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EN A3IÉI11CA,

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Qístoria 'be mx\c^ sabré la propínciii g antiigu0 reina íre Ctuíta.

Contiene, entre otras cosas, su estado anli^'uo, clima y prodiiccidues natu- rales. División territorial. Descripción, habitantes y cüstumbres déla ciu- dad de Quito. Noticia de los páramos y cordilleras.

POR M. E. Y L. C.

CON UAA LAMINA FINA PEUFECTAMENTE ILUMINADA,

que representa habitantes de Quito en el trage del pais.

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BARCELONA.

IMPRENTA 1)E A. BERGNüS Y COMPAÑÍA. CON UCENCIA. MARZO, 1833.

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número 32.

número 40.

número 4^- - número G4.

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Mangra

Manteca de Ilambiirgo. . . .

de Holanda

Negro de marfil

de bunio. ,

Opio

Paja gualda

Palo amarillo

Brasiletc Nicaragua.. .

Campecbe

Santa Marta

Fernambuco

Papel blanco superior. ....

florete

medio florete

de estraza

Pasas moscatel de Málaga. .

de Valencia. . .. '.'. . .

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jiPelo de camello trab. inglés.

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de Yaiaquia. .

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de Asia

Pimienta negra. . , ,

Tabasco

Piñones del pais

Plomo de Adra y Alaieria en

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Potasa

Polvo de grama

Quercitron

Queso de Holanda

Quina loja

calisaya

Regaliza raíz

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Rubia del reino

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Todos los ejemplares de esta obra van numerados y rubricados para los efectos del derecho de propiedad.

EL NUEVO

EN A3IÉRICA,

O SEA

j^ietoria íre via\e^ ^obve la proyíncia ^ antiígua

Contiene, entre otras cosas, su estado antiguo, clima y producciones natu- rales. División territorial. Descripción , habitantes y costumbres de la ciu- dad de Quito. Noticia de los páramos y cordilleras.

POR M. E. Y I.. C,

GON VKA LAMINA FINA PEUFECTAMEATE ILUMINADA,

que representa habitantes de Quito en el trage del pa¡«.

BARCELONA.

IMPRENTA DE A. BEIIGINES Y COMPAÑÍA. COIV LICEÍÍGÍA. MARZO. 1833.

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VIAJERO UNIVERSAL

en América.

íi^PITlTLO 1.

Estado antii^uo de Quito, su clima j produc- ciones naturales.

El reino de Quito, como se ha x'isto en el Viaje sobre el anti<¿uo Perú, fue sojuzgado por los Incas según algunos, en tiempo de Tucap Yupanqui, a escepcion de la Capital; y según oíros, por su hijo primogénito Huaina Capac. Habiendo este sucedido á su padre y teniendo entre otros hijos no legítimos á Altahu Alpa de la hija mayor del ultimo Rey de Quito, re- solvió dejarle colocado en aquel Reino. Para este fin solicitó el consentimiento de su hijo legítimo y primogénito Huáscar, quedando el vir. g27 1

G EL NUEVO VÍAJ£IlO UNIVERSA.!.

reino de Quilo como en feudo del imperio del Perú; pues era ley fundamental del mismo que las provincias conquistadas no pudiesen ser desmembradas de él.

Obtenido el consentimiento del Príncipe heredero, quedó Attabu Alpa ó sea Atabalipa rey de Quito; pero después de la muerte de su padre, ingrato al beneíicio que acababa de reci- bir de su hermano Huáscar, se rebeló contra él y le quitó el imperio. Kl mismo Atabalipa murió posteriormente á manos de los Españoles; y Francisco Pizarro envió a Sebastian de Belal- cazar á la conquista de Quito. Este derrotó a los hidios, se apoderó del Reino, y reedificó la Capital, estableciéndose en ella en 1534 y dán- dole el nombre de San Francisco de Quito, que todavía conserva. No tuvo empero el título de ciudad hasta 154Í.

Esta población se halla á los 13' 33" de lati- tud austral v á 298° 15' 45" de loní^iiud del meridiano de Tenerife. Está en lo interior de la América meridional, en la falda oriental de la cordillera occidental de los Andes , y dista del mar del Sur por la misma parte occiden- tal como unas treinta y cinco leguas.

Al noroeste se halla á sus espaldas el cerro

ÉN AMÉRICA. 7

Ó páramo de Pichincha, célehre por su altura y por la antigua fama que tiene de encerrar riquezas. Es este un volcan que reventó en tiempo de los Incas, y también después de la conquista ; y aunque hace bastante tiempo que no arroja fuego ni se le percibe humo, no deja á veces de asustar á los habitantes con las lior- riblcs detonaciones que se oyen en sus conca- vidades. Su boca está en lui picacho, y su ci- ma se ve siempre cubierta de nieve, de donde la bajan á la ciudad para helar las bebidas. Su superficie abunda en materias calcinadas.

La temperatura de la provincia de Quito varía según la mayor ó menor elevación del terreno. Hay parajes llenos de perpetua nieve donde el frió es insufrible, y otros en e[ue se disfruta de una continua primavera. El aire es apacible; los dias y las noches están en perfecta igual- dad; de suerte, que un pais que atendida su situación geográfica parece que debia ser inha- bitable por el calor, es muy delicioso, y ape- nas se distingue en él lo que es verano y lo que pertenece al invierno.

Todo esto se debe principalmente á la gran- de elevación de aquel tcireno sobre el nivel del mar; de donde resulta la existencia de mu-

8 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

clios cerros muy altos y de grande esleiision cubiertos de nieve y hielo, entre ellos las lade- ras de muchos volcanes.

Uno de los objetos que mas sorprenden al viajero es el ver la agricultura y la industria en la mayor actividad sobre las ruinas que estos van dejando. Las ñddas del Tungu ragua esta- ban cubiertas todavía en 1790 de endurecida lava; las grietas formadas al condensarse la materia de la erupción despedian humo des- pués de diez y seis años; se quemaban todavía los que aplicaban la mano al interior, y re- sonaba un asombroso ruido en las concavida- des de la montaña, cuando todo era actividad y vida en los pueblos inmediatos de Baños, Pelileo y Patate.

Pero uno de los terremotos mas terribles fue el que principió á 4 de febrero de 1797 á las siete y tres cuartos de la mañana. Cuarenta le- guas de terreno se vieron trastornadas por el movimiento undulatorio que duró apenas cua- tro minutos. Sigiiieion espantosos truenos sub- terráneos, y se repitieron los terremotos á las diez de la nuiñana y a las cuatro de la tar- de, continuando después interrumpidamente y con menor violencia hasta el 5 de abril

EN AMÉRICA.. 9

á las dos y tres cuartos de la mañana, en que fue general y terrible la conmoción. Un im- pulso vertical que sufiieron varios montes derrocó gftindes moles de ellos sobre sus pue- blos vecinos. Caudalosos rios de lodo y otras materias espelidas por diferentes bocas igua- laron muchos valles con los cerros laterales. Grandes haciendas é importantes estableci- mientos y los pueblos de Pelileo, Pillaro, Que- ro y Patate fueron sepultados con sus liquezas y liabitantes. Las ruinas del cerro Cullca cu- brieron la \illa de Riobamba. Un momento bastó para que quedasen destruidas las pobla- ciones de Latacunga y Ilumbato, cabezas de corregimiento.

El Tunguragua, cuya elevada cima se man- tuvo tranquila y despejada, fue, según pudo calcularse, el foco de donde se comunicó el movimiento y los materiales á los montes in- mediatos. El cerro Igualata, colateral y en la misma cordillera, reventó por diferentes par- tes. Sus materias corrieron como rios, unoshá- cia el camino de Riobamba , y otros hacia Que- ro, en donde se aumentaron con las que vomitó el cerro de Lolimpi. Una sola erupción de la quebrada Cusutagua bajó a un profundo rio VII. 2

10 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL*

deteniendo el curso de sus aguas, siguió mas de tres leguas ocupando el cauce de cuatro- cientas varas de ancho y doscientas de profini- didad, e interrumpió el curso de los rios Ham- bato, Latacunga y Pacliaulica. De esta especie fue el rio que penetró hacia la cumbre de la Mova. En otros montes se abrieron bocas v ca- yeron de ellas un sin número de escombros; en Moya la fuerza vertical que levantó las ma- terias cenagosas alzó también un coilczon de dos á tres varas de espesoí* el cual se dividió en varios trozos que fueron flotando, cubiertos de plantas, hasta quedar depositados sobre las ruinas de Pelileo, arrastrando la corriente á los habitantes que hablan sobrevivido á los vai- venes de la tierra.

En este terremoto acaeció un gran numero de notables particularidades. El lodo, que en tanta cantidad salió de los montes, se conso- lidó en breve. Al primer movimiento se infla- mó la laguna de Quirotoa, sufocando su in- tenso calor los ganados y bestias que pactaban en sus inmediaciones. La hacienda llamada la Calera, del corregimiento de Latacunga, fue ti- rada entera á mas de mil varas, precipitándose á trozos el edificio. Un árbol de capulí se en-

EPÍ AMERICA. 1 1

centró trasladado derecho á un punto, como si se hul)iese criado allí, salvándose una india que habia subido á él. Uno de los rios que sa- lieron del Iguálala fue rellenando por el espa- cio de cinco leguas el cauce del lio Pachanlica de mas de cien varas de profundidad; y reu- niéndose con otros, pasaron el curso de los rios Hambato , Tacunga, G ñapante, Najiqui y otros por el término de ochenta y siete dias, for- mando grandiosos lagos. Los escombros del cerro Calan detuvieron odio dias al gran rio Chambo. El cerro Conchuina, de la jurisdic- ción de Quero, arrojó materias en parte secas y en parte con mezcla de agua. En otro sitio se levantaron trozos de terreno en forma de pirá- mides ó panes de aziicar de ocho ó diez varas , cuya base parecia como soplada con fuelles. Las tierras déla jurisdicción de Patate padecie- ron principalmente por las inundaciones re- sultantes de la obstrucción de los rios. Los temblores fueron grandes y frecuentes en el puerto de Cuayaquil, donde no hubo desgrar cias de consideración , ni se desquiciaron las casas hechas ya de madera á este intento. En Quito fueron tan fuertes, que con dificultad podia uno mantenerse en pie; y si bien tam-

12 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

poco fueron de consideración las desgracias , se desplomaron \arias torres y muchos edifi- cios. Las personas que fallecieron en tan hor- rorosa catástrofe y en una estension tan in- mensa, fueron innumerables^ incluyendo los Indios y Mestizos. Si bien se sintió el temblor en las ciento setenta leguas que hay desde Popayan á Piura^ y en las ciento cuarenta desde el mar hasta las orillas del rio ÍNapo, los efectos principales se sufrieron en el cuadri- longo de cuarenta leguas entre Guaranda y Machache, y de unas veinte de este á oeste; pais muy fecundo, poblado y rico.

El temple de Quito está en tal medio ;, que ni los calones ni los frios molestan. Las mañanas son frescas^ lo restante del dia es templado, y las noches de un temperamento agradable. Allí se ve á un tiempo que unos van vestidos de seda y ropas de verano , y otros de paño y telas de mas abrigo, propias del invierno.

Los vientos que reinan son continuos y sa- ludables, y regularmente de sur ó de norte; pero nada fuertes, antes bien refrescando el aire hacen que los rayos del sol causen menos molestia de la que causarian sin ellos. Por es- tas ventajas seria aquel pais el mas envidia-

EN AMHRICA. Í3

ble; mas son conlinuos los aguaceros y espan- tosas las tempestades, y sobre todo los terre- motos se sufren muy á menudo.

Los días suelen ser serenos basta la una ó las dos déla tarde, en cuya bora empezándose á levantar vapores, se forman borribles tem- pestades de truenos y rayos, que además del estruendo que causan resonando en los cerros, á veces ocasionan desgracias en la ciudad. Sue- len durar las lluvias basta que al ponerse ol sol queda despejada la atmósfera como antes. A veces continúan basta por algunos dias in- termediados de otros serenos. Desde el mes de diciembre basta el de abril, mayo ó junio es el tienq)o que llaman invierno, y los restantes meses componen el verano : en el primero de estos períodos son mas comunes las aguas.

Aquel pais se puede decir que casi está libre de insectos y sabandijas, pues de estas ningu- na liay allí que sea venenosa ; y por lo demás, los mos({uitos no se conocen, y las pulgas son rarísimas, sin liaber otra incomodidad que hi de las niguas ó piques.

Aunque allí no se conoce la peste ni el con- tagio bay en cambio otras enfermedades que lo parecen, y que causan mucba mortandad, co-

14 EL PÍUEVO VIAJERO UNIVERSAL

iiio fiebres malignas, pleuresías, y la que lla- man allí mal d(d valle ó vicho, que se juzga ser una especie de gangrena y es muy frecuente.

Cuando reinan los vientos del norte y nor- deste, que son los mas frios poique pasan por páramos nevados, hay catarros que allí llaman ¡)(',chiguenu , c\\ui suelen ser generales y muy molestas. En estas ocasiones acostumbi*a hacer mas frió que lo regular por las mañanas, pero se templa entrando el dia.

Así como no se conoce la peste del conti- nente antiguo se ignora allí el mal de rabia en los perros; pero estos animales están sujetos á otra enfermedad que se puede comparar con las viruelas de los racionales , porque to- dos los cachorros la padecen y se esliende por todas las provincias de la América meridional. Quedan libres de padecerla los que la han te- nido una vez; y consiste en convulsiones en lodo el cuerpo, y arrojar borbollones de san- gre por la boca, muriendo los que no pueden resistirlo.

A la benignidad de aquel clima se debe sin duda la gran fertilidad del terreno; pues exis- tiendo siempre el calor y la humedad propor- cionados, se ven en todos tiempos los frutos

KN AMÉRICA. 15

de todas las estaciones. Al tiempo que se \aii secando las primeras yerbas salen otras de la misma especie. Se marchitan unas flores y otras Jas reemplazan. Al madurar unas frutas y en- vejecerse las hojas que las acompañaron, el mis- mo árbol va produciendo otras nuevas en dife- rentes estados de madurez. Lo mismo sucede con los senderados, pues en un nñsnio [)araje siegan mientras en olro inmediato están sem- brando. Se ven sembrados en todos los grados de aumento. Estas diferencias proceden tam- bién de la varia situación de los terrenos, unos en páramos, otros en colinas, otros en llanos, otros en valles. Siendo cada uno de distinto temple, también es .vario el tienq)o proj>io para sembrar y coger.

])e esta s^ian fertilidad resulta la abundancia de todo genero de frutos y producciones natu- rales, y la bondad de todos los comestibles, que están sumamente baratos. Son escelentes las carnes que se gastan en Quito, como soii teriie- ras , cebones, carneros, cerdos y aves domés- ticas, y el ti'igo. El pan no era muy bueno, por no saberlo amasar las Indias.

Lo que falta en a([uel pais son legumbres verdes, y las suplen con raices y simientes

16 EL NUEVO VIAJERO UJVIVERSAL

secas. Las especies de raices son camotes, ar- racachas , yucas , ocas y papas : las tres prime- ras se traen de los países cálidos donde se cria la cana dulce , cuyos parajes se llaman valles ó jungas. También se traen de ellos varias fru- tas, como son piálanos dominicos^ guineos, ají ó pimiento, cbírimoyas , aguacates, grana- dillas;, pinas, guayabas, guabas y otras. En los parajes frios se producen peras pequeñas, duraznos, priscos, melocotones, guailambos, aurimelos, albaricoques y algunos melones y sandías,- pero estos tienen un tiempo determi- nado para su sazón, y las demás abundan igual- mente en todo el año. En los parajes de tem- ple moderado se suelen coger en todas las esta- ciones frutillas ó fresas del Peni, higos de tuna V manzanas. Asimismo abundan las naranjas de la China y agrias, limones reales y sutiles, limas dulces y agrias, cidras y toronjas: cuyos árl)oles mantienen el azahar todo el año sin cesar de dar fruto. La abundancia y perma- nencia de tantas frutas es el mayor regalo de las mesas. Son los primeros platos, y los últi- mos que se quitan , sirviendo siempre de de- leite al paladar, al olfato y á la vista.

La frutilla ó fresa del Perú se distingue de la

Ei\ AMIÍRICA. 17

de Europa en el tamaño, que es mayor tanto en el fruto como en las hojas No son tan gustosas como las de Europa, porque contienen mas jugo, pero no dejan de ser agradables. Las pa- pas ó patatas son tan conocidas, que es por demás detenerse en su descripción. Su uso es tan común, que las comen en vez de pan, las guisan de varios modos , y las prcíiei'en á la carne nías delicada.

La raíz que llaman oca ^ de dos á tres pulga- das de lai'go y de nscdia de grueso, auncjue no igual en toda su estension, con una especie de nudos en que se tuerce, se come cocida ó asa- da. Su gusto se asemeja al de las castañas, aun- que sobresale el dulce, propiedad de todas las frutas de América. De esta raiz se hacen con- servas; y la produce una planta menor, como los camotes, yucas y otras. Está cubierta de un pellejo muy delgado y fino, amarillo, colorado, ó un medio entre los dos.

Los granos que produce aquel país son los mismos que se cogen en España. Los Indios comen tostado el maiz, y entonces le llaman ca lidia, üel maiz se hace la chicha , bebida (¡ue usaban los Indios antes de la con(|uista, y que en el dia usan laudjien mucho. Para ha-

18 m. i^rUEVO VIAJERO UNIVERSAL

cerla ponen en remojo el niaiz liasla que brota el tallo, y después lo secan al sol; en seguida lo tuestan y lo muelen , y con la harina hacen un cocimiento que cuando está en su punto le ponen en tinajas ó botijas, y le añaden una porción de agua para que fermente, lo que sucede al segundo ó tercer dia. Concluida la fermentación al cabo de otros dos ó tres está propia paia beberse. Dicen (jue es fresca ; pero lo cierto e.s que si se bebe con esceso embria- ga, como les sucede á los hidios. Su gusto se parece al de la cidra, aunque, no se puede guardar por mucho tiempo, pues se aceda al cabo de seis li ocho dias. Además, los hidios preparan el maiz para comerle de varios mo- dos, y les sirve de pan.

La semilla mas particular de aquel pais es la quinoa, que se parece á la lenteja, aun- que es mucho menor. Después de cocida se abre, y sale de ella una fibra, que permane- ciendo algo enroscada parece un gusanillo ^ mas blanco que lo esterior de la semilla. Se come cocida como el arroz, y es muy gustosa. Se ha esperimentado ser propia para curar los abcesos v poslemas, aplicando su emplasto; y el agua cocida con ella produce muy buenos efectos.

EN AMÉRICA. 1 í)

Además de las carnes domesticas, se crian conejos en abundancia en los páramos. Hay perdices, aunque no muchas ni de la misma especie que las de Euiopa , pues se asemejan á las codornices. Son muchas las tórtolas, pero se cogen pocas, porque allí se tiene poca afi- ción á la caza.

Uno de los comeslibles de mas consumo es el queso, cuyo importe se regulaba anualmente de setenta y cinco á ochenta mil pesos fuertes: no se consume tanta manteca de vaca, bien (pie la hacen nuiy delicada. Aquellos habitan- tes son mas aficionados al dulce que los de otros paises; y así es que en Quito y en las de- mas poblaciones grandes de su jurisdicción es grande el consumo de miel y aziicar. Después de cuajada la miel de cañas hacen de ella imas tortas, que llaman raspaduras; las comen á bocados como si fuese pan, y es uno de los alimentos mas comunes de la gente pobre.

La chirimoya es una fruta la mas delicada. Las hay desde pulgada y media hasta cuatro y aun cinco de diámetro. Su figura es casi re- donda, algo aplastada por una parle. Está cu- bierta de una cascara delgada, suave y unida á la carne, de la que no se puede separar sin cu-

20 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

chillo. Es verde oscura en lo esteiior cuando crece, aclarando un poco el color en su madu- rez. La corteza forma como escama en toda la circunferencia, con unas venas algo gruesas que sobresalen. La carne interior blanca, de fibras casi imperceptibles que concurren al corazón, el cual se prolonga desde el hueco de un cabo hasta al otro, está penetrada de un jugo algo meloso, es dulce con una punta de agrio muy delicado , y de muy agradable fragancia. Están entre la carne las pepitas, de unas siete líneas de largo y de tres á cuatro de ancho, algo cha- tas, de superficie desigual, con algunas rayas de arriba á bajo. El árbol es alto y espeso; su tronco grueso y redondo, con algunas desigual- dades ; y sus hojas frondosas, algo circulares, aunque mas largas que anchas, terminadas en punta, de tres pulgadas de largo, de dos y dos y media de ancho, y de un verde algo oscuro. Este árbol se desnuda de las hojas secas antes de cubrirse de las nuevas todos los años; lo que es una particularidad en aquel clima. La olorosa flor que sale antes de la fruta tiene al principio un color poco diferente del de las hojas , y verde oscuro en su perfección , y una figura semejante á la de un alcaparrón, car-

EN AMÉIUCA. 21

nosa , algo mas grande, y ahieila en cuatro hojas. Son muy estimadas; y solo produce el árbol las que han de dar fruto.

Otra de las buenas frutas de aquel pais es el aguacate, Uaiundo jjal/a por los Indios en Li- ma y otras partes del Perú; de figura casi cóni- ca ; de tres á cinco pulgadas de largo, con una cascara muy delgada , que se despega fácil- mente cuando la fruta está madura'; y en lo es- terior es lisa y lustrosa, como si estuviese bar- nizada. Su color es siempre verde, aunque algo mas claro cuando madura; la carne algo con- sistente, de color blanco tirando á verdoso, de gusto nada dulce, siéndole preciso un poco de sal para que sobresalga; la pepita que en- cierra, de dos pulgadas de largo y media de diá- metro circular y rematando en punta, amarga, no tan dura que resista al cuchillo, y com- puesta de dos lobas entre las cuales se percibe la forma del árbol en pequeño ; y la hoja algo mas grande que la del chirimoyo con alguna diferencia en la figura. El árbol es alto, copudo y muy frondoso.

En el Fin/e al Perú inodenio se habló va délas guabas, llamadas/;<:ir6Yr<?,i poi' los hidios, cuyo árbol es también alto, copudo y de la hoja correspondiente.

22 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

La granadilla, de la liecliura de un huevo de gallina, pero mayor y de cascara muy lisa , lustrosa por fuera y algo encarnada, blanca por dentro y esponjosa, de cosa de linea y media de grueso, con alguna consistencia, encierra una sustancia viscosa y líquida, y en ella unas pepitas ó granos muy pequeños y delicados. El gusto de esta fruta es agridulce muy agradable; y es fresca y sana, aunque se coma en abun- dancia, lo mismo que las dos anteriores. La planta se enreda, y da una flor semejante á la pasionaria, pero de una deliciosa fragancia.

La mayor parte de las frutas de aquellos paises, en particular las de climas cálidos, no maduran en los árboles, sino que es preciso arrancarlas y dejarlas sazonar. No arrancándo- las, se marchitan y no se pueden comer.

EJí AMIÍRICA. 23

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CAPITULO II.

Dii>ision territorial de Quito.

La prcívincia de Quito, con territorio de au- diencia y título de reino, terminaba al norte con la de Santa Fe de Bogotá , comprendiendo parte del gobierno de Popayan; al oeste con el grande Océano , desde la costa de Máchala en la ensenada de Puna hasta al gobierno de Atacames y jurisdicción de Barbacoas en la de laGorgona; al sur con los corregimientos de Piura y Chachapoyas pertenecientes al Perú al oriente con el gobierno de Maynas en el rio Marañon ó de las Amazonas hasta el meridiano de demarcación con el Brasil. Por esta parle se encuentran dilatadas llanuras habitadas por Indios independientes. Su costa contiene al sur el golfo de Guayaquil, y hacia al norte los ca- bos Santa Elena, San Lorenzo v San Francisco.

La mayor estension de Quito de norte li sur es de doscientas leguas, y de oliente á occi- dente desde el cabo de Santa Elena hasta el

24 EL NUEVO VIAJERO UNIVEKSAL

indicado meridiano. Los Andes atraviesan del sur al norte con el nombre de cordillera de Quilo, que se divide en dos ramales, el mas occidental á unas treinta á sesenta le- guas del mar, y el otroá cosa de cinco leguas y media a seis y media mas adentro, dejando entre ambos una muy alta llanura en donde existe casi lodo el número de habitantes. Se aízan en la cordillera occidental el Casitagua, el Picbinclia, el Atacazo, el Coiazon , el Isline- sa, el Cargüairazo y el Cbimborazo, descritos ya en el Viaje al Perú inodcino ^ y el Curram- bay; y en la oriental el Guamani, el Anlisana, el Pasuachoa, el Ruminavi, el Cotopaxi, el Quelendama , el Tunguragua, el Capa-Ureu, el Altivir y el Sangay, que son casi todos volca- nes en actividad.

De las vertientes orientales se desprenden varios rios secundarios, que van á reunirse con el Putumayo, el Ñapo, el Pastaza, el Mo- rona , el Santiago y el Amazona. De las occi- dentales descienden al grande Océano los rio. Esmeraldas y Guayaquil.

Gran parte del terreno que forma la anchura del reino de Quito está solo habitado por na- ciones bárbaras de hidios ó despoblado. Lo

que en rigor se puede considerar que contiene su población es el espacio que se halla entre las dos cordilleras de los Andes formando un trecho prolongado y de no mucha latitud, des^ de el corregimiento de la villa de San Miguel de Ibarra hasta el de Loja, lo que se dilata desde aquel hasta mucha parte de lo que ocu- pa el gobierno de Popa van , y lo que se es- ticnde desde la cordillera occidental hasta la marina. Los corregimientos de oriente á occi- dente se estendian cosa de quince leguas ó poco mas, que es lo que media entre las dos cordilleras; pero debe agregarse también lo que comprenden los gobiernos de Jaén, de Bra- camoros, el de Quijos y el de May ñas, dejando entre unos y otros largos trechos que solo ha- bitan los hidios; y al norte de toda la pro- vincia el gobierno de Popayan, que \enia a ser otra provincia distinta de la de Quito.

Además de estos cinco gobiernos, se com- ponia la provincia de Quito de nueve corre- gimientos, llamados alli provincias^ que em- pezando por el que está mas al norte, son los siguientes:

1°. La villa de San Miguel de Ibarra, que era cabeza del corregimiento del mismo nombre,

^G EL NLKVO VIAJERO UP< I VERSAL

el cual tenia además ocho pueblos principales ó parroquias. Antiguaiiienle pertenecia á este corregimiento toda la jurisdicción del de Otá- balo, pero se dividió en dos, por comprender demasiado terreno. La villa de San Miguel se halla en un espaciosa llano, algo mas cercana á uno de sus lados ;, y poco apartada de una mediana seiianía que la hace espaldas por la parte de oriente entre dos rios no muy gran- des que riegan aquella llanura. El terreno es de poca firmeza, por lo que no solo se esperi menta mucha humedad, sino que los edificios se hun- den. Es de bastante estension, las calles dere- chas y anchas, la mayor parte de las casas de adobes ó de piedra y cubiertas con teja. En lo esterior de la villa hay varios barrios donde viven los Indios, cu^as casas ó chozas son lo mismo que en otros paises, estrechas y pobres. Pero las casas de lo interior de la villa tienen buen aspecto : las de la plaza son de un alto, v las demás bajas. A mas de la iglesia parroquial habia tres conventos, uno de franciscos, otro de dominicos, y olro de mercenarios , y uno de monjas de la Concepción. El número de sus habitantes será como de diez á doce mil.

En la jurisdicción de este corregimiento está

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la célebre laguna de Yaguar-Cocha , memora- ble por haber sido el sepulcro de los de Otá- balo cuando el inca Huayna Capac los venció, y por la giandc resislencia que le hicieron mandó degollar á los prisioneros, con lo cual se ensangrentó la laguna y le quedó el nombre que tiene, que significa la<^o de saiigrc.

La temperatura de esta villa es muy benigna. La mayor parte de los pueblos de su jurisdic- ción se hallan en terrenos bajos, que se llaman valles. Las haciendas que hay en ellos unas son de trapiches donde se fabrica mucho azúcar y muy blanco, otras de frutas de temples calien- tes, y otras de algodón, de que hay abundancia y es de buena calidad.

La caña dulce no es tan tardía como en la jurisdicción de Quito, y se muele en todos tiempos, pues no tiene necesidad de cortarse en ocasiones determinadas; no perdiendo nada de su calidad aunque se retarde uno ó dos me- ses mas después de estar madura. Así los cor- tes se hacen por cuadras , y todo el año traba- jan los trapiches.

Los demás parajes cuya temperatura es me- nos cálida, están ocupados de haciendas de sembradío donde hay grandes maizales. Las

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haciendas de potreros son lannbien considera- bles, pero las de lanas no producen á propor- ción.

En la jurisdicción del pueblo de las Salinas hay minas de sal, que se consume en este par- tido y es lleva a los paises situados al norte de el. Esta sal tiene mezcla de salitre, por lo que no es muy sana; pero no daña a los que están acostumbrados á ella , bien que no es propia para salazones , en las cuales usan de la de Guayaquil.

En las tierras que pertenecen al pueblo de Mira, hay parajes donde se crian asnos silves- tres que procrean mucho y son difíciles de coger. Los dueños de aquellas posesiones dan licencias para sacar cuantos se puedan por un interés muy corto, proporcionado á los dias que se han de emplear en la cacería. Para cogerlos se junta mucha gente á caballo con Indios á pie, V hacen una batida procurando encerrarlos en una cañada, y después los enlazan desde los caballos á rienda suelta. Luego que se ven acorralados procuran escapar , y por donde rompe uno siguen todos los demás. Teniéndo- los enlazados los derriban y les ponen trabas, dejándolos asegurados hasta que se concluyela

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cacería. Los sacan después apareados con otros mansos, no sin dificultad, porque son tan bra- vos , que nadie puede parar delante de ellos. Cuando están en su libertad corren tanto como los mejores caballos, tanto cuesta arriba como cuesta abajo; y cuando los acosan se defienden á coces y bocados con tal ligereza, que sin de- jar de correr lastiman a mucbos de los que los persiguen. Pero es cosa particular que con solo ponerles la primera carga quedan mansos, ol- vidados de la ligereza, y apagada la ferocidad que tenian en el campo. No permiten estos ani- males que entre ningún caballo en el paraje en que ellos están establecidos; y si entra al- guno le acometen y persiguen basta abuyen- tarle, y á veces le matan á bocados. Fácil es presumir la armonía que barán por aquellos campos, pues apenas empieza uno á rebuznar cuando todos los demás le corresponden.

2^. La jurisdicción de Otábalo se componía de ocbo pueblos principales. Su asiento era grande, y se reputaba de diez y ocbo ó veinte mil babitantes, mucha parte de ellos españo- les. Los demás pueblos se componen de fami- lias de Indios.

En este territorio liav haciendas como en el

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anterior. No hay tantos trapiches , pero los obrajes eran mas en grande por ser los hidios mas en numero y mas aficionados á tejer. Ade- más de lo que se fabricaba en los obrajes ^ los Indios sueltos ó no mitayos hacían muchas te- las de su cuenta, como eran lienzos del pais ó tucuyos ^ alfombras, pabellones para camas y colchas adamascadas, todo de algodón, unas \eces blanco con varias labores, y otras azul y blanco. Estas telas son muy estimadas, tanto en Quito como en otras partes á donde se llevan.

Las siembras de trÍ2:o v cebada no se hacen en este corregimienlo como en los otros, pues en lugar de regar los sembrados dividen la tierra después de arada en eras ó surcos y van haciendo en estos hoyos pequeños, enterrando en cada uno cinco ó seis granos de simiente. La lentitud de semejante modo de sembrar dicen que se recompensa con la grande abun- dancia de las cosechas, que suelen ser de ciento a ciento y cincuenta por uno.

Hay muchas y cuantiosas haciendas de po- treros, y otras de hatos ó vaquerías donde se hace mucho queso. Para esto es muy á propó- sito, porque el territorio abunda en arroybs

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que riegan los sitios destinados para pastos. Las Laciendas de lana, li ovcjcrias como lla- man, no son tan considerables.

Al pueblo de Cayambe, situado en medio de un espacioso llano, hace espaldas uno de los cerros mas altos de aquellas cordilleras, lla- mado Cayand^uro. No menos alto ni cubierto de hielo que el Chimborazo, descuella sobre los muchos que hay entre él y Quito , y se des- cubre desde esta ciudad. La vecindad de aquel cerro v la violencia con que los vientos soplan casi de continuo hacen íjuc el llano de Ca- vambe sea algo fiio y desapacible.

En el territorio de este corregimiento hay dos lagunas, la una con el nombre de San Pablo, de un pueblo fundado á su orilla : ten- drá una legua de largo y media de ancho; en ella se cazan patos y gallaretas , y está rodeada de enea , llamada allí totoral. Recibe el agua del cerro de Mojanda, y de ella sale uno de los bra- zos que forman el rio Blanco. La otra, casi de la misma estension, se llama Cuicocha, y está so- bre una meseta que forma la falda del cerro del mismo nombre. En ella hav dos islas, v en es- tas cuyes silvestres y venados que pasan á nado á la tierra firme, y cuando se ven perseguidos

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EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

se vuelven á las islas. Tanto en esta laguna €omo eii la otra se crian algunos pececilos sin escama, como los camarones, que escabecha- dos son muy eslimados en Quito, por care- cerse en aquella ciudad de pescado fresco.

3^ El cori'egimiento de Quito se componía de veinte y cinco pueblos principales ; y aun- que el territorio tiene el nombre de cinco le- guas, se dilataba algo mas por algunas partes. Esta poblado de haciendas, cuyos frutos son proporcionados a la variedad del terreno. Es- tos son : maiz, caña dulce , raspaduras, guarapo V aííuardiente de caña. Se hacen unos dulces llamados rajados. La caña dulce es mas tardía en este corregimiento, pues el temple no es bastante cálido para su pronta madurez : no se puede cortar hasta los tres años de plantada, ni da mas que un fruto, y después el de lo que se llama soca^ que sirve para replantarla.

La bebida llamada guarapo no es otra cosa mas que el caldo de la caña según sale del trapi- che dejándole fermentar. Es nuiy gustosa entre agrio y dulce, y saludable; pero en escedien- dose embriaga. La gente común la usa mucho.

En medio de la gran variedad de aquel pais, en las haciendas de páramos se coge trigo, ce-

EN AMÉRICA. 33

bada, legumbres y papas, y bay diversas es- pecies de ganado.

La mayor parte de aquellos pueblos guardan poca regularidad en su disposición. Lo princi- pal de ellos es la iglesia y la casa del cura, á que llaman convento, aunque sea clérigo secu- lar, por haber estado al principio á cargo de regulares. Todo lo restante se reduce a chozas de barro cubiertas de paja esparcidas por los campos, donde cada uno tiene su chacarita ó pedazo de tierra para sembrar.

4^ Por la parte del sur de Quito el primer corregimiento que seguía al de esta capital era al asiento de Latacunga. El nombre de asiento significa lugar, y es inferior al de villa y supe- rior al de pueblo. Se halla este asiento en un llano espacioso : por la parte del este le hace espaldas la cordillera oriental de los Andes, de la cual se avanza un cerro muy alto; y poco dis- tante de su pie está Latacunga, á los 55' 14 4 " de latitud austral; al occidente la ciñe un rio bastante caudaloso, que aunque a veces se vadea, cuando aumenta la corriente es menes- ter pasarle por un puente. La población es grande, las calles anchas y derechas, las casas de piedra y cal embovedadas y bien dispues- VII. 3

34 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSjLL

las, aunque sin ningún alio por los terremo- tos. En el de 20 de junio de 1G98, que fue ge- neral en la mayor parle de la provincia de Quito, solo quedaron en pie en este asiento la iglesia de la Compañía y parte de una casa, eijtre mas de seiscientas que conlendiia de cal y piedra. La mayor parte de sus moradores fueron sepultados, pues el ten emolo empezó á la una de la mañana cuando dormian, y con- tinuó hasta mucha parle del dia. Ya se ha ha- blado antes del de 1797.

La piedra de que se hacen los edificios es una especie de pómez ó piedra esponjosa de los volcanes de (|ue hay allí canteras. Es tan ligera que nada sobre el agua, y por ser muy porosa traba muy bien la cal. Este corregi- miento tiene diez y siete pueblos principales, mas capaces y poblados por lo regular (pie loí:; de los demás.

Este asiento es frió, por el cerro de Coto- paxi, que solo dista seis leguas, y es no menos alto que los de Chimborazo y Cayamburo. Cuando en 1533 Sebastian de Beíalcazar con- (juislaba la provincia reventó acjuella monta- ña, y este accidente contribuyó mucho a que se rindiesen los Indios por la voz que había

EN A.M ERICA. 35

eutre ellos de que cuando reventase serian conquistados por un príncipe desconocido. Toda aquella espaciosa llanura está llena de disformes peñascos que entonces lanzó el vol- can, algunos á mas de cinco leguas de dis- tancia. Estalló también en 1743.

El vecindario de este asiento era de diez á doce mil habitantes entre españoles y mesti- zos. Habia cuatro conventos de S. Francisco, agustinos, dominicos y de la Merced. Los In- dios viven como en Quito, en barrios separa- dos junto á los campos. Habia toda suerte de oficios, y así en el pueblo como en lo restante de la jurisdicción muchos obrajes de paños, bayetas y tucuyos. Hacen muchas salazones de puerco, que llevan á Quito, Rio-Bamba y Gua- yaquil. Se ven sembrados de al faifa y arbole- das de sauces.

Los Indios de los pueblos de Pujili y Saqui- sili fabrican todo genero de obias de barro, como ollas, cántaros , etc. , con mucho pri- mor, para lepartirse en toda la provincia de Quilo. El barro que usan es colorado, muy fino y oloroso.

5^. Seguía después el corregimiento de l\io- Bauíba , cuya capilal era la villa del mismo

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nombre. Su jurisdicción eslaba dividida en dos partidos, con un tenienle en el asiento de Hanibato. Le pertcnecian diez y ocbo pueblos principales. La villa está situada á T, 41' y f de latitud austral, y á 22' al occidente de la ciudad de Quito.

En 1533 Sebastian de Belalcazar tomó á los Indios el pueblo que allí tenian; y en el año siguiente el mariscal don Diego de Almagro puso los fundamentos de aquella villa. Está en un llano muy espacioso , rodeado de cerros. Al norte tiene una llanura dilatada, por donde se deja ver en toda su magnitud el Cliimbora- zo, de cuyas faldas no dista mucho la pobla- ción. Al sur en otra llanura que domina á la villa hay un lago de cosa de una legua de largo y tres cuartos de ancho, llamado Colta. Tiene abundancia de patos y gallaretas, y en sus ori- llas varias haciendas.

Toda la villa es regular y bien dispuesta, las casas de cal y piedra ligera, algunas con un alto, y las demás bajas por los terremotos. Antes de la conquista los hidios de esta pobla- ción y los que la seguían en su jurisdicción por la parte del sur, se llamaban Puruayes, nom- bre con el cual se distinguen de los demás de la provincia.

ÉN AMERICA. 3/

Además de la iglesia mayor tiene olra par- roquia, conventos de las mismas religiones que Latacunga, y uno de monjas. Al poniente un rio fertiliza aquellos campos. El vecindario era de diez y seis á veinte mil almas , con mu- chas familias de distinción. El ayuntamiento se compon ia de regidores, entre los cuales se nombraban anualmente dos alcaldes ordina- rios, para cuya elección era menester que con- curriesen todos los votos. La inmediación del Cillimborazo hace a Rio-Bamba mas frió ([uc Quito, paiticularmente desde diciembre á ma- yo ó junio, en que son mas frecuentes ios vientos del norte y nordeste, retirándose la gente acomodada á las haciendas mas templa- das. No llueve tanto como en Quilo, y las teui- pestades son mas moderadas.

Las haciendas son muchas y grandes , los obrajes considerables, y los Indios aficionados á tejer, en especial los del pueblo de Guano, que tenían fama por las medias de lana. El ga- nado lanar es abundante, y el terreno suma- mente fértil con toda especie de hortalizas y le- gumbres secas. En este corregimiento hacia el sur hay el llano Tiocaxas, célebre por haberse dado en él una batalla entre los Españoles

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mandados por Belalcazar y los indios Pufua- yes, que impidieron á los primeros el paso pa- ra Rio-Bamba.

El asiento de Hambalo, segundo partido de este corregimiento, está en un llano que se ha- lla en lo hondo de un valle. Al noile hay un rio caudaloso y rápido que se pasa por un puente; este asiento lenia de nueve á diez mil habitantes, sus casas de adobes, una ])arro- quia, dos ayudas de parroquia y un convento de Franciscos. Fue destruido por el mismo tei- remoto que Latacunga. En sus inmediaciones se abrió la tieira en varias grietas, de las cua- les permaneció una al sur de cuatro á cinco pies de ancho y de cerca de una legua de norte á sur, y otras semejantes al norte después de pasado el rio. En aquella ocasión reventó el nevado (]arguayrazo, y de él corrió un formida- ble rio formado de nieve derretidii y de la lava arrojada por el volcan, que asoló las semente- ras, destruyó los ganados que pacian, y dejó rastros de lava al sur del asiento.

Los naturales son traviesos y belicosos, por lo que están desacreditados en los puel)los ve- cinos. Esta jurisdicción aventaja á las demás en varias cosas. Su pan es el mejor de la pro-

EN AMÉrUCA.. 39

\incia, y lo llevan por regalo en roscas á Quito. En el pueblo de Quero trabajan los Indios todo arenero de obras de madera end)ulidas. Patale da en abundancia caña dulce con muy buen azúcar; Santa Rosa de í^ilaguin mucha y bue- na cebada, y los alrededores del asiento esce- lentes frutas que se envian á Quilo inclusas la mayor pane de las de Euroj)a.

G.'' A la parle occidenlal del corregimienlu de Rio-Bamba se baila el de Chimbo con la ca- j)ilal de su nombre, intermedio con el de Gua- yaquil. Su jurisdicción secomponiade un asien- to y siete pueblos. El pueblo de Guaranda, donde residia el corregidor, era mas numeroso que Chimbo.

Como la jurisdicción de esle corregimienlo era la piimera de la serranía que lindaba con la de Guayaquil , era la que mantenía con las numerosas recuas de muías todo el comercio de Quito con las oirás provincias del Perú por medio de la de Guayaquil. Conducen de la pri- mera los paños y géneros que se fabrican en ella, harinas y semillas del pais ; y de reí orno llevan vino, aguardiente de uvas, sal , algodón, j)escado , aceite y olios géneros de que carece. Este tráfico, de grande utilidad á sus vecinos, se

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hace en verano. En invierno no se puede sin muchas dificullades transitar por la montaña á lo que llaman allí cerrarse la montaña.

Esta jurisdicción es la mayor parte muy fria por la inmediación del páramo de Chimborazo, sus tierras dilatadas y fértiles, las haciendas de sembradío ó de potreros, que mantienen tam- ])ien los ganados de recuas. 7.^ k la parte del sur de la jurisdicción de Rio-Bamba seguía la de Cuenca con su capital la ciudad deí mismo nombre , fundada en 1557 por Gil Ramírez Dá- valos. Su jurisdicción se dividía en dos parti- dos , uno de la capital y otro del asiento de Alausi que partia términos con el de Río-Bam- ba. La ciudad de Cuenca está á la latitud aus- tral de 2" 5.T 19", en un llano muy dilatado, por el cual atraviesa un rio á poco mas de me- día legua al norte de la ciudad, llamado Ma- changara. Al sur arrimado á la ciudad pasa otro llamado el Matadero ; otro con el nombre de Yanuncay, á cosa de un cuarto de legua ; y á la misma distancia de estos el cuarto llamado de los Baños. Aunque todos se vadean , se hin- chan de repente con avenidas , y entonces se pasan por puentes. El llano se estíende al nor- te mas de seis leguas , en donde los cuatro rios

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se juntan á corta distancia formando uno cau- daloso. Al sur se esliende otro llano ceica de dos leguas , muy poblado de arboledas y ba- ciendas.

La ciudad es casi como las de cuarto orden , sus calles bastante ancbas y derecbas, las casas muclias de un alto , todas de adobes cubiertas de tejas. Las de los bariios ó arrabales donde babitan Indios son mas desaliñadas. Atraviesan la ciudad vaiias acequias que salen de los lios. Podía baber sido por su situación y ventajas de las mas deliciosas del Pein á no ser la falta (le aplicación de sus naturales. Contribuye á la lieruiosui'a del sitio la poca elevación de los cerros. Ilabia en Cuenca tres paiToquias y con- venios de franciscos , donunicos, mercenarios y aguslinos, dos de inonjas y un bospital. El cucj'po de la ciudad se componía de regidores y alcaldes ordinal ios, noujbrados cada año y presididos por el corregidor. Había un tribunal de cajas Reales compuesto de contador y leso- rero. May las mismas especies de babitantes que en Quilo, bien cpie eran indolentes y pe- rezosos , y la gente común inquieta, vengativa y mal iuciinada. Las mugeres, al contrario, son lrai)ajadoras, bilan lana, tejen bayetas que son

3.

42 EL NI EVO VIAJERO INÍVEIISAL

muy eslimadas por la buena calidad y finura del tinte, hacen lucuyos, y son las que tratan las compras y ventas con los mercaderes. La población ascendia de veinte y cinco á treinta mil almas. Los habitantes de aquella jurisdic- ción son conocidos con el nombre de Mor- lacos.

La temperatura es benigna , poco fria ó ca- lorosa, y mas sana que la de Quito; pero las lluvias y tempestades son como en esta ciudad. Los campos están poblados de toda clase de haciendas , donde se fabrica queso que puede competir con el de Europa.

El pueblo de Atun-Cañar^ que significa caña grande , celebrado hoy dia por sus crecidas co- sechas, lo fue antiguamente por el valor de sus habitantes, por las riquezas que tuvo aquel territorio, y por la lealtad que guardaron al in- ca Tupac-Yupanqui, á quien reconocieron por señor luego que llegó á sus fronteras sujetán- dose á las leyes de los Incas. Agradecido á los obsequios que le hicieron, mandó edificar allí templos suntuosos , para que en ellos diesen culto al sol , palacios, casas para las doncellas destinadas á este culto, y fortalezas. Todos es- tos edificios eran de piedra como los de Cuz.

E?r AMíhuCA. i 3

co, adornados poi- dentro con planchas de oro; metal qne se empleaba únicamente para adorno de los templos y palacios , no cono- ciéndose allí el uso de la moneda. Todavía se conserva una fortaleza y palacio, cuyas ruinas dan una idea de la magnificencia de la obra. Estos indios Cañaris fueron víctimas de su lealtad ; pues Attahu Alpa cuando quedó victo- lioso contra su hermano Huáscar, irritado de (|ue hubiesen seguido el partido de este últi- mo hizo pasar a cuchillo sesenta mil de ellos, (honestos Indios estaban unidos los deGuasun- los y Pomallacta, en cuyo distrito se ven los vestigios de otra fortaleza de aquel tiempo. Todos eran abados y tenían el nombre de Ca- ña rejos.

El asiento de Alausi se componía de una cor- ta población , con algunas familias españolas bastante distinguidas, y lo demás gente común, Indios y Mestizos, y una sola iglesia par- roquial. V

El pueblo de Ticsan de este partido fue ar- ruinado por los terremotos. Sus vecinos se si- tuaron en otro punto, en los cerros cercanos donde hay grietas de dos y tres pies de ancho. Este partido no es menos fértil que el de

44 EL NUEVO VIAJERO Ul^IVERSAL

Cuenca, pero su temple algo mas frió. Enlre los varios minerales de que abunda el territo- rio de Cuenca dicen que se halla mucho oro r plata, particularmente en un cerro llamado Supay-Urco, que significa cerro del Diablo; pe- ro no se habían descubierto estas minas.

8.*^ El corregimiento de Loja era el último por aquella parte con la ciudad del mismo nombre por capital, fundada en 154G por el capitán Alonso de Mercadillo, y muv pare- cida á la de Cuenca; aunque esta jurisdicción es mas cálida. Comprendia en su distrito ca- torce pueblos. Habia en la ciudad dos paiTo- quias , conventos de regulares de uno y otro sexo , y un hospital.

En aquel territorio es donde ci'cce la casca- rilla de Loja ó quina. La hay de varias calida- des y entre ellas la de mayor eficacia para las fiebres intermitentes, la gangrena y oíros ob- jetos.

líl áibol de la (piina es por lo regulai* como de dos toesas v media de altura, y grueso á proporción en su tronco y ramas. La calidad de la cascarilla resulla según la especie del ár- l)ol , no siendo los corpulenlos los que la dan mas selecta. Además del tamaño se distingue el

JíN AMERICA. 45

árbol 011 la flor ven la simiente. Para sacarla cor- lan el árbol, sajan la corteza, y la despegan de él dejándola secar. Aunque con este método se destruyen mucbos árboles, se producen otros con las semillas que caen en tierra , babiendo de ellos montes muy espesos y dilatados, seno- taba no obstante grande disminución. En la jurisdicción de Cuenca también se lian descu- bierto muchos parajes de montaña en que los bay de la misma especie.

Pi'oduce también aquel territorio la cochini- lla ó grana(*). Pero los habitantes de Lqja se re- ducian solo á criar la necesaria para el consu- mo de la provincia. De aquí nació el aprecio de las bayetas de Cuenca y de las alfombras de Loja, por sus colores mas vivos y permanen- tes. También la hay en el partido de Ilam- bato.

Crece y se nutre la cochinilla en una planta conocida en la provincia de Oajaca en nueva Kspafia y en otros parajes con el nond:)re de no¡)al ó nopalera^ que aunque bastante diferen- te en la hecluua de las hojas, se asemeja á las

(*) Se lia iiabhido ya de olla en el Viaje sobre el estado físico , polítieo ^ eclesiástico y literario de Nueva España y pá-. 8.

40 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

(le las tunas de Andalucía, pero se distingue en que la penca del nopal tira a redonda y prolon- gada, formando varias eminencias, y no está cubierta de espinas como la de la tuna, sino de nna membrana delgada y tersa , que siempre conserva un color verde vivo.

Sién)brase el nopal haciendo en la tierra ho- yos como de media vara de hondo, á unas dos varas uno de otro , y en hilera como las vides. En cada hoyo se meten una ó dos pencas de nopal tendidas , y después se cubren con tier- la. Empieza a brotar la penca asomando una que va creciendo y formando tronco : al mismo tiempo se divide en varias ramas ó brazos , los cuales por cada una de las pencas producen su- cesivamente otras distintas. Las mavores son siempre las mas inmediatas al tronco. Así este, como los otros menores que nacen de él , se ven poblados de nudos; y por ellos brotan las pencas. Toda la planta llega á crecer hasta cosa de tres varas, que es la altura mayor á (|ue sue- le llegar.

El terreno para plantarla se cava y limpia de toda yerba. Los nopales se podan después que han dado la grana , quitándoles todas las pen- cas superfinas para que al año siguiente broten otras nuevas.

EN AMÉRICA. 47

El nopal esta en su mayor vigor desde la primavera en adelante, cuya estación es en Oajaca por los mismos meses que en España. Entonces florece, y su flor es pequeña, forman- do la figura de un capullo encarnado de cuyo centro sale la tuna, nombre que también se da á la ñuta; y á proporción que esta crece va amortiguándose la flor y perdiendo el color hasta que cae. Cuando la tuna ó higo está ma- duro, tiene la cascara esterior blanca. Su car- ne es de un encarnado subido, y tiene la pro- piedad de teñir la orina de los que la comen con un color tan encendido que parece sangre, lo que causa cuidado á los que no lo saben. La fruta es sabrosa y saludable.

Cuando las plantas son nuevas, la grana ó cochinilla que se sustenta en ellas es de mejor calidad y mas gorda que cuando son \iejas. Por esto tienen cuidado de replantarla al ca- bo de algunos años con las mismas pencas que se cortan.

El insecto tomó su nombre de la semejanza que tiene con los llamados cochinillas ó vaqui- llas de san Antón, que se crian en los jardines <) parajes hiimedos, y enroscándose forman una bolita como un garbanzo pequeño. I^

48 r.L .MIEVO VIAJERO tM VERSAL

misma figura tiene la cochiniUa de grana , aunque no la particularidad de enroscarse. Su tamaño cuando mas crecida no escede al de las garrapatas que se ven en los perros.

Para que estos animalitos se crien y crezcan en los nopales, se pone su simiente en ellos por mayo ó junio sobre las pencas con gran tiento y prolijidad : al estar la planta en su ma- yor vigor, y chupando su jugo lo van con vir- tiendo en sustancia propia, reduciéndolo al col oí" rojo ó carmin fino. Cuando se pone la simiente en los nopales es menuda como lien- dres ó aradores, y en el término de dos uíoses crece hasta el tamaño arriba dicho. La cochi- nilla está espuesta á varios accidentes (jue pueden matarla ó echar á perder la cosecha , como vientos íYiertes del norte que derriban la simiente de las nopaleras, aguaceros, nieves, nieblas y heladas, que matan á estos insectos y queman las pencas. No hay otro recurso que encender hogueras de trecho en trecho, con lo (jue á veces se salvan. A mas de esto las galli- nas y algunos pájaros se comen con frecuencia las cochinillas; v lo mismo alsfunos insectos v gusanos que se crian donde hay nopaleras.

Cuando la cocíiinilia ha llegado á su mayoi-

EN AMÉRICA. 49

incremento, ki van recogiendo en ollas de bar- ro, con cuidado, para que no salga de ellas. Luego para enzurronarlas las matan unos con agua caliente bajo cierta cantidad y tempera- tura, otros poniéndolas al fuego sobre unas palas en hornos caldeados moderadamente ó al sol. Según el método sálela grana mas ó me- nos encendida. La que se mata al sol es lamas sobresaliente. Es necesario también saber cuando se halla la cochinilla en estado de qui- tarla de la nopalera.

Este insecto en el modo de hacer su simien- te se parece a los gusanos de seda. Para ello meten en unas cestas cerradas y forradas cochi- nillas bien crecidas, las que ponen en ellas sus huevecillos ó simiente, v mueren. Conser- van así la simiente hasta que es tiempo de lle- varla á las nopaleras. Se nota ya entonces en ella un movimiento indicativo de su anima- ción , y se va esparciendo sobre las pencas. (]on la que cabe en el cascaron de un huevo de gallina basta para una planta en toda su eslen- sion. Lo mas notable es, que para alimentarse de la planta no la roe ni ofende al parecer, por- (pje se nutre chupando el jugo mas sustancio- so sin traspasar la mendírana que cubie las pencas.

í)0 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

Se cria en Oajaca, Tíascala, Cholula, nueva Galicia y Cliiapa en nueva España, y Hamba- lo , Loja y Tucuman en el Peni. En Oajaca es solo donde se hacían cosechas crecidas con el cultivo de los hidios. En las demás partes solo se criaba silvestre, llamándosela gí'ana silves- tre. La hay en todas temperaturas, sean cáH- das, templadas ó Trias; bien cjue las templa- das y secas sOn mas á propósito, pues las no- paleras tienen en ellas mas lozanía. Hace mu- chos anos que se pensó ya que podría haberlas en Andalucía.

Los habitantes de Loja seiian como unos diez mil. Su carácter y costumbres son como los de las otras poblaciones y no tan perezosos. Este corregimiento contiene mucho ganado vacuno y mular; tand3Íen se hacían en él al- fombras muy estimadas.

I^a villa de Zaruma fue una de las primeras que se fundaron en aquella provincia; tenia minas y había sido rica y poblada, pero des- pués se calculaba solo de seis mil habitantes.

Los corregimientos que se han esplicado juntamente con el de Guayaquil formaban los nueve de la provincia ó reino de Quilo; pero le pertenecían también en parte algunos go- l)iern os.

Í:N AMlíRlCÁ.

El pi'iinero de ellos la terminaba j)or la par- te del noite y era el de Poj)ayan, el cual esta- ba dividido de modo que al norte y al orienle correspondía á la Audiencia de Santa Fe, ó nuevo reino de Granada, y al sur y occidente á la de Quito.

Este gobierno ó su mayor parte fue conquis- tado por Sebastian de Belalcazar. Siendo este gobernador de la provincia de Quito, arregló con el mejoi' ói'den los paises de su dependen- cia; y sabiendo que bácia la parle del norte Pial)ia oti'os dilatados y ricos, emprendió con- quistarlos con trescientos Españoles escogidos en 1536. Después de varios combates con los Indios de Pasto siguió adelante y venció á los dos curacas ó caciques principales de aquel territorio, llamado el uno Calaml)as y el otro Popayan, de quien tomó el nombre este gobier- no. Eran bermanos y se bacian respetar por su nuicbo poder. Al instante se le rindieron las demás provincias comarcanas. En 1537 fundó la primera ciudad con el nombre de Po- payan, cabeza de todo el gobierno.

Fundó después la de (^ali , que está abora cu distinto sitio, pues babiendola puesto en el pais de unos Indios llamados Gorrones, tuvo

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el capitán Muñoz que mudarla por la malig- nidad del clima. En seguida estableció una vi- lla con el nombre de Santa Fe de Antíoquía, y así fue poblando el pais.

Uno de los objetos de Belalcazar en esta conquista liabia sido el descubrii' un paso que saliese diieclamenle al mar del Norte. Sus ca- pitanes hallaron que á poca distancia de Po- payan tenia sus dos principales nacimientos el gran rio de la .Magdalena ; y asegurado de ello, consiguió pasar á España siguiendo el curso del mismo.

La ciudad de Popayan , título que se le con- cedió en 1538, se halla en un espacioso llano que se estiende á larga distancia hacia al nor- te, á unos 2" y 28' del ecuador. Al oriente hay un cerro llamado de la M, porque tiene la fi- gura de esta letra : su allura es mediana, y es muy frondoso. Al occidente algunas pequeñas eminencias contribuyen á hermosear el pais. La ciudad es de mediana capacidad, sus calles anchas, tiradas á cordel, llanas, no empedra- das mas que por las aceras, y llenas al medio de un cascajo menudo, que consolidado no hace lodos ni levanta polvo.

Las casas son de adobes v semejantes á las

T.y AMERICA. í),í

de Quito. A mas de la iglesia mayor , que fue erigida en caledral en 1547, tenia conventos de franciscos, dominicos y agustinos, uno de car- melitas descalzos en el cerro de la M, que fue después abandonado, y dos de monjas.

De dicho cerro de la M salen dos manantia- les de agua muy saludable que abastecen á la ciudad: el uno, llamado el rio del Molino, for- ma un arroyo que contribuye á su limpieza. A cosa de una legua de Popayan, hacia al norte corre el rio Cauca, rápido, caudaloso, y de crecientes formidables en junio, julio y agos- to. El páramo de Guamacas, de donde nace es- te rio, está entonces enloda su fuerza y es muy peligroso su tránsito.

En Quito y sus pueblos abundan mas las castas de mezcla de Españoles y de Indios, de los cuales hay muchos. En Popayan , así como en Cartagena y otras ciudades donde hay gran numero de Negros para las minas, haciendas y servicio doméstico, la mayor parte de la gen- te común es de castas de Blancos y Negros. No deja por esto de haber poblaciones grandes de Indios.

Entre todas las especies de gente, se supo- nían en Popayan de veinte á veinte y cinco

54 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

mil almas, con íiiuchas familias blancas de Es- pañoles, enlre ellas como unas sesenta nobles y oriundas de ramiiias distinguidas de España. Así como en otras ciudades se notaba decaden- cia en la población, Popayan babia ido au- mentando considerablemente, sin duda por la mucha gente que se ocupaba en las minas de oro de su territorio.

Residía en ella un gobernador puramente político , con dirección de los asuntos civiles V militares en toda la jurisdicción, y presiden- cia del cuerpo de la ciudad el cual se compo- nía de dos alcaldes ordinarios nombrados anualmente, y un correspondiente niimero de regidores. ílabia una caja de Hacienda, en la que entraban los tributos de los Indios, alca- balas , quintos de los metales que se benefi- cian, etc.

La jurisdicción del gobierno de Popayan llegando al sur basta el rio de Mayo é Ipiales confinaba con el corregimiento de San Miguel de Ibarra, al nordeste con la piovincia de Aur tioquía, y siguiendo por el norte con los ter- ritorios pertenecientes al gobierno de Cartage- na, dando la vuelta al occidente. Antiguamen- te por esta parte no reconocía mas límites que

Ey AMERICA. c>;>

el mar del Sur; pero se le estrecharon después en parte con el nuevo gobierno del Chocó' quedándole solamente en cuanto a playas las del teriitorio de Barbacoas. Por el oriente se eslendia hasta el origen del rio Caqueta. Se calculaba de unas ochenta leguas de oriente á occidente, y pocas menos de norte á sur. Tan vasta jurisdicción se dividia en partidos, cada uno de los cuales consta, adenuis de la pobla- ción principal, de oirás crecidas v de hacien- das de tanla opulencia y gentío que parecen pueblos.

Los partidos do Cali y de Buga, entre Popa- van y el Chocó, eran licos por el continuo comercio que por ellos se hacia entre los dos gobiernos. No así el de Almaguer, por ser corta su jurisdicción y poco el comercio. El de Ca- loto es estenso, rico y abundante de frutos, por ser el terreno fértil y poblado de hacien- das. El de Raposo corresponde como los dos primeros hacia la parte del Chocó. El de Pasto tiene mucha estension , aunque no era tan ri- co. El de Barbacoas corto y nada abundante.

El clima del gobierno de Popayan es tan di- verso como el de Quito,- pero la ciudad goza, (Je una perpetua primavera. Los frutos y las

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semillas de cada terreno son los de su tempe- ratura. Hay muclio ganado de todas especies cerca la ciudad, y de Pasto llevan mucho á Quito.

En el territorio de Popayan las tempestades de truenos y rayos y los terremotos son aun mas frecuentes que en Quito. El de 1735 ar- ruinó gran parte de su población. El punto mas espuesto á terribles tempestades es el de Caloto.

En los valles de Neyba y otros de la juris- dicción de Popayan se cria un insecto muy particular y maligno por la vehemencia de su veneno. Es á modo de una arana ó garrapata muy pequeño, y le llaman coya ó coyha , áe que se trata también en otra parte. Su color es rojo encendido ; está regularmente , como las arañas, en los rincones de las piedras y enr tre las yerbas. El humor que contiene en tan pequeño cuerpo es tan activo, que solo con reventar el insecto sobre el cutis de hombre ó de irracional introduciéndose por los poros produce una pronta y asombrosa hinchazón, a la cual sigue en breve rato la muerte. El linico remedio que se ha encontrado es cha- muscar inmediatamente todo el cuerpo con la

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llama de una paja que se cria en aquellos mis- mos llanos. Para este efeclo toman al doliente los Indios del pais, unos por los pies y otros por las manos, y poniéndole sobre ía llama le van chamuscando sucesivamente todo el cuer- po con mucha destreza, quedando libre de la muerte con esta operación. Si se eslrega y re- vienta este insecto sobre la palma de la mano, no causa ningún daño, por ser el cutis en ella mas compacto , principalmente si hay alguna callosidad. En él envés de la misma causa el terrible efeclo. Los hidios arrieros del pais las estrujan entre las palmas de las manos para satisfacer la curiosidad de los pasajeros; mas si esto lo hiciese una persona de cutis fino, no hay duda que esperimentaria los efectos del veneno.

Los que trafican por los parajes donde hay coyas van advertidos de no rascarse ni tocarse con la mano, aunque sientan que les pica al- guna cosa, pues la coya revienta al menor contacto. Cuando sienten comezón, avisan á alguno de la compañía; y este derriba de un soplo la coya, como el modo de quitarla sin peligro. Las bestias por un instinto particular antes de comer la yerba dan un fuerte reso- vui. 4

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plido para sacudir las coyas, y á veces cuando sienten por el olfato algún nido de ellas, se alejan de repente con un sallo de aquel paraje: mas por estar muy encubiertas entre la yerba, suelen las muías comerse alguna, y entonces se hinchan y mueren luego.

Éntrelas plantas propias dd Popayau se cria en la jurisdicción de Timana la coca ó cucci , de que se habló ya en el ¡7ajc al a/ít/gao Pe- rú ; yerba tan estimada de los Indios del Perú en algunas provincias, que no sabrían pasar sin ella. Pertenece á una planta endeble, que se enreda con otra á manera de vid, v cu va hoja delicada al tacto es de una pulgada y me- dia á dos de largo. El uso que de la misma bri- cen es mascar las hojas mezcladas con una es- pecie de greda á la (jue llamau nuimhi ^ arrojan- do las primeras salivas, tragándose las demás, V conservando la mezcla en la boca basta (jue la han de mudar por falta de sustancia. Dicen que es de gran sustento. Mientras la tienen pa- san los dias enteros tiabajando y sin comer. Añaden que según la esperiencia les da mu- cha fuerza, la cual echan menos cuando les falta; y que además fortifica las encías y el es- tómago. En las provincias meridionales ád

EN AMERICA. 59

Perú la cultivan los Indios \ se coge mucha; pero la del Cuzco es preferida á las demás. Rá- cese de ella gran comercio. En los asientos donde hay minas tiene mucho consumo, pues los Indios no trabajarian si les faltase esta yer- ba. Los dueños de aquellas tienen siempre pro- visión de ella para darles la (jue pidan á cuenta de sus jornales.

La cuca es idéntica, así en la planta y ui la hoja como en el modo de usarla, con la (pie en la India oriental se conoce con el nombre de /jcte/.Sus propiedades son también las niismas, V su uso no menos frecuente en las naciones orientales que entre los Indios del Perú y de Popayan. En lo restante de la provincia de Quito no se cria ni se usa.

En el partido de Pasto hay ciertos árboles (pie [)roducen una resina llamada mopa-mopa^ déla cual se hacen barnices para la madera, tan bellos y permanentes, que resisten al agua hirviendo y á los ácidos. El modo de barnizar es poniendo un poco de la resina en la boca, y desleída mojar en ella el pincel; después de lo cual cogen el color cpie (juieren aplicar v lo \an poniendo en la madera, donde se seca y queda tan vivo y lustioso como el maque de

60 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

la China. No se disuelve ni percibe humedad aunque se le aplique la saliva. Las piezas labra- das por los Indios y barnizadas de este modo, se llevan á Quito.

El pais de Popayan era de gran comercio. Por él pasaban las ropas y géneros de España que iban de Cartagena a la provincia de Quito. Envia también á esta ciudad ganado vacuno y mular, y recibe paños y bayetas. Su comercio activo es en cecina de vaca, tocino, tabaco en hoja, sebo derretido, aguardiente de caña, hilo de algodón, pita, fajas y otras menuden- cias que se llevan al Chocó, donde se vendian á trueque de oro. De Santa Fe se suitia de la- baco en polvo, que se fabricaba en Tunjar, el cual también pasaba á Quito; y en cambio iban a Santa Fe los paños y bayetas que se hacia n en toda la provincia. Habia también el comer- cio del cambio de plata por oro. Por abundar mucho este metal y escasear la plata, se lleva- ba esta para comprar oro; y reduciéndolo des- pués á doblones, dejaba ciecidas ganancias. Lo mismo se practicaba en el Choco y en Barba- coas. Siendo la ciudad de Popayan como una escala para todos estos ramos de comercio, residian en ella personas de toda la jurisdic- ción con caudales muv consideiíibles.

EN AMÉRICA.. 61

Al oeste de la cordiilera occidental de los Andes se hallaba otro gobierno llamado de Atacames, confinante por aquella parte con las jurisdicciones de los corregimientos de Quito y San Miguel de Ibarra, poi' el norte con el partido de Barbacoas, al poniente con las pla- yas del mar del Sur, y por el mediodía con el territorio de Guayaquil, estendiéndose por la costa desde la isla de Tu maco y playas de Hus- mal hasta la bahía de Caracas y sierras de Bál- samo, cuya latitud austral se regula en unos treinta y cuatro minutos.

El pais que comprendía esta jurisdicción estuvo inculto en la mayor parte y descono- cido por mucho tiempo. Después de la con- quista se enviaron curas para el pasto esp¿si- tual ; pero no se tuvo cuidado de civili>a! aquellos Indios , que permanecieron en la ma- yor rusticidad, saliendo ünicamenle de las cho- zas esparcidas en sus bosques paia llevar á Quito el agí, achote y algunas frutas, causán- doles la mayor admiración el concurso de aquella ciudad.

INo obstante, conociéndose la necesidad de poblar y cultivar el pais para facilitar el co- mercio de Quito y Tierra-firme, evitando el

^'2 EL NUEVO VIAJERO ÜIN I VERSAL

rodeo de pasar por Guayaquil, se concedía en \G2{ aquel gobierno y el del rio de las Es- meraldas a Pablo Durango Delgadillo. Este ha- bía hecho años antes un asiento con el Virey del Peiú, obligándose á abrir camino que desde San Miguel de Ibarra saliese al rio de Santiago, uno de los que corren por aquella jurisdicción, ofreciendo poblar y cultivar sus tierras,- pero su empresa no tuvo el éxito que esperaba, como tampoco las de otros tres que le sucedieron, que fueron en 1G26 Francitco Pérez Menacho, después Juan Vincencio Justi- niani, y en 1713 don Hernando de Soto Cal- derón.

Con todo, en 1735 tomando don Pedro Vi- cente Maldonado esta obra á su cargo con las mismas prerogativas , logró verificar la comu- nicación desde Quito al rio de las Esmeraldas en 1741; poi" lo que se le concedió en 1747 el título de gobernador de aquel territorio , y quedó establecido su gobierno.

Las poblaciones de Atacames eran reduci- das y pobres por falta de comercio, pero sus progresos hicieron luego esperar que en lo sucesivo prosperaría mucho por las propor- ciones de un terreno fértil y del comercio en- tre Quito y Tierra-firme.

EN AMÉRICA. ()3

El clima ele A taca mes es como el de Ciuaya- quil, y sus producciones las mismas , bien que en algunas le aventaja. Siendo su terreno mas alto, no está espuesto en invierno á las inunda- ciones (jne causan en Guayaquil las crecientes de los rios. Por esta razón el cacao de aquellos ])osques y montañas , teniendo toda la hume- dad que necesitan estos árboles y no estando la tieira anegada, es de mejor calidad que el de Guayaquil, porque tiene mas manteca por el tamaño del grano, y su gusto mas delicado. Abunda el pais en vainilla, achote, zarzapai- rilla , yerba de añil y cera. Sus montañas se hallan espesamente pobladas de toda suerte de maderas, acomodadas para todos usos, in- clusa la construcción naval.

Al gobierno de ^Popayan seguia el de Quijos y Macas por la parte oriental de la cordillera de los Andes. Se debia considerar dividido en dos partidos: Quijos en la parte septentrional, y Macas el mas meridional, y entre ellos el pais de los Canelos.

El pai'tidb de Quijos confinaba al norte con la juiisdiccion de Popayan, al oriente con el rio Aguarico , y al occidente con los corre- gimientos de Quito, Latacunga y San Miguel

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de Ibarra, sirviendo de separación las cordi^ J I eras del Gotapaxi y Cava mb uro.

El primero que descubrió el pais de Quijos fue Gonzalo Diaz de Pineda en 1530, habién- dolo encontrado abundante de oro y con árbo- les de canela. De resultas entró en 1539 Gon- zalo Pizarro , gobernador de Quito, á recono- cerlo. El mal suceso de esta jornada no dio lugar á formar ningún establecimiento , es- tando suspensa su conquista basta 1559, en que el virey del Perú Marques de Cañete en- cargó á Gil Ramirez Dávalos que pasase á reducir aquellos Indios y poblar el pais. Esto lo practicó fundando la ciudad de Baeza , ca- pital del gobierno, á la cual siguieron otras ciudades y poblaciones pequeñas que aun sub- sisten.

Baeza fue siempre muy reducida á pesar de ser residencia de los gobernadores j porque fundadas después las ciudades de Avila y Ar- cbidona se llevaron toda la atención, si bien quedaron igualmente reducidas á su primer estado. No siendo el pais tan halagüeño como el de Quito por su temple, fertilidad y como- didades, es poco apetecido. Baeza vino á parar en una miserable aldea de chozas, convertida

EN AMÉRICA.. 65

€11 anexo del pueblo de Papallacta. El Gober- nador se tiasJadó á Archidona.

Esta corla ciudad á 1" y pocos minutos al sur de la equinoccial, y como á y 50' al oriente del meiidiano de Quito, tenia sus ca- sas de madera cubiertas de paja; su población de unas setecientas almas, entre Españoles y algunos Indios, Negros, Mulatos y Mestizos; un cura, y dentro de su jurisdicción otros tres pueblos llamados Misagualli, Tena y Ñapo. Es- te último toma su nombre del rio á cuya orilla está situado. Habiendo reventado el páramo de (-otopaxi en 30 de noviembre de 1744, se au- mentó tanto la corriente de este rio con la nie- ve y hielo que se derritió, que inundó al pue- blo y arrebató todas sus casas.

La ciudad de Avila, á los 40' de latitud aus- tral, y á corta diferencia 2" 20' al oriente de Quito, con sus casas de la misma forma ([ue la antecedente, apenas llegaba á unas trescien- tas almas. Su jurisdicción se eslendia á otros seis pueblos, algunos de tanta capacidad y ^ente como la misma ciudad.

Los habitantes de este partido \i\ian en continuo sobresalto por las invasiones de los Indios bravos, los cuales rodeaban á cada p(;-

4^

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blacion. Cuando se veian perseguidos por los Españoles, luiian tierra adentro; y luego que estos se habían retirado, acometian de nuevo robando cuanto podian, único fin de sus in- vasiones. Este continuo peligro era el motivo de hallarse aquel pais tan despoblado.

El clima es cálido y muy húmedo; las aguas continuas, y solo se diferencia de Guayaquil, Portobelo y otros semejantes , en no ser el verano'tan largo. El tenitorio es montañoso y lleno de espesas y corpulentas arboledas, en- tre las cuales se cria el árbol de la canela , por lo que se llamó á estos pueblos Canelos. La por- ción no muy abundante que se cogia, se con- sumía en la provincia de Quito, y es de menos buena calidad, gusto y color que la de la India oriental, aunque tiene mas picante y es me- jor en la flor y su ft-agancia y en la semilla. Se diferencian mucho en el olor, grueso del ca- ñuto y fibras. La hoja es igual en ambas , y su olor sobresale tanto como el de la corteza. Los frutos de otras especies son lo mismo que en los demás paises que gozan de igual temple.

El partido de Macas terminaba al oriente con la jurisdicción del gobierno de Máinas ; al sur con el de Bracamoros y Yaguasongo; y al

Ei\ AMÉRICA. 67

occidenle, mediando la cordillera oriental de los Andes , con los corregimientos de Riobam- ba y Cuenca. Su principal población es la ciu- dad de Macas, á la latitud austral de 2"^ 30', y á 40' á corta diferencia del meiidiano de Quito. Su recinto era corto; solo se contaban en ella ciento treinta casas de madera, cubiertas de paja , y unos mil doscientos habitantes , la ma- yor parte mestizos y gente de castas, con po- quísimos españoles , así como en lo restante de su jurisdicción. Además de la capital, tenia esta ocho pueblos.

En los tiempos inmediatos á la conquista es- tuvo este pais muy poblado y opulento, y por las riquezas que de él se sacaban se dio á Macas su capital el nombie de Sevilla de oro. Pero desde una sublevación de los hidio» que ha- bían jurado fidelidad al Rey de España, apode- rándose de la ciudad de Logroño y de una po- blación llamada Guamboya, ambas muy ricas y de la misma jurisdicción, quedó el pais arrui- nado.

La mayor cercanía de Macas á la cordillera de los Andes hace sensibles la diferencia de su temperatura respecto de la de Quijos, las dos estaciones del año, y los períodos de estas. Du-

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ra el invierno del abril hasta el setiembre y que es cuando se esperimenta el verano entre las dos cordilleras. Desde setiembre en adelan- te se goza en Macas del verano, respirando ai- re mas fresco que en otras partes, por los vien- tos que corren del norte.

El territorio es fértil en lo que requiere temple cálido y húmedo, y su principal cose- cha el tabaco, que era mucho y se llevaba en rollos á todo el Perú, donde era muy estimado por su buena calidad. Las cañas de azúcar y el algodón prevalecen bien, pero de uno y otro no sembraban mas que lo preciso para su con- sumo. Aquellos habitantes habian de defen- derse, como en Quijos, de las conerías de los Indios bravos.

Entre la variedad de árboles y plantas que reducen todo el pais á espesos bosques se ha- lla el estoraque , cuya resina sin ninguna pre- paración exhala la mayor fragancia. Esta era escasa , por estar los sitios donde se cria alg( distantes de las poblaciones, y haber el riesgo de los Indios bravos. Lo mismo sucedia con unos polvos azules muy sobresalientes, de que también hay alguna cantidad. Su canela se di- ce que escede en bondad á la de Ceilan. Se di-

ÉN América:. ^9

ferenciaba mucho de la de Quijos , y parece que era porque los canelos en Macas se ha- llan en descampado y libres de la sombra y raices de otros árboles.

Abunda Macas asimismo en minas de copal. Produce cera silvestre ó de palo, aunque inferior á la de Europa; pues á la i'alta de sei' colorada se le agrega el no adquirir consisten- cia y dar cuando la encienden un olor muy fuerte y penetrante, lo que también se nota en la de Guayaquil y Valles. Las abejas son ailí mucho mayores y tiran á negras. La cera seria mejor si la supiesen purificar y trabajar como en el Norte.

Kl gobierno que terminaba al sur* la juris- dicción de la Audiencia de Quito y seguia al de Macas era el de Jaén , descubierto y conquista- do por Pedro de Vergara, por encargo de Her- nando Pizarro, en 1538. Después pasó allí Juan de Salinas con título de gobernador , y ha- biendo aquietado á los hidios, pudo fundar las principales poblaciones, que existían en estos últimos tiempos no mejores ({ue las de Quijos y Macas.

Cuando la concjuista, tenia el país los nom- V)res de Igualsonga y Pacamoros , que fueron

70 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

después Yíigiiasongo y Bracamoros ^ que eran ios del gobierno de Juan de Salinas. Al cabo de algunos años se sublevaron los Indios de am- bos territorios y destruyeron las principales po- blaciones. Las que quedaron se agregaron en su infeliz estado á la ciudad de Jaén compo- niendo un gobierno con el título de Jaén de Bracamoros.

Esta ciudad, en que residía el gobernador, fue fundada en 1549 por Diego Palomino en Ja jurisdicción de Chaca-Inga perteneciente a la provincia de Cliuquimayo. Está á la orilla boreal del rio Cliincbipe en el recodo en que se une con el Marañon, á los 5°, 25' de latitud austral , á corta diferencia. Se cree que su lon- gitud está en el meridiano de Quito ó cerca de él. Esta ciudad es lo mismo que las de Quijos y iMácas : su vecindario seria de unas tres á cuatro mil almas , mestizos e indios , con po- quísimos españoles. Juan de Salinas fundó en su gobierno tres ciudades, que lian subsistido después, aunque tan cortas, desmanteladas y pobres como la de Jaén , con los nombres de Valladolid , Loyola y Santiago de Jas monta- ñas. Esta última confinaba con el gobierno de Máinas, sin estar separada de su capital Borja

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mas que por el Pongo de Mameriche. Perlene- cian además á Jaén de Braca moros unas diez poblaciones de poca consideración de indios con algunos mestizos.

El Marañon no es navegable desde Jaén. Se va por tierra de esta ciudad a Chuchunga ^ lugar pequeño á la orilla de otro rio de es- te nombre, á la latitud de unos y 21', el cual viene á ser el puerto de Jaén y dista de la ciu- dad cuatro dias. Las dificultades del terreno di- latan á veces allí tanto las distancias, que se emplea medio dia ó uno en lo que se podría andar en una ó dos horas.

La temperatura de todo aquel gobierno es como la de Quijos, aunque no tan sujeto á llu- vias. A imitación del de Macas, se goza en él de algún intervalo de verano.

Es fértil en frutos y semillas propios de su clima, con muchos áiboles silvestres, y en- tre estos el del cacao, de tan buena calidad co- mo el que se cultiva. Pero el poco consumo del pais y lo costoso del trasporte para llevarlo á Europa hacia ([ue se perdiesen sus árboles , v los monos se comian el fruto.

Desde el tiempo de la conquista tuvo aquel pais gran fama de riquezas, y efectivamente se

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sacaion al principio porciones de oro. Pero ce- saron luego con la sublevación de los Indios , que según algunos fue ocasionada por el rigor con que se les hacia trabajar en las minas. En estos últimos tiempos se sacaba nuiy poco, y aun no de las minas, sino lavando los bidios las arenas de los rios cuando van crecidos. De este modo hallaban pepitas ;, polvo de oro y pajillas de este metal, que les servia de moneda para pagar los tributos y para proveerse de lo necesario. Aunque pudiesen recoger nmcho , solo lo hacian cuando les instaba la necesidad. Los Indios biavos lo tienen por inútil, y así no se ocupan en buscarlo.

En aquel gobierno se criaba mucho tabaco , cuya cosecha era la principal ocupación de sus habitantes , disponiéndolo en mazos de cien hojas á manera de andallos, y preparándolo con cocimiento de aguamiel y otras yerbas pa- ra conservarle mejor la fortaleza y darle un pai'ticular gusto que lo hacia preferir. Lo lleva- ban no solo á las denws provincias del Perú? sino land)ien hasta el reino de Chile. También se cria mucho algodón , y en los campos hay muletadas numerosas. Estos eran sus tres ra- mos de comercio con aquellos correginüentos y demás [)rovincias.

EN AMERICA. 73

En los países de Jaeii de Bracamoros, Quijos y Macas hay muchos animales silvestres , pro- pios de iguales temperaturas, y entre ellos ti- gres , leones bastardos , osos y dantes. Estas tres últimas especies, que no son comunes en otros de aquellos paises, van allí de las frias cordilleras en donde viven. Entre los reptiles hay en Macas una culebra, llamada por ios In- dios curi-muUiavo por estar cubierta de una piel dorada y labrada como la de los tigres. Es- tá toda llena de escamas, y su figura es horro- rosa por tener la cabeza demasiado grande á proporción del cuerpo. Su boca está armada de dos andanas de dientes y colmillos, tan grandes como los de los perros regulares, pero mas agudos. Su mordedura es tan venenosa , que quita la vida; y con dificultad se la puede des- prender después que ha hecho presa. Los In- dios bravos, para hacer ostentación de su va- lor ó para inspirar miedo, pintan las rodelas de que usan en la guerra con labores que imi- tan los colores de esta culebra.

El gobierno de Máinas formaba el último territorio de la Audiencia de Quito por la par- te de oriente, siguiendo inmediatamente á los dos de Quijos y Jaén de Bracamoios. Su terre-

no está rodeado y cruzado por las amenas ri- beras del rio Marañon ó de las Amazonas. Sus términos eran poco conocidos al norte y sui' , en donde se perdian en los paises á que alcan- zaban las misiones. Al oriente llegaba hasta la línea de demarcación con las posesiones poitu- guesas.

Después de varios reconocimientos anterio- res, conferido á don Diego de Vega el gobierno de Máinas y del Marañon, con la amistad de los indios Máinas entró en sus tierras, y llevando alguna gente en su compañía , fundó la ciudad de San Francisco de Borja en 1G34, que eiigió en capital. Con el zelo de los misioneros se fue aumentando el numero de los pueblos, parti- cularmente desde 1()86 con los desvelos del P. Sanuiel Fritz. Se sujetaron en aquella época vo- luntariamente, al saber los beneficios que pro- ducian las misiones, los Omaguas, Yurima- guas , Aysuares, Banomas y otras naciones in- dias , desde INapo hasta mas abajo del rio iNegro.

La ciudad de San Francisco de Borja está á la latitud austral de 4'', 28'; 1^,54' al oriente del meridianodeQuito. Su capacidad y disposi- ción era como la de las ciudades del gobierno de

EN AMÉRICA. 75

.laen. Su vecindario, aunque compuesto de mes- tizos y de indios, no igualaba al de Jaén. Santia- godela Laguna, a la orilla oriental del rio Gua- llaga,era el pueblo principal délas misiones, en donde debia residir de continuo su supe- rior.

Hay además no pocos pueblos de í'undacion mas moderna de Indios diferentes de los dichos á las orillas délos rios que desaguan enelMara- ñon ó algo retiradas, y algunas que estaban en buena correspondencia con los misioneros es- pañoles y en comercio con las poblaciones de indios cristianos y con los españolas y mesti- zos de Borja y la Laguna.

Se acaban de manifestar los corregimientos y gobiernos que dependian de Quito. Se ha indi- cado que uno de los corregimientos era el de Guayaquil. Por su importancia correspondería á este una descripción demasiado detallada , y así solo se dará aquí de él alguna noticia.

Su jurisdicción tenia principio al norte en el cabo Pasado, llamado así por estar 20' al sur de la equinoccial, y cosa de medio grado al norte de la ensenada de Manta. Desde aquel Ca- bo, continuando todo lo largo de la costa é in- cluyendo la isla de Puna, seguía hasta el pueblo

76 EL NUEVO VIAJERO tlNIVERSA^L

de Máchala en la de Tumbez, por cuya parte confinaba con la jurisdicción de Piura, y luego se inclinaba al este basta terminar en la de Cuenca. Volviendo después hacia el norte por las faldas occidentales de la cordillera de los Andes, lindaba con las de Riobamba y Chimbo. Tenia cosa de sesenta leguas de norte a sur, y de cuarenta a cuarenta y cinco de oriente á oc- cidente desde la punta de Santa Elena hasta las playas llamadas de Ogibar. Todo su territorio es llano, y en invierno aumentan tanto las aguas, que queda en gran parte anegado é intransita- ble. Estaba dividido en siete partidos , á saber * Puerto-Viejo, Punta de Santa Elena, la Puna, Yaguache, Babahoyo, Baba y Daule. El corre- gidor principal nombraba con el título de te- nientes suyos para cada uno, que eran confir- mados por la Audiencia de Quito.

Guayaquil, capital, pasa por la segunda ciudad que los Españoles fundaron en el Perú. Se dice que fue en 1533, un año después de la de Piura, que es la mas antigua. Primeramente estaba situada en el golfo de Charopoto, un po- co mas hacia el norte de lo que está hoy dia ; y habiendo sido después destruida por los Ame- ricanos, fue reedificada en 1537 por Orellana

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en el lugar que ocupa actualmente, que es en la orilla occidental del rio de Guayaquil. Una gran parte de sus habitantes se compone de Europeos establecidos allí, unos por el comer- cio, y otros por haber contraído matrimonio con mugeres del pais.

A pesar de que aquel clima es muy cálido ^ los liabilanles no tienen el color tan tostado como los de otros países donde se esperimen- ta igual grado de calor. Se ha dado á aquel territorio el nombre de Países-Bajos equinoc- ciales , porque su situación es muy parecida á la de los Países-Bajos de Europa : semejanza que se observa también con los habitantes de una y otra parte. Todos, menos los de mezclas, son rubios y de tan bellas facciones, que aven- tajan en hermosura á los demás pueblos de la America meridional. Pero hay dos cosas muy j)articulares : la una es que siendo el pais tan cálido , el color de los naturales no sea á lo menos moreno ; y la otra, que teniendo los Es- pañoles el color menos blanco que los pueblos septentrionales de Europa, sus hijos salgan ru- lólos en Guayaquil.

Por lo tocante a la división eclesiástica, había en el territorio de Quilo obispos en Quito f

7f^ EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

Cuenca y Mainas, sufragáneos del arzobispado de Lima ; y en Popayan , que lo era de Sania Fe.

En el dia se estiende al territorio de Quito la república llamada de ColoQd)ia, formada prin- cipalmente de lo (¡ue antes pertenecia á nueva (^ranada , y dicho teiritorio ba sido dividido , en gran parte , en tres departamentos del mo- do que sigue :

Departamento del Asuay.

Partidos ó provincias : Cuenca , Loja, Jaén, Máinas.

Depártame lito del Ecuador.

Partidos ó provincias : Pichincha , hnbubu- ra , Chimborazo.

Departamento de Giiayaejüil.

Partidos (3 provincias : Guayaquil, Manali.

La ciudad de Quito es capital del depai- tamento del Ecuador y del partido ó provincia de Pichincha , que también lleva su nom- bre.

Hav asimismo en Colombia como partidos ó provincias del deparlamento llamado de Cauca, Popayan , Chocó , Pasto y Buenaventura.

En otro de estos Viajes se ha notado ya que en julio de 18:21) se convino en que fuese de-

FJ>r AMERICA.

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peíidienle de Colombia el terrilorio de Guaya- quil, ((ue se habia disputado algún tiempo con la lepiiblica llamada del Perú.

80 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

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CAPITULO III.

Descripción , habitantes j costumbres de la ciudad de Quito.

La ciudad de Quito está á 2908 metros sobre el mar, rodeada de cerros de mediana altura v situada á las faldas del Pichincha por la parle del este, sóbrelas quebradas ó guaicos que ba- jan de él formando colinas, algunas de gran profundidad; por lo que muchos de sus edifi- cios están sostenidos sobre l)óvedas y arcos. Por esta razón son iiregulares muchas de sus calles, formando varias cuestas que suben de lo interior de las quebradas á lo alto de las lo- mas hasta donde se estiende la población. Esta desigualdad ha sido causa de que por ellas no pudiesen andar coches ni oíros carruajes, y de irlas señoras principales y la gente de distinción en sillas de manos, ó bien acompañadas de un criado con un gran quitasol. Las calles son casi todas estrechas, torcidasy sin orden. Por medio

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de algunas pasan quebradas, y las casas están en los lados siguiendo sus vueltas y curvatu- ras. Las principales están empedradas, pero hay algunas que con la fiecuencia de las aguas se hacen intransitables: seeligió un terreno tan malo, para conservar la población antigua que habia de Indios.

La ciudad es como las de segundo orden de Europa; pero si estuviese en paraje mas llano, parcceria nuicho mas grande. Antiguamente fue mas opulenta y mas poblada que ahora.

La plaza mayor de Quito tiene la forma de un grande cuadrado. Las fachadas están hermosea- das, la una con la iglesia Catedral, otra con el palacio de la Audiencia, su opuesta con la casa del Ayuntamiento, y la de en frente de la Cate- dral con el palacio Episcopal : es cuadrada y muy capaz, y en medio tiene una fuente. Las cuatro calles principales que atraviesan los án- gulos de la plaza son derechas, anchas y her- mosas; pero á poca distancia de esta empiezan en ellas las subidas y bajadas.

Además de la plaza mayor hay dos muy capa- ces y otras pequeñas. Entre las fachadas de los conventos, que son casi lodos en plazas, se dis- tinguíala del de san Francisco, lodo de piedra VII. 5

82 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSA.!.

de cantería y de particular hermosura. Las ca- sas principales son grandes y bien repartidas, y generalmente son de un alto, con azoteas guarnecidas de flores, y balcones ala calle; pero habia las puertas y ventanas, particularmente interiores, pequeñas y estrechas, costuml>re conservada entre los Indios , de los que sin dúdalos Españoles la habian recibido. Las ca- sas se hacen de adobes y lodo , siendo por la bondad de la tierra tan fuertes de este mate- rial como de cualquiera otro , siempre que el agua no las coja en descubierto. La tierra de que hacen los adobes y que sirve para trabarlos se llama cangagua. Los indios también se ser- vían de ella por ser muy sólida, y aun se ven vestigios de algunas de sus habitaciones cerca de la ciudad y en la provincia.

Habia en Quito siete parro(|uias, y conventos de san Agustín , santo Domingo , san Francis- co y la Merced; dos colegios llamados de san Luís y san Fernando , que era universidad , te- niendo por patrón a san Gregorio; y de monjas déla Concepción , santa Clara, santa Catalina, y dos de carmelitas descalzas. La catedral y la igle- sia del Sagrario eran ricas en alhajas y preciosos ornamentos, y las demás pobres á proporción.

EN AMÉRICA. 83

Habla un^hospicio para indigentes y huérfanos, de hermosa aiquileclLira; cárcel, y un hospital para hombres y mugeres, con rentas proporcio- nadas, á cargo de la orden hospitalaria de Be- lén, fundada })or el hermano P. Belancourt, aprobada por Clemente X, descalza, con hábito de paño basto, musgo y poco distinto del de los capuchinos, la imagen de nuestra Señora de Belén en uno de los lados del manto, y barba larga.

Las fiestas que se celebraban con mas pompa son las del Corpus, y la Concepción. Para la pro- cesión del Corpus , á que concurrian todos los tribunales y personas distinguidas, se adorna- ban las calles con ricas colgaduras y arcos triun- fales, y de trecho en trecho habia altares, donde igualmente que en los arcos triunfales, lucia ítbundantemente la plata labrada, sobrepujan- do los aparadores de ella á los techos de las casas.

Lo mas particular de esta procesión eran las danzas de hidios, para lo cual los curas, así de ()uitocomode toda laSierra, nombraban un mes antes de la hesta el número de hidios que ha- bian de formarlas. Desde este punto empezaban ellos á adiestrarse en sus danzas nacionales, v

84 EL NUEVO VU.TERO UNIVERSAL

al son de un tamboril y una flauta, tañidos por un indio, liacian una especie de enlaces de po- co gusto. Algunos dias antes se vestían un ro- paje á modo de tonelete, y una camisa y un ju- bón de muger, mas ó menos lico , poniéndose sobre las medias unos bolines picados y sem- brados de muchos cascal)eles gruesos. Una es- pecie de máscara de cintas de ^ arios colores les cubría la cara y la cabeza. Con este trage se dan el nombre de ángeles, y juntándose en cuadrillas de ocho ó diez, andaban todo el día por las calles con el ruido de los cascabeles y luciendo en sus poco agradables bailes, desde quince días antes de la fiesta hasta un mes después de pasada, sin ser pagados ni acordar- se del trabajo. El mismo trage se ponen en otras procesiones y en las fiestas de toros.

Hav dos fiestas juradas en honor de nuestra Señora, en que se traían a la ciudad dos imá- genes de la Virgen , de los pueblos de Guapulo V de Quinche, distante el primero una legua y el segundo seis, á cansa de que habiendo sido arruinados varios pue])los de las cerca^iías en |Os terremotos y erupciones de Pichincha, la ciudad no sufrió ninguna desgracia.

Cerca de ella hay dos llanos espaciosos : uno

EiY AMÉRICA. 85

liácia el sur llamado Turu-bamba, ó propia- mente Turu-pampa , cuya estension es de tres leguas; y olro hacia el norte, que tiene dos y se llama Iña-Quito, antes Aña-Quito, ambos po- blados de iiaciendas (> chácaras^ cuyas flores y verdor duran todo el año, y donde pace creci- do número de granado mavor v menor. l>os dos llanos se van estrechando, y íbrman al unirse una especie de garganta en que está la ciudad. En la mitad del llano de Iña-Quito hay un pa- raje llamado Rumi-bamba, que quiere decir llanura de piedras, por estar lleno de gruesos peñones arrojados de las entrañas del Pichin- cha con sus fuertes erupciones.

En la garganta que hace el llano de Turu- bamba por la parte del suroeste hay un cerro llamado el Panecillo, pues su figura se aseme- ja á la de un pan de azúcar. INo pasa de cien toesas de altura, y queda un camino muv es- trecho entre él y los cerros que cubren la ciu- dad por el oriente. Por la parte del sur y occi- dente destila el Panecillo algunos manantiales de agua muy delicada ; y de esta y de la que precipitada en arroyos baja por las quebradas desde el Pichincha, se abastece la ciudad, for- mándose de la sobrante el pequeño rio Ma-

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EL NUEVO V1A.TKR0 IINIVKnSAI.

changara , que corre por la parle del sur de la población y se pasa poi* un puente de piedra.

En la ciudad de Quilo liahia un crecido lui- inero de liabilanles, y enlre ellos algunas fa- milias de nuiclia dislincion que descendían de personas iluslres (pie liabian pasado de Espa- ña. La genle común consislia en cualio clases, á saber : españoles, mestizos, indios y negros. Estos últimos no abundaban como en otros parajes, por la dificultad de su conducción y cultivar los campos. El nombre de español no significa allí chapetón ó europeo, sino persona que desciende de españoles solamente. Muchos mestizos lo parecen , por ser aun mas blancos y rubios que estos. Entre los mestizos ó pro- creados de españoles é indios, y los indios y negros, vendrán á reunirse en aquella ciudad como de cincuenta á sesenta mil personas de todas edades y sexos. Otros la calculan de cuarenta y olios de setenta mil , esto es , un sexto de blancos ó españoles, un tercio de mestizos, un sexto de indios y un tercio de ne- gros y otras castas, los blancos y mestizos al- tos y bien configurados, y los indios de peque- ña estatura pero robustos.

Engreídos los l^spañoles con su calidad de

EN AMÉIUCY. 87

blancos, y teniéndose en mas que los olios habitantes, desdeñaban de ocuparse en ningún oficio mecánico, siendo á proporción los mas pobres. Los Mestizos se ocupaban en las artes y oficios, pero escogen los de mas estimación, como los de pintores, escultores, plateros, dejando los demás para los indios. Los Mes- tizos trabajan é imitan cualquiera cosa con perfección, por su ingenio para ello, aun sin los instrumentos necesarios. Los Mestizos é In- dios que tienen los oficios de sastres, zapate- ros y tejedores son tan holgazanes, que para conseguir la obra, hasta se ha llegado á darles los materiales y encerrarlos con ellos; pues si- no , como allí hay la costumbre de pagar ade- lantado, lo gastan en chicha y les dura la em- briaguez tanto como el dinero.

El irage no se diferencia mucho del de Espa- ña. El vestido de los Mestizos es azul y de pa- ño de la lierra; y aunque los Españoles de baja esfera procuraban distinguirse de ellos , ya en la calidad ya en el color, comunmente era muy poco.

Los Indios visten unos calzones de lienzo blanco, del criollo que allí se fabrica de algo- don ó de Europa, que les llegan hasta la mitad

88 EL ]VU£VO VIAJERO UNIVERSAL

de la panlorriJJa, quedando sueltos por abajo , donde los llevan guarnecidos con un encaje correspondiente á la lela. La mayor parte no llevan camisa, y se cubren con una camiseta de algodón negra, que tejen las Indias. Su hechu- ra es como un costal con tres aberturas en el fondo opuesto á la boca ; una en medio por donde sacan la cabeza, y dos en las esquinas pa- ra los brazos. Quedando estos desnudos, les la- pa el cuerpo hasta las rodillas. Después se po- nen un capisayo, que es una manta de jerga con un agujero en medio, por donde entran la cabeza, y un sombrero de los que se fabrican allí. Nada llevan en las piernas ni usan calzado, no quitándose este trage ni aun para dormir ni tampoco para variar de clima.

Loshidiosde mas conveniencias, y particu- larmente los barberos y sangrandores, se dis- tinguen de los demás porque llevan los calzo- nes de un lienzo delgado, usan camisa aunque sin mangas, y del cuello de esta les sale para afuera un encaje de cuatro dedos ó mas de an- cho, que da vuelta al rededor y cae sobre la camiseta negra tanto en el pecho como por los hombros y espaldas, á modo de babador. Usan zapatos con hebillas de plata ü oro, pero no me-

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EN AMÉRICA. 89

dias ni olra cosa que culera las piernas, y capa que muchos pueden costear de paño fino y guarnecer con galones de plata li oro.

£1 liage de las señoras de calidad consistia en un faldellin como el de las de Guayaquil : en lo superior del cuerpo la camisa y tal vez un ju- bón de encajes desabrochado y un rebozo de bayeta c{ue lo cubre todo, de vara y media, sin ninguna hechura, con el que se envuelven. Gas- taixin muchos encajes en todos sus vestidos, y teias costosas en los adornos de los de lucimien- to. Para su peinado cruzaban el pelo hecho trenzas por la parte posterior de la cabeza, co- mo una especie de rodete; después dan dos vueltas con una cinta al rededor de ella por las sienes , formando un lazo de sus puntas en uno de los lados, el cual acompañan con diaman- tes y flores. Paia ir á la iglesia usan á veces bas- quina y manto , pero regularmente van con re- bozo. Sin embargo, también se obseivan allí las variaciones de la moda.

Las Mestizas solóse diferencian en la calidad de las telas, y en que las mas pobres andan descalzas; lo que se nolaba también en mu- chos hombres de esta casta. Las hidias usan

de dos trages : las de mavores conveniencias v

5.

90 EL jVLEVO viajero LIVIVEP.SAL

Jas que llaman Chinas , que son las criadas , usan una especie de enaguas muy cortas v un rebozo, todo de bayeta de la tierra. Las indias comunes llevan un saco de la misma hechura y tela que las camisetas délos Indios, y lo pren- den con alfileres sobre los hombros. Es algo mas largo que la camiseta, llegándoles hasta al principio de la pantorrilla. Después se íajan la cintura, y en lugar de rebozo se ponen al cue- llo otro paño de la misma tela llamado Uiídía. Llevan desnudos los brazos y las piernas.

De otra terceía especie de trage usan las ca- cicas, mugeres de alcaldes mayores, goberna- dores ü otros que se distinguen de las indias ordinarias. Este se conjpone de los dos antece- dentes, y se reduce á unas policías de bayeta guarnecidas por el ruedo con cinta de seda. Sobre ella ponen en lug^r de anaco otro ropa- je negro que llaman acso, el cual cae desde el cuello, está abierto por un costado, plegado de arriba abajo, y ceñido con una faja en la cintura , de modo que no cruza como el falde- llin. En lugar de la ropa que llevan pendiente de los hombros las indias ordinarias, traen otra macho mas grande, plegada, que les cuel- ga desde el cuello hasta casi el ruedo de la po-

EN AMÉRICA. 91

llera, ase^'U rancióla en el pecho con un pun- zón de plata , como los del anaco. En la cabe- za llevan un paño blanco dados distintos do- bleces , cuyos estremos les (juedan colgando por atrás. Llámanle colla ^ y les sirve de ador- no y de distintivo, resguardándolas al propio tiempo del sol. Andan calzadas : así este trage como el que usan los demás Indios era el mismo del tiempo de los Incas , y por él se di- ferenciaban los de distinción de los demás.

Los caciques usan el de los Mestizos, esto es , ca[)a y sombrero; y van calzados. La esta- tura de aquellos habitantes es bien proporcio- nada; los cuerpos bien formados y airosos. Los Mestizos son de estatura mas que mediana; los Indios mas bajos, rehechos y forzudos. Se observa que hay entre ellos muclios imperfec- tos, unos por ser demasiado po([uerios, v otros por ser fatuos ó faltarles algún miembro ó algún sentido. Tienen la cabeza muy poblada de cabello, y no lo cortan jamás; siempre lo llevan suelto, sin atarlo ni recogerlo, ni aun para dormir. Las Indias lo envuelven en una cinta formando como una especie de dragona; pero desde la mitad del cráneo en adelante lo echan sol)re la frenle, v lo cortan desde una

92 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

oreja á otra á la altura de las cejas, á lo que llaman el urcu^ que en castellano equivale á cerro. No hay para ellos mayor injuria, sea hombre ó muger, que cortarles el pelo; y sien- do así que no basta ningún castigo corporal á hacer que se quejen, jamás perdonan este agravio. Por esto se permitía solo el imponer- les este castigo por algún delito grave. El color del pelo es negro-oscuro , muy lacio, áspero y grueso como cerdas de caballo. Los hombres mestizos se lo cortan para diferenciarse de los indios, pero no las mugeres. Los indios son por naturaleza lampiños , y a lo mas les salen algunos pelos cortos en la barba en la vejez.

Se nota que en aquel pais abunda mucho mas el sexo femenino que el masculino", siendo esto mas de notar porque allí faltaban varias causas de destrucción de los varones, como guerras, eslravíos por el tráfico, y otras.

La constitución física de los hombres es en- deble, en particular la de los que han sido criados con regalo, desde los treinta en ade- lante; aunque se ven muchos de edad crecida. Las mugeres se suelen mantener mas fuertes y con mas salud.

La única ocupación de las personas de dis-

EN AMÉRICA. 93

tinción era visitar entre año sus haciendas ó chácaras, pasando en ellas todo el tiempo de las cosechas.

Los Chapetones ó Europeos eran casi los úni- cos que ejercian el comercio, y tal vez algún mestizo. Por lo que hace á los demás, eran su- mamente perezosos y holgazanes , vicios que con la ninguna educación les conduelan á mil desórdenes, que acompañaban con bailes in- decentes y mucho aguardiente de caña y chi- cha : esto se entiende entre la gente vulgar.

La bebida del ae^uardiente de caña es muy común entre todos, pero con moderación en- tre las personas decentes, y por lo regular en los con viles. (Ireen que el vino les hace daño, y estaba además muv caro. Los Mestizos eran los mas inclinados á aquella bebida.

Se usa allí mucho tand)ien el mate, lo mis- mo que el te en la India oriental, aunque se toma de otro modo. Se compone de la que en aquella parte de America se conoce por yerba del Paraguay, por abundar en aquel pais. Echan una porción de ella en un mate totumo ó calabacito que tienen para este efecto, con azúcar y agua hia , la necesaria para que se empape. Lo llenan después de agua hirvien-

94 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

do; y como la yerba está desmenuzada, la be- ben con un canutillo , á veces varias personas con el mismo sucesivamente; y á medida que va disminuyendo , añaden otra agua y a/Aicar , basta que la yerba se bunde. Ecban también en esta ])ebida algunas gotas de zumo de na- ranja agria ó de limón, y flores aromáticas. La usan por la mañana en ayunas, y mucbos la repiten |H)I" la tarde. Los Cbapetoties la usan poco, pei'o los (Criollos mucho. Cuando van de viaje , es la primera cosa que toman al fin de la jornada; y basta después de un gran rato no toman otra cosa.

Uno de los vicios mas dominantes en la gente común es la embriaguez; pero el juego es mas general , pues desde la clase mas dis- tinguida basta la mas ínfima hay personas que se ocupan en el en tanto que les queda que perder. Son además sumamente dados á la sen- sualidad, tristes efectos del ocio y de la in- fluencia del clima.

La gente vulgar y los hidios son muy incli- nados á bui'tar con ratería , basta los domésti- cos. Los Mestizos son muy sutiles para robar, pero no acometen por cobardía. Como en los sombreros se ponían en algunas épocas las

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personas disliuguidas una hebilla de diaman- tes , esmeraldas li otras piedi'as finas mon- tadas en oro, y cintas de tela de oro ó plata, eran objeto especial de sus rapiñas. La gente vul- gar no considera por liurto el de las cosas de comer. Paia robar alhajas tienen los Indios una costundjre bien singular, y esqueenlre mu- chas escogen la de menos valor , creyendo que el hurto no seiá conocido. Si los sorprenden, aunque sea en el mismo aclo, se escusan con una palabra muv espresiva en su lengua, que es yanga, v fjuiere decir sin necesidad, sin pi'ovecho, sin mala intención. Si consiguen no ser vistos, aunque haya las niayores sospe- chas, jamás se puede averiguar el liurto, pues sienq)relo niegan obstinadamente; circunstan- cia general en todos los Indios.

La lengua que se liabla en Quito v su pio- vincia no es uniforme. Unos hablan la castella- na y oti'os la de los hicas, particularnjente los Criollos (pie usan también aípieUa, pero mía y otra adulteradas con voces de and3as. La {)ri- mera que pronuncian los niños es nuichas ve- ces la de los Incas, por ser indias las nodiizas, no hablando con frecuencia la castellana has- ta cinco ó seis años, y (juedando á muchos el defecto d(^ hal)lar en impersonal.

96 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

I.a suntuosidad de los entierros era eslrenia- da en aquel pais , conservándose la costumbre de poner ofrenda en las honras y cabos de año, que consistía en botijas de vino, pan y anima- les, se^un las facultades de cada uno.

Quito no tenia una riqueza de consideración comparativamente á la de otras ciudades de América, é iba en decadencia. Consistía prin- cipalmente en las haciendas : el comercio esta- ba atrasado. Casi todos tenían allí vajilla de plata para el uso ordinario.

Hay en Quito por lo general las casas mal amuebladas y faltadas de aseo. Los paseos son pocos. Se cuenta una escuela normal. Las artes liberales y las demás están atrasadas y con po- co gusto. Las manufacturas consisten en tejí- dos bastos de lana v alíiodon, estimados solo por su consistencia. La pasamanería está úni- camente un tanto adelantada.

Desde la revolución han subido mucho de precio los comestibles. Aunque el consumo es en parle de caine de buey y de carnero, el principal consiste en frutas, legumbres, buena manteca, (jueso, chocolate y confituras. El ma- te ó del Paraguay continua siendo una de las bebidas mas comunes.

KN AMKRICA. 97

El emperador Carlos V concedió á la ciudad el título á^ muy noble y muy leal ; y por arnias uu castillo sobre dos montes, una cruz encima, y dos águilas con una garra en ella cada una.

La ciudad de Quito se hizo célebre en 1736 por haber sido enviados á ella por la Aca- demia de ciencias de Paris La Condamine y otros, con los tenientes de navio españoles don AntoniodeUlIoay don Jorge Juan, con el objeto de hacer observaciones astronómicas. Dejaron una inscripción sobre esta espedicion científi- ca en la pared de la iglesia del Colegio de jesuí- tas, en el cual construyó también La Condamine la meridiana. Pero habiéndola levantado sobre ladrillos^ se habia perdido con el tiempo, y se construyó otra sobre piedra en el mismo lu- gar en 17G6, con su inscripción esculpida en mármol en la pared inmediata.

Quito ha sido patria de varias personas ilustres en yirtud y ciencia.

Nadie ignora que Quito fue destruida en 1 755 por aquel famoso terremoto que se esperimen- desde Lisboa hasta el Perú. Desde aquella época ha tenido aun que sufrir otros de- sastres.

A las ocho menos cuarto de la mañana del

98 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

día 4 de febrero de 1797 se sintió en ella y su circunferencia un terremoto de tanta duración y violencia, que se consideró no habeise espe- rimentado otro igual desde la conquista.

Las fuertes conmociones y estraordinarios vaivenes que hacia la tierra llenaron de horror y confusión á todos los habitantes; pues al ver que las torres, templos y edificios vacilaban, ya con movimientos de undulación, va con otros de trepidación , juzgaban que trastornado el glo- bo iban á quedar sepultados. Al suspenderse el terremoto, al cabo de cerca de cuatro minu- tos , se vieron bastante maltratados los tem- plos , casi inútiles las torres y los conventos y casas , padeciendo unas mas daño que otras según su situación y mayor ó menor fuerza.

Un trueno subterráneo muy espantoso que se oyóá pocos momentos acabó de atemorizar; pero no causó mas que otros tres temblores suaves aquel dia y sucesivamente otros como en lo restante de la Provincia. El 17 de febrero se condujeron las imágenes de nuestra Señora de Guadalupe y la Merced á la Catedral con una numerosa procesión á la que asistieron las au- toridades.

Los jóvenes de distinción de aquel pais de-

EN OÍÉRlCiV:. 99

dicaban sus primeros años al estudio de la fi- losofía y teología , y otros se ocupaban en la jurisprudencia , aun sin designio de profesar- la. Hacían algunos progresos en estas faculta- des ; pero casi nada sabían de humanidades y otras ciencias. Parece empero que últimamen- te se han dedicado ya á las ciencias natura- les , economía política, historia y bellas artes. Aprenden con la mayor facilidad, y su ingenio los hace capaces de todo.

Las señoras de calidad reúnen á una hermo- sa figura un fondo de agrado que es el carác. ter general de su sexo en toda la América; pe- ro el escesivo amor de las madres a sus hijos hace que se crien viciosos y llenos de or- gullo.

i 00 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

CAPITULO IV.

Para rn os y cordilleras .

Al tratar de Quito es preciso hablar de los páramos que hay en sus cordilleras y los rios que atraviesan todo aquel pais, particular por tantas maravillas de la naturaleza, por la dispo- sición de su terreno, y por sus pirámides de nieve tan eminentes, que esceden toda compa- ración.

En las cordilleras de los Andes á proporción que algunos cerros se elevan son mas ó menos írios, y su terreno es mas árido. A estos es á los que se da el nombre de páramos; pero aunque todas las cordilleras lo son, hay unos mas rígidos que otros, y algunos tales que con el frió ocasionado por la continua lluvia y hielo quedan inhabitables y despoblados de plantas y animales.

Algunos hay cuyas faldas se levantan sobre

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las elevadas cimas de los demás, y loda su monstruosa corpulencia está cubierta de nieve hasta la cumbre. De estos piincipalmenle se Iiablará.

El páramo de Asuay, que se forma uniéndose las dos cordilleras, no entra en el numero de es- tos; porque si bien se distingue por su rigidez, lio escede su altura á la regular de toda la cor- dillera, y es mucho menor que la de Pichin- cha y el (Corazón, cuya elevación no pasa del grado en donde empieza á formarse la congela- ción. Esta se efectúa en toda aquella Provincia á una misma altura, y así á proporción que los cerros son mas elevados , hay mayor par- te de ellos cubierta de hielo continuamen- te, de suerte que mirando desde un punto de- terminado, como por ejemplo Caraburu ó la superficie del mar , se ve la congelación en to- dos los cerros á una misma altura. Por los esperimentos del barómetro hechos en Puca- guayco en el cerro de Cotopaxi , la altura del mercurio es de diez y seis pulgadas cinco lí- neas y un tercio, y por esta se concluye que la elevación de aquel paraje es de mil veinte y tres toesas sobre el plano de Caraburu. La que este tiene respecto de la superficie del mar es

102 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

de mil doscientas sesenta y ocho con corta di- ferencia. De consiguiente, la altura de Puca- guayco sobre la superficie del mar es de dos mil doscientas noventa y una toesas. La señal que estuvo en este cerro se bailaba mas baja que el bielo endurecido de treinta á cuarenta toesas; y desde el principio de este basta la cumbre del cerro se puede concluir que babia de altura perpendicular como ochocientas toe- sas. Asi, la cumbre de Cotopaxi estará nías elevada sobre la superficie del mar tres mil ciento veinte y seis toesas, que hacen siete mil doscientas ochenta varas castellanas, algo mas de una legua marítima ; y mas alto que la cum- bre de Pichincha seiscientas treinta y nueve toesas. De esta especie son los cerros de que se va á tratar, y sin mucha diferencia en la al- tura.

El mas meridional en aquellas cordilleras es el Macas, cuyo nombie propio es Sangay , aunque mas conocido allí por* el primero, por hallarse en aquella jurisdicción. Su altura es grande, y está la mayor parte cubierto de nieve en toda su circunferencia. Despide de su cum- bre mucho y continuo fuego acompañado de tan horribles bramidos que se oyen á muchas

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leguas de distancia; y llegan tan recios á la ju- risdicción del pueblo dePintac, que dista cer- ca de unas cuarenta leguas por elevación, como si estuviese inmediato, y cuando el viento es favorable aun á la misma ciudad. Los campos cercanos se vuelven estériles por la mucha ce- niza con ((ue los cubre. En este páramo nace el rio Sangay , (¡ue no es pequeño; y unién- dose después con otro nombrado de llpano, for- man el de Payra, bastante caudaloso, que de- sagua en el IMarafion.

En la misma cordillera del oriente, casi al este oeste de la villa de Riobamba, á seis le- guas hay un cerro elevado, cuya cumbre se di- vide en dos cimas , ambas cubiertas de nieve. La del norte se llama de los Collanes, y la del sur del Altar; pero el espacio que ocupa en ellos la nieve no es comparable con el de San- gay y los otros de su clase, á cuya corres- pondencia su altura es nmcho menor.

Al nordeste de la misiDa villa, y como á sie- te leguas, está el Tunguragua , de la figura de un cono por cualquier lado que se miie, con igual escarpe por todos. Hacia al norte en un pequeño llano entre su falda y la cordille- ra hay un pueblo llamado los Baños , á causa

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(le unas aguas calientes que hay allí, donde van á bañarse de toda la jurisdicción. Al sur de Cuenca y no lejos de este pueblo llamado los Baños de aquel corregimiento, hay otras aguas en lo alto de un pequeño cerro, del cual por conducios de cuatro á cinco pulgadas de diá- metro manan á borbollones tan calientes, que se endurecen en ellas los huevos en poco mas tiempo que con agua hirviendo. Se forma des- pués un arrovo salobre que tiñe de amarillo las piedras y el terreno por donde corre. Todo este pequeño cerro en su parte superior está abiei- to en grietas. Por ellas y lo demás del terrerio exhala 1 1 u m o co n t i n u a m e n t e .

Al norte de Riobamba, con algunos grados hacia nordeste, está el Chimborazo, por cuya falda pasa el camino de Quito a Guayaquil. Cuando la conquista de los Españoles, pere- cieron muchos helados al atravesar sus laigos despoblados ; mas ahora se toma la precaución de esperar uno ó dos dias que el \iento se so- siegue y se serene el tiempo. Al norte del Chim- borazo está el Carguayraso.

El Cotopaxi, al norte del asiento de Lata- cunga, a unas cinco leguas, sobresale con su falda al resto de los otros por la parte del ñor-

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deste y la del sur. A. mas de haber reventado cuando los Españoles entraron en aquel pais , volvió otra vez á hacerlo en 1743, empezando con estruendo , abriéndose una boca en la cumbre y tres en la mitad de la pendiente ne- gada casi á una misma altura , y arrojando gran copia de materia volcanizada, que con la inmen- sa cantidad de hielo que se derritió, bajó con precipitado curso, inundó el dilatado llano desde Callo hasta Latacunga, y formó un mar de agua cenagosa en que por la rapidez con que corria pereció infinidad de gente. Arrebató las casas de los pobres indios. El rio que pasa cerca de Latacunga le siivicj de madre; pero después sobrepujó á las orillas poi' la parte del asiento, y arrastró las primeras casas. Los ve- cinos se retiraron á una eminencia á espaldas de la población. Al cabo de algún tiempo de haber ido disminuyendo por muchos dias las erupciones, el fuego y el estruendo, se apaciguó del todo; pero en mayo de 1741 abricndose de nuevo otras bocas por lob lados, se veia en las noches serenas como una giande y vistosa ilu- minación reverberando la luz sobre el hielo. Así fue tomando cuerpo hasta el 30 de noviem-

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lOl) EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

bre, en que se repitió la inundación con tanlo esceso como el año anterior.

A cinco leguas al occidente de este cerro se halla el de Elenisa , cuya cumbre dividida en dos está cubierta de nieve continua. Varios ar- royos van desde él al océano del Norte por el Marañon , y los otros al del Sur por el rio de las Esmeraldas.

Al norte del Cotopaxi, algunos grados al nor- deste, está el Cliinchilagua, también nevado, y de una elevación á poca diferencia como la del anterior. Pero ni uno ni otro son comparables con los demás.

El Cayamburo , que es de los de primera magnitud, cae á unas once leguas de la ciudad de Quilo, al norte con algunos grados hacia el oriente. No hay vestigios ni tradición de que haya reventado. De él salen rios, de los cuales los del oeste y norte van al de las Esmeraldas y al de Mira, y los del oriente al Marañon.

Además de los arroyos de los cerros neva- dos, bajan oíros de mas abajo de aquellas cor- dilleras, que imidos forman rios muy cauda- losos.

Todas las aguas de las vertientes de los cer- ros inmediatos á Cuenca al occidente v sur has-

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ta Talqui, las de la cordillera oriental, y al norte basta el páramo de Burgay, se juntan co- mo media legua al occidente de un anexo lla- mado Jadan, del curato de Paute; y forman un rio de este nombre que pasa cerca de este pue- blo, muy ancho pero no vadeable, y \a al Ma- rá ñon.

Del cerro de Yasuav , del de Bueran v de las partes del sur del Asuay se forma otro rio bien crecido , que se pasa por puente , toma nom- bre del pueblo de Cañar , cerca del cual corre, y después va por Yucon á la ensenada del rio de Guayaquil.

De las partes septentrionales del páramo de Asuay bajan también muchos rios, que unidos con otros del cerro de Senegualap y cordillera oriental por la parte del oeste de esta, forman el de Alausi , que va á salir á la misma ense- nada.

En lo alto del páramo de Tiolama y no lejos de la señal que se puso en aquel cerro para la formación de los triángulos de la meridiana, hay cuatro lagunas. Las tres mas inmediatas á él no son tan grandes como la otra, que tendrá casi media legua de largo : su nombre es Colay. Délos desagües de estas lagunas que pasan por

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la cuarta se forma el rio de las Cebadas , que corre no lejos del pueblo de este nombre. Con los arroyos del páramo de Lahanguso y los de- sagües de la laguna de Colta se le junta otro^ pasa por Pungal , inclinándose algo del norte al oriente, y á cosa de una legua del pueblo de Puni se le junta el de Riobauíba , (]ue nace en el páramo de Sisapongo y cordillera que corre bácia al norte. Cerca del pueblo de Lobigies hay otro que baja del Cbimborazo, y caminan- do hacia al norte alguna distancia, vuelve al oriente, y desemboca finalmenie en el jMaia- fion. Cuando pasa por el puel^ío de Penipe va tan caudaloso, que solo se atraviesa por un puente que hay allí de bejucos. Anles de llegar al de los Baños se le une también el lio de La- tacunga, el de ílambato, y todos los de una y otra cordillera.

Las aguas que bajan del picaclio septentrio- nal del Elenisa se dirigen hacia al norle, y se juntan con todas las de la misma cordillera, las del cerro de Ruminavi j)or la parte sepleiitrio- nal V occidental , v las de Pasuchua, forman- do el rio de Amagnaña. Estos dos úilimos cer- ros están norle sur en el espacio (pie dejan entre las cordilleras.

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De la parte seplenlrional del Cotopaxi , pá- ramo de CliincliulagLia , lanibieii nevado, y cordillera de Guamani, bajan otros rios que roraian el de Icliubamba , y coiriendo al norte se juntan con el de Amaguaña á poca distancia del pueblo de Concoto. Aumentado después con los arroyos del oeste de la cordillera orien- tal, muda el nombre en el rio de Guaillabam- ba. Las aguas c|ue bajan del (^ayandjuro por su parte occidental, y del Mojanda por la meri- dional, componen otro con el nombre de rio de Pisque, el cual se dirige primeio al oc- cidente, y junto con el de Guaillabamba loma el de Alcbipiclii. Al norte del pueblo de San Antonio, corregiuiiento de Quilo, va tan cau- daloso y anclio, que se lia de pasai" con tarabi- ta. Continua después hacia al no rte, y desa- gua en el rio de las Esmeraldas.

Iil monte Alojanda, en el espacio que dejan entre las cordilleras, no tiene mas que una falda, pero se divide después arriba en dos ci- mas, la una al oriente y la otra al occidente. De cada una de ellas se continúa una cordille- ra , que cierra aquella especie de callejón.

De la falda septentrional salen dos arroyos grandes , que entran en la laguna de San Pa-

lio EL NUEVO VIAJERO Ü?ÍI VERSAL

blo , y de esta se deriva un rio que Irace un cuerpo con otros de las vertientes de su cordi- llera occidental; y entrándole otro brazo que sale de los altos de Perillo , forman el rio de la villa de San Miguel de Ibarra , que después toma el nombre de Mira. Desagua en mar del Sur mas al norte del de las Esmeraldas.

Cuando aquellos rios no permiten vado , se forman puentes en los sitios necesarios, que ó son de piedra , aunque pocos , ó de madera que son los mas comunes, ó de bejuco. Para los de madera eligen el paraje donde mas se eslrecbe el rio , entre algunos altos peñas- cos, y atravesando cuatro palos bien largos for- man el puente de cosa de vara y media de an- cho , cuanto baste para personas y caballerías. Es grande el peligro de pasar por estos puen- tes. De los bejucos se usa cuando la grande an- chura de los rios no per.uite que los palos lle- guen á apoyarse en sus Otilias. Hay rios que se pasan por tarabita , como se híi dicho del de Alchipichi.

Eos peligros de aquellos terrenos se compen- saban con la seguridad de no haber ladrones. Allí se veia continuameiUe lo que en muy poc-as partes del mundo. Un solo hombre transitaba

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con una porción cuantiosa de piala u oro, regu- larmente sin armas, como si ]e acompañara una numerosa escolta. Si le cogia la noche en despoblado , se quedaba a dormir allí sin la menor zozobra; y lo mismo en los tambos ó albergues, no obstante de estar lodos abiertos.

Los páramos á los cuales no alcanza la con- gelación se ven todos vestidos de una es- pecie de paja , á manera de esparlo , aunque mucho mas tierna y dócil, la cual nace con tanta abundancia que cubre toda la tierra. Su altura es de media \ara á tres cuartas, y su co- lor cuando ha llegado á este tamaño, como el del esparto seco. Desde los parajes en donde empieza á mantenerse la nieve algún tiempo sin derretirse, no crece ya ninguna de las plan- tas regulares de los climas habitables; pero s' otras, aunque raras, hasta cierta altura, pasada la cual no se encuentra mas que arena y pie- dras por laiga distancia, hasta tocar á la línea de la congelación.

En aquellos sitios, donde toda la producción de la tierra se reduce a pajón , y no es apto el suelo para send)rados , crece el quinual, distin- to de la seuíilla quinúa, que tand)ien abunda en aquel pais.

112 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

Asimismo se cria allí la planta pequeña que los Indios llaman palo ó bastón de luz. Crece perpendieularmentecada ramita sin brotar, otra alguna por los lados, basta el estremo de arriba en donde echa algunas pequeñas , de las cuales salen las hojas nuiy menudas. De cada pie se le- vantan del suelo muchas ramas igualmente de- rechas y de una misma altura casi todas , que- daiKÍo algo mas pequeñas las esteriores.

Otra planta de aquel pais es la que llaman achupalla. Se compone de diferentes pencas no muy desemejantes á las de la sábila; y á pro- porción que, creciendo nuevas de estas, se le envejecen y secan las esteriores , va formando con ellas una especie de tronco, compuesto de muchas hojas horizontales y hueco enelmedio, que suele cuando no es muy grande sercomes^ tibie, lo mismo que el de los palmitos.

Mas arriba de donde se hace el pajón, se crian unos panes que en la lengua del pais se llaman puchugchú. Fórmause de una yerba cuyas ho- jas son redondas, de la figura de unamosqueta, aunque sencilla, y tan cerradas y entretejidas unas con otras , que vienen á componai' todas las de cada planta un entapetado muy igual. En lo interior de él no quedan mas que las raices ,

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las cuales crecen , y á proporción que abultar mas, van echando acpiella copa de hoja , hasta que forman con ellas la figura de nn pan re- dondo. Este suele tener de alto uno ó dos pies, y lo mismo de diámetro, siendo tan duro cuan- do está en lo fuerte de su verdor, que no le vence el peso de un hombre ni la fuerza del pie de una caballeiía. Pero luego que empieza á envejecerse se agujerea con facilidad alponer- 1(? el pie encima. Cuando no está tan verde (jue tenga toda su resistencia , ni tan viejo que se hallen ya podridas sus raices , tienen estas mucha elasticidad.

En los parajes propios para los puchugchiies se cria la canchalagua, conocida ya en Europa. Su figura es al modo de juncos muy delgados ó pajas muy finas, pero sin echar hoja, solo una pequeña simiente en sus estremidades. Es muy medicinal y se usa para las calenturas. Es algún tanto amarga , y comunica fácilmente es- te gusto ai agua, ya en infusión ó dándola algún cocimiento. Purifica mucho la sangre, y por esto la acostumbran usar landjien en aquellos paises, aun(|nc la tienen [)or cálida. Se cria en ellos con abundancia, y suele hallarse así entre los puchugchúes , como en oti'os parajes de los páramos no tan ríiiidos. 6*

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En el terreno estéril por el frió ó por ser de arena muerta, ó estar cubierto de nieve , se ha- lla la calaguala solo de seis á ocho pulgadas de altura en troncos delgados , estendida sobre la arena ó las piedras. Sus ramas son de dos á tres líneas de diámetro, redondas y llenas de nudi- tos á pequeñas distancias, por los cuales se tuercen como los sarmientos. Las cubre una piel menuda á manera de caspa, que se descos- tra en parte por cuando está seca. Lo mas particular de esta planta es desvanecer las apostemas. Se da en cocimiento de agua po- uientlo corta cantidad ó machacada y en infu- sión de vino. La de las provincias meridiona- les del Perú es mas sobresaliente y estimada. La hoja es muy menuda y poca, la cual nace inmediata á los troncos de su ramificación.

Producen también los páramos la contrayer- ba conocida en Europa por contraveneno , que se levanta poco del suelo , estendiéndose tam- bién sobre la tierra. Su hoja es larga como de ti-es á cuatro pulgadas, y poco mas de una de ancho, gruesa y por la paite posterior de un terciopelado muy fino, de un verde apagado, ó de un color que tira á ceniciento. En el interior es tersa v de un verde menos claro. La flor

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es grande, compuesla de otras menudas ({(le ti- ran á color de viólela.

Otras plantas nacen en abundancia en aque- llos territorios, que no son allí de grande aprecio.

Aunque la temperatura de los páramos no permite toda especie de animales, no dejan de verse allí aun en lo mas elevado venados (¡ue regularmente pastan el pajón, y conejos y zorrillos entre el mismo, no difeientes de los de (Cartagena y demás partes de América.

Las aves se reducen á perdices , ({ue se asemejan un tanto á nuestras codornices , con- dores ó buitres , y zundjadores.

Los condores son de mayoi' tamaño en aque- llas regiones. Se remontan sobre los páramos mas elevados; y parece que anlielan un aire nuiy sutil. A veces cuando roban los corderillos de las manadas que pastan en los páramos y los arrebatan por los aires , según se ha dicho cu otra parte, los dejan caer y los vuelven á ar- rejjatar diferentes veces. Se defienden con las alas para recibir cualquier golpe sin lesión.

Ll /Auubador cuando está cerca parece en el ruido que hace al de un cohete grueso al salir di.' la mano del (pie lo dispara. Uno de los via-

Í16 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

jeios que habían estado en aquel pais escribe que muchas noches de huía , que eran aquellas en que se sentían con mas frecuencia, se ponían á acecharlos el y sus compañeros ; pero que á pesar de que pasaban muy cerca , solo pudie- ron distinguir el camino que llevaban por una línea blanca en el aire , cuando no se ele- vaban mucho.

Como en las cañadas y líanos de aquellos pá- ramos hay muchas humedades y cenagales, y por todas partes brotan varios manantiales de agua, se cria en ellos el clancon ó canelón, cuyo canto se asemeja al sonido de una bandurria, aunque de otra especie. Su tamaño es mayor que el de un gran pato , y la cabeza le es algo seme- jante, el cuello largo y grueso, el pico derecho y también grueso , y los pies y zancas propor cio- nados. La pluma de las alas es parda, oscura por encima y blanca en lo interior ; y la de lo res- tante del cuerpo cenicienla algo manchada.

En los jardines y huertas de aquellas pobla- ciones abunda mucho el pajarito tan particular por su pe(|ueñez y sus bien pintadas plumas , llamado comunmente picaflores , por ser su ejercicio acercarse á ellas, y sosteniéndose en el aiie sobre sus alilas , llegar el pico y chupar su

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jugo sin ajarías. Su propio nombre es quin- de, aunque también es conocido por los de ra- bilargo y lisonjero. El volumen de su cuerpo con la pluma es menor que el de una nuez pe- queña, l'iene la cola larga como tres veces todo el resto de su cuerpo , con pocas plumas , el cuello corto, la cabeza proporcionada, y ale- gres los ojos. El pico es largo , delgado y fino , blanco en el principio y negro en la punta ; las alas largas y menudas ; el color de la pluma verde, en la mayor parle con pintas amarillas y azules , unas mas subidas que otras , haciendo todas variedad de visos dorados. Hay de diver- sas especies, y se diferencian así en el tamaño como en la pintura de sus matices. Créese que esta aveeita es la naenor que se conoce; pone dos huevos tan pequeños como dos garbanzos , y hace su nido en los árboles buscando para ello las pajilas mas finas que encuentra.

En lo restante de aquel pais que no son pára- mos ni montañas no se encuentran otros ani- males que los domésticos. Por estos se conoce haber sido muy pocas las especies que le eran propias. Los mas son de los que se han introdu- cido por los Españoles, escepto el lama ó lla- ma, á quien estos añadieion el nombre de /^w-

118 EL NUEVO VIAJERO INIVERSAL

na para significar con él oveja de Indios. Este se entiende ahora por runa-llama ; auníjue pro- j)iamente llama es nombre general que signifi- ca animal en contraposición de los racionales. En la jurisdicción de Riobamba es donde mas abundan , teniéndolos los Indios para el tráfico de unos pueblos á otros. Después comen los que ya no pueden servir.

En las provincias meridionales del l*erú, esto es, en el Cuzco, la Paz, la Plata, y paises de aquella paite, es donde se crian los dos anima- les bastante parecidos al llama, á saber, la vicu- ña y el guanaco. La primera tiene la lana de color musgo en todo el cuerpo, a escepcion del vientre donde es blanquizca. Los guanacos además de la lana que dan , que es mas larga y áspera (pje la de la vicuña, son muy útiles para las minas, porque en ellos se acarrean los meta- les por parajes tan ásperos que ningún otro animal puede transitarlos.

En las casas se cria un animal llamado all* chucha , V en las provincias meridionales del Peni muca - muca por los Indios. Se parece algún tanto á las latas, y su tamaño es mayor i|ue el de un gato. El hocico es algo semejante al del cerdo y largo. Los pies y la cola son como

EN AMERICA. 1 1 í>

los de la rala, y su pelo algo mas neg^ro y largo. Este animal llene una bolsa en la parte infe- rior del vientre, que se dilata desde el princi- eio del estómago y se forma de unos pellejos membranosos que tienen naeimiento en los costados inferiores, y van á juntarse en me- dio, haciendo la misma configuración del vien- tre. En medio de esta bolsa esterior tiene una abertura que coge como los dos tercios de su largo, la cual cierra y abre íí su arbitrio por medio de ciertos músculos. Después de haber parido, recoge los hijuelos en aquel seno y los mantiene allí cerrados hasta que llegando a ser grandes y queriéndolos destetar, los echa fuera. A veces quedan allí vivos después de al- gunos dias de muerta la madre. Dicen que el macho es de la misma figura que la hembra , pero no tiene esta bolsa. Este animal persigue toda suerte de aves domésticas. Los Indios co- men su carne. (*) No solo los hay en las casas si- no también en los campos, donde destruyen el UKiiz.

Si las pai licularidades refeiidas de los para-

(*) Parlo (le las plantas y aiiimnlos de que se acaba de hablar , están esplicados ya coa mas estension en los Fiajc.s al Perú y á Mr jico.

120 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL

MÍOS son dignas de la mayor atención, no lo son menos los fenómenos de la naturaleza. Se referirá aquí uno observado por los \ ¡ajeros en Pambarca, que se indicó ya en otro Viaje. Al amanecer se hallaba todo aquel cerro en- vuelto en nubes muy densas, que con la sa- lida del sol se fueion disipando, quedando so- lamente unos vapores tan tenues que no los distinguia la vista. Al lado opuesto por donde el sol salia en la misma montaña á cosa de diez toesas distante de donde estaban aquellos via- jeros, se veia como en un espejo la imagen de cada uno de ellos, y haciendo centro en su ca- beza tres iris concéntricos. Los colores mas es- teriores de cada uno tocaban á los del siguien- te ; y esterior á todos , algo distante de ellos , aparecia un cuarto arco formado de un solo color blanco. Todos estaban perpendiculares al horizonte, y cuando la persona se movia de un lado á otro, la imagen seguia el mismo movi- miento. La magnitud del diámetro de los ar- cos variaba sucesivamente á proporción que el sol se elevaba , y al mismo tiempo se desva- necían todos los colores, y haciéndose imper- ceptible la imagen del cuerpo , al cabo de buen rato desaparecía el fenómeno lolalmenle.

EN AMÉRICA, 121

Al principio era el diámetro del iris interior lomado en el último color que le correspondía de cinco y medio grados con corta diferencia, V del blanco eslerior y apartado de lodos 67°. Cuando empezaba el fenómeno, parecian los arcos en figura elíptica correspondiente al dis- co del sol , y después se peifeccionaban hasta quedar enteramente circulares. Cada uno de los pequeños constaba de encarnado ó rojo, este se desvanecia y formaba el naranjado, al cual seguía el amarillo, luego el pajizo, á continuación el verde, y al esterior el rojo.

En varias ocasiones se notan en aquellos pá- ramos los arcos que forma por la noche la luz de la luna , los cuales no constan de otro co- lor que del blanco, y se forman proyectándose en la caida ó falda de algún cerro. Componía- se uno ([ue observaron de tres arcos tangen- tes en un mismo punto. El diámetro del inte- rior era de G0°. El grueso ó estension en lo an- cho del color blanco ocupaba un espacio de 5", al cual eran iguales los otros dos. Aquella at- mósfera parece piopia para semejantes fenóme- nos, y se ven con frecuencia uuichos de igual naturaleza.

FIN.

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