahtatig, 80; hund nigontig, 90; hund teon- dig, 100; hund enlufontiz, 110; hun twelftig, 120. El uso de contar por veintenas (score), thre escore and ten, tres veintenas y diez; 1 Account Laura Brigman, Londres, 1845, p. 159, 352 COSMOS four score and thirteen, cuatro veintenas y trece, que subsiste aun en Inglaterra, es aca- so un resto de la costumbre céltica. ! No carecerán de utilidad para la Etnología algunos otros detalles á propósito de la nu- meración, aunque éstos sean mínimos. En- tre las tribus que no poseen sino una corta serie de numerales, se forman los demás nú= meros por combinaciones distintas 4 éstas. Los australianos por adición, dos-uno, dos- dos, expresan 3 y 4; los guachis dicen dos- dos para 4; en San Antonio se dice para 7, cuatro y dos-uno. La formación de los nu- merales por substracción se observa en la América del Norte, y la existencia de este procedimiento está bien demostrada por el lenguaje hablado aun en la isla de Yesso; las palabras que expresan 8 y 9 significan muy claramente dos de diez, uno de diez. La formación por multiplicación aparece en San Antonio, dos por uno dos, y en un dia- lecto en que se dice tupi ó dos-tres para significar seis. De lo que no se encuentran huellas en las razas inferiores es del empleo de la división, y aún es muy excepcional en las razas más avanzadas. Semejantes hechos demuestran la variedad de los procedimien- tos inventivos del hombre y la independen- cia que afecta el lenguaje en su formación, al mismo tiempo que están de acuerdo con el principio que relaciona el cálculo al uso de contar con las manos. Las huellas de los cálculos binario, ternario, cuaternario y se- nario, es decir, los basados en los números 2, 3, 4, 6, son simples variedades que se ligan con los métodos quinario y decimal. Es marcado el contraste entre el europeo ilustrado, familiarizado con el método de las series numéricas ilimitadas, y el tasmánico que designa 3, ó cualquier número superior á, 2, por mucho, y que levanta la mano a la altura de un hombre para decir 5. Débese este contraste á la suspensión de desarrollo que se produce en el salvaje cuyo espíritu 1 Las tribus razmahalies han adoptado los nume- rales hindus y, sin embargo, cuentan por veintenas. Shaw, loc. cit. La costumbre inglesa de decir a score tratándose de un número indefinido, como vingt, en Francia, y 40 entre los antiguos hebreos, lo mismo que la expresión de mil y una noches en- tre los írabes, pueden colocarse entre los restos de la numeración vigesimal. queda en un estado de infancia y del cual estado da buena explicación el canto de la nodriza: One's none, Two's some, Three's a many, Four's a penny, Fiye's a little hundred. 1 La comprobación de un estado mental se- mejante en el salvaje y el niño nos lleva á la interesante cuestión de la historia primitiva de la gramática. G. pe HumsoLpr señala la analogía entre la idea de 3 en la significa- ción de mucho en los salvajes y el empleo gramatical de 3 para formar una especie de superlativo del cual son ejemplos conocidos: trismegistus, ter felix, thrice blest, trois fots béni. La relación entre el simple, el doble y el plural resulta claramente de los jeroglí- ficos egipcios, en los cuales la imagen de un caballo, por ejemplo, está indicada con una línea sencilla L, si se trata de uno solamen- te; con una línea doble II, si se designa dos; con tres líneas, III, si son tres ó cualquier otro número plural. La manera de expresar el número grama= tical en alguna de las lenguas antiguas más importantes reposa en el mismo principio. El egipcio, el árabe, el hebreo, el sanscri- to, el griego, el gótico, son otras tantas len- guas que emplean el singular, el dual y el plural; pero la tendencia de la cultura inte- lectual más desarrollada ha sido rechazar ese sistema por incómodo y por no tener gran- des ventajas, y distinguir únicamente al sin- gular del plural. No obstante, el dual tiene importancia porque despierta el recuerdo de un período de cultura primitiva, como pa- rece observar el Dr. Wizsow cuando dice que ese número nos conserva la memoria del es- tado intelectual en que todo lo que era más de dos respondía á la idea de número inde- finido. ? (Continuará. ) Ebwarn B. TyLon. 4 Uno no es nada, dos es algo, tres es mucho, cuatro es: un penique, cinco es un ciento pequeño; 2 D. Wizson, Prehistoric Man, p. 616. Ar NINA A co a ea a ñ A Dar 00 » Mn Pd E Ñ Ú a ñ 1 IN CN A Í dci , AO a DAA Y ANA yd A 0 y ' h E e) (JAOLIAINV VISIA) NIIVL TA "SVNVOIXAN SHAUVAHNDILNY SOMEOO TIA YFAVHDOTODOLO “LOA 'VZO'] WI HI OY A *E7 VNIMKyr] | ono] £SOWSODX* a REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS = T— BALTAR E ON Direcrokr PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PÉREZ Tomo I Tacuñarya, D. F., 1% pe DicremBreE pe 1892 Núm. 23 DISCURSO Pronunciado por el Sr. Doctor Don Eduardo Licéaga, Presidente de la Junta Local, en la solemne sesión inaugural de la «Asociación Ameri- cana de Salubridad Pública». (ERAGMENTO) Señores: siento la más dulce satisfacción al veros acudir desde lugares remotos, ani- mados de la noble resolución de derramar por todas partes la luz de vuestra ciencia para alumbrar la inteligencia de los pueblos y hacerles comprender los beneficios de la| Iligiene. Apóstoles de la ciencia, venís á predicar sobre el tema del aforismo bipo- erático: mens sana in corpore sano; que ha- cer á los hombres sanos, es ponerlos en el camino de hacerse buenos. Venis á recordar á las gentes—que parecen haberlo olvidado —que la Naturaleza nos brinda con prodi- galidad el aire libre y la luz del cielo; que el agua pura, los alimentos sanos, conser- van la salud y prolongan la vida; que los cuen no sean motivo 8 de incomodidad. Si buscamos en nuestras vestidos que nos abri habitaciones defensa contra el frío excesivo ó el calor abrasador, vosotros venis á ense- ñar cómo se han de construir para que no se conviertan en nuestro daño y cómo se ha de canalizar el suelo en que las asentamos. animales son la causa de muchas enferme- dades cuando se depositan y se descompo- nen cerca de nosotros,-y venís á indicar có- mo los alejaremos sin perjuicio para nosotros mismos y para nuestros vecinos. Las fábricas y las industrias que proveen á nuestras necesidades, y que con su movi- miento y actividad mantienen el comercio y ” ( contribuyen á la riqueza pública, arrojan á los ríos, á los conductos desaguadores ó es- parcen en la atmósfera, substancias nocivas á la salud ó incómodas á nuestros sentidos. Los hombres que en ellas trabajan, pueden menoscabar también su salud con las ema- naciones de los productos que elaboran, con ¡el contacto de las substancias que manejan, con la insuficiencia del aire que respiran, con la larga duración del trabajo que ejecu- ten; éste puede ser desproporcionado á las fuerzas de una mujer, estorbar el desarrollo de un niño ó de un adolescente. En las fá- bricas y las industrias, los obreros pueden encontrar la muerte, ora cuando trabajan en las entrañas de la tierra, ora cuando mane- jan substancias explosivas. Parece imposible remediar tanto elemen= to de deterioro y destrucción que amaga a los obreros quienes forman siempre en las ciudades el mayor número; y, sin embar- go, ahí está la Higiene acechando todos los peligros, y aquí venís vosotros á decir qué precauciones se han de tomar para apartar- los de los que trabajan y para que los in- tereses del capital no se sobrepongan a los derechos de la humanidad. Pero, ¿qué ha- cer con las enfermedades que afligen y diez- man a la especie humana? ¿No está ahí la Historia enseñando cuán poco se ha adelan- do en la curación de las más graves, cuan- Los inevitables desechos de los hombres y; do revisten la forma epidémica? ¿No está dá nuestra vista el cuadro de- solador del cólera, que mata á la mitad del número de los que ataca? Es verdad. Pero allí está también la Bacteriología, des- cubriendo el germen que lo produce, las condiciones en que éste vive y se desarrolla, las que favorecen su conservación, ó al con- trario, las que son desfavorables para sn existencia y de las cuales debemos aprove- charnos para combatirlos. Nó, señores; no somos enteramente impotentes contra las en- fermedades, porque podemos dominar unas, atenuar otras, abreviar la duración de algu- nas; pero sobre todo, está en nuestra posi- bilidad prevenirlas. Sí, prevenirlas, impedir su desarrollo y su propagación. Allí está la Historia Natural de las enfer- medades, que han venido haciendo lenta- mente los médicos de todos los tiempos y de todos los países, rico legado que la cien- cia nos ha dejado y que ha servido de base á los modernos progresos. Allí está la pa- ciente observación señalando los sintomas, siguiendo el curso de las enfermedades, ad- virtiendo cómo terminan, en qué proporción matan, en qué climas se desarrollan, cómo influyen en ellas las estaciones y la edad de los enfermos, y su sexo, y su condición social y sus ocupaciones. Allí están las gran- des epidemias que han asolado la tierra, que han sembrado el luto y la tristeza, que en- gendran el desaliento en los débiles, que enervan á los tímidos con el pánico que cor- ta el aliento y ata las manos; pero que en cambio sirven de pedestal á los sabios quie- nes se conservan serenos en medio de la alocada muchedumbre, estudian fríamente los detalles de la enfermedad, averiguan por dónde vino, cómo se propagó, qué elemen- tos le prestan el suelo y el aire para exten- derse, y de todo ello deducen los consejos que dan á los pueblos y á los gobiernos pa- ra precaverse de esas grandes calamidades. Esto han hecho siempre los higienistas; prueba de ello son los principios consagra- dos en la ley mosaica, en el principio de las edades. En la Edad Media, la Historia conser- va la dureza y la eficacia de las leyes que casi extinguieron la lepra: medidas bárba- ras, es cierto; pero que demostraron hasta la evidencia que si es difícil curar las enfer= medades, está en la mano del hombre el evitarlas. Espanta todavía el recuerdo de los recur- sos empleados para preservarse de «la Pes- te», pero la Peste ha desaparecido total- mente de la superficie de la tierra. ¡Qué medios tan terribles para conseguir estos COSMOS resultados. ...! El aislamiento, llevado has- ta la secuestración: la privación de los de- rechos civiles, el celibato forzoso, la sepa- ración de la familia..., en suma, el sacri- ficio del individuo en beneficio de la comu- nidad! Nuestras costumbres más suaves, nuestros [TEeCuUrsos mas eficaces, nos permiten prose- guir la obra de nuestros antepasados, y con- fiar en que aquellos que nos sigan en el transcurso de los tiempos, nos agradecerán que los libremos en el porvenir, del cólera y de la fiebre amarilla, de la difteria y del tilo. á precavernos de la viruela, que en el trans- El inmortal JewvefR nos ha enseñado curso del tiempo y con la ayuda de la ilus- tración de los pueblos, se verá desaparecer de la especie humana. Pasteur, honra de nuestra época, nos ha enseñado también á hacer inofensivas para nuestro organismo las mordeduras de los animales rabiosos. Pasteur, señalando en la atmósfera los gérmenes patógenos y Lister —hbienhechor de la humanidad —apartando de las heridas esos gérmenes que las enve- nenan y las hacen mortiferas, han enseñado a los sabios de fin de este siglo á buscar en la ciencia los elementos de previsión y de defensa contra las enfermedades. La Bacteriología es el apoyo con que cuen- ta la Higiene en el presente y en el porve- nir: ella descubrirá los gérmenes, aun des- conocidos, de muchas enfermedades infee- ciosas; ella seguirá estudiando la Historia Natural de los que ya conoce; y cuando se- pa cómo nacen, en dónde viven, de qué se nutren, cuáles son sus condiciones de exis- tencia, y sobre todo, cuáles son las impro- plas para su vida, entonces prestará mejores armas á la Higiene. El día en que podamos saber qué condi- ciones hacen difícil ó imposible la vida de cada microbio que engendra determinada enfermedad, ó bien qué agentes físicos 6 químicos pueden destruirlos, entonces la Higiene podrá empeñarse en realizar aque- llas condiciones 6 en aplicar estos agentes. Pero, se me dirá: este es un sueño, ¡Un No, el camino andado, nos muestra el que debemos seguir: ya tenemos muchas noticias del bacilo del cólera: ya . COSMOS 395 sabemos que penetra al organismo por la vía gástrica, que puede vivir y propagarse rápidamente en los jugos del estómago y del intestino, si están alterados, pero no cuando están sanos: que las deyecciones lo contie- nen, que ellas contaminan el agua y el sue- lo, que el agua es un excelente medio de cultivo y de propagación; que lo es también y muy propio para conservarlo, el suelo hú- medo: todos estos conocimientos los apro- vecha la Higiene y están sirviendo para im- pedir los avances de la epidemia actual en Europa. llemos aprendido por la Clínica que el ba- cilus de la tuberculosis no encuentra en las altitudes condiciones propicias de exis-| tencia, l 6 que son tan precarias que no le permiten vivir, sino difícilmente. Ella nos ha enseñado que el aire libre y la luz del Sol, no preparan favorablemente el terreno humano para que viva el bacilus de Kocn, y que /o abonan la obscuridad, el aire con- finado, la mala alimentación, las enfermeda- des que han minado el organismo, ete.; la ciencia nos ha enseñado que penetra en el cuerpo humano el microbio por las vías res- piratorias, por las digestivas con la leche y la carne, por las heridas ó las escoriaciones que lo cultivan ¿n situ ó que lo conducen á los ganglios Iimfáticos. De todas estas no- ciones la Higiene deduce consejos y precep- tos que están sirviendo para la curación de la enfermedad, para aislar á los enfermos, para levantar los Sanatoria, para dictar me- didas de protección y de defensa contra la propagación de la enfermedad. Nó, no es un bello ideal en el momento actual, la po- sibilidad de protegerse contra las enferme- dades infecciosas. El bacilo coma, el bacilo Kocn que en- gendra la tuberculosis, el bacilo tífico y el peneno diftérico pierden su virulencia á temperaturas superiores A IAE pero sobre todo, arriba de cien grados centígrados La acción destructora de los ácidos sobre los gérmenes de estas enfermedades, es un o) 1 Le Plateau Central du Mexique—(La Mesa Cen- tral de México) —considerée comme statiop sanitai- re pour les pthisiques; Mémoire lue par Je Docteur E. Lickaca, au Congres International de Berlin, Aout, 1892, Berlín, hecho demostrado por la Bacteriología y por la Clínica. Está igualmente bien demostrada la ac- ción de las soluciones de bicloruro de mer- curio y de sulfato de cobre sobre el bacilo coma; la de éstos y del ácido fénico sobre el microbio de Euerrm; la de la solución concentrada de este último ácido contra el bacilo de Kurss. Si se hace una buena aplicación de los agentes físicos y químicos antes menciona- dos, se asegura la destrucción de los gér- 5 menes y se puede evitar, por consiguiente, la propagación de las enfermedades micró- bicas. Para medir exactamente el alcance de la antisepsia en la extinción de las enferme- dades infecciosas, es preciso inspirarse en” los prodigiosos resultados de este método en la Cirugía. Las sagaces y pacientes ob- servaciones de Lister le condujeron á la teo- ría de la antisepsta en la práctica quirúrgica. En la comunicación que leyó delante de la «British Medical Association» en Dublín el 9 de Agosto de 1867, formula así su pensa- miento: pe «Pero cuando las experiencias de Pas- «TEUR demostraron que el aire no toma sus «propiedades deletéreas del oxígeno ni de «ningún otro elemento gaseoso, sino de «ciertos organismos inferiores que tiene en «suspensión, me vino la idea de que sería «posible evitar la putrefacción en las heridas, «sin excluir de ellas el aire, curándolas por «medio de una substancia capaz de quitar «la vida á las partículas flotantes en la at- (Mosa » Este fué el punto de partida de la Cirugía antiséptica, que en el transcurso de veinti- cinco años ha crecido y se ha perfeccionado en manos de los cirujanos más eminentes de todos los pueblos del mundo civilizado y ha llegado á cambiar completamente la faz de la Cirugía, disminuyendo la gravedad de las heridas y la mortalidad 'causada por ellas en proporciones tales, que parecerían incriebles, si no estuvieran allí para demos- trarlo las estadísticas, no solamente de los amigos del método, sino aún de sus contra- dictores. Privando á las heridas de los gérmenes 3596 patógenos que en otros tiempos las infecta- ban, se pueden evitar seguramente la su- puración, la septicemia, la pioemia (la po- dredumbre de hospital), la erisipela, ete. La antisepsia, aplicada despues á la Obs- tetricia, ha podido evitar las desastrosas consecuencias que producían los gérmenes morbosos en las mujeres en el estado puer- peral y que alcanzó tan grandes proporcio- nes en las casas de maternidad, que se pen- só seriamente en cierta época, en la clau- sura de estos hospitales especiales. La asepsia y la antisepsia han llegado á dominar enteramente el campo de la Ciru- gía; pero para llegar ahí, han tenido que atravesar un camino muy largo y muy pe- noso: vencer primero la resistencia natural á toda innovación. Se miraban como ridicu- los los consejos dados por el fundador del método, de protejer la herida con s:lk pro- tective; de doblar cierto número de veces la tela impregnada de ácido fénico, que se co- locara encima; de cubrir el apósito con el mackintosh; de envolver el todo en una ca- pa de algodón, etc.; ¡sin pensar que detrás de estas mínimas precauciones estaba la se- guridad de impedir la entrada de los gér- menes en las heridas!....¡sin meditar que se daban los primeros pasos, que aquellos detalles no eran el método! Cuando todu el mundo se penetró. de la idea, la práctica y el genio de los cirujanos se encargaron de. simplificar la técnica y millares de obreros científicos trabajan sin cesar en perfeccionar el método. Los resul- tados obtenidos han compensado con usura el trabajo impendido para llegar á ellos. Lo que ahora debe pretender la Higiene, es aplicar las prácticas de la antisepsia á las otras enfermedadas transmisibles. Si estas se comunican por gérmenes semejantes á los que infectan las heridas, se pueden destruir antes de que lleguen al contacto del hom- bre ó de los animales. Apliquemos las ideas listerianas á la des- infección: el cólera es una enfermedad trans- misible: las deyecciones de los coléricos contienen el bacilo coma; lo conservan las ropas manchadas por esas deyecciones, las manos que las han tocado, los alimentos que se han podido mancillar con su contacto; COSMOS pero sobre todo, el agua potable y de usos domésticos conserva los gérmenes y los di- semina por todas partes, supuesto que es de uso tan indispensable como bebida y que entra en la confección de todos los alimen- tos. El suelo es un excelente medio de con- servación y de cultivo del bacilo coma. Por otra parte, la puerta de entrada de los gér- menes al organismo, es la que le ofrecen las vías digestivas. Cuando éstas están sanas, los jugos del estómago ácidos y normales son los verdaderos agentes antisépticos que la Naturaleza ha puesto para precavernos; pero cuando están enfermos el estómago 6 los intestinos, sus secreciones se convierten en líquidos de cultivo, el microbio se repro- duce en ellos y determina la enfermedad. Como se ve, en las condiciones de salud las secreciones gastro-intestinales son el pri- mer agente antiséptico de que se puede disponer; pero antes de llegar á nuestro or- ganismo podemos destruir los gérmenes co- mo lo hacía Lister, con los que se podían poner en contacto con las heridas: tan pron= to como se produzcan las deyecciones, se destruirán los gérmenes por la solución de “sulfato de cobre, de ácido fénico ó de biclo- ruro de mercurio, en las proporciones con- venientes. Si las deyecciones han manchado el sue- lo, destruiremos los agentes por medio de los recursos que se acaban de indicar, con la lechada de cal ó con el cloruro de cal. Silos colchones, la ropa de cama, la ropa interior, los tapices, etc., se han manchado, los someteremos á la estufa de desinfección, en donde el calor y la presión del vapor destruyen los microbios. Si se han manchado nuestras manos, las lavaremos con solución de ácido fénico antes de llevarlas á la boca. Si el agua ha podido ser contaminada, no la utilizaremos jamás sin haberla hervido, porque la temperatura de ebullición quita su virulencia al bacilo coma; lo mismo ha= remos con la leche y con los otros liquidos que lo puedan contener. Como el suelo en condiciones convenien= tes de calor y de humedad conserva los gér- menes, la Higiene prohibe en casos de epi- demia el uso de las plantas rastreras, el de los frutos que nacen cerca de la tierra y to= COSMOS do lo que puede ser mancillado por ella. Hé aquí las recomendaciones que contie- nen todas las cartillas que se publican y no son más que preceptos de asepsia y anti- sepsia que la Higiene aplica á una enferme- dad micróbica. Si las precauciones de antisepsia quirúr- gica tienen una eficacia soberana para des- truir los gérmenes que infectan las heridas ¿por qué no habían de tenerla sobre los or- ganismos que producen las enfermedades contagiosas? La experiencia lo ha enseñado con hechos clínicos y la Bacteriología lo ha demostrado en los laboratorios. Lo que nos interesa como higienistas, es predicar la efi- cacia suprema de la desinfección; aplicar Al cada microbio el antiséptico que más segu- ramente lo destruye; comunicar á nuestros compañeros la fé inquebrantable que tene- mos en este medio de precaución, y sobre todo, inculcarles la convicción que puedo formular de esta manera: «Así como para tener la seguridad de que al hacer una laparatomía no vendrá la pe- ritonitis séptica d arrebatar ú nuestra en- Jerma, no nos basta saber que la asepsia y la antisepsia son uúliles, sino que es necesa- rio habernos ejercitado mucho en practicarla hasta dominar enteramente la técnica y ad- quirir la confianza de que podemos ejecutarla con perfección; así, para ejecutar la desin- Jección, necesitamos conocer nuestras armas, ejercitarnos en su manejo y adquirir en su uso la pericia á4 que han llegado en la Ciru- gía los Lister, los BrurirorH, los WoLkMANx, los BERKMANN y tantos otros que le deben sus mayores triunfos en la práctica de las más graves operaciones.» Hay, sio embargo, una diferencia entre la Cirugía y la Higiene desde el punto de vista que las estamos considerando y que no quiero ocultar, porque en la ciencia sanita- ria—toda de aplicación—es necesario cono-. cer el lado verdaderamente práctico de la| cuestión. La diferencia es que en Cirugía la aplicación de estos principios la hacen personalmente los hombres que han pasado | la mayor parte de su vida en el estudio y en la práctica de las operaciones; y que en Hi- giene se tiene que confiar la desinfección á manos secundarias de personas que no se| 1 han inspirado como los otros en los princi- pios de la ciencia, porque no han recibido instrucción médica; éstos son los que tienen que desinfectar las habitaciones, los muebles, las colgaduras, los tapices, los que deben hacer las desinfecciones en los buques ó por- ciones de ellos que se hayan infestado. Éstos son los intermedios necesarios; pe- ro la desinfección la han de dirigir siem- pre los médicos. Á éstos les debemos incul- car los principios de la ciencia y á Jos otros enseñarles por medio de instrucciones mi- nuciosas, por la enseñanza objetiva, por la repetición de actos hasta llegar á familtari- zavrlos en la práctica de la desinfección. Por otra parte, la desinfección de los col- chones, de las ropas de cama, de la ropa interior y de los efectos que en Higiene se llaman susceptibles, se hace actualmente en las estulas de desinfección y estos aparatos la ejecutan con verdadera perfección. La idea de que es más práctico prevenir las enfermedades que curarlas, es más anti- gua que la medicina. Los libros sagrados de la India y el Génesis son los documentos más antiguos que tenemos de esta verdad. La Higiene ha hecho siempre parte esencial de los conocimientos médicos y ya los libros hipocráticos se ocupan de ella; pero la cien- cia sanitaria tal como ahora la entendemos, es sumamente moderna y sus progresos han sido tan rápidos que uno de los elementos que puede servir para medir la cultura de los pueblos, es el grado de perfección á que han llevado el saneamiento de sus ciudades. Entre los sabios, el deseo de ensanchar sus conocimientos en esta materia se revela por- que se han verificado va ocho Congresos In- ternacionales de Higiene. La reunión á que asistimos esta noche, es la más brillante de- mostración del empeño que toman los higie- nistas por ampliar el campo de sus estudios. Si en alguos espíritus puede persistir aún la idea de que no es dado al hombre dismi- nuir el número de enfermedades, prolongar la vida humana y mejorar la condición de la especie, les bastaría ver reunidos aquí, for- mando un verdadero ejército, a los médicos más prominentes en las ciencias sanitarias de ¡todos los Estados de la Unión Americana y del dominio del Canadá, que viniendo de DK 9) 1-00 enormes distancias, abandonando su hogar y sus negocios, procuran con su enseñanza el mejoramiento en la salud de las gentes. No se puede concebir que una idea puramente abstracta, que un ideal poético, reuniera á los representantes de los dos pueblos más emi- nentemente prácticos de la Tierra, si la expe- riencia no les hubiera enseñado que las más viejas ciudades de Inglaterra han visto dis- minuir el número de enfermedades y la cifra de la mortalidad desde ochenta por mil hasta diez y siete por mil, después del saneamiento de sus poblaciones; si las ciudades nuevas de los Estados Unidos no hubieran visto desapa- recer de sus habitantes la viruela después de hacer obligatoria la vacuna, y la malaria des- pues de canalizar los terrenos pantanosos y de cambiar el agua potable que usaban los habitantes; si no hubieran detenido con ma-= no poderosisima el cólera delante de la popu- losa y comercial ciudad de Nueva York! ¿Qué vienen hacer ahora entre nosotros? ..«. Vienen á inspirarnos su fé, á enseñar- nos su manera de obrar, á propagar las nue- vas ideas, á concertar con nosotros un plan de defensa para precavernos recíprocamente de las enfermedades que puedan desarrollar- se entre nuestros respectivos países. Vienen á ver qué recursos emplea la naturaleza para hacernos respirar lo mismo que á ellos á la inmensa altitud á que nos encontramos; a ver cómo construimos nuestras habitaciones en este clima en donde no se necesita la cale= lacción artificial; á contemplar la pureza de nuestra atmósfera, la diafanidad de nuestro cielo y la radiación de nuestro Sol; á ver có- mo modifican las condiciones meteorológicas, á la altura en que vivimos y en medio de la zona tórrida, la vida en los seres animados. Nosotros les recibimos con los brazos abier= tos; vamos á mostrarles nuestros estableci- mientos hospitalarios, que distan ¡ay! mucho de los grandiosos monumentos que ellos han levantado á la caridad; les vamos á mostrar cómo la administración pública ejerce la be- neficencia con los expósitos, con los niños enfermos, con los sanos que han perdido á sus padres: cómo difunde entre ellos la en- señanza de las artes mecánicas; cómo vuel- ve al buen sendero á los que de él se han descarriado, y la organización ' militar que COSMOS ha dado á algunos de estos establecimien= tos. Les enseñaremos aquellos en que se edu- can á los Profesores y á las Profesoras que han de derramar la instrucción primaria; nuestra Escuela Preparatoria de estudios pro- fesionales; nuestras Escuelas de Medicina, de Jurisprudencia, de Música; nuestra Escue- la de Bellas Artes, el Instituto Médico Naec1o- nal, ete., no por lo que en sí mismos puedan valer, ni porque pudieran sostener la com- paración con los soberbios establecimientos similares que la iniciativa privada ha levan- tado entre vosotros, sino para lo que pueda interesaros el desenvolvimiento moral é in- telectual de este pueblo, trabajado por las convulsiones políticas que atacan á los pue- blos en su infancia y en su adolescencia, y les impiden su desarrollo á la manera con que las enfermedades físicas que se presentan en la infancia y en la adolescencia del hombre, le impiden su desarrollo fisico é intelectual. Os mostraremos también las obras recien- tes que tienden á mejorar la provisión de aguas potables de la ciudad. Ya en vuestra última reunión, uno de nuestros Ingenieros Sanitarios os hizo conocer el proyecto de canalización de la ciudad de México, que es actualmente muy imperfecta. Ahora vais á ver las obras provisionales emprendidas pa- ra mejorar la corriente de las aguas de la ciudad, mientras aquel proyecto se lleva á cabo. Os daremos á conocer también, por- que os interesa como higienistas, una de las obras más gigantescas que se han empren- dido para el saneamiento de una población, obra que se conoce con el nombre de «Des- agúe del Valle de México. » Por último, os haremos recorrer los alre- dedores de la Capital y os mostraremos el e.x- . tenso Valle de México desde la altura del his- tórico Chapultepec. En cuanto á vosotros, mis queridos com- datriotas, que habéis dejado también vuestros | > 4 J ¡dulces hogares y vuestras ocupaciones; que habéis venido de remotos lugares para traer- nos vuestro contingente de experiencia á pro- pósito de la fiebre amarilla, en vuestros dis- cursos nos diréis si nace espontáneamente en vuestras localidades, si es importada y de qué manera; los recursos que hayáis ideado COSMOS para librar las costas de esta plaga; nos diréis cuales son los lugares en donde reina la ma-= laria y el medio de sanearlos; aquellos otros en donde 1o se conoce la tuberculosis 6 en donde sus estragos son menores que en las costas de ambos mares; cuáles son los luga= res donde la difteria es desconocida ó en los que existe; cómo puede evitarse su desarro- llo; qué recursos nos aconsejáis para impedir la propagación del tifo; cómo se hace la pro- visión de aguas en las poblaciones que habi- táls y cuanto pueda interesarnos como higie- nistas. Muy poco es lo que hemos hecho para el saneamiento de nuestras poblaciones, pero no es vergonzoso confesarlo, porque forma- mos un pueblo nuevo que desea tener conoci- mientos exactos de los males que le aquejan, para intentar remediarlos. Nuestros Gobier- nos nos han dado buenas leyes sanitarias, nuestro deber es poner al servicio de nues- tros conciudadanos toda nuestra inteligencia, todo nuestro celo y toda nuestra energía en cumplirlas y hacerlas obedecer y contribuir asíá la grandiosa obra emprendida por esta Asociación de Salubridad Pública, cuyos no= bles propósitos han dado tan buenos resulta- dos en el Canadá y en los Estados Unidos y que esperamos confiadamente los dará igua- les entre nosotros. Señores: ¡recibid las gracias que os doy en nombre de mi patria por haber elegido es- ta ciudad para verificar vuestra reunión ac- tual! Señores, sed bien venidos. oo Dada una media de imperfección en las unidades de una sociedad, ningún procedi- miento ingenioso podrá impedir el defecto de producir su equivalente en malos resulta- dos. Es posible cambiar la forma de esos malos resultados, es posible cambiar el lu- gar en que se producen; pero no es posible desembarazarse de ellas. —HerberT SPENCER, Introduction á la science sociale, p. 22. PESO ATOMICO DEL NICKEL Con objeto de llegar á la determinación del peso atómico del nickel, problema toda- 399 , vía no resuelto 4 entera satisfacción, M. ScHuTZEMBERGER preparó sulfato de nickel puro, partiendo del carbonato puro y secan- do los cristales á 440% en una corriente de ázoe seco y puro; descompuso en una llama oxidante el sulfato anhidro á una tempera- tura comprendida entre el rojo obscuro y el rojo cereza. El peso del óxido obtenido comparado con el peso del sulfato que sirvió para la obten- ción da un primer valor; y el óxido reduci- do por el hidrógeno y mantenido en el ázoe da directamente el peso del nickel: las dos determinaciones han producido valores con- cordantes y cercanos á 98,5. Entre otras propiedades advertidas con guien- esta preparación, el autor señala las si tes: Elóxido de nickel obtenido por la descom- posición, sin llegar al rojo cereza, es ama- rillo y pulverulento; calentado al rojo blanco se vuelve verde y pierde algunos milésimos de su peso sin que esta pérdida aumente con el tiempo que dura la operación; este mismo óxido verde, tratado por el hidrógeno al rojo obscuro no se reduce enteramente, sino que se vuelve apto para una nueva re- ducción, sometiéndolo al calor, después de enfriado. En este óxido verde, el peso atómico del nickel parece ser el de 60. (Reyue Generale de Sciences pures el appli- quees, t. UL, p. 423.) ARI Solamente la experiencia puede destruir lá la experiencia porque las objeciones teo- lógicas Ó sentimentales, no tienen influenciv sobre los hechos; que estos hechos sean una formación de tejidos observadoscon el micros- copio, la cifra de un equivalente comproba- do por medio de la balanza, una concor- dancia de facultades y sentimientos entresa- cada por la crítica, su valor es el mismo, y no hay autoridad superior que pueda des- echarlos a priori y sin comprobación prel- minar: para desmentirlos, es necesario re- petir las operaciones que los han obtenido. —H. Tame, Essais de critique et d histoire. (Préface) p. 20. Y AA SS O 360 COSMOS EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 SEPTIMA SERIE TRABAJOS DE ALAMBRE Y DE MADERA 21 Parte: Trabajos de Madera ÚTILES Con algunos pedazos de madera de pino (res- tos de cajas por ejemplo) y un cuchillo, puede hacerse que les niños construvan una serie de utensilios en miniatura. Mazo lo Se corta un pedazo de madera de 3 centíme- tros de longitud por un centimetro y medio de es- cuadria; se aplanan las caras, y se rebajan las avis- tas y los ángulos. Fic. 635 20 Tájese el mango y désele una longitud igual próximamente á dos veces la de la cabeza del ma- ZO. 30 Hágase un agujero (para ¿sto puede poner- se una barrenita á disposición de los niños) éintro- dúzcase en él la extremidad adelgazada del man- go. Se golpea ligeramente con el cuchillo, Fig. 635. Mazo para golpear lino La Fig. 636 representa un instrumento muy em- | pleado en los campos. El mango está encorvado | Fic. 636 para que el obrero estando de pié, pueda golpear, los haces de lino colocados en el suelo. Silla rústica lo Tómese un pedazo de madera de cuatro ó | cinco centimetros de anchura, y tállesela para for- mar el asiento. 2 En cada uno de los ángulos de la parte inferior del asiento, practiquense agujeros que 1 Continúa. Véase «Cosmos», pp. 117 y 348. servirán para introducir los piés, teniendo cuida- do de darles á éstos igual longitud, Fig. 637. Tripré lo Háganse las tres piezas que deben formar lo * | de encima y únanse á media-madera, es decir agu- [jerándolas en la mitad de su espesor | 20 En cada una de las ensambladuras se hace entonces un agujero, en donde se introducirá un pié, como se ha dicho precedentemente, Fig. 638 Mesita ¡1o Córtese la cubierta en plano; prepárense los 1 | Fic. 639 piés y pónganse en los agujeros practicados en los cuatro ángulos, Fig. 639. Rastra Este género de rastra se emplea en los campos para transportar los rastrillos y los arados. 640 | Frc. lo Córtense las piezas de los costados teniendo cuidado de rebajar un ángulo en la parte ante- rior. ¡ 20 Se ajustan los atravesaños en los agujeros preparados al efecto, Fig. 640. Escalera lo Se cortan con el cuchillo unos montantes de 8 milimetros por 6 en la base y se marca con | exactitud el lugar de los agujeros. | 20 Se preparan los escalones y se introducen [sus extremidades, talladas ligeramente en punta en los agujeros de unión de los montantes, Fig. 641. Nota.—Seria bueno pegar por lo menos algu- nos escalones, para consolidar laobra.—Igualmen- te puede emplearse la cola fria en todos los ejer- cicios que preceden. Rastrillo lo Córtese á escuadra un pedazo de madera próxima- mente de 74 8 centímetros de longitud y practiquense en él unos agujeros que dis- ten unos de otros de 9á 10 milimetros. COSMOS dora, Fig. 644, se fabrican como el rastrillo sim” ple. p Caballete lo Tállense los montantes y háganse en ellos los agujeros que han de recibir un atravesaño fijo a y un atravesaño movible b. 2 Hágase otro agujero en una de las caras laterales | convenientemente escogida. | Fic. 641 Fic. 642 30 Háganse los dientes del rastrillo, humedéz- canse sus extremidades con cola y encájense en los agujeros preparados. do Córtese y tállese el mango y ajustese, apre- tándolo fuertemente en la abertura a, Fig. 642. Fic. 643 Rastrillo de guadañero. Espigadora El rastrillo de guadañero, Fig. 643, y la espiga- Fic. 644 %o Ajústese el tercer pié al atravesaño movible y móntese el caballete; el atravesaño « es el úni- co que debe apretarse y pegarse fuertemente, Fig. 645. Banco lo Córtese la pieza de encima y redondéense las dos aristas extremas de la cara inferior. 20 Háganse cuatro agujeros para los piés y otros dos más pequeños para los atravesaños obli- cuos. “go Únanse los piés de dos en dos ¿introdúzcan- se sus extremidades humedecidas con cola en los agujeros que los han de recibir. | la Fic. 646 do Colóquense los atravesaños oblicuos, aguje- rándolos á media madera en los puntos a, d, C, Fig. 646. Pórtico lo Se cortan los soportes de la base, los montan- tes verticales, la pieza horizontal superior, y se 362 hacen en ésta los agujeros necesarios para la cn- sambladura de las diferentes partes. Fic, 647 20 Se ponen y se pegan los montantes y el atra- vesaño horizontal, después los contrafuertes de la base y del vértice, Fig. 647. Silla lo Se corta una tablita destinada á formar el asiento, se tallan los piés de longitud convenien- te y se hacen todos los agujeros necesarios para | recibir todos los atravesaños de ensambladura. 2o Se preparan los atravesaños y se hacen dos agujeros convenientes en los montantes del res- Fic. 648 paldo á fin de que pueda entrar el asiento. 30 En la parte superior de los dos piés de delan- te, hágase una especie de espiga que se encajará en un agujero practicado en los dos ángulos anterio-; res del asiento. do Ensámblense las diferentes partes y pégue- selas fuertemente, Fig. 645. Otro rastrillo lo Se escuadran los lados y los atravesaños, y se agujeran á media madera; se pegan ó se cla- van, si hay lugar, Ele. 649 COS MOS | | 20 Se tallan los dientes y se introducen en los l agujeros oblicuos que se han hecho en los atrave- ia. 650 'saños. La posición oblicua de log dientes facilita ¡el trabajo del rastrillo, cuando se arrastra para adelante. Este rastrillo se desliza al contrario, sl se conduce para atras Fig. 649. 313 Parte: Combinaciones de alambre y madera Enverjado de mallas rectangulares 1o Por medio de un euchillo, sáquense de una tabla de pino de 9 4 10 milimetros de espesor, lá- Fic. 651 minas finas de 1% centimetros próximamente de longitud; en uno de sus extremos se les hace pun- ta. ; * 20 Se corta alambre número 3 y se unen las ta” | blas por medio de una simple vuelta en los atra- [vesaños preparados de antemano. 30 Téngase cuidado de que las vueltas sean al- ternativamente oblicuas á la derecha y oblicuas á la izquierda, si se desea alguna solidez. Hágan- se bajar los torzales sobre la madera, Fig. 650. Enverjado rectangular doble Se puede consolidar el trabajo colocando láminas más cortas en los intervalos que quedan libres, Fig. 651. Enverjado rombordal Se obtiene un trabajo más sólido y más hermoso poniendo las láminas en rombo, Fig. 652. Enverjado romboidal doble Se obtiene éste cruzando láminas más cor- tas entre las que han sido colocadas al principio Fig. 653. Envcerjado em ojiva n lo Córtense cuateo pedazos de roten grueso que | servirán de atrayesaños. | 20 .Fijense los montantes de dos en dos, en los tres atravesaños inferiores. ¿30. Cuando se ha.terminado este trabajo se for- man las ojivas, cruzando los montantes en el cuar- to atravesaño, Fig. 654. 654 Enverjado doble en ojiva Etc. Unanse montantes más pequeños entre los pri- meros como se ha dicho más arriba, Fig. 65). ES SIS COSMOS 363 ' | d Jaula lo Después de haber preparado el fondo, se cla- van cuatro montantes cuadrados, de longi- tud y grueso convenientes. 2o Fijense las partes superiores de los mon- tantes por medio de cuatro atravesaños. Los agujeros que han de recibir los alambres, se harán siempre antes de unir las piezas. 30 Se colocanlosatravesañosintermediarios, en los cuales se ponen los alambres que en seguida se introducen en la tabla del fondo y en los atravesaños superlores. Déjese un espacio libre para la puerta y otro para el comedor. do Prepárese la cubierta, como los lados, teniendo cuidado de poner en medio un atrave- saño en que se fijará una agarradera. jo Colóquese un alambre encorvado, que se desliza por medio de dos anillitos, para sos- tener la fuente. 60 Ajústese una puerta en el lugar que se ha dejado; se cerrará por medio de un resorte cn espiral. Hágase este resorte enrollando un alambre en un porta-plumas, como se ha di- cho ya Para abrir la puerta, es necesario estirar el resorte; luego que se suelta, se cie- rra aquélla inmediatamente. 7o Comedor.—Se prepara una tablita que se desliza sobre el fondo mismo de la jaula. Basta entonces añadirle una caja rectangu- lar que cierre exactamente el espacio reser- vado, Fig. 656. Sólo hemos dado unos cuantos ejemplos de tra- bajos de alambre y madera combinados; el gusto Fic. 656 y el hábito de nuestros lectorcitos sabrán variar- los hasta»el infinito. OCTAVA SERIE MODELADO Voservaciones Los alumnos pequeños de las escuelas prima- rias pueden ejercitarse en el modelado;no tardarán en tener afición por él. Ellos manifiestan muy temprano sus disposiciones artisticas; su genio» que no reconoce obstáculos, no retrocede ni ante 364 COSMOS la representación de la figura bumana. Algunas| Queda terminado el fondo del plato, Fig. 659. veces hemos visto salir de las manos de muestros| Por otro lado se hace una banda de barro bas- artistas en ciernes algunos muñecos tan expresi- | tante larga para formar el borde del plato. vos que han hecho sonreír aún á las parsonas| Póngase la banda al rededor, de modo que que- más serias. de ligeramente oblicua sobre el fondo; luego se A dce'r verdad, no se podría exigir á los niños liga con éste por modio de bolitas de barro, Fig. la aplicación de un método riguroso, ui el empleo | g5p, de procedimientos absolutamente racionales. Mo-| Puede también construirse una hortera, un ta- delan por instinto, tanteando, procurando llegar | zón, ete. al fin por el camino más corto. No se valen de la] Pónganse cerezas en el plato. Siempre deberá plancheta, ni del desbastador, ni del anteojo, ni | ayregárseles hojas y otras frutas. del compás; nuevos BUONARROTTIS, trabajan en Los huevos de pájaro plena materia, amasan, agregan, quitan, segúnsu| Cójanse algunas bolitas de barro y se amasan inspiración, y acaban por producir sus obras maes- *en seguida de modo de obtener poco más ó me- tras. Debemos contentarnos con que obtengan poco más ó menos el aspec- to de sus modelos cualesquiera que sean, por otra parte, los medios de que se hayan servido para lograr su objeto. Lo esencial será que tomen interés por.su trabajo: que es apro- vechar y gozar al mismo tiempo. Damos aqui una serie de ejercicios Fic. 661 fíciles que convienen á los niños de 5 4 10 años nos el volumen de un huevo de pájaro. So ruedan entre las manos alargando una de Ruédese entre las manos, para redondearla, una | las extremidades y dejando más espesor en la cantidad de barro suficiente, Fig. 657. Otra, Fio. 661. Las cerezas El nido Se hace en la pizarra con el barro un fondo de forma circular, Vig. 662. Se rueda en las manos un trocito de barro para obtener ún rodete hastan- O Guarmézcaso el reledor del fondo con este rodete, aplastándclo un po- n] 2107 7 a On . . Fic. 657 Fic. 658. co y ligándolo bien con el fondo. Aplástese ligeramente el lado en medio del cual; Trácense con un palito en todos sentidos lineas debe insertarse el pezón. | que representen las pajitas de que está formado Para figurar éste, introdúzcase un tallo flexible, algo encorvado, Fig. 658. el nido, Fis" 663. Puede modelarse otra cereza y unir los pezo- nes por medio de bolitas de barro. El plato Se aplasta en una superficie unida, martillándo lo econ el puño, un rodillo de barro al cual se das rá la forma circular, y un espesor próximamente. de uno á dos centimetros. | Cuando la superficie esté bien unida, se regula- riza el contorno con ayuda de un pedazo de ma- dera en forma de bisel que hace las veces de des- bastador, AAN Fic. 662 Pónganse en el nido los huevos que se han pre- "parado precedentemente. La bellota Semodela el dado pequeño que for- ma la parte superior de la bellota. Figúrese sobre la cara exterior, muy cerca del borde, un pequeño hinchamiento, y ráyese con líneas entrecruzadas, Fig. 664. Se introduce en el dado un troci- Fic, 659 lic, 660 to de barro, Fis. 665. COSMOS, Fic. 663 La Fig. 666 muestra la bellota terminada. Se pueden reunir dos ó tres bellotas, de las Fic. 665 cuales una puede estar sin fruto; puede también agregárseles hojas de encino. Fic. 664 Fic. 666 BERTRAND, ToussaiNT Y GOMBERT. (Concluiráa). o. LA EDUCACIÓN TÉCNICA! Entendiendo, pues, que las dos cosas que deben evitarse son la dilación de la entrada de los jóvenes á la vida práctica y la subs- titución en nuestros talleres y factorías de hombres hábiles é inteligentes con indivi- duos agotados por una lectura excesiva, con- sideremos lo que puede alcanzarse ¡uiciosa y Oportunamente en el mejoramiento de la educación de los obreros. En primer lugar, atender á las escuelas elementales, felizmente establecidas ya en to- do el país. No voy á eriticarlas niáencontrat- les faltas; al contrario, paréceme que su es- tablecimiento es el resultado más benéfico y más importante de la acción general del pueblo en nuestros días. Dicese que hay en estos momentos una gran suma de intereses británicos, pero estad seguros de que en ninguna dificultad orien- tal tenemos que intervenir, tratándose de una nación que ha acabado con la ignoran- 4 Continúa. Véase Cosmos, p. 34%. 365 cia de los bashi-bazouks y con el sectaria- nismo patrio de los cosacos. Lo que se ha realizado ya á este respecto es muy impor- tante, y vosotros habeis vivido lo suficiente para apreciarlo. Hoy cada niño en ese pais, obtiene una educación mejor, —tanto por la | manera de impartirla como por su substancia de la que era accesible hace un cuarto de siglo, á los bien constituidos britanos. Que éntre cualquier hombre de mi edad á una escuela elemental común y, á menos que no haya tenido una desusada fortuna en su ju- ventud, os dirá que no conoció el método educativo, la paciencia, la inteligencia y la moderación por parte del maestro, que es- tán ahora á la disposición de todos los ran- gos sociales, lo que contrasta con aquellas cos- tosas escuelas de la clase media, arregladas de una manera tan ingeniosa que combinaban los perjuicios y las insuficiencias de las gran- des escuelas públicas, sin tener ninguna de sus ventajas. Muchos hombres cuya educación, por decir- lo así, costó una gran cantidad de dinero útil, y ocupó inútilmente muchos años, después de visitar una escuela bien ordenada, se reti- 'an lamentando profundamente, no haberte- nido en los días de su juventud la fortuna de que los enscñaran tan bien como se enseña hoy á los jóvenes y á las niñas. Empero, si ante tal adelanto de la educa- ción en general, obedezco cordialmente al natural impulso de ser agradecido, no suce- e lo mismo respecto de lo demás: necesi- to ver más incorporada al sistema educativo la instrucción elemental de las cizncias y de las artes. En la actualidad, se la administra por granulos como si fuera una medicina poderosisima: «tómense unas cuantas gotas oportunamente en una cuchara cafetera». Cada año tengo noticia de que vuestro an- tiguo é infatigable amigo, que también lo es mio, Sir Jomx Lusbock, excita al Gobierno actual, en la Cámara de los Comunes, áes- te respecto; y cada año también, él y los po- cos miembros de la Camara que simpatizan con él, como Mr. Prayrarr, se deshacen en expresiones de ardiente admiración por la ¡ciencia en general, para no hacer nada al fin por ella en particular. Ahora que sé que Mr. Forster, á quien tanto le debe-la. edus 366 cación del país, ha anunciado su conversión á la fé nueva, comienzo á esperar que, tar- de ó temprano, se corregirán los males. He dado lo que á mi juicio es buena ra- zón para afirmar que no es práctico ni de- seable el conservar en la escuela á jóvenes que tienen ya la edad de trece ó de catorce años, si han de ser después obreros; y como es completamente cierto, que, con justicia para otros importantes ramos de educación, no deben introducirse en las escuelas ele- mentales más que los rudimentos de las cien- cias y de las artes, hay que buscar en otra parte una instrucción elemental para estas materias, y si fuere preciso, en las lenguas extranjeras, lo cual puede hacerse después de que haya comenzado la vida del obrero. Los medios para adquirir la parte cientí fica y artística de esta educación se encuen- tran ya en plena actividad y como en pri- mera categoría, en las clases del Departa- mento de Ciencias y de Artes, las cuales en la clases se dan en su mayor parte, no- che á fin de que sean accesibles á los que deseen aprovecharse de ellas después de las horas de trabajo. La gran ventaja de estas lases es que llevan la instrucción á las puer- tas mismas de las factorías y de los talleres; que no son creaciones artificiales, sino que por su existencia propia demuestran el de- seo que el pueblo experimenta por ellas, y, finalmente, que admiten el desarrollo inde- finido 4 medida que se necesita. Con fre- cuencia he expresado la opinión, y la repito ahora, de que durante los diez y ocho años que tienen de existencia estas. clases, han. producido incalculables beneficios; y puede agregar por lo que yo mismo sé que el De- partamento no ahorra sacrificios mi trabajos para hacer que aumente su uso y para ase gurar la utilidad de su obra Nadie sabe. mejor que mi amigo el coro- nel DoxxeLLY, á cuyas claras ideas y á cuya gran habilidad administrativa se debe tanto en el éxito que han alcanzado los trabajos de las clases de ciencias, que falta mucho por hacer antes de que pueda decirse que el sistema es absolutamente satisfactorio. La instrucción que se da necesita ser más sistemática y especialmente más práctica; los maestros son de excelencia desigual y no COSMOS pocos se hallan en la precisión de tener que instrurse ellos mismos, no solamente en las materias que enseñan, sino muy especial- mente en los fines á que está destinada su enseñanza. Me atrevo á deciros que habreis vido hablar de ese procedimiento reprobado por todos los verdaderos sportsmen y que lleva el nombre de cazar para el momento; ¡pues bien, hay algo semejante á ésto: ense- ñar para el momento, enseñanza que es, no la que el estudiante debe adquirir, sino la ¡que necesita para dejar complacidos á aque- llos ante quienes debe verificarse el examen; y hay algunos maestros, alortunadamente no muchos, que tienen todavía que conocer lo que consideran los examinadores del Depar- tamento como cazadores furtivos de la peor ¡especie. Sin que ésto signifique, en modo alguno, ¡hablar en nombre del Departamento, paré- ¡ceme que puedo decir, tratándose de una ¡materia en que he meditado, que está hacien- ¡do cuanto puede para dominar estas dificul- ltades: promueve sistemáticamente la instrue- ción de las clases, facilita la enseñanza de los que quieren aprender completamente su oficio, y siempre está dispuesto para ayudar á suprimir la enseñanza para el momento. Todo ésto como vosotros comprendereis, me es altamente satisfactorio. Veo que la difusión de la educación cientifica, con- la que tan a menudo me he permitido impor- tunar al público, se torna ya, desde varios puntos de vista prácticos, es un hecho rea- lizado. Tuomas IM. Houxuey. | (Concluirá.) EL ARTE DE CONTAR * “Cuando dos razas colocadas á diferentes ¡niveles de cultura se ponen en contacto, la menos avanzada adopta el arte y la ciencia de la otra, pero al mismo tiempo su cultu- generalmente y concluye por desaparecer. Así sucede con el ra propia queda estacionaria arte de contar. Podríamos probar que razas gran- des progresos por sí mismas; pero*'cuando inferiores han hecho en nuestro días 1 Continúa. Véase Cosmos pp. 281 y 352. una raza superior aporta procedimientos más sencillos y un poder ilimitado no sólo para nombrar á todos los números imaginables si- no para escribirlos, servirse de ellos para contar mediante una corta cantidad de figu- ras ¿qué verosimilitud hay para que la raza barbara siga empleando su método más 1n- cómodo? A propósito de los procedimientos por medio de los cuales los nombres de nú- meros pertenecientes á una raza superior se ingertan en el idioma de la raza inferior, el capitán Grayr nos los indica al describir á los esclavos indigenas del Africa ecuatorial, los cuales ocupan sus horas de ocio apren- diendo los nombres numerales en el lengua- je de sus dominadores los árabes ?. Lo que dice el P. Dosrizuorrer de las relaciones aritméticas entre los brasileños y los ¡esuí- tas es una excelente descripción de la ma- nera con que se operaba el contacto inte- lectual estáblecido entre los salvajes y los misioneros. Los guaranis, á lo que parece, to) tienen nombres numerales para contar has- ta 4 y cuando pasan de este número dicen innumerables; pero como importa saber con- tar en una multitud de circunstancias de la vida corriente, como esto es absolutamente necesario para poder hacer en el confesto- nario una confesión completa, se enseñaba diariamente á los indios á contar en espa- ñol, cuando se les explicaba el catecismo en la iglesia. Los domingos todos los con- currentes contaban en alta voz hasta mil. El misionero, es cierto, advertía que los in- digenas no contaban muy correctamente. «Queremos volver blancos á los negros,» S dice. ? Los vocabularíos de los idiomas sal- vajes y los de las tribus inferiores nos dan, sin embargo, en esta materia la prueba de la influencia que ha ejercido una civilización avanzada sobre la civilización primitiva. En tanto que el sistema primitivo permanece completo y es de empleo cómodo, puede mantenerse; pero tan pronto como se alte- ra ó se vuelve confuso, sucede á veces que el extranjero mis habil se lo apropia para modificarlo y para reemplazar los pocos nombres numerales de la raza inferior con 1 Granr, en £thn. Soc., t. MI. p. 90. 2 DosrizmorreErR, Gesch. der Abiponer, p. 205; trad. imgl., t. II, p. 171. COSMOS 367 los suyos propios. Para ejercer una acción semejante sobre ésta no es preciso que la raza superior haya alcanzado un nivel muy elevado. Markuam hace notar que las jiva- ras del Marañón se sirven de sus propios numerales, que no pasan de cinco, y para los demás se aprovechan de los números quichuas, es decir del idioma de los Incas del Perú. 1 La misma observación puede ha- cerse respecto de los indígenas de la India. Los khonds cuentan uno y dos en palabras indígenas y después recurren á los numera- les hindous. Las tribus urauonnas, aunque pertenecientes al grupo dravídico, yaun cuan- do tienen en su lenguaje una serie de nom- bres numerales, parecen haber abandonado el uso de los superiores a 4 y en ocasiones. de los mayores que 2, por adoptar los nú- meros hindous. ? Los conibos de la América del Sur con- taban de lá 2 con sus números propios, después acudían para los números más ele- vados á las palabras españolas, como se no- ta en el Brasil en un dialecto de la familia. tupi, el cual habiendo perdido el vocablo. con que se expresaba el número 5, conti- nuó empleando sus mismos numerales hasta 3 y para los superiores se valió de voces portugueses. * Los números de la lengua annatom, idioma melanésico, llegan sólo has- ta 5, para los demás se sivve del inglés: siks, segen, eet, nain, etc. En algunas islas de Polinesia, aunque la lengua indígena po- see un gran número de numerales, la con- fusión que resulta del hábito de contar por pares y por cantidades de cuatro, lo mismo que por unidades, ha hecho que para que se eviten los inconvenientes, se adopten las palabras hunert y tansani. * Mun cuando la manera de contar de los esquimales por ma- nos, piés y hombres enteros, permita ex- presar números elevados, llega á ser de un empleo incómodo en cuanto se trata de vein- tenas, y los groenlandeses han hecho bien en aprovecharse de los vocablos untrite y 1 Marxuam, en 77. Eth. Soc. t. 1, p. 166. 2 Larnmam, Comp. Phul., p. 186; Suaw, As. Res., t. IV, p. 96: Journ. As. Soc. Bengal. 1866, parte 0 pp. 27, 204, 251. 3 Sart Crico, en Bull. de la Soc. de Géog., 1853, p. 286; Porr, Zehlmethode, p. ” _4 GaseLeNTz, 89, Halle, loc. cit. 368 tusinte, de sus dueños los daneses. La se- mejanza de los números en las dos lenguas es un punto al cual los filólogos dan una gran importancia en cuanto á la cuestión de saber si han salido de un grupo común; pe- ro este indicio es insuficiente porque una 'aza puede haberle tomado sus números á otra. El hecho de que se observen estas pa- labras agenas hasta en 3 y aún en números inferiores no hace más que apoyar la opi- nión que ve en la similitud de los números más bien una prueba de cambio que un in- dicio de parentesco. En el otro extremo de la escala de la ci- vilización, la adopción de las expresiones numerales de nación a nación presenta aun puntos interesantes para la Filología. Nues- tras lenguas modernas dan curiosos ejemplos en las palabras second y million. La adop- ción por los ingleses, los alemanes, los ho- landeses, los daneses y aún los rusos, de la palabra dozena, de duodecim, perteneciente al latín de la Edad Media, muestra que se encontró cómoda la numeración por doce- nas cuando se trataba de comprar y de ven- der, y demuestra la necesidad que había de encontrar una palabra para ese múltiplo. Pero el sistema de recoger voces extrañas se ha llevado mucho más lejos. Si se pre- guntara cuál es la serie de numerales usados hoy en el lenguaje popular inglés, respon- deríase, sin duda, que es onc, two, three, ete. No obstante, hay otras dos series de proce- dencia extranjera: una de ellas es la que se usa con los dados: ace, deuce, tray, cater, cin que, size; así, size ace equivale á seis y uno, cinques ó sinks, doble cinco. Estos números han sido importados de Francia á Inglaterra, corresponden á los números franceses comu= nes, excepto ace que es el latin as, palabra de gran interés filológico y que significa uno. La otra serie pertenece al vocabulario de la jerga. A lo que parece, el pueblo de las ca- lles ha adoptado en Inglaterra para comuni- carse en secreto, una serie de expresiones numerales italianas, que ha aprendido á los amoladores, á los vendedores de imágenes, | ó: que le han dado á conocer los distintos agentes de importación del italiano ó de la lengua franca en los arrabales más misera- bles de Lóndres. Ha realizado así una ope- COSMOS l ración filológica no solamente curiosa sino instructiva. Al aprovecharse de las expre- siones italianas due soldi, tre soldi, para equi- valentes de two pence, three pence, ha llega- do á adoptar la forma alterada saltee, que es de uso corriente en la jerga para significar penny y pence, de donde la concordancia si- guiente: 1% uno soldo 2* due soldi Oney saltee........ Doce saltee.... Trayosaltecia 31 tre soldi Cuartere saltee............ 4% quattro sol- di Chinker saltee............. 5% cinque soldi Say saltee....o.o.ooomo.o.o... 6 sei soldi Say oney saltee or setter sal- 7% sette soldi S* otto soldi ee Say doce saltee d otter saltee Say tray saltee d nobba sal- 9* nove soldi Say quarterer saltee d dacha 10% diece saldi saltee......... Say chinker saltee 4 dacha ....... +... 11% undici soldi oney saltee.............. Oimey os ocuomocoscooss 10 Arbeong say salteena a 10, Doce beong say saltee ómad- ZA CALO0M coo coco... ..... 2%6% media co- rona, mezza corona !. Una de estas series presenta simplemen- te los términos decimales italianos, y la otra cuando llega á 6, expresa á siete por seis- uno, y asi sucesivamente. No es debido á una razón abstracta por lo que seis se vuel- ve la clave del sistema, sino simplemente por- que el vendedor tiene la costumbre de con- tar por peniques hasta la pieza de plata de . seis peniques, 6 doce sueldos, y la de agre- gar después más peniques hasta el chelín. Así, la moneda duodecimal ha conducido al uso de contar por seis, en lo cual tenemos un curioso ejemplo filológico de notación senaria. Ebwarb B. TyLor. (Conclutrá). 1 J, C. HoLrex, Slang. Dictionary, p. 218. SONS0D TAA VLAYADOTODOLOH (IVNOIOVN OSM TOON-2VH0D OA ZINGA UY AUT CE ez VNINy'] £SOWSODI2 ] OmOJ «Ll REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS A O A AE AS E DirEcroOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ Tomo 1 Tacunarya, D. F., 15 pe Diciembre De 1892 Núm. 24 EL TAJÍN Innumerables ruinas se hallan diseminadas en el territorio de la República, acusando unas el grado de adelanto de los pueblos como las de Palenque y Mitla, mostrando otras un atraso relativo como las de Sacri- ficios; pero todas indices seguros de civili-| zaciones ya pasadas, importantes de conocer si se tiene en cuenta que ellas constituyen uno de los elementos más indispensables pa- ra la información de la prehistoria mexicana. Entre estas ruinas distinguense las del Estado de Veracruz: pirámide del Puente Nacional, fortificaciones de Calcahualco y de Centla, casas de Papantla, etc., que paten- tizan de una manera irrefragable, la cultura de tribus sepultadas en la noche de los tiempos. Y entre estas ruinas del Estado de Veracruz, y más especialmente del cantón de Papantla, es de citarse la pirámide á que los totonacas dieron el nombre de Tajín. ! Acerca de este monumento dice HumboLDr: «Al E. del grupo de las pirámides de Teo- tihuacán, descendiendo de la Cordillera al Golfo de México y en medio de una espesa selva llamada Tajín, elévase la pirámide de Papantla; la casualidad fué la que hizo que algunos cazadores españoles la descubrieran no hace treinta años todavía ? porque los indios se complacen en ocultar á los blancos todo lo que es motivo de una antigua vene- ración». Consta la pirámide de siete cuerpos que, como lo indica la misma palabra, disminu- yen de la base hacia el vértice, teniendo el primer piso treinta varas, ó lo que es igual, 1 Véanse las láminas 222 y 231. 2 Téngase en cuenta que el ilustre viajero alemán pasó por nuestra República el año de 1803. ( [ciento veinte de circunferencia dada su for- ma cuadrangular. La piedra que sirvió para la fábrica de esta grandiosa mole, es toda de roca porfiritica, lo que pone admiración ¡en el ánimo, supuestos los rudos instrumen= tos de que hubieron de valerse aquellos ig- |norados arquitectos. A juicio de otros autores, la piedra es de arenisca y está cubierta con una capa de ci- mento ó de estuco de tres pulgadas de espe- sor. La parte que da al Oriente, tiene una gran escalera dividida en cinco partes. La del medio, está cortada por nichos dispues- tos en forma de hileras de tres en tres y á distancias simétricas, y las dos de cada lado llegan hasta el sexto piso y tienen cincuen- ta y siete escalones descubiertos. Los nichos ya mencionados son de media vara de ancho, poco más ó menos, por una tercia de alto y una tercia de profundidad; el techo de cada uno de ellos sale á modo de repisa con unas dos varas y media de largo por dos de ancho, no contando lo que queda dentro de la escalera. Los nichos del sexto cuerpo tienen algo más de una vara de ancho por otra de altura, y tres cuartos de profundidad, dimensiones iguales á la de los que se hallan en los cuatro lados de la pirámide; pero hay una excepción en los situados en las partes superiores de las es- caleras de los extremos: llevan en su par- te superior, una piedra cortada á escua-= dra que va disminuyendo hacia abajo y que posee dos varas y media de largo por dos de ancho y tres cuartas de grueso. Remata a la pirámide, un tazón cuadrado de pie- dra. Cual fuera el significado de los nichos, es una cuestión no dilucidada aun. Según el P, 370 ñ : COSMOS Márquez, son en número de 366, sin tener en cuenta los dos con que terminan las es- caleras de los extremos y doce situados en- tre la escalera media; allí estaban situados los días del año: los 360, más los nemontemi y los intercalares. Ahora bien ¿qué raza construyó este no- table monumento arqueológico? El Sr. Cma- vero, de quien tomamos muchos de los da- tos anteriores, se inclina á creer que lo le- vantó la civilización del S., esa vieja raza maya que dejó como muestras de su valer las construcciones, hoy ruinosas, que comien- zan en los bordes del Usumacinta y se ex- tienden hasta las riberas del Pánuco. Josí P. Rivera. EL ARTE DE CONTAR ' - Los hechos que hemos producido en este ensayo permiten establecer aquí, de una ma- nera breve y precisa, en que relación están los salvajes con la civilización en lo referen- te al arte de contar. No tenemos que ocu- parnos de los principales métodos á los cua= les se debe el desarrollo de la aritmética su- perior. Son en su mayor parte, ingeniosas S “combinaciones de relaciones numéricas ex- presadas por simbolos escritos. A esta clase pertenecen los procedimientos semíticos. En los procedimientos griegos, derivados de aquéllos, se empleaban las letras del alfa- beto como otros tantos símbolos numéricos, uso no del todo abandonado por nosotros, al menos en lo que se refiere á los números ordinales, como cuando decimos A, B, etc. Existió también el uso de tomar las iniciales “de las palabras que designaban números pa- rá figurar los números mismos, como en griego II y A para 5 y 10, en latín C y M “para 100 y 1,000, como para los números indios mismos, si sus originales son las ini- “ciales de eka, dvi, tri, etc. La manera de “expresar las fracciones en griego, se halla todavía en un estado rudimentario: 3 , , £48 para Ms MJ y para 3 notemos también la introducción del cero, 1 Concluye. Véase Cosmos pp. 281, 291, 316, 332, 350 y 366. la disposición de las cifras indias en un or- den que permite distinguir las unidades, las decenas, las centenas, ete.; en fin, la nota- ción moderna de las fracciones decimales que colocan debajo y á la derecha de la unidad la división proporcional que durante muchos siglos se había marcado arriba. La numeración de los antiguos egipcios, la que usan aun los romanos, la de los chinos, es- tán, en realidad, fundadas en la escritura figurada de los salvajes, % mientras que-el abaco y el swan-pan, utensilio escolar el primero que tiene aun valor, y el segundo, siempre en pleno uso, traen su origen de la costumbre de los salvajes de contar los ob-= jetos por grupos. Así, los habitantes de las islas del Mar del Sur cuentan con tallos de palma de coco, poniendo de lado uno peque- ño cada vez que llegan á diez, y uno grande cuando llegan á 100; los negros africanos cuentan con guijarros ó nueces y cada vez que llegan á 5 las apartan. ? Lo que nos interesa aquí, especialmente, es el uso de contar por señales y con los de- dos, uso considerado como procedimiento completamente salvaje, practicado aun por los niños y por los campesinos, porque es el sistema de las expresiónes numéricas, co- nocido por toda la especie humana, pobre en las razas primitivas, hasta llegar en los límites del estado salvaje á un desarrollo tal que las naciones civilizadas no han hecho más que perfeccionar los detalles. Estos dos métodos de contar, el de los gestos y el de las palabras, nos presentan la historia de la aritmética primitiva, de una manera que pue- de apenas dar lugar á error ó alteración. Vemos al salvaje que no pudiendo contar con palabras sino hasta 2, 3 y 4, continúa más allá por medio de signos; pero tie- ne palabras para las manos y para sus de- dos, para los piés y para los dedos de los piés, y se produce en su espíritu la idea de que las palabras que expresan un gesto pue- den servir también para expresar lo que este gesto significa, y estas palabras se vuelven para él, expresiones numerales. No es éste un hecho aislado; el mismo caso se presenta 1 Early History of Mankind, p. 106. 2 Extxs, Polyn. res. t. 1, p. 91; Kuema, €. G. t. MI, p. 383. - : COSMOS 371 en razas diferentes, lejanas las unas de las otras. Asi, términos como mano para 9, ma- no y uno para 6, las manos para 10, dos del pié para 12, manos y piés ú hombre para 20, dos hombres para 40 ctc., hacen paten- te una uniformidad que debe proceder ne- cesariamente de un principio general, y de- jan ver al mismo tiempo variedades que de- ben ser el resultado de un trabajo indepen- diente. Estos hechos son índices que en- cuentran su lugar y su explicación en la teoría del progreso, en tanto que no podrían estar de acuerdo con el sistema de la dege- neración. Son pruebas de desarrollo. y de un desarrollo independiente, verificado en las tribus salvajes, á las cuales algunos es- critores han negado la facultad de progresar por sí mismas. Permanece obscura la sig nificación original de la mayor parte de los números, por ejemplo, la de los que están comprendidos entre 1 y 4, cifras menos apro= piadas para nombrarse mediante las manos. Pueden derivarse de la comparación con al- gunos objetos, según lo demuestran ciertos | casos: conjunto por 2, puñado (jetée) por de nudo por 4; pero el sentido concreto que hayan tenido se nos escapa, sea por electo de las modificaciones, sea por las mutilacio- nes. Si pensamos cuán común es que las pa- labras se alejen de su sentido primordial y pierdan completamente la huella en el trans- curso de las edades y cuán deseable es que se produzcan semejantes olvidos de signifi- cado en los numerales para hacer de ellos puros símbolos aritméticos; no nos asombra- remos de que el origen de tantos nombres de números nos sea desconocido; ésto tiene lugar, sobre tudo, para 1, 2,3 y 4, tanto en las razas inferiores como en las superio- res: fueron los primeros que se crearon y por lo mismo, fueron los primeros que per- dieron su sentido original. Más allá de es- tos números, los idiomas de las razas infe- riores y los de las superiores ofrecen una diferencia notable. La numeración de las ma= nos y de los piés, tan dominante y tan evi- dente en las lenguas salvajes, como la de los esquimales y la de los zulús, se encuen- tra apenas, si no es que no se halla, en los idiomas de las grandes naciones civilizadas: sig-: sanscrito, griego, hebreo y árabe. Ahora bien, es éste un hecho conforme enteramente con la teoría del desarrollo del lenguaje. Sin duda fué en una época relativamente reciente cuando los salvajes inventaron la numeración ¡de las manos y, por consecuencia, la etimo- logía no es dudosa; pero de que estos pro- ¡cedimientos no se encuentren ya en el Asia ó en la Europa civilizadas, no se deduce que no hayan existido nunca: bien ha podido sucederles lo que á las guijas de un arroyo, | que, rodadas y batidas por el tiempo, pierden su forma primitiva. ln las razas salvajes, lo general ¡de la numeración permanece sobre toda la mismo que en las civilizadas, la trama ¡superficie de la Tierra como un imponente monumento de la cultura primitiva. Esta tra- ma nos permite ver que esta universalmente esparcido el procediminnto de contar por cinco, diez y veinte; y que la práctica infan- til y salvaje de contar con los dedos de las manos y de los piés, constituye la base de nuestra ciencia aritmética. Diez parece la base aritmética más cómoda de los sistemas que reposan sobre la numeración de las ma- nos; pero doce hubiera sido preferible y la aritmética duodecimal protesta contra el sis- tema decimal empleado actualmente. No es éste el único caso en que las civilizaciones avanzadas descubren las huellas de un tos- co origen en la antigua vida bárbara. EbwarD B. TyLon. (Primitive Culture, t. 1, cap. VI) HA > RA EL AGUA HEDIONDA EN CUAUTLA MORELOS Este es el nombre con que impropiamen- te, y de una manera vulgar, se conocen las aguas termales que nacen á tres kilómetros y al N. E. ¡Por su situación y por la importancia de sus de la ciudad de Cuautla Morelos. virtudes medicinales, merecen que sean más conocidas de lo que son ya, porque los da- tos que pueden darse acerca de esta aguas, servirán de mucho á los que no las conoz- can. Los manantiales nacen en las márgenes de una barranquilla insignificante, que corre de E. á O. con dirección á la ciudad, reco- 372 COSMOS rriendo unos 4,200 metros y desembocando en el rio de Cuautla, en el lugar llamado «La Junta». El lugar en que nace el agua, aún cuando es una llanura pequeña, escasa de arboleda grande, no deja de ser pinto- resco como lo son todos los puntos de la fértil tierra caliente, en donde se ostenta siempre una primavera continua. El manantial grande es hermoso por su caudal; nace en la margen derecha de la ba- rranca, á 5 metros de su cauce, y á seis de la superficie del llano; brota en cantidad de un metro cuadrado, formando un pequeño estanque en el mismo lugar de su nacimien- to, y se desborda en una cascada, al fondo de la barranca donde se ha formado una pe- queña alberca. El estanque es el baño más preferido: está al abrigo de los vientos; al N. y E. por el respaldo natural de la ba- rranca, y al S. y O. por una barda de mam- postería construida recientemente. El paso de la barranca se hace por un puente de ma- dera levantado sobre rieles. Los bañistas utilizan la caída del agua como regadera de gran presión á causa de su volúmen; tam- bién pueden tomarse inhalaciones, y en la alberca, los que quieren, ejercitan la nata- ción. El otro manantial está á unos 120 metros al O.; encuentra la corriente del anterior en un recodo, al nivel del fondo de la barran- quilla, y el agua brota en menor cantidad que el primero. Este baño, por estar bajo de sombra y guarecido n*turalmente de los vientos reinantes, está en mejores condicio- nes que el otro. Existen otros dos veneros pequeños com- parados con los anteriores; pero en caso ne- cesario, podían utilizarse para formar otros tantos baños. Estas aguas han sido analizadas por los Dres. Dowaciano Moraes y EpuarDo Licka- Ga. Según el primero, su constitución es la siguiente: CARACTERES FÍSICOS Y ORGANOLÉPTICOS -Golor, ninguno. — Aspecto, límpido.—Se- guno. —Sabor, amargo desagra- dable. —Olor, ninguno. (Es probable que esta agua en el manantial tenga ligero olor sulfuroso). —Densidad, 1,0015. dimento, nin CARACTERES QUÍMICOS Cantidad de residuo desecado á 100%: 2%, 13 por litro. 1 —Sulfato de cal: 1%, 20 pró- ximamente. —Sulfato de magnesia: 0,50 pró- ximamente. — Cloruro de sodio: 0,30 próxi- mamente.—Carbonato de cal: 0,13 próxi-- mamente, disuelto á favor del ácido carbó- nico. -—Silice, fierro y materia orgánica: in- dicios. GRADO HIDROMÉTRICO, 108 Observaciones: Esta agua debe clasificar- . se entre las selenitosas; no es potable, ni apropiada para los demás usos domésticos. Podrá ser empleada para usos medicinales atendiendo, sobre todo, á las condiciones de temperatura y gases que tenga en disolución en el manantial. Según el segundo: (CARACTERES FÍSICOS «Color, nulo. —Olor, id. —Sabor, salino amargo. —Aspecto, enteramente limpio. — Densidad, 1,003 (Elevado); 1000 centímetros cúbicos de agua dejan por la evaporación, un residuo que pesa 1s.,68. «COMPOSICIÓN QUÍMICA «Sulfato de magnesia, sulfato de cal, bicar= bonato de cal, cloruro de sodio.—Las sales que predominan son los sulfatos de cal y de magnesia, de los cuales un litro de agua contiene poco más de un gramo. Esta agua no puede emplearse como potable y es muy. probable que en el manantial desprenda olor sulfluroso por la reducción de sus sulfatos. —México, Marzo de 1893. —Lrcéaca ». Según se ve, los Sres. Dres. suponen con fundamento que el agua debe tener olor sul- furoso en el manantial, y efectivamente, es el signo que más la caracteriza, de donde se le dió el nombre de «hedionda»; esta cireunstancia indica, quizá, que los análisis no hayan podido hacerse con precisión, por- que transportada el agua á México, varía mucho en sus principios volátiles que no pueden conservarse mucho tiempo, y sus propiedades se modifican por el enfriamien- to. 1 Los datos de la composición química, pueden aplicarse y obtenerse con la precisión que se de- P ) see, COSMOS Esta agua, tomada en la fuente, posee una acción mucho más enérgica: el ázoe y el gases de que va mezclada, se desprenden en el momento en que sale acido carbónico, de la fuente, y despues del transporte, éstos no existen ya, ó si existen es en proporcio- nes muy reducidas. En vista de esto, se con- vendrá que no puede establecerse compara- ción entre las aguas termales de la fuente y las transportadas. ista «ag to, de un olor sulfuroso muy pronunciado, distinguiéndose muy principalmente antes de la salida y puesta del Sol: deposita en el lugar donde nace y en todo el trayecto hasta gua del río, un residuo . 8 blanquecino y otro amarillento, en los bor- mezclarse con el a d , des de la barranca: tienela propiedad deenne- grecer las preparaciones de oro y plata, y el jabón no hace espuma. Un solo baño deja dos ó tres días un olor muy marcado á la trans- piración y pone el pelo áspero y pegajoso. La temperatura ha sido tomada á distintas a a al e . horas con mucha escrupulosidad por el Sr Ingeniero Genaro RAmoNer, quien obtuvo el 3 o resultado siguiente: = Horas Fahr. Ream. Cents. 6. A.M. 79 20.89 26.09 de co 79 20.89 26.00 8. 0 79 20.89 26.09 d. 0 78 20.44 25.56 10. 77.50 20.22 25.28 (IL 78 20.44 25.56 UR 77.50 20.22 29.28 l. P.M. 77.50 20.22 20.28 Das 78 90.44 25.28 DI 79 20.89 25.56 TA 78 90.44 25.09 OS 77.50 20.22 25.28 b. ES 77.50 20.22 25.28 Respecto á sus virtudes medicinales, mu- chos enfermos curados podían dar testimo- nio de ellas; se sabe y en algunos casos se ha notado, que se aprovechan principalmen- te en las enfermedades de la piel, en el reu= matismo, en ciertas parálisis, debilidades de las articulaciones y músculos, obstrucción del hígado, clorósis, catarros. brónquicos, desarreglos gástricos, sífilis, amenorrea, es- terilidad y en muchas afecciones nerviosas. Algunos vecinos de esta ciudad han hecho la observación de que estos baños, tomados con alguna frecuencia en la estación malsa- na (pluvial), son un preservativo contra las cua hedionda», es untuosa al tac-| calenturas intermitentes, tan comunes en es- ta región cálida; circunstancia que si llega á confirmarse, demostrará prácticamente que en los mismos lugares donde se producen las enfermedades endémicas, se encuentra el remedio. En el año de 1854, se formó en esta ciu- dad una Compañía que emprendió algunas mejoras provisionales en los baños, con el 6n de explotarlos; improvisaron departamentos y casas, todo de madera, y no obstante que el viaje se hacia á pié ó á caballo, por no haber entonces puentes sobre el rio para pa= so de carruajes, comenzaba á dar buenos re= sultados á la Empresa, y desde aquella épo- ca fueron conocidos estos baños por varias familias principales de México, que venían á pasar el invierno, haciendo el viaje en co- che ó diligencia. La guerra de tres años vi- no á interrumpir el incremento que iban to- mando los baños, quedando olvidados desde entonces hasta la llegada del ferrocarril á esta ciudad, en que nuevamente se han genera- lizado; apreciándose su mérito al grado de que ahora, constituyen en la época balnea- ria un especie de romería, pues no sólo aprovechan á los enfermos, sino aún á los que no lo están, porque por su calidad y temperatura media, son muy agradables y pueden repetirse varios días sin que se al- tere en nada la salud. La aplicación de estos baños, hasta hoy, ha sido meramente caprichosa: no hay regla es- tablecida y cada uno los toma á voluntad, sin regla determinada. Esta irregularidad, no puede, naturalmente, aprovechar en muchos casos, pues sabido es la importancia de la duración de las curaciones, en un estableci- miento balneario. - Puede asegurarse, quo el número de ba- ños, no puede ser menor de ocho, dándose uno diario, y ésto sólo en algunas enferme- dades leves, pero en la mayoría de los ca- sos dependerá de muchas consideraciones apreciables sólo por los médicos de esta ciu- dad, que han adquirido conocimientos por la práctica. La estación propia para darse estos baños es de Octubre á Febrero; en estos meses la gna, y Nunca es riguro- 3 so el invierno. La duración del baño debe temperatura es beni 374 COSMOS irse graduando de día en día, desde quince minutos hasta hora y media. Tomada el agua como bebida, debe gra- duarse también desde algunos tragos hasta un vaso, á causa del sabor nada agradable que tiene, y para ir acostumbrando al es- tómago á digerirla. Trayéndola embotella- da y bien tapada, de la fuente, y mezcla- da con el vino, se obtiene el mismo re- gaseosa artificial; 3 los enfermos del estómago acostumbran to- sultado que si fuera agua marla así en la comida. Este agua produce mucha sed, y no purga como otras aguas termales. La acción de estas aguas es tónica y ex- citante; se manifiesta por una impresión de satisfacción y contento, y en los primeros días, por el aumento del apetito. El ejerci- cio después del baño, es muy provechoso: éste puede hacerse en favor del regreso á la ciudad, hasta donde se quiera ó lo permitan las fuerzas del enfermo; el campo y el aire puro aumentan los efectos benéficos de es- tos baños, principalmente á las personas que vienen de otra parte, lejos de los negocios que los abruman, por la libertad, y la ale- ería que se experimentan con el cambio de localidad. A pesar de la bondad de estos baños, de- jan mucho que desear todavía: faltan depar- tamentos y algunas de las comodidades más precisas para poder tomarlos en regla. Por lo demás, en la ciudad existen toda! clase de comodidades y distracciones. Tres hoteles, café, restaurant, cantinas, boliches, billares, y funciones de teatro en la época balnearia. ¿ Las haciendas vecinas ofrecen á los viaje- ros que llegan á esta ciudad, excursiones á ellas, y son siempre recibidos con la fran- queza que siempre les ha sido peculiar. El baño en la actualidad es gratis, el via- je en carruaje cuesta 25 centavos por per- sona, de ida y vuelta, y la estancia del pa- sajero cuesta en Morelos un peso cincuenta centavos, incluyendo cuarto en el hotel, des- ayuno, comida y cena. Para la clase pobre, hay también hospe- dajes y fondas que pueden costar 68 centa- vos diarios. pañía, en esta ciudad, para poner una tran- vía á los baños, contando con la valiosa coo- peración del Sr. D. DeLrín SÁNCHEZ; si llega á realizarse, y al baño se le hacen las me- joras que reclama un establecimiento bal- neario, á la vez que la ciudad reciba un gran impulso para su engrandecimiento, será tam- bién uno de los paseos más útiles, bellos y cercanos de nuestra gran metrópoli. Pero EsTrADA. —_—_ ___—— EL QUINTO SATÉLITE DE JÚPITER En Enero de 1610, GaLiLeo descubrió en Padua cuatro satélites que giran al rededor de Júpiter. Aunque desde esa fecha memo- rable hasta Agosto de 1892, hayan transcu- rrido más de 282 años, no se había adverti- do cerca del planeta ningún otro satélite: los astrónomos creían, pues, que no existían más que cuatro. Tal era la noción clásica repeti- da en todos los tratados de Astronomía que han visto la luz pública desde hace tres si- glos casi. De aquí que nadie pensara poner- la en duda. Respecto de planetas mucho más lejanos, como Urano y Neptuno, había motivo para creer que se descubrirían nuevos satélites, pero en cuanto a Júpiter las circunstancias diferían un tonto: los cuatro satélites eran tan brillantes, se les veía con tal facilidad, ¡aún con telescopios de corto alcance que apenas se podía creer el que quedase algu- no tan pequeño que pudiera pasar inadver- tido. Por otra parte, se aceptaba como he- cho consumado el aumento regular del nú- ¡mero de satélites en torno de los planetas Marte, Júpiter y Saturno. Se sabía que Mar- te tiene dos, Júpiter cuatro, Saturno ocho, y como el número se duplicaba cada vez más a medida que se alejaba del Sol, se conside- raba como probable que la armonía de la se- rie no se perturbaría. No obstante, en la actualidad, el mundo as- tronómico tiene que registrar un gran acon- tecimiento: acaba de descubrirse un nuevo satélite de Júpiter que dista del centro del planeta 112,400 millas y que efectúa su re- volución en 17 horas 36 minutos. Débese el descubrimiento al Prof. Bar- Está en proyecto la formación de una com- |NARD del Observatorio Lick, situado en el COSMOS 375 monte HamiLrow de California, y como este sabio se ha mostrado siempre muy hábil ob” servador sobre todo para los cometas, y co- mo además dispone del telescopio más pode” roso que se ha construido hasta el día, no hay motivo ninguno para dudar de su im- portante observación. Naturalmente, se preguntará uno cómo lle- gó este nuevo satélite á escapar á las inves- tigaciones de los astrónomos durante un pe' riodo de tres siglos casi, tiempo en el cual no cesaron un solo instante las investigacio- nes telescópicas. ¿En virtud de qué circuns” tancias ninguno de esos millares de obser- vadores que por medio de instrumentos po- derosos han estudiado el planeta y las lunas que lo rodean, no advirtió jamás ese astro pequeño que acaba de revelarse al vigilante astrónomo americano? gañamos la principal razón de la falta de éxito consiste en que el nue- Si no nos en vo satélite no ofrece sino el brillo de la de- cima tercera magnitud y en que está situa- 8 do muy cerca de Júpiter; sin duda alguna, merced á nuestros instrumentos comunes, se ha ahogado su luz pequeña en el gran brillo de la que lo rodeaba; pero es quizás un tan- to singular que no se le haya descubierto por su sombra: ésta debe proyectarse sobre el disco de Júpiter á cada vez que el satéli- te” pasa entre el planeta y la Tierra; es éste un fenómeno que ha de producirse diaria- mente. ln esos momentos la sombra tiene que aparecer bajo la forma de una pequeña man- cha negra y circular que se mueve rápida- mente de E. á O. á través del disco con una velocidad aparente más grande que las man- chas conocidas. Muy bien puede haber su- cedido que la sombra haya sido observada en más de una ocasión, pero sin duda se la tomó por una mancha común de la superfi- cie de Júpiter. Un hecho curioso relativo á este nuevo sa- télite es su escasa magnitud comparada con la de los otros cuatro satélites descubiertos por GALILEO; pero se comprueba la misma disparidad de dimensiones entre los satéli- tes de Saturno; para que llame la atención basta comparar el brillante Titán con esos satélites extraordinariamente pálidos que lle- van los nombres de Mimas y de Hiperion; sin embargo, por pequeño que parezca, el nuevo satélite de Júpiter es en verdad mu- cho más grande que cualquiera de las dos 8 lunas tan anormalmente pequeñas de Marte. Hay, pues, motivo para felicitar al astró- nomo americano por el importante descu- brimiento que acaba de realizar. La activi- vidad cientifica se ha desarrollado rápida- mense en los Estados Unidos desde algunos años y se la comprueba sobre todo en el vas- to y atractivo dominio de la Astronomía. W. F. DenyixG. (Nature.) __———_—_ _ _—— EL TRABAJO MANUAL EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR 1 OCTAVA SERIE MODELADO El dominó En un fondo de barro lo más apretado posible y de la altura de un dominó, córtense tiras rectán. gulares de las dimensiones de un dominó, Fig. 667-. Con el desbastador se trazan sobre los costados las líneas que marcan la separación del marfil y de la madera; en la superficie superior se indica la línea mediana que divide el dominó en dos par tes iguales, Fig. 668. Agréguese en el medio de esta linea una bolita para figurar el clavo que sirve para fijar la placa de marfil sobre la madera. mo «E Se quita un poco de barro en los lugares don-, de están marcados los puntos y se redondean li-. geramente con los dedos, Fig. 669. Los dados Se amasa una bolita de barro de manera de ha-" cer un cubo pequeño Fig. 670. e Se trazan en las caras los hoyitos que deben fi- gurar los puntos, Fig. 671. 8 La tablilla de chocolate ¿n un fondo de barro, córtese una tira de la longitud de la tablilla, Fig. 672. Se redondea para obtener la forma ordinaria. Termínese grabando en la tablilla las letras del nombre del fabricante, Fig. 672. El libro . Se aplasta un bastón de barro, de modo de daz- le poco más ó menos la forma de un libro cerra- do, Fig. 674. Por medio del dedo y del desbastador, se ahue- 1 Concluye. Véase «Cosmos» pp. 117, 133, 150, 169, 183, 198, 213, 231, 246, 262, 285, 298, 312, 328, 344 y 360. 376 ca ligeramente el corte, se ha- een las partes planas y seredon- dea ellomo. Pueden dibujarse al- gunos adornos con la punta del desbastador y añadir pequeñas bandas para figurar cordones. Es necesario tener mucho cui- dado de que la pasta se desta- que bien del conjunto del libro, Fig. 675. El godete Hágase una bolita de barro y aplástese para obtener un cilin- dro próximamente de un centi- metro de altura, por cuatro ó cinco de diámetro. Se ahueca este cilindro con el dedo y se forman los bordes, teniendo cuidado de conservar exactamente la forma redonda, - Fig. 676. El tintero Ruédese un bastón de barro, aplástense ligeramente las extre- midades y hágase en una de ellas un agujero con el dedo. . Tómese en seguida una pe- “queña tira de barro y se contor- nea convenientemente par for- mar la parte superior. Reúnanse “las dos partes y regularicese el todo con el desbastador, Fig. 677. Las pesas Hágase un cilindro en el cual se corta la pesa hexagonal: esta trabajo presenta alguna dificul- tad á causa de que las caras es- tán ligeramente inclinadas sobre la base. . En seguida se ahonda la par- te superior hasta algunos mili- metros de profundidad y.se rue- da una bolita de barro que for- mará el anillo y su gancho, Fig. 678. q La botella + Se hace un cilindro que se re- dondea por la extremidad supe- rior y en ésta se pone el cuello, formado de un bastoncito de ba- rro que se ahuecará ligeramen- te para imitar el gollete. Termínese adornando el go- llete con un cordoncito, Fig. 679. La taza En un bastón de barro puesto en la pizarra, métase la mano para hacer un agujero, y sepá- rause los bordes. Se redondea bien el pié y se pe 70 | Fic. 676 Fic. 677 Fic. 680 Pia, 682 Fic. 684 COSMOS Fic, 681 Fic. 685 377 procura que quede sólidamente fijo en la pizarra; désele una al- tura mayor de la que necesite. Agréguese barro hasta que la taza tenga la altura descada, conservándole la forma que se le dió desde un principio, Fig. 680. Fl pocillo No obstante la forma, el poci- llo se puede hacer como la taza. Cuando está terminada la pieza principal, se agrega:la oreja, la cual se forma de barro rodado entre las manos, Fig. 681. La perrera Hágase un sólido de forma rec- tangular, es decir de una longi- tud mayor que la altura. Modélese el techo agregando dos placas de harro que formen ángulo recto. Vacicse el interior con ayuda del desbastador. Indiquense los lugares de las ensambladuras-y los clavos, Fig. 682. El garitón Lo mismo se construye el ga- ritón de soldado, Fig. 683. La bota Póngase verticalmente un bas- tón de barro, delgado por la par- te de abajo y ancho porla de arri- ba. Agréguese á la base, pero ho- rizontalmente, un segundo bas- tónmenos grande que el primero se aplasta ligeramente, sobre to- do, en la extremidad, de modo que tenga la forma de zapato. Ahóndese la parte inferior con objeto de figurar el tacón. Indiquese con una línea el lu- gar donde la pala se una á la suela. Imitense los dobleces del bor- cegui, Fig. 684. El zapato Lo mismo se hace un zapato, Fig. 685. Si se logra vaciar el interior del zapato ó del borcegui, se ob- tiene una alcancia cerrando la parte superior con ayuda de una pieza de barro en la que se hace una hendidura bastante estre- Cha. El sombrero Se forma la copa vaciando un bastón de barro bien redondeado 378 COSMOS y al cual se le da la altura que se quiera. Estando la copa invertida, se forman las alas poniendo al re. dedor una banda más ó menos ancha, que se deja plana ó se repliega á voluntad. Agréguese en seguida una tira muy delgada para figurar la cin- ta. Con dos líneas verticales pe- queñas, se simula el nudo. Se in- troducirá en ella una pluma ú otro adorno. Del mismo modo se fabricará el sombrero de paja de alas pla- nas, de alas curvas, el sombrero de fieltro, el sombrero tirolés, el sorbete ó sombrero de copa alta, etc., Fig. 686. El sombrero de gendarme El sombrero de gendarme, lla- mado impropiamente tricornio, se hace poco más ó menos como va se ha dicho arriba. Acabada la copa, es necesario estirar dos puntas opuestas. En seguida se aplastan dos bastones de barro, que forman las alas. Se sueldan estas alas con la copa y se les da la forma lige- ramente convexa que deben te- ner, Fig. 687 Lo mismo se harán el sombrero de comisario, de oficial, etc. La manzana Se ruedan algunas bolitas de barro entre las manos de modo que tengan, poco más ómenos, la forma esférica, Fig. 688. Modélese en seguida con ob- jeto de obtener el aspecto más ó menos encostillado de la fruta. Ahóndese con el desbastador la parte deprimida donde va á insertarse el pezón, hecho con una bolita debarro rodada entre los dedos. Figúrese en seguida el limbo desecado del cáliz, en cuyo cen- tro se encuentra una cicatriz más ó menos profunda, según las va- riedades, Fig. 689. La pera Se rueda entre las manos un bastón de barro y se le modela en seguida para darle la forma ge- neralmente alargada de la pera, Fig. 690. Póngase el pezón y fi- gúrese el limbo del cáliz como se dijo para la manzana, Fig. 691, Fic, 686 Fic. 687 Fic. 688 FiG. 689 Fic. 690 Fic. 691 Fic. 692 Fic. 693 Fic, 694 COSMOS 3979 Fic. 695 Media manzana Es bastante difícil hacer bien una fruta partida. Se redondea un bastón de ba- rro, fuertemente comprimido so- bre la pizarra y sobre una tabla, Fig. 692. Se voltea, se modela, como se ha dicho antes, y se hacen con el desbastador las pequeñas cavi- dades que contienen los granos. Termínese, poniendo los gra- nos en sus lóculos, Fig. 693, 3 cuartos de pera Después de haber hecho una pera, se quita'poco más ó menos una cuarta parte con el desbas- tador, Fig. 694. Háganse en seguida los lócu- culos y pónganse en ellos los granos como se dijo ya, Fig. 695. El albaricoque Se procede como para la man- zana y la pera, Fig. 696. Se tie- ne cuidado de dará esta fruta el carácter que le es propio, in- dicando bien la sutura que se- para los dos lóbulos del albari- coque, Fig. 697. El medio albaricoque El medio albaricoque se hace como la media manzana, Fig. 698, El limón El modelado del limón no pre- senta ninguna dificultad. Se rue- da entre las manos un bastón de barro y se modelan cuidadosa- mente las dos extremidades del fruto. Indiquense en seguida los po- ros y las rugosidades de que es- tá cubierta la piel, con la punta del desbastador, Fig. 699. Las hojas Aplástese el bastón de barro sobre una superficie lisa. Córtese en ese fondo, con un desbastador, la forma de una ho- ja de yedra, Fig. 700. Ahóndense ciertas partes, y le- vántense otras para darle movi- miento á la hoja. Agréguese un pedacito de ba- rro para figurar el peciolo. Trácense las lineas que figu- ren los nervios, Fig. 701. Se procederá lo mismo para ha- cerlas hojas de encino, de parra, etc. Determinense bien los ca- racteres más salientes de la for. ma de estas hojas, Figs, 702 y 703, 380 CÓSMOS A RÁ E ez = A A —Á re ¿E Ó_Ó_E___E-[_Q__ 5 _>rR.KRo. verticalmente un pedazo de palo. Dos boli- tas forman los piés; otras dos más gruesas y más largas dan las piernas. Háganse en seguida el cuerpo, la cabeza y el chacó, los brazos y las manos, y reú- nanse todas estas partes. El cinturón y su hebilla, los botones, las franjas de las charreteras se indican delica- damente con la punta del desbastador, Fig. 05. Tio Chepe Lo mismo se puede hacer el retrato de tío Chepe, de un títere y de toda una serie de lic. 702 Fic. 703 El pato En una bolita de- barro bien aplastada, se corta el zocalito que debe sostener al pájaro. Dos astillitas de madera ó dos pedazos de fós-. foro ligeramente redondeados formarán las pa-. tas. Ruédese en seguida una bolita de barro que se alargará y que se replegará convenientemente para que forme el cuerpo entero. Se aplastan y se modelan dos bolitas de barro que han de formar las alas. Después, con la punta del desbastador, termi- nese el pico, márquense los ojos é indiquense las plumas grandes de las alas y de la cola, Del mismo modo se haria un cuervo, una palo- | ma, un gorrión, ete. El gato Fic. 705 Hágase el zócalo como se ha dicho arriba, y . pónganse en él dos bolitas de barro que formarán | Muñecos. Los niños gozan mucho con estos pe- las patas traseras. queños ejercicios, Fig. 706. Entre éstas se introduce verticalmente un peda- cito de palo que dará solidez al trabajo. Forma el cuerpo un bastón de barro modelado convenien- temente. Se le agregan las patas delanteras, las - orejas, la cola, y se pone el todo sobre el zócalo haciendo penetrar la extremidad libre del pedazo de madera en el cuerpo del animal. Fic. 706 La flor de sileno | Se ruedan entre los dedos, bolitas de barro 1 | que, reunidas, forman el órgano central de la Fic. 704 for. | Aplástense en seguida, por medio de una espá- tula ó de un pedazo de madera hecho á propósito, unas bolitas de barro, en las cuales se cortan los pétalos, Fig. 707. Terminese indicando los detalles con el desbas- tador, Fig. 704. Lo mismo se haria un conejo, una rata, ó algún otro animal conocido de los niños. y Et soldado Ñ z y dl 1 Para este género de ejercicios se reemplazaría ventajosa- Estando bien hecho el zócalo, se planta en él | mente el barro por la cera ó la pasta de caolín. COSMOS 381 Pónganse los pétalos uno por uno, como lo in dica la Fig. 708. * | Fic. 707 Cuando lo flor es completa, procúrese darle, por el arreglo de todas sus partes, el carácter particu- lar que debe tener. FIG. 708 Un pedazo de junco, 6 mejor, un hilo de alam. bre galvanizado, formará el pedúnculo ó palito de la flor, Fig. 709. Lo mismo se haría la flor de alelí, la vincapervin- ca, el geranio, etc. Fi6. 710 Margarita de los prados Fic. 709 Esta flor, llamada vulgarmente ojo de buey, se compone de un disco estriado en torno del cual radian con regularidad un gran número de péta- los, Fig. 710. Flor de rododendron Al rededor de los órganos reproductores se co- locan cinco pétalos de forma y tamaño bastante variables, Fig. 711. 1 Sería, quizá, más práctico, servirse de sacabocados para cor- tar los pétalos, los cuales se distribuirán en seguida entre los niños. Enlas fábricas de flores de porcelana, la pasta de caolín se apla- fña por medio de una especie de laminador, La rosa La confección de una rosa no presenta más dil.- Fic. 711 Fic. 712 cultad que el doblez del borde libre de los petálos, Fig. 712. Fic. 713 El clavel Esta flor tiene un cáliz visible. Naturalmente, no se debe pensar en hacer este cáliz sino cuando la corola esté terminada, Fig. 713. BeErrraxb, ToussaINr Y GOMBERT. LA EDUCACIÓN TÉCNICA! Agradecido como estoy á cuantos han hecho algo, en este sentido, en nuestras grandes escuelas y universidades, he cesado de tener ansiedad acerca del mejoramiento de las clases. Los conocimientos cientificos se difunden por lo que llamaban los alqui- mistas distillatio per ascensum; nada puedeim- pedir que continúe aumentando esta destila- ción y que penetre en toda la sociedad inglesa, hasta que en un futuro remoto, no haya miem- bro del Congreso que no sepa tanto de cien- cias como cualquier alumno de escuela ele- mental; y aún los jefes de las Cámaras en nuestros venerables sitiales de enseñanza sa- brán que las ciencias naturales no son sim- plemente una especie de pretexto universi- tario por medio de las cuales, individuos de elase inferior pueden llegar á su altura. Aca- so sea un poco fantástica esta apocalíptica 1 Concluye. Véase Cosmos pp. 339. y 365. 382 COSMOS visión; por mi parte, creo que debo pediros perdón por este rapto de entusiasmo que, os lo aseguro, no es muy común en mí. He dicho que el Gobierno está llevando á oe- cabo una gran lucha para proteger ese 8 p S 8 nero de educación técnica para los obreros que es, en mi concepto, laúnica digna de ad- quirirse. Quizá, aún en este sentido, está haciendo todo lo que debe. Ciertamente hay otra clase de protección de carácter más importante, y que nosotros debemos buscar en otra parte que no sea el Gobierno. - La gran mayoría del género humano no tiene gusto ni aptitudes para las especulaciones literarias, artísticas ó científicas, ni, en rea- lidad, para sobresalir de alguna manera. Su ambición se limita á vivir moderadamente y con facilidad, haciendo cosas comunes de un modo común; pero esa gran mayoría de hombres á que me refiero son de grandísi- ma utilidad, pues la mayor parte de las cosas que deben hacerse son comunes, y son del todo buenas si se las ha hecho se- gún el molde común. El gran fin de la vida Lo que los hombres necesitan es tanto conoci- no es el conocimiento sino la acción. miento como el que puedan asimilar y or- ganizar como base de acción; darles más puede llegar á ser perjudicial. Conocemos gnorantes y estúpidos por las lecturas indigestas como lo son otros por el individuos tan 1 exceso de gula y de intemperancia. Empero en una población hay siempre un número pequeño que nace con las cualidades más notorias, con un deseo por excelencia, ó con aptitudes especiales, ya para un género, ya para otro; nos dice Mr. GaLroN que sola- mente de uno en cada cuatro mil, se puede esperar que lleguen á distinguirse, y que na- da más uno en cada millón participa de esa intensidad de aptitudes instintivas, de esa insaciable sed por excelencia que se llama genio. Ahora bien, el objeto más importante de todos los proyectos educativos, es tomar á esos pueblos excepcionales y hacerlos que sir- va parael bien de la sociedad. Ningún hombre puede decir en donde sobresaldrá; como los locos y los bribones, que son su extremo opuesto, aparecen algunas veces en el pala- cio, y algunas veces en la cabaña, pero lo que debe desearse-—y yo he dicho siempre que es lo más importante del arreglo social —es que el lujo no corrompa, ni la pobreza arruine esos gloriosos ejemplares de la na- turaleza, y que se les ponga en posición de que puedan hacer el trabajo para el cual es- tán especialmente adaptados. Así, si un joven en una escuela elemental da muestras de una capacidad particular, desearía que se le suministrasen los medios de continuar su educación después de que haya comenzado el diario trabajo de su vida; si, en las clases nocturnas, desarrolla él aptitudes especiales en sentido de la ciencia ó del dibujo, trataría de asegurarle el apren- dizaje de alguna industria en la cual tuvie- ran aplicación sus facultades; y si él es- cogía ser maestro, tendría las probabilidades de hacerlo así. Finalmente, al joven de ge- nio, para ese único en un millón, le haría accesibles los más amplios y más completos conocimientos que pudiese suministrar el país. Cualquiera que pudiera ser el costo, estad seguros de que sería esa una buena inver- sión de dinero. Peso mis palabras cuando di- go que si la nación estuviera en posibilidad de comprar un Warr, un Davy ó un Fa- RADAY, al precio de cien mil libras esterlinas, no seríaese en verdad, un derroche de dinero. Es un tópico diariamente usado que lo que esos tres hombres hicieran, ha producido indecibles millones de riqueza, tomada esta palabra en su significado económico más estricto. Así pues, como estamos para llegar á la cima de lo que debe hacerse por la educa- cióntécnica, cuido de la provisión deun proce- mimiento para escoger las capacidades y dar- leslibertad. Cuando fuí miembro de la Lonpon ScuooL BoarD, dije en un discurso, que nues- tro deber era proporcionar una escala que llegase desde el fondo hasta la universidad, escala á lo largo de la cual pudiera trepar cada niño de los tres reinos hasta donde le fuera posible. Esta frase fué tan controvertida en esa época que, á decir verdad estoy can- sado de ella; pero no conozco otra que ex- prese más plenamente mi creencia, no sólo acerca de la educación en general, sino a 8 propósito de la educación técnica en parti- cular. La base esencial de toda la organi- COSMOS 383 zación que se necesita para promover la educación entre los obreros, existirá en este pais, en mi concepto, cuando cada ¡o- ven trabajador se penetre de la idea de que la sociedad ha hecho cuanto ha estado de su mano para apartar de su sendero todos los obstaculos innecesarios y artificiales, que no hay barrera ninguna, excepto las que exis- ten en la naturaleza misma de las cosas, en- tre él y el logar, cualquiera que sea, que la organización social le ha dado para llenar; y más que ésto, que si tiene capacidad y es industrioso, hay una mano tendida para ayu- darlo en cualquier sendero escogido sabia y honradamente. He procurado demostrarles que ya existe una gran suma de tal organización; y estoy contento al poder añadir que hay grandes esperanzas de que se llenarán los vacios que ahora existen. Estas sociedades ricas y poderosas, las compañías ciudadanas de Londres, recordan- do que son las herederas y representantes de los gremios industriales de la Edad Me- dia, se han interesado en la cuestión. Allá por el año de 1872, la Sociedad de Artes organizó un sistema para enseñar el tecni- - cismo de las artes y las manufacturas á las personas empleadas actualmente en las fac- torías y talleres y que desearan mejorar y extender sus conocimientos respecto de la teoría y de la práctica de sus respectivas profesiones, habiéndose concedido por la compañía Clothworkers”, un subsidio consi- derable para ayudar á los esfuerzos de la Sociedad. Tenemos, pues, un comienzo ha- lagúeño de organización racional para pro- mover el mejoramiento de los obreros. No hace mucho también, otra de las compañías ciudadanas, determinó dar su contingente poderoso y, en verdad, sin límites, para me- jorar la enseñanza de los mismos obreros. Su adelanto es tan notable que han estable- cido un comité que procede en nombre de ellos. No creo faltar á la confianza si añado que desde hace algún tiempo, el comité so- licita los consejos y los servicios de algu- nas personas, entre las cuales puedo contar- me. Desde luego me es imposible deciros cual sea el resultado de las deliberaciones del co- mité; pero podemos esperar que, dentro de poco tiempo las compañías ciudadanas de Londres realizarán el progreso que traiga una influencia poderosa y decisiva en cuan- to se refiera á la buena y total enseñanza de la clase obrera. ! Thomas H. Huxury. AR O — NUEVA APLICACION DE LA FOTOCRONOGRAFÍA Entre los problemas más complicados de Fisiología, cuéntase el que se refiere á los movimientos normales del corazón y al con- curso de este órgano en la circulación de la sangre. A fin de lograr si no la resolución, sí un progreso, M. Mary acaba de aplicar la fo- tocronografía al estudio de los movimientos del corazón á fin de dar á conocer los des- alojamientos y los cambios de forma de las aurículas y de los ventrículos que se lle- nan y se vacian sucesivamente. Se hicieron los experimentos en un cora- zón de tortuga colocado en las condiciones de la circulación artificial y que se había blanqueado previamente con un pincel em- bebido en aguada para hacerlo fotogénico. El autor obtuvo así, durante una revolu- ción cardiaca, una serie de imágenes suce- sivas tomadas á intervalos muy cortos y so- bre las cuales se pueden seguir las fases del movimiento y las de los cambios de aspecto de las diferentes partes del corazón. Por este mismo procedimiento de inves- tigación se puede tener á la vista el meca- nismo de las pulsaciones del corazón. Finalmente, el mismo M. Marry ha lle- gado á hacer visible el endurecimiento de los ventríenlos que coincide con la sístole, es decir, el esfuerzo por el cual el ventricu- lo al contraerse rechaza toda presión exte- rior que tienda á deformarlo. Ev. BeLzunc. (Revue Générale de Sciences pures et appli- qués, t. UI, p. 721.) . 1 Esta esperanza se ha corroborado plenamente con el establecimiento de las escuelas de Cowper Street, y con el de la Central Institution de la City and Guilds of London Institute. 384 COEXISTENCIA DEL PODER DIELÉCTRICO Y DE LA CONDUCTIBILIDAD ELECTROLITICA ¿n una de las últimas sesiones de la So- ciedad Francesa de Física, M. Boury pre- sentó un estudio acerca de la coexistencia del poder dieléctrico y de la conductibilidad electrolítica. Investigaciones hechas con an- terioridad á propósito de los dieléctricos le indujo á averiguar si en efecto, como se ad- mite comúnmente, los cuerpos se dividen en tres categorías totalmente distintas: conduc- tores metálicos, conductores electrolíticos y dieléctricos. Por ejemplo, se sabe que si se eleva la temperatura de un cuerpo aislador como el vidrio, llega á adquirir una conducti- bilidad electrolítica medible conservando una constante dieléctrica. ¿No hay, entonces, motivo para reducir las tres categorías á dos? x Para resolver esta grave cuestión, M. Bou- ry mide las cargas tomadas por un conden- sador después de duraciones de carga que varían desde 5 observar bien desde luego, lo que se obtiene: de segundo. Es necesario 1, con un condensador dieléctrico perfecto; 22, con una pila electrolítica perfecta, es de- cir, en la cual la polarización no venga á complicar los fenómenos. Ahora bien, un condensador dieléctrico perfecto, un con- densador de lámina de atre, llega á su lími- 1 10,000 d e te de carga en un tiempo menor de segundo, y esta carga queda en seguida per- fectamente constante. Por otra parte, se pue- de emplear en vez de una pila electrolítica perfecta, un sistema dotado de una enorme sapacidad de polarización, como dos láminas de latón, que se hundan en dos pilas llenas de agua destilada y que comuniquen por me- dio de un sifón grueso; para toda duración inferior á4 0*, 03 la cantidad de electricidad gastada es proporcional al tiempo y no hay todavía manifestaciones de polarización. Mediante dispositivos variados, M. Bourr, se aseguró de una manera completa que, en los límites indicados, se estaba al abrigo, por completo, de toda polarización. En vista de ésto, superponiendolos dos órdenes de fe- nómenos se ve lo que deberá dar un conden- sador cuyo aislador es un electrólito si, no COSMOS obstante, subsiste la constante dieléctreia. Se deberá encontrar una carga inicial deter- minada, cuyo valor se fije por la constante dieléctrica, y después una cantidad de elec- tricidad variable proporcionalmente al tiem-.* po. La discusión de las fórmulas permite ver que en las condiciones experimentales ac- tuales, es decir, cuando no se puede des- cender á menos de ,,;, de segundo, la in- vestigación no puede hacerse con exactitud sino en cuerpos cuya conductibilidad espe- cifica es cuando menos igual a 10% ohms. El agua destilada y el alcohol más puro tienen una conductibilidad mucho mayor. No se dispone, pues, sino de tres clases de cuerpos: 1%, las mezclas de líquidos, por ejemplo, el alcohol y la benzina; 2%, el hielo á muy bajas temperaturas; 3%, las sales fá- cilmente fusibles, bajo la condición de que se las tome al estado sólido y á una tempe- ratura lejana del punto de fusión. En todos estos casos, la carga de un condensador cu- ya lámina aisladora está formada con estas diversas substancias aparece conforme con las previsiones indicadas: parte de un valor determinado y en seguida crece linealmente. Además, es muy notable que cuando se Opera con un mismo cuerpo á diferentes temperaturas, la conductibilidad varía con lrecuencia en una relación enorme, en tanto que la constante dieléctrica conserva un va- lor invariable, dentro del grado de preci- sión de los experimentos. El conjunto de estos resultados que con- firma la idea teórica de la superposición, de la coexistencia de las propiedades dieléctri- cas y electrolíticas, prueba que es natural suponer que no existen más que dos cate- gorías de cuerpos: los metales y los electró- litos. En estos últimos cuando la conduc- tibilidad es bastante grande oculta las pro- piedades dieléctricas y, á la inversa, cuando aquélla es bastante débil, se manifiestan so- las las propiedades dieléctricas. Epcaro Haupik. (Revue Générale des sciences pures et appliquées, t. TIL, pp. 426-427, ) —— AAA —_—_—Á - REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCION, “GREGORIO TORRES QUINTERO + SUSCRIPCIONES: POL UTA o o pe 0%] Porn trimestre Por un semestre 5 Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO -s*SE PUBLICA LOS DÍAS 1* Y 15 DE CADA MES:s> SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: Librería de C. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, D de Mayo núm. 4 ro EE Al: SUMARIO r a HermMANN SchuBerT: La Cuadratura del Círculo. —F. Ferrarr Pérez: Una niña de cuatro prernas.— G. Marescmar: El Manometro de la Torre Etffel.— BertumeLo1: Sobre el descubrimiento del Alcohol.— G. M. H.: Juguetes Cientificos. —Jlusiones Ópticas. —Porqué fracasan los hombres.—Experiencia de . magnetismo.—Utilidad de la Zoología.—El Cigarro. MES 0 Y $ TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10JO! 2 COSMOS LAS MARAVILLAS DE LA CIENCIA EL HILO ELÉCTRICO TEXTO DE GOSCLAUDE, DIBUJOS DE ALBERTO GUILLAUME Llega hasta el prodigio lo que puede obtenerse con paciencia y un poquito de electricidad. Toma vd. un alambre, una corriente magnética y dos tablitas -vibratorias sobre las cuales grita vd.: «Eh! Eh!» y ya está vd. en conversa- ción con Londres. Y diga vd. que la ciencia no ha mar- chado después de Guillermo el Conquis- tador! A NAAA ab a Ya se habla de un pequeño perfeccio- namiento muy ingenioso, gracias al cual las palabras llegarían traducidas y sin asomo de acento extranjero, detal modo que ndo vd. diga e en París: Bonjour, [¡mable, es preciso repetirla. Los pS nO E 2E SOCIEDADES CIENTÍFICAS DEL DISTRITO FEDERAL Sociedad Agricola Mexicana.—Vice-Presidente,. Pebro DE GorozpE. Secretario, Lic. Jesús Ica= zA. Sesiones: Callejón de la Condesa, núm. a Martes 6 p. m. —Científica «Antonio Alzate. IES EE Ing. GumrLermo B. Puca, Secretario general, RaraeL AGUILAR SANTILLÁN. Sesiones: Tacubaya, - Calle Real, núm. 19.; primer Domingo de cada. mes á las 9 a. m. o Farmacéutica Mexicana. A Predenta: Prof. "Maximixo Río DE La Loza. Secretario, Prof. Francisco BARRADAs. Sesiones: Escuela ee Me- dicina, una cada mes, en Martes. E Liga Farmacéutica Mexicana. Pre Prof. AroLinar CasritLo. Secretario, ÁNnToNIO- VeLasco' Quirós. Sesiones: Redacción de «El Partido Liberal», 32 calle de la Independencia, núm. 3: todos los Sábados, á-las 7 p. m. Sociedad Fotográfica Mexicana.—Presidente, FERNANDO FERRARI PÉREZ. Secretario, VICENTE - Varcas GALEANA. Sesiones: Tacubaya, D. F., Ex-Arzobispado. Se reune una vez al mes á las: 9'a. m. —Mexicana de Geografía y Estadística.— Vice-Presidente, Lic. FELix Romero. Secretario, Junio Zárate. Sesiones: 32 de Humboldt, múm- 51; Jueves ¿las 6 p.m. ; —Mexicana de Historia Natural.—Presidente, - Dr. Fervanpo ALTAMIRANO. Secretario, Prof. Ar= —Foxso L. Herrera. Sesiones: Museo Nacional; Jueves á las 7 p.m. | Asociación de. Ingenieros y Aron Presidente, Ing. MaxueL FervánDez Lear. Se= cretario. Ing. Juan N. Anza. Sesiones: Escuela de Ingenieros; Miércoles á las 7 p.m. Academia Nacional de Medicina Prosdenia Dr. Demerrio Mesta. Secretario, Dr. EnvArDo. Varcas. Sesiones: Escuela Nacional de Medici= ; Miércoles á las 7 p.m. A aa Pedagógica.—Presidente, Jos M. Bo e NILLA. Secretario, Ponciano RoprÍGUEZ. Presi- dente Honorario, Sr. Lic. Ramón MANTEROLA. Sesiones: Tacubaya, D. F., Plaza de Cartajena, Casa de la Pila, primer y tercer Domingos de cada mes, á las 9 a mo E Se suplica á los señores Secretarios de todas las. : Sociedades Cientificas y Pedagógicas de la Repúbli- ca, nos remitan noticias semejantes álas anteriores. > PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto cientifico, nos hagan ta suscriptores. : ES , Sialguna pregunta noes 's contestada en tiempor: razo= -—monsieur! su interlocutor de Londres oirá: Good. morning, str! y recíproca- mente. : -Asíseconvierte uno en ¿ngles, y pode- mos darnos el paquete de acreedores, “aun cuando estemos de deudas hasta la punta de las uñas. Pero me dirá vd.: «Y los sordo-mu- dos?»—Ya se ocupan de ellos, señores y señoras, y vds. no deben ignorar que, - desde hace algún tiempo Epissox con- -—sagra sus maravillosas facultades de in- ventor á la creación. de un aparato, ya designado con el nombre de telefoto, y que será para la vista lo que el teléfono es para el oído. En lugar de la tablita telefónica sobre la cual se habla, habrá un espejo delante del cual se harán ges- tos, que reproducirá el espejo del apa- rato receptor. : _Yaes bastante decirquelos sordóo-mu- dos podrán comunicarse fácilmente por .medio de los signos de que se compo- ne el lenguaje del difunto abatedeP E PEE; bastaría también fotografiar de un mo- do continuo el espejo receptor para con- e COSMOS 3 servar una memoria estenográfica de la conversación. Si los electricistas logran realmente dotarnos de un teléfoto, sobre el cual se fundan tan grandes esperanzas, po- demos creer que el hilo eléctrico llega- rá progresivamente á trasmitir, así co- mo las sensaciones de la vista y del oido, las del olfato, del gusto y del tacto. En el aislamiento más absoluto, el día que se nos antoje, podremos tener to- dos los placeres de la sociedad, lo cual tendrá mucho encanto para los enfer- mos y los achacosos, principalmentelos coléricos y los leprosos, y para las gen- tes que deseen pasar sus sofrés en man- gas de camisa. (Conclutra.) (L* Ilustration, XCVII, 1891, pp. 298—288.) ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar delo cual nos esforzaremós por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. AAAAAAAA>> A EMPLEOS A los que tengan una profesión científica 6 docen= te, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro de nuestro periódico, para que soliciten empleo en caso de necesitarlo. EMPLEADOS Tendremos también una sección especial para soli- citud de empleados de la categoría anterior; pero estos avisos se publicarán previo pago correspon- diente. AVISOS 0-25. es: la línea. En los forros ....-. Los avisos se publicarán con el tipo de letra usa- do en el-presente y las líneas de esta misma longi- ¡tud. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará en proporción de las líneas que abracen, lo mismo cuando el interesado quiera usar un tipo más gran- de que el presente. «LIBRERIA DE C. BOURET+ MÉXICO CALLE DEL CINCO DE MAYO NÚM. 14.—AVENIDA ORIENTE 2 NÚM. 309. a DA 7 En esta casa se encuentra el surtido más completo de Obras de Anatomía, Cirujía, Pato= logía, Farmacia, Fisiología, Veterinaria, ete.; Derecho, Jurisprudencia, Economía Política; Agri=. cultura, Senicultra: Jardinería, etc.; ; Arquitectura, Trabajos Públicos, Distribución de Aguas; Arte Militar: Artes y Ciencias, adas Manufacturas; Astronomía, “Meteorología, -Cosmogra- fía; Química, Física; Comercio, Contabilidad, Banco, Finanzas, Navegación, etc.; Electricidad, Telegrafía; Enseñanza, Lenguas, Obras RS MS Recreativas é o Geología, Paleontología, Atnropología, Arqueología. Etnografía, ete.; Gimnástica, Duelo, Esgrima; Histo- Il via, Geografía; Botánica, Zoología, Microscopía; Literatura, Filosofía, Moral, Psicología; Magia, Magnetismo, Espiritismo, Matemáticas eb General, Mecánica, Mineralogía, Pintura, Escultura, Música, Fotografía, Religión, etc., etc., etc. , COLECCIÓN DE ESFERAS CELESTES Y TERRESTRES SISTEMAS DE PTOLOMEO Y COPÉRNICO MAPAS COSMOGRÁFICOS—CUADROS DEL SISTEMA MÉTRICO MAPA GENERAL DE LA REPUBLICA MEXICANA CARTAS MURALES PARA LA ENSEÑANZA.DE LA GEOGRAFÍA Véanse los catálogos generales. Precios sin rival : LIBRERÍA DE “LAS ESCUBLAS” MEXICO AVENIDA 2: ORIENTE NÚM. 151—CINCO DE MAYO NÚM. 4 APARTADO POSTAL NUM. 618 A SURTIDO COMPLETO DELIBROS DE TEXTOPARALA ENSEÑANZA PRIMARIA, : SECUNDARIA Y PROFESIONAL q IONES VENTA POR MAYOR A PRECIOS SIN COMPETENCIA DE LOS LIBROS DE FONDO, EDITADOS EN ESPAÑOL POR LA.CASA HACHETTE Y COMP., DE e SE PROPORCIONAN LIBROS DE LAS DEMAS LIBRERIAS DE LA CAPITAL z="SIN COBRAR COMISION-—=X Jesús Trias. REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ. SECRETARIO DE LA REDACCION, GREGORIO TORRES QUINTERO — oo =— SUSCRIPCIONES: PO o pp OO POR tn estr No Pe 7Ó ¡Ok UN Semestre itacd de OO NÚMERO SUCIO. dean AS 0.50 EL PAGO SERA ADELANTADO «sSE PUBLICA LOS DÍAS 1l? Y 15 DE CADA MES:s 9 za 6 AR SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: Librería de C. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, 9 de Mayo núm. 4 Núar. 2 Tomo I—=15 be Exero De 1892 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LrrrrÉ. A SUMARIO Acustín M. Cuávez: Electro-Psicogénests.—J. Ma- REY: Analisis de los movimientos por medio de la Fotografía. —HerMANx Scuuberr; La Cuadraturad el Círculo.—G. M. H.: Juguetes Científicos. —Tamaño de las moléculas de agua.—Ilusiones Ópticas. Límiva 22: Gruta de Cacahuamilpa.—Primer Sa= lón 6 Sala del Chivo. E TACUBAYA, -D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 ¡0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO-"¡0JO! - LAS MARAVILLAS DE LA CIENCIA | 6 EL HILO ELÉCTRICO TEXTO DE GOSCLAUDE DIBUJOS DE ALBERTO GUILLAUME (CONTINÚA) Ya tenemos el teatrófono que, en el club, el restaurant, el hotel ó en nues- tro domicilio, nos proporciona, á bají- simo precio, las audiciones teatrales más envidiables; y apenas tengo necesidad de decir con qué grande impaciencia los abonados esperarán el zeléfoto, pa- ra poder ver las pantomimas y dirigir los gemelos sobre las actrices! e Y entonces ¡qué placer! organizare- mos pequeñas sozrees telefónicas sin sa- lir de casa; charlaremos telefónicamen- te, escucharemos la comedia, las coplas y los monólogos teatrofontcamente. ¡Na- da de coches que alquilar ni escaleras que subir! Verá vd. que el telefive o'clock estará muy de moda en el próxi- mo invierno. ¿Y el ambigú? No conozco ninguna | razón científica que se oponga á la tras- misión eléctrica de los pastelillos y lose AVISOS En los eN Al) 95 Cs. a E Los avisos se publicarán con el tipo de letra usa= do en el presente y las líneas de esta misma longi- tud. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará en “proporción de las líneas que abracen, lo mismo- cuando el interesado quiera usar un tipo más gran= z de que el presente. > SOCIEDADES CIENTIFICAS DEL DISTRITO FEDERAL Sociedad Agrícola Mexicana.—Vice-Presidente, Proro DE GorozrE. Secretario, Lic. Jesús o ZA. Sesiones: Esues dela Condesa, núm. e Martes 6 p. 1. A —Científica «Antonio. Alzate, aa 5 Ing. Guimrermo B. Puca. Secretario general, RAFAEL ÁGUILAR SANTILLÁN. Sesiones : Tacubaya, : Calle Real, núm. 19.; primer Domingo de cada mes álas 9 a. m. : : Farmacéutica Mexicana. —Presidente, Pre e Maxmiwvo Río bx 1a Loza. Secretario, Prof. Francisco BARRADAS, Sesiones: Escuela de eS E dicina, una cada mes, en Martes. SAO Liga Farmacéutica Mexicana. a ¿ Prof. AroLmar Casmuro. Secretario, ÁNToNto . Vrerasco Quirós. Sesiones: Redacción de «El Partido Liberal», 3a calle de la Independencia, núm. 3: todos los Sábados, á las 7 p. m. a, Sociedad Fotográfica Mexicana. —Presidente, Fervanno Femrarr Pérez. Secretario, VicenrE VARGAS: GALEANA. Sesiones: Tacubaya, D.F. Ex-Arzobispado. Se reune una vez almesá las 9 a.m. Mexicana de Geografía Y Estadisticas Vice-Presidente, Lic. Férix Romero. Secretario, y JuLro Zárate. Sesiones: 32 de Humboldt, núm. 51; Jueves álas 6 p.m. ; s —Mexicana de Historia Natural. —Prosidente,? Dr. Fervawno ArramiraNo. Secretario, Prof. AL=- =ronso L. Herrera. Sesiones: Museo Nacional; Jueves á las 7 p. me. A A Asociación de Ingenieros y Arquitectos.— A Presidente, Ing. Manuer Fervávorz Lear. Se= - ¿cretario. Ing. Juan N. ANZA. Sesiones: Escuela A de Ingenieros; Miércoles á las 7 p.m. Academia Nacional. de Medicina.—Presidente, Dr. Demerrro Mesía. Secretario, Dr. Envarno Varcas. Sesiones: Escuela Nacional de Media ES, ; Miércoles á las 7 p.m. 3 ES on Pedagógica.—Presidente, José M, Bo-. NiLLA. Secretario, Poncrano RoDRÍGUEZ. Presi- dente Honorario, Sr. Lic. Ramóy MANTEROLA- Sesiones: Tacubaya, D. E., Plaza de Cartajena, Casa de la Pila, primer y oo Domingos: de cada.mes, 4, las 9 a, me e Se suplica á los señores Secretarios de sodas das eS Sociedades Científicas y Pedagógicas de la Repúbli- í ca, nOs remitan noticias semejantes á las anteriores- E _ COSMOS A AS e a e como oe era q un si- glo la posibilidad de conversar con una o situada al otro lado: de la Man- chas : Oh! y qué comidas tan demidas se - harán con el telambigú! Este aparato prestará grandes servicios á. aquellas personas que se ven muy solicitadas; pues les permitirá aceptar varias invita- ciones á la vez; y no menos útil será pa- ra aquellas otras que no tienen más co- cina que la del restaurant: estas pobres - gentes no tendrán ya que bajar desde - su sexto piso ó hacerse subir los platos en esa especie de cestas cilíndricas que ve uno á veces cerca de los cuarteles. Por lo que toca al olfato, es muy evidente que la perfumería á distancia - no tropiece con ninguna dificultad se- ria: bastaría un pulverizador de cierta: potencia, con una canalización á modo de la del gas y del agua, para que to- y ] q dos los bordes puedan recibir á domicilio los perfumes que deseen. (Concluirá.) EMPLEOS. A Tos que tengan una profesión científica d docen— le, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro: de nuestro periódico, para que soliciten empleo en- caso de necésitarlo. —_——_—————— ¡EMPLEADOS Tendremos también una sección especial para soli- citud de empleados de la categoría anterior; pero: estos avisos se publicarán previo pago correspon- diente. _——_—_———_——_—__— PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de= ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar delo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, o no tener los datos suficientes, las publicaremos para yer si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. LA GRUTA DE CACAHUAMILPA Damos hoy á los lectores del «Cos= Mos», una lámina fotocolográfica que. representa el Salón del Chivo. Es la- primera de la serie que, referente á la grandiosa. Gruta de Cacahuamilpa, te- nemos en preparación. Los lectores del «Cosmos» serán los únicos que posean esta preciosa colección, hasta hoy sólo de nuestra propiedad y completamente desconocida. Así que esté publicada la serie, escribiremos un artículo descrip= tivo. ; O — Suscribíos al “Cosmos” El o es e única revista cien- tífica ilustrada que se publica en nues- tro país. En cada número regalaremos á nuestros suscriptores una magnífica lámina fotocolográfica. ¡Ved las condiciones! «LIBRERIA DE C. BOURET» a MÉXICO CALLE DEL:(CINCO DE MAYO NÚM. 14.—AVENIDA ORIENTE 2 NÚM. 309. ALT En esta casa se encuentra el surtido más completo de Obras de Anatomía, Cirujía, Pato= logía, Farmacia, Fisiología, Veterinaria, etc.; Derecho, Jurisprudencia, Economía Política; Agri- E Sericultura, OtOGL, etc.; Arquitectura, Trabajos Públicos, Distribución de Aguas; Arte Militar; Artes y Ciencius, eo Manufacturas; Astronomía, Meteorología, Cosmogra-. fía; Química, Fisica; Comercios Contabilidad, Banco, Eimahzas: Navegación, lor Electricidad, Telegrafía; Enséñañza, Lenguas, Obras Clica Obras Resrcalian é ustrucavas Geología, Paleontología, Antropología, Arqueología: Etnografía, etc.; Gimnástica, Duelo, Esgrima; Histo-= ria, Geogr afía; Botánica, Zoología, Microscopía; ON Filosofía, Moral, Psicología; Magia, Magnetismo, Espiritismo, ) WE RTaS en General, Mee Mineralogía, Pintura, “Escultura, Música, Fotografía, Religión, ete., etc., ete. COLECCIÓN DE ESFERAS CELESTES Y TERRESTRES SISTEMAS DE PTOLOMEO Y COPÉRNICO MAPAS COSMOGRÁFICOS—CUADROS DEL SISTEMA MEÉTRICO MAPA GENERAL DE LA REPUBLICA MEXICANA CARTAS MURALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA Véanse los catálogos generales. Precios sin rival 2 6 : LIBRERIA DE "LAS ESCUELAS” MEXICO AVENIDA 2* ORIENTE NÚM. 151—CINCO DE MAYO NÚM: 4 APARTADO POSTAL NUM. 618 > SURTIDO COMPLETO DELIBROS DE TEXTOPARALA ENSEÑANZA PRIMARIA, a SECUNDARIA Y PROFESIONAL A A AS VENTA POR MAYOR A PRECIOS SIN COMPETENCIA DE LOS LIBROS DE FONDO, EDITADOS EN ESPAÑOL POR LA CASA HACHETTE Y COMP., DE PARÍS. SE PROPORCIONAN LIBROS DE LAS DEMAS LIBRERIAS DE LA CAPITAL rÍ* SIN COBRAR COMISION ; SUSCRIPCIONES: E | Por un año... e $ 9004 Por o ies lo NA) ¡Pat Uni Semestre. a 5-00 | Número suelto. 0-50 E EL PAGO SERA ADELANTADO SE PUBLICA LOS DÍAS 1” Y 15 DE CADA MES:s> > SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: ! E A : z ] E Librería de C. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 5 E “Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, 5 de Mayo núm, 4 + “Tomo 1-1? ve Feoreno oe -1892—Núm. 3 a a S E ; El principal deber del hombre para consigo bre para con los demás, es instruirlos. E. LrrrrÉ. Aca ll o 4 SUMARIO A = Ñ La Unificación de los Símbolos y de las Abrevia- turas. —HerMANN Scuupert: La Cuadratura del Cír= > 1 A mismo, es instruirse; el principal deber del hom- | culo.—Marorzr Evanz: La Ántropoplastia Galyánica. z -=G, M. H.: Juguetes Cientificos. —Precio de los me- OS tales raros.—Baltstica.—J. Brrwsteix: Musión del sentido del tacto.—Grecorio Torres QuInTERO: /ue= vo Calendario Perpetuo.—Tom Trr: La Ciencia Di- | vertida. - Lámiva 32: Gruta de Cacahuamilpa.—El Trono. o TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado: del Ex- Arzobispado núm. 1 z 1892 ; 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO 10 COSMOS LAS MARAVILLAS DE LA CIENCIA EL HILO ELÉCTRICO TEXTO DE GOSCLAUDE. DIBUJOS DE ALBERTO GUILLAUME (CONCLUYE) En cuanto al tacto, sin duda que se- rá un poco más complicado que para los otros sentidos; sin embargo, no me parece imposible que un médico pueda examinar á sus enfermos por un hilo es- pecial. Tomar el pulso, auscultar, áun percutir, y entregarse á todas las averi- guaciones en que el médico funda su “diagnóstico, serán operaciones muy sen- cillas y fáciles contando con aparatos de una sensibilidad conveniente; pero hay pocas esperanzas respecto de las opera- ciones quirúrgicas, y creemos que el callista desgraciadamente tropezará con dificultades para operar á distancia; su- cederálo mismo con los peluqueros que, según toda apariencia, no tendrán que esperar gran cosa en este orden de ideas, á no ser que venga al mundo un elec- tricista de genio, del género de aquel hombre que inventó los cables de man- LaS AVISOS 0 25 es. la, ea Los avisos se publicarán con el tipo de letra usa- do en el presente y las líneas de esta misma longi- tud.. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará o z e En los forros ..... en proporción de las líneas que abracen, lo mismo cuando el interesado quiera usar un tipo más gran- de que el presente. SOCIEDADES CIENTIFICAS: DEL DISTRITO FEDERAL Sociedad ¡Agrícola Mexicana. —Vice-Presidente, PEDRO DE GorozPE. Secretario, Lic. Jesús Ica= zA. Sesiones: Callejón de la Condes “enúm 4%; + Martes 6. p. m. ; —Científica «Antonio Alzate. »—Presidente, “Ing. GuiLeemo B. Puca. Segretario. general, RaraEL AGUILAR SANTILLÁN. Sesiones: Tacubaya, Calle Real, núm. 19.; Primer Domingo de cada mes ú las 9 am. : Farmacéutica Mexicana. al Prof. Maximo Río pe La Loza. Secretario, Prof. Frawcrsco BARRADAS. Sesiones: Escuela de Me- “dicina, una cada mes, en Martes: ; Farmacéutica Mexicana. —Presidente, Prof. APOLINAR CasriLo. Secretario, ANTONIO “VeELascóo Quirós. Sesiones: Redacción de «El Partido Liberal», 32 calle de la. Independencia, núm. 3: todos los Sábados, álas 7 p.m: Sociedad Fotográfica Mexicana.—Presidente, FERNANDO FERRARI Pérez. Secretario, VICENTE Varcas GALEANA. Sesiones: Tacubaya, D. E, Ex-Arzobispado. Se reune una yez al mes á las 9 a. me. —Mexicana de Geografía y Paid ncota Vice-Presidente, Lic. Fénix Romero. Secretario, Lic. Eustaquio Buena. Sesiones: 32 de Hum-= boldt, núm. 51; Jueves ú las 6 p.m. : —Mexicana de Historia Natu ral. —Presidente, Dr. Fervanno Arramirano. Secretario, Prof. AL= roNso L. HERRERA. O Museo Nacional; Jueves á las 7 p. m- E Asociación de Ingenieros y Arquitectos.— Presidente, Ing. MawurL FervNánDeEz LraL. Se= Liga y eretario. Ing. Juan N. Anza. Sesiones: Escuela: de Ingenieros; Miércoles á las 7. p.m. . Academia Nacional. de Medicina: Presidentes Dr. Demerkio Mesía. Secretario, Dr. Luiz E. Ruz. Sesiones: Escuela Nacional de Medicina; Miércoles á las 7 p. m. Sociedad Pedagógica.—Presidente, José M.Bo- NILLA. Secretario, Poncrano Robrícuez. Presi- dente Honorario, Sr. Lic, Ramón MANTEROLA: Sesiones: Tacubaya, D. F., Plaza de Cartajena, Casa de la Pila, primer y toreo A de cada mes, ¿las 9 a.m. > z Se suplica á los señores Secretarios de todas las Sociedades Científicas y Pedagógicas de la Repúbli= ca, nos remitan noticias semejantes ¿las anteriores. COSMOS. tequilla, é invente un hilo para cortar cabellos. : - Por fortuna, el sastre y el sombre- “rero no tardarán en poseer un aparato para tomar la medida sin ir á la casa del cliente, y no tengo para qué decir que con un buen telefoto, podrá. el pin- tor hacer nuestro retrato sin molestar- nos; lo que es algo. e Bajo el punto de vista sentimental, me congratulo, porque está próximo el «día en que la ciencia nos enriquezca con un telekiss.ó telebeso, con el cual, lejos de miradas indiscretas, nos será delicio- so coquetear por alambre especial. Y si alguien se disgusta, será verda- deramente muy cómodo poder, sin mo- lestarse, responderle de un modo eléc- rico é instantáneo por el teletrompts, el cual se encontrará de aquí á poto,:en toda casa medianamente arreglada. suscribíos al “Cosmos” El «Cosmos» es la única revista cien- tífica ilustrada que se publica en nues- tro país. En ds regalaremos á nuestros suscriptores una magnífica lámina fotocolográfica. ¡Ved las condiciones! EMPLEOS A los que tengan una profesión científica ó docen= te, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro de nuestro periódico, para que soliciten empleo en caso de necesitarlo. ——_——————— EMPLEADOS . Tendremos también una sección especial para soli- 'citud de empleados de la categoría anterior; pero estos avisos se publicarán previo pago correspon= diente, >>> A “y PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre. algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. - Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po. y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nués- tro periódico g en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no | tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede ton- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestarenios ninguna pregunta anónima. ' A Sr. M. P.—Tacubaya.—Prognatismo se deriva del , o y A » ed término antropológico prognato, que á su vez viene de Tp, hacia adelante, y ¡vábdec; maxilar, con lo a 1 y ESA 5 cual se significa maxilares alargados 6 prominentes. Sr. A. A,—México.—Linchar se ha formado del apellido de Jomy Lywcn, colono irlandés de la Caro- lina del Sur, en los Estados Unidos del Norte, Es- tado enel cual ejercía en el siglo XVIL las funciones de jefe de la justicia; sus conciudadanos lo invistie= ¡ron de un poder absoluto:del que usaba de una ma- nera terrible, juzgando súmariamente y ejecutando en el acto 4 todos los criminales cuya culpabilidad ¡estaba fuera de duda. Los linchanuentos 6, más bien dicho, la.salvaje Ley de Exwcnm, todavía en la actua= lidad es muy común en los Estados Unidos del Norte. : Sr. D. J. F.—México.—No hemos podido encon= trar.en ningún diccionario ni texto español, el equi- valente de nombres amiables. La traducción literal es números amables. Aunque Ruborrr, Descartes y otros matemáticos se habían ocupado de ellos, el pri- mero que los designó con este nombre, fué Senoo= TEN cn sus Exercitationes mathemaltice, sec. 9. Se ¡aman así los pares de números que tienen la pro- |piedád de ser cada uno igual 4 la suma de las par- ¡tes alícuotas del otro. Sólo se conocen tres pares de [números que gozan de esta propiedad: 282 y 220; 17296 y 18415; 93635938 y 9437056. 'Así, por ejem- | plo: y 9841 Y 2445410 411-420+499 4441554110 que son las partes alícuotas de 220; y recíproca- mente ; Se 0 =P TA que son las partes alícuotas de 284. La Enciclopedia de Larousse cita erróneamente, como números amables, á 26 y 12. - «LIBRERIA DE C. BOURET» | MÉXICO ! l CALLE DEL CINCO DE MAYO NÚM. 14.—AVENIDA ORIENTE 2 NÚM. 309. ARNATSINY logía, Farmacia, Fisiología, Veterinaria, etc.; Derecho, Jurisprudencia, Economía Política; Agri- cultura, Sericultura, Jardinería, etc.; Arquitectura, Trabajos Públicos, Distribución de Aguas; Arte Militar; Artes y Ciencias, Industria, Manufacturas; Astronomía, Meteorología, Gosmogra= fía; Química, Física; Comercio, Contabilidad, Banco, Finanzas, Navegación, etc.; Electricidad, Telegrafía; Enseñanza, Lenguas, Obras Clásicas, Obras Recreativas € Instructivas; Geología, Paleontología, Antropología, Arqueología. Etnografía, etc.; Gimnástica, Duelo, Esgrima; Histo= ria, Geografía; Botánica, Zoología, Microscopía; Literatura, Filosofía, Moral, Psicología; Magia, Magnetismo, Espiritismo, Matemáticas en General, Mecánica, Mineralogía, Pintura, Escultura, Música, Fotografía, Religión, etc.; etc., ete. - | COLECCIÓN DE ESFERAS CELESTES Y TERRESTRES. SISTEMAS DE PTOLOMEO Y COPERNICO. => En esta casa se encuentra el surtido más completo de Obras de Anatomía, Cirujía, Pato= | $ MAPAS COSMOGRÁFICOS CUADROS DEL SISTEMA MÉTRICO MAPA GENERAL DE LA REPUBLICA MEXICANA CARTAS MURALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA Véanse los catálogos generales. Precios sin rival. IES E E A ——_ $ 66y : z 3 | y : z LIBRERIA DE “LAS ESCUELAS”. a MEXICO E AVENIDA 2* ORIENTE NÚM. 151—CINCO DE MAYO NÚM. 4. APARTADO POSTAL NUM. 618 E SURTIDO COMPLETO DE LIBROS DE TEXTO PARA LA ENSEÑANZA : PRIMARIA, SECUNDARIA Y PROFESIONAL a > VENTA POR MAYOR A PRECIOS SIN COMPETENCIA E DE LOS LIBROS DE FONDO, EDITADOS EN ESPAÑOL POR LA CASA - HACHETTE Y COMP., DE PARÍS SE PROPORCIONAN LIBROS DE LAS DEMAS LIBRERIAS DE LA CAPITAL E - ÉÉÑ"SIN COBRAR COMISION-88 | Jesús Urias. REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS Oe DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCION, GREGORIO TORRES QUINTERO : ———— — ollo Se SUSCRIPCIONES: LA OS QUES POr trimes tieso -Por un semestre 5-00 | Número suelto 2 7 , EL PAGO SERA ADELANTADO “5:SE PUBLICA LOS DÍAS 1* Y 15 DE CADA MES:=- REGISTRADO PROVISIONAEMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE AAA SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: Librería de C. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, 5 de Mayo núm. 4 Tomo I—15 pe Fresrero oe 1892—Núnm. 4 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LrtrrÉ. SUMARIO F. Ferrari Perez: Un Arado:Nacional. —HeERMANN ScuuBert;: La Cuadratura del Círculo.—Una Etbe-- ración de Palomas.—M. P. Arpertontr: La Fistología y la Cuestión Social.—G. M. H.: Juguetes Cientifi- cos. —Bibliotecas Públicas de Paris.—Tom Trr: Hlu= siones de Óptica.—Modo eficaz de conocer la presen= cia del alumbre en el pan. Lámisa 42; Gruta de Cacahuamilpa.—Gran Esta- lagmita del Salón del Chivo. TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» -Costado del Ex- Arzobispado núm. sl ERA 1892 10JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--i0JO! 14 NOTICIAS DIVERSAS —bl arado “triplex”, sistema Cuávez á que se refiere nuestro artículo Un ara- do nacional, lo construye en Francia.la acreditada casa Basac, de Liancourt, y su expendio en México está á cargo del co- nocido comisionista Sr. ManueL Forru- No, Santa Clara 9, México. La Spediteur und Rhederer Vereín (Compañía de Navegación) de Hambur- go, ofrece tres premios de 1000, 2000 y 5000 marcos por los tres mejores mé-| todos químicos ó arreglos mecánicos que impidan la combustión expontánea de las cargas de carbón. Invita al con- curso á los ingenieros y químicos de todos los países, imponiendo como con- dición única que las memorias se remi-| tan antes del 1% de Julio próximo. —La Academia real danesa, ofrece dos premios de 400 y 600 coronas (540 y 610 francos) por investigaciones so-| bre la naturaleza exacta y las propor- ciones de las substancias hidrocarbo- nadas que se encuentran en los cerea- les comunes en los diferentes grados de madurez; y por investigaciones sobre el phytoptus y las agallas á que da origen este insecto. Los premios se concede-| rán en Octubre de 1893. —El eminente físico inglés Sir Wr LLIaM Tuowuson ha sido elevado á la dig- nidad de par de Inglaterra. —Durante la semana que concluyó el 24 de Diciembre, se depositaron en el distrito de Londres, 37 millones de car- tas en vez de 13 millones y medio que es la cifra media ordinaria; y se distri- buyeron, durante el mismo período, 33 millones de cartas ó sean 20 millones más que en una semana común. Para desempeñar este trabajo se tomaron... 2300 empleados suplementarios, los eua- les elevaron á 15000 el número de los que trabajaron activamente durante esa semana de extraordinario movimiento. —Ha fallecido el conocido astrónomo! y matemático imglés Sir Jorce AÁtrx, á la edad. de noventa y un años. Era di- rector del Observatorio de Greenwich desde 1828. y Sl po) a carril eléctrico de un solo riel que ha- rá viajes entre Lake-Street y Jackson=+ Park, circulando los coches con uña! velocidad de 64 kilómetros por hora: ] COSMOS En Chicago van á construir un fe-| AVENTURAS DE UN FOTÓGRAFO o hs UN Aa EMPLEOS A los que tengan una profesión científica d docen= | Le, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro: de nuestro periódico, para que soliciten empleo en caso de necesitarlo. | EMPLEADOS > Tendremos también una sección especial para soli= citud de. empleados «de la categoría anterior; pero: estos avisos se publicarán previo pago correspon diente. E : COSMOS £ 15 La Cámara de diputados de Bélgi- ca acaba de votar una ley que prohibe las experiencias públicas del hipnotis- mo. Por otro lado, durante una discu- sión reciente en la Cámara de diputados de Austria, M. ScnLesisGeR pronunció un discurso sobre el valor del hipnotis- mo y el deber que tiene el Estado de aprovecharlo en beneficio de las pobla- ciones. El orador reprochó con violen- cia á las Dniverodades su indiferencia con respecto á estas cuestiones, decla- rando que esta indiferencia es un cri- men, y que las legislaturas debían in- tervenir para concluir con ella y hacer todo lo posible para estimular el estu- dio de estos asuntos y sacar partido de ellos en beneficio de la humanidad. —Los conocimientos matemáticos de Farapay eran bastante reducidos, á pe- sar de lo cual puede decirse que fué el físico inglés más distinguido de su épo- ca. —Según la Revue Sezentifique, Un mé- dico americano refiere que en México los indígenas se vacunan contra las mor- deduras de las víboras venenosas, Ino- culándose primero el jugo de una Dors- tenta y en seguida el de una víbora. —El Director general de correos de Victoria y Australia del Sur ha logrado obtener una comunicación telefónica en- tre Melbourne y Adelaida, ciudades que distan 800 kilómetros, sirviéndose de una línea aérea de alambre de cobre de 3 milímetros de diámetro que acaba de establecerse para usar un nuevo apara- to telegráfico cuádruplo. Durante una hora se cambió una animada conversa- ción entre las dos extremidades de la línea. —La Administración de los ferroca- rriles del Estado, en Bélgica, ha decidi do adoptar para el servicio, desde el 1* de Mayo próximo, la hora de Green- wich en lugar de la de Bruselas. La di- ferencia es de once minutos. - PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. Sialguna preguntano es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suseriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- o. y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en earta particular. - Aquellas que no nos'sea posible resolver, «por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno. de nuestros suscriptores puede con= testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. AVISOS En los forros ..... 0. 25.cs. la línea. Los avisos se publicarán con el tipo de letra usa= do en el presente y las líneas de esta misma longi- tud. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará en proporción de las líneas que abracen, lo mismo cuando el interesado quiera usar un tipo más gran= de que el presente. AVENTURAS DE UN FOTÓGRAFO TH «LIBRERIA DE C. BOURET+ | MÉXICO | CALLE DEL CINCO DE MAYO NÚM. 14.—AVENIDA ORIENTE 2 NÚM. 309. TONALOS En esta casa se encuentra el surtido más completo de Obras de Anatomía, Cirujía, Pato logía, Farmacia, Fisiología, Veterinaria, etc:; Derecho, Surisprudencia, Economía Política; Agri- cultu ra, Sericultura, Jardinería, ete; Arquitectura, Trabajos Públicos, Distribución de-Aguas; - Arte Militar; Artes y Ciencias, Industria, Manufacturas; Astronomía, Meteorología, Cosmogra-- fía; Química, Física; Comercio, Contabilidad, Banco, Finanzas, Navegación, ete.; Electricidad, Telegrafía; Enseñanza, Lenguas, Obras Clásicas, Obras Recreativas é Instructivas; Geología, Paleontología, Antropología, Arqueología. Etnografía, etc.; Gimnástica, Duelo, Esgrima; Histo- ria, Geografía; Botánica, Zoología, Microscopía; Literatura, Filosofía, Moral, Psicología; Magia, Magnetismo, Espiritismo, Matemáticas en General, Mecánica, Mineralogía, Pintura, Escultura, Música, Fotografía, Religión, etc., ete., ete. COLECCIÓN DE ESFERAS CELESTES Y TERRESTRES SISTEMAS DE PTOLOMEO Y COPÉRNICO “MAPAS COSMOGRÁFICOS-CUADROS DEL SISTEMA MÉTRICO E MAPA GENERAL DE LA REPUBLICA MEXICANA CARTAS MURALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA LATA Véanse los catálogos generales. Precios sin rival. z E : LIBRERIA DE LAS ESCUELAS” MEXICO e AVENIDA 2: ORIENTE NÚM. 151—CINCO DE MAYO NÚM. 4 - APARTADO POSTAL NUM. 618 A A Ó SURTIDO COMPLETO DELIBROSDE TEXTOPARALAENSEÑANZA PRIMARIA, : : 27 SECUNDARIA Y PROFESIONAL ESA VENTA POR MAYOR A PRECIOS SIN COMPETENCIA DE LOS LIBROS DE FONDO, EDITADOS EN ESPAÑOL POR LA CASA HACHETTE Y COMP., DE PARÍS SE PROPORCIONAN LIBROS DE LAS DEMAS LIBRERIAS DE LA CAPITAL rx*SIN COBRAR COMISION =X Jesús Urias. REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCION, GREGORIO TORRES QUINTERO — ell > SUSCRIPCIONES: Por un año... 9.00 | Por un trimestre... DO Por un semestres. o. De DEOO0A Nin ero suelto O 0 50 EL PAGO SERA ADELANTADO es*SE PUBLICA LOS DÍAS 1” Y 15 DE CADA MES:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE %* CLASE A SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: Librería de C. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, 5 de Mayo núm. 4 E Tomo I—1* pe Marzo oe 1892—Núm. 5 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- brepara con los demás, es instruirlos. SUMARIO AN E. LrrrrÉ. M. P. Argerront: La Fisiología y la Cuestión So- cial.—Marfil Artificial. —Areerro Gaubry: Excur- sión a las Montañas Rocallosas.—E. FerrRaRI PÉ- | rez: Curiosidades Científicas. —AÁxrowso BERGEt: Fotografía de los Colores por el Método interferen- cial de M. Lieemann. : Lámina 52: Gruta Canos PacHeco (cerca de Ca- cahuamilpa).—Estalactitas de la Entrada. TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO! 18 A al ii NOTICIAS | DIVERSAS. —En estos momentos! de está Le do en Londres un nuevo pavimento. Los'* adoquines están formados de corcho y be- tún comprimidos y tienenla gran ventaja de ser elásticos, lo cual ES que las pa- tas de los Cabanos encuentren un Os yo seguro y no hagan ruido. as los han adop- tado la pésima costumbre de falsificar la harina, agregándole, unos polvo de mármol y o OS bad ita ea No de-* be olvidarse que el mármol no se digue- re y que la barita es un veneno es te enérgico. E —M. CoLomBar ha legado á la des - miade Ciencias de París, 10000 francos destinados á fundar un premio que se dará cada dos años, como compensación de los tr abajos de medicina relativos á las enfermedades de los órganos de la fonación: ó de la sordo-= de : —La Academia de Ciencias de Bélgi- ca está haciendo pr eparativos para E lebrar el 50 aniversario de la elección de M. Van BENEDE». —En el Instituto de Fisica y Óptica de Munich acaban de construir un mi- croscopio que tiene un poder amplifi- cador de once mil diámetros. Se 1lumi- na por medio de la luz de un arco eléc- trico y el costo total del aparato ha si- do de 43,750 francos. Está destinado á la Exposición Colombina de Chicago. —Ha fallecido 4 la edad de 74 años M. F. Vox Roruer, Profesor de Geolo- gía y Paleontología de. Breslau. —M. R. Lryosax ha hecho en Ingla: terra una serie de nuevas investigacio- nes sobre las plantas carnívoras, ha- biendo comprobado de nuevo que las plantas nutridas adquieren un desarro- llo muy super oral que consiguen plan- tas de la misma especie y que viven en las mismas condiciones, pero sin ser nu- tridas. —Pizarrón que camina. —AÁmPERE era sumamente distraido. Un día se puso á hacer un cálculo en la parte posterior de un coche de alquiler con un pedazo de jis que siempre cargaba. Cuando es- taba más absorto en su trabajo, comen- zÓ á caminar el coche y AmPxE lo si- guió á la carrera para continuar sus ecuaciones. ON HITA COSMOS Is Am EM PLEOS; A les que: denfan una profesión científica/ó docen= te, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro de' 'nuestro "periódico, para que soliciten” RO en caso de necesitarlo. _¿* E EMPLEADOS Tendremos también una sección especial para soliz citud de empleados de la categoría anterior; pero estos avisos se poblana previo pago correspon diente. o) AVISOS En los forros 0 25.cs. la línea. ; Los «avisos se publicarán con el tipo de letra usa= do en el presente y las líneas de esta misma longiz tud. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará en proporción de las líneas que abracen, lo mismo cuando el interesado quiera usar un tipo más sua de que el presente. * ox En ¿Quién hace ese ruido? preguntaba el Pto día un niño en el tren. “LOS carros, contestó la madre. ¿Por que? —Porque se están moviendo. 0 ¿POR qué. se están moviendo? "La máquina los mueve. - —¿Cuál. máquina? - La que va adelante. —¿Por qué va adelante? ——Para arrastrar el tren. E —<¿Cuál tren? e ¿Este carro? preguntó el chiquillo apuntando su asiento. Si —¿Por qué lo arrastra? —Hl maquinista así lo hace. -—¿Cuál maquinista? 81 de la máquina. —¿Cuál máquina? Aa que va adelante. —¿Por qué va adelante? -—Ya te lo dije —¿A quién le dijiste qué? NS —¿Para qué? —O0h! estáte callado! dioso? : —¿Qué cosa es fastidioso? —Un niño que hace tantas preguntas. —¿Un niño de quién? — El mío. — ¿Cuáles preguntas? ; El conductor entró, recogió los bo-- letos, llegamos á la estación y no pudi- ¿Eres un fasti- 'mos escuchar todo el diálogo; pero to- davía, cuando la madre empujó al chi- quillo hacia la plataforma, oímos esta “última pregunta: == ¿Cuál conductor? COSMOS 19 de == AS A E ASA PA A - PREGUNTAS Y DUDAS [Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores... : Si alguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos ¡por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues= tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no iener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- 1estarlas, Los nombres de los signatarios se publí- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. Sr. Profesor A. de J. E.—México.—Para hacer las experiencias de Prarsau con las burbujas de ja- bón, se usan varias fórmulas, de entre las cuales hemos elegido las tres que siguen y que le recomen= «damos á yd, como buenas. : Formula usada en la Sorbona Jabón de Marsella. .... 1500 gramos Agua hirviendo 1000 Azúcar blanca RODA Disuélvase el jabón en el agua caliente y filtrese la solución: cuantas yeces sea necesario para oble- ner un líquido completamente transparente y en el eual se disuelve el azúcar. Otra fórmula Glicerina . ... 2/5 Aa o SO Jabon. ....... c. b Hágase una solución de jabón saturada y agrégue= se la glicerina. > z Fórmula americana Jabón...:.. 120 gramos da 4500 ES Glicerina... 500. .,, Hágase como las anteriores. Como obra de consulta que contiene muchas ex- periencias agradables que pueden hacerse con las burbujas de jabón, le recomendamos á vd. la titula= da «Home Experiments in Science for old and young. By T. O'Coxor SLoane.—Philadelphia, HeyrY Ca REY Barro and Co., 810 Walnut Street, 1888.»— El «Cosmos» publicará próximamente todo lo esen- “cial de este interesante librito. Sr. J. F.—México.—Posteriormente á la contes= tación que le dimos á vd. en el número 3 del «Cos- mos», hemos visto que el Diccionario francés-espa= ñiol de Don Nemesio FERNÁNDEZ CUESTA traduce nom- bres amiables diciendo númeroMamigables. NOTICIAS DIVERSAS —El célebre ciego SAUNDERSON distin- guía por medio del tacto las medallas falsificadas que habían engañado la vis- ta de los peritos más experimentados; GANISBASIUS, escultor ciego, se entera-: Le de los rasgos de la cara también por medio del tacto. Hizo, de este modo, estatuas muy parecidas del Gran duque de Toscana, Cosme [, y del papa UrBa- No VIII. ón ; : —M. Hexnxy O. Forbes, estudiando al- gunas osamentas muy bien conservadas pe ¡poseía realmente una ala ru e Dinorntis, descubiertas en Nueva Ir-| landa, se ha convencido de que esta ave a: El coracoideo-escapular posee, en efec- to, una cavidad arredondeada que no puede haber sido otra cosa que una ca- vidad glenoide que recibía un húmero de cierta importancia. <—Se dice que un médico ruso ha lo- grado descubrir y cultivar el microbio de la vacuna. El yirus que se obtiene artificialmente, es tan eficaz, al parecer, como el natural, poseyendo además la ventaja inmensa de estar excento de gér- menes, ya sean tuberculosos ó de cual: | quiera otra clase. —En un artículo titulado «Sacrificios funerarios» el British Medical Journal protesta contra la costumbre estable cida que obliga á descubrirse, en cier- tos casos, á las personas que. acompa- ñan un cadáver. Esta mala costumbre acorta ciertamente los días de muchos de los asistentes. El Congreso anual de la Asociación de los Matemáticos Alemanes se reuni- rá este año en Nuremberg, verificándo- se al mismo tiempo y bajo los auspicios del Gobierno, una exposición de mode- ¡los y de aparatos de Física y Matemá- tcs —IEn la provincia de Mendoza (Re- pública Argentina) se han descubierto yacimientos considerables de vanadio: El vanadio se usa, sobretodo al estado. de vanadiato de amoniaco, como pro- ducto tintóreo, pues produce con la ani- lina una pintura de un negro absoluto: Según el Engeneering and Mining Jour= nal su precio actual es de 110 francos el gramo. : —Un químico de Hamburgo preten- de hacer inexplosivo el petróleo, agre- gándole una pequeña cantidad de una mezcla de bicarbonato de sosa y de ani- lima, de sulfato de cal, de sulfato de magnesia, de cloruro de sodio, de sal amoniaco y de agua. Suscribíos al “Cosmos” El «Cosmos» es la única revista cien- tífica ilustrada que se publica en nues- tro país. En o número regalaremos a nuestros suscriptores una magnífica lámina fotocolográfica. Pronto lo haremos decenal sin au- mentar de precio. «LIBRERIA DE C. BOURET». a MÉXICO CALLE DEL CINCO DE MAYO NÚM. 14.—AVENIDA ORIENTE 2 NÚM. 309. > En esta casa se encuentra el surtido más completo de Obras de Aloma Cirujía, Pato- logía, Farmacia, Fisiología, Veterinaria, etc.; Derecho, Jurisprudencia, Economía Política; Agri- cultura, Sericultura, Jardinería, etc.; Arquitectura, Trabajos Públicos, Distribución de Aguas; Arte Militar; Artes y Ciencias, Industria, Manufacturas; Astronomía, "Meteorología, Cosmo;gra fía; Química, Física; Comercio, Contabilidad, Banco, Finanzas, Navegación, ete.; Electric "dad, Telegrafía; Enseñanza, Lenguas, Obras Clásicas, Obras Reercatiyas é Instructivas; Geo*ogía, Paleontología, Antropología, Arqueología. Etnografía, etc.; Gimnástica, Duelo, Esgrima; Histo- ria, Geografía; Botánica, Zoología, Microscopía; Literatura, Filosofía, Moral, Psicología; Magia, Magnetismo: Espiritismo, Matemáticas en General, Mecánica, Mineralogía, Pintura, Escultura, Música, Fotografía, Religión, etc., etc., etc. COLECCIÓN DE ESFERAS CELESTES Y TERRESTRES SISTEMAS DE PTOLOMEO Y COPÉRNICO MAPAS COSMOGRÁFICOS—CUADROS DEL SISTEMA MÉTRICO MAPA GENERAL DE LA REPÚBLICA MEXICANA | CARTAS MURALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA = > PE Véanse los catálogos Js Precios sin rival LIBRERÍA DE “LAS ES SCUELAS” MEXICO e AVENIDA 2: ORIENTE NÚM. 151—CINCO DE MAYO NÚM. 4 APARTADO POSTAL NUM. 618 >> SURTIDO COMPLETO DELIBROS DE TEXTOPARALA ENSEÑANZA PRIMARIA, SECUNDARIA Y PROFESIONAL A VENTA POR MAYOR A PRECIOS SIN COMPETENCIA DE LOS LIBROS DE FONDO, EDITADOS EN ESPAÑOL POR LA CASA HACHETTE Y COMP,, DE PARÍS SE PROPORCIONAN LIBROS DE LAS DEMAS LIBRERIAS DE LA CAPITAL 3 SIN COBRAR COMISION-=X : Jesús Urias. Por un año...... Por un semestre REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS De e DIRECTOR PROPIETARIO, FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN GREGORIO TORRES QUINTERO AS A SUSERTPCIONES: $1 29-00 Par an tr estress 179 A 50021 Número suelto 0750 EL PAGO SERA ADELANTADO “S:SE PUBLICA LOS DÍAS 1” Y 15 DE CADA MES:s- REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE _——_— SE RECIBEN SUSCRIPCIONES: Librería de e. BOURET, Calle del Cinco de Mayo núm. 14 Librería de “Las Escuelas” de JESUS URIAS, 5 de Mayo núm. 4 ono 115 or Manzo pr 1892—Núnm. 6 El principal deber del hombre para consizo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E, LitTrÉ. CI Acustíx M. Cnávez: Ensayo de aplicación del me- todo logico, al estudio de la resistencia del atre y proyecto de un aparato para determinar experimen= talmente los valores parciales de dicha resistencia. —Tom Trr; El Cuadrado de la Hipotenusa; Ilusión de Óptica; El Agua cambiada en Vino; Perforar un centayo con una aguja. —G. KrrLus: Los espectros tp vivos.—Arronso Bercer: Fotografía de los Colores | por el Método Interferencial de -M. Liermany.—G. M: H.: Juguetes Científicos. Lámaxa 62: Gruta de Cacahuamilpa. La Lira. "TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex Arzobispado núm. 1 1892 | 74 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10J0 NOTICIAS DIVERSAS —La prensa de Chicapa o aprueba lo que se dice que dijo el Sr. Presento Díaz acerca de que preferiría presentar en la Exposición los elementos de riqueza y el progreso de México, más bién que sus a observación muy acertada y que constituye una prueba del buen juicio del Primer Magistrado. El Pre- sidente está positiv O en lo justo al resolverse á gastar el dinero de Méxt- co en da ar al mundo la maravillo- sa abundancia y gran variedad de los recursos del país y de sus productos agrícolas y minerales. O que más dura en este mundo: ¿son los instintos salvajes. Pásese revista al mundo entero y en: cada nación se encontrará un grupo muy : pequeño de hombres que se sobreponen. á estas barbaras pasiones; aludinios d. los hombres de crencra, d unos cuantos verdaderos eristianos que no tienen lu-| gar en su corazón para abrigar rencor hacia nadie, y que probablemente no pasan de diezmeul en todo el globo; algu- nos cincuenta filósofos y las contadas per sonas que por naturaleza se elev an... en lo moral € intelectual, sobre la mi- serable multitud de que están rodeadas. Estas gentes son la «sal de la tierra,» todolo que hace que ésta sea digna de existir. Cuando se despiertan es pasio=. nes de nacionalidad, no se poseen estos: hombres de un espíritu de vengaza, sino. que lamentan la debilidad des sus seme- jantes y esperan que llegará un tiempo en que el género and constituirá la ade con que sueñan las religio-| nes más tiernas. y puras. Pero después de sustraer esta peque- ña clase de hombres de inteligencia y. de corazón, queda la mayoría de bárba- ros que encuentran deleite en el rencor, la predisposición y la envidia. y que tie- nen que ser vobernados por hombres! fuertes, porque de otra manera la socie- dad que forman se convertiría en. innu- les tribus de bandidos. Las gen- tes sentimentales nos dicen que la hu- manidad está mejorando á pasos rápte. dos; pero no obstante eso, todavía echa- mos cerrojos á nuestras puertas en la noche y guardamos en cofres de hierro nuestro dino Todavía se inventan ca nones-= máquinas, y las naciones que se. +09 AE NES COSMOS tienen por más civilizadas se: procuran las armas más mortíferas. Las naciones das las á Dios para que les dé la vie- toria. La acción más noble que puede ade hecho mal, es dar satisfacción; ese acto por, sí sólo define la diferencia que hay gencia. (The Mexican Financier). — M. Serexo Warson acaba de descu- brir en México una especie de maíz vivo ¡hecho muy interesante, porque el maíz es orig ma salvaje es desconocida. ¿La Zea na- ¡Ola cultura el Zea mays? gamarum, 1735-1885. Este libro, en el de todos los géneros y. especies que ¡dactado la Geoosrafía botánica. e consigo el uso corriente del pa-. pel aristolípico, baña ligeramente' al papel en que se. la de 1 imprimir con una solución de ácido gálico. No se pierde el más ligero decalle la impresión es permanente y se bro una diminu- ción considerable «de molestias - yo de tiempo. La fórmula que se recomienda es una solución saturada al 3 por ciento de áci-. 20 ent ae alcohol. E —Entre los periódicos « que acerca de fotografía han aparecido nuevamente, Reviews, de Birmingham (Inglaterra); pher, de San Francisco (Estados Uni- dos). lindica es un sumario de las novedades rán de EUtOS relativos á la materia. se entregan á la guerra, invocando to- un hombre, ó una nación, cuando ha entre el salvaje y el hombre de inteli-. al estado salvaje, especie que describe con el nombre de Zea nana. Es este un oinatio del Núevo Mundo y su for=. na es la forma salvaje de donde Ln —Próximamenté aparecerá una pu = blicación importante, el Index kewensts nominum omntum plantarum phanero- se conocen de ora ógamas. Sir JOSEPH: ¿ Fooxer ha revisado el manuscrito y re- ze 8)! comandante LrGrosS, de Po SA cia, para evitar las perturbaciones que Y ¡do gálico, solución á la cual se agregan — se cuentan. el Photographic Review. of , el Canadian Photogr" aphie Tout de - Canadá y The Pacific Coast Photogra= El primero como -su nombre lo de fotografía y los otros dos se ocupa- > : cual trabaja M. B. Daynon OR des. de hace unos diez años, será una lista PA Acaba de patentarse en Nueva York una novedad para uso de los fumado- res, y que consiste en lo siguiente: una tira de papel blanco, aparentemente pu- ro, se halla colocada en un tubo de vi- drio que forma parte de una boquilla; después de que ha pasado alguna can- tidad de humo por el tubo, aparece en el papel una impresión fotográfica. —Se han dado casos de envenena- “miento producidos por fenómenos elec- -trolíticos que se presentan preparando - guisos. En la mayoría de ellos se ha ¿observado que la intoxicación se mani- fiesta después de tomar helados ó de comer algún plato acidulado. : Cuando el utensilio culinario que se «emplea no se compone de un solo me- tal, fórmase un par; y si los líquidos que entran en la confección del guiso química sobre algunos de los metales, aparecen sales que, determinan el enve- o menamiento. Lamanera, pues, de evitar éstos consiste en emplar utensilios de 2 cocina hechos con un solo metal. 2 Una memoria leída ante la Amert- == canSoctiety of mechanical engíneers, nos suministra interesantes detalles acerca del trabajo que puede producir el hom- bre lado bie pe manivela. El autor ha comprobado que un obrero vi- - goroso, trabajando poco tiempo, puede 2 producir cerca de un caballo de vapor. Un hombre que trabaja con frecuentes intervalos de reposo, desarrolla fácil- = ¡mente medio caballo. Con trabajo se- guido, se obtiene del 10 al 50 por cien- cd: ES E) siguiente hecho referido por M. O"NriLz;, mgeniero de New York. estam- bién interesante. En sus talleres, la re- - paración de una caldera detuvo la mar- | cha del motor. Dispúsose á cada lado del árbol de la máquina una manivela de 0.380 metros de radio, y con unhom- bre en cada manivela á razón de 100 vueltas por minuto se obtuvieron 3 ca- ballos de vapor. Los hombres trabaja- ban tres mimutos y descansaban otro - tanto. Así han trabajado 4 obreros do- ce hioras por día, durante los doce días que exigió. Es verdad que al fin de ese período, los hombres quedaron extenuados; pero cree M. O'Nenz que sí las jornadas hu- biesen sido sólo de diez horas, hubie- — COSMOS son susceptibles de ejercer una acción | vió la reparación de la caldera. | ran podido continuar indefinidamente. El trabajo resulta así de ¿ de caba- llo de vapor por hombre. En la discusión que siguió á dicha co- municación, un miembro citó sus expe- riencias sobre el asunto. Dos hombres que movían las manivelas de una grúa y las cuales tenían 0,325 de radio, ele- varon un peso de 906 ko. 40,*305 en 20 segundos, lo que representa 13,8 kg. al- zados á un metro por segundo, ó sea 5 de caballo de vapor. Conviene añadir que la transmisión se efectuaba por un tornillo sin fin, una rueda dentada, un tambor de 0,”23 de diámetro y un cable de hilos de hierro, todo lo cual absorbía una gran parte del trabajo. El esfuerzo. ejercido sobre cada manivela, se midió con una balanza de resorte, y resultó ser igual á 30 libras, ó sea 13,8 ksa —Dicese que en Lóndres acaban de hacerle un perfeccionamiento á las lin- ternas mágicas que consiste en que las vistas o á la linterna, de una caja adherida á ésta y después de la exposi- ción van á otra caja, realizándose todos estos movimientos por la simple presión de un botón eléctrico. EL ESFUERZO Los que suscriben, constructores, tienen el ho= nor de ofrecerá Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC.; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clasé de máquinas, construcción y compostura de aparatos científicos de todo género, fabricación de modelos, ete. JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de - varias fábricas de casimires, carrocerías, molinos, haciendas de beneficio para metales, de los talleres del Hospicio «de niños de Guadalupe de Zacatecas, AGUSTIN M. CHAVEZ, Ingeniero elec- tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Ex- posición Internacional de París en 1889, y encarga- do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893. Dirigirse 4 CHÁVEZ Hxwo gr CALLE DE LA VIOLETA NUNL 14 MEXICO La casa se encarga también de la formación de — presupuestos para instalaciones diversas, así como de hacer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives - Lille, Francia), Ferrocarril portá- til Decauville, máquinas, útiles, etc. 24 PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Secretaria de Fomento, Colonización, Industria y Comercio.—México.— Sección 24— Núm. 3,252. Aceptada por el Gobierno de la República la in- vitación que le hizo el de los Estados Unidos para que México concurra á la Exposición Internacional que debe verificarse en Chicago el año de 1893, el Presidente de la República, atendiendo á la ilustra- ción, patriotismo y demás circunstancias que en Ud. concurren, ha tenido á bien designarlo: para que se haga cargo de la Sección de Artes hiberales, Instruc- ción pública, Ingeniería, etc. y pará que, con tal ca- rácter, promueva cuanto crea conyeniente á fin de que la concurrencia de México ¿ la mencionada Exposi- ción de Chicago sca digna del buen nombre que la Nación ha sabido conquistarse en circunstancias se= mejantes. El mismo Primer Megistrado espera que se ser- virá Ud. aceptar este encargo y que prestará desta Secretaría cl importante concurso: de su ilustración y competencia en la materia. Libertad y Constitución. México, 1% de Diciem- bre de 1891. —M. Fernández, Oficial mayor.—Al Ingeniero Fernando Ferrari Pérez. —Presento. a En contestación 4 la muy atenta nota que se sir- - vió Ud. dirigirme con fecha 1% del corriente y en la que me participa que el C. Presidente de la Repú- “blica se ha dignado encargarme de la Sección de Artes liberales, Instrucción pública, Ingeniería, etc., que es una de las en que ha dividido esa Secretaría el concurso de México enla próxima Exposición de Chi- cago, tengo la honra de manifestarle que acepto gus- toso tan inmarecida distinción y-que haré cuanto esté en mí mano por secundar las elevadas miras de esa Secretaría en tan importante asunto. Sirvase Ud,, Señor Oficial mayor, manifestar mi gratitud al Primer Magistrado de la Nación y acep- tar para sí las protestas de mi más distinguida con= sideración. Libertad y Constitución. Tacubaya, Diciembre 10 de 1891.— Fernando Ferrari Pérez.—Al Ingenie- ro Manuel Fernández Leal, encargado de la Secre- taría de Fomento. —México. EMPLEOS A los que tengan una profesión científica gd docen= Le, ofrecémos, libres de pago, tres líneas en el forro de nuestro periódico, para que soliciten empleo cn caso de necesitarlo. EMPLEADOS Tendremos también una sección especial para soli=; citud de empleados de la calegoría anterior; pero estos avisos se publicarán previo pago correspon- diente. ¿COSMOS Fabi de AVISOS En los forros 0 25 cs. la línca. Los avisos se publicarán con el tipo de letra usa- do en el presente y las líneas de esta misma longi- tud. En caso de grabados, se medirán, y se cobrará en proporción de las líneas que abracen, lo misma cuando el interesado quiera usar un tipo más gran- de que el presente. PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla, Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues= tro periódico ó6 en carta particular. ; Aquellas que no nos sea posible resolver, pór no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. : Sr. M. S.—México.—Los gejsers son verdaderos volcanes de:agua caliente, pues reunen todos los ca= racleres de un volcan: ruidos sordos que preceden á la erupción, temblores de tierra; intermitencia en el fenómeno, y formación de conos eruplivos con. cráter y cavidad central, ete. Pero no conocemos ninguna clasificación de los volcanes que se aseme= je ¿la que nos indica yd. M. K. Fucus divide su obra Les volcans.et les tremblements de terre, París 1878, en cinco libros que llevan estos títulos: IT Los Volcanes; 1 Temblores de Tierra; HI Los Volcanes de Lodo (Les Volcans Boueux); IV Los Geysers, y - Y Geografía de los Volcanes; pero en ninguna parte de la obra hemos cneontrado términos parecidas á los. que nos cita yd. l , M. CreoxeR, Trae de Géologie et Paléontolo- gie, Paris, 1879, consagra una porción de la tercera parte de su obra al volcanismo que estudia en-ústa forma: 1 Volcanes y su acción; 11 Fuentes calientes; 111 Temblores de tierra, y IV Levantamientos y hun- dimientos permanentes del suclo; pero sin usar tam-= poco los términos que buscamos. : E M. A, DE LAprARENTE, Traité de Géologie, París, 1885, estudia el asunto en la forma siguiente: Sec= ción 11. —Fenómenos volcanicos.—Cap. 1. Manifes- taciones volcánicas; Cap. 2. Génesis de los volcanes. —Sección HI. —Fenómenos geyserianos.—Cap.* 1. Solfataras- y geysers.—Cap. 2. Fuentes calientes, Salsas (Salses) y Mofetas. E Con igual falta de éxito hemos consultado las obras de Lyeri, Dana, Meunier, Véa, etc.—Todas las obras citadas y Otras varias que nos parece. inútil mencionar, están á la disposición de yd. en la Re= > dacción del « Cosmos» por si desea consultarlas di- rectamente, lo cual sería tal yez.lo mejor, pues así podría formar vd, mismo la clasificación que nece- sita. Suscribíos al “Cosmos” kl «Cosmos» es la única revista cien- tífica ilustrada que se publica en nues- tro país. En cada número regalaremos á nuestros suscriptores una magnífica lámina fotocolográfica. Pronto lo haremos decenal sin au mentar de precio. - REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA <> oPo e SUSCRIPCIONES: Porno an a AR OS 00 e Por un piméstre Por un Semestre... EQ ENERO SUE a EL PAGO SERA ADELANTADO =5+SE PUBLICA LOS DÍAS 1* Y 15 DE CADA MES: REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE ** CLASE Tomo I—1* be Ani oe 1892—Núnm. 7 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruitlos. : fe SUMARIO W Acustíx M. Cunávez: Ensayo de aplicación del mé- -todo logico, al estudio de la resistencia del aire y proyecto de un aparato para determinar experímen- talmente los valores parciales de dicha resistencia. -=—Batidores de metal fluido de Bessemer.—ÁLrONSO BercET: Fotografía de los Colores por el Método In- terferencial de M. Lirrmany.—G. M. H.: Juguetes Cientificos. —Tom Trr: Perforar un alfiler con una aguja. Dividir un cuadrado en cinco cuadrados iguales. —Una nueva estrella. —A. Nacuer: Una ¿lu- || - E. LrrTrÉ: sion de la vision. Lámiva 72: Gruta CarLos Pacueco (cerca de Caca-= huamilpa.) Fondo del último Salón: ' TACUBAYA, D. F., MÉXICO “ENPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 Gu 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO! -se, presente durante el año. a Mr. PoweLL, Director del servicio geo- ia ] COSMOS NOTICIAS “DIVERSAS — Habiéndose separado de esta Ca- pital por asuntos particulares el Sr. Profesor Gregorio Torres (QUINTERO, que tenía á su cargo la Secretaría de Redacción del Cosmos, queda ésta en- -comendada al Sr. Jos P. Rivera. —Se anunció, hace algunas semanas que la Academia de Ciencias de París, había discernido al servicio geológico de los Estados Unidos, el premio anual ¿de 1,500 francos, fundado por Cuvier. Este premio tiene por objeto, recompen- sar el trabajo científico más notable que lógico, devolvió el importe del premio diciendo, en una carta adjunta, que en su concepto el premio debía darse al individuo que lo mereciera y nO á una institución del Gobierno; y, en cambio, pedía que en lugar de la suma se le en= viase una medalla, y quelo que quedara se agregase al premio Cuvizr del año próximo. En contestación á.esta carta, M. Dau- BREE, Secretario dela Academia de Cien- elas, acaba de escribirle á Mr. PowkrL diciéndole que se acuñará sin dilación la medalla, y le expresa, además, las más sinceras gracias por esa «donación que atestigua la generosidad y el talento» del servicio geológico de los Estados Unidos. Agrega también que en ningu- na región del Globo se han verificado tantos descubrimientos como desde ha- ce 25 años en los Estados Unidos. -—En la sesión que celebró la Aca- demia de Ciencias de París. el 8 de Febrero próximo pasado, M.. Dansoux presentó á la Acaledas á un jóven cal- culador, Sawriaco Ixaupi, natural del Piamonte y como de unos veinte años de edad. Durante su infancia fué pastor en una aldea, y á las personas que lo rodeaban lesllamó la atención las ex- traordinarias disposiciones que mani-= festó desde temprano para el cálculo, ne obstante lo modesto de su enseñan- za, pues en una escuela primaria apren- dió únicamente á leer, á escribir y á contar. Por sí solo inventó el método, proba- blemente muy empírico, de que se sir- «ve para calcular de memoria. Estando M. Ixaunt de espaldas al pi- zarrón, escribió M. DarBoux lo. ros siguientes. ES : 49123,547:938,A451593,831. 1 248 126 138234 198 910 los leyó en voz alta y pidió que restara la segunda serie de la primera. ¿M.- Ixaupr, siempre sin ver las cifras, repi- tió las dos series, habló un corto ins= tante con los que allí estaban y, re- pentinamente, dijo que la diferencia era: : -2875,4212100,2111394,921 De la misma manera y en unos cuan- tos minutos encontró con el pensamien- to, el número cuya suma del cuadrado y del cubo es igual á 3,600. Es15,-dijo, produciendo aplausos por parte de los académicos. Después, mientras calcu- laba la edad de M. BrerTRAND, en se- '¡gundos; M. Porxcaré le pidió que res= tara 1 del cuadrado de 4,801 y die- ra la raiz cuadrada de la diferencia. 11M. LsauDr comprendió inmediatamente que el problema era difícil y pidió, para resolverlo, dos ó tres minutos durante los cuales habló de su método. En se-= guida, enunció el número exacto de se- eundos que había vivido M. BertraxD y luego el número pedido por M. Porxw- CARE. a La Academia nombró una comisión formada por MM. Darsoux, Porxcaré, Cuarcor, CHAauveau y TisseRAND para que estudien el método de M. Ixauni y los procedimientos, de seguro muy eurio- sos, de su psicología. : —Se le ha recomendado á México con urgencia ES exhiba sus antigúe-. dades y el modo que tienen de vivir sus tribus indigenas; pero afortunadamen-- te esta República tiene un Primer Ma- gistrado que es un hombre de Estado de mucho sentido práctico, y desde lue- go se negó á gastar el dinero de la "Nación en mostrar al mundo lo que el país era cuando Colón descubrió. la América, prefiriendo que México de- muestre lo que es hoy: una nación mo- derna y adelantada, que avanza rápida- mente en agricultura, a artes. Mejor que exhibir en Chicago las rui- nas del pais, sería que México no tuvie= ra participación ninguna en la Exposi- ción y empleara el dinero á ella destinado. COSMOS 27 en traer aquí hombres ilustrados de to- dos los países, que vieran por sí mismos lo que es el México actual. Es seguro que México no irá á la Exposición de Chicago simplemente para que un grupo de curiosos abra la boca contemplando sus cosas raras, y para que un puña- do de rancios anticuarios que no se quieren tomar la molestia de venir acá, mediten en sus antigúedades.—(The - Mexican Financter.) E -- Con el nombre de gromio se ha designado un metal recientemente des- cubierto en el nikel y en el cobalto. La existencia de este metal nuevo ha des- pertado en alto grado la curiosidad de “químicos y metalúrgicos, quienes tra- tan en la actualidad de determinar su naturaleza exacta, su valor y sus apli- caciones. : Otro metal nuevo se ha dado también á conocer; mas éste es de origen arti- ficial. Si hemos de creer al químico in- - glés que lo ha obtenido, este producto metalúrgico se confunde enteramente con el oro más puro, de cuyas e dades participa para los empleos indus- triales. Se le puede tratar al martillo ó estirarlo, y como no es aleación, sino que recibe el color de oro mediante la acción de una sustancia química, se cree que logrará reemplazar á aquel metal precioso en el arte industrial prin- cipalmente, abaratando los bellos y co- -diciados productos de la joyería. TW 2 RAR RÁ PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO ¡CLASIFICACIÓN DE LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO EN 1893 DEPARTAMENTO L- ARTES LIBERALES.—EDUCACIÓN, LITERATURA, INGENIERÍA, ¡OBRAS PÚBLICAS, MÚSICA Y DRAMÁTICA z GRUPO 143 Desarrollo físico, enseñanza y condición.—Higiene |: Clase 774. Crianza y útiles diversos para ella. Clase 775. Educación atlética y ejercicios gimnás= ticos; aparatos para el desarrollo físico, ejercicios gimnásticos y para distracción. Ejercicios acrobáti- cos, patinar, andar, correr, trepar, luchar, jugar á la pelota, remar, cazar, etc. Aparatos especiales pa= ra enseñanza en las escuelas, gimnasias, aparatos para ejercicios, disciplina militar, ete. Clase 776. Alimentación. —Alimento y su distri- bución; adulteración de alimentos; mercados; pre= para ción de alimentos; cocina y servicio; cocinas de escuelas y arreglo de cantinas de escuelas; métodos para calentar las comidas de los niños, etc. Porta= viandas para llevar la comida de niños de escuela, trabajadores y otros. Fondas, comedores, refecto- rios, etc. Clase 777. Habitaciones y edificios caracterizados por sus condiciones más adaptables a la salud y co- modidad, incluyendo habitaciones para trabajadores y edificios de fábricas para operarios, casas y al= deas para operarios en conexión con grandes esta= blecimientos manufactureros; casas de vecindad; te= chos; viviendas; residencias rurales y urbanas, sa= lones para clubs y para escuelas; planos y modelos de edificios improvisados para escuelas elementales, para escuelas de niños y párvulos; juzgados, tea= tros, templos, ete. Clase 778. Hoteles, casas de huéspedes. Clase 779. Baños públicos, lavaderos; higiene pú= blica y doméstica. Salubridad. Aplicaciones y mé- todos para la-salubridad de las habitaciones, edifi- cios y poblaciones. Renovación directa del aire. Calefacción, ventilación, alumbrado, en relación con la salud. Conductores de agua y desechos de alba= ñales. Coladeras y albañales. Mingitorios, sifones hidráulicos, excusados, letrinas públicas y privadas. Alcantarillas, resumideros, salubridad de los artí- culos de fplomo, paredes, ladrillos, techos, pisos, ete. Decoración higiénica de casas.—Pinturas no venenosas, papel tapiz, cubiertas de pisos, lavade= ros, decoraciones, etc. Aparatos para impedir la propagación de las en= fermedades infecciosas. Métodos, materiales é ins= trumentos para purificar y destruir los gérmenes; desinfectores. Aparatos para recibir, conducir y tirar desechos de albañales, desperdicios de casas de matanza, y basuras. 2 Aparatos y métodos para filtrar el agua y limpiar los conductores de agua. Aparatos y métodos para calentar, ventilar y alum- brar escuelas; letrinas, excusados, etc., de escuelas. Métodos especiales para guardar y secar la ropa en las escuelas. z Precauciones en las escuelas para evitar el des- arrollo de enfermedades infecciosas; higiene de es- cuelas; enfermerías, etc. Clase 780. Higiene de talleres y manufacturas. (Clasificación modificada de la dela exposición hi= glénica de Londres). : Planos y modelos para mejorar el arreglo y cons= trucción de talleres, especialmente en aquellos en que los procedimientos que se practican son Insa= lubres ó peligrosos. COSMOS ea AS Sistemas y aparatos para prever ó disminuir el peligro contra la salud ó la vida en algunas indus- trias.y comercios. Precauciones, mamparas, ventiladores, solucio- nes preservativas, lavatorios, etc. Objetos para uso personal.—Garctas preservati- vas, antiparras, vestidos, gorros, etc., para usos en la práctica de algunas industrias y comercios peli- grosos 0 venenosos. z Ilustraciones de las deformidades y enfermedades causadas por oficios 6 profesiones insalubres; mé- todos de combatir esas enfermedades; medidas pre- servativas, etc. Construcción é inspección sanitaria en talleres, fábricas y minas; nuevos inventos ó perfeccionamien- tos para mejorar las condiciones de vida.enlas per= «sonas empleadas en trabajos insalubres; métodos para economizar el trabajo humano en varias ope= raciones industriales. E NA ; Clase 781. Asilos y hospicios,—Asilos para ni- 10s; cuna y orfanatorios; sociedades para protec= ción de la niñez. —Hospicios para ancianos y enfermos:.—Hospicios para ancianos; soldados; inválidos; marineros. Tratamiento ó6 cuidado de mendigos; hospicios; tratamiento de indígenas; reservaciones y casas pa= rta indios. Clase 782. Hospitales, dispensarios de médicos gratuitos, etc.; planos, modelos, estadística. —Hos- pitales de desinfección para fiebres y enfermedades epidémicas; tiendas para hospitales; buques hospi-| tales; muebles y útiles para cuartos de enfermos. Clase 783. Inspección protectora— Inspección sa= nitaria; vacuna, sus leyes y reglamentos; aislamien= tos de enfermedades contagiosas; cuarentena; pre- vención y eliminación de animales epidémicos. Inspección de alimentos. — Tratamiento de alimen tos adulterados; inspección y análisis; tratamiento de substancias alteradas: reglamento de rastros, mo= linos, etc.; reglamento para venta de caballos; re= cursos protectores. Inspeceión de edificios, ete. —Reglamento é ins- pección de edificios, drenaje y plomería de habita= ciones, reglamentos para incendio, salvamento, ete. Inspección personal. — Exámen de color, ete; exá= men pericial para conceder licencias. Inmigración. —Recepción, cuidado y protección de / los inmigrantes. GRUPO 144 Instrumentos y aparatos de medicina, cirugía y protesis Ñ “Clase 784. —Medicinas, preparaciones medicinales (por cual- quiera farmacopea autorizada), artículos de materia médica, preparaciones no oficinales. (Véase el Gru= po 86.) i Clase 785. Preparaciones dietéticas dedicadas es- | pecialmente á los enfermos. (Para extractos.de car- ne de res, véase la Clase 38.) 5 E : Clase 786. Instrumentos para diagnóstico médico, Farmacología, drogas, farmacia, etc.| termómetros clínicos, estetoscopios, oftalmoscopios, ete. | E de Clase 787. Instrumentos quirúrgicos; aplicacio= nes y aparatos con vendajes; substancias anestési- cas, antisépticas; instrumentos de obstetricia, etc. Clase 788. Prótesis, —Aparatos para corregir de- formidades; miembros artificiales. ; Clase 789. Instrumentos y aparatos para cirugía ns dental y para la prótesis. OD Clase 790. Vehículos y sistemas de transporte; socorro de enfermos y heridos, en tiempo de paz 6 de guerra, en el mar 6 en la playa. (Véase también el Departamento G.) y , (Continuard.) PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder ú las: preguntas que sobre. algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. ze Sialguna pregunta noes contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no.de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, 4 pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico 6 en carta particular. E Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestare ninguna pregunta anónima: Sy A 4 21.—El Sr. M. T. desearía saber cuál es la tradue= ción castiza de la palabra francesa poupée=muñe-= ca, maniquí, estopada, escudete, — cuando se la usa como término de Marina, Según E. LirrrE, Diction- natre de la langue francarse, en los' buques se lla-= man poupeées 4 la prolongación de ciertas curyas que se eleyan encima de la tablazón que forma elreyes= - timiento de la parte interior del buque (bordages). Para fijar el buque se enrollan cuerdas al rededor de las poupées. EL ESFUERZO Los que suscriben, constructores, tienen el ho= nor de ofrecer 4 Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas, construcción y compostura de aparatos científicos de todo género, fabricación de modelos, etc. JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires, carrocerías, molinos, - haciendas de beneficio para metales, de los talleres del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas AGUSTIN M: CHÁVEZ, Ingeniero elec=- tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Ex- posición Internacional de París en 1889, y encarga= do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893. Dirigirse: á CS 4 CELA VEO Nooo 9" CALLE DE LA VIOLETA NUM.14 MEXICO La casa se encarga también dela formación de presupuestos para instalaciones diversas, así como de hacer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives-Lille, Erancia), Ferrocarril portá- til Decauville, máquinas, útiles, ete. REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS De DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ: SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA — e SUSCRIPCIONES Por un A E E OO POUM E Por un semestre 5.00 | Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO -S:SE PUBLICA LOS DÍAS 1” Y 15 DE CADA MES::>- REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO: ARTÍCULO DE 2* CLASE 5 >>> Tomo [15 ve AñxiL pe 1892—Núm. 8 El principal deber del hontbre para consigo misino, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es'instruirlos. y : / SUMARIO —Acusríx M. Cuávez: Ensayo de aplicación del mé-= todo lógico, al estudio: de la resistencia del aire y proyecto de un aparato para determinar experímen—- talmente los valores parciales de dicha resistencia. —BERTRAND, Toussarsr y Gomsrrr: El trabajo Ma- =nual en la Escuela y en el Hogar.—G. KerLus: Es= J pectáculos Científicos. (Los armarios para desapa- recer).—Arroxso Bercrr: Fotografía de los Colores por el Método Interferencial de M. Lieemann.—Tom Tir: El terror de las amas de llaves. Equilibrio de s un cucharón, —Lámixa 92: Gruta CarLos Pacueco (cerca de Caca= E. LrrirÉ huamilpa.) Primer Salón. TACUBAYA, D. F., MÉXICO ITMPREN TA Y FOTOCOLOGRAFPÍA DEL «COSMOS » Costado del Ex- Arzobispado núm. 4 ¿ 1592 £ 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO 30 NOTICIAS DIVERSAS —A propósito de la noticia acerca de la teoría delos microbios entre las anti- guas tribus de México, que publicó La Revue Scientifique de París, el 16 de Enero pasado, p. 65, M. Leo Dovay le ha escrito al mismo periódico lo que sigue: E «Hasta hoy no se habían podido des- cifrar aun, de una manera cierta, los ¡e- roglíficos de los antiguos indios, y el descubrimiento de M. VaLLor parece te- ner una gran importancia desde este; punto de vista especial. - «En cuanto á la palabra kokobehe, procede del maya kokob (serpiente de cascabel) y ché (árbol): sería, pues, el árbol de la serpiente de cascabel. Si es- te árbol existe realmente, los indígenas deben conocerlo puesto que aun se ha- bla la lengua maya en Yucatán, —A la cuestión de por qué en los na- víos de hierro no caen rayos, responde lo que sigue la Revue Maritime et Colo- niale según la Electrical Review: debe atribuirse esta inmunidad al empleo de aparejos metálicos en casi todos los na- víos que se construyen con hierro ó con acero. Laembarcación forma, entonces, un conductor contínuo y excelente por medio del cual la electricidad se trans- mite al mar antes de que haya podido causar perjuicios á bordo. El capitán Dinxrar, de la marina inglesa, á quien se le encargó que hiciera un estudio acerca del asunto, asegura que no ha visto ningún casco de navío de hierro herido por el rayo, siempre que no ha- bía solución de continuidad en la unión del casco con el aparejo de hierro. En los navíos de madera, al contrario, caen rayos en la misma proporción que an- tiguamente, cuando no tienen un para- rayos bien instalado. —Un inventor de Sheffield ha pedido patente para mejorar la fabricación del acero haciendo pasar una corriente eléc- trica durante la fusión del metal ó des- pués de ella, con el fin de forzar á las moléculas á que se agrupen entre sí, de tal manera que condensen y refuercen el metal. La corriente se establece fi- jando un eléctrodo en la parte inferior del molde, en tanto que el otro se man- tiene en el chorro de escurrrimiento. - COSMOS. : ADE > —Respecto de la velocidad de la elec- tricidad en los cables submarinos se ha hecho la experiencia siguiente: La determinación, por medio de ob-- servaciones directas hechas en Green- wich, con motivo de la longitud de Montreal, exigía el conocimiento exac- to del tiempo que gastaba en atravesar el Atlántico, una señal telegráfica. Al efecto, la línea aérea de Montreal, á Canso, (Nueva Escocia) quedó ligada por medio del cable sub=marino, de tal ma- nera que un circuito doble le permitía á una señal partida de Montreal, reco- rrer el cable hasta Watterville (Irlanda) y volver después á Montreal. Un cro- nógrafo, en comunicación con los apa- ratos transmisores y receptores, medía el tiempo. En diez señales expedidas, el tiempo medio para atravesar el Ocea- no en los dos' sentidos (8,000 millas im- glesas=12,800 kilómetros) fué de 1* 05. —Anuncian los periódicos america-- nos que la Oficina de Patentes de los Estados Unidos, acaba de decidir la - cuestión de prioridad legal en cuanto á la invención del micrófono en los Esta- tados Unidos en favor de BErLINER COn- tra Epison. Este proceso tenía algunos años de duración, y como la ley ame- ricana concede á las patentes 18 años - de validez, contados desde el momen- en que se las expide, sucede que hasta dentro de 18 años expirará el monopo- lio práctico de la Compañía BrrL, que es la que posee la patente BERLINER, así como la patente BrLL, que iba á ser del dominio público. —La Schwetzerische Bauzettung pu- blica una nota interesante acerca de la influencia del vapor de agua en los 1ma- nes. Calentados de una manera prolon-. vada con el vapor, pierden los imanes de 28 4.67 */, de su poder magnético; pero si, después de una nueva imana= ción se les somete á la misma acción, la pérdida de poder magnético es n= significante y va siempre disminuyen do á medida que se repite la a A lo pe peo allí está indicado un buen medio para obtener la imanación- permanente de las piezas de acero du- rO. 0 —TLa Universidad de Génova conten- drá en el invierno de este año, 223 es- tudiantes de Medicina y 56 del sexo femenino, todos rusos ó polacos. —¡ pronto COSMOS 31 —El horno crematorio de Gotha ve- rificó la milésima incineración. Comen- 26 á funcionar en Diciembre de 1878. -—En el hospital Myslourtz, Silesia, se encuentra actualmente un enfermo que duerme desde hace más de cinco meses sin que se le pueda despertar. Se le alimenta con leche y su cuerpo que está completamente rígido, hace creer que se trata de un caso de: cata- lepsia. PREGU NTAS Y DUDAS +" Nos proponemos responder 4 las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. z d Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues= tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- cvarán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO CLASIFICACIÓN DE LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO EN 1893 DEPARTAMENTO L ARTES LIBERALES .—EDUCACIÓN, LITERATURA, INGENIERÍA, OBRAS PÚBLICAS, MÚSICA Y DRAMÁTICA ' GRUPO 145 Educación primaria, secundaria y superior Clase 791. Instrucción elemental. —Escuelas in- fantiles y Kindergartens; descripción de los métodos de instrucción con estadisticas. == Clase-792. Escuelas primarias de ciudades y al- deas.—Casas y mobiliarios para escuelas; aparatos y útiles; modelos y métodos de enseñanza; obras de texto, plan, ejemplos; ejemplares de trabajos en es- cuelas elementales. ñ Clase 793. Instrucción de niñas para quehaceres domésticos é industriales. —Modelos y aparatos pa- ra la enseñanza del arte de:cocina, labores de la ca= sa, lavado y planchádo, labores de aguja y bordado, modas, arte de hacer flores artificiales, pintura en seda, en loza, etc.; muestras de trabajos escolares. : Clase 794, Enseñanza de artes y oficios para jó- yenes. —Aparatos y sistemas para la enseñanza ele- «mental de industrias; muestras. de los trabajos es- solares: : Clase 795. Enseñanza cientifica. —Aparatos y mo- delos para la instrucción cientifica elemental; apa- ratos de Química, Física, Mecánica; planos, copias, libros de texto; muestras de trabajos escolares en este respecto. Clase 796. Arte dela enseñanza.—Aparatos, mo- delos y métodos para el arte elemental de instrue-= ción en las escuelas, libros de texto, etc; planos, co= pias, etc,; muestras de trabajos escolares de arte, modelos. etc. Clase 797. Escuelas técnicas y de aprendizage.— Aparatos y ejemplares usados en escuelas primarias y secundarias, para la enseñanza de artes y oficios; modelos, planos y dibujos para el arreglo de escue- las de talleres é industriales; resultado de Jos tra- bajos ejecutados entales escuelas. ES Clase 798. Escuelas especiales para la instrucción elemental de indios. Clase 799. Educación de las personas con defec- tos físicos. —Escuela para'sordos, mudos, ciegos y débiles de entendimiento; escuelas de adultos para los iliteratos. Clase 800. Escuelas públicas. — Descripciones, ilustraciones, métodos, estadística, etc., de instruc= ción. 3 Clase 801. Educación superior.—Academias y es- cuelas superiores: descripción y estadística. Colegios «y Universidades. —Descripciones, ilus= traciones de edificios, bibliotecas, museos, colec- ciones, cursos de estudios, catálogos, estadística, ete. Clase 802. Escuelas profesionales.—De teología, jurisprudencia, medicina y cirujía; dentistas, farma= cia, minería, ingeniería, agricultura y mecánica, ar= tes y oficios; escuelas militares, navales, normales, comerciales y de música, Clase 803. Ayuda del gobierno á la instrucción. Departamento (Secretaria) Nacional de Instrucción. — Informes y estadistica. GRUPO. 146 Libros, bibliotecas, literatura y pertodismo Clase 804. Libros y literatura, con muestras es- peciales de tipografía, papel y encuadernación. Obras generales. Enciclopedias, folletos y perió- dicos; encuadernación, muestras de tipografía; filo- sofía, religión, sociología, filología, ciencias natu= rales, artes útiles, bellas artes, literatura, historia y geografía. En Clase 805. Libros para escuelas. Clase 806. Periódicos técnicos industriales. Clase 807. Periódicos ilustrados. Clase 808. Periódicos: estadística de su progre- so, desarrollo y circulación. Clase 809. Periodismo y estadistica de él, con ilus- (raciones de los métodos, organización y resultados. Clase 810. Catálogos de industrias y comercios y listas de precios. Clase 811: Aparatos para bibliotecas; sistemas 32 «dle formas, catálogos y métodos para colocar y en- tregar libros. Clase 812. Directorios de ciudades y pueblos. Clase 813. Publicaciones oficiales de gobiernos. Clase 814. Mapas topográficos. Cartas marinas y de las costas; mapas y secciones geológicas; pas botánicos, agronómicos y otros, por los cuales se conozca el número y distribución de los hom- bres, animales y productos terrestres; mapas fisi= cos, mapas y boletines meteorológicos; estaciones y líncas telegráficas; mapas ferrocarrileros; terrestres y celestes; mapas de relieve y modelos: de porciones de la superficie de la tierra; perfiles de lechos de océanos y dirección de cables subma= rinos. GRUPO 147 Instrumentos de precisión, experimentación, investi gaciones y para fotografía, Pruebas fotograficas Clase 815. Pesos y medidas; «aparatos metrológi- cos y para pesar. Balanzas de precisión, instru= mentos para cálculos mecánicos, máquinas para su= mar, cajas registradoras de venta, mandgmetros, ga- sómetros, ete.; medidas de longitud, escalas gra- duadas, etc. (Para formas ordinarias comerciales, véase bién el grupo 11, ) do (Para máquina de prueba, véase la clase FE) Clase 816. Instrumentos astronómicos y Sus ac=; —cesorios. Tránsitos, circulos, círculos murales, an= teojos zenitales, altazimut, colimadores, les, busca cometas. Instrumentos topográficos y geodésicos. Tránsi- Los, teodolitos, sextantes y horizontes artificiales, brújulas, ¡goniómetros; instrumentos para medir el interior de las minas, túneles y excavaciones; sex- tantes de bolsa; tablas é instrumentos usados con cllos; sextantes, cuadrantes, círculos repetidores, eto. z Clase 818. Instrumentos y. aparatos para nivelar. Niveles de ingenieros, de todas clases y varieda- «des; catetómetros, estadales 'ó miras, rondanas y aparalos accesorios. a Clase 819. Inspección bidrógráfica, sondeo en la profundidad del mar. 4 Clase 820. Aparatos y métodos fotométricos. Clase 821. Foto= grafía. Clase 822. gicos, observaciones. Aparatos y útiles fotograficos. Instrumentos y aparatos meteoroló- con métodos de registrar, reducir é indicar Termómetros. De mercurio, alcohol, aire; termó- metro ordinario, registrador de máxima y minima. Barómetro de mercurio, anemómetro; pluvióme- tro, etc. Clase 823. tros, relojes de precisión, relojes astrónomicos, re- Aparatos cronómetricos. Cronóme- lojes de iglesias y de ciudades, clepsidras, cuadran- tes 6 relojes de sol, cronógrafos, relojes cléctricos, metronómetros. ma- | esferas tan= ecuatoria= | $ ll f y Il COSMOS - l ¿Para relojes comerciales, véase teibica el Gru- Clase 824. Aparatos € pus aMcaieS ópticos y ¡termométricos. E á Clase 825. Aparatos eléctricos y magnéticos. (v és- se también el Departamento 3..) S Clase 826. Aparatos de acústica. al (Continuara.) 7 Los que suscriben, constructores, tienen el ho- nor de ofrecer á Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERÍA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas, construcción y compostura de aparatos. científicos de ; da todo género, fabricación de modelos, ete. AA JUAN B- CHÁVEZ, antiguo “director de varias fábricas de casimires, carrocerías, molinos, haciendas de beneficio para unes de los talleres del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacitecas. AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero ele tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Es posición Internacional de París en 1889, y encarga- do de la Sección de maquinaria en la Internacional ¡de Chicago en 1893. = Dirigirse á CGHAVEZ H5>- e CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 MEXICO La casa se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas, así como de hacer pedidos al extranjero de material para azu- .carerías (Fives -= Lille, Francia), Ferrocarril portá- til Decauville, máquinas, útiles, etc. EMPLEOS A los que tengan una profesión científica:ó docen= te, ofrecemos, libres de pago, tres líneas en el forro. de nuestro periódico, para que soliciten empleo en caso de pesado : : : EM PLEADOS me Tendremos a una A especial para soli-- citud de empleados de la, categoría anterior; pero estos avisos se polar previo pugo PESO. E Mp => AVISOS 0 25:cs. la línea En los forros: Los avisos'se 'publicarin inscon:eltipo'deiletra msa-= “do en el presente y llas líneas de:esta misma longi-=-. tud. En caso de'grabados, se medirún, 'y se cobrará en proporción de las líneas que «bracen, lo mismo cuando el interesado quiera usar un tipo más.gran- de que el presente. A z REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS Go DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA E A SUSCRIPCIONES: ol IU SANA E AS PLL DET ROT Semestre. o tao ii 9:00 NÚNTELO: SUCIO. 20 e ei 0-30 y EL PAGO SERA ADELANTADO =s.SE PUBLICA LOS DÍAS 1? Y 15 DE CADA MES: > - REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE ) A A Tomo I—1* pe Maxo pe 1892—Núm. 9 El principal deber del hombre para congigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. Lrrrnf ( SUMARIO S | Acusríx M. Cuávez: Ensayo de aplicación del me-= todo lógico, al estudio de la resistencia del are y proyecto de un aparato para determinar experimen- talmente los valores parciales de dicha resistencia. —Berrranb, Toussaint y Gowmberr: El Trabajo Ma- | nual en la Escuela y en el Hogar.—G. KuerLus: Es- pectáculos Científicos (El busto aislado). —ALFON= so BerceT: Fotografía de los Colores por el Méto= do Interferencial de M. LibrmanN. — BERTHELOT : | Apuntes para la historia de la Balanza Hidrostática QUA E — q _ _»>E _— _PE_E=- >—_—— y de algunos otros aparatos y procedimientos cuen tificos, —Tom Trr: Equilibrio de un plato. El hueso parado sobre la botella. Lámina 9% Gruta de Cacauamilpa. Salón de las Fuentes. S - - L di y E = o A ——— —_—__ =—_——__—— —— ——— TACUBAYA; D. F:, MÉXICO =——— IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERTODICO--¡0JO! 34 NOTICIAS DIVERSAS —Se burlan de los franceses, con fre- cuencia, por su ignorancia en Geogra- fía. Es curioso hacer notar, á este res- pecto, que el Emperador de Alemania cometió un error geográfico en su re- ciente discurso á los branderburgueses. Dijo GuiLLermMO Il que el Almirante in- glés, Francis Drake descubrió el Ocea- no Pacífico desde lo alto del istmo de Panamá. El acontecimiento tuvo lugar en Septiembre de 1577; pero no acae- ció entonces el descubrimiento como dijo el real orador. Mucho más antes, en 1513, el español Vasco Núñez De BaL- BOA vió el Oceano Pacífico desde lo al- to de una montaña del istmo de Da- rien. —A propósito del torpedero Speedy, “actualmente en construcción para el al- —mirantazgo inglés, en los talleres de MM. TuornYcrorr, de Chiswick; torpede- ro que según se dice sobrepujará en ve- locidad á todos los demás, ha publi- 'cado el Times un cuadro de los tor- pederos y buques-torpederos más rá- pidos y que con un porte inferior á 1000 toneladas, se encuentran actualmente en servicio ó en algún astillero. Son: Gran Bretaña: Speedy, 21. 5 nudos; torpedero núm. 80, 23 nudos. Francia: de Herville, 21. 5 mudos; tor- pederos: Coureur, Véloce, Grondeur, 23. 5 nudos. : Alemania: buques de escuadra núms. 5 y 6, 22 nudos; torpederos núms. 65 á 74, 24 nudos; núms. 76480, 25 nudos; núms. 75 y 81 á 96, 26 nudos. Italia: Zr2pol, 23 nudos; buque-tor- pedero Aquila, 25 nudos. Rusia: buques Adler, 26. 5 nudos. Austria: torpederos Komet y Traban, 20. 5 nudos; torpedero Falke, 22. 4 nu- dos. República Argentina: 6 buques Ya- rrow, de 39 metros, 22. 5 nudos. Chile: Lynch y Condell, 21 nudos; buque-torpedero Glaura, 22 nudos. China: buque-torpedero Schichaud, 924 nudos. S Dinamarca: dos torpederos, 22. 1 nu- dos. z ; España: Destructor, dos torpederos, 22. 1 nudos; torpederos Rayo, 24 y 25 nudos. COSMOS —El censo de caballos, jumentos, mulos y mulas, que se hizo en Fran- cia en virtud de_las disposiciones mili- tares, dió respecto de París los resul- tados siguientes: 4* circunscripción, 25,562; 2*, 7269: 3%, 459: 4%, 796: 5%, .. 728: 6*, 459: 7*, 1864: 8*, 4820: 9*, 1309: 10%, 3101: 14*, 3433: 12*, 3765: 13*, 2807: 14*, 1830: 45*, 6721: 16*, 2847: 17*, 5618: 18%, 6454: 19*, 6239: 20", 1698. O sea un total de 87,749. La enorme cifra de ca- ballos de la primera circunscripción de- pende de que los caballos pertenecien- tes á la Compañía de omnibus y á la Compañía de carruajes pequeños, fue- ron empadronados en el cuerpo social de las de compañías. No tendrá lugar este año la clasificación de los caballos, jumentos, mulos y mulas, porque ésta no se verifica sino cada dosaños bajo los auspicios de diez y seis comisiones orga- nizadas por el Gobernado rmilitar de Pa- rís. : Entre los resultados prácticos de- bidos á las doctrinas micróbicas de M. PasTeUR, nINSUNO es Más comprobante que la propagación de la fiebre tifoi- ea por las aguas impuras cargadas de microbios El Ministro de la Guerra le presentó recientemente al Presidente de la República un informe acerca de las medidas que se han tomado en el Ejército para atenuar los efectos de la- fiebre tifoidea. Donde quiera que se lo gró sustituir una agua reconocida co- mo mala con una agua irreprochable, ó purificar aquélla por medio de la fil- tración según el sistema CHAMBERLAND, desapareció la fiebre tifoida. De esta manera en guarniciones más Ó menos cruelmente atacadas en otro tiempo, como Compiegne, Mans, Domfront, Mé- lun, Verdun, Lunéville, Lérouville, Mé- zieres, Auxonne, Poitiers, Vitré, Dinan Cherbourg:, Lorient, Brest, Tulle, An- gouleme, Clermont-Ferrand, Montpe- llier, Carcasonne y Agen; la fiebre ti- foidea no se presentó ya bajo forma epidémica, sino en casos arslados y con > orandes intervalos. Al contrario, don- de quiera que se desarrolló una epide- mia, se pudo comprobar que seguía á la sustitución de una agua fortuitamen- te contaminada por el agua pura de que se había hecho uso hasta entonces. Tal es el origen de las epidemias de |Montargis, Ávesnes, Lisieux, Evreux. Nantes y Perpignan, que estallaron, sea después de reabrir pozos anteriormen- te condenados, sea después de acciden- tes sobrevenidos en los alimentos de la ciudad. De igual manera se debe ci- tar la epidemia que atacó á la guarni- ción de París en Enero y Febrero de 1891 cuando los grandes frios ocasio- narón la congelación de los tubos de a de fuente y se tuvo que recurrir al agua del Sena. Hace ya mucho tiem- po que está probado lo peligrosas que son algunas aguas: es, pues, un crimen alimentar á las poblaciones con aguas malas y no filtradas.—G. 7. —En Montcombroux, cantón de Don- jon (Allier, Francia), acaba de hacerse un descubrimiento, único en su género: un taller para la fabricación de braza- letes de esquisto. Este taller está situa- do en un punto culminante, cerca de tres fuentes y próximo á una veta de esquisto negro que cubre las minas de carbón de Bert. Se han encontrado más de tres mil restos de brazaletes, en to- - dos los estados, desde el bosquejo has- ta el brazalete listo ya para pulirse. Se encontró también una cantidad prodi- giosa de fragmentos procedentes del corte de los brazaletes. En la época ga- lo-romana se pulían estos fragmentos, se les hacía un agujero para suspenden- derlos y se les llevaba como amuletos. Los brazaletes en cuestión, han sido fabricados por medio del silex, del cual se han encontrado pedazos y raspado- res mezclados á los mismos brazaletes; éstos miden desde 60 milímetros hasta 200; los habia, pues, para los niños y aún para los muslos de los adultos. —Se ha encontrado en Paraguay el jaborandi que como se sabe produce un alcaloide, la pilocarpina. Se le recoje en mayor cantidad en el Brasil, en los alrededores de Pernambuco donde cre- ce en los claros de los bosques y en las vertientes de las montañas. Merced á sus propiedades sialagogas y diaforéti- cas, las hojas y las yemas de esta plan- ta tienen un empleo util; pero se ha re- conocido que las virtudes del jaboran- di paraguayano son ménos activas que las de la planta brasileña. En particu- lar, la acción fisiológica es menor y el alcaloide empleado como sudorífico es 1 mucho más debil. COSMOS 33 PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO CLASIFICACIÓN DE LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO EN 1893 DEPARTAMENTO L ARTES LIBERALES.——EDUCACIÓN, LITERATURA, INGENIERÍA, OBRAS PÚBLICAS, MÚSICA Y DRAMÁTICA IMPORTANTE Los Catálogos que se habían formado pa- ra la agrupación y clasificación de los obje- tos que han de enviarse al próximo Certá- men Internacional de Chicago, han sufrido un cambio por parte de la Dirección Gene- ral de la Exposición en los Estados Unidos. Según la nueva clasificación, el primer gru- po de la Sección L, ó sea el 143 queda re- formado, ocupando el núm. 147, y así los demás, 148 en vez de 144, etc. Las clases, así mismo, no siguen la nu- meración ya publicada; de suerte que la cla- se 774 es ahora la 824, la 775, 825 y asi sucesivamente las demás, teniendo que agre- garle 50 al número respectivo publicado en los forros de los números 7 y 8 del Cos- MOS. Desde el presente número, seguiremos ya esa nueva nomenclatura que nos apresuramos á poner en conocimiento de nuestros lecto- res, á fin de evitar cualquier error. GRUPO 152 Ingeniería civil. Obras públicas, arquitectura Clase 877. ciones topográficas. Medidas y situaciones de pue- Reconocimientos de terrenos, inspec- blos y ciudades, con los sistemas de provisión de agua y drenaje. Clase 878. Inspecciones enlas costas, ríos y puer- tos. Clase 879. Construcción «y conservación de cami- nos, calles, pavimentos, etc. Clase 880. Ingeniería de puentes (ilustrada con - planos y modelos). Dibujos de puentes. Dibujos y cartas que mues- tren los métodos para calcular las fuerzas y pesos: Cimentación, estribos, cimbras de piedra, made- ra, etc. Puentes de arco, de piedra, madera ó hierro. Puentes colgantes, de fibra, cadenas de fierro y cables. Puentes de celosía, de madera, hierro y acero; 36 cuerdas de acero, enrejados % barandales, cinchos de Frxk, BoLLmay, Horve, Prarr, Pors, Lonc, Wm1r-= PLE: y Otros de construcción especial, Puentes salientes, puentes levadizos; maquinaria 1 oscilante y rodante. Puentes tubulares. T Puentes de ferrocarriles, acueductos, y otros: de construcción especial, no clasificados antes. (Cartas que muestren los informes. y datos, de altura, peso, costo y de- construcción, extensión, más datos de interés de los grandes puentes del mundo). Clase 881. Construcciones hidráulicas. Cimientos, |? muelles, puertos, rompe-olas, diques, construcción de presas, obras hidráulicas y canales. Clase 882. Irrigación. Canales y sistemas de irri= gación. Clase 883. ción, situación y construcción de ferrocarriles. Clase 884 Ingeniería dinámica é industrial. Cons= trucción y trabajos de máquinas; ejemplares de tra= Ingeniería de ferrocarriles. Inspee= zos y construcciones de fábricas y establecimientos metalúrgicos. , Clase 885. Ingeniería minera. terráneas, construcción de túneles, socavones, etc.; Inspecciones sub-= situación y construcción de tiros de todas clases; desagúe, ventilación y alumbrado. (Véase también el departamento E). * Clase 886. Ingeniería militar. ría. Construcción de fortalezas, parapetos y fortifi- Obras de terrace- caciones temporales. Clase 887. almacenes, arsenales, minas. _ Clase 888. Caminos, puentes, pontones, moviliza= Obras «permanentes. Fortificaciones, ción de tropas y equipos. Clase 889. Arquitectura. blicos para oficinas ó instalaciones especiales; habiz Planos de edificios pu- taciones grandes y pequeñas. Planos y, memorias de cimientos, paredes, tab ques, pisos, techos y escaleras. Cálculos sobre la cantidad y costo del lead Planos y modelos de invenciones especiales para seguridad, comodidad y conveniencia en la manipu- lación de elevadores, puertas, ventanas, etc. Sistema de trabajos de albañil, carpintero y pin= caballe= construcción y estucado de tabi- tor. Planos y modelos de amarres, arcos. tes, boyedas, etc.; ques; pintura y decoración. Planos de sistemas para levantar, manejar y €n- tregar los materiales que el artesano emplea en las: construcciones. Andamios y escaler soportar grandes pesos; gruas portátiles y cleyado= andamios: especiales para res de fuerza. Ejemplares que muestren la: resistencia de: mate= riales, Planos y seceiones de figuras arquitectónicas es- peciales. Viguetas y cuarlones de metal para pisos, ladrillos huecos y otros objetos arquitectónicos de alfarería para calefacción y ventilación; cornisa y canales de metal; tejamaniles y tablas; techos y pi sos de cristal y sus accesorios; instrumentos del arquitecto. TN Métodos para combinar Ate Protección de cimientos, paredes y áreas contra. la humedad. Sistema de empedrado y nt - GRUPO 153 Gobierno y leyes Clase 890. Diversos sistemas de Gobiernos dus- trados. Poderes del Gobierno: legislativo, ejecutivo y judicial. Clase: 891. Leyes:' y relaciones internacionales. Facsímiles de tratados, etc. , Clase 892. Leyes sobre privilegios de invención. Oficinas de patente y sus funeiones; estadistica de invenciones y patentes. Clase-893. Sistemas postales y métodos del ser-: vicio postal. Buzones, balijas de correo, timbres. postales, ete... EZ Clase 894. Sistema penal y correccional. Prisio= nes, penitenciarias, administración y disciplina de cárceles, transporte de criminales, colonias de cri- minales, casas de corrección, escuelas, disciplina “naval, castigos en el mar, inspecciones de policía, en cierros nocturnos, eto.; vestuario y equipo de pre- sidiarios, muestras de labores de presidiarios. GRUPO 154 - Comercio, negociaciones comerciales y bancos Clase 895. Historia y estadística del comercio- Clase 896. Compañías de ferrocarriles y trans- portes. x Clase 897. Sistemas de cambio. Dinero, moneda, papel moneda. Clase 898. Despachos ó escritorios, almacenes y tiendas. Orden y arreglo, mobiliario, métodos de administración, teneduría. de libros, métodos para entregar cambio de dinero y distribuir efectos ¿los compradores, Clase 899. Almacenes y sistemas de almacenaje. —Graneros Clase 900. Cámaras de comercio y sus obligacio=- nes y Operaciones, ilustradas- Clase 901: Agencias de cambios de productos, metales, ganado, ete. Clase-902. Compañias de Seguros. a Clase 903. Bancos y operaciones de banca. Hus= s de edificios, interior de edificios, métodos adísticos; casas de comisiones, etc.; tracione ¿informes est instituciones de seguros y ahorros. Clase 904%: Cajas y aparatos para guardar dine= ro y valores; compañias de seguros de depósitos: Clase 905. Teneduría de libros. Libros y siste= mas de contabilidad y de llevar libros; sistema de autorizar libros, etc. , - Clase 906. Compañias de expresos, etc. : - transportes, (Concluirá.) COSMOS. ER REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA —e offo o—— SUSCRIPCIONES: NOOO r Un trmestre si BO 5 00 | Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO SE PUBLICA LOS DÍAS 1”? Y 15 DE CADA MES:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Tomo —15 pe Mayo De 1892—Núm. 10 El principal deber del hombre para eousiga nismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LrrraÉ. SUMARIO Acustíx M. Cuávez: Ensayo de aplicación del mé- todo logico, al estudio de la resistencia del aire y proyecto de wn aparato para determinar experimen- talmente los valores parciales de dicha resistencia. —El Magnetismo del Oxígeno.—BERTRAND, Tous- SAINT y GomBerT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—Armerto Harzrerp: La División De- cimal del Círculo.—Tom Ti: La botella acrobata. La pera cortada, ¡ Lámina 102: Gruta Carnos Pacmeco (cerca de Ca- cahuamilpa). El Monje. A TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 1892 . 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10JO! 38 NOTICIAS DIVERSAS -—Para demostrar á qué grado de per- fección ha llegado desde hace pocos años la industria del laminado, el pe- riódico inglés Paper Maker señala el hecho de que se han llegado á obtener láminas de hierro de 1/1800 de pulga- da de espesor; es decir, que 1800 de esas hojas sobrepuestas y prensadas unas contra otras tendrían el espesor total de una pulgada, ó sean 27 milíme- tros. Para dar una idea exacta de lo del- - gadas que son estas hojas nos bastará agregar que una canal de cigarro es más gruesa, puesto que 1200 de éstas tienen poco más ó menos el mismo es- pesor. Los lobos han hecho este invierno - grandes estragos en Noruega y Rusia; solamente en el gobierno de Novgorod se han valuado las presas que han he- cho durante el año, en 3484 carneros y en 17,000 animales domésticos más pe- ueños, estimándose las pérdidas en 137,000 rublos. En Somarsk llegan és- tas á 300,000 rublos. En el N. de No- ruega, los estragos han sido también importantes: no hace mucho tiempo, 15 cerdos de la hacienda de Norbatten fueron devorados por los lobos, y en otras haciendas ha desaparecido un gran número de estos animales. Créese que hayan sido devorados por los lo- bos. : —En los Estados Unidos, Arkansas es el Estado que suministra, al natural, las mejores piedras para afilar. Son úti- les, sobre todo, para los instrumentos finos. En el referido Estado se encuen- tran extensas capas de novoculita. La novoculita es de naturaleza esquistosa y generalmente se la encuentra combi- nada con materias calcáreas: estas rocas en virtud del cambio molecular que han sufrido son muy á propósito para la operación de asentar. Arkansas da lo suficiente para el consumo total de los Estados Unidos, sin contar la exporta- ción. El principal depósito de novocu- lita se encuentra en una colina de 150 metros de altura. Es una piedra de color blanco de nieve. Debido á Su ex- trema dureza se la puede tallar única- mente con polvo de diamante; natural- mente es muy costosa. habitante. LES COSMOS —Un nuevo producto llamado ozo- - nina, parece llamado á prestar grandes servicios en las industrias de blanqueo. En la proporción de 1 gramo por un litro de agua, la ozonina obra enérgi- camente sobre las fibras, la madera, la - paa el corcho, el papel, así como so- re las soluciones de goma y los jabo- - nes. El efecto es idéntico al que se ob- tiene con las soluciones ácidas y con las alcalinas. Para recoger este produc- to se procede dela manera siguiente: se disuelven 125 partes de resina en 200 de aceite de trementina, después se ' agrega una solución de 20 4 25 partes de. hidrato de potasa en 40 partes de. agua, y 90 de peróxido de hidrógeno. La pasta así obtenida se expone á la luz .|y en el término de dos ó tres dias se. transforma en un fluido claro al cual se da el nombre de ozonina. Esta trans-- formación puede obtenerse también-en- la obscuridad; pero entonces exige va- rias semanas para su completa fluidi- ficación. : : " —Se comprende muy difícilmente la cantidad de agua que gastan anualmen- te los habitantes de una gran ciudad. En el año de 1890-1891 el consumo to- tal en Londres fué de 210.591,569 me- tros cúbicos, lo que corresponde á un —- término medio diario de 576,963 metros cúbicos. Esta cantidad se repartió en- tre las ocho compañías que llevan á ca- bo la distribución del agua en la capi-- tal británica. El número de casas á que llegó este liquido fué de 763,963; y el de habiatntes, 5.696,266. El consumo - medio diario fué, pues, 140.6 por cada - —La siguiente nota será útil, indu- dablemente, á todos los que se dedican á la fotografía: un baño á 6 por 100 de sal de cocina adicionado con unas go- tas de amoniaco, es un preservativo excelente para la pérdida de tono que sufren las pruebas positivas al fijarlas en el papel albuminado. Basta, para el efecto, tener las pruebas O minutos después de un corto lavado en agua pura á la salida del baño de vi- raje. : —Dos velocipedistas han caminado en Argelia, en 20 horas, de Biskra á Tuggourt, ida y vuelta, ó sean 225 kiló- metros. Según estos aficionados, el ve- lo-neumático es el que conviene mejor para viajar por las comarcas arenosas del Sahara; afirman también que con “una montura de este género, bastan 15 horas para atravesar el desierto. En el oásis la curiosidad fué tal quelos velo- cipedistas tuvieron que retardar la hora de su partida para que los indígenas pudieran contemplar al velocípedo, al cual le dan el nombre de caballo que no come cebada. : a —El fanal eléctrico en las locomoti- vas, se ha vuelto de uso frecuente en In- diana. Á este respecto se han hecho ex- periencias recientes entre Indianapolis y Decatur. El poder iluminador es de 2500 bujías, poco más ó menos, y per- mite al maquinista, siempre me se tra- te de una línea en vía recta, distinguir con entera exactitud á más de 800 me- tros todos los objetos que tengan el ta- maño de un buey. Aún se ha podido ver á más de cuatro kilómetros, la ven- tana de una estación no iluminada, por- que sobre esta ventana se reflejaba la luz; la casa comenzó á distinguirse has- ta los 120 metros. .- —En las horadaciones sistemáticas que desde hace de tiempo se hacen cerca de la aldea de Heerlen (Holanda), para extraer pizarra, acaba de descubrir- se un yacimiento de hulla, el cual al. canza profundidades que varían de 30 á 130 metros. Las capas tienen de 3 á 5 piés de espesor. Según el /ron de COSMOS 39 hay en Nueva-York, alcanza la respe- table cifra de 50,000; en Washington se cuentan sólo entre las damas 900, y en las calles pavimentadas y de 800 ki- lómetros de extensión, los velocipedis- tas transitan con la mayor libertad. sr PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO CLASIFICACIÓN DE LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO EN 1893 DEPARTAMENTO L — ARTES LIBERALES.—EDUCACIÓN, LITERATURA, INGENIERÍA, OBRAS PÚBLICAS, MÚSICA Y DRAMÁTICA (CONCLUYE) GRUPO 155 Instituciones y organizaciones para generalizar y difundir la ciencia Clase 907. Instituciones fundadas para generali- zar y difundir los conocimientos, tales como el «Ins- tituto Smithsoniano,» el «Instituto de Francia,» el «Instituto Real,» la «Asociación Británica para el adelanto de las ciencias,» la «Asociación Americana,» etc.; su organización, historia y resultados. Clase 908. Academias de ciencias y letras. AÁso- ciaciones científicas, sociedades geológicas y mine- ras, etc.; asociaciones de ingeniería, técnicas y pro- fesionales; sociedades y organizaciones de artes, Londres, este yacimiento no es otra Co- | biología, zoología, medicina y astronomía. sa que la continuación de la cuenca hu-| llífera de la Wurm. A lo que parece, se proponen explotar esta mina, y para “conducir los productos se terminará el camino de hierro de Herzogenrath á Sittar, actualmente en construcción. —Leemos en un periódico que en los Estados Unidos, se recogen las cáscaras de naranja, se las seca después en hor- nos y, en seguida, se las pone á la ven- ta para encender la lumbre. Agrega el mismo periódico de donde tomamos la noticia, que las cáscaras de naranja así preparadas, arden con facilidad y no son jeligrosas como el Kerosene ó el petró- eo. ; s - Aquí quemucho abunda esa fruta, bien podrían utilizarse las cáscaras y substi- tuir con ellas, la madera resinosa ó el petróleo, que tanto se usan. “—Los americanos son ardientes ve- Jlocipedistas. El número que de éstos Clase 909.-Museos, colecciones, galerías de artes, exhibición de obras de artes é industrias; agrícolas de Estados y distritos, nacionales, internacionales, y congresos internacionales. Clase 910. Publicaciones de sociedades. Clase 911. Bibliotecas públicas y privadas; esta= dística. GRUPO 156 Asociaciones fraternales, industriales y cooperativas Clase 912 Organizaciones fraternales. Clubs po- líticos, militares, de estudiantes, de viajeros, de-pe- riodistas, científicos y: otros. Clase 913. Sociedades y organizaciones políticas. Clase 914. Asociaciones de artesanos. Su orga- nización, estadística y resultados. Clase 915. Organizaciones industriales Clase 916. Asociaciones cooperativas de nego= cios. a - Clase 917. Sociedades secretas. Clase 918. Diferentes organizaciones para pro- mover el bienestar moral y material de las clases industriales. 40 COSMOS GRUPO 157 Asociaciones religiosas y sus sistemas. —Estadística y publicaciones. Clase 919. Asociaciones religiosas y sus sistemas. Origen, naturaleza, progreso y extensión de. varios sistemas y creencias religiosas. Ilustraciones esta- dísticas é históricas y otras; pinturas de edificios, planos y vistas del interior de los edificios. Clase 920. Música religiosa, coros, himnos. Clase 921. Sociedades misioneras, misiones y tra- bajos relativos; mapas, informes, estadística. Clase 922. Propaganda de las creencias religio- sas por medio de publicaciones; sociedades de la «Biblia,» de libros religiosos, y sus publicaciones. Clase 923. Sistemas y métodos para la educación é instrucción religiosa para jóvenes, escuelas domi- cales, mobiliario, útiles y libros. Clase 924. Asociaciones para el progreso moral 6 religioso. Clase 925. Asociaciones de caridad relacionadas con las sociedades eclesiásticas. GRUPO 158 Música e instrumentos musicales. —El teatro Clase 926. Historia y teoría de la música. Músi- ca de los pueblos primitivos. Instrumentos informes y curiosos. Combinaciones de instrumentos, bandas y orquestas. Libros de mú- sica y álbums. Notación musical. Historia y literatura de la música. Retratos de los grandes músicos. Clase 927. tambores y tamboriles;, timbales, triángulos, plati- Instrumentos vibrantes. Tamboras, llos, castañuelas, «huesos»: Campanas, chinescos y campanillas. Instrumentos del campanero. Cristales musicales. Glockenspiels, xilófonos, marimbas. Cajas de música. Clase 928. Instrumentos de cuerda que se tocan por medio de los dedos ó el plectro, tales como el laúd, la guitarra, el bajo y la mandolina. El arpa y la lira. La cítara y el salterio. Clase 929. Instrumentos de cuerda que se locan con el arco, tales como: El yiolín. La viola, la yzola-da-gamba, la giola dí amore. El violoncelo y el contrabajo. Instrumentos mecánicos. La tiorba y el piano=vio- lín. Clase 930. Instrumentos de cuerdas con teclas. - Piano cuadrado, de cola, vertical y de concierto. Accesorios y partes del piano. Antecesores al piano. El clavicor, el clavicimba= lo, el clavicordio, el manicordio, la espineta, la dul- zalna. Instrumentos y métodos de fabricación. Organillos. Clase 931. Instrumentos de viento con agujeroque | 1 sirve de embocadura, tales como la flauta, el flau- tín, el octavino y el fajolé. Clase 932. Instrumentos de yiento con boquillas arregladas para los labios, tales como el clarinete, el oboe y el saxofón. Clase 933. Instrumentos de viento con embocadu- ras, de campana sin llayes, tales como la trompeta (simple) y el bugle, la tromba marina, el trombón, (con llaves ó sin ellas,) el serpentón, el fagot y la galta. Clase 934. Instrumentos de viento con embocadu- ras de campana y con émbolos, tales como el bugle, el cornetín, el corno francés, el oficleide f figle). Clase 935, Instrnmentos de viento con sistemas complicados. Acordeones y organillos de boca. Melodeos y armonios. Organillos de lengúeta. Órganos de manubrio, órganos automáticos, or= tones, etc. ; Órganos de tubos. Clase 936, Accesorios para instrumentos musica_' les. Cuerdas, lengúetas, puentes. S Batutas de directores, bastones de tambor mayor. Arreglos 6 invenciones mecánicas para orquestas. Hierros de tono, pitos de tono, metrónomos, atri- les, etc. : Clase 937. La música en relación con la vida hu- mana. Compositores de música. Grandes ejecutan— tes. Grandes cantores. Retratos. Biografías. Teatros y lugares para conciertos, La ópera y su historia. La oratoria, Misas. Música sagrada de todas las épocas. Himnos, ba- ladas y cantatas de todos los países. Aires nacio-= nales, Clase 938. La comedia y el drama. nos y modelos de teatros y foros. Historia del drama hasta donde pueda mostrarse por medio de los elementos literarios. Retratos de El foro. Pla- actores. Reliquias de actores. z Programas de funciones teatrales, etc. Trajes, máscaras, armaduras. Escenarios. Aplicaciones de ilusiones ópticas, ete. Piezas dramáticas, -etc., de todas lasedades y pueblos. PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, mos hagan nuestros: suscriptores. Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem= po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico 6. en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con-. testarlas. Los nombres de los signatarios se publi. carán sólo con letras iniciales: No contestaremos ninguna pregunta anónima. ES REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO o FERNANDO FERRARI PEREZ x can SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P..RIVERA +3 ra > SUSCRIPCIONES: “Por un año. ap 9 007] Por un trimestre. $ 275 Por un semestre, .......... 0... 5.00 | Número suelto... ...........o..o. 0 50 : EL PAGO SERA ADELANTADO 5SE PUBLICA LOS DÍAS 1? Y 15 DE CADA MES:s> ABGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE ?* CLASE Tomo I—1* DE Junio pe 1992 —Núxm. 11 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirae; el principal deber del hora- bre para con los demás, es instruirlos. | todo logico, al estudio de la resistencia del atre y B proyecto de un aparato para.determinar experimen- talmente los valores parciales de dicha resistencia. —Dr. Z....: La desinfección de las habitaciones. —Tom Tim: Los lápices en equilibrio. La erupción l del Vesubio. La campana del buzo.—BxrTRAND, Toussa1nr y GomBerT: El Trabajo Manual en la Es- cuela y en el Hogar.—G. Hinrow ScrIbNER: ¿Donde comenzo la vida?>—Solubilidad del plomo en el acei- te de algodon. Límiva 142: Gruta Cannos Pacmeco (cerca de Ca- cahuamilpa). El Centinela. BD. Erre SUMARIO S : Acustís M. Chávez: Énsayo de aplicación del mé- | TACUBAYA, D. F., MÉXICO Í AS IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO0! 42 COSMOS A y NOTICIAS DIVERSAS "NECROLOGIA El viernes 19 del pasado, falleció nuestro compañero de redacción D. ManueLn Burn AñaD, vice-presidente de la Sociedad Foto= gráfica Mexicana. Su pérdida, bastante sensible para la Fo= tografía Nacional, lo es más para nosotros todavía, puesto que veíamos en él más que un compañero, un amigo. Reciba su inconsolable familia nuestras ex- presiones más sinceras de condolencia y oja= lá halle cuanto antes lenitivo 4 su dolor. ESTAS TA A | —Se ha descubierto una capa de co- ke natural, casi semejante en todos sus aspectos al que se produce en las in- dustrias de gas, en los yacimientos hu- llíferos de Brelh Bass, Nueva Gales del Sur (Australia). La capa de coke esta- ba sobrepuesta á otra Lo hulla, pareci-- da á la que se extrae de las minas aus- tralianas. La línea de división entre las dos capas estaba bien marcada y se - desprendía con entera claridad en toda la extensión de los trabajos. Si se le compara conel productofabricado, el co- ke natural es un poco más pesado, con- tiene menos carbono fijo y una propor= ción menor de cenizas y de azufre. Se - consume sin producir humo. —La administración de la línea tele- fónica «Paris-Londres» publicó recien- tementelos resultados dela explotación. Desde el primer mes el número de co- municaciones fué de 1222. Este núme- ro ha continuado en progresión ascen- dente como lo demuestra el cuadro que sigue: MAYO es: 1,491 comunicaciones. FUMO Ls 1,709 ON Jalon 1,988 ES Agosto. ....... 2,276 A Septiembre.... 2311 ds Octubre....... 2,732 Es . Lo que da para el primero de No- viembre un total de 12,507 comunica- ciones. Se ha decidido mantener á 10 francos el precio de una conversación de tres minutos entre París y Londres. Mr. Foot ha recogido en el Es- tádo de Arizona (Estados Unidos) una serie de meteoritos que contienen muy pequeños granos de diamante. Estos 0 ¿ E meteoritos están' constituidos por má- sas de hierro en las, cuales se notan ca- vidades pequeñas Menas.de una materia negruzca que encierra los ¿granos de diamante. En realidad no es del todo exacto que estos cuerpos sean meteó- ritos; se les ha encontrado en los flan- cos de un cono de erupción y alineados, siguiendo una dirección determinada: esta circunstancia puede originar du- das acerca de su procedencia; pero cual. quiera que sea su origen, esos cuerpos ' revisten un gran interés desde el punto de vista de la formación del diamante. —Sábese que el perro es muy refrac- tario á la inoculación de la bere sis de las aves, y queal contrario es muy sensible á la acción de la tuberculosis humana. Así, pues, en tanto que el co- nejo resiste á la enfermedad dos meses; el perro sucumbe antes del VISÉSIMO - quinto día. Z 4 MM. Ricuet y Héricourr, aprovechan= do esta resistencia del perro para latu= berculosis aviaria idearon “servirse dé esta substancia para vacunar al animal y comprobaron que quedaba refrac tario á la tuberculosis humana. E Fueron sometidos á la experiencia dos grupos de cuatro perros, recibien; do los animales de uno de estos grupos; inyecciones preventivas. Después de: ésto se inoculó á:los ocho animales el; mismo virus de naturaleza humana; los; > que habían sufrido lá-vacunación resiss, tieron la prueba, pero los otros cuatro: murieron al octavo día. Finalmente; MM. Ricner y Higroounr completaron: sus trabajos.com, un, experimento que; parece. ser la:confirmación de los antez PILES: LL q dE El poder infeccioso del virus de la; tuberculosis aviaria puede aumentarse: extraordinariamente iy, en estas condi ciones, mata á los animales con exce= siva rapidez, aún,en.este caso la vacu= na confiere una inmunidad perfecta. -: —Respecto de la longevidad de las aves aun no han resuelto definitivamen:, te los ornitologistas la cuestión de siz las avesson de todos los animales los que. tienen la vida máslarga. He aquí, entre: tanto, algunos ejemplos de la longevi-; dad de las aves, recogidos de la Revue; de L”. Art Véterinaire, que se publica. en ruso. Está ya demostrado que los. cisnes viven hasta 300 años. NAUER, 3. E - A o A a td en 'su obra Vaturhistorixer dice que ha visto un gran número de halcones que. alcanzarón la edad de 150 años. Las águilas y los milanos viven igualmente mucho tiempo; el mismo KxauEr cuen- ta que en 1819 murió en Berlín una águila marina capturada en 1715, es de- cir, 104 años antes, teniendo en cuen- ta que ya entonces tenía algunos años. El milano de cabeza blanca «apresado en Austria en 1706, murió en el patio del. palacio de ScHoEnBRUNN, cerca de Viena, despues de haber pasado 118 años decautiverio. Lasaves de mar y de pantanos sobreviven á algunas genera- ciones humanas. Los patos y los cucli- llos son tambien de muy larga dura- ción. Dicese que los cuervos llegan con frecuencia á la edad de cien años. Los «gansos, que viven en libertad hasta una edad muy avanzada, no pasan enjau- ládos más allá de 20 á 25 años. No, es raro ver gallos domésticos de quince años y cuidándolos alcanzan hasta 20' años. El límite de existencia de los pi- chones es de diez años; las especies más pequeñas viven de 8 á 18 años. Los rúiseñores no soportan más de diez años de cautividad. Los canarios pueden lle- ga hasta doce y quince años enjaula- os, en tanto que en: sus ¡islas natales se venálgunos que tienen varias doce- nas de años de edad. “En la última sesión general de la Sociedad Científica de Chile (21 de Di- ciembre de 1891), M. Obnzcnr, Direc- tór del Observatorio de Santiago, pre- “sentó curiosas observaciones acerca de los movimientos del suelo en esa ciu- dad: Desde la creación del Observato- rio, es decir, desde hace cuarénta años, han podido comprobarse algunos de es- tos! movimientos. M. Moesra, cuando el "Observatorio estaba erigido: en el monte de Santa Lucía, observó las va- riaciones y las atribuyó á la acción del -calor sobre las rocas de la montaña. Esto no obstante: el norte-americano G1- LLIS notó en el sitio mismo y antes de la construcción del Observatorio de Santa Lucía, una variación contínua en el eje dela lente meridiana y la valuó en cinco segundos por mes. El observatorio se encuentra actualmente en una plánicie al:S. de la ciudad: Allí es donde M. Onrecnr hace sus observaciones desde Julio de 1891: éstas observaciones de- COSMOS “aves lle 43 muestran que diariamente, desde4 me- dio día hasta las nueve de la noche, la parte N.E. del suelo se levanta para descender gradualmente hasta como á las siete de la mañana. Estas variacio- nes diurnas pueden alcanzar una am- plitud de tres á cuatro segundos. Ade- más desde Julio á Septiembre se ha observado un movimiento contínuo de levantamiento en la parte S. E: y desde Septiembre hasta Noviembre un movi- miento contínuo de levantamiento en la parte E. La amplitud total se ele- va ya á 35 segundos poco más ó me- nos. —Acaba de descubrir M. Faye, por medio de la fotografía celeste un nue-; vo planeta. E La existencia de este astro descono- cido se reveló en la placa fotográfica. por una línea luminosa y contínua, re- presentación de la órbita que ese astro describía en el cielo durante el tiempo de la exposición. M. Bertran, de la Academia de Cien- cias, ha hecho notar que la posibilidad de descubrir nuevos espa me-. dio de la fotografía, ha sido señalada desde hace mucho tiempo por MM, Hen- RY. a : E -—Se ha observado últimamente un. hecho muy curioso en la obecadas: estas. egan en gran número á tierra en Cloghaneanuller situado en un promon;.- torio al S. de Waterville. Ahora bien, los espectadores saben que cada beca-. da trae entre las patas una ramita de árbol que deja caer al llegar al suelo. Evidentemente usa esta precaución pá- ra poder mantenerse en el agua durañi- te las tempestades ó para reposar én el curso de un largo viaje cuando llegue á fatigarse. EA E —Un hecho reciente da á compren-. I der quela afición porlas orquídeas no ha: disminuido todavía: trátase de una ven-. ta ¡importante verificada no hace mu-., chos días, Las plantas grandes fueron. vendidas á 300 frrncos la pieza. Un €. Kimballianum alcanzó la cifra de 4000. francos; hermosas variedades de Odon=: toglosum crispum lilacinum encontra=" ron quienes las compraran en 550 fran- COS. pd PREGUNTAS Y DUDAS: Nos: proponemos responder 4 las preguntas que: «sobre algún punto científico, nos*hagan-huestros'' ¿ SUSCriptores. COSMOS Sialguna pregunta noes contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla, Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en carla particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. os nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Exposición Internacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educacion, Literatura, “Ingeniería, Obras públicas, Música y Dramática. Tacubaya, D. F.... de....... 1892. —Sr....... Director de....:. —Muy señor mio: El señor Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, con el fin de facilitar el inmenso trabajo que tiene que originarle el arreglo y organización de todo lo concerniente al concurso de la República Mexicana en la próxima Exposición Internacional de Chicago, se sirvió disponer que se dividieran esos trabajos en doce departamentos, poniendo un encar- gado especial al frente de cada uno de ellos; y por acuerdo del C. Presidente de la República, me hon- ró sobremanera encomendándome el Departamento de Artes Liberales, Educación, Literatura, Ingenie- ría, Obras Públicas, Música y Dramática. Grave y difícil es la tarea que se me ha encomen- dado, y si ella estuviera confiada á mis solas fuer- zas, seguramente que no habria aceptado el encar- go, ni llegaría felizmente á su término; pero por fortuna, el departamento comprende en el grupo 146 - á la prensa periódica, cuyo valiosísimo concurso, tanto para el buen nombre de México en aquel Cer- tamen, á causa de la gran altura que ha alcanzado, como para el éxito de mis trabajos, es de la mayor importancia. Nadie mejor que vd. debe estar convencido de la elevada misión que desempeña la prensa en todo país libre, y por eso me abstengo de encomiarla, pues ella es la que, á modo de termómetro espe- cial, indica á qué altura se han elevado las inteli- gencias de cada nación. ¿Y en qué parte mejor que en los Estados Unidos del Norte es la prensa tan universalmente util? ¿En dónde se la tendrá en ma- yor estima? ¿Habrá un pueblo más lector que ese pueblo? La gran República vecina disputa ese pri- mer lugar, si.es que no lo tiene conquistado ya. Ante esta verdad, creo que es un deber verdade- ramente patriótico el que tenemos de procurar, por “todos los-medios posibles, que la prensa mexicana *+quede representada enel gran Certámen de las na- ciones, a la altura que le pertenece. S En tal virtud, me tomo la libertad de dirigirme « yd. suplicándole se digne ilustrarme con su consejo para poder cumplir debidamente con la dificil mi- - sión que seme ha confiado, y para que me indique la forma que crea más digna y apropiada para que la prensa periódica nacional tenga en la Exposición americana la representación que merece por su cul- tura, ilustración y marcados signos de progreso. Adjunto tengo la honra de remitir á vd. un ejem-. plar de los reglamentos y clasificación detallada de - los objetos y productos que podrán exhibirse, ad- virtiéndole que para la Exposición de lo concernien- te al departamento que se me ha encomendado, he pedido en el edificio de Artes Liberales el espacio de quince mil piés cuadrados. ds Confiado en la benevolencia y patriotismo de vd... quedo en espera de su contestación. Aprovecho gustoso esta oportunidad para oO S me á las órdenes de vd. como su atento y seguro .- servidor.—F. FrerrARI PEREZ, EMPLEOS A los que tengan una profesión científica 6 docen— te; ofrecemos libres de pago, tres líneas en el forro de nuestro periódico para que soliciten empleo en caso de necesitarlo. : EMPLEADOS Tendremos también una sección especial para! soli- citud de empleados de la categoría anterior; pero - estos avisos se publicarán previo pago correspon diente. EL ESEUERZO Los que suscriben; constructores; tienen el ho= nor de ofrecer á Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; construcción y compostura de aparatos científicos de todo género; fabricación de modelos; etc. Poo JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires; carrocerías; molinos; haciendas de beneficio para metales; de los talleres. del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec- tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Ex- posición Internacional de Paris en 1889; y encarga= - do de la Sección de maquinaria en la Intepnacionl de Chicago en 1893. Dirigirse á CHÁVEZ ro. 9* CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 MEXICO La casa se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas; asi como de haeer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives - Lille Francia); Ferrocarril portá- ¿til Decauvillé; máquinas; útiles; ete. | EZ pz = REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS Do = DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSEP. RIVERA A O SUSCRIPCIONES: EROS o DICO POUM TO O LOT UE SEE Eo, LA DEDO ENT EOS UE 0.50 EL PAGO SERA ADELANTADO -5SE PUBLICA LOS DÍAS l* Y 15 DE CADA MESs:<> ; REGINTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2” CLASE Tomo I= 15 pre Juxrio pz 1892=Nvúm. 12 El principi deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hora- bre para con lus demás, es instruirles. E. Lrriné SUMARIO Acustín M. Cnávez: Ensayo de aplicación del mé- todo lóyico, al estudio de la resistencia del aire y proyecto de un aparato para determinar experimen- talmente los valores parciales de dicha resistencia. —Tom Trr: Torniquete hidráulico hecho con un nuez. El yaso patriota.—BERTRAND, ToussAInT y GOMBERT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.— Las proyecciones estereoscopicas. —Fotomicrografia. —G. Hiro Scrimner: ¿Donde comenzo la vida? Lámina 122: Carta de la República Mexicana, 4 la 250.000a2.—11 Serie. Hoja 19-1(S) > ee TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 4892 S ¡0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10J0! 46 NOTICIAS DIVERSAS —En el periódico The Chicago Tt- mes, leemos lo siguiente: «La relación hecha por el señor Serra- No, Delegado General de la República de México á la World's Columbian Ex- posttion cuando regresó de Chicago á su país, fué traducida al inglés. Un ofi- cial de la Exposición, en un discurso que pronunció últimamente acerca de la Ex- o los profesores y pupilos de a sescuelas superiores de Chicago, se re= firió muchoá dicha relación, y citó varios párrafos de ella. Resultó una demanda de parte de varias de estas esuelas pa- ra que la Exposición les facilitase una adicción: Así se hizo; últimamen- te la traducción fué devuelta con una carta que decía que en varias escuelas se había leído toda la relación, y que muchos la habían copiado. Dice la car- ta referida: «Tres cosas sobre todo, han llamado la atención en este relato; pri- mero, el elogio magnífico sobre Chica- go, luego las frases elocuentes á pro- pósito del trabajo de las mujeres en el progreso del país, y en fin, el estilo sonoro y magnífico que, aún en la tra- ducción, se comprendía que caracteri- zaba el original.» Esta carta ha sido enviada al señor Serrano por el Sr. Frarw, Jefe del De- partamento de Negocios Extranjeros, como prueba de cuán altamente se le considera en Chicago.» —Se ha hablado: mucho en estos. úl- timos tiempos de la influencia que ejer- ce la electricidad sobre la vegetación, y aún se han alabado los resultados ob- tenidos. Las apreciaciones, como se verá después, han sido prematuras. M. TaLLavicnes, Director de la Escue- la Práctica de Agricultura de Ondes, y discípulo en un tiempo del Instituto Acronómico de Nancy, intentó llevar á cabo algunas experiencias relativas á la influencia de la electricidad sobre la vegetación, asunto á propósito del cual le llamó especialmente la atención M. GraANbEauU, cuando estaba en la escuela de Nancy. Colocó á cada lado de unarria- te, en la escuela de Ondes, dos tiras de cobre y zinc soldadas, y que reunían á los hilos de cobre que pasabaw por encima del arriate,en el cual se habían sembrado sucesivamente coles y achi- COSMOS ona: Después de tres semanas, M. TaLLaviGnes observó que las coles si-. tuadas entre las dos pilas eran más pe-' queñas que las cercanas y que, por el contrario, las gramíneas y umbelíferas nocivas, estaban más desarrolladas. Otra experiencia análoga aunque dis- puesta de una manera un poco distin- ta, dió tambien resultados negativos; pero menos marcados que los obtenidos con las coles y las achicorias. —El periódico Vey Lumberman da la curiosa descripción de una tabla mio- numental de madera roja de la Améri- ca del Norte. Esta tabla tiene de ancho 15 piés, 5 pulgadas, de largo 12piés, 9 pulgadas, y de espesor 5 pulgadas. Fué cortada de un arbol que tenía 35 piés de diámetro y 300 de altura, pertene- ciente á los terrenos de la «Elk river mill and Lumber company» del con- dado de Humboldt, California. A juzgar por los circulos concéntricos, se estima que este árbol tenía más de 1,500 años. La sección fué hecha á la altura de 28 piés sobre el nivel del suelo y la plan- cha representa un corte hecho en las cercanías del corazón de la corteza del árbol. Para manejarla se necesitan una máquina de vapor y varias poleas; para aserrarla tuvieron que trabajar dos hom- bres por espacio de un mes. En segui- da fué transportada por agua á San Francisco: se calcula su costo en 3000 pesos. Despues de haber estado expues- ta por algún tiempo en San Francisco, se la trasladó á Chicago por ferrocarril; para realizar ésto o que- cortar la plancha de un frue, allí se la encajó y se la retuvo con unas especies de estri- bos. Esta maravilla que perteneceá MM. Harrster, de Eureca y NoYes, de San Francisco, se halla en estos momentos en Detroit. Figurará, como es de su- ponerse, en la fería del mundo que se celebrará en Chicago en 1892. —El Prof. Horxissox ha verificado importantes experimentos respecto de la nueva aleación de acero y de niquel (22 0/0 de niquel) que se ha aplicado con tantas ventajas en estos últimos tiempos á la fabricación de placas para. corazas. Expuesta á un frio de 30” Fan- RENHEIT, adquiere propiedades magné- ticas y su densidad disminuye en un 2 A COSMOS 47 —Los talleres aeronáuticos de M. La- CHAMBRE, de Vaugirard, entrarán próxi- _ mamente en gran actividad con motivo de la construcción de un globo cautivo para la Exposición de Chicago. Como se ve, los talleres parisienses conservan el monopolio en la confección de ae- —róstatos. Se han hecho recientemente algunas experiencias interesantes en los terrenos anexos á los talleres de M. La- CHAMBRE. M. Arman Le CompaGnoN, ha hecho funcionar un modelo de globo dirigible, género ortóptero, que accio- nó al estado cautivo, quedando el motor eléctrico en tierra y animando al pro- pulsor fijo en el aeróstato. : Mr. Faxe, ha dado á conocer las tentativas realizadas hace poco en Amé- rica con objeto de provocar artificial- mente la lluvia. El orígen de esta idea radica en las teorías expuestas por el meteorologista norte-americano Espy, acerca de la formación de las trombas, hace ya medio siglo. Según este sabio, las trombas eran debidas á columnas ascendientes de aire, recalentado al po- nerse en contacto con el suelo. Si pues, por un medio cualquiera, se puede de- terminar la existencia de una columna gaseosa, se reproducirá una especie de ciclón de corta intensidad y que irá acompañado de los fenómenos secun- darios que de él se derivan, como el trueno, la lluvia, etc. Una carta quele dirigió á Espy en 1857 un oficial norte- americano encargado de los trabajos topográficos de Florida, contiene una relación de circunstancias tales, que parecen una confirmación de la hipóte- sis. Habiendo dado fuego á las yerbas altas de las sabanas, en una cierta ex- tensión de terreno, vió que se formó una nube arriba de la columna de humo y que poco después estalló el trueno y la | lluvia cayó en abundancia; sin embar- go, como el ruido parecía lejano, Mr. Faye concluyó que la tempestad venía de muy lejos. La nubecilla que apare- -ciórepentinamente fué entonces análoga á la que los marinos llaman o/o de buey, que.es la precursora cierta delastrom- bas. En cuanto á la extinción del incen- dio de Chicago en 1871 por una lluvia determinada en ese lugar por el ascen- so del aire caliente, es una leyenda cuya destrucción esforzosa, atendiendo á que la lluvia no cayó sino hasta el cuarto día y á que el aire no estaba tranquilo, circunstancia absolutamente necesaria para que tenga valor la hipótesis. Un inventor norte-americano ha propuesto construir inmensas chimeneas de 1,500 piés de altura (500 metros casi) y lanzar por este medio á la atmósfera,. masas de aire húmedo y caliente que alcancen ga altura. Sise prosigue con tanto ar- or en los Estados Unidos la cuestión de la Huvia artificial, es porque una so- lución feliz permitiría que tuviesen valor los millones de acres de terrenos situa- dos al O. del continente americano y que. son actualmente improductivos por la falta de agua. Mr. Faye cree que los esfuerzos que se intenten á este res- pecto serán estériles, porque la ascen- sión de una columna de aire caliente no podráreproducirnunca el movimien- to giratorio que se observa en los ci- clones ni el de traslación que los trans- porta con una velocidad de 100 kiló- metros, casi, por hora. —M. HexrioT propone utilizar para la separación del fierro y de la alúmina, - lla gran solubilidad del cloruro férrico en el eter. Los dos metales separados primero, se transforman, en la solución acuosa, en cloruros y en seguida se ago- ta la solución por medio del eter. —En la sesión que la Sociedad Quí- mica de Paris, celebró el 26 de Febrero último, M. Garros dijo que, moliendo el amianto con agua y calentando la pas- taobtenidaá 1,2007, se obtiene una por- celana muy porosa que deja filtrar gran- des cantidades de agua bajo pequeñas porciones deteniendo sin embargo, los micro-organismos que puede contener. Propone que se emplée esta pasta en Pla fabricación de filtros y de vasos po- rosos para las pilas. AA A PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Exposición Internacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas, Música y Dramática. _Tacukaya, D. F..de.......1892.—Sr. Gober- nador del Estado de... ..—Muy distinguido Señor: Los Estados Unidos del Norte celebrarán el cuar- 48 COSMOS to centenario del descubrimiento de América con un grandioso Certámen enel que tomarán parte todas las naciones civilizadas del globo. Entre éstas, México ha tenido la honra de ser invitada, y el Gobierno Federal que aceptó tan honrosa invilación, tanto por corresponder al llamado cuanto para aprovechar, una vez más, la oportunidad de presentar en el ex- trangero los progresos que se han realizado en nues- tra patria y buscarle nuevos centros de consumo á nuestros ricos y variados productos naturales, le encomendó al €. Ingeniero Manuel Fernández Leal, Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, que organizara todo lo relativo al concurso de Mé- xico en la Exposición Colombina de Chicago. Al efecto, el referido funcionario se sirvió dispo- ner que los trabajos preparatorios se reparlieran en- tre doce encargados especiales, y, por acuerdo del €. Presidente de la República, se me honro altamen- le encargándome de la Sección L'ó sea del Depar- tamento de Artes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas, Música y Dramática. Indudablemente la Sección á mi cargo es una de las más laboriosas y de las que más necesitan del concurso de muchas inteligencias para que puedan quedar satisfechos los deseos del Supremo Gobier- no, pues incluye todo aquello “que sirye para mar- car el grado de cultura que ha alcanzado un pueblo, lo cual tiene que presentarse en competencia con las producciones análogas de las más cultas nacio= nes y la liza se verifica en un país que ha alcanzado un nombre tan elevado en punto á Educación, Inge- nicría, Obras. públicas, y, en una palabra, en casi todos los ramos de que consta la referida Sección E: ¿ Fácilmente comprenderá vd. que por más empeño que ponga yo para la. mejor realización de la pesa- da tarea que seme ha encomendado, ¡es imposible que basten mis solos esfuerzos reducidos casi 4 buenos y patrióticos deseos, ácausa de mi incompetencia; por este motivo me tomo la libertad de dirigirme á vd. solicitando su importante y valiosa cooperación. Dada su ilustración y su acreditado patriotismo es enteramente inutil el encarecerle pormenorizada- mente cuán benéfico será para el Estado que tan há- bilmente gobierna, el que tenga en el gran Certamen una representación digna de su cultura y de la pa- tria; y nadie mejor que vd. podrá apreciar cuáles son los recursos que deben explotarse, cuales los ramos relativos á mi Sección que se hallen más florecien- tes y cuáles los elementos de que se puede dispo- ner. Si por alguna remota circunstancia cree vd. que para lograr el fin indicado le fueren de alguna utili- dad mis inútiles servicios estoy enteramente a las ¿rdenes de vd. Expuestas ya brevemente lus circunstancias que motivan mi solicitud y seguro de que no escaparán á su talento y penetración, réstame tan sólo esperar su respuesta que será satisfactoria sin duda. Adjunto 4 ésta tengo la honra de remitirle un| ejemplar del Reglamento de la Exposición y Clasifi- cación detallada de los objetos y productos que po- drán exhibirse, advirtiéndole que para la exposición de lo concerniente al Departamento que se me ha encomendado he pedido en el edificio de Artes libe- rales, el espacio de quince mil piés cuadrados. Aprovecho gustoso esta oportunidad para ofre- cerme á las órdenes de vd. como su atento. y segu- ro servidor, así como para manifestarle las seguri- dades de mi aprecio y consideración: —F. FERRARI Prxuz. veo PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder 4 las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. : : Sialguna pregunta noes contestada en tiempo razo nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos > por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico 6 en carla particular. Xquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con lestarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo: con letras iniciales. No contestaremos nineuna pregunta anónima. ES EL ESFUERZO —=>—— Los que suscriben; constructores; tienen el ho- nor de ofrecer á Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; construcción y compostura de aparatos científicos de todo género; fabricación de modelos, etc. JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires; carrocerías; molinos; haciendas de beneficio para metales, de los talleres del Hospicio de niños. de Guadalupe de Zacatecas AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec= tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Ex- posición Internacional de París en 1889; y encarga- do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893. e Dirigirse a CHÁVEZ ENS 9: CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 MEXICO | La casa se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas; asi como de hacer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives-Lille Francia); Ferrocarril portá= til Decauville; máquinas; útiles; ete. E REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS + D -— DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI! PEREZ SEGRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA —e- offo o— SUSCRIPCIONES: RUERUIAO e oe 5900 | Por un trimestre... 2.8 2.75 Portun semestres o A NS 0 50 EL PAGO SERA ADELANTADO -S5+SE PUBLICA LOS DÍAS 1* Y 15 DE CADA MESis= REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 9* CLASE Tomo I—1* ne Junto ve 1892—Núm. 13 El principal deber del hombre para eeonsiza mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es iustruirles. E. Lirsr£. SUMARIO Acusmíx M. Cnávez: Ensayo de aplicación del mé- todo lógico, al estudio de la resistencia del aire y proyecto de un aparato para determinar experimen= talmente los valores parciales de dicha. resistencia. -—G. HiLnrox ScriBveR: ¿Donde comenzo la vida?— Bertrawb, Toussaryr y Gomeert: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—W. H. FLower: Los Museos de Historia Natural.—Tou Trr: El cañona- so. El barriby la botella. La rotación de la Tierra. Lámina 132: Monstruos dobles de la Familia de los Monosomianos y del tipo Iniodimo. TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS » Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 11892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--i0JO! 510) COSMOS —Algunos periódicos científicos fran- ceses con una precipitación inexplicable. han dado como hecho el descubrimien-- to de la curación de la epilepsía por NOTICIAS DIVERSAS —M. Le Verner ha buscado el calor específico de diversos metales por me- dio de temperaturas «elevadas. Ha ex- perimentado sobre el hierro, el cobre, el aluminio, el zinc y el plomo, com- probando que si serepresentan gráfica- mente los resultados por medio de una curva que tenga por abscisas las tem- medio de la inoculación del virus anti=. rábico; descubrimiento verificado, se- gún- esos mismos periódicos, por M. PasTEUR. : La verdad del caso es la siouiente: . Algunos jóvenes que ya padecían de : ataques epilépticos fueron mordidos por - perros rabiosos; debido áesta circuns- > tancia se les inyectó virus-antirábico AS en el Instituto Pasteur, notándose que > despues de la inyección cesaban los mencionados ataques. M. Pasteur que ,, peraturas, los números obtenidos que- dan figurados por dos trozos de líneas rectas, soldadas una á otra, en una cierta región térmica, por una curva. La nota importante de M. Le Verner] es relativa precisamente aáestas curvas de sutura, que no son idénticas para un mismo metal, según que las expe- rencias hayan sido hechas á-la tempe ratura ascendente ó álatemperatura des- cendente, de donde resulta que el cuer- po conserva, desde el punto de vista del calórico, la huella del estado por el cual pasó anteriormente. M. BertmuLor ha hecho notar que si este resultado es nuevo en lo que concierne á los me- tales, no hace otra cosa que corroborar lo: que han dado ciertos cuerpos de la Química orgánica, el hidrato de eloral, por ejemplo, cuyo calórico de fusión es de 4000 calorías, pero que no pierde más que 2000 al solidificarse. Las ceras presentan fenómenos del mismo orden que pueden atribuirse á un cambio mo- lecular en el estado de los cuerpos. —La navegación submarina es ma- teria de interesantes tentativas en Italia, A fines de Marzo se lanzó en Savona, en los “astilleros de los hermanos Mi- GLIARO, un buque submarino llamado El 4udaz. Este navío ha sido construi- do por cuenta de una sociedad romana y está destinado á buscar y pescar los objetos preciosos perdidos en el mar. El Audaz es de acero, de forma ovoi- dal, con motor eléctrico y propuisor de hélice; tiene de largo 8 50, de altura 350, y de ancho 250. Está destinado á permanecer durante seis horas á la profundidad de cien metros. Elinventor es un ingeniero italiano, Penro Decr1 ABBATI, á quien acómpañaron en sus trabajos dos hijos suyos, Camito é lena- cio Dec Area TI. 41 Audaz estará com- pletamen te terminado dentro de tres meses. Se dirigirá entonces á Civita= Vecechra. tuvo conocimiento de ésto, se preguntó si había, en realidad, alguna relación de causa á efecto entre la vacuna anti- rábica y la desaparición de la epilepsía. Para contestarseáesta pregunta, el ilus- tre fisiologista ha emprendido una serie . A 5 A de experiencias, puesto que éómo se sabe la vacuna es por sí misma inofen- siva y no puede en ningún caso confe= rir la enfermedad. a ES Juzgando por las tentativas realizadas hasta ahora, es probable que se obten- ga éxito; pero, naturalmente, antes de proclamarlo es preciso acumular las E pruebas, multiplicar los experimentos, variarlos y prolongarlos; llegar, ensu= ma, á la última palabra de la ciencia. El mismo Pasteur, al ser consultado por uno de los redactores de ésas pu- blieactones científicas, expresó el deseo de que no se contribuyera á esparcir la noticia, pues quien como él está pe- netrado de la dignidad de la ciencia no se arriesga á comprometerla con prematuras confidencias. —Hn la sesión que celebró la Acade- mia de Ciencias de París el 25 de Abril del corriente año, se dió cuenta de que M. Errpmann ha resuelto definitivamente el problema de la fijación de los colo- res. Para este efecto presentó él foto- grafías del espectro solar y de diversos objetos coloridos tales como un traga- - luz de iglesia de cuatro colores, un grupo de banderas y un loro. M. Lipr- MANN hizo ver después que se podía prever, por la teoría, la posibilidad de fijar los colores compuestos y que la complexidad del asunto era lo' única que podía dar lugar á una opinión con- traria. S ; OS O AS EA pS -COSMOS 51 SS _do á la Sociedad de Física de Londres, una nota en la que habla de «los colo- res suplementarios» y da algunas ex- periencias á este respecto. Así como la luz blanca puede dividirse en pares de «colores complementarios», una luz co- Jorida, no monocromática, puede divi- dirse.en pares de tintes que el autor, para darles un nombre mejor escogido, denomina «colores suplementarios». Se emplean dos procedimientos cuando se quieren producir estos colores. El pri- mero consiste en formar un espectro de la luz colorida con un espectrosco- pio de visión directa y recombinarlo - despues en una pantalla; interponiendo - luego un prisma estrecho entre el es- pectroscopio y la pantalla, una porción | del espectro se separa del resto y se obtienen así sistemas variados de dos colores suplementarios. En el segundo método ó sea el de la luz polarizada, se emplean para formar los dos haces de colores complementa- rios, una lámina de cuarzo y un anali- -zador birefringente; interponiendo un medio colorido, los haces se: vuelven suplementarios. variando su tinte cuan- do se hace girar al analizador. La particularidad principal de los.co- lores suplementarios es la gran varie- - dad “de: tintes que se pueden obtener con un medio único: el permanganato - de potasa en solución diluida es nota- ble desde este punto de vista. El autor ha observado también que el ojo no “era muy sensible á los rayos de eolor -—naranjado. - ; Experimentando con el segundo mé- todo, observó, con una luz compuesta, que uno de los haces suplementarios podía tener un tinte gris, y el otro un así de una manera casi inesperada la ley de ÁbxeY: todo color puede produ- cirse diluyendo un tinte del espectro en luz blanca. ; El capitán ArxeY dice que es muy in- - teresante ver el color gris y los colo- res suplementarios mostrados por el autor. Mr, Fesuya y él han experimen- tado acerca delos fenómenos de colora- - ción según metodos completamente dis- - tintos á los del Prof. Trowrsox, porque -hanreunido colores, agregando luz blan- ca á los tintes del espectro puro, hasta —Mr. S. P. Tnomrson ha comunica- color-espectral casi puro. Comprobó: que el color era semejante á un color dado y cuya pureza era grande. MM. G. Rousseau y G. Tire han obtenido, calentando en tubos cerrados á la lámpara una mezcla de una molécula de nitrato de plata y unaó dos moléculas de agua, en presencia de fragmentos de mármol, á temperaturas variables entre 180* y200*, cristales de un rojo rubí cuya: composición corresponde á la fórmula 3(24g20.5102)2.49.4:203 Han logrado reproducir la misma sustan=- cia, calentando el nitrato de plata seco y la sílice desecada á 100%, por espacio de varias horas á temperaturas com- prendidas entre 350* y 440%. Losautores consideran este compuesto como la sal argéntica de un ácido azoado silícico 7(AZL0 3550242205) calentados al rojo obscuro, los cristales se desdoblan según la ecuación TAS? 0.3802. 422 053420810745 -242054-0 hay formación de silicato ácido de pla- > ta AO, SiO". Por doble composición con el ioduro de potasio se obtiene el azoosilicato de potasio. A RÁ PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO “Exposición Internacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingentería, Obras públicas, Música y Dramática. Tácutaya, DEl. ade. El E NORD RORS Muy señor mío: Para ordenar y clasificar mejor todo lo relativo á la participación de México enla Exposición Colom- bina-de Chicago, el €. Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Ingeniero Manuel Fernández Leal, dividió en doce Secciones las materias que de- ben ser objeto de exhibición; una de esas Secciones, en vivtud de un acuerdo del Señor Presidente de la República, quedó «mi cargo, y como en ella ostá comprendido cuanto se refiere á la Fotografía, me dirijosá vd. por medio de la presente, solicitando su concurso para el Certamen Internacional que se verifucará en la yvecna República, el año entrante, Ahora bien, como vd. es ventajosamente conoci- dó por sus trabajos fotográficos, desearía que se sirylese enviar sus mejores pruebas, así como mues- tras de los aparatos que haya perfeccionado ó in= ventado, pues tratándose de demostrar el adelanto que México ha aleanzado de poco tiempo á esta par- te, es forzoso probar que no hemos descuidado el importante ramo de la Fotografía, así en Jo que se refiere al arte como en lo que se relaciona con la ciencia; y además, porque tratándose de un con- Curso universal, es forzoso también que se conozca en el mundo entero nuestra situación artística, cien= tífica € industrial. Dada su pericia, no es preciso que le recuerde á vd., cuán adelantados se hallan enlos Estados Unidos á este respecto, y menos todavía necesito repetirle que la bondad de los productos exhibidos ha de al- canzar la mayor perfección posible, toda vez que los norte-americanos, como fotógrafos, ocupan uno de los primeros rangos en ese dificil cuanto hermo- so arte. Aprovecho la oportunidad para ofrecerme 4 sus órdenes como su'/atento y S. S.—F. FERRARI PEREZ. Tacubaya, D. F..... 1892.—Sr. Dr... A A —Muy Señor mío: Teniendo á mi cargo la Sección L, una de las do- ce en que dividió el C. Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Ingeniero Manuel Fernández Leal, los trabajos relativos á la presencia de Méxi- co en la Exposición Colombina de Chicago, tengo la honra de dirigirme 4 vd. por medio de la pre- sente, en solicitud de su ilustrada cooperación. Entre los grupos de que consta la referida Sec- ción L, se halla el núm. 148, que trata de los ins- trumentos y aparatos de Medicina, Cirugía y Pró- tesis, así como de la Farmacología, bajo7la manerá siguiente: «Clase 834.—Farmacología, drogas, farmacia, etc: —Medicinas, preparaciones oficinales (según cual- quiera farmacopea autorizada), artículos de-matería médica, preparaciones no oficinales. (Véase el gru- po 187). - «Clase 835.—Preparaciones dietéticas hechas es- pecialmente para los enfermos (para extractos de carne de res, véase la clase 38). «Clase 836.—Instrumentos para diagnósticó mé- dico, termómetros clínicos, estetoscopios, oftalmos- copios, etc. «Clase 837.—Instrumentos quirúrgicos, aplicacio- nes y aparatos, vendajes, substancias anestésicas y antisépticas; aparatos de Obstetricia, etc. «Clase 838.—Proótesis.—Aparatos para corregir deformidades; miembros artificiales. «Clase 839.—Instrumentos y aparalos de Cirugía dental y prótesis: «Clase 840.-——Vehículos, medios de transporte, y curación de enfermos y de heridos, en tiempo de paz ó de guerra, en la playa 6 en el-mar. (Véase también cl Departamento G).» Por ésto comprenderá yd que me es forzoso bus- car su concurso puesto que se trata de materias que son para vd. perfectamente conocidas. Supuesto lo anterior, me permito someter ¿4 su ilustrado eriterio el cuestionario del calce: Consideradas las drogas indígenas y las extran=" geras, decir en qué casos hay superioridad de aqué- llas sobre éstas ó en cuáles deben preferirse las primeras. 52 COSMOS Qué preparaciones dictélicas nacionales son las que en la práctica de vd. le han dado mejor resul- tado. De los diversos instrumentos y aparatos que con un mismo fin clínico han inventado distintos auto- res, (esfigmógrafos, plesímetros, etc.) decir si hay alguno nacional, y si éste debe preferirse por co- rresponder mejor á las exigencias de la clínica mo- derna, Otro tanto para lo que se refiere á los instru mentos, aparatos quirúrgicos y procedimientos ope> ratorios, así como para las substancias anesté- sicas y antisépticas é igualmente para los instru-- mentos y aparatos de que se hace uso en la Cirugía y en la Prótesis dentarias. : En la Clase 830 del Grupo 147 de la misma Sec- ción: mi cargo, consta.lo que sigue: «Dustraciones de las deformidades y enfermeda- des causadas por oficios 6 profesiones insalubres; métodos para combatir esas enfermedades, medidas preservativas». No se le ocultará ú yd. queen las líneas anterio- res está encerrada una cuestión importante así para el higienista como para el médico-legista; por lo tanto desearía yo se sirviese vd. comunicarme las observaciones particulares que haya hecho acerea del asunto. Y, finalmente, en qué siluación nos encontramos, científicamente hablando, en punto 4 Cirugía pura= mente militar, ; E En mi bumilde opinión, las respuestas á las cues- tiones antes apuntadas, ¡constituirán un cuerpo de estudio de bastante importancia, y suficiente para demostrar en los Estados Unidos del Norte el ade- > lanto que hemos alcanzado en las ciencias médicas. Aprovecho la oportunidad para ofrecerme 4 las órdenes de vd. como su atento y seguro servidor. —PF., Ferrari PÉREZ. EL ESFUERZO — Los que suscriben; constructores; tienen el ho- nor de ofrecer á Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; construcción y compostura de aparatos científicos de todo género; fabricación de modelos; etc. JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires; carrocerías; molinos; haciendas de beneficio para metales; de los talleres del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec= tricista, miembro de la Comisión mexicana emla Ex- posición Internacional de París en 1889; y encarga= do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893.—Dirigirse 4 CHÁVEZ Ho“ 9* CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 MEXICO La casa se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas; así como de hacer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives=Lille Francia); Ferrocarril portá- til Decauville; máquinas; útiles; ete. REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA A SUSCRIPCIONES: POFUn año. a 9007] Bor un, trimestre Por un semestre 5 00 | Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO s*SE PUBLICA LOS DÍAS l” Y 15 DE CADA MES:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN' La ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Tomo I—15 oe Jurto be 1892 —Núm. 14 El principal deber del hombre para consivo mismo, es imstruirse; el principal deber deHhom= 3 a ( bre para con los demás, es instruirlos. E. LiTrr£. E : SUMARIO Crcrro A. Roeio: El Calendario Perpétuo y la Mnemotecnia.—BerTraND, Toussaint y GombrrrT: El Trabajo IMLanual en la Escuela y en el Hogar.—NÑ. H. Enowrx: Los Museos de Historia Natural.—G. M. H.: Juguetes Cientificos. —Tom Trr: La moneda escapada. El alfiler giratorio. : S —_Lámixa 142: Monstruo doble parasitario de la fa= milia de los Polimelianos y del'tipo Gastromeles. TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» z Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 (E 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10J0! Qt SS COSMOS NOTICIAS DIVERSAS —Hl Dr. Tassivart acaba de publicar en los Anales del Instituto de Higiene experimental de la Universidad de Ro- ma, un estudio acerca de las virtudes antisépticas del tabaco. Según él, el humo del puro. si basta para lt el desarrollo del bacilo-coma y el del neu- mococo de FriebLanDeR, carece de in- fluencia sobre el cio tífico. El au- tor se aprovecha de estas observacio- nes para recomendar el uso del humo como medio profiláctico para las afec- ciones de la boca que son casi de ori- sen parasitario. En apoyo de su opi nión cita el hecho de que los marineros americanos é ingleses que mascan taba- co no padecen de carie; pero ésto no se halla de acuerdo con Es observacio- nes de que se dió cuenta el verano pa- sado en el Congreso de Londres. Dn Asociación de mdustri tales fran- ceses contra los accidentes en el tra- bajo» ha abierto un concurso público para la creación de un buen tipo de es- pejuelos de taller. Estos espejuelos de- berán llenar las condiciones siguientes: ser á la vez ligeros y sólidos y de un porte facil y cómodo; ser de poco pre- C1O; garantizar cate á los 0JOS contra las proyecciones directas y la terales de partículas metálicas ó pstr eas y de gotitas en fusión; no calentar los ojos y no impedir la visión del trabaja- dor. : Los que entren al concurso deben dirigir un ejemplar doble de los espe- juelos que hayan inventado, al Presiden- te de la Asociación, calle de la Chausée d” Antin, núm. 6, antes del 31 de Oc- tubre de 1892. Se discernirá un pre- mio de 600 francos al candidato consi- derado en primer rango, ó bien se da- rán dos premios, uno “de 400 franeos y otro de 200 para los dos primeros can- didatos; habrá tambien menciones ho- —noríficas. UYLANTS, profesor de la Uni- versidad de Louvain, ha descubierto un procedimiento para- hallar no sólo- las falsificaciones de la escritura, sino-para encontrarla huella, hastaahora invisible, que dejan los dedos al manipular sobre una hoja de papel. A lo que parece, el procedimiento: consiste en exponer du- rante cierto tiempo á los vapores de iodo, el papel que se - sospecha haber E sido tocado por alguna persona. Se comprenden fácilmente los resultados. que pueden obtener los peritos con un. procedimiento de tal sensibilidad. -—Cuando se trata de repoblar los es- tanques, ciertas plantas son muy peli- grosas. Se ha reconocido que la yerba Anacharis, originaria de América y que. se aida también tomillo de agua, se desarrolla rápidamente en masas — compactas y que es nociva á los peces. - El Bladderwort (Utricularia) es una planta carnívora que destruye en gran - número álos alevinos. -—En la. sesión que celebró a] 6 de Mayo pasado la «Sociedad francesa de Fotografía», M. Davanse entregó á M. Libera, en nombre de la «Sociedad | Fotog a de Viena» y como testimo- nio Je admiración por su invento de la fotografía de los colores por el método de es interferencias, una medalla de pla- ta dorada. M. 1 que presidía. la sesión hizo notar que la Asociación vie- nesa es la primera que manifiesta así su simpatía al sabio a anunció. después, que quedaba fundado un pre- mio anual que llevará su nombre y que consistirá en una medalla de plata. Lo dará la «Sociedad Francesa» que por primera vez. lo discierne á M. Lipr- MANN mismo, en medio de los aplausos de la Es. Esa misma noche la «Sociedad de Física» recibió una nueva comunicación del inventor, enla cual daba cuenta de los perfeccionamientos z hechos á su método. —Para quitar las. manchas de aceite del marmol “puede usarse una pasta for- mada de blanco de España y de. benci-- na, ó el agua clorurada á razón. de se- e “gramos de cloruro de cal por can da Litto de agua. a PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Exposición Internacional de. Chicago. Corres pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas, a E Dramática. : Tacubaya, D. F,... de 1892.—Sr.. ES > elos de México.— Muy señor mío: Me es grato adjuntarle á- la o el ea que, representando 4 la próxima Exposición Inter= CO On 319) nacional de Chicago, publicó la Junta Directiva de aquel Certamen. Guíame como objeto principal al enviar ú vd. el referido cuadro que ¿dando él una idea bastante aproximada de la capacidad y belleza arquitectónica de los diferentes edificios que forman el conjunto de la Exposición, capacidad y belleza que bastan á indicar la importancia que tendrá aquel concurso y los beneficios que reportarán cuantos países se en- cuentren allí representados; atendiendo á ésto, digo, es de suponerse que para México será de incalcu- lables ventajas, tanto. para su progreso científico como para su adelanto industrial, ocupar, si no el primero, sí uno de los primeros puestos, en la ya dicha Exposición. - E El Gobierno Mexicano celoso de cuanto « este particular se refiere, ha hecho todo lo que le ha si do posible por el mejor éxito-de la Empresa; no bastan los esfuerzos de él, hay que agregar los pero particulares, y en este sentido creo que es la pren- sa la que mejor puede animar á cada uno de nues- tros profesores científicos y ¿.cada uno de nuestros industriales, para que ocurran á Chicago con sus demostrándoles que, de no sólo resultarán ellos beneficiados, sino que colocarán á gran altura el nombre de Mé- respectivos contingentes, hacerlo asi, xico. Aprovechando, pues; la oportunidad de haber re- cibido' algunos ejemplares referentes al asunto, me es grato, repito, enviarle uno de ellos, ya que el periódico que vd. dignamente dirige, puede ser, por la ilustración que lo caracteriza y por su gran circulación, un colaborador imporlante para nues- tra mejor presentación en Chicago.—De vd. atento S. S.—E. Ferrarnr PÉREZ. ESTATUTOS PROVISIONALES DE LA “UNION FOTOGRAFICA. INTERNACIONAL” El Presidente de la Sociedad Fotográfica Mexicana, acaba de recibir, enviadu por el Comité Directivo de la «Unión Fotográ- fica Internacional», el reglamento de esa asociación iniciada por Mr. S. Prcror, lle- vada al terreno de los hechos por Messrs. Mares, Goperus, Pecror, Janssen, etc. y que tiene por objeto principal producir una es- trecha unión entre todos los que se dedican a la Fotografía. Los. estatutos que hasta ahora son provi- sionales, pues se aprobarán definitivamente cuando se haya celebrado la primera sesión, fueron remitidos con la intención de que la Sociedad Fotográfica Mexicana ingrese en “el número de las inscritas en la «Unión». Al efecto, y para que todos los fotógrafos, re- y ro) E) sidentes en la Capital ó fuera de ella, eo- nozcan las bases de la inscripción, reprodu- cimos el ya dicho Reglamento, creyendo que aun cuando, Como dijimos en líneas ante- riores, es todavía provisional, E refornías ó las a que sufra no serán de las que alteren la idea que presidió á la for= mación de la Sociedad. Además, si alguno de los miembros de la Sociedad Fotográfica Mexicana, ó en gene= ral, si alguno de los fotógrafos, quisiere ims- eribirse después de haber leido el Regla- “mento, puede ocurrir al Presidente de la sociedad antes mencionada, FeryanDo Fr= RRARI PÉREZ (Tacubaya, costado del Ex-arzo- bispado) quien pondrá asu disposición los. esqueletos que deben llenarse al hacer la so- licitud. Consideramos inutil detallar los fines de la «Unión Fotográfica Internacional» ó ha- cerlos resaltar, desde el momento en que los estatutos son bastante explícitos y des- de el mómento también en que las ventajas se imponen por si mismas sólo con la lec- tura de esos O 1.—CONSTITUCIÓN—OBJETO—CENTRO PRINCIPAL -Art. L.—Se establece la Institución con objeto de producir una estrecha unión entre las asociaciones de aficionados á la Fotografía y los que han hecho de ella una profesión ó la ven con interés. La Institu= ción llevará el nombre de «Unión Fotográfica Inter- nacional», Art. 1.—El contro principal de la «Unión Foto= ráficá Internacional» estará en Bélgica. , Art. 1MI.—La «Unión Fotográfica Internacional» tiene por Objeto el establecimiento de una organiza= ción uniforme respecto de todas las materias que pertenecen al arte de la Fotografía, así como la pro- - moción de comunicaciones entre los asociados para facilitar lo más que sea posible, la adquisición de todos los informes que sean de utilidad para los socios. Art. IV.— Pueden ser electos como miembros de la «Unión Fotográfica Internacional» todas las per- sonas que pertenezcan á una sociedad fotográfica de aficionados, lo mismo que aquellos que se interesen or este arte. Art, V.—La cuota para los miembros activos se= rá de 20 francos anuales (16 chelines). Se concederá el título de «protector» (Patron) á todo aquel que se suscriba con la cantidad de 100 francos (£ 4) para el fondo de la «Unión». Se concederá el título de «fundador» ú todo aquel que se suscriba con la suma de 300 francos (£12) para el fondo de la «Unión» antes de que ésta cele- bre su primera sesión (Véase el Art. II). Después de esta fecha las personas que enteren dicha can- tidad serán considerados como «miembros vitali- cios». Art. VI.—Los socios fundadores y los vitalicios estarán exentos del pago de-la cuota anual. Esto, sin embargo, no debe aplicarse 4 los que perte- nNEezZcan o cedades de aficionados á la Fotografía que deseen tener el título de fundadores. Los miem-- bros de estas asociaciones no pueden ser socios vi talicios. - Art. VIL—Para ser inscrito como miembro de len «Unión Fotográfica Internacional» basta dirigirse por escrito 4 uno de los Secretarios y remitir al mismo tiempo la donación y la cuota anual. Art. VIT. —Los socios fundadores, los yitalicios y los activos recibirán gratuitamente todas las pú- blicaciones de la «Unión». Las sociedades de aficionados que pertenezcan á la «Unión Fotográfica Internacional» estarán repre- sentadas en el congreso por un Delegado. Lss fundadores, los miembros vitalicios, los acti- vos y los delegados de las sociedades inscritas son los únicos que tienen derecho 4 votar. Cualquiera que haya sido miembro de los Comités para orga= nizar reuniones y congresos, tendrá derecho 4 pre- senciar las sesiones de la «Unión». TIL. — MESA DIRECTIVA Art. IX.—Regirán los destinos de la «Unión Foto- gráfica Internacional» un Comité compuesto por un Presidente, un Vice-Presidente y cinco Concejeros, escogidos de entre los miembros que sean más ap- tos para el desempeño de estas funciones. Á éstos se agregarán un Secretario General, que residirá en Bélgica, y Secretarios Honorarios, que estarán en los demás países. Art. X.—El Comité Directivo será elegido por simple mayoría de votos y durará en su encargo cinco años. Los que lo componen pueden ser ree- lectos. El Secretario General y los Secretarios Ho- norarios serán nombrados por el Comité Directivo. TV.—REUNIONES Y CONGRESOS Art. XL. —La «Unión fotográfica internacional» celebrará anualmente una reunión en la ciudad que se designe en la sesión anterior. La ¡primera sesión se verificará en Amberes el mes de Agosto de 1892. Art. XH.—Las sociedades de aficionados inscri- “tas en la «Unión» de la ciudad donde haya de tener lugar la sesión, y si fuere necesario del país mis- mo, ayudarán al Comité Directivo en la organización de la sesión, : Art. XIN.—El programa y los documentos de cada sesión serán presentados por el Comité Direc- tivo! de acuerdo con las sociedades de aficionados de la localidad donde: haya de celebrarse la sesión. El programa incluirá una sesion de apertura, en la cual el Presidente de la «Unión» ó su representan- te, leerá un Informe de los progresos realizados en Fotografía después de la última sesión. Después de la sesión de apertura, se celebrarán otras sesiones en las cuales se discutirán las dife= rentes cuestiones de que, traten los documentos en cartera, y cuando haya comunicaciones, experimen= tos, análisis, etc., serán recibidos y discutidos. Pueden añadirse á lo anterior, conferencias, ren- niones privadas, exhibiciones de Fotografía y de materias que ú ella pertenezcan; y pueden arreglar- se excursiones y visitas, si se trata de objetos im-= portantes de los alrededores que sean de interés ara los que constituyen el Congreso. Art. XIV.—Independientemente del período or- dinario de-sesiones anuales, lá «Unión fotográfica internacional» puede organizar un Congreso que leye por fin el perfeccionamiento ó la difusión de métodos y procedimientos fotográficos establecidos por algún Congreso anterior. Art. XV.—No podrá celebrarse un Congreso á menos que no haya fijado la fecha: en alguna sesión previa y de que no se hayan determinado con ante- rioridad las materias que deben'sometérsele. Art. XVL— Todas las decisiones relativas á cual- quiera materia y que no hayan sido aprobadas en un Congreso previo, exigen una mayoría absoluta de “votos de los.miembros presentes en el Congreso. Sila decisión en cuestión es para reemplazar 6 modificar alguna decisión ya aprobada por un Congreso ante- rior, necesita, para que pueda aceptarse, de las tres cuartas partes, por lo menos, de los yotos de los miembros presentes. ; Art. XVUL.—Para tomar parte en un Congreso COSMOS organizado por la «Unión» no es preciso ser miem- bro de ella; pero cualquiera que desee tomar parte en el Congreso, no siendo miembro de la «Unión», se proveerá de una tarjeta de la Administración, cuyo precio será de diez francos (8 chelines). Art. XVI. —Las minutas de las actas de todas las reuniones y de todos los Congresos se guarda- rán convenientemente por el Secretario General, quien escribirá el Informe Oficial de todas las se- siones. Este Informe oficial contendrá un corto aná- lisis de todas las comunicaciones recibidas, con lo cual verán sus autores que se las ha tenido en cuen- ta debidamente. Art. XIX.—La sociedad de aficionados local, per- teneciente á la ciudad donde se celebren la reunión 6 el Congreso y que pertenezca á la «Unión», pro= curará junto con el Comité Directivo que los resul tados de la reunión 6 del Congreso reciban por me- dio de la prensa la mayor publicidad. V .—PUBLICACIONES 12,—Anual - Art. XX.—La «Unión» publicará anualmente un Anuario Internacional Ilustrado, que contendrá en-- tre otras materias las siguientes: lx Los estatutos de la «Unión». - 22 La lista de los.miembros y de los suscritores. 32 El Informe Oficial de las reuniones. £a2 El Informe Oficial del Congreso. : 5a lil resultado general de las decisiones presen= tadas al Congreso anterior. : : > 6x La mayor cantidad posible de noticias respec- to, de los últimos descubrimientos fotográficos y de las recetas 6 fórmulas de los diferentes procedi- mientos de uso común. 72 El nombre de todas las sociedades fotográficas del mundo entero y la lista de todos los periódicos dedicados ú la Fotografía. : -81-Un Informe Oficial de todas las.obras de Fo- tografía que se hayan publicado durante el año y los autores de ellas que sean miembros de la «Unión».* Este 4nuario será editado y publicado en tres idio= mas diferentes, ¿-saber: alemán, inglés y francés. 2 Periodicos Art. XXI.—Además de este Anuario la «Unión Fotográfica Internacional» publicará, tan pronto co= mo sus fondos lo permitan, un periódico ilustrado trimestral que contendrá todo lo relativo 4 descu- brimientos hechos, noticias, etc., salidos á luz re= cientemente en el mundo fotográfico. Esta publica= ción, lo mismo que el 4nuario, aparecerá en tres ediciones y en “idiomas distintos. Podrá contener artículos originales firmados por sus autores y que hayan sido admitidos por el Comité Editorial. Este Cuerpo formará un sumario del referido artículo para que se publique en los dos idiomas distintos al empleado por el autor. ; Art. XXH.—El Anuario y el Pertódico, serán ilustrados por medio de los «procedimientos más perfectos de la Fotografía. Se publicarán en otros lenguajes 4 más de los ya dichos si las cuotas de los socios, que hagan una petición para este efec- to, bastan á cubrir el costo de la publicación. : Art. XXIM.—El Comité Editorial se pondrá de acuerdo con las sociedades de aficionados de todas las naciones para recibir á la mayor brevedad los informes que se relacionen conlos nuevos descubri- mientos fotográficos de los cuales deseen tener no> ticia las diversas sociedades. Igualmente, el Comi. té entrará en correspondencia con los socios y con todas las demás personas que deseen recibir los iín- formes: ON Art. XXIV.—El Anuario y el Pertódico conten= drán avisos que tengan relación directa con el arte fotográfico. Estos avisos se insertarán completa- mente aparte del cuerpo de los trabajos mismos. -- REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS .oo DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P- RIVERA A AR SUSCRIPCIONES: PA apa 00 BOU teumestre Por un semestre 2000 Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO -=s:SE PUBLICA LOS DÍAS l* Y I5 DE CADA MESss> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Pomo 11% pe Ácosto ve 1892—Núm. 15 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hon:- bre para con los demás, es instruirlos. E. LitTrÉ. SUMARIO Un nuevo teatro.—Las acciones mecánicas dela luz.—W. MH. Frower: Los Museos de Historia Na- tural.—BERTRAND, Toussarnt y Gombert: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—G. HiLToN SCRIBNER: ¿Donde comenzo la yida?—Proyecciones estereoscopicas.—Tom Trr: El alacrán de alcanfor. El títere en el espejo. La moneda aspirada. Lámma 152: Vista exterior y corte longitudinal del nuevo teatro «Viaje Óplico Foro-Férico ». TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex=Arzobispado núm, 1 0J0!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO 39 NOTICIAS DIVERSAS —Cítase entre los perros gigantescos á Plinlimmon cuyo peso era dle 9216 li- bras. En la actualidad le ha sobrepuja- do otro perro de la misma raza —P lín- limmon es de la raza de San Bernardo llamado Watch que costó 25,000 fran- cos como el anterior y que pesaba en los momentos en que se le embarcó pa- ra América 226 libras. con una alzada -de 85 centímetros. Téngase en cuenta que nos hallamos al principio de una curiosa transformación, y que no hace - todavía quince años que apareció por primera vez en Inglaterra el perro dela raza de San Bernardo. ¿Será uma teme- ridad prever desde ahora la próxima aparición del perro de tiro y del San Bernardo de silla que lleye sobre su ro- busto espinazo, como el poney más bien constituido, á los niños aficionados á cabalgaduras originales? El perro más grande del mundo es actualmente un San Bernardo que mide 1" 10 de alzada y que pesa 247 libras. Ha ganado 26 premios en los diferentes concursos en que se le ha presentado, sin contar las copas y las medallas. Lord Bute, que tal es el nombre del pe- rro, fué eomprado en 19,090 dollars por un americano. -—Un veterinario de Lancaster, cer- ca de Baltimore, acaba de descubrir que la tuberculosis existe en las ratas. En veinte cadáveres que disecó de es- tos roedores, catorce lEsaban en su or- sanismo, las huellas de los desórdenes mortales causados por la tuberculosis. Según el descubridor han contraído esta afección comiendo carnes que pro- cediande animales enfermos. Hastaaho- ra se había creído que las ratas como las cabras eran refractarias á la tuber- culosis. —Es curiosa la manera con que crían los romanos á los cangrejos. Iastalan verdaderas tiendas provistas de arriba á abajo de una multitud de tablitas en las que colocan millares de recipientes llenos de agua. Cada recipiente contie- -ne un solo cangrejo, porque si hubiera dos, estos crustáceos reñirían hasta que sobreviniera la muerte, ó por lo menos no se aprovecharían del alimento que se les distribuyese. En Mayo se colo- can las tablas, ó mejor dicho, se dispo- COSMOS S a nen los recipientes y se alimenta todos los días á los cangrejos con pan y maíz. De esta manera engordan rápidamente y de una manera notable. E —En la sesión que celebró la Acade= mia de Ciencias de París, el 30 de Ma= yo del corriente, M. Browy-SÉQUARD. agregó algunos hechos nuevos á los resultados tan curiosos de que habló á- la Academia en la última sesión, resul- tados que ha obtenido mediante las in- yecciones hipodérmicas de un líquido cuya composición ha inventado él. Se- ñaló entonces la curación de un enfer= mo atacado de ataxia locomotriz. Este éxito no es arslado; se han realizado ya algunas curaciones de esta afección que hasta ahora había resistido á todos los tratamientos y en la cual lo único que se había logrado era detener los avan= ces del mal. M. Brown-SÉéQUARD cita, para convencer á los incrédulos, el ca= so de un militar á quien curó en tres. meses y al cual presentó en perfecto estado de salud á la Sociedad de Bio=. logía, el 5 de Junio de 1891; ha habido tambien faltas de éxito más ó menos completas, es decir que mientras que en algunos enfermos el efecto ha sido nulo, en otros se ha producido una me- joría considerable. MM. CorntL, DUMONTPALLIER y LE MOINE > han hecho experiencias á este respecto, en diversos hospitales; revisten, pues, un caracter altamentente científico y merecen entera confianza. M. Brown- S£QuarD refiere, además la curación de cinco casos de lepra y éxitos diferentes en el tratamiento de la diabetes y de la parálisis. Según el autor, hay dos xplicaciones para estos fenómenos sin= gulares: un aumento de poder en los centros nerviosos ó una modificación en los microbios de la enfermedad; de ésto concluye que los viejos, hombres ó mujeres, son susceptibles de recobrar. una parte de sus fuerzas perdidas y que algunas enfermedades tales como la: “anemia y la ataxia locomotriz, son com-. batidas casi siempre con éxito. Mr. ¿Praun, de Londres, posee el libro más pequeño que se conoce: cons- ta de cien hojas de papel de arroz muy fino, cortadas en forma de octógonos, ay de doce milímetros y medio, medidas de lado á lado, cosidas y cubiertas con una tapa de seda; la obra está manus- COSMOS 59 crita con tinta negra y tiene en cada página un margen pintado con verme-= llón. El texto es una recopilación de los Kathas, ó sean los cánticos sagra- dos de los Brahmas Mahratas, de la In- dia; está escrito en líneas mahratas. Es- ta obra de arte esta encerrada en una caja cuya cubierta es de cristal; 1gnó- rase la procedencia del manuscrito, se lo quitó á Cmawzr en la época de la revolución de los cipayos, un soldado inglés que lo cedió á Mr. Praur. a PARTICIPACIÓN DE MÉXICO EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE. CHICAGO “Exposición Intérnacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas, Música y Dramática. Tacubaya, D. F.... de 1892. Sr. A O O O —Muy se- ñor mio: No ignora vd. que en el próximo año de 1893 y con el fin de celebrar el 49% Centenario del descubri= miento de América, los Estados Unidos del Norte llevarán ¿cabo un Certamen al cual han invitado á todas las naciones eivilizadas del mundo; entre és- tas se encuentra México, y el Sr. Presidente de la República así como, el Señor Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Ingeniero MayurL Fer- NANDEZ LEAL, inspirándose enla convenienciade que México sea presentado en aquella Exposición de una manera digna, por el concepto en que se le tiene en el extranjero, y provechosa, en cuanto ú los resul- tados prácticos que pueda obtener con su presencia; ambos funcionarios, digo, han puesto de su parte cuanto les ha sido dable para la mejor realización de suintento. Al efecto dividieron y clasificaron to= dos los trabajos referentes a] asunto, encargándole á una persona determinada las diferentes subdivi- siones. Teniendo en cuenta sus conocimientos en Ingenie- ría, me permito dirigirle la presente á fin de quese sirva yd. contribuir para el Certámen de Chicago, silo tiene á bien, con todo aquello que fuere del resorte de su profesión, lo que no dudo que hará vd, dada su ilustración y sus sentimientos patrióti- cos. + Incluyo á vd. para la mejor inteligencia de lo que abraza el Grupo 152 de la Sección L, 4. mi cargo, el catálogo correspondiente: GRUPO 152 Ingeniería civil.—Obras públicas.— Arquitectura Clase ,877.—Reconocimientos de terrenos, ins- pecciones topográficas, medidas y situaciones de pueblos y ciudades, con los sistemas de provisión de agua y drenage. Clase 878.— Inspecciones en las: costas, rios y puertos. Clase 879. — Construcción y conservación de ca- minos, calles, pavimentos, ete. Clase 880.—Ingeniería de puentes (ilustrada con planos y modelos). Dibujos de puentes. Dibujos y cartas que muestren los métodos para calcular las fuerzas y pesos. Cimentación, estribos, cimbras de piedra, made-= ra, ete. 7 - Puentes de arco, de piedra, madera ú hierro. Puentes colgantes, de fibra, cadenas de hierro y cables. Puentes de celosía, de madera, hierro y acero; cuerdas de acero, enréjados 6 barandales, cinchos de Fink, Bollman, Horse, Pratt, Pots, Long, Huzp= ple y otros de construcción especial. Puentes salientes, puentes elevadizos; maquinaria oscilante y rodante. Puentes tubulares. Puentes de ferrocarriles, acueductos, y otros de construcción especial, no clasificados antes. (Cartas que muestren los informes y datos de construcción, extensión, altura, peso, costo y demás datos de interés de los grandes puentes del mundo). Clase 881. —Construcciones hidráulicas. Cimien- tos, muelles, puertos, rompe=olas, diques, cons= trucción de presas, obras hidráulicas y canales. Clase 882. —Irrigación. Canales y sistemas de irrigación. s Clase 883.—Ingenicría de ferrocarriles. Inspec= ción, situación y construcción de ferrocarriles. Clase 884.—Ingeniería dinámica é- industrial. Construcción y trabajos de máquinas; ejemplares de trazos y construcciones de fábricas y estableci- mientos metalúrgicos. Clase 885. — Ingeniería minera. Inspeciones sub-= ferráneas, construcción de túneles, socayones, ete.; situación y construcción de tiros de todas clases; desagúe, ventilación y alumbrado (Véase tambien el Departamento E.). Clase 889.—Arquitectura. Planos de edificios pú= blicos para oficinas é instalaciones especiales; ha= bitaciones grandes y pequeñas. Planos y memorias de cimientos, paredes, tabi= ques, pisos, techos y escaleras. Cálculos sobre la cantidad y costo del material. Planos y modelos de invenciones especiales para seguridad, comodidad y conveniencia en la manipu- lación de elevadores, puertas, ventanas etc. Sistemas de trabajos de albañil, carpintero y pin= tor. Planos y modelos de amarres, arcos, caballetes, bóvedas, etc.; construcción y estucado de tabiques; pintura y decoración. Planos de sistemas para manejar y entregar los materiales que el artesano emplea en las construe= ciones. Andamios y escaleras; andamios especiales para 60 COSMOS. soportar grandes pesos; grúas portátiles y elevado= res de fuerza. Ejemplares que muestren la resistencia de mate= riales. Planos y secciones de figuras arquitectónicas cs- peciales. Viguetas yy cuartones de metal para pisos, ladri- llos huecos y otros objetos arquitectónicos de alfa= rería para calefacción y ventilación; cornisas y.cana- les de metal; tejamaniles y tablas; techos. y pisos de cristal y sus accesorios; instrumentos del arqui- tecto. E , Métodos para combinar materiales. - = Protección de cimientos, paredes y áreas contra la humedad, sistema de empedrado y desagúe. Aprovecho la oportunidad para ofrecer 4 yd. las seguridades de mi aprecio y consideración. —PEr= NANDO FERRARI PÉREZ. Tacubaya, D, PF... der... de 1892.—Sr. Ingeniero Militar... .—Muy señor mio: No ignora vd. que en el próximo año de 1893 y con el fin de celebrar el 40 Centenario del descu- brimiento de América, los Estados Unidos del Nor- te llevarán á cabo un Certamen al cual han invitado á todas las naciones civilizadas del mundo; entre éstas se encuentra México, y el Sr. Presidente de la República así como el Sr. - Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, Ingeniero ManueL Fer= sáxbez Lear, inspirándose en la conveniencia de que México sea presentado en aquella Exposición de una manera digná, por el concepto en que se le tiene en el extranjero, y provechosa, en cuanto á los resultados prácticos que pueda obtener con su presencia; ambos funcionarios, digo, han puesto de su parte cuanto les ha sido dable, para la mejor realización de su intento. Al efecto dividieron y cla- sificaron todos los trabajos referentes al asunto, en- cargándole-á una persona determinada las diferen- tes subdivisiones. Teniendo en cuenta sus conocimientos en Inge= niería Militar, me permito dirigirle la presente á fin de que se sirva vd. contribuir para el Certamen de Chicago, si Jo tiene á bien, contodo aquello que fuere del resorte de su profesión, lo que no dudo que hará vd. dada su ilustración y sus sentimientos patrióticos. -Incluyo á vd. para la mejor inteligencia de lo-que, referente á la Ingepicría Militar, abraza el Grupo 452 de la Sección TL, á mi cargo, el catálogo co- rrespondiente: GRUPO 152. Clase 886.—Ingenieria Militar. Obras de terra= cería. Construcción de fortalezas, parapetos y for- tificaciones temporales. Clase 887.—Obras permanentes. Fortificaciones, almacenes, arsenales, minas. : Clase 888.—Caminos, puentes, pontones, movi= lización de tropas y equipo. Aprovecho la oportunidad para ofrecer 4 vd. las seguridades de mi aprecio y consideración.—Fer= NANDO FerrRART PÉREZ. PREGUNTAS Y DUDAS. Nos proponemos responder á las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. ] E =Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunás contestaciones exigen tiem- po y estudio, 4 pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico 6 en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi= carán sólo con letras iniciales. No. contestaremos ninguna pregunta anónima. ——=So— El Sr. C. A. R., de Cuernavaca, nos escribe: Generalmente se demuestra eráficamente el teo- rema del Cuadrado de la Hipotenusa igual á la su—- ma del cuadrado de los catelos, con un triángulo cuya hipotenusa es 5, el caleto mayor 4 y el me- nor 3. = 5X5=4X4+F3X3 18 pl e gulo de diversas dimensiones? Por ejemplo: 2. 2. VIF9 == y18 ó-lo que es lo mismo, con un triíngulo rectángulo cuyos catetos tengan tres metros ¿cómo se puede demostrar gráficamente que la hipotenusa cuadrada es igual á 18 metros? > Si, en concepto de vds., vale la pena esta dificul= tad, desearía verla resuelta en el «Cosmos». - R.—La demostración objetiva original de M. La= cour, Géométrie en troís lecons.— Cahier du soldat du génie por E. Lacour, ingenieur des ponts el chaussécs.—Paris, Drnru, 1872, sobre cl cuadrado de la hipotenusa es aplicable á todos los triángulos rectángulos cualquiera que sea su dimensión. El caso que vd. menciona es el de un triángulo rectángulo isóceles. Recortando ocho triángulos de papel con catelos de tres decímetros de longitud é- hipotenusa de : VIS. 4.24% ó sean, próximamente, 0.4244; puede repetirse fácie mente dicha demostración... A ¡Se podría demostrar graficamente con un trián- REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS | —Y 0 > -. DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ. SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA — -- > SUSCRIPCIONES: Puno a a IO | Bor Um es E dro - Por un semestre O) : Número suelto a EL PAGO SERA ADELANTADO =s:SE PUBLICA LOS DÍAS 1 Y 15 DE CADA MES:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Tomo I=15 pe Ácosto pe 1892—Núm. 16 El principal deber del hombre para consigo mismo, es iustruixse; el principal deber del hom= bre para con los demás, es instruirlos. o AN SUMARIO E. LirrrÉ. Crerro A. RobrLo: ¿Qué día es....¿—FELix Hiémeyr: | Las imagenes en la educación.—BERTRAND, Tous- saint y GomberT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—El átomo eléctrico. —G.. HiLron Sarrxer: e Dónde. comenzo. la vida? Yom Tr: El || Torniquele de popote. Las figuras mágicas. | Lámina 162; Antigúedades: mexicanas: MicrLan- 5 TEUHTLI, SEÑOR DE Los MUERTOS, TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 z 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO! 62 COS MOS NOTICIAS DIVERSAS Mr. T. L. Pureson publicó en 1861 un método para hacer permanentes las im- presiones fotográficas con sales de hierro. Hacia flotar un pliego de papel por es- pacio de diez minutos sobre una solu- ción de oxalato férrico á la cual se había agregado una corta cantidad de amo- niaco. Después de una exposición á la luz, de diez á veinte minutos, se forma una pálida imagen amarilla de oxalato ferroso. Dratada por el permanganato de potasa amoniacal, esta imagen se desarrolla por completo con un color moreno y se ennegrece con el piroga- lol. Lavados repetidos en el agua, com- pletan el procedimiento. zS —El Dr. Neunaus recomienda usar láminas transparentes, de celuloide, amarillas y rojas para la iluminación del cuarto oscuro en vez de cristales del mismo color. En un recipiente que tenga la tapa ajustada y que sea ésta de celuloide también, el desarrollo puede hacerse á la luz del día y sin temor de manchar la placa. La celuloide transparente permite el paso de una gran cantidad de luz, en muchos casos más de la que se obtiene con los cristales coloridos corrientes. Una pantalla de celuloide amarilla com- binada con otra de color rojo, da paso sólo á la luz roja y á una parte pequeña de la amarilla y son impenetrables pa- ra la mayor parte de los rayos amar llos, verdes, azules, y violetas. Para probar la permanencia de estas láminas, fueron expuestas directamente á la luz del Sol durante tres semanas. El examen espectroscópico demostró un ligero cambio molecular en la pan- talla amarilla, á consecuencia del cual se hizo perceptible una huella de luz azul, aun cuando no fué tan intensa que echara á perder el conjunto. La pan- talla roja se había obscurecido conside- rablemente; todos. los rayos violetas, azules y amarillos fueron absorbidos, pero el verde se hizo más perceptible. Las pantallas roja y amarilla cuando están yuxtapuestas son muy á propósito para los trabajos ortocromáticos. Siendo la celuloide demasiado infla- mable, estas pantallas no deben usarse en las linternas ni con luz artificial. —Se ha señalado la abundante lluvia de Mayo pasado. Según el informe pre- sentado por M. de Tiro á la Academia, sábese que esta lluvia se produjo en una gran extensión de la Rusia europea. Se la advirtió también en Elisaveterod, en Pinsk, Kovno y en San Petersbur- go. > MM. NorvenNsxk10oLD, HoLsT, SVEDMARK y TorxeBomm, rindieron ante la Sociedad de Geología de Stockolmo los resulta- dos del examen que hicieron de este polvo: contiene numerosos cristales y partículas de hornblenda, de magnest- ta, de mica, de hierro al estado metá- lico y algunas diatómeas. + —Un relojero de Génova, M. Sivax, ha hecho saber á la Sociedad de Artes de esa ciudad que acaba de enviar á Berna, con objeto de pedir-una patente de invención, la muestra de un reloj de repetición que habla las horas y los cuartos en vez de darlos por medio de un timbre. El mecanismo de este reloj es una curiosa aplicación del fonógrafo. =M. F. Levieux, de Bruselas, ha en- viado á la redacción de La Nature un método para calcular á qué día de la semana corfesponde una fecha dada. - El método es muy ingenioso y sencillo: consiste-en agregar al número del día que sirve de punto de partida un núme- ro de unidades igual ála cifra de los días complementarios. Sesupone quelos me- ses tienen una duración uniforme de 28 dias; la diferencia entre este número y el número real de los dias de cada mes constituye los dias complementa- rios. - : —Anuncia el /ron que la casa alema- na AmLer, Haas y AnGersTrEIN, fabri- ca una nueva liga de cobre, nikel y manganeso, designada bajo el nombre de manganina y dotada de una gran resistencia eléctrica. La resistencia es- pecífica de la manganina es de 42 ohms, es decir, que es superior aún á la nike- lina. : A esta resistencia la alteran muy po- co las altas temperaturas. La mangani- na á lo que parece está indicada para la fabricación de instrumentos de me- dida y, en general, de los aparatos eléc- |tricos cuya resistencia ache variar lo menos que sea posible con la tempera- tura. de polvo que cayó en Stockolmo, el 3 COSMOS 63 —En la sesión que celebró la Aca- demia de Ciencias de París, el 13 de Ju- nio del corriente año, M. Brown-SéQuUARD presentó una Innovación que constituye, -á su jucio, el triunfo de la medicina - experimental. Trátase de la recrudes- cencia de vitalidad que se manifiesta en un animal atacado de una lesión orgá- nica, cuando se inyecta bajo su piel un líquido preparado con un órgano seme- _jante, según ún método que ha indi- cado él mismo y para cuya aplicación ha construido un aparato perfecto M. dWArsoxvaL. La ablación de la glándu- la tiróides determina rápidamente la muerte del animal. Cuando éste se ha= lla á punto de sucumbir, una inyección apropiada lo pone en pié por espacio de algunos minutos y le devuelve la vi- da durante algún tiempo. Se ha repe- tido lo mismo con mayor ó menor éxito con las cápsulas supra-renales y con los rIinones. a Este método curativo ha de haberse aplicado ya en el servicio de M. Bou- CHARD para el tratamiento de un tumor maligno de la glándula tiróides. El mismo M. Brownx-SEQUARD advier= te que la inyección de los líquidos de procedencia animal no ha producido nunca accidentes gracias á la precau- ción de emplear líquidos completamen- te esterilizados por medio del filtro im- ventado por M. d'ArsonvaL y por efec- to de la presión de una atmósfera comprimida de ácido carbónico que, según su o expresión «aplasta á los microbios». —Cada día aumenta en Europa el comercio de pájaros exóticos para ador- narlos sombreros de las damas. Un co- le de Londres acaba de recibir en un solo envío 6,000 aves del paraíso, 300,000 especies distintas, procedentes de las Indias Orientales y 400,000 co- libries. Otro comercieante recibió en el espacio de tres meses 356,389 pája- ros Ae las Indias Orientales y 404,464 del Brasil y de las Indias Occidentales. Otro vendió en 1889 más de 2.000,000 de aves diferentes. En París solamente se valúan en... 40,000 pájaros de América y en 100,000 de Africa las cantidades que recibe anulmente un solo comerciante. Respecto de América, en Long-Island, distrito pequeño situado cerca de Nue- va York, una asociación comercial en- trega anualmente 70,000 aves y un di- secador prepara en un año 30,000 pie- les. El ayudante de la casa de fieras del Museo de París, M. Sauvixer, fué víctima en el mes de Mayo pasado de un accidente ocurrido en la jaula del elefante. Le“daba patatas al paquider- mo á través de las rejas á fin de apaci- guar los gritos del animal, excitado se- gún parecía por las precencia de un público numeroso á una hora de la ma- ñana en que él acostumbraba estar solo. Repentinamente el elefante le cojió: la punta de los dedos con la extremi- nd de la trompa y lo levantó torcién- dole violentamente el puño, dejándolo caer, después de haberle luxado la ar- ticulación. A propósito de este accidente el pe- riódico Le Temps cuenta que el eminente Director del Museo M. Mirve=EbwarDs refirió que este elefante de buen caracter por naturaleza, no olvidó la maldad de un visitante que, no hace mucho, en lugar de darle un trozo de pan le in- trodujo en la trompa un cigarro encen- dido que como es de suponerse lo que- mó mucho. M. Minxe-Eowarbs supone que el animal atribuyó las mismas in- tenciones al ayudante y pretendió ven- garse del mal trato deque había sido objeto. PARTICIPACIÓN DE MEXICO EN LA Hi EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Exposición Internacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas; Música y Dramática. Tacubaya, D. FP... de... de 1892.—Sr, A PASO —Muy señor mio: Siendo la higiene y cuanto á ella se refiere uno de los factores más importantes de la salubridad de un lugar, y siendo por este motivo un ramo cientí- fico que debe estudiarse con la mayor dedicación posible, estudio que ha de referirse no sólo á la apli- cación de cierto género de principios á una locali- dad determinada, sino que también á la compa- ración delos sistemas puestos:en uso por las diversas naciones y á la observación de los progresos reali- 64 zados; me permito dirigirle Ja presente en mi cali= dad de Encargado de la Sección L en la próxima Exposición Internacional de Chicago y por estar comprendida la Higiene en la referida Sección, Pero como vd. sabe, la Higiene abraza un vasto conjunto: desde la buena edificación de toda suerte de construcciones hasta la inspección de la male- rias alimenticias; desde el régimen sanitario de los edificios públicos, cualquiera que sea el uso á que estén destiuados, hasta la administración de medi- das protectoras que, como la vacuna y la cuarente- na, impidan la aparición ó el desarrollo de enferme- dades epidémicas. Atento á estas consideraciones y pareciéndonte que para definir mejor-el concurso que de vd. soli- cilo sería oportuno transcribirle lo parte conducen= te del Reglamento y clasificación general de la su= sodicha Exposición, adjunto lo que sigue: «GRUPO 147 E Higiene 3829.—Baños públicos, lavaderos; enano Salubridad.—Aplicaciones y «Clase pública y doméstica. métodos para la salubridad de las habitaciones, edi- ficios y poblaciones Renovación directa del atre: Calefacción, ventilación y alumbrado, ensrelación. con la salud. Conductores de agua y desechos de albañales. Coladeras y albañales. Mingitorios, si= fones hidráulicos, excusados, letrinas públicas. y privadas.—Alcantarillas, resumideros, salubridad, delos artículos de plomo, paredes, ladrillos, lechos, pisos, ete. Decor: ición higiénica de las casas, —Pin- turas no venenosas, papel tapiz, cubiertas de pisos, lavaderos, decoraciones, etc. E «Aparatos para impedir la propagación de las enfermedades infecciosas, Métodos, materiales é1ns= trumentos para purificar y destruir los gérmenes, desinfectores. «Aparatos para DOS conducir y tirar dese= chos de albañales, desperdicios de casa de matan= za, y basuras. «Aparatos y métodos para. filtrar-cl agua y e piar los conductores de agua. «Aparatos y métodos para calentar, ventilar alumbrar escuelas; letrinas, excusados, ete., de es= cuelas. «Métodos especiales para guardar y secar la ropa en las escuelas. «Precauciones en las escuelas para evilar eldes- arrollo de enfermedades infecciosas, higiene de escuelas, enfermerías, ete. Sus «Clase 833.—Inspección protectora.—Inspección sanitaria: vacuna, sus leyes y reglamentos, aisla= miento de enfermedades contagiosas, cuarentena, prevención y eliminación de animales epidémicos. «Inspección de alimentos.—Tratamiento de ali= mentos adulterados, inspección y análisis, tratamien- to de substancias alteradas, reglamento de-rastros, COSMOS .ciales:en la materia 6 de encargados-—inspectores 6. varias fábricas de casimites; carrocerías; molinos; ES molinos, etc., reglamento para venta de caballos y recursos protectores. sE PIES «Inspección de edificios, etc.—Reglamento é ins- pección de edificios, drenaje y plomería de habita= > ciones; reglamentos para incendios, salvamento, ete. xi «Inspección personal.—Examen de color, ctc.; examen parcial para conceder licencias. «Inmigración. —Recepción, cuidado y protección 7 delos igmigrantes». s ; Es indudable que la respuesta útodo lo anterior, ó cuando menos á algunas de sus partes, tratándose siempre de México y mejor dicho, de la cc 5% entera, contribuirán poderosamente ¿4 cimentar el buen nombre de México en el extranjero, tanto por= que estas respuestas provienen de profesores espe= iS regidores —que por su situación particular y por su - experiencia, se hallan en aptitud de emitir juicios E dignos de atenderse, cuanto porque demostrará de un modo palpable que nuestra patria adelanta en todos sentidos. S a Ahora bién, puesto que dar 4 conocer los progre= > E sos nacionales es la obligación precisa “de todos > nosotros,-no dudo ni por. un momento que vd, se dignará comunicarme, para que yo á mi vez las le= ve al gran Certamen de los Estados Unidos del Nor= => té, las especulaciones cientificas que vd. haya hecho «este respecto, los resultados de su experiencia 6 ambas eosas áú la vez. ¿ Aprovecho la oportunidad para ofrecer á vd. las seguridades de mi. aprecio y consideración, así co= mo para repelirme su alentoS. S.—F. FERRARI PEREZ. El ESPUERLO Los que suscriben, constructores; tienen el ho-. nor de ofrecerá Ud: sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; construcción y compostura de aparatos científicos de todo género; fabricación de modelos; ete. JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de pl haciendas de beneficio para metales; de los talleres 3 del Hospicio de niños de Guadalupe. de Zacatecas AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero: o tricista, miembro-de la Comisión mexicana en la Ex-- posición Internacional de París en 1889; y encarga= do de la Sección de maquinaria en la Internacional - - de io en 1893. —Dirigirse « > ; CHÁVEZ Ho 2S 9 CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 MEXICO. La casa se encarga dambién de la formación de presupuestos para instalaciones diyersas; así como > : de hacer pedidos al extranjero de material para azu- carerías (Fives=Lille Francia); Ferrocarril portá=- til Decauwville; máquinas; útiles; ele. 3 REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS —< o Doe - DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA _—— elo > SUSCRIPCIONES: A a o 00) Por un trimestres. 2 75 BOTAS MESE a o 5-00 NúIIerosue Ot a ode A 0.50 EL PAGO SERA ADELANTADO 5 SE PUBLICA LOS DÍAS 1” Y 15 DE CADA MES:s5> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Tomo I—1* pe Seerrempre be 1892—Núm. 17 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LrrrrÉ. O SUMARIO Manuer Orozco Y Berra: Ruinas de Tlalmanalco. —Jomx W. Draver: La Civilización de México y el Perú antes de la Conquista.—BERTRAND, TOUSSAINT y GowsertT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—G. HiLtTow ScrIBvER: ¿Donde comenzo la vida>—Veutralización. del yeneno de la. Cobra Capel. —Tom Trr: El Torniquete sifón. Los colores complementarios (El Diablo Verde.—La Estrella tricolor).—La Cuchara-reflector. Lámiva 172: Ruinas de Tlalmanalco. E TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 ge 1892 10JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO=-10J0! 1 66 NOTICIAS DIVERSAS —Con el título de Ur-rayo da cuenta de lo siguiente el Boletín de la Acade- mia de Bélgica: El 27 de Julio de 1891, dice M. Borxs autor de la nota que transcribimos, dos aldeanasjóvenes fueron heridas por una descarga eléctrica, en el campo, en Na= linnes. (provincia de Namur) durante una violenta tempestad. Transportadas a la casa de la madre de úna de las víctimas, fueron por parte de ésta, así como por la del médico del lugar, ob- jeto de perseverantes cuiadados. Alca- bo de dos horas comenzaron á dar se-= ñales de vida y el 28 de Julio entre me- día noche y las tres de la mañana, re- ¿cobraron el conocimiento. Una de estas jóvenes se restableció rápidamente, la otra conservó desde entonces una ciá= tica doble excesivamente dolorosa y rebelde á todos los tratamientos cono= cidos. Su corpiño, su corsé y una par- te de la piel de la espalda y de los miembros inferiores, fueron quemados - por el rayo. La lengua permaneció cia= nosada por espacio de dos meses. La conclusión de M. Borxs es que después del rayo, aun cuando las víe- timas parezcan absolutamente privadas de vida, no hay que desesperar de que recuperen tarde ó temprano la. existen= cia y aún la salud. Agsregaremos que según las observaciones más recientes, conviene tratar á los heridos por el ra- yo como á los ahogados; es decir, prac- ticando la respiración artificial. Es bue- no tener ésto en cuenta para los casos de accidentes en las aplicaciones eléc- tricas. —Con el nombre de «Liga contra el cáncer» acaba de formarse en París una sociedad cuyo fin es estudiar todas las cuestiones relativas á la historia, á las causas, á la naturaleza íntima de esta terrible afección á fin de obtener los medios para curarla. Bajo la presiden- cia honoraria de M. VerNeEUIL y bajo la presidencia activa del Prof. DurLay, la Liga se propone organizar congresos, Jublicar boletines, y acudir, en una pa= neo á todos para realizar esta ob esencialmente humanitaria. —El motor hidráulico más notable que funciona en la actualidad, sino des=| de el punto de vista de su potencia ab= soluta, sí desde,el de su poder especí- - fico y desde el de la altura de caída bajo la cual funciona, es una rueda Perroy establecida en las magníficas "minas de Comstock, Virginia City, Ne- vada. Esta rueda funciona bajo una caída de 640 metros de altura, lo que corresponde á una presión de 64 kilo- gramos por centímetro cuadrado. A su velocidad angular normal, esta rueda, cuyo diámetro no excede de 90 centí- metros, da 1150 vueltas por minuto, lo que representa una velocidad periférica de 54 metros por segundo ó de 194 ki= lómetros por hora. La rueda pesa sola- mente 81 kilógramos y produce una potencia de 90 caballos, ó sea más de caballo por kilogramo. El chorro de agua que actúa sale por un abertura cuyo diámetro es de media pulgada (123). Actualmente es el motor de mayor potencia específica que se co-= noce. : —El Prof. LacassaGne y uno de sus discípulos M. Biraup, llevan á cabo en estos momentos, experiencias médicas acerca de los accidentes producidos en. la industria porlas corrientes eléctricas, en el Laboratorio de Medicina Legal de Lyon. PUES Estos accidentes que en la mayor parte de los casos no tienen consecuen= cias graves, son más frecuentes de lo que podría creerse en los establecimien= tos en que se produce electricidad pa- ra el alumbrado ó para transportar á distancia la energía. Sería interesante conocer en cada caso las condiciones técnicas que se realizan en el momento. del accidente (corriente contínua ó al= ternada, número de volts ó de amperes del dinamo), las circunstancias en las cuales se produce el accidente (contac- to establecido por las dos manosó por. una sola, etc.), las impresiones de la víctima en el instante de la descarga y, después, las consecuencias del acci- dente(quemaduras, perturbacionesner- viosas, etc.). - : —+El Dr. Tnoxion anuncia, por medio de una carta, haber descubierto la vi- [sibilidad de la circulación capilar de la sangre en los vasos superficiales de la conjuntiva humana, sin traumatismo, ans el microscopio. —M. de Vocué, de la Academia de Inscripciones y de Bellas Letras, acaba OSMOS 67 de, señalar una feliz aplicación de las “aiguas amoniacales que quedan inutili- zzadas en algunos laboratorios de gas. - Estasaguas extendidas sobre paja, aban= -donan.el ázoe y forman un estiércol que contiene 7 milésimos de ázoe, es decir, un producto muy rico. - —EL Dr. Hartman acaba de publicar recientemente (Abhandlungen de la cla- se físico=-matemática de la Sociedad de Ciencias de Leipzig) sus observaciones sobre el agrandamiento, por la atmós- fera terrestre, del diámetro de la sec- ción de sombra durante un eclipse lu- nar. Desde la época de Tobías Mayer (1750), se ha considerado el coeficiente 2/9 como representante de este aumen- to, aunque no se tenga ninguna idea de las razones que han hecho adoptar es- te valor. M. HarrmawN ha reducido to= das las observaciones de eclipses de Luna verificadas por los astrónomos du- rante este siglo y de ellas ha deducido el aumento del diámetro de la sombra. Resulta del examen de 2920 observa- “ciones del contacto de la sombra con formaciones lunares netamente defimi- das que el agrandamiento del semi- - diámetro de esta sombra es de...... 48”62 para la paralaje lunar media, lo que corresponde á un coeficiente de aumento igual á */,p,). Este resultado - podrá variar quizá en 2 ó 3 segundos en el curso de nuevas observaciones, pero no más. Sería conveniente, por - consecuencia, emplear el valor de */;y en wez del de Maxer, */5p- - PARTICIPACIÓN DE: MEXICO = EN LA EXPOSICION UNIVERSAL DE CHICAGO Exposición Internacional de Chicago.—Corres- pondencia del Encargado del Departamento de Ar- tes liberales, Educación, Literatura, Ingeniería, Obras públicas, Música y Dramática. 5 Tacubaya, D. F., 17 de Marzo de 1892. Sr. Lic. -RarAEL ReYes SpinDoLa, Director de «El Universal». —México. Muy. señor mio: He leído en el número de su acreditado periódico “correspondiente al miércoles 16 del actual, la res- puesta que da-esa redacción á la circular que dinijí á los editores y directores de periódicos * solicitando su concurso para el mejor arreglo de los trabajos referentes á la parte de la Sección Mexicana que tengo á mi cargo en la próxima Exposición de Chi- cago. z En lo quese refiere ¿la prensa, la redacción de que es vd. digno jefe, opina que, tanto los periódicos de como los de los Estados, deben en- viar un semestre y no tirar un número especial, a la Capital fin de que en el extrangero se pueda apreciar el ver- dadero estado de nuestro periodismo. En contestación ú esta idea me permitiré mani- festarle que el tiro especial se hizo únicamente para la Exposición de Nueva Orleans; en el Certamen Internacional de París tuve ya la honra de que se me encomendara, por el Gobierno, lo' concerniente á la presentación de la prensa, y abundando desde | entonces en las ideas que vds. manifiestan, solicité de los editores de periódicos que enviaran los mú- meros correspondientes 4 un año de publicación y que continuaran, además, mandándome á París los que publicaran durante todo el tiempo de la Expo= sición. Más de setenta periódicos acudieron 4 mi llamado-y con ellos fué posible instalar eu el Edifi- cio de la exposición mexicana en París, un depar- tamento especial de la prensa en el que se renova= ban contínuamente las publicaciones, departamento que no fué por cierto uno de los menos visitados. Para la Exposición de Chicago, de más trascen- dencia tal vez para nosotros los mexicanos que la de Paris, parecería oportuno que hiciéramos algo más que en ésta. Me ocurre, por ejemplo, que ade- más de mandar como á París, la colección de un año y de seguir remitiendo lo que se publique durante la Exposición, se uniera la prensa 6, cuando menos, los órganos más caracterizados de ella y nombraran una Comisión compuesta de dos 6 tres personas im- teligentes que fueran 4 Chicago á representarla ocu- púndose de proporcionar datos acerca de la mane- ra de ser de los periódicos en México, de la funda= ción de ellos, de su estadística, de su clasificación; en una palabra, de cuanto se relaciona con la vida de la prensa. En cambio del seryicio que le pres- tarían esos comisionados, allá, al país, podrían ha= cerle otro, acá, mandando revistas minuciosas de la Exposición que se publicarían en todos los periódi- cos asociados, y sobre todo, estudiando detenida- mente, para comunicarlo 4 los mismos: periódicos, cuáles son las circunstancias y condiciones que han concurrido eficazmente para hacer que la prensa americana sea una de las mejores del mundo y co- labore, con tanta eficacia, al engrandecimiento de aquel país. Si juzga vd. que estos proyectos son dignos de tomarse en consideración, le suplico se sirva darles publicidad y discutirlos; más aun, me tomaré la li- bertad de valerme de su popular diario para pedirle á la prensa entera que si expresa alguna opinión sobre este asunto, tenga la bondad de remitirme el número 9 los números en que así lo haga para que 1 Véase Cosmos, núm. 11, 1? de Junio de 1892, forros, p. 44, 68 COSMOS pueda conocer opiniones que me son muy respela- bles. Reitero ú vd., Sr. Director, mis sentimientos de consideración y aprecio.—F. Ferrarr Pérez. A PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder 4 las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. z Si alguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, ¿pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno: de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos : ninguna pregunta anónima. PUBLICACIONES RECIBIDAS Han llegado á nuestra redacción, últimamente, los libros y publicaciones siguientes: Smithsonian Report.—U.-S. National Muscum.— Washington, D. C. 1891. Contiene: TI. Informe del Secretario del Instituto Smithso- niano, encargado del Museo Nacional, acerca de la condición y progresos realizados por el mismo Mu- seo. ] IL. Informes de los conservadores de Departa= mentos. III. Documentos explicativos de las colecciones del Museo Nacional de los Estados Unidos. IV. Bibliografía. Y. Lista de adquisiciones. 107 láminas fuera de texto y 138 grabados inter- calados. Rise and growthof the Normal-School Idea in the United States, por J. P. Gorbx, Prof. de Pedago- gía en la Universidad de Ohio y autor de Lessons of Psychology.—Washington, D..C., 1891. El libro comprende una exposición: clara de la materia, desde que se inició en los Estados Unidos la Escuela Normal hasta el presente. Se encuen- tran además datos y detalles acerca de la enseñanza en distintas escuelas de la Unión Americana. Biological teaching in the colleges of the United Siates, por Jomx CameenL, Prof. de Biología en la Universidad de Georgia.—Washington, D.C., 1891. Trátase en esta obra como su nombre lo indica de la enseñanza de la Biología. El autor estudia entre otros asuntos, la evolución norte-americana en las investigaciones biológicas y hace resaltar la utilidad delos museos y de los laboratorios para esas mis- mas investigaciones. Acompañan al: texto cuadros estadísticos en que constan el número de profesores y de alumnos que concurren á los diversos colegios de los Estados Unidos, asi como la distribución del tiempo y _ma- terias necesarias para la admisión. History of higher education in Michigan por An= DREW C. McrauchLix, Washington, D. C., 1891. z La obra está dividida en once capítulos en los cua= les el autor da á conocer el carácter de los prime-' ros habitantes de Michigan, las concesiones de te- rrenos, la Historia de la Universidad de Michigan, la atención que le han consagrado los diferentes go= biernos, etc., etc. Acompañan al texto 24 láminas tiradas aparte y que son otras tantas vistas de la Universidad de Mi- chigan en 1865, del Museo, del interior de la Gale- ria Artística, del Observatorio Astronómico de Al- bion College: etc. The fourth international prison congres, St. Pe=' tersburg, Russia, por C. D. Raxbazt, Delegado Ofi- cial de los Estados Unidos, Washington, D. au 1891. a | Comprende el libro la historia completa del 40 Congréso Internacional celebrado en Rusia para el mejoramiento de las prisiones, una revista rápida de Jos congresos anteriores verificados en Lóndres, Stockolmo y Roma, división de las Secciones en el Congreso moscovita, los estudios cientificos presen- tados por los diferentes miembros, etc., ete. y un apéndice en que se da cuenta de las excursiones, banquetes, conferenncias, etc. E Hustran el texto láminas, planos y retratos. Instruction for collecting mollusks and other use= ful. hints for the conchologist, por Wititam H. DaLs, Conservador Honorario del Departamento de Mo- luscos del Museo; Nacional de los Estados Unidos, Washington, D. C., 1891. El objeto de éste volumen es presentar con la ma== yor brevedad posible la manera de colectar las dis- tintas especies de moluscos, así como dar indicacio-, nes acerca de sus enemigos y parásitos, de la mas nera de preservarlos, etc., etc., etc. 5 The humming birds, por Roserr Ribewax, Con- servador del Departamento de Aves del Instituto ¡Smithsoniano, Washington, D. C., 1891. Este libro es un fragmento del Informe del Museo Nacional, correspondiénte 4 1890. Se refiere á las costumbres, la organización, etc:, de los colibríes que se encuentran en América, en general, y de al- gunas especies de éstos en particular. Puede con- siderarse la obra como el resumen monográfico más completo de la familia de los Troquilídeos. Acompañan: al texto 56 láminas y 47 grabados in= tercalados en el texto. - se E Directions for collecting- and preserving unsects, por €. Y. Ruy, Conservador Honorario del Depar= tamento de Insectos, Washington, DECK 1892. Este libro es un fragmento del Boletín del Museo Nacional de los Estados Unidos. Contiene. un ma- nual de-instrucciones para coleccionar y Conservar insectos, detalles extensos de entomotaxia y un in-. dicador- bibliográfico, muy completo, de: consulta para libros y folletos relativos 4 la materia. Lo ilustran:139, grabados y. una límina. e) REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS | DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA a SUSCRIPCIONES: A e iO PO 5-00 | Número suelto EL PAGO SERA ADELANTADO SE PUBLICA LOS DÍAS 1 Y 15 DE CADA MESs:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE- CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* SE Tomo 115 pe Seeriempre DE 1892—Núm. 18 El principal deber del horabre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LirrrÉ. SUMARIO Josí P. Rivera: El Calendario Azteca.—Un nue- vo elemento. (El Masrio).—Jomx- W. Draper: La. Civilización de México y el Perú antes de la Con- quista.—La liquefacción del awe atmosférico. Tom Tir: Hacer que ¡loten verticalmente tapones de corcho. Nuevas sombras chinescas. La sombra viva. —Enwaro B. TyLokr: El Arte de contar.—La descom- posición del azufre.—BERTRAND, PoussaryT y Gom- Bert: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Ho- gar Límiva 182: El Calendario Azteca. TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 ¡0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--i0JO! 70 COSMOS - e NOTICIAS DIVERSAS —Desde hace unos diez años la ex- 'tracción de minerales de mercurio y la .metalurgía de este metal, ha tomado .en Rusia una gran extensión. La com- pañía que explota los yacimientos de 'Bakhmoutsky, gobierno de Ekateri- noslav, ha hecho desde su fundación grandes progresos en el conjunto de sus procedimientos metalúrgicos, llegando en la actualidad á resultados muy no- tables. Se han descubierto nuevos ya-= cimientos en el distrito de Daghestan (Cáucaso) que han comenzado ya á ex- plotarse y el Gobierno ruso ha recibido, desde que se verificó el descubrimien= to, innumerables proposiciones en de- manda de concesiones de explotación del precioso metal, el cual, exceptuando las posesiones rusas, no se encuentra en cantidades importantes sino en un pequeño número de comarcas pertene=| cientes á España, Austria, Htalia: y los Estados Unidos. El Gobierno de Ekate- rinoslav extrae anualmente más de... 3.500,000 libras(56,000 toneladas) de sulfuro de mercurio de las cuales se sacan, poco más ó menos, 20,000 l:- bras (320 toneladas) de metal. La ex- plotación se verifica de tal manera que el metal puede ponerse á la ventaá un precio muy bajo, suficiente no sólo para suprimir la importación por com- pleto, y para suministrar todo el mer- curio que se necesite para el consumo local, sino aún para exportar un exce- dente de 14,000 libras (224 toneladas). La industria de la producción de mer- curio, tan floreciente ya, lo será más todavía si se aprueba el proyecto de imponerle al metal medio rublo por libra. —M. Pu. DeLamaye da algunos deta-= lles en la Revue Industrielle de una nueva empresa que puede ser muy util en los países en que el calor es muy elevado. Se trata de la distribución del frío obtenido artificialmente. En San Luis (Missouri) y en Denver (Colorado), se distribuye el frío á domicilio por medio de canales establecidos en las calles. Para realizar y mantener el aba= timiento de temperatura, se aplican los mismos procedimientos que en las má= quinas para hielo. Una corriente de gas amoniaco liquidado, circula en los con- ductos y por su evaporación enfría todo lo que lo rodea. Desde hace año y me- dio el establecimiento de frío artificial. de San Luis, funciona con satisfacción general; en las casas particulares, en los hoteles, innumerables aparatos en que seempleaba el hielo, han sido reem= plazados por refrigeradores en que cir=- cula amoniaco. Por este método se pue= den preparar á cualquiera hora bebidas heladas, así como mantener frescos los comestibles y fabricar hielo. Un dueño de restaurant ideó disponer una sala en la cual la temperatura no varia= se en todo el año, por medio de tubos colocados á lo largo de las paredes y que recibieran según la estación, una corriente de amoniaco ó de vapor. der en los talleres conocidos en los Es= tados Unidos con el nombre de Bald= wéín Eocomotive Works, debe llamar particularmente la atención á propósito - de los peligros que presentan las mez- clas de aire y de bencina. En este ac= cidente que fué muy local, perecieron dos hombres, y un tercero quedó grave= mente herido. Se había levantado la” tapa de una caldera y se aplicó, antes de salir á almorzar, una gran cantidad de bencina sobre la cabeza de los per=- nos y de los remaches para desagregar las escamas del orín. Al volver al tra= bajo un-obrero descendió á la caldera y se le dió una luz. Sin duda alguna, como dice el Serentific American se ha=-> bía acumulado en la caldera una masa considerable de vapores de bencina los: cuales formaron con el arre una mezela: detonante. produjo una violenta explosión y el obre=" ro. que estaba dentro de la caldera, lanzado como un proyectil, fué á dar contra el techo. Se tuvo mucho trabajo" para extraer el cuerpo de este des- eraciado que quedó como incrustado en el techo; la víctima vivió algunas horas, pero cubierta de heridas. El que tendía la lámpara, y que estaba inclinado so-= bre la abertura, fué alcanzado proba- blemente por el cuerpo del primero y. salió á su vez disparado, chocando tam-=" bién con el techo y rebotando de allí, á un montón de hojas de palastro; mi- mutos después estaba muerto. Final-* mente, un tercer obrero que estaba so= brela caldera, muy Eóron de la abertura, Jna explosión que acaba de suce= > En un momento dado se - 1 tales el fluoruro de nikel y el de cobal= lor en una atmósfera inerte á los fluo- tiene ó cuando baja una pendiente. La sus efectos y sus antídotos: ES COSMOS ZA fué arrojado.por tierra, recibiendo que- maduras y fracturas. Es ésta, una advertencia para que se desconfíe de la bencina, cuyos Pr al igual de los del petróleo, reunidos en ciertas proporciones con el aire, pue- den formar una mezcla detonante de una potencia terrible. —No todos los fluoruros anhidros se han obtenido todavía cristalizados; M. Pourenc ha preparado al estado de cris- to, descomponiendo por medio del ca- ruros dobles de amonio. -—Se hacen experiencias en estos momentos en Pullmann (Mlinois) con el tranvía eléctrico de gasolina combinado por Mr. Parroy. El sistema motor de este tranvía está constituido por un motor de gasolina que actúa sobre un dinamo Bars; los acumuladores están colocados debajo de las bancas longi- tudinales del coche y almacenan á cada instante la energía eléctrica producida por el dinamo y que no se utiliza para la propulsión del tren. La economía, poco evidente, a priort, de la nueva combinación, consiste en lo siguiente: el motor tiene la potencia precisa para que accione el vehículo en las condiciones comunes de tracción, y el ligero exceso de energía queda alma-= cenado en los acumuladores para que se le utilice en el momento en que fuere necesario. Como el motor está siempre en acción, acumula así una provisión de energía importante en la batería de acumuladores cuando el coche se de= corriente sola de la batería basta para obrar sobre el motor durante un tiempo muy considerable. La combinación es original; pero como interesa saber el valor práctico industrial, la experiencia será la que decida. : —"Traducimos de la revista científica Photo-Gazette la corta lista siguiente en la que se mencionan los principales venenos que se emplean en fotografía, ÁGIDO OXÁLICO Y OXALATO DE POTASA: Ve= neno mortal á la dosis de 4 gramos. - Síntomas—Sensación de quemadura en la garganta y en el estómago, vó- .mitos, calambres y entumecimiento. Antídotos.—Creta, magnesia en un poco de agua, ó yeso si no hay alguna de las substancias anteriores. _ÁMONFACO, POTASA, sosa: el vapor de amoniaco puede provocar una inflama- ción de los pulmones. Síntomas.—Hinchazón de la lengua, de la boca y de la garganta, seguida frecuentemente de estrechamiento del esófago. Antídotos. —Vómese vinagre con una poca de agua. BicLoruRO DE MERCURIO: 20 centigra- mos bastan para producir la muerte. Síntomas.—Gusto metálico y acre, constricción de la garganta, sensación de quemadura en el estómago, seguida de náuseas y de vómitos. Antídotos.—Claras de huevos erudos batidas en leche ó agua; á falta de hue- vos, engrudo de harina. Acetato DE PLOMO: el sub-acetato de plomo es más peligroso todavía. Síntomas. —Constricción en la gar- ganta y en el estómago, calambres y rigidez en el vientre, línea azul al re- dedor de las encías. Antídotos.—Sulfatos magnesia. . CIANURO DE POrasio: 20 centigramos constituyen una dósis mortal si se les aplica sobre una erosión. Síntomas. —Insensibilidad, respira= ción lenta y jadeante, pupilas dilatadas, mandíbulas apretadas. Sensación de viva COMEZÓN. Antídotos.—No hay remedio seguro; - el agua fría aplicada sobre la cabeza y sobre el cuello, da algunas veces bue- nos resultados. Aplíquese inmediata= mente después, sulfato de fierro. BICROMATO DE POTASA: al interior y so- bre erosiones. Síntomas. —Dolores de estómago, vó= mitos; produce ulceraciones. Antídotos.—Vomitivos, magnesia, creta; la curación es larga y difícil. NrrraTo DE PLATA: Séntomas.—Produ= ce una viva Irritación, Antídotos. —Tómese sal de cocina y después un vomitivo. ACIDO NiTkICO: $ gramos son mortales, y aún las emanaciones de este ácido. Síntomas. —Quemadura del aparato respiratorio é inflamación violenta. Antidotos.—Bicarbonato desosa, cre= ta y carbonato de magnesia. de sosa ó de 72 COSMOS Acivo cLorníbrico: 15 gramos bastan para producir la muerte. Síntomas.—(Quemadura del aparato respiratorio é inflamación violenta. Antídotos.—Bicarbonatodesosa, cre- ta, carbonato de magnesia. Ácivo suLrúrICO: bastan 4 gramos. Síntomas.—(Juemadura del aparato respiratorio é inflamación violenta. ntídotos. —Bicarbonato desosa, ere- ta y carbonato de magnesia. lopo: resultados variables, pero 20 centigramos han producido ya la muer= te. Síntomas.—Gusto acre, constricción en la garganta y vómitos. Antídotos.—WV omitivos, harina de ave- na y almidón desleídos en el agua. Erer: venenoso si se le respira. Síntomas. —Efectos iguales á los del cloroformo. Antídotos.—Agua fría y respiración artificial: Ácino PIroGáLicO: 15 centigramos bas= tan para matar á un perro. : Síntomas —Semejantes á los del en- venenamiento por el fósforo. Antídotos.—Vomitivo enérgico dado inmediatamente. Ácidos vegetales (cí- trico, tártrico, etc. ), vinagre. —Entre las expediciones que se pre= paran para explorar el polo N. es de citarse la que se organiza actualmente en los Estados Unidos, por la Academia de Ciencias Naturales de Nueva York, con objeto de encontrar á Mr. R. E. Prary y á sus compañeros que empren- dieron un viaje de exploración á las re= giónes árticas. La espedición debió salir el 18 de Julio del corriente, de San Juan de Te- rranova, rumbo al N. de Groenlandia, bajo la dirección de Mr. ÁnceLo HeIm= prin, Director de la Academia de Cien- cias Naturales de Nueva-York. ; La misión de Peary salió con la im-= tención de llegar á la bahía de Mac Cornick, que está situada á 400 millas al norte del establecimiento más sep- tentrional de los esquimales y á donde llegó no sin haber corrido los mayores peligros, el 27 de Julio del año pasa- do. —Cuenta el Journal de l'horlogerte que se ha encontrado la manera de fa= bricar una liga que tiene el mismo color del oro y que se compone de 100 partes de cobre y 6 de antimonio. Se funde primero el cobre y se agrega en seguida el antimonio; tan pronto como. los dos metales, fundidos, se hayan mezclado convenientemente, se agre- gan á la masa, en el crisol, cenizas de madera, magnesio y carbonato de cal, á fin de aumentar tal. o Esta liga puede laminarse, forjarse y soldarse de la misma manera que - el ora al cual se parece mucho des= pues de que se le ha pulido. Conserva su color aunque se le ex- y de ponga á la acción del amoniaco los vapores -nitrosos. —Para conservarle á la Exposición Internacional de Chicago su caracter conmemorativo del descubrimiento de - América, se ideó que pusiera en movi- miento á la maquinaria, el 1% de Mayo. de 1893, el marqués de Veraguas, uno de los últimos descendientes de Cristo=- BAL CoLóN; pero como el marqués de Veraguas, debido á su edad, no puede dirigirse á Chicago para proceder á la- operación, y como habita en Madrid, propónense los norte-americanos ligar su residencia con la Exposición, por medio de cables submarinos, subterrá- neos y aéreos. Pe Bastará que el marqués de Veraguas otón en un momento dado E oprima un para que la corriente eléctrica enviada sobre la línea por esta sencilla manio- bra, ponga en acción las poderosas má= quinas motrices que obrarán sobre los. ¡innumerables aparatos establecidos en Jackson-park. : PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á las preguntas que sobre. algún punto. científico, nos hagan nuestros. suscriptores: : Si alguna pregunta no es contestada en tiempo razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico.ó en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- - carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. s a densidad del me= REVISTA TEVSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA A A AS SUSCRIPCIONES: Por un año. o... O OO LO FUNES pa O Por un semestre..... Ed SENA 5 00 | Número suelto... 050990 EL.PAGO SERA ADELANTADO : “s:SE PUBLICA LOS DÍAS 1 Y 15 DE CADA MES:s= REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 9% CLASE Tomo I—1* ne Ocru»re be 1892—Núm. 19 E] principal deber del hombre para consigo tísmo, es instruirse; el principal deber del howm- bre para con los demás, es instruirlos. E. Lirrré. + SUMARIO Josí P. Rivera: El Calendario Azteca.— EDWARD B. TxLor: El Arte de contar.—Jomy W. Draper: La Civilización de México y el Perú antes de la Con- quista.—Ilusiones de Óptica. (Los círculos estra= boscópicos.)-—BErRTRAND, ToussArnr y GOMBERTt: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar, Lámina 192: Antigúedades mexicanas: Vaso para corazones. -— TACUBAYA, D. F., MÉXICO ES 0 [IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» te ; Costado del. Ex- Arzobispado núm. 1 = 1892 , 10J0!-=SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--0JO! 74 NOTICIAS DIVERSAS A propósito de la depuración de las aguas industriales y. de las aguas de albañales, M. Bursrive ha dado á cono-= cer á la Sociedad Industrial del Norte de Francai, las últimas experiencias que se han hecho en Salford (Inglaterra). Resulta de estos experimentos que las sales férricas son, desde todos puntos de vista, las que dan mejores resulta= dos; pero hasta ahora su costo, dema- siado elevado, no permitía su empleo. Gracias á la utilización de la ceniza de pirita para la fabricación de estas sales, las condiciones han cambiado mucbr. M. Buisivkg ha obtenido con la ceniza de pirita, empleada bajo diversas for- mas, resultados muy notables y una de-] puración muy completa de las aguas tratadas por este medio. La ceniza de pirita puede usarse, según el caso, al es- tado bruto ó transformada préviamente en sulfato ó cloruro férricos. —El Dr. Saxermany publica en la Ga- zette de Francfort uma serie de obser- vaciones curiosas acerca de la colora- ción artificial de los pájaros. Se sabe, dice, que los canariós alimentados con pimienta de Cayena cambian poco á po- co de color, pasando del amarillo al ro- jo. La pimienta de Cayena contiene una materia tintórea, un principio irritante y un aceite. Cuando se extraen las dos últimas substancias por la maceración en el alcohol, la pimienta pierde sus propiedades colorantes, pero la adición de aceite de olivo basta para devolvér= selas. Se deduce de este hecho que el principio aceitoso de la pimienta es el vehículo necesario del color. Experimentos hechos con gallinas blancas han dado resultados idénticos. Estas gallinas tienen además lá propie= dad de indicar los cambios de tempe- ratura por una variación notable en el color. La yema de sus huevos tiene una coloración rojo vivo. Se han hecho experimentos con lal raíz de orcaneta, y se ha obtenido un rojo violeta. 3 CU —Entre las novedades con que. se cuenta en el mundo' científico para. el comienzo del próximo siglo, hállase el proyecto de una Exposición de Paleon- COSMOS tología 1900. AS Como quiera que la Paleontología es una ciencia completamente reciente no carece de importancia asistir por me= dio de este Certamen á la evolución ye= rificada en su primera centuria. —AÁ fines de Julio del año entrante tendrá lugar en París el tercer Congre== so de la tuberculosis. qa ¿ste Congreso discernirá un premio - de 3.000 francos al que presente la me= jor memoria acerca de Los medios para diagnosticar la tuberculosis latente an= tes de su aparición 0 después de su cu que se celebrará en París, en - ración. Las memorias deberán enviarse — inéditas y escritas en francés acompa ñadas de los requisitos de costumbre, antes del 1% de Junio de 1893 al Dr. Perir, 76, calle Sena, París. El Congreso tratará de las siguientes cuestiones: O I. Papel respectivo del contagio y de la herencia en la transmisión de la. tuberculosis. EP 11. Enfermedades infecciosas que son susceptibles de provocar la tuberculo= sis y papel de algunas en la localización de la tuberculosis; por ejemplo: tuber=- culosis del testículo después de la ble= norragia, etc. MI. Treguas de la tuberculosis. sas de la reincidencia. E IV. Medios para diagnosticar la tu- berculosis bovina. ¿Latuberculina estas blece de una manera cierta el diag-= nóstico de la tuberculosis en los bovís deos? V. Pelioros de la inhumación de los fo) tuberculosos. Substitución de la cre= mación á la imhumación. VI. Diversos tratamientos preventi> vos y curativos basados en la etiolo=- gia. L- das. : PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder 4 las preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. Sialguna preguntano es contestada en tiempo razo= nablé, es preciso repetirla. Los suscriptores no de= ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem= po y estudio, á pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro periódico ó en carta particular. Aquellas que no nos:sea posible resolver, por no Cau= VI. Utilidad que resulte de gene= ralizar el servicio de inspección de vian= COSMOS : 75 A A A ES ERAS a tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con= —,testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- ¿Muyias, las lloviznas son peligrosas, -carán sólo con letras iniciales, - ninguna pregunta anónima. No. contestáremos MEDIDAS PARA IMPEDIR DESARROLLO DEL CÓLERA Y TRATAMIENTO DE ESTA ENFERMEDAD A“fin de que aquellos de nuestros lectores que por cualesquiera circunstancias no tengan conócimien- tos médicos, sepan á qué atenerse acerca de las me- didas probiláoticas del cólera 6: del tratamiento de éste, si ya se ha desarrollado; nos apresuramos á traducir de un folleto que acaba de publicar la Mus tual Eife Insurance Co., lo referente á este particu- lar. El cólera es una enfermedad que existe en todas las estaciones en algunas partes del mundo, de don- de puede diseminarse ó propagarse á través de la atmósfera ó por otros medios, principalmente por el contagio. Donde quiera,que hay circunstancias favorables para su desarrollo adquiere un caracter epidémico, y Si en lugares cálidos caen generalmente pocas desde el mo-= mento en que humedecen el suelo y favorecen el “desarrollo de una afección como el cólera. Las llu- vias abundantes y las corrientes impetuosas destru- yen la enfermedad porque «acarrean los gérmenes á gran distancia. El final del verano y el principio del otoño han sido propicios, en general, para la propagación del mal. El veneno del cólera está con= tenido, entre otros vehículos, en los desechos de los enfermos, y. el suelo en que se arrojan estos desechos es- Ja fuente que debemos temer más, co- mo quiera que siempre existe el peligro de que se contamine el agua de los pozos y la de las corrientes. La idea de que el germen del cólera está en el aire “es sostenible con tal de que se tenga en cuenta que puede ser acarreado de algún lugar donde se hayan acumulado desechos de coléricos. El cólera no se presenta 4 grandes distancias del sitio infestado. El veneno puede permanecer, indiscutiblemente, en los lienzos, en la cama ó en, las ropas del enfermo, si no se ha tenido el cuidado de limpiarlas y fumigar las de una manera adecuada. Por supuesto, lo me= jor es quemar todo ésto; pero cuando no sea po- sible hacerlo, debe fumigárselas convenientemente “bajo. la vigilancia de personas que entiendan del asunto; las ropas decama y los lienzos pueden des= infectarse fácilmente sumergiéndolos é hirviéndolos en la solución siguiente: Gramos... Sulfato: de Zinc. 120.00 Sade cota a SN 60:00 Agua... OSA OS : e 4,500.00 Como el miedo es el peor azote cn esta enferme- dad, el público debe tener presente que el cólera no es es una 'enfermedad altamente contagiosa por las condiciones atmosféricas, sino que viene princi- palmente de cuanto ha estado en contacto con los enfermos y no ha sido destruido d desinfectado con- venientemente; por lo tanto, la mayor limpieza y el cuidado en la dieta es todo lo que se necesita para proteger al público. - Como lo hace notar Frorexce Nremrivcare: «El gran preventivo es poner á la tierra, al aíre, al agua y álos edificios, en estado de salud, limpiándolos, hs 5 vándolos, y por medio de toda Do de obras sani- tarias; sí entonces. viene-el cólera, debe apartarse 4 los habitantes de los lugares de donde la enferme- dad ha estallado y proceder á la limpieza», «Refuérzense las medidas sanitarias, por ejemplo: la limpieza, el lavado, las purificaciones; prohibase la remoción de materias pútridas humanas en excu- sados é inodoros, en cesspools, vigilense los es- tablos y zahurdas así como las casas de alquiler y las plazas». «Póngase la casa en orden» por todos los medios sanitarios 6 higiénicos que estén de acuerdo con las condiciones del lugar y «todo irá bién». A ésto ados a que en las épocas de cólera las diarreas y las perturbaciones intestinales de caracter suaye se hallan más en aumento que en cualquiera otra época. Por consecuencia, es necesa= rio dar á los alimentos una atención mucha mayor de la que corresponde dá épocas en que no amena- za una epidemia semejante. Aconsejamos como medidas precautorias, 4 más de las presentadas antes, las relativas al aseo per= sonal por medio de baños diarios y eluso de la fra= nela en cl vientre. Si se siente alguna perturbación intestinal, ocúrrase á un médico. Si ésto no fuere posible, tómese algún remedio, como el siguiente que es familiar: Gramos. Dintrans oa E 15.00 de pAnICnta co o de OOO Espiritu de alcanfor AS ISA0D Clonoformo ae AT LO Alcohol, mézelese le daa SU iente pas E O ON a 2... 75.00 Dosts. —De 204 40 gotas en un vaso de agua, ca= da dos 6 tres horas, según la necesidad. Al mismo tiempo deben usarse los remedios y medidas preventivas indicadas en la importante me> moria del Dr. Kocn, el descubridor del microbio del colera. La memoria en la parte referente dice sigue: «El cólera se propaga por medio de la multitud y se comunica casi sin excepción por el contacto directo con seres humanos d con las ropas ú obje- tos que lleyan. «En las épocas de cólera es preciso llevar una vida regular porque la experiencia ha demostrado que los desarrrcglos intestinales promueven la ex- plosión del mal. Deben evitarse, por lo mismo, los excesos en la comida 6 en la bebida y los alimentos pesados que producen diarrea. Enyíese por un doc= tor tan pronto como la última aparezca. No deben comerse alimentos que provengan de una casa in- festada. Los artículos que procedan de un barrio desconocido deberán hervirse, especialmente la le= che. Deberá prohibirse cluso de aguas OS por-el hombre, así como las que provengan de zos bajos que estén situados en lugares Habitados: y las de pantanos, estanques, Arroyos ó cualesquie= ra corrientes que hayan recibido ó conduzcan aguas contaminadas: Especialmente se consideran peligro- sas las aguas que hayan sido infestadas por las de= yecciones de los coléricos. «Como consecuencia de todo lo anterior, puede añadirse que las aguas que hayan servido para lavar platos 6 ropas, no deben arrojarse ni en los pozos, ni en las corrientes, ni en las cercanías de éstas, Cuando no sea posible obtener agua pura, lo más sencillo es hervirla. Guanto se ha dicho se refiere no solamente al agua que se toma, sino que también á la que seuse enla cocma, pues los gérmenes del cólera se transmiten en el 1 ado delos lienzos o de los platos, lo mismo que en la preparación de los alimentos y en las abluciones. La cuestión prin- cipal aquí, es que cl agua bebida no es el único yehículo del germen colérico. Téngase también en lo que 76 COSMOS cuenta que esta agua pura ó hervida no constituye | estomacales ó intestinales de los enfermos de có-' una salvaguardia absoluta. «Cualquier caso de cólera puede transformarse en un foco de infección. Deberá aislarse al enfermo evilarse todo contacto innecesario. En épocas de eólera deben evitarse las grandes reuniones, tales como las ferias, las fiestas y los clubs. No debe comerse ni tomar nada en las habitaciones donde haya coléricos. : «Las deyecciones de los coléricos deben verterse en vasijas que contengañ ácido fénico. Las habita- taciones de los atacados de cólera deben permane- cer deshabitadas por espacio de seis-días.. Las per> sonas que hayan estado en contacto con los enfer- mos, deberán lavarse las manos con jabón, agua y|tras más reciente sea esta operación y estén más una solución de ácido fénico. «En caso de muerte, el cuerpo deberá ser aisla- do inmediatamente y los funerales habrán de veri- ficarse tan sencillamente como sea posible. El sé- quito no deberá entrar á la casa mortuoria. Lo que hayan usado los enfermos no debe sacarse sino ltas= ta después de la desinfección No debe entregarse las ropas á las lavanderas sino hasta después de|. que se las haya desinfectado. «Las precauciones que no hayamos citado, es por= «que no se las conoce $ porque no se las recomien- da». Mencionaremos, para concluir, algunos de los fe- nómenos más importantes que van asociados al ver- dadero cólera. En primer lugar, la mortalidad varía en cada epi- demia; pero la proporción no es menor nunca del 50 por 100 delos que ataca. ¡Hacia el fin de una epidemía disminuye, como si la epidemia se la lle- vara: La duración de la epidemia varía también, Así, en ciertas localidades desaparece al cabo de tres semanas, en tanto queen otras continúa durante al- gunos meses y aún puede suceder que desaparezca de una manera aparente, toda vez que vuelye al si- guiente año. Respecto á los ataques individuales, tiene un periodo de incubación que dura de dos « ocho días y cuando se manifiesta subsiste por es- pacio de dos y medio 4 nueve días. Siel ataque es mortal, la enfermedad concluye en dos ó tres días. Los sintomas son muy claros durante una epide- mia. Consisten en coplosas evacuaciones que se- mejan agua de arroz, seguidas generalmente de ca- lambres, debilidad, baja temperatura y aspecto de- macrado. : -- Es muy importante, por lo mismo, recordar todo ésto, pues sí se.suprime á la diarrea cuando la en- fermedad comienza y no hay dolores, puede decirse que la enfermedad curard inyartablemente. No han de tenerse en este periodo ni dilaciones, ni vacila= ciones, ni descuidos, so pena de crear una situación eminentemente peligrosa. La mejor manera de contener esta diarrea inci- piente es aplicar una inyección hipodérmica de diez gotas de solución de morfina de MaAGENDIE, y si ésta .no puede obtenerse de un médico, tómese una cu= charada de té del:remedio recomendado en líneas anteriores para la diarrea. Ex Topos LOS CASOS EN- VÍESE DESDE LUEGO POR UN FACULTATIVO. Añadiremos las recomendaciones del Departa- “mento de Salubridad de la ciudad de New-York, las cuales autorizamos de la manera más ampla:; Impedir el cólera es más facil que curarlo.—Procedimiento. «El cólera ataca á las personas sanas por intró- ducir éstas en su economía, ya por medio de la bó- ea, como en el caso de alimentos ú bebidas, ya por las manos, merced al uso de cuchillos, trinches, latos, vasos; ya por los vestidos, pues los gérme= mes del mal se hallan siempre en las deyecciones lera. y «La cocción destruye los gérmenes del cólera, por: * lo tanto: :S «No se coma nada crudo: Jos alimentos, cual= quiera que sea su clase, deben cocinarse, especial- mente la leche. : E «No se coma ni se beba hasta el exceso. Usense alimentos sencillos, sanos y digeribles, desde el mo= mento en que la indigestión y la diarrea favorecen los ataques de cólera. IIA «No.se tome agua que no haya sido hervida. «No se coman 9 beban substancias á no ser- que se las haya cocinado 6 hervido recientemente, y mien- calientes es mejor. EY «No'se empleen utensilios para comer ó para be= ber sino se les ha puesto recientemente en agua hirviendo; lo más reciente es lo más preferible. «No se.coma ni se manejen alimentos d. bebidas con las manos sucias ni se le dé la mano á personas que no las tengan lavadas. ; «No se empleen las. manos absolutamente en na= da cuando se hayan:ensuciado con las deyecciones de los coléricos. Deberá lavárselas del todo inme=- diatamente. E «Deberá vigilarse en absoluto el aseo personal y el aseo de las viviendas, dormitorios y lo que con=- tengan éstos y aquéllas, así como la ventilación. Deben evitarse los excusados, albañales, toneles y - bodegas que estén sucios y cuando se tenga noticia de ellos, particípesele al Departamento de Salubri=* dad para que los desinfecte. Medidas preventivas.—Tratamiento «El mejor tratamiento dela enfermedad y las me= didas que impidan la difusión exigen que desde las primeras manifestaciones se reconozca prontamente la afección y se la trate; por lo tanto: «No debe “atenderse uno por sí mismo las per= turbaciones intestinales, sino recojerse en el lecho y enviar inmediatamente por-el médico más cercano. Mándese por el médico de lafamilia, ocúrrase áun dis- ensario 6 4 un hospital, ocúrrase al Departamento de Salubridad, ocúrrase á la oficina de policia más- cercana, en solicitud de un médico. : «No se debe esperar sino proceder inmediata= mente. Sise siente uno enfermo.enla calle, acúdaseá - la botica, al dispensario, al hospital 6 4 la oficina de policía más próxima y pídanse inmediatamente los - cuidados de un facultativo: 5% 7 «No se permita que los vómitos 6 los desechos - diarréicos se pongan en contacto con los alimentos, con las bebidas 6 con los vestidos. Estos desechos deben yerterse en vasijas apropiadas y mantenerlas cubiertas hasta que se las desinfecte bajo una di2 rección competente. Echeseles agua hirviendo, pón= gaseles uma solución concentrada de ácido fénico: cuando menos una parte de ácido para veinte de so= lución de jabón caliente ó de agua. a «No se lleven, usen 6 manejen vestidos d utensi- lios manchados por deyecciones coléricas. Para her- vir agua en éstos ó. para hervir aquéllos, restrége- seles con la solución de' ácido fénico mencionada antes, y acúdase prontamente al Departamento de Salubridad para que los transporte, z «No debe tenerse miedo, pero sí deben guardarse las precauciones debidas, evitar los excesos y todo lo que sea exponerse innecesariamente». ; G. $. WinstoN, Erías. Y. MarsmH. Doctores-en Medicina, y Médicos Directores de la «Mutual Life Insurance Co». GE. M. WaunE,. EE 2 REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS $: DIRECTOR PROPIETARIO. FERNAN DO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA le "SUSCRIPCIONES EA O 000 POL UN mese Por un semestre a Número suelto : EL PAGO SERA ADELANTADO SE: PUBLICA LOS DÍAS po Y 15 DE CADA MES:s- REGIST RADO PROVISIONALMENTE EN La ADMINISTR ACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE? CLASE A A Tomo 1—15 pe Ocrunzr De 1892—Núm. 20 El principal deber del hombre para consizo mismo,.es instruirse; el principal deber del hor= bre para con los demús, es instruirlos. E. Lirrré. SUMARIO —Bénar: La Nomenclatura Química en el Congreso Internacional de Ginebra. — BERTRAND,- TOUSSAINT y GomserT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el * Hogar.—Ebwaro B. Tyror: El-4rte de contar. —F. Ferran Pérez, Francisco Gomez FLores y CArLos Carrizo: Dictamen de la Comisión nombrada para la elección de textos en la Escuela Normal de Pro= fesores.—Nuevo tratamiento del cancer. Lámina 207: Monumento erigido 4 CristoBaL Co- Lóy en el Pasco de la Reforma de México. TACUBAYA, D. F.; MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS » Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 ¡0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN — oe % —Dicese que será expuesto en el Cer- tamen Internacional de Chicago, el pri- mer mapa del mundo que se publicó después del descubrimiento de Amé- rica. El Papa León XII ha consentido en que se preste este notable documento que se halla en la actualidad en el ar- chivo de la Biblioteca del Vaticano. Está reconocido como el mapa de Diz- GE RimErE; fué comenzado el año de —El Dr. Mornisox acaba de publicar en las Transactions de la Sociedad As- tronómica y Física de Toronto, una me- moria acerca de las teorías que 'se han emitido para explicar el sostenimiento del calor del Sol. Son dos; una atribu- ye el calor á la energía de las masas meteóricas que caen sobre el Sol; se- gún otra, el calor se debe á la contrac-= ción lenta de la corteza solar. Tomando la constante solar á 25 ca- lorías por metro cuadrado en un mi- nuto, el Dr. Morrison ha calculado que 1584 y quedó concluido en el de 1529.|la contracción lineal del rayo solar es Con él vendrá otro de la misma época, | de 0,00151646 de milímetro por segun- el en que el Papa Arnesaxbro VI tiró la|do ó sean 47”,8545 por año, 6 47*",854 famosa línea recta que marcaba las pro-|en mil años. Ahora bien, una longitud . pledades de España y de Portugal en|de 723",95 del diámetro del Sol sub- América. - ¡tiende sobre la Tierra un ángulo de Lo llevó á la Biblioteca del Vaticano |1” y por consecuencia serían necesa= el Cardenal Borcia y es el mismo que rios 7,575 años para que el diámetro rehusó Pio IX al gobierno americano |angular del Sol quedase reducido un para que éste sacase una copia. Mide segundo del arco, lo que es el grandor tres pies por siete y se encuentra en más pequeño que puede medirse exac- estado de perfecta conservación. Co- tamente sobre el disco solar. mienza con las Islas Molucas; se ve al En lo que concierne á la primera teo- rio Nilo salir de tres lagos; Rusia y Si-|ría, el cálculo demuestra que una can=- beria están marcadas con este título: | tidad de materia que pese 453 gramos «Tierras desconocidas». Respecto de|y que caiga libremente del infinito so- América, se ven indicados claramente: bre el Sol, produciría por su energía Yucatán, Brasil y Nueva-España, exten-| cinética, un calor de 82,430,000 calo- diéndose este último territorio, al N., rías. Se deduce que el calor perdido hasta la península del Labrador. por la iraadiación podría ser produci- —(Cuantos se dedican á la mamipula- ¡do por el choque anual sobre el Sol de. ción de las pilas eléctricas saben la di-| una masa meteórica un poco mayor que ficultad que se experimenta para amal-|un ¡y op la masa terrestre, teniendo una gamar de una manera homogenea los|velocidad de 615,604 kilómetros por zincs, especialmente los de forma cir=| hora. cular. —kl liquido empleado por M. PrcnoL Pues bien, para hacer esta operación [en inyecciones sub-cutáneas contra la con gran facilidad, se ha inventado un |tuberculosis, contiene por centímetro. roducto; éste, al cual el inventor le| cúbico, 14 centigramos de eucaliptol, - a dado el nombre de meradonatio,|5 centigramos de gayacol, y 1 centi-- consiste en una solución saturada de|gramo deiodoformo en solución de acei- mercurio que se emplea de la manera siguiente: en un litro de agua acidula- da por la adición de 100 gramos de áci- do sulfúrico, se vierte el contenido de un frasco del producto, d-sean 15 gra= mos. Esta cantidad basta para amal- gamar de 10 á 20 zincs, según sus di- "mensiones. Los zincs deben permane- cer en el baño de 10 á 20 minutos y es necesario tener el cuidado de limprar= los antes de sumergirlos á fin de que la amalgamación se haga de un modo regular. te de olivo esterilizado. Las dosis varían de 5 á 12 centíme- tros cúbicos de líquido por día, que se inyectan en la eminencia retro-trocan= tereana. : —Cerca de Sleaford, Lincolnshire (In- glaterra) al perforar un pozo artesiano y Cuando ya se estaba á 156 piés de profundidad se encontró una corriente de agua con una presión tal que el lí- quido se eleva á doce piés sobre el suelo, saliendo por minuto más de una tonelada de agua. COSMOS 79 —Ocupándose recientemente el Sta- tist de Londres de la cuestión mone- taria de la India, emite la opinión de ue la depreciación de la plata, no pue- de afectar, como se alega, la prosperi- dad de aquel país. «El dinero, dice, es solamente un medio de cambio, y es absurdo pretender que un medio de cambio, una cosa que es util simple- mente porque facilita los cambios, es decir, las operaciones de compra y ven- ta, pueda perjudicar real y seriamente la pen de un país. La prospe- ridad de un país depende de los inven- tos que en él se hagan, de sus ciencias, de su industria y de su actividad en los negocios en primer lugar. Si se hacen en él muchos inventos, si aumentan los conocimientos científicos de su pobla- ción, si adelantan sus industrias y cre- ce su actividad, florecerá el país cual- a que sea la base para el valor e su moneda» Todo esto es cierto en grado relativo, pero no debe echarse en el olvido que una baja grande y re- pentina del valor del medio de circula- ción monetaria de un país causa una pérdida real en sus elementos para la compra. Supongamos que México ne- cesita 200.000,000 de pesos en mone- tario para facilitar sus cambios y que el valor de cambio sufre una baja de diez por ciento, ¿no se deduce que se ha sufrido una pérdida absoluta dez A 200.000,000 de pesos de igual modo que si esa suma se hubiera arrojado al mar? Y esa pérdida debe compersarse con un ahorro equivalente que tienen ue hacer los habitantes. Estamos per- ae de acuerdo con el Statíst en lo siguiente que dice después: «Pero el mejor medio de circulación que haya existido janvás, no labraría la prospe- ridad de un país si su población fuera perezosa, derrochadora é indigna, ó si su industria fuera defectuosa y su saber oco desarrollado. Está en manos de E misma población labrar ó destruir su propio bienestar» Nocreemos nosotros que la circulación monetaria de un país labre por sí sola la prosperidad. El es- pan de empresa y el trabajo forman a riqueza; no hay otro medio de que un país sea rico. Antes de que comen- zara á bajar la plata podía este país hacer sus ventas de pesos en el extran- jero frecuentemente con premio, y sin embargo, nada se arriesga al decir que el total que constituía la riqueza nacional era una tercera parte del que es hoy. El mayor mal de la situación actual es la contínua fluctuación en el cambio sobre el exterior, de lo que re- resulta un cambio incesante en los pre- cios. Los comerciantes se ven obliga- dos, para protejerse á sí mismos, á pro- curarse un lucro que los ponga á cu- bierto de pérdidas posibles en virtud de la fluctuación del cambio, y ésto es causa de que el público pierda. Si la plata baja más aun, el país sufrirá gran pérdida, pero recobrará con el tiempo todo lo que pierda. En vez de- dedicarse á la explotación de minas de plata el capital se destinará entonces á la agricultura, que es la verdadera ba- se del bienestar y de la prosperidad nacionales. —Anuncia Mr. PuirsoN que encontró en 1862, cantidades notables de sele- nio en el azufre arsenífero de Puzzuoli, cerca de Nápoles. No hace mucho tiem= po este mismo químico examinó la lava y las costras amarillas recogidas en el crater del Vesubio y halló además de las substancias que acompañan á los productos volcánicos, cantidades con- siderables de fluorina y cantidades mi- nimas de molibdeno, lo cual le ha indu- cido á creer que un nuevo metal, el vesbio, se encuentra en las costras ama- rillas y verdes de algunas lavas anti- guas del Vesubio. —M. A. Peror da los números que ha encontrado por medio de procedi- mientos distintos á los usados hata aho- ra, para el valor de la constante dieléc- trica del vidrio. Determinando k por la medida de capacidad deun condensador, se obtiene un número que decrece con la duración de la carga y que tiende ha- cia un límite que parece ser igual al número dado por la medida de MS des- viación de las superficies equipoten-= ciales: este valor es la verdadera cons= tante dieléctrica. -—M. H. MorssaN acaba de preparar un nuevo i¡oduro de carbono, el proto- ioduro de carbono, C*1*, descompo- niendo el tetraioduro por una debil elevación de temperatura ó reduciendo este mismo compuesto, en solución sul- focarbónica, por medio del polvo de plata. SO —M.E. Vanenta ha estudiado la cues- tión de sise puede, sin inconvenientes, reducir el tiempo de exposición normal de 3/4 ó 4/5, poco más ó menos, y si las revelaciones de las imágenes expues- tas dan los los tonos fotográficos comu- nes al papel albuminado y al papel co- lodionado. Este experimentador limitó desde luego sus ensayos al empleo de un solo revelador, al ácido pirogálico; pero los baños gálicos están sujetos á descomponerse rápidamente. Así pues, buscó otro revelador para los papeles Kurt, OBERNETTER, BUHLER, MicxoN y Lumiere. Ensayó á su vez los reveladores alcalinos y los ácidos: los a dieron resultados mediocres, |= os segundos, resultados más satisfac- torios. El baño indicado por M: VaLeN- Ta, está compuesto como sigue: A 1,000 centimetros cúbicos Sulfito de sosa... 100 eramos Piro os 10. Ácido citrico o. 0 —Cuando se electroliza una substan- cia de fórmula complexa MpRq, desig- nando M un radical electro-positivo y R un radical electro-negativo, Brcque- reL ha demostrado que se desaloja un equivalente R del radical y ¿ equivalen= te del radical M, mientras que en el mis- mo circuito se desaloja un equivalente de hidrógeno de un voltámetro de agua. Esto no obstante, á juicio de Wrebk- MANN y de otros físicos, esta ley. presen- ta algunas excepciones, porque en de- terminadas sales se desaloja 3 equiva- lente del radical R y un equivalente del otro radical, siempre en las mismas condiciones. M. ChassY propone la nueva ley si- guiente: $ «Cuando se electroliza una substan- cia cualquiera se desprende siempre un equivalente de hidrógeno de la cantidad correspondiente del radical electro=po- SItIVO. >» —La Sociedad Francesa de Ferro- Nickel ha llegado á obtener hierro y acero niquelados que contienen una gran cantidad de niquel y que poseen las propiedades de este metal (resisten ¿tiaal orín, color brillante. ete). Hacien= do descender la cantidad de niquel á menos de 25*/, se obtiene no una liga costosa sino metales que son compara- bles al hierro y al acero. El procedi- COSMOS miento consiste en el empleo simultá= neo del manganeso y del aluminio con ó sin adición de carbono, bajo la forma de carbón de madera ó de ferrocianu-= ros metálicos. El niquel se: introduce bajo la forma de metal puro ó bien ba= jo la de metal transformado en malea- ble. a EG E —M. Hisricns ha demostrado que el. radical monovalente del cianógeno no. tiene una composición del mismo orden que el radical simple y monovalente del cloro; en otros términos, los elementos. químicos, si sonsubstancias complexas, no tienen el mismo orden de composi= ción que los radicales comunes. PREGUNTAS Y DUDAS Nos proponemos responder á- las preguntas que sobre algún punto científico, mos hagan nuestros suscriptores. , A > Sialguna pregunta no es contestada en tiempo. razo- nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen liem- po y estudio, 4 pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues= tro periódico ó sen carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver; por no tener los datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno de nuestros suscriptores puede con testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. E EL ESFUERZO Los que suscriben, constructores; tienen el ho- > nor de ofrecerá Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERÍA, ETC; donde ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; construcción y compostura de aparatos cientificos de- todo género; fabricación de modelos; etc. : JUAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires; carrocerías; molinos; haciendas de beneficio para metales; de los talléres del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas - AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec- tricista, miembro de la Comision mexicana en la Ex= posición Internacional de París en 1889; y encarga= do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893.—Dirigirse ú CHÁVEZ HS 91 CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14. MEXICO=>.. La casa se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas; así como z de hacer pedidos al extranjero de malerial para azu- carerías (Fives-Lille Francia), Ferrocarril portá- til Decauville; máquinas; útiles; ete. q : REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS $00 G— DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA —Ñ el- > SUSCRIPCIONES: Por un año... como... ....p 900 | Por un trimestre Por un semestre 5500= | Núnterno Suelto aria > at a de EL PAGO SERA ADELANTADO SE PUBLICA LOS DÍAS 1 Y 15 DE CADA MES:s> REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN pa ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE $ : x Tomo I—1% pe Noviembre be 1892—Núm. 21 El principal deber del”hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos. E. LrrtrÉ. Bénar: La Nomenclatura Química en el Congreso Internacional de Giínebra.—BERTRAND, ToussAInT y | SUMARIO GomberT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Hogar.—Estadística de la. marcha de un reloj.— Ebwarzo B. TyLor: El Arte de contar.—Romyn Hircn- cock: Laboratorio para investigaciones fotog!' apa —Mnemotecnia de la ley de Omm. Lámiva 212: Estatua de CrisróñaL CoLón erigida en la Plazuela de Buenavista de México. | PEO TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 0JO!-=SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--10J0! 82 COSMOS A NOTICIAS DIVERSAS —Las cuestiones que pone á con- curso para 1893 la Sociedad Industrial de Mulhouse, son las siguientes: Teoría de la fabricación de los rojos de alízarina.—Medalla de plata para la memoria mejor acerca de le teoría de la fabricación de estas substancias por el procedimiento rápido basado en el empleo de los cuerpos grasosos modi- ficados y vueltos solubles. Sucedaneo de la albúmina de huevo. _—Se exige una substancia que pueda substituir en la industria de teñido de telas, la albúmina seca de huevo y que, además, presente una economía nota- ble sobre el precio de la albúmina. Es preciso que la substancia que reemplace á la albúmina, produzca colores tan só- lidos, por lo menos, como los que se obtienen con la albúmina en las mejo- res circunstancias. Los colores fijados con este nuevo cuerpo, deberán sopor- tar los diferentes lavados con jabones, etc. y resistir á los frotamientos como los mismos colores fijados por la albú= mina, sin darlestampoco mayor rigidez. A la persona que realice este deseubri- miento se le cera una medalla -de honor y 1,000 francos. E -—Albúmina de sangre decolorada.— Se exige una albúmina de sangre deco- lorada y que no se colore por la eva= poración. La albúmina de la sangre es, hasta ahora, el único substituto de la albúmina de huevo, pero su coloración limita el empleo. Una albúmina de san= gre suficientemente decolorada podría, pues, reemplazar á la clara de huevo desecada en todas sus aplicaciones 1m- dustriales, pero es necesario que esta ¡albúmina pueda venderse á un precio inferior al de la albúmina de huevo y que no pierda la propiedad de disolver= se completamente en el agua fria y de coagularse por el calor y que en diso- lución presente la misma viscosidad que la albúmina de huevo. Al inventor que domine todas estas dificultades sele da= rán una medalla de honor y 5,000 fran- COSs.- blanqueo de la lana y de la seda.— Se ofrece una medalla de honor á- quien presente una mejora importante en el blanqueo de la lana y de la seda. Las distintas operaciones que se hace expe- rimentar á las lanas y á las sedas ape= nas bastan para desengrasarlas y para reducir su materia colorante, sin des- truirla sin embargo. El procedimiento exigido deberá aplicarse con éxito á todas las clases de lanas y de sedas sin que tenga que hacerse un azuleo - complementario, con el cual se imita un blanco falso. Deberá soportar la eva= poración por espacio de una hora, no ser nocivo á los colores de impresión y no debilitar el tejido. : A Acción del cloro sobre la lana.—Se - concederá una medalla de plata al me= jor trabajo acerca de las modificaciones químicas que sufre la lana bajo la in- fluencia de los hipocloritos y en gene=- ral, del cloro y de sus compuestos Oxi- genados. E Empleo de las resinas en el blanqueo de los tejidos de algodón.—Deberá im- dicar la memoria, el papel que juega la - resina en la lexiviación de los tejidos, las proporciones en que debe emplear- se, el mejor modo de preparación del... jabón de resina y las cualidades de la. resina que conviene mejor. Se discer=" nirá una medalla de plata. ES - Tinta indeleble para los tejidos.—Se propone una medalla de plata para la tinta que sirva para marcar los tejidos: de algodón que se habrán de teñir des- pués en fondos unidos rojo pulga y otros colores obscuros. Esta tinta debe per= manecer aparente después de que haya sufrido code las Operaciones que exi=. gen estos teñidos. : A Los tejidos introducidos en Alsacia $ á título de reexportación, son matca= dos en la aduana con: una tinta com=- puesta de alquitrán, negro de humo y. plombagina. La estampilla no puede hacerse visible después del tenido con los colores antes mencionados sino de- colorando la parte del tejido en que se colocó la estampilla. Con frecuencia, no quedan huellas de la estampilla, de lo cual resultan para el fabricante graves. inconvenientes. Se trata, pues, de im=- ventar una tinta que no sólo resista á las operaciones de blanqueo sino que permanezca bajo los colores indicados. Verde sólido. —Se propone una me- dalla de honor para un verde sólido á la luz y al jabón, que no se fije por la albúmina y que sea más vivo que la ce- - rulina. COSMOS - -83 > Indigotinaartificial.—Medalla de ho- nor para quien introduzca la indigotina - artificial en el comercio á un precio tal que permita el concurso de ésta con los índigos naturales en todas las aplica- ciones. Aplicación de la electricidad en la impresion.—Medalla de plata para una aplicación cualquiera de E electricidad en la industria de la impresión. Obra elemental sobre las criptóga- mas. —Se concederá una medalla de pla- ta á la obra elemental sobre las criptó= gamas que esté basada en el empleo de las claves dicotómicas, á fin de vulgari- zar los estudios criptogámicos en los principiantes, haciéndolos abordables. Cree la Sociedad que si estos estudios se hallan tan poco difundidos se debe más bien á la falta de obras elementa- les que á la dificultad de la materia. * Estudio acerca de los enemigos de los cultivos. —Medalla de honor ó de plata para los enemigos de nuestros cultivos, insectos Ó criptógamas, y métodos pa- ar combatirlos, —El General Herman Haupr, ingente- ro civil, publica en el Engineering Ma- gazine de Agosto, un artículo sobre el método de tracción para las tranvías por medio del aire comprimido, del cual extractamos lo siguiente: «En vista de las objeciones al sistema eléctrico de alambre aereo para la pro- pulsión de carros urbanos en la super- ficie de las calles, la molestia de exca= var éstas y costo de la instalación mantenimiento de líneas de cable, el gasto de la tracción de sangre, por el daño á la salubridad debidoá los exten-= sos establos en ciudades populosas, pa- rece inexplicable que se hayan desaten- dido los motores neumáticos, después de que ha sido probada por completo su superioridad. No sólo se encuentran es- tos motores exentos de lo que puede censurarse en otros sistemas, sino que suministran un modo de propulsión más seguro y económico que otro cualquie- ra, con igual velocidad de tránsito. Se hacen estos asertos deliberadamente y están basados en las pruebas que se han verificado. «En 1878 y 1879 se construyeron cinco motores neumáticos según los planos y bajo la inspección de James -—HaárprE, ingeniero mecánico, y se les usó varios meses con perfecto éxito en el Ferrocarril dela Segunda Avenida, Nueva York. En1879 se pidió al que ésto escribe, en interés de capitalistas, que investigara é informara sobre la prac- ticabilidad y conveniencia de usar fuer- za neumática para las tranvías. Los re= sultados comparativos quedaron inmen- samente á favor de los motores de esta | clase; pero fracasaron todas las tenta- tivas hechas en aquella época para ase- gurar su introducción general, «El argumento de los oficiales de las compañías de tranvías de sangre, tanto de Nueva York comode Filadelfia, fué que cualquier carro que corriera por las calles, sin caballos en frente, asus- taría á los animales, los cuales se des= bocarían ocasionando accidentes cuyos daños expondrían á las compañías á li- tIGIOS.. ; «Las condiciones ahora existentes parecen favorables á la introducción de un motor que, exento de las objeciones 4 los demás sistemas, sin defecto nue- vo propio, puede ser considerado como. perfecto. No se abrigan ahora temores de un vehículo que corra sin caballos enfrente, cause una estampida caballar en las calles por que atraviese, y en 1879 esta fué la única razón que se opuso contra la introducción del motor neu= mático. . «En un camino nivelado y recto, con 160 piés cúbicos de aire en los depósi- tos bajo presión inicial de 350 libras, el motor correría siete millas. con un sobrante de un tercio al volver. Se ha demostrado prácticamente que se pue= den correr diez millas con una sóla car- ga. La presión retroactiva resultante de trabajar contra. un vacío se compensa por válvulas absorbentes en los lugares de descarga. q «Al descender pendientes, los cilin= dros motores obran no sólo como fre=- nos, sino como bombas neumáticas con potencia para volver á los depósitos, contra una presión de 200 libras, aire suficiente para hacer subir el indicador de presión siete libras en un carrera de 2,100 piés, y depositar de nuevo alre bastante para correr el motor por la mi- tad de esa distancia á nivel. Las pen= dientes hacia abajo no sólo no gastan potencia, sino que devuelven parte de la que se gastó en el ascenso. 84 COSMOS «El aparato de garrotes es excep- cionalmente completo y satisfactorio. La potencia de un motor de ocho tone- ladas es bastante para impeler tres ca= rros en un camino recto y nivelado. El sistema sería particularmente adaptable á localidades en los suburbios y daría mayores facilidades para tránsito rápido que las ahora suministradas (en Nueva York) por líneas elevadas, porque á la vez que la velocidad sería igual á 20 millas Ó más por hora, las paradas no necesitarían limitarse á las estaciones, sino que podrían hacerse en cualquier punto. «El aire comprimido puede transmi- tirse á cualquier distancia sin pérdida, excepto por la fricción en los tubos: si éstos son grandes y la velocidad peque- ña, la pérdida será muy poco conside- rable. Podrían porlo tanto establecerse varias líneas desde una gran instalación central, y en muchas localidades po- drían utilizarse fuerzas hidráulicas na- turales para comprimir aire, transmi- tiendo éste por cañería para cargar mo- tores, generar corrientes eléctricas ó mover máquinas por aplicación directa á los cilindros: - «Para cargar motores en una estación central todo lo que se necesitaría sería un boguerel entre las vías y un trozo corto de manguera de presión para co- municar con los depósitos situados en el edificio. No sería menester correr los carros hasta un cobertizo para renovar su provisión de aire. ; - «El costo de operación es menor en una mitad; de hecho, el cálculo mues- tra menos de un tercio que el costo de la tracción de sangre. Los motores fun- cionan sin ruido, cenizas ó humo; están perfectamente bajo dominio, y suminis- trarían la mejor fuerza posible para operar sobre ferrocarriles elevados. No se necesitan maquinistas prácticos: en un sólo viaje puede enseñarse á un co- chero común el trabajo. «No pueden quemarse tubos ó reven= tar calderas por negligencia, ycomo los depósitos de aire duran indefinidamen- te, son imposibles las explosiones en tránsito que hace peligroso el vapor. Aun cuando ocurrierauna explosión por alguna rotura, sería al cargar el depó- sito en el momento de la presión máxi- ma y no en tránsito, y simplemente es- caparía el aire con un silbido: la expan= sión produciría frío, mo calor. «Jl carro opera como su propio re- gulador y no puede usarse más aire que el necesario para vencer la resistencia: no puede haber desperdicio. No hay caballos en frente que obstruyan la vis= ta de la vía. En un nivel, el motor pue- de ser detenido en su propio largo á una velocidad de 12 millas por hora, y mientras pueda moverse el motor no se desarreglará el aparato del garrote. » --El Dr. ARTMANN ha publicado recien- temente sus observaciones acerca del agrandamiento, por la atmósfera terres- tre, del diámetro de la sección de som- bra durante un eclipse lunar. Desde la época de Torías Mayer se ha conside- rado el coeficiente */g) como represen tante de este aumento, aun cuando no se tenga ninguna idea de las razones que hicieron adoptar este valor. Mr. Hartmann ha reducido todas las obser= vaciones de eclipses de Luna hechas por los astrónomos durante este siglo y ha deducido el aumento del diámetro de la sombra. Resulta del examen de 2920 observaciones de-la sombra con forma= ciones lunares netamente definidas, que el agrandamiento del semi-diámetro de esta sombra es de 48” 62 para la para- lelaje lunar media, lo que corresponde á un coeficiente de aumento igual á... 110,79. Este resultado podrá variar qui- zá de dos á tres segundos en el curso de nuevas observaciones, pero no más. Por consecuencia, sería conveniente, emplear el valor de */,) en lugar del de Meven (/4). o PREGUNTAS Y DUDAS ) Nos proponemos responder á las. preguntas que sobre algún punto científico, nos hagan nuestros suscriptores. E 3 “¿Slalguna pregunta no es contestada en tiempo razo= nable, es preciso repetirla. Los suscriptores no de- ben olvidar que algunas contestaciones exigen tiem- po y estudio, 4 pesar de lo cual nos esforzaremos por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- tro: periódico 6 en carta particular. Aquellas que no nos sea posible resolver, por no tener los: datos suficientes, las publicaremos para ver si alguno. de nuestros suscriptores puede con- testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- carán sólo con letras iniciales. No. contestaremos ninguna pregunta anónima. [REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS A DIRECTOR PROPIETARIO - - FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA -J- SUSCRIPCIONES: Por 5 A a E al A o A Por un semestre... ... co... 9.00 |. Número suelto.......o.o.o..... 0.50 EL PAGO SERA ADELANTADO ASE PUBLICA LOS DÍAS 1? Y 15 DE CADA MESss= REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2" CLASE "Tomo. 1—15 pe Noviembre be 1892—Núm. 22 El principal deber del hombre para consigo iaisino, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruirlos, E. Lirmé. SUMARIO A Rara Martes: Velociclo « Marin». — Tomás H. Huxuex: La Educación Técnica. — BERTRAND, Tou= SSAINT y GOMBERT: El Trabajo Manual en la Escue- la y: en el Hogar. —La Hora Universal.—L. Marner: Los fenómenos eléctricos y las películas fotografi- cas.—Nueva interpretación de los experimentos de Paur Berr,—EbwAro B. TyLox: El Arte de contar. Lámina 222: Antigúedades mexicanas: EL Tasín.— (Vista posterior). AAA AAA l 'TTACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 1892 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--i0JO! MO Ss a o o Ou PA A ld A E NOTICIAS DIVERSAS furo de mercurio cristalizado, .Ho*Ple. haciendo reaccionar las combinaciones halogenadas del fósforo (ioduro) sobre el mercurio, ó haciendo pasar ¡oduro de fósforo sobre mercurio calentado á 250"; pero en el segundo caso, el fosfuro y el ¡oduro se subliman y su separación es penosa y dilatada. A MM. Pauz SaBarier y J. B. SeNDE- nexs, han dado á conocer una nue va cla- se de conmbinaciones, los metales ni- trados, que se obtienen por la acción en frio del peróxido de ázoe, desemba- razado de las huellas de ácido nítrico que pueda contener, sobre determina- des metales: el cobre ó el cobalto, por ejemplo. —M. AnoLrmE Carnor, ha dado á co- nocer los resultados que ha obtenido respecto dela composición de los esque- letos fósiles y de la variación de su te- nor en fluor, según los diferentes pisos geológicos. En primer lugar, la proporción de fluor es, en muchos esqueletos fósiles, 10 4 15 veces tan grande como en los huesos modernos. En segundo lugar, en los terrenos primarios y os las proporcio- nes relativas de fluor y de ácido fosfó- rico, son, por término medio, casi los mismos que en la apatita cristalizada. En los terrenos terciarios y cuaterna- rios, hay decreción progresiva y muy marcada en la proporción de fluor; pe- ro ésta es mucho mayor aún en los es- queletos cuatenarios que en los de la edad moderna. —MM. P. Broca y J. Oxaxorr después de estudiar las relaciones numéricas en- tre las fibras nerviosas de origen cere- bral, destinadas á los miembros, han llegado al resultado siguiente: las fibras | nerviosas de origen cerebral destinadas | á los movimientos, son más mumerosas para los miembros superiores que para los inferiores, en la proporción de 1) ab | En efecto, se sabe que los miembros torácicos se utilizan, sobre todo, para los movimientos inteligentes y cons- cientes, en tanto que los miembros ab- dominales se emplean más en los actos altomáticos é inconscientes. Hablando de la producción del le peo minio, dice el Jourral of the Society of M. Graxcueracaba de obtener el fos- Arts que en Inglaterra y los Estados ¡Unidos es de 1,200 kilogramos diarios, de los cuales, 280 á 300, representan las ligas de aluminio. En la actualidad, el precio de este cuerpo es cuatro veces mayor que el del cobre puro, en igual dad de peso. En virtud de la perfección en los procedimientos de redteción de sales de aluminio, se puede esperar que dentro de poco tiempo, relativamente, se producirán algunos millares de tone- das anuales y que, entonces, es pro bable que el precio del aluminio no sea. muy o al del cobre. Sábese que la conductibilidad del aluminio, es, en y EE de peso, 200 veces mayor que la del cobre, y es probable que el primero de estos metales, reemplace al segundo en todas las aplicaciones de la electricidad. pe - —La inauguración oficial hecha por la Compañía de Teléfonos de larga de tancia de una línea directa entre Nueva York y Chicago, de 950 millas de largo, fué dignamente celebrada en las ofici- nas de la Compañía en ambas poblacios. nes el 18 de Octubre. En el extremo de la línea en Nueva York, un cornetinista tocó la «Star Spangled Banner», que escucharon Jos quese hallaban reorda en la oficina de Chicago. Luego, aquí otro cornetinista tocó la misma sonata para el auditorio de Nueva York. Siguió una conversación entre el Alcalde Gran, - de Nueva York, y el Alcalde Wasnaur= Ne, de Chicago, y después el Profesor ALEXANDER -Gramam Bei habló desde Nueva York con Mr. Ww. Hrarrorp, de Chicago. Mr. Hearromb es la persona con quien el Profesor Ber conversó por la línea telefónica exhibida en la Exposición del Centenario en 1876, y es curioso que no le había hablado ni visto desde entonces. Esta línea es casi doble de largo que la más larga en el extranjero, la de Pa=" rís á Marsella, de 500 millas, y excede. con mucho á cuanto se haya intentado - en este país. Consiste el circuito de un sólo alambre de cobre del número 8, y corre vía Easton, Pennsylvania, hasta Harrisburg, y de allí por Altoona, Pitts- burg, Youngstown, Maumee y South. Bend. E : -—Según M. A. Cuaxpentien, hay dos - COSMOS 87 fases en la persistencia de las impresio- nes luminosas en la retina. En la: primera, la excitación queda igual en sí misma; en la segunda, de- crece gradualmente. La duración de la primera fase está en razón inversa de la raíz cuadrada de la intensidad de la luz y del tiempo du- rante el cual ha obrado. : - La duración de la segunda es tanto más larga cuanto más viva y prolonga- da haya sido la excitación. : «La Sociedad Industrial de Mulhou- se pone á concurso para 1893, las cues- tiones siguientes: Carmín de cochintlla.—Se otorgará una medalla de honor á un trabajo teó- rico y práctico sobre el carmín de co- - E varias fábricas de casimires; carrocerias; molinos; “sobre algún punto científico, nos hagan nuestros | haciendas de beneficio para ashes delos talleres subseriplóores: : E : “del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas ELA Sialguna pregunta no es contestada en tiempo razo- AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec- E E ci EN a : trícista, miembro, de la Comisión mexicana: LEX e hable, es preciso repetirla. Los subscriptores no de- ¡iertby mexicana en la A E z ON: A ; posición Internacional de París en 1889; y encarga- ES ben olvidar que algunas contestaciones exigen liem-| do de la Sección de maquinaria en la Iniernacional A po. y estudio, '4 pesar de lo cual nos esforzaremos | de Chicago en 1893.—Dirigirse á > por contestarlas todas, ya sea en el forro de nues- : E INO. e tro periódico ó en. carta particular. : : CHÁ E Z H E E AN Aquellas que no nos sea posible resolver, por no! 9* CA LLE DE LA VIOLETA NUM. 14 , i tener-los: datos suficientes, las publicaremos para] MEXICO EA z ver si alguno de nuestros subscriptores puede con- Nos proponemos responderá las preguntas que La casa se encarga también de la fornración de* z testarlas. Los nombres de los signatarios se publi- | presupuestos para instalaciones diversas; así como - de hacer pedidos al extranjero de material para /azu= | carerías (Fives=Lille Francia); Ferrocarril portá= ' il Decauville; máquinas; útiles; ete. r 3 - - carán sólo. con letras iniciales. No contestaremos ninguna pregunta anónima. ERA A Di | E COLEGIO PARA NIÑOS CATÓLICOS. MÉXICO.— PRIMERA CALLE DE MESONES NÚM. 9.— MÉXICO REN ZA Fundado este plantel»en los primeros días del presente año, bajo la dirección del Profesor que suscribe, y pudiendo tener ya vida propia por habérselo dispensado así la Divina Providencia, nos es grato anunciar que con sujeción á la Ley correspondiente y mediante la cantidad de seis pesos mensuales adelantados por cada niño, seguirá dándo= se la INSTRUCCIÓN OBLIGATORIA bajo el siguiente E PROGRAMA E E A E Religión Católica, Apostólica, Romana: | Nociones de Geografía é Historia Nacional, = = Lenguaje Nacional, incluyendo la enseñanza de lee- : Dibujo: contornos fáciles de objetos usuales y sen- l= tura y escritura. ' cillos = Es Aritmética. ¡Canto Coral al unísono.-- = d Nociones de Ciencias Físicas y Naturales, en forma , Gimnástica de Salón conforme al Sistema SANCHEZ. = de lecciones de cosas. | Ejercicios Militares y = E Nociones prácticas de Geometría. Moral práctica é Instrucción Cívica. = Este programa se desarrollará en el (iempo que fuere necesario Si con O al Reglamento interior del Colegio. Igualmente, se darán clases de Instrucción Superior y Ped ésta con arreglo á las prescripciones legales que rijan sobre la materia, para lo: cual el Colegio cuenta con todos los útiles necesarios, conforme ¿las condiciones siguientes: PMC AO ia o a SS $ 900 | Cosa guii y Geografía Universal.......... $ <400- z Segundo año: > 9200: y 4 00 Tercer año... o... 12-00 4.00 ' Piano... 6.0041 ele 03% 4-00 E Dibujo del natural: A z 400: Natación. 4 00 DAA EA NAL Y ostándonos vedado hacer cualquier a especie de recomendación, porque sólo. a los alumnos y ásus familias toca decir cómo-son Jos planteles y sus profesores, tenemos el ho= nor de ofrecer este Colegio confiamos tan sólo cen 13 benevolencia de las: pon que se ¡ sirvanaceptarlo. México, Octubre de 1892. Ea E SS 2 Anselmo de J, PES IDEAR ESA MAA AAA AA o REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA 052 95 — SUSCRIPCIONES: Por Un año. ENTRO $9.00 | Por un trimestre... $ 275 Por un semestre... 500 | Número suelto... 050 EL PAGO SERA ADELANTADO =5:SE PUBLICA LOS DÍAS 1? Y 15 DE CADA MES:s- REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE 2* CLASE Tomo I—1% pe Drcreubre or 1892—Núm. 23 El principal debez del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del hom- bre para con los demás, es instruírlos, E. LrrrrÉ. OS SUMARIO Epuarbo Lickaca: Discurso pronunciado en la so= lemne sesión inaugural de ln Asociación Americana | de Salubridad Pública. —Peso Atómico del Nickel. —BERTRAND, Toussaryr y Gomberr: El Trabajo Ma- nual.en la Escuela y en el Hogar.—Tomás H. Hux- LEY: La Educación Técnica. —Ebwaro B. Trrox: El Arte de contar. Lámma 232: Antigiedades mexicanas: En Tasin.— (Vista anterior). e) TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex-Arzobispado núm. 1 1892 ¡0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0J0! M7 NOTICIAS S DIVERSAS. —El Sr. Euistsnao Ud ÁNCONA, Arzobispo. de Yucatán, autoridad bien «conocida en materia de lenguas, sostu= vo en la «Sociedad de A uencanistaso: de París, en Octubre de 1890, que cuan- -do al arribó á las Dita de Yuca- tán, ósea á la parte conocida actual- Eenro por el nombre Mosgutto, todo el país se hallaba en poder de los aztecas, quienes lo llamaban Am-eli-Ka, lo que en su lengua quiere decir país ME vien= tos oleo Mas tarde, los españoles tradujeron aquel nó LbEe América, el cual adoptó el geógrafo italiano o VeEsPUcIo,. con preferencia al suyo de pila, y e conocido como Americo Vespucio; del mismo modo que el distinguido geógra- fo inglés Gornon escogió la palabra Chz- e para preceder su apellido, y llegó á ser conocido generalmente como Ca NESE (GORDON. : —M. Destawores acaba de dar á co- nocer los nuevos resultados que ha ob- tenido acerca del hidrógeno por medio del estudio espectral del Sol. M. Baruer había indicado ya una fun- ción simple de los números enteros su- cesivos, la cual representa exactamente la serie de catorce radiaciones del hi- drógeno asimilables á una serie de ar= mónicas sonoras. Esta función que se aplica también á la mayor parte ne los metales, es la siguiente: ) NAAA ns siendo V el número de vibraciones, 4 y B dos constantes y n un número en- tero que varía de 3 á 16. Ahora bien, M. DesLanbres ha encontrado en el Sol la serie de armónicas del hidrógeno con timco radiaciones más correspondientes á los cimco términos de la fórmula de Barmer. Obtuvo estos resultados foto-= orafiando el espectrode una protuberan- cia extraordinariamente intensa. Ade- más, el espectro de la estrella temporal del Cochero, en la región de la prueba, es idéntica en su composición á la pro- tuberancia, y, finalmente, las rayas del espectro de la. estrella. lo mismo que la del calcio, ofrecen en la base de la protuberancia i INVersiones. que están li- gadas al movimiento de rotación. pi 3 - = nj L AS Em =M. A. B. da ha ado una nueva leucomaína de las orinas de los epilépticos y que tiene por fórmula: CXHISAZO?.: Es una substancia blanca que la en prismas oblícuos. Esta leucomaína venenosa produce, según el autor, los temblores, las evacuaciones intestina- les y urinarias, la dilatación pupilar, las tes y, finalmente, la muer- te. —Después. de estudiar la g coxal del escorpión, encontró M. Paur MarcnaL que había una comunicación entre la substancia medular y la subs= tancia cortical de esta glándula. La glán- dula coxal de los arácnidos puede « con= 'siderarse como de la misma naturaleza olándula que la elándula antenal y la elándula % del cuerpo de la concha de los crustá>. ceos. Estos órganos de los arácnidos y de los ade pueden considerarse como formando parte de una serie me- > tamérica comparable á los ór ganos seg= mentarios de los gusanos. -—En una de las últimas sesiones ve= rificadas en la Academia de Ciencias de París refirió M. Prorer que ha logrado realizar en su laboratorio una lo ción que le permitía hacer experiencias en bajas temperaturas hasta —200%, por medio de ciclos sucesivos de com= presión y de descompresión de ácido carbónico primero, después de protóxi= do de ázoe y finalmente de aire atmos- férico. Los fenómenos físicos revisten á tan bajas temperaturas formas paradójicas: el termómetro por ejemplo no da las temperaturas de los cambios de estado: como tuvo oportunidad de observarlo el mismo M. Prerer por la marcha de las indicaciones de este aparato durante ata cristalización del cloroformo. —Según MM. BErL1oz y TRILLAT los. vapores dela aldehida fórmica ó formol, se difunden rápidamente en los tejidos animales, los vuelven imputrescibles y se oponen, aunque ligeramente, al des= . arrollo de las bacterias: esterilizan en algunos minutos las iS impreg- E de bacilo de Esertu y del bon y. finalmente, son tóxicos cuando se les respira en gran cantidad y por espacio de algunas. or as. » “de al En un artículo que publicó el De. Berincer en el Bulletin, de Kew, se - ocupa de la competencia que le hace la vainilla extrangera á la mexicana. Se- gún el autor ya mencionado, los Esta- “dos Unidos reciben, en la actualidad, 137,000 librasde México y una cantidad proporcional de otros países, porque aún cuando la planta fué vista por pri- Mera vez en nuestro país, se produce ahora en numerosas regiones. Así, en las islas Fidj1 se han recogido muestras gún valor; Java suministra Cuan- to necesita Holanda; en la isla Borbón se cultivan 3,000 acres de tierra y la cosecha rinde por regla genral 200,000 libras, debiendo tenerse en cuenta que el mejoramiento que se le ha hecho al cultivo y .4 la preparación, han hecho que el producto rivalice con el nuestro. Finalmente, en las colonias de las islas Mauricio, Secheles, Otahití y Sandwich, en el Brasil. en el Perú y en algunas otras naciones de Sud-Américase culti- va también la vainilla. Hasta ahora ocupa el primer lugar en el mercado la vainilla mexicana, pero es de comprenderse que si en el ex- tranjero, en virtud de la demanda del artículo, continúa progresando 'el cul- tivo de este vegetal, perderá México su supremacia. stos hechos indican la necesidad de que se le: consagre aquí más atención al cultivo sistemático de la vainilla. -—En una de las últimas sesiones que celebró la Sociedad Real de Edimbur- s0, Mr. HuyrerSrewarr leyó un informe acerca de la ventilación de las escuelas y de los edificios públicos. La primera parte del informe contiene una investi- gación relativa á la presencia de las ma- terias orgánicas azoadas en el aire ex- pirado. : Se han empleado diversos métodos para absorber y recoger estos productos demostrando los resultados que por pié cúbico de aire expirado hay una propor- ción media de 0* 1149 de amoniaco tal cual es y de 0* 002 disminuido de las ma-= terias orgánicas. El agua condensada contiene encada diez piés cúbicos de aire expirado una media de 0.5*”" de residuo sólido que desaparece completamente á la ignición. Estos resultados confirman la observación ya hecha de que las ma- terias orgánicas que se encuentran en COSMOS 91 los espacios mal aereados no provienen de la respiración sino de las personas que en ellos se hallan y de los vestidos que llevan. —A ¡juicio de M. Faxe la teoría de los ciclones ascendentes acaba de su- frir un nuevo fracaso: los numerosos ciclones que han tenido lugar durante el invierno pasado en las latitudes ele- vadas no pueden explicarse en efecto sino por una convección debida á dife- rencias de temperatura que siguen la vertical. Los meteorologistas partida- rios de esta convección se han visto obligados por lo tanto á admitir una especie diferente de ciclones para las zonas templadas; pero esta distinción es inadmisible como lo demuestra M. Faye con el ejemplo de un ciclón que pasó de una zona á otra. En resumen la teoría de las corrien= tes centrípetas ascendentes sufre sin cesar nuevas correcciones sin que se la llegue á poner nunca de acuerdo con los hechos. --M. Sonvizemeerncer estudiando la fibrina en la sangre de caballos y trans- formándola bajo la influencia de la pep=- sina lamada extractiva á 100 por 100, en presencia del ácido clorhídrico, obtuvo un polyo amarillento al cual dió el nom- bre de fibrinpeptona. Jsta fibrinpeptona descompuesta bajo la acción de la ba= rita, dió un residuo fijo que se aproxi- ma á la fórmula general C*H”Az'0*, quedando, además, en libertad, com- puestos volátiles pertenecientes al gru- po del pirrol ó de la piridina. Los análi- sis han demostrado que, en su conjun- to, la fibrinpeptona no difiere de la fi- brina inicial smo por los elementos de agua. Bajo la influencia de la barita pierde como los albuminoides en gene- neral, la cuarta parte de su ázoe total en forma de amoniaco; al mismo tiem- po se separa del ácido carbónico y del ácido acético. -="M. Brown-Skovarp continuando sus estudios acerca de la secreción de las elándulas en general y de las sexuales en particular, ha advertido que además de las funciones que se relacionan con. la reproducción, vierten en la sangre productos especiales que aumentan la: onicidad de los centros nerviosos. Según él, confirman lo anterior, ex- perimentos hechos en viejos: la glandu= la sexual ha cesado de funcionar y por lo mismo no puede sumistrarles esos productos; pero se les puede vigorizar inyectándoles el extracto acuoso de glándulas sexuales en actividad. —M. P. Marix indica un 'medio que permite poner en contacto íntimo y en proporciones determinadas, dos líqui- dos no mezclables: si se vierten los dos líquidos á la vez en un recipiente que tenga un agujero pequeño y lateral, y sila alimentación es precisamente igual al gasto, de tal manera que el nivel permanezca constante, la superficie de separación de los líquidos se establece al nivel de la abertura, los dos salen al “mismo tiempo y en proporciones igua- les á las de la alimentación. —M. SuexstoNE, después de estudiar la adhesión del mercurio al cristal en pre- sencia delos halógenos, ha notado que el “cloro, el bromo ó el iodo, bien purifi- cados, obran sobre el mercurio como el ozono y lo hacen adherir al vidrio. COSMOS EL ESFUERZO Los que suscriben, constructores; tienen el ho. nor de ofrecer á Ud. sus talleres de FUNDICION, TORNERIA, HERRERIA, ETC ; donde: ejecutarán trabajos de reparación de toda clase de máquinas; , construcción y compostura de aparatos científicos de —— todo género; fabricación de modelos; etc. ¿ JÚAN B. CHÁVEZ, antiguo director de varias fábricas de casimires; carrocerías; molinos; haciendas de beneficio para metales; de los talleres. e del Hospicio de niños de Guadalupe de Zacatecas AGUSTÍN M. CHÁVEZ, Ingeniero elec- tricista, miembro de la Comisión mexicana en la Ex- posición Internacional de París-en 1889; y encarga- do de la Sección de maquinaria en la Internacional de Chicago en 1893.—Dirigirse ú CHAVEZ Ho E 9' CALLE DE LA VIOLETA NUM. 14 | MEXICO. La casa, se encarga también de la formación de presupuestos para instalaciones diversas; así como de:hacer pedidos al extranjero de material para azu= carerías (Fives-Lille Francia); Ferrocarril portá=. til Decauville; máquinas; útiles; etc. , (TOO Mm ] r— Religión Católica, Apostólica, Romana. ] Lenguaje Nacional, incluyendo la enseñanzade lec- tura y escritura. Aritmética. Nociones de Ciencias Físicas y Naturales, en forma de lecciones de cosas: Nociones prácticas de Geometría. Reglamento interior del Colegio. Primera lea de $ 9.00 | SEUA lo Nes Ea -9. 00 Tercer año.....-. 12:00 DADO a 6.00 Dibujo del natura 400 sirvan aceptarlo: México, Octubre de 1892. COLEGIO PARA NIÑOS CATÓLICOS. MÉXICO.— PRIMERA CALLE DE MESONES NÚM. 9.— MÉXICO Fundado este plantel en los primeros días del presente año, bajo -la dirección del Profesor que suscribe, y pudiendo tener ya vida propia por habérselo dispensado así la Divina Providencia, nos. es grato anunciar que con sujeción 4.la Ley correspondiente y mediante la cantidad de seis pesos mensuales adelantados por cada niño, seguirá dándo- se la INSTRUCCIÓN OBLIGATORIA bajo el siguiente PROGRAMA Este programa se desarrollará en el tiempo que fuere necesario y con sujeción al Igualmente, se darán clases de Instrucción Superior y Preparatoria, ésta con arreglo á las prescripciones legales que rijan sobre la materia, para-lo cual el Colegio cuenta con todos los útiles necesarios, conforme á las condiciones siguientes: ds ; Y estándonos vedado hacer cualquiera especie de recomendación, porque sólo á los alumnos y ¿sus familias tova decir cómo son los planteles y. sus profesores, tenemos el ho= nor de ofrecer este Colegio confiados tan sólo en la benevolencia de las personas que se Nociones de Geografía é Historia Nacional. ; O contornos fáciles de objetos usuales y sen- cillos. : S Canto Coral al unísono. Gimnástica de Salón conforme 1 al Sistema SANCHEZ: Ejercicios Militares y. és Moral práctica é Instrucción Cívica. Cosmografía y Geografía Universal... $ 400 OS e 4-00. Francés 4-00 Inglés -..... 400 Natación... 4-00 Anselmo de J. Enciso. O REVISTA ILUSTRADA DE ARTES Y CIENCIAS _— 0. o DIRECTOR PROPIETARIO FERNANDO FERRARI PEREZ SECRETARIO DE LA REDACCIÓN JOSÉ P. RIVERA — «Ho o—- e ¿¡SUSERIPCIONES: Por un año...... A SEO R00 POr Un times tre a $ 279 Por UN Semestre ooo 55005 |ANÚM ero SUE O o 0 50 EL PAGO SERA ADELANTADO 25323 PUBLICA LOS DÍAS 1 Y 15 DE CADA MES:s-= 7 > REGISTRADO PROVISIONALMENTE EN LA ADMINISTRACIÓN DE CORREOS, COMO ARTÍCULO DE %* CLASE : E 0, Tomo 115 ve Diciembre De 1892—Núm. 24 El principal deber del hombre para consigo mismo, es instruirse; el principal deber del horn- bre para con los demás, es instruirlos. E. LITrRÉ: - SUMARIO José P. Rivera: El Tajín.—EbwarbD B. Txiokr: El Árte de contar. —Prebro EstraDa: El agua hedion- da en Cuautla Morelos.—W'. F. DennixG: El quinto satélite de Júpiter. —BErTRAND, ToussarNrT y Gom- BERT: El Trabajo Manual en la Escuela y en el Ho- gar.—Tuomas H. Huxzex: La Educación Técnica.— Ep. Berzunc: Nueva aplicación de la fotocronogra— fía.—Ebcaro Haunik; Coexistencia del poder dieléc= tico y de la conductibilidad electrolítica. Lámiva 242: Antigúedades mexicanas: CHac-Moor. > TACUBAYA, D. F., MÉXICO IMPRENTA Y FOTOCOLOGRAFÍA DEL «COSMOS» Costado del Ex- Arzobispado núm. 1 , 1892 , 0JO!--SE SUPLICA NO DOBLEN ESTE PERIODICO--¡0JO! COS NOTICIAS DIVERSAS —Llamamos la atención de nuestros .subseriptores hacia el aviso que publi- camos en la cuarta plana del forro ó «sea en la página 96, y en el cual nos referimos á las mejoras que introduci- remos en el Cosmos desde el 1* de Ene- ro de 1893. —M. Hino ha logrado realizar el .Ingerto sub-cutáneo del páncreas, y de -la operación deduce él las conclusiones siguientes, importantes desde el punto de vista de la diabetes de origen pan- creático: 1” Siá un perro que lleva un inger= :to, se le extirpa todo el páncreas que queda en el abdomen, no se produce elicosuria. 2*. La extirpación del ingerto, hecha sinanestesia, en algunos minutos, como sI se quitara un tumor, va seguida de una glicosuria muy intensa que se des- arrolla en algunas horas y que persiste hasta la muerte del animal. Estos experimentos de ingerto prue- ban que el páncreas funciona como una 'elándula vascular sanguínea. - -—=M. Grimaux ha intentado diferen= ciar los dos átomos de ázoe que con- tiene la quinina: uno de ellos pertenece, probablemente, á un núcleo quinoléico y el otro, á un núcleo pirídico. Si se trata en frío el dizodometilato de quini- “na por la sosa, se elimina una molécula de ioduro de metilo y se forma un io- dometilato distinto del que se obtiene por la fijación directa del ioduro de me- tilo sobre la quinina. : Se obtiene el mismo isómero tratan- do por el ioduro de metilo, no la base libre, sino el sulfato básico, y se pro- duce al mismo tiempo ácido sulfúrico libre. Como el iodometilato de quinanisol se descompone en frío por la sosa, en tanto que el iodometilato de piridina resiste, M. Grimaux admite que en el 1todometilato de quinina común, el ázoe pirídico es el que se satura. En la acción de los álcalis sobre el 1odometilato de quinina ó de quinanisol, M. Grimaux, ha obtenido una substan= cia cristalizada dotada de una conside- rable fluorescencia verde. , —M. A. Brenrarr, después de estudiar la fisiología de los centros respiratorios, A MOS e = q ERARIO e ca, las conclusiones siguientes: O 1”. Los centros medulares respirato- rios son importantes para producir NA gobernar la función respiratoria cuando están separados de los centros respira= torios principales. Las apariencias de movimientos respiratorios que se han observado algunas veces se deben á la actividad persistente de la médula en los aparatos de la vida de relación. 2*. El centro respiratorio principal, ejerce una acción excitante y no inhi2 bitoria sobre los centros respiratorios medulares. 3*. El centro respiratorio bulbar ais= lado por dos secciones transversales de los centros respiratorios accesorios, puede funcionar solo y presidir á los movimientos de la glotis. - Se, —HEl Prof. WinLy KuxenrmaL, de Je- na, acaba de recibir un cetáceo fluviátil de Africa, al cual ha dado el nombre de Sotalia Teuszit. El estómago contenía gramíneas, yerbas y sobre todo, frutas digeridas en parte, lo que indica que es un delfín de régimen vegetal. Los Sotalía tienen una nadadera pec- toral muy ancha como la de los plata= nistas; su pelvis está formada, proba= blemente, por un hueso único y media- no, como lo hace suponer un esqueleto ' ue recibió no ha mucho M. Van Bene- DEN (hijo); además, son semi-marinos. Los Sotalía, que constituyen la tran=. sición de los fluviátiles á los marinos, aparecen con caracteres genéricos co= munes, á la vez en América, Asia y Africa: —M. Benakr ha examinado teórica- mente cómo se combinan entre sí, du- rante los movimientos de un navío, las diversas sensaciones del pasajero: de- muestra que debe haber una falta de. relación entre la vertical aparente dada por la planta de los piés; de ésto resulta. á cada momento una impresión análoga á la de un paso en falso y de la repeti- ción de esta impresión el vértigo par- ticular que se llama mareo. Ñ , O A PUBLICACIONES RECIBIDAS Apuntes para el curso de Geografía de la Escue- la Nacional Preparatoria, por MicueL E. ScHuLz; Profesor del ramo.en la Escuela N. Preparatoria y presentó á la Academia Real de Bélgi-- COSMOS 95 ; en la Normal de Profesores, de México. México.— Librería de las Escuelas.—1892.—$1.75 > El libro, como lo dice el mismo autor en laadver= “tencia que sirve de prólogo, no es más que'un con- junto de ampliaciones, importantes si.se tiene en “cuenta que con ellas se llenan las deficiencias de la mayoría de las obras en español que sirven de tex- to. A S Son de mencionarse especialmente por su valer científico los capítulos: «Las Aguas Marítimas», «Las Tierras y Jas Aguas Continentales»; «Los Pue= blos y las Instituciones», así como los relativos á Africa y á nuestra patria por los interesantes deta= Mes: en que abundan. "On the genera Labrichthys and Pseudolabrus, por Turoporz Gu. Washington.—Government Print- ing Ofkce.—1891. El autor se propone demostrar en esta monogra- fía que los Labrichthys, Labridos del Hemisferio Sur, y los tipos pertenecientes ú los Pseudola- brus, constituyen un solo género y no dos como se viene diciendo desde hace treinta años. Notes on ayian entozoa, por bwin Lixron. Wash- ington.—Government Printing Office. —1892. La mayor parte de los materiales de que se valió Mr. LinrowN para la redacción de su trabajo fueron acopiados por él mismo en Yellowstone National V truchas de Yellowstone Lake. : : -Menciónanse, á más de las especies conocidas, las siguientes nuevas: Nemátodos, filaría serrata; Acan- tocéfalos, echinorhynehus rectus; Tremátodos,.dis- tomum (2) verrucosum y distomum flexum; Césto= dos, dibothrium exile; Tenias, teenta macrocantha y tenia compressa; y un género nuevo Epision (de "Extostoy, gallardete, flámula) al cual pertenece la especie epision plicatus, Los caracteres propios de este nuevo género son: extremidad anterior del cuerpo (cabeza) laminada, siendo más ó.menos desiguales 6 desviadas las lá- | minas que la componen; euerpo plano teniforme y segmentado no siendo distintos los segmentos; aber= turas de reproducción laterales (?). Preliminary description of a new genus and spe- cies of blind cave salamander from North America, por LeoyHArD STEJNEGER, conservador del Depar- tamento de reptiles y batracios del Instituto Smith- soniano de Washington.—Washington. —Govern- ment Printing Ofhce.—1892. > z Según dice el título, estudia el autor un nuevo género y especie de salamandra ciega descubierta en Julio de 1891 por Mr. F. A. Sampson en Rock House Cave (Missouri). El acontecimiento es tanto más im- portante cuanto que se trata de la primera y Única verdadera salamandra que se haya encontrado cie- ga hasta el presente. El género lleva el nombre de Typhlotriton (de TÚpAoc, ciego y TPÍTOVY, 6, salamandra) y la espe- cie el de typhlotriton spleeus Srexx. Mide en longi tud total 0093. Se PE Park (Wyoming), al estudiar los parásitos de las Acompaña al estudio cl grabado correspondien= te en que'se representa á esta nueva especie. The fishes of San Diego, por Carr H. EIGENMANN, Profesor de Zoología en la Universidad de Indiana.— Washington. —Government. Printing Offcc.—1892. Contiene un informe de las observaciones hechas | ¡por el autor en los peces de San Diego y sus cer- canías, durante el espacio de tiempo comprendido entre el 11 de Diciembre de 1839 y el 4 de Marzo de 1890; y, con especialidad, datos acerca de la ma-= nera de desovar y estación en que el desoye se ve- rifica, embriología y migración: de los peces de California del S. Hustran al texto nueve láminas explicativas. The puma or american lion, por Freberickx W. True, conservador del departamento de mamíferos (Museo Nacional de los Estados Unidos).—Wash-= ington. —Government Printing Ofhice.—1892, El folleto es una monografía completa del puma $ león americano (felis concolor de Liwxeo). Contributions toward amonograph of the Noctuide of Boreal America.—Revision of the genus Cuculia; “revision ofithe Dicopinie; revision of Xylomiges and Morrisonia, por Jomy B. Smrrm.—Washington.— Government Printing Office.—1892. La publicación forma: parte de los Procedings of the United States National Museum. Comprende la descripción de las especies conocidas que pertene- cen á los géneros mencionados, y las siguientes nue- vas: cucullia similaris, e. obscurior, e. dorsalis, e. bistriga y c. cinderella, que habitan en Colorado; eutolpa bombyciformis que vive'en Ohio, Illinois y Missouri; copipanolis borealís que vive en Minesso= ta; copzpanolis fasciata que habita en Missouri du- rante el mes de Abril y en Texas y Belfrage, en los meses de Enero y de Febrero; xllomiges peritalis, que vive en Colorado y Oregon, y xilomiges ochra- cea Riey, que habita en Alameda County (Califor= nia), en los meses de Octubre y de Diciembre. lustran el texto dos láminas con grabados. Corystovd crabs of the genera Telmesus and Eri- macrus, por James E. BexeDIer, conservador ayu- dante del departamento de moluscos marinos (Mu= seo Nacional de los Estados Unidos).—Washing- ton.—Government Printing Office,—1892. Forma parte de los Procedings of the United Sta= tes National Museum. Constituyen la base de este folleto los ejemplares recogidos por Mr. WinLiam H. Dart, desde 1871 hasta 1874 y las colecciones reunidas no hace poco á bordo del vapor «Albatross» del departamento de Pesquerías de los Estados Unidos. El autor lo publica con Ja intención de alentar el estudio del modo de ser de estos cangrejos en cuan- to 4 su vida y sus costumbres, estudio que hasta ahora deja mucho que desear. Acompañan al texto tres láminas con los graba-= dos correspondientes. : VEÁSE LA PÁGINA 96 96 Desde el día 1 del año entrante respondiendo á la fa acojida que ha tenido la COSMOS AL PÚBLICÓ. HO A AAA AA vorable REVISTA CIENTIFICA ILUSTRADA “COSMOS” y deseando que esta Revista se halle más al alcance del público en general, disminuiremos el precio de suscripción de la si- guiente manera: EN EL DISTRITO FEDERAL EN LOS ESTADOS E E O O a UNISEME SER Ea is AS DOJUN SEMESTRE de e NÚMEROS SUELTOS... ...... E $ 0.35 : Además, en beneficio de los suscriptores introduciremos di- versas é de 1893, bre, importantes mejoras; por ejemplo, desde el 1”? de Enero publicaremos á más de las FOTOCOLOGRAFÍAS de costum- ads, Te Peer -—FOTOGRABADOS EN COBRE “pues la perfección que ha alcanzado este procedimiento hace - que sea digno de usarlo en beneficio de los ilustrados favorece- dores del «COSMOS». S e Divina Y sirvan AE 11 [ úl | | IBERO DA ORILLA E COLEGIÓ PARA NIÑOS CATÓLICOS. Fundado este plantel en los primeros días del presente año, bajo la dirección del j Profesor que suscribe, y pudiendo tener ya vida propia por habérselo dispensado así la' mediante la cantidad de seis pesos mensuales adelantados por cada niño, seguirá dándo= se la INSTRUCCIÓN OBLIGATORIA bajo el siguiente PROGRAMA E ; Religión Católica, Apostólica, Romana. 4 Nociones de Geografía é Historia Nacional. Lenguaje Nacional, incluyendo la enseñanza de lec- Dibujo: contornos fáciles de objetos usuales y sen- tura y escritura. cillos. S 5 Aritmética. dE Canto Coral al unísono. E Nociones de Ciencias Físicas y Naturales, en forma Gimnástica de Salón conforme al Sistema SANCHEZ. de lecciones de cosas. S ] Ejercicios Militares y Nociones prácticas de Geometría: Moral práctica é Instrucción Cívica. Este programa se desarrollará en el tiempo que fuere necesario y con sujeción al Reglamento interior del Colegio. E Igualmente, se darán clases de Instrucción Superior y Preparatoria, ésta con arreglo á las prescripciones legales que rijan sobre la materia, para lo.cual el Colegio cuenta con todos los útiles necesarios, conforme á las condiciones siguientes: ; Primer año Segundo año..... se SS dN 9-00 Latín.... Tercer año.. Pian E a Dibujo del natural as 4 00 Nada e aa alumnos y ¿sus familias toca decir cómo son los planteles y sus profesores, tenemos el ho= nor de ofrecer este Colegio confiados tan sólo en la benevolencia delas personas quese E = MÉXICO.—PRIMERA- CALLE DE MESONES NÚM. 9.— MÉXICO Providencia, nos es grato anunciar que con sujeción á la Ley correspondiente y ---$ 900 ¡ Cosmografía y Geografía Universal +. ¿12 00 Francés . TITS , ARA rd 6 00 Inglés .-...... estándonos yedado hacer cualquiera especie de recomendación, porque solo 4 los aceptarlo. México, Octubre de 1892. Anselmo de 4. Enciso. pl TA DALIA E > Ea 5 E El AA, Aaa ae A j : 5 ALAS y PADDA DAA a ANO A 4 AN E T AAA A Ba ARA PAS AA Anaanana AA IRA is VA [ A A a A f E an Oe AR ON ANA AUN AA AANA ae AR IATA An AN a 2 Sopa: E 5, | AN :08 IS ARANA Eos y AAA AA A A aa ñ ci DRAM AAA SAR a (NASA ARA! ANA a Ana ARSARA ARAS Ao LAS La ADORA DAA" 5 0 OD na YAA A Ita AA Aras CARA LAN ANO AN E DAR ADQGA ARA AN DEOAcSS , AAA ADAN A A | al AA An AAN e A Ona | Pe lt Am ATAR 050 o ARA AAA ESA A AR Na EN AFA CCAA PARA ANA UA XARAS A ON A ARAAÍA AAA A SADA AA VA Pp ÓN o y AAN AE e mn , Qe des Sl BAN OA o AA Ñ ¿ARAAA 4 2100000 ka ¿ARAALCAD 4 A qe ABAD, Annaah A AR Jn Da. ZAR a AC ; NA Ea AA an MÁ : Mal Al AR A ] HANA AA AAN A / AABIAAS A FAVIAA DA DAAA ABLAR AMARA DAA AAA aan AE RIA AnOA INGA AS MA IN APA R ARNO SO NA AN Ey 1 ¡Aa 6 y A STA APRARRAS DADA Y ARRASA OBRAS ADRAAANO E AMARA: ION ARAN E | | PONEN AA VA AS A . SA AAA a 20 IPR An AAA, As, 0 NARRA AFA PROPIA, es AR an. AAA A OMADRA ar Es JAS 0% CASAL RÁ ARZDA Va NA VA Mm. AA AAA : pa Nal AR ARA AAA MAA, YA Ana SN ARA - : MA TINA NE | a a » 00 Man la] y % 2 AN NOA do) Ma, A A pS WAS e ARA / Aa A Aa Ana." MAA, AAA Dr AAA i NU an MNAnAnAr ' VAñAp ROS IARAROR IA ” An AECD0eo A ANT ADDAN DAANA Í Al Mal INT AARAR ANA SS | a A - ON 2. nal ARANA» DAA SAARRA SADA AR AA ARARA SADA AR AAA ea 2 a aa > , AAA ARAAA e ón mA AMA RA ZA 000% BOBA ¡0 AA DAS y A ia Al AAN AAnAARA; RARA ABONA: ARA BAR 0 CORRA a Anaco AAA nm Da; AENA YN AR A AAA dde ARO anda > ARÑA Amr í s A am a 200 Na Panero adn mAs ( A, ZAR AMM MAA eS AAA Pe poca SANA DRAApAnnAn na, ARAGAO" A A Can ARA ; RE pl A nia ARALAR AQUA! RARARNAS ARO OA AAA Z a ASA AAANR y ARA SAR ARA PIAR AAA ASA ara ALFARA RARA AAA DA 0 A AE ana? 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