BOLETIN 35 New York Botanical Garden Libran 3 5185 00320 4078 FEBRERO, 1917 REPUBLICA DEI CUBA SECRETARIA DE AGRICULTURA, COMERCIO Y TRABAJO ESTACION EXPERIMENTAL AGRONOMICA POR J. T. CRAWLEY, DIRECTOR SANTIAGO DE LAS VEGAS, HABANA HABANA. IMPRENTA Y PAPELERIA DE RAMBLA, BOUZA Y C.» Pí y Margall, núms. 33 y 35. 19 17. PERSONAL DE LA ESTACION DIRECCION Sr. J. T. Crawley. — Director. „ Luis A. Rodríguez. — Traductor. „ Carlos Escasena. — Contador. ,, Eduardo Sotolongo, Fotógrafo. „ Martín Gafas. — Auxiliar de la Dirección. „ Néstor Agüero. — Auxiliar de la Dirección. DEPARTAMENTO DE AGRICULTURA Sr. M. A. Centurión. — Jefe. „ Avelino Rojas.- — Ayudante Técnico. „ Armando Gómez. — Ayudante de Campo. „ Rafael Soler. — Ayudante Estudiante. (Encargado de las Observacio- nes Meteorológicas). „ José Gutiérrez. — Ayudante Estudiante. DEPARTAMENTO DE HORTICULTURA Sr. R. S. Cunliffe. — Jefe. „ Rafael Oliva. — Ayudante Técnico. „ Darío Gravier. — Auxiliar de Oficina. „ Juan Quesada. — Jardinero. DEPARTAMENTO DE VETERINARIA Y ZOOTECNIA Dr. Emilio L. Luaces. — Jefe. „ Alejandro García Iznaga. — Ayudante de Veterinaria. „ Rafael González Orozco. — Auxiliar de Oficina. „ Clodomiro Díaz Silvera. — Ayudante Estudiante. DEPARTAMENTO DE QUIMICA Sr. C. N. Ageton. — Jefe. Dr. Enrique Babé. — Ayudante Técnico. „ A. Santamaría. — Auxiliar de Laboratorio. DEPARTAMENTO DE BOTANICA Dr. J. T. Roig. — Jefe. Sr. Gonzalo M. Fortún. — Ayudante Técnico. „ Rafael Barrios. — Jardinero. DEPARTAMENTO DE PATOLOGIA Y ENTOMOLOGIA Sr. J. R. Johnston. — Patólogo. „ Patricio G. Cardíu. — Entomólogo. „ S. C. Bruner. — Ayudante Patólogo. „ Abelardo Herrera. — Auxiliar del Laboratorio. DEPARTAMENTO DE EPIZOOTIAS Dr. R. de Castro. — Jefe del Departamento. „ Ernesto Cuervo. — Preparador de Vacuna. „ Angel Iduate. — Veterinario Auxiliar. „ Abelardo Fernández. — Ayudante Estudiante. Sr. Miguel Frau. — Auxiliar del Laboratorio. DEPARTAMENTO DE MECANICA Sr. Ricardo Poldo. — Mecánico. „ Ramón Díaz. — Carpintero. CONTENIDO Págs. Clima 4 Población e Inmigración 6 Tierras para la Caña de Azúcar 8 Estadística de la Producción de Azúcar 12 Variedades de Caña de Azúcar 18 Composición de la Planta de la Caña 22 Siembra 24 Roturación de la Tierra. 25 Distancia para la Siembre . . 31 Cultivo. 38 Fertilización 48 Aplicación de Abonos 52 Calculando el Valor de un Abono 54 Abono de Murciélago. 56 Cachaza como Abono 58 Abono en Tierras de Sabana. 61 Abonos Verdes 62 Efecto- le la Aplicación de Abonos en la Composición de la Caña. 65 Quema de la Paja de la Caña 67 Irrigación 73 Métodos para Aplicar el Agua 76 Calidad del Agua de Regadío 77 Tierras Salinas 77 Siega y Transportación de la Caña 80 Digitized by the Internet Archive in 2016 with funding from BHL-SIL-FEDLINK https://archive.org/details/elcultivodelacaa3519craw LltskAK* NEW Y(X^ OOT ATUSAR «AIW/ EL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZUCAR La Isla de Cuba está situada entre los 19°40’ y 23°33’ la- titud norte y está por consiguiente completamente dentro de los trópicos. La caña de azúcar aun cuando es cultivada con éxito en varios países de clima sub-tropical, alcanza su mayor desarrollo en los trópicos, como puede verse por el estudio de la situación de los mejores países productores de azúcar. Java está situada entre los 6o y 8o latitud norte, la India Inglesa entre los 10° y 30° norte, las islas Hawaii entre los 18° y 22° nor- te, el Perú entre los 5o y 22° sur. Estos son los territorios que pro- ducen las mayores cantidades de azúcares, mientras que en la Luisiana se produce hasta el grado 30 norte, Australia hasta el grado 30 sur y la Argentina hasta el grado 25 sur. Cuba es una isla estrecha, aproximadamente 730 millas de longitud y contiene 43,319 millas cuadradas de territorio. La costa es accidentada y contiene un número poco usual de puertos abrigados donde pueden fondear barcos de gran calado y numerosas ensenadas donde pueden anclar. Por su forma larga y estrecha y por sus numerosos puertos, puede verse que el transporte del azúcar a la costa y desde aquí a los mercados, es un problema muy simple. En realidad puede decirse que Cuba está más favorablemente situada para remitir sus azúcares a los mercados y para recibir maquinarias y repuestos, que cualquiera otro país productor de azúcar. La distancia desde la Habana a Cayo Hueso es de 90 millas, mien- tras que la distancia desde New Yoi’k a los puertos principales es como sigue : De New York a la Habana 1,170 millas. „ „ „ „ Matanzas 1,153 „ „ „ „ „ Cárdenas 1,132 „ „ „ „ „ Bahía de Ñipe 1,220 „ „ „ „ „ Guantánamo 1,289 „ „ „ „ „ Santiago de Cuba. . . . 1,330 „ „ „ „ „ Manzanillo 1,494 „ „ „ „ „ Cienfuegos 1,646 4 La distancia a New Orleans, es de : De la Habana 601 millas. „ „ Puerto Padre 995 „ „ ,, Cárdenas 690 „ ,, „ Cienfuegos 845 „ CLIMA La caña de azúcar vegeta mejor en un clima cálido y húme- do, podiendo en verdad decirse que ella depende más de la cla- ridad del sol, del calor y de la humedad que de todos los demás factores combinados. El Sr. H. P. Baldwin, fallecido ya, de Hawaii. uno de los más observadores y prósperos hacendados en- tre un núcleo notable de sembradores de caña, manifestó en una reunión de la Asociación de Sembradores de Caña de Azúcar de Hawaii, hace algunos años, que mientras mayor experiencia ob- tenía en el cultivo de la caña de azúcar, más convencido quedaba de que la luz solar, el calor y el agua, eran los elementos esen- ciales en el desarrollo con éxito de la caña de azúcar, que las de- ficiencias en el terreno podían proveerse con la preparación, el cultivo y la fertilización ; pero que nada podía hacer las veces de la luz solar y del agua. La relación que sigue nos da el promedio de las temperatu- ras en las diferentes provincias para los años de 1906-1913, in- clusive. Las cifras para cada provincia son los promedios de varias estaciones que envían sus informes al Negociado Nacional de Meteorología. Relación de temperaturas. — (Farenheit) Provincia 1906 1907 1908 1 909 1910 1911 1912 1913 Pinar del Río 76 "i i i 1 80 78 78 Habana 76 78 80 76 77 79 78 76 Matanzas 77 77 77 / i 76 77 7H 77 Santa Clara 75 77 76 75 74 76 76 74 Camafpipy 78 — 7H 77 75 78 78 76 Oriente 76 77 76 77 77 77 80 78 5 La temperatura media, según Prinsen Geerligs, de Batavia, (Java) entre los años de 1866 y 1900 fué de 79°, la temperatura media de cuatro años, desde 1904-1907 en la Hacienda Cortavia en el Perú, fué de 69V2° y el promedio por un período de quince años, en Honolulú, Hawaii, fué de 72° a 74°. De esta relación podrá verse que las regiones azucareras de Cuba tienen una tem- peratura anual aproximadamente de 77° que es una temperatu- ra más aproximada a la de Java que a los más templados climas del Perú y Hawaii. La lluvia es más bien distribuida por igual sobre la isla, excepto en ciertas localidades en Oriente, donde está influencia- da por las altitudes montañosas. En Hawaii y Puerto Rico y en realidad en casi todas las islas tropicales, con altas cordilleras de montañas, la lluvia es muy desigualmente distribuida, depen- diendo la cantidad en cualquier localidad dada, de su relación con las cordilleras de montañas y la dirección de los vientos pre- valentes. La siguiente relación da los promedios de la precipitación en las diferentes provincias para los años de 1906 a 1913, siendo tomado el promedio de las varias estaciones en cada provincia. Relación mostrando la lluvia en pulgadas Provincia 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 Promedio General Pinar del Río 81 40 63 73 82 78 54 65 67 Habana f>7 31 45 59 62 62 55 49 53 Matanzas 73 39 55 78 57 60 50 45 57 Santa Clara 75 41 51 63 51 53 56 41 54 Camagüey 52 46 58 45 40 55 39 48 Oriente 53 33 72 49 39 37 47 39 46 Promedios 65 37 55 63 56 55 53 46 54 El promedio general de lluvia para las cinco provincias du- rante los ocho años de observación, según se indica es de 54 pul- gadas. La mayor lluvia corresponde a Pinar del Río y esto pro- bablemente obedece a que esta provincia está más expuesta o propensa a los ciclones, que vienen acompañados de aguaceros torrenciales. 6 El promedio menor de lluvia anotado es el de la provincia de Oriente, y esto es en parte debido a que la mayoría de las es- taciones anotadas están en la parte del valle de Guantánamo en donde, y con motivo de su situación con referencia a las monta- ñas circundantes, es muy ligera la lluvia. Es probable que las observaciones de todos los Centrales de esta provincia, demostra- rían una lluvia no muy lejana a la del promedio de toda la isla. La relación que tiene la lluvia a la producción del azúcar, será discutida bajo el epígrafe de la irrigación. POBLACION E INMIGRACION La producción del azúcar depende en mucho de la cantidad de braceros disponibles, y no puede ocurrir gran aumento de producción sin un correspondiente abasto de peones. El trabajo en los campos de caña es muy rudo, pudiendo sólo ser ejecutado por personas de naturaleza robustas. Además de esto, solamente determinada clase de personas quieren y pueden trabajar bajo el sol de los trópicos. La producción aumentada del azúcar y de la prosperidad que la acompaña en el país, ofrece la posibilidad de establecer otras industrias que de ella dependen, y la apertura de tiendas y otros establecimientos de carácter comercial en las poblaciones. Xo es por tanto soi'prendente que exista un cons- tante influjo de trabajadores del campo a las poblaciones, de- biendo haber un constante abastecimiento para llenar esta defi- ciencia. En la relación que sigue, se dan las cifras más autén- ticas de las poblaciones de la Isla, en diferentes períodos: Años. Población. 1817 572,363 1827 704,486 1841 1.077,624 1861 1.396.530 1877 1.509.291 1889 1.631.687 1899 1,572,727 1908 2.048,980 Las cifras exactas del número de inmigrantes, son sólo co- nocidas desde el año de 1890, y entre esa fecha y el año 1902, el promedio filé aproximadamente de 20.000 por año. Clasificado de acuerdo con las diferentes nacionalidades, la inmigración desde el año de 1902, según las estadísticas del Go- bierno, ha sido como sigue: Relación mostrando la inmigración en los años 1903 a 1915 7 1915 S2S22® a ^ r-» : -r (71 71 § i- SÍ 1914 $ 28SS||gJ5§S|g % 1 1913 j£&Íf8P§®?5S S f3 2) 2 2 s £ « £ 15 £ ~ 5 Si í¡ g § -i Si ci " =s “e§ ® 2C ~ -r £ § -T 1912 i' Si - 2 2 5o ?¡ = 51 * w gf l ss 1911 -r 35- 2r¡ Sí || Pi-ll 1 2° 1910 2 g? ¡g 5 & ® « hiChM i 11 Í & g § 2 gg ^ 1.7 71 17 s h SÍ 1909 !!H!Í“SS -V »7 71 O C: 7i t: w - -r -r Í2 Pilis! ¡ 1908 jS|ge • 71 8SE111 2 § 71 1907 S § § II s 00 k:x-- 2 2 í¡ x SÍ |g 7?* Sí iq ?! 1906 Ü $ 8 i § 55 g of r— r "*1111 -r -r || PPÍ2 71 'i¿ 71* L7 1905 71 ^ O Ci r- -.o 71 2S£^~2 -22p £ ■f ¡:- cS s¡ SS2S252 71 -P 77 71 L§ 2 1904 ^®S2"r P 22|?|£2 i- 00 1903 S § S ^ 17= LC 5 = 22 2 si |,“g|giS i7 71* AÑO Alemanes Norte Americanos Sud- Americanos Antillanos A rabes Austro-Húngaros Chinos i •: É¡ § i ‘3 *= 1 f Q ¿ Españoles Franceses Griegos Haitianos I i í ¡11 II j Mexicanos Portugueses Puertorriqueños Sirios Turcos Todos los demás Totales 8 Según ya ha sido dicho, no podrá ser demasiado enérgica- mente señalado qne el bracero es el factor limitador de la pro- ducción del azúcar, y como Cuba no recibe ni admite la inmi- gración de los chinos o de las otras razas orientales, tendrá (pie depender mayormente de lo españoles y de la inmigración anti- llana; Jamaica, Santo Domingo y Haití han suministrado una buena porción de braceros, utilizados en la producción de 1915-16, y como (pie estos braceros han resultado satisfactorios, parece (pie la industria no está en peligro inmediato por causa de una gran reducción de braceros. TIERRAS PARA LA CAÑA DE AZUCAR La mayoría de los países donde se cultiva la caña de azúcar, poseen tierras profundas y friables, pues ésta es una planta que posee raíces que alcanzan una gran profundidad y «pie se ex- tienden lateralmente a una gran distancia en busca.de nutrimen- to y de humedad. Prácticamente todos los ingenios cubanos están establecidos en tierras ricas y profundas, que poseen una gran cantidad de mantillo. Hay dos tipos principales de tierras para el cultivo de la caña de azúcar, el colorado y el negro, cuyos tipos son muy diferentes entre sí en todas las características físicas, pero que no son muy diferentes en sus capacidades productivas. Tierras coloradas. — Estas se encuentran mayormente en la parte central y occidental de Cuba, en la Habana, Matanzas y en las partes del este de Pinar del Río, pero también se encuentran, aunque en pequeñas extensiones en otras provincias. Son usual- mente tierras profundas, arcillosas, sobrepuestas a capas calcá- reas de las (pie ellas han sido derivadas por desintegración. Cuando las capas calcáreas llegan cerca de la superficie, ellas son no obstante muy ligeras. En algunas otras clases ellas son muy superficiales, con cavidades ocasionales de tierras profundas donde las capas calcáreas han sido desintegradas desigualmente. Las dos primeras láminas muestran el proceso de la for- mación de las tierras coloradas. Los árboles crecen en las cavi- dades de la tierra y ayudan al proceso de romper las capas cal- cáreas y a la formación de las tierras que de ellas proceden. Las Mostrando la desintegración de la roca calcárea y la formación de tierras coloradas. Desintegración .te las rocas de formación calcárea y formación de las tierras coloradas. 9 rocas son prominentes o puntiagudas, llenas de hoyos que repre- sentan la parte original de las capas calcáreas que han sido más afectadas por la acción de la descomposición a tra,vés del tiempo. La segunda lámina, muestra un estado más avanzado de formación de tierras. En ellas existe ya una cantidad suficien- te de tierra para el desarrollo de las cosechas, y el terreno aca- baba de ser preparado para la siembra. La caña de azúcar es fre- cuentemente sembrada en tierras de esta naturaleza, donde las áreas o extensiones son muy extensivas. Las tierras coloradas fueron, aparentemente, las favoritas de los primeros colonizadores y cultivadores, pues las más anti- guas plantaciones están en ellas situadas. Ellas son fácilmente cultivadas, su drenaje es excelente y capaces bajo el debido ma- nejo de las mismas de alta producción. Ellas son lo que en Cuba se conoce por tierras “secas”, por cuanto que ellas se secan pron- tamente después de las lluvias y durante ciertas estaciones del año sufren severamente de las sequías. Las capas calcáreas a que están superpuestas son cavernosas y porosas y el exceso de lluvias pasa prontamente por medio de la tierra superficial y se pierde en el subsuelo, o rocas subyacentes. Pueden practicarse la labranza y el cultivo de las mismas casi inmediatamente después de una fuerte lluvia. Debido a la naturaleza cavernosa de las rocas calcáreas subyacentes, no exis- ten prácticamente arroyos, excepto aquellos que nacen de las laderas de las lomas procedentes de manantiales, como ocurre frecuentemente en los países de formaciones calcáreas. Como re- gla general ellas serían beneficiadas por la irrigación, pero la escasez de arroyos y la naturaleza porosa de las tierras, lo hacen a la par que difícil, costoso. Mucha de la tierra colorada de la parte occidental de la isla ha sido agotada por un prolongado y continuo cosechar, sin el empleo de la rotación de cosechas, fertilización o de los abonos verdes. Esto puede decirse con especialidad de las tierras para el cultivo de la caña de azúcar, y no es sorprendente (pie la pro- ducción anual esté decreciendo en estas tierras y de que ellas ten- gan que ser sembradas más a menudo que anteriormente. La Relación I. da los análisis químicos de un buen número de tierras típicas coloradas. 10 Relación’ I mostrando los análisis químicos de tierras TÍPICAS COLORADAS Número del Laboratorio 323 782 796 1277 1376 1999 Materia Insolnhle. 37.39 62.46 35.02 43.98 42.00 38.79 Materia Volátil. 20.79 — 16.23 19.73 14.97 13.65 Oxido de Hierro. 12.72 11.37 13.56 14.98 13.55 44.66 Alumina. 25.39 13.96 30.16 18.80 27.00 — Manganeso. 4.22 0.11 0.28 0.13 0.10 — Cal. 0.58 0.37 1.95 0.31 0.16 0.40 Magnesia. 0.43 0.22 0.91 0.48 0.98 0.34 Potasa. 0.18 0.09 0.12 0.18 0.25 0.92 Soda. 1.06 0.37 0 38 0.10 0.30 Acido Sulfúrico. 0.24 0.19 0.23 0.07 0.10 — Acido Fosfórico 0.76 0.20 0.79 0 56 0.61 0.59 Nitrógeno. 0 28 0.17 — 0.19 0.12 0.14 Puede verse que ellas son caracterizadas por un contenido muy bajo de materia insoluble o silícea, la más baja de todas las tierras cubanas y por un alto contenido de hierro y alumina; siendo al hierro al que deben su color rojo. El contenido en cal de casi todas las tierras coloradas, — a no ser que exista una mezcla de roca calcárea, o que las capas de las rocas estén muy próximas a la superficie, — es más bien pequeño a menudo tan bajo como un décimo de uno por ciento. El por ciento de ácido fosfórico es alto, y la potasa comparada con las tierras de grande fertilidad, es algo bajo. El contenido en nitrógeno varía mucho, pero en general es más bajo que en las mejores tierras negras. Aun cuando las tierras coloradas se encuentran entre las más fáciles de cultivar, sin embargo la caña no perdura tan largo tiempo como en las tierras negras, (píe son más húmedas. Tierras negras. — Las tierras negras se encuentran en todas las regiones del país, pero especialmente en las provincias de Santa Clara. Camagüey y Oriente. Son tierras pesadas-arcillo- sas, estrechamente graneadas, de fácil consolidación y frecuen- temente de un drenaje deficiente. Por regla general están sobre- puestas a capas de rocas calcáreas fofas, llamadas “Coco”, o a Corte de ferrocarril, mostrando la formación calcárea debajo de tierra negra. 11 una roca calcárea, chira, estratificada, o a un subsuelo arcilloso con más o menos mezclas de guijarros calcáreos. La lámina, es una ilustración característica de la tierra negra y de su estrato calcáreo subyacente. En los distritos cal- cáreos de tierras negras, es usualmente hallado como estratos, algo similares a los mostrados en la fotografía. Donde el subsuelo es “coco" el drenaje subyacente es re- lativamente bueno, pues el agua puede pasar por el “coco’’, pero en la mayoría de los casos las tierras negras tienen un dre- naje deficiente. Ellas son difíciles de labrar y de mantener li- bres de yerbas adventicias, debido al rápido crecimiento de las mismas y al hecho de que esas tierras no puedan ser labradas mientras están húmedas. Estas tierras, no obstante, son muy productivas, de una casi inagotable fertilidad y son por consi- guiente preferidas por la mayoría de los plantadores de caña. Debido a sus características, los arroyos son más abundantes en los distritos de las tierras negras que en los de las tierras co- loradas. El agua subterránea empero, es mucho más difícil de obtener, y por esta razón las fábricas (ingenios) son usualmente situadas próximos a los arroyos de donde las aguas puedan ser obtenidas para los fines de los procesos de la fabricación. La relación II, da los análisis de algunas tierras negras tí- picas, que están bajo el cultivo de la caña de azúcar. Relación II. — Análisis de algunas tierras negras típicas Núm. del Laboratorio 733 739 797 982 1004 Materia Disoluble. 51.93 48.92 57.96 51.69 57.13 Materia Volátil. 9.44 10.53 12.44 15. *9 10.45 Oxido de hierro. 12 88 12.36 8.92 10.92 10. 11 Alumina. 8.05 4.43 16.34 12.88 15.79 Manganeso. 0.16 0.14 0.33 0.18 0.28 Cal. 2.09 3.64 1.76 3.46 2.08 Magnesia. 2.76 2 45 1.16 2.44 2.19 Potasa. 0 18 0.52 0.72 0.33 0.19 Soda. 0.86 0.H0 0.48 0 09 0 15 Acido sulfúrico. 0.20 0.18 u.15 0.16 0.17 Acido fosfórico. 0.24 0.15 0.47 0.73 0.72 Nitrógeno. 0.79 0 46 0.20 0.34 0.35 12 Casi todas estas tierras son caracterizadas químicamente por un alto contenido de mantillo y de todos los otros elementos nu- tritivos de las plantas. En el año de 1912-13, había 174 Centrales en la isla y de éstos 68 estaban establecidos en tierras negras, estando la mayo- ría de ellos en las provincias de Santa Clara y Oriente, mientras 26 lo estaban sobre tierras coloradas (pie mayormente se encon- traban en las provincias de la Habana, Matanzas y Santa Clara. Los otros 80 poseen tierras mixtas siendo el tipo predominante, aparte del “colorado” y del “negro”, el “mulato”, que más cer- canamente se asemeja a las tierras negras (pie a las coloradas. ESTADISTICA DE LA PRODUCCION DE AZUCAR Aún cuando la producción de azúcar en general ha aumen- tado de tiempo en tiempo, ha sido no obstante muy despropor- cionada, debido mayormente a disturbios internos, a revolucio- nes y a las sequías. Dice Porter, (Véase “Naturaleza y Propiedades de la Caña de Azúcar,” por Jorge Richardson Porter; Habana 1832, página 138) : (pie en los primeros años del siglo diez y nueve, Cuba ex- portó aproximadamente 32,200 toneladas por año, y (pie en la fecha en que escribía (1832) las exportaciones alcanzaban medio millón de cajas de 350 libras cada una (87,500 toneladas). La relación (pie sigue da la producción de azúcar desde 1850 a 1916. Los datos desde 1850 a 1898 han sido tomados de la obra de Geerligs, quien dice que solamente las cifras después de 1882, son confiables. Todas las notas son tomadas de Geerligs y la producción desde 1898 son de II. A. Himely, de la Habana. Relación III. — Producción de azúcar en Cuba, en tonela- das de 2,240 libras 1853 .... 322,000 1854 .... 374.000 1855 1856 .... 348.000 1 857 . . . . 355,000 1858 1859 1860 .... 447.000 1861 .... 466,000 1862 13 1863 507.000 1864 575,000 1865 620,000 1866 612,000 1867 597,000 1868 749.0001 Huracanes. 1869 726,000 1870 726.000 1871 547.000 1872 690,000 1S73 775,000}. Guerra de diez años. 1874 681.000 1875 718,000 1876 590.000 1877 520,000 1878 533.000 1879 670.000 1880 530.000 1881 493,764 1882 595,837 1883 460,397 Sublevaciones. 1884 553,987 1885 631.967 1886 731,723 1887 646,578 1888 656,719 1889 560,333 1890 632,368 1891 819,760 1892 976.789 1893 815,894 1894 1.054,214 1895 1.004,264 1896 225,2211 1897 212,051 i- Guerra Hispano Americana. 1898 305.543 J 1899 345,260 1900 308,543 1901 635,856 1902 850.181 1903 998,878 1904 1.040,228 1905 1.163,258 1906 1.198.749 1907 1.427,673 Tiempo favorable. 14 1908 .... 961,958 1909 .... 1.513.582 1910 . . 1.804.349 1911 .... 1.480,217 1912 .... 1.893,687 1913 .... 2.429,240 1914 1915 1916 .... 3.006,624 Para la comparación se da más adelante la producción de azúcar en 1910, de varios países. Relación comparativa de la producción de varios países produc- tores de azúcar, para el año de 1910 : Países. Producción. India . . . Cuba . . . Java. . . . Ilawaii . . . Puerto Rico Louisiana . Perú .... 2.125.300 1.804,349 1.278.420 463.000 308.000 269.431 190.000 Se verá así que la producción de Cuba en el año de 1910, era mayor que la de Java y menor solamente a la de la India. La cosecha pasada, de 1916, fue de 3,006,624. y Cuba es ahora el país mayor productor de azúcar de caña en el mundo. La caña de azúcar fué introducida en Cuba poco después del descubrimiento del Nuevo Mundo. Dícese que fué introduci- da primeramente en Santo Domingo y después se distribuyó por todas las islas occidentales, Centro y Sud América. De la in- dustria primitiva en Cuba, Geerligs dice: “Poco después del descubrimiento de Cuba por Cristóbal Colón en 1492, se introdujo la caña de azúcar. Allí halló una tierra extremadamente fértil para su desarrollo y crecimiento, pero el Gobierno Español de los siglos diez y seis y diez y siete, no permitió ninguna amplitud para la naciente industria azu- carera de Cuba. Realmente, después del transcurso de algunos años, el cultivo de la caña fué prohibido y aún después de la re- Viviendas de Trabajadores. 15 tirada de dicha prohibición han tenido los monopolios y privile- gios tal influencia restrictiva, que hasta el año de 1772 ningún progreso positivo pudo ocurrir. Despims de dicho año, no obstan- te, a todo español le era permitido fabricar azúcar, y esto pro- dujo un aumento de producción que la exportación que en el año de 1760 sólo alcanzaba a 4,392 toneladas de azúcar, llegó en 1780 aproximadamente a 12,000, y en 1790 a 14,163 toneladas de azúcar. La revolución y ruina consecuente de la industria en Santo Domingo, en 1791, fueron responsables directamente del gran ímpetu dado al crecimiento del negocio azucarero en Cuba, por cuanto que todos los países adyacentes estaban deseosos de reponer esas deficiencias. Dentro de diez años, las fábricas aumen- taron de 473 a 870 y la exportación alcanzó para los años de 1792, 1796 y 1802. a 14, 600, 24,000 y 40,800 toneladas, respec- tivamente. Debido a las condiciones desfavorables de los asuntos en Europa durante los primeros años del siglo diez y nueve, Cuba, como casi todos los demás países productores de azúcar, sufrió considerablemente, pero después de la derrota de Napo- león y de restablecido el intercurso comercial anterior, la indus- tria azucarera de Cuba pudo expansionarse nuevamente. Duran- te los años de 1826-1836, las exportaciones de azúcar de todas las islas del Mar Caribe combinadas, alcanzaron de 270,000 a 350,000 toneladas de las cuales de 80,000 a 170,000 toneladas fueron producidas por las colonias inglesas, mientras que las colonias españolas y francesas produjeron el resto”. La industria azucarera ha sido en Cuba, como en casi todos los demás países, dependiente del abastecimiento de braceros, y ha sido directamente responsable no solamente en Cuba, sino que en todas las indias occidentales de la amplia introducción de es- clavos para el trabajo de los campos de caña. Esta baratez en los braceros, ha sido responsable del establecimiento de un sis- tema de producción en el cual la maquinaria para el cultivo ha tenido muy poca utilización. Esto es notablemente observado en Puerto Rico, donde la tierra, aun en nuestros días, es tirada en bancos de 12 a 14 pies de ancho, separados por zanjas cui- dadosamente preparadas, en las que se siembra la caña en hoyos hechos a mano por los braceros ; y en las Barbadas, donde se nos dice, todo el roturamiento de la tierra y el cultivo, se hace aún manualmente. En Cuba, debido a la reciente escasez y al alto costo de los braceros, los procesos están sufriendo cambios para adaptarse a las condiciones existentes. 16 Al principio se fabricaba el azúcar en muchísimos trapiches pequeños, pero con el mejoramiento de la maquinaria y de los procesos de fabricación, que requieren un buen monto en capi- tal, los pequeños trapiches han ido gradualmente desapareciendo. Dícese que la cosecha de 1870. que alcanzó la suma de 610.300 toneladas, fue realizada por 1.200 trapiches, lo que hace un ren- dimiento medio de 500 toneladas o sean unos 3.500 sacos. La siguiente relación mostrará el número de trapiches o in- genios en actividad, el producto total en toneladas y la produc- ción media por trapiches desde 1902 a 1916. Relación IV. — Mostrando el número de trapiches, produc- ción TOTAL Y PROMEDIO POR TRAPICHES AÑO TRAPICHES ES ACTIVIDAD PRODUCCION TOTAL PRODUCCION MEDIA POR TRAPICHE 1902 168 850,181 5,060 1 903 171 998.873 5,842 1904 174 1.040,228 5.978 1905 179 1.163,258 6.499 1906 171 1.198,749 6,623 1907 186 1,427,673 7,676 1908 169 961,958 5,692 1909 170 1,513.582 8,903 1910 170 1,804,309 10.614 1911 168 1,480,217 8,811 191-2 171 1.893.687 11.074 1913 170 2,429.240 14.289 1914 177 2,596,567 14,670 1915 176 2.582,845 14,675 1916 188 3.006,624 15,993 Se verá que la producción por ingenio o trapiche ha subido de 5.060 toneladas, en 1902 a 15.993 toneladas en 1916. En ge- neral. la tendencia es aumentar la capacidad más bien que el número de ingenios. La época de los pequeños trapiches y de los propietarios con pequeños capitales pertenece al pasado, y el montante de los negocios azucareros, estará en lo adelante en manos de los grandes capitalistas. La siembra de la caña de azúcar y la fabricación de ésta, tendió en casi todo el mundo a establecerse sobre grandes fundos, donde la mano de obra es abundante, dependiente y esclava. Es una obra que requiere grandes extensiones y grandes ca- 17 pítales tanto para la producción de la caña de azúcar como para su elaboración. La industria en la mayoría de los países fue fundada duran- te la esclavitud y mediante el trabajo de éstos, y no es sorpren- dente que ella resultase en la acumulación de grandes haciendas en las cuales había una gran población de que ellas dependían. De este modo se estableció la industria en Cuba, Jamaica, Puerto Rico, Barbadas, Louisiana y otros países. Al principio los dueños de estas haciendas cosechaban sus cañas por el trabajo de los es- clavos únicamente y después de la abolición de la esclavitud por jornaleros. Con el advenimiento de los grandes ingenios o cen- trales modernos han ocurrido dos cambios prominentes ; la aso- ciación de varios individuos para formar compañías en (pie la responsabilidad financiera individual quedaba dividida, y el cul- tivo de la caña por agricultores individualmente. Mientras que hasta el presente quizá la mayoría de los ingenios cubanos están aun en manos de individualidades, prácticamente todas las ha- ciendas nuevas son desarrolladas por compañías y el cultivo de la caña por agricultores individuales o colonos, se realiza en ma- yor -extensión que quizá en ningún otro país productor de azúcar. Hasta aquellos ingenios que poseen sus propias tierras han encontrado ventajoso dividirlas en secciones separadas y ce- derlas a quienes deseen cultivarlas. El cultivador es retribuido por una cantidad dada de azúcar por cada tonelada de caña en- tregada al trapiche, o una suma de dinero equivalente al valor del azúcar al tiempo de su entrega. De esta manera tanto el cul- tivador como el manufacturero, obtienen una parte proporcio- nal de las ganancias a dividir de una alza en el precio del azú- car, y a compartir en las pérdidas por las bajas en el precio. El cultivador usualmente recibe en azúcar o su equivalente 5 ó 6 por ciento del peso de la caña entregada en el ingenio. Así en cada una tonelada de caña recibe 100 o 120 libras de azúcar, que si el azúcar se vende a 3 centavos por libra, alcanza de $3.00 a $3.60 por tonelada de caña. El propietario de un ingenio ade- lanta de tiempo en tiempo cierta cantidad de dinero al cultiva- dor que le permite proveerse de sus necesidades y pagar a sus jornaleros. Ni aun aquellas haciendas que cultivan su propia caña emplean jornaleros, sino que hacen las diferentes opera- ciones bajo contratos, o las dan a un número de trabajadores juntamente asociados. Así el roturamiento de la tierra, siembra de la caña, des- yerbado, cultivo y cosecha, son todas operaciones que se hacen bajo contratos. En algunos casos, la limpieza del terreno, siem- bra y cultivo de la caña, hasta que está lista para ser cosechada, 18 se da todo bajo un sólo contrato, la base del cual es el área que se ha de cultivar más bien que el peso de la caña producida. Se ha comprobado que este es el método más eficiente y económico de utilizar la cantidad relativamente pequeña disponible de braceros. Durante los años de 1912-1913. la cantidad de tierra bajo cultivo de la caña de azúcar era de 40.412 caballerías, o sean 1.347.067 acres, de los cuales los centrales cultivaron o refraccio- naron 22.739 caballerías o unas 757.967 aeres; 17,673 caballerías o 589.100 acres, fueron cultivadas por colonos independientes. Puede así verse que los fabricantes de azúcar cultivaron o refrac- cionaron la mayor parte de la cosecha, pero también la mayor parte de ésta es cultivada por colonos que recibieron ayuda de los fabricantes. Las nuevas plantaciones dependen casi enteramente de los colonos para obtener el abastecimiento de sus cañas y muy pocos de ellos entran directamente en el cultivo de la caña de azúcar, por administración. VARIEDADES DE LA CAÑA DE AZUCAR La Cristalina es la principal caña que se siembra en Cuba. El Sr. Xoel Dccrr. manifiesta que esta caña es la ‘‘Rose Bamboo" de Hawaii. y la “Blanca Transparente” de las Indias OcciiDn- tales. Hace quince años se sembraba la “Rose Bamboo” profu- samente en Hawai i. particularmente en las “tierras altas”, pero lia sido mayormente suplantada por las de otras variedades. El color varía de ceniciento a un color avinado ligero, notándose a menudo ambas variaciones en la misma caña. Es una caña de canutos largos y no es muy grande rendidora. Es no obstante muy dulce, con jugo de alta pureza. Retoña bien, cualidad ésta que agrada al hacendado cubano, y es resistente a los efectos de las sequías, enfermedades e insectos. La (pie sigue en importancia es la Otaite o “Caña Blanca” y la Cinta. La primera fué al principio muy extensamente sem- brada, especialmente en las tierras vírgenes, pero en años recien- tes ha sido grandemente sustituida por la Cristalina. Bajo con- diciones favorables de clima y suelo, ella produce un gran tone- laje de caña, dulce, pero, al igual que en otros países, es propensa a los ataques de las enfermedades y no retoña bien. Es apropia- da solamente para las tierras nuevas y frescas o donde exista agua para el regadío, no siendo resistentes ni a los malos efec- tos de las tierras pobres ni a los de las sequías. 19 La caña “Cinta” es cultivada muy extensamente en la parte occidental de la isla. En sus hábitos de crecimiento y por su com- posición, es muy parecida a la Cristalina, pero esta última está ocupando su lugar gradualmente. Además de éstas existen otras variedades muy numerosas, cultivadas en extensiones restringidas, especialmente en la pro- vincia de Oriente, pero ninguna lia resultado ser de mérito sufi- ciente para sustituir a la Cristalina. De entre 176 plantaciones de que poseemos datos relativos a las variedades de cañas, 124 siembran Cristalina exclusivamente. 2 siembran Otaite y 48 siembran Cristalina y algunas otras va- riedades, principalmente la Cinta. Un gran número de variedades de caña han sido desarrolla- das por varios años en la Estación Experimental Agronómica, cañas típicas (Standard) de otros países y simientes de cañas de Barbadas y Demerara. Entre las cañas más sobresalientes de las que hasta ahora lian sido ensayadas, están : Barbada 208, Deme- rara número 76, 247 y 604, todas las que producen un jugo dulce y retoñan bien. El desarrollo de las cañas de semillas o simientes de caña, fué comenzado en esta Estación el año de 1915, habiéndose lo- grado varios cientos de simientes en la primera estación. Este es el primer ensayo que el Gobierno lia realizado para producir nuevas variedades y es aún muy temprano para predecir qué éxito será obtenido. En la Habana y próximo a ella, los meses de Enero y Febrero son más bien fríos, especialmente durante las noches, y esto, juntamente con los cambios de clima, es dañino para las plantas tiernas. Además las simientes de la caña no son muy fértiles en esta parte de la isla, siendo por consecuencia el por ciento de germinación pequeño y la pérdida de las plantas tiernas crecida, por consiguiente se realizan estos trabajos con dificultad considerable. En la Estación Experimental de Har- vard, el Sr. E. Atkins y en el Central “'Soledad”, cerca de Cien- fuegos, el Sr. Robert Grey, se ha estado ocupando de la produc- ción de la caña por semillas durante varios años. Han obtenido éxito en sus trabajos, y poseen algunas variedades de caña de un alto contenido de sucrosa y aparentemente de buenas condiciones para el campo y para la fabricación, pero no ha sido aun defini- tivamente comprobado si algunas de las nuevas variedades son iguales a, o superiores, a la Cristalina. Considerando lo hasta ahora realizado en otros países azuca- reros. obteniendo simientes de cañas de buenas cualidades y ade- 20 cuadas a las condiciones locales, juzgo que si esto se siguiere consistentemente por un número determinado de años, beneficia- ría grandemente a la industria azucarera cubana. Las simien- tes de caña producidas en Demerara y Barbadas, lian salvado, en gran parte, la industria azucarera de Demerara y de las In- dias Occidentales Británicas. La Otaite fué por mucho tiempo la principal caña de esos países, pero con el agotamiento de las tierras y con el aumento de las plagas de insectos y las enferme- dades de las raíces, cesó de dar rendimientos remunerativos. Esta caña ha sido suplantada por la Blanca Transparente y por simientes producida en la Estación experimental, y la industria, ayudada aun más, por el cultivo científico, fertilización y métodos más eficientes para dominar las plagas de insectos y las enfer- medades, ha sido colocada bajo bases mucho mejores. La caña Otaite ha mostrado también señales de las mismas deterioraciones en Puerto Rico, y ésta al igual que la Cinta que antes eran extensivamente cultivadas, se están suplantando por la Cristalina y otras variedades de simientes más resistentes. En Java, la industria azucarera ha pasado por fases idénti- cas. En 1884. y de acuerdo con lo que nos dice Prinsen Geerligs. se notó allí una enfermedad llamada “Sereh". en la parte occi- dental de la isla y se extendió hacia el Este ocasionando una dis- minución considerable en la producción del azúcar. Con el au- xilio de las estaciones agronómicas que fueron establecidas, se obtuvieron variedades de caña de todo las partes del mundo de (pie se pudo con el fin de encontrar una variedad o variedades (pie pudieran resistir a la enfermedad, y que poseyesen las mis- mas buenas cualidades que la Cheribon Xegra, que fué en aque- lla época la caña principalmente cultivada. Entre las variedades importadas se hallaron algunas comparativamente inmunes. Se produjeron también nuevas simientes en la Estación Expe- rimental. que no eran susceptibles a la enfermedad “ sereh las (pie dieron buen tonelaje en caña y buen rendimiento en azúcar. “Estas clases después de ser obtenidas de semilla fueron propa- gadas por canutos y son ahora reproducidas en todos los caña- verales. El desarrollo de nuevas variedades está aun progresan- do y hasta en esta época en Java hay muchísimas variedades de cañas, que han ido suplantando gradualmente a la antigua caña Cheribon (Véase “The World ’s Cañe Silgar Industry, Past & Present”, por Prinsen Geerligs. página 126). La misma auto- ridad nos dice que debido a las variedades mejoradas, al trata- 21 miento racional, fertilización de los campos y buena administra- ción, aumentó la producción de la caña de 27.108 toneladas lar- gas por acre en 1893, a 41.945 toneladas en 1910-11. En Hawaii, por el año de 1900 la caña Laliaina, que es idéntica a la Borbon u Otaite de las Indias Occidentales, comen- zaron a mostrar evidencias de enfermedades y en el curso de unos cuantos años fracasó por completo su cultivo en la isla. De no haberse encontrado nuevas variedades, un regular núme- ro de plantaciones de esa isla hubieran tenido probable y for- zosamente que ser abandonadas. Las manifestaciones que si- guen tomadas de “The Relation of Applied Science to Silgar Production in Hawaii”, mostrará el valor de las nuevas varie- dades : “En años recientes las plantaciones de Hawaii han dedicado su atención preferente a tres variedades de caña de azúcar. La Rose Bamboo, la Lahaina y la Caledonia Amarilla. Hoy la Rose Bamboo ha sido mayormente descartada, mucho menos extensión es dedicada a la Lahaina que lo era anteriormente, sembrándose mayores extensiones de la Caledonia Amarilla (pie en cualquier época desde su aparición en las islas; habiendo un número re- gular de nuevas variedades que se están ensayando y en algunos casos gradualmente extendiéndose. En cuanto a extensión la Caledonia Amarilla es más extensamente cultivada que ninguna otra variedad, acreditándosele más de 116.000 acres para las cosechas de los años de 1914 y 1915, contra 75,000 acres para la Lahaina ’ ’. Continúa el informe diciendo que la extensión ocupada por la D. 1135 es de 4,194 acres, mientras que la D. 117 y la Bamboo Amarilla fueron sembradas en extensiones que no excedían a 1,000 acres cada una. La principal simiente producida por la Estación Experimen- tal de Hawaii, aun se siembra experimentalmente, pero la ex- tensión a ella dedicada, está aumentando rápidamente, esta ex- tensión es de 42 acres en 1913, 290 acres en 1914 y 423 acres en 1915. El Negociado de Estaciones Agronómicas de Queensland. Australia, fué establecido hace diez y siete años, y ha importado muchas variedades de caña, y simientes de caña ; y el informe del año de 1915 dice que desde 1899 a 1914 el número de tone- ladas de caña que se requería para hacer una tonelada de azúcar lia mostrado un continuo decaimiento. En 1899 se requirieron 22 9.8 toneladas de caña para hacer una de azúcar, mientras (pie en 1914 se requerían 8.5 toneladas, o sea un rendimiento en el año anterior de 10.2 por ciento y 11.8 por ciento en el último, y este aumento en rendimiento se atribuye a mejores variedades que lian ido gradualmente sustituyendo a las anteriormente cul- tivadas. Los hechos arriba citados, se exponen para demostrar que la mayoría de los países productores de azúcar, han encontrado necesario importar nuevas variedades de caña de tiempo en tiem- po, para que ocupen el lugar de las antiguas variedades que no eran ya remunerativas debido a las enfermedades, empobreci- miento de la tierra, y a otras circunstancias desfavorables, y que en muchos casos el mayor éxito ha seguido a la producción expe- rimental de simientes. La Cristalina es una caña excelente para las condiciones de Cuba, ella retoña muchos años, produce un regular tonelaje y da un rico jugo, pero no poseemos segurida- des de (pie ella n,o siga el mismo curso que otras excelentes cañas de otros países, ni tan siquiera de que algunas otras cañas, en el momento presente, pudieran ser producidas por ser más remu- nerativas. Aparentemente, sería muy sabio por parte del Gobier- no y de los hacendados estimular el desarrollo y el ensayo de variedades exóticas y de simientes de producción local, de modo que estuviéramos listos con variedades fuertes y resistentes para el caso de que las cañas de Cuba, fracasaran como ellas lo han hecho en otros países. Los límites de la composición de las cañas, individualmente o por sí mismas, es estimado por Noel Deer, como sigue : Agua 69 a 75 por ciento; Sacarosa 7 a 20 por ciento, azú- cares reductores 0 a 2 por ciento, fibra 8 a 16 por ciento, ceniza .3 a .8 por ciento; sólidos orgánicos no azúcares .5 a .1 por ciento. El análisis de Payen, de la caña madurada desarrollada en Mauricios, según lo da en “Sugar Cañe” de Stnbbs, página 80 es como sigue : COMPOSICION DE LA PLANTA DE LA CAÑA Agua Sucrosa Fibra Materia Nitrogenada Materia resinosa, Grasa y colorante. . Cenizas 71.04% 18.02% 9.56% 0.55% 0.35% 0.48% 23 La planta de la caña tomada en toda su integridad, (tallos y hojas tiene aproximadamente la misma composición según el mismo químico. Agua 75.00 % Sucrosa 15.00 % Fibra 9.445% Potasa 0.086% Acido Fosfórico 0.031% Magnesia 0.040% Cal 0.041% Silice, etc 0.264% Nitrógeno 0.090% El por ciento de azúcar, fibra, etc., varía muy considerable- mente con las variedades, con los países donde ellas se cultivan y aún la misma caña varía según la tierra en que se cultiva, y el tratamiento que ella recibe. La siguiente relación da el Brix, sucrosa y pureza de las cañas de azúcar más corrientes, juntamente con algunas de si- miente que han sido cultivadas por algunos años en esta Esta- ción. dando las cifras el promedio de varias cosechas: VARIEDAD BRIX SUCROSA PUREZA Cristalina 18.63 17.10 91.8 Otaite 20.33 17.70 87.1 Cinta 20.05 18.6 90.7 Morada 19.4 15,5 79.9 Barbadas 2fts 19.89 17.23 86 6 17.", 3 17.9 17.0 95.0 247 17.1 16.3 95.3 Demorara 604 18.3 15 9 86.9 Las cifras arriba dadas son de análisis de cañas maduras, cultivadas solamente en escala experimental, y no deben ser to- madas como representativas de cañas cultivadas en gran escala. Las cifras que siguen tomadas del Informe de la Estación Experimental de la Asociación de Productores de Azúcar de Ha- waii, del año 1902, son incluidas como suplementaria ilustración de la variada composición de las diferentes variedades: VARIEDAD FIBRA EX LA CAÑA SUCROSA EX LA CAÑA PUREZA DEL JUGO Demerara Xúm. 74 il 07 14.14 86.98 ( )t?ii t** 10.00 11 1(¡ *28 Sal ancore 1 1 , 37 13.65 87 15 Bambeo Blanca 11.93 15.41 87.15 En países como el de Louisiana. donde la estación de la cose- dla es muy breve y la caña es cortada o segada no estando aun madura, no solamente es el contenido de azúcar menor, sino que la pureza del jugo es muy inferior al de las cañas desarrolladas en países tropicales, donde la estación para la cosecha es mucho mayor y las condiciones prevalentes más adecuadas. Allí la esta- ción de la siega, a menudo abre con una pureza de un poco más de 70 y raramente alcanza un promedio de £0. La caña de azú- car en el Perú, por otra parte tiene un contenido mayor en fibra, debido a sn larga estación de crecimiento, pero el jugo es excep- cionalmente rico en azúcar. 15 por ciento de fibra 20 brix. y 90 de pureza, que es muy corriente. Durante el año de 1912-13. el promedio de todas las plantaciones de Cuba, fué como sigue: PROVINCIA AZUCAR EX LA CAÑA AZOCAR EN EL JICO CEREZA DEL JUGO Finar del li o 13 51 15.78 87.88 Habana 14 (¡4 15.73 86.41 Matanzas 14.08 16.25 85.55 Santa Clara 15.1 17 4 89 0 Caninjtüi-v 13 9 15.77 84.0 Oí ¡ente 13.77 15.58 83.43 Promedio en Cuba 14.17 16.08 86.04 SIEMBRA Tierras Vírgenes. — La preparación de la tierra virgen para la siembra de la caña, y la siembra de la misma en Cuba es asun- to muy sencillo, aunque a menudo puede ser muy costoso. Como regla general la tierra virgen está densamente arbolada, siendo lo primero el corte de estos bosques y la operación de quemarlos. Al cortarse las maderas se procura apilarlas tanto cuanto es po- sible. para simplificar las operaciones subsecuentes. Las maderas de algún valor, cuando los bosques están cercanos a algún Bosque Virgen. Tierra virgen, preparándose para la siembra. Tierra virgen, lista para la siembra. Nótese las cenizas que han quedado después de la quema. Tierra virgen sembrada ya de caña. Apariencia de un campo después de ser cosechado varios años. La caña acaba de ser cortada de este campo. 25 ferrocarril, son transportados y vendidos para postes de cercas, traviesas de ferrocarril, etc., pero en ningún caso se hace el intento para conservar las maderas, qne se queman todas con lus árboles pequeños, gajos y hojas. Antes de quemarse se cor- tan partes de las maderas más pequeñas y se apilan con las más grandes para facilitar la combustión de las mismas. El bosque tumbado, se quema durante la estación de la seca que es usualmente la última parte del invierno y los primeros me- ses de la primavera Ningún intento es realizado para quemar las cepas y tron- cos de los grandes árboles, y por consiguiente cualquiera prepa- ración del terreno por el arado, es imposible. La caña se siem- bra entre las cepas y las maderas no quemadas, abriéndose pe- queños hoyos a distancias de ocho a diez pies unos de otros, en los que se colocan uno o dos pedazos de caña, que contienen tres o cuatro yemas, cubriéndose ligeramente con tierra. En ocasiones el hoyo se hace con una barra de hierro impulsada hacia un lado en la tierra, a una profundidad de tres a cuatro pulgadas, dentro de este hoyo se coloca una caña, que después se corta a la altura de la superficie de la tierra y luego se aprieta la tierra con el pie. Esto parecerá al que estos asuntos no le sean familiares, un método muy rudo para sembrar y no obstante, si la tierra es rica el primer corte de la cosecha rendirá de 80,000 a 100,000 arrobas de caña por caballería, unas 30 a 38 toneladas por acre, y producirán con muy poco costo para desyerbar, buenas cose- chas de diez a veinte años. ROTURAMIENTO DE LA TIERRA Después que el rendimiento de la tierra se hace tan exiguo, que cesa ya de ser remunerativo, se queman las hojas de las ca- ñas y los desechos, y muchas de las cepas y troncos de árboles, que ya están viejas y secos, se queman a menudo completamente sin dificultad especial ; pero cuando se estima que las grandes cepas no han de ser destruidas, se cubren con desechos de la caña y madera, antes de ser quemadas. En estas condiciones la destrucción de todo cuanto pueda evitar la preparación de la tie- rra para la siembra es realizado, con excepción de las raíces y de algunas cepas de los árboles de maderas duras. La siembra de esta tierra con arados corrientes, impulsados por ¡bueyes, es no obstante muy difícil, debido a las raíces que quedan en el te- rreno. El arar el terreno de modo completo es por lo tanto im- posible. Las raíces sin embargo, se pudren y en el curso de unos 26 años o bien para la época en que el campo es sembrado por ter- cera vez, ya está comparativamente libres de ellas. Los centrales “Boston” y “Preston”, están usando el equi- po-arado a vapor, de la Compañía Fowler (Fovier Steam Plow Co., Leeds, England), para el roturamiento de la tierra pa- ra la segunda siembra. Ellos utilizan un arado de sub-suelo, que es impulsado hacia delante y detrás, entre las dos máquinas para romper las raíces y troncones y para levantar hacia la superficie las piedras grandes. El aparato tiene cinco arados de subsuelo, estrechos y muy fuertes, que entran en la tierra a una profundidad de 15 pulgadas y rompen las raíces. En los citados centrales la tierra es roturada en el subsue- lo. cruzada con el mismo aparato y después gradada, encontrán- dose terminada para la siembra. Con este objeto se alinea una cuerda marcada a través del campo, abriéndose hoyos con una azada cada seis o siete pies, dividiéndose así el campo en cuadras, y dos trozos conteniendo cada lino tres o cuatro yemas son colo- cados en los hoyos cubriéndose ligeramente con tierra. Dicese (pie el roturamiento (knifing), cruzado transversal- mente y gradado del subsuelo juntamente con la limpieza del terreno de raíces y troncones puede hacerse de $11 a $18 por acre. El roturamiento del suelo y subsuelo no puede tomar el lugar de la aratura del mismo, pues no rotura la tierra tan com- pletamente ni la voltea del interior para su exposición al sol y a las lluvias. Donde interviene suficientemente el tiempo entre la preparación de la tierra y la siembra, para (pie haya lugar a una completa descomposición del subsuelo, que pueda ser voltea- do a la superficie, se ara la tierra, de lo contrario la preparación cesa con los procesos precisamente descritos. En general la preparación para las siembras de las tierras cansadas no ha obtenido en Cuba la atención que el asunto mere- ce. En tierras (pie por naturaleza son profundas, han sido ara- das. muy superficialmente no excediendo de cuatro a cinco pul- gadas. El arado cubano o “Criollo” no se usa para sembrar las tierras de caña, excepto en muy pocos casos, y en ellos solamente cuando la extensión del terreno sembrada por el agricultor es pequeña. El arado generalmente usado es el arado americano de vertedera, tirado por cuatro o seis bueyes. Es fácil de trabajar y produce resultados bastantes regulares, excepto (pie no penetra a una profundidad suficiente. La tierra es usualmente arada, luego cruzada y gradada, estando ya terminada para surcarla. Esto último es ejecutado con un arado de doble vertedera Un desarrollo normal de raíces de la caña blanca y Caledonia. Caña en bu ena tierra. Cortesía de la Estación Experimental de los Productores de Azúcar de Hawaii. Máquina zanjeadora de Fowler. Zanja abierta por un zanjeador de Fowler. 27 tirado por dos o cuatro 'bueyes, que abren un siuvo superficial eu el cual sin otra preparación, se siembra la caña. Probablemente la crítica más esencial de los métodos cuba- nos para el cultivo de la caña de azúcar, debe ser dirigida contra la preparación del terreno y de su siembra superficial. El autor quedó convencido desde su primera experiencia en Cuba, en el año de 1906, que el arado a vapor, o de fuerza motriz, constituiría la primera y la mayor mejora en la industria azuca- rera, y de que su introducción no sólo sería un éxito, sino que tam- bién cambiaría los métodos de cultivo en considerable extensión. Se han realizado un número de ensayos anterior a esa época para el uso de los arados tirados por cables, pero los resultados no fueron muy estimulantes o alentadores. La principal razón de esto probablemente fué debida a que la operación de los costosos equipos fueron dejados en manos inexpertas, la maquinaria, por consiguiente, no fué apropiada- mente cuidada, y las piezas rotas no pudieron ser fácilmente re- puestas. Con el ímpetu inmenso dado a la industria mientras tanto, el asunto ha surgido nuevamente con considerable éxito, pudiendo decirse ahora que arar mecánicamente es un éxito in- dubitable que está ganando rápidamente en el favor público. Los primeros equipos fueron naturalmente los arados tirados por ca- bles, por haber sido ya usados con tan señalado buen éxito en Hawaii, Perú y otros países productores de azúcar. Dícese que en Hawaii solamente se ha invertido como un millón de pesos en este arado. Existen ya unos cuantos arados “Eowler” en las mayores plantaciones de Cuba. Son máquinas fuertes y pesadas bien adaptadas para arar en profundidades y arar en tierras arci- llosas, etc. El equipo puede ser usado para arrancar las cepas o tocones, limpiar el terreno de raíces y piedras y en hacer zanjas. El arado “Eowler”, es muy costoso, importando unos fií25, 000-00, montados en las fincas, y requiere unos cuantos hom- bres para ser operado, cargar el agua, carbón, etc., y atender a la maquinaria. Esto ha militado en contra de su uso general en Cuba, donde tanta parte de la caña es cultivada por agricultores independien- tes de los Centrales. Existe la demanda para un equipo más ligero y menos costoso, y esta demanda es posible que sea llena- da por el tractor. Ambos tipos, el de fricción y el de estera (Ca- terpillar), son usados. Ya existen varios fabricantes de tractores y arados y al tiem- 28 ]H> de escribirse este boletín, habrá probablemente unos cien en uso en ¡a Isla. Los tractores llevan ambos arados el de vertedera y el de discos, siendo el último el favorito en las tierras colora- das y el primero siendo probablemente preferido en las tierras negras porque ellos entran y permanecen en las tierras duras mejor «pie el de discos. Cuando el último es usado para el rotu- ra-miento de tierras de pastos antiguos, ddbe sopreponérsele su- ficiente peso para hacerlo entrar y permanecer en la tierra. Varios modelos de tractores y arados usados con éxito en los Estados Unidos han fracasado en Cuba, por ser muy débiles para practicar el trabajo de ellos requeridos. Puede decirse que generalmente ha fracasado en Cuba más maquinaria agrícola por ésta que por otra razón cualquiera. El costo de romper la tierra varía mucho, de acuerdo con la clase de tierra y la pro- fundidad a (pie se rotura la misma. Las siguientes cifras son probablemente representativas del trabajo en general del tractor y fueron obtenidas en un ensayo práctico. Costo de roturar la tierra de 8 a 10 pulgadas, inclu- yendo reparaciones y detenciones, por caballería, $ 123-40 Costo total, excluyendo reparaciones, por caballería. 112-24 Costo, pero excluyendo reparaciones y tiempo perdido 106-40 El costo diario de hacer funcionar el “Twin City con dos secciones de 4 discos de 26 pulgadas cada uno, y (pie nos ha sido eortésmente dado por el Sr. C. W. Rernson. es como sigue: 3 hombres $ 7-00 7 galones de alcohol por hora . . . 11-20 Aceite 1-00 Total * 19-20 El equipo ara diez acres por día, si no ocurren detenciones prolongadas. El alcohol es mucho más caro en el momento ac- tual que cuando estas cifras fueron obtenidas y ahora las máqui- nas son utilizadas con gasolina. Es prudente decir (pie arar con un tractor cuesta de $100-00 a $125-00 por caballería, y a este rosto es más barato que un trabajo similar con bueyes, siendo los resultados superiores. Existen todas las razones para adoptar el arado de fuerza mecánica en todas las regiones antiguas en el cultivo de la caña de azúcar. Las tierras están depauperadas, y la tierra de la su- Arando con el “Twiin City 40”. 5° Arado de discos tirado por el tractor. Arando con los tractores y discos, de Hart, Parr Co., Charles City, Iowa. 29 perficie ha sido por tanto tiempo cultivada, sin alteración alguna en la cosecha que prontamente se están esquilmando. La caña de azúcar necesita de un suelo preparado a profundidad para su mejor desarrollo, y las tierras coloradas, que no tienen subsuelo en el sentido corriente de la expresión, no pueden dañarse por el cultivo profundo. El drenaje de estas tierras es tan perfecto, que en ellas se puede trabajar en cualquier época del año y no hay dificultad esencial alguna en mover maquinaria pesada so- bre sus campos. Hay otra razón muy potente para la preparación profun- dizada de la tierra, y es una que usualmente no es considerada. La caña es generalmente sembrada en el Otoño y después ocurre en varios meses, de Enero a Abril inclusive, tiempo muy seco, durante el cual la caña sufre de modo muy severo de las sequías. Ahora bien, es un hecho de todo el mundo muy conocido, que las tierras aradas absorben más agua que las no aradas, y que mientras más profundamente sean aradas, mayor será la canti- dad de agua absorbida, y que luego será aprovechada por las cañas tiernas. El efecto de la roturación y pulverización de la tierra, fué señaladamente mostrado en algunos ensayos recientemente veri- ficados por el autor en la Estación Experimental de la Asocia- ción de productores de Azúcar de Puerto Rico. Una tierra eolo rada arcillosa y una loam arcillosa, en las que crecía la caña de azúcar, fueron saturadas con agua en su estado natural en el campo, y determinado el por ciento de humedad. Se llevaron muestras de estas tierras al Laboratorio, se deshicieron parcial- mente. se saturaron de agua y se determinó de nuevo el por cien- to de humedad, con los siguientes resultados: Pon CIENTO DE AGUA ABSORBIDA Colorada-Arcillosa Loam-Arcillcsa Suelo Subsuelo Suelo Sub-suelo Tietra pulverizada 65.0 63. 1 5*2 H 59.5 Tierra compacta en el campo 41. r, 40.6 37 7 35.2 Ganada por la pulverización 23.4 22.5 15.1 24.3 Vemos, pues, que por haber roturado la tierra, pudo absor- ber más de 20 por ciento de humedad que la que contenía cuan- do saturada en su estado original. -Esto alcanza a más de 150,000 guiones de agua en un acre a la profundidad de dos pies, lo que es equivalente a más de cinco pulgadas de lluvia. De esta ma- nera se podrá ver fácilmente cine la roturación profunda y per- fecta de la tierra en el Otoño, antes de sembrarse y antes que cesen las lluvias, le permitirá absorber una enorme cantidad de agua, que le será muy necesaria durante la próxima estación de la seca. El efecto de arar la tierra sobre la cantidad de agua absor- bida por la misma, se muestra por la relativa cantidad de agua que se escurre después de un fuerte aguacero. Es solamente des- pués de muy fuertes aguaceros que el agua se escapa en cantidad considerable de un campo (pie esté bien arado, mientras que ella comienza a escurrir de una tierra compacta, tan pronto como la lluvia comienza a caer. Este es el principio fundamental del lla- mado “Cultivo de Secano” en la parte occidental de los Estados Unidos, en (pie la lluvia de un año es conservada mediante la operación de arar profundamente la tierra y labrarla superficial- mente para (pie la utilice la cosecha del año siguiente. La casi constante ocurrencia de las estaciones secas en Cuba, nos induce a creer que los principios del “Cultivo de Secano” serían también aplicables aquí. Con el continuo desarrollo de la industria azucarera, ven- drá una escasez consecuente de tierras para pastos, o bien las tierras para el cultivo de la caña de azúcar serían muy costosas para pastar el ganado bajo el sistema actual; la mano de obra es más cara cada día y se prevée que este factor será uno de los (pie mayormente limiten la producción del azúcar. Todas estas indicaciones nos señalan el uso de la maquinaria en todas las operaciones agrícolas posibles y especialmente en la preparación de las tierras para el cultivo de la caña. Hay otra razón quizás más poderosa que las ya mencionadas. Los ingenios lian sido mejorados a tal grado (pie ellos son quizás iguales a los que se pueden encontrar en cualquier país y los procesos de la elabora- ción nada dejan (pie desear. Be ha empleado una gran cantidad de dinero en perfeccionar la parte de la fabricación y los mejo- res talentos lian sido empleados en esta rama de la industria. Pero después de todo, el azúcar se hace en el campo, y el próximo paso máximo a ejecutar tiene (pie ser dado en la parte cultural. Nada le es a un fabricante emplear $100, 000 en mejorar su fá- brica de modo tal (pie le permita obtener :} por ciento más de rendimiento, pero dudará mucho tiempo antes de invertir la mitad de esa cantidad en el campo, (pie puede fácilmente resul- tarle en un 10 por ciento de aumento en el rendimiento. Hasta ahora las operaciones del cultivo han esperado por los resultados de las del trapiche, y las operaciones de la siembra no podían realizarse durante la estación de la siega, por cuanto que todos los bueyes y hombres son necesitados para la cosecha de la caña y la elaboración del azúcar. Como una de las consecuencias, son posibles muy pocas siembras de primavera y usualmente son rea- lizados más bien con atraso en la estación, para asegurar una buena cosecha el primer año. Con los arados mecánicos la tierra puede ser preparada en cualquiera estación del año con muy pocos inconvenientes para los otros trabajos en ejecución. Con la preparación superficial tan común, no es sorprenden- te de que la caña sea sembrada tan superficialmente. Esto es de mayo t’ importancia en las tierras coloradas que en las negras, pues en la primera los surcos para recibir la caña deben ser pro- fundamente abiertos para que las raíces de la caña pueda apro- vecharse de la humedad. No pueden hacerse siembras muy pro- fundas en las tierras negras, especialmente aquéllas que tienen un subsuelo arcilloso impenetrable y drenaje defectivo, pero puede decirse que en general el cultivo profundo dará buenos re- sultados en casi todas las tierras cubanas. En algunos casos se corta la caña en pedazos de doce a diez y ocho pulgadas antes de ser colocadas en el surco, pero en otros casos se tira la estaca en el surco y se corta en dos o tres pedazos con un machete, después se cubre con tierra. Algunas veces, la caña se cubre por medio de azadas, pero la tendencia es, debido a la escasez de braceros, a cubrirla con pequeños arados o cultiva- doras. La lámina muestra un medio muy efectivo de cubrir la caña. Este consiste en un cultivador “Planet Jr”. arreglado con dos pequeños arados (pie tiran la tierra sobre la caña, seguido de un pequeño rodillo de acero que prensa la tierra, dejándola comparativamente nivelada, según lo muestra la ilustración. DISTANCIA DE SIEMBRA Existe una notable diferencia en la relativa cantidad de se- milla de caña usada en diferentes países, y aun en un mismo país no hay nunca una gran uniformidad. En Hawai i los surcos son usualmente de cinco pies aparte, y la caña cortada en pequeños canutos, es puesta en dos líneas en el surco o en camellones de dos semillas cada uno, a distancias aparte muy pequeñas. En Java los surcos son de 4 a 5 pies aparte y se emplea una gran cantidad de semillas. En Louisiana el Dr. W. C. Stubbs, realizó una serie de ensa- yos para determinar la distancia propia para sembrar y da sus conclusiones en el Boletín número 14. Segunda Serie: como si- gue: (Véase página 365). “Lo arriba expuesto muestra de modo conclusivo que nada se gana en tonelaje o en contenido de azúcar con los surcos muy anchos y sugiere la conveniencia de estrecharlos a una distancia que permita el mejor cultivo”. Estas experiencias lian sido repetidas por varios años y fi- nalmente el Dr. Stubbs, dice: “Tan evidentes han sido las enseñanzas derivadas de estas experiencias que la Estación ha comenzado la práctica de estre- char todos los surcos de la caña y se le está dando ya el mínimum de anchura, compatible con facilidad en el cultivo, con un cultiva- dor de dos caballos o arado, se lia encontrado que el ancho debe ser como de cinco pies”. Los métodos de cultivos en estos países son tan diferentes de los de Cuba, que mencionamos aquí esos hechos para fines com- parativos. En Cuba la caña es generalmente sembrada en came- llones o grupos y los surcos son más anchos y los grupos más se- parados en los surcos. En sentido general puede decirse que la caña se siembra en las tierras nuevas en cuadros 6 por 6 pies y aún mayores. En tierras que han estado en cultivo por varios años, pero que aun son fuertes y productivas los surcos se apro- ximian hasta cinco, o cinco y medio pies y la caña se siembra en grupos en el surco desde cuatro a cinco pies aparte. En las tie- rras coloradas antiguas de las provincias occidentales es muy fre- cuente ver los surcos estrechados, a menos de cinco pies, y los grupos o camellones de tres a cuatro pies en el surco. De los datos recogidos de muchas plantaciones cubanas, los siguientes promedios de distancias entre surcos y semillas han sido derivados: PROVINCIA Distancia entre surcos Distancia entre camellones Pinar del Río 0‘. 15 pies 3.44 pies Habana 5.31 ,, 4-25 „ Matanzas 5 03 ,, 3.98 „ Camagüey 5.16 ,. 5 36 ,, En la provincia de Oriente dos plantaciones siembran en cua- dros de 8.34 pies entre cepa y cepa, y otra en surcos 8.34 pies 33 aparte y 5.56 pies entre cepas. Esta siembra en cuadro y grupos os general por toda las Indias Occidentales, donde dos o tres pe- dazos de caña son colocados en cada grupo. La distancia más ventajosa para sembrar la caña, depende mayormente en el carácter del suelo, y del período de tiempo (pie la caña retoña. Donde sea practicado el sistema intensivo de cultivo, con el uso de fertilizantes e irrigación y donde la caña no se deja retoñar por muchos años, se usan más semillas que en aquellas donde un sistema más extensivo de cultivo prevalece. Se han hecho experimentos extensivos en esta Estación Experi- mental y en la Estación Experimental de la Asociación de Pro- ductores de Azúcar de Puerto Rico, para determinar la mejor distancia para la siembra, y los resultados de estos ensayos se dan aquí, por cuanto (pie ellos tienen una relación importante en el asunto. La tierra de esta Estación es pobre y la caña no retoña bien, y los resultados obtenidos serán aplicables solamente a suelos si- milares en otras localidades. En la relación que sigue se da la distancia entre los surcos y la distancia entre las cañas en el surco. Lote Distancia en pies entre Rendimiento en ( a)> por caballería. Surcos Cepas 1905-6 1906-7 1907-8 Promedios 1 5 corrido 77,217 43.058 16,947 45,741 o 5 2 95,828 57,599 5,597 53,008 3 5 91,685 39,992 12,166 47,951 4 t corrido 79,021 44,220 12,708 45,312 5 7 2 76,667 43,481 17,094 45,744 0 7 3 68,823 42,569 10,804 40.732 7 7 4 79,980 44,058 15,244 46,427 8 9 corrido 72,621 41,455 13,833 42,636 9 9 •) 67,344 35,563 14,908 39,272 10 9 3 65,905 40,516 12,202 39,541 11 9 4 73,963 38,449 11,051 41,154 12 9 5 55,256 35, 605 13,814 34,958 13 9 6 55,236 35,684 7,830 32.923 14 í) 7 48,925 33.846 ló 9 64Í969 40,059 16 11 corrido 44,969 45,810 10.589 40,368 17 11 3 36.258 37,187 9,794 30,650 18 11 5 38,377 40,059 8.099 28,139 19 11 7 32,726 36,221 7,911 27,503 20 11 9 32,726 34,986 8,005 25,239 21 11 11 36,964 32,463 22 12 corrido 70,503 2L383 Se podrá ver que la cantidad total de caña cosechada en cada uno de los tres años, tiene una relación directa con la cantidad de semilla sembrada. La cosecha del tercer año fue casi un fra- caso. pero se verá que las siembras más anchas produjeron los rendimientos más pobres. En realidad la sequía y las enferme- dades de las raíces afectaron de tal modo las siembras más an- chas. que en algunos casos la cosecha fracasó enteramente. Se hicieron algunos ensayos en el laboratorio, sobre la humedad de la tierra durante la estación de 1907-08, y se halló que la hume- dad en la misma, donde la caña había sido sembrada anchamente fue mucho menor que en los lotes adyacentes de caña sembrada estrechamente junta. Esto resultó así del hecho de que la caña ofrecía poca protección a la tierra ele los rayos solares, y la hu- medad se había evaporado a tal extremo, (pie la caña no podía vegetar. La relación que sigue arroja los resultados de experimentos (pie cubren un período de dos años en la Estación Experimental de los Estados Unidos en Puerto Rico. Comparación ex distancias en la siembra de caña Distancia en Pies. Plantas de Caña. Toneladas. Toneladas de retoños de caña, por acre. Total de 2 años. Toneladas. 10 X 32.4 26.0 58 4 7.1 X 7.1 30 0 67.9 ■'> x 40.7 33.3 74.0 Lo arriba expuesto representa el promedio de los resultados de 81 lotes y el autor del informe llama la atención hacia el he- cho de (pie mientras más ancha la siembra mayor es el gasto del cultivo necesario para llevar la cosecha a su madurez. La con- clusión a (pie se lia llegado fué la de que en cada caso las siem- bras estrechas dieron los más grandes rendimientos, no solamen- te para la planta de la caña, sino que también para los de retoños. La relación (pie sigue da los resultados de dos años de ex- perimentos en la Estación Experimental de la Asociación de productores de Azúcar de Puerto Rico. 35 Distancia de siembras.— Rendimientos 1 1» 1 2 i i» i :í ANCHO ENTRE SURCOS Semillas en el Surco No. de tallos cosechado por acre. Toneladas de caña por acre. No. de tallos cosechado por aero. Toneladas ae caña por acre. Toneladas total caña 2 cosechas. 0 pies 5 1 1 5 J J > í n i ? 2 semillas en grupo cada 4 pies 15,680 24.10 22,014 28.98 53.17 2 semillas cada 3 pies 24.27 21,179 30.68 54.95 1 semilla cada 3 pies 14,24.5 10.12 10,541 27.30 46 42 1 semilla cada 2 pies 16,310 22. 1 4 21,213 31 KO 53.04 Las semillas de ex- tremo a extremo... 17.200 20.80 22.363 32.54 62.43 1.1 línea de semi- lla 10,460 31.26 21.080 33 27 64.53 Promedio... 16.. 507 25. 14 21,382 30.70 55.01 5 pies » i y » 1 » M 2 semillas cada 4 pies 17,304 26.77 21,150 58.40 •")•*). 17 2 semillas cada 3 pies 17,346 31.95 21,192 32.27 64.22 1 semilla cada 3 pies 17,052 30.60 21.150 30.29 60.98 1 semilla cada 2 pies 1 7,556 30.88 20,770 36.97 67.85 Semillas de extre- mo a extremo 10,110 34.07 20,703 30. 64 64.71 ló línea de semi- llas 22 72*2 36.45 22,028 38.35 74.80 Promedio... 18,515 31.80 21,166 32.82 64.62 4 pies n n n n ? » ' > í » » 1 2 semillas cada 4 pies 20,107 41.53 23,350 36.10 77.63 2 semillas cada 3 pies 23,362 41.01 28,319 42.43 84.34 1 semilla cada 3 pies 18,375 30 8.") 21,527 35 30 72.15 1 semilla cada 2 pies 21,210 30.40 25,289 39 24 78.64 Semillas de extre- mo a extremo 24,885 41.25 24.073 33.29 74.54 Promedio... *¿1 ,.")88 40.19 24,603 37.27 77.46 36 “Los experimentos prueban, no solamente (jue las siembras estrechas resultan mejores bajo esas circunstancias, que las siem- bras anchas, sino (pie muestra su razón de ser. Donde se siembra la caña muy separadamente, no hay tiempo el primer año para (pie ella ahijé lo suficiente para cubrir el terreno. No hay por consiguiente, suficiente número de tallos producidos por acre. Xo existe una gran diferencia en la primer cosecha de retoños o de soca, entre la siembra ancha y la estrecha, por cuanto que la primera ha tenido una oportunidad de ahijar y cubre más estre- chamente el terreno. Se ha dicho por algunos cultivadores de caña, que un campo sembrado en camellones ampliamente sepa- rados. retoñará mejor y por mayor espacio de tiempo que cuando se siembran estrechamente. Los resultados no indican lo expues- to. pero a este campo se le permitirá retoñar otro año más para ver si cualquiera otra diferencia puede ser obtenida". “Como en los años precedentes los jugos procedentes de los surcos de 6 pies dieron más alto análisis que los surcos de a 4 pies, según se verá por los antecedentes siguientes": RRIX. SUCROSA PUREZA Surcos de í> pies, caña sembrada en grupos 19.15 18.25 95.3 Surcos de 4 pies, caña sembrada de extremo a extremo 17.77 16.35 92.0 “El autor ha llamado la atención repetidas veces sobre los malos resultados de sembrar en grupos muy separados, en tie- rras pobres. Nada hay más claro e inequívocamente probado que esto, y no obstante una gran parte de las siembras en las tierras altas de Puerto Rico, se hacen de esta manera. Campos enteros de tierras arenosas, lomas de cascajos, pueden verse que han re- sultado desastrosos fracasos sin ninguna otra razón aparente que esa. La sequía de la primavera de 1912 fue muy severa en estas tierras, donde la caña se sembró tan lejanamente aparte (pie no daba sombra al terreno. Xo es solamente un cultivo más barato el de la siembra espesa sino (pie la cosecha resulta muy supe- rior". (Véase Boletín núm. 5 de la Estación Experimental de la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico. pág. 11). El efecto de las siembras estrechas sobre el número de años en que retoña la caña en las mejores clases de tierras de Cuba. lio ha sido estudiado experimentalmente, pero a virtud de los resultados arriba mencionados, parece que muchos agricultores pudieran adoptar ventajosamente la siembra más estrecha. Generalmente se cree que la caña sembrada juntamente no retoña bien, pero es cierto que para obtener graneles cosechas pa- ra el primer año, la siemlbra estrecha tiene que ser adoptada. Debe ser objeto del sembrador lograr que su caña cubra el terreno tan prontamente como sea posible para que la sombra de las hojas puedan conservar la humedad de la tierra y evitar el crecimiento de las yerbas adventicias. Los malos resultados de las siembras exclusivamente anchas, quedan mostrados en ciertos cañaverales en el Central “Preston”, cuyas primeras cosechas fueron recogidas en 1907. Algunas de las primeras siembras se hicieron de 12’X12’ y éstas dan ahora solamente corno unas quin- ce toneladas por acre, mientras que las siembras más estrechas en los mismos lugares dan unas veinte toneladas por acre y con la mitad del gasto para el cultivo. En opinión del (pie escribe, la prevalente creencia de (pie el sol y el aire son necesarios alrededor de las raíces de la caña para la producción de una gran cosecha, no está bien fundamentada. Es cierto que la luz solar es un factor dominante en la elabora- ción del azúcar, pero esta elaboración continúa en las hojas ; debiendo ser el propósito del sembrador desarrollar una superfi- cie de hojas y de conservar el terreno protegido de los efectos secantes del sol y del aire. Donde se ha determinado sembrar más estrechamente, es más necesario estrechar aun más los camello- nes, que reducir el ancho entre los surcos. Debe dejarse an- chura entre los surcos para el debido cultivo. Con la adaptación general de los arados de fuerza mecánica, y consecuente baratez de preparación de la tierra para la siem- bra. indudablemente que se sembrará la caña más a menudo, pues ello será posible hacerse así. Entonces será aconsejable sembrar más estrechamente con el fin de que la primera cosecha sea lo más grande posible, para pagar el costo de esta preparación y siembra. lia sido notado a menudo que la primera cosecha de retoños en tierras (pie han sido sembradas con mucha anchura, es mu- cho mayor que la cosecha de la planta en sí y esto resulta de no haber utilizado una cantidad suficiente de semillas para garantir una cosecha grande el primer año. Donde se adopte un sistema de producción intensivo, la caña fertilizada e irrigada, y replan- tada frecuentemente, debe ser el objeto del hacendado dar som- bra al terreno tan pronto como sea posible, para evitar la evapo- ración del agua, y los gastos de desyerbar y cultivar y ésto puede hacerse más efectivamente mediante la siembra de una gran can- tidad de semillas. CULTIVO El cultivo de la caña, como el de la mayoría de las demás cosechas, tiene tres propósitos: el aflojamiento o soltura de la tierra, de modo (pie las raíces encuentren flojedad para su ade- cuado desarrollo ; la extirpación de las yerbas adventicias; y la conservación de la humedad. La extirpación de las yerbas adventicias es el principal de los propósitos en mente, en las prácticas de la labranza en Cuba, y constituye el capítulo más costoso de la actual producción de la caña. Es natural suponer desde luego, (pie los implementos usados sean aquellos que de mejor modo ejecuten este servicio, sin (pie se preste mucha atención a los otros propósitos de la labranza. El arado de vertedera y los cultivadores del tipo “Planet Jr", prácticamente son los únicos implementos usados. Las Lá- minas muestran el tipo corriente de los cultivadores encon- trados en las plantaciones, teniendo los cultivadores varios ac- cesorios que pueden ser usados para aporcar la tierra a la caña, o de la caña hacia afuera. El arado de vertedera, sin embargo, es más usado que todos los demás implementos combinados, y los más pequeños, tirados por dos bueyes, son los tipos más comunes. Cuando se siembra la caña en un surco se le aporca la tierra hasta que se llena el surco, después de lo cual se realiza un cul tico superficial y nivelado. Casi todos los implementos usados en el cultivo del maíz pueden también ser usados en los cañave- rales y en la misma forma. El cultivador de disco (pie pasa por los surcos a horcajada y aporca la tierra desde ambos lados del surco hacia la caña, es en ocasiones usado, pero debe recordarse que debido a la exten- sión del tiempo que se deja retoñar la caña, debe evitarse un gran aporcamiento de la misma. Esto constituye una diferencia entre las prácticas en Cuba y aquellas de la Louisiana y Ilawaii, por ejemplo. La práctica común de dejar la paja en el campo, hace que el cultivo de los retoños sea muy diferente del de los países donde ésta es quemada para limpieza de los cañaverales. En las tierras nuevas y en todas las tierras donde se recoja una fuerte cosecha de caña, que deje una espesa manta de hojas en el terreno, el único cuidado es el de extirpar las yerbas adventicias, lo que se hace con azadas. Algunos sembradores quitan la paja de las cepas Cubriendo la caña de azúcar con un cultivador “Planet Jr.” Cultivador de caña “Planet Jr.” para dos caballos, de S. L. Alien and Company, de Ph.iladelph.ia, Penn. 39 a fin de permitir que los retoños crezcan sin impedimento algu- no. pero en muchísimos casos ni siquiera la mueven. Puede fácilmente verse que con una fuerte camada de hojas cubriendo el suelo muy poca yerha puede brotar y el costo de cultivar la caña es reducido a un mínimum y su cuidado consiste en la más simple rutina. En las tierras más antiguas, no obstan- te, la cosecha de caña es pequeña, y en casos, la paja no es sufi- ciente para cubrir el terreno, habiendo más necesidad de labran- za. En algunos casos la paja es removida de los camellones del centro, siendo éstos cultivados y una vez terminado se le devuelve la paja. De esta manera todo el campo es arado y toda la paja conservada en su estado original. Empero esto es una operación costosa y se está haciendo muy corriente mover la paja de cada surco al medio del otro, alternadamente, dejando uno lleno y otro limpio de paja. Este surco limpio del medio es cultivado lo mismo que se hace con la caña de planta. El profesor F. S. Earle, nos da una reseña del método por él recomendado, que es co- mo sigue : “Tan pronto como se corta la caña, tome una rastrilladora corriente de un caballo y hágala pasar transversalmente de mo- do que cruce los surcos de la caña, rastrillando la paja de la mi- tad de un surco y tirándola en el próximo. Esto limpia pronta- mente y con muy poco costo la mitad del terreno, de modo que puede ser limpiado y cultivado y provee una doble camada de paja para la otra mitad que la hace tan espesa y pesada, (pie prácticamente ninguna yerba adventicia puede crecer, no requi- riendo estos surcos intermedios ninguna otra atención durante la estación. Aranse ahora los surcos intermedios ya limpios, con un arado volteador de dos caballos, tirando la tierra lejos de la caña. El último pase del arado puede darse tan próximo a las cepas, como sea posible. No dañará las raíces. Todas mueren cuando se corta la caña y las nuevas se formarán cuando empie- cen a nacer los renuevos. Si se necesitasen fertilizantes, se puede ahora emplear en este surco abierto próximo a la caña. En la mayoría de las tierras, no obstante, será solamente necesario usar fertilizantes cada tres o cuatro años. No se dejen abiertos los surcos próximos a la caña más tiempo de lo que es necesario, devolviéndole la tierra otra vez con el cultivador, usando algún implemento que arroje poca tierra a las cepas. Consérvense los surcos alternados del centro bien cultivados, hasta el comienzo de la estación de las lluvias y entonces siémbrelos con frijol de vaca (Cow-peas). Se encontrará que esto es mucho más barato (pie el plan usual de recorrer toda la superficie del terreno dos o 40 tres veces con azadas, y ello deja la caña en condiciones mucho mejores de labranza que la de la caña de la planta, pues un lado de cada surco es completamente cultivado, mientras que el otro lado es protegido por una fuerte camada de hojas que sirve perfectamente para retener la humedad. Empero solamente la mitad de la tierra es expuesta a la influencia agotante de la la- branza mientras que toda la paja queda retenida en el terreno y finalmente le es incorporada para aumentar su cantidad en mantillo, sustancia ésta tan necesaria para el éxito de la agri- cultura tropical'’. El valor del cultivo de la caña no ha sido estudiado suficien- temente en Cuba ; los daños resultantes a las raíces por el culti- vo; el tiempo en que debe continuarse el cultivo; y su relación al contenido de humedad en la tierra y al desarrollo de las raí- ces de la caña de azúcar. Los señores Agee y Nankin han estu- diado el sistema de las raíces de la caña de ocho meses de edad y en el Boletín núm. 44 de la Estación Experimental de la Aso- ciación de Productores de Azúcar de Hawaii. ellos informan de los resultados en la forma siguiente: “Contrario a toda expectación, se encontró (pie la caña de menos de tres meses de crecida había desarrollado raíces que se entrecruzaban a través de los surcos de cinco pies y que queda- ron distribuidas de modo muy generalizado por todas partes en las quince pulgadas de espesor de la tierra que fueron removidas por el cultivo, esas raíces también ocasionalmente habían llegado a una profundidad de más de quince pulgadas, la mitad de las cuales no tenían evidencia alguna de haber sido nunca removidas por medios artificiales. Qué daños pueden ser ocasionados a la caña por el cultivo y por roturas de las raíces, sería imposible de precisar, ni tampoco cuánto beneficio recibiría la caña por la acción de remover la tierra y conservación de la humedad. Cier- tamente (pie esto es digno de consideración.” Los métodos de cultivo de un país no pueden ser adoptados sin cambios por otro país, sin modificaciones donde sus condicio- nes sean distintas. Es generalmente reconocido, sin embargo, que Lousiana ha dirigido en cuanto al cultivo racional de la caña de azúcar y en la aplicación de implementos a estas labores. Nuestros suelos y climas son muy distintos de los de Lousia- na, y sin embargo, los cambios en los métodos de cultivo que se han hecho recientemente, han tendido a la modificación y adap- tación de los métodos de Lousiana y algunos de los agricultores que más éxitos lian obtenido han recibido su enseñanza práctica 41 en aquel Estado. Una consideración sobre los métodos de Lousia- na, no estaría por consiguiente fuera de lugar en este sentido. El Sr. Stubbs, dice : “Lo que se detallará es un bosquejo de los métodos que se siguen desde la preparación del terreno hasta el último cultivo de la caña. Se rompe la tierra con un arado grande (ahora se usa un arado de discos), se pulveriza con una grada y se hacen los camellones con un arado de dos caballos. Los surcos son abiertos con un arado de doble vertedera, se siembra la caña y se cubre y los surcos intermedios se roturan con el arado de doble verte- dera. Las zanjas de desagüe se abren a seis pulgadas debajo de los centros de los surcos, dejándose limpias. A su debido tiempo la caña es cubierta con un arado de dos caballos, escardada con aza- das y cuando suficientemente crecida es fertilizada, regándose la mezcla fertilizante a través de los surcos abiertos y de los es- trechos camellones de la caña. Se devuelve la tierra tan pronto como se aplica el abono, abriéndose al efecto los centros de los surcos profundamente y limpiándose ; almacenándose los arados vertedores para permanecer así hasta la próxima estación. El cultivador de discos, con los tres pequeños discos a cada lado es usado para tirar o echar tierra a la caña en la primera labor, y un cultivador especial para la roturación de los surcos inter- medios. En la segunda y tercera labranzas, los dos discos inter- medios sustituyen los tres usados en la. primera y están montados de modo tal, que tiran la cantidad de tierra necesaria a la caña, al cual sigue en cada ocasión el cultivador especial, completán- dose así las labores con los dos implementos. En la última labor un disco grande es usado seguido del cultivador con sus dos pa- las frontales removidas. Por el propio ajuste o combinación de estos instrumentos, pueden hacerse camellones de cualquiera al- tura deseada y la caña es debidamente labrada”. En el cultivo de los retoños un arado de vertedera es usado tan próximo al surco como es posible por cada lado, volteándose la tierra de la caña y dejándose las plantas madres sobre un ca- mellón estrecho. Se pasa después un implemento llamado “Ca- vador de Cepas” (Stúbble Digger), sobre las plantas, aflojándose la tierra par admitir aire y calor y permitiendo una buena ger- minación de las yemas. Algunas veces los tocones de la caña son rasurados con un razurador (Stubble Shaver) lo que fuerza las yemas interiores a germinar, siendo la caña suficientemente baja que permite sea aporcada sin esfuerzos extraordinarios. 42 Debe recordarse que las tierras para el cultivo de la caña cu Louisiana, son bajas y llanas y (pie el drenaje artificial es muy necesario. Esta es la razón por la cual se deja la caña sobre un camellón, actuando el fondo del surco como un desagüe para arrastrar el agua sobrante. Pequeñas zanjas de drenajes se cons- truyen en ángulos rectos a los surcos que reciben el drenaje de ellos y la conducen a las zanjas mayores de drenaje. Este método no puede de modo general ser adoptado en Cu- ba. y no es necesario en muchas localidades debido al carácter poroso de la tierra que no permite acumulación de agua, pero los principios sobre que está basado puede ser adoptado en algu- nas de las tierras negras bajas y llanas, de difícil drenaje. Es muy corriente en la tierras pesadas-arcillosas de Puerto Rico y en los distritos de Hawaii que obtienen una fuerte lluvia, pasar un arado de vertedera a ambos lados y muy cerca de la caña ti- rando la tierra lejos de ella. Esto dañaría aquí la caña en una estación seca, o cuando a la operación le sucede un breve período de tiempo seco. El camellón estrecho (pie contiene los retoños se secará con daños consecuentes para la caña joven. Al echarle la tierra a los retoños según se hace en Cuba, el arado no desmenu- za la tierra suficientemente alrededor de las cepas de la caña, y puede ser fácilmente (pie dentro de cinco, diez o quince años du- rante los cuales se hace retoñar la caña, la tierra alrededor de las raíces se ponga muy compacta. El Sr. Agee. dice: (Véase página 24 del Boletín 44 de la Estación Experimental de la Aso- ciación de Productores de Azúcar de Hawaii) “Los rendimien- tos disminuidos por el continuado retoñar, es grandemente de- bido al aumento de la compactibilidad de la tierra”, opinión ésta «pie estamos dispuestos a adoptar. Parece, por tanto, (pie los métodos de desmenuzar la tierra próxima a las cepas de los retoños viejos, debe ser estudiado, pero deben adoptarse aquellos métodos (pie no den por resultado el secamiento de la tierra, excepto en los terrenos con un drena- je pobre y en las estaciones de amplias lluvias. Se ha llegado a tener ciertas dudas sobre el valor de cultivo a virtud de experimentos realizados en los Estados Unidos. El señor Agee, en el Boletín ya citado ve la conexión que estos ex- perimentos pueden tener sobre el cultivo de la caña de azúcar y lo trata con amplitud. El siguiente extracto es tomado de “Las Yerbas Adventi- cias Como Factor en el Cultivo del Maíz”, por J. S. Cates y H. 1’. Fox. Véase Boletín 44 de la Estación Experimental ele la 43 Asociación de Productores de Azúcar de Hawaii) “Un número de ensayos realizados en varias Estaciones Agronómicas parecen indicar que son las yerbas adventicias lo (pie hace necesario el cultivo del maíz, o explicando la proposición inversamente, que el cultivo no es beneficioso a la planta del maíz, excepto en cuan- to se refiere a la remoción de las yerbas adventicias". “El objeto de dominar las yerbas adventicias es reconocido como uno de los fundamentales en la filosofía de la labranza. Por consiguiente se determinó realizar en una amplia extensión de tierras y climas un gran número de ensayos sobre los relativos rendimientos del maíz producido por la supuesta óptima labran- za en comparación con la mera eliminación de las yerbas ad- venticias”. “Los experimentos fueron realizados teniéndose dos parce- las de terreno una de las cuales no recibió cultivo alguno, des- pués de sembrada, siendo las yerbas adventicias combatidas por un golpe horizontal sobre la tierra con una azada afilada, tenién- dose particular cuidado en no remover la tierra ni de formar ca- madas de tierras, recibiendo la otra sección el cultivo usual ". “Estos trabajos fueron hechos por el Departamento de Agri- cultura por los años 1906 a 1911 en cooperación con varias esta- ciones agronómicas de los Estados y con hacendados, muchos de los cuales eran graduados de colegios de agricultura. De los 125 experimentos, 124 anotaron rendimientos de granos y 55 ren- dimientos forrajeros”. “Un promedio general de todos estos experimentos muestran que los lotes escardados produjeron tanto como 95-1 por ciento (le forraje y tanto como 99.108 por ciento de lo (pie produjeron los lotes cultivados. ¡Si había alguna diferencia entre las dos par- celas en relación con la eficacia del escardeo ella estaba a favor de las parcelas cultivadas”. “Queda aun por demostrar hasta donde puede este principio ser aplicado en cualquier región dada, pero por un promedio ge- neral para todas las regiones en que esto trabajo ha sido hecho, puede llegarse a la conclusión de que la premisa propuesta es sustaneialmente cierta. Si éste es aceptado, el dominio de las yerbas adventicias pasará a ser el objeto principal de los cul- tivos”. "Una explicación de los resultados obtenidos en estos expe- rimentos es de importancia secundaria en comparación con la in- terpretación que hemos de darle desde un punto de vista prácti- co. Los resultados en conjunto caen perfectamente bien dentro de los límites del error experimental, mostrando no mayor dife- rencia en los rendimientos entre las parcelas escardadas y las que 44 recibieron un cultivo normal que los que pudieran haberse es- perado entre dos series de 125 lotes tratados exactamente igual”. ”... Como que solamente se han realizado un número pe- queño de experimentos en algunos Estados, es probable que otro número de ensayos demuestran diferencia considerable en resul- tados en muchas localidades. No sería aconsejable por tanto, ha- cer indicaciones prácticas para ninguna localidad en particular, basadas en las indicaciones de estos resultados en conjunto, sin antes realizar ensayos pai-a ver si bajo condiciones locales, es- tos mismos principios prevalecen. Donde estos resultados se obtienen no obstante, dos campos enteramente nuevos de investi- gación quedan abiertos y su importancia para los cultivadores de maíz de América, desde el punto de vista del ahorro de bra- ceros y dinero, no podrá ser negado. “Si es cierto que las yerbas adventicias hacen necesario el cultivo del maíz, el problema se presenta por sí mismo en cuanto a qué métodos pueden ser proseguidos, para eliminar o reducir a un mínimum la plaga de las yerbas adventicias en una finca”. “Nuestros actuales implementos de cultivo están designa- dos primeramente para producir una capa protectora y desme- nuzar el terreno. La extirpación de las yerbas adventicias es una función secundaria. Es posible que modelos nuevos de imple- mentos fabricados con especial referencia para dominar las yer- bas adventicias, pueden llevar a efecto esta finalidad con un costo muy disminuido. El escardador sería probablemente con- siderado de importancia bastante mayor que hasta ahora, cuando mayores datos puedan ser procurados con referencia de su uso.” El que suscribe, ha sido conducido a conclusiones que no están enteramente en desacuerdo cun estos por sus experimentos en cuanto a la caña de azúcar. En Cuba el factor mayor limitador en la producción de azú- car, es la lluvia. La cosecha de 1907 fue de 1.427,673 toneladas, la lluvia del año precedente fué de 65 pulgadas; mientras que la del año de 1908 disminuyó a 961.958 toneladas producidas por una lluvia de 37 pulgadas en 1907. La cosecha de 1909 fué de 1.513,582 toneladas, siendo la lluvia del año precedente aproximadamente de 65 pulgadas. La conservación de la humedad de la tierra es por consi- guiente de la mayor consecuencia. Los dos métodos de conser- var la humedad tanto en Cuba como en Puerto Rico, consisten en la formación de una capa de tierra como una camada y de- jándose la paja de la caña en el campo. Se realizaron experimen- 45 tos tanto en Puerto Rico como en Cuba, donde tres parcelas fueron preparadas una al lado de la otra, dejándose una para testigo, otra con una camada de paja de caña y la tercera con una camada de tierra de dos o tres pulgadas, sostenidas por la- branzas semanales. En Puerto Rico, el promedio de la cantidad de humedad en el terreno desde Septiembre de 1912 a Junio de 1913, fué como sigue: parcela testigo: 27.8%; parcela cou la camada de paja 31.9%, y con capa o camada de tierra 29.7%. Se podrá ver cpie la pai’cela que contenía la camada de paja po- seía 2.2% más de humedad que la parcela que fué cultivada y 4.1% más que la parcela que se dejó intacta como la de testigo. La tabla que sigue, da los resultados obtenidos en las parce- las de la Estación Experimental de Cuba. Tabla mostrando el porciexto de humedad en la tierra, BAJO DIFERENTES TRATAMIENTOS FECHA Parcela Testigo Parcela con hojas de caña Parcela cultivada 1914 Abril 17.77 15.68 17.12 Mayo 19.85 21.45 20 18 Junio 25 :!4 26.79 26.55 Julio 24. SI 26 82 25.26 Agosto 26.31 27.56 26.72 Septiembre 26.53 27.93 27.06 ■Octubre 26.30 28.53 27.01 Xoviembre 24.40 27.18 25.62 Diciembre 25.75 28.65 27.33 1915 Enero 26.22 28.37 26.82 Febrero 26.64 28.86 27.80 Marzo 27.36 28.59 27.44 Abril 25.62 27.49 27.33 Mavo 24.04 28.26 25.58 Junio 25.23 28.12 26.59 Julio 24.56 26.43 25.93 Agosto 25.86 27.95 26:91 Septiembre 27.05 28.33 27. 66 Octubre 26 02 28.81 27.02 Xoviembre 24 60 28.34 26 54 1910 Febrero 23.99 27.18 25.26 Abril 22.64 28.29 23.20 Mavo 22.39 28.34 24 90 Junio 23.36 27.76 25.09 Promedio 24.65 27.15 25.76 46 En el año de 1907, se hicieron varios ensayos sobre la hume- dad en un cañaveral para determinar la cantidad de humedad en el terreno donde la caña estaba estrechamente sembrada y donde lo estaba ampliamente separada. En la tabla abajo dada, el lote número 1 estaba sembrado de caña en surcos muy juntos y aun cuando la tierra estaba libre de yerbas y de paja de caña cuando se tomó la muestra de la tierra, ella estaba parcialmente sombreada por las hojas de la caña. El lote núm. 2 era lo mismo que el núm. 1 excepto (pie la tierra estaba cubierta con la paja de la caña. En el lote núm. 3 la caña estaba sembrada a 9 x 9 pies sin cubierta de paja ; mientras que en el lote núm. 4 la caña estaba sembrada a la misma distancia, pero el suelo cubierto con paja. Tabla mostrando el porciento de humedad en las tierras 30 cm. (¡0 cm. 20.59 21.89 O 21.48 22.47 3 19.32 t 19. si 20.00 Se verá por la tabla arriba dada que la sombra proyectada por la caña actuó como una cubierta protectora impidiendo la evaporación de la humedad de la tierra. Cuando se sembraron los surcos de la caña, a una gran distancia aparte, ella no sombreaba el terreno «pie se secó por la acción del sol. Las siguientes conclusiones generales pueden deducirse de es- tos ensayos: las parcelas cultivadas tenían uniformemente de uno a dos por ciento más de ¡humedad que las parcelas no cultivadas, mientras (pie las parcelas con una camada de paja de caña tenían por lo general de dos a tres por ciento más (pie las no cultivadas. Durante la estación seca existe la mayor necesidad de conservar la humedad, .y se observó en estos ensayos en Puerto Rico y en Cuba, (pie la mayor diferencia entre la parcela que tenía la paja de la caña y las otras parcelas fueron halladas durante la sequía, esta diferencia llega a tanto como unos cinco a seis por ciento. Los ensayos no argumentan a favor del abandono de la labranza, para la conservación de la humedad, pero ellos demuestran la de- ducida superioridad de la paja de la caña en este respecto. 47 En regiones de grandes lluvias es posible (pie las labranzas para 1a. conservación de la humedad no sean necesarias y siguién- dose esta idea se han realizado intentos para descubrir algún método más bai’ato para desyerbar. En una plantación por lo me- nos en Hawai, se rocia con una solución de arseniato de soda sobre las yerbas adventicias y se ha averiguado que ellas pueden ser exterminadas con mayor baratez de esta manera. La solución se hacía en esta forma : 20 libra de arsénico blanco. 1 a 5 libras por ciento de soda. 10 galones de agua. Esto es hervido por diez ó quince minutos y un galón de la solución resultante es diluida en cuarenta galones de agua para uso en el campo. Dos clases de rociadores son usados, un rociador de mochila ique se lleva montado a la espalda y que es operado por un trabajador, y un rociador de trineo, consistente en un tanque de hierro de 25 galones, montado sobre un trineo de tres pies de ancho. Los rociadores de trineos tienen tres pitones a cada ex tremo y cuando las yerbas adventicias están expresamente exten- didas se usan los pitones en ambos extremos del rociador. El trabajo máximo que ambos rociadores pueden rendir es de cinco acres para el rociador arrastrable y un poco más de un acre pa- ra el rociador de mano. Se requieren de dos a cuatro rociadu- ras por coscéha, dependiendo mayormente de las condiciones cli- matéricas. La cantidad de lluvia en Hawai, donde se usa este método, es mucho mayor que el de cualquier sección de Cuba, y no es recomendable como una práctica general, pero pueden existir condiciones bajo las cuales su empleo resultaría remunerativo. En ciertas épocas del año, las tierras negras no pueden ser cul- tivadas debido a las lluvias diarias y al carácter arcilloso de la tierra, y es durante este período, que las yerbas adventicias cre- cen en gran profusión, a menudo con detrimento de la caña. Ba- jo estas condiciones es posible que la solución de arsénico resul- te ser beneficiosa. Además puede ser usada en los campos cu- biertos con la paja de la caña donde las yerbas adventicias apa- rezcan por entre la hojarasca y sea difícil exterminarla con la azada; pues la paja tiene primeramente que ser removida. El Sr. C. F. Eckart, a quien corresponde al uso de este método, dice que durante la lluvia, desde luego, el rociador no puede usarse, pero sí poco después de un aguacero, especialmente si brilla el sol. 48 FEKTILIZ ACION Las sustancias de las plantas se derivan del aire y del suelo. En general, las partes volátiles, o sea aquéllas que al quemarse se volatilizan o cambian en compuestos volátiles, proceden del aire; mientras que aquéllas que forman la parte no-volátil, o sean las cenizas, proceden del terreno. Be ha encontrado en muchos años de experimentación, que la mayor parte de los terrenos tienen todos los elementos que se encuentran en las cenizas que requiere el crecimiento de la planta ; pero, existen ciertos elementos que quizás no estén en cantidad suficiente o en condición para ser utilizados por la plan- ta, y éstos son los más aptos a agotarse después de muchos años de cosechas. Estos elementos son : la cal, el ácido fosfórico, la potasa y el nitrógeno. Los terrenos vírgenes de Cuba producen por muchos años la caña de azúcar sin la adición de ningún fertilizante, pe- ro estos terrenos en cultivos continuados se empobrecen y hay que, o dejarlos descansar o fertilizarlos. Las tierras vírgenes de Camagüey y Oriente pueden producir caña de azúcar por 15 años o más, sin arar, sin replantar y sin fertilizar, pero las tie- rras de Santa Clara. Matanzas y la Habana, las cuales han dado cosechas por espacio de varios años, rinden por regla general só- lo cinco cosechas o menos, necesitándose después hacer en ellas replantaciones. La fertilidad de un terreno se pierde generalmente de tres maneras : (1) — Por la destrucción de la materia orgánica. Este es pro- bablemente el factor principal en el empobrecimiento de un te- rreno. Es un hecho, en ciertos límites, que el poder productor de la cosecha de un terreno es proporcional a su contenido en mantillo o humus. Aquellos terrenos que tienen una gran can- tidad de humus o de materia orgánica, su textura es suelta y abierta, son fácilmente cultivables y conservan la humedad. Son, por tanto, terrenos que no están tan expuestos a las sequías co- mo las tierras que no están así favorecidas. Además de esto la materia orgánica contiene alimentos fácilmente asimilables pol- las plantas, la cual en su descomposición, süple el ácido carbóni- co, que en solución acuosa y actuando sobre las demás partes de las sustancias alimenticias de la planta que quedan en el te- rreno las hace asimilables para las mismas. Más aún, los te- rrenos húmicos absorben más agua y la retienen por mucho más tiempo que aquéllos que contienen menos humus. Esto se da 49 bien a conocer en la siguiente tabla tomada de un informe de la Estación Experimental de las Islas Hawai, del año de 1896. Poder absorbente y retentivo de las tierras Núm. del Terreno 1 2 3 4 5 6 7 8 Cantidad total de agua absorbida.. 86.9% 73,7% 86.4% 70.0% 44.3% 46.3% 62.6% 45.2% Cantidad total de agua retenida en 31 días 51 9 % 45.9% 52.4% 42 3% 14.8% 16.8% 29.1% 18 2% Durante cultivos prolongados, la materia orgánica del te- rreno se quema u oxida ; así. es un hecho que se diga que cuan- do no se tiene, en cosechas seguidas, una provisión para man- tener el caudal de humus que decrece, éste disminuye en un ter- cio a un medio en un período de quince días. Este es un asunto importante que se debe considerar en el cultivo de la caña de azúcar, puesto que necesita una provisión constante de agua ; y es una de las cosas que más se deben de considerar en aquellos países, como Cuba, que están expuestos a las sequías, y donde no es posible o muy conveniente la irri- gación. Es nn hecho bien conocido que las tierras viejas o cansadas sufren más que las tierras nuevas y que esto está íntimamente ligado con la disminución del humus en las primeras. Afor- tuanadamente, la caña de azúcar suministra bastante cantidad de hojas y cogollos que protegen a la tierra de los rayos calientes del sol y a la vez al descomponerse, dan una gran cantidad de humus. (2).- — Por la acción del agua: Como el terreno no puede absorber prontamente la lluvia cuando cae, por hacerlo és- ta muy de prisa, o sí es mucho más agua de la que la tierra pue- de retener, el exceso corre sobre la superficie, se filtra hasta el subsuelo. En el primer caso, el agua que corre arrastra consigo parte del terreno y a la vez alguno que otro fertilizante que hu- biese estado en el terreno también. En el otro caso, el agua que pasa a través del terreno, disuelve el contenido soluble que con- tiene, incluyéndose en este caso también los fertilizantes solu- bles que se le hubieran agregado, llevándolos hacia el interior del subsuelo, lugar en que por ser tan profundo no puede llegar la planta con sus raíces. 50 Comparado con el de otros países, el suelo de Cuba, no su- fre mucho por arrastres de agua, debido a la naturaleza porosa de los terrenos colorados que facilita el pase del agua muy de prisa y del carácter tenaz de las tierras negras (pie las hace re- sistir a la acción del agua movediza. La siguiente tabla da los análisis de un cierto número de aguas de Cuba: Análisis de ciertas aguas de Cuba Partes por millón Número del Laboratorio 795 803 1078. 1251 1253 Sólidos totales 370.0 382.7 435 2 695.8 723.6 Carbonato de cal 259 0 272.1 144.3 186.1 390.6 ,, ,, maguí sia... 9.7 19.6 181.4 167.6 144.8 11.5 67.6 51 9 .. sodio 13 0 19.3 Cloruro de magnesia 49 8 142.1 16 1 ,, ,, sodio 58.4 58.4 4 6 84.2 84.5 ,. potasio 2.5 36.4 12.3 Sílice 11.0 5.1 18.6 8 0 14.* Hierro y alúmina 0.8 1.4 34.0 3.8 9.2 La muestra número 795. procede de un arroyo de la provin- cia de Santa Clara ; la número 1078, es del río Máximo en la Provincia de Camagiiey: las otras proceden de pozos. Por la misma tabla podemos ver que, las sustancias principales (pie se pierden del terreno y que son arrastradas por la acción del agua, son los carbonatos de cal y de magnesia, con cantidades más pe- queñas de sulfates y cloruros. Usualmente la cantidad de pota- sa es muy pequeña, y el ácido fosfórico es encontrado solamente como trazas en las aguas. (3). — Por cosechas: Bajo las prácticas cubanas, la pérdi- da principal en las cosechas lo es por medio de la remoción de la caña que se lleva consigo ciertos elementos del terreno. En los análisis hechos por la Estación Experimental de Ha- waii, se lia encontrado que, por cada tonelada de azúcar fabri- cada, se lia quitado al terreno 37 libras de cal, 8.2 libras de áci- do fosfórico, 35.2 libras de potasa y 12.7 libras de nitrógeno. En la defecación de los guarapos se efectúa la precipitación o coagulación de la mayor parte de las sustancias nitrogenadas y del ácido fosfórico, las cuales se quedan después en las tortas del filtro-prensa. La potasa, como también una parte del ácido fos- fórico y de las sustancias nitrogenadas, quedan en solución, y finalmente se pierden con las mieles. Al quemarse la paja de la 51 caña de azúcar, la mayor parte del nitrógeno que sirvió para la formación de esas hojas se pierde; pero la cal, el ácido fosfórico, y la potasa, quedan detrás en las cenizas resultantes de las quemas. Por 'tanto, la mayor parte del nitrógeno que se perdió al cosecharse la caña de azúcar, se pierde al quemarse el deshoja- do y en la torta de filtro-prensa; en la torta de filtro-prensa también se pierde el ácido fosfórico y la potasa en las mieles. En la mayoría de los países donde se lian hecho experimen- tos extensivos sobre la fertilización de la caña de azúcar se ha de- mostrado que el nitrógeno era el elemento más necesario para el crecimiento de la planta. Prácticamente, en Java, el único fer- tilizante que se usa es el sulfato de amoníaco y otras sales que contengan nitrógeno soluble. Pero el nitrógeno puede ser, des- de el punto de vista general, como un estimulante que ayuda a la caña de azúcar para así poderse alimentar de las otras sus- tancias solubles constituyentes del terreno. En vista de que la caña de azúcar es alternada con la siembra de arroz y otras co- sechas alimenticias para el sostenimiento de su extensa pobla- ción, no hay incentivo alguno para el colono de caña de azúcar que mantenga la fertilidad del terreno; de aquí que él emplée solamente aquellas sustancias que le sirven para el tiempo de ob- tener las más grandes cosechas. La práctica de Java, por tanto, no puede tomarse como una base para otros país'-s en que se em- plean sistemas diferentes de arrendamiento o de posesión de las tierras. En Hawaii donde los fertilizantes se emplean en gran esca- la, todos los elementos se aplican, tales como el ácido fosfórico, la potasa y el nitrógeno; el ácido fosfórico como fosfatos solubles, la potasa como sales solubles y el nitrógeno en ambas formas, so- luble e insoluble. En aquellos distritos en (pie la irrigación se emplea, el nitrógeno es aplicado en la forma de nitrato de sodio o en el de sulfato de amoníaco, mientras (pie en los distritos hú- medos el nitrógeno es aplicado en la forma de residuos de pes- cados, guanos, tankages, sangre seca u otra materia orgánica y en la forma de sales solubles. Una tonelada de un fertilizante de alta graduación, o más aún, es amenudo usado por cada acre, acompañado de una aplicación especial de nitrato de sodio y sul- fato de amoníaco. En Puerto Rico, los abonos nitrogenados, se tienen en una alta estimación, pero se les emplea generalmente con el ácido fosfórico y con la potasa. Todavía no se ha demostrado completamente el valor de los fertilizantes en los campos de caña cubanos, pero los experimen- tos (pie hasta ahora se lian hecho, llegan a la conclusión que el nitrógeno, es el elemento más necesario. Generalmente se ad- mite que los fertilizantes de alta graduación dan buen resulta- do en los terrenos colorados, pero todavía está en duda si lo dan en la tierra negra. LA APLICACION DE LOS FERTILIZANTES Los fertilizantes insolubles deben de ponerse en los surcos antes de hacerse la siembra, o en el caso de fertilizar los retoños, colocarse en la tierra lo más cerca posible de donde se van a desarrollar las raíces. No es tan necesario que los fertilizantes solubles seau colocados en el interior de las tierras, puesto que ellos tienden a difundirse por todo el terreno por medio del agua que los lleva en solución. No es conveniente el aplicar fertilizantes solubles de alta graduación, sino hasta el momento en que la caña ha desarrolla- do suficientes raíces para absorberlos. Existe un período consi- derable entre el momento de la siembra de la caña y el momen- to en que estas cañas tienen suficientes raíces para tomar el fer- tilizante, y si en ese período de tiempo caen grandes lluvias, tanto la potasa como el nitrógeno pueden perderse. Esta pér- dida puede evitarse aplicando el fertilizante a la caña en creci- miento. Es una costumbre en Hawai!, Puerto Rico y otros países donde se emplea una gran cantidad de fertilizantes el hacer dos aplicaciones de los mismos, separados por un intervalo de va- rios meses. Si la aplicación que se ha de hacer es de más de seiscientas libras por acre, debe hacerse en dos dosis, pero si es menor que esa cantidad, debe de hacerse en una sola apli- cación. Según sea la localidad, así puede tratarse este asunto, y co- mo en Cuba la labor es cara y escasa, existe mayor razón pa- ra aplicar todo el fertilizante en una sola dosis más bien que en varias como se acostumbra en donde la labor es más barata. Los campesinos generalmente ponen objeción en usar un fertilizante soluble debido a su disposición a ser lavado á través de la tierra en las copiosas lluvias. El que estas líneas escribe, ha llevado a efecto cierto número de experimentos de naturaleza práctica, para comprobar este asunto y ha establecido el hecho de que, a lo menos en Hawaii y Puerto Rico, bajo las prácticas usuales de fertilización e irrigación y bajo las condiciones clima- tológicas existentes, los fertilizantes solubles, con excepción del nitrato de sodio, se pierden, pero lentamente. Aunque soluble en agua, el amoníaco, la potasa y el ácido fosfórico se unen muy pronto con los ingredientes del terreno 53 haciéndose parcialmente insoluble al agua. En una serie de ex- perimentos, empleando una tierra altamente básica de Hawaii, cuando el fertilizante se le aplicó a su superficie y seguido de una fuerte irrigación, la mitad de todo el ácido fosfórico, de la potasa y del amoníaco, fué retenida en la primer pulgada de la tierra y el 99 por ciento de todos estos elementos se quedaron también retenidos en las cuatro primeras pulgadas de la tierra empleada. Varias clases de tierras se usaron en Puerto Rico, incluyén- dose en los experimentos las ligeramente arenosas y las fuerte- ment’o arcillosas. En consideración a los resultados obtenidos, está indicado que el ácido fosfórico pronto y de modo firme se fija por todas las tierras, pero que existe una pérdida apreciable cuando se trata de tierras ligeramente arenosas donde los fertilizantes es- tán sujetos a un continuo y fuerte lavado. La pérdida mayor ocurrió en el caso del nitrógeno, pero és- ta no fué de una consecuencia material, excepto en el caso del terreno arenoso. La potasa se perdió de todas las tierras em- pleadas, pero en pequeñas cantidades excepto en el caso de la tierra arenosa. Se encontró que las lluvias fuertes o irrigacio- nes pueden lavar la potasa, especialmente en los terrenos areno- sos, pero después de fijada en el terreno sólo puede lavarlas en muy pequeñas proporciones. , Estos resultados y conclusiones han sido obtenidos reciente- mente por los experimentos similares llevados a cabo en la isla Mauricia. (*) Tan conclusivos son estos resultados que nosotros no tenemos ningún inconveniente en hacer recomendaciones basán- donos en ellos. En el caso de los terrenos altamente arcillosos, o de terrenos de mediana fertilidad, existe una pérdida muy pequeña en los fertilizantes, aún bajo las grandes lluvias. La única manera en que pueden ocurrir pérdidas grandes en los fertilizantes, es cuando éstos son lavados de la superficie. Existe también una sugestión práctica basada en los resultados, en cuanto al método de aplicar los fertilizantes. Por cuanto como ellos se fijan en el terreno de una manera muy rápida, no se mezclan homogénea- mente con la tierra y por tanto, debiera de mezclárseles con la tierra en una forma lo más convenientemente posible. Lo que hasta aquí se ha dicho, no se refiere al nitrato de sodio, el cual se usa frecuentemente como un fertilizante pa- ra la caña de azúcar con buenos resultados. Esta sal es soluble ('*) Bulletin N? 1, Scientific Series, Dept. of Agri. Mauritius. 54 en agua y no es retenida por la tierra como sucede con el ácido fosfórico la potasa y el nitrógeno en la forma amoniacal. Es ex- tremadamente soluble en agua y va juntamente con el agua donde quiera que ésta vaya. Si después de una aplicación de nitrato de sodio caen grandes lluvias, la disuelve llevándola con- sigo al subsuelo. Una parte considerable de este fertilizante pue- de ser perdido y así ocurre a menudo dependiendo la cantidad que se pierde de la naturaleza del terreno en que se ha aplica- do y de la cantidad de lluvia a (pie lia estado expuesto. CALCULANDO EL VALOR DE UN FERTILIZANTE El precio de un fertilizante debe estar basado sobre el aná- lisis químico del mismo y únicamente sobre este análisis, puesto que su valor para los campesinos depende del por ciento de ní- as sopa anb ua nuuoj iq ap a asiqod iq ap a ‘oaijojsoj ‘oue.So.4 encuentren. Xos encontramos con decepciones considerables en la compra de los fertilizantes, porque algunos de los fabricantes o vendedores pretenden tener un secreto en el procedimiento de la fabricación (pie los capacitan para poder presentar un mejor pro- ducto (pie los similares de sus competidores. Generalmente ellos justifican el hecho por e! cual cobran tan al t precio por sus ar- tículos, mientras (pie sus competidores lo bajan, por artículos de parecida composición, por tener mejores conocimientos de la composición del fertilizante y en las necesidades particulares de tal o cual cosecha a que el abono ha de ser aplicado. La creduli- dad del campesino es abusada por el hecho de (pie la garantía debe de darse en términos químicos, de los cuales él no entiende. Unos cuantos hechos fundamentales se dan aquí, y son fa- cilitados para que el comprador pueda entender tanto del nego- cio de fertilizantes, como él necesita conocer, que le permitan ha- cer contratos para sus compras. Los fertilizantes se avaloran de acuerdo con su contenido de ácido fosfórico, potasa y nitrógeno, y las fuentes de las cuales proceden. Raramente se trata químicamente un fertilizante des- pués de haberse mezclado, y por consiguiente es una mezcla me- cánica de cierto número de materias primas. El ácido fosfórico es usualmente derivado de harina de hue- sos y de las rocas fosfatadas, (pie pueden o no haber sido some- tidas al tratamiento con ávido sulfúrico para desintegrar el fos- fato de cal y hacer soluble el ácido fosfórico. El ácido fos- fórico puede estar en dos formas, bien soluble, en cuyo caso se supone sea inmediatamente aprovechable por las plantas, o bien insoluble, en cuyo caso no lo es tan prontamente. Su va- DO lor está basado sobre los precios del mercado del ácido fosfóri- co procedente de los Estados Unidos y del super-fosfato doble de Europa. Al darse los precios o valores de las materias primas, debe recordarse que ellos fluctúan de acuerdo con la demanda y el abasto como cualquiera otra materia (pie sea comprada y vendi- da, y por consiguiente los precios estimativos aquí dados son aproximados solamente. Además la guerra Europea ha traído consigo ima situación sin precedentes por razón de sus efectos sobre los precios de los fletes, braceros, jornaleros, sobre los pro- ductos químicos usados en la preparación de las materias pri- mas, y por consiguiente los precios estimativos no tienen aplica- ción mientras prevalezcan las presentes condiciones anormales. El superfosfato doble conteniendo 42 por ciento de ácido fosfórico soluble puede usualmente comprarse a $50.00 por to- nelada de 2,000 libras. Ahora bien una tonelada de este mate- rial contendrá 840 libras de ácido fosfórico soluble, que vale por tanto 6 centavos por libra. El nitrógeno de los fertilizantes es derivado de varias ma- terias, la principal de las cuales es el sulfato de amoníaco, un producto secundario en la producción del gas por el carbón de hulla (C’oke) (pie nos viene mayormente de Inglaterra; de la sangre, y tankage, que son productos secundarios de los mata- deros ; de los residuos de los peces ; y del nitrato de soda, pro- cedente de los yacimientos de Chile. El sulfato de amoníaco contiene 20 por ciento de nitróge- no, o 400 libras para cada tonelada y su valor en el mercado puede ser de unos $80,00 por tonelada. Una libra de nitrógeno vale por consiguiente 20 centavos. Debido a la escasez de la sangre, el tankage y otras mate- rias nitrogenadas de naturaleza orgánica, cuesta el nitrógeno, procedente de estas fuentes ligeramente más que el de sulfato de amoníaco, (pie es el que puede citarse como tipo general. La potasa es usualmente derivada del sulfato y del muria- to de potasa, o de sustancias que contienen una mezcla de estas sales, procediendo el abastecimiento mundial de las minas de Alemania. L’na tonelada de sulfato de potasa cuesta aproxima- damente $56.00 y como ella contiene 50 por ciento o 1000 libras de potasa, el precio en el mercado de una libra de potasa puede fijarse por tanto en 5.6 centavos. Tómese ahora un abono cuyo análisis sea 10 por ciento de ácido fosfórico aprovechable, 8 por ciento de nitrógeno de sul- fato de amoníaco y 8 por ciento de potasa de sulfato de potasa y tendremos los siguientes precios del mercado de una tonelada : 56 10% de 2.000 Ibs. o 200 Ibs. de ácido fosfórico apro- vechable a 6 centavos por libra $12.00 8% de 2,000 íbs. o 160 Ibs. de nitrógeno a 20 centavos por libra 32.00' 8% de 2.000 Ibs. o 160 Ibs. de potasa a 5.6 centavos por libra 11.20 Valor total del abono por tonelada $55.20 El valor del citado abono, basado sobre los precios asumi- dos es por consiguiente de $55.20 por toneladas, al que debe añadirse el costo del saco, mezcla de los ingredientes y de su presentación en buenas condiciones mecánicas. Se podrá fácilmente ver por lo que arriba liemos examinado, que los abonos de un alto análisis o composición son más económi- cos, desde el momento que el costo del flete, almacenaje, acarreo, y costo de aplicación es el mismo por tonelada en uno de baja como de alta graduación. Por ejemplo, el arriba citado abono, de 10-8-8 contiene 200 libras de ácido fosfórico, 160 libras de po- tasa y 160 libras de nitrógeno o sea un total de 520 libras de elementos fertilizantes o nutritivos. Si el flete, costo de aca- rreo, de este abono es de $10.40 llegará a 2 centavos por libra de materia fertilizante o nutritiva. De otra parte si el análi- sis hubiere sido 5-4-4 hubiera contenido 260 libras de materia fertilizante, pero como el costo del flete, etc., es el mismo, llega- ría a 4 centavos por libra la materia fertilizante. ABONOS DE MURCIELAGO Es conveniente llamar aquí la atención a una fuente posi- ble de fertilizantes (pie el hacendado cubano debía investigar detenidamente. Existen muchas cuevas en las formaciones calcáreas de Cu- ba. las que contienen grandes cantidades de guano. Es el excre- mento junto con los restos de los murciélagos que habitan esas cuevas. El guano ha sido por mucho tiempo, altamente apre- ciado por los agricultores, debido a su pronta acción en los cul- tivos, pero desgraciadamente el producto cubano es un artículo pobre en elementos. Muchas de esas cuevas de guano, son hú- medas, es decir, (pie están sujetas a los efectos de las filtracio- nes por las lluvias. Las consecuencias han sido, que la alta tem- peratura de los trópicos y la formación calcárea sobre la cual 57 se deposita el guano, lian causado una rápida acción bacterial y la lluvia lia lavado los nitratos y sulfatos resultantes, los cuales son solubles en agua; y por esta causa el contenido de nitróge- no es pequeño y esto sucede sin excepción, en todas las cuevas húmedas, aunque el total de ácido fosfórico es algo elevado en muchas de ellas. En el Boletín número 14 “Abonos” de esta Estación Ex- perimental se hallará un examen del valor fertilizante de es- tos depósitos de cuevas, juntamente con una relación de los aná- lisis de cuarenta muestras del guano. El promedio de los análi- sis hechos hasta aquella fecha es como sigue : Acido fosfórico aprovechable 4.54% „ „ insoluble 5.15 „ „ „ total 9.60 Nitrógeno total 2.37 Potasa 1.55 „ El valor medio en el mercado, según se especifica arriba, se- ría de $16.67. El promedio de los abonos de murciélago, es pro- bable que tenga un valor menos en varios pesos que las cifras arriba dadas, toda vez que muchas de las muestras fueron en- viadas por personas interesadas en la explotación de las cuevas y fueron probablemente recogidas de las partes más ricas de los depósitos. En el “Tercer Informe Anual” de esta Estación, página 92, se hallará otro examen o ensayo sobre estos depósitos y el análisis de 37 muestras. • El promedio de esos análisis es como sigue : Acido fosfórico aprovechable Nitrógeno total .... Potasa soluble en agua 4.03% 11.88 .. 1.06 „ 1.19 „ Aplicando la misma fórmula que el caso precedente, vemos que este abono vale $10.42 por tonelada. Considerando todos los análisis hasta ahora hechos, son los abonos de murciélagos bajos en potasa y nitrógeno, pero altos en ácido fosfórico, una parte considerable del cual es aprovechable. Los cálculos arriba citados están basacios en las materias húmedas tales co- mo fueron recibidas en esta Estación. En un boletín que pronto se publicará, se hallará un examen mucho más acabado de los abonos de murciélagos. So está llevando a cabo un esfuerzo para hacer una medición tío los depósitos de la Isla, determinándose su extensión y valor. Como unas 20 cuevas diferentes conteniendo aproximadamente unas 70.000 toneladas de abono, han sido ya medidas y el prome- dio de 130 análisis de estos depósitos, es como sigue, siendo ba- sados los análisis en el material libre de humedad: Promedio Acido fosfórico total „ „ aprovechable. . Nitrógeno total Potasa soluble en agua . . . . 11.60% a 26.43% 18.80% 3.80 „ „ 14.43,, 7.04., 0.35 „ .. 1.60.. 0.94 „ 0.36 „ „ 1.41 „ 0.74., Es dudoso si la explotación de los depósitos y la aplicación de los abonos a la caña de azúcar sena remunerativo, a no ser que con anterioridad hayan sido mezclados con alguna materia nitrogenada, o a no ser que alguna materia nitrogenada sea aña- dida a la caña en el terreno, además de los guanos. Hemos encontrado que los abonos de murciélagos de dife- rentes partes del propio depósito, varían muchísimo en el análi- sis, siendo probable (pie un examen demuestre (pie todas las cuevas contienen alguna materia digna de explotar. Con el aumento del precio de los abonos en el extranjero y con la enorme cantidad (pie se requirirá en los antiguos caña- verales, parece meritorio para el agricultor de caña de azúcar el ensayo completo de estos guanos. Numerosos lian sido los in- tentos (pie se han realizado para vender los guanos de ciertas cuevas, pero usualmente el negocio ha sido dirigido por especu- ladores que dan un valor ficticio a su producto. Donde pueda extraerse el guano de las cuevas y colocarse en los ferrocarriles, a un costo de $8.00 a $10.00. por tonelada, serán dignos de ser considerados; pero muy pocos de esos abonos tienen un valor de $25.00 a $40.00 por tonelada (pie es el precio usualmente pe- dido. CACHAZA COMO ABONO En conexión con este asunto, sería conveniente hablar de ciertos productos residuales de las fábricas de azúcar, cuyos va- lores como fertilizantes, no son debidamente apreciados. El más importante de ellos es la cachaza. Esta consiste en partículas finas del bagazo, que se han escurrido por los tamizadores y las materias precipitadas por la cal y coaguladas por la cal y el calor. Su valor principal está eu su materia orgánica, nitróge- no y fosfatos; conteniendo muy poca potasa según demostrará el siguiente análisis efectuado en Puerto Rico. 100 partes de la cachaza completamente seca, contiene: 1.67 partes de nitrógeno .20 „ ,, potasa 6.20 „ „ cal 4.49 ,, „ ácido fosfórico La composición de la cachaza conteniendo 60% de agua, será así : Nitrógeno 0.67% Potasa 0.08 ,, Cal 2.48 „ Acido Fosfórico . . 1.80 „ Según los valores arriba expresados, ésto tiene un valor co- mercial de $4.93 por tonelada. Una muestra de la cachaza, analizada en Hawaii, contenía la composición siguiente : Agua 65.59 '/í Nitrógeno 1.25 „ Cal 0.98 „ Soda y potasa .... .18 „ Acido fosfórico . . . .10 „ El valor comercial de esto es aproximadamente de $5.00. Se dan abajo los análisis de dos muestras de cachaza, tomadas de fábricas de Cuba. La número 1 es una muestra fresca y la nu- mero 2 fue recogida de una pila de unas cuantas toneladas que estaba acumulada en un campo próximo a la fábrica. Núm. 1. Núm. 2. Agua Acido Fosfórico Nitrógeno . . . Potasa . . . . 65.4 % 18.42' v .75 „ 2.23 „ .80 .. 2.23 „ 1.80 La muestra número 1 tiene un valor de $4.12 por tonelada, mientras que la número 2 tiene un valor de $13.60. 60 De los resultados obtenidos en el campo llegamos a la creencia de cpie la cachaza tiene un valor mayor que el arriba dado, en otras palabras, que posee un valor mayor que el que su contenido en nitrógeno, ácido fosfórico y potasa indica. Real- mente, al autor considera esta materia el mejor de los abonos que pueden ser aplicados a la caña, aun mejor que el abono de establo. Da buenos resultados en toda clase de tierras, en las negras lo mismo que en las coloradas y existen todas las razones por las que debe ser aplicado a las tierras de la caña. Hay mu- chas localidades en Cuba donde esta valiosa materia es vista co- mo un simple desperdicio del que se tiene necesidad de desha- cerse y algunos ingenios que están convenientemente situados lo tiran a los ríos o al mar, mientras que otros lo apilan en lu- gares convenientes y lo queman, o lo dejan abandonados. Es- to supuesto, para cada 100 toneladas de caña de azúcar molida resulta aproximadamente, una tonelada de cachaza ; por consi- guiente un ingenio que logre un rendimiento de 10 por ciento de azúcar sobre el peso de la caña y elabore 100,000 sacos de azúcar, moliendo 135.000 toneladas de caña, hará aproximada- mente 1.350 toneladas de cachaza, que a un cálculo moderado de $6.00 por tonelada tiene un valor como fertilizante de $8.100. Hay varios ingenios que fabrican de 300,000 a 400.000 sacos de azúcar y ellos están desperdiciando de $25.000 a $30,000 como valor de un buen material, por año. Sería remunerativo hasta para los ingenios v 3.44% Acido fosfórico 2 05% 18.52% 2.72% Potasa 24 92 % Según un ensayo hecho en Hawaii, la ceniza del bagazo al- canzó a 0.22% del peso de la caña molida, de modo que un in- 61 genio que elabore 100,000 sacos de azúcar tendría 300 toneladas de cenizas. La muestra de ceniza arriba citada contiene una cantidad poco usual de potasa, una muestra de Hawaii contenía 8.95 por ciento y una de Cuba aún menos. Esta materia varía mucho en composición, pero juzgando por los ensayos ya citados, es evidente de que la ceniza tiene un valor considerable y los ingenios deben hacer análisis de ella para determinar su valor. La potasa es el contenido más valioso de las cenizas, y ella puede ser mezclada ventajosamente con la cachaza o aplicada a los campos por sí sola. Las cenizas son usualmente utilizadas en la construcción de caminos y en rellenar lugares bajos de los terrenos. ABONOS EN TIERRAS DE SABANA La caña de azúcar no responde tan prontamente a los abo- nos como lo hacen otras cosechas, el tabaco por ejemplo. Por esta razón es muy difícil obtener resultados satisfactorios de las parcelas de ensayos y se hace necesario repetir los experi- mentos mediante una serie de años, antes que se pueda decir con seguridad qué abonos serían o no remunerativos. Hay en Cuba algunas tierras llamadas de sabana que son pobres e im- productivas y usualmente utilizadas únicamente para pastos. En años recientes algunas de esas tierras lian sido sembradas de frutales y en las cosechas menores, y han producido median- te el amplio empleo de abono, satisfactorios rendimientos. Es- tas tierras superficiales no son nunca, o muy raramente, utiliza- das en la siembra de la caña, pues es un hecho reconocido que la caña requiere tierras ricas y profundas y que sean retentivas de la humedad, siendo estas tierras conocidas con el nombre de “secas”. Quedo agradecido al Sr. H. M. Remy, Gerente de la “Colonial Sugar Companv”, por una descripción de un ex- perimento muy interesante realizado para ver sí estas tierras podrían producir caña de azúcar con el empleo de los abonos. Se sembró la caña en Diciembre 21 de 1914 y se cosechó en 27 de Enero de 1916, durante cuyo espacio de tiempo recibió una lluvia de 55 pulgadas. El campo fué dividido en franjas, algu- nas de las cuales tenían fertilizantes de diferente composición y otras sin abono alguno. La caña fué fotografiada en 20 de Abril de 1915, en cuya época, como puede verse por la lámina, la caña fertilizada estaña en muy buenas condiciones, mientras que la no fertilizada estaba muy pequeña y con muy poca vege- tación. Dos lotes fertilizados al tiempo de sembrarse rindieron un promedio de 65,178 arrobas por caballería, o sean 24 y media to- neladas por acre, mientras que la parcela fertilizada en Abril, rindió 40,257 arrobas por caballería, o sean 15 toneladas por acre, y el lote no fertilizado no dió rendimiento alguno. El señor Remy dice: — “Nosotros atribuimos este pequeño rendimiento en el último lote fertilizado al hecho de que el abono fue apli- cado en Abril, en vez de hacerse cuando se sembró la caña, lo (pie claramente demuestra que la caña requiere el abono inme- diatamente de sembrada y que no puede existir sin él” El aná- lisis del jugo normal, fué como sigue: Brix 19.58% Sacarosa 17.72 ,, Pureza 90.5 ,, ABONOS VERDES .Muy poca atención ha sido concedida en Cuba a los abonos verdes especialmente por los plantadores de la caña, y la rota- ción científica de las cosechas es desconocida. Afortunadamente las tierras vírgenes son muy ricas v abundantes, y do aquí que no haya habido la misma necesidad de conservar la fertilidad del terreno por medio de fertilizantes, rotación de cosechas y abonos verdes, (pie se hace necesario en los países más antiguos y más densamente poblados. Ya ha llegado la época en que los plantadores de caña de los terrenos más antiguos tienen que prestar mayor atención a estos asuntos. Cno de los más usuales y probablemente de los mejores métodos para renovar las tierras cansadas, es el de con- vertirlos en potreros por un número de años. Durante es- te tiempo nacen gramíneas nativas y yerbas adventicias (pie mejoran el terreno de dos maneras, por la acción de sus raíces y por la adición de nitrógeno, recogido por las plantas legumino- sas que crecen espontáneamente. El ganado, pastando sobre la tierra también la fertiliza con su excremento y la experiencia enseña que las tierras convertidas en pastos, por diez o quince años, vuelve a ganar en extensión considerable su fertilidad ori- ginal. Este método no lia sido costoso en el pasado, pues la Fertilización de las tierras de sabana. La caña a la izquierda está fertilizada, la de la derecha no está fertilizada. Tres meses de edad. 63 tierra se encontraba en abundancia y barata y además un gran número de bueyes tenían que ser mantenidos para hacer el tra- bajo de las plantaciones y el método más barato para mantener- los ha sido el soltarlos al potrero cuando no se necesitaban pa- ra el trabajo. Un sistema más intensivo de cultivo de caña, cuyo princi- pio ya se vislumbra, aumentará de tal modo el valor de las tierras que hará impracticable el convertirlas en potreros, al menos en la proporción que se ha acostumbrado en el pasado. Además, el uso generalizado de los tractores y arados mecáni- cos, excluirán bastante la fuerza animal, y entonces habrá mu- cha menos cantidad de terreno dedicado a pastos en compara- ción con el área sembrada de caña. Esta Estación ha experimentado las cosechas leguminosas desde que se estableció y ha encontrado que algunas de ellas producen rendimientos muy satisfactorios. La siguiente tabla da el rendimiento de algunas variedades de leguminosas sembradas en el año de 1907. Rendimientos de leguminosas Libras por Hectáreas. Composición Por ciento Nombre de las Plantas Partes de la planta Secada al aire Nitró- geno Acido fos- fórico Potasa Nitró- geno Acido fos- fórico Potasa Tallos 13,23-2 320.1 96.6 288.4 2.42 .730 2.180 Frijol de vaca.. Raices 610 6.2 2.5 7 2 1.01 .420 1.175 Total 13,842 326.3 99. 1 295.6 2.36 .716 2.136 Frijol de ter- Tallos 12,671 325.5 58.9 235.0 2.57 .465 1.855 ciopelo Raices 882 13.1 3.3 7.3 1.49 .376 .830 Total 13,553 383.6 62.2 242.3 2.50 .459 1.790 Pliaseolus ra- Tallos 17,305 231.0 92.7 244 0 1.33 .530 1.410 diatus Raices 2,134 19,439 23 7 16.5 1.11 815 Total 254 7 110.2 260.5 1.31 .560 1.340 Terammus nn- Tallos 28,775 474.7 189.0 447.7 1.65 .660 1.660 cinatus Raices 1 250 17.3 10.6 12.8 1.39 .850 1.030 Total 30,025 492 0 200.5 490.5 1.64 .668 1.635 Aeschynomene Tallos 15,240 234.7 67.7 211.8 1.54 .444 1.390 carmabina ... Raices 3,945 32.8 33.8 28.2 .83 .840 .715 Total 19,185 267.5 100.5 240.0 1.39 .524 1.250 64 Tomándose el valor del nitrógeno a 20 centavos por libra,, se ve que el valor por hectárea de esta sustancia, en las dife- rentes plantas, es como sigue : Frijol de vaeas $65.26 Frijol de terciopelo . . . 76.72 Phaseolus radiatus . . . 50.94 Terammus uncinatus . . 98.40 Aesehynomene cannabina . . 53.50 Además de agregar nitrógeno al terreno, éstas plantas tie- nen raíces que profundizan mucho y ayudan a preparar el te rreno, para otras plantas, pero su mayor efecto es, tal vez, me- diante la cantidad de materia orgánica que ellas suministran : sustancia ésta que las tierras cansadas más necesitan. El chí- charo de vaca es una cosecha bastante segura si se siembra en la primavera, al principio de las aguas, y usualmente se puede enterrar con el arado a los tres meses de haber sido sembrada. El frijol de terciopelo es oti'a planta que se puede cosechar sin riesgo, pero requiere un período de tiempo más largo para al- canzar su madurez. Hay algunas otras leguminosas que se pro- ducen bien, entre las cuales podemos mencionar las canavalias, una de cuyas variedades, la Canavalia gladiata, rindió 69.047 libi’as de materia verde por hectárea a los cinco meses de haber sido sembrada. Cuando el terreno se deja descansar solamente entre el tiempo de cortar la caña hasta que se ara para sembrarla en el Otoño, sin duda alguna pagaría sembrar una cosecha de algunas de estas leguminosas, porque no solamente añadirán nitrógeno y materia orgánica al terreno, sino (pie ellas lo mantendrán li- bre de gramíneas y yerbas adventicias, y la tierra estará en mejores condiciones para la pi-oducción de caña el año si- guiente. La cosecha de leguminosas debe ser enterrada cuando vaya a florecer, usando un arado de discos. En casos en que la co- secha sea muy grande se encontrará (pie es ventajoso el pasar un rodillo por encima del campo, precediendo al arado de discos. La rotación de la caña con maíz y chícharo de vaca se lleva a cabo como práctica regular por los plantadores de caña de Louisiana, la alteración es la siguiente: el primer año, caña de planta, el segundo año caña de retoño, tercer año, maíz y chícharo de vaca. Cuando el maíz alcanza la altura de algunos pies, se siembra chícharo de vaca en la proporción de 50 a 150 libras por acre. El maíz es recogido en el verano, y algunas ve- ces los bejucos del chícharo de vaca se recogen para alimentar el 65 ganado, y otras veces se dejan en los campos. En cualquier caso, el terreno, con o sin el bejuco del chícharo es arado en Agosto o temprano en Septiembre y sembrado de caña en Oc- tubre. De este sistema Stubbs dice: “Ningún sistema de rota- ción es completo sin la cosecha de leguminosas, y entre éstas el chícharo de vaca ocupa el primer rango como un rápido restau- rador del terreno, acumulando a menudo en unos cuantos meses más de 100 libras de nitrógeno por acre. Un examen de las raí- ces del chícharo de vaca durante el rápido desarrollo, revelará grandes cantidades de tubérculos como verrugas, las cuales cuando son aplastadas y una porción examinada al miscrosco- pio, revelarán incontables millares de bacterias peculiares a es- ta planta, viviendo en unión simbiótica con sus hospederos. Na- da puede suplantar al chícharo de vaca en la rotación corta, adoptada por los plantadores de caña. El chícharo de vaca lle- va a cabo distintas valiosas funciones. Por sus profundas raí- ces e inmenso follaje ellos absorben desde grandes profundida- des el agua y la evaporan, y de este modo dejan el terreno en condición relativa a la humedad, muy favorable a la nitrifica- ción. Ellas dan sombra al terreno, protegiendo así los fermen- tos nitrogenados de la destructiva influencia de la luz solar di- recta, capacitándolos para trabajar casi en la superficie. Sus raíces principales absorben, conjuntamente con el agua las sus- tancias alimenticias solubles de grandes profundidades.” “Pero su principal virtud consiste en su extraordinario po- der de utilizar el nitrógeno libre del aire. De modo (pie se usa una sola vez en tres años para restituir el nitrógeno consumido por dos cosechas de caña de azúcar.” (Véase páginas 105-6 del libro del Sr. Stubbs: “Caña de azúcar”). EFECTO DE LA APLICACION DE ABONOS EN LA COMPOSICION DE LA CAÑA Existe la creencia general que abonar fuertemente es con- traproducente para la calidad del jugo, y Noel Deerr (Véase, “Cañe Sugar”, página 64) dice que bajo ciertas condiciones esto puede ser correcto, y que ha sido comprobado en Demarara, donde se tiene un corto período de crecimiento, y una aplica- ción tardía de abonos, daría como resultados jugos impuros. Y hace constar además como explicación, (pie posiblemente en ta- les casos no solamente se demora la madurez, sino que también se estimula un segundo crecimiento de cañas nuevas y la com- paración puede ser entonces de caña madura y no madura y que con la aplicación abundante de abono hay consecuentemente un aumento en la cantidad de la cosecha con una disminución en 66 el exceso de la luz solar y como resultado final una tardanza en la madurez. Esta es probablemente una afirmación correcta del caso. Por el contrario, el que esto escribe, ha realizado ex- perimentos en Puerto Rico, que indican que cuando se le per- mite a la caña alcanzar un completo desarrollo, los fertilizan- tes no tienen un efecto apreciable en la calidad del jugo. Al- gunos experimentos fueron hechos en la Estación Experimen- tal de la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico, los cuales son ilustrativos. La primera o caña de planta, fué cosechada en 1912, y la primera cosecha de retoños al año siguiente, y en la tabla que sigue damos los análisis de estas cosechas. ( Véase el Tercer In- forme Anual de la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico). Tabla III. — Mostrando análisis de jugos de lotes fertilizados Parcela Lote Núm. Cosecha de Soca. 1912 Cosecha de Retoños 1913 Brix Sacarosa Pureza Brix Sacarosa Pureza C 1 18.5 10.0 01.2 17.52 16.47 94.0 2 18.4 10.0 91.9 17.38 16.27 93.6 3 18.2 10.4 00 5 16.93 15.75 93.0 4 18.2 10.4 90.5 18.50 17. U 94.5 5 18.3 10.7 91.8 18.33 17.31 94.4 6 18.0 17.5 92.5 18.80 18.16 96.6 7 18.5 17.3 91.4 18.22 16.99 93.2 8 18.1 16.3 90.2 17.86 17.46 97 8 a 18.1 16.6 91.7 17.76 16 '1 94.6 10 18.3 16.7 91.2 17.20 16.06 93.4 Promedio 1 8. 35 16.77 01.29 17.85 16.87 95.5 F 11 18,4 16.0 91.7 18.12 16.91 93.3 12 18.1 16 5 01.3 17.96 17 08 95. 1 13 18.0 10.3 90 8 18 04 17.05 94.5 14 18 3 16 6 90.7 18.26 16.8 1 c)o o 15 18.0 16.2 92.2 17.59 16.50 93.8 1<¡ 18.2 17 1 03.8 18.00 17.03 **4.6 17 18.0 16.7 92.6 18.81 17.87 95.0 18 18.7 16.3 91.0 18.94 17.62 93.0 10 18.0 17.1 92.0 18.89 17.77 94 1 20 18.6 17.0 91.4 Promedio 18.5 16.67 91.84 18.63 17.55 94.2 Todos los análisis dados son de muestras de jugos, tomadas en el ingenio y por lo tanto no están .vujetos a los errores de 67 elegir algunas cañas de cada lote y molerlas en un trapiche de laboratorio. En la tabla anterior los lotes F tenían mucho más fertilizante que los lotes C, pero los análisis son prácticamente idénticos. Los lotes 1, 9 y 17 fueron los lotes testigos, sin fertilizar, y la pureza de los jugos tenía un promedio para la cosecha de 1912, de 91.8, mientras que el promedio de todos los lotes era de 91.57. En 1913 el promedio de los lotes sin fertilizantes fue 94.5 en contra 94.8 para todos los lotes. Los distintos lotes te- nían aplicados diferentes clases de abonos, de modo que se pro- bó de una manera concluyente que bajo las condiciones de la prueba, ni la clase ni la cantidad del fertilizante había afecta- do la pureza del jugo en cantidad apreciable. La siguiente tabla muestra el número de ingenios cubanos que usaron fertilizantes durante el año 1912-1913. Con Fertilizantes. Sin Fertilizantes. Pinar del Río 2 5 Habana . . 10 9 Matanzas. ...... . . 29 12 Santa Clara . . 16 53 Camagüev . . 1 6 Oriente . . 5 26 Total. . . . . 63 111 Por lo que podrá verse que mientras un solo ingenio en un total de 7 en Camagüey usó fertilizante, estando la mayor parte de las plantaciones situadas sobre tierras vírgenes, la propor- ción es muy diferente en la Habana y Matanzas donde la mayor parte de los ingenios se hallan en tierras viejas. QUEMA DE LA PAJA DE CAÑA La cuestión de la disposición que se ha de dar a la paja de la caña, las hojas y los cogollos, después del corte, es según opinión del que escribe, una de las más importantes relaciona- das con la producción de azúcar en Cuba. Un resumen de lo (pie se practica en otros países, será aquí incluido juntamente con las razones principales para esas prácticas, con el objeto de compararlas con lo que se practica en Cuba. 68 En Louisiana la paja por lo general se quema a poco de ha- ber sido cortada la caña. El barreno de la caña Diatraea sa- ccharális, es muy común en los campos de Louisiana y causa bastante daño. Por lo tanto, todos los medios conocidos han sido usados, para contrarrestar su propagación y por algún tiempo se creyó que la quema de la paja era uno de los mejores medios para disminuir el número de barrenos. Se argumentó con razón que todos los barrenos que no eran llevados al ingenio en los canutos de las cañas, donde al ser molidos éstos, eran aplastados, morirían al quemarse la pa- ja. Este razonamiento actualmente se considera dudoso, debido al descubrimiento de que existen algunos parásitos que viven sobre los barrenos ( borer ) de la caña y de que un por ciento mayor de estos parásitos son destruidos por el fuego, compara- dos con los barrenos que destruye. Estos últimos sobreviven en las porciones de los cogollos de las cañas que no son destruidas por el fuego, mientras que los parásitos son destruidos casi por completo. De aquí que se argumente que la quema continua de la paja trae como consecuencia \in constante aumento en el por ciento de los barrenos, en comparación con sus enemigos natura- les. Este asunto no ha sido aún suficientemente estudiado en todas sus fases para capacitarnos en afirmar positivamente el efecto real de la quema de la paja sobre el número de barrenos que infectan los campos de caña. Como es un hecho conocido que los daños causados ipor los barrenos en Cuba no son tan grandes como en los países donde la quema es más general y sistemáticamente llevada a cabo, hay por lo menos la presun- ción de que la antigua idea pueda no haber sido enteramente correcta. Por otra parte, en Lousiana los inviernos son fríos y húme- dos y los ojos o yemas de las cañas que se dejan en el campo, son. a menudo, destruidas por 1a. excesiva humedad y por la es- carcha, y los campos que tienen hojas de caña ya sean sohre el terreno o enterrados, se mantienen más húmedos que aquellos campos en los cuales se ha destruido la paja. Los campos de la Louisiana son por lo general bajos y hú- medos durante la época del crecimiento, y etl cultivo se practica no solamente para destruir las yerbas adventicias, sino que tam- bién para drenar los campos del exceso de agua. Este cultivo necesario no podría hacerse en la forma apro- piada, si existiese una fuerte cubierta de hojas sobre el terreno. Stubbs concluye una discusión sobre este asunto con las siguien- tes palabras: (Véase Stubbs “Sugar Cañe, pág. 88). “Expe- 69 riendas en la quema de la paja inmediatamente después de la cosedla han demostrado de una manera tan concluyente lo jui- cioso del acto, que casi todos los hacendados del Estado apro- vechan la primera seca después del corte de la caña, para dar- le candela a todos los campos. Se asegura por algunos admi- nistradores buenos observadores, que el aumento en la cosecha de los retoños, debido a un cultivo excelente que se lia podido llevar a cabo por la quema de la paja, compensa por sí solo con creces la cantidad de ingredientes fertilizantes perdidos por la quema. Estas son las razones principales en pro de la quema, y la experiencia de doce años capacitan al autor para decir que son de peso y validez. La pérdida de materia vegetal por la quema se reconoce gustosamente, pero es rigurosamente sosteni- da para evitar pérdidas de índole más seria”. Las diferencias en los terrenos, en las localidades y en la lluvia en Hawaii, han hecho que la disposición de la paja de la caña sea un asunto de índole local. En general se puede decir que las haciendas que emplean el regadío han practicado hasta hace poco la quema sistemática de la paja de la caña, princi- palmente porque impedía el sistema de regadío que allá se prac- tica. En lugares donde ocurre abundante lluvia la paja ha sido generalmente quemada porque impide el cultivo. En distritos donde la caída de agua es insuficiente, pero donde no hay agua para el regadío, la paja, algunas veces se quema y otras veces se deja en el campo, pero en todos los casos en que se dejaba en el campo, se arreglaba de tal modo que no impidiera un buen cultivo. Por regla general puede decirse que la paja fué siempre quemada. Allí las condiciones bajo las cuales la industria de la producción de azúcar fué llevada a cabo ha sido el factor determinante. La producción de azúcar de caña es conducida más bien bajo un sistema intensivo que extensivo. La tierra es costosa y escasa y el producto debido a la tarifa protectora de los Estados Unidos, de un alto valor. Con sus arados de vapor les es fácil preparar el terreno cada pocos años para la siem- bra y esta frecuencia de trabajar la tierra la ha mantenido en un alto grado de fertilidad, que no se hubiera obtenido si se hubiera permitido a la caña retoñar por un largo número de años como en Cuba. De otra parte el cultivo ha sido llevado a un alto estado de perfección y todos los campos son fertilizados altamente con abonos químicos, de tal modo que los hacendados han pensado 70 que ellos pueden suplir las deficiencias en el terreno, debido a la quema de la paja más económicamente por el cultivo y la fertilización. Los últimos años transcurridos no obstante han traído un cambio considerable en este respecto. Se ha visto que ciertos terrenos están disminuyendo en producción a pesar del sistema intensivo de agricultura que se practica, y que los terrenos es- tán agotándose de su materia orgánica. Cada vez más se prac- tica el dejar la paja de caña, aún en los campos regados, y siem- pre que es posible se le entierra, de tal modo que no impida el cultivo. Las condiciones en Java son totalmente diferentes de las de los demás países donde se cultiva la caña y que ya hemos considerado. Allá la población es muy densa y por lo tanto la mano de obra muy barata. Debido a la gran población sin em- bargo, la tierra es escasa, pues gran parte de ella se dedica a la producción de alimentos para las personas. Estas condiciones han traído una rotación de la caña con otros productos como el arroz, frijoles, maíz, etc., y no se le permite a la caña que retoñe. El agua del regadío trae consigo limo a los campos, el cual tiene cierto valor como fertilizante. Además, la rotación de la caña con otras cosechas, y especial- mente con las leguminosas, tiende a mantener el terreno en un alto grado de fertilidad. Bajo estas circunstancias, por lo tan- to, no debe sorprender el que la paja de la caña no se utilice y que los campos sean despojados de ella antes que las subsi- guientes operaciones sean empezadas. Es la práctica corriente en las porciones norte y este de Puerto Rico el quemar la paja de caña después de la cosecha, pues los terrenos son de una arcilla pesada y no hay un gran trabajo para conservar la humedad. En las porciones más se- cas de la Isla, aún en aquellas en que se practica el regadío, se va haciendo más general el conservar la paja de la caña. Las consideraciones que anteceden hacen patente el asun- to de que la disposición de la paja de la caña después de la co- secha es cuestión de localidad, y explica por qué los métodos cu- banos no son seguidos en otros lugares. También es evidente que en aquellos países en que las condiciones lo permiten se hacen más y más esfuerzos en conservar la paja de la caña y en aumentar así la materia orgánica del terreno. El valor de la paja ^de la caña en la agricultura cubana, puede hacerse constar bajo tres principales encabezamientos: (1) Añade materia orgánica al terreno. El efecto de la materia orgánica en aflojar los terrenos pesados, en hacerlos 71 más accesibles a las raíces de las plantas y en aumentar el poder de absorción y mantenimiento de la humedad, son bien conoci- dos. ( Para un examen de este asunto, véase el Boletín 28 de es- ta Estación: “Las tierras de Cuba”, página 22). Está demos- trado que la materia orgánica incorporada en las tierras aumen- ta muchísimo su poder absorbente y que el agua así absorbida es retenida por un período de tiempo mucho mayor. Esto es de la mayor importancia en Cuba, donde las lluvias son escasas, comunes los períodos de severas sequías y el regadío usualmen- te impracticable. (2) Ella actúa como una cubierta para evitar la evapora- ción de la humedad. Esto ha sido extensamente discutido bajo el epígrafe de “Cultivo” ( véase página 45). Se verá que la paja de la caña lia sido uniformemente superior al cultivo pa- ra conservar la humedad, así mismo que su mayor superioridad es más señalada en tiempo de sequías que en tiempos lluviosos o de lluvias normales. Otros ensayos en el campo han mostra- do que la tierra cubierta con paja tiene un tres o un cuatro por ciento más de humedad durante la estación de la seca que los campos que se han dejado yermos. (3) Ella tiene una determinada cantidad de nitrógeno, parte de la cual, al menos, es añadida a la tierra y apropiada por las cosechas en crecimiento. La siguiente tabla fue tomada de los informes de la Estación Experimental de los Productores de Caña de Azúcar de Ilawaii, y enseñará las cantidades de ele- mentos fertilizantes hallados en la caña y en la paja por cada tonelada de azúcar producida. Elementos removidos de la tierra por tonelada de azúcar PRODUCIDA En cogollos, hojas y cañas muertas. En cañas Cal 3 7 lbs Acido Fosfórico 8 2 Potasa 66.5 ., 35. 3 , , Nitrógeno 20.2 ,, 12.7 .. Al quemarse la paja, la cal, el ácido fosfórico y la potasa se quedan como ingredientes de las cenizas, pero el nitrógeno es mayormente volatilizado y perdido. Una producción de dos toneladas de azúcar por acre, lo que no está muy distante del promedio en Cuba, daría como resultado, una perdida de 40.4 libras de nitrógeno si la paja de la caña fuese quemada. A los precios corrientes pedidos por el nitrógeno en los abonos comer- ciales, esto alcanzaría una cantidad de $20 por acre. Stubbs di- ce que 1.9 libras de nitrógeno por tonelada de caña se pierde por la quema de la paja, y por consiguiente, 20 toneladas de caña producidas por acre, resultaría con una pérdida de 38 li- bras de nitrógeno, cifra muy estrechamente aproximada a la hallada en Hawaii. Ahora bien se ha encontrado que el nitróge- no es uno de los elementos más esenciales en la producción de la caña de azúcar, y por lo tanto que el ahorro por la conservación de la paja es real y muy importante. (4) Ayuda a evitar el crecimiento de las yerbas adventi- cias. Esto es así mismo una partida muy importante en es- te país donde la mano de obra es muy escasa y costosa. En las tierras nuevas particularmente, y en todas aquellas donde se desarrolla una gran cosecha de caña, el costo de conservar los campos limpios, es de ana insignificante cantidad. El efecto de una fuerte cubierta de paja de caña en mante- ner una temperatura uniforme en la tierra para evitar que los ardientes rayos del sol tropical tengan contacto directo con la tierra, y en evitar la irradiación del calor por las noches y du- rante los meses fríos del invierno, no han sido suficientemente estudiados para permitir que hablemos con autoridad. De nue- vo, no sabemos qué temperatura de la tierra es más conductiva al desarrollo de las raíces de la caña y el efecto de la paja de la caña en el mantenimiento de esta temperatura. Es razonable suponer, empero, que la temperatura de la superficie del tei'reno durante los días cálidos del verano y la temperatura fría duran- te el invierno son ambas perjudiciales al desarrollo de las raíces de las cañas tiernas. De una completa consideración de todos los antecedentes disponibles, el autor está persuadido de que existen dos facto- res primordiales que dan longevidad a los cañaverales de Cuba y permite que la industria azucarera pueda ser conducida con tanto éxito. El primero es la práctica universal de conservar la pajaza de la caña (pie tiende a conservar la humedad en la tierra, y el segundo es el gran contenido de carbonato de cal que se encuentra prácticamente en todas las tierras de la caña de Rompiendo la tierra con el arado “Spalding’’. 0 73 azúcar. Además de modificar la condición física de las tierras, la cal facilita que las bacterias modifiquen el nitrógeno orgánico, que deja la paja en formas que pueden ser asimiladas por las plantas en crecimiento. Cuando se ara un cañaveral inmediatamente después de la siega para la siembra de una nueva cosedla, la paja siem- pre se quema por la razón de que aun no se lia encontrado el medio para con éxito arar «n los campos cubiertos con paja. No obstante, recientemente, se ha utilizado un arado de disco, co nocido con el nombre de Spalding para labranza profunda y construido por la Spalding Deep-Tilling Machine C? con bastante éxito en Hawaii, con este objeto. Consiste en dos discos uno de ellos montado más bajo que el otro y como a cuatro pulgadas dentro del primero. El disco del frente rompe una lonja o raba- nada de la parte supei-ficial de la tierra y con ella vuelca la paja de la caña dentro del fondo del surco precedente. Esta rebanada puede ser de cualquiera anchura deseada. El segundo disco le sigue como a unas cuatro pulgadas dentro de la vía abierta por el primer disco y tira la tierra sobre la paja, cu- briéndola de una manera efectiva. Este segundo disco es tam- bién ajustable a cualquier deseada profundidad. Si este implemento diese en Cuba tan buenos resultados co- mo en Hawaii, ly nosotros no vemos razón alguna para que así no sea, ayudará en la solución de un problema muy perplejo e im- portante. IRRIGACION El asunto o tema del regadío de la caña de azúcar, lia re- cibido muy poca consideración en Cuba. Existen amplias razo- nes que justifican esto. Aun cuando la lluvia anual es com- parativamente pequeña, viene empero al tiempo más oportuno para el desarrollo de la caña. La mayor cantidad de lluvia ocurre en el verano cuando la temperatura es alta, la planta está alcanzando su máxima rapidez de crecimiento y la evapo- ración de la tierra y de la caña, es mayor. La tabla que sigue da la temperatura media en la Habana, por meses, según datos facilitados por el Colegio de Belén, por un período de diez años, y por comparación se dan las mismas cifras, tomadas de los informes del Negociado de Meteorología de los Estados Unidos, por un período de once años, correspon- dientes a Honolulú, Hawaii. 74 Habana. Honolulú. Enero .... . . . 70.3 70.4 Febrero . . . . . 72.0 70.5 Marzo .... . . . 73.9 70.8 Abril .... . . 75.6 72.5 Mayo .... . . 78.4 74.5 Junio . . . . . . 80.8 76.2 Julio .... . . 81.5 77.2 Agosto . . . . . 81.9 78.1 Septiembre . . . 80.8 77.8 Octubre . . . . . 79.0 76.6 Noviembre . . . . 75.4 74.5 Diciembre . . . . 72.3 72.5 Promedio . . . . . 76.8 74.3 La lluvia no solamente varía muchísimo de año en año, sino que no es igualmente distribuida por todo el año. Durante 49 años la lluvia en la ciudad de la Habana varió de 27.05 a 71.40 pulgadas, con un promedio de 49.30 pulgadas. Dos 'veces durante este período de tiempo, la lluvia total por un año fué menor de 30 pulgadas, en cuatro años fluctuó de 30 a 40 pulga- das, en 21 años, ella fluctuó entre 40 y 50, en 18 años de 50 a 60 y en 4 años a más de 60. La siguiente tabla da los promedios de lluvia mensuales en la Ciudad de la Habana por un período de más de 49 años. Enero . . . Febrero . . 2.22 Marzo . . . . . 1.94 Abril . . . 2.29 Mayo . . . . . 4.86 Junio . . . . . 6.63 Julio . . . . . . 4.95 Agosto . . . . . 5.59 Septiembre . . . 6.00 Octubre . . . . . 6.41 Noviembre . . . 3.08 Diciembre . . 2 40 Total . . . . . 49.30 La figura muestra gráficamente el promedio de la llu- via. Se verá (pie la estación seca ocurre en Noviembre y termina en Mayo y en ninguno de estos meses ocurren las Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dbre. OI Promedio de lluvia en la Habana en 19 años, 1859-1907. 75 lluvias en cantidades tales como requiere la caña para obtener ini vigoroso desarrollo. De nuevo, hay un período en el verano, usualmente en Julio o en la primera quincena de Agosto, cuando disminuye la lluvia a tal extensión que eu ocasiones constituye una ligera sequía. Se verá por las relaciones arriba dadas, que aún cuando la lluvia en la Habana y en Cuba generalmente, es ligera, sin embargo la estación de las lluvias corresponde muy es- trechamente con la estación de altas temperaturas. A pesar de que la temperatura de la Habana es únicamente de dos y medio grados más elevada que la de Honolulú, no obstante el promedio durante el verano y principio de los meses del otoño es muy apro- ximadamente cuatro grados más elevada. Tomándose el promedio de lluvia eu Cuba, como de 55 pul- gadas, que para los distritos de la caña de azúcar, no está muy distante de la lluvia que actualmente reciben, vemos que es muy pequeña comparada con la lluvia de los otros países productores de azúcar, donde no se practica la irrigación y mucho menor que la cantidad de agua aplicada donde se practica el regadío. En Hawai i, se estima que una 'bomba que arroje un millón de galones de agua por día, es suficiente para irrigar 100 acres. Esto equi- vale a 134 pulgadas de agua en un año, si la bomba funcionase todo el día. Esto es en adición a la lluvia, que en ciertas es- taciones puede ser considerable. En Puerto Rico, el Gobierno ha empleado unos $5.000.000 en la construcción de estanques, canales, etc., con objeto de poder irrigar la parte sur de la Isla que es propensa a las sequías de considerable severidad. Ha sido supuesto por el Servicio de Irrigación, (pie 72 pulgadas de agua por año. serán necesarias para la caña de azúcar, proceda el agua de las lluvias o de re- gadío. En realidad, se ha averiguado que las cosechas máximas no pueden ser producidas con esta cantidad, pero que se necesita menor cantidad de agua que en Ilawaii. Mientras que el agua es aplicada en este último país, cada unos diez días, el intervalo en- tre las irrigaciones en Puerto Rico puede ser considerablemente mayor, debido al hecho de que la tierra retiene la humedad, mayor período de tiempo. El promedio de lluvia de trece años 1900 a 1912 en Areci- bo, Puerto Rico, fuié de 54.82 pulgadas y sin embargo, se ha encontrado ser necesario instalar un sistema de irrigación pa- ra resguardarse de las sequías periódicas. Las tierras negras de Cuba retienen mejor la humedad, que las tierras de Hawaii, y por consiguiente, una -cantidad de agua mucho menor será requerida. En Presten, la Ñipe Bay Com- pany ha conducido experimentos con el regadío por varios años, y hemos sido informados de que una bomba de cinco millones de 76 galones de capacidad, suministró agua suficiente para un millar de acres. Por la naturaleza de la tierra, los períodos entre los riegos pueden ser de 5 a 6 semanas. La tierra colorada no con- serva la humedad como lo hacen las tierras negras y las irrigacio- nes tendrían que hacerse con mucha mayor frecuencia. Es- to tiene especial aplicación a las tierras cansadas que han per- dido gran parte de su contenido en mantillo. En el central “ Constancia ”, las tierras coloradas son irrigadas cada catorce o veinte días, durante la estación seca y como una vez cada tres semanas, durante la estación lluviosa. La ausencia de arroyos corrientes en muchas partes de Cu- ba, ha evitado que se ensayase el valor de la irrigación más ge- neralmente, no habiéndose investigado las fuentes subterráneas de agua. Xo obstante, en el año 1912. se practicó el regadío en 17 plantaciones, de un total de 168, lo que es un poco más del diez por ciento. En algunas de estas plantaciones, el regadío es meramente un ensayo y en otras, la extensión a que se aplica es muy pequeña. Empero se hacen serios intentos en los centrales “Preston”, “ Constancia ” y “Las Cañas” de Guantánamo y en los campos de varias haciendas cerca de Güines, siendo en todos favorables los resultados. Para resumir, vemos que el asunto de la aplicación, artificial del agua a los cañaverales, no ha recibido mucha atención, prin- cipalmente por tres razones; primera, la lluvia se precipita en el momento más propicio para el crecimiento de la caña : segun- da. la tierra en general es retentiva de la humedad y por consi- guiente no necesita tanta agua como aquellas de países menos favorecidos ; y tercera, no existen muchos arroyos corrientes pró- ximos a los campos de caña. El éxito, no obstante, de los en- sayos cpie ya han sido realizados, indican la deseabilidad de que se dé mayor atención a este asunto en el porvenir, especialmente en calcular los abastecimientos del agua. METODO PARA APLICAR EL AGUA Generalmente se ha adoptado para aplicar el agua, el sistema conocido por Sistema de Haivaii, y es probablemente el mejor pa- ra las condiciones de Cuba. En este sistema, los surcos deben correr niveladamente y el agua por el campo, en ángulos rectos a las direcciones de los surcos, de los cuales se saca para los sur- cos laterales. En otros casos, cuando los surcos no están nivela- dos. el agua se saca de un lado de la zanja y se le permite que corra dentro de los surcos, hasta que alcance la ribera de la si- guiente corriente de agua. Solamente se riega un surco a la vez y el agua puede ser mucha o poca, según la requiere la caña. Irrigación de caña. 3 '3 fcuo o 72 Ct m 03 rá 3 60 a> i i <0 ■“7 cq —f P t 1 ' < i " S — J í - - — — c\¡ — í¡ y « 1 ¿ ' < 2 »t ' 4 i 4- ¡ oi 3 3 03 03 72 C£ 03 , w í¿ O ' £ 3 3 a © 02 3 Cu bX) ~ & O 3 bJD 72 I — , W c3 c ra c¿ fcX) 3 72 H ■*: *" OQ 3 I 3 I. N! bJD | ^ s©