?r*»-í

■itó: '^■^W-V^^-J^^

■■Hj

i

-

^*^'S4t:«

■w::ú

^W:-::m

«í:»

wr:::*

#ím

«::*

í Á^

>,:^ -^

í*-

Íí#:

. » «^

- -^ ^^ JÍ^ ).--y:^- ''■'■: tífnñ

MI

^^.í

ü//:=ís^^

>..-H i>rA»s^tT^

^:":

^^

Wi

m^.

.4

tf

ESPAÑA SAGRADA,

TOMO XXXIII.

CONTIENE LAS ANTIGÜEDADES

Civiles y Eclesiásticas de Calahorra:

Y LAS MEMORIAS CONCERNIENTES A LOS

Obispados de Nágera y Alaba.

AÑÁDESE AL FIN UNA BREVE CONFUTACIÓN

de la Obra publicada por el R. P. Fr. Lamberto del

Orden de Capuchinos contra el

Tomo XXX.

SU AUTOR

EL R, P, M, FRAT MANUEL RISCO di I Orden de Agustín.

En Madrid , en la Imprenta de Pedro Marik. Año de M.DCC.LXXXl.

CON PRIVILEGIO PARTICULAR.

fk-L

AL ILUSTRISIMO SEÑOR

D. JUAN LUELMO Y PINTO, OBISPO

DE CALAHORRA

y LA CALZADA,

ILL.MO SEÑOR.

L,

^OS asuntos de que trato en esta Obra, con- curren á comunicarme la satisfacción , con que me atrevo á consagrarla al esclarecido nombre de V. S. I. y la confianza , con que espero será recibida con benignidad y complacencia. Por- que dirigiéndose todos ellos á manifestar y apo- yar

yar las excelencias y prerogativas , que ilustran á Calahorra , y á su antiquísima Sede y Santa Iglesia, su mismo obgeto les da el derecho in- violable , con que aspiran á la protección de la suprema Dignidad que preside en ella, y á quien pertenece conservar y defender como proprios ios honores é intereses de toda la Diócesis.

El gran número de noticias , que contiene la misma Obra , ofrece á V. S. I. otros tantos tí- tulos para gozarse santamente de gobernar el territorio , que ha sido el theatro de sucesos tan memorables ; y para engrandecer la bondad de Dios en las ventajosas felicidades , que con mano liberal derramó en ios siglos pasados sobre todas las regiones á que se extiende la jurisdic- ción Episcopal. Reconocense bajo el dominio Ro- mano los gloriosos diólados y privilegios con que la m.ayor República del mundo ennobleció á Calahorra : y se pondera la singular estima- ción que ios Emperadores hicieron de los Cala- gurritanos , recompensando el valor y fidelidad, que los distinguió entre todas las gentes , que to- caban al Imperio. Se establece en el mismo tiem- po , y primeros siglos de la Iglesia la predica- ción del Evangelio en esos paises ; y se tes- tificada la con la sangre de los Santos Mar- tyres : confundida la infidelidad con portentos

vi-

visibles y soberanos ; y aumentada la Christian- dad con una infinita multitud de prodigios , cu- ya fama convidó y movió á las Provincias es- trangeras á venir en peregrinación á Calahorra, como á lugar en que Dios ostentaba su poder y misericordia. En elReynado de los Godos, quan- do otras regiones de España se hallaban inficio- nadas con los errores de Arrio, se representa esa Diócesis conservando la pureza de la soste- nida por el feliz y acertado gobierno de los Pre- decesores de V. S I. y por los señalados egem- plos de los Santos que florecieron en ella y en su comarca. Bajo la dominación de los Árabes, que fue la mas triste para los pueblos é iglesias de nuestro Reyno , se encuentran muchas memo- rias concernientes al territorio que abraza el Obispado de V. S. I. las quales infunden en el ánimo particular consuelo y alegria. Traense en esta Obra testimonios evidentes, de que una gran parte de esa Diócesis se mantuvo siempre esenta del yugo de los barbaros , reteniendo con sus poblaciones la antigua libertad en la profesión y culto del nombre de Jesu Christo. Pruébase también , que aun el trecho de que se apodera- ron los Infieles , debe al cielo la anticipación de su conquista , respeólo de las mas regiones de España j y que puede gozarse con la gloria in-

com-

comparable , que le resulta de haber salido de él aquellos primeros y famosos Reyes de Asturias, que comenzaron á reprimir el violento furor de los Sarracenos. Verdad es, que por estos mismos siglos ocurre la dura y larga esclavitud de la Santa Esposa de V. S. I. pero muéstrase al fin la grandeza del poder divino , sacándola mila- grosamente de su penoso cautiverio ; y á este hecho maravilloso se sigue la justificación de los Reyes de Navarra y de Castilla , restituyéndola su primera dignidad , y levantándola á su anti- guo esplendor por la reunión de las Sedes , cu- yo establecimiento se habla ocasionado por la tyrana opresion,que padecía la que era verdade- ra Madre y Cabeza de todas las Iglesias de esa Diócesis. De esta misma condición son todas las otras antigüedades relativas á los Prelados y San- tos , cuyo conjunto forma una historia completa de ese Obispado ; por lo que no puedo menos de esperar , que serán no solo aceptas , sino dul- ces y deliciosas al piadosísimo Prelado , que glo- riosamente le gobierna.

Si V. S. I. se dignare pasar la vista por es- tas memorias entresacadas de las reliquias de la antigüedad , reconocerá el conato con que he procurado ilustrarlas á costa de una prolija apli- cación , y vindicarlas en parte de los que las han

mi-

mirado con envidia. Y si mi trabajo mereciese la aprobación de V. S. I. y hubiese conseguido poner en claro asuntos tan obscuros , y de tan grande importancia , quedará también justifica- do el zelo ardiente coa que he tomado esta em- presa ; el amor sencillo con que he buscado la verdad ; y la devoción intensa con que he solici- tado la mayor honra y gloria de la Santa Iglesia y Sede de V. S. I. en cuyas manos pongo esta Obra con el respeto mas profundo , y para tes- timonio perpetuo de mi gratitud , y de que soy

ILLMO SEÑOR

el mas humilde , obediente y obligado servidor de V. S. I.

Fr. Manuel Risco.

Tom.XXXIIL ^^ PRO-

PROLOGO.

L Obispado de Calahorra , obgeto del Tomo presente , ha sido tan poco ilustrado hasta aquí , que apenas se podrá ofrecer alguno^ cuyas memorias estén menos es- clareciaas. Otros lograron la fe- licidad de tener diversos Autores , que escri- bieron y adornaron sus historias, si no con to- da la erudición y exaditud que requiere este genero de trabajo , á lo menos con la diligen- cia y esmero , que permitian los tiempos en que ellos florecieron. Pero el de Calahorra , sin em- bargo de merecerse singular atención , y de ha- ber producido sugetos muy capaces de esta em- presa , ha padecido la desgracia de ser muy con- fados los que se aplicaron al reconocimien- to de sus antigüedades , y estos demasiado fá- ciles en admitir noticias fabulosas , y poco ái" ^^ 2 li^

ligentes en referir y apoyar los sucesos mas au - tenticüs y constantes.

No solo estaban sin la ilustración nece^^iria las antigüedades de la Diócesis Calagurritana , sino que las mismas se hallaban envueltas en una no- che tan profunda , que ningunas tenían mayor necesidad de aclararse. En las que pertenecen á lo civil no bastaba vencer las dificultades co- munes á las de otras poblaciones , para cuyas historias suele ser suficiente el cuidado y esme- ro de recoger sencillamente las memorias que se leen dispersas en los Antiguos ; sino que ade- más de esto era necesario empezar la averigua- ción de principios mas remotos , por ser níu* chos los pueblos , que tubieron el nombre de Calahorra. En las concernientes á lo sagrado no ocurría esta especie de obscuridad, por ser cosa muy cierta que la Calahorra, situada en los Vascones , fue la única de las que se llamaron asi , que desde los primeros siglos obtubo Si* Ha Episcopal : pero aun en esta linea se ofre- cian nuevas y extraordinarias obscuridades, que no tienen lugar en los demás Obispados. Por- que interrumpiéndose el titulo de Calahorra , se substituyeron en su distrito otras Sedes y Tir tulos diferentes , por cuyo establecimiento era forzoso averiguar el motivo de haber cesado

el

el primero , é investigar el origen de los pos- teriores , y ordenar en fin los Catálogos diver- sos , que les corresponden , asuntos que no po- dian tratarse dignamente sin desenredar muchos nudos difíciles y casi indisolubles.

El conocimiento de la fatal constitución en que se hallaba la historia de esta Diócesis , y el deseo particular de hacer algún servicio á la Santa Iglesia , á cuya Sede pertenece mi pa- tria , después de otras razones generales que me tienen obligado , me empeñaron á una singular aplicación para desvanecer, enquanto me fuese posible , las nubes espesas que la obscurecian. Y aunque no puedo lisongearme de que el su- ceso habrá sido igual á mi deseo , tengo la con- fianza de que este trabajo será tanto mas acep- to á los andantes y estudiosos de la venerable antigüedad , quanto es mas obscuro el obgeto, a cuya ilystracion se dirige.

Antes de dar una breve idea de lo. que he. trabajado á fin de ilustrar esta Diocesisí , debo hacer presente que no ha sido necesario tratar aqui de las antigüedades civiles concernientes á la región en que entubo situada la Ciudad dq Calahorra, y á las otras , á que se extiende su jurisdicción ; porque de la primera escribí lar- gamente en el tom. 32. donde no tube otro ob-.

ge-

geto;, que el de establecer todas las noticias geográficas é históricas de la Vasconia ; y de las segundas escribió el M. Florez ea su Diserta- ción de la Cantabria ; y en el tomo 2 4. preli- minar á las Memorias Eclesiásticas de Tarrago- rta. Asi que todo mi trabajo se ha dirigido á ios asuntos, que son proprios y privativos de Cala- horra ' y ' su Sede, y de las otras poblaciones y Sillas Episcopales ;, que se fundaron en ellas por áefeéto de la pTimitiva ; aunque alguna vez me ha parecido conveniente escribir las noticias, que en medio de ser comunes á los países en que se erigieron las mismas Sedes , sq omitieron en ios lugares citados , y pueden servir para mas puntual inceiigencia del estado de las Iglesias.

Para esclarecer pues , y disipar la grandes obscuridades y dificultades , que embarazaban las materias de este tratado , examino y esta- blezco primero en lo respeélivo á lo civil la dis- tincioa^de los pueblos que tubieron antigua- merrte el nombre de Calahorra , por cuyo me- dio sé vlívdica nuestra Ciudad' de algunas im- posturas ,• y se la restituyen las glorias de que muchos Escritores pretendieron privarla. Presu- puesta la grande y desconocida antigüedad de esta póbí^on , trato del origen y variaciones de su nombre > de los diólados y singulares pri-

vi-

vilegíos con que la honraron los Romanos , y refiero finalmente los sucesos que son respeti- vos á ella , y relativos al tiempo en que estu- bo bajo el poder del Imperio. Todos estos pun- tos se apoyan con testimonios de Historiadores los mas auténticos y cercanos á los hechos; por lo que tengo la confianza de que con estas lu- ces he aclarado , quanto me ha sido posible , el estado civil y mas antiguo de Calahorra.

Una de las cosas , que mas ennoblecieron á esta Ciudad , mientras se mantubo agregada á la república de Roma, fue el nacimiento del exce- lente Orador , y padre de los Oradores Quinti- iiano. Nuestros Historiadores hablan de este hombre insigne con tal brevedad , que apenas se puede formar idea de sus relevantes méritos, y honoríficos empleos , y del admirable esplen- dor que de su erudición resultó á nuestra Espa- ña , y aun al vasto Imperio de los Romanos. Por esta causa he juzgado conveniente dilatar- me en las noticias de su vida, talento, obras, y familia : y en este asunto he puesto tal dili- ligencia, que no contento con leer lo que se ha- lla en los Escritores antiguos , y modernos que le mencionan , tomé el trabajo de revolver sus mismas obras , á fin de conocer mas de cerca lus nobles prendas y de extraer memorias mas

se-

seguras , y exa£las. Y porque algunos Estráu- geros émulos de nuestras mas legitimas glorias han intentado despojar á España del honor de haber producido á este principe de la literatüT ra , y eloquencia de. su siglo, demuestra; que ios argumentos de los contrarios son demasiado débiles é inencaces para derribar la . aut.orida;d de todos los Escritores antiguos , que tienea constantemente á Quintiliano por Español y rtí^ tural de. GalahorM.

En lo concerniente á lo sagrado se esta- blece el origen de k Christiandad de esta Dió- cesis ; se forma el Catalogo de los Obispos co- nocidos que presidieron en su Sede hasta prin- cipios del siglo décimo, en que cesó el titulo de Calahorra ; y se dan finalmente en sus lu- gares proprios las noticias Civiles , que condu- cen al conocimiento de la Religión Christiana en aquel te-rritorio,dominando los Godos, y Ara- bes. El tiempo expresado fue la época en que interrumpiéndose él titulo de Calahorr^w se dívír dio el distrito que comprehendk , ea dosQbis^ pados que fueron los de Nágera y zulaba. Por lo qual^despues de referir las antigüedades de esr ta Provincia, y de aq^u el pueblo, pongK^ la serie de los Preladov que . tubieroa aquellas' Sedes, la que continuo hasta que ambas se reunie.ron i

la

la Santa Iglesia de Calahorra, desde cuya reu- nión deberá tomar principio el tratado que con el favor de Dios se escribirá del nuevo estado de la misma Iglesia.

En la historia de los Santos de esta Dióce- sis se hallaba una multitud de noticias falsas e inventadas sin duda con el fin de promover la piedad de los fieles. Estas ficciones é impostu- ras son en di6lamen de todos los doctos y jui- ciosos muy perjudiciales á las memorias ciertas, y verdaderas de los mismos Santos ; ni pueden servir de medio para el aumento de la piedad Christiana , la qual debe ser sólida, y fun- dada en verdad , no falsa ó supersticiosa , como es la que se apoya sobre la mentira. Conociendo pues que el examen , que se hace en esta sagra- da materia , es el mas importante , y tanto mas útil á la Iglesia , quanto fuere mas exaélo , he procurado poner la mayor diligencia en discer- nir las adas y memorias supuestas y fabulosas de las legitimas y seguras. En esta conformi- dad , desecho alguna vez aun las noticias que se leen vulgarmente en Autores juiciosos, y sa- bios, y en algunos Breviarios particulares de las Iglesias de España, como se verá en el marty- rio de los Santos Emeterio, y Celedonio ; pe- ro procediendo en esta parte sin la mas leve Tom. XXXIIL ^^^ te-

temeridad, y fundado en testimonios mas anti- guos, y auténticos , y por tanto dignos de pre- ferirse á Escritores modernos , por grandes que sean sus talentos, y prerogativas. No siempre me ha sido posible comunicar memorias Cier- tas , y seguras en lugar de las que refuto co- mo inciertas ó falsas, de lo que por ventura no quedará satisfecho el gusto y deseo de los que piadosamente curiosos apetecen historias de los Santos naturales de su pais, ó cuyas Reliquias poseen: pero estos deberán advertir, que yo no soy reponsable del silencio de los antiguos, y solo estoy obligado á reconocer las noticias que tenemos , á fin de que los fieles no conciban falsas opiniones de los Santos que veneran , y su devoción sea conforme á la solidez que ea todo guarda la santa Religión que profesamos,

ERRATAS. Pag.4 I. lin.3 5. hominum dare^ leg. homlnum ve^ niam daré. Pag.474. lin.5. curres^ leg. currens.

TES^

TESTIMONIO antiquísimo,

nuevamente publicado en favor de la venida del Apóstol Santiago á España.

Aunque la famosa , é ilustre tradición de que el Após- tol Santiaf^o predicó el Evangelio en las Provincias de España, se tuvo por cierta y constante en todos los siglos anteriores á Baronio , ni llegó á perder su legitimo derecho con las contradicciones , que desde el tiempo de este Cardenal se excitaron contra ella , antes se autorizó mucho mas , como probé en el tom. 30. pag. 53,7 sigg. sin embargo el recelo que concebimos de los émulos de nuestras glorias , nos pone en el cuidado de asegurarla me- jor con qualesquiera testimonios auténticos , que se descu- bran de nuevo , y puedan servirla de apoyo. La autori- dad mas antigua y expresa que hasta aquí se ha traido en su favor , es la del Máximo Doécor S. Gerónimo , sobre el cap. 34. y 42. de Isaías ; pero al presente tenemos otra algo anterior , que para complacencia de nuestro Reyno me ha comunicado el limo. Señor D. Juan Guerra , digní- simo Obispo de Siguenza. Esta es del Maestro del mismo S. Gerónimo , Didimo Alejandrino , que nació por los años de 309. en su Obra de Trinitate , mencionada por Sócra- tes, lib. 4. cap. 25. la qual se ha mantenido inédita hasta el año de 1769. en que se publicó en Bolonia con este ti- tulo : Didymt Alexnndrini de Trinitate Libri tres , nunc primum ex Passioneyano Códice Gr¿ece editi , latine con- versi ac notis illustrati á R.Joanne Aloysio Mingarelio^ Canónico regulan Ordinis S. Augustini Congregat. Rhe- navece S, Salvatoris , S, Theologice Legare emérito^ S, Con- gregar, Indicis Consultare , & in Bononiensi Arcbigymna- sio Grcvcarum literarum Leciore publico.

En esta Obra, pues, escribe el célebre Doélor de Alejan- dría,que los Apostóles de tal manera fueron distribuidos por el mundo , que uno de ellos fue destinado á la India , otro á España, y otros á otras Regiones hasta la.extremidad de la

♦♦* 2 tier—

tierra. Sus palabras se hallan en el llb. 2, cap. 4. fol. 135.

I3Ó. y son las siguientes : «tím,- '¿ti cí^xa ¡xlv rm aros-Tohuí it'tiyom

7>^. Hac ratióne videlicet , quod alteri quidem Apostolorum in India degenti ^ alteri vero in Hispania , alteri auíem ab ipso in alia Regione usque ad extremitatem terree distri- éu!o.

En el qual testimonio tenemos exprCvSamente , que en la distribución que los Apostóles hicieron , tocó en suerte á uno de ellos la España sola , y como Región particu- lar y distinta de las otras del mundo , para que aquí co- mo en terreno proprio sembrase el grano del Santo Evan- gelio , deteniéndose en ella todo el tiempo que era mer nester para el cumplimiento de su destino , lo que signir- fica la voz griega S'ríym. Este Apóstol mencionado por Didimo no es S. Pablo ; porque ni de él se puede veriíkar tan larga detención en España , ni tampoco que este Rey- no le tocase en suerte como territorio proprio , pues ni se halló en aquella distribución , ni fue destinado á una sola Región V sino elegido para Maestro y Predicador de todas las -gentes. Y como excluido éste de la sentencia de Didimo , no resta otro Apóstol , á quien pueda adap- tarse el texto expresado , sino Santiago, como es patente, se colige , qiie el P. y Dodor citado indicó la verdad de íiue^trá tradición. Por eso el Escritor é ilustrador de su Obra dá' á la Nación Española el parabién , de que tiene •é'n favor-de' su célebre creencia un nuevo y antiquísimo testimonió del' .siglo quarto. Y porque su Nota sobre el lu- gar exhibido contiene razones sólidas é irrefnigables , la pongo aqtii literalmente para mayor confirmación de lo ■que dejó' expuesto. Dice asi : In Hispania. Grccce iv (¡';r(i.n<f Bih^cj) 'aitíem nomine , S sui sceculi scriptovihus usita- to Hispanimn vocat : ea enim dprofanis Scriptoribus UnfU, ah Iren¿eo a(ip.r^fici': ^ ab auSiore secundi Machabívorum^ alus- que ^(TTráviu , sed d Paulo bis , ab Atbanasio in Epist. ad ' y^rit^finum fmp, toni. 2. pag 783.' « Constantino Imper atore in Bpist* Encyclica ad orttnes Ecclesias , d Gelasio CjzicenQ,

Mtque ah alits , vi ürcecis vero Conciliorum clrcA Didy- ftii témpora hahitorum afiis pasiim a-iretvíet dicitur : qua ratione apud Gregorium quoque Mognum legimus in Epist, iig. lib. 9. vel Epist. 45. lií\ 13. Eunti in Spaniam. 'Et apud Beatum Liebane?isem Presbytcrum in Commenta- riis in yípocalypsirn : Jacobus Spania. Et in MartyrolO' gio Blumano^ qacd BenedidiusClemens Arostegui in Disser- iatione eruditionis plena de Jacobi Mifjris pn^dicatione in Hispania citat exFlorentinio : Hic Spaniam & occiden- talia loca prsdicatur. De illo autem Apostólo^ quemDi^ dyihüs hic iadicat , dixi in mea ad Arcbiníum Prcesulem Epístola: Ntilli sciliceí aJteri Didymi. verba melius con- veniunt , quam ei , qui ex duodecim Apostolis unus extite- rit ; qui ihter eos pr¿esens fiierit , qüos' Christus Dominus alloquebatur , cum ait : Eritis mihi testes usque ad extre- mum terrse , vt colUgo ex hujus Didymi loci collatione cum num. 6. lib. de Spiritu Sar^Sfo , qui ex eorum numero sit , quos á Spiritu Sandio ad concionandum vmwny.íy«?- id ^st distributos vocat Didymus , cui scilicet Hi¿pania in ca distributione per Apostólos fadta obtigerit ; qui de- snum in Hispania biennio saltem aut triennio Jlayav ^ i. e* CGvimoratus esse , ibique Evangelium prcedicasse dici qiteat» At hujusmodi magnus Ule universarum gentium Aposto- his Taulus non exiitit , nec enim idla ex quatuor hisce no" tis ei convenit. Quinimo Didymus noster Ecclesias á Pau" Jo fúndalas commemorans in Commentariis in Psalmos ad V. 2. ps. CXf, iníra eosdem fines illas concludere videtur^ ac eos ^ quos Apostolus ipse ^ cum ad Romanos scripsit suíe príedicationi cap. Xl^. v^ 19. assignaverat. Sic enim ibi hquitur noster Bibliorum Interpres , catechista , ac Tbeo-

T' 0ew fj.v.\ct\'S'f\sí íKKKmxiwr oiÁQiaíií -^ai ray Konrm ¡u.cS»rm íy^-ciSTo?, fd estj

veluti Paulu? Ap(\stoii]s qui ah Jerusalem usque ad liliricum numerosissimas Deo constitiiit Ecclesias... ac similiter unu5ií .quisque ex alus Discipuüs. Catholicis itaque Regnis^ indi- tceque Hispanorum nationi gratuhr , quod novum ipsis Theologus noster niGn-umentum svppeditet , quQ ^orum serh tentia ac traditio magis confinneíur, ÍN-

índice

DE LO CONTENIDO Tomo XXXIIL

EN ESTE

TRATADO LXIX.

DE LA S, IGLESIA

de CaJagurris , hoy Calahorra,

i^Apítuh /. Ciudades con el nombre de Calas^urris en tiempo de los Romi- nos. Pag. I.

Cap, IL Es mas probable que la Calahorra de los Vascones fue la condeco- rada con los didados de

lulia , Ñas sica, §.

CapAlL Antigüedad,/ nom- bre de Calahorra. 20.

Cap, IV, Privilegios, y dic- tados con que los Roma- nos condecoraron la Ciu- dad de Calahorra. 25.

Cap. V, Memorias de Cala- horra desde la venida de los Romanos, hasta su des- trucción por Pompeyo , ó Afranio su Legado. 33.

Cap, VL Memorias de Ca- lahorra desde su reedifi- cación. 45.

Cap. VIL Noticias del cé-

lebre Orador Quintiliano, natural de Calahorra. 55,

Cap, VIIL Antigüedad de la Santa Iglesia de Cala- horra. 113.

Cap, IX, Catálogo de los Obispos de la S. iglesia da Calahorra , hasta ía irrup- ción de los Árabes. 123.

Cap. X, Estado de Calahor- ra , y su Iglesia desde la irrupción de ios Árabes, 166.

Cap, XI, Obispos de Cala- horra bajo la dominacioa de los Sarracenos. 173.

Cap, XI!, Estado misera- ble á que vino la Iglesia de Calahorra en el siglo décimo. 182.

Restauración del Monaste- rio de S. Columba , junto á Tricio , y fundación de I de S. Martin de Albel- da. 185.

Cap. Xlü, Antigüedades de la Ciudad de Nágera , é institución de su Obispa- do. 193.

Cap, XIV, Catálogo de los Obis-

Obispos de Nágera. 199,

Cap. XíA Reunión del Titu- lo de Nágera al de Cala- horra. 215.

Cap. A7^I. Memorias de la Provincia de Alaba. 223.

Cap, XF'IL Establecimiento del Obispado de Alaba en Armentia. 231.

Cap. Xl/llL Catálogo de los Obispos de Alaba. 237.

Cap.XlJí. Santos del Obis- pado de Calahorra. 271.

S. Emeterio , y Celedo- nio. 272.

S. Formerio Martyr , cuyo cuerpo se venera en el Condado de Treviño. 330.

S. Formerio Martyr , cuyas Reliquias se veneran en Vanares. 356.

S. Columba Virgen , y Mar- tyr. 362.

S. Félix, Maestro del famoso San Millan de la Cogu- lla. 391.

Advertencia sobre San Mi- llan de la Cogolla. 414.

Sobre la patria de las San- tas Virgines , y Martyres Nunilo , y Alodia, 415.

APÉNDICES.

I. Aurelii Prudentii hymnus. Passio SS. Emeterii & Cheledonii. 421.

TI. Afla. 426.

II I. Ex Míssali mixto sen Mozárabe juxta regulara B'jati Isidori. 430.

IV. Elogiuní per S, Grego- riu:n Turón. 433.

V. Ex Ecclesiae Burgensis, Castellae veteris Metrópo- lis , Ecclesiasticis Tabú- lis. 434.

VI. Ex Cerratensi in Vitis Sanétorum. 435.

VII. Translatio corporum San¿torum,qua3 Cardonen- ses esse credunt Emeterii- & Celedonii Martyrum Calagurritanorum. 436.

Vííl. Translatio corporis S, Felicis ex castro Bilibien- si in celebre Monasterium SandiiEmlliani CucuUati, Auétore GrimoaldoMona- cho iíímilianensi. 439.

IX. Incipiunt miracula B. Fe- licis , Auétore eodem Gri- moaldo. 450.

X. Officium in translatione corporis B. Felicis. 458.

Xí. Fundatio Monasterii S. Martini de Albelda. 465.

XII. Restauratio Monasterii S. Columbee prope Trltium in Beronibus. 469.

XIII. Perpulcra carmina, qui- bus finitur Codex Albel- densis. 471.

TRA-

JUICIO

Y CONVENCIMIENTO

DÉLA OBRA

QUE EL R. P. FR. LAMBERTO

de Zaragoza , del Orden de Capuchinos , pU"

blicó el año pasado de 17^80. contra el

Tom. XXX. de la España

Sagrada.

E-

(III)

N el Prologo del Tom. 30, declaré que mi deseo , y pro- posito en lo respeétivo á la Critica era imitar el egetrplo de aquellos sabios, que apartándose de los extremos siguen la equi- dad , y reélitud en sus decisiones ; y caminando entre la faci- lidad de unos en creer . y la obstinación de otros en no creer, y aun olvidados de su propia reputación , colocan toda su in- dustria en ilustrar la Historia , separando lo verdadero de ío falso , y eligiendo siempre lo que según su juicio es respedti- vamenle mas cierto , sólido , b verosimil. Esta máxima , que entonces me propuse , es la que he observado inviolablemente en los TotjOs publicados hasta ahora ; pero sin embargo he vi- vido siempre con la desconfianza que sígniñqué en el mismo lugar , de que mis dictámenes serian generalmente conformes al gusto de los Leílores . en especial de aquellos que , ó por su nacimiento , b por otra razón particular , apetecen sin dis- creción las glorias de los Obispados , cuyas antigüedades se ilustran. Porque dirigiéndose esta Obra de la España Sagrada á limpiar la Historia de la Nación de una casi infinita multi- tud de noticias fabulosas , que con dolor de los sabios , y juiciosos ^e introdugeron en ella en los últimos siglos , era forzoso temer , que no se darían por satisfechos de este tra- bajo aquellos a quienes el destemplado afeCfto ciega de suer- te , que están muy contentos con las excelencias de sus países, aunque éstas hayan sido falsamente atribuidas. Este recelo que al emprender la continuación de esta Obra concebí go- bernado de las repelidas experiencias , que han tenido de ordi- nario los que se arrestaron al mismo genero de trabajo , y de las pasiones , que con apariencia de zelo , y de piedad domi- nan comunmente á los interesados , se ha verificado en mismo , siendo ya este suceso un nuevo egemplo, con que po- dran justificar sus temores los que poniéndose de parte de verdad , pretendiesen refutar las invenciones falsas, pero recibi- das con aplauso. Porque habiendo publicado el Tomo r<ífer¡do en que trato de las antigüedades de la Ciudad y Santa Iglesia de Zaragoza , algunos aunque muy pocos del Reyno de Aragón que lo leyeron mas como partes , que como jueces , se dierop por sentidos de la censura que hago con aaimo libre , pero

<* « rec-

(IV)

refto y equitativo , 6e cierta<; noticias introducidas sin funda- mento por algunos Historiadores del mismo Keyno. Tomó h pluma en su defensa el R. P. Fr. Lamberto de Zaragoza , ere yendo que como patricio , Diocesano , y buen Aragonés es- taba obligado á sostener los blasones que yo impugno, y que en su concepto extienden su esplendor a toda España ; y en ca- lidad de tal defensor compuso un libro , que pudo imprimir en Pamplona el ano pasado de 1780. con el titulo de Tom.i, pre- liminar al Teatro Histórico de ias Iglesias de Aragón. Este doéto , pero excesivamente apasionado Aragonés , se muestra en su Obra muy sentido de que yo excluyese del Catalago de Zaragoza , impreso en las Constituciones Synodales no menos que once Obispos ; y presume temerariamente que acaso no muy satisfecho de la firmeza de mis ratones , b demasiada- mente confijdo de ellas quise autorizar mis opiniones dedican- do mi Escrito al liusfrisimo Cabildo de aquella Santa Iglsia. PJaniíiestase también tan descontento de mi Critica , que en el num. 9. de su introducción dice de ella , que no sabe rendirse con docilidad , que es severa , y que como tal ocasionó en el nobilísimo pueblo de Zaragoza aquella especie de escándalo, que suelen inducir los críticos que se oponen á la recibida <ie los Progenitores y Maestros.

Los dos Tomos , que he trabajado , y publicado del Estado Civil y Eclesiástico de la referida Ciudad , é Iglesia desde su fundación hasta el aiio de i i 18. en que fue ganada á los Mo- ros , son el mas seguro desengaño de todo lo que este R. P. me imputa en fuerza de su preocupación. En ellos habrán vis- to los Leíítores , no solo que procuro buscar la verdad por to- tíos los medios conducentes , y que la sigo con la mayor cons- tancia siempre que tengo la felicidad de hallarla , sino tam- bién que todo mi Escrito es un continuado testimonio de mi fi- na devoción , é intenso afeito para con aquella insigne y santa Ciudad , prorrumpiendo muy repetidas veces en expresiones <ie amor , y de alabanza que con fuerte impulso me sacaban del pecho las excelentes prerogativas que meditaba , y escri- bía de ella. Mi desinterés , é imparcialidad tiene entre otras una prueba muy evidente en la Disertación sobre la patria del fa- moso Poeta Prudencio ^ pues sin embargo de que muchos y

muy

.muy graves Autores Nacionales y Extrangeros le adjudican á Calahorra , en cuya Diócesis nací , yo olvidándome de mi p. - tria le hago Cesaraugustano por parecerme esta opinión algo mas probable, y lo defiendo con tanto conato , y esfuerzo co- mo podria el mas interesado en esta gloria.

Muestro igualmente mi desaféelo á la Critica indiscreta , é inmoderada impugnando á los Autores , que se han levantado con el renombre de Críticos , en diversos puntos , en que sin testimonio , b razón suficiente niegan su asenso á noticias muy creíbles y bien fundadas. Asi que estas propriedades se hallan tan impresas en los dos Tomos referidos , que sola su lección es bastante para que yo quede vindicado del rigor , y de la severidad , é indocilidad que rae imputa el R. P. Fr. Lamberto de Zaragoza.

Habría yo caído en la mas torpe necedad y vanidad , si hu- biese dedicado mis trabajos al Ilustrisimo Señor Arzobispo , y á la Santa Iglesia de Zaragoza , b creyendo que tan esclarecidos nombres afiadirian nueva firmeza , y peso á mis razones- , b te- niendo demasiada satisfacción de la eficacia de estas. Las ver- daderas causas que me movieron á hacer esta oferta , además de la respetable autoridad de un Excelentísimo personage que me lo aconsejó , y de mi propia devoción , fueron los asuntos mismos que se tratan en las obras dedicadas , que son sin duda los mas honoríficos y ventajosos á aquella Santa Sede , é Igle- sia , por contenerse en ellas muchas y muy particulares memo- rias que contribuyen grandemente a su explendor , y estaban ignoradas de todos los Historiadores. Se restituyen también á Zaragoza muchos Santos, conque otros pretendieron glorificar sus países consintiendo con ellos les mismos Aragoneses ,que debían asegurar á su patria en la posesión de tan estimables prendas. Ofrecí en las mismas Obras los célebres Escritos de San Braulio , y de Tajón, que se remitieron de los Archivos de la Santa Iglesia de León , y del Ilustre Monasterio de San Mi- llan , y se mantuvieron hasta entonces obscurecidos entre las tinieblas de la antigüedad , y distantes de la Ciudad en que los trabajaron sus propíos Prelados. No solo se dieron al público estos Escritos , sino que salieron con toda la ilustración que fue posible ; sufriendo especialmente en la colección de Tajón

las

(VI) las grandes molestias, que pondero en el Prologo del Tom. 3 r. De las mismas Obras saqué excelentes noticias para las vidas de sus Autores ; y por este medio se tiene ya conocimiento muy extenso de los hechos de San Braulio , que estuvieron descono- cidos en los siglos anteriores. Finalmente , no se puede negar que los dichos tratados dan en todas sus partes nuevas luces, para conocer con solidez y claridad las antigüedades respeti- vas á la Diócesis de Zaragoza , que como confiesan Jos Escri- tores de Aragón , eran de las mas diricÜes y obscuras. Juzgue pues ahora el piadoso Leétor , si los asuntos contenidos en mis Obras eran por solos dones dignísimos de presentarse al ílus» trisimo Prelado , y Cabildo de aquella Metropolitana Iglesia, ' sin que en esto se mezclase mi propia satisfacción , 6 el deseo de autorizar mis diétamenes , como presume el R. P, Fr. Lam- berto , sin haberle yo dado el mas leve fundamento para tan baja sospecha.

Responderá acaso este zeloso Aragonés , que nadie pone en duda el señalado servicio que con mis trabajos y obras se ha hecho a Zaragoza en estos particulares ", y que antes bieti lo confiesan y reconocen todos , entre los quales debe tenerse por voto de excepción el sabio Prebendado que él menciona en el num. 4. de su introducción , del qual dice: Que habiendo vis-

i o en el Tomo 30. un gran cúmulo de glorias , excelencias ,_y ala^ "hanzas mvy justas de la Imperial Ciudad de Zaragoza , de su dis-

iiriguida Iglesia , y de los muchos Santos que la ennoblecen , y la ' doBa Disertación sobre la tenida de Maria Santísima , viviendo

en carne mortal d aquella Ciudad Augusta , escrito todo con buen

método , y eloquente estilo informó d su Uustrisimo Cabildo , que mi Obra era digna en qunnto d esto del aprecio y estimación de los

eruditos, Pero que excluyendo yo de la Sede Cesaraugustana algunos héroes que la ilustraron , y refutando ciertas opinio- nes y tradiciones admitidas por muchos Escritores , y glorio- sas á aquella Ciudad , no podia el amor á la patria , y el ho- nor que caracteriza al buen Aragonés mirar con indiferencia mis censuras en una Obra dedicada á la Santa Metropolitana Iglesia.

No estraño ,que de se escriban estas y otras expresio- nes de queja , que como es notorio divulgaron en otro tiempo

del

(Vil)

áel insigne Analista Gerónimo Zurita , los que eran de su mis- ina patria, acusándole de parco en escribir las cosas de sus mayo-. res , temático en callar cosas vulgares dignas de ser escritas^ contestando con otros Autores ^ y escrupuloso en los hechos pro- pios , &c, Pero asi como este candido y diligente Historiador merecia alabanza en lo mismo que le culpaban ; porque como él dice en su Carta á Juan de Almenara , su principal intento fue escribir con toda verdad las cosas pasadas , y no seguir inven- ciones falsas y fantasías de gente que ha tenido mas cuenta con agradar , y lisongear al vulgo ; lo qual era servir a Dios , y a los Reyes ^ y a sus Reynos ; asi también no debía calumniarse, sino estimarse mucho la diligencia que yo puse en el examen de las noticias que escriben los modernos , y la libertad senci- lla con que propuse mi didamea acerca de su verdad , b fal- sedad. Mi animo pues fue el mismo que el de Zurita ; y por tanto en la respuesta que di al Ilustrisimo Cabildo de Zaragoza satisfaciendo á la pretensión del doélo Prebendado sobre que yo depusiese la opinión que había seguido , excluyendo algu- nos Obispos , escribí , entre otras cosas , lo siguiente : Con esta ocasión no puedo menos de reproducir lo que tengo escrito en mi Prologo.^ esto es, que toda mi solicitud se dirigió á que la His* toria de la Santa Sede andubiese con la verdad que corresponde a su propio honor.. Y si hu^^ese de hacer lo que ese Señor intenta, y lo que otros con semejantes razones pueden solicitar en otros puntos , lejos de lograr este bien sacarla sola et fruto, de que las noticias ciertas , y legitimas se hiciesen sospechosas por la mezcla de otras inciertas, 6 mal fundadas , lo que en ninguna manera convenia a la excelencia y gloria de esa Santa Iglesia, Por lo qual , en conformidad de solicitud , cuidé de poner todas las memorias en solo aquel grado de verdad , que yo juzgaba era correspondiente á los fundamentos sobre que se apoyaban , y de este cuidado añadido al desvelo de recoger lo concerniente á la ilustración de esa Sede, ha resultado , si no me engaño mucho , que su Tratado contenga al presente una colección de noticias ciertas , y gloriosíslnMs , cuyo numero ex- cede á las que anteriormente se han escrito , aunque entren €n esta cuenta las fábulas, y nuevas invenciones.

¿Pero qué tradiciones son las que yo refuto en mi Obra?

¿ Son

(VIH) 2 Son por ventura aquellas que pueden contarse entre las an- tiguas, seguras, y continuadas? Nada menos ; sino las que se han alzado con aquel venerable y sagrado nombre , siendo realmente de leves , y falsos principios , y aun opuestas a otras memorias mas autorizadas. Nadie ignora el abuso que ha r¿ynado en los pueblos de honrar con «1 especioso titu-» lo de tradiciones las noticias , que por ignorancia b falsa piedad escribieron algunos Autores , y se recibieron incauta- mente , y sin el examen necesario , echando lue^o tan hon- das raices que suelen ser vanos los esfuerzos de. los eru- ditos , que pretenden arrancarlas de los ánimos vulgares. Tilles son las tradiciones que yo refuto en el Tomo 30. aten- diendo á la verdad , al honor de la Santa Iglesia de Zara- goza , al cumplimiento de la obligación ? y al empeño eti que S. M. me puso, deseando se continuase, y perfeccionase ua proyecto tan útil , y necesario , como es el de ilustrar la His^ toria Eclesiástica de sus Reynos , disipando las fábulas que el falso celo habia introducido. Tales son las que el R, P. Fr. Lamberto quiere defender aspirando , como él dice , a con~ servar los honores antiguos de la Santa iglesia de Zaragoza , y (i manifestar y fomentar la devoción , y piedad de su Augusta Patria: Empresa muy apreciable por su naturaleza , y muy importante , si correspondiese el efedo ; pero inútil , y sin fruto por sus circunstancias , y por dirigirse á sostener glo- rias , no fundadas en verdad , sino falsas y supuestas.

Para que se perciba con claridad el genero de Tradicio- nes á que yo roe opongo , pondré egempio en una, cuya refutación se hizo mas sensible á nn Sabio Prebendado , y al R, P, Fr. Lamberto. De los Santos Discipulos de Santiago Ata-- nasio y Theodoro escribí en el Tomo cit. pag. 39. num. 8; que por los monumentos de alguna antigüedad , quales son la Epístola de' León líl. y el Instrumento de Calixto II. qtise se publicaron en el- Apéndice del tom, 3. num. 9. solo s-e sá^ be de ellos , que estuvieron en Galicia , y permanecieron siem- pre alli guardando el sepulcro de su santo Alaestro hasta que ambos murieron , y fueron enterrados uno á la diestra , y orro á la siniestra del cuerpo del Apóstol, Leamos el texto i^ue es la única memoria que tenemos deles referidos Santos.

Ini^

(IX) ^ _

hito autem , dice , saluhri consilio , dúo clienttdi refííítr^eruní ibi ad custodisndum pretiosum talentum heati , sciücet , Jacobi Corpus venevanditm , quorum unus di^us est Theodorus , alíer vero Athanasíus. Alii vero Discipuli , Deo comité^ ^d pradican- áum Hispmias ingressi sunt ; ut prcemisimus , illi dúo discipuli pedisequi pro reverentia illius magistri , dum summo cum affedítí ■prcefatum sepulcrum pervigiles indesinenter pervigilarent , jusse- runt y se post ohitum suum á Christianis juxta magistrum suu^ sepeliri, Sicque , deñnito termino vit¿e , naturce dsbitum persol- ventes felici excessu spiritum exhalarunt , Cíeloque animas gau- dentes intulerunt, Y constando por este tan expreso testinr.oni» que estos Santos residieron siempre indesinenter en Galicia has- ta su preciosa muerte , colegí que poner su residencia en Za- ragoza , y hacerlos Obispos de aquella Ciudad , es invención de Autores modernos , contraria á memorias mas antiguas y legitimas.

En efedo, Pedro Antonio Beuter fue según el P. Fr. Lam- berto el primero que escribió que hecha Li Iglesia de Zarago- za , puso Santiago en ella dos Discipnhs llamados Athmasio el tino , y el otro Theodoro , ordenando al uno en Preste , y al otro en Obispo , para que predicasen la del Señor, Siguióle Geró- nimo Blancas , de quien con justísima razón dice D. Gregorio Mayans que fue escritor mas eloquente que critico. Este en la Carta , que dirigió al P, Gerónimo de la Higuera , habló ya de esta noticia como de tradición , asegurando que Beu- ter y Vaseo trahen en su apoyo los gravísimos testimonios de Calixto , y de S. Basilio el Grande : Neq-te tamen irinori, imo vero majori veterum monumentorum niíitur copia , quod tra- ditum est nobis de B, Athanasio , ut is primas nostrce urhis Episcopus statuatur, Nam inter ea , qu<s a Beuterio & Vasceo af- feruntur gravissirna Calixti Pap¿e y & Magni Basilii de funda^ iione nostra; hujus Augustissimce Ecclesice de Pilari testimonia &c. Y para que se vea la critica de Blancas en este punro , ni Calixto dice palabra del Obispado de S. Athanasio en Zara- goza , ni Eejuter le cita para esto , ni S, Basilio el Grande Jiizo memoria de la fundación de la Iglesia del Pilar , ni Va- seo le trahe para otro fin que para comprobar una verdad tan cierta como es que muchas cosas se saben por h tradt-

b cion»

clon. He aqui las palabras de este Autor: Atqne heec futí prt' ma Christianorum tato orbe Ecclesia , ut est constans á multis retro s¿eculis , ac perpetua fama , é? memoria , per auam multa antiquorum gesta , tes:e magno Basilio , nobis vehit per manus tradiia sunt. Asimismo Ambroíio de Morales escribió en su lib. 9, cap, 7. que Athanasio y Theodoro fueron Discípulos de Santiago , y que al primero , según en Zaragoza afirman^ dejó el Apóstol por Obispo de aquella Ciudad , y al otro por Pres- bítero. En lo qual , además de que él nada asegura de su propia sentencia , no podía tampoco resolver en contrarío , por no haber leído , como confiesa poco antes , la Epístola de León lll, por donde le hubiera sido fácil saber, que S, Atha- nasio no residió en Zaragoza, sino en Galicia.

No solo se inventó esta noticia del Obispado de S. Atha- nasio y Theodoro cerca de nuestros tiempos , y sin autoridad suficiente , sino que tuvo casi en sus mismos principios la oposición que se merecia. Porque Vaseo mencionando lo que dice Beuter de los dos Santos , le impugna con el testimonio de la expresada Epíst. de León III. Sed hoc , dice , cum Epís- tola B, Leonis non concordat. La misma contradicción tuvo de parte de algunos juiciosos Aragoneses , como Espes , Arrue- go , y otros muchos. Sin embargo el P. Lamberto pretendió autorizarla con el ¡lustre nombre de tradición , y aun se atre- vió a pronunciar contra en el num. 50. estas palabras: I Quién no juzgará prudentemente que hizo (el P. Risco) agravio á la Santa Iglesia de Zaragoza deposito sagrado de esta tradi- cion'i Y en el num. 52. Véase ahora si es digno de admiración ^ que a vista del castigo amenazado le quite (el P. Risco) a S. Atha- nasio el honor de Obispo , y de una Diócesi de tanta distinción como Zaragoza , sin que le temblase la mano ^y se le cayese la pluma. Tales son pues las tradiciones que yo impugno , y el P, Lamberto pretende defender con exclamaciones vanísimas, y sin fundamento , nacidas de poca reflexión , 6 de un animo ciegamente apasionado por su país , que debía apreciar mas la verdad imitando al diligente Zurita , y a Don Anto- nio Agustín sus compatriotas , que jamás admitieron estas fá- bulas.

Si me fuera licito interrumpir el trabajo principal y mas

ne-

(XI) necesario de continuar esta Obra , y examinar cada uno de los argumentos que opone el R. P, Fr. Lamberto , mostraría con evidencia , que escribiéndose con expresiones acomoda- das para que el vulgo los estime en algo , carecen efedliva- mente de la solidez , y peso que se requiere , para que los eruditos tengan por probables las cosas que se pretenden^ Pero no debiendo yo consumir el tiempo en una ocupacíoa tan ¡outil desamparando otra de mayor importancia , y bas- tándome tener el animo sencillamente preparado para con- fesar mis yerros siempre que fuere convencido de ellos , me parece suficiente notar algunas cosas con que prevenidos los mas indodos conocerán la ineficacia de la impugnación j que se ha hecho contra mi Obra,

El R. P. Fr. Lamberto nombra en la pag. r. el Catalogo de los Obispos de Zaragoza impreso en las Constituciones Synodales en el año de 1697. quejándose de que yo he ex- cluido no menos que once ; y en la pag. 6. cita los Catálo- gos del Excelentísimo Señor D. Hernando de Aragón , de Don Gerónimo Blancas , de D. Martin Carrillo , de las Constitucio- nes Synodales , y el Ms. del Arzobispo D. Juan Saena de Bu- ruaga , y dice que los examinó con la posible exaélitud , y los adaptó conforme á los Mss. del Archivo de aquella Santa Iglesia, Estas piezas suenan mucho ; pero la verdad es , que todas ellas son m.odernas , y no tienen autoridad alguna en orden á los Obispos que yo tengo excluidos , ni en el Archi- vo de la Santa Iglesia existe instrumento antiguo con que se puedan comprobar los Prelados , que dicho P quiere in- troducir. El Catalogo de las Constituciones Synodales , don- de debia haberse puesto la mayor diligencia, además de ad- mitir Obispos, que no constan sino de Chroniccnes fingidos,' está lleno de errores en los puntos históricos que en él se to- can. V. g. Para hacer aparente que S. Athanasio fue Obispo de Zaragoza , dice , que este Santo padeció martirio en la ri- bera del Ebro , siendo ¡negable que murió en Galicia, De San Theodoro afirma , que pasó á la África , y que padeció mar- tirio en la Ciudad de Pentapolis , constando que murió tam- bién en Galicia, y que fue enterrado a el lado del cuerpo de Santiago como su Condiscipuio Aihanasio. De S, Epiteéio 6

b 2 Epí-

(XII) Epitacio escribe , qu€ murió mártir en la ribera del Ebro, alegando el Martiroicgio Romano, que no pene sino el nom- bre de España sin mayor determinación cíei lugar b pueblo donde este Santo padeció. Prueba el C'bispado de Félix con un testimonio de San Cipriano convelido en estos términos: Pelix Cesaraugustimus Episccpus fidei cultor , ac defensor veri- tatis , y asegura que murió mártir ; pero es cierto que no hay- memoria del tal mariirio , y que San Cipriano no expresa el Obispado de Félix , pues dice solo, Félix de Ccesarai4gusta ftdei cultor & defehsor veritatis. Asi que será conveniente , que los Leólores de la Obra del P. Fr. Lamberto no se detengan mucho en los nombres solos de las piezas que cita , sino que pasen á desear autoridad competente 6 testimonio antiguo tn prueba de los Obispos que yo excluyo , y que no se es- tablecen sino con Autores modernos , que no sirven para co- sas tan rem.otas.

Si se examinan los fundamentos, sobre que se apoya, pa- ra defender las tradiciones , que yo refuto por no ser o;ra co:a que invenciones de Autores modernos, se hs liará que proponiéndose con voces ayrosas , y que significan mucho, son realmente fíaquiiimos é incapaces de m.antener lo que so- bre ellos se edifica^ Pongamos egemplo en la 1. Disertación, que es la que con mayor conato y zelo han trabajado el Se- ñor Prebendado N. y el R. P. Fr. Lamberto. Para establecer; el Obispado de S. Athanasio en Zaragoza se alega no menos que la autoridad de la Iglesia , y la de dos gravisimos Tri-- bunales , es á saber el de la Corte de Justicia de Aragón , y el de la Sagrada Rota en dos decisiones dadas en el siglo pasado , en que expresamente se asegura que Santiago hizo Obispo de Zaragoza á S. Athanasio. La autoridad de la Igle- sia está reducida á una breve oración , que se usa en los ¿os Templos de S. Salvador , y del Pilar haciendo conmemora- ción de los nueve Discípulos del Santo Apóstol en la qual nada se dice del Obispado de S. Athanasio en Zaragoza , y si se lee en el Códice mas antiguo, ni aun indica que este San- to tuvo la Dignidad Episcopal. El Justicia de Aragón alega testimonios que no existen \ porque cita los Breviarios anti- quísimos 5 los Martirologios Romanos 5 y otros gravisimos Pa«

dres,

(>-ni)

ares , en los quales no se halla palabra con que se testtñque que Santiago hizo Obispo de Zaragoza a S. Athanasto. La Sagrada Eota no pudo exhibir prueba legitima de este asun- to , y la principal autoridad que tuvo presente , fue la de Pedro Antonio Beuter , á quien por eso da el P. Fr. Lam- berto el nonabre de Coronista de tanto crédito , que fue segui- do en la Sagrada Rota no aprobados otros sobre este punto ^ co^ mo no lo fueron ni la Historia de Dextro ^ ni el Epigrama de Marco Máximo ; aunque yo veo , que aquel Tribunal hizo aprecio de Lucio Dextro citándole , y siguiéndole en la pa- gina 14. de sus Egecutoriales.

¿Pues qué diré del testimonio que me opone venido de Lorena a rranos de D. Juan Tainayo Salazar en un hymno de S, Policeto mártir de Caravis junto á Zaragoza , en cuyas es- írophas , dice el P. Lamberto , se puede disimular la po:a pureza del estilo y yerros del metro por lo estimab'e de la noticia? Bolando imprimió este hyrano al dia 13. de Febrero- tomándolo del Martirologio de Tamayo , con lo que parece logró alguna recomendación en la grande Obra de las Aftas de Jos Santos. Pero no hsy duda en que Felipe F¿rrario fue e! primero que hizo memoria de S. Policeto citando el Ka- lendario y Tablas de la Iglesia de Zaragoza , siendo asi que ésta jamás tuvo noticia de este Santo, ni ha habido memoria ' de él en España. Asi que este mártir de Caravis junro a Za- ragoza es fingido , y por consiguiente lo son también las Ac- tas , qut trahe Tamayo ; en cuyo tiempo , como notan los Continuadores del citado Bolando, se inventaron otras muchas, que no merecen sino el desprecio de los hombres de algún juicijO.

'.'■Si se reflexionan con mediana atención las soluciones , con Que se pretende obviar á mis pruebas , se notará que estas quedan en la misma fuerza , que si no se hubiese respondido. V. gr. al argumento que dejó propuesto contra lo que escri- bieron algunos Autores del Obispado de S. Athanasio y Theo- doro , y su residencia en Zaragoza , responde él Señor Pre- bendado, que pudieron estos Santos ocuparse en la acordada vigilancia del sepulcro de Santiago , y servir en Zarag^'Z! á nuestra Señora ^ desempeñar eo Aragón las obligaciones de

sa

(XIV) su ministerio Pastorsl , y cumplir en Galicia las áeí piadoso empleo de guardar el sepulcro. Esta solución está muy dis- tante de satisfacer á la dificultad que yo fundé en la Epís- tola de León ill. por ser enteramente contraria al texto que dejó exhibido , del qual consta que los Santos expresados re- sidierojí siempre , y sin alguna intermisión en Galicia hssta sxx muerte , después deja qual fueron enterrados junto al cuer-, po de su Santo Maestro. Oigamos ahora ia respuesta del R.í P. Fr. Lamberto : Si alguno , dice en el num. 77. ¡mentara />íí-... cer de dos Santos quatro , como el P. Higuera de dos uno , /)a- diera decir , que los dos Discípulos de Santiago Theodoro y Atba^ nasio , de que habla .el Papa León JII, eran distintos de los que venera, la. Santa Iglesia de .Zaragoza, Pone luego las pruebas que se podrían ofrecer , las quales no tienen otro fundamen-: to que el filso supuesto de lo mismo que debían probar, y concluye asi ; £ualquiera pues que quisiera hacer dos Athana^ sios y dos Theodoro s llegaría por este rumbo a concordar el Obis-* pado de S, Aihanasio con las Cartas de León y de Calixto, Ni le faltaría apoyo en la autoridad de Muriílo ^c. Feliz discurso para sostener las glorias de Zaragoza ¡ Dichosa España , que si en el siglo pasado tuvo un escritor que hacia de dos San- tos uno , ya en el presente goza otro de mejor condición, que facilita el modo de hacer de dos quatro.

Si tan insubsistentes son los fundamentos con que el R.- P. Fr. Lamberto aspira a sostener el Obispado de los Santos; Athanasio y Theodoro , en cuyo favor puso el mayor conato, no espere el discreto Ledor de su Obra hallar mejores cosas en los demás Obispos , que quiere añadir al Catalogo de Za-- ragoza. Corramos por todos ellos no partiendo de ligero , si-, no haciendo reflexiones -breves, que basten para' evidenciar que el libro de este doíto Aragonés no sirve para ilustrar- la historia de su Patria , ni para aumentar sus prerogativas: y que es vana la esperanza que explica en el num, 6, de su introducción, de que el publico aprobará los Obispos impug- nados por los rigores de. mi critica , mayormente £n un siglo tat^ ilustrado como el presente ^ que ya no trata estas materias. con una destemplada severidad , sino con una piadosa y dócil- modei'acior\

En

(XV)

En la pag. 7. establece dos Obispos con los nombres Je Valeriano y Lucio , el primero por el año de 409. y el se- gundo de 525:. De Valeriano nada trabe que merezca res- puesta , pues solo reproduce lo mismo á que tengo dada ple- na satisfacción en los Tomos 30. y 31. Mas no puedo pasar de aqui sin hacer al P. Fr. Lamberto dos cargos que rae pa- recen oportunos. El primero es sobre el num. 15'. que co- mienza con las palabras siguientes : No ignoramos , que hay quien dice , qt4e los Romanos llamahan indiferentemente Valerios 6 Valerianos a los que se distinguian con este nombre , de lo que no hace memoria el P. Risco ; y no como echa menos esta especie habiendo leido el Tom, 31, en cuya pag. 109. n. 314. hago expresa mención de esta costumbre de los Romanos. El segundo es, que siendo el R, P, Fr, Lamberto tan amante de los honores de su patria debia no tenerme por severo en es- te punto , en que no distingo á Valeriano de Valerio, como D. Nicolás Antonio, y otros Autores, que sostienen con gran probabilidad , que el primero fue Obispo de Calahorra , don- de creen rambien nació el Poeta Prudencio , que consagró á este Prelado el hymno de S. Hypolito Mártir, Para prueba del Obispado de Lucio no trahe otros testimonios que la au- toridad de Gerónimo Blancas , y de D. Hernando de Aragón, que cita á Fere Antón, ¿Quién no ve aqui el justo motivo, que obligó á este mi opositor á no mirar con indiferencia las censuras de mi critica , con la que borré del Catalogo Cesaraugustano un Obispo que gobernó por los años de 525". sin embargo de que son testigos de su dignidad los celebres escritores expresados , que florecieron solos mil años después de Lucio?

En la pag, 1 1. num, i 8. se halla un precioso descubrimien- to de este noble Aragonés. Yo puse en el Catalogo por los años de 45'8, un Obispo de quien se hace honorífica memoria en la Carta que los Padres de la Provincia Tarraconense escribie- ron al Romano Pontífice Hilario. Pero como no hallaba su nom.bre en documento antiguo , confesé mi ignorancia , y le señalé con una N. Gracias al R, P. Fr, Lamberto , que nos lo «lanifiesta diciendo , que se llamó Lidoro , porque dice Carrillo haber él hallado en algunos Mss. que este fue San Isidoro Már- tir,

hr , de quien se hace memoria en el Martyrologío a 2. de Ene- ro. Es verdad que el Martyrologío dice : Antiochice passio beati Jsidori Episcopí. Pero Baronio nota , que parece no pudo ser Obispo de Antioquia , y que ninguno dice de dónde ío fue : y en caso de duda bueno será, que un Escritor Aragone's le ad- judique á Zaragoza su patria.

Bastante se ha dicho de los Santos x\tanasio y Theodoro: pasemos á la tercera disertación , que es sobre el Obispado de S. Félix , y detengámonos un poco en este titulo. Mi impug^ nador se empeña en llamar a Félix Santo á boca llena , y aua en num. 60. exhorta á todos con estas palabras : TenjamoS" le por Santo hasta que nos lo prohiba la iglesia. Los esfuerzos del P. Lamberto en este punto tuvieron por motivo estas pa- labras que yo puse en el Tom. 31. pag. 18. num. 30: Volvien- do á nuestro F¿H,v , Baronio , y otros le mencionan con el didfado de Santo. To no , que para darle un titulo tan honorífico se pue- da alegar otra causa , que los elogios de San Cypriano ; pero ex- tos no me parecen suficientes ; y en cosa de tanta importancia y gravedad es digna de seguirse la. moderación que con los Bo-* landistas expuse en el Tomó, precedente , pag, 140. num, 9. Esta Critica hizo tal eco en el pecho de mi Opositor , que pror- rumpió en ciertas exclamaciones que me pondrían miedo, si no hubiese escribo aquella proposición con la mayor solidez que se puede desear. Pong.imqs una de ellas. ^ Es verosímil , dice^ cue Baronio le hubiese dado a nuestro Obispo el renombre de Santo , sin "hah'erh hallado en los originales del Vaticano , 6 en la tradición inmemorial ds ¡a cabeza del mundo } l A quién se le puede ocultar esta invjroyimilitud , ó violencia'^

Suplico al R. P. Fr. Lamberto que oyga con sosiego la respuesta á esta pregunta. La única memoria que se halla de Félix , es la que hizo S. Cypriino con estas palabras : Utque alius Félix de C(esaraugusta , fidei cultor , atque defensor verita- tis litteris suis significat. Desde el tiempo de San Cypriano has- ta el siglo 16. nadie mencionó a Félix con el título de San- to. Don Gerónimo Blancas fue el primero , b de los prime- ros que le nombró con este glorioso dtétado. En esta verda- dera suposición ^ qué causa hubo para que este Escritor ^ y otros mas cercanos á nuestca edad expresasen á Félix con el

ti-

(XVII) titulo de Santo , sino el elogio de San Cypríano , que- áclemás de darse á sugeto que no estaba fuera de los peligros de esta vida mortal, puede convenir aun a los que teniendo la ca- recen de la santidad ? No siendo pues este elogio suficiente, habiéndose dado á Félix en algún tiempo culto coa^rinado por el Juicio Supremo de la Sede Apostólica , ni aun por la piedad de los fieles con asenso de la misma Sede ¿ con qué palabras iras prudentes , debia yo avisar la discreción que este impor- tantísimo negocio se merece , que con las de la clausula exhi- bida que tanto desagradó al R, P. Fr. Lamberto ? ¿ Con qué razones podrá éste vindicarse de toda temeridad, dando muy repetidas veces en su Disertación el did:ado de S.into a, un su- geto , cuya santidad no está aprobada por autoridad legitima? Dirá que siguió á Baronio , de quien no es creíble diese á Fé- lix tan glorioso titulo , sin haberlo bailado en los originales del Vaticano ^ 6 en la tradición inmemorial de la cahcza del mundo. Esta respuesta podrá satisfacer á hombres demasiado vulga- res , é ignorantes ; pero la tendrán por volu-ntaria y frivola los que saben que no es otra cosa , que un vano recurso á hecho de que hasta ahora no ha habido noticia en el mundo , qual es que en los originales del Vaticano se halle Félix con el re- nombre de Santo , b que en Roma haya tradición inmemorial de la santidad de este Varón. Yo no dudo que Baronio {\:>.q Escritor dcílisirao , y de muy vasta erudición , mayormente en la Histeria Eclesiástica ; pero no creeré que tuvo noticia cierta de todos los que deben , b no venerarse con los hono- res concedidos á la santidad. Si este sabio Cardenal hubiese hecho particular examen del titulo de Santo dado á Félix , no habría padecido este descuido ; pero como el asunto de que trataba era la Epístola de San Cypriano , dirigió á ella todo su reconocimiento , dando sin reparo a Félix aquel honor con que le trató Gerónimo Blancas en los Comenrarios que leyó el mismo Baronio. Finalmente el R. P. Fr. Lamberto no trae prueba alguna en confirmación de que á Félix se le debe el tratamiento de Santo , si no lo son sus exclamaciones , y los Autores modernos que cita ; y la Santa Iglesia de Zaragoza podrá desengañarle en esta materia , como testigo el roas fiel, y abonado de que jamás dio culto á este varón mencionado en la Epístola de S, Cypriano, e I Pues

(XVIII)

¿ Pues qué diré de la impugnación que hace de lo" que ten- go escrito acerca del Obispado de Félix? Yo afirrao.que la dig- nidad Episcopal de este Cesaraugustano no es cierta , sino du- dosa ; pero que es muy verisímil , atendiendo al empeño con que trató el negocio , b causa de Marcial y Ba^iíides. El P. Fr, Lamberto escribe no menos que 22. hojas , pretendiendo que Félix fue Obispo cierto, é indubitable ; pero el Leftor se can"- sará con su lección , y vendrá á quedarse en la misma duda que yo expongo. No solo no opone diüculrad a que yo de- ba satisfacer ; sino que sabe ponderar como argumentos muy poderosos contra mi sentencia los diftamenes de Escritores modernos , que dicen lo mismo que yo tengo establecido. V.g, en el num. 9. ofrece autoridad de la sabia Congregación de San Mauro , que puesta en romance por el P. Lamberto dice de este modo : No puede negarse ser cierto , t^¿4e San Cy- jiriuno no llama Obispo a San Félix '^ sin embargo, atendiendo á su estilo nadie hallará dificultad , ni dejará de inclinarse al pensamiento de que tuvo el caraéler Episcopal , porque el No- tario que escribió las Aftas del Concilio de Cartago , no refie- re las dignidades de los Obispos que asistieron , sino solo sus nombres, y los de las Ciudades á que presidian ; lo que egecu- de este modo : Cecilio de Bilta , Primo de Misgirpa , Poli- carpo de Adumetro , y asi los demás. Por lo que , aunque San Cypriano escribió solamente : Félix de Cesaraugusta , no prue- ba el silencio de la dignidad Episcopal , ^ue San Félix no la tuvo. Aquí dice el P. Lamberto : Asi discurrieron discreiisima- mente estos célebres Literatos a favor del Obispado de este Cesar" augustano en fuerza de una ilación concluyente»

¿ Pero qué h<iy en estas clausulas de los sabios Benediéli- nos de San Mauro , que no sea conforme á mi sentencia , sino el titulo de Santo , que precede al nombre de Félix , el quaí no se lee en el texto Latino , sino que es añadido por el Pa- dre Lamberto , que por autorizar su pretensión traduce á Fe^ licem , 5. Félix ? Yo escribí en el Tom. 30. pag. 100. num. 10, estas palabras : No obstante hace dificidtad que S. Cypriano no le titulo de Obispo ; y los PP. Benediftinos : Sane certum est^ Felicem non vocari Episcopum d Cypriano. Yo escribí en el Tom, ¿r. pag, 12, num. 18. Por lo q^ue toca a la dignidad de este ilus- tre

(XIX)

tre varón, tfté pavede Muy verosímil que fue Ohíspo de Zaragoza ^y uno de los comprehendidos en la clausula que escribió S. Cypriano^ &c, y los PP, Benediólinos : Sed ex modo scribendi Cyprianico facile , <&? proclive est existimare , illum ea dignitate decoratum fuisse. Estos PP. concluyen, que el silencio de San Cypriano no prueba que Félix no fue Obispo ; y yo estoy tan lejos de inten- tar que el silencio del santo Doélor es argumento de que Félix no tuvo aquella dignidad , que en mi sentencia es muy verisimil haberla gozado. ¿Quién no ya que mi modo de pensar en este punto es tan parecido al de los PP. Benediéli- nos , como un huebo á otro ? Sin embargo , éstos discurrieron díscretisimamente , según el P. Lamberto ; pero el P. Risco con una Critica indócil y severa , que despoja á su amada patria de las prerogativas que la adornan.

La piadosa y dócil moderación ., que este R. P. atribuye en el num. 6. de su Introducción al siglo presente , llegaba en su concepto á tal grado , que creyó aprobaria el público sus fundamentos , con ser éstos tan despreciables , que yo me es- panto deque un hombre dodo se atreviese á estamparlos , y ofrecerlos indiferentemente á sabios , é ignorantes. Veamos la solidez con que prueba que el Obispado de Félix es cierto y constante. Sabiendo el P. Lamberto que ninguno de los Escri- tores antiguos trató de su noble paysano Félix , sino es el IVlartyr Cypriano , puso todas las fuerzas de su ingenio en sa-. car la certeza de la dignidad Episcopal de estas palabras del Santo : Utque alius Félix de Cíesaraugusta fidei cultor , & de- fensor veritatis litteris suis signifcat. Y mostrando su afición á las letras de la humanidad , propone en esta forma su pri- mera reflexión que puede ser espécimen de las demás, /¿ten- diendo , dice , a la propriedad de la lengua latina en que teñe- mos la Carta de San Cypriano , se perciben algunas alusiones a la dignidad Episcopal de San Félix. Esta dicción Cultor de que usa el Santo , la une Ovidio a la dicción Antistes , para expresar la superioridad del sugeto de que habla sobre los Varones dorios ; y sabiendo todos que la voz Antistes significa el Sacerdote Supe- rior del Templo , y que éste en la Religión Christiana es inegable- mente el Obispo , parece que el elogio dado por San Cypriano d S, Félix , no le viene violento , antes bien insinúa en él esta dignidad,

C2 El

(XX) El verso de Ovidio que ofrece , es del lib. 3. de les Tris- tes. Eleg. ultima , que dice asi:

Cultor , (^ Amistes doBorum sarSe virorim,

A vista de un tan delicado modo de discurrir , nadie extra- ñará que el P. Lamberto tenga á Félix por Obispo indubitable, y también por Santo : porque si San C> priano le llama Cultor^ y. Ovidio une á esta dicción la voz Antlstes , y a esta el titulo de Santo , sale por legitima consequencia , que Félix fue Obis- po , y también Santo. ¡ Oh , nuevo , agudo , é ingenioso argu- mento ! ¿ Y qué responderá este Aragonés , si aprovechándose otro de su discurso dice, que Félix era poco aficionado a los egercicios de Religión , y lo prueba con aquel verso de Hora- cio , lib. 1. Carm, Ode. 34,

Piírcus deorum cultor , <S? infrequens'^

IjQué responderá a quien intentare , que en iquellas pala- bras "del Canon de la Misa : Cum ómnibus orthodoxis atque Cíf lholie:e- ^ & A¡iO!toUc(e fidsi citltoribus , está insinuada la digni- dad episcopal de todos los fieles , y lo probare con el versí- to de Ovidio , que á la voz Cultor une la de Antistes ^ que sig- nifica ál Sacerdote Superior del Templo?

Vengamos á la quarta Disertación. Dirígese ésta á probar, que al principio del siglo quarto presidieron en Zaragoza dos Obispos con el nombre de Valero , ambos Santos , pero uno Confesor , y otro Mariyr, Yo probé con sólidos argumentos la identidad del Valero, que subscribió en el Concilio de Eli- beri , con el presentado á Daciano , contra Baronio y D. An- tonio Agustín , que creyeron ser distinto uno de otro , por su equivocación acerca del año en que se celebró el referido Con- cilio. Ilustré también la Historia del Santo desembarazándola de todas las confusiones que se hablan introducido en ella, con tanto esmero , y afeéto á hi Santa Iglesia de Zaragoza , que este fue uno de los trabajos que la fueron mas aceptos , como me declaro su Ilustrisimó Cabildo en Carta que se dignó di- fiíjirme,

Bas-

i

(XXI) Basta la lección óq lo que tengo escrito en el Tom. 30. para que qualquiera quede instruido , y desengañado en or- den á la obscuridad en que el R. P. Fr, Lamberto pretende envolver la Historia de San Valerio , haciendo inútil quanto es de su parte la diligencia que yo puse en esclarecerla. No obstante me parece del caso proponer aqui dos advertencias, las quales por solas son suficientes para conocer con clari- dad la flaqueza de que adolece toda la Disertación de este Padre. La primera es , que la Iglesia de España nunca ha celebrado otro Valerio Obispo de Zaragoza que al que Íüq Maestro de S. Vicente , y este es el mismo que el Misal Mozá- rabe pone en el dia 28. de Enero , y también los Breviarios antiguos de nuestras Iglesias , como el Hispalense , que nos opone el P. Fr. Lamberto, sin embargo de expresarse en sus lecciones , que el Valerio de quien se rezaba la Historia con- tenida en ellas ,fue presentado á Daciano junto con el célebre Martyr Vicente. Véase el Tom. 30. pag. 118, A este mismo se alguna vez el titulo de Martyr por la razón que expu- se en la pag. 123. del Tom. cit.

La segunda es , que la distinción que el P. Fr. Lamberí-o quiere establecer de los Valerios, uno Confesor, y otro Martyr se funda solo en los errores de algunas A«fias que ter.'Lo rotados en el referido Tom. Para cuya inteligencia conviene advertir , que todas las Adas hablan expresamente de un Valerio, y este el que tuvo por su Arcediano á San Vicente; pero algunas dicen , que fue desterrado á Viena de Francia, y que alli padeció martyrio. De este error , pues , se apro- vecha el citado Aragonés para poner dos Valerios, uno que murió en Enet , y otro que fue martyrizado en Francia , sien- do asi que este segundo es desconocido de todos los Escrito- res; y las Adas mismas que yerran en el lugar de la muerte de S. Valerio, no hablan sino del célebre Maestro de S.Vicente: Cur,} Diacor. US Pr ceses , dicen , pnccepisset B. Valeritim deportari in exilium., sicLt in passlone Sandli Vincentii scriptum est,B,Fale' rius vehementer flere ccepit , quod separahatur á S, Vine era io.

Asimismo el amor puro á la verdad , y el deseo sencillo, que me anima de que nuestra Histeria se trate con la grave- dad , y sinceridad que la corresponde , me impele á prevenir

al

yx'

A

S

««ÍL"

rff«

090 >

^ deZi

. >a IBIS *^

(X5i) Jorque íngo escrito en el Tom. 30. ^nstaído , y desengañado en or- *^ : P. Fr, Lamberto pretende ^Irio , haciendo inútil quanto |yo puse en esclarecerla. No ^oner aqui dos advertencias, es para conocer con clari- la Disertación de este de España nunca ha igoza que al que fue ^que el Misal Moza- )¡en los Breviarios )alense , que nos «presarse en sus pa Historia con- cón el célebre A este mismo hazon que expu-

P. Fr. Lamberto

|r, y otro Martyr

\ñas que ten^o

[ligencia conviene

fesamente de un

(o á San Vicenttf;

'"iena de Francia,

I, pues , se apro-

[alerios , uno que

)n Francia , sien-

)dos los Escrito-

l^ar de la muerte

de S.Vicente:

ritím deportan

est^B.Fale^

I yin cera io,

0 sencillo,

la grave-

prevenir

al

f

u I

D

m

t^ ^1 <

-'» ÍIC

f^M^ út9m.

'rtirMí aili 4t diioimr , oadie extra-

'^^^ 'rf £í I Ffíi -V Obiipo indubitable,

.y>]c\hm Cultor,

■« jv , y á esfa el t/rulo

aMi^ir»ni , que FcÜi fue Obis-

m% , i^ , \ iogeoioso argu- «t ArtjOMs , si aprovechándose

FdÉ en poco »6cioaido \ los

V\» .ti irjd Terso de Hora»

llir.:'

se ;• : n;

■,«^:

>

Í (XX) k lo que ngo escrito en el Tom. 30. aede instrído , y desengañado en or- a que el í P. Fr. Lamberto pretende b San Valeo , haciendo inútil quanto fencia que/o puse en esclarecerla. No p caso prooner aquí dos advertencias, son suficietes para conocer con clari- e adolece oda la Disertación de este ; , que la glesia de España nunca ha o Obispo le Zaragoza que al que íuQ , y este esl mismo que el Misal Moza- n. de Enei , y también los Breviarios glesias , cmo el Hispalense , que nos |erio, sin mbargo de expresarse en sus '•¡o de quin se rezaba la Historia con- tentado a)3 iano junto con el célebre el Tom. o. pag. 118. A este mismo lio de Mrtyr por la razón que expu- om. cit.

la disrírion que el P. Fr. Lamberro Valerios jno Confesor, y otro Martyr errores ( algunas Adas que tenco Tom. Pai cuya inte''- s Adas ablan exp; tuvo poru ArcedlaP' e fue de er/ado a Vi yrio. D. este és para oner [ue fv^ es de que :no d cen . e Sar it . <

1 conviene de un

"^■'-ntei

O O

o

(XXII) al Leflor, descubriendo defeftos muy reprehensibles, que Ocul- taría de buena gana por no sonrojar á su Autor. Digo esto porque en el asunto que voy tratando , me veo necesitado á hacer presente la ¡legalidad en que incurre el P. Lamberto por autorizar mas sus intentos. Dice asi en la pag. 171. num, 22, Ahora es preciso advertir , que las Aétas de Chiflecio tomadas del Códice de Borgoña , y cotejadas con las del Ms. Marken- tense , que son las que ofrece el Breviario Hispalense , como afirma Tamayo Saiazar , no fueron notadas de ilegitimas por Bolando , ni las dio censura alguna ; antes bien lo movieron al juicio de ser constante , haber sido dos los Valeros Obispos de Zaragoza á los principios del siglo 4. de los quales el uno fue Confesor , y el otro Martyr. Que éste no puede ser el que presenta el P. Risco por Valero segundo , se prueba tam- bién porque éste , según el Continuador , era el que asistió al Concilio Cesaraugustano en 380. &c,

Entendiendo este R. P. que su Disertación no salía bien fundada, si no se daba crédito á los errores contenidos en las Adas de Chiflecio , quiso autorizarlas con el nombre de Bo- lando , como si éste las hubiese tenido por legitimas siguién- dolas en lo concerniente á la distinción de los Valerios , que se pretenden. Advierta pues , el que leyere el lib. del P. Fr, Lamberto , que es falso quanto éste atribuye á Bolando. Este sabio Escritor desaprobando lo que las Adas de Chiflecio di- cen del lugar de la muerte de San Valerio Obispo , y Maes- tro de Vicente , trae el testimonio del Breviario Cesaraugus- tano de I5'72. que la pone en el pueblo de Enet ; y prosigue suponiendo esta noticia como verdadera hasta el cap. 3. ea que tr^ita de las reliquias del Santo , y su traslación , empe- zando con estas palabras ; Eneti igitur cura migrasset é v/- vis Valerius , in propinquo Stradie Castello conditce sunt illius exuviíp. Es también falso , que Bolando movido de las Adas de Chiflecio tuvo por constante haber sido dos los Valeros Obispos de Zaragoza al principio del siglo IV. porque en el num. 3. del cap. i. que cita el P. Lamberto tiene literalmente la misma sentencia que yo sigo en el Catalogo. Porque afir- ma primeramente , que fueron muchos los Obispos con el nombre de Valerio , que es lo mismo que yo escribo en la

pag.

( XXIII ) png, 1 1 8. num. 32. Dice también , que los Valerios conocidos^ é indubitables son dos , pero no pone á ambos al principio del siglo IV. como le atribuye mi Opositor , sino en los mis- mos años que yo. Esto es j al primero en tiempo del Concilio Eliberitano , y al segundo en el año de 380. en que se celebró el Concilio primero de Zaragoza. De éste dice Bolando lo si- guiente : Alter indubie fuit Valeríus C-esaraugustanus , qfAt Con^ Cilio Cícsaraugustano subscripsit sub annum Christi 380. ut con- jtcit Loaysa , & patet ex coUegarum , qui isthic adfuerunt , ceTate, Tampoco dice el Autor de las Aótas de los Santos , que Va- lerio el segundo fue Martyr ; el qual titulo solo se ha dado por algunos á Valerio el primero , cuyo Arcediano fue San Vicente; y de aquí se colige , que todas las citas que el P. Lamberto pone en el §. V. num. 13. son también artificiosas, é ilegales ; porque él las trae para prueba de un Valerio Már- tir distinto del Valerio que fue Maestro de San Vicente ; y los lugares que se citan hablan expresamente de este mismo: V, gr. cita el Ms. de Florario , cuyas palabras se hallan en Bolando ; pero no las exhibe por ser contrarias á su intento, y tratarse en ellas , no del Valerio Martyr que él pretende in- troducir , sino del Valerio que enseñó á San Vicente : hem S, Valerii Episcopi , & Martyris, Hic B. Vincentium Leviiam ad omne opus bonum aptavit , cum qao apud Civitatem CaíarauguS" tanam martyrium tolerat anno salutis 305".

El mismo vicio se descubre en el num, 31, donde el Pa- dre Lamberto cita á Bolando , cuya perspicacia , dice , cono- ció que el Autor de las Lecciones del Breviario Hispalense en el Oficio de S. Valero juntó a las Adas del primero las del segundo ; y por medio de este conocimiento vino el mismo Bolando á distinguir dos Valeres Obispos de Zaragoza. Sé- pase pues , que Bolando no infirió los dos Valerios que dis- tingue el P. Lamberto , de las Lecciones del Breviario Hispa- lense, ni formó el juicio que se le atribuye ; pues solo cono- ció los dos Vaieros que yo puse en el Catalogo de los Obis- pos de Zaragoza , y por lo que toca á las Lecciones Hispa- lenses , que dicen que San Valero . cuyo Arcediano y disci- pulo fue San Vicente , padeció martyrio en Viena de Fran- cia j no las dio crédito en esta parte con jusiisima razón , por- que

(XXIV) que consta que el Santo murió en Enet, ni hay memoria de que ctro San Valero muriese en Viena , como yo escribí en el Tom, 30. pag. 1 18. num, 34. Ni se mueva alguno por las pa- labras de Bolando , que el P. Lamberto pone al pie : Verisi- milius videtur diversos bos fuisse Valerios , &c, porque en ellas no trata aquel sabio Escritor de Valeros Obispos de Z-jrago- za , sino de otros de quienes traté yo también en ei Tomo cit. pag. 1 16.

Estas advertencias bastan para persuadir la cautela que se ha de tener en la lección del P. Lamberto , y la infunda- da satisfacción de éste en felicitar á la Santa Iglesia de Za- ragoza al fin de su Disertación , no habiendo hecho en ella ctra cosa que confundir la verdadera Historia del célebre y famoso San Valero , y despojar a este Santo del culto que tuvo en tiempo de los Godos por introducir otro Vakro IVIartyr , no conocido hasta ahora en nuestras Iglesias.

En el principio de la Disertación quinta extraña ei P. Lam- berto , que yo prefiriese la exclusión de Clemeníe , 6 Clemea- cio á la de Valerio II. y dice que no le era fácil adivinar la causa de haber yo invertido el orden , que se halla en los Catálogos , y Escritores de Aragón , que ponen á Valerio antes de Clemente. No tenia este P. necesidad de adivinar, pa- ra venir en conocimiento de la razón que tuve para hablar de Clemencio antes que de Valerio ; porque sin recurrir á conjeturas difíciles , que son ios medios de la adivinación , en el mismo Catalogo que yo escribí , pudo hallarla fácilmente, AUi digo, que Clemencio asistió al Concilio Arelatense que se celebró en el año de 314. y que Don Antonio Agustín in- trodujo a Valerio II. en tiempo del Concilio Eliberitano , que según su opinión , se juntó cerca del año de 325'. Siendo, pues el año de 314. anterior al de 325". ningún enigma, 6 quisicosa ocurría en este punto que pudiese fatigar al P. Fr. Lamberto. Es cierto que el Catalogo impreso en las Consti- tuciones Synodales de Zaragoza , nombra , no solo Valerio II. sino Valerio III. antes de Clemente ; pero también lo es , que afirma haberse celebrado el Concilio Arelatense en el año de 326. y nadie será de parecer que yo debii seguir este, y Otros errores que se notan eo el Catalogo referido.

Prc-

(XXV) Pretende luego mi Impugnador vindicar el Obispado de C'emencio , y no dando en su favor sípo pruebas inútiles que soio consisten en citas de Autores modernos , pasa á desatar las dificultades que yo propongo , á las quales en el fin de su Disertación el nombre de vanos esfuerzos de la Cri- tica. Y para que se perciba con evidencia , que todo lo que escribe sobre este asunto es como todo lo demás de su Obra, solo aparente , y dispuesto para lisongear el gusto de los que se detienen en el sonido de las palabras , y no penetran la fuerza de las razones , quiero prevenir a su Le¿tor con esta advertencia. De Clemencio , b Clemente , que todo es uno, sin que haya verdadero vestigio de significarse por estos nom- bres personas distintas , no hay otra memoria antigua que la subscripción del Concilio Arelatense , que dice : Clememius Tresbyter ; Rufinus Exorcisía de Civltate Ccesarangusta : y fir- mándose Clemencio con la dignidad de Presbytero , y no cons- tando por otro testimonio antiguo, que llegase á obtener la de Obispo , se colige evidentemente, que el dársela es voluntarie- dad de los Escritores Aragoneses que yo cito en la pag. 1 1 j. Para eludir la fuerza de este argumento , que es el principal que propongo , halló el P. Lamberto una lisongera apariencia en la Colección de Binio, Trae éste en sus Notas al Concilio Arelatense una conjetura de Baronio , sobre que los Donatis» tas depravaron en algunas cosas las Ad:as del Concilio ; pa- ra cuya justificación alega dos razones , de las quales la pri- mera se funda en que Ceciliano Obispo Cartaginense tiene en la subscripción el titulo solo de Presbytero, Esta sospecha, pues , hizo tan animoso á mi Opositor , que juzgó se desva- necerla como el humo toda ro¡ dificultad con estas reflexiones. Pues si Ciciliano , dice , que ciertamente ocupaba la Sede de Cartago , lo que era notorio á todo el Concilio que examiinó su causa , se subscribe precisamente Presbytero, ¿quién proba- rá que Clemencio no fue Obispo de Zaragoza , por verlo fir- mado solamente Presbytero en el mismo Concilio? ^Y quién podrá hacer constante que no está alterada , y mutilada la firma de Clemencio del mismo modo que la de Ceciüano? Añade luego ia subscripción de Genial , de la qual dice Labbé en las Notas de Sirmondo : Genial Diácono '^yasi ss

d ha-*

(XXVI) hiTÜa firmat^o tamlien en el Rbemense , pero en algunos se Jimut Genial Obispo , como en los ya divulgados. Y de aquí infiere el P. Lamberto , que no se puede negar con certeza á Ckmen- c¡o Ja dignidad de Obispo , h aliándose s.'gun algunos Autores citados por Espes : Clemente Obispo de Zcmigoza.

Esta evasión discurrida soio á fin de obscurecer la since- ridad y peso del argumento íormado de la subscripción de Clemencio , se convence fácilmente de sofistica con las refle- xiones siguientes. I. La conjetura de Earonio puede ser veri- símil , respeíto de los egemplares del Concilio Arelatense que estaban en poder de los Donatistas ; pero no es creíble que éstos corrompiesen los que tenían los Católicos , como arguye San Gerónimo de ios Códices Hebreos , viciados por los Ju- díos ; y estando uniformes todos los egemplares en atribuir á Clemencio la dignidad de Presbytero , se colige que los Do- natistas no corrompieron su firma. IL Aun concediendo que los Donatistas depravaron las Adas en lo que expresa Baro- nio , ninguno ha presumido hasta ahora que lo hiciesen en U subscripción de Clemencio , ni tenían contra éste Ja ojeriza que contra Ceciliano , cuya inocencia fue vindicada por los PP. del Concilio. IlL Es verdad que Genial se lee en unos egemplares con el titulo de Diácono , y en otros con el de Obispo; pero esta variedad no se verifica en la subscripción de Clemencio , que constantemente se lee con la dignidad de Presbytero. Si el P. Fr. Lamberto tiene la felicidad de descu- brir algunos egemplares antiguos del Concilio Arelatense , en que su Clemencio se nombre Obispo , llegaremos en caso de discordia con otros á dudar si fue Obispo. Entre tanto , ni de- bemos , ni podemos asentir a Espes en su Historia Ms. ni a Carrillo, que sostiene que los Obispos se llamaban Presbyteros, T.\ al P. Lamberto , que concluye su disertación , diciendo: £ue la exclusión de ClemetUe está infundada , y que debe perse- verar en la Sede sin contradicción , cediendo los vanos esfuerzos de la Critica a la antigua posesión de un Prelado , que sentado con honor en la Cátedra , r.o hace nial a nadie»

El Obispado de Ciríaco , que dio en rostro aun a Geróni- mo Blancas , y el de Bencio serán bien recibidos de los Crí- ticos 5 quando consten de mejores instrumentos que la Cano-

(XXVIÍ) Rica de San Pedro ds Tabernas , que el P. Fr. Lamberto pre- tende ilustrar , defender , y emendar , á fin de que pueda ser tolerable en el siglo presente, de i}U¡en hace en el num. 5. de su Disertación 6. un juicio tan contrario al del num. 6. de su introducción , que habiendo dicho alli que ya no se tra^ tan las cosas sñw con una piadosa y fácil moderación , dice aho- ra que h critica del día es de un gusto tan delicado , que la sobe mal quaíquiera tradición piadosa , que no muestre algún fipoyo que la sostenga.

Si alguno desea saber , con qué acierto vindica este R. P, la fluforidad de la referida escritura, formada como dije eti el Tom, 30. pr.g. 202. por algún hombre ignorante de la his- toria , que por egercitarse en escribir ílngió á su arbitrio los tiempos , personas, y sucesos , procuraré hacérselo patente con esteegemplo. La primera prueba, que pongo en el Tomo cita- do pag, 136. de que en el contexto de la narración de la Canónica se leen algunas cosas falsas é increibles respec- tivamente , es la siguiente : Dicese en ella , que habiendo con- seguido Ciríaco del Pontifice S. Gregorio la reliquia que le. pidió , se volvió a España , y luego que llegó á Zaragoza, supo como S. Isidoro Arzobispo de Sevilla habia muerto : lo qual es falsedad manifiesta , pues S. Istdoro sobrevivió á San Gregorio no menos que 32. años.

Para satisfacer a este argumento escribió impugnador el §, 10. de su Disertación 6. confesando redondamente que es falso todo lo que trahe la Canónica , estableciendo á un mismo tiempo el Pontificado de S. Gregorio Magno , el Obis- pado de S. Isidoro en Sevilla , y el de Ciríaco en Zaragoza. Mas empeñado sin embargo de estos yerros chronologicos en sostener la autoridad del instrumento, dice asi en el num. 44, Ta está convencido este yerro en la Canónica , que no consiste en otra cosa que en haber equivocado el nombre del Obispo de Sevilla escribiendo Isidoro en lugar de Leandro, Siendo esta escritura un manuscrito , y copia , ninguno que sepa lo que son copiantes , tendria violencia en atribuir este yerro al que lo copió , y no al Autor que la didó de memoria , y de palabra , ya por lo que llevamos dicho , y ya porque aten- diendo el copiante á que el Obispo de que trataba la escri-

di tu-

(XXVIÍÍ)

tura era el de Sevilla , y preocupado de la idea de haberlo sido S. Isidoro , trasladó la de éste al papel ; y escrito la primera vez, continuó la misma sin reparar en ella en las qua- tro veces en que lo nombra ^ y ya se ve que esta equivocación no pide el negar la fe á la escritura , sino la diligencia carita- tiva y critica de enmendarla.

Con esta notable pero caritativa emienda del nombre de Isidoro , repetido quatro veces en la escritura , queda el P. Fr. Lamberto muy satisfecho de que la Canónica estará corriente y libre de los reparos de mi severidad é indocili- dad. IVlas pongamos una de las clausulas en que está el nom- bre de Isidoro, y reconozcamos si hay lugar para esta sa- tibíaccion. Post h^c fuit Hispalensis civitutis EpÍ5Copus Senc- tus hidorus , ^ in Ctesarangustcma civitate Episcopus Ciriacus^ in Corduhensi Suintila Rex erat , & in Iherice partihus Reci- frcdus Regnum obtinehnt. Corríjase ahora con piedad el nom- bre de Isidoro , y substituyase como quiere el caritativo P. el de Leandro , ¿quedará ya la escritura sin tropiezo en estia parte? Nada menos. Porque pregunto ¿en qué años fue Obis- po S. Leandro? Responde el P. Fr. Lamberto en el num. 43. que desde el año 579. hasta cerca de 599. ¿Y cómo será verdad, que siendo Obispo de Sevilla S.Leandro reynaba Suin- tila , que no entró á reynar hasta el año de 621.? Fuera de esto , ¿quién es este Suintila , cuyo reynado se pone en la Ciudad de Córdoba ? ¿Quién es Recifredo que reynaba en las partes de Iberia? Convenga pues el P. Fr. Lamberto en que la Canónica se halla con tales desconciertos asi en esta .clausula como en otras , que no puede parecer en publico en medio de la diligencia caritativa y critica que ha puesto en corregirla.

Pero no quiero salir de esta Disertación sin decir algo de los defeétos de sinceridad que se me atribuyen en ella, y no me permite disimular el amor que profeso á esta virtud, -que es la mas necesaria en el que desea aprovechar al pu- '.blico con sus escritos. El primero está en la pag. 251. num. 53, donde el P.Lamberto oponiéndose una dificultad que yo propuse contra el Obispado de Ciiiaco , dice asi : Esie argu- mento pudiera hacer una insuperable fuerza , ii ¿as subscripciones

(XXIX) que expví^'a el K, Risco fuzran copla tío alterada de las del Con- cilio, He aquí las del Concilio. Simplicius in Christi nomine suhscripsi, Magnus in Christi nomine Episcopus subscripsi. He aquí las de Risco. Simplicio Obispo de Urgél, Magno o Maxi- mo Obispo de Zaragoza. Siendo esto asi , dice en el num. 54. ya se ve que quaiq-uiera que lea al P. Risco dará entera fe a estas dos subscripciones , como autorizadas por el mismo Concilio , sin relación ni reserva alguna.

Esta acusación podrá ser admitida en el juicio de aque- llos que dieren crédito á este R. P. mi opositor , sin recono- cer los lugares que él cita de mi Obra ; mas los que se sir- vieren de cotejarlos con lo que se me imputa , hallnrán que la falta de legalidad no está en , sino en quien me la atribuye. Porque tratando yo del Concilio segundo de Za- ragoza , y de las subscripciones de los Prelados , pongo en la pag. 240. num. 20, estas formales palabras : Los Obispos que concurrieron a este Concilio fueron de la Provincia Tarra- conense, expresaron aqui sus Sedes , pero las dejaron de- claradas en el Concilio tercero de Toledo , celebrado tres años antes de éste , donde los mas de ellos subscribieron. Habiendo pues hecho esta prevención ¿ quién será tan necio , que leyendo el num. 21. de la misma pag. no entienda que la ex- presión de las Sedes no es copia literal de las subscripciones, sino instrucción que doy al Leótor á fin de que sepa por ei Concilio tercero de Toledo las Iglesias , que gobernaban los Obispos , que no las determinaron en el Concilio segundo de Zaragoza?

En el mismo num. 54. me atribuye falsamente otra ile- galidad por estas palabras : No olvidamos , que previene este dodio Continuador , que sigue las Ediciones de Loaysa y Aguir- re , que son de mayor autoridad , por ser conformes al Códice Gótico Emilianense , copiado por Don Antonio Agustín» Pero aun en atención a la de Loaysa no guarda con esta la debi- ,da conformidad. En la de éste se lee asi: Simplicio Cesarau- gustatw , ó mejor Urgelitano, Y después en el ultimo lugar es-^ cribe asi : Magno. To leo Máximo , que fue Cesarangustano, Ma&- el R. Risco, dice absolutamente de este modo : SimpUcio Obispo de Ur^él, M'-^^ng , q MmmQ Qhis^o de Zaragoza,

En

(XXX) En esra ímpósturá^es faíso prime rimotite . que yn cito las ediciones de Loaysa y de Agairre en orden á estas dos subs- cripciones , pues solo las traigo para conjprobacion del nu- mero de los subscribientes. He aquí mis palabras: En las edi- ciones de Loaysa y Aguirre son 1 4, los que firmaron ; los doce por mismos , y los dos restantes por sus Procuradores. En la edi~ cio^-i de Labbe se omite la subscripción del duodécimo lugar , acá' so por creer que el naynbre de 'Julián se hallaba repetido super- jiuamenie. Vero son de mayor autoridad las otras ediciones por ser conformes al Códice Gótico Emilianense , copiado por D, An^ ionio Agustín , en ayo traslado se halla en dos lugares aquel nombre. Además de esto ¿cómo podría yo citar las referidas ediciones en prueba de que Simplicio fue Obispo de ürgél, y Magno 6 Rliximo de Zaragoza, habiendo dicho en la clau- sula que precede , que los Obispos que concurrieron al Con- ciüo segundo de Zaragoza, no expresaron sus Sedes qua ndo subscribieron las x\das?

Aun suponiendo que yo citase no la edición de Loaysa, sino la sentencia de este Coleftor en favor de las Sedes , que atribuyo á los subscribientes , no hibria incurrido en falta de legalidad , nombrando absolutamente á Simolicio Obispo de Urgél , y á Magno 6 Máximo Obispo de Ziragoza. Por- que esto mismo se halla literalmente en las notas de Loay- sa , que dice asi : Mamaus. Lego Mfv'mus , qui fmt C^sar- augustanus ^ de qtiO' infra in Concilio Barclnonensi ., & Simpli^ cius est Urgelítanus, Y he aquí una prueba evidente de la ilegalidad del P, Lamberto , que citando la nota de Loaysa en el ultimo lugar , no pone sino estas palabras : Magno, To leo Máximo que fue Cesaraugustano ^ omitiendo de proposir tola 'traducción de lo que se sigue: Et Simplicius est Urge^ litanus, en que se halla to4a la conformidad con mi sentencia, í En. la pag. :19o, quiere desatar una congetura , que pu- se en el Tom, 30, pag. 202, contra la Canónica de S. Pedro de Taberna , fundada en la Carra de S. Braulio á Jaétato Presbítero : y aqui me arguye de una notable omisión en or~ dtcn á. los que no entienden la lengua latina: Dice asi : De- cimos en segundo lugar , que de la Cierta de S, Braulio al PreS' bit ero Ja^iato , no se infiere que se impusieron ais amenté a las

Re-

(XXXI) Eellquias expresadas en la Canónica los nomhres que llevan. Lo primtro , porque habiendo escrito el Santo y sabio Ooispo que fue determinación de sus Predecesores quitar de las Reliquias Jos nombres de los Santos , añade inmediatamente : Pero fue- ron reservadas unas setenta que se usan , entre las quales no se hallan las que deseas. Y siendo esto asi , no solo es natural , sino preciso que las que nombra la Canónica, sean de las reservadas , pues estas fueron las que quedaron con nombre; en lo que consta que la sospecha del P. Risco es- taba no bien fundada. Añadimos á esto la reflexión de que traduciendo este erudito el concepto del texto latino de la Epístola de S. Braulio omite dar noticia en Castellano de la reserva de las setenta Reliquias , en que no pedia dejar de hallar disipada su sospecha, porque le ocarriria la obvia res- puesta de que las nombradas en la Canónica erara de las setenta Reliquias reservadas. Siendo también notable preseti- tar la calidad de la reservación á los inteligentes de la len- gua Latina , y ocultarla á los que solo entienden la Castellana.

Prosigue aqui el P. Fr. Lamberto incurriendo en los mis- mos defeéíos de que me acusa ; pues quejándose de que yo no puse en lengua Castellana todo el concepto del texto la- tino de S. Braulio, él no lo pone en latin ni en romance , con- tentándose con exhibir el lugar donde el Santo habla de se- tenta Reliquias que se reservaron para el uso de la Iglesia de Zaragoza , en cuyo numero dice después , caben las diez y siete que el V. Belastuto expresó en la Canónica de S. Pe- dro de Taberna. Los que no tienen conocimiento de la lengu* Latina, y aun también los que teniéndole no leyeren mi Obra, creerán que este Padre prueba muy bien su intento , de que Ja sospecha que yo expuse contra la referida escritura , es- tá muy mal fundada. Pero unos y otros se desengañarán ea este punto , supliéndose la falta , y omisión notable del im- pugnador.

Jacinto presbítero escribió á S. Braulio , rogándole que le remitiese algunas Reliquias de los Apostóles. El Santo res- pondió que no podia complacerle; porque.: los Obispos sus predecesores quitaron á Jas Reliquias de Jos Mártires , que poseía la Santa Iglesia de Zaragoza , los títulos que expresa- ban

(XXXIÍ) ban los nombres de los Sancos de quienes eran , a fin de que nadie tuviese noticia de ellas , y de este modo se asegurase mejor su custodii. Por este hecho dice S. Braulio a Jaétato: Te digo con verdad » que la ignorancia que tengo acerca de las Reliquias de los Mártires , que se veneran en esta Igle- sia es tan universal , que de ninguna puedo afirmar : Esta Reliquia es de tal IMartir.

Tratando , pues , yo de la autoridad de la escritura llama- da Canónica de S. Pedro de Taberna en Tomo 30. desde la pag, 19S. puse varios , y fuertes argumentos que prueban su falsedad, y por ultimo me pareció añadir uno con el r.ombre de sospecha no mal fundada , formándole de lo que S. Braulio testifica de las Reliquias que en su tiempo tenia la Santa Iglesia que gobernaba. En el referido instrumento se dice, qufe Bencio Obispo de Zaragoza sabiendo la entrada de los Sarracenos en España huyó de su Obispado llevando consigo las Reliquias de los Santos , las quales se colocaron en el Monasterio de S. Pedro de Tabernas. Declaranse los nombres de quienes eran en esta forma : El Brazo de S, Pe- dro Apóstol : Reliquias del vestido de nuestra Señora : Re- liquias del Cuerpo de S. Pablo Apóstol , de S. iíVndres , de San- tiago el Mayor, de S. Loren¿o Levita y Mártir : Un vaso de plata con la Sangre preciosa de los Santos Apostóles : Ceni- zas del Cuerpo de S. Juan Baptista ; del vestido y cabellos de S. Juan Evangelista ^ dos dedos de S. Esteban*. Reliquias de S, Bartolomé , y de S. Bernabé Apostóles ; La Cabeza de Santa Nonnia ; y la Espalda de Santa Albina. No se expresan los nombres de las demás, pero esta omisión se atribuye , no á ignorancia , sino a inhabilidad 6 flaqueza de memoria , que no pudo retener los mismos nombri's por ser muchos. De ma- nera que quando se colocaron en el dicho IVIonasterio , se ¿•eterminaron todos los Santos , cuyas eran las Reliquias , pe- ro el declarante solo conservó en su memoria los que deja- mos expresados.

De aqui colegia yo , que el instrumento era falso en es- ta parte. Porque si en tiempo de S. Braulio , que floreció a la mitad del siglo séptimo , estaba la Santa Iglesia de Zara- goza enriquecida de Reliquias , y no se sabia de qué Apóstol

(XXXIII) b Mártir era alguna de ellas , ¿cómo en la Canónica se áecla- ran los nombres de tantos Apostóles y Mártires , y se indica que también se sabían los cenas , quando se depositaron ea Tabernas , aunque no pudieron imprimirse lodos en la me- moria por su gran multitud ? Verdad es , que dice S. Brau- lio que se reservaron unas setenta para el uso de la Santa Iglesia de Zaragoza ; pero además de que estas eran las rae- nos , afirma el Santo absolutamente que de ninguna , que fue- se de Mártir , podia saber de quién era ; y dice también que entre las setenta no habia Reliquias de Apostóles , que eran las que Jafíato pedia : por donde se colige evidentemente, que las expresadas en la Canónica no pueden incluirse en aquel numero. Vea pues el P. Lamberto como dándose en romance el concepto de todo lo que dice S. Braulio , hace mas fuerza a los que no saben latin que lo poco que yo les manifesté en mi Tomo ; y entienda que es muy fuera de pro- posito su queja , mayormente ocultando él misrro todo el tex- to á excepción de aquella clausula , que leyéndose sola po- día servirle de apoyo. Infiera también con estas luces si es- taría en la Iglesia de Zaragoza el brazo de S. Pedro Apóstol, traído por Ciríaco antes de S. Braulio , como él pretende de- fender en honor de su Canónica , y de los dos Obispos que en ella se mencionan , testificando el Santo que no solo no tenía noticia de Reliquia de algún Apóstol , sino tampoco de algún Mártir , de modo que pudiese asegurar de quien era: De Reliquiis vero Reverendorum Apostolorum , quas a nohis fia- gitastis vohis dehere mitti , fideliter ' narro , nullius Martyrum me ita hahere , ut , qtiee cujus sint , possim scire.

En la Disertación séptima y ultima se esfuerza el P, Fr. Lamberto á dar á la Santa Iglesia de Zaragoza un nuevo honor en el Obispo Anabado b Anambaudo , que ni ella ni «scritor alguno antes de Pellicér conoció jamás por su Pre- lado. En el num, 2. manifiesta el motivo que tuvo para opo- nerse á lo que yo escribí en el Tom. 30. pag. 211. y sigg. Dice que pesó en su balanza critica mis fundamentos , y los de la opinión contraria , y que hallando que los de ésta tie- nen solidez , y que los mios se destruyen sin dificultad , se resolvió á establecer el Obispado de Anabado en la Sede

e de

(XXXIV) de Zaragoza de modo que aquella Santa Iglesia pueda con- tar en adelante un Obispo mas de los que sabia ^ y de ta- les circunstanciMS , que se glorifique singularmente su Cata- logo.

De Anabado no tenemos otra memoria , que la de Isidoro Pacense en su Chronicon , que dice asi : Nempe ubi in Cerri- tanensi oppido reperitur vallatus , obsidione oppressus , & ali^ quandiu itifra muraíus judicio Dei statim in fugam prosiliens ce- dit e^aucforatus : & quia a sanguine Christianorum , quem ibi~ dem innocentem fuderat , nimium erat crapulaíus , 6? Anabadi illustris Episcopi , <^ decore juventutis proceritatem , quam igne eremaverat , valde exhaustus , atque adeo ob hoc jam satis dam- natus , Civitatis poenitudim olitn abnndantia aquarum affiuentis si- ti prceventus , dum qno aufugeret , non reperit mortíurus statim exercitu insequente in diversis anfradíibus manet elapsus, Cons-. tando , pues , por el testimonio presente , que Munuz se retiró á una Ciudad de Cerdania en Cataluña , y que en el mismo territorio derramó la sangre inocente de muchos Christianos, y quemó al Obispo Anabado , I por dónde nos persuadiremos á que la Sede , en que presidió este ilustre Prelado , fue la de Zaragoza?

Responde el P. Fr. Lamberto, que Don Josef Pellicer , Ca- ballero de la Orden de Santiago , Cronista I\Iayor del Conseja de su Magestad , y Gentil-hombre de su Real Boca y Casa, testifica en el lib. 2. de sus Anales , num. gy. que el Códice Gótico de Alcalá , y una Copia bien antigua que tenia , no leen: In Cerritanensi oppido , sino in Ceesaraugustanense oppido y que por tanto , a lo que se puede y debe entender , Anabado fue Obispo de Zaragoza. He aqui el único apoyo de mi Impugna- dor para asegurar , sostener , y defender este Obispado , y pa- ra escribir en el num. 27. que puede , y debe la Santa Igle- sia de Zaragoza contarle en el num. y clase de sus Prelados.

Veamos ahora la reftitud , é igualdad con que el Padre Lamberto pondera en su balanza Critica mis fundamen- tos , y los de la opinión contraria , y reconozcamos su peso merece se tenga por justo como él espera. Yo escri- bí asi de la leccioa que Pellicer pretendió introducir ; Tara- poco se debe inmutar la voz Cerritanensi , ponitcdo en su

lu-

(XXXV) lugar desnratigustanerisi , asi porque la primera lección se ha seguido en todos ios Códices in-presos , como porque el Ar- zobispo D. Rodrigo , que siendo mas cercano á los tiempos del Pacense pudo usar IVlss. mas puros , pone dos veces : In tppido Cerritania en el cap. 13. de la Historia délos Árabes. Y para que sepa mi Impugnador , que es lo que se incluye en estas palabras mias , acerca de lo qual m.uestra su inadver- tencia en el num. 23. de esta Disertación , diré brevemente que no ha sido uno , sino varios los Códices que se tuvieron presentes para las ediciones que se han hecho del Pactnse, Entra , pues , en esta cuenta el mismo Códice Gótico de Al- calá , que cita Pellicer , de que sacaron copias Ambro-«.io de Morales , y Sandoval , leyendo ambos Cerritanensi^ como cons- ta de las ediciones del mismo Sandoval , y de Berganza , qua se hicieron por ellas. Entran también el Ms. que sirvió al P. Juan de Mariana , y el del Colegio mayor de S. Ildefonso, de que se valió el Rmo. Fiorez para la im.presion que hizo del mismo Chronicon en el Apéndice del Tom. 8. Entra el Códice de Osma , por donde se corrigió la copia de Morales, que Berganza publicó con sus correcciones. Entra el Ms. de la Biblioteca del Colegio de Navarra en París, que vio el Se- ñor Marca , leyendo también , In oppiüo Cerritanensi , como se puede ver en su Historia de Bearne , cap, 3. num, 3. Entra también la grande autoridad del Arzobispo Don Rodrigo, que en el lugar citado concuerda con todos estos Mss. que han servido para las ediciones del Pacense , refiriendo el suceso con estas palabras : Et non multis diebus ititerpositis Abáerra- men expeditionem agitans rebellem insequitur conturbalus , & in Cerritaniíe oppido concliisit ohsessum, Hic muliorum ckrisíinriorum efudit sanguinem ir.nocentem , ^ JÍnaladum illustrem Episcopum fioridte juventutis incendio concremavit , «^ sic Sandiorum sanguine crcipulatus siti meruit laborare , nam quamvis oppidum Cerritani<e (iffluentibus aquis rigaretur , &c. Finalmente , ningún egemplar IMs. 6 impreso de que yo tenga noticia , se debe excluir de la clausula referida que puse en el Tom. 30. conviniendo todos «n la voz Cerritanensi , tan uniformemente , que la lección Casaraugustanensi no se halla anotada en ninguna edición , aun como variante.

e 2 Pon-

(XXXVI) Pongamos , pues , en una parte de la balanza critica a D. Josef Pellicer. Este Caballero fue natural de Zaragoza , y Es- critor , aunque juicioso y erudito en las mas de sus obras ; pe» ro no siempre desafecto a los Chronicones falsos, como prue- bo en el Tom. 3 i. pag. 21. Su amor a la patria le hizo admi- tir el Chronicon de Pedro Cesaraugustano , siguiéndole en la relación de los antiguos , y fingidos Monarcas de España. Este , pues , afirma , que en el Códice Gótico de Alcalá se leía claramente Cesardugusianense, Pongamos ahora en la parte contraria de la balanza a Ambrosio de Morales , y á Sando- val. Estos dos Escriiores juiciosos , é ¡mparciales dicen , que en el mismo Códice leyeron Cerritanensi, Nosotros no pode- mos averiguar quál de estas voces debe leerse por no existir ya el Códice que se cita , como escribe el Rmo. Fiorez en su Tom. 8. pag, 274. Mas lo que leyeron Ambrosio de Morales, y Sandoval concuerda con los demás egemplares Mss. é im- presos , y con la Historia del Arzobispo D. Rodrigo , que he citado. En este supuesto pregunto : ¿á que extremidad de la balanza se inclina mas el fiel ? El P. Lamberto dice , que él ha hecho ya este examen , y que ha viáto que la mayor gra- vedad está de parte de Don Josef P«llicer. Pero el P. Risco tiene la satisfacción de que no habrá hombre que tal vea, si tiene los ojos de su animo limpios de la pasión que obscu- rece los del P. Lamberto. Estemos , pues , en que la voz Oe- saraugustanensi , es tan agena del Pacense , como la de Filias^ tris , que en lugar de periUustris , leyó el mismo Pellicer en otro Códice , pretendiendo casi , que Anarabado se dice cla- ramente en el Pacense Obispo del Pilar , que era la Iglesia en que se juntaban los Christianos.

Tales son los fundamentos principales que el R. P. Fr, Lamberto alega en su Tom. preliniiíiar contra mi tratado de la Ciudad , y Santa Iglesia de Zaragoza , á los quales , no obs- tante su insubsistencia , tuvo por tan solidos y firmes , que creyó le daban libertad para atribuir á la Critica opuesta á ellos , las notas de severa , rigida , indócil , y aun ocasional- mente escandalosa. La eneficacia de su Obra es tan manifies- ta , que no temo que aquella noble y prudente Ciudad se coniBOverá con las quejas y expresiones nada justificadas de

su

(XKKVíí) su apasíoüado hijo ; antes bien confio , que h$ personas me- nos dedicadas á las letras , y menos capaces de discernir en estas materias , se conformarán con los sugetos mas discretos y sabios , que me han declarado su condescendencia con mis diétamenes , y el gusto que han recibido de ver , que por medio de mi Obra se hallan las memorias ciertas, no solo mas confirmadas , sino también separadas de las ficciones que las obscurecían , y deslustraban.

Ni presuma mi R. Opositor que yo miro con emulación las glorias y prerogativas de su amada patria. Ojalá hu- biese él logrado el efedo que la ofreció anunciándola en la introducción de su Obra el dulce consuelo, que tendría viendo rebatidos mis argumentos , y- la constancia con que perma- necería en la de las tradiciones que dice , adelantándose mas y mas y con nuevo gusto en sus devotos afeótos , á vista de sus contrarios. Tan lejos estarla yo de privarla de bienes tan señalados , que seria el primero en la complacencia de que otros muchos blasones se pudiesen añadir al copioso nu- mero de los que establecí , ¡lustré , y confirmé en mi Obra con un amor nada inferior en la fineza al del P. Lambert:o, y mas fundado , según raí juicio en la verdad. Asimismo cum- pliría exactamente en orden á mi Impugnador la oferta que en el Prologo de mi Tom. 30. hice á todos los eruditos ha- blando a cada uno con aquellas palabras del famoso Agusti- niano Noris al célebre Franciscano Antonio Pagi : Scito me tibí longe aádi^iorem futurum , ubi aberrantem erudita manu reduces , quam ubi príeeuntem Sequi malueris. Mas siendo tan ineficaz la impugnación hecha por aquel Religioso Aragonés, no me es lícito acomodarme á sus intentos sin perjuicio de la verdad , y aun de los honores legit/mos de la S.inta Iglesia de Zaragoza ; y hasta ahora puedo aplicar á mi Obra aque- lla sentencia de Clemente Alejandrino , que otro Aragonés aplicó antes á las de Zurita : Nullam existimo Scripturam ali- quAtn itafortunatam procederé , cui nullus omnino contraáicat : sed illíim existimandum est , esse rationi consentaneam , cid nemo ju^ re contradicit.

TRATADO LXIX.

DE LA S.TA IGLESIA DE CALAGURRIS,

HOY CALAHORRA.

CAPITULO L

CIUDADES CON EL NOMBRE

de Calagurris en tiempo de los Romanos,

L nombre an- tiguo de Ca- lagurris , que en nuestros siglos se con- serva en una sola Ciudad , fue dominando los Romanos en nuestras pro- vincias proprio de otros pue- blos , que pertenecian á di- ferentes regiones. Esta ver- dad indubitable ha sido oca* sion de haber tropezado en TonuXXXllL

varios puntos históricos al- gunos Escritores famosos y eminentes en todo género de erudición , adjudicando á una población del referido nom- bre las noticias y sucesos, que debían aplicarse á otra del mismo , como se verá en el presente Tratado. Para ocurrir pues á este inconve- niente , y para que se tenga conocimiento mas claro de la Calagurris , cuyas memo- A rías

Q, España Sagrada. rías preteiido ilustrar , he venido en tratar ante todas cosas de la distinción que de- be establecerse entie los pueblos , que los antiguos mencionaron con ei nombre expresado.

2 Plinio , contando los lu- gares que concurrían al Con- vento Jurídico de C^sarau- gusta , pone entre ellos á los Calagurrítatios Nassicos , y á los Calagurritanos Fibu- iarenses ; lo que en sentir de todos coincide con señalar dos Ciudades sujetas á la ju- risdicción de Zaragoza , cu- yos nombres eran Calagurrís yassica , y Calagurris Fibu- ]¿ina. De este segundo dic- tado no hay otra memoria en los Geógrafos , ni en los Historiadores antiguos; mas ei primero quedó , según el juicio de muchos eruditos, gravado en monedas de Ca- lahorra , de las quales diré luego quanto juzgare condu- cente á la declaración de esta materia.

3 La autoridad del citado Geógrafo es tan expresa en prueba de la distinción en- tre estas dos Ciudades , que basta leerla sin expoier sus palabras. Porque habiendo dicho , que Cesaraugnsta re-

Trat. 6g. Cap, i. cibia en su Convento CLíí. pueblos , nombra primero los que eran de Ciudadanos Ro- manos : Ex bis Civium Ro~ manorwn Belitanos , Celsen- ses , ex Colonia : Cal agur rí- tanos , qui Nassici cognomi- nantiir, 4 En tercer lugar pone los Estipendiarios , y en estos coloca Calagurritanos , qui Fibularenses cognomínantur. Sin embarco , Loaysa en sus Not. al Concilio Lucense, confunde las dos Calahorras haciéndolas una , de la qual afirma haberse nombrado primero Nassica , y después Fibularia ; cuyo error q leda bien convencido con la lec- ción sola del testimonio de Plinio , que habla de las dos Ciudades como existentes en su tiempo, y distintas en las particulares circunstancias, que las atribuye.

5 Julio Cesar menciona ciertos Calagurritanos con la nota de que eran encabeza- dos con los Oscenses ; y de estos dos pueblos refiere, que hallándose él cerca de Léri- da le enviaron sus Legados ofreciendo obedecerle en quaiHo les mandase. El enca- bezamieutosehacíaentreCiu- dades cornarcanas ; y de este pria-

Ciudades con el nombre de Calagurris, 3 principio infieren los mas giin didado ; podíamos colC'

doctos , que el Cesar habla en este lugar de Calahorra situada en los llergetes , y diversa de la que los Geó- grafos ponen en los Vasco- iies , cuya distancia de mas de 20. leguas persuade no haber sido ella la encabezada con Huesca. Asimismo es sen- tencia común, que la Cala- horra del Cesar es una de las mencionadas por Pünio ; pe-

g¡r tres ó quatro Ciudades diferentes con identidad en la denominación principal, Pero como no tenemos otro vestigio en prueba de este número de Calahorras , y fuera de esto nos consta, que los diétados no eran in- separables del nombre , no es justo multiplicar pueblos de este nombre por la dicha variedad que se observa en

ro hay muy grave dificul- las medallas,

tad en resolver, si fue ésta 7 Otra Calahorra se pone

la que tubo el sobrenombre de Nassica ; sobre lo qual expondré luego lo que me parece mas verdadero ó ve- risímil.

6 Si las monedas , que se han descubierto con el nom- bre de Calagurris , y otras que se atribuyen á esta Ciu- dad , fueran seguro argu- mento , para inferir de su variedad en expresar ó su- primir los diélados , distin- tas Calahorras , sacaríamos que éstas fueron en España mas de las dos referidas. Porque hallándose unas con los títulos de lulia Nassica: otras con solo el de lulia: otras con solo el de Nassica-^ y otras en fin con el nombre :proprio de Calagurris sin al-

en el Itinerario de Aíitonino en el viage que describe desde Aguas Tarbelicas , ó Ciudad de Acs , como pro- nuncian los Franceses, 6 Daqs como los Vascones , á Tolo- sa de Francia por cerca del Pyrineo. Algunos Códices nombran este pueblo Cala- ^orgis ; pero la autoridad del Ms. Vaticano ha hecho que se adopte el nombre de Calagorris; y me persuado haber sido el mismo en to- das sus letras con el de las dos Ciudades de España, por indicarlo asi S. Gerónimo contra Vigilincio, llamando á este herege Calagurritciuo, por ser natural de este pue* blo. He querido dar tan^bien noticia de esta población, A 3 por-

4 España Sagrada, porque no ha faltado Escri- tor .doétisimo que le hay^ ccnfundido con ía Calahorra de los Vascones, no sin gran- de desdoro é tgnomhiia de esta Ciudad.

8 Algunos han puesto otra Calagurris en- ía región ' de l(]s Arevacos entre Osnia y Aranda de D.iero , atribu- yendo este nombre á Cale- ruega , pueblo célebre , y fa- moso por el glorioso Patriar- ca Santo Domingo de Guz- nian , que nació en él. De ene diííamen fueron Lucio Marineo Siculo , y Alfonso Garcia Matamoros , que ha- ciendo memoria de este San- to le Jlaman expresamente Calagurritano. Los PP. An- luerpienses adjudican la mis- mi sentencia á Tarapha ; pe- ro no da éste á la patria de Santo Domingo el nombre de Calagurris, sino eldeGí/i- gurium. El M. Argaiz creyó también que Caleruega se llamó primeroCalagurris,sin otro apoyo que el desprecia- ble testimonio de Luithpran- do, que dice : Mauri voca- a:eruiit Culagurrim Caler ue-- gam. El erudito D. Anto- nio Agustin casi llegó a du- dar desde que tubo noti- cia de esto mismo , si esta

Tr¿ií. 69. Cap, I.

Calagurris fue la Nassica; porque escribiendo desde Ro- ma al C!. Zurita, le dice : Ve Calagurris ÍJ¡¿i Nassicd no dudo , ni del lugar de Plí- nio que V^md. enmienda bien. Dicenme que hay un Luga- rejo cabe el Burgode Osma, que se dice asi; pero no se- rá éste según Ce.^ar , y Pu- nió. También dudo, si el Iti- nerario de Antcniiio hace mención de esta Calahorra, o de la otra , &c.

9 Yo no encuentro noticia alguna de esta Calagurris en los Escritores antiguos. La patria de Santo Domingo se llama en las Adas mas au- torizadas Calaroga , y nunca Calagurris. Por tanto, Cale- ruega no debe ponerse 6 conr tarse entre los pueblos anti-» guos que se nombraron Ca-? Jagurris; ni hay fundamento para las dudas de Don An- tonio Agustin ; y por lo que toen á Marineo , y Mata? moros creo, que estos Au- tores , ó. se engañaron en la .patria de Santo Domingo , ó se equivocaron en el nombre de ella.

10 Resulta de lo dicho, que en tiempo de los Romanos solo existian tres Ciudades con ei nombre de Calagurris:

una

Dictados de luUa Nasska, 5

una en la Galia á la raíz del cabezada con esta Ciudad:

Pyrineo , que según Adrián Valesio,y OLros se dice hoy Caseres : otra en los Ilerge- t<;s , vecina á Huesca , y en-

otra finalmente en los Vas- cones , que es la única que ha retenido hasta ahora su nombre antiguo.

CAPITULO II.

ES MAS PROBABLE QUE LA

Calahorra de los Vascor.es fue la condecorada . coníos diÚados delu\\^^]<\2iSÚQ^,

rónimo Zurita , y Don Anto- nio Agustín pretendieron ilus- trar la Calahorra de Aragón con los expresados diñados; pero los motivos de que se' valieron son tan insubsisten- tes , que según mi juicio nin- gún hombre discreto puede inclinarse á esta opinión sin' que se le ofrezcan otros mas- eficaces y sólidos. Con todo' eso veo , que se adopta su didamen por otros de aquel país, celebrando , y glorifi- cando á Loharre de manera, que apenas dejan noticia me- morable que no apliquen á este pueblo. No asi los Crí- ticos imparciales, y de jui- cio mas severo , para' con quienes la fama , gloria, y grandeza que desde la en- trada de los Romanos en es- tas provincias ha tenido per- pe-

I T TNA de las mayores VJ dificultades que los doélos Antiquarios han tenido en puntos concernientes á la Geografía antigua de Es- paña , consiste en determi- nar , quál de las dos "Cala- horras que menciona Pli- nio , fue la que tubo los ti- tules de Julia , Nasslca , y el privilegio de batir las mo- nedas en que se gravó su nombre. De los Autores que he leído, unos soponen co- mo verdad constante , que la Calahorra de los Vascones se apellidó Fibularia , y la de los Ilergetes Nassica ; otros al contrario dan á ésta el so- brenombre de Fibularia , y á aquella el de Nassica, sin alegar razón ó fundamento que justifique su sentencia. Los insignes Aragoneses Ge-

6 España Sagrada» petiiamente la Calahorra Vasconica , es argumento

mas poderoso que quantos producen los referidos Au- tores para persuadirse á que ésta es el municipio en que se batieron las medallas con los diétados de lulia Nassi- ca. Pero como aún estos Es- critores no han hecho otra cosa que seguir lo que les pareció mas verisímil sin . nuevo reconocimiento de es- ta dificultad , se halla hasta ahora el asunto tan enmara- ñado como al principio. Por lo qual me parece será tra- bajo muy acepto á los estu- diosos , y aficionados á las Antigüedades el que se pusie- re en el examen de un punto tan curioso : para cuya ilus- tración pondré prim.'ro lo que acerca de él han escrito los mas famosos Antiquarios.

2 Gerónimo Zurita en una Carta que dirigió á D. An- tonio Agustín , reside^íte en Roma , da noticia de las mo- nedas, que había juntado de Colonias , y Municipios de España, y hablando de las que tenia de Calahorra , di- ce asi : Muchas cuti estas le- tras CAL. IVL. que creo es Calagurris lulia » y en una de ellas mucho de notar;

Trat.óc}, Cap. 2, hay de la una parte estas mismas letras , y de la otra una cabeza sin titulo , que parece ser de Augusto , y de- bajo NASSíCA ; por donde vengo á persuadirme que es la Calagurris que estaba en los Ilergetes, que dice Plinio de los vecinos de ella haber- se llamado NASÍCI , aun- que en los impresos está mal NASCICI ó NASSICí , y se diferenciaban por este ape- llido de los otros Calagurri- taños que llama el mismo Fi- bularenses , que es la Cala- horra conocida que está den- tro de los Vascones. La con- getura es grande; porque á estos Calagurritanos Nassi- cos pone Plinio entre los lu- gares de los Ilergetes , y de- bían estar junto con Lérida, y son los que siguieron á Ju- lio Cesar contra el egercito de Afranio , y Petreyo , que él dice que estaban contribu- tos con los Oscenses : lo que parece mas verisímil , por- que Osea fue p.ieblo de los Ilergetes , que entenderlo de los Calagurritanos Vascones que caen tan lejos ; y por esto quizá tomó aquel lugar siendo gratificado de Julio Cesar el cognomento de CA- LAGVRRIS IVLIA. Tenga ea

DlHados de en mucho esta medalla por estas con9<der?;cioijes, y pen- sarhe que oo es desatino sien- do Vpu di este parecer.

3 Empreniió Zurita algu- nos años después las enmien- das y Notas , con que ilus- tró el Itinerario de Antoni- EO ; y en las que escribió sobre el viage de Italia á Es- paña en que se expresa Ca- ]agurra,se ratificó en la mis- ma sentencia afirmando, que los Calagurritanos Nassicos pertenecieron á los Ilerge- tes , y que las monedas an- tiguas testifican que la Cala- gurris encabezada con Hues- ca tomó el didado de íulia, acaso por iiaber ayudado al Cesar en el cerco , y con- quista de Lérida.

4 Don Antonio Agustín res- pondió á la Carta de Zuri- ta aprobando su pensamien- to acerca de la Calagiirris lulia Nassica ; y en sus Diá- logos de Medallas adoptó la misma opinión escribiendo de este modo : 'Plinio pone dos Calagurris que venían á Zaragoza á pleytos : los Ca- lagurritanos Nassicos , y es* tos hace del privilegio de municipes , ó según otra le- tura son de Colonia : y los Calagurritanos Fibularenses,

Julia Nassíca. y

que hace estipendiarios ó tri- butarios , creo yo que porque fueron conquistados con los Caniabros por Augusto Ce- sar. De manera , que haga- mos que la Calahorra de Aragón sea la de ios Nassi- cas, y sea Colonia , d muni- cipio.

5 Ambrosio de Morales en el cap. 15. de sus Antigüeda- des siguió el diélamen de Ge- rónimo Zurita , quien dice le mostró una moneda de co- bre antigua , que de una par- te tenia un rostro de los tos- cos que se hallan ordina- riamente en las monedas de España , con estas letras NASSÍCA ; y de la otra par- te los bueyes arando, como insignia acostumbrada de las Colonias , v Municipios , con la letra MV. CAL. IVL. De- clara después los títulos atri- buyendo á la Calahorra cer- ca de Huesca todas las pre- eminencias que las medallas, y Plinio testifican de laNassi- ca ; y poniendo á la Calahor- ra de losVascones en la suer- te mas miserable y desgra- ciada , dice de ella , que ha- biendo merecido mucho con el pueblo Romano por la sin- gular lealtad que con él man- tubo , quedó después culpada por

8 España Sagrada. por ciertos" respectos , y oca- siones , y que por eso fue hecha tributaria , y por tal ]a cuenta Plinio. Asimismo asegura que ninguna moneda es de esta Calaiiorra ; por- que estando , dice , tan aba- tida , y en tan baja sujeción, no se le diera licencia para labrarla.

6 Omitiendo otros muchos de los mas modernos , fue también de este sentir Ge- rónimo Blancas en sus Co- mentarios de Aragón , quien no contento con esto se ade- l-aató á señalar el sitio de la Calagurris Nassica , reducién- dola al pueblo llamado Lo- harre , donde dice , se man- tienen muchos vestigios de ediñcios Romanos ; á lo qual no se atrevió el ilustre Zurita, que sobre el texto del Ce- sar en que se mencionan los^ Calagurritanos Nassicos , di- ce asi : Apparst enim , de regionihus Ilerdce urbi vici- áis Cíesarem ciñere : & bavc Calagurrim , cujas hcdie nu- il a extare scinius v:stigía^ in llergetihus esse sltam.

7 Dije antes , que las ra- zones alegadas por los Es- critores citados en favor de la Calahorra de Ar:^gon , son tan ineficaces , y. débiles , que

Trat.6(). Cap.^i, ninguno que esté adornado de mediana discreción podrá determinarse á aquella sen- tencia sin otros nuevos fun- damentos. Y para justificar que esta proposición pronun- ciada contra Escritores tan famosos y eruditos nada tiene de temeraria, expon- dré los motivos que me in- ducen á esta censura. Geró- nimo Zurita no tubo , como hemos visto , otra razón pa- ra creer haber sido una mis- ma la Calagurris Nassica, que el contarse los Nassicos en el texto de Plinio entre los pueblos de los Ilergetes; pero en la inteligencia de es- te lugar incurrió el célebre Aragonés en una equivoca- ción muy notable ; la qual se hará manifiesta leyendo el testimonio del Geógrafo, y observando su estilo. Pli- nio , pues, hecha memoria de Ce>araugusta , pasa a seña- lar los pueblos que concur- rían á su Convento , y co- menzando de los que eran de Ciudadanos Romanos, los po- ne con este orden : Belita- rios^Cilsenses ex Colonia : Gi- lugurritanos , qtñ Nassici cognominantur : IlerdenseSy Surdaoniim gentis , juxta quos Sicoris fiuvius : Oscen- ses

Dictados de lulia Ñas sica.

ses regicnis Vi s citan i ce : Tu- riasonerises. Viendo aqui Zu- rita á los CalagurritanosNas- sicos puestos entre losCel- senses y los llerdenses , que pertenecian á los ílergetes, infirió 5)n otro antecedente que los Calagurritanos Nas- sicos eran de esta misma re- gión. En lo qual es muy de estrañar que un hombre tan curioso y perspicaz, no ad- virtiese , que Plinio tubo la costumbre de nombrar los pueblos siguiendo la serie del alfabeto ; por donde se expuso Zurita á caer en grandes errores geográficos. Véase lo que dejo notado á este mismo proposito en el tom. precedente pag. 95. n. 10. Por los pueblos estipen- diarios , que se ponen mas abajo del texto exhibido, pudo este Escritor observar el estilo del Geógrafo. Por- que siendo asi que los Cala- gurritanos Fibularenses per- tenecian según el mismo Zu- rita á los Vascones , no los nombra Plinio entre los An- doiogenses y Arocelitanos, que eran de la Vasconia, si- no entre los Bursaonenses y Complutenses , aquellos Cel- tiberos, y estos Carpetanos, por pedirlo asi el orden al- Tom. XXXIIL

fabetico que se propuso. Te- nemos pues que el argumen- to de Zurita para establecer la Calagurris Nassica en los ílergetes no se apoya en otro fundamento que su descuido é inadvertencia acerca del estilo de Plinio.

8 Don Antonio Agustin quiso ennoblecer á la Cala- horra de Aragón con la dig- nidad , y privilegios de co- lonia ó municipio , creyendo que los Calagurritanos Vas- cones fueron estipendial ios á causa de haber sido con- quistados por Augusto Cesar en la guerra Cantábrica. Es- ta prueba es indigna de tan doéto varón por dos razones especiales. La i. porque el Senado , y los Emperadores de Roma no tubieron la cos- tumbre que insinúa D. An- tonio Agustin de hacer sier- vas y tributarias á las Ciu- dades que conquistaban con la fuerza de sus armas; an- tes bien fue tal su indus- tria y prudencia , que conce- dieron á muchas privilegios muy particulares, para man- tenerlas mas adidas al pue- blo Romano. En lo qual imi- taron el egemplo de Romulo, de quien Claudio Empera- dor dijo : At conditor nos- B ter

10 España Sagrada, Trat.ó^, Cap, i.

ier Romulus tantum sapien- cives habuerit. Foresta x?í-

tiavaluit ^ ut plerosque po- zon cantó Rutilio en alaban^

pulos eodem die hostes , dein za de Roma:

Fecisti patriam diversis genttbus unam: Profuit jnjastis , te dominante , capi,

Dumque offcrs viñis proprii consortia juris^ Urbem fecisti , quce prius orbis erat.

La 2. es que los Vasco- nes no se mezclaron con los Cántabros montañeses en las guerras de Augusto : y es cosa certísima que toda la Vasconia se mantubo en la mas firme obediencia á los Romanos desde muchos años antes del referido Empera- dor como lo demostré en el tom. 32. cap. 8. Asi que de- be tenerse por error histó- rico el decir que la Cala- horra de los Vascones fue conquistada por Augusto en la guerra Cantábrica ; y por lanto no debe ser despojada esta Ciudad de los privile- gios municipales por la fal- sa creencia de D. Antonio Agustín en esta parte.

9 No escribió menos equi- vocado Ambrosio de Mo- rales hablando de la misera- ble bajeza á que vino la CalahorraVasconica por cier- tos respedos y ocasiones, que dice trata en la histo-

ria. A la margen señala el lugar con esta palabra en Scrtorio ; por donde quiso significar que los delitos con que esta Ciudad mereció la privación de sus privilegios, y ser contada entre los pue- blos estipendiarios , no fue- ron otros que la y lealtad constante con que siguió el partido del famoso Capitán Q. Sertorio. Pero este dis- curso es una mera imagi- nación y sospecha , por no haber Escritor autorizado, que pueda alegarse como tes- tigo de la pena con que fue castigada Calahorra. Si los Romanos hubieran hecho tributarias á todas las Ciu- dades , que se entregaron á Sertorio , y le guardaron fi- delidad,muy pocas serian las que no hubiesen venido á esta ignominia , habiéndole ama- do casi todas con la mayor fineza á causa del animo y valentía , con que él traba- ja-

. DiÓíados de jaba por poner á España en estado de poder y mages- tad respetable á las otras Naciones del mundo. Fuera de esto la de Calahorra para con Sertorio no solo no fue castigada por los Em- peradores de Roma, sino an- tes atendida como una prue- ba excelente de que los Ca- lagurritanos eran por aque- lla propriedad los mas ap- tos para la seguridad de las personas Imperiales , como después veremos. Por lo qual el discurso de Morales bien reflexionado solo se funda en que Plinio cuenta á Cala- horra en los pueblos estipen- diarios. Pero hablando este Geógrafo de la Calahorra Fibularia sin declarar que ésta pertenecía á los Vasco- nes ; todo lo que se dice de la Calahorra Vasconica , y de su abatimiento y servi- dumbre , procede bajo de la suposición de que ella es la Fibularia : quando esto era lo único que debia disputar- se y averiguarse.

10 Los reparos propues- tos bastan en mi juicio para convencer la ineficacia de las pruebas que alegaron los Escritores referidos en favor de la Calahorra de los

Julia Nassica. Ilergetes: de la qual afirma, que la noticia que de ella tenemos es enteramente con- traria á los relevantes títu- los , que sus apasionados la adjudican. La única memo- ria , que se ha conservado de esta Calagurris cercana á la Ciudad de Huesca , es la que se lee en Julio Cesar lib. i. de Bello civ. cap. óo. donde dice : ínter im Os censes ¿? Calagurritani , qui erant cum Oscensibus contributi^ mittunt ad eum legatos ^ se- seque iinperata f adiaros pol- licentur. Para cuya inteli- gencia se ha de advertir,que ser un pueblo contributo con otro , es lo mismo que depender de él , y estar ba- jo de su jurisdicción , ha- ciendo el menos principal una misma Ciudad con el mayor, qué es como cabeza suya. En la España citerior eran muchas las poblaciones de esta calidad , y las mis- mas eran reputadas por las menos nobles de todas. Pli- nio describiendo aquella pro- vincia cuenta sus pueblos de este modo : Accedunt insu- Ice , quarum mentione seposi- ta , prceter civitates contri- butas alHs CCXCn^, pro- vincia ipsa continet oppida B 2 CLXJ^IX.

12 España Sagrada.

CLXXIX, In bis colonias

XI I, oppida civium Romano - rum XI 11. Latinorum vete- Tum XVllL fcederaforum vnum. Stipendiaria CXXXf^, De donde es fácil colegir que las Ciudades menos so- bresalientes, y que excedían en número eran las contri- butas con otras , de las quales no se hacía aprecio en comparación de las que se distinguían en alguna de las circunstancias con que Plinio las expresa. De esta condición pues enseña el Cesar haber sido la Cala- horra de los Ilergetes ; y aunque el referido Geógrafo la cuenta por pueblo esti- pendiario , se ha de entender de manera que fuese al mis- mo tiempo dependiente de Huesca como contributo con esta Ciudad. En cuyo supuesto ¿q-iien se persuadi- rá á que esta Calahorra fue la condecoraba con los dic- tados deluüa Nassica , y con los privilegios de muni- cioio : y á que sus vecinos tubieron el honor de Ciuda- danos Romanos , y debatir el copioso número de mo- nedas que se encuentran con aquellos renombres?

1 1 Pero responderá algu-

Trat. 6 i). Cap. i. no que el Cesar habla de la Calahorra de los Üer.^etes según lo que era en el tiem- po , en que vino á España , y puso cerco á Lérida contra el egercito de Afranio y Pe- treyo ; pero que por el so- corro con que ayudó al mis- m.o Emperador en aquella guerra , fue después honra- da con varios privilegios , y con el didado de luÜa. Mas concedido que esto pudo ser asi , digo que no hay testi- monio en comprobación de que este pueblo subió con el favor del Cesar á tanta gran- deza ; antes bien parece que aun en la edad de Ptolomeo no era digno de particular memoria , en vista de que este Geógrafo no le mencio- nó en sus tablas. Por lo qual no hallándose autoridad po- sitiva por la Calahorra de los Ilergetes , ni sabiéndose su calidad por otro testigo que el Cesar , juzgo que no llevan camino los que pre- tenden glorificarla despojan- do de todos los referidos ho- nores á la Calahorra de la Vasconia.

12 La nobleza y gloria en que ésta sobresalió siempre entre otras Ciudades de Es- paña pudo tanto en el jui- cio

Diciados de lidia Nassica,

cío de los Críticos moder- nos , que por ella principal- mente se apartaron de la sentencia de Zurita y D. An- tonio Agustín , de cuya au- toridad hicieron grande es- timación en otras especies. El íiustrisimo Pedro de Mar- ca trata de Loharre en el 3ib.2.c.28.de su Marc. Hisp, donde después de convenir con Blancas en reducir á es- te pueblo la Calagurris de Julio Cesar , niega haber sido él mismo la Ciudad que tubo el didado de Nassica. Sed qui sententiam illius se~ ^uimur in hoc loco , ab illius & ab Antonii quóqtie Au- giistini , S Hieronyfui Suri- tce opinione di s cederé cogi- mur existiwantium^ hanc Ca- lagurrim Oscce vicinaw^ ilii- que contribtítíim , atque adeo llergetibus odscriptam earfi esse , quce^ d Plinio vocatur Nascica , non autem Fibula- rensem. Pone luego la dis- tinción de las dos Calahor- ras , y de la Nassica dice, que fue atendida de Plinio con mayor equidad -qué'de otros modernos ; pues aquel la contó con Lérida y Hues- ca en el número de las co- lonias , y estos la despoja- ron de está dignidad i^iijus-

13

ta mente* Reconoce las mo- nedas en que solo tiene el titulo de municipio ; pero afirma que estas son ante- riores al Imperio de Augus- to, á quien atribuye el bene- ficio dé haber sido erigida en colonia , desde q\ie el di- cho Emperador envió á ella los soldados Eméritos de la Cohorte Calagurritana , que habia sacado para su cus- todia. Concluye con que és- ta es la Calahorra situada por Ptolomeo cerca del Ebro , y en la región de los Vasco nes , célebre por la memo- ria que de ella hicieron los Escritores antiguos , y glo- riosa por haber sido patria del famoso orador Quinti- liano.

13 La autoridad de Mar- ca hizo , que algunos céle- bres Escritores abrazasen la misma opinión. Celario en el lib. 2. de su Geografía an- tigua cap. 1. sed. 3. escribe de este modo : A'on equidem ignoro , do&issimos essé , qui Calagíirrim Nascicam cis Iberum pcnant quatuor leu- cis ab Osea in Septentrionem: alte} am vero^quce Fibularen- ¿is ccgnominatur apvd Pli- nititn transflumen in ripa dex tfa. Égo vero , summo duce Pe-

14 España Sagrada.

Peíro de Mjrca , hcec pror- sus invertenda statuo. We- seling en sus notas al Itine- rario de A.Jtonino tubo tam- bién presente el difamen de Marca para desamparar \a sentencia de Zurita , de cuya nota sobre la voz Ca- latfurra del mismo Itinera- rio iiace el juicio siguiente: Jam que Suri ta hic accumur lavit ^ non omnia pro bonis ducenda sunt, Calaíjurris enim , cujus incoLv Fíbula- renses Píiruo di c un tur , non h^'ec, sed Loharre XI L M,P. ab Osea est : ahera cogno- mento Nassioa , cujusque a Surita numi sunt exscripti^ nostra est in l^asconum finirr bus Ibero flwnini adposita,

14 De lo que traen es- tos Autores acerca de la di- ficultad presente resulta, que no se les ofreció algún apo- yo especial , que pudiese servir de prueba á su opi- nión inclinándose como he dicho á abrazarla solo por la grandeza de la Calahorra Vasconicaen comparación de la de los liergetes. Y á la verdad faltando testimonios antiguos con que se pudie- se decidir esta question , y no teniéndose otra noticia de la Calahorra de Aragón

Trat,6g, Cap. 2. que la comunicada porjtiiio Cesar , la qual como he pro- bado se opone positivamen- te á los honoríficos didados de la Calahorra Nassica , era justo que se resolviese en fa- vor de la Calahorra d3 los Vascones. Por esta misma razón el Revereadisi no Flo- rez , cuya aph'cacion y dili- gencia no pudo hallar ar- gumentos particulares por una ni otra pane , se deter- minó á seguir la sentencia de los referidos Escritores: Mientras tanto , dice , esta- mos por la Ciudad a¿lual,cu - yo nombre, cuya fama, y cu- yo honor de Silla Pontificia pide que no la defraudemos este fuero , mientras no se descubra cosa en contra , y no conste con certeza , que la Fibularia ( quiere decir la Calahorra de Aragón ) tas batió ^ es á saber, las mone- das con los títulos de lulia Nassica , que aplica á la Ca- lahorra adual.

15 Yo juzgo que la me- dalla , que se batió con el nombre de Nassica , puede hacer muv verisímil este didamen , si se reconoce se- riamente asi su propria for- ma, como el motivo porque ie puso la voz expresada. Trae-

Diñados de lidia Nasska.

Traela el M. Florez en su tom. I. de Med. Tab. ii. n. 9. y tiene por un lado una cabeza con esta Inscripción NASSICA , y por el otro un buev , y encima de él CA- LAGURRÍ , y debajo lU- LIA. Acerca de la primera parte de esta medalla dis- putan los Antiquarios , si la cabeza desnuda que repre- senta , se puso para memo- ria de Augusto Cesar , ó del famoso Scipion Nassica , que consta haber sido Pretor en España. Algunos quieren que sea cabeza del Emperador, y que el nombre Nassica sea didado de la Ciudad , que se nombra en la otra parte, lo qual tienen ellos por muy probable en visfa de que Plinio menciona Cah^gnrriía- nos Nassicos , y de que Mo- rales trae una Inscripción en que se lee : Mufucipium^ Ca- iagurris Julia Nassica, Pero aunque el texto de Plinio in- dica bastantemente , que la Calahorra de quien tomaban su denominación los Cala- gurritanos Nassicos , tenia el nombre de Nassica ; esto no puede confirmarse con la Ins- cripción que alegan de Mora- les, por no ser diferente de la que se contiene en esta me-

dalla sobre cuyo significado se controvierte. Asi que no se ha descubierto hasta aho- ra inscripción , en que el sobrenombre de Nassica se junte con el de íulia , y solo existe la moneda en que ambos nombres están sepa- dos : por lo que de ningún modo puede traerse en com- probación de su sentencia siendo ella el objeto de la contienda y disputa.

16 Ei Rmo. Florez cita á

Pedro W

que aaju-

dicando la medalla á la me- moria de n^.ugusto explica el nombre de Nassica refirién- dole á alguna fábrica que in- titulase asi á Calahorra al modo que' la otra Ciudad del mismo nombre se dijo Fibu- laria por la fábrica de fíbu- las ó hebillas según prome- te la ethimologia de esta voz. írxlinase é!" á este mis- mo pensamiento , y quiere que de la manera que se in- terpretan los Fibularenses, deban también interpretar- se los Nassicos , esto es , por algún egercicio que hoy ig- noramos. Con esta preven- ción podrá alguno sospe- char-, que asi Como la Ca- lahorra Fibularia se llamó de este modo de la voz latina

fi-

i 6 Bsp.iíía Sagrada^ fj ¡fula ^por fabricarse en ella las hebillas con que solian prenderse las extremidades de los vestidos largos ; asi también la Calahorra Nas- sica tomó este nombre de Ja voz nai'Sa^ que en latin , y en nuestro castellano signi íica un instrumento tegido de vimbres , é inventado pa- ra la pesca. Pero á la ver- dad es muy inconstante el origen de la voz Fihularia, ni se tiene memoria alguna de que en estas Ciudades florecieron tanto aquellas fá- bricas que se denominasen por ellas como por especial distintivo.

17 Vaillant es de pare- cer,que la cabeza eTi la expre- sada moneda es de Augus- to, y que el nombre ]Vas- sica no es aqui proprio de algún varón , sino diélado de Calahorra ; pero con todo eso afirma que se mezcla en él Cornelio Scipion, de quien cree venir este titulo á la dicha Ciudad por algún se- ñalado beneficio , que la hi- zo siendo Pretor en España. Harduino en su Antirrheti- co impugna á Vaillant acer - ca de lo ultimo diciendo, que si Calahorra se dijo Ñas - sica , porq'ie Cornelio Sci-

Trat. 69. Cap, 2.

pión fue Pretor en la Espa - ña citerior , parece que igual cauf^a tubieron los dtmas pueblos de esta provincia para llamarse Nassícos. Pe- ro este Critico supone en su impugnación dos cosas fal- sas ; !a una es que Vaillant juzgó haberse llamado Nas- sica la Ciudad de Calahor- ra, porqje Scipion fue Pre- tor en Españ i ; siendo asi q le aquel Aator no da por causa de este dictado la dig- nidad de S::ipion , sino algu- na merced particular con qué honró á Calahorra : la otra es , que Scipion fue Pretor en la España citerior , lo que ni fue asi , ni lo escribió Vai- llant , quien solo supone ha- ber sido Pretor en España exhibiendo un testimonio de Livio , en que expresamen- te se trae por Pretor de aquella provincia Sex. Di- gicio , en el mismo tiempo en que Scipion obtenia ja mis- ma dignidad , la que preci- samente habia de egercitar en la España ulterior.

18 Yo tengo por el mas obvio y sencillo el dictamen de los que sostitr-nen que el ros- tro gravado en esta moneda no es de Augusto , ni el nom- bre que se lee en ella , dic- ta-

Dictados de luUa Nassica. 1 7

tado de Calahorra; sino uno, apellido de Ncisslca , y que

y otro proprio de Cornelio Scipion Nasica. Fundóme en que siendo el rostro de artí- fice bastante diestro , y en medio de esto tan diferente de los que se vén en otras medallas batidas en memoria del expresado Emperador asi en Calahorra , como en las demás Ciudades de España, tenemos suficiente razón pa- ra adjudicarla á distinto per- sonage. Fuera de esto , el uso mas común de los Gravado- res fue poner junto á las ca- bezas el nombre del sugeto á quien representaban : en cuya suposición ,j porqué no tendremos ésta por cabeza de Nasica, no expresándose junto á ella otro nombre que el de este Pretor? Mas , si el rostro es de Augusto , y el nombre Nassica dictado de Calahorra, ¿por qué no se puso en el lado de la cabe- za el nombre del Empera- dor , y el didado Nassica a continuación de Calagurris lulia , dando el bronce sufi- ciente espacio para ambas cosas?

19 Pero declaremos el moti- vo que pudo hacer , que Ca- lahorra , y P. Cornelio Sci- pion fuesen conformes en el Tom.XXXlIL

la misma Ciudad batiese mo- nedas con el fin de perpe- tuar la memoria de aquel Pretor. Vaillant se inclina á que la Ciudad referida se di- jo Nassica obligada de algún beneficio singular que reci- bió de P. Cornelio , asi como se nombró también luUa^ por el privilegio de inmuni- dad que la concedió Julio Ce- sar. Luego afirma , que sien- do Nasica Pretor de España se dio á Calahorra el honor Municipal ; y que para me- moria de tan señalada mer- ced gravó su nombre en las monedas , y tomó su proprio apellido. Wesseling duda si los Calagurritanos debieron al Pretor el titulo de Muni- cipio concedido á su pueblo. El erudito D.Gregorio Ma- yans en suObrita de Hispa^ na progenie vocis itr es del mismo didamen , que Vai- llant. Cita en su favor á Li- vio al principio del Lib.XLV. y á Diodoro en las Excerp- tas de Valesio,pag. 380. pe- ro en estos lugares no se lee cosa que pueda probar haber sido Calahorra Municipio por merced de P. Cornelio, 20 En el Tomo preced. pa- gia, 303. escribí, que entre

C \Q%

1 8 España Sagrada. los pueblos conquistados por el Pretor Nasica deben con- tarse los que tenían los Vas- cones á este lado del Ebro. Allí misn:io ofrecí tratar de la causa por qué Sciplon , y Calahorra se apellidaron con el sobrenombre de que ha- blamos. Exponiendo , pues, ahora mi parecer, digo, que la razón de esta conformi- dad fue haberse conquistado por P. Corneüo en el año de su Pretura la Ciudad de Ca- lahorra , que era la mas fa- mosa de los Vascones. Para comprobación de este dida- iricn quiero reproducir el texto de Liv. lib. 35. cap. I Principio anni , quo hcec gesta sunt Sex~Digitius pne- tor in Híspanla citeriot'e cum Civitatibus iis , quct post prüfedioncm.31. Catonis per- liultíc re'->e¡¡averant , crebra niagis quam dicíu digna pr ce- lia fccit , S adeo pleraque adveisa , ut vix dimidium fíiíliíi.m^ quam quod accepe- rat , successori tradidtrit» Nec duoium est , quin om- nis H'spania sublatura áni- mos fuerit ^ ni alter prcetor P. Corneiius Oi, F. Scipio trans Itterum multa secunda proelia fecisset , quo terrore non minus quinquaginta oppi-

Trat. 69 . Cap, 2. da ad eum defecerunt. Este lugar me persuade que en el año mencionado por Li- vio , que fue el de 559. de la fundación de Roma, conquis- tó Scipion Nasica la insigne Ciudad de Calahorra. Hasta este tiempo se mantubieron los Vascones libres del Impe- rio , de manera que ninguno de los pueblos de su región estubo antes de ahora suje- to á los Romanos ,..cuya do- minación se estendia por la parte occidental del Ebro so- lo á los Sedetanos que aca- baban de sujetarse á M. Ca- tón , á quien se entregaron de su voluntad , quando no pudiendo tomar á Saguncia se volvió á las cercanias del expresado rio. Véase Liv. lib. 34. cap. 20. No es me- nos cierto que desde el año 559. de Roma hasta el de 566. no se dio batalla alguna en esta parte de Vasconia. Con todo eso se sabe que en este ultirr.o año estaban los Romanos apoderados de las Ciudades de los Vascones, situadas á este lado del Ebro ; porque consta de Li- vio, que en el mismo año sa- lieron los Celtiberos de los fines de su región , y fueron á buscar á los Romanos en su

Diñados de su proprio territorio , con el íín de presentarles una bata- lla , como lo egecutaron cer- ca de Calahorra , siendo ésta la primera memoria que te- nemos de esta Ciudad. Co- ligese , pues, que Calahorra fue tomada en el año de 559. entre los pueblos que con- quistó P.Cornelio'en la ribe- ra occidental del Ebro : en lo qual tenemos una razón mucho mas probable que las publicadas por otros Auto- res acerca del didado de esta Ciudad , idéntico con el de P. Cornelio Scipion , y también acerca del motivo por qué se gravaron en ella algunas monedas con la efi- gie , y sobrenombre del mis- mo Pretor.

21 Además de no poder se- ñalarse con alguna verisimi- litud otro año distinto del año 559. en que fuese con- quistada Calahorra , la ex- presión misma de Livio , y los efedos que resultaron de las conquistas de Cornelio Scipion , indican suficiente- mente la verdad de mi opi- nión. Porque usando el cita- do Historiador en otros lu- gares de las voces Provincia ulterior , ó España ulterior^ aqui solo puso trans Iberum^

lidia Nassica. 1 9

lo que junto con lo que dejo expuesto , muestra que los sucesos de las guerras de Sci- pion fueron no lejos del fio que nombra. Quanto á los efeélos es constante , que sin embargo de que la España citerior salió siempre viélo- riosa peleando contra Sex, Digicio , cuyo exercito fue desbaratado en la mayor par- te , los pueblos de la dicha Provincia se pacificaron , y volvieron á la amistad del pueblo Romano. Por tanto, dice Livio , que quandovin» C. Flaininio por sucesor de Digicio , no halló aqui tan encendida guerra , como el mismo Flaminio, y otros cre- yeron en Roma , fundados en la noticia de la rebelión de la Provincia citerior, y del es- trago del exercito de suPre^ tor. Y no pudiendo atribuir- se la pacificación de los pue- blos de la misma Provincia á Sex. Digicio , que fue des- graciado en quanto hizo ; ni tampoco á sus soldados , que como pondera Livio queda- ron tan acobardados, que so- lo sabian huir, resta que el Autor de esta obra fue el otro Pretor Cornelio Scipion, que peleando junto al Ebro conquistó algunas Ciudades C2 á

10 España Sagrada. á fuerza de armas , é hizo de su partido cincuenta pueblos que se le entregaron volun- tariamente. De aqui pudo xesultar la confianza que la España citerior tenia en el patrocinio del mismo Sci- pion , como lo manifestó el caso que refiere Liv. en el lib.43. ^'^P* 2' donde dice, que habiendo ido á Roma al- gunos Embajadores á quere- llarse de la tiranía , y ava- ricia de los Pretores que acá gobernaban , y habiendo nombrado por sus abogados á M. Catón , Scipion Nasi- ca , Paulo Emilio , y C. Sul- picio Galo , los de la España citerior eligieron los prime' ros á M. Catón , y á Nasica, quedando los oíros dos para

Trat. 69. Cap. 2. la España ulterior. Todo lo qual hace muy probable el asunto que he intentado pro- bar ; esto es , que la razón de ser uno mismo el sobre- nombre de Calahorra , y de P. Cornelio Scipion , fue el haberse sujetado esta Ciudad al Imperio Romano bajo los auspicios de este Pretor , y que por esta causa se gra- varon algunas monedas con los nombres del mismo pue- blo , y de Nasica. Y asi- mismo , que la Calahorra ilustrada con el diclado de Nassica , no es la de Aragón, sino la de los Vascones si- tuada á esta parte del Ebro, donde Scipion hizo todas sus conquistas.

CAPITULO IIL

ANTIGÜEDAD , T NOMBRE

de Calahorra,

I T OS primeros poblado- \^j res deEspaña se esta blecieron , según el didamen de muchos Autores , en los montes Pyrineos , de donde bajaron luego á las riberas del Ebro , cerca de las quales fundaron algunas Ciudades

insignes , y entre ellas á Ca- lahorra. El Arzobispo D. Ro- drigo parece haber seguido esta opinión en el lib. i. de P^ebus Hisp. cap. 3. y des- pués de él la Chronica ge- neral de D. Alonso el Sabio, publicada por Florian de Ocaní-

Antigüedad , y nombre de Calahorra, 2 i

Gcampo. Otros Escritores mas modernos señalaron por su fundador al Patriarca Tu- bal , apoyados en que éste fue el primer poblador de España , y en que el referido Arzobispo, y la Chronica la cuentan entre las primeras poblaciones que se erigieron en estas Provincias. La no- table antigüedad , que estos Autores dan á Calahorra , no tiene fundamento en Escrito- res menos distantes de aquel remotisimo tiempo , á que pertenece la población de España. Por lo qual , y por- que no se halla memoria de su fundación , no podemos afirmar otra cosa mas de que Calahorra es una de las Ciu- dades, cuyo principio se des- conoce á causa de su mu- cha antigüedad , lo qual es muy suficiente para hacerla recomendable entre los de- más pueblos de estas Provin- cias.

2 El nombre primitivo de esta Ciudad es el mismo que se ha conservado hasta nues- tros tiempos , aunque como diré luego ha tenido algu- nas leves variaciones en su pronunciación. En Plinio, Strabon , y otros Autores se lee con unaR. pero ea JU-

vio , Julio Cesar , y otros se duplica la misma letra , y de aquí se origina la dificul- tad sobre el modo con que debe pronunciarse. Celario, lib. 2. Geog. antiq. cap. i. sed. 3. juzga que debe escri- birse , y pronunciarse con una R. pero de tal manera, que sea larga la sílaba que la precede , como lo enseñan los Poetas , de los quales ci- ta á Prudencio , y Ausonio. La autoridad que alega para esto , es , además del uso de los Griegos , una Inscripción latiga que trae Ambrosio de Morales , y dice : Alun. Ca- la^urís lid. Nassica, Pero este diélamen se desvanece fácilmente con el apoyo de la medalla que el Rmo. Flo- rez estampó en su tom. i. tab. II. num. 9. y es la «ni- ca que pone entero el nom- bre de Cahigurrts duplicada la R. Léese también con dos RR. la voz Caíagurritanus en otra Inscripción que pon- dremos luego , y es de Be- bricio , que se ofreció á la muerte por Q. Sertorio. Asi que en comprobación de la R. duplicada en el nombre de Calagurris hay ciertos , y constantes m.onumentos;' pe- ro ftlíiguno se halla que prue- be

Q, 2 España Sagrada. be la opinión de Celario. Porque la Inscripción que trae Morales solo dice: Mun, Cah que él mismo lee Mu- nicipi'^ff* Calagurris , como se puede ver en sus Antigüe- dades fol. g6. por lo que sos- pecho que Celario se engañó leyendo la misma Inscrip- ción del modo que la pone, en algún Autor moderno que la copió sin legalidad:.

3 En la medalla referida acaba el nombre de Cala- gurris no en S. sino en I. sig-, niñeando , según el Rmo. Florez , que la moneda se batió en la misma Ciudad. Sin embargo, tengo por muy probable, que, la terminación en S. no es propria de este nombre en su origen, sino acomodada al uso , y lengua, de los Romanos. En el idio- ma Vasconico es muy fre- cuente la terminación en I.' como en Eriberri , llumberri, Ologiti ; por lo que es creí- ble,que en esta medalla que reputo por la mas antigua , se puso el nombre de la Ciudad en su ser puro , y nativo , y sin la variación que en su fi- nal nicieron los Romanos, asi como en los nombres de otros muchos pueblos. A este modo la anticua Ciudad, á

. Trat.óg. Cap, 3. quien los Romanos llamaron llliberis, se nombraba en el idioma proprio del país Eli- berri , y asi lo escribió Me- la : l^icus Eliberri ^magnce quondam urhis. , S ma^na^ rum opum tenue vestigium,

4 Las monedas de Cala- horra , y la memoria que de esta Ciudad hicieron Livio, y Strabon,nos dan una prue-. ba evidente, para convencer la insubsistencia y volunta-- riedad de dos invenciones que se introdujeron acerca: de SU; nombre. La primera del> que afirmó , que primi- tivamente se dijo Calct , y que pasado algún tiempo se la añadió la voz forra , lla- mándola Calaforra. La se- gunda es del Canónigo de Barcelona Francisco Tara- pha , que- tratando de Cayo Caligula escribió , que del sobretiombre de este Empe- rador se llamaron los Cali^ guritanos, que antiguamen- te se dijeron Nassicos. Con- véncese , pues , la falsedad de estas imaginaciones don las monedas , y los testimo- nios de los Autores citados; porque siendo éstas las pri- meras memorias de esta Ciu- dad , y muy anteriores al Lúperií) de, Caligula , se sa- be

Antigüedad ^ y nom Jbe con evidencia , que el nombre primitivo que ha lle- gado á nuestra noticia , es el de Cala^urris , no el de Caía ; y asimismo es paten- te , que su origen no puede referirse á Caligula , pues lo tenia Calahorra mucho an- tes de la edad de este Em- perador. Coligese también, que aunque los Calagurrita- nos se llamaron antiguamen- te Nassicos , no por eso se ha de creer que se hizo al- guna mutación en su nombre bajo el Imperio de Caligula, porque siempre se dijeron Calagurritanos Nassicos , dis- tinguiéndose con este sobre- nombre de los Fibularenses que vivían en la Calagurris de los Ilcrgetes.

5 Yerran también los cue deducen este ncmbre de la lengua Ar¿:be. En ésta es t\ \QQ^h\GCnJ ahorra común á teda fortaleza ó torre , se- gún el Vocabularista Arábi- go de Alcalá ; aunque consta de varios testim.onios , que trae D. Juan Antonio Ma- ya ns en su llUci' ilustrada^ haberse atribuido con cierta propriedad á la que los Mo- ros hicieron en Elche. Lla- mase también asi en algunas partes de España , seg-ua el

hre de Calahorra. 23 Diccionario de nuestra len- gua , la Casa pública con re- jas , por donde se el pan en tiempo de carestía. Pero siendo la Ciudad , y el nom- bre de Calagurris tantos si- glos anterior al uso de esta lengua en España , es muy absurdo el pretender que trae de ella su origen.

6 Algunos Autores sostie- nen , que Calagurris es nom- bre Céltico , aunque le dáa diverso significado , confor- me á la diversa resolución que hacen de él en las vo- ces de que se compone. Mons. Bullet en sus Memo- rias sobre la lengua Céltica dloe , que. se deriva de C¿z//, elevación , Cwr^ y en com- posición Gwr , ribera , y de Js , rio , lo que conviene sin duda á Calahorra situada en la punta de una colina , cu- ya planicie toca por la pane oriental al rio Ebro. D.Gre- gorio Mayans juzga que se compone de Cala , voz Cél- tica , y de urj , ó uria , que hasta hoy se usa en el Vas- cuence , y significa pueblo. No es inverisimjil este dic- tamen en vista de que los Celtas estubieron apodera- dos largo tiempo de estas regiones de la parte septen- trio-

1 4 Esparta Sagrad, trional de España ; por don- de se hace creíble , que mu- chas poblaciones recibieron de ellos sus nombres. Pero no puede afirmarse cosa cier- ta en este punto , ni en or- den á la ethiraología , por hallarse en muchas de las lenguas primitivas las voces de que se compone el nom- bre de que tratamos. La pri- mera parte , que es Cala^ pertenece también á las len- guas Hebrea , y Caldea , y se dice de todo lugar fortifica- do y ceñido de murallas para su defensa, A las mis- mas puede referirse la se- gunda parte , que se deriva de ur ^ y significa pueblo, en cuya significación se ha- lla esta voz en los nombres de muchas Ciudades de Es- pana, Por tanto , los que afir- man que los descendientes de Tubal poblaron la Espa- ña , y que comenzando por losPyrineos, y cercanías del Ebro fundaron la Ciudad de Calahorra , pueden atribuir- les e^te nombre con igual probabilidad que á los Cel- tas. Coligese , pues , que ig- noramos el primer origen de la voz Calagurris ; y solo po- demos decir con gran pro- babilidad , que siendo Cala-

Trat,6g, Cap, 3. horra de una antigüedad re- motísima , su nombre viene de uno de los idiomas pri^ mitivos de E;paña ; y que significando en estos la voz uri 6 urri pueblo , y aplicán- dose la voz Cala , que es co- mún en las lenguas princi- pales á las poblaciones forti- cadas y muradas ^Cíi¿ a furris es lo mismo que Ciudad 6 pueblo ceñido con muralla. 7 Entre las variaciones que ha tenido este nombre , la mas notable es la que se ha- lla en las Tablas de Prolo- meo , donde se lee Cala^ori- na. Ni hay duda en que debe entendersede esta Ciudad, asi por la alusión de esta voz, como porque siendo Cala- horra la población mas fa- mosa , y conocida de los Vascones , no debia aquel Geógrafo omitirla expresan- do los pueblos de la Vasco» nia.

8 El Itinerario deAntonino puso el mismo nombre en la primera declinación , escri- biendo en el viage desde Italia á España : Cascan^ to M. l\L, Culaffurra, M. P. XXIX, Del mismo modo es- cribieron Ascanio, y los Obis- pas de la Provincia Tarraco- nense en su Epístola á Hua- ro,

Antigüedad , y nombre de Calahorra, i

ro Pontífice Romano. Silva- tws Episcopus CrJagurrce in ultima parte nostr¿e Pro' vincice constitutus. No fue singular en esto , pues lo mismo acaeció con otras Ciudades de España , como Barcelona , Tarragona , ¿kc. cuyos nombres se mudaron de la tercera declinación á la primera , lo que debe atri- buirse á que en esta edad

5

comenzó á corromperse ia lengua Latina.

9 En tiempo de los Árabes se substituyó la letra F. ó H. en lugar de la G. pronuncián- dose Calaforra , Calahorra. De este segundo modo, que hoy está en uso , se halla ya en el Núblense en la part. i. del Clima 5. aunque con una R.

CAPITULO IV.

PRIVILEGIOS , T DICTADOS

/ con que los Romanos condecoraron la Ciudad de Calahorra.

I \ Unque los Vascones ü tul

ibieron la desgracia de seguir con el mayor tesón algunas Cabezas de partido que no llegaron á prevale- cer , como se verificó en Ser- torio , y Pompeyo , con todo consiguieron después con su valor , y fidelidad , que los Emperadores Romanos los estimasen y honrasen no menos que á los otros de otras regiones muy adheri- das al. Imperio. Plinio, con- tando los pueblos que con- currían al Convento Cesar- ^ugustano , se esmeró en po- Tom, XXXllL

ner mayor número de los de la Vasconia , por hallarse si- tuados en esta región mu^ chos que se distinguían no solo por su propria grande- za , sino también por los pri- vilegios y títulos con que fueron ilustrados por el Sena- do de Roma. Expresa entre los que gozaban el derecho de Ciudadanos Romanos á los CalagurritaiosNassicos:entre los del Lacio antiguo, á Cas- cante , y Graccurris: entre los Estipendiarios , á los Andolo- genses, Arocelitanos,Caren- ses,Lumberitanos, Pómpelo- D nen-

c6 España Sagrada* nensesty por único pueblo,no solo del Convento de Zarago- za ,sino de toda la España Ci- terior , señala á los Tarragen- ses , conio confederados con la Ciudad de Roma. Final- mente, entre los Pueblos que he nombrado , tres á lo menos tubieron los honores Muni- cipales , y son Calagürris, Cascante , y Graccurris , co- mo consta de las medallas que se batieron en ellos.

2 De estas Ciudades de la Vasconia fue la mas no- ble y esclarecida, durante el Imperio de los Romanos , la de Calahorra , como se co- nocerá por sus didados , so- bre los quales se controvier- ten algunas dificultades , que ilustraré con la exactitud po- sible.

.Municipio,

3 Las mas de las me- dallas que se gravaron en es- ta Ciudad la representan con el iioaor.de. Manicipio ; en el que- íe aventajaba á Cascan- te, ;y=GraccurrÍ5 , situadas en Ja misma región ^ porque es- tos pueblos eran Municipios con solo el derecho de Lati- nos viejos; pero Calahorra tenia' ei- de Ciudadanos Ro- manos , qu€ era íuas aoble,

Trat. 69. Cap.^.

y honroso. Por esta digni- dad los Calagurritanos po- dían sin otra razón militar en las Legiones , dar su vo- to en las elecciones que se hacian en Roma , y obtener los Pi'lagistrados no menos que los vecinos de la misma Ciudad de Roma, y esto vi- viendo ellos según sus pro- prias leyes y fueros , como consta de todos los Antiqua- riüs.

4 El limo. Pedro de Marca es de parecer , que Calahorra fue no solo Mu- nicipio , sino también Colo- nia , de cuya dij^tiidad cree la despojan envidiosamente algunos contra el testimonio expreso de Plinio , que la cuenta entre las Colonias con Lérida , y Huesca. Propone- se contra esto las monedas en que se lee Municipium Calagürris Julia ; y respon- de, que éstas son anteriores á la dignidad de Colonia, que la concedió Augusto, quando envió á ella los sol- dador de la Cohorte Cala- gurritana , que habia esco- gido para su custodia. D¡ó motivo á la equivocación de este erudito el texto de Pu- nió , según la lección que se halla en las ediciones anti- guas

Privilegios de ¡a Ci guas con esta puntuación: Celsenses , ex Colonia Cala- gurritanos , qui Nassici cog- nominantur ; donde mencio- nándose los pueblos que con- currían al Convento Cesa- raugustano , se ponen los Ca- lagurritanos con la expresión de que iban á Zaragoza de su Colonia Calagurrts. Har- duino fue el primero que no- tó el vicio de este lugar , y lo corrigió de este modo: Celsenses ex Colonia :. Cala- gurritanos , qui Nassici cog- nominantur , adjudicando la dignidad de Colonia á Celsa, que estaba despojada injus- tamente de ella. La razón que tubo para esta corrección es,, que ningún Escritor antiguo, ni medalla , ni lápida puso á Calahorra en el número de Lis Colonias ; pero Celsa tu- bo este honor , como consta de las monedas que se ba- tieron en estaCiudad.

5 Manifiéstase el error del limo. Marca en afirmar, que Augusto premió á Cala- horra con la dignidad de Co- lonia , quando relevó de su custodia la Cohorte Calagur- ritana , con el excelente tes- timonio de las medallas que gravo esta Ciudad para me- moria del mismo Emperador

udad de Calahorra, ij en el tiempo posterior á este suceso. Suetonio escribe, que Augusto removió á los sol- dados de Calahorra de aquel honorífico empleo después de la viéloria que alcanzó de Antonio : Certum numerum partim in urbis , partim in sui custodiam udkgit , dimi- ssa Calagurritanorum ttianu^ quam US que ad devidium Ai- tanium : : inter armígero ? cir- ca se habuerat. Antonio fue vencido en el año 724. de la fundación de Roma ; y de los años siguientes tene- mos varias medallas que re- presentan á Calahorra con solo el titulo de Municipio. Tales son las que traen et rostro de Augusto con el elo- gio de Padre de la Patria, que comenzó á tributárse- le en la sentencia que mis lo anticipa en el año 752. como dije en tom. 30. pag. 19. Con el mismo ho- nor de Municipio se engran- dece aun en el Imperio de Tiberio , sucesor de Augusto, como se en las que con- sagró á la memoria de aquel Emperador. Por lo qual de- be tenerse por constante, que Calahorra no mudó de fortuna con la dimisión que Augusto hizo de la Cohorte D 2 que

i8 España Sagrada, que le custodiaba. Igualmen- te se ha de confesar, que es muy fundada la corrección del texto de Plinio hecha por Harduino;porque no hay- documento ni testimonio, con que se pueda probar que es- ta Ciudad fue erigida en co« lonia antes que Plinio escri- biese su Obra ; y por el con- trario se sabe que Celsa go- zaba esta dignidad en los Impjerios de Augusto y Ti- berio , como probé contra el mismo Marca en el tom.cit. pag. 41. Asi que el titulo de colonia se hallaba en las an- tiguas ediciones usurpado á Celsa , y atribuido falsa- mente á Calahorra.

Ni es muy aproposito la expresión de que usa el ci- tado Marca diciendo , que algunos Autores negaron con envidia , y contra toda equi - dad á Calahorra el honor de colonia. Porque sin embar- go de que muchas Ciuda- des pretendían este diélado por parecerse mas á la Cor- te Romana , no gozaban la dignidad de Colonia sin mu- chos gravámenes , pues se privaban de vivir según sus proprias leyes y costum- bres ; por lo que estrañó el Emperador Hadriano , que

Trat. 69. Cap. 4. Itálica su patria se arrojase á trocar el derecho munici- pal por el de Colonia , co- mo escribe Aulo Gell. Nodf* Att, ¡ib. 16. cap. 13. Por tanto fuera de que se sigue la verdad dando á Calahor- ra la dignidad sola de mu- nicipio , se la restituye su libertad , y la mejor y mas estimable condición , de que la despoja Marca haciendo- la graciosamente colonia y efigie del pueblo Romano.

Iiilia,

Esta Ciudad es una de las que gozaron el hooori- fico didado de Tulia , como lo testifican las mas de sus medallas , de las quales unas lo traen con todas las letras, otras con las tres primeras, y otras con la inicial sola. Pero al paso que es cierto y constante que fue ilustra- da con este titulo, es difícil y obscuro el conocimiento de la causa que tubieron ios Romanos para engrandecer- la de este modo. Vaillant dando una razón general á todas las. Ciudades que se denominaron lulias ó Au- gustas , ó con ambos sobre- nombres juntamente , dice, que

Privilegios de la Ciudad de Calahorra, 29

que las erigidas en colonias ó municipios,ó premiadas con algún derecho de inmuni- dad por Julio Cesar se ape- llidaron Iulias,y las que reci- bieron alguno de los hono- res dichos por beneficio de Augusto , se denominaron Augustas , y finalmente las que fueron establecidas por Julio , y pobladas después por Augusto con veteranos ó nuevos ciudadanos , se lla- maron en memoria de am- bos Emperadores lulias Au- gustas. Conforme á esta doc- trina dice de Calahorra, que habiéndose fundado con el derecho del antiguo Lacio en tiempo de la república de Roma , fue premiada ba- jo el imperio del Cesar con el privilegio del sufragio. El Rmo. Florez en las meda- llas de esta Ciudad dice , que estas añaden á su nombre el didado de lulia , ó bien por- que habiendo servido á Ju- lio Cesar en las guerras civi- les la poblarla con veteranos, ó bien porque en premio de su fidelidad la concedió es- te Emperador el honor de municipio. Por alguno de estos titules , dice , ó por ambos se ilustró la Ciudad con el didado de lulia , pues

viéndole ostentado con fir- meza en las medallas, no po- demos dudar que el Senado aprobó aquel didado , ni descubrir otro motivo para que Calahorra le gozase.

8 Aunque el didado de Julia parece nos obliga á no dudar de esta dodrina , con todo eso no puedo menos de advertir , que no todas las Ciudades que le gozaron fue - ron erigidas en colonias ó municipios por Julio Cesar, ni recibieron de este Em- perador algún beneficio , que quisiesen eternizar tomando este sobrenombre. Son mu- chos los egemplares que te- nemos de poblaciones con- decoradas por Augusto , y en medio de esto denomi- nadas lulia?. Plinio en el lib. 5. cap. T. menciona algunas Ciudades engrandecidas por otros Emperadores con el honor de colonias , y al mis- mo tiempo con el referido didado. De Tánger dice: Nunc est Tingi , quondam ab Antceo conditum\ postea á Claudio Casare , cum co' loniam- faceret , appellatum Traducá Julia Se, De lulia ConstanciaZilis. Ab eoXXV, M, P, in ora oceani colonia Au^ustijulia Con st amia Zi- lis

JO España Sagrada, lis regum ditioni exempta, (^ jura Bvticam peterejus- Sil! De Babba : Ah Lixo XL, M. P, in mediterráneo altera u^ugusti colonia est Babba^Julia Campestrisap- pellata. Llegó á conocer es ta verdad el Rmo. Florez, pues habiendo escrito en las medallas de Acci Tab. 2. n. 2. que las monedas ofrecen en algunas Ciudades el titulo de lulias como perpetuo tes- timonio del beneficio que las hizo el Cesar , 6 bien ha- ciéndolas colonias ó dando el fuero de Ciudadanos Ro- manos, ó libertad de tribu- tos , ó veteranos que las po- blasen , puso de su propria letra esta adición en el egem- piar que tengo en mi poder. Pera .aunque el dictado de I alia suena como proprio de Julio Cesar puede aplicarse al heredero Augusto , que se intituló Cayo Julio Oda- viano , y hay el egemplar referido por Dion Casio lib. 53. pag.512.de que Agripa intituló lulia por Augusto la Septa del campo Marcio:y«- lia ea ab Augusto cognomi- navit. Consta pues , que el diélido de lulias no s'ignifi- ca precisamente que las Ciu- dades asi nombradas recibie-

Trat, 95. Cap, 4. ron de Julio Cesar alguna gracia particular; pues mu- chas veces no dice aquel ti- tulo relación á la persona de este Emperador , sino ó á la familia íulia , ó á Cesar Augusto , que tubo el sobre- nombre de Julio. Por esta ra- zón algunas colonias erigi- das por el Cesar, viendo que no se distinguían de las de Augusto por el didado solo de lulias, añadieron á este el de Paternas como enseña el eruditísimo Cardenal de No- ris Cenotaph. Pisan, disert.i. cap. 2.

9 En vista de que el ti- tulo de lulias es común á las Ciudades honradas por Ju- lio Cesar , y otros sucesores suyos , no podemos colegir por solo este medio que cons- ta de las monedas, que Ca- lahorra fne llamada íulia en obsequio del expresado Em- perador. Los Escritores an- tiguos tampoco traen noti- cia alguna perteneciente á esta Ciudad , por donde po- damos averiguar si se dijo lulia por respeto del Cesar, ó de otro de los que le si- guieron en el Imperio. Y aunque el Rmo. Florez supo- ne que Calahorra sirvió á. Julio Cesar en las guerras ci-

Privilegios de Ja Ciudad de Calahorra. 3 i

civiles , y que por esto qui- so este Emperador remune- rar su fidelidad , se debe confesar, que no hay Histo- riador , que insinué haberle hecho esta Ciudad algún particular servicio en aque- llas guerras , ni aun haber seguido su partido. D. Gre- gorio Mayans en el cap. S- de Hisp. prog.voeisUr, num. 10. cita el lib. i. de Bello Civili en prueba de que Calahorra tomó el so- brenombre de Julia por ha- berse agregado al Cesar. Didla vero Calagurris Julia á C Cesare , propterea quod ad suas partes transmigra- runt , ut legimus in i. de Bello Civili. Pero teniendo este Autor , que esta Cala horra de los Vascones fue la que batió monedas , y la que tubo los didados de lulia Nassica , y que era dis- tinta de la Fibularense , y aun lo que es mas , enten^ diendo él mismo como de- bía el testimonio del Cesar de esta segunda Calahorra, como se puede ver en el n. 8. cayó sin advertencia en una inconexión t^n patente, qual es la de aplicar un mis mo lugar á dos Ciudades distintai. El texto pues del

libro I. de Bello Ciz\ habla expresamente de los Cala- gurritanos encabezados con Huesca , y de la región de los Ilergetes, no delosCa- lagurritanos Vascones ó Nas- sicos , los quales de «ingun modo siguieron en las guer- ras civiles el partido del Cesar sino el de Pompeyo, como todos los demás pue- blos de la Vasconia , scgua dige en el tom. 32. pag. 306. y se infiere del mismo Ju- lio lib. I. de Bello Civ.cap. 60. donde nombra los pue- blos que se le agregaron en esta ocasión , y son los Os* censes y los Calagurritanos Fibularenses , y después de estos los Tarraconer>ses , Ja- cetanos , ó según otros La - cetanos , Ausetanos y lo$ Ilergavonenses. Consta asi- mismo de Dion , que Afra- nio legado de Pompeyo re- conocíendo,que no podia de- tenerse largo tiempo en Lé- rida á causa de que varios pueblos cercanos se habian entregado al Cesar , deter- minó retirarse para su ma- yor seguridad á las Ciuda- des situadas á las riberas del Ebro : de donde se infiere que estas favorecían en las guerras civiles las partes de Pom

32 España Sagrada. Poinpeyo. Asi que no hay, como decía , testiinonio por donde se paeda probar que los Calagurritanos Nassicos se pasaroa á Julio Cesar, tomando las armas contra ]os legados Afranio y Petre- yo ; antes debemos creer, que estos fueron de los pue - blos,que en esta misma guer- ra se rindieron al Cesar con la condición da no ser for- zados á militar contra Pom- peyo , á quien debian singu- lares beneñcios.

10 No obstante lo dicho, soy de sentir que el titulo de lulia , que gozó Calahor- ra , debe referirse á Julio Cesar. Los Vascones desde que se sujetaron á este Em- perador se mintubieron cons- tantemente en su amistad como dige eu el tomo pre c:dente. Por tanto no es de e^tranar , que atendida Li fi- delidad de estos, y la libera- lidad del Cesar, les tocase al- guna parte de la bizarría con que se portó para con aque- llos que se le mostraron afec- tos : Q':orum vero benevolen^ ?/¿i,dice Díonlib.43. p.233. usus erat , eos agris alios^ aliosimmunitate^Civitatenon- nuil os , aut jure coloniarum li'jrr.anaruip donavit* Y pa-

Trat, 6^. Cap. 4. rece que Calahorra logró en el Imperio de Julio el bene- ficio de su reedificación; por- que habiendo sido destruida por Afranio poco antes , era ya en ei tiempo de Augus- to Ciudad muy floreciente como veremos después. Por lo qual me inclino á que es verdadera la sentencia co- mún de los Autores citados y otros , quanto a señalar el Emperador que la dio el sobrenombre ; aunque no puedo admitir la causa que ellos dan , para que el mis- mo Emperador la ennoble- ciese con aquel didado ho- noriñco.

I £ D. Antonio Agustín en su Dial. Vlí.de las meda- llas de España , dice que en- tre las que hay con el nom bre de Calahorra , unas ex- presan un municipio con el titulo de lulia , otras una co- lonia con el nombre de Au- gusta. De aqui se podría de - ducir , como parece preten- der este doáisimo varón, que ambas Calahorras es- to es la de los Vascones, y la de los Ilergetes tubie- ron el privilegio de batir moneda ; ó si no que co- mo quieren otros , Calahor- ra tubo primero el- dictado de

Privilegios de la Ciudad de Calahorra, 3 3 de lulia , y después se di- ris Augusta , siendo asi que

jo Augusta por algún bene- ficio que recibió de Cesar Augusto. Estas equivocacio- nes se han originado de las cifras C. CA. y C. C. A. que estos Autores interpretaron falsamente Colonia Calagur-

debe leerse Colonia Ccesar- augusta como confiesan ya todos los Antiquarios per- suadidos de la combinación de las dichas medallas cou las que ponen entero el nom^ bre de Zaragoza. '■

CAPITULO V.

MEMORIAS BE CALAHORRA DESDE

la venida de los Romanos hasta su destrucción por Pompeyo ó Afranio su Legado,

■A

NTES de establecer las noticias que se hallan en los Escritores an- tiguos concernientes á Ca- lahorra , no puedo menos de examinar un suceso muy par- ticular , que escriben mu- chos, respetivo al tiempo en que Aníbal dominó á los Es- pañoles. El Maestro Pedro de Medina en su libro de las grandezas y cosas memora- bles de España impreso pri- meramente en Sevilla año de 1543. y después en Alcalá año de 1566. lo refiere en el cap. 15-. en esta forma: Dice Tito Livio , que quan- do aquel esforzado Capitán Cartaginés llamado Aníbal pliso cerco sobre esta Ciu- Tom, XXXI II,

dad (Calahorra) estubo tan- to tiempo sobre ella , que los de la Ciudad acabaron la? provisiones que en ella ha- bla , y manteníanse de la carne de los hombres que mataban del Real , y los que á ellos mataban , poníanlos en la cerca arrimados al muro , y á las almenas , y por el temor de estos que vian arrimjados á la cerca, no osaban los áe\ Real alle- gar á los de la Ciudad, hasta que siendo ya todos les de la Ciudad miUertos, y los del Real viendo algu- nos dias; las puertas sin gente, y no viendo ningu- na dentro, ni que sallan á ellos ; aunque con tenioi E Aiii-

34 España Sagrada. Aníbal entró dentro por una puerta que era cerfca' del rio , é yendo por una calle vido á un cantón dos espa- das desnudas combatiéndose ]a una con la otra , y echa- ban muchas centellas de fuego de . los golpes que se daban , y llegando á ellas , maravillóse de ver como se combatían por sí, que ninguna persona las maddábyi y'víó cerca de ellas un hombre viejo caido en la calle , y preguntóle que donde era la ge.ite de la Ciudad. El le dijo como todíps eran , muertos de ham- bre,, y mostró un pedazo de carne de hombre , qué trahia en el seno asado , de que. comía. Estas dos espa- das dejó Anibal por armas é insignias í/e está Ciudad.

2 La autoridad de Li- vio , con que el M. Medina publicó el suceso sin citar el lugar de este antiguo y grave Historiador , ha sido bastante para que otros lo crean , y repitan en sus es- critos. El escudo de armas, con que se distingue é ilus- tra Calahorra , puede tra~ herse también para confir- rrncion del mismo caso. Por que en él se representan

Trat. 69. Cap. 5. dos brazos desnudos com- batiéndose con dos espadas, que centellean fuego : y la Ciudad se figura en una mu- ger , que en su mano dere- cha tiene una espada des- nuda, y en la izquierda me- dio brazo humano , con es- ta ietra : Prevalecí contra Cartago , y Roma. El p. Anguiano en su historia de la Rioja ajustó á esta em- presa la maravillosa visión, que se dice haber tenido Aníbal , quando entró en la Ciudad ; pues aunque Me- dina , á quien cita , escribió que este famoso Cartaginés vio dos espadas desnudas comb:itiendose por solas, él añadió los brazos pelean- do reciamente el uno con- tra, el otro, conforme se representan en el blasón con ¡que cree engrandeció Aní- bal á Calahorra, asi que la dio nuevos pobladores.

3 Si el referido Medi- na no es Autor de esta es- pecie , ignoro qual sea su verdadero origen. Lo cier- to es , que ninguno de los antiguos hizo memoria de un suceso tan extraño , y que por esta razón debe atribuirse á alguno de Jos muchos , que en los últimos si-

Memorias de Calahorra. 3 5

siglos se emplearon en ven- acometieron los Celtíberos á' der al vulgo las mas ridicu- las y fabulosas invenciones.

Anibal jamas emprendió la

conquista de Calahorra. Su

imperio mientras se detubo

en España se redujo á ia

costa del Mediterráneo

los Olcades, Carpetanos y

Vaceos. Tampoco se apode- ró de aquella Ciudad , quan-

do pasó á las guerras de

Italia , porque como consta

de Livio , sus primeras jor- nadas después de salir de

Cartagena, se dirigieron por

la Edetania, por la qual

región pasó con su eger-

cito el Ebro llegando á los

Uergetes á quienes sujetó

con otros pueblos del otro

lado del rio. Habiéndose

pues hecho estas conquistas'

en brevisimo tiempo , como;

pondera Polybio, y á la otra

parte del Ebro,se infiere evi-'

dentemente que es muy fal- sa la sujeción de Calahor- ra después de un asedio tan

largo, que obligase á sus

vecinos á comerse unos á

otros.

4 La primera mención

que se halla de Calahorra

es la que hace Livio en su

lib. qo. cap. 21. dcnde refie-

39. cap. re , que junto á esta Ciudad

los Romanos, en la qual ba-' talla 'mataron estos doce mil Españoles, y cautivaron mas de dos mil.' De este lugar se infiere , que en el año 568. d é ■' Ro m a esf a ba' Cal ah o r ra sujeta al Imperio ; porque los Celtiberos salieron de su región , y fueron á provo- car á los Romanos con el fin de pelear contra ellos, como lo ejecutaron en el Campo contiguo á la mis- ma Ciudad. Y de aqui se puede colegir también, que los Vascones de este lado del Ebro eran de los pue- blos asociados al Imperio, cuyos campos talaban los Celtiberos, de quienes, y de los Lusitanos escribieron al Senado los dos Pretores C. Atinio y L. Manlio, que es- taban en armas , y hacían at]uel perjuic'o. Livio lib* 39. cap. 7. Per idsm. tempus (esto es al fin del año de 567. ) tribu7ii militum dúo ex duabus Hispaniis cum liíteris C. Atinii & L. Man- l'ú , qid eas provincias obti- nebait , vencrunt. Ex iis co^nkum est , Celtiberos^ Lu- sitanos que in armis esse^ & socii rwn agros popular i, S La n-,emoria mas cé- E 2 le-

3 6 España Sagrada. lebre de esta Ciudad es la <3ue hacen los Escritores an- tiguos, que trataron de las guerras de Sertorio. Este fa- moso Caudillo perdió casi todo su egercito en la ba- talla que dio á Pompeyo cer- ca del rio Thuria ( hoy Gua- dalaviar ) en las comarcas de Valencia. Viendo tan desba- ratadas y extenuadas sus fuerzas , determinó retirarse á Calahorra con animo de guarecerse dentro de sus muros, y de rehacerse de nuevo egercito , á fin de continuar sus empresas con- tra Pompeyo y Mételo. Es- te hecho de Sertorio es efi- cacissima prueba asi de la benevolencia , con que era amado de los Calagurrita- cos , como de la fortaleza de Calahorra: pues siendo de su partido las mas Ciu- dades de España, la esco- gió entre todas para su de- fensa , y para reparo de su poder sumamente debilita- do en la espresada batalla, 6 Plutarco no declara el nombre de la Ciudad , y so- lo dice , que Sertorio se acogió á un pueblo mon- tuoso y fortalecido : y aun- que lo primero no convie- ce con la mayor propriedad

Trat.óg, Cap, j. á Calahorra , con todo eso se puede verificar por ra- zón de la punta ó colina sobre que está situada. Lo cierto es , que las guerras ultimas de Sertorio fueron en la Calahorra de los Vas- cenes , como consta del tes- timonio expreso de Strabon, que habiendo mencionado á Lérida y Huesca ciudades de los Ilergetes dice; In his urbíhus postremam bel- Ji partem Sertorius confe- cit , S Calaguri Vasconum urbe,

7 Lo prim^ero , que Ser- torio hizo en Calahorra se- gún Plutarco, fue cerrar por todas partes sus murallas, y fortalecer sus puertas; en lo que como en otras co- sas se portó con singular astucia , porque creyeron sus enemigos , que su inten- to era solo mantenerse den- tro de la Ciudad , y defen- derse desde ella, siendo muy diversa la idea de Sertorio. Consintió éste , que Pompe- yo y Mételo cercasen á Ca- lahorra , y mandando á al- gunos que saliesen de la Ciudad fingiendo que huian, sus contrarios no entendie- ron el ardid , y les permi- tieron ir libres j y juntar un

Memorias de un grueso egercito por los pueblos que seguían el par- tido de Señorío. Entretan- to que estos reclutaban sol- dados , hizo Sertorio algu- nas salidas con su gente , y quebrantó las fuerzas de los que le tenían asediado , co- mo se refiere en el Epito- me del lib. 92. de Livio: Obsessus deiiide Calagurii Sertorius assiduis eruptioni- hus non levlora damna ob- Sídentibus intulit. Sus lega- dos le dieron luego aviso de como tenían ordenado un buen egercito ; lo qual cabido tubo modo de salir de Calahorra , y de ir por medio de los enemigos en busca de su gente. El P. Ma riana escribe , que en esta salida perdió Sertorio tres mil de los suyos ; pero lo contrario se colige de Plu- tarco , que hablando de este caso dice : Quod poitquam ti significavere , ex facili per medios e lapsus b os íes ecnjunxít se cum sms. El nuevo socorro de las Ciuda- des amigas de Sertorio , y las disposiciones que éste dio en orden á prohibir que por alguna parte viniesen á los Romanos los víveres y lefuerzos que necesitaban,

Calahorra, 3 7

bastaron para que Pompeyo y Mételo recelosos de su total destrucion desistie- sen del cerco de Calahorra, y se retirasen á partes muy distantes y diversas : Quos etiam ab obsidione Calagu- rii oppidi depíilsos coegit di' versas regiones petere , Me- tellum ulterior em Hispaniam^ Pompcjum Gallianu

8 Sertorio se hizo tan formidable á los Romanos con estas vidorias , que al- canzó de ellos , ayudado de sus amigos y especialmen- te de los Calagurritanos mientras estubo cercado en Calahorra , que desde en- tonces comenzaron á temer grandemente aquellos dos poderosos y esforzados Ca- pitanes Pompeyo y Mételo. La Ciudad de Roma se vio en esta sazón tan afligida, que se decia publicamente, que antes habia de llegar á Italia Sertorio que Pompeyo, á quien el Senado habia en- viado á España con el ú^s» tino de concluir la guerra contra aquel enemigo del pueblo Romano. Mételo de- sesperado ya de poder ven- cerle con las armas , pro- puso grandísimos premios de dineros y heredades al ciu- da-

•38 España Sagrada, •dadano de Roma , que qui- tase la vida á Sertorio. Plu- tarco después de haber re- ferido es;a guerra de Cala- horra , escribe este hecho de Mételo con estas pala- bras : Quantum vero hunc virum exhorruerit Mete/lus, & quanti fecerit ^ declara- vit hac re ; siquidem pro- nunciavit in caput ejus , si civis Romanus illum inter- fecisset prceviium centum ar- genti talcnta , & agruní vi- ginti millium jugerum ; si exul , rcditum in patriam.

9 Apiano Alejandrino trae en el lib. 2. de Bellis CiviL otra batalla , que los deí partido de Sertorio die- ron á Pompeyo en Calahor- ra hasta donde le fueron siguiendo desde Palencia, tjuando le hicieron levantar el cerco de esta Oiudad, y salir de la tierra de los Vaceos. También en esta ocasión vencieron los Ser- torianos matando tres mil de los Romanos : Sertoria- v.i , rcparata mxnium par- te , quce corruerat , hostem

Trat.69, Cap. 5.

ad Cálas^ürrim adepti occi^ deruní tria millia,

10 Aun lue las cosas Sertorio mudaron de sem- blante después de los suce- sos prósperos que he refe- rido , y por esta razón le desampararon muchos de los suyos , los Caiagurritanos se mantuvieron constantes en su amistad. Ni se acabó en sus pechos el amor que le tenían, con la desgracia- da muerte , que le sobrevino poco tiempo después oor la conjuración de Perpena, Ha- llóse cerca de Logroño una piedra de aquel tiempo , en que se vio gravada esta y lealtad de los vecinos de Calahorra. Y aunque Gru- tero pone su Inscripción en- tre las espurias y supuestas, me parece debo copiarla aquí en vista de que otros Escritores muy diligentes en el reconocimiento de las Antigüedades la tienen por legitima , y de que el citado Antiquario no da razón algu- na con que se pueda justificar su sospecha. Dice pues asi:

DIIS

. j ,, :, jMfinpvias de Calahorra. 39

'■'"'/' DlIS.'^MANIBVS. Q. SERTORII.

:Me . Bebrici vs. Galagvrritanvs .

Devovi .

arbitratvs .

Religionem. ESSE.

EO . SVBLATO . QVI . OMNIA .

'¡:-lfym:^:m^ ■, immortalibvs . commvnia . habebat . me . incolvmem. retiñere. animam . ; ; Vale . viator . qvi. haec.legis. í et . meo . disce . exemplo . ; ;'

FIDExM . SERVARE .

IPSA . FIDES .

ETIAM . MORTVIS. PLACET .

CORPORE . HVMANO . EXVTIS .

Am-

V 4 o E sp oiña Sag rada II Ambrosio de Mora- les la tradujo con esta ele- gancia. Yo Bebrício , natural de Calahorra , me ofrecí á la muerte por ir en compa- ñía del alma de Quinto Ser- 'íoríoi Porque tube por caso contra religión detener mas mi alma dentro en el cuer- po , después de muerto aquel que no tenia cosa que no fue- se divina. Ve en buen hora que pasas y lees esto , y aprende en el egemplo que te dejo , guardar siempre , y lealtad. La lealtad también agrada á los muertos, aun des- pués que han salido de la vida.

12 ' Muerto Sertorio , y vencido Perpena, se entre- garon á Pompeyo las Ciuda- des de la España Citerior , á excepción de Osma , y Cala- horra , cuyos vecinos qui- sieron dar las' ultimas prue- bas de su amor á Serto- rio, siguiendo la máxima de Bebricio de que la es mas fírm'e que la vida , y agrada aun á las almas que salieron de los 'cuerpos. Ca- lahorra fue tan obstinada en esta pasión , que no se aca- bó su fidelidad de otra ma- nera que muriendo todos sus habitantes , como constará de lo que diremos ahora.

Resistiéndose , pues , á los Romanos , la cercaron éstos con un egércíto grande , y poderoso. Acerca del Capi- tán hay variedad en los Es- critores antiguos ^ expresan- do unos á Pompeyo , y otros á Afranio. Julio Exuperan- ció, y Valerio Máximo nom- bran al primero. Paulo Oro- sio , y otros , al segundo; aunque no es improprio atri- buir á Pompeyo lo que hizo Afranio , á quien él crió con su dodrina , y tubo después en España por su Legado»

13 El cerco de Cala-. horra duró tan largo tiempo, que los vecinos llegaron á consumir la provisión que hablan hecho de todo géne- ro de víveres, previendo la necesidad en que se veriaii por no sujetarse á los Ro- manos. Sin embargo no se dieron por vencidos ; pues para perseverar mas constan- tes en la de Sertorio , y frustrar el intento de Afranio, determinaron mntar sus pro- prios hijos , y mugeres , de cuyos cuerpos hicieron ce- ciiía para que les durase mas la horrible vianda á que los obligaba el hambre.

14 Valerio Máximo no halla palabras con que enca- re-

Metnorias de Calahorra. 41

recer la impiedad de los Ca- tajaban á las serpientes , y

lagurritanos en este hecho. Dice , que la execrable cruel- dad de estos excedió gran- demente la feroz pertinacia de losNumantinOs en el cer- co de Scipion. Que la juven- tud armada de esta Ciudad alimentó sus entrañas con sus proprias entrañas , no du- dando salar para este fin las mismas carnes que ellos ha- bían engendrado. Que nadie podria exhortar á los Cala- gurritanos á pelear fuerte- mente por la vida de sus mu- geres, é hijos , como lo hi- cieron otros pueblos , y Na- ciones , pues ellos mismos los mataron para su proprio sus- tento. Que mas debia Pom- peyo castigar,que trabajar en vencer á unos hombres que en materia de fiereza se aven-

fieras ; porque estos anmia- Tes exponen su vida , por de- fender la de sus hijos , y los de Calahorra se sirvieron de sus hijos comiendo y cenan- do sus cadáveres.

15 Juvenal en la Sátira 15- V. 93. hablando también de este caso , y haciendo co- tejo de la fiereza de los Ca-r lagurritanos con la de lo» que habitaban una Isla de Égypto llamada Tentyra, disculpa en parte á aquellos, exponiendo que no comieron carne humana por costumbre como los Tentyritas ,sino so- lo quando consumidas todas sus vituallas fueron puestos en extrema necesidad por la guerra , y el largo asedio de los Romanos.

Gascones ^ut fama est ^ alimentis talihus usi Produxere animas : sed res diversa , sed Ulia Fortunce invidia est , bellorumque ultima^ casus Extremi , longce dirá obsidionis egestas. Hujus eriim , quod nunc agitur , miserabile dehet Exemplum esse cibi: sicut modo didia mihi gens Post omnes herbas^ post cundía animalia quidquid Cogebat vacui ventris furor , hostibus ipsis Pallorem , ac maciem , ac tenueis miserantibus artus Membra aliena f ame lacerabant ^esse parati Et sua. Quisnam hominum dare^ qiiisve deorum Urbibus abnuerit dirá , atque immania passis'i

Tom.XXXUL F Et

42 España Sagrada» Trat. 69. Cap. 5.

Et quibus ipsorum poteravt ignoscere mane Quorum corporibus vescebantur,

16 Prosigue luego el Poe- ta Satírico diciendo , que enmedio de tan grave nece- sidad no era licito el hecho de los Calagurritanos , y que debia seguirse la doélrina de Zenon , Principe de los Stoi- cos , en la qual no se per-

mitía conservar la vida por medios tan inhumanoí». Pero escusalos otra vez haciendo presente , que los de Cala-r horra no podian saber los documentos de la seda Stoi- ca en aquel tiempo tan re- moto del suyo, jbi,¿ij

Melhis nos Zenonis prcecepta monent, Nec omnia qu^edam Pro vita facienda putat. Sed Cantaber mide Stoicus antiqui prcesertim cetate MetelW^

17 Escusalos finalmente con el egemplo de Sagunto, Ciudad nobilísima , y fidelí- sima , la qual se vio en la

misma necesidad , quando Aníbal la tubo cercada por ocho meses.

Nobilis Ule i amen popuJus , quem diximus , & par Virtute atque fide ; sed majar clade Saguntus Tale quid excusar.

18 Los Comentadores de Juvenaí entendieron el nom- bre de Vascones por los pue- blos de la Vasconia en gene- ral; pero el Pcer.;3 debe in- terpretarse de los Calagurri- tanos solos , como es patente en todos los Historiadores que hablan de este caso. Proponen también las opinio- nes de varios Autores acerca

del Capitán que los cercó; y ellos sostienen que fue Mé- telo , movidos de aquellas palabras : Antiqui prcesertim cetate Metelli ; en lo qual sienten contra el universal consentimiento de los anti- guos , que como dije antes, convienen en que Pompeyo ó Afrjnio su Legado puso el cerco á Calahorra. Ni con- tra-

Memorias de tradice Jüvenal en la men- ción de Mételo , porque su intento solo era señalar la an- tigüedad de este suceso , el qual corresponde sin duda al tiempo del Capitán mencio- nado , que juntamente con Pompeyo peleó por los Ro- manos contra el famoso Ser- torio.

19 De este mismo suce- so de Calahorra se cree es- cribió Salustio en el lib. 3. de las Historias, en que trata de Sertorio , donde se encu- entra este fragmento : Parte consumpta , reliqua cadave- rum ad diuturnitatem usus fallerent. Por lo qual Dou- coe afirma , que estas pala- bras debian ponerse en las ediciones de Salustio después de la epistola de Pompeyo, que se escribió antes del su- ceso mencionado en este iu- gar.

20 Los Calagurritanos después de haber sufrido un asedio de muchos meses; después de haber padecido una hambre tan cruel , que puso en olvido todas las ham- bres de que se tenia memo- ria , pasando por esta razón á ser proverbio , como lo era antes la Saguntina , quando se quería exagerar la ham-

Calahorra, 43"

bre , que llegó al grado de extremada ; después en fin de haber comido sus proprios hi- jos, y mugeres, casi consumi- dos ya de la necesidad y des- tituidos de todo socorro fue- ron forzados á entregarse á los Romanos. De aquí puede colegirse , que Calahorra era en aquel tiempo una de las Ciu lades mas valientes y fortificadas , pues no pudo ser vencida con la fuerza exte- rior del egército Romano ; y fue necesario rendirla por medio de un enemigo inte- rior que consumiese á sus mo* radores, yde quien dijoVege- cíoi Ferro scevíor fames est* 21 Acerca de la suje- ción de Calahorra , y de lo que Pompeyo , y Afranio hi- cieron después de apartarse de esta Ciudad, escribe Lu- cio Floro, bajo la misma ex- presión que de la conquista de Huesca , Termes , y Tu- cia : Tum illis , dice , ad po- pulationem aarorum , bis ad urbium excidia conversis^ misera ínter Romanos His^ panla discordice posnas da- bat , doñee oppresso domes^ tica fraude Sertorio , vi&o, deditcque Perpenna , ips¿e queque in Romanam fidem venere urbes Osea , Termes^ Fa Tu-

44 "España Sagrada, Ttitia , yalentin , Auxima^ & infame nihil non experta Cúlaguris, Añade luego, que viniendo las Ciudades aqui expresadas á la de los K orna nos , se verificó que es- tos se pacificaron con la Es- paña : Sic recepta in pacem riispania. De aqui podia alguno inferir , que es falso lo que vulgarmente se escri- be sobre la total destrucción de Calahorra; porque si esta Ciudad vino, aunque después de una larga , y obstinada resistencia , á ser amiga de ]os Romanos ; y si estos la admitieron pacificamente á su amistad , como insinúa Floro , parece que lejos de destruirla enteramente , la recibirían bajo de su protec- ción como lo acostumbra- ban con los pueblos con quie- nes trababan amistad , según aquello de Cicerón , lib. i. de Offic. cap. II. In quo tan- t opere d nostris justitia cul- est , ut ii , qiii civitates a^t nationes bello devidias helio in fidem recepissent^ea- rum patrcni essent more ma- jorum.

22 No obstante lo dicho, se ha de tener por cierto, que Pompeyo , y Afranio te~ nian tal encono contra Ca~

Trat.69. Cap. 5. lahorra , que no satisfechos con la hambre que los Cala- gurritanos padecieron duran- te el cerco, la qual movia á conmiseración á los mismos enemigos , como dice Juve- nal, abrasaron la Ciudad , y pasaron á cuchillo á todos sus moradores. Julio Exupe- rancio, Historiador antiquísi- mo , aunque de edad incier- ta dice , que Pompeyo aso- ló áOsma , Clunia , y Cala- horra : Postea Pompejus Per- pennam subegit , Auxum^ Clunium , Calagurrim civita- tes delevit. Paulo Orosio tes- tifica , que Pompeyo echó por el suelo á Osma , y que Afranio quemó á Calahorra, y mató á sus habitantes : Ci- vitatibus vero cunctis ultro^ ac sine mora per deditionem receptis , duce tantum resti- terunt Uxa-ma , & Calagtiris^, quarum Uxamam Pompejus- evertii ^Calagurim Afranins jugi obsidione confeGiam , at- que ad infames escás mise- randa inopia coadiam ultima ccvde , incendicque delevit. Por lo qual no comprehendió á Calahorra la equidad que Cicerón enseña haber obser- vado los Romanos coq las Ciudades vencidas , que ellos admitían á su amistad , sino el

Memorias de Calahorra. 45

el rígí)r con que acostumbra- crudeles in bello , nec'imma

ban castigar á las que fueron demasiado crueles , y obsti- nadas , de lo qual escribe el mismo Cicerón de este mo- do : Parta autem vidtoria^ fonservandi sunt ti , qui non

fies fuerunt :ut nmjores nos^ tri Tusculanos, Mquos^ Vols- eos , Sabinos , Hernicos in Civitatem etiam acceperunt; at Carthaginem , S Numan- tiam funditus susüuléruüt^^''^

CAPITULO VI.

MEMORIAS BE CALAHORRA

desde su reedificación.

. iTPVEspues que Pompe- X-^ yo sujetó , y paci- ficó toda la España Citerior^ puso sui! conato en reconci- liar consigo á los Vascones, ^ue eran los mas devotos á ^ertorio , y se hallaban re- sentidos con el triste fin que acababa de tener Cala- horra , Ciudad la mas noble y belicosa de su -región,; A este fin les hizo muy. seña- lados, beneficios ; y como en recompensa de la insigne po- blación- que hablan perdida, les fundó otra Ciudad , á qviien dio el nombre de Porii- pejopolis , que como dice Strabon se interpreta Ciu* dad de Pompeyo. Por este ipedio consiguió el amor; de- los Vascones , que estos mos- Uarqn después, en la guerrai

Civil , que se encendió entre él , y Julio Cesar. - 1 Concluida la guerra Civil , y vencidos los hijos de Pompeyo , procuró el Ce- sar ganar la voluntad de los Españoles , haciendo merce- des á diversos pueblos, co- mo consta del testimonio de Dion.Dió muestras de sin^ guiar benevolencia ai'in á laS gentes que habiendo segui- do el partido de Sertorio, y luego el de Pompeyo, le ofrecieron fidelidad y obe- diencia. Es buena prueba de su amor para con los Lusi-'' taños , a quien el mismo Ce- sar llama Beneficiarios de Petreya , Legado de Pompe- yo ,'la:;Ciudad de Ebora, que para memoria de los privile- gios que U concedió , se lla-

46 España Sagrada jTÓ desde, este tiempo» ¿i- beralitas jitlia , como cons- ta de una Inscripción que tu- bo en su poder Resende , y publicaron Jacobo Metieses Vasconcelos , y Ambrosio de IVIprales. Igual expresión de su cariño recibieron los Vas- cones ; pues entonces se re- edificó su Ciudad de Cala- horra coF^ los > derechos ^de Ciudadanos de Roma ,' y c}e ' Municipio , llamándose por ' esta razón con el sobrenom- bre de Juiia. -Poblóla de los Colonos R(:m:mos , que esta- l^leció en España,- los quales ^ran también ' de ios qiie Ll- vio menci'si^na. .hablando' de Empurias : t^niím gemís Rornani Coloni ab Vivo Ce- bare post dcviGios Pompeji Uiferos adjecii. Algunas de ías' familias que. se avecin- daron en Calahorra, queda- ron gravadas en las meda- llas de esta Ciudad ; por las quales consta , que fueron de las mas ilustres , pues se ha- llan los apellidos de Valerio Bosthumio, Emilio, Antonio, Fabio,Memmio,&c. que son de los mas antiguos , y no- bles ;de los Romanos. :.^ Recibió Calahorra su niayor lustre y honor en el Imperio de Augusto; Este;

. Trat.óg, Cap. 6. Emperador, vi^no á España al fin del 3^0*727. de Ro- ma , como escribe Dion , y puso orden y concierto en el gobierno de estas Provin- vincias. Entonces , pues , con decoró á muchas Ciudades^ en especial de la España Ci- terior , que él habia tomado á su cargo con la Lusitania, dejando al Senado , y pue- blo Romano ia Andalucía, alegando que ésta se halla- ba pacificada del todo , y sin necesidad de guerra pa- ra conservarse bajo del Im- perio. No tocó pequeña par- te de las mercedes qiie hizo' en esta ocasión á la Ciudad de Calahorra. Concedióla' primeramente el privilegio de batir moneda , del que usó tan repetidas veces , que' hoy es una de las Ciudades mas conocidas por la copia de sus medallas que se en- cuentran en los gabinetes, y en las Colecciones que han publicado los Antiquarios. Hasta ahora no se ha des- cubierto alguna anterior al referido Emperador ; y to- das las que tienen el nom» bre de éste, le expresan con^ el de Augusto ; lo que es una; prueba evidente de que Ca- lahorra obtuvo este fuero' des-

Memorias de después del año dicho en que el Senado coiljcedip alQesar aquel glorioso ^renomWe.

4 Desde el mismo Im- perio de Augusto representa esta Ciudad en sus monedas haber sido su gobierno con- forme al de Roma su C^ipi- tal. En casi todas gravó los nombres de sus Duumviros, que eran el Supremo Magis- trado , y tenían á s\i cafgo los principales negocios de la República. Es muy pro- bable que el Duumvirato de Calahorra fue tan honorífi- co, que Cesar Augusto no se desdeñó de aceptarlo , como parece por la medalla que trae el Rmo, Florez en el tom. I. de su Colección , Tab. 13. num.2. la qual tiene el rostro del Emperador , y los nombres de Cayo Mario , y Marco Valerio , que subs- tituían la dicha dignidad. Alguna vez se nombra la Curia ó Senado de Calahorra en las medallas que contra- marcó ó sobresello con dos DD. indicando que está di- visa se puso por mandado ó

Calahorra* 47

Decreto de los Decuriones. Hallase también la dignidad de sus Ediles , á quienes per- tenecía el cuidado de los edificios , caminos , Templos, y juegos póblicos. Véase el tom. cit. Tab, 13. num. 5. 10. y ir.

5 El mismo Cesar Au- gusto hizo sumamente reco- mendable el nombre de Ca- lahorra con el grande con- cepto que formó del valor, y lealtad de sus vecinos, honrándolos y distinguiéndo- los entre todas las gentes de su vastísimo Imperio con el oficio de Guardias ,i,y Defen- sores de su vida por todo el tiempo en que corría mas nesgo , esto es , hasta que venció á Antonio. Además del Esquadron que tenia destinado á este fin , puso soldados Calagurritanos en las Legiones que él estable- ció el primero. Smetio , y Grutero traen una Inscrip- ción , de la qual constan los nombres de algunos. Dice asi:

AVRELIVS. T. F. CAL vos. CAL MIL. LEG.x. GEM. ANN. XL. STÍP. XVIII

ET.

48 España Sagrada. Trat. 69. Cap. 6.

ET. M. AVRELIVS. T. F GAL. FESTVS. CALAG ANN. XXXVIII. STIP. XVII ET. AVRELIVS. FLAVLF FLAVIANVS. LIXA. ANN XVIII. HIC. SÍTL SVNT S. V. T. L. H. F. C.

6 Don Gregorio Mayans en su Tratado de Hispana progenievocis C/r,pag.53. es de pirecer , que esta Ins- <:ripcion debe interpretarse de soldados Calagurritanos, que acompañaron á Augus- to, y custodiaron su cuerpo. No trae razón alguna en prueba de su diélamen ; y es de presumir , que se funda- se en la abreviatura STIP. leyendo acaso Stipator. Pe- ro se ha de advertir , que en ésta, y otras Inscripcio- nes puestas para memoria de los que militaron, debe leerse i'í/p^/? í//í<?, significándo- se con esta voz los años que siguieron la Milicia; de ma- nera , que lo mismo es decir que los Calagurritanos nom- brados en esta Inscripción merecieron i8. o 17. esti-

pendios , que decir que mi- litaron otros tantos años. En este sentido escribe Corne- lio Nep. de Catón , que me- reció el primer estipendio siendo de edad de 17. años. Véase también Tácito, Annal. I. 36. Y Grutero , pagg. DLXXIlí. DLXXIV. DL- XXV. donde se hallan otras Inscripciones , en que se po- ne la voz de Estipendios c:)n todas sus letras. Por tan:o,

no se pone

!a abreviatura

STÍP. en el ultimo que se ex- presa en la Inscripción ; por- que no teniendo sino 18. años de edad , no habia acaso mi- litado antes del año 18. y era éste el primero de su milicia.

7 La suntuosidad de Ca- lahorra fue por este tiempo correspondiente á su digni- dad.

Memorios de dad , y á los honores muni- cipales , y militares de sus vecinos. Los vestigios que se mantienen de sus antiguos edificios en la parte que hoy sirve de heras , muestran que se estendia mas que aho- ra acia la parte septentrio- nal. Por este mismo lado se descubren los rastros de un célebre aqueduélo , cuya ar- gamasa indica haber sido fábrica de aquellos siglos re- .motos. Es difícil averiguar de qué rio ó fuente venian dirigidas por él las aguas pa- ra el uso de los Ciudadanos, afirmando Moret que se tra- ían á gran costa desde las montañas de Navarra de acia ]a Berrueza , por verse sobre €l Ebro algunos trozos de puente o aquedudo. Pero no puede dudarse que esta obra se iiizo á costa de muy gran- des expensas, por las muchas dificultades que se ofrecían, á causa de la elevada situa- ción de la Ciudad , y que tío pudieron vencerse, sino con arcos muy fuertes y altos.

8 Es también buen argu- mento de la magnificencia de Calahorra el Circo que se hizo en tiempo de los Ro- manos para los espedácu- los , y juegos públicos cerca

Tom, XXXIíl.

Calahorra,

4^S^

de la puerta oriental del ca- mino para Logroño. Sus pa- redes son de ladrillo , y ar- gamasa ; de las quales se con- servan tan claros vestigios, que con mediana diligencia podria descubrirse la forma y construcción del Circo , y la distribución de sus par- tes por lo mas bajo del edi- ficio. Sa longitud es de 489. pasos ordinarios; y geomé- tricos , 244. y medio. Su li- titud de 1 16. y geométricos, io3. Sus paredes tienen de grueso 22. pies comunes, con disposición para las gradas, que servían de asiento á los que concurrían á los juegos. 9 El P. Moret , fundado en que pocos años antes que él escribiese se descubrieron en el Circo muchos aqueduc- tos de plomo, dice , que los juegos que en él se celebra- ban eran los que se llarftaban Nauma^uias , por ser cierta imitación y; -remedo de las batallas Navales. Pero- fuera <de ^ue no consta haberse acostumbrado en España es- te género de espectáculo , no se hace verisímil que ei Cir- co de Caiahorra estubíese destinado á esta diversión en vista de que siendo necesa- ria para Naumaquia gran G co-

Jo España Sagrada, copia de agua , carecería el pueblo de la que necesitaba para su uso , por no ser el aquedudo , como se recono- ce en sus vestigios, tan capaz que pudiese llenar ei Circo, abastecidos juntamente los Ciudadanos. Aun los Empe- radores de Roma , quando daban las Naumaquias , te- nían el cuidado de no pri- var al pueblo del agua que era de sa uso ; por lo que, ó se celebraban aquellos jue- gos cerca del Tiberis , ó se traían para este fin aguas .qiue; por sus malas calidades no /pudiesen servir al públi- co, como de Augusto lo ad- vierte Julio Frontino en su lib. I. Asi , que basta decir, que el Circo Calagurritano -se fabricó, par a los juegos que 4e]-J:ií2af- en que se ha- .q\^Sí ^^ ' 4ij<¿roa Circenses. •. to-> Mdhüdel en su Di- sertación histórica de las Med. antvde España afirma, fque',est4. Ciudad podia ala- -barse de- haber celebrado como Roma los juegos Me- galenses , instituidos para culto y obsequio de la diosa Cybel.es, Lo mismo sostubo antes Vaillant , declarando de^ estos juegos dos mone- das de Calahorra , que el

Trat. 69. Cap. 6. Rmo. Florez reprodujo en su tom. I. de Med. Tab. 13. nu- mer.4. y 5. Afirman , pues, los Autores citados , que las dos Ciudades Roma , y Cala- horra tubieron los referidos juegos , aquella en honor de la Madre de los dioses ; y ésta en memoria de Scipion Nasica , que los instituvó y celebró á expensas suyas por espacio de diez dias. Nuestro erudito Florez im- pugna el fundamento de Vai- llant por lo respectivo á la medalla del num. 4. de la Tab. cit. porque poniendo en ella los nombres de los Du- umviros L. Prisco , y C. Brocho , se colige que no ha- ce relación á fiestas públi- cas, sino á sacrificios; pero consiente en que la medalla del num. 5. puede interpre- tarse de los expresados jue- gos, por estar gravados en ella los nombres de los Edi- les , á cuyo cargo estaba la recreación del pueblo.

II Es muy creíble que la Ciudad de Calahorra ba- tió la medalla del num. 5. agradecida á la ostentación y gastos de sus Ediles Cayo Valerio, y Cayo Sextío en los juegos solemnes que celebra- ron. Asimismo es verisimil que

Memorias de Calahorra, 5 1

qae estas fiestas tubieron a!u- líos juegos al dios Júpiter,

:ipion, gravado

sion á P. Cornelio S pues en el rostro en la moneda se pone el nombre solo deNasica , que como vimos antes es comm á la Ciuaad que conquistó siendo Pretor en España. Pe- ro yerran mucho los Auto- res citados , estableciendo que Scipion celebró los jue- gos Megalenses , y fue el inventor de ellos ; y consi- guientemente en afirmar que Calahorra los renovó para memoria del mismo Nasica. Tito Livio refiere , lib. 36. c. 36. que P.Corneüo Scipion suplicó al Senado, que se le diese alguna suma de dinero para los juegos que'siendo Propretor en España habla ofrecido en el mayor riesgo de una batalla que tubo; pe- ro que los Padres respondie- ron, que pues hizo aquel vo- to sin consultar al Senado, y por sola su voluntad , lo cumpliese usando del di- nero que hubiese reservado de los despojos de la mis- ma batalla, 6 si no á su pro- pria costa : como lo hizo, celebrando los juegos por diez días. El mismo Liv. di- ce en el lib.35. cap. i. que Scipion hizo voto de aque-

si le concedía alcanzar vic- toria de los Lusitanos , que después de- haber talado la España ulterior , volvían á sus casas cargados de ricos desp.ojos. í i hoc discrimine, ludas. Jovi^ si vi ¡[udi.sset^ cecidissetque host.es , Pr^?^ pretor vovi't. Vemos , pues, que P, Corn. Nasica, no-hizo los juegos .en honor de^la^ gran. JVÍ^dre "de los ,*üioses. Idea ó.rCy|3eíes,siiio dejú-' piter , á quien" hizo aquel voto ; por lo que estosrio' fueron los Megalenses con- sagrados áCybeies.,,s]no I05 que se dijeron Romanos ó grandes ^áQÚicdáos á los dio- ses mayores, de los quaies es- cribe Cicerón Verr. V. 14. 3Iihi h/dos antiquisstmos^quí primum Ro nani sunt nomina- ti, máxima cum dignitate , ac religione Jovi , Junoni ^ Mi~ nervceque es se facienkos,

12 Es también error el atribuir á Scipion Nasica la institución de los juegos Megalenses. El trajo á Ro- ma por orden del Senado la diosa Cybeles ; pero los juegos no se hicieron hasta trece años después , quando M. Junio Bruto dedicó el templo que se la hizo en la G 2 mis-

5 2 España Sagrada. misma Ciudad. Véase Liv. lib. 36. cap. 36. y de los mismos escribe este Histo- riador 34. 54. Megalesia Ju- dos scetúcos C, AtiUus Ser- ranus , L. Scribonius Libo ediles cumies primi fecerunt. Por lo qiial no hay funda- mento para creer , que los ediles de Calahorra imita- ron á Roma en la celebra- ción de los juegos Megalen- ses , renovando la memoria de Nassica ; y si tuvieron algún respedo al Pretor, como indica la moneda ci- tada , es mas verisímil ha- ber celebrado el mismo ge- nero de juegos , que este personage su conqiiistador ofreció á Júpiter en Espa- ña peleando contra los Lu- sitanos.

13 Desde Augusto hasta que murió Tiberio no tene- mos de Calahorra otras no- ticias que las de sus me- dallas , las quales cesaíon

Trat,6cj, Cap, 6. en el Imperio de Caligu';?, por cuyo decreto se quitó á todas las Ciudades de Es- paña el privilegio de batir- las en !a opinión mas pro- bable ÓM los Antiquarios.

14 Por los años de esta prohibición nació en Cala- horra el famoso M. Fabio Quintiliano gloria de su pa- tria y de España , Orador eminentisimo entre todos los de su tiempo , primer Maes- tro de Retorica en Roma, Restaurador de la eloquen- cia latina , de cuyas miemo- rias trataré luego largamen- te , añadiendo mucho á lo poco que traen nuestras historias , en honor de un Español tan ilustre.

15 En el Imperio de Ha- driano año de 119. de la Era vulgar residía en esta Ciudad Claudio Quartino; y desde ella dirigió á los Duumviros de Pamplona la Carta siguiente:

CLAV-

vie monas úf

áta/JOtTá'

CLAVDIVS QVARTINVS II VIRIS POMPEI SALVTEM ET IVS MAGíSTRATVS VESTRÍ EXEOVI ADVERSVS CONTVMACES POTESTIS ET NIHILOMINVS QVí CAVTÍONIBVS ACCIPIENDIS DE SVNT SCIANT FVTVRVM VT NON PER HOC TVTI SINT NAM ET NON ACCEPTARVM CAVTIONVM PERí CVLVM ADEOS RESPICIET ET QVID QVID PRAESENTES QVOQVE EGERÍNT ID COMIVIVNIS ONERÍS ERIT BENE VÁLETE DAT. NON. OCTVBRIS CA LLAGORI IMP. CAES. TRAIANO HADRIANO AVG. III. COS

Hallóse esta Carta en una lamina de bronce , que copió el Licenciado Subiza Oidor ; y la traen Sandoval en el Catal. de los Obispos de Pamplona pag. 3. Oihe- nart en su Notic. de la Vasc. P^S' 77» Sponio en la ^edt, 8. de sus Miscel. de la an- tigüedad erudita pag. 278. De su Autor Claudio Quarti- no consta haber sido hombre muy distinguido entre losRo- manos, á quien el expresado EmperadorHadriano dirigió un Rescripto sobre la tortura

de los Siervos. Véase Ulp'a- no ///-'. 8. de OfficProc, /.i. j^. de Quivstion.

16 El Illmo. Pedro de Marca dice en el lib. t. de la Hist. de Bearne cap. 2, que en este mismo Imperio de Hadriano se establecie- ron por calezas las Ciuda- diís de Calahorra y de Pam- plona , quedando sometidcs á ésta en lo civil la mayor parte de los Vascones , y agregados á aquella con otra parte de la Vascon"j las regiones á que despue

54 "España Sagrada. se extendió su Obispado. Esta especie se funda en la división de Provincias, que comunmente se atribuye al referido Emperador ; pero no h:]biendo fundamento só- lido en prueba de que en este tiempo se hizo la di- cha división , como prueba ei Rmo. Florez en el tom. i. de la España Sagrada , no puedo dar fácilmente mi asenso al establecimiento que el citado Arzobispo po- ne bajo el Imperio de Ha- driano.

17 Después que se hizo la división , que se dice de Constantino , y se desmem- braron de la provincia Tar- raconense los distritos que formaron la Cartaginense y la de Galicia , Calahorra quedó por cabeza de todo el territorio , que se exten- día desde ella hasta tocar con la Galicia; por lo que su jurisdicción civil era muy dilatada , y pertenecían á ella muchas Ciudades prin-

Trat. 6g. Cap. 4.

cipales con las regiones en que estaban situadas , es á saber , la de los Autrigones, Caristos , Vardulos , Bcro- nes , y una parte de la Vas- conia. De todas estas y de sus pueblos, se ha tratado lar gamente en la 2. part. del tom. 24. en la Disertación de la Cantabria , y en mi tom. 31. donde hallarán los Curiosos quanto se podria decir en este lugar. La ma- yor parte del referido ter- ritorio fue muy poco fre- quentada y habitada de los Romanos , y por esta ra- zón no se hallan aqui ves- tigios de la antigüedad , co- mo en otras regiones ; de manera que de todo el dis- trito sujeto á Calahorra á la parte septentrional del Ebro , solo he tenido noti- cia de una lápida sepulcral, que se conserva en la Her- mita de N. Señora de la Asa en la ribera del expresado rio junto á la Puebla de la Barca , la qual dice asi:

Memorias de Calahorra.

5S

P SEMPRONIO TITVLLO AN L AEMILIAE TITVLLAE AN XXX G SEMPRONIV AEMILIANVS ET POMPEI MATERNA NVRVS ET S E M P R ONl V S TÍTVLLV NEPOS D F C

CAPITULO VIL

NOTICIAS DEL CELEBRE ORADOR

Quintiliano natural de Calahorra.

I TWTO fue tan ilustre la i^ Ciudad de Cala- horra por los privilegios y edificios , y por el valor , y honores militares de sus hi- jos, quanto por haber dado al Imperio el varón que mas sobresalió en ingenio, dodrina y eloquencia bajo los Emperadores Galba, Ves- pasiano , Tito y Domiciano. Este es el famoso Marco Fa- bio Quintiliano , Orador que con sus preceptos y escri- tos no solo enseñó á los Ro- manos , sino que restauró la Oratoria levantándola de la

decadencia á que había ve- nido desde Cicerón y Hor- tensio , en que tubo la ma?? alta perfección. Todos los Escritores antiguos , que han expresado su patria , afir- man constantemente , que fue Español , y natural de Calahorra. Véase Ensebio en su Chronicon á los años 69. y 89. de Christo , Saa Gerónimo contra Vigilancio, Ausonio en sus Profesores Burdigalenses , y Casiodoro en su Chronicon , en el Im- perio de Flavio Domiciano, y Consulado de Silvano y Pris-

5 a España Sagrada. Prisco. Ignorase el año de su nacimiento , pero de los pasages que aliora he de referir , puede congeturarse que nació al fia del Impe- rio de Tiberio , 6 principio del de Caligula , que es de- cir cerca del año 40. de Jesu Christo.

'2 Hallándose aun en la edad pueril florecían Dorni- cío Afro , Crispo Pasieno y Décimo Lelio , cuyas ora- ciones eran muy celebradas por todos los Romanos : Et njhis pueris , dice el mismo Quintiliano , insignes pro /^"oluseno Catulo , Domitií Afri , Crispí Passieni , De - clml Lcelii oralioncs fere- hantur. Movido su padre de esta fama , determinó en- viarle á Roma , para que oyendo á tan doétos Orado- res adelantase en las dis- ciplinas quanto ya en sus tiernos años prometía la vi- vacidad de su ingenio. En sus Instituciones se leen re- petidos testimonios , que comprueban haber conoci- do y oído á Djmicio Afro. En el lib. 12. cap. 11. di- ce : que él era testigo ocu- lar , de que este Orador , en medio de ser el mas exce- lente de todos los que pu-

Trat. 69. Cap. 7. conocer , perdía mucho de la reputación que se ha- bla grangeado , á causa de no desistir de su egercicio aun quando por la suma se neélud le faltaba ya la voz, y otras propriedades que necesita el Orador , y con - sume el tiempo ó la enfer- medad. ^hí¿ ego Ij?ige om- nlum , quos mibi cognosccre contlgit , suminum Orato- re-n valde senem , quotidie ai i quid ex ea , quam merue- rat , au6ioritate perdentem^ cu,n , agente illo , quem prin- cipcm fuisse quondam fori^ non erat dubiam , alii [qtwd indignum vldehatur ) ride- renü , alii erubescerent : quíS occasio illis fnit dicendi^ malle Ulum deficere , quan dcsinere. En el lib. la. c. i. reñere la respuesta de Dj micio , satisfaciendo á una pregunta del mismo Quin- tiliano sobre qué Poeta re- putaba por el primero des- pués de Homero. Uíar enim ver bis iisdem , qu¿e ex Afro Domitio juvenis accepi , qui mibi interroganti , quem Ho- mero credcret máxime ac- cederé ; secundas , inqait^ est í^irgil US proplor prino^ quam icrtio. Pero el lugar mas exDre.:o y convincente, de

Noticias del Orador Quintiliano. 57 de que fue discípulo del bien nuestra Orador á Julio

mencionado Orador , es el que pone en el lib. 5. c. 7. donde hablando de los tes- tigos, que intervienen en las causas forenses , dice , que en los primeros años de su adolescencia freqnentó la escuela de Domicio Afro, que ya entonces era viejo. Sufficicbant alioqui libri dúo á Domitio Afro in hanc rem composiH , quem ado- kscentul'ts sencm colui , ut non ledia mihi tantum ea, sed pleraque ex ipso stnt cognita. C. PünioCecilio Se- cundo discípulo de Quinti- liano refiriendo (r) lo que su preceptor le habia contado de una sentencia de Domi- cio Afro en ocasión , en que eraba Larcio Licinio , y los oyentes interrumpían su ora- ción con repetidos aplausos, empieza la narración con es- tas palabras , que comprue- ban lo mismo. Ita certe ex Quintíliano prcüceptors meo audisse memini. Narrabat Ule : AsseÜabar Domitium Afrum cum apud centumvi- ros diceret grcivíter , & lente hoc enim illi actionis genus erat» Conoció tam-

il) Epist. Uh. 2. Tom, XXXllL

Africano , el qual después de Domicio era el mas so- bresaliente de aquel tiempo. De ambos hace memoria en el lib. ro. cap. i. cerca del fin : y del juicio que forma de los dos se colige , que tubo por Maestros á los mas aventajados en la Oratoria. Eorum , quos viderim , di. ce , Domitius Afer S Ju^ lilis Africanus Ion ge prces- tantissimi. Verborum arte ille^ & tota genere dicendi prc^ferendus^ & quem in nu^ mero veterum hahere non ti meas, Hic concitatior , sed in cura verborum nimius^ & compositione nonnumquam longior , S translationibus pariim modicus,

3 No solo se aplicó á la Oratoria sino también á la Jurisprudencia en cuyo estudio tubo en mi sentir por Maestro á Marco Ser- vilio Noviano , ó como otros escriben Noniano , que , co- mo dice Tácito , fue famo- so en el derecho Civil , y en la Historia Romana que escribió en sus últimos años. El mismo Quintíliano men- ciona á este Servilio en el lib. epist. ad Muxinmm,

H

5 8 España Sagrada. Trat, 69, Cap, 7.

lib. 10. cap. 19. donde ex- presamente dice , que le oyó ; y asegura que fue hombre de excelente in- genio, y copioso de bellas sentencias , pero menos ce- ñido de lo que pide la ma- gestad de la Historia. Qui S ipse d nobis auditus est clari vir ingenii ^ & sen- teníiis creber ; sed minus pressus , quam bistorice au- díoritas postnlat. '■ 4 Tácito en el lugar ci- tado pone la muerte de Do- micio Afro, y de Marco Servilio en el Consulado de Vipsanio Aproniano , y de Fonteyo Capitón , que con- currió con el año 59. de la era vulgar. Por lo qual se ha de tener por cier- to , que Quintiiiano residió y estudió en Roma antes de la muerte de Nerón ; y consiguientemente que quan- do Éusebio escribe que Galba proclamado ya Em- perador le llevó consigo á Roma, debe suponerse que Quintiiiano , ó por el deseo de- ver. á su familia' y pa- tria , ó por su aborrecimien- to á los desordenes de Ne- rón se habia restituido á Calahorra.

S Henrique Dodwell se

inclina , á que Quintiiiano vino á Calahorra en el principio del año de la era vulgar 61. y á que fue traido por Galba , á quien Nerón en el medio de su Imperio ofreció la provin- cia Tarraconense , como es- cribe Suetonio. Juzga tam- bién que no estubo ocioso en su patria , sino que se empleó hasta el año de 68. en la enseñanza de la Ju- risprudencia y de la Ora-, toria , cuyo estudio florecía no solo en Roma sino tam- bién en las Provincias , por ser muy nesesario el uso de ambas facultades en los juicios públicos , que en ellas se tenian. Y que en Espa- ña estaban en su vigor los estudios lo comprueban, di- ce , los egemplares de tan- tos y tan doélos varones como dio aquella provincia^ es á saber , Lucano , los Sé- necas , Marcial , y los otros Quintilianos fuera del núes* tro. No hay testimonio en favor de la congetura de Dodwell sobre lo que escribe de Galba ; pero puede te- nerse por verisímil en vista de que éste se declaró pro- tedor de los estudios de Quintiiiano. Asimismo e mijys

Noticias del Orador QuintilJano. 59

muy probable, que nuestro Italicenses ^ (e quíbus Tra joven Calagurritano se ocupó en la instrucción de sus pai- sanos y conciudadanos, pues como veremos luego , fue muy propenso á la enseñan- za de niños y jóvenes, y es muy natural que en su- posición de residir como residió en Calahorra mien- tras Galba gobernó la pro- vincia de Tarragona , hicie- se este beneficio á su patria, ó por particular comisión, ó por su proprio deseo de aprovechar á los suyos. Lo cierto es, que España, fue una de las provincias en que mas florecieron las escuelas públicas principalmente des- de el Imperio de Augusto, como afirma Celarlo en su Disertación de los estudios de los Romanos en Roma, y en las provincias: Sed hcec facies antigua erat:pulcbrior sub Augusto tot novis Colo- rí ti s in eam dedu6tis , ^ veteribus in melius cultius- que reformatis , ex quo tem- pere Corduba etiam ingenio- rummater fa&a ^ ut Luca- nus , & uterque Séneca , ad cmnem elegantiam erud'Ui alumni testimonio sunt luru- lento. Emeritenses , Casar- augusiatios , Tarraconenses,

jjnus f'uit) Bilbilitanos unde Miirtia/is , Calagurritanos^ alias que nunc mis sos faci^ mus,

6 En el año 68. fue sublimado al Imperio Sul- picio Galba estando en la España Tarraconense , cu- yo gobierno tubo por ocho años. Este hizo gran apre- cio de los Vascones , de cuya región sacó algunas Cohortes , y las llevó á Ro- ma , esperando de su va- lor , que le ayudarían á establecer su Imperio. Lle- vóse también de Calahorra á M, Fabio Quintiliano, para que el grande inge- nio y la superior eloquen- cia de este joven tubiesen mayor lucim"ento y esplen- dor entre los honrbres sa- bios de aquella Corte. Poco tiempo logró nuestro Cala- gurritano la protección de Galba , porque haciéndose éste odioso por el dema- siado rigor, con que trató algunos pueblos de Espa- ña , y de las Gallas, que no le reconocían con gus- to ; y desacreditándose por la mala conduda de sus ministros , fue abandonado de todos , y muerto al fin H 2 en

6o España Sagrada* en el año de sesenta y nueve.

7 En Los Imperios de Vespasiano y de Tito se egercitó Quintiliano en las causas forenses , siguien- do el egemplo de los Ora- dores mas famosos de su edad. Gaspar Barthio en el libro 44. cap. 8. de sus Ad- vers. parece negar este pun- to ; pero demuéstrase su equivocación con muchos lugares del mismo Quintilia- no. En el lib. 7. cap. i. tra - tando de la división ó dis- posición de las partes de que consta la oración, ex- pone lo que él hacía en las controversias del foro. Igi- tur quid ego sim secutus^ quodpartim praceptis^ par- thn u'surpatum ratione cog- noveram , promatfi ^necenim umquam dissimulavi. Erat rtiihi cur<:e in controversiis forensibus nosse omnia , quú^ in causis versarentur , &c. En el lib. 4. cap. 2. tratan- do de la narración , y en- señando que ésta se debe hacer de todas las cosas, que el Orador ha de admi- tir ó rechazar en las prue- bas , refiere con modestia lo que él prad'caba con apro- bación y aplauso de los eru-

Trat, 69. Cap. 7.

ditos y de los Jueces que le- oian : Me certe ^ quantacum- que nostris experimentis ha- benda est fides , fecisse hoc in foro , quoties ipsa desi- derabat iitilitas , probanti- bus , S eruditis , S bis , qui judicabant , scio ; S quod non arroganter dixerim^quia sunt plurimi , quibuscum egl , qui 7ns refellcre pos- sint, si mentí ar , fire po- nendce a me aauscv officium exigebatur,

8 Consta asimismo , que se ocupó en las causas fo-. renses siendo aun de poca edad ; porque hablando en el lib. 7. cap. 2. de la cau- sa deNevio Aproniano, que estubo á su cargo , dice que la publicó llevado como jo- ven del apetito de la gloria. Quam a&ionem equidem so~ lam in hoc tempus emise-

« ram , quod meipsum fecis- se sediidiwn juvenili cupi- ditate gloria: fateor,

9 Pasado el año 70. de Christo egercia aún el ofi- cio de Abogado , lo que se convence de otro testimo- nio que trae en el lib. 4. c. I. donde tratando del mo- do con que el Orador po- drá concillarse la benevo-^ lencia del juez , hace me- mo-

. Noticias del Orador QuintUiano. mofia^de una causa de que en el concepto de oró en favor de la Reyna Berenice hallándose .ella pre- sente á la acción. Fuerunt quídam rerum suarum judi- ces. Nam & in\ libris obser^ vationum ú Septimio editis adfuisse Ciceronem tali cau- see invenio. Et ego pro Re- gina Berenice apud ipsam causam dixi, ,

10 Esta Berenice , ó co- mo escriben otros Beroni- ce , fue hija de Agripa el mayor ultimo Rey de Ja- dea , hermana de Agripa el menor Rey de Iturea. Ca- sóse prim.ero con Herodes Rey de Chalcide su tio , y después con Polemon Rey de Ciiicia. Hallándose Vespa- íiano y Tito en la guerra contra los Judios , pudo ga- nar la voluntad de Vespa- siano haciéndole magníficos presentes , y favoreciendo el partido de los Romanos; y encendió á Tito en su ^mor , de suerte que des- pués de la conquista de Je- Tusalén , fue llevada á Ro- ma , y hospedada en el pa- lacio del Emperador , don- de manejaba los negocios del Imperio no menos que si fuera Emperatriz^ , ó co^ mo quien estaba destinada

6i

todos para ser esposa de Tito. Hacese mención de esta Rey- na en los hechos Apostóli- cos en los cap. 25. y 26. de donde consta que oyó la de- fensa , que San Pablo hizo vindicándose en presencia de Festo de las acusacio- nes de los Judios. Dion la pone residiendo ' en Roma en el año 75.^ en el Consu. lado VI. de Vespasiano y IV. de Tito. De donde se colige evidentemente , que Quintiliano se egercitaba to« davia por este tiempo en las causas concernientes al foro ; pues se le encomen- dó la de Berenice , que en el año dicho vino á Roma, y se halló presente á laaC'- cion de su propria causa. -í* 1 1 Acerca del negocio de Berenice sospecha D; Nicolás Antonio , que futí en materia de intereses ,' sirt otro fundamento que afir-^ mar Josefo lib. 20 cap. 54 que fue muger muy rica¿ Pero sin recurrir á esta presunción tenemos en los Historiadores algunos indi^ cios-del rtiotivo -que ocur-^ rió para la defensa, que hí-í- zo Quintiliano en honor de esta Reyna. Siendo públi» eos

02 España Sagrada. Trat. 69. Cap. 7. eos en Roma los amores de borotos del pueblo la ím-

Tito , y creyéndose que es- te Principe pretendía casar- se con Berenice , lo quj murmuraba grandem nte el pueblo Romano , se espirr cian muchas voces , de que resultaba mucha infamia al mismo Tito , y á su queri- da Berenice. Lkgó ei atre- vimiento á tal grado , que un Profesor Cmico llama- do Diogenes se presentó en el Theatro , que estaba lle- no de gente , y sin temer la autoridad .de Principes tan podero'sos dijo contra ellos muchas afreutas ; de- lito por el qual fue conde- nado á azoie^:. Otro de la misma profesión por nom- bre Heros , creyendo que no le darían castigo mis gra- ve que á Diogenes , se ex- cedió de modo , que en to- no de perro enfurecido arrojó de su boca muchas injurias, é insolencias. Vlnita ^ insolentia , dice Dion, canum more exclamavlt , cu- ya osadía se castigó cortán- dole la cabeza. Es pues muy verisímil , que Quintí- liano defendió á Berenice por mandado de Tito en asunto de algunas falsas ca- lumnias , que ea aquellos al«

putanan los desafedos á su persona.

12 Hacíase en Roma grande aprecio de las ora- ciones de nuestro insigne Calagurritano , y por esta razón tenían algunos. el cui* dado de copiarlas movidos del ínteres que les resulta- ba de la venta de los egem- piares. Así lo indica él mis- mo en el lib. 7. cap. r, donde mencionando la ac- ción que tubo en la causa de Nevío Aproníano dice, que ésta sola fue divulgada por él , pero que las demás que corrían con su nombre, estaban corrompidas en la mayor parte por la negli- gencia de los que las co- piaban para sus lucros. Nam ccetertV omnes^ quce sub nomi- ne meo feruntur , negligeri'- tia excipienthim in qucestum notariorum corruptce mini" mam partem mei habent,

[3 Fue Orador perfedi- simo no solo en todo lo que abraza la eloquencia ó el arte , sino también en los requisitos que nacen , y de- penden de la naturaleza ó propria experiencia. Tra- tando en el cap. 3. del lib. ó. de los medios que ha

Noticias del Orador Quintil ¡ano, 63 ha de usas el Orador para y juicio , que podia discer-

¿nover los afedos del juez, y mudar y como transfi- gurar su animo, enseña, que el principal está en representarse el mismo Ora- dor los sucesos de que ha- bla con tal viveza , que no contentándose con . mostrar su conmoción en las pala- bras , acciones y rostro, procure hacer que su in terior se conmueva real- mente. En lo qual dice se esmeró él de modo, qué quan- do el caso lo pedia , arroja^ ba lágrimas , y aun muda- ba el color , manifestando que su dolor era muy cerca- no al verdadero. H¿ec dissi- mulanda mihi '- non fuerunt^ quibus ipse , quantuscumque usus fuit , nam pervenisse tne ad aliquod nomen ingenii credo, frequenter motus sum^ ut me non lachrymce solum áeprehenderent , sed pallor- ¿? verJsimilis dolor,

14 Como Quintiliano se formó en la eloquencia po- niendo su estudio en imitar á los oradores mas famo- sos que le precedieron. Griegos , y Latinos , como Demosthenes y Platón , Hor tensio y Cicerón ; y ademas de esto tenia tal ingenio

nir la propriedad en que mas sobresalía cada uno , y añadir la perfección que faltaba en ellos, enmendando los defeétos, en que hablan caído , llegó á ser admirado y aplaudido de todos como dechado de la eloquencia vms, pura ■■ y sólida. Por lo mismb se presuaofieron los Roma- nos, a que tenian en él uti hombre capaz , á lo menos de restaurar la erudición , y elegancia; de los que flore- cieron en el tiempo de Au- gusto; y como viesen que el mejor medio para lograr este ñn era el establecimien^ to de una escuela pública, en que fuesen instruidos los jóvenes de Roma, le indu- geron á que tomase por su cuenta este proyedo , seña- lándole ciertos' gages que dehíian sacarse del fisco 6 tesoro general.

15 El Chronicon de Eu- sebio pone esta noticia en el año 89. de Christo con estas palabras. Quhnilmnus ex Híspanla Calagurrita- ñus primus Romee publicam scholam, & salarium é fuco acccpit , S claruit, Casiodo- ro después de nombrar los Cpiísules Silvano y Prisco usa

64 España Sagrada» usa de los mismos términos copiando sin duda este lu- gar de Eusebió , á excep- ción de que no expresa la Patria de Quintiliano , sino solo la Nación. En el año referido gobernaba el Impe- rio Domiciano ; y de aquí parece resultar. , que en el tiempo de este Emperador se abrieron en Roma las Es- cuelas de Retórica , asig- nándose á los Preceptores sa- lario público.

-• 16 Suetonio en Vespa- siano escribe, que este Empe- rador fue el primero que es- tableció gages á los Maes- tros de Retórica, asi Grie- ga como Latina : Ingenia & artes máxime fovit. Primus e fisco Latinis , Gr^ecisque Rethoribus annua centena constituit. Siendo , pues , el Imperio de Vespasiano an- terior, al de Domiciano , pa- rece que nuestro Orador no fue el primero en el honor de tener escuela pública , y salario del fisco Roma«o. Pe- ro esta dificultad se resuel- ve concillando á Eusebio con Suetonio , y diciendo que tubo este empleo por Vespasiano , pero que flo- recía aún en e! Imperio de Domiciano, y que estoso-

Trat, 69. Cap. 7. lo es lo que significó Eu- sebio , y no precisamente el año primero de su Magis- terio.

17 Ambrosio de Mora- les en el lib. 9. cap. 27. tiene gran dificultad en creer lo que escribe Eusebio. Funda- se en que Marco Tullo ha- ce algunas veces memoria de los que enseñaron en Ro- ma públicam.ente !a Elocuen- cia; y asimismo Séneca el Viejo , y aun Quintil iano ha- blan de escuelas públicas^ y de los que en ellas dieron preceptos de Retórica mu- cho antes de la edad de estos Autores. D. Nicolás An- tonio , convencido de esta razón dice , qué. el lugar de Eusebio para ser verdade- ro , debe entenderse de ma- nera que diga , que Quinti- liano fue el primero que go- zó pensión pública del fis- co , pero no el primero que enseñó públicamente la Ora^ toria.

18 Sin embargo , soy de sentir, que antes de Vespa- siano no florecieron en Ro- ma escuelas , que hubiesen sido instituidas por la Repú- blica , ó por los Emperado- res , ó el Senado ; y consi- guientemente que merecie-.

sen

Noticias del Or sen e! nombre de públicas. Es verdad , que muchas en- señaron á los jóv'ene> ¡a Gra- mática , y Retórica ; v que en alguii tieni^ > creció tan- to el ñero de Precepto- res , qae pasaban de veinte Kis E'^cneids. Pero estos eger- ciaii el Magisterio en sus proprias casas , y eran pa- gados por sus discípulos, ó por algunas personas parti- culares , que deseosas del bien general fomentaban las letras con sus caudales. Si alguno logró gages del Em- perador , no fue porque en- señase públicamente , sino por otro motivo especial. De este modo Verrio Flaco, que gozó , según Suetonio, una buena pensión por be- neficio de Augusto , no fue premiado asi porque ense- ñase públicamente ; antes bien testifica el citado His- toriador , que el lugar don- de enseñaba fue el Atrio de Catilina, que era parte del Palacio , y con la condición de que no habia de tener en adelante otros discípulos que los sobrinos del expre- sado Emperador. Véase el cap. 17. de íllustr. Gramm. El mismo Escritor trae en el cap. I. de CL Retb, Tom, KXXllL

ador QuintiUam, 65 Edieto de los Censores Do- micio Enobarbo , y L. Lici- nio Craso , contra los Maes- tros de Retórica ; y de las palabras en que está conce- bido , se infiere que las Es- cuelas no habían sido erigi- das por otra autoridad que la de los mismos que ense- ñaban. Por lo qual , es mas probable que Quintiliano fue el primer Maestro público» de Eloqüencia , asi porque; fue elegido por la potestad pública, como porque se le asignó pensión anual del fisco ó tesoro del Empera- dor.

19 Aunque el oficio de Orador era mas acomodado al proprio esplendor , y lu- cimiento , aceptó Quintilia- no con mucho gusto el em- pleo de enseñar á la juven- tud , conociendo que sin em- bargo de que este egercicio le impedia orar con tanta freqüencia en el Foro , re- sultaría de él mayor y mas general provecho , que es lo que un buen Ciudadano de- be apetecer sobre todo. Ocu- póse en este Magisterio con el mayor aplauso por espa- cio de veinte años , como él mismo testifica en el Prólo- go del lib, I. de sus Institu- I cío-

66 España Sagrada. ciones. Salieron de su Es- cuela jóvenes muy aventa- jados en la Eloqüencia , los quales hicieron mucho ho- nor á su Maestro , y á su siglo. De estos fue C. Plinio Cecilio , el qual adelantó con los preceptos de Quintilia- no en tan breve tiempo , que á los diez y nueve años de su edad oraba ya en el Foro, y decía en presencia del Senado sobre las causas de mayor importancia. El mis- mo Plinio en la epist. 14. del lib. 2. le llama á boca Ijena su Preceptor ; y en la epist. 6. del lib. 6. afirma, que el Padre de Julio Nason, hombre muy amante de los estudios y de los estudio- sos , concurría á las escue- ]í;«í de Quiíitiliano, y de Ni- cetas . á quienes él también oía como á Maestros.

áo Para que' sfe perciba mejor el provecho que Quin- tiliano hizo en los Romanos enseñándoles públicaínente les preceptos déla verdadera Elocuencia , se ha de saber que este nobilisimo Arte vi- no decayendo scnsibk^menfe desde la edad de Cicerón hasta el imperio deVespa-

'|i) ¿ib'^ío.'cap. I. '

Trat. 6g. Cap. 7. síano , en que nuestro Ofa- dor abrió su Escuela. Ver- dad es , que aun en este tiempo florecían algunos que eran dignos del nombre de eloqüentes y Oradores ; pe- ro estos, además de ser muy inferiores respeéto de Cice- rón , eran imitados de muy pocos , siguiendo la mayor parte de sus coetáneos el depravado gusto ciie enton- ces reynaba. A excepción de estos pocos que mantenían de algún modo la Eloqüen- cia de los antiguos , en los demás estaba ya tan perdi- da , que parece no se ama- ba sino el vicio. Asi consta del mismo Quintiliaiio , que haciendo crisis de Séneca , y de sus Obras dice , que no agradaba á sus Lcélores si- no por lo vicio*>o de su esti- lo : Sea pla.ebat propter so- la vitia , S ad ea se quis- que dirlgebut effíngcnda^ quce pote,- ai fi). Y en otra parte: Muchisimos hay , di- ce , que ponen su conato en iniÍLar lo pésimo, y mas corrompido: N'wv sunt plw rin¡i , qui similitudinem pe- ssimi cujusque , S corrup^ tissimi coiiíupierint* Algu- nos

Noticias del Orador Quintiliano. 6j nos tenían tan perdida la ita utuntur ^ut lascivia ver-

idea de la Eloqiiencía , que creían haber imitado per- feélamente á Cicerón con so- lo haber puesto en la clau- sula las palabras e^se vidca- tur. Noveram quosdam , di- ce , qui se pulchre expresi- sse ^enus illud ccelestis hu- jiís in dicendo viri (Cicero- nis ) , si in clausula posui- ■fsent^es^e videatur(i). Otros eran aficionados á la Ora- ción , que solo se componía de pompa , y ojarasca , cu- yo artificio no tenia otro ob- jeto , que deleytar los oí- dos del vulgo ignorante: yílios recens hcec lascivia^ áeliticeque , ¿? omnia ad vo- Juptatem multitudinis impe- ritas composita dclediant. En fin , la Oratoria habia perdido en casi todos los que vivían en tiempo de Quintiliano la nobleza , so- lidez, y naturalidad antigua; y solo se veían en ella la afedacion , y otros vanisi- mos adornos , que la hacim afeminada , é hinchada : Ñe- que enim oratovius isíe^ immo hercule^ne viril i s qui- dem cultas est ^ quo plerique temporum nosírorum adiares

(i) Lib. 10. cap. 2.

horum , ¿5* levitate sen t en- tiarum ^ & Ucencia cor:pa^ sitionis histrionales modos exprimant , quodque vix au^ di tu fas es se debeat , laa- dis , ^ ^lorice , ^ ingenii loco plerique ja&ant , cari" tari , saltarique commenta- ríos suos, Unde oritur illa fceda , & prepostera , sed tamen frequens quibusdam, exclamatio^ ut or atores nos- tri teneré dicere , histriones diserte saltare dicantur.

21 Advirtiendo , pues, Quintiliano los grandes de- fedos de los Oradores de su edad , se esforzó á dester- rar el mal gusto que domi- naba , mostrando que en las oraciones nada se encon- traba menos que el buen es- tilo. Y deseando que éste volviese al estado de que habia caido , puso todo su conato en persuadir á sus discípulos, que si pretendían hacerse dignos del nombre, y g'oria de Oradores , pu- siesen su estudio y aplica- ción en imitar á los anti- guos , en especial á Cice- rón , en quien no solo en- contrarían la vehemencia de I 2 De-

68 España Sagrada. Demóstenes , la amenidad de Platón, y la suavidad, y dulzura de Isócrates , y las demás perfecciones de los que le precedieron , sino también otras muchas exce- lencias que inventó , y pro- dujo la felicísima fecundi- dad de su ingenio , por las quales consiguió que los de su edad le mirasen como á Rey entre los Oradores , y que en los tiempos siguien- tes valga tanto nombrar á Cicerón , como nombrar á la misma Eloqüencia.

22 Con estos avisos , y con las reglas y documen- tos que enseñó y diéló du- rante su Magisterio , logró que antes de su muerte se viese Roma enriquecida no solo de Oradores , sino de Poetas muy semejantes á los antit^uos. De los Oradores escribe él mismo en el cap. I. del lib. 10. Hahebunt^ qui post nos de cratorihus scri- ¿ent^ magnam , eos^ qui nunc vigent , materiam veré Jau~ dandi. S'iht enim summa ho- ciie , quibus illmtratur fo- rum , Í7ifrer,ia. Níimque S ccnsum'.uati ja^n patrcni ve- ter^bus ceriudcintur , <S? eos juvenum ad óptima tenden- tium imitatur , ac sequiíur

Trat.óg. Cap.j,

industria. De los Poetas en el mismo lugar : Sunt dci' ri hodie quoque , -í? qui olim nomlnabw'tur. Plinio Secun- do su discípulo , es también testigo de lo mucho que flo- recían los estudios en Roma después de Qjintiliano : Si quandi Urks tíosfra libera^ libus studíis fioruit , nunc máxime fioret. Multa , clara- que exempla sunt» Y en otra parte : Juvat me , quod vi- gent studia. Proferimt se ingenia hominum , S osten^ tant,

23 Habiéndose emplea- do Quintíliano veiwte años en la enseñanza de la ju- ventud, alcanzó ser relevado de este trabajo , y tomar el descanso que merecían sus fatigas. Escarmentado tam- bién con el ege;rplo de su Maestro Domicio Afro , cu- yas oraciones en el tiempo de su vejez excitaban en unos la ris.1, en otros la ver- güenza por falta no de doc- trina , y eloqüencia , sino de voz , y fortaleza corporal, renunció el oficio de Orador, quando todavía se bailaba con fuerzas , y los Romanos gustaban de oírle en el Foro. Asi lo dice él nismo en el cap. 12. del iib. 1, Nos quan» do

Noticias del Orador Quintiliano. do pr¿ecfpieTidi munus & jam les con esta razón pridem deprecati sumns , & in foro quoque dlcend? ..quia honestissimum finem putaha- mus desinere , dum desidera- remur , Se. Atendió en esto, como aqui lo insinúa , á po- ner en seguro su fama an- tes que los muchos años de- bilitasen el vigor de su cuer- po , y le expusiesen á la mofa del público ; consejo que á todos los Oradores en el cap. ii. del lib. 12. Quare antequam in has ceta- tis venial insidias , recep- tui canet ^ & in portum inte- gra nave perveniet,

24 Asi que los Amigos de Quintiliano le vieron due- ño de mismo , le roga- ron con instancia que escri- biese de la Oratoria , para que los mismos preceptos que habia enseñado á sus Escolares , fuesen de eterno y general provecho á los estudiosos. Escusóse por al- gún tiempo exponiendrles, que su trabajo parecía inú- til en vista de que andaban en las manos de todos va- rias Obras de Escritores an- tiguos , asi Griegos , como Latinos , que trataron con mucha diligencia este asun- to. Pero lejos de satisfacer-

69

encen- dió mas sus deseos. Repusié- ronle , pues , que no ignora- ban lo que él decia ; pero que también les constaba que en los mismos Escritores se leían varias opiniones , no solo diversas , sino contra- rias , que hacian difícil la elección de lo que debian seguir en aquellos puntos. Asi que sería muy justo y conveniente , que él se en- cargase , si no de inventar cosas nuevas , á lo menos de hacer examen de las an- tiguas , enseñando quáles eran los preceptos mas dig- nos de abrazarse. Vencido en fin , no tanro de la satis- facción de su proprio inge- nio , quanto de la vergüenza que tenia en negar lo que sus Amigos le rogaban, empren- dió la Obra de las Institu- ciones del Orador , tomán- dose mayor trabajo del que se le encomendaba , asi por obligar mas con este obse- quio á los que ya le amaban, como por no seguir preci- samente las huellas de los que antes de él andubieron este mismo camino. Los Es- critores que habían tratado de la Oratoria empezaron sus Obras diseñando los iJocu-

9 o España Sagrad mentos de la mas alta EIo- qiiencia , por suponer á sus discípulos instruidos en las otras ciencias , y facultades necesarias al Orador.Lo qual hicieron (dice Quintiliano), ó porque despreciaban co- mo de poca entidad las ma- terias que primero se apren- den , ó porque no las mira- ban como proprias de su profesión , 6 lo que es mas verisímil , porque no espe- raban ganar mucha reputa- ción , ni ostentar su ingenio con doétrinas tan pueriles . y que son como los cimientos de los edificios que se ocul- tan a los ojos de los hom- bres. Pero nuestro insigne Maestro de Retórica , no te- niendo por agena de !a Ora- toria ninguna de aquellas disciplinas sin cuyo conoci- miento no puede el Orador ser perfedo , empreniió su Obra por los p^-eceptos me ñores , no de orra m mera que se le confiara la edu- car.ion de un niño , cuyos es- tudios debiese formar desde lo mas bajo , hasta lo mas alto de la Eloqiiencia.

2S No bien había per- feccionado el l'b. 3. de las instituciones del Orador, qádnáo el Emperador Domi-

. Trat^ 69. Cap. 7. ciano confió a su Magisterio la enseñanza de los nietos de su hermana , como él mis-^ mo escribe en el Prólogo del lib.4. Estos Principes , dis- cípulos de Quintiiiano , fue- ron , según el común sentir de los Eruditos , hijos de Flavio Clemente , y de Do' mitila , hija de una hermana de Domiciano del mismo nombre. Flavio Clemente fue Cónsul con el menciona^ do Emperador en año 848. de la fundación de Ro- ma. Créese, que así él como su muger Dotnitila padecie- ron por la de C!,risto , y que toda su familia seguía la Religión Chrisü ina. Dion hace memoria de él al año dicho con estas palabras: Eodem anno Domitianus cwn al ios multas , tum vero Fia- víum Clementem Consulen {etsi is consohrinus ejus erat , ac Flavia-n Domiti- llam^ & ipsam Domitiani consanguineam , uxorem ha- bebat ) morte affecit , Hiato amhohus crimine impieíatis in déos : quo crimine 3 plu^ res alii , qui ad mores jfu- díPoram aberraveraní , dam- nati sunt , quorum pars oc- cisa est , pars spoliata fa- cultatibus, Domitilla tan- tum-

Noticias del Orador Qulntiliano, 71

tummcdo in Pandateriam re- legata est. El mismo Flavio Clemente tubo una herma- na, que fue madre de Santa Domitila Martyr , cuya me- moria se celebra en el Mar- tyrologio Romano en el día siete de Mayo , y de laqual hace también mención Sun Gerónimo en Ja epist. 27. donde refiriendo la navega- ción de Santa Paula , dice: Delata ad insulatn VohtL¿m^ qucm chxrhsi'rce quondam fcemUxürum suh Uamitiavo Pri-iiipe pro confe^sione no- niinis Christjaní Flavi¿8 Do- initillíe nobilitavit exilium,

26 En el Prólogo citado hace Quintiliano mucha es- timación del honor que Do- miciauo le hizo encomen- dándole tan nobles discípu- los ; los quales , además de ser nietos del Emperador, estaban destinados para sus succcsores , como dice Sue- tonio; y á este fin, mutrto su padre Clemente , les hizo mudar los nombres que te- nían , y llamarse el uno Ves- pasiano , y el otro Domi- ciano.

27 Flavio Clemente pa- rece se m.ostró agradecido á la diligencia con que Quinti- liano educaba sus hijos ;pues

como era pariente del Em- perador , y de grande auto- ridad, y valimiento, alcanzó que se le diesen los honores Consu'ares , como escribe Ausoniü en la Acción de gra- cias ai Emperador Gracia- no su discir-u'o : Q-.í.iíi'ia- flus Ccnsulciria fer elemen- ten ornarneota i<rt?tus ho- nesto-^'enta ncr, inis pe t tus videfur , qufím r^.sigr^/a po" tcstüíis kahu'sse, Jnvenal aí'rma í;-^mUen , que Quinti- liano usó el calzado que d?s-. tinguia á io^ Patricios y Se- nadores del primer orden; y consLtia en tener sobrepues- ta un C forü ada de piel , \z qual sigi.ificaba , que e?ta dignidad traíi su origen de los cien Senadores que hjsti- tuyó RóiiiUlo : Nam patri^ c'ti in urbe ( dice Zonara?) gesíabant calceos adornatos corrigiarum inflexione , S forma ¡ittercü C , la d cen- tum Romuli Senatorthus cri- gincm trahere vidercntur. Es- ta C se llamaba Luna , y el calzado , según San Isidoro, lib. 19. ethim. cap. 34, Cal- ceus lunatiis \ por doiide se entiende ir;uy bien lo que el citado Poeta escribe de Quin- tiliano:

Fe-

72; España Sagrada, Trat, 6^, Cap. 7.

Félix , í? sapiens , ^ nohilis , í? generosas Adpositam nigrce Lunam subtexit alutce.

28 Aunque Quintiliano se vio cargado con la nueva obligación de educar los nie- tos del Emperador , no in- terrumpió por eso la gran- de Obra de las Instituciones; antes bien la continuó con mayor diligencia , como consta del Prefacio al lib. 4. Antes de comenzar el lib. 6. le sucedió una desventura, que él llora amarguisima- mente en el Prólogo. Esta fue la muerte de un hijo, que era el único que le ha- bía quedado , al qual ama- ba tiernisimamente por ver- le dotado de prendas ex celentes , y apenas creíbles en un niño de diez anos, que era la edad que entonces tenia. La aflicción de Quin- tiliano en este caso llegó á tal punto ,que según la des- cripción que él hace , íe pu- so en términos de apartarse enteramente de los libros: Q,uis enim bonus parens ig- Hoscat ^ {áxQt) , si studere amplius possum'^. Ac non oderit banc cnimi mei firmi- tatem^ si quis in me est aUus usus VQcis , qaam ut incusem

déos supersíes omnium meO" runj'^ Nullam t:rras despi' cete providentiam te^cr"^ Mas después de haber con- cedido algún desahogo á la naturaleza , reconoció que sería muy culpable su dolor durando largo tiemp-); y si- guió el saludable consejo de los prudentes , que tubieron por único consuelo en las adversidades la aplicación á las letras. Nenio (dice) nisi sua culpa diu dolet. Sed vi~ vimus , S aliqua vivendi ra- tio quícrenda esticredendum' que doctiisimis hominibus^ qui unicum adversorum sola- tium litteras pufaverunt. Atentado - pues, con esta con- sideración prosiguió su Obra, esperando que el público la recibirla con mayor gusto, por trabajarla de aquí ea adelante por solo el bien , jr utilidad común.

29 Algunos dudan , si nuestro Qumtiliano después de haberse hecho tan glorio- so , y poderoso en Roma se redujo á poner Cátedra en Besanzon , y en León de Fran- cia. Para esta duda no tienen; otro

Noticias del Orador QiiintiUano, 7 3 otro fundamento que unas tes. Flavio Clemente asi que

palabras de Ausonio , que después de mencionar á Quintiliano, y Ticiano,dice: Sed gloriosius Ule munici- palem scholam apud luisón- tionem , Lugdiinumque va- riando , non áltate quidem^ sed vi lítate consenuit» Pero este lugar no debe enten- derse de Quintiliano , si- no de Ticiano , que enseñó la Eloqüencia al Emperador Maximino I. y al Principe su hijo del mismo nombre, los quales fueron muertos en el año de 238. en el cerco de Aquileya. Estos Princi- pes habían dado á su Maes- tro los honores Consulares; pero como éste quedase po- bre después de la muerte de tan esclarecidos discípulos, tubo necesidad de regentar alternativamente las escue- las de los dos expresados Mu- nicipios. Mas Quintiliano se mantubo en Roma aún des- pués de la muerte de Domi- ciano, abundante de bienes de fortuna, como se verá por las noticia que se siguen,

30 Concluida la Obra de las Instituciones del Orador, murieron los poderosos Pro- teélores que le habían favo- recido y honrado poco an-

TovuXXXllL

acabó su Consulado fue con- denado á muerte por Domi- ciano , sin duda por seguir la Religión Christiana , se- gún los delitos que le im- putan los Historiadores gen- tiles. Este hecho fue el que acceleró la muerte al Empe* rador , porque se hizo tan detestable , que se conjura- ron contra él sus mas ín- timos amigos , y le quitaron la vida en el mismo año, que fue el 96. de Christo. Los Historiadores no dan noti- cia de los hijos de Clemen- te, y nietos de Domiciano después de estos sucesos; pero lo cierto es , que nun- ca llegaron á obteier el Im- perio , á que estaban desti- nados ; lo que no sería de leve sentimiento á su Maes- tro Quintiliano.

31 Ignorase, qtiánto tiem- po vivió nuestro Orador des- pués de la muerte de Domi- ciar.o ; pero se puede asegu- rar , que sobrevivió á este Emperador a'gLncs años. Pruébase con el testimonio de Juvenal , que escribió sus Poesías después del año 100, de Christo , como consta de la Sátira primera , donde ha- ce mención del deaierro de K Ma-

74 España Sagrada, Trat. 6^. Cap 7

Mario Prisco , Procónsul de África , que sucedió en el referido año. Este Poeta ha- bla de Quintiliano en la sa- tura 7, desde el verso 186. y por lo que dice en este lugar se colige que vivía pasado aquel año con mu - cha gloria , y con grandes

conveniencias. Porque re- prehendiendo ios demasía- dos gastos que se hacían en cosas de muy poca entidad, y la escasez en otras de grande importancia , qual es la buena crianza de los hijos , dice:

Hos Ínter sumtus scstertia Quintiliano

Ut multu'n^ dúo sufñcient : res nullu minoris

Constahit patria quam filius.

Opone«e luego una réplica en nombre del rico avariento, que dice:

Un de igitur tot QuintUianus habct saltus"^

Como si digera : Si los Oradores que enseñan en las escuelas públicas tienen tan corto salario como pon- deras , j como vemos á Qain- tiliano tan poderoso , tan ri- co, y con tantas posesiones? A esta pregunta satisface Juvenal representando las

propriedades de Quintilia- no, y su fortuna , é indi- cando que este Orador asi como fue singuiarisimo en su habilidad , lo fue tam- bién en la felicidad , y dig- nidades á que le elevaron los hados.

Exempla novorum Fatorum transí : felix & jjulcer , & acer: Félix & sapiens^ & nobilis^ & generosas AdpGsitam nigrce Lunam subtexit ahitce\ Félix , Orator quoque maximus , & jaculatoK Et si perfrixit , cantat bene , distat enim ^ quce Sidera te excipiant modo primos incipientem Ederevagitus , 6^ adhuc d wat re rubentem.

Si

Noticias del Orador Quintiliano,

Si fortuna volet , fies de Rethore cónsul'^ Si volet hcec eadcm , fies de Cónsule Rbetor,

7S

32 Quintiliano según lo que podemos congeturar de sus escritos fue de costum- bres muy loables, porque siempre habla de la virtud con el mayor aprecio po- niéndola respedo de otras ca- lidades en el lugar superior que la corresponde. Asi tratando en el cap. 2. del lib. I, la question , si es mas útil que el niño sea enseñado en la casa de sus proprios padres, ó en las escuelas públicas , asienta, Gue si estas solo aprove- charan en lo concerniente á las ciencias , y perjudica- ran á las costumbres , debia elegirse para la enseñanza otro lugar distinto , por ser mucho mejor vivir bien, que habiar eloqaentemente. En todas las Instituciones del Orador lleva por prime- ra , y principal máxima, que éste debe ser ante to- das cosas hombre de bon- dad y virtud , y poner su estudio en cultivar las cos- tumbres del animo con ia lección de buenos libros. A este fin enseña en su libro 12. cap. 2. que el Orador

ha de aprender la Filosofía moral : Quando igitur Ora-- tor est vir bonus ^is autetn citra virtutem intelligi non potest^vjrtus ^ etiamsi quoS' dam Ímpetus á natura sumit, tamen perficienda dotlrina est : mores ante omnia ora- tori studiis erunt excolendiy atque omnis honesti justique disciplina pertradianda, si- tie qua nemo nec vir bonus esse , nec dicendi peritas^ potest &c. Por la misma causa enseña en el lib. i. cap. r. que el niño , que se destina para Orador , se ha de entregar á amas y ayos , que no solo hablen con propriedad , sino que principalmente sean de bue- na vida , y en este particu- lar procede tan ajustado, que prescribe santísimas leyes que por todas partes cierran la entrada á las im- presiones del vicio en la edad tierna. En el cap. 1, reprehende con grande se- veridad la educación que comunmente se daba á los hijos en casa de sus padres. Sus palabras son dignas de hacerse pre^jentes , para que K 2 mu '

j6 España Sagrada. muchos Christianos se aver- guencen á vista de los do- cumentos didados por un gentil , y quebrantados por ellos á pesar de la mayor luz que tienen por la doc- trina del Evangelio. Plu- guiera á Dios , dice , que nosotros no corrompiése- mos las costumbres de nues- tros hijos. Pero ello es, que desde luego ablanda- mos su infancia , criandolos en todo genero de delicade- za. Esta educación dema- siado suave, que reboza- mos con el nombre de indul- gencia , debilita todas las fuerzas de su espíritu y de' su cuerpo. ¿ Que cosa no se le antojará al adulto , que quando niño gateaba en la purpura? Apenas nuestros infantes pronuncian bien las primeras voces . quando ya saben pedir los bocados mas dulces, y exquisitos. An- tes les damos los documen- tos que miran al regalo de su paladar , que los que sir- ven al gobierno de su len- gua. Crecen en sillas blan- das , y quando comienzan s pisar la «-ierra andan como colgados de las m^nos que los sostienen. Mostramos placer , si les olmos alguna

Trat. 69. Cap. 7. palabra licenciosa. Si pro- nuncian alguna cosa , que aun no debe tolerarse en los mas relajados, 'la celebramos con risa , y besamos su bo- ca en testimonio del gusto que recibimos. Mas no es de estrañar .: porque á la verdad de nosotros lo oye- ron , de nosotros lo apren- dieron. Ellos son testigos de nuestras pasiones , y ven nuestra vergonzosa livian- dad. Ellos oyen en nuestras casas los cantares obscenos, y ven lo que no puede de- cirse sin vergüenza. Todo esto viene á ser en ellos primero costumbre , y des- pués naturaleza , de suerte que los miserable,'- aprenden lo mas vicioso, quando no saben aun el nombre del vi- cio ; y asi sucede , que de sus casas traen á las es- cuelas las malas costum- bres , no" que las llevan de las escuelas á sus casas.

33 [Mr. Gedoyn , que leyó los libros de las Insti- tuciones con el .sosiego y esmero que pedia la tra- ducción que hizo de ellos á la lengua Francesa , reco- noció las excelentes prendas que adornaban el animo de nuestro insigne Orador. El amor

Noticias del Orador Quintiliano, jj amor, dice, á la verdad, el palabras sino en una extre- desinterés, la justicia, la humanidad, la cortesania, el pudor , la modestia , en una palabra , el honor y la bon- dad resplandecen en toda su obra. Aunque fue suma- mente apasionado á las letras , siempre antepuso el hombre virtuoso al discreto, y la virtud , y buenas cos- tumbres á la ciencia , y bue- nos talentos. Solo su pro- yedo manifiesta la grandeza de su alm.a , y la elevación de sus pensamientos. Si in- tenta formar un Orador , no tiene otro fin que dar á la República un sabio emplea- do no en el bien proprio y particular , sino en el co- mún y general ; y un hom- bre que con la persuasión <3e sus palabras y la fuerza de sus egemplos pueda con- ducir sus ciudadanos al cum- plimiento de sus obliga- ciones. Los Abogados in- discretos , que lisongean las pasiones de los litigantes, y de un proceso forman una querella irreconciliable, pu > den aprender de este hom- bre criado en el parjanismo, la circunspección que deben tener en sus alegatos , para no ofender ni herir con sus

ma , y manifiesta necesidad. Verán en los escritos de Quin- tiliano ,que no merecen sino el nombre de eloquencia ca- nina los ultrages que todos los dias vemos permitidos en los pleytos , sin tener- se respeéto al nacimiento, ni al estado-, y dignidad de las personas. Conocerán en fin que su modestia debe ser tanto mayor , quanto es mas noble la facultad que profesan,

34 Lo que no podemos disimular en Quintiliano es, que no obstante su erudi- ción , y la grandeza de su alma se abatió á escribir en honor del Emperador unas alabanzas indignas de un varón , no digo prudente y dodo , sino que solo merez- ca el nombre de lacional. La sobervia , ambición y orgullo de Domiciano llegó á tal grado , que ademas de consentir que el pueblo le tratase con el titulo de Se- ñor , tubo atrevimiento pa- ra didar una carta en nom- bre de sus procuradores , cu- yo principio aludia á mis- mo , y constaba de esta ar- rogante expresión : Domi^ ñus , S De US nostsr iia fie- ri

y 2 España Sagrada. Trat. (íp. Cap, 7,

ri jubet. No se satisfizo con esto su vanidad , sino que mandó que todos le diesen este mismo tratamiento asi en los escritos como en las conversaciones familiares. Quintiliano consintió en es- ta impiedad intolerable , y de tal suerte aduló al Empe- rador , que no solo le igua á Dios en el nombre , si- no que le invocó pidiéndo- le su protección , como si realmente lo fuese. en el Prologo del lib. 4. refirien- do á su amigo Marcelo Vic- forlo la grande honra que el Emperador le hizo en confiarle sus nietos , y re- conociendo la dificultad del nuevo cargo , escribe alu- diendo á Domiciano es- tas vergonzosas expresiones: Quod si nemo miratiir poe- tas máximos scepe fecisse^ ut non solum initiis operum sucriim Musas invocarent^ sed provecti quoque longius^ cum ad aliquem graviorem

venissent locum , repeterent vota , S vehit nova preca- tíone uterentur : mibi quoque profe&o potcrit ignosci , si quod initio , quum primum hanc matcriam tnchoavi , non fecerim , nunc omnes in au- scilium déos , ipsumque in primis , quo ñeque prcesen- tius aliud , ñeque studiis ma^ gis propitium numen est ^ in- vócenla uí, quantum nobis ex- pe&atíonis adjecit , tantum ingenií nspiret , dexterque ac volcns adsit , & me^ qua- lem es se credidit , faciat.

35 Es verdad que Quin- tiliano no hizo en esto sino lo que fue común en aquel tiempo. Domiciano era su- mamente aficionado á la li- sonja , y daba crédito á la? mas falsas alabanzas. Juve' nal en el lib. i. sat. 4. ha- ce una bella pintura de esta propriedad del Emperador, fingiendo un pescador , que ofreciéndole un pez muy grande , le decia:

Et tua servatum consume in scecula rhombumx Ipse capi voluit , quid apcrtiusl

A cuya adulación , dice, los peces reconocían su Im* asentía Domici-^.no hinchado perio , y se le mostraban con la gloria de que hasta obsequiosos, Pero ¿que no

cree-

Noticias del Orador Quintiliano. 79 creería , concluye Juvenal, potestad como los dioses? quien juzgaba tener tanta

Et tamen ilH Surgehant cristíe, Nihil est quod credere de se Non possit , cum laudatur diis cequa potestas.

Ademas de esto su cruel- mayores amigos andaban dad y tiranía llegó á ser pálidos en su presencia, tan temida , que hasta sus

Vocantur

Ergo in concilium proceres ^ quos oderat ille^ In quorum fucie miseree magnceque sedebat Pa/lor amicitíce.

Por esta razón ninguno gró no solo conservar su

se atrevió á decir la verdad vida , sino crecer en los

en tiempo tan calamitoso; honores y riquezas. Reprcr

todos adulaban al Empera- hensible es é inexcusable

dor,y aun con esta esclavitud en este hecho , pero aten-

no se contaban por segu- didas las otras costumbres,

ros. Quintiliano pues con- se le puede aplicar lo que

temporizó con todos los pa- el Poeta citado cantó de Vi^

ganos de Roma , acom.odan- vio Crispo , que también

dose al gusto y genio de andubo al lado de Domi-

su Mecenas , por donde lo- ciano.

''P''enít & Crispí juCimda sene&us^ Cujas erant mores , qualis facundia , mite Ingsnium, Maria , ac térras , populosque regenti Qiiis comes utiHor , si clade S peste sub illa Scevitiam damnare , & honestum afferre liceret Co7isilium ? Sed quid violentius aure tyranni; Cum quo de pluviis , ciut asiibus , aut nimboso l^ere locuturi fatum pendebat amici'^ Ule igitur numquam direxit bracbia contra

Tor-

8o España Sagrada, Trat, 69, Cap. 7.

Torretitem : nec civis erat , qui libera posscí yerba animi pro/erre , & vitam impenderé vero* Sic multas hiemes , atque odiogesima vidlí Solstitia,

36 Fue también culpa- ble Quintíliano en el exceso con que se dolió sobre la muerte temprana de sus dos hijos. Su impiedad llegó en este caso á prorrumpir en expresiones tan detestables como estas : Quis enim mi- hi bonus parens ignoscat , si studere amplius pQSSurn^ Ac fion oderií hanc animi mei firmitatem , si quis in me est alius usas vocis , quam ut incusem déos siiperstes om- niitm meorum'^ NuUam tér- ras despicere providentiam tester"^

37 Últimamente parece que nuestro Orador no care- ció de ia noticia del Evan - gelio , mas cerró los ojos á su luz anteponiendo las ti- nieblas de la gentilidad. El frequentó la casa de Cle- inente , cuyos hijos tubo por discipulos , y por quien logró los honores consula- res. La familia de aquel no- bilisimo Caballero esparcía por todas partes el suave olor de la , y de las vir- tudes christianas. Entre sus

grandes riquezas y dignida- des vivia con suma pobre- za , modestia y humildad conforme á los preceptos Evangélicos. Esta profesión de Clemente y de su casa no pudo menos de ser ma- nifiesta á Quintíliano , á quien el Cónsul estimó y honró como hemos visto. En medio de esto , y de ver por sus proprios ojos , que el mismo Clemente , y al- gunos de su familia sufrie- ron la muerte y el destier- ro por la confesión de la , él si no fue enemigo del nombre de Christo , á lo menos no hizo de él el aprecio que debia , ó por decir mejor le tubo por des- preciable , como se puede ver en el cap. 7. de su lib. 3.

Obras de Quintíliano,

38 Los primeros libros, que se publicaron en Roma con el nombre de nuestro famoso Calagurritano , fue- ron dos que trataban del arte de la Rhetorica. Esta obra

Obras del Orador QuintUiano. 8i

Obra no fue compuesta por tro deseo como otras Obras

su Autor con el fin de que se ofreciese al público , y se reduela solo á algunos discursos que Quintiliano di- jo en la escuela , para que con ellos se impusiesen sus discípulos en el conocimien- to de aquel arte. Algunos de estos recogían y escri- bían las lecciones, que Quin- tiliano les daba vocalmen- te , y zelosos de la gloria de su Maestro formaron los dichos libros y los divulga- ron , sin darle antes noticia de su intento. Todo consta por el testimonio de nues- tro Orador en el prefacio de sus Instituciones , donde mencionando sus libros de Rhetorica dice de ellos: Ñeque editi á me , ñeque in hoc comparati, Namque altcrum , sermone per bi~ duum habito , pueri ^ quibus id prcüstahatur , excepcrtiní, alterum pluribus sane die- bus , quantum notando- con- sequi pcterant ^ interceptum boni juvenes ,. sed niniium awantes mei temerario edi- tionis hcnore vulgaverant. Estos libros no han pareci- do hasta ahora.; aunque si he de decir lo que siento, no son tan dignos de nues- ' TonuXXXÍll,

del Autor ; porque á Ja, ver- dad en las Instituciones se trata perfedamente quanto pertenece á la naturaleza^ utilidad , y partes de . la Rhetorica , y todo ésto con mayor esmero que en los libros perdidos , si creemos- ai mismo Quintiliano , que dice asi en el lugar citado: Quare in bis quoque libris erunt eadem aliqua multa mutata , plurima adjedta^ omnia vero compositiora , <^ quam nos poterimus elabo- rata.

39 Compuso también y público nuestro Escritor otra Obra en que declaraba las causas porque vino á corromperse la eloquenciai Esta era sin duda de mayor utilidad , porque en el.i.a descubría Quintiliano con grande particularidad y ra- dicalmente los motivos de la decadencia de aquel nobir lisimo Arte, y. prescribía el antídoto ó remedio que podría precaverlos en ade- lante , y mantener la Orato- ria en el estado de perfec- ción , en que fue .puesta per Cicerón y Hortensio. El mismo Autor en medio de la gran moderación , con L que

§2 España Sagrada. que habla de sus proprias Obras , da á ésta el epitheto de óptima en el prologo del lib. 6. donde mencionando el suceso triste , que le so- brevino al emprehenderla dice : Nam ita forte accí- dit , ut eum queque Ubrum^ quem de causis corrupta eloquentice emisi^jam ser ite- re aggressus , simili idiu fe - rirer. Tune igitur optimum fuit iffaustuw opus &c\ Era asimismo estimable esta obra por tratarse en ella mas copiosamente algunos asun- tos que se tocan en las Ins- tituciones , como parece por el cap. 6. del lib. 8. donde habla de los tropos , y di- ce al fin que no era nece- sario tratar mas largamente del hyperbole , por haber explicado con mayor lati- tud esta materia en el lib. en que asignó las causas de la corrupción de la eloquen- cia.

40 Muchos Críticos sos- tienen que esta Obra existe, y que es una misma con la que se intitula : Dialogus de ciar i s Oratcribus, Don Nicolás Antonio sigue este diélamen en su Bibliotheca Vet, lib. I. cap. 10. Los fun- damentos en que se" apoya

Trat, 59. Cap. 7. se reducen á que el estilo es mas semejante al de Quin- tiliano que al de Cornelio Tácito , á quien otros la atribuyen , y ademas de es- to el asunto del Dialogo , es muy digno y muy proprio de nuestro Orador , cuyos escritos se dirigen todos á ilustrar las materias de elo- quencia , quando de Tácito no tenemos noticia de que se dedicase á escribir diser- taciones del Arte de Rheto- rica. Justo Lipsio fue de es- te parecer en algún tiempo, y se fundaba en que el es- tilo es enteramente uno mismo con el de Quintilla - no , y en que este Orador testifica haber escrito la Obra dicha de ias causas por que vino á decaer la eloquencia , el qual titulo es muy conveniente al argu- mento del Dialogo , cuyo principal objeto es decla- rar ó señalar las mismas cau- sas ; por lo que Materno, que es una de las personas que hablan en él , dice asi á Mésala otro de los Inter- locutores. Exprime nohis non Jaudationem antiquorum , sed causas cur in tantum ab elo' quentia eorum recesserimus* Sin embargo no perseveró es- te

Obras del Orador Quintiliano. 83

te erudito en tener al Dialo- go por Obra cierta de Quin- tiiiano , pues su ultima re- solución fue confesarse du- doso, é ignorante en este punto : Itaque ambigo , S cum multa dixerim , claudo tamen omv.ia , S signo hoc responso , mihi non liquere. La razón , q-ie le hizo du » dar y temer de la verdad de su primer diélamen,fue el parecerle que Quintiliano tenia mas edad que el Au- tor del Dialogo , el qual confiesa que era muy joven en el año 6. del Imperio de Vespasiano , en que se tubo aquel tratado ; lo que no puede componerse con la edad de nuestro Orador, que por aquel tiempo pasa- ba mucho de los primeros años de la juventud.

41 En las Memorias de Trevoux del año de 17 19. se adjudica el Dialogo á otro Escritor distinto de Quintiliano : Cet ouvrage^ dicen , dont nous avons un tres-beau fragment parmi- les ¿euvres de Tacite n* est selon toutes les apparences fii de Quintilien , ni de Taci- te < non que ce dialogue ne soit tres digne de Quinti-

¡iin

; mats ce n est pomt

son stile , S la matiere n* y est qu^ efflcurée \ au-lieit qu^ elle etoit approfondie S détaillée dans le livre des causes de la corruption de V eloquence. Esta censura se halla á la letra en el pre- facio de la traducción que hizo Mr. Gedoyn pag. IX. y XXXÍV. y de ella se colige quan diferente era el gusto de este Autor del de Lipsio en orden á discernir los es- tilos.

42 Juan Alberto Fabri- cio en su Biblioth. Lat. confiesa que hay muchos argumentos en prueba de que el Dialogo es de Quin- tiliano ; pero sin embargo se persuade á lo contrario, por no hallarse en éste lo que el mismo Quintiliano asegura haber tratado en la Obra de las Causas de la corrupción de la eloquen- cia. Sería muy eficaz esta razón , si el Dialogo per- severara entero mas no existiendo sino un fragmen- to, que compone la prime- ra parte , como se colige de las ultimas palabras, no ha- ce mucha fuerza para el intento.

43 Yo tengo por indu- bitable, que esta Obra no

La es

84 España Sagrada. es de Quintiliano , y por consiguiente que- no debe confundirse con la de ¡as causas. Fundóme en la ra- nzón que apunta Lipsío to- mada 'de la edad que tenia el-Autor del Dialogo ,quan-. do los ' interlocutores tra-. íarorí la ipateria que en él se disputa. Dice pues éste en el principio de su Obra, que era muy joven enton- ces :^(2iwo''í^¿ü////t"'.y hanc quccs- tionem pertra&antes juve- nis' áolmodum audivL De el cap. 17. consta asimismo que esta controversia se tu- bo en ' el afioí €. de Vespa-^ sumó', esto es, en el año 74, t). 75. de Christo. Pues ahora; ¿como podrá com- ponerse que Quintiliano era muy joven en este ticmpq? El mismo testifica v^ como digé antes , que oyó á Do- micio Afro'' siendo joven: Utar etiim ver bis iisdem^ quce ex Domitio yífro jwvenis víccepí. :Este Orador murió segim Tácito en el año 59. de íaEra vulgar. ¿Gomo pues se verificíirá que Quintiliano era muy joven en el año 74. ó 75. si antes, -del 5f>. se hallaba en los años de la juventud ? ^i 'i-'? oY

45 ' Don- Nicolás, Antonio

Trat, 69. Cap, 7. se empeña en hacer verisi-r mil , que la expresión admo". dum jiivenis puede adaptarse muy bien á Quitlliano ; y pa- ra esto omitiendo la quenta, que . debia formar de los años, que tenia según ios, testimonios que leemos en, sus Instituciones , comienza á numerar ios años desde el sexto del imperio de Ves-i pasiano en esta forma, Poq-; gamos quatro, años masy que gobernó, este Empera-t dor , do'^ de Tito , y catorce de Domiciano. Estos juntos hacen la su^ua de Y<¿inte años; Contemos ahora, vein- te ly- cinco años que es el principio de la juventud , y. la edad del Autor del Dialo- go , y hallaremos que Quin- tiliano tenia quarenta y cin- co años después de haber enseñado veinte, y quando escribía las Instituciones. En lo qual nada veo , di- ce , que no convenga á las cosas de este Orador. Pero este erudito yerra mucho en esta quenta ; porque pro^ cede en ella bajo el supues- to falso de que Quintiliano se hallaba en la primera, ju- -ventud en el año 6. de Vcspasiano , y 74* ó 75. de Christo , siendo asi que cor mo

Obra s del Orador QuintUiano, 8 5 mo he probado de algunos pues que el Autor del Dia-

lugares de las Instituciones, nuestro Orador pasó los primeros años de la juven- tud en el Imperio de Ne- rón , y antes del año 59, de la Era vulgar en que murió su Maestro Domicio Afro: de donde se infiere evidentemente , que tenia cerca de sesenta años, quando renunció el oficio de Maestro de eloquencia.

45 Otro argumento nue- vo se me ha ofrecido en comprobación de que Quin- tiliano no escribió el Dialo- go de ios Oradores. El Au- tor de este afirma que oia él como discípulo á M. Apro y á Julio Secundo, que eran entonces los m>as céle- bres ingenios del foro Ro- mano , asistiendo con afición no solo á las causas públi- cas que ellos tenian , sino también á sus conversacio- nes familiares : Quos ego in judiciis no7i utrosque wcdo studiose aiidkbam , sed dcmi quoque r, & in publico üssec- tahar mira siudiorum cu- pidíta te ^ S quodam ardor e juvenili j, ut fábulas queque -eorum , S Jisputat iones , & -arcana semótce diStionis pe- ■nitus ejcd^erem». Tenemos

logo era muy joven , y estudiante , quando Julio Se- cundo corría con la fama de Orador insigne y elo- quente. Lo qual de ningún modo conviene á Quintilia- no , que haciendo mención de este Julio en el cap. 3. del lib. 10. de las Institu- ciones , le llama igual en la edad , y amigo suyo fami- llar. Qua de re memitii nar- rasse mibi Julium Secun^ dum , illum cequalem mcum, ai que á me ^ ut noíum est^ füiíiiliaritate amatum , mi- rcv facundice virum ^ infl- niíce tome curce y quid esset sibi á patruo suo diciun\ Confirmase pues lo que dige antes , que la edad de Quin- tiliano era mayor que la del Autor del Dialogo; y poi tanto se debe confesar que esta Obra ni es la misma que la de las causas de 1^ corrupción de la eloquencia, ni parto de nuestro Orador, sino de otro mas m*ozó; auque coetáneo suyo.

46 Acerca de ias Decla-f maciones quC: andan con el nombre de Quintilíano , es muy difícil resolver , si todas ó á lo menos algunas de ellas ,. pueden reputarse por

8 6 España Sagrada, porObras suyas. Es constan- te que en tiempo de nues- tro Orador se publicaron causas forenses trabajadas por él mismo , como referí en las noticias que he dado de su vida. S. Gerónimo y Alcuino le atribuyen la controversia , en que se trataba de la acusación que se hizo contra cierta ma- trona, que parió un Ethio- pe. Ladancio en el lib. I. de las Instituciones cap. Qi. cita el Fanático de Quintiliano , y exhibe una sentencia suya por estas pa- labras : Optime igitur Quin- tilianus in fanático , istud inquit Deus cogit , iratus est. En el lib. 5. cap. 7. cita también otra Declama- ción cuyo titulo era caput obvolutum^ y pone un lugar tomado de ella : Quod qui- dem ípsum (¿uintilianus egre- gie , ac brevitef ostendit in capite obvoluto. Nam quae, inquit , virtus esset innocen tia , nisi laudem raritas de- disset? Verum quia natura sic comparatumest,utodium, cupiditas , ira , in id , quod incubuerint - agant caecos, supra homines videtur culpa vacare: Alioqui si natura pares ómnibus aífedus dedis-

Trat.Sg. Cap. 6. set , pietas nihil erat.

47 De las declamacio- nes , que existen y corren atribuidas á Quintiliano , las unas que son las mas bre- ves componen el numero de 145. y las otras largas no pasan de 19. La sentencia común de los Eruditos reco- noce , que estas ultimas se apartan mucho de la elegan- cia de nuestro Orador , y de las regias que prescribe en sus Instituciones. De las pri- meras creen algunos que son de diversos Autores , y de diversa edad , porque el estilo no es igual en todas, sino mas culto y elegante en unas que en otras. Bar- thio sostiene , que todas ellas son fragmentos de las que escribió nuestro Fabio Quin- tiliano , á quien las adjudi- can también absolutamente Ángel Policiano, Juan An- tonio Campano, y Pedro Erodio , que las ilustró con sus Notas. Entre tantas opi- niones y tan diferentes gus- tos acerca del estilo apenas se halla razón , que deter- mine ó incline á una parte mas que á otra. Una sola cosa me ocurre en este par- ticular, la qual deben tener presente los Eruditos que pre-

Obras del Orador Quíntiliano* 87

pretenden deducir , si las por vicio de los copiantes de

aquel tiennpo , y de los si- guientes?

46 Resta decir algo de la Obra , que con toda certe- za es propria y legitima de Quintiiiano , la qual se cora^ pone de los doce Libros de las Instituciones del Orador, Emprendióla nuestro Cala- gurritano , movido, como di- je en su vida , de los ruegos con que le importunaron al- gunos amigos suyos , que deseaban el acierto en la elección de los preceptos de Eloqüencia , de que otros Autores habían escrito con gran variedad y discordia. Uno de éstos se llamaba Marcelo Vidorio , á quien

declamacíoCwS son ó no de Quintiiiano , por medio del cotejo que hacen de ellas con los Libros que son ciertamen- te suyos ; y es , que sin em- bargo de ser comunmente el estilo la mejor prueba pa- ra discernir ó mostraras! las Obras son de los Autores á quienes se atribuyen ; en las declamaciones hay una cir- cunstancia que nos obliga á no tenerlas por absoluta- mente agenas de Quintiiia- no , aunque no sean muy conformes con los demás Es- critos de este Autor. El misto testifica , que en sus dias andaban por las manos del público sus causas ó de- clamaciones tan corrompi- das , que apenas conservaban algo de la primera pureza. Nam ceter¿e , qu¿e suh nomi- ne meo feruntur , negligen- tia excipientium in qu<vs- tum notariorum corruptce minimam partem mei habent» En esta suposición ¿qué in- conveniente hay en que las declamaciones que existen se- an de Quintiiiano en su pri- mer origen ; y que no obs- tante se encuentre tanta di- ferencia entre ellas , y los Libros de las Instituciones

dirige su Obra , no solo por la antigua y estrecha amis- tad que con él tenia , y por su intensa afición á las le- tras , sino también por lo mucho que le podría ser- vir para la educación de un hijo , que en la primera edad daba ya muestras de un in- genio feliz y sobresaliente. Este Marcelo Viétorio es el mismo á quien el Poeta Sta- cio consagra el lib. 4. de su Silva , sin que merezca aten- ción lo que Bivar citado por Fabricio alega , fundado so^ lo

•8S España Sagrada, Trat, 6g. Cap. 7,

io en el supuesto Chronicon de Dextro ; por ser constan- te , que el expresado Poeta floreció en el Imperio de Doir.iciano , y que por con- siguiente fue coetáneo de fluestro Orador.

47 Concluyó Quintilla- no esta elegantísima Obra en poco mas de dos años, en medio de que mientras la compuso, le ocuparon otros negocios , de los quales na sería el menos grave la edu- cación de los nietos del Em- perador. Su facilidad en es- cribir lo que una vez habia meditado, se hace patente

con lo que él mismo testi- fica diciendo , que gastó la mayor parte de los dos años en inquirir lo que conducía para esta Obra casi infinita, y en leer , como era nece- sario, inumerab'es Autores.

48 Concluidas las Insti- tuciones, se abstubo por en- tonces de su publicación ,pa- reciendole que no habían madurado bastante , y que sería mas acertado repetir la lección de su Obra , á ñn de enmendar sus defedos, cumpliendo asi lo que acon- seja Horacio en el Arte Poé- tico , V. :?38.

No'^'UmqUe prcmatur in annum, Memhratus intus posltrs , de/ere ücebit^ O'.io.i non eiid-:ris : nescit v:x missa revertí.

49 P¿ro ocupándole en este tan útil y necesario tra- bajo , le fue preciso publi- car sus Libros antes de cor- regirlos quanto quería , por las repetidas instancias de

los estudiosos , y por I03 ruegos continuos de un Li- brero llamado Triphon , de quien nuestro Marcial hace memoria en su libro 4. Epig. 72.

Exigís , íJt doíiem Postres tihi , Q-dnfe, libel/os; Non babeo , sed babet bíbliopcla Triphoru

50 Algunos Autores es- que Q.úntiliano permitiese criben , que esta Obra se en sus Libros las lisonjas é publicó en el Imperio de indignas alabanzas con que Trajano. Pero no es creíble quiso gratificar á Domicja-

no

Obras del Orador Quintiliano.

89

no, si ya habia muerto este Principe. Por tanto , es mas verisimil ,que las Institucio- nes se pubiicaron bajo este Emperador , y en el año 95. ó 96. de la Era vulgar , co- mo prueba el Inglés Enri- que Düdvell.

51 Sería negocio muy prolijo amontonar aquí los singulares elogios que los Sabios antiguos , y moder- nos han hecho de Quintilia- no , y de su Obra. Baste ex- poner el juicio, que formaron algunos de los mas cercanos á nuestros tiempos. Poggi en su epístola á Bautista Guarin , escrita en el año de 1417. dice asi : Habiendo tratado muchos , y excelen- tes Autores latinos , como sabes, del ornato y elegancia del estilo , el mas eminente entre todos es M.FabioQuin- tiliano, quien escribe sobre lo que toca á la instrucción del Orador perfeétisimo con tan- ta energía y exaditud , que según mi juicio nada falta después de sus preceptos, que pueda conducir en orden á la doctrina y eloqiiencia mas elevada. Con él solo , aun- que no tubiesemos á Cice- rón padre de los Oradores Romanos , podríamos aican-

Tom.XXXIJL

zar la citncia de decir pcr^ fcí^lameníe, Juan Antonia Campano en la carta que di- rige al Cardenal Senense: Falta , dice, á la Eloqiien- cia lo que no se aprende eti los libros de Quintiliano ; / alli se acaba el arte de ha- blar bien , donde se halla el ultimo de sus preceptos. Ha- ce luego una comparación de nuestro Orador, yTulio; y después de reconocer en am- bos las mas eminentes per- fecciones , concluye con es- tas palabras: Vor tanto ^ lo que juzgo de Quintiliano es, que después de Marco Tu- llo , cuya felicidad en la Oratoria debe mirarse y ad- mirarse como la mas encum- brada , él es á quien pode- mos tener por Capitán , y Maestro en la Eloqiiencia; advirtiendo , que si después de aprender su dodrina nos falta todavía alguna cosa pa- ra ser Oradores consumados, ésta se habrá de tomar no del Arte, sino de \3l natura- leza. Claudio Capperoneri en el Prefacio á su edición, dirigido al Ilustrisimo An- drés Hercules de Fleury , di- ce : Quanto la Gramática enseña sobre el modo de ha- blar con pureza , la Retórir M ca

po España Sagrada* ca sobre el modo de decir Gon ornato , la Dialedica so- bre el arte de disputar con sutileza , la Moral sobre la educación santa de los ni- ños , quanto los Retóricos inventaron ó añadieron á fin de componer y adornar la Eloqüencia,todo esto se halla en los Libros de Quintiliano, si se leen de manera que se entiendan,

52 La mayor alabanza de las Tnstituciones de nues- tro Orador está en que los Eruditos juzgan comunmen- te , que ellas son mas acaba- das" y exaélas , y mas aco- modadas y útiles para la educación , instrucción , y formación del que desea ser perfedo en la Oratoria, que las Obras escritas por Cice- rón sobre esta misma mate- ria. El famoso r Ángel Poli- ciano dice de este modo: Aunque no es mii animo ante- poner absolutamente á Quin- tiliano respedo de Cicerón^ con todo eso no puedo miC- nos de creer, que las Insti- tuciones de aquel son mas llenas y copiosas que los li- bros B^etó, icos de éste. Car- los Rhollin es también: de esta misma sentencia. Si no me engaña ^áic(^ ^ el amor á

Trat. 69. Cap. 7. la Obra que he tomado á mi cargo , juzgo que no pue- de hallarse entre todos los Escritores antiguos , quien pueda aprovechar á la ju- ventud mas que Fabio Quin- tiliano , asi en orden á culti- var los ingenios con los mas aventajados preceptos de la Eloqiiencia , como á enno- blecer el animo con la mas sana dodrina de las costum- bres. Hace luego examen de la Retórica de Aristóteles , y de Tulio , y concluye , que en uno y otro se encuentran algunos inconvenientes por lo que mira al estilo de las escuelas , de los quales, di- ce , carece Quintiliano de tal manera , que sobre esto po- s^e las perfecciones de am- bos.

53 Pero oigamos á Quin- tiliano , que sin embargo de la modestia y reverencia con que habla de los Escri- tores antiguos , y de mis- mo , expone juiciosamente algunas' razones que hacen su Obra la mas apreciable entre todas las otras de este género. En el cap. i. del lib. 3. tratatando de los.que es* cribieron de la Retórica, di- ce asi : El principal orna* mentó de la Eloqiiencia es Ci-

Obras del O rador Quintiliano. 9 1

Cicerón , hombre verdadera- vivos. No obstante el respeto

mente incomparable , ya se mire como Orador , ya co- mo Maestro de Retórica. Se- ría ciertamente justo callar después de un hombre tan doáo ,si él mismo no nos di- jera que sus Tratados retóri- cos se le escaparon de entre las manos siendo joven , y si en sus Libros del Orador no hubiera omitido de proposito algunas menudencias,que de- sean los mas de los estudio- sos. Cornificio escribió no poco en esta materia : Sterti- nio,yGallion el padre alguna cosa ; y con mayor diligencia que estos , Celso , y Lenas, mas antiguos queGalüon ; y en nuestra edad , Virginio, Plinio, y Rutilio. Aun hoy tenemos excelentes Autores sobre este asunto ; los que si hubiesen abrazado todas las partes de que se compo- ne esta Obra , me servirían al presente de mucho auxi- lio. Ellos merecen grandes elogios ; pero yo me absten- go de nombrarlos , porque aún viven. Tiempo vendrá en que serán alabados , por- que su gloria durará hasta la mas distante posteridad, adonde no llegará la envi- dia á que están sujetos los

que debo á hombres tan sa- bios , no me arrepentiré de exponer mi diétamen, porque me parece conveniente na adherirme con superstición á la seéta de otro , sino solo jun- tar las opiniones de muchos, para que de este modo ten- ga el Leélor libertad de ele- gir lo que quisiere , conten- tándome yo con el testimo- HÍo de mi exaditud y dili- gencia en este particular, quando no pide mas la ma- teria. En el cap. 4. del Hbp. dice , que no se atrevería á tratar después de M. Tulio de la composición ó coloca- ción de las palabras , si no supiera que sin embargo de que en este asunto se esme- ró mas que en otros aquel Orador eloqüentisimo , no faltaron en su misma edad hombres dodos , que le es- cribieron desaprobando el or- den y la estrudura que él prescribía. Añade también, que algunos Autores , que florecieron después de Cice- rón , establecieron algunos preceptos que hacen al mis- mo proposito ; y finalmente propone , que seguirá en lo mas su sentencia , y que por ventura se apartará de ella M 2 en

C}2 España Sagrada, en algo, pero dejando siem- pre libre á los Leélores el juicio y parecer de aquel grande hombre. Con estas palabras llenas de modestia y respeto insinúa Quintilia- no , que su intento en esta parte era enmendar los de- feílos que algunos oponían á Cicerón , y añadir lo que acerca del modo de colocar las voces enseñaron otros Escritores mas cercanos k su tiempo. De todo lo qual se puede colegir , que no es ageno de verdad el didamen de muchos Eruditos , que prefieren los Libros de las Instituciones del Orador á los que Cicerón compuso del Arte de la Retórica ; y nos persuadiremos mas fácilmen- te al asenso de este j'Jcio, si reconocemos que Q.iiati- ^ Hano trató largamente pun- tos de mucha importancia, que Cicerón omitió ó tocó solo de paso, como lo ad- vierte Fabricjn en su Bi- blipth. líb.2. cap. 13. num.4. S4 Estas particulares ventajas, que se hallan en las Instituciones , han excitado en los Eru lítos vehementí- simos deseos de que el estu- dio de la Retórica de Quin- tíliano se establezca en to-

Trat, 69. Cap, 7. das las escuelas públicas. Y á la verdad , si se pretende poner remedio á los vicios que en nuestros tiempos tie- nen corrompida la Eioqüen- cia , dudo que pueda seña- larse otro mas oportuno que esta Obra , cuyo único obje- to es restituir á ia Oratoria aquella antigua sanidad , y robuistéz, con que desnuda de todo color aparente y sobre- puesto floreció en la edad de oro ó en el tiempo en que vivió Augusto. El famo- so Mureto en el lib. 18. de varias Lecciones , cap. 20. es uno de los que desearon el estudio de Quintiliano, por la experiencia que él mismo tubo de los progresos , que con su lección se hacían en las escuelas , y de la deca- dencia á que vinieron las buenas Artes , desde que se pusieron en las manos de los jóvenes otros libretes indig- nos. Siendo yo muchacho, dice , se explicaban con gran cuidado en las escuelas las Instituciones Oratorias de M. Fabio Quintiliano , dili- gentisimo , y exquisito Pre- ceptor de Retórica; ni era reputado por buen Maestro de Eloqüencia , quien no tu- biese la costumbre de eger- ci-

Obras del Orador Quhniliano, 93

citar a sus discípulos en el afición en librillos insulsos.

estudio de la Obra referida. Mudóse después de método; y despreciados aquellos an- cianos , y venerables arboles de la antigüedad , crecieron succesivamente los ramos inútiles ; y la juventud hu- yendo del trabajo, puso su

y en compendios , que me- jor se dirian dispendios de todas las Artes liberales , y de todas las partes de la Fi- losofía. De aquí se ha origi- nado el verificarse de todas las cosas ,

In pejus ruere , & retro subJapsa referri.

55 Ni hay para estos males otro remedio mas se- guro que renovar aquella antigua costumbre , despre- ciando estos nuevos maestros tan indoélos como arrogan- tes , y volver á tomar la ver- dadera y sólida erudición de los antiguos , á quienes sus proprios méritos colocaron €n la cumbre de la Eloqüen- cia.

56 Ni el paganismo de Quintiliano se ha tenido por inconveniente , que impida el uso de sus Obras en las escuelas Christianas ; porque enmedio de haber sido gen- til , sus preceptos son tan arreglados ,que no instruyen menos en orden á las bue- ñas costumbres , que á las ciencias. Nadie , dice Pedro Galland en su epístola al Abad Enguilberto , sino el

que sea juez importuno , y perverso , me tendrá por descaminado y necio en de- dicar estíís Instituciones á un Eclesíasíico, y Religioso; porque á la verdad no me- rece el nombre de profano un l'bro que instruye tanto en lo moral , y virtuoso, quanto en el Arte de la Elo- qütncia. Porque ¿quién tra- tó con mayor diligencia que Quintiliano de lo que es jus- ticia , bundad ,y honestidad, sin las qua'es virtudes afir- ma constantemente no puede formarse el Orador? ¿Quién sostiene con mayor tenaci- dad , que el sagrado nombre de Orador no conviene á ninguno por eloqüente que sea , M tiene su animo cor- rompido con afedos vicio- sos * Véase también sobre este asunto ei Prefacio de Car«

94 España Sagrada Carlos RhoUin , Profesor de Eloqiiencia en la Universi- dad Parisiense , donde prue- ba, que los Libros de Quin- tiliano son utilisimos á las costumbres , por los exce- lentes avisos que freqüen- temente , para aficionar á los niños , y jóvenes á la vir- tud , y hacerles odioso todo lo que pfuede inficionar sus tiernas almas.

Familia de Quintiliano,

57 Ambrosio de Mora- les en el lib. 9. cap. 27. po- ne una muy breve memoria de nuestro famoso Quinti-

. Trat. 6c). Cap. 7. liano , después de la qual di- ce asi de su familia : Porque Séneca nombra á un Quin- tiliano también Orador , y esto fue antes de Galba , al- gunos han querido hacer dos Quintilianos padre , y hijo. Yo no tengo en esto cosa cierta que pueda afirmar. Solamente veo, que esta fa- milia de los Quintilianos de- bía ser natural de España; porque demás de los dos ya dichos ,yo veo una Arula en Caravana, lugar cinco le- guas de Alcalá de Hena- res en el Alcarria , con esta dedicación;

SATVRNINVS PRO SALUTE C.CLODII QUIN TíLIANI . V .

58 También en los diez y ocho Martyres de Zara- goza ,: el Poeta Prudencio nombra Quintiliano á uno de ellos.

59 D. Nicolás Antonio en el lib. i.de su Biblioth.vet. cap. 3. num. 44. escribe, que el fundamento que tienen al- gunos en las Inscripciones

antiguas de España , para afirmar que la casa ó fami- lia de los Quintilianos es Es- pañola , carece de la firme- za necesaria para poner en seguro esta noticia , espe- cialmente haciendo Cornelio Tácito mención de unQuin- tiliano , que fue Tribuno la plebe en Roma , cuyo ofi- cio

Familia del Ora cío no parece creíble se die- se á un Español , aunque le Jiubiesen concedido antes el privilegio de Ciudadano Ro- mano.

. 6o Esta razón de D. Ni- colás Antonio no es de tanto peso que haga inverisimil la congetura de Morales. Porque es indubitable , que el derecho de Ciudadanos Romanos que tenían muchos pueblos de nuestra España, consistía principalmente en quitar el defeéto de origen ó nacimiento , y habilitar á ios que le gozaban para as- cender á los magistrados , y honores de Roma. En efeélo, constan de los Fastos mu- chos estrangeros , y nacidos fuera de Italia , que llegaron á obtener aun la dignidad del Consulado. El mismo D. Ñi- pólas Antonio trata en él cap. Q.del lib.cit.de CornelioBal- bo , natural de Cádiz , de quien dice Plinio : Fui¿ & Balbus Cornelius major Cón- sul : : : Primus externorum^ atque etiam in^ Océano geni- torum iisus illo honore , quem majares Latió quoque nega- verunt. No hay , pues , mo^ tivo para tener porincompa- tible,que el Quintiliano men- cionado por Tácito fuese Es-

dor Quintiliano. 95 pañol , y sin embargo tubie- se en Roma el honorífico em- pleo de Tribuno de la plebe. 61 Mi sentencia acerca de la casa de los Quintilia- nos es , que atendido el. nombre , asi gentilicio , co- mo proprio de la familia, ésta es una de las que tie- nen Autor , y origen cierto, y de las mas antiguas de la Italia, como derivada de los Aborigines. Sexto Pompeyo Festo de Verb, signifícate señala el principio de ambos nombres con estas palabras: Quintiliani Luperci appella^ ti vídentur á Qin&ilio , qul prcepositus est Lupercis , ut á Fabio Fabiani di&i sunt, ítem Luperci < quibus is prcepositusfuerit. Fuisst au- tem Romuli temporibus ins- titutos & Fabianos & Quin-; ámanos ,- multi sunt , qui existiment , quorum nume- rum postea auSium fuisse^ quia honoris grafía multi Lu- percis adscribebantur. Cons- ta , pues , por este testimo- nio , que Fabio , y Quintilio, Prepósitos de los Lupercos ó Sacerdotes de Pan , dios de los Pastores, son el origen de los sobrenombres de los Pa- blos , ó Fabianos , y de ios Quintilios , ó Quintilianos, am-

^6 España Sagrada, Trat, 6^, Cap, j.

ambas gentes patricias , y de las mayores y mas anti- guas de Italia. Los dos ape- llidos , que antes se dieron á gentes distinta*: entre , se juntaron en la Casa de nu- estro Quintiliano : pero de modo que el de Fabio ser- via de prenombre , y el de Qjintiiiano de sobrenombre, que distinguía su familia de otras de los Fabios. El sobre- nombre de Quintiliano pare- ce se mantubo en esta Cisa con estudio , y que se iiizo hereditario , por lo que el hijo mayor de nuestro Ora- dor se decia también Qjin- tiliano , como consta del Pre- facio del lib. 6. de las Insti- tuciones. Es verisimil que esta conservación fuese efec- to de algún particular es- plendor o lustre del prime- ro que lo tubo , como Plu- tarco escribe del sobrenom- bre de Cicerón \ pero igno- ro quién fue este personage; aunque es de creer , que por señalado que fuese no trans- fundió á los suyos aquel nombre con tanta gloria como la que recibió después en el fnnioso Orador su des- cendiente.

62 En este mismo siglo primero florecieron antes del

nuestro dos Quinti llanos : uno fue Sex. Nonio Quinti- liano , Cónsul en el año 761, de Roma , y 8. de Christo: el otro fue el Declamador de quien hace memoria Aneo Séneca en el lib. 5. de la» Controversias : Pertinere aj rem non puto.... quomodo P, Asprenas , aiit Quindíilia- ñus declamaverint. Transeo istos , quorum fana cum ip- sis extin&a est. De este se- gundo , á quien /muchos tie- nen por Autor de las De^ clamaciones , dudan los Eru- ditos si fue abuelo ó padre del Orador. Yo no encuen- tro razón positiva para re- solver este punto ; pero me inclino mas á la opinión de Pitheo , Vosio , Andrés Sco- to , y otros que añrman lo primero. Séneca el padre flo- reció en tiempo de Augusto, y habla de Quintiliano co» mo de un Declamador, que era mas anciano que él , y que habia muerto quando él mismo escribia las Contro- versias , como consta de las palabras exhibidas. Habien- do , pues, nacido el Orador cerca del año de 40. según lo que se puede colegir de sus Instituciones , es necesa- rio confesar que no fue hijo, si-

Familia del Orador Quintiliano. 97

isino nieto del Declamador mencionado por Séneca.

63 Algunos quieren que el juicio , y crítica de nues- tro Quintiliano acerca de las Obras de Séneca , fue efeélo del odio que tenia concebi- do contra el padre de este célebre Cordobés , por el desprecio que en el lugar referido hizo de Quintiliano su abuelo. Ni ha bastado pa- ra contener á los modernos en esta sospecha la satisfa- cion con que el mismo Quin- tiliano pretendió justificar- se , y purgarse de su des- afedo á Séneca , que ya se le atribuia en su tiempo: Ex industria , dice , Sene- cam in omni genere eloquen- ticü distuli propter vulga- tam falso de me opinionem, qua damnare eum , & invi- sum quoque hahere , sum cre- ditus, Pero el candor que resplandece en los Escritos de Quintiliano , no permite que pensemos tan bajamen- te ; antes nos persuade , que su juicio sobre el estilo de Séneca nació solo de un ani- mo libre en defensa de la verdad. Una de las princi- pales causas de la corrup- ción de la Eloqüencia era la grande estimación que los

TonuXXXllL

Romanos hacian del referi- do Escr.'íor , en cuya com- paración despreciaban ellos á los antiguos , mirándole como á un astro que había venido nuevamente a ilumi- na^-los. Los jóvenes no ttiii^n otro em.peño que el de imi- tar á un hombre , que en la común opinión era reputa- do por el mas dodo y elo- qüente. El mayor daño es-p taba en que teniendo Séne- ca grandes y admirables perfecciones , los Romanos no ponian su estudio en la imitación de ellas , sino solo en conformarse con su esti- lo , en el qual por la mayor parte degeneraba de los que escribieron en tiempo de Au- gusto, quando la elocución se vio adornada con la mas sencilla y grave magestadi Quintiliano no pudiendo di- simular esta especie de ilu- sión , y deseando desengañar á los jóvenes con la autori- dad é ingenuidad que pedia el oficio, que se le habia con- ferido por el Emperador y Senado , tubo animo para oponerse al consentimiento común de los Romanos, ha- ciéndoles patente , que al estilo de Séneca faltaba d concierto , peso , niímeroí.

N

har-

98 España Sagrada, harmonía , y otras excelen- tes propriedades,sin las qua- les no puede hallarse la ver- dadera Eioqüencia. Hizo es- to con tal modestia y res- peto , que al mismo tiempo que publicaba los defedos de Scneca , ensalzaba su mé- rito , y volvia por su opinon objetando á los Romanos, que ellos le amaban mas que le imitaban, y que se apar- taban tanto de él , quanto él se apartó de los antiguos: que les agradaba no por sus virtudes , sino por sus vicios; de donde resultaba , que gloriándose de que sus pro- prias oraciones tenían el or- nato y eioqüencia que las de Séneca , infamaban el nom- bre de este famoso Escri- tor. Asi , que el intento de Q.iintiliano no fue sacar de entre las manos de los hom- bres los Escritos de Séneca haciéndolos menosprecia- bles , sino solo manifestar, que en lo concerniente á la elocución no debía preferir- se , como se prefería , á los del tiempo de Augusto , á quienes el mismo Séneca no

dejó de calumniar ; porque sabía , que siendo su estilo tan diverso del de Cicerón, y otros , no podría él lie*

Trat, 69. Cap, 7. varse los aplausos de eló- qüente,mientras el público hi- ciese estimación del gusto de aquellos. Concluyese , pues, que el juicio de Quintiliano acerca del estilo de Séneca, no procedió de odio ó des- aféelo, sino del celo que tenia del aprovechamiento de sus discípulos , y de la necesidad que hibía de restituir la Elo-* quencia á su integridad y pureza ; lo que no era posi- ble consegiiir en tamo que el famoso Cordobés fuese pre- ferido á los mas antiguos.

64 Quintiliano, padre de nuestro Orador , sobresalió también en la Elocuencia: pero no tenemos de su per- sona otra memoria , que la que nos dio su hijo en el lib. 9. de las Instituciones, cap. 3. por estas palabras: Et cur me prohibeat pudor, uti domestico exemplo ? Pa- ter meiis contra eum , qui se legationl immoriturwn dixe" rat , dcínde vix paucis die- bus insumptis re infedia re^ dierat : Non exigo , ut iti" moriaris legationi , inmora- re. Algunos coligen de aqui, que el padre de Quintiliano fue también Declamador, y aun Abogado del Principe. Mas á la verdad en este lu-

se menciona , no , se afirma que egerció la Abogacía de- Jante del Emperador , ni que el discurso en que pronun- ció esta aguda seiuencia fue algún IJtií^io forma!. Nada, pues , podemos establecer .guiados del testimonio de Quintiliano , sino solo que su :padre estubo empleado en uno de los oficios honorín-

cuyo

Familia del Orador Quintiliano. 99

igar, que es el único en que residencia en la patria hasta

que Galba le llevó en su compania.

65 Dos hijos tubo nues- tro famoso Calagurritano en Roma , y ambos fueron prO'- digios asombrosos por su in- genio , y otras prendas na- turales. El menor murió no teniendo sino solos cinco años, en los quales diceQuin- tiliano , daba ya grandes mu- estras de agudeza , y viva- cidad ; y lo que es mas , de un entendimiento profundo. El primogénito , llamado también Quintiliano , murió á los diez años de su edad, .del qual nos dejó su padre un excelente elogio en el Prefacio del lib. 6. de las Instit. No tenia yo , dice, otra esperanza , ni otro gus- to, que el que hallaba en mi hijo Quintiliano ; y á la ver- dad , él solo bastaba para consolarme en la pérdida de su madre , y hermano. Por- que no se reducia la fecun- didad de su alma á ostentar solas flores , como el otro que murió á los cinco años, sino que habiendo entrado en los diez de su edad , lle- vaba ya fi utos bien sazona- dos. Juro por los mismos ma- les que padezco , por esta in- N2 fe-

icos de la República cumpiimiento le obligó en esta ocasión á reprehender al Diputado , que se habia yuel o sin evacuar el nego- cio cometido. Ni bay apa- riencia de que esto fuese en Roma , y en presencia del Emperador : antes bien es mas verisímil que suce- diese en Calahorra ; porque además de que el Diputado contra quien se procedió en este caso mas parece Dipu- tado de una Ciudad que Em- bajador del Principe , como dice Tillem.ont , es también mas probable que la familia de Quintiliano no pasó á Ro- ma como la de Séneca , sino que se mantubo siempre en Calahorra , como lo indica el hecho de volverse nuestro Orador á España después que concluyó sus estudios ; y su

ri 00 España Sagrada. Trat, 69. Cap. 7.

feliz conciencia atormenta- da con mis penas , por la misma alma de mi difunto hijo , que entre tantos como lie conocido y experimenta- <3o , no he visto uno que se le pueda comparar en la fa- cilidad de su ingenio para adquirir las Ciencias , y en el gusto con que para satis- -facer á su propria inclina- cicn , estudiaba. Quando el pudor me impusiera silencio en eyta ocasión , sus mismos Maestros podiian testificar estas verJaJes ,que ellos co- nocen muy bien. Además de esto , eran muy notables en mi hijo la bondad , piedad, ¡dulzura , y liberalidad ; vir- tudes con que cautivaba á cuantos le oían , ó veían. A -estas admirables qualidades ide su ahimo se agregaban las gracias con que le adornó la naturaleza ; quales eran la suavidad y claridad de su voz , el atractivo maraviilo- •€o de todas las facciones de "SU rostro , y la propriedad con que pronunciaba las vo- •ees de las lenguas Latina, y Griega. Todas estas dotes íios prometían un hombre, ^ue sería con el tiempo per- íedo ; pero aún eran mucho mas recümcndables , la cons-

tancia , la gravedad , y la firmeza de su animo , que le hacían superior á todo do- lor , y á todo miedo. Porque ¿quién podrá explicar el va- lor con que sufi la enfer- medad de ocho meses? ¿O^ántas veces se admira- ban los Médicos á vista de una fortaleza tan rara en aquella tierna edad? ¿Con qué presencia de espíritu, con qué razonamiento me alentó en las ultimas horas de su vida? En estas dio la mayor muestra , de que si viviera llegaría á poseer la mayor erudición ; pues sien- do asi que en fuerza de la enfermedad padecía delirio, y olvido de todas las demás cosas , nunca llegó á perder la memoria de lo que había estudiado.

66 En el mismo Prefacio hace Quintiliano memoria de su muger , madre de los dos hijos referidos. De es- ^ta , dice , que murió antes que ellos , no habiendo cum- plido los diez y nueve años de su edad. Pondera el grande amor que le te- nia ; pues sin embargo de ser tan moza , especialmen- te si se comparaba con él mismo , con todo eso de- sea-

Familia del Orador Quintiliano, i o i

Seaba no sobrevivir á su marido. Alábala también exagerando sus virtudes, pues dice , que la adorna- ban todas aquellas de que es capaz una muger.

67 Esta fue hermana de algún noble Romano , que tubo la dignidad Pretoria, pues hablando el mismo Quintiliano con su primo- génito difunto dice : Te ne consulari nuper adoptiom ad omnhim spes honorum pa- tris admotum , te avúnculo pTíetori generum destinatum^ te omnitim spe Atticce elo- quenti¿e Candidatum , su- perstes parens tantum ad poerias amisi ? Burman no- ta , que el padre de ésta fue Tutilio , también Pretor, y se funda en que escri- biendo á Quintiliano su dis* cipulo Plinio llama nieta de Tutilio á una hija del mismo Quintiliano : Quam- vis & ipse sis CGTitinentis- simus , & filiam tuam iia institueris^ ut deccbat filiam tuam , Tuíilii neptem &c, Pero en este diélamen hay una equivocación manifies- ta , que consiste en creer, que la hija de Tutilio fue madre de los niños , cuya muerte Hora Quintiliano , y

de la hija que menciona Pli- nio ; lo qual no se compone bien con el Prefacio del lib.6. de las Instituciones , y la epístola citada. Según el Pre- facio la muger de Quintiliano murió antes de cumplir los 19. años , y sus dos hijos en la edad el uno de g.años, y el otro de diez. Después del fallecimiento de estos quedó Quintiliano solo sin tener persona alguna de su familia , que le pudiese ser- vir de consuelo : Superstes^ dice , omnium meorum , ó á quien dejase heredero de los bienes de fortuna que poseia; por lo qual dice también , que su patrimo- nio y la Obra de las Insti- tuciones vendrían necesaria- mente á poder de estraños: Nos miseri , sicut facultates paírimonii nostri , ita hoc opus aliis paravimus ^ aliis relinquemus. Lo qüal de nin- gún modo sería verdad , si la hija de Quintiliano , de quien habla Plinio , fue her- mana uterina de los dos niños expresados ; porque ésta , quando se escribió la epístola citada , estaba ya crecida , y en edad de casar- se ; de donde resulta , que si su madre fue la que mu- rió

102 "España Sagrada, rió á los diez y nueve años, y cuya muerte llora nues- tro Orador , ella vivió algún tiempo mas que ios dos hermanos ; y por consiguien- te que Quintiliano no podia quejarse , quando murió su hijo primogénito que le ha- bla quedado , de que él era el único que vivia de todos los suyos, y que no tenia á quien dejar sus bienes.

63 Dodwell reconocien- do esta dificultad establece en sus Anales , que Quinti- liano celebró dos matrimo- nios, el primero por los años de 82. de la Era vulgar , del qual tubo los dos hijo> de que habla en el prefacio, cuya madre murió en el año 89. el segundo cerca del año de 94. con la hija de Tuti- lio mencionada por Plinio el mozo 3u discípulo , de la que tubo una niña que después se trató de casar con Noaio Cjler. Pero en es- te punto es mas conforme á la verdad la sentencia de D, Nicolás Antonio , que po- ne primero el casamiento de Quintiliano con la hija de Tutilio : porque mientras Quintiliano estubo casado con esta muger , no abun- dó de bienes de fortuna, y

Trat. 59. Cap- 7. por -esta causa habiendo de casarse su hija con el ex- presado Nonio Celer , que era hombre muy noble y autorizado ; Plinio como dis- cipu'iQ agradecido , y ca^ ballero rico y generoso , le escribió , ofreciéndole un.i buena cantidad de dinero, y rogándole con instancia que la aceptase , para que de este modo andubicse su hija con la decencia y co- mitiva correspondiente á la condición y di-^nidad de su marido. Te porro , dice, ani' mo heatíssimum , modicurn facultatibus scio, Itaque. partem oneris tuimihivtn' dice , ^ tamqnam parens alter puellce nostrt^ con f ero qidnquaginta millia num~ múm , plus collaturus , nisi á verecundia tita sola medio r critate munusculi impetrari posse confidere-n , n: recusa^ res. El estado de fortuna, que aqui se representa , no convino á Quintiliano sino en los primeros años que empleó en la enseñanza de la juventud ; porque en los siguientes fue tan opulento como pondera Juvenal , y como se infiere de la re- nuncia que hizo de los ofi- cios de Orador y de profesor de

Familia del Orador Quintiliano»

de Rhetorica , por no nece- sitar de ellos para el susten- to de su famiüa ; y esto an- tes de obtener los honores consulares en tiempo no de Hadriano , como pretende Dodwell , sino de Domicia- no , como dige en su vida.

69 Esta hija de Quinti- liano habia muerto algunos años antes que su padre es- cribiese el Prefacio del lib. 6. y por esta razón pode- mos creer no hizo memo- ria de ella , como de los otros hijos , cuya muerte le cau- saba mayor pena asi por ser mas reciente , como por haberle privado de dos va- rones , de quienes esperaba la succesion y lustre de su casa. De este modo se com- ponen muy bien las noticias que tenemos de la familia de Quintiliano asi en las Obras de este Orador , co- mo en Juvenal y Plinio , sin que sea necesario el recur- so de Mr. Gedoyn , que sin fundamento alguno se per- suadió i que la epístola de Plinio no se dirigió á Qjin- tiliano , sino á Quintiano, sentencia nuevamente inven- tada contra la de los có- dices , y común parecer de los Autores.

103

DESVANÉCESE LA

opinión de algunos Escrito- res modernos , que sin otro apoyo que sus proprias é in-- subsistentes congeturas se oponen a la nitor idad posi" tiva de los antiguos acer- ca de la patria de Quintiliano,

70 En aquellos siglos re- motos de nuestra edad , y proximios á la del célebre Orador Marco Fabio Quinti- liano , en que por escritos, y por la tradición se podia tener cierta noticia de su patria , jamás se dudó, que fuese Español , y natural de Calahorra. En el Chronicón de Ensebio, referida la muer- te de Nerón, y mencionados Galba , Vitelio y Othon, el primero de los quales se apoderó del Imperio en Es- paña , se lee luego de este modo : Mar cus Fabius Quin-» tilianusRomam á Galba per~ ducitur. En el mismo , al año 89. Q'iintilianus ex His' paiia Calagorritanus pri- mus Rom¿e publicam scho^ lam aperuit , S salarium i fisco accepit , ^ claruit. S, Gerónimo suponiendo esta verdad , dijo graciosamente con-

104 España Sagrada, Trat. 6g. Cap, 7.

contra Vigilancio,que tenien do su patria el mismo nom- bre que la de Quintiliano, salió tan indodo en el arte de hablar bien , que com- parado con este grande Ora- dor , podía reputarse por mudo. Iste caupo Calagurri- tanus , S in pcrversum propter numen viculi muius

Quíntilianus , &c, Ausonio en la memoria que hace de los Profesores Burdigalenses, pondera á su preceptor Ti- berio Vidor Minervio di- ciendo, que con su Rheto- rica habia ilustrado á su patria , no menos que Quin- tiliano á su Calahorra.

Adserat usqiie Jicet Fabiutn Calagurris alunmum^ Non sit Burdigal¿B dum catkedra inferior.

71 Casiodoro en su Cro- nicón dice también expre- samente , que Quintiliano fue natural de España , y el primero que abrió escuela pública en Roma , y gozó los gages del fisco. Asi que todos los antiguos están conformes en este punto, sin que se halle alguno , que haya testificado lo contra- rio , ó á lo menos haya du- dado acerca de esta verdad. Por tanto los Autores mas Criticos y Eruditos de los últimos siglos convinieron fácilmente como era justo en afirmar fuera de toda ambigüedad , que Quintilia- no fue Español y de Ca- lahorra. Ángel Policiano: Mar cus Fabius Quinti/ia- ñus ex Hispania oppido Ca-

laguri¿e máxime propter oh- sessum in eo Sertorium in- signi , Nerone imperante d Galba ( qui & ipse deinde Imperator fuit ) Romam adclecens admodum perduc tus est. Patre autem quan- tum colligimus cum erudito viro , tum in reipublicce su¿e administratione honestissime vérsate usus est. Véase tam- bién Juan Andrés Obispo Aleriense en su epistola al Papa Paulo II. Rafael Vola- terrano en su Antropología, Cataneo sobre la epistola 14. de Plinio lib. 2. y Jaco- bo Felipe Bergomense en el suplemento al año 72.

72 El primero que des- pués de tan largo consenti- miento se opuso a la auto- ridad de Escritores tan an- ti-

Patria del Ora tiguos y celebres fue el Au- tor de la vida de Quintilia- ■no, que se halla en el prin- 'cipio de sus Obras. Este no exhibe otro fundamento, que una congetura, y esa muy poco firme, aunque él la cali- 'íica de muy verdadera. Su •poca fidelidad y su ignoran- cia se muestra en que para confirmar su presunción cita á Quintiiiano , en prueba de que su padre egerció la abogacía en Roma en pre- sencia del Emperador ; y en que llama Marcelo al hijo mayor del mismo Quintilia- no ; siendo asi que lo pri- mero no se halla en la men- ción que este Orador hace de su padre , y lo segundo es contra el expreso testi- monio que nos dejó en su prefacio al lib. 6. donde á su hijo el nombre de Quin- tiliano. Sin embargo como si el Autor referido fuera digno de alguna , no faltan Escritores modernos que hacen aprecio de su congetura. Pondré lo que Mr. Gedoyn escribe en su •prologo á la traducción de Quindliano , por ser este Académico Francés , el que con mas vigor pretende ad- judicar á los Romanos al cé- lom. XXXllL

AoY QmnúViam. 105 lebre Orador , gloria y or- nam.ento de nuestra España.

73 Si creemos , dice, á Ausonio , á S. Gerónimo, Ca- sicdoro, y algunos otros, á quienes sigue Mr. de Tille- mont , M. Fabio Quintiliano fue natural de Calahorra ciudad pequeña de España, pero célebre por el valor de Sertorio , á quien el gran Pompeyo tubo sitiado en ella. Pero aunque las autori- dades de aquellos Escrito- res son de mucha conside- ración , yo sostengo con Vosio, que Quintiliano fue natural de Roma. Basta leec sus Obras, para que qual- quiera se por convencido en este punto. En muchos lugares de sus Instituciones habla de los Maestros que tubo , del modo con que fue instruido , de las per^ sonas que él conoció ; y todo lo que dice muestra , que no fue educado en otra par- te que en Roma.

74 Ademas de esto no parece verisímil , que un es- trangero hubiese pod'do al- canzar un conocimiento tan profundo como él tenia de la lengua latina , y de las leyes , costumbres , é Histo- ria de los Romanos. Añada -

O se

I o5 España Sagrada, se á esto , que Marcial Poeta Español no hubiera dejado de ponerle en el número de otros muchos Españoles á quienes alaba en un epigra- ma ; pero lejos de esto hace un elogio aparte sin dar á su patria el honor de haber pro- ducido un espíritu tan bello.

75 En fin si Quintiiiano fue Español , nos veremos reducidos á creer , que él habia olvidado su propria lengua ; porque hablando en el lib. primero de sus Instituciones de las voces estrangeras, que se introdu- geron en la lengua latina, pone entre ellas la voz giirdus ^ y dice él mismo que no la conoció jamás , y que tenia oido, que su origen era de España.

76 Creyó sin duda este erudito Francés , que S, Gerónimo , Ausonio , y Ca- siodoro expresaron la pa- tria de Quintiiiano teme- rariamente , y por m.era imaginación , pues se atre- vió á preferir tan débiles congeturas á la venerable autoridad de tan juiciosos, y antiguos Escritores. Pero ¿quien se persuadirá á que estos procedieron sin la exaditud y critica acostum-

Trat. 69. Cap. 7.

brada , quando tan asertiva- mente escribieron, que Quin- tiiiano fue Español y natu- ral de Calahorra? ¿Quien no confesará que tubieron para esta noticia algún testimo- nio mas antiguo , y próxi- mo á la edad del referido Orador? En efedo no se puede dudar, que S. Geró- nimo tubo presente la ^auto- ridad de Suetonio, que es- cribió poco después de Quin- tiiiano , y aun pudo ser su discípulo como Plinio, con quien se comunicó familiar- mente. El mismo Santo afir- ma en el Prefacio al Chro- nicon de Ensebio , que en la versión de esta Obra no hizo solo el oficio de Inter- prete, sino también el de Escritor añadiendo muchas noticias especialmente de la Historia Romana , que Ense- bio omitió no por ignoran- cia de ellas , sino por no parecerle nesesarias para su Nación. Estas adiciones se hallan en el tiempo que pasó entre la cautividad de Tro- ya , y el año veinte del Imperio de Constantino, Jas quales , dice, sacó con gran- de esmero de Suetonio , y otros ilustres Historiadores. De este genero son las dos no-

Patria del Orador QiiintlUano, 107 Jogo que se lee en el prin- cipio de los Códices los nombres siguientes.

noticias que puso concer- nientes á Quintiliano; por lo que no es S. Geroríiino el primer Autor de cilas sino Suctonio, que como he dicho fue coetáneo de nuestro fa- moso Orador.

77 Pero ¿como pudo S. Gerónimo aprovecharse de Suetonio quanto á las noti- cias, que añadió al Chroni- con de Ensebio respedivas á Quintiliano , y á otros Ora- dores y Preceptores de Re- torica , de los quales no hace memoria aquel Historiador Romano? Es verdad, que en las Obras que tenemos de este Escritor no se halla mención alguna de Quinti- liano ; mas es indubitable que escribió de este Orador en el lib. que compuso De claris Rhetoribus ; del quai no se ha encontrado hasta ahora sino un fragmento, y ese muy diminuto. Dan buen testimonio de esta verdad los Eruditos que han reconocido los Códices mss. de donde se ha tomado es- te libro; pues afirman que ademas de los Varones ilus- tres , cuya noticia se ha con- servado hasta nuestros dias en la referida Obra de Sue- tonio , se hallan en el Cata-

L. Ca^nius Piso. M. I^ürcius Latro, Q. Curtius Rufus. L. Valerius. Primanus.

Virgiiius Flavus. L. Statius Ursulus. P. Clodius Quirinalis. M, Antonius Liberalis, Sex. Julius Gabinianus. M. Fabius Quintilianus.

Julius Tito.

78 Asi que Suetonio es- cribió, como lo significa este Índice , de M. Fabio Quinti- liano , y de él tomó S. Ge- rónimo las noticias que aña- dió al Chronicon. Por tanto Casaubon tubo por conve- niente suplir lo que faltaba al libro de Suetonio con las mismas memorias que sacó de él S. Gerónimo : Quo- niam autem , dice, B, ///>- ronymus y ut antea diceba- mus , qucpcumque de claris Oratoribusin Eusebii Chrorti' co adnotavit^ ea ab hocScrip^ tore fuit mutuatus , nos vi^ cissim , quce hucpertinebant^ ex illo pr^stantisiimo opere descripsimus , atque it.fra subjecimus. Véase también O 2 lo

io8 España Sagrada, lo que sobre este asunto es- cribe Dod\vel> en los Ana- les Quintilianeos num. XIII.

79 Ahora pues , si la autoridad.de S. Gerónimo, Ausonio, y Casiodoro por sola debia estimarse mas que las débiles congeturas de Gedoyn ; porque siempre sería justo suponer que es- tos Escritores como tan dili- gentes , y puntuales no es- cribieron de QuintilianOjSino lo . que ellos mismos creían en fuerza de algún funda- mento grave ¿quanto mas razonable será este mayor aprecio, constandonos que S, Gerónimo tubo presentes á Suetonio , y otros ilustres Historiadores Romanos para Jas adiciones con que aumen- tó el Chronicon de Ensebio? 8o Pero examinemos los testigos , y las pruebas que trae Gedoyn , para es- tablecer que Quintiliano na- ció en Roma. Dice primera- ir ente que basta leer las Obras de este Orador , para que qualquiera se persuada á que fue Romano ; y el vínico ñmdamento que tiene para esta confianza , es que en las instituciones se hallan varios lugares, .en que Quin- tíiiano da noticia de al2U-

Trat, 69. Cap, 7. nos sugetos , á quienes cono- ció , ó que le enseñaron eti; Roma. Ahora conozco que Justo Lipsio fue muy dis- creto , quando escribiendo sus Notas sobre la Consola- ción de Séneca , y llegando al cap. 17. donde este ilustre Escritor testifica que fue llevado á Roma siendo mu- chacho , llamó la atención del Ledor con estas pala- bras: Nota & gaudeat Hís- panla, Natus igitur in ea fiiit : sed piter aut infans Romam latiis. Porque si el mismo Séneca no hubiera dejado tan expreso testimo- nio, no faltarla algún Criti- co que pretendiese hacerle Romano arguyendo como Gedoyn : Séneca fue educa- do , y enseñado en Roma: Luego fue Romano : Luego nació en Roma: ¿Quien no que esta ilación no sale de aquel antecedente ? ¿Que cosa mas sabida que la cos- tumbre de el siglo i. y de los siguientes de enviar los padres de familias sus hijos á Roma , á fin de que hi- ciesen mayores progresos en, el estudio de las letras? Sola nuestra España nos ofrece gran multitud de Jo- venes que en el. mismo si-

Patria del Orador QulntUiano, 1 09 siglo salieron de ella , y cia en Roma , sino solo la

se criaron en aquella gran ciudad donde se instruyeron en todo genero de erudición. Véase el libro i de la Bi- blioth. Vet. de D. Nicolás Antonio. Pues esto mismo sucedió con Quintiiiano. En casa de sus padres estudió los primeros elementos. 'Allí dio muestras de un ingenio vivo y sobresaliente. Y aun- que en su misma patria po- dría adelantarse mucho en las Artes estando bajo el cuidado de su padre , que como sabemos , era do¿lo y elcquente ; con todo eso fue destinado á las escuelas de Roma , como Lucano, Marcial y otros Españoles, para que en aquellos gran- des concursos de Oradores eminentes , de Maestros sa- bios , y de condiscípulos generosos se encendiese mas su emulación, envidia y ad- miración que son las pasio- nes que alimentan los inge- nios, é incitan mas á los estu- dios. Todo esto se compone muy bien con las Institucio- nes del mismo Quintiiiano, pues si refiere algún suceso íiel tiempo de su puericia, 110 , habla con expresiones, jque signifiquen su residen-

fama pública de lo que cuen- ta como es aquello del lib. 10 cap. i, Nobis pueris in^ signes pro Voluseno^ Catulo^ Domitii Afri ^Crispí Paste- ni , Decirni Lcelii orationes ferebantur. De manera que no hay una locución en to- dos sus libros , por donde pueda inferirse , que estubo en Roma en los años de su edad pueril. Los lugares, en que testifica haberse edu- cado en la referida Ciudad, todos son respedivos á su juventud ó adolescencia, has- ta que concluyó sus- estu- dios. Entonces vino á su pa- tria Calahorra como escri- be Dodwell : Inde , dice este Escritor , biatus ma- nifestus est. Nec enim pro^ jciince ¿etatis res , hujus nimirum , quo illiim ahfuisse piitamus , octctmii ullas un- quam advocat. Ciir igitur dubitemus , qui illum ex His- patiia Romam reduxit , eum- dem Roma illum in Hispa" niam arcessivisse , amicum nempe studiorum ejus^patro- VMwque Galbam?:

81 Aun es menos funda- do lo que añade Gedoyn en prueba de su opinión. No es verisímil , dice y que un es-

lio España Sagrada. Trat,6^. Cap. 7.

estrangero alcanzase tan profundo conocimiento de la iengua latina , y de las cos- tumbres de los Romanos. De suerte que según el jui- cio de este Escritor no era suficiente vivir muidlos años en Roma , para conocer pro- fundamente las cosas Roma- nas , sino que además se re- queria nacer en aquella Ciu- dad. Conforme á esto ¿co- mo podremos creer que Mi- nervio , V. g. á quien Auso- nio iguala con Quintiliano, era Francés , y natural de Burdeos , mayormente no habiendo residido en Roma tan largo tiempo como nues- tro Orador? Este nació en Calahorra , Ciudad que se comprehendia entre aque- llos pueblos situados á las riberas del Ebro , de los quales escribe Strabon , que andaban á la moda de Ita- lia. Tubo un padre dodo y eloquente , que pudo ins- truirle en los primeros años en la Gramática de la len- gua latina ; bien que ésta, como el mismo Quintiliano avisa en el lib. i. cap. r. era tan usada , que aun no queriendo seaprenüa. Quan- do llegó á la edad de con- currir á las escuelas públi-

cas , fue llevado á Roma, donde vivió toda su larga vida , á excepción del tiem- po que después de concluir sus estudios , estuvo en su patria. No se egercitó en otro oficio que el de Orador y de Maestro de Rhetorica; por lo que se vio precisado á ocuparse continuamente en las materias , que por su naturaleza contribuían al conocimiento de la lengua latina , y de las costumbres, leyes , é Historias de los Ro- manos. En esta suposición ¿ que razón tubo Gedoyn pa- ra juzgar increíble , que Quintiliano naciese en España é hiciese tan grandes progre- sos en las cosas Romanas?

82 El objeto de Marcial en el epigrama , que nos opone Gedoyn , no es ala- bar á todos los Escritores de nuestra nación , sino so- lo al Poeta Liciniano natu- ral de Bilbilis , patria tam- bién del mismo Marcial. A este fin hace memoria de algunos Poetas que ilustra- ron sus paises, y entre es- tos pone á los dos Sénecas, y á Lucano naturales de Córdoba , á Caniode Cádiz, á Deciano de Mérida , y concluye cantando la gloria que

Patria del Orador Quintiliano. 1 1 1 que en la posteridad ten- ducido á Liciniano , y á él ,dna Bilbilis por haber pro- mismo.

Te , Liciniane , gloriabitur riostra^

Nec me tacebit , Bilbilis.

ut hominem gurdonicum, Es' ta es una de las voces que consta haber tenido alguno de los idiomas , que anti- guamente se hablaban en Es- paña , y se conserva hasta hoy en nuestro Castellano, aunque con la diferencia de aplicarse solamente á los obesos ó gruesos. Quintilia- no pues distinguiendo las voces latinas de las estran- geras pone entre estas la voz expresada , y de ella dice asi : Et gurdos , qtws pro stolidis acciph vulgus^ ex Hispania duxisse origi- nem , audivi. En las quales palabras no dice , que ja- más tubo conocimiento de esta voz , como le atribuye Gedoyn; sino que conforme á la noticia que le hablan da- do , juzgaba que no era voz propria de la lengua latina, sino originada de alguno de los idiomas Españoles. Acer- ca de esto segundo pudo ser instruido en Roma sin embargo de conocer antes, que en España llamaban gurdui á los hombres insen- sa-

83 Siendo pues dirigido este epigrama á un Poeta, convenia hacer memoria de otros que con sus poesias honraron á los pueblos en que nacieron , no de Orado- res como Quintiliano , el qual no dio esplendor á su patria , con la composición de versos como Marcial y Liciniano, sino con Obras de genero muy diferente. Y so- bre todo no siendo el in- tento del Poeta mencionar todos los Escritores de Es- paña como se ve por los muchos que omite , su si- lencio acerca de Quintiliano es , como dice Tillemont, una mera omisión , sobre la qual ninguno puede apoyar- se con firmeza.

84 La voz gurdus era muy usada en Roma en tiempo de Quintiliano para significar á los hombres es- tólidos ó necios. Usáronla también después muchos Escritores de media latini- dad , entre los quales Seve- ro Sulpicio en el Dialogo i. cap. 27. Audietis me íamen,

1 1 2 España Sagrada. Trat, 6g. Cap. 7. satos ó mal considerados; Vascuence aunque el P. Lar

porque con el conocimiento de que una voz está en uso en diversos. países. é idiomas, acaece muchas veces la ignorancia de su origen , o de la lengua que la usó prjmero. Fuera de estoQuin- tiliano era Vascon , y el len- guage de su tierra era dife- rente del de otras regiones, como sostienen los mas doc- tos ; residió también muy poco en España; por todo lo qual no sería estraño , que no conociese la voz gurdas^ que creo no ser propria del

ramendi se empeña en darla origen Vascongado.

85 Conviniendo pues to- dos los Escritores antiguos, en que Quintiliano fue Espa- ñol , y natural de Calahor- ra , y constandonos que San Gerónimo leyó esto mismo en Suetonio ú otros Historia- dores Romanos, debemos es. tablecer por cosa indubita- ble la sentencia que he de- fendido ; contra la qual nada se ha opuesto hasta ahora si- no las mal fundadas congé- turas que dejo desvanecidas.

NOTA

Concluida esta breve Di- sertación , tube noticia de la Obra vaúiuhxó^^ Storia Le- tteraria d' Italia ^escrita por el célebre Abate Tira- boschi , el qual preocupado contra la literatura Españo- la, y persuadido de su pasión á que los nuestros fueron los corruptores de laeloquen- cia Romana , se vio forza- do á no confesar la verdade- ra patria de Quintiliano, á quien ni podia atribuir aquel vicio, ni negar la preeminen- cia de haber restaurado en-

tre los Romanos la OratO' ria poniéndola en el estado mas sublime. Pero este Cri- tico no añadió dificultad al- guna á las que opuso pri- mero Gedoyn , y la injusta concordia , que inventó para contentar á sus Italianos y á los Españoles, está ya ner- viosamente rebatida por el erudito Lampillas en su Sag- gío Stcrico-apologetico dep- ila Lettcratura Spagnuolay Obra dignísima de la co- mún aceptación de nuestros Sabios.

CA-

^^3

CAPITULO VIH.

ANTIGÜEDAD DE LA SANTA IGLESIA

de Calahorra.

I T OS Escritores Na- I j cionales , que tra- tan del primer estableci- miento de la Religión Chris- tiana en el Obispado de Ca- lahorra , admiten como se- guras las tradiciones parti- culares , que tienen algunos pueblos comprehendidos en su territorio. Fundados en solo este principio escriben, que el Apóstol Santiago re- sidió por a!gun tiempo cer- ca de la Villa de Jube- ra en el sitio , donde se mantiene una Iglesia consa- grada á su nomibre. Seña- lan también el motivo por que el Santo vivió en esta parte , y es que los habitan- tes de la sierra de Came- ros adoraban á un solo Dios sin mezcla de idolatría , de donde se originaba , que oian con gusto la predica- ción Apostólica , y miraban con gran veneración y res- peto al Ministro que les anunciaba el Evangelio. De

aqui , dicen , iba el Santo Apóstol á Calahorra , don- de no podia hacer asiento á causa de que en esta Ciudad habia tribunal de Jueces Romanos , templo gentílico dedicado al culto de dioses falsos , y aun Si- nagoga de Hebreos enemi- gos mortales óqI nombre Christiano.

2 En confirmación de esta piadosa creencia traen ciertas memorias , que se hallan en algunos lugares, y no pueden ser en su jui- cio , sino testimonios coa que quiso el Cielo mantener la noticia de la predicación del Apóstol destinado á las Españas. Tales son las con- chas que llaman vulgar- mente veneras , y los bor- dones y calabacitas, que se encuentran por el espacio de catorce leguas desde mas arriba de la Villa de An- guiano hasta la de Prejano por toda la cordillera y fal- P da

r 1 4 España Sagrada, da de la sierra de Cameros, las qiiales se han reputado siempre por insignias de Santiago , y según la tradi- ción antiquísima de aquel pais no son otra cosa , que señales milagrosas ,que dejó alli el Apóstol en testimo- nio de su amor para con aquellas gentes , y del be- neficio que las hizo anuo ciandolas la dodrina del Evangelio.

3 Al fin del siglo i6. corría la expresada tradi- ción celebrada por la voz .viva del pais; pero desco- rocida y callada de todos los Escritores , que florecie- ron antes de aquel tiempo. En el año 1596. se publicó la Historia de las grandezas de la Ciudad é Iglesia de León compuesta por el P. Fr. Atanasio Lobera ; y este fue según mi juicio el pri- mero que la extendió por escrito en el cap. 8. de la .segunda parte, donde tratan- tío de la batalla de Clavijo dice lo siguiente : Andando yo mirando los lugares, don- de afirma la tradición que se dio la batalla , y pregun- tando si se conservaba al- guna señal ó rastro de ella, me afirmaron , que después

Trat.69, Cap. 8.

que ellos se acordaban , ha- bían desenterrado algunos labradores arando hiiTros de lanzas , y otros pedazos de armas. Y no solamente digeron esto , sino que tie- nen por tradición muy cier- ta y asentada en aquella co- marca, que el glorioso Após- tol Santiago asistió y predi- có en ella quando la pri- mera vez vino á España , y que el tiempo que alli se detuvo fue su habitación en el lugar y sitio , que al pre- sente tiene una Iglesia de gran devoción llamada de su nombre , que está junto á la Villa de Jubera , adon- de muy de ordinario obra la Magestad de Dios mila- gros por intercesión de su Apóstol. Dicen pues , que el glorioso Santiago apare- ció á los Christianos mas en esta tierra , que en otra , y les ayudó á alcanzar viso- ria de sus enemigos , por haber él estado predicando en ella. Comprueban esto con mostrar todo aquel ter- mino de la Villa de Jubera, sembrado de conchas , bor- dones y calabazas , que di- cen son las insignias del Apóstol. Yo andube miran- do por diversas partes de aquel

Antigueáad de la Iglesia de Calahorra. 115 aquel termino , y en breve escribieron muchos tratados,'.

en los quales se ven recogi- das todas las circunstancias y memorias con que podian apoyarse aquellos sucesos. Una de ellas es la tradi-) cion particular del Obispar: do de Calahorra, y por es-: te medio vino á propagarse y autorizarse la noticia de las veneras en tanto grado, que los mas de los Escritores se valieron de ella , como de un testimonio autentico, y milagroso , en prueba de la tradición general , que desde los primeros sig'os se. ha tenido de la venida del Santo Apóstol. Véanse D. Mauro Castella Ferrer fol. 266. el M. Fr. Hernando de Oxea en los capp. 21. y 28. y el Dodor D. Mi- gué! Herce Ximenez pag. 232.

5 Aun el erudito Cister- cíense Ángel Manrique ad- virtió en el tom. 3. de sus Anales , que las conchas 6 veneras que se encuentran en los lugares referidos, son los mas sagrados vestigios de Santiago , tanto menos observados quanto mas vul- gares entre las gentes de aquella comarca. Tiene por cosa admirable que casi to- P 2 das

espacio de tiempo halle mas de cien conchas chicas y grandes, muchos bordonci- llos y calabazas , todo de piedra , labradas en tanta perfección , que ninguna de las muy acabadas , que ha- cen los Artífices , les exce- de, ni llega. Y no solamente están por el suelo , sino que quebrando qualquiera peña 6 guijarro crecido , se des- cubren muchas conchas y bordoncillos labradas en el corazón de la piedra. De modo , que las casps , las puentes , y los demás edi- ficios de piedra están sem- bradas de conchas : cosa verdaderamente de las raras, que hay en España , y á quien no lo ha visto dificul- tosa de creer. Pregunté ( y nadie lo supo ) si habia al- guna noticia de si estas con- chas se hallaban después que el glorioso Apóstol vivió en aquella tierra , ó si acaso comenzaron , quando muy adelante se apareció al Rey D. Ramiro , y á los suyos.

4 Moviéndose después las celebres controversias acerca de la venida y pre- dicación de Santiago , y de su aparición en Ciavijo se

1 1 6 España Sagrada. das las piedras no solo tie- nen la figura de concha, sino qne aun divididas for- irian otras tantas conchas, quantas son las partes en que se dividen. Sin embar- go no se atreve a decidir, si esta rara producción de- be atribuirse á la naturaleza del terreno , ó á milagro continuado del cielo.

6 Interesa mucho nues- tro Reyno , en que la tra- dición universal de la venida de Santiago no se apoye sino con prutbas solidas , y libres de la malignidad ó rigor con cue la han examinado algu- nos estrangeros émulos de Euestras glorias. Poi" tanto no puedo m.enos de afirmar que tradición particular de la residencia del mismo Após- tol cerca de Jubera carece de continuados y repetidos testimonios que la acredi- ten de firme y constante. Si ninguno de los Escrito- res Nacionales hasta fin del siglo i6. hizo mem>oria de ]as maravillosas circunstan- cias que se nos refieren ¿per donde se probará que la no- ticia de ellas ha tenido otro principio mas seguro que el rumor de la gente vu'gar é ignorante? Si el único

Trat.óg^, Cap.S.

apoyo, que se trae en con- ^ firmacion de la crcLMicia de aquellos pueblos , es la pro- ducción de las veneras, bor- dones &c. y en el mismo pais se ignora absolutamen- te el tiempo en que empeza- ron alli estas señales ¿ que fundamento hay para tener- las por testimonios , de que Santiago dejó alli para eter- no monumento de su predi- cación?

7 Los primeros Autores, que publicaron esta noticia con el especioso nombre de tradición , no se detubieron' como debian en su examen, antes- dieron ligeramente su asenso á la relación del vulgo leve, en quien rara vez se encuentra la verdad , y que de ordinario cree las ficciones que le propone su propria fantasia. De aqui resulta, que los mas juicio- sos y detenidos en el re- conocimiento de los rumaO- res del pueblo , desestiman lo que ellos escribieron , co- mo fabuloso y supuesto , ca- lificándolos de hombres de- masiado crédulos é incautos en recibir las especies , qué introdujo la ignorancia. Asi D. Fr. Prudencio de Sando^ val mencionando lo que so- bre

Antigüedad de la Iglesia de Calahorra, 1 1 7 bre este punto publicó D. ninguno de los que merecen

Mauro Castellá Ferrer , se burla de él , con esta gra- ciosa inveéliva : Pone , dice, ¡as memorias y tradiciones que se hallan en Clavijo . y su tierra ; trae las veneras; dice los cuentos (que llama tradiciones ) entre gente vulgar , y sin letras , que las recibe como si fueran Apos- tólicas. Y me espanto , co- mo las que hay en tierra de Valdehorras de la venida por alli de Cario Magno , de las valentías de Roldan , de los saltos de su caballo de un monte á otro , y que se convirtió en piedra , que alli muestran , y otros tales dis- parates que la gente de la tierra cree firmemente no las trae en este libro , y la patada del caballo de Fer- nán González, que dicen en Santo Domingo de Silos , y lo cree toda la tierra , que se metió por una ptña.^ como si fuera de cera. El mismo desprecio ha tenido entre los demás Eruditos el origen que se atribuye á la produ- cion de las conchas ; pues sin embargo de haber sido muchos los que se constitu- yeron acérrimos defensores de la venida de Santiago,

el nombre de Críticos se ha valido de este medio , para justificación su sentencia. 8 Para desengaño de los menos discretos y sabios de- bo advertir, que las vene- ras no deben atribuirse á milagro , sino creerse pura- mente efedos de causa na- tural , y muy comunes en otras Provincias , y Rey nos. En esta sentencia convienen- todos los que han puesto al- guna diligencia en la inves- tigación de la naturaleza ; y la única dificultad que ocu- pa sus ingenios , consiste en averigurar , si las piedras, que se hallan con figuras de concha , fueron en su origen verdaderas conchas marinas, y después petrificadas , ó verdaderas piedras criadas con los montes , y peñascos. Véase esta qiiestion en el P, Felipe Bonnani en su Obra, Recreatio mentís ^ oculi^ part, I. cap. 7. Y en el P. Torrubia en su Aparato , §. 5. pag. 25, Conforme, pues,á la sentencia que se abrace de las conchas , y caraco- les , que cada dia se descu- bren en otras regiones , se ha de juzgar también de las que se encueotran en el Obis-

1 1 8 España Sagrada

Obispado de Calahorra ; ó dicie^ido, que en su origen fueron conchas marinas , y que en el diluvio universal se elevaron sobre la tierra, por cuya virtud lapidíñca se eonvirtieron en piedras ; ó que desde su principio fue- ron realmente piedras , pero análogas con las producio- nes del mar , á que salen parecidas. Y que de las con- chas de Jubera se debe dis- currir del mismo modo , que de otras piezas semejantes, que cada dia se descubren en diversas Provinciis , lo demuestra la experiencia de hallarse en algunas partes mezcladas con testáceos de diferentes especies , que no dicen alusión á Santiago. El citado Padre Torrubia obser- vó , que en el Señorío de Molina de Aragón son sin número las piezas marinas petrificrídas y sin petrificar, que se descubren dentro de los peñascos. Entre ellas, dice , había caracoles , al- mejas ; glosopetras , cornu- ammonis, equinos, equini- tes , madréporas , nautilos. Y por lo que toca á mi pro- posito en una misma piedra encontró una concha de las que se llaman del Peregrino

. Trat, 69. Cap, 8.

de Santiaco , v conchas san- tas , estando todo el resto de la piedra quajado de otras muchas , pero de diferente especie.

9 El limo. Sandoval trae también dos razones para prueba de que las conchas llamadas vulgarmente vene- ras no son teítimonio de la predicación de Santiago. La primera es, que si el Santo las hubiera dejado en aq-ie- Uos lugares por memoria de su Apostólico ministerio, las mismas se hallarían en otras partes donde estubo , pues no hay motivo particular pa- ra que solo Guipúzcoa, y Ju- bera mereciesen tan venera- bles insignias. La segunda, que sin embargo de que las conchas, bordones , &c. no5 representan á Santiago , no por eso se colige ,que residió en las partes en que se crian: lo qual confirma con las pie- dras que se producen junto al Convento de Badaya cer^ c\ de Vitoria , las quales tie- nen la figura de corazones, y de la rueda de Santa Ca- talina , titular del mismo Convento ; y con todo qso, ¿quién podrá concluir que S. Agustín , y la Santa Már- tir estubieron en aquel sitio? A

Antigüedad de la Iglesia de Calahorra*

A €stas razones añado otra, que me parece no menos efi^ caz , y consiste en que las conchasque se dicen de San- tiago no son respetivas al tiempo que vivió en Espa- ña , porque el origen que ]os Autores señalan á las ve- neras es posterior á la muer- te del Santo; ni éstas fueron instituidas para significar al- gún suceso concerniente á su vida , sino es que sea- mos tan crédulos como D. Mauro Castellá , quien por las petrificaciones de Clav»- jo llegó á creer, que el tra- ge de los Hebreos fue el mismo que representa en las duras peñas de aquel monte.

10 En vista de lo que dejo alegado , no debe sos- tenerse la tradición particu- lar del Obispado de Cala- horra , ni tampoco traerse por apoyo de la universal, que enseña la venida de San- tiago á España. Su pcigen ha sido otro que la estrañe- za de los Naturales en la producción de sus conchas, y la ignorancia de la causa que las produjo. Del mismo principio se originó en los Malteses la tradición popu- lar , de que las piedras que

119

se encuentran en su país, y se dicen lenguas de San Pa- blo , son lenguas de víboras, que se petrifican desde que una picó al Apóstol en aque- lla Isla , cuya creencia nun- ca hubiera echado raíces en ios ánimos de los Naturales, si conocieran que las mis- mas producciones se obser- van en los montes de Espa- ña , y de la America , y no son otra cosa que dientes de Taburones petrificados. Tan inciertas son muchas de las tradiciones recibidas en los pueblos , y aun admitidas de. algunos Escritores , por sa poca diligencia en el exa- men de las noticias.

1 1 Otros varios Autores afirman ,que S. Pablo predi- có en este Obispado, y que fundó la Iglesia de Calahor- ra , dejando por Obispo de ella á un discípulo suyo lla- mado Félix. Tienese también por tradición , que el mismo Apóstol anunció el Evange- lio á la Ciudad de Viana, pueblo de esta Diócesis , y que en ella derribó un Tem- plo dedicado á la diosa Dia- na, nombre que antiguamen- te tubo la expresada pobla- ción. Asegurase , que en el sitio en que se daba culto

á

ICO España Sagrada, á la falsa deidad euitícó S. Pable una Iglesia consagra- da a San Miguel , y que los Christianos pusieron luego una Inscripción , que decía asi : Paul US pr¿üco Crucis fuit nohis prirnordia lucís. Aun el Rmo. Florez se in- clinó á tener por verdadera esta tradición en el tom. 3. cap. 2. §.3. pues dice, que ho obstante de significar el estilo de la Inscripción su posterioridad al siglo oéla- vo , no se hallará con qué probar , que no se pusiese en con>e']aencia de otra mas antigua tradición recibida en aquel territorio desde lo pri- mitivo.

i¿ El sumo consenti- miento de los Padres Grie- gos , y Latinos , en que S. Pablo puso en egecucion el intento que tubo de venir á España , y dejó testificado en sus epístolas , no permite que dudemos de su predi- cación en estas Provincias. Pero no siendo posible se- ñalar las Iglesias que fundó, ó Ciudades en que predicó, por falta de documentos de legítima autoridad , escriben comunmente movidos de su proprio afeólo los que la po- nen en pueblos determina-

Trat, 69. Cap, 8. dos. Asi acaece por lo que toca á Calahorra, pues no se halla testimonio autenti- co en que pueda fundarse lo que afirman los modernos de la erección de aquella Igle- sia por el Apóstol , ó del Obispado de su discipulo Fé- lix , sino es que se haga al- gún aprecio del fingidoChro- nicon del Hispalense. L;} no- ticia , que se nos con el siigrado caraóler de Tradi- ción de Viana , no es tan exaéia , que merezca aplau- dirse como vestigio sólido de la predicación del Após- tol. Lo primero , porque esta Ciudad no existia , ni cora el nombre de Diana , ni cora el de Viana en tiempo de la promulgación del Evangelio. Su fundación es tan poste- rior , que se atribuye al Rey de Navarra Don Sancho el Fuerte , que juntó en ella varias Aldeas de su contor- no en la forma que escribió Moret en el tom. 2. de sus Anales , pag. 389. Por eso Garibay en su lib. 22. cap. 33. dice : La yUla de Via- tui , a lo que yo por algu- nas congeturas vengo á sos- pechar , no estaba en este tiempo (en el aiío de 1063.) poblada ; y en caso que al- ga-

Antigüedad de la Iglesia de Calahorra, 121 guna población tubiese , se- mos establecer con mucha

ría con nombre diferenre, porque en ningún Instrumen- to de estos tiempos he po- dido descubrir , ni rastrear su nombre con hallar muy expresa mención de otros pueblos, que á respedo su- yo no son hoy dia de tanta cuenta. Lo segundo , porque los Autores sienten varia- mente acerca del sitio de la Inscripción. Escolano en el lib. 2. de la Historia de Va- lencia dice lo siguiente :.-^/?i- brosio de Morales cree con bien flaca congetura , que la Ciudad, donde moraba Xan- tipe, sería Ecija en la Anda- lucía. Yo me inclino á que Viana , pueblo de Galicia, por lo que refieren nuestras Historias , que aun en vida de S. Isidoro permanecía en una puerta un letrero , que decía : Paulus prceco Crucis tibí dat primordia hicis. Lo tercero , porque esta Ins- cripción es muy moderna, respeéto de S. Pablo ; ni al presente se sabe su existen- cia , sino en de los Auto- res que lo aseguran sin ha- berla visto. Por todo lo qual parece que la Tradición de Viana no es tan fundada, que en virtud de ella poda- Tom, XA'XIin

probabilidad la predicación de S. Pablo en el Obispado de Calahorra.

13 Mejor se apoya la antiguelad de la Iglesia Ca« lagurritana con lo que en los Tomos precedentes que- da firmemente establecida del origen de la Religión Christiana en la Provincia Tarraconense , donde es constante , predicaron los Apostóles , y se encendió la primera persecución de la Iglesia, En el tomo 30. pag. 45. y 246. se hallarán prue- bas muy sólidas de que en tiempo de Nerón florecía grandemente la Christian- dad en Zaragoza , y de que en esta Ciudai padecieron muchos el martyrio bajo del mismo Emperador. Siendo, pues , Calahorra en este tiempo una de las mas in- signes Ciudades de la refe- rida Provincia, y Municipio famoso , y vecino al Con- vento Cesaraugustano , i quien pertenecía , tengo por muy probable ,que este pue- blo fue uno de los primeros que oyeron , y recibieron la doélrina celestial del Evan- gelio.

14 Confirmase también Q la

I c 2 España Sa¡j/ada. Trat. 69. Cap. 8.

la antigüedad de la Religión Christiana en Calahorra con el célebre martyrio de Jos Santos Emetherio , y Cele- donio. Este fue tan remoto del siglo 4. que Prudencio, cuyo nacimiento fue en el año de 348. testifica , que ig- noraba el tiempo en que su- cedió. El mismo Poeta lla- ma antiguo al silencio , que se originó en la Iglesia acer- ca de los tormentos que su- frieron los Santos , por ha- ber extinguido el Tyrano las Aé^as que los Christianos de Calahorra escribieron al tiempo de su pasión. De don- de se hace muy verisimii,que una de las primeras perse- cuciones se excitó en Cala- horra , adonde por esta ra- zón los Santos fueron lleva- dos , ó se dirigieron de su voluntad deseosos del mar- tyrio , como creyó S. Eulo- gio , y yo diré mas larga- mente en su proprio lugar.

15 Otro fundamento se tom.a de las Adas antiquísi- mas , que tenemos de los ex- presados Martyres. Tertu- liano , que floreció en el si- glo segundo , escribe, que en su edad se hallaba en Espa- ña tan dilatado el Christia- nismo , que no habia en ella

parte que no confesase a Je- su-Christo , y que en esto se aventajaba á otras Naciones: Getulorum , dice , varieta" tes , S Maurorum multi fi- nes , Hispa tüarum omnes termini , Galliarum diversce Nationes , S Britannorum inaccessa Romanis loca^ Christo vero subdita, Pero nuestras Adías exageran la extensión de la gentilidad é idolatría en tiempo de los Santos Martyres Emetherio, y Celedonio con estas nota- bles expresiones : lUud , qub loco poner, d:¡m est , quod temporis illius nenio Mar- tyr alius invenitur% Quart' tum tum credinius ad ir¿im persecütoris adje^iim , quod hi tantum , cun&is- Deum we- gantihus , confitentiir'^ Las quales palabras , aunque pon- deran demasiado el número de los Idólatras , como se convence por lo que escri- bí en el tomo. 30. en los lu- gares citados , arguyen con evidencia , que el martyrio de que hablamos fue en los primeros tiempos de la pro- pagación del Evangelio en estas Provincias ; y consi- guientemente , que en estos se egecutó la persecución en Calahorra , lo que no podia ve-

Antigüedad de la Iglesia de Calahorra» 123 verificarse, sin haber prece- Imperio de Adriano. Por

dido Ici noticia , de que en esta Ciudad se seguía el Ghristianismo. Las mismas Adas aseguran , que los ex- presados Martyres padecie- ron antes que Galicia se di- vidiese de la Provincia de Tarragona. La división se hizo , en sentir del famoso Agustiniano Onufrio Panvi- nio , y de otros muclios Eru- ditos que le siguen , bajo el

donde , si es verdadera esta sentencia , se deberá cole- gir de ella la verdad del asunto , que se intentaba pro- bar del antiguo origen de la Christiandad en Calahorra. Digo si es verdadera , por- que realmente tiene contra los fundamentos , que el M. Florez expuso en el tom^ i.pag.224. Y sigg.

-S'

CAPITULO IX.

CATALOGO DE LOS OBISPOS

de la Santa Iglesia de Calahorra , hasta la irrupción de los Árabes.

bernaron en España después de la predicación de San- tiago , y S. Pablo. Con esta ingenua y necesaria confe- sión suplimos los tres prime- ros siglos de la Iglesia de Calahorra en lugar de la se- rie y continuada succesion de Obispos que inventó el prodigioso celebro del Au- tor , que imitando al Artí- fice de otros , irtrodujo el Chronicon atribuido á Hau- berto Hispalense.

2 Algunos pretenden de- mostrar , que la Iglesia Ca- Qa I4-

los Escritores cer- canos al primer es- tablecimiento de la Religión Christiana tubieron por muy difícil descubrir los primeros Prelados de las Iglesias , que fundaron los Apostóles , no será estraño, que los que vi- vimos en tiempos tan remo- tos , y á que precedieron tan horribles persecuciones de Tyranos , y tan repetidas irrupciones de gentes estran- geras , confesemos- sencilla- mente la ignorancia de los primeros Pastores , que go-

1^4 España Sagrada. lagurritana tenia Obispo en tiempo del Concilio lliberi- tano, celebrado cerca del ano de 300. y para comproba- ción de su intento hacen presente la subscripción que se halla en el r.J:r,. 13. entre las firmas de los Presbyteros que asistieron al mismo Con- cilio , la qual dice asi: Eu- i^harius Municipio , ó como leyeron Mendoza , y Loaysa: E tcharius á Municipio, hñv- man , pues, que este Eucha- rio concurrió en nombre del Obispo de Calahorra, y que esta Ciudad es la que debe entenderse en la voz Muni- cipio , como parece por las monedas , que la expresan freqüentemente con este dic- tado. Asi lo sospechó tam- bién el Cl. D. Fernando de Mendoza , interpretando la dicha subscripción con estas palabras : Forte Calagurris: fianí in nummo Agusti , apud Gdtzium ¡egitur , MVN. CALAG. IVL, quod ah Aucfusto faÜa esseí Muñí- cipiunu

3 Juan Filesaco discurre de otra manera muy con- traria en su Tratado del ori- gen de las Parroquias. Por- que sosteniendo algunos Au- tores , que los Presbyteros

Trat.6^, Cap.g.

que subscribieron en el Con- cilio Ilibcritano no eran Vi- carios de Obispos , sino Pár- rocos de los pueblos , que se expresan , se vale de la subs- cripción de Euchario para prueba de su intento, y dice, que no pudo subscribir por su Obispo , á causa de que en los Municipios no se eri- gían Sedes Episcopales : Et certe in illa Cathalogo fit mentio Eucharii á Muñid'- pió , in quo Episcopalis Ca- thedra constituí non potuit, 4 Yo no encuentro en lo que alegan estos Autores fuerza que obligue á su mo- do de pensar. El diélamcn de los primeros sería pro- bable , si nos constara , que todos los Presbyteros con- currieron al Concilio como Vicarios de los Obispos ; y que el nombre de Munici- pio fue tan peculiar á Cala- horra , que bastase á distin- guir esta Ciudad de otras muchas , que por concesión de los Emperadores , ó el Se- nado de Roma tubieron el mismo dictado; pero ningu- na de estas dos cosas tiene fundamento. Quanto á la pri- mera , véase el tom. 12. pa- gin. 190. donde el Rmo. Fio- rez dejó probado , que los Fres-

Catálogo de los Obispo Presbyteros go asistieron al CoQcilio liiberitaco en nom- bre de 51IS PreLacos , ni ore- cisamente cerno Párrocos, sino como Virones sobresa-" lieates en santidad y dcdtri- flá , y capaces de dar con- sejo en los gravisinios nego- cios , que se habijn de tra- tar por los Padres. Por lo que toca ai nonibre de .llu- nicipic sabemos por Piiuio, y las rr^edai: as . que fue ge- neral a muchas Ciudades de nuestra España : por io q-e no haüandcse testimonio an- tiguo que compruebe el uso dei mismo nombre ec orden á signitcar determinadamen- te á Calahorra , es muy vo- luntario aplicar á esta Ciu- áad el Presbytero , que ea la subscripción dice ser cUl Munici^i:. Lo derto en este punto es . qje en nempo del Concilio era este njmbre tin proprio de un pueblo , que exr rosario absc u-

tasceete , paja venir en sn conocimiento : pero hasta ahora co se ha desccbierto vestigio por donde podarccs averiguar su situación. Ei docto D. Lorenzo Rami- fez de Prado . r^erica la opiaÍ3D de D. Fernán ¿c? de Mendoza ,y las <p^ han scs-

s de Calahorra. 125 tenido otros Autores , se 11- soQJeo de haber encontrado la luz , que era menester f a un asunto tan contundido coa las tiniebias de ia antigüe- dad : y guiido de eila añr- . que en la subscrirciva át que trataoics se expresa- ba la Ciudad de Ambrdcia, que se dijo enfáticame.-ire Municipio , Según ei testi- monio de JuÜau Pérez en ei Tratido i^ Er^mitertis. Pero siendo esta Obra del mismo que nngió los Cnrcnicoces de Dcxtro . Luiípnndo , ¿¿c. inventados para obscurecer la Historia Eclesiástica de Eipaña . lejos de comp.acer- nos coo sus luces , nos con- dolemos de los mjchos erro- res en que el citado Caballe- ro , y otros jaidoscs Varo- nes c-iyercn , seduduos dei ?. Gerónimo Roaüon de la Higuera.

5 Mas supongamos , que el nombre de Muñid pí:: s g- cinca á Calahorra , ccmo quieren les Autores citacos, ¿ se inferirá de aquí , que ea esta Ciudad no se nabia eri- gido Cátedra Episcopal ea liemzo del CaocLio liiberi- lino i Asi lo creyó F.esaco, fundado ea que ei ce acerró es Muuidpjo deda oposi- cica

12 6 Es p ciña Sagrada cion con el establecimiento de Obispado. Pero esta sen- tencia se convence de falsa con los repetidos egennpla- res que nos ofrecen las Ciu- dades de España , que sien- do solo Municipios , logra- ron el honor de tener Igle- sias Catedrales. La misma Ciudad, en que se juntó el Concilio , es una prueba evi- dente del error de Filesaco; porque en ella se juntaron la razón de Municipio , co- mo consta de varias Inscrip- ciones , y la dignidad de Se- de Episcopal , no solo en el tiempo de su Concilio , en que subscribió Flaviano, Obispo Iliberitano, sino mu- cho antes, y desde el siglo primero de la Iglesia , como muestra el Catálogo del Có- dice Emilianense , exhibido en el tom. 1 2. de la Esp. Sag. pag. 103.

6 El citado D. Fernando de Mendoza tubo también por probable , que Januario, cuyo nombre está en el prin- cipio del referido Concilio, fue Obispo de Calahorra. Fundase en los Códices de la Santa Iglesia de Toledo, donde este Prelado se nom- bra asi : yanuarius de Fibla- ria^ & FibulariaMi\\2iy in-

. Trat.óg. Cap, 9. conveniente ,'segun este Eru- dito , en que Calahorra se llame aqui Fibularia ; y Eu- chario Presbytero, se diga de la misma Ciudad con la expresión de Muiiícipio;pQV' que atendiendo á la costum- bre que observó Plinio en los Italianos, y Españoles, era muy común tener los pue- blos dos nombres diferentes, como Olisippo , que se di- jo también Felicitas Julia, Ebora Liberalitasjulia^ &c» 7 Esta especie podrá ser- vir á los que no distinguea la Calahorra de los Vasco- nes de la que tubo el sobre- nombre de Fibularia. Los que sostienen la distinción, pueden también servirse de ella para honrar á la Cala- horra de los Ilergetes , po- niendo aqui silla Pontifical en tiempo del Concilio Ili- beritano , como lo hizo el Cl. D. Gregorio Mayans en su Tratado de Hisp. prog, vocis Ur ^ cap. V. pag. 55. En mi sentencia la Calahor- ra, de que trato, no es la Fi- bularia , sino la Nassica , co- mo dejo probado en el prin- cipio del Tomo presente, por lo que la lección de los Có- dices Toletanos es inútil en orden al Catálogo de sus Obis-

Catalogo 'de los Ohlsp Obispos. Fuera de esto , son tantas la.s variantes , que se Jeen en los Códices del Con- cilio Iliberitano en la subs- cripción del Obispo Janua- rio , que es sumamente di- ficil averiguar quál sea la lección original y legitima; y si alguna parece verdade- ra , es la que aprueban Am- brosio de Morales, Garcia de Loaysa ,y Fernando de Men- doza , quienes leen Janua^ rius Episcopus Salariensis. Véase el tom. i. de los Cou- cil. de Aguirre , pag. 313.

8 Aunque ninguno de los Códices del Concilio de Ili- herl nos comunique luz para descubrir el Obispo que go- bernaba la Iglesia de Cala- horra en aquel tiempo , no por eso se puede presumir que no asistió á él ; porque como justamente receló el ■Rmo. Florez , los nombrados en el exordio de las Adas son los menos que concurrie- ron , pues solo componen el número de 19. habiendo lle- gado á 43. según el Códice citado en el tom. 12. pag. i76.num. 200. Véase el mis- mo tom.o , pag. 187. n. 222.

9 Tenemos igual obscu- ridad en las cosas de esta Iglesia concernientes al si-

OS de Calahorra. 127 glo quarto , porque no bay monuíuento antiguo que nos comunique memoria de algún Obispo suyo. El Doétor Te- jada pone , que en los años 380. y 38Ó. se celebraron dos Concilios Cesaraugusta- nos,á que asistieron 12. Obis- pos de la Provincia Tarraco- nense , siendo uno de ellos el de Calahorra , como lo dicen las Adas. Este Autor muestra aqui no haber leído los re- feridos Concilios. En el pri- mero de Zaragoza subscri- bieron 12. Obispos ; pero ninguno declaró su Sede; y consta que fueron de distin- tas Provincias. Véase mi to- mo 30, pag. 238. En el se- gundo timpoco se expresan las Iglesias; y aunque es cier- to que concurrió el de Ca- lahorra, como parece por el Concilio líl.de Toledo, don- de subscribió Munio ó Mu- nimio , cuyo nombre se en- cuentra también en el II. Ce- saragustano , celebrado tres años después , nada tenemos respedivo al siglo quarto, por haberse juntado éste en la Era 630. año de Christo 592.

10 No va menos desca- minado el P. Anguiano en su Compendio Hist. de la Rio- ja,

I -2 8 España Sagrada ja, que habiendo puesto en el primer lugar de su Catá- logo á un S. Maximiliano Martyr , conocido de solo Tamayo Salazar , fiel Se- cretario del fingido Julián Pérez , pone en el segundo á Aurelio Clemente Pruden- cio , alegando la autoridad de muchos Breviarios anti- guos. Yo he reconocido al- gunos que traen lecciones de S. Prudencio , en las que se afirma floreció este San- to por los anos de 390. y que predicó en Calahorra con tanto fruto , que los Ciuda- dinos dejaron la idolatría , y se convirtieron á la verdad de nuestra Fé. En el de Mon- te Aragón se confunde el mismo Smto con el famoso, y Christiano Poeta Pruden- cio , atribuyéndole con la mayor expresión las Obras de éste , y refiriendo , que en Calahorra convenció á Symico,defen-,orde un Ído- lo , que alli se veneraba. So- bre estos documentos hubo de fundar el citado Historia- dor el Obispado de Aurelio Clemente Prudencio ; pero sobre estar muy errados en la Chronología é Historia, como diré en su proprio lu- gar , ba-sta por ahora adver-

. Trat, 6^. Cap. 9. tir, que los referidos Bre- viarios nada sirven para au- mentar el Catálogo de los Obispos de Calahorra ; pues todos ellos dicen , que Pru- dencio huyó de los aplausos que tenia en esta Ciudad, retirándose á Tarazona, don- de le hicieron Obispo. Con mayor probabilidad po- día establecerse por Obispo de Calahorra Valeriano , i quien Prudencio dirigió el Hymno de S. HypóÜto. Asi lo creyó D. Nicolás Antonio en su Biblioth. Vet. perD véase lo que á cerca de este Prelado escribí en el tom. 30. pag. 123. y en el 31. pa- gin. lo'J.

SILVANO.

Por los aíios 457.

I El largo silencio, que nos ocultó los Obispos que presidieron en Calahorra por el espacio de quatro siglos» se interrumpe finalmente por un caso muy ruidoso , que conmovió los ánimos de As- canio , Metropolitano deTar- ragona , y de todos sus Com- provinciales. De este suceso se trató en el tom. 25. donde el Rmo. Fiorez procuró alla- nar

Obispos de Calah nar algunos tropiezos origi- nados de la obscuridad , que se halla en las Epístolas y Adas que se escribieron con este motivo, y se leyeron en el Concilio que el Papa Hila- rio celebró en Roma en el año de 465. Pero habiendo yo examinado lo que acer- ca de este negocio escriben J9S Autores , y lo que se ex- puso en el tom. cit. hallé, que debia poner mi diligen- cia en ilustrar un asunto tan principal entre los que per- tenecen á nuestra Historia en aquellos tiempos remotisi- mos, á causa de las grandes equivocaciones que han pa- decido sobre su inteligencia quantos le han tratado hasta ahora.

2 Por los años 457. ocu- paba la Silla de Calahorra un Obispo llamado Silvano,

orra. Silvano. 11^

nombre de que usaban fre- qüentemente los Romanos, como parece de las muchas Inscripciones que lo traen, y pueden verse en Grutero. Ignorase el año en que entró en el gobierno de esta Igle- sia ; y de sus hechos no te- nemos otra memoria , que las Cartas dirigidas por los Obispas de la Provincia Tar- raconense al referido Papa Hilario , en las quales dan cuenta de ciertos atentados contra los antiguos Cánones. Para que estos se perciban con mayor claridad , y se desvanezcan las confusiones, que han nacido de la mala inteligencia de los Autores, pondré en nuestro Idioma la Epístola, en que los expresa- dos Obispos lo refieren con individualidad. Dice asi:

^L beatísimo señor , r DIGNO VE SER

reverenciado por nosotros en Christo con Apostólica reverencia Hilario Papa^ Ascanio , y todos los Obispos de la Provincia Tarraconense.

Unque ninguna ne- cesidad concer- » niente á la disciplina Ecle- »> siastica nos obligase á re- » currir á vuestra Sede , con »* todo eso debíamos procu- ren. ^^^///,

*t rar ser participantes de los fy saludables efeélos de aquel »> excelente Privilegio que la » está concedido, por el qual 99 recibidas las llaves del w Cielo después de la Resur- R ** rec-

130 España Sagrada.

»> reccion del Salvador , el }) Bienaventurado S. Pedro, M derramando su doéírina 5? por el mundo , iluminó á y> los hombres ; cuyo Succe- 99 sor debe ser reverenciado, »> y amado de todos, asi co* íy mo á todos excede por la »? superioridad de su Princi- jy pado. Por tanto , nosotros »? adorando en Vuestra San- " tidad con el mas profundo » respeto á Dios , á quien servís sin querella , re- 'ocurrimos á la Fé, alaba- da por boca del Apóstol, >i buscando la respuesta en « aquella Sede , de la qual nada sale ron error ó pre- yy suncion , sino autorízí-do " con la deliberación Ponti- yy fical.

4 Siendo esto asi como decimos , nos vemos por yy ahora en la urgencia de ?> hacer presente á Vuestra « Santidad , que hay entre yy nosotros un falso hermano, w cuya presunción no puede 9y ya callarse sin culpa , an- j> tes debe m.anifestarse por »> la necesidad en que nos 9y pone el juicio futuro. Este » es SJvano , Obiípo de Ca- *y lahorra , cuya Diócesis es- j? en la ultima parte de w nuestra Provincia , el qual

Trat, 6^. Cap. 9.

yy usurpando la autoridad, yy para Consagraciones que >? no le tocan , ha llegado á yy provocar nuestra humil- »> dad , poniéndonos en la » precisión de buscar en yy vuestra Sede el remedio de yy que necesita su atentado. yy Hace , pues , siete , ü ocho yy años que este Silvano , pos- yy poniendo las reglas de los yy Padres , y despreciando yy vuestros decretos , ordenó j> un Obispo , sin que lo pre- " tendiesen algunos pueblos, yy Pensábamos que este he- (i cho precipitado pudiera yy corregirse con una amo- yy nestacion fraternal y pa- yy cífica ; pero lejos de esto yy ha ido de mal en peor. Porque movido del espíri- yy tu de presunción , y pro- yy cediendo contra los antí- ?> guos Cánones , y contra yy los Estatutos Sy nodales, ha yy hecho Obispo á un Pres* ?> bytero de otro hermano yy nuestro , poniéndole en el » mismo lugar que antes se yy destinó para aquel , á quien »> contra su propria voluntad ?> habia coiKiagrado , y que « ya estaba en nuestra Con- >? gregacion. De este hecho yy temerario nos hizo rela- y> clon nuestro hermano el 0bi8-

Obispos de Cah »» Obispo de Cesaraugusta, j> quien también puso todo »í su conato en la enmienda » de este desorden, oponien- 99 dose freqüentcmente á to- f> dos los Obispos comiarca- " nos , á fin de que no se « juntasen con el Cismático; pero éste malamente cbs- » tinado, no se avergonzó de »> hacer él solo todo lo que V era ilícito , y lo que no f9 podemos decir sin ver- »f guenza.

5 Para inteligencia de los hechos , que en esta epís- tola atribuyen á Silvano los Obispos de la Provincia de Tarragona , se ha de adver- tir , que en el Concilio Nice- no can. 5. se estableció, que ninguno fuese ordenado de Obispo sin el consenti- miento de los Obispos Com- provinciales , y sin preceder examen de la del orde- nando , de su piedad y te- mor para con Dios, y sin que al tiempo de su consa- gración asistiesen algunos Obispos en presencia del Metropolitano ó Patriarca consagrante. Requeríase ade- más de esto el consentimien- to del pueblo , pero so- bre todo el del Metropoli- tano se juzgaba tan necesa-

iorra. Silvano. 1 3 i rio que en el canon 9. se determina , que de ningún modo se admita ó acepte el Obispado de aquel , que le hubiere obtenido por consen- timiento de todos los habi- tantes de la provincia, pero sin el del Metropolitano. En- medío pues de estos decre- tos Silvano Obispo de Cala- horra se atrevió á consa- grar un Obispo sin esperar la voluntad de los pueblos, ni el consentimiento de As- canio Obispo de Tarrago- na, de quien era sufraga- neo. Creyó este que sería suficiente una amonestación dulce y caritativa , para que Silvano no procediese otra vez con tanta ligereza; y en esta buena no puso por entonces otro remedio á su desorden. Compade- cióse también del Obispo consagrado; pues aunque pa- ra su consagración no ha- bían precedido los requisitos, que prescribió el Concilio Niceno , y con arreglo á sus Cañones podía no admi- tirle en el numero de los Obispos de su Provincia, con todo eso tubo por conve- niente aceptar su Obispado, y permitirle egercer su dig- nidad en el lugar que le R2 fue

I 3 2 España Sagrada. fue señalado, por haberse hecho aquella consagración contra la voluntad , y con positiva repugnancia del mis- mo Obispo nuevamente or- denado por Silvano.

6 En tal estado queda- ron las cosas, sin que el Obispo de Calahorra diese ocasión á nuevas querellas en el espacio de los siete ü ocho años siguientes; mas pasados estos dio muestras del poco fruto que había hecho en él la pacifica re- prehensión del Metrópoli' taño de Tarragona. Porque habiendo vacado la silla del mismo , á quien ordenó sin observar las santas determi- naciones del Concilio Nice- no , eligió para ella un Pres- bítero de otro Dicce^ano. El Obispo , que por este t'empo gobernaba la iglesia de Zaragoza , y cuyo nom- bre se ignora , sabiendo el intento de Silvano, puso gran diligencia en que no llegase a efeduarse una determina- ción tan contraria á los Sa- grados Cañones. A este fin amonestó á los Obispos co- marcanos , que no comuni- casen con el de Calahorra, ni asistiesen á la coa'-agra- cion del que habla sido elec-

Trat.69. Cap. 9. to sin el recurso al Metro- politano. Pero nada de esto bastó , para que Silvano desistiese de lo que habia intentado ; pues consagró efedivamente á aquel Pres- bítero, no solo sin haber dado noticia al de Tarra- gona , pero aun sin asistir á la consagración el nume- ro de Obispos que prescri- bían los Cañones.

7 Referidos los hechos de Silvano conforme á la le- tra de la epístola dirigida al Romano Pontífice Hilario por los Obispos de la Pro- vincia de Tarragona , no de- bo omitir , que los Autores han errado comunmente Ja verdadera historia de ellos^ á causa de no haber enten- dido el contexto de la mis- ma epístola. Los mas escri- ben , que la culpa del Obis- po de Calahorra esiubo en haber elegido sucesor suyo, poniéndole en su lugar , y consagrándole sin consulta del Metropolitano , ni volun- tad del pueblo. Creen tam- bién que sin embargo de los avisos christianos , con que Asean io procuró reducirle al arrepentimiento de su de- lito , él perseveró obstina- do é incorregible por espa- cio

Chispos de Calahorra, Silvano. 133 cío de ocho años. El Rmo. fin de que el sabio Lector

Fiorez impugna el diclaMien de estos Escritores , y dice, que el sentido legitimo de la carta escrita al Papa Hi- lario indica , que el desor- den de Silvano consistió en que hallándose un Presbí- tero agregado al gremio de los Obispos , por estar ya eledo y aprobado por el Metropolitano , él se tomó la autoridad de consagrar- le , pero no destinándole á otra Iglesia diversa de la que los Padres le habian seña- lado. Tillemont confiesa,que el lugar de la epístola , en que se habla del hecho de Silvano, está muy obscuro, y le expone afirmando , que este Obispo ordenó á un Cu- ra de otra Diócesis , ha- ciéndole Prelado del mismo pueblo , en que tenia el Cu- rato.

8 He dichoque ningu- no de estos Autores enten- dió la epístola ce los Obis- pos de la Frcvincia de Tar- ragona ; y para que se vea claramente , que no he pro- nunciado esta preposición con temeridad , 6 sin fun- damento , exhibiré las dos clausulas latinas , en cuya inteligerxia han errado , á

se desengañe en este punto. Dicen asi : Hic namque (Sil- vanus ) jiim ante septcm^ aut odio amplias annos post- ponens Patrum regulas , (B vestra instituía dsspiciens^ fiullis petentibus populis, Episcopum ordinavit , cujus prcfpropcrum fadium existi- mantes fraterna , & paci- fica posse admoniticne sana- ri , profecit in pejus. Dctii- que cci4ra vetustatem ca- nonum , contra Synodi cons- tituía altcrius fratris nos- tri Presbyterum spiritu tan- tum prcPsumptionis üccen- sus , in eodem loco , qui illi fuerat destinatus , cui i /.vi' to , S repvgvanti imposuC" rat marus , ^ qui nostro jam ccetui fuerat aggrega- tus , Episcopum ftcit. Re- flexione ahcra conmigo el Ledcr estas dos clausulas, y hallará que en ellas se refieren dos Consagraciones hechas por Silvano sin au- toridad legitirria : la una sie- te u ocho años antes de es- cribirse la carta , la otra pasado este mismo tiempo. En la primera no hizo otra cosa Ascanio con los demás Obispos de su Provincia, que reprehender pacifica y blan-

1^4 España Sagrada blandamente el atentado de Silvano , creyendo que esto bastaría para su enmienda. En la segunda se vieron obligados á escribir al Pon- tífice Romano , por haber experimentado , que el mis- mo Silvano era contumaz; pues menospreciando la amo nestacion acerca de su pri- mer desorden , repitió el he- cho , Y con circunstaHcias mas criminales, porque ade- más de no consultar al Me- tropolitano como en la pri- mera ocasión , consagró al Presbítero de otro Dioce- sano , y esto sin la asisten- cia de otros Obispos , co- mo lo significan las pala- bras , que se ponen luego: Non erubuit soltis Ule com- fnittere. Reñexionese otra vez la clausula segunda que ha sido el tropiezo de to- dos los Autores , que tratan de este caso ; y se hallará que en ella se habla de los dos Obispos consagrados ile- gítimamente por Silvano. Porque dice , que éste sin respeto á los antiguos Ca- líDnes y Decretos del Con- cilio, ordenó de Obispo á un Presbítero de otro Obispa- do , poniéndole en el mismo lugar que fue señalado pa-

. Trat. 69. Cap, 9. ra aquel , á quien en medio de resistirlo había consagra- do antes , y á quien los Pre- lados de la Provincia hicie- ron miembro de su propria Congregación.

9 Tenemos pues en es- tas palabras dos Obispos ex- presamente distinguidos; uno que siendo Presbítero de otra Diócesis fue consagra- do por Silvano , sin recurso al Metropolitano de Tarra- gona ; otro á quien consagro siete ü ocho años antes , el qual había sido admitido en- tre los Obispos de la Pro- vincia , y como tal tubo Se- de propria , en la que Sil- vano puso al dicho Presbí- tero. Con estas reflexiones se hacen palpables los yer- ros en que por inadverten- cia han caído los Escritores. Vaseo , Garibay , Morales, y el Cardenal de Aguirre creyeron , que la culpa de Silvano se reducía á haber nombrado sucesor suyo en la Sede Calagurritana , or- denándole de Obispo sin dar noticia de ello al Metropo- litano de Tarragona. Pero ya hemos visto que aquellas palabras in eodem loco , qui illi fuerat destina tus , no pueden entenderse del Obis- po

Obispos de Calahorra. Silvano. 135 po de Calahorra , sino que de verificarse del Presbyte-

deben aplicarse al siigeto de quien se dice inmediaramen- te : Cui invito , S repugnan- ti imposuerat manvs , &c, y este es el Obispo ordena- do violentamente por Silvano siete ú ocho años antes, que los Prelados Tarra- conenses escribiesen esta carta. Tillemont escribió, que el Obispo de Calahor- ra hizo á un Cura Obispo del pueblo , en que éste te- nia su Curato , y esto con- tra la voluntad del mismo consagrado. Mas Ja equivo- cación de Cite Autor se des- cubre con solo hacer paten- te, que en su didamen se aplica toda la clausula De- ñique contra vetustatem^&c. al Presbítero alli nombrado; mas no es asi , ni el texto es capaz de construcción gramatical , que haga el sen- tido que éi ofrece. Y para evidencia de que en este lugar se habla de dos suge- tos distintos , y ambos con- sagrados sin legiiim.a auto- ridad , basta advertir que del uno se dice , que ya se le habia señalado Stá^ , y que estaba admitido en el m'imero de los Obispos de Ja Provincia ; lo qual no pue-

ro , cuya consagración dio motivo á la carta ; pues asi que Silvano le consagró, consultaron al Papa Ascanio, y los Comprovinciales , qué deberían hacer de él ; lo que prueba evidentemiCnte , que ellos no le habian agregado á la junta de Obispos , antes se hallaban inciertos é in- decisos sobre si le excluirian de su Congregación con- forme al canon áQ\ Conciiio Niceno. Por la misma razón debe enmendarse la inteli- gencia del Rm.o. Florez en el tom. 25. pag. 44. num. 7. dice , que hallándose el Pres^ bitero agregado al gremiio de los Obispos como eleéío y aprobado por el Metro- politano , Silvano tubo la presunción de consagrarle, aunque el mismo Présbite-*- ro lo repugnaba , pero que no le aplicó á otra Iglesia diversa, sino á la misma á que ios Padres le tenian desr tinado. En prueba de esta inteipretacion añade lo si- guiente : íLste parece el le- gitimo sentido , especial- m.ente refiexionando en las demás ciausuias de que ya estaba aírregado ai coro de los Obispos , pero Je faltaba

I 3 <5 España Sagrada, imponerle las manos ; y es- to lo hizo Silvano sin acuer- do del Metropolitano , en lo que cstubo la presunción. Debe pues corregirse esta declaración de la carta ; por- que las palabras , qui illi fuerat destinatus , cid invi- to , Í5* repugnan ti , Se, se refieren no al Presbítero, sino al Obispo consagrado mucho tiempo antes por Sil- vano , y en cuya Sede puso al mismo Presbítero. Ni es verdad que aquí se habla de un sugeto puesto en el gremio de los Obispos , pe- ro no consagrado ; porque la clausula le expresa con la mayor claridad primera- mente consagrado , y des- pués admitido entre los Obis- pos. Cui invito , G repu^- nanti imposuerat manus : He aquí la consagración. Et qui nostro jam ccetiii fuerat a o- gregatus'.HQ aquí la admi- sión en el número de los Prelados de la Provincia.

lo Habiendo examinado quanto á los hechos de Sil- vano la epistola dirigida al Papa Hilario , y mal enten- dida de los Autores que la han mencionado y recono- cido , seguiré el proceso de la causa , que se suscitó con

Trat, 6c), Cap. 9.

ocasión de las consagracio- nes ilegitimas del mismo Obispo. De estas represen- taron Ascanio y sus Compro- vinciales ,que siendo por su naturaleza causas de divi- sión y cisma , debían cor- regirse prontamente, y que por tanto recurrían á la Sede Apostólica deseosos de sa- ber , qué convendría deter- minar asi del Obispo consa- grante como del consagrado. Sobre esta consulta dice el Rmo. en el tom. cíf. pag. 54. nura. 34. que sin embar- go de que habla en singular: Quid oporteat de ordinjtore^ & ordinatofieri, debe enten- derse locución figurada de uno por muchos , pues no solo el Papa en su respues- ta, sino también los coisul- tantes expresan de Silvano haber hecho varias consa- graciones: Ordinationes sibi indehitas usurpando. Pero en suposición de ser legitimo^ como lo es el sentido en que he explicado los hechos atri- buidos á Silvano , estas pa^ labras tienen su inteligencia propria , y literal. Dos fue- ron como he dicho las con- sagraciones, que hizo el Obis- po de Calahorra sin autori- dad compéleme: la primera sie-

Obispos de Calahorra, Silvano. 137

siete ü ocho años antes de Calahorra dio al Presbítero

las quejas de los Obispos nuevamente consagrado la

de la Provincia ; la segunda misma Sede, puede colec^ir-

en el mismo año en que es- se que el primero habia

tos escribieron su carta obli- fallecido, pues el delito que

gados de la reincidencia de se refiere no es de haber

Silvano. El Obispo consa- puesto dos Obispos en una

grado en la primera consa- misma Iglesia , ni el Papa

gracion fue no obstante el hubiera tolerado esto , como

defeéto de recurso al Me- toleró los hechos de que

tropolitano colocado en una Silvano fue acusado: lo qual

Sede, y admitido en la Con- es también prueba de que

gregacion de los Obispos la consulta se dirigía á la

comprovinciales , los quales instrucción acerca de solo

se contentaron por entonces uno de los consagrados,

con amonestar al de Cala- 11 Aunque el Pontífice

horra , se abstubiese en ade- Romano recibió la carta , en

lante de un hecho tan ilícito que los Obispos de la Pro-

y contrario á los Sagrados vincia Tarraconense se qi¡e-

Canones, En este supuesto, jaban de las presunciones

que consta de la epístola al del de Calahorra, no tubie-

Papa , la consulta no era so- ron estos tan pronta la res-

bre lo que convendría hacer puesta , que no sospechasen,

con el ordenado siete ü ocho que 6 por la negligencia del

años antes , el qual estaba correo , ó por las dificulta-

ya en pacifica posesión de óqs de un camino tan lar-

su Iglesia por consentimien- go, no habría llegado su

to ó tolerancia de los de- representación á la Sede

n:ás Obispos; sino acerca Apostólica. Por esta causa

de lo que se deberia egecutar ofreciéndoseles algún tierrpo

con el Presbítero consagra- después suplicar al Papa

do últimamente, y puesto Hilario , que se dignase con-

en la misma Sede, que tenia firmar en el Obispado de

ó tubo el Obispo á quien Sil- Barcelona, á un lrer.(o,á

vano consagró en la prime- quien ellos habían rxmbra-

ra ocasión. Digo que tubo^ do movidos asi del ir.erito

porque si el Obispo de del elegido como de la petir

Tom, XXXllL

cíoa

138 España Sagrada, cion del Clero , y plebe de la ciudad , y particularmen- te del deseo que en la hora de su fallecimiento manifes- tó Nundinario Predecesor en la misma Iglesia , que por consentimiento del Metro- politano habia hecho antes al mismo íreneo Obispo de un pueb'o de su Diócesis, repitieron sus quejas estra- ñando,que el Papa no hu- biese respondido á la consul- ta , que le hicieron por su carta anterior. Después de este ultimo escrito se dirigie- ron á Roma diferentes repre- sentaciones hechas en favor de Silvano, y firmadas de las personas mas nobles de su territorio. Estas fueron de las Ciudades de Tarazo- na , Cascante , Calahorra, Varea , Tricio , Livia y Briviesca ; y se mencionan en la respuesta del Pontifice con estos nombres, honor a- iorum í? possessorum , que significan á los vecinos mas distinguidos después de los Eclesiásticos , según la serie del Diurno Romano cap. 3. tit. 2. que dice: Presbyteris, Díaconibus^Clericis ^ hono- ratis , possessoribus , í? cuncice plebi illius Ecclesiíe &c. Escribieron pues los

. Trat. 69. Cap, 9. dichos personages , satisfá-* ciendo á los cargos , que los Obispos de la Provincia ha- cían á Silvano ; mas en el descargo se alegaban otras consagraciones igualmente reprehensibles , por haberse hecho sin el consentimiento de Ascanio. Sed reprehensión ne justissima , dice el Papa Hilario, eorum pariter justa allegatío non carebat ; quia pr¿üter conscientiamMetropO: litani fratris , í? Coepiscopí nostri Ascanii nonnullis ci- vitatibus ordinatos claruit Sacerdotes» Tillemont enten- dió por estas palabras , que los defensores de Silvano da- ban cuenta de otras consa- graciones , que él hizo , po- niendo Obispos en algunas Ciudades ; pero esto no sería escusarle , como lo intenta- ban , sino agravar la acusa- ción de los Comprovinciales. Por esta razón , y porque de la epistola , que se escribió contra el Obispo de Cala- horra , no constan sino dos consagraciones, y ambas de Obispos de un mismo pue- blo , debe tenerse por cier- to , que las demás tubieron otros Autores , y se traían por egemplares , que en el juicio de los exponentes po- dían

Obispos de Calahorra. Silvano. 139 podían justificar la conduc- rabie asamblea fueron de

sentir, que debían corregirse los abusos que acababan de oír , y observarse la dis- ciplina Eclesiástica , y ios Sagrados Cañones en lodo lo respedivo á las elecciones y consagraciones de Obispos. Conforme á esta sentencia, aprobada también por el Pon- tífice Hilario, parecía con- siguiente la declaración , de que no se tubiesen por Obis- pos los que sin noticia del Metropolitano habían sido consagrados por el de Ca- lahorra ; porque es muy ex- preso entre otros el canon 6. del Concilio Niceno , que dice : Quod siquis absque Metropolitani sententia fac» tus sit Episcopus ; eum mag» na Synodus definit non esse Episcopum, Pero la epísto- la firmada por el Papa en 30. de Diciembre de 465. y dirigida á Ascanío , y á todos los Obispos de la Pro- vincia por medio de un Sub- diácono de Roma llamado Trajano , es un argumento evidente , de que no se guar» acerca de las consagra- ciones de Silvano el rigor que establecieron los Conci- lios. En ella dice Hilario, que atendiendo á la necesi - 82 dad

ta de Silvano.

12 El Pa pa Hilario, des - pues de haber leído lascar- tas, que le enviaron de Es- paña los Obispos , que acu- saban á Silvano , y los per- sonages que le defendían, mandó que los asuntos so- bre que era consultado , se examinasen en el Concilio que se juntó en la Iglesia de Santa María bajo el Consu- lado de Basilisco y Herme- nerico , y se compuso de Obispos de diversas Provin- cias , que habían ido á Ro- ma con el fin de celebrar el aniversario de la consa- gración del Papa. En el tom. 25. quedan referidas las Ac- tas de este mismo Concilio, por lo que al presente diré solo de lo que resultó en orden á los hechos de Sil- vano , confutando lo que so- bre este punto han escrito algunos Autores , errando aqui no menos que antes tn la inteligencia de las car- tas remitidas á Hilario. Habiéndose pues examinado los artículos comprehendi- dos en las representaciones hechas por los Obispos de la Provincia Tarraconense, los Padres de aquella vene-

España Sagrada. Trat\ 69. Cap. 9.

los tiempos , se le terum , eos , qui Episcópi: fadii sunt , Ha volumus per-

140

dad de

perdona al Obispo de Ca lahorra todo lo pasado , con 3a condición de que en ade- lante se abstenga de hacer alguna cosa , que se oponga á los preceptos del Apóstol, y á los decretos del Conci lio Niceno : Tewporum ne- ces sítate perspedia , hac ra~ tione decernimus ad veniam pertinere , quod gestum est^ vít 7iibildjinceps contra pr^e- cepta Beati Apostoli , nihil contra Niccenorum canomim constitutum tentetur. Con firma también los Obispos hechos sin noticia del Me- tropolitano , no obstante que asi estos como sus promoto- res merecían ser depuestos de la dignidad. Ordinatos er- go nunc Episcopos , ( qui li- eet , te ignorante , provee- ti sunt , cum suis audicribus tneruerint submoveri ) hac rotione firmamus , (¿c. La misma confirmación se lee en la epistola que el Papa escribió separadamente áAs- canio : Et licet hi , qui prce- tcr notitiam , atque consen- sum tuce diledíicnis ordinati sunt Sacerdotes , cum suis debuerint audloribus submo- veri ; ne quid lamen in tanta ne ees sítate deccrnamus aus-

manere , &c,

13 En vista de tan convincentes , y expresos testimonios es fácil conocer los yerros que algunos Auto- res cometieron escribiendo de la decisión Pontificia acer- ca de los casos consultados por los Obispos de España. El P. Mariana mostró bien, al tratar de este asunto, con quanta verdad confesó en la carta que escribió á Leonardo de Árgensola, que jamás habia pretendido ha- cer Historia de España ni examinar todos los particu- lares , sino solo poner en es- tilo lo que otros tenían jun- tado. Dice lib. 5. de su Hist. cap. 4. al fin, que la respues- ta de Hilario decide, que por no poderse en manera algu- na distinguir la causa de Barcelona de la de Calahor- ra , y porque no pareciese se heredaba lo que por be- nignidad de Christo se da conforme á los merecimien- tos de la vida de cada uno, que asi la elección de Silva- no como la de Nundinario se tubiesen por de ningún efeéto , y se tornasen á ha- cer conforme a las costum- bres

.' Obispos de Calahorra, Silv^ino." -141

bres y leyes legalmente. Es ra de las consa'graciones jle

mas de estrañar que el Car- denal de Aguirre , en medio de haber examinado las car- tas que se escribieron en es- te negocio , fuese del mismo parecer que Mariana. Afir- ma , que Hilario gobernán- dose por los Cañones del Concilio Niceno,y otros, anu- ló las elecciones y consagra- ciones hechas por Silvano, á causa de haber procedido en ellas sin el consentimien- to del Metropolitano , y ele- gido succesor sin que lo pi- diese el pueblo , dándole la posesión contra todo dere- cho , como si el santuario de Dios se hubiese de poseer por herencia. Dice también, que determinó el mismo Papa , que no se consintiesen en una Iglesia dos Obispos juntamente, como se consin- tieron en la de Barcelona Nundinario é Ireneo , y en la de Calahorra Silvano y el Obispo é quien consagró sin la autoridad que se re- queria.

14 Estas equivocaciones hacen , que los hechos del Obispo de Calahorra parez- can mas criminales y repre- hensibles de lo que fueron en la realidad ,^porquefue-

gitimas, le atribuyen el nom- bramiento de sucesor por su proprio arbitrio , y el esia- biecimiento de otro Obispo en su Igltsia antes de su muerte , culpas muy abomi- nables y contrarias á los de- cretos de los Concilios. La causa de las mismas equi- vocaciones es la falsa inteli- gencia de la epístola de As- canio , y sus Comprovincia^ les , porque como los Auto- res citados creyeron, que el motivo de las quejas con- sistia en los delitos expre- sados, no pudieron persua- dirse , á que el Papa repro- base el hecho de Nundina- rio Obispo de Barcelona, tolerando los de Silvano, que sobre convenir con el pri- mero en haber elegido suc^ cesor , se arrojó á consa- grarle sin noticia de Asea* nio , ni petición del pueblo.

15 Es falso pues que la causa del Obispo de Cala- horra no podía separarse de la de Barcelona. Ésta segun- da consistía en que los Obis- pos de la Provincia suplica- ron al Papa se dignase apro' bar el decreto, que ellos ha- blan dado acerca de la trans- lación de Ireneo á la Sede Bar-

14'^ España Sagrada, Trat. 69. Cap,g, Barcinonense vacante por también falso , que alguno

muerte de Nundinario , en atención á que ésta fue la voluntad del difunto , y á que asi lo deseaban todos los Eclesiásticos , y las per- sonas principales de aque- lla ciudad y provincia , y que parecia lo mas conve- niente á la utilidad de la misma Iglesia. El Papa no quiso condescender á esta pretensión ; antes bien escri- bió al Obispo Ascanio , es- trañando grandemente , que no solo no se hubiese opues- to á la petición de los de Bircelona,sino también pre- tendiese de la Silla Apostó- lica el cumplimiento de su injusto deseo , haciendo en el principio de su carta mención de Concilio , como si la grandeza de la culpa se disminuyese por la mul- titud de hombres ignoran- tes. Nada de esto hall imos en la causa de Cilahorra; pues como consta de la car- ta de los Obispos de la Pro- vincia Tarraconense , y de la respuesta del Pontifica, el pecado de Silvano se re- dujo á nombrar y consagrar Obispos , sin haber prece- dido petición del pueblo, ni recurso al Metropoliíano. Es.

de los Obispos consagrados por el de Calahorra fue nombrado succesor suyo , y Obispo de la misma Sede^ de manera que se consintie- sen en ella dos Obispos jun- tamente : porque como tam- bién se declara en la carta, el Obispo á quien Silvano consagró primero , y los Prelados de la Provincia ad- mitieron en su Congrega- ción , fue destinado á cier- to pueblo que no expresan, para que egerciese en él la jurisdicción Episcopal. En este mismo colocó Silvano al Presbítero , á quien orden» últimamente, dando con su reincidencia motivo para las quejas de los otros Obispos, Por donde se hace patente, que los dos consagrados re- sidieron en Sede distinta de la de Calahorra , y asimis- mo , que Silvano no eligió succesor suyo , ni puso otro Obispo en su propria Igle- sia : lo que de ningún mo- do hubiera tolerado el Papa en la Sede Calagurritana, como tamooco lo toleró en la Barcinonense. Por tanto las dos causas eran muy diferentes entre , y por esta razón la sentencia, con que

Obispos de Calahorra. Silvano. 143

qué terminaron , fue tam- .tiempo se perdonase todo lo

bien muy diversa ; pues co- -pasado. Tillemont sospecha,

jmo hemos visto , él Romanó que el Obispo de Calahorra

Pontífice confirmó las elec- era hombre de grande auto-

ciones, y consagraciones del ridad , y muy importante al

Obispo de Calahorra , aun- Estado , especialmente en

que contrarias á los Sagrar áos Cánones , y reprobó la traslación de Ireneo á la Igle- sia de Barcelona.

16 Resta averiguar, por ^ué causa el Papa Hilario usó de tanta indulgencia, y blandura para con Silvano enmedio de la sentencia de los Padres del Concilio , se- gún la qual , y los antiguos decretos , debía ser castiga- do siendo depuesto con el Obispo , ú Obispos que con- sagró sin recurrir al Metro- politano. El Rmo. Florezfue de sentir , que la causa de esta piadosa moderación , y condescendencia, fue la aten-^ cion del Pontífice á las tur- baciones de aquellos tiem- pos , que causaban tales ig- norancias y desordenes. Fleu- ry al año 465. cree , que las cartas remitidas á Roma por los Magistrados, y princi- pales vecinos de los pueblos arriba expresados , en las quales se escusaba la con- duela de Silvano , hicieron, que vista la necesidad del

aquellas circunstancias en que el Imperio se hallaba muy debilitado, y que por esta razón no pareció con- veniente ofenderle castigán- dole con la severidad q e prescribían los Cánones.

17 Ya d ige antes , como todos los Padres que se jun- taron en el Concilio de Ro- ma dieron su sentencia pi- diendo en sus aclamaciones, no solo que se observase la disciplina antigua , sino que se castigasen los transgre- sores : in prcesumptori- bus vinoicetur , rogamus. El Papa ordenó también , qué las Aé^as dtl mismo Concilio^ como tan conformes á todo derecho , fuesen publicadas por los Notarios , para que de este modo llegasen á no- ticia de todas las Iglesias , y ninguna por su ignorancia tubiese por licito lo que en realidad era contrarío á los Estatutos Synodales. Enme- dio de estas determinacio- nes , dadas en el mes de No- viembre , escribió Hilario á 30-

1 44 España Sagrada^ Trat, 69. Cap, 9. 30. del Diciembre próximo, riedad con que se indicaba,

perdonando las transgresio- nes de Silvano, y confirman- do los Obispos que fueron consagrados sin noticia ó consentimiento del Metropo- litano. Esta moderación de lo establecido por el Conci- lio , y el silencio que se ob- serva en sus Adas sobre los descargos que se hicieron €n favor de Silvano , arguye, que las Cartas de las Ciuda- des de España no llegaron á Roma hasta después de con- cluido el mismo Concilio, y que éstas fueron las que tem- plaron el rigor de la referi- da sentencia. En efeéto , el Papa insinúa en el principio de su Epístola á los Obispos de la Provincia Tarraconen- se , que las representaciones de los pueblos le movieron á dispensar en el negocio de Silvano; porque supone , que lo alegado por estos era jus- to , bien que no dejaba de ser muy reprehensible el he- cho ,que referian,de haberse destinado y ordenado Obis- pos para algunas Ciudades, sin pedir primero el consen- timiento del Metropolitano. Dice también , que hallán- dose confundida la verdad de aquella causa por la va-

y constando por otra parte la necesidad de los tiempos, venía en perdonar las con- sagraciones ilegítimas , en- cargando solo la enmienda para adelante.

18 He dicho, que el Pa- pa Hilario supone , que era justo el alegato de los pue- blos de España ; porque la clausula , conforme á su lec- ción vulgar , se halla en es- tas términos: Sed repreben- sione justissima eorum pari^ ter justa allegatio non cU" rebat , quia prceter conscien- tiam Metropolitani , fratris & Coepiscopi nostri Asca^' nii nonnullis Civitatibus or^ dinatos claruit Sacerdotes. Y aunque el M. Florez tub3 por agena del texto la voz justa , acaso por parecerle incompatible la justicia en lo alegado con la reprehensi- bilidad , no obstante , no hay razón para tenerla por in- troducida en vista del con» sentimiento con que todos la admitieron hasta aqui; y de que se compone fácil- mente , ser dignos de re- prehensión los egemplares qje alegiban de Obispos, en cuya elección y consagra- ción se procedió contra los Cá-

Obispos de Calahorra. Silvano. 145 Cánones , y ser al mismo gun la división de aquella

tieqlpo justos lo^ motivos que obligaban á poner y mante- ner Prelados en aquellos pueblos, en atención á la ne- cesidad de los tiempos.

19 Esta necesidad , que pondera el Papa en sus dos Cartas , provenia de la opre- sión que padecía la España por la multitud de Barbaros que algunos años antes ha- bían entrado en ella , y es- taban apoderados de algu- nas Provincias. La Tarraco- nense era todavía de los Ro- manos ; pero como los Go* dos , Y Suevos iban crecien- do eo poder y fuerzas , y el Imperio de Roma decaía por instantes , temieron los Obispos de esta Provincia la invasión de los Barbaros. Este recelo fue en mi jui- cio la causa , que movió á algunos de ellos á poner Obispos, donde jamás se ha- bía establecido Sede, á fin de que en tiempo tan turbado no careciesen los pueblos que distaban mucho de la Capi- tal , del consuelo , y consejo de su Pastor. El de Calahor- ra se hallaba en mayor ur- gencia por dos razones muy fuertes. La primera , porque su Obispado confinaba , se-

Tom.XXXUL

edad , con la Provincia de Galicia , que enteramente es- taba sujeta á los Suevos ;poc lo qual ios Obispos , que es- cribieron quejándose de . él, dicen , que su Obispado era en lo ultimo de la Provincia Tarraconense: Silvanas Epis- cjpus Callagurrce , in ulti- ma parte nostr.v Provlnc-i¿e c&nstitutus ySe. La segunda, porque la Diócesis de Cala* horra tenia en el siglo quinto mayor estension por la linea occidental , que al presente^ aunque la tiene muy grande. Sus límites eran los montes de Oca , por donde tocaba coa la' Provincia Cartaginense; y por el nacimiento del Ebro las montañas de Burgos , por donde confinaba con Galicia, Aún de éstas puede dudar- se si se comprehendian ea la misma Diócesis; pues aun- que en lo civil pertenecían á Galicia , como testifica Pau- lo Orosio , hay fundamento para congeturar , que en lo Eclesiástico eran de la Pro- vincia de Tarragona , y con- siguientemente del Obispa^ do de Calahorra. Véase lo que sobre este particular escribió el M. Florez en el tom. i5.pag. 12. num. 14. Por T tan-

146 España Sagrada, tanto , pues , creyó Silvano, que debia atender al buen gobierno de sus pueblos, es- tableciendo otra Sede en el territorio de su Diócesis , co- mo sin tanta necesidad lo hizo Nundinario en el Obis- pado de Barcelona ; aun(}ue éste recurrió primero al Me- tropolitano pidiendo su con- sentimiento ; pero Silvano lo hizo sin este recurso con- tra lo que tenían determina- do los Sagrados Cánones. Por lo mismo confirmó el Papa al Obispo á quien consagró Silvano ; pues aunque la Con- sagración fue ilegítima , las circunstancias pedian ma- yor número de Prelados. To- leró también los demás Obis- pos consagrados con igual defedo,de que tubo noti- cia por las Cartas de los pue- blos de España : los quales Obispos, como ya dige an- tes contra Tyllemont , no fueron ordenados por Silva- no , sino por otros , como lo insinúa el Papa en la clausu- la de Confirmación : Et li- cet hi , qui prceter notitiam^ (itque consensum tuco dile- diionis cr di fíat i sunt Sacer- dotes ^cum suis debuerint au- Sioribus submoveri , 6V.

T^'at. 69. Cap,g. Desde el año de 466»

20 Apenas comenzába- mos á disfrutar monumentos seguros de la Sede Calagur- ritana , quando por varios accidentes nos hallamos otra vez sumergidos en la obscu- ridad primera. Poco después de haber recibido en Espa- ña la respuesta del Roma- no Pontífice Hilario, Eurico Rey Godo , destruida , y ro- bada la Lusitania , intentó conquistar la Provincia Tar- raconense , que como he di- cho se mantenía bajo el im- perio de los Romanos. En-^ viando , pues , desde alli su egército , tomó primero á Pamplona, y Zaragoza , y luego á Tarragona , pasando á cuchillo á los mas nobles de toda la Provincia , que se resistieron á sus armas. S. Isidoro no expresa el nom- bre de Calahorra quando re- fiere esta conquista ; pero no hay duda, en que tambiert fue sujetada en esta ocasión, como se colige del testimo- nio de Severo Sulpicio , que com prebende las comarcas de Pamplona , y Zaragoza; Gauterit Comes Gothorum Ispanias per Pampilonem^ Cce-

Obispos de Calahorra, Silvano. Í47 Ctesaraugustam , & vici^ formando ciertos discursos,

cuyo examen es muy nece- sario para ilustración de es- ta Iglesia, y la de Tarazo na. Confiados , pues , en que al- gunos Autores establecen, que en tiempo de los Reyes Godos se mudaron los tér- minos de los Obispados , afir- man , que después de Silva- no fue uno mismo el de Ca- lahorra , y Tarazona. El Doctor Tejada, lib. 3. cap. 3. §. 4. pone por primer Prela- do de ambas Iglesias á S. Prudencio , cuyo cuerpo se venera en el Real Monaste- rio de Santa Maria de Ná- gera. De este Santo se leea unos versos , escritos , segura Yepes,en dos planchas de la- tón morisco , y con letras gó- ticas, halladas en el arca ,en que se guardan sus Reliquias, los quales indican ,que el San- to fue Obispo de Calahorra, y Tarazona. Dicen asi:

ñas urbes obtinuit. Véase .el Chronicoíi publicado en el tom. 4. de la Esp. Sag. pag. 43. del qual no tubo noticia Ambrosio de Mora- rales , estrañando por eso la referida noticia , que Vaseo atribuye á Severo sobre el año 475.

21 Desde este suceso hasta el año de 589. río se halla noticia de los Obispos que presidieron en Calahorra; pues aunque se celebraron varios Concilios en la Pro- vincia Tarraconense , no se lee entre los que asistieron á ellos y subscribieron, eF nombre de alguno de los Pre- lados , que por este interme- dio gobernaron las Iglesias de la Vasconia,

22 Los Escritcíres , que han publicado Historia de es- ta Diócesis , pretenden lle- nar el Catálogo de Obispos,

tncUtus Antistes Vrudentias hic requiescit^ Qtio Calagurra vigct^ perqaem Tyrasona nitescit, Eccleíice ftdei ^ morumque dedit documenta^ Perqiiem perpetuar vitiV capit emnlumenta, Hnnc Rex Garsias huc attulit , hicque locavit^ Hanc quia Basilicam su nptu proprio fahricavit.

23 El mismo apunto pue- de confirmarse con la auto-

ridad del Breviario de Ná- gera , que en las lecciones

T2

del

148 España Sagrada, del expresado Santo le- hace Obispo de Calahorra v y constando por el general consentimiento de Adas , é Historiadores , que gobernó también la Iglesia de Tara- zona, p,^ "ce colegirse haber sido uno mismo el Obispa- do de ambas Iglesias.

24 Acerca del tiempvo en que este San Prudencio de Nágera fue Obispo , dice el Dodor citado , que en su sentir entró á presidir en el año 466. Congetura , que él fue el primero que Silva- no consagró para Coadju- tor suyo y succésor en el Obispado , del qual cons- ta haber sido admitido á las juntas Provinciales por el Metropolitano , y de-i inás Obispos. Infiere , que» el mismo Metropolitano le ííenaló por succésor de Sil- vano ; y que viéndole de- puesto por el Papa sin cul- pa del elegido , que nunca solicitó ser Coadjutor , an- tes se opuso , como Ascanio lo testifica en su Carta , le nombró por Obispo de Ca- lahorra , asi que esta Sede quedó vacante por muerte de Silvano.

2$ No hay cosa mas di- fícil de averiguarse , que el

Trat. 69. Cap, 9. origen y número de las Se^ des Episcopales , y los lí- mites que correspondian á cada una en los cinco pri- meros siglos. Si fuera legí- tima la división que se atri- buye á Constantino, y anda publicada con el nombre del Moro Rasis , sabríamos a lo menos qué Obispados se ha- llaban establecidos en Espa- ña desde el tiempo de aquel Emperador. Pero siendo este instrumento tan fabuloso, como se convence en el tom, |. de la Esp. Sag. queda en pie la dificultad, ni podemos suponer fundadas bajo este Imperio todas las Sedes que en él se refieren , como su- fragáneas de-las Metrópolis, en que se dividieron las Es- pañas. Los demás documen- tos que 'leemos sobre esta materia , hablan de las Dió- cesis ^ según el estado que* tenían en ios siglos posterio- res al quinto ; por lo que su autoridad, qualquiera que ella sea , nada conduce al cono- cimiento del número y dis- tinción de Obispados en todo el tiempo precedente.

Siendo, pues , tal la

ignorancia que tenemos no

solo de los límites , sino aún

del número de Obispados en

los

.' Obispos de Calahorra, S'úv3ino, 149 los cinco primeros siglos, ¿c6- mos el arbitrio , quando fal-

mo podremos establecer que con la entrada de los Godos en la Provincia Tarraconen- se se mudaron los términos de sus Diócesis ? Y quando no faltara , como falta , tes- timonio antiguo,que nos die- se noticia de alguna mudan- za que se hubiese hecho con el motivo de aquella irrup- ción , ¿de dónde se inferi- rá que los Obispados confi- nantes de Calahorra , y Ta- razona se alteraron de suer- te , que de los dos se hizo uno solo , gobernándose las dos Iglesias por un mismo Prelado hasta que á fines del siglo sexto volvieron á su primitivo establecimiento? Es verdad , que no hay me- moria de los Obispos inme- diatos succesores de Silvano; pero de esta escasez de no- ticias no se arguye , que una Sede t^n principal co- mo la de Calahorra careció entonces de Pastor , ni que estubo agregada á la de Ta- razona. Si este recurso fue^ ra adoptable , fácilmente podríamos llenar los Catálo- gos de otras Iglesias , en cu- yas Sedes acontece muy de ordinario el defedo mismo de memorias ; pues tendria-

tase noticia de su Obispo, aplicarla los de la Iglesia confinante. Asi , que no de- bemos estimar como funda- do y juicioso el pensamien- to de los Autores , que pre- tenden aumentar el Catálo- go de la Sede Calagurrita- na con los nombres de los Obispos de Tarazona.

27 Hablando ahora de- terminadamente de S. Pru- dencio , á quien el Dodor Tejada hace succesor de Sil- vano , y Obispo de las dos Iglesias referidas , digo , que las Adas de los Santos Espa- ñoles que tubieron el nom- bre de Prudencio , se hallan tan confundidas , que se ne- cesita un trabajo inmenso, dirigido á reconocerlas y aclararlas , como con el fa- vor de Dios lo haré en él Tratado de la Iglesia Turia- sonénse , adonde pertenece. Por ahora basta decir , que si S. Prudencio el de Nágera es el mismo que el del Mon- te Laturce cerca de Logro- ño , no pudo succeder á Sil- vano en el Obispado de Ca- lahorra ; porque según las noticias mas autorizadas , és- te floreció después de la irrupción de los Árabes,

V

I JO España Sagrada. y fue solo Obispo de Tara- zona. Si es distinto , como quieren otros , no se sabe quién fue , ni en qué tiempo floreció ; y es muy proba- ble , que los versos de su Sepulcro le equivocaron con el primero , de quien se ve- rifica aquello : Quo Cala- gurra viget , ^er quem Tyra- sona nitescit ^ por haber vi- vido, y predicado en Calahor- ra, y presidido como Obispo en Tarazona. Por lo qual se ha de tener por mera volun- tariedad lo que escribe el Djílor citado acerca de la succesion de S. Prudencia en el aña 466. y de su Prelacia en las dos í^^lesias Calagur- ritana , y Turiasonense.

28 ¿Mas cómo podre- mos tolerar los errores del mismo Autor en el sentido que á la Epístola de los Obispos de la Provincia Tar- raconense? Es cierto que es- tos admitieron en su Congre- gación al primer Obispo que consagró Silvano : Es ver- dad también , que el Papa mandó en su respuesta , que ninguno se consagrase sin noticia y consentiniiento dei Metropolitano : ¿pero cómo quiere el Dudor Tejada sa- car de estos supuestos, que

Trat, 69. Cap. 9. el mi^mo Metropolitano dio su asenso para la consagra- ción de aquel Obispo, y ¡e señaló por succesor deSilva- no , constando del mismo contexto de la Carta , que el Obispo de Calahorra proce^ dio en la elección , y orde- nación sin arreglo á las leyes Eclesiásticas, antes con des- precio de todos los decretas dados por los Concilios, y Pa- pas? Es también falso, que el Obispo consagrado fue elegí-? do por succesor de Silvano, y depuesto luego por el Papa; porque de la respuesta de Hi-» lario, no resulta sino la confir- mación de los ordenados ile-i gitimamente ; y de la Carta de los Obispos de la Provin- cia se infiere , que el Con- sagrado egerció su dignidad en otra Sede distinta de la de Calahorra. De aqui se evidencia el error de que Ascanio , Metropolitano de Tarragona , nombró por suc- cesor de Silvano al mismo Obispo , atribuyéndole un hecho muy co'itrario á las disposiciones del Pontífice Romano , que de ningún mo- do quiso consentir la trasla- ción de Obispos de una Silla á otra , como se vio en su determinación sobre que Ire- neo

Obispos de Calahorra, Silvano. 151

neo no pasase de Egara a la ticia de Didimo, que enton-

Iglesia de Barcelona. Que- da , pues , desvanecido todo el discurso del referido Au- tor, que por medio de tan in- subsistentes congeturas pre- tendió sacar por succesor de Silvano á S. Prudencio , cu- yo cuerpo se venera en el Monasterio de Nágera.

Excluyese Didimo,

los se

29 El Catálogo de Prelados de Calahorra lee aumentado por diversos Escritores de la Nación con el nombre de Didimo , Obis- po , que vivia por los años 560. De estos hay algunos que le adjudican solo á esta Iglesia , como D, Lorenzo Padilla en la Chronología de los Obispos contenidos en su Historia , y que pre- sidieron en Calahorra , don- de después de mencionar á Silvano , dice : Didimo , que fiare ció en tiempo de S. Mi- ¡Jan de la Cogoila , como pa- rece per la Historia del San- to en la sexta Centuria^ cap. 31. año de 560. En este lugar escribe , que la santi- dad de S. Millan era tan grande , que aunque procu- raba esconderla , llegó á no-

ces era Obispo de Calahor- ra , en cuyo Obispado esta- ba , y por el qual fue orde- nado de Sacerdote casi por fuerza. Otros , reconociendo ser inegable que Didimo go- bernó la Iglesia de Tarazo- na , afirman , que presidió igualmente en Calahorra , lo qual , según el P. Anguiano, sucedió en castigo de la cul- pa de Silvano , sobre que in- sistieron los Sufragáneos de Tarragona.

30 Los primeros Auto- res que agregaron áDidim.o á la serie de Obispos de Ca- lahcrra , quitándole absolu- tamente del Catálogo de la Iglesia de Tarazona , deben corregirse en este punto, por haber escrito con ma- nifiesta equivocación é ig- norancia. La equivocación se originó en ellos de que teniendo por cierto que S. Millan fue nati.ral de laRio- ja , y de territorio que hoy pertenece al Obispado de Calahorra , supusieron desde luego , que el Obispo en cu- ya Diócesis estaba , y que le ordenó de Sacerdote , no presidia en otra Iglesia que* la de Calahorra. La ignoran- cia provino de que escribie- roü

I 5 2 España Sagrada, Trat. 6g, Cap, 9. ron la vida del mismo San- Calahorra , sin embargo de Xo sin haber leído antes el libro que compuso S. Brau- lio , que expresamente afir- ma , que Didimo fue Obispo de Tarazona , y que S. Mi- llan vivia en su Diócesis: Di- dimo etiavt , qui tune Ponti- ficatus gerebat in Tyrasona ministerium , cum hoc qin- quefuisset dcJatum , insequi- tur hominem , ordini Eccle- siastico vokns inserere , ejus quippe erat in Dicecesi, Por tanto , el citado Padilla , que siguiendo á Marieta , puso á Didimo entre los Obispos de Calahorra , leyendo des- pués la Obra que escribió Sandoval de las fundaciones de los Monasterios de S. Be- nito , y en ella el libro de S. Braulio , conoció su error , y lo retrató en las Adiciones á la Centuria 6. que publi- có en su tom. 2. Asi , pues, debe corregirse en los de- más Autores , en quienes Di- dimo se viere adjudicado á Calahorra con exclusión de Tarazona , por ser indubita- ble , que este yerro nació en ellos de no haber tenido presente el lugar exhibido de S. Braulio.

31 Los que dan á Didi- mo el titulo de Obispo de

constarles que lo fue de Ta- razona , no pueden ofrecer autoridad ó razón que ha- ga probable su didamen. ¿Quién podrá creer que el Romano Pontince Hilario agregó la Iglesia de Cala- horra á la de Tarazona en castigo de las culpas de Sil- vano , constando de la Car- ta esprita á los Obispos de la Provincia Tarraconense , que perdonó aquellos delitos , ni quiso remover á Silvano ni á los Obispos consagrados sin la autoridad necesaria, de las Sedes que poseían! ¿ Quién podrá sospechar ,que privó á la Iglesia de Cala- horra de sus proprios Obis- pos un Papa que se portó con tanta moderación é indul- gencia con la persona del Obispo delinqiiente? Es, pu- es, inverisímil , y aun evi- dentemente falsa la sospecha que el P. Anguiano señaló de su imaginada agregación del Obispado de Calahorra al de Tarazona.

32 El Doélor Tejada, pa- ra hacer verisímil que Didi- mo gobernó como Obispo el territorio , que comprehen- dian los dos Obispados refe- ridos , escribe que el Rey

Catálogo de los Obispos de Calahorra, 153

Godo Eurico, quando sujetó á Pamplona , Calahorra , y Tarazona , persiguió por to- dos Jos medios á los Cató- licos , y especialmente á los Obispos. Desde entonces , di- ce , los de Calahorra residie- ron en Garray , que era del Obispado de Tarazona, asis- tiendo desde alü á ios Fie- les que vivían en las mon- tañas de esta Diócesis, y en los Cameros sus vecinos, que eran parte muy principal de la deCalahorra. Por este me- tlio pretende justificar , que Didimo no pudiendo residir en ninguna de las Ciudades Capitales , por hallarse en poder de Infieles , fue Obis- po de las montanas de am- bos Obispados, y que por es- ta razón ordenó á S. Millan, y le hizo Cura de Berceo, pueblo situado á las faldas de los montes Distercios , y de la jurisdicción de la Dió- cesis de Calahorra. Expone también el texto de S. Brau- lio diciendo , que sin embar- go de afirmar el Santo , que Didimo era Obispo en Tara- zona , no por eso se ha de entender que vivia en esta Ciudad ; sino solo que el territorio donde estaba per- tenecía á ella como á Capi- Tom. XXX I II.

tal , y que por eso tenia el titulo deObispoTyrasonense. 33 No podemos dudar, que Eurico aborreció el nombre Católico , no menos que á los Romanos sus mor- tales enemigos ; y que tubo tanto celo por su sedla , que atribuía á ella las viétorias y estension su Reyno. De aqui se movió á perseguir la verdadera Religión , y á mostrar su poder en la pro- pagación de sus errores , de manera , que se podia creec que mas egercia en esto su Principado , que en mandar á sus vasallos. Sidonio Apo- linar , y S. Gregorio Turo- nense hacen expresa me- moria de esta cruel perse- cución ; y testifican , que Eurico mató á muchos de los que no abrazaban su sec- ta, y que expHcó su crueldad en los Eclesiásticos , matan- do á unos , y desterrando á otros , haciendo que las Igle- sias quedasen desiertas , y los Fieles sin Pastor que los gobernase. Pero ni los Escri- tores citados , ni otro de los antiguos ponen esta perse- cución en alguna de nues- tras Provincias , sino solo en la Aquitania en las Gallas después de sus célebres con- V quis-

I 5 4 España Sagrada.

quistas en España. Señala- damente S.Gregorio Turo- nense empieza á hablar de el suceso con estas palabras: Euricus Rex Gothoriim ex- ccdens Hispanum limiteni in Galliis superChristianos in- tulit persecutionem. Por tan- to , Ambrosio de Morales, habiendo referido lo que Eurico hizo en España , y advirtiendo, que no comen- zó á perseguir á los Cató- licos hasta que pasó á Fran- cia , dice asi : La vuelta de Eurico á Francia fue triste y cruel para los Católicos. Parece que acabada la guer- ra con los hombres , la qui- so mover á la verdadera Religión, Asi , que no hay fundamento para creer lo que Tejada escribe , esto es, .que los Godos Arríanos hi- rieron en las Ciudades de Calahorra , y Tarazona lo mismo que Sidonio , y Gre- gorio Turonense testifican haber egecutado en la Aqui- tania.

34 Aun suponiendo ó admitiendo que Eurico per- siguió á los Católicos de la Provincia Tarraconensequan- do pasó á Francia , es falso que en los años siguientes hasta cl Reynado de Leo-

Trat.69. Cap.g.

vigildo carecian las Iglesias de Obispos Católicos; pues lo contrario se evidencia con los Concilios , que se celebraron freqüentemente en la misma Provincia. Y si esto se verifica en las Ciu- dades , que estaban sujetas á los Reyes Godos , ¿con quán- ta mas firmeza se podrá ase- gurar de Calahorra , y Pam- plona , que se mantubieron esentas de su dominación, como muestran las entradas que después hicieron Leo- vigildo , y sus succesores por sujetar estas tierras? Véase el tom. 32. pag. 316. 35 La pureza de Reli- gión en que se conservaron las Iglesias de Calahorra , y Tarazona , y que debemos suponer , asi por lo que aca- bo de decir. , como por no haber testimonio , de donde se pruebe que por estos tiempos fueron contagiadas con los errores de Arrio , nos obliga á creer que ambas Iglesias tubieron como an- tes distintos Obispos , y que el recurso del Dodor Teja- da , además de ser insubsis- tente , deslustra aquellas Ciu- dades , despojándolas de la excelencia mas apreciable, solo por el empeño de au- men-

Catalogo de los Oh mentar el Catálogo de los Obispos de Calahorra. Ni porque en las subscripciones Conciliares falta la memoria de estos , es justo colegir, que la Iglesia Calagurritana se hallaba destituida deObis- po , sabiendo que pudieron ocurrir varias causas , que les impidiesen su asistencia, especialmente no estando sujeta la región de los Vas - cones á los Reyes Godos, en cuyos dominios se cele- braron todos los Concilios, Nos consta, que la Sede Ty- rasonense tubo por estos mismos años algunos Obis- pos, y con todo de ningu- no sabemos que concurriese á un Concilio antes del año de 589. de manera que ni tendríamos noticia de Didi- mo , si S. Braulio no le hu- biera mencionado en la vi- da que escribió de S. Millán. Resta pues que nos conten- gamos en la ingenua confe- sión de la ignorancia , que padecemos de los Prelados, que presidieron en Calahor- ra desde Silvano hasta el Concilio tercero de Toledo, en que tenemos Obispo Ca- lagurritano distinto del Ty- rasonense , que es otro argu- mento de la voluntariedad

ispQs de Calahorra, 155

con que los Autores afirman la unión de las dos Sillas á causa de la variación de lí- mites , ó del Arrianismo, que infestaba las Ciudades de Calahorra y Tarazona.

MUÑÍ Mío ó MUMIO

Por los años de 589.

I Aunque en tiempo de Silvano sujetó Eurico parte del Obispado de Calahorra, como insinúa Severo Sulpicio en el testimonio que dejo ale- gado , podemos asegurar, que la dominación del Im- perio Gótico en este pais fue por muy breve tiempo, á causa de haber pasado arre- batadamente á Francia aquel Rey con su egercito. Esta es la razón, porque sin embargo de ser verdad lo que escri- ben nuestros Historiadores del dominio casi universal de Eurico en España , el Reyno de los Godos estaba reducido á estrechos limites antes de Leovigildo , como testifica S. Isidoro : Nam an- tea gens Gothorum angustis finibus ardiabatur. En efeéío una de las partes de España,, á que no se extendía su do- minio , era el territorio de V 2 es-

I ^6 España Sagrada, esta Diócesis ; por lo que el mismo Leovigildo empre- hendió su conquista en el año de 574. Apoderóse en- tonces de Amaya , de Can- tabria sobre Logroño , de los Cántabros Alabeses y Riojanos , y de la Ciudad Aregia , que el Obispo D. Rodrigo llama Baregia ^ cu- yos habitantes escribieron en favor de Silvano , como dige tratando de este Obis- po. No obstante la nueva sujeción del pais al Rey Co- tí ) y Arriano , y el furor con que éste persiguió á las Iglesias y sus Obispos , des- terrando á unos , y aun atra- yendo á otros con dadivas á su impiedad , como se vio en Vicente de Zaragoza, ha- damos que el de Calahorra, que asistió al Concilio ter- cero de Toledo , fue uno de los Obispos , que por ser ver- tí ideros Católicos no tubie- ron necesidad de abjurar la heregia como otros. De aquí se evidencia, que si en Ca- lahorra , y su Obispado se mantubo el Catolicismo des- de el año de 574. en que se sujetó á los Godos , no hay motivo para negar á dicha Ciudad , y su comarca la Enisma pureza de Religión en

Trat, 6(}. Cap. 9. todos los años anteriores.

2 Desde que el territo- rio de esta Diócesis prestó su obediencia á los Godos, el Obispo de Calahorra em- pezó á asistir á los Concilios^ y el primero á que con- currió fue el tercero de To- ledo celebrado en el año de 589. en que subscribió con estas palabras : Mumius Ca- lahorritance Ecclesi¿e Epis^ copus , iubscripsi. En las ediciones se lee Muminius; pero debe leerse Mumius^ como muestran los Códices de los demás Concilios á que asistió , que constante- mente expresan el nombre con solas tres silabas.

3 Vivió muchos años después del Concilio tercero de Toledo ; pues asistió al segundo de Zaragoza del año- de 592. al de Barcelona de $99. Firmó el Decreto de Gundemaro en el de 6io^ y finalmente concurrió al Concilio Egarense en el de 614.

4 En tiempo de este Prelado se hallaba ya des- membrada de su Diócesis la parte mas occidental , en la que se estableció Sede distinta de la de Calahorra en la Ciudad de Auca , cuyo

pri-

Obispos de Calahorra. Munimio. i 57

primer Obispo conocido con- pueblos , y que movió al Pa-

currió con Mumio al Conci- lio tercero Toledano. Desde ]a fundación de la Sede An- éense empezó ésta á ser la ultima de la Provincia Tar- raconense , como lo era la de Calahorra en tiempo de Silvano , según la epístola de los Obispos al Papa Hi- lario. Ignorase el principio de esta variación en los lí- mites de la Diócesis Cala- gurritana ; pero es constan- te , que fue anterior á Mu- mio , como convencen las subscripciones del referido Concilio, en que Asterio de Auca tenia notable antigüe- dad respeéío del Obispo de Calahorra. Yo me inclino mucho á que el origen de esta nueva Silla Episcopal venía desde Silvano, y á que Auca fue el pueblo donde este Prelado , atendiendo á la grande extensión de su Diócesis , y al cuidado de sus ovejas , puso el Obispo, á quien consagró sin avisar al Metropolitano. Indúceme á este pensamiento la con- firmación Pcntificia , en cu- ya virtud quedó aprobado y establecido el nuevo Obis- pado , y la necesidad que hubieron de representar los

pa á tolerar el hecho de Silvano. Porque a la verdad de. ninguna otra Sede pode- mos creer haberse fundado en territorio de la Diócesis de Calahorra , que de la eri- gida en Auca en el siglo in- mediato al de Silvano , ni tampoco podia ocurrir ne- cesidad mas' urgente , que en el trecho que hay desde Auca acia el Océano , que era el mas distante de Ca- lahorra , y mas cercano á las Provincias , que ocupa- ban ya los Barbaros inficio- nados con la heregia de Arrio.

5 El Rmo. Florez tom. 26. pag. 30. num. 4. escribe como dudoso acerca de la Diócesis , á cuya jurisdic- ción tocaba el territorio en que se estableció la Sede de Auca, y dice que era del Obispado de Calahorra , ó de Palencia ; pero esta du- da debe desvanecerse en vista de que la Silla de Au- ca perteneció desde su ori- gen á la Provincia Tarraco- nense , á la qual no se hu- biera adjudicado , si aquel trecho fuera del Obispado de Palencia , que pertenecía á la Cartaginense,

GA-

I 5 B España Sagrada GABINO ó GABINÍO. Año de 633. en adelante,

I Tenemos memoria au- tentica de este Prelado eil el Concilio quarto de Tole- do celebrado en el año 633. y uno de los mas fa- mosos de esta Ciudad por la gravedad de los ^'íiegocios que en él se trataron , por la multitud de los Padres^ que asistieron , y por la santi- dad y dodrina de muchos de los concurrentes. La fir- ma del Obispo; de Calahor- ra se lee en el num. iSvCon estas palabras : Gdb'imus Ca - lagurritance Ecclesite Epií- copus suhscripsi. Subscriben después de él no menos que 44. Obispos , lo que bas- tante fundamento para Creer, que pudo ser inmediato suc- cesor de Mu mi o.

1 Segnn Gil González Davila falleció Gabinio an- tes del Concilio sexto de To- ledo , que se junto en el año de 638. Y á la verdad , si nos gobernamos por la lec- ción vulgar del dicho Con- cilio, deberemos decir que en el año expresado presidia en Calahorra otro Obispo lla-

. Trat. 69. Cap, 9.

mado Güimo , por quien Cí- tionio Presbítero firmó las AélasConciliares en esta for- ma : Cition'us Preshyter agens vi ce ni Guimi Episcopi EcclcsiceCalagurritancv^sub- scripsi. En el Concilio 8. Toledano subscribió tarri- bien un Obispo de Calahor- ra con el nombre no de Ga- binio como en el quirto , si- no de Gabiíio , y de aqai po- drá a;guio concluir , qué desde el año '633. hasta el 653. tubieron la Cátedra Episcopal de Calahorra tres Obispos distintos llamados Gabinio ,• Güimo y Gabino.

- 3 La voz Guimi es muy eomuá en las ediciones; y aun está admitida en la co- lecciom de Nicolás Coleti, sia embargo de notarse so- bré' las- 'subscripciones del Concilio oélavo de Toledo, qiie firmó sus Aétas Gabino, que subscribió también las del quarto , con lo qual no puede compadecerse , que en el sexto fuese Obispo de Calahorra Güimo. Pero yo no dudo que hay error en la dicha voz , y que este yerro nació de haberse es- crito con V el nombre de Gabino, y de haberle equi- vocado algún Copiante con la

Obispos de Calahorra. Gabino. i'jp

que también Toledo en. el de 653. como

la A gótica se escribía abierta por ar- riba. La razón que tengo para afirmarlo asi es , que Gabino subscribió en el Con- cilio oélavo en el lugar in- mediato á los Metropolita- nos , como el mas antiguo de todos los Obispo?. Entre estos se leen Anserico Sego- biense , Epartio Italicense, los quales firmaron no solo en el Concilio sexto , sino también en el quarto. Eviden- ciase pues , que este Gavi- Xio que subscribió en el Con- cilio oélavo , es el mismo que se halló en el quarto , y por consiguiente , que no debe admitirse en el sexto el Obispo Güimo; porque de otra manera Gabino sería Obispo miUy moderno , es- pecialmente respeélo de An- serico y Epartio , que es- taban ya consagrados en el aíío 633. y le corresponde- ría lugar mucho mas bajo en el Concilio del año de 653.

4 Del cómputo que aca- bo de hacer fundado en las subscripciones Conciliares se colige , que este Prelado pre- sidió largos años en la Sede Calagurritana , pues Riendo ya de notable antigüedad .€nel de, 633. le hallamos en

á Decano del gran número de Obispos , que concurrie- ron al Concilio oélavo. Asi- mismo se hace patente la equivocación de Gil Gonza-f lez , que dice no hallarse luz de Obispo de Calahorra desde el año 638. hasta el de 682. siendo manifiestOi que Gabino firmó las Aétas de de un Concilio celebrado en el de 653.

EUFRASIO

Por ¡os años 683. I En el principio del año quarto de Ervigio , y fines del 683. de Christo se celebró el Concilio trece T07 ledano con la asistencia de 48. Obispos , y 27. Vicarios de otros que no concurrie- ron. De las subscripciones consta , que presidia en este tiempo en Calahorra Eufra-r sio , el qual no vino por sii persona al Concilio, sii o que asistió como casi todos los Obispos de la Provincia Tar- raconense por su Procurador, que i:e decía Auderico , y firm.ó las Adas de este modoí Audericus Fresbyter , agens viccifi Eufrasii Fphcopi Ca- higurritanensis.

De

1 6o España Sagrada 1 De este Obispo es- cribe el M. Argaiz , que padeció grandes trabajos ori- gin.idos de que el Conde Paulo se levantó contra el Rey Wamba , y pasando los Pirineos con un egercito de Gascones de la Aquitania, entró en Navarra , y acome- tió las tierras de Alaba, Rioja , y Bureba , de don Je el mismo Rey los echó, deteniéndose en la Rioja, y atendiendo á las cosas de su gobierno.

3 La expedición de Wamba á las tierras , que tocan al Obispado de Cala- horra fue en el año de 673. y no teniéndose de Eafra- sio otra memoria que la q:ie ofrece el Concilio celebrado diez años después , no po- demos asegurar que los ex- presados sucesos pasaron ei el tiempo de su presiden- cia. El Conde Paulo no se apoderó de las referidas re- giones, ni Wamba emprehen- dió aquella guerra con el fin de quitirl is á los Vasco- nes de la Aquitania , y de reducirlas á íu obediencia. Lejos de esto el Rey se dirigió á estos paises , quan- do hacía tan gran confianza del Conde que le envió por

. Trat, 59. Cap. 9. General de su egercito á ía Galia Narbonense ; ni tubo noticia de la traición y tira- nia que este fraguaba , sino estanJo ya , como escribe Juliano Arzobispo de Tole- do , en los fines de Canta- bria con animo de sujetar á los Vascones que se habian rebiílado : Illo tune tempo- re , dice , cum hcec intra. Gallias agerentur^ religiosus Wamba Princeps feroces Wasconum gentes dehella- turus ag^rediens in parti^ bus commjrabatur Canta^ bri¿e ^ ubi cum de bis ^ qu.-e intra Gal I i as gerebantur, fana se se ad aures Princi' pis adduxisset &c. Halla - base pues el Conde Paula en la Galia Narbonense ga- nando las voluntades de los Franceses y de los Españoles comarcanos , con el fin de levantarse contra Wamba, y este Rey se detenia en la Cantabria (nombre que com- preht^ndia entonces las tier- ras pertenecientes á la Dióce- sis de Calahorra ) con el fin no de conquistar este pais sujeto desde Leovigil- do al Imperio Gótico ; sino de entrar desde alli á com- batir á los Vascones que después se digeron Navar- ros.

tivo á este Obispado no consta otra cosa , que la detención del Rey , y su transito á la Galla Narbo- nense por la Ciudad de Cala^ horra después que sujetó la Vasconia , como también testifica el citado Arzobispo: Utide acceptis ohsidibuy^ tri~ butisque solütis ,^ pace cam- po sita , diredi um it'er in Gal- lias profedíurus ascendlt per Qfllagurrem G Hoscam ci^ Vítat^s transiium faciens.

Obispos de Calahorra» Eufrasio. 161 ros. Asi que por lo respec- los Concilios, acomodando la

jurisdicción espiritual al go- bierno político , que pro- hibía ó embarazaba la comu- nicación con gentes , de cu- ya obediencia procuraban eximirse con frequentes hos- tilidades. En el tom. 32. pag. 338. dige , que no hay testimonio que compruebe que los Vascones se rebela- sen alguna vez , desde que los conquistó Wamba hasta la irrupción de los Árabes, y acerca de los Obispos de Pamplona escribí que pudie- ron intervenir otras vanas razones . para no asistir personalmente á los Conci- lios. Mas sea lo que fuere del fundamento que el P^ Moret tubo para su sospe- cha , ninguno hay de parte de los Vascones de Calahor- ra, que desde Leovigildo vivieron siempre sosegados, y cuyos Obispos asistieron por sus proprias personas á Concilios , que se juntaron en estos últimos años del, imperio de los Godos. Uno de los que concurrieron des- pués de Wamba fue Vilie- do ., ó según el cod. ant. cita- do por Loaysa Ubiliedeo,, el qual estubo en el Conci- lio quince que se celebró X en

.^. .. >yii^Epo

^^j/f^teS'^el año de 688.

I La asistencia de los Obispos de Calahorra á los Concilios celebrados en To- ledo después que Wamba vino á estos paises , no per- mite que sospechemos de los Vascones de esta Diócesis lo que el P. Moret escribe de los que tocaban á la de Pamplona. Dice que estos no estaban enteramente suje- tos á los Reyes Godos , sino antes inquietos y libres en la mayor parte de la Vas- conia, y que por esta cau- sa se abstenían los Obispos de Pamplona de acudir á

ToiiuXXXlU.

162 España Sagrada. en el año primero de Egica á lí. de Mayo de 688. donde ñ^mó: yHiedus Cala- gurritance (sedis) Episco- pus subscripsi. Precede por su antigüedad á treinta y dos Obispos; y de aquí se in- fiere que pudo ser succesor inmediato de Eufrasio , cu- yo Vicario Auderico firmó en el Concili¿) 13. año de 683.

FÉLIX.

I En el año 693. halla- mos presidiendo en esta Se- de al Obispo Félix , que asistió al Concilio Toledano 16. su firma está en el num. 29. según las ediciones; pero atendiendo al tiempo de su consagración no le cor- respondía la antigüedad que álli tiene precediendo á 30. Obispos, porque algunos de estos subscribieron en el Concilio I?, como Adelfio Tudense , Nepociano Ty- rasonense , Juan Egarense, quando el nuestro no estaba aun elegido , por vivir toda- vía su predecesor Eufrasio. 2 El M. Argaíz iiáce memoria de este Prelado Gon tan -¿raso olvido de mismo, que habiéndole pues- to en el año 693. diciendo

Trat. 69. Cap. 9. que fue Félix tercero de este nombre , y que concurrió al Concilio 16. vuelve á colocarle en el año 714. después de haberle dado no menos que tres succesores, que le ofreció la liberalidad de su Hauberto , con tan expresa contradicción , que haciéndole Félix quarto , al tiempo que entraron los Moros en España , dice del que asistió al referido Conci- lio 16. como antes lo dejo dicho de Félix tercero.

3 Los demás Autores que han escrito el Catalogo de esta Diócesis afirman, que el mismo Felix,que subs- cribió en el Concilio 16. de Toledo, vivía aun quando los Africanos se apoderaron de Calahorra ; y que lastima- do del miserable cautiverio' á^ que los barbaros reduge- ron su Ciudad é Iglesia , se retiró á la sierra de los Ca- meros , donde hizo vida muy penitente y santa á la falda de una eminencia cerca de la Villa de Horni- llos, y el solar délos hijos- dalgo de Valdosera. Alli dicen fue sustentado mila- grosamente : porque alimen- tándose en los principios de su vida eremítica con las yer-

Obispos de Calahorra, Félix. 1 6^

yerbas y raices que le ofre- prodigioso se hace memoria

cian las montañas , le socor- rió el cielo con la dulce y suave leche de una vaca, que apartándose de la mana- da iba todos los días á su pobre cueva. De este suceso

en unos versos latinos que se escribieron en el arca, donde se colocó su santo cuerpo, de los quales solo puede leerse lo siguiente:

Montis exceJsi

Dicitur ^ atque cavcü centrum coluisse cavern^e, Ladíe bovis pingui illic sustentatus ab alto Tándem morte domum vitce -penetravit Olympum,

4 Esta relación , que ha- cen comunmente los Auto- res , no debe admitirse fá- cilmente en todas sus partes, y sin discernir primero lo cierto de lo dudoso. Es cons- tante, que desde muchos si- glos ha sido venerado en el Obispado de Calahorra un santo hermitaño llamado Fé- lix , que vivió en la sierra, que hoy de su nombre se dice San Felices. Su santo cuerpo , según la relación dirigida al M. Yepes por el P. Fr. Bernardo de Villalpan- do , estubo antiguamente en una Iglesia situada en tierra del Camero entre las Villas de Hornillos y Lasantá , don- de le han visitado hasta ahora las procesiones de mas de treinta pueblos , y se Junta una Cofradía de mas

de quatrocientas personas Eclesiásticas y Seglares. La sepultura de piedra , en que descansaban sus sagradasRe- liquias , estubo en el suelo, hasta que el R. P.Fr. Marcos del Barrio, Abad del Monas- terio de S. Prudencio , hizo que se colocasen sobre el Altar en el año de 1551, Después se trasladó la ma- yor parte de ellas á este Monasterio , y se pusieron en una arca dorada á la mano derecha de S. Pruden- cio , y su santa cabeza se puso en una medalla junta con la de S. Funes , que está en el Relicario del lado de la Epístola del Altar ma- yor.

5 A excepción de estas noticias , todo lo que se re- fiere del Santo es solo con- X3 ge-

1 ^4 España Sagrada. gctura , que no tiene otro fundamento que el nombré de Félix. Porque ¿de donde pudieron conocer los Escri- tores modernos , que este San Félix fue Obispo , y que presidia en Calahorra en tiempo del Concilio di-z y seis de Toledo , y de la en- trada de los Árabes en Es- paña 2 Es verdad , que en el referido Monasterio se repre- senta el Santo en una tabla

Trat. 69. Cap, 9. grande , haciendo oración con vestido Pontifical en el hueco de una haya ; pero esta pintura es muy moder- na , como también los ver- sos que se leen á la entra- da de la cu^va , en que se guardan las Reliquias de los Santos Félix , Funes y Pru- dencio, los quales versos em- piezan dando la dignidad episcopal á los tres.

En esta cueva se encierran fres Pastores^ Que de Christo rigieron el ganado.

6 Mas aunque conceda- mos , que el Obispado de S. Félix se cree en aquel ter- ritorio como tradición con- tinuada desde su preciosa muerte , es tan desconoci- do el lugar de su Sede , y el tiem-po en que vivió , que no se puede asegurar cosa, que no sea insubsistente y voluntaria. El erudito Cis- tercíense An^el Manrique afirma en sus Anales al año ii8r. queS. Félix era estran- gero, y que deseoso del mar- tyrio vino á España , quan- do toda elli se hallaba opri- mida de Tyranos , y se re- gaba con la sangre de los fieles. Otros Autores , que

cita Argaiz sin expresión sus nombres , dicen que fue Obispo de Oca. Los mas, como he dicho , sostienen, que presidió en Calahorra. ¿De que nace pues esta va- riedad sino de la amplitud que concede á los modernos el silencio de los antiguos en este punto? ¿Y que de- beremos juzgar de este ge- nero de opiniones, sino que son puramente voluntarias nacidas de la libertad , que cada uno de sus Autores te- nia en vista de no hallarse fundamento que determinase la verdad? Asi que en su- posición de que se admita, que S. Félix fue Obispo , es ne-

Oh} s pos de Calahorra, Vi! ledo.

i3ece«;ario confesar la igno- rancia acerca de. su Sede, como lo hizo el citado Pa- dre Villalpando escribiendo al M. Yepes.

7 No solo no hay prue- ba de que este Santo fue Obispo de Calahorra , sino que parece inverosimil loque refieren los Autores de su retiro á la sierra de Came- ros ^ dejando el Obispado, y viviendo oculto y desco- nocido , hasta que Dios le manifestó por el prodigio de la vaca que acudia ásu cue- va. En esta Diócesis queda- á*on algunas regiones libres del yugo de los Sarracenos; adonde podia el Santo reti- rarse , y continuar su minis- terio Pastoral con especial consuelo de sus ovejas en aquellos miserables tiempos.

65

La misma Ciudad c Iglesia de Calahorra permaneció se- gún el M. Argaiz , que afir- ma el retiro del Santo , con la libertad de vivir como otras Ciudades é Iglesias do- minadas de los Árabes , en la Religión Christiana , que profesaban. La sierra de los Cameros perseveró según fel Dodor Tejada, que también defiende los sucesos referí-' dos , esenta de los barba- ros , y por lo mismo con el mayor desembarazo para seguir el culto público y sa- grado. ¿Pues que necesidad obligó al Santo Prelado á vi- vir tan oculto y desconoci- do de sus proprias ovejas, qU'C fue necesario un mila- gro , que le hiciese mani- fiesto?

CA-

1 66 España Sagrada, Trat.6<^, Cap, lo. CAPITULO X. ESTADO DE CALAHORRA , T SU

n'j

Iglesia , desde la irrupción de los

Árabes.

X A Nte J\ inl

Ntes de referir la ifeliz suerte, á que vjaa con la entrada de los Arricanos él territorio , que abraza la Diócesis de Cala- horra , no puedo menos de exponer la gloria , que le re- sulta de haber sido en los años próximos á aquella ca- lamidad el lugar sagrado, en q le se aseguró el origen de la dichosa libertad , que ]a Divina clemencia conce- dió á nuestra España después de su largo cautiverio. Debe reconocerse por muy parti- cular providencia del cielo, que cerca de la ruina del Imperio Gótico , y poco antes de la dominación de los Sarracenos en estas pro- vincias , se estableciese el Ducado de Cantabria , que como dige en el tom. 32. pag. 79. comprehendia des- de la región de los Berones antiguos , que hoy llamamos Rioja , hasta el océano por

donde España confina con Francia. Gobernaba estas tierras bajo el Reynado de Flavio Egica un Caballero por nombre Favila descen- diente de la sangre Real de los Godos ^ y según algunos hijo del Ilustre Rey Chin- dasvinto. Muerto Favila por Witiza , recayeron aquellos estados en su ^lijo Pelagio ó Pelayo , á quien por eso todos nuestros Historiadores dan el titulo de Duque de Cantabria.Este,temiendo que Witiza le tratarla con igual impiedad que a su padre, huyó de su presencia , y se retiró á los Cántabros , de quienes confiaba le defen- derían , asi por ser ya sus vasallos, como por el grande amor , que siempre tubieron á su padre.

2 Dudan los Autores que debe entenderse por el nom- bre de Cantabria donde D. Pelayo se aseguró de Witiza,

y

'Estado de Calahorra^ y su Iglesia. i6j y residió hasta que fue á de Navarra aumentada des-

las Asturias para emprehen- der desde alli la restaura- ción de España. Zurita se persuadió á que el estado de los Duques de Cantabria se reducía á la Rioja ; lo que tubo por tan cierto, qué no creia hubiese alguno tan in- considerado que se atrevie- se á afirmar , que aquel Du- cado se incluía en alguna de las tierras de Vizcaya, Alaba ó Guipúzcoa. Si esta sen- tencia fuera verdadera , no tendriamos que dudar acer- ca de la región donde se mantubo D. Pelayo^ ;' 'pero Constando varios testi- inonios que exhibí en el tom. 32. pag. 78. que la provin- cia de Cantabria abrazaba en tiempo de io's Godos to- das las' regiones expresadas juntamente con la Rioja, no debemos señalar tan estre- chos límites á los estados, que pertenecian á la juris dicción los Duques de Can- tabria.- Garibay en el lib. 8. cap. 50. cita algunos Auto res modernos, que afirma- ron la residencia de D. Pela- yo en Logroño , cuyo diéta- men impugna fundado en que esta Ciudad es muy poste- rior-, y obra de los Reyes

pues por los de Castilla. Pero siendo cierto que en el len- guage común de los Histo- riadores se dice , que Logro- ño sucedió á la antigua Ciu- dad de Cantabria , por haber entre ellas sino el rio Ebro , como advierte el mis- mo Garibay , los Autores deben entenderse , quando nombran á Logroño , de la Ciudad, que estaba situada sobre el cerro que hasta hoy se dice de Cantabria, de la qual tomaban el titula los Duques que gobernabam aquellas ' comarcas. Asi Id antigua traducción del Arzo-í bispo D. Rodrigo reduce et nombre de Cantabria al Logroño por la cercanía estas poblaciones. E como qtiier\ dice , que este Rey Witiza cementase á s.e'r bue^ no á los suyos en el cómién^ zo , empero después no les fue tan bueno. Echó á I)\ Pe/ayo fijo de D, FaviU iJuque' de' Cantabria^ 'qué agora dicen Logroño 'de Cibdad de Toledo, Y en otra parte : Estando España en grana cuyta, acordóse nues-^ tro Señor della por su mer- ced ^ e levantó un 'esfuerzo asi como una centella de fue-

1 6 8 España Sagrada go d el Rey D. Pelayo^ qu3 Dios quisiera. , . é. quiso guardar para su servicio , e para esfuerzo de la, Cristian- dad, Este Rey D, Peluyo fuera fijo de^,Fiiyi/afiuque fie Cantahpa., que ^s f>ogro- fio.^ que matara gl ^.^% Wi- tiza cerca de Tuy :. . e . Wi-^ fiza persiguiera d este Fe- íayo^ e quisierd sacarle los ojos , ^cohio y^a digimos^ é Pelayofuxerd d Cantabria.

3 Estos lugares del Arzo- bispo según la versión Cas- tellana indican que D. Pela- yo se retiró á la Rioja , que era ía principal y' mejor porción de la Cantabria. Lo mismo se puede comprobar con otro testimonio de este Escritor, del qual consta que la Ciudad , en que los Du- ques de Cantabria residian de ordinario , fue íricio, población antiquisima situa- da en una hermosa y deli- ciosa llanura , que está sobre Kagera á la qual suele redu- cirse Tricio , no de otro modo que Cantabria á Logroño, como lo hace Sampiro di- ciendo de ella : Quce ab an- tjquo Tricio vocabatur ; que es también la r^zon , por- que el citado Arzobispo la nombra asiento de los Du-

. Trat.óc). Cap: 10. ques de Cantabria , como se pude ver en su lib. 5. cap. 25.

4 No solo D. Pelayo, sino también Pedro Duque Y su hijo D. ' Alonso, -que despqes .se llamó el Cató- lico , salvaron sus vidas en la Provincia de Cantabria, y de aquí salieron para As- turias , ppr donde se dio; fe-> liz principio al restableció miento de la Christiandad; ya la libertad de que los pue,-, blos de España fueron pri- vados con la miserable ser- vidumbre, que les sobrevino., con la venida de los Sarra- cenos. De todo lo qual re- sulta , como decia , á la Dio^ cesis de Calahorra , de cuya jurisdicción era casi toda la Provincia , una gloria incoin- parabie, pues en su territorio conservó la Providencia divi- na él origen de nuestra re- dención , ó como dice el Arzobispo la simiente de los buenos en España. Persiguió, otro si ( Witiza ) d D. Pela- yo hijo del Duque D, Favi- la , que él matara en Tuy, e quisieralo matar , mas D, Pelayo fuxo d su tierra que es Logroño^ e asi escapó de las manos del Rey , que no quiso Dios que muriese » an- tes

Estado de Calahor tes quiso que fincase simien- te de los buenos en España, Ca él es el amparo de los que lo han menester,

5 Estando las tierras del Obispado de Calahorra bajo el gobierno y protección de los referidos Señores descen- dientes de la sanj^re Real de los Godos , entraron los Ara- bes en España , y se apode- raron de casi toda ella. No es fácil descubrir , si en los primeros años de sus con- quistas ocuparon también á Calahorra con las demás poblaciones de la.Rioja. De- beriamos establecer su do- minación en esta parte prin- cipal de Cantabria, si fuera legitima la lección de la es- critura del Rey Moro de Coimbra impresa por San- doval en las Historias de los cinco Obispos pag. 87. cuya primera clausula dice asi: Alboacem iben Mahumet Al~ hamar Iben Tarif ^ bellator fortis^vincitorHispaniarum^ domínate^ Cantabrjce Gotho- rum , & magnce litis Rodé- rici. Donde aunque con la- tin muy desconcertado se atribuye á Tarif primer con- ■quistador de España el se- norio en la Cantabria de los Godos , lo que solo podría

Tom.XAXIII.

ra , y su Iglesia. 1 69 entenderse de la Rioja , que es la única porción que de toda la provincia de Can- tabria vino á ser poseida de los barbaros. Pero la voz Cantahrice se ha introduci- do por error en lugar de. Caballarite , como consta de la traducción que hace el mismo Sandoval , y de la copia que publicó antes de él el Autor de la Monarquía Lusitana lib. 7. cap. 7. El Arzobispo D. Rodrigo no expresa la Cantabria entre las regiones conquistadas por Muza y Tarif, mencio- nando solo á Zaragoza con varias Ciudades de la Car- petania y Celtiberia. La tra- ducción antigua , que he ci- tado , pone á D. Alonso exis- tente en tierra de Logroño algún tiempo después que, D. Pelayo se retiró á Astu- rias ; porque habiendo refe- rido las viélorias , que éste ganaba á los Árabes , dice luego : En aquel tiempo D, Alonso el Católico , hijo del Duque D. Pedro de Canta-f bria , que es Logroño , fuxo de Logroño , é fuese para As- turias , e ayudaba muy bien al Rey D, Pelayo á lidiar las lides de Dios ; de donde se podría colegir , que D. Y Alón-

170 España Sagrada, Alonso se mantuvo en su Ducado de la Cantabria Rio- jana algún tiempo después de entrar los Árabes en Es- paña , y por consiguiente, que este pais no fue ocupa- do de estos barbaros en los primeros años de sus con- quistas. No obstante pode- mos afirmar , que quando reynaba este mismo Don Alonso , se hallaba ya suje- ta á los Árabes Calahorra con los otros pueblos de su Diócesis , que estaban situa- dos en lo llano de la Rioja: lo que se evidencia con los testimonios de los Escrito- res cercanos á aquellos tiem- pos , que adjudican á este Rey algunas conquistas de poblaciones ocupadas por los barbaros en el pais referi- do , como son Briones , Ce- nicero y Alesanco.

6 Todos nuestros Histo- riadores antiguos consien- ten , en que la mayor par- te de esta Diócesis quedó libre del yugo de los Sarra- cenos , porque afirman , que «o entraron en Vizcaya , ni en lo interior de Ja provin- cia de Alaba. Algunos Au- tores modernos escriben, que las sierras de la Rioja lo- graron igual felicidad que

Trat.óg. Cap. 10. las dichas provincias , para lo qual no tienen otro apo- yo , que el testimonio del Arzobispo D. Rodrigo , que tratando de las regiones á que se extendió la domina- ción de los barbaros , ex- ceptúa entre oLras las mon tañas de la Ruconia , nom- bre que aplican á la Rioja. Mas acerca de las voces Ruconia y Rucones expuse mi sentir en el rom. 32. pag. 315. y 347. probando que^ por ellas debe entenderse una parte de la Vasconia an- tigua en los montes Pyri- neos.

7 En varios Códices del Real Monasterio de S. Mi-' llán se halla memoria de un Conde de los Rucones lla- mado Tello , que según las noticias que allí se dan , flo^ recia quando los Árabes en* traron en España. En ei Có- dice que contiene el Enqui- ridion de N. P. S. Agustín, y el Chronicon Emilianense, se encuentra notado , que el expresado Conde alcanzó in- signes visorias de los Mo-^ ros desde los montes de la CogoUa hasta la Ciudad de Auca en ei año de la En* carnación del Señor de 718. Eq otro que se dice escrito por

Estado de Calahor por el Abad Milián año de 756. se ve en el principio de un Evangelio la efigie del mismo Conde con vesti- do militar antiguo , lanza en la mano derecha , y escudo en la izquierda , y con es- pada corta y ancha ceñi- da , y debajo una Inscrip- ción que dice , que aquel Caballero es Teilo C<^nde de los Rucones en la Era 756. Mencionan los referidos Có- dices como instrumentos au- ténticos de esta noticia el Dodor Tejada pag. 316. y el M. Saz Benediétino en su Chronica Emilianense pag. 107. citado por el Rmo. Fio- rez en el tom. 16. pag. 55.

8 Si estas notas que se leen en los Códices de S. Milián tubieran la autori- dad y legalidad , que han creido los Escritores cita- dos , estableceríamos con ellas , que los Árabes se apo- deraron de la Rioja en los primeros años de su domi- nación en España ; que los Riojanos son los Rucones que menciona San Isidoro en la Historia de los Godos ; y fi- nalmente que los barbaros comenzaron á ser desaloja- dos de este pais poco después que le ocuparon. Pero estas

ra ,3' su Iglesia. i 7 1 especies deben reputarle por invenciones , con que algu- nos impostores mancharon los preciosos pergaminos del referido Monasterio , como demuestra la forma de los caracteres, y el color de la tinta. Por esta razón el R, P. Fr. Placido Romero , ha- biendo reconocido las dichas notas ó ficciones sobre el Conde Tello, se queja agria* mente en sus Advertencias- mss. al extradlo que ha for- mado de las escrituras , que se guardan en su Archiva del atrevimiento , que han tenido en corromper sus Co - dices algunos sugetos , que lograron manejarlos con li- bertad ; lo qual aviso á fin de mostrar , quan desprecia- ble es lo que se trae del Conde Tello relativo á la Rioja ; y principalrhente de corregir lo que de él escri- bió el Rmo. Flo.'ez en el to- mo citado , remitiéndose al M. Saz , que fundado en di^ chas notas estableció el Con- dado deRuconia, teniéndo- le por origen verisímil del de Castilla.

9 Los Árabes poseyeron largos años la Ciudad de Calahorra , a la qual en tiem- po de tan barbara domiíia- V 2 cion

1 7^ España Sagrada. cion la fue de grave per- juicio su propria fortaleza; porque esta era la causa de que los Reyes de León y de Navarra dilatasen demasia- do su conquista , aun des- pués de haber ganado las otras plazas de la Rioja , re- conociendo sin duda que sus fuerzas eran desiguales para empresa tan difícil. No obs- tante la seguridad , con que vivian aquí defendidos de los Christianos , permitieron en esta Ciudad , como en Cór- doba , Toledo , Zaragoza , y otras el culto público de la Religión , tolerando aunque impíos lo mismo que abor- recían , por los grandes in- tereses que por este medio adquirían para aumento de su fisco. Conservase en el Archivo de esta Santa tlgle- sia una Bula de Pasqual II. dada en el año de 1 104. por la que consta , que los fíe- les de Calahorra retubieron duranie su cautiverio una

Trat, Í9. Cap. 10. buena parte del distrito , que tenían antes de la entrada de los paganos. Calagurris^ dice , cum Mohabitis , ac Mauris proximasset , non minimam parocbi^e partem obtinuisse liberam,

10 Por lo que toca á los Obispos de esta Diócesis se ha de notar , que mientras Calahorra estubo en poder de los paganos , se estable- cieron en el territorio que se asignó á su Sede en su primera institución otras Si- llas Episcopales, y con diver- sos títulos , cuya multitud es bien estraña , y no conocida en alguno de los demás Obispados de estas Provin- cias. Por lo qual trataré de su origen , y ordenaré la se- rie de los Prelados que las gobernaron hasta el año, en que estas Iglesias parti- culares y sus territorios se reunieron á la de Calahor- ra madre y cabeza de to- das ellas.

CA-

CAPITULO XI.

37

OBISPOS DE CALAHORRA BAJO

dominación de los Sarracenos.

LA

THEODEMIRO

En tiempo de D, Alonso el Casto,

1 T^ON Alonso el Cas- \J to, después que fue expelido del Reyno por la invasión de Mauregato , se retiró á la Provincia de Ala- ba , donde vivían los parien- tes de su madre Doña Mu- ñía muger de D. Fruela. Aqui se mantubo asegurado y defendido de la tiranía de Mauregato hasta que este murió , y entró á reynar D. Bermudo, que trocando el Reyno por el servicio de la Iglesia , á que como Diá- cono se habia dedicado, puso luego el gobierno en manos de su sobrino D. Alon- so. Lo primero que este gran Monarca hizo , asi que entró á reynar, fue poner el asiento de su Corte en Ovie- do , Ciudad fundada por su padre , á la qual en los pri- meros años de su Reynado

amplió , y engrandeció el mismo D. Alonso con gran- des y suntuosos edificios. Desde este tiempo fue Ovie- do el lugar de asylo adeude se acogían los Obispos , que en sus respectivas Sedes eran molestados y perseguidos por los Moros, y por esta razón era llamada Ciudad de los Obispos. Esto parece haber sucedido varias veces álos de Calahorra, pues des- de el referido Reynado, los tenemos presentes en aquella Corte subscribiendo los pri- vilegios y donaciones de los Reyes de Asturias. El pri- mero que encuentro se llamó Thedemiro , cuya memoria consta por una escritura de Donación que con el nom- bre de testamento hizo el dicho Rey D. Alonso en fa- vor de la Iglesia de S. Sal- vador de Oviedo , que aca- baba de edificar de nuevo, por ser pequeña la que su padre habia fabricado , y es- tar parte de ella arruinada por los Moros. Confirínaron es-

I 74 TLspaña Sagraáa, Trat. 6() Cap, i r

esta escritura los Obispos Ataúlfo de Tria, Suintila de León , Quindulfo de Sala- manca , Maydo de Orense, y en ultimo lugar Theode- miro de Calahorra , que también asistió á la bendi- ción ó consagración de la misma Cathedral , que se hizo en el mismo año de la donación.

2 La Era , que señala la expresada escritura , es la de 830. acerca de la qual advierte Ambrosio de Mora- les, que no puede ser Era del Cesar, y que debe tomarse por año de nuestra Reden- ción. Si este pensamiento fuera sólido, deberíamos po- ner á nuestro Ooispo en el 350830. pero comino hay egemplares legítimos , que comprueben el estiio de los antiguos en usar de la voz Era en el sentido que pre- tende Morales , y ademis de esto no? consta , que la causa de inventar esta nove- dad , no fue otra que la fal- ta de inteligencia , que el ci- tado Escritor padeció acer- ,ca de ios números , y cifras :de los Godos , como notó -Sandoval en sus cinco Obis- pos pgg. 165. no es justo que admitamos fácilmente

esta invención de tomar Era por año de Christo , que Morales' introduce en varios lugares. Con todo eso no puedo menos de confosar, que aquella data tiene algún defedo ; porque no es creí- ble que habiendo entrado D. Alonso á reynar en el año 791. estubiese ya concluida en el 792. que es la Era 830. la Iglesia de S. Salvador, cuya suntuosidad ponderan grandemente nuestros anti- guos Escritores. Mariana, hablando de esta fabrica en el lib. 7. cap. 9. dice asi: Para aumento del culto divi- no levantó (Don Alonso el Casto) desde los cimientos la Iglesia miyor de Oviedo qu-* se llama de S. Salvador. Ojien dic2 , que el Rey D. B:írmu Jo fue el que dio prin- cipio á esta noble fabrica, y aun el letrero que está á la entrada de aquel tem- plo, como queda arriba apun- tado , atribuye aquella obra al Rey Silón. Pudo ser que todos tres entendieron en ella , y que el Rey que la acabó , se llevó , como acon- tece , toda Id fama. Si la opinión que refiere Mariana en este lugar fuera verda- dera , no tendríamos dificul- tad

Obispos de Calahorra. Theodemiro. 175 tad en admitir la data que no. Pero yo tengo por mas

probable, que una de las pri* meras cbras de aquel piado- so Rey fue la construcción de la Iglesia mayor ; porque atendiendo á la letra de di- ferentes testimonios anti- guos , ésta se siguió inme- diatamente ai hecho de asen- tar su Corte en Oviedo, que es lo primero que nues- tros Escritores refieren de Don Alonso , como confiesa el mismo Morales en el cap; 30. del lib. cit. El Obispo Don Sebastian dice asi: Iste prius solium R.egni Ovtti firmavit, Basilicam quoque in nomine Redemptoris nos- tri , Salvatoris Jesu Chris-

se lee en la Escritura ; pero todos los Escritores mas cer- canos á aquellos tiempos atribuyen enteramente la obra á Don Alonso ; y lo mismo consta de las dena- ciones de este Rey , y de uno de los letreros que él puso en la Iglesia , y trae Morales en el lib. 13. cap. 32. dcnde del dicho edificio se leen estas palabras; Quod denuo totum á fámulo Dei Adefonso cognoscitur esse fundatum^ S omne in melius renovatum.

3 Otra razón parece tu- bo Morales para persuadirse á que la Era de la Escritu- ra miencionada es año de la Encarnación ; y se funda en la serie de los hechos del Rey D. Alonso, de quien cre- yó que primero alcanzó vic- toria de sus enemigos , que pensase en edificar la Iglesia Catedral de Oviedo. Por eso dice en el cap. 32. del lib. 13. que habiendo quedado los Moros tan quebrantados, que nunca volvieron á en- trar en Asturias , tubo D. Alonso tiempo para emple- arse en los negocios á que le llevaba su grande devo- ción , y celo del culto Divi-

// miro construxit opere ^&c El mismo Rey en una dona- ción que hizo á la Santa Igle- sia de Lugo , cuya data en el egemplar , que existe en la Iglesia de Braga , es la Era de 868. y en el que se guarda en Lugo la de 870. á entender haberse ocu- pado en esta obra luego que comenzó á reynar : Has ita- que , dice , cum obtinuissem Provincias . . . placuit meo ánimo , ut Regium solium in O veto cotifirmarem , ¿? ibi Ecclesiam construerem in honor em SanSii Salvatoris. Acer-

I 76 España Sagrada. 4 Acerca del mismo Obispo Theodemiro nota Morales , que era titular so- lamente,/que vivia en Ovie- do , como otros muchos , de quienes dice dará razón en tiempo del Rey D. Alonso el Magno. En este Reynado habla del Concilio de Ovie- do , que se celebró entonces; y afirma, que muchos de los Obispos que asistieron á él, eran de los que comunmen- te llamamos de Anillo, y co- mo los que habia en Ro- ma de las Ciudades que los Árabes tenían ocupadas en Asia. Yo no hallo funda- mento para decir , que estos Obispos eran propriamente titulares , esto es , consagra- dos desde su principio p:ira Ciudad sin Clero , ni pueblo Christiano , y poseída de enemigos de la Religión , que les impidiesen el egercicio Pastoral. Aún los que se ha- llaron en el referido Conci- lio testifican de mismos, que fueron molestados de los Moros en sus proprias Sedes : Nos vero in nos tris (Sedibus) nimium inquieta- ti ; lo que no puede verifi- carse sin haber tenido ad- ministración adual , y por consiguiente Clero , y Fieles

Trat. 69. Cap. 1 1. que compusiesen su Iglesia- Consta también de las mis- mas Adas , que se les señala- ron tierras en Asturias con que pudiesen mantenerse quando concurriesen á Con- cilio , y aun sustentar sus respedivas Sedes. Finalmen - te , aun mientras residían en Oviedo gobernaban desde alli los Obispados que esta- ban fuera de los montes de Asturias ; imitando en esto á los Obispos que desde Roma cuidaban de todo lo que conduela á la administración de sus Sillas ; Roma namque. 0.b hominihus ísdifícata , si' mili modo plures habet Epis-- copos , qui foris prasunt.;, & proviiient decenter suis Sedih'ts, Por todo lo qual se falsifica lo que dice Mora- les ; y los Obispos que se ha- llaron por estos tiempos en Oviedo , deben tenerse por Obispos con Sede , Iglesia, y jurisdiccioM adual ; y lo mas qie podrá verificarse de alguno , es haber sido expe- lido de la Ciudad , en que residía ó tenia su Silla , por el odio y molestias de los Árabes , lo qual no basta pa- ra que un Obispo se diga propriamente titular.

< Hablando deterroina- ^ da-

Obispos de Calahorra, Theodemiro. 177 damente de los Obispos de tos , y!.vasos sagrados. Su da-

Calahorra , no se sabe que estubiesen de asiento en la Ciudad de Oviedo ; antes bien es mas verisimil lo con- trario , pues no S2 hallan los nombres de Theodemiro , y el succesor, sino en dos so- las Escrituras, y faltan am- bos en la Consagración de la Iglesia de Oviedo, la qual se hizo con la mayor solem- nidad , y con asistencia de los Prelados que estaban en Asturias,

RECAREDO.

, For los años 812.

I La memoria de este Prelado se halla en una Es- critura , que existe en Ovie- do , por la qual el Rey D. Alonso con las mas devotas y piadosas expresiones con- firma lo que su Padre Froüa habia dado á la Iglesia de S. Salvador , y la ofrece nuevamente el Atrio cercado con muro , que el mismo D. Alonso acababa de hacer al rededor de ella ; y asimismo el aquedudo , casas , y otros edificios que habia fabrica- do en aquella Ciudad ; y fi- nalmente , varios ornamen- to»!, xxxuu

ta es en esta forma : Fa- £ía Scriptura testamenti^ vel confírmationis die XF'l, KLDS. Decembris. Era DCCCL, Y subscriben lúe- go el Rey , y algunos Obis^ pos, de los quales soloRe- caredo expresa su Sede con estas palabras : Reccaredus Calagurritana Sedis Epis^ copus.

1 En esta misma Escri- tura se lee una clausula no- table , en que se m?nciona la pérdida de España , y el año en que sucedió. Creo no se ha publicado hasta aho- ra ; y por eso , y por ser tan importante , me ha pareci- do ponerla aquí. Et quia tu es Rex Regum regens cce^ lestia , simidque terrestria^ diligens intemporaliter jus- titiam , temporaliter vero terrarum populis pro obti^ nendü justitia distribuís Re~ ges , ¡eges , atque judicia; cujus dono Ínter diversarum gentium regna non minus in terminis Spanite clara refuU sit Gothorum vi&oria , sed quia te offendit eorum prce- potens jaciantia in Era. DCCXLViUL simal cum Rege Roderico regni amisit gloriam,

z VI-

178 España Sagrada,

V I V E R E.

^ño de 871.

I En el Libro Gótico de S. Millan , fol. 109. se halla una Escritura , de la qual hablan Garibay en el lib. 9. cap. 22. Sandoval en la Historia de dicho Monas- terio ,£01.44. y Yepes sobre el año 871. y es donación que hicieron al Monasterio de S.Vicente de Ocoizta el Obispo D. Vivere , los Seño- res Arroncio , y Tello , el Abad Pedro, Alaquide Pres- bytero , Vitulo su sobrino, y D.Oélavia , madre del Obis- po. No se determina el titulo de éste en la Escritura ; pero indicándose en ella que resi- día en la Provincia de Ala- ba , á donde sus ascendien- tes se habian retirado en tiempos anteriores desde la Ciudad de León ; y cons- tando también , que las Igle- sias de que hace donación juntamente con su madre , y demás parientes , eran de lugares de la misma Provin- cia ; y en fin , no hallándose su nombre en el Catálogo de otra Iglesia , parece muy verisimil , que su Obispado

Trat.69. Cap. II. no fue otro que el de Cala* horra.

2 Argaiz le pone en la serie de los Obispos de Ar- mentía; pero esta Sede no se estableció hasta que cesó el titulo de Calahorra , y la Diócesis se dividió en dos, que fueron las de Alaba, y Nágera. La permanencia del expresado titulo consta del fragmento del Cod. Ms. de D. Pelayo , impreso en el tom. 14. de laEsp. Sag. pa- gin. 401. donde á los Obis- pos de Zaragoza , y de Ca- lahorra se señaló la Iglesia de S. Maria de Solis , para que se sustentasen de sus rentas qnando asistiesen á los Concilios de Oviedo, yfi Ccesaraugustanensem Epis^ copum , ÍB Calagurritanen- sem Episcopum Ecclesiam.S, Marice de Solis, Y habién- dose hecho esta asignación en el año de 900. como se estableció en el tom. 19. pag. 103. se colige , que en el año 871. duraba el titulo antiguo de Calahorra.

Excluyese Severo , Esteban, y Gomesano.

3 No hay documento por donde conste que el Obispo

de

Catálogo de los Obispos de Calahorra, 179

de Calahorra asistió á la Consagración de la iglesia de Santiago , ó al Concilio que se celebró once meses después en Oviedo , sin em- bargo de que estos ados fueron solemnísimos , y se autorizaron por todos los Prelados que residian en As- turias en aquel tiempo. Solo se sabe por el testimonio que he exhibido del Cod. de D. Pelayo , que entonces se continuaba la succesion de los Obispos de Calahorra, ignorándose el nombre del que presidia en esta Sede.

4 Trelles en su tom. de las Asturias ilustradas, pag. 293. pone traducida al Castellano una Bula , que di- ce existir original en el Ar- chivo de Oviedo , con su se- llo , y copia en pergamino, y haberse expedido por el Papa Juan VIII. á 17. de Sep- tiembre en el año quinto de su Pontificado , á petición de D. Alonso el Magno , y en favor de la Catedral de S. Salvador de la expresada Ciudad. En ella se expresan muchos Obispos , que gober- naban al tiempo de la data, y entre ellos el de Calahor- ra , llamado Severo ; por donde parece, que podemos

añadir este nombre al Catá- logo de la Santa Iglesia Ca- lagurritana.

5 Pero acerca de esta Bula se me ofrecen algunos reparos de mucho peso, que me persuaden no tiene la au- tenticidad correspondiente, según la copia que publicó el Escritor citado. Afirma ea ella el Pontífice , que tubo noticia de la bondad de D. Alonso por los dos Legados que este Rey le dirigió , lla- mados Severo , y Sidérico. De estos hace también me- moria el Chronicon de Sam- piro en la copia de D. Pe- layo , quien igualmente tes- tifica, que D. Alonso, recibi- das las Cartas del Papa , se- ñaló dia para la Consagra- ción de la Iglesia de Santia- go , y para celebrar el Con- cilio de Oviedo , como se hi- zo con asistencia de los Obis- pos , y Caballeros , que alli se nombran. De aquí se co- lige , que el Pontífice Roma- no , á quien se atribuye la Bula , era el mismo que go- bernaba la Iglesia , quando se celebró la dicha Consa- gración. Este, según laChro- nología que el Rmo. Florez propuso con buenos funda- mentos en el tom. 19. pag. Z2 94.

1 8o España Sagrada. 94. y sigg. fue Juan IX. que fue ensalzado al Trono en el año de 898. cerca del mes de Julio , y presidió solo hasta fin del mismo mes del año de 900. En este supues- to , es falsa la data de la Bula que ofreció Trelles ; por- que señala el año quinto del Pontificado del Papa Juan, y éste no gobernó la Ij^lesia sino por espacio de dos años,

6 Aún es mucho mas gra- ve otra dificultad , que voy á proponer , relativa á los Obispos , cuyos nombres se expresan en la misma Bula. Estos son Cigila de León, Ri- cimiro dePalencÍ3,Oveco de Oca , Severo de Calahorra, García de Pamplona , Seve- ro de Tarazona , Eledo de Zaragoza , Polimio de As- torga , Manioc Britonen- se , Nitigio de Lugo , Rici- la de Iria , Virmundo de Orense , Savarico de Tuy, Viétor Dumiense , Rosendo de Viseo, Romano de Lame- go, Lucencio de Coimbra, Avito de Salamanca , Bradi- 11a de Avila , Sintila de Se- govia , Agila de Siguenza ,y Gómelo de Oviedo. Cote- gense ahora estos Prelados con los que D. Pelayo pone en el Chronicon de Sampiro,

Trat, 69. Cap, 1 1. presidiendo en sus respe^íli- vas Sedes , quando D. Alon- so recibió la carta del Papa Juan , que trae también á la letra , aunque mas compen- diada , el mismo Chronicon; y se hallará , que la Bula nombra mayor número de Prelados, y estos de nombres muy distintos en las Sedes, que ambos Instrumentos mencionan. Dice asi D. Pe- layo en su interpolación: yisis itaque Rcx epistolis^ magno gaudio gavisus est» Tune constitu'U diem Conse- crationis jam di£i¿e E cele- si ¿e , sive & Concilium cele^ brandum apud Ovetiim cum ómnibus Episcopis , qui in illius erant Regno. Hi sunt Joannes Aucensis , yincen- tius Ligionensis , Genadius Astoricensis , Hermenegil- dus Ovetensis , Dulcidius Sahnanticensis , Jacohus Cauriensis , Naustus Conim' brfcensis , Argimirus Lame- censis , Theodoriciis l^isensis^ Gumadus Portugalensis ^Ar- gimirus Braccharensis , Di- dacus Tudensis, Egila Au' riensis , Sisnandus Irien- sis , Reccaredus Lucensis^ Theodesindus Britoniensis^ & Ekca Casaraugustanus Episcopus ibi interfuít*

De

Catalogo de los Oblsp 7 De aquí se colige, que si la Bula del Papa Juan fue- ra legítima y autentica en la forma que la publicó el Autor de las Asturias ilus- tradas , deberíamos enmen- dar no solo el Chronicon de Sampiro , sino también los Catálogos que se han publi- cado en la Esp. Sag. en lo respeclivo á los Obispos que se establecen en el tiempo de la Consagración de la Iglesia de Santiago , y del Concilio de Oviedo. Mas ha- biendo yo examinado con diligencia qué Prelados te- nían entonces las Sillas Epis- copales , á fin de averiguar si debía anteponerse la Bula al Chronicon de Sampiro ,he descubierto , que los Obis- pos expresados en éste se mencionan también en otros documentos irrefragables, que pueden verse en esta misma Obra que continúo. De este antecedente , y del reparo pri-mero que he pro- puesto , vengo á inferir , que la Bula del Papa Juan con- forme está publicada por Trelles , no es autentica ; y que por tanto no debe ad- mitirse su autoridad para po- ner en el Catálogo de la Santa Iglesia de Calahorra

os de Calahorra. 1 8 i el nombre de Severo.

8 Los que leyeren al M. Argaiz , y á Tejada , se per- suadirán fácilmente á que el Obispo que presidia en Ca- lahorra en tiempo del Con- cilio de Oviedo se llamaba Esteban ; pero tengase pre- sente , que ni las Adas del Concilio , ni los Autores que se citan , comprueban esta especie , la qual no tiene realmente otro origen que el Chronicon de Hauberto. De la misma cabeza que es- ta Obra fingida tubo su na- cimiento D. Gomesano , de quien los referidos Escrito* res creyei'on haber sido suc- cesor de Esteban , y parien- te de D. Sancho García, Rey de Navarra.

9 El titulo de Calahorra se conservaba todavía en el año de 900. como se justifi- ca con el testimonio citado en el num. 8. de la asigna- ción de Parroquias , hecha después del Concilio de Ovie- do , en que el Obispo de es- ta Iglesia se llama expresa- mente Calagurritanense. Pe- ro se ignora si lo gozaba aún en dicho año D. Vivera, ó si por muerte suya había entrado D. Munio , de quien trataré en el Catálogo de la Igle-

1 8 2 España Sagrada. Iglesia de Alaba. Lo que lengo por constante es , que eu el siglo décimo cesó el referido titulo , no ha- llándose expresado en me- morias, ó Escritores , hasta el año 1045. en que se con- quistó la Ciudad de Cala- horra. El qual silencio se

Trat. 59. Cap, 11.

originó de que ganada la Rioja á los Moros por los Reyes de Navarra , se divi- dió esta Diócesis en dos Obispados distintos , perte- neciendo también su terri-. torio á dos Monarcas di- versos , como se verá en adelante.

CAPITULO XII.

ESTADO MISERABLE A QUE FINO

la Iglesia de Calahorra en el siglo décimo.

^i T?L año de 922. fue .. Slá la época feliz en que casi toda la Diócesis de Ca- lahorra salió del triste cau- tiverio que habia padecido por el espacio de dos siglos enteros. Debióse este gran beneficio al glorioso Principe Don Sancho García , Rey de Navarra , de quien el Chro- nicon de Albelda testifica ha- ber conquistado todos los Castillos que ocupaban los Moros desde Nágera hasta Tudela. En el año 923. se continuó la misma felicidad, por las empresas de Don Garcia ,hijo de Don Sancho, y de Don Ordoño , Rey de León , conquistando el pri- mero á Viguera , y el segun-

do á Nágera , Plazas muy fortificadas , asi por su sitio, como por los gruesos presi- dios con que los Moros las tenian guarnecidas.

2 No tocó esta prospe- ridad á Calahorra ; pues aun- que el P. Moret en el lib. 13. de sus Anales , cap. 2. se in- clina á que esta Ciudad sería comprehendida en las con- quistas de Don Sancho ^ es constante , como confiesa es- te Autor, que ninguna me- moria se halla de una po- blación tan ilustre, ni cómo ganada de los Christianos, ni tampoco cómo perdida de ellos en los años siguien- tes , en que estaba cierta- mente en poder de los.In- fie-

Estado de la Iglesia de Calahorra. 183 año de Christo 932. fue des-

fieles. Ni es de estrañar , que Don Sancho García no reco- brase de los Moros esta Ciu- dad , habiéndoles ganado otras fortalezas ; porque la conquista de Calahorra se hacía tan difícil: , que ella sola era bastante empresa para un Rey desembaraza- do , y podero.so. Por esta causa vemos , que enmedio de haber tenido la Navarra después del año 922. otros Reyes del mas encendido celo por la Religión , y del mas firme tesón en la guerra contra los Árabes , princi- palmente D. Sancho renom- brado el Mayor , Calahorra perseveró en su infeliz cau- tividad hasta el año de 1045. en que el Rey Don García, libre de otros cuidados , la tomó por asalto ,y no sin es- pecial asistervcia del Cielo.

3 No ;30Ío no se redujo esta Ciudad á mejor estado con las conquistas referidas, sino que padeció un trabajo mucho mas sensible que ios que había padecido en los dos siglos pasados desde la entrada de los Paganos. En el Archivo de esta Santa Iglesia hay una memoria, que he leído , por la qual se sabe que en la Era 970.

truido el Tem-plo , que aquí tenían los ■Christianos,por un Árabe , cuyo nom.bré era Almorrid, El P. Moret sos- pecha , que este- bárbaro se ría enviado por Abdef rai- men , Rey de Córdoba , fin de que con las fuerzas de Abenhaya , qué goberna- ba á Zaragoza , se apodera- se de Calahorra ; pero ade- más de no haber fundamen- to para afirmar que esta Ciudad se hallaba poseída de Christianos , no hay ves- tigios en nuestros Historia- dores por donde se descubra que el Rey de Zaragoza ern- prehendió alguna conquista en el territorio de esta Dióce- sis. Aütes bien reflexionando el estado de Abenhaya por estos em. pos, encuentro que hasta los Castillos ; y fortale- zas de su jurisdicción se ha- bían levantado contra él; por lo que D. Ramiro II. le hizo la merced de sujetárselos, después que el mismo Aben- haya se puso bajo de su obe- diencia, haciéndose tributa- rio del Rey de León , como dije en el tom. 31. pag. 141. Es.pues , mas verisímil qiíe Almorrid era Prefedo de Ca- lahorra , y que .'deseando» ven-

184 España Sagrada, Trat. ó'p. Cap, 1 1.

vengarse de los prósperos lia. Pero tengase entendida.

sucesos que por aquel terri- torio cercano á su Ciudad tenían los Christianos , vino en destruir las Iglesias de los Muzárabes , por cuyo medio pensaba también asegurarse mejor en la posesión de Ca- lahorra.

4 Fundándose el cit. P. Moret en la congetura de que el Rey D. Sancho de Navarra ganó á Calahorra, y viendo que las donaciones hechas en su Reynado , y en el de su hijo D. Garcia , es- táa firmadas de los Obispos Bivas, Oriolo , y Theodemi- ro , al mismo tiempo que de Pamplona , y de Aragón lo eran D. Basilio , y D. Iñigo, escribe, que aquel nuevo nú- mero de Prelados significa la restauración de varias Cate- drales , de las que presume fueron Calahorra, y Tarazo- na. No se contentó con los términos de congetura y pre- 5)ancion el Do¿t. Tejada , sino que se adelantó á escribir en la pag. 34 1. que en el año 922. firmó D. Theodemiro con titulo de Obispo de Ca- lahorra una donación del Rey D. Garcia Sánchez , que trae Sandoval , copiada del Tum- bo de S. Millan de la Cogo-

que en ninguno de los Ins- trumentos del Monasterio de S. Millan se expresan las Sedes de aquellos Obipos ; y que por esta razón no pue- de saberse con certeza á qué Iglesias deben atribuirse.

S Lo que se puede afir- mar como cierto, es que los Obispos que subscribían las Escrituras , y andaban en compañía de los Reyes, ha- cían el oficio de Consejeros, y alentaban á los Soldados á pelear en defensa de la Fé, y por la restauración de la Patria , cuidando juntamen- te de consagrar para el cul- to Divino las Mezquitas de los Moros, y de restablecer en los pueblos elChristianis- mo. Es también muy veri- símil , que los mismos Obis- pos tendrían el titulo , y go- bierno de alguna de las Iglesias situadas en el terri- torio que los Reyes de Na- varra sacaron del poder de los barbaros , logrando entre todas este beneficio , las que desde los primeros siglos ha- bían sido Catedrales como la de Tarazona , que se con- quistó por estos tiempos. Mas hablando de Calahor- ra , soy de didamen., que si al-

Estado de la Iglesia de Calahorra, 185 alí^üno de los referidos Obis- recien librado de la barba- pos fue titulado de su Sede,' esto no fue por haberse res- taurado su Iglesia , sino para mantener su tituio antiguo, como es ereible haberse con- servado hasta la conquista estable Nágera , cuya Si^ lia fue erigida en lugar de la Calagurritana.

RESTAUR^^CIQN BEL

Monasterio de 'S.CohmhUy

■junta d Trido ^ y f'indct'

cion d¿l de San /llar t tu

de Albelda,

6 Orando la S. Iglesia de Calahorra padécia en el siglo diez la. mas estrecha esclavitud qie acabo de re- ferir , se vio resucitar en la Rioja , que es la mejor parte de su Diócesis , aquel feliz estado de paz , y ; religión que experimentaron sus Na- tuiaies antes de la irrupción de los Moros. Porque no so- lo fueron estos echados de tados los pueblos comarca- nos , sino que se estableció un nuevo Obispado en la Ciudad de Nágera , y se eri- gieron indignes Monasterios, cuyos Monges ilustrarou grandemente con su virtud, y dodrina todo aquel país Tom.XXXlIÍ.

rie , y tinieblas que le opri- mieron por doscientos años. El primero fue el de S. Co- lumba , situido en un pue- blo , que hoy se dice S. Co- loma , y fue antiguamente arrabal de la famosa Ciudad de Tricio en los Berones. El M. Yepes hace memoria de este Monasterio al año 923, afirmando , q^^e fue erigido muchos años antes del ex- presado, ei que pone sa H 3- toria. Confiesa su ignoran- cia sobre el tiempo de su fundación , y dice , que no tenia cosa segura hasta el ano 923. en que D rn Ordo- ño II. dio su privilegio para la restauración del mismo Monasterio , entregándole al Abad Senoniano , y demás Monges que moraban en él haciendo vida santa. Por es- ta razón recurre á solas con- geturas , y se inclina á que fue edificado en sus princi- pios por algunas Monges Cordobeses , que huyeron de la persecución de los Infie- les,y se retiraron á la Rioja. 7 El P. Moret , al año de 1046. sigue la apinion de Ye- pes quanto á adjudicar esta obra á los Monges de Cór- doba ; pero confesando tam- Aa bien

iS6 España Sagrada. bien , que ignoraba el tiem- po de su fundación , tiene por verisímil , que ésta fue acia la entrada del Rey Ab- derramen el Tercero, en que parece había comodidad , y disposición en la Rioja para labrar Monasterio , por ha- berse conquistado este país en aquellos años por el Rey D. S Micho de Navarra.

8 No tubieron los Auto- res citados otro fundamen- to para atribuir la fundación de este Monasterio á los Monges de Córdoba , que el enár dedicado a la gloriosa Virgen , y Martyr Santa Co- lumba , de quien juzgaron tí'on Ambrosio de Morales ^er la Religiosa del Monas- terio T ibanense , cuyo mar- tyrio refiere S. Eulogio en su Memorial , y cuyas Reli- tjuias creen haberse trasla- dado á la Rioja. De este punto trataré después lar- gamente escribiendo de los Sontos',que pertenecen á la Diócesis de Calahorra , y frustraré con razones muy eficaces, que la S. Virgen , y Alai ryr , cuyo cuerpo se ha venerado desde siglos muy peniotos en la comarca de Tricio.,' es :mucho mas an-» ligua queíia Martyr de Cor-^

Trat.óg, Cap. 12. doba del mismo nombre. Quanto á la fundación del Monasterio , tengo también por cierto haber precedido á la venida , y dominación de los Árabes , lo qual se prueba fácilmente con solo representar , que Tricio , y su comarca estubo tan do- minada de los Moros desde su entrada en España , hasta que los Reyes D Ordoño II. de León , y D. García de Na- varra aseguraron establea- mente las Plazas de Nágera, y de Viguera , que jamás se verificó la oportunidad , y disposición que requería el establecimiento de un nue-^ vo Monasterio , que sirviese de acogida á los Monges que huían de Córdoba. No dudo la probabilidad de que él Rey D. Sancho conquistó cerca del año 914. parte de la Rioja , y que en ésta se* incluyó Nágera, como se co- lige de dos Escrituras , que mencionaré luego hablando de esta Ciudad. Pero tam- bién es indubitable , que aq'-ii se limitaron las con- quistas de este Rey , y que los Moros quedaron posee- dores de todas las cercanías, por cuya razón no tubo por entonces estabilidad aquella con-

Estado de la Iglesia de Calahorra» 187

conquista , sino solo por el breve espacio de quatro , ó cinco años. En cuyo supuesto ya se deja percibir la inve- risimilitud de que los Mon- ges de Córdoba edificasen Monasterio , y colocasen el cuerpo de S. Columba en un sitio nada fortificado , qual era el pequeño pueblo , que hasta hoy se dice S. Colo- ma , y además de esto cer- cano á los Moros , y expues- to a riesgo próximo de per- derse , como efectivamente se perdió muy presto. El mismo Analista de Navarra reconoció, que no se halla Instrumento , ni memoria concerniente á las Plazas que Don Sancho tomó en aque- lla ocasión , y respediva á los pocos años que duraron en su poder , cuyo defedo no puede atribuirse á otro motivo que el de haber que- dado estas tierras sumamen- te arriesgadas á volver al dominio tiránico de los Mo- ros , que estaban por aque- llas cercanias. Asi , que la disposición del país , y en es- pecial la comarca de Náge- ra y no era acomodada para labrar entonces Monasterio, y depositar Reliquias de Santos ; ni se puede presu-

mir , que los Monges de Cór- doba andubiesen tan indis-, cretos que eligiesen este si- tio dejando otros incompa- rablemente mas seguros de Navarra , y de las tres Pro- vincias de Alaba , Vizcaya; y Guipúzcoa.

9 Desde la irrupción de los Árabes parece se mantu- bo este Monasterio con al- gunos Monges , aunque el pueblo de S. Columba esta- ba desamparado de losChris- tianos , los quales se retira- ron huyendo de los Barba- ros , como dice el Privile.qio de D. Ordoño. Ello es , que las Reliquias de la Santa per- manecieron alli en tiempo de los Moros , ni hay memoria de que se trasladaron á otra parte. Además de esto , el referido Privilegio está con- cedido al Abad Senoniano, y á los demás Monges , que vivian con él al tiempo de la conquista de Nágera ; y juz- go que se llama asi el Abad, no por ser éste su nombre proprio , sino por razón del Monasterio , que se apelli- daba Senoniano , como tam- bién todo aquel territorio de S. Columba se decia de Se- nonas , por las razones que expondré quando trate de Aa 2 es-

i88 España Sagrada» esta Santa. Pero sin embar- go , habiendo estajo esta venerable casa dossiglos en- teros en poder de los Paga- nos, se hallaba muy pobre de bienes temporales , asi para el sustento de los Mon-^ ges , como para el culto de Dios , y de su Sierva S. Co- lumba , cuyo cuerpo pose- ían.

I o Considerando , pues, el Rey D. Ordofio la necesi- dad , y santidad de este sa- grado lugar , creyó que no podia hacer obra mas pia- dosa, con que testificase me- jor su agradecimiento al fa- vor del Cielo , que acababa de recibir en la conquista de Nágera , una de las Pla- zas mas fuertes de los Mo- ros , que si restauraba aquel antiquísimo ?vIonasterio, po- niéndole en toda perfección, y observancia ivíoná>tica , y dotándole con la munificen- cia que le era posible. Y fue tan pronto y tan libe- ral en. la egecucion de este santo deseo , que estando aún en el Castillo recien ga- nado , firmó el Privilegio de dotación á 21. de Odubre del año, de 923. por el qual señaló los términos del Mo- nasterio , y le dio toda la

Trat, 69. Cap. i 2. hacienda que era menester para el culto de Dios , sus- tento de los Mondes, y aun de todos los pobre? y peregri- nos que llegasen á sus puer- tas.

II En el mismo año de 923. y según se presume á 1 1, de Noviembre , conquis- tó el Rey D. Sancho de Na- varra el Castillo de Viguera, que era también de los mas fuertes que los Moros tenian en la Rioja ; y en agradeci- miento de tan feliz suceso, fundó , y dotó en Albelda un Monasterio, que por aque- llos tiempos fue de los mas ilustres de la Christiandad. Dio el Rey la Carta de fun- dación á 5. de Enero del año siguiente de 924. y aunque Morales dudó si esta data se sacó bien en el Instru- mento , debe retenerse como legitima , pues se halla asi no solo en el pergamino, que se conserva en la Iglesia Colegial de Logroño , don- de yo copié esta Escritura, sino también en otro que vio Loaysa en el Archivo de Si- mancas ; y fuera de esto, el Rey dice , que daba aquel Privilegio en el año 20. de suReynado, y habiendo si- do su entrada en la Era 943. co-

. Estado de la Iglesia corro consta del Chronicon Emilianense , se verifica que ]a data fue en la Era 962. del modo que propone Mo- ret en el tom. i.desus Anal, al año 924.

12 En este Privilegio se describe con vivos colores el nuevo, y feliz estado en que fue puesta la Rioja , par- te muy principal de la Dió- cesis ae Calahorra , mante- niéndose esta Ciudad toda- vía en su cautiverio, en que perseveró hasta mediado el siglo siguiente. Porque des- pués de referir el Rey , como por los pecados de los Chris- tianos envió Dios sobre Es- paña á los Moros , gente pa- gana y barbara , que pose- yeron estis regiones, hasta que apiadado el Señor de la aflicción de su pueblo , se dignó reprimir la sobervia, y audacia de los Barbaros, prosigue contando sus vic- torias con estas alegres clau- sulas: Y ahora se ha servi- do Dios conceder á noso- tros , aunque indignos , vic- toria de sus enemigos , dán- doles el castigo. que m^erc- cian las obras de sus manos. Porque aqui en nuestras par- tes que riega el Ebro , he- ir-os tomado por ambas ri-

de Calahorra. 189 beras , favoreciéndonos la Divina clemencia , muchisi- mos pueblos , Ciudades , y Castillos, echando de ellos á los Infieles , á los quales por la providencia de Dios hemos obligado á vivir es- parcidos en diversos lugares no conocidos , conforme á lo que dice la Sagrada Escri- tura: Dispersi eos per om-^ nia regna mundi , qu¿e nes' ciu7it , S térra desolata est ab eis,

13 El pueblo , en que D. Sancho fundó en acción de gracias por el triunfo ob- tenido de la Plaza de Vigue* ra su insigne Monasterio, fue en el siglo anterior , Ciudad grande , y adornada con ex- celentes edificios por el fa- moso Árabe Muza , de quien traté en el Catálogo de los Reyes de Zaragoza, tom. 31. pag. 132. Este la puso el nombre de Albailda , que suena , según el Privilegio del mismo D. Sancho , lo mismo que la voz latina Al~ ba ; y llamóla asi , por lo vistoso y hermoso de sus casas y palacios. Pero duró tan poco esta población ilus- tre , que se vio arruinada por D. Ordoño el I. casi al miis- mo tiempo que Muza acabó de

I po España Sagrada, de engrandecerla. Desde en- tonces se mantubo reducida á pocas casas , y se tenia co- mo arrabal de Viguera , Ciu- dad bien fortificada por los Moros.

14 Erigióse el Monaste- rio con Ta advocación de S. Martin Obispo, y Confesor, y de aquí ha nacido el cre- erse , que aquella célebre victoria de Viguera se alcan- zó en el dia de este Santo. El número de Monges que aqui vivieron fue muy cre- cido ya en los principios. Por- que habiéndose fundado el Monasterio en el año 924. te- nia en el de 950. no menos que doscientos , como se lee en un testimonio muy expre- so de Gomesano , Abad del Monasterio Hildense , sito cerca de Pamplona, el qual por ruegos de Gotescalco, Obispo de Anicio en la Aqui- tania , copió la Obra que compuso S. Ildefonso , De laude virgiiiítatis SandicS Maricü perpetu¿e ^irginis; y en la portada del Códice puso estas palabras : Ego ¿juidem Gomesanus ^ licet in- dignus^ Presbjteri tamen or-

Trat, 6q, Cap. 12.

diñe futicíus in finibus Pam^ peloniiv Abha Hildense in ar- chisterio , infra atria sacra ferens Reliquias Sandii , ac beatissim i Martin i Ep iscop i regulariter degens sub rC" g i mine videlicet Dulquin- ti Abbatis inter agmina Christi servorum ducento- rum fere Monachorum , Se. 15 El Cl. Mabillon hace memoria en sus An. Bened. sobre el año 950. del Abad de Albelda expresado en el testimonio de Gomesano con el nombre de Dulquinto; y entiende , que los doscien- tos iMonges que éste gober- naba , eran de diferentes Monasterios sujetos á la Aba- dia principal de Albelda. Mas no se ha de interpretar asi aquel número , sino de Mon- ges que vivían en solo el Monasterio Albeldense , co- mo se demuestra por los versos que el Monge Vigila puso al fin del Códice de los Concilios , que existe hoy en S. Lorenzo del Escorial, donde rogando á Dios por toda su venerable Comuni- dad , dice :

Unaíim post illuc uniti jugiter ipsis conlatemur Angelorum ctettu

Eoo

Estado de ¡a Iglesia de Calahorra. ipi

Eoo instar turma cent ¡es bina Coenobii Albelda plurimum candida.

16 A vista de ser tan crecido el número de Mon- ges que vivían en Albelda, y el sitio , en que estaba el Monasterio, muy corto y es- trecho , causa mucha admi- ración y espanto á todos los que reconocen los vestigios que permanecen , la pobre- za y espiritu de los Siervos de Dios que le habitaron. Porque se ha de notar , que el lugar de Albelda está , co- mo dice Ambrosio de Mora- les , sobre una montaña toda de yeso , y también de otra peña fosa , y muy blanca, que está debajo , llamada por los Naturales Salagona. Labranse en ella no solo cue- vas , como en Madrid , y en Guadalajara, sino aposentos formados , y casas enteras, quando pueden tener un la- do derecho de peña tajada á donde se saquen las luces. El Monasterio, pues , de Al- belda estaba situado sobre un gran trecho de e^ta peña tajada , que cae sobre el rio Iruega , y en él tubitron los Mcnges hechas sus celditas con solo cavar la peña , y

dejar sus ventanillas , como ahora se veen sobre dicho rio. Por esta disposición de las celdas, dice el M. Yepes, que se espantó pasando por Albelda de que pudiesen los Monges vivir en aquel sitio , mas acomodado para nidos de palomas , y otras aves , que para aposentos de Religiosos. También el cita- do Morales compara los aposentos con los huecos, en que las palomas ponen su nido : y es de creer , que cada uno de aquellos santos Monges , asi como se pa- recía á estas aves en la vi- vienda , asi también mere- cerían su nombre, por la sin- ceridad y pureza , y por la fidelidad y amor con que despreciados los otros bienes vivían adheridos á solo Dios. 17 Por los años de 960. floreció en este Monasterio un Monge insigne, llamado Salvo , que fue succesor de Dülquinto en la Abadía. Su vida , y preciosa muerte se lee en el tom. 2. de la Esp^ Ilustrada , pa^;. 16. y en el tom. 3. delosConc.de Agu ir-

ip^ España Sagrada. re, pag. 83. y está reducida á este breve elogio. Salvo, Ab.id del Monasterio de Al- belda, Varón puüdo en el len;:íiiage , erudito en la ciencia , elegante en las sen- tencias , compuesto en .las palabras , escribió un Ubrito, que era regla para sagradas Virgines , hermoso en el es- tilo , y claro en la verdad del asunto. Compuso con grande eleí];ancia Hvrnnos, Oraciones, Versos , y Misis; y su estHo en estas Obras es tan devoto , que causa mucha compunción , / sua- vidad en los ánimos de los que lo leen , ü oyen. Fue pe- queño de cuerpo , y flaco de fuerzas ; pero de espíritu muy eficaz, y ardiente. ;Oh, qué palabras sallan de su bo- ca mas ddlces que la miel, y que alegraban el cora- zón de los liombres mas que los vinos preciosos! M.irió en los tiempos del Christia- nisimo Rey Garcia , y del Obispo Theudemiro á 10. de Ftbrero en la Era de mil. Se aventajaba á todos en la doc- trina sana , y abundaba so- bre todos en las obras de caridad. Fue sepultado junto á la Basiüca de S. Martin , y á sus pies descansa también

Traf.6c).Cap. 12.

en paz su discípulo Velasco, Obispo.

18 Este ¡lustre Abad Salvo dejó en su Monasterio dos insignes discípulos lla- mados Vigila , y Sarracino, á los quales debe nuestra Es- paña gran parte de su eru- dición. Empleábanse estos dódos varones en aquel úti- lísimo egercici ), que según la regla de S. Ferriolo , es m'iy proprio de los Mjnges, y el que encarga S. Geróni- mo ,enseñind) á Rústico el método de vida que debía segUT : Scribantur l'ibri , iit

5 manus opcrentur cibum^

6 animuí leciione saturetur. En la Librería del Escorial se gaarda todavía el graa Códice llamado Albeldense, en que se contienen varias Obras , principalmente se- senta y un Concilios , y cien- to y una Epístolas Decreta- les ; todas las quales fueron escritas por los referidos Vi- gila ^ y Sarracino , y un dis- cípulo de Vigila , por nom- bre García. Acabóse de es- cribir á 25. de Mayo en la Era de 1014. ano de Chrísto 976. siendo Reyes de Na- varra D. Sancho , y D. Urra- ca , y reynando en Vigue- ra Don Ranimiro , de quien

Vi-

Estado de la Iglesia de Calahorra* 193

Vigila hace especial mención ert los versos. Asclepiadeos que él puso al fin del Códice, y yo pondré en el Apéndice del tomo presente , por no haberlos visto publicados , y darse en, ellQs un testimpniq. muy expreso de lo que de-, jp dicho , y de la devoción y sania curiosidad de los Monges del Monasterio Al-; beldense. Dijo con mucha' razón el.P. iMoret , que pa- ree^ echaba Dios su bendi- ción á los Monges de San Martin de Albelda , los qua- les se disponían para reci- birla , empleando el ¡tiem- po, quQ vacaban de 1^3 ala-¡

banzas divinas , en trabaj» tan santo y tan necesario eti aquellos siglos ; pues á poco!^ años de haberse fundado se escribieron Obras tan insig- nes como las que hemos re- ferido del Abad Salvo , y del Monge Vigila.

17 De este Monasterio s-t sacó también el libro de las Ordenes con el Oficio del Bautismo , y .sepultura que llevó á Roma Manió Obispo de Calahorra , y reconoció el Papa Alejandro II. en el nuevo examen , que enton- ces se hizo del Oncio Góti- co , que se celebraba en E>-, paña.

CAPITULO XIII.

ANTIGÜEDADES DE LA CIUDAD

de Nagera , é institución de su Obispado.

I O Eñalandose en un pri- C5 vilegio del Rey de León D. Ordoño II. la situa- ción del pueblo llamado de Santa Columba en la Rioja se dice , que este lugar, des- amparado de los Christia- nos por la persecución de los Árabes , estaba cerca de Tom. XXXUU

la Ciudad que antiguamen- te tubo el nombre de Seno- nas , después el de Tricio , y ultimrímente el de Nagera, De aquí coligen algunos la grande antigüedad de la po- blación que hoy llamamos Nagera , diciendo que su origen viene de los Celtas

1 9i:^ Esfáña Sagrada. 6'Francesés , qné' Componían }a quarta provincia Lugdu- «ense , cüyá Metrópoli era la Ciudad de Senonas , nom- bre que comunicaron al nue- vo pueblo , que futldaron en la- ré;;ron' lois 'Berones de España , la qual andando el tie mpo perdió su nombre antiguo , y tomó el de Tri- do , con que la mencio- nan los Geogra fos d'el tiem- po de los Romanos,

2 Estrabon dice expre- samente , que los habitan- tes de este pais , ó Berones, fueron parte de los Celtas, que vinieron á España , de cuyo origen traté en el tom. 32. probando con graves tes- timonios , que su nombre fue conocido en estas Provincias antes que. en 1^ Gaüa ,^ y ^ue por esta razón' no es tan fundado como se ha creido: comunmente el sistema , que establece ser nuestros Cel- tas ori;^inarios de los Galos. Mas suponiendo' ahora iW verdad de éste didamen , es invención de aquel siglo ig- norante Y baibaro^ en que reynó D. Ordoño , el nom- bre de éJertonas, adjudicado a N■áge^á' , ' y antéfior al Tricio ; y'- desconocido en esta región , y en los Escri-

Trat.6^. Cap, 13. tores por todos los siglos pre cedentes , como proprio de algún pueblo. Sin embar- go , pudo la dicha inven- ción originarse de este prin- cipio , que ahora expondré ú\ juicio de los hombres doc« tos. El' pueblo , que men- ciona el privilegio , como adyacente á Nágera, y ar- rabal suyo , tomó su nom- bre de Santa Columba, por venerarse en él sus Reliquias. De esta insigne virgen y martyr se creyó antigua- mente en España , que era la Santa , que en tiempo de Aureüano padeció en Seño- rías ( hoy Sens ) de Francia; por lo que los Breviarios de diferentes Iglesias traen su fiesta en el día 31. de Di- .ciemb're proprio ae laS^no- iiense. Véase Morales lib. * 14. cap. 21. y Florez tom. 10. pag. 414. En virtud de esta creencia puede pre- sumir , que el referido pue- blo se llamó Santa Columba de Senonas , y que por ser, como dice- el privilegio ci- tado, arrabal de la jurisdic- ción de Nágera , se vino á creei» que esta Ciudad tubo en sus principios el nombre de'Sfenonas: la qual conge- lura' , si es vercUdera como pa-

Antigüedades de la Ciiidad de Nagera. 195 parece , da nueva probabili- que la Ciudad de Nágera,

dad a, la opuiion , que sos- tiene la identidad de Santa Columba Scnonense con la venerada en el Priorato de su nombre cerca de Náge- ra , de lo qual trataré mas- largamente en su lugar. -^

3 Aunque el Priv.ilegio de D, Ordoño , y el Chro- nicon de Sampiro reducen el antigua Tricio á U Ciu- dad de Nágera , advierte el. Rmo. Florez en su Diserta-? cion de la Cantabria , que- no por eso se ha de pensar,^ que estas dos poblaciones- son indistintas , ó qiíe hu- bieron un mismo sitio, por-, que esta reducción no tiene otro fundamento, que la ve- cindad de los dos pueblos , y la mayor fama y nobleza á que vino en el tiempo de los Árabes la Ciudad de Nágera respedo deTricio,cuya gran- deza se disminuyó grande- mente después de los Ro- manos. Sin embargo de e^tñ advertencia mi juicio es, que asi el Privilegio , como Sam- piro, y otros Escritores ^ que hacen Ja expresada reduc- ción , se han de entender en sentido proprio , que sig- nifique la identidad de situa- ción. Porque es constante,

que mencionan los antiguos, pa es la que hoy existe con este nombre junto á upa ele* vadisima cordillera que 1^ domina , sino otra que estu-* bo mucho tiempo bajo e^ dominio de los Moros , y fue conquistada por D. Ordoño, la qual no fue población distinta de la de Tricio , si- no solo en el nombre , que inudó desde la entrada de. los- barbaros. Esta fue tras- ladada al sitio , que ocupa al presente , pocos años des- pués del 1042. en que el Rey D. Garcia de Navarra hizo aquel, maravilloso des: cubrimiento de la Imagen de nuestra Señora en el lugar donde se fundó el Monaste- rio de los PP. Benedictinos, quedando desde entonces es- ta Ciudad con el nombre Arábigo de Nágera , y el pueblo antiguo con el deTri- cio , que tubo en tiempo de los Romanos y Godos.

4 La voz Nágera, se lee de varios mo|dos en los an- tiguos. En el Archivo de la Santa Iglesia de Pamplona hay una escritura de la Era de 862. con esta firma : Sé- nior Fortunio Galindoiz in Nazera. En ün Privilegio de Bba D.

I9<5 España Sagrada, D. Aton<;o VIH. qué trae la Bibliotheca Clüniacense se t^cT\he Na±^^ra y y áe aquí se llarrian Nazarenos los ha- bitnntes de esta Ciudad en la Historia Compostelana ms. en el lib. r.cap.' 73. El Ar- zobvspo D. Rodrigo e^^cribe' i'épeiidas vetes Anagarum, La pronunciación mis co- mún es Najara y Naxara; pero elChronicon A'belden- se escribe este nombre con las mismas letras , con que a! presente !e pronunciamos-, porque hablando, de Sancho García de Navarra dice: Jdem cepit per Ca^.tnhrtam a N.igerens^ urbe' ús qué dS Tittelam omniá cci-^tra. '

5 Esta Ciudad , que con el nombre de Tricio fae muy populosa y noble en tiempo de los Romanos , llegó á ser fan estimada en iel Rey na- do de los Godos , que ha- biéndose instituido el Duca- do de Cantabria , fue elegi- da para asiento y corte de los Duques , como' afirma- el Arzobispo Don Rodrigo en el lib. 5. cap. 25. donde di- ce del expresado D. Sancho Rey de Navarra : Qui Reg- no Nüvarrcv Cantábrica ad- did^rat Principatum , S

Trat. 6g. Cap. i 3.

Regnum Navarras , S Co- ntitatiím Castcllce , S Vuca- tum Cantabria bellis inde- sinentibus mirnbiliter am- pliarat^cujiis Sedes fuit Ana- gnrum ab amiquo. Ni se es- traiíe , que el Arzobispo pon- ga por cabeza del Ducado de Cantabria un pueblo tan distante de los Cántabros que venció Augusto , porque como muchas veces se ha notado en esta Obra , no hay cosa mis fuera deques- tion , que haberse llamado Cántabros los Berones ó Rio- janos en tiempo de los Got dos , y h-iberse reducido ácjüel nombi'e á casi sola es- tá Región desde la irrup- ción de los Árabes , toman- do de ella los Reyes de Na- varra^ el titulo de Cantabria después que la conr^uistaron. 6' Los Moros* ocuparon á Nágera con las otras po- blaciones de la Rioja en los primeros años de su domi- íiácion en España ; y ésta fue un'a. de las pla¿as nias? fuertes 'que ' tubieron cerca de las riberas del Ebro. Mo- ret en sus Investigaciones lib. 3. cap. ro. pone dos con- qu'r^f;as. de Nágera antes de ía- que hizo D. Ordoño.. Atri-

Antigüedad de la C buye la primera al Rey D. Iñigo Ximenez segundo de este nombre , sin otro apo- yo ó autoridad que la de Luis del Marmol , que pone también la mmerte de aquel Principe en esta miism.a Ciu dad. Confiesa , que este Au- tor , en quien se funda, er- ró mucho en quanto al tiemi- po ; y él sostiene en sus Ana- les lib. 6. cap. 4. que falle- ció en el año 857, ó prin- cipios del siguiente. Pero este D, Iñigo , que según lo que establecí en el tcm. 31. pag. 359. no es distinto del que tubo el sobrencmibre de Arista , no peleó contra los IVloros fuera de Navarra , ni hay fundamento sólido pa- ra creer que este Rey no se extendió á la Rioja antes del Rey D. Sancho García , á quien el Chronicon de Albel- da adjudica grandes viéio- rias en ella diciendo , que ganó á los Moros todos los castillos , que tenia n por la Cantabria átsátNágera has- ta Tudel a,

7 Aun se puede dudar, si Nágera debe contarse en- tre las conquistas deD. San- cho , por DO saberse , si el Alongé Vigila la incluyó en ellas escribieiido , que este

h'dad de Ndgera* 1 97 Rey tomó todas las plazas y castillos , que hay desde la dicha Ciudad hasta Tu- dela. Morales , tratando de lo que escribe Sampiro so^ bre la jornada de D. Ordo- no á la conquista de Náge- ra dice: De Najara es está la primera m.encion , que en nuestras Historias halla- mos , y ro parece haya sido antes de agora de Christia- ncs después de la general destruicicn ; y asi se puede bien creer , que no se co- bró agora , sivo que se ga^ no de nueve. No obstante ha- cen muy prtbable , que D. Sancho ganó á les Moros e5ta Ciudad dos escrituras áei\ Monasterio de S. Millán en los folios 50. y 13. del Becerro, cuyas datas son de la Era 958. y 960, y ante- riores á la jornada de D. Ordoño , en las quales se dice , que D. Garcia hijo D. Sancho reynaba en Pam- plona y en Nágera. Por don- de parece que habiendo si- do conquistada por D. San- cho , volvió á perderse des- pués de la batalla de Val- dejunquera.

8 Pocos meses estúvola Ciudad en poder de les Mo- ros en esta ocasión ; porque vi-

I 98 España Sagrada, Trat. 69. Cap. i 3. viniendo D.Ordoño, llama- ron también los Reyes de D. Garcia

do de U. Vjarcia , para ayu- dar con su egercito á la conquista de ella , y de Vi- guera , y tomando á su car- go el cerco de Nágera , la ganó en el mes de 0¿^ubre de 923. Interim ^ dlcQ Sam- piro , nutitii venerunt ex parte Regís Garseani , ut illuc pergere* Rex noster su- prafatus ad dcbellandas ur- bes perfidorum. Hx tunt Nagcra S ¡Ceguera, Rex vero iter eait cum magno exercitu , S oppressit , at- que cepit supradi&am Na- geram , qu.'S ab anttquo Tri- tio vocahatur,

9 Conquistados los dos pueblos con sus castillos, que eran de la mayor im- portancia , y echados los Moros de la sierra meri- dional de la Rioja , y de las faldas de Moncayo , y co- marcas de Agreda , y hallán- dose en ñn libre de los in- fieles , y casi con entera de- fensa y seguridad toda esta tierra á «xcepcion de Cala- horra , pareció necesario restaurar la Sede Episcopal, colocándola en Nágera , por ser entonces el pueblo mas crecido, que tenian losChris- tianos , ai qual «ondecora-

de Navarra , tomándole desde este tiempo en sus escritu- ras por nuevo titulo , que agregaron al de Pamplona. Ni se piense , que la erec- ción de esta Silla fue resti- tución de la que antes hu- bo en Tricio , como le pare- ció al célebre Agustiniano Gerónimo Román , cuya His- toria Eclesiástica ms. cita Yepes en la cent. 6. aíio de Christo 1052. cap. 3. porque la Cátedra Episcopal de Tri- cio es no menos fabulosa, que la que el iM. Argaiz pu- so en Nágera , fundada e^ los principios de la Iglesia, y distinta de la de Tricio. Sin embargo pues de no ha- ber existido jamás Obispo en estos pueblos , que siem- pre reconocieron a Calahor- ra por cabeza suya en lo civil y eclesiástico desde que la Vasconia se dividió en dos Obispados , se puso la S^áo. en Nágera por estar la Capital antigua ocupada de los Moros.

10 El M. Yepes en el lu- gar citado cap. 2. dice , que D. Sancho el mayor fue el que acrecentó y ennobleció á NágerA , asentando en es- ta Ciudad su Corte , y eri- gien-

Antigüedades de la Ciudad de Ndgera, 199 giendo también en ella la titulo de Nágera en la Era Silla Episcopal , cuyo pri- mer Obispo cree haber sido D.Benito. Olvidóse sin du- da este Autor de lo que es- cribió en el tomo preceden- te al año 950. c. 2. y de la escritura que puso en el Apend. num. 10. donde se ve confirmándola un Obispo con

Asi que debe ponerse la institución de esta Sede en el Reynado de D.Garcia, y cerca del año en que se hizo la conquista de la Ciu- dad , desde cuyo tiempo te-- nemos memorias de los Obis-' pos siguientes.

CAPITULO XIV,

CATALOGO DE LOS OBISPOS

de Nágera,

TEODEMIRO

Por los años 950.

I fJRosiguiendo el M. Jr Argaiz la serie de los Obispos de Calahorra di- ce , que Theodemiro suce- dió en la Silla de Nágera á D. Benito , que por los años 948. fue trasladado á la íg!e sia Calagurritana. Es digna ^el mayor desprecio la coexistencia de estas dos Se- des , por quanto se funda en la fantaí-tica aut( ridad de Walabonso, Autor igualmen- te fingido, que el Luithp.an- 4o que ccniinúa. Mas co-

mo el citado Benediélino pretende al año 933. que el Rey Don García Sánchez re- cobró á Calahorra de los Moros , y que por tanto es muy verisímil que algurt Obi"?po gobernaba su Iglesia con el titulo antiguo , es necesario advertir , que no hay cosa mas íalsa , que esta conqui'-ta de Calahor- ra , ni cosa mas cierta que el infeliz estado que expu- se arriba , y en que perse- veró esta Ciudad sin Obispo hasta el año de 1045.

2 Ya veo que Argaiz

quiere confirmar su presun-^

cion con el privilegia del

Con-

200 "España Sagrada. Conde Fernán González, que se -dice de los votos de S. Millán , en el qiial se nom- bra Calahorra entre los pue- blos que tenían los Christia- Dos , y debían pagar á este Santo por la batalla y vic- toria de Simancas. Pero es- te privilegio no es capaz de inclinarnos á no creer u;ia verdad tan asentadíi como es la del cautiverio de Ca- lahorra en estos años bajo el yugo de los barbaros ; an - tes bien de aquí se puede formar un argumento muy eficaz contra la autentici- dad ó integridad del privi- legio. Ya hablan sospecha- do algunos dodos Varones la falsedad de este Diplo- ma , por expresarse en él muchos pueblos , que de nin- gún modo pertenecían á Fer- nán González , sino á los Re- yes de León y de Navarra; lo que ni estos podrían to- lerar , ni el Conde hacer sin una especie de temeridad insufrible. Pero esta grave dificultad se aumenta ahora en vista de nombrar tam- bién á Calahorra , quando esta Ciudad se hallaba fuera de la potestad de todos los Principes Christianos , prin- cipalmente habieodo sucedi-

Trat, (íp. Cc^p. 14. do dos años antes del privi- legio la destrucción de su Iglesia , que desde este tiem- po no se menciona una vez sola hasta el año referido de 1045. en que D.Garciahi* jodeD.Sancho el Mayor con- quistó esta noble y antigua población. Eu este supuesto Theodemiro no fue J^ubsti* tuido en la Silla Episcopal de Nágera por otro Obispo trasladad > á la Iglesia Cala - gurritana , ni tampoco pue- de admitirse la permanen- cia del titulo de Calahorra, ni unido , ni separado del de Nágera , sino es que de- mos crédito á los Chrotiico. nes inventados con tan ma- nifiesto perjuicio de la ver- dad.

3 El mismo M. Argaiz pondera la exaditud deTeo- demiro en el cumplimiento de su ministerio , diciendo que lue<To que entró en el Obispado de Nágera juntó un Concilio en el Monaste- rio de Santa Colomi adonde concarrieron cinco Abades. Mas las personas que nom- bra no se juntaron con moti- vo de Synodo , sino solo por la causa siguiente. En el año 926, falleció el Rey D. San- cho García , y fue sepul- ta-

Obispos de Ndgera, Theodemiro. 201

tado en el Castillo de S. Esteban de Deyo , que hoy se llama Monjardin. Desde entonces acostumbraron los Prelados y Señores del Rey- no juntarse en la pequeña Iglesia del Castillo , para celebrar aniversario , y reno- var la memoria de aquel Rey piadoio para con todos los fieles , y misericordioso para con los Católicos , que estaban oprimidos por la potestad de los Sarracenos, como dice el breve elogio del Chronicon Albeldense. A este ado de gratitud con- currían también los Rioja- nos , asi por tocar en aquel tiempo al Reyno de Navar- ra , como por ser ellos de Jos mas favorecidos de aquel gran Principe. En la Era pues de 98B. año de Christo 950. se hizo como era de costumbre esta memoria fu- neral; y volviendo ya de S. Esteban los Prelados , y otras personas de la Rioja, se juntaron en un pueblo llamado Santa Eulalia, situa- do en la ribera del Ebro, el Obispo de NágeraTheode- miro, y los Abades Dulquin- to de Albelda , Diego de Desojo , Munio de Santa Tcm, XXXllL

Coloma , Esteban de S. Mi- llán de Berceo y Be la seo de Cirueña con todos los veci- nos de Leza , los quales fue- ron testigos de la formal entrevia que Abdica , Abad del Monasterio de Laturce, hacía de , de sus Monges, y bienes , al Abad de Albel- da , sujetándose á su obe- diencia y dirección. Esto es lo que consta de una es- critura antigua , y original, que existe en el Archivo de la Iglesia Colegial de Logro- ño, y es la única memoria que temos de Theodemiro en escritura , la qual nos des- cubre también la anteriori- dad de la Silla Episcopal de Nágera al Reynado de D. Sancho el Mayor , como ái- ge antes contra Yepes ; por- que además de la data que tiene el año expresado , se menciona el Rey D. García y su madre la Reyna Doña Toda , por cuya autoridad debia corroborarse la escri- tura. En el año de 962. tenemos otra memoria de este Obispo en el elogio, que el Autor coetáneo hizo de Salvo , Abad del Monas- terio de Albelda , de quien dice murió en la Era de Ce 1000.

20 2 España Sagrada, looo. bajo el Rey nado de D. García , y. el Pontificado de Theodemiro.

BENITO

Por ¡os años 971.

1 La primera memoria que se halla de este Obis- po con solo el titulo de Nágera existe en el Archivo de S. Pedro de Ciresa , y es una donación de D. Én- dregoto Galindez hijo del Conde D. Galindo Aznar, por la qual da al dicho Mo- nasterio el pueblo de Xa- vierre Martes , con todas las casas , viñas &c. que te- nia dentro de los términos que alli se asignan. Su data •es en el mismo dia de S. Pedro de la Era 1009. y dice que reynaban D. San- cho Garcés y Doña Urraca en Pamplona y Aragón, y que eran Obispos D. Diego en Aragón , D. Blasio en Pamplona , y D. Benito en Nagera.

2 En el mi^mo año con- firmó otra escritura , por la qual el Rey D. Sarcho de Navarra ofrece á S. Milán y f.l Abad de su Monaste- rio , que se llama Luperco,

. Trat, 69. Cap, 1 4. dos Pueblos cuyos nombres eran Cordovin, y Villa Gon- zalo cerca de Nágera, y jun- to al rio Cárdenas. Confirmó también esta escritura con el titulo de Sénior el Juez que entonces era de Nágera llamado Belasco. D, Benito no especificó aqui ni en otras donaciones de los años si- guientes la Sede , pero crée- se ser el mismo que el ex- presado en la memoria de S. Pedro de Ciresa.

3 En el año de 983. hizo una concordia con el Abad, y demás Monges de A.bel- da , con quienes parece te- nia litigio sobre ios diez- mos del lugar de Desojo. Esta escritura se guarda ea el Archivo de la Iglesia Colegial de Logroño , y su data dice Era TXXT. Xl\ Küh Ocí. Regnante Rex San- ciore in Parupilcna S in Cantabria. Y para mayor autoridad , y firmeza de la concordia confirman el Ins- trumento el Rey D. Sancho, y la Reyna Doña Urraca, y los Infantes D. García, D. Ramiro y D. Gonzalo; y son testigos Benediélo y Julián Obispos , Vigila y Maurelló Abades , Belasco, Sansón , y Garcia Presbíte- ros,

Prosigue la memoria

Obispos de Nagera, Benito. 203

ros , y con titulo general sobre las Sedes á que deben

adjudicarse. El titulo de Si- sebuío se expresa en una donación de D.Sancho Gar- res , y de su hermana Doña ToJa , que ofrecieron á S. Salvador de Leyre un Mo- nasterio llamado Bayocoa, poniendo en su data de la Era de .1029. Episcopo Dono Sisehuto in Pampilona^ Sin embargo , como otros Obis- pos callaron sus títulos , se aprovechó Argaiz de esta ocasión para explicar su li- beralidad con Sisebuto , dán- dole á un mismo tiempo no menos que tres Iglesias, que son las de Pamplona, Nágera y Oca. El funda- mento , que tubo para dar- le este Obispado es , que en el año 994. se acabó de copiar el Códice Emilianen- se de los Concilios por los Monges Belasco y Sisebuto, Jos quales dice se pintaron en una hoja , y en medio de ellos pusieron al Obispo Sisebuto en esta forma: 5^- lasco Scriha , Sisehutus Eps. Siscbutus notar, Y siendo lo mas creíble que pusiesen el nombre del Prelado de su propria Diócesis , que era parece que Ce 2 muer-

toda la Comunidad de los Monges de Albelda.

4 de este Obispo hasta el año 988. en que asistió á las Cortes celeoradas por el Rey D. Sancho en Santa E'i la- lia de Arreso. Aquí subscri- bió la confirmación de un Privilegio de donación que en el año 946. habían hecho D. Garcia y Doña Teresa padres de D. Sancho , que anualmente reynaba , ofre- ciendo á S. Miüán las tres Villas de Cordovin , Barba- rana, y Barbaranilla,

DE SISEBUTO PUESTO

por Argaiz en el Catalogo

de los Obispos de Nágera por

los años 994. Es probable

hñher gobernado esta Sede

en dicho año Atton^

ó l^incencio»

S Algunos de los Obis- pos que confirmaron las es- crituras de los Reyes de Na- varra al fin del siglo 10. y principio del ir. no de- clararon los títulos de sus Iglesias , y de aqui ha na- cido , que los Autores dis- curran con mucha variedad

la de Nágera

204 España Sagrada» muerto D. Benito se dio este Opispado á Sisebuto, que tenia también el de Pam- plona.

6 Sería muy verisímil el intento de Argaiz , si los mismos , que escribieron el Códice, no manifestaran la razón que tubicron para po- ner las tres figuras referi- das con los nombres de las personas que representaban. Los Monges que escribie- ron el libro Emílianense imitaron á los Escritores del Códice de Albelda , ponien- do al fin de una plana nue- ve quadros en tres ordenes, y en cada orden tres figu- ras con sus títulos , y con notas á la margen que ex- plican el contenido de los quadros. Así pues como en el libro Albeldense pusieron en el tercer orden estos títu- los : Sarracinus Sccius , /^i- gil a Se riba , Garsea disci- pulus ; y en la nota mar- ginal , que corresponde á es- tos nombres , declararon el motivo de ponerlos diciendo: Vigila Scriba cum Soáale Sarracino , S Garsea discí- pulo suo edidit hunc lihruní. Asi también en el Códice de S. Míllán colocaron en

Trat, 6c). Cap. 14. el mismo orden los tres nom« bres que trae Argaiz , y á la margen se manifiesta la causa por estas palabras: Sisehutus Episcopus cum scriba Belascone , pariter- que cum Sisebuto discípulo suo edidit hunc librum. Sabe- mos pues que el Obispo Si- sebuto se nombró áqui , no por ser Prelado de aquella Diócesis de Nágera , sino porque siendo Monge en el Monasterio de S. Míllán, concurrió con los otros dos á escribir y ordenar el Có- dice , cuya formación empe- zó mucho antes de ascen- der Sisebuto al Obispado, esto es , en el año 962. y se acabó quando ya era Obispo de Pamplona en el año 994. Por tanto es muy ineficaz la razón que ofrece Argaiz para poner á un mismo sugeto por Obispo de dos Sedes tan distintas , co- rneo las de Nágera y de Pam- plona.

7 Yo me persuado , que el sucesor de Benito en la Silla de Nágera, fue o Atton, ó Vincencio que con el titulo solo de Obispos confirmaron la donacicm , que el Rey D. Sancho hizo en el año 992. dan-

Obispo' de Nacerá dando al Monasterio de S, IVIillán , y á su Abad Este- ban la Villa de Cárdenas. Y me fundo para creerlo asi , en que los Obispos que acompañaban ordinariamen- te á los Reyes siguiendo su corte , eran el de Pamplo- na , el de Aragón , y el de Nágera , y no parece habia de faltar este ultimo en una ocasión, en que la casa Real estaba ocupada en el entier- ro de D. Ramiro , que se hi- zo en S. Millán al mismo tiempo , en que los dos Obis- pos referidos , y Sisebuto de Pamplona confirmaron aque- lla donación hecha por el alma del difunto Infante , á quien los Reyes llaman su hijo dulcísimo.

BELASCO

Eíi el año 996.

1 En donaciones hechas á S. Millán en los años 996. y 997. se leen las confirma- ciones de los Obispos Sise- buto , García y Belasco. No expresan estos Prelados sus Sedes , pero constando , que Sisebuto ocupaba !a de Pam.- plona , y que D, García

Belasco. 205

prosigue confirmando las es- crituras de los años siguien- tes en que tenemos áBene- diéto Obispo de Nágera . se colige que en los referidos años de 996. y 997. gober- naba esta Iglesia Belasco, como creyeron Moret , y Argaiz, en quienes pueden verse las escrituras confirma- das por este Prelado.

1 El M. Florez en el tom. 26. pag. 104. escribe que la donación dicha del año de 997. en que el Rey D. Garcia á S. Millán, y al Abad Ferrucio el agua que venía del valle de Ale- son , para que sirviese al riego de las viñas , y otras heredades que el Monaste- rio tenia en Nágera , fue confirmada por Blas Obis- po de Valpuesta , cuyo nom- bre leyó en el traslado que hizo Garíbay , y publicó en el tom. 3. de su Comp. Hist. pag. 61. Pero la escritura no dice Blas, sino Belasco, como leyeron también Sandoval y Moret , ni el titulo de Valpuesta se halla en dona- ciones de los Reyes de Na- varra hasta muchos años adelante.

GAR-

c o5 España Sagrada,

garcía

Desde el año looi. hasta el de 1 01 3.

1 En una donación que se hizo á S. Milián en el año primero del siglo once, se hallan subscripciones de tres Obispos, cuyos nombres son Garcia , Benedicto , y Mancio , pero sin expresión de la Iglesia en que presidian. Yepes , Garibay , Ar^aiz y Tejada adjudicaron á Náge- ra á Betiedido , cuyo titulo se lee en una escritura , que dicen haberse dado en el año 1012. y tiene estas firmas.St?- 7iediciiis Nagarensis Episco- pus , ExJminus Pampilonen- sis , Sancius Ara^onensis, Pero la data d? e>ta dona- ción no es de aquel año sino del 1020. como notaron San- doval , Moret , y aun el mismo Argaiz con la ma- nifiesta contradicción de poner las dos datas á fin de continuar por mas largo tietn- po el Obispado de Benedido en Nágera.

2 Yo, mientras no se descubra privilegio ó escri- tura , en que Benedido subs-

Trat.6c). Cap, 14. criba con el titulo de esta Sede, coloco en ella á Gar- cia, cuyo nombre encuen- tro en varias donaciones has- ta el año de 1014. en que expresa su presidencia en Nágera. La primera memo- ria de este Obispo se halla en una escritura del año

1 00 1, por la qual D. Sancho el Mayor , compadeciéndose de la grande incomodidad, que los Monges de S. Mi- lián padecían en Nágera á causa de no tener casa en que hospedarse , quando iban á aquella Ciudad , dio á su Mo- nasterio la Iglesia de S. Se- bastian con las casas y bie- nes que la pertenecían en el barrio que se llamaba Sope- ña. La segunda está en otra carta del mismo Rey , dada en el año de ion. por la que concedió al dicho Mo- nasterio facultad , para pas- tar sus ganados en todas las tierras de su R^yno. La ter- cera es del año 1014. y se encuentra en escritura del Monasterio de Leyre , en qvc el mismo Rey dona á los Mono:es de S. Salvador el Monasterio y Parroquia de S. Sebastian , que estaba eti Guipúzcoa en los texminos de

Obispos de Nágera, Garcia. de Ernani con otras posesio- de Leyre se expresan los pa-

207

ECS que alíi se nombran , y particularmente la Villa de Iz«run , que aumentada en edificios y vecinos se llama hoy Ciudad de S. Sebastian. Dice ü. Sancho , que hace esta donación en presencia de los Obispos , y de todo el pueblo, y qne la confir- ma con la autoridad Ponti- fical , y después de las per- sonas Reales , subscriben los Prelados en esta íovms: Man- chis Aragonensis Episcopus confirmat, Sancius Jrunien- S2S Episcopus confij'fuat. Garseas Naialensis Episco- pus cofifirmo, Julianus Bur- gensis Episcopus confirmo. La quarta memoria es del año 1015. y se lee en otra donación, hecha por D. San- cho el Mayor al mismo Mo- nasterio de Leyre á 21. de Odubre , pagando el voto, que hizo antes de dirigirse á Funes contra los Moros, de dar los diezmos de las tierras que les ganase ; y la confirmaron los Obispos D. Mando de Araron , D. Ximeno de Pamplona , D. Garcia de Nágera, D. Munio de Aisba y D. Juiian de Oca. 3 Entre las cosas que D. Sancho dona al Monasterio

lacios, una viña, los huer- tos y molinos , que el Rey Micayo su pariente tubo en Nágera , y dice que hace es- ta donación por el alma del mismo Micayo. Sena glorio- so para esta Ciudad el cono- cimiento de este personage, pero como dice Moret , es enigma que nadie ha desata- do, y todos confiesan , que na lo entienden. Garibay leyó Antrayo^ pero es tan obscura esta voz como la de Micayo. Sandoval trae otra donicion del año antecedente , esto es, de 1014. en que se mencio- na también el mismo Rey. Sed sicut jam diximus pro remedio animarum riostra- rum , ^ pro anima Michaio Regis cum omni integritaie vohis ea deliberamus. Y no debe dudarse , que las copias de ambas escrituras tienen al- terado el nombre;pues el que ponen jamás fue conocido en el Reyno de Navarra , y pa- rece verdadera la congetura de Moret , de que la memo- ria se hacía de Ramiro ,que íuQ Rey de Viguera , y que por tanto debía leerse l^ica- ri¿e Regis,

BE-

2o8 Espatla Sagrada. BENEDICTO

Por los años de 1020.

I El nombre de este Pre- lado se halla en una escri- tura, por la que D. Sancho el Mayor confirnaó á 15. de Marzo del año de 1020. una donación que en los años anteriores se habia hecho á S. Millán de la Villa de Ventosa. Firmáronla con ex- presión de sus Sedes los Obispos D. Benedicto de Ná- gera , D. Ximeno de Pamplo na y D. Mancio de Aragón.

garcía II.

yírw de 1022'

^ I Después que el Rey D. Sancho alcanzó muchas vido I ias , sujetando por va- rias partes á los Moros , dio las mayores muestras de su religión y piedad, poniendo todo su conato en la restau- ración de las Iglesias , y re- formación de la disciplina Eclesiástica y Monástica. Una de las cosas que con mas ansia habia deseado siempre , era el restrjbleci- miento de la Iglesia de Iru-

Trat. 6g Cap, 14. nia , nombre que entonces se daba con freqüencia á la Ciudad de Pamplona , cuya Sede , aunque habia tenido Obispos en los tiempos an- teriores , se hallaba en el principio del siglo once tan destruida , que como el mis- mo Rey pondera en su de- creto , casi no tenia nom- bre , y parecía haber per- dido toda su gloria y her- mosura antigua. A fin pues de renovar esta Sede , y de restituirla á su primer esplendor , hizo juntar un Concilio en Pamplona en el año 1023. ^^ ^^^^ asistió Gar- cía Obispo de Nágera con otros seis Obispos que firma- ron con este orden : Man- cius Ara^oriensis Episcopus^ Sancius Pampilonensis Epis- copus , Garsias Najarersis Episcopus , Aniulphus Ri- pagorcensís Episcopus^ Mu- nio Alabensis Episcopus^Ju- lianus Cdstellensis EpiscO' pus^ Poncius Ovetensis Epis- copus.

1 En el año siguiente de 1024. hay otra memoria de este Obispo en una donación hecha á Sta. Maria de Irache por un caballero llamado D. Sancho Galindez , y su her- mana Doña Endregoto Ga- lio-

Obispos de Ndger a. García II. lindez , que dicen reynaba cap. 4. convencen

en la era 1062. D. Sancho Garcés , y que D. García era Obispo de Nágera,

3 Argaiz escribe , que este Prelado firmó también otra donación del Rey D, Sancho perteneciente al ano 1025. que se lee en el Becer- ro de S. Mi lian fol. 96* con estas subscripciones : Gar- sias Episcop'ís , Sancius Episcopus , Munius Epis- ^opus.

4 El mismo Autor escribé, que cansado nuestro Obispo del gobierno , se retiró á S. Millán , y que se le dio la -Abadía de este Monasterio, para cuya comprobación •alega una escritura del año de 1035. en que se contie- nen estas palabras : In prt-e- sentía Garsi^ Rex , & Ab~ 'bate Domino Garsia Epis- copus in Sandio Emiliano,

-Añade que su muerte fue preciosa , y que este pare- ce el Abad y Obispo Gar- cía, á quien Santa Áurea vio en el cielo , como se refiere en Ja hi-storia de la misma Santa escrita por el Monge Muño. ¡

5 Ni estas escrituras, ni las que Moret menciona :en el lib. 12^ de sus Anales Tom.XXXllL

^09

que D. García p'asó del añolde 1024. porque además de no expre- sarse en, ellas' la. Sí^de , que ocupaba el García , que se nombra, consta, que en el 1024. presidió en Nágera diverso Prelado,. Y aunque pudo suceder que^éste. gí>>- bernase el Obispado ooaao Corepiscopo al modo que gobernó el de Pamplona D. Sancho , viviendo aun D. Ximeno , como pretende Moret en el cap. 2. del mis- ^mo lib. parece no debemos abrazar este didamen sin testimonios que lo demues- tren. Aun prueba menos la escritura del año de 1025. que trae Argaiz , y otra que menciona el referido Analista de Navarra , y es donación de un caballero por nombre D. Belasco Sánchez, ,1a qual se hizo imperando <ei Rey D. Garda \ ,y sien- do Abad de S, Millán el Obispo D. Garda , porque es notorio que muchos Aba- des tubieron por honor él 'titulo de Obispos , y es cono- cido yerro el ponerlos sin otro fundamento en ios Catá- logos de las Iglesias 6 Sede* principales de España, 'u'^

--. r-'^'-yó^-

Dd FRÜE-

^ I o España Sagrada, FRUELA

yííio de 1024.

1 El nombre de este Obispo , omitido de muciios Autores , se halla acreditado en repetidas memorias , que se conservan en diferentes Archivos , y todas de la Era de 1062. La primera está en una donación del Rey D. Sancho, que en comiiañii de la Reuia Doña Muma ofreció al Monasterio de Hyarte y Anoz , que enton- ces era de M.>n as , y hoy es Priorato de Irai he , una parte deT monte que llama- bar.' Bíit'zar.o, y (tra tarn- heíi cíe ios v liasde Ataondo, yOliluze. Hallase este ins- trumento en ei Archivo de Santa María de kache con las firmas de los Obispo^, Frue'a de Nágera , Ximeno de Pamplona , Mancio de Aragón., y Munio de Alaba.

2 La segunda memoria :de este Obispo se. encuen- tra :en otra carta del mismo Rey , qiie perteneció al Mo- nasterio de S. Martin de Albelda,; y se. guarda en el Archivo.jdji la Colegial. d-? Logroño , por la qual dona

Trat, 69. Cap. 1 4. D. Sancho en compañía su muger é hijos el Mo- nasterio de Osoain con sus entradas , y salidas , y una viña. Firmaron con las Per- sonas Reales los Obispos D. Fruela de Nágera , D. Ximeno de Pamplona , y D, Mancio de Aragón,

3 La tercera se halla en el Becerro de Leyre ea una doinc'on , p )r la qual el Rev D. Sancho da el Pa- tronato del M ¡nasterio de Odieta i una criada suya por nombre Doña Ximena ea reconoci miento de sus bue- nos servicios. Dice que eran Obispos D Sancho en Pam- plona, D. M ncio en Ara- gón , y D. Fruela en Ná- gera, y esta exoresion indi- ca que Fruela no era Cor- episcopo, sino Ob'spo con to- -da propriedad , o por muerr- .te ó por voluntaria dimi- sión de García su predece- sor.

SANCHO

í..\ ..Desde el año 1028.

I Habiendo fallecido .Fruela , se encomendó el go- ¿íerno del Obíspadp de Ná;- ;gera á D. Sancho qué ihabia

Obispos de Ndgéra, Sancho. ' 21 r entrado á ser Obispo de Pam- ro Argaiz pone en el año de

piona en el año 1024. en que murió el primero de aquel nombre. Por razón de esta encomienda firmó Don San- cho varias Escrituras , ex- presando los títulos de las dos Iglesias que regia. San- doval trae una en los Obis- pos de Pamplona , pag. 43, en que el Rey Don Sancho, á pedimento de este Prela- do señaló los términos á los de Abarzuza. Es de la Era 10Ó6. añode Christo 1028. y en ella se nombra el Obis- po con estas palabras: Ego Sancius Pampilonensis , at- que Najalensis Episcopus sub prcefati Regís imperio pulsas & culmine fultus exa- ravi. El mismo Autor , y Moret traen una donación del año 1031. en que el Rey Don Sancho el Mayor dio á la Iglesia de Pamplona el Monasterio de Eloquain con todas sus tierras , viñas , y montes in conspediu Antis- titis Sancionis Pampiloneii' sis seu Naialensis Episcopi, 2 Se continúa la memo- ria de este Prelado , según Sandoval , en Escrituras has- ta la Era 1088. intitulándose en muchas de ellas Obispo de Pamplona , y Nágera. Pe-

1034. otro Prelado con el nombre de Gómez , dicien- do, que Sancho dejó la Silla de Nágera , quedándose cori solo el título de Pamplona: Fundase en un Privilegio del Rey Don García , que ha- biendo succedido á Don San- cho el Mayor , restauró el Monasterio de Sojuela , y le señaló sus términos ,firmando este Instrumento con otros muchos Prelados el Obispo de Nágera , que subscribió asi : Gomesanus Naialensis Episcopus Conf. y la Escri- tura dice se mantiene ori- ginal en el Archivo de Ná- gera , y su data es del día dos de Noviembre del año 1034. Yo no puedo dudar, que el Privilegio alegado por Argaiz no es del año que él señala , porque todas las memorias antiguas conspiran en que Don Sancho el Ma- yor murió en el año de 1035. por lo que se evidencia , que la Escritura del Monasterio de Sojuela no fue dada en el de 1034. en que aún no ha- bía entrado en el Reyno D. Garcia. Por tanto , soy de sentir , que el Privilegio.es del tiempo en que presidia en Nágera el Obispo D. Go- Dd 2 mez.

a 1 1 España Sagrada* mez,á quien veremos con- firmando Escrituras de Don Garcia después del año J040. 3 Por lo que toca á las donaciones , que menciona Sandoval , firmadas por Don Sancho con los títulos de Pamplona , y Nágera junta- mente , debe sostenerse, que no son argumento de que este Obispo gobernase todos aquellos años las dos Igle- sias referidas , sino solo de la costumbre que entonces te- nían los Obispos de titularse por las Sedes qu2 ocuparon, aun después de presidir en ellas otros Prelados. Ello es, que desde el año de 1030. en adelante se encuentra en Es- crituras de aquel tiempo un Obispo del mismo nombre que el de Pamplona firmm- do con solo el tirulo de Ná- gera : y se convence , que éste era distinto del otro Sancho, de quc! algunas ve- ces concurrieron ambos á confirmar las donaciones, como veremos luego. Asi, que ei Obispo de Pamplona tubo en encomienda el Obis- pado de Nágera hasta el año dicho de- 1030. á lo mas , en que tenemos ya presidiendo en ésia'Sede al siguiente;

Trat» 69. Cap, 1 4, SANCHO.

Desde el año 1030.

4 Uno de los prósperos sucesos con que honró Dios el glorioso Reynado de Don Sancho el Mayor , fue el descubrimiento, y elevación del sagrado cuerpo deS. Mi- !lan,que se hizo no en el año de 1033. como escribieron Sandoval , y Yepes , sino en el de 1030. como consta de varias memorias , que exis- ten en el Monasterio del re- ferido Santo. A este ado asistió el Obispo de Nágera, á quien nombra el Rey , dán- dole solo este titulo en el Privilegio, en que refiere la dicha elevación , dado á 14. de Mavo de la Era io63. Ccnjundiis ¡taque víibi vene- rahilihiis viris Sancio Na- iarensi , Juliano Aucensi^ Munione Alahensi , & Man- cío Oscensi Episcopis , cum multis Regni viris óptima- tJhus Ecclesiam SanSHssimi Mniiliani adii^G peraclo ibi triduano jejunio ^ venerabile Corpus ejus dgbili adhuc , quo detinebatur ^ sepulchro per manus Rcligiosorum Mona- chorum ac Clericorum in ¡o- cu-

Obispos cíe Ndgera, Sancho. 2 i ra^

culo arcíü sihi á me prcepa- sin duda se junto en la Era

ratee dill^enter est transía- tufv. El mismo titulo tiene Don Sancho en otra memo- ria de aquel tiempo , que habla de la misma trasla- ción ; pues dice , que vinie- ron con el Rey á S- Millan el Obispo Don Sancho de Nágera, el Obispo Don Ju- lián de Oca , y el Obispo Don Munio de Alaba , y el Obispo Don Mancio de Huesca.

S El Doa. Tejada al año 1032. pone en esta Sede á Garcia , citando á Gil Gon- zález , Tamayo Salazar , Ye- pes, y al Cardenal Baronio, que afinnan haberse cele- brado en este año el Con- cilio de Pamplona. Trae tam- bién , citando á Yepes , un Privilecrio concedido por el Rey Don Sancho al Monas- terio de Leyre en la Era 1 07 1, año de 1033. en que subscribió Garcia con titulo de Obispo de Nágera. Esto no es otra cosa que aprove- charse de las equivocacio- nes de los Autores , á fin de multiplicar Obispos. Al año de 1023. dejaba el mismo Autor puesto á Garcia en el Catálogo , y asistiendo al Concilio de Pamplona , que

1 06 1, como consta del Pri- vilegio de Don Sancho , que con el nombre de Real y Pontifical se halla en la Co- lección de los Concilios de España sobre el dicho año. Ahora repite el mismo nom- bre , valiéndose de los Au- tores que fijaron el Concilio en el año de 1032. como si ambas épocas fuesen verda- deras , ó como si se hubiesen celebrado en aquellos años dos distintos Concilios. Ten- gase, pues, por cierto que este Obispo Garcia puesto en el año de 1032. no se funda sino en la equivocación que padecieron algunos Escrito- res acerca del tiempo del Concilio de Pamplona , co- mo de Baronio lo notó el Cardenal de Aguirre: Cardi- nalis Baroniuí integra nnno' rum decade hoc Concilium po- sterius facit : aunque este yerro mas debe atribuirse á Mariana, á quien sigue y cita el Eminentísimo Escritor de los Anuales Eclesiast. Lo mis- mo debe decirse del Privi- legio que Yepes menciona en la Cent. 6. fol. 147. porque su data no es de la Era 1071. sino diez años antes, como dejo advertido.

No

1 1 4 España Sagrad (^

6 No solo en Escrituras dadas en la Rioja , sino tam- bién fuera de ella firmó Don Sancho con el titulo de Ná- gera. En el año de 1035, se restauró la Sede é Iglesia de Falencia, que se hallaba des- truida enteramente por la violencia de los Moros. Asis- tieron á tan solemne fun- ción el Rey Don Sancho el Mayor con la Reyna su mu- ger, y los Prelados , y Ca- balleros principales de su Reyno. Los Obispos fueron tres , y entre ellos nuestro Don Sancho, que confirmó en primer lugar después de las Personas Reales el Privi- legio de restauración con es- tas palabras : Episcopo do- mino Sancio in Naiara con^ firmans. Véase Pulgar en la Hist. de Pal. tom. 2. pag. 41.

7 En el año de 1040. confirmó la Carta de Arrhas del Rey Don Garcia á su miiger Doña Estefanía , y firma también con antela- ción á los Obispos Don San- cho de Pamplona , Don Gar- cia de Alaba , Don Atto de Oca , y Don Bernardo dePa- lencia. En el año de 1042. confirmó dos donaciones del mismo Rey , y el Privilegio con que éste premió el va-

. Trat, 6(). Cap. 14. lor,y fidelidad de un Caba- llero por nombre Don San- cho Fortuñez , que se portó con el mayor esfuerzo en el sitio puesto sobre Tafalla. En todas estas Escrituras fir- man dos Sanchos , uno Obis- po de Nágera , y otro de Pamplona ; lo que , como di- je antes, es prueba eviden- te de que estas Sedes no es- tubieron incorporadas todo el tiempo que corrió desde la Era 1071. hasta la de 1088. y en que se dieron los Instrumentos menciona- dos por Sandoval.

8 En la Era 1082. año de Christo de 1044. hizo el Rey Don Garcia con la Rey- na su muger , y concurren- cia de los Reyes Don Fer- nando , y Don Ramiro sus hermanos , una célebre dona- ción , dando al Monasterio de S. Julián de Sojuela , que estaba á dos leguas de Lo- groño , y tres de Nágera , las Villas de Medrano , y de Sojuela. En el Instrumento, que se hizo para la firmeza de este ado, ocurre la me- moria de un Obispo llamado Gomesano , que subscribe con titulo de Nágera junta- mente con D. Garcia, Obis- po de Alaba , Don Sancho de

Obispos de Ndgera, Sancho. s i 5

de Pamplona, Don Guillelmo lor de Don Sancho, cuyas deUrgel , Don Atto de Oca, y Don Bernardo de Falencia, Pero este nombre no debe colocarse por ahora en el Catálogo, por no ser Gome- sano Obispo en propriedad, sino solo Auxiliar ó Coadju-

memorias se contmuaron en los años siguientes , en que á veces se introduce su Co- repiscopo ya con el titulo de Abad , ya con el de Obis- po. Véase Moret en el tom. I, de sus Ann. pag. 673.

CAPITULO XV.

REUNIÓN DEL TITULO DE NAGERA al de Calahorra.

•S'

^Tguese el año de 1045. que es el mas me- morable , por la feliz y mila- grosa conquista de la Ciudad de Calahorra , que después del cautiverio de mas de 300. años alcanzó gloriosa liber- tad por el egército del Rey Don García , animado con la admirable aparición de San Millan , de quien se tiene por cierto haber sido visto sobre la muralla , mostran- do á los soldados Chrinia nos el lugar por donde de- bian hacer el asalto. Hizose la conquista en el principio de la primavera del año ex presado , é inrrediatamente dio el dicho Rey su Caita de r-estauracion de la Iglesia . Calagurritana ,que como di-

je antes , padecicS mayor tri- bulación desde el año 932. en que fue destruida por Almorrid.

2 El Obispo, á quien se entregó esta Sede , fue el mismo Don Sancho , que he- mos visto hasta aqui con el titulo deNágera. Asi consta del Instrumento de restaura- ción y de nación , dado por Don Garcia en la Era de 1083. el diasegundo délas Kalendas de Mayo . como se en estas clausulas fiel- mente traducidas por Moret del original latino , que se guarda en el Archivo de Ca- lahorra. T rodas estas co^ jíi.r, dice el Rey , que hemos reftrido ^ las conceden: o'; la dicha Iglesia de Santa Ma-

1 1 6 España Sagraila, María , y de los Santos Mar- tyres Emeterio , y Celedo- nio , y á vos Don Sancho Obispo , y al Clero de la misma Silla á vos sujeto.... Y vuestro Clero , y familia de vuestra Iglesia quede li- bre y quieta del rodo de to- da carga pública. Y final- mente , todas estas cosis Yo el Rey Don Gnrcia , y mi muger la Rey na Dona Este- fanh damos fiel y devoti- mente á la dicha Iglesia de S.inta Maria , y de los San- tos Marty res, y á vos D. San- cho Obi>oo, y al Clero de la misüía Silla sujeto á vos con obeliencia dibida , con li- bertad competente á tan gran Silla, &c.

3 Estas palab-as de la Escritura d.M Rey Don Gar- cía eran suficientes para per- suadir , que sin embargo de haberse introducido después de esta conquista el titulo de Calahorra , callado desde la destrucción de aquella Iglesia, y establecimiento de . la Silla de Nágera, no se dio la piresidencia de estas Se- des á distintos Prelados. Pe- ro Argaiz sostiene , que si Don Sancho fue Obispo de Calahorra , lo fue por tan poco tiempo , que nunca se

Traf. 6g. Cap, i y.

firmó con este titulo ; y pretende, que su jurisdicción llegaba á Calahorra solo por modo de extensión , como á Ciudad recien conquistada, y agregada á la de Nágera. Escribe también , que con- siderando el mismo Don San- cho las antiguas calidades de Cíl ahorra , y que su igle- sia Cate J ni ñoreció en tiem' po de los Romanos , y Go- dos , co:isin[ió en que se restituyese su Sede , no pa- rando en titulo como solia, sino con propriedad verda- dera ; pero que en medio de esto no se qaitó á Nágera la dignidad de tener Obispa distinto del de Calahorra , en cu /a posesión pacífica se mantubo por mas de dos- cientos años. Dice final- mente , que esta distinción de Ooispados es un punto digno de consideración pa- ra saber los fundamentos y principios de los grandes pleytos que se tubieron en- tre los Obispos de Calahor- ra , y los Abades de Náge- ra sobre la jurisdicción es- piritual y ordinaria de esta Ciudad, pretendiéndola aque- llos como cosa que había sido tan propria desde el antiquísimo origen de .su Obi-

/; 1 Reunión \ del ñí Obispado ,, hasta el siglo dé- cimo, y defendiéndose estos, dice Argiiz , como sücceso- res de los Obispos antiguos, alegando que la-Silia de'Ná- gera fue distinta desde' la primitiva Iglesial , siendo desde entonces muy dife- rentes los títulos de Nágera, Tricio ,y Calaiiorra , por lo que solia ponerse Nágera en cabeza un Prelado de Pánsplona como cosa distin- ta de Calahorra ; y aun des- pués de la conquista de esta Ciudad se hallan firmando mismo Privhlegio el Obis-^ po de Calahorrii ;, y el de Nágera , ^ie donde eviden^ teniente se prueba su dis- tinción.

4 Como el intento , que llevo en la formación este Tomo , es el de tratar las an^ tiguedades del Obispado de Calahorra hasta el tiempo en que se reunieron en su Igle- sia principal las Sillas de Nágera, y de Alaba ,no pue- do menos de examinar este discurso de Argaiz , de cu- yo re::onocimiento depende también la noticia del esta- do antiguo de la Diócesis Calagurritana. La primera dificultad , que se ofrece, es, si el Obispado de Calahorra

Tom. XXXlll.

ido, de Ndg'érct* / T. iij fue «distinto y separado del? de' Nágera después de su conquista. Ya hemos visto cómo el Rey Don Garcia. habla en su Carta de res-¡ tauracion de la Sede é Igle-^ sia de Santa Maria, y de loa Santos Martyres Emeterio^ y Celedonio , como de cosas entregadas al Obispo Doa Sancho, que hasta el año de 1045. habia tenido el titulo de Nágera. Que igualmente menciona al Clero , como sujeto á la potestad y juris- dicción de Don Sancho ; y esto no como, quiere Argaiz, por modo accesión 6 agregadioi} áMa Iglesia de Nágera , 'sino con la liber^ tad competente á tan gran Silla \,tsXo es , con la inde- pendencia que era debida á una Sede que desde el prin-r cipio de la Religión Chris- tiana hasta su cautividad habia sido de las mas ilus- tres de estas Provincias , y cabeza de todas las Iglesias, que se fundaron dentro de los limites antiguos , que en otro lugar dejo señalados. Veamos ahora , si las dos Iglesias de Calahorra, y Ná- gera se vsepararon tan presto como intenta Argaiz en su discurso. Dice, pues , que Ee el

^ 1 8 España Sagrada* el Obispo nombrado para la Igksia de Calahorra fue D. Gómez , Monge, y Abad de S. Millan , quedando en la Silla de Nágera Don Sancho, que jamás firmó con el titu- lo de Calahorra. Ttae para comprobación de este nom^^ bramiento un lugar del Mon- ge FeTnando en la Historia de traslación del cuerpo deiS.'MíUan , que dice asi; Pús4quam streúüisjmus Rex GarsiJs filiuí ejus- (Sancii Majoris ) Calagurram Civi- tatcm potenti virtute d Sa- rcioeñk c£pit , S ijomesa- num Sancii .Mmiham Abba* tem Pontifican ünfda illum ibi decoravit ;, '&a. Puede también probarse el mismo intento con una Escritura de donación del año isiguientq á la conquista de Calahorra; pues habiendo donado,, él Rey Don García á S. Millan la Iglesia de Alesanco , fir- mó. Don Gómez ;el Instru- mento con <los Obispos de Pamplona ,f ¡y Alaba en esta furnia: Gomes anus'Ca'lagw rritauus Episcopus.

5 Pero estas pruebas qué p¿irrece;-án; dicaces,! los i$ií~ nos,dfDd\7S ^no so«.,sfcíficico-! tes paral ^^stóbieeerrla dtís-) unión c)^p^raciün..íie los

Trat, 69. Cap, 15. títulos de Calahorra , y Ná- gera , que hemos visto uni- dos en la persona de D. San- cho , á quien , como dice Sandoval , se dio la Ciudad de Calahorra , y Silla Obis- pal que , els Rey puso» Es cierto , que Don Garcia nom- bró por Obispo Calagurrita- no á Don Gómez , Abad de S. Millan , como dice Fer-»* nando ; pero este Escritor no pretertde que la elección de este Prelado fuese inmediata á la conquista , lo que sería opuesto á la Escritura au- t-entica, y original ya exhi- bida. Menciona , pues , á D. Gómez , sólo porque la tras- lación del' 'cuerpo de S. Mi- llan no se hizo sino después qu^ por muerte de Don San- cho; fiíe ^elegido aqu^l: Abad para Obispo de Galahorráí, con la qual dignidad , y él titulo de- Castilla la. Vieja,' asistió á este a¿lo en el año deio53i''Xomo dice una me-s^ morja de- aíqüéi tiempo-,.que habiendo referido la trasla- ción hecha I por Don Sancho el Mayor en el año de la Encarnación de 1030. no- ticia,-Üti ia 54ue hizo^Doa Chapela.-, coij esias: palabrasi U^.jiaGQ-'.'el cuerpo de -Mi -> íiarty.át Suso; 23; añosí Pasa- .■\\Vkí:í. dos

Reunión del titulo de Nao-era,

dos -los .23. años , vino el Rey Don Gárcia V fijo del "Rey Di Sancho el iMayor ,rá, S. Mt- llan Suso , é vinieron icón él el Obispo Don Sancho de Pamplona , é el" Obispo -Don Gómez de Calahorra' ,: é de Gastiellá la Vieja , e el Obis-i po Don García de Alaba , é tomaron el cuerpo San Millan deSusodielIIÍ. Ka- lend. Junií, é descendiéron- lo' á yuso , & pusiéronlo en la enfermería , & estidü en* de catorce años , & en ese comedio ficieron la Iglesia, & ese tiempo andaba el afio de la Encarnación en mil j^ cinquenta y tresl. ^¿ ^ y/;,;.", .6 El titulo de •Obispo Calagurritano, con que subs- cribe Don Gómez , es ente- ramente inútil para confir- mar el intento- Argaiz: porque no hay cosa mas sar bida que la costumbre de firmar los Obispos Auxilia- res de este tiempo con los mismos titulos que gozaban jos Prelados en propriedad, quando estos no asistían por estar enfermos , ü otra cau- sa , á los aétos , donaciones, é instrumentos públicos. Asi, pues, Don Comez , á quien vimos usar del titulo de Ná- gera eo.el año i de 1044. co-

219

mo^ Coadjutor de .Don San-r oho V toma ahora en Ja do* nación de la Iglesia de. Ale- sanco él de Calahorra , que desde el año antecedente de 1045. era proprio del mis- mo Don Sancho. Asimismo emotra donación que el Rey Don García hizo á 15. de Marzo de 1046. dando á S. Millan el Monasterio de San- ta María, en el valle de Sv Vieenteí se nombra Don Got mez con el titulo de Nágera^ Conccii^mus tibi Patri >^piri^ tuali Gomesano Abbati Na- xarense terree Episcopo , '3 ^onclofwyiiAS propter honorem Q)(d¡'natí(^n¡s tuce Pontificar ¿is^i^f. Tenemos,, pues , que Don Gómez gozaba los mis- mos titulos que Don Sancho íiespues de la conquista de Calahorra: y si del titulo de Nágera no se puede argüir, que gobernaba aquella Igle- sia como Obispo proprio, ¿cómo quiere Argaiz inferir del de Calahorra el nombra- miento de Don Gómez para Obispo en propriedad de esta Cathedral?

7 Coligese también la unión de los títulos de Cala- horra , y de Nágera en la persona de Don Sancho por los indicios que tenemos de Ee 2 que

C20 España Sagrada.

que Don Gómez perseveró en el estado de Corepiscopo. En el reconocimiento que tengo hecho de las Escritu- ras de estos tiempos , he advertido , que los Obispos Auxiliares solo subscribían con titulo Episcopal , quan^ do los Prelados , cuyos Co- adjutores eran , no se halla- ban presentes. Esta circuns- tancia se verifica en Don Gó- mez , pues jamás firmó como Obispo , sino en los aétos á que no concurrió Don San- cho por su ausencia ; y por igual razón nunca subscri- bió como tal en Escrituras confirmadas por el mismo Don Sandio , cuyo nombre se lee en losinstrumentos pú- blicos hasta el año de 1049. Por tanto , dijo bien el ?¿ Moret al año de 1045. que es de estrañar que siendo Gomesano Obispo Caodjli- tor, firmase unas veces como Obispo , hallándose ausente Don Sancho , que lo era en propriedad , y otras con so- lo el titulo de Abad que te^ nia , por regir actualmente el Monasterio de San Millan. Con este nombre de Abad sin titulo de Obispo,' se le hi* ciéron algiinas donaciones -Cü el año de 1048. y este --fes

Tr^í. 99. Cap/i 5.

otro indicio de que no p;o- bernaba ' la Iglesia de Ca- lahorra. Tal es la de un Ca- ballero llamado Don Jimeno, escrita al fol. 117. del Be- cerro de S. Milian. Et tibi Abbati Domino Gomesano^ cum €íVter.is\fratribus Dea servientihns. Tal es otra del Rey Don García , por la qual le dio el Monasterio de San Cebrian del CistÜio, cerca del rio Arlanxon. : Et tibi venerabili Patri Gomesano Abbaf i ^S ómnibus tecum sub regula S, Benedidíi Abba- tis ibi Veo scrvientibus, Y luego : Nos vero Garsicb Rex , í? St^pbania Regina accepimus in honore' de te Magistro nostro Gomesaríó j4bbate unum caballum,

8 Evideñjciase mas Lt ntW" Ilion de Nágera á 'la ígresia de Calahorra con la costüm4 bre que observaron constan- temente los Obispos succe- sores de Don Sancho , inti- tulándose con indiferencia de Nágera , y de Calahorra; y otras veces con ambos tí- tulos , hasta el año de 1 109. en que el Papa Pasqual Se- gundo definió expresamente qjuestro asunto , señalando los términos del Obispado de'Gaiahorra en esta forma;

'Reunión del titulo de Ndgera.

Tárrochiam , quam nos tris temporibus eadem Ecchsia fossidet^ videlicct, Alabam^ f^íZcayam , Naxeram , ^ títrumque Camberum , Se, Por lo qual , aunque admi- tiéramos lo que pretende Argaiz , esto es , que algu- na vez se verificó haber en Nágera Obispo distinto del de Calahorra , siempre de- beríamos asentar como cosa fija , y permanente la unión de ambas iglesias en el go- bierno de una misma Cabe- za , y confesar solo la sepa- xacion casual por razón de ..algún plcyto ó disturbio que durase poco tiempo.

9 Las razones , con que Argaiz quiere probar la dis- tinción de los Obispos de Ca- lahorra , y de Nágera desde los sig'.os primeros de la Re- ligión Chrisiiana , deben ser despreciadas de todos los que conozcan los fakos cimien- tos sobre que este Autor fun- da la antigüedad de esta po- blación , y de su Silla. Dice, que á un mismo tiempo se hallaban en la primitivalgle- sia Obispos de Nágera, Ti i- cio , y Calahorra ; y alega ería especie como si fuera fundamento muy sólido con- Uí\ la pretensioü de los Obis-

pos de Calahorra. Mas nin- guno le dará crédito en esta parte , sino el que ignoran- do el carader de Gregorio Iliberitano , y de Hauterto; asintiese á las ficciones de que Nágera es Ciudad anti-r quisima , que primero se lla- mó Garusia , después Tera- na , y últimamente con el nombre que recibió de los Árabes ; y que su Cátedra Pontificia fue establecida en ios primeros tiempos de la Christiandad , aunque sedes- conocen sus Obispos hasta el año de 300. en que lo fue S. Honorato , que ;^adeció en la persecución de Dioclecia- no. Mas los hom.bres doc* tos que conocen ya , y des- precian aquellas obras sur puestas , y se gobiernan por otras mejores luces , saben muy bien, que Nágera, ó no fue antiguamente población distinta de Tricio , ó si lo fue , como juzga Argaiz , no precedió á la venida de los Moros , que la edificaron , y comunicaron el nombre que se ha conservado hasta noso- tros. Saben también , que la Silla Episcopal de Nágera fue ignorada en la Iglesia Christiana hasta el siglo diez, en que debe establecerse su ori-

2 2 2 España Sagrada, origen; y que la de Tricio, que se pone separada de ésta, no t'jbo otra existencia en el ir.inido mas de la que qui- sieron darla los que para engaño de los pueblos inven- taron y publicaron prerro- gativas que nunca tubieron.

lo Otra razón de Argaiz se funda , en que el Obispa- do de Nágera solía ponerse en cab&za de un Prelado de Pamplona , como cosa distin- ta de Calahorra. Dos erro- res encuentro en esta prue- ba , que deben refutarse co- ino falsos y perjudiciales al derecho antiguo de la Sede Calagurritana. El primero consiste en afirmar la incor- poración de la Silla de Ná- gera con la de Pamplona, como hecho muchas veces repetido , siendo asi , que solo se verificó en la per- sona de D. Sancho por los años de 1030, que siendo : Obispo en i-.ropíkdad . de

Tvat, 6c), Cap. i j.

Pamplona , tuh)o porbrevisl- mo tiempo bajo de'^ su . cara- go el gobierno de*Nágera:, como dije tratando de este Prelado. El segundo está en el caso de suponer en el tiempo de esta agregación la existencia de la Sede de Calahorra , para inferir me- jor la desunión , y como independencia que la de Ná- gera tubo respedo de ella, incorporándose no con esta sino con la de Pamplona. Pero este supuesto es muy falso ; porque como hemos visto no hubo Silla Episco- pal en Calahorra desde el año 932. hasta el de 1045. Asi que la agregación di- cha no podia hacerse á la Sede Calagurritana que no existia , y necesariamente se debia hacer á otra de las mas cercanas en el territo- rio proprio de los Reyes de Navarra , cuyo dominio se estendia entonces á la Rioja.

CA-

121

CAPITULO XVI.

MEMORIAS

DE LA

de Alaba,

PROVINCIA

I T A noble Provincia L/ de Alaba corres- ponde á parte de la tierra mediterránea , que en tiem- po de los Romanos ocupa- ban las gentes;, que se d^- cian Caristos y Varduios. De estas queda establecido en el tom. 32* que se cora- prehendieron bajo, el nom- bre de Cántabros , que antes de . la guerra de Augusto era el único con que se signifi- caban los habitantes de aquellas regiones , que se extendiíin por la costa des- de ; e.i líinixe oriental de los Asturianos , hasta el pro^ montorio Oeaso en que se terminaba la España. De las mismas dejo dicho , que des - de las expediciones del re- ferido Emperador , dirigidas á sujetar los Montañeses y Asturianos , que habitaban en el remate del Perineo, que ;corre por dentro de Es- paña acia las Asturias , em^ pezaroa. a- dislinguirse , de

ordinario con los nombres expresados de Várdulos y Caristos , no debiendo ya- confundirse con los Canta-' bros vencidos por Augusto^ < como se evidencia en^laDi-1 sertacion de la Cantabria, y en la vindicación de esta Obra que tengo publicada. . 2 Manteníase el nom^bré;* de Várdulos en el siglo quin-! to , como consta deldacio,; el qual imitando á Mela,. que repartió entre Canta- tabros ; y Várdulos el trecho de costa que se sigue á los' Asturianos acia el Oriífnte,. escribe los Erulos gente^ del Norte : Cantabriarum S- l^arduliarum loca maritima. crudclissime deprcedítti sunL. Muchos Autores quienenv que en el siglo sexto faltaba ya el mismo nombre , por el qual dicen se introdujo el de Vascones,por haberse apode^ rado estas gentes de la tier- ra de losVárdu'los con quie' nes co;ifiiiabanw Esta opinión

que-

-2 -2 4' España Sagrad-. queda refutada en el tom. 32. pag. 316. y 344. donde probé , que no hay en los Escritores antiguos memo- ria dé que los Vasconeseur tra-ron en Alaba , ó esten- dieron su nombre á éstas partes.

3 Después de la irrup- ción de los Árabes se intro- dugeron , coaio dige en el tom. citado pag. 80. los nom- bres de Alaba , Vizcaya , é Ipuzcoa ó Guipúzcoa , ds <;uyo origen no es posible dar razón , que satisfaga á los curiosos. Alaba , según Covarrubias , se dijo de Ara bia , y según otros de Arab; pero fuera de la desemejan- za que se nota en las voce?, no es creíble que se llama- se con nombre Arábigo una provincia , en que nunca se establecieron los que habla- ron este idioma. No es mas verdadera la opinión deGa- ribay , en cuyo diclamen Alaba se deriva de Uraba, nombre proprio de una de las montañas , que hay en esta región ; pues aunque se pone por principio una cosa no estrangera sino del mis- mo pais , es muy visible la diferencia de aquellos dos nombres. El origen , que me

í. Trat,6 9.Cáp, i(?.

parece mas cercano á la verdad , es el que Oihenart y el M. Florez sostienen di ciendo , que la Provincia de Alaba se dijo de Alba , nom- bre que tubo la Ciudad prin- cipal de los Várdulos men- cionada por Plínio , Ptolo- meo y el Itinerario de Anto- nino. Los Escritores mas an- tiguos V en quienes se lee esta voz como propria de' una provincia , son el Obis-< po D. Sebastian , y el Chro-i ni-con de Albelda , y su uso' es mjy freqüente en las es- crituras y privilegios desde» el siglo décimo en adelkn-- te. i

4 Los límites primitivos' de esta provincia fueron por el Occidente la Bardulia , que desoues se dijo Castilla , de cuyo primer territorio se tra- tó en el tom. 26. pag. ro. por el Norte la Vizcaya, por el Oriente la Ipuzcoa , y montañas de Navarra , y por el Mediodía la Cantabria, que era entonces la Rioja. Por esta parte se extendía la provincia de Alaba en su principio mas que al pre- sente , porque llegaba á la sierra, que ciñe á la Rioja por el lado seotentrional, donde teaia tr;;s fuertes cas- ti-

' Memorias de la Pr tlUos , que la sirvieron de principal defensa mientras ios Moros dominaron en las tierras cercanas. Estos fue- ron Bilibio , del qiial hace particular mem.oria S, Brau- lio en la vida de S. Millán. Ceüorigo , que en sentir de un Interprete é Historiador ridiculo , es lo mismo que sceleris oriiro , y se atribu- yó á aquel sitio , por haber suredldo en él aquella in- signe maldad , que fue ori- gen de la pérdida de Espa- ña. Pancorvo , que debia pronunciarfe Poncorvo , por derivarse de pons y curvusy según el Ch ron icón Aibel- dense , que menciona estas dos ultimas fortalezas como gobernadas por D. Vela Xi- menez Conde de Alaba.

5 Aunque esta provincia fue siempre distinta de las de Vizcaya y Guipúzcoa, con quienes confina , con to- do eso su nombre se exten- día antiguamente á significar también estas dos regiones, no de otro modo que en nuestro tiempo el nombre de Vizcaya se aplica á las tres provincias , lo que como <iice el P. Larramendi en el Prol. á su Diccionario , sue- le ser causa de enojos y dis-

Tom.XXXIII,

■ovinda de Alaba, 2i<y turbios. Ni se limitaba esta accepcion al estilo vulgar, corno sucede con el nom- bre de Vizcaya ; sino que se verificaba también en los privilegios é instrumentos públicos, sobre lo que pue- de verse Oihenart en la pag. 144. de su Vascon. y Moret en sus Investig. pag. 550.

6 Acerca de los Señores, que los Alabeses reconocie- ron en el tiem.po inmediato después de la entrada de los Moros en España , se ha de- advertir , que el P. Moret en. la Obra cir. pag. 549. divi- de la Provincia de Alaba en parte interior y primitiva, y parte exterior y extensi- va. La primera , dice , es desde las conchas de Argan- zón por el Occidente, has- ta el puerto de S. Adrián por Oriente ; y se cierra por el lado meridional con las peñas que la dividen de la Sonsierra de Navarra y de la Rioja. La segunda desde las mismas conchas en la parte en que el rio Zadorra sale estrechado entre dos gran- des peñas hasta Pancorvo, abrazando también las co- marcas de Ceüorigo y Velo- rado , las quales tierras se entienden hoy en el acíiibre Ff de

ii6 España Sagrada.

de Bureba. Dice pues el re- ferido Investigador , que no se halla instrumento , ni me- moria antigua de que los Reyes de Asturias reynasen en la parte de Alaba primi- tiva , sino solo en el terri- torio que ahora se llama Bu- reba : y afirma que la inte- rior fue la que dio titulo á los Reyes primero^ de Pam piona , aunque por falta de instrumentos no se pueda averiguar el año, en que em- pezaron á dominar en esta parte.

7 Mi didamen acerca de ]os primeros Señores de está' provincia en toda su exten- sión , es el mismo que pro- puse y probé en el tom. 32. tratando de los Principes, que doíninaroíi á los Vasco- nes y Navarros después de la irrupción de ¡os Árabes, esto es , que no fueron otros que los Duques de Cantabria y Reyes de Asturias. Este asunto se evidenciará con los testimonios de todos nues- tros antiguos Escritores , los qualcs se hallan tan expre- sos en este particular , que á vista de ellos se desvane- ce quanto alega el P. Moret en favor de los primt^ros y fingidos Reyes , que él poue

Trat. 69. Cap. 1 6.

en Navarra. Sea el primero del Obispo D. Sebastian , que refiriendo en el numero 14. los lugares que repobló el Rey D. Alonso el Católico hasta incluir la Bardulia,que como he dicho confinaba con Alaba , añade que no tubo necesidad de reparar esta provincia , como tam- poco la de Vizcaya , por no haber entrado en ella los Moros , insinuando tacita- mente el dominio , que D. Alonso tenia en estas tier- ras , y exponiendo la causa de no haberlas poblado co- mo las otras , sin embargo de pertenecer á su Reyno. De este mismo Rey escribe el Arzobispo D. Rodrigo, que para mayor defensa de los Christiarios fortificó muchos Castillos por Alaba , Vizca- ya y Navarra , de donde se infiere evidentemente, que todas estas regiones esta- ban bajo de su protección y gfibieruo. Sampiro es tam- bién testigo de esta sujeción de los Alabeses á los Reyes de Asturias ; porque empe- zando su Chronicon por D. Alonso el Grande refiere, que teniendo este Principe noticia, deque los habitan- tes^ d« Alaba s^ le habían re- be-

Memorias de ¡a Pr helado , se dirigió contra ellos , y los obligó á pro- meter fidelidad , sujetando á su Imperio aquella provin- cia, y llevando á Oviedo al Conde Eylón , que como es creible fue cabeza de la re- belión y alzamiento de los Alabeses.

8 En el mismo Reynado era Conde de Alaba D. Vela Scemeniz ó Ximenez , pero con dependencia del Rey de Asturias. Cou'^ta asi de dos lugares del Chronicon de Albelda. El primero es del num. 73. donde se refiere, que los Condes de Castilla y Alaba, que eran D. Diego y D. Vela fatigaban mucho con sus armas al Rey Árabe Abaddella; por lo que éste no cesaba de dirigir lega- dos al Rey D. Alonso , á fin de alcanzar la paz. El segurido es del mismo num, y sig. donde cuenta que Al- mundir , hijo de Mahomad, Rey de Córdoba , después ée haber talado los campos que poseian en Aragón y Navarra los Moros , que se decian f^enikazi^ entró en el territorio del Rey D. Alonso, y dio la primera batalla en el Castillo de Cellorigo , que pertenecía á Alaba , y esta-

ounncla de Alaba, iij ba á cargo de D. Vela su Conde. Coligese pues que la tierra de Alaba , y sus Con- des dependieron de los Re- yes de Asturias hasta el año 883. en que pasaron y se escribieron estos sucesos.

9 Aun después de D. Alonso el Grande , y del establecimiento del Reyno de Navarra , que como pro- bé en el tom. 32. fue á fines del siglo nono, se mantu-í bo por algunos años la pro- vincia de Alaba en la suje- ción á los Reyes de León, como consta del estilo que se guardó de mencionar en los instrumentos públicos el nombre del que reynaba aétualmente , y del Conde de Alaba. Sandoval trae una donación hecha por Mu- nio Nequites , y su muger Doña Lupa al Monasterio de S. Miguel de Salcedo , y de su Abad Ñuño : cuya data es del año 927. y dice asi: Regnante Regirniro in Le- giorte , 6? Comité Fredinando Gundisalviz in Castella , S in Alaba, Argaiz en el tom. 6. de su Sol. Laur. pag. 263. hace memoria de otra dona- ción que hizo un Presbítero llamado Vigila á Juliano, Abad del Monasterio de S. Ff2 Pe-

17^ España Sagrada Pedro y S. Pablo de Tobillas en Val de Gobia , y en su data se dice que era Conde de Castilla y Alaba Fernán González , y que el año de Ja fecha era el primero del Reynado de D. Ramiro en León. Véase también Ber- ganza part. i. pag. 238. donde trae una escritura de Diego y su hijo Tello, que dieron al Abad de Cár- dena Recesvindo la Iglesia de S. Sebastian de Qiiinta- nar , expresándose el mismo Conde de Alaba y el Rey D. Sancho de León.

10 En vista de tan expre- sos testimonios es necesario sostener , que la provincia de Alaba perteneció á los Reyes de Asturias y de León desde la irrupción de los Árabes hasta el tiem- po de Fernán González , á quien los Condes de la mis- ma provincia reconocie- ron homenage. Consta asi- mismo , que el Privilegio de los Roncaleses , en que el Rey de Navarra tiene los títulos de Pamplona , Alaba y las Montañas , es muy posterior al año en que lo fija el P. Moret. Véase lo que sobre este particular eícribí en el tom. 32. desde.

Trat.óg, Cap. 16.

la pag. 365. Coligese final- mente , que la división que este Auror hace de la pro- vincia de Alabí en interior y exterior, es solo arbitra- ria é inventada contra la primera idea , que nos dan los Escritores antiguos , qus hablan absolutamente de ella como dominada de los Re- yes de Asturias, no insinuan- do jamás que alguna parte suya estubiese sujeta á los de Navarra , como se pre- tende con esta nueva dis- tinción.

II Las memorias mis autenticas , que tene-aos de las regiones que se gmaron por los M )ro> , exceptúan de su opresión las tres provin- cias de Alaba , Vizcaya y Guipúzcoa. Vean>e los testi- monios que acerca de este punto exhibí en el tom. 32. cap. 13. Algunos Autores dicen, que sin embargo de haberse libertado de la cau- tividad la mayor parte de Alaba , los Moros tomaror» la porción mas inmediata á la BarduÜa 6 Castilla ,1o que comprueban con el Obispo D. Sebastian , que afirma haber sacado Don Alonso el C:itolico del poder de los barbargs á Miranda de Ala- ba

Memorias de la Vrovtncia de Alaba. 229

ba conforme á la lección de un Códice ms. del Colegio de Navarra en París citndo por Oihenart en su Vascon. pag. 144. Pero este lugar se lee de tan varios modos, que no es posible colegir que el Obispo Salmanticense mencionó á Miranda de Ebro , que en aquel tiempo pertenecía á la provincia de Alaba ; S indoval y Bergan- za imprimieron : Alúnense Mirandam , Pellicer Aláben- se , Mirandam, El Rmo. Florez Alabensem , Miran- dam, Y aun atendiendo á la puntuación , que divide es- tas dos voces en todos ¡os mss. parece que por ellas se deben entender dos po- blaciones distintas , y no precisamente la Miranda de Alaba. Por eso Ambrosio de Morales lib. 13. cap. 13. cuenta, siguiendo á D. Sebas- tian en las conquistas de D. Alonso , un pueblo llamado Alábense , y de Miranda di- ce , que no es la que llaman de Ebro , sino la del Cas- tañal que está nueve o diez leguas de Salamanca , y da titulo al Condado. Y á la verdad es mas probable que el Obispo Salmanticense no mencionó entre los pueblos

conquistados , algunos que tocasen á la provincia de Alaba , diciendo de ésta poco después , que hasta el tiempo , en que éi escribía su Chronicon , habia sido constantemente poseída por sus Naturales.

12 Moret para confir- mar la división , que hizo de Alaba en interior y exte- rior , trae en el lib. 3 . de las Investig. cap. i. dos instru- mentos , de los quales , dice, consta con certeza , que toda la tierra , que hay desde Mi- randa de Ebra á la peña de Orduña , fue ocupada de los Moros , y que sus Iglesias permanecieron diruidas has- ta el Reynado de D. Alon- so el Casto. Las dos escri- turas que cita son de S. Ma- ría de Val puesta , y se ha- llaran en ei tomo 26. de la España Sag. pag. 442. pero sobre ser poco conocidos los nombres de los términos, que alli se señalan ; ni el Rey , ni el Obispo Juan dicen , que los Moros ocupa- ron aquella tierra ó destru- yeron las Iglesias , que se expresan en los instrumen- tos; por lo que estos son in- útiles en orden al intento de Moret \ y debemos consen- tir

c^o España Sagrada,

tir con el Obispo D. Sebas- tian , que hablando de las tierras , que ganó y pobló D.Alonso el Católico, mues- tra , que no tuvo necesidad de hacer esto en Alaba, porque siempre se mantu- bo en poder de Christia- nos : Alaba namqus , Visca- ya , Alaone , í? Urdunia d juis incoUs reperiuntitr sem- per esse possess¿e , &c.

13 Retubo su libertad esta provicia hasta el año 861. en que como refiere el Arzobispo D. Rodrigo en el cap. 27. de la Histo- ria de los Árabes , Maho- rnad , Rey de Córdoba , en- vió á su hijo Almundir con- tra los Alabeses , el qual hi- zo en ellos grandes estra- gos , y volvió triunfante, llevando consigo muchas cabezas de los Christianos que mató en aquella guerra. Esta entrada de Almundir no fue mas que una apre- surada correrla , en la que no tomó pueblo ni castillo alguno , como consta de las memorias de los años si- guientes , por las quales se sabe , que Alaba se gober- naba por su Conde Eilón, y bajo el Imperio de D. Alonso el Grande.

Trat. 69, Cap. 1 6.

14 En el año 882. Ma- homad , pretendiendo Ven- garse de los grandes daños, que el Rey D. Alonso le ha- cía en sus tierras , envió un egercito contra Alaba; pero en la primera batalla , que se dio en el Castillo de Ce- llorigo , fueron los Moros vencido* con grande pérdida de los suyos. Sirque bastes Caldceorum , dice el Chroni- con de Albeláa , ad Cellori- cum Castruwi pugnaverunt^ & ñihiJ egcrunt ^sedmultos suos ibi perdiderunt. No escarmentaron los barbaros con esta desgracia ; antes bien resueltos á entrar en aquella provincia , y viendo la resistencia insuperable de aquel Castillo , determina- ron hacer segunda tentativa, combatiendo á Pancorvo; pe- ro también fueron rebatidos aqui con no menor perdida que en Cellorigo. Ipsa quo- que hastis in extremis Cas- tellaa veniens ad castrwn^ cui Pontecurvum nomen est^ tribus diebus pugnavit , & nibil ví&ori¿e gessit^ sed plu- rimos suorum gludio vindi- ce perdidit»

15 En el año 883. vol- vieron los Moros á emprehen- der la entrada en Alaba,

com-

Memorias de la Provincia de Alaba, 231 combatiendo los mismos Cas- grandes viéíorias de los Mo«

tillos de Cellorigo y Pan- corvo ; pero el fruto que consiguieron no fue otro que perder una gran parte de su egercito, sin embargo de que Mahomad juntó para esta expedición todas las fuerzas que tenia en España , como se escribe en el Chronicon citado.

16 Cerca de este tiempo se estableció el Reyno de Navarra, como probé en el tom. 32. y los primeros Re- yes alcanzaron muchas y

ros , con las que consiguieron desalojarlos de todas las tier- ras finitimas a la provincia de Alaba. Asi que pode- mos asegurar atendidas to- das las memorias antiguas, que los barbaros nunca pu- dieron tener dominación esta» ble en este pais,reservandole Dios para que en él se man- tubiese la Christiandad , / no se apagase , como dice el Arzobispo D. Rodrigo , la centella de los Santos.

CAPITULO XVII.

ESTABLECIMIENTO DEL OBISPADO

de Alaba en Armentia.

I XJ N la provincia , cu- Jtjy y as memorias anti- guas acabo de referir , exis- te hasta hoy una población, que antiguamente se llamó Armentegui ó Armentegi, ilustre y esclarecida por el nacimiento de S. Prudencio Obispo de Tarazona , y por la Sede Episcopal que se eri- gió en ella después que fal- tó el titulo de Calahorra. Al presente &e dice Armentia,

y su antigua grandeza e?tá reducida á un corto núme- ro de casas de Labradores, habiendo sido causa muy principal de esta reducción el aumento de otro pueblo cercano , que primero se di- jo Gastheiz , y después de fortificado y engrandecido por D. Sancho el Sabio , se llamó Vidoria. La casuall* dad de tener los montes rios y pueblos de su comar- ca*

1^^ España Sagrada, ca , nombres muy semejan- tes á los de la región en que descansó el Arca de Noé , ha dado ocision á que algunos Escritores atribuyan la fun- dación de este lugar á los primeros pobladores después del diluvio universal. Creen estos , que nuestra España empezó á poblarse por el Pyrineo , y tierras de Gui- púzcoa , Vizcaya y Alaba, para cuya comprobación Iraen por argumento princi- pal los nombres , que pasa- dos tantos siglos se conser- van en estas partes monta- ñosas. Si el monte , dicen, en que se paró el arca de Noé se II una GorUcyo se- gún Josefo en el lib. i. de sus Antig. Jud. cap, 4. en la provincia de Alaba hay una montaña alta , que con leve corrupción se dice Garbeya. Si la Armenia Mayor,en que está situado aquel monte, tiene el nombre hebreo de Ararat , en la jurisdicción de Villafranca de Guipúzcoa se levanta otra montaña, que con su grande altnra domina las costas del mar Cantábrico , y se llama tam- bién con ligera variación Araliv. A la falda de esta montaña nace un rio , que

Trát. 6 i) Cap, ij, se dice Araxes , y en la Ar* menia es muy celebrado otro rio , cuyo nombre se escri- be con las mismas letras. Asi van discurriendo por los nombres que tienen otros pueblos , montes , valles y ñimilias de Alaba y sus cot marcas , de los quales y de la costumbre que observa-r ron siempre los pobladores, ó conquistadores de alguna provincia de comunicarla los nombres de la tierra de donde salieron , infieren, que los primeros habitantes de Alaba , y de las regiones fiuitimas, vinieron de xÁrme- nia poco después del dilu- vio. De estos pues añrmín, que habiendo llegado a di- cha provincia , fundaron la población llamada Armente- g:ii , que se interpreta pue- blo de Armenios ; y de aquí colige D. B?rnardo íbañez. Autor de la vida de S.Pru- dencio, queTubal estableció en Alaba su colonia , y que desde aquel tiempo fue Ar- mentia la Ciudad capital de aquellos pjises.

2 Yo no dudo que si fueran subsistentes las con- geturas , que estrivan en la uniformidad ó semejanza de los nombres , serian las mas le-

Bstahkchnlénto del Obispado de Alaba. 233 legítimas las que se hacen ser Logroño , ó á los de

Vaipuesta , ó á otro de los que partían términos ; pero

en favor de la primera po- blación de Alaba , y tierras vecinas , por encontrarse la mayor conformidad entre los de ésta , y los de Ar- menia. Pero como este gene- ro de pruebas es comunmen-. te desestimado de los doc- tos , y pudo ser acaso lo que Moret y otros reputan por cuidado de los primeros po- bladores , no me parece se á^h^ porfiar mucho sobre esta gloria y antigüedad de Armentia , cuyo principal í|onor consiste en haber sido patria de S. Prudencio , y en haber tenido Silla Epis- copal , y lo que es muy digno de aprecio en haber dado con santa paz y liber- tad culto á Jesu Christo to- do el tiempo , que las Ciu- dades de otras regiones se vieron en tribulación y es- clavitud después de la veni- da de los Árabes. . 3 Tratando el M. Argaiz de las antigüedades Ecle- siásticas de la provincia de Alaba dice , que en los qua- tro primeros siglos de la Iglesia perteneció en lo es- piritual á los Obispos deFla- viobriga , que es Bilvao , 6 á los de Alberito , que dice Tom. XXXllL

que en el año de 43 ti- se erigió Sede Episcopal en Ar- mentia , teniendo la provin* cia desde este tiempo en adelanteObispo proprio. Los Obispados de Flaviobriga y Alberito no tienen otro fun- damento que el Autor de estas y otras ridiculas inven ^ clones, Antonio Lupian , que se encubrió con el nombre de Hauberto. La Silla de Val- puesta es también fingida respedo de los quatro siglos primeros , ni se halla me- moria suya hasta los años de 804. en que vivia su Obis- po Juan , restaurador de la Iglesia de Santa María , / primer Prelado de ella. Dei mismo modo , el origen que se atribuye al Obispado de Alaba en los años de 431; es supuesto por el que in- ventó las Sillas Episcopales. de Fiaviobriga y Alberito. Asi que debemos entrar en el reconocimiento de !a Igle- sia Alábense , suponienda que todas estas noticias , que trae Argaiz son fabulosas, despreciables y contrarias á documentos auténticos , qual es la Epístola de los Padres Gg Tar-

a 3 4 España Sagrada*

Tarraconenses al Pontífice Hilario , de la qual consta, como dejo escrito en otro lu- gar , que el Obispado de Ca- lahorra era en el siglo quin- to el ultimiD de la Provincia de Tarragona , por la parte en que confinaba con la de Galicia: de donde se infiere evidentemente , que no ha- bla Sede en las Ciudades, que Argaiz nombra , y que toJo el territorio desde Ca- lahorra hasta el límite de la dicha Provincia Tarraconen- se , pertenecía á la jurisdic- ción de la Iglesia Calagurri- tana.

4 Parecía increíble, que en nuestros tiempos , en que quitado ya el velo á la men- tira , que dominaba antes di- simulada con la máscara de nombres grandes y famosos, trabajan todos en limpiar la Historia de las inumerables ficciones que se habían in- troducido en ella , hubiese alguno que pretendiese en- ga fiarnos con la producción de instrumentos y manus- critos fabulosos. Pero la ex- periencia nos enseña , que se verifica aun ahora lo que D. Nicolás Antonio lloraba' en su edad , esto es , que no se jba cocido aún aquel mal

Trat. 69. Cap. 1 7.

humor , que se gastaba en estas ficcicnes , antes pate^ ce que le han heredado otros. Digo esto , porque el Lie. D. Bernardo Ibañez , deseo- so de honrar al Obispado de Alaba , y á la Iglesia de Ar- mentia, publicó como auten- tico el testamento de un Ca- ballero llamado lldemiro,eti el qual se nombran algunos Obispos inmediatos á la pér- dida general de España , y se cuenta la tradición de los Alabeses antiguos sobre que la expresada lijlesia fue fundada por San Saturnino. Los Eruditos de la Provincia de Alaba saben muy bien quien fue el Artífice de esta Escritura , y señalan con el dedo la oficina en que se fin- gió ; por lo que lejos de que- rer que se acredite , traba- jan ellos mismos en quitarla toda la reputación que po- día tener en el concepto de los menos prudentes. Igual- mente conocen la invención de las Aét 'S de S. Prudencio, que el mismo Ibañez impri- mió en la Historia de este Santo ; y su publicación los. irritó de manera , que lle- nos de verdadero y piadoso zelo prohibieron la venta de los egemplares impresos. Es- te

Establecimiento del Obispado de Alaba. 235 te es el aplauso que mere- dad que en tiempo de este

ció el inventor , en lugar del aprecio , que según la pag. 83. de la Hist. cit. espe- raba con mucha satisfac- ción de los sabios continua- dores de Botando. En este supuesto , nadie estrañará, que no quiera yo gastar el tiempo en el eximen de ins- trumentos notoriamente fin- gidos , en especial dando ellos mismos las mejores mu- estras de ser obra moderna, y de Autor que ignoraba el arte de contrahacer, casi en todas sus clausulas , las qua- Jes no constan sino de expre- siones que hoy se usan vul- garmente en nuestro idioma, «in mas diferencia , que la de estar latinizadas,

S Desechados , pues , los referidos documentos , como fabulosos é inútiles en orden al establecimiento de la Se- de Episcopal de Alaba , di- gamos ya de su verdadero ó mas probable principio. Oihenart afirma, que no pu- do tener notic-ia de Obispo de Armentia , que presidiese antes del siglo once , y por tanto pone en primer lugar á D. Munio , que gobernaba este Obispado en laEra 1052. y 1073. Pero aunque es ver-

Prelado empezó á sonar en las memorias el titulo de Alaba , desconocido en las que se escribieron en !os si- glos anteriores, debemos cre- er que este Obispado se esta- bleció mucho antes del Obis- po expresado. Esto se per- suade fácilmente con solo advertir el estado que tubo la Provincia de Alaba, y la de Vizcaya su confinante , en todo el siglo décimo. Por- que primeramente es indu- bitable , que éstas se con- servaron libres de los Mo- ros , y ocupadas de un gran numero de Christianos , j mayor que antes de la ve- nida de los Barbaros , de cu- ya persecución escaparon muchos retirándose a ellas: de donde se colige, que na habia impedimento, sino an- tes motivo muy particular l>ara tener Obispo que go- bernase aquellas Iglesias. iAdemás de esto , no hay vestigio por donde se pueda descubrir que alguno de los Obispos confinantes , es á saber , el de Val puesta, ó el de Nágera , tubiesen juris- dicción en las dichas Pro- vincias según toda su exten- sión ; y solo consta, que el G 2 pri-

2 3 <5 España Sagrada* primero gobernaba desde su Capital hasta cerca de Mi- randa Ebro, como luego ve- remos. Asi , que parece que la Sede Alábense empezó en el siglo décimo , quando ce- só el titulo de Calahorra , y se instituyó el Obispado de Nrlgera , como se hará mas patente en el Catálogo de los Obispos de Armcntia.

6 La Diócesis de Alaba confinaba por el hdo orien- tal con la de Pamplona, á la qual pertenecía por esta parte todo el territorio que abrazaba entonces el nom- bre de Ipúzcoa , como cons- ta del Diploma de D. San- cho el Mayor en el frag- mento que publiqué en el tom. 32. pag. 230. Por la parte meridional compre- hendia hasta la Sonsierra de Navarra , y Rioja , confinan- do por aquí con el Obispa- do de Nágera. Por el Occi- dente se extendía hasta el rioOronciilo ,como baja des-

Trat. 6g. Cap, 1 7. de Pancorvo á Miranda , don- de entra en el Ebro , y por este lado partía térmi- nos con la Diócesis de Val- puesta , cuya jurisdicción llegaba al pueblo , y rio de Orón , como se expresa en las Escrituras del Rey Don Alonso , y del Obispo Don Juan , publicadas en el Ap. del tom. 26. pag. 442. y 444. y se confirma con la memoria , que se lee en el libro Gótico de S. Millan, fol. 10. por la que consta, que el Monasterio de Orbá- ñanos , entre Frias , y Pan- corvo , pertenecía al Obis- pado de Valpuesta. Véase el tom. cit, pag. 93. Finalmen- te , por la parte septentrio- nal era de este Obispado to- da la Provincia de Vizcaya; de manera , que los límites de ésta , y de Alaba encerra- ban todo el distrito que to- caba á la Sede establecida en Armentia.

CA-

CAPITULO XVIIL,.

m

CATALOGO DE LOS

de Alaba,

OBISPOS

MUNIO.

Por los años de 927.

'* T7^ nombre Munio es ' ' XZá muy común en los Obispos de Alaba , como ire- mos viendo en su Catálogo. El primero,que hallamos con él , consta de una Escritura, que existe en el Archivo del Monasterio de S. Millan , y pertenece al año de 927. se expresa en ella la Se- de ; pero con todo eso debe estimarse esta memoria co- rro prueba evidente de qué la Silla Ep 'seo pal de Alaba se instituyó asi que la Rioja fue conquistada por los Re- yes de Navarra. Porque ade- más de no leerse el nombré de Munio en los Catálogos, ni en las Escrituras de e.ste ti£ m- po concernientes á otras Igle- sias confinantes, tratase aqui de cosas proprias del terri- torio de la expresada Pro- vincia , donando un Abad llamado Lisuario,y los Mon- ges que vivían con él algu-

ñas Iglesias al Abad de Su Esteban de Salcedo. A está donación , pues , se halló presente el Obispo Munio, de quien la Escritura hace mención por estás palabras: Hcec scriptaÉprsco'pusMurtJÓ primitus Jtgit & ccnfirwavit» 2 En ía data de la mis- ma memoria se dice , qué rey naba D. Ramiro en León, y Fernán González en Cas- tilla ; y de aqui 'se infiere también contra Moret , qué la Provincia de Alaba no es- taba aún agregada al Rey-í- no de Navarra , com.o dejo probado en otro lugar. Igual- meíite se puede discurrir, que la ca:usa principal de haberse dividido en dos Obispados el territorio del de Calahorra , fue por estar dominaido por diversos Re- yes , y Señores , pertene- ciendo la Rioja á los de Na- varra , que la conquistaron; y Alaba , y Vizcaya á los de León , y á los Condes de Castilla.

MU-

«3

España Sagrada^ Trat. 6g. Cap. 1 8.

MUNIO

Año de 95 6. y en adelante*

1 Los Obispos , que pre- «dipron en esta Sede desde el auQ 927. hasta el 1033. tie- nen en las Escrituras que loi mencionan un mismo nom- brg, s:n .qu,e se halle nota álWufía qu(^^los distinga. Por ta-ito , no pudiendo averi- cuirse , si fueron dos , tres, p mis los que gobernaron la Iglesia de Alaba en aquel largo intermedio de años, me veo reducido á distribuir este tiempo en tres Obispos con el nombre de Pvlunio, confesando primero mi igno- rancia acerca de su número.

2 En el año , pues , de 956. se donaron al Monaste- rio referido de S. Esteban de Salcedo otros varios Monas- terios situados en la Provin- cia de Alaba. La donación existe en el Becerro Gótico de S. Milhn , y está firma- da Dor el OhisDO Munio , que debe adjudicnrse á esta Se- de por las mismas razones que el precedente.

3 E! Atitor de la Vida de S. Prudencio pone por pri- mera memoria de este Obis-

po la confirmación de un Pri- vilegio, que el Rey D.San- cho , y la Reyna D. Urraca dieron á la Cofradía de Ala- ba , reformando algunos abu- sos y fueros antiguos. Esta Escritura se halla traducida al Castellano en un proceso Ms. de las Antigüedades de Alaba , cuyo Autor fue D. Juan de Lazarraga , hombre, según el juicio del referido Escritor, erudito , y extre- madamente curioso en las noticias que juntó , y muy puntual en los instrumentos que puso á la letra. La data de la Escritura dice asi : Fe^ cha fue esta carta de con- firmación en ¡as Kalendat de Enero , Era de mil ailos, en el Monasterio de Santa Cruz, E yo D. Sancho , y la Reyna D. Urraca mi m«- gcr , y los infantes mis hi- jos D. Garcianes , D, Fer- nando , y D, Remiro , qug la mandamos facer , la fir- piamos de nuestras manos ^ y la entregamos á treinta tes- tigos , para la autorizar é corroborar. D. Benito ^Obis- po de Nágera , que la con- firmó. D. Munio de Alaba^ D. Si se b uto de Pamplona , e todos ¡os antiguos de Ara- gón , y de Pamplona y que U

COñ'

Obispos de Alaba. Munio. «39

fonfirwaron, Eugenio Sacer- es muy posterior la memo- dote la escribió , é fizo aqui ista señal, '^

4 Yo no puedo dudar, que aun suponiendo la au- tenticidad de este Privile- gio , debemos tener por fal- sa la data , que se halla en Ja copia de Lazarraga. No quiero detenerme ahora en los muchos reparos que se me ofrecen quanto al Rey- nado de D. Sancho , y D, Urraca , de que por ventura trataré de proposito en otro lugar. Lo cierto es , que en la Era de mil , año de Chris- to novecientos y sesenta y dos , no pueden verificarse estos Reyes de Navarra ; por- que consta de los Códices Albíldense , y Emilianense, que en el año expresado rey-,' naba D. Gnrcia Sánchez , el qual no murió hasta el 970. La conjunción de ios' Obispos confirmantes es tam- bién argumento que eviden- cia el error de la data ; pues de'i reconocimiento de los Catálogos de las Iglesias, que se nombran, resulta , que no fue posible la concurrencia deObispos con aquéllos nom- bres antes del año 988. Asi, que aun supuesta la legiti- midad de dicho Privilegio,

ría del Obispo Munio , que le confirmó expresando la Sede Alábense.

Excluyen. re Julián , y , García. '

5 t), Bernardo Ibañex pone presidiendo en esta Se- de en el apo de 990. un Obis- po llamado Julián, cuya fir-' ma dice se lee én el Becerro* Emilianeníe al fol. 22. El nombre de este Prelado se halla en varios Insrrumen-" tos , y en ninguno se encuen-' tra la expresión de su Sil!a,¡^ Argaiz , y Moret citan Es--"' crituras de les añ^s 982. y ,

983. con lis su^sc'p i-nes de este Obispo, Y rra- en do el mismo Ibañe'í^ la Es r tu-^ ra de litigio der Ob-'sp) D;' PJnnio cdn Alvaro , Ab?.d de S. Vicenfe de Ozcoita ,con la Era de 1022. añodeCbrJsto

984. debia advertir , que no tocaba al Catálogo de A 'aba el nom.bré 'de Julián , quG se lee en Escrituras anteriores á la dicha Era , y también en otras posteriores que él señala.

6 El mismo Autor , si-' guiendo el Catálogo forma- do por Argaiz , hace á D.

Gar-

^ 40 Es papa Sagrada. Garda succesQr .(k ,I>Qn,j4L: Üan. P^fo , fíi%n:í^^ ^cfe^^qpe,' ^ste obispo ] taip poco^ subs- cribió alguna vez conrel ti- tulo de Alaba ", es mas pro- bable , (^ue su Sede fue,. lav de Nágera ; porque , foinó dTge tratando este Obispado, ^1 nombre de Garcia* se en- cuentra en diferentes Escri-, turas, continuándose su me- m^cia .desde el principio del sfglo once , hasta el aiio de 1014. en que subscribió con expresión de la Silla Nage- rense. iVrgaiz prosigue las noticias del mismo O. Gar- ci^ hista el año de 1020. y de aqui se hace contra él un buen argumento prue- ba de que no pudo ser Obis- po de Alaba desde el año de 996. en que oQue su priniera memoria hasta, el de j^oiq.^en que trae la ultima, haílaqdose entre estos años otro Obispo de nombre muy diverso, que es el siguiente.

M u k I O.

Desde el año 1014.

I Los Obispos de Alaba empiezan desde ahora á ser mas conocidos , porque se- guían con freqUencia á los

Trat.6<). Cap, 18.

Reyes- de Navarra yC^ cuy^ compafíia andubieron mas de ordinario hasta.aqui los.Obis- pos de Pamplona , Nágera , y Aragón, Por eso Arnaldo Oihenart haciendo una bre- ve mención de los OipispQs de, Alaba » muestra no hiber;' tenido noticia de los pasa-' dos , y pone por primero á, D. Munio: Episcopos ajten^ q'4Í huic Se di pi'ieFuerun!:, ¡075 duntaxat in veterihuy monumentis observare licuiti Munionem , qui Era 1052. í? Erj 1073. fiírcbat , ^c. 2 La primera memoria, que tenemos de D, Munio, es del año de 1014. en que subscribió y confirmó la in- signe donación que D. San- cho el Mayor hizo al Mo- nasterio . de S.Salvador de l^eyre, dándole á S. Sebastian ^1 viejo y el antiguo pueblo de Izurumcon sus Iglesias, como dige en D. Gíarcia, Obispo de Nágera , que tam- bién firmó esta Escritura con expresión de 3u titulo. En los años siguientes confirmó otros muchos Instrumentos, que no me parece reprodu- cir en este lugar , por ha- berlos mencionado en el Ca- tálogo de los Obispos Nage- renses , nombrando á Munio, co-

Ohh pos de Alaba. M\imo, 241

de los coníír- Escritura de unión del Mo- nasterio de S. Eulalia de Pe- quera al de S. Juan de la Pe- ña , quedando desde enton- ces Sancho , Prior de S. Eu- lalia , y sus Monges Ximeno, Diaco , y Bancio , sujetos á la Reforma Cluniacense. En este año falleció Manió, y en el mismo tomó posesión de esta Sede el siguiente.

como a uno mantés,

3 En el año de 1030. asistió á la elevación , y tras- lación que D. Sancho el Ma- yor hizo de las Reliquias de S. Millan ; y poco después firmó la Escritura de dona- ción , por la que este Princi- pe , para memoria , y honor de aquel aélo piadoso , dio 2\ Obispo D. Sancho , Abad del Monasterio del mismo Santo , un Village ,que esta- ba cercano , y se decia Ma- driz. En el de 1032, subscri- bió otra donación del ex- presado Rey á 26. de Di- ciembre , por la que éste do- nó á S. Salvador de Leyre el Monasterio de S. Juan, si- to en la Valdonsella , junto á la Villa de Pitillas , y la Parroquia de S. Cecilia , que al presente es Basílica , re- fundida en la Iglesia Parro- quial de S. Juan Baptista , que está dentro de la Catedral de Pamplona. Firmáronla, además de D. Munio , Obis- po de Alaba , los Obispos Mancio de Aragón, Sancho de Pamplona , Arnulfo de Ribagorza , Juliano de Cas- lilla , Poncio de Oviedo.

4 En el año 1033. firmó con los mismos Obispos la

Tom, XXXllL

JUAN.

Año de 1033.

r Habiéndose introduci- do la observancia Monásti-* ca Cluniacense en el Monas- terio de S. Juan de la Peña por disposición de D. San- cho el Mayor , los Obispos y principales del Reyno de Navarra suplicaron á este Christianisimo Principe ilus- trase con el mismo género de vida el célebre Monaste- rio de Oña , fundado á hon- ra del Salvador por el reli- gioso Conde Don Sancho. Uno de los Prelados que hi- cieron esra santa pretensión, fue Don Juan , Obispo de Alaba , el qual aprobó , y confirmó la Escritura de re- formación con estas pala- bras ; Ego Joannes Alaben- Hh sis

a 4^ España Sagrada, sis EccJesi<e Episcopus con- ditionem hujus Monasterii laudo & confirmo. Subscri- bieron también como testi- gos los dos Condes de las dos Provincias que compre- hendia la Diócesis de Alaba en esta forma : Cowes Mu- nio GundisalvíZ AJahensis hic tcsti^. Comes Enego Lu- piz Vizcayensis hic testis. El M. Yepes leyó en la fir- ma del Conde Munío Alven- sis en lugar de ^labensis-^ pero se ha de tener por yer- ro del copiante , parecido á otro que se halla en el Pri- vilegio que D. Sancho, Rey- de Navarra , por sobrenom- bre el Sabio , concedió á los vecinos de Estella , donde se lee Alva por Alaba ; ni de aqui se podrá comprobar, que el nombre de esta Pro- vincia se pronunció también con dos sílab-^s solas, como pretende Olhenart en su Vascon. pag. 143.

2 Argaiz escribe , que este Prelado vivió poco en ei oficio Pastoral , persuadi- do de que el succesor gober- naba esta Iglesia en el afio siguiente de 1034. según la Escritura de donación que ei Rey D.Garcia hizo al Mo- nasterio de S. Juan de Sojue-

Trat, 69. Cap, 1 8. la ; pero como dige en el Obispo de Nágera D. San- cho, en aquel año no rey na- ba D. Garcia , y la Escritura debe ponerse en la Era 1082. año de Christo 1044. en que se vieron juntos en la Corte de Don Garcia los Reyes sus hermanos , y los Obispos de Pamplona, Nágera , Urgel, Oca ,Palencia, y el de Ala- ba , que era el que se sigue.

GARCÍA.

Desde el año de 1037.

I La primera memoria, que encuentro de este Obis- po, pertenece al año de 1037. y es una Carta de venta del Monasterio de San MÜlan, escrita al fol. 107. de su Be- cerro , y firmada por Doa Sancho , Obispo de Pamplo- na , D. Atton de Casulla la Vieja, y D.Garcia de Alaba. 2 En el año de 1039. Aznar Sánchez donó á S. Mi lian , y á su Abad D. Gó- mez ciertas heredades , que tenia en Fermella de arriba, que ahora se dice Hormi- lla. Dice , que reynaba D. Garcia , y que eran Obispos D. Sancho de Nágera , y D. Garcia de Alaba. Desde el año

Obispos de Alaba. García 243

año 1040. en adelante con- Villa de Bríñas , que esfá en

firmó varias Escrituras. Por- que en éste confirmó las Arrhas del Rey D. García á su muger D. Estefanía. En el de 1042. á 13. de Abril, la Carta de donación , por la qual estos Reyes dieron á S. Salvador de Leyre el Mo- nasterio de Ariztuya. En el de 1043. ^' Privilegio del Rey D. Garcia á D. Sancho Fortuñez, donándole la Villa de Ororbia con el Patronato de su Iglesia. En el de 1044. una donación del mismo Rey al Monasterio de Sojuela. En el de 1045. la dotación de la Iglesia de Calahorra, recien jacada del poder de los Mo ros. En el de 1046. la Escri- tura de donación , por la qual el Rey D. Garcia dio á S. Millan todas las casas , y tierras de liiigo, Presbytero de Alesanco.

3 En el de 1047. fue testigo de la donación que el mismo Principe hizo á la Sede Episcopal de Irunia, que es Pamplona , del Mo- nasterio de Anoz , que esta- ba situado sobre el rio Ar- ga. En otra Escritura , por la quríl D. Sancho Fortuñez dio al Monasterio de Leyre d lugar de Ororbia , y la

la Rioja sobre el rio Ebro, se dice , que eran Obispos D. Sancho en Irunia , D. Gar- cia en Alaba , y D. Gomesa- no en Nágera. Omitidas otras Escrituras de este año , y del siguiente, son dignas de mencionarse las del de 1049. que traen Argaiz , y Moret, en las quales el Rey D. Gar- cia dice , seg'?'^ estos Auto- res ,que el Obispo D. Garcia de Aiaba , y D. Gomesano de Nágera militaban en el Monasterio de S. Millan ba- jo la Regla del glorioso P. S. Benito : Necno Dominis TJ os tris Episcopio GD-mesano & Garseatn^ccsterisq.te M;- nachis sub Regula Sancii BenediSii in prcedicio Cceno' bio Sandii Benedi6ii mili- tantibus. Sin embargo , es- tas palabras suenan , que D. Gomesano , y D. Garcia vi- vían de asiento en el Monas- terio ; y se puede dudar si estos nombres significarían á los Obispos de Nágera , y Alaba, ó á Monges asi llama- dos que hubiesen sido Abades y juntamente Obispos titu- lares , como acontecía de or- dinario á los que llegaban á gobernar aquella grande y observante Comunidad.

Hh2 En

2 44 España Sagrada.

4 En el de 1050. subs- cribió en tres donaciones, que refiere Argaiz en el Ca- tálogo de Armentia sobre es- te año. En el de 105 r. acom- paiió al Rey D. Garcia , que estaba enfermo, y quiso ser llevado á Leyre , donde es- peraba recobrar su salud por los méritos é intercesión de los S'uitos , cuyos Cuerpos y ReÜqu'as se venerabju en aquel Monasterio- Aqui firmó el Obisp ) D. Garcia la dona- ción que hizo el Rey en agra- decimiento de haberse liber- tado de la rebelde y prolija enfermedad que le tenia pu- C'^to en manifiesto peligro de perder la vida. En el mis- mo año, D. Iñigo López, y Doña Toda , Señores de Viz- caya , y devotísimos de nu- estro Obispo, le donaron, por sus dias , el Monasterio de So Maria de ízpeya , con la Decanía y Priorato de Bar- cici. Dánle en esta Escritu- ra el titulo de Serenisimó Püutifice , y ie hablan con esta devoción : Et tibi Fa- tri spirituali Domino Gar- sia Ai'fíbcnsis térra Episco- pe. En el de 1052. confir- mó la célebre y magnifica Carta de dotación del Mo- nasterio de S. Maria de Ná-

Trat, 69. Cap, 18. gera , fabricado , adornado, y enriquecido por la gran- diosa liberalidad del Rey D. Garcia.

5 Del principio del año de 1053. hay otra memoria original , escrita en letra Gótica , y descubierta por Garibay , en que se lee re- petido el nombre de D. Gar- cia. Es dotación de un Mo- nasterio de Religiosos con el titulo y advocación de N, glorioso Dodor y P. S. Agus- tín , fundado á una legua de Durango , que a! presente es Iglesia Parroquial, cerca del sitio donde está la Villa de Elorrio , pueblo mucho mas moderno que el Monasterio. Dotáronle D. Ñuño Sánchez, Conde de Durango, y D. Le- guncia su muger , dándole muchas tierras y heredades del distrito cercano al Mo- nasterio , á quien juntamente hacen donaciones particula- res muchos Caballeros de aquel' país , que se nombran en el Privilegio. Mencicnan- se en la data quatro Obis- pos con este orden : Gome" ssatms Episcopus BurgeU' sis : Gomessanus Episcopus Nagerensis : Sancius Epis- copus Rediur Ecclesice Na- varrsr.sium : Garcia Epis- co-

Obispos de Alaba, García. 245

copus Alahensis sive in Viz- apartado de ella con una

haya. En la confirmación que se dio a primero de Fe- brero , se nombran los mis- mos , á excepción del de Burgos , pero con otro or- den : García Episcopus in Alaba : Sanciits Episcopus in Pampilona : Gomessanus in Nagera.

6 A este Obispo sucedió un caso muy extraordinario, que refiere Grimaldo, Mon- ge de S. Millan ,en la Histo- ria que por mandado de su Abad Blas escribió de la tras- lación del cuerpo de S. Feli- ces , hecha en el año de 1090. Encargóle el Rey Don Garcia , que trasladase las Reliquias de este Santo , con el fin , como se presume , de enriquecer con este tesoro su Monasterio de Nágera , que acababa de edificar. Ei Obis po quiso poner en egecucion la voluntad del Rey ; y pa- ra ello pasó al Castillo de Bi libio , acompañado de otros ilustres personages. Mas ha- biendo llegado al sitio del venerable Sepulcro , mani- festó Dios , que no era de su agrado la traslación que se inteFitaba ; porque al primer golpe que dio para abrir la sepultura , el Obispo fue

fuerza oculta y soberana , y afeado con un horrible tor- cimiento de la boca. Levan- tóse además de esto una tempestad tan recia, que to- dos los que le acompañaban creyeron que aquella era la ultima hora de su vida. Con esto desistió nuestro Obispo de su intento ; y recofio- ciendo la m,ano del Señor, de donde venia aquel casti- go , se humilló é hizo gran- des votos para aplacar la ira Divina. Sintió después algu- na mejoría en el ma! con que fue herido , mas nunca recobró perfecta sanidad, como dice el Escritor cita- do : In deformitate tamen sui oris , non plene recepta sanitate ^ómnibus diebus vi" tcE suce permansit,

7 Argaiz pone este su- ceso en el año de 1053. y afirma , que el Obispo D. Garcia se retiró á S. Mülan, donde fue Abad por dos , 6 tres años ; pero de GrimaU do solo se sabe, que el pro- digio sucedió en el Reyna- do de D. Garcia , y que el Obispo se mantubo con la fealdad referida mientras vi- vió , y parece no hubiera ca- llado el retiro del Obispo ai Mo-

C4^ España Sagrada Monasterio de S. Millan , si hubiera sido efedo del su- ceso que referia.

FORTUNIO.

I Argaiz hace succesor de García á Muiiio , de quien d)ce asi : Gobernaba por el ano de 105 3. porque dio el Rey D. G ircia á S. Miría de Nágera los Monasterios de S. Mar-LÍii del Castillo , y ■el de S. Maria de Berbenza- na en 15. de Abril , y firma Munius Episcopus, Mas es- tá la data en la copia que yo he visto errada, porque dice Era 1094. que hacen el año de 1056. de Christo, quando ya el Rey D. García era mu- erto , y no pudo ser sino la Era 1091. ó 1092. Firman también : Joannes Episco- pus testis , que era el de Pamplona: Fortunio Episco pus testis , que si no lo fue .de Oca , ó Va! puesta , lo fue de Alaba en los años a'delan- te, y esta firma sería rubri- ca ; y Pedro Abad , sin de- clarar de donde. De Nágera lo era siempre D. Gómez ; y asi , es conseqiiencia, que D. A'lunio lo fue de Alaba, yi- vid poco rnüs ó menos dos años.

. Trat, 6^, Cap. 1 8.

2 Moret , hablando de la data de esta Escritura , dice: El Becerro de Nágera sacó la Era mil sesenta y quatro; y el Cartulario Magno de la Cámara de Comptos de Pamplona , sacó el mismo yerro manifiestisimo ; pues resultaba el año de Christo mil y veinte y seis , nueve años antes que entrase á rey- nar D. García, y tantos an- tes que casase con D. Este- fanía , que interviene en este aéío con sus hijos. Pero re- curriendo á la Escritura ori- ginal del Archivo de Náge- ra , hallamos con toda cer- teza la ya dicha Era de mil y noventa , significada con la cifra de la x^ con rayue- lo , cuyo valor ignorado de quarenta debió de ocasionar el yerro.

3 Este segundo Escri- tor , que tiene en sus Anale? la co-ítumbre de nombrar al referir las donaciones de los Reyes de Navarra , los Obis- pos que las subscribían, ios pasa aquí en silencio, acaso por la gran dificultad que tenia en señalar las Se- des de los tres que firmaron en ella. Y á la verdad , yo no hallo modo de componer la coexistencia de los Prelados,

que

Obispos de Alaba, Fort unió. 247

que sirven de testigos en la lo que es muy difícil de en- Era de 1090. y estoy per- suadido á que la data debe corregirse como pensó Ar- galz, poniéndose la de 1091. ó la de 1092. Pero se ha de notar, que la Silla de Alaba estaba presidida no de Mu- nio , como juzgó este Autor, sino de Fortunio , que como veremos ahora sucedió á García , cuya ultima memo- ria es la que he exhibido del Monasterio de S, Agustín de Elorrio correspondiente al principio de la Era 1091.

4 Consta pues que For~ tunio era Obispo de Alaba en la Era 1092. por una do- nación que se halla en el Becerro de Santa Maria de Irache al fol. 4. cuya data dice asi : Fadia carta Era 1092. regrianie Rege Sancio Carsiano in Pampíloíia, Ra- fiimiro Rege in Aragone^ Fer diñando in Leione , Epis- copo joannes in Pamp i lo- ria , Gcmesano in Calagorra, Fortunio Episcopo in yí/a- ba. Hizo esta donación una Señora , por nombre Froni- Ja, y dice ser hija del Rey D. Garcia , y de la Reyna Doña Toda, adviríiendo que su madre vivia en este año, en que hacía esta escritura;

tenderse en vista de que D. Garcia , que murió en esta misma Era en la batalla de Ata puerca , tubo por muger á Doña Estefanía : y nomr brandóse sus hijos en los tes- tamentos , que el Rey y Reyna hicieron, no mencio- nan entre ellos á Fronila. Al fol. 27. del mismo Becer- ro se encuentra una Señora del mismo nombre casada con un Caballero muy ilus- tre llamado Aznario Garcés, el qual subscribe una escri- tura que está en el mismo Archivo caj, 2. quad. 2. pie- za 3. con el titulo de Señor de Tobia y de Grañón.

S Yo juzgo, que esta Fro- nila fue hermana de D, San- cho , Doña Mencía y Doña Sancha hijos todos del Rey D. Garcia , habidos en otra muger distinta de Dona Es- tefanía. Moret sostiene en el lib, 14. de sus An. al año 1066. que D. Garcia los tu- bo fuera de matrimonio , y que por tanto no son estos hijos legítimos , sino natura- les. Lo contrario se infiere de la escritura de Fronila, que á boca llena titulo de Reyna á su madre Doña Toda ; lo que arguye haber si-

2 4 S España Sagrada sido esta muger legitima de D. García , y por consi- guiente que este Rey se ca:.ó dos veces. Pero de este asunto difícil trataré en otro lugar.

6 Otra escritura hay en el Becerro del mi«:mo Mo- nasterio , en la qual Sancho Furtuniones de Arinzano , y su muger Doña Toda nom- bra i las posesiones que die- ron al Monasterio de Santa María de íquirri : ysudata dice de este rrrodo : Fa6ia caria Era 1093. reinante Rege Sanción in Pampilona^ KanimirQ in Aragone^Fre di- ñando in Legione^ Episcopo Fortunio in Alaba , Epis- é'Qpo Joanne in Pampilona.

VIGILA

Alño de 105$.

T Es creíble , que Fortu- nio murió en la entrada del año de 1055. porque además de que no tenemos memo- ria de él después de la que se ha exhibido de la Era de 1093. que parece se escri- bió en el principio de este ■año , vemos , que en el Mar- zo del mismo presidia en Alaba otro Obispo por nom

. Trat. 69, Cap. 18. bre Vigila. El instruraent© que nos noticia de este Prelado , es una escritura de restitución , que el Rey D. Sancho de Peñalen hace al Monasterio de S. Míllán por descargo de su conciencia, y descanso del alma de su padre D. García. Dice que daba aquella carta en el año primero de su Reyna- do en la Era de 1093. ¿ del mes de Marzo , y la confirman los Obispos Don Juan , y Don Vigila , que aunque no expresaron sus Sedes , se ha de creer lo fue- ron el primero de Pamplona, y el segundo de Alaba de la ilustre casa de los Vigilas, como lo juzgaron Moret y Argaiz, persuadidos de que las otras Sedes del Reyno de Navarra estaban ocupa- das de otros Prelados.

2 En los tres años si- guientes se halla memoria de e<íte Obispo en diferen- tes donaciones con la expre- sión de su Sede. En el de 1056. dio el Rey D. Sancho los lugares de Villanueva y Sagoncillo á Don Sancho Fotuñez , y su muger Doña Velasquida , y la escritura de esta donación se guarda en el Archivo de S. Juan de

Obispos de Alaba, Vigila, 249

de la Peña, y su data es de dad , y el otro solo Coad-

29. de Enero , que fue Lu- nes , de la Era 1094. siendo Obispos D. Gomesano en S. Mülán , D. Juan en írunia, y Don Vigila en Alaba. Parece que Don Vigila mu- rió en este mismo año ; por- que habiéndose hecho por Junio la consagración de la Iglesia de Santa Maria de Nágera con la asistencia de muchos Prelados , faltó el Obispo de Alaba , -y en el mes de Abril del ario siguien- te tenemos en esta Silla á otro con el nombre de

MUNIO.

I Los privilegios y do- naciones de e.>tos años,de que vamos hablando, hacen muy difícil la averiguación de la calidad y circunstancias de los Obispos , que se nombran con el titulo de esta Sede. Porque descubriéndose en ellos dos Prelados en un mis- mo íiño , y sonando la Silla Alábense unas veces en Vi- gila , otras en Munio , se en- cuentra grande embarazo en discernir , si el uno sucedió en la dignidad por muerte ó renuncia del otro , ó si el uno era Obispo en proprie-

Tom.XXXllL

jutor , que subscribiese coa el mismo titulo. Moret al año de 1058. atribuye esta confusión á las retiradas de los Obispos i los Monaste- rios, por cuya causa , so- nando á veces (son palabras suyas ) la dignidad en ellos ( los Obispos proprios ) y á veces en sus Coadjutores, embaraza á veces la Histo- ria , y hace sumamente difí- cil el apurar los años de sus Pontificados... y es menes- ter lo lleve advertido el Ledor , y que perdone ai Escritor alguna confusión que se causa , y fuera co- sa infinita el deshacerlas.

2 Sin embargo de esta juiciosa advertencia del Ana- lista de Navarra , me pare- ce que siendo imposible de- cidir esta dificultad , y no hallándose argumento que convenza la coexistencia de dos Obispos con el titulo de Alaba , debo colocarlos en el Catalogo como distintos. Muéveme también á creer que estos Obispos fueron pro- prics , y se sucedieron en la dignidad , el hallar entre Vi- gila y Munio otro con el nombre de García , y titulo de Alaba ; y si se admite que li ei

c ^ o España Sagrada. el Vigila , que subscribe en los años siguientes al de 1056. es el mismo, que el de los pasados hasta éste , ha- bremos de poner dos Coad- jutores suyos á un mismo tiempo , lo que no parece conforme á razón , especial- mente no teniendo los de- más Prelados vecinos tal eos tumbre. Verdad es, que no fn'.tan en los Archivos de España privilegios antiguos, en que firman dos ó tres Obispos de una misma Sede, en cuyo caso es necesario confesar, que ó no firmaron en un mismo tiempo, sino que después sucediendose legiti- mamente , llenaron los hue- cos que se dejaron para es- te fin , ó que el uno era Obis- po en propriedad , y los de- más solo Coadjutores suyos. Pero esta circunstancia falta en los que tuvieron el titu- lo de Alaba , porque siem- pre subscribe uno solo con expresión de esta Sede ; por lo que no hay otro funda- mento que incline á creer, que no fueron Obispos en propriedad todos los que suenan en las escrituras de estos años , sino la dertia- siada repetición de. unos mismos nombres , alternados

Trat. 6g. Cap, 1 8. con freqüencia en las subs- cripciones. Mi intento en fin es formar este Catalogo, po- niendo los Obispos por el orden , que aparece por los Instrumentos ; y si el corto espacio de tiempo , que pa- sa de un Obispado á otro, fuere bastante para que el Leétor se persuada á que los nombres de Vigila y Munio, que iré colocando con la al- ternativa , que tienen en las escrituras , no significan si- no dos solos Obispos , uno en propriedad, y otro Coad- jutor ^ no me atreveré á te- ner su did imen por inveri- simil ó descam'ín:ido.

3 Cesando pues el nom- bre de Vigila en Junio de 1056. tenemos en Abril del año siguiente otro Prelado con el de Munio , de quien se halla memoria en el Be- cerro Gótico de S. Millán fol. 70. en una donación que hizo al Santo una Señora, que se decia Doña Ánderqui- na Alvarez. Subscribióla el Obispo Munio , expresando su Sede con estas palabras: Mí^nius Alab^nsis EpiscO' pus,

4 A ^stQ Obispo , ó á otro que pondremos luego del mismo nombre , se de- be

Obispos de Alaba. Munio. 2 5 i

be adjudicar una memoria, cii Regís , & prolis su¿e

que se halla en el Archivo de Irache , y contiene lo si- guiente. En la Era de 1070. año deChristo de 1032. ha- bia dado el Rey D. Sancho el Mayor con su muger Do- ña Munia un privilegio de esencion en favor de un pe- queño Monasterio , que es- taba en el Valle de Oyuni cerca de Villa Oria , funda- do por D. Gómez , á quien concedió el Rey , que des- pués de su posteridad pu- diese donarlo á quien qui- siese , con tal que la dona- ción no se hiciese á perso- na de la milicia secular , si- no á los Santuarios ( asi dice) de Dios. Parece que el fun- dador D. Gómez hizo dona- ción del dicho Monasterio en favor del de Santa Ma- ría de irache, de cuyo po^ der pretendieron sacarle cier- tos Caballeros después de la muerte de D. Sancho , y de su hijo D. García , como se refiere en la escritura de reintegración , que merece ponerse á la letra por la me- moria que en ella se hace de Munio , Obispo de Alaba , y de S. Veremundo Abad en- tonces de Irache : Denique^ dice , j^osí occubitionem San-

Garsine Regís consurrexe- runt Sénior Ranimirus San- chiz , S Sénior Marcellus^ & Sénior Gondezalvo Alba- roiz , & Sénior f^eila Gon- desalviz , & Sénior Guideri Guideriz , ut educerent illud Monasterium suprascriptum de imperio S. Mar i ce ubi erat traditum» Sed illis siwiil col- loquentibus^ adest Eplscopus Niinvs Alavensis , etiamAb- bas Veremudus Dominus de Iraxe ^ & cum collocuti suní invicem , penituerunt se Sé- niores de proprio dicio , S eonfit maveruni didium , vel fa&umpriscum^ & tradide- runt illud universi SanciíS Mari¿e de Iraxe , quasi cum manibus suis di cent i bus illis y ut intercederet Sandia Dei Ge- nitrix pro illis ad Dominum. 5 La data de esta escri- tura de confirmación es en esta forma: Fa'Sia carta Era M,X,C. Regnante Domino tiostro jfesu Cbristo , S sub ejus Imperio Sancio Rege in Pampilona , Avúnculo ejus Fredenando in Legione , Ra- nimiro in Aragone^ E pise o- po jfoanne in Irunia , Epis' copo Gomesano in Calagur- ra , Nunno in Álava, Pero la muerte del Rey D. Gar- li 2 cia.

2 5 2 España Sagrada, cía , y el Reynado de su hi- jo y succesor Sancho , que se expresan en esta escritu- ra , y no se verificaron has- ta la Era de 1092. muestran con evidencia, que la data está defeduosa. La concur- rencia del Obispo D. Munío é Ñuño , y de la Abadia de S. Veremundo , puede justi- ficarse en la Era 1094. y 1095. y no antes de estos años ; por lo que soy de pa- recer , que á la data debe añadirse el número IV. ó el V. y que la mención , que se hace en esta escritura del Obispo de Alaba , per- tenece al Munio , cuya pre- sidencia solo se puede esta- blecer en las Eras 1094. Y J095.

VIGILA

j^uo de 1057.

I Vuelve á sonar el nom- bre de Vigila en los últimos meses del año de 1057. Este Obispo acompañó al Rey D. Sancho , que fue á Ley re convidado del Obispo Don Juan de Pamplona , y de los Monges de aquel Monaste- rio , para asistir á la con- sagración de su Iglesia , con-

Trat,6p. Cap.i'i. firmó aqui nuestro Obispo la escritura de donación , por la qual el Rey dio como eii dote de la Iglesia consagra- da el Monasterio de Arrosa, que estaba en el Valle de Sarasaz , que hoy se dice Sa- l-azar. Al fin del mismo año á 7. de Diciem.bre hizo el mismo Rey donación del Mo- nasterio de S. Miguel de Bi- hurco en favor de D. San- cho Fortuñez ; y la data de este Instrumento dice , que eran Obispos D. Gomesano en Nágcra , D. Juan en Iru- nia y D. Vigila en Alaba.

2 En el año de 105B, confirmó con Juan , Obispo de Pamplona , la donación que Doña Jimena Sánchez hizo á S. Millán , ofrecit?n- do por el alma de su hijo D. Lope Garcés los palacios, que éste poseía al extremo y parte mas baja de la Vi- lla que se decia Escalivia.

3 Mor.et se inclina á creer , que en este año hu- bo alguna novedad en el Obispado de Alaba , por ha- llarse en Instrumentos dos Obispos con el titulo de esta Sede en un mismo año , que fueron Vigila y Munio. Del primero dice , que se retiró ai Monasterio de Irache , y que

Obispos de Alaba, Vig ila. í2 5 3

que S. Veremiindo , que era en el otro fue titulo de ho-

cntonces Abad , le cedió el nombre , y todo lo honorífi- co de su dignidad. En este sentido interpreta ciertas pa- labras , que se contienen en una escritura de donación del año de 1058. por la qual el Rey Don Sancho anejó á Santa María de Irache un Monasterio con la advoca- ción de S. Clemente junto al lugar de Sorlada , y de- bajo de la peña , que se Ha maba Piniana. Dice pues el Rey , que hace la entrega de este Monasterio al Ahad /). f^ellajete que regía á Ira- she ^ y á los demás hernia- nos , que alU servían á Dios en cornpañia de D. Vcre mundo debajo de la regla de S. Benito, bre las quales palabras, dice Moret , halló Yepes tan gran dificultad que dijo , que para él era un nudo ciego , quien ó co- mo fuese Abad ahora aqueste nombrado Vellajete , cons- tando que antes y después lo era San Veremundo. luego el Analista de Navarra su sentencia en estos tér- minos. Pero el mismo tex- to insinúa lo era al tiem po San Veremundo : en quanto podemos entender,

ñor llamarle Abad , y que era Obispo retirado alli á la Mongía , como solian á veces los Obi.^pos acídanos,

4 Las donaciones que ci- ta este Escriror , no sT^^n para comproba'- su dictamen de la coexistencia de los dos Obispos de Alaba Vigila y Muiiio , porque aunque son de un mismo -año , la una señala el mes de Abril , y está confirmada por D. Vi- gila ; la otra no tiene mes determinado , y hay lugar para que desde el Abril has- ta fin del año pudiese veri- ficarse el fallecimiento de Vigila , y la entrada de Mu- nio á goberrar la Iglesia de Alaba. Añádese á esto , que esta segunda donación , que es de Doña Sancha hija na- tural del Rey D. García se- gún Sandcval y Moret , soio se lee el nombre de Ñuño, sin determinación de la Sede,, que tenja ; por lo que de ello no puede hacerse argu- mento de la coexistencia de dos Obispos en la Silla Alá- bense , ni tampoco sirve pa- ra ponerle en este Cátalago por continuarse la memoria de Vigila en los años siguien- tes 5 como lue£o veremos.

Acer-

54 España Sagrada. Trat. 6(). Cap. 1 8. 5 Acerca del retiro de juxta ly^illulam , quce fertur

Vigila al Monasterio de Ira- che, y del titulo de Abad, que se le dio en honor, yo me persuado , que este es un efugio poco sólido é in- ventado para ocurrir á la di- ficultad que nace de creer, que S. Vereoiundo fue Abad de Irache por mas dequa- renta años , y de nombrar- se en la escritura referida otro Abid distinto dentro de los mismos años , en que lo fue el Santo ; lo qual tienen algunos por falso, creyendo que S. Veremundo tubo aque- lla dignidad quarenta años continuados. Exhibamos á la letra la clausula de la do- nación , que ella misma ha- rá demonstracion de la vo- luntariedad con que se ase- gura el retiro de Vigila , y de la falsedad con que se es- cribe , que el Santo expre- sado fue Abad por todo aquel tiempo de quarenta años sin alguna interrup- ción. Dice pues D. Sancho: Placuit mihi devota mente daré illud Monasteriolum ab omni secular i s officii jugo suhlatum , atque consecra- tum in honor c S. Clementis Episcopi , quod sítum est sub rupe , quív dicitur Piniana

Suruslñta in honorc S. Ma- ricü Virginis , atque Cceno- hio , quod vocitatur Hyrazi^ & Abbati Domino Vellage tune regenti , ¿j" cceteris fratribus ibi servientibus Deo una cum Domino y ere mude sub regula S. Patris Benedidii , Se. Muéstrase pues primeramente, que en estas palabras no sa hace mención del Obispo Vigila; porque sobre ser muy dis- tinto el nombre de Vellase del sayo , no se le otro di(ítido al sugeto de quien se habla que e\ de Abad, lo que no se praéticaria con Vigila , á quien se le debía otro mas honorífico , qual es el de Obispo ; porque sería tratarle con poco de:oro,si por honrarle con el titula de Abad , que se le dio de gracia , se le quitaba el mas noble , que le correspondía por su dignidad Episcopal. Muéstrase también, que Ve- llage no tenia el titulo de Abad solo por honor , sino con propriedad y egercicio, porque él era el que regía el Monasterio de Irache, co- mo significa aquella palabra del privilegio , tune regenti. Evidenciase en fia , que San Ve-

Obispos de Alaba, Vigila. 255

Veremundo no era en el año critura del Rey D. Sancho.

de 1058. Abad , sino subdi- to como los otros Monges, con quienes se nombra con particular expresión, asi por- que en los años anteriores gobernó aquel Monasterio, como porque su santidad , y relevantes méritos le distin- guían entre todos : Et c<^- teris fratribus , dice , ibi servientibus Deo cum Domi- no yeremundo. Siendo este el sentido claro y literal de la clausula , es muy estraño lo que el P. Moret afirma , es- to es , que el mismo texto insinúa , que S. Veremundo era Abad al tiempo de esta donación ; y se ha de tci}er por falso lo que éste y otios Autores escriben , diciendo que el Santo gobernó su Mo- nasterio de Irache por mas de quarenta años , sin haber desistido jamás dei cgerci- cio de su dignidad. Conven- cese asimJ.sm.o , que no me- rece crédito lo que se esta- blece de nuestro Obispo Alá- bense Vigila en orden á su retiro, y al titulo honorario de Abad en el Monasterio de Santa Maria de Irache , por no tener otro apoyo que una inteligencia violenta y con- traría al contexto de la es-

6 Prosigue la memoria de Vigila en el mismo año de 1058. en otra escritura de donación , por la qual el Rey D. Sancho premió los grandes servicios de D. For- tuno Sánchez , dfndo leste Caballero los solares y divi- sas , que el Rey tenia en Cembrana. Vigila fue el úni- co Obispo testigo de esta merced , y dice con pala- bras expresas , que regía la Iglesia de Alaba.

7 Finalmente en el añO/ de 1059. á ir. de Diciem- bre firmó la licencia , que el Rey D. Sancho dio á Go- mesano , Obispo y Abad de S. Miilán , para poblsr el barrio de S. Martin en Gra- ííón , concediendo á sus po-» bladcres , que se sirvieren dt los montes y pastos de la jurisdicción de este lugar con la misir.a libertad qué los vecinos antiguos.

GARCÍA

Año de 1 060. I La Reyna Doña Este- fanía , muger del Rey D. García ya difunto, compa- deciéndose del trabajo ciertos fugitivos, les señnló coa

2 5^ España Sagrada. con consejo de los Monges de Nágera unas sernas , que tenia en Sojueln; y en la es- critura de esta donación subscriben los Obispos D. Juan de Pamplona , D. Go mesaEO de Nágera , y D. García de Alaba , y es la única memoria que tenemos de este Prelado.

MUNIO

^ño de 1060. I Sin salir del año de 1060. en que hemos visto en esta Sede á D. García, hallamos presidiendo á D. Munio , cuyo nombre se ha- lla la primera vez en el tes- tamento de un Caballero lla- mado Tello Muñoz , que res- tituyó á S. Millán el Monas- terio de S. Pelayo de Cello- rigo en el sitio que dicen Hoz de la Morcuera. Fir- móle con el Abad de S, Mi- llán el Obispo Munio , pero sin expresión de la Sede , la qual se sabe por las escritu- ras siguientes.

1 En el año de 1062. el Rey D. Sancho donó á D. García Garcés en pre- mio de su fidelidad, y buenos sevicios las casas Reales con las heredades que le pene-

Trat, 69 Cap, 18. necian en el Valle de ZaN ratón. Está la escritura en el Archivo de S. Millán con las firmas de los Obispos Gomesano de Calahorra, Juan de Pamplona, y Mu- nio de Alaba. En el mismo año dio el Rey al Obispo de Alaba el Monasterio de Santa María de Urrecha; y dirigiendo al donatario sus palabras , le habla coa esta expresión : Tihi Patri meo spirituali Murcio Ala- ben sis terree Episcopo. La ultima memoria es del año expresado , y está en un instrumento de S. Millán, por el que consta que este Obispo , Doña Jimena y sus hijos , y el Señor Gonza- lo Muñoz de Gamarra, pa- tronos y divíseros de San Vicente de Ocoizta , unie- ron este Monasterio al de S. Millán con el consentimien- to del Rey D. Sancho.

VIGILA

Año de 10^2. I En el Monasterio de S. María de írache se guar- da un instrumento que em- pieza : Sub Chrtsti nomine^ & individüce Trinitatisi Hcec est carta donationis

Obispos de M & confirmationis , quam facto ego Zorraqtiinus yíb- has de Sardii Romani Do- mino Veo y S Sancfcü Ma- ri ¿e , (S? DoTnino J/^ermudo una cum Collegio Mo-nacho- riim Iraxensiufi!» Sigúese la donación , y es de un Monas- terio pequeño con el titulo de Santa Engracia , que el Abad Zorraquin habia com- prado ai Sénior D. Garcia Garceiz , y lo dona con la condición de que lo reten- dría él por su vida , pagando cierto censo que declara con el non:ibre de septem Assa- tas. Confirman la donación algunos Caballeros Alabeses en esta forma : Sénior San- cío Garceiz de Gauna , Se~ nior Lope Guideriz de Oc- cariz , Sénior Semeno Gon- salvoz de j^lventz^ Fortun Sansoiz Sandii Romani , For- tun Munioz San&i Romani, Sancio 3íunioiz de Eguino. La data es de la Era iioo, y dice reynaba D. Sancho Garzeiz en Pamplona , y en Nágera , y prosigue de este modo : Comité in Alaba Domino Marcielle , Episco- po Domino Veila regente Alabensem Ecclesiam Sedis Armendi, Concluye en el original con el testimonio Tunu XXXllL

Haba. Vigila. ^57

de D. Jimeno , que dice escribió la carta de dona- ción por mandado del Abad su Señor , que lo era S. Veremundo.

2 En el Archivo de S. Millán hay otra escritura perteneciente al mismo año, y es donación de D. Aure- lio López que dio á S. Mi- llán , y á su Obispo, y Abad Gomesano los palacios que tenia en Castañares ; y el único Prelado que la confir- ma es D. Vigila con expre- sión de su Sede.

MUNIO

Año de 1063.

I En el año de 1063. era Obispo con titulo de Alaba D. Munio , sin qua alterne mas en adelante , di- ce Moret , el nombre de Vela como solia. Hay me- moria de este Obispo en Archivo de S. Millán en un instrumento de donación que hizo el Rey D. Sancho al mismo D.Munio, á quien ha- bla con estas palabras : Con- cedo tibi paíri spirituali Abba Munio , Alábense ter- ree Episc po^ Y luego : Sic tibi af firmo pr^ediclam offer- Kk tio'

c 5 S España Sagrada,

tioncm , ó screnissimc Ponti- fcx, Garibay , que vio este instrumento , refiere su con- tenido de este modo: En primero de Julio del año de 1063. según parece por es- crituras de S. Millán el Rey D. Sancho Garcia hizo do- nación á D. Ñuño Obispo de la tierra de Alaba de la Iglesia de Santa Mariade \3. Vega con su cimenterio , y á la redonda de la iglesia setenta y dos pasos , según los Cánones , con todas las casas y haciendas á esta Igle- sia pertentcientes. Mas le dona unci heredad de un Ju- dio llamado Marh.hin , que habia sido Rabí con otras haciendas cerca de los rios Ebro y Tirón , porque de él tubiese memoria en sus ora- ciones.

2 Llega la memoria de este Obispo al año de 1064. en que D. Sancho dio una carta de donación y confir- mación en favor del Monas- terio de S. Millán , en que cerno refiere Garibay en su lib. 22. cap. 33. subscribe el Rey diciendo era el unde- cim.o año de su Reynado, y dia primero de Noviem- bre , y después de él sus hermanos los Infantes Don

Trat, 69. Cap. 1 8. Ramiro , D. Fernando y D. Ramón , y los Obispos Don Juan de Pamplona y D. Mu- nio de Alaba.

FORTUNIO

Desde el año de 1065,

I Sería necesario empe- zar desde el año de 1064. las cosas de D. Fortunio su- cesor inmediato del Obispo D. Munio, si fuera verdade- ra la Chronologia del Car- denal Baronio , que pone en este año el viage que hi- cieron á Roma , llevando los Códices de todo el Oficio Eclesiástico según el uso de España , los Obispos D. Mu- nio de Calahorra , D. Jime- no de Oca y D. Fortunio de Alaba , cuyos nombres se declaran en el instrumento, que se lee al fol. 395. del Códice de los Concilios Emi- lianense , y se puede ver en el tom. 3- de la España Sa- grada pag. 390. Pero fun- dándose el el. Escritor de los Anales Eclesiásticos , en que el Concilio de Mantua, á que dice asistieron los tres Prelados , se juntó en aquel año ; y siendo patente por los testimonios , que alega el

Obispos de Alaba, Fortunio. c 59

el P. Pagi en sus Not. Crit. muchos instrumentos de los á Baronio , que el Concilio Mantuano no se celebró has- ta el año de 1067. no po- demos anticipar al de 1064. el viage de Fortunio, ni su- poner que era ya Obispo, confirmándose también ser esto falso con el Obispado de Munio , á quien hemos vis- to en la Sede Alábense has- ta fines del expresado año de 1064.

2 Empiezan las memo- rias de Fortunio desde el año de 1065. en que firmó una donación , que está al fol. 60, del Becerro Gótico de S. Millán , y es del dia 20. de Marzo ; por donde se cono- ce que entró á gobernar la Iglesia de Alaba muy á los principios del dicho año. En el siguiente aseguró el Rey D. Sancho al Monasterio de S. Millán , cuyo Abad era D. Pedro , en la posesión de unas casas que estaban en Calahorra, y fueron de un Caballero por nombre Don Quirame ; y en esta escri- tura se lee también el nom- bre de Fortunio. En las do- naciones de estos dos años no declaró nuestro Obispo su Sede , pero se expresa en

años inmediatos.

3 Algunos escriben si- guiendo á Baronio , que nues- tro Fortunio , y los Obipos de Calahorra y Oca , que ya nombramos , asistieron en el año de 1067. al Concilio de Mantua celebrado contra el Antipapa Cadaloo , que usurpó el nombre de Hono- rio segundo. Dicen también que alli se reconocieron y examinaron los libros del Oficio Eclesiástico llevados por los tres Obispos Espa- ñoles , y presentados al Ro- mano Pontífice Alejandro. Pe- ro no se puede adoptar fa - cílmente esta asistencia al Concilio , por ser especie que no tiene apoyo en documen- to antiguo. El mismo Baro- nio confiesa , que por no existir las Aélas del Conci- lio Mantuano , se veia en la necesidad de recoger con gran trabajo las noticias, que hallaba esparcidas en otros. Y en efedo , la que pone de la concurrencia de nuestros Obispos , está saca- da de Mariana , á quien cita con la satisfacción de que este Escritor moderno la ha- bla tomado de otros mas an- Kk 2 ti-

1 6o España Sagrada» tiguos Historiadores de las cosas relativas á España.

4 El instrumento masau- tentico,que tenemos de lo que pasó por este tiempo en or- den al Oficio Eclesiástico de España , es la memoria que he citado del libro de los Concilios , llafnado comun- mente Emilianense , consta de ella , que sentidos los Obispos de estas provincias del conato , que ponían al- gunos legados en abolir el orden del rezo, y la forma de celebrar , que acá se usa- ba desde muchos siglos , en- viaron á Roma los tres Pre- lados referidos. Pro qua re Hispaniantrn Episcopi vehe- mer^tcr irati , consilio inito, tres Episcopos Romam mise- r-unt , ícilicet Muniencm Ca- laffiírritanum , S Eximinum yiiicensem , í? Fortunionem j^Iabenxem. Consta asimis- mo, que estos tres Obispos fueron i Roma , y llevaron consigo los Códices del Ofi- cio Eclesiástico, que presen- taron al Papa Alejandro II. el qual y el Abad de S. Be- nito de Roma , y otros sa- bios , después del examen que duró diez y nueve dias, los bailaron puros y catoli-

Trat, 69. Cap. 1 8. eos en todo su contenida^ y mandaron con censuras, que nadie se atreviese á tur- bar , condenar ó mudar el Oficio Divino , según el uso antiquísimo de España. Es- tando pues todo lo dicho tan expreso en el citado do- cumento , que es notoria- mente el de mayor antigüe- dad y autoridad en este asun- to , debe corregirse lo que escriben algunos modernos sobre el viage de nuestros Obispos á Mmtua , y el re- conocimiento que en el Con- cilio celebrado en estaCiu^ dad el año de 1067. se hizo de los libros que contenían el Oficio Eclesiástico. Ni se oponga lo que el Rmo. Flo- rez dice en el tom. 3. pag. 283. sobre la conformidad que parece tener lo que es- cribe Baronio , siguiendo k Mariana con el documento del Códice Emilianense, don- de se lee la expresión de que el Papa , y todo el Con- cilio recibió los libros; por- que leyéndose alli que los Obispos fueron enviados á Roma , y los libros llevados á esta Ciudad , y presenta- dos á Alejandro II. es indu- bitable , que la voz Concilio sig-

Obispos de Alaba, Fortunio. 16 1

significa solo el Consistorio pasados estos volvieron los

ó Junta de hombres do6los, que el Pontífice tenia en Ro- ma, para examinar los pun- tos graves que se ofrecían en orden al gobierno de la Iglesia.

; 5 Argaiz dice , que en ios afios de 1068. y 1069. no hay memoria de Fortu- nio , y tiene por verisimii, que la causa es haberse ocu- pado en este tiempo en el viage que hizo á Roma. Yo no puedo señalar con certi- dumbre el año , en que nues- tro Obispo salió de España; porque de la memoria an- tigua , que dejo citada , so- lo se puede inferir , que los tres Obispos fueron destina- dos á Roma después de la primera venida del lüarde- nal Hugo Cándido, que fue en el año de 1068. y de la pretensión de otros Lega- dos que le sucedieron é in- tentaron también abrogar el Oficio Eclesiástico de estas -Provincias. Pero hallándose el nombre de Munio Obispo de Calahorra , y compañero de Fortunio en algunas es- crituras de aquellos dos años, y constando que el reconoci- miento de los libros se hizo en die¿; y nueve días , y que

Obispos á España , no tengo al referido viage por causa legitima del silencio , que se nota en las memorias de núes- tro Obispo.

6 Tampoco es verdad, que no hay memoria de For- tunio en el año de 1069. porque en el Archivo de Ira- che se guarda una donación de la Era 1107. que coinci- de con dicho año, en la qual se mencionan los Obispos Munio de Calahorra , Bela- sio de Pamplona y Fortunio de Alaba. Véase Moret en los Anales de Navar*-a lib, 14. cap. 3. num. 4.

7 En el año de 1070. subs- cribió la donación que el Rey D. Sancho y Doña Placen- cia su muger hicieron á S. Millán á 2$. de Febrero de los Canales de Vadalongo, y algunas heredades en ter- mino de Varea junto a Lo- groño. Desde este mismo ano se lee el nombre de Fortunio tan repetido en las escrituras , que sería muy prolijo hacer mención de todas ellas en particular , por lo que solo haré presentes las mas notables é impor- tantes en orden á las cosas de este Obispo , y de las

lier-

2 02 España Sagrada, tierras de su Diócesis.

8 De este genero es una escritura de donación del año de 1072. dia 3. de Julio , por la qual el Rey D, Sancho dio al Obis- po D. Fortunio y al Monas- terio de S. Salvador de Ley- re una villa que se llamaba Tondón , y estaba situada entre Briñas y Faro , que es Haro, en cuya jurisdicción se mantiene el nombre de aquel puebl^o donado , en un termino que está á la ribe- ra del Ebro , y se dice vulgarmente Hondón.

9 Sandoval habiendo mencionado una carta del libro Redondo de la Santa Iglesia de Pamplona perte- neciente al año de 1071. cuya data dice : Sancius Ra- mmirus , pro Rege in Ara- gone ^ Guillelmus Episcopus, Belasius Episcopus in Iru- nia ^ Fortunius Episcopus in Alaba , hace memoria es- ta escritura , y dice que el Rey D. Sancho hizo en Ná- gera esta donación á D. For- tunio Abad de Leyre y Obis- po de Pamplona , siendo asi que en los anteriores y si- guientes lo fue D. Blas , co- mo consta de muchos ins- trumentos , y de Alaba el

. Trat.6(). Cap, 18. mismo D. Fortunio. Y seña- lando la razón que le parc- cia verisímil , dehian , dice, de mudarse los Obispos con facilidad de un Monasterio ó Iglesia á otra , como no habia Bulas ni las costosas expensas de ellas , que en estos tiempos se pagan por- que debe convenir asi.

10 La dificultad , que aqui pone Sandoval , no pide otra resolución mas que probar la falsedad del su- puesto en que procede. Se ha de notar pues que no solo en los años anteriores, y siguientes al de 1072. sino en este mismo,Belasio y For- tunio fueron constantemente y sin mudanza Obispos, aquel de Pamplona , y este de Ala- ba. De Belasio consta por una donación del Infante D. Ramiro al Monasterio de S. Prudencio , que á 20. de Mayo de 1072. era Obispo de Irunia , que es Pamplona, Por otra,que en 26. de Agos- to del mismo año hicieron el Rey D. Sancho y la Rey- na Doña Placencia á S. Mi- llán , se sabe que Belasio y Fortunio retenían los mis- mos títulos que en los años pasados , firmando con ellos esta escritura , por la que dic-

Obispos de Alaba, Fort unió. 263

dieron los Reyes al expresa- do Santo un Monasterio, que estaba cerca de Duran- go con la Decanía del territo- rio de Vizcaya , cuyo nom- bre era Ihurrueta. Por lo que toca á la donación referida de la Villa de Tondón es cierto que se hizo al mis- mo Fortunio, que fue Obispo de Alaba; pero en la escritu- ra no se nombra con el titu- lo de Pam.plona , y lo único que puede estrañarse es, que los Reyes le hicieron esta merced en uno con el Monas- terio de Lejre , lo que como dice Moret , sería ó por- que la Villa se les dio á me- dias , 6 porque se dio á D. Fortunio con la condición de que después de sus dias viniese á poder de] Monas- terio. Resulta pues que ni el nombre de Belasio debe ponerse en el Catálogo de Alaba , ni el de Fortunio en el de Pamplona , como qui- so Sandoval , equivocándose sin duda en la inteligencia de la escritura de Leyre, y nada noticioso de las que en el año de 1072. mencio- nan á estos Obispos con los mismos títulos que siempre tubieron.

i I Es también notable

la escritura de donación hecha á D. Fortunio , por advertirse en ella que en el año de su data murió el Sé- nior D. Marcelo. Este caba- llero gobernó la provincia de Alaba con el titulo de Conde. Nombrase en las es- crituras con cierta singulari- dad ; porque firmando los de- más Grandes,que acompaña- ban al Rey , con el antenom- bre de Setiiur ^ él se distin- gue con este y el de Donmo juntamente , como en dos escrituras de Irache , que tengo presentes , y son de los años de 1062. y 1063. Su piedad quedó muy per- petuada en una rica dona- ción que en el año de 1071. hizo en compañía de su mu- ger Doña Goto , expresando el Obispado de D. Fortunio, en favor del Monasterio de Leyre , ofreciendo á S. Sal- vador, y á las Santas Virgi- nes, que en él se veneran, muchos pueblos , y moneda de plata del cuño de Alaba. Su nobleza en fin y los altos empleos que obtubo, le gran- gearontan grande autoridad, que en algunos instrumentos públicos se halla señalado el año de su muerte.

12 Continuase la memo- ria

(204 España Sagrada

ria de D. Fortunio en dife- rentes escrituras desde el año de 1072. hasta el de 1076. y en este se mencio- na su Obispado en algunas donaciones que trae Moret hechas por el Rey D. San- cho antes del dia quatro de Junio , en que este Principe llamado el Noble por la generosidad y bondad de su corazón , fue precipitado en la cumbre de Peñalen por traición de su hermano D. Ramón y su hermana Doña Ermisenda, y otros Persona- ges de su Reyno.

13 La mudanza que hu- bo en la Diócesis de Alaba por la muerte del Rey D. Sancho , fue que te do su ter- ritorio quedó desmembrado de la Corona de Navarra, y unido á la de Castilla en el mismo año de aquel des- graciado suceso. Por esta razón , aunqae el nombre del Obispo de Alaba se halla aiq;una vez en escrituras per- tenecientes al Reyno de Na- varra , y dadas en los años siguientes á esta separación, no suena tan repetido , co- mo en el tiempo anterior en que la Provincia daba á los Reyes de aquella Corona uno de sus títulos.

. Trat, 6g Cap. 1 8.

14 Argaiz escribe que el año de 1077. pasa en blanco sin memoria alguna de este Prelado: pero San- doval en las Fund. de los Monast. pag. 77. trae una escritura del mismo año, y es donación de Doña Se- gunda Muñoz a S. Millán, dándole el Monasterio de Santa Maria de Orsales , y dice que reynaba D. Alonso en Castilla, León , y Gali- cia, y el Rey D. Sancho Ra- mírez en Aragón, y Pam- plona ; y que eran Obispos Fortunio en Alaba , D. San- cho en Nágera , D. Gómez en Burgos , y D. Pedro en Pamplona. Yo he examinado esta data , y veo que está defeduosa , por no poder verificarse en el año, que señala Sandoval , los Obispos que en ella se nombran. D. Sancho no entró á gober- nar la Iglesia de Calahorra y Nágera hasta el año de 1080. en que Tvlanio su pre- decesor se reritó al Monas- terio de Cluni. D. Gómez no empezó á presidir en Bur- gos hasta el año de 1082. en que falleció Simón su an- tecesor. Véase el tom. 26. pag. 209. La Silla de Pam- plona estaba ocupada por Be-

Obispos de Alaba. Fortunio, 265

Be^asio , que murió en el año de 1078. Desde éste hasta el de 1084. tubo la administración y gobierno de esta Diócesis el Infante D. Garcia, que era Obispo de Jaca. De manera , que el D. Pedro nombrado en la data no tomó posesión de la Sede de Pamplona hasta di- cho año de 1084. en que fue su elección , la qual se no- ta en alimañas escrituras de }a Era 1122. por estas pa- labras : Sien io el Obispo D. Pedro eicírid-) para el Obis- pado de Pamplona. Asi que la donación que refiere San- doval dsbe atrasarse hasta el ano de 1084. á lo menos, que es el primero en que se encuentran presid'endo jun- tamente los Obispos que alli se mencionan. (*)

15 Argaiz pone otra me- moria de Fortunio del año de 1078. y dice , que está en un Privilegio de D. Sancho el Noble concedido á S. Mi- llán : pero constando de mu- chos instrumentos , que este Rey habia muerto en el año de 1076. no puede dudarse,

que la fecha de esta escri- tura necesita de enmienda.

16 En el año de 1080. dio á Leyre una Señora muy principal llam.adaDoñaMen- cía Fortuñez las tierras , que poseia en un lugar por nom- bre Huza , y dice en la es- critura de donación , que eran Obispos Don Garcia en Jaca , D. Munio en Calahor- ra y D. Fortunio en Alaba. En este mismo año el Rty D. Alonso con la Reyna Da- ña Constanza su muger otor- garon la escritura de dota- ción del Monasterio de Sa- hagun. Firmáronla muchos Obispos del Reyno de Don Alo.iso , y entre ellos Don Fortunio con estas palabras: Fortunius Alabensis Episco- pus confirmat.

17 Entre las donaciones de los años siguientes , que mencionan á estePielado, la? mas dignas de referirse son aquellas que manifiestan su particular devoción á los Mo- nasterios del gran Padre San Benito. En el año de 1051. hablan hecho los Señores de Vizcaya D. Iñigo López y Do-

(*) En efe^o la data es del ano 1087. como me ha cowimicado el R. P. M. Fr. Segismundo Beltrán , Abad que fue del Monasterio de San Millán.-

Tom.XXXllh U

a 65 España Sagrada^

Doña Toda donación del Mo- nasterio de S. Maria de Iz- peya,en favor de D. Gar- cia , como dige tratando de este Obispo. Parece que des- pués de ios dias del donata- rio , pasó este Monasterio á S. Miilan ; y para que su po- sesión fuese mas estable, dio Carta de confirmación D. Fortunio en el año de 1084. diciendo , que presidia en Armentia.

18 En el ano de 1085. dio un particular testimonio de su afeito á S. Juan de la Peña. Tenia este Monasterio en la Diócesis de Alaba al- gunas Iglesias, que le fueron concedidas por varios Seño- res , y estaban en los pueblos de Huhulla , Traza , Quos- quoriita , y Mundaca. Pues todas estas Iglesias queda- ron por devoción de Fortu- nio libres, y absueltas de pa- gar las tercias , y quartas Episcopales. El Abad Don Juan Briz en su Hist. de S. Juan de ia Peña , lib. i. cap. 56. trae la data del Privile- gio de nuestro Obispo, cuyas palabras son estas : Hatic fiutcti' Scripturawfec/^ & ro- ¿oruvi^S propn'a manu subs- ', e/¿psí hoc signum Crucis t //; Sede ñ ostra , guíe vcca-

Trat, 69. Cap. 1 8. tur Armentegi , pt\Tsetitibus Clericis & Archidiaconibüs ejiísdem Sedis , S firman ti- bus. Pero Moret en sus Anal, lib. ig. cap. 3. dice , que subscriben D. Fortuno , Pre- pósito , y Arcediano de Ar- mentia , y D. Vela , Decano de la misma Iglesia.

19 De esta concesión de D. Fortunio quieren algunos Autores inferir ,q'ie la juris- dicción del Obispo de Alaba se extendía hasta la Villa de Cuzcurrita en la Rioja; pero yo tengo por cierto , que asi la Provincia de Alaba , como ^u Diócesis , comprehendia solo hasta el ramo del Pyri- neo , en que estaban los Cas- tillos de Bilibio ,y Cellorigo, que defendían la entrada en la Provincia. El nombre de Cuzcurrita y Cozcorrita ha sido muy común en España; y el pueblo que en la data se menciona , se dice está si- tuado en territorio del rio .Olga , para distinguirle de -Otros pueblos del mismo nombre , como el de Rioja, que se llama Cuzcurrita del , rio Tirón. Alguna vez po- seyó el Obispo de Alaba tier- ras, en la Rioja ; pero tampo- co puede colegirse de esta posesión que se extendiese á ellas

Obispos de Alaba. Fortunío. 267

elías su Obispado , por no D. Pedio Nazar , con estaá

tetier en ellas oira jurisdic- ción que la temporal , en fuerza del dominio que se le habia dado por los Señores á quienes pertenecieron.

20 En el año de 1086. asistió D. Fortunio á la so- lemne Consagración de la Iglesia del Monasterio de Santa Cruz en Ribarredon- da , á que concurrió también el Arzobispo de Tcjledo D, Bernardo , con otros Prela- dos , que se nombran en el tom. 26. pag. 214.

21 Por Escrituras de S. Millan consta, que Fortunio vivia en el año de 1087. En Jos siguientes no se halla ya memoria suya , lo que es indicio de haber fallecido por este tiempo.

22 E! üoítor Tejada en el lib. 3. del Abrahan de la Rioja , cap.8. §. 5. dice , que Fortunio murió por el año de 1093. y que el Rey D. Alonso agregó al Obispado de Calahorra todo el terri- torio que ccmprthendia el de Alaba. De aquí temó oca- sión el Licenciado ILañez, Autor de la Vida de S. Pru- dencio , para calumniar al Obispo que entorxts presi- dia en Calahorra , llamado

expresiones: iPero quién ha de creer , dice , que un Rey tan advertido se metiese ea extinguir unas Diócesis para engrosar otras , no siendo eso de su incumbencia?. La agregación que Tejada dice, hecha el año de 1093. fue una verdadera usurpación, que se hizo dos años antes el de 1091. pues ya D. Pe- droNazar en la Era de 1 129. metido en mies agena consa- gró la Iglesia de S.Pedro de Munguia en Vizcaya , como reparó Gabriel Henaojib. i. cap. 41. Añade , que después de la muerte alevosa que dio al Rey D. Sancho el Noble, su hermano D. Ramiro en Peñalen en el año de 1076. Armentia iba en decadencia, por mas que D. Fortunio sos- tenia con tesón su Diócesis, y Silla Episcopal : que D. Pe- dro Nazar no pensó pedir á á la Silla Apostólica la con- firmación de haber unido am- bos Obispados , y que esta resolución fue [:o( o grata á los Alabeses , y Navarros:, que si Pasqiía! Segundo con- firmó por su Bula los lími- tes del Obispado de Cala- horra , esta concesión se im- petró fácilmente, por ro ha- Ll 2 bcr-

i69 España Sagrada ber^e representado la agre- gación que se hizo veinte años antes sin autoridad le- gitima , ni citado al Capitu- lo Sede Vacante de Armen- tía.

23 Estas quejas no son otra cosa que unas injuri.js manifiestas contra la buena memo'-ia de D. Pedro Nazar; ni tienen otro origen que un animo apasionado por su pa- ís , y sentido de que se su- primiese la Silla Episcopal de Alaba resumiéndose en la de Cal:i horra. Esta supresión se hizo asi que murió Fortu- nio , cuyo faileciiDÍento fue sin duda cerca del año de ig88. Por este mismo tiem- po entró á gobernar la Igle- sia, de Calahorra D. Pedro Na/^ar , á quien se agregaron has Provincias de Alaba , y Vizcaya , que desde el pri- mer establecimiento de los Obispados hablan perteneci- do á su jurisdicción hasta el siglo d(?rimo, en que se fun- dó la Cátedra Pontifical de Armentia,que asi como la deN.^jTera no fue sino efedo del miserable cautiverio, que padecía la Matriz de Cala- horra bajo el poder de los Arübes. Ni hay fundamento para creer . que la incorpo-

. Trat. 69. Cap. i S.

ración ó reunión de las dos Provincias referidas se hizo sin autoridad competente. Tampoco hay motivo para presumir , que D. Alonso el IT. no intervino con su au- toridad Real en la agrega- ción. Si este religiosísimo Principe incorporó en el año de 1075. la Sede Aucense con la de Burgos menos an- tigua , y su hecho fue apro- bado, y confirmado por Ur- bano Segundo en el de 1095. ¿qué inconveniente hallaba el Licenciado Ibañez en cre- er que el mismo Rey reunió el territorio de la Diócesis de Alaba al Obispado de Ca- lahorra, de quien se desmem- bró no por otra causa que la persecución Sarracénica? Debemos , pues , juzgar , que D. Pedro , Obispo de Ca- lahorra consagró en la Era 1 1 29. la Iglesia de Monguia, no metiéndose en mies age- na , sino egerciendo su ju- risdicción Episcopal , des- pués de haberse suprimido el Obispado de Alaba incor- poradose su territorio con el de Calahorra , y Nágera. La agregación está confir- mada no solo por Pasqual Segundo, sino también por otros, seiá Pontífices Roma- nos;

Obispos de Alaba. Fortu nio. !2 o 9

nos ; e*5 á saber , Lucio IF. Eu- dominios , señala por Obispo

genio III. Alejandro IH. Ale- jandro IV. Clemente UI- y Urbano III. cuyas Bulas sq guardan en el Archivo de la S, Iglesia de Calahorra. Y es gran temeridad fundar solo én las causas que lbañ<iz pro- pone ^ la facilidad de estas concesiones, quando p>or ellas no se dio á la Docesis Cala- gurritana , re-^peéto d-e las Provincias de A'aba, y Vizca- ya, sino un territorio que po- seyó muchos siglos antes de establecerse la Sede en Ar- mentia, y de que fue privado solo por la necesidad que provino de la cruel perse^ cucion de los Barbaros. '.,;• 24 No puedo apartar- me de el Obispado de Alaba, sin refutar primero lo que el Autor citado escribe de el restablecimiento de esta Sede. Dice , que habiéndo- se restaurado el Reyno de Navarra por su legitimo Se- ñor D. Garcia Ramirez , se restauró también la StUa; Episcopal de Alaba en la Escritura que su hijo D. Sancho el Sabio hizo de la población de Vidoria en el añode ii8r. porque ex pfe- sando en ella los Obispas que regían las Iglesias de., 5us

de Armentia á D. Rodrigoi Discurre luego , que ó D* Sancho elSabio no tenia no- ticia de la supresión , que ca- si un siglo antes se habia hecho de esta Sede , ó que se restituyó á Armentia la Silla Episcopal ; y en me- dio de confesar que la Pro- vincia de Alaba no era go-^ bernada al tiempo de la re- ferida Escritura por Obispo distinto del de Calahorra, concluye , que pues no se le dio otro titulo que el de la Iglesia de Armentia , ésta fue restituida á su antiguo honor de Catedral.

525 No se puede dudar, que incorporada la Provin- cia de Alaba con la Diócesis de Calahorra, quedó la Igle- sia de Armentia en forma de Colegial , y con cierto nú- mero de Canónigos ; y que perseveró en t3l estado hasta el año de 1498. en que por autoridad del Papa Alejan- dro VI. fue trasladada á S. Maria de Vidoria. Es igual- mente cierto , que suprimi- do el Obispado de Alaba se substituyó el Arcedianato de este, titulo , que desde en- tonces constituye una de las dignidades de la Santa Igle- sia

q,jo España Sagrada. Trat. 69. Cap. 1 8,

sia de Calahorra. Es final- mente constante , que sin enibargo de verse la Iglesia de Armentia honrada en la Carta de fundación y fuero de Viítoria con ei titulo Epis- copal que tubo antiguamen- te, no por eso dejaba de es- tár aneja al Obispado de Ca- lahorra , y como tal al Obis- po que entonces presidia, que era D. Rodrigo de Gas- cante. La dificultad está so- lo ea averiguar, si el ^titulo que en la mencionada Escri- tura de D. Sancho el Sabio se al expresado Obispo, írguye liaber sido elevada la Iglesia de Armentia á los honores de Catedral que pretende el Licenciado Iba- ñez. Algunos , sin otro fun- damento que semejantes tí- tulos, han creído que en los pueblos de donde los Obisi- pos se titulaban, residían por entonces las Iglesias Cate- drales ; pero yo tengo por cierto , que aunque el uso mas ordinario de todos los siglos ha sido tomarse los tí- tulos deia Iglesia ,en que es- taba asentada la Silla Pouti- iical , no fue costumbre tan inviolable en España, en los tiempos de que hablamos •jue no se verificase alguna

vez lo contrario por moti- vos particulares. Véase el tom. 28. pag. 25. donde se hallarán muchos tirulos de Obispados que no significan Catedralidad , sino precisa- mente territorios anejos al del titulo principal. Sin salir- del Obispado de Calahorra te- . nemos egemplo en una do- nación , que existe en el Ar- chivo de la Iglesia Colegial de Logroño , y perteneced la Era de iiii. Dicese ea ella , que eran Obispos en este año Munio en Albelda, Belasio en Pamplona, y For- tunio en Alaba. Donde el tí- tulo de Albelda no arguye que alli hubiese Silla Ponti- fical , sino solo que era terri- torio de la jurisdicción de Munio ; y expresase aqui es- té titulo dejando los ordina- rios de Calahorra , y Náge- ra , de que usaba Munio fre- qiientemente ; porque aque- lla donación se dispuso de modo, que el Monasterio de S.Cosme , yS. Damián, qie se donaba á D. Iñigo Azna- rez , debia venir después al dominio del Monasterio de S. Martin de Albelda. Pues por igual circunstancia se dice en la Escritura de D. Sancho el Sabio : Episco- po

'^ Obispos de Alaba. 'Fortunlo. iji

po Roderico in Armentiense hizo quando se suprimió la

Ecclesia : porque siendo asi que este Obispo jamás habia usado de este titulo , sino so- lo de los de Calahorra , y Nágera , pareció dárselo en este Instrumento , dirigido á la fundación 6 reedificación de un put blo con el nombre nuevo de Vifíoria en el sitio que tenia una pequeña po- blación llamada Gasteiz , po- co distante de Armentia , pa- ra sign'fic. r de este, modo, que todo aquel territorio era de la jurisdicción de D. Ro- drigo , por la reunión que se

Silla Episcopal Alábense. Y se evidencia , que en este ado no se restituyó á Ar- mentia el honor de Igle- sia Catedral , por el ningún uso que hicieron los Obis^ pos de Calahorra de este ti- tulo en los años siguientes, como lo hicieron de los de Calahorra , y Nágera; y des- pués en lugar de éste del de Santo Domingo de la Calza- da , á. causa, de haber tenido estas Iglesias la dignidad de Catedrales.

CAPITULO XIX.

SANTOS DE LO BIS FADO

de Calahorra.

■s-

entre todas las exce-^ lencias,que ennoble- cen á las Provincias ,1a mas aventajada y gloriosa es la que las resulta de tener mu- chos Santos, que agradecidos al suelo en que nacieron , ó de donde pasaron a la eter- na felicidad, las asisten, y favorecen con su patrocinio; con razón debe gloriarse el Chispado de Calahorra de ser uno de los mas sefiala-

dos, y esclarecidos en este esplendor ilustre. En espe- cial puede gozarse de esta insigne prerrogativa el tre^ cho que hoy conocemos con el nombre de Rioja , y en tiempo de los Romanos , es- tuvo repartido entre Vasco- nes , y Berones : porque asi como se distingue en otros géneros de bienes, que con razón se estiman, y hacen á jas tierras mas célebres y apre-

iqz España Sagrada. apreciables , asi también so- bresale en el número de San- tos, no comoquiera , sino de los mas famosos que ha dado al cielo nuestra España. Esta gloria se hará manifiesta en el capitulo presente , pero reduciéndome , como lo pi- de el objeto de este Tomo, á los Santos que florecieron en el estado antiguo , cuyas memorias referiré y exami- naré con la diligencia que me sea posible , y con tan- to mayor confianza , y de- leyte de mi animo , quanto por el lugar de mi nacimien to , me toca mas de cerca el influjo de su afnparo y : pa- trocinio, y el honor de sus admirables hechos , y virtu- des.

Be ¡os Santos Martyres

Emeterio, y Celedonio.

I El principal y mas an- tiguo lustre , con que quiso Dios ensalzar á la Diócesis

Trat. 69. Cap. ig. de Calahorra , consiste en los gloriosos triunfos de los Bien- aventurados Martyres Eme- terio , y Celedonio ^ cuyos nombres granjearon á aque- lla tierra , que baña el Ebro, tan excelente esplendor, que sus brillos se extendieron luego por todo el mundo. Sabía el S^ñor , que en este país se habian de venerar los Santos con el obsequio , y afecto que correspondía á sus méritos , y por eso le miró como á lugar digno de re- cibir la sangre , que sus Sier- vos derramaron por la Fé,/ de poseer perpetuamente sus sagradas Reliquias. Esta pia- dosa advertencia es del insig- ne Poeta Prudencio en el Hymnode los Santos Marty-- res, que es el primero del ?e- ristephanon , y contiene los mas expresos testimonios de la fervorosa devoción con que ya en aquel tiempo era visitado su santo Sepulcro. Dice asi:

PoUet hoc felix per orhem térra Hibera stemmafe: Hic locus dignus tenendis osúbus visus Deo^ Quí beatorum pudicus esseí hospes corporum.

no

Las Adas del marty- fueron escritas en el

mismo tiempo en que suce- dió 5 mas qomo los Tiranos no

Santos del Obispado de Calahorra, 273 Ro se contentaban con qui- tiraonio de la santidad de ios tar la vida á los Santos, sino que ponían todo su estudio en extinguir la memoria y fama de su pision , para evi- tar la confusión y vergüen- za que les resultaba del tes-

Martyres , no vencida por su astucia y crueldad , cui- daron los que presidian en Calahorra de recoger las referidas Adas de Autores coetáneos.

O vetustatis silentis oB soleta ohliviol Xnvidentur ista nohi.? ufanía S ipsa extin^uitur; O'jartulas blasphenms olim nam satelles abstuliH iVc? tenacihus libelUs erudita scecula Ordinem , tempus , motu-nque passionis proditiim Dulcibus linguis' per aures posteriorum spargerent.

3 Del qual lugar , y de las Adas de S.Vicente cons- ta expresamente , que ya en los primeros siglos de la Iglesia se observó Espa- ña el piadoso estilo de es- cribir con diligencia los he- chos de los Santos, y particu- larmente de los que daban su vida en defensa la Cató- lica ; pero no han podido conservarse hasta nuestros tiempos tan útiles escritos, á causa de haberse quema- do en egecucion de los Edic- tos Imperiales ; á los que se siguieron luego las irrup- ciones de los Barbaros en estas Provincias.

4 Logró la envidia de los Tiranos, que las mas de las cosas de los Santos Mar-

Tom. XXXllL

tyresEmeterio, y Celedonio viniesen á borrarse de la memoria de los Fieles ; pero como su martyrio fue de los mas ilustres , pudieron con- servarse algunas noticias, que derivadas de unos en otros , llegaron á la edad de Prudencio , que como probé en el tom. 31. nació en el año de 348. y fue el prime- ro que las publicó por escri- to por los años de 405. Si- guióse á éste, el Autor de las Adas que se hallan en varios Códices , y se imprimieron por Boiando al día 3. de Mar- zo, conforme al egemplar de un Ms. antiguo de la Biblio- teca del Monasterio de S. Maximino , que está cerca de Treveris. No se sabe quién Mra es

2 74 España Sagrada» es éste , ni en qué tiempo floreció ; aunque Tillemont parece suponer que fue un Obispo de Calahorra , que según se colige del estilo, vivió en el siglo quinto , ó sexto. Lo cierto es , que pre- cedió á la entrada de los Moros en España, y que S. Eulogio usó de estas Adas, como se evidencia por un lugar que sacó de ellas á la letra en^ la mención que hizo de los Martyres Emeterio, y Celedonio en su Memorial, lib. I. cap. 14. Estos son los mas fieles monumentos , que tenemos , concernientes á las cosas de nuestros Santos, por lo que me. aprovecharé de sus luces para aprobar, ó reprobar lo que se lee en otros Autores , ni tan anti- guos , ni de tan buena nota.

FAMIL JA , VATR I A,

y tiempo de los Martyres Calagurritanos,

; ' \ti.-- hm rmas de nuestros -Autores escriben , que los Sanl<»s Etneterio, y Celedo- nio fueron hijos de S. Mar- celo Centurión , y de.S. No- .na-o-Nonia!, JuegÍDnerises,de -cuyo jTofcili^iirio linagé dis- curre'.láT-g amenté .^andí)Vál

Trat.6^, Cap, 19. en la fundación del Monas-i terio de Sahagun. Baronio; al año 298. tratando de S. Marcelo , cuenta los hijos de este Ínclito Martyr , dando por asentado , que fueron doce , y todos ellos partici- pantes del triunfo que su padre obtuvo por el mar- tyrio , y entre ellos pone á los dos Mirtyres Calagurri- tanos. Ambrosio de Morales, cuyo esmero en reconocer, y descubrir las antigüeda- des de España es muy no- torio , confiesa en el lib. 10. al principio del cap. 19. quq no se averigua del todo quiénes fueron , y cómo se llamaron les doce hermanos hijos de Marcelo ; y al fia del mismo cap. dice , que no hay bastante certidumbre ^n que todos los . doce fue* ron hijos de este Santo Mar- tyr ; y que sin embargo de haber él trabajado en la averiguación de ésta , y .otras particularidades con ^rañ diligencia y deseo de acertar , cjs ningún modo podia dar satisfacción en .ellas , por no haber ni aun camino para entrar á ha- blarlas.; Tjata luegQ en el -cap. a I. de los. Santos Emef- -terio , y Celedonio ; y aun- que

Santos del Obispa, que ofrece que escribirá de tilos cosas m'iy ciertas y autorizadas á causa de ha- ber sido estos Martyres muy celebrados por Escritores antiguos , iiabla sobre et asunto presente con mucha perplejidad. Danlos , dice, por hijos de S.Marcelo la Historia general , y Fr. Juan Gil de Zamora, y otros que le siguen. Otros citan tam- bién á D. Lucas Tuy , que lo dice; yo no lo he podido hallar en toda su Obra. Y siempre á esto de ser los Santos , que de aqui adelan* te se contaren , hijos de S, Marcelo, le falta el testimo- nio de los Autores mas gra- ves,

1 Sin embargo , el Bre- viario de Ebora sigue expre- samente esta sentencia; pues en la segunda lección del Oficio de estos Santos dice: Hi beati Marcelli quondam C¿nturtonis , deinde marty- ris fila. Y en la tercera: Legionarii namque fuerunt milites ex ea Legione^in qua eorum pater Centurio erat.

3 Otro testimonio mu- cho mas antiguo puedo ofre- cer en favor de la sentencia común , que atribuye á S. Marcelo algunos hijos Mar-

io de Calahorra. 275 tyres , y entre ellos á ICme- terio , y Celedonio , y es de un Códice Gótico de la S. Iglesia de L^on , que se in- titula Antifonario , en el qual se contiene un largo Tratado del Cómputo , es- crito por un tal Arias , que muestras de grande eru- dición , y curiosidad , y tes- fica haberlo compuesto en el año de 10Ó9. Este parece que peregrinó por varias partes con el fin, sin duda, de averi- guar algunas materias Ecle- siásticas ; porque en una No- ta que puso después de la Tabla de contar según el estiló Gótico, sobre los Au- tores de la Historia Ecle- siástica Tripartita , dice asi: Ego Arias vidi ipsum Li- brum 'in Francia , quem non- dum videram. in Gallicia-é También registró el Archi- vo de la S. Iglesia de Tole- do , como indica en la No- ta que sigue inmediatamen- te, á la citada , en la qual se lee el testimonio sobre los hijos de Marcelo. Dice asi: Hcec sunt nomina Sandio- rum^ quiv in Archivo Toleta- no reperta sunt. Emeterium & Celedonium Calahorrita- na Ecclesia suscepit in urna, Claudium atque Lupercium^ Mm 2 at-

z-]G España Sagraba.

otqiie l'^idioricum Legionen- ses CGUtinent cives, Genva- fium , & Servandum Ursa- nensis alma vicus ccronat, sed corpore divisas. Servan- dum Hispalis. Gerwanum Emérita pietas divina loca- vit, Marcellum parentem Tingitana Urbs fide reli- gionis reiineí. He aqui un lugar anterior en tiempo á la Chronica general , y á Fr. Juan Gil de Zamora , que son los Autores mas anti- guos en que leyó Morales, que S. Emeterio , y Celedo- nio fueron hijos de San Mar- celo Martyr.

4 En conformidad de los padres que los mas señalan á estos Santos , se afirma también comunmente , que fueron naturales de la Ciu- dad de León , donde S. Mar- celo militaba , y de donde fue remitido á Tánger , pa- ra que alli fuese juzgado por Valerio Agricolao , Vi- cario de Prefedo Pretorio en la Provincia Tingitana. Asimismo se establece, que vivieron , y padecieron en tiempo de Diocleciano , y Miximiano , por ser cons- tante que su padre Maree- Jo fue martirizado en la per- secución movida por estos

Trat, 69. Cap. 19.

Emperadores , y b¿íjo el Con- sulado de Anicio Fausto , y Severo Galo , que concurrió con el año de Christo 298.

5 Daria fácil y gustosa- mente mi asenso á estas no- ticias, creídas por los mas de nuestros Escritores , y con- firmadas con el testimonio exhibido del siglo once , si otras luces mas ciertas no me obligaran á sospechar su falsedad. Estas se toman de las Adas que tenemos , mas cercanas al martyrio , de las quales , como dige tratando de la antigüedad de la Reli- gión Christiana en Calahor- ra, se prueba evidentemente, que los Martyres Emeterio, y Celedonio fueron de un tiempo , en que eran pocos en España los Christianos en comparación de los Idólatras; y por tanto, que parece pre- cedieron á la edad de Tertu- liano, que pone el Christianis- mo tan extendido por estas Provincias , que no habia parte donde no se conocie- se , y venerase el nombre de Jesu-Christo. Dicen también, que no se tenia noticia de otro Martyr, que padeciese en la persecución en que fueron atormentados' núes* Uq^ Ciilagurritanos ; lo que es

Santos del Obispado de Calahorra, 7jj es muy contrario á lo que separarse. Profesaron juntos

se afirma de los hijos de S. Marcelo , que padecieron en un tiempo de que tene- mos en Esnaña el mayor ná- mero de Martyres conoci- dos, esto es , bajo el Impe- rio de Diocleciano , y Ma- ximiano. Añádese á esto, que en medio de ser muchos los Escritores que hicieron me- moria de estos Santos en los siglos anteriores al undéci- mo , ninguno dejó indicada su patria , familia , ni el tiempo en que florecieron. Por esta razón las Adas de la S. Iglesia de Burgos , que Boiando puso en el quarto lugar , testifican que todas estas particularidades se ha- llaban enteramente descono- cidas : Nostrorum nonnulla incuria , sed Ethnicorum su^ mmo s célere^ & malitia fa- Ciurn est , i*t Emitherii SCe- ledonii Mí%rtyrum prces- íünííSdimorum ortvs^ nata- leque solum^ tum etiam tem- pus martyrii : : penitus obli- tcrata inccmpertaque fue- rint.

6 Las coFas que constan ciertamente son , que Eme- terio , y Celedonio fueron hermanos; y que vivieron tan unidos , que jamás quiskron

la Milicia , y ambos fueron escogidos para soldados Le- gionarios , para lo que se requería que gozasen el pri- vilegio de Ciudadanos de Roma. La Legión en que me- repieron fue la VIL con loa sobrenombres de Gemina^ Pid^Felix ,que Augusto Ce- sar fundó y colocó enDalma- cia , y por orden de Nerón fue trasladada á Syria , y úl- timamente por decreto de Nerva , ó de Trajano á Espa- ña. Esta se estableció cerca de la antigua , fuerte, y pa- pulosa Ciudad de Sublancia, de cuyas ruinas se levantó otra nueva Ciudad, á quien se dio el nombre de Legión, que hoy pronunciamos Leon^ por haberse edificado para asiento de los soldados que componían la Legión Vil, Gemina^ Fia^ Félix, Asi en e;l sitio de esta población como en sus cercanías se han des- cubierto varias Inscripción nes que autorizan esta ver- dad en tanto grado, que los Historiadores , y Geógrafos mas críticos han venido á conocer por ellas , que \a expresada Ciudad no tubo el sobrenombre de Germánica, como se lee en Ptolomeo j sino el

c;:^ lis paña Sagrada, Traf. 6g. Cap. 19.

el de Gemina , como tienen ):is lápidas de ac|uel tiempo. De aqii se colige, que los Santos Emeterio , y Celedo- nio , sino fueron naturales de León , vivieron á lo menos, y militaron en ella por al- j^un tiempo, lo que también debe tenerse por cierto en vista de haberlo enseñado asi la antiquísima tradición, testificada expresamente en las Adas de los Santos M ir- tyres , que como dejo dicho T5e escribieron en el siglo quinto , 6 sexto : Legiona- rios fulsse milites Emetbe- riu'nSCeledonium fama est^ dtque ibidem scecalaribus primum stipendiis militasse^ u^í nunc signat oppidum ap pe ¡latió antiqua castro- rum.

7 Los que afirman que estos Santos fueron hijos de S. Marcelo, y de S. Nona, creen también , que mien- tras andabín debajo de las vanderas Romanas , seguian como sus padres la Vande- ra y armas de Jesu-Christo; y que habiéndose promulí^a- do el Ediao de que todos los Christianos fuesen com- - pelidos á ofrecer sacrificio •en las aras de los ídolos de la gentilidad , se les intimó

á los Sancos soldados Eme- terio , y Celedonio , como á quienes públicamente mani- festaban con sus obras, que profesaban la Religión Chris- tiana. El Autor de las AdUs confiesa su ignorancia acer- ca de este punto , y expone su duda con esta proposi- ción disyuntiva : Seu igitur anteadi^ü vitíe operibus pro- diti , quia Principi omnium Deo etiam in cas tris Síücu* laribus militarunt , sive re* pentinoS.mdii Spiritiis ardo- re succensi , positis armis mundi ad hoc prcelium cu~ currerunt : in utroque felices^ in iitroque gloriosi ; qui aut Dominum á principio suní seciiti ^aut d Deo^quo inspe' rata pr¿emia mererentur^ sunt eledíi. Yo tengo por mis autorizado el Oficio que la Iglesia Gótica de España hacía en la Fiesta de estos Santos Martyres , en cuya Misa se afirma expresamen- te , que sin haber sido ins- truidos antes en los rudi- mentos de la , ni tenido conocimiento de las Santas Escrituras , fueron inspira- dos interiormente por Dios, y se convirtieron de repen- te , dejando la milicia del siglo , y abrazando la de Chris-

Santos del Obispado de Calahorra. 279

Christo. Prudencio indica también esto mismo dicien- do, que nuestros Soldados no vivian ociosos , sino emplea- dos en el arte y duro eger- cicio militar , quando Jesu- Christo los llamó á la Mili- cia celestial y eterna , y que desde entonces empezó á egercitarse en el servicio de Dios aquel mismo valor, que hasta alli se habia ocu- pado en las guerras y armas del Emperador de la tierra. De aqui se forma otro efi- caz argumento de que Eme- terio , y Celedonio no fue- ron hijos de S. Marcelo , y S. Nona , como han creído los Autores arriba citados; pues á haberlo sido , no po- drian menos de tener noti- cia de los principales Mys- terios. de la Religión Chris- liana , de cuyo conocimien- to carecían enteramente se- gún el Misal Gótico : Ad no- va príPÜa repente eo^versi sunt , quos nec pri>nceva c?t ci- te fides insinúala per dbciiit^ nec divinorum virtus ops-

rum , nec Sacrarum Littera- rum cognitio , sed á te nutu abdito inspirad martyrii ar* dor accendit,

8 Asi que percibieron en sus corazones el llama- miento de Christo , desam- pararon las vanderas Roma- nas , y se abrazaron con la Cruz , estimando mas , dice Prudencio , aquel insigne le- ño , que venció al dragón infernal , que los estandar- tes , en que para terror de los enemigos solian los Ro^ manos entreteger figuras de dragones. Lo mismo fue re- cibir la luz del cielo , que tener por bajeza indigna de sus personas ocupar sus ma- nos en llevar lanzas , en abrir muros , en hacer fosos, en mancharse con la sangre de sus prógimos. En esta no- ticia proceden conformes el Misal Gótico , y Prudencio. El primero dice : Projiciunf pila^ signa destiiuunt ^iB ad ccel stem procin&um , quem priits non noverant , inci" tantur. El segundo:

Cíe saris vexilla Unquunt^eligunt sigtium Crucisi Proque ventosis draconum , quos gerebant , pallih^ Frceferunt insigne lignum^ quod draconem subdidit,

9 De los quales versos se colige también , que los

San-

2 8o España Sagrada Santos llegaron á ser Alfére- ces de la Lecjion Vil. Geini- na, á quienes los Romanos ll.::n:iban üracoiiarios ,coino dice Vegecio ii. 7. Signi- feri , quí signa portant, ^uos nunc draconarios vo- cant, Y dióseles este nom- bre, porque las vanderas que

. Traf.6^, Cap. 19. llevaban tenían , como fie dicho , entretegidas algunas figuras de dragones, que por eso las llama Prudencio: [Rentosa pallia draconum. Lo mismo se colige de loque, según este Poeta , decían los Santos á los Tiranos.

Ite signofum magistri : í? vos trihuni ahsistite^ Áureos auferte torques.

Porque era costumbre, que los Alféreces trajesen por insignia de su grado collares de oro. Mauras fiomine q'iid.vn ^ dice Amia- no , postea Comes , tune has- tatas , abstracium sibi tor- qtiem , quo ut Draconarius titehatiir , capiti Juliani im- posuit,

10 El Breviario antiguo de Monte Aragón les atri- buye también el grado de Alféreces en el Responsorio de la Lección quarta del Ofi- cio , que dice asi : yiri for- tes , S strenui regís teme signiferi , confortati in Do- mino , linquenfes sa^cularia signa \ sumunt c¿ü!estia.

■Martyrio de los Santos.

íi Todos los que tratan

de nuestros Martyres convie- nen,en que al tiempo en que se levantó la persecución con- fesaban ya la deChristo, y residían en la Ciudad , que habia sido destinada para su Legión. Pero se advierte en- tre ellos notable variedai acerca del pueblo , en que fueron aprisionados , y em- pezaron á sufrir los tormen- tos del martyrio. Algunos es- criben, que sabiendo los San- tos como losChristianos eran perseguidos en Calahorra , y que allí se les ofrecía oportu- nidad de conseguir la palma que deseaban , les pareció que su para con Dios no era muy encendida , si ellos mis- mos no iban sin ser buscados a confesarla en presencia de los tiranos Asterio , y Máxi- mo , que pretendían extin- guir-

Santos del Obispado de Calahorra, 281 jjDTla en aquella Ciudad. Es- Emeterio v Celedonio milí^ ta opinión puede confirmarse coíj la autoridad de algunos Breviarios de las Iglesias de Espaíia , que la testifican ex- presamente , como el de Huesca y Jaca, que en la se- gunda lección dice : Tune Emetherius ^ Celedonius ad desiderium florentis palmee^ passionemque venerunt non ^ucesiti. Y el Hispalense: Igitur ad civitatem Cala- gurritanam sponte venientes, &c. Otros dicen , que fue- ron arrastrados en León , y que después de padecer gra- ves tormentos en esta Ciu- dad , fueron llevados á Ca- lahorra. Autorizase este dic- tamen con los Martyrologios de Usuardo y Adon , cuyas palabras se leen también en el Romano.

1 2 Esta variedad no con- siste sino en que , discur- riendo el Autor de las Adas mas antiguas sobre este pun- to , quiso celebrar á los Santos Martyres , estable- ciendo dos congeturas, de las quales los posteriores toma- ron la que les pareció mas verisimi!. Habiendo pues aquel antiquísimo Escritor referido la tradición que du- raba en su tiempo , de que

Toffh XXXllL

taron en la Ciudad de León, y queriendo referir ya su martyrio , se queja de la ignorancia que entonces se tenia sobre si los Santos fue- ron conocidos por las virtu- des Christianas , que praéli- caron antes de la persecu- ción , ó si excitados ó encen- didos repentinamente por la divina gracia , dejaron las armas y se ofrecieron gus- tosamente á los tormentos. Propone luego una question en esta forma : ¿ Como cree- remos que Calahorra fue el lugar del martyrio de estos Santos, estando tan distante esta Ciudad de la de León, donde ellos residían? ¿Dire- mos que fueron traídos vio- lentamente , ó que vinieron por su propria voluntad? Y porque no tenia noticia ni de uno ni de otro , tomi el partido de elogiar á los Mar- tyres, proponiendo su con- getura por ambas partes , y preparándose para el elogio con estas palabras: Canjee^ turam sensus in utrumque mittamu9 , ut ubique precia- rum , & subVme cernamus insigne. Coligese pues , que en la edad del Autor de las referidas Adas no había tra- Na di-

•2 8 a . España Sagrada

dicion de qué los Santos Ala^rtyres fueron arrestados en León , y empezaron á padecer en esta Ciudad su :glorioso martyrio : ni tam- •poco de que ellos por mis- inos se fueron á Calahorra, y se presentaron á los jueces. Y por tanto que los Auto- res del tiempo posterior no tubieron mas fundamento, para lo que establecieron en este asunto , que su propria piedad , por la qual se incli- naron mas á uno de los miem- bros de aquella congetura, resultando de aqui la diver- sidad que se nota en sus nar- raciones.

13 Prudencio, que es el Escritor mas cercano al mar- tyrio de los Santos , es quien nos las mejores luces pa- ra referir de ellos lo que es mas digno de crédito. El testifica primeramente , co- mo hemos visto, que hallán- dose en el estado mjjitar, fueron llamados por Dios á la Religión Christiana , y que inmediatamente renun- ciar(!n las armas y los hono- res que gozaban , de mane- ra que los que servían al Em- perador de Roma , ya no se ocupaban sino en el culto de Jesu Christo. El Oficio Go-

. Trat, 6g. Cap. 1 9. tico cantaba lo mismo , es- tableciendo su repentina con- versión , y con ella el des- precio que hicieron del eger. cicio, y dignidades militares* Por lo qual juzgo que la pri- sión de los Santos Martyres fue en tiempo , en que esta- ban ya separados de la mi- licia , y efedo de esta mis- ma separación , y de la nue- va vida que hacían. En cuyo supuesto falta también la ra- zón única , que han tenido los Autores , para inclinarse á que residían en León , y que allí empezaron los tor- mentos del martyrio. Fuera de esto , aun quando se le- vantase la persecución , es- tando anualmente agrega- dos á la Legión , en que ser-» vían , no podemos inferir de aqui , que residían en aque- lla Ciudad , porque es cons- tante que las Legiones esta- ban destinadas para la con- servación y tranquilidad de las provincias del Imperio, y que para este fin se re-í partían los Soldados Legio- narios por varias Regiones y Ciudades según la necesidad de cada una de ellas. Asi que no hay fundamento para de- terminar el' pueblo , en que vivian los Santos al tiempo de

Santos del Obispado de Calahorra, 283 de su prisión , y parece mas de el principio la suma de

verisímil, que residirian en Calahorra , Ciudad que con- sagraron con su precioso martyrio , ó porque la eli- gieron para su morada des- pués de apartarse de la mi- licia , ó porque siendo aun militares , fueron remitidos á esta Ciudad por el Legado Consular ó el Prefeáo de su Legión , á quien tocaba re- partir los Soldados por los distritos de su jurisdicción.

14 Por buena dicha de nuestros Santos Soldados , di- ce el mismo Prudencio , su- cedió que en aquel tiempo, en que ellos se convirtieron á Christo , y dejaron las ar- mas , habia dado el Empe- rador un Decreto , por el qual mandaba que todos los Christianos (el Poeta los lla^ ma hijos segundos de Israel, por haber sucedido á los Ju- díos en el culto de Dios) sa- crificasen á los ídolos , apos- tatando de la Religión de Je- su Christo. Por esta causa celebra el Misal Gótico la feliz suerte de estos Santos; porque ofreciéndoseles tan presto la ocasión de pade- cer martyrio , fue lo mismo que empezar su carrera por el termino , y alcanzar des-

la perfección. Primor di a in terminis ponunt , & quod est jfjnis , incipiímt, Initiis suis perfediionis summam rapiunt^ & fidem martyrii auspicari' tur,

15 Se cansará vanamen-» te el que pretendiere averi- guar el tiempo de esta per- secución ; pues unos la po- nen en los años de 298. otros como el Breviario citado de Monte Aragón cerca del año de 257. y otros confiesan Ja ignorancia,que se tenia sobre este asunto , como el Brevia- rio de la Santa Iglesia de Burgos. Lo cierto es , que fue . una de las generales, como se colige de la pintu- ra que de ella hace Pruden- cio ; y puede creerse tam- bién , que fue de las prime- ras en vista de las expresio- nes , de que usa este Poeta, las quales indican que habiü pasado mucho tiempo desJe la dicha persecución hasta su edad , como quando di- ce : O vetustatis silentis ob^ soleta oblivio : y aquello: Hoc tamen solum vetusta subtrahunt siJentia, Y final- mente : Illa laus occulta non est , nec senescit tempore. Es también indubitable , que Nn 2 fue

^84 España Sagrada. fue anterior á la de Diocle - ciano y Maximiano , por- que como ya he dicho , el martyrio de estos Santos era el único de que los antiguos tenían noticia haber sucedi- do en aquella persecución, como testifica el Autor de las Adas diciendo: lllud quo ¡oco ponendum est , quod temporis illius nemo Martyr filius invenitur^ Quantum tune crcdimus ad iram per- sccutoris adje&um , quod hi tantum , cundils Deum ne- gantibus , confitenturl:

16 En esta persecución pues decretada por el Em- perador , y cuyo tiempo ca- llan todos los antiguos , se íntimo el impio ediélo á los Santos hermanos Emeterio y Celedonio , porque como habían renunciado la mili- cia , y observaban publica- mente las costumbres de los Christianos , no podían los Gentiles ignorar , que debían ser comprehendidos en el Decreto Imperial. Argüyé- ronlos al mismo tiempo de infieles , porque se apartaron de las vanderas Romanas, solo por seguir una seda vil y despreciable. Y querien- do atraerlos primero con al- hagos y premios , les cfre-

Trat, 69. Cap, 1 9. cieron riquezas y honores militares , si dejaban la nue- va Religión que seguían , y se alistaban otra vez en la Legión á que estubieron agregados. Oídas las sacrile- gas ofertas , se encendieron mucho mas en el amor de Christo , como dice Pruden- cio , aquellos dos santos pe- chos , que en todo tiempo estuvieron unidos con la mas constante y fiel concordia. Y aparejados á sufrir por su Amado todos los tormen- tos , que podia inventar la malicia y furor de los Tira- nos , respondieron con estas sentencias que les didó en- tonces el Espíritu Santo. ¿Se- rá bueno que nosotros , que por la santa y celestial re- generación participamos la vida y espíritu de Christo, y por el don divino que re- cibimos somos hijos suyos^ nos abracemos ahora con las vanas riquezas del mundo , y llevando impresa en nues- tras almas la imagen del Criador y Señor de todas las cosas , volvamos á ser sier- vos á^i mundo , que renun- ciamo"? por la nueva profe- sión? De ningún modo con- sentiremos que la luz sobre- natural , que nos ilumina , y

el

Santos del Obispado de Calahorra. i 8 5 el fuego celestial que nos en que está sentado como abrasa , se mezcle con la Rey de Reyes , condena , ó obscura y fria noche del er- Romanos , vuestras infames

ror. Bastante es , que nues- tra primera vida se ha em- pleado en servicio del Em- perador de la tierra , cum- pliendo con toda exaditud las obligaciones de la mili- cia : tiempo es ya de que consagremos á Dios lo que es tan suyo como la vida , y quanto por su inmensa li- beralidad tenemos y somos. Apartaos pues muy lejos de nosotros , honores militares y collares de oro , que no son mas que precios vani-

deidades , y á vosotros tam- bién , ó necios , que os fingís á vuestro arbitrio dioses monstruosos y ridiculos.

17 Vista la invencible constancia de los Soldados de Jesu Christo , les ataron las manos , y echaron á sus cuellos muy pesadas cade- nas de hierro ; á lo que si- guieron luego los tormentos mas crueles , que entonces se usaban contra los Chris- tianos. La tradicion,que des- de aquel tiempo se conser-

simes de gente herida en las en la Iglesia , es , que el sangrientas y abominables martyrio de estos Santos fue

guerras del mundo. Otros iTaas excelentes y soberanos estipendios nos llaman y ro- ban nuestras atenciones , y son los mismos que sin te- xiior de perderlos gozan los Angeles en el cielo. Alli es- tá Christo presidiendo á las Cohortes de los bienaventu- rados , cuyo adorno consis- te en vestiduras blancas y resplandecientes de gloria; y desde el altisimo trono.

uno de los mas crueles , que se vieron en aquellos prime- ros siglos de nuestra Reli- gión. Por eso, ignorando los Escritores antiguos los gene- ros de penas que padecie- ron , se contentaron con de- clararlos , usando de expre- siones generales , pero exa- gerativas. Prudencio las com- prehendió brevemente en es- tos versos.

H<ec loquentes obruuntur mille pcems Martyren Nexibus manus ut rasque flexus involvit rigor ^ Et cbuljhs atlrita colla grai'ibus ambit circidis.

Vean-

i 8 5 España Sagrada, 1 8 Véanse también los discursos , que hicieron los Autores de las Adas , y del Oficio Gótico , que ponemos en el Apéndice. El Compen- dio Burgense , impreso por Bolando, testifica asi la tra- dición como la ninguna no- ticia que tenia de las cir- cunstancias particulares del martyrio : Nostrorum non- nuil a incuria , sed ethnico- rum summo s célere t^ inali- tia fj^um est , Emicbe- rii & Celedona fratrum Mjrtyrum prfesíantissimo- rum ortus , nataíeque solum^ tum etiam tempus maríyrii^ generaque tormentorum^ quí^ memoria á patribus in filias derivata tenet fuisse airo- cissima , penltus obliterata^ incompertaque sint»

19 El mismo cuidado de los Jueces en quemar las Ac- tas arguye , que por haber sido tan inauditas y bestia les las penas, conque afli- gieron á los Santos , tubieron vergüenza de que se publi- casen; consideración que con grande agudeza hace el Ofi- cio Gótico citado : Nibil non cruentum in M.irtyres potuit inferre , qui suam savitiam puduit publicare.

Trat. 6^. Cap, 19.

20 Siendo cierto que tor- dos los Escritores antiguos confiesan su ignorancia acer- ca de las particularidades de este célebre martyrio , se puede entender , que asenso se deberá dar á los moder- nos , que las representan tan individualmente, como po- drían si hubiesen sido tes- tigos oculares, ó á lo me-» nos leido algunas de las Ac* tas , que los tiranos arroja- ron al fuego. No pongo eri el número de estos á Am- brosio de Morales , porque á la verdad trata con la de- bida moderación de los tor* mentos que padecieron es- tos Santos ; pero empiezo por él , corrigiendo una no- ticia particular , en que le han seguido otros muchos, sin examinar primero el tex- to con que pretendió auto- rizarla. Dice , que el Poeta Prudencio testifica que los benditos Martyres estubie- ron presos tanto tiempo , que les creció muy largo el ca- bello ; pero se equivocó sin duda en la inteligencia de los versos ; porque lejos de lo que pone Morales , dice expresamente , que una de las circunstancias que se ig- no-

Santos del Obispado de Calahorra. 287 inoraban , á causa del silen- tiempo que duró la prisión* CIO de los antiguos , era el

fíoc tamen solum vetusta suhtrahtint silentia, jfugibus longum catenis an capillum paverint*

nt Añade á esto , que tampoco se sabía : Quo vi- ros dolore tortor^ quave pom- pa ornaverit. Y este testi- monio con los demás , que he puesto de los Escritores mas graves , reprehende sin duda la temeridad con que los de nuestros siglos cuen- tan en particular las penas enormes , que padecieron los Santos , y las maravillas que acaecieron en su martyrio. Tales son el P. Fr. Salvador Pons en la vida que estam- pó en Tarragona en el año de 1594. Domenec en su Historia general de les San- tos , y Varones ilustres en santidad del Princpac'o de Cat. luf-a , á quií r¡(s sigue y cita el Rev. Jo^ef I^nrcio Abad , Prestyttio y F(.(flcr de la Iglesia Píirrí qt-al c'e S. Juan Eaptista de Bcigús en la Historia de tst{ s San tes , impresa en Cervera año de 1778. Estos pues , ade- n as de referir por su or- den los tormentes , dicen que no habiendo ya lugar

en los benditos cuerpos don- de los tiranos pudiesen eger- citar su fuerza , San Cele- donio hizo una humilde ora- ción diciendo : Mi Dios y Señor Jesu Christo , pues yo padezco este martyrio á honra y gloria vuestra , os suplico que seáis servido de abrir los ojos del alma á es- tos que me atormentan, para que entiendan claramente, que no hay otro Dios sino vos. Que hecha esta oración bajó una claridad y resplan- dor , que cubriendo los cuer- pos de los Santos , les curó todas sus llagas , y que al mismo tiem.po se oyó una voz del cielo que decia: Buen animo, Celedonio. ccns- tante y firme en la , por- que le hago saber , que pues AGlurtarJamcnte te has of.e- cido al mjarryrio per amor,tii y ru hermano Eme- terio seréis colocados en uro de los principales luga- res que yo tengo en el cie- lo. QxiQ curados los Santos de sus llagas , reprehendió el

^88 España Sagrada. Trat, 69. Cap. 19.

el tirano á sus ministros , de que no supiesen vencer á dos hombres, y que luego em- pezó otro nuevo martyrio, en que perseveraron hasta que de9engañ;idos de que no podían quebrantar la forta- leza y constancia de los Mir- tyres , les mandó el juez que los degollasen.

22 Es muy creíble , que estos Santos padecieron los tormentos que pintan estos Autores , y asimismo que re- cibieron del cielo particula- res consuelos coi que fue- sen mas fortalecidos en la , y mas confirmados en el amor de Dios. Pero con- fesando todos los Escritores antiguos su ignorancia , de- bían los modernos abstener- se de referirlos historial- mente , sabiendo que no es proprio del Historiador dar por ciertos los sucesos , solo por lo que tienen de posi- bles. Asi lo hizo el Autor de las primeras Aélas del Apéndice ; pues aunque su devoción le incitaba á decir mucho de los Santos Mar-

tyres , entra suponiendo el silencio antiguo , que le ocul- taba sus hechos particula- res , y solo se extiende á for- mar un discurso piadoso , en que sin determinar las cosas que pasaron en su martyrio, declara con expresiones de corigetura las que creía ve- risímiles. Resta pues , que el tiempo y el orden , y las especies de tormentos se han borrado enteramente de la memoria de los hombres, como se dice en las tablas Eclesiásticas de la santa Igle- sia de Birgos , que se pon- drán también en el Apéndi- ce : y que solo tenemos la tradición , de que el mar- tyrio de los Santos Emete- rio y Celedonio fue cruelísi- mo , y por eso de los mas insignes de los primeros si- glos de la Religión Christia- na ; por lo que tenemos solo muy justo motivo de llorar la pérdida de las Adtas , y el olvido que de ella resul- tó en los fieles , imitando al piadoso Prudencio.

O vetustatis silentis obsoleta ohlivio\ Invidentur ista nobis , fama & ipsa extinguitur.

PRO-

Santos del Obispado de Calahorra. c8p

'PRODIGIOS QUE PAR.A

gloría de los Santos Márti- res , y para testimonio de nuestra santa Religión obró Dios al tiempo de su muerte.

23 Con gran discreción celebra el Oficio Gótico de los Santos Martyres , que sin embargo de la solicitud y astucia , con que los genti- les pretendieron borrar en- teramente la memoria de tan insigne martyrio , que- dó impresa en los ánimos de los que estubieron pre- sentes una maravilla que to- dos vieron , y no pudieron menos de confesar. Frau- dantur annalia : mirabilia perseverant. Delentur pagi- na; : mansere virtuíes : ser- vavit fides majora , quam perdidit. Dice que retubo la mayores cosas , que las que perdió por el agudo y malicioso ingenio de los tiranos ; porque una mara- villa y milagro tan gran- de , y que se hizo á vista de todos fieles , é infieles, no solo era parte para la conversión de la genti- lidad de Calahorra , sino que publicada por otras Ciu-

Tom.XXXIir.

dades y regiones , y conser* vada en la memoria de los hombres , convencía eviden- temente la infidelidad , y comprobaba la verdad de la Religión Christiana. El caso pues se halla autenticado por Prudencio , y los Escri- tores , Martyrologios y Bre- viarios antiguos , que lo re- fieren de este modo. Viendo ya los jueces , que á los mi- nistros de su impiedad les faltaban fuerzas para conti- nuar los tormentos , y que creciendo estos crecia tam- bién el valor y constancia de Emeterio y Celedonio, dieron por ultimo sentencia de que les cortasen las cabe- zas. Habiéndolos pues con- ducido al lugar del supli- cio, los Santos, inspirados de Dios , quisieron antes de ofrecer sus cervices hacec al pueblo un argumento ne- cesario y clarísimo , que les pusiese fuera de toda duda la verdad de la que ha- blan profesado , y por cuya confesión esperaban , que asi que muriesen serían sus al- mas colocadas en el cielo, adonde primero enviaban ellos sus dones. Sacó uno el anillo de oro que tenia , y el otro el lienzo blanco de Oo que

2 90 EspSiña Sagrada, que usaba para limpiar el rostro , que sueltos de las manos fueron recibidos por un ayre suave , y blando, que levantándolos derecha- ícente acia el cielo , los lle- vaba lentamente , de mane- ra que todos vieron por lar- go tiempo el resplandor del oro , y la blancura del pa- ñuelo , hasta que perdiéndo- se de vista penetraron los astros, como joyas que Dios aceptaba , no por su precio- sidad, sino por el mérito de la virtud que los ofrecía. Quedaron admirados todos los que se hallaron presen- tes con un prodigio tan ex- traordinario y visible, y aun €l mismo verdugo , que ha- bla deegecutar la sentencia, se llenó de pasmo en tanto grado , que perdió su color natural , y se cubrió de pali- <iéz , ni pudo hacer su ofi- cio por algún espacio de tiempo, el qual pasado dio finalmente el golpe , que- riéndolo asi Dios, para que sus Siervos empezasen luego á gozar de la gloria cor- respondiente á sus méritos y pasión.

24 No son tan autén- ticos otros dos milagros, que trae el libro de ia historia

Trat. 6g Cap, 19. de estos Santos , que se guar- da en el Archivo de la Catedral de Calahorra cita- do por el R. Josef Ii;nacio Abad en la pag. 59. El pri- mero es, que habiendo pues- to el verdugo á sus pies las cabezas de los Santos, e'los las tomaron en sus ma- nos , é imitando á S. Dioni- sio , empezaron á predicar la Católica , perseveran- do en esta acción estupenda hasta que los jueces manda- ron arrojar al rio las cabe- zas , lo qual hecho murió el ministro ejecutor , pade- ciendo terribles dolores , y dando furiosos gritos , como se dice en el rezo antiguo, que la misma Iglesia con- serva escrito en pergamino, y es tradición creida por toda aquella Ciudad. El se- gundo es , que echadas las cabezas en el rio, ellas por mismas se pusieron en una nasa de juncos ó vimbres, en que como otro Moysés bajaron al Ebro , cuyas cor- rientes siguieron hasta Tor- tosa, desde donde tomaron el rumbo del estrecho de Gibraltar , y dando vuelta á casi toda nuestra penínsu- la, vinieron al océano Can- tábrico , y se pararon en el puer-

Santos del Obispado de Calahorra. *i 9 i puerto , donde se fundó des- estos dos milagros, que cuen

pues la Ciudad de Santan- der , en cuya Iglesia están depositadas y veneradas con gran devoción.

25 Digo pues , que estos milagros no son tan autén- ticos , ni merecen entrar en cuenta con el otro del ani- llo , y del pañuelo ; porque éste consta por medio de una tradición continuada desde el martyrio de los San- tos hasta nuestros tiempos, y autorizada por los Escri- tores mas remotos , y gra- ves ; pero los dos últimos se hallan destituidos de prueba legitima : y el silencio, que acerca de ellos noto en los antiguos , me persuade , que han sido inventados muchos siglos después, y que no de- ben adoptarse con facilidad. Porque si lo único que Pru- dencio , S. Isidoro , S. Gre- gorio Turonense , el Autor de las Aíías , y otros han tenido que celebrar como reservado de la astuta y ma- liciosa intención de los tira- nos , que pretendieron extin- guir la memoria de los su- cesos de este martyrio , es el prodigio que obró Dios antes de la muerte de los Santos ¿como creeremos que

tan los modernos , se fundan en tradición , que venga de- rivada desde el tiempo, en que los mismos Santos pade- cieron?

26 Hablando determina- damente de las sagradas cabezas, Trugillo, Ambrosio de Morales , Lobera , Padi- lla , y otros afirman con unas- mismas palabras, que se ha- llaron milagrosamente en la Abadia (hoy Obispado) de Santander en la montaña , y que se tenia por cierto que vinieron aüi por el mar mi- lagrosamente. Añaden que algunas escrituras dan testi- monio de que Santander se llamaba antes el puerto de S. Emeterio , cuyo vocablo se ha corrompido viniendo á decirse Santander.

27 Las Adas sacadas del Archivo de la Santa Igle- sia de Burgos , y puestas por Bolando en el ultimo lugar al dia 3. de Marzo, dicen después de referir el martyrio : Quorum corpora Calaguricü , capita vero in cppido de Sant Ander Colle- giata Eccles'a Bur^ensis Dtoecesis summa hominiim venerattor-e sepulta jacenf. Las mismas Adas componen Oo 2 las

España Sagrada. Trat. 6(), Cap. 1 9.

lecciones , que el por escrituras del siglo 12.

292

las seis

Breviario Burgense pone en la fiesta de nuestros Santos; pero faltan estas palabras, en que se mencionan sus Reliquias. Ello es, que todos suponen que las santas cabe zas se veneran en Santander; mas ninguno ha podido ave- riguar , desde qué tiempo están alli , ó cómo fueron llevadas y descubiertas. Mo- rales solo dice , que según -algunos se descubrieron mi- lagrosamente pocos años ha- bía en tierra de Santander, y que se creia haber venido por el mar hasta aquel puerto, no siin gran milagro. Es cier- to que asi se cree .'comun- mente , pero nadie lo apoya con testimonio antiguo , por €l qual conste el tiempo y el modo ^ y tengo por cierto , que el milagro que se refiere de la nasa , en que se metieron las santas cabe- zas, y fueron por tan largo rodeo á Santander , es solo Silicio áí¿ los que sabido el oescubrimiento que se hizo ,eri la montaña cerca de nues- tros siglos, conge turaron que habria sucedido de aquella manera. Si el puerto expre- sado recibió su nombre de S. Emeterio , como parece

que cita el R. Florez en el tom. 27. pag. 47. es proba- ble que desde muchos siglos á esta parte existen alli las sagradas cabezas. Pero aun esto es muy difícil de ave- riguar, en vista de la varie- dad con que se nombra en documentos de aquel tiempo el Monasterio que alli esta- ba situado , cuyos Abades se firman unos de S, Eme- terio^ otros de S, yínderio^ otros de vS". yin d res.

28 Finalmente los Escri- tores antiguos no dan noti- cia de otro milagro , que sucediese en el martyrio, sino del que he puesto fun- dado en la tradición firme, constante , y recibida de quantos han mencionado á los Santos desde el principio del siglo quinto hasta el pre- senté. Por esta razón no me parece son dignos de adoptarse los que solo cons- tan de Autores modernos; aunque podemos creer lo que algunos tienen por seguro, esto es , que sucederían mu- chos mas , que se ignoran. Asi el Autor de las prime- ras Adas , cuyas palabras pondré aquí para gloria de ip.s Saiítos M^rtyres en Igggr de

Santos del Obispa de los prodigios particulares que les atribuyen sin apoyo. Puede ^ dice, tenerse por cier- to ^ que en el martyrio de estos Santos se obraron gran des maravillas , pues tanto temió la envidia de los gen- tiles , que se extendiese su noticia. Yo pienso que el juez de aquel tiempo , llamando secretamente á los compañe- ros , y egecutores de su ma- licia , les habló en esta for- ma: No podemos negar mi- nistros mios los prodigios raros é inefables , que á vista de todo el pueblo se han hecho en esta ocasión. Noso- tros mismos los hemos visto; y aunque no clamos crédito á la de estos Soldados, que acabamos de matar, pero cierto es que estamos sus- pensos , y espantados de tan grandes maravillas. Hemos oido afrentosas contum.elias contra nosotros de unas len- guas constantes en la confe- sión de Christo. Hemos vis- to, que losatorm.entados han sido mas fuertes que los ator- mentadores , y aunque obe- deciendo á los edidos de nuestros Principes , hemos puesto todo nuestro conato y esfuerzo en añadir tormentos á tormentos , nos ha sido ne-

do de Calahorra. 293 cesarlo desistir,no sin pública" vergüenza de nuestra cruel- dad. Ya que hemos padecido este -etnpacho entre los que se hallaron presentes, procu- remos á lo menos evitar la irrisión de los venideros. En ningún tiempo se lean estos milagros , ni queden libros que conserven su memoria, para que la de los Chris- tianos no se confirme en ade- lante con egemplos tan ra- ros, ni ellos se exciten á mag- nificar la grandeza y gloria de su Dios , ostentada en tan ilustre valor y constancia. Tenga á lo menos nuestra persecución esta ganancia, la que conseguiremos sin du- da , si lograremos abrasar to- do lo que se ha escrito de es^ tos admirables sucesos.

LUGAR EN QUE

fueron sepultados los cuer- pos de los Santos MartyreSy y milagros con que después de su muerte glorificó Dios su sepulcro.

29 Aunque los gentiles se valieron de todos los me- dios que les parecían condu- centes á inducir perpetuo ol- vido sobre las cosas de núes- tros Santos , pero andubieroii muy

2 94 España Sagrada, muy neí^ligeiues en orden á sus sagrados cuerpos , que disponiéndolo asi Dios , que- daron reservados de las astu- tas providencias que se die- ron para acabar su memoria. Es constafite, que degollados ]os Santos Martyres, fueron sepultadas sus Reliquias en el mismo lugar del suplicio que está junto al arroyo, que los Breviarios llaman del urlrena! por las arenas reco- gidas alli por sus aguas , y cuyo nombre proprio es ea

Trat, 69. Cap, 19. nuestro tiempo Cidacos ^ rio que nace junto á Yanguas, y pasan io por el Mediodía de Calahorra , entra inme- diatamente en el Ebro. Pru. dencio nos da un expreso testimonio de esta verdad en ios primeros versos de su hymno , de los quales debía formarse una elegautisima inscripción , que insculpida en una hermosa lapida mani- festase á todos la gloria de aquel sitio.

Hic locus dignus tenendis ossibus visus Deo, Qui beatorum pudicus esset hospes corporum. Hic calentes hausit undas ctede tincíns duplici, Inlitas cruore sandio nunc arenas incolce Confrequentant obsecrantes voce , votis , muñere.

30 Como el martyrio de los Santos fue tan celebre, y fue Dios servido de ma- nifestar á todos los Calagur- ritanos por medio del mila- gro de elevarse hasta las nubes el anillo y pañuelo, la gloria que sus siervos iban á gozar en el cielo en premio y recompensa de su pureza y de su , debemos suponer , que los paganos quedaron confundidos, y que una gran multitud de Idola- tras abrazó entonces la Re-

ligión Christiana , cuya ver- dad vieron tan claram^ente testificada. De aqui provino, que aquel santo lugar empe- zó á ser venerado poco des- pués del mjrtyrio, como se puede colegir de la grande extensión , que tenia el cul- to de las santas Reliquias en tiempo de Prudencio , que ya he dicho nació al me- dio del siglo quarto. Porque hablando este insigne Poeta de la devoción con que se visitaba el sepulcro de estos Mar-

Santos del Obispado de Calahorra. 2 g J Martyres dice, que no solo nes la fama de que en Cala-

concurrían á él los Españo- les , sino también los ha- bitantes de otros países es- trangeros , por haber cor- rido ya por todas las Nacio-

horrra estaban dos patronos de todo el mundo , que re- mediaban las necesidades de quantos pedían su interce- sión.

Exteri necnnn & crbis huc colonus aávenif, Fania nam tenas in tmties fercuci.rrit prccitíríx, Hic patronos esse muncii , qiios precantcs ambiant.

31 En el mismo lugar edificaron los Christianos an- tiguos de Calahorra su Igle- sia, como está al presente la Catedral : y establecieron en el sitio , en que murieron los Santos,el Baptisterio ó pi- la en que se adminisraha el Sacramento del Baptismo, la qual solía estar ó dentro de las Iglesias principales , ó cerca de ellas , como consta de los Escritores de aquella edad. Esta especie es muy honorífica á la Santa Iglesia de Calahorra , y porque ninguno de los que yo he leído , alega en prueba de esta im.portante verdad un testimonio antiguo, que la convence, quiero exhibirle al presente. Se ha de notar pues que el poeta Prudencio de-, vctisimo de los Santos M¿v- tyres Emeterio y Celedonio, compuso además del hym-

no largo, que empieza. Scrip^ ta siint c^Jo duorum Mar- tyrum vocabuJa , otro mas breve y muy elegante en ala- banza del sitio en que pa- decieron. El titulo de este hymno se leía en las edicio- nes de este modo: Locus^ ubi Martyres passi sunt , qnod nunc Baptisteriuvi appeila- tur. Mas asi por no expre- sarse los Martyres , á cuya alabanza se dirigía , como por estar fuera del lugar cor- respondiente , no se podia saber con certeza, qué San- tos eran los dos que allí se mencionan. Debemos ya es- te descubrimjento á Nicolás Heinsio , el qual restituyó con la autoridad de tres Có- dices mssc la lección mas pro- pria y legítima en esta for- ma : De loco , in quo Marty- res passi erant^ nunc Buptiy- terium esí Calagurri. Por lo qual

Q,c)6 España Sagrada, Trat, 69. Cap, ip. qual es indubitable , que el marón su sangre , se puso U hyinno referido hace memo- pila del santo B.iptismo , de .ria de los dos Santos herma- donde tomó el insigne Poe- .nos Emeterio y Celedonio, ta ocasión para elogiar aquel y que siendo el oétavo en el sagrado lugar , como muy lib. Peristephanon, debia po- acomodado para subir des- nerse en el lugar segundo e de él al cielo , ó bien por inmediato al de estos Mar- medio del martyrio , ó bien tyres. Estaba pues la ígle- por el Sacramento de la Re- sia de Calahorra situada en generación. Pongamos sus tiempo de Prudencio á la versos , que á la verdad de- ribera del arroyo del Arenal bian escribirse con letras- de ó Cidacos , donde fueron de- oro en el Baptisterio de la goliados los Santos ; y en el Santa Iglesia de Calahorra. mismo sitio , en que derra-

Eledtus Christo locus est , uhi corda prohata

Provehat ad ccelum sanguine , purget aqua, Híc dúo purpureiim , domíni pro nomine ccesi^

Martyrium pulchra morte tulere viri, Hic etiam liquido fluit indulgentia fonte^

Ac vetevés maculas diluit amne novo, Qui cupit ccternum cceli conscendere regnum\

Huc veniat sitiens : ecce parata vía est. Ante coronad scandebant ardua testes

Atria , nunc lott^ celsa petunt anim¿e. Sp ir i tus (letberio solitus descenderé lapsu,

Ut dederat pahnam , sic tribuit veniam, Haurit térra sacros , aut fonte , aut sanguine rores^

Exandatque suo jugiter uda Deo, Jpse loci est Dominus : laterum cui vulnere utroque

Hinc crúor ejfussus fluit , & inde látex, Ibitis hinc , ut quisque potest , per vulnera Christii

Evedtus gladiis alter , S alter aquis*

Los

•Q ^ Santos del Obispado de Calahorra. i^j 32 Los milagros , que dos fidelísimos testigos del

continuameníe se hacían con los que visitaban las sagra- das Reliquias , aumentaron también la fama y gloria del lugar , en que estaban depo* sitadas. El mismo Pruden- cio habla de ellos , y á entender que eran infinitos. Dice , que ninguno hizo ora- ción delante del sepulcro, que no consiguiese lo que pretendía. Que los Santos eran tan sólicítos en aten- der á los que invocaban su patrocinio, que , como se co - nacia por los efeoos , lue- g) presentaban sus memo- riales al Rey eterno , que jamás negó cosa alguna á los

nombre de Jesu Christo. Par- ticularmente dice al fin del hymno , que se veia con la mayor evidencia , que los demonios desamparaban lue- go en aquel sitio los cuer- pos que poseian , y que los enfermos de varias enferme- dades eran restituidos pron- tamente á su antigua saUíi. Y finalmente exhorta á las mugéres casadas , á que can- ten hymnos y alabanzas á Dios , y que se conviden mu- tuamente á celebrar con ale- gría- la fiesta de los Santo;-,, por cuya intercesión conse- guían no ser estériles é infe- cundas.

^taie nunc , hymnite , mntres , pro receptas pnrvulis, Conjugum saJute lo'ía vox maritarum strepat: Sit dies hcec festa nobis , sit sacratum gaudium.

33 Asi como todas las Naciones de la Christiandad dieron muestras de su devo- vocion para con estos San- tos, peregrinando desde las partes mas remotas hasta -Calahorra , por visitar y ado- rar sus santas Reliquias , asi también fue general la so- lemnidad , con que en todas partes se celebraba su glorio- sa memo,ria. Por lo que toga

Tom, XXXIIL

á España se colige la fiesta, que de ellos se hacía en tiem- po de Prudencio , el qual es- cribiendo al Obispo Valeria- no , y dándole quenta del martyrio de S. Hypolito , le suplica que ponga al dia 13. de Agosto , en que este San- to era celebrado en Roma, entre los dias festivos de S, Cipriano , S. Celedonio y Santa Eulalia.

Pp In-

f$9 .E^fimaSagxada,. Trat, 69. Cap, 1 9,

/«/¿r solemnes Cypriani , v^/ CheJidoni^ Eulaliceque dics currat S iste tibi^

34 El Autor de las Ac- tas mas antiguas indica con -enerq;ia el regocijo con que los Españoles celebraban á estos Santos diciendo , que hasta los mas remotos Afri- canos , que son gente vaga, y de habitación incierta , so- lemnizarian anualmente su dia, si la falta de comuni- cación con las gentes cultas, y lo que es peor , su natural barbarie , no los privara del conocimiento de las causas que habia para celebrar la Fiesta de estos Martyres.

35 El Breviario, y Mi- sal Isidorianos dan el mas verdadero testimonio del aplauso y alegría con que los Godos, y Mozárabes los festejaban. Léase principal- mente la Misa, que empieza: Sit dies br?c nobis festa^

-fratres , sit- sácratum gaii- dium\ y en ella se verán vi- vas expresiones del aféelo, ternura , y devoción con que los veneraban , y como cier- ,to empeño en honrados por .vengarse santamente del co- nato de los Gentiles en- sii- primir hasta sus nombres.

Por eso dice la primera ora- ción : Sed prodeunt h^vc eru" bescentibus ex scriniis sU" ppressa monumenta^^ fidelis Í7iconscia püsterorum fama testatur^plus quodamm:d)¡o^ guens tacendo , & silentii sui habens testimonia majora^ quam vocis.

36 En los Breviarios an- tiguos de nuestras Iglesias se lee también el Oficio de es- tos Santos ; y en algunos con Lecciones tan elegantes, y escritas con tanto ingenio, decia Ambrosio de Morales, que no creo se hallarán otras mas aventajadas en esto. Par- ticularmente la Iglesia de Monte Aragón se esmeró en celebrarlos , no solo con seis Lecciones , en que se refiere la vida , y martyrio , sino con Hymnos proprios en Vis- -peras , Maytines , y Laudes, , y con Antifonas también pro- prias , dispuestas en versos exámetros y pentámetros, de los que llamamos Leoninos. -, 37 Reconócese también 4a veneración en que los . tenían enr otras Provincias, .por la memoria que hacen de

Santos del Obispado de Calahorra. app

de ellos los Martylogios,que andan con el nombre de S. Gerónimo, los de Beda, Flo- ro , Adon , Notkero, Usiiar- do , Maurólico , el Romano, y otros , aunque en algunos

con varías erratas , como no- tó Bolando. Wandelberto, que escribió cerca de los años de &50. los mencionó en su Martyrologio en estos ver- sos.

Quinas Magra pió -Nonas defendit amore, His ¿? Emetherius ^ Celidonius atque Marinus^ Asteriusque miccint éffussó sanguina chri.

TRANSLACIOKÍES de las sagradas Reli- quias, : '' ' '

38 Los cuerpos de los Santos Martyres Emeterio, y Celedonio se conservaron depositados en él' lu^ar de s'j primer sepulcro desde tiempo de su martyrió hasta^ la irrupción de los Árabes. El Hymno de Prudencio ex- presamente confirma , que allí se mantenían en la edad de este Poeta ; pues no solo refiere la devoción con que los habitantes de la tierra de Calahorra visitaban las are- nas bañadas con la sangre santa de los Martyres; sino también dice , que este lu- gar fue escogido por Dios, para que diese honesto y digno hospedage á los San- tos cuerpos ; y que concur- rían á él las gentes de la*

Naciones extranjeras por la noticia que tenían de que álli' estaban los Santos , cu- yo patrocinio se extendía á todas las Provincias del mun- do. También hallo otro tes- timonio , que convence la existencia de las Reliquia» en la misma Ciudad en tiem- po de S. Isidoro , y se lee en la Misa Gótica de los Santoj Martyres , en cuya primera Oración se dice : Quorum eorpora ¿eíernis titulis viva- cis memorice consecrata Ca^ lagurritana custodit Ecclc' si a,

39 Asi como es cierto el lugar , donde estubieron las santas Reliquias bajo de la dominación de los Romanos, y de los Godos , a^i es difi- cil y obscuro averiguar , en qué parte se depositaron des- de que los Árabes entraron en España , hasta que la Ciu- Pp 2 dad

3 00 España Sagrada. dad dt? Calahorra fue saca- da de su poder y tiranía. Los Escritores de Cataliuia pretenden haber sido trasla- dadas desde Calahorra áSa- llers , y que alli se manta- bieron hasta el di i 19. de Odnbre del- ana de 1399. en que con girau solemniiaJ fueron llevadas a la Ig'esii Parroquial de S. Miguel de la Villa de Cardona. De esta Ultima traslación se tiene Es- critura autentica , sobre la qn^it se funda Domenec , pa- ra afirmar , que no se pue- de negar sin temeridad que ex: íten en esta Villa los San- tos cuerpos; y que por tanto C!) Cílahcrra. solo se guar- dan oigunas Reliquias pria- cipales. Los m'smrs Escrito- res C:ít:il.?nes conftv-san , que no se sabe el modo, tiempo, y. motivo de la primera tras-^ iacion; Ei R. Joef Ignacio, que es el m.js moderno, dice en ¡a pag. 68. que sui em- bargo de liaber hetho va- rias y extraordiiiariüs dili- geixias para encoütrar al- gún documento autentico, fue vano v sin provecho to- do su trabajo. No teniendo,. pues , documento de la ex-) pres'ída traslación ,'quieren> apoyarla Cou algunas c<;iíge-j

Trat, 69. Cap, t q. turas que se fundan cu el ay* re ,como puros efectos de la; imaginativa de sus Autores. El M. Fr. Salvador Pons .cM" yo librito de la vida , mila- gros , y traslación de los Santos Martyres , dicen los PP. Continuadores de Rolan- do , no hab'an podido alcan- zar; y yo tengo presente, por la adividad , diligencia, y devoción de Fr/ Miguel Llisterri de nuestra sagra- da Religión , dice de esti suerte en la pag. 32. de la Edición de Barcelona : Acer* ca del modo con que vinie- ron los cuerpos de los San- tos desde Calahorra , donde fueron martyrizados , á el lugar de Sallers , que está dos leguas de Cardona , don- de estubierou muchos años deba;0 de tierra en el sitio en que ahora está edificada una Capilla de S. Celedonio, hay diversos pareceres. Al- gunos quieren decir ,que los gloriosos Martyres eran muy amigos del Señor de Sa- llers , y que huyendo de I05. Jueces saltaron con sus ca- ballos en la tierra de Sa- liera desde una montaña á otra ,, pasando : de jan, salto, mas de doscientos pasos , se-i gun hoy día se en las pi-r sa-

. Santos del Obispado' de Calahorra, 301 sadas de los caballos , que seaban , ni yo en medio del

perseveran esculpidas en la tierra para perpetua memo- ria : y como el Señor de Sa- Ilers les era tan devoto , hi- zo diligencias de tener los cuerpos Santos. Otros, según el V. P. M. Pablo Bells , dicen, que las Reliquias esíubieron dentro de un pozo , y que llegándose á él una donce- lla vio dos hachas encendi- das debajo del agua , y con grandes gritos llamó á su amo , para que viese aque- lla maravilli. Acudió éste prontamente , y vio que pa- saba en realidad de verdad }o que decia ladoncelli. Sa- cáronse los cuerpos S^,ntos, y los llevó una Señora Con- desa á Sallers , que entonces era de los Cor. des de Car- dona,

40 El R. Josef Ignacio, conociendo que e.'tas conje- turas , que él llama tradicio- nes , no son capaces de sa- tisfacer á los críticos, pro- pone otras , que aunque mi son tan inver'síniles , nada tienen en su favor que pue- dan inclinarnos al asenso. Así , que ni los PP. Co:iti- nuadores de Botando hubie- ran conseguido con el libri' to de Pons las luces que de^

empeño , y piadoso zelo del referido Religioso de mi Or- den, he podico rastrear co- sa alguna qu-nro á la pri- mera traslación que estable- cen los Catalanes.

41 Oponer.se ü estos los Monges de S. Salvador de Leyre , los quales tienen poi: cierto , que los cjerpos los Santos Mir'yres fueron trasladados á su iMonasterip al tiempo de 'a venida de los Árabes. El M. Yepes trata de este punto al año 840. y dice, en prueba de esta tras- lación , que el P. Prior del expresado Monasterio le re- mitió una memoria antigua, escrita antes del Oficio pro^ prio de los Santos Emeterio, y Celedonio , en la qual se leen las palabras siguientes: Ad gloriam Omnipo-entis Dei , S honorem Sandforum Martyrum Emetberií & Ce- ledona quoru»! sacra corpo- ra in venerabili Monasterio Ligereas i longo tempore fue- re deposita , qnibus tempo^ rihus successis ad propriam sui martyrii Calagurrita- nam urbem translatis^ níhilo- minus magna porfió Reli- qt'iarum ips^rum ibidem con^ tin^tur. De esta memoria co-

302 España Sagrada* lige el citado Yepes la ver- dnJ de dos cosas que había 'afirmado ; la primera , que los sagrados cuerpos están enteros , y reposan en la Ciudad de Calahorra ; la se- gunda , que en S. Salvador de Leyre hay solo a'gunas Reliquias que se tienen en grande veneración.

42 Otros Autores admi- ten dos traslaciones , y di- cen , que la primera se hi- zo desde Calahorra a Ley- fe , y la segunda desde Ley- re á Cardona , no á Cala- horra , como refiere la me- moria exhibida. El R. Josef Ignacio cita por esta opinión al famoso Crítico Bayllet, en cuya autoridad confia mucho , como se puede ver en las pagg. 77. y 78. Pero además de que los Extran- geros por eruditos que sean no tienen en este asunto otras noticias que las recogidas de los Escritores de nuestra Na- ción , Bayllet no hace mas que referir las opiniones de otros Autores. On pretenda dice, que leurs corps furent transportez depuis de Cala- horra dans le celebre Monas- tere de Le^er au Diocése de 'Pampelune dans la Navarre^ í? reportez ensuite á Ca-

Trat. dp. Cap. 1 9.

Jaharra se/on q'ielquas urif^ OH meme emportez d Scillers en Catnlogn: selon d* autres'j d^ ou r on detacha quclq ¡es ossemens poiir Ja Ville de Cardone Je XIX, d' Odtobre 1399. En quoi il faut avoner qii on ne nous donne ríen de certain si ce «' est q'i on ceJebre Ja premier e de ees translations le XXXI. d* OdJohre. Si la opinión que los dichos Autores sostienen fuera verdadera , se podría deducir , que habiendo que- dado algunas Reliquias en Leyre , y llevado'^e los cuer- pos á Cardona , de donde no hay noticia se hayan trasla- dado á Calahorra , esta Ciu- dad se halla privada del pre- cioso tesoro, con que se cree enriquecida. Y en efedo, el P. Domenec lo sintió asi es- cribiendo ,como dige antes, que sería temeridad no creer que los cuerpos de los San- tos Martyres están en Car- dona , y que se engañó el Dodor Villegas afirmando que reposan en Calahorra.

43 Los PP. Continuado- res de Bolando se hallaron tan embarazados con la di- versidad de los pareceres que leyeron en nuestros Autores, que no teniendo documentos coa

Santos del Obispado de Calahorra, 303 -con qué decidir esta disputa. Obispado , creen que se ve- neran al presente. Por tan- to, me veo en la necesidad de valerme de otros princi- pios , y discursos para cole- gir el lugar en que las san- tas Reliquias estubieron de- positadas todo el tiempo que pasó desde que los Moros se apoderaron de Calahorra, hasta el año de 1045. en que esta Ciudad fue conquistada por el Ruy D. García.

4S Exponiendo, pues , lo que me pL'iiuaden las razo- nes que se me ofrecen so- bre este particular , mi opi- nión es , que los Santos cu- erpos nunca fueron sacados del lugar en que padecie- ron , s no solo algunas Reli- quias , que se dieron á Lq-/^ re, Sa lers, y á la Iglesia de S. Juan Baptista de la Villa de Treviño. Para cuya com- probación se ha de suponer, que asi como es inegable que los Christianos de nuestras •Provincias recogieron mu- chas Reliquias de Santos , y las retiraron á las m.cntañas por el recelo que teñir t* de que los Moros las profana- ' sen ó tratasen con irreveren- cia ; asi también es cierto en todos nuestros Historia- dores , (jue muchos cuerpos San-

casi llegaron á sospechar,que las Reliquias de Cardona son de oíros Santos de ios mismos nombres que los de Calahor- ra. Sin embargo , no se atre- vieron á sostener este dida- men , por conocer que nin- guna congetura tiene fuerza contra la ant*»:yua creencia de los pueblos, estando des- tituida de testimonios sóli- dos que la confirmen : y con- tentándose con haber hecho esta reflexión por ambas par- tes , vinieron á dejar la ques- tion en el mismo estado de obscuridad que tenia antes del examen, que ellos inten- taron hacer en su Comenta- rio histórico sobre las Reli- quias de los Santos Marty- res Emeterio , y Celedonio.

44 De lo que he dicho hasta aquí resulta , que no se encuentra d cumento au- torizado por el qual conste, por qué motivo se sacaron los sagrados cuerpos de la Ciudad de Calahorra ; en qué ti-mpo se hizo la tras- lación ; quántcs años se guar- daron en otra parte; y quán- do se trasladaron á la Santa Iglesia Calagurritana, donde casi todos los Escritores , y , la tradición general de este

304 España Sagrada.

santos quedaron y se conser- varon en los pueblos mis- mos en que eran venerados, por la confianza que tenian los Fieles de que los barba- ros no quebrantarían el pac- to que con ellos hicieron de q.ie les permitirían su Re- ligión d Iglesias con tal , que cuidasen de cultivar los cam- pos , y les pagasen ciertos •tributos. Este hecho , que fie común á las Ciudades en ^que los Infieles onentaron mas su dominio , como Cór- doba , y Sevilla , en que es -constante se retubieron para conduelo de los Chrístianos 'muchas R-liquias sagradas, se prad'có también en el territorio de la Diócesis de Calahorra. El cuerpo del glorioso S. Millan se mantu- ibo en el mismo sitio en que fue sepultado hasta que los Reyes de Navarra echaron los' Moros de la Rioja. El de Santa Columba se conser- vó también en el lugar de su nombre junto k Nágera, en medio de que en él que- d Ton tan pocos Ciiristianos, como indica el Privilegio de D. Ofdoño , que dice le des^ amoararon , y dejaron con todas sus cosas , temerosos de los daños que podrían pa-

Trat.óp. Cap. 19. deccr de los Infieles. De aquí se puede inferir , que propongo ninguna cosa ex- traña c increíble , sino muy posible , y pradicada con las Reliquias de muchos Santo*;, quando afirmo que los cuer- pos délos glorio os Marty- res Calagurritanos permane';- cierof) en Calahorra en po- der de los Mozárabes , qut com ) dige en otra parte , se consintieron ene>ta Ciudad", mientras fue dominada de los Moros.

46 El discurso con que me parece se puede probar que se conservaron efedivá- mente en Calahorra , es el si- guiente. Siendo muchas las donaciones que los Reyes de Navarra , y otras personas devotas hicieron a S. Salva- dor de Leyre en el espacio de tiempo que la dicha Ciu- dad estubo bajo el dominio de los Árabes , expresándo- se en ellas los nombres de las Saritas Virgines Nunilo, y Alodia , cuyos cuerpos des- cansaban en aquel Monaste- rio , ninguna se halla hecha con motivo 6 expresión de los Santos Martyres Emete- rio , y Celedonio. Esta omi- sión parece increíble aten- diendo á las circunstancias de

Santos del Obispado de Calahorra. 305 déla multitud de donacio- orillas del Ebro , para cuya

nes , de la fama y célebre me- moria de estos Santos, y de la costumbre que entonces habia de ofrecer á las Igle- sias alhajas y heredades por devoción á los cuerpos sa- grados, que en ellas se guar- daban y veneraban. Asi, que de este silencio se puede con- cluir , que los cuerpos no fueron trasladados á Leyre, como pensó el Autor de la Nota alegada por Yepes, y sacada del libro donde está el Oficio de los Santos.

47 El P, Moret , que dio crédito á la traslación que se pone desde Calahorra á Leyre , reconoció la gran di- ficultad , que nace del olvi- do , que se tubo de estos glo- riosos Martyres en los Ins- trumentos del Archivo de aquel Monasterio ; y pre- tendiendo desvanecerla di- ce , que estubieron allí poco tiempo , y que D. Iñigo, Rey de Navarra primero de este nombre , restituyó sus cuer- pos á Calahorra. El mismo Escritor establece este Rey- nado á mitad del siglo oda- vo ; y en la pag. ió6. del tom. I. de sus Anal, refiere, que D. Iñigo campeó y do- minó en las tierras llanas y

Tütn. XXXllL

comprobación alega una me- moria de la Santa Iglesia de Calahorra , que es una dona- ción del Rey D. Sancho el Deseado de Castilla , quien dio á esta Iglesia un solar queí afrontaba por el Oriente cotí dos casas que se decian del Rey D. Iñigo , y de D. For- tuno Fortuñez. En las Inves- tig- pag. 534- trae un frag- mento de esta donación que dice asi : Qiiod est in illa. aJfondega ad opus Alberga- ri¿e seu confratri¿e , &c, Quod solare circumdatur ab Oriente singulis domibus^vk^. delicet Enneco Rege , S Fortun Fortuñez , Ge. Fac^ ta Cartilla Era M, C. LXXX IIL nn, die Pascb^, XXLh die mensis Apr¡lis , XI anno Imperii Regís Adefonsi. Y aunque en este lugar aplica el nombre de Iñigo al que él tiene por segundo de este nombre , se retrata en sus Anales diciendo , que la ca- sa y habitación mencionada en esta Escritura fue de D. Iñigo el primero, que con- quistó la Ciudad de Cala- horra , la qual estubo en po- der de Christianos hasta el año 814. en que , como re- fiere el Arzobispo D. Rodri-

Qq go,

306 España Sagrada. go , Aliatan , Rey de Córdo- ba , envió un Capitán Ara- be llamado Abdelcarib , que la ganó por cerco. De este Iñigo , pues ,dice en la pag. 674. del tom. I, de los Ana- les , ser muy creible , que imaginando mas duradera aquella conquista de Cala- horra y pueblos de la Rioja de lo que en hecho de ver- dad fue , restituyó ó permi- tió se restituyese el sagra- do tesoro de las Reliquias de los Santos Martyres.

48 Este discurso, y otros muchos , de que abundan los Anales de Navarra , se diri- gen á multiplicar los Reyes de este Rey no , cuyo es- tablecimiento no se verificó hasta el siglo nono , como probé en el .tom. 32. siendo el primero que tubo nombre de Principe , aunque no con total independencia Iñigo Arista. Tampoco podrá com- probarse con testimonio au- torizado , qué algún pueblo de la Rioia fue ginndo á los Moros por los Reyes de Na- varra hasta D.Sancho Gar- cía , que reynó en principios del siglo diez. Todos nues- tros Escritores antiguos atri- buyen las primeras conquis- tas , que se hicieron por el

Trat. 69. Cap, 19. Reyno de Navarra , al famo- so Arista , que vivia por los años de 850. y empezó des- de el Pirineo á combatir á los Moros ; y fueron tan re- ducidas sus vidorias , que aun la Ciudad de Pamplona estubo ocupada de los Infie- les hasta el referido D. San- cho , que la conquistó. De Calahorra es constante que estubo dominada de los Ara- bes , desde que estos la to- maron hasta el año de 1045. sin que haya vestigio de que alguna vez la recobrasen los Christianos. Y aunque es cierto , que Aliatan envió á Abdelcarib para que la pu- siese cerco , no por eso de- bemos colegir, que estaba conquistada por el Rey de Navarra, pues no hay cosa mas sabida que las rebelio- nes de : los Gobernidores Árabes que se a izaban con los pueblos , y las empresas de !os Reyes de Córdoba pa- ra obligarlos ai reconoci- miento de su soberanía. Ad- mitida la memoria que ex- hibe Mortt del Archivo de Calahorra , la qual es muy posterior al suceso para cu- ya, comprobación se trae, solo tenemos que en el año de 1 145. habia en esta Ciu- dad

Santos del Obispado de Calahorra, 307 dad dos casas con Jos nom- año de 905. Pero como dejo

bres que alli se expresan; pero de ningún modo pode- mos inferir las conquistas, que Moret pretende iiaber- se hecho por el Rey Iñigo que él pone , y no es otra cosa que un Principe fabulo- so, ni tampoco podemos sa- ber el motivo que se tendria presente para dar á las dos casas aquellos nombres. Ca- reciendo , pues , de funda- mento legitimo la especie de haberse recobrado Calahor- ra por los Christianos , que- da en pie la dificultad que se deducia del silencio que se observaba en las Escrituras de Leyre ; pues la omisión que se advierte de la me- moria de los santos cuerpos de los Martyres , no puede atribuirse á traslación que se hubiese hecho por algún Rey de Navarra tan pocos años después de la pérdida de Calahorra , y quando aún no se había instituido la dig- nidad Real de aquella Mo- narquía.

49 Podrá alguno preten- der , que si la dicha tras- lación no se hizo en tiempo del Rey Iñigo, se haría en el Reynado de D. Sancho García , que empezó en el

dicho en otra parte , este Príncipe ganó a los Moros los Castillos que tenían des- de Nágera hasta Tudela, co- mo escribe el Chronicon Albeldense ; pero la Ciudad de Calahorra quedó sujeta á los Árabes, quienes domi- naron en ella con tanta se- guridad , que desde que la tomaron hasta el año de 1045. no se les quitó su po- sesión. Yo á lo menos no pue- do creer otra cosa , conven- cido de que ni el Chronicon citado, ni otro Escritor de aquellos tiempos hace me- moria de la conquista de una Ciudad tan fuerte , tan ilus- tre , y tan antigua , aña- diéndose á este silencio el ser la empresa tan difícil, que como también ponderé en otro lugar , fue necesa- rio para recobrarla esperar tiempo oportuno en que ella sola fuese el objeto de todas las fuerzas de Navarra; y aun asi no se tomo sin particu- lar favor del cíelo , como di- ré tratando de S. Millan.

50 No solo no se trasla- daron los cuerpos de los San- tos Martyres de Leyre á Ca- lahorra desde que esta Ciu- dad fue tomada por los Mo- Qq 2 ros

3o8 España Sagrada, TOS hasta el año de 1045. en que la conquistó D. García, sino tampoco desde este mismo año en adelante. En la Escritura que este Rey dio para restauración de la Iglesia , y Sede Episcopal Calagurritana asi que obtu- bo aquella célebre conquista, parece cierto , dice Moret, que habla de las sagradas Reliquias como de presen- tes , y que se tenian alli qúancfo ganó á Calahorra. Y á haber hecho ahora esta traslación , añade el mismo Escritor , restituyéndolos á esta Ciudad, parece increí- ble no hiciera el Rey men- ción de ado tan memo- rable en alguno de tantos Privilegios , en que habla de esta conquista, y nombra á los Santos , en especial en el que dio aumentando la do- nación primera dentro del año de la conquista, y acu- diendo el mismo Rey a cele- brar en Calahorra el dia so- Jemne de su martyrio , en el qual Privilegio los llama sus Pairónos fortisimos,

51 Es también buena prueba de que jamás se tras- ladaron las santas Reliquias desde otro pueblo 6 Moiías- terio , que habiéndose cele-

Trat, 6^. Cap, 19. brado antiguamente en esta Iglesia la traslación que se hizo de ellas desde una Ca- pilla á otra , como consta del Breviario que usó en otro tiempo , nunca se ha hecho fiesta de traslación que se hiciese desde otra parte, siendo asi que sería mas justa y debida esta solemni- dad en memoria de la resti- tución de un tesoro el mas precioso después de una lar- ga y lamentable privación.

52 Reñexionense ahora como en una suma las razo- nes que he propuesto hasta aquí. En todo el Obispado de Calahorra conservaron los Christianos los cuerpos de los Santos que veneraban en sus respetivos pueblos an- tes de la irrupción de les Árabes , como los de S. Pru- dencio , S. Millan , y S. Co- lumba ; sin que haya memo- ria de que sus Reliquias se retirasen de donde estaban depositadas á lugar mas se- guro de la invasión de los Infieles. En Calahorra que- dó libre una buena parte de aquella Parroquia , como di- ce Pasqual Segundo en su Bula , para que los Chris- tianos' pudiesen' continuar, aún dominados de los bar- ba-

Santos del Obispado de Calahorra. baros el culto público , y Ciudad recobrada conforme á su Religión. Re- tubose ésta todo el tiempo que duró el cautiverio ; pues aunque en el año de 932. el Árabe Almorrid destruyó la Iglesia Calagurritana y otras, consta , que la reedificaron y mantubieron hasta la con- quista de esta Ciudad , co- mo se deduce de la dona- ción hecha inmediatamente por Don Garcia , la qual su- pone existente la Iglesia de S. Maria , y de los Santos Martyres Emeterio , y Ce- ledonio. Asimismo el Rey en ^sta Escritura menciona á los Santos como presentes en Calahorra al tiempo que to- mó la Ciudad ; ni se halla instrumento legitimo de don- de conste que sus cuerpos fueron sacados de aqui en 'a venida de los Moros , ni tras- ladados á su proprio lugar desde que estos se apodera- ron de la Ciudad hasta qi;e se les quitó enteramente la posesión de ella. La domi- nación de los barbaros en Calahorra no se interrumpió de manera que pueda seña- larse tiempo, en que la tras- lación de los cuerpos pudie- se hacerse sin embarazo ; y ;si en alguna ocasión fue la

por los Christianos , no hay funda- mento para creer , que se trasladaron á ella los cuer- pos de otra parte en que hu- biesen estado asegurados; porque un suceso tan memo- rable como éste se habría celebrado por la S. Iglesia de Calahorra , como se cele- bró anualmente el ado de mudarlos solo de una Capi- lla á otra , no siendo tan dig- no de solemnizarse. Conclu- yamos , pues , que los sagra- dos cuerpos de los Santos Martyres Emeterio , y Cele- donio nunca fueron sacados de Calahorra , sino que se conservaron alli no de otro modo que lasReliquiasde los otros Santos , que se vene- ran en los pueblos de la Dió- cesis Calagurritana.

53 Aunque los cuerpos de los Santos Martyres estu- bieron en Calahorra desde el tiempo de los Romanos hasta el presente , como de- jo probado , se han celebra- do diferentes traslaciones, hechas de un sitio á otro dentro de la misma Ciudad. El Breviario de España en las Lecciones que se rezan en h Fiesta de los Santos ha- ce memoria de la primera tras-

3 I o España Sagrada, traslación , la qual se hizo desde el sepulcro, donde las sagradas Reliquias fueron depositadas después del mar- tyrio,á la parte interior de la Catedral , que se edificó cerca del Arenal ó rio Cí- dacos. Créese haberse hecho esta traslación á 3 1 . de Agos- to, en que la Iglesia Cala- gurritana ha tenido la cos- ta ubre de celebrar á los San tos M irtyres por este moti- vo. El Poeta Prudencio es- cribe , como dige antes, que el lugar , donde los Santos fueron degollados , era en su tiempo Baptisterio ; y de es- te titulo , y de la traslación de los cuerpos á lo interior de la Iglesia , se puede infe- rir , que la sagrada fuente, en que se administraba el Baptismo en los primeros tiempos , estubo separada de la Iglesia principal , pero inmediata á ella , como se usaba entonces casi siempre. Véase S. Paulino, Epist. 12. S. Greg. Turón, lib. 10. y el Diurno Romano , cap. g. tit. 19. 20. 21.

54 En el Misal antiguo de Calahorra se anotan en el Kalendario otras dos trasla- ciones. La primera en el dia 19. de Abril , la qual , según

Trat. 69. Cap, 19. mi juicio , se hizo quando conquistada la Ciudad en el mismo mes de Abril se ex- trageron las sagradas Reli- quias del pozo que está en el jardin del Claustro , don- de es tradición se oculta- ron por los Fieles , como afirma D. Luis Rodríguez de Vergara , Canónigo Magis- tral de esta Iglesia en un Ms. que tengo presente. También pudo hacerse esta traslación quando se reedificó la Cate- tedral , cuya fábrica se atri- buye á D. Alonso VI. Rey de Castilla.

55 La segunda traslacioa se pone en el dia 9. de No- viembre por estas palabras: Translatio Emetherii S Ce- ledona , í? dedicatio ^¡ta- ris eorumdem. De ésta se ha- lla una memoria autentica en el Archivo de la Santa Iglesia en un pergamino muy largo , que contiene la Es- critura de donación que hi- zo á la Catedral Pedro Juan Enecomius , cuya data pon- go á la letra por ser muy notable. Fadía , 6^ rohoratay seu testificata carta votiv¿e donationis Era millessima centessima septuagessima^ Dominica prima Adventus Domini , Natali SS, Facun- di

Santos del Obispado de Calahorra, 3 1 1 di & Primitivi V, Kalen^ in'de navigio ea deferret ad

das Decembris, Regnante Domino nostrojesu Christo sine fine , S sub eo Adefon- so Sancii regnante de Mont- son usque Vilforato & an^ tiqua Cas t ella , S usque S, Stephano de Gormoz , (S? Montegrale versus Barrad- na , & usque Castello Orta didio sex millibus distans d Tortosa S infra, Venerabi- li Episcopo Sancio Ossettano alumno prcesidente prcvfatce Sedi in Universo ejus EpiS' copatu. Dominantibus Cala- gurrce sub prcefato Rege Fortum yícenarez , Fortum Lober de Soria , Bertrán de larbasa. Alcalde Fortum lo- anes^ ludice Don Crispo ,Sa- jon Lope Anguila.

56 Ipso tempore^odinvo die cmniumSS, prcefato Episco- po insistente , S strenue elaborante translatio sandio- rum cor por um Emethcrii & Celedona simul <S dedicatio Altaris eorum , ac sta^uta sokmnitas eorum singulis annis prcefato die ab Epis- copo Oxomensi , ^ Arcbie- piscopo Ausciensi , quoque.», tenipore jam didiis pr¿eci-- debat Ugna in montibus S, E'riliani , & deponebat ea ad Iberum fiuvium , ut per

oppugnandam civitatemDer- tosam , S capiendam divino adjutorio. Amen,

RE LIQUIAS DEL

Monasterio de San Sal- vador de Leyre,

57 En muchos pueblos se precian sus vecinos de tener cuerpos de Santos te- niendo solo una buena parte de sus Reliquias. Esta vani- dad santa se halla defendi- da por muchos varones eru- ditos , y piadosos, como cos- tumbre introducida no por fraude de los hombres , si- no por la ocasión que dio para ella la infinita largue- za de Dios , obrando en los lugares , donde se veneran, los mismos prodigios , que se digna obrar en las partes en que existen los cuerpos. Y á la verdad es tan atiguo en la Iglesia este modo de hablar , que ya S. Basilio ad- virtió , que en su tiempo se gloriaban varias Ciudades de tener los cuerpos de los San- tos quarenta Martyres , solo porque cada una de ellas po- seía alguna parte de sus Re- liquias. Véase Baronio en sus Anal.alañüSS.Wandelberto es-

3 I 2 España Sagrada* Trat, 69, Cap, 1 9. escribe también, que el cu- no habiéndose trasladado si- erpo de S. Sebastian fue lie- no parte de él. vado desde Roma á Soisoiis,

RofJta quem vc&um nunc Suessio L-eta frequentat.

Véase Molano en el cap. 23. sobre los Martyrologios , don- de defiende este común estilo de los pueblos como piado- so é irreprehensible.

58 Esta advertencia es muy oportuna respeélo de las Reliquias de los Santos Emeterio , y Celedonio, cu- yos cuerpos se leen estar en diferentes lugares, no exis- tiendo en ellos sino alguna parte , como ahora dire- mos. Y por lo que toca á S. Salvador de Leyre , me pa- rece trasladar aqui lo que ingenuamente escribe el M. Yepes en su tom. 4. pag. 82. Aunque parezca , dice , que Iqs cuerpos de S. Emeterio , y S. Celedonio están en S. Sal va- vador de Leyre, bien se echa de ver que usan de la figura Synedoche,y que nombran la parte por el todo , y que con poseer alguna Reliquia ó Reliquias grandes , algún hueso ó huesos , usurpan , y dan el nombre de un miem- bro á todo el cuerpo. Ni las insignes Ciudades de Cala- horra en España , y Limo-

ges en í'rincía , querrán ser tan liberales , y aun pródi- gas de la merced que el cie- lo les ha hecho , que la una quiera dar á Emeterio , y Celedonio Patrones y ampa- ro suyo , y la gloria de su Iglesia ; y la otra á S. Mar- cial , uno de los Discípulos de Christo , y Apóstol de gran parte de Francia. Y en S.Salvador de Leyre tengo á los Monges por tan discre- tos , que no querrán publi- car que poseen en su Tem- plo cuerpos santos , quando no tengan mucha seguridad para afirmarlo. Asi , el P. Prior de aquella Casa en las relaciones que me envió, habla con mucho tiento en esta materia , y dice las pa- labras siguientes. Tiene tam-' bien el dicho Monasterio una arca estrecha de dos varas de largo con Reliquias , ,y es antiquisima , donde están mu-

Santos del Obispado áe Calahorra* 313

fimchos huesos de los Santos Martyres Emcterio y Cele- donio , retulada con letras ■góticas y doradas , y dice asi : Emeterii & Celedonii. Su fiesta á primero de Mar- zo la celebra este Monaste- rio con muy grande solem- nidad , y como fiesta de las mayores de la Orden. T de otros muchos Santos tieneRe- liquias principales, camode S, Esteban , primer Martyr, S.Juan Baptista^ Mar- cial , Santa Emerenciana, Santa Eulalia. De manera, que por estas palabras se co- noce , que aunque algunas donaciones hagan insinua- ción , y den á entender que los cuerpos de aquellos glo- riosos Martyres son poseídos de la casa de Leyre : pero el hijo de la misma casa las declara y comenta , dicien- do , que son Reliquias prin- cipales y grandes , pero no se quieren levantar con todo el tesoro , que tiene Dios de- positado en las Iglesias Ca- tedrales que be dicho,

RELIQUIAS BE LA

Iglesia Parroquial de San Miguel de Cardona.

«í8 La muy noble y anti- Tom. XXXllL

gua Villa de Cardona , situa- da en el centro del Princi- pado de Cataluña , se gloría también de hallarse enrique- cida con buena porción de las preciosas Reliquias de los Santos Martyres Emete- rio y Celedonio. En el aéto de la translación , que pon- dré en el Apéndice , se ex- presan estas con el nombre de cuerpos : Cum qucedam dúo COI pora SanSiorum , unus quorum nominatur B. Eme- terius , ¿? alter B. Celedo- nlus , quorum passio legitur in Datarlo , &c. En el año de 1705. se hizo público re- conocimiento de las dichas Reliquias , del qual me ha; remitido copia autentica en Catalán el Agustiniano Fr. Miguel Llisterri, laque pon- dré aqui , para que por ella se tenga noticia individual de las que creen los Cata- lanes poseer la expresada Villa. Dice asi:

S9 In Dei nomine. Amen, Sea á todos notorio , como hoy Jueves que contamos, á los quatro dias del mes de Junio del año de la Na- tividad del Señor de mil se- tecientos y cinco , el R. Se- ñor Francisco Aynes , Pres- bytero , Oficial de la Villa, Rr y

314 España Sagrada, y Oficialato de Cardona, por el Illmo. y Rmo. Señor Don Fr. Guillen de Goñalons por la gracia de Dios , y de la Santa Sede Apostólica, Obis- po de Solsona , y del Con- sejo de S. M. (que Dios guar- de ) en presencia del Ilus- tre y Reverendo Señor Doc- tor Juan Olives , Presbytero y Canónigo de la Santa Ca- tedral Iglesia de Lérida , re- sidente en la dicha ViUa de Cardona , del Reverendo Se- ñor Pablo Serra , Doélor en Sagrada Theologia , R-íétor de la Iglesia Parroquial de S. Miguel de dicha Villa de Cardona , de la R. Comuni- dad de Presbyteros de la misma Parroquial Iglesia con la solemnidad de capas y bordones ; del Ilustre Señor D. Ramón de Anglasill , Go- bernador general de dicha Villa y Ducado de Cardo- na , del magnifico Celdoni Coma , Baile de la dicha Vi- lla , y Ballias de Cardona por el Excmo. Señor Duque de Cardona, Medinaceli, &c. de los magníficos Jayme Flo- tan , Miguel Girabancas, Juan Garrigo y Antonio Font , Cónsules en el pre- sente y corriente año de la Universidad de dicha Villa

Trat. 69 Cap, 1 9. de Cardona; de los magní- ficos Francisco Jordana y Cañáis , Asesor ordinario , y Magí Aynes , Tesorero de dicho Ducado de Cardona, Dodores en ambos dere- chos , de la mayor parte de los Consiliarios del Consejo ordinario de dicha Villa, llevando en las manos velas encendidas , y de muchos otros Señores y personas en gran número ; después de ha- ber dichos Señores Oficial,Ca- nonigo , Redor y RR. de di- cha Real Comunidad , lle- vado con dicha solemnidad la caja de plata , en la qual están custodiados y guarda- dos los huesos de los cuer- pos de los gloriosos é in- vidos Martyres S. Emeterio y S. Celedonio desde su Ca- pilla honda de dicha Iglesia Parroquial , en la qual están veneradas , hasta el Presby- terio de la misma Iglesia, cantando solemnemente los hymnos del Oficio de dichos Santos Martyres , y puesta alli , á petición de dichos Magníficos Cónsules con la debida reverencia abrió di- cho Oficial la dicha caja de plata , á fin y efedo de ma- nifestarla á todos los que en dicha Iglesia se hallaban, y dar-

Santos del Obispado de Calahorra, 3 i 5

darles á adorar los huesos de los cuerpos de dichos Santos Martyres , que en ella venían: la qual caja abierta fueron halladas dentro de ella dos. fundas de tela muy delgada , dentro de cada una de las quales se halló otra funda hecha á modo de colchoncito con sus separa- ciones , esto es , la parte de abajo de tela espesa , y lo demás de gasa , dentro de las quales separaciones es- tan puestos los huesos de los cuerpos de dichos glo- riosos Martyres , como son canillas de brazos , piernas y muslos , y otros muchos huesos de los cuerpos : y en la tela , debajo de cada uno de dichos colchoncitos , se ha hallado un rotulo escri- to con letras gruesas y an- tiguas bordadas de hilo de oro , en el uno de los qua- les se lee Sant Celdoni , y en el otro S. Henmerter ; y en el que se lee S. Celdoni se ha hallado una buena parte del casco de la cabeza , y un trozo de quijada con sus muelas encajadas en ella, y una canilla de brazo ó pier- na , puesta dentro de una bayna de tela blanca , que dicense la llevaba el Señor

Obispo deUrgél , que por un infortunio de tiempo , co- mo fue un pedrisco que ca- yó sin hacer daño , ni pa- recer nubes , no paró hasta haber restituido en dicha ca- ja dicha santa Reliquia , es- tando ya fuera de dicha Vi- lla un quarto de legua. Ha- llase todavía el pañuelo de tela blanca , con el qual se cree la llevaba. En la mis- ma caja de plata se ha en- contrado una bolsa de Da- masco Carmesí guarnecida de galón de oro , y dentro de ella una caja pequeña de madera , en la qual se ha hallado una cabeza muy pe- queña guarnecida de lamina de plomo claraboyada con un rotulo en dicha caja de madera , que dice ; Cabeza, de un Santo Inocente» Y de- votamente adoradas dichas santas Reliquias por todos los sobredichos , por la ma- yor parte de las personas de dicha Villa , y otros fo- rasteros , fueron vueltas por dicho Señor Oficial y Redor en dicha caja , y por ellos cerrada con tres llaves de tres cerraduras diferentes, que se hallan en dicha caja, las quales fueron entregadas en esta forma : la de la ma- Rr 2 no

3 1 6 España Sagrada no derecha ai dicho Señor Oficial y Redor , á efedo de que se guarde en el Sa- grario de dicha Iglesia ; la del medio á dicha Rev. Co- munidad , y por ella al R. Dociüi Juan Blasi , Presby- tero , Syndico de la misma, á efecto de tenerla guarda- da en el Archivo de dicha Rev. Comunidad , y la otra de la mano izquierda á ¡os dichos magníficos Cónsules; y aceptada por mano del di- cho Señor Cónsul mayor , en- continente á la dicha solem- didad fue dicha caja de pla- ta llevada y tornada al Al- tar de dicha su Capilla. De las quales cosas, á petición de dichos magníficos Cón- sules , se hizo el presente ado pubíicado por Juan Ma- Itrt -y Gerónimo Malet por autoridad Apostólica y Real Notarios públicos de dicha Villa de Cardona , que fue hecho en dicha Iglesia Par- roquial de S. Miguel de dicha Villa de Cardona en el dia, irjes y año sobredichos,estan- do presentes por testimonio los magníficos Antón Franch y Boix , Ciudadano honrado de Barcelona , Juan Francis- co Franch y de Cap de Vila, Antón Jordanay Tristañ en

. Trat. 69. Cap, 1 9. ambos derechos Dodores, Josef Abad y Josef Celles, Dodores en Medicina , do- miciliarios en dicha Villa de Cardona , y Francisco Llin- sach , Ciudadano de Barce- lona , Maestro de leer y es- cribir , y contar en dicha Villa de Cardona , y muchos otros , asi de la dicha Vi- lla, como forasteros en gran- de número.

60 Signum meum Anto- nii Thomasa & Font , Villis Cardona Celsonensis Dioece^ sis^ atii^oritatíbus Apostóli- ca & Regia Notari'us publi' cus regens scripturas recep^ tas penes Joannem Malet ^ Notarium publicum relatas Villce in Scribania publica» didice Villce custoditas , in- ter qiias prcescntem invenid quam cum suo originali con- cordare vidi , propria manu scripsi , subsignavi , & re- quisitus clausi in papiro si' gilli quarti die nona mensis Marta anni millessimi sep- tingentessimi septuagessimi sexti,

61 Las expresadas Re- liquias estubieron primero en Sallers , adonde según los Catalanes se trasladaron desde Calahorra ó Leyre, Alli se guardaron hasta el

año

- Santos del Obispado de Calahorra, año 1399. en que ílay mundo mayor aumento d Füich de Cardona logró li-'

cencía de Ramón de Pinos, Señor de Sallers , para tras- ladarlas á la Villa de Cardo- ña. La translación se hizo en Domingo de 19. de Oétu- bre de dicho año con os- tentosa solemnidad y mag- nificencia : todo lo qual cons- ta de escritura , cuya copia se me ha remitido , y se ha- llará en el Apéndice á la le- tra conforme á la que se guarda en el Archivo Ducal de Barcelona , arm. i. caj. i. num. 333. y en el libro ms. ée los milagros de'losSan- tps Martyres citado por el Padre Pons , el qual la puso en idioma Catalán , que tra- ducido á nuestro Castellano,' es del tenor siguiente. ' 62 El noble y excelen- te Señor Conde de Cardona D. Juan Ramón de Cardo-' na , Almirante del Rey Mar-, tin de Aragón , trató- con el Señor de Sallers D. Ra-' monde Pinos (que entonces tenia y poseia el Valle de Sallers en feudo del dicho Conde de- Cardona) y con los de Cardona , sobre qjua' los cuerpos de, 'los Santos; Em.eterio y Celedonio para mas honra de ellos , y para

la del vocion de los Fieles Christia- nos fuesen llevados con .gfán veneración á la Iglesia Par- roquial de S. Miguel de Car-^- dona. Y asilos fueron átraeí* con una solemne y devotísi- ma procesión , la qual acom- pañaban él sobredicho Con- de de Cardona con su hijo D. Juan Ramón , y su hermano' D. Hugo con otros muchos' Caballeros , y toda la Uni- versidud de la Villa de Car- dona asi hombres como mu- geres.: la Confiesa con- su hija Doña Juana de Caf»-" dona s y qüatro' Danfias hér-' manas del Almirante, y con' toda su casa y familia. Acom- pañaba también en esta' Procesión ilustre Abad 'deí-' Mon'astério de Santa- ría de Sarratex, llamado Beren^ guer deToriguesde la Dio-' cesis de Urgél-,' juntamente' con su yenerable Conyénró^ de los Xíonges ^ del Orden ' S. Benito , qukl Abad ce-^ lebró y dijo Misa mayor. Asistieron también en dicha procesión los venerables Se- ' ñores Canónigos Reglares" del Ordéíi de 'S.' A'^ustíñ Üel Monasterio d^ Si Vieérrtedé' Cardona con el muy ilustre' Señor Abad Francisco de Be-

3 I 8 España Sagrada. Trat. 69. Cap, 19. Besora. A mas de esto acu- todos los Redores de su Oñ>

dieron los Señores Canóni- gos y Beneficiados del Mo- nasterio de Santa Maria de Solsona , Obispado de Urgel. También fueron presentes á dicha procesión el honora- ble Prior del Monasterio de S. Lorenzo de Morulls del Orden de S. Benito con toda su venerable Comunidad. Y los Canónigos del Priorato de S. Jayme de Calaf del Orden de S. Agustín , Obis- pado de Vique.

Ítem Fr. Juan de Pague- ra , Maestro en Sagrada Theología , del Orden de Franciscos , con otros dos Religiosos de la misma Or- den del Monasterio y Con- vento de Cervera.

ítem Fr. Bernardo Arti- guen , Prior del Convento de Predicadores de Castello de Empurias , en compañía del P. Fr. Antonio Carrera del mismo Orden , Confesor del Conde de Empurias.

ítem el Ledor del Car- men de la Ciudad de Man- resa con otros tres Religio- sos suyos.

ítem el honorable Mos- sen Romeu Grasset , Oficial de Cardona juntamente con

cialato.

ítem el Reverendo Rec- tor Müssen Francisco de Xa- vel con todos los Beneficia- dos de la Iglesia Parroquial de San Miguel de Cardona. 63 Finalmente acom- pañaron la dicha procesión el Señor Hoguet de Rosa- nes Caballero , y su Señor Micer Pedro Ripoll Juez de todo el Condado de Cardo- na: y los Cónsules de Car- dona, Pedro de Corp , Pedro Jayme Merola , Pedro de Gi- bert y Pedro de Olivo. Tam- bién la acompañó el Maes- tre escuela Arnaldo Viñies, Maestro en Artes , y Bachi- ller en Medicina , con otras muchas personas ; y habien- do llegado á la Iglesia ma- yor , colocaron en ella los cuerpos de los gloriosos San- tos , en la qual están hoy día para honra y gloria de Dios, é intercesión de sus devo- tos.

64 Después de mucho tiempo,dice el P.Pons, deter- minaron los Duques de Car- dona edificarles una bella Capilla debajo del Altar ma- yor de la Iglesia Parroquial de S. Miguel , la qual está he-

Santos del Obispado de Calahorra. '>, 1 9 hecha al modo de la de Santa Almirante y gran Condesta- Eulalia de la Ciudad de Bar- celona; excepto que dentro de é^ta de Cardona hay- tres Capillas, la primera está á mano derecha , bajando las escaleras , la qual es el sepul- cro de Jesu Christo Redemp- tor nuestro La otra está á la mano izquierda , y es el sepulcro de nuestra Señora. La tercera , que es la de en- medio , (la qual se cierra con otra reja de hierro) es la de los cuerpos Santos. En esta hay un Altar , en medio del qual hay una be- lla caja de plata , donde es- tan los cuerpos Santos; tie- ne la caja quatro palmos de largo, dos de ancho, y dos y medio de alto. Esta caja se hizo por la gran devoción de la Excelentisi- ma Duquesa Doña Francisca Manrique, abuela de la Du- quesa que hoy es , hija que fue del Duque de Nágera, y muger del primer Duque de Cardona Don Fernando, como consta del siguiente ado.

65 Manifiesta cosa sea á todos los fieles Christianos como los muy ilustres Seño- res Don Fernando Ramón Folch , Duque de Cardona,

ble de Aragón , Marqués de Pallas , Conde de las Mon- tañas de Prades , Vizconde de Vilamúr', Señor de las Ba- ronías Dentenza , Arbeca, Juneda, Alcolea, Cambrils, Agran;iiint , y de Pesonada: y Doña Francisca Manrique su muger.

66 A honra y gloria de Dios omnipotente, y de su gloriosa Madre Señora San- ta Maria , y por el mucho amor, y afeéiuosisima devo- ción , que los dichos Señores tienen y profesan á los glo- riosos Santos S. Celedonio, y S. Emeterio , cuyos cuer- pos están depositados , y se celebran y solemnizan en la Iglesia mayor del glo- rioso Archangel S. Miguel de la insigne Villa de Car- dona , para dotación de la qual se ha servido Dios nues- tro Señor dotarla de los cuer- pos de los dichos gloriosos Martyres , y caballeros de nuestro Señor S. Celedonio y S. Emeterio, por cuyos méritos los dichos Señores, y muchas otras infinitas per- sonas han obtenido , y obtie- nen cada dia muchas gra- cias y mercedes , no solo en los males del cuerpo, mas tam-

3^0 España Sagrada. Trat. 6cf. Cap. 19.

también en la salud de sus dichos gloriosos Santos ; en

almas. Por tanto los dichos Señores , vistas las gracias y mercedes que. de Dios Jiuestro Señor reciben cada dia por los méritos y súpli- cas devotas de los dichos gloriosos' Martyres; á hon- ra, y reverencia de ellos, de su libre y espontanea voluntad , en el presente dia abajo escrito , estando per- sonalmente congregados den- tro de la Capilla nuevamen- te, hecha á honra y reveren- cia de lo5 dichos gloriosos Martyres dentro de la dicha Iglesia de S. Miguel , devo- tamente presentaron en do- nación irrevocable , que es (Jicha entre vivos, y dona- ron á Dios nuestro Señor , y á los dichos gloriosos Mar- tyres S. Emeterio y S. Cele- donio una caja de plata , que aceptaron por ellos con ho- nor y reverencia , y gra- cias debidas , los honrados Francisco Rovira , Pedro Ferrer, Juan Foncalda, Jay- me Ferrer , Cónsules en el presente año . de la dicha Villa de Cardona ,• y por consiguiente Administrado- res , Redores y Goberna- dores de las limosnas , can- tares , y devociones de los

la quai caja quieren , man- dan y ordenan , sus Señoría?^ que los cuerpos de ios glo- riosos Santos sean coloca- dos para su mayor honra y veneración. Y por quanto es intensa la devoción , y afec- tuoso el amor que sus Seño- rías tienen en cumplir su de- voto proposito , estando per- sonalmente , como arriba se dijo , dentro de la. dicha Capilla , y llamados y con- vocados muchos devotos Presby teros , entre los qua- les asistieron los venerables, y discretos Mossen Armen- ter Señor Vicario , Mossea Juan Noguers , , Mossen Juati Guardies , Mossen Juan Bor- ro, Mossen Juan Asamort, Mossen Rafael Altarriba, Presbyteros, y otros muchos Presbyíeros de la dicha Igle- sia: é interviniendo en el mismo aéío, y siendo presen- tes los dichos honrados Cón- sules , y muchas principales y particulares personas en gran número , asi hombres como mngeres , tanto de la. dicha Villa, como de fuera de ella , quisieron y manda^ ron sus Señorías, que la caja de los gloriosos Santos fue- se sacada alli en medio de la

Santos del Obispado de Calahorra* 3^1 a Capilla sobre una bella rados: y mudados que fue- alfombra de sus Señorías , y sobre ella pusieron una sa- bana blanca y limpia ; y puesta que fue allí cantando hymnos y alabanzas, abrie- ron dicha caja , dentro de la qual hallaron dos saqui- tos de lienzo delgado y bue- no , en que estaban puestos y recogidos los huesos de los dichos gloriosos Santos. Y además de esto hallaron allí una caja redonda , dentro de la qual había dos cabe- zas de los niños Inocentes. Y la Señora Duquesa , que- riendo ennoblecer aquellos preciosos huesos , llevaba consigo dos saquitos de lien- zo de Olanda muy delgado y delicado , y con seda , y allí , en presencia de todos los sobredichos , y de otros muchos de que estaba la Capilla casi llena , por las manos de los dichos Vica- rio , Mossen Juan Noguers, y Juan Guardies , diciendo y cantando hymnos fueron mudados de una bolsa en otra en la mejor manera y forma que pudieron y supie- ron , y aquellos dos saquitos fueron puestos y metidos dentro de otros , que la Se- ñora Duquesa tenia prepa- Tom. XXXllL

ron con toda aquella hon- ra y reverencia que pudie- ron , cantando loores y ala- banzas á Dios , fueron meti- dos y puestos dentro de la caja de plata. En los saquitos se puso con letras de oro el nombre del Santo , cuyos huesos se metieron en ellos, para que en todos tiempos se tubiese noticia cierta de las Reliquias que cada uno de los dos contenia , y lue- go fue puesta la caja nue- va en el lugar acostumbrada de dicha Capilla : y de I3 antigua determinó la Señora Duquesa , que se llevase á Aberca con los dos saquitos, donde escubieron primero los sagrados huesos. Hicie- ron los Señores Duque y Du- quesa esta donación libre- mente , y con buena volun- tad , sin paélo ni condición alguna, y prometieron no revocarla por ningún titulo, causa ó razón , y los dichos honorables Cónsules la acep- taron en nombre de los de- más arriba nombrados. To- do lo qual mandaron y orde- naron sus Señorías , que yo Pons Botres, Notario de Car- dona , lo escribiese para me- moria de los venideros , en Ss la

^22 España Sagrada, la Villa de Cardona dentro de la Capilla de los dichos gloriosos cuerpos á 5. de Julio año mil D. y XXIIII.

EXAMINASE SI

todas las reliquias , que se tienen en Cardona con ¡os nombres de S. Emeterioy Ce- ledonio se deben reputar por idénticas con las de los Martyres de Ca- lahorra,

67 La autoridad de los documentos , que dejo exhi- bidos , concernientes á las santas Reliquias que se ve- neran en Cardona con los nombres de los Santos Eme- terio y Celedonio , es tanta en el concepto de los Escri- tores de Cataluña , que con- fiados en ella , se atreven á negar , que los sagrados cuerpos de los dichos Mar- tyres existen actualmente en Calahorra , y pretenden que en esta Ciudad solo se con- servan algunasRel'quias prin- cipales. El R. P. Fr. Salva- dor Pons en su librito de la vida , y milagros de e^tos Santos , dice asi : T si lo Dofior [Villegas en lo Cata - loffo del Sants extrave^ants de Espanya diu , que los

Trat.óg. Cap. 19.

cossos de aquestos Sants eS' tan en Calahorra , es se so* breentes prenent los Caps per les cossos , pero parlen cartes^ y callen barbes , com se ven aqui per adíe de No- tar i autenticament. Lo mis- mo intenta el Padre Dorrle- nec , como dige antes , lle- gando 1 calificar de teme- rarios á los que no creye- ren , que los cuerpos están en Cardona ; y se empeña en que de las Reliquias de esta Villa debe tomarse en su mayor propriedad y ri- gor la voz cuerpos^ permi- tiendo solo á Calahorra el uso de ella , en quanto na signifique mas que alguna parte.

63 El R. Josef Ignacio pretende en la Historia de estos Santos cap.4. §. 4. pro- bar la identidad de las Re- üquias , que se expresan en la escritura de reconocimien- to del año de 1705. mas hablando con mas modera- ción que Pons y Domenec, dice ser cierto, que no hay en Cardona todos los hue- sos de los dichos Santos ; pe- ro que no obstante se nom- bran aquellas santas Reli- <5uias con el nombre de cuer- pos. Juzga también sucede lo

Santos d el Obispado de Calahorra. 323 ]o mismo en Calahorra , y hay en este asunto, se nom

que por tanto nada se re- fiere contra la verdad é iden- tidad de las Reliquias de Cardona , aunque se diga que en Calahorra , Leyre , San- tander y Sallers se veneran Reliquias de estos Santos. Trae finalmente lo que es- cribe Guiberto Belvacense en su Obra de Sanáis , & de pignoribus Sandiar um , don- de tratando de varias Reli- quias , y de los fraudes que hay acerca de ellas , asegu- ra que en este punto se han admitido en el mundo mu- chos errores. Lo qual , dice el Escritor Catalán, no se ve- rifica , quando aun faltan- do las autenticas , como su- cede con las Reliquias muy antiguas , son vehementes los indicios , antiquísima la tradición y el culto , y pa- tentes los milagros , mien- tras no se evidencie lo con- trario, Y todas estas circuns- tancias , concluye , se obser- van en las que veneramos en Cardona con los nombres de los Santos Emeterio y Ce- ledonio.

69 Sería á la verdad ne- gocio de la mayor impor- tancia , que para evitar las contiendas é ignorancias que

brasensugetos celosos y eru' ditos , á quienes se come« tiese y encomendase el cui- dado de informarse de las Reliquias y cuerpos santos, que se guardan y veneran en los Monasterios é Iglesias de España , asi como lo hi- zo Ambrosio de Morales poc mandado de Felipe II. en el Principado de Asturias , y en los Reynos de León y Ga- licia , y el Cardenal Xavier- re , que por comisión del mismo Monarca inventarió las Reliquias de S. Valero, que tiene el Monasterio de Roda. Convenía hacer este reconocimiento principal- mente en la Diócesis de Ca- lahorra en vista de las gran- des y reñidas controversias, que se han excitado acerca de los cuerpos santos , que posee, como de algunos ve- remos en el tomo presente. Mas entre tanto que no se hace la información que se desea, juzgo quesera de mu- cha utilidad examinar estos asuntos con el esmero po- sible, pues aunque por este medio no pueda siempre conseguirse la satisfaccioa que es menester , y se pro- ceda con algún peligro de Ss 2 er-

324 España, Sagrada, errar , con todo eso condu- cirá mucho, ó bien para que se muevan otros á publicar mejores documentos para iluscracion de una materia tan grave , ó bien para que á vista de las dificultades, que se propongan, se advier- ta mas vivamente la nece- sidad que hay del reconoci- miento que he dicho.

70 Vmiendo pues á tra- tar de las Reliquias , que se veneran en Cardona con los nombres de S. Emeterio y S. Celedonio digo , que sin embargo de Jas precaucio- nes con que habla de ellas R. Josef Ignacio , que es e! mas moderno de los Es- critores de Cataluña , no puedo menos de sospechar, que no son todas de los Mar- tyres de Calahorra. Se tiene por cierto , que en Santan- der están depositadas las sa- gradas cabezas de estos San- ios. El Prior de Leyre escri- bió al M. Yepes , que en aquel Monasterio hay una 2 rea estrecha de dos varas de largo con muchos huesos de les mismos. El aélo de visura de Cardona dice pri- mero absolutamente , que alli se hallaron los huesos de los dichos dos Santos. Luego

Trat, 6c) Cap. 19. especificando algunos , dice como por via de egeniplo, como son cánulas de brazos^ y piernas , añadiendo , y otros muchos. Además dees- tas Reliquias dice , que en otra almohada hay una ca- nilla de brazo ó pierna , que se llevaba el Obispo de Úr- gél , quien fue forzado por un suceso milagroso á resti- tuirla. Pone también un gran pedazo del casco de la ca- beza de San Celedonio con una quijada , y muelas enca- jadas en ella. Finalmente es- criben los Catalanes , que en Sallers quedaron algunas Re- liquias aunque pequeñas. Ao- ra pues : ¿que Reliquias son las que anualmente posee la Santa Iglesia de Calahorra? ¿Diremos que en esta Ciu- dad no hay sino quando mas una cortísima parte de los cuerpos de los Santos? Esto es lo que pretenden los Es- critores de Cataluña , de- fendiendo la identidad de las Reliquias de Cardona. Pero ¿como podremos creer que la Catedral de Calahor- ra ha sido tan liberal en la distribución del rico tesoro, que poseía , que se ha que- dado casi pobre por enrique - cer á otros pueblos?

Res-

. Santos del Obispado de Calahorra. 325 71 Responden los Escri- al conceder en feudo el Con

tores de Ci^taluña , que no saben como vinieron á su Principado los cuerpos de ios Santos Martyres , pero que es indubitable haberse tras- ladado á Saliers. Sea como fuere , dice el R. Josef Igna- cio , la venida de nuestras veneradas Reliquias ct Sa- liers , no puede dudarse sin temeridad , que ellas vinie- ron acá, ledos los Autores antiguos y modernos nacio- fiales , y estrangeros afir- man comunmente ^y supinen esta venida. El célebre Bay- ilet Historiador Francés mo- derno y muy critico asegura, que los cuerpos de les San- tos Emeterioy Celedón fo , de Jos quales trata con mucha particularidad afueren tras- ladados deCalabotra á Ley- re , Obispado de Tanphna en la Navarra y de alli á Saliers ^ y de aqui á Car- dona, Tamayo Salazar dice: Como los cuerpos de los Santos Emeterio y Celedo- nio Martyres , que padecie- ron en Calahorra , fueron trasladados al lugar de Sa- liers , y descansaron alli , D. Juan de Cardona Almirante del Rey Martin de Aragón entre otros paClos que hizo

dado de Saliers á D. Ramón de Pinos , el mas solemne y necesario fue, que las sa- gradas Reliquias de ¡os San- tos Martyres, guardadas des- de mucho tiempo en la Igle- sia de Saliers , fuesen lleva- das lutgo á la de Cardona como se hizo.

72 Sería razón que en- mudeciésemos , y confesase- m.os sin resistencia , que los cuerpos de los Santos Marty- res fueron trasladados á Sa- liers y y desde aqui á Car- dona , y que por eso son tantas las Reliquias que tiene esta Viüa , si las expresio- nes que acabo de poner fue- sen tan verdaderas como exagerativas. Porque si to- dos los Escritores antiguos, y modernos nacionales , y estrangeros afirman gene- ralmente y suponen la refe- rida traslación ¿ quien se arrojará sin temeridad á decir lo contrario? Mas para desengaño de los que no manejan los A.utores que tra- tan de nuestros Martyres, debo advertir que estas pon- deraciones se escriben sin la debida sinceridad , y con demasiado afedoá la patria» Porque lejos de ser común.

y

3 ci ó España Sagrada, Trat, 6g. Cap. i g, y general sentencia de los gurritana. Hlnc crecierem^

Escritores la traslación que se pretende , ni aun los dos (jue se nombran , como si fueran los mas expresos en favor del diélamen de los Catalanes, se acordaron de abrazar este partido. Arri- ba hice presente el rexto literal de Bayllet , y se re- duce á proponer los parece- res de otros sobre el asun- to que tratamos. La cliusu- la, que se trae deTamayo, no contiene la sentencia de este Autor , sino que es el principio de lo que escriben los Catalanes de las santas Reliquias de Cardona ; por lo qual puso por titulo de aquella relación: A£ia trans- lationis sacrorum pignorum Emetherii , & Celedonii Martyrum Calagurritano- rwn in Hispaniis ad urbem Cardonensem ex Scriptori- bus Cathalanis. La opinión del citado Escritor se lee mas abajo , y dice de este modo : Hcec est hujus trans- Jationis relatio ; sed procul- dubio maximam continet discrepantiam communi con- sensu nostrorum Scriptoriim, qui enixius affirmant , sa- cra hcec lipsana adíervari in E celesta Cathedrali Cala-

tantum. aliquam exuviarum partcm -apud Cardonenses custodiri, Y antes había es- crito, que es sentencia de to- dos los Escritures de Cas- tilla , que los cuerpos de los Santos Martyres se guardan en Calahorra , y que por ellos está la posesión , por no constar que se llevasen en algún tiempo á Cataluña. Concluyese pues que sola- mente los Catalanes creen y escriben la dicha tras- lación hecha á Sallers , de la qu-il no han podido hasta ahora descubrir testimonio que la compruebe.

73 Además de no favo- recer los Escritores al dic- tamen de los Catalanes, se halla este no solo destituido de apoyo , sino expuesto á grandes é insuperables difi- cultades. Lo primero consta por confesión de los que afirman haberse trasladado los Santos cuerpos á Sallers, que no hay documento, me- moria ó escritura antigua, que pueda traerse en prueba de esta traslación; por lo que los Catalanes , que han que- rido confirmarla de algún modo , solo han propuesto algunas congeturas respeti- va-

Santos del Obispa vámente falsas, é insubsisten- tes , como he dicho antes. Queda también probado con testimotíios expresos, que los cuerpos se conservaron en Calahorra mientras duró el imperio de los Romanos , y de los Godos; y por lo que toca á la dominación de los Árabes he dado algunas ra zones eficaces , que hacen muy probable la permanente conservación de las sagra- das Reliquias en Calahorra. Es verdad , que se lee en una memoria de l.eyre su traslación á aquel Monaste- rio ; pero la autoridad de este instrumento , qualquiera que ella sea , es también contraria a los Catalanes, porque refiere igualmente, que pasados algunos tiem- pos , se restituyeron á la iglesia Calagurritana , de donde fueron sacadas. Asi- iTiismo e*í el tiempo ,en que se conquistó Ci'.lahcrra , se creia que los cuerpos santos existían alli , rrencionsndo- los el Rey D. García en sus primeras donaciones, co- mo presentes en aquella Catedral , que se mantenía en peder de MuzaTabes , pe- ro trasladada por entonces su Sede á la Ciudad de Ná-

do de Calahorra, 327 gera , que estaba Ubre del yugo de los Sarracenos.

74 Pues ¿que diremos de los tiempos , que se han seguido á la conquista? Si algunas memorias , ó los Breviarios antiguos nombran el lugar donde los cuerpos están depositados , constan- temente expresan á Calahor- ra. La Nota , que puse en el nüm.3. sacada de un Códice Gótico de la Santa Iglesia de León , y escrita en el año de 1069. veinte y quatro años después que se conquis- tó Calahorra , señala los pue- blos., en :que estaban en aquel tiempo los cuerpos de los Santos , que alii se men- cionan , y de los de S. Eme- terjo y S. Celedonio no dice otra . cosa .mas que esta: EnjcteriumS Celedonium Ca- lahcrritona Ecclesia susce- pít in urna, Y no hay duda, que si. entonces se hallaran en otro pueblo que el de su martyrio , lo advirtiera , co- mo lo advierte de los San- tes Servando y Germano , de quienes dice asi ; Gcrmanum & ServanduwUrsotiiensis al^ ira viicus coronat , sed cor- pore divisos, SerDandufn His- palis : Germanum Emérita pietas divina ¡ocavit. El Bre-

3^8 España Sagrada, Trat. 6c), Cap. 6í.

Breviario de Avila : Quorum veneran y están depositidos

en Cardona, y no en C ila- horra , como quieren Pons y üomenec?

7S Convéncese también» que Calahorra posee el te- soro de sus Santos Patronos con el hecho de su Ooispo D. Aznar , que en el año de 1231. consaqjró la Iglesia de S. Juan de Treviño , y colocó en ella Reliquias de nuestros Santos , como consta de la escritura que trae Gil Gon- zález, y dice asi: Hec Eccle- sia fuit dedicata per domi-- num Aziarun Calagurrita^ nensem Episcopum, ad preces Fortuna Archipresbiteri me^ morati auno 1251. mense Julii , reg ríante Rege Fer^ nando in Castella, Didaco Lupi Prestimerario de Tre^ vino & in bonore Beati Joan- nis Baptistíü , secunda Do^ minica ipsius mensis Julii, Dominus Aznar Epíscopus Calagurritanensis consecra^ vit istam Ecclesiarft , & po- suit ibi Reliquias SanSiorurn Martyrum Emeterii & Cele- dona. Deditqjie indulgentias perpetuas quadraginta die- rum , qui in quolibet auno in AnniversarÍQ Dedijationis convenerint ad eamdem ora- re

corpora apud Calagurrim magno cum honore sepulta visuntur. El de Palencia usa casi de las mismas palabras: ■Quorum corpora Calagorrim urbem magno honore sepulta visuntur. Las A¿las del Ar- chivo de la Santa Iglesia de Burgos : Quorum corpora Calai^urice,.. sumna homi- num veneratione sepulta ja- cent. Este ha sido siempre el común consentimiento de los Escritores Cistellanos, y es al presente muy firme y general el concepto de las gentes sobre la existencia aé^ual de los cut;rpas en la misma Ciudad , en que pade- cieron su glorioso martyrio. De manera , que no se ha- llará testimonio de algu- na autoridad y antigüedad, que usando de !a voz cuer- pos , y hablando de los Mar- tyres de Calahorra , diga que se veneran en Cardona. En cuya inteligencia ¿como podremos convenir, en que todas las Reliquias , que tie- ne esta Villa con los nom- bres de S. Emeterio y S. Celedonio , son de los Mjr- tyres Calagurritanos , ó en que los cuerpos de estos se

Santos del Obispado de Calahorra. 329 re pro eodcm Episcopo , <£? Cardona , y otras partes.

pro B ene f actor ibus istiusEc cleshv.

76 Responderán acaso los Catalanes , que ellos no liiegan , antes confiesan la existencia de Reliquias en Calahorra , en virtud de las quales se puede verificar, que los cuerpos están allí, y que el Obispo de aquella Sede colocó algunas en la Iglesia de Treviño. Pero si todos los huesos , que dice el aá^o de visura son de los Martyres Calagurritanos , ¿que porción puede ser la que hay en Calahorra , es- pecialmente si se admite la identidad de las Reliquias de Santander , Leyre y Sallers? Si á lo menos la mayor par* te está en Cardona , ¿como ningún instrumento antiguo de los que hablan con expre- sión de las Reliquias de los Martyres deCalahorra hace memoria de aquel pueblo de Cataluña , sino solo de esta Ciudad de Castilla 1 ¿Como todos los testimonios de los antiguos concuerdan en de- cir absolutamente , que los cuerpos se veneran con gran- de honor y reverencia en Calahorra? Si concedida la identidad de las Reliquias de Tom. XXXUL

apenas queda una para Ca- lahorra , ¿como fue el Obis- po de esta Iglesia tan liberal, que quiso honrar á la Igle- sia de Treviño con Reliquias de los Santos Martyres?

77 De todo lo dicho vengo á colegir , que quan- do concedamos, que algunas de las Reliquias de Cardona son de los Santos Emeterio y Celedonio Martyres de Ca- lahorra , no podemos con- sentir con los Catalanes , en que lo son todas las que se nombran en el aélo de vi- sura de 1705. y que no es despreciable la sospecha, que proponen los Continuadores de Rolando , de que los cuer- pos de Cardona son por ven- tura de algunos otros Mar- tyres. Lo qual , además de lo que llevo dicho , se pue- de confirmar con el aéto de traslación del año de 1399. Dicese en él , que estando los dos cuerpos santos en Sa- llers , era poca la reveren- cia en que se tenian , y que muchos pueblos perdieron la memoria de ellos , por no haber quien predicase la gloria de aquellos Santos. Esto no se puede admitir de los Santos Martyres deCa- Tt la-

5 30 España Sagrada,

lahorra , con cuyas Reliquias se ha tenido perpetuamen- te en España la mas encen- dida devoción , como lo ma- nifiestan las memorias , que hay de ellas en todos los siglos, que han pasado des- de que los Santos padecie- ron hasta nuestros tiempos. Lo mismo se comprueba con el ado de visura , que en- tre otras Reliquias que espe- cifica , dice se hallaron en la caja de Cardona una gran parte del casco de la cabe- za , y la quijada con sus muelas , y parece difícil sean estas Reliquias de losMarty- res de Calahorra , si es ver- dad lo que escriben comun- mente los Autores de las ca- bezas de estos Santos , halla- das milagrosamente en San- tander.

SAN FORMERIO

Martyr , cuyo cuerpo se ve- nera en el Condado de Treviño,

78 Entre los pueblos mas antiguos y fortificados , que en el siglo doce tenia la Provincia de Alaba , y han perseverado hasta nuestros días , debe ponerse Va Villa de Treviño , que hoy es ea-

Trat. 69 Cap. 19. beza de Condado agregada a Castilla. Se ignora e\ año de su fundación ; pero se sa- be que la amplió y fortifi- có el Rey D. Sancho de Na- varra , por sobrenombre el Sabio , de quien por eso di- ce el Escritor anónimo coe- táneo del Arzobispo D. Ro- drigo : Pobló ¡a Guardia , é Treviño^ é Arganzón , e Vi- toria. Conócese, que el mis- mo Rey hizo grande estima- ción de Treviño por la es- critura de concordia hecha el año de 1179. entre él y D. Alonso de Castilla , donde dice , que deja á los Alabe- ses suS heredamientos á ex- cepcion de los Castillos y de Treviño. Es buen argumen- to de que este pueblo era una de las mejores fortale- zas pertenecientes al Reyno de Navarra en las provincias de Alaba , Vizcaya y Gui- púzcoa , lo que el Arzobispo escribe en el lib. 7. de Reb. Hisp. cap. 32. diciendo que el Rey D. Alonso se apode- ró de las dichas provincias con sus castillos y fortifi- caciones fuera de Treviño, que se níintuvo constante- mente por el Rey D. San^ cho. Segregóse del patrimo- nio del Reyno de Navarra,

Santos del Obispado de Calahorra. 331 y se incorporó con Castilla de Ermitaño con rostro gra-

por voluntad del mismo D. Sancho, que después de ha- ber vuelto de África , trans- firió el dominio de Treviño al Rey D. Alonso en trueque de Inzura , que también se habia perdido en el tiempo de su ausencia.

79 En el territorio ju- risdiccional de esta pobla- ción antigua hay una emi- nente sierra sin enlace con otras montañas de tres quar- tos de legua de longitud , y uno de latitud , cuyo limite oriental es junto á un lugar llamado Muergas , y el oc^ cidental en el rio Zadorra. Formanse en su cima tres puntas á modo de chapiteles, y en la mas alta se ve eri- gida una Iglesia dedicada al Siervo de Dios , y glorioso Martyr S. Formerio , cuyas Reliquias están depositadas en ella desde tiempo inme- morial , y tenidas en gran veneración de todos los pue- blos comarcanos. La fábrica de esta Iglesia, según la re- lación que he recibido , es de buena forma , pero redu- cida. En el nicho principal del retablo mayor está co- locada ia efigie del Santo , el qual se representa en trage

ve y poblado de barba , uti libro en la mano izquierda, y báculo en la derecha. El sepulcro se ve levantado en la Capilla , que está al lado de la Epístola , y es un Mausoleo de piedra blanca de la mas pulida escultura, y talle , que pudo dar el ar- te , aunque ya muy maltra- tado por la ambiciosa y atre- vida devoción de los Fieles, que para su consuelo se lo lle- van á pedazos. Su figura es en esquadria de mas de dos varas de largo y mas de una de ancho. En su suelo está tendido el bulto del Santo labrado de la misma piedra , pero tan disfigura- do , á causa de la demoli- ción que han hecho los de- votos, que apenas se conoce. En la circunferencia de es- te bulto hay seis arcos, quatro en los costados , y otros dos que corresponden á la cabeza y pies de la efigie. Estos son como de media vara de alto , ador- nados con delicadas labores hechas con cincel ; y en ellos descansa segundo suelo de losas cerrado por todas partes, sobre el qual se le- vanta el tercero , en cuyo Tt 2 hue-

33'^ E.í/7¿?.^^ Sagrada.

hueco están custodiados los sagrados huesos de S. For- rnerio en una urna de ma- dera de buena talla sobre- dorada. El remate es en for- ma de enrejado en circunfe- rencia, hecho de piedras la- bradas á modo de filigrana, en cuyo medio está colocada Ja Imagen de Christo Crucifi- cado ; y todo él está en fi- gura piramidal muy ayrosa, y agradable á la vista. Den- tro de la dicha arca están los huesos del Santo envuel- tos en tafetanes , pero la ca- beza en un cascaron 6 caja de plata. No hay fuera de ella sino la parte de un de- do , que se guarda en el Sa- grario del Altar mayor , á fin de que los devotos tea- gm mayor facilidad en ado- rar de cerca alguna Reliquia del Santo. La urna se cierra con seis llaves , que están en poder de los Curas Párrocos de seis pueblos , que son Mu- ergas, Anastro, San E'-teban, Paugua,Burgueta, y Estavi- llo,los quales cuidan de man- tener, y reparar la fábrica de la Iglesia , y Casa. El sepul- cro está cerrado con una pu- erta de hierro, cuya llave, y la del Sagrario tiene el Cura á quien toca ia presi-

Trat. 6(}. Cap.K).

dencia , en la quil , y en la Mayordomia alternan los pueblos referidos.

80 Está contigua á la fábrica de la Iglesia una Ca- sa con buenos aposentos y oficinas , para el decente hospedage de los devotos que concurren á visitar al Santo , y principalmente de los Diviseros , y Sacerdotes de los seis pueblos intere- sados. Vive en ella de con- tinuo una f>ersona á quien to- ca el aseo de la Iglesia y de sus alhajas , el cuidado- de que arda incesantemen- te la lampara del Santo , la asistencia á los Sacerdotes que van á celebrar el santa Sacrificio de la Misa , y fi- nalmente tocar al principia y fin del dia la campana del Santo , para que oyéndola los pueblos de la comarca se encomienden á las ora- ciones de su Patrono.

8 1 Por lo que toca al culto del Santo , el mayor concurso de gentes que váa á celebrarle y adorarle , se verifica en dos dias ,que son el segundo de la Pasqua de Pentecostés , y el 25. de Sep- tiempre , en que se hace su fiesta. En estos se saca de la urna la santa cabeza , y se

Santos del Obispado de Calahorra, 333 lleva en procesión , y ade- to no solo del culto con que más de esto se celebra con gran solemnidad el santo Sa-

crificio de la Misa , y se pre- dican las glorias del bien- aventurado Martyr. Si en el discurso del año ocurren al- gunas necesidades públicas, sacan la urna , y la llevan en procesión , dejándola des- pués en el Altar principal par nueve dias , en los que se mantiene en la Cvisa del Santo el Cura , á quien toca ia presidencia , para celebrar en ellos las Misas votadas por la Divisa.

82 Existe también una Cofradía antigua con el titu- lo y advocación del Santo, que se compone de los pue- blos Diviseros que arribase nombraron. En el Archivo de su Iglesia hay algunas Bilas , por las que los Sumos Pontífices concedieron á los Cofrades varias Indu licen- cias,y son de Clemente VIIÍ. y de Benedido XíV. Además de estas Indulgencias , tienen otras concedidas á todos los Fieles por el Nuncio de su Santidad , y por el Ülmo. Don Andrés de Porras, Obis- po de Calahorra.

83 Estas noticias, que he í!ado,sirven para conocimien-

S. Formerio es venerado en el territorio de Treviño , si- no también del sirio en que están sus sagradas Reliquias, acerca del qual han escrito algunos con menos puntua- lidad , como pue le verse eti bs PP. Continuadores de Ro- lando al día 25. de Septiem- bre ,los quales timbien men- cionan á nuestro Santo en el dia primero de Octubre en S. Fermerio de la Francia, donde gobernados de lo que leyeron en Tamayo , le con- funden con otro del mismo nombre , que se venera en Vanare^, pueblo de la Rioja, á quien sitúan en el Condado de Treviño de la Provincia de Alaba , engañados de es- tas palabras del citado Es- critor del Martyrologio España : Cujus (Formerii) sacra pignora á multis retro s^culis in Ecclesia ¡^atina- ren si Comitatus Trevinien-^ sis in Cantabria custodiun' tur , S venerantur.

84 Por la descripción que dejamos hecha del sepul- cro donde están depositadas las Reliquias ,y de la solem- nidad con que se celebra la fiesta del Santo , consta tam- bién ^ que el mismo Tamayo no

3 34 J^spaña Sagrada no se apartó lejos de la ver- dnd en la clausula en que con breves palabras pinta el arca en que descansan los sagrados huesos , y el con- curso de gente á solemni- zar su dia , sobre cuya pin- tura dicen asi los citados Continuadores : H^ec vera esse poterant Tiimayi tem- pore , & j-i'n din ante, l^i- deant tamen i n col ce, an sint accurata.

Examinase quien fue este S. Formerio de Treviño.

85 Celebranse en Espa- ña muchos Santos antiquisi- mos, de los quales se igno- ran , á causa del silencio de nuestros pasados , todas las particularidades que al pre- sente deseamos saber , y no podemos averiguar por gran- de diligencia que en ello pon- gamos. U[io de estos es nu- estro San Formerio , cuyo tiempo , lugar , y martyrio ha estado tan olvidado de los Escritores antiguos , que apenas se encontrará en ellos ni aun la memoria de su nom- bre. De la ignorancia , que ha nacido de esta omisión, viene , que los Autores mo- dernos recurren á conjeturas

. Trat. 6g, Cap. 19. poco verisímiles , preten- diendo confundirle con otros Santos de nombre semejante, pero algo mas conocidos y famosos.

86 D. Francisco de Pa- dilla en la Cent. 4. cap. 3r, viendo que Marieta enme- dio de ser natural de Vido- ria no supo dar mas noticia de S. Formerio, sino que los naturales le tenían por Es- trangero , y Martyr; y ha- llando que el Martyrologio Rom. hace mención en el mismo dia 25, de Septiembre de S. Fermin , Obispo , y Martyr Aurelianense , que padeció en la persecución de Diocleciano , vino á decir, fundado en la semejanza del nombre , y en las dichas ca- lidades de Martyr, y estran- gero , y la circunstancia de celebrarse en un mismo dia su Fiesta, que el cuerpo san- to , que se venera en Tre- viño, es el de S. Fermin de la Galia Bélgica , aunque se ha perdido la memoria de cómo , y quándo fue traido á Espaila. Los PP. Continua- dores de Bolando confutan con dos buenos argumentos esta conjetura. Porque sin embargo de que las particu- laridades expuestas la hacen al-

Santos del Obispado de Calakorra, 335

algo verisímil , no puede admitirse por verdadera , en vista de que el cuerpo de S. Formerio está en el Conda- do de Treviño , y el de S. Fermín en Amiens ; y ade- más de esto , siendo este se- gundo tan conocido en Na- varra , á cuyo Reyno perte- necía la Provincia Alábense, no podían ignorarse en esta tierra las cosas de San Fer- mín , como se ignoran las de S. Formerio. Asi, que no hay fundamento para confundir estos dos Santos, aunque mi- radas por solas las cir- cunstancias, que propone Pa- dilla , no parecía su dida- men enteramente inverisi- mii.

87 Refutada la opinión de este Escritor , íiacen los referidos Continuadores otra conjetura , teniendo por mas verisímil , que el S. Forme- río de Treviño no es distinto de S. Fermerio , quien los Franceses llaman .y. Fraig- ne ^ y á cuyo nombre está dedicada una Abadía del Or- den de S. Benito en el Obis- pado Vasatense en la No- vempopulania , de donde di- cen pudo trasladarse á Tre- viño todo el cuerpo ó gran parte de él. Llegando al dia

primero de Octubre tratan del Santo Francés , y aqui reproducen la misma conje- tura diciendo , que pues los Españoles nada saben de su Santo , y solo, creen que es Martyr , y estrangero , y además de esto tienen tam- bién sus Reliquias , no dan- do los Franceses noticia al- guna de las de S. Fermerio, prarece que de este Santo es el cuerpo que se venera en el Condado de Treviño. No obstante, advierten repetidas veces los Eruditos citados, que su didamen no pasa de una sospecha verisímil; pe- ro que nada pueden asegu- rar ó establecer como ci- erto.

88 Yo juzgo que habién- dose propagado en los pri- meros siglos la Religión Chrístiana por todos los tér- minos de estas nuestras Pro- vincias , como dice Tertulia- no, y corrido por todas ellas las persecuciones de los Em- peradores Romanos y sus Pretores , se debe suponer, que fuera de los Santos Mar- tyres , cuyas particularida- des han llegado á nuestros tiempos , ó por escrito , ó por medio de la tradición , pa- decieron martirio otros mu- chos,

33^ España Sagrada chos , de cuyas memorias ca- recemos enteramente , ó no sabemos sino los nombres , ó quinde mas los lugares en que padecieron. En suposi- ción de esta verdad,que tienen por cierta nuestros mas jui- ciosos Escritores , me parece que la ignorancia acerca de los Santos , cuyos cuerpos poseemos desde tiempos muy remotos , no es suficiente pa- ra obligarnos á salir de nu- estro Reyno , y traer de fue- ra de él las Reliquias sagra- das , que le enriquecen. La posesión de muchos siglos por sola, sin que haya ves- tigio de habernos venido de otra parte los Santos que se venaran en nuestro paisanos hace mas creible que pade- cieron en España ; y esto es lo que debemos sostener mi- entras no se nos oponga ar- gumento, que teaga la fuerza necesaria para sacarnos de nuestro derecho. Contrayjen do , pues , esta regla general á nuestro S. Formerio , cons- ta, que él es uno de los Mar- tyres , cuyas Reliquias se han poseído y venerado des- de tiempo inmemorial en la Provincia de Alaba ; ni hay fundamento para creer que su cuerpo fue trasladado des-

. Trat,6^, Cap, 19. de la Francia. Es verdai^ que en el Obispado Vasaten- se , cuya Capital no está le- jos de Burdeos , se venera un Santo , cuyo nombre , seguti la pronunciación latina , es algo semejante con el del nuestro , porque le llaman Fermerio , y Fremerio ; aun- que en la lengua Francesa es bien diverso , pues le pro- nuncian S. Ft-aí^ne , S. Fer^ me , y San Frenir ; mas te- niendo nosotros no uno solo, sino dos en el Obispado de Calahorra con el nombre constante de Formerio , co- nocemos haber sido en Es- paña muy antiguo el uso de este nombre , y escusamos recurrir a otro semejante de Reyno estrangero. Por lo que toca al sagrado cuerpo , no tubieron los sabios Continua- dores de Bolando otras razo- nes para conjeturar , que el del Condado de Treviño es indistinto del de Francia , que la mera posibilidad de su trashcion, el silencio de los Escritores Franceses acerca de las Reliquias de su S. Fralgne , y la con que los nuestros creen , que S. For- merio es Santo estrangero. Pero contra estas razones militan otras mas fuertes en prue-

Santos del Obispado de Calahorra. 337 prueba de la inverisimilirud de su país al de Alaba. Otros

de su conjetura. No vemos, dicen ellos , por qué el cuer- po de S. Fraigne no pudo trasladarse desde Francia á España. Yo tampoco veo por qué , ó quándo se trasladó; antes encuentro gran dificul- tad en que se trajesen á Es- paña las Reliquias de un San- to , á quien estaba dedicada una Abadía entera del Or- den de S. Benito ; y además una Iglesia , y una Vi la lla- mada de su nombre. Es cier- no , que los Escritores de Francia no dan noticia del lugar donde se guarda el cuerpo de S. Fraigne ; pero también lo es , que ninguno indica que ha sido trasla- dado á España , antes bien parece que creen poseerlo, pues celebran su traslación en el dia primero de Odu- bre. Marieta en su Flos San&orum escribe , que S. Formerio fue estrangero; pero sobre confesar él mis- mo , que no podia darse ra- zón entera de ello , solo di- ce , que vino á tierra del Condado de Treviño , lo qual no es asegurar que su cuer- po fue traído de tierras es- rañas , sino que el Santo por fU propria persona se retiró Tont. XXXIII.

Escritores posteriores á Ma- rieta han afirmado , que el Santo nació en Capadocia, donde también fue martiri- zado ; y que su cuerpo fue traido desde alli milagrosa- mente en una yegua ; pero esta especie no tiene otro apoyo que el Oficio del San- to , impreso por Tamayo , y refutado por los sabios Con- tinuadores , como fingido al mismo tiempo que se publi- có el Martyrologio Español del citado Escritor.

89 En vista, pues , de que no hay fundamento aún para sospechar que las Re- liquias de S. Formerio se han trasladado de otra Provincia estrangera á la de Alaba, tengo por mas verdadero, que vivió , y padeció en aquellas comarcas ; y que los Christianos antiguos pa- ra librar mejor su cuerpo de la profanación de los Genti- les , le sepultaron en la emi- nencia de la sierra , donde desde muchos siglos es ve- nerado, como indica la efi- gie del Santo, tendida sobre el pavimento de su sepulcro, á fin de significar el lugar de su entierro.

Vv

So--

33^ T^spaña Sagrada,

Sobre ¡as noticias históri- cas que se han divulgado de este Santo,

90 El primero que hallo haber escrito de S. Forme- TÍo, es el M. Fr. Juan de Ma- rieta en su Historia de San- tos , que se imprimió el año de 1596. donde al cap. 41. pag;. 49. hace de él esta bre- vísima narración. En el ter- ritorio de la Ciudad de Vic- toria , en un cerro alto, tier- ra del Condado de Treviño, 'está el cuerpo de S. Forme- rio Martyr , y reza de él to^ da aquella comarca , guar- dando su Fiesta á los 25. del mes de Septiembre , acu- diendo muchas Cruces de la tierra á su Fiesta. Fue es- trangero , y vino alli; y co- mo no tienen Historia pro- pria , no saben dar entera razón de ello, mas de rezar- le por Martyr,

91 Esta es la ingenua re- lación que se escribió al fin del siglo 16. por un Histo- riador natural de la Ciudad de Vidoria , que como tan cercano al Condado de Tre- viño pudo informarse exac- tamente de las noticias que se tenían en aquel territorio.

Trat. 69. Cap, 1 9.

Pero al medio del siglo 17^ publicó Tamayo una Histo- ria bastante larga é indivi- dual con el nombre de Adas de S. Formerio , sacadas , se- gún asegura , de un Códice antiquísimo , donde estaba el Oficio que antiguamente se rezaba del Santo , con las Antífonas , Versillos , Lec- ciones , Responsorios , é Hy ra- nos proprios , cuya copla di- ce haberle remitido el Prior del Convento de Santa Ca- talina de Badaya , del Orden de N. P. S. Agustín. Los PP. Continuadores de Bolando leyeron estas Adas en él 'Martyrolog. de Tamayo ai dia25. ^e Septiembre , y la censura que dieron como dis- cretos es la siguiente. Si al- guno , dicen , no conociera estas ficciones , como las co- nocen los eruditos Españo- les, creerla que enCapado- cia nació S. Formerio , y pa- deció martyrio en la perse- cución de Aureliano. Pero no tenemos necesidad de refu- tar estas fábulas , lo que se- ria muy fácil , sino fuera constante su impostura. Es cosa muy notoria , que Ta- mayo publicó muchas Ac- tas , que se inventaron en su tiempo , y se vendieron por

Santos del Obispa antiguas , y de este género son sin duda las de S. For- merio ; lo que se convence suficientemente con los tes- timonios de otros, que con- fiesan con ingenuidad su ig- norancia acerca de la Histo- ria de este Santo.

92 Vemos aquí , que los sabios Bolandistas no quisie- ron entrar en el examen del Oficio de S. Formerio , te- niendo por argumento evi- dente de su nueva invención el testimonio de Marieta, que confiesa que los nobles Treviñeses no tenian Histo- ria del Santo , y que por eso no podian dar la razón que era menester. Este argumen- to no parece eficaz, si co- mo escriben otros , el P. Ma- rieta visitó la Iglesia de San Formerio el dia 25. de Sep- tiembre, y tradujo en Caste- llano el Oficio del Santo , cu- ya Vida escribió arreglado al mismo Oficio, la que di- cen se imprimió en Madrid, y después en Logroño. El P. Anguiano en la Historia de la Rioja, pag. 159. dice, que Marieta en este quadernillo, impreso año de 1659. escri- be , que S. Formerio nació en el año de 348. en la Ciudad de Capadocia en la Provin-

do de Calahorra, 339 cia de Cesárea en Asia : que en el Bautismo se llamó Sier- vo de Dios ; y que después por su gran constancia en la le llamaron los Chris- tianos Firmerio , que es lo mismo que Firmis ero : que padeció martyrio en la per- secución de Aureliano, sien- do el Santo de catorce años; y que en fin , después de varios tormentos , pasó de esta vida á la eterna muri- endo degollado por manda- do del Presidente Alejandro á los 25. de Septiempre del año de 362. en Cesárea de Capadocia. Tamayo corrige este año , y dice , que el P, Marieta no conoció el error, y que siguió literalmente el Oficio Ms, donde por igno- rancia , ó negligencia se pu- so Era CCCC. por Era CCC. Parece , pues , que el Oficio de S. Formerio es mas anti- guo que Marieta ,y por con- siguiente que no se inventó en tiempo de Tamayo, co- mo creyeron los Continua- dores de Rolando ; y final- mente , que de la confesión que estos leyeron en el Flos Sandtorim , no puede hacer- se argumento contra las Ac- tas impresas en el Martyro- logio Español , en vista de Vv 2 que

3 4^ España Sagrada, que el mismo Marieta auto- rizó con ellas la Vida de S. Formerio en quadernillo se- parado de su Historia gene- ral de los Santos de España.

93 Quando leí esta no- ticia de la Obra de Marieta, se me ofrecieron dos razo- nes eficaces , que me hicie- ron increible , que este Au- tor hubiese publicado la Vi- da de S. Formerio , siguien- do el Oficio que se dice re- zaban ios lugares de la Di- visa. La primera : Si Marie- ta estubo en la Iglesia del Santo el alio de 1589. y re- gistró el Códice Ms. ¿cómo afirma en su Historia de los Santos de España , impresa en el año de 1596. que en el Condado de Treviño no ha- bia Historia del Santo? La segunda: Si este Escritor mu- rió en el Colegio de S. To- más de Madrid el año de 161 1, ¿cómo imprimió el quadernillo citado por An- guianoel año de 1659? Es- tas dos razones, junto con no hallar memoria de la Obra en la Biblioteca de D. Nico- colás Antonio, ni en la de la Orden del glorioso P. S. Domingo , me obligaron á creer , que la referida noti- cia fue fingida , con el in-

Trat, 69. Cap, 19, lento de autorizar de este modo las Adas del Santo, publicadas por Tamayo.

94 Sin embargo de ha- ber formado yo este juicio, me pareció poner mayor di- ligencia en averiguar , si el P. Marieta habia escrito la Vida de S. Formerio en libro separado de la Historia de los Santos de España ; y no hallando esta Obra en Ma- drid , ni aun razón de ella» recurrí al Condado de Tre- viño , y la respuesta , que de allí tube, se redujo á remitir- me el mismo quaderno.Com- ponese éste de dos pliegos impresos, y en su portada se lee este titulo : Historia de^ la vida , y martirio del glo- rioso S». Formerio Martyr^ Patrón de la Villa , y Con- dado de Treviño , por el P¿ Fr, Juan de Marieta , de la Orden de Predicadores , na- tural de la Ciudad de Vidio- ria. En Madrid , por Juan de la Cuesta ; y ahora im- preso en la Ciudad de Lo- groño , con licencia del San- to Oficio de la Inquisición del Rey no de Navarra ,por Juan Diez de Valderrama. Año de 1659. Sigúese luego la suma del Privilegio dado al P. Fr. Tuan de Marieta , por el

Santos del Obispado áe Calahorra. 341 el Rey Felipe III. en Denia, groño en ei de 1659. Y ^"í á 17. de Agosto del año de 1599. y la de Erratas, dada en Alcalá de Henares en el Colegio de la Madre de Dios de los Teólogos , á 5. de Junio de 1604. por el Lie. Murcia de la Llana. Con el mismo quaderno recibí el li- bro intitiílado : Ramillete de nuestra Señora de Codes , es- crito por D. Juan de Amiax, é impreso en Pamplona por Carlos de Labayen^año de 1608. y en él hallé mencio- nada la Obra del P.. Marieta, que yo buscaba. Porque en ]a breve memoria que Amiax hace de Formerio en el Jardín odavo, pag. 83. di- ce : El P, Fr, Juan de Ma- rieta ha escrito la Vida de este Santo , que anda impre- sa-, y se convence que ha- bla del qiíadernillo referido^, por las noticias que sacó de él , las quales no se leen en el Flos Sandlorum , sino solo en la Vida separada de esta. Obra.

95 Consta , pues, no so- lo que el P. Marieta escri- bió el librito de la Vida de S. Formerio , sino también que éste se imprimió dos ve-

ces , una en Madrid en el.

año de 1604. y otra en Lo- ta , es realmente

el P. Anguiano confundió es^ ta segunda impresión con. la primera.

96 Al fol. 8. del quader- nillo pone el P. Marieta es- tas palabras : To estube ' en esta santa Hermita (de S. Formerio) el dia de la Fiesta del Santo á 25. de Septiem- bre del año de 1589. donde vi el Oficio proprio que sei rezaba antiguimente , de. nueve Lecciones , con Anti- fonas , Hymnos , y Respon- sorios proprios de la Historia del Santo, con punto de Can- to llano antiguo de prima Regla. Y de ésta noticia se colige primeramente , que Marieta escribió su Flos" San&orum , ó á lo menos la primera parte de esta Obra, en que trató de S. Formerio antes del dicho año de 1589.: en que estubo en su Hermi- ta , y reconoció el Oficio del Santo. Coligese también, que aunque los Continuadores de Bolando , no procedieron^ con temeridad , sino antes con discreción en el juicio que hicieron de las Adas, publicadas por Tamayo, mo- vidos de lo que leyeron era la Obra principal de Marie-

falsa su cen-

342 'España Sagrada. Trat.6g. Cap. 19.

censura , por constar ya con evidencia , que las mismas Adas no se inventaron en tiempo de Tamayo , sino que son mucho mas antiguas. Por lo qual no podemos des- echar este documento , fun- dados solo en la razón de estos Eruditos , la que sin duda sería muy urgente en mi concepto , si yo no hu- biese llegado á saber lo que dejo referido del quiiderno de Marieta. Este Escritor fue, como dice Echard en la Bli- blioth. de los Autores de su Orden , infatigable en el re- Conocimiento y averiguación de las cosas tocantes á la Historia Eclesiástica de Es- paña ; y sobre todo , fue tan amante de la virtud , que mu- rió con opinión de Santidad. Estas excelentes prendas le hacen digno de toda , en lo que testifica del Oficio an- tiguo de S. Formerio. En cu- yo supuesto , no bastando ya ]a razón que alegaron los Continuadores de Bolando, és necesario entrar en el exa- men crítico de las Adas , re- conociendo su autoridad , y antigüedad. Y por quanto el breve quaderno de Marieta dice literalmente todo lo que traen las Lecciones , y los

egem piares de esta Obrita se han hecho muy raros, co- piaré aq.ii la vida, y mirty- rio de San Formerio confor- me á la tradaccion que el ci- tado Autor hizo de las Ac- tas del Santo.

DEL NACIMIENTO,

y santas costu-nbres del

glorioso S. Fo'-tmrio

Martyr,

97 ,, Estando la Santa Reyna Ester en una grande aflicción y trabajo de espi- ritu , y que el remedio de su aflicción solamente ha- bia de venir de lo alto, asi postrada por tierra su- plicó á Dios mirase por su pueblo, y lo librase de las manos de sus enemi- gos , que querían destru- irlo , quitándoles á todos la vida en un dia , y hora. Oyó Dios las oraciones de la Santa Re/na , y convir- tió el luto y llanto en ale- gria y regocijo dándole la viétoria del pueblo contra- rio. A la mesma traza de esta muger flaca (aunque fuerte ) se mostró este ní- ño de catorce años For- merio , resistiendo á Aure- liano tirano , y quiso mas

/

, Santos det Obispado padecer muerte por Jesu Christo , que obedecer á sus preceptos perversos. Nació en la Ciudad de Ca- padocia , que es en !a Pro- „. vincia de Cesárea en la ^V Asia , año del Señor de ^, trescientos y quarenta y, V, ocho, de padres Christia- ^, nos , y Nobles ; y lo mos- traron muy bien en la crianza de su hijo. Llamó- ,^ se en el Baptismo Siervo de Dios ; aunque después ^5 los vecinos de Capadocia, Viendo la firmeza del San- ívta mancebo en sus virtudes^ ^>^ Fé, le llamaron Firmerio» que quiere. decir ,, estaré ,j fuerte. B:en conforme fue ^,' por cierto esta nueva im- posición, pues tan confort me fue con la fortaleza que tubo en la , que .ha- bia recibido en: el Santo Baptismo. Ahora corrom- ^, piendo algo el nombre de ,, Fiímerio, los Españoles lo llam.an y nombran Forme? „rio. Guardó siempre el Santo mozo los documen- tos santos , que sus padres ^, le hablan enseñado ; y por „esto , como tan bien por su ^, mucho recogimiento , ho- nestidad , y virtudes , era „muy querido y amado de

de Calahorra, 343 todos los vecinos de. su Ciu-i 4, dad de, Capadocia. Siendo de edad de catorce años, se levantó la persecucioa de Aureliano contra .lo^ Cbristianos : y amigos ,clje ^', Dios, proveyendo y despa? chando sus provisiones y, edidos á todos los Magis-j ^, trados de su Im.perio , pa^ ^, ra que por ellos compe-r ;, liesen á losi Cbristianos ^ ,-^, que los Ídolos :, figuras del ,, demonio , fuesen adorados, ;, y sus templos freqiienta-, dos ^castigando cruelmen- te á ' los que lo contraria hiciesen no obejdecientío á :sus mandatos. Teiüia bueii entendimiento , el Santo ,, mancebo Formerio , y con-. ,^ sideraba lo que en la Ciu- dad pasaba , que era obe-. ^, decer a los malos precep-, ^,:tos del Emperador Aure- y^ liano , y que conforme i ^, ellos sacrificaban á los Ido- los y falsos dioses en sus ,, templos. Dolíase mucho de ^, que por medio de los tor- mentos negasen al verdade- roDios,y adorasen a los der nionios ; y tanto mayor era í, su pena , quanto vía que no podia poner rem.edio a tantos males como quisie-; ra. El mejor.mediQ que.ha^ lió

344 España Sagrada, Trat,6^, Cap. ig,

,, lió para , fue desampa- forma : Advierte Formerio

rar á su tierra , y todo quanto en ella tenia (co- mo oíro S. Pablo primer ^Hermitaíl)) de los bienes »^ y posesiones que heredó de sus pidres. Asi menos- preciándolo todo se fue á ser pastor de ganados, don- de vivia con tanta tem- planza,que no comía sino ía leche que buenamente ^, ordeñaba ; de donde le vi- no el nombre , que des- pues tubo de guardador de la castidad, y manse- ,^ dumbre. No se vía en él sino un espejo limpisimo de toia inocencia. Como- pasaba en estos , y otroí santos egercicios su vida el santo mozo Formerio; un dia oyó una voz que le dijo de esta manera: For- merio , baja á lo llano de aquel campo. Hizolo asi, y bajando halló en él una vara fijaia en tierra , y estaba puesto en. ella el Santo Evangelio ; y leído con mucha atención y de- „vocion, dijo al Señor que entendía se lo enviaba : Se- ñor, ¿y á quién me man- dais que declare este santo Evangelio"? Respondióle la voz segunda vez en esta

lo que te digo: EJiñca una casa en este monte, y alli te diré y declararé á quié- nes has de declarar el Evangelio. Luego sin dila-^ cion alguna subiendo S. Formerio al monte , puso por obra lo que el Señor le mandaba , y comenzó á ,, cortar, y buscar los demás materiales, y con la ma- yor brevedad que pudo, hizo una casita , y orato- ,, rio , adonde asentado de rodillas leía el Evangelio, que por orden del Señor se le había enviado er> aquel campo.

DE LA OCA SION

por qué le mandó prender el Tirano^ y las pláticas que tubo con los que le ve- nían á buscar»

98 Ocupado , pues , el Santo mancebo FormerÍ3 en la lección del Santo Evangelio , a deshora vi- nieron , por orden de Dios, muchos anímales silvestres de todas especies. Estos animales , puestas sus ro- dillas en el suelo , como si fueran hombres , daban la obediencia al Santo , mi- ,* ran-

Santos del Obispado de Calahorra, 3 45 ratido atentamente al cíe- ,, entre todos aquellos nece-

sitados lo que solamente se le mandó, y viesen esto los de la Ciudad , no faltó quien de todo lo que pa- saba diese aviso á Alejan- dro , que era Presidente en la Ciudad por el Empera- dor Aureliano. Hicieronle falsa relación, de que For- merio era mago , y sup^rs- ,, ticioso, y que todo lo que hacía era por virtud ex- traorJinaria, y que encan- ,, taba á todos los animales del campo , y con sus en- cantamentos los hacía ve- nir, y estar delante déi do- mesticos. Entendido esto el Juez Alejandro , envió dos de sus caballeros al monte donde estaba Formerio en su oratorio. S. Formerio les salió al encuentro , y viéndolo los caballeros le preguntaron diciendo: De- „c¡dnos, hermano, qué parte del monte vive un mancebo de poca edad,qu.e se llama Formerio? ¿Adón- de está , si sabéis por vea- tura , la muchedumbre de ganado que tiene ? Res.- pondióles el glorioso Saa,- ,^ to : Por cierto que yo no , ni conozco á hombre alguno de ese nombre, Xx ni

lo, y á su tiempo salían todos los machos , y se quedaban solas las hem- bras de todas las diferen- cias de los animales que se habían juntado , y todas con mucha abundancia de leche. El glorioso S. For- merio entendió luego co- mo era orden y voluntad de Dios que las ordeña':e. Asi lo hizo el Santo , y las unas y las otras estaban tan domesticas como si él las hubiera criado. Viendo esto S. Formerio , dio or- den de hacer quesos: y co- mo vía que se le iba au- mentando cada vez mas, se puso en oración á Dios, y le dixo : Señor , ¿qué haré de esta tan grande abundancia que me dais de queso , y de todo lo demás que tan largamente de vu- estra mano me viene? A esto le fue respondido y dicho de parte de Dios: Baja á las puertas de la Ciudad de Cesárea , á don- de hallarás infinitos po- bres, muchas viudas, gran- de número de huérfanos, distribuyeles de eso á cada uno según, su necesidad. Como el Santo distribuyó Tom. XXXllU

•^4^ J^spaña Sagrada ni tampoco podría deciros á dónde está , ni por qué orden , ni guarda repas- ta su ganado. Volvióles ., el Santo á decir : Decid, Señores , |qué necesidad -, os mueve á saber dónde está ese mancebo? Sabed que yo soy. Dijeronle ellos : Sabed , hermano, que han denunciado ante nuestro Presidente de vos, quejándose que con encan- lamentos , y hechizos de- tenéis á los animales sil- vestres del campo , y para se informar de esto el Juez nos envia á buscaros. En- tonces el bienaventurado S. Formerio , lleno del Es- piritu del Señor, les dijo: Venid , hermanos mios , y recibid de los bienes que nuestro Señor nos envia, y yéndose con el San- to varón á su oratorio , les hizo que reposasen un po- co , y asentados á la me^- sa Ws s'acó de! queso que -„ tenia. Estando comiendo de este regalo , á desho- ra se juntaron como solian aquella muchedumbre de >, animales^ y asentándose el Santo mancebo 'Forme- ^„ rio, les leía el Santo Evan- „gelio,como teriia de cos-

Tr^f. 69. Cap. 19. „tumbre. Oyendo, y vien- do aquellos caballeros lo que pasaba, se fueron para el santo varón con grande temor de lo que aquella vista les habia causado. S. Formerio los esforzó , y dijo con grande animo: No temáis , porque os hago saber , que yo soy Forme- rio á quien vosotros bus- cais , y aunque hasta aho- ra os lo he andado encu- briendo , ahora me mani- fiesto y declaro ser yo; y ,. aunque me llaman Forme- rio , mi proprio nombre es Siervo de Dios. Con estas y otras palabras amorosas los esforzaba y animaba del temor grande que les ha- bia causado lo que habían visto. Dijeronle entonces los caballeros : Si queréis venir con nosotros de vu- estra voluntad , vedlo vos; y si no queréis venir, noso- tros nos volveremos. Res- pendióles á esto S. Forme- „rio: Vosotros os podéis ir, que yo os seguiré acom- panado del Espíritu del Señor. Partiéronse los ca- .^, balleros de la presencia del :„ Santo , y al tiempo que se ;, despidieron de él , oyeron una voz del Espíritu San- ío,

Santón del Obispado de Calahorra to , que le dijo : Forme- ,, rio , llama á un León pa- ,, ra que coma á los niños, ,, y hijos de los Paganos, ,, que burlan de tí. A esto ,, respondió S. Formerio :Se- ,, ñor mió y Dios mío , Pa-

347

DE COMO SE PRE-

sentó ante el Juez Alejan^

dro S. Formerio , y las

razones que tubo

con éL

,, dre de toda consolación , y ,, misericordia , que sois Se- ,, ñor universal de todos , mi- ,, rad con ojos de misericor- ,, dia á este vuestro Siervo Formerio-, y no me des- .j, amparéis, que por machas penas y torm^iüos , que ,, por Vos y vuestro amor ,, me den , todas las tengo ,, de padecer con mucha pa- ,, ciencia y sufrimiento. Es- ,, tando S. Formerio ocupa- ,, do en esta santa oración, ,, á deshora salió de lo es- ,, peso del monte un feroci- simo León dando grandes bramidos. Viendo esto el Santo, se volvió para él , y ,, le habló de esta manera: Animal feroz , en virtud ,, del Señor en cuyo nombre ,, ando , te mando que te va- yas á tu habitación por 5, ahora , y quando sepas que me llevan delante el Juez, saliendo entonces de tu morada irás contra los que me persiguen.

99 Pasadas estas cosas que se han dicho , S. For- merio volvió la cabeza , y miró á la Ciudad de Cesá- rea de Capadocia , á don- de le estaban aguardando aquellos caballeros , que había enviado el Juez ti^ rano en busca suya ; y viéndole ellos se fueron á postrar á sus pies , y le hablaron de esta manera: Seáis bien venido , Siervo de Dios Formerio; y luego en levantándose , se fue- ron para el Juez Alejan- dro , y le hablaron de esta manera : Señor , este hom- :„ bre no es hechizero , ni encantador , ni tampoco engañador , ni jamás hizo cosas de esas de que ha sido acusado , sino que an- tes conocemos que es fi- delisimo siervo de Dios, y os hacemos saber como está sin culpa. Respondió- \qs á esto el Juez tirano con mucho enojo , y dijo- „les : Vosotros habéis sido

XX 2 CO-

3 4 ^ E^p a ña Sagra da .

cohechados con dineros de su parte , pues de esa ma- nera habláis en su favor. A e«;to respondieron los caballeros : Nosotros no hemos recibido cosa algu- na del , ni de su parte , ni jamás del oímos otra cosa mas de que sus peticio- nes y plegarias son llamar el nombre de Jesu Chris- to , y á su voz luego acu- dian á él muchedumbre de bestias fieras de todas es- pecies , y todas estaban mansas , y domesticas en su cumpañia , y en ora- C!on. Esto hemos visto ; y siendo asi , ¿cómo puede ser encantador y maléfi- co? Si no eréis , Señor , lo que os decimos , aqui es- él aparejado á vuestro mandado. Mandadle , Se- ñor, venir ante vos, y pre- guntadle en todo lo que quisieredes del saber. És- tando en esto con algunos de los Christianos que se iiallaron presentes , oyen- do estas cosas de aquellos .„ dos caballeros que habia enviado el Juez , corrieron luego á S. Formerio con deseo de hablar con él. Llegado , pues , S. Forme- rio delante del Juez Ale-

Trat, 69. Cap, 1 9.

jandro , le dijo de esta ma- „nera.: ¿Sois vos á quien llaman Formerio? Respon- „dió el Santo: Yo soy el sier- vo del Señor. Dijole el Pre- sidente : Decid , ¿ cómo ha- ceis estas encantaciones á los animales silvestres en „el monte? Respondió S, Formerio : Yo soy siervo de Dios Crucificado , que reyna en el cíelo , y en la tierra , y no entiendo de las cosas que me pregun- tais. rDijole otra vez el Juez '.Decidme , amigo, ¿qué orden tenéis en jun- tar tantos animales silves- „trcs? ¿Con qué encanta- 5, ciones hacéis esto ? Res- pondedme a esto , porque si no lo decis de voluntad, haré que io digáis con tor- mentos antes que de aqui os apartéis. A esto res- pondiá S. Formerio : Yo, señor , llamo é invoco el dulcisim.o nombre de mi Señor Jesu Christo. La ar- te mágica , y de encan- tamentos jamás la enseñé;^ ni de ella jamás traté, ni qué cosa es. Yo , señor, os entrego este mi cuer- po , para que lo pongáis en los tormentos que qui- sieredes, porque tengo con-

Santos del Obispado de Calahorra, 349 fianza en mi Señor Jesu ,, adorásemos, A esto le dijo

el Juez : No andes conmi- go con diversas artes, sino con la verdad posible :con- fiesa todo lo que en el ,, monte has hecho. S. For- ., merlo respondió : ¿Qué quieres que te confiese? Dixole Alejandro ; Haz ju- ramento por la fortuna de Cesar , si es verdad que sabes estos encantamen- tos , porque confesando- melos , yo te daré liber- tad para que te vayas en „paz. Respondió S.Formerio: No juro yo sino por Dios todo poderoso , y por su Unigento Hijo ; mas por el nacimiento de los hom- bres , y de los demonios, te hago saber que no pue- do jurar. A esto le dijo Alejandro : ¿Niega á ese tu Señor , y sacrifica á los diosas como lo manda Au- gusto Cesar Aureliano. Respondió Formerio : Des- de mi tierna edad fui en- señado á sacrificar á solo Dios , todo poderoso, y no á ios demonios. Dijole Ale- jandro : Por cierto ,man- cebo, que tengo pena de tu edad tan tierna, de tu her- mosura , de tan aventaja- do rostro con que estás -, ador-

Christo , que no podréis atormentar mi alma , por- que no la tendréis en vu- estro poder. Muy cierto estoy de esto , porque es palabra de su santo Evan- gelio , y no es posible fal- , tar. Ofrecida la tengo á mi Señor Jesu Christo, que la crió de nada , y hi^o los cielos , la tierra , el mar, y todo lo que en ellos hay. Alejandro le dijo: Ten quanta confianza quisieres en las artes má- gicas , que por mucho que menospreciéis á mí, y á mis mandamientos , te digo que á no me po- drás encantar. S. Forme- rio le respondió : Todo gé- nero de encantamientos aborrece Dios , porque se hace por invocaciones del demonio ; y asi, ¿cón-.o puedo ser yo encantador, , que temo á Dios , y deseo servirle , aborrecer á sa- tanás , y á sus cosas? Óye- me Juez , lo que te digo: Ni temo tus amenazas , ni tormentos , porque tengo al Señor de mi parte , que , está en los cielos , y en la tierra , y nos mandó, que á él solo sirviésemos , y

3 50 España Sagrada, adornado. Dcsto te hago saber tengo pena , y esto es lo que siento. Acaba ya, haz lo que digo ; niega á ese tu Dios , y Señor, y sa- crifica á los dioses según el mandamiento de nues- tro Emperador Aureliano, y no vendrás á padecer los tormentos que te están apa- rejados. A esto respondió S. Formerio : puedes llorar de veras , y llora tu triste estado , y entriscez- cate eso mas de veras : Uo- ra , y gime tu edad , que por no tienes que en- tristecerte. Fio en el Se- ñor , en quien creo , que él saldrá por en su nombre vencedor. El Pre- sidente Alejandro le dijo: Déjate de esas razones, niega á ese tu Dios , y sa- ^, crifica á nuestros dioses, como lo manda el Empe- rador , que esto es lo que importa. A esto volvió á responder San Formerio: A mi Dios solo sacrifico, que hizo el cielo , y la ti- „erra. Supuesto esto , haz lo que quisieres de mí, porque de este proposito no me podrás apartar por ninguna via , ni tormen- tos que en egecutes por

Trat.6^. Cap. 19.

grandes que sean.

D EL MAR TTR ÍO

del glorioso S, Formerh,

100 Mucho se enojó , Alejandro de estas cosas, que S. Formerio decia ; y asi mandó, que lo pusie- sen en tormentos , y des- pués lo mandó llevará la cárcel , á donde halló qua- rerita hombres religiosos, que estaban presos por la Confesión del nombre de Jesu Christo. Entrando ea la cárcel S. Formerio , hin- có sus rodillas en tierra, y se puso en oración , di- ciendo: Señor mió, y Padre de todas las misericordias, mirad con ojos de miseri- cordia á este pecador de vuestro siervo Formerio, y no me desamparéis en esta tribulación. Diciendo esto quedaron con grande espanto los caballeros , y gente que habian sido en- viados con el Santo á la cárcel , y postrados á sus pies les dijo: ¿Qué que- réis amigos? Ellos le res- pondieron : Señor , mori- mos de hambre ; quería- mos comer algo , si hubie- se. Diciendo estas cosas

oye-

Santos del Obispado de Calahorra.

oyeron un estruendo , y entró por las ventanas una paloma cargada de leche, y miel , y dijo en voz alta; Siervo de Dios Formerio, toma este presente que te envia tu Señor Jesu Chris- to. Tomándolo el Santo, comió de ello , y dio tam- bién á los demás sus com- pañeros ,que estaban pre- sos por Jesu Christo , y comieron todo lo que qui- sieron. A la media noche , se abrió la cárcel , y to- , das sus puertas , y salie- , ron todos , quedando solo S. Formerio. A la mañana , fueron el Presidente Ale- , jandro , y Socimo, que era el Sacerdote de los ídolos, y dijo : Tomad á Forme- , rio , y llevadlo á la hor- naza de fuego , para que , allí se abrase , se queme, , y se consuma. Tomándolo , los ministros del infierno, , lo llevaron , y metieron en el horno de fuego. Quando Formerio entraba , en el fuego , se comenzó á santiguar , y encomen- , dar á Dios , y al punto se , apagó la llama del fuego. , Vieron esta maravilla tan , grande los que cataban pre- , sentes egecutando el man-

damiento y sentencia dt- 1 Juez , y se lo enviaron á decir. Oyendo estas nue- vas , se espantó , y mas de ,. que un fuego tan grande no empeciese solamente al Santo , mas ni á un pe- lo de ropa. Admirado el Juez Alejandro dijo: Sin duda ninguna , que sus ar- tes mágicas han tornado á vivir , y obrar. Traedlo ante mí. Fueron aquellos sayones , y abriendo el horno de fuego, vieron en medio del grande número ,. de Angeles con grande glo- ria,y tenian en medio de rodeado al santo manee- bo Formerio , que estaba en medio del fuego cantan- do alabanzas á Dios , y á ,, la Santísima Trinidad en compañía de los Angeles, y con esto dio su santa aní- ma , y espíritu á su Cría- dor : ios Santos Angeles se la presentaron al Señor, que la habia criado, y re- .5 dimido con su preciosa sangre, y muerte. Fue su santo martyrio á los veinte y cinco dias del mes de Septiembre , en la Era de ,, Cesar quatrocientos , que ,, viene á ser año del Señor 7, de txescieiiLos y sesenta y dos,

-^ 5 í "España Sagrada dos , en la Ciudad de Ce- sárea de Capadocia. Por- qae después no tomasen el santo cuerpo los minis- tros del Tirano , los Chris- tianos lo hurtaron , y por entonces lo escondieron lo mejor que pudieron.

BE LA TRASLACIÓN

del cuerpo del glorioso S, Formerio d España.

lor »» Quando , de qué »í manera , y en qué tiem- ?> po fue traído su santo ft cuerpo á este Obispado de M Calahorra en España , no »» se sabe ; porque de tiem- j> po inmemorable lo cono- »» cen los vecinos de la tier- »» ra , y por tradición de »? unos en otros , conservada ty de muchos años cuentan, ?> que vino encima de una » yegua , y que viniendo , y subiendo á una punta de M sierra , que está encima de »j un pueblo , que se llama »> Pangua , una legua de la M Villa de la Puebla de Ar- »> ganzón , hacía grande ca- » íor , y con el peso del cuerpo santo iba cansada »» y fatigada , y dando una » patada en una peña viva, i> salió UHa fuente de agua

. Trat, 69. Cap. 1 9. »> donde bebió y se refres- " , con que acabó de su- »> bir la sierra. Esta fuente fy permanece hasta hoy dia » en testimonio del milagro. yy Está su santo cuerpo en » una Ermita en la sierra »> alta , que se ha dicho en- » tre la Villa de Miranda de M Ebro y Treviño , jurisdic- » cion del Condado , donde yy es venerado y tenido por yy Patrón de toda aquella » tierra. Está i un lado del »> cuerpo de la Iglesia en un »> sepulcro de piedra muy » bien labrado , y metido eti V un cofre grande de made- « ra aferrado con barras de »> hierro por defuera , y sie- yy te candados , cuyas llaves »? guardan los siete pueblos »> mas vecinos para mayor » guarda del santo tesoro. »> Yo estube en esta santa » Ermita el dia de la fiesta »> del Santo á 25. de Sep- » tiembre del año de rail y quinientos y ochenta y » nueve , donde vi el Oficio » proprio,que le rezaban an- »» íiguamente de nueve lec- yy ciones con Antiphonas, »» Hymnos y Responsorios yy proprios de la Historia del yy Santo, con punto de can- y* to llano antiguo de prima » re-

Santos del O bispado de Calahorra, 3^3 todo el Conda- de Boíando , no obstante se descubre por el cotejo del original con la copia impre- sa en el Martyrologio de España , que en esta se aña- dieron algunas clausulas, que no se leen en el oficio del Santo , que se guarda en el Archivo de su Iglesia. En especial es digno de reparo, que en la lección nona se dice , que habiendo llegado milagrosamente el cuerpo del Santo á la cumbre , don- de al presente se venera, los habitantes del Condado de Treviño abrieron el arca, y encontraron en ella las Adas del martyrio escritas en laminas de plomo. Al quaderno de pergamino , en que se contienen las leccio- nes y el rezo en el modo que refiere Maneta, le falta hoy el folio oélavo , adon- de correspondía la dicha lección nona, pero se colige haber sido inventada la noti- cia referida con intento de exagerar la antigüedad de las Aétas , por la traducción que de ellas hizo el citado Marieta , que pasa en silen- cio esta especie tan impor- tante. La misma lección indica , que el oficio se es- cribió muchos siglos des- Yy pues

« do de Treviño se reza de » él en su dia , como fiesta íí solemne con oélava , co- »> mo de Patrón , acudiendo » toda la tierra á visitar »í sus santas Reliquias , y » traerlas en procesión , con » Misa y Sermón , y en el »> Verano acuden también »> en diferentes dias , yendo »> en Letanías á pedir á nues- « tro Señor , por intercesión » de su santo Martyr , les » conserve los frutos de la fi tierra. Esto es lo que se puede saber de esta tras- oí lacion del santo cuerpo de » la Ciudad de Cesárea de »> Capadocia á España , sin iy poder descubrir mas de que nuestro Señor lo quiso dar »> por Patrón y amparo de í> toda esta tierra.

EXAMINANSE LAS Adías de S, Formerio pu- blicadas en lengua latina por Tamayo , y en lengua Castellana por el P, Fr. Juan Marieta,

102 Aunque como probé antes , las Adas de S. For- merio no fueron fingidas en tiempo de Tamayo , como creveron los Continuadores

Tom, XXXlll,

3 54 España Sagrada pues del martyrio del Santo, y su Autor confiesa su igno- rancia aun acerca del modo con que las sagradas Reli- quias fueron traidas á aquel sitio : de donde se infiere, que por mas que algunos pretendan ensalzar la anti- güedad del rezo y del Códi- ce , en que está escrito , de- bemos reputarle por moder- no , y por obra de tiempo muy posterior á los suce- sos que refiere.

103 Debo también ad- vertir , que este oficio se halla aplicado á dos Santos diferentes de un mismo nom- bre , el uno venerado en el Condado de Treviño , de quien trato ahora , y el otro en Vanares de quien trataré inmediatamente. De este segundo escribió en lengua latina el Licenciado D. Luis Rodriguez de For- res, cuya historia publicó traducida al romance el P. Anguiano en la pag. 189. de su Historia de la Rioja, y es enteramente conforme á las Adas impresas por Tamayo. El Autor de esta relación quiso autorizar los sucesos , que en ella se con- tienen , poniendo por rema- te estas palabras ; Hcec om-

. Trat, 69. Cap, 1 9. nía ego ipse eóc diversis Co^ dicibus jam veíustate diru-^ tis in unum collegi. Lo que también confirma el P. An- guiano con esta nota , que puso á la margen: He visto los quadernos antiguos del rezo de este Santo en el Ar- chivo de la Iglesia de Imana- res donde está su Santo cuer- po. Ninguno de estos Co^ dices existe hoy en este pue- blo , pero , como he dicho, la Historia escrita por For- res es la misma que la del oficio de Treviño, excepto lo tocante á sepultura y traslación del Santo en que están muy discordes. Y esta discordia con tan gran con? formidad en todo lo pre- cedente es buen argumento de que algún impostor dis- puso el rezo , de modo que una misma Historia se apli- case" á dos Santos diferen- tes ; pero con tan poca cautela que lo único , en que los distinguió,son las circuns- tancias que se refieren en la conclusión de las Adas. 104 Viniendo ahora al examen particular de las noticias , que nos comunican las lecciones , es constante que muchas cosas se pue- den refutar fácilmente, como ya

Santos del O btspado de Calahorra, ^55 ya. notaron , aunque solo en encendido , y se apagan mi-

general , los Continuadores de Rolando. Tal es la época que se señala al martyrio de S. Formerio diciendo, que padeció en tiempo de Aureliano en la Era 400. año de Christo 362. lo que es evidentemente falso, pues murió este Emperador con muerte violenta en su quarto Consulado año de 275. á 29. de Enero. Refiérese tam- bién , que el Santo mandó á un León , que se retirase á los montes , y que quando le tragesen al Anfiteatro, acometiese á los Infieles que le habian de perseguir; pero la Historia se tege de ma- nera que no vuelve á ha- cerse memoria , ni del León ni del Anfiteatro. Si se cote- jan las lecciones con lo res- tante del oficio , se leen especies que no pueden jus- tificarse de algún modo. Porque ya se representa el Santo como gloria de Mon- ges, é instruido en las reglas de su Orden ; ya como mu- chacho , que padeció mar- tyrio en la edad de catorce años , en que se egercitaba en el oficio de pastor de su proprio rebano. Echan al Santo en un horno de fuego

lagrosamente sus: llamas, y no recibiendo lesión algu- na , da su espíritu al Cria- dor según las lecciones: y en el oficio de la Misa se dice , que irritado el Juez con aquel prodigio , mandó le sacasen del horno , y le volviesen á la cárcel : mu- riendo después degollado según las pinturas de su retablo antiguo. Esta con- trariedad de noticias es noto- ria á los hombres discretos del Condado de Treviño, y es indicio manifiesto da que las cosas de S. Forme- rio se han escrito sin la luz de memorias antiguas, y por algún ignorante que ni aun supo fingir con el artificio necesario , para que las noticias pareciesen veri- símiles. Por tanto no siendo ya dificil entender , que las Adas han sido supuestas , y no constando por otra parte, que el cuerpo del Santo ha venido desde una Ciudad tan remota , como es la de Cesárea de Capadocia , ten- go por mas creíble , que este es uno de los martyres de España , cuyo martyrio se sabe solo por una tradi- ción continuada y conser- Yy 2 va-

3 5 <? España Sagrada. Trat. 69. Cap, 1 9. vada en el Obispado de tyr. Habiéndose pues equi- Calahorra,

S, FORME RIO, CUTAS

Reliquias se veneran en el lugar de Va- riar es,

105 Entendiendo algu- nos Autores de la Nación, que solo se tenia en Espa- ña el cuerpo de un Santo llamado Formerio, y tenien- do por otra parte noticia de que este se veneraba en Tre- viño y en Vanares , erraron en la situación de este se- gundo pueblo de manera, que le pusieron entre los Jugares , que pertenecen al titulo de Condado que se toma de Treviño , y muy cerca de esta Villa. Tama- yo Salazar en su Marty- Tolog. dice:0(;W(Formerii) sacra pignora á multis retro s ce culis in E cele si a Van- f.arensi comitatus Trevin- niensis in Cantabria custo- diuntur , S venerantur, Gil González Davila en el Teatro Eclesiast. de España tom. 2. pag. 338. En la Villa de Vanares , dice , á media legua de Santo Do- fningo de Treviño se venera el cuerpo de S.Formerio Mar-

vocado de este modo los Escritores naturales de Es- paña , que pudieron infor- marse con gran facilidad sobre este punto , no es de estrañar , que los Continua- dores de Bolando escribie- sen , como dige antes , ha- ciendo memoria de S. For- merio en el dia primero de Odubre , que sus Reliquias se veneraban desde muchos siglos en el lugar de Va^ nares pueblo de Alaba , pro- vincia de España ; ni tam- poco , que no conociesen sino un S. Formerio , que sospecharon ser el mismo que S. Fermerio de Fran- cia.

106 Además pues del Santo , de quien he tratado hasta aqui , cuyo cuerpo tsiá. depositado en el Con- dado de Treviño , y en el territorio de Pangua , se celebra otro del mismo nom- bre en Vanares pueblo de la Rioja, y distante como seis leguas de la sierra en que están las Reliquias del primero. Su culto viene tam- bién desde tiempo inme- morial , y es muy antigua la institución de una Cofra- día, que está dedicada á su ve-

Santos del Obispado de Calahorra, 357

veneración. Yo he tenido en mis manos la Bula ori- ginal , que se guarda en el Archivo , por la qual dife- rentes Cardenales de las tres ordenes de Obispos, Presbyteros y Diáconos con- cedieron á esta Cofradía al- gunas Indulgencias en el Pontificado de Inocencio Oc- tavo á 29. de Mayo del año de 1487. y porque sirve para confirmación del culto, que el Santo tenia en este tiempo , pondré aqui su tex- to , á excepción de algunas palabras , que no pude en- tender con claridad , por e«tar ya casi enteramente gastadas. Dice asi después de haber expresado los nom- bres , y títulos de los Car- denales.

107 Universís^& singu- Jis Christifidelibusprcesen- tes Utteras inspedturis salit- tem in Domino sempiter- nam, Cum indita gesta glo- riosorum Martjyrum pro Christi fide constanter wa- Tjutenenda variis suppliciis occisorum devote considera- t?ws ^ dignum , quinimo debi- tum reputamus , quod Eccle- si¿e , ac sacra in ciijuslibet ipsorum honorem dedicata loca congrua debeant devo-

tíone veneran , ac repara- ri, Cupientes igitur , ut Ec- clesia San&i Formerii Mar- tyris oppidí de ¡^añares Ca- lagurritan¿e Dicecesis in qua , ut accepimus , prcetio- sun Corpus diSii Martyris requiescit , in qua similiter^ ut accepimus , quísdam nota- bilis ^ & devota confrater- iiitas in honorem^ S sub va- ca bulo prafati Sandii Mar- tyris devote est instituía^ ad quam venerabilis vir Michael Pérez in decretis baccalarius , ac Parochia^ lis Ecdesice Santce crucis didiioppidi de Imanares Be^ neficiatus ^ nec non confrater diSíce confraternitatis singw Jarem gerit devotionis affec- tum , congruis frequentetur honor ibus , S á Christi fide- libus jugiter veneretur, ac in suis struciuris S ¿edificiis debite reparetur^conservetur,

5 manuteneatur ^ necnon lu^ minar ibus, libris , calicibus^

6 aliis Ecclesiasticis or- namentis divino cultui neces- sariis decoretur , & decen^ ter muniatur, in ea quoque cultus augmentetur divinus, utque Christi fideles ipsi eo Hbentius devotionis causa confluant ad eamdem , quo ex hoc ibidem dono cheles-,

iis

3 5 B España Sagrada

tis gratice uberius conspe- xerint , se refinos ; de om- nipotentis Dei misericordia^ ac beatorum Petri & Pau- li Apostolorum ejus auSio- ritate confisi , ómnibus , & singulis utriusque sexus Christi fidelibus veré poeni- tentibus S confessis , qui didiam Ecclesiam SantJi Formerii in singulis vide- licet ejusdem San&i Forme- rii Martyris , G Dominicte inmediate sequentis , ac f erice secundce , & terti¿e Pente- costés.., ipsiüsque... Eccle- sice dedicationis..,festivita- tibus , & diebus.., á primis vesperis,,. usque ad secun- das vesperas inclusive de^ vote visitaverint annuatim, ac ad reparationem , conser- vationsm , munitionem , aug- mentationem , í?... alia ope- ra.., manus porrexerint ad-- jutrices : Nos Cardinales prcefati , videlicet quilibet nostrum per se pro singulis festivitatibus , S diebus pro'fatis , quibus id fece- rint,., centum dies.,, de in- jundiis eis pcenitentiis mi- sericorditer in Domino rela- xamus , pr^sentibus perpe* tuis futuris temporibus du- raturis, In quorum fidem presentes nostras litteras,*.

. Trat,6c}, Cap. 19.

fieri nostroruwqne,., sigillO" rum jussimus appensione communiri, Dat. Romee in domibus nostris sub anno d Nativitate Domini millessi^ mo quadringentessimo odiua^ ge s simo séptimo , die vero vicésima nona mensis Maii^ Pontificatus Sandiissimi in Christo Patris & Domini Jiostri , Domini Innocentii divina Providentia PP, o6iavi anno tertio.

108 Las Reliquias que existen en la Iglesia de San- ta Cruz de Vanares ponen fuera de duda la distinción entre este S. Formerio y el de Treviño , y para noticia individual de ellas pongo el siguiente testimonio dado en el año de 1612.

109 En la Villa de Va- nares , dentro de la Iglesia Parroquial de Santa Cruz de la dicha Villa, dia del glo- rioso MartyrS. Formerio Pa- trón de esta Villa , cuyas san- tas Reliquias están dentro de la dicha Iglesia , á veinte y cinco de Septiembre de mil seiscientos y doce , después de haber dicho la Misa ma- yor y Conventual , y estan- do presentes Sebastian Bollo, Sebastian de Gomara , Láza- ro Marín de Marrón , y el

Li-

Santos del Obispado de Calahorra. 359 Licenciado Antonio Hernán- y que está sembrada de fí-

dez , Beneficiados enteros de dicha Iglesia , Luis Rodri- guez de Forres , Hernando de Palacios y Sebastian Díaz de Comarcana, medios Be- neficiados en ella , y Diego Arista y Zuíiiga , Alcalde en la fortaleza de esta Vi- lla, y Pedro de Momediano, y Andrés de Trepeana , Al- caides Ordinarios en la di- cha Villa , y su jurisdicción, Alonso de Olarte el Mozo, Juan de Medina , Mateo Ra- mírez y Juan del Campo, Regidores , Diego de Villa- verde, Procurador general, y la mayor parte de los ve- cinos de la dicha Villa , y muy grande multitud de gen- te forastera , que á esta Vi- lla habian acudido á dicha fiesta por ante Martin de Zamora , Escribano del Rey nuestro Señor, y del Núme- ro , y Ayuntamiento de di- cha Villa , se mostraron las Reliquias óq\ glorioso San Formerio Martyr, en virtud de licencia , que para ello hay de los Señores Proviso- res de este Obispado por las Madres Iglesias en Sedeva- cante. Y asi para las mos- trar , se abrió una arca cu- bierta de chapas de metal,

guras y armas , y esmalta- da con esmaltes , que está dentro de la Capilla del di- cho glorioso Santo , y abier- ta , se hallaron en ella los huesos y reliquias siguien- tes : En un paño de lienzo blanco labrado de negro es- tá una cabeza, con una mue- la y una quijada apartada, la qual tiene seis muelas. Y dentro de la dicha cabeza están cantidad de huesos, y otros pedacitos : ítem una toca larga de hasta cinco varas de largor con unas manchas á manera de san- gre , y apolilladas en algu- nas partes : ítem una cagi- ta pequeña pintada con tres papelejos doblados , y en el uno un Agnus de cera , y en otro un pedacito de pa- ño pardo , que dicen es del habito del Señor S. Francis- co : Ítem en un paño grande están seis cañas grandes , y seis pequeñas , y las espal- das , y dos caderas , y diez y nueve huesos del espina- zo , y veinte y tres costi- llas , y están algunas que- bradas : treinta y tres pe- dacitos de huesos pequeños, y otro pequen. to: todos los quales están en unos man- te-

360 España Sagrada, Trat,6g. Cap, 19. teles alemaniscos , y en una D. Andrés de Porras , Obís-

sabana grande. Y hay un pañito de olanda pequeño, y un Inventario de las di- chas reliquias , y un Sudario viejo : y asi está todo en- vuelto en los dichos man- teles , y atado con una cin- ta azul. Todo lo qual se mostró por dicho Sebastian Bollo Cura : lo qual todo se tornó á meter en la dicha arca luego incontinenti : y fueron testigos , y se halla- ron presentes á todo lo su- sodicho Bartolomé Rodri- guez Bergara , y Pedro de Baradán , y Juan Martínez, y otros muchos vecinos de la dicha Villa. Y asi se tor- nó á cerrar la dicha arca, y lo firmó el dicho Cura, y el dicho Andrés de Tre- peana , Alcalde , por , e por los demás.i= Sebastian Bollo.ir Andrés de Trepea- na .= Ante , Martin de Zamora.

1 10 Don Pedro Guarda- mino , Beneficiado de la mis- ma Villa de Vanares , me ha comunicado la siguiente no- ticia, que comprueba la per- manencia de las mismas Re- liquias en nuestros tiempos.

111 En 4. de Septiem- bre de 1759. el Ilustrisimo

po de Calahorra , con su Se- cretario de Cámara D. Ma- nuel Abecia , mandó abrir la arca ó urna, en que esta- ban las Reliquias de S. For- merio , citadas en el testimo- nio , que dio de ellas el Es- cribano Zamora , y por fal- tar una de las dos llaves que tiene , determinó que un Ar- quitedo la descerrajase ; y habiéndolo egecutado , se descubrieron las dichas Re- liquias, que están divididas en dos paños blancos atados con sus cintas , según refe- ria el testimonio del mencio- nado Zamora : y habiéndolas puesto el Secretario de Cá- mara encima del Altar , las desató , y se vio en los di* chos paños , haber muchos huesos grandes y pequeños, como cañas de piernas y brazos , y con especialidad é individuación , yo D. Pe- dro Guardamino vi , con el motivo de estar enfrente de la abertura , y pegante á la reja que mandó cerrar su Ilustrisima, para que no en- trara gente , lo siguiente: La cabeza con una muela , una quijada separada con seis muelas ó dientes , y los de- más huesos que menciona el tes-

Santos del Obispado de Calahorra, 3 d) i

testimonio de Zamora dado año de 161 2. en que se ha- blan reconocido , y que también se vieron los paños blancos , cintas y Agnus que refiere diciio testimonio , pa- ra cuya verdad se podrá re- currir ai Arctiivo de Villa, donde está la copia y Bula antes citada. Prevengo, que en 4. deSeptiembre de 1 759. en que vimos muchos las Re- liquias, no se sacó testimo- nio por el motivo , de que el Ilustrisimo Porras se llevó la llave de la urna , y man- dó que estubiese cerrada la Capilla , hasta que viniese á reconocer despacio todas las Reliquias , y que enton- ces se pondría el testimonio; y como la Villa intentase hacer demonstracion de su júbilo y contento , suplicó á su Ilustrisima lo suspen- diese , hasta hallarse en dis- posición ; mas antes de lle- gar este caso , murió el Ilus- trisimo Porras ; por lo que restituida la llave á instan- cia de la Villa , se quedó la cosa en este estado , hasta que otro Ilustrisimo quiera reconocerlas , para poner con toda individualidad y formalidad la relación de €llas, Tm. XXXllh

112 El Licenciado Don Luis Rodríguez de Porres escribió , como dige antes, en lengua latina la Historia de este Santo Martyr , la qual existia en el Archivo de la Iglesia de Vanares por ios año^ ^7^7» y 17 18. co- mo consta del Inventario de papeles. Me dicen que no parece ya ; mas no debe re- putarse por lamentable su pérdida , porque el P. An- guiano la trae en su Histo- ria de la Rioja , y veo que no tiene otro apoyo , que las Aétas que publicó Tama- yo , de las quales dejo ex- puesto mi juicio. Al fin de dicha Historia pone su Autor el modo con que fue traido á Vanares el santo cuerpo, y dice , alegando Códices casi consumidos por su mu- cha antigüedad , que Santa Columba , viéndole arrojado por los tyranos , lo recogió y envolvió en una sabana, y acompañada de dos sol- dados , que se convirtieron á la , lo trajo hasta la ex- presada Villa. Pero esta es- pecie es tan poco autoriza- da como las demás , que re- fiere la Historia ; y aunque creo que la sabana , y pa- ños , que yo he visto en la Zz Igle-

3^2 "España Sagrada» Iglesia de Vanares , y se ex- ponen á la pública venera- ción , habrán servido algu- na vez para envolver las santas Reliquias , lo que se dice de Santa Columba, ade- más de no comprobarse con testimonio antiguo , carece de toda verisimilitud , como se verá por las noticias , que daré luego de esta Santa Martyr.

I T 3 Por lo que toca pus^s á los hechos del S. Formerio de Vanares , tormentos que padeció , y lugar y tiempo de su pasión , debemos con- fesar lo mismo que dige del de Treviño , esto es , que na- da sabemos , sino lo que en- seña la tradición constante, de que es Martyr, y que co- mo á tal se le ha dado culto desde tiempos muy remotos en el Obispado de Calahor- ra , y podemos congeturar, que padeció martyrio en al- guna de las primeras perse- cuciones , como indica la misma ignorancia de sus particularidades , y la anti- gua posesión de su cuerpo, sin que haya vestigio de ha- ber sido trasladado de otra parte.

Trat. 6p, Cap. 19.

Santa Columba Virgen y Martyr.

114 Tres razones me im- pelen con gran fuerza á dar lugar en este tratado á la insigne Virgen y Martyr Santa Columba , llamada vulgarmente en la Rioja San- ta Coloma. La primera se funda en la excelente glo- ria , con que muchos siglos se dignó la Divina Bon- dad condecorar al Obispado de Calahorra, dándole la po- sesión del sagrado y virginal cuerpo de esta Santa. La segunda estriva en la liber- tad , con que algunos Críti- cos han despreciado las Ac- tas del martyrio , ignorando sin duda la grande autori- dad , que tienen en el Oficio antiquísimo de las Iglesias de España las noticias , que por ellas se nos comunican. La tercera se origina del concepto , que tengo forma- do de que la Santa, que con el nombre de Columba ó Co- loma se venera en la Rioja, anda confundida en nuestros Autores , por no haber es- tos considerado según mi Juicio los motivos poderosos, que hay para la distinción, que

Santos del Obispado de Calahorra. 3 3 que debe establecerse entre viario Gótico en el día 3r,

]as Santas del mismo nom- bre. Podrá ser , que con to- do mi trabajo , y nuevas re- flexiones no llegue á ilustrar este asunto, que á la verdad es de los mas obscuros y remotos de nuestra memo- ria, quanto baste para la sa- tisfacción de los Leélores; pero á lo menos espero dar nuevas luces , que le desem- baracen de algún modo de las tinieblas que le ofuscan.

Culto de la Santa en Es- paña,

1 15 Para conocer la re- ligiosidad y veneración con que la Santa y gloriosa Vir. gen y Martyr Columba ha sido celebrada en las provin- cias de España en todos los siglos , de que tenemos al- gunas noticias , no es nece- saria otra cosa , que hacer presentes los públicos monu- mentos , que han quedado de esta insigne devoción. La piedad y ternura , con que nuestros mayores la festeja- ron bajo el imperio de ios Godos y Árabes , se demues- tra con mucha claridad en el devotísimo Oficio , que leemos en el Misal y Bre-

de Diciembre, dedicado solo á la solemnidad de esta San- ta. Continuaron nuestras Igle- sias este religioso culto des- pués de los Árabes, dando expreso testimonio de su de- voción en los Breviarios, que, como entonces se acostum- braba , se formaron para el uso peculiar de cada una de ellas. Y aunque el dia 31. de Diciembre se consagró en algunas al glorioso Pontífice S. Silvestre , no por eso se omitió del todo la memoria de nuestra Santa , pues en otras se retubo constante- mente su solemnidad ; y las que admitieron otra fiesta, ó trasladaron á otro dia la de Santa Columba , ó hacian en el mismo conmemoración de ella.

ir6 No solo en los Ofi- cios Eclesiásticos se observa la piadosa devoción de nues- tros pasados para con la Santa, sino también en los de- más aétos que suelen decla- rar el amor y reverencia, con que los Christianos obse- quian á los Santos. El afedo á Santa Columba ha movido á los padres de familias á poner este nombre á sus hijas , y es tan antiguo este Zz 2 uso

3^4 España Sagrada. Trat. 69. Cap, 1 9.

uso que leemos en la vida de S. Millán , escrita por S. Braulio , como el Santo sanó milagrosamente en la Rioja á una doncella llamada Co- lumba , hija de un Curial por nombre Máximo. En muchos lugares principales hay Ermitas con la advo- cación de la Santa , adon- de los pueblos vecinos con- curren procesionalmente en diferentes dias , solemnizan- do también el de su Aboga- da con singular devoción y alegría. En Burgos hubo Iglesia erigida con el nom- bre de Santa Columba , la qual se cree haber sido an- terior á la población de la Ciudad. Véase el tom. 27. de la Esp. Sag. pag. 651. y sigg. En Siguenza hay dignidad con el mismo ti- tulo , dice Ambrosio de Mo- rales , y una Capilla tam- bicn con su advocación , ri- quísima en labor , y mas en la renta, y de mucha de- voción en el servicio y oficios que en ella se cele- bran. Las regiones de As- turias , Galicia y Portugal ilenas están , dice el mismo Autor , de la veneración de esta Santa en Iglesias, y en celebrar %^ fiesta , y

en otras solemnidades. Jun- to á Benavente hay un ex- celente Monasterio de Mon- jas dedicado á la memoria de la misma Virgen , y Martyr. Cerca de Barcelo- na hay otro Convento de Religiosos Franciscos con el mismo titulo. Finalmente, no solo han tomado el nom- bre de la Santa las Iglesias, Ermitas , y Conventos , sino también muchos pueblos, aunque con la variedad de Columba , Colomba , Colo- ma y Comba. Todo lo qual es evidentísimo argumento de que en todos tiempos ha sido general en España la costumbre de solemnizar á la Santa , y perpetuar su memoria con to<ias las par- ticularidades que parecían conducentes ñ tan piadoso y loable obgeto.

EXAMINASE A QUE

Santa de las que tienen el

nombre de Columba , se ha

dudo en España culto tan

célebre , y general,

117 Estoy firmemente persuadido á que no ten- dríamos necesidad de ave- riguar , á qué Santa Colum- ba ha venerado nuestra Es- pa-

Santos del Obispado de Calahorra, 365 paña en todos los siglos pa- " en tiempo del Emperador

'> Aureliano el postrer dia >' de Diciembre , y muchos »> Breviarios de España ce- »> lebran aquel dia su fiesta, y> sin que en niní^uno , ni » aun en el de Córdoba , que »> tiene las de m.uchos de es- " tos Santos , se ponga la '> fiesta de esta nuestra Santa, >' de quien hemos contado. Y »> también es cosa notable, " que ni los Martyrologio% " ni el Catalogo de Equi- " lino , que suelen (como »í hemos visto) hacer me- V moria de muchos de es- " tos Martyres de Córdoba, " ninguna hacen de esta " Santa , habiendo ella sido " tan señalada en su vida, » y martyrio , como en esta '? Historia parece , y aun " yo la he abreviado mucho, » que S. Eulogio con mucho " mas largo discurso la es- " tiende , y se ve en todo " quanta mas estima hacía " de esta Santa, que de mu- '? ches de los pasados , y quanto se remiraba,y quan- '? to gusto tenia en contar '> su vida, y como atan prin- i> cipal Santa , en acabando » de contarla , le hace ora-« " cion , celebrando las gran- i> dezas d^ sw yida y muer- " te.

sados con el afeólo y devo- ción que se ha dicho , si el diligente y dodo Historia- dor Ambrosio de Morales no hubiera excitado la ques- tion , que sobre este asunto propone en sus Notas al lib. 2. del Memorial de los San- tos de S. Eulogio , y en el lib. 14. de su Chronica cap. 21. Las razones , que me asisten para este modo de pensar son las mismas que expondré luego resolviendo esta dificultad ; antes de lo qual me parece conveniente exhibir á la letra el inge- nioso alegato del referido Escritor , en el qual se verán asi el motivo de dudar como los argumentos con que prueba su didamen. Hablan- do pues de Santa Columba la de Córdoba , de cuya santidad y martyrio trata S. Eulogio en el lugar cita- do , y distinguiéndola de otra famosa , y mas anti- gua Santa del mismo nom- bre , que padeció en Sens Ciudad de Francia , hace el discurso siguiente.

118 » En Francia hubo »> otra Santa Martyr de este » mismo nombre, que pade- ti ció en la Ciudad Senonica

3 66 España Sagrada, 7f te , y pidiéndole su inter- ?> cesión , y su ayuda delan- yy te de Dios.

119 "Siendo todo esto ff asi tan excelente y aventa- ja jado en esta Santa , creo »> yo verdaderamente , que »>á ella , y no á la de Fran- 7) cia , celebramos los Espa- f> ñoles con grandisima de- f> vocion , y muchas mane- »> ras de solemnidad. Aun- que no hubiera nada de lo dicho de ser ella tan m- 7> signe en vida y martyrio, i> de ensalzarla tanto , y con j> tanta razón S. Eulogio, f> y de no hallarse (como » debia) mención de ella en ;> las Iglesias y Autores, que j> celebran estos otros Mar- f> tyres de Córdoba , sola ?> esta devoción de toda Es- }> paña general en toda ella, ty y extraordinaria en gran- 9> des particularidades , y »> maneras de solemnizarla, >> bastará enteramente para 9> creer que todo esto se ha- »> ce por nuestra Santa na- » tural , y no por la estran- ?> gera.

120 Refiere luego al- gunas demonstraciones con que los naturales de Espa- -ña , y las Iglesias de este Reyno han testificado . su

Trat. 69. Cap. 19. religiosa devoción acia Santa Columba , y prosigue su ar- gumento en esta forma:

121 »> ¿Pues que diremos? » ¿ que toda esta devoción » de tantos pueblos , y de- »> clarada con tantas señales, " toda esta reverencia y ve- yy neracion mostrada con tan- tos testimonios , esta so- » lemnidad tan conservada y »> acrecentada se hace á San- » ta Columba la de Francia, >? y no á la de España? ¿Te- jí niamos á nuestra Santa na- yf tural , y hablamos de ir á yy buscar la estrangera? jTe- niamos la propría y habia- yy mos de tomar la agena? Verdaderamente losEspa- j> ñoles celebramos , y con yy tanta fiesta solemnizamos >j nuestra Santa Martyr Co- » lumba , como á nacida, ff criada y coronada glorio- » sámente acá , le damos la jj debida solemnidad , debi- j> da por toda su tierra , y jj celebrándola asi como á »> legitima Patrona nuestra, yy casi por derecho la pedi- » mos su amparo y su ínter- j> cesión. Y la Santa glorio- j> sa Columba de Francia yy desde el cielo nos escucha j> agora esto que asi trata- j? mos , y se huelga , que la

;; SO-

Santos del Obispado de Calahorra, 367 w solemnidad que los Espa- »> ello , y era fácil cosa lle-

9> ñoles debemos á nuestra f> Santa Española , se la atri- ?? huyamos , y dando la no- 9? ticia, que es razón tenga- 9> mos de ella , aclaremos asi » de esto la verdad.

122 También es bue- " na señal de ser nuestra 9> Santa Columba , y no la » de Francia , la que no- 9) sotros celebramos , la que 9> ahora diré. El Real Mo- 9} nesterio de Santa Maria de 9> Najara de la Orden de S. " Benito tiene alli cerca un 9* Priorato llamado Santa Co- w lumba , y alli está el cuer- «> po de esta Santa con mu- sí cha veneración, y visita- »> do con mucha freqüencia 9> y devoción de los pueblos 5> de toda la comarca , y su 9> santa cabeza está en el di- 9> cho Real Monesterio en- " cerrada en un bulto de la » Santa hermosamente labra- »> do , y suntuosamente en- 9f riquecido , el qual yo he f> visto. Todo esto verdade- " ramente es de nuestra San* ?? ta Columba; ¿porque quien " habia de traer alli desde V Francia el cuerpo de la de "allá? A lo menos ninguna 99 m.emoria hay de esto , ni 9> nadie sabe dar razón de

varse la de Cordova por

?> muchas ocasiones, que por

yy la vecindad y comunica -

>? cion sucedían. Asi veremos

'> luego algunas traslaciones

yy de otros Santos Marty-

yy res de Córdoba , y la prin-

» cipal causa de hacerse asi

» estas traslaciones , era li-

» brar los santos cuerpos de

»> las injurias con que los

i) Moros ios podían profanar.

123 » Mas dirá alguno

yy que á Santa Columba cele-

y> bramos el postrer dia de

?> Diciembre , y asi es la de

» Francia , que cae enton-

9> ees , y no la de Córdoba,

que fue martyrizada en

?> Setiembre. Ya lo veo , y

y> diré sencillamente lo que

yy siento. Quanto á lo prime-

?> ro en los Breviarios de

yy España hay variedad en

f> señalar la fiesta de esta

yy Santa , pues el de Siguen-

>> za la tiene á ocho de

yy Enero , y el de Coria á

yy los tres de Abril , y asi

yy Otros. Lo que yo creo es,

yy que de tiempo mucho

»> atrás , como se tratase

" entre algunos devotos de

yy celebrar la fiesta de nuef-

»> tra Santa Columba la de

ff Cordova , de cuyo marty.

„ri9

368 España Sagrada }> rio se tenia noticia , sin saber el dia en que pade- ,, ció , porque no habia comunmente los libros de „S, Eulogio, de donde se podia saber , y viendo ,, como en el ultimo de Di- ciembre se celebraba San- ta Columba , pensaron que era la de Córdoba , y sin ?> mas diferenciar , ni mirar, contentáronse con tener alli su fiesta , y no cura- ron de hacer otra diferen- ,, te. No vale nada eso, „dirá el que quisiere por- >,, fiar , pues las liciones de aquel dia en los Brevia- ,„ rios , cuentan el martyrio deSanta Columba de Fran- cia. Yo diré , que como ignoraban los Españoles el dia de su Santa , por no leer los libros de S. Eulo- gio , asi también les falta- ba la noticia de su vida y muerte , y tomaron lo que hallaron en general de la Santa Columba , y como el nombre era uno,hicLeron toda una la Historia. Qua- ,, si lo mismo vemos se hi- ,, zoen otra nuestra Virgen ^ y Martyr Santa Marina de ^ Galicia. No hallaron His- ,, toria propria que darla, to- ,,, marón un pedazo de la de

. Trat, 6g Cap, 19.

Santa Margarita , y atri- buyeronsela. Con haber dicho asi esto , he traba- jado, como he podido, en aclarar la verdad de nues- tra devoción de España con nuestra bendita Santa , su- jetando este mi parecer á quien mejor lo tubiere.

124 Este discuso de Mo- rales se creyó tan eficaz en el concepto de los Escrito- res , que florecieron después de él , que no dudaron abra- zar la misma sentencia : en- tre los quales los Continua- dores de Bolando declararon la fuerza de sus razones di- ciendo, que en su vista que- daban ellos casi sin rastro de duda en este asunto. Yo no encuentro en todo lo que alega tanto peso , que pue- da inclinarme á su opinión; antes bien los fundamentos, que hay por la parte con- traria , me parecen tan con- vincentes , que estoy en la inteligencia , de que Ambro- sio de Morales se dejó llevar mas de la propensión , que como Cordobés profesaba á los Santos Martyres de su pa- tria , que de las razones que se le ofrecieron , las quales son como ahora probaré contrarias á hechos públi- cos

Santos del Obispado de Calahorra, 3 69

eos y evidentes , que sin duda deben estimarse mis en todo genero de proban- zas , que lo que se trae por solo discurso.

125 Mucho antes que pa- deciese la insigne Virgen de Córdoba , se veneró en Es- paña con gran solemnidad S. Columba, como expresamen- te se en el Misal , y Bre- viario Gótico. Los Españo- les ponían también á sus hi- jas el nombre de esta San- ta , por la devoción que la tenian, como hemos visto en ia hija de Máximo Curial, que menciona S. Braulio , y vemos en la misma Santa Cordobesa , en cuyo favor litiga su devoto Ambrosio 4e Morales, La Iglesia que con su nombre existió en Burgos antes de la pobla- ción de esta Ciudad , es tan antigua , que no se conoce su principio. De su consa- gración escribe Berganza, que fue en el año de 863. como se puede ver en su tom. I. pag.343. El marty- rio de la Santa , y sus parti- cularidades eran muy sabi- das en España ; pues co- mo luego veremos, el Oficio Eclesiástico del tiempo de los Godos , y Árabes lo can- Tom. XXXIU.

ta con todas sus circunstan- cias. Habiéndose, pues, ce- lebrado S. Columba tan so- lemnemente en los siglos que precedieron á la Santa que padeció en Córdoba, ¿qué motivo hay para negar que las Iglesias de España conti- nuaron en los tiempos suc- cesivos el mismo culto? ¿O por qué Ambrosio de Mora- les pretende adjudicar toda la devoción de este Reyno, á la Santa Cordobesa , des- pojando de ella , y poniendo en olvido á la Virgen , y Martyr , cuya devoción era tan antigua , y estaba tan arraigada en los ánimos de los Españoles ? La Santa glo- riosa Columba de Córdoba, digo imitando á Morales, desde el cielo nos escucha ahora esto , que asi trata- mos , y se huelga que la so- lemnidad que los Españoles dieron á la Santa Columba, de quien ella tomó su nom- bre ,y cuya santidad y cons- tancia en la imitó per- fedamente , se la restituya- mos , asegurando , y confir- mando la verdad de la con- tinuación de, su culto.

126 Es argumento evi- dentísimo de que la misma S, Columba , que fue tan ve- Aaa ne^

370 España Sagrada nerada en España hasta el martyrio de la Santa Cordo- besa , lo fue también en los tiempos que se siguieron á él, la conformidad que guar- daron nuestras Iglesias en su Fiesta. Celebróse ésta en ti- empo de los Godos , y Ara- bes 331. de Diciembre , y en el mismo dia se halla en los Breviarios de uso poste- rior , lo que no corresponde á Santa Columba de Córdo- ba, cuyo glorioso tránsito fue, según S. Eulogio , á 17. de Septiembre. La Historia del martyrio que rezaron nues- tras Iglesias después de los Árabes , es idéntica , como probaré luego , con la que contienen el Hymno , y Lec- ciones del Breviario Gótico, y Muzárabe, y enteramente distinta de la que S. Eulogio escribió de la Santa Martyr Cordobesa. ¿ Quién , pues , si reflexiona bien esta unifor- midad , podrá negar , que el culto que en España se dio á S. Columba hasta cerca de nuestros tiempos , fue conti- nuación del que nuestros ma- yores practicaron en reve- rencia, de la misma? Y en conseqiiencia de esto, ¿con qué fundamentóse podrá ase- gurar , que la Santa festeja-

. Trat. 59. Cap, 1 9. da después de los Árabes es diversa de la que antes se veneró en España , siendo uno mismo el dia , y unas mismas las circunstancias del martyrio?

127 Responde Morales, que en los Breviarios hay va- riedad en señalar el dia de S. Columba; y cree , que co- mo se tratase de celebrar la Martyr Cordobesa sin sa- berse el dia en que padeció, viendo que en el ultimo de Diciembre se celebraba una Santa con el nombre de Co- lumba , pensaron que era la de Córdoba , y sin mas mi- rar pusieron en él su Fiesta. Quando considero la debili- dad de estas razones, no pue- do menos de estrañar , que tan sin reparo hayan segui- do los Continuadores de Bo- lando , y otros Escritores el pensamiento de Morales. Ci- erto es , que algunos Brevia- rios ponen la Fiesta de S. Columba fuera del dia 31. de Diciembre ; pero estos son los menos , y no proce- dieron con ignorancia de que ésiQ era el dia proprio , sino que lo hicieron por dar lu- gar á otra solemnidad. Evi- denciase esto con el egem- plo de la S. Iglesia de Barce- lo-

Santos del Obispado de Calahorra, 371 lona, que habiendo admití- diversa, y sabiendo que ia

do la Fiesta de S. Silvestre en el dia 31. de Diciembre, coloco la de S. Columba el 31. de Enero ; pero con cla- ro conocimiento de que el ultimo dia de Diciembre era el que estaba señalado á la Santa. Por eso en las Ta- blas de su Breviario del año de 1540. se fija la Festividad de S. Columba en el 3r. de Enero con estas palabras: Columh(ü Virginis ^ & Mar- tyris. Fuit 31. Decenibris, En el Breviario de la S. Igle- sia de Toledo del año de 1493. se pone esta adver- tencia en el dia 31. de Di- ciembre : Isto die est Fes- tum San&íP Columbee Vir- ginis , sed non celebra tur usque post Odí, Epiphani^, Asi , que la variedad en el dia en que se celebra la Fiesta de S. Columba no na- ció de ignorancia , sino de tener ocupado con otra so- lemnidad el proprio de su glorioso tránsito.

128 ¿Y quién admitirá fácilmente que algunos de- votos pensaron , que la San- ta que se celebraba en 31. de Diciembre era la de Cór- doba , señalándose en sus Lecciones otra Ciudad muy

historia de eiias era coi- forme al OficioGótico y Mu- zárabe , que se rezaba aun antes que naciese la de Cór- doba ? Responde Morales, que ignorando nuestros Es- pañoles , por no haber leido los libros de S. Eulogio , la vida , y muerte de la Santa Cordobesa , tomaron la his- teria de la otra Santa Co- lumba , y se la aplicaron á la de Córdoba. Yo bien se que varias veces se han ad- judicado las Adas de los San- tos á otros del mismo nom- bre , por el error en no dis- tinguirlos como convenía; pero se me hace increíble, que nuestras Iglesias atribu- yesen la historia de S. Co- lumba la antigua á la mas moderna de Córdoba , sa- biendo por la historia de la primera , que ésta era muy diferente de la segunda. Fue- ra de esto, ¿quién se per- suadirá á que los Españoles aplicaron las Lecciones á la Santa Cordobesa , dejando en ellas el nombre de la Ciudad en que padeció la mas antigua? Si el Rezo mis- mo dice , que la Santa á quien se dirige el Oficio padeció en Senonas jcómo

Aaa 2

creere- mos

37^ España Sagrada. mos por otra parte , que ías Iglesias rezaban de la San- ta que fue martirizada en Córdoba? He aquí la razón, por qué dige antes que los argumentos de Ambrosio de Morales son opuestos expre- samente á hechos constan- tes , é irrefragables , y que por tanto deben desestimarse como fundados solo en las aprehensiones que le inspira- ba el afedo á los Santos de Córdoba su patria.

129 Es también argu- mento , de que el culto ge- neral de España á S. Colum- ba no se enderezaba á la Martyr Cordobesa , la con- fesión que hace el mismo Ambrosio de Morales. El di- ce , que esta Santa estubo tan olvidada, que ni aun el Breviario de Córdoba hace mención de ella , y que los Españoles no tubieron noti- cia de su vida , y muerte, por no haber leido los libros ¿le S. Eulogio. Pues si esto es asi , ¿cómo pretende que lodos los obsequios se ha- cían á la Santa de su patria, que estaba tan desconocida, y no á la otra , que desde el tiempo de ios Godos ha si- do célebre , y famosa en es- te Reyno? Si no se sabíalo

Trat. 6g, Cap. 1 9. que escribió S.Eulogio, ¿cót^ mo estraña Morales en vista de las excelencias que el Santo refiere de la Martyr de Córdoba , que ésta no se ce- lebrase en España , y se hi- ciese fiesta á la otra , cuyo martyrio era tan ilustre , y sabida , como dejamos di- cho , y él mismo confiesa?

PRUÉBASE QUE EL

sagrado cuerpo , que se ve- ñera en el Obispado de Ca- lahorra , no es de Santa Columba de Córdoba^ sino de otra mas antigua^

130 Tratando los Conti- nuadores de Rolando al dia 17. de Septiembre de S. Co- lumba Virgen , y Martyr de Córdoba , ofrecen en el § i. mostrar , que su cuerpo fue trasladado á Nágera ó cerca de esta Ciudad. Y llegando al §. 2. que era el lugar pro- prio donde correspondía to- car este asunto, solo dicen, que se ignora quánto tiem- po permaneció el sagrado cuerpo en la Basílica de S. Eulalia de Fragelas , donde fue sepultado, según S. Eu- logio ; y que asimismo no se sabe con qué motivo fue le- van-

Santos del Obispado de Calahorra. 373 vantado de aUl , y traslada- Monasterio están en esta per- do á otra parte ; pero que al- gunos sospechan , no sin pro- babilidad , que los Christia- nos hicieron la traslación k fin de que las sagradas Re- liquias no fuesen profanadas por los Sarracenos. Na te- niendo , pues , testimonio con qué probar la traslación á Nágera , se contentan con citar á su favor á los Es- critores Españoles que lo aseguran» exhibiendo por to- dos las palabras de uno solo, que es Ambrosio de Morales en el discurso que ten^o co- piado en el §» antecedente.

131 El u]timo,que escri- bió de este asunto, es D. Bar- tolomé Sánchez de Feria , en el tom. 3. de la Palestra sa- grada a Memorial de los Santos de Córdoba , pag. 83.. donde afirmando que las Re- liquias de S. Columba Cor- dobesa se veneran en el Mo- nasterio de S. Maria de Ná- gera , y en el Priorato del mismo y que tiene el nombre de la Santa , cita por este parecer al P.Marieta , á Am- brosio de Morales , al P.. Martin de Roa , al Dodor Bravo , y á D. Nicolás An- tonio. Dice también , que los d.oélos Padres del expresada

suasion , y que lo confesa- ron plenamente en la infor- mación que se hizo quando se llevó de alli á Córdoba una Reliquia, de la Santa. Añade en fin estas palabras: To soy de este parecer , y me parece lo será qualquie- ra , que atentamente medi" tare las congeturas de Ma^ rales,

132 Las congeturas de este Autor se reducen á las palabras siguientes : ¿ Q^uién habia de traer , dice , á la Rioja desde Francia el cu- erpo de la de al Id "i Alome-- nos ninguna memoria hay de esto y ni nadie sabe dar ra-- zon de ello. T era fácil co^ sa llevarse la de Córdoba^ por muchas ocasiones , que por la vecindad , y comuni^ cacion sucedían» Yo he me~ , ditado con bastante diligen- cia estas razones, que al re- ferido Feria le parecieron po- derosas para inclinar á qual- quiera á- su didamen ; pero lejos de moverme á su sen- tencia , las juzgo muy débi- les , insubsistentes , y falsas- Dejemos por ahora el exa- men , de si las Reliquias de S. Columba fueron traídas desde Fraacia , de lo que tra-

374 España Sagrada, Trat. 69. Cap, 19.

trataré luego, y veamos, que verdad tenga la traslación que se establece desde Cór- doba. La Santa de es-aCiu- dad padeció martyrio , se- gún S. Eulogio , en el año de 853. y su cuerpo fue enter- rado en la Iglesia de S. Eu- lalia , que estaba en un bar- rio de la misma Ciudad, el qual tenia el nombre de Fragelas. Ahora pues, ¿qué causa pudo ofrecerse después del año referido para sacar de Córdoba el bendito cuer- po , y llevarlo á la Rioja? ¿Fue por ventura la de li- brarle de las injurias con que los Moros le podian profa- nar , como sospechan los Continuadores de Rolando? ¿ Pero quién ha de creer que los Christianos sacasen con este fin las sagradas Reliquias de una Ciudad , donde , co- mo es constante ,tubieron los Fieles todo el tiempo del cautiverio dentro , y fuera de ella mayor y mas ampia facultad de mantener Igle- sias , y Monasterios? ¿ De una Ciudad , á donde escribe Morales , lib. 14. cap. 32. se acogían en tiempo de per- secución los Monges que vi- vian en la comarca, llevan- do consigo las Reliquias, que

el mismo Autor cree estar allí depüsitad.is hasta ahora? Aun aiiinitiendo que el cuer- po de S. Col'imba fue tras- ladado de Córdoba por li- bertarle de la barbarie de los Árabes , ¿quién podrá conceder que para esto fue llevado á un pequeño lugar de la Rioja, que desde el año del martyrio de la Santa es- tubo ocupado de los Moros por todo el tiempo en que pudo hacerse la traslación? 133 Evidenciase mas es- te asunto desmostrando, que S. Columba, cuyo cuerpo se venera en la Rioja , es mu- cho mas antiguo que la de Córdoba. Entre los pueblos que tomaron los Árabes quan- do entraron en España , y se apoderaron de la tierra Ib- na del Obispado de Cala- horra , fue Tricio, que desde los Romanos se contaba por Ciudad de los Berones. Esta población , como tan princi- pal en aquel tiempo , tenia en sus cercanías algunos pue- blos menores , que eran co- mo aldeas ó barrios suyos, según la ordinaria costumbre que puede observarse en otras Ciudades. Uno de ellos era S. Coloma , que existe hasta hoy con el mismo nombre,

y

. Santos del Obispado de Calahorra, 375 y dista dos leguas de la Ciu- le han seguido , sin reñexio-

dad de Nágera ; el qual es- tubo en poder de los Moros hasta el año 923. en que el Rey D. Ordoño el Segundo le recobró juntamente con Nágera , y reedificó el Mo- nasterio consagrado al ho- nor de la gloriosa Martyr Co- lumba , cuyas Reliquias se guardaban en aquel lugar, que por esa razón tenia el mismo nombre de la Santa. Constando , pues , todo esto de Escritura del referido Rey , dada en la Era 961. que corresponde al año de la conquista, y no habiendo memoria , ni siendo posible, que mientras los Moros ocu- paron la Rioja se fundase en este país un pueblo con el nombre de S. Columba , se colige claramente , que asi este lugar, como el cuerpo de la Santa de quien le vino el nombre , existieron con mu- cha anterioridad al año 853. en que padeció la Virgen de Córdoba , y aun antes de la venida de los Moros á Es- paña. En esta suposición se hace forzoso confesar , que el cuerpo que se venera en la Rioja no es de la Santa Cordobesa , como creyeron Morales , y los demás que

nar estas razones

fundado en la ninguna

que he ne- cesidad que habia de sacar las Reliquias de Córdoba , en el impedimento que se opo- nía de parte de la Rioja, por hallarse ocupada de Mo- ros , y finalmente en la an- tigüedad del pueblo llamado desde aquellos tiempos re- motos con el nombre de S. Columba , que sin duda fue muy anterior al martyriode de la de Córdoba.

ESTABLÉCESE CON

gran prohabilidad , que el sagrado cuerpo es de la fa- mosa Virgen , y Martyr Co- lumba , que padeció en la Ciudad de Senonas ^hoy Sens de Francia,

134 Comprobada ya la equivocación de los que ase- guraron que las Reliquias de S. Columba , que se conser- van en la Rioja , son de la Virgen Cordobesa , cuya vi- da , y martyrio escribió S. Eulogio , resta averiguar de qué Santa son , que tubiese el mismo nombre, Tamayo pone en el dia 28. de Mayo una Santa Columba , dicien- do que fue martirizada en Tri-

37Ó Españú Sagrada Tricio ó Nágera , y que de ésta es el cuerpo que alli se venera. Abrazaríamos con gran facilidad esto segundo, si liallásemos fundado lo pri- mero ; pero como esto no se apoya en otra autoridad que la (ie Luitprando , cuya fic- ción es notoria , ni debemos abrazar la noticia , ni aún podemos malgastar el tiem- po en impugnarla. D. Juan Amiax , y el P. Anguiano sostienen, que en tiempo del Emperador AureÜano flore- ció una S-inta Virgen llama- da Columba en la Ciudad de Senonas en la Rioja , la qual se dijo después Tricio ; y que esta población es la ver- dadera patria donde la Santa nació , vivió , y padeció mar- tyrio, dominando por estas tierras los Romanos. No se funda este didamen enChro- nicones falsos , sino en Pri- vilegios verdaderos , en que se testifica expresamente que la antigua Ciudad de Tricio se llamó en otro tiempo Se- nonas. El Rey D. Ordoño, después de haber ganado á los Moros laCiudad deNáge- ra , y el lugar de S. Colum- ba , movido de su devoción á la Santa , y en agradeci- miento al favor que habia

. Trat. 6^, Cap, 1 9. recibido sacando del poder de los Infieles el pueblo en que estaba su cuerpo , vino en reedificar su Monasterio, y en la Escritura dice asi: Dum esset locum B:atíü ac venerandce l^irginis Colum- bce pro infestatione incre- dulorum d Cbristianis deser- tum , S cum omnia reli- 6tam , qui esí sitwn ¿n su- burhio Civitatis , qiice anti- quitiis vocitata fuit Seño- rías , postea quoque disse^ rente tempore d:rivato eos- nomen habuit Tricium , S nunc nostris temporibus Na^ xara appellatur , dedit eum^ Se, El P. Anguiano trae también la donación que el Rey D. Garcia , y la Reyna D. Estefanía su muger hicie- ron del Monasterio de S. Co- lumba , vulgarmente S. Co- loma , al de S. María de Ná- gera , diciendo que estaba sobre el rio Aleson , al pie del monte Ero , que hoy se dice Serra de Ero , in terri» torio de Senonas , quce nos^ tris temporibus vocatur Tri' tium. De estos testimonios, pues , infiere este Autor lo primero , que es yerro cono- cido hacer natural de Fran- cia á S. Columba , y mayor el trasladar de allá sus Re-

a-

Santos del Obispado de Calahorra. 3 jj líquias á su sepulcro en ia propriedad decir, que S. Co-

Rioja , donde por tantos si- glos estubieron : lo segundo, que esta Santa es distinta de la de Córdoba, y ia misma que se anuncia en el Marty- logio Romano con otros dos Martyres : ^pud Senonas beatorum Sabiniani , S Po~ tentiani , qui á Pontífice Ro- mano illuc ad prcedicandum diredfi eamdem Metropolim confessionis suce martyrio iJlustrarunt. Ibtdem Sandice ColumbcV l^irginis , 'S Mar- tyrts , qtice igne supéralo in perseciitione Aureliani Imperatoris gladio aesa est,

134 Tratando de las an- tigüedades de Nágera,dige haber nacido de la barbarie é ignorancia del siglo en que reynó D. Ordoño la persua- sión de que Tricio se llamó antiguamente Senonas. El nombre que tubo esta Ciu- dad en tiempo de los Ro- manos , es el mismo que tie- ne en nuestros tiempos : ni hay vestigio en los Geógra- fos , ó Historiadores de que antes hubiese tenido otro di- ferente. Aun suponiendo que la dicha población de los Berones se hubiese llamado en algún tiempo muy remo- to Senonas , sería grande im-

Tom.XXXllL

lumba era Senonense , ó que padeció martyrio en Senonas, entendiendo por este nom- bre á Tricio, que mucho an- tes lo había perdido. Por esta razón es increíble que el Mar- tyrologio Romano significase á Tricio por el nombre de Se- nonas , que no le convenia , ni quando aquel se escribió , ni quando la Santa fue martiri- zada. Finalmente , aunque Tricio era bajo el Imperio de los Romanos una de las ilus- tres Ciudades de la Provincia Tarraconense , ni entonces, ni después llegó á tanta dig- nidad que mereciese el dic- tado de Metrópoli , que ex- presa el Martyrologio. Con- cluyamos , pues , que Tricio en ningún tiempo se llamó Senonas ó Seos , y que la Ciudad de este nombre solo se conoce en Francia , la qual , como consta de la no- ticia de las Provincias , y Ciudades de la Galia, es Me- trópoli de la Provincia Lug- dunense , que de ella se dijo Senonia. Aqui estubo Aure- liano, quando vino al Orien- te , con el fin de reunir al Imperio las Galias ; y aqui, y no en España persiguió y atormentó á los Christianos, Bbb y

37^ España Sagrada, y entre ellos á S. Columba Senonense.

136 Aunque he dicho, que en tiempo de D. Ordo- ño se creía por ignorancia que Tricio tubo el nombre de Senonas , no obstante es- toy persuadido á que esta equivocación se originó de una verdad mal entendida por los que d ida ron los Pri- vilegios. El pueblo que has- ta hoy se llama S. Coloma, se decia vulgarmente S. Co- lumba de Senonas ; y no en- tendiendo los que escribie- ron los Instrumentos citados la fuerza y' propriedad de esta denominación, y viendo que el dicho pueblo era al- dea ó barrio de Tricio, cre- yeron que Tricio tubo en otros tiempos el nombre de Senonas, En lo qual erraron grandemente ; porque no se decia de Senonas , como bar- rio de Tricio , sino por res- pecio á la Ciudad de Seno- nas de donde era la Santa, cuyas Reliquias se venera- ban en el referido territo- rio de la Rioja

137 Esta advertencia acerca de la equivocación de los que escribieron los Pri- vilegios citados, me parece muy acomodada para refu-

Trat, 69. Cap. i^. tar el pensamiento de los Continuadores de Rolando. Pretendiendo estos confirmar el parecer de Morales , que dejo impugnado , juzgan que á las razones de este Espa- ñol se podria añadir otra , si la Ciudad de Nágera se lla- mó antiguamente Senonas, como escribe Yepes , citan- do el Privilegio de Ordoño el Segundo. Porque si esto es asi , dicen , fue mucho mas fácil , que habiéndose trasla- dado á la Rioja el cuerpo de S. Columba Cordobesa , la confundiesen con la Senonen- se, adjudicando á aquella las Adas , y día festivo de ésta. Pero no puedo menos de vin- dicar á los Españoles de este error que les atribuyen los referidos Eruditos. Porque siendo tantas las Iglesias que han celebrado á S. Columba, ¿quién podrá persuadirse, que todas ellas confundieron á una Santa , que sabían ha- berse venerado en España ■con gran singularidad , y sin alguna interrupción desde el tiempo de los Godos , hasta que ellas formaron sus Bre- viarios , con una Santa que padeció en Córdoba en tiem- po-de los Árabes ? ¿Tan ig- norantes se hallaban en es- tos

Santos del Obispado de Calahorra, 379 tos puntos , que de una Santa 1 38 Este argumento de-

martirizada en Córdoba , y reynando Mahomad en esta Corte Árabe , firmasen en las Lecciones que liabia pa- decido en Senonas , y siendo Emperador Aureliano? Crea- mos, pues , que las Iglesias de España no confundieron la Martyr Senonense con la de Córdoba , como suponen los Continuadores de Bolan- do ; y que ni esto fue tan fa- ñc'ú como dicen , aun supo- niendo que Nágera se llama Senonas en los Privilegio?. La facilidad en la equivoca- ción estubo no en nuestras Iglesias , sino en los que es- cribieron los Privilegios, que no entendiendo el verdadero significado del nombre que tenia el pueblo de S. Colum- ba de Senonas ^aplicaron esta voz á Tricio Nágera, Ciu- dad que nunca se llamó asi, aunque en su territorio fue ilustre , el mismo nombre de Senonas, por ser desde tiem- po inmemorial depósito de las sagradas Reliquias de la Santa Virgen , y Martyr Se- nonense , como indica la alu- sión de la voz , y demues- tra la particularísima devo- ción de nuestra España para con esta Santa,

ducido del nombre de Seno- nas en la Rioja , y del culto general que en todas estas Provincias se ha dado á San- ta Columba Senonense desde siglos muy distantes , vence, según mi juicio , á los que hacen las otras Ciudades, que se glorían de poseer el cuerpo de la Santa. El Rmo. Florez , aprobando la sen- tencia de Morales , y la so- lución con que este Autor sa- tisface á la dificultad , fun- dada en la Fiesta que han celebrado nuestras Iglesias en el dia 31. de Diciembre, rezando la historia de S. Co- lumba de Senonas, dice en su confirmación estas solas pala- bras : yf w/ me parece bien esta respuesta , en vista de que el cuerpo , que se venera en España , no es el de S, Co- lumba Senonense^ el qual per- severa en Francia , según Baillet en el dia 31. ¿/t? Di- ciembre ; y siendo de la Es- pañola el cuerpo que hay acá, se propagarla por éste el culto de la Santa. He aqui no tubo nuestro Erudito otro fundamento que la autoridad de Baillet para inclinarse á que el cuerpo de S. Colum- ba de Senonas permanece Bbb 2 has-

.^So TLspam Sagrada, hasta ahora en Francia. Pero quien leyere a este Escritor Francés , verá que no trae testimonio , que justifique su opinión , y que además de esto menciona la sentencia de los que afirman , que el cuerpo de la Santa está en Rimini , Ciudad de Italia. En efeéto no es tan cierta ]a posesión, de la Ciudad de Senonas , que no se la dis- puten los Ariminenses. Don Fernando Ughell en el tom, 2. de su Italia Sacra trae, hablando de Stemnion , Obis- po de Rimini por los años 307. lo que creen comun- mente los Ariminenses acer- ca de las Reliquias de Santa Columba Senonense , lleva- das por ciertos mercaderes de Sens , que se embarcaron con ellas , solo por lograr de este modo un viage fe- liz ; y habiendo llegado á vista de Rimini , quedó in- moble el navio , hasta tan- to que dejaron aíli el teso- ro que llevaban. Mas tam- poco escribe este ultimo Au- tor algún fundamento de la tradición de los Ariminenses, la que parece inverisímil, por el hecho que atribuye á los mercaderes de sacar el cuer- po de Sens , esperando te-

Trat. 69 Cap, 1 9. ner con tan buena compa- ñía una prospera navegación. 119 El M. Yepes al año 853. de Christo , reco- nociendo que el discurso de Morales en favor de la San- ta de Córdoba , sin embargo de estar lleno de agudeza, y de buenas congeturas , no convencía el intento , vino en apoyarle con otros argu- mentos, que estraña no se hu- biesen ofrecido al citada Historiador. A este fin pro- pone dos autoridades , que parece concluyen , que el cuerpo de Santa Columba Senonense está en Francia. La primera es de muchos Autores que celebran un Mo- nasterio muy famoso llama- do con el nombre de la San- ta , el qual está en la Ciu- dad de Sens , y ha sido en- tierro de algunos Reyes de Borgoña , y es , según los Franceses , donde reposa anualmente el cuerpo de S. Columba de Senonas. La segunda es del antiguo Es- critor de la vida de S. Lu- po , que refiere como este Santo , por devoción a San- ta Columba, se mandó enter- rar á sus pies , y de aquí, dice Yepes , se convence evidentemente , que el cuer- po

chosa suerte , y por nin- guna cosa nos querrían con

Santos del Obispado de Calahorra, 381 po de Santa Colun:iba esta- Ni podemos creer facümen- ba en Francia por los años te , lo que Yepes quiere 550. reynando Clotario , en creamos , esto es , que la cuyo tiempo floreció San Santa Columba, celebrada en Lupo. Por estos testimonios España , es la Santa Cor- de los Escritores de Fran- dobesa ; pues evidencian lo cia dice el mismo Autor, contrario los argumentos que pues los Franceses se que dejo hechos contra el hallan contentos con su di- intento de Morales , y de

los que le han seguido. Solo el Oficio Isidoriano , que da ceder que tenemos acá el fiesta á S. Columba con cuerpo de S. Columba Se- oficio proprio , tomado de nonense , parece justo dejar- las Adas de la Senonense, los gozar de la posesión, hizo que un varón tan jui- creyendo nosotros los Espa- cioso como D. Nicolás An- tonio negase su crédito á la opinión de Yepes , y sostubiese , que la Santa 120 Yo bien , que de Francia fue quien alcan- pueden alegarse muchos Es- mas celebridad en Espa- critores Franceses en favor ña , sospechando de aqui la de la opinión de Yepes , y traslación de algunas Reli- por ventura podrán ellos quias suyas á nuestro Rey- gloriarse de la posesión de no.

alguna Reliquia de la Santa 121 La segunda auto- de su Nación. Pero asi como ridad , que parece convencer el consentimiento de los el intento de Yepes , no tie- mismos no es bastante, para ne fuerza alguna, si se en- que los Ariminenses desis- tiende en su verdadero y tan de su piadosa preten- proprio sentido. El Autor sion , tampoco lo debe ser de la vida de S. Lupo dice para imponer silencio á los asi : Corpus impositum in Españoles en su contienda, féretro , divinis canticis nacida de su antigua devo- circumdatum^ caterva seque^ cion á la Santa , y fundada batur plangentium ; atque en razones mas subsistentes, ¿uxta prí^ceptum ipsius virt

Sane-

fióles , que la S. Columba ce- lebrada en España es la Cordobesa.

382 Eip.xnx Sagraix.

Sandíi in stilliciciio bastí I ce di peJjs San^.ff Columbi-e tradídcrimt corpiscu^um an- tro scpulchrí verentes trans- cenderé jussa magistri. Las quales palabras no pueden interpretarse mejor que ha- ciendo presente lo que el Martyrologio Galicano de Saussayo trae al dia 23. de Abril de la traslación del cuerpo del mismo" S. Lupo. Ihidsm , dice , in Monaste- rio Sandice Columbee elevatlo^ G trans latió S. Lupi Epis- vópi ejusdem metrópolis , S confessoris , quando ex atrio EcclesicV , ubi , sicut jusse- ^at ^subías stillicidiumfue' rat butfjatus , levata ejus sacratissima gleba miraca- lis fulgens intus basilicam depórtala Se. He aqui co- mo el cuerpo de S. Lupo fue enterrado fuera de la Iglesia de Santa Columba, en el atrio , y en el sitio que en nuestro castellano ó^zimos gotera. ^Quien pues ha de creer , que el cuerpo de Santa Columba , á quien estaba dedicada la misma Iglesia , se guardaba fuera de ella , y en un lugar tan humilde , que el Santo eligió por su virtud , y donde sus discípulos le enterraron obli-

Trat. 6g. Cap. 19. gados del precepto de su Maestro? Por tanto aquella locución ad pedes San^ce Co- lumbee no debe entenderse como si digera ad pedes corporis SanSícV Columbee^ sino de este modo ad pedes basilicce Sandi¿e Columbee. Ni se puede afirmar que las Reliquias de Santa Columba se trasladaron de aquel sitio juntamente con las de San Lupo , porque la traslación de estas se hizo en el año 853. según ]VIabillon,á quien siguen los Continuadores de Bolando , y no es creíble, que el cuerpo de Santa Co- lumba estubiese desde el Im- perio de Aureliano hasta el año expresado en lugar tan indecente , y por cuya hu- milde elección se cumplió después en S. Lupo, como dicen los citados Continua- dores , aquella promesa de Christo : Qui se bumiliat, exaltabitur.

122 Hallándose pues en estado de question el lugar, en que existe el cuerpo de Santa Columba Senonense, y no presentándose testimo- nio que convenza estar de- positado en Sens ó en Ri- mini , juzgo que el nombre de Senonas , conservado en el

Santos del Obispado de Calahorra. 3S3

el territorio de Santa Co- loma de la Diócesis de Ca- lahorra , y el particularisí- mo culto que desde los Go- dos hasta nuestros tiempos se ha dado á la Santa Seno- nense, persuaden suficiente- mente , que á lo menos la parte principal de sus sa- gradas Reliquias se ha ve- nerado en el dicho Obis- pado desde muchos siglos. El principio de la posesión del bendito cuerpo , y de la devoción á esta Santa es tan remoto , que su mucha distancia nos tiene privados de las memorias acerca del irodo , y tiempo de la tras- lación, y sugeto que la hizo. Mas esta falta de noticias no debe movernos á estra- ñar ó dificultar el suceso, como lo hizo Morales ; por- que esta misma escasez de memorias padecemos acer- ca de varias traslaciones, que se han hecho de cuer- pos Santos de España á otras Provincias estrangeras , y sin embargo sabemos que estas se glorian justamente de poseer los sagrados te- soros, que antiguamente po- seian las nuestras.

NOTICIAS DEL MAR.-

tyrio de Santa Columba con- firmadas con la autoridad de la antiquísima Iglesia de España , y defendidas de la censura de algunos Criti- •■ eos modernos,

123 Las Adas del mar- tyrio de Santa Columba , que andaban publicadas por va- rios Autores , y admitidas generalmente sin contradic- ción , se hallan hoy tan des- preciadas de algunos Críti- cos , que no queda lugar pa- ra que podamos sin emba- razo ofrecer alguna memo- ria de su pasión. Tillemont en las Notas , que escribió sobre la persecución de Au- reliano , trata de la Histo- ria de esta Santa , y men- ciona tres diversas Adas. Las primeras dice se hallan citadas por Bosquet , aunque éste no las puso en su Obra, sin duda por estar ya im- presas en otros como en Mombricio, de quien las ci- ta Baronio en el dia 31. de Diciembre. Confiesa que él no las habia visto, pero las reprueba, fundado , en que traen que Aureliano prome- tió á la Santa desposarla con su

384 España Sagrada su hijo el Cesar , y este Ce- sar es un sugeto descono- cido en la Historia , la qual no habla sino de una hija del Emperador , antes dice positivamente , que éste mu- rió sin dejar varón hijo su- yo. Las segundas son las que trae Surio tomadas del Belvacense , de las quales afirma , que están llen:is de milagros sin verisimilitud. Las terceras dice haber él leido en algunos mss. que empiezan : In diehus illis adveniens Imperator , Se. las que refuta con solo ase- gurar que nada valen. No hallando púas este Critico cosa que le agradase , no quiso decir de la Santa , si- no que su nombre se pone en el dia 31. de Diciembre con los títulos de Virgen y Martyr en los Martyrolo- gios de Beda , Usuardo , y otros muchos, y que Beda y los siguientes escriben, que padeció bajo el imperio de Aureliano. Baillet parece hi- zo la misma estimación de las Adas ; pues habiendo afirmado , que no se^ podia tener seguridad de ninguno de los sucesos , de que es- taba compuesta la Historia de ia Santa , se contenta con

. Trat. 6g Cap. 19.

decir , que esta ilustre Vir- gen hizo una excelente con- fesión de la Féde JtsuChris- to , y que consiguió la pal- ma del martyrio.

124 La libertad con que estos Críticos reprobaron las Adas , desechando , ó á lo menos poniendo en duda to- das las memorias , que se referían del martyrio , me obliga á mostrar , en obse- quio de esta famosa Vir- gen , venerada con el mcíyor esmero en nuestras Provin- cias , la autenticidad y ver- dad de las noticias de su Historia ^ las quales igual- mente que sus Reliquias se han conservado en nuestra Iglesia con mayor integri- dad que en la Galicana. Na- die ignora , que es antiquí- simo el Oficio Gótico , que se usó en España , y se con - tiene en el Misal y Brevia- rio , que llamamos Mozara- bíco é Isidoriano. El Carde- nal Bona reconoce , que se hallaba ya establecido en el siglo quinto , pero que no hay memoria de su primer Autor. Afirma también , que S. Leandro , S. Lsidoro , y otros , lo ilustraron, aumen- taron y amplificaron ; pero que üo fueron los primeros en

Santos del Obispado de Calahorra. 385

en su composición , sobre 10 qiial véase lo que escribió dodamente el Rmo. Florez en el tom. 3. Disertación Histórico- Chronologica de la Misa antigua de España. En esta inteligencia pode- mos tener por cierto , que las noticias , que leemos en este rezo , son de las mas autorizadas , asi por su an - tiguedad , como por la dili- gencia , que debemos creer pusieron aquellos antiguos Padres , que ordenaron el Oficio , no usando para ne- gocio de tanta importancia sino de Aélas puras y legiti- mas. Veamos pues lo que nuestra Iglesia antigua tes- tifica acerca del martyrio de Santa Columba , y si se •hallare conforme con las Adas , colegiremos que no son estas de tan poca auto- ridad , como juzgaron Ti- llemont y Baillet , que no tubleron presente el testi- monio de nuestro Oficio Gó- tico.

125 Pero antes de tratar de los sucesos , que pasaron en el martyrio , debo ad- vertir , que sin embargo de que la Misa y rezado de la Santa , no habla del lugar y tiempo , en que fue marty-

lom.XXXlIÍ

rizada , consta que padecifS en Senonas , hoy Sens de Francia , en el Imperio de Aure'iano , y á 31. de Di- ciembre. El Martyrologio antiquísimo con el nombre de S. Gerónimo , y todos los posteriores convienen en ce- lebrar su fiesta en el dicho dia , como proprio de su glorioso martyrio y transito. La Ciudad de Senonas se ex presa en muchos de ellos, como el de Usuardo, Adon, el Fuldense , el Kalendario Vaticano , aunque este ulti- mo escribe Sennis en lugar de Ssnonis. El Ottoboniano, no solo nombra á esta Ciu- dad , sino que añade la re- gión , en que está situada: In Gallia civitate Senonas passio SandiiV Columbee l^ir ginis. El de Beda y Rábano señalan , además del lugar del martyrio, al Emperador que entonces gobernaba : Et passio Sandtce Columbee Vir- gtnis , Senones , sub Aure- liano Imper atore , quee supe- rato igne ccesa est. Asi que las circunstancias del tiem- po y lugar , en que padeció Santa Columba , constan su- ficientemente , aunque no se expresan en el Oficio Goti^ co de España.

Ccc Pe-

386 España Sagrada 126 Pero habiendo esta- do Aureliano en las Galias en tres diferentes tiempos, se puede dudar sobre el año, en que debe fijarse este mar- tyrio. Yo juzgo , que no puede señalarse otro que el de 273. en que siendo ya Emperador hizo su primer viage desde el Oriente á las Provincias de !a Galia , con el fin de sacarlas del poder de Tétrico , y restituirlas al Imperio. Porque constan- do , que Aureliano era ya Emperador , quando pade- ció Santa Columba , como testifica el Martyrologio de Beda , y siendo cierto, que el martyrio fue en el 31. de Diciembre , y á presencia del mismo Aureliano,se coli- ge , que ni puede señalar- se el año 25,9. en que tenia el Imperio Valeriano , y Au- reliano no era sino Gober- nador de la provincia de Sens ; ni tampoco el de 274. en cuyos últimos meses se hallaba muy distante de Francia.

127 Lo que he dicho acerca del tiempo y lugar, en que padeció Santa Co- lumba , justifica lo primero que refieren las Aétas , esto es , que viniendo el Empera-

Trat. 6c). Cap. 1 9. dor Aureliano desde el Orien- te á las partes occidentales, y entrando en la Ciudad de Senonas , empezó á inquirir, qué Christianos habia en ella ; y como le digesen que alli era muy conociíja una hermosa doncella llamada Columba , mandó que se la llevasen á su presencia.

128 Siguense en las Ac- tas las preguntas , que Au- reliano hizo personalmente á la Santa , y las respuestas que ella dio , detestando los Ídolos , y confesando cons- tantemente el nombre de Jesu Christo. La presencia del Emperador , y su inter- rogatorio se comprehende en estas breves palabras de nuestro Oficio Gótico : Cum interrogata ( Columba ) im- perial ex voce , quem colé- ret , Christum se test ata esP credidis.se , cum jam. vulne- rata fuerat charitate,

129 Por lo que toca á los sucesos del martyrio consta de la parte de la Mi^- sa , que se dice- Inlacion^ que la Santa tubo diversas luchas , y fue probada con muchos tormentos. Q^ui bea^ tisslmam Mi'rtyrem 6? /^/r- ginem suam Columbam di ver- sis certaminibus dimicantém - Cíe-

Santos del Obispado de Calahorra, 387

C^hstibus mtineribus cumu- lavit. j^rgidtur qw'dem mul- tis tor mentís , & corona ip- síus diversis margar iíis or-

natur in ccelum.

130 Las Aélas cuentan en particular lo siguiente. Aureliano , después de va- rias preguntas mandó , que Columba fuese llevada al anfiteatro, adonde envió lue- go á un mozo deshonesto llamado Barucha , para que abusase de ella á su arbi- trio , y conforme á su livian- dad. La Santa , viendo en- trar á este bárbaro en el aposento, en que estaba cer- rada ; y conociendo su mal- vado intento , le habló de este modo : ¿Como te atre- ves á entrar aqui con fin tan perverso y bestial ? Si yo fiara solo en las fuerzas de mi cuerpo , de ninguna ma- nera podria resistirte ó des- echarte de ^ mas procu- ra contenerte, porque no ex- perimentes la ira de mi Se- ñor Jesu Christo , y caigas repentinamente muerto. Fue- ron estas palabras de tanta virtud , que aquel mozo, aunque bruto y sensual , no tubo osadia para tocar á la Santa. Entonces hizo Colum- ba oración , pidiendo á Dios

no permitiese , que su vir- ginidad fuese violada ; y sa- liendo una osa de la cerca del anfiteatro , en que se guardaban las fieras , entró en el aposento de la Santa, y derribando aquel mozo contra el suelo , puso sus ojos en Columba , como es- perando la mandase lo que fuese de su agrado. La San- ta la mandó en nombre de Jesu Christo , que no le mal- tratase , sino que le dejase tiempo para oir sus palabras; y vuelta al joven licencioso, le habló en esta forma : Ya has visto como esta fiera, oido el nombre de Christo, honra á Dios , obedeciendo á su sierva : ¿como po- drás tener animo para per- severar en tu maldad? Por tanto pues , ó promete ha- certe Christiano , ó si no se- rás devorado por esa bestia. El joven exclamó y dijo: Si yo no confieso á Christo, no salga vivo de este lugar. Entonces la osa , que se ha- bla puesto á la puerta , pa-» ra que ni saliese el que es- taba dentro , ni entrase otro alguno , se apartó un poco, para que aquel joven pudie- se salir, el qual fue publi- cando por toda la Ciudad, Ccc 2 que

380 España Sagrada que no habia otro Dios sino el que Columba veneraba.

131 Oyendo Aureliano, que el mozo , lejos de per- vertir á Columba , salió con- vertido , y hecho un prego- nero del nombre de Jesu Christo , mandó que lleva- sen á su presencia á !a Santa; pero como le di^^esen , que esto no era posible , por es- tar defendida de la osa , or- denó que se encendiese fue- go al rededor de la cárcel. La osa empezó á rugir asi que vio el fuego ; pero man- dándola la Santa que no te- miese , salió del aposento , y escapó libre y sin lesión por entre el fuego y la gente. Convencido el pueblo con tales prodigios pedia , que se apagase el fuego , por- que la Santa no pereciese , y sucedió asi , enviando Dios una nube, que le extinguió enteramente.

132 Después mandó Au- reliano , que la sacasen de la cárcel ; y conducida á la presencia del Emperador , la dijo este : Que artificios son los tuyos , p>ues ni el fuego, ni las fieras te tocan? Yo, respondió Columba , no co- nozco sino á Cíiristo con el Padre y el Espíritu Santo.

. Trat, 69. Cap. 1 9. Y diciendole Aureliano, que no pronunciase delante de él aquel nombre , mandó que la sacasen de la Ciudad , y la degollasen. Luego que la Santa llegó al lugar del su- plicio , rogó á los ministros que la permitiesen orar un breve espacio de tiempo, y aunque se lo negaron primero, concediéronla al fin lo que pedia movidos de la bondad con que la bendita Virgen les dio la capa de seda que llevaba.

133 Estando la Santa empleada en la oración , se oyó una voz del cielo que decia : Ven paloma mia: los cielos están ya abiertos para tí; el paraíso se goza contigo , y te da el parabién por la vidoria que has al- canzado en tus peleas. El hijo de Dios te espera , para poner en tu cabeza la coro- na de gloria. Los Angeles están prevenidos para reci- birte y traerte á esta gran Ciudad de la ce'estial Je- rusalen. Finalmente perse- verando Columba en su ora- ción , uno de los ministros desenvainó el cuchillo y la coríó la cabeza. Su Marty- rio fue en el dia antes de las Kakndas de Enero.

To-

. . Santos del Obispado de Calahorra, 389; 134 Todas estas nctki- con>pleta de los dos géneros

de fuego ciinque el mun- do pretfcTid ó vencerla , esto es, del de senuaiidad , con que el n ancebo enviado por Aureliai o i tentó profanar su pureza, y del (^ue el mís- mo Emperador mandó poner al rededor de la casa:

as , que nos comunican las Adas de Santa Columba , ?e hallan confirmiadas con la irrefragable autoridad del Breviario y Misal Gótico de España. En el hymno de Vísperas se representa la Santa , alcanzando vidoiia

Jgnes gewellos sceculi

Stravit , subegit , depuUt^ Flammam petulcam Barbaria Focosque admotos sihi,

Cum in lupanar posita Intraritis ad se luridam Lihidinem compescfdt^ Se se que fiammls exuit»

135 En la oración , que se dice ^ost pridie de la Misa , se hace también me- moria de la osa , que por providencia muy particular de Dios entró en el aposen- to de la Santa para defen- derla y servirla en aquella necesidad y angustia : Qid virginem tuam Coiumbam^ & in amphitecitjo^ bestia obse-t guetíte , glorificas , &c,

136 En las Laudes á la Capitula se hace expresa mención del mancebo sen- sual y convertido por la Santa , y hecho predicadoj?

de las maravillas que Dios obraba por su esposa : Do- f?.it:e Je su Christe , gui ser- moni bus ColumbcB bcatissimue virginis S martyris tuce eieriis' sensum juvenis pe-- tulcntis , ut qui nomen tuum blasphemaíurus ad virginis prosíiiutioriem ingredituf^ prtedicmor tuus esse egre- ckens mcnsiraretur , C^c,

La orden de Aureliano mandando , que la sacasen de. anfi'.eatra, y la degolla- sen , se contiene en el hym- no de Vísperas:

oi^b 3up E

Sic

3po España Sagrada. Trat. 69. Cap. 61,

Sic liberata ah ignibus, Lücis retradía scenicis, Mucrone stricio pleSiitur^ Nuptura C£slo adiciscitur.

137 La voz del cielo, con que la Santa fue convi- dada á tomar la posesión de la corona y reyno , que cor- respondía á sus ílustr'.js vic- torias , se halla literalmente en el post Sandius de la Misa: Qui certatricem pro nomine suo Columbam inter suprema supplicia , emis.^a de cúelis voce , ad se vocat^ Veni quippe ait Columba^ aperti sunt tibí C(Vli Se,

138 Finalmente el dia, que se señala de su marty- rio , es el mismo que po- nen .todos los Martyrologios» y en que nuestra Iglesia ha hecho fiesta á la Santa des- de el tiempo de los Godos.

139 Siendo pues las Ac- tas , que trae el Belvacense tan conformes en todos sus pasages con el Oficio Ga- tico , que se celebró en Es- paña , se concluye que los sucesos que se refieren en ellas . son .auténticos , y no inverisímiles ,;€omo .e^cfibiá Tillemont , y que por tan- to las memorias que dejo

autorizadas deben admitirse como verdaderas , no esti- mando la censura de los C'-iticos , que ignorando los exoresos testimonios del Bre- viario y Misal antiquisimo de nuestra España reduje- ron el elogio de Santa Co- lumba á las prerogativas de Virgen y Martyr. Asi mismo los eruditos Continua- dores de Rolando deberán según mi juicio tener pre- sente el cotejo , que he formado de las Aélas con estos documentos conserva- dos en los Códices Góticos de nuestra Iglesia , quando llegaren á tratar de Santa Columba en el dia 31. de Diciembre. Lo qual advier- to , porque el P. Juan Bau- tista Sollér en el tom. 7. de las Adías de los SS. cor- respondiente á los últimos dias de Junio puso sus no- tas á la segimda parte del Martyrologio de Usuardo, y en las que escribió sobre el expresado dia de; Piciem bre dice asi : Late patet in-

Santos del Obispado de Calahorra, 3 9 1 incíit(e yirginií ( CoUitn- salir de la región de \oi

bae ) cultus , «^r desunt Ac^ ta varia , ^¿<í? np^/^í nos etiam extant tum Mss. tum typis edita , in quibus , ut tnitissime dicam , sincerita- tis notíV desiderantur : nec quisquam satis digeret obla- tum í^irgini ab Aureliano Ccesaris filii sui, quem igne- rat Historia , conjugium, An cetera omnia satis excu- sar i possint , suo loco exa- niinabitur,

S, FÉLIX , O COMO

vulgarmente se nombra Fe- lices , Maestro del famoso San Millán de la Cogolla,

I En el ramo del Piri- neo , que ^e abanza por den tro de Es}3aña , y en la parte que dividía antigua-' mente á los Berones de los Vardulos , y Cántabros Co- niscos hubo un pueblo iia- mado Bilíbio , cuya antigüe- dad se ignora , aunque cons- ta su existencia en el siglo quinto. Su determinada si- tuación fue cerca de la boca , que Dios con parti- cular "providencia abrió en el expresado ramo , para que el famoso Ebro pudiese

referidos Cántabros, y en- trar en la de los Berones. Esta boca se forma de dos eminentes é inacesibles ris- cos , á los quales creen al- gunos pero sin fundamento conviene el nombre Bili^ bium^ que tienen por corrup- ción de BUabium^ por ser como dos labios que toca y lame el agua del rio. Sobre el risco , que está á la parte del poniente ,se hallaba eri- gido un Castillo, que por pertenecer á dicho pueblo tenia el nombre de Castrum Bilibium , con que le men- ciona S. Braulio en la vida de S. Millán , y era tan fuer- te por su situación , que los Moros nunca se atrevie- ron á emprender su en« trada por aquella parte co^ mo lo intentaron repetidas veces , aunque en vano , por Cellorigo , y Pancorvo, co- mo di ge en otro lugar con el Chronicon Albeldense. Permanecía este pueblo, eil el tif^mpo en que se escri^ bió el Privilegio del Con- de Fernán González , que se dice de los votos de San Millán , donde se nombra como lugar principal con sus aldeas , junto con Cello- ri-

39^ España Sagrada. Trat, 6g. Cap, 19.

rigo , y Bu radon : Termino Ce I ¿o rico , Bsllibio , B urden y istce prcedicice cum suis vi- llis ad suas ii'fozí's perti- nentibus. &c. También se mencioria en el año de 1040. en la escritura de Arrbas que el Rey D. García de Navarra dio á D. Estefanía su muger, señalándola varios Señoríos , y tierras con los Señores y Caballeros que las gobernaban , entre los quales se expresa el Sénior D. Aznar Fortuiio con Cas- tro Bilibio y quinto le per- tenecía. Finalmente en Ro- gerio Hoveden se cuenta este pueblo alano de 1177. en la legacía que los Em- bajadores hicieron enel com- promiso del Rey Enríqpe de Inglaterra , de parte de D. Sancho el Sabio : Pr¿e- terea petit hcec , quce impe- rator abstiilit \Regi Garsia* patri suo per vim , scUfcet^ Nágeram castellum Chris- lianorum , & Judaorum^ Gr(inion^ Pancorvo ^ Belfo- rat , Zcrezo Monasterium^ Cellorigo , Bilibio, &c.

2 Moret en el lib. 2. de sus Anales cap. 3. escribe, que Bilibio es el mismo pueblo que el Lybio , pues- to en el Itinerario de Anto-

nino á diez y ocho millas de Tricio caminando á Bri- viesca , y que sin duda está algo inmutado el nombre en los Códices como sucede con los de otros pueblos. Pero aunque la distancia pue- de ajustarse muy bien á Bilibio , hay otras circuns- tancias, que comprueban la falsedad de este didlamen, y son la diferencia en el nombre , que ningún Códice escribe Bilibio, ni Lybio, sino todos Libia, y principalmen- te la situación que he dicho tenia Bilibio, por donde no podia dirigirse la vía mili- tar desde Tricio á Bríviesca. Acerca de Libia y del sitio que la corresponde , véase la Disertación de la Canta- bria §. 25. pag. 192.

3 En este antiguo pue- blo vivió en el siglo quinto un varón muy santo llama- do Félix , cuya dodrina y santidad ilustró y consoló soberanamente al territorio de la Rioja en aquellos mi- serables tiempos , en que otras regiones se vieron in- ficionadas con los errores de los barbaros que poco antes habían entrado en España. Coligese en que años florecía este Santo en Bilibio , por lo

Santos del Obispado de Calahorra, lo que S. Braulio dice de tos , y vehementes la conversión de S. MÜián. Tenia este veinte de edad, qiiando conduciendo las ove- jas de su padre, y quedan- do adormecido con la mu- sica de su pastoril instru- mento , le inspiró Dios al-

393

deseos de seguir la perfección chris- tiana. Su preciosa muerte fue en el año ciento y uno de su edad, y en el de 574. de Christo , como cantó el Poeta D. Gonzalo de Ber- ceo:

Ve seiscientos é doize corrie entoz la Era^ Quando murió Sane Millán y esto es cosa vera»

Siendo pues al tiempo de su conversión muy cono- cida la santidad de Félix, como testifica San Braulio, se infiere que éste florecia por los años de 493,.

5 Debemos la memoria de S. Félix al citado Obispo Cesaraugustano , cuyo tes- timonio es de la mayor ex- cepción por su dodrina y santidad , y por haber co- municado con algunos Santos discípulos de S. Millán , en cuya vida dice lo siguiente: DiStaverat ei fama , esse guemdam eremitam , nomine Felicem , virum san&issi- rnum , cui se non immerito prccberet discipulum , qui tutic morahatur in castello Bilibio. ^rripiens iter per- ven i í ítd eum , cujus se fa- mulatui cum suhjicit promp- tum instituitiir ah eo , quo

Tom.XXXllL

pació innutabundum possit ad supernum regnum dirige- re gressum, Hoc , credo , nos fa^o instruens , neminem si- ne magistrorum\ institutione recle ad beatam vitam ten- dere posse. Quod ñeque vir iste fecit , ñeque Paulum Christus instruxit , ñeque Samuelem^ ut fuceret divina potentia permisit : cum hunc ad eremitam , S Paulum al Ananiam , & Samuelem re- currere jussit ad Heli , quos- tamen jam signis , alloquio-' que animaverat suo, Post- quam igitur ab eo est optime vias vít(ü edodius , ac disci- plín¿e divitiis aflatim , tbs- saurisque salu^is dit itus, re- meat ad sua doSirince gratia copiosus.

5 En estas breves clau- sulas dejó San Braulio com- pendiada la vida de S. Félix. Ddd Da-

394 España Sagrada,

Dale el nombre de Eremita, y llámale asi , no porque vi- vía en desierto muy retira- do de los pueblos , sino por- que su ordinaria habitación era en el castillo de Bilibio, donde se ocupaba- en los e^c^ercicios de penitencia , y en altisima contemplación de las cosas celestiales. Dice, que tenia fama de varón san ti simo , y mav docto en los ca.ninos del espíritu , y que por estas excelencias S. Mi- liáT , después de haber senti- do en su corazón el movi- miento de la gracia , fue en- vii io á Felijí como S. Pablo á \naaiis, y Samuel á Helí. Tes ifivü que S. Mil'án salió de aquella santa escuela lie m de instrucciones acerca de la vid i eterna , abundan- te de celestial sabidurá", y enriquecido de los tesoros de la verdadera salud , efedos que manifiestan evidente- mente las soberanas calida- des del Maestro. No cuenta S. Braulio las particularida- dvís respedivas á San Félix, por no ser este el objeto de su obra; pero oodemos creer, que estas qned iron estampa- das enS. Milián su discípu- lo , y después Maestro de otros muchos Santos , que ílo

Trat.óc). Cap. 19.

recieron bajo su dirección en la Rioja, todos los quales de- ben reputarse por frutos, que correspondieron á los santos documentos de nues- tro Félix Bilibiense. Ignora- se el año de su santa muer- te , pero es constante que murió en Bilibio , y que su cuerpo fue sepultado en el Oratorio del castillo donde se conservó venerado de aquel pueblo y los comar- canos hasta el año de 1090, como diré tratando de su traslación.

6 La ansia , con que el Doctor O, Mi^.'él MirtineíS Villar pretendió , que S. Mi- lián fuj Arag [íes, le cegó de suerte , que ilecíó á confua- dir el ca^til!o deB^ibio en la R'oja con el de B '¡bilis Araron, donle* pone á San Félix haciendo vida eremí- tica , y enseñando á S. Mi- lián el cam'uo de la p^-rfec- cion christiana. Trae para prueba de su intento la mis- ma auloridai de S. B-'aulio, leyendjla de este modo: Dic- tavcrat ei fa^n.i ex se quem- dcim crenutam noivine Feli- c:m , viru.n sn^i^'^sslmum.,, qui tur.c morahatur in cas- tellun BiWiJium , cuya de- claración, dice, p;}nen algu- nos

Santos del Obispado de Calahorra. 395 nos Breviarios del Obispado escribieron in CasteUo BU-

de Tarazona , y de la Orden del santo Sepulcro en esta forma : Nunciatmn est quem- dam es se in B.Ihili cas t ello magncc saní^itañs , S doc- trina virum Felicenu Y co- mo Ambrosio de Morales, Marieta , Mariana , y otros Autores no ponen á Bilbilis, ni su castillo en. la Rioja si- no en Aragón , infiere que S. Félix fue también Aragonés. 7 Este argumento pro- cede , como he dicho , de un afedo deslumhrado , que por hacer aparente ó verisi- mil lo que intenta , echa mano aun de las equivoca- ciones ó errores , que otros han padecido. San Braulio no escribió Bilbilium , ni fue gramático tan rudo, quede- clinese tan mal el nombre de Bilbilis proprio de una Ciudad de los Celtiberos, cuyos vestigios se ven hoy en el monte Bambola distan- te media legua de Calata- yud. Los Códices antiguos leen uniformemente Bilibio^ nombre que desde los Go- dos hasta hoy ha conserva- do incorrupto el Castillo de la Rioja , de que he tratado. Es cierto que los Breviarios de la Diócesis de Tarazona

bili , com.o he visto en el de la Colegiata de Santa Maria de Tudela que tengo presente ; pero esta equivo- cación es tan conocida, que no es razón obgetarla con- tra una verdad manifiesta, qual es la de haber vivido, y muerto S. Félix en Bilibio de Rioja, lo que además de lo dicho se comprueba evi- dentemente con la certeza de haberse guardado alli el cuerpo del Santo , como lo veremos ahora en la his- toria de su traslación. Ten- ga pues norabuena Bilbilis la gloria de haber sido Ciu- dad celebrada por los Geó- grafos antiguos , ilustrada con el ingenio del Poeta Marcial , y aplaudida por la nobleza de sus aguas ; pero no quiera desposeer á Bili- bio del rico tesoro , que en- grandeció é hizo famoso el nom.bre de esta pequeña po- blación.

Ddd2

VES'

39^ España Sagrada,

DESPUÉBLASE

Bilihio en el si;rIo once , y se ' grcga á la y'illa de Ha- ro , y por esta causa se in- tenta y efe&ú>i la traslación de hs sagradas Reliqtias * de San Félix al insig- ne Monasterio de S. Mi Han,

I Uno de los mejores pueblos de la Rioja es la muy ilustre , y antigua Vi- lla de Haro , situadií entre los ríos Tirón , y Ebro , los quales , y las muchas y co- piosas fuentes , que nacen en su terreno ,feriilizan , y her- ínosean su ameno y delicio- so campo. Su sitio , según muchos Autores , correspon- de al que tubo antiguamen- te Castro Bilibio ; pero esto no se ha de entender con to- do rigor , sino con respeélo á la corta distancia de poco m.as de media legua , que hay á las ruinas de Bilibio, que se vén á la parte del Norte , entre la misma Villa, y Miranda de Ebro. Su nom- bre , dice Covarrubias , vie- ne de la voz ¡:arr , que tras- ladada del Árabe á nuestro Castellano quiere decir ¿il^rc; pero escribiéndose en los

Trat, 69. Cap, 1 9. Privilegios antiguos Faro^ parece mas verdadero, que su origen es el mismo que el de esta voz Castellana, que según nuestro D'ccionario es tomada del G<iego , pharos^ en cuya significicion la co 1- vieue de algún modo el non- bre , por la eminencia , y al- tura de su Castillo que do- mina todo aquel terreno. Yerran evidentemente los que afirman , que D. Lope Diaz de Hüro , de los Señores de Vizcaya , la fundó , ó la dio su nombre en el año de i r68. porque consta de Privilegio del siglo antes , que existia por ios años de [072. y se llamaba Faro ; y siendo tam- bién cierto, que el apellido de Haro añad do al de Lope no suena en Es rituras ante- riores al siglo dcce , se coli- ge que la rtfeiida Villa no recibió su nombre de los Se- ñores de Vizcaya , sino que los de este nobilísimo lina- ge lo tomaron de ella.

2 El Fundador de esta po- blación , según la Cbronica general , part. 4. fue Fernán Laynez , Juez de Castilla : E diremos de Layn Calvo ^ por ^uál razón él casó con D, Teresa Nmez ^flja de Ñuño Rasucra , & él ovo en ella qua-

Santos del Obispado de Calahorra, 397 quatro fijns , e al mayor di- Leyre , y al Obispo D. For- jerrn Fernán Layne% , é de éste descendieron ¡os- de Viz- caya , porque pobló a Ffaro. Pero no es verisímil que los Jueres de Castilla fm da«en en la Rioja pueblos nuevos, hallan lose ent(>nce.s toda es- ta tierra ocupada de los Mo- ros. Yo no he podido averi- guar á quién debe atribuir- se la fundación de esta Vi- lla, ni se encuentra su erigen tn documentos aniigiios , lo que es sin duda argumento de su nucha ai.tiguedr.d.San- doval en la Vida'de D. Urra- ca , dice , que la pt in era me- moria que vio de Haro , es del año de 1116. en que se hacian guerra cruel el Rey D. Alonso de Aragón, y D. Diego López , Señor de Viz- caya ; y e! Rey testifica en el Instrumento , que estaba tn un Castillo nuevo ante Ta- rum^ que es Haro en la Rio- ja , dice , pueblo bien cono- cido ahora , del qual eran Se- ñores los de Vizcaya , que tomaron de él aquel nom- bre tan honrado, que de ellos ha habido en Castilla. Pero en otra parte menciona una donación de D. Sancho Peña- len del año de 1072. por la qual dio á S, Salvador de

tuniola Villa deTondon,que dice estaba situada á la ri- bera del Ebro entre Briñas, y Faro. Esta misma Escritu- ra convence, que Haro, y toda su comarca pertenecía en el siglo once á los Reyes de Navarra , qu€ la habían conquistado echando de toda esta tierra á los Moros , los quales jam.ás volvieron á po- seerla. Y de aquí se con- vence el error de D. Loren- zo de Padilla , que escribe de D. Diego López de Haro, que viendo que los Moros hacian mucho daño desde esta Villa , de que estaban apoderados con sus comar- cas , vino sobre ella , y la cercó y combatió , hasta que los barbaros se la entrega- ron en el año de 1 1 1 $. en me- moria de lo qual trocó su sobrenombre de Vizcaya por ei de Haro. Debe , pues , te- nerse por cierto , que la con- quista de esta tierra se hizo por los Reyes de Navarra en el siglo diez con todo lo de- más de la Rioja, á excepción de Calahorra , lo que advier- to por lo que conduce, asi al conocimiento de Jo que ahora estableceré acerca del m,oti- vo que ocurrió para trasla- dar

3 9 S ^^P ^^^ Sagrada dar laS' Reliquias de S. Félix, como para que, se entienda qne los Señores de Vizcaya tomaron el apellido de Haro, lio porque ganaron á los Mo- ros^ esta- Villa , ni menos por- que la fundaron , sino en vir- tud de la gracia y merced que les Reyes les hicieron de ella, como se la hicieron des- pués de Náa;era , y Grañon. . 3 Conquistada toda la Rioja por los Reyes de Na- varia , y expelidos muy le- jos de sus contornos los bar- baros ,que la habían ocupa- do , varias poblaciones pe- queñas se fueron agregando á la Villa de Haro , atraídas de la belleza y amenidad de su terreno , y de otras gran- des comodidades que en to- dos tiempos han disfrutado sus vecinos. Los nombres de estos pueblos se conservan hasta hoy dentro de los tér- minos de la expresada Villa, coa otrps vestigios eviden- tes de paredes ., sepulcro?, -&C. como de la Villa de Ton- don , donada al-. Obispo D. Fortunio por el Rey de Na- varra D. Sancho de Peñalen i^n. ^\ zxio de 1072.se man- tiene el Hon^bre en el distri- to, que se dice HQudpn, á la ribera septentrional del Ebro

. Trat\6g, Cap, 19. entre Briñas , y Haro. Uno de estos pueblos fue Bilibió, el qual quedó tan desampa- rado de sus vecinos , que ro- do su alfoz 6 pago con los montes que le pertenecian, se dieron y concedieron á los pobladores de Haro por el Rey Don Alonso , como consta del Privilegio que tie- ne esta Villa , dado en S. Esteban el dia 15. de Mayo de la Era 1225. Henaoenel lib. 3. de las Antig. de Cant. cap. 22. dice, que hasta la ar- mazón de las puertas del an- tiquísimo Castillo de Bilibio se conservaban el año de 1 601. en casa de un vecino de Haro, el qual, según Garibay citado en el Memorial de D. Diego de Viana , Beneficiado de esta Villa , y Sandoval en el Monasterio de S. Millan, era D. Francisco de Ojeda, cuyas casas estaban en el bar- rio que se dice de la Paz.

4 Esta agregación de Bi- libio , y otros pueblos á la Villa de Haro , fue el moti- vo especial de que se pen- sase en trasladar las Reli- quias de S. Félix al Monas- terio de S. Millan , que dista del Castillo cinco leguas. Ha- blase intentado varias veces sacar de allí el santo cuerpo pa-

Santos del Obispado de Calahorra. 399 para llevarlo á otras partes; vido con gran edificación de

pero lo cierto es, que nunca io consintió Dios , mi'jiitras Bilibio , y los lu^^ares veci- nos se mantubieron pobla- dos , y pudieron darle reve- rente culto. Vióse esto par- ticularmente en el Reynado de D. García , el qual que- riendo enriquecer y enno- blecer el Monasterio de S. Maria de Nágera que habia fundado , procuró llevar á él una gran copia de Reli- quias , asi de fuera de su Rey no, como de la comarca. Tomó esta empresa con tan- to calor , que se^un escribe el M. Yepes , intentó mover de su lugar aun el cuerpo de S. Miilan de la Cogolla , lo que no pudo egecutar á cau- sa de un señalado milagro, con que , según tradición de ia tierra, manifestó D'os no* ser aquella su voluütri.Qje- riendü, pues, igual mente sa- car ce Bilibio las Re ¡quias de S. Félix, sucedieron -i! po- nerlo por obra los prodi'^ios que referí en García , Obis- po de Alaba, por medio de los quales conocieron los Pre lados , y demás personas que fueron al Cisiillo , que Dios queria se quedise el Smro en el lugar en qu¿ hubia vi-

toda aquella comarca, feo despoblándose después Bili- bio á fines del siglo once , y no pudiendo proseguir el culto del Santo con la fre- qüencia , y solemnidad que antes por la distancia y difi- cultad del carrino que hay en- tre Haro , y Bilibio, tomaron deaqui ocasión el Abad , y Monges de S. Miilan , para pretender la traslaci(.^n del bendito cuerpo. Hizose ésta en el año de 1090. del mo- do que refiere Grimaldo, Au- tor coeiá eo en la historia que escribió de este suceso en lengua La'ina , la qual^ traducida por el Señor Sando- val , es como se sigue.

COMIENZA EL PR^^^

fació de la bii^oria de la

traslación d 7 bienav-n-

turado S, Felices , sin^

guiar Confesor de

Christo,

T Con autorid id pas- toral y piedad d_> padre minda>;te escribir ániíGri- maído , ó Blas, Abad ve- nerable de la Congrega- cion del .Monasterio de Saa Milian , Confesor de Chi is- to , servidor del Omni po- ten-

403 España Sagrada^ tente Dios , pues con tan- ta brevedad , Sraulio dig- no O'jispQ de Zaraq;oz3, escribió la Vid i del dicho beatisiino Emiliano, y el feliz curso, contienda , y triunfo del bieniventura- do S. Félix Presbytero, contra el enemigo antiguo en el Castillo de Bilibiíj, y la felicidad con que allí acabíS , y hizo su dichoso fin ; y que con su ege:n- pío el bendito E:niliano desprecio el mundo, y puso sus cuidados y animo en solo servir á Dios , instrui- do con sabiduria soberana: yo , á quien mandas escri- ba la traslación del sagra- do cuerpo del bendito Fe- lix , hecha por , y por la devota Coi^regacion, que por Dios te fue da- da , ordenándolo el cíe- lo asi para edificación de los que han de ser des- pues de nos y nue«tra, obra ,, harto agradable , sino me dañara el vicio de mi in- suficiencia y tardo i:ige- nio. Confiado » pues , en la misericordia de nuestro clementísimo Dios , con „cuyo don inefable á. los niños, indoétos , y humil- des , y brutos animales

Trat. íp. Cap. 1 9. valor y eficacia para hablar dogamente ; obe- ,, dezco tus gustisimos man- damientos, y los cumpliré en la forma que pudiere , y supiere. Tube cierto siem- pre por muy peligroso , y ser crimen , y temerario j, atrevimiento contradecir obstinadamente á tan justo mandato , y no obedecer con to:la voluntad emple- ando mi candil en tal obra y cuidado. Huniil- ,, mente invoco á Dios be- nigno y pió , que me ayude , para que pueda coa entera , sano enteitdi- miento , escribir , y con- ,, tar , y poner en orden esta relación, el efecto que tu- bo , en la forma que fue, cíSmo se sacaron los sa- ,, grados miembros del va- ron de Dios Félix Presby- tero de su proprio túmu- lo , y se trageron al lugar donde agora son adorados y venerados ^ y ponerlo fielmente por escrito.

CO-

Santos del Obispado de Calahorra. 40 1 dio á esta Real Ciudad , que

COMIENZA EL TEXTO de la historia de la trasla- ción del sagrado cuerpo del bendito S. Félix Presbytero»

I Pues como el Rey D. Alfonso , hijo del Rey D. Fernando , varón excelen- tisimo , reynase en España, y con señaladas y conti- nuas viétorias sujetase to- dos sus enemigos , y los trajese á su obediencia, entre sus muy nobles y continuos triunfos , fue uno la toma de Toledo , Ciu- '„ dad Real , teniendo la Mo- •„ narquia de toda España, que poco antes la sucisi- 5, ma gente de los Agarenos habia impugnado y con- quistado , y apoderándose della con sucia y estraña violencia , teniéndola opre- sa y cautiva hasta los ti- empos deste Rey. Favore- ',, ciendo y dándolo la mise- ricordia de Dios, trabajan- do varonilmente con mano armada , la restituyó y volvió á su antigua liber- tad y nobleza , é ilustró , y amplió la Religión Chris- tiana. Y demás desto, el Papa de la Silla Apostólica

Tom. XXXllL

, tubiese , como soüa , su , Arzobispo ,con voto , elec- , cion , y aclamación de to- , do el pueblo. Pues en este , dichoso tiempo , un vene- , rabie Monge llamado Bias, , varón muy religioso , era , Abad en el Monasterio de , S.Millan,sitoen la Diócesis , de Calahorra , y en quan- , to humanamente se puede , alcanzar y es posible á , nuestra fragilidad , con pa- , labras y egemplo de ví- , da adornaba aquel oficio. , Hallando este prudente , Abad en la vida y obras , de S. Millan , que el varón , de Dios Félix Presbytero , hab'a pasado desta vida , al descanso eterno en el , Castillo de Bilibio , y que , habia mucho tiempo que , estaba alii sepultado su sa- , grado cuerpo , y que por , ser el sitio áspero é inac- , cesible, apenas habia quiea , lo visitase ; estaba con graíi , cuidado , en qué manera, , con qué ingenio y trabajo , se podrían sacar los hue- , sos del dicho siervo deDioá , de aquel lugar tan vil y , solo , y traerlos á la Igle- ,sia de su discípulo S. Mi- , lian , donde puesto hono- Eee ri"

402 España Sagrada, rificamente fuese vene- rado de todos , y todos por su mérito é intercesión re- cibiesen su favor , y en él hallasen defensa de los aco- metimientos de todos los enemigos visibles, é invisi- bles ; y finalmente , goza- sen de su patrocinio y fa- vor con su presencia. Y comunicado a los Monges su justo y loable deseo, dijo en público lo que en su animo habla tenido se- creto. Dieron todos mu- chas gracias á Dios con gozo espiritual , y loaron y aprobaron el intento y deseo del Abad , teniéndo- lo por bueno y santo : y como el Abad era varón muy diligente, y de cau- dal, industria , y eficacia en todas estas cosas , co- menzó á pensar consigo, viendo que á todos pare- cia tan bien lo que él tan- to deseaba , en qué mane- ra podria poner por obra lo que todos deseaban y pi- dióles su consejo. Hallaba en ello mucha dificultad, y que de ninguna manera lo podía hacer sin autori- dad del Rey, Resuelto en tratarlo con él , tomó con- sigo algunos Monges de los

Trat. 6g, Cap. 1 9.

mas ancianos y graves que tenia , y partieron para ,, donde estaba el Rey D. Alonso. Dijole la causa de su venida , y el deseo gran- de que tenia de trasladar las santas Reliquias ; y su- pilcóle diese su Rea! con- sentimiento para que asi se hiciese. El Rey era huma- nisimo , adornado de mil virtudes ; y como entendió el loable deseo del Abad , y ,, la justa demanda que traía, luego dio su consentimien- to y asenso para que se hi- ciese, y que se trasladasen los huesos del bienaventu- rado S. Félix á la Iglesia de „S. Millansu discípulo , y se sacasen del Castillo de Bilibio, hallándose en pre- sencia del Rey todos los Grandes del Reyno : y se despacharon los recados en pública forma del consen- timiento que el Rey dio pa- ra hacerse esta traslación. Finalmente , le pareció al Rey, y á todos los que con él estaban ^ ser cosa inde- cente que los huesos de tan gran Santo estubiesen en tan humilde lugar. Ha- ,, biendo alcanzado el Abad D.Blas lo que deseaba, vol- vio á su Monasterio muy con-

Surtos del Obispado de Calahorra. 403

contento; mas como suele acontecer , ofreciéndosele muchas cosas y negocios seculares . se embarazó de manera , que se dilató su buen deseo largo tiempo; „y de dia en día , sin poder 5, poner mano en ello, vino á detenerse tanto , que los Monges lo sentian mucho, y se aíiigian por extremo. Y asi , viendo los Monges que ei Abad se habia en- friadoen aquella devoción, y se detenia demasiado en la egecucion de este nego- ció , y que se ocupaba tanto en otras cosas , que parecia que olvidaba ésta, juntáronse todos , y de co- mun acuerdo hablaron al Abad , y con la reveren- cia y humildad que de- ,, bian , le dijeron : Provea vuestra piedad , Padre nu- estro muy amado , y con cuidado solícito atienda, ,, que el estado de este Mo- nesterio santísimo , que la Divina providencia os encomendó por toda vues- tra vida , no se disminuya ó menoscabe en alguna co- sa,ó , lo que Dios no permi- ta , con alguna negligtn-

cia pierda su se ocasión

decoro , y á que ha-

bien mal, y nos culpen , si- no que con vuestro conti- nuo cuidado , vigilancia, y trabajo, y el nuestro qué juntamente con vos en él trabajamos , por la provi- dencia Divina se aumente; y ayudando los unos á los otros , imitando lo santo y ,, virtuoso , crezca en el bien, para que volviendo el Se- ñor de su largo camino / peregrinación , esto es, nuestro Señor Jesu Chris- to, sumo , verdadero , y buen Pastor, no te mmde poner recluso con el sier- vo negligente , mas antes con los siervos fieles y lea- les entres en el gozo de ta Señor. Suplicamos , venera- ble Padre , que no se alte- re vuestra bondad , ni se pierda vuestra paciencia, pensando que atrevida y osadamente os decimos es- tas cosas ; porque es Dios testigo , que sabemos que él solo , y entiende los pensamientos de los hom- bres , que nuestra oración, ,, esto que pedimos , proce- de de la fuente , no de fin- gida caridad , sir.o verda- dera ; y que lo decimos coa toda llaneza . limpio de to- da falsedad , malicia , y en-

Eee 2

ga-

404 España Sagrada, Trat. 6g. Cap, 19

gano. Y SI vuestra santi- ., dad manda , diremos en público , por qué razón os ,, referimos esto. Mandóles el Abad que lo dijesen. Los Monges con humildad di- jeron : No ha mucho , Pa- dre , que nos prometiste hacer una obra que nos habia de alegrar á todos, esto es , que nos prome- tiste de traer á este Mo- nesterio el cuerpo del ben- dito S. Félix Presbytero, sacándole del lugar donde está con tanta indecencia: „y desto hiciste voto, y lo trataste con el Rey , y ga- naste su licencia y facul- tad Real para sacarlo de ,, alli , y traerlo aqui,como con tantas veras hablas de- seado , y devotamente lo prometieras. Agora , pues, no sabemos , por qué cau- sa una cosa tan codiciada, y provechosa á todos , y á nuestros succesores , te- niendola en poco la des- precias , y no curas de lle- ., varia á debido efedo, ha- hiendo de ser esto tu sa- lud perpetua del alma , y defensa segura de tu cu- ,, erpo ; y que demás desto dejarás perpetuo nombre 5, de ; y que acabada tu

vida, jamás quedes olvida- do , y viva tu memoria : y podría ser, que si no pro- curas acabar de presto es- ta obra , con el cuidado ,, que la comenzaste, te su- ceda lo que tememos, que se á otro el celestial tesoro que se nos ha pro- metido , y frustrados tra- bajemos en valde. Por lo qual rogamos á vuestra misericordia y piedad , to- dos en común , que lo que propusiste , y comenzaste, trabajando nosotros junta- mente contigo , procures cumplir sin tardanza , ni escusa alguna. Movido el Abad con esta petición y queja de los venerables Padres , prometióles que ,. sin falta ninguna con toda brevedad haría lo que en su justa y santa petición le habían pedido. Conten- tos los Monges con tan blanda y benigna respues- ta , y palabra que el Abad les daba , con muy conti- nuas y fervorosas oracio- nes suplicaban áDios cum- pliese por quien él era sus deseos , dándoles el cuer- po del dicho varón de Dios S. Félix Presbytero. Los quales deseos llenos de fe „cum~

Santos del Obispa cumplió Dios por su gran clemencia muy en breve, según lo dice el Apóstol: Pidieron con , no duda- 5, ron en cosa , y por eso merecieron alcanzar todo 5, lo que pidieron.

2 Será bien agora que fiel y verdaderamente re- firamos , como con el fa- vor Divino fue trasladado el felicisimo cuerpo de S. Félix : y porque sería muy largo de contar decirlo to- 9, do , no demos fastidio á los leyentes , volvamos al articulo de la traslación de S. Felices , y contémosla fiel y brevemente en la ,j manera que se hizo.

3 Juntándose , pues, todos los Monges del Mo- nesterio de S. Millan , fue- ron al Abad D. Blas , y con humiidfíd le regaron, que como había prometí- tido cumpliese , trayendo á casa el cuerpo del bien- aventurado S. Félix , que 5, estaba en el Castillo de Bi- j, libio , y habláronle de es- 5, ta manera : Veis , Padre muy amado , las muchas ,, guerras que hay por toda p, España , y grandes perse- ^, cuciones , y que se levan-. j, tan las gentes nnsb coa-

do de Calahorra. 405 tra otras : y asi , considere vuestra pia vigilancia, que si como determinaste , tras- ladares el cuerpo de S, Feiix , que está en el Cas- tillo deB'übio, sin duda alguna por los méritos san- tisimos , y pia intercesión del mismo Santo , el Señor ofendido por los pecados de toda la tierra , clemen- temente les será favorar- ble , y los perdonará , y se dolerá de nuestra pa- tria grandemente afligida con la persecución de lo« Barbaros , sin dilación al- guna.

4 Viendo e! prudente Abad D. Blas , que la peti- cion y consejo de los sier- vos de Dios era justa, buena , y santa , y de tO' das m.aneras razonable, de- ,, term:inó poner por obra lo que pedían , sin dilación^ escusa alguna. Tampo- co fa^tó en este hecho tan acepto á Dios , verdadera visión del cielo , en que quiso mostrarse la volun- tad Divina. Estando un Monge de santa vida en contemplación en la ígle- sía de S. Millan ^ dióle un sueño, y vio en él una com- paüia de hermosisimas fi-

,, guras , vei^tidos todos de

blancas y ricas vestidu.-

ras; y que venian , ó esta-

ban puestos en procesión,

como se suele hacer en la

Iglesia , con mucha com-

posición y modestia. Pasa

dos los desta procesión, lle-

garon luego dos hombres

de bulto y habito estrañ,.'S,

como que veii'aü de cami-

no ; los quales llegaron á

él , y con grandísima au-

toridad , y benigno sem-

blanre le dijeron: ¿Por qué

os detenéis tanto en traer

á e>ta Iglesia el cuerpo de

,, S. Felices? Esto se os di-

ce con verdad , que si mas

os detuvieredes en traer

aquí su cuerpo , qie de ai

adelante , ni tendréis su

cuerpo , ni su favor. A los

quales respondió el Mon-

ge: Señores mios , una car-

ga tan preciosa , y de taa-

to peso , no es bien que

me la echéis á , antes

os está bien á vosotros de-

cir esto al Señor Abad;

porque una cosa tan ar-

dua , y divina pertenece y

toca á su prudentísima ex-

celencia,y gran inteligen

cia y experiencia ; no á

,, mi baja ignorancia , y po-

co saber. El valor , y sa-

. Trat, 69. Cv.p, 1 9. ber del Abad , es el que basta para esto , que no mi corto caudal , que es ninguno. Respondieron lúe- go los dichos : No te es- cuses , no tengas pereza de venir con nosotros, que sin duda te mostraremos el lu- gar donde está el cuerpo sacratísimo de S. Felices Presbytero: y como los si- ,> guiese el Monge , Uegaroa al lugar asperísimo é inac- cesible , donde estaba el Castillo de Bilibio , á cuya áspera y dificultosa entra- da y altísimo asiento , ca- si inaccesible , sin dificul- ,> tad alguna , ni trabajo, con sosegado paso llegaron ; y puestos en la gran cumbre de aquel castro , mostra- ron al dicho Monge dónde estaba el cuerpo de S. Fe- lices Presbytero , M lestro que fue de S. Millan , y luego le mostraron la pir- te del sepulcro de S. Feli- ees , que estaba debajo de la pared del Altar. Visto esto , despertó el Mon- ge , y en amaneciendo jun- todo el Convento de Monges , presente el Abad ,, D. Blas , y les contó por orden todo lo que babia visco. Luego que el Abad,

Santos del Obispado de Calahorra. 407 y Monges esto oyeron ,to- gracia , favor ,y ayuda en

dos á un:i comenzaron á cantar Fe Dcum la.udamusy y dieron infinitas gracias al Señor , de quien tanta bien recibían , y encareci- damente le suplicaron, im- plorando su divina demen- cía , que aquel don que por su infinita bondad les ha- bia descubierto , tubiese ,^por bien de llevarlo al efeéto , que con tanta an- sia deseaban. El castre de Bilibio, que (como se ha dicho ) tenia los sagrados huesos de S. Felices Pres- bytero , era en este tiem- ^, po del Excelente y seña- ladisimo Conde , y gran siervo de Dios D. Lope» Señor de Vizcaya , que lo tenia por donación Real, y sin consentimiento y vo- luntad del Conde no se po- dian sacar las santas Reli- quias , ni hacerse honesta- mente la traslación dellas^ que tanto se deseaba, Es- taba casado el Conde con Doña Tecla , que, como es notorio , era airada de Dios , y de los boii^bres, y en todas sus obras loa- ble : á los quales Condes el Abad D. Blas dijo el deseo que tenia , y les pidió su

este hecho , y que le die- sen licencia para poder en- trar en el Castillo de Bili- bio. Como los Condes eran tan prudentes y discretos, respondieron con mucho acuerdo , que en lo que el Abad D. Blas pedia , cer- ca de la traslación del cu- erpo de S. Felices , que estaba en el Castillo de Bilibio , para llevarlo al Monasterio de S. Millan, que en un tiempo fue su discipulo , su deseo era santo y loable ; mas que ellos no tenian autoridad para dar á nadie tal licen- cia para romper los m.u- ros del Castillo de Bilibio, „que era del Rey, y llevar de allí cuerpo de S. Fe- lix á otra parte ; que lo dijesen al Rey , y procu- rasen alcanzarlo del , que ellos ayudarían con todas sus fuerzas. El Abad D. Blas tom.audo el consejo saludable que los Condes le ,^ dieron , partióse luego pa- ra el Rty D. Alonso, y en la manera que ante el Con- de Don Lope habla dado su petición , dio otra al Rey , manifestándole lo ,, que tanto deseaba. Oyen- ,, do-

4o8 España Sagrada, (Jola el Rey respondió al Abad : Pareceme , Padre Abad, negocio grave y di-, ficiiltoso inquietar , ni mo- ver el cuerpo de un Santo; pero porque no parezca que soy contrario á tan jus- tos deseos , y obras tan santas , id con la bendición de Dios , y si os place tras- ladad el cuerpo de S. Fe- lices como lo deseáis ; y si en esto (loqual no sea) sucediere algún mal he- cho , infortunio , ó desgra- cia por orden del cielo , no se me cargue á la cul- pa del lo , que desde aquí me juzgo y digo estar li- bre , y no sabidor de tan santísima cosa. Con este despacho volvió el Abad D. Blas muy contento al Monesterio de S. Millan , y tomando consejo con to- dos, ayunaron tres dias, y con continua y fervorosa oración pidieron á Dios, que por quien él era les concediese cumplimiento de tan justo deseo , tan saludable y provechoso á toda la tierra. Tomó el Abad doce Monges escogi- dos para esta santísima obra , y poniendo en orden todo 1.0 necesario , se par-

Trat.6g, Cap, ig.

tieron, ayudados de la grá- ,, cia de Dios , para el Cas- tillo muchas veces dicho de Bilibio. Y concediendo- lo, y permitiéndolo el Con- de D. Lope , y su muger la Condesa Doña Tecla , les abrió luego las puertas la Guardia del Castillo. Su- bieron á lo alto del castro, hasta un gran llano que se hace en la cumbre : di- „jeron allí Mi>a on mucha ,, devoción. Hecho esto , cork reverencia , y temor , y con muchas oraciones que hacían á Dios , y con la devoción que podian , lle- garon al lugar de la sepul- tura , que en la visión ha- bia sido revelado al Mon- ge , como queda dicho, Estaba el sepulcro en la punta de una peña delan- te del Altar de la Iglesia, fundada en aquel lugar á la parte del Oriente , en una cuevecilla hecha á pi- co de Cantero , con algu- nos labores de cantería pa- ra adorno. Hallaron abier- ta la sepultura , y una ca- „ja de madera , y dentro del'a el precioso cuerpo de S. Felices, ilustre Confesor de Christo , mal puesto , y no como convenia á tan san-

. Santos del Obispado de Calahorra, 409 r> santo varón, vilmente pues- no gozo del tesoro halla-

, do por concesión del cie- , lo , volvieron ricos al Mo- , nasterio de S. Millán. Vo- ló la fama de esta seña- , lada obra por toda la tier- , ra , como se hablan Ueva- , do los huesos santos del , bienaventurado S. Felices , del castillo de Bilibio al , Monasterio de S. Millán su , discípulo , quedaron mu- , chos admirados , otros no , lo creían , y á muchos pa- recía imposible un suceso como este , y don tan di- , vino haberse concedido á , los presentes. Moviéronse , ciertamente á hacer esta , obra , esto es , sacar el , cuerpo santisimo del san- , tisimo S. Felices , Confe- , sor de Christo , de su pro- , pria sepultura , y llevarle , á otro lugar , lo que á to- , dos los pasados el secre- , to juicio de Dios denegó. , Esto vimos patentemente, > y nos holgamos en el al- , ma , y entendemos que di- , vinamente nos fue conce- , dido. Y de muchas , di- , gamos una cosa llena de , toda verdad , y fiel acia- , maoion de muchos que lo , dicen. Refieren con verdad , muchos , y lo afirman , que FiF Gar-

» to aquel gran tesoro de i> los tesoros , mas preciado,

V mas fino que el obrizo pu- » ro y acendrado. Era aquel » sepulcro de la mesma ma- » ñera , que en la visión se w había mostrado al Monge

V cerca de la pared del Al- » tar , y contiguo con él. *f Descubierto pues el sacro » túmulo , no sufrió mas la r* piedad del Señor , que es- » tubiese encubierto lo que n aquel bendito cuerpo me- j? recia ; porque á la hora w salió de la sepultura una w fragrancia tal , que sintie- »> ron los que allí estaban n olores del cielo , tales que » no se les igualan los aro- » maticos de la tierra. Los »> que allí estaban dieron tes- » timonio con grandes ]\x-. ramentos , que nunca se- ^, mejante olor habían sen- tido , como el que hubo luego que se descubrieron las sagradas Reliquias. To- cando á los sagrados hue- sos con debida veneración i, y reverencia , y con la ^, honra Eclesiástica , los sa- carón de aquel humilde lucillo , y los envolvieron en paños muy liüipios y preciosos , y .con sobera-

Tom.XXXUL

410 España Sagrada. García, Ct-ispo de Alaba, por n^nndado del Rey D, García vino á la sepuku- ra del bienaventurado San Felices , con intento de sa- ^, car de ella el cuerpo san-- ,, t?o con inconsiderada .y te^ „meraria osadía, sin tener revelación alguna del cie- lo : y porque presun?iió ;, hacer esto con dañada pre- ^, suücion , y iio por algún divino ij-;síinto , al punto ^v.que llegó á abrir la sepul- tura sagrada de este san- i, nsimo varón , la ira divi- na le hirió con riguroso castigo. No solo le quitó ^, del i'Jgar do estaba el ve- i.trable túirulo , mas da- .^ ñóle con espantable feal- ^, dad la boca , que se le terció , y quedó muy feo y torpe. Testifican lo que aquí refiero todos los que lo vieron por sus ojos. De ,, más de esto se levantó una tempestad tan grande , que tocos los que acompaña- ban al Obispo , quedaren grandemenie espantados, sin pensamiento de poder escapar de tan evidente peligro de la muerte , é indignación de Dios. He- rido el Obispo con tales ^, llagas , sintiendo la virtud

Trat. 69 Cap. 1 9.

del beatísimo varón San Felices , Confesor , que allt descansaba, haciendo gran- des votos y promesas con todos los suyos , luego se apartó y fue de aquel lu- ,, gar donde estaba el sepul- ero sagrado , donde otra vez no se atrevió á llegar. Quedóle por todos los dias de su vida la fealdad de la boca. Por esta causa hasta estos mismos dias fue ;, inviolable el sagrado se- pulcro de este varón , sin que nadie se atreviese á llegarle. Y por la gracia inefable de Dios omnipo- tente que rige , dispone y gobierna todas Jas cosas con suave igualdad y tem- planza , y orden divino, siendo servido de querer visitar y honrar misericor- diosamente el lugar que tenia los dichosos miem- bros de S. MiUán , descu- brió , como queda dicho, por revelación del cielo, y hizo merced á este san-* tísimo Monesteno de San Millán del cuerpo del bien-. aventurado S. Felices Pres* bytero , por su ^^rüciosa é inefable piedad. Conviene pues , que nos gocemos ^, coa alegría espiritual, que- ri-

I

mos con

ánimos devotos á quienes con

Santos del Obispado de Calahorra. 4 1 1 ridos mios , y nos alegre- ria de su siervo. En el Ar- chivo del referido Monaste- rio existe un Códice Gótico del siglo 13. en que se leen siete de aquellos prodigios que obró el Señor con los que imploraron el patroci- nio del Santo ; y tres de los mismos se mencionan en el Oficio proprio que los Mon- ges de S. Millán han acos- tumbrado rezar en la fies- ta de la traslación. De am-- bas cosas se me ha remitid» copia , la que se hallará en el Apéndice del tomo pre- sente después de la Historia latina , que de la misma traslación compuso Grimoal- do Escritor coetáneo , y aun testigo ocular de los sucesos que refiere.

6 El cuerpo de S, Feli" ees dice Sandoval en el fol. 33. de la fund. del Monaste- rio dicho, está agora junto al de S. Millán , metido en una arca de plata , que ten- drá de largo vara y quarta, y de alto siete ochavas , con seis figuras de plata sobre- dorada de cada parte , y cada quatro quadros de figu- ras de marfil , que la una parece al Salvador con sus Apostóles , y en la otra de la Cena ; en la otra de la Fflf 3 ea-

nosotros ,

clara lumbre de mérito, la presencia de tan gran- des y sagrados cuerpos nuestros patrones tubo por bien de sublimar , hon- rar y decorar : de forma, que con los mismos pa- trones nuestros merezca- mos llegar á los gozos de la bienaventuranza. Dan- donos para esto su favor y gracia nuestro Señor Jesu Christo , que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reyna por todos los siglos de los siglos. Amen. Fue hecha esta traslación en la Era mil y ciento y veinte y ocho , odavo idus Novembrls , que es año mil y noventa á seis de Noviembre.

5 Trasladado el cuerpo de S. Felices desde el casti- llo de Bilibio al insigne Mo- nasterio de San Millán , los pueblos comarcanos empe- zaron luego á visitar y ve- nerar sus sagradas Reliquias, y su devoción se aumentó y confirmó grandemente por medio de algunos célebres milagros con que Dios quiso manifestar la santidad y glo-

41^, EsiKiña Sagrada* emrada de Egypto , y la otra e<; de dos mesas con SMS ánforas. De 'la otra par- te del arca están ochci figu- ras de largo de un gemc ca- da una de plata sobredo- rada , qiie parecen de los Apostóles, cada una en su tabernáculo curiosaniente la- brado. Está rodeada esta arca de piedras de cristal muy grandes y buenas , y otras pardas y diferentes. En el un -frontispicio está xm quadro á lo largo de figu- ras de marfil , que tiene diez y' seis figuras. La una es uh Monge revestido ,. pues- ta* la niario k un niño ' pe- qMeiío en los- ojos, y los de- más están en pie con libros en las manos , y todos tie- nen diademas. En medio d<^! frontispicio está un es- cudo pequeño de quatro van- das de plata rayadas pe- queñas, y otras quatro es- maltadas de morado jaspea- do. Sobre el escudo están quatro piedras , las tres de cristal y otra parda de lar- go medio pulgar , y launa de cristal es mayor que un huevo , y dentro de ella e?tá un letrero colorado, que dice : Petriis Abbas fe- en anno* 145.Í. Por^ donde

Trat.6^. Cap. 19.

parece que en este ano se le hizo esta arca á S. Fe- lices , porque debia ser muy vieja la en que estaba. En el otro frontispicio hay otro quadro á lo Ir.rgo de figu- ras de marfil , de quince figuras sin rétulo mas de que parecen de Santos. En medio del frontispicio está un escudo esmaltado en cam- po azul con una mano cori manga de cogulla dorada» asida una espada desiuidn, y sobre ella una cruz ce 11 vandera , que son las armas de S. Mülán. Encima de este escudo hay un campo triangulado, en medio del qual está una piedra de cris- tal del tamaño de una ca- muesa , al derredor de ella tres cruces , cada una de cinco piedlas coloradas, ver- des, y pardas. Tiene otras muchas piedras y labores, y un letrero , que de gastado no se puede leer. '7 La Villa de Haro, en cuyo territorio habia des- cansado el cuerpo de San Felices por el discurso de ocho siglos, estubo privada enteramente de sus Reli- quias hr<sta el Reynado de Felipe III; La Historia de la Rioja escrita por el P.' An-

Santos del Obispado de Calahorra* 4 1 y mo , el qual puso en la par-

Anquiano refiere en la pag. 431. que a!can?é una hacien- do devotas instancias al R. P. Fr. Placido Alegria Abad de S. Millán , y que efedi va- mente se hizo la traslación de la dicha Reliquia á 25. de Junio , que es el dia en que la expresada Villa ce- lebra con cdava la fiesta del Santo. Pero yo tengo en mi poder copia autentica de los instrumentos que tie- ne la misma Villa relativos á la Reliquia que consiguió, por los quales constan las cosas siguientes. I. En el año de 1605. D. Iñigo Fernandez de Veiasco Conde de Haro, é hijo del Condestable de Castilla y de León D. Juan Fernandez de Veiasco , su- plicó al R. P. Fr. Hernan- do de Amesqua Abad enton- ces de S. Milián , se sirviese de dar á la Villa de Karo alguna Reliquia especial de S. Felices su Patrono , que vivió y murió santamente en su Castillo de Bilibio. lí. A 16. de Oélubre del mismo año el R. P. Abad abrió el arca donde estaba depositado el cuerpo del Santo , y entresacó un hue- so del muslo, que tenia de largo algo mas de un pal-

te superior del arca coa otras dos Reliquias menores ^ para el uso de su Monas- terio y del de Valvnnera, quedando en esta disposición hasta que llegase el dia señalado para !a ei^trega. IIT. A 6. de Noviembre del mis- mo año , que era Domingo, y dia en que la Villa di S. Mi'lán celebraba la fies-' ta de S. FeUces , se cartó con gran solemnidad la Mi- sa , á que asistieron los Mon- ges del Monasterio , casi todos los feligreses de S-m Millán , y en nombre del Cabildo de Haro Diego de Herrera , y Juan González de Guevara , Beneficiados de esta Villa , y por el Ayun- tamiento de la misma Fran- cisco González Regidor , D. Juan de OllauriFuenmayor, el Capitán D. Sancho de Londoño Porcejana , Pedro de Fuelles y Sancho Velez de Salcedo vecinos de ella. IV. Cantada la Misa el R. P. Abad , hizo una platica es- piritual , y en ella declaró, que él y todo su P^lonaste- rio habia venido- en dar á la Villa de Haro una Relip- quia principal por las ins-í^'' tancias del Conde D. Iñig;o' Fer-

4 1 4 España Sagrada, Trat, 6^. Cap, 1 9. Fernandez de Vclasco, y de ca el Licenciado Oribe y

su Cabildo y Ayuntamien- , to , y porque parecia justo lio careciese de tal prenda un pueblo en cuya jurisdic- ción habia vivido el Santo hasta su preciosa muerte. V. El mismo Abad sacó luego del arca el hueso del muslo, que adorado por to- dos los circunstantes can- tándose entretanto el Te Deum , y llevado en proce- sión , fue depositado en un pequeño cofre , con el qual se puso en una arca , que para este efe¿to y el de conducir á Haro la Reliquia estaba prevenida en la Sa- cristia del Monasterio. VI. En el dia siguiente que fue 7. de Noviembre entre siete y ocho de la mañana se sacó la Reliquia fuera del Monas- terio con gran solemnidad, y habiendo llegado con ella los referidos vecinos de Ha- ro á el termino que llaman de la Serna, esperaron allí una procesión que salió de la Iglesia de la Vega , com- puesta de toda la Clerecía de la dicha Villa , y de la Comunidad de Religiosos Agustinos , y de otras mu- chas personas ; y tomando devota y alegremente el ar-

D. Martin Ruiz de Lariz Beneficiados , y dos Religio- sos de la expresada Orden, la llevaron en forma de pro- cesión y con música á la referida Iglesia de nuestra Señora de la Vega. VIL En esta misma Iglesia estubo depositada la santa Reliquia hasta el dia 25. de Junio de 16J7. en que se trasla- dó á ia Parroquia principal de Santo Thomás x\postol, donde está colocada en el altar dedicado al nombre del glorioso San Felices Maestro de San Millán y Patrono ilustre de Haro , á quien en este mismo dia se le "hace fiesta con el júbilo y aféelo que se debe á tan insigne protedor y vecino de aquella noble Villa.

San Millán de la CogoUa,

I Aunque el lugar de Verceo , patria del insigne Confesor de Christo S. Mi- llán , y el sitio de su famo- so Monasterio se compre- henden en la Rioja , y en tierra de la Diócesis de Ca- lahorra , desde que los Re- yes de Navarra echaron los Moros de toda esta provin- cia.

Santos del Obispa cía , es indubitable , que en los siglos anteriores á la ve- nida de estos Barbaros per- teneció al Obispado de Ta- razona todo aquel territorio, como proprio entonces de la región Celtiberia , la qual se extendía por los montes Idu- bedas , que en aquella par- te se digeron Distercios. Ha- ré demostración de esta ver- dad en el tomo , que cor- responderá k la ilustración de las antigüedades de la Santa Iglesia Turiasonense, contentándome por ahora con reproducir el testimo- nio de S. Braulio , que dice con la nriayor expresión, que S. Miilán era subdito de üi- dimo , Obispo de Tara^ona, quien cerno á tal le ordenó y compelió á que admitiese el Curato de Verceo , de que después le privó tam- bién por testimonios falsos de algunos Clérigos de su Iglesia : Didimo etiam , qui tum Poíitijicatus gerebat in Tyrasona ministerium.., in- sequitur hominem ordini Ec- clesiastico volens ivserere ejus quippe erat in Dicece- si.., tándem coaElus est che diré , qua prcpter in FccJe- siaVergeoii Vreshyteri est fui dlus cfficiQ» Pertenecien-

do ie Calahorra, 4 t 5

do pues todas las memorias de S. Miilán , relativas asi al tiempo de su vida , como al que pasó hasta la con- quista de la Rioja , á la Dió- cesis de Tarazona , sería co- locarías fuera del lugar que se las debe , si tratara de ellas en el tomo presente, reducido al estado antiguo de la Iglesia de Calahorra, Asi que las glorias , que re- sultan del Santo y de su Mo-' nasterio, deberán distribuir- se de m.odo , que las anti- guas ilustren a! Obispado de Tarazona , y las modernas al de Calahorra , como se hará á su tiempo con el fa- vor divino.

AD VEB TE NCI A

schre la patria de las San- tas Virgines y Martyres Nunilo y Alodia , ctiya vi- da y niartyrio se remite d otro lugar,

2 No puede ofrecerse egemplo mas claro de las variaciones , que con el dis- curso de los tiempos han tenido ios nombres de los pueblos de España , que la mudanza , que notamos en el nombre del territorio y población , en que nacieron Jas

4 1 6 España Sagrada^ las Santas Vírgenes y Mar- tyres Nunilo y Alodia. Las lecciones de los Breviari.s antigaos , que por no haber noticia del Memorial de San Eulogio , primer Escritor del martyrio de las Santas, se tomaron de un Santoral antiquísimo del Monasterio de Cárdena, que por man- dado de Felipe 11. trajo Am- brosio de Morales al del Es- curial , señalan el lugar del nacimiento con toda la exac titud é individualidad , que era menester para la noti- cia de los venideros. Acci- dit autem in territorio Ber- betano juxta antiquissimum locum , qui dicitur Castro Bígeti in f^ilhi Abosca esse d'ias germanas , Se. Pero fejtos nombres son ya tan desconocidos , qae por ellos solos no se puede esperar el conocimiento del sitio , en que las Santas hermanas na- cieron y habitaron hasta su glorioso transito. Yo á lo menos he puesto la mayor diligencia en descubrir el significado proprio de las vo- ces Berhetano , Castro Bi- geti , y A'josca , pero ni en las Historias , ni en las Es- crituras antiguas he hallado usados estos nombres , de

Trat. 69. Cap. 19. manera , que sin otros prin- cipios se pueda conocer su situación. Esto mismo suce- de con los que se leen en el Memorial de S. Eulogio impreso por Morales , cuyo texto dice asi : Igitw refe- rente viro sanciisslmo Ve- nerio Complutensi Episcopo dldicimus , in urbe Busca apud oppidum Barbitanum duas sórores vir^^ines fuis- se , quarnm una Nunilo , al- tera vocabatur Alodia , pa- ire quide>n gentili ^ matre ve- ro christiana pro^enitas. He aqui tenemos una Ciudad lla- mada Bjsca , y un pueblo cercano á ella con el nom- bre de Barbitano , de que no hay noticia en otras memo- rias , siendo por esta causí difícil la reducción de estas poblaciones. Reconocieron esta grave dificultad los Es- critores de la Nación , que trataron de las Santas , por lo qae se vieron ea la nece- sidai de inquirir y descu- brir otros vestigios , de los quales pudiesen colegir la patria de las Santas Nunilo y Alodia , y el lugar en que fueron martyrizadas. Los que encontraron en la Rio - ja fueron en su concepto tan claros y evidentes , que se per-

Santos del Obispa persuadieron , que no debían ponerse en otra región los pueblos expresados por San Eulogio y el Autor de las Adas del Códice de Carde- ña ; Y poi" tíinto vinieron los mas a escribir , que las refe- ridas Santas nacieron y vi- vieron en dicho territorio.

3 Ambrosio de Morales en las Notas al lib. 2. de S. Eulogio dice , que es cosa cierta é indubitable que las Santas padecieron cerca de Kágera en un pueblo que hoy se llama Castroviejo, porque alli se muestra el se- pulcro de las benditas Mar- tyres , y se hallan otras hue- llas , que conservan la me- moria antigua de su pasión, esmerándose también toda la comarca en venerarlas como á naturales de aquel pais , y criadas en él hasta su dichosa muerte. Lo mis- mo escribe en el lib. 13. de su Chronica cap. 44. donde habiendo advertido la gran variedad que se nota en los Breviarios , San- torales , y en el Códice de S. Eulogio acerca de los nom- bres de los pueblos , dice: To me c(ct:qo d lo cierto y manifiesto , para verificar de alii como mejor se pue-

do de Calahorra, /\ij de lo demás. Lo cierto , y en que parece no puede ha- ber duda es , que estas San- tas padecieron en el lugar llamado Castroviejo cerca de Nágera , porque alli se ha conservado la memoria de unos en otros , sin que se le halle principio: mos- trándose el lugar de su mar- tyrio , y sepultura , y reve- renciándose aquellos lugares por lo que son , y las San- tas como naturales, y patro- nas verdaderas de su tierra. Y los nombres Urbevetano, y Castro Bigeti que en los Breviarios , y en algunos Santorales , y en el de San Pedro de Cárdena se leen, lo confirman mas,pues mani- fiestamente , aunque con al- guna corrupción, significan á Castroviejo.

4 Los mismos vestigio?, . que reconoció Morales cer- ca de Kágera, persuadieron tambijn á otros Autores que le precedieron , que el ter- ritorio del nacimiento , y martyrio de estas Santas, fue el que está cercano á la Ciudad de Nágera. El Ar- cediano de Ronda D. Loren? ZQ de, PadUb eríteadió par los noíiibr-es Barbituao óBer- betano la Bureba-i la que él

f\ a<r fivo

4 1 8 España Sagrada,

extiende hasta el pueblo lla- mado antiguamente Bosca cerca de Ca- troviejo , don- de dice habitaban las dos bienaventuradas hermanas Nunilo y Alodia. igualmente Vaseo pone á Bosca cerca de Nágera: ín oppido Bos- ca prope Nageraui pro as- ser en da fide Christi ^ladio percussíB sunt tnense O&o- bri sórores german(? Nu- vUh ¿5* ^-Ihdia. Siguieron á estos después , Garibay, Marieta , Mariana , Sando- val . Biiliet y otros muc- hos.

S El P. Anguiano natu- ral de e^ta parte de la Rio- ja particulariza con mucha individualidad losrastios que se conservan cerca de Ná- gera del maityriü de las San- tas. Qu;inio al nacimiento establece , que fue en Reza- res pueblo llamado Bosca bajo el dominio de los Ara- bes , ácnáQ desde tiempo inmemorial celebr^jn su fies- ta el dia 27. de Oéiubre con pioccsion y gran solemni- dad. En la Iglesia Parroquial de esta Villa tienen altar dedicado á las Santas , y Jas mugeres acostumbran llamarse Nunilos y Alodias, y lo mismo oucede en Cui-

Trat, 69. Cap, 1 9. troviejo. En este pueblo es tan constante la tradición de que padecieron aqui su martyrio , que hasta los ni- ños , dice , muestran los si- tios donde las degollaron, y por donde las arrastraron, y el hoyo donde fueron se- pultadas. El sitio donde fue- ron degolladas se llamó anti- guamente las Pureas, como se lee en los Breviarios, y este nombre se conserva en la parte que se dice los Hor^ cajos. Mantieaese también el pozo donde las echaron, y cerca de él hay una fuen- te que llaman de Santa Nu- nilo y Alodia , y junto á ia fuente hay una Eimita de las n.ismas Santas , adonde acuden las Villas de Beza- res y Castroviejo á cele- brar la fiesta en el dicho dia 27. de üélubre. Además de esto hay un pequeño ar- royo , que baja desde las Pureas, hoy Horcajos , h.asta el referido pozo dondt fue- ron arrojadas , y -sus cuer- pos escondidos , al qijai 11a- mian los naturales ei barran- co de las Santas Nunilo y Alodia á causa de haber sido arrastradas por é!.

6 Oa testimonio del

culto antiguo , que estas

Mar-

Santos del Obispado de Calahorra, 4 1 9 Martyres tubíeron en este les Misa el dia de su Fies- pais , el Monasterio que se consagró á su nombre poco tiempo después de su mar- tyrio. Hacese memoria de él en la carta de fundación ó testamento del Rey D. Gar- cía hecho en favor de su insigne Monasterio de Santa María de Nágera en el año de 1052. Yepes confiesa, que no se sabía con distin- ción su determinado sitio; pero advierte , que estaba cerca de Nágera , como se colige de !a escritura citada, en que mencionando el Rey las heredades que donaba á su nuevo Monasterio perte- necientes al territorio de esta Ciudad, pone entre ellas: Híereditatem Satidtarum Nu- milonis , & Alodice, Argaiz escribe que estaba situado entre los lugares de Castro viejo y Bezares dos leguas de Nágera , en el sitio que llaman los Horcajos , y que al presente está destruido, y reducido á una Ermita de los vecinos de Bezares, los quales, dice, tienen por sus naturales aquellas San- tas , acudiendo con su Vica- rio que es Monge , puesto por los Abades de Santa Maria la Real , para decir-

ta.

7 Todos estos vestigios, que se hallan en la Rioja, muestran al parecer con evidencia la verdad de lo que estableció Morales poc cosa cierta y averiguada sobre los lugares del Naci- miento y Martyrio de las Santas Nunilo , y Alodia. Pero en la Ciudad de Huescii en Aragón se encuentran otros semejantes , que han obligado á muchos Escrito* res á sostener que las San* tas nacieron en la Villa de Adahuesca , y padecieron en la expresada Ciudad. Yo podría contentar fácilmente á los Riojanos y Aragoneses, partes interesadas en este asunto , si tubiera por ver- daderoel didamen del Abad de S. Juan de la Peña Don Juan Briz, que en el lib. i. de la Hist. de su Monast. cap. 41. dice que las dos Martyres de la Rioja, aun- que del mismo nombre , son diferentes de las Oscenses, porque los cuerpos de aque- llas se veneran en ia Italia en la Ciudad de Bolonia, y los de estas fueron tralada- dos desde Huesca á S. Sal- dor de Leyre por Iñigo Ggg 1 Aris-

4^0 España Sagrada. Arista , como consta de los Privilesi.)s y memorias de este Monasterio. Mas sin embarco d j que algunos Au- tores afirman la traslación de las Reliquias de Santa Nunilo y AloJia á Italia , y por este medio se podría sentenciar en favor de am- bas partes , el amor á la verdad , y el desinterés con que debo examinar las no- ticias de nuestra Historia sagrada, y que he procura- do observar inviolablemen- te hasta aquí, me obligan á decir , que no se conocen sino dos Santas de aquellos nombres , y que estas fue- ron naturales de Aragón, y padecieron en la Ciudad de Huesca , como evidenciaré en el tratado de esta Santa Iglesia. Por ahora me bas-

Trat. 6^ Cap, i o. ta hacer preserite , que el original de S. Eulogio no lee Basca sino Osea como confiesa Mora' es : que las Adas del antiquísimo Códice del Monasterio de Cardona pone también en Huesca el Marryrio , y del misma modo todos los Martyrolo- gios que las mencionan. De todo lo qual escribiré larga- mente con el favor de Dios en el referido tratado , adon- de debo remitir este asun- to , como á su proprio lu- gar , bastando haber hecho aqui esta advertencia , para que nadie estrañe mi silen- cio acerca de estas Santas ilustres , que muchos Auto- res atribuyen al Obispado de Calahorra y territorio de la Rioja.

APEN-

APÉNDICES. I.

AURELII PRUDENTII

HYMNUS.

FASSIO SS. EMETERII ET CHELIDONII,

Calagurritanorum Martyrum,

S Cripta sunt cáelo duorum martyrum vocabula, Aureis quae Chrístus illic adnotavil litteris: Sanguinis notis eadem scripta terris tradidit.

Pollet hoc felix per orbem térra Hibera stemmate: Hic locus dignus tenendis ossibus visus Deo, Qui beatorum pudicus esset hospes corpcrum.

Hic calentes hausit undas caede tínétus duplici: Inlitas cruore sando nunc arenas incolse Confrequentant obsecrantes voce , votis , muñere.

Exteri necnon & orbis huc colonus advenit: Fama nam térras in omnes percucurrit proditrix, Hic patronos esse mundi , quos precantes ambiant.

Nemo puras hic rogando frustra congessit preces: Laetus iiinc tersis revertit suppiicator fletibus, Omne , quod justum poposcit , impetratum sentiens. Tanta pro nostris periclis cura suffragantium est: Non sinunt , inane ut ullus voce murmur fuderit: Audiunt , statimque ad aurem Regis seterni fcrunt.

Inde larga fcnte ab ipso dona terris influunt, Supplicum causas petitis quae medelis inrigant, Nil suls bonus negavit Christus umquam testibus: Testibus , quos nec caten^ , dur^ j^ec mors termit

Uni-

42 2 "España Sagrada,

Uiiicum Deuní fateri sanguinis dispendio; Singuinis sed tale damnum lux rependit longior.

Hoc genus inortis decorum est , hoc probis dignutn virís: Membra morbis exedeiida , texta vetiis languidis, Hostico donare ferro , tnorte & hostem vincere.

Pulchra res \tium siib ense persecutoris pati: NobiÜs per vulnus atnplum porta justis panditur, Lota mens in fonte rubro sede cordis exsilit.

Nec rudem cradi laboris ante vitam duxerant Milites , quos ad perenne cingLilum Christus vocat: Su?ta virtus bello & annis , militat sacrariis.

Cssaris vexiüa linqaunt , elig mt signum crucis: Proque ventosis draconum, quos gerebant , palliis Pr.eferant insigne lignum » quod draconem subdidit.

Vile censent , expeditis ferré dextris spicula, Machinis murum ferire , castra fossis cingere. Lupias manus cruentis inquinare stragibus.

Forte tune atrox s€cundos Israelis posteros D-i¿tor aulae mundialis iré ad aram jusserat, Idolis litare nigris , esse Christi defugas.

Liberam succlnda ferro pestis urgebat fidem: lila virgas& secures , & bisulcas úngulas Ultro fortis expetebat , Christi amore interrita .

Carcer inligata duris colla baccis impedit: Birbaras forum per omne tortor exercet manus: Veritas crinaen putatur , vox fidelis pleélitur.

Tune & ense cssa virtus triste percussit solum, Et rogis ingesta moéstis ; ore flainntias sorbuit: Dulce tune justis cremari , dulce ferrum perpeti.

Hic duorum chara fratrum concalescunt pedora, Fida quo% per omne tempus junxerat sodalitas: Stant parati ferré , quidquid sors tulisset ultima;

Seu foret prsebenda cervix ad bipennem pubücam, Verberum post vim crepantum , post catastas ígneas; Sive pardis ofFerendum pedus , aut leonibus.

Nosne Christo procreati mammonie dicabimyr? Et Del formam gerentes scfviemus síeculol

Ab-

Apéndices. I. 423

Absit , ut caelestis ignis se tenebris misceat.

Sit satis , quod capta primo vita sub chirographo Debitum persolvit omne , funíla rebus Cíesaris: Tempus est Deo rependi , quidquid est pTOpriiim Dei. Ite, signorum magistri ; & vos, tribuni , absistite. Áureos auferte torques , sauciorum praemia; Clara nos hinc angelorum jam vocant stipendia. Christus illic candidatis praesidet cohortibus: Et throno regnans ab alto , damnat infames déos; Vosque qui ridenda vobis monstra divos fingitis.

Haec loquentes obruuntur mille poenis martyres: Nexibus manus utrasque flexus involvit rigor, Et calybs attrita colla gravibus ambit circulis.

O vetustatis silentis obsoleta oblivio! Invidentur ista nobis , fama^í ipsa extínguitur, Chartulas blasphemus olim nam satelles abstulít,

Ne tenacibus libellis erudita saecula Ordincni , tcrppus , motumque passionis proditum, Dulcibus linguis per aures posterorum spargerent.

Hoc tamen solum vetusta subtrahunt silentia, Jugihus longum catenis an capillum paverint; Quo viros dolore tortor , quave pompa ornaverit:

Illa laus occulta non est , nec senescit temporC; Missa quod sursum per auras evolarunt muñera, Qudd viam patere casli prsemicando ostenderent,

íllius fidem figurans nube ftrtur annulus; ílic sui dat piguus cris , ut feri^nt , orarium: Q:jse superno rapta /flatu lucís intiant intimum.

Fer poli líquentis axtm fulgor auri ab.scondítur: Ac diu visum sequacem ttxtilis candor fugit; Subvehumur usque in astra , nec videníur amplius.

Vidit hoc ccnventus adstans , ipse vidit carnifex; Et manum repressit haerens , ac síupore oppalluit: Sed tamen peregit i<ítum , ne periret gloria.

Jamne credis , bruta quondam Vasconum gentilitas, Quam sacrum crudelis error immolarit sanguinem? Cieuis in Deum relatos bostiaium spiritus?

Cer-

424 España Sagrada,

Cerne , quam palam feroces hic doinantiir daeínoues, Qui lupino rapta ritu devorant pr¿ecordia: Strangülant mentes & ipsas , seque miscent sensibiis.

Tune , suo jam plenus hostc , sistitur furens homo: Spumeas eftlans salivas , cruda torquens lumina, Expiandus quGcstione non suoruna criminum.

Audias , nec tortor instat , ejulatus flébiles: Scinditur per flagra corpus , nec flagellum cernitur: Crescit & suspensas ipse vinculis latentibus.

His modis spurcum latronem martyrum virtus quatit: H^ec coercet , torquet , urit, haec catenas incutit: Prsedo vexatus relidis se meduUis exuit.

Linquit inlsesam rapinam , faucibus siccis fugit, Ungue ab imo usque ad capilhini salva reddit omnia, Confitens arderé sese , nam gehenn^e est Íncola.

Quid loquar , purgata longis alba morbis corpora? Algidus quum decoloros horror artus concutit: Hic tumor vultum relinquit , hic color verus redit,

Hoc bonum Salvator ipse , quo fruamur ^ praestitit: Martyrum quum membra nostro consecravit oppido, Süspitant qu3e nunc colonos , quos Hiberus adluit.

State nunc, hymnite , matres , pro receptis parvulis, Conjugum salute laeta vox maritarum strepat: Sit dies tiíec festa nobis, sit sacratum gaudium.

HYM-

Apéndice I, 425

HYMNUS

De loco, quo Martyres passi erant, nunc Baptisterium est Calagurri.

ELeclus Christo locus est , ubi co-da probata Provehat ad caelum sanguine, purget aqua Hic dúo purpureum , Domini pro nomine caesi,

Martyrium pulchra morte tulere viri. Hic etiam liquido ñuit indulgentia fonte,

Ac veteres maculas diluit amne novo. Qui cupit aeternum cseli conscendere regnum,

Huc veniat sitiens : ecce parata vía est. Ante coronati scandebant ardua testes

Atria , nunc lotae celsa petunt animae. Spiritus sstherio solitus descenderé lapsu,

Ut dederat palmam , sic tribuit veniam. Haurit térra sacros , aut fonte , aut sanguine rores,

Exundatque suo jugiter uda Deo. Ipse loci est Dominus : laterum cui vulnere utroque

Hinc crúor effusus fluxit, & inde látex. Ibitis hinc , ut quisque potest , per vulnera Christi:

Evc¿tus gladiis aiter , 6c alter aquis.

Tom. XXÁ'IIL Hhii AC-

42Í Es paña Sagrada.

II.

ACTA.

Tsi priscarum antiquitatem passionum , quibus sunt

E

beati Martyres E.iieterius & Celedonius consecrati, gestorumque fidem velamen obliteratce oblivionis obdiicat; tamen , qiiia insigne vivax meritorum , ipso suo silen- t'o proclamanduin, nec debet latere nec potest , in auc- torum vice^n laiis celebrata succedac : quae etsi mensuram caelestis gloricE sui dignitaíe non implet , contra invidam tamen illorum temporum taciturnitatem anniium munus votis solemnibus expleat. Quod , quia innumeris exemplis de comprobatá eorum dignatione praesnmptum est , ut officia obsequentis inciperent^ quod laudantis merita aequare non possent ; famulatus iste non in verbis aestimandus est, sed in votis. Major est enim quodammodó imposibilita- tis effeétus , quia cessat in amore judicium, & verecun- diae suae prodiga semper est, ac profusa diledio: quae pos- se non cogitat , dum velle compensar. Pro plenitudine conatus habeatur , & sit ausum fuisse perfedio , dum asserentis infirmitas latet sub materia dignitatum : & quod non potest laudans assequi , non sibi veretur adscribi , ac sic sermonem securus aggreditur , qui ipsius sermonis magnitudine , quam praedicaturus est, excusatur. Nec sic omnis liistoriae series invidam abolevit oblivionem : sed per aetatis ordinem revirescens fam'¿e vivax portio pul!u- lavit , ut facile possit intelligi exinde quod proditur, quám sit nragnificum , quod celatur. Exequendus est igitur ordo rumoris, & laudis admiranda narratio : ut quod in habi- ta sermo non implet , in veritate fábula subministret.

Legionarios fuisse milites Emetherium & Celedoniurn fama est , atque ibidem saecularibus primum stipendiis müitasse , ubi mine signat oppidum appellatio antiqua castrorum. Et cum adhuc Gallaecia cu:ii Tarraconensi pr-jvinciá sociata , Hispanice Citerioris haberetur , feralis clangor classici gentilis intonuit , qui observantiam nomi-

nis

Apéndice 11. 427

nis Christlani rábida persecutione vexaret. Ecce híc nos fama destituit , & pressa insignium faítorum gloria con- ticescit : sed ipsa sibi decepta probatur oblivio , dum cre^ dentium pedoribus fides inserit , quod audientium auribus taciturnitas abnegavit. Seu igitur anteadae vitae operibus proditi , quia Principi omnium Deo etiam 4n castris s^cula- ribus militarunt , si ve repentino sanéli Spiritus ardore suc- censi , positis armis mundi , ad hoc praelium cucurrerunt; in utroque felices , in utroque gloriosi : qui aut Dominum a principio sunt secuti , aut á Deo , quo insperata prcemia mererentur , sunt eledi. Sed unde hunc fuisse passionis locum , cum ab hoc Legionensis civitas longis distet spa- tiis , suspicamur? Attradosne huc credamus , an sponte venisse? Conjeduram sensus in utrumque mittamus , ut ubique praeclarum , & sublime cernamus insigne. Pone hinc procellam persecutionis , in fidei naufragia tumes- centis : ad desiderium fíorentis palmae periati sunt , rumo- ribus excitati. ínter primas utique dignitates regnorum caelestiam sunt ponendí , qui ad passionem venerunt non quaesiti. Excellentis voti est inter tormenta prosilire , ubi non est crimen latuisse.

Sic credo alter alterum afFatus est : Diu est , frater carissime, quod in his vanis hujus síeculi stipendiis milita- mus , ubi missio tantum otiosa brevissimo caduci tempo- ris fine conclusa est. Sequamur ergo nunc veri Regís signa victricia. Ecce nunc imminet beilum fidei , in quo inest occasio nobis augendi ordinem miliíandi. Veteranos mun- di tirocinium cseleste suscipiat : rejeótis mortalibus telis sumat arma divina , quae in conflidibus non pavescant nec infirmis mucronibus infrada dissolvantur. Fortius con- tinuó nos sentiemus esse munitos , cum signiferi nominís elata vexilla in hostem , qui á nobis vincendus est , infe- rentur. ^ Firmet pedus intrepidum contexta opere fidei .Jorica virtutum : operiat vulnerum loca opposita spei cus- tode impenetrabili fiducia. Attollant conum gale^e adh^- rentis invicem charitatis ereda fastigia : feriat'ubique hos- tem missilibus suis vibrata confessio. Haec sunt munimina

Hhh 2 sem-

4 ^ ^ España Sagrada,

sempiterna , hnec veré dilapsa de ceeIo , pravo interpréta- la erroregentilitatis ancilia. Et haecquidera dicente uno; quid tam diu ad hoc cunétaretiir , sese alius increpavit, haec referens: Méne diibitas , frater , summis rebus adhi- bere consortem? Sic tibi anteada societate sum cognitus, ut ad cselestem gloriam videar persuadendus ? Quinimo disruDtis fabulis , probemus hoc fadis , & htente.u fidei hostem, ubicumque fuerit , inquiramus. Ardeit anirnus iter a^ígredi. Lentse etenim quodammodó credulitatis est exhi- beri.

Sed q-.iia eos haélenus sponte huc advenisse traétavi- mus,non existimemus attraClos. Uade in castris seciilari- bas militantes non idonei visi sunt esse martyrio , nisi prio- ris vitae proderentnr exemplo. Et quidem ultimam senten- tiae sortem, ibidem potiierant excipere comprehensi ; nisi propter constantiam passionis , longioribus suppliciis pa- tassent eos posse superari. Apparent eorum virtutrní prae- clara tamdiu merita , quibus tana differuntur extrema : quo- tiens , credo , per tantos circiiitus civitatum , saeviente cir- ca eos persecLitione , siint recursa tormenta , iteratce vul- nerum viae , & in augmentum doloris saepiíis dilata sen- tentia , ut repararet insaniam carnificum obduélio cica- tricum. Qüotiens, gravius institit torquere parcendo , sa- ritas indulta suppliciis , ut in cruciatibus excresceret , quod in cruciatione cessaret? Quanta tormentorum genera ex- cogitavit carnifex & ingeniosa crudelitas , ut in corpore totiens lacerato , locum poeriae novitas inveniret ? Qüotiens ergo flammis unguhe, qüotiens ungulis ñammae successere, ut & illae hiantes cruorum vías excluderent ,& ista praeu- stas vulnerum notas resecarent? Uno modo possumus cun- eta invenire , quod nihil non á saeviente malí patitur , qui tam diu confitens reservatur. Ulud quo loco ponendum est, quod temporis illius nemo Martyr alius invenitur? Quan- tum tune credimus ad iram persecutoris adjeélum , quod hi tantüm , cundís Deum negantibus , confitentur? Quan- tis in eos furoris stimulis Gentilitas incumbit , in quibus pu- tavit pertinaciam , quod resistunt ? Non per inultos cru-

de-

Apéndice II. 429

deiltas spargitur, nec intentb plurimoriim poenis satiata lassatur. Dúo sustinent quidquid populis praeparatum est. Nemo potest mijori vi quaestionis incumbere , quam qni vinci se á paucis existlmat non deberé. Qaas fuisse crc- dimus Ínter hsec tanta supplicia constantissimorum Mir- tyrum voces ; quae c£e!estinm signa virtutnai , cum tra¿to> per carceres , per tam prolixa témpora , non custodiae sqiia- lior afficeret , non macies deponeret , non pallor faedaret, non dolor sensus afiligeret , sed interrita facies & decora, cassam rabidi furoris insaniam Ínter exquisita membro- rum tonnenta irridcret ? Q:iotié:is ínter urgentes minas ex fiducia conitentium , vox cíelestis adhortationis audita e>t? Quotiens adhibentibus liftoribas faces , ígnls testiñ- cans vim hicis divinoe exclaruit?

Intelligi sine dnbio potest , quanta mirabiiía illa tem- pestate sint fa6la , quorum prodi in posterum gesta Gen- tilis expavit invidia. Reor quippe secreté ad socios suos Judicein ilüus tempjris sic esse locurum : Audite , satelü- tes mei : Vidimus ipsi ineffanda miracula ;& quamvis cre- dere nolimus , iiorruimus, Accepimus auribus nostris con- stantium linguaruoi contumeliosa convicia. Adspeximus fortiores fuisse tortos tortóribus , & quamvis edidis Princi- pum nostrorum in eorum tormenta ferremur , cum publi- co tamen cradelitatis rubore cessavimus. Lucremur sal- tem irrisionem temporís post futuri. Nulla hoc ae«^as legar, volumina nulla conservent , ne Christiana fides tali unquam armetuf exemplo, nec Oei sui gloriam tam clara virtute magnificent. Habeat aliquod persecutio nostra lucrum , si haec ada consumat incendium.

Quid tibí prodest malitia tua , stulta & vecors genti- litas? Noluisti nos scire quodcredimus. Minet incorrupta fides sensuum , etsi memoria chartarum est sepulta : Deuin qui coepit nosse , scit cunda semper potuisse. Illud sané quod post datam sententiam capitalem , visus vulgí plau- dentis excet-it , subtrahere fraus inimica non valuit. Fe- nint namqiie ad ronsummandae vidori^ locum euntes pne^ Via futuri munuris ad cseium signa misisse : ab uno ora-

ri-

43^ España Sagrada.

riiim , ab alio anniilum obsequenti cctheri datum fuisse: viáorÍ£eque muñera non juxta specierum stigmatá aestimata vilitate, praecelsa Domini & sedes flatu portante siiscepitv arrhabonis geminipraemissafercula libenter amplexa;ununi- quod esset fid.ei signum , aliud favoris indicium. Quae in conspeélu omniuin circunstantinm volubili aéris motu sus- cepta , tamdiu cunétis miraijtibus in sublime sublevata sunt, doñee penitus liumanis visibus non apparerent.

Sálvete , Christi milites, sálvete par nobile : & haec ho- rioris debiti festa solemni ketitia chorus caelestis invisitet. Hanc ergo diem Getulus exul celebrare numquam votis strenuis impediret , si aut consortiis hominum non esset destituta solitudo, aut quod solitudine pejüs est,circum- fusa barbaries. Hoc est , quod saevus auferre non potuit inimicus , quod sacrorum títulos corporum & adorandi sanguinis impressa vestigia, hic ubi se vicisse arbitratus est, consecravit. Et quidem haec omnia luculentis aliorum ser- monibus adornaada sacrosanéti Dei testes eloquentissimis hominum oribus inspirassent; nisi quamlibet humilem obla- tionem parvi muneris reservas«ent obsequiis sacerdotis; auxiliante Deo Patre cum Jesu Christo , Filio suo, qui vi- vit & regnat in unitate Spiritus Sancti per omnia saecula SíCculorum. Amen.

IIL

EX MISSALI MIXTO SEU MOZÁRABE

juxta regulam Beati Isidori,

SIT dies hec nobis festa fratres : sit sacratum gaudium: quod cara duorum peétora fratrum : fida sibi solidita- te conjunta : & in caelesti tirocinia pompa feücibus ar- niis instruéta : & hostem vicere simul & mortem. Nunc nobis ilkid par nobÜe in precibus Emeterius & Celedonius sufFragentur : qui sibi regnum celorum quesierunt merítis tormentorum. Quorum corpora eternis titulis vivacis me- iriOfie, consecrata Calagurritana custodie Ecclesia. Et licet

sa-

Apéndice III. 431

íacrarum passiomim monuínenta non extent: tanto tamen beatissimis Mirtyribas plus honois accidit : qúod persecu- tores sui virtutiin prodi gesta timuerunt. In promptu est enim fidelibus existimare ,cujus fuerint passiones ille meri- ti : quas predicavit gentilitas non publicari. Non illas pa- ginas negligt^ncia perdidit : nec casus abolevit. Nec vetus- tas incuriosa corrupit : sed malicia persecutoris invidit. Non est usitatum profeélo : nec solemne , ac simplici per- aélam passione martyrium: quorum prodi in posterum gen- tibus formidarur exemplum. SeJ prodeunt hec erubescen- tibus exscriniis supressa monuiaenta :& fidelis inconscia posterorum fama testatur. Plus quodammodo loquens tacen- do : & silentii sui habens testimonia majora quam vocis. Amen,

IN LAT 10.

DTgnum & justum est , Omnipotens Deus noster : nos tibi gratias agere, & Jesu Christo Filio tuo Domi- no nostro. Pro cujus confessione beatissimi Martyres Eme- terius & Celedonius relidls feliciter infelicibus castris : ad nova preüa repente conversi sunt: quos nec primeva eta- te fides insinuata perdoruit : nec divinorum virtus operum: nec sacrarum cognitio litterarum : sed k te nutu abdito inspirati martyrii ardor accendit. Deserunt aquilas: vexiila eonvertnnt. Projiciunt pila : signa destituunt : & ad celes- tem pi'ocinélum : quem prius non noverant : incitantur. Priraordia in tcrmims ponunt ; & quod est finís incipiunt: initiis suis perfeélionis sunmim rapiunt : Óc fiJem marty- rii auspicaiitur. O veré milites Dei : quib-js poíissimura visum est idum excipere : quam ferire. Sanguinem conse- crare : dum funditur. Animam servare : dum perditur. Pedus protegeré : dum nudatur. Propriis vulneribus cor- pus hostile perfodere. Conseq li gauJia per dolorem : vi- étoriam parare per mortem. Vobis ad ista venientibu; ille celestis militie princeps : á quo Jesu Nave est conñrma- tus occurrit non animo sequendus trepido : nec visu ad- dubitandum incerto. Et agaitione clarus : ¡k nullius mcru-

pa-

43^ España Sagrada,

pavoris adorandiis. Nec interrogandus vobis ostenditur: sed credendus. Mérito tam cito : mérito tam fortiter trium- phastis. Niimquam enim occumbit vidus : qai sic proce- dit armatus. Stiipet hic súbito bebes & bruta gentilitas ad novas acies veteranos milites adveiiisse. Mutat stipendia: & sacramenta conversa. Incusat mutdta;n fidem fiJelis ¡nfi- delitate pérfida. Versat se variis in diversis coticiliis he- roas Dei promissis primum ad(»ressura : post penis. Furit gemino felle accensabilis j'idicis : gemuHt sepiíis repetita supplicia : & reduda sensuum ipsorum excruciabili dila- tione tormenta. Ingenióse peccantium pene: & recrudes- centium cicatricum sensim semper recissa vestigta. Divisi per momenta cruciatus : & misare neces artificii lan^^uo- re lencate. Stridula caten irum O'iera : ceci carceres pro- funda n pedoretu : excogitata acuminum instrumenta : &c indormitabilium vexationum inqaietam quietem. Nihil noa cruentum in M irtyres potuit ii)Ferre : qui suam seviciam puJu't publicare. Qjia novorum Martyrum virtus solem- nitate confessionis excessit furiam persequentis. Quamvis autem cauta versutia memoriam monimentorum tentaret abolere : non potuit tamen canela subtrafiere. Fraudantur annalia : mirabiiia perseverant. Delentur pagine : manse- ra virtutes. Servavit fides majora : quam perdidit. Slqui- dem post decursas omnium conñiduuin questiones: cum per ultimam sententi jm ducerentur : tantum videbatur perse- cutoribus ad supplicium : quantum Martyribus ad trium- phum. In consp^du omnium anulum atque orarium aurls: ad celum subvehenda misenint. Suscipiuntur obsequente flatu : in favoris divini testimonio fidelium pignora fercu- lorum. Rarescunt diu sequentibus o valis stupefacla miracu- la: & evanescente jam summi aeris spacio: fraudatur ins- pedio destituta. Intrant astrorum secreta dignanter susci- pienda donaría : non precio extiman la : sed mérito. Anu- ius refert fidei signum ; orarium coafessionis iniicium. Mirt/rii minera utraque testata : iliud cris: iaoc cordís. Qii'a juxta divinam sententiam : & in corde fides est : & ui ore confessio. Hec circa Martyres nostros dignationis

di-

Apéndice VI. 433

divine fuere principia : sed nunc manent : eternaque ma- nebiint potiora premia conseciita. Per te Trinitas Deiis: cui omnes Angelí atque Archangeli non cessant clamare: ita dicentes ; Sandus.

IV. ELOGIUM

PER S. GREGOR. TURÓN.

CAlagurris urbs Hispanise Hemeterium, Chelídoniumque Martyres gestat , quae saepe ab eorum virtute mira- cula cernendo , diversarum segritudinura medicamina ca-, pit. Hi etenim Martyres á persecutore comprehensi , at- que ad supplicium rapti , dum diversis poenis afficerentur, ob divini nominis confessionem , excepta ultimae damnatio- nis sententiá, deducuntur ad decoUandum. Cumque eorum capita Helor incideret , rairaculum populis magnum appa- ruit. Nam unius annulus , orariumque alterius, nube sus- ceptum est , & in caelis eveélum viderunt. Haec omnes qui aderant , usquequo acies oculorum intendere potuit , ful- gorem scilicet auri, candoremque lintel , suspedu seque- bantur attoniti. PrcTbet hujus rei testimonlum Aurelius Cle- m^ns in libro Coronarum his versibus dlcens:

lila laus occulta non est , nec senescit tempore, Missa quód sursum per auras evolarunt muñera. Quae viam patere caeli pra?micando ostenderent. IIÜus fidem figurans , nube fertur annulus: Hic sui dat pignus oris , ut ferunt , orarlum: Quae superno rapta flatu lucis intrant Intimum. Per poli liquentis axera fulgor aurl absconditur; Ac diu visum sequacem textllis candor fugit: Subvehuntur usque in astra , nec videnlur amplius*

, ; ; - f}^ ciJív. .

Tom. XXXllL " " ' - jii ^x

434 España Sagrada,

V.

EX ECCLESIM BURGENSIS , CASTELLM

veteris Metrópolis Ecclesiastlcis Tabulis,

NOstrorum nonnuUa incuria , sed Ethnicorum sumno scelere Óí malitia fa¿lum est , ut Einiíherii & Cele- donii fratrum , Martyrum praestantissimoruní , ortus nata- leqiie solum , tüm etiafn tempus Martyrii , generaque tor- mentorum (quae memoria á patribus in filios derivata tenet füisse attrocissima) penitus oblitterata incomperta- que sint. Quippe Consulem illum , á quo martyrio suiít afeéli, constantiam eorum miraculaque admiratum , cons- tat ad consilium retulisse , pertinere ad deorum suorum majestatem ,ut Martyrum tam insignium prc-econia stupen- daque miracula perpetuo silentio obruerentur , ne contemp- tis Gentilium simulacris, Christus ubique praedicaretur , & ab ómnibus Ciiristus veneraretur.

Quare paucula nobis vestigia supersunt , quae pii Scrip- tores memoriae postea tradiderunt : Legionarios scilicet fuisse- milites Emitherium & Celedonium , atque in Hispa- nia sub Consolé Romano stipendia fecisse, conjedurn p^rci- piturrquin etiam Legionem Hispaniae urbem , á Legione , in quá hi Martyres militarunt , nomen traxisse : ut , quae ion- gam ibi mansionem habuerit , principium & veluti semina- rium dederit urbi. Quam^vis sint, qui dicant á Leovigildo Gothorum Rege nomen inditum fuisse.

lUud etiam non potuit hominum é memoria excidere: mutuis cohortationibus Sandos Martyres se animasse (natn utriusque extat oratio) ad deserendam Romanorum mili- tiam , Christique vidricia signa sequenda. Ceterum post- quam se Christianos esse professi sunt , atque Calagurium civitatem deportati ,- cum multis diebus sint in vinculis de- tenti , quibus tormentis fuerint excruciati , quibus miracu- lis Consulem ipsosque tortores attonitos reddiderint , ma-

Apéndice VI. 435

xíma Consulis solertia cautum & curatumest , ne in vul- ^,u^ prodiret. Sed improborum malicia occultare non va- Iuit,quod in eorum martyrio admiratione máxima cele- bratur. Nam cam ad supplicium traherentur , capite mox pledendi Sané^i Martyres, signa non utique vulgaria dedé- re , quó illis esset triincatis capitibus demigrandum. Al- ter enioi annuUim projecit , alter orarium , qLue manibus eorum elapsa tanta sunt velocitate sive á vento , sive á nu- be correpta , sursumqiie delata, ut videntibus cunftis cáe- los momento temporis penetraverint , quorum corpora Ca- Iaguri:e, capita vero in oppido de Sant Ander CoUegiat^ Ecclesiá Burgensis Dioecesis , summá hominum veneratione sepulta jacent.

VI.

EX CERRATENSI IN FITIS SS.

EMeterius & Celedonius apud Legionem urbem milites militaría stipendia accipientes, exurgente persecutio- nis procella , pro confessione nominis gratis inimicis Chris- tianse fidei se obtulerunt dicentes: Satis mundo militaví- mus , jam tempus est ut mundi Domino militemus. Qui tempti , & plurimis afflidi tormentis , Calagurrim usque perdiiííti , ibi sententia capitali martyrio coronati sunt. Cumque occiderentur , magnum populis miraculum appa- ruit ; nam unus orarium prsetiosum , alius annuium Deo pariter obtulerunt, signum futuri muneris ad caelum praemi- serunt,unum quod esset (*) fidei signum , aliud fa voris indicium , & cundis qui aderant videntibus nubes ea sus- cepit , & in caelum sunt (*): Corpora autem eorum se- pulta sunt Calagurrim.

(*) Ms. essent. (*) deesl verhum.

I

43 6 España Sagrada.

vn.

TRANSLATIO CORPORUM SANCTORUM

qu¿e Cardonenses esse credunt Emetherii ^ Celedona Martyrum Calagurritanomm,

IN nomine Sandíe Trinitatis & indi viduae Uní tatís,Patris & Filii & Spiritus Sandi. Amen.

Cum quaedam dúo corpora Sindorum , unus quorum no- minatur Beatus Emetheríus , & alter B. Cele.ionius , quo- rum passio legitur in datario tertía die mensis Martii essent constituta in quadam valle sive forest , & in quadam Ca- pilla minima loco vocato Sallers infra Cwmptatum Cardo- nae , & servitium debitum prout merebantur secundum eo- rum vitam , & utriusque corporis , & passionem per eos ad honorem & propter amorem Domini nostri Jesu Christi sustentatum in ipso loco sive foresc non fiebat , sive de- corabantur , & memoria eorum data erat populis mukis oblivioni, eo quod audientium auribus gloriam sanétv)ruin . corporum taciturnitas pnedicantium abnegavit. Ideo nobi- lis Vir Dominus Joannes Raymundus de Cardona Admiran- dus sive Almirant Illustrisstmi Domni M^:rtini D¿\ gratia Regís Aragonii, Valentiae , Majoricse, SaniiniEe , Corcica?, Comesque Barcinonae, Rossilionis , <k Ceritanii , &omnium suorum Regnorum & dominationura , filiusque h.^reaisa- riüs egregii , ¿¿ multum potentis nobüis Viri Domni Hu- gonis eadem gratia habens in príedidis Sauí^lis, qui in di- da Valle foresta , & inhabitabili constituti erant donatio- nem magnam traétavit , una cnm pn)bis hominibus Viilae Cardoníe , cum venerabili Raymundo de Píaoslo domice- ]lo , qui vallem praedidam & castra de Sallers tenet in faeu- dum pro dido Domno Comité Cardoníe, dido suo nobi- li filio , quod didaSandorum corpora translntarentnr de praedida valle sive forest , 6{ eorum Cupella ad Villam -■'.'. suam

Jpendice VIL 437

suam Cárdense , & Ecclesiam Parochialem S. Michaelis ip- sius Villae Cardonae propter honorem & augmentum gloriíe didorum Sandorum corporum eis fiendam de cetero , & ut etiam ipsa corpora Saiidorjm , & pro eis dida Ecclesia Parochialis congruis honoribus frequententur , & Christi fideles eis libentius causa devotionis confluant ad eosdem, & visitent. Quae quidem translatio fuit fada proedidorum duonim beatorum Sandorum in praedida Eccles;a Paro- chiali S. Michaelis Cardonoe , scilicet die Dominica , quíe computabatur decima nona mensisOdobris, anno áNativi- tate Dñi. milessimo tricenteásimo nonage^^simo nono , cum multorum devola oraiione processione , de qua ego Nota- rius infrascriptus fidcm ocuJarem fació , quia praesens fui & vidi. In qua quidem processione pra^didae translationis, quae dida die celébrala fuit de quodam loco vocato les Torres , qui est longe murum seu pórtale didc£ Villas Car- donae per spatium de dos trest de ballesta , in quo fuerunt posita ipsa Sandorum corpora : fiieruut prí£seníes videli- cet , praedidus egregios Domnus Comes Cardonae ,& didus ejus nobilis filius Joannes Raymundus de Cardona Admi- randus didi lllustrissimi Domini Regis , & nobilis Hugo de Angularia ejus frater ex utroque latere , cum ceteris plu- ribus miliiibus , & hominibus de paratis , eo & tota Uní-- versitate Villae Cardonae , tam maribus, quam foemjnis , & probis hominibus. ejusdem , & etiam nobilis Domina Jo- anna filia incliti & multum & multum expedabilis Ducis de ducia conjuxque prcedidi nobilis viri Jcannis de Cardona Admirandi , & quatuor sórores nobilis Don ni Admirandi, cum tota eorum curia. Quam quidem celebraiionem didae sandae processionis fecerunt , & praesentes fuerunt vide- licet Reverendus Fiater Berenga: ius de Torrigues, Abbas Monasterü S. M?riae de Serraieixio Urgellensis Dioccesis cum toto suo Conventu Ordinis S. Bencdidi , qui Missam & Officium fecit & cekbravit. It.m Reverendus Francis- cusde Besora, Abbas Monasterü S. Vincentii Cardorae cum toto suo Conventu Ordinis S. Augustini didae Urgellensis Diceccsjs. ítem plures Canonici , Beneficiati Monas- - te-

4^8 España Sagrada,

terii S. Mari2e Celsonaí , did.e Urgellensis Dioecesis. Itera '6c Venerabiiis Prior Monasterii S. Laurentii de Moninys, (JrJinisS. Benedidi Urgellensis Dioecesis cum tote suo ho- norabili Conveatu. Ítem & Canonici Prioratus S. Jacobi de CalafF , Ordinis S. Auj^ustini Vicensis Dicecesis. Ítem & Fra- ter Joannes de Pegueria , de Ordine Fratrum Minorum ¡n Sacra pagina Magister. ítem dúo Fratres Minores de Con- venta Monasterii Fratrum Minorum Cervarias diétae Vi- censis Dioecesis. Ítem Frater Bernardus Antiguel , Prior Conventus Prcedicatorum Monasterii Castiiionis Impuria- rum Gerundensis Dioecesis cum Fratre Antonio Carrera, Confessore Domni Comitis Imouriarum. ítem & Ledor cum tribus Fratribu> Manasterii BeatcC Marías de Carmillo Civitatis Minorissae. Ítem Discretus Venerabiiis Romeas Grosseti , Officialis Cardonx pro D.)mno Urgellensi Epis- copo cum ómnibus Reéloribus sui Ofíicialatus. ítem & Ve- nerabiiis & Discretas Franciscus de Xavei , Reélor diélae Ecclesis Parochialis S. Michaelis Cardonae cum ómnibus Beneficiatis didae suas Ecclesiae Parochialis, Similiter fue- runt prcesentes in praediéla translatione & processione ejus- dem dieta die Dominica honorabilis Ugnetusde Rosanes Mi- les , & honorabilis Petrus Ripoili in Legibus Licenciatus Ju- dex totius Comitatus Cardonas ; & Venerabiiis Petrus Des- corp, Petrus Olivoni , & Jacobus Merola Cónsules. Petrus

Giberti , ügno de Aquüanio , Petrus probi homines

Villx Cardonse ,& Venerabiiis & Discretus Arnaldus Viñes, Magister in Artibus , & Baccallareus in Medicina , & piu- les probi homines diversorum locorum , 6c Villarum vici- natus dito Vills Cardonse.

NO-

Apéndice VIII. 439

NOTA.

Nicolaus ^titonhs , Tom, 2. Biblioth, Vet, Lih, 7. cap, I.

Ejusdem Ascetefii (Sandi l¿m\\\2Ln\){Monachus fuit e> - dem fere tempore Grimoaldiis , seu Gv\m3.\dus ^ nempe cir- ca annum sceculi (duodecimi ) nonagessimum odfavum. Hic latino atque eleganti stylo scripsisse refertur vitatn & mortem S, Dominici de Silos , translationem item corporis S, Feliris d Castello B ¿libio {quod Haro nunc audire ere- dunt) ad Monasterium Mmilianense,

VIH

TRANSLATJO CORPORIS S, FELICIS

ex castro Bilibiensi in per celebre Monasterium S. Mmiliani Cucullati,

Incipit Praefatíum in Historiam translationis B. Felicis egregii Christi Confessoris.

PAstorali audoritate , & paterna pietate , imposuisti mi- hi Grimaldo , Biasi , Abba venerande Congregationis ¡n Monasterio S. iEmiliani Confessoris Christi , Omnipoten- ti Deo servientis , ut quia Deo dignus Braulio Caesarau- gustanae Sedis Episcoous inseruit adibus beatissimi Ó£ pr^e- nominati yEmiliani brevissimo relatu felicem cursum , & agonem, atque triumptium B. Felicis Presbyteri contra an- tiquum hostem , in Bilibiensi castro feliciter fore comple- tum , ejusque exemplo Beatum ^milianum ad mundi con- temptum , & ad superni Regis servitium esse animatum, doétrinaque perspicaci diligenter instrudum : ego quoque translationem sacri corporis B. Felicis , quam per te, & per devotam tibí quam Deo subditam Congregationem Donii-

iíUS

440 España í:^ agrada,

ñus complerí voluit , litteris tradatn ad íeiificationem pos» reriorum, atque nostram qiiidem, opus optabile satis , ni obstaret vitiuin meoe eloquentiae , atque imperiticc. Ergo fisus de clementissimi Dei misericordia ,cujüs muñere ine- íFabili, infantibus & indodis , atque mn«:is, brutisque ani- rnalibus doélé loqucndi datur efficacia : aggressus sum tais justissimis praeceptis , pro scire, & pro posse modo parere. Periculosum nemp^ intellexi crimen esse , nimísque formi- dabile , tam ?equissimce praeceptioni contradicere , obsti- nantérque contraire,& non potius omni jussu (i) omníque vigilantia obedire. Deum enim benignum supplíciter invo- co, quo valeam , salvii fide , sanoque intelleélu seriem hu- ]us rolationis ad eíFedum perducere , & quomodo sacra raembra viri Dei Felicis Presbyteri á proprio túmulo su- biata, £í ad locum in qúo nunc venerantur , sunt delata, fideü scripto elucidare.

INCIPIT TEXTUS HISTORIíE

Trunslationis sacri corporis

B. FELICIS

Confessoris Christi.

CUM Igitur gloriosas Rex Aldefonsus , filius Ferdinindí Regis strenu'ssimi viri , apud Hispaniam arcem te- neret imperii , & undique resistente? sibi numerosis, prae- clarisque viéloriis suo subjugasset dominatui; inter suos no- bilissimos frequentissimosque triumphos etiam Toletum ur- bem Regiam retinentem , totiusque Hi.spanise monarchiam, á spurcissima gente Agarenorum dudum impugnatam, & expugnatam ^ 6i usque ad témpora sui regni eorum tur- pissima violentia subadam , captivatam 6i oppressam , con-

ce- (O Fidetar legendam,n\zu.

Apcrtáice Vííl. 441

medente misericordia Domini , & insudante vÍTÍliter manii militari, pristinae libertnti , nobilitatique restituit, reírgióso- ■que cultu Christianitatis amiiiiavit , omiiigena honéstate de- coravit, insuper , Papa Sedis Apostolicae annueiite, eidem Regiae urbi antiquam Archipr£e.su!atns infulam reddente, curtí acclamatione cle'ri. ^& popiili Archicpiscopum irí ea ordinavit. Hoc itaque ten-rpord quidam venerabilis Mo- naclius BUisiiis vir bene rel{gio<:us iíí Monasterio S. ^milia- ni sito intraCalagurritanura territorium ,onus pastorale ge- rebat, quod , ut possibile est humanae fragilitati , & quan- tum hotninibus datuin est cognoscere., exemplo & verbo ■decorabat. . Hic itaque Abba prudens reperiens in beati u^nilíani gestis , viriim Oei Felicení Pre^byterum in cas- tro Bilibiensi , migrasse ad-Dominam , ¿¿ ibi per multa curricula temporis esse reconditum : ardua & pene in- accessibili difficultate castri frequentem populorum pr^»hi- bente accessum , in residuo intéruíe mentís desiderio aestua- «bat , & quo ingenio , vel labore praefatr faniuli Dei Fe- -licis Presbyteri artus ,' de tam inhabitabili j& vili loco, •ad Ecclesiam S. i^rniliani ejus discipuli transferret , labo- rabat , ubi honorifice reconditum , ab omni populo vene- raretur , & ipse populus ipsius meritis ¿k precibus tuere- .tQr^:& ab ómnibus incursibus inimicorum visibilium ,& invisibilium ,ejus obtentu defenderetur , patrocinio frueré- tur , príesentia ketificaretur. Quod suum justum & lauda- bile desiderium cum fratribus retuiisset , (k quod animo ge- reret, palám exposuisset , unanimiter omnts Deo gratia? referentes , in magna exultationis voce proruperunt , ac ■desiderium Abbatis justum & bonum esse concjamaverunt. .'Abbas igitur , ut erat vir solertissimus , & nulla iíidustria ijustce ac reélíe rationis indigus , intrasui cordis arcana cce^ pit diligenter considerare , & sagaciter perpendere , quia cundi licet suum desiderium laudarení , & ut ad effeétum perduceret, pari consensu admonerent ; tamen judicavit non posse juste & sine inquietud i ne omni compleri absque auéloritate & permissioneRegali. Accepto hoc- itaque sa- íiubri consilio, &. quibusdam fratribus viris boni testimo- -yTQm.XXXAIL Kkk iiii

44*^ J^spaña Sagrada,

sibi adjunéti^ , nd pr.-enominatinn Aldefonsuin Regem perrexit , desiderium , quod animo retineb^t , apeniit , Ó$ ut eo annuente , & adjuvante cotnplere posset , expetiit. Rex vero (erat enim plenissime adornatus o;-nnl divino ac humino studio) m3x ut laudabile desideriu:n , justam- que petitionem Abbatis intellexit, beniq;fiissicne assensnm praeb'iit : & nt membra B. FelicisPresbyteri de castro Bi- libiensi , ad Ecclesiam B. /Einiliani illius discipuli honori- fice transferrentur , corana adstante nobili multitadineop- timatum totius provincine , publica audoritate annuit. De- niqae ¡psi Reí^i , & omibu? inhonestuin videbatur , ut tanti viri corpjs tina himili loco retineretur , ¿í tana vi- li túmulo tegeretiir. Pr^efitus ergo Abbas Biasiiis adeptus, ut optaverat , effjCtuTi sni desiderii , ac petiLio.iis , rever- sus est ad suum M^nasterium cum magno affedii exulta- tionis. Sed ut mos est, secularibis obstantibus , atque omaj ex parte impedientibus plurimis ac diversis curis Ecclesiasticis , mundanisque occupationibus , quod magno voto suae mentís comptendum diffinierat , supradiélis ca- sibus accidentibus , protelatione ómnibus fratribus moles- ta, nimiumque t3eiiosa,non satis justa consideratione ac deliberatione ,de die in diem prolongabat ;etenim ista traa- sitoriis intentus negligebat : quas res omnes fratres nimia ímportunitate vexabat, & vehementi anxietate affligebat. Itaque fratres praefatiCoenobii , ac negligentia patris sui coadi , & accepto consilio salubri, eumJem Abbatem co- mmuniter convenerunt , & hu nili, convenientíque allocu- tione reverenter dixerunt : Provideat , Pater Charissime, pietas tna , & perspicax industria , ne status hujus sanéti- ssimi Cxnobii tibi divina providentia commissi , dum ín hoc corpore moraris , atque vitali spiritu frueris , aliquam in partem vaciilet , vel labefaéletur , aut degradetur , vel aliqui sui honéstate fraudetur, vel (quod absit) aliqua in- curia dedecoretur , aut blasfemetur , sed semper tuo ¡ns- tanti studio pervigiiíque labore, nobis ómnibus tecum co- mmuniter laborantibus aiigmentetur providentia divina , at- que imitabiii cenversatione nobilitetur & amplificetur , ut

do-

Apéndice VIII. 443

domino tuo redeunte de longinqua peregrlnatioñe , videli- cet Domino Jesu , summo , vero , & bono pastore , non cum negligenti servo in exterioribus tenebris retrudaris, sed potius cum fidelibus servís in gaudium Domini tul in- trare merearis. Non ergo moveat bonitatem , vel patien- tiam tuam , pastor venerande , nos haec tibi temerario ausu retulisse , qiiia Deo teste , quem solum visorem &intelle- élorem humanarum cogitationiim scimus esse , quod omnis nostra oratio de íonte procedit non fi<5iae charitatis , ca- rens omnino execrabili nubilo falsitatis , seu calliditatis. Si ergo jubet sanélitas tua , ad publicum proferemus , cur ista tibi retulimus. Jubente ergo Abbate , fratres ei tale responsum reddidere curnm agna honéstate :Dudum tu, pa- ter , opus te faélurum nobis promisseras , de quo nos ingenti gaudio laetificaveras , nempé corpus beati Felicis Presbyteri , de loco in quo nunc negligenter , & inhoneste tenetur reconditum, te ad nostrum Monasterium transla- turum disposueras,& hoc etiam benigno voto proposueras, auribusque RegalilDUs intimaveras , & ab eo jam licentiam transferendi , ut dcsideranter optaveras , devotissima pro- missione acceperas. Nunc vero nescimus , quo paélo rem tam optabilem,& nobis, successoribusque nostris omnino utilem , parvipendendo negligis , nec ad effedum perdu- cere satagis , cum hoc foret perpetua salus tuae anims, & funditus desiderabilis tui protedio corporis , & insuper relinques nomen memoriale , expleto tuae vitae tempore, quod nulla oblivio unquam possit obliterare : at fortasse si ut coepisti perficere , quanto ejus hoc opus neglexeris, eveniet quod timemus , nam concedetur alteri ccelestis the saurus nobis promissus , & nos ipso frustrati ^ frustra do- lebimus. Quo circa rogamus tuam misericordem pictatem communi obsecratione , ut quod proposuisti , & etiam in- ccpisti , nobis tecum laborantibus coneris adimplere , re- mota omni dilatione , aut excusatione. Motus igitur Abba hac justa venerabilium fratrum admonitione & querimo- iiia,spondet sub modesta & salubri testificatione se ocyus completurum quod requirebat benigna, 61 Deo accepta-

Kkk 2 bi-

444 'España Sagrada..

bilis petitío ipsorum. Hac, miti & hiimiii responsioné Pa^ tris la?tificat¡ fratres valde , crebribii"? , studiosísque pre- cibus exorab'ant Dominum , uC sua clemeniia , eorum non despiceret desiderium , sed dignaretur ín bono complere, concesso sibi praefati viri Del Felicis Presbyteri pretioso corpore: quorunn vota fiJe poUentia omnipotentis üei cle- mentia veloci effedu dignanter adimplevit , & postulata concessit : juxta namque Apostolicum pnaeceptum, in fide postulaverunt , & nihil haesitaverunt, & ideó tjuod petie- rant, sine omni dÜatione accipere , meruerunt. Nunc er- go fideli relatlone referamus , quomodo annuente misera- tione Domini trans'atiiin sit felicissimum B. Felicis corpas. Quia ergo longum est enarrare , ne fastidium videamur legentibiis ingerere , ad enarrandam B. Felicis translitio- rem , articulum revertamur , & ut fadi est , per ordinem ]ibenter , & fideliter audientibus referamus.

Igitur Monaciii Coenobii B. TEmiliani in unum congre-

gati ad domnunl Abbatem Blasium adeuntes , ut sicut oliin

promiserat , corpus beati Presbyteri Felicis tumulatum in

Castelio Bilibiensi transferre curaret , liumiliter hortantur,

6¿ his eum verbis alloquuntur : Cernís , Pater diledissime,

m partes Hispaniarum máxima bella & persecutiones non

módicas increvisse , & gentem suner gentem surrexisse.

^Perpendat ergo tua pía solertia , quia si transferre , sicut

destinasti , studueris beati Felicis Presbyteri quiescentis in

castro Bilibiensi sacratis^^ima membra , sine dubio sandissi-

mis meritis ipsius , & p'issimis intercessionibus , Dominus

pro peccatis totius terree ofFensus, & veliementer iratus,

clementer repropitiabitur , & patriee nostrae barbara per-

secutione vehementer 'afflid« pie ac benigné sine dilatione

miserebitur. Prudens igitur vir Abba Blasius intelligens con-

silium , ¿£ admonitionem Dei servofum esse justam , bo-

nam , & sanam , & omnino rationabilem , decrevit , quod

exposcebant , complere absque aliqua retardatione , seu

dilatione. In hoc itaque Deo acceptabili fado etiam non

defuit verax vi^^io divinitus ostensá. In Ecclesia ergo bea-i-

li iíilmiliafti cui^am raoFiacho quieacentlapparuit in sQmni»

- -i quae-

Apéndice VIH. 445

qjjsedam congregatio pulcherrima decorls & albis vestibus decorata ( & ut mos est Religioni Ecclesiasticae ) ad pro- cessionem parata decentissime. Ipsis igitur egressis , ap- püruerunt ante oculos ejus alii dúo homines vuliu & ha- biíii extraneo , veluti hospites , qui ad eum acoesserunt, & hoc ei benignissimo ac reverentissimo sermone dixe- runt : Cur tana .moróse , & negligenter diífertis deferre ad istam Ecclesiam artus B'jati Felicis? Hoc in veritate dicitur vobis , quod si amplius corpus ejus transferre ne- glexeritis , & corpore, & patrocinio illiiis amplius care- bitis. Quibus ille respondit : Doraini mei , onus tam pre- tiosi & difficilis operis , non debetis (si placet vobis ) im- ponere mihi , sed potius lioc decet vos indicare Domino Abbati : res autem tam ardua & divina pertinet ad illius prudentissimam excellentiam , & magnam peritiae intelli- gentiam , non ad meam humilem , & penitus indodam in- sipientiam. Hoc enim peritia , & consilium illius salubre valet honestissime adimplere , non mea impossibilitas imperitia , quae funditus altioris ingenii est ignara. Qui protinus tale responsum rcddiderunt : Ne ergo sit vo- bis aliqua occasio excusationis , non pigeat te venire no- biscum , & certissimé ostendemus tibi sacratissimi tumu^» ]i B. Felicis Presbyteri locum. Quos dum secutus fuisser, & ad difficillimum , & perarduum ascensum Biiibiensis castelli pervenerunt , cujus asperum introitum , & cacumen altissimum , atque penitus inaccessibile , sine aliqua tardi- tate , ac labore prospero , & inoffenso gradu ascenderunr, Jn cujus castri valde eminenti cacumine pariter constitu- ti , ostenderunt prsefato fratri locum sepulcri B. Feücis Presbyteri , Beati /Emiliani quondam didascali , (k diligen- ter designaverunt ei caput sepulcri B. Feücis confessoris Christi esse positum sub pariete altaris. Hoc viso , ille frater á somno surrexit , & sequenti die , congregatis fra- tribus in presentía Domini Blasii Abbatis , cuíida , qu^ viderat , per ordinem exposuit. Ergo Domnus Abba Bla- sius, & totus fratrum conventus, ut hoc audierunt, una- tíimi voto , & consona vece Deum laudaverunt , gratlas

44^ España Sagrada,

magnas retulerunt , & obnixis precibus , ac devotisomni- potentis Dei clementiam ñagitaverunt ; ut donum suae mi- sericordiae , quod eis sua gratuita pietate dignatus fuerat ostendere , dignaretur etiam ad dcsiderabilem effeduin perducere. Castruiíi autem Bilibiense, quod retinebat , ut supra retulimiis , sanéta B. Felicis membra , in ipso tem- pore erat sub Lupi eyjregii Comitis , & streuuissimi militis, atque devoti Deo famuli dominio Regali donativo , ideo sine ejus consensu , & adjutorio non poterat justé, & honesté ad effertam perd.ici optabilis corporis Beati Fe- licis translatio. At Comes Lupus habebat conjugem The- clam nomine , Deo , ut hominibus potest esse notum , ia ómnibus operibus suis satis acceptabilem : q libus Dvjminus Abba Blasius patenti Óc humili prece desiderium sai cor- dis intimavit , Óíutsui adjutores essent in hoc fado , hu- militer expostulavit , praebendo facultatem intrandi intra castra Bilibiensiscasteili. Qui , ut erant prudentissimi & sagacis ingenii , vera & prudenti responsione sunt usi : nam unanimi concordia , Óí una voce tale responsum reddide- runt Abbati sacra membra Beati Felicis qucerenti de Cas- tro Bilibiensi ad Monasterium S. /Emiliani sui quondam discipuli transferre cupienti. Intelligimus , Pater dileélissi- me , desiderium tuum sandum & justum esse , sed non est nostr^ audoritatis & possibilitatis aücui viventi homini hanc licentiam tribuere, ut castra Bilibiensis Regalis castri temeré aut violenter irrumpat , & felicissimum corpus Sandi Felicis ad alium locum transferat. Hoc ergo desi- derii tui cordis monitis vestris obtemperans salubribus Regalibus intimare non differas auribus , et si ab eo hoc potueris impetrare , scito nos ómnibus modis tuae piae pe- titioni libentissime favere. Vir itaque prudentissimus Ab- ba Blasius tam salubri accepto consilio , sine dilatione Re- gem Adefonsum adit : & ut ante Comiti Lupo intimaverat, ipsi Regi voluntatem sui desiderii intimavit- Sed pruden- tissimus Rex mox ut audivit , hujusmodi responsionem Ab- bati d^dit : Mihi videtur , Pater venerande , nimis difficilli- mum , ¿í grave aliquod sandissimi viri corpus inquietare,

ac

Apéndice VIÍI. 447

ac transferre : nttamen iie videar esse contrarius vesiris justis desideriis , & sandis oper bus , pergite cu:ii omnipo- tentis Dei benedidione , & si piacet ipsi Sando Feiici, Corpus ejus secundum desideriu^n vestrum transferte ; si aiitem super hoc (quod absit ) fadain , aliquod infortu- nium divin'tus fuerit illatum , tn'hi itide non imputetur culpa : ego me omnino judico indicrtuim ík ignarum esse re tam sanítissima. Igitur Abbi Blasius 'a?tus ad Monaste- rium Beati iEmiliani est reversus , ¿í communi ac salubri consilio accepto, cunélisque indiéto triduano jejunio , om- nes interno cordis nixu exorabant Dominum , ut suo gra- tuito dono eorum complere dignaretur desiderium omni patriae proficuum. Eleélis igitur ab Abbate duodecim. fra- tribus ad hoc sandissimum opus idoneis ex omni congre- gatione , ordinatisque rebus necesariis , profedi sunt gra- tia Dei praeeunte ad castrum sjepe fatum Bilibiense. Ita- que concedente permitiente jussu Lupi Comitis , & suae Deo dignse Theclae conjugis, á custode castelli statim aper- tis portarum obstaculis ^ ascenderunt iilius arduam rupem, & pervenerunt ad ipsius prsecelsam planitiem , in qua di- vina mysteria congrua ac devota intentione celebraverunt. Hisque rite pcraéíis , cum timore ac tremore , & curtí magna precum supplicatione , & cum satis digna devo- tione , ad locum sepulcri per visionem fratris , ut superius reiuÜmus demonstrati , accesserunt. Quod sepulchrum in summirate rupis ante altare Ecclesiae in eodem loco fun- datae in orientali parte erat construflum , & artificis arte faéto fornice , de suspenso punice coopertum : rataque sus- pensi punicis congerie , invenerunt ligneum sepulcliruíH, in quo erat pretiosum corpus Beati Feiicis Chrísti egregii Confessoris , negligenter , & non ut decebat tam santUs- simum virum reconditum , omninó viiiss mum , retinens tamen thesaurum magnum omnium thesaurorum pretio- sissimi obrizi purissimum : eratque illud sepulchrum sicut in visu fuerat fratri demonstratum , parieti altaris satis proximum atque contiguum. Ablata ergo opertione sacri íumuii , íion est passa pietas Domini foré occultum meri-

tum

448 España Sagrada,

tum beati corporis in eo reconditi : nam statim ab éodem túmulo cgressa suavissimi odoris fragrantia , odoribus omnium anteponenda aromatum. Referebant denique illic aJ-stantes cum magna terribilis sacramenti testificationc, se numquam tam mirae suavitatis odorem setisisse , qua us¡ sunt, detedo bt'ati viri corpore. Cum digna itaque ve- neratione, & cum debiti cultus executione sacra membra trafíantes , & cum magn^e reiigionis hon orificentia , de ^locello humilla tumuli erigentes , pretio^-issimis 61 mundis- simis palliis diligentissime involverunt , atque tripudiantes de caelesti ihesauro sibi ( Domino concedente ) concesso, cum ingenti exuUatione ad proprium B¿ati /G nüiani Mo- nasterium redierunt. interea fama iiujus praeclarissimi ope- tís cito volátil innoiuit ómnibus circumjacentis regionis ■popuiis ; B^ati Feicis sacra membra de Castro Biübiensi ad Monasterium viri Dei^miliani , sui quondam discipuli esse translata : ob qaam rem multos invasitstupor nimius, multosque ad credendum seduxit incredulitatis scrupulus^ (Omnino.]ue imoossibiie videbatur ómnibus hoc tam mira- bile donum esse concessum praesentibus , quod omninó est denegatum cunétis praedecessoribus. Moliti sunt certé hoc •opiis perficere , videlicet sanéllssimi Felicis Presbyteri CcnfessorisChristi sacratisslmum corpus á proprio túmu- lo subtraliere , & alia ad loca transferre: sed quod om- ?nibus pr^decessoribus occultum Dei denegavit judicium, •hoc patenter videmus, & intimo mentís aíFedu gaudemus divinitus praesentibus esse donatum : & de muUis unuoi •proferamus in médium omni veritate , & fideli referen- tium relatione subuixum. Refert rumor veridicus mu!to- írum assertione probatus , Garsiam Alabensem Episcopum jussu Regís Garsiae , gratia transferendi corpus Beati Fe- licis Presbyteri , ad ejus tumulumvenerabilem inconsulte &t temerario ausu,& absque ulla divina adm.onicioneaocessisse: "& quia hoc damnabili prae^umptione , & non aüquo divina ínstinau faceré príe^umps^t : rnox ut sacratissimum sepul- chrum sandlissirai viri , ut illud aperiret percussit , super- •na ira terribili ültione non soluoi eum á ioco venerandl

tu-

Apéndice VIIT. 449

twmuli repulít, sed etiam deformi oris tortlone damnavit, ac turpiter dehonestavit : & omnes \ qui eum viderunt , verum ^ssQ. hoc , quod de eo referimus , testificatí sunt. Orta er- go insuper tempestate ingenti , omnes comités Episcopi tanto terrore sunt exterriti , ut nnllus eorum crederet , ^q posse periculura instantis. mortís evadere , & tam terribi- lem vindictam severitatis supernae. Episcopu5 autem per- cussus his plagis , & co'gni.ta virtute beatissimi Felicís Confessoris ibi quiescentis , promissisque magnis votis, cura sufs ómnibus á loco sacratissimi tumuli velociter recessír, ñeque ad eumdem locum ulterius accederé praesumpsit: iíi deformitate tamen sui oris non plene recepta sanitate óm- nibus diebus vitse suse permansit. ígitur hac de causa usque ad haec témpora Beati viri sepuichrum permansit inviolatum: sed inefabilis gratia & benignitas omnipotentis Dei omnia justissimo moderamine , & aequissima lance disponentis dignata misericorditer visitare , locum retinentem felicia membra Beati iEmiliani detexít, ut supra fideliter retulimus, caelesti revelatioue, & concessit etdem sanétissimoCoeno- bio sanélissimum corpas Beati Felicis Presbyteri su^i gratui- ta & inenarrabili pietate. Gaudere igitur , & exultare nos oportet , diledissimi , omni afF ctu devoti animi , .quos praeclaro lumine meritorum reverenda praesentia tantorum corporum sacrorum patronorum est dignata sublimiter ho- norare & decorare : quuenus cum eisdem pvatronis nostris pervenire mereamur ad gaudia ccternae beatitudinis. Prses- tante Domino nostro Je-iu Christo, qui cum Patre oc Spiritu Sando vivit & regnac per omnia scecula saeculorum. Amen. Fada fuit haec translatio in Era M. C. XXVIIL viii. idus Novembris.

Tom. XXXllL Lll IN-

4 c o España Sagrada,

IX

INCIPIUNT MIRACULA BEATI FELICIS,

-M Audore eodem Grimoaldo.-

De puero infirmo , & curvo sanato.

QUodam Dominico die , omni populo festivitatem bea- ti Mirtini Turonici Episcopi celebrante, festo etiam beati patroni nostri ^miliani instante , quidam pue- rulus Julianus nomine , de Villa quae vulgariter vocatur Cortices , medio nodis tempere percussus est súbita gra-- vis infirmitatis invalitudine ; qua nimium opprimente, tan- ta est afflidus curvitate , ut penitus vultum sursum non posset erigere : caput queque pedibus adhaerebat , nec uHum membrum corporis officium sibi commissum adim- plere valebat. Pater itaque pueri ipsius nimio dolore cor- dis pro hoc infortunio filii sui vehementer affliétus , ata- men de Oei misericordia non diffisus , eumdem filioluní suum ad Monasterium beatorum confesiorum Felicis ¿c ^milianí dep' rtuvit , Óí eorum venerandis altaribus , mori- bundum obtuüt , postulans precibus obnixis , ut eorura meritis redderetur infelici puerulo optabiie munus inco^ luniitaüs. Stetit itaque ipso die festivo beati Martiui pa- ter cum misérrimo filiólo ; sqquenti vero die naiaiis Beati ^miliani ,- iacens anie altare eontiguum corpori Beati Feiicis Pre^ibytejL , tantae est redditus Süspitati,ut non so- lum caput, quo veilet , erigere, sed etiam IcClus & agi- lis hac & illac,nullo fulcieute , sed seioso proprios gres- sus regente, discurreret. Hoc denique factum est coram omni populi multitudine , qui ad soiemnitatem Beati jEmi- liani undique coníiuxerat eodem die , & hoc divina m¡- seratione concessum non discredimus utrorumque beatis- simorum obüneíiiibus gloriosis meritis , & precibus.

Ve

Apéndice IX. 4Ji

Ve infirmo á febribus liberato,

QUidam etiam de Beati ^miliani Monasterii fratribusf» Joannes nomine, vir bonae conversationis atque pru- dentiae , custos Ecclesige , per annum integrum cuín tribus mensibus , passus fuerat gravissimum quartanarum febrium incommodum , qui Apostólica admonitione cum fide , & sine haesitatione , & cum bona , humilique con- fidentia ad Beati Felicis Confessoris Christi merita obse- crans supplici devotarum precum instantia extinguí in medullis sui corporis attrocium febrium incendia per sandissimi Confessoris merita. Félix igitur confessor noxios ardores infelicis passionis á membris se suppliciter pcstu- lantis , benigna miseratione depulit , &: intra brevissimi temporis spatium , pristinae ac melioratae sanitati resti- tuit : qua perfedé recepta, Deum omnium bonorum lar- gitorem , ac felicissimum Felicem egregium Christi Con- fessorem summa cofdis devotione benedixit. ;

J)e infirmo d defeSiione sanato,

ALius quídam adolescentulus de congregatíone , Gar« sia nomine, laborabat míserrimé totíus sui corporis miserabili defedione , nec ab aliquo poterat aliquod reme- dium tam onerosas infirmitatis percipere; sed ingravescente quotidie , hujus gravissim:^ molestice invalitudine , into- lerabili cruciatu cruciabatur : solumque exitum suae mise- rabilis vitae anxia ,& nimium trémula pra^stolatione praes- tolabatur : & penitus de temporali vita diffisus , de erep- tione sua? animce assidua cordis contriti , & labiorum deprecatione , Domiaum jugiter precabatur : hic itaque aliquantulum recepto spiritu laudabilis fiduciae ad vene- rabilem locum , in quo Beati Felicis Presbyteri saepe me- morandi felicia membra retinebantur , plenus viva fide prat^sumpsit accederé ; postulans devote tote mentís afFec- tu , ut piissimus Confessor Félix sibi misereri , ac pene

Lil 2 jam

45^.' España Sagrada.

jam de salute sui corporis omnino despcranti , succurrere dignaretur ; & sua santíia interccssione ab infesto hujus tam horribilis & ititolcrabilis aegritudinis infortunio eripi mereretur , & pristiniE sanitati suis Deo acceptabilibus precibus & meritis , licet ipse hoc tanto beneficio esset ingratus , & omniraodis indignus , redderetur. Non ergo distuÜt sandus vir clementer exaudiré justas querimonias» hurailesque preces sui pusilli supplicis ; sed in brevissi- mo spatio temporis perfcde depulsa infirmitate, liorrends, ac nimium execrandae defeétionis, largitus est suo devota sérvalo optatum donnm expostulatae sanitatis. Félix igi- tur adoltíscens recepto gratae salutis muñere , nomen Do- nlini , & merita magnifica sui piissimi ereptoris studuit gratanti devotione benedicere, & omnes adus suos quoti- diana augmentatione ad meliora pervehere. Hoc igituc speciali rckitione de nostris propriae congregationis fratri- bus rairabiliter faftum vidimus , & fideliter retulimus ; at nos omnes ejusdem Coenobii fratres hoc ídem qu3tidie ge- neraliter experimur in ómnibus nostris necessjtatibus cor- poralibus , sive spiritualibus : nemo enim, praeeunte gratia divini muneris , ¿c omnium benefkiorum superni largitorís^ vacuatur justo desiderii efFedu , ñeque frustratur dono suae petitionis , quicumque devote eífuderit preces in no- mine Christi ad merita utriusque nostri Confessoris. '

2:. De cceca lUuminata, )

QUxdnm igitur mulier , Oria dida , de vico qui vul- gari lingua Balneus dicilur, orta , céecitatem ocu- lorum incurrerat , in^qua per mukorum tempurum curricula permanens , omníno spem recuperandi visum amiserat , etenim á nemine mortalium hujusmodi reme- dium nec sperare, nec accipere poterat. Quocirca in in- fortunio , in quo ceciderat , miserabili taedio aífeda moe- rens , & obitus sui diem propinquare exoptans , perma- nébat. Vir iiaque illius diro casu csecitatis sua3 uxoris in- modicd'doloris anxictate ufflidus , assidua cordls sui con-

' -tri-

apéndice IX. ' 453

trkione laborabat; etenim prolongítio prsesentls.viííe ütrum- que inínime obleétabat; sed potigs intolerabili amariiudinc; vebementer afíiciebat. Eodem autem anno. translationis sacratissimi corporis Bcati Fclicis Christi Confessoris , 61 longe , lateque per universam regionem divulgatis, atque á multis expertis miraculonim signis , ac crebris ab ipso infirtnis Gollatis beneficiis , híac fama excitalus praefatus yir, cum sua miseranda conjqge ad audita suíFragia beati virí cum fiducia boni desiderii disposuit pergere. Quinta vero die post Domini nostri lesu Clirisíi natale, Monas- terium Beati iEmiliani intrant , loco sacrae memoriae Bea- ti Felicis Presbyteri cum devotione , qua poteraui , se reprsesentant ; muneribus , quamvis vilibus , & exigris tamen Deo acceptaiibus ac preiiosis de paupertatula sua eumdem locum honorant , & ut Sanélus sui misereri dig- naretur, plorant ; quatiiius sua piissima intercessione, im- portuna depulsa caciíate , debitas referrent gratías om- nium creatori ; necnon & laudes rependerent suo pió cu-r raíori. In hac itaque supplicatione biduo permanentes , di nulla intermissione ab ea cessantes , tertio die vir Do- mini adest petirionibus se devote , obniseque petentium, atque inimica depujsa ccecitate , perRcíe reddidit mise- rabili miiiieri optatum visum cculorum per Icnga tem- porum spatia perditum , & quae alieno dudu venerat ad Sandi Felicis mérito. veriCrbüia, prcprio lumiiie gressys suos regente , gaudeiis & Deum , suumcjue curatorem beatura Felicem benedicens , incolumis rediii ad propria.

De puella d debilítate manus s anata,.

A Lia quaedam puella , nomine Anderecea ,- vici qui voca- tur Puras íncola , eodtm anno trarislatiouis Beati Felicis quadragesimali tempere , quadam Sabbati die ad occasum jam descendente , & omni csetera tuibavillaead ofíicium vespertinaie consueto veto properante , jussis siii pa tris, cogen tilas ^ pistxjrise paijum arti crat intenta, á irequeutia populi ad JÉcclcsiam properaníi , inrevfcfenri ¡U

íe-

454 España Sagrada,

femcraria presumptioae sequestrata atque separata , quarrt síatim divina ultio est inseciita. Dcnique súbita vehe- Tjentissimi dolófis gravedine irruente est percussa ; & in- vsuper una manus ejus est funditus incurvata , & omnino inutilis ad omne opus reddita. Cogeute igitur dolore ni- mio , & infelici incurvatas manus intolerabili , & incre- dibili incommodo , ad Beati Felicis Ecclesiam in monte, qui Ancha vocatur, sitam , miserabiJis contrata puella perrexit ; ubi aliquantisper morata , nimias dolor aliquan- tülum quicvit : sed centralita manus ín suae debilitatis deformitate permansit. Mónita itaque á suis, venit ad sufFragia Beati Felicis Confessoris in Monasterio Sandi iíímiliani quiescentis , die Sabbati , liora vespertinali, jmminentibus in crastinum festivis gaudiis ramorum Pal- m.irum. Quo in loco orationibus insistens continuis , ac peinodans assidnis vígiliis , per meritum , & intercessio- nem beati viri praestolabatur misericordiam ómnibus affluen- tem clementissimi Domini , non diffidens suae infirmitati á Domino clementi miserationis respedu subveniri. Ad- veniente igitur no¿te Coens Domini , pervigil ante sa- .cram aram stans , & supplici devotione Deum exorans, & BeatumConfessorem Felicem , ut sui misereretur, ex- postulans , cogente nimia fatigatione obdormivit : sed sta- tim expergefada surrexit, manumque suam olim contrac- tam , nimio ardoris incendio cremari sensit , ac nimis tre- mebunda ómnibus circunstantibus, quia ardoremcontrac- tíE manus pernimium patiebatur , indicavit. Horum ergo monitu Ecclesia exivit , contradam atque cremantem manum aqua lavit , quae statim ab ardore , & á contrac- tione manus est liberata, & pristince sanitati de integro reddita: quod cementes omnes príesentes , Deo cum mag- na cordis laetitia laudes decantaverunt , gratias egerunt, & nomen ejus per omnia saecula benedidum benedixe- runt; meritaque sandi viri dignis laudibus extulerunt. Puella vero excptata salute recepta , hilaris atque inco- Jumis , mirante omni praeseati populo , reversa est ad propria. ^^

De alia cceca ilhmimtai '\rA,x^ xX\

A Lia rursus mulier, nomine Tota , de Villa vocata Petrosa orta , quse in territorio , quod vqlgari nun¿f cupatione dicitur Ulbere rivus, est sita, per spaiia septe'm annorum funditus , ut est noíum patriotiv ómnibus , ]«-■ men oculonim perdiderat , !&¿ augmentatione sin nimii; cruciatus etiam longaevse vetustatis senio confeéta erat» & insuper egestatis taedio ómnibus viventibus jm.portuna laborabat ; qua miserenda afflidione omnino pressa , & trita , atque contrita de prolongationesuíe vitse ,,Óc mor- tis tarditate vehementer dolebat. Hic denique mos ora^: nibus mortalibus esse cognoscitur , & ideo per qiiemdarrj prudentem hoc satis vero intuitu cordis inteiiigentem dicitur; O mors , quam dulcís es amare viv-cntibusJ.Audi- ta igltur Felicis patiis nostri miracu.lojum fama/, ad'vener- rabile-, Monasteriuin , in quG saiiáissima ililius membra 4 loco, in, quo priniitU:S fuerunt tpmulata , -suEt translatai; & credufltur recóndita, á familiaribus suis est deduda, & sacratissirno loco ipsius mem.oriae est oblata. Vesperas- cente ergo die , in quo Ecclesiastica traditione festivitas Beati Torquaii celebratur , ac veneratur. al> universali^ cliristiana plebe •, in illa noéle sacras vigiliarum exuvias», devota, observaticne , & religiosa intentione.temiit. Pie vera sequenti illucescente- missarum soltminiis cum petera su-' perveniente ad sufrVagia beatorum ccnfessorum Christi: Felicis , & iEmiliani plebe , inicrfuit , .inrer qu^ ídeliter; ad altare accésit, debitam reverentiam pro suo :sctre ,¡64- posse exbibuit, orationem fidcpler.am effudit : ac paUiis- ejusdem altaris oculos suos diuí|na tenebrarum caligjn«, obnubilatos linivit , & statim lumen diu perdltum recepit: gratias Deo &: sandis egit ; 6c ad propriam patriara curo,. gaudio ¿t exultatioíie rediit* ^bT«.:a

.; ,irH

J>e

4 *5 5 España Sagrada.

De quodarri'fratre sanato ab humefi dolare,

QUidam frater de Beati /EmÜiani coní^re^atioae,Gár- sia nomine , cruciabatur magno sjt nirnert dolore: etenim tanta erat vis ÜIílis doloris, ut penitus tól-' leret á brachía omne opus s'i« utiiitatís. In ipsa autem- t'ranslatione corporis Beati Feücis áderat prcesens cunrr eeteris fratribns, nimium de molestia su-e iafiríniraiis moes- tus» & anxiiis, de recipieiida sanitate jam pene diñisus: Domniis autem Abba Blasius prudenti consiüo iisus , & Víva ñde plenas , uE eum respexit, ¿k veheminter tribu-' hari eum de incomnodo sui inf^'t-nii, inteiiexit: ma^dtf sacro corpore Beati Fe)icis ^ antequam silo lóculo condere- tur y unam ex costis accepit; loco doloris ipsius humeri apposuit , 6c hoc faéto sine uila temporis mora omnis infirmitas a^-frdtris humero recessit , prístina sospitas re- diit , Ói Félix 'beatissimus ac misericordissimus taliter dú- plex beaefiátiim sibi' faníulantium , & corpus suum hono^ rifice transferentium , & studiose recondentium, impendit.' Lgetabatui- denique frater de recepta sanitate : gaudebat ©.'omniís Abba Blasijueum omni Deo devota coogregaíione detam a^rte cognita corporis beati viri vircate,: attanaen ^éadíMQ infinnitas' denuo ad enmlv^m fratrem occulto Deí JtídicfO'i'ediit ; sed rursus ille eum fide ad medícum suum, scilicet ad Beatum Felícein recurren;, absque omni dila- fione desideratam sanitatem perfecté recepit. Deni<}ue nullus fiieriüm- ^rrkvlter debet ferré se molestari gravi vel assidua- ínfirmitaté corpórts : scriptiim est certe di- Vina áapientíá docente: QMem DoiiJnus dilrgit, torrípit, & flagillít omaem fili'Aii , quem redplt : q-rera enim Do- minas amit , iilt pie ñ-jgella cor pora lia as.sidtLit , ut cor- piraliter íiagellando ai) eelernae mortis flagello miseri- cordissimí pietate eripiat. Ouapropter , fratres diledissi- mXy io omni temoore Domiaurn noslrum benedicamu?, & in omni tempore justum judicium custodiamus , & ve- ram justitiam faciamus, ¿c Beatum Felicem, 6c ipsius me-

íV-

Apéndice IX. 4J7

ritis non inferiorem Sandum y^milianum amemus , laude- mus , & puro mentis affedu ipsis serviamns ; hoc nempe facientes cum eis ad seterna gaudia perveniemus.

Ve quodam paralj'tico sanato.

Quídam alius vir nobis funditus , & nomine , & na- tione ignotus , tempore transiationis corporis Bea- ti Felicis Presbyteri , venic ad Monasterium Beati -ffimiliani , qui omnino monstruosa tortione amborum suo- rum pedum erat debilis ; denique pedes ipsi penitus ca- rebant effigie corporese imaginis : nam contra omnem na- turam humani corporis, pars utrorumque pedum illius anterior erat posterior , & é contra posterior erat anterior: qui supplici voto, & humili devotione ad suíFragia Beati Felicis veniens , & altari ipsius memoria , & corpore decorato se oíFerens , sine omni düatione , quod petiit^ est consecutus : & compositis sat bene gressibus , & natu- raliter , ut supradiximus , monstruosis pedibus cum decora honéstate , ad propriae habitationis locum est regressus cum magna velocitate , cernentibus ómnibus loco venerandi altaris adstantibus. Non solum autem aujbulando , sed etiam exiliendo á Monasterio Beati iEmiüani festinavit recedere , & ita fetinanter labox'-avit absredere , ut nulli fratrum Monasterii fas fuisset locum , vel patriam ipsius paralytici á Beato Felice sanati requirere; atíamen , quod de eo diximus, veré fadum esse creditur , praesentibus enim , & videntibus idoneis testibus roboratur ; quibus ipse non solum ambulando , sed etiam quod fortius , ac robustius est, exiliendo more Paralytici ad Speciosam por- tam templi sedentis Petri jussione , & Joannis coopera- tiene sanati , bases & plantas suorum pedum esse sana- tas , ac solidatas ostendebat , quibus ómnibus dicebat: Nostis omnes me de útero matris meíe claudum natum fuisse, & usque ad hoc tempus in illa claudicatione , & in pedum meorum monstruosa deformitate mansisse , sed nunc per Beati Felicis merita videte me sanatum faélum Tom,XXXllL Mmm es-

458 España Sagrada.

csse , & ideo omni ex corde omnes mecum Deum omr nium bonorum larj^itorem benedicite , ipsi gratias de óm- nibus beneficiis vobis gratuita concessis ab eo reddite , & Be itum Felirem pro suis inagiiis meritis laiidate , hono- rificate , & debitiim venerationis officiuin impen.iite , ut sicut ego ab ipso merui sanari á corporis mei dcbílitate, ita vos ¡néreairiini satiiri ab omni pecc;Uoruin vestrorum numerositace. His didis ad propria recessit inco!?imií?, propitiunte Domino nostro Jesu Christo , qui cum Patre ík Saadü Spiritu vivit óc regnat.

X. IN TRANSLATIONE

BEATI FELICIS

PRESBYTERI ET CONFESSORIS.

AD VESPERAS.

Capitul. Justus cor suum tradet,

IV. O pater egregie, nos fá- mulos tuos doce , ut ad viam seternse vitae mentium diri- gamus cursus. Ps. Te duce.

^. Exora pro nobis Fé- lix Confes'íor , ut mente sin- cera mundi conteminamus ca- duca. P. Te duce. Gloria.

H Y M N U S.

C"^i^lorum CbristeRex pie, y Piebem tuam tu réspice, Cujus est delere cuipam, Vitam daré perpeiuam. Gratia tua iliumina

Nostra delendo crimina, Ut valeamus annua Saíiéti laudare merita. Domini Félix Confessor, Nostrorum sis iutercessor, Tuis in laudibus digna Nostra promnnt eloquia. ^miliaiii magister

Vian

Apen \ Viam pandisti & íter, Quo ad superiium domi-

niim Possit dirigere gressum. Dodor fuisti nobiüs, Pacem obtine servulis, Tiiisque exorantibus Nostris faveto precibus. Per tua sacra merita Nostra dimittantur mala A Deo Rege polorum In saecula saeculorum. Amen. 3^. Os justi meditabitur.

Ad Magnificat,Antiphona. O Félix Eremita , qui me- ritis in hac vita meruisti ha- bcre discipulum devotas in- dolis ^milianum , noli nos piissima deserere proieélio- ne tui indigne fámulos.

Oratio.

INterveniat pro nobis apud clementiam tuam omni- potens Deus Beati Felicis Confessoris tui felix inter- ventio : & cujus gaiidemus festivo translationis solem- nio , ejus piis patrociniis pervenire mereamur ad pe- rennia gaudia summae beati- tudinis. Per Dominum. Ad Nodurnos. ínvitatorium. Corde sereno laetemur in Do-

dlce X, 459

mino. P. Qui Confessorem suuín Felicem laureavit in Cíelo. P. Venite adoremus.

HYMNUS.

ANgelorum consortium Et militum cslestium, Hodie clangant Domino Laudes de corde sereno.

Líetari decetDomini,

Torporem mentis deprimí, Celebratur in libano Cum Felicis translatio.

Visione demonstratur, Ipsi fratrideclaratur Parieti tam proximum Sandi Felicis tumulum.

Perforara congerie Odor resultat hodie, Qmo Corpus felicissimum Mireflragrat per tumulum.

Jubilantes in termino Vota offerunt Domino, Cujus pia clementia Conditur in Ecclesia.

Per ejus sacra merita Nostra dimitiantur mala A Deo Rege polorum In saecula saeculorum. In primo Noálurno. Antiphonae.

Elecli igitur fratres duode-

cim ascenderuíit ardiiam ru-

pem, in qua devota intentio-

ne divina mysteria celebra-

runt.

Mmm 2 Psal-

España Sagrada. Unius Confes- etianiToIetiim urbem regiam retinentem , totius Hispanice monarchiam á spurcissimí gente Agarenorum dudum impugnatam , & expugna- tam , & iisque ad témpora sui regni eor.um turpissima violentia subadam , capti- vatam , & oppressam , con- cedente misericordia Domi- ni, viriliter de'^udante ma- nu militari , pristince liberta- ti nobilitatique restituit. Tu autem.

I^. Confessor Christi Fé- lix , felicem meruit habere discipulum. P. Per quem ejus vita mundo claresceret glo- riosa.

f, Sanélus igitur iEmilia- nus divina gratia illuminatus hunc elegit Dodorem. P. Per quem.

460

Psalmus soris non Pontificis.

Aña. Cum timore ac tre- meré accesserunt ad sepul- chrum in summitate rupis in orientali parte.

Aña. Perforata congerie invenerunt ligneum sepul- chrum, in quo erat pretio- sum Corpus.

Aña. O quam humilis lo- cus retinebatthesaurum mag- num , omnium thesaurorum purissimi obrizi pretiosissi- mum.

Añj. Erat itaque sepul - chrum , sicut in visione fue- rat fatri demonstratum , pa- rieti altaris contiguum-

Aña. Egressa est de tú- mulo suavissimi odoris fra- grantia , odoribus omnium aromatum prseponenda. 3^. Amavit eum Dñus.

Leélio i.

CUM gloriosus Rex Alde- phonsus , fiüus Ferdi- nandi Regís strenuissimi, apud Hispaniam arcemtene- r.timperii, & undique re- sistentes sibi innumerosis príeclarisqiie vidoriis suo subjugasset dominatui , Ín- ter suos nobüissmiris fre quentissimosque triumphos,

Ledio ii.

Eligiosoque cuitu chris- tianitatis ampliavit:om- nigena honéstate decoravit, & insuper Papa Sedis Apos- tolicae annuente , & eidem repise urbi antiquam archi- prsesulatus infulam reddente, cum acclainatione deri & populi Archiepiscopum in ea ordinavit.

I^. Félix athleta in humi- li

j4pendice X. 4<íi

11 rupe summo Creatori fa- Dominum, illic per muí-

inulans. P. Gre^sum direxit suum ad supernum regnum, ^. Contemptaqiie vaniía- te soli Deo placeré deside- rans. P. Gressum.

Leélio iii.

HOC itaque tempere, quí- dam venerabilis Mo- nachus nomine Blasius , vir bene Relijíiosus, in Monas- terio Sandi i?5miliani sito in- tra Calagurritanum terriío- rium onus pastorale gerebat. Quod ut possibile est hu- manae fragilitati , & quan- tum hominibus datum est cognoscere , exemplo ¿£ ver- bo decorabat,

IV. Perforata congerie ín- venerunt ligneum sepul- chrum , in quo erat pretio- sum Corpus. P. Beati Feicis.

3^. Ablata itaque opertio- ne sacri tumuli non est pas- sa pietas Domini forc cocui - tum meiitum. P. B. Felicis,

Ledlio iv.

HÍC itaque Ahbas nni- dens reperiens in Bea- ti /í^miliani gestis , virum Dci Felicem Presbyterum iíi Castro Biiibiensi migrusse ad

ta curricula temporum esse recondiuim , & pené inacce- sibill difficultate Castri fre- quentem populorum prohi- bente accessum , in residuo internae mentís desiderio ses- tuabat.

^. O pater egregie nos fámulos tuos doce , ut ad viam seternae vitae mentium dirigamus cursus. P. Te duce.

il. Exora pro nobis , Fe- lix Confessor , ut mente sin- cera mundi contempnamus caduca. P. Te ducet Gloria.

IN II. NOCTURNO.

Aña. Tanta erat vis illius doloris, ut penitus íolleret á brachio omne opus suae uti- litatis.

Aña. Erat frater quidam de modestia suae infirmitatis anxius , & de recipienda sa- nitate jam pene diffisus.

Ana. Venerabilis namque Abbas unam ex costil sacri corporis Beati Felicis loco doloris apposuit, ¿¿ sine ulla mora infirmitas recessit.

Aña. Prístina sospitas re- diit , & sibi famulairtibus bt-neficium impenuit.

Aña. Ls'abatur frater de recepta sanitate , gaudebst

4^2 España Sagrada,

deni^iue tota plebs de tam aperte cognita Beati Felicis virtute.

. Aña. Qiinpropter , fratres charissimi , Deum beiiedica- ínus , h. Beato Felici , ejus- que devpto discípulo Emilia- no puro mentís afFedu ser- víamus.

Leélio vi.

Ledio V.

I"^T quo ingenio vel labore ^ prcefati famuli Dei Fe- licis Presbvteri artus de tam iuhabitabili ac vili loco ad Ecclesiam Sandi jEmiliani ipsius discipuli transferret, laborabat , ubi honorifice re- conditum ab omni populo Veneraretur , & ipse popu- Uis ip.sius meritis & preci- bus tueretur , & ab ómnibus i-ncursibus inimicorum visi- biiium & invisibilium ejus obtentu defenderetur, patro- cinio frueretur , pra^sentia laetíficarctur.

JJ?. Aperto túmulo sacri corporis egressa est suavissi- mi odoris fragrantia. P. OJo- ribus oainium aromatum praeppnenda.

;:.. 5í% Refert-bant dcnique adstantes , ¡k cum magna sa- cramenti testífijatione díce- bant. P. Odoribus.

QUod suum justum & laudabile desiderium cum. fratribus retulis- set , & quid animo gereret palam exposuisset, unanimi- ter omnes Deo gratias refe- rentes in magnam exultatío- nis vocem proruperunt , ac desiderium Abbatis justum & bonum esse conclamave- runt.

^. Devoti itaque Mona- chi cum digna veneratione, & debiti cultus executione sacra membra. P. Devote tradantes sacri corporis sen- serunt fragrantiam.

1^. Devotus circunstans clerus cum ingenti exulta - tíoue caeleste thesaurum in- venit. P. Devote tradantes.

Ledio vii.

ABbas igitur , ut erat vir solertissimus , & nuUa industria justoe ac redas ra- tionis indigus , intra sui cor- dis arcana coepit diligenter considerare , & sagaciter perpendere , quia licet cundi suum desiderium laudarent» & ut ad efFedum perduceret parí consensu admonerent, ta-

Apéndice X.

'tamen jiidicavit non pose juste , & sine inquietjdine compleri absque aiidoritate^ & adminiculo resalí.

IV- Interea fama hujus, pr3Eclariss¡miCoufe>^,soris óm- nibus re,-;ionis populis. P. In- notujr citissimo volatu.

3^. .Beati-Fciicis sanétissi- mum Corpus de Castro su- blatum , & ad suí 'almi disci- pulí Monasterium deporta- turné P. Innotuit.

Leélio viii.

ACcepto itaquc hoc tam salubri consilio. & qui- busdam fratribus boni testi- iTiOnii viris secum adjundi-s ad supranominatum Alde- fonsum Regem perrexit : de- siderium , quod animo reti- nebat, aperuit, & ut eo an- nuente ac juvante complere posstt , expetiit.

I^. O felicissimum íhesau- rum in arda rupe conditum, & in pro!is basiiica egregie collocatum. P. Dignare tuis precibus nobis esse advoca- tum. ■. í'il

t, Praebe opem nobis í)o- trinum precando , ne culpa gravi ruamus ad ima. P. Dig- nare tuis. Gloria.

Ad Cántica.

4^3

Aña. ín^erea fama prae- clarissi»ní operis innotuit B. Feiicis^ Corpus sacratissimum -de' 'Ca-tró BMibiensi subla- tum , & ad sui almi discipu- ii Moriasterium deportatum.

Canticum. Beatus vir.

.3(^ Justus ut palma flo- rebit.

Evangel. Ncmo lucernam accendit , cum sua honñlia.

T)¿. ix. Dominica die pue- rulus quidam medio nodis tempore percussus gravis in- firmitatis invaletudine , \\t sursum vultum non posset erigere. P. Caput queque pedibus adhíerebat.

t- Beatissinii Feücis meri- tis ¿¿ precibu? prinjíevaesos- pitati est redditus. P. Caput.

I^'. X. Félix Confessor , qui noxios ardores iufelicis pas- sionis á membris depuüsti. P. & pristin.e sanitati inñimum restituisti.

t,'' Benigna ifeiserationá adjüva , in viam saiutis conserva tuum celebrantes devote festum. P. Et prís- tina; ' í"^^. xí. Non distulit Sandusf Feiix clementer exaudiré hu- miles preces, sed brevissimo spatio temporis. P Depulsa est iíifirínitas defedionis.

3^. Largitus est suo devo -

464 España

to serviilo optatiim donutn expostulatLe sanitatis. P. De- pulsa.

I^'. xii. O venerande Con- fessorChristi,puritatem mcn- íium obtine tuis gaudia fes- tiva colentibus Moiíachis. P. Ut praeclaro lumine utriusque patroni ture feÜv-ritatis per- fruamur claritate.

3^. Gaudere & exultare nos oportet,dileétiss!mi, quos grate tantorum praesentia pa- íronorum dlgnata est deco- rare. P. Ut praeclaro. Gloria. íV. O venerande. Te Deum laudamus. Evang. Nemo lucernam. Oratio. Intervenlat pro nobis.

ín Laudibus Antiphoae. Félix Confessor felicem ha- buit discipulum totius Hispa- nia3 iLicem Beatum M<m\\3.- num. Pá. Domiiius regnavit. Ana. Adiit magistrum B. Felicem, á qiio est institutus \n supernum regnum dirigere cursuin. Ps. Jubílate.

Aña. Qa;a tuis in laudi- bus diern occupamus , placa nobis Deum Feüx athleta Christi. Ps. Deus Deus meus. Aña. Tuis precibus nos refove pie pater, qui perpe- tua frueris benedictione. Ps. Benedicite.

Sagrada,

Aña. Tuatn réspice fami- liam Félix Confessor , ut tuis almis precibus plaque discipuli intercessione utrius- que mereamur perfrui so- cietate. Ps. Laúdate Domi- num.

Capitul. Justus cor suum.

I^. Justum deduxit.

HYMNUS.

IN laudem summi principis Cantemus Sandio Felici Jocunda vocis carmina Pro ejus summa gloria,

Félix in rupe terminus, In quo permisit Dominus Sacri sui Confessoris Laudes resplendere oris. Proximatur discípulo Emiliano cuculo Quorum sánela sufFragia Coruscant in Hispania.

Sanéli viri precamine Nodis medio tempore Adolescens liberatur, SaUís prima restauratur. Per ejus sacra merita Nostra dimittantur mala A DeoRege polorum In süeculasseculorum. 3^. Osjusti meditabitur.

Ad Benediélus.

Aña. MuÜer quaedam css-

citatem oculorum per longa

temporum curricula patien^

piis

Apéndice X.

465

püssíma intercessione Beati FeÜcis , depulsa importuna csecitate perfedam obtinuit curationem , & Beatum Fe- licem benedicens , incolumis redit ad propria. Ps. Bene- didus.

Oratio. ínterveniat , &c.

Per horas diei Añae Laudum.

Ad Tertiam.

Capitul. Justus cor suum.

Versiculi de Nodurnis,. . Oratio. ínterveniat. Ad Sextam.

Capitulum. Collaudabit,

Oratio.

OMnipotens aeterne Deus, majestatis tuse poten- tiain humiliter imploramus, ut sicut praesentem Eccle- siam sacro corpore Beati Fe liéis Confessoris tui miseri- corditer decorasti ; ita ipsius meritis & precibus á pericu- lis ómnibus liberati , ad oeter- na gaudia pervenire valea- mus. Per Dominum.

xit.

Ad Nonam. Capitulum. Justum dedu^

Oratio.

ADesto,Domine, precibus nostris , quas in Sanéti Felicis Confessoris tui festi- vicate deferimus , ut qui nos- trse justitiae fiduciam non ha- bemus, ejus , qui tibi placuit, precibus adjuvemur. Per Do- minum.

Ad Vesperas quatuor An- tiphonae de primo Noélurno.

Psalm. Unius Confessoris.

Capitul. Justus cor suum,

IV. Justus ut palma.

Hymn. Caelorum Christe.

)^. Os justL

Ad Magnificat.

Aña. Te poscimus,gloríose Confessor Félix nomine, feli- cior vita , felicissime ssterna adeptione , tua Deo accepta intercessione caelestium an- gelorum , ut mereamur gau- dere perfeéla charitate.

Oratio. ínterveniat.

XL

FUNDATIO MONJSTERII

Albeldensis. >

rN nomine Sanél?e , atque individuae Trinitatis. Ego hu-

L millimus , <k omnium servoruin Dei ultimus , & tamen

Tom. XXXm, Nrní gra-

^66 España Sagrada.

p¡ratia Dei perfusus Sancius Rex , simul cum iixore mea •Tuta Regina , tibi Petro Abbati vel ceteris fratribus tecum in timore &l amore Majestatis supernae sub vinculo carita- tis in unum commorantibus perpetiiam in Dño. felicitatem. Amen. Denique ordinante Majestate superna , dum esset térra Spanise áCtiristianis possessa , castella , urbes , oppi- da quoque , ruraque quam plurima á Cíiristianis atque Ecclesiis nimium repleta ,& in ómnibus habereturReligio Christi , ac deinde nobis , & parentibus nostris assidue peccantibus , & cotidiana detrimenta ab ejus praecepíis at- que opere recedentibus , equissimus arbiter juxta meritum nostrum , simulque & ob correptionem nostram induxit super nos gentem barbaram, qu^e per infestationem ip- sius gens incrédula , & persecutionem eorum rabidam jam pene á Christianis depopulata eratSpania , doñee pros- piciens ex alto Deus aflidionem populi sui ac miseriam repressit eorum impia audacia , nostrisque modo tempori- bus indignis nobis conferre dignatus est ex ipsius hostis vidoria reddens illis dominus juxta raanuum suarum ope- ra. Nostrique in partibus amnis Iberus , qui íustrat Spaniam ex utrisque partibus suis quam plurima , opitulante nobis superna clementia, comprehendimus oppida , urbes, atque castella ,expulsis inde atque íncreduíis,quos tum Domini pro- videntia non uno, sed diversis eos fecimus habitare in locis non cognitis , teste nobis Sanda Scriptura , loquente Domino per Prophetam: Dispersi eos per omnia regna mundi,qu^ nes- ciunt , & térra desolata est ab eis. Haec non nostris meritis, sed Altissimi dono pietatis. Ideoqueob honorem &gratiarum adionem Creatoris nostri Jesu Ciiristi , & ad laudem no- minis ejus , vel triumphum nuper gestum in Vecaria Cas- tellum , quod Dominus noster JesusChristus nostris dig- natus est daré in manibus , sed tamen quia Dei sunt om- nia & quae de manu illius gratis accepimus , parva ex multis illi ofFerimus loca ad collaudandum Dominum , atque ibi- dem Deo deservientibus dignum , ut amodo ac deinceps ad laudem nominis Dfi perenipniter construere Monaste- riuní ,' vel Congregatlo Fratrum Deum collaudantium , & ■:.,u Vj i pro

Apéndice XT. 467

pro nostris offensionibus Deum inclesinenter orantium , qai locus vocatur illorum incredulorum Caldea iingua Albei- da , nosque latino sermone nuncnpamus Alba , qui es si- tum in ñumine nomine Eyrocain suburbio Civitatis, quaní supradiximus , Vecaria. Igitur sciat omnis posteritas nos- tra , qui ex nostro descenderint genere , ortique ex Redo- rum prosapia , hunc locum pro vidoria , quam nobis Do- minus noster Jesús Christus super gentem perfidam nuper donavit Domino perenniter pro Monasterio tibi cum su- pradidis fratribus consecramus devotisime , & sine vi ali- qua exigentibus ibidem contulimus. Si quis tamen ex nos- tris successoribus hanc nostram conaverit conveliere de- votionem , quia instindu diaboli minime fieret q%?>q , cum. ipsis impiis atque incredulis , quos supra memoravimus> perpetuam hic & in ceternum optineat diram damna- tionem , & sic nostrum votum diutissime sancitum & in- convulsum permaneat. Igitur poscimus , ut instruas , opi- tulante divina clementia , monasticam ducere vitam se- cundum Benedióli Regulam Patris , vel id quod á Sanétis Patribus didicisti , absque uUa cundatione subditos imbua- ris. Postremo namque liberam babeas facultatem edifican- di , populandi , plantandi seu omni aditu loci ejus sepire, ut pretereuntes itidem iiabeant tugurium liospitandi , & quod itidem adunes ibidem Conventum Monachorum , qui tecum monitis praecedentium patrum devotis mentibus in- sequantur. Adjicimus etiam ad ejusdem loci in dedicatio-' nem Sandi Martini Episcopi & Confessoris pro lumina- ria , vel altaria Dei seu vido & segumento fratrum termi- num , id est ,de parte superioris loci , qui dicitur Loreto, Ecclesiam Sandi Pantelecnis , vel alus , qui ibidem cons- trudae sunt , & ut ceftius exprimamus torrentem , qui in- de surgit de flumine Eyroca , seseque vertens ambit unum monticulum , qua finita torrente, surgit altior linea, quae pergit usque in superiorem montem , quo monte dúo saxa. existunt in ejus fronte. Et ex alia parte fluminis de aerbo petrarum linea reda usque in margine : porro de parte inferioris margine , quae pergit de ripa usque in flumine,

Nnn 2 ¿L

4^8 España Sagrada.

ultra pirteQi fluminis de confiuio Villoe quse dicitur Bo- yo. De parte Orientis surr.mitaie riparum usque ad covam de Sancho Espina , & linea reda usque ad Sarcolam Lupi Vertix. Deinde ad lomum cardenum usque ad lacumSan- cii Fortunii , & deinde ad Unionem & vía reda ad Vade- lum , & deinde tendit usque ad ripam foratara , & ascen- dit usque ad summitatem vallis lubricae , & deinde linea reda usque ad summitatem montis , qui mons dicitur de Al- belda. Ec tendit per sjmfnitatem montis Albeldae usque ad ripam de Val de Taias. Hoc sane quod spoite tibi jam su- prataxato Petro Abb:ui vovimus, simili huic modo, qui post te successerit de filiis tuis in sorte sandae reg^m'nis eandem potestatem habeat , vindicet , atque possideat. Si quis tamen hujus scriptuae tenorem in aüquo conveliere & mutilare, vel dicissere nititur pr^esenti in tevo ab utrisque privetur luminibus , bonis ómnibus careat ,5í in futuro cum justis non ascribatur , sedin saecula sxculorum baratri antra dimersus penas seternas sustineat luiturus. Et hoc testamen- tum á nobis rite connrmatum plenum in ómnibus optineat firmitatis roborem. Fada ScripturaTestamenti nonas Janua- rii Era DCCCCLX.^ ij." anno feliciter Regni nostriXX.^ Sancius Serenissimus Rex propria manu hunc testamen- tum roborat, & confirmat. Tuta Regina confirmat.

Oenneca ejusdem Prin EnnecoGarseanuscon Sunna Abba testís.

cipis filia confir- firm. Vincencius /^bba testis.

mat. Semeno G&rseanus Falcon Abba testis. Garsea ejusdem Prin- conf. Munnio Abba testis.

cipis films confir- Galmdus Episcop. ro-

mat. boravit.

Blasquita ejusdemPrin Sesuldus Episcop. ro-

cipis filia conf. boravit.

Jaunti Abba testis. Abbolacen testis.

AnsericusAbba testis. Gudumer testis.

Blasco Preibyter tes Garsea Eneconis tes- tis. tis.

Enneco Sancicnis tes- Endura testis,

ti¿. RES^

XIL

4^9

RESTJURATIO ANTIQVISSIMI

Monasterii S. Columbee prope Tritium in Beronibus.

IN nomine Patris ac Filii simulque ex ambobus proce- dentis Spiritus Sancli. Ego hiimilis , & omnium servo- run:i domini ultimus , & tamen De¡ gratia Ordonius Rex, vobis fratri Senoniani Abbati , simulque fratribus , tccum in timore & amore majcstatis supernse sub vinculo cbarita- tis in unum commorantibus , in Domino Jesu Christo per* petuam felicitatem. Amen.

Inspirante bonitate divina , qui quotidie ingratis bene- ficium prestar , & se blasphemantibus exhibet alimenta, Dum esset locum beata? ac venerandcc Virginis Columbee, pro infestatione incredulorum á Christianis desertum , & cum omnia relidum , qui est situm in suburbio civitatis, quae antiquitus vocitata fuit Senonas , postea quoque disse- rente tempore derivato cognomen habuit Tricium, & nunc nostris temporibus Naxara appellatur , dedit eumdem jam nominatum castellum , á rivo afFato Naxara , manibus nos- tris á Barbaris possessa , quos cum Domini providentia non Uno sed diversis eos fccimus habitare in locis non cogni- tis, teste nobis Sacra Scriptura loqueóte Domino per Pro- phetam: Dispersi eos per omnia regna , qua^ nesciunt , <k térra desolata est ab eis. Hiec non nostro mérito sed :.lti- ssimi pietatis dono , obinde providentes salubre animíe ccn- silium , ut & hic erepti permaneamus h malo , c¿ seterni metuendique judicii die non cum hsedis ad siniftraiii , sed cum eledis mereamur conlaetari ad dexteram. Evenit no- bis, ut tibi jam nominato fratri Senoniani , vel ceteils íratri- bus tuis facerem scripturae testamentum de jam vocitatum locum Sanélae Columbas, ut opitulante superna clementia cni- nis modi ratione teneas & curam impendas , ut sit ut an- tea restauratum, quod dones ibidem fxatrum mansione per- pe-

470 España Sagrada,

petua , & repelas illa de omni Monasterii sandi utilía. Adjícimus ut tibi post paratum-cjusdem loci pro lumina- ria , velaque ac vestimenta ad atrium Del , prp viduqi & tegumentuin fratrurn , sive pro advenientia pauperum ,'vel peregrinorum , unde liumanitatem denegatam non habe;int, id est de Ecclesia Sandi Sebastian! , de parte Castelü , & de alia parte de caput inferioris , & de alia parte de media Maiaresci , & ex alia parte usque in monte , deinde usque in térra de Ero. Ut sint propria Sanétae Columbae , h:ec omnia vero Deo contulimus , & saepe tibi nominato dona concessimus , ut amodo & deinceps sic pastorum ejusdem Monasterii maneat perennitate confirmata,& qui hujus testa mentí scripturce vel in módico conveliere voluerit praesentt -in sevo , ab utrisque privetur luminibus , S¿ bonis ómnibus careat , ut in futuro cum justis non adscribatur , sed in sae- cula saeculorum baratri antra dimersns poenas aeternas susti- neat luiturus , & hasc scripturae tibi dona hujusmodi ob- tineat firmitatis robore. Faéla scriptiira testamenti sub die XII. Kalen. Novembris Era DCCCC.LXl. anno feliciter Regni nostri nono,commorantibus in Dei nomine in Cas- tellum Naxara , anno Incarnationis Domini nostri Jesu Chiristi DCCCC.XXIII. Ordonius Serenissimus Princeps huno testamentum manu propria confirmamus. Aldefonsus ejusdem Principis proles conf. Sub Christi nomine Albarus Dei gratia Episcopus conf. Sub Ciiristi nomine Tiieudori- cus Episcopus conf. Sub Christi nomine Vitica gratia Epis^ copus conf. Abdelmondo testis. Fernando Diez test. Aiba- ni Ferramelíz test. Alloitus Lucidi test. Albeitus Nuniz test. Gustius test. Didago Ncpzi test. Didago Diez test. Gutier Ermendez test. Fernando Diez test. Ñunio Albarez test. Gutier Assuriz test.

PER-

. 47 í

XIII.

PERPULCHRA CARMINA , QUIBUS

fnitur Codex Got. Vigilanus seu Albeldensis ' dicíüs^ Adpag,'\.^l,.hujusTom, ^^ ^

•< Irtus nempe Christi-micj- solacium Vigilaiji pré-

bens humillimo sep jt^

HH ncepta Canonis sacri hujus Libri ad calcem ope-

ra perduxi naviteé"..'...... í...... h^

Q lübans en vivida almorum florida patrum orientum

clara coneili..... '.. k^

^»4 ngentia dehinc neélens almifica regum ac presu-

lum occidentaliu g

|H ucet sicut Luna Sa neta Ecclesia- illustrata fulgens

-lurñine Domin..... ...............'•......; ' hh

^ postolorum-claris ornata doclrinis sácris lota.lim-

phis rutilat ceu so... i_j

^ uscipit fulgidam sanamque doélrinam inlitarum

fucis recipiens nici ^

^ pravo dogmate rerunr manantium manet luciflua

sancto m open. pj

1^ adió exempli rnundum inluminans vita purissima

simul cum angeli.....!... ^

H^Ü enitens elucet in célica sede quorum tándem pre-

ce perducamur ib ^«i

^ Imifica sepe agmina cementes sanétorura spiri-

tuum simulque martyru .,.,..,. g

Q oncretaque una Virginum fulgida almórumque pa- trum turma luciflu |>.

»«4 nlustri mérito una cum opere turmis sidereis at-

que celicoli ,. ^

2 ostrorum nomina libro vite scribta counemur ipsis

in atria ceK. hh

^ ernantia pura atque florígera vivorum fruentes

cumulato fruCt , -<

47^ E<!paña Sagrada,

C/5 arracinus Salbi ipseqae Vigila Migistri obtimi ad-

juvati prec ^

^ uorum digessimus clara nunc nomina scribtores

gemini que tenet líber hi ^

C3^ natim post illuc uniti jugiter ipsis conletemur an-

geloruii cet ^

pj 00 in:;tar turma céneles bina cenabii Albelda

plurimjai candid ^

JT^ n Sa:iíli Alartini una fraternitas cum sandis ad

cel'im pervolet parite ^

y ucatus quidem Sanéti EvangeUi pergenies Dñi.

vías ut adü ^

^^ lia qui pro nobis sustinuit probra cujus ñas sequi

nam decet vestigi ^

y ecies centena ac unum decies quarta Era labens

pernotaque abi.... m

jra t notatum tempus Kalendarum Maii quintus vi-

cesimjs seu cursus lun, ^

animifi fratre regnante SancioRege ortodoxo scri-

btus est líber hl Q

C; na cum Regina Urraca preclara sexto anno obitus

Regís Garsean - i^

2 une onines cernuí legentes precamur nos ut exi- guos apud sanítissima g

H rinitatem simplam conmendetis una fruamur glo- ria cunda in secul... ^

O Dei Verbura Patris ore proditu ^

¡Tí utilant ijutu cujiis mundi macin .-.. >.

t^ ternum tuum ut fruamur dulcite 133

X pee, oramus nobis jam advenía ^

O audíum raagoum scribentibus tib ^

W nixe cundí ^:5etimu3 ut m'iní'ne Z

Z aburn hic prestes ruí al.ni Mirtin ^

*^ ubar enitens süaiper in Jais atni.... v>

Apéndice XÍÍI. 473

H ua & alma fulgeat hic glori >

W t gloriosum adspiret verum lume Z

^ nfestus hostis viétus sepe eac hin ^

Z obis & almum tuum juvamen adsi ^

"^ mmense Cliriste Filias Dai viv..., c *^

^ egaiiiur otnnes tuis sub signaculi ^

^ nlata luce nobis tui lum'ni ^

^ irtus hunc lociim summi Dei Fili ^

^ uniat semper & Sinétorum atriu ^

■^ loreat lucens sic lumiae Da -•

*^ ngenti alma vigeiis per secul.... >

Z une aula Dei claritate fulgea -i

^ ntersit nostris Christe anlmis splendo ¡^

c/3 acre ac aule Martini Episcop ^

O ujus precatu tua proteéla maa ^

C Igeat alma turba hic Monacoru ^

t=1 t gaudens sacris virtutibus florea ^-j

O elibes faéti tuo Sanéto Spirit C

^ epleti bono tue ac clementi t=l

"-• nradiati fulgeamus jugite ?^

^ acris sic semper aélibus jnstiti , W

H ua ut alma coronemur glori >

tti terni regís tutamen domus he O

^ bi & cundí tegamur suis signi ^

Z os habitantes sacra in hac atri >

Q audium nobis Rex Jesús Emanue t^

fri nitens donet de almo & spirit <

2; ostro sic Regí Sancíoni glori ,., >

MH nclite Christe prebe & presidiu ^

H uo humili Ranimiro ángel , O

^ mperti clemens ac justitie lume 21

^ ossint ut frui tua semper grati >

> élus est liber Era labens enim hi (^

H erterna duda centena in calcul Q

7^ ite decies septem anni parite po

^ undi colledim seni sic in transit G

V5 olutum ubi revolutum circulu.... ^

Tum.XXXUL Ooo

Aj^ España Sagrada*

^ aus sit Patri honor atque glori >

C nico Proli equali semper huí n

^ anenti simul cu:ii utrisque perpeti ^

frj X equo almo Spiritui sanétoqu ^

2; une ¿i futura sécula curres AME 2;

FIN.

IN-

47S

índice

DE LAS COSAS NOTABLES de este Tomo XXXIII.

A

ALaba. Origen de este nombre. 224. Sus limi- tes. Ib. Sus Señores des- pués de la entrada de los Moros en España. 225. Establecimiento de su Obispado. 235. Limites de

su Diócesis. 236. 266. Sus' Obispos. 237. y sigg. Su territorio desmembrado de la Corona de Navarra. 264. Su Sede reunida á la de Calahorra. 267. y sig.

Albelda, Ciudad Árabe. 189, Su Monasterio. Ib. y sigg. Privilegio de la fundación de este. 465.

Alféreces de los Romanos. Se llamaron draconan'os,

. y porque. 280.

Almundir, hijo de Maho- mad Rey de Córdoba. Su entrada en Alaba. 230.

D. Alonso el Católico. Vivió

. en la Rioja. 168. En Ala- ba. 173.

Anibal no sujetó á Calahor- ra. 35.

Arabes.Su entrada en la Dió- cesis de Calahorra. 169.

Armentia. 231.

Ascanio, Obispo de Tarrago- na. 129.

Auca , su primer Obispo co- nocido. 157.

Augusto Cesar. Honró á Ca- lahorra. 46.

Aureliano Emperador. Su primer viage á las Galias. 3B9.

B

Baptisterio antiguo de Cala- horra. 296.

Bebricio Calagurritano. 39.

Belasco , Obispo de Nágera, 205.

Benedifto , Obispo de Náge- ra. 208.

Berenice, hija de Agripa Rey ultimo de Judea. 61.

Bilibio. 391. Se despuebla» y agrega á la Villa de Ha- ro. 396.

Ooo 2 Ca-

47 6 índice de las cosas notohles

de dos Santos con el nom- /^ bre de Emeterio y Celedo-

^^ nio. 313. ysigg.

Cellorigo. 225. 230. Cicerón. Alabado por Quin-

tiliano. 6'2' Claudio Quartino. Estubo

en Ciilahorra. 52. Códice Albeldense. 192. Santa Coíuinba Vlígen , y

Calag^rris, pueblo antiguo

de Francia 3. Calagnrris, Pueblos de este

nombre. 2. Calagurris de los Ilergetes.

12.

Calagurris de los Vascones. Se llamó íuHa Nassica, .5. y sigg. Porque se dijo Juña, 28. Porque Ñas sica, 17. Su ant'guedad. 20. Su nombre. 23. No fue Colo- nia sino Municipio. 26. Abrasada por Pompeyo y

Afranio. 44. Sus armas 34. Su Circo y aquedudo. 49.

'-Antigüedad de su Iglesia.

113. Conservó la en tiempo de los Godos. 154. 1 56. Sus Obispos hasta los Árabes. 1-^3. y sigg. En tiempo de la persecución Sarracénica. 173. y sigg,

Calagurritanos. No fueron conquistados por Augusto. 10. Guardias de este Em- perador. 47.

Calahorra. Significado de es- ta voz. 23.

Caleruega. 4.

Caligula. No dio su nombre á Caiíhorra. ^23.

Cantabria ( Ducado de ) 1 66.

Cardona. Reliquias que posee

Martyr. 352. Restaura- ción del Monasteiio de su nombre en la Rioja. 185. 469. Pueblo del mismo nombre. 194. Noticias de su martyrio. 383.

Conchas ó veneras ^el Obis- pado de Calahorra. 1 13.

Concilio de Pam^-slona. Año en que se celebró. 213.

D

Didimo Alejandrino. Nuevo

. testimonio suyo en fivor de la predicadoii de San- tiago en España. En el Prol,

Didimo. No fue Obispo de Calahorra. 151.

Dicgenes , profesor Cínico. 62.

Domiciano. Su ambición. 77.

Domicio Afro. Maestro de

Quintiliano 56.

Santa 'Domitiia Martyr. 71.

San

Celedonio. Sus Aétas.

de este Tomo XXXIIL 477

pueblo de los Ilergetes. 14. Flaviobriga. No tubo Sede

-^ Episcopal. 233.

Fiavio Clemente. 70. 73. S. Fornnerio de Treviño. 330.

De Vanares. 356. Fortunio.Obispos deAlaba de

estG nombre. 246. 258. Fruela. Obispo de Nágera. 201.

G

San Emeterio y 272. y sigg. 426. y sigg.

Escuelas públicas. Quando empezaron en Roma. 64.

España. Sus Ecuelas en tiempo de Augusto. 59. Se observó en ella en los primeros siglos el estilo de escribir ¡as Adas de los Martyres. 273.

Euchario. No fue Obispo de Calahorra. 124.

Eufrasio. Obispo de Calahor- ra. 159.

Eurico. Persiguió á los Cató- licos en Francia, no en Es- paña. 153.

Fabio Apellido Romano. 95. Favila. Duque de Cantabria.

156.

San Félix, o Felices. 391. Traslación desusReliquias á S. Millán. 396. 439. Sus milagros y Oficio de su Traslación. Apend.9. 10.

Félix. Obispo de Calahorra. 162.

Fibularia. Sobrenombre de una de las Calahorras de España, 2, Proprio de un

Gabino. Obispo de Calahor- ra. 158.

Galba Emperador. Su amor acia los Vascones. 59.

Garcia. Obispos de Nágera de este nombre. 206. 2g8. de Alaba. 242. 255.

Grimaldo Monge del Monas- terio de San Millán. 399.

439- Gurdus, Voz Española anti- gua. III.

H

Hambre de Calahorra. 41.

Haro se llamo antiguamen- te Faro. 262. 396. Su si- tuación y antigüedad. Ib.

Heros. Profesor Cínico. 62.

Hilario Papa. 139.

ido-

478

Idolatría. Su extensión en Es- paña en tiempo de los Mar tyres Emeterio y Celedo- nio. 122.

J

índice de las cosas notables

Municipio. Pueblo antigr© f de España. 125.

Municipios. Se establecieron en ellos Sedes Episcopa- les. 126.

Munio. Obispos de Alaba de este nombre. 237. 238, 240. 249. 256. 257.

Muza Rey Árabe. 189.

Januario, No fue Obispo de

Calahorra. 126. Juan. Obispo de Alaba. 241. Julio Africano. 57.

Lampillas (Javier) 112.

León, Ciudad. 277.

Leovigildo Rey. Conquistó el territorio de Calahor- ra. 156.

Logroño. 167.

Loharre. 5. 8. 13,

M

San Marcelo Centurión. 274.

Marieta(P. F. Juan de) Es- cribió la vida de San For- merio. 340.

Magalenses juegos. No se ce- lebraron en Calahorra. 51* Ni se inventaron por Nasi- ca. Ib.

S. MiUán de la CogoUa. 414.

Miranda de Ebro. 229.

N

Nágera. Si se llamó Senonas. 193. A ella se reduce la antigua Ciudad de Trí- elo. 168. 195. Es nombre Arábigo, y sus variacio- nes. Ib. Su conquista. 19^. Sus Obispos. 199. y sigg. Reunión de su Silla á la de Calahorra. 215.

Nasica Pretor. Su rostro ea moneda de Calahorra 16. Conquistó á esta Ciudad. 18. Abogado de la España Citerior. 20. De el se lla- mó Nassica la Ciudad de Calahorra. 17.

Niceno (Concilio) 131.

Santa Nunilo y Alodia.4is.

O

Obispado de Calahorra. Sus limites por la parte Occi- dental. 145.

Obispos de la Provincia Tar- ra-

de este Tomo raconense. Su carta al Papa Hilario. 129.

Oficio Eclesiástico de Espa- ña. Aprobado en Roma, 261.

Oficio Gótico su antigüedad, y autoridad. 384.

Ordoño II. Restaura el Mo- nasterio de Santa Colum- ba. 188.469.

Oviedo Ciudad. 173. Su Igle- sia. Ib. y sig.

S. Pablo Apóstol. Si predicó en Viana. 1 19.

Pancorvo. 225.

Paulo Conde. 160.

D. Pedro Nazar , Obispo de Calahorra. Vindicado, 268.

D. Pelayo Rey. 166.

Plinio segundo. Discípulo de Qiiintiiiano 66. Su libera- lidad para con el Maestro. 102.

S. Prudencio Obispo. Con- fundido con el Poeta de es- te nombre. 128. No fue Obispo de Calahor ra,lb. y 150.

XXXIIL 479

56. Llevado á Roma por Galba 59. Se egercitó en las causas del Foro. 60, Orador perfe(5tisimo. 62. Quanto aprovechó á los Romanos. 66. Enseñó á los nietos de Domiciano 70. Obtubo los honores Con- sulares. 71. Sus costum- bres. 75. Sus Obras. 80. Alabado por todos los Sa- bios. 89. Su familia. 94. Vindicado del odio con- tra Séneca. 97.

R

Recaiedo. Obispo de 'Cala- horra. 177.

Rioja. Parte de Cantabria en tiempo de los Godos. ió8. Vivieron en ella los Du- ques de Cantabria. 167. Ocupada por los Árabes. 170. Conquistada por los Reyes de Navarra. 182. Ilustrada con Santos. 271,

Riojancs. Se llamaron Beío- nes en lienipo de ios Roma- nos, 194.

Qulntiliano. Su patria 52, 103. y sigg. Sus Maestros

Salvo Monge. 191.

Don Sancho el Mayor. No estableció la Silla Episco- pal de Nágera, 198.

San-

4^0 índice de las

Sancho. Obispo de Pamplo- na y Nágera 210. De Ná- gera solo. 212.

Santander. 291.

Santiago Aposto!. Su predi- cación en España. En el Prol. Si predicó en Cala- horra. 113.

Sepulcro de los Santos Mar- tyres de Calahorra. Glo- rioso en todo el mundo.

295-

Sarracino , Monge de Albel- da. 192.

Sertorio. Escogió á Calahor- ra para su defensa. 36.

Amado de los Calagurrita- nos. 38. 40.

M. Servilio Noviano. 57.

Silvano. Obispo de Calahor- ra. 128.

Suetonio. Su Obra de claris. Rhetoribus, 107.

Tello. Conde de los Rucones. Fingido. 171.

Tentyritas. 41.

Theodemiro. Obispo de Ca- lahorra. 173. De Nágera. 199.

cosas notables Ticiano. Maestro de Maxí*

mino I. 73. T re vi ño. 330. Tricio. 138. 168. 195. No

tubo Sede Episcopal. 221.

No se llamó Senonas. 377.

V

Vanares, pueblo. 356.

Vascones. No se rebelaron después que Wamba los conquistó. 161.

S. Veremundo. 253.254.

Verrio Flaco. 65.

Vespasiano. Fue el primero, que señaló gages á los Ma- estros de Retorica. 64.

Viana, Ciudad. Su fundación. 120.

Vigila. Obispos de Alaba de este nombre. 248. 252. 256.

Vigila, Monge. 192.

Viguera, Castillo. 188.

Viliedo. Obispo de Calahor- ra. i6r.

Vivere. Obispo de Calahor- ra. 178.

Wamba , Rey. 160,

i

i

I

imr|Éfi^u

1

fc»i

^mfwS^^BSSt

Ht<'>;^'í

g

^H

^H

iSl

v*

í^^ys^iSflJi

«láB

u

^rOS:^

-tí.;^s^

1583

FA6

t.33

riorez, Enrique Espanp sagradí

PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET

UNIVERSITY OF TORONJO LIBRARY

Uí:.

/^

r .

Jl»

y i

^^^

m\

i 4

fe

1^:. «

^:m.

^^,^.;^1L.5^,^

41

■- «r -5; .,

'^^

A

=««'

«■«-*■,*

.2^!

M:<m

•mrm'C'é^rM