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BIBLIOTECA DRAMÁTICA.

EL EIGOH BE US DEMHiS.

ZARZUELA EN TRES ACTOS,

Y CUATRO CUADROS,

ORIGINAL DE LOS SEÑORES

D. ANTONIO GANIPOANIOR

T"

D. LEANDRO TOMÁS PASTOR,

música de

D. ÁNGEL EUBIO

Y

D. MIGUEL CARRERAS.

Representada con grande aplauso en el teatro del Recreo . para iieneficio de D. Antonio Campoamor^ el 16 diciembre de i872.

OCHO REALES.

MADRID: IMPRENTA DE G. ALHAMBRA,

CALLE DE S. BERNARDO, 73.

1873.

PERSONAS. ACTORES,

D/ Claudia Sra. Sancho.

Cristeta Sra. Izquierdo.

Genara Sra. Letre.

Una tapad 4 Sra. Gimeno.

D. Bruno Sr. Campoamor.

Rodolfo Sr. Belloc.

CucuFATO Sr. Garrido.

Caballero 1 ." Sr. Albert.

Caballero 2." tír. García.

Un huésped Sr. Guillen.

Camarero

Domador

Camareros, Caialleros , Huéspedes, Máscaras, Ciegos ^ Vendedores, etc.

Es propiedad del Editor de la Bihlioleca dramática , y está bajo el amparo de la Leí/ de Propiedad literaria, habién- dose llenado los requisitos que la misina establece.

Estas Zarzuelas, que la mayor parte están sin coros, y son de pocas personas, soi*á propósito para los cafés-can- tantes, compañías de poco personal y para los teatros que poseen pequeñas y grandes orquestas. Los que deseen la música, asi como los demás pormenores, se dirigirán á don Francisco Sedó, calle de la Greda, n." 32, piso cuarto, en Ma- drid: advirtiendo, que no se servirán los pedidos, sin man- dar el importe de su coste, cuya música se remitirá certi- ficada para que no sufra^stravío.

'{^>¿./A^^^^^ -^^^^

ACTO PRIMERO.

CUADRO PRIMERO.

La escena representa una de las calles mas concurridas de Madrid, con la animación y detalles que son naturales.

ESCENA PRIMERA.

{Gente que pasa, algunos pequeños grujios, fosforeros, agita- doras , dos mmicipales , chicos y Mujeres que pregonan periódicos. Al descorrer el telan, todos los espectadores están agrupados al derredor de cuatro bandíírrisías , cuatro gui- tarristas y uno que toca el armonium, todos sentados en ban- quillos de mano. Un Ciego y una Ciega, el uno con pandereta y el otro con hierros, cantan cuando lo indique el diálago. Cuadro animado.)

MÚSICA.

Coro. Ay! cuánta algazara!

Cuánto ir y venir!. . .

Está intransitable

la red de San Luis.

Mas chito! Silencio, {unos á otros.)

que á tocar ya van

estos pobres ciegos.

Corro y escuchad. {Lo hacen.) {Prehidian ttna canción ó Jácara los guitarristas , y á poco la Ciega y el Ciego cantan acompañándose con pandera y triángulo }

JÁCARA.

Oigan la Jácara nueva acabada de llegar, muy buena para las niñas que quieran matrimoniar. Coro. Sras. Matrimonio ha dicho?

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Déjeme usté oir,

que ese sacramento

me hace íatta á mí. {Esto lo han dicho á los hombres que tenian dtlan'e , f asando

ellas á ocíipar el primer término.) Coro, iiomb. M que estéis delante

ni que estéis detrás,

ese es un asunto

duro de pelar.

Ciego 9/ Ciega.

La niña que quisiere

el matrimonio,

que le encienda dos cirios

á San Antonio.

La que esto haga,

sin remedio ninguno

al mes se casa.

Coro Shas. Si eso fuera cierto! .. . Ay! válgame Dios! Una cerería le encendiera yo; pero es imposible á un hombre atrapar, aunque se le encienda el cirio pascual.

Todos. Porque el matrimonio,

y ésta es la verdad, es hoy un asunto duro de pelar.

HABLADO.

Ciego. Han dado algc?

Ciega. Ni un pitoche.

Ciego. Pues con la música á otra parte.

Chico. Eh! he! Aleluyas con la vida de S. Isidro.

Otro. El premio gordo!

Agua. Agua y azucarillos! Agua!

( Una mujer mbiería con un velo , atraviesa la escena y entra en la casa n.° 20.)

ESCENA II.

Dichos, Rodolfo y Cücofato.

Kor/, Voto á una legión de diablos!... Ya se apura mi paciencia! Si la pillo.. . la aplasto como una obléis.

Cuc. Eso ; y la conviertes en objeto de escritorio. Poro hombre, no tengas ese genio ; no ves que con tus repentes me haces sudar el quilo? Cachaza. . .

RoD. Cómo que cachaza! Reniego de mis fuerzas si de ésta se me escapa; ha entrado allí, en el n." 20, no es verdad? Díme que ha entrado en el veinte.

Cuc. Así parece...

RoD, Es mi hermana : es decir , tu prometida, si, no ten- go duda... aquel aire... la estatura... cierto, y sino, á qué llevaba echado el velo? Reniego!. ..

Cuc. Pero hombre, no te impacientes , calma; A tiempo nos lo dirá.

RoD. El tiempo, eh?. . . Y no te aplasto esa guindilla que tienes por nariz!. . . {mnenazándole.)

Cuc. A mí! Rodolfo, á todo un veterano!. . .

RoD. Sí, señor, y qué? A todo un veterano que consiente le soplen la novia, precisamente el día antes de su boda; y quién?... Un paleto feo, viejo, estúpido, que quisiera conocer para esirujar sus huesos, es- trangularle. ..

Cuc. Echa, echa!. .. y serías capaz de hacer esa atroci- dad con una persona que no conoces?

RoD. Que si sería capaz?. . . Quieres que haga la prueba?, . . Si no mirase que eres mi presunto cuñado. . .

Cuc. Oh! y haces muy bien; pero me ocurre una idea.

RoD. Y es? Prontc.

Cuc. Que cuando tu hermana se ha marchado con ¿I... digo yo , y esto nc sea para que te incomodes , me parece que no me quiere mucho.

RoD. Y dudas? Reníegc!. ..

Cuc. No , no, no te alteres ; esto no pasa de ser una opi- nión mia, y. . . cuandu reniegaá. . . vá! es asunto concluido.

RoD. Cucufato! Me parece que te retractas de la uoda. .. y. . . {le aprieta un brazo.)

Cuc. "üf! oh! Cáspita!. . . Tienes unas in.sinuaciones!.. . Descuida, hombre, descuida; no me retracto, palabra de honor.

Rop. Pues entonces, adelante. Pero esa infame que no b;ija. . . Mejor será que si-b-imos a buscarla. . .

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Cuc. Cachaza, hombre, cachaza. Es acaso huevo pasado por agua?.. . Quizás esté ocupada.

RoD. Mil bombas!-. . . Conque es decir que te empe- ñas. . . {Le amenaza.)

Cuc. Yo! Jamás; como tu quieras; Rodolfo, en marcha. (Vamos, no hay quien resista sus argumentos.) [En- tran en el número 20.)

ESCENA IlL

D. Bruno. Jesús! Jesús! Y qué Madrid este; si parece que via- jan las gentes en carro-ferril ; gracias á que yo no tengo malos puños, ni soy enclenque, si no, daban conmigo al traste en cuatro dias. Viene un coche, quiero huir , y pataplum ; luego un caballo , salto , y paf, un carretón por poco me quiebra una espinilla; con'-igo pillar la acera, y pira, para, codazo , empe- llones, traspiés, y por último, me llevan á donde no queria ir; vamos , cuando yo digo que este no es aquel Madrid y si una liorna , algo digo. Pues y las mujeres? Já! já! já! eso si que es magnífico, tan hue- cas de. . . toas llenas de faralares , y la cabeza em- pingorota de arrumacos!. . . Pero calla, no es aquel el tio Culebro. .. Eh!.. . Cámara. . . Tio Culebro?... [Va se.)

ESCENA IV.

Cristeta. Era Rodolfo! Se metió en el número 20; infame. .. No, pues no se ha de burlar impunemente de una gaditana.

MÚSICA.

Ay! malhaya la mujer que de los hombres se fia! Mucho mas si son de tropa, que la tropa es muy indina!

Cuando mas á gusto con ellos se está, á pasar revista dicen que se van. Pero ésta revista, vaya usté á saber,

si es á los soldados ó es á una mujer! Ay! que desazón que calamidad, es tener amores con un militar!

]No os fiéis de militares, porque son camaleones, que suelen cambiar de novias como aquellos de colores.

Cuando mas en auje tu cariño está, ■vienen, y te anuncian que á marcharse van! Lloras, y ellos dicen para su interior, una mas en lista; quede usté con Dio?. Ay! qué sinsabores, qué disgustos el tener amores con un militar!

HABLADO.

Estos son los señores militares! Y sino, vean ustedes el mió ; tres dias sin ir á verme.. . Que no tenga por aquí con quien darle celos, para que me vea cuando salga!

ESCENA V.

Dicha, D. Bruno. Bru. Cuando yo digo que ésto es una liorna! Sí, ahí está

el tio Culebro; pero que le echen un galgo. (Calla!

Si es ella, la bailarina, mi compañera de fonda.)

Chist.. . Cristeta, es V?. . . Cri. (Ah! mi vecino! Magnífico; viene á pedir de boca!)

Ola, D. Bruno! . . . Déme V. esos cinco. . . Bru. Si señora, y aunque quiera V. los cuatro remos. Caí. Já, já!. .. que galante es V! Bru. Yo seré todo lo que V. quiera, ya se lo tengo á V.

dicho; desde el primer dia que la vi en el Teatro

aquellos piececitos como dos piñones , que se lleva-

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ban ojos, me petó V. . . y varaos , lo dicho, V. me ha petado.

Cri. Gracias, D. Bruno.. . (Qué estúpido!) Sabe V. que se le aprecia.

Bau. Déjese V. de cumplimientos; ya lo sabe V., mi bur- ra, mi mujer, las vacas. . . En fin, cuanto tengo en el pueblo, V. mande, que aquí hay un hombre, y de Brihuega, con perdón de V.

Cri. Já, já! Se aprecia, amigo mió.

ESCENA VI.

Dichos, Rodolfo y Cucufato.

Cuc. Cuando te digo que tengas calma!. . .

RoD. Silencio! Calla! Cristeta, mi amante! Y la tiene co- gida una mano aquel facha!. . . Truenos y rayos!. . . Voy á matarle!. . .

Cuc. Mira, no es aquella tu hermana? {Mirando á dentro.)

RoD. Sí! Reniego de mis barbas! Corramos; primero tu futura, luego estos. Ya es preciso convertir á Ma- drid en un cementerio. {Salen precipitadamente.)

ESCENA VII.

D. Bruno, Cristeta.

Cni. (Me ha visto y se ha ido hecho un tigre! Magnífico! Estoy vengada!) Continúe V.; es tan interesante y agradable su conversación! . . . Bru. Pues. . . yo estaba en el pueblo con mi mujer, por- que yo soy casado. . . Crii. Se comprende. (Imbécil! .. .) Bru. y en cuanto á lo otro, lo del retrato; porque mire

V., yo no soy lo que parezco. Cri. Qué me cuenta V?

Bru. Cuando yo era zagal, llevaba arremolinas toas las muchachas del puebla; qué, si era yo mas baila- dor!... Pero en fin, vine á Muirid á vender unas muletas. .. Como V. seria entonces rapazuela. . . Cri. (Qué cafre!) Bru. No recordará aquella época.

Cri. Cierto; apenas recuerdo. . . (Tú me las pagarás. . .) Bru. Pues señor, entonces vi á una muchacha... de la

geniñactura de V., sobre poco más ó menos. Cri. (Ya escampa!)

Bru. y la dije. . . Vamos, que me habia petao; entonces ella, mirándome con una carilla de pascua y los ojos

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de carnero á medio morir, me dijo; te doy palabra formal de casamiento, y me dio su retrato. . .

Cm. PeroA^?. ..

Bru, Tenga flema; y la dije, que vivo ó muerto, vendría; y como Bi'uno Ramboche nunca falta á su palabra, porque yo me llamo Bruno Ramboche.

Cra. Ramboche! Le sienta á V. muy bien el apellido! . . .

Bru. Es favor! ...

Cri. Es justicia!. . . (Estúpido!)

Bru. Gracias! Pues iba diciendo; que como yo no falto á mi palabra, vengo á traerla el retrato, y á decirla que no he venido antes, porque mi m.ujer no ha que- rido, y que le devuelvo su palabra.

Cri. Pues no hay duda que le recibirá con gusto.

Bru. Bah! ... Yo lo creo, como que nos queríamos mucho; mire V.; aquí, en el número 20^ vivia; si V. se espe- ra, en un periquete hago el recado.

Cri. No, espere V. (Bueno será darle una lección á este beduino.) Si tuviese la bondad de acompáñame á esa tienda, se lo agradecería infinito; tengo que com- prar. . .

Bru. Con el alma y la vida, y á donde V. quiera; pues apenas me gustan á mí. . . Hum!. . .

Cri. Qué? Bru. Nada!

MÚSICA.

Bru. (Tres muelas me quedan,

pues señor, las tres

me las arrancaba

por esta mujer.) Cri . (A esto beduino,

mamarracho atroz,

bueno es por mi vida

darle una lección.)

Me acompaña usted?

Honra es para mí! . . . [Con salamería.) Bru. Ay Cristo! Cristeta

no se ponga así! . . .

Quisiera llegase un dia, mas que usté en mi contra arguya, en que esa fisoiio. . . suya, llegara á fisono. . . mia. Ay San Antón!

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Si eso sucediera qué revolución!

Cui. Ya que con lengua importuna

en mi cara se descara, sepa que esta cara, es cara para esa cara de luna! Le gusta el melón? Ahí ese pañuelo, dése usté un limpión!

(A dos.)

Bru. Me ha dejado estático;

qué despachaderas! No tiene la niña pelos en la lengua. Esta bailarina si le digo más. en la cuerda floja me á hacer bailar.

Cri. Se quedó el gaznápiro

con la boca abierta! Vaya si al vejete le gusta la fiesta! Se iba insinuando el muy carcamal! . . . Y no puede el hombre con la bula ya!

HABLADO.

Cri. Conque vamos?

Bru. Vamos. Por supuesto que lo que le he contado á us- ted . . .

Cri. Quiere V. callar, D. Bruno! Como si se lo hubiera V. contado á su santo! (Vdnse.)

ESCENA VIII.

D.' Claudia y Genara.

Gen. Tia Claudia, estos tragines de Madrid, no son para

nosotras. Cla. Calla, y escondámonos para que no nos vean. Han

entrado en una tienda. Quedémonos en acecho.

U

Gen. Sí, pero lo que digo. . . .

Cla. Pues yo no quiero que digas nada; eres muy ha- bladora y curiosa, y lo vas á echar á perder.

Gen. Pero si en Madrid hay unas cosas. . .

Cla. Ah! picaro Bruno!. .. Si te crees fuera de mi domi- nio porque estás en Madrid, ya estás fresco; infame, ya de quién es el retrato que te acompaña! Ay! Si la cojo. . . verá que en Brihuega hay mujeres que saben amarrarse las enaguas, cuando se encalabrinan sus maridos.

Gen. Tia Claudia! Nos va á suceder algo!

Cla. Quiá! . . . TÑo tengas cuidado; acuérdate de lo que decia el tio Chamorro: «La mujer es como la cabra, cuando salta, ya sabe donde ha de caer.»

Gen. Eso es verdad; pero yo en el pellejo de V., me vol- verla al pueblo, y armarla allí la tracamundana.

Cla. Pues yo me empeño en que sea aquí, y será; mien- tras Madrid sea Madrid, se acordará de la tia Clau- dia; pues no faltaba otra cosa! Ya sale de la tienda la buscona de tu tio. . . Sigámosla. Averigüemos su paradero, que para él, tenemos tiempo. Corre que se nos escabulle. Corre, Genara!

Gen. Vamos.

ESCENA IX. D. Bruno.

üfff!.. . Qué Madrid, qué liorna ó qué infierno!. . . Cuando yo decia que me iba á coger algo. . . ya no tengo duda. Dijo bi^ el que dijo: «la mujer es un so- brehueso que deja la parte imperfecta, y que que rascar.» Vea V. quién creeria que toda una bailari- na se olvida el dinero, cuando solo sale á comprar un mantón; y es el caso, que como yo soy así. . . se lo he pagado. Pero y quién deja á una chica tan gua- pa en las astas del toro? Es decir, del comerciante? Digo en. . . no lo que rae digo; pero si que me cuesta los cuartos.

Caballero 1.° (Este ha cambiado un billete; á él.)

Caballero 2." (Vamos,) Cuando le digo á V. que es hacia la izquierda! . . . Queda apostada la media onza?

Cab. 1.° Sí, pero yo estoy seguro de que gano. Si hubiese por aquí un amigo. . .

Bru. Calla, á que sedán estos de cachetes?

Cab. I.° Lo veremos.

Cab. 2.° Y tanto; pierde V, la apuesta.

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Cab. 1." (A Z), 5/'U/¿o.) Caballero, dispense V.; pero tene- mos apostada media onza sobre cierta señal de los duros de á veinte, y si V. tuviese la amabilidad de enseñarnos uno, se lo agradeceríamos en estremo.

Bau. Con mucho gusto. Y sobre qué señal es la apuesta?

Cab. 1.° El señor, dice que tienen el busto hacia la dere- cha, y yo, que á la izquierda.

Bru. Toma, pues eso es fácil. . . aquí haj' uno; mírelo V.; hacia la izquierda.

Cab. 1.° Lo Y'i Yo he ganado. (Dátidoselo y marchán- dose.)

Cab. 3.° Cómo!. .. No puede ser, este será falso. . .

Cab. 1.° No señor, es bueno y. . .

Bru. Eh! Señores... mis veinte reales; pues me gusta la frescura! Y se lo llevan. Eh!. . .

ESCEN.V X.

Dichos y un Caballero.

Cab. Chist! . . . Caballero... necesito hablaros.

Bru. Ahora. Pero y los. . . ya no los veo. Adiós mis vein- te reales!. . .

Cac. a eso vengo.

Bru. Ah! Me los trae V? Vengan.

Cab. No piense V. en eso; es cuestión perdida. Yo soy el que estaba en la tienda donde pagó V. el mantón á Cristeta; conocí que os V. forastero, y... vamos, no lo puedo remediar; V. me es estremaciamente sim- pático.

Bru. Muchas gracias.

Cab. Por esto, cuando vi que sacaba V. dinero y haMaba con esos dos tunos, me apresuré á advertirle. ..

Bru. Se agradece, amigo; pero V. lo vé, ya eran du- chos!

Cab. Lo siento; pero no estará de más le advierta algunos de los medios de que se valen los rateros , para que esté prevenido. . .

Bru. Hombre, sí, se lo agradeceré infinito.

Cab. Cuanrio alguno, bajo cualquier protesto, esté ha- blando con Y., y en lo interesante déla conversación le tire de la solapa del frac, asi, algo fuerte, mucho cuidado, porque le quiere despojar de alguna cosa,

Bru. Conque de la solapa?... Pues ahora me acuerdo; c' del duro me tocó.. .

Cab. (Mirando MHa la calle.) Sí, no me engaño. . . ¡Ah!. . Bribonazo!

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BiiL'. Pero qué pasa?

Cab. El del duro; mírele V. hacia la esquina; en la cuarta puerta, habla con otro.

Bru, No veo. . .

Cab. En dos brincos le atrapo, y hago que le prendan.

Bru. Déjele Y.; si eso no vale la pena. ,.

Cau. Nada, amigo mió; mucho ojo, que hay quien le qui- tará la camisa sin sentirlo, {sale corriendo.)

ESCe.N.\ XI.

D. Bruno 1/ dos chicos. Já! já! La camisa! Qué vengan. Si se creen que me mamo el dedo, ya están frescos. Pues señor, entre- garé el retrato á mi antigua novia ; le devolveré su palabra de casamiento, y me iré al teatro. {Uii chico se pone á brincar delante de D. Bruno, mientras otro le quita el pañuelo y corren.) Quite V. de ahí rapazuelo, insolente; y me hace burla! Qué es esto? Calla, otro? Y se lleva mi pañuelo!. . , Chico, muchacho. . . Si, échale un galgo. . . Vamos, si en este Madrid... Pe- ro calla! ... Y mi reloj!. . . Si yo lo tenia ahora mis- mo!.. . Si me habrá tocado alguno la solapa, sin que yo lo sintiera?.. . ¡Ah!... Ya caigo, habrá sido el mismo que me dio la lección; pues señor, me vo^ á dar el retrato, antes que me dejen encueres. Ahora, de fijo, al primero que me toque la solapa, le aplasto las narices. {Entra en el número *20.)

ESCENA XII.

D, CücUFATO^ Rodolfo.

Cuc. Cachaza, hombre, cachaza!

RoD. Cucufato, ya me aburren tus majaderías! El paleto ha entrado!

Cuc. Creo que tienes razón.

RoD. Pues estoy resuelto; le esperamos^ y en cuanto ba- je. . . le mato!

Cuc. Hombre!... Matarle?

RoD. Qué!

Cuc. Bueno; y que nos diga dónde está tu hermana.

RoD. Vaya si nos lo dirá! Y lo que es mas, acompañarnos al sitio en que se oculta.

Cuc. Magnífico! Pero respondes de que me quiere y se casará conmigo?

RoD. Mil bombas, si respondo! Solo tiene dos caminos; se casa contigo ó la mato.

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Cuc. Yo no lo decia por tanto ; pero como dicen que las dificultades hacen crecer el cariño, y han sido tan considerables. . .

Roi>. Mejor; pese á quien pese, te casarás.

Cuc. Por supuesto, que como ella tiene su genio, y estará algo remisa, no le opondrás á que cuando sea ne- cesario, haya aquello de Santo Cristo de Palermo, le- ña del verbo divino. . *

RoD. Oh! de eso me responde tu pellejo!

Cuc. Pero hombre!. . .

ESCENA XIH.

Dichos y D. Bruno.

Bru. Vamos á otra parte con la música; y pues no me dan razón de ella , en llevando el retrato al diario, y dando aviso á todo el mundo, ya puede recogerlo, si quiere; mi conciencia está tranquilaj yo cumplo como caballero; pero y si se ha muerto?

Cuc. Mírale allí. . .

RoD. A^enganza. . . Observemos.

Cüc. (Acúdeme, valor.)

Voz. Agua vaaa!.. , {arrojandoun barreño sobre D. Bruno.)

Bru. Jesús!!! Que barbaridad! Ecce homo!... Sea por siempre bendito y alabado el primer sacramento.

ESCENA XÍV.

Dichos, una tapada. Dos agentes. Cuc. Por allí viene una tapada!. . . RoD. Si. . . trae un bulto. . . y se parece. . . Cuc. Si será! .. . Tap. (Caballero!... Vuestra fisonomía revela una alma

grande, caritativa; testimonio de vuestras virtudes.

Ahí le confio. . . Bruno entregándole un niño.) Bru. Qué es esto? Tap. ün depósito saprado. Bru. Una criatura! Un cachorro!... Tap. Si, un inocente. Caridad y misterio; hasta que Dios

quiera!.. . [sale 'precipitadamente.) Bru. Pero señora!...

MÚSICA.

RoD. Alto, infame, pérfido,

di el yo pecador! Bru. Pero yo... .

RoD. Cucufaio.) Sujétale!

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Cuc. Quietü, seductor.

Bru. Socorro! Socorro!

RoD. Calla, malandrín.

Bru. No me la gana.

Coro gral. [saliendo.) Que sucede aquí? . .

E.OD. Oid.. . . (al COTO.)

Cuc. Atended.... (?d.)

Bru. Si, pero soltad, (desasiéndose.)

Hablen ustedes ahora.

Coro. Puede usté empezar.

RoD. Este hipócrita, malvado,

de mala ley, honor y honra le ha robado

á una mujer. De la tal yo soy hermano,

y juro á Dios, que á morir "vá aquí el villano

sin remisión.

Bru. El señor se ha equivocado,

voto á Luzbel!. . . yo el honor nunca he robado

de una mujer. Las que dice son quimeras,

visiones son, el robado aquí de veras

he sido yo.

Cuc. (Hace tiempo que escamado

me recelé, que saldría mal parado

con tal mujer. San Marcos, ay! me proteja!

Si digo no, á arrancarme la pelleja

este Nerón.) Coro gral. La madeja se ha enredado,

ay! qué Belén! Hay un robo y un robado,

y una mujer. Cada uno se defiende,

y jura á Dios,

- IG -

mas al fin nadie se entiende, qué confusión!

ROD.

CCRO.

Todos.

Bhu.

Prueba palpable

de su traición,

vedla en sus brazos. [Descubre el niño.)

Un niño! Horror!. ..

Es un infame,

un criminal.

y aquí sus culpas

debe pagar.

Y pues de honrado

falta á la ley,

al Saladero

vamos con él.

Juro, señores,

que prenda tal,

de mi cosecha

no es propiedad.

La providencia

me lo mandó,

y como un hijo

le adopto yo.

Todos.

A la cárcel, vamos.

Bru.

Tengan caridad.

^'UNICIPAI.,

Silencio^ señores.

Todos.

Un municipal!. . .

MUN.

La causa de este alboroto

ha sido usted. [A Rodolfo.) Lo vi yo

y por lo tanto, amiguito,

sígame á la prevención.

ROD.

Yo á la prevención?

Voto á Barrabás!

Coro gral.

t/MUN. Cállese y respete

á la autoridad.

Cuc.

De este laberinto

Dios me saque en paz.

Bru.

Hijo de tu madre

vente con papá!

FIN DEL CUADRO PRIMERO.

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CUADRO 11.

Sala de paso en una fonda; puerta al fondo, y seis laterales con sus correspondientes números. En la pared , al fondo, ud llavero con sus llaves numeradas.

ESCENA PRIMERA.

ToRiBio, aparece dormido en u?i dance ó diban. A su lado ha- brá una mesa; sobre ella una porción de 2^ahnatorias con s%is velas correspondientes , una de ellas encendida- Allevantarse el telón entran algunos huéspedes que aojen su luz y llave.

Uno. Toribio! Toribio!

ToR. Allá van!.. .

Uno. {Entrando.) La llave y la luz, dormilón.

Ton. Aquí están.

■UNO. Ha venido una señora preguntando por mí?

ToR. No señor. Quiere V. la luz?

Uno. Venga.

ESCENA lí.

Toribio, solo.

ToR. Maldito oficio!. . . Pues ni que uno fuera un negro de Guinea! Oh! En cuanto recoja una veintena de duros, me vuelvo á Právia y echo raices.

ESCENA III.

Toribio y D. Bruno, {con el Niño.)

Bru. Uff!.. . Por fin te cogí, fonda deseada. Pobre ange- lito!... Suerte y no poca ha sido para escapar de las manos de aquel beduino. ,

ToR. Hola, D, Bruno! Qué tal le ha ido á V. por esas calles?

Bru. Mal! Muy mal! En esta tierra no se hallará un duro; pero un cachorro, y mil tropiezos á cada paso; no parece sino que llueven del Cielo. Mira!

ToR. Qué gordifloncito está!

2

- JS -

Bru. Sí, y según sus medros, es capaz de tragarse la caridad romana.

ToR. Caramba, D. Bruno, y cómo se ha aprovechado el tiempo!

Bru. Qué. dices?

ToR. Que eso será de la cosecha de casa.

Bru. No digas disparates. {Llora el niño.) Digo, pues lo que es el nene, no tiene resuello.

ToR. Tendrá hambre?

Bru. Así parece; calla, angelito! Pues no se está maman- do un boten de mi levita! Es preciso buscar un ama de cria.

ToR. Yo que V., lo echaría al Cajón.

Bru. y que es eso del Cajón?

ToR. La Inclusa.

1)RU. Jamás! La providencia lo ha depositado en mis ma- nos, y yo debo cuidar de este retoño; sí, debo pres- tarle'mi sombra. Oye , tienes por ahí el Diario de Avisos?

ToR. Aquí le tiene V.

Bru. Sosten el cachorro en tanto que yo busco. . .

ToR. Kstá gordo, (Jé, jé!. Y parecía el viejo una mosquita muerta.)

Bru. {Lee.) «Se vende un espadín; no. . . no es esto.» ün;i señora joven desea hallar un caballero»... tam- poco. , .

Tor. V. debe estar muy contento, señor D. Bruno?

Bru. Por qué, hombre?

Tor. Porque los viejos se rejuvenecen cuando tienen un hijo.

Bru. No seas bárbaro! Crees que yo soy el autor de esta obra? Yo no soy mas, que el editor responsable. {Le//eiido.) «Benita Hernández, leche de quince años, edad de treinta dias , solicita encontrar colocación en casa de los padres de la criatura; dará razón é informe la Castañera de la plazuela de Santa Ana.» Ya lo oyes, Toribio; éste niño necesita esa mujer; vuela, la humanidad te lo aconseja.

ToR. Allá voy. Me pongo la gorra, y de un sallo. . .

Bru. Pobre niñn, y llora! 1. . A]ayá.{ca?tto.) Pronto tendr;ís lo que pides. Aun estás ahí?

Tor. Voy corriendo. ,.

(Váse por el fondo. D. Bruno por ia primera puerta izquier- da. Al salir Toribio, tropieza coi DoTta Claudia y Cenara, que entran por el fondo.)

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ESCENA {V.

Doña Claudia, Genara y Toribio, Gen. Arre allá! Ci.A. Animal!

'iOR. No me ponga V. motes. Ola. Mas le valiera ser servicial, en vez de salir de este

modo. ToR. La humanidad reclama en este instante que tenga

alas en los pies. Ola. Ni que fuera V. por la Comadre. ToR. Poco menos. . , voy en busca de una nodriza , para

que cuide el chico de un caballero.. . Gen. Bueno será el tal caballero. , . ! 'i GR. Hable V. bien de los ausentes. Gen. No quiero. En esta Babel todos son unos. ToR. No diria V. eso, si conociera á D. Bruno Ramboche! Cla. D. Bruno Ramboche, vive aquí? Cuál es su cuarto? ToR. Aquel, número tres.

Cla. Ah! (La providencia lo coloca en mi camino.) ToR. Eh! Ni que hubiera visto al coco... {Vase 2}or el

fondo.)

ESCENA V.

Doña Claudia, Genara.

Cla. Ya lo has oido, Genara; es padre y con un niño!. . .

Gen. Mire V., tia Claudia, jamás lo hubiera creido.

Cla. Eres una boba. En esta tierra todo se pervierte. Bien decia el rio Sudamiel; para entrar en Madrid, se ne- cesita tener un ojo en el cogote y saber bailar en la cuerda floja.

Gen. Que escándalo! Estoy en babia! Oiga V. , se me ocurre una cosa.

Cla. Cuál?

Gen. Mirar por la cerradura.

Cla. Tienes razón. {Mirando.) Infame! . . . Traidor! ... Y le besa y le hace mimos; y se rié!. .. Le voy á ar- ranear las orejasl. . .

Gen. Calma, tia Claudia! Lo mejor es saber el paradero de la madre.

Cla. Ah, marido inmoral! Traidor! Vamonos, Genara; es preciso no perder de vista esa puerta; á bien que nuestro cuarto está enfrente.

Gen, La prudencia es mejor en estos casos.

Cla. Tienes rnzon. No nos presentemos hasta el fin de

20

esta comedia ; pero en cuanto llegue. . . que toquen ¿muerto, porque llegó su última hora... (Entra/t en el número 4.)

ESCENA YI.

Cristeta, por el foro. Por fin he podido encontrar los trajes que buscaba; solo me falta la pareja. . . Oh! Aunque tenga que recurrir á un mozo de cordel , quiero darle celos á ese tigre de capitán. Y cómo votará cuando reciba el anónimo. . . Pero quién?, . . Ah!.. . Qué idea!. . . El Alcarrcño me viene de molde para el caso.. . (Llamando.) D. Bruno! D. Bruno!

Oitu. {Dentro.) Voy, voy; déjenme ustedes coloca;r este Angelito en la cama.

Cm Qué dice?

ESCENA Yll.

CmsTETA, D. Bruno. Bru. Santas y buenas noches. Cla. {Entreabriendo la puerta.) Inñel! Será esta la madre?

Coiao suelte una frase amorosa , salgo y la ahogo.

{Cierra.) Cri. Caballero, V. será un hombre de honor? Cla. Un infame!

Bru. Cómo infame! Se atreve V?.. . Cri. Está V. loco? Quién le- ha dicho á V. infame? Bru. Usted!

Cri. Yo! Caballero! . .. Puede V. suponer que yo! . . . Bru. Nada! nada! Estarla soñando y me habrá parecido

oir!. . . Ciu. Pues como decía. . . Bru. SigaV...

Cri. Yo no dudo que sabrá V. guardar un secreto. Bru. Hasta cierto punto. Cri. y mucho mas, tratándose de una mujer como yo,

toda un artista!.. . Cla. Perdida.

Cri. Como perdida, señor mió! BüU. Pero quién le dice á V. nada? Csi. V. me ha llamado perdida! Bru. Yo?

Cri. Y! Y si no mirara!. . . Bru. Pues señor, á lo que veo , estamos soñando los dos.

ó hay duende! Yo no he sido, señorita!. ..

Cki. Corriente! Habré oido mal! Pues decia que tratán- dose de una alumna de Terpsicore , que ha sido la admiración del arte coreográfico durante dos años.

Brü. Mire V, señora, yo soy muy romo, y aunque no dudo que las palabras de V. sean una verdad tan grande como el templo de Salomón; como V. no me hable en castellano puro y neto, me quedo papando moscas como el de Burgos.

Cri. Pues bien , caballero; yo necesito , bajo su inque- brantable palabra de honor y sigilo, yo necesito que V. me acompaiae al baile.

Bru. Señora, tengo yo cara de danzarín?

Cri. No me ponga V. inconvenientes.

Bru. Pero qué he de hacer yo en el baile?

Cri. Bailar, divertirse y acrecentar mis simpatías.

Bru. Mire V., á me gusta mucho la comodidad ; y es- taré mejor en la cama. . .

Cri. No admito disculpas.

Bru. Pero advierta V. . .

Cri. Nada, nada; soy muy precavida.

Bru. Señora, si yo. . .

Cri. Aquí tiene V. el traje; conque no sea V. uraño. Yo voy á vestirme también ; cuando haya concluido mi toaleí, iré á anunciarme cor un golpecito á la puerta de su cuarto. Adiós, simpático. (Váse.)

Cla. (Culebrón!)

ESCENA Yin.

D. Bruno. Simpático culebrón! Vaya un requiebro! Señora , si yo no.. . se fué. Yo no puedo ir al baile.. . Y bien mirado , por qué no he de divertirme, ahora que no me mi Claudia? Si, debo ir; al fin y al cabo, quién sabe cuando me veré en otra?

COUPLET.

Para un casado no hay un placer, como ir á un baile sin su mujer. Y pues ausente la mia está, viva la Pepa, vamos allá. Yo me pondré una carántula.

22

para que no me conozgan,

y un dominó azul y verde

para tapar mi persona.

Y cuando esté

tapao así,

ni el mismo diablo

me gana á raí;

que aunque Ramboche

me llamo yo,

nadie me gana

á bailaor.

Si son manchegas,

alza pa acá!. . .

y si es fandango

tómala allá.

Viva la fiesta,

viva el placer!

Viva la zambra,

viva el belén!

{Sigue bailando y entra en su cuarto.)

ESCENA IX.

Claudia, Genara.

Cla. Ya lo sabes, Genara; mientras yo me quedo en ace- cho, corre y alquila los trajes que te he dicho; vo- lando. Ah! señor marido! Ya te daré yo bailoteo!...

t^Doña Claudia entra en su cuarto. Al salir Genara por el fon- do, tropieza con Toribio que entra.)

Gen. Animal!

ESCENA X.

ToRIBlO.

Toa. Ay! Esa alcarreña, se ha propuesto descostillorrne.

D. Bruno, señor D. Bruno?. . . Bru. (Dentro. Qué quieres? ToR. El ama de cria espera abajo al cachorro. Brü. [Dentro.) Voy, voy!. . .

. ESCENA XI.

Dicho y D. Bruno, con el niño.

Bru. Aquí está el infanta. Y el ama?

ToR. Abajo, en el cuarto que la he mandado prep irar,

ViAV. Dile que le trate bien.

ToR. Sabe V.. señorito, que el niño se le parece ! Bru. No diga V. disparates, y vaya V. ligero. ToR. Dele Y. un besito antes. Bru. Eso sí.

[Le toma y empieza á hacerle flef^tas , al mismo tiempo c.i~ tran Cucufato y Rodolfo.)

ESCENA Xll.

Dichos, D. Cucufato y Rodolfo.

RoD. No es poca fortuna vernos libres de la policía,

Bru. Hijo de mis entrañas!

Rop. No hay duda, es él!

CüC. Calma, Rodolfo, calma!. . .

RoD. Caballero!... {acercándose á Bruno.)

Bru. (Ave María Purísima, el de las barbas!)

RoD. Por fin le encuentro á V?

Bru. y yo tengo. .. tengo un placer. . .

RoD. Dónde está mi hermana?

Bru. Su hermana de V? Le advierto, caballero, que yo no tengo el gusto de. . . conque así acabemos.

RoD. Tiene V. razón, acabemos; aquí está mi tarjeta.

Bru. Gracias, (Para qué me dará ésta tarjeta? Este hom- bre tiene traza de divertido!)

RoD. Habito en el número uno.

Bru. Yo en el número tres. Buenas noches.

RoD. Hasta mañana á las siete, con testigos,

Bru. Já, já! Que original.

ESCENA XIÍI.

D. Cucufato. Rodolfo.

RoD. Tu serás mi padrino.

Cuc. Yo creo que lo mejor sería buscar á tu hermana, y casarla con su seductor.

RoD. Casarla!. . . Eso, jamás; he prometido que .será tuya, y no hay falencia.

Cuc. Para nuestra boda, amigo Rodolio, hay un inconve- niente poderoso.

HoD. Cuál?

Cuc. La criatura.

RoD. Ese no es inconveniente.

Cuc. Zambomba!

Rop. Di mas bien que quieres evadirt-:;; pero si tal suce- diera, los cuatro seríais víctimas de mi furor.

Cuc. Hombre, bien, no te irrites. . .

24

RoD. Ese hombre admite el desafio. Mañana riie bato con él; pasado, te caso con mi hermana.

KSCSNA XIV.

Dichos, ToRicio [con una carta;) Gen ara.

ToR. Esta carta han traído para D. Rodolfo.

Rop. Venga.

[Torihio sale al foro y tropieza con Genaro, que entra con nn pañuelo con un granbulto, y le un empellón.

ToR. Ah!

Gen. Animal! (entra en el nÚTiiero cuatro.)

lOR. (SaHendo.) Maldita alcarrcña!

RoD. (Leyendo la caria.) Oh! AhÜ!

Cüc. Ehy Qué te sucede?

Roí». No ine faltaba otra cosa. En esta carta me anuncia un amigo incógnito, que Cristeta esta noche al baile de Capellanes , disfrazada, y con su nuevo amante. Truenos y rayos!. .. Corre, alquila al mo- mento dos trages y vuelve con ellos.

Cuc. Voy volando! (No hay remedio , si le contrarío, me aplasta.)

ESCENA XV.

Rodolfo. Si , el corazón me dice que mañana mataré á ese hombre, y que en la hora de su muerie, revelará el paradero de mi hermana. En cuanto á Cristeta, esta noche sabrá quién yo soy; no admito rivales, no los he admitido nunca , no los admitiré jamás! La muerte tiende su guadaña sobre el cuarto número tres. Duerme tranquilo, infame seductor, la eterni- dad te espera. (Váse.)

ESCEN\ KVI.

Cristeta. (En traje de Hada, cubierta con un gran abrigo.) Cuánto voy á gozarme en sus celos! Confieso que un hombre de mazapán, no me gustaría.! Oh! Mi bravo Capitán, aunque estalles como una bomba, no he de dejar mi indiferencia, hasta verte á mis pies pidien- do perdón. Veamos si está vestido D.Bruno. (Lla- ma.) Soy yo, Cristeta.

Bru. (Dentro.) Voy, señora, voy. Solo me falta engan- charme las alas.

Q[^^. Un baile de máscaras ! He aquí mi delicia! Oh! Di-

- -25 -

chosos tiempos de grata recordación!. . . Qué os hi- cisteis?... Hoy solo me queda el recurso de decir con Espronceda:

«Malditos treinta años!

Funesta edad de amargos desengaños!

ESCENA XVII.

Cristeta, D. Bruno (de tonelete con dos grandes alas.)

Bru. Ya he concluido! Qué tal, estoy bien?

Cri. (Qué mamarracho!) Ni Mr. Denis, se vestía con mas gracia!

Bru, y V. con ese abrigo al baile?

Cri. No por cierto; este es el velo encubridor de mi her- mosura. Vuélvase V. de espaldas.

Bru. Estoy bien?

Cri. Si. Míreme V. ahora. [Tira la capa.)

Bru. Señora, tenga V. la bondad de. .. (Y es bonita!)

Cri. Já, já! Se raburiza V?

Beu. Me parece que!. .. (Pues no me disgusta!)

Cri. Oh! Yo le prometo á V. que daremos golpe en el Salón.

Bru. Si , pero tenga V. la bondad de ponerse el abrigo, porque yo. . .

Cki. De ningún modo , amigo mió; le suplico que deje á un lado el rubor, que tan mal sienta á un caballero de sus prendas.

Bru. Me parece que tiene V. razón, señora.

Cri. Yo lo creo; ahora es preciso que V. aprenda un paso, para que seamos de esc modo los héroes del baile.

Bru. Pero señera, yo qué paso he de aprender?

Cri. Uno muy bonito, el de la Pastora sensible y el zagal melancólico. Verá V., tome la punta de este chai; ahora acompáñeme V. en todos mis movi- mientos.

Bru. Bueno, aquí de mis brios. {Trémolo en la orquesta, hasta que ataque el canto. Doña Claudia, vestida de turca, y Genara de mágico, salen de su cuarto. D. Ro- dolfo del suyo, con pistolas; aljtnal Cucufato de Miier- te. En el momento de salir, Cristeta cubre á D. Bruno con el cJial. Precipitación progresiva hasta el final.)

26

ESCENA X^7III.

Dichos, Doña Claudia , Genara , Rodolfo. Ál tiro de este, Toribío y el huésped, con gorro de dormir y luz.

RoD. Qué veo?

Cla. Qué miro? Picaro! Infame! {Abalanzándose á Don Bruno y cogiéndole de un brazo.)

RoD. Reza el credo! {Le agarra del otro brazo.)

CANTADO.

Bruno. ) Cristeta } Huésped, i

TORlBlO. I

Rodrigo, i Claudia, i

Socorro! Socorro! {iÍ7V.)

Qué sucede aquí?. . . {con luces-)

Que este se-Juctor tiene que morir.

Huj'amos! huyamos! Alto, gran bribón!..

Bruno, i

Cristeta I

Rodolfo.

Claudia.

Genara,

RoD. Venga aquí la muerte!. . .

(Va á tirar con la segtmda fistola, á tiempo que Cucufato se

presenta al foro, disfrazado de Muerte, con un traje de oso

al brazo.) Cuc. Aquí estoy!

Todos. Horror!. . .

{Apágame las luces, unos caen , oíros corren , gritería. Genara desmayada cae en wi sillón. Claudia en otro. Telón rápido.)

FIN DEL ACTO PRIMERO.

ACTO SEGUNDO.

CUADRO III.

Galería contigua al salón de máscaras en Capellanes , adornada con flores y faroles de colores. A los lados divanes, etc.

ESCENA PRIMERA.

Coro general de máscaras, disfrazadas caprichosamente ; las seTioras con caretas.

MÚSICA.

Ellos. Descubre esc rostro!

Ellas. Te vas á asustar!

Ellos. Tan feo le tienes?

Ellas. Horrible en verdad!

Ellos. Ah! no, no es posible!

Ellas. Es cierto!

Ellos. No tal!

El alma me dice

que es linda tu faz!

Ellos. Seductora mascarita

tus encantos muéstrame! Yo lo imploro, bella ingrata, de rodillas á tus pies!

Ellas. Basta, basta, caballero,

es inútil pretender, que una dama se descubre sin por qué ni para qué.

Ellos.

Yo la adoro, la idolatro!

28 -

Ellas. Eso es cierto?

Ellos. Cierto es!

Ellas. Desde cuándo?

Ellos. Desde ahora!

Ellas. Ay, qué picaro es usted!

Casarse rae jura? Ellos. Quién duda que si?

Ellas. Y es por lo eclesiástico

ó por lo civil?

Ellos. Según tu deseo

descúbrete ya!. .. Ellas. Queda convenido,

ya no hay mas que hablar!. Ellos. Jesús que hermosura,

me abrasa su luz! Ellas. Vayase y refresque

en el ambigú.

(Se descubren.)

Ellos. Ellas.

Ellos. Ellas.

Ellos. Ellas.

Caballero!

Señorita!. . . Ya habrá comprendido üstec que una chanza ha sido todo Cómo chanza? No lo es. El amor en Capellanes imposible es de creer! Pues se queda en los salones pegadito á la pared. Yo le juro amarla siempre. Ay por Dios! Cállese usted! En saliendo usté á la calle si te he visto no hay de qué.

Ellos. Usted desconfía?

Ellas. ^y:-v-r Pues bien claro está; que hoy es muy difícil el matrimoniar.

Ellos.

Con esos desdenes se enciende mi amor.

Ellas. Pues tome, hermanito,

agua de limón !

ESCENA II.

D. Bruno. Dentro voces y carcajadas q%e se alejan; Don Bruno entra tropezando y cae en escena.

HABLADO.

Ay! Esto me faltaba!. .. Virgen de la Peña, si sacas con bien á mi asendereado individuo, te ofrezco un ángel de mi tamaño, de cera. . . Y esto es la Corte?... Y dice la gente: «De Madrid al cielo!» . . . No, no, de Madrid al Infierno!. .. El uno me echa la zancadilla y ruedo como una pelota!. . . Al verme en tan triste situación, otro me pisa la mano, y con su «perdone V.» quedo pagado. El de mas allá me eoje por una ala, haciéndome perder el equilibrio , y se arma la rechifla mas descomunal que oyeron los mortales. Y para fin de fiestas, esa atolondrada bailarina, se em- peña en hacerme bailar todo lo que toca el presi- dente de los músicos. Ay!... Cuándo será, y que ganas tengo de cojerte, Brihuega de mi alma!.. . Si, en esta Babel acabaría por pervertirme. Á Dios gra- cias, aquí podré tomar aliento. . .

ESCENA III.

D. Bruno y Cristeta.

Cri. Al fin lo encuentro á V-, calaveron.

I>RU. Señora. . .

Cri. Véngase V. con escusas; dejarme por seguir á una Turca! Un mamarracho, que parece un talego de pasta flora. . .

Bru. Pero si yo no he seguido á nadie, ni he visto á seme- jante Turca! Lo que yo quisiera es, descansar del trasiego que estoy llevando en este maldito baile; y si no fuera por la palabra que di á V. de acompa- ñarla, tomaba las de Villadiego , y . . . que bien me encontraría yo en mi camita!

Ciu. Ingrato, después que le proporciono emociones de que nunca ha esperimcntado, haciéndole mi caba- llero! Hay tantos que beberían los vientos por con- seguir una milésima parte de lo que Y. no sabe es- timar!.. .

Bau. Ahí verá V.; y yo los bebería por irúie á casa . . .

30 -

Ci.i. Pues inténtelo V., falte á su palabra , y le aseguro que mañana hablarán de nosotros los periódicos, y sabrá el mundo entero de lo que soy capaz.

Bru. Señora.. . me parece que V. abusa. . .

Uiu. Y V. debiera estar loco de alegría, al merecer mi deferencia y simpatía. . . Vamos, abrócheme V. este guante. ..

Bru. Con mucho gusto. . .

Cp.i. Le parece á V. que yo abandono esta mano así, á cualquiera?

BfiU. En cuanto á eso, varía, (Caramba si es guapa esta mujer!)

Cfti. Vamos, hombre. ..

Bru. Si no puedo.. , (A ver con los dientes.. .)

Ciii. {Dándole una palmada en la cara.) Atrevido!. ..

Bru. Señora... Silba...

Cri. No iba , sino que fué .. . Mira loque sabe!... Se- ductor!.. .

Bru. Señora. . . puedo asegurar á V. . .

Cri. No hay cuidado. Eso corre de mi cuenta. Pero esta- mos perdiendo un tiempo precioso. Acompáñeme V. al Tocador, y espéreme á la puerta.

Bru. y no sería mejor. . .

Cri. Que le deje aquí, para que le suceda otra desgraci:!.' De ningún modo. Vamos, venga el brazo; así, hom- bre, sea V. galante.

Bru. Como no tengo costumbre. . .

Ckí. Ande V. con soltura; así como lo que somos, un Ángel y una Hada. (Se van fondo.)

ESCENA IV.

Claudia, y Genara; y apoco, Rodolfo de oso y Cücufato.

Cla. Te digo que tengo mis sospechas; la voz del oso la

he oido en otra parte. Gejí. Pues á no me cabe duda de que esa Muerte es la

de la fonda. Cluc. Rodolfo, calma y prudencia. .. iioi). Y sobre todo, obrar con prontitud. Ay de tí, si nu

me obedeces! Cüc.> Palabra de honor! Mira, allí están la Turca y el

Mago. KoD. Magnífico! Ouc. Disimulemos!

Gen. Tia, por qué no saca V. á bailar al Oso? Ci.A. Estás loca?

al

Gein. Si es lo que pensauíos , así tendrá V. pretesto para averiguar. . .

Cla. Pero una mujer como yo. . . Eso no se ha visto nun- ca, ni es decente. .. Mira, la Mueríc parece mas pa- cífica, y si tii te atrevieras . . .

Gen. Tia!...

RoD. Resolución!. . .

Ouc. Y tacto, mucho lacto!

Roí). Voy á ver si puedo cciuveucer á la Mora, para que baile conmigo. , .

Cuc. Bueno; y yo veré si el Mago me dice mi oróscopo, y descubrimos á esos belitres que buscamos.. .

Gek. Tia, el Oso la mira á V.

Cla. Mejor ; nnda á ver si puedes descubrir algo de la Muerte.. .

RoD. Arrogante Mora estás.

Cla. Toda la arrogancia es mia. . .

Gen. Señora Muerte, con su licencia. . .

Cuc. Ko hay de cjué^ portentoso Mágico.

RoD. Si no temiese irritar las iras del celoso Sultán á que perteneces, me atrevería á pedirte un rigodón.

Cla. Aunque no lo acostumbro. .. Pero es el caso que no si me acordaré. . .

RoD. Ah! Pues toma mi brazo y en marrha.. .

Cla. Poco á poco; todavía no he dicho que sí. . .

RoD. Mil bombas! ...

Cla. Qué es eso?

RoD. (Disimulemos!) Son impulsos naturales de mi carác- ter.

Cla. De oso..?

RoD. Cómo?

Cla. Digo, me parece que el trage.. .

RoD. Es verdad, no me acordaba. ..

Cuc. Si, en efecto, es un paleto. ..

Gen. De Brihuega.

Cuc. Mas feo que Picio\

Gen. (A que le doy un bofetón!)

Cuc. Pero el chiquillo mamón que tiene en la fonda, de quién és?

Gen. Toma, no lo sabes?

Cuc. No. . .

Gen. Pues es de su padre...

Cuc. Pero. . .

Gen. Nadie mejor que podia arreglar todo estu.

Cuc. Cómo?

Gen. Is'o eres la muerte? Pues estiende tu fatal guadaña sobre los criminales, y todo se arregla. . .

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Cl'c. Ah! Simpática Maga, yo soy una pobre Muerte, que estoy mas muerta que viva. Mire V., yo no soy lo que parezco,

Gf.n. Cómo?

Cüc. {Llorando.) Si yo le contase á V. mis penas y des- venturas...

RoD. Voto á cien regiones! Qué es eso, Cucufato?.. .

Cuc. No es nada, hombre! Qué genio! No se lo deciaá V.-^

ESCENA ÚLTIMA.

Dichos, CmsTETA, D. Bruno. Caballeros y Máscaras.

A'ocES DENTRO. Bien! Bravo! Já! já!já! Que bailen.. . Que bailen. . .

Bru. {Del brazo con Cristeta.) Pero señores, si no se puede, hay mucha gente. Que tracamundana; esto és inso- portable!.. . Cuidado si hago yo efeclo á estas gen - tes . , .

Todos. Já, já, já!

Cri. Aquí podemos bailar.

Todos. Si, si.

YocES.Que baile el Angél, la Muerte, la Turca, el Oso.

Todos. Que bailen! Que bailen!

RoD. Silencio!

Cri. (Debe ser él!)

RoD. (Será ella?)

Olí. (Ese Ángel me está dando en qué pensar.)

RoD. Señores, respetable auditorio; puesto que en el salón no se cabe, en uso de nuestra autonomía , derechos, y . . . porque nos la real gana, propongo que bai- lemos aquí uaa cuadrilla.

Todos. Si, si. .. Bravo!...

RoD. Orden!... Primera pareja. Hada y Ángel. Segunda la Mora y yo. El Mago y la Muerte caerán sobre nosotros para finalizar el cuadro.

Todos. Bien! Bravo! Sublime!. . .

(La orquesta toca un canean que bailan las dos primeras pare- jas, haciéndolo al final el Mago y la Muerte.)

MÚSICA. Coro General. Que placer es bailar, de la orquesta al compás, el alegre sin par

animado cán-cán ! Que placel- es bailar, etc., etc.

Bravo, delicioso, ya lio hay mas que ver. La Mora y el Oso lo bailan muy bien. El Ángel y la Hada, no hay mas que pedir, y el Mago y Ja Muerte lo hacen hasta allí!

FIN DEL ACTO SEGUNDO.

ACTO TERGEUO.

Salón de Ambigú en Capellanes. Puerta al fondo y otra en último término, con rico portier y targeton en que se lea: «Tocador.» A ios hidos mesas, banquetas, sillas etc., etc.

ESCENA PRIMERA.

{La orquesta preludia un mals. Se oye lejano bullicio, y se ven atravesar, valsando por el foro, algunas parejas. Al terminar la crq%(,esta salen D. Bruno y á jjoco un Camarero.) Bru. Animal! Torpe! Tarasca!... A poco mas me rompe

un ala. Jesiis! Esto es insoportable! Dios mió!. . . No

puedo mas! Esto parece una fonda. . . Oye tú, el del

mandil. .. Cam. Qué se ofrece? Bru. Qué es esto, fonda ó café?- Cam. Ambigú.

Bru. Ambigú!. .. Y eso es cosa de comer? Cam. Já, já, já! Bru. Toma, y se riel . . . Cam. Caballero.. . Tengo que hacer y . . . Bru. No me opongo, y en cuanto satisfagas la pregunta de

ambigú, te puedes marchar. Cam. "Vamos. . . V. está de broma. Bru. (Si será algún señor disfrazado de mozo?) Cam. Que V. se divierta. . . Bru. (No lo dije?) Dispeíise V., caballero , si he cometido

la imprudencia de. . . Cam. Es chistoso. Já, já, já! Bru. (Y le hago gracia!, . .) Yo le habia tomado á V. por

un mozo. . . Cam. y lo soy. . . Qué tiene que mandarme? Bru. - Hombre, yo soy de un lugar, y por consiguiente algo

romo. . . Cam. (Vamos. . . está de broma ó ha bebido! . .) Bru. Chist. . . no te vayas. Cam. Acabemos. . .

Bru. Bueno; pero deseo me digas, qué, se en el ambigú... Cam. Todo lo que V. quiera.

- 35

Bru. y se puede comer. . .? Por el dinero, se entiende.?

Cam. Como en una fonda.

Bru. Magnífico! Ya comprendo. Y qué te parece que debo tomar?

Cam. Lo que V. guste.

Bru. Hombre, como he tenido un dia tan desarreglado, creo que lo que mejor me sentaría es cocido y postre.

Cam. Cocido?

Bru. Si, cocido con garbanzos. (Parece que he dicho una barbaridad!)

Cam. Dispense V., pero no hay lo que pide.

Bru. Entonces, saca lo que quieras , pero que sea de ali- mento.

Cam. Perdices, jamón, ternera y huevos.

Bbu. Trae jamón y ternera.

C.^M. Voy...

Bru. y vino.

Cam. Bueno.

Bru. Si, bueno, y pan.

Cam. Corriente... {Saliendo.)

Bru. [Rumor y risas dentro.) Dios mío! Vete arreglando la mesa , que vuelvo. (Si me cojen otra vez por su cuenta!)

ESCENA II.

D. Rodolfo, Caballeros y Máscaras en tropel que le siguen y rodean.

MÚSICA.

Coro. Rodeadle! Rodeadle! .. .

que no escape! (Todos le rodean.) RoD. [Furioso.) Voto vá!

Coro. Que magnífica alimaña! . . .

Es soberbio este animal! . . . RoB. (Como llegue á incomodarme,

ni uno vivo ha de quedar!) Coro. Atención! Vamos á hacer

que haga alguna habilidad!

Oso del Norte, sabes bailar?

[Rodolfo menea la cabeza impaciente.)

Dice que sí. Já, já, já! . . .

Que inieligcncia. No vio jamás

Oso mas grande la cristiandad. Doma. Alto, señores! Que ahora va á hablar!

usso del norte!. . . venitequa!. .. RoD. (Este gaznápiro las á pagar.)

- 3G -~

(Rodolfo ejeaita lo que dice el Domador.) Doma. Date una brinca! [toda.)

(Joro. [Aplaudiendo.) Bravo! Doma. ' Anavant!. . .

Molta atención que á parlar!. . . Coro. ChitOj escuchenaos!.. .

Doma. Di te papá!...

Coro. Chito, silencio!. ..

RoD. Toma mamá! . ..

(Rodolfo le una bofetada al Domador, este al que tiene mas cerca, ij así; Confusión, gritería, Carreras.)

HABLADO.

Ror>. Horror y esterminio! (Amenazando á iodos.) Al que coja lo devoro!

ESCENA III.

. Dichos, CUCUFATO.

Cuc. Canallas! . . .

RoD. Toma! (Le un bofetón que le hace rodar.)

Cuc. Ay!

RoD. Soy una fiera!...

Cuc. Lo creo! Detente!

RoD. Calla! Eres tü?

Cuc. Por desgracia. Ay!. .. creo que me he roto algo.

RoD. Levántate, mandria; eso no es nada?

Cuc. Pues avisa cuando sea algo. Ay! Estoy molido.

RoD. I,es has visto?

Cuc. No.

RuD. Está visto que no sirves para nada.

Cuc. Pues lo que es tú, no creo que estes mas adelantado.

RoD. Truenos y rayos! No ine cabe duda, están aquí; tengo pruebas.

Cuc. Pero entre tanta gente, vaya V. á encontrar. ..

RoD. Los encontraremos, sí, me lo dice mi furor!.. . Solo me faltaba haber echado la noche á perros, para no encontrar á esa pérfida de Cristeta! Oh! en cuanto al paleto, no hay remedio, se bate conmigo ó lo es- trangulo. ..

Cuc. Calma , Rodolfo , calma. Ya has visto que con tu precipitación y equivocaciones, por poco nos llevan al Saladero y otros escesos. . .

RoD. Pero hombre, no tienes sangre en las venas! De- jas que te birlen la novia; ves lo que me pasa con la

- 37 -

mia, y después que todo lo hago por tí, tratas de contener mi justo furo^■^ . .

Cüc. Si yo te lo agradezco! Y en cuanto la encontremos, rae casaré con tu hermana; es cosa convenida, pero.. .

Rop. No hay pero que valga. Es indispensable que los encontremos, y esterminar á los seductores.

Cüc. Pero antes debemos averigiur de quién es el chi- quillo; porque no tendría gracia que yo cargase. . .

RoD. Con un trompazo que te aplaste esa nariz de remo- lacha.. . . Ahora te me vienes con evasivas?. ..

Cuc. De ningún modo, pero. . .

RoD, Calabaza! Menos reflexiones, y ponte esa careta. Busquémosles sin descanso; por un lado, yo por otro! En la puerta del salón, frente á la orquesta, ó en este sitio, nos encontraremos con el resultada de nuestras pesquisas. (Dándole un empellón.) Vamos, hombre!

Cuc. Pero...

Rop. Anda, calzonazos. (Salen foro de/ echa é izquierd:'. )

ESCENA IV.

D. Bruno y Cbisteta, y Mozo con platos..

Cri. Chico, advierte que ceno con este caballero.

Bru. (Santo Dios, la bailarina!. . . Esta mujer es mi som- bra! ... )

Cri. Al ñn consigo hallar á V.

Bru. (Lo siento.) Sí, eh?

Cri. Conque vamos á cenar?. . . Ya decia yo; es iT.posi- ble que D. Bruno sea tan poco galante , que no me convide á el ambigú.

Bru. y ha pensado V. muy bien.

Cri. Yerá Y. con que tranquilidad cenamos los dos solitos, mano á mano.. .

Bru. Justo. . . (Así te un cólico!. . .)

[El Camarero les sirve la cena. D. Bruno y Cristeta hablan bajo. Rodolfo entra por el foro, con Cucufato.)

ESCENA V.

Dichos, D. Rodolfo y Cucufato. Cuc. GdXvQ.ai,Roñ.o\ío\. .. {Conteniendo á Rodolfo.) Cri. (Ya está aquí.) Cuc. Qué hora és? Ron. La de dar el trueno gordo. No los puedo encontrar,

aunque mis sospechas adquieren certidumbre. Cuc. Pero...

- 38 -

Cra. Ciertamente que ha sido capricho disfrazarse de 0-;o, para hacer el idem.

Cuc. Creo que sería mejor irnos á casa.

RoD, Al infierno!

Cm. Já, já, já!

RoD. Se están riendo de nosotros?

Cri. Es raro, já, já!

Bhu. Señora, detenga V. la risa, no sea que se enfade y...

Cri. Mejor.. , De ese modo será mas completa la diver- sión . . .

RoD. Mil bombas! . . . Creo que los acogoto! . . .

Bau. (Pues solo faltaba que me comprometiera!)

Cri. Tiene V. mucha razón ; es de un .gusto detestable y asqueroso.

Bru. El qué, señora?. . .

Cri. Lo que me dijo V. hace poco, de esos disfraces de Oso y de Muerte. . .

RoD. Esto mas? Estoy bufando! . . .

Bru. Advierta V. que yo no he dicho. . .

Cuc. Calma;, Rodolfo, calma!... (Conteniéndole.)

RoD. Me parece que le rompo la cabeza al del tonelete. Pues bonito humor tengo yo esta noche. . .

Cri. Já, já,já! Tiene V. unas ocurrencias. .. Bien mere- cido lo tenia; já, já, já!

Bru. (Pero qué dice esta mujer?. .. Yo sudo la gota gor- da!. .. El Oso se acerca... . Creo en Dios padre

Ya estoy comprometido!.. .)

RoD. Deja que la descuartice!

Cri. Es chistoso!. .. Solo á V. se le ocurre pegarle fuego á la piel de ese oso.

RoD. Caballero.. . V. está reñido con su vida?

Bru. Pero señor mió, si yo. . .

Cri. Insolente!...

RoD. Deslenguada!...

Cuc. Rodolfo, calma!.. . (Coníeniéndole.)

Bru. Señora. ...

RoD. No ha de valoría á V. ni el acompañante, ni las fal- das... (Se stíde la careía. Cristela un grito y des- aparece por el foro.)

Cri. Rodolfo! Ah!... (Váse.)

Bru. Jesús! Jaime el Barbudo!. . .

RoD. Esa voz!... Es ella!... Sujeta á ese hombre.., vuelvo en seguida.. . (Váse.)

Bru. Dios me asista! ... [Vé á salir, y D. Cucufato le ame- naza con la guadaña.)

- 39 -

ESCENA V.

D. Bruno, D. Cucufato.

Cuc. Detente mortal! . . .

MÚSICA.

Cuc. Si das un solo paso,

ténlo entendido, te doy un guadañazo que te divido!

(Ay! si lo ,

me caigo muerto al suelo

sin más ni más.)

Bru. No me intimida nadie

que no soy rana; daré todos los pasos que me gana.

(Ay santo Dios!

No me muevo en cien años

de donde estoy!)

Yo soy un valiente, (Me á dividir!) Cuc. Yo lo soy también .

(Qué á ser de mí?) dos.)

Bru. Ay Jesús María

qué me pasará; tengo un canguelitis que no puedo hablar.

Cuc. Ay San Cucufato,

me ha empezado á entrar un miedo mas grande que una Catedral.

- 40 -

HABLADO.

Ctic. Puede V. sentarse, si le acomoda.

Briü. Ah! Qué me siente?. . . Con mucho gusto.

Cü'c. (Malo! . . . Esfe es un hombre de sangre fría! . . . )

Brü. (Ay! no me llega la camisa al cuerpo! . .. Heme aqu?

en el fatal banquillo!. . .) Cuc. (Qué ojos pone! ... Yo creo que corro peligro! . . A

ESCENA Vlí.

Dichos, Rodolfo.

RoD. Truenos y rayos!. . . .

Buu. ; V .

Cuc. i -^^

Roü. Se me ha escabullido entre la gente. . . Oiga V. . . . (Dándole tm golpe en el hombro.)

Bru. Oigo... (Qué bruto!...)

Cuc. Gracias á Dios.'. . . Respiro. . .

RoD. Dónde está?

Buu Quién?

RoD. Esa infame.

"Bru. Pero quién?. . .

RoD. La pérfida.. . . Su cómplice,. . .

Bru, Mi!...

RoD. Si-, la madre del cachorro.

Bru. (Yo estoy en babia!. . .) No comprendo á V. , caba- llero!. ..

RoD. Se hace V. el inocente?. .. Basta de rodeos. . . Y mi hermana?

Bru. Buena para servir á V. (Vamos, no lo que me digo!)

RoD. Conque buena?.. .

Bku. Digo , eso V. lo sabrá , porque yo no comprendo. . .

RoD. Conque no comprende V?. .. Señor mió, la salud de mi hermana le á costar á V. !a vida. . .

Bru. Hombre! V. está ofuscado!.. . Si yo respeto la sa- lud de su hermana! Hay mas , la venero ; y si V. quiere, hasta la adoro. . .

RoB. Qué la adora V?...

Cuc. Mátale, Rodolfo.

Bnu. No li-í haga V. caso!

Rop. Le advierto, que á ya rae han salido los col- millos.

Bru. y á se me están entrando... Pero bendito de

- ■» -

Dios! Si yo supiera donde está su hermana , por qué

razón lo había de ocultar?

RoD. Es decir, que insiste V. en negar?. ..

Rhu. y dale...

RoD. Caballero.. . . Tengo sed... .

Bfiu. Pues aquí hay agua.

RoD. De sangre!

Bau. Pues al matadero.

Cuc. Rodolfo, creo que se está burlando de nosotros.

Roo. Cómo?

Brü. Señores, por caridad, basta ya.. .

RoD. Si, concluyamos. Quién es esa máscara que cenaba

con V?

Bru. Es una bailarina, que vive en mi casa.

Ron. Conque V, vive con una bailarina?

Bru. Si, señor; es decir; vive...

Roo. Qué sospecha! Su nombre, diga V. su nombr?....

Bru. Cristeta. ..

Ror. Miserable! {Le un puntapié.)

Biíu. Caballero, respete V. esa parte inocente. ..

Rop. Esto es insufrible!.. .

Brü. Pues abur! {Quiere Miir.)

Alto aquí!

ROD.

Cüc. )

MÚSICA.

RoD. Quieto, ó le estrangulo!

Cuc. Quieto, ó le acogoto.

Bi^u. Ay! Ved aquí un ángel

entre dos demonios!

Ay! San Pruno, librar.?

de esta horrible situacio:

RoD. Sátrapa.

Cuc. Tunante.

Ron. Picaro.

Cuc. Bribón.

{A cada palabra iimn del ala respectiva, liaciéniole gíra^ vn lado y otro.) Bru. Yo, señores, nada

de lo que inquiriendo están.

RoD. Pérfido.

Cuc. Malvado.

RoD. Cínico.

Cuc. Bru.

-42-

Truhán! Caballeros, déjenme y esta broma tenga fin.

ROD.

Cuc. Ron. Cuc.

Vándalo. Farsante. Sátiro. Malsin.

Bru. Señores, Señores,

que barbaridad! Ya me voy cargando con tanto tirar!

RoD. Sátrapa! Hipócrita!

Pérfido! Cínico! Vándalo! Picaro! Vil camastrón! Etico! Ecefálico! Pútrido! Lívido! Tétrico! Rígido quedarás hoy!

Cuc. Cójele! Átale!

Hiérele! Pínchale! Mátale! Trínchale! Como á un Salmón! Sájale! Chúpale! Cómele! Máscale! Muélele, y trágale por impostor.

Bru. Déjenme! Ténganse!

Piénselo! Párense! Óiganme! Vayanse, por compasión! Véanlo! Mírenlo! Júzguenlo! Cálmense! Háganlo, y largúense en paz de Dios!

- 43 -

ESCENA VII.

Dichos, Doña Claudia y Gen ara.

HABLADO.

RoD. Alto aquí

Cla. Qué yeo! Bruno!

Gen. Si, es él!

Bru. No hay quien me socorra?

Cla. Yo!.., {Le pega.)

Bru. Ecce homo! Bueno está el socorro!

RoD. Señora...

Cla. Déjeme V., quiero sacarle los ojos.

Bru. Por caridad, sujeten ustedes á esa mora. . .

Cla. Que me sujeten, mal hombre?

Gen. Firme, tia, firme! . . .

RoD. Según parece, usted también tiene algún resenti- miento con ese seductor?

Cla. Que si tengo? Nos han de oir los sordos,

Cüc. Eso me parece algo difícil. . .

Bru. Pero señora, si yo no la conozco á V.!

Cla. Que no me conoces? Lo veremos. Responde, infiel, y el chiquillo?

RoD. V. también sabe?.. .

Ola. Si señor, por mi desgracia. . .

Bru. Hombre, mátem.e V., que yo le daré las gracias des- pués de muerto. . .

Cla. Díme, bribón, y la nodriza, y la bailarina, y. . .

RoD. Pero quién es "V?

Bru. Sí, eso digo yo; quién es V?. . .

Cla. Quién soy? Mira y tiembla. {Se descubre.)

Bru. Jesús! Claudia!

Gen. y Genara.

Bru. También tú! . . . Ábrete abismo , y traga de una vez al rigor de las desdichas! . . .

RoD. Pero, quién son ustedes?

Cla. Soy su esposa.

Ron. Es cierto?

Bru. Si, muy cierto. . .

RoD. Con qué es V. casado?

Cuc. Casado?

Bru. Casado, si señor. Pues no parece sino que c; ser casado, sea un crimen en esta tierra!

RoD. Casado! Y mi hermana?

Cla. Si, eso digo yo.

Gen. y yo.

Cic. Y yo.

- 44 -

Biiu. Qué me importa á su hermana de V?

RoD. Qué no le importa á V?

Bru. No señor.

RoD. Pues señor raio, V. á morir. {Saca dos pistolas ó

rewolver .) Todos. Ay!...

Cla. Deténgase V.

Gen. Socorro.

Bpu. Que me asesinan! {Huye por el foro.)

Cuc. Calma, Rodolfo, calma.

RoD. Voy á acabar con él; dejadme. {Saliendo.)

Cla. Ay!. . . {Cae en %ma silla.)

Gkn. Uf! . . . {Id. en otra.)

Bru. {Sale corriendo.) No puedo más! {Id. en otra.)

ESCENA IX.

D. Bruno, Doña Claudia, Genara, Cristeta; kierio R,oi-olfo

y CoCUFATO.

Cri. Ah! Gracias á Dios que le encuentro!

Bru. Cataplum! ... El trueno gordo! .. . Señora. . . Tenga V. la bondad de hacer como que no me vé.

Cri. Calle, dos máscaras desmayadas? . Bru. Por culpa de V., señora.

Gen. Tia! {Levantándose.)

Cla. Silencio, oigamos.. , .

Cri. Vaya un hombre! Conque tan enfadado está con- rnigo?

Bru. E indignado! Lloraré toda mi vida la maldita ca- sualidad de haber tenido á V. por compañera.

Cri. Es V. un estrambótico, D. Bruno.

Cla. (A que la arranco el moño!)

Bru. Seré lo que V. quiera ; pero tenga la bondad de dejarme en paz; yo no tengo que ver nada, con V.

Cri. Es verdad. Já, já, já!. . . Pobre D. Bruno!

Bru. Pobre, si señora, porque todo se conjura contra mí. Uno me robó el reloj; otro me pega; una fregona me hace tomar un baño ; una tapada me pone en los brazos á un niño, que no conozco ; pero que tiene hambre, y le busco compadecido un ama; me asus- tan, me desafian. . . Y para colmo de desdiclias, mi adorada Claudia, es capaz de entablar el divorcio!...

Cri. Já, já,já! Es chistoso!

Cla. Genara, me ha conmovido! (Levantándose.)

Gen. y á mi, tia; es inocente!. . . {Levantándose.)

Cla. Bruno!...

- 45

Bru. Claudia (Jtí xíii alma!. . . GiK. Tío Bruno, un abrazo! Cui. Vaya una escena!.. ,

ESCENA ULTIMA.

Dichos, Rodolfo tj Cuclfato.

RoD. [Que ha bajado oporíunamente.) Dios proteje á la ino- cencia! Rodolfo!

Oristeta, todo lo sé. .. . Partamos, Claudia; no mas Madrid. Espere V., caballero; y mi hermana? Tu hermana es digna como siempre de tu aprecio. Pero. . .

Perdona, Rodolfo; hace cinco dias hailé una carta sobi'e tu escritorio; la letra era de mujer, tuve celos, y la guardé. . . Era de ella?

Y te decía, que la repentina marcha de la esposa del Coronel Fernandez á Bayona, la obligaba á salir de Madrid, sin poder despedirse de ; que la perdonases ínterin te daba mas esplicaciones. Bien merecido me lo tengo! Cucufato!. ..

Caballero, lo está V. viendo?, . . Cuando yo decía que era inocente?. . . Dispense V., amigo mío; he sido un iluso.

Y tú, Claudia, á qué has venido? Porque temí que la del retrato. . , Lo que pueden los celos! . . .

Y qué haremos de la criatura, tío? Es verdad, pobre angelito!. . .

Toda vez que la providencia le depositó en mis bra- zos, y no tengo hijos, séalo desde hoy ese niño. . . No esperaba menos de tu buen corazón. Es V. todo un caballero! . . . Un hombre honrado, á quien estimo. Un bello sujeto, digno de aprecio. Gracias, señores, gracias!

MÚSICA.

Bhu. {Álptlblico.)

Para que el rigor calme de mis desdichas,, tu solamente tienes

40 -

la medicina. Sabes cual és? Que nos deis un aplauso ó dos, ó tres!

Todos. Que nos deis un aplauso

ó dos, ó tres!

FIN.

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