rana bala perIrepcriA Die DeieN A iqdice diia AS E tai A A iy hi A A Y he | IA LOU 1 AIDA ; TON Mn PURO AN ES EN A he PSN y A E 0 ed] 4) NA AS ea PONSA NE INES A ; y DES CO A ea Ap! L E € Ao PIS $ ] lA 4 Es AA A DA 1 54! Ad ANA a A 0 y a 15 pez UE a ve 5 o ls 4 O ES IATA e 4 Ps e y : E ó a pd AE IE v ANNE Ae AA 4 epi IS ha y NI ; 5d EN Í ] Dm ra a ELA VO 0 Ame 0 Ine ON o $ a EN dd INSTITUTO FISICO-GEOGRAFICO NACIONAL BAPLORACIONES ZOOLOGICAS EFECTUADAS EN EL - VALLE DEL RIO NARANJO en el año de 1893 ES POR (Geo. K. Cherrie San José de Costa Rica TIPOGRAFIA NACIONAL mica TN IA IS (08 7 c Se y Anales del | 31rdS INSTITUTO FISICO- OESORAIC NACIONAL de Cosa , vol. YL 1973 (149 pp. b7-73 EXPLORACIONES ZOOLOCICAS es EFECTUADAS EN EL VALLE DEL RIO NARANJO en el año de 1898/ La ES) POR o Ye CA od y y Gieeo. K. Cherrie 909». >» San José de Costa Rica | TIPOGRAFIA NACIONAL 1 | Rablhshed 1219 | AN ) ! l es SA me A 1 mí 0 IAUOIAN ) EN: 2 Y) ¡EEN : y 7 Gr Y A SR A a o MAA , Y moqima) 1 Unaa NA O. lar non Wrwd ¿OIM Uy SEAS KG hs ' uno 1 E 4 ! po | A] Y; de O | O TE A > Anal pres Pra O VAYA Mb Na [2 nh Á 9)! A VO w ) 3 MA pa, Ñ | ) Mio y P ; y =- ch hi f ) A “4 Ñ Nat An pues Y LIMA ) y A Ane) LEWAN NG Cien ( Á X Es Z k q Van ¡e ; ; fi) Y A E y , A HM 1 UN ¿A Y E MN SATA 12 ¡manta L 2) An vol Le ne E / d ) | y r % ' J PAJAROS DEL RIO NARANJO / E ml Un Bu y EA) , y y Dada SOS DEAD O NARAÁNIO y El día 22 de febrero del año de 1893, salí de San José con dirección á San Marcos, donde pensaba alcanzar al profe- sor Pittier y demás miembros de la expedición al Río Naran- jo, quienes habían salido el día anterior. Como tenía dos bestias muy malas y bastante carga, no pude caminar sino muy despacio y llegué al campamento como á la media noche. Como el señor Pittier ha hecho una excelente reseña de lo que hay de interesante en el camine en su “Viaje de Ex- ploración al Valle del Río Grande de Térraba”(1) no me ocu- paré más en eso, diciendo solamente que no noté nada que valga la pena ser mentado en este trayecto, desde el punto de vista ornitológico. En la mañana del 23, me levanté tiritando de frío, y como á las ocho me fuí con el señor Pittier á la po- blación de Santa María. Es este lugar uno de los más boni- tos que yo haya visto en Costa Rica, verdadera joya, rodeada por montañas, que resalta repentinamente á los ojos, en el mo- mento de llegar al alto de la cuesta de “Los Arrepentidos”. El camino de San Marcos á Santa María es deliciosamen- te umbroso y pintoresco en muchas partes de su extensión.— Pero hay que sentir que el bosque haya sido destruído casi por completo en muchas cuestas. De este modo estos lugares se convertirán pronto en estériles desiertos. En el camino á Santa María y de vuelta noté varios ejem- plares del hermoso Caliste de cabeza amarilla (Cadliste ictero cephala, Bp.), y después de nuestra vuelta á San Marcos, ha- biendo salido con mi escopeta por un rato, noté varios especí- menes de la Ardila de Hoffmann (Seiuras hoffmannt, Peters) y los pájaros siguientes : Merula grayi (Bnp.) Merula tristis, Sw. (1.) Anales del Instituto físico-geográfico nacional. Tomo 1IT. 1890. De Troglodytes intermedius, Cab. Dendroica aestiva (Gm.) Sylvania pusilla pileolata (Pall.) Dacnis venusta, Lawr, Pyranga bidentata, Sw, Habia ludoviciana (Linn.) Passerina cyanea (Linn.) Zonotrichia capens costaricensis ? Psilorhinus mexicanus, Rupp. Tyranniscus parvus, Lawr. Myiarchus Lawrencii nigricapillus (Cab.) Tyrannus melancholicus satrapa (Licht.) Falco sparverius (Linn.) Conurus Hoffmanni ?, (Cab.) Por varias razones no fué posible á todos los miembros de la expedición salir inmediatamente de San Marcos, y yo permanecí en este lugar hasta el primero de marzo. Pero co- mo aguardaba mi salida á cada momento, no saqué todos los instrumentos de mi equipaje, y, por consiguiente, la colección que hice en estos días quedó bastante reducida. Con todo, puedo agregar á la lista anterior, las especies que van á conti- nuación y que colecté ú observé todas en las inmediaciones del río Parrita Grande, al sur de la población de San Marcos, principalmente en la hacienda del señor Zúñiga. Turdus sp. Seiurus aurocapillus (Linn.) Mniotilta varia (Linn.) Helminthophila chrysoptera (Linn.) Basileuterus Godmanni, Berls. Vireo philadelphicus (Cassin.) Cyclorhis flavipectus subflavescens, Cab. Atticora cyanoleuca montana, Baird. Calliste icterocephala, Bp. Calliste gyroloides (Lafr.) 62 d'Orb. Tanagra cana, Sw. Pyranga rubra (Linn.) Buarremon brunneinucha (Lafr.) Buarremon gutturalis (Lafr.) Habia ludoviciana (Linn.) Passerina cyanea (Linn.) Icterus galbula (Linn.) —/— Platyrhynchus albigularis, Sel, Lophotriccus squamicristatus minor, Cherrie, Elainea frantzii, Lawr? Serpophaga grisea, Lawr? Rhynchocyclus brevirostris (Cab.) Anabazenops varlegaticeps, Sl. Picolaptes affinis, Lafr. Campophilus guatemalensis (Hartl,) Melanerpes formicivorus (Sw.) Momotus lessoni, Less. Trogon caligatus, Gould. Piaya cayanz mehleri (Bonap.) Aulacoramphus caeruleigularis, Gould. Rostrhamus sociabilis (Vieill.) (?) Phalacrocorax mexicanus, Brandt.(1) Columba subvinacea (Lawr.) Engyptila verrauxi (Bp.) Engyptila ruínucha (Scl. 6z Salv.) Odontophorus veraguensis, Gould (?) Actitus macularia (Linn.) Colymbus dominicus, Linn. Marzo 12—Salí este día de San Marcos, con dirección al río Naranjo, y llegué al punto llamado “Vista del Mar” como á las 12; me detuve en este punto hasta la mañana del día si- guiente. Dormí, ó mejor dicho, traté de dormir la noche del 2, en el paso del río Tocorí y, por la mañana del 3, lle- gué al campamento del Naranjo en el Pozo del Pital. Aque- lla mañana noté en el camino varios ejemplares de pavas, pa- vones y gallinas de monte. (Penelope cristata (Linn.), Crax globicera, Linn y Tinamus robustus, Sel. € Salv.) Los pájaros cogidos en este lugar forman el cuerpo de es- te informe; pero para hacer mi trabajo más completo y dar mejor conocimiento de la avifauna del distrito, agrego aquí una lista de las especies observadas, sin que yo haya podido conseguir especímenes. También consigno la lista de los ma- míferos colectados ú observados. (1.) Me extrañé con ver este pájaro—un solo ejemplar—en este lu, gar, porque pensaba hasta entonces que pertenecía á las regiones cálidas 2 A. Pájaros. Pyranga rubra, Linn. Nyctidromus albicollis (Gm.) Ceryle cabanisi (Tsch.) Phalacrocorax mexicanus, Brandt. Gypagus papa (Linn.) Catharistes atrata (Bartr.) Cathartes aura (Linn.) Ara macao (Linn.) Ortalis cinereiceps, Gray. Crax globicera, Linn, Penelope cristata (Linn.) Tinamus robustus, Sel. éz Salv. Odontophorus sp. B. Mamíferos.( Galictis barbara, Wag Nasua nasica, Linn. Dasyprocta cristata, Desi. Cervus rufinus, Pucher. teles variegatus, Wagn. Sciurus Hoffmanni, Pet. Sciurus canadensis ? Cebus bypoleucus, Geottr. Agrego aquí una página de mi “Diario”, que se refiere al viaje que hice de nuestro campamento del Pozo del Pital á Paquita en busca de víveres] Marzo 13. Con dos ó tres compañeros salí del Pozo del Pital á las 7 a. m. y á las 7.30 estábamos en el Paso real del Naranjo. Un cuarto de hora después, encontramos el río To- corí y pasamos el río Paquita á las 9.30. Sinencontrar nin- gún punto donde detenernos, continuamos en seguida nuestro viaje basta su término, es decir, hasta la casa del señor Juan Ureña, cerca de Paquita. En el camino o varios cambios, bastante notables, en la avifauna. Esta, en los alrededores del Pozo del Pital, es estrictamente aa de las formas que habitan el bosque espeso. Al llegar al paso inferior del. Tocorí, encontramos tierras bajas y llanas y ambas orillas del río cubiertas de monte bajo y tupido, sin árboles altos. Allá (1.) El número de especies de mamíferos observados es algo peque- AO el número de individuos, especialmente de monos, es bastante er ande ví, por primera vez en el viaje, el Cacique de rabadilla colora.- da (Ramphocelus costaricensis, Cherrie.) Atravesando en se- guida la faja de terreno que separa el Tocorí del Paquita, noté un cambio de fauna en que las formas características son dos clases de Pecho Amarillo ó Traga Mosca, esto es, el Traga Mosca de Giraud (Myiozetetes texensis, Gir.) y el Pecho Ama- rillo común (Zyrannus melancholicus satrapa, Licht.) Cami- namos otra vez por el bosque espeso entre los ríos Paquita y Coto, y tuve la dicha de ver muy de cerca dos ejemplares es- pléndidos del raro Quetzal de Baird (Zrogon bazrdi, Lawr.) y y cogí un ejemplar del interesante y cauteloso /Zeteropelma ve- raepacis, Sal. Al llegar por segunda vez á las orillas del Pa- guita, en un punto mucho más bajo, noté en varios árboles caídos, nidos del MMys0ozefetes fexensis (Gir.), construidos en las ramas extendidas por encima del agua, como es costumbre de este pájaro. En este punto se encuentran comunmente la Go- londrina de rabadilla blanca (Zachycineía albilinea, Lawr.), el Bobo común (Momotus lesson, Less.), el cacique de rabadilla colorada (Wamphocelus costaricensis; Cherrie) y las especies Thamnophilus transandeanus, Sel., Pleroglossus frantzit, Cab, Crypturus pileatus, Bodd. y Aegialitis vocifera (Linn.) Doy á continuación la lista completa de los pájaros que colecté en nuestra expedición del río Naranjo, lista que com- prende cincuenta y dos especies. Cuando no haya otro lugar señalado, debe entenderse que los ejemplares apuntados en el presente catálogo, ¡provie- nen de los alrededores del Pozo del Pital. 1. Maicrocerculus luscinia, Salv. Reyezuelo de Veragua. Un ejemplar. Es el segundo que he visto de la especie. El primero lo cogí en Boruca el 15 de diciembre de 1891.+. De las costumbres de este pájaro no sé nada. El ejemplar de que me apoderé en Boruca, estaba en unas rocas, por las cuales brincaba como un ratón; pero cuando pude examinarlo me- jor, fué corriendo encima de unos troncos de árboles caidos. Cuando anda tiene el iismo movimiento del cuerpo que la sarceta (Acíitis maculata, Linn.), que llaman vulgarmente ,2e- mea-cola. El canto no lo he oído, pero las notas de alarma son muy ruidosas y claras. Los dos ejemplares que tengo son idénticos y por eso re- pito la descripción del ave de Boruca, ya publicada en mis A “Exploraciones zoológicas en la parte meridional de Costa Rica.”(1) Hembra adulta. (N* 2593, Geo. K. Cherrie, Boruca, C, R., 15 de diciembre de 1891,) Moreno de Van Dyck, oscuro por encima; la cabeza un poco más oscura; las puntas de las alas negruzcas; la rabadilla de un moreno más vivo con las puntas de las plumas negruzcas también; cobijas supracauda- les de un moreno mucho más oscuro con fajas negras, Alas morenuzco negro; márgenes externas de las cobijas grandes de un moreno un poco más vivo que en la espalda y con las puntas atravesadas por una angosta faja negra; cobijas media- nas semejantes al ala, pero con las puntas morenas como el co- lor de la espalda; cobijas menores ídem. Cola, negromore- nuzco. Región lural y lados de la cabeza, morenuzco-gris, las mejillas de un gris más claro, Por debajo, punto de la bar- ba y garganta de un blanco tirando á gris. Parte central del abdomen morenuzco blanquecino y con pequeñas manchas centrales oscuras. Lados del pecho, como la espalda; lados y flancos más oscuros, esto es, morenos (bzsfre), con fajas y man- chas poco distintas, de color negruzco. Cobijas subcaudales morenas (0zstre), con angostas fajas negras; cara inferior del ala gris pizarreño. Pico oscuro; ojos, dedos y torso negruz- cos. Largo del pájaro en carne 5.00; ala 2.22; cola 1.17; tarso 0.92; arista superior descubierta del pico 0.67. 2. Thryophilus semibadius (Salv.) Reyezuelo de espalda castaña. Tres ejemplares hembras del Pozo del Pital. Pare- ce algo escaso en este lugar. El pájaro estaba anidando; uno de los ejemplares tenía un huevo en el oviducto. 3. Mmotilta varia (Linn.) Cazadora rayada. Un solo ejemplar. Muy pocas son las cazadoras que habitan el espe- sor del bosque. 4. Basileuterus godmamnat, Berls. Cazadora de Berlepsch. Cuatro ejemplares de San Marcos. Hay variaciones considerables en los ejemplares de esta pecie recogidos en diferentes puntos del país. Desgracia- damente no tengo una serie bastante completa para averiguar sl estas pocas son permanentes ó si son debidas más bien á la edad y á la estación que ála posición geográfica del lu- o, Y (1.) Anales del Instituto físico-geográfico y del Museo nacional de Costa Rica. “Tomo 1V.-—1891, ——|]_— gar, Doy á continuación las descripciones de uno de los pá- jaros de San Marcos y de otro de la colección del Museo Na- cional, el cual proviene del Naranjo de Cartago, ambos adul- tos y machos. Macho adulto. (N? 8356. Museo nacional. Geo. K, Cherrie; San Marcos, C. R., 26 de febrero de 1893.) Enci- ma arisoso- -verde-aceitunado ; ; Temeras y timoneras gris-piza- rreño-oscuro, bordadas exteriormente con el mismo color de la espalda, pero con esta diferencia, que los bordes de las pri- meras son de un gris aceitunado mucho más claro; raya cen- tral de la corona rojizo-ocráceo; bases de las plumas de un amarillo claro, puntas verde- amarillo- aceltunado ; rayas late- rales de la corona, negras y extendiéndose desde la región lo- ral hasta la nuca, más anchas posteriormente; frente, verde- amarillo- aceitunado, del mismo color que las puntas de las plumas de la corona. Una faja angosta de color amarillo 'se extiende desde las narices hasta el ojo, incluyendo el par pado superior. El párpado inferior, lo mismo que una mancha si- tuada debajo del ojo, son de color amarillo pálido, como la raya superciliar. Hayuna mancha negra, pequeña, adelante y atrás del ojo. Por debajo el color es '“amarillo-limón, más oscuro, con baño de aceitunado, en el pecho. Lados del pe- cho y flancos, verde-aceitunado. Axilares, amarillo-pálido; cobijas subalares, gris-amarillento. Cola, 2.30; ala 2.40: aris- ta superior del pico descubierta, 0.39; tarso, 0.79. Macho adulío. (N? 978. Museo nacional. J. J. Coo- per; Naranjo de Cartago, C. R. Agosto de 1886.) Encima verde aceitunado ; remeras y timoneras de un matiz un poco más oscuro ó moreno que en el ejemplar anterior; plumas bordadas con el color de la espalda; algunas de las cobijas grandes y medianas tienen las puntas amarillo-aceitunado; las cobijas pequeñas tienen el mismo color que la espalda. Co. rona central amarillo-claro, con mera indicación de una faja subterminal rojizo-ocráceo en las plumas; á continuación de las puntas el color es verde-amarillo-aceitunado. Lados de la cabeza, como en el ejemplar arriba descrito. Por debajo el color es un amarillo un poco más oscuro y los lados del pecho y los flancos son amarillo-aceitunado. Axilares, amarillo-pál:- do y cobijas subálares, amarillo-claro, Casi uniforme, un poco más pálido que el color del centro del abdomen. Cola, 2.20; ala, 2.28 ; arista superior del pico descubierta, 0.37 ; tarso, 0.73. EUA Tengo á la vista otros tres ejemplares de San Marcos que presentan algunas diferencias con los que acabo de describir. Todos ellos no tienen mas que la indicación de una base ama- rilla en las plumas de la corona, El número 8354 (hembra) tiene la corona central mucho más pequeña que los demás, y el color por encima es gris- oscuro bañado en aceitunado. Las cobijas subalares en los tres difieren de las del ejemplar de San Marcos descrito por ser de color amarillo casi uniforme. Otro ejemplar hembra de Sabanilla, tiene partes grisoso- verde-aceitunado arriba y por lo demás se parece al pájaro del Naranjo. Ninguno de los ejemplares que tengo á la vista, me pa- rece poder referirse á la especie £. culicivorus, Licht. de que leí descripciones. Sin embargo, el material á mi disposición es demasiado escaso para poder sacar de él conclusiones de- finitivas. Basleuterus veraguensis, Sharpe. Cazadora de cola amarilla del Pacífico. Un “ejemplar. Hasta que yo comparara este pájaro con unos ejemplares de la vertiente del Atlántico, no había notado la diferencia no- table que hay entre los especímenes de ambas vertientes. Pe- ro hoy día tengo á mi disposición una serie de diez y seis ejem- plares, ocho de la vertiente del Atlántico y ocho de la del Pa- cífico. Con una sola mirada se distinguen los pájaros del lado oriental (8. leucopygits, Sel. St Salv.) de los del occidente (8. VEFALUENSIS, Sharpe) por ser aquéllos más claros por debajo y por tener las cobijas supra é infracaudales, así como la mitad de la base de las timoneras, de un color blanco-crema, en vez de ante-oscuro. La parte superior de la garganta en todos mis ejemplares del lado del Atlántico, es de un blanco unifor- me, mientras en los pájaros del Pacífico está bañada ligera- mente con el color anterior. En otro lugar) hice ya la des- cripción cuidadosa de un ejemplar de B. veraguensis, Sharpe, de Boruca. La especie 5. leucopygiws, Scl. 82 Salv., difiere úni- camente en las paricularidades que ya indiqué. Es una opinión bastante común la de que los pájaros de los trópicos no cantan ; pero desearía que los que así piensan-. pasaran una temporada á orillas del Naranjo. Por las maña- nas, el primer sonido que llega á los oídos, en el momento en (1.) Exploracionss zoológicas en la parte merídional de Costa Rica. Op. cit, A ta Y Y na que sale el sol, es el tañido claro y penetrante del Bastleuterus leucopygtus, Scl. € Salv. El pájaro está generalmente posado en alguna piedra ó en una rama seca, á la, orilla del río y en un punto donde éste corre más turbulentamente, como si juzgara el ruido del agua un acompañamiento conveniente para su glorioso canto. De repente, se corta la melodía y Aparece un nuevo actor en la escena. Mírenlo volando como saeta, aquí y allá, rápidamente, dejando trás de sí rayos de luz amarilla. Sigue otro intervalo y vuelve á dejarse oír la melo día, pero esta vez producida por las dos gargantas que rivali- zan. Los pequeños cuerpos se mueven de un lado á otro y se alzan en seguida como en la puntita de los dedos; la cola, pintada de negro y de amarillo, está extendida y las alas abier- tas. Los dos pájaros se llenan de alegría con sus propias me- lodías. 6, Setophaga aurantiaca, Baird. Cazadora de vientre amarillo. Dos ejemplares. 7. Hylophilus decuríatus (Bonap.) Vireo de alas corías. Un ejemplar. 8. Hylophilus ochraceiceps, Sel. Vireo de frente ocrácea. Siete ejemplares. 9. Calliste icterocephala (Bonap.) Caliste de corona amo- villa. Un ejemplar. San Marcos. 10. Caudiste gyrolordes (Latr.) Caliste de cabeza castaña. Tres ejemplares; dos del Pozo del Pital y uno de San Marcos. 11. Zanto melanopygius, Rigdway. Doce ejemplares ; siete machos, adultos, cuatro hembras adultas y un pichón hembra. Para el mejor conocimiento del pájaro, doy á continua- ción las descripciones del macho, de la hembra y del pichón. MR hata NS 73 Geo Ko * Chente! Bozo del Pital, Río Naranjo, C. R. 7 de marzo de 1893.) Por enci- ma, amarillo de Ludia y por debajo, de un amarillo un poco menos subido. Cabeza enteramente negra. Alas, rabadilla, cola, flancos, muslos y crísso, negros; algunas de las plumas próximas al crísso, bordadas con amarillo. Cobijas meno- res de las alas, cobijas infraalares y garganta blancas; punta de la barba negra. Hembra adulta. (N% 3714; Geo. K. Cherrie; Pozo del Pital, C. R. y de marzo de 1893.) Encima, de un moreno aceltunado, más vivo en la rabadilla; cobijas supracaudales casi de color bermejo; alas y cola algo más oscuras que la es- palda. Cabeza, gris-pizarreño; punta de la barba y gargan- ta, gris-morenuzco; pecho y vientre, moreno-anaranjado ; centro del abdomen, amarillo-claro; cobijas infra-caudales, canela ; cobijas infra-alares, moreno de pelo. Pichón (hembra.) (N* 3719; Geo K. Cherrie; Pozo del Pital, C. R. 10 de marzo de 1893.) ¡Semejante ála hembra, pero sin el color aceitunado de la espalda ; garganta y pecho canelo-pálido, el color más vivo en el pecho ; vientre ocráceo morenuzco, más amarillento ocráceo en el centro. Habitan la selva virgen, oscura, y generalmente se encuen- tran en las ramas muy altas. Son muy bulliciosos. Encon- trándose los pichones ya en compañía con los adultos, es evi- dente que la estación de anidar había comenzado al principio de febrero. 12. Zachyphonus nitidissimus, Salv. Tanagra de hom- bros blancos. Dos ejemplares; un macho adulto y un macho pichón, con el plumaje de la hembra. 13. Buarremon brunneínuchus, Lafr. Un bonito ejem- plar, hembra. San Marcos. 14, Arremon aurantirostris, Lafr. Pico anaranjado del Pacífico. Siete ejemplares. ; Este pájaro es muy cauteloso; pasa la mayor parte del tiempo en el suelo, escarbando en las hojas caídas y sólo fre- cuenta las partes más oscuras del bosque. Una hembra colectada el día y de marzo, tenío un huevo medio formado en el oviducto. 15. Zdabia ludoviciana (Linn.) Pico-grueso de pecho ro- sado. Un hermoso ejemplar, macho, de San Marcos. Colec- tado el 25 de febrero. 16. Guiraca concreta (Du Bus.) Dos ejemplares; un macho adulto y una hembra picho- na, ésta colectada el y de marzo de 1873. El ejemplar no adulto, aunque es hembra, se parece más á un macho por te- ner todo el plumaje negruzco-oscuro. 17. Passerina cyanea (Linn.) Un hermoso macho de San Marcos, colectado el 26 de febrero. Parece que acababa de mudar su plumaje de macho adulto, pues tiene todavía unas plumas morenas en la nuca.— Ví esta especie en manadas en los alrededores de la hacienda del señor Encarnación Zúñiga. 18. Cassicus mtcrorhyncus, Scl. y Salv. Pico de plata: de rabadilla colorada. Un ejemplar. ' 19. Platyrhyncus albigularis, Scl. Um ejemplar, hem- bra, de San Marcos. 20. Platyrhyncus superciliaris, Lawr. Seis ejemplares. 21. Lophotricus squamicristatus minor, Cherrie. Un e- jemplar, macho, de San Marcos. 22. Mionectes oleaginosus (Licht.) Cinco ejemp Encontré esta especie anidando y traje dos nic la JE 3 Q( que 3 llaman la atención por su forma extraña. Son bastante volu- minosos y tienen más bien la figura Ge una bola de musgo verde, colgando de la ex endo de un pequeño bejuco, que de un nido. El interior está suavemente forrado con fibra se- ca de corteza. El nido se halla generalmente como á veinte pies de altura. Este pájaro sólo se encuentra en el bosque espeso. 23. Rhynchocyclus brevirostris (Cab.) Cinco ejempla- 1es, cuatro del Pozo del Pital y uno de San Marcos. 24. Mytobíus sulphureipygius (Scl.) Dos noO ano El 15 de marzo, encontré un nido colgando de la extre- midad de un pequeño bejuco encima del agua, como á diez minutos de la quebrada de Tocorí. El nido tiene la forma de una bolsa y está construído con raíces pequeñas, zacate seco y musgo, todo entretejido, Tiene once pulgadas de largo.— La entrada está á un lado, como hacia el centro y está algo escondida por una parte sobresaliente del nido. Los huevos son blancos con manchas pequeñas de color castaño, especial- mente en la punta superior. 25. Myobius fulvigularis, Salv. ££ Godm. Un ejemplar. 26. Pipra mentalis, Sel. Diez ejemplares. Este pájaro habita el bosque umbroso y se posa en las ramas á unos veinte ó treinta pies encima del suelo. Estaba anidando, pero no logré conseguir un nido. También hallé varios ejemplares machos que empezaban á mudar su pluma- je, parecido al de la hembra, por el del macho adulto. Creo que el macho lleva el traje de la hembra por un año. Observé un día una costumbre bastante curiosa de este pájaro. Hallé unos ocho machos adultos juntos en una raml- ta, como.á veinte pies del suelo. A cada rato uno se separa: ba de los demás y daba una vuelta en el altre, produciendo con sus alas un ruido parecido al que se nota en el “gorrión” ó co Gs librí, En seguida se posaba en la extremidad de alguna ra- mita, cerca de sus compañeros y empezaba una especie de danza con la cual se acercaba gradualmente á su auditorio.— Llevaba el cuerpo muy recto, como si anduviera de puntillas; sus alas eran temblorosas y acompañaba su curioso ejercicio con pequeños gorgeos. Cuando uno había terminado su ta- rea, Otro empezaba. Estuve espectador de esta función tea- tral como por el espacio de media hora; en seguida me puse á colectar. El señor C. C. Rutting ha escrito algo sobre la danza de otro miembro de esta familia, á saber, el Toledo (Chiroxi- phia linearis (Bonap.)(1) 27. Pipra velutina, Berlepsch. Cuatro ejemplares. El pájaro estaba anidando. 28. Lathria unirufa, Scl. Un ejemplar. 29. Automolus pallidigularis, Lacor. Un ejemplar. Desde hace más de cuatro años me he ocupado con bas- tante empeño en dilucidar la cuestión de los Automolus de Costa Rica, pero me falta todavía una serie de ejemplares bastante completa de los diferentes distritos del país, para po- der formular una opinión definitiva. Con todo, puedo decir desde ahora que ninguno de los veinticinco ejemplares que tengo á la vista corresponde con las descripciones de los 4. cervinigularis, Sel. ni A. pallidigularis. Yl ejemplar del Pozo del Pital, lo mismo que otres quince ejemplares de la vertien- te del Pacífico (Boruca, Térraba y Buenos Aires), tiene la ra- ya supercilia muy indistintamente indicada, la cabeza casi del mismo color que la espalda yla garganta mucho más pálida que el 4. cervimigularis, Scl.(2) ; pero esta última parte no llega á ser blanca, y las demás partes de debajo, en vez de ser más claras, son decididamente más oscuras. Los ejemplares de la vertiente del Atlántico tienen uni- formemente las partes de debajo del pecho y hacia atrás más oscuras que las partes correspondientes en los ejemplares del lado del Pacífico; el color de la garganta es más subido y la . (1.) Proceedings U. S. National Museum; Vol. VI, 1884; p. 364. (2,) La comparación se ha hecho con dos ejemplares de 4. cervini- gularis. Sel, de Guatemala, los cuales deben ser típicos. raya superciliar más bien desarrollada, casi como en el 4, ce7- venigularis, Sel. En otro ensayo trataré de exponer estas diferencias más detalladamente. A E Philydor virgatus, Lawr. Dos ejemplares, macho y embra. Comparando estos ejemplares con uno de San Carlos, que llevé conmigo hace dos años á New Vork y pude comparar con el 2. virgatus del mismo señor Lawrence, encuentro que son un poquito más claros por encima y por debajo y que tie- ne las cobijas subalares de un bermejo menos subido. El P%y- lidor virgatus, Lawr., es un pájaro sumamente raro. 31. Anabazenops variezaticeps, Sel. Un ejemplar. San Marcos. 32. Xenops genibarbis, All. Cuatro ejemplares. 33. Glyphorhynchns cuneatus (Licht.) Tres ejemplares. 34. Deconychura typical), Cherrie. Cola de Uñas de Costa Rica. Dos ejemplares. Pude encontrar el nido de este pájaro con dos huevos.— Estaba en el hueco de un tronco podrido, á unos treinta pies del suelo. La cavidad comenzaba en la cima del tronco y te- nía una profundidad de tres pies más ó menos. El pájaro ha- bía llenado el fondo con hojas secas que formaban una capa como de ocho pulgadas. Cuando colecté los huevos, dí pri- mero un golpe en la base del palo y la hembra salió precipi- tadamente del nido. Esperé como media hora hasta que. vol- viera, y al cabo de este tiempo llegó, trayendo una hoja seca en el pico. Se paró en un punto muy bajo del árbol y empe- zó á subir, describiendo una espiral; cuando se acercó al hue- co la tiré. El fondo del hueco, lleno de basura, servía de ni- do á una especie de hormiga venenosa que no me hizo muy agradable la subida al palo. Quebré uno de los huevos apeán- dome del árbol. Elque me queda es blanco-brillante, como los huevos de los Carpinteros, y mide 0.67 por 0.86 pulgadas. 35. Dendrornis punctigula., Ridgw. Un ejemplar. 36. Picolaptes affinis, Latr. Un ejemplar; San Marcos. 37- Thamnophilus bridgest, Scl. Siete ejemplares. (1.) Proceedings. U.S. National Museum; Vol. XIV. 1891; p. 339" Thamnophilus bridgesi, Sel. P.Z.S. 1856, p. 141; Cat. Bds. Brit. Mus. XV. p. 194; Salv. P.Z.S. 1867, P. 144, 1870, p. 194; Lawr. Ann. Lyc. N. Y. IX. p. 107; Zeledón An. Mus. Nac. Costa Rica, 1887; p. 144; Salv. 6 Godm. Biologia, p. 199. Thamnophilus punctatus, Cab. Z.f. Orn. 1861, Pp. 241. Salv. Ibis, 1870, p. 110; P. Z. S. 1870, p. 194; Zeledón, An. Mus. Nac. Costa Rica, 1887, p. 114: Scl. Cat. Bds. Brit. Mus. XV. p. 191; Salv. éz Godm. Biologia, p. 198. Acabo de publicar en el Auk (1893) unas notas sobre es- te pájaro, que doy á continuación : Tengo á la vista una serie de sesenta y ocho ejemplares; treinta y ocho machos y treinta hembras. Según las descrip- ciones originales, pueden colocarse los machos en 7. puncia- tus, Cab. y las hembras en 7. bridgesi, Sel.! Pero como en cuatro años, durante los cuales colecté en varios lugares, nun- ca logré conseguir un 7. briZgesi, Sel. macho ni un 7. puncta- tus, Cab. hembra, y como he encontrado las dos formas siem- pre asociadas y hasta anidando en mi última excursión al Pa- cífico, concluyo que ha habido algún error y que 7. punciatus, Cab. no es más que un sinónimo de 7: bridgesi, Scl., siendo este nombre el primero empleado para nombrar el pájaro. En Costa Rica el 7. bridgesí, Scl. no parece habitar sino la vertiente del Pacífico y es común á partir de la costa hasta una altura de 2100 pies aproximadamente. Sólo se encuentra en el espesor de los bosques y, aunque vive generalmente so- __ _litario, no se puede decir que sea caprichoso ni silencioso.— El lugar que escoge de preferencia para posarse es alguna ra- ma seca, á la orilla del bosque espeso, á unos diez ó veinte pies de altura del suelo. Alláse queda por largo rato sin otro movimiento que el vibratorio de la cola con que acom- paña su canto especial, más bien un cacareo. Cuando está así ocupado, la posición del cuerpo es muy característica; el cuerpo conserva un eje casi horizontal, tiene la cola perpendi- cular al cuerpo y la cabeza echada hacia atrás. Se alimenta principalmente de insectos y los captura algunas veces al vue- lo. Si lo molestan, vuela por debajo de las ramas sin ruido y desaparece en el espesor del bosque. Hasta ahora no he visto el nido, aunque sí he observado el pájaro llevando materiales para anidar. Puedo describir los huevos por un solo ejemplar roto que saqué del cuerpo de una =19= hembra, colectada el día 8 de marzo de 1893 en el Pozo de Pital del río Naranjo: Este huevo es blanco, salpicado sobre toda su superficie con pequeñas manchas de color moreno- chocolate. Se notan variaciones considerables en el plumaje de los diferentes individuos, especialmente en las hembras. El color de debajo varía en general entre un claro-gris-pizarreño oscu- ro y un morero de pelo oscuro. Algunos ejemplares tienen el vientre con rayas blancas, otros no las presentan. Encima el color varía desde el pizarreño negruzco, con un ligero baño de aceitunado, hasta el moreno (02stre) claro. 38. Thamnistes anabatinus, Scl. 82 Salv. Tres ejemplares. 39. Myrmotherula menetries?, d'Orb. Once ejemplares. 40, Formicivora boncardi, Scl. Un ejemplar. 41. RKhamphocenus rufiventris, Bp. Dos ejemplares. 42. Myrmeciza occidentalis, Cherriel) Catorce ejem-. plares. Colecté varios de estos pájaros que, por los órganos de reproducción, indicaban que estaban anidando. 43. Formicarius sp 2, Cinco ejemplares. 44. Grallaria lizanoz, Cherrie(2) Cinco ejemplares. 45. Phaetornis longirostris (Less.) Un ejemplar. 46. Phaetornis adolph?, Gould. Un ejemplar. 47. Heliodoxa jacula, Gould. Un ejemplar. 48. Florisuga mellivora (Linn.) Un ejemplar. 49. Malacopíila panamensis (Lafr.) Dos ejemplares. 50. Micrastur guerilla, Cassin. Un ejemplar. 51. Columba subvinacea, Lawr. Un ejemplar. 52. Engyptila rufinucha (Scl. 8 Salv.) Un ejemplar. Común. (1.) Myrmeciza immaculata occidentalis, The Auk, April. 1891; Vol. VIII, p. 191; M. occidentalis, Proceedings U. S, Nat. Mus. Vol. XIV, 1891, pp. 345-46; MZ. occidentalis, An. del Inst. Fís. Geogr. de C. R.. Tomo III, 1890, p. 135. (2.) Proceedings U. S. National Museum, Vol. XIV, 1891, p. 342. SMITHSONIAN INSTITUTION LIBRARIES IN 3 9088 00093 0800 a e diapelarS Si A (ES ASAS ; 5 Prat e Ataca h CAI , rd e. 41. IFA A ROS Ep A hiba O VO AA A 4 AS IES e pego a y ir Li OS os Pta ia A ASA