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EL NU HIMNARIO

EVANGELICO

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EL NUEVO HIMNAEIO EVANGÉLICO

PARA EL USO DE LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS DE HABLA ESPAÑOLA EN TODO EL MUNDO

EDICIÓN SIN MÚSICA

SOCIEDAD AMERICANA DE TRATADOS

PARK AVENUE AND FORTIETH STREET, NEW YORK

COPYRIGHT, 19 15, By AMERICAN TRACT SOCJETY

Este Himnario se puede conseguir en todas las librerías evangélicas de los paises latino-americanos.

PUBLISHER'S NOTE

This hymnal has been prepared by tlie following Committee, wñose members represen! tlie Baptist, Congregational, Metlioclist Episcopal, and Presbyterian Churches :

Eev. John W. Butlee, D.D.

Eev. William W. Wallace, D.D.

Mrs. J. P. Hauser

Prof. L. R. Cámara

Eev. V. Mendoza

Eev. Epigmeniq Velasco

Miss Eena Cathcart

Eev. Arcadio Morales

Miss H. L. Ayres

Prof. E. C. Brown

Eev. Julián Castro

Eev. George H. Breweb

Eev. Teófilo Barocio

Eev. E. C. Elliott

Eev. a. Portugal

Tlie American Tract Society desires to express its liearty ap- preciation of the arduous and faitliful services rendered by the Com- mittee, and its gratitude to all, who liave in any manner assisted in the preparation of this hymnal. Grateful acknowledgment is also due those who have kindíy granted permission to use copyrighted hymns and tunes.

iii

CONTENIDO

Prefacio

Orden del Culto . ,

Indice Alfabético de las Lineas Primeras de los Himnos

Lista de Asuntos

Himnos

Lecturas Antifonales

iv

PREFACIO

. . .Hablando entre vosotros con Sal- mos e himnos y canciones espirituales, cantando y alabando en vuestros corazo- nes al Señor." Efesios 5:19.

EL CRISTIAXIS]\rO es la religión del gozo, y el canto es la expresión genuina de ese gozo. Si es cierto que el canto y la música existen en todas las religiones, también es cierto que el canto expresivo, inteligente e inspirado es el patrimonio solamente del pueblo cristiano. Todo esfuerzo, pues, que tienda a mejorar la calidad de las poesías y de la música destinadas al canto cristiano, no es perdido ni es de despreciarse. La Himnología de la Iglesia necesita más y más atención, para cumplir debidamente con la exhortación del Salmista cuando dijo: Cantad entendi- endo."

La Comisión que tiene la honra de ofrecer este nuevo Himnario al público evangélico de los pueblos de habla castellana, recibió de la Sociedad Americana de Tratados el encargo de revisar el antiguo Himnario publicado por la referida Sociedad en 1893, con la recomendación de aprovecliar todo lo (|ue a su juicio tuviera de bueno dicho Himnario, y desechar lo que ya no se considerara apropiado para el canto, teniendo, además, el derecho de introducir todos los himnos nuevos que vinieran a enriquecer y mejorar nuestra himnología española.

Esta Comisión, formada por un personal seleccionado de entre todas las denominaciones que trabajan en México, estuvo ocupada

vi

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

por más de dos años en el trabajo de revisión, corrección, com- paración y consulta de los himnos sometidos a su consideración. Este trabajo se hizo en sesiones celebradas cada semana, en medio de las muchas atenciones que cada obrero tiene, ya en trabajos pas- torales, editoriales o de cátedra.

La Comisión ha trabajado con tanta fidelidad y entusiasmo como le ha sido posible, revisando y estudiando cada himno, estrofa por estrofa, y verso por verso, comparando a veces dos, tres y hasta cinco distintas producciones de un himno, así, como las músicas que mejor se adaptaran a ellos ; revisando mas de diez diferentes colec- ciones de himnos de España, Sud América y México. No es aven- turado decir que revisó y estudió lo menos unos tres mil himnos de toda procedencia y carácter para llegar al resultado que ahora ofrece al pueblo evangélico.

La Comisión sabe muy bien que no podrá dejar satisfechos los anhelos de todos los que piden una reforma grande de nuestra him- nología; su trabajo está muy lejos de ser perfecto, pero su deseo y su anhelo de producir un buen trabajo fueron grandes. Es su oración sincera y su anhelo más profundo, que esta colección de himnos, entre los cuales se encontrarán muchas melodías nuevas, sirva dignamente para su objeto, ayudando al cultivo de la vida espiritual del pueblo, y para hacer más inteligente y bella la ala- banza a nuestro Padre común, a cuyos pies humildemente deposita- mos el fruto de nuestros trabajos.

LA COMISION. .

ORDEN DEL CULTO

1. Preludio de órgano.

2. Himno de apertura.

3. Invocación, terminando con la Oración Dominical:

Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; vénganos tu Reino ; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo ; el pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y nos no dejes caer en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos de los siglos. Amén.

4. Lectura de los Diez Mandamientos:

Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos.

No tendrás dioses ajenos delante de mí.

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen,

Y que hago misericordia a millares a los que aman, y guardan mis mandamientos.

No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano ; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. Acordarte has del día del reposo para santificarlo : Seis días trabajarás y harás toda tu obra ;

Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra ninguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criado, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas :

Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día : por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre porque tus días se alarguen sobra la tierra que Jehová tu Dios te dá.

No matarás.

iSío cometerás adulterio.

No hurtarás.

vii

viii

EL NUEVO niMNAEIO EVANGELICO

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

5. Lectura del Sumario de la Ley, según fue dado por nuestro Señor

Jesu-cristo.

Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo.

6. Himno de adoración o Acción de Gracias.

7. Lectura Antifonal de las Sagradas Escrituras.

8. Canto del ''Gloria Patri."

Gloria sea al Padre, al Hijo, y al Santo Espíritu. Como era al principio es ahora y será eternamente. Amén.

9. Recitación del Credo de los Apóstoles:

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro; que fue concebido del Espñ'itu Santo, nació de la Virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; al tercer día resucitó de entre los muertos ; subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida perdurable. Amén.

10. Lectura Bíblica.

11. Oración intercesoria.

12. Himno.

13. Reunión de las Ofrendas, seguida de una breve oración de dedicación.

14. Canto por el coro.

15. Sermón.

16. Oración.

17. Himno.

18. Benedición.

INDICE ALFABETICO DE LAS LINEAS PRIMERAS DE LOS HIMNOS

(Indice de los coro.

II imno.

A Cristo doy mi canto 08

A Dios bondoso debí el nacer 337

A Dios cantamos 50

A Dios el Padre celestial 3

A Dios obedecen el rayo y el viento ... 44

A Jesús pertenecemos 78

A Jesucristo ven sin tardar 156

A la divina Trinidad 7

A los montes elevo la vista 180

A nuestro Padre Dios 52

¡A su nombre glorkt ! 75

A ti mi voz elevo 154

A todos los cristianos 238

f A tu eterna Deidad 43

Abierta está la tumba 104

Abismado en el pecado 103

Agobiado sin descanso 252

Al cansado peregrino 155

Al contemplar la excelsa cruz 100

Al orden sacro del ministerio 272

Al Padre omnipotente 0

Al pensar en el fin de esta vida fugaz 257

Al que en busca de la luz 130

Al trono excelso, do en inmensa gloria 200

Al trono majestuoso 4Í)

¡Aleluya! ¡Aleluya! 7

Aleluya, Aleluya, Aleluya, Amén .... 176

Aleluya, Aleluya, al Cordero de Dios 76

Alguna vez ya no estaré 121

Alma, doliente y llorosa 142

Alma, escucha a tu Señor 174

Alma mía, no delires h»3

Alza tu canto, ¡Oh lengua mía! 307

Alzad ¡Oh puertas! vuestras cabezas 346

con letra cursiva)

Himno.

Amémonos, hermanos 283

Amoroso nos convida 280

Amoroso Salvador 102

Aparte del mundo 9

Aquel rosal lejano 93

Aquí todos reunidos 20

Arrolladas las neblinas 303

Astro el más bello en la regia cohorte 88

Aunque soy pequeñuelo 331

Aviva tu obra, oh Dios! 222

Bienvenidos, bienvenidos 270

Brille o no el sol 226

Buscamos la patria de justos 308

Cada momento la vida me d<i 191

Canciones nuevas alegremente 15

Canta la celeste vos 92

Cantad alegres al Señor 8

Cantad, cantad, mortales 89

Cuntan: "¡Gloria, gloria! 328

Cantar nos gusta unidos 341

Canto de triunfo 70

¡Cara a cara espero verle 309

Caridad, ¡cuan pura y santa 120

¡Caridad, viitiid divina 119

Cariñoso Salvador 183

Castillo fuerte es nuestro Dios 56

¡Cielo y tierra canten 338

Co-mo nos conocerán 303

Como ovejas celebramos 65

Con cñnticos. Señor 58

Con cariño sin igual 129

on gozo cumplido diríjomc a ti .... 201

Confío yo en Cristo 190

¡Corazón, alienta ya 137

X

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Himno.

Coronádle santos todos 107

¡Cristianos! media noche, hora so- lemne 86

Cristo bendito, yo, pobre niño 342

¡Cristo! ¡Cristo! No me dejes 72

¡Cristo! ¡Cristo! Oye mi voz 170

Cristo dió por mi 145

Cristo en el cielo, mirando está 192

Cristo, guárdanos ahora 27

Cristo me ayuda por él a vivir 191

Cristo, mi piloto 235

Cristo nos guia 243

Cristo tu voluntad 195

Cristo, ven más cerca 330

Cristo vino al mundo 336

¡Cristo vive! 106

Cual canto materno 339

Cual mirra fragante que exhala su olor 76

¡Cuan amable es Sión! (solo y coro) 343

; Cuán bella es esa historia ! 34

Cuán bueno es 341

¡Cuán dulce el nombre de Jesús 64

Cuán firme cimiento se ha dado a la fe 55

Cuando allá se pase lista . , . 320

Cuando el dolor y la tristeza invaden 194

Cuando la trompeta suene 320

Cuando leo en la Biblia 332

Cuando sea tentado 237

¡Cuánta dicha la del hombre 167

Cuanto soy y cuanto encierro 41

Dad a Dios inmortal alabanza 61

De celeste país he leído 319

De Cristo los soldados 245

De Jesús el nombre guaa'da 74

De heladas cordilleras 290

De la Iglesia el fundamento 267

De la muerte el imperio vencimos .... 71

De mil harpas y mil voces 110

Débil, pobre, ciego soy 221

Dejo el mundo y sigo a Cristo 233

Del alma el sol, mi Salvador 25

Del culto el tiempo llega 10

Del sepulcro tenebroso . 104

Del trono santo en derredor 328

Del uno al otro polo 288

Descargo mi "pecado 173

Himno.

Desciende, Espíritu de amior 111

Desde los Himalayas 291

Desechemos pueriles temores 255

i Despertad, despertad, oh cristianos ! . . 248

Despide hoy tu grey 23

Despierta, triste pecador 139

Despliegue el cristiano su santa bandera 243

Después, Señor, de haber tenido aquí 24

Díme la antigua historia 35

Dios bendiga las almas unidas 281

Dios clemente y justiciero 162

Dios eterno, clemente, benigno 327

¡Dios eterno! en tu presencia 325

Dios, nuestro apoyo en los pasados

siglos 196

¡Dios Padre! tus decretos 185

¡Dios santo y fuerte! por tu Amado 57

Dios te bendiga, protección te 21

Divina Luz, con tu esplendor benigno 218

Díme la antigua historia 228

Do necesitas que vaya iré 35

Dominará Jesús el Rey 292

Dulce comunión la que gozo ya 206

¡Dulces momentos consoladores 97

Dulcísimo, divino Amor 54

El es Pastor, Enviado 95

El nos redime; nada tememos 158

El Señor resucitó; ¡Aleluya! 103

En Cristo deposito mis pecados 169

En el curso de este día 26

En el mundo feliz 306

En el mundo sin consuelo 129

En el seno de mi alma 208

En Jesucristo, mártir de paz 236

En Jesús mi esperanza reposa 178

En Jesús, mi Señor 121

En Jesús, pues, confía 239

En Jesús tengo paz 257

En la cruz, en la cruz 171

En la montaña podrá no ser 228

En las regiones inmaculadas 316

En mi maldad busqué a Jesús 148

En otro tiempo el alma abandonada. . 123

En presencia estar de Cristo 309

En su cuerpo traspasado 279

Ensalce nuestro canto 68

INDICE ALFABETICO DE LAS LINEAS PRIMERAS xi

Himno.

Entonemos al Señor 16

Es Jesucristo la vida, la luz 95

Es solemne este momento 326

Es tu ley, Señor 33

Escucha, ¡Oh IMos! la oración 282

Escuchad, Jesús nos dice 289

Esperando, esperando 317

Eternamente cantarán mis labios .... 42

Firmes y adelante 268

Firmes y adelante 268

Fuente de la vida eterna 225

Gloria a Dios en las alturas 79

¡Gloria a Dios! porque su gracia 59

¡Gloria a ti, Jesús Divino! 73

Gloria al Padre y al Hijo 1

Gloria al Señor del cielo 60

Gloria cantémos al Redentor 236

Gloria demos al Padre 2

Gloria y alabanza 5

Grato es contar la historia 34

Guíame ¡oh! Salvador 72

Hay un feliz Edén 322

Hay un lugar do quiero estar 181

Hay un mundo feliz más allá 306

Hay una fuente, sin igual 149

Héme aquí, Jesús Bendito 204

Hijos del celeste Rey 284

¡ Hosanna ! ¡ hosanna ! ¡ hosanna ! 347

Hoy es día de reposo 31

Hoy mismo el Salvador 138

Hoy venimos cual hermanos 278

Huestes redentoras 336

Iglesia de Cristo, reanima el amor. . . . 108

Imploramos tu presencia 19

Invitación de dulce amor 133

Jehová es mi Pastor 348

Jerusalem celeste 310

¡Jerusalem despierta! 98

¡Jerusalem, hogar feliz! 323

jerusalem la excelsa 305

Jesucristo descendió 90

Jesús de los cielos 333

Jesús del hombre Hijo 260

Jesús ha de reinar 293

Jesús me dijo amante 140

Jesús, mi Salvador, ¿será posible?.... 165

Himno.

Jesús mi tesoro, mi dicha y amor.... 214

Jesús tu dulce nombre 217

Jesús, yo he prometido 261

Jubilosas nuestras voces 270

Junto a la cruz do Jesús murió 75

La palabra hoy sembrada 231

La tierna voz del Salvador 128

Las ovejas celebramos 285

Lávame en la sangre del Set'ior 224

Lejos de mi Padre Dios 122

Levántate, cristiano 249

Libre, Salvo 206

Libres estamos. Dios nos absuelve .... 158

Lindos ángeles cantores 91

Loor a tí, mi Dios, en esta noche .... 29

Loores dad a Cristo el Rey 105

Los heraldos celestiales 84

Los niños salvados 333

Los santos de la tierra 286

Luchad, luchad por Cristo 251

Llegaremos al hogar 321

¡Llena hoy, llena hoy 113

Llenos de gozo que Cristo nos da .... 187

Más allá, más allá 315

Más cerca, ¡olí Dios! de ti 202

Mas santidad dáme 220

Más y más cual mi Jesús 265

Me guía él, con cuánto amor 200

Me guía él, me guía él 200

Me hirió el pecado 171

Meditad en que hay un hogar 315

Mensajeros del Maestro 271

¿Mi Círrona tendrá sus estrellas' allí.. 256

Mi espíritu, alma y cuerpo 234

]\Ii nijíino ten, Señor 188

Mi todo a Dios consagro 234

Miré con ansia al derredor 127

Morir sólo es resucitar 296

Muy cerca de mi Redentor 181

Nada puede ya faltarme 189

Ni en la tierra ni en el cielo 77

No habré de glwiarme jamás 168

No me dejes, no me olvides 170

jN^o se ha dicho aún la mitad 319

No te temor hablair por Cristo.... 247 ^0 te temor 247

xii

EL NUEVO riIMNAEIO EVANGALICO

Himno.

\ Noche de paz, noche de amor ! 83

¿Xos veremos en el río 304

Noventa y nueve ovejas son 146

Nuestro sol se pone ya 28

Nunca, Dios mío, cesará niji labio.... 177

'Sunca los hombres cantarán 128

Obedeciendo tu palabra dulce 275

Obediente a tu mandato 277

Objeto de mi fe 198

¡ Oh ! cantádmelas otra vez 37

Oh Cristo, lleno de bondad 200

¡Oh Cristo! mi deseo 203

¡ Oh Cristo mío ! 330

¡Oh Cristo! tu ayuda 258

¡Oh cuán grata nuestra reunión 156

¡Oh cuánta alegría! 176

¡Oh Dios, si a ti pudiese aproximarme 262

¡Oh dulce, grata oración! 212

¡Oh gran Dios, tres veces santo! 161

¡Oh, Jesús, Pastor divino! 179

¡Oh, Jesús, Señor divino! 159

Oh jóvenes, niños, y ancianos marchad 335

¡Oh! jóvenes, venid 329

¡Oh Maestro y mi Señor 197

¡ Oh nuestro Padre, nuestro Dios ! 324

¡Oh Padre eterno! 160

¡Oh Padre, eterno Dios! 47

¡ Oh pan del cielo, dulce bien 276

¡Oh! Pastor divino, escucha 17

¡ Oh, qué amigo nos es Cristo ! 96

¡Oh, qué gran misericordia- 233

¡Oh! quién en ti morara 311

¡Oh! quién pudiera andar con Dios.. 215

¡Oh Redentor! tu voz 345

¡Oh Salvador, mi fiel Jesús 67

¡Oh, santísimo, felicísimo 80

¡Oh Señor, a tus altares 118

¡Oh Señor, clemente y santo ! 211

¡Oh Señor! derrama en mi alma .... 264

¡Oh Señor! procuro en vano 164

¡Oh! sí, nos congregaremos 304

¡Oh! ven. Espíritu de amor 116

la voz del Salvador 141

Oíd un son en alta esfera 92

Oye la voz, Señor 13

Himno.

Oye lo que la voz celeste dice 295

¿Oyes cómo el Evangelio 157

Padre nuestro 349

Padre, ¿puede haber perdón 166

Padre, tu palabra es 33

Para todo viajero 94

¡Paz! ¡dulce paz! 207

¡Paz! ¡paz! ¡cuán dulce pas;! 208

Pecador, ven al dulce Jesús 143

Peregrinos en desierto 182

¡Piedad, oh santo Dios, piedad! 152

Por Cristo es nuestix) esfuerzo 242

Pon el mañana y su pesar 230

Por la fe te hemos visto 71

Por la vía terrenal 219

¿Por qué lamentamos 297

Por veredas extraviadas 147

¡Potente Dios para salvar! 45

Precepto es del Señor 223

Presentimos del mundo dichoso 312

Preste oídos el humano 132

Proclamen las naciones 40

Pronto la noche viene 250

Que mi vida entera esté 224

¿Qué seráf ¿qué será? 312

¿Qué significa ese rumor? 136

¿Quién a Cristo quiere 334

¿Quién seguirle quiere? 334

Refugio de este pecador 150

Regresa, regresa tranquilo al hogar. . . . 124

Roca de la eternidad 172

Rostro Divino, ensangrentado 99

Sabia, justa y toda pura 36

Sagrado es el amor 22

Salvador, a ti me rindo 229

Salvador, mi bien eterno 205

Salvo en los tiernos brazos 210

Santa Biblia, para mi 39

Santo Espíritu, desciende 113

¡ Santo, Santo, Santo, Señor Dios .... 4 Santo, Santo, Santo, Señor ensalzado 344 ¡Santo, Santo, Santo, Señor Jehová!.. 28 ¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! Señor Om- nipotente 53

Sé, ¡oh Dios! que a iniquidad 216

INDICE ALFABETICO DE LAS LINEAS PRIMERAS xiii

Himno.

Sean todos bienvenidos 340

Según tu dicho al expirar 274

Sembraré la simiente preciosa 313

Sembraré, sembraré 313

Señor, en ti yo creo 62

Señor Jesús, eterno Rey 14

Señor Jesús, la luz del día se fué. ... 30

Señor, ¡tú eres santo! 46

Señor, yo te conozco! 48

Si aquí sufrimos tanto 246

Si estás triste, débil, angustiado... 126

Sí, sí, venid, Jesús refugio ofrece 126

Sin cesar siempre pienso 256

Sión del Cordero, santa y gloriosa .... 301 Soldados de Cristo, tened precaución 253 Soldados de Cristo que estáis en la lid 335 Solemnes resuenen los férvidos cantos 70

Sólo a ti, Dios y Señor 51

Son tus designios. Padre, inescrutables 2ií8

Suave hiz, manantial 74

Tal como soy de pecador 184

Tal como soy, sin una sola excusa 153

Te loamos, te glorificamos 344

Temerosos o cansados 252

Tenebroso, mar undoso 240

Tengo en Dios un grande amor 199

Tentado, no cedas; ceder es pecar.... 239

Tesoro incomparable 63

Tiernas canciones alzad al Señor 338

Tocad trompeta ya 287

¡Trabajad! ¡trabajad! somos siervos de

Dios 244

¡Trabajad! ¡trabajad! 244

Trabajando, trabajando 318

Trabajar y orar 259

Tn, de los fieles eternal Cabeza 273

dejaste tu trono y corona por mí.. 82

Tu reino amo, ¡oh! Dios 2(i9

Un amigo hay más que hern.ano .... 87

Un fiel amigo hallé 175

¡IJn hogar Dios nos da 321

Un lábaro sigo: la Santa Escritura .... 254 Un nombre existe que escucliar me.

agrada 69

Un raudal de bendiciones 232

Himno.

Unidos como hermanos 18

Unidos en espíritu 66

¡Valor! ya no me hiere 241

Tamos a Jesús 329

Ved al Cristo, Rey de gloria 107

Ved del cielo descendiendo 109

Ven a Cristo, ven ahora 131

Ven a él, ven a él ; 143

Ven a mi corazón, ¡oh Cristo! 82

Ven a nuestras almas 115

Ven ¡oh! Ci^eador, Espíritu amoroso.. 112

Ven, oh Dueño de mi vida 213

Ven, ¡oh! Santo Espíritu 114

Ven, oh Todopoderoso 12

Ven, Santo Espíritu de amor 117

Venid a los tristes 135

Venid, las que vagáis 134

Venid, nuestras voces alegres unamos.. 11

Venid, pastoreillos, venid a adorar.... 81

Venid, pecadores, que Dios por su amor 300

Venid, pequeñnelos, venid sin tardar.. 85

Venid, venid a 135

^'es no lejos los reflejos 240

Volvéos, volvéos, porqué moriréis 144

Volveremos a cantar 130

Voy al cielo, soy peregrino 299

Voy al Helo, soy peregrino 299

Voz de amor y de clemencia 101

Ya el fin se acerca de tu día santo. ... 32

Ya la noche terrible ha pasado 294

Ya ves que soy un ciego 38

Yo busco sin cesar 151

Yo confío en Jesús 145

Yo consagro a ti mi vida 318

Yo escuclio, buen Jesús 125

Yo espero la mañana 317

Yo guiaré al peregrino extraviado .... 314

Yo guiaré, yo guiaré 314

Yo le veré y en dulce amor 122

Yo me rindo a ti 229

Yo quiero ser cual mi Jesús 265

Yo quiero trabajar ])or el Señor 259

Yo que nada impuio 263

Yo tengo que guardai- 227

Yo voy viajando, 302

LISTA DE ASUNTOS

Himnos

Culto Público 1-32

Doxologías 1-7

Albanza e Invocación .... 8-20

Clausura de los Cultos. . . 21-26

Himnos Vespertinos ..... 27-32

Las Santas Escrituras 33-39

La Santísima Trinidad 40-120

Dios Padre 40-53

El Amor y Protección de

Dios 54-59

Jesucristo

Oración y Alabanza 60-78

Navidad 79-93

Carácter y Ministerio . . 94-96

Pasión y Crucifixión.... 97-101

Resurrección y Ascensión 102-105 Reinado e intercesión ..106-108

La Segunda Venida 109-110

El Espíritu Santo 111-118

Dones del Espíritu 119-120

La Vida Cristiana

La Gracia de Dios 121-123

Invitación 124-144

Salvación 145-149

Himnos

Confesión y Perdón 150-167

Fe y Justificación 168-173

Amor y Gratitud 174-178

Confianza y Sumisión ..179-200 Comunión con Dios .... 201-210 Oración y Aspiración. . .211-219 Consagración y Servicio 220-234 Pruebas y Conñictos ...235-241 Actividad, Celo y Valor 242-259 Crecimiento Espiritual . . 260-265

La Iglesia 266-269

El Ministerio 270-273

La Cena del Señor 274-280

El Matrimonio 281-282

La Comunión de los Santos

283-286

Las Misiones 287-294

La Vida Venidera.

La Muerte del Cristiano 295-298 El Hogar Celestial 299-323

Ocasiones Especiales.

El Fin del Año 324-326

Dedicación del Templo.. -327

La Niñez y la Juventud .... 328-342

Coros y Canto Llano 343-349

xiv

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

1. Gloria al Padre.

Gloria al Padre y al Hijo, y gloria al

Santo Espíritu Raudal de todo bien ; Y por siglos sin fin suba este canto A los cielos. Amén.

2. Gloria Patri.

Gloria demos al Padre, Al Hijo y al Santo Espíritu : Como eran al principio, Son hoy y habrán de ser Eternamente. Amén.

3. A Dios el Padre Celestial.

A Dios el Padre celestial, Al Hijo, nuestro Redentor Y al eternal Consolador, Unidos todos alabad. Amén.

4. ¡ Santo, Santo, Santo.

¡ Santo, Santo, Santo, Señor Dios de

los ejércitos ! Llenos están los cielos y la tierra de

tu gloria :

Gloria sea a ti, ¡ Oh Señor Altísimo ! Amén.

5. Gloria y Alabanza.

Gloria y alabanza Sean al Creador,

Y al eterno Verbo,

Y al Consolador: Sacrosanta Trinidad. Siempre agradecidos. De una en otra edad, Al Omnipotente

Den los redimidos

Gloria y alto honor,

Al Omnipotente

Gloria y alto honor:

Al que vive eternamente,

^lanantial de amor.

Manantial de amor,

Manantial de amor. Amén.

6. Al Padre Omnipotente.

Al Padre omnipotente A Cristo el Salvador,

Y al Santo Paracleto Rendid gloria y honor.

Y de su amor la inmensidad Humildes ensalzad.

Por siglos de siglos Con himnos de triunfo

2

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

Su gloria publicad.

Con cánticos de triunfo

Su gloria publicad:

Su gloria publicad,

Su gloria publicad,

Su gloria, su gloria publicad.

7. A LA Divina Trinidad.

A la divina Trinidad

Todos unidos alabad.

Todos unidos alabad.

Con gran amor, con gran amor.

Con gran amor y gratitud ;

Con gran amor, con gran amor.

Con gran amor y gratitud,

Su amor y gracia celebrad.

Su amor y gracia celebrad.

Su amor y gracia celebrad.

Coro:

Aleluya, Aleluya, Aleluya, Amén, Amén,

Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Amén, Amén, Aleluya, Amén, Ale- luya, Amén.

8. Cantad Alegres al Señor.

Cantad alegres al Señor, ]\Iortales todos por doquier ; Servidle siempre con fervor, Obedecedle con placer. 2

Con gratitud canción alzad Al Hacedor que el sér os dió:

Al Dios excelso venerad, Que como Padre nos amó.

3

Su pueblo somos : salvará A sus ovejas el pastor; Ninguna de ellas faltará Si fueren fieles al Señor.

Carvajal.

9. Aparte del Mundo, Señor.

Aparte del mundo. Señor, me retiro. De lucha y tumultos ansioso de huir. De escenas horribles, do el mal victo- rioso

Extiende sus redes y se hace servir. 2

El sitio apartado, la sombra tranquila, Convienen al culto de ruego y loor; Tu mano divina los hizo sin duda, En bien del que humilde te sigue, Señor.

3

Allí, si tu aliento inspira a mi alma

Y llega la gracia mi pecho a tocar, Con paz, con amor y con gozo podría A ti fervoroso tributo elevar.

4

Te debo tributos de amor y de gracias Por este abundante y glorioso festín ;

Y cantos que puedan oirse en los cielos Por años sin cuento, por siglos sin fin.

(Tr.) Mora.

10. Del Culto el Tiempo Llega.

Del culto el tiempo llega,

Comienza la oración.

El alma a Dios se entrega,

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

3

¡ Silencio j atención ! Si al santo Dios la mente Queremos elevar, Silencio reverente Habremos de guardar. 2

Mil coros celestiales A Dios cantando están, A ellos los mortales Sus voces unirán. Alcemos pues el alma Con santa devoción, Gozando en dulce calma De Dios la comunión. 3

La Biblia bendecida, De Dios revelación, A meditar convida En nuestra condición. ¡ Silencio ! que ha llegado Del culto la ocasión, Dios se halla á nuestro lado. Silencio y devoción.

11. Loor al Cordero.

Venid, nuestras voces alegres unamos Al coro celeste del trono alredor; Sus voces se cuentan por miles de miles.

Mas todas se inflaman en un misino amor.

2

"Es digno el Cordero que ha muerto,"

proclaman, **De estar exaltado en los cielos así."

''Es digno el Cordero," decimos nosotros.

Pues él por salvarnos su vida dió aquí. ' '

3

A ti que eres digno, se dan en los cielos

Poderes divinos y gloria y honor;

Y más bendiciones que darte podemos, Por siempre a tu trono se eleven.

Señor.

4

Que todos los seres que pueblan las nubes.

La tierra y el aire, el fuego y el mar, Unidos proclamen tus glorias eternas,

Y dente alabanzas, Señor, sin cesar.

5

El nombre sagrado del Dios de los cielos

A una bendiga la gran creación,

Y lleve al Cordero, sentado en el

trono,

El dulce tributo de su adoración.

(Tr.) Mora.

12. Vex, oti Todopoderoso.

Ven, oh ^ Todopoderoso, Adorable Creador; Padre santo, cariñoso, Manifiéstanos tu amor.

2

A tu trono de clemencia Levantamos nuestra voz, Tu presencia te pedimos. Nuestro Padre, nuestro Dios,

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

Ven, oh Redentor divino, Dios de nuestra salvación. En nosotros haz morada, Vive en nuestro corazón. 4

Eres tú, Jesús, benigno. Eres infinito amor: Oyenos te suplicamos, Ven, bendícenos. Señor. 5

Ven, Espíritu divino, Del Señor precioso don; Dios consolador, inspira Paz en todo corazón. 6

De los santos la herencia Déjanos hallar en ti, Y la vida de los cielos Gozaremos desde aquí.

H. G. Jackson.

13. Oye la Voz, Señor.

Oye la voz, Señor,

Que el pueblo con fervor

Eleva a ti;

Clama con ansiedad,

Pidiendo libertad

Para echar la impiedad

Lejos de sí.

2

Diste divina luz

Al mundo, buen Jesús,

Al fenecer;

Y no permitirás,

Dios de bondad y paz. Que siga el pueblo más Tu luz sin ver.

3

Libre quiere adorar Tu nombre sin cesar El pueblo, oh Dios Haz que todo poder Opuesto a tu querer, Te venga a obedecer

Y oiga tu voz.

4

Del pueblo hoy el clamor Acoge, oh Redentor, En tu bondad.

Y entonces, buen Jesús, Desde tu excelsa cruz Al pueblo da la luz

De libertad.

5

Libra a tu pueblo aquí, Que humilde viene a ti, De esclavitud. Muéstrale dulce faz,

Y en él abundar haz Consuelo, gozo, paz, Gracia y virtud.

14. Señor Jesús, Eterno Rey.

Señor Jesús, eterno Rey, Las alabanzas de tu grey Acepta hoy, que con fervor Te ofrece en prueba de su amor. 2

Que nuestro culto al ofrecer Un pacto nuevo pueda ser

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

5

Del santo amor, que sólo a ti Debiera el alma darte aquí. 3

Y que tus gracias, buen Jesús, Que al alma llenan de tu luz, Jamás me lleguen a faltar,

Y así no queda desmayar.

4

Que cada instante queda ver Un nuevo triunfo de mi ser, Creciendo en gozo, fe y amor. Hasta llegar a ti, Señor.

Isaac Watts. (Tr.) E. Valasco.

15. Canciones Nuevas Alegre- mente.

Canciones nuevas alegremente Cantemos todos a nuestro Dios; Por él tenemos a Jesucristo, Al mundo dado por bendición. 2

Nosotros somos amado pueblo, Doradas mieses del Redentor; Tan alta gloria Jesús amante Con su martirio nos alcanzó. 3

Serán eternas sus maravillas, Inagotable su bendición, Y los que cantan sus alabanzas Benditos siempre por el Señor.

16. Alabanza.

Entonemos al Señor Alabanzas sin cesar, Entonemos con amor.

Himnos mil á su bondad. El nos da la plenitud. De la gracia celestial. El es fuente de salud Para el mísero mortal. 2

El nos llama sin cesar

Y nos da la salvación. El nos vino a libertar Del pecado abrumador. Ya podemos recorrer El camino terrenal

Sin temor, hasta obtener Nuestra herencia celestial. 3

Y entre tanto que el Señor Nos recibe donde está. Entonemos el loor

Que bondoso acogerá ; Mientras huella nuestro pie Este mundo pecador. Le entregamos nuestra fe, Nuestro canto, nuestro amor.

(Tr.) G. A. SherweU.

17. ¡Olí! Pastor Divino, Escucha.

¡ Oh ! Pastor divino, escucha : Los que en este buen lugar Como ovejas, congregados Te venimos a buscar. II :Cristo, llega: II Tu rebaño a apacentar. 2

Al perdido en el pecado Su peligro harás sentir: Llama al pobre seducido,

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Que tu voz hoy pueda oír; II :A1 enfermo: II Pronto dígnate acudir. 3

Guía al triste y fatigado Al aprisco del Señor; Cría al tierno corderito A tu lado, buen pastor, II :Con los pastos : II De celeste y dulce amor. 4

¡Oh, Jesús! esucha el ruego

Y esta humilde petición ; Ven a henchir a tu rebaño De sincera devoción.

II :Cantaremos :||

Tu benigna protección.

18. Unidos como Hermanos.

Unidos como hermanos, A Dios nuestro Hacedor, Alcemos nuestro canto. Tributo del amor. Su nombre veneremos Con santa devoción,

Y en cuerpo y alma unidos Oremos con unción.

2

Al Dios Omnipotente Que inspira nuestro amor. Con grande reverencia Rindámosle loor. Pidamos su presencia En cada corazón,

Y oremos reverentes. Oremos con unción.

3

Que acepte nuestro culto Pidamos hoy a Dios; Que escuche con agrado. Benigno nuestra voz. Lleguemos a su trono

Y en santa devoción Alcemos nuestras preces, Oremos con unción.

E. Martínez Garza.

19. Imploramos Tu Presencia.

Imploramos tu presencia, Santo Espíritu de Dios, Vivifique tu influencia Nuestra débil fe y amor. 2

Da a las mentes luz divina,

Y tu gracia al corazón; Nuestro pecho a Dios inclina En sincera adoración.

3

Que del Dios bendito tenga Nuestro culto aceptación,

Y sobre nosotros venga En raudales bendición.

J. B. Cabrera.

20. Aquí Todos Reunidos.

Aquí todos reunidos Alabámoste, Señor: A tus hijos redimidos Nos concedes este honor. 2

Adorarte y alabarte Sea nuestra ocupación :

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

7

Que podamos proclamarte Dios de nuestra salvación. 3

Tú, Señor, eres benigno, perdonas con amor; De alabanzas eres digno, Infinito bienhechor.

4

Siempre seas alabado Por tu inmensa caridad, i Oh gran Dios ! y celebrado Seas en la eternidad.

M. Cosido.

21. Despedida.

Dios te bendiga, protección te dé, Sea su gracia siempre tu sostén, Su ángel velando a tu redor esté Dándote abrigo por doquier. Amen.

Velasco.

22. Sagrado es el Amor.

Sagrado es el amor Que nos ha unido aquí, A los que creemos del Señor La voz que llama a sí. 2

A nuestro Padre Dios Roguemos con fervor, Alúmbrenos la misma luz, Nos una el mismo amor. 3

Nos vamos a ausentar, ]\Ias nuestra firme unión Jamás podráse quebrantar, Por la separación.

4

Un día en la eternidad

Nos hemos de reunir.

Que Dios nos lo conceda, hará,

El férvido pedir.

Juan Fawcett.

23. Despide Hoy Tu Grey.

Despide hoy tu grey En paz y bendición,

Y las palabras de tu ley Conserve el corazón.

2

Enséñanos, Señor,- Tu ley a meditar. Vivir unidos en amor,

Y en él por siempre andar.

Ramón Bon.

24. Al Terminar el Culto.

Después, Señor, de haber tenido aquí De tu Palabra la bendita luz, A nuestro hogar condúcenos, y allí De todos cuida, i buen Pastor Jesús ! 2

En nuestras almas graba con poder Tu fiel palabra, cada exhortación ;

Y que tu ley pudiendo comprender Contigo estemos en mayor unión.

3

Al terminar, Señor, mi vida aquí, Mis ojos pueda sin temor cerrar,

Y en mi glorioso despertar, que en ti De paz eterna pueda disfrutar.

Mendoza,

8 EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

25. Mora Conmigo.

Del alma el sol, mi Salvador, Jamás hay noche en donde estás ; Que no me impida aquí, Señor, Terrena nube ver tu faz. 2

Que yo mis ojos al cerrar En blando sueño arrobador, j Cuán dulce, diga, es descansar En tu regazo, mi Señor. 3

Conmigo al amanecer. No puedo yo sin ti vivir ; Conmigo al anochecer. No quiero yo sin ti morir. 4

Si alguno que hoy errante va. Oyó tu voz, tu voz de amor, Que deje el mal y encuentre ya Reposo en ti, su Salvador. 5

Riquezas dale al pobre, aquí. nunca agotas tu caudal ;

Y que halle el triste sólo en ti Un sueño dulce y celestial.

6

Y aquí la senda al continuar Con todos vé, Jesús, Señor, Hasta que al fin, allá en tu hogar Nos cubra ya tu eterno amor.

J. Keble. (Tr.) V. Mendoza,

26. En el Curso de este Día.

En el curso de este día Nos cercó tu dulce amor ; Tu poder nos protegía,

Y con cantos de loor II :Te adoramos

¡Oh! divino Redentor. :||

2

Danos plácido reposo, Vela nuestro dormir; Cuídanos, Señor bondoso. Nuestros males haz huir ; II :De peligros Tu nos puedes encubrir. :||

3

Y al final de la existencia Cuando a llamarnos vás. Cólmanos de tu clemencia

Y recíbenos en paz; II :Y de entonces

No te ofenderemos más. :|l

27. Cristo, Guárdanos.

Cristo, guárdanos ahora Con tu santa protección; Nuestras faltas confesamos, Danos, Padre, tu perdón.

2

Si aguerridas nos atacan Las legiones de Satán. Cerca están tus mensajeros. Que socorro nos darán.

3

Aun el tiempo más obscuro Clara luz es para ti; Tú, Señor, jamás te cansas De cuidar tu pueblo aquí.

EL NUEVO HIMNARIO EVxlNGELICO

9

4

Si la muerte nos sorprende Por la noche, buen Señor, Haz que el alba nos encuentre Ya en el seno de tu amor.

P. H. Goldsmith.

28. Nuestro Sol Se Pone Ya.

Nuestro sol se pone ya. Todo en calma quedará; La plegaria levantad Que bendiga la bondad De nuestro Dios.

Coro. ¡ Santo, Santo, Santo, Señor Jehová! Cielo y tierra, de tu amor Llenos hoy están, Señor; i Loor a ti !

2

i Oh Señor ! tu protección Dale hoy al corazón; Dale aquella dulce paz Que a los tuyos siempre das. Con plenitud. Coro. 3

¡ Oh Señor ! que al descansar Pueda en ti seguro estar, Y mañana, mi deber Pueda siempre fiel hacer En tu loor. Coro.

M. A. Lathbury. (Tr.) Mendoza,

29. Loor a Dios.

Loor a ti, mi Dios, en esta noche Por todas tus bondades de este día ;

Oh, guárdame, y que tus potentes alas Sean por siempre la defensa mía. 2

De cuantas faltas hoy he cometido Perdóname, Señor, por tu Hijo amado ;

Contigo, con el prójimo y conmigo Quede antes de dormir, reconciliado. 3

Enséñame a vivir, que no me espante La tumba más que el lecho del reposo ; Enséñame a morir, para que pueda El día del juicio, despertar glorioso. 4

¡ Oh ! logre reposar en ti mi alma, Mis párpados los cierre dulce sueño, Un sueño que vigor pueda prestarme Para servirte, al despertar, mi Dueño.

(Tr.) J. B. Cabrera.

30. Conmigo Sé.

Señor Jesús, la luz del día se fué. La noche cierra ya, conmigo sé; Sin otro amparo, tú, por compasión, Al desvalido da consolación. 2

Veloz el día nuestro huyendo va. Su gloria, sus ensueños pasan ya : IMudanza y muerte miro en derredor. Conmigo sé, bendito Salvador. 3

Tu gracia en todo el día he menester. ¿ Quién otro al tentador podrá vencer? ¿Cuál otro amante guía encontraré? En sombra o sol. Señor, conmigo sé.

10

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

4

Y mire al fin en mi postrer visión De luz la senda que me lleve a Sión Do alegre cantaré al triunfar la fe: ''Jesús conmigo en vida y muerte fué."

L. F. Lyte. (Tr.)

31. El Día del Señor.

Hoy es día de reposo, El gran día de solaz; Es el día venturoso Que nos trae dulce paz. Es el día señalado Con el sello del amor, Nuestro Dios lo ha designado Como el día del Señor.

2 ^

Celebremos a porfía

Al Autor de tan buen don

Que nos da el festivo día

Y se goza en el perdón. Aceptemos hoy con gozo El descanso semanal, Esperando el día glorioso Del reposo celestial.

3

Trabajar es la sentencia De la antigua creación,

Y morir la consecuencia De la prevaricación;

Mas reposo y vida estable Dios nos da, quitando el mal,

Y su amor inescrutable De la gracia es el raudal.

4

Los que a ti nos allegamos Por Jesús, Dios de verdad, Hoy alegres proclamamos Tu clemencia y tu bondad. En los fastos de la historia Siempre se celebrará, Y en los cielos su memoria Por los siglos durará.

M. Cosido.

32. Ya el Fin Se Acerca.

Ya el fin se acerca de tu día santo : Benigno acoge la oración, Señor, Que te ofrecemos en humilde canto Cual sacrificio de süave olor.

2

Por las mercedes a tu amor debidas, Por el descanso y plácido solaz, Mil gracias sean sólo, a ti rendidas, Key de los reyes, Príncipe de paz. 3

De nuestro culto borra los defectos. Da a nuestras preces eficaz virtud; Tu amor tan sólo nos hará perfectos. Tu sola gracia nos dará salud. 4

Haz que del mundo la escabrosa senda Correr podamos con seguro pie,

Y en los conflictos que la duda tienda Tu luz alumbre nuestra débil fe.

5

Y tus domingos de sagrada holgura. Que son del alma celestial festín, Nos anticipen la sin par ventura De aquel descanso que no tiene fin.

J. B. Cabrera.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO 11

33. La Palabra de Dios.

Padre, tu palabra es Mi delicia y mi solaz: Guíe siempre aquí mis pies,

Y a mi pecho traiga paz.

Coro Es tu ley. Señor, Faro celestial, Que en perenne resplandor Norte y guía da al mortal. 2

Si obediente tu voz. En tu gracia fuerza hallé,

Y con firme pie y veloz

Por tus sendas caminé. Coro. 3

Tu verdad es mi sostén Contra duda y tentación,

Y destila calma y bien Cuando asalta la aflicción. Coro.

4

Son tus dichos para Prendas fieles de salud ; Dame pues que te oiga a Con filial solicitud. Coro.

J. B. Cabrera.

34. Grato es Contar la ITistorlv.

Grato es contar la historia Del celestial favor, De Cristo y de su gloria, De Cristo y de su amor. Me agrada referirla. Pues que es la verdad, Y nada satisface Cual ella mi ansiedad.

Coro ¡ Cuán bella es esa historia ! Mi tema allá en la gloria, Será ensalzar la historia De Cristo y de su amor. 2

Grato es contar la historia ]\Iás bella que escuché, ]\Iás áurea, más hermosa Que cuanto yo soñé. Decirla siempre anhelo, Pues hay quien nunca oyó Que para hacerle salvo Por él Jesús murió. Coro. 3

Grato es contar la historia Que grata siempre es,

Y es más, al repetirla. Preciosa cada vez.

La historia que yo canto Oíd con atención, Pues es mensaje santo De eterna salvación. Coro. 4

Crato es contar la historia De todas la mejor. Que cuanto más se escuche Se oirá con más amor ;

Y cuando allá en la gloiia Entone mi cantar,

Será la misma historia

Que tanto supe amar. Coro.

(Srita.) Kate Hankey.

35. DÍME la Antigua Historu.

Díme la antigua historia

Del celestial favor.

De Cristo y de su gloria,

12 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

De Cristo y de su amor. Dímela con llaneza Propia de la niñez, Porque es mi mente flaca

Y anhela sencillez.

Coro Díme la antigua historia Cuéntame la victoria, Háblame de la gloria De Cristo y de su amor.

2

Díme tan dulce historia Con tono claro y fiel : ''Murió Jesús, y salvo puedes ser por él. ' ' Díme esta historia siempre, Si en tiempo de aflicción Deseas a mi alma Traer consolación. Coro. 3

Díme la misma historia, Cuando creas tal vez Que me ciega del mundo La falsa brillantez.

Y cuando ya vislumbre De la gloria la luz, Repíteme la historia:

'' Quien te salva es Jesús." Coro.

Kate Hankey. (Tr.) J. B. Cabrera.

36. Sabia, Justa y Toda Pura.

Sabia, justa y toda pura, Es la ley de mi Señor, Que hasta el alma, la más dura, Libra de fatal error.

2

Del Señor el testimonio. Lleno de fidelidad. Hace sabios á los niños,

Y consejos buenos da.

3

Los consejos del Dios nuestro Rectos y benignos son; La alegría que despiertan Tengo yo en mi corazón.

4

Más que el sol resplandeciente, Los preceptos del Señor Iluminan nuestra mente Con divino resplandor.

G. H. Rule.

37. Bellas Palabras de Vida.

¡ Oh ! cantádmelas otra vez. Bellas palabras de vida; Hallo en ellas mi gozo y luz. Bellas palabras de vida. Sí, de luz y vida Son sostén y guía, II :i Qué bellas son, qué bellas son ! Bellas palabras de vida. :|1 2

Jesucristo a todos da Bellas palabras de vida; Hoy escúchalas pecador. Bellas palabras de vida. Bondadoso te salva,

Y al cielo te llama.

||:¡Qué bellas son, qué bellas son! Bellas palabras de vida. :||

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

13

Grato el cántico sonará,

Bellas palabras de ^ida;

Tus pecados perdonará,

Bellas palabras de vida.

Sí, de luz y vida ;

Son sostén y guía;

II :¡Qué bellas son, qué bellas son!

Bellas palabras de vida,:II

(Tr.) J. A. B.

38. Ya Yes que Soy ux Ciego.

Ya ves que soy un ciego, un miserable, Extranjero, infeliz sobre la tierra ; Enséñame el camino de mi patria,

Y ponme con tus manos en la senda.

2

Muéstrame tus caminos siempre rectos. Enséñame tus reglas y mandatos, Instrúyeme en tu ley y que ella sola Mueva mi voluntad, rija mis pasos.

3

Tan sólo tú, Señor, salvarme puedes De los riesgos continuos en que ando,

Y me salvarás, porque eres

El Salvador, de quien mi bien aguardo.

4

Pero ¿ qué puedo yo si no me ayudas ? ¿Qué lograré si tu favor me niegas? ¡ Oh Señor ! ten de misericordia,

Y haz que tu luz en mi alma resplen-

dezca.

5

La ley de Dios es pura y sin mancilla, Capaz de convertir todas las almas.

Su testimonio es fiel y hasta a los niños

Comunica su ciencia soberana. 6

Tus palabras, Señor, son tan seguras. Tan invariables son y duraderas. Como los cielos, que por su constancia Un ejemplo nos dan de su firmeza.

P. Olavide.

39. La Saxta Biblia.

Santa Biblia, para Eres un tesoro aquí ; contienes con verdad La divina voluntad; me dices lo que soy, De quién vine y a quién voy. 2

reprendes mi dudar, me exhortas sin cesar, Eres faro que a mi pie Ya guiando por la fe A las fuentes del amor De mi tierno Salvador. 3

Eres infalible voz Del Espíritu de Dios, Que vigor al alma da Cuando en aflicción está; me enseñas a triunfar De la muerte y del pecar. 4

Por tu santa letra Que con Cristo reinaré; Yo que tan indigno soy,

14

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Por tu luz al cielo voy. i Santa Biblia ! para Eres un tesoro aquí.

40. Proclamen las Naciones.

Proclamen las naciones, Divulguen cielo y tierra, Del Dios que adora mi alma La paternal clemencia. Levántense a su gloria, Con resonancia eterna. De bendición mil himnos Que llenen las esferas. 2

eres. Dios, eres Misericordia inmensa, Poder inenarrable, Fidelidad suprema. En tanto ' ' ¡ Gloria ! ' ' entonen Los cielos y la tierra. De bendición mil himnos Llenando las esferas.

41. Cuanto Soy y Cuanto Encierro.

Cuanto soy y cuanto encierro jManifiesto es para ti. Pues tu vista escrutadora j Oh Señor ! penetra en mí. Si se agita mi conciencia. percibes su emoción; Razonar ves a la mente, Meditar al corazón. ^ 2

Y hasta el íntimo deseo Que en mi pecho se abrigó,

Sin que el labio lo expresara, En tu oído resonó. Ya despierto, ya dormido. Me circunda tu poder,

Y es tu aliento que da vida El que aspiro por doquier.

3

¡ Oh gran Dios ! cuando contemplo

Tu infinita perfección.

El asombro llena mi alma.

Se confunde mi razón,

Y oigo un eco en mi conciencia Que me dice: ''Puro

En deseos, lengua y obras. Porque siempre Dios te ve."

J. B. Cabrera.

42. Eternamente Cantarán ]\Iis Labios.

Eternamente cantarán mis labios La gloria del Señor, sumo y excelso,

Y su misericordia soberana Será de mis canciones el objeto.

2

También anunciará mi humilde boca A las generaciones y los pueblos El inefable don de sus promesas,

Y cuánto son seguros sus efectos.

3

Porque nos dijo: "La misericordia Levantaré a la altura de los cielos Como edificio inmenso y majestuoso, Como edificio sólido y eterno." 4

Y lo fundaste tanto, que sólo Eres el Dios veraz, Dios verdadero ;

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

15

Y antes que falte tu palabra santa, Faltará en un instante el universo. 5

La paz con la equidad y la justicia Son el apo3^o de tu justo imperio; ]\Ias la verdad y la misericordia Siempre te van los pasos precediendo. 6

Feliz el pueblo que alabarte sabe, ]Más feliz si te alaba con afecto. Pues marchará tranquilo y venturoso Con la brillante luz de tus destellos.

P. Olavide.

43. A LA Trinidad.

A tu eterna Deidad, Soberana en tres personas, Clamamos, pues nos perdonas Nuestra iniquidad. Por esta benignidad. En su misterioso canto. Angeles y serafines dicen : ¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! Dios uno y trino, A quien tantos arcángeles. Querubines, ániieles y serafines Dicen : ¡ Santo ! i Santo ! ¡ Santo ! 2

Interminable bondad, Suma esencia soberana. De donde el bien nos dimana, i Divina Trinidad ! Con tu celestial piedad Pones fin a nuestro llanto, Angeles y serafines dicen : i Santo ! j Santo ! ¡ Santo !

Dios uno y trino, A quien tantos arcángeles, Querubines, ángeles y serafines Dicen : j Santo ! ¡ Santo ! j Santo !

44. La Omnipotencia Divina.

A Dios obedecen el rayo y el viento. Lo anuncian los astros, proclámalo el mar.

Con un leve sopólo pudiera su aliento Hacer de la tierra los ejes temblar. 2

j Cuán torpe aquel pueblo que insano se atreve

A alzarse enemigo del pueblo de Dios ! Será como el tamo que el viento se lleve,

Ni leve vestigio dejándole en pos. 8

¡ Cuán grande, glorioso y feliz se pre- senta

El pueblo dichoso que a Cristo aceptó ! Lo escuda la mano que al orbe sus- tenta,

Y al ángel de muerte su espada quitó.

45. Para los Navegantes.

j Potente Dios para salvar ! Tu mano crió el inmenso mar ; También sus términos le dió. Que humildemente respetó. Esciichanos, Dios, al orar Por los expuestos en el mar.

16

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

2

i Oh Cristo ! tu potente voz Calmó la tempestad feroz; Paseaste en el profundo mar, Dormiste quieto en su bramar. Escúchanos, Dios, al orar Por los expuestos en el mar.

3

¡Oh Santo Espíritu, que dió Al caos vida, y se movió De rudas aguas por la faz. Trocando confusión en paz! Escúchanos, Dios, al orar Por los expuestos en el mar.

4

¡ Oh Trino Dios de inmenso amor. Tus hijos guarda de temor; De rocas, fuego, tempestad. Del enemigo en tu bondad ! Por ello a ti se han de elevar Himnos de loor en tierra y mar.

46. Señor, ¡Tu eres Santo!

Señor, ¡tú eres santo! Yo adoro, yo creo:

Tu cielo es un libro de páginas bellas. Do en noches tranquilas mi símbolo leo,

II :Que escribe tu mano con signos de estrellas. :||

2

Plegadas de espanto las trémulas alas, Delante del trono tus ángeles ves.

I Quién sabe tus glorias ? ¿ quién cuenta

tus galas

II :Si el sol es el polvo que pisan tus

pies?:||

3

El mar a la tierra pregunta tu nombre. La tierra a las aves que tienden su vuelo ;

Las aves lo ignoran, pregúntanlo al hombre ;

II :E1 hombre lo ignora, pregúntalo al cielo. :1|

4

Señor, eres santo! yo te amo, en

ti espero: Tus dulces bondades cautivan el alma ; Mi pecho gastaron con diente de acero II :Los gustos del mundo vacíos de

calma. :||

5

Son gustos falaces que pasan cual flores.

Efímeras dichas, verdura en las eras. ¡ Ah ! dame la vida de días mejores, ¡I :Sin hoy, sin mañana, sin horas ligeras. :||

6

Concede a mis penas la luz de bo- nanza.

La paz a mis noches, la paz a mis días.

Tu amor a mi pecho, tu fe y tu espe- ranza,

II :Que es bálsamo puro que al ánima envías. :||

J. Arólas.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

17

47. Invocación a la Trinidad.

¡ Oh Padre, eterno Dios ! Alzamos nuestra voz En gratitud De cuanto nos das Con sin igual amor, Hallando nuestra paz En ti, Señor.

2

¡ Bendito Salvador ! Te damos con amor El corazón,

Y aquí nos puedes ver Que humildes a tu altar Venimos a ofrecer Precioso don.

3

¡Espíritu de Dios! Escucha nuestra voz,

Y tu bondad Derrame en nuestro ser Divina claridad,

Para poder vivir En santidad.

V. Mendoza.

48. ¡ Señor, Yo Te Conozco.

Te acercas, ; conozco las orlas de tu manto

En esa ardiente nube con que ceñido estás ;

El resplandor conozco de tu semblante santo,

Cuando al cruzar el éter, relampague- ando vas.

3

Conozco de tus pasos las invisibles huellas

Del repentino trueno en el crujiente són ;

Las chispas de tu carro conozco en las centellas.

Tu aliento en el rugido del rápido aquilón.

4

l Quién ante ti parece ? ¿ Quién es en tu presencia

Más que un arista seca, que el aire va a romper?

Tus ojos son el día, tu soplo la exist- encia ;

Tu alfombra el firmamento, la eterni- dad tu ser.

Señor, yo te conozco ! La noclie azul, ¡ Señor, yo te conozco ! IMi corazón te

serena, adora ;

Me dice desde lejos: "Tu Dios se Mi espíritu de hinojos ante tus pies

esconde allí;" está;

Pero la noche obscura, la de nublados Pero mi lengua calla, porque mi

llena, lengua ignora

Me dice más pujante: "Tu Dios se Los cánticos que llegan al grande Je-

acerca a ti." hová. zorriUa.

EL NUEVO TITMNAKTO EVANGELICO

49. Solemne Adoración.

Al trono majestuoso Del Dios omnipotente, Humildes vuestra frente, Naciones, inclinad. El es el Ser supremo, Señor de cuanto existe,

Y nada al fin resiste Al grande Jehová.

2

Del polvo de la tierra Formónos complacida Su mano, y diónos vida Su aliento creador.

Y al vernos después ciegos. En la maldad sumidos, Cual padre a hijos queridos Salud nos proveyó.

3

La gratitud sincera Nos dictará canciones,

Y en coro dulces sones Al cielo subirán:

Con los celestes himnos Armónica alianza Formando, su alabanza Doquier resonará.

4

Señor, a tu palabra Los mundos obedecen,

Y del mortal perecen La ciencia y altivez. Tu amor y verdad solos

En nada habrán menguado. Después que hayan cesado Los siglos de correr.

J. B. Cabrera.

50. Invocación.

A Dios cantamos: de él sólo es el canto ;

De Dios cantamos las grandes acciones. El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo, Dios, es el tema de nuestras canciones. A ti, Dios invocamos: Henos Señor, sobre el polvo, postra- dos ;

Hoy tu gloria cantamos. Tus atributos incomensurados. Rasgado el denso velo de separación, Al cielo dirigimos nuestra invocación ; Sea Señor, tuyo el loor, ¡ Amén ! ¡ Amén !

51. SÓLO A Ti, Dios y Señor.

Sólo a ti, Dios y Señor, Adoramos,

Y la gloria y el honor

Tributamos. Sólo a Cristo, nuestra Luz,

Acudimos ; Por su muerte en la cruz

Revivimos.

2

Un Espíritu, no más. Nos gobierna,

Y con él. Señor, nos das

Paz eterna; El es fuego celestial,

Cuya llama En amor angelical

Nos inflama.

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

19

Disfrutamos tu favor

Solamente Por Jesús, fueute de amor

Permanente ; Sólo él nos libertó

De la muerte, Sólo él se declaró

Nuestro Fuerte.

4:

Sólo tú, oh Creador,

Dios Eterno, Nos libraste del furor

Del infierno ;

Y por esto con placer

Proclamamos Que tan sólo en tu poder Confiamos.

P. Castro.

52. Gloria a la Trinidad.

A nuestro Padre Dios Alcemos nuestra voz,

¡Gloria a él! Tal fué su amor que dio Al Hijo que murió. En quien confío yo ;

¡ Gloria a él! 2

A nuestro Salvador Demos con fe loor;

¡ Gloria -a él ! Su sangre derramó; Con ella me lavó,

Y el cielo me abrió;

¡Gloria a él!

Espíritu de Dios, Elevo a ti mi voz;

¡ Gloria a ti ! Con celestial fulgor Me muestras el amor De Cristo, mi Señor;

¡ Gloria a ti !

4

Con gozo y amor Cantemos con fervor

Al Trino Dios. En la eternidad Mora la Trinidad; ¡ Por siempre alabad

Al Trino Dios!

Estrella de Belén.

53. ¡ Santo ! ¡ Santo ! i Santo ! Señor Omnipotente.

¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! Señor Omni- potente,

Siempre el labio mío loores te dará;

¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! te adoro reverente.

Dios en tres personas, bendita Trini- dad.

¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! en numeroso coro

Santos escogidos te adoran con fervor, De alegría llenos, y sus coronas de oro Rinden ante el trono glorioso del Señor.

20 EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

3

¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! la inmensa

muchedumbre De ángeles que cumplen tu santa

voluntad,

Ante ti se postra bañada con tu lum- bre,

Ante ti que lias sido, que eres y serás. '4

¡ Santo ! i Santo ! i Santo ! por más que

estés velado E imposible sea tu gloria contemplar, Santo eres sólo, y nada hay a tu

lado

En poder perfecto, pureza y caridad. 5

¡ Santo ! \ Santo ! \ Santo ! la gloria de

tu nombre Vemos en tus obras, en cielo, tierra y

mar.

i Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo ! te adorará todo hombre.

Dios en tres personas, bendita Trini- dad. Amén.

Reginald Heber, 1827. (Tr.) J. B. Cabrera.

54. Dulcísimo, Divino Amor.

Dulcísimo, divino Amor, ¿En mi alma cuándo morarás Con plena posesión? Sed tiene intensa del raudal Que surte el solio celestial, II :Mi eterna redención. :|| 2

Venciste al Hades y a Satán En opulencia del amor

Que excede en comprensión; El pueblo guiado por tu luz No alcanzará a medir jamás II :Su pródiga extensión. :|| 3

Dios sólo puede comprender Su propio amor, y consolar Con él al pecador; El me lo dé, no pido más; Excelso don, satisfará 11 ;Mi agradecido amor. :||

55. Cimiento Eterno de la Pe. i Cuán firme cimiento se ha dado a la

De Dios en su eterna Palabra de amor ! ¿Qué más él pudiera en su libro añadir

II :Si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor? :||

2

*'Ya te halles enfermo o en plena salud,

Ya rico, ya pobre se encuentre tu ser. En casa o viajando por tierra o por mar,

II ¡Conforme a tus años será tu poder." :||

3

''No temas por nada, contigo yo soy; Tu Dios yo soy sólo, tu ayuda seré ; Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarán,

II :Y en ella sostén y poder te daré.":||

EL NUEVO HIMXAEIO EVANGELICO

4

"No habrán de anegarte las ondas del mar

Si en aguas profundas te ordeno salir ; Pues siempre contigo seré en tus an- gustias

:Y todas tus penas podré bende- cir.":||

5

*'La llama no puede dañarte jamás Si en medio del fuego te ordeno pasar ; El oro de tu alma más puro será, II :Pues sólo la escoria se habrá de quemar." :||

6

*'Mi amor siempre tierno, invariable, eternal,

Constante a mi pueblo mostrarle podré,

Si nivea corona ya ciñe su sien, II :Cual tiernos corderos aun cui- daré." :i|

7

"Al alma que anhele la paz que hay en mí,

Jamás en sus luchas la habré de dejar ;

Si todo el infierno la (luiere perder, IhiTo nunca, no, nunca, la puedo olvidar !":||

G. Keith. (Tr.) V. Mendoza.

56. Castillo Fuerte.

Castillo fuerte es nuestro Dios, Defensa y buen escudo. Con su poder nos librará

En este trance agudo. Con furia y con afán Acósanos Satán; Por armas deja ver Astucia Y gran poder. Cual él no hay en la tierra.

Nuestro valor es nada aquí. Con él todo es perdido ; ]\Ias por nosotros pugnará De Dios el Escogido. ¿ Sabéis quién es ? Jesús, El que venció en la cruz. Señor de Sabaoth, Y pues él sólo es Dios, El triunfa en la batalla. 3

Aun si están demonios mil Prontos a devorarnos, No temeremos, porque Dios Sabrá aún prosperarnos. Que muestre su vigor Satán y su furor. Dañarnos no podrá, Pues condenado es ya Por su Palabra Santa. 4

Sin destruirla dejarán, Aún mal de su grado. Esta Palabra del Señor ; El lucha a nuestro lado. Que lleven con furor Los bienes, vida, honor, Los hijos, la mujer. . . . Todo ha de perecer. . . . De Dios el reino queda

Martín Lutero. (Tr.) por J. B. Cabrera.

22

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

57. El Amor de Dios.

¡ Dios santo y fuerte ! por tu Amado,

De horrible muerte, ¡ Padre y Señor ! Nos has librado; con él la suerte Nos has legado, tal es tu amor.

2

De ti alcanzamos todos los bienes De que gozamos, ¡ Padre y Señor ! nos detienes si tropezamos,

Y nos mantienes, tal es tu amor.

3

Siempre fecundo nos prodigas Tu amor profundo, \ Padre y Señor !

Y mitigas en este mundo Nuestras fatigas, tal es tu amor.

4

nos preservas de todos male's

Y nos conservas, ¡ Padre y Señor ! De tus caudales nos reservas Los celestiales, tal es tu amor.

5

La gran victoria que nos destinas, Será en memoria, ¡ Padre y Señor ! Por tus doctrinas, hacia la gloria Nos encaminas, tal es tu amor.

M. Cosido.

58. Con Cánticos, Señor.

Con cánticos. Señor, ]\Ii corazón y voz Te adoran con fervor, ¡ Oh ! Trino, Santo Dios. En tu mansión yo te veré, Y galardón feliz tendré.

2

Tu mano paternal Trazó mi senda aquí; Mis pasos cada cual, Velados son por ti. En tu mansión yo te veré,

Y galardón feliz tendré.

3

Innumerables son

Tus bienes, y sin par,

Que por tu compasión

Recibo sin cesar.

En tu mansión yo te veré,

Y galardón feliz tendré.

4

eres, i Oh Señor ! Mi sumo, todo bien; Mil lenguas, tu amor, Cantando siempre estén. En tu mansión yo te veré,

Y galardón feliz tendré.

M. N. B.

59. ¡Gloria a Dios!

i Gloria a Dios ! porque su gracia En nosotros abundó, Y su fiel misericordia En nosotros se mostró.

2

i Gloria a Dios ! porque no mira Nuestra vieja iniquidad, IMas bondoso nos reviste De justicia y santidad.

3

i Gloria a Dios ! que de fe pura Llena nuestro corazón,

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

23

Y del Hijo que ama tanto Nos concede el sumo don.

4

j Gloria a Dios ! que aquí nos une En perfecta y dulce paz, Por su diestra protegidos, Alumbrados por su faz.

5

¡ Gloria a Dios ! a quien complace Recibir nuestra oración, Nuestros cantos de alabanza, Nuestra pura adoración.

6

¡ Gloria a Dios ! que en abundancia Bendiciones hoy nos da ;

Y si esto es en la tierra, En los cielos ¿qué será?

J. B. Cabrera.

60. Gloria al Señor del Cielo.

Gloria al Señor del cielo, Gloria por sus bondades, Gloria, por sus piedades Que interminables son. 2

Cante el mortal ahora Himnos a sus bondades, Cante que sus piedades Interminables son.

3

Sus siervos hoy devotos Digan que en las edades Sus múltiples piedades Interminables son.

Carvajal

L. Dad á Dios Inmortal Alabanza.

Dad a Dios immortal alabanza ; Su merced, su verdad nos inunda : Es su gracia en prodigios fecunda, Sus mercedes, humildes cantad. ¡ Al Señor de señores dad gloria, Rey de reyes, poder sin segundo ! Morirán los señores del juundo. Mas su reino no acaba jamás. 2

Las naciones vió en vicios sumidas

Y sintió compasión en su seno: De prodigios de gracia está lleno ; Sus mercedes, humildes cantad. A su pueblo llevó por la mano A la tierra por él prometida; Por los siglos sin fin le da vida

Y el pecado y la muerte caerán.

3

A su Hijo envió por salvarnos Del pecado y la muerte inherente ; De prodigios de gracia es torrente, Sus mercedes, humildes cantad. Por el mundo su mano nos lleva,

Y al celeste descanso nos guía : Su l)ondad vivirá eterno día, Cuando el mundo no exista ya más.

J. Mora.

62. Señor, en Ti Yo Creo.

Señor, en ti yo creo, Y siempre creeré; Que brilla dentro el alma La antorcha de la fe. Al cielo ¡cuántas veces

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

La vista en mi aflicción Alcé, y dulce consuelo Bajaba al corazón!

2

Es grato, si sufrimos

En horas de ansiedad,

Saber que desde el cielo

Nos miras con piedad ;

Que cuentas nuestras penas,

Que ves nuestro dolor,

Que escuchas nuestros ayes,

Y envías tu favor.

3

¡Señor, bendito seas, Bendito veces mil! Porque si artero el mundo Su red nos arma hostil, En nuestro pecho enciendes La llama de la fe,

Y mundo y red podemos Hollar con nuestro pie.

4

La fe que al hombre anima, Tu más precioso don. Es luz en las tinieblas. Alivio en la aflicción ; Amparo al desvalido, Al náufrago salud. Tesoro de alegrías. Cimiento a la virtud. 5

Por eso yo te adoro, Por eso creo en ti. De quien dádiva tanta Sin precio recibí. Confirma y acrecienta,

Señor, mi humilde fe; Y cual soy tuyo ahora. Por siempre lo seré.

J. B, Cabrera.

63. Tesoro Incomparable.

Tesoro incomparable, Jesús, amigo fiel, Kefugio del que huye Del adversario cruel ; Sujeta compasivo A mis corazón. Ya que para salvarme Sufriste la pasión. 2

Delicias de mi alma. Pan de la eternidad. Del cual yo me alimento En mi necesidad; En mi flaqueza extrema Se cumple tu virtud, Y en medio de mis males Ser quieres mi salud. 3

Dirige a tu rostro, Jesús, lleno de amor, Sol puro de justicia. Grato consolador. Sin tu influencia santa La vida es un morir ; Gozar de tu presencia, Esto sólo es vivir. 4

Jesús, riqueza mía, Mi amante Salvador, Eres en mis flaquezas Mi fuerte protector.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

25

Mi paz el enemigo Turbar podrá jamás; Por más que lo intentare, No lo permitirás. 5

Al mundo de falacias No pertenezco ya; El cielo es mi morada, Allí mi Amado está. A donde Cristo habita Con ansia quiero ir ; En sempiterno gozo Con él quiero vivir.

Fuster.

64. ¡ Cuan Dulce el Nombre de Jesús !

¡ Cuán dulce el nombre de Jesús Es para el hombre fiel! II ¡Consuelo, paz, vigor, salud. Encuentra siempre en él. :l| 2

Al pecho herido fuerzas da,

Y calma al corazón;

II :Del alma hambrienta es cual maná,

Y alivia su aflicción. :||

3

Tan dulce nombre es para mí, De dones plenitud ; II rRaudal que nunca exhausto vi De gracia y de salud. :|| 4

Jesús, mi amigo y mi sostén. Bendito Salvador! II :Mi vida y luz, mi eterno bien, Acepta mi loor. :||

5

Si es pobre ahora mi cantar. Cuando en la gloria esté II :Y allá te pueda contemplar. Mejor te alabaré. :||

(Tr.) Juan Newton.

65. El Buen Pastor.

Como ovejas celebramos ¡ Oh ! J esús tu grande amor. Ya que locas, descarriadas. Anduvimos sin tu amor. De tus pastos abundantes Alejadas, buen Pastor. 2

Por los montes afanado Nos buscaste con amor,

Y al buen prado en que pacemos Nos conduces con tu amor ; Para ser de tu rebaño.

Nos tomaste, buen Pastor. 3

La voz tuya conocemos.

Si nos llamas, ¡ oh ! Pastor ;

nos das el pasto sano

Y nos guardas con amor : En tu seno reclinadas Reposamos, buen Pastor.

4

Las ovejas en tu mano Nada temen, buen Pastor; En tu aprisco reunidas Nos contemplas con amor; Sólo en ti nos refugiamos, i Oh Jesús, oh buen Pastor !

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

66. Unidos en Espíritu.

Unidos en espíritu Al coro celestial, Cantemos con los ángeles Un cántico triunfal:

Y si vertimos lágrimas Al frente de la cruz, Rebose hoy el júbilo. Pues vive el buen Jesiis.

2

Lo que en el triste Gólgota Derrota pareció. En el sellado túmulo En triunfo se cambió; Vencido está el báratro, Menguado su poder;

Y no el mortal su súbdito De hoy más habrá de ser.

3

Del ]\Ioria allá en la cúspide Se obró la salvación, Allí se ostenta el lábaro De nuestra redención ;

Y sueltos ya los vínculos De la mortalidad.

La tumba abierta es símbolo De nuestra libertad. 4

Jesús, de gloria Príncipe, Autor de nuestra paz, Diríjenos benévola Tu esplendorosa faz ;

Y acepta el dulce cántico De nuestra gratitud Por tu valiosa dádiva De la eternal salud.

J. B. Cabrera.

67. ]\ri Salvador.

¡ Oh Salvador, mi fiel Jesús, Del mundo la clara luz ! Dame perdón, dame sostén; Auxilíame con todo bien.

2

No cambiará ¡oh Salvador! Tocante a tu fiel amor ; Tu sangre diste por mí,

Y ya salvado soy por ti.

3

Yo gozaré felicidad Por toda la eternidad ; Pues viviré con mi Jesús,

Y le veré en clara luz.

68. A Cristo Doy :Mi Canto.

A Cristo doy mi canto: El salva el alma mía ; Me libra del quebranto

Y con amor me guía.

Coro. Ensalce nuestro canto Tu sacrosanta historia ; Es nuestro anhelo santo Mirar, Jesús, tu gloria. 2

Jamás dolor ni agravios Enlutarán la mente, Si a Cristo nuestros labios Bendicen dulcemente. Coro.

3

Tu nombre bendecido Alegra el alma mía ; Tu nombre es en mi oído Dulcísima armonía. Coro,

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO 27

4 Nombre tan dulce, referir podría Viviendo he de ensalzarte : Sobre la tierra ?

Y si abandono el suelo, (t^" ) ^- Cabrera.

Veránme ir a adorarte 70. Alabanza.

Los ángeles del cielo. Coro. ^ , n' .

¡Solemnes resuenen los lerv^idos can- tos;

69. No Hay Otro Nombee. Unámonos todos en voces de amor :

Un nombre existe que escuchar me Los ángeles puros, los fieles y santos, agrada, -^^^^ Cordero tributen loor.

Y hablar me place del valor que en- Coro. 1| : Canto de triunfo, canto de

cierra, triunfo

No hay otro nombre que en dulzura Levántese inmenso al gran Salvador :||

iguale^ 2

Sobre la tierra. . j.^ ^^.^^^ Cordero ! los justos ex-

2 claman ;

El testifica del amor sublime ¡ Es digno el Cordero de eterno loor !

Del que muriendo libertad me ha dado. Repiten constantes aquellos que le Siendo su sangre redención perfecta aman,

Por el pecado. Al ver que su sangre vertió en su

3 favor. Coro. Que hay un amante corazón, me dice, 3

Que sentir puede mi dolor profundo; Postrados de hinojos, Jesús, te adora- Cual él quien pueda compartir mis mos,

penas. Pues nos rescataste de eterno dolor:

No hay en el mundo. La muerte sufriste, por que no mura-

-1 mos ;

El regocija mi doliente peclio. Dignísimo eres del más alto honor. El de mis ojos desvanece el llanto, Coro.

Y dice al alma que confíe siempr(í 4

Libre de espanto. Los cielos triunfantes, la tierra sal-

5 vada,

¡Jesús! el nombre que escuchar me Su júbilo muestren; y al santo Señor

agrada ! El oro, el incienso, la mirra preciada

¿ Cuál de los santos, el valor que en- Le ofrezcan con puro, con férvido cierra amor. Coro.

28

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

71. Nuestro Guk.

De la muerte el imperio vencimos Por el Rey que nos dió la victoria, Al poder de este mundo servimos, Mas ahora, al Señor de la gloria.

Coro. Por la te liemos visto, ¡oh

Jesús, nuestra luz ! Por nosotros, ¡ oh ! Cristo, espiraste en

la cruz.

eres nuestro guía, divino Salvador, Al Cielo de alegría, al célico esplendor. 2

Por la sangre que fué derramada. Redimidos, al cielo marchamos ; Ya la mancha en nosotros lavada. Todo es nuevo en la vida en que esta- mos.— Coro.

3

Ya el error y la duda han huido ; La verdad refulgente ya luce : Desde el cielo nos ha esclarecido, Y a la gloria Jesús nos conduce. Coro.

72. GuliME i Oh ! Salvador.

Guíame ¡ oh ! Salvador Por la vía de salud ; A tu lado no hay temor, Sólo hay gozo, paz, quietud.

Coro. ¡ Cristo ! ¡ Cristo ! No me dejes ¡ oh Señor ! Siendo mi guía fiel. Seré más que vencedor.

2

No me dejes \ oh Señor ! jMientras en el mundo esté,

Y haz que arribe sin temor Do feliz por fin seré. Coro.

3

de mi alma salvación,

En la ruda tempestad,

Al venir la tentación

Dame ayuda por piedad. Coro.

F. M. D. (Tr.) Pedro Grado.

¡ Gloria a Ti, Jesús Divino ! i Gloria a ti, Jesús Divino ! ¡ Gloria a ti por tus bondades ! ¡ Gloria eterna a tus piedades. Querido Salvador!

2

me amaste con ternura

Y por en la cruz moriste ; Con ternura me quisiste, Querido Salvador.

3

Tengo fe sólo en tu muerte, Pues con ella me salvaste ; Vida eterna me compraste, Querido Salvador.

4

Te veremos en el cielo: A vivir contigo iremos ; Tu presencia gozaremos, Querido Salvador.

5

Ten valor, valor cristiano, Cristo es tu mejor amigo: Él te llevará consigo; Jesús es tu Señor.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO 29

74. De Jesús el Nombre Guarda.

De Jesús el nombre guarda, Heredero del afán; Dulce hará tu copa amarga, Tus afanes cesarán.

Coro. Suave luz, manantial De esperanza, fe y amor ; Sumo bien celestial Es Jesús el Salvador. 2

De Jesús el nombre estima; Que te sirva de broquel: Alma débil, combatida. Hallarás asilo en él. Coro. 3

De Jesús el nombre ensalza. Cuyo sin igual poder Del sepulcro nos levanta. Kenovando nuestro sér. Coro.

Lidia Baxter. (Tr.)

75. A Su Nombre Gloria.

Junto a la cruz do Jesús murió, Junto a la cruz do salud pedí, Ya mis maldades él perdonó, ¡ A su nombre gloria !

Coro. ¡A su nombre gloria!, ¡ A su nombre gloria ! Ya mis maldades él perdonó, ¡ A su nombre gloria !

2

Junto a la cruz donde le busqué ¡ Cuán admirable perdón me dió! Ya con Jesús siempre, viviré, ¡ A su nombre gloria ! Coro.

3

Fuente preciosa de Salvación, Qué grande gozo yo pude hallar Al encontrar en Jesús perdón, ¡A su nombre gloria! Coro. 4

Tú, pecador, que perdido estás. Hoy esta fuente ven a buscar, Paz y perdón encontrar podrás, ¡ A su nombre gloria ! Coro.

(Tr.) Vicente Mendoza.

76. Cual ]\Iirra Fragante.

Cual mirra fragante que exhala su olor

Y ricos perfumes esparce al redor. Tu nombre ¡ Oh Amado ! a. mi corazón Lo llena de gozo, transpórtalo a Sión.

Coro. Aleluya, Aleluya al Cordero de Dios:

Aleluya al Amado, al bendito Jesús. 2

Cual voz amigable que al triste viador En bosque perdido le inspira valor, Tu nombre me anima y me hace saber Que ofreces piadoso, rescate a mi ser. Coro.

3

Cual luz que brillando del alto fanal, Al nauta en la noche señala el canal. Tu nombre esparciendo benéfica luz. Al cielo me lleva, bendito Jesús. Coro.

H. M.

30 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

77. El Nombre de Jesús.

Ni en la tierra ni en el cielo ' Hay un nombre cual Jesús ; Sobre todo, él solo reina, Él es sólo eterna luz. 2

Es Jesús mi gran riqueza. Hallo en él mi sólo bien; Valen más que todo el oro Los tesoros de su Edén. 3

Es Jesús mi gran sustento, Mi pan suave y celestial; De mis dichas y mi gozo Es el rico manantial. 4

Infinita es su ternura, ¿Quién la puede sondear? Con los ángeles hoy quiero Su grandeza pregonar.

78. A Jesús Pertenecemos.

A Jesús pertenecemos, Nos debemos alegrar; Que el buen Dios de cielo y tierra, Nos formó y nos ha de guiar. A Jesús pertenecemos. Por nosotros él murió; II :Con el precio de su sangre De la muerte nos libró. :|| 2

A Jesús pertenecemos, Y confiamos sólo en él ; Pues su Espíritu nos lleva Por su senda, siempre fiel.

A Jesús pertenecemos. Redimidos por su. amor ; II :Y a Dios Trino y Uno damos Alabanza, prez y honor. :||

79. Gloria a Dios en las Alturas.

Gloria a Dios en las alturas. Que mostró su gran amor. Dando a humanas criaturas Un potente Salvador. Con los himnos de los santos Hagan coro nuestros cantos De alabanza y gratitud. Por la divinal salud;

Y digamos a una voz :

j En los cielos gloria a Dios ! 2

Gloria a Dios la tierra cante Al gozar de su bondad, Pues le brinda paz constante En su buena voluntad. Toda tribu y lenguas todas Al Excelso eleven odas, Por el rey Emmanuel Que les vino de Israel;

Y prorrumpan a una voz : ¡En los cielos gloria a Dios!

3

Gloria a Dios la Iglesia entona, Rota al ver su esclavitud Por Jesús, que es su corona. Su Cabeza y plenitud. Vigilante siempre vive

Y a la lucha se apercibe. Mientras llega su solaz En la gloria y plena paz ;

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

31

Donde exclama a una voz : ¡ En los cielos gloria a Dios !

J. B. Cabrera.

80. La Navidad.

¡ Oh santísimo, felicísimo, Grato tiempo de Navidad! Cristo el prometido. Ha por fin venido: ¡Alegría! ¡Alegría! Cristiandad.

2

¡ Oh santísimo, felicísimo, Grato tiempo de Navidad ! Al mortal perdido. Cristo le ha nacido : ¡ Alegría ! ¡ Alegría ! Cristiandad.

3

¡ Oh santísimo, felicísimo. Grato tiempo de Navidad ! Coros celestiales. Cantan los mortales : ¡ Alegría ! ¡ Alegría ! Cristiandad.

4

j Oh santísimo, felicísimo. Grato tiempo de Navidad! Cántanle loores Magos y pastores : ¡ Alegría ! ¡ Alegría ! Cristiandad.

5

j Oh santísimo, felicísimo, Grato tiempo de Navidad ! Tan dichosa nueva,

Al mortal conmueva: ¡Alegría! ¡Alegría! Cristiandad.

6

¡ Oh santísimo, felicísimo. Grato tiempo de Navidad ! Principe del cielo, Dános tu consuelo : ¡ Alegría ! ¡ Alegría ! Cristiandad.

81. Venid, Pastorcillos.

Venid, pastorcillos, venid a adorar Al Rey de los cielos que nace en Judá. Sin ricas ofrendas podemos llegar, Que el niño prefiere la fe y la bondad. 2

Un rústico techo abrigo le da. Por cuna un pesebre, por templo un portál ;

En lecho de pajas incógnito está. Quien quiso a los astros su gloria prestar.

3

Hermoso lucero le vino a anunciar,

Y magos de Oriente buscándole van: Delante se postran del Rey de Judá, De incienso, oro y mirra tributo le dan.

F. Martínez de la Rosa.

82. Dejaste Tu Trono.

dejaste tu trono y corona por mí, Al venir a Belén a nacer; Mas a ti no fué dado el entrar al mesón,

Y en pesebre te hicieron nacer.

32

EL NUEVO IIIMNAEIO EVANGELICO

Coro. A^en a mi corazón, ¡ oh Cristo ! Pues en él hay lugar para ti. Ven a mi corazón, j oh Cristo ! ven ; Pues en él hay lugar para ti. 2

Alabanzas celestes los ángeles dan En que rinden al Verbo loor; Mas humilde viniste a la tierra, Señor, A dar vida al más vil pecador. Coro.

3

Siempre pueden las zorras sus cuevas tener,

Y las aves sus nidos también,

Mas el Hijo del Hombre no tuvo un lugar

En el cual reclinara su sién. Coro. ■A

Til viniste. Señor, con tu gran bendi- ción

Para dar libertad y salud, Mas con odio y desprecio te hicieron morir.

Aunque vieron tu amor y virtud. Coro.

5

Alabanzas sublimes los cielos darán Cuando vengas glorioso de allí,

Y tu voz entre nubes dirá: "Ven a

mí.

Que hay lugar junto a para ti." Coro.

Emily E. S. Elliott, 1864. (Tr.)

83. i Noche de Paz, Noche de Amor !

¡Noche de paz, noche de amor! Todo duerme en derredor.

Entre los astros que esparcen su luz, Bella anunciando al niñito Jesús, 11 iBrilla la estrella de paz. :11 2

¡Noche de paz, noche de amor! Oye humilde el fiel pastor. Coros celestes que anuncian salud, Gracias y glorias en gran plenitud, 11 :Por nuestro buen Redentor. :|1

3

¡Noche de paz, noche de amor! Ved qué bello resplandor Luce en el rostro del niño Jesús En el pesebre, del mundo la Luz, 11 Astro de eterno fulgor. :11

84. Los Heraldos Celestiales.

Los heraldos celestiales Cantan con sonora voz : ¡ Gloria al Rey recién nacido, Que del cielo descendió! Paz, misericordia plena, Franca reconciliación Entre Dios, tan agraviado,

Y el mortal que le ofendió.

2

La Divinidad sublime En la carne se veló ; Ved a Dios morando en carne,

Y adorad al Hombre-Dios. Emmanuel, Dios con nosotros, A la tierra descendió;

Y hecho hombre, con los hombres Tiene ya su habitación.

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

33

3

Salve, Príncipe glorioso De la paz y del perdón ; Salve a ti que de justicia j Eres el divino Sol ! Luz y vida resplandecen A tu grata aparición,

Y en tus blancas alas traes La salud al pecador.

Nace manso, despojado De su gloria y esplendor, Porque no muramos todos En fatal condenación, Nace, sí, para que el hombre Tenga en él resurreción. Nace para que renazca A la vida el pecador. 5

Ven, oh tú, de las naciones Deseado con ardor; Ven, simiente vencedora Que Moisés profetizó; Ven, aplasta la cabeza Ponzoñosa del dragón. Que el veneno del pecado En nosotros infiltró. 6

Borra la semejanza

Que el primer Adam nos dió;

Y a la tuya, Adam perfecto, Forma nuestro corazón. Desde el trono do te sientas Como Hombre y como Dios,

j Oh Jesús ! pon en nosotros Tu maravilloso amor.

Carlos Wesley, (Tr.) T. Castro.

85. Venid Pequeñuelos.

Venid, pequeñuelos, venid sin tardar. Venid al pesebre, venid a admirar Del Padre en los cielos el don sin igual ;

¡ A él sea la gloria, la paz al mortal ! 2

]\lirad en pesebre de pobre portal Lindísimo niño en un blanco pañal. Un rayo ilumina su rostro infantil ; En vez de la púrpura sirve heno vil. 3

Mirad en su cuna, niñitos, la paz; José con María contemplan la faz; Hay píos pastores orando alredor; En lo alto mil ángeles cantan loor.

Vosotros con ellos, oh niños, cantad ; Con ellos dad gracias, las manos alzad : Al coro celeste las voces unid, Del Padre y del Hijo el amor bendecid.

86. El Nacimiento de Jesús.

¡ Cristianos ! media noche, hora solemne

En que Dios bajó en hombre trans- formado

Para borrar las manchas del pecado,

Y del Padre aplacar así el furor.

2

Se agita lleno de esperanza el mundo Porque esta noche un Salvador le diera ;

Y libertad arrodillado espera ;

i Páscuas ! que vino el Santo Redentor.

34

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

Que de la fe, la luz ardiente sea A la cuna del Niño, nuestro guía, Como a los ]\Iagos del Oriente un día Condujo de la estrella el resplandor. 4

El Rey de reyes nace en pobre cuna, Desde allí a vuestro orgullo un Dios os dice:

Poderosos que encumbra la fortuna. Doblad la frente humilde al Redentor. 5

Quebró nuestras cadenas con sus manos ;

La tierra libre, el cielo abierto vemos ; No tiranos, ni esclavos, sólo hermanos ; Lo que el hierro ligaba, una el amor. 6

Si por nosotros nace, sufre y muere. Que nuestra gratitud a Dios mostre- mos.

De libertad el cántico entonemos i Pascuas ! cantad al Santo Redentor.

De Palma.

87. Un Amigo Hay Más que Hermano.

Un amigo hay más que hermano. Cristo el Señor,

Quien llevó en su cuerpo humano Nuestro dolor. Este amigo moribundo, Padeciendo por el mundo. Demostró su amor profundo ; ¡Dadle loor!

2

Conocerle es vida eterna,

Cristo el Señor;

Todo aquel que quiera, venga

Al Redentor.

Por nosotros él derrama

Vida suya, pues nos ama;

Y a su lado a todos llama :

¡ Dadle loor !

3

Hoy, ayer, y por los siglos

Cristo el Señor

Es el mismo fiel amigo;

Ven, pecador.

Es maná en el desierto.

Nuestro guía, nuestro puerto,

Es su amor el mismo cielo,

i Dadle loor !

H. c. E.

88. Astro el más Bello.

Astro el más bello en la regia cohorte, Suave, argentina, miramos tu luz; Haznos visible el lejano horizonte; Guíanos al lecho del niño Jesús. 2

Vedlo dormido, por cuna un pesebre; Quiso entre pobres, humilde nacer ; Angeles ven en aquel niño endeble, Al que dispone de todo poder. 3

¿Qué le traeremos? ¿La mirra más fina?

¿Ricas aromas del último mar? ¿Oro sacado de todas las minas? ¿Cómo la fe en él podemos mostrar?

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

4

Vanos serían tan ricos- presentes : Ellos no pueden su gracia alcanzar : Muévenle aquellos que llevan fervien- tes

Preces del alma, que puede aceptar.

Reginaldo Heber. (Tr.)

89. Cantad ]\Iortales.

Cantad, cantad, mortales, Que Cristo ya nació; Y por salvar las almas, Humilde se encarnó; Por su bondad tan pura, El en la cruz murió; Ya libres él nos hizo, De ruina nos sacó.

2

Cantad, cantad, mortales. Que Cristo os redimió. De par en par las puertas Del cielo nos abrió. La plenitud de gloria. Cantad, que nos legó ; Nos hizo ya libertos. De ruina nos sacó.

90. Jesucristo Descendió.

Jesucristo descendió De los cielos a Belén; Nuestra paz allí nació. Nuestra dicha, luz y bien : Ha nacido en un mesón El Ungido celestial, En humilde condición, Hecho mísero mortal.

2

Por venir a padecer A los ángeles dejó, Y nacido de mujer, Con los hombres habitó. En patíbulo cruel Dió su vida con amor Por que tenga paz en él Todo pobre pecador.

3

Pues en él tendrá perdón Quien lo busque con afán: Que Jesús de salvación Es el milagroso pan. Himnos mil á Dios cantad Por Jesús, el Salvador, Alabando su bondad ; Sí, cantad su grande amor.

91. Lindos Angeles Cantores.

Lindos ángeles cantores. De salud anunciadores,

Y zagales y pastores Salve" claman al Señor.

]\Iientras canta alegre el coró, Vienen magos, y un tesoro Dan de mirra, incienso y oro Al bendito Rey de amor.

2

Clara noche, santo día," Claman todos a porfía,

Y "alegría, alegría!" Dice el eco sin cesar.

Lo divino se ha humanado :

36

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

¡ Cristo, tú, Dios encarnado, Sean a ti por siempre dados Gloria, reino y potestad.

92. OÍD UN Son en Alta Esfera.

Oíd un son en alta esfera : ''En los cielos gloria a Dios,

Y al mortal paz en la tierra!" Canta la celeste voz.

Con los cielos alabemos

Al eterno Rey ; cantemos

A Jesús que es nuestro bien.

Con el coro de Belén;

Canta la celeste voz:

' ' ¡ En los cielos gloria a Dios ! "

2

El Señor de los señores, El Ungido celestial, A salvar los pecadores Vino al seno virginal. Gloria al Verbo encarnado, En humanidad velado; Gloria al Santo de Israel Cuyo nombre es Emmanuel: Canta la celeste voz: ' ' ¡ En los cielos gloria a Dios ! ' '

3

Príncipe de paz eterna, Gloria a ti Señor Jesús, Entregando el alma tierna. nos traes vida y luz. Has tu majestad dejado,

Y buscarnos te has dignado; Para darnos el vivir,

A la muerte quieres ir.

Canta la celeste voz:

' ' i En los cielos gloria a Dios ! ' '

93. Aquel Rosal Lejano.

Aquel rosal lejano Al fin la rosa dio. Que un amoroso arcano Al hombre prometió. Venid a ver, venid. La flor del soberano Linaje de David. 2

Con júbilo el pasado Predijo el sin igual Portento al hombre dado Por madre virginal. Cantemos hoy también Al niño deseado. Sonrisa de Belén. 3

Gentil botón que asoma Tan lisonjero ya. Abierto, i cuánta aroma Al mundo exhalará ! Oh buen Jesús, en j Qué olor de vida toma La humanidad feliz !

94. El Bendito Salvador.

Para todo viajero Que camina con tesón Por la senda que conduce A los brazos de su Dios, Hay un faro luminoso

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

37

Que le presta su fulgor ; Es el santo Jesucristo, El bendito Salvador. 2

Para aquel a quien el mundo Desgarró su corazón, Deshojó sus ilusiones,

Y su alma marchitó, Hay un bálsamo divino Que le da consolación: Es el santo Jesucristo, El bendito Salvador.

3

Para aquel que ya perdido Por el mal que practicó, De su suerte desespera. Pereciendo de dolor, Hay un protector divino Que le mira con amor : Es el santo Jesucristo, El bendito Salvador. 4

Para el huérfano que sólo En la tierra se quedó,

Y suspira por un alma Que le cuide con amor, Hay un padre cariñoso, Pe infinita compasión : Es el santo Jesucristo, El bendito Salvador.

Es Jesucristo la Vida, la Luz.

Es Jesucristo la vida, la luz; El nos anuncia la eterna verdad, I\Iártir divino que muere en la cruz Por darnos libertad.

Coro. El es Pastor, enviado, Divino Emmanuel; El me conduce por sendas de paz Como a su oveja fiel.

2

Quita del alma la negra maldad. Limpia benigno el infiel corazón ; Es su carácter de suma bondad, La misma compasión. Coro.

3

Fuente preciosa de gracia y salud. Agua que limpia de toda maldad ; Quiere llenarnos de su plenitud Y de su santidad. Coro.

Pedro Grado.

96. ¡ Oh, Qué Amigo Nos es Cristo !

i Oh, qué amigo nos es Cristo ! El llevó nuestro dolor, Y nos manda que llevemos Todo a Dios en oración. ¿Vive el hombre desprovisto De paz, gozo y santo amor ? Esto es porque no llevamos Todo a Dios en oración.

2

¿Vives débil y cargado

De cuidados y temor?

A Jesús, refugio eterno,

Díle todo en oración.

(• Te desprecian tus amigos ?

Cuéntaselo en oración ;

En sus brazos de amor tierno

Paz tendrá tu corazón.

38

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

Jesucristo es nuestro amigo: De esto pruebas él nos dió Al sufrir el cruel castigo Que el culpable mereció.

Y su pueblo redimido Hallará seguridad

Fiando en este Amigo eterno

Y esperando en su bondad.

Dr. H. Bonar. (Tr.) L. Garza Mora.

97. Dulces Momentos.

i Dulces momentos, consoladores, Los que me paso junto a la cruz ! Allí sufriendo crueles dolores Miro al Cordero, Cristo Jesús. 2

Miro sus brazos de amor abiertos Que me convidan a ir a él ;

Y haciendo suyos mis desaciertos, Por sus labios gustan la hiél.

3

De sus heridas la viva fuente De pura sangre veo manar;

Y salpicando mi impura frente, La infame culpa logra borrar.

4

Miro su angustia ya terminada Hecha la ofrenda de la expiación, Su noble frente mustia, inclinada,

Y consumada mi redención.

5

¡ Dulces momentos, ricos en dones De paz y gracia, de vida y luz ! Sólo hay consuelos y bendiciones Cerca de Cristo, junto a la Cruz.

(Tr.) J. B. Cabrera.

98. La Entrada Triunfal.

¡ J erusalem, despierta ! Tu Salvador ya vino; Avanza en su camino. Tocando está a tu puerta, i Despierta ! en alegría Conviértanse tus penas; Arroja tus cadenas; Sión, éste es tu día.

2

Que el júbilo en rumores Se eleve raudo al cielo : Y cubran campo y suelo La púrpura y las flores. Agítense las palmas, La música resuene. Que libres a hacer viene El Redentor las almas.

Carlos Wesley. (Tr.)

99. Rostro Divino.

Rostro Divino, ensangrentado. Cuerpo llagado por nuestro bien : Calma benigno justos enojos, Lloren los ojos que así te ven.

^ 2 Manos preciosas, tan lastimadas. Por clavadas en una cruz ; En este valle sean mi guía Y mi alegría, mi norte y luz. 3

Bello costado, en cuya herida Halla su vida la humanidad. Fuente amorosa de un Dios clem- ente.

Voz elocuente de caridad.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

39

4

Tus pies heridos, Cristo paciente, Yo indiferente los taladré; Y arrepentido, hoy que te adoro. Tu gracia imploro : Señor, pequé. 5

Crucificado en un madero. Manso Cordero, mueres por mí; Por eso el alma triste y llorosa. Suspira ansiosa. Señor, por Ti.

M. Mavillard.

100. La Cruz de Cristo.

Al contemplar la excelsa cruz Do el rey del cielo sucumbió. Cuantos tesoros ven la luz Con gran desdén contemplo yo. 2

No me permitas, Dios, gloriar Más que en la muerte del Señor, Lo que más pueda ambicionar Lo doy gozoso por su amor. 3

Desde su faz hasta sus pies, Unidos ved amor, pesar; ¿ Qué unión tan fiel como esta es En otro sér podéis mirar? 4

Con las espinas, diga, i quién Formó corona rica así? Mas la corona del gran bien Posible él hizo para mí. 5

Si la riqueza terrenal Pudiera yo a mis plantas ver, Pequeña ofrenda mundanal, Sería el írsela a ofrecer.

6

Aquel dolor tan grande y cruel Que sufre así mi salvador Exige en cambio para él Una alma llena del amor !

Isaac Watts. (Tr.)

101. Consumado Es.

Voz de amor y de clemencia En el Gólgota sonó;

Y al oiría, con violencia El Calvario retembló. ''Consumado es,"

Fué la voz que Cristo dió. 2

Voz de escarnio y de ironía Yil pronuncia el hombre audaz, ^Mientras Cristo en su agonía Hace al sol nublar su faz. ''Consumado es," Fué la voz del Dios veraz. 3

Entre angustias y dolores Sin amparo se encontró El Señor de los señores. El que al débil amparó. ' ' Consumado es " ;

Y su espíritu entregó.

4

Ya el infierno está vencido,

Y la muerte es sin horror Para el hombre redimido Que confía en su Señor. "Consumado es"

El rescate del amor.

(Tr.) J. B. Cabrera.

40

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

102. Amoroso Salvador.

Amoroso Salvador, Sin igual es tu bondad, Eres mi mediador, Mi perfecta Santidad. 2

Mi contrito corazón Te confiesa su maldad, Pide al Padre mi perdón Por tu santa caridad. 3

Te contemplo sin cesar En tu trono desde aquí; ¡ Oh ! cuán grato es meditar Que intercedes por ! 4

¡ Fuente de compasión ! Siempre a ti te doy loor: Siendo grato al corazón Ensalzarte ¡ mi Señor!

103. El Señor Resucitó.

El Señor resucitó, ¡Aleluya! IMuerte y tumba ya venció, ¡ Aleluya ! Con su fuerza y su virtud, i Aleluya ! Cautivó la esclavitud. ¡ Aleluya ! 2

Él que al polvo se humilló, ¡ Aleluya ! Con poder se levantó; ¡Aleluya!

Y en eterna majestad, ¡Aleluya! Cantará la cristiandad: ¡Aleluya!

3

Y él que tanto así sufrió, ¡ Aleluya !

Y en desolación se vió, ¡Aleluya!

Hoy en gloria celestial, ¡Aleluya! Reina vivo e inmortal. ¡Aleluya! 4

Quien así su vida dió, ¡Aleluya! Quien así nos redimió, ¡Aleluya! Es la víctima pascual, ¡Aleluya! Que remedia nuestro mal. ¡Aleluya! 5

Jesús, nuestro Salvador, ¡ Aleluya ! De la muerte vencedor, ¡ Aleluya ! En ti haznos esperar, ¡Aleluya! Y cantemos sin cesar: ¡Aleluya!

104. Del Sepulcro Tenebroso.

Del sepulcro tenebroso El Señor se levantó,

Y las ligas de la muerte Poderoso destrozó.

No temáis, que nuestro Maestro Ha tornado a vivir,

Y no sólo él, mas todos

Los que le hayan de seguir.

Coro. Abierta está la tumba, Vacío el lugar En donde amigos fieles Le hicieron descansar. 2

Como el grano de semilla En la tierra debe entrar. Nuestros cuerpos igualmente En la tumba habrán de estar, Esperando el grande día En las nubes la señal. Cuando la final trompeta Llame a todos por igual— Coro.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

41

3

A los fieles Cristo llama A su lado siempre a estar,

Y con él por las edades En los cielos a morar.

No temáis, que el buen Maestro A la vida retornó,

Y no sólo él; mas todos.

Los que aquí su amor salvó. Coro.

Germán Lüders.

105. Cristo el Rey.

Loores dad a Cristo el Rey, Suprema potestad ; II :De su divino amor la ley. Postrados aceptad. :|| 2

Vosotros, hijos de Israel,

Residuo de la grey;

II :Loores dad a Emmanuel

Y proclamadle Rey. :||

3

Gentiles que por gracia de él Gozáis de libertad, II :A1 que de vuestro ajenjo y hiél Os libra, hoy load. :|| ^ 4

Naciones todas, escuchad

Y obedeced su ley

II :De gracia y de santidad,

Y proclamadle Rey. :||

5

Dios quiera que con los que están Del trono en derredor,

II ¡Cantemos por la eternidad A Cristo el Salvador. :||

Eduardo Perronet. (Tr.)

106. ¡Cristo Vrt:!

¡ Cristo vive I ya no más Causará la muerte pena. ¡ Cristo vive ! desde aquí Ya el sepulcro no encadena. ¡ Aleluya ! 2

¡ Cristo vive ! ya el morir Es volar .al alto cielo : Esto nos alentará Al abandonar el suelo. ¡ Aleluya !

3

¡ Cristo vive ! aunque murió. Alcanzó triunfal victoria ; Parte en ella él nos da. Demos, pues, a Cristo gloria. ¡ Aleluya !

4

i Cristo vive ! el corazón Sabe bien que él es su suerte : Jamás nos separarán De su amor, vida ni muerte, i Aleluya !

5

¡ Cristo vive ! de esplendor En trono eternal sentado; Y a sus pies por escabel Dios el mundo ha colocado. ¡ Aleluya !

42

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

6

¡ Cristo vive ! si para él Vivimos en este suelo, Con él podremos reinar Para siempre allá en el cielo. ¡ Aleluya !

J. B. Cabrera.

107. Cristo el Rey de Gloria.

Ved al Cristo, Rey de gloria, Es del mundo el vencedor; De la guerra vuelve invicto, Todos démosle loor:

Coro. Coronadle, santos todos, Coronadle Rey de reyes, Coronadle, santos todos. Coronad al Salvador.

2

Exaltadlo, sí, exaltadlo, Ricos triunfos trae Jesús; Entronadle allá en los cielos En la refulgente luz. Coro.

3

Si los malos se burlaron, Coronando al Salvador, Hoy los ángeles y santos Lo proclaman su Señor. Coro.

4

Escuchad sus alabanzas. Que se elevan hacia él. Victorioso reina el Cristo, Adorad a Emmanuel. Coro.

108. Iglesia de Cristo.

Iglesia de Cristo, reanima tu amor, Y espera velando a tu augusto Señor ; Jesús el esposo, vestido de honor, Viniendo se anuncia con fuerte clamor. 2

Si falta en algunos el santo fervor. La fe sea de todos el despertador. Velad, compañeros, velad sin temor, Que está con nosotros el Consolador. 3

Quien sigue la senda del vil pecador. Se entrega en los brazos de un sueño traidor ;

I\Ias para los siervos del buen Sal- vador,

Velar esperando es su anhelo mejor.

M. Cosido.

109. La Segunda Venida.

Ved del cielo descendiendo Al triunfante Redentor; En su majestad, tremendo Aparece el Salvador. II :Su justicia en la tierra reinará. :|| 2

Vedle todos, revestido De terrible autoridad, Los que le habéis vendido, Los que con temeridad II :Y escarnio, le llamasteis malhe- chor. :||

3

Contemplemos las heridas Que le hicieran en la cruz. Las señales recibidas

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

43

En su cuerpo, que, a la luz ¡I :De la gloria, encarecen su pie- dad. :||

4

Cristo, Rey, te adoramos En tu augusto tribunal; - Nuestras frentes inclinamos A ti que eres eternal; II : Juez divino, ¿quiénes no te tem- erán ? : 1 1

Carlos Weslfcy. (Tr.) G. H. Rule.

110. De Arpas y Mil Voces*

De mil arpas y mil voces Se alcen notas de loor; Cristo reina, el cielo goza, Cristo reina, el Dios de amor. Ved, su trono ocupa ya ; Solo el mundo regirá. ¡Aleluya, aleluya, aleluya, amén! 2

Rey de gloria, reine siempre Tu divina potestad; - Nadie arranque de tu mano Los que 'son tu propiedad. Dicha tiene aquel que está Destinado a ver tu faz. ¡ Aleluya, aleluva, aleluya, amén ! S

Apresura tu venida En las nubes, ¡ oh ! Señor, Nuevos cielos, nueva vida. Danos Cristo por tu amor. Aureas arpas de tu grey, "Gloria" entonen al gran Rey. ¡Aleluya, aleluya, aleluya, amén!

111. Desciende, Espíritu de Amor-

Desciende, Espíritu de amor, Paloma celestial, Promesa fiel del Salvador, De gracia manantial. 2

Aviva nuestra escasa fe,

Y danos la salud; Benigno guía nuestro pie Por sendas de virtud.

3

Consuela nuestro corazón

Y habita siempre en él ; Concédele el precioso don De serte siempre fiel.

4

Derrama en pródigo raudal La vida, gracia y luz;

Y aplícanos el eternal Rescate de la cruz.

5

Tus frutos da de suave olor Al corazón : solaz. Benignidad, paciencia, amor, Bondad, templanza y paz. 6

Al Padre sea todo honor,

Y al Hijo sea también,

Y al celestial Consolador, Eternamente. Amén.

J. B. Cabrera.

112. Invocación.

Ven, ¡ oh ! ( .'reador. Espíritu amoroso. Ven y visita el pecho que a ti clama,

44

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Y con tu soberana gracia inflama El corazón que espera fervoroso.

2

que Abogado fiel eres llamado, Del Altísimo don, perenne fuente De vida eterna, caridad ferviente, Espiritual unción, fuego sagrado. 3

te infundes al alma en siete dones, Promesa fiel del Padre Soberano: eres el dedo de su diestra mano. nos dictas palabras y razones. 4

Ilustra con tu luz nuestros sentidos, Del corazón ahuyenta la tibieza ; Haznos vencer la corporal flaqueza, Con tu eternal virtud fortalecidos. 5

Por ti nuestro enemigo desterrado, Gocemos de paz santa, duradera ;

Y siendo nuestro gúia en la carrera, Todo daño evitemos y pecado.

6

Por ti al Eterno Padre conozcamos

Y al Hijo excelso, santo, omnipotente; Espíritu, de ambos procedente.

Que siempre con fervor en ti creamos.

113. Santo Espíritu, Desciende.

Santo Espíritu, desciende A mi pobre corazón, Llénalo de tu presencia, Haz en él tu habitación.

Coro. ¡Llena hoy, llena hoy, Llena hoy mi corazón !

i Santo Espíritu, desciende

Y haz en él tu habitación!

2

De tu gracia puedes darme Inundando el corazón. Ven, que mucho necesito. Dame hoy tu bendición. Coro. 3

Débil soy, ¡oh! sí, muy débil

Y a tus pies postrado estoy. Esperando que tu gracia

Con poder me. llene hoy. Coro. 4

Dame paz, consuelo y gozo. Cúbreme hoy con tu perdón. confortas y redimes. das grande salvación. Coro.

Mendoza. (Tr.)

114. Ven, ¡ Oh ! Santo Espíritu.

Ven, ¡ oh ! Santo Espíritu, Raudal de agua viva. De amor llama activa, Fuente de verdad. 2

Ven, ¡ oh ! gran Parácleto ! De inefables dones Nuestros corazones Colme tu bondad.

3^

Su impureza íntima Tu crisol depure; Sus heridas cure Tu divina unción.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

45

4

Con tu luz benéfica Vista el ciego cobre;

Y enriquezca al pobre De tu gracia el don.

o

Fertiliza lo árido, ¡ Celestial rocío ! Haz arder al frío, ¡Fuego abrasador! 6

Ven, i oh ! ser vivífico. Corazón no exista Que al poder resista De tu inmenso amor. 7

Y del orbe en ámbitos Que tu soplo llene, Sin cesar resuene Con feliz clamor:

8

i Gloria al Padre Altísimo ! ¡Gloria al Hijo Eterno! ¡ Gloria a ti, oh Supremo Santificador !

115. El Espíritu Santo.

Ven a nuestras almas ¡ Parácleto Santo ! Tráenos desde el cielo De tu luz un rayo. 2

Fuente de consuelo, Dulce y soberano Huésped de las almas, Celestial regalo.

3

Ven, divina llama, Prende en el cristiano,

Y su pecho llena Del amor sagrado.

4

Con tus aguas puras Limpia lo manchado, Eiega lo que es seco, Haz lo enfermo sano. 5

A tus fieles todos Sólo en ti confiados. Dales paz que abunde

Y el reposo ansiado.

6

Dales de tu gracia El favor preclaro, La salud eterna, Gozo continuado.

Roberto II de Francia. (Tr.)

116. ¡ Oh ! Ven, Espíritu de Amor.

¡ Oh ! ven. Espíritu de amor, Paloma celestial; Infúndenos un santo ardor Del vivo manantial. 2

Eleva nuestro corazón Del mundo tan crüel; Concédele la petición De serte siempre fiel. 3

Enciende nuestra tibia fe, Y limpíanos del mal;

46

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Enséñanos tu santa ley, Doctrina celestial.

4

¡ Oh ven, Espíritu de amor ! Paloma celestial; Infúndenos un santo ardor Del vivo manantial.

Isaac Watts. (Tr.)

117. Ven, Santo Espíritu de Amor.

Ven, Santo Espíritu de amor, Promesa celestial, De influjo vivificador. Precioso manantial.

2

Remedia mi ceguedad. Pues quiero conocer Que grande es la fragilidad De mi caído sér.

3

El fuego de consagración, i Oh, dígnate encender En mi helado corazón, Y renovar mi sér !

4

Desciende presto al corazón. Consolador y Luz; Desciende a mí, precioso Don Legado por Jesús.

Isaac Watts. (Ti-, y adap. )

118. ¡ Oh Señor ! a Tus Altares.

j Oh Señor ! a tus altares Acudimos con fervor, A rogarte nos depares Los tesoros de tu amor.

2

De tu Espíritu pedimos La divina inspiración,

Y en la senda que seguimos Su gloriosa protección.

3

Imploramos su presencia . Que la fuerza nos dará, Pues su santa y noble influencia De caer nos librará.

4

de Cristo la Promesa, Celestial Consolador, Ven y cambia la tibieza En un fuego abrasador. 5

Débil es nuestra esperanza, Muy pequeña nuestra fe, ¡Ven, infunde la confianza. Que a la vida gozo !

V. Mendoza.

119. Caridad, Virtud Divina.

¡ Caridad, virtud divina. Hija excelsa del buen Dios! Ven, las almas ilumina,

Y que vayan de ti en pos.

2

Funde razas, clases, nombres. Que engendró interés rival ; Haz hermanos a los hombres. Con un Padre celestial. 3

el ángel de consuelo, Mensajero grato y fiel : Trae contigo paz del cielo, Ya que procedes de él.

EL NUEVO PIIMNAEIO EVANGELICO

47

4

Halle el huérfano en ti abrigo

Y sostén la senectud;

El socorro da al mendigo,

Y al enfermo la salud.

5

Al dolor del que padece Da eficaz consolación,

Y a la mano que la ofrece Sempiterna bendición.

6

En bondades don fecundo, Como no existen dos. . . . Ven, y el alma del mundo, Hiia excelsa del buen Dios.

J. B. Cabrera.

120. Caridad ¡ Cuan Pura y Santa !

Caridad ¡ cuan pura y santa ! De las tres la principal ; Aunque mansa, siempre alcanza La victoria sobre el mal. La que el lloro va enjugando Del doliente corazón, Las ofensas olvidando Con divina compasión. 2

Todo espera, con sincera Voluntad de proteger; Todo sufre cariñosa. Bondadosa en socorrer. Siendo fuerte, no se irrita. Su consejo al prodigar. ¡ Caridad, eres bendita. Te debemos siempre amar!

(Tr.) P. M.

121. Alguna Vez Ya No Estaré.

Alguna vez ya no estaré En mi lugar en esta grey, Mas ¡ Cuán feliz despertaré En el palacio de mi Rey!

Coro. Yo le veré y en dulce amor, Iré a vivir con él allí,

Y le diré: "Mi buen Señor, Por gracia vo salvado fui."

2

Alguna vez la muerte atroz Vendrá, mas cuándo, no lo sé, Pero ésto sé: con mi buen Dios Un sitio yo feliz tendré. Coro. 3

Alguna vez yo como el sol. Mi ocaso y fin tendré también: ]\ras me dirá mi buen Señor: '']\Ii siervo fiel, conmigo ven. Coro. 4

En día feliz que espero yo. Con mi candil ardiendo ya. Las puertas me abrirá el Señor;

Y mi alma a él con gozo irá. Coro.

Fanny J. Crosby. (Tr.) Tomas García.

122. Jesús, mi Salvador.

Lejos de mi Padre Dios Por Jesús fui hallado. Por su gracia y por su amor Sólo fui salvado.

Coro. En Jesús, mi Señor, Es mi gloria eterna ; Él me amó y me salvó En su gracia tierna.

48

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

2.

En Jesús, mi Salvador, Pongo mi confianza; Toda mi necesidad Suple en abundancia. Coro, 3

Cerca de mi buen Pastor Vivo cada día; Toda gracia en su Señor Halla el alma mía. Ooro. 4

Guárdame, Señor, Jesús, Para que no caiga; Cual sarmiento en una vid, Vida de ti traiga. Coro.

123. Dios, el Padre de Todos.

En otro tiempo el alma abandonada Vagaba por senderos inseguros; Mas hoy, arrepentida y amparada, El alma se reposa en bienes puros. 2

El Padre por Jesús, su Hijo querido, Nos dió la paz y vino a nuestro en- cuentro ;

Y habiéndose en Jesús la ley cumplido, Nos hace penetrar del velo adentro. 3

¡ Gran Dios ! que has querido por

tu gracia Ser Padre de infelices peregrinos. Librándonos de la común desgracia. Del cielo nos enseñas los caminos. 4

A seres cuales somos, miserables. Ofreces tu raudal de eternos dones;

Y con el fin de hallarnos aceptables, A Cristo entre nosotros interpones.

5

Por gracia cancelaste la sentencia Que pesa sobre el hombre condenado. Por gracia nos darás la eterna herencia Que en Cristo el Salvador nos has legado.

L. S.

124. Regresa, Regresa Tranquilo AL Hogar.

Regresa, regresa tranquilo al hogar

Y acepta el abrazo de amor paternal.

Coro. ¡ Oh ! pródigo hijo, regresa al hogar.

Ven, ven, para tu bien.

2

Regresa, regresa, no sufras ya más, Desnudo y hambriento, crüel soledad. Coro.

3

Regresa, regresa, y sin vacilar Desecha el pecado con noble ansiedad. Coro.

4

Regresa, regresa, que el Padre al umbral

Te aguarda y te brinda perdón, gracia y paz. Coro.

5

Regresa, regresa, y aquí gozarás De amigos y hermanos cariño sin par. Coro.

(Tr.) J. B. Cabrera.

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

49

125. La Voz de Jesús.

Yo escucho, buen Jesús,

Tu dulce voz de amor,

Que, desde el árbol de la cruz,

Invita al pecador.

Yo soy pecador.

Nada hay bueno en mí;

Ser objeto de tu amor

Deseo, y vengo a ti.

2

ofreces el perdón

De toda iniquidad,

Si el llanto inunda el corazón

Que acude a tu piedad.

Yo soy pecador.

Ten de piedad,

Dame llanto de dolor

Y borra mi maldad.

ofreces aumentar La fe del que creyó, Y gracia sobre gracia dar A quien en ti esperó. Creo en ti, Señor, Sólo espero en ti; Dame tu infinito amor, Pues basta para mí.

(Tr.) J. B. Cabrera.

126. Si Estás Triste.

Si estás triste, débil, angustiado: Si estás cansado ya de tu pecar. Oye a Jesús que dice hoy a tu lado : * ' Ven pecador, te haré yo descansar. '

Coro. Sí, venid, Jesús refugio ofrece

Al pecador, cansado de pecar, Oye su voz, no temas te desprecie: "Ven pecador, te haré yo descansar." 2

¿Eres muy malo? ¿Tienes mil peca- dos /

Cristo perdona, oye su llamar; Vino a salvar a tristes, a malvados, "Ven pecador, te haré yo descansar." Coro.

3

Si aquí este mundo malo te aborrece, Pe ama Jesús, ¿ por qué ya más desear? Amor eterno y puro ho}' te ofrece : ' ' Ven pecador, te haré yo descansar. ' ' Coro.

4

Sólo Jesús, sólo él puede salvarte, No hay otro nombre a quien puedas clamar.

Tranquilidad, paz, gozo quiere darte: "Ven pecador, te haré yo descansar." Coro.

5

Jesús te ofrece hogar donde él existe, Pues mil moradas fué se a preparar, No le desprecies, óyele, él insiste : "Ven pecador, te haré yo descansar." Coro.

Modesto González.

127. ]MiRÉ CON Ansia al Derredor.

]\Iiré con ansia al derredor, ^lar tí^mpestuoso, negro, vi;

50

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

I\Ias vino son consolador: Jesús me dijo: "Ven a mí." 2

Me dijo: ''Yo te salvaré, Si crees que yo te redimí." i Cuán dulce fiar en Cristo fué ! Cuando él me dijo: "Ven a mí." 3

Si me estremezco por dejar Mundano amor que conocí, El frío mortal sintiendo ya, Su voz escucho: "Ven a mí." 4

"Ven, porque todo morirá; "No puedes ya quedarte aquí; "Tu patria, el cielo, arriba está; "Yo soy la puerta, ven a mí." 5

Tu voz, Jesús, tu dulce amor, Me fiarán en pos de ti; Olvido penas y dolor. Pues me dices: "Ven a mí."

Charlotte EUiot. (Tr. y adaptado.)

128. La Voz del Salvador.

La tierna voz del Salvador Nos dice conmovida: "Oíd al Médico de amor^ Que da a los muertos vida."

Coro. Nunca los hombres cantarán, Nunca los ángeles de luz Nota más dulce entonarán, Que el nombre de Jesús.

2

Cordero manso, ¡gloria a ti! Por Salvador te aclamo. Tu dulce nombre es para La joya que más amo. Coro. 3

La amarga copa del dolor, Jesús, fué tu bebida;

Y en cambio has dado al pecador El agua de la vida. Coro.

4

Borradas ya tus culpas son, Su voz hoy te pregona; Acepta, pues, la salvación,

Y espera la corona. Coro.

5

Y cuando al cielo del Señor Con él nos elevemos, Arrebatados en amor.

Su gloria cantaremos. Coro.

(Tr.) Hunter.

129. En el Mundo sin Consuelo.

En el mundo sin consuelo Vagas, pobre pecador, Pero Cristo, Rey del cielo, Hoy te invita con amor.

Coro. Con cariño sin igual Hoy te invita el Salvador; Tan cordial invitación. Pecador, pecador, No desprecies, pecador. 2

Ven, cansado peregrino, Que tu tierno Salvador

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

51

Te trazó veraz camino Por do andes sin temor. Coro, 3

Ya la vía del pecado Deja, triste pecador, Que Jesús, el Rey amado, Te recibe con amor. Coro, 4

En su seno cariñoso,

Del descanso gozarás,

Las delicias, el reposo

Y la dicha encontrarás. Coro.

Julián Castro.

Al Que en Busca de la Luz.

Al que en busca de la luz Vague ciego y con temor. Lo recibe el buen Jesús En los brazos de su amor.

Coro. Volveremos a cantar, Cristo acoge al pecador; Claro hacedlo resonar: Cristo acoge al pecador. 2

A sus pies descansarás;

Ejercita en él tu fe;

De tus males sanarás;

A Jesús tu amigo ve. Coro.

Hazlo, pues así dirás:

De la pena yo escapé;

Ya la ley no exige más;

En Jesús perdón hallé. Coro,

4

Acogerte prometió;

Date prisa en acudir;

Necesitas como yo.

Vida que él te hará vivir. Coro.

Arr. de Neumaster, 1671. (Tr.)

131. Ven a Cristo.

Ven a Cristo, ven ahora. Ven así cual estás;

Y de él sin demora El perdón obtendrás.

2

Cree y fija tu confianza En su muerte por ti: El gozo alcanza Quien lo hiciere así. 3

Ven a Cristo con fe viva. Piensa mucho en su amor ; No dudes reciba Al más vil pecador. 4

Él anhela recibirte

Y hacerte merced : Las puertas abrirte Al eterno placer.

P. Castro.

132. Preste Oídos el Humano.

Preste oídos el humano A la voz del Salvador; Regocíjese el que siente El pecado abrumador: Ya resuena el Evangelio

52

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

De la tierra en la ancha faz,

Y de gracia ofrece al hombre El perdón, consuelo y paz.

2

Vengan todos los que sufran, Los que sientan hambre o sed, Los que débiles se encuentren De este mundo a la merced : En Jesús hay pronto auxilio, Hay hartura y bienestar, Hay salud y fortaleza. Cual ninguno puede dar. 3

Vengan cuantos se acongojan Por lograr con que vestir,

Y a su afán tan sólo rinden Servidumbre hasta el morir: Un vestido hay más precioso, Blanco, puro y eternal;

Es Jesús quien da a las almas Ese manto celestial. 4

¿Por qué en rumbo siempre in- cierto

Vuestra vida recorréis ? A Jesús venid, mortales. Que muy cerca le tenéis: Él es vida en tierra y cielo,

Y el exceso de su amor Os mejora la presente

Y os reserva otra mejor.

J. B. Cabrera.

133. Invitación de Dulce Amor.

Invitación de dulce amor Ofreces al mortal

Nos das en Cristo ¡ oh Dios de

amor ! II :La vida celestial. :|| 2

La gloria por la eternidad Será feliz mansión Del alma que, de la maldad, II :Anhele salvación. :|| 3

Dulcísima promesa es Vivir en ese hogar Si en ti, divino y recto juez, II Confiamos sin cesar. :|| 4

La patria excelsa y eternal Vislumbra ya. la grey. Do alumbra fúlgido el fanal II :De Cristo, nuestro Rey. :||

V.'d. Baez.

134. Venid, Las Que Vagáis.

Venid, las que vagáis Temblando y anhelantes. Ovejas ¡ ay ! errantes Tan lejos del redil ; Por acogerlas todas En mi amoroso aprisco, Iré de risco en risco Entre peligros mil.

2

Venid, que ya la noche Su obscuridad derrama; ¿No oís mi voz que os llama? I El grito de mi amor ? Del monte bajad antes Que la tormenta estalle;

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

53

Venid conmigo al valle, Yo soy el buen Pastor. 3

Los que en el mundo andáis Perdidos y sin tino, Venid; soy el Camino, La Vida soy, la Luz. Venid, ¡olí pecadores! No huyáis de vuestro Amigo, Yo os redimí el castigo Yo lo sufrí en la cruz.

J. de Palma.

135. Venid a los Tristes.

Venid a los tristes, Cansados de pecar, Yo soy vuestro refugio, Venid a descansar.

Coro. Venid, venid a mí, Cansados de pecar; Venid, venid a mí. Venid a descansar.

2

Venid a mí, cansados. Mi voz hoy escuchad, Y así seréis librados De toda iniquidad. Coro. 3

Venid a mí, cansados, Os dice el Salvador, Por valles y montañas Os busca el buen Pastor. Coro. 4

Venid a mí, cansados, ¿]*or qué queréis vagar?

A vuestro Padre amante Venid sin esperar. Coro.

Fannie J. Crosby.

136. Pasa Jesús de Nazaret.

¿Qué significa ese rumor? ¿Qué significa ese tropel? ¿ Quién puede un día y otro así La muchedumbre conmover? II ¡Responde el pueblo en alta voz: Pasa Jesús de Nazaret. :|| ^ 2

¿Quién es, decid, ese Jesús Que manifiesta tal poder? ¿Por qué a su paso, la ciudad Se agolpa ansiosa en torno de él? II :Lo dice el pueblo, oíd su voz: Pasa Jesús de Nazaret. :|| 3

i Jesús ! quien vino acá a sufrir Angustia, afán, cansancio y sed ;

Y dió consuelo, paz, salud A cuantos viera padecer.

II :Por eso alegre el ciego oyó: Pasa Jesús de Nazaret. :|1 4

Aun hoy viene el buen Jesús Dispuesto a hacernos mucho bien,

Y amante llama a nuestro hogar

Y quiere en él permanecer.

II :Se acerca ya, ¿no oís la voz? Pasa Jesús de Nazaret. :|| 5

Los que sufrís tribulaci(5n Venid, descanso y paz tendréis ; Los que alejados camináis

54

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

De Dios, su gracia poseeréis; II :Si sois tentados, he aquí, Pasa Jesús de Nazaret. :||

6

Mas si su gracia rechazáis, Su' amor mirando con desdén. Entristecido marchará, Y en vano luego clamaréis. ||:iEs tarde ya! dirá la voz ¡Pasó Jesús de Nazaret !:||

J. B. Cabrera.

137. ¡Corazón, Alienta Ya!

¡ Corazón, alienta ya ! Deja el llanto y el dolor. Que a tus puertas hoy está II :E1 querido Salvador. :||

2

Prontamente corre a él, Que te espera con amor; Quiere ser tu amigo fiel II :E1 querido Salvador. :||

3

Él te quiere redimir, Ven sin pena, ni temor, Que por ti bajó a morir II :E1 querido Salvador. :||

4

Ven y póstrate a sus pies; Sólo en él tendrás vigor. Que tu vida eterna es II :E1 querido Salvador. :||

Ramón Bon.

138. Hoy Mismo el Salvador.

Hoy mismo el Salvador Diciendo está: ''Ven, triste pecador. No yerres ya." 2

Hoy pide el Salvador Tu corazón; ¿Despreciarás su amor, Y compasión?

3

Hoy protección te da, Si quieres ir; Te amaga tempestad, Vas a morir.

4

Hoy cede a su poder. Sin contristar Su Espíritu y merced. Con tu maldad.

(Tr.) Rev. B. F. Smith.

139. Despierta, Triste Pecador.

Despierta, triste pecador. Oye, sí; oye, sí; Jesús te dice con amor: "Ven a mí; ven a mí; A tu incesante trabajar Preparo dulce bienestar. En donde puedas descansar. Oye, sí; ven a mí." 2

"Yo soy la fuente del perdón, Oye ; oye, ;

En tan sólo hay salvación

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

55

Ven a mí; ven a mí;

Si de miseria huyendo vas,

En riqueza encontrarás,

Y vida eterna gozarás, Oye, sí; ven a mí."

3

''Si anhelas la felicidad,

Oye sí; oye, sí;

Si a Dios buscares en verdad,

Ven a mí; ven a mí;

Tus lágrimas enjugaré,

Y tus heridas sanaré. La vida eterna te daré. Oye, sí; ven a mí."

140. Jesús ]Me Dijo Amaxte.

Jesús me dijo amante: Si estás cansado, ven, Reposa aquí en mi pecho Tu fatigada sién. 2

Cansado, enfermo, triste, A Cristo me acerqué,

Y en él hallé descanso, Consuelo en él hallé.

3

El dulce dueño mío Me guía con amor

Y aparta de mi mente Las manchas del error.

4

Su bálsamo divino Desciende al corazón. Me ha dado gran consuelo. La gracia y el perdón.

J. de Palma.

141. LA Voz DEL Salvador.

la voz del Salvador

Decir con tierno amor:

" ¡ Oh ! ven a mí, descansarás

Cargado pecador."

Tal como fui, a mi Jesús,

Cansado 3^0 acudí;

Y luego, dulce alivio y paz Por fe de él recibí.

2

la voz del Salvador

Decir, "Venid, bebed.

Yo soy la fuente de salud.

Que apaga toda sed."

Con sed de Dios, del vivo Dios,

Busqué a mi Emmanuel ;

Lo hallé, mi sed él apagó,

Y ahora vivo en él.

3

su dulce voz decir: "Del mundo soy la luz; Miradme a y salvos sed, Hay vida por mi cruz." ]\Iirando a Cristo, luego en él Mi norte y sol hallé,

Y en esa luz de vida, yo Por siempre viviré.

Horatio Bonar. (Tr.)

142. Alma Doliente y Llorosa.

Alma doliente y llorosa. Que paz anhelas tener. Que quieres, triste y ansiosa, Tu suerte eterna saber, Deja tus males pasados,

56

EL NUEVO ITIMNAEIO EVANGELICO

Y oye una voz resonar, Que dice: "Venid, cansados Que yo os haré descansar."

2

Alma, de culpas cargada, Que cerca estás de morir, Luchas, y en vano angustiada, Del mal intentas salir; ¡ Oye ! retén la esperanza. Cristo te quiere salvar

Y si le tienes confianza. En él podrás descansar.

3

Alma, la noche se acerca,

Y no encuentras mansión; La sombra te estrecha y cerca. Te asalta la perdición. Busca en Jesús un asilo;

Su amor te puede salvar,

Y hallarás liogar tranquilo Donde él te hará descansar.

Adela Palacios.

143. Ven a Jesús.

Pecador, ven al dulce Jesús,

Y feliz para siempre serás,

Si en verdad le quisieres tener, Al divino Señor hallarás.

Coro. 1| :Ven a él (pecador), ven a él (pecador). Que te espera tu buen Salvador. :|| 2

Si cual hijo que necio pecó,

Vas buscando a sus pies compasión,

Tierno Padre en Jesús hallarás

Y tendrás en sus brazos perdón.

3

Ovejuela que huyó del redil,

¡ He aquí tu benigno Señor !

En los hombros llevada serás

De tan dulce y amante Pastor.

p, c.

144. Volveos.

Volvéos, volveos, ¿por qué moriréis? Pues Dios ya se acerca con gracia y amor ;

Jesús os convida, ¿por qué no ven- dréis ?

Su Espíritu lucha en vuestro favor. 2

Rendios, rendios, de Dios a la voz, El bien ofrecido anhelantes buscad ; La sangre preciosa que Cristo vertió Perdón nos ofrece, consuelos y paz. 3

La vida se pa^ cual humo sutil, Jesús pronto viene y no tardará; A todos los suyos conduce al redil, En tanto que el malo arrojado será. 4

Venid, pues, ahora, que es día de salud,

Venid a la patria del Dios de Israel ; ]\Iarchemos, marchemos en pos de su luz,

Y al fin llegaremos al cielo por él. 145. Yo Confío en Jesús.

Yo confío en Jesús Y salvado soy; Por su muerte en la criiz A la gloria voy.

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

57

Coro. Cristo dio por Sangre carmesí, Y por su muerte en la cruz La vida me dió Jesús. 2

Todo fué pagado ya, Nada debo yo ; Salvación perfecta da Quien por murió. Coro. 3

Todo hizo mi Señor, Me salvó ya él; Con ternura y amor Él me o'uarda fiel. Coro. 4

Mi perfecta salvación Eres, ¡oh Jesús! Mi completa redención. Mi gloriosa luz. Coro.

Estrella de Belén.

146. La Oveja Perdida.

Noventa y nueve ovejas son Las que en el prado están, ]\Ias una sola, sin pastor. Por la montaña va; La puerta de oro traspasó, II :Y vaga en triste soledad. :|| 2

''Señor, ¿no bastan i)ara ti

Las que mirando estás'"

"¡Oh, no! no bastan," el Pastor

Responde con afán,

''Y al tenebroso bosque voy

:Mi pobre oveja a rescatar." :||

3

No sabe el redimido, no, Qué amargo y hondo mar Atravesó su buen Pastor, Llorando de ansiedad Por su ovejuela, a quien halló II :A punto casi de expirar. :|| 4

* ' ¿ De quién, Señor, la sangre es Que señalando va Al indeciso viador La senda celestial?" ''Por una oveja la vertí II ¡Hasta poderla recobrar." :|| 5

"]\Iis manos hoy el bosque hirió Con negra crüeldad, ]\Ias yo, mi pobre oveja en él Busqué sin descansar; Oveja que hoy estás aquí, II :Ven a mis hombros sin tar- dar. :||

6

La tierra toda en una voz

El eco alegre da :

"Mi cara oveja al fin hallé,

i\Ii gozo celebrad."

Y en tanto el cielo dice así.

II :"Lo suyo Dios restaura ya.":||

(Tr.) P. Castro.

147. Por Veredas Extraviadas.

Por veredas extraviadas, ¡ Dulce Salvador ! Mi alma en busca de reposo Encontró dolor.

58

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

2

En mis fuerzas confiado La verdad busqué, Y tan sólo error y fraude Por mi mal hallé.

3

Tengo sed de vida eterna, Quiero en ti beber; Lejos yo de tu presencia, Voy a perecer.

4

A los pies de Jesu-Cristo Yo me siento hoy; Habla, Cristo, a mi alma, Que escuchando estoy.

Ramón Bon.

148. Perdón, Luz y Vida.

En mi maldad busqué a Jesús Y él me aceptó con grande amor; Me dió perdón allá en la cruz, Salud hallé por su dolor. Cristo me dijo: ''Ven a mí, Que ya mi vida di por ti." 2

Muy densa fué la obscuridad Que en mi pecado me cercó. Mas el Señor en su bondad. Viniendo a así me habló: "Yo soy la luz, yo te guiaré. Yo tu camino alumbraré." 3

"¿Quieres la vida sin igual

Que en abundancia a todos doy?

De vida el pan, soy al mortal.

¡Ven sin tardar, tu vida soy!" ¡Ya vengo a ti. Señor Jesús! Dame perdón y vida y luz.

Mendoza.

149. La Fuente sin Igual.

Hay una fuente sin igual De sangre de Emmanuel, En donde lava cada cual II :Las manchas que hay en él. :|| 2

El malhechor se convirtió Muriendo en una cruz, Al ver la fuente en que lavó II :Sus culpas por Jesús. :|| 3

Y yo también, cuan malo soy, Lavarme allí podré;

Y en tanto que en el mundo estoy II :Su gloria cantaré. :||

4

Tu sangre nunca perderá ¡ Oh Cristo ! su poder,

Y sólo en ella así podrá II :Tu Iglesia salva ser. :||

5

Desde que aquella fuente vi. Mi tema sólo fué Tu redentor amor, y así II :Cantando moriré. :|| 6

Después, cuando en la tumba ya Mi lengua muda esté. Canción más dulce y noble habrá II :Que en gloria cantaré. :1|

EL NUEVO HIMXAEIO EVANGELICO

59

150. Refugio de Este Pecador.

Refugio de este pecador, Iré, Jesús, a ti. En las riquezas de tu amor, Acuérdate de mi.

2

Confieso que culpable soy, Confieso que soy vil. Empero por ti salvo estoy, Seguro en tu redil.

3

Auxilíame, Señor Jesús, Libértame del mal. En derrama de tu luz. Bellísimo raudal.

4

En toda mi necesidad, Escucha mi clamor, Revísteme de santidad, Y cólmame de amor.

T. M. W.

151. Buscando Paz.

Yo busco sin cesar Tus atrios, ¡oh Jehová! Do quier la paz traté de hallar, I\Ias nunca en donde está. 2

Mi vista vuelvo a ti; mi ayudador; Aunque antes yo rebelde fui Ya no lo .sov. Señor. ' 3

Si pides contrición, Propicio me serás

Al escuchar mi confesión,

Y me recibirás.

4

Concédeme perdón,

En nombre de Jesús,

En mis peligros protección,

Y en mis tinieblas luz.

152. ¡Piedad, Oh Santo Dios, Piedad !

¡Piedad, oh santo Dios, piedad! Piedad te implora el corazón, Oh, lávame de mi maldad

Y dame gozo, paz, perdón.

2

]\Iis rebeliones graves son; Son todas sólo contra ti; i\ras crea un nuevo corazón

Y un nuevo espíritu en mí.

3

No quieres sacrificio más Que al humillado corazón, ]\Ii ofrenda no despreciarás. Ya que eres todo compasión. 4

Sálvame, Dios, con tu poder: Que mi esperanza es sólo en ti ; Temblando, aguardo tu querer. compasivo hacia mí.

Isaac Watts. (Tr.)

153. Tal Como Soy.

Tal como soy, sin una sola excusa. Porque tu sangre diste en mi provecho. Porque me mandas que a tu seno vuele, ¡ Oh Cordero de Dios ! acudo, vengo.

60

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Tal como soy, sin esperar siquiera A borrar ni una mancha de mi pecho, A ti que todas borras con tu sangre, ¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.

3

Tal como soy, de penas combatido. De torpes dudas, de conflictos lleno, De luchas y temores rodeado, ¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.

4

Tal como soy, tan pobre, ciego y débil. Vista, riquezas y salud encuentro,

Y cuanto necesito, si a tus plantas, ¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.

5

Tal como soy, Jesús, recibe mi alma Con dulce amor, alivio y gran con-

Y porque 'en tu promesa he confiado, ¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.

6

Tal como soy, tu amor desconocido Rompió toda barrera en mi provecho; Para ser tuyo siempre, y tuyo solo, ¡ Oh Cordero de Dios ! acudo, vengo.

7

Tal como soy, para gozar la gloria De ese profundo amor, gratuito, in- menso.

Por poco tiempo aquí, después arriba, I Oh Cordero de Dios ! acudo, vengo.

* (Ti-.) Mora,

154. A Ti Voz Elevo.

A ti mi voz elevo, De penas rodeado; Señor, benigno escucha La voz de mi quebranto. 2

Del pecador enfermo Que tiene en ti su amparo Escucha los clamores, Consuelo da a su llanto. 3

Yo estoy de culpas lleno; En creció el pecado ; Mas tu bondad inmensa Perdonará mi agravio. 4

Pues como tan sólo Perdonas al culpado, En ti tan sólo espero Y vivo confiado.

5

Desde la luz primera Del sol, hasta el ocaso. En Cristo esté su pueblo Seguro y confiado.

6

Porque Jesús prodiga Con dadivosa mano Su gracia, que destruye La mancha del pecado.

155. Al Cansado Peregrino.

Al cansado peregrino Que en el pecho siente fe,

EL NTKVO IIIMNAKK) K\' A N( ¡ I ILICO

61

El Sofior lia i)roiiH>ti(lo : "Con mi brazo te ^uiaró, C'OU mi brazo, cgii mi brazo, Con mi brazo te guiaré, " VA Señor lia prometido : "Con mi brazo te guiaré."

2

Cuando eriiel su lazo el mundo Arrojare ante tu pie, Te dirá Dios, ta refugio: "Con mi brazo te guiaré, Con mi brazo, con mi brazo, Con mi brazo te guiaré," Te dirá Dios, tu refugio: ''Con mi brazo te guiaré."

3

Si perdiste la esperanza Como sombra que se fué, Oye atento su palabra : "Con mi brazo te guiaré. Con mi brazo, con mi brazo, Con mi brazo te guiaré," Ove atento la promesa : "Con mi brazo te guiaré."

Cuando mires que a tu estancia Ya la muerte entrando esté. Ten consuelo en las palabras: ' ' Con mi brazo te guiaré, Con mi brazo, con mi brazo, Con mi brazo te giiiaré," Ten consuelo en las palabras: "Con mi brazo te sfuiaré."

(Tr.) c. B.

156. A Jksixkisto \'kn' sin Takdaií. A Jesucristo ven sin tardar Que entre nosotros lioy él está,

Y te convida con dulce afán, Tierno diciendo: "Ven."

Coro. ¡Olí cuan grata nuestra re- unión.

Cuando allá. Señor, en tu mansión. Contigo estemos en comunión Gozando eterno bien !

2

Piensa que él sólo puede colmar Tu triste pecho de gozo y paz;

Y porque anhela tu bienestar. Vuelve a decirte "Ven." Coro.

3

Su voz escucha sin vacilar,

Y grato acepta lo que hoy te da, Tal vez mañana no habrá lugar. No te detengas, ven. Coro.

(Tr.) J. B. Cabrera.

157. ¿ Oyes Cómo el Evangelio ?

l Oyes cómo el Evangelio Al cansado ofrece paz Pues segura, oh alma mía. La promesa a ti se da. Bien alguno en no veo. Corrupción tan sólo hay ; Yo cansado y afligido Busco alivio con afán.

2

En el arca la paloma Encontró do reposar : Para mi alma atribulada

62

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

El Señor arca será. Combatido vengo, y crece El diluvio sin cesar ; Abreme, Jesús, y en vano Rugirá la tempestad.

3

Amparada ya en tu seno,

Puede el alma respirar;

El reposo que prometes

Siempre da segura paz.

¡ Oh ! cuan dulce en mis oídos

Fué tu acento celestial:

* * Ven a mí, ven ; que el descanso

Sólo en podrás hallar."

J. B. Cabrera.

158. Libres Estamos.

Libres estamos. Dios nos absuelve; El nos proteje; paz nos devuelve; Viónos perdidos; nos socorrió; Aunque enemigos, nos amó.

Coro. El nos redime ; nada tememos ; Verdad sublime ! no la dudemos. Nuestra cadena Cristo rompió; Libres de pena nos dejó.

2

Ciegos, cautivos, faltos de calma, En cuerpo vivos, en alma muertos. Siempre violando contra el Señor Todas sus leyes, sin temor. Coro. 3

Hoy libertados, ya no pequemos; Ya rescatados, suyos seremos; Sangre preciosa Cristo vertió; Bellas lecciones nos dejó. Coro.

159. ¡ Oh Jesús, Señor Divino !

j Oh Jesús, Señor divino ! Dame tu perdón y paz ; Oye mi ferviente ruego En la gloria donde estás Eres la luz del mundo: Guíame, ¡oh! buen Jesús, II :Por mí, con amor profundo. Expiraste en una cruz. :|| 2

Dulce paz y gozo eterno Voy al cielo a disfrutar; Pues de Cristo la ternura Me convida sin cesar. A mi patria yo, cristiano, Me dirijo con fervor ; II :Con certeza que salvado Soy por tí, mi buen Señor. :|| 3

Por tu muerte de cariño ]\Ie abriste ¡ oh Salvador ! Libre y vínico camino Al divino resplandor. En la gloria felizmente Al estar con mi Jesús, II :Dé dolor y pena ausente Viviré en su dulce luz.:||

Estrella de Belén.

160. ¡ Oh Padre Eterno !

¡Oh Padre Eterno! ¡Oh Padre amado !

Perdón te pido por mis pecados.

¿ De qué ha servido que me hayas dado

Hoy este tiempo, si te he faltado?

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

63

2

que merezco tu desagrado,

Y que al infierno un paso he dado ; Mas ¡oh Dios mío! ve que soy barro: Ten de mis culpas piedad, Dios santo.

3

no permitas, Dios adorado. Que en adelante more en pecado. Ve que conozco lo mal que he obrado ; Sálvame, Cristo, dame tu amparo. 4

Arrepentido y a ti humillado Perdón te pido, perdón, Dios santo; De hoy te prometo dejar lo malo,

Y en tu camino fijar mis pasos.

161. Oh Gran Dios, Tres Veces Santo !

i Oh gran Dios, tres veces Santo ! que miras desde el cielo Las miserias que en el suelo Sufre el pobre pecador. Muévate a piedad su duelo. Da consuelo a su quebranto,

Y cambiando en gozo el llanto Muéstrate su bienhechor.

2

Yo, Señor, arrepentido, Ante ti me hallo postrado, Confesando mi pecado,

Y pidiéndote perdón: Sácame de tal estado,

Y al hallarme redimido, Haz, Señor, que confundido Reconozca mi baldón.

3

Sea mi único destino

De Jesús seguir la huella,

Y una vez entrado en ella, Continuarla con ardor:

Y en el mundo, cual la estrella En el polo es del marino,

Ser el norte y el camino De algún pobre pecador.

162. Dios Clemente y Justiciero.

Dios clemente y justiciero, Luz de luz, Dios eternal,

Y Dios de Dios verdadero. Tu misericordia espero Para mi alma criminal.

2

Tu preciosa sangre diste

Y expiraste en una cruz; A los hombres redimiste; Mas i cuánto, Señor, sufriste Para mostrarnos la luz!

3

Fué un misterio tu agonía, Pues fuiste hombre siendo Dios: El hombre en la cruz moría. Mas siempre Dios existía

Y de ese hombre no iba en pos.

4

existías expirando En tu inmenso padecer, Tu sangre estaba brotando,

Y moriste allí pensando En la redención del sér.

64

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

163. Abismado en el Pecado.

Abismado en el pecado Clamaré a tí, Señor ; Mira el llanto y el quebranto De este pobre pecador. Dios clemente e indulgente, Líbrame de todo mal, Para amarte y alabarte En la patria celestial.

2

Cada día gozaría A tu lado, buen J esús ; Adorando y ensalzando Al autor de toda luz. Mas cargado de pecado ¿Quién me librará, Señor? Del contrito, los delitos Borra Cristo el Redentor. 3

Dios piadoso y amoroso, Padre eterno de verdad. Anhelamos y esperamos Redención por tu bondad. Rey del cielo, mi consuelo. Mi esperanza y mi sostén. mi guía y alegría En la senda del Edén.

Ramón Bon.

164. i Oh Señor ! Procuro en Vano.

j Oh Señor ! procuro en vano Mi conducta reformar. Pues ningún poder humano Santidad me puede dar. Es mi vida de pecado

Diaria ofensa para ti; Pero mi alma se ha confiado A tu sangre carmesí. 2

En tu reino está el contento. Nada impuro allí entrará; Sin el nuevo nacimiento Ninguna alma lo verá. Mira, pues, mi insuficiencia. Muestra en tu gran poder. Manifiesta tu clemencia Y de nuevo hazme nacer. 3

Ven, Espíritu divino. Ven y escucha mi oración ; Ante ti mi frente inclino Por mi regeneración. De este modo mi esperanza No vacila y llego a creer. Que la bienaventuranza En el cielo he de tener.

Isabel P. Balderas.

165. Avergonzarme de Jesús.

Jesús mi Salvador, ¿será possible Que se avergüence algún mortal de ¿ Y que, olvidando tus sublimes hechos, Niegue lo que has sido para si ? 2

¿ Avergonzarme de J esús ? más pronto Repudiaría el firmamento el sol ; Antes se avergonzara la mañana. Del fresco, puro y nítido arrebol. 3

i Avergonzarme del querido amigo, Mi apoyo, mi esperanza, mi sostén!

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

65

No, mi vergüenza es que, aunque le

amo tanto. No le amo siempre como al sumo bien. 4

¡Avergonzarme de Jesús! Sí, cuando No tenga culpa alguna por lavar, Ni bienes por pedir, ni miedo oculto. Ni lágrimas, ni aún alma por salvar. 5

Hasta ese día he de confesarte ; Para salvarme espero sólo en ti; Y mi gloria será que Jesucristo No se avergüence, no, jamás de mi.

(Tr.) J. M. Mora.

166. ¿Hay PerdÓxN Aún?

Padre, ¿puede haber perdón Para tan pecador ? ¿Puede hallar mi corazón Los consuelos de tu amor? 2

¡ Sólo miro en derredor En mi negra soledad El abismo aterrador Do me arroja mi maldad ! 3

]\Iucho tiempo resistí Y tu gracia deprecié, ¿Puedo hallar ahora en ti, Esa paz que rechacé? 4

^lientras pueda aquí vivir. Es mi fiel resolución Sólo a ti, Señor, servir Con sincero corazón.

Mendoza.

167. ¡ Cuánta Dicha La del Hombre Perdonado.

¡ Cuánta dicha la del hombre Perdonado por Jesús, Que por fe lavó su alma En la sangre de la cruz! El que es bienaventurado, Al que Dios no contará Ni el engaño ni el pecado. Mas su gracia le dará. 2

Triste, envuelto en el silencio Mis pecados escondí; ¡ Qué pesares de conciencia. Qué miserias padecí! ]\Ias, por fin desesperado, Descubríle mi añicción ; ]\Iis pecados confesando. En Jesús busqué perdón. 3

El, oyendo mis clamores. Mis pecados perdonó, Y de todas mis angustias Compasivo me libró. ¡ Gloria a ti, Señor eterno. Adorable Salvador! ¡Gloria a ti por las edades, Dios de vida. Dios de amor !

Wm. F. Rice.

168. No Habré de Gloriarme Jamás.

No habré de gloriarme jamás ¡ Oh Dios mío !

De aquellos deberes que un día cumplí ;

66

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Mi gloria era vana ; tan sólo confío En Cristo y su sangre vertida por mí. 2

Por fe conociendo su amor que redime, Hoy llamo tinieblas lo que antes mi luz ;

Mi propia justicia se torna en oprobio,

Y pongo mis glorias al pie de la cruz.

3

Sí, todo lo estimo cual pérdida vana,

Y acepto las obras del buen Salvador ; ¡ Oh ! pueda anidarse mi alma en su

seno,

Vivir de su vida, gozar de su amor! 4

Por más que a tus leyes viviera sumiso, No pude. Dios mío, llegar hasta ti ; Mas que en tu gracia la fe me habilita,

Si alego las obras de tu Hijo por mí.

Mora.

169. En Cristo Deposito IMis Pecados.

En Cristo deposito mis pecados. En Cristo, que de Dios es el Cordero : Con ellos él se carga bondadoso. Quitándome su peso.

2

A Cristo que mis manchas purifica, JMis graves culpas con valor le llevo,

Y nada queda de ellas, pues las lava La sangre de su cuerpo.

3

A Cristo sólo mi flaqueza fío. De toda plenitud él es el centro,

De la condenación que me persigue El sólo es el remedio.

4

A Cristo mis pesares le declaro. Mis males, agonías y tormento,

Y Cristo de su peso me descarga

Y es todo mi consuelo.

170. No Me Dejes. No me dejes, no me olvides. Tierno Salvador, Muchos gozan tus mercedes, Oye mi clamor.

Coro. Cristo, Cristo, Oye mi voz. Salvador, tu gracia dame. Oye mi clamor.

2

Ante el trono de tu gracia Hallo dulce paz. Nada aquí mi alma sacia ; eres mi solaz. Coro. 3

Sólo fío en tus bondades, Guíame en tu luz, Y a mi alma no deseches. Sálvame, Jesús. Coro. 4

Fuente viva de consuelo Tu eres para mí. ¿A quién tengo en este suelo Sino sólo a ti? oro.

171. Me Hirío el Pecado. Me hirió el pecado, fui a Jesús, Mostréle mi dolor;

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 67

Perdido, errante, vi su luz, Bendíjome en su amor.

Coro. En la cruz, en la cruz, Do primero vi la luz,

Y las manchas de mi alma yo lavé ; Fué alli por la fe do vi a Jesús

Y feliz para siempre seré.

2

En una cruz, mi buen Señor Su sangre derramó Por este pobre pecador A quién asi salvo. Coro. 3

Venció la muerte ¡ qué placer !

Y el Padre lo exaltó ; Espero sólo en su poder. Morir no temo yo. Coro.

4

Aunque él se fué, conmigo está El gran Consolador, Por él entrada tengo ya Al reino del Señor. Coro. 5

Vivir en Cristo trae la paz. Con él habitaré ;

Ya suyo soy y de hoy en más A nadie temeré. Coro.

I, Watts. (Tr.) Pedro Grado.

172. Roca de la Eternidad.

Roca de la eternidad. Fuiste abierta para mi, mi escondedero fiel; Sólo encuentro paz en ti. Rico, limpio manantial. En el cual lavado fui.

2

Aunque fuese siempre fiel, Y llorare sin cesar. Del pecado no podré Justificación lograr. Sólo en ti teniendo fe. Deuda tal podré pagar.

3

Mientras deba aqui vivir. Mi postrer suspiro al dar, Cuando vaya a responder Ante tu alto tribunal. mi escondedero fiel. Roca de la eternidad.

A. M. Toplady, 1776.

173. Descargo Mi Pecado.

Descargo mi pecado

En Cristo mi Señor,

Cordero inmolado

De Dios, el Dios de amor.

Acepta él su peso

Por darme salvación,

Mi corazón ileso

Está en su redención,

2

Mi deuda, felizmente, Jesús pagó por mí: El quita de mi frente La mancha carmesi: Con sangre tan preciosa Mi alma ha de limpiar; Su voz tan amorosa. Me invita a descansar.

68

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

3

El en mis aflicciones ^luy cerca está de mí, Y con sus bendiciones, Me lleva en pos de sí. ¡Loor al Dios clemente! Al que me da salud : El sólo es la fuente De toda plenitud.

Horatio Bonar. (Tr.)

174. Alma, Escucha a Tu Señor.

Alma, escucha a tu Señoj, A Jesús, el Salvador; El te dice con amor: ''¿Me amas tú, ¡oh! pecador? 2

*'Vine al mundo por tu amor: Preso estabas, te libré; Moribundo, te salvé; ¿Me amas tú, ¡oh! pecador? 3

''Vives por mi dolor. De mi gracia gozarás; Vida eterna así tendrás; ¿Me amas tú, ¡oh! pecador?"

175. Un Fiel Amigo Hallé.

Un fiel amigo hallé: ]\Ii buen Jesús, Su amor no perderé; Mi buen Jesús. Si amigos y solaz Aquí no encuentro más, Me ofrece eterna paz Mi buen Jesús.

2

Dichoso 5^0 seré, ]\Ii buen Jesús. El sostendrá mi fe, ]\Ii buen Jesús. El me socorrerá, . Su brazo cerca está, Y gracia me dará Mi buen Jesús.

3

El mundo pasará,

Mi buen Jesús.

El día final vendrá,

]\Ii buen Jesús.

¡ Oh, qué placer sin par

Allí, mi Rey mirar.

Su gloria celebrar.

Mi buen Jesús.

176. ¡ Oh, Cuánta Alegría

i Oh, cuánta alegría, Qué plácida calma Recibe aquella alma Que cree en el Señor !

Coro. ¡ Aleluya ! ¡ Aleluya ! ¡Aleluya ¡Amén! i Aleluya ! ¡ Aleluya ! Por siempre ¡ Amén !

2

La noche y el día,

La lluvia y el viento,

Le prestan aliento

Le dan nuevo ardor. Coro

i

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 69

3

El sueño tranquilo Le pinta animado, La dicha, el agrado, La paz celestial. Coro. En Cristo halla asilo; En él se serena, Y siempre la llena De un gozo real. Coro.

Barbero.

177. Nunca, Dios Mío, Cesará Mi Labio.

Nunca, Dios mío, cesará mi labio De bendecirte, de cantar tu gloria. Porque conservo de tu amor inmenso Grata memoria.

2

Cuando perdido en mundanal sendero, No me cercaba sino niebla obscura, me miraste, y alumbróme un rayo De tu luz pura.

Q

Cuando inclinal)a mi abatida frente Del mal obrar el oneroso yugo, Dulce reposo y eficaz alivio Darme te plugo.

4

Cuando los dones malgasté a porfía. Con que a mi alma pródigo adornaste, "Padre, he pecado," con dolor te dije, Y me abrazaste.

5

Cuando en sus propios méritos fiaba. Nunca mi pecho con amor latía;

Hoy de amor late, porque en tus bond- ades Sólo confía.

6

Y cuando exhale mi postrer aliento Para volar a tu eternal presencia, Habré de hallar con tu justicia unida Dulce clemencia.

7

i Oh ! nunca, nunca cesará mi labio De bendecirte, de cantar tu gloria: Porque conservo de tu amor inmenso Grata memoria.

J. B. Cabrera.

178. Jesús 'Mi Esperanza.

En Jesús mi esperanza reposa, ]\li consuelo es tan sólo Jesús,

Y mi vida por él es gloriosa

Cual gloriosa es su muerte de cruz. Alma triste que al cielo se eleva

Y palpita en suspiros de amor, En Jesús su esperanza renueva Porque en él se templó su dolor.

2

Yo sufrí mil pesares del mundo, Yo las dichas del alma perdí: Era acíbar mi llanto profundo Era iinnenso el dolor que sentí. Pero luego en Jesús la mirada Con amor entrañable fijé

Y así el alma quedó consolada l^orque en él mis venturas hallé.

70

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

179. ¡Oh Jesús, Pastor Divino!

¡ Oh Jesús, Pastor divino ! Acudímoste a rogar. Que desciendas amoroso Tus corderos a buscar; i Oh Pastor ! ven, tu rebaño II :Te reclama sin cesar. :|| 2

Al herido del pecado No le dejes sucumbir; Al que va por otra senda Déjale tu voz oír ; ¡ Ven, Pastor ! el lobo llega, II :Y nos quiere destruir. :|l 3

Guíanos por tus senderos Al aprisco del amor, Llévanos como corderos En tu seno bienhechor; Guía, sí, tus corderinos, II :j Oh dulcísimo Pastor ! :|| 4

Oye, Cristo, nuestro ruego, Oye nuestra petición ; Ven, ampara tu rebaño Con tu saiita protección; Te lo piden tus corderos II :Con humilde corazón. :1|

180. Los Montes Eternos.

A los montes elevo la vista, A los montes eternos del cielo; Allí encuentra mi alma consuelo. Allí vive mi eterno Señor.

Israel por su mano bendita. Allí encuentra descanso constante, Pues el santo y el fiel vigilante No desmaya en su celo y su amor. 2

Si en tu mal se conjura el infierno, Has de ir y volver puro y sano. Pues te lleva tu Dios de la mano,

Y estás salvo con tal defensor. Contra ti nada puede el maligno :

Y al perder de esta vida la prenda, Querubines diránte la senda

Por do al trono has de ir al Señor.

Carlos Wesley.

181. Hay un Lugar Do Quiero Estar.

Hay un lugar do quiero estar Muy cerca de mi Redentor, Allí podré yo descansar Al fiel amparo de su amor.

Coro. Muy cerca de mi Redentor Seguro asilo encontraré; Me guardará del tentador Y ya de nada temeré.

2

Quitarme el mundo no podrá La paz que halló mi corazón : Jesús amante me dará La más segura protección. Coro. 3

Ni dudas ni temor tendré Estando cerca de Jesús; Rodeado siempre me veré Con los fulgores de su luz. Coro.

Vicente Mendoza.

EL NUEVO HIMXAKIO EVANGELICO

71

182. Peregrinos ex Desierto.

Peregrinos en desierto, Guíanos, Señor J eliová ! Somos débiles ; tu fuerte Diestra nos apoyará. ; :Pan del cielo, A tu errante pueblo da. :!| 2

Tú, la fuente misma, danos Agua viva espiritual ; Nuestra, suerte está en tus manos Y la herencia del mortal. II :Dios benigno, Líbranos de todo mal.ji 3

Desvanece los terrores De la orilla del Jordán ; Por ti más que vencedores Haz que entremos a Canaán. I'i :Tus bondades, Tema eterno nos darán. :il

(Tr.) Guillermo Williams.

183. Cariñoso Salvador.

Cariñoso Salvador, Huyo de la tempestad A tu seno protector, Fiándome de tu bondad : Cúbreme, Señor Jesús De las olas del turbión ; Hasta el puerto de salud. Guía mi pobre embarcación. 2

Otro asilo ninguno hay: Indefenso acudo a ti ;

Mi necesidad me trae, Porque mi peligro vi. Solamente en ti. Señor, Creo tener consuelo y luz; Vengo lleno de temor A los pies de mi Jesús. 3

Cristo, encuentro todo en ti: Y no necesito más ; Caído, me pusiste en pie, Débil, ánimo me das ; Al enfermo das salud. Tierno guías al que no ve; Con amor y gratitud, Tu bondad ensalzaré.

Carlos Wesley. (Tr.) T. M. W.

184. Tal Como Soy de Pecador.

Tal como soy de pecador, Sin otra fianza que tu amor, A tu llamado vengo a ti Cordero de Dios, héme aquí. 2

Tal como soy, buscando paz, En mi desgracia y mal tenaz: Combate rudo siento en mí: Cordero de Dios, héme aquí. 3

Tal como soy, con mi maldad, ]\Iiseria, pena y ceguedad, Pues hay remedio pleno en ti; Cordero de Dios, héme aquí. 4

Tal como soy me acojerás: Perdón y alivio me darás;

72

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

Pues tu promesa ya creí ; Cordero de Dios, héine aquí. 5

Tal como soy, tu compasión Quitado ha toda oposición. Ya pertenezco todo a : Cordero de Dios, heme aquí.

Charlotte Elliot, 1836. (Tr.)

185. ¡Dios Padre! Tus Decretos Venero.

¡Dios Padre! tus decretos Venero a cada hora; ]\li voluntad adora Tu santa voluntad. Anhelo complacerte Tan sólo a ti. Dios Santo; Si lloro, con mi llanto. Si río, con mi paz.

Mi cuerpo, vida y alma, Mis lágrimas, mi duelo. Son del autor del cielo, Del mar y de la luz. Son suyos mis cuidados, Y son en cambio mías Las dulces alegrías De mi Señor Jesús.

3

En los amantes brazos Del Dios que me perdona. Mi alma se abandona Con fe, esperanza, amor. Por ello el nombre augusto De Dios bendito sea

Por cuanto el mar rodea, Por cuanto alumbra el sol.

Medina.

186. Un Ancla Tenemos.

Un ancla tenemos que el túmido mar Por mucho que ruja no puede que- brar:

La dulce esperanza que infunde Jesús II ¡Legada en su muerte de angustia en la cruz. :||

2

Allá en las alturas do reina el Señor Rodeado de seres que ensalzan su amor

Esta ancla tenemos que fija estará, II :Pues Dios a su dicho jamás fal- tará :||

3

Y cuanto más bravo el piélago esté Más firmes cojamos el cable de fe. Que furia de vientos, ni embates del mar,

II :No pueden del puerto la entrada vedar. :||

187. Llenos de Gozo.

Llenos de gozo que Cristo nos da. Siempre cantando a Sión vamos ya; Dice Jesús compasivo: ''Venid," Llenos de gozo y confianza partid. 2

Aunque la marcha penosa será. Pronto veremos la faz de Jehová;

EL NUEVO IIIMNAEIO EVANGELICO

73

Si hoy le cedemos con fe nuestro ser, Nos colmará de inñnito placer.

3

Innumerables amados están Viendo la marcha de allende el Jor- dán,

Y nos animan con santa canción, ''Apresuráos, viajeros, a Sión." 4

Oyense coros de son celestial. Arpas que tañé la banda inmortal; Llena Jesús de inefable placer A los que llegan sus glorias a ver. 5

Dentro de poco guadaña mortal. Ha de trozarnos el hilo vital ; Mas la veremos venir sin temor, Porque confiamos en ti, Salvador.

6

Esplendorosa la aurora será. Que de la muerte la ruina verá, Cuando resuene la santa canción ; ''Gozo perfecto en la Eterna IMan- sión."

G. Ilunter. (Tr.)

188. Mi Mano Ten.

Mi mano ten, Señor, pues flaco y débil ;

Sin ti no puedo riesgos afrontar; Tenia, Señor; mi vida el gozo llene Al verme libre así de todo azar. 2

Mi mano ten ; permite que me animen Mi regocijo y mi esperanza en ti ;

Ténla, Señor, y compasivo impide Que caiga en mal cual otra vez caí. 3

Mi mano ten; mi senda es tenebrosa Si no la alumbra tu radiante faz; Por fe si alcanzo a percibir tu gloria, ¡ Cuán grande gozo ! ¡ Cuán profunda paz !

189. Nada Puede Ya Faltarme.

Nada puede ya faltarme Porque Dios mis pasos guía A la tierra saludable En divinos frutos rica. Dulce néctar de reposo Son sus aguas cristalinas, Ellas dan salud al alma

Y la llenan de delicias. 2

Por la senda me conduce De su ley con mano pía. En amor á su gran nombre Fuente viva de justicia; Cuando el tenebroso valle Cruce de la nuierte fría. No tendré temor alguno Siendo Dios el que me guía. 3

Con su vara y su cayado Me dará consuelo y vida,

Y ante los que me persiguen ]\Iesa me pondrá surtida. Con el bálsamo divino Mi cabeza aromatiza,

Y rebosa ya la copa Que me colma de alegría.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

4

La misericordia santa Seguirá la senda mía, Y de Dios en las mansiones Moraré por largos días. Nada puede ya faltarme Porque Dios mis pasos guía A la tierra saludable, En divinos frutos rica.

190. Confío Yo en Cristo.

Confío yo en Cristo Quien en la cruz murió, Por esa muerte listo Al cielo viajo yo ; Con sangre tan valiosa INIis culpas lava él, La derramó copiosa Por mi ya Emmanuel. 2

Me cubre tu justicia De plena perfección: eres mi delicia, Mi eterna salvación. Jesús en ti descanso, Keposo me das, Con calma yo avanzo Al cielo do estás. 3

A disfrutar invitas Cerca de ti. Señor, Delicias infinitas Y celestial amor; Espero yo mirarte, Oir tu dulce voz :

Espero yo cantarte,

¡ Lli Salvador, mi Dios !

191. Cada ]\Iomento la Vida Me Da.

Cristo me ayuda por él a vivir, Cristo me ayuda por él a morir; Hasta que llegue su gloria a ver, Cada momento le entrego mi sér.

Coro. Cada momento la vida me da, Cada momento conmigo él está; Hasta que llegue su gloria a ver. Cada momento le entrego mi sér. Coro.

2

Siento pesares, muy cerca él está. Siento dolores, alivio me da; Tengo aflicciones, me muestra su amor;

Cada momento me cuidas. Señor. Coro.

3

Tengo amarguras o tengo temor. Tengo tristezas, me inspiras valor; Tengo conflictos o penas aqui. Cada momento te acuerdas de mi. Coro.

4

Tengo flaquezas o débil estoy. Cristo me dice: ''Tu amparo yo soy"; Cada momento, en tinieblas o en luz, Siempre conmigo está mi Jesús. Coro.

D. W. Whittle. (Tr.) M. González.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO 75

192. Cristo en el Cielo.

Cristo en el cielo, mirando está Los pasos trémulos que empiezo a dar Por el camino tan desigual Del mundo lleno de obscuridad. 2

Cristo, Dios mío, sostén mi andar, Que tu amor brille como un fanal, Y estas tinieblas disipará Mi alma inundando de claridad. 3

Cuando la muerte venga a cambiar En vida eterna esta fugaz. Blancos sendales me cubrirán, Corona fúlgida me ceñirá.

193. Alma Mía, No Delires.

Alma mía, no delires, Ni suspires de dolor; Que posees en el cielo Tu consuelo, tu Señor. Tu Señor, tu Señor, Tu consuelo, tu Señor. 2

Jesucristo del pecado Te ha librado en la cruz; El derrama sobre el alma Gozo, calma, paz y luz. Paz y luz, paz y luz, Gozo, calma, paz y luz. 3

El conoce tu conciencia, Tu dolencia sabe, sí,

Y su gracia te bendice,

Y te dice: ''Ven a mí."

''Ven a mí, ven a mí,"

Y te dice: "ven a mí."

4

No más llanto, no más penas, Tus cadenas romperás;

Y en el seno de tu Dueño Por los siglos gozarás, Gozarás, gozarás.

Por los siglos gozarás. 5

Alma mía, no delires Ni suspires de dolor, Sigue humilde hasta el cielo Las pisadas del Señor. Del Señor, del Señor. Las pisadas del Señor.

P. Castro.

194. Cuando el Dolor y la Tristeza.

Cuando el dolor y la tristeza, invaden Esta de polvo terrenal prisión, Dulce es tender la vista entre las rejas,

Y desear huir a otra región.

2 ^

Dulce es volver los ojos hasta adentro,

Y escuchar los consejos de su amor; Dulce miror arriba, y ver a Cristo Interceder, pedir nuestro perdón.

3

Dulce es mirar atrás y ver mi nombre Inscrito en el registro salvador; Dulce mirar al frente, y ver que heredo

Goces celestes que él me aseguró.

76

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

4

Dulce es saber que la divina gracia En Cristo mis pecados descargó;

Y dulce recordar que con su sangre Pagó mis deudas todas de dolor.

.5

Dulce es sentirse firme en su justicia, Que de segunda muerte nos libró ; Dulce es también sentir dia tras día De su Espíritu aliento animador. 6

Dulce en su fiel promesa bailar des- canso,

Y reposar en su constante amor ; Dulce en su pacto de celeste gracia Buscar en todo apoyo y dirección.

J. Mora.

195. Cristo, Tu Voluntad.

Cristo, tu voluntad Sea hecha siempre en mí; Confiado en tu bondad Ya resitínado estoy. En medio del dolor, O en medio de la paz, Me cercará tu amor

Y nada temeré.

2

Cristo, tu voluntad Haré sin vacilar : Líbrame de maldad,

Y dame sumisión. Lloraste también. Por eso a ti vendré:

¡ Oh Salvador ! mi bien. mi Consolador.

3

Cristo, tu voluntad, Gustoso acataré; Guardarla con lealtad Hasta el fin desearé. No quiero yo trazar Mi senda, sino en ti Sin cuitas descansar, Y hacer tu voluntad.

196. Dios, Nuestro Apoyo.

Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,

Nuestra esperanza en años venideros. Nuestro refugio en hórrida tormenta,

Y nuestro hogar eterno.

2

Bajo la sombra de tu excelso trono En dulce paz tus santos residieron. Tu brazo sólo a defendemos basta,

Y nuestro amparo es cierto.

3

En nuestra vida toda y en la muerte En tu promesa nuestra fe ponemos;

Y nuestros hijos cantarán gozosos. Cuando hayamos ya muerto.

4

Dios, nuestro apoj^o en los pasados siglos,

Nuestra esperanza en años venideros, nuestra defensa en esta vida,

Y nuestro hogar eterno.

Isaac Watts. (Tr.) J. Mora.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

77

197. ¡Oh ]\Iaestro y Mi Señor!

¡Oh Maestro y mi Señor! Yo no quiero desmayar; En tu gracia y en tu amor Sólo quiero yo confiar. 2

Eres mi Profeta y Rey, Mi divino Conductor; Soy oveja de tu grey, Eres mi buen Pastor. 3

Flaco y débil que soy, Lo confieso, ¡oh! mi Señor; A tus pies rendido estoy, Dame fuerzas y valor. 4

Dime lo que he de ser. Las palabras que he de hablar ; Lo que siempre debo hacer, Cómo debo yo pensar. 5

Sólo así feliz seré En mi vida espiritual ; Sólo asi morar podré En la patria celestial.

H. B. Someillan.

198. Objeto de :Mi Fe.

Objeto de mi fe. Divino Salvador, Propicio sé.

Cordero de mi Dios, Libre por tu bondad. Libre de mi maldad, ]\Ie quiero ver.

2

Consagra el corazón Que ansia pertenecer A ti no más. Calmar, fortalecer, Gracia comunicar. Mi celo acrecentar Te dignarás.

3

La senda al recorrer Oscura y de dolor. me guiarás. Así tendré valor. Así podré vivir. Así podré morir. En dulce paz.

4

Pues el camino De celestial mansión, Luz y solaz ; Bendito Salvador, eres la verdad. Vida, confianza, amor. Mi eterna paz.

199. Nunca Desmayar.

Tengo en Dios un ízrande amor, Quiero en él tan solo fiar; Pues así mi corazón Nunca puede desmayar. 2

Aunípie brame en derredor La furiosa tempestad, Siempre fiando en el Señor, Nunca debo desmayar.

78

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

Lleva mi alma buen Pastor Rectamente, con verdad, Que al abrigo de tu amor Nunca debo desmayar. 4

¡ Olí querido Redentor ! No me dejes extraviar; Aunque viva en el dolor, Nunca quiero desmayar.

200. Me Guía El.

Me guía él, con cuánto amor Me guía siempre mi Señor; Al ver mi esfuerzo en serle fiel, Con cuánto amor me guía él.

Coro. ^le guía él, me guía él. Con cuánto amor me guía él; No abrigo dudas ni temor, Pues me conduce el buen Pastor. 2

En el abismo del dolor O en donde brille el sol mejor, En dulce paz o en lucha cruel, Con gran bondad me guía él. Cori 3

Tu mano quiero yo tomar Jesús, y nunca vacilar, Pues sólo a quien te sigue fiel Se oyó decir: me guía él. Coro. 4

Y mi carrera al terminar

Y así mi triunfo al realizar

No habré ni dudas ni temor Pues me guiará mi buen Pastor. Coro.

Epigmenio Velasco.

201. DiRÍjOME A Ti.

Con gozo cumplido diríjome a ti Pues has padecido, salvándome así; Tu sangre preciosa vertida por mí. Me dió bondadosa morada ya en ti. 2

La fe que en ti tengo me salva, mi Dios ;

En ti yo confío, de ti voy en pos; La duda me hacía vivir en el mal ; Mas hoy es cambiada por fe espiritual. 3

eres mi amparo, benigno Señor, Me guías cual faro al puerto de amor ; j Afán infinito ! tuviste por ; Por esto, Dios santo, diríjome a ti.

Tito Rodríguez.

202. ]\Ias Cerca, ¡Oh! Dios, de Ti.

Más cerca, ¡ oh ! Dios, de ti, Yo quiero estar Aunque sobre una cruz ]\Ie haya de alzar. Mi canto aun así Constante habrá de ser: Más cerca, ¡ oh ! Dios, de ti. Más cerca, sí.

2

Si caminando voy Y de ansiedad

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

79

Me lleno al presentir La oscuridad, Aun mi sueño así Me mostrará que estoy Más cerca, ¡ oh ! Dios, de ti, Más cerca, sí.

3

Que encuentre senda aquí Que al cielo va,

Y en ella tu bondad Me sostendrá.

Y ángeles habrá Que me conducirán

]\Iás cerca, ¡ oh ! Dios, de ti, Más cerca, sí.

4

Después, al despertar. Elevaré

Un nuevo y santo altar

De gratitud.

Así mis penas mil

Me harán sentir que estoy

]\Iás cerca, ¡ oh ! Dios, de ti,

Más cerca, sí.

5

Si en vuelo celestial Al cielo voy,

Y sol y luna atrás Dejando estoy. Alegre entonaré Mi canto sin igual:

^rás cerca, ¡ oh ! Dios, de ti, Más cerca, sí.

(Tr.) V. Mendoza.

203. ¡Oh Cristo! Mi Deseo.

i Oh Cristo ! mi deseo A ti volando va ; Mi fe y mi confíanza, Sustenta sin cesar, II Oh dulce Dueño mío, Amparo del mortal !:|| 2

Yo que sufriste La muerte por lavar La culpa de los hombres, Dejándoles tu paz; II :Por eso en confio, Cordero celestial. :|| 3

¡ Oh cristalina fuente ! ¡ Oh limpio manantial ! Bendito que brotas Consuelo sin cesar; II :Que sanas las lieridas Y quitas la maldad. :|| 4

Jesús, i oh Dueño mío ! Desciende, baja ya En busca de los tuyos. Que claman con afán II :Por su Pastor divino, Eterno, celestial. :||

P. Castro.

204. Heme aquí, Jesús Bendito.

Héme aqué, Jesiis bendito, Agobiado vengo a ti, Y en mis males necesito Que te apiades de mí.

80

EL NUEVO niMNAEIO EVANGELICO

Ya no puedo con la carga Que me oprime sin cesar: ¡Es mi vida tan amarga, Tan intenso mi penar!

2

Por auxilio clamé en vano, Aunque lo busqué doquier; Ni el amigo, ni el hermano Me han podido socorrer. Pero tú, Jesús, me invitas Con cordial solicitud. Simpatizas en mis cuitas,

Y me ofreces la salud.

3

Heme, pues, en tu presencia ; Líbrame de mi ansiedad : Que es tan grande tu potencia Como es grande tu piedad.

Y jamás han recurrido Sin buen éxito a tu amor, Por consuelo el afligido. Por perdón el pecador.

J. B. Cabrera.

205. Salvador, Bien Eterno.

Salvador, mi bien eterno, ]\Iás que vida para mí, En mi fatigosa senda Cerca siempre te halle a ti. II : Junto a ti, junto a ti:|| En mi fatigosa senda Cerca siempre te halle a ti. 2

No los bienes, no placeres, Ni renombre busco aquí.

En las pruebas, en desdenes, Cerca siempre te halle a ti; II :Junto a ti, junto a ti:|| En las pruebas, en desdenes, Cerca siempre te halle a ti. 3

Yendo por sombrío valle, En rugiente mar hostil. Antes y después del trance. Cerca siempre te halle a ti; II : Junto a ti, junto a ti:l| Antes y después del trance, Cerca siempre te halle a ti.

206. Dulce Comunión la Que Gozo Ya.

Dulce comunión la que gozo ya En los brazos de mi Salvador, i Qué gran bendición en su paz me da ! ¡ Oh ! yo siento en su tierno amor.

Coro. Libre, Salvo De cuidados y temor. Libre, Salvo,

En los brazos de mi Salvador. 2

¡ Cuán dulce es vivir, cuán dulce es gozar,

En los brazos de mi Salvador! Quiero ir allí, siempre allí morar. Siendo objeto de su tierno amor. Coro.

3

No habré de temer ni aun desconfiar En los brazos de mi Salvador!

EL NUEVO HIMN^

En él puedo yo bien seguro estar De los lazos del vil tentador. Coro.

(Tr.) Pedro Grado.

207. ¡ Paz ! ¡ Dulce Paz !

¡Paz! ¡dulce paz! que brota de la cruz :

Nos trae paz la sangre de Jesús. 2

¡Paz! ¡dulce paz! hacer la voluntad De Cristo, en nuestra vida, da la paz. 3

¡ Paz ! ¡ dulce paz ! esclavos del dolor ; Descanso y paz tenéis en el Señor. 4

¡ Paz ! ¡ dulce paz ! en toda condición La paz de Cristo da consolación. 5

¡ Paz ! ¡ dulce paz ! si hay muerte en derredor

Jesús venció la muerte y su terror. 6

¡ Paz ! ¡ dulce paz ! mirando al por- venir :

En calina esperaremos el morir.

208. ¡Paz! ¡Paz! Cuan Dulce Paz.

En el seno de mi alma una dulce quietud

Se difunde embargando mi sér, Una calma infinita que sólo podrán Los amados de Dios comprender.

Coro. ¡ Paz ! ¡ paz ! cuán dulce paz Es aquella que el Padre me da,

EIO EVANGELICO 81

Yo le ruego que inunde por siempre mi sér

En sus ondas de amor celestial. 2

Qué tesoro yo tengo en la paz que me dió.

Que en el fondo del alma ha de estar Tan segura que nadie quitarla podrá Mientras miro los años pasar. Coro. 3

Esta paz inefable consuelo me da Descansando tan sólo en Jesús,

Y ningunos peligros mi vida tendrá Si me siento inundado en su luz !

Coro.

4

Sin cesar yo medito en aquella ciudad Do al autor de la paz he de ver,

Y en que el himno más dulce que alli

he de cantar Al estar con Jesús ha de ser. Coro. 5

Alma triste que en rudo conflicto te ves.

Sola y débil tu senda al seguir, Haz de Cristo el amigo, que fiel siem- pre es,

Y su paz podrás recibir! Coro.

W. D. Cornell. (Tr.) V. Mendoza.

209. Oh Cristo, Lleno de Bondad.

Oh Cristo, lleno de bondad. Dirijo a ti mi petición; Perdona toda mi maldad, Y dáme plena salvación.

82

EL NUEVO IIIMNARIO EVANGELICO

Indigno soy, mas Señor, eres infinito amor. 2

¿ A quién, Jesús, si no es a ti. Por salvación acudiré? Moriste en la cruz por mí,

Y por tu muerte viviré. salvarás al pecador, Pues eres infinito amor.

3

Ya respondes a mi fe, ]\Ie das, aquí, felicidad,

Y tu presencia gozaré Por una larga eternidad.

Mi Dios, mi eterno Salvador, Tu nombre es infinito amor.

210. Salvo en los Tiernos Brazos.

Salvo en los tiernos brazos De mi Jesús seré;

Y en su amoroso pecho Siempre reposaré. Este es sm duda el eco De celestial canción. Que de inefable gozo Llena mi corazón.

Coro. Salvo en los tiernos brazos De mi Jesús seré, En su amoroso pecho Siempre reposaré.

2

De sus amantes brazos La gran solicitud. Me libra de tristeza^

Me libra de inquietud.

Y si tal vez hay pruebas, Fáciles pasarán; Lágrimas si vertiere. Pronto se enjugarán. Coro.

3

Y cruzaré la noche Lóbrega, sin temor, Hasta que venga el día De perennal fulgor.

¡ Cuán placentero entonces Con él será morar,

Y en la mansión de gloria Siempre con él reinar ! Coro.

Fannie J. Crosby. (Tr.)

211. ¡ Oh Señor Clemente y Santo !

¡ Oh Señor clemente y santo ! Que en el cielo donde moras. De Jesús a todas horas Oyes la intercesión: Til las lágrimas recibes Del contrito y humillado , Que en él vive confiado, Esperando tu perdón. 2

Vuelve tus amantes ojos

Y tus brazos paternales A tus hijos, cuyos males Puedes, Padre, socorrer.

Y con tu divina gracia El camino seguiremos, Ciertos de que en ti podemos Sus escollos precaver.

Mavillard.

EL NUEVO HIMÑARIO EVANGELICO 83

212. ¡ Oh Dulce, Grata Oración !

¡ Oh dulce, grata oración ! Que del contacto mundanal Me llevas hasta la mansión De mi buen Padre celestial. Huyendo yo la tentación Y toda influencia mundánal. Por Cristo, quien murió por mí, Oído siempre soy allí. 2

¡ Oh dulce, grata oración ! A quien escucha con bondad Eleva mi corazón, Al que nos ama con verdad. Espero yo su bendición, Perfecta paz y santidad. Por Cristo que murió por mí. Por él que me ha salvado aquí. 3

¡ Oh Padre mío. Dios de amor ! Escucha mi oración. ¡ Oh buen Jesús, mi Salvador ! Escucha mi oración, j Espíritu Consolador ! Escucha mi oración. Bendíceme ¡ oh Trinidad, Que moras en la eternidad !

Estrella de Belén.

213. Ven, Oh Dueño de Mi Vida.

Ven, oh Dueño de mi vida. Generoso bienhechor ; Que mi alma dolorida Clama ya por su Pastor; No te tardes, te suplico,

No te tardes, oh Señor; Ven, oh Dueño de mi vida, II :Mi Jesús, mi Salvador. :I1 2

A mi corazón, oh Dueño, Ven y llena de tu amor. Dale todo tu consuelo, No perezca de dolor. Cantaré yo cuando vuelva A buscarme el Redentor: "Ven, oh Dueño de mi vida, II :Mi Jesús, mi Salvador." :||

214. Jesús Mi Tesoro.

Jesús mi tesoro, mi dicha y amor, sólo el consuelo me mandas a mí: Si alegre me encuentro, si tengo dolor, ^li tierna plegaria dirijo hacia ti. 2

Por eso en el mundo a ti mi Señor, La paz y el consuelo te debo pedir. Cantando mil himnos con santo fer- vor.

Que lleno de gracia sabrás recibir. 3

Pues me sustentas, mi Rey y mi Dios,

]\Iiseria y pecado retiras de mí, Y me has prometido tu gracia y per- dón.

Si vengo contrito y confiado hacia tí. 4

Por eso humillado, tu célica voz. Tus tiernas promesas escucho yo aquí. Constante esperando tu gracia y amor. Para ir luego al cielo contigo a vivir.

Elias Amador.

84

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

215. ¡Oh! Quién Pudiera Andar

CON Dios.

i Oh ! quién pudiera andar con Dios, Su dulce paz gozar, Volviendo a ver de nuevo el Sol De amor y santidad.

2

¡ Oh ! tiempo aquel en que lo vi, ¡ Beatífica visión ! Pudiendo entonces discernir Su acento fiel de amor.

3

Aquellas horas de solaz i Cuán caras aún me son ! Del mundo halagos no podrán Suplir su falta; no!

4

Paloma Santa, vuelve a ; Gran Paracleto, ven ; Pues odio ya el pecado vil Con que te contrarié.

W. Cowper. (Tr. y adaptado.)

216. SÉ, i Oh Dios ! Que a Iniquidad.

' Sé, i oh Dios ! que a iniquidad Se halla expuesto el ser mortal, Y la ciencia al anhelar. Como un ciego puede errar.

2

Se confunde mi razón, Siento mi perplejidad. Recelando en mi maldad Elegir por bien el mal.

3

Infalible eres, ¡oh Dios! Sólo eres la verdad : Ven a dirigirme, pues. Por tu amor y fiel bondad. 4

Mía» sea tu voluntad : Guárdame de todo mal; Haz que nunca caiga más En error e iniquidad.

217. Jesús Tu Dulce Nombre.

Jesús tu dulce nombre Recrea el alma mía, Y suena en mis oidos Cual célica armonía. Con tal vigor quisiera Poderlo proclamar. Que todo el Universo Lo oyera resonar. 2

Riquezas mi deseo Fuera de ti no alcanza ; sólo mi delicia, sólo mi esperanza. Las joyas tan buscadas Con ansiedad febril. Son falsos dijes, vanos Tesoros junto a tí. 3

Cuanto de bello y grande Codicia mi deseo, En tu bondad divina De sobra lo poseo; No es cara ante mis ojos

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

85

Del sol la claridad, Como es tu faz sonriente De plácida bondad. 4

Tu gracia bienhechora Hizo en mi pecho estancia,

Y en él copiosamente Esparce su fragancia; El bálsamo más noble A todo su dolor,

Y a todos sus cuidados Es el cordial mejor.

5

Las glorias de tu nombre Proclamaré contento. Mientras el suelo habite Hasta exhalar mi aliento. Entonces en tus brazos Tendré vida eternal, Pues eres de la muerte Antídoto inmortal.

J. B. Cabrera.

218. Divina Luz, Guarda Pie.

Divina Luz, con tu esplendor benigno Guarda mi pie;

Densa es la noche y áspero el camino ; Mi guía sé.

Harto distante de mi hogar estoy; Que al dulce hogar de las alturas voy. 2

Amargos tiempos hubo en que tu

gracia No supliqué;

De mi valor fiando en la eficacia, No tuve fe.

Mas hoy deploro aquella ceguedad: Préstame i Oh Luz ! tu grata claridad. 3

Guiando tú, la noche es esplendente,

Y cruzaré

El valle, el monte, el risco y el tor- rente, Con firma pie ;

Hasta que empiece el día a despuntar,

Y entre al abrigo de mi dulce hogar.

J. B. Cabrera. (Tr.)

219. Por la VLi Terrenal.

Por la vía terrenal Guíeme tu clara luz A la patria celestial, j Oh ! santísimo Jesús El Espíritu de Dios Amoroso infunde en mí, Y diré con grata voz. Que salvado soy por ti. 2

Salvador mi fiel Jesús Cerca quiero estar de ti, Ya que distes en la cruz Sangre de expiación por mí. Yo te pido tu sostén Poderoso Salvador; Dáme tu precioso bien. Te suplico mi Señor.

Estrella de Belén.

220. ]\IÁs Santidad Dame.

Más santidad dame, IMás odio al mal, ]\[ás calma en las penas.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Más alto ideal; ^lás fe en ini IMaestro, Más consagración, Más celo en servirle, Más grata oración. 2

Más prudente hazme, ]\Iás sabio en él, Más firme en su causa, Más fuerte y más fiel; ]\Iás recto en la vida, IMás triste al pecar. Más humilde hijo, Más pronto en amar. 3

Más pureza dame, Más fuerza en Jesús, Más de su dominio, Más paz en la cruz; Más rica esperanza. Más obras aquí, Más ansia del cielo. Más gozo allí.

221. Buscando a Jesús.

Débil, pobre, ciego soy, Nada puede en valer,

Y a tu cruz ansioso voy Do salud podré tener.

2

Mucho tiempo el mal en Ha reinado sin cesar,

Y hoy, Señor, acudo a ti Ya deseando descansar.

3

j Toma mi entero sér. Alma y cuerpo tuyos son; No los vaya a retener En su red la tentación!

4

¡ Cristo, ven al corazón

A morar por siempre en él,

Y obtenido tu perdón Haz que pueda serte fiel !

(Tr.) Mendoza.

222. Aviva Tu Obra, ¡Oh Dios

Aviva tu obra, ¡ oh Dios ! Ejerce tu poder; Los muertos han de oir la voz Que hoy hemos menester.

2

A tu obra vida da; Las almas tienen sed; Hambrientas de tu buen maná. Aguardan tu merced.

3

Aviva tu labor; Glorioso fruto dé; Mediante el gran Consolador Abunde nuestra fe.

4

La fuente espiritual. Avive nuestro amor ; Será tu gloria sin igual

Y nuestro el bien. Señor.

Alberto Midlane. (Tr.)

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

87

223. Precepto es del Señor.

Precepto es del Señor Que gloria yo le dé, Cuidando el alma que me dió, Viviendo por la fe. 2

Ejemplo debo dar, Mi vocación cumplir, Y las potencias mías emplear Por Cristo hasta el morir. 3

Celoso debo ser, Pues a su vista estoy; Su rostro llegue así a ver, Contento a donde \oy. 4

En oración velar.

Confiando sólo en él;

Si de él me hubiere de olividar.

Perdido me veré.

Carlos Wesley.

224. LÁVAME EX LA Sangre del Señor.

Que mi vida entera esté Consagrada a ti, Señor; Que a mis manos pueda guiar El impulso de tu amor.

Coro. Lávame en la sangre del Señor,

Limpíame de toda mi maldad; Traigo a ti mi vida para ser. Señor, Tuya por la eternidad.

2

Que mis pies tan sólo en pos De lo santo puedan ir,

Y que a ti. Señor, mi voz

Se complazca en bendecir. Coro. 3

Que mis labios al hablar Hablen sólo de tu amor; Que mis bienes ocultar No los pueda a ti. Señor. Coro. 4

Que mi tiempo todo esté Consagrado a tu loor,

Y mi mente y su poder

Sean usados en tu honor. Coro. 5

Toma i oh Dios ! mi voluntad,

Y hazla tuya nada más; Toma, sí, mi corazón

Y tu trono en él tendrás. Coro.

F. R. Havergal. (Tr.) V. M.

225. Fuenta de la Vida Eterna.

Fuente de la vida eterna Y de toda bendición. Ensalzar tu gracia tierna Debe cada corazón. Tu piedad inagotable, Abundante en perdonar; Unico Sér adorable, Gloria a ti debemos dar. 2

De los cánticos celestes Te quisiéramos cantar. Entonados por las huestes Que lograste rescatar;

88

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

Almas que a buscar viniste, Por que les tuviste amor ; De ellas te compadeciste Con tiernísimo favor. 3

Toma nuestros corazones Llénalos de tu verdad, De tu Espíritu los dones Y de toda santidad. Guíanos en obediencia, Humildad, amor y fe ; Nos ampare tu clemencia ; Salvador, propicio, sé.

226. El Sembrador.

Brille o no el sol, verano o invierno sea.

Recorre la montaña, el soto, el llano ; Cual Cristo la Palabra en Galilea, Sembrar es tu misión, si eres cristiano. 2

Siembra doquiera la verdad divina, Siémbrala con afanes, con dolores; Que al soplo del Espíritu germina Planta que al cielo da frutos y flores. 3

Quizás alguna vez tu planta herida Sientas por las espinas del sendero; ¿No ves con ellas de Jesús ceñida La frente augusta en el fatal madero ? 4

Siembra, no temas, en la peña dura. Deja en la roca estéril caer el grano. Que suele hallar la gracia una hendi- dura

En el granito del orgullo humano.

5

En las arenas siembra del desierto. Donde el rocío suave no descienda ; animarás el corazón ya muerto Con esa vida que tu amor encienda. 6

En la región de dudas y de penas Donde del Sol jamás llegó la llama,

Y esparce la semilla a manos llenas:

Y fe y virtud y caridad derjama.

7

Siembra, que no te arredre el egoísmo, Siembra do la impiedad blasfemias lanza.

En el camino, el fango, en el abismo, Harás brotar la flor de la esperanza. 8

No importa, no, que el labrador su- cumba,

Antes que la simiente rompa el suelo, Que al despertar del sueño de la tumba

Su mies guardada encontrará en el cielo.

J. De Palma.

227. Yo Tengo Que Guardar.

Yo tengo que guardar Una alma inmortal Y prepararla para entrar Al reino celestial.

2

Para este gran deber Mi Dios, poder llenar, A tu servicio, hoy mi ser Te quiero consagrar.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

89

3

Tu hijo quiero ser De todo corazón, Y para siempre poseer Tu eterna bendición. 4

Ayúdame a velar, Confírmame en la fe, Que si en ti puedo siempre fiar Por siempre viviré.

Epigmenio Velasco. (Tr.)

228. Do Necesites Que Vaya, Iré.

En la montaña podrá no ser. Ni sobre rugiente mar; Podrá no ser en la ruda lid Do Cristo me quiere emplear. Mas si él me ordenare seguir aquí Senderos que yo ignoré. Confiando en él le diré: "Señor, Do quieras que vaya, iré."

Coro. Do necesites que vaya, iré ; A los valles, los montes o el mar. Decir lo que quieras. Señor, podré. ¡Lo que quieras que sea, seré! 2

Quizá hay palabras de santo amor Que Cristo me ordena hablar,

Y en los caminos do reina el mal Algún pecador salvar.

Señor, si quisieres mi guía ser.

Mi obscura senda andaré;

Tu fiel mensaje podré anunciar

Y así lo que quieras, diré. Coro.

3

El vasto mundo lugar tendrá, Do pueda con noble ardor. Gastar la vida que Dios me dá, Por Cristo mi Salvador.

Y siempre confiando en su gran

bondad Tus dones todos tendré;

Y alegre haciendo tu voluntad. Lo que quieras que sea, seré. Coro.

Mary Brown. (Tr.) V. Mendoza.

229. Salvador a Ti Me Rindo.

Salvador a ti me rindo

Y obedezco sólo a ti,

]\Ii Guiador, mi Fortaleza Todo encuentra mi alma en ti.

Coro. Yx) me rindo a ti. Yo me rindo a ti. Mi flaqueza y mi pecado Todo traigo a tí.

2

Te confiesa mi delito El contrito corazón. Oye, i oh Cristo mi plegaria ! Quiero en ti tener perdón. Coro. 3

A tus pies yo deposito j\Iis riquezas, mi placer, Que tu espíritu me llene

Y de ti sienta el poder. Coro.

4

Tu bondad será la historia Que predique por doquier,

Y tu amor inagotable

Será siempre mi querer. Coro.

90

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

5

i Oh, qué gozo encuentro en

Cristo ! Cuánta paz a mi alma da. Yo a su causa me consagro Y su amor, mi amor será. Coro.

A. R. Salas. (Tr.)

230. Por el Mañana y Su Pesar.

Por el mañana y su pesar no ruego yo;

Guárdame i oh Dios ! del fiero mal sólo por hoy ;

Hazme anheloso trabajar, dame fer- vor,

Palabras y obras de bondad dame por hoy.

2

Quítame el frivolo decir y el torpe error ;

]\Iis labios con prudente fin sella por hoy;

Para lo serio y el placer, dame oca- sión ;

Haz que a tu gracia viva fiel por hoy ¡oh Dios!

3

Y si mi vida a declinar llegare hoy, Tu sacramento celestial dame. Señor. Por el mañana, pues, a orar no voy, mi Dios,

Dame tu amor, tu guía, tu paz, mas para hoy.

(Tr.) J. Palacios.

231. La Palabra Hoy Sembrada.

La palabra hoy sembrada Hazla, Cristo, en nacer Para darle crecimiento Sólo tienes poder. II :Ricos frutos, nos puedes con- ceder. :||

2

La semilla que tu siervo Ha sembrado con saber No permitas que las aves Se la vengan a comer. II :Ricos frutos, nos puedes con- ceder. :||

3

Haz que crezca con tu gracia Y tu rica bendición. No la ahoguen las espinas De congojas y aflicción. II :Ricos frutos, nos puedes con- ceder. :|1

4

Que su efecto muy profundo En la mente y corazón, Convencer consiga al mundo Que le das la salvación. II :Ricos frutos, nos puedes con^ ceder. :||

5

Sembraremos la palabra Con amor y profusión. Esperando la cosecha En la célica mansión. II :Ricos frutos, nos puedes con- ceder. :||

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

91

232. Un Raudal de Bendiciones.

Un raudal de bendiciones, Sed en tanto que viváis, Animad los corazones Por doquiera que vayáis. Sed un sol para las vidas Que en la duda y el temor, Yagan tristes y afligidas Por los mundos del dolor. 2

Un raudal de bendiciones Sed al débil, al desear De su vida las acciones Hacia el bien encaminar. Al sediento en su agonía Fatigado en su labor. Dadle el vaso de agua fría Que mitigue su dolor. 3

Sed raudal de bendiciones Por doquiera que paséis. Impartiendo de los dones Que por Cristo ya tenéis. De la copa bendecida Que apuráis, al mundo dad, Que es Jesús para la vida. El raudal de la verdad. 4

¡Un raudal de bendiciones Ser al mundo pecador! i Conducir los corazones A Jesús el Salvador! ¡ De qué honor ¡ oh ! Dios i vistes !

i Ser cual Cristo mi Señor !

¡ De las pobres almas tristes, Ser un bálsamo de amor !

Epigmenio Velasco.

233. Dejo el Mundo y Sigo a Cristo.

Dejo el mundo y sigo a Cristo Porque el mundo pasará, Mas su amor, amor bendito Por los siglos durará.

Coro.— ¡Oh, qué gran misericordia! ¡ Oh, de amor sublime don ! Plenitud de vida eterna, Prenda viva de perdón! Coro. 2

Dejo el mundo y sigo a Cristo, Paz y gozo en él tendré,

Y al mirar que va conmigo Siempre salvo cantaré. Coro.

3

Dejo el mundo y sigo a Cristo, Su sonrisa quiero ver ^ Como luz que mi camino Haga aquí resplandecer. Coro. 4

Dejo el nmndo y sigo a Cristo Acojiéndome a su cruz.

Y después ir a mirarle

Cara a cara en plena luz !— Coro.

V. M. (Tr.)

234. ]\Ii Todo a Dios Consagro.

]\Ii espíritu, alma y cuerpo, ]\Ii sér, mi vida entera. Cual viva, santa ofrenda, Entrego a ti, mi Dios.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

3. Mi todo a Dios consagro En Cristo, el vivo altar: ¡Descienda el fuego santo, Su sello celestial!

2

Soy tuyo, Jesucristo, Comprado con tu sangre; Contigo haz que ande En plena comunión. Coro.

3

Espíritu Divino,

Del Padre la promesa;

Sedienta, mi alma anhela

De ti la santa unción. Coro.

H. c. E

235. Cristo, Mi Piloto Sé.

Cristo, mi piloto En el tempestuoso mar; Fieras ondas mi bajel Van a hacerlo zozobrar, Mas si conmigo vas Pronto al puerto llegaré; Carta y brújula hallo en ti, i Cristo, mi piloto ! 2

Todo agita el huracán

Con indómito furor,

Mas los vientos cesarán

Al mandato de tu voz ;

Y al decir: ''que sea la paz"

Cederá sumiso el mar.

De las aguas, el Señor,

¡ Guíame cual piloto fiel !

3

Cuando al fin cercano esté De la playa celestial, Si el abismo ruge aún Entre el puerto y mi bajel, En tu pecho al descansar Quiero oírte a ti decir: "Nada temas ya del mar, Tu piloto siempre soy ! ' '

Edward Hopper. (Tr.) V. Mendoza,

236. Ex Jesucristo, Mártir de Paz.

En Jesucristo, mártir de paz, En horas negras de tempestad. Hallan las almas dulce solaz, Grato consuelo, felicidad.

Coro. Gloria cantemos al Redentor Que por nosotros quiso morir,

Y que la gracia del Salvador Siempre dirija nuestro vivir.

2

En nuestras luchas, en el dolor. En tristes horas de tentación. Calma le infunde, santo vigor. Nuevos alientos al corazón. Coro. 3

Cuando en la lucha falta la fe

Y el alma vése desfallecer. Cristo nos dice: ''Siempje os daré Gracia divina, santo poder. ' ' Coro.

E. A. Monfort Diaz.

237. Cuando Sea Tentado.

Cuando sea tentado, Cristo, ven a mí. Que no ceda nunca a la tentación

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

93

Y con sus halagos yo te deje a ti, Al abismo yendo de la confusión.

2

Al cruzar el mundo, me fascinará Con riquezas vanas y falaz placer, ]\Ias entonces, Cristo, mi alma a ti vendrá

A buscar ayuda, gracia, luz, poder. 3

Si la prueba enviares a mi vida aquí, El dolor, la pena, luto y aflicción. Haz que nunca dude que vendrás a mí,

Y que lo cambias todo en ben-

dición.

4

Cuando el fin de todo ya cercano esté

Y acabados mire lucha, afán, dolor; Cuando al polvo vuelva lo que polvo

fué.

En tu paz eterna guárdame, Señor !

V. Mendoza^.

238. A Todos los Cristianos.

A todos los cristianos Ofrece el Salvador Descanso en sus mansiones De gloria, paz y amor; Corramos presurosos La oferta a disfrutar, Y pronto viviremos Sin cuitas ni pesar. 2

Jesús, el Rey del cielo. Nos llama con afán. Allá donde los santos Con Dios el Padre están;

Mas hoy debemos todos Luchar hasta vencer. Quitando al enemigo Su cetro y su poder. 3

Jesús en esta lucha "Nos fortalecerá, Su Espíritu potente El triunfo nos dará; Clamemos con fe viva. Pidamos sin cesar, Que Cristo victoriosos Nos lleve a descansar. 4

Eterna gloria al Padre Que tanto bien nos dió, Loor a Jesucristo Que ya nos rescató, Y gloria al Paracleto Que inflama nuestro amor, Al Trino Dios, amigo Del pobre pecador.

239. Tentado, No Cedas.

Tentado, no cedas; ceder es pecar; ]\Iás fácil sería luchando triunfar; ¡ Valor ! pues, resuelto, domina tu mal ; Dios puede lil)rarte de asalto mortal,

Coro. En Jesús pues confía, En sus brazos tu alma Hallará dulce calma; Él te hará vencedor. 2

Evita el pecado, procura agradar A Dios á quien debes por siempre en- salzar ;

94

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

No manche tus labios impúdica voz, Preserva tu vida de ofensas a Dios. Coro.

Amante, benigno y enérgico sé; En Cristo tu amigo pon toda tu fe ; Veraz sea tu dicho, de Dios es tu sér ; Corona te espera, y vas a vencer. Coro.

240. Tenebroso, Mar Undoso.

Tenebroso, mar undoso Vas surcando, pecador;

Y el presagio del naufragio, Acrecienta tu temor.

¿Ves no léjos los reflejos De una amiga y blanca luz? Ese bello, fiel destello, Es el faro de la Cruz.

2

Anhelado, puerto amado,

Fuente viva de salud;

En ti el alma, dulce calma

Gozará sin inquietud.

l Qué es el mundo ? foco inmundo :

De él me quiero retirar,

Y el tranquilo, grato asilo De los justos, disfrutar.

¡ Oh ! yo ansio, Jesús mío, Revestirme de tu amor. Adorarte y acatarte Cual humilde seryidor.

Roca fuerte, que la muerte Ni los siglos destruirán; De los fieles los laureles, En tu cumbre lucirán.

241. Valor Cristiano.

¡ Valor ! ya no me hiere La más grande aflicción, Ni en tormentosa duda Flaquea mi razón. No temo al mundo airado Ni al padecer atroz Si en todo me dirige La voluntad de Dios.

Ya en aguas tempestuosas

0 en mar tranquilo aquí. Yo cifro mi esperanza Señor, tan sólo en ti. El ánimo contempla Con gran felicidad Anticipadamente

La eterna claridad.

3

1 Quién teme las falanges Que manda el tentador ? Ya hiere nuestra vista Del cielo el resplandor; Sus vividos perfumes Hablando están de Dios. ¡Valor! seguid hermanos De Jesucristo en pos.

Medina.

EL XUEVO HIMXARIO EVANGELICO 95

¡ Soldados valientes I el triunfo os es-

242. Por Cristo es Nuestro Esfuerzo.

Por Cristo es nuestro esfuerzo, El es nuestro Señor, Su rostro nos anima, Gozamos de su amor. Estemos a su lado. Sumisos a su voz Cifrando nuestra gloria En ir por él a Dios. 2

Fundados en su gracia Podemos trabajar; Su nombre confesando. Luchando sin cesar; Jamás nos abandona, El es nuestro sostén, Nos lleva a su morada, Nos guarda el sumo bien. 3

Gozozos y entusiastas Formemos su legión Siguiendo su bandera Con todo el corazón. Por él es nuestro esfuerzo, Le damos nuestro sér, Y vamos adelante Seguros de vencer.

243. Despliegue el Cristiano Su Santa Bandera.

Despliegue el cristiano su santa ban- dera,

Y muéstrela ufano del nuindo a la faz :

pera ;

Seguid vuestra lucha constante y tenaz.

Coro. Cristo nos guía, es nuestro Jefe,

Y con nosotros siempre estará Nada temamos, él nos alienta

Y a la victoria llevarnos podrá.

Despliegue el cristiano su santa ban- dera.

Domine baluartes y almenas a mil ; La Biblia bendita conquiste doquiera, Y ante ella se incline la turba gentil. Coro.

Despliegue el cristiano su santa ban- dera,

Y luzca en el frente de audaz torreón : El monte y la villa, la hermosa pradera.

Contemplen ondeando tan bello pen- dón.— Coro.

Despliegue el cristiano su santa ban- dera.

Predique a los pueblos el Libro in- mortal,

Presente a los hombres hi luz verda- dera

Que vierte ese claro, luciente fanal. Coro. .

96

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

5

Despliegue el cristiano su santa ban- dera,

Y muéstrese bravo, batiéndose fiel; Para él no habrá fosos, para él no hay barrera :

Que lucha a su lado el divino Em- manuel. Coro.

J. B. Cabrera.

244. ; Trabajad !

¡Trabajad! ¡Trabajad! somos siervos de Dios;

Seguiremos la senda que el Maestro trazó ;

Renovando las fuerzas con bienes que da,

El deber que nos toca cumplido será.

Coro. ¡ Trabajad ! ¡ Trabajad ! ¡ Esperad ! ¡ y velad ! ¡ Confiad ! ¡ siempre orad ! Que el Maestro pronto volverá. 2

¡ Trabajad ! i Trabajad ! Hay que dar de comer

Al que pan de la vida quisiere tener ; Hay enfermos que irán a los pies del Señor,

Al saber que de balde los sana su amor. Coro.

3

¡Trabajad! ¡Trabajad! Fortaleza pe- did;

El reinado del mal con valor com- batid,

Conducidlos cautivos al Libertador, Y decid que de balde redime su amor. Coro.

(Tr.) T. M. Westrup.

245. De Cristo los Soldados.

De Cristo los soldados Levántense gloriosos: Valientes y gozosos Su enseña hoy seguid. 2

El que en Jesús confía Será, sin duda, fuerte, Retando a la muerte, Triunfando en la lid. 3

Qué importan del demonio Las iras espantosas, Son almas victoriosas Las que con Cristo van. 4

Velemos, y oremos. Hasta que al fin nos diga : Ya cese la fatiga Del fuerte lidiador.

246. Si Aquí Sufrimos Tanto.

Si aquí sufrimos tanto. Nos brinda el Salvador Descanso en sus mansiones De gloria, paz y amor. Corramos presurosos La oferta a disfrutar, II :Y pronto nos veremos Sin cuitas ni pesar. :||

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

97

2

Jesús, el Rey del cielo, Nos llama con afán Allá donde los santos Con Dios el Padre están. ]\Ias hoy debemos todos Luchar hasta vencer, II Quitando al enemigo Su cetro y su poder. :||

3

Jesús en esta lucha

Nos fortalecerá,

Su Espíritu potente

El triunfo nos dará;

Clamemos con fe viva,

Pidamos sin cesar

II :Que Cristo victoriosos

Nos lleve a descansar. :||

247. No Te Temor.

No te temor hablar por Cristo, Haz que brille en ti su luz; Al que te salvó confiesa siempre, Todo debes a Jesús.

Coro. No te temor, no te temor, Nunca, nunca, nunca; Es tu amante Salvador, Nunca, pues, te temor.

2

No te temor hacer por Cristo Cuanto de tu parte está; Obra con amor, con fe y constancia : Tus trabajos premiará. Coro,

3

No te temor sufrir por Cristo Los reproches, o el dolor; Sufre con amor tus pruebas todas. Cual sufrió tu Salvador. Coro, 4

No te temor vivir por Cristo, Esa vida que te da; Si tan sólo en él por siempre fiares, El con bien te sacará. Coro. 5

No te temor morir por Cristo, Vía, verdad y vida es él ; El te llevará con su ternura A su célico vergel. Coro.

248. ¡Despertad, Despertad, Oh Cristianos !

¡ Despertad, despertad, oh cristianos ! Vuestro sueño funesto dejad. Que el cruel enemigo os acecha,

Y cautivos os quiere llevar. Despertad, las tinieblas pasaron, De la noche no sois hijos ya. Que lo sois de la luz y del día,

Y tenéis el deber de luchar.

2

Despertad y bruñid vuestras armas, Vuestros lomos ceñid de verdad,

Y calzad vuestros pies, aprestados Con el grato Evangelio de paz. Basta ya de profundas tinieblas, Basta ya de pereza mortal. Revestid, revestid vuestro pecho Con la cota de fe y caridad.

98

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

La gloriosa armadura de Cristo Acudid con anhelo a tomar, Confiando que el dardo enemigo No la puede romper ni pasar. Oh cristianos, antorcha del mundo! De esperanza el yelmo tomad. Embrazad de la fe el escudo Y sin miedo corred a luchar.

4

No temáis, pues de Dios revestidos, ¿ Qué enemigo venceros podrá. Si tomáis por espada la Biblia, La palabra del Dios de verdad? En la cruz hallaréis la bandera. En Jesús hallaréis Capitán, En el cielo obtendréis la corona : ¡A luchar, a luchar, a luchar!

P. Castro.

249. Levántate, Cristiano.

Levántate, cristiano. Levántate y trabaja, No dejes que tu vida Se pase en la inacción. El que en el ocio vive Al Hacedor ultraja; No llena sus deberes Ni cumple su misión. 2

Si quieres que la vida Te ofrezca mil encantos, Si quieres que la dicha Te inspire paz y amor. Trabaja por Cristo,

Sin miedo ni quebrantos,

Y un cielo de ventura Verás en tu redor.

3

Trabaja para el mundo, Trabaja para el cielo, Sembrando buenas obras, Sembrando en profusión. Virtud es el trabajo, Alivio y fiel consuelo,

Y siempre en él se encuentra De Dios la bendición.

D. M. H.

250. Pronto la Noche Viene.

Pronto la noche viene, Tiempo es de trabajar; Los que lucháis por Cristo, No hay que descansar Cuando la vida es sueño, Gozo, vigor, salud, Y es la mañana hermosa De la juventud.

2

Pronto la noche viene. Tiempo es de trabajar; Para salvar al mundo Hay que batallar, Cuando la vida alcanza Toda su esplendidez. Cuando es el medio día De la madurez.

3

Pronto la noche viene, Tiempo es de trabajar; Si el pecador perece,

EL NUEVO HIMXARIO EVANGELICO

99

Idlo a rescatar, Aun á la edad provecta, Débil y siii salud, Aun a la misma tarde De la senectud.

4

Pronto la noche viene, ¡Listos! a trabajar. ¡Listos! que muchas almas Hay que rescatar. ¿ Quién de la vida el día Puede desperdiciar ? "Viene la noche cuando Nadie puede obrar."

Epigmenio Velasco.

251. Luchad, Luchad por Cristo.

¡ Luchad, luchad por Cristo, Soldados de la cruz! ¡Alzad triunfal bandera, Enhiesta por Jesús! De triunfo en triunfo siempre. Sed guardas de su honor,

Y haced que el enemigo Se humille ante el Señor.

2

¡Luchad, luchad por Cristo! La trompa obedeced; No huyáis ante el combate, Que es hora de vencer, i Soldados, siempre firmes, Con mil, uno, luchad;

Y bravos, el peligro, Valientes, rechazad.

3

i Luchad luchad por Cristo !

En su poder fiad ;

Que vuestro brazo es débil,

Y desfallecerá. Vestios la armadura. Velando en oración,

Y do el pedigro os llame. No os falte, no, el valor.

4

¡ Luchad, luchad por Cristo ! La lid va a comenzar, Al ruido del combate. El triunfo seguirá. Corona el esforzado. De vida y luz tendrá,

Y con el Rey de gloria. Por siempre reinará.

G. Calamita.

252. Agobiado sin Descanso.

Agobiado sin descanso, Mucho llanto derramé. De la paz dorada aurora Tras mis velas esperé; Hubo día que llegara Suave acento de amistad; "¡Animo!" decía, "no temas, Sigue orando con lealtad."

Coro. Temerosos o cansados, Fríos, flacos o tentados. Nunca seamos desconfiados ; "Sigue orando, sigue orando," Aconseja la verdad.

100 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

2

que buscas santos goces Deplorando tu maldad, Sigue orando, porque logres Y conserves tu heredad; Lucha con tu Dios orando ; A sus pies tus penas pon; Funda en el gran sacrificio De la cruz tu petición. Coro.

253. Soldados de Cristo, Tened Precaución.

Soldados de Cristo, tened precaución, Que tiende la noche su negro crespón,

Y el enemigo se avista ya. ¡Alerta, centinela! ¡Alerta está!

2

Velad, que si alguno llegase a dormir. En vil servidumbre tendrá que sufrir,

Y acaso nunca despertará. ¡Alerta, centinela! ¡Alerta está!

3

La lóbrega noche no os cause pavor, Alcemos los ojos a Cristo el Señor,

Y él nuestras frentes alumbrará. ¡Alerta, centinela! ¡Alerta está!

4

El día de gloria va pronto a brillar; En tanto, cristianos, debemos velar,

Y el enemigo no vencerá. ¡Alerta, centinela! ¡Alerta está!

254. Luchando por Cristo.

Un lábaro sigo : la Santa Escritura ; Me entrego a mi Jefe, mi Jefe Jesús!

Lo escucho en los prados, lo busco en la altura.

Le grito en la noche, lo miro en la luz.

2

¡ Cristianos leales ! os llama el Cau- dillo :

Responda a sus voces la santa oración. ¿Tenéis su armadura? Que luzca su brillo

Al rayo fulgente del vivido sol. 3

¡ Soldados de Cristo ! Sigamos sus huellas ;

Libremos batallas, podemos vencer ; Las armas de Cristo son armas muy bellas ;

Ganemos luchando glorioso laurel. 4

Jesús nos anima, ¡miradle radiante! Sus labios nos dicen: ''¡cristianos, valor!"

Intrépidas huestes, seguid adelante, Jesús es un noble, preclaro campeón. 5

Busquémosle adictos que adoren su nombre ;

El triunfo nos toca, luchemos doquier : Contemos su historia y el mundo se asombre

Al ver que ha sabido la muerte vencer.

255. Desechemos Pueriles Tenores.

Desechemos pueriles temores. Olvidemos antiguo terror; Recorred la carrera celeste,

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 101

Eevestidos de noble valor.

En verdad es estrecho el camino,

Y muy débil y flaco el mortal; Mas se olvida que el Dios poderoso Puede darnos vigor perennal.

2

i Oh mi Dios ! tu poder infinito Siempre dura constante en su sér. Mientras ves a millones los siglos Su carrera sin fin recorrer. En tu fuente que nunca se agota, Nuestras almas su fe beberán; Mas aquellos que en sólo fían, Agotados sin fe, morirán.

3

Como el ave veloz subiremos,

Y en tu trono te habremos de ver; Con las alas de amor, sin cansancio, El camino podremos correr. Desechemos pueriles temores, Olvidemos antiguo terror; Recorred la carrera celeste. Revestidos de noble valor.

J. Mora.

256. ¿Mi Corona Tendrá Sus Es- trellas Allí?

Sin cesar siempre pienso en la tierra mejor

Do al ponerse mi sol llegaré;

Y al hallarme en los cielos con Cristo

el Señor, ¿Mi corona de estrellas tendré?

Coro. ¿Mi corona tendrá sus es- trellas allí

En las almas que yo rescaté?

Cuando el sol ya decline y me encuen- tre yo en ti

¿Mi corona de estrellas tendré?

2

De la fuerza de Dios esperando el poder,

Trabajar quiero siempre y salvar A las almas, y al fin, cual estrellas saber

Que en mis sienes irán a brillar. Coro,

3

¡ Oh ! qué gozo en los cielos será para

Vivas gemas poner a sus pies,

Y tener en mi frente corona que allí

Ornen joyas de tal brillantez ! Coro.

(Tr.) V. Mendoza.

257. Esperanza.

Al pensar en el fin de esta vida fugaz. Me consuela pensar que Jesús Ya me dió salvación y con ella la paz, Ye se cambian mis dudas en luz.

Coro. En Jesús tengo paz y no debo temer

Que se' acerque la muerte fatal, Porque al fin de esta vida fugaz yo tendré

Libre acceso al Edén Celestial.

102

EL NUEVO HBINAEIO EVANGELICO

2

Esto me liace sentirme gozoso y feliz Porque que he de ver a Jesús, Cuando deje esta vida de luchas 3' al fin

Me traslade al país de la luz. Coro. 3

Es mi dicha, mi gloria, pensar en el fin

De esta vida de pena y dolor.

Pues así acabarán mis confiictos aquí

Y estaré con Jesús mi Señor. Coro.

Gumesindo Balderas.

258. ¡Oh Cristo! Tu Ayuda Yo Quiero Tener.

i Oh Cristo ! tu ayuda yo quiero tener ; En todas las luchas cjue agitan mi ser Tan sólo puedes la vida salvar, sólo la fuerza le puedes prestar.

2

¡ Oh Cristo ! la gloria del mundo busqué

Y ansioso mi vida y afán le entregué.

Y en cambio mi pecho tan sólo encon-

tró

Torturas sin cuento cpie el alma apuró. 3

i Oh Cristo ! ya quiero llegar a vivir De aquellos alientos que haces sentir

Al alma que huyendo del mal tentador Se vuelve anhelante, se vuelve a tu amor !

4

¡ Oh Cristo ! ya quiero tus huellas seguir

Y gracia constante de ti recibir; Hallar en mis noches contigo la luz,

Y alivio a mis penas al pie de la

Cruz !

Vicente Mend «a.

259. Yo Quiero Trabajar por el Señor.

Yo quiero trabajar por el Señor, Confiando en su palabra y en su amor, Quiero yo cantar y orar,

Y ocupado siempre estar En la viña del Señor.

Coro. Trabajar y orar.

En la viña, en la viña del Señor;

Sí; mi anhelo es orar,

Y ocupado siempre estar En la viña del Señor.

2

Yo quiero día por día trabajar

Y esclavos del pecado libertar, Conducirlos a Jesús, Nuestro Guía y nuestra Luz, En la viña del Señor. Coro.

3

Yo quiero ser obrero de valor, Confiando en el poder del Salvador ;

Y el que cpiera trabajar Hallará también lugar

En la viña del Señor. Coro.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

103

260. Jesús del Hombre Hijo.

Jesús del hombre Hijo, Del hombre Redentor, Amigo del que sufre, ¡Bendito Salvador! Permite que te exponga Mi triste condición, Y ve lo que me falta, Sabiendo lo que soy. 2

Altivo y asediado De propia estimación. Con paso vacilante Por tus senderos voy. Me falta ser humilde. Me falta abnegación, Me falta ardiente celo: ¿Me los darás. Señor? 3

Yo leo tu palabra, La estudio con ardor, Ilustro así mi mente, Pero ¿, y mi corazón ? Me falta aquella ciencia Que da tan sólo Dios, Me faltan luz y gracia : ¿Me las darás, Señor?

J. B. Cabrera.

261. Jesús, Yo He Prometido.

Jesús, yo he prometido Servirte con amor ; Concédeme tu .uracia, Mi amigo y Salvador. No temeré la lucha

Si til a mi lado estás. Ni perderé el camino Si guiando vas. 2

El mundo está muy cerca,

Y abunda tentación; Süave es el engaño

Y es necia la pasión: Ven tú, Jesús, más cerca Mostrando tu piedad,

Y escuda al alma mía De toda iniquidad.

3

Cuando mi mente vague Ya incierta, ya veloz. Concédeme que escuche, Jesús, tu clara voz : Anímame si paro; Inspírame también : Repréndeme, si temo En todo hacer el bien. 4

Jesús has prometido A todo aquel que va Siguiendo tus pisadas. Que al cielo llegará. Sostenme en el camino,

Y al fin con dulce amor Trasládame a tu gloria, ]\Ii amigo y Salvador.

J. B. Cabreríi.

262. i Olí Dios, Si a Ti Pudiese Aproximarme.

i Oh Dios, si a ti pudiese aproxi- marme

Tranquila el alma en celestial recreo,

104 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Y si una luz tuviese en el camino II :Que me llevara al celestial Cor- dero :||

2

¿ aquella paz está que conocía Cuando al Señor llevé mi amor pri- mero?

¿ aquel reposo está cuando buscaba II :En la palabra de Jesús consuelo ?:||

3

¡ Cuán dulces horas disfrutaba en- tonces !

¡ Cuán grato y dulce aún es su re- cuerdo !

Mas hoy encuentro un árido vacío II :Que sólo Dios me quitará del seno. :|1

4

Paloma santa, dulce mensajera, La paz devuelve a mi agitado pecho, Que ya el pecado impuro y vergonzoso II :Que de mi hogar te desechó, de- testo. :|j

5

El ídolo más grato a mis sentidos. Aquel que me postró con embeleso, Del trono bajará que sólo es tuyo II :Y a ti tan sólo adoraré contento. :|1

6

Y así podré hasta Dios aproximarme. Tranquila el alma en celestial recreo;

Y luz divina alumbrará el camino

II ;Que me conduce al celestial Cor- dero. :||

(Tr. ) Guillermo Cowper.

263. Yo Que Nada Impuro.

Yo que nada impuro Tendrá tu aprobación, Y que en tu presencia Continuamente estoy. 2

Me falta hacia el pecado Sentir honda aversión Me falta ser perfecto; ¿Me lo darás, Señor? 3

Jesús, del hombre Hijo, ¡Bendito Salvador! Ya ves cuanto me falta, Ya ves cuan pobre soy. 4

A tu piedad me entrego, De ten compasión. puedes darme todo: Pues dámelo. Señor.

J. B. Cabrera.

264. ¡ Oh Señor ! Derrama en Alma.

¡ Oh Señor ! derrama en mi alma Tu poder espiritual, Y alcanzar podré la palma En mis luchas con el mal. Pongo toda mi confianza En Jesús mi Redentor, Eres toda mi esperanza, No me dejes ¡oh! Señor. 2

Buen Pastor, tu oveja libra De las garras de Satán.

EL NUEVO HBIXARIO EVANGELICO

105

Has que ya el camino siga De la luz y la verdad. Ven, Señor, con tu potencia A prestarme protección, Ven y salve tu clemencia Este grande pecador.

3

Y la hora de la lucha Con la vida mundanal ¡ Oh ! J esús benigno escucha Mi plegaria que a ti va. Quita todas las maldades De este pobre corazón, Llegue yo por tus bondades A la célica mansión.

A. M. Avellano.

265. Yo Quiero Ser Cual Jesús.

Yo quiero ser cual mi Jesús, Sirviéndole con lealtad; Sincero y fíel yo quiero ser, Cumpliendo su voluntad.

Coro. ]\Iás y más cual mi Jesús En mi vida quiero ser; Más y más cual mi Señor Seré por su gran poder. 2

Humilde quiero siempre ser Cual fuera mi Salvador, No quiero glorias ni poder Indignos de mi Señor. Coro.

3

En todo quiero yo seguir Las huellas de mi Señor,

Y por doquier hacer sentir

Qué hizo en su amor. Coro.

V. Mendoza.

266. VexXGa Tu Reino.

Al trono excelso, do en inmensa gloria, Supremo Dios, tu magestad reside, Suban las voces puras del ferviente Pueblo que pide.

2

Sobre la tierra, que por patria amada Te plugo darnos, libertades brillen;

Y no consientas que se forjen nunca Yugos que Immillen.

3

Pío derrama la esplendente lumbre De tu evangelio que ilumine al mundo ; De tu evangelio, manantial de bienes Siempre fecundo.

4

Tu reino sea nuestra amada patria, Tu voluntad la ley que veneremos,

Y tu Palabra la gloriosa enseña Que tremolemos.

5

Danos tu gracia y bendición constan- tes,

^Mientras tengamos por mansión el suelo,

Hasta el momento en que nos des la

nueva Patria en el cielo.

J. B. Cabrera.

106 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

267. De la Iglesia el Fundamento.

De la Iglesia el fundamento Es Jesús el Salvador; Por la obra de su gracia Le dió vida su Señor; Para hacerla esposa quiso De los cielos descender,

Y su sangre por limpiarla En la horrible cruz verter.

2

Aunque el mundo, combatida Del error por el vaivén,

Y de cismas desgarrada La contemple con desdén; En vigilia están los santos

Y jamás cesan de orar;

Lo que es hoy tristeza, pronto Será júbilo y cantar. 3

Al través de sufrimientos

Y fatigas y dolor.

El glorioso día espera En que vuelva su Señor; Consumada su carrera

Y perfecta su salud, Entrará libre y triunfante En la eterna beatitud.

(Ti-.) J. B. Cabrera.

268. Firmes y Adelante.

Firmes y adelante. Huestes de la fe. Sin temor alguno, Que Jesús nos ve. Jefe soberano,

Cristo al frente va,

Y la regia enseña Tremolando está;

Coro. Firmes y adelante, Huestes de la fe. Sin temor alguno, Que Jesús nos ve. 2

Al sagrado nombre De nuestro adalid. Tiembla el enemigo

Y huye de la lid. Nuestra es la victoria, Dad a Dios loor,

Y óigalo el averno Lleno de pavor. Coro.

3

Muévese potente La Iglesia de Dios; De los ya gloriosos Marchamos en pos; Somos sólo un cuerpo,

Y uno es el Señor, Una la esperanza,

Y uno nuestro amor. Coro.

4

Tronos y coronas Pueden perecer; De Jesús la Iglesia Fiel habrá de ser; Nada en contra suya Prevalecerá, Porque la promesa Nunca faltara. Coro.

J. B. Cabrera,.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 107

269. Tu Reino Amo, ¡ Oh ! Dios.

Tu reino amo, ¡ oh ! Dios, Tu casa de oración, y al pueblo que en Jesús halló Completa redención. 2

Tu Iglesia, mi Señor; Su templo, su ritual ; La Iglesia que guiando vas Con mano paternal. 3

Por ella mi oración, Mis lágrimas de amor,

Y mis cuidados y mi afán Por ella son. Señor.

4

Un gozo sin igual Me causa en ella estar ; Por siempre allí tu comunión Anhelo disfrutar.

5

Yo que durará,

Mi Dios, cual tu verdad ;

Y victoriosa llegará Hasta la eternidad.

F. Dwight. (Tr.) E. Velasco.

270. Jubilosas Nuestras Voces.

Jubilosas nuestras voces Elevamos con fervor. Para dar la bienvenida A los siervos del Señor.

Coro. Bienvenidos, bienvenidos, Adalides de Jehová; Parabienes no fingidos La congregación os dá.

2

Bienvenidos los campeones De la fe y de la verdad, A quien nuestros corazones Hoy les brindan su amistad. Coro. 3

Bienvenidos los soldados De las huestes de Jesús, Los que luchan denodados Por el triunfo de la luz. Coro, 4

Uno solo es nuestro anhelo. Trabajamos con tesón Por hacer que el Rey del cielo Reine en cada corazón. Coro.

F. S. Moutelongo.

271. Mensajeros del IMaestro.

Mensajeros del ]\Iaestro Anunciad al corazón, De Jesús la Buena Nueva De su grande salvación.

Coro. IMensajeros del Maestro, Vuestra voz haced oir,

Y los hombres que la escuchen Vida pueden recibir.

2

De los montes en la cima, En los valles y en el mar. Que doquier el Evangelio Hoy se pueda proclamar. Coro. 3

En los antros del pecado

Y en los sitios de aflicción, Las alegres nuevas vayan

A llevar consolación Coro.

108 EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

4

Anunciad a los cautivos Su gloriosa libertad, Al cansado y al caído Buenas Nuevas proclamad. Coro.

V. Mendoza.

272. Al Orden Sacro del Minis- terio.

Al orden sacro del ministerio Son recibidos, Dios soberano, Los que capaces en tu servicio, Guíen y guarden tu fiel rebaño.

2

Úngelos, Padre, desde los cielos; De ciencia y gracia sean colmados,

Y con palabra, virtud y ejemplo. Hagan amable tu nombre santo.

3

Alerta velen cual atalayas,

Y las bocinas al aire dando Las emboscadas al pueblo avisen

Y las astucias del adversario.

4

Con las divinas piezas de guerra De Jesucristo sean armados,

Y en la primera fila combatan. Nunca vencidos, jamás esclavos.

5

Divino fuego arda en sus frentes. El evangelio pon en sus labios, Haz que rebosen. Dios bondadoso. Sus corazones amor sagrado.

6

Guarden gozosos la oveja dócil, Las extraviadas busquen llorando ; Y el mismo Obispo de nuestras al- mas

El premio sea de su trabajo.

273. DE LOS Fieles Eternal Cabeza.

de los fieles eternal Cabeza, De tierra y cielos divinal Señor, Sobre tus siervos abre con largueza Raudales puros de tu inmenso amor. 2

Ellos al mundo tus preciados dones Enseñarán; proclamarán salud: Dales tu gracia, da a sus corazones Por ornamento, santa rectitud. 3

Cuando a los hombres con amor en- señen

De tu Evangelio celestial verdad ; Su ministerio santo desempeñen Ardiendo el pecho en férvida piedad. 4

Sabiduría, mansedumbre y celo De ti reciban, y sagrada unción. De salvar almas incansable anhelo Y el estimable don de la oración. 5

Al pecador con caridad corrijan, Del flaco sean eficaz sostén, A los cansados con amor dirijan Por los caminos de verdad y bien.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

109

6

Brillen cual astros en tu diestra mano Mientra en el mundo moren del do- lor;

Y al poseer tu reino soberano, Coronas ciñan de inmortal fulgor.

J. B. Cabrera.

274. Según Tu Dicho al Expirar.

Según tu dicho al expirar Que en gratitud oí, Me acordaré, mi Redentor, Me acordaré de ti.

2

Tu cuerpo herido a mi alma es Divino pan aquí,

Y con la copa de tu amor Me acordaré de ti.

3

¿La angustia cruel podré olvidar Que en el Getsemaní Sufriste tú, mi Redentor? ¿Podré olvidarte así?

4

Y cuando el Gólgota al mirar La cruz contemple allí. De Dios Cordero, Redentor, Me acordaré de ti.

5

Me acordaré de tu dolor,

Y de tu amor por mí;

Y mientras viva ¡oh! Señor, Me acordaré de ti.

6

Y cuando desfallezca al fin

Y llegue a sucumbir,

Jesús, que en gloria eterna estás, Acuérdate de mí.

J. B, Cabrera.

275. Obedeciendo Tu Palabra Dulce.

Obedeciendo tu palabra dulce,

Que en humildad oí,

Así lo haré, mi dueño moribundo:

Me accordaré de ti.

Por tu cuerpo ajado, pan del cielo

Yo que es para mí:

Tu sangre beberé y de esta manera

Me acordaré de ti.

2

¿ Habré yo de olvidarme del Calvario ?

¿Tu lucha ver allí.

Tu angustia y tus dolores sin que al

punto Me acuerde yo de ti? Al contemplar la cruz en que tu

cuerpo Clavado fué por mí, Cordero del Señor, entonces puedo Memoria hacer de ti.

3

Recuerdo tus dolores, tus bondades De las que objeto fui ; Por eso mientras viva en este mundo Me acordaré de ti.

Y cuando desfallezca y llegue el día En que haya de morir,

Y venga ya tu reino, ¡ oh Cristo mío ! Acuérdate de mí.

110 EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

276. ¡Oh, Pan del Cielo!

¡ Oh, pan del cielo, dulce bien Más excelente que el maná ! Si el alma busca tu sostén, Eternamente vivirá. 2

i Oh nuevo pacto del Señor, En santa copa de salud! Keconciliado el pecador, Se acerca a Dios por tu virtud. 3

Hambrienta el alma, vengo a tí, Mi buen Jesús, con viva fe ; Tu mesa es franca para mí,

Y en humildad me acercaré.

4

mi pan consubstancial Que al alma nutra y vigor ;

Y en vida y júbilo inmprtal Diré las glorias de tu amor.

J. B. Cabrera.

277. Obediente a Tu Mandato.

Obediente a tu mandato Participa hoy tu grey De tu cena; y con gozo Acercámonos con fe; Lo que hiciste en el Calvario Por el pobre pecador, Anunciamos en tu nombre, Recordando tu amor. 2

Recordamos tus angustias j Oh divino Redentor !

Y la copa de amargura Que por todo pecador

En el Gólgota apuraste, Despreciando tu dolor; Te pedimos que constantes Te sigamos con valor. 3

Gracias, ¡ oh ! J esús, te damos, Los unidos en tu amor, Gracias mil, pues disfrutamos Tu clemencia y tu favor. Tuya fué la cruz, mas nuestra Es la dicha y es la paz Tuya sea la gloria toda Tuya por siempre jamás.

M. N. H.

278. Hoy Venimos, Cual Hermanos,

Hoy venimos, cual hermanos, A la Cena del Señor, Acerquémonos, cristianos. Respirando tierno amor. 2

En memoria de su muerte,

Y la sangre que vertió. Celebremos el banquete Que en su amor nos ordenó.

3

Recordando las angustias Que sufriera el Redentor, Dividida está nuestra alma Entre el gozo y el dolor. 4

Invoquemos la presencia

Del Divino Redentor,

Que nos mire con clemencia

Y nos llene de su amor.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

111

279. En Su Cuerpo Traspasado.

En su cuerpo traspasado Meditemos con piedad; Eu banquete tan sagrado Su memoria renovad. 2

Ya la sangre que a torrentes Derramara el Salvador, Recordemos reverentes En la Cena del Señor. 3

Invocamos tu presencia, Compasivo Redentor, Que nos cubra tu clemencia Concediéndonos tu amor,

280. La Santa Cena.

Amoroso nos convida Cristo a su comnmnión,

Y nos da el pan de vida

Y el cáliz de redención.

2

A tu dulce llamamiento Acudimos, oh Señor ; Que en tu comunión aumento Tengan nuestra fe y amor. 3

En lugar de tantos dones ¿Qué podemos ofrecer? Toma nuestros corazones, Nuestras almas, nuestro ser. 4

En tu mesa, prometemos En tu santa ley vivir.

Y que fieles te seremos. Buen Jesús, hasta el morir.

J. B. Cabrera.

281. Dios Bendiga las Almas Unidas.

Dios bendiga las almas unidas Por los lazos de amor sacrosanto,

Y las guarde de todo quebranto En el mundo, de espinas erial.

Que el hogar que a formarse comienza Con la unión de estos dos corazones. Goce siempre de mil bendiciones Al amparo del Dios de Israel.

2

Que el Señor, con su dulce presencia, Cariñoso estas bodas presida,

Y conduzca por sendas de vida

A los que hoy se han jurado lealtad. Les recuerde c^ue nada en el mundo Es eterno, que todo termina,

Y por tanto con gracia divina, Cifrar deben la dicha en su Dios.

3

Que los dos que al altar se aproximan A jurarse su fe mutuamente, Busquen siempre de Dios en la fuente El secreto de dicha inmortal.

Y si acaso de duelo y tristeza

Se empanasen sus sendas un dia, En Jesús hallarán dulce guía Que otra senda les muestre mejor.

Daniel ITall.

112

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

282. EsucHA, i Oh Dios ! la Oración.

Escucha, i oh Dios ! la oración Que se dirige a Por los que en perdurable unión. Se enlazan hoy aquí. 2

Una mirada de bondad

Otórgales Jesús,

Infunde en ellos la piedad,

Y dales pura luz.

3

Su amor bendice. Dios de paz ; Haz que se amen bien,

Y que sin entibiarse, más Unidos siempre estén.

4

Sobre ellos haz, Señor, bajar Tu santa bendición, Para que puedan alcanzar La eterna salvación.

283. Amémonos, Hermanos.

Amémonos, hermanos, Con tierno y puro amor ; Que un solo cuerpo somos, II : Y nuestro Padre es Dios. :|| 2

Amémonos, hermanos; Lo quiere el Salvador, Que su preciosa sangre II :Por todos derramó. :|| 3

Amémonos, hermanos; En dulce comunión;

Y paz y afecto y gracia II :Dará el Consolador. :||

4

Amémonos, hermanos;

Y en nuestra santa unión No existan asperezas

II :Ni discordante voz:||

5

Amémonos, hermanos;

Y al mundo pecador Mostremos cómo viven

II :Los que salvados son. :||

6

Amémonos, hermanos; Con todo el corazón: Lo ordena el Dios y Padre, II :Su ley es ley de amor. :||

J. B. Cabrera.

284. Hijos del Celeste Rey.

Hijos del celeste Rey, Dulces cánticos alzad Al Pastor de nuestra grey,

Y alabanzas entonad. Sólo del benigno Dios Viene la felicidad;

Si marchamos de él en pos, Mostrarános su bondad.

2

Si temimos con razón Algún tiempo al tentador,. Hoy alienta al corazón Cristo el gran libertador. Lejos, pues huya el temor: Cierta es ya la redención. Mas pensemos con temblor En la eterna salvación.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

113

3

Con Jesús podremos ir Por la senda celestial; No nos dejará morir Abismados en el mal. El es sólo el Sumo Bien ; En él siempre confiad. Pues comprónos un Edén Por toda una eternidad.

(Tr.) J. B. Cabrera.

285. Las 0\'ejas Celebramos.

Las ovejas celebramos Del Pastor el grande amor; Sólo en ti nos reposamos, ¡ Oh Jesús, nuestro Pastor ! Cual ovejas claudicantes Anduvimos sin tu amor, De los pastos abundantes Alejadas, ¡buen Pastor! 2

Por los montes afanoso Nos buscaste con amor; Para darnos el repo.so En tu seno, ¡ buen Pastor ! Al buen prado en que pacemos Nos conduces con amor; La voz tuya conocemos Si nos llamas, j buen Pastor ! 3

nos das el pasto sano Y nos guardas con amor; Las ovejas en tu mano Nada temen, ¡buen Pastor! En tu aprisco reunidas Nos contemplas con amor;

Y en tu seno adormecidas Reposamos, ¡buen Pastor! 4

Sólo en pos de tus pisadas, Conducidas por tu amor, Marchan todas las manadas Al redil del buen Pastor. Las ovejas celebramos Del Pastor el grande amor. Sólo en nos reposamos, ¡ Oh Jesús, nuestro Pastor !

286. Los Santos de la Tierra.

Los santos de la tierra y los del cielo Componen una sola comunión; Todos la gracia del Señor reci})en Unidos por loz lazos del amor. 2

Como un ejército del Dios viviente. Su voz nos es forzoso obedecer; Una parte ha cruzado ya el torrente Y la otra parte cruzará después. 3

¡ Vedlo ! millares su inmortal morada Van cada día alegres a buscar; Nosotros ya llegamos a la orilla ; Pronto tras ellos hemos de pasar. 4

i Señor Jesús ! siempre nuestro guía, Aplaca de las olas el furor Haznos al fin anclar allá en el cielo Como en el puerto de la salvación.

287. Tocad Trompeta Ya.

Tocad trompeta ya, Alegres en Sión;

114 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Al mundo publicad Eterna redención. II :''Este es el año de bondad, :|| Volved a vuestra libertad. ' ' 2

A Cristo proclamad, Decid que ya murió, Y con su potestad La muerte destruyó: II :''Este es el año de bondad, :|| Volved a vuestra libertad. ' ' 3

Vosotros que al favor Del cielo despreciáis. Ved que por el amor De Cristo lo alcanzáis. II :"Este es el año de bondad, :|| Volved a vuestra libertad." 4

Llamadles con amor,

Decidles que en verdad

En Cristo el Salvador

Hay plena libertad.

II :"Este es el año de bondad, :||

Volved a vuestra libertad. ' '

Carlos Wesley. (Tr.) G. H. Rule.

288. Del Uno al Otro Polo.

Del uno al otro polo. Los pueblos y naciones. Con plácidas canciones A Dios glorificad; Pues su bondad inmensa Revela a cada instante Para que el hombre cante Eterna su verdad.

2

De un siglo en otro siglo Pasando las edades. Eternas sus bondades Innúmeras serán; Y sin cambiar en nada. Nuestros hijos y nietos. De su verdad completos Los dones gozarán.

Carvajal.

289. EsuCHAD, Jesús Nos Dice.

Escuchad, Jesús nos dice : ''¿Quiénes van a trabajar? Campos blancos hoy aguardan Que los vayan a segar. ' ' El nos llama cariñoso, Nos constriñe con su amor ; ¿ Quién responde a su llamada : ' ' Heme aquí, yo iré, Señor ? ' ' 2

Si por tierras o por mares No pudieres transitar. Puedes encontrar hambrien.tos En tu puerta que auxiliar; Si careces de riquezas. Lo que dió la viuda da; Si por el Señor lo dieres, El te recompensará.

3

Si como elocuente apóstol No pudieres predicar. Puedes de Jesús decirles Cuánto al hombre supo amar; Si no logras que sus culpas Reconozca el pecador,

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

115

Conducir los niños puedes Al benigno Salvador.

Daniel March.

290. De Heladas Cordilleras.

De heladas cordilleras, De playas de coral, De etiópicas riberas Del mar meridional, Nos llaman afligidas A darles libertad, Naciones sumergidas En densa obscuridad. 2

Nosotros, alumbrados De celestial saber, ¿A tantos desgraciados Veremos perecer? A las naciones demos De Dios la salvación; El nombre proclamemos Que obró la redención. 3

Llevada por los vientos La historia de la cruz, Despierte sentimientos De amor hacia Jesús : Prepare corazones. Enseñe su verdad En todas las naciones Según su voluntad.

Reginald Heber.

291. Desde los Himalayas.

Desde los Himalayas Al frígido Pirene,

Del Africa los ríos Al más lejano mar, Del Evangelio Santo La dulce voz resuene ; De paz y gozo llene Las almas sin cesar.

2

Las sombras disipando De todos los errores, Esparza sus fulgores Cual esplendente luz;

Y anuncie a los mortales, Que borra su pecado,

El que menospreciado Murió sobre la cruz.

3

No más profanos ritos,

No más supersticiones;

A Dios los corazones,

Pues suyos son, se dén.

Del Hijo sacrosanto

Venere el dulce nombre;

Que en él encuentra el hombre

Salud, reposo y bien.

4

¡ Señor ! la mies es mucha. Son pocos los obreros; Levanta misioneros En esta gran nación : Hasta que tu Evangelio Resuene por do quiera,

Y obtenga el mundo entero De ti la salvación.

Reginald Heber. (Tr.)

116 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

292. Dominará Jesús el Rey.

Dominará Jesús el Rey

En todo país que alumbra el sol,

Regido por su santa ley,

Y puesto a prueba en su crisol.

2

Le ensalzarán en la canción Que eternamente elevarán; En nombre de él cada oración, Cual un perfume suave harán.

3

Paganos mil traerán su don. Delante de él se postrarán :

Y los que aun rebeldes son La tierra, tristes, lamerán.

4

Propicio en tonces bajará Rocío fertilizador ; Del poderoso librará Al que no tiene ayudador.

5

El grano que en la cima cae. Cual Líbano en su conmoción, Admiración su miés atrae,

Y todo en El es bendición.

Isaac Watts.

2

Por él se harán plegarias incesantes. Que habrán de ser corona a su cabeza ; Su nombre subirá como un perfume A la mansión donde por siempre reina. 3

Relatará su amor en dulce canto Toda nación en toda humana lengua; Será alabar sus pródigas mercedes Primer esfuerzo de la infancia tierna. 4

Donde él está, la bendición abunda; El preso rompe su crüel cadena, Come el hambriento, duerme el afli- gido,

Descanso eterno el fatigado encuentra. 5

La maldición, la muerte desaparecen Donde él sus medios de curar de- spliega,

Y las tribus de Adam por él recobran Bienes mayores que los que él perdiera.

6

Que toda criatura se levante,

Y al pie del Rey con su tributo venga ; Del cielo baje célica armonía,

Y un largo ¡ Amén ! repetirá la tierra.

Mora.

293. Jesús Ha de Reinar Mientras AL Mundo.

Jesús ha de reinar mientras al mundo Alumbre el sol en su eternal carrera; Se extenderá su imperio a toda orilla, Y abarcará por fin toda la tierra.

294. Ya la Noche Terrible Ha Pasado.

Ya la noche terrible ha pasado, Nuestra suerte funesta cambió. Porque Cristo ha borrado el pecado Con su sangre que amanta vertió.

EL NUEVO HBÍXAEIO EVANGELICO

117

Que los cielos y tierra se alegren Porque Dios nos sacó del error,

Y los hombres sus almas entreguen Al servicio del gran Redentor.

2

Ya la aurora y el día esclarecen De su santa palabra y verdad,

Y las falsas doctrinas perecen Porque Dios nos miró con piedad. Que de Dios la palabra infalible Pura, santa, sin mancha ni error, Se predique con gozo indecible De la tierra en su gran derredor.

Arcadio Morales,

295. Oye Lo que la Voz Celeste Dice.

Oye lo que la voz celeste dice De los que en paz con el Señor mu- rieron :

Su nombre exhala aromas y perfumes, II :Blando es su lecho y su dormir di- choso. :||

2

Murieron en Jesús, y son benditos. Su espíritu acaricia gratos sueños;

Y de las asechanzas de este mundo II lincólumes y Cándidos salieron. :|1

3

Purificados de terrena mancha, Dios los acoge en su benigno seno,

Y en aquel buen hogar de santa gloria II ¡Gozan felices galardón eterno. :||

Mora.

296. IMoRiR SÓLO ES Resucitar.

Morir sólo es resucitar En la eternal mansión de amor, Donde el mortal, del Salvador Los ricos dones va a gozar. La vida entera sólo es Ligera sombra ante la luz De la que ofrece el buen Jesús A quien le sirve sin doblez. 2

Morir sólo es resucitar Para el discípulo, que fiel Sus huellas sigue fiando en él Su porvenir, sin vacilar. Sus obras no pudieran, no, Salvarlo, nunca, o su virtud. Pues sólo da eternal salud Quien en la cruz por nos murió. 3

Morir sólo es resucitar Para el que en ti creyó. Señor ;

Y es tal la gracia de tu amor Que quien creyó, se ha de salvar. Acoge el alma que de aquí De eterna dicha vuela en pos ; Tu seno puro, abre ¡ oh ! Dios,

Y eternamente viva en ti.

297. ¿ Por Qué Lamentamos ?

¿Por qué lamentamos si marcha el hermano,

Por qué ante su tumba temblamos de horror,

Si todos creemos que vive su alma, Y Cristo la estrecha en sus brazos de amor?

118 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

2

¿No estamos nosotros viajando liácia arriba

También, y siguiendo del tiempo el volar ?

Jamás anhelemos retraso en las horas Que al Dios bondadoso nos han de acercar.

3

Medrosos temblamos llevando a la tumba

El cuerpo que yerto dejamos allí; Mas hoy recordamos que Cristo muri- endo,

Eterno perfume dejó tras de sí. 4

De todos los suyos bendijo el sepulcro,

Y el lecho de todos su gracia ablandó. Los cuerpos que mueren ¿ harán su

descanso

Si no donde el mismo J esús descansó ? 5

De allí levantóse subiendo a los cielos,

Y al hombre el camino dignóse ense-

ñar,

También al Señor volarán nuestros cuerpos

El día tremendo del gran despertar. 6

Resuene del ángel la aguda trompeta ; ''Hermanos, el sueño letal sacudid. Alzaos, naciones, que estáis bajo tierra, ¡Oh, justos, benditos al cielo subid!"

Mora.

298. Son Tus Designios, Padre.

Son tus designios Padre, inescrutables. Nunca la mente pudo comprenderlos. Pues la existencia que sin ñn parece. Es pasajera.

2

¿Dónde el hermano está que ayer podía

Lleno de vida levantar la frente? Quieto reposa el sueño de la muerte : Así es la vida.

3

Tuyos los cielos son, y tuyo el mundo. Tuya la misma vida que alentamos Y puedes tú, por tanto, recogerla Cuando lo quieres.

4

Enséñanos, Señor, bajo tu sombra A descansar confiados, y permite Que estemos siempre listos al llamado Que nos hagas.

5

Porque son tus designios ignorados, Nunca la mente pudo comprenderlos. Pues la existencia que sin fin parece, Es pasajera.

Epigmenio Velasco.

299. Voy al Cielo, Soy Peregrino.

Voy al cielo, soy peregrino,

A vivir eternamente con Jesús;

El me abrió ya veraz camino

Al expirar por nosotros en la cruz.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

119

Coro. Voy al cielo, soy peregrino, A vivir eternamente con J esús.

2

Duelo, muerte, amarga pena

Nunca, nunca habremos de sufrir alia ;

Gloriosa vida de gozo llena

El alma mía sin fin disfrutará. Coro.

3

Patria santa, hermosa y pura; Entraré a ti, salvado por Jesús ; Y gozaré siempre la ventura Con él viviendo en refulgente luz. Coro.

Estrella de Belén.

300. Venid, Pecadores.

Venid, pecadores, que Dios por su amor

Al cielo nos llama, que es patria me- jor;

Do nunca la aurora perdió su fulgor; Do brilla la gloria del Dios Creador. ¡ Oh sí, venid, venid ! Al cielo nos llama, que es patria me- jor.

2

Dejemos, hermanos, aparte el dolor; Que arriba en los cielos el mundo cantor

De espíritus puros, proclama Señor A Cristo Dios hombre, el gran Re- dentor, i Oh sí, venid, venid ! Allí son eternos la paz y el amor.

3

Trabajas y sufres aquí pecador; El pan que comes tendrás con su- dor :

Mas Dios te reserva por suerte mejor Primicias celestes de eterno valor. ¡ Oh sí, venid, venid ! El cielo es del alma la patria mejor.

301. SiÓN DEL Cordero.

Sión del Cordero, santa y gloriosa Virgen esposa de nuestro Dios; Eterna gloria tu vestidura, Cuya hemosura es sin igual. Hermosas perlas tus puertas son, Son luz fulgente del Dios de Amor, Jaspe tus muros ¡ oh Sión eterna ! Eres la reina de mi Señor.

2

De pedrerías tu construcción, Tu templo santo el Dios de amor, Tu lumbre jaspe cristalizante, Cual gloria eterna del Santo Dios. Soy del Cordero, soy del Señor, Aladre benigna de hijos soy. Son incontables los redimidos Que con su sangre Cristo compró. 3

Es oro puro tu plaza \ oh ! Sión, Tu luz eterna, el Salvador. En cada puerta de tu mansión Se encuentra un ángel fiel del Señor. Allí está el trono del Dios de amor, También sus siervos que a él llamó Por siempre viven en perfección Y escrito tienen, "Santos de Dios.'*

120 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

4

¡ Olí ! santa Iglesia, eterna Sión, Tu esposo es Cristo, bendito Dios; Tus hijos santos tu gloria son Gloria del Padre, del Dios de Amor, j Oh ! dicha eterna, ¡ oh ! Buen Señor, Eterno, inmenso, ¡ cuán bueno sois ! Gloria al gran nombre del Salvador Canten tus santos de corazón.

302. Yo Voy Viajando, Sí.

Yo voy viajando, sí, II :A1 cielo voy ; :|| Y voy cantando así : II Al cielo voy. :|| Tu muerte en la cruz Me lleva a la luz, Do te veré, Jesús ; II Al cielo voy. :|| 2

Si penas hay aquí, II Al cielo voy ; :|| No las veré allí, II Al cielo voy. :|| Contigo, mi Señor, En gloria y amor. No sentiré dolor: II Al cielo voy. :|| 3

Del mundo de dolor II Al cielo voy, :|| Con calma y valor, II Al cielo voy. :|| ¡ Qué gusto me dará A Cristo ver allá!

El es mi gozo ya; II :A1 cielo voy. :||

Estrella de Belén.

303. Arrolladas las Neblinas.

Arrolladas las neblinas, A la vista el esplendor De las sierras y las rías, A la luz y amor del sol; Del Señor el arco viendo. De promesas la señal. Con amigos verdaderos. Gozaremos claridad.

Coro. Como nos conocerán. Llegaremos a tener Pleno y recto entendimiento, Paz, tranquilidad, placer; Juzgaremos justamente Sin las nieblas del ayer. 2

Caminar atribulados Contemplando el porvenir ; Es sombrío, duro y largo En la soledad sufrir. Mas la voz, ' ' Venid, benditos, ' ' A las penas fin pondrá; En la aurora allá reunidos. Gozaremos claridad. Coro. 3

Todos dicha rebozando. Del gran soldio en derredor. Entre amantes, entre amados. Recta y santa comprensión. Do los redimidos cantan

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

121

Su rescate sin cesar, Una vez rasgado el velo Gozaremos claridad.— Coro

(Tr.) Anuie Herbert.

304.

Nos Veremos en el Río.

¿ Nos veremos en el río Cuyas aguas argentinas Nacen puras, cristalinas Bajo el trono del Señor?

Coro.— ¡Oh, sí, nos congregaremos De ese río a la ribera, De la vida verdadera Que nace del trono de Dios !

En las márgenes del no Que frecuentan serafines. Y embellecen querubines. Da la dicha eterna Dios.— Coro. 3

El vergel que riega el río De Jesús es la morada; El mal nunca tiene entrada ; Allí sólo reina DiOs. Coro. 4

Antes de llegar al río Nuestra carga dejaremos: Libres todos entraremos Por la gracia del Señor.— Coro. 5

Tiene faz risueña el río: Pues la de Jesús refleja. La que de su grey aU'ja Todo mal, todo dolor.— Coro.

Nos veremos en el río ; Nuestro viaje concluyendo. Suaves melodías oyendo, Alabando al Dios de amor.— Coro.

Robert Lowry- (Tr.)

305. Jerusalem la Excelsa.

Jerusalem la excelsa, Gloriámonos en tí, Perpetuo, caro ensueño. De la grey tuya aquí; La grey que ya tus glorias En lontananza vé;

Y al verlas, sus afanes Redobla por la fe.

2

Jesús te está alumbrando

Y tributas loor

A aquel que fué inmolado. Tu esposo y Redentor, j Qué gozo me es, tranquila. Eterna habitación. Saber que en ti termina ;Mí peregrinación!

3

:\Ii dulce patria amada. Mi gozo serás; Feliz patria deseada, ¿ Contemplaré tu faz ? ¡Ten gozo, que gimes Y en polvo siempre vas. Pues con quien te redime Por siempre reinarás !

Beruardo de Cluny. (Ar. y Tr.)

122 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

306. Hay un Mundo Feliz Más Allá.

Hay un mundo feliz más allá, Donde cantan los santos en luz, Tributando su eterno loor Al invicto, glorioso Jesús.

Coro. 1| :En el mundo feliz, :|| Reinaremos con nuestro Señor; II :En el mundo feliz, :|| Reinaremos con nuestro Señor. 2

Cantaremos con gozo a Jesús, Al Cordero que nos rescató, Y con sangre vertida en la cruz Los pecados del mundo quitó. Coro. 3

Para siempre en el mundo feliz.

Con los santos daremos honor

Al invicto, glorioso Jesús;

A Jesús, nuestro Rey y Señor. Coro.

H. G. Jackson.

307. Alza Tu Canto, Oh Lengua Mía!

Alza tu canto, ¡ oh lengua mía ! Alza tu canto, mi corazón. Llénese al alma de alegría, Con alegría de devoción. 2

Vuelen al cielo los ecos santos Que arranco alegre de mi laúd ; Vuelen al cielo mis dulces cantos. Mis dulces cantos de gratitud.

3

Ya siento el fuego de los amores, De los amores del grato Edén; Ya no me acosan crudos dolores Porque contemplo a Jerusalém.

4

Padre, en tu regia, santa morada, Donde la dicha no tiene fin ; Allí mi patria miro esmaltada De bellas flores de tu jardín.

5

Llévame, oh Padre, para consuelo; Nada en la tierra yo espero ya; Llévame al cielo, llévame al cielo. Que allí tan sólo mi dicha está.

308. Buscamos la Patria' de Justos Y Santos.

Buscamos la patria de justos y santos Do mora la dicha, do reina el amor ; Dejad, pecadores, fugaces encantos, Que ciegan y llevan a eterno dolor.

2

Felices viajeros, alegres marchemos.

Allí Dios delicias eternas dará :

Que sobre collados de gloria andaremos

Y herencia el paraíso de todos será.

3

Deseamos, hermano, en camino lle- varte.

Por ti detenidos estamos, ¡ oh vén ! En Cristo confía que anhela salvarte

Y fiel te promete su célico Edén.

EL NUEVO HBIXAEIO EVANGELICO

4

Tal vez desconfiado te estás pregun- tando,

¿Quién puede mi negra conciencia limpiar ?

Jesús es el único: vén, pues, orando: "Señor, haz que pueda al paraíso lle- gar."

M. Cosido.

309. Ex Presencia Estar de Cristo.

En presencia estar de Cristo, Ver su rostro, ¿ Qué será Cuando al fin en pleno gozo Mi alma le contemplará ?

Coro. ¡ Cara a cara espero verle Más allá del cielo azul Cara a cara en plena gloria He de ver a mi J esús !

2

Sólo tras obscuro velo Hoy lo puedo aquí mirar, ^las ya pronto viene el día Que su gloria ha de mostrar. Coro. 3

Cuánto gozo habrá con Cristo Cuando no haya más dolor. Cuando cesen los peligros Y va estemos en su amor. Coro.

Cara a cara, ¡ cuán glorioso Ha de ser así vivir ! Ver el rostro de quien quiso Nuestras almas redimir ! Coro.

V. Mendoza. (Tr.)

310. Jerusalem Celeste. Jerusalem celeste Visión de paz dichosa, De Cristo santa esposa. Radiante de esplendor ; Tu fábrica es divina. Son vivos tus sillares,

Y de ángeles millares Te ciñen en redor.

2

Ciudad del Rey eterno, De perlas son tus puertas, Continuamente abiertas Al mísero mortal ;

Y en tu recinto moran Los que por fe se elevan

Y el sello augusto llevan Del Verbo celestial.

3

Felices moradores En ti perenne canto Profieren al Dios santo. Que de ellos se apiadó;

Y honor y gloria entonan Al ínclito Cordero,

Que amante en el madero l*or ellos se inmoló.

4

Al mismo Cristo amamos,

Y al mismo Dios servimos, Los que por fe vivimos, Ansiando a volar;

Y pronto gozaremos, Pasando tus umbrales, Las dichas eternales Del suspirado hogar.

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

.. ¡ Oh ! Quien en Ti Morara.

i Oh ! quién en ti morara, La celestial Sión, Del redimido patria

Y alcázar de mi Dios! Allí sin inquietudes, Sería mi canción

Un Aleluya eterno Al Rey mi Salvador. 2

¡ Oh ! quién allá morara ! Tu pronta aparición Estrella matutina Espero con ardor; Tráeme alegres nuevas Del día que en Sión Veré en su plena gloria Al Rey mi Salvador. 3

¡Oh! quién allá morara! Prodúceme aflicción Pensar que aún al mundo Tan apegado estoy. Las cuerdas que te atan Quebranta, corazón,

Y sube a la presencia Del Rey, mi Salvador.

4

¡ Oh ! quién allá morara ! Mi agradecida voz Alegre cantaría Los himnos de Sión;

Y allá do resplandece En día eterno el sol, Vería en su hermosura Al Rey, mi Salvador.

5

¡ Oh ! quién allá morara ! Si yo en su derredor Tuviera ya tendido Mi blanco pabellón; A su agradable sombra Disfrutaría yo La gloria de la gracia Del Rey, mi Salvador.

P. Castro.

312. ¿Que Será? ¿Que Será?

Presentimos del mundo dichoso Los placeres que Dios nos dará. El país lo creemos hermoso ; Mas hallarnos allí ¿qué será?

Coro. ¿ Qué será ? ¿ Qué será ? Mas hallarnos allí ¿ qué será ? ¿Qué será? ¿Qué será? Mas hallarnos allí ¿ qué será ? 2

Esperamos el gozo, la gloria. La grandeza sin fin que tendrá El mortal que ganó la victoria ; Mas hallarnos allí ¿ qué será? Coro. 3

Anhelamos el día esplendente Que en el santo país brillará. Por Jesús el Cordero inocente; Mas hallarnos allí ¿ qué será ? Coro, 4

Bien sabemos que llanto, ni duelo. Ni pecados ni males habrá En la casa de Dios en el cielo ; Mas hallarnos allí ¿ qué será ? Coro,

H. M.

EL XUEYO HBIXARIO EVANGELICO

125

313. La Siembra.

Sembraré la simiente preciosa Del glorioso Evangelio de amor, Sembraré, sembraré mientras viva, Dejaré el resultado al Señor.

Coro. Sembraré, sembraré Mientras viva, simiente de amor. Segaré, segaré

Al hallarme en la casa de Dios. 2

Sembraré en corazones sensibles La doctrina del Dios de perdón. Sembraré sembraré mientras viva ; Dejaré el resultado al Señor. Coro. 3

Sembraré en corazones de mármol La bendita palabra de Dios. Sembraré sembraré mientras viva, Dejaré el resultado al Señor. Coro.

A. Fernandez.

314. Yo Guiaré.

Yo guiaré al peregrino extraviado Bondadoso hasta el pie de la cruz ; Yo diré al corazón angustiado: Hallarás tu consuelo en Jesús.

Coro. Yo guiaré, yo guiaré Al sediento de vida y de luz. Yo guiaré, yo guiaré Al perdido a los pies de Jesús. 2

Yo diré al que buscare la calma Que se llegue al amante Jesús ;

Yo diré con placer a aquella alma : Que te inunden sus ondas de luz. Coro.

3

Al que vague buscando una fuente Do apagar de su sed el ardor. Lo guiaré con amor diligente A Jesús, la gran fuente de amor. Coro.

4

Al cansado que busque reposo Sin hallarlo en su duro penar, Le diré que reciba el bondoso : "Ven a mí, yo te haré descansar.'' Coro.

A. Fernandez.

315. ]\Ieditad en Que Hay ux Hogar.

Meditad en que hay un hogar En la márgen del río de luz, Donde van para siempre a gozar Los creyentes en Cristo Jesús.

Coro. ^Slás- allá, más allá, ^Meditad en que hay un hogar, ^lás allá, más allá, más allá, En la márgen del río de luz.

2

^Meditad en que amigos tenéis De los cuales merchamos en pos, Y pensad en que al fin los veréis En el alto palacio de Dios. Coro.

126

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

3

En que mora Jesús meditad Donde seres que amamos están,

Y a la patria bendita volad

Sin angustias, temores ni afán. Coro. •1

Reunido a los míos, seré Mi carrera a su fin toca ya ; En mi hogar celestial entraré Do mi alma reposo tendrá. Coro.

316. Ex LAS Regiones Inmaculadas.

En las regiones inmaculadas, Ricas mansiones que Dios nos da; Hay muchas cosas grandes y amadas

Y muv preciosas: Cristo allí está.

2

Cielo provisto de las delicias De Jesucristo, cielo de amor; Los convidados cantan albricias, Siendo llamados por el Señor. 3

Sitio sagrado do la ventura Se ha conservado sitio del bien; Gloria inefable siempre segura

Y perdurable, gloria de Edén.

4

Los que aquí esperan, ¡ Dios santo y bueno !

Y te veneran, creen en ti

Los que llamas, hacia tu seno. Porque los amas, gozan allí.

5

Nueva existencia, goces del alma, Por tu presencia, tienen la paz ;

Y allí en tu gloria llevan la palma De la victoria, viendo tu faz.

M. Cosido.

317. Yo Espero la ^Líxaxa.

Yo espero la mañana De aquel día sin igual, De donde la dicha emana

Y do el goce es eternal.

Coro. Esperando, esperando Otra vida sin dolor. Do me den la bienvenida De Jesús mi Salvador. 2

Yo espero la victoria,

De la muerte al fin triunfar,

Recibir la eterna gloria

Y mis sienes coronar. Coro.

3

Yo espero ir al cielo Donde reina eterno amor; Peregrino soy, y anhelo Las moradas del Señor. Coro. 4

Pronto espero unir mi canto Al triunfante y celestial,

Y poder cambiar mi llanto Por un canto angelical. Coro.

Pedro Grado.

318. Yo Consagro a Ti Mi Vida.

Yo consagro a ti mi vida i Oh ! querido y buen Jesús, Y tu mano bendecida Llevaráme en clara luz.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

127

Coro. Trabajando, trabajando, Viviré por mi Señor, Buenas nuevas anunciando Al perdido pecador.

2

Mil temores y mil dudas Por doquier me asediarán ; Pero tú, Jesús, me ayudas

Y arredrarme no podrán. Coro.

3

Con placer y amor me alisto En las huestes de la fe, Fortaleza me da Cristo

Y sin duda venceré. Coro.

Obtendré feliz victoria :

Los soldados del Señor

Se verán llenos de gloria

De este mundo en derredor. Coro.

Isabel P. Balderas.

319. De Celeste País He Leído.

De celeste país he leído,

Do se encuentra una hermosa ciudad

Cuyas calles benditas son de oro

Y de jaspe su muro eternal.

Al través de sus calles deslumhra De sus aguas de vida el cristal ;

Y aunque se habla de tanta excelencia No se ha dicho aún la mitad.

Coro. No se ha dicho aún la mitad. No se ha dicho aún la mitad. De aquella ciudad tan gloriosa No se ha dicho aún la mitad.

2

He léido de aquellas mansiones Que el Maestro nos fué a preparar,

Y los santos que aquí han sido fieles Allí van para siempre a gozar ; Donde muerte, dolor ni el pecado Ya no pueden hacer ningún mal :

Y aunque hablamos de tanta belleza No se ha dicho aún la mitad. Coro.

3

He léido de niveos vestidos

Y coronas que han de ostentar,

Los que han sido llamados del Padre

A gozar de su gloria eternal.

De los justos, por siempre benditos,

En sus calles de oro andarán.

De esta historia gloriosa y sublime

No se ha dicho aún la mitad. Coro.

4

He leído de un Cristo benigno Que al más vil pecador limpiará,

Y que paz y perdón le confiere Al que humilde y sincero a él va. He leído que él nos proteje

Si seguros queremos estar;

Y aunque tanta bondad se pregona, No se ha dicho aún la mitad. Coro.

320. Cuando Allá Se Pase Lista.

Cuando la trompeta suene En aquel día final,

Y que el alba eterna rompa en clari-

dad ;

Cuando las naciones salvas

128

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

A su patria lleguen ya,

Y que sea pasada lista, allí he de

estar.

Coro. Cuando allá se pase lista, Cuando allá se pase lista, Cuando allá se pase lista, Cuando allá se pase lista, allí he de estar.

2

En aquel día sin nieblas En que muerte ya no habrá,

Y su gloria el Salvador impartirá; Cuando los llamados entren

A su celestial hogar,

Y que sea pasada lista, allí he de

estar. Coro.

3

Trabajemos por el Maestro Desde el alba al vislumbrar ; Siempre hablemos de su amor y fiel

bondad, Cuando todo aquí fenezca

Y nuestra obra cese ya,

Y que sea pasada lista, allí he de

estar. Coro.

(Tr.) J. J. Mercado.

321. Llegaremos al Hogar.

Llegaremos al hogar Que Jesús preparó, Donde irán a descansar Los que aquí redimió. Llamaremos sin temor Y a la puerta él estará; Con ternura y con amor Bienvenida dará.

3R0. ¡Un hogar Dios nos da,

Y en su seno el alma fiel Sin temor vivirá!

2

Vuestro hogar aquí no está, Cuanto veis en redor, A la nada volverá A la voz del Señor. Este mundo de maldad Con su fausto y su placer. Con su orgullo y vanidad. Lo veréis perecer. Coro. 3

No lloréis por el que fué Con Jesús a vivir, Esperad teniendo fe. Pronto a él vais a ir. Junto al trono de Jesús A los vuestros hallaréis,

Y viviendo en gracia y luz Nunca "adiós" les diréis! Coro.

(Tr.) Vicente Mendoza.

322. Hay un Feliz Edén.

Hay un feliz Edén Lejos de aquí, Y goza sumo bien El justo allí. El canta con fervor: ' ' Digno eres ¡ oh ! Señor, De gloria y de honor: Loor a ti."

2

Marchad a aquel lugar.

Partid de aquí ;

Un bello y dulce hogar

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 129

Tendréis allí. ¡ Oh cuán feliz seré Cuando a tii lado esté, Bendito viviré Morando en ti.

3

Eterno resplandor Fulgura allí: Eterno es el amor Del Padre a mí. Corramos pues allá ; Bello es aquel hogar, Eterna luz sin par Se mira allí.

323. ¡ Jerusalem, Hogar Feliz I

¡ Jerusalem, hogar feliz! Sagrado para mí; ]\Iis penas ¿cuándo cambiaré Por gozo V paz, en ti ? 2

Y ¿cuándo, ¡oh casa de mi Dios! Tus atrios pisaré?

Y ¿cuándo allí ¡oh Salvador! Tu gloria cantaré?

3

Allí prcfetas miles hay Que adoran a Jesús; Apóstoles y justos, ya Disfrutan de su luz. ■i

Y yo también muy pronto iré ]\Ii arpa allí a tocar;

La gracia de mi amado Rey Con ellos a alabar.

5

Jerusalem, hogar feliz Morada para mí, ]\lis penas todas cambiarán En gozo V paz en ti.

(Tr.) S. Pascoe.

324. ¡Oh Nuestro Padre, Nuestro

Dios!

¡ Oh nuestro Padre, nuestro Dios !

Que guías al mortal,

El año nuevo nuestra voz

Te viene a consagrar.

2

El cielo, el orbe, el hombre están Diciendo tu poder: La vida, el tiempo pasarán Según sea tu placer.

3

Venímoste hoy a prometer En tu servicio ardor, Un nuevo corazón, y un sér Celoso de tu amor.

•i

Demuéstranos la vanidad De cuanto existe aquí; Grandezas, bienes, potestad, Perecerán al fin.

325. ¡Dios Eterno! en Tu Presen-

CiA.

i Dios eterno I en tu presencia Nuestros siglos horas son, Y un segundo la existencia De la actual generación.

130

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

^las el hombre que a tu lado Quiere ya volar con fe, En su curso prolongado Lento el tiempo siempre ve.

2

Otro año lia fenecido Que la vida ya acortó.

Y el descanso apetecido Poco más se aproximó. Gracias mil por tus mercedes Hoy tu Iglesia, Dios, te da,

Y pues todo lo puedes, Tu poder nos sostendrá.

3

proteges las familias

Visitando cada hogar.

¡ Oh Señor ! si nos auxilias

l Qué nos puede aquí faltar ?

Por doquier que te ame el hombre

Y te sirva haciendo el bien, Haz que sea tu santo nombre Ensalzado siempre ¡Amén!

J, B, Cabrera.

326. Fin del Año.

Es solemne este momento; Ya espirando el año está: 11 :Raudo como el pensamiento Lo que resta pasará. :||

2

Débil soplo es la existencia, Breve, efímera cual flor; II :Y tan sólo tiene ciencia Quien da al tiempo su valor. :1|

3

Nombre, fama, imperio, gloria. . . . Nada humano queda en pie: II :Sólo dura la victoria Que se alcanza po^r la fe. :¡1 4

¡ Necio el hombre que hallar quiere Paz y bien del mundo en pos ! II :iHay del mísero que muere Sin hallar su paz en Dios!:|| 5

Por Jesús es bienvenida La insondable eternidad. II ¡Sólo allí la vida es vida. Esperad, velad y orad. :¡|

J. B, Cabrera.

327. Dios Eterno, Clemente, Benigno.

Dios eterno, clemente, benigno; Sér Supremo, divino Hacedor : que al mundo has amado al ex- tremo

De mandar a Jesús Eedentor; A tu trono glorioso acudimos Esperando nos quieras oir, A pedirte bendigas las obras Que en tu nombre se hicieren aquí. 2

Que esta casa, que a ti te ofrecemos Con ferviente cariño filial. La destines por siempre al trabajo De enseñar tu infinita verdad. Que la santa y divina Escritura Reverbere su espléndida luz,

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

131

En las vidas de los que acudieren A esta casa a aprender la virtud. 3

Que el que sufre dolencias del alma Halle bálsamo en ella; tu amor,

Y al que llore y no encuentre con-

suelo

Torne en gozo su grande aflicción. Que podamos ver fruto en la obra En millares que acudan a ti,

Y con ello este pueblo contemple Paz, justicia, y progreso sin fin.

328. Del Trono Santo en Derredor.

Del trono santo en derredor Niñitos mil están. Que rescatados del Señor Las gracias ya le dan,

Coro. Cantan: ''¡Gloria, gloria, Aleluva al Santo Dios!"

2

. ¿ Cómo es que al mundo superior, A aquella Sión sin par, En donde todo es paz y amor. Pudieron va llegar? Coro. 3

Es que el Señor su sangre dio, En precio de expiación; Con ella los purificó Por grande compasión. Coro. 4

Buscaron ellos a Jesús, Su nombre amando aquí;

Mas hoy están en clara luz, Su rostro viendo allí. Coro. 5

Ropaje blanco de esplendor Reviste cada cual; Están allí con el Señor, En dicha sin igual. Coro.

(Tr.) Sra. A. H. Shepherd.

329. . . ¡ Oh ! Jóvenes, Venid.

¡ Oh ! jóvenes, venid, su brillante pa- bellón

Cristo ha desplegado ante la nación. A todos en sus filas os quiere recibir, Y con él a la pelea os hará salir.

Coro. ¡Vamos a Jesús, alistados sin temor.

Vamos a la lid, inflamados de valor ! Jóvenes, luchemos todos contra el mal :

En Jesús llevamos nuestro General. 2

¡Oh! jóvenes, venid, el Caudillo Sal- vador,

Quiere recibiros en su derredor; Con él a la batalla salid sin vacilar. Vamos pronto, compañeros, vamos a luchar. Coro.

3

Las armas invencibles del Jefe guia- dor.

Son el evangelio y su grande amor; Con ellas revestidos, y llenos de poder. Compañeros, acudamos, vamos a ven- cer.— Coro.

132

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

4

Los fieros enemigos, engendros de Satán,

Se hallan sostenidos por su capitán; i Oh ! jóvenes, vosotros poneos sin temor

A la diestra del Caudillo, nuestro Sal- vador.— Coro.

5

Quien venga a la pelea, su voz escu- chará ;

Cristo la victoria le concederá; Salgamos, compañeros, luchemos bien por él;

Con Jesús conquistaremos inmortal laurel. Coro.

330. i Oh Cristo Mío !

¡ Oh Cristo mío ! Eres mi amigo fiel, Seguro amparo Sólo en ti tendré. En mis aflicciones, Buen Jesús, iré a ti Y consuelo y dicha Me darás a mí.

Coro. Cristo, ven más cerca, Dame gozo, paz, perdón, Cerca, sí, más cerca De mi corazón.

2

Cuando en la noche Vea yo estrellas mil Tu voz divina

Pueda mi alma oir. Haz que yo medite En tu tierno y dulce amor

Y que así te alabe Lleno de fervor. Coro.

3

Cuando esta vida Tenga yo que abandonar. Corona hermosa me ceñirás;

Y con dulce canto Tu bondad alabaré

Y en tu santa gloria Siempre moraré. Coro.

(Tr.) Isabel P. Balderas.

331. Dios Me :\Iira.

Aunque soy pequeñuelo, Me mira el santo Dios, El oye desde el cielo Mi humilde y tierna voz. 2

]\Ie de su alto asiento, Mi nombre sabe, sí,

Y cuanto pienso y siento Conoce desde allí.

3

El mira a cada instante Lo que hago, bien o mal. Pues todo está delante De su ojo paternal.

332. Cuando Leo en la Biblia.

Cuando leo en la Biblia, cómo llama Jesús,

Y bendice a los niños con amor.

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO 133

Yo también quisiera estar,

Y con ellos descansar

En los brazos del tierno Salvador. 2

Yer quisiera sus manos sobre re- posar,

Cariñosos abrazos de él sentir, Sus miradas disfrutar, Las palabras escuchar: "A los niños dejad a mi venir." 3

Mas aún a su estrado en oración puedo

Y también de su amor participar; Pues si aquí buscarle sé,

Le veré y le escucharé En el reino que él fué a preparar. 4

Los que son redimidos y salvados por

él,

Al Cordero celebran inmortal. Allí voces mil y mil Se oyen del coro infantil. Porque es de ellos el reino celestial. 5

¡ Cuántos hay que no saben de esa bella mansión,

Y no quieren a Cristo recibir! Les quisiera yo mostrar

Que para ellos hay lugar

En el cielo do los convida a ir.

6

Yo espero aquel día venturoso sin fin,

El más grande, el más lúcido, el mejor,

Cuando de cualquier nación

Niños mil sin distinción

A los brazos acudan del Señor.

S. Cruellas. (Tr.)

333. Jesús de los Cielos.

Jesiis de los cielos Al mundo bajó. En busca de joyas Que amante compró.

Coro. Los niños salvados Serán como el sol, Brillando en la gloria Del Rey Salvador. 2

Angustias y muerte, Y horrible aflicción Costaron las joyas Que amante compró. Coro. 3

Su hermosa diadema De eterno esplendor, La adornan las joyas Que amante compró. Coro. 4

Los niños y niñas Que van al Señor, Son todos, las joyas Que amante compró. Coro. 5

Venid, pues, alegres Al buen Redentor; El quiere las joyas Que amante compró. Coro.

.1. B. Cal)rera.

134

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

334. ¿Quién Seguirle Quiere?

¿Quién a Cristo quiere De hoy en más seguir, Su pendón alzando, Yendo a combatir? ¿ Quién la quiere humilde Siempre aquí servir, Siempre obedecerle, Darle su existir?

Coro. ¿Quién seguirle quiere? ¿Quién responderá Al buen Redentor: "Heme aquí, yo iré?" ¿Quién doquier que fuere Tras su huella irá? ¿Quién dirá al Señor: *'Yo te seguiré?" 2

¿Quién seguirle quiere Con profundo amor, Dándole la gloria. Dándole el honor. De su noble causa Siendo defensor,

Y en su santa viña Fiel trabajador? Coro.

3

¿Quién seg-uirle quiere Sin vacilación, A su seno huyendo De la tentación, Sin dudar confiando En su protección,

Y gozando siempre

De su bendición? Coro.

(Tr.) J. S. Paz.

335. Soldados de Cristo.

Soldados de Cristo que estáis en la lid.

Luchad sin desmayo, pelead con valor,

Seguid adelante y luchando decid: ¡ Rendios a Cristo, él es el Señor !

Coro. Oh jóvenes, niños, y ancianos marchad.

Llevando en las manos las armas de luz;

Las almas perdidas con celo buscad Y presto llevadlas a Cristo Jesús. 2

Pelead ¡ oh Cristianos ! la causa es de Dios,

Seguid adelante, luchad por Jesús, Sed siempre valientes y alzad vuestra voz

Diciendo, que Cristo murió en una cruz. Coro.

3

La aurora se acerca del día final En que han de premiarse la fe y el valor.

Entonces Jesús galardón celestial Dará a los que al mundo anunciaron su amor. Coro.

E. Martínez Garza.

336. Huestes Redentoras.

Huestes redentoras. Nunca desmayéis. Si marcháis resueltas Triunfos hallaréis. Vuestra causa es noble,

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

135

Vuestro Rey es Dios, ¡Animo, soldados! Oigase la voz:

Coro. ''Cristo vino al mundo Sólo a redimir A los que en pecado Iban a morir." 2

Huestes de cristianos Hoy debéis salir, En las filas santas Id a combatir: Si la lucha es ruda. No hay por qué temer,

Y peleando siempre Oigase doquier : Coro.

3

Huestes victoriosas, Cristo os luchar. No debéis por tanto Vuestra lid dejar; Renovad la lucha. Triunfos adquirid,

Y con vuestro Jefe Victoriosos id. Coro.

E. Martínez Garza.

337. A Dios Debí el Nacer.

A Dios bondoso debí el nacer, El me dio padres para mi bien; Me da alimento, templa mi sed, ¡Buenos seamos! que Dios nos ve. 2

Dios hizo el cielo con su poder. Hizo la tierra y el mar también ;

Los astros todos brillan por El, ¡ Buenos seamos ! que Dios nos ve. 3

Si el desvalido pide merced, Si al triste aflige suerte cruel. Ese que llora tu hermano es, ¡ Buenos seamos ! que Dios nos ve. 4

No al malo envidies, aunque tal vez, Impune ostente gloria y poder. Que allá en los cielos vive otro juez, ¡ Buenos seamos ! que Dios nos ve.

338. Tiernas Canciones Alzad al Señor.

Tiernas canciones alzad al Señor, Himnos que lleven del alma la fe

Y hablen muy alto del férvido amor Que hay en el pecho del hombre que

cree.

Vengan trayendo ferviente canción Niños y ancianos de Dios al altar. Traigan a él su corazón, Unico don que podrá aceptar.

Coro. ¡ Cielo y tierra canten al

Señor de las naciones, Cielo y tierra canten al Señor de las

naciones,

Y los hombres todos, con alegres cora-

zones,

Sirvan al Señor que vida y paz siempre les da!

2

El es la fuente de toda bondad. Es de la vida la luz y el calor.

136 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Sólo él nos libra de cruel ansiedad Sólo él aleja del alma el dolor; Digno es, por tanto, que el hombre le

Gloria y honor que resuenen doquier. Vamos a él llenos de fe, Nos salvará con su gran poder. Coro.

Vicente Mendoza.

339. Anhelo.

Cual canto materno, ¡ Oh buen Salvador ! Que sume a los niños En dulce sopor. Tu voz amorosa Arrulle Señor, ]\Ii tímida alma Con himnos de amor. 2

Cual vela marina Que asoma en el mar, Y al náufrago triste Acude a salvar, Así, Dueño mió, Vén tu sin tardar, De muerte y pecado Mi alma a librar. 3

Postrado te adoro. Mi Dios y Señor, Al ver que me llamas Henchido de amor; Por padeciste La muerte de cruz,

Por derramaste Tu sangre, Jesús. 4

Sedienta mi alma Suspira por ti. Pues sólo contigo Desea vivir; Invoco en la muerte Tu ayuda y sostén, Y espero en la gloria Vivir a tus pies.

340. Sed Bienvenidos.

Sean todos bienvenidos En el dia del Señor

Y en la escuela reunidos Por la misma fe y amor. Cristo a los corazones Plenitud de bendiciones.

2

No hay aquí pueril recreo. Ni es un frivolo solaz; Arde en todos el deseo De crecer en gracia y paz:

Y a tan santa y noble cita Es Jesús quien nos invita.

3

De su amor la tierna historia Nos presenta la lección. Que atesora la memoria

Y acaricia el corazón:

Y benévolo, en pro nuestro. Cristo mismo es el maestro.

4

El nos habla y aprendemos Lo que obró por nuestro bien ;

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

137

El nos dice que tenemos En su amor firme sostén,

Y que de los pequeñuelos Es el reino de los cielos.

5

Y nosotros le adoramos, Confesándole Señor;

Y a su nombre tributamos Toda gloria, prez y honor, Cual primicias de alabanza. En la eterna bienandanza.

J. B. Cabrera.

341. Cantar Nos Gusta Unidos.

Cantar nos gusta unidos Acordes y a una voz, A nuestro eterno Padre

Y a su Hijo el Salvador.

¡ Cuán bueno es cantar juntos ! ¡ Cuán bueno loar a Dios !

2

Orar nos gusta unidos

Con santa devoción

A Cristo que nos haga

Aceptos en su amor.

¡ Cuán bueno es orar juntos!

¡ Cuán bueno loar a Dios !

3

Leer nos gusta unidos

La fiel Revelación,

Que alumbra nuestros pasos

Con claro resplandor.

i Cuán bueno es leer juntos !

i Cuán bueno loar a Dios !

4

Estar nos gusta unidos

En fe y adoración,

Gozando las delicias

Del día del Señor.

i Cuán bueno es estar juntos !

¡ Cuán bueno loar a Dios !

J. B. Cabrera.

342. Cristo Bendito.

Cristo bendito, Yo, pobre niño, Por tu cariño Me llego a ti; Para rogarte Humildemente Tengas clemente Piedad de mí.

2

Quiero a tus plantas Con alegría Sentarme un día Donde estás. ¡ Oh Cristo mío ! Quiero buscarte. Anhelo amarte Cada vez más.

343. ¡ Cuán Amable es Sión !

¡ Cuán amable es Sión !

i Cuán amable es Sión !

¡ Cuán amable es Sión !

j Ciudad de nuestro Dios !

II :Paz y alegría, :||

¡Paz y alegría moren en ti!

II :Paz y alegría, :||

¡ Paz y alegría moren en ti !

138

EL NUEVO IIIMNARIO EVANGELICO

344. Te Loamos, Te Glorificamos.

Te loamos, te glorificamos, Te confesamos, eterno Dios y Padre. Toda la tierra con temor sagrado Siempre te adora. Y los cielos y los querubines Todos te ensalzan con voces inter- minables ; Rey de los cielos Las eternas huestes Siempre te dicen:

Coro. Santo, Santo, Santo Señor en- salzado.

Dios fortísimo, tu magestad y gloria Llenan los cielos y te muestras adorado Sobre la tierra. Amén.

345. ¡Oh Redentor! Tu Voz.

¡ Oh Redentor ! tu voz Cual trueno sonará, Y del pecado el yugo atroz El alma depondrá.

2

No me deseches. Dios, Escucha mi clamor; Haz que yo venza la maldad Del fiero tentador.

3

Jamás me rendiré. Si me das poder, Con el escudo de la fe Sus fuerzas a vencer.

4

Acudo a ti, Señor, En mi debilidad; eres fuerte y tu poder Es mi seguridad.

346. ÉL ES EL Rey de Gloria.

Alzad ¡oh puertas! vuestras cabezas, y alzáos vosotras, puertas eternas ;

II :Y entrará el Rey de gloria. :|| ' ¿Quién es este Rey de gloria? II :Jehová el fuerte, el valiente, :|| Jehová el valiente en batalla ; II : Jehová de los ejércitos, :|| II :É1 es el Rey de gloria. :||

347. ¡ Hosanna !

¡Hozanna! ¡hozanna! ¡hozanna! En cielo y tierra es del Señor La gloria y potestad ;

Y nos circunda con su amor La excelsa Trinidad. Alzad pues himnos de loor. Que es grato al sumo Bién,

Y a Dios rindamos todo honor Ahora y siempre, Amén.

A Dios rindamos todo honor. Todo honor, todo honor! A Dios rindamos todo honor Ahora y siempre. Amén.

EL NUEVO HIMXAEIO EVANGELICO

139

348. Jehová es ^Ii Pastor.

Jehová es mi Pastor; nada me ' fal- ta- | ; | ¡ eu lugares de delicados pastos me hará yacer; junto a aguas de reposo me pas- , torea- I rá.

2

Confortará mi alma ; guiaráme por sendas de justicia por amor de su i nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundi- | rán a- | liento.

3

Aderezarás mesa delante de en presencia de mis angustiadores; ungiste mi cabeza con aceite; mi copa está | rebo- | sando. | , Cier- tamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi

vida, y en la casa de Jehová moraré e- | terna- | mente. || A- ! mén.

349. La Oracióx Dominical.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado \ sea tu | nombre; || venga tu reino; hágase tu volun- tad así en la tierra ¡ como | en el cielo.

2

Dános hoy nuestro pan | coti- | diano: || y perdónanos nuestras deudas; así como nosotros per- donamos a I nuestros | deu- | dores.

Y no nos dejes caer en tentación, mas libra- I nos del | mal: || porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por | siempre ja- | más. A- I mén.

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LECTURAS ANTIFONALES

LECTURA Núm. i.

Proverbios: 3:1-35.

Hijo mío. lio te olvides de mi ley; y tu corazón guarde mis mandamientos :

Porque longura de días, y años de vida, y paz te aumentarán.

Misericordia, y verdad no te desam- paren : átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón;

Y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios, y de los hombres.

Fíate de Jehová de todo tu corazón; y no estribes en tu prudencia.

Reconócele en todos sus caminos; y él enderezará tus veredas.

Xo seas sabio en tu opinión ; teme a Jehová, y apártate del mal :

Porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.

Honra a Jehová de tu sustancia; y de las primicias de todos tus frutos;

Y serán llenos tus alfolíes de hartura; y tus lagares reventarán de mosto.

Xo deseches, hijo mío, el castigo de Jehová: ni te fatigues de su corrección:

Porque Jehová al que ama, y quiere, como el padre al hijo, a ese castiga.

Bienaventurado el hombre que halló la sabiduría ; y que saca a luz la üiteligencia.

Porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata; y sus frutos, más que oro fino.

Más preciosa es que las piedras pre- ciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.

Longura de días trae en su mano de- recha: en su izquierda, riquezas y honra.

Sus caminos son caminos deleitosos; y todas sus veredas, paz.

Esta es el árbol de vida a los que asen de ella; y los que la sustentan, son bienaventurados.

Jehová con sabiduría fundó la tierra: afirmó los cielos con inteligencia.

Con su ciencia se partieron los abis- mos; y los cielos destilan el rocío.

Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos: guarda la ley, y el consejo;

Y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello.

Entonces caminarás por tu camino con- fiadamente; y tu pie no tropezará.

Cuando te acostares, no habrás temor; y acostarte has, y tu sueño será suave.

142 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

No habrás temor del pavor repentino, ni de la ruina de los impíos, cuando vi- niere.

Porque Jehová será tu confianza; y él guardará tu pie, porque no seas tomado.

No detengas el bien de sus dueños, cuando tuvieses poder para hecerlo.

No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo.

No pienses mal contra tu prójimo, es- tando él confiado de ti.

No pleitees con alguno sin razón, si él no te ha malgalardonado.

No tengas envidia al hombre injusto: ni escojas alguno de sus caminos:

Porque el perverso es abominado de Jehová; y con los rectos es su secreto.

Maldición de Jehová está en la casa del impío; mas a la morada de los justos bendecirá.

Ciertamente él escarnecerá a los es- carnecedores; y a los humildes dará gracia.

Los sabios heredarán la honra; y los insensatos sostendrán deshonra.

LECTURA Núm. 2.

Proverbios 23.

Cuando te asentares a comer con al- gún señor, considera bien lo que estu- viere delante de ti:

Y pon cuchillo a tu garganta, si tienes grande apetito.

No codicies sus manjares delicados; porque es pan engañoso.

No trabajes para ser rico: déjate de tu cuidado.

¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas"? porque hacerse han alas, como alas de águila; y volarán al cielo.

No comas pan de hombre de mal ojo; ni codicies sus manjares.

Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él. Decirte ha, come, y bebe : mas su corazón no está contigo.

¿Comiste tu parte? vomitarla has; y perdiste tus suaves palabras.

No hables en las orejas del insensato; porque menospreciará la prudencia de tus razones.

No traspases el término antiguo, ni entres en la heredad de los huérfanos:

Porque el defensor de ellos es el Fuerte : el cual juzgará la causa de ellos contra ti.

Aplica al castigo tu corazón; y tus orejas a las hablas de sabiduría.

¿No detengas el castigo del muchacho; porque si le hirieres con vara, no morirá.

le herirás con vara, y librarás su alma del infierno.

Hijo mío, si sabio fuere tu corazón, también a se me alegrará el corazón.

Mis entrañas también se alegrarán, cuando tus labios hablaren cosas rectas.

No tenga envidia de los pecadores tu corazón; antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo:

LECTURAS ANTIFONALES

143

Porque ciertamente hay fin; y tu es- peranza no será cortada.

Oye tú, hijo mío, y sabio, y ende- reza al camino tu corazón.

No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne:

Porque el bebedor y el comilón em- pobrecerán; y el sueño hará vestir ves- tidos rotos.

Oye a tu padre, aquel que te engen- dró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

Compra la verdad, y no la vendas: la sabiduría, el enseñamiento, y la inte- ligencia.

Alegrando se alegrará el padre del jus- to: y el que engendró sabio, se regoci- jará con él.

Alégrese tu padre y tu madre, y rego- cíjese la que te engendró.

Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos:

Porque sima profunda es la ramera, y pozo angosto la extraña.

También ella, como robador, asecha; y multiplica entre los hombres los pre- varicadores.

¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿ para quién las rencillas? ¿paia quién las quejas? ¿para quién las heri- das de balde? ¿para quién los cardena- les de los ojos?

Para los que se detienen junto al vino: para los que van buscando la mistura.

Xo mires al vino como es bermejo, como resplandezca su color en el vaso, como se entra suavemente.

A su fin morderá como serpiente; y como basilisco dará dolor.

Tus ojos mirarán las extrañas; y tu corazón hablará perversidades.

Y serás como el que yace en medio de la mar; y como el que yace en cabo del mastelero.

Y dirás, hiriéronme, mas no me dolió; azotáronme, mas no lo sentí : cuando despertare, aún lo tornaré a buscar.

LECTURA Núm. 3.

Eclesiastés 11:9, 10; 12:1-8, 13, 14.

Alégrate mancebo en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y camina en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos: mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios en juicio.

Quita pues el enojo de tu corazón, y aparta de tu carne el mal; porque la mo- cedad y la juventud vanidad es.

Y ten memoria de tu Criador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos con- tentamiento.

Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna, y las estrellas; y las nubes se tornen tras la lluvia:

Cuando temblarán las guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuer- tes, y cesarán las nmelas, y se disminuí-

lU EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

rán; y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

Y las puertas de afuera se cerrarán por la bajeza de la voz de la muela; y se levantará a la voz del ave, y todas las hijas de canción serán humilladas:

Cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florece- rá el almendro, y cargarse ha la langos- ta, y perderse ha el apetito; porque el hombre va a la casa de su siglo, y lo^ endechadores por la plaza andarán en derredor.

Antes que la cadena de plata se quie- bre, y se rompa la lenteja de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rompida sobre el pozo ;

Y el polvo se torne a la tierra, como era antes, y el espíritu se vuelva a Dios, que le dio.

Vanidad de vanidades, dijo el Predi- cador, todo vanidad.

El fin de todo el sermón es oído : teme a Dios, y guarda sus mandamientos, por- que esto es el todo del hombre.

Porque Dios traerá toda obra en jui- cio, el cual se hará sobre toda cosa ocul- ta, buena, o mala.

LECTURA Núm. 4.

Isaías 55 y 35.

O, todos los sedientos, venid a las ag-uas; y los que no tienen dinero, ve- nid, comprad, y comed; venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche.

¿Por qué gastáis el dinero no en pan,

y vuestro trabajo en no por hartura? Oídme oyendo, y coméd del bien, y de- leitarse ha vuestra alma con grosura.

Abajad vuestras orejas, y venid a mi: oíd, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros concierto eterno, las miseri- cordias firmes a David.

He aquí que yo le di por testigo a pueblos, por capitán, y por maestro á pueblos.

He aquí que a nación que no cono- ciste, llamarás ; y naciones que no te co- nocieron, correrán a ti, por causa de Jehová tu DioS) y del Santo de Israel que te ha honrado.

Buscad a Jehová, mientras se halla: llamadle, entre tanto que está cercano.

Deje el impío su camino, y el varón inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será grande ¡Dará perdonar.

Porque mis pensamientos no son co- mo vuestros pensamientos, ni vuestros caminos como mis caminos, dijo Jehová.

Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que \'uestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, mas harta la tierra, y la hace engendrar, y producir, y da simiente al que siem- bra, y pan al que come:

Así será mi palabra que sale de mi bo- ca : no volverá a vacía, mas hará lo

LECTURAS ANTIFONALES

145

que yo quiero, y será prosperada en iKiiiello para que la envié.

Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos: los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo os aplau- dirán con las manos.

En lugar de la zarza crecerá haya; y en lugar de la ortiga crecerá arraj'áu ; y será a Jehová por nombre, por señal eterna, que nunca será raída.

Alegrarse han el desierto y la soledad: el yermo se gozará, y florecerá como lirio.

Floreciendo florecerá, y también con gozo se alegrará, y cantará: honra del Líbano le será dada, hermosura de Car- melo, y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nues- tro.

Confortad a las manos cansadas: es- forzad las rodillas que titubean.

Decid a los medrosos de corazón : Con- fortaos, no temáis: he aquí que vuestro Dios viene con veng-anza, con pago, el mismo Dios vendrá, y os salvará.

Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.

Entonces el cojo saltará como un cier- vo, y la lengua del mudo cantará; por- que aguas serán cavadas en el desierto, y arroyos en la soledad.

El lugar seco será tomado en estan- que, y el secadal en manaderos de aguas:

en la habitación de dragones, en su ca- ma, será lugar de cañas y de juncos.

Y habrá allí calzada y camino, y lla- marse ha, Camino de santidad: no pa- sará por él hombre inmundo ; y habrá para ellos en él quien vaya camino, de tal manera que los msensatos no yerren.

No habrá allí león, ni bestia fiera su- birá por él, ni se hallará ahí: para que caminen los redimidos.

Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo per- petuo será sobre sus cabezas; y reten- drán al gozo y a la alegría, y huirá tris- teza y gemido.

LECTURA Núm. 5.

Isaías: 52, 13:15:53.

He aquí que mi siervo será prosperado, y será engrandecido, y será ensalzado, y será muy sublimado.

Como te abominaron muchos, en tan- ta manera fué desfigurado de los hom- bres su parecer; y su hermosura, de los hijos de los hombres:

Así salpicará muchas naciones: los re- yes cerrarán sobre él sus bocas: porque verán lo que nunca les fué contado; y entenderán lo que nunca oyeron.

¿Quién creyó a nuestro dicho? ¿Y el brazo de Jehová, sobre quién se ha ma- nifestado.?

Y subirá, como renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca. No hay pa- recer en él, ni hermosura: le veremos, y sin parecer, tanto que le deseemos.

Despreciado, y desechado entre los

146

EL NUEVO HIMNAEIO EVANGELICO

hombres, varón de dolores, experimen- tado en flaqueza; y como que escondi- mos de él el rostro: menospreciado, y no le estimamos.

Ciertamente nuestras enfermedades él las llevó, y él sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos a él por azotado, herido, y abatido de Dios.

Mas él herido fué por nuestras rebe- liones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.

Todos nosotros nos perdimos como ovejas, cada cual se apartó por su ca- mino : mas Jehová traspuso en él el pe- cado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al mata- dero; y como oveja delante de sus tras- quiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

De la cárcel, y del juicio fué quitado; y su generación, ¿quién la contará"? Por- que fué cortado de la tierra de los vi- vientes; por la rebelión de mi pueblo plaga a él.

Y puso con los impíos su sepultura, y su muerte con los ricos; aunque nunca él hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Con todo eso Jehová le quiso moler, sujetándole a enfermedad. Cuando hu- biere puesto su vida por expiación, verá linage, vivirá por largos días, y la vo- luntad de Jehová será prosperada en su mano.

Del trabajo de su alma verá, y se har-

tará. Y con su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos; y él llevará las iniquidades de ellos.

Por tanto yo le daré parte con los gTandes, y a los fuertes repartirá des- pojos; por cuanto derramó su vida a la muerte, y fué contado con los transgre- sores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

LECTURA Núm. 6.

Isaías 60.

Levántate, resplandece; que viene tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

Que he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos; y sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

Y andarán las naciones a tu lumbre, y los reyes al resplandor de tu sol.

Alza tus ojos en derredor, y mira, to- dos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas.

Entonces verás, y resplandecerás; y maravillarse ha, y ensancharse ha tu co- razón que se haya vuelto a ti la multitud de la mar, que la fortaleza de las naciones haya venido a ti.

Multitud de camellos te cubrirá, po- llinos de Madián, y de Efa: todos los de Sabá vendrán: oro e incienso traerán, y publicarán alabanzas de Jehová.

Todo el ganado de Cedar será juntado para ti: carneros de Xabaiot te serán servidos: serán ofrecidos con gracia so-

LECTURAS ANTIFONALES

147

bre mi altar; y la casa de mi gloria gio- rifícaré.

¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?

Porque a esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio: para traer tus hijos de lejos, su plata, y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

Y los hijos de los extranjeros edifica- rán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad habré de ti misericordia.

Tus puertas estarán de continuo abiertas, no se cerrarán de día ni de noche : para que fortaleza de naciones sea traída a ti, y sus reyes guiando.

Porque la nación, o el reino que no te sirviere, perecerá; y asolando serán asoladas.

La gloria del Líbano vendrá a ti, hayas, pinos, y bojes juntamente, para honrar el lugar de mi santuario, y honraré el lugar de mis pies.

Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían; y llamarte han: Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.

En lugar de que has sido desechada y aborrecida, y que no había quien pasase por ti, ponerte he en gloria perpetua, en gozo de generación y generación.

Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y cono-

cerás que yo soy Jehová el Salvador tu- yo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Por el metal traeré oro, y por el hie- rro plata, y por la madera metal, y por las piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus exactores.

Nunca más se oirá en tu tierra vio- lencia, destrucción y quebrantamiento en tus términos; mas a tus muros llamarás salud; y a tus puertas alabanza.

El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará: mas serte ha Jehová por luz perpetua, y por tu gloria, el Dios tuyo.

No se pondrá jamás tu sol, ni tu luna menguará; porque te será Jehová por perpetua luz, y los días de tu luto serán acabados.

Y tu pueblo, todos ellos, serán justos; para siempre heredarán la tierra : serán renuevos de mi plantación, obra de mis manos, para glorificarme.

El pequeño será por mil, el menor, por nación fuerte. Yo Jehová a su tiempo haré que esto sea presto.

LECTURA Núm. 7.

Isaias 61.

El Espíritu del Señor Jehová es sobre ; porque me ungió Jehová : envióme a predicar a los abatidos : a atar las llagas de los quebrantados de corazón, a publi- car libertad a los cautivos, y a los jiresos abertura de la cárcel:

A publicar año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios

148

EL NUEVO HIMNAMO EVANGELICO

nuestro: a consolar a todos los enlu- tados:

A ordenar a Sien a los enlutados, para darles gloria en lugar de la ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de ale- gría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plan- tación de Jehová, para glorificarme.

Y edificarán los desiertos antiguos, y levantarán los asolamientos primeros; y restaurarán las ciudades asoladas, los asolamientos de muchas generaciones.

Y estarán extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas; y los extraños serán vuestros labradores, y vuestros viñeros.

Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová; ministros del Dios nuestro seréis dichos: comeréis la fuerza de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.

En lugar de vuestra vergüenza doble ; y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades: por lo cual en sus tierras poseerán doblado, y habrán gozo per- petuo.

Porque yo Jehová soy amador del de- recho, aborrecedor del latrocinio para holocausto: que confirmaré en verdad su obra, y haré con ellos concierto perpetuo.

Y la simiente de ellos será conocida en- tre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos: todos los que los vieren, los conocerán, que son simiente bendita de Jehová.

Gozando me gozaré en Jehová mi al- ma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, me cercó de

manto de justicia: como a novio me ata- vió, y como a novia compuesta de sus joyas.

Porque como la tierra produce su re- nuevo, y como el huerto hace brotar su simiente; así el Señor Jehová hará bro- tar justicia y alabanza, delante de todas las naciones.

LECTURA Núm. 8.

Malaquías 3:1-18.

He aquí que yo envío mi mensajero, el cual barrerá el camino delante de mí; y luego vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis: y el mensajero del concierto a quien vosotros deseáis: He aquí que viene, dijo Jehová de los ejércitos.

¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? ¿o, quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él será como fuego purgante, y como jabón de lavadores.

Y asentarse ha para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví : afinarlos ha como a oro, y como a plata, y ofrecerán a Jehová presente con justicia.

Y será suave a Jehová el presente de Judá y de Jerusalem como en los días pasados, y como en los años antiguos.

Y llegarmfe he a vosotros a juicio, y seré testigo apresurado contra los he- chiceros, y adúlteros; y contra los que juran mentira y los que detienen el sa- lario del jornalero, de la viuda, y del huérfano; y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dijo Jehová de los ejércitos.

LECTURAS ANTIFONALES

1^9

Porque yo soy Jehová, no me he mu- dado; y vosotros, hijos de Jacob, no ha- béis sido consumidos.

Desde los días de vuestros ¡madres os habéis apartado de mis leyes, y nunca las guardasteis: Tornáos a mí, y yo me tornaré a vosotros, dijo Jehová de los ejércitos. Y dijisteis: ¿En qué hemos de tomar"?

¿Robará el hombre a Dios? Porque vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En los diez- mos y las ofrendas.

Malditos sois de maldición, que voso- tros me habéis robado : toda la nación.

Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dijo Jehová de los ejérci- tos, y veréis si yo no os abriré las ven- tanas de los cielos, y vaciaré sobre voso- tros bendición, hasta que no os quepa.

Y amenazaré por vosotros al trabador, y no os corromi^erá el fruto de la t.ien-a : ni la vid en el cani])© os abortará, dijo Jehová de los ejércitos.

Y todas las naciones os dirán: Biena- venturados; porque seréis tierra desea- ble, dijo Jehová de los ejércitos.

Vuestras palabras han prevalecido con- tra mí, dijo Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?

Habéis dicho: Por demás es servir a Dios: ¿y qué aprovecha, que guardemos su ley, y que andemos tristes delante de Jehová de los ejércitos?

Decimos pues ahora, que bienaventu-

rados los soberbios; y aun, que los que hacen impiedad son los prosperados; y más, los que tentaron a Dios escaparon.

Entonces los que temen a Jehová ha- blaron cada uno a su compañero. Y Je- hová escuchó, y oyó, y fué escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.

Y serán míos, dijo Jehová de los ejér- citos, en el día que 3-0 tengo de hacer tesoro, y perdonarles he, como el hom- bre que perdona a su hijo que le sirve.

Y convertiros heis, y haréis diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios, y el que no le sirvió.

LECTURA Núm. 9.

Salmos 1 }• 32.

Bienaventurado el varón que no an- duvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se asentó en silla de burladores.

Mas antes en la ley de Jehová es su voluntad: y en su ley meditará de día y de noche.

Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo: y su hoja no se marchita, y todo lo que hace, prosperará.

No así los malos: sino como el tamo, que lo lanza el viento.

Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la con- gregación de los justos.

Porque Jehová conoce el camino de

150

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

los justos: y el camino de los malos se perderá.

Bienaventurado el perdonado de rebe- lión, el encubierto de pecado.

Bienaventurado el hombre a quien no contará Jehová la iniquidad, ni hubiere en su espíritu engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemido todo el día.

Porque de día y de noche se agrava sobre tu mano, volvióse mi verdor en sequedades de verano. Selah.

Mi pecado te notifiqué: y no encubrí mi iniquidad. Dije: Yo confesaré contra mis rebeliones a Jehová; y per- donarás la maldad de mi pecado. Selah.

Por esto orará todo misericordioso a ti en el tiempo del hallar: ciertamente en la inundación de las muchas aguas, no llegarán a él.

eres mi escondedero, de la angustia me guardarás: con clamores de libertad me rodearás. Selah.

Hacerte he entender, y enseñarte he el camino en que andarás: sobre ti afirmaré mis ojos.

No seáis como el caballo, como el mu- lo, sin entendimiento : con cabestro y con freno su boca ha de ser cerrada para que no lleguen a ti.

Muchos dolores para el impío: y al que espera en Jehová misericordia le cercará.

Alegráos en Jehová, y gozáos, justos: y cantad, todos los rectos de corazón.

LECTURA Núm. lo.

Salmos 2 y 24.

¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?

Estarán los reyes de la tierra, y prín- | cipes consultarán en uno contra Jehová, y contra su ungido, diciendo:

Rompamos sus coyundas: y echemos de nosotros sus cuerdas.

El que mora en los cielos se reirá: el Señor se burlará de ellos.

Entonces hablará a ellos con su furor, y con su ira los conturbará.

Y yo te establecí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.

Yo recitaré el decreto. Jehová me | dijo: Mi hijo eres tú: yo te engendré ' hoy.

Demándame, y yo daré las gentes por tu heredad, y por tu posesión los cabos de la tierra.

Quebrantarlos has con vara de hierro : como vaso de ollero los desmenuzarás.

Y ahora, reyes, entended: admitid con- sejo, jueces de la tierra.

Servid a Jehová con temor: y alegráos con temblor.

Besad al hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino: cuando se en- cendiere un poco su furor, bienaventu- rados todos los que confían en él.

De Jehová es la tierra y su plenitud: el mundo, y los que en él habitan.

LECTURAS ANTIFONALES

151

Porque él la fundó sobre los mares: y sobre los ríos la afirmó.

¿Quién subirá al monte de Jeliová'? ¿y quién estará en el lugar de su san- tidad?

El limpio de manos, y limpio de co- razón: el que no tomó en vano mi alma, ni juró con engaño.

Recibirá bendición de Jehová: y jus- ticia del Dios de salud.

Esta es la generación de los que le buscan: de los que buscan tu rostro, es a saber, Jacob. Selah.

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y en- trará el Rey de gloria.

¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte, valiente: Jehová, el valiente en batalla.

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzáos vosotras, puertas eternas, y en- trará el Rey de gloria.

¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, él es el Rey de gloria. Selah.

LECTURA Núm. ii.

Salmos 8 y 15.

Oh Jehová, Señor nuestro, I cuán grande es tu nombre en toda la tierra ! que has puesto tu alabanza sobre los cielos.

De la boca de los chiquitos, y de los que maman, fundaste la fortaleza a cau- sa de tus enemigos: para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.

Cuando veo tus cielos, obra de tus de- dos, la luna, y las estrellas que com- pusiste.

¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria? ¿y el hijo del hombre, para que le visites?

Y le hiciste poco menor que los án- geles, y le coronaste de gloria y de her- mosura.

Hicístele enseñorear de las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies.

Ovejas, y bueyes, todo ello : y asimismo las bestias del campo.

Las aves de los cielos, y los peces de la mar: lo que pasa por los caminos de la mar.

Olí Jehová, Señor nuestro, I cuán gran- de es tu nombre en toda la tierra!

Jehová, ¿quién habitará en tu taber- náculo? ¿quién residirá en el monte de tu santidad?

El que anda en integridad, y obra jus- ticia, y habla verdad en su corazón:

El que no revolvió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni levantó ver- güenza contra su cercano.

En sus ojos es menospreciado el vil, y a los que temen a Jehová, honra: juró en daño suyo, y no mudó.

Su dinero no dió a usura, ni tomó cohecho contra el inocente. El que ha- ce estas cosas, no resbalará jamás.

152

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

LECTURA Núm. 12.

Salmo 16.

Guárdame, oh Dios : porque en ti he confiado.

Dijiste, oh alma mía, a Jehová: eres, Señor; mi bien no viene a ti:

A los santos que están en la tierra, y a los fuertes, toda mi voluntad en ellos.

Multiplicarán sus dolores de los que se apresuraren tras otro dios; no derra- maré sus derramaduras de sangre, ni tomaré sus nombres en mis labios.

Jehová, la porción de mi parte, y de mi vaso : sustentarás mi suerte.

Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos: asimismo la heredad se her- moseó sobre mí.

Bendeciré a Jehová, que me aconseja ; aun en las noches me enseñan mis ri- ñon es.

A Jehová he puesto delante de siempre: porque estando él a mi diestra, no seré conmovido.

Por tanto se alegró mi corazón, y se gozó mi gloria: también mi carne repo- sará segura.

Porque no dejarás mi alma en el se- pulcro: ni darás tu Santo para que vea corrupción.

Hacerme has saber la senda de la vida : hartura de alegrías hay con tu rostro: deleites en tu diestra para siempre.

LECTURA Núm. 13.

Salmo 19.

Los cielos cuentan la gloria de Dios;

y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.

El un día pronuncia palabra al otro día, y la una noche a la otra noche de- clara sabiduría.

No hay dicho, ni palabras, ni es oída su voz.

En toda la tierra salió su línea, y al cabo del mundo sus palabras: para el sol puso tabernáculo en ellos.

Y él, como un novio que sale de su tálamo, alégrase, como un gigante, para correr el camino.

Del un cabo de los cielos es su salida, y rodea por sus cabos; y no hay quien se esconda de su calor.

La ley de Jehová perfecta, que vuelve el alma, el testimonio de Jehová fiel, que hace sabio al ¡ícqueño.

Los mandamientos de Jehová rectos, que alegran el corazón: el precepto de Jehová puro, que alumbra los ojos.

El temor de Jehová limpio que perma- nece para siempre: los derechos de Je- hová verdad, todos justos.

Deseables más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que licor de panales.

Tu siei-^'O también es amonestado con ellos: en guardarlos, gran salario.

Los errores, ¿quién los entenderá? de los encubiertos líbrame.

Asimismo de las soberbias deten a tu siervo, que no se enseñoreen de mí: en-

LECTURAS ANTIFONALES

153

tonces seré perfecto, y seré limpio de grau rebelión.

Sean voluntarios los dichos de mi bo- ca; y el pensamiento de mi corazón de- lante de ti, oh Jehová, roca mía, y mi redentor.

LECTURA Núm. 14.

Salmo 23.

Jehová es mi j^astor; no me faltará.

En lugares de yerba me hará yacer: junto a aguas de reposo me pastoreará.

Hará volver mi alma : ofuianne ha por sendas de justicia por su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré algún mal, porque estarás conmigo: tu vara y tu cayado ellos me confortarán.

Adornarás mesa delante de en pre- sencia de mis anjiustiadores : unüiste mi cabeza con aceite; mi copa está rever- tiendo.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: y en la casa de Jehová reposaré por luengos días.

LECTURA Núm. 15.

Salmo 27:1-12.

Jehová es mi hiz y mi salud; ;de quién temeré? Jehová es \i\ fortaleza de mi vida ; ¿ de quién me esi)avoreceré ?

Cuando se acercaron sobre los ma- lignos para comer mis carnes: mis an- gustiadores y mis enemigos a mí, ellos tropezaron y cayeron.

Aunque se asiente campo sobre mí, no temerá mi corazón : aunque se levante guerra sobre mí, yo en esto confío.

Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para ver la hermosura de Jehová, y para buscar en su templo.

Porque él me esconderá en su taber- náculo en el día del mal: esconderme ha en el escondrijo de su tienda : en roca me pondrá alto.

Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en mis al derredores: y sacri- ficaré en su tabernáculo sacrificios de jubilación: cantaré y salmearé a Jehová.

Oye, oh Jehová, mi voz con que llamo: y ten misericordia de iní, y respóndeme.

Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro, oh Jehová, buscaré.

No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siendo : mi ayuda has sido, no me dejes, y no me desampares, Dios de mi salud.

Porque mi padre y mi madre me de- jaron: y Jehová me recogerá.

Enséñame, oh Jehová, tu camino : y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos.

No me entregues a la voluntad de mis enemigos: porque se han levantado contra testigos falsos, y quien habla calumnia.

LECTURA Núm. 16.

Salmo 34.

Bendeciré a Jehová en todo tiempo; siempre será su alabanza en mi boca.

154

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

En Jehová se alabará mi alma; oirán los mansos, y alegrarse han.

Engrandeced a Jehová conmigo; y en- salcemos su nombre a una.

Busqué a Jehová, y él me oyó: y de todos mis miedos me libró.

Miraron a él, y fueron alumbrados; y sus rostros no se avergonzaron.

Este pobre llamó, y Jehová le oyó, y de todas sus angustias le escapó.

El ángel de Jehová asienta campo en derredor de los que le temen, y los de- fiende.

Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el varón que confiará en él.

Temed a Jehová sus santos; porque no hay falta para los que le temen.

Los leoncillos empobrecieron, y tu- vieron hambre; y los que buscan a Je- hová, no tendrán falta de ningún bien.

Venid, hijos, oídme; temor de Jehová os enseñaré.

¿Quién es el varón que desea vida, que codicia días para ver bien?

Guarda tu lengua de mal, y tus labios de hablar engaño.

Apártate del mal, y haz el bien; in- quiere la paz, y sigúela.

Los ojos de Jehová están sobre los jus- tos; y sus oídos al clamor de ellos.

La ira de Jehová contra los que mal hacen, para cortar de la tierra la me- moria de ellos.

Clamaron, y Jehová los oyó: y de todas sus angustias los escapó.

Cercano está Jehová a los quebranta- dos de corazón: y a los molidos de espí- ritu salvará.

Muchos son los males del justo : y de todos ellos le escapará Jehová.

Guardando todos sus huesos; uno de ellos no será quebrantado.

Matará al malo la maldad; y los que aborrecen al justo serán asolados.

Redime Jehová la vida de sus siervos; y no serán asolados todos los que en él confían.

LECTURA Núm. 17.

Salmo 40.

Esperando esperé a Jehová, e inclinó- se a mí, y oyó mi clamor.

E hízome sacar de un aljibe sonoro, de un lodo cenagoso; y puso mis pies sobre peña, enderezó mis pasos.

Y puso en mi boca canción nueva, ala- banza a nuestro Dios. Verán muchos, y tem.erán, y esperarán en Jehová.

Bienaventurado el varón que puso a Jehová por su confianza; y no miró a los soberbios, ni a los que declinan a la mentira.

Aumentado has tú, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar: si yo los anunciare y hablare, no pueden ser enarrados.

Sacrificio y presente no te agrada:

LECTUEAS ANTIFONALES

155

orejas me has labrado: Holocausto y ex- piación no has demandado.

Entonces dije: He aquí, vengo; en el envoltorio del libro está escrito de mí.

Para hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado; y tu ley está dentro de mis entrañas.

Yo anuncié justicia en grande con- gregación : he aquí, no detuve mis labios, Jehová, lo sabes.

No encubrí tu justicia en medio de mi corazón: tu verdad y tu salud dije: no negué tu misericordia y tu verdad en grande congregación.

Tú, Jehová, no detengas de tus misericordias: tu misericordia y ta ver- dad me guarden siempre.

Porque me han cercado males hasta no haber cuenta: me han comprendido mis maldades, y no puedo ver: hanse aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falta.

Quieras, Jehová, librarme: Jehová, apresúrate para ayudarme.

Sean avergonzados y confusos a una los que buscan mi vida para cortarla: vuelvan atrás y avergüéncense los que quieren mi mal.

Sean asolados en pago de su afrenta, los que me dicen : Hala, Hala..

Regocíjense, y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre: Sea ensalzado Jehová, los que aman tu salud.

Y yo afligido y necesitado; y Jehová

pensará de mí: mi ayudador y mi liber- tador eres ; Dios mío, no te tardes.

LECTURA Núm. i8.

Salmo 42.

Como el ciervo brama por las corrien- tes de las aguas, así mi alma suspira por ti, oh Dios.

Mi alma tuvo sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo vendré, y pareceré delante de Dios?

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche cuando me decían todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

De estas cosas. m¡e acordaré, y derra- maré sobre mi alma. Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios con voz de alegría y de alabanza, bailando la multitud.

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te enfureces contra mí? Espera a Dios; porque aun le tengo de alabar por las saludes de su presencia.

Dios mío, mi alma está abatida en mí: por tanto me acordaré de ti desde tierra del Jordán, y de los Hermonitas, desde el monte de Mizar.

Vn abismo llama a otro a la voz de tus cajiales: todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

De día mandará Jehová su misericor- dia, y de noche su canción conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios : Roca mía, ¿ por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré enlu- tado por la opresión del enemigo?

156 EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Me es muerte en mis huesos, cuando mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

¿Por qué te abates, oh alma mía: y por qué te enfureces contra mí? Es- pera a Dios, porque aun le tengo de ala- bai", salud de mi presencia, y Dios mío.

LECTURA Núm. 19.

Salmos 46 y 99,

Dios es nuestro amparo y fortaleza: socorro en las angustias hallaremos en abundancia.

Por tanto no temeremos, aunque la tierra se mude, y aunque se traspasen los montes al corazón de la mar.

Bramarán, turbarse han sus aguas: temblarán los montes a causa de su bra- vura. Selah.

Del río sus conductos alegrarán la ciudad de Dios, el santuario de las tien- das del Altísimo.

Dios está en medio de ella, no será movida : Dios la ayudará en mirando la mañana.

Bramaron naciones, titubearon reinos: dió su voz, derritióse la tierra:

Jehová de los ejércitos es con nosotros: nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah.

Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra.

Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco.

y corta la lanza, y quema los carros en el fuego.

Cesad, y conoced que yo soy Dios: ensalzarme he en las naciones, ensalzar- me he en la tierra.

Jehová de los ejércitos es con noso- tros: nuestro refugio es el Dios de Ja- cob. Selah.

Jehová reinó, temblarán los pueblos: el que está sentado sobre los querubines reinó: conmoverse ha la tierra.

Jehová en Sión es grande: y ensal- zado sobre todos los pueblos.

Alaben tu nombre, grande, y tremendo, y santo.

Y la fortaleza del rey, que ama el jui- cio: tú confimias la rectitud: tíi has he- cho en Jacob juicio y justicia.

Ensalzad a Jehová nuestro Dios: y en- corváos al estrado de sus pies; él es santo.

Moisés y Aarón están entre sus sa- cerdotes : y Samuel entre los que invo- caron su nombre: llamaban a Jehová, y él les respondía.

En columna de nube hablaba con ellos: guardaban sus testimonios, y el derecho que les dió.

Jehová, Dios nuestro, les respon- días: Dios, eras perdonador a ellos, y vengador por sus obras.

Ensalzad a Jehová nuestro Dios, y en- corvaos al monte de su santidad: porque Jehová nuestro Dios es santo.

LECTURAS ANTIFONALES

157

LECTURA Núm. 20.

Salmos 61 y 67.

Oye, oh Dios, mi clamor; está atento a mi oración.

Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando desmayare mi corazón; a la peña más alta que yo, llévame.

Porque has sido mi ref ug-io ; torre de fortaleza delante del enemigo.

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro en el esconde- dero de tus alas.

Porque tú. oh Dios, has oído mis vo- tos; has dado heredad a los que temen tu nombre.

Días sobre días añadirás al rey: sus años serán como generación y genera- ción.

El estará para siempre delante de Dios; misericordia y verdad apercibe que le conserven.

Así cantaré tu nombre para siempre, pagando mis votos cada día.

Dios haya mi.<encordia de nosotros, y nos bendig-a : hag-a resphmdecer su ros- tro sobre nosotros. Selah.

Para que conozcamos en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salud.

Alábente los pueblos, oh Dios, aláben- te todos los pueblos.

Alégrense, y regocíjense las naciones, cuando juzgares los pueblos con equidad, y pastoreares las naciones en la tierra. Selah.

Alábente los pueblos, oh Dios, alá- bente todos los pueblos.

La tierra dará su fruto: bendecirnos ha el Dios, nuestro Dios.

Bendíganos Dios, y témanle todos los términos de la tierra.

LECTURA Núm. 21.

Salmo 72.

Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.

El juzgará a tu pueblo con justicia: y a tus afligidos con juicio.

Los montes llevarán paz al j^ueblo : y los collados justicia.

Juzgará a los afligidos del pueblo: Sal- vará a los hijos del menesteroso, y que- brantará al violento.

Temerte han con el sol. y antes de la luna : por generación de generaciones.

Descenderá como la lluvia sobre la yerba cortada: como el rocío que destila sobre la tierra.

Florecerá en sus días justicia, y mul- titud de paz, hasta que no haya luna.

Y dominará de mar a mar, y desde el río hasta los cabos de la tierra.

Delante de él se postrarán los Etíopes: y sus enemigos lamerán la tierra.

Los reyes de Tarsis y de las islas trae- rán presentes: los reyes de Jeba y de Seba ofrecerán dones.

Y arrodillarse han a él todos los re- yes; todas las naciones le servirán.

158

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido, que no tuviere quien le socorra.

Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y las almas de los pobres salvará.

De engaño y de fraude redimirá sus almas; y la sangre de ellos será preciosa en sus ojos.

Y vivirá, y darle ha del oro de Jeba, y orará por él continuamente; todo el día le echará bendiciones.

Será echado un puño de grano en tierra, en los cabezos de los montes: ha- rá estruendo, como el Líbano, su fruto; y verdeguearán desde la ciudad, como la yerba de la tierra.

Será su nombre para siempre, delante del sol será propagado su nombre : y ben- decirse, han en él todas las naciones; llamarle han bienaventurado.

Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, que sólo hace maravillas:

Y bendito su nombre glorioso para siempre: y toda la tierra sea llena de su gloria. Amen, y Amen,

LECTURA Núm. 22.

Salmo 84.

Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!

Codicia, y aun ardientemente desea mi alma los patios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

Aun el gorrión halla casa, y la golon-

drina nido para sí, donde ponga sus po- llos en tus altares, Jehová de los ejérci- tos, Rey mío, y Dios mío.

Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán. Selah.

Bienaventurado el hombre que tiene su fortaleza en ti: caminos en sus cora- zones.

Pasando por el valle de los morales lo ponen a él por fuente: y también lo po- nen por bendiciones, cuando los cubre la lluvia.

Irán de ejército en ejército; verán a Dios en Sión.

Jehová, Dios de los ejércitos, oye mi oración: escucha, oh Dios de Jacob. Selah.

Mira, oh Dios escudo nuestro : y pon los ojos en el rostro de tu ungido.

Porque mejor es un día en tus patios, que mil. Escogí antes estar a la puerta en la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

Porque sol y escudo nos es Jehová Dios: gracia y gloria dará Jehová: no quitará el bien a los que andan en in- tegridad.

Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.

LECTURA Núm. 23.

Salmo 85.

Tomaste contentamiento en tu tien-a, oh Jehová: volviste la cautividad de Ja- cob.

LECTURAS ANTIFONALES

159

Perdonaste la iniquidad de tu pueblo: cubriste todos los pecados de ellos. Selah.

Quitaste toda tu saña: voMstete de la ira de tu furor.

Tórnanos, oh Dios, salud nuestra: y haz cesar tu ira de nosotros.

¿Enojarte has para siempre contra nosotros? ¿Extenderás tu ira de gene- ración en generación?

¿No volverás a darnos vida, y tu pueblo se alegrará en ti?

Muéstranos, oh Jehová, tu misericor- dia: y dános tu salud.

Escucharé lo que hablará el Dios Je- hová: porque hablará paz a su pueblo, y a sus piadosos: para que no se convier- tan a la locura.

Ciertamente cercana está su salud a los que le temen ; para que habite la gloria en nuestra tierra.

La misericordia y la verdad se encon- traron; la justicia y la paz se besaron.

La verdad reverdecerá de la tierra : y la justicia mirará desde los cielos.

Jehová dará también el bien: y nues- tra tierra dará su fruto.

La justicia irá delante de él: y pon- drá sus pasos en camino.

LECTURA Núm, 24.

Salmo 90.

Señor, nos has sido refugio en ge- neración y generación.

Antes que naciesen los montes, y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo, y hasta el siglo, eres Dios.

Vuelves al hombre hasta ser quebran- tado: y dices: Convertios, hijos del hom- bre.

Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y co- mo la vela de la noche.

Háceslos pasar como avenida de aguas: son como sueño: a la mañana pasará como la 3'erba;

Que a la mañana florece, y crece: a la tarde es cortada, y se seca.

Porque con tu furor somos consumi- dos: y con tu ira somos conturbados.

Pusiste nuestras maldades delante de ti: nuestros yerros a la lumbre de tu rostro.

Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira : acabamos nuestros años, como la palabra.

Los días de nuestra edad son setenta años: y los de los más valientes, ochenta años: y su fortaleza es molestia y tra- bajo: porque es cortado presto, y vola- mos.

¿Quién conoce la fortaleza de tu ira? que tu ira es como tu temor.

Para contar nuestros días, haznos sa- ber así: y traeremos al corazón sabidu- ría.

Vuélvete a nosotros, oh Jehová: ¿has- ta cuándo? y aplácate joara con tus siervos.

160

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Hártanos de mañana de tu misericor- dia: y cantaremos, y alegrarnos hemos todos nuestros días.

Alégranos como en los días que nos afligiste: como en los años que vimos mal.

Parezca en tus siervos tu obra: y tu gloria sobre sus hijos.

Y sea la hermosura de Jehová nuestro Dios sobre nosotros: y haz permanecer sobre nosotros la obra de nuestras ma- nos: la obra de nuestras manos con- firma.

LECTURA Núm. 25.

Salmo 91.

El que habita en el escondedero del Altísimo morará en la sombra del Om- nipotente.

Diré a Jehová: Esperanza mía y cas- tillo mío: Dios mío: asegurarme he en él.

Porque él te escapará del lazo del ca- zador: de la mortandad de destrucciones.

Con su ala te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro: escudo y adarga es su verdad.

No habrás temor de espanto nocturno, ni de saeta que vuele de día.

Ni de pestilencia que ande en oscuri- dad: ni de mortandad que destruya al mediodía.

Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra : a ti no llegará.

Ciertamente con tus ojos mirarás; y verás la recompensa de los impíos.

Porque tú, oh Jehová, eres mi espe- ranza : y al Altísimo has puesto por tu habitación.

No se ordenará para ti mal: ni plaga tocará a tu morada.

Porque a sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden en todos tus ca- minos.

En las manos te llevarán, porque tu pie no tropiece en piedra.

Sobre el león y el basilisco pisarás, hol- larás al cachorro del león, y al dragón.

Por cuanto en ha puesto su volun- tad, yo también le escaparé: ponerle he alto, por cuanto ha conocido mi nom- bre.

Llamarme ha, y yo le responderé: con él estaré yo en la angustia : escaparle he, y glorificarle he.

De longura de días le hartaré: y mos- trarle he mi salud.

LECTURA Núm. 26.

Salmo 92.

Bueno es alabar a Jehová; y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;

Anunciar por la mañana tu misericor- dia: y tu verdad en las noches:

Sobre decaeordo y sobre salterio: so- bre arpa con meditación.

Por cuanto me has alegrado, oh Je- hová, con tus obras, con las obras de tus manos me regocijaré.

¡Cuán grandes son tus obras, oh Je-

LECTURAS ANTIFONALES

161

hová! muy profundos son tus pensa- mientos.

El hombre necio no sabe, y el insen- sato no entiende esto:

rioreeieudo los impíos como la yer- ba; y reverdeciendo todos los que obran iniquidad, para ser destruidos para siem- pre :

Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.

Porque, be aquí, tus enemigos, oh Jehová, porque, he aquí, tus enemigos perecerán : serán disij^ados todos los que obran maldad.

Y ensalzaste mi cuerno como de unicornio : yo fui ungido con aceite verde.

Y miraron mis ojos sobre mis enemi- gos: de los que se levantaron contra mí, de los malignos, oyeron mis oídos.

El justo florecerá como la palma: cre- cerá como cedro en el Líbano.

Plantados en la casa de Jehová, en los patios de nuestro Dios, florecerán.

Aun en la vejez fructificarán: serán vigorosos y verdes;

Para anunciar que Jehová mi forta- leza es recto: y que no hay injusticia en él.

LECTURA Núm. 27.

Salmo 95:1-7 y Salmo 9^,.

Venid, alesTÓmonos en Jehová: can- temos con júbilo a la Roca de nuestra salud.

Anticipemos su rostro con alabanza: cantémosle alegres con salmos.

Porque Jehová es Dios grande; y Rey grande sobre todos ios dioses.

Porque en su mano están las profun- didades de la tierra: y las alturas de los montes son suyas.

Porque suya es la mar, y él la hizo: y sus manos formaron la seca.

Venid, postrémonos, y encorvémonos; arrodillémonos delante de Jehová nues- tro hacedor.

Porque él es nuestro Dios: y nosotros el pueblo de su pasto, y ovejas de su mano.

Cantad a Jehová canción nueva: can- tad a Jehová, toda la tierra.

Cantad a Jehová, bendecid su nom- bro: anunciad de día en día su sahul.

Contad en las naciones su gloria: en todos los pueblos sus maravillas.

Porque grande es Jehová, y muy ala- bado : terrible sobre todos los dioses.

Porque todos los dioses de los pue- blos son ídolos: mas Jehová hizo los cielos.

Alabanza y gloria está delante de él : fortaleza y gloria está en su santuario.

Dad a Jehová, oh familias de los pue- blos, dad a Jehová la gloria y la forta- leza.

Dad á Jehová la honra de sii nombre: tomad presentes, y venid a sus patios.

162

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Encorvaos a Jehová en la hermosura de su santuario: temed delante de él, to- da la tierra.

Decid en las naciones: Jehová reinó; también compuso el mundo, no se me- nearií : juzgará a los pueblos en justicia.

Alégrense los cielos, y regocíjese la tierra: brame la mar y su plenitud.

Regocíjese el campo y todo lo que en él está; entonces exultarán todos los ár- boles de la breña.

Delante de Jehová que vino: porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mun- do con justicia, y a los pueblos con su verdad.

LECTURA Núm. 28.

Salmo 103.

Bendice, alma raía, a Jehová, y todas mis entrañas a su nombre santo.

Bendice alma mía, a Jehová, y no te olvides de todos sus beneficios.

El ciue perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades.

El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de misericordia y mise- raciones.

El que harta de bien tu boca ; reno- varse ha como el águila tu juventud.

Jehová, el que hace justicias y juicios a todos los que padecen violencia.

Sus caminos notiñcó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.

Misericordioso y clemente es Jehová, luengo de iras, y grande en misericordia.

Xo contenderá para siempre; ni para siempre guardará el enojo.

No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades; ni nos ha paga- do conforme a nuestros pecados.

Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su mise- ricordia sobre los cjue le temen.

Cuanto está lejos el oriente del occi- dente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

Como el padre tiene misericordia de los hijos, tiene misericordia Jehová de los que le temen.

Porque él conoce nuestra hechura; acuérdase que somos polvos.

El varón, como la yerba son sus días; como la flor del campo así florece.

Que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conoce más.

Mas la misericordia de Jehová, desde el siglo y hasta el siglo, sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos:

Sobre los que gusirdan su concierto, y los que se acuerdan de sus manda- mientos para hacerlos.

Jehová afirmó en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.

Bendecid a Jehová, sus ángeles va- lientes de fuerza, que ejecutan su pa- labra obedeciendo a la voz de su palabra.

Bendecid a Jehová, todos sus ejérci- tos, sus ministros, que hacen su voluntad.

LECTUPiAS AXTIFOXALES

163

Bendecid a Jehová, todas sus obras en todos los lugares de su señorío. Ben- dice, alma mía, a Jehová.

LECTURA Núm. 29.

Salmo 104.

Bendice, alma mía, a Jehová; Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido, de gloria y de hermosui'a te has vestido.

Que se cubre de luz como de vestidu- ra, que extiende los cielos como una cortina;

Que entabla con las agrias sus dobla- dos, el que pone a las nubes por su eaiTO, el que anda sobre las alas del viento.

El que hace a sus ángeles espíritus, sus ministros al fuego flameante.

El fundó la tierra sobre sus basas, no se moverá por ningTÍn siglo.

Con el abismo, como con vestido, la cubriste: sobre los montes estaban las aguas.

De tu reprensión huyeron : por el so- nido de tu trueno se apresuraron.

Subieron los montes, descendieron los valles a este lugar, que les fundaste.

Pusísteles ténnino. el cual no tras- pasarán, ni volverán a cubrir la tierra.

El que envía las fuentes en los arro- yos; entre los montes van.

Abrévanse todas las bestias del campo ; los asnos salvajes quebrantan su sed.

Junto a ellos habitan las aves de los cielos; entre las hojas dan voces.

El que riega los montes desde sus doblados: del fruto de tus obras se har- ta la tierra.

El que hace producir el heno para las bestias y la yerba para servicio del hom- bre, sacando el pan de la tierra.

Y el vino que alegi'a el corazón del hombre: haciendo relumbrar la faz con el aceite: y el jDan sustenta el corazón del hombre.

Hártanse los árboles de Jehová; los cedros del Líbano que él plantó:

Para que aniden allí las aves: la ci- güeña tenga su casa en las hayas.

Los montes altos para las cabras mon- teses, las peñas madrigueras para los co- nejos.

Hizo la luna para sazones: el sol co- noció su occidente.

Pones las tinieblas, y la noche es; en ella corren todas las bestias del monte.

Los leoneillos braman a la presa, y para buscar de Dios su comida.

Sale el sol, recógense, y échanse en sus cuevas.

Sale el hombre a su hacienda, y a su labranza hasta la tarde.

¡Cuán muchas son tus obras, oh Je- hová! todas ellas hiciste con sabiduría: la tierra está llena de tu posesión.

Esta gi'an mar y ancha de términos; allí hay pescados sin número, bestias pequeñas y grandes.

Allí andan navios, este leviatán que hiciste para que jugase en ella.

164 EL NUEVO HIMN^^

Todas ellas esperan a ti, para que les dos su comida a su tiempo.

Basles, recogen: abres tu mano, hár- tanse de bien.

Escondes tu rostro, túrbanse: les qui- tas el espíritu, dejan de ser, y tórnanse en su polvo.

Envías tu espíritu, críanse: y renue- vas la haz de la tierra.

Sea la gloria a Jehová para siempre: alégrese Jehová en sus obras.

El que mira a la tierra, y tiembla: to- ca en los montes, y humean.

A Jehová cantaré en mi vida: a mi Dios diré salmos mientras viviere.

Serme ha suave hablar de él; yo me alegraré en Jehová.

Sean consumidos de la tierra los pe- cadores: y los impíos dejen de ser. Ben- dice, alma mía, a Jehová. Aleluya.

LECTURA Núm. 30.

Salmos 107:1-32.

Alabad a Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido de poder del enemigo.

Y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del aquilón y de la mar.

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino: no hallando ciudad de población.

RIO EVANGELICO

Hambrientos, y sedientos : su alma des- fallecía en ellos.

Y clamaron a Jehová en su angustia; y escapólos de sus aflicciones.

Y encaminólos en camino derecho; pa- ra que viniesen a ciudad de población.

Alaben pues ellos la misericordia de Jehová, y sus maravillas con los hijos de los hombres.

Porque hartó al alma menesterosa; y al alma hambrienta hinchió de bien.

Los que moraban en tinieblas, y som- bra de muerte, aprisionados en aflicción, y en hierros;

Por cuanto fueron rebeldes a las pa- labras de Jehová; y aborrecieron el con- sejo del Altísimo:

Y él quebrantó con trabajo sus cora- zones: cayeron, y no hubo quien los ayu- dase:

Y clamaron a Jehová en su angustia : escapólos de sus aflicciones.

Sacólos de las tinieblas, y de la som- bra de muerte; y rompió sus prisiones.

Alaben pues ellos la misericordia de Jehová, y sus maravillas con los hijos de los hombres.

Porque quebrantó las puertas de ace- ro; y desmenuzó los cerrojos de hierro.

Insensatos, a causa del camino de su rebelión; y a causa de sus maldades fue- ron afligidos.

Su alma abominó toda vianda; y lle- garon hasta las puertas de la muerte.

LECTURAS AXTIFOXALES

165

Y clamaron a Jehová en su angustia; y salvólos de sus aflicciones.

Envió su palabra, y curólos; y escapó- los de sus sepulturas.

Alaben pues ellos la miserícordia de Jehová; y sus maravillas con los hijos de los hombres.

Y sacrifiquen sacrificios de alabanzas; y enarren sus obras con jubilación.

Los que descendieron a la mar en na- vios: y contratan en las muchas aguas;

Ellos han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en el mar profundo.

El dijo, y salió el viento de la tempes- tad, que levanta sus ondas:

Suben a los cielos, descienden a los abismos: sus almas se derriten con el mal.

Tiemblan, y titubean como boiTachos; y toda su ciencia es perdida.

Y claman a Jehová en su angustia; y escápalos de sus aflicciones.

Hace parar la tempestad en silencio; y callan sus ondas.

Y alégranse, porque se reposaron; y guíalos al puerto que quieren.

Alaben pues ellos la misericordia de Jehová, y sus maraWllas con los hijos de los hombres.

Y ensálcenle en congregación de pue- blo; y en consistorio de ancianos le loen.

LECTURA Núm. 31.

Salmo 11. "5.

No a nosotros, oh Jehová, no a noso- tros, mas a tu nombre da g:lona; por tu misericordia, por tu verdad.

Porque dirán los Gentiles, ¿Dónde es- tá ahora su Dios?

Y nuestro Dios está en los cielos: todo lo que quiso, hizo.

Sus ídolos son plata y oro: obra de manos de hombres.

Tienen boca, mas 110 hablarán : tienen ojos, mas no verán.

Tienen orejas, mas no oirán: tienen narices, mas no olerán.

Tienen manos, mas no palparán : tie- nen pies, mas no andarán: no hablarán con su garganta.

Como ellos sean los que los hacen: cualquiera que confía en ellos.

Oh Israel, confía en Jehová : él es su ayudador, y su escudo.

Casa de Aarón, confiad en Jehová: él es su ayudador, y su escudo.

Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová: él es su ayudador, y su escudo.

Jehová se acordó de nosotros: bende- cirá, bendecirá a la casa de Israel: ben- decirá a la casa de Aarón.

Bendecirá a los que temen a Jeliová : a chicos y a grandes.

Añadirá Jehová sobre vosotros: sobre vosotros y sobre vuestros hijos.

Benditos vosotros de Jehová, que hi- zo los cielos y la tierra.

Los cielos, los cielos son de Jehová: y la tierra dió a los hijos de los hombres.

Xo los muertos alabarán a Jehová, ni todos los que descienden al silencio.

1G6 EL NUEVO HIMNi^

Mas nosotros bendeciremos a Jehová, desde ahora hasta siempre. Aleluya.

LECTURA Núm. 32.

Salmos 119:1-10; 105-112.

Bienaventurados los perfectos de ca- mino : los que andan en la ley de Je- hová.

Bienaventurados los que guardan sus testimonios; y con todo el corazón le buscan.

Item, los que no hacen iniquidad, an- dan en sus caminos.

encargaste tus mandamientos, que sean muy guardados.

¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos a guardar tus estatutos!

Entonces no sería yo avergonzado, cuando mirase en todos tus manda- mientos.

Alabarte he con rectitud de corazón, cuando aprendiere los juicios de tu jus- ticia.

Tus estatutos guardaré: no me dejes enteramente.

¿Con qué limpiará el mozo su cami- no'? cuando guardare tu palabra.

Con todo mi corazón te he buscado: no me dejes errar de tus mandamientos.

En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.

Bendito tú, oh Jehová; enséñame tus estatutos.

EIO EVANGELICO

Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.

En el camino de tus testimonios me he regocijado, como sobre toda riqueza.

En tus mandamientos meditaré; y con- sideraré tus caminos.

En tus estatutos me recrearé: no me olvidaré de tus palabras.

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbre a mi camino.

Juré, y afirmé, de guardar los juicios de tu justicia.

Afligido estoy en gran manera, oh Je- hová: vivifícame conforme a tu palabra.

Los sacrificios voluntarios de mi boca, ruégote, oh Jehová, que te sean agra- dables; y enséñame tus juicios.

Mi alma está en mi palma de conti- jiuo : mas de tu ley no me he olvidado.

Los impíos me pusieron lazo; empero yo no me desvié de tus mandamientos.

Por heredad he tomado tus testimo- nios para siempre; porque son el gozo de mi corazón.

Mi corazón incliné a hacer tus estatu- tos de continuo hasta el fin.

LECTURA Núm. 33.

Salmos 121 y 122.

Alzaré mis ojos a los montes de donde vendrá mi socorro.

Mi socorro es de parte de Jehová; que hizo los cielos y la tierra.

LECTURAS Á

No dará tu pie al resbaladero : ni se dormirá el que te guarda.

He aquí, no se adormecerá, ni dormi- rá el que guarda a Israel.

Jehová será tu guardador: Jeliová se- rá tu sombra sobre tu mano derecha.

De día el sol no te fatigará, ni la luna de noche.

Jehová te guardará de todo mal; él guardará a tu alma.

Jehová guardará tu salida, y tu entra- da, desde ahora y hasta siempre.

Yo me alegré con los que me decían : A la casa de Jehová iremos.

Nuestros pies estuvieron en tus puer- tas, oh Jerusalem.

Jerusalem, la que es edificada como una ciudad que está unida consigo a una.

Porque allá subieron las tribus, las tribus de Jehová, el testimonio a Israel, para alabar el nombre de Jehová.

Porque allá están las sillas del juicio: las sillas de la casa de David.

Demandad la paz de Jerusalem: sean pacificados los que te aman.

Haya paz en tu antemuro, descanso en tus palacios.

A causa de mis hermanos y mis com- pañeros hablaré ahora paz de ti.

A causa de la casa de Jehová nuestro Dios buscaré bien para ti.

NTIFONALES 167

LECTURA Núm. 34.

Salmos 125 y 126.

Los que confían en Jehová son como el monte, de Sion, que no deslizará: para siempre estará.

Jerusalem, montes al rededor de ella, y Jehová al rededor de su pueblo, desde ahora y para siempre.

Porque no reposará la vara de la im- piedad sobre la suerte de los justos; por- que no extiendan los justos sus manos a la iniquidad.

Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los rectos en sus corazones.

Y a los que se apartan tras sus per- versidades, Jehová los llevará con los que obran iniquidad; y paz será sobre Israel.

Cuando Jehová hiciere tornar los cau- tivos de Sion, seremos como los que sueñan.

^ Entonces nuestra boca se henchirá de risa, y nuestra lengua de alabanza: en- tonces dirán entre los Gentiles: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos.

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros: seremos alegres.

Haz volver, oh Jehová, nuestros cau- tivos, como los arroyos en el austro.

Los que sembraron con lágrimas, con regocijos segarán.

Irá yendo y llorando el que lleva la l)reciosa simiente: mas viniendo, vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.

168

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

LECTURA Núm. 35.

Salmos 131, 133, 134.

Jeliová, no se ensoberbeció mi cora- zón, ni mis ojos se enaltecieron; ni an- duve en grandezas, ni en cosas maravillo- sas más de lo que me pertenecía.

Si no puse, e hice callar mi alma, sea yo como el destetado de su madre, co- mo el destetado, de mi vida.

Espera, oh Israel, a Jehová desde aho- ra y hasta siempre.

Mirad cuán bueno y cuán suave es ha- bitar los hermanos también en uno!

Como el buen óleo sobre la cabeza, que desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende sobre el borde de sus vestiduras:

Como el rocío de Hermón, que des- ciende sobre los montes de Sión. Por- que allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

Mirad, bendecid a Jehová, todos los siervos de Jehová, los que estáis en la casa de Jehová, en las noches:

Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová.

Bendígate Jehová desde Sión, el que hizo los cielos y la tierra.

LECTURA Núm. 36.

Salmo 136.

Alabad a Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Alabad al Dios de dioses; porque pa- ra siempre es su misericordia.

Alabad al Señor de señores; porque para siempre es su misericordia.

Al que sólo hace grandes maravillas; porque para siempre es su misericordia.

Al que hizo los cielos con entendi- miento; porque para siem^^re es su mi- sericordia.

Al que tendió la tierra sobre las aguas; porque para siempre es su misericordia.

Al que hizo los grandes luminares; ¡Dorque para siempre es su misericordia.

El sol para que dominase en el día; porque para siempre es su misericordia.

La luna y las estrellas para que do- mmasen en la noche ; porque para siem- pre es su misericordia.

Al que hirió a Egipto con sus primo- génitos; porque para siempre es su mi- sericordia.

Al que sacó a Israel de en medio de ellos; porque para siempre es su mise- ricordia.

Con mano fuerte y brazo extendido; porque para siempre es su misericordia.

Al que partió al mar Bennejo en par- tes; porque para siempre es su mise- ricordia.

E hizo pasar a Israel por medio de él; porque para siempre es su misericordia.

Y sacudió a Faraón y a su ejército en el mar Bermejo; porcjue para siempre es su misericordia.

Al que pastoreó a su pueblo por el

LECTURAS A

desierto; porque para siempre es su mi- sericordia.

Al que hirió a grandes reyes; jDcrqne para siempre es su misericordia.

Y mató a reyes poderosos; porque pa- ra siempre es su misericordia.

A Sehón rey Amorreo; porque para siempre es su misericordia.

Y a Og rey de Basán; porque para siempre es su misericordia.

Y dio la tierra de ellos en heredad; porque para siempre es su misericordia.

En heredad a Israel su siervo; porque para siempre es su misericordia.

El que en nuestro abatimiento se acor- dó de nosotros; porque para siempre es su misericordia.

Y nos rescató de nuestros enemigos; porque para siempre es su misericordia.

El que da mantenimiento a toda car- ne; porque para siempre es su miseri- c(H-(iia.

Alabad al Dios de los cielos; porque para siempre es su misericordia.

LECTURA Núm. 37.

Salmo 145.

Ensalzarte he, mi Dios y Rey; y ben- deciré a tu nombre por el siglo y para siempre.

Cada día te bendeciré; y alabaré tu nombre por el siglo y para siempre.

Grande es Jehová, y digno de alaban-

NTIFONALES 169

za en gran manera; y su grandeza no i:>uede ser comprendida.

Generación a generación enarrará tus obras; y anunciarán tus valentías.

La hermosura de la gloria de tu mag- nificencia, y tus hechos maravillosos ha- blaré.

Y la terribilidad de tus valentías di- rán; y tu grandeza recontaré.

La memoria de la muchedumbre de tu bondad rebosarán; y tu justicia canta- rán.

Clemente y misericordioso es Jehová: luengo de iras, y grande en misericor- dia.

Bueno es Jehová para con todos; y sus misericordias, sobre todas sus obras.

Alábente, oh Jehová, todas tus obras; y tus misericordiosos te bendigan.

La gloria de tu reino digan; y hablen de tu fortaleza:

Para notificar a los hijos de Adán sus valentías; y la gloria de la magnificencia de su reino.

Tu reino es reino de todos los siglos; y tu señorío en toda generación y ge- neración.

Sostiene Jehová a todos los que caen; y levanta a todos los oprimidos.

I^s ojos de todas las cosas esperan a ti; y les das su comida en su tiempo.

Abres tu mano, y hartas de voluntad a todo viviente.

170 EL NUEVO HIMNi^

Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras.

Cercano está Jehová a todos los que le invocan: a todos los que le invocan con verdad.

La voluntad de los que le temen, hará; y su clamor oirá, y los salvará.

Jehová guarda a todos los que le aman; y a todos los impíos destruirá.

La alabanza de Jehová hablará mi bo- ca; y bendiga toda carne su santo nombre, por el siglo y para siempre.

LECTURA Núm. 38.

Salmos 146 y 148.

Alaba, oh alma mía, a Jehová.

Alabaré a Jehová en mi vida: diré sal- mos a mi Dios mientras viviere.

No confiéis en los príncipes, ni en hi- jo de hombre; porque no hay en él sa- lud.

Saldrá su espíritu, volverse ha el hom- bre en su tierra: en aquel día perecerán sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob: cuya esperanza es en Jehová su Dios.

El que hizo los cielos y la tierra: la mar, y todo lo que en ellos está: el que guarda verdad para siempre:

El que hace derecho a los agi^aviados, el que da pan a los liambrientos : Jehová el que suelta a los aprisionados :

RIO EVANGELICO

Jehová es el que abre los ojos a los ciegos: Jehová el que ama a los justos:

Jehová el que guarda a los extran- jeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.

Reinará Jehová para siempre: tu Dios, oh Sión, por generación y generación. Aleluya.

Alabad a Jehová desde los cielos: ala- badle en las alturas.

Alabadle todos sus ángeles: alabadle todos sus ejércitos.

Alabadle el sol y la luna: alabadle to- das las estrellas de luz.

Alabadle los cielos de los cielos; y las aguas que están sobre los cielos.

Alaben el nombre de Jehová; porque él mandó, y fueron creadas.

Y las hizo ser para siempre, por el siglo: púsoles ley que no será quebran- tada.

Alabad a Jehová de la tierra, los dra- gones y todos los abismos.

El fuego, y el granizo; la nieve y el vapor: el viento de tempestad que hace su palabra:

Los montes, y todos los collados: el árbol de fruto, y todos los cedros:

La bestia, y todo animal: lo que va arrastrando, y el ave de alas.

Los reyes de la tierra, y todos los pueblos: los príncipes, y todos los jue- ces de la tierra.

LECTUEAS ANTIFONALES

171

Los mancebos, y también las donce- llas: los viejos con los mozos.

Alaben el nombre de Jehová; porque su nombre de él sólo es ensalzado : su gloria es sobre tierra y cielos.

El ensalzó el cuerno de su pueblo: alábenle todos sus misericordiosos: los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. Aleluya.

LECTURA Núm. 39.

NAVIDAD.

Lucas 2:1-20.

Y aconteció en aquellos días, que salió un edicto de parte de Augusto César, para que toda la tierra fuese empadro- nada.

Este empadronamiento primero fué he- cho, siendo presidente de la Siria Ci- renio.

E iban todos para ser empadronados cada uno a su ciudad.

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de Da- vid, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

Para ser empadronado, con María su iiuijer desposada con él, la cual estaba preñada.

Y aconteció, que estando ellos allí, los días en que ella había de parir se cum- plieron.

Y parió a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en el

pesebre ; porque no había lugar para ellos en el mesón.

Y había pastores en Ja misma tierra, que velaban, y guardaban las velas de la noche sobre su ganado.

Y, he aquí, el ángel del Señor vino so- bre ellos; y la claridad de Dios los cercó de resplandor de todas partes, y tuvieron gran temor.

Mas el ángel les dijo: No temáis, por- que, he aquí, os doy nuevas de gran gozo, que será a todo el pueblo:

Que os es nacido hoy Salvador, que es el Señor, el Cristo, en la ciudad de David.

Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en el pesebre.

Y rei^entinamente apareció con el án- gel multitud de ejércitos celestiales, que alababan a Dios, y decían :

Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, y a los hombres buena volun- tad.

Y aconteció, que como los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores di- jeron los unos a los otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos este nego- cio que ha hecho Dios, y nos ha mos- trado.

Y vinieron apriesa, y hallaron a María, y a José, y al niño acostado en el pe- sebre.

Y viéndolo, hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño.

Y todos los que lo oyeron, se mara- villaron de lo que los pastores les decían.

172 EL NUEVO HIMNJ

Mas María íruardaba todas estas cosas eoiiñriéndolas en su corazón.

Y se volvieron los pastores glorifican- do y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho.

LECTURA Núm. 40.

BIEXAYEXTÜRANZAS.

Mateo 5:1-12.

Y viendo Jesús las multitudes, subió a un monte; y sentándose él se llegaron a él sus discípulos.

Y abriendo el su boca, les enseñaba, diciendo:

Bienaventurados los ¡cobres en espíri- tu; porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los tristes; porque ellos recibirán consolación.

Bienaventurados los mansos ; porque el- los recibirán la tierra por heredad.

Bienaventurados los que tienen ham- bre y sed de justicia; porque ellos serán hartos.

Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los de limpio cora- zón; porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacificadores; por- cjue ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen per- secución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos.

10 EVANGELICO

Bienaventurados sois, cuando os mal- dijeren, y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, min- tiendo.

Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en los cielos; que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

LECTURA Núm. 41.

ENTRADA TRIUNFAL. '

Mat. 21:1-17.

Y como se acercaron a Jerusalem, y vinieron a Betfage, al monte de las Oli- vas, entonces Jesús envió dos discípulos,

Diciéndoles: Id a la aldea que está de- lante de vosotros, y luego hallaréis una "asna atada, y un pollino con ella: desa- tadla, y traédmelos.

Y si alguno os dijere algo, decid : El Señor los ha menester; y luego los de- jará.

Y todo esto fué hecho, para que se cumpliese lo que fué dicho por el pro- feta, que dijo:

Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey te viene, manso, y sentado sobre una asna y un pollino, hijo de animal de yugo.

Y los discípulos fueron, e hicieron co- mo Jesús les mandó.

Y trajeron el asna y el pollino, y pu- sieron sobre ellos sus mantos, y se sentó sobre ellos.

Y muy mucha gente tendían sus man-

LECTUEAS ANTIFONALES

173

tos en el camino; y otros cortaban ra- mos de los árboles, y los tendían por el camino.

Y las inultitiides que iban delante, y las que iban detrás aclamaban, diciendo : Hosanna al Hijo de David : Bendito el que viene en el nombre del Señor: Hosanna en las alturas.

Y entrando él en Jerusalem, toda la ciudad se alborotó, diciendo: ¿Quién es éste?

Y las multitudes decían: Este es Je- sús, el profeta, de Xazaret de Galilea.

Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas.

Y les dice : Escrito está : Mi casa, casa de oración será llamada ; mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.

Entonces vinieron a él ciegos y cojos en el templo^ y los sanó.

Mas los príncipes de los sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y los nnichachos aclamando en el templo, y diciendo : Hosanna al Hijo de David: se enojaron.

Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos di- cen? Y Jesús les dice: Si: ¿Nunca leís- teis: De la boca de los niños, y de los que maman perfeccionaste la alabanza?

Y dejándolos se salió fuera de la ciu- dad a Betania: y i)osó allí.

LECTURA Núm. 42.

RESURRECCION.

Manos 16.

Y como pasó el sábado, María Mair- dalena, y María madre de Santiago, y Salomé compraron drogas aromáticas, para venir a ungirle.

Y muy de mañana, el primer día de la semana, vienen al sepulcro, ya salido el sol.

Y decían entre sí: ¿Quién nos revol- verá la piedra de la puerta del sepul- cro?

Y como miraron, ven la piedra revuel- ta; porque era grande.

Y entradas en el sepulcro, vieron un mancebo sentado a la mano derecha cu- bierto de una. ropa larga y blanca; y se espantaron.

Mas él les dice: No tengáis miedo; buscáis a Jesús Nazareno, que fué cruci- ficado: resucitado ha, no está aquí: he aquí el lugar donde le pusieron.

Mas id, decid a sus discípulos y a Po- dro, que él va antes que vosotros a Ga- lilea: allí lo veréis, como os dijo.

Y ellas se fueron huyendo prestamen- te del sepulcro; porque las había tomado temblor y espanto; ni decían nada a na- die; porque tenían miedo.

]\Ias como Jesús resucitó por la ma- ñana, el primer día de la semana, apa- reció primeramente a IMaría Magdalena, de la cual había echado siete demonios.

174

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Y yendo ella, lo hizo^ saber a los que habían estado con él, que estaban tris- tes y llorando.

Y ellos como oyeron que vivía, y que había sido visto de ella, no lo creyeron.

Mas después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando, yen- do al campo.

Y ellos fueron, y lo hicieron saber a los otros; mas ni aun a ellos creyeron.

Posteriormente se apareció a los on- ce, estando sentados a la mesa; y les za- hirió su incredulidad y la dureza de co- razón, que no hubiesen creído a los que le habían visto resucitado.

Y les dijo: Id por todo el mundo*, y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere, y fuere bautizado, se- rá salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Y estas señales seguirán a los que cre- yeren: En mi nombre echarán fuera de- monios: hablarán nuevas lenguas:

Alzarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará: sobre los en- fermos pondrán las manos, y sanarán.

Y el Señor, después que les habló, fué recibido arriba en el cielo, y se asentó a la diestra de Dios.

Y ellos, sahendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y con- firmando la palabra con las señales que se seguían. Amén,

LECTURA Núm. 43.

PENTECOSTES.

Actos 2:1-21.

Y cuando hubo venido cumplidamente el día de Pentecostés, estaban todos uná- nimes en un mismo lugar.

Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento vehemente que venía con ímpetu, el cual hinchió toda la casa en donde estaban sentados.

Y les aparecieron lenguas repartidas como de fuego, y se asentó sobre cada uno de ellos.

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen.

Moraban entonces en Jerusalem Ju- díos, varones religiosos de todas las na- ciones que están debajo del cielo.

Y hecho este estruendo se juntó la multitud; y estaban confusos, porque ca- da uno les oía hablar su propia lengua.

Y estaban todos atónitos y maravilla- dos, diciendo los unos a los otros: He aquí, ¿no son Galileos todos estos que hablan ?

¿Cómo, pues, los oímos nosotros ha- blar cada uno en su lengua en que so- mo^ nacidos?

Partos, y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, y en Capadocia, en el Ponto, y en Asia.

En Frigia, y en Pamfilia, en Egipto, y

LECTURAS ANTIFONALES

175

en las partes de Libia que están de la otra parte de Cirene, y extranjeros de Roma, Judíos, y prosélitos.

Cretenses, y Arabes : los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

Y estaban todos atónitos y en duda, diciendo los unos a los otros: ¿Qué quie- re ser esto?

Mas otros burlándose, decían : Estos están llenos de mosto.

Entonces Pedro poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les habló dicien- do: Varones de Judea, y todos los que habitáis en Jerusalem, esto os sea noto- rio, y prestad oídos a mis palabras:

Porque estos no están boiTachos, co- mo vosotros pensáis, siendo solamente la hora de tercia del día.

Mas esto es lo que fué dicho por el profeta Joel:

Y será en los postreros días, dice Dios, que derramaré de mi espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos, y vuestras hijas profetizarán, y vuestros jóvenes ve- rán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños.

Y de cierto sobre mis servios, y sobre mis criadas en aquellos días derramaré di mi Espíritu; y profetizarán.

Y daré prodigios an-iba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre, y fue- go, y vapor de humo.

El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor grande e ilustre.

Y acontecerá, que todo aquel que in- vocare el nombre del Señor, será salvo.

LECTURA Núm. 44.

Mateo 6:19-34.

No hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompe, y donde la- drones minan, y hurtan;

Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan, ni hurtan.

Porque donde estn^^iere vuestro te- soro, allí estará vuestro corazón.

La luz del cuerpo es el ojo: así que si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso.

Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que si la luz que en ti hay, son tinieblas, ¿cuántas serán las nñsmas tinieblas?

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o se llegará al uno, y menospre- ciará al otro. No podéis servir a Dios, y a las riquezas.

Por tanto os digo : No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿ La vida no es más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?

Mirad las aves del cielo, que no siem- bran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?

176

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

¿Mas quién de vosotros, por muelio que se congoje, podrá añadir a su esta- tura un codo?

Y por el vestido, ¿por qué os con- gojáis? Aprended de los lirios del cam- po, como crecen: no trabajan, ni hilan:

Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos.

Y si la yerba del campo, que hoy es y mañana es echada en el horno. Dios la vista así, ¿no hará mucho más a vo- sotros, hombres de poca fe?

No os congojéis, pues, diciendo : ¿ Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos?

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; porque vuestro Padre celestial sa- be que de todas estas cosas tenéis nece- sidad.

Mas buscad primeramente el reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que, no os congojéis por lo de mañana; que el mañana traerá su con- goja: basta al día su aflicción.

LECTURA Núm. 45.

Juan 15:1-17.

Yo soy la \id verdadera, y mi padre es el labrador.

Todo pámpano en que no lleva

fruto, le quita; y todo aquel que lleva

fruto, le limpia, para que lleve más fruto.

Ya vosotros sois limpios por la pala- bra que os he hablado.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fru- to de mismo, si no permaneciere en la vid, así ni vosotros, si no permanecie- reis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto porque sin nada podéis hacer.

Si alguno no permaneciere en mí, se- rá echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y échenlos en el fuego y arden.

Si permaneciereis en mí, y mis pala- bras permanecieren en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto; así seréis mis discípulos.

Cómo el Padre me amó también yo os he amado : sed constantes en mi amor.

Si guardareis mis mandamientos, per- maneceréis en mi amor: como yo tam- bién he guardado los mandamientos de mi padre, y permanezco en su amor.

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo permanezca en vosotros, y vues- tro gozo sea cumplido.

Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os amé.

Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.

LECTUKAS AXTIFüXALES

177

Vosotros sois mis amigos, si hicierais las cosas que yo os mando.

Ya no os llamaré sieiTos. porque el sier\'o no sabe lo que hace su señor; mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que de mi Padre, os he hecho conocer.

No me elegisteis vosotros a mi; mas yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis, y llevéis fruto; y vues- tro fruto permanezca, para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre él os lo dé.

Esto os mando: que os améis los unos a los otros.

LECTURA Núm. 46.

Juan 3:1-19.

Y habíá un hombre de los Fariseos lue se llamaba Xieodemo, príncipe de -US Judíos.

Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que eres un maestro ve- nido de Dios; porque nadie puede hacer estos milagros que haces, si no fue- re Dios con él.

Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, le cierto le digro, que el que no naciere tra vez, no puede ver el reino de Dios,

Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer, siendo viejo? ¿puede en- trar segunda vez en el vientre de su ma- dre, y nacer?

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo ; que el que no renaciere de agua

y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espí- ritu es.

Xo te maravilles de que te dije; Xe- cesaiio os es nacer otra vez.

El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido; mas ni sabes de donde viene, ni donde vaya; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Respondió Xieodemo, y le dijo: ¿Có- mo puede ser esto ?

Respondió Jesús, y le dijo: ¿Tú eres un maestro de Israel, y no sabes esto?

De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos, hablamos; 3^ lo cjue hemos tisto, testificamos, y no recibís nuestro testimonio.

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis: ¿cómo creeréis, si os dijere co- sas celestiales?

Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, es a saber, el Hijo del hombre, que está en el cielo.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado:

Para que todo aquel que en él creyere, se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que haya dado a su Hijo unigé- nito; para que todo aquel que en él cre- yere, no se pierda, mas tenga vida eterna.

178

EL NUEVO HDINARIO EVANGELICO

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo; si- no para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado; porque no creyó en el nombre del uni- génito Hijo de Dios.

Y esta es la condenación, que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.

LECTURA Núm. 47.

Juan 10:1-8, 11-18, 27-29.

De cierto, de cierto os digo, que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal ladrón es y robador.

Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.

A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.

Y como ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen; porque conocen su voz.

Mas al extraño no seguirán, antes hui- rán de él ; porque no conocen la. voz de los extraños.

Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía

Volvióles pues Jesús a decir: De cier- to, de cierto os digo, que yo soy la puerta de las ovejas.

Todos los que antes de vinieron,

ladrones son y robadores, mas no los oyeron las ovejas.

Yo soy el buen pastor: el buen pas- tor su alma da por las ovejas.

Mas el asalariado, y que no es el pas- tor, cuyas no son propias las ovejas, ve al lobo que viene y deja las ovejas, y huye; y el lobo arrebata, y dispersa las ovejas.

Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas.

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.

Como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas que no son de este redil: aquellas también he de traer, y oirán mi voz; y habrá un re- baño, y un pastor.

Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, j^ara volverla a tomar.

Nadie la quita de mí, mas yo la pongo de mismo; porque tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las co- nozco, y ellas me siguen;

Y yo les doy vida eterna, y para siem- pre no perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre que me las dió, mayor que

LECTURAS ANTIFONALES

179

todos es; y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

LECTURA Núm. 48.

Romanos 12 : 1-17.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, san- to, agradable a Dios, que es vuestro cul- to racional.

Y no os conforméis a este siglo; mas transformáos por la renovación de vues- tro entendimiento, para que experimen- téis cuál sea la voluntad de Dios, la bue- na, agradable y perfecta.

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada uno de los que están entre vosotros, que no piense de mismo más elevadamente de lo que debe pensar; sino que piense discretamente, cada uno con- forme a la medida de fe que Dios le re- partió.

Porque de la manera que en un cuer- po tenemos muchos miembros, empero todos los miembros no tienen el mismo oficio:

Así nosotros siendo muchos, somos un mismo cuerpo en Cristo, y cada uno, miembros los unos de los otros.

De manera que teniendo diferentes do- nes según la gracia que nos es dada, si de profecía, sea conforme a la medida de la fe;

O si de ministerio, en servir; o el que enseña, en enseñar;

O el que exhorta, en exhortar; el que

reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, en solicitud; el que hace mise- ricordia, en alegría.

El amor sea sm fingimiento; aboiTe- ciendo lo malo, llegándoos a lo bueno.

Amándoos los unos a los otros con amor de hermanos; en la honra prefirién- doos los unos a los otros.

En los quehaceres no perezosos: ar- dientes en espíritu : sirviendo al Señor.

Gozosos en la esperanza: sufridos en la tribulación: constantes en la oración:

Comunicando a las necesidades de los santos : siguiendo la hospitalidad.

Bendecid a los que os persiguen: ben- decid, y no maldigáis.

Regocijáos con los que se regocijan; y llorad con los que lloran.

Sed entre vosotros de un mismo áni- mo: no altivos, mas acomodándoos a los humildes: no seáis sabios acerca de voso- tros mismos.

No paguéis a nadie mal por mal: apli- cándoos a hacer lo bueno delante de to- dos los hombres.

LECTURA Núm. 49.

I Corintios 13.

Si yo hablase en lenguas de hombres y de ángeles, y no tuviese caridad, soy hecho como metal que resuena, o platillo que retiñe.

Y si tuviese el don de profecía, y en- tendiese todos los misterios, y toda cien- cia; y si tuviese toda la fe, de manera

180

EL NUEVO HIMNAKIO EVANGELICO

que pudiese traspasar las montañas, y no tuviera caridad, nada soy.

Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres; y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tu- viere caridad, de nada me sirve.

La caridad es sufrida, es benigna: la caridad no tiene envidia: la caridad no es jactanciosa, no es hinchada.

No se comporta indecorosamente, no busca lo que es suyo, no se irrita, no piensa mal.

No se huelga en la injusticia, mas huél- gase en la verdad:

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

La caridad nunca se acaba: aunque las profecías se han de acabar, y cesar las lenguas, y desaparecer la ciencia.

Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.

Mas después que venga lo que es lo perfecto, entonces lo que es en parte será abolido.

Cuando yo era niño, hablaba como ni- ño, pensaba como niño, sabía como niño ; mas cuando ya fui hombre hecho, puse a un lado las cosas de niño.

Porque ahora vemos por espejo oscu- ramente; mas entonces, cara a cara. Ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.

Y ahora permanece la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; empero la mayor de ellas es la caridad.

LECTURA Núm. 50.

Efesios 6:1-18.

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; que esto es justo.

Honra a tu padre y a tu madre, (que es el primer mandamiento con promesa)

Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.

Siervos, obedeced a los que son vues- tros señores según la carne con temor y temblor, en la integridad de vuestro co- razón, como a Cristo :

No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como sier- vos de Cristo, haciendo de ánimo la vo- luntad de Dios:

Sirviendo con buena voluntad, como quien sirve al Señor, y no sólo a los hom- bres :

Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, eso mismo recibirá del Señor, ya sea siervo, o ya sea libre.

Y vosotros, señores, hacedles a ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabien- do que el Señor de ellos y el vuestro está en los cielos; y no hay respeto de per- sonas para con él.

En fin, hermanos míos, sed fuertes en el Señor, y en el poder de su forta- leza.

Vestios de toda la armadura de Dios,

LECTURAS ANTIFONALES

181

para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Porque no solamente tenemos lucha con sangre y carne; r.ino con principados, con potestades, con los gobernadores de las tinieblas de este siglo, con malicias espirituales en lugares altos.

Por tanto tomad toda la armadura de Dios, para c^iie podáis resistir en el día malo, y superado todo, estar en pie.

Estád pues firmes, ceñidos los lomos de verdad; y vestidos de coraza de jus- ticia;

Y calzados los pies con la preparación del evangelio de paz :

Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con el cual podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.

Y el yelmo de salud tomad, y la es- ])ada del Espíritu, Cjue es la palabra de Dios :

Orando en todo tiempo con toda ora- ción y ruego en el Espíritu, y velando para ello con toda instancia y suplica- ción por todos los santos.

LECTURA Núm. 51.

Gantiago 1:12-27.

Bienaventurado el varón que sufre ten- tación: porque después que fuere proba- do, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Cuando alguno es tentado, no diga, que Dios me tienta; porque Dios no pue- de ser tentado por el mal, ni él tienta a alguno:

Sino que cada uno es tentado, cuaildo de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.

Y la concupiscencia después que ha concebido, pare al pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte.

Hermanos míos nmy amados, no er- réis.

Toda buena dádiva, y todo don per- fecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

El de su propia voluntad nos ha en- gendrado por la palabra de verdad, para que seamos como primicias de sus cria- turas.

Así que, hermanos míos muy amados,, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse;

Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Por lo cual dejando toda inmundicia, y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra injerida en vos- otros, la cual puede hacer salvas vues- tras almas.

Mas sed liacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural:

Porque él se consideró a mismo, y se fué; y luego se olvidó qué tal era.

182

EL NUEVO HIMNARIO EVANGELICO

Mas el que hubiere mirado atentamen- te en la ley perfecta que es la de la li- bertad, y hubiere perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.

Si alguno de entre vosotros piensa ser religioso, y no refrena su lengua, sino que engaña su propio corazón, la reli- gión del tal es vana.

La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es ésta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribula- ciones, y guardarse sin mancha del mun- do.

LECTURA Núm. 52.

LA NUEVA JERUSALEM.

Revelación 21:1-14, 21-27.

Y vi un cielo nuevo, y una tierra nue- va: porque el primer cielo, y la prime- ra tierra se fué, y la mar ya no era.

Y yo, Juan, vi la santa ciudad de Je- rusalem nueva, que descendía del cielo, aderezada de Dios, como la esposa ata- viada para su marido.

Y una gran voz del cielo, que decía : He aquí, el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos.

Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; ni habrá más pesar, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas son pasadas.

Y el que estaba sentado en el trono, dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Y di jome: Hecho es. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed yo le daré de la fuente del agua de la vida de balde.

El que venciere, heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Empero a los temerosos, e incrédulos; a los abominables, y homicidas; y a los fornicarios, y hechiceros; y a los idóla- tras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Y vino a uno de los siete ángeles, que tenían las siete redomas llenas de las siete postreras plagas, y habló con- migo, diciendo : Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero.

Y llevóme en el espíritu a un gran monte y alto, y mostróme la grande ciu- dad, la santa Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,

Teniendo la gloria de Dios; y su lum- bre era semejante a" una piedra precio- sísima, como piedra de jaspe cristali- zante.

Y tenía un grande muro y alto, y te- nía doce puertas; y en las puertas, doce ángeles; y nombres escritos sobre ellas, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.

Al oriente tres puertas : al aquilón tres puertas: al mediodía tres puertas: al poniente tres puertas.

LECTURAS ANTIFONALES

183

Y el muro de la ciudad tenía doce fun- damentos; y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Y las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una per- la. Y la plaza de la ciudad era oro puro, como vidrio trasparente.

Y yo no vi templo en ella; porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo de ella.

Y las naciones de los que hubieren sido salvos andarán en la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Y sus puertas no serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.

Y llevarán la gloria, y la honra de las naciones a ella.

Y la ciudad no tenía necesidad del No entrará en ella ninguna cosa su-

sol, ni de la luna para que resplandezcan cia, o que hace abommación y mentira;

en ella ; porque la gloria de Dios ha alum- sino solamente los que están escritos en

brado, y el Cordero es su luz. el libro de la vida del Cordero.

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