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MANUEL ATRIA: "EN TORNO AL MAR¬ XISMO ". OSCAR LARSON: ECONOMIA Y MORAL". LUCY LUCO: "EL OBRERO CHI¬ LENO Y SUS PROBLEMAS".

Dr. ARMANDO ROA: "BERGSON". THO- MAS MEXTON: "EL PENSAMIENTO DE AL- DOUS HUXLEY". LOS LIBROS.

CLARENCE FINLAYSON: "LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO". "EL PAPA Y LA GUERRA".

JAIME ATRIA: ROMANCE DEL PAISAJE Y LA DANZA". RUTH SCHAUMANN : "LA GALLINIT A SIN PLUMAS" (CUENTO). CRISTAL DE LIBRERIA.

97

Santiago de Chile

ENERO DE 19 41

ESTUDIOS

MENSUARIO DE CULTURA GENERAL

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DIRECTOR:

JAIME EYZAGUIRRE Casilla 13370 Santiago de Chile

SUSCRIPCION ANUAL EN EL PAIS . $ 42.—

EXTRANJERO. ... Dólar 1.50

NUMERO SUELTO . . . $ 3.60

ATRASADO . $ 4.20

ADMINISTRACION

HUERFANOS 972, OFICINA 501 TELEFONO 67189

SANTIAGO DE CHILE

ANO X N.° 97

ENERO DE 1941

INDICE

A

SOCIOLOGIA

Pág.

“EN TORNO. AL MARXISMO”, por Manuel Atria . 4

“ECONOMIA Y MORAL”, por Oscar Larson . 12

“EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS”, por Luey

Luco . 18

“¿QUE ES EL SECRETARIADO NACIONAL ECONOMI¬ CO-SOCIAL?” . 35

FILOSOFIA * - .

“BERGSON”, por el Dr. Armando Roa Rebolledo . 38

“LA CONVERSION DE BERGSON” (Nota) . 43

“EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY”, por Tilomas

Merton ... . . 44

LOS LIBROS: “Del ente y de la esencia”, de Santo Tomás,

P. 49.

RELIGIOM

4

“LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO”, por Cla-

rence Finlayson . 52

“EL PAPA Y LA GUERRA” ... . . . ... 59

LOS LIBROS: “Filosofía de la Eucaristía”, or Juan Vás- quez de Mella, P. 58.

L i £ LETRAS

“ROMANCE DEL PAISAJE Y LA DANZA”, por Jaime Atria 62 “LA GALLINETA SIN PLUMAS”, por Ruth Schaumann

(Cuento) . 64

CRISTAL DE LIBRERIA: “Chile o una loca geografía”, por Benjamín Subercaseaux, P. 70. “Antología Poéti¬ ca de Carlos Rodríguez -Pinto”, P. 71.

'vf,' ' -Cip ' . ENERO DE 1941

f

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“E\ Derecho de los Trabajadores j

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y el Corporativismo”

| por Paul Chansón. Traduc. de D. Bartolomé Palacios. | Precio: $ 7.—

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SANTIAGO

< . Sociología

“EN TORNO AL MARXISMO”, por Manuel Atria.

1

Un análisis profundo y original del pensamiento marxista.

*

.V . | ' . í. . \

“ECONOMIA Y MORAL”, por Oscar Larson.

El Director del Secretariado Nacional Económico Social plantea las relaciones entre la Moral y la Economía, que el materialismo dominante se empeña en desconocer .

“EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS”, por Lucy Luco.

Un balance de las experiencias recogidas por una Visitadora Social de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga.

CRONICA

¿Qué es el Secretariado Nacional Económico-Social?

Manuel Átria

En torno a! Marxismo

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1. Es difícil, si no imposible, polemizar con el mar¬ xismo. Cuando se empieza por desconocer la aplicabilidad general de las leyes fundamentales del pensamiento huma¬ no, o cuando se pretende hacer de estas leyes fundamenta¬ les sólo un caso particular, algo así como un pensamien¬ to inerte, del pensamiento dialéctico siempre se podrá ar¬ güir que nuestras observaciones adolecen de falta de su¬ peración de la etapa “metafísica” de la cultura. Tenemos, los marxistas y nosotros, dos concepciones lógicas distin¬ tas; y en estas condiciones es difícil comparar, uno y otro, los sistemas. Para apreciar los desacuerdos se necesita, al menos, estar de acuerdo en un mínimum de principios lógi¬ cos, apoyarse en un mismo terreno mental. No pueden lu¬ char los hombres de dos islas separadas si no se trasladan a un campo de batalla común. ¿Cuál podría ser, para el marxismo y nosotros, este campo de batalla? A mi modo» de ver, la realidad sensible. Debemos analizar la respuesta que nosotros damos a esta realidad sensible, y la que, a esta misma realidad, única para él, da el marxismo. Pero nuevamente y de inmediato surge la dificultad lógica. Por¬ que, ¿este análisis lo haremos o con nuestro pensamiento o con el pensamiento dialéctico? Digamos, por ahora, que lo haremos sencillamente con el pensamiento humano.

Y para empezar, tratemos de ubicar al marxismo, - considerado, no como sistema vivido, sino significado, como sistema que se piensa y se establece doctrinalmente. Desde este punto de vista parece evidente que todo sistema es un objeto que permanece siempre el mismo y que, en conse¬ cuencia, debe apreciarse según la fórmula: “sí es sí, y no es no”. Insisto en que no se trata del marxismo como sen¬ timiento de vida encarnado en el proletariado actual, so¬ metido a contingencias temporales y geográficas y cuya evolución 'existencial no contradice los fundamentos del pensamiento metafísico ; sino del marxismo como conjun¬ to de verdades que pretende dar una explicación de la rea¬ lidad material y de su historia. Aun cuando aceptáramos que el pensamiento “metafísico” sólo es un caso particular del pensamiento “dialéctico”, así como la inercia es un caso particular del movimiento local, no cómo podría afirmarse que, desde el ángulo en que aquí lo consideramos, no cae precisamente en ese caso particular, en esa solución

(1) Páginas de un ensayo inédito sobre “El marxismo, las ciencias y la filosofía de la naturaleza”,

EN TORNO AL MARXISMO

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singular ele la ecuación general del pensamiento humano. Por lo tanto, un análisis “formar’, es decir, de acuerdo con lo que Plekanov denomina “lógica formal'’ del pensamien-. to marxista no tendría motivos para ser contradicho ni si¬ quiera por los que creen en la “lógica de la contradicción’’. En caso contrario, el marxismo es y no es verdadero en cuanto doctrina ; y, en consecuencia, da y no da una res¬ puesta adecuada a la realidad universal. Y no se diga que esta contradicción intrínseca del sistema es sólo aparente ya que el marxismo se encarna^ en el proletariado, y “la cuestión de saber si el pensamiento humano puede hallar una verdad objetiva no debe plantearse en el plano de la teoría sino en el dominio práctico” (1); porque, aun en este caso, llegaríamos a que tal dominio práctico no podría plantearse teóricamente y, por otra parte, a esta definición de verdad objetiva se trasladaría el problema que nos pre¬ ocupa. Un sistema que no puede exponerse doctrinalmente, que sólo puede ser vivido y que, sin embargo, ha sido doc¬ trinalmente expuesto : .he aquí algo que no comprendo y que nadie, creo, llega a comprender. Si se pretende abar¬ ca!* sus últimas conclusiones, el marxismo está condenado a muerte : si no permanece el mismo como doctrina, enton¬ ces está de acuerdo con el pensamiento marxista y, en con¬ secuencia, permanece el mismo ; si permanece el mismo, en¬ tonces está en contradicción con el pensamiento marxista y, en consecuencia, no permanece el mismo. No me expli¬ co cómo pueda entenderse esto. Pero en ambos caso, per¬ maneciendo el mismo bajo cierto aspecto, nos autoriza pa¬ ra analizarlo según las leyes fundamentales del pensamien¬ to humano.

2. Para nosotros no existe nada más que este pensa¬ miento en su esencia formal, el que es aplicable siempre, no en cuanto un objeto permanece el mismo, punto de vista temporal, sino en cuanto encierra, en su secreto fondo, necesidades ontológicas que se traducen con inte¬ ligibilidad. Todo ser es inteligible en la medida que es; el objeto propio de la inteligencia es el ser. En consecuencia, todo ser pierde inteligibilidad, se envuelve en una bruma de no inteligibilidad, en la medida en que se- envuelve en materia, modo secundario de no ser. El modo primordial de no ser, el fundamento del no ser, es la nada. Por lo tan¬ to, la nada es fundamentalmente ininteligible. Pero la ma¬ teria prima que no es nada en si misma y que para ser tiene que estar substancialmente unida a una forma, es en si misma ininteligible, y la razón del grado de ininteli¬ gibilidad que poseen los seres materiales. Estos, en su rea-

(1) Marx.

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SOCIOLOGIA

lidad existen cial concreta, en su individualidad, en la tota¬ lidad material que encierran, no pueden comunicarse con el pensamiento humano, sino por una como caída sobre el conocimiento sensible. Pero aun este mismo conocimiento, que es una intuición de lo real concreto, no abarca la to¬ talidad de la cosa conocida sino sólo un aspecto exterior, causa de la sensación considerada. Pretender que haya un conocimiento intelectual de la cosa sensible, en' cuanto sen¬ sible, es un contrasentido. En cuanto sensible, la cosa es objeto de sensación, es conjunto de fenómenos'. Si todo co¬ nocimiento se basa en ía experiencia sensorial, el conoci¬ miento intelectual sólo se termina en ella por reflexión so¬ bre los sentidos. En la sensación la cosa existe intencional¬ mente en el alma humana, es objetó; pero el ser propio de la cosa permanece escondido, envuelto en las notas indivi¬ duantes de la materia.

En cambio, el conocimiento intelectual hace abstrac¬ ción de estas notas individuantes. La cosa existe intencio¬ nalmente en el alma, pero con una existencia típica, univer¬ sal y necesaria, que no presupone las categorías de tiempo y espacio. Y no porque tales categorías no estén incorpora¬ das a las cosas sensibles como relaciones, tiempo es el movimiento numerado según lo anterior y lo posterior, es¬ pacio es la extensión numerada según el aquí y el allá, sino porque el conocimiento intelectual se refiere a una cierta realidad típica de las cosas que permanece la misma en todo tiempo y en todo lugar. En ei caso del conocimien¬ to de las ciencias narticulares esta realidad vive como en-

i.

vuelta en la espesa red de fenómenos y accidentes ; pero estos fenómenos y accidentes, su regularidad y limitación, indican ía existencia de una substancia con propiedades de¬ terminadas. Sin tal substancia ellos mismos serían impen¬ sables. Conviene, sin embargo, insistir en el hecho de que las ciencias particulares se desarrollan como deleitándose en esta red fenomérica y accidental descubriendo las leyes de más o menos tipo matemático que la rigen. En cambio la filosofía de la naturaleza, y el marxismo tal vez que¬ rrá ser una filosofía de la naturaleza, una filosofía de las cosas sensibles, pretende descubrir, bajo esta red. las necesidades ontológicas. Pero en uno y otro caso el cono¬ cimiento humano sólo Ib^a a ser intelectual cuando se con¬ sideran las cosas sensibles, no en cnanto sensibles, sino en cuanto inteligibles.

ó. Como hemos dicho, el marxismo con su apriorEmo materialista vive entera e intensamente la vida de la ma¬ teria. y se constituye científicamente sólo como una des¬ cripción general de ios fenómenos propios de ésta. En con¬ secuencia, en lo que se refiere al universo material, ve con

EN TORNO AL MARXISMO

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mayor claridad que el materialismo mecanicista del siglo pasado, el cual tendia hacia una matematización de este universo. Continuaba lógicamente un tal materialismo la li¬ nea cartesiana del pensamiento humano, línea que hacía de la extensión, y por lo tanto de la cantidad, el fundamento •último, la realidad propia de las cosas materiales. La cien¬ cia madre de un tal materialismo debía ser la matemática ; las causas de las cosas sólo podrían ser causas mecánicas.. El marxismo, en cambio, continuando Ja línea hegeliana del pensamiento humano, aceptando, en consecuencia, que to¬ do lo real es racional, pero no admitiendo más realidad que la materia, debía llegar necesariamente a fundamentar la racionalidad en la materialidad misma, y en lo que es más profundamente material, la materia individual. Los anti¬ guos denominaban así la cosa material existente en mis¬ ma, singular y concreta. La ciencia madre del marxismo es la historia, enumeración de acaeceres singulares y con¬ cretos.

El conocimiento sensible es el resultado de la exis ten¬ ca de las cosas en los sentidos, existencia intencional, pero siempre material y singular. El conocimiento intelec¬ tual propio de las ciencias particulares y de la filosofía de la naturaleza considera las cosas con abstracción de su existencia individual aunque envueltas en las exigencias de lo sensible, lo que los antiguos denominaban materia sen¬ sible. Por último, en el conocimiento matemático las cosas existen en el espíritu según las necesidades propias de la cantidad con abstracción de las diversidades cualitativas inherentes a la materia sensible. Se trata siempre de un conocimiento material ya que la cantidad es una propie¬ dad de la materia ; pero en este caso no se la considera tan¬ to como accidente real que como sustentáculo de modelos de las cosas sensibles construidos por la razón de acuerdo- con las exigencias de la cantidad misma, de la cantidad formalmente pura. Ya hemos dicho que el materialismo- mecanicista tendía a estructurar las ciencias en tipos mate¬ máticos, a no reconocer en las cosas sensibles nada más que esto que los antiguos denominaban la materia inteli¬ gible. Hemos dicho también que, por el contrario, el mar¬ xismo se complace en no aceptar más realidad material que lo individual concreto. La única realidad sería entonces la materia individual; y todo el trabajo del espíritu humano- quedaría reducido a cero, ya que esta materia no admite otros tipos de existencias que el de la" cosa en misma, y la intencionalidad en los sentidos con mucho menos per¬ fección acaso que la que puede tener en un animal cualquie¬ ra.

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SOCIOLOGIA

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Causa y Función

1. Sin embargo, este retorno hacia lo individual con¬ creto, este alejamiento de lo imaginable, debía permitir al marxismo re-descubrir dos grandes verdades referentes al universo material. Y digo re-descubrir porque estas mismas verdades han sido algo así como el fundamento “experimen¬ tar’ de la cosmología de la filosofía perenne. La primera, y la más importante, es como una ampliación del concepto de movimiento, o mejor dicho como una nueva aceptación del concepto de cambio del cual el movimiento no sería na¬ da más que un tipo específico. Para el materialismo meca- nicista, lo repetimos' una vez más, enteramente susten¬ tado por las matemáticas,, no era concebible otro cam¬ bio que el movimiento local, es decir la sustitución de lu¬ gares antiguos por lugares nuevos, (lo explico en esta for¬ ma para indicar su relatividad), y todo otro tipo que nues¬ tros sentidos instituyeran en las cosas materiales debía po¬ der resolverse intelectualmente en movimiento local. El marxismo rechaza esta concepción mezquina del movimien¬ to. Y la rechaza con razón. Ha visto envejecer las cosas. Ha sentido esa honda tragedia del envejecimiento humano y del envejecimiento total del mundo. Y ha sentido tam¬ bién esa íntima alegría de la renovación, esa íntima alegría de la evolución y del progreso, esos seres nuevos que vie¬ nen a la existencia ya cargados de historia y repletos de esperanza. Pero todo esto lo había visto la filosofía peren¬ ne; y, en un lenguaje científico reconocía en las cosas ma¬ teriales tres tipos de movimiento :

Primero, movimiento local, o recepción continua y su- cesiva de nuevas localizaciones ;

Segundo, alteración o movimiento en cualidad, cam¬ bio accidental que no afecta a la substancia, recepción de cualidades nuevas, y

Tercero, aumento y disminución o movimiento en can¬ tidad, adquisición o pérdida de cierta cantidad de mate¬ ria.

Se ve claramente como, en su realismo integral, la fi¬ losofía perenne aceptaba todas las condiciones impuestas a la inteligencia humana por la intuición sensible de las cosas materiales. Y se ve también como no es necesario re¬ negar de las leyes fundamentales del pensamiento, sino, por el contrario, afirmarlas en su plenitud, para llegar a poseer con conocimiento la realidad objetiva.

La segunda verdad re-descubierta por el marxismo, y que es como un corolario de la anterior, se refiere a las cau¬ sas de las cosas. Aquí se trata también como de una am¬ pliación del concepto de causa. El materialismo mecanicis-

EN TORNO AL MARXISMO

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ta, por las mismas razones anteriormente expuestas.. no podía aceptar, como factor determinante de las cosas materiales, otras especies de causas que las causas mecáni¬ cas. Todo el universo material debía explicarse por ellas. El concepto de causa perdía así todo su fecundidad y su valor ontológico. En ninguna parte, como en las matemᬠticas, se advierte mejor la limitación y la pobreza de las explicaciones causales' cuando no se quiere trascender este universo material hacia el universo metafísico mismo. El marxismo ha querido reaccionar contra todo esto. Aban¬ donando el plano de lo imaginable matemático para valo¬ rizar el dato sensible de la materia individual, afirmando un materialismo, no más íntegro, sino más material por de¬ cirlo así, debía reconocer en la realidad de las cosas sensi¬ bles, no sólo causas rfiecánicas, sino causas específicamen¬ te diversas'. Era un retorno, hasta cierto punto a la filoso¬ fía perenne y una reivindicación de la experiencia sensorial y del sentido común. Pero estaba muy lejos de la solución total del problema de la causalidad.

2. La reacción marxista no incluye en ella nada nuevo v no llega al fundamento mismo de la noción de causali- dad. Veamos por qué : El concepto de pausa es un concep¬ to analógico, es decir, un concepto que se predica de co¬ sas diversas en razón de cierta proporcionalidad en la apli¬ cación de dicho concepto a un caso u otro. El sentido co¬ mún atribuye a cada cosa, o mejor dicho, a cada fenóme¬ no una causa propia. En la experiencia sensible la causa aparece más bien con los caracteres de antecedente que con los de relación ontológica ; y la explicación causa tie¬ ne más de necesidad subjetiva que de necesidad objetiva.. No se ve el enlace real que existe entre la causa y el efec¬ to. Y esto porque la experiencia sensible nos muestra sólo el detalle fenoménico, y no la substancia misma en que es¬ te detalle fenoménico, este aspecto esotérico, , se fundamen¬ ta. La noción de causalidad adquiere su verdadero sentido en cuanto se refiere a necesidades ontológicas, en cuanto se trasciende del plano de lo sensible al plano de lo inteligible. Y he aquí algo que supera las posibilidades del marxismo, así como supera las posibilidades de la ciencia; porque el marxismo, en el ser móvil, ve sólo lo móvil y no el ser, en el cambio, ve sólo lo mutable y no lo que permanece.

3. Insistimos todavía en este problema de las causas ; después de todo, el problema único de la sabiduría. Cono¬ cer las cosas por sus causas, he aquí la ciencia. La profun¬ didad y excelsitud de la sabiduría se miden por la profundi¬ dad y excelsitud de las causas buscadas, lo que fija el gra¬ do específico o genérico del saber humano. La sabiduría pura y simplemente es el conocimiento de la realidad total

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SOCIOLOGIA

por sus causas más profundas y supremas. La filosofía es este mismo conocimiento en cuanto permanece con el or¬ den racional, en el orden propio de la naturaleza humana. Se llega al pensamiento filosófico, no a priori como lo que¬ ría Descartes con su cogito, como lo quería Spinoza con su Substancia, como lo quería Fichte con el Yo, Hegel con la Idea o Marx con la Materia, sino sólo después de una lenta y larga elaboración racional que, partiendo desde la experiencia pura, desemboque en la abstracción más excel¬ sa, por los caminos del espíritu. En la cima está la Metafí¬ sica. La Metafísica no significa un cómodo rechazo de es¬ ta realidad sensible a la que tiende con todo su peso el marxismo. No; por el contrario, supone su máxima com¬ prensión y es la última y única explicación de ella. Si no .trascendiéramos esta realidad con la explicación filosófica y con la explicación metafísica, perdería esta misma rea¬ lidad su sentido. Porque la metafísica no tiene sólo un va¬ lor subjetivo en cuanto conocimiento integral del universo hecho a la medida del espíritu humano ; uno que además responde a la realidad objetiva en cuanto las, verdades 'me¬ tafísicas se realzan en todas las cosas, en cuanto es hecha a la medida de las cosas. La verdad viene a ser algo así como aquella superficie indefinible en que el volumen de las cosas corta al volumen del espíritu.

¿Qué entendemos por causas? Todo aquello de lo que depende positivamente la formación o la realidad de una cosa. Dos consideraciones se imponen de inmediato. La primera se refiere a la diferencia entre causa y condición: la causa indica una dependencia positiva, la condición sólo una dependencia negativa. Por ejemplo, el hecho de que esta pieza en cpie escribo tenga luz suficiente tiene por cau¬ sa el sol que atraviesa la ventana, y por condición que los postigos de dicha ventana están abiertos. La segunda con¬ sideración .se refiere a que la noción de causa presupone dos tipos primordiales : el uno que tiene relación con la formación de una .cosa, el otro con la realidad de la mis¬ ma. Sin embargo, antes de profundizar en la materia en cuestión conviene insistir en cómo en el conocimiento sen¬ sible, las exigencias causales aparecen envueltas en una densa nube de ininteligibilidad. De acuerdo con la defini¬ ción dada más arriba, de cualquier grupo de fenómenos li¬ gados por relaciones espacio-temporales decimos que los unos son causados por los otros aun cuando no veamos claramente el por qué ni el cómo de la exigencia causal. Explicamos por ejemplo, la caída de los cuerpos o, si se quiere, el movimiento de los astros en virtud de la ley gra- vitacional de Newton; pero la ley de Newton no nos acia-

EN TORNO AL MARXISMO

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ra el misterio profundo de estos fenómenos, sino que nos indica únicamente la medida de ellos, la forma matemáti¬ ca en que ellos se expresan en cuanto la relación espacio- temporal de los cuerpos puede ser expuesta cuantitativa¬ mente. Decir que la materia atrae a la materia en razón directa de las masas e inversa del cuadrado de la distancia es, en resumidas cuentas, indicar el modo de medir un fe¬ nómeno fisico. El misterio causal de la atracción gravita- cional, el por qué y el cómo se produce esta atracción, per¬ manece siempre allí, envuelto, inescrutable. La experien¬ cia sensible y el análisis puramente científico de - esta ex¬ periencia nos permitirá, en el mejor de los casos, confec¬ cionar cuadros de fenómenos relacionados especial y tem¬ poralmente; pero en qué consista la realidad causal de es¬ tas relaciones no lo dirán nunca. Entonces, ¿por qué se im¬ pone al espíritu, aun en el análisis de esta experiencia sen¬ sible, la explicación causal? Pues, sencillamente, porque el objeto propio de la inteligencia es el ser ; y el ser perma¬ nece y fecunda la realidad fenoménica. La noción de cau¬ salidad .no es una forma a priori del espíritu cognoscente, lo mismo que no lo son el tiempo y el espacio ; responde a una realidad objetiva, pero en cuanto esta realidad es onto- lógica, trans-sensible. Lo sensible oculta la realidad causal como el cuarzo oculta el oro. Sólo el conocimiento filosófi¬ co de las cosas materiales podrá descubrirnos esta realidad con su profundo sentido. Y para llegar a la prístina pure¬ za de la noción de causalidad, es necesario el conocimiento del ser, en cuanto ser, es necesaria la Metafísica.

Manuel Atria

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Oscar Larson

Economía y Moral

Acaso en nada esté más lejos del Evangelio el mundo contemporáneo, que en su vida económica. Y precisamen¬ te es por al 1 i por donde le ha venido a esta civilización ago¬ nizante la enfermedad que le va a producir la muerte.

El siglo XIX, que marca el punto culminante de la des- cristianización de Europa iniciada en el Renacimiento, es también el siglo en que la Economía se independiza de la Moral y se constituye en ciencia autónoma y positiva. Los financistas de Manchester, Adam SmitH, Ricardo, etc. crean la Economía Política como ciencia de ‘da riqueza” y esta¬ blecen sus ‘deyes”, destinadas .a enriquecer al rico y a em¬ pobrecer al pobre. Poco después, Carlos Marx, más perspi¬ caz, que ellos, saca las últimas consecuencias de los temas manchesterianos,ya adoptadas por toda Europa, y crea el Socialismo Científico, expresión definitiva de la Economía amoral .

La separación de la Economía con respecto de la Eti¬ ca es tan completa y profunda, que sin protesta de nadie, se afirma que ,1a Economía es un fenómeno social sometido a las leyes naturales semejantes a las lluvias o al creci¬ miento de las plantas, leyes ineluctables y fatales que se llaman la libre concurrencia, la oferta y la demanda, etc. Todo el mundo acepta esto, cristianos y no cristianos, y la Economía Liberal Individualista, que es el resumen de la Economía sin moral, se ha enseñado hasta en algunas Uni¬ versidades Católicas, durante un medio siglo, como la ex¬ presión misma de la verdad.

Teóricamente tal vez, si llegara a plantearse la cues¬ tión, todos, o muchos, aceptarían que la Economía debe someterse a la Moral; pero la mayoría de ellos declararía sinceramente que no ve ninguna relación entre ambas co¬ sas ; como no la hay entre la Moral y la Climatología.

No es de extrañar entonces que cuando los últimos Pontífices, ante los daños causados por la Economía Libe¬ ral, dan la voz de alarma y condenan sus errores, numero¬ sos católicos, y hasta algunos sacerdotes, oponen resisten¬ cia a las normas pontificias y piensan que el Papa es sin duda Maestro Supremo de Moral, pero que olvidando las leyes naturales de la vida económica, ha penetrado en el campo autónomo de las ciencias...

Es innegable que la Economía Liberal Individualista, como teoría, es una construcción bien hecha, lógica y com¬ prensible esto explica en parte su éxito , pero fundada en principios erróneos. En efecto: si la norma de la acti¬ vidad humana es la libertad absoluta, y el fin de la acti-

ECONOMIA Y MORAL

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viciad económica es el lucro, indudablemente que la libre competencia, la oferta y la ‘demanda, ei interés del dinero, la propiedad ilimitada y la mayor producción son las leyes de la Economía.

¿ Qué estas leyes han producido el enriquecimiento de unos pocos, el empobrecimiento de miles y miles, la lucha de clases, guerras terribles de competencia, prepotencia económica del capitalismo internacional, crisis de produc¬ ción, millones de desocupados, hambruna y miseria y, por último, el comunismo desesperado? Todo eso lo consideran los economistas liberales pequeñas fallas del sistema, ven¬ tajas en su conjunto, o como los terremotos y tempestades, que suelen causar perjuicios también, sin que por eso con¬ venga suprimir las leyes naturales de las cuatro estaciones. Ellos recuerdan la prosperidad comercial producida por su doctrina en el siglo XIX, olvidando los millones de víc¬ timas humanas que sacrificó, y no tienén presente que las “pequeñas fallas” que hemos enumerado no son fenómenos accidentales del sistema, sino su consecuencia lógica. Bas¬ taría esto para condenarlo.

^ í :¡:

Pero vamos a la teoría misma en que se sustenta; vea¬ mos si cabe una Economía independiente de la Moral.

Esta Economía parte hemos dicho de dos pos¬ tulados : la libertad absoluta es la norma de la actividad económica, y su fin propio es el lucro.

Pero estos dos postulados no son postulados econó¬ micos, (la Economía es una ciencia positiva), son postu¬ lados que se relacionan con la Moral, que es la ciencia del recto obrar del hombre.

Es la Etica, ciencia filosófica por excelencia y cien¬ cia religiosa en el orden sobrenatural actual, la que plan¬ tea y resuelve estas dos cuestiones: ¿el hombre goza de una libertad moral absoluta o tiene limitaciones? ; El fin objetivo de su actividad económica es el lucro?

Y según sea la respuesta que la Moral, la Moral Cris¬ tiana, de a estas preguntas, ha de ser el rumbo de la Eco¬ nomía y sus leyes. En su principio, pues, la Economía no es una ciencia absolutamente independiente; quiéralo o no, parte de dos postulados que no son de su dominio, si¬ no de la ciencia Moral, y la Economía tendrá una orienta¬ ción que depende exclusivamente de la respuesta que la Moral haya dado a aquellas dos cuestiones preliminares.

Naturalmente, los padres del Liberalismo Individua¬ lista no pensaron que tales cuestiones previas eran asunto de Moral ; se encontraban frente a dos hechos o a dos pos¬ tulados admitidos por todo el mundo, y sobre ellos edifi¬ caron su sistema. Las pingües ganancias y el enorme d?s-

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SOCIOLOGIA

arrollo de los negocios parecían confirmar' su legitimidad.

Para escapar de la Moral, para no someter aquellas llamadas leyes económicas al juicio de la Moral y de la conciencia, y para rehuir la condenación que tales leyes merecen, siquiera sea por sus terribles consecuencias, los economistas liberales dieron en decir que los fenómenos de la vida económica eran fenómenos naturales y, por tan¬ to, sus leyes tenían el determinismo ciego de las leyes de la naturaleza: es inútil y perjudicial, pretender apartar¬ se de ellas. Las víctimas que produce son las víctimas de todas las leyes naturales ; y los privilegiados que con ellas se benefician, son como las especies superiores que tam¬ bién se observan en el orden natural. (Es Marx el que de¬ ducirá las últimas consecuencias de estas afirmaciones, sus¬ tituyendo la ley de tal selección por la ley del número : los millones de proletarios se comerán a ios pocos capitalis¬ tas) .

El error salta a la vista, y asombra que haya podido sobrevivir tanto tiempo. No hay tales leyes naturales de la Economía, por la sencilla razón de que los fenómenos económicos son producidos por la actividad libre del hom¬ bre, el cual puede establecerlos de una manera o de otra, y de hecho, desde los pueblos primitivos hasta ahora, ha habido en las diversas agrupaciones diferentes sistemas económicos. La Economía actual, como la Política, las Ar¬ tes, los sistemas administrativos, o los sistemas de correo son productos sociales, organizados libremente por los hom¬ bres y, por tanto, dependientes de su voluntad. Si depen¬ den de la voluntad humana, caen bajo las leyes de la Mo¬ ral. ¿Qué es la Economía? El conjunto de actividades que tienen por objeto la producción, la distribución y el con¬ sumo de la riqueza, es decir, de los bienes materiales des¬ tinados a satisfacer las necesidades humanas. Son activi¬ dades necesarias a los hombres tomados en conjunto, pe¬ ro libres con respecto a cada uno de ellos; libres en cuan¬ to cada hombre y cada grupo social puede escoger la for¬ ma, el tiempo y el modo en que proveerá a sus necesida¬ des. Existen hoy día en la forma tal o cual ; podrían existir en otra forma. De hecho, en épocas pasadas, tuvieron ta¬ les actividades otra organización. De hecho, las diversas clases de Socialismo proponen diversos tipos de organiza¬ ción económica. Es absolutamente falso, pues, decir que las leyes de la Economía Liberal, son leyes naturales inva¬ riables, v es evidente que la sociedad puede darse otro ti¬ po de Economía. ¿ Cómo independizar entonces las acti¬ vidades económicas, de las leyes de la Moral?

Otra cosa es que, dentro de un sistema dado, tal o cual práctica sea indispensable; por ejemplo, en la Econo-

ECONOMIA Y MORAL

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mía Liberal, la oferta y la demanda como ley reguladora de los precios, es ley necesaria. Pero el régimen liberal in¬ dividualista ¿es necesario? ¿No es posible otro? Además la mentada ley de la oferta y de la demanda ¿no puede ser contraria a la ley moral en ciertos casos? Las respuestas son obvias.

Ningún, acto humano en concreto queda al margen de la Moral. Aparte de los actos que son esencialmente bue¬ nos, como amar a sus padres, o esencialmente malos, como mentir, hay los actos que de por son indiferentes pero que toman su moralidad, de la intención del agente y de las circunstancias : son, pues, buenos o malos en la prác.-. tica. Tomar un tranvía o comprar un libro son acciones teóricamente indiferentes desde el punto de vista moral ; pero en la realidad concreta, en el hecho, necesariamente son buenos o malos, según sea la intención con que se eje¬ cutaron y las circunstancias : tomar un tranvía para ir a cumplir un deber es un acto bueno ; leer un libro obceno, o leer una novela mientras debiera estar estudiando la lec¬ ción, es un acto malo.

Los actos de la vida económica, trabajar, comprar, vender, pagar salarios, invertir capital, etc., necesariamen¬ te son actos ' buenos o malos, porque son actos libres. Y hay que tomar en cuenta que las actividades económicas no son acciones meramente privadas, sino con repercusión en la vida económica de la colectividad ; de modo que de¬ ben ser uniformes no sólo a la justicia conmutativa, sino también a la justicia social.

En consecuencia, no hay una Economía pura, al mar¬ gen de la Moral ; no hay leyes económicas superiores a la voluntad humana; no hay una vida económica impuesta por la naturaleza a la sociedad. La Economía es una cien¬ cia que depende de la Moral ; es un capítulo de la Mo¬ ral.

Ni cabe refugiarse en el manoseado recurso de decir que la Economía es una técnica, y, por consiguiente... la técnica, esto es, ciertos conocimientos y procedimientos es¬ pecializados, propios de una actividad profesional, son sim¬ ples medios al servicio de un fin, que es lo importante. La técnica no es ni puede ser un fin en misma ; es un ins¬ trumento al servicio de una idea. La técnica operatoria, por ejemplo, o :1a técnica química sirven al fin que se les dirijan, y lo mismo pueden hacer un verdadero bien como un gran daño.

En la vida económica hay, indudablemente, factores técnicos, tales como los de las siembras y cosechas, los cíe la industria y las del comercio ; letras de cambio, crédito, cálculos de rendimiento, etc. Pero todo eso está siempre

16

SOCIOLOGIA

al servicio de un acto humano, de un designio o de un sis¬ tema, que es el que cae bajo el juicio de la Moral. La téc¬ nica no es aquí más de lo que es una herramienta en ma¬ nos de un profesional. Ella no tiene de por exigencia al¬ guna ni moralidad propia, depende de la mallo que la em¬ plea y de la voluntad que la manda. Y si se diera el caso de una acción técnica contraria a una ley moral, por ese hecho es reprobable y no puede ser empleada, porque el fin no justifica los medios.

/

Finalmente, hay otro aspecto de la cuestión. ¿Qué es Economía? Es el conjunto de actividades organizadas pa¬ ra proveer a las necesidades materiales del hombre. Las principales actividades económicas son la producción, la distribución, el intercambio y el consumo de los bienes ma¬ teriales. Evidentemente, entonces, como actividad y como rnéncia de la misma, la Economía es para el hombre, debe estar organizada a su servicio, sin preferir ni excluir a na¬ die, ya que los bienes de la naturaleza han sido hechos por el Creador para todos. En una palabra : la Economía tiene la misma finalidad que tienen los bienes de la natu¬ raleza : servir al hombre.

Pero el hombre tampoco es el fin de mismo, sino que, estando dotado de una alma espiritual, tiene como fin a Dios, a quien debe llegar a poner en una vida inmor¬ tal. A ese fin supremo ha de encaminar toda su existencia mediante el cumplimiento de la ley Moral. A ese fin nobi¬ lísimo ha de encaminar sus acciones, y todo cuanto tiene y cuanto hace debe ayudarle a la consecusión de su fin. Su vida material, pues, está subordinada a su fin espi¬ ritual; su cuerpo y sus deseos han de someterse a su espí¬ ritu y éste, a la ley divina, que es la condición de su fin último. Las cosas son para el hombre, y el hombre es pa¬ ra Dios.

Fácilmente se desprende de estas verdades elementa¬ les que hay una jerarquía de valores en las cosas humanas, jerarquía en la cual la Economía ocupa un lugar subordi¬ nado y relativamente secundario, en comparación de la ley Moral, que es la norma del hombre integralmente conside¬ rado.

Tal es el único rol lógico y razonable de una Econo¬ mía verdaderamente humana. Así lo comprendió' el propio Aristóteles, que considera esta ciencia como un capítulo de la Etica.

Para el cristiano, la cuestión de la subordinación de la Economía a la Moral no puede ofrecer dudas. Los bie-

ECONOMIA Y MORAL

17

nes terrenos son apenas simples medios de satisfacer las necesidades corporales, que, si tienen algún valor, es por¬ que sirven al espíritu. Dios ha elevado al hombre al orden sobrenatural, mediante la gracia santificante . infundida en el alma por el bautismo, “que nos hace santos e hijos de Dios”. La vida, para el cristiano, no tiene otro fin que conservar y acrecentar esta gracia divina, substancia de Ja santidad y prenda de nuestra vida eterna, en la que “vere¬ mos a Dios tal como es”. De ahí es que el Redentor de los hombres determinó la escala de los valores humanos cuan¬ do dijo: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura”; En estas palabras de- Nuestro Señor Jesucristo está expresada admirablemente la subordinación de la Economía y la Moral y, el fin su¬ premo del hombre.

1 Oscar Larson.

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EL I M PAR CIA

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DIARIO DE LA TARDE

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Las mejores informaciones.

No explota la crónica roja. Departamento de Propaganda en San Diego 67

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Lucy Luco.

El obrero chileno y sus problemas

Estudiar ios problemas sociales del obrero, es el tema del presente trabajo. En él no se pretende otra cosa que exponer lo que en dos años de contacto con la familia obrera he podido apre¬ ciar, experimentar y conocer.

De la sola enunciación del tema, salta a la vista su enorme amplitud. Extenso sería su desarrollo, si se pretendiera abarcarlo en todos sus aspectos, debido a los innumerables problemas, que en orden social, económico y moral, afectan a nuestro pueblo, cada uno de los cuales constituye un material suficiente para un largo trabajo

Es por ello que me he limitado sólo a enumerar, a grandes rasgos, los problemas actuales del obrero y su familia, sin querer hacer un estudio acabado y profundo de sus causas, remedios y

consecuencias .

En la actualidad, en que el obrero, consciente de sus dere¬ chos, exige un mejoramiento de sus condiciones de vida, se hace cada vez más necesario que se conozcan sus problemas para así buscar la forma \de solucionarlos. Conocidos ellos, es, no ya de caridad cristiana, sino de justicia social, el deber de buscarles so¬ luciones efectivas.

Desgraciadamente este deber no siempre es comprendido por los que precisamente tienen en sus manos los medios para levan¬ tar el nivel social de nuestro pueblo en todos sus aspectos y es por ello que a la Visitadora Social, con su labor abnegada y dis¬ creta, le corresponde suavizar y hacer más llevadera la vida de quienes obtienen con su trabajo el sustento diario y despertar las conciencias dormidas de los que infringen sus deberes sociales.

Abrigo la esperanza que estas páginas, en las que tal vez no se encontrará ninguna novedad, pero que han sido escritas con un profundo anhelo por el resurgimiento de nuestro pueblo, apor¬ ten algo más al estudio y conocimiento de sus problemas y de sus remedios .

PROBLEMA EDUCACIONAL

La experiencia adquirida al contacto con las familias obre¬ ras, a través de dos años de práctica, da lugar a afirmar, con espíritu sereno, la carencia absoluta de educación de nuestro pue¬ blo.

Esta incultura se manifiesta a través de todos los aspectos de la vida del obrero y aporta un conjunto de males morales, hi¬ giénicos y económicos, que trascienden del individuo a la familia y por consiguiente a la sociedad, ya que la calidad de ésta depende de la calidad de las familias, y ésta, de la del individuo.

Culpar al obrero por carecer de educación es hasta cierto punto injusto, pues, no debe ignorarse el ambiente en que se ha formado, los ejemplos que ha recibido y la directiva que ha guia¬ do sus sentimientos . Estas reflexiones son las que no permiten dar una sentencia muy severa y las que confirman la necesidad de poner todo esfuerzo educativo en aquellos seres desposeídos de

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

19

toda cultura, teniendo presente, en particular, al niño, en el cual deben converger todas las medidas que tengan por finalidad ele¬ var su nivel cultural, ya que él será el hombre de mañana y el padre de una nueva generación.

Nuestros obreros actuales, viven en una inconsciencia abso¬ luta, carecen del sentido de la responsabilidad, de la ambición por surgir, viven deprimidos, degradados, son egocéntricos y conside¬ ran la vida como un medio para divertirse. Llegan al matrimonio en completa ignorancia del significado y de la responsabilidad que supone este sacramento. Muchas veces, llevados tan sólo por el deseo sexual se unen libremente a una mujer, la que pronto abandonan al tener el primer hijo, en vista de las obligaciones que les significará y van en busca de nuevas aventuras a otros lugares, sembrando por donde pasan, la desgracia en la vida de nuevos seres.

En cuantó a los hogares ilegítimos, se ven las dificultades que se presentan por la negativa, generalmente de los padres, de constituir legal y religiosamente su familia, porque comprenden que esto le supondrá pérdida de la libertad y que tendrán que respetar las leyes, razón por la cual eluden este deber sagrado. Hoy día, sin embargo, existe una evolución en este sentido, lo que se debe al pago de la asignación familiar, que sólo toma en consideración a las familias bien constituidas.

Todos estos males se remediarían si nuestro pueblo fuera educado e instruido sobre su misión social.

Muy frecuente es también el caso del hogar en que el padre llevado por el vicio del alcoholismo, invierte todo el fruto de su trabajo en la taberna, lo que no sólo va en perjuicio de su salud física y moral, sino también en la de su familia. Esto indu¬ dablemente tiene su origen, entre otras causas, en una deficiente educación .

El cuadro siguiente indica el porcentaje de alcohólicos en 70 obreros:

Grados de alcoholismo N.° de obreros

Alcohólicos . 19

Ocasionales . 30

Temperantes . 21

%

27,1

42,9

30,0

Totales ... . 70 100,0

Pesa también sobre las condiciones de nuestro pueblo, la in¬ fluencia de la mala educación de las madres encargadas del cui¬ dado del hogar en el orden d|méstico, y de los hijos en todos los aspectos. La generalidad de las madres carecen de los conoci¬ mientos necesarios que les permitan vestir, alimentar y mantener en buen estado su hogar. Así se ha observado que muchas ma¬ dres no saben preparar los alimentos e ignoran en absoluto el valor nutritivo de ellos, de modo que no los coordinan en forma que lleguen a constituir un régimen alimenticio ordenado y efi¬ ciente, siendo muchas veces el gasto totalmente desproporcionado a los principios alimenticios consumidos. A este respecto es digno de anotarse el caso de una madre que no daba leche a su hijo de 2 años por considerarla perjudicial para su salud.

En cuanto al vestuario, nuestras madres . carecen de los co¬ nocimientos más elementales para confeccionar sus vestidos y poi consiguiente, las pocas veces que los adquieren, tienen que recu-

20

SOCIOLOGIA

rrir a intermediarios, lo que hace aumentar considerablemente su valor adquisitivo .

En lo que se refiere a la limpieza y cuidado del hogar, sa¬ bido es, lo mucho que dejan que desear por la falta total de ini¬ ciativa, de negligencia y de espíritu de higiene de las dueñas de casa, debiendo dejarse constancia que este abandono en que se encuentran las habitaciones de nuestro pueblo, no siempre se de¬ ben a factores económicos, sino a veces a una deficiente educa¬ ción.

Bajo el aspecto médico, conocida es en nuestro pueblo la cos¬ tumbre de dar más fe a los curanderos y yerbateros u otros char¬ latanes que al médico. En una ocasión se presentó el caso de un obrero que sufría cáncer al estómago, y que apartándose de las prescripciones médicas, tuvo más fe en el consejo de una coma¬ dre, para quien el remedio infalible para su mal era una sabrosa y condimentada cazuela de perro. De más está decir que a pesar de tan extraño remedio, el paciente falleció a consecuencia de su mal.

La irresponsabilidad de sus padres, de que ya se ha hablado, hace que muchas veces se vea el caso en que existe una absoluta indiferencia por la formación cultural de sus hijos, la que se ma¬ nifiesta en una despreocupación para que éstos concurran a la escuela .

Se ha hecho una exposición breve y deficiente, si se quiere, de los lamentables efectos que produce la educación obrera, con¬ siderado desde el punto de vista puramente material, económico y moral . Si se analiza ahora bajo el aspecto religioso, se llega a la conclusión que el mal estado espiritual del pueblo no se debe a una falta de religiosidad, sino más bien a una falta de educa¬ ción religiosa. En general, en el fondo el obrero es religioso, pero desconoce totalmente las verdades fundamentales de su religión y en los aislados casos en que estos principios religiosos le han sido inculcados, no los entiende y por lo mismo no los practica, ya sea por indiferencia o por respeto humano. Su religiosidad, más que en principios, tiene su base en un sentimiento superticio- jso . Manifestación evidente de esto, es la costumbre de encen¬ der velas a los santos de su devoción, en lugar de valerse del me¬ dio esencial para clamar a Dios: la oración.

SALARIO INSUFICIENTE

Este problema puede provenir de diferentes causas, siendo las principales la falta de remuneración equitativa, la mala in¬ versión del salario y los vicios.

Hoy día la realidad demuestra el reducido salario que ganan algunos obreros en sus diferentes oficios, ocasionados en gran parte por la baja de nuestra moneda, lo que trae por consecuen¬ cia el desequilibrio económico nacional y la carestía de la vida.

Hemos calculado el salario vital individual, de acuerdo con el costo de la vida del mes de julio del año 1940, a base de la tabla que confeccionó el año 1938 la Srta . Carmen Rodríguez, obteniendo ella un resultado de $ 16,37 diario. La investigación del año 1940 ha arrojado un total de $ 21,68, existiendo una dife¬ rencia de $ 5,31 con el del año de 1938.

Se debe observar que el costo de la alimentación ha subido en relación al año 1938, sólo $ 0,18, pues en aquel año fué de

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

21

$ 5,49 y actualmente es de $ 5,67. Esta diferencia tan pequeña se debe a que los artículos de mayor consumo, como la carne y el pan (este último de 2.800 grs. semanales) tienen un valor menor, con relación al año 1938, de $ 0,60 por kilo, que contra¬ rresta en parte al precio de los alimentos de consumo más limi¬ tado, cuyo valór ha aumentado.

El aumento del salario vital se debe, pues, principalmente a los costos subidos de los otros factores. Así el vestuario, ascen¬ dió de $ 4,02 a $ 6,04; la habitación, de $ 2,60 a $ 4,00; artículos varios, de $ 3,54 a $ 5,00; cuotas sociales, de $ 0,24 a $ 0,36; etc.

Esta cifra, calculada como salario vital individual está muy distante de ser una realidad en la mayoría de nuestros obreros, y el escaso salario que actualmente perciben, les obliga a tener un bajísimo standard de vida, y la inversión de él, tiende sólo a satisfacer el rubro de la alimentación, el que a veces es tan insu¬ ficiente que no alcanza a producir la energía calórica necesaria, para mantener en condiciones normales, su capacidad biológica.

La deficiencia del salario, se puede apreciar por el cuadro siguiente, en el que, si bien en algunos casos el salario corres¬ ponde al vital individual, no complementa el salario vital fami¬ liar. Estos salarios son calculados entre 70 obreros que traba¬ jan en una fábrica.

Salarios diarios

N.° de

individuales.

personas

%

De . $

14

5

7,2

99

15

6

8,5

99

16

5

7,2

99

17

1

1,5

r.,.

18

8

11,5

99

20

20

28,5

25

16

22,8

*

27

3

4,2

99

28

2

2,8

99

30

4

5,7

Totales .

70

100,0

Salario mediano: $ 20,6.

Por este cuadro, vemos que el término medio de los salarios es inferior al salario vital individual. Más aun si se considera que la mayoría de estos obreros son individuos con cargas familiares que perciben sólo una asignación familiar de $ 1.00 por esposa y $ 0,50 por hijos por cada día trabajado, se ve que el salario es aún mucho más insuficiente.

Del factor económico se desprenden: problemas médicos, hi¬ giénicos, escolares y morales, que se exponen a continuación:

1) PROBLEMAS MEDICOS.

a) MALA ALIMENTACION.

La alimentación es condición indispensable en el hombre para el funcionamiento y mantenimiento de su organismo. Se despren¬ de de aquí que el individuo debe recibir un aporte diario y deter-

22

SOCIOLOGIA

minado de alimentos que produzcan las calorías necesarias, de acuerdo con su trabajo, edad y sexo.

Esta ración calórica debe ser suministrada por medio de un régimen alimenticio equilibrado, que contenga una cantidad con¬ veniente de alimentos protectores y una proporción no excesiva de alimentos energéticos.

Se llaman alimentos protectores, aquellos que entregan pró- tidos de alto valor biológico, sales asimilables o vitaminas nece¬ sarias al funcionamiento del organismo, para producir nueva mate¬ ria viviente y ellos son: leche, huevos, carne, verduras y papas. Se denominan alimentos energéticos, a aquellos que proporcionan sólo energía para la realización de las funciones vitales, y ellos son: leguminosas; (porotos, lentejas, garbanzos), cereales; (trigo, mote, pan, harinas, fideos, chucoca, arroz) ; grasa, manteca, aceite y azúcar.

Es de observar que los alimentos energéticos proporcionan en general una alta cantidad de calorías, pero un régimen pn estas condiciones, desprovisto de alimentos protectores ocasiona a corto plazo trastornos que irán en perjuicio del organismo.

Muy conocida a este respecto, es la ración alimenticia de al¬ gunas familias obreras, que debido, en la mayoría de los casos, al salario escaso del jefe de familia, están condenadas a una alimen¬ tación deficiente, que consiste generalmente en un plato de papas o de leguminosas mal guisadas, desconociendo en absoluto los ali¬ mentos como la carne, leche y huevos.

Se ha investigado la alimentación semanal de 15 familias de obreros que trabajan én una fábrica, con entradas que fluctúan de $ 108 a $ 200 semanales, y se ha establecido que dichas familias comen relativamente bien, no obstante presentar algunas de ellas un déficit alimenticio en relación con la ración necesaria a las uni¬ dades de consumo correspondientes a cada familia. De estas 15 fa¬ milias, todas consumen carne, aunque algunas de ellas, en canti¬ dad pequeña y sólo hay 5 que no consumen leche.

De las 15 familias encuestadas, sólo tres (casos N.° 3, 7 y 10), arrojan un saldo a favor en calorías, por lo que se puede de¬ ducir que sólo estas tres familias se alimentan de acuerdo con los principios necesarios, no obstante que hay en albúmina animal, un pequeño saldo en contra de ellas. A este respecto, es interesante hacer notar, que los tres casos indicados, se refieren a familias re¬ ducidas y dos de ellas (casos N.c 3 y 7) disponen de una entrada superior a la generalidad, lo que les permite disponer de un ma¬ yor saldo para otras necesidades; no así el tercer caso (N.a 10) que invierte casi todo su haber en la alimentación, debido a sus escasos recursos.

En cuanto al consumo de albúminas, la encuesta arroja una deficiencia de proteínas animales, representadas por la carne, hue¬ vos y leche, productos que nuestro pueblo no consume en la forma que debiera. En cambio, se observa un saldo a favor en el con¬ sumo de albúminas vegetales, lo que indica que estas familias, aun¬ que comen con abundancia, su régimen alimenticio está desequili¬ brado, pues consumen en exceso alimentos como leguminosas y ce¬ reales, principalmente el pan.

Es, también, interesante observar el gasto subido que aporta ia alimentación semanal, en relación con las entradas, lo que per¬ mite apreciar el poco dinero disponible que queda paj*a satisfacer las demás necesidades vitales de la familia, lo que certifica el hecho-

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

23

de que nuestros obreros gastan la mayor parte de su salario en la alimentación.

Este trabajo constituye una argumentación clara de la insu¬ ficiencia de alimentación en aquellas familias cuyas entradas son inferiores a las que han servido de investigación, demostración evi¬ dente, que queda fuera de todo comentario.

La grave deficiencia del aporte calórico, no sólo repercute en la capacidad del esfuerzo muscular, sino también en el organismo, produciendo una serie de trastornos en la salud del. individuo y con¬ tribuyendo a elevar la cifra de mortalidad infantil y de tubercu¬ losis .

b) MORTALIDAD INFANTIL. .

Chile, es el país donde existe la mayor mortalidad infantil. Los cálculos, obtenidos el año 1937 y 1938, dan una cifra de 241 y 336 fallecidos por mil nacidos vivos, respectivamente, es decir, de cada cuatro niños que nacen muere uno.

Numerosas son las enfermedades que originan la mortalidad infantil. Los niños, en el primer año de vida están expuestos a ad¬ quirir toda clase de enfermedades infecto -contagiosas, como gri- ppe, sarampión, escarlatina, varicela, coqueluche y difteria, como también enfermedades del aparato respiratorio ; bronconeumonía y neumonía, alcanzando todas ellas un grado de difusión extraordi¬ naria, especialmente en las familias más indigentes, cuyas habi¬ taciones insalubres, abrigo deficiente y alimentación insuficiente, acarrea un déficit nutritivo y orgánico, apto para el desarrollo de aquellas infecciones. Junto con estas causas, se debe considerar también, la ración insuficiente de leche materna y la inadecuada alimentación artificial, factores de gran importancia en el desarro¬ llo orgánico del niño.

A este propósito, dice el Profesor D. Jorge Mardones R.: “Es bien sabido que las enfermedades respiratorias, se producen en el lactante, en relación con su estado nutritivo y que el estallido de algunas de ellas y en especial su evolución fatal, son en general, indicios del régimen alimenticio. La diarrea y la enteritis, por su parte, revelan una lactancia mal dirigida, en su totalidad artificial o mixta” .

Es frecuente que en aquellas familias cuyo jefe gana u / salario insuficiente, la esposa se vea obligada a trabajar para satisfacer el mínimun de sus necesidades, efectuando, a veces, actividades su¬ periores a sus fuerzas y por lo tanto, queda durante el estado de embarazo al margen de toda protección, que junto con la deficien¬ te alimentación y la carencia de vitaminas, cal, fierro, albúminas,, etc., contribuye a crear un estado inadecuado para cumplir con las funciones fisiológicas relativas a la maternidad y cuyas conse¬ cuencias trascenderán fatalmente sobre el hijo.

La estadística que se expone a continuación, da a conocer el número de niños fallecidos, menores de 10 años, en 70 familias. Por la imprecisión de las respuestas, no se puede hablar de morta¬ lidad infantil.

24

SOCIOLOdlA

Niñ. muertos

N.n de fam.

%

0

31

44,3

•"** '

1

16

22,8

2

13

18,5

3

6

8,6

4

4

5,7

Totales 70 100,0

c) TUBERCULOSIS.

Esta enfermedad, es otro gran problema nacional, derivado también en gran parte de la mala alimentación y de las condicio¬ nes deficientes de vida, que contribuye en forma decisiva a aumen¬ tar nuestra cifra de mortalidad infantil. Chile, tiene el más alto porcentaje de mortalidad por tuberculosis. Según datos estadísti¬ cos, se ha establecido que anualmente mueren 25.000 individuos y que hay una masa de enfermos apreciable, entre 140.000 y 200.000. La tasa de mortalidad por tuberculosis, fluctuaría alrededor de 400 por 10.000 habitantes.

Desalentador es para el médico y la Visitadora Social consta¬ tar el mal tuberculoso en nuestra familia obrera, ante la imposibi¬ lidad de tender medidas enérgicas para curar y prevenir esta en¬ fermedad. Amargo, es pues, presenciar cómo la tuberculosis inva¬ de los jóvenes organismos y va haciendo estragos y sembrando con el contagio, la desgracia en los hogares.

Frecuentemente, se presenta el cuadro siguiente:

Matrimonio con 4 hijos, habitan en una pieza pequeña, mal ventilada, en conventillo insalubre. El padre, víctima de la mala alimentación y del trabajo, se enferma del puhnón. La necesidad de trabajar, para alimentar a sus hijos y en gran parte la ignoran i cia característica de nuestro pueblo, lo induce a continuar sus ac¬ tividades y a no someterse a tratamiento. En estas condiciones, lle¬ ga el día en que su estado de salud lo imposibilita para seguir en el trabajo y resuelve consultar médico, quien previo examen, diag¬ nostica lesión pulmonar. Rechazado por la Medicina Preventiva, por considerarse la enfermedad muy avanzada, se hospitaliza tras mu¬ chas dificultades a fin de evitar el contagio bacilífero a su familia. El insuficiente subsidio pagado por el Seguro Obrero, deja a su familia al margen de toda protección, no permitiéndole satisfacer sus necesidades, quedando los hijos que con anterioridad habían es¬ tado en contacto íntimo con su padre, sometidos a una hipo -ali¬ mentación, produciéndose en aquellos organismos nuevas víctimas con escasas, o casi nada, de probabilidades de curación, debido a la inexistencia de sanatorios y preventivos suficientes, para hacer frente a este mal.

Esta es la realidad que se presenta a diario en nuestra familia obrera y que cada día con más intensidad se hace sentir, junto con la ineficacia y la falta absoluta de medios y medidas profilácticas para combatirla por falta de buena alimentación y de higiene ge¬ neral satisfactoria.

La labor de la Visitadora Social, frente al problema tubercu¬ loso, se hace cada día más difícil. Una de las primeras iniciativas, puesta en práctica en los hijos de una familia en que se observa

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

25

este mal, es llevarlo a examen de pulmón. Esta medida que sería del todo indispensable para el caso que existiesen medios efectivos para combatirla, resulta en el momento actual y en la mayoría de ios casos, algo irrisorio, ante la imposibilidad de exigir el trata¬ miento adecuado, por la escasez de medios con que cuenta la fa¬ milia obrera. ¿Qué ventaja acarreará para el enfermo constatar la enfermedad, si no se puede proporcionar los medios efectivos para su curación?

A continuación, se exponen algunos datos estadísticos, donde se puede apreciar la proporción de niños tuberculosos, atendidos en el Hospital Arriarán, a través de los últimos años:

Año

Inscritos T.B.C.

diagnostic .

%

. 1932

8.355

196

2,3

1933

6.863

275

4

1934

8.253

381

4,6

1935

10.171 "

454

4,4

1936

11.408

362

3,1

1937

10.156

499

4,9

1938

10.485

579

5,5

1939

11.259

786

7

Totales:

76.950

3.532

2) PROBLEMAS

HIGIENICOS.

l

a) HABITACION.

*

Otro problema que está en relación íntima con el salario insu¬ ficiente, es la falta de higiene en nuestra familia obrera, y esto se atribuye en gran parte a las condiciones insalubres de las vivien¬ das, sumado a ésto, la escasez absoluta de ellas, que cada día se acrecienta más, junto con el sistema inhumano y anti-social de la mayoría de los propietarios, que rechazan arrendar sus habitacio¬ nes a familias con hijos.

El derecho que tiene la familia obrera de disponer de una vi¬ vienda adecuada a sus condiciones de persona humana, no pasa de ser en la actualidad una simple ilusión. Basta «star en contacto con poblaciones obreras, en barrios apartados y aun en sectores urbanizados, en el centro de la cuidad, para darse cuenta de la cantidad de vivienda la mayoría conventillos insalubres y en malas condiciones, foco de infección que, no sólo influye en la sa¬ lud física del individuo, sino también, va en perjuicio de la salud moral, por la forzosa promiscuidad.

Desalentador es presenciar en tantos cajos, el ambiente en que -se desarrolla la vida familiar, condicionada por el factor vivienda. Cinco o seis personas de diferentes edades y sexos, habitan en una pieza pequeña, sin luz ni ventilación, y es ahí donde se duerme, se 'come, se trabaja y a veces se cocina, y de donde surgen problemas morales desastrosos.

Triste es llegar a visitar a una familia que vive en un con¬ ventillo, sobre todo en un día de lluvia. Los niños no han asistido a la escuela, por falta de medios para preservarse del agua. Los esfuerzos de la madre, han contribuido a mantenerlos en la pieza, previas escapadas que han hecho al patio fangoso y embarrado, lo

26

SOCIOLOGIA

que los ha puesto en un estado completo de suciedad. En estas con¬ diciones saltan por encima de las camas o jergones, contribuyendo a aumentar el estado de desaseo de ellas y a poner a prueba la pa¬ ciencia de la madre, que termina por golpearlos y amonestarlos.

La vivienda se halla también en estrecha relación con la mor¬ talidad y morbilidad de un país.

Oscar Alvarez, en su obra “El problema de la vivienda0, da al¬ guna^ estadísticas que comprueban la mortalidad infantil en rela¬ ción con el número de habitantes por vivienda.

País Mortalidad por 1.000 Densidad media

de habitantes por vivienda.

Chile . 26,4 5,6

España . 18 4,6

Alemania ... . . .' . 12,6 3,5

Inglaterra ... . . . . 11,7 3

E.E. TJ.U . . 11,6 3

Japón . 10,6 1

Como se puede apreciar, la mortalidad decrece en relación di¬ recta con el número de habitantes por vivienda.

De las investigaciones personales efectuadas en 70 habitacio-

nes de obreros que trabajan en una

fábrica, se han

obtenido los re-

sultados siguientes:

Clases de viviendas

N.® de familias

%

Conventillos . .

. 25

35,7

cités .

. 17

24,3

casas . .

. 16

22,8

1 pieza en casa independiente . .

. 12

17,2

TOTALES:

70

100,0

Calidad de

N.° de

%

Término medio de los precios

la vivienda

é

familias

de arriendo

Buena .

16

22,9

$ 100

Regular .

29

41,4

66,2

Mala .

25

35,7

42,2

TOTALES:

70

100,0

De estas 70 habitaciones, sólo en 23 viviendas existe luz eléc¬ trica y sólo 8 carecen de alcantarillado.

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

27

Valor de los arriendos

N.° de

familias

%

De 25 a 30 pesos .

6

8,5

40 a 45

3

4. o

50

12

17,2

60

14

,20

70

. r

«

8

11,4

80

6

8,6

90

1

1,4

Sobre 100 pesos

13

18,6

Propias .

6

8,6

No pagan arriendo ...... .

1

1,4

TOTALES:

70

100,0

Término medio: $ 61,5

V

En cuanto al número de personas por pieza en las 70

familias,

la investigación dió un

resultado de

348 personas

en 92 piezas, lo

que da un promedio de 3,7 personas

por pieza. Respecto al número

de camas por personas

se comprobó que en 151

camas,

dormían

348 personas, lo que da

un término medio de 2,3 personas por cama.

N.° de

N.° de

N.° de

personas

piezas

familias

%

2 a 3

1

24

34,2

4 a 5

1

16

22,8

6 a 7

1

»t

ti

10

8 a 11

1

4

5,7

3 a 4

' 2

3

4,2

5 a 6

2

6

8,5

7 a 9

2

7

10

9 a 11

3

3

4,2

n

TOTALES:

70

100,0

N.° de

N.° de

N.° de

i

personas

camas

familias

%

-

2 a 3

1

16

22,8

4 a 5

1

2

2,8

3 a 4

2

16

22,8

5 a 6

2

11

15,7

7 a 8

2

5

7,1

3 a 4

3

2.

2,8

5 a 6

3

5

7.1

7 a 8

3

6

8,5

9 a 11

3

3

4.2

9

4

1

1,4

7

5

1

1,4

f

11

6

2

2,8

i

28

SOCIOLOGIA

Como se puede apreciar, por las estadísticas expuestas, el pro¬ blema de la vivienda, se deriva no tan solo de la escasez de habita¬ ciones obreras, sino también de las condiciones anti- higiénicas de las existentes y de un excesivo valor, razón que induce al obrero a vivir en pésimas condiciones y a no disponer de un mínimun de comodidades donde de regreso de su faena, ardua y pesada, en¬ cuentre en su hogar las satisfacciones propias al jefe de familia y donde, en compañía de los suyos, ponga fin a su jornada de tra¬ bajo .

Además, en frecuentes casos, se nota la permanencia en las es¬ trechas viviendas, de personas allegadas que a veces sin tener vín¬ culo ninguno de familia con el dueño de casa, éste los cobija en su hogar, demostrando un gran espíritu de hospitalidad, que nos da ejemplo de caridad, sin considerar las funestas consecuencias mo¬ rales e higiénicas, que esas personas pueden acarrear en la tranqui¬ lidad de la familia.

De las 70 familias encuestadas, se encontraron 37 personas allegadas. Sin embargo, se debe advertir que algunas de ellas son parientes de la familia.

b) DEFICIENCIA DEL VESTUARIO.

Este problema, está en relación muy directa con el escaso sa¬ lario, pues este no permite, en la mayoría de los casos, satisfacer los gastos que demandan -las necesidades apropiadas al vestuario.

Según comprobación, el obrero chileno invierte en su alimen¬ tación y la de su familia el 80% de su salario, el 12 o 15% en la vivienda y el 5% u 8% para financiar las necesidades del vestuario, movilización y todos los otros.

Como se ve. según estos cálculos, es imposible que el obrero satisfaga esta necesidad, de ahí entonces que carezca del vestuario adecuado y muchas veces disponga sólo de andrajos.

La deficiencia del vestuario y del abrigo tiene proyecciones también en la salud del individuo, produciendo la morbo- mortali¬ dad por enfermedades del aparato respiratorio (neumonía y bron- coneumonía), y otras como el tifus exantemático, cuyo agente trasmisor, el piojo, vive en la ropa, y finalmente, las afecciones de la piel, como la sarna, muy propagada en ios niños.

Es frecuente presenciar las recomendaciones y consejos del médico a la madre de algún niño, que llega al policlínico de piel, afectado de sarna, consejos que se reducen a una higiene comple¬ ta, como muda diaria de ropa de vestir y de cama. Este requisito, que es del todo indispensable para la curación de dicha enferme¬ dad, constituye un problema para la madre, pues aquel hijo no cuenta con más ropa que la que escasamente viste y carece de una cama individual en buenas condiciones, pues aquel jergón en que duerme es de propiedad colectiva, desprovisto de sábanas y cubierto sólo de una frazada deteriorada y en mal estado. ¿ Qué aceptación podrán tener los consejos del médico, ante la realidad que se presenta?

En la actualidad, el obrero y su familia enfrentan el problema del vestuario contentándose con adquirir ropa y calzado de se¬ gunda mano, o si no, valiéndose de comerciantes que le facilitan artículos de pésima calidad y a precios exorbitantes, presentando sólo la ventaja del pago semanal, único sistema que se adapta a sus condiciones económicas . *

EL OBRERO CHILENO Y SU/> PROBLEMAS

29

Y es así, como el día lunes, nuestras madres obreras, ven con amargura presentarse aUsemanero (nombre que dan al comercian¬ te), que llega en busca de la cuota, correspondiente a la prenda que vendió.

Otro medio de que dispone el obrero para vestirse, es la Sec¬ ción Vestuario del Seguro Obrero, donde puede solicitar un crédito en forma colectiva o individual. Esta Cooperativa no constituye en la actualidad una medida salvadora para el obrero, debido a la de¬ ficiencia de la institución.

3) PROBLEMA ESCOLAR.

La falta de concurrencia de los hijos de nuestros obreros a la escuela, es otro problema que se deriva, en parte, del salario insu¬ ficiente. Los padres, debido a la falta de recursos, no disponen del dinero suficiente para proveerlos del vestuario adecuado y muchos argumentan que prefieren darles salud, a base de una buena ali¬ mentación, que instrucción, porque ésta de nada les sirve en la lu¬ cha por la vida si carecen de un organismo sano. Este criterio, no puede ser aceptado, aunque hay circunstancias en que puede apa¬ recer con un fondo de verdad.

Actualmente existe el Ropero Escolar, para ayudar a los niños que no disponen de ropa suficiente para asistir a ía escuela. Sin embargo, en la práctica, se ven las muchas dificultades que signi¬ fica conseguir alguna prenda de vestir para algún niño necesitado y en muchas ocasiones sucede que todo esfuerzo emprendido con esta finalidad, resulta vano e inútil.

4) PROBLEMAS MORALES.

Hasta aquí, se han bosquejado los problemas médicos, higiéni¬ cos y escolares del obrero y su familia; ahora, se considerarán aque- ílos que comprometen gravemente la moral, originados en gran parte por la falta de espíritu religioso y también por el factor eco¬ nómico derivado del salario insuficiente, tales son:

a) HOGARES ADULTEROS.

Esta realidad se comprueba en aquellas madres abandonadas o solteras que llevadas, estas últimas, ya sea por una aventura sentimental o porque fueron vilmente engañadas, quedan más tar¬ de desamparadas en la vida, siendo ellos el único sostén de sus hijos.

El trabajó de la mujer es y ha sido siempre pial remunerado y actualmente algunos patrones basándose en que la mujer debe dedicarse al hogar (argumentación muy razonable, cuando la nece¬ sidad no obliga), no cumplen con el deber de justicia de pagar un salario correspondiente a sus necesidades. Esta situación, deja a fa madre ' abandonada o soltera, en condiciones difíciles de vida, y es entonces cuando la necesidad y la aflicción de no tener los medios necesarios con que mantener a sus hijos, la induce a situa¬ ciones inmorales, siendo su hogar un “rendez-vous” de un mismo personaje, que llega todas las tardes en busca de emociones y aven¬ turas a comprometer la honra de aquella madre por la retribución en dinero o el pago del alquiler la casa. ¿Qué ejemplo tendrán aquellos hijos?

30

SOCIOLOGIA

Se recuerda el caso, de una madre soltera, en situación como la anteriormente expuesta, que al recibir los consejos se disculpa¬ ba exclamando, con la mayor sencillez, la frase tan trillada: “pero, si hasta las ricas lo hacen”, como si la moral dependiera de éstas, y exponía que la situación apremiante en que vivía, la obligaba a aceptar esa amistad, ya que el reducido salario de $ 8 diarios que ganaba no le alcanzaba para alimentar, vestir y albergar a sus hijos. ¿Acaso aquella madre, no tiene derecho de recibir un salario justo por su trabajo, para educar a sus hijos en un ambiente sano y honrado ?

b) ABORTOS.

Otro problema que acarrea el bajo salario es la propensión de los matrimonios a evitar la procreación por medios ilícitos y lo que es más grave, por el aborto directo.

En las generaciones pasadas, nuestras madres recibían a sus hijos con orgullo y era un motivo de felicidad, el dar un nuevo ser al mundo, tanto para mujer adinerada como para la obrera.

Desgraciadamente, en ei momento actual, aquellos nobles idea¬ les han desaparecido y la madre de hoy día, es muy diferente a aquella de tiempos anteriores, influyendo en tal decadencia el ma¬ terialismo de los tiempos modernos, la pérdida del sentido moral, el egoísmo palpable y la indeferencia religiosa.

Y es por eso, que las madres obreras, olvidándose del fin pri¬ mario del matrimonio: la procreación de la prole, atenta con toda inconsciencia y naturalidad, por medio del aborto, contra la vida del ser por nacer, desconociendo el derecho de vida a éste, y se basan para cometer este delito, en la falta de medios económicos para poder sobrellevar la carga que le aportará- el nuevo hijo.

La investigación, efectuada en 70 matrimonios, ha dado el si¬ guiente resultado:

Abortos

N.° de madres

%

0

26

37,1

1

19

27,1

2

12

17,1

3

5

7,1

4

4

5,7

5

2

2,8

9

1

1,4

12

1

1,4

TOTALES: 70 * 100,0

Término medio: 1,5.

El total de hijos vivos en los 70 matrimonios es de 181, y el total de abortos de 105 . Aquí, es el caso de considerar el número crecido de abortos en relación con el número de hijos actualmente vivos, más si se toman en cuenta las declaraciones falsas de al¬ gunas madres, que temen confesar la verdad. Este es uno de los

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

31

problemas más graves que afecta a nuestro país, por la reducción de la población.

c) NIÑOS ABANDONADOS.

Es realmente alarmante la proporción de niños abandonados en Sa edad pre-escolar y aun en la escolar, por el trabajo de las ma¬ dres fuera del hogar, obligadas a ello, por la miseria en que vi¬ ven, derivada ya* sea del salario insuficiente, de la incultura y del alcoholismo de los padres. Todas estas circunstancias, impiden la formación del carácter y de los sentimientos de los hijos, por care¬ cer del lugar céntrico donde debe desarrollarse la vida familiar, faase sólida de todo progreso.

La miseria ambiente contribuye a que la madre, ante la im¬ posibilidad de mantener a sus hijos, salga a trabajar, situación que se produce, especialmente en las madres solteras, y deja a rus hijos desamparados o a cargo de vecinas, las que olvidándose de su responsabilidad, poco se preocupan de ellos, situación que estimula al niño a buscar su independencia.

En estas condiciones, el niño abandonado, sin tener quién diri¬ ja sus inclinaciones e influenciado por el mal ambiente callejerp, se dedica a la vagancia y al pordioserismo. Vive implorando la ca¬ ridad y poco a poco va adquiriendo malos hábitos e incurre en pe¬ queños delitos, , hasta llegar a la delincuencia, víctima del aban¬ dono moral y material en que lo han dejado sus padres.

Este problema se ha tratado de solucionar por instituciones, como el “Consejo de Defensa del Niño”, que por medio de sus Cen¬ tros de Defensa del Niño, desarrolla una labor muy benéfica en fa¬ vor de los hijos de las obreras que trabajan, proporcionándoles edu¬ cación, atención médica, social y alimentación. También este año se formó un Kindergarten, de iniciativa particular, dependiente de la Escuela “Elvira Matte de Cruchaga”, para protejer a ios niños en la edad pre-escolar.

Sin embargo, todos estos establecimientos, no alcanzan a re¬ mediar las infinidades de situaciones que al respecto se producen, quedando gran número de niños abandonados, dando esto origen a la delincuencia infantil y por consiguiente, más tarde, a la delin¬ cuencia del adulto.

CONCLUSIONES

Se han estudiado, a través de los capítulos anteriores, los di¬ versos problemas que afectan a nuestras familias obreras. Ahora se cree oportuno exponer algunas soluciones que tiendan a un me¬ joramiento de la vida obrera, para lo cual se considerará en pri¬ mer lugar, aquellas que dicen relación con el factor educacional, que priman sobre las condiciones de buen salario y de las habita¬ ciones higiénicas, ya que sin cultura, el provecho que éstas ofre¬ cen desaparece en vista de la mala inversión del dinero y de los deterioros que producen en la vivienda.

El problema éducacional exige por su inmensa trascendencia una labor efectiva y ésta debe ir dirigida a levantar los valores morales del individuo, dándole a comprender su naturaleza psico-

32

SOCIOLOGIA

física y desarrollando el gusto por los deportes, ya que una vida sana e higiénica, es el camino inicial hacia un mayor perfeccio¬ namiento.

En consideración a este objeto, se podría propiciar:

I) LA ORGANIZACION DE CENTROS CULTURALES, cu¬ ya finalidad principal debe ser proporcionar al obrero, todas aque¬ llas distracciones y comodidades de que carecen en el hogar, de manera de despertar en ellos un verdadero entusiasmo. Por este medio, se conseguirá que el obrero ocupe horas libres, impidiendo que termine su jornada de trabajo en la cantina. *

Estos centros, proporcionarán al obrero lo necesario para sa¬ tisfacer sus aspiraciones y deseos, y le ofrecerán junto con un am¬ biente acogedor, las posibilidades de recibir una mayor cultura, por medio de conferencias, cuyos temas contribuirán a inculcarles sus deberes y a hacer de ellos hombres conscientes, fundamento de toda prosperidad y de todo orden social. Se deberá también aus¬ piciar el gusto por la música y por la lectura, por medio de la radio, conjuntos musicales y bibliotecas.

El Septlement, debe extenderse no solamente al obrero, sino también a su esposa e hijas mayores. Convendría, en este sentido, propiciar más el desarrollo de los “Centros de Madres”, iniciativa puesta en práctica por muchas visitadoras, con resultados exce¬ lentes. A base de conferencias y enseñanzas prácticas, se enseñará a ia mujer obrera las obligaciones concernientes a su hogar, de acuerdo con la moral cristiana; se le inculcarán los deberes que le corresponde como esposa y la misión que* como madre desempeña en la tierra y la labor que tiene de educar a sus hijos y de desarro¬ llar sus valores espirituales. Se le instruirá con algunas nociones de puericultura, de higiene, de costura, y de economía doméstica, enseñándole a combinar los alimentos y a equilibrar sus entradas en relación a sus gastos.

2) ORGANIZACION DE TALLERES PROFESIONALES.

La instrucción que reciben los niños en las escuelas primarias, se reduce por lo general al aprendizaje de la lectura, escritura, algo de historia y de algunas operaciones de aritmética, conocimientos que no los preparan para la ludia en la vida.

Considerando este aspecto, se hace indispensable que se orga¬ nicen adicionalmente a las escuelas, talleres profesionales que per¬ mitan a los niños adquirir un ofjpio determinado, de acuerdo con sus disposiciones o aficiones naturales. En cuanto a la organización de talleres femeninos, constituirán un sistema ideal en provecho de las jovencitas; en ellos se les enseñaría a coser, bordar, tejer, lavar, planchar, cocinar, nociones de puericultura e higiene, etc., y todos aquellos conocimientos prácticos indispensables para el cumplimiento de su misión futura.

3) JARDINES INFANTILES.

La creación de esto centros, para proteger al pre-escolar, du¬ rante el tiempo que los padres faltan en el hogar y donde el niño pueda encontrar un ambiente familiar y educativo y disponer de un local aireado y espacioso, con jardines de juegos y salas de

EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS

33

reposo, que sustituya en parte lo que la vida ie niega, sería una medida excelente, para cumplir con esta finalidad.

4) ORGANIZACION DE CIARES DEPORTIVOS.

La formación de estos clubes, para el desarrollo de la salud corporal, es de gran importancia ya que el ejercicio al aire libre es una compensación al trabajo encerrado en locales generalmente poco higiénicos. El entusiasmo que despierta el deporte en el obre¬ ro, ofrece amplias oportunidades para su desarrollo, ventaja que no hay que desperdiciarla, ya que contribuirá a mejorar la salud física y moral del individuo. De gran importancia es también en los niños, la formación de brigadas de boy-scouts, iniciada con gran éxito por la Cía. Manufacturera de Papeles y Cartones, que contribuye no sólo al desarrollo físico del niño, sino también al des¬ arrollo de su personalidad.

5) APROVECHAMIENTO DE LAS HORAS LIBRES.

Es sabido que los obreros en los días feriados y en las vaca¬ ciones anuales, no aprovechan su tiempo libre. El hogar que no presenta ninguna comodidad, no les ofrece perspectivas para hacer vida familiar, situación que junto a la ociocidad, los impulsa al vicio y a la degeneración.

De aquí nace la importancia de organizar colonias de vacacio¬ nes para el obrero y su familia, ya sea en el campo o en la playa, iniciativa en la cual deben cooperar los patrones, el Estado, la Caja de la Habitación y las instituciones de Beneficencia.

Finalmente, queda por mencionar la labor del Servicio Social, que en todos estos casos citados, puede presentar sus más valio¬ sos aportes.

Vistas las soluciones que se refieren al factor educacional, se expondrán a continuación aquellos que dicen relación con el pro¬ blema económico, v ellos son:

I o NECESIDAD DE UN SALARIO JUSTO.

El trabajo emanado de un mandato divino, es el único medio que tiene el hombre para sustentar su vida. De este principio de¬ riva que el obrero, en justicia, tiene derecho a recibir por su tra¬ bajo una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, no tan solo fisiológicas como alimentación, ves¬ tuario y habitación, sino también que tienda al desarrollo de las facultades esenciales del alma. En cuanto al patrón, tiene la obli¬ gación de pagarle un salario justo, pues de otro modo violaría la justicia conmutativa y colocaría al trabajador como simple maqui¬ naria, objeto sólo de producción, sin respetar la nobleza y dignidad de su persona.

Cabe, sin embargo, observar que en la fijación del salario justo, no tan solo se debe tomar en cuenta las necesidades del trabajador y de su familia, sino también debe considerarse la situación de la empresa y las exigencias del bien común, pues de otro modo; podría

34

SOCIOLOGIA

suceder que sobrevinieran males mayores que perjudicarían a los mismos obreros o a la colectividad.

Como complemento de este salario justo, es necesario el pago de un salario familiar. “Ninguna ley humana, dice S. S. León XIII, puede quitar al hombre el derecho natural y primario que tiene a contraer matrimonio”. Pues bien, si el hombre tiene derecho a fun¬ dar una familia, tiene también obligaciones de proveer a sus nece¬ sidades, para lo cual debe disponer de medios necesarios para cum¬ plir con este deber.

El pago $eí salario familiar por medio del sistema de las Cajas ele Compensaciones, que ha dado excelentes resultados en Europa, sería una medida efectiva para este fin. Los fondos serian forma¬ dos por cuotas patronales de los obreros y del Estado.

Para que este beneficio fuese general, debiera ser objeto de ana ley de la República.

8." CONSTRUCCIONES DE HABITACIONES OBRERAS.

Como se ha descrito en el capítulo de la habitación, el proble¬ ma de la vivienda es pavoroso en nuestro país.

Este problema debiera ser encarado con premura, ya que la mala habitación envuelve graves peligros físicos y morales para Ea clase proletaria y para la sociedad. Es imposible un progreso social, si no se emprenden iniciativas en este sentido.

La habitación popular no sólo debe reunir condiciones higié¬ nicas, sino que el valor de su alquiler debe estar dentro de las po¬ sibilidades del obrero, pues nada se conseguiría con habitaciones salubres, si éstas son inaccesibles para él.

La contrucción de habitaciones higiénicas y baratas, puede ser efectuada por el Estado, Caja de la Habitación Popular, Se¬ guro Obrero y Municipalidad, dando al obrero facilidades para lle¬ gar a ser propietario, medida que contribuiría a combatir los prin¬ cipios comunistas. *

También los patrones, pueden desarrollar en este sentido una gran labor, construyendo alrededor de sus industrias poblaciones obreras, como han estado haciendo algunas sociedades anónimas últimamente .

La acción de la Visitadora Social en este caso, es de gran im¬ portancia, pues establece el control en todas las familias y coor¬ dina todos los esfuerzos para desarrollar la vida hogareña y con¬ seguir su mayor bienestar a través de la iglesia, centros culturales, escuelas, policlínicos, etc.

S." COOPERATIVAS DE CONSUMO.

La formación de estas cooperativas, seria una medida que favorecería a nuestras familias obreras.

Con las cooperativas, el consumidor gana en peso y en cali¬ dad y paga un valor justo al evitar el intermediario y al mismo tiempo le significa ahorro.

En nuestro país, las cooperativas no han tenido el desarrollo que hubiera sido de desear, a pesar de existir en algunas industrias y empresas.

Crónica

¿Qué es el Secretariado Nacional Económico Social?

El Secretariado Nacional Económico-Social de la Acción Ca¬ tólica Chilena es el organismo que promueve, orienta y dirige la acción económica-social de los católicos chilenos. Depende en su marcha de la Junta Nacional de la A. C.

Desde que se fundó este organismo ha pasado por des o tres etapas diferentes en las que se ha precisado cada vez más sus funciones. Restablecido en 1939 con absoluta independencia de la A. C., pasó más tarde a depender de la Junta Nacional de la A. C., pero con autorización para crear departamentos técnicos de acción, que serían autónomos en su trabajo técnico, dependien¬ tes de la Dirección del Secretariado en lo moral y religioso.

Las últimas aclaraciones de la Jerarquía, en la Semana Na¬ cional de Asesores, les suprimieron aquella autonomía y los deja¬ ron subordinados, como partes del Secretariado, a la Junta Na¬ cional. También se había establecido que el Secretariado podía y debía fundar sindicatos; últimamente se limita su labor a la pre¬ paración religiosa y técnica de obreros que funden sindicatos.

Su labor, pues, resulta así primeramente doctrinal e intelec¬ tual, de propaganda y de consejo, más que de acción propiamente tal, o de dirección superior de los organismos sociales obreros . Esta propaganda es, por otra parte, indispensable para preparar el terreno antes de toda organización. Es indispensable, además, porque la ignorancia es grande. . . Miles de católicos ignoran que existe una doctrina social; miles creen saberla bien y sólo tienen ideas vagas e incompletas; miles, en fin, no quieren saber nada de ella. Hacer la propaganda entre esta gente no es fácil; precisa idear medios ingeniosos a fin de atraer a los católicos hacia el conocimiento de la Doctrina Social. ¿Qué ganaríamos con editar libros y folletos, si no los leen? Así como los remedios amargos se dan en grajeas insípidas o en jarabes, hay que dar las normas sociales de la Iglesia en formas novedosas, atrayentes, agradables. ¡Es ya una tarea!

El S.N.E.S. tiene, pues, primeramente esta función difu- sora de la Doctrina Social en todas las clases sociales y especial¬ mente en el pueblo; función que importa a la vez ataque al mar¬ xismo y al liberalismo individualista y defensa de los principios cristianos. Artículos de prensa, conferencias, traducciones, folle¬ tos, libros, controversias y demás medios de propaganda caen bajo este rubro. Aun cuando sea necesario llegar hasta los poderes públicos, para propiciar leyes sociales que se inspiren en princi- , pios cristianos, deberá hacerlo.

Debe también preparar obreros y empleados capaces de ser apóstoles de las ideas sociales cristianas en su medio ambiente . '

La masa obrera ha sido descristianizada por agitadores y demagogos que la conducen. La masa será siempre masa; bien lo saben ellos.

Para organizar a los obreros católicos, que aun no están sindicalizados o agremiados; para lograr que los ya organizados defiendan los puntos de vista católicos y los hagan triunfar den¬ tro de sus fábricas o sindicatos; y para convertir a los mismos marxistas que de buena fe buscan una solución a .los problemas'

36

SOCIOLOGIA

sociales, no hay más que un recurso: preparar obreros eficientes en la Doctrina Social Cristiana. Ya lo dijo Pío XI.' Sin estos elementos previos, inútil sería intentar la creación de sindicatos, mutualidades, cooperativas, etc . Más inútil todavía la menor pe¬ netración en las masas trabajadoras descristianizadas.

Y no es pequeña tafea la de buscar, escoger e instruir obre¬ ros aptos para tal preparación; formar en ellos la conciencia de su misión apostólica y darles el valor y entusiasmo necesarios para lanzarse, en esta hora en que todos los puestos están toma¬ dos, a sembrar Doctrina Social Cristiana; más difícil hoy, que cuando Pedro apareció solo en las calles de Roma. S

Finalmente, el Secretariado ha de ser, una vez formadas al¬ gunas organizaciones económico-social, su mentor y maestro en los problemas que tienen relación con la Moral y la Religión . En los problemas económicos y puramente técnicos, ellas son autónomas. Llegar a ser como el alma de todas ellas, alma que las impulse, oriente y asista; que la coordine y la acerque siem¬ pre a Cristo, mientras al mismo tiempo haga de sus socios acti¬ vos militantes de la A. C.

Este es, a grandes rasgos, el programa de trabajo del S.N.E.S.

El Derecho de los trabaja¬ dores y el Corporativismo

por Paul Chanson.

t i * , -

Un notable estudio publicado por primera vez en castellano por el Secretariado N. Económico-Social. Tra¬ ducción de D. Bartolomé Palacios.

Pedidos a la Librería “SPLENDOR”.

Av. B. O’Higgins 1626, en Santiago, y

Victoria 2277, ‘en Valparaíso.

*

Filosofía

*«*.-' ?* « v

“BERGSON”, por el doctor Armando Roa Rebolledo.

Lo que hay de positivo y valioso en 1a. obra tan discutida de Henry Bergson, el célebre filósofo recientemente fallecido.

“EL PENSAMIENTO DE HUXLEY”, por Thomas Merton.

Una trayectoria doctrinal llena de encrucijadas y que muestra aspectos nuevos en su última producción literaria.

' N - . 4; y f

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LOS LIBROS:

“Del ente -y de la esencia”, de Santo Tomás.

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Dr. Armando Roa Rebolledo

BERGSON

Bergson, creador de una nueva “intuición fundamen¬ tal” del mundo, muere en los instantes más obscuros de una guerra que devasta lo que él ya habia aniquilado en el espíritu. Simbólica y trágica es su muerte en este mo¬ mento. Bergson vió agotada la cultura cartesiana hace 40' años y nos dió otro punto de partida. Pero la humanidad se adormece en lo pretérito y son necesarias conflagracio¬ nes sangrientas para empujarla a la novedad del porvenir.

La guerra está abriendo las conciencias a la fecundi¬ dad de lo que nos dejan éste y otros maestros. Quisiéra¬ mos, más allá de los sistemas, ir a la “intuición” misma de Bergson, compararla con la de Descartes y señalar lo eternamente válido de su obra.

El “Cogito, ergo sum” cartesiano es sobradamente co¬ nocido. Se ha discutido si es un juicio o la expresión de un hecho inefable de conciencia. En ambos casos se llega

a contradicciones insolubles. Sin embargo es fundamento de toda filosofía moderna. Es que lo válido no es el “Co¬ gito, ergo sum” como axioma epistemológico, sino que la intuición primaria de Descartes, base de la célebre fórmu¬ la. Quien analiza el sistema cartesiano, lo reduce a proble¬ ma de conocimiento, pero Quien logra llegar hasta el es¬ píritu de Descartes mismo ve en el fondo una cuestión metafísica.

Para Santo Tomás, todas las cosas sen expresiones cualitativamente distintas del “ser”. Fuera del ser sólo es¬ la nada. Dentro del ser, caben infinidad de grados. Las esencias son un grado determinado. Los grados superiores contienen “eminenter” o implícitas las perfecciones de los inferiores. Así el hombre asume en su perfección, lo onto- lógico de las demás cosas materiales.

Tal es la concepción “analógica” del ente, opuesta a la unívoca las cosas tienen el ser de :1a misma manera, se diferencian cuantitativamente - y a la equívoca según la cual, un objeto no se enlaza interiormente con otro, por¬ que el ser de uno nada tiene de semejante con el ser del

otro.

Descartes, hace del hombre un “ser” puro y simple, sin ningún enlace intrínseco con otros. Rompe con los “gra¬ dos de ser” tomistas. El ver al hombre como un “todo aparte”, es su intuición fundamental. De ahí surge su ex¬ presión epistemológica.

Conocer es “devenir a lo otro en cuanto otro”, poner-

BERGSON

39

se en contacto interior con la cosa, coincidir con ella en los aspectos captados. La facultad cognoscitiva debe con¬ vertirse en la cosa, sin dejar de ser ella misma. La inteli¬ gencia que conoce una piedra, debe ser en ese instante in¬ teligencia y piedra. ¿Si no fuera piedra cómo sabría lo que es Ja piedra? ¿Y cómo puede algo ser lo que es y otra co¬ sa simultáneamente? He aquí el formidable misterio del conocimiento. Los modernos han contestado: la inteligen¬ cia no puede •desdoblarse, sólo se conoce a misma; el mundo real es una ficción.

A nosotros, que aceptamos la '‘analogía del ser” nos parece cpie la posibilidad de contacto accidental y extrín¬ seco con las cosas, deriva de su contacto intrínseco al es¬ tar sus perfecciones reflejadas en el yo. La inteligencia se une al objeto y lo penetra; en seguida tiene la “sensación” de que una parte cualitativa suya coincide perfectamente con anuél. El objeto ha explicitado, ha hecho tomar con¬ ciencia al yo de una realidad implícita en él. La inteligen¬ cia en totalidad se vuelve entonces sobre la “parte” la expresión conceptual es impotente para expresar la intui¬ ción que tenemos de este problema ajustada a la cosa v la conoce. La inteligencia se revierte sobre misma al iluminar lo real. Conocer sería descubrir los grados implí¬ citos en el yo. Este descubrimiento se verifica únicamente en presencia de lo exterior, puesto que los seres inferio¬ res no están sumado? gregariamente para ser vistos por simple introversión. Lo que interesa es que la inteligen¬ cia puede ser ella v lo otro, porque este otro con todas sus perfecciones está involucrado en las perfecciones humanas y para ser ’o otro le basta descender sobre misma hasta coincidir exactamente (IJ . Esta teoría nos aclara las “in¬ tuiciones fundamentales” de Descartes v Bergcon.

Para Descartes el hombre es un “ser” aislado absolu¬ tamente. Sus perfecciones nada tienen de común con otros seres. Aun cuando aceptara v esto le exigían sus críti¬ cos escolásticos la unión real de entendimiento y obje¬ to en el acto de conocer, no tendría posibilidad de solucio¬ nar e1 segundo problema: ¿cómo el entendimiento coincide con un objeto con el cual ontológicamente no tiene ningu-

(1) Imaginad la inteligencia como un haz de luz cons¬ ciente, descompuesto al espectro en indefinidos colores que mantienen su unidad. Suponed este haz en contacto con un rayo de luz verde, color existente en el espectro; el rayo se confundirá sin duda con alguno de los verdes del haz primi¬ tivo: éste se introvertirá para ver con qué parte su va coinci¬ de exactamente v sabrá que el rayo exterior es verde.

40

FILOSOFIA

na semejanza? Al introvertirse sólo se descubriría a mismo como algo homogéneo.

De aquí deriva el Cogito, las ideas cuadro^ y la teoría del puente. El universo se divide en espíritu y materia. El espíritu se conoce a mismo y al conocerse y llegar has¬ ta sus límites tiene la sensación de algo que no es él y en lo cual sólo ve diferencias cuantitativas: la materia. Más allá de la extensión y del movimiento, todos los cuerpos son iguales.

Los filósofos modernos han revelado naturalmente las contradicciones del sistema cartesiano, pero han creído en su primera intuición y las diferentes escuelas son la expresión del anhelo de traducir correctamente la, “equi- vocidad” del ser.

Bergson instuye al hombre como ente real surgido de la evolución de otros seres. Se introvierte en las honduras del yo y va coincidiendo progresivamente con sus innume¬ rables etapas evolutivas. Por un proceso semejante a la “ideación” divina contempla las etapas como pudiendo ha¬ ber sido seres con existencia propia. Cada grado es una idea con contenido real, cualitativamente distipto de otra idea. El contenido es la “parte” contemplada del yo. Las ideas bergsonianas absolutas, no son cuadros cartesianos de la realidad, tampoco proceden al contacto de lo exte¬ rior, surgen originalmente de la descomposición indefinida del yo en sus grados inferiores. Sólo el espíritu es suscep¬ tible de ser conocido exactamente por intuición dice Berg¬ son en cuanto se adapta y ajusta así mismo. Por ahora no podemos asegurar hasta dónde es fecunda la intuición de la materia. Intuyéndose en esta serie indefinida de gra¬ dos, imperfecta y arbitrariamente separados y confundién¬ dose en los extremos unos con otros, el espíritu se capta como movimiento cualitativo incesante, como “duración”.

El yo no es unidad homogénea, tampoco multiplicidad gregaria ; es multiplicidad compenetrándose mutuamente en la unidad. Duración es este confluir constante de los diferentes grados esenciales en el grado esencial: hombre. Pocas intuiciones más poderosas de la analogía que la bergsoniana. No interesa ahora discutir su sistema; más que lo negativo es necesario dar lo positivo.

La duración es el “tiempo verdadero” en que presen¬ te y pasado en unidad indivisa se proyectan creadoramen¬ te en el futuro. La distinción moderna entre presente y pa¬ sado como instantes sucesivos inmóviles es falsa dice Berg¬ son.

El presente está constantemente desapareciendo en un pasado que no será jamás. El presente es un instante ím-

BERGSON

41

palpable. La realidad queda fuera de este tiempo fantas¬ magórico que lleva a la nada.

El presente verdadero se distingue del pasado por la “atención” de nuestra conciencia; a lo que la conciencia atiende en un momento dado se da el nombre de presen¬ te ; éste es susceptible de encogerse o ensancharse indefi¬ nidamente, abarcando todo lo sucedido, según hasta don¬ de se proyecte la atención. En el fondo presente y pasado son lo mismo. El futuro surge indivisamente acrecentando sin cesar el presente.

Nuestros conceptos habituales son recortes inmóviles y arbitrarios de la realidad. Fijamos e inmovilizamos una etapa del movimiento para obrar con mayor comodidad. Nuestro conocimiento es relativo, capta estadios superfi¬ ciales, porque está ordenado a la acción y es más fácil ope¬ rar sobre lo inmóvil. Estos conceptos son útiles en la cien¬ cia que relaciona estadios para dominarlos.

El metafísico aspirando a lo absoluto debe sumergirse en la corriente vitalmente creadora de la duración, gracias al “desinterés” por el mundo. Esta inmersión se realiza por la intuición profunda del yo. Lo que vea en el inte¬ rior, el espíritu lo traducirá en conceptos, pero conceptos móviles, cambiantes, adaptados a las visiones fugaces de la intuición. Nada tienen de común con los conceptos de la ciencia o, de la filosofía moderna, estos últimos, gene¬ ralizaciones abstractas y vacías de contenido. El “concep- . to” de la metafísica berg'soniana representa una “etapa” real del yo. Cuando una de estas ideas con un contenido tal coincide con el conocimiento de sentido común de una cosa exterior podemos asegurar que esa cosa existe, pues no vemos repugnancia en que dicho grado de ser del yo que envuelve de suyo cierta realidad ontológica pueda existir explícito e independiente. Bergson cree que la in¬ tuición no se ha desarrollado aun en el conocimiento de lo exterior, pero que con grandes probabilidades podemos asegurar su existencia cuando previamente ha sido con¬ templada en la estructura del yo.

Basta esta explicación para comprender la diferencia abismal entre las “categorías” kantianas y las “ideas” de Bergson. Aquéllas son producciones innatas y necesarias del espíritu : manifestaciones de Su poder creador ; éstas, el espíritu mismo considerado sucesivamente como menos y menos perfecto. Aquéllas surgen de la periferia; las berg- sonianas de la hondura del ser. En este sentido, Bergson considera justamente a la ciencia nna experiencia en super¬ ficie y a la metafísica una experiencia en profundidad.

El yo se limita por abajo, por cuanto contiene implí¬ cito lo que podría ser explícito y por arriba en cuanto tien-

42

FILOSOFIA

ele incesantemente a crear. El hombre deja asi cabida a Dios y las criaturas, perdiendo su carácter de símbolo del Universo entero.

La intuición bergsoniana del “yo”, se enlaza directa¬ mente con la de uno de los escritores más notables de la historia: james joyee, muerto también en estos días.

Joyce, personaje principal de sus obras, se vuelve so¬ bre mismo disgregándose en otros tantos seres reales. No sólo los demás personajes, sino que la naturaleza mis¬ ma es descubierta en el fondo de sí. El mar, las monta¬ ñas, los hombres, la sociedad, el Estado, la rutina, la mi¬ seria, son el mismo joyce revelándose en profundidad por etapas. Sus creaciones so’n maravillosamente reales e indi¬ viduales; tienen la riqueza ontológica de los infinitos seg¬ mentos oncológicos de su “y0”- Nada más denso e inme¬ diato que la substancia personal. Lo 'desconcertante para ci lector es el tiempo en que se mueven sus personajes. £s absolutamente diferente al tiempo lineal de la novela clásica. Es pétreo, duro, zigzagueante, alargándose y vol¬ viendo sin cesar sobre mismo, fracturándose de repente en inesperadas direcciones.

Es una “duración” impenetrable como el Moisés del Ulises. El lector debe simpatizar con la duración, más allá de la aparente monotomía y. entonces cae en un mun¬ do de incomparable belleza y novedad.

Jung ha dicho: “Podría creerse que en un mundo de meras nada sólo queda el yo, James joyce. Pero, ¿se ha observado, acaso, que debajo de todos esos siniestros yos-* sombras se presenta un único yo real? Cierto, cada figu¬ ra del Ulises es de un insuperable realidad. Todas ellas no podrían ser de otro modo que como son son siempre ellas mismas en todos los respectos y, sin embargo, carecen de. yo, no tienen centro alguno tan humano ' de aguda conciencia, ni poseen ese islote del yo de cálida sangre cardíaca que ¡ ay ! es tan pequeño y, no obstante, tan vital”.

En Joyce y en Bergson el yo desaparece en una in¬ finidad de seres reales con vida propia pero cuya unidad confluye misteriosamente al yo primitivo que los contie¬ ne. Joyce dice :. “El artista se halla como el Dios de la creación, o dentro o detrás o más allá, o por encima de su obra, es invisible, sin vida propia, indiferente y se lim¬ pia las uñas”. Y sin embargo es este yo el que dura en la combinación infinitamente variable de sus contenidos.

No aceptamos muchas afirmaciones del sistema berg- soniano ; ya han sido evidenciadas contradicciones en sus conceptos de duración, espíritu. Dios, eternidad, etc. Pe¬ ro su intuición central del hombre como “ser analógico” v

BERGSON

43

de la posibilidad de disgregarse para crear ideas absolu¬ tas y verdaderas es profundamente metafísica. Ya decía¬ mos que a nuestro parecer la inteligencia desciende dentro de misma hasta coincidir con lo exterior en el acto cog¬ noscitivo. Su sistema variará en diferentes épocas, pero ésto, será el legado a la historia, lo eternamente válido.

Sean estas línea un modesto homenaje al maestro que nos introdujo a la metafísica en la adolescencia, hace diez años, extasiando nuestro espíritu en el dinamismo perpe¬ tuo e incesantemente renovado del ser.

A. R. R-

#

LA CONVERSION DE BERGSON.

En 1937 nuestra revista publicó un artículo del Dr. Armando Roa, sobre la filosofía de Bergson, en que se recogía la noticia circulante en el mundo intelectual de que el célebre filósofo había ingresado a la Iglesia Católica. A partir de entonces un largo silencio vino a rodear este acontecimiento y muchos lo pusieron abiertamente en duda. La muerte de Bergson ha vuelto no obs¬ tante a actualizar el tema y a traer sobre él, un testimonio par¬ ticularmente valioso. En efecto, Raíssa Maritain, mujer del cono¬ cido pensador francés de este apellido, acaba de publicar en la revista norteamericana “The Commonweal”, un interesante artículo en el que afirma que Bergson recibió el Bautismo e ingresó a la comunión católica hace algunos años. Las estrechas relaciones de amistad de los esposos Maritain con Bergson, hecho público desde muchos lustros, dan a esta afirmación una importancia indiscutible. Ella se aviene, por otra parte, con lo expresado hace poco en la prensa, por el Doctor Marañón, residente en Francia, sobre haber muerto Bergson en el seno de la Iglesia como fiel observante de su doctrina .

Thomas Merton

El pensamiento de Aldous Huxley (*}

Algunos años atrás Aldous Huxley escribió, “Eyeless in Gazza”, una novela que no agradó a sus admiradores por dos razones : la primera, porque como novela noi valía gran cosa, y la segunda, porque revelaba su desilusión del cómodo escepticismo materialista que hasta entonces pa¬ recía satisfacerlo. Sus nuevas opiniones se presentaban co¬ mo propias de una tendencia teosófica, pero ellas no eran tan nuevas en Huxley como parecían a primera vista. Las raíces de estas opiniones se encuentran ya en un trabajo anterior, “Those Barren Leaves” en el cual Huxley de¬ muestra la curiosidad que tienen a menudo los intelectua¬ les respecto a los misterios que dicen contemplar la ver¬ dad cara a cara.

En justicia Huxley es algo más que un simple intelec¬ tual ; es un hombre inteligente. Ve con más claridad que cualquiera de sus contemporáneos el fin para el cual el hombre ha sido creado, pero s-e demu'estra perplejo y con¬ fundido en su discusión sobre les medios para alcanzar es¬ te fin. Es todavía un buen escritor ; aun sabe hacer críticas literarias llenas de erudición y perspicacia. Su encanto per¬ sonal iguala a su espíritu, de broma y sus buenas intencio¬ nes : pero desgraciadamente como filósofo no es distingui¬ do.

Sus “Fines y Medios” son algo mejor que “Eyeless in Gazza”, porque evita en él algunas de las limitaciones im¬ puestas sobre los conceptos metafísicos por el lenguaje de la imaginación y los acentos del diálogo. Pero las con¬ tradicciones que nos dejaban perplejos en “Fines y Me¬ dios” son más patentes en“After Many a Summer Dies the Swan” (“Después de muchos veranos, muere el Cisne”) su última novela.

Hay una razón suficiente para que su opinión a me¬ nudo nos aparezca teosófica y es que en realidad lo es. Ha pasado de un místico a otro, del Cristiano al Oriental y ha alcanzado por fin su propio idealismo panteísta dete¬ niéndose en la puerta de Spinoza, Kant y Bergson.

(*) Traducido especialmente para “Estudios”, de “The Catholic World” de New York

EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY

45

Ahora cree que el mundo es completamente ilusorio. La materia no existe y es el mal. Por supuesto que es el mal porque carece de realidad ; verdad y bondad sólo se en¬ cuentran en la substancia cpie existe. Dios.- Esta substan¬ cia es la vida misma y aunque todas las cosas participan de ella, están separadas de ella por la materia, aprisiona¬ das en el sueño de la muerte o del Karma. La existencia sobre la tierra no es por lo tanto buena y estamos destina¬ dos a escapar de ella por la purificación, por el desprendi¬ miento de la materia y la unión con el Unico unipersonal.

Los lazos materiales sólo nos amarran al mal : no pue¬ den servirnos de modo alguno para alcanzar a Dios. Hux- lev sigue hasta aquí al Budismo, pero lo abandona respec¬ to a la metempsicosis y agrega un complicado concepto que hace imposible su sistema.

Nos dice que lo bueno es sólo imposible en el “nivel humano” y existe no sólo por sobre él en la eternidad si¬ no por bajo ella, en el nivel de los animales.

La razón de ello es probablemente la reminiscencia de los días de “Contrapunto” en el cual los instintos anima¬ les eran buenos en mismos: piensa que aun lo son, pero son malos en el hombre a causa de que son Conscientes.

La materia en todo caso, puede ser simbolizada como muerte. Es un convencionalismo bastante familiar a la li¬ teratura mística y esto explica todos los símbolos de muer¬ te sobre los cuales basa Huxlev su última novela.

Ya en la primera página de este libro nos encontramos con una descripción oprimente de un cementerio llamado no sin razón panteón, situado en las afueras de Los Ange¬ les. Es1 una de las grandes empresas comerciales de uno de los personajes, Stoyte, y es un lugar vistoso, adornado de toda la vulgaridad que puede desplegar el paganismo. Sus piezas más destacadas son la Fuente del Arco Iris Musical, El Vestíbulo de las Cenizas, un antiguo Mundo Mortuorio, algunas catacumbas, etc. Pero lo más ofensivo respecto al lugar, es que algunas tumbas aparecen decora¬ das con estatuaria erótica ; porque el orgullo de Stoyte con¬ siste en haber llevado “el sex appeaí hasta la muerte”. Es¬ ta pesada broma nos parecerá extrema si no fuera muy po¬ sible y actualmente verdadero. Pero lo importante de ella es que*Huxley la tiene como divisa para hacer sátira del materialismo, ya que el materialista tiene que buscar toda la bondad, toda la belleza y la verdad (si la hay) en cocas materiales deseables. Pero ya que la bondad, la verdad y lo demás no sólo existe en las cosas materiales, este em¬ peño' resulta tan obscuro y malo como tratar de poner “sex appeal en la muerte”. Sin embargo, el pagano espera al-

46

FILOSOFIA

canzar para mismo el máximum (Je placeres y cosas ma¬ teriales antes de morir ; y si no lucha por obtenerlas úni¬ camente para mismo por lo menos espera sacar parti¬ do luchando en unión con otros miembros de su “clase oprimida”. El término más feliz para él sería conseguir una eterna juventud y salud sobre la tierra: esta es la caracte¬ rística del paraíso pagano. Por lo tanto, el tema central de “After Many a Summer” no es la muerte en general sino la inmortalidad física.

El título del libro- está sacado del poema de Tennyson en donde el héroe es premiado por los dioses con la vida inmortal sobre la tierra, pero, desgraciadamente no otorga¬ ron a Tithonus la eterna juventud» y envejece y envejece sin término hasta que se ve forzado a implorar a los dioses la muerte como todas las demás criaturas.

Huxley crea un Tithonus propio a quien los dioses no han otorgado favor alguno pero que es la causa de la úni¬ ca parte legibel de la novela, en el capítulo “Hauberk Pa- pers”. Es un noble inglés que descubre la inmortalidad ali¬ mentándose de una dieta de intestinos de pescado y logra vivir 200 años en una cueva oculta en Surrey.. En contra¬ posición con el Tithonus de Tennyson el de Huxley no pier¬ de su juventud, pero sufre otra degradación: esta degrada¬ ción sólo nos es revelada al final del libro y por lo tanto prefiero no anticiparla a sus lectores.

En todo caso no nos parece muy efectiva y constitu¬ ye la más fuerte acusación al materialismo, que jamás pro¬ dujo la pluma de Huxley, aunque la misma idea aparece con más crudeza en una comedia de Laurel y Hardv de 1933. .

El tema central no es absolutamente malo, pero debió ser tratado- en toda su sencillez. Las interminables filoso¬ fías de Mr. Propter. el carácter más pesado de la novela inglesa impiden el movimiento de la historia y echan a perder el efecto total.

En el curso de estos soliloquios Huxley condena la mayor parte de los sistemas religiosos del mundo y al min¬ ino tiempo lucha -conlas contradicciones del suyo propio. Su debate en esta materia es bueno : consiste en que dema¬ siados hombres han creado un Dios a su propia imagen y después de hacerlo, apelan al Dios de su propio invento para justificar sus violentas injusticias respecto a sus ve¬ cinos. La forma más baja del dios antropomórfico es el dic¬ tador que no- es solamente un dios en forma humana, sino un hombre que se presenta como la encarnación de todos los deseos y ambiciones de los que le siguen. Sobre esto está el politeísmo y el monoteísmo primitivo en escala as-

EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY

47

cendente. Y aun cuando Huxley llega hasta el Dios puro espíritu, siempre conserva un tinte de antropomorfismo.

Va tan lejos como puede y llega al mismo término de los Budistas para los cuales Dios es pura “nada”. Pero, no es “nada” en. el sentido metafórico de que ningún concep¬ to humano, puede representarlo (lo que sería concepto cris¬ tiano), sino que El es en realidad “nada”. Al llegar a es¬ te punto, parece que Huxley se da cuenta que al decir que Dios es nada cae en un simple ateísmo y se apresura a vol¬ ver a la noción cristiana de Dios como pura actualidad, o “pura actuación” como lo expresa en las palabras del mís¬ tico alemán John Tauler.

Sin embargo, Huxley no acepta la Dignidad de Cris¬ to (aunque no nos expresa su sentimiento respecto a la? muchas encarnaciones atribuidas a Dios en el Oriente) y piensa que aunque el Cristianismo tiene el “mérito de ser sencillo y dramático” es categóricamente “erróneo”. Pien¬ sa que hombres como S. Juan de la Cruz, por un feliz ac¬ cidente, trasciendan estos “errores”’ y se las arreglen para percibir un destello de la verdad pura y actual, pero con¬ dena en los místicos españoles “un esfuerzo violento' cíe sensualidad negativa” lo que sólo afirma con más fuerza su propia voluntad, cuando creían ellos mismos aniquilar¬ la.

Pero para Huxley toda expresión de voluntad no es sino “voluntad propia”. Cree que todos nuestros actos son malos y que es absurdo designar expresamente ciertos ac tos como fuente de pecado. Está convencido que el “nivel del hombre es el nivel del mal” y pretende levantar el áni¬ mo con el simple esfuerzo para alcanzar la Unión con Dios no a través del amor pero del conocimiento.

En “Fines y Medios” el Amor es virtud importante, mas ahora Huxley sólo lo menciona para demostrar lo mu¬ cho que lo embaraza. Su misticismo opera únicamente en el campo de la especulación. El Amor que dirige la volun¬ tad a su fin propio, el Bien, no tiene lugar en ese orden. Y puesto que ese orden es el único que Huxley acepta es preciso desterrar el Amor.

Aun la actividad mejor intencionada solamente condu¬ ce a malas consecuencias y por lo tanto para Huxley no hay razón ninguna para hacer bien a los demás. Desapare¬ cen pues los’ pequeños grupos de ocho o diez prosélitos fa¬ miliares a los lectores de “Eyeless in Gazza” aleccionados en el dominio de mismos por los métodos de P. M. Ale- xander. y viajando de un nunto a otro para hacer charlas y oponer a la violencia la no resistencia. En su nuevo libro

48

FILOSOFIA

Huxley admite que no pretende salvar a nadie, con excep¬ ción tal vez de tres o cuatro individuos bien dispuestos.

Pero, a pesar de todas estas opiniones puestas en bo¬ ca de Mr. Propter, este señor es sumamente activo : es tan activo como hablador. Gasta mucho de su tiempo en su afición de trabajo y no sólo cuida sus naranjos si no los cuerpos y almas de sus jornaleros que colectan las fru¬ tas. Sueña con una pequeña comunidad agraria en algún fértil valle, una especie de Shangri-la, en la cual unos cuantos contemplativos permanezcan recluidos y en segu¬ ridad mientras termina la guerra. Todos los esfuerzos de Mr. Propter para ayudar a otros aparecen falsos a cau¬ sa de su inconsistencia. Ni Propter ni Huxley creen con sinceridad que pueden hacer algo por nadie y si tienen vo¬ cación para algo es para hermitaños.

Ahí concluirán para ellos las contradicciones, pues no tendrán con quien argumentar. Ahí podría Huxley sentar¬ se a pensar en paz, recibir algunas visitas de amigos entre¬ tenidos y cultos y sería un bien para él. Lo debería hacer ; ya no escribiría sobre Mr. Propter y retrayéndose a un re¬ tiro conveniente trabajaría en la materia en la cual está realmente bien : el Ensayo.

T. M.

%

RECTIFICACION

En nuestro número anterior se deslizó un error tipográfi¬ co que altera el sentido de una frase del artículo del Pbro. D. Alejandro Huneeus en la polémica sobre “Persona, Individuo y Propiedad”.

En la Pág. 46, N? 4, ha de leerse el párrafo inicial en la si¬ guiente forma: “En la parte de ética de nuestra filosofía pe¬ renne probamos que no sólo existe el derecho de apropiarnos bienes consumibles para reparar nuestras fuerzas, nuestra ma¬ teria gastada y vivir, sino para poseer otros bienes esta¬ bles...” etc-

Los

Libros

‘‘DEL ENTE Y DE LA ESENCIA”, de Santo Tomás de Aquino. Editorial Losada. Buenos Aires.

Interpretando la influencia cada vez mayor de Sto. Tomás en el devenir de la cultura contemporánea, la Editorial Losada ha publicado en nuestro idioma, esta obra capital . Los traductores han sido Monseñor Luis Lituma y Alberto Wagner de Rey na, de la Universidad Católica de Lima. El último ya muy conocido entre nosotros por sus investigaciones llenas de interés sobre la filosofía de Martín Heidegger y la escuela existencialista .

Este opúsculo de Sto. Tomás es de los más profundos de la filosofía de todos los tiempos. Estudia la estructura ontológica de la esencia y su relación con la existencia, el género, la especie, la materia y la forma substancial. El enunciado de estos proble¬ mas es de un interés evidente.

Durante muchos siglos se nos lia ocultado el pensamiento tomista. Lo hemos conocido a través de comentarios de tercera clase en cuyas manos la maravillosa riqueza ontológica del maes¬ tro se esfumaba en una exposición árida, estéril y vacía.

Nada han hecho los encargados de darlo a conocer, por tra¬ ducirlo a idiomas vivos. La mayoría de sus obras permanecen en latín .

La Editorial Losada promete una colección de medioevales.

Desde varios años queríamos lo mismo. Con nuestro amigo Gustavo Fernández del Río habíamos insistido en la necesidad de poner en nuestro idioma a varios clásicos de la Edad Media: Sto. Tomás, Duns Scoto, San Alberto, Joaquín de Flora, el Pseudo Dionisio, Pedro Lombardo, Boecio, etc. En todas partes encontra¬ mos indiferencia .

Sin embargo, de este anhelo surgió la primera traducción de “De Ente et Essentia” al castellano, de Gustavo Fernández, pu¬ blicada en los Anales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica, de octubre de 1938.

Este opúsculo, nos revela la actitud de un tomista frente a la cultura. Los escolásticos modernos desconocedores del valor de otras escuelas se han colocado al margen del proceso divino de la historia. Fernández del Río lo señala en un corto e interesante prólogo: “Las abundantes citas de los filósofos de todos los tiem¬ pos, paganos, judíos, árabes o cristianos, nos hacen vislumbrar su espíritu ecuménico que sin contentarse jamás con un raquítico eclecticismo, iba incorporando vitalmente a su síntesis doctrinal todo lo verdadero, haciendo suya la frase de uno de los Padres de la Iglesia: “Toda verdad, quien quiera que la diga, al Espíritu Santo pertenece” .

Dr. ARMANDO ROA R.

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El burgués es un chancho que desea morir de vejez".

León Bloy.

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“LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO”, por Clarence Finlayson .

El autor, ex Profesor de la Universidad Católica de Santiago y actual de la Universidad de Notre Dame en los Estados Unidos, relata las impresiones recogidas en un reciente viaje a México.

“EL PAPA Y LA GUERRA”.

Un interesante artículo del diario “Catholic Herald” de Lon¬ dres, en que se analiza la actitud del Papa frente al actual conflicto europeo .

LOS LIBROS:

«

“Filosofía de la Eucaristía”, por Juan Vásquez de Mella.

Clarence Finlayson

La situación de la Iglesia en México

A José Vasconcelos, cuya con¬ versión al Catolicismo es pren¬ da para México de mejores días-

¿Se ha detenido la persecución religiosa en México? Los que han seguido desde el extranjero las vicisitudes de las persecusiones religiosas en México creerán que la si¬ tuación de la Iglesia ha mejorado notablemente. Sin embar¬ go, en el fondo, todo ha continuado igual. La táctica ha cambiado. Eso es todo. ,

Podria decirse que la persecusión ha tomado un carác¬ ter sistemático' y pacífico pero la situación de la Iglesia es peor hoy que en tiempos de Calles.

En mi visita a México este verano pude comprobar la débil influencia que ejerce la Iglesia en la conciencia del país. Está reducida a una condición misérrima. A pesar de ello, el sentimiento de la inmensa mayoría del país es ca¬ tólico.

Conviene recordar algunos hechos históricos que moti¬ varon la actual situación. Desde tiempos que vienen de las Leyes de Reforma la Iglesia había quedado en situación mala y pobre. En tiempos de don Porfirio Díaz que duran hasta el año 1910, gobernando 34 años, la Iglesia había go¬ zado de relativa libertad. Sin embargo, el dictador Díaz no tuvo la osadía de abolir las leyes de Reforma. Son estas leyes cuya aplicación integral colocan a México fuera de la categoría de país civilizado.

La verdadera y violenta persecusión comenzó durante la Administración de Plutarco Elias Calles, una de las más odiosas dictaduras que México ha tenido en su historia. Ca¬ lles desde hacía tiempo esperaba granjearse el apoyo de las sectas protestantes de los Estados Unidos, de las iz¬ quierdas o. del liberalismo acomodado de otros países y del jacobinismo rico de América y Europa.

Buscando como pretexto un pretendido asalto eje¬ cutado por gente del Gobierno a un templo católico de la Ciudad de México, Calles mandó cerrar la iglesia porque el orden había sido turbado. Una semana después era entre¬ gada a un cura renegado que dijo tener un plan para inde¬ pendizar a la Iglesia mexicana de Roma. Es de notar que nadie acudió a las ceremonias de esta pseudo-iglesia.

LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO

53

La persecusión comenzó con la expulsión de más de 200 sacerdotes españoles, a la que siguió el cierre y clau¬ sura de las escuelas particulares en donde se enseñaba reli¬ gión católica, terminando por dictaminar el número de pᬠrrocos que podían existir. De esta manera hubo comarcas enteras que quedaron sin curas. Tan tremendos y horribles- fueron los atropellos que se produjo en todo el país la su¬ blevación general al grito de “Viva Cristo Rey”. La re¬ volución recibió el nombre de “Revolución Cristera”. Las atrocidades de los gubernamentales fueron dignas de los salvajes del Africa: mujeres de la mejor sociedad azotadas en público, violadas por la soldadesca, los prisioneros mu¬ tilados bárbaramente, etc.

Se empezó un despojo sistemático de tierras so pre¬ texto de mantener el orden, pues los desposeídos eran acu¬ sados de cristeros.

La revolución iba cundiendo en forma alarmante para el Gobierno cuando éste celebró una especie de concorda¬ to con la Iglesia prometiéndole cesar la persecusión y res¬ petar la vida de los revolucionarios. Ante la petición de la Jerarquía todos los ciudadanos depusieron las armas. El Gobierno aprovechó la ocasión y traidoramente hizo fusilar a los jefes y a. los hombres más conspicuos del movimien¬ to. No cumplió su palabra.

La persecusión que se desarrolló en un ambiente de fe¬ roz violencia ofreció entonces algunos ejemplos heroicos de desprendimiento y entereza. El más famoso de sus márti¬ res fué el célebre Padre Pro que al parecer va a ser pronto canonizado.

Después de estos hechos históricos los Gobiernos que siguieron comprendieron que una política violenta era in¬ necesaria y por lo demás despertaba la conciencia católica del país y aun producía revoluciones que hacían peligrar la existencia misma del Estado. Comenzó entonces una serie paulatina de disposiciones que, dirigida contra la esencia de la propagación religiosa, logró lo que la violencia no había conseguido.

La política actual del Gobierno del general Cárdenas ha sedimentado todo un largo proceso y se ofrece a la vista del observador como una etapa tranquila de irreligiosidad triunfante y exitosa. Pará* el turista, de esos muchos que visitan México durante el verano, la paz y tranquilidad que* experimenta le engañan completamente. Es de observar que durante la persecusión de Calles cuando todo el mundo católico se levantaba ofendido y abominaba del Gobierno de México, en todos los países del orbe las numerosas sec¬ tas protestantes de los Estados Unidos en la mayoría aplau-

54

RELIGION

(lían su nefasta acción. Ahora, por mayores razones de apa¬ riencia, nadie se da cuenta de lo que existe en el fondo de la cuestión- religiosa mexicana. Las apariencias engañan en tal forma que es necesario ir al examen de las condi¬ ciones en que vive la Iglesia para conocer la malicia y mi¬ seria a que ha devenido la política socialista de los. Gobier¬ nos sucesivos.

No sólo la Iglesia está separada del Estado como ocu¬ rre en otros países hispano-americanos sino que existe -de hecho una sorda lucha del Estado contra ella. El Gobier¬ no mexicano quiere borrar la religión católica de la faz de México. La Iglesia no goza casi de ningún derecho para resistir esta persecusión sistematizada. Pero, aun todavía,, en condiciones semejantes a los primeros cristianos de las catacumbas de Roma la Iglesia sigue resistiendo con todos los medios a su alcance. Sin embargo, el poder absoluto del Gobierno paulatinamente va exterminando la mentali¬ dad católica de la nación. México no es una democracia; el país no ha evolucionado lo suficiente para ser dueño de sus destinos ; no hay sufragio libre ; 1 3. voluntad del Presi¬ dente de la República es casi omnipotente y se impone sin discusiones. La minoría armada del Ejército gobierna a México, mientras la inmensa mayoría permanece indiferen¬ te o asume caracteres de oposición pero sin atreverse a en¬ tablar una lucha decisiva por no contar con apoyos mate¬ riales y armas que la hagan respetar.

Las Iglesias están abiertas en la Ciudad de México (México City) y cualquier turista americano es engañado en el sentido de creer en una espléndida libertad religiosa. Sin embargo la realidad es muy otra. En muchas iglesias, abiertas sólo por propaganda, se prohíbe oficiar las ceremo¬ nias del culto. En muchos Estados mexicanos está prohi¬ bido oficiar en las iglesias y en algunos, por disposición de las autoridades, solamente es permitido un sacerdote para 50,000 ó 100,000 habitantes. Prácticamente está abolida la propaganda religiosa. Hubo Estados como el de Chihuahua en que no era permitida la existencia de ningún sacerdo¬ te. Esta disposición del Estado íué declarada inconstitucio¬ nal por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, en el fallo dado por la Corte puede verse también razones de or¬ den político y de propaganda exterior.

En 1926 fueron expulsados todos los sacerdotes ex¬ tranjeros. Esta orden afectó principalmente a los sacerdo¬ tes españoles que constituían la mayoría extranjera y que mejor comprendían a* la población. En 1931 fué expulsa¬ do el Nuncio Apostólico (Papal Delegate).

El Congreso mexicano ha limitado el número de sa~

LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO

55

cerdctes a 350, aproximadamente uno para 45.000 perso¬ nas. Ellos andan vestidos como laicos, y les está también prohibido ambular por las calles con hábito religioso.

El artículo III, de la Constitución de 1917, modifica¬ do en octubre de 1934 por la Cámara de Diputados, dis¬ pone que la educación primaria, secundaria y normal de¬ be ser socialista y absolutamente divorciada de toda re¬ ligión. Como dice certeramente Vasconcelos, tenemos la ignominia de aparecer ante el mundo oficialmente como un ' Estado Ateo.

Existe en México una Universidad Obrera a cuyas aulas concurre un buen número de obreros de la C. T. M.. (Confederación de trabajadores de México) ; la educa¬ ción que se imparte allí es marxista. Uno de sus profeso¬ res es Lombardo Toledano, actual líder de los obreros so¬ cialistas de México y Presidente de los trabajadores de Hispano-América en general. La obra de dicha universi¬ dad es sencillamente nefasta ; la impresión de libros pseudo- científicos que ridiculizan las doctrinas religiosas cons¬ tituye su principal arma educativa entre las juventudes. A Sudamérica lleg'an continuamente estas obras que dejan una muy triste impresión de México.

La Iglesia no goza de personalidad jurídica, y por tanto, no puede, tener propiedades. La situación de los Colegios católicos es desastrosa, y viven continuamente a merced de la arbitraria voluntad de los Gobiernos. Este; verano tuve la oportunidad de. visitar el Colegdo Morelós,. considerado como uno de los mejores establecimientos privados de la ciudad de México. Conversando con uno de los Hermanos Maristas me decía que ellos estaban impo¬ sibilitados para ampliar y mejorar el local, pues, en ca¬ so de llegar a poseer un edificio muy bueno y lujoso in¬ mediatamente sería quitado por el Gobierno v declarado' propiedad de uso fiscal.

El descontento del pueblo no puede ser más real pa¬ ra aquel que realmente observa detrás de las apariencias. Con toda *a propaganda que el Gobierno de México reali¬ za en el exterior, inmediatamente salta a la vista la pro¬ funda miseria en que yacen las masas populares. Sp juz¬ gáramos por la propaganda exterior que México paga en otros pauses pensaríamos encontrar una realidad paradi¬ síaca. La verdad se impone terriblemente con todos , sus efectos de atroz miseria por que atravieza México.

Los principios espirituales de la Revolución Mexi¬ cana son absolutamente falsos y materialistas. El Gobier¬ no trata con todos los medios a su alcance de infiltrar es¬ tos principios en la conciencia del pueblo y especialmente

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RELIGION

en las nuevas juventudes. No solamente los libros de estu¬ dio, sino también el arte toma en México un sentido ten¬ dencioso. Tuve oportunidad de observar los frescos de Diego Rivera, uno de los más grandes pintores mexica¬ nos modernos, y tanto en aquellos que existen en el Pala¬ cio de Gobierno, como en el Palacio de Cortés en Cuerna- vaca, la idea anti-religiosa y' anti-española es manifiesta. Se enseña gráficamente que el misionero español acudió a América solamente para acumular oro y explotar a las razas indígenas. Aparece siempre junto a la espada del conquistador, espada que aniquila sin civilizar.

Ya que hablo de los Conquistadores, es de notar que en todo México no existe una estatua recordatoria de Her¬ nán Cortés, fundador .de la nacionalidad mexicana. El odio a lo español existe especialmente entre la clase media y mestiza que hoy gobierna. El retroceso a la cultura indí¬ gena es apoyado por el Gobierno que exalta sin medida y sin perspectiva a los héroes indios como Cuactemoc y otros en desmedro de los héroes y soldados españoles. En¬ tre los monumentos de Ciudad de México, choca contra la uniformidad anti-religiosa y anti-española de ellos, el le¬ vantado por la Colonia Italiana a la memoria de Cristóbal Colón, que aparece rodeado de sus consejeros amigos, los Padres Franciscanos, que lo ayudaron ante los Reyes Ca¬ tólicos.

Ante todo lo que voy diciendo, se preguntarán los lec¬ tores : ¿Cómo y dónde existe la Iglesia? ¿Dónde educa a sus futuros sacerdotes? Esta pregunta será más angustio¬ sa si se considera que en la ley que se refiere a la Nacio¬ nalización de la Propiedad, promulgada por el Presidente Cárdenas, se afirma que cualquier propiedad que ha servi¬ do o sirve para algún servicio religioso, puede ser confis¬ cada. Esta confiscación, para llevarse a cabo, ño necesita una prueba de orden jurídico, bastando una mera presun¬ ción. Según la ley no pueden existir librerías de libros re¬ ligiosos o propaganda anti-socialista, porque esto sería aten +ar contra la soberanía de la nación. La intención de la ley como lo hace notar muy bien Mr. Walter Langford en un artículo aparecido en “The Catholic World”, sobre la si¬ tuación de la Iglesia en México, tiene dos fines: 1) pre¬ venir a la educación socialista del Estado de ser combatida en casa ; y 2) preveer a la existencia del Gobierno en cual¬ quiera necesidad con el derecho a apoderarse de las pro¬ piedades particulares.

Para responder adecuadamente a la pregunta formula¬ da es necesario saber que hay muchas órdenes .religiosas que poseen Seminarios en los Estados DTiidos o en Gua-

LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO

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témala. Especialmente los jesuítas, poseen un célebre Se¬ minario en El Paso, Texas. Pero, también es cierto que existen muchos seminarios privados y hasta ambulantes, donde se educan escondidamente los futuros sacerdotes. Esto da idea aproximada del sacrificio que experimentan los miembros de la Iglesia, viviendo casi como los anti¬ guos critianos de las Catacumbas. Tuve oportunidad de conocer a varios jesuítas,' Algunos de ellos se dedicaban ocultamente a la educación de la juventud. Noté con sor¬ presa que las personaste dirigían a ellos no con el apela¬ tivo de Padres, como es costumbre, sino' llamándolos con sus títulos honoríficos de Licenciado o Doctor.

No es exageración el afirmar que la Iglesia de Méxi¬ co es combatida con todos los medios a su alcance por el Gobierno, y que ella se halla en una situación parecida a la que se encontraba en los primeros siglos de las Catacum¬ bas. Sin embargó, el pueblo sigue siendo católico, católi¬ co a la manera hispano-americana, es decir, de sentimien¬ to principalmente. Tuve la ocasión preciosa de asistir a una romería al Santuario ele la Virgen de los Remedios, y allí . pude observar la universalidad del sentimiento católi¬ co en el pueblo, sentimiento que todas las propagandas dis¬ tan mucho de poder extirpar.

¿ Hasta cuando durará el actual estado de cosas? Esta es la última pregunta que nos hacemos al terminar este artículo. La Iglesia mexicana tiene ya una larga experien¬ cia en medio de la cual ha visto aue la tolerancia acorda- da por algunos Gobiernos es sólo transeúnte. Así lo re¬ cuerda especialmente en la larga y apacible dictadura deí General Porfirio Díaz. Pero, sabe a experiencia cabal, que todas estas bonanzas, estas libertades o tolerancias,, mien¬ tras no existan en la ley no pueden ser garantidas, sino por voluntades perecederas. Las leyes de Reforma que datan desde mediados del siglo pasado y las subsiguientes que han empeorado la cuestión, ponen a México al márgen de los países civilizados. Actualmente hay un propósito deci¬ dido de llevar adelante el programa de la Revolución Me¬ xicana que es fundamentalmente socialista. Sin embargo, hay cierta leve esperanza que un criterio de moderación venga a imponerse y a suavizar el actual estado de cosas. Los americanos saben que hace poco el Presidente de Mé- xico, General Manuel Avila Camacho, se ha declarado pú¬ blicamente católico. Al hacerlo ha añadido que el comu¬ nismo no prosperará durante su Gobierno. Como fenómeno general se nota en México una política que, aunque man¬ teniéndose socialista, quiere huir del extremo comunista. La muerte de Trotsky sirvió de pretexto para dar nuevos.

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RELIGION

rumbos a la política mexicana. Yo estaba erf México cuan¬ do se produjo el asesinato, y observé el ambiente que se produjo a raíz del atentado. Hay ciertos intereses inter¬ nacionales nne hacen que los Gobiernos cambien rápida¬ mente de tácticas. El Gobierno de México comienza a des¬ ligarse de Rusia y a acercarse a las democracias, sin em¬ bargo, el sentimiento general del pueblo es pro-alemán, pero también anti-comunista. En caso de producirse un viraje notorio, la propaganda socialista del - Gobierno, que es esencialmente marxista, se moderará un poco. ;Y quién sabe si es posible creer en una revisión de esas antiguas leyes que colocan a la Iglesia fuera de la existencia de su pueblo? El porvenir tiene la palabra.

Universidad de Notre Dame (Indiana). Diciembre de

1940. . - i |

Clarence Finlayson.

Los Libros

t

FILOSOFIA DE LA EUCARISTIA, por Juan Vásquez de Mella.

Editorial Difusión. Buenos Aires, 1940.

La Eucaristía, el misterio más augusto de nuestra religión, constituye a la vez el culto más puro, grandioso y sutil, tanto que resulta inacequible a las almas vulgares . Para amar la Eucaristía, para connaturalizarse con ella, es necesario haber alcanzado la per¬ fección de los santos o tener la sencillez evangélica, esa pueril sen¬ cillez de que hablaba el Divino Maestro. Los hombres materializa¬ dos, los que han encallecido sus conciencias y agotado los dones maravillosos de la Gracia en sus espíritus, no son capaces de per¬ cibir la inefable felicidad que emana del tremendo misterio euca- rístico. Ellos, como los empedernidos contemporáneos deUMesías, encuentran su lenguaje “duro de entender”. Pero, el Salvador in¬ siste y esa suprema insistencia, hoy como entonces, los aterra y los determina a renunciar del camino de la Vida.

La magnífica obra que presenta Editorial Difusión, debida a la pluma del fecundo escritor hispano, don Juan Vásquez de Mella, es un trasunto acabado, dentro de sus límites, de cuanto concierne a la parte crítica, racional, de éste soberano dogma de la Fe.

El autor, en un estilo pulcro y sencillo, analiza todas las prue¬ bas positivas existentes en torno al misterio eucarístico, el cual, sin apartarse de sus características sobrenaturales en aparente pugna con la razón humana, es perfectamente asimilable a nues¬ tras rectas concepciones filosóficas.

Producto de una convicción profunda, la obra de Vásquez de Mella es al mismo tiempo el exponente de una disciplina escolás-, tica bien fundamentada.

Si la “Filosofía de la Eucaristía” será para los simples fieles un poderoso incentivo de su fe, para el clero puede significar un precioso manual de recursos didácticos por el abundante material

doctrinario míe encierra distribuido en metódicos esmiemns

El Papa y la Guerra

Publicamos el siguiente artículo del “Catho- lic Herald” de Londres en (}ue se analiza la actitud del Papa frente al actual conflicto ar¬ mado.

Hablando en términos muy similares a los del Cardenal Hins- ley, en parecida ocasión, el C. Arzobispo de Canterbury, diri¬ giéndose por la radio a América, estableció que G. Bretaña está defendiendo la civilización cristiana y sus valores. En e;sta lucha, dice, es duro ver como un cristiano puede ser neutral en su cora¬ zón y en su pensamiento.

El Arzobispo admite que nuestro llamado es muy alto y que significa que nos damos cuenta de nuestro fracaso para elevarnos al ideal que ahora invocamos. Debemos proponernos trabajar en adelante por algo más alto que el nivel en que nos hemos com¬ placido en el pasado.

Creemos que las palabras del Arzobispo reflejan fielmente el sentir sincero de los cristianos de G. Bretaña, y es con cierta sorpresa que nuestros compatriotas constatan la aparente indife¬ rencia de la parte de los otros a nuestro llamado .

El sentido de esta aparente indiferencia se mostró clara¬ mente esta semana en dos artículos, uno de los cuales ha debido ser muy leído. En el “Daily Herald” un clérigo anglicano sugiere que el Papa podría poner rápido término a la guerra si se decla¬ rara absoluta y francamente de parte nuestra, reconociendo que es el lado de la cristiandad y de la civilización y ordenase a los católicos en el país enemigo o los países controlados por el ene¬ migo que cesaran de ayudar a Alemania bajo pena de excomunión.

El otro artículo aparece en el “Church Times” como editoriál y arguye que los compromisos contraídos por el Vaticano en el pasado hacen hoy día al Papa indefenso, de modo que no puede abrazar abierta y efectivamente la causa de la justicia.

No negamos lo especioso de estos argumentos y que la for¬ ma sensacional y apremiante del artículo del “Daily Herald’’ prin¬ cipalmente ha afectado a muchos de nuestros conciudadanos. Sin embargo lleva en mismo la refutación. El escritor comienza por describir como el actual Papa siendo muy joven, personalmente trató de convencer al Kaiser de poner término a la pasada gue¬ rra. Si es histórico o no, nadie duda y menos el escritor que esto afirma que Pío XII no titubearía en emprender una ac¬ ción por sensacional y sorprendente que ella fuera, si estuviese convencido que semejante acción era RECTA y calculada para salvar al mundo de la ruina que lo amenaza. Exactamente lo mismo pudo decirse de Pío XI que dió mil muestras de no temer a ningún hombre, poder o institución que se interpusiese entre él y la verdad. Sin embargo estos Papas no han pensado ni lo han hecho de poner todo el peso del poder espiritual y de la autori- v dad moral de la Iglesia del lado de la tesis política que sostiene Gran Bretaña.

O son cobardes y no honrados o piensan que el problema no jes tan sencillo como nosotros lo imaginamos.

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RELIGION

¿Puede alguna persona sincera e inteligente aceptas '<•' orí- mero? Y si no, ¿no estamos entonces obligados a ace : !:.j $o se¬ gundo ?

Y podemos verlo nosotros mismos.

En la lucha de Gran Bretaña entra sin duda un elemento- de justicia importante y* un esfuerzo espiritual, perc rilo es más- bien accidental que esencial.

Esto proviene de que en el hecho todos lo* Estados mo¬ dernos son laicistas, y las relaciones entre los Estados de noy día no están basadas en el común aprecio de *os "alores, reli¬ giosos y espirituales adquiridos o por lo menos ideales, como lo fueron en los días de la Cristiandad europea.

Un gran Estado moderno puede que accidentalmente se pon¬ ga del lado del derecho y la justicia, pero a no ser que esté preparado para adoptar los valores religiosos, morales y espiri¬ tuales de la cristiandad como fin de su existencia y Ce su polí¬ tica exterior, quedará siempre como un Estado laico, es decir co¬ mo un Estado que coloca su propia seguridad, su ambición polí¬ tica y económica por encima de los valores espirituales y morales.

Porque su política puede ser o no ser buena, por ello es observada con cuidado y neutralidad por una institución pura¬ mente espiritual como es el Papado, tanto más cuando los resortes de esta política en el mundo moderno son de muy diversa^ clases y lo que se puede afirmar respecto a ella es que Dios y las cosas de Dios son rara vez tomadas en cuenta en un mundo para el cual Dios es decididamente indiferente.

Si el Papa se pusiese de nuestro lado, como lo sugiere el artículo referido, no sólo se entrega él a la justicia y al derecho involucrado en la lucha actual, sino que se entrega a Gran Bre¬ taña laicista, o a cualquiera influencia (hasta ahora desconocida) que perfile nuestro futuro político.

Como Papa no está llamado a hacer esto en una sociedad que durante generaciones ha rechazado deliberadamente sus de¬ rechos, excepto cuando a esta sociedad le acomodaba. Segura¬ mente no estará tentado de hacerlo conociendo como conoce las últimas causas de la presente catástrofe, esos pecados en que hemos caído todos y que denuncia en su gran Encíclica.

No quiere decir esto que el clamor de los leaders religiosos de nuestro país están mal fundados. Conocemos nuestros peca¬ dos y también la justicia de la causa que peleamos. Es nuestro deber de cristianos reconocer nuestra justicia y también nues¬ tras faltas. Y por sobre todo es nuestro deber resolvernos a que ninguno de nosotros se atreva a decir al mundo que luchamos por los valores cristianos, a menos que emprendamos solemne¬ mente ahora y aquí mismo el trabajo para alcanzar el standard de vida cristiana que justamente invocamos. Esta es la verdad, una verdad que sólo será comprobada por el tiempo.

Y todo el país hará mejor en ocuparse en trabajar por ha¬ cerse un poco más digno de la aprobación moral de quien está llamado a juzgar por los standards más altos que no apelar al Papa para que ponga término a la guerra a* favor nuestro o bien denuncie al Vaticano por que su visual no está limitada por los- mares que cercan a Gran Bretaña.

Romance del Paisaje y la Danza

Rosario llevaba al aire . su canastilla de besos.

En el monté se dormía la noche azul y el silencio , La luna , llena de brillo , le vigilaba su sueño.

Los álamos con sus brazos enredados en el cielo hacían gemir de llanto la guitarra gris rdel viento. Un perfume de humedad descendía de los cerros. Las campanas de la torre se batían a lo lejos trayendo una sinfonía alternada de silencios , y perdido entre los trigos como^ lo negro en lo negro , con toda la luna a cuestas iba corriendo el estero.

En las copas de los pinos la luna ponía fuego cercando la noche toda de candelabros inmensos.

Rosario llevaba al aire su canastilla de besós.

. v

La niña iba bailando

sobre los trigos morenos , casi dormidos sus ojos , casi desnudo su cuerpo.

Su cabello , con la brisa , le abanicaba su pecho y le pintaba alacranes que ella iba deshaciendo. Su boca , gruesa de sangre r

y de amapolas de fuego , cortaba como un puñal el vientre blando del viento. A lo lejos su canción se confundía en los ecos con el canto de los grillos , de las ranas y los perros. Rosario iba temblando pero no tenía miedo.

Estaba cerca la noche. Distante su pensamiento.

Sus ojos , desparramando cristales de agua y fuego iluminaban el aire el corazón y los dedos.

Iba bailando Rosario abrazada por el viento y con su baile quebraba los trigales y el silencio.

La luna con rayos finos le acariciaba sus senos , albos como amanecer , suaves como terciopelo.

\

Cesó su baile Rosario y se apagaron los ecos. Cayó como desmayada sobre los trigos morenos , casi dormidos sus ojos , casi desnudo su cuerpo.

El viento quedó cantando furioso responso eterno sobre el cadáver de luna y una tumba de silencio.

Rosario , el aire tiene tu canastilla de besos.

A

I M E

A T R I A

R

\

Letras

“ROMANCE DEL PAISAJE Y LA DANZA”. Poema de Jaime Atria.

* #

“LA GALLINITA SIN PLUMAS”. Cuento de Ruth Schaumann.

Una primicia en lengua castellana de esta célebre escritora de Alemania.

CRISTAL DE LIBRERIA:

i . »

“Chile o una loca geografía”, por Benjamín Subercaseaux. “Antología poética”, de Carlos Rodríguez Pinto.

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La g a I I i n i t a

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p I u m a s

Entre los grandes valores culturales que afirman en Alema¬ nia, en una hora gris, la perennidad de la fuente cristiana, ha de contarse en sitio de relieve a Ruth Schaumann.

La fuerza creadora de esta interesante mujer sordomuda, radica en su honda vida interior que sabe expresar su rico conte¬ nido en las más diversas manifestaciones del arte . Así, en su libro “Los niños y los animales”, su espíritu de ternura infantil se manifiesta diáfano al través de algunos cuentos que encami¬ nan al alma del niño a apreciar en los animales la creatura de Dios. Su obra “La Rosa”, es un ramo de versos religiosos a la usanza del siglo XV, que trae a la vez un conjunto precioso de grabados en madera. En fin, “La vara florida”, la primera de sus producciones en prosa, exhibe, junto a bellísimas láminas, va¬ riadas narraciones de corte medioeval, chino, bíblico y moderno. Parece que este temperamento múltiple se empeñara en vencer todos los obstáculos y en demostrar sus admirables posibilidades en el terreno de la prosa y del verso, del dibujo y la pintura, de la escultura en greda, madera y bronce.

Interesado como se encuentra “Estudios” en revelar en nues¬ tro idioma la producción valiosa de otras latitudes, ofrece por primera vez en castellano uno de los cuentos de Ruth Schau¬ mann, en traducción especial de Jorge Zuloaga.— (N. de la R. ).

. Uno de sus muchos tíos está de visita, (Amai jamás distingue a unos de otros), y hallándose todos con él to¬ ma a Amai junto a sí, la levanta briosamente hasta la ci¬ ma de sus rodillas y le pregunta: “¿Eres grande, Amai?”.

Amai dice “sí" con la cabeza: desde ayer lleva un vestido que Rafaela usaba el año pasado, así, claro que es grande, y muy grande.

“¿También eres habilidosa?”

Amai asiente, no con tanta seguridad, mas llena de anhelo y confianza. “Entonces, adivíname algo”. Y el tío Jerónimo saca una hermosa moneda del bolsillo de su cha¬ leco, una moneda grande y reluciente, con una cara en el anverso, la sostiene entre el pulgar y el índice dejando que brille en ella el sol que luce a través de las almidonadas cortinas de la abuelita, que el sol áureo e inmenso brille eiyel sol pequeñito y plateado, y entonces, el tío Jerónimo canta con voz muy agradable :

"Voló un pajarito sin plumas, sin plumas, r -

se posó en un árbol sin hojas, sin hojas. . f

Vino entonces la dama sin boca, y engulló al pajarito sin plumas,, sin plumas”.

LA GALLINITA SIN PLUMAS

65

Amai mira asombrada a su tío que canta y se siente como enclavada en sus rodillas. Tiene mucha lástima del pajarito sin plumas, y piensa con ardiente desagrado en la. dama sin boca. Por fin, atisbando celosamente a la abue- lita, pregunta: “¿Así que las damas pueden engullir?”.

Todos ríen; más la abuelita en tono de reproche di¬ ce: ¡ Pero Jerónimo!

El tío Jerónimo no escucha y sigue preguntando : ¿ Bue¬ no, Amai ?

Pero Amai ya no acierta a decir nada más. En verdad, aún no es inteligente.

Jerónimo desciende a la niña de la montaña de sus ro¬ dillas, y largos instantes discurren antes que la alfombra esté de nuevo bajo los zapatitos de Amai. Apenada y vaci¬ lante pasa frente a Rafaela que, repentinamente, con el de¬ do sucio de tinta alzado en el aire, así como las niñas in¬ dican en el colegio, exclama: “Es ef sol y la nieve, es el sol y la nieve”.,

Afuera, junto a la puerta de su casa, Amai retoza en el camino por donde ruedan y chirrían los carros del mo¬ linero. Allí hay un hermoso sol, pero nieve no hay en nin¬ guna parte, pues,- ya es el verano.

Rafaela sale corriendo después de Amai, trae en su mano abierta la moneda de la adivinanza del tío Jerónimo: velozmente cruza ahora la esquina hacia la casa del paste¬ lero que vende tortas de crema, y su trenza vuela y se le¬ vanta tras -ella, tal la cola de un volantín. “El sol y la nie¬ ve”, torna a gritar cuando ya ha desaparecido ; y Amai, en la escalera caldeada de su casa, queda sola ante el mundo desconocido, pequeñita y simple, a pesar del vestido que su hermana usaba el año que pasó.

“Es pequeñita y simple”, piensa también la abuela, al ver otro día cómo baila Amai en el patio. Amai no sabe que la abuelita la está contemplando desde el gallinero, y así, baila como se lo enseñan las sombras que el follaje de la vid proyecta sobre las piedras del patio, y sus qabelíos caen delante de su carita enrojecida y ansiosa de aprender, porque las sombras de la vid no son maestros muy indul¬ gentes. ' ,

¡Amai!

Amai se asusta.

-—¿No tienes nada que hacer?

Amai piensa -en su “nursery” de caracolitos, que hay en una -grieta bajo el ruibarbo silvestre ; piensa también en la oruga enferma que debe visitar en su lecho de “ore¬ jas de oso”: “Oruga, ¿sigues mejor, oruga?” De mil amo¬ res diría que tienes tanto que hacer, .pero ante la mirada severa de la abuela mueve a uno y otro lado su cabecita, diciendo: “No, nada abuela”.

66

LETRAS

“Entonces vas a empollar, Amai”. Amai alisa azora- da sus crenchas tras las orejítas, y la abuela coge del bol¬ sillo de su falda un huevo blanco como la nieve, y lo en¬ vuelve delicadamente en un pañuelo aún más blanco.

—“Ven, Amai”.

En los mismos instantes que la abuela piensa : “la ni¬ ña tiene un corazón más cálido que el mío, pues ya soy una mujer vieja”, a Amai se le hiela el corazón de espan¬ to: ¿Será gallina, ella, que ahora la hacen empollar? ¿Aca¬ so la gallinita sin plumas del tío Jerónimo? Ya el pañuelo de la abuela está anudado en torno a su cuello, y el hue¬ vo se desliza grávidamente bajo el vestido, rozando el pe cho de la pequeña, y allí queda suspendido.

Y Amai trémula y los ojos en lágrimas dice: ¡Se va a quebrar abuela !

“No se quebrará, Amai. Trece huevos eché a la cine' ca Filma, y no han salido sino doce pollitos La pacien¬ cia humana remediara la impaciencia de la gallina. Ponte aquí, al sol”.

Amai se sienta sobre las gradas y tiembla como una ramita.

“Y si te pica, vienes hacia mí”

Desde el lavadero resuenan cantos de mozas alboro¬ zadas, que lavan la ropa de los cortesanos. “Demasiadas canciones hacen verter la espuma del jabón fuera de las artegas”, piensa la abuela, y parte pronta para impedirlo.

El sol cae sobre Amai, y el huevo se calienta dulce- mente junto a su corazón, que ya ha vuelto de su espanto y ya no. tiene sino una inquietud: “¿qué irá a pasar?” Na¬ da ha sucedido, sin embargo, cuando hacia mediodía los niños del molinero mayor salen corriendo del colegio por las calles de la ciudad. Ya están aquí preguntando: “¿Es¬ tás enferma, Amai?”.

Amai palpa suavemente el huevo, y no osa moverse si¬ quiera un poquita, de temor a quebrarlo, y responde así. más amable que nunca : “No estoy enferma, Guesche”.

“Entonces ven a jugar”.

La abuela tío se lo ha prohibido, pero el huevo sí, se lo prohibe.

“No, jueguen solos”.

Los niños ríen : “Queremos jugar al corderito en la huerta, Amai ; el corderito”.

Y se cogen de las manos formando ronda, y cantan el juego que es para Amai el más bonito. Pero Amai si¬ gue muy quietecita sentada en las gradas, y sólo cuando los niños se acercan los mira terriblemente, como si les arrojara guijarros: “¡No se acerquen!”.

“¡Huh, Amai, huh !” Todos se arremolinan en torno a la gallinita, sin plumas, y la tironean del vestido y los

LA GALLINITA SIN PLUMAS

67

cabellos. Amai da entonces un grito espantoso, así como una gata a quien quisieran arrebatar sus gatitos, o como un cisne salvaje en el nido. La respiración angustiosa y el rostro extrañamente demudado. Amai amenaza, amenaza. Seguramente el sol la ha puesto mala de la cabeza. Y asus¬ tados huyen los niños muy lejos de Amai.

Las sombras del follaje de la vid se han ido recogien¬ do lentamente hacia el tronco, y ya no se las ve danzar. Así mismo, se ha resumido sutilmente en la pechuga, la sombra de la paloma que picotea a los pies de Amai. Des¬ de la torre tañe la campana, y tañe otra vez, y nueve ve¬ ces más. Pronto habrá llegado el mediodía que hace huir a las sombras, y todo lo invadirá la luz del sol. Amai des¬ hilacha un lazo de su vestido, cuidando que sus brazos no rocen siquiera el pañuelo de la abuela. Luego cruza sus manjtos, que dan las sombras últimas y más pequeñas en el luminoso mediodía que llená toda la ciudad.

“¿Amai”?

Es la voz de Victoria y el aliento de su caballo Absa¬ lón, que acerca amablemente su cálido hocico y quiere aca¬ riciar con la lengua un hombro de Amai. “No, no, quítalo, tía Victoria”.

Victoria ha llegado en su caballo, cruzando el puente de la granja del abuelo, para acortar así el camino a su casa, donde ya la aguardará su marido meditando triste¬ mente: “¡Oh, Victoria, jamás recuerdas mis ruegos, ja¬ más !”. . .

Victoria se ve encendida por su insensata carrera, y debe serenarse antes de llegar a casa. Detiene cautelosa¬ mente a Absalón junto a Amai, y pregunta: “¿Qué haces, Amai ?”.

Amai no quiere decir nada : se avergüenza tanto sin ¿aber por qué; levanta sús manitos al pecho, como si así lo explicara todo, pero la hermosa Victoria no comprende' qué será.

—“¿Qué haces ahí al sol, Amai?”.

Y la chica desde abajo: “Empollo, tía Victoria”.

Victoria se inclina del caballo y divisa un objeto pe¬ queño bajo el vestidito de lunares de Amai, y los lazos del pañuelo anudado en la nuca, semejantes a las orejas de una liebre silvestre, Victoria conoce bien a la abuela, y sonriendo pregunta en tono festivo : “Y eso duele mucho, Amai?”.

“No mucho, pero ellos se rieron de ; y están ju¬ gando solos ; y me hicieron así”, y triste Amai revuelve urr dedito redondo sobre su frente, donde han aparecido goti- tas de sudor , semejando una constelación de perlas. “¿Y" crees que picará, tía Victoria?”

68

LETRAS

La carita de Amai cerca de la cabezota del caballo mi¬ ra llena de ansiedad.

#

“¡Claro que picará, Amai!’’.

_ “Y .

“Y saldrá un pollito”.

. “¿Un pollito negro, o un pollito amarillo?”

- 'Como Dios quiera!” Victoria se asombra al oirse

pronunciar estas palabras que ella ha querido olvidar, “como Dios quiera” y ahora ¿cómo es que han surgido tan naturalmente en su diálogo con la niña que allí, bajo sus ojos, está sentada sobre las gradas de piedra?

“¿Un pollito vivo?”

“Un pollito vivo”.

“Entonces todo está bien !”

Amai suspira, y cuidadosamente retorna a su antigua posición. Victoria se aleja lentamente hasta la encina. Des^ de allí divisa su casa, fresca y blanca como un inmenso cu- bp de nieve, y sus ventanas le parecen de hielo primorosa¬ mente laminado. Victoria se inclina del caballo, arranca algunas hojas de la encina, y con ellas vuelve donde Amai, y solícita las pone sobre la frente de la niña. Y lenta, len¬ tamente emprende Victoria el camino a su casa; y lenta¬ mente entra al comedor vestida aún en su roja leva de amazona. “No saldré más a caballo, Hugo, hasta después que...” Y más quedamente: “Perdóname” Y así diciendo, abandona el látigo y su negro sombrero de copa sobre la mesa.

Mientras tanto Amai, las hojas de encina aún prendi¬ das a los cabellos, en una sala fresquita como el rocío, está apoyada en el regazo de la abuela^ y llora y ríe de alegría, porque la abuela en su mano vieja sostiene el pequeño ser de plumaje negro y amarillo que da vueltas sus ojitos bri¬ llantes, y g*oloso abre el piquito y pía muy débil y sutil¬ mente.

- Mi pollito !” dice la pequeña Amai. Por el sue¬

lo yacen el pañuelo y las cáscaras quebradas.

“¡ Mi pollito” ! sigue diciendo incansablemente la pe¬ queña Amai.

Y la abuela dice entonces con grave condescendencia : “Sí, tu pollo, Amai, pero ahora debes llevárselo a Filina”. “Trece eran los huevos y han salido los trece pollitos”.

* * *

Hace ya mucho tiempo que se marchitó el follaje de las encinas, y crujidoras caen incesantemente las hojas se¬ cas de los parrones; ahora el sol se halla muy bajo, y las cosas proyectan libremente por la tierra sus sombras alar¬ gadas, pues bien, ahora recibe Amai la primera carta de su

La gallinita sin plumas

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vida. Maese Ludolfo, a través de sus grandes gafas de con¬ cha, se la deletrea a Amai que sentada en el banco del carpintero llega a. verse lejana de puro pequcñita. “Vas a ser madrina, Amai, madrina de bautizo de la guagüita de Victoria, mira, mira, qué bonito, ¿no?”

Y contra todo lo temido y anunciado, Amai sostiene en un gran cojín al chico de Victoria para que reciba el agua del bautismo. El tío Hugo contempla cariñosamente a Amai y a su hijito, vivo. Pero nadie sabe, y menos (pie nadie la niña, por qué fué Amai la madrina preferida,

RUTH SCHAUMANN

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EL PAISAJE DE LAS LETRAS

“CHILE G UNA. LOCA GEOGRAFIA”, de Benjamín Subercaseaux.

Ilustró -Antúnez. Edición Ercilla. Coleccipn Cóndor. v

Santiago, 1940 .

Esta apasionante y bella obra ha parido por primera vez materia de la cultura chilena que llevamos en las entrañas . Es esta una especie de geografía estética, llamándola así, en el más universal sentido posible, por encima de meridianos y pa¬ ralelos, donde se besan arte y vida.

El primer acierto del libro está en la tapa, y es una cues¬ tión de limites. Es su nombre. Y su último acierto es su deber profético, para que la crítica oficial pueda desgañitarse en jui¬ cios y deseperaciones con la cantidad de problemas que despierta, desde el drama social escondido en una cáscara de huevo, hasta la majadería del Canal de Beagle.

Pero nuestro comentario no tiene carácter oficial, de modo que nuestro primer desacierto, es decir aquello de la tapa en una loca revista como ésta.

No vamos a repetir la paradoja de Chesterton sobre loque¬ rías, para elogiar la intención del autor de esta obra, porque aquel inglés está muy traído por intelectuales a posteriori, y por- ♦que lo menos aplaudible del libro es justamente la visibilidad de la intención, sobre todo cuando el autor dice lo que va a hacer, y de pronto dice lo que está haciendo. Con el título y los terri- üles grabados que ilustran, ya se sabía lo que iba a suceder por dentro . Pero, en fin, el autor sabía lo que iba a suceder por fuera. Sobre todo en Chile.

La topografía del libro es deliciosamente mórbida, rebasan¬ do siempre todos los límites, llevada con un estilo de “rico tipo”, pleno de humanismo pitancero que llega a las sugerencias e in¬ citaciones más deseables.

Un nervio caliente anuda las páginas, comunicando toda la sensación y esclarecimiento de sabiduría oculta en la calidad de estas tierras con toda su vida y miseria, encima. De tanta pa¬ sión como aquí nace, se nos caen las cuerdas en lugar tan pre¬ claro y maravilloso “etenim haereditas meas praeclara es mihi” , para hacernos temblar de esperanza los huesos y que¬ brarlos de ira.

El autor re-crea a Chile, y nos recrea a nosotros también. Y esa es la misión de la Loca Geografía. Por lo menos logra ser al antítesis de la Araucana, y se nos vuelve 'clásica por contra¬ dicción .

xL¡a Loca Geografía es un libro clásico, no solamente por su amor a Chile, tan arrebatador que despierta deseos expedicio¬ narios y colonizadores en los lectores jóvenes, como el libro fa¬ moso del Padre Ovalle, que avivaba deseos misionales y turísticos en el Siglo de Oro c!e nuestra literatura, sino que es clásico . . . por eso mismo, por lo cálido. A causa del fuego que no siempre reduce el papel a cenizas, sino que como el del Purgatorio, ilu¬ mina purificando, y llaga a gritos la herida de nuestro mal.

Así, en esta nueva crónica de Chile, el autor se queja, entre otras cosas muy graves, hasta del lujo en los automóviles, como el clásico Ovaile, del lujo de vestidos en sus contemporáneos .

PAISAJE DE LAS LETRAS

Ninguno de los dos consumen los vicios chilenos, mas limpian el grito, y de este modo pueden exclamar con todo arrobamiento del alma, el Padre Ovalle por sus aguas suavísimas, las más blandas del mundo, y este padre de la Loca Geografía por las aguas más transparentes del mundo . Todavía, . los dos cuentan como experiencia personal el mismo chiste del indígena “todo cara”, y hay muchas otras analogías que no he visto nunca. . .

Más clásicos son por las diferencias, ya que las semejan¬ zas se pierden en los parecidos . . .

Todo nuevo libro es clásico, cuando su primera página se encuentra con la última, y su vida no defrauda a sus intenciones y “reglas” propias. Cuanto más independiente del pasado y de los vecinos, más clásico, y cuanto más unido a los antiguos en su red de abrazos físicos y ontológico§, más clásico. Bueno, lo es más todavía a medida que se diferencia en la fraternidad. Sólo el fuego diferencia o consume. Sólo el fuego lleva a la lo¬ cura o al éxtasis . Y la locura se derrama en sabiduría, y el éxtasis en poesía y ternura, vertiente de la comprensión más po¬ sible, capaz de abrir el paisaje y dar el sabor y la luz de cada región, de cada hombre y de toda mirada.

Por todo esto, aquí tenemos la revelación misma de Chile, con tanta variedad de cosas y casos, tan uno y único, para ha¬ cernos bajar de los transcendentales, hacia un amor dormido, y alzarnos de la ternura de una corola hasta la libertad de lo clᬠsico verdadero.

Este libro no puede aumentarnos la calcificación de los huesos ni disminuir el precio de los pescados, pero nos da la sal necesaria, la sai de la tierra y la luz guardada en su negrura y resplandor .

Los “defectos” del libro los comentaremos cuando salga la sabia geograf ía . . .

Alfredo Leí ebvre .

ANTOLOGIA POETICA DE CARLOS RODRIGUEZ PINTOS.—

Editora Zig-Zag. Colección Poesías.— Santiago, 1940 .

Este uruguayo de justa fama en su país goza de una expre¬ sión poética que nunca se desborda de sus términos, manteniendo sus poemas a medida que se depura, pues esta Antología nos lleva desde la adolescencia del poetá hasta sus actuales impulsos, en una calidad aristocrática, habiendo logrado la mayor simplicidad de elementos en las Colecciones Distancias y Columbarium.

En inevitable deseo de trascender, el poeta, en estos días en que América se siente aislada en su propia vida, toca el sueño dormido de la tierra. Porque para salir de hay que pisar el vientre de la naturaleza, y así escuchar su latente profecía. Y es el caso a nuestro ver el de este poeta donde la natura¬ leza que le ha reunido toda en el aire, eso que para darle “unidad y trascendencias”.

Pero el poeta, al regresar a su patria desde el desgarra¬ miento europeo, empieza a abandonar las “praderas del cielo arriba”, y canta al HOMBRE. NUEVO de América, un personaje

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LETRAS

que aún no aparece, pero que estamos esperando, a causa de que siempre tenemos la última esperanza vuelta hacia los ojos del hombre, lo que siempre nos aprovecha, porque los sucesivos des¬ engaños del Rey de la Mentira, nos hacen al fin alzar los brazos a una cruz mejor y más abierta. Sin embargo, la verdad poética obliga al artista a trabajar en la misma muerte y desvaneci¬ miento de todas las cosas, y su deber sobre América es el nuevo “humanismo integral” de su destino. La última quizás aven¬ tura de nuestra idolatría...

“Tu América en la hora del venado y la rosa.”

“El hijo de tu hijo se afilará la hombría

“En las piedras calientes de cada nueva aurora.”

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Un preciosismo estilístico nos haría recoger las “influencias” y analogías con los actuales poetas españoles, pero hay momen¬ tos en que nos encontramos con el hombre que alimenta al poeta, y allí se entrega el sabor salado del dolor, y la escasa verdad que puede anidar en el corazón humano . Entonces, no es justo esgrimir limitaciones, ni por traspaso ni por falta de traspaso . La única limitación de la poesía es esta, que aparece expresada aquí simbolizando la mirada de todo poeta en el corazón de todo hombre:

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“Todo es presencia y ángel “Todo es olvido y ángel “Todo es víspera y ángel.”

Chatverfce.

HORA DE ONCE

UD. UN AMBIENTE TRANQUILO

ENCONTRARA

HUERFANOS ESQ. DE AHUMADA

| “No hay sino una tristeza:

i la de no ser santos’’.

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“EL CHILENO”

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