LA BIBLIA VERIFICADA

LIBRARY OF CONGRESS.

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LA

BIBLIA VERIFICADA

Rev. andrew \\\ archibald

POR EL ,\

CON UNA

NOTA PRELIMINAR

Por el Prof. RANSOM B. WELCH, D. D., LL.D.,

del Seminario Teológico de Auburn

Traducido del Inglés al Español

POR EL

Rev. J. M. LÓPEZ-GÜILLÉN,

m 22 1895

filadelfia.

COMITÉ PRESBITERIANO DE PUBLICACIÓN Y DE LA OBRA DE LA ESCUELA DOMINICAL.

1334 Calle Chestnut.

COPYRIGHT, 1894, BY

THE TRUSTEES OF THE

PRESBYTERIAN BOARD OF PUBLICATION AND SABBATH-SCHOOL WORK.

All RigfUs Reserved.

A SUS HIJOS,

WAEEEN, KENNETH Y CECIL,

ES DEDICADO ESTE VOLUMEN AFECTUOSAMENTE

POR EL AUTOR.

PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN.

El autor desea expresar su placer causado por la manera con que ha sido recibida su obra aventurada y sin ambición, obra literaria y religiosa una acogida cordial hasta tal punto, que seis semanas después de la publicación de la edición primera, es necesaria una segunda. Para esta añade acerca de la Biblia y los Monumentos, dos capítulos, cuyo fin es popularizar la enseñanza arqueológica, que ha costado labor no poca, pero cuyo material ha sido para el de un interés hasta romántico, y que tiene la convicción dará complemento á este volumen.

A. W. A.

4

ÍNDICE

PÁGINA

NOTA PRELIMINAR, por el Prof. R. B. Welch . 11

CAPITULO I.

El Canon ; ó ¿ Qué es lo que Constituye la Biblia ?. 13

CAPITULO II. La Biblia en Manuscrito 25

CAPITULO III. La Biblia en Inglés 38

CAPITULO IV.

Versiones de la Biblia en Espaoñl, por el Rev.

J. M. López-Guillen . 51

CAPITULO V. La Inspiración de la Biblia 66

CAPITULO VI. La Biblia y lo Milagroso 79

CAPITULO VIL Objeciones Formidables hechas á la Biblia ... 93

CAPITULO VIII. Confirmaciones Incidentales de la Biblia .... 104

5

6 ÍNDICE.

CAPITULO IX.

PÁGINA

La Biblia y la Ciencia, ó la Semana de la Crea- ción 120

CAPITULO X. La Biblia y las Momias de los Faraones .... 133

CAPITULO XI. Influencia Exaltadora de la Biblia 147

CAPITULO XII. La Biblia y la Ciudad de Oro, Babilonia .... 161

CAPITULO XIII. La Biblia y la Ciudad Comercial de Tiro .... 173

CAPITULO XIV.

Señales Bíblicas que Precedieron la Destrucción

de Jerusalem 187

CAPITULO XV. La Biblia y la Destrucción de Jerusalem . . . 198

CAPITULO XVI. La Biblia y los Judíos Peculiares 209

CAPITULO XVII. La Biblia y los Monumentos— Egipto y Asiría . . 222

CAPITULO XVIII.

La Biblia y los Monumentos— Babilonia y Pales- tina 241

APÉNDICE 253

PEÓLOGO

Las páginas que á continuación siguen fueron pre- paradas en un principio sin el menor pensamiento de que habían de ser publicadas. Son sermones predi- cados en el curso ordinario de un curato activo. No eran ni siquiera uno serie determinada de discursos. En estos días de criticismo bíblico se han levantado cuestiones acerca de la autoridad de las Santas Escri- turas de vez en cuando. Para responder á estas pes- quisas, que se han ingerido en la mente popular, un sermón ha sido predicado siguiendo una vez una línea ó pensamiento y otra vez otro. Tan dudoso se hal- laba el autor acerca de botar al agua su volumen en el mar del pensamiento público que decidió publicar lo que había escrito solamente bajo condición de que encontrase favorable juicio y estímulo por parte de dos de sus antes maestros altamente estimados el Prof. K. B. Welch, D. D., LL.D., antes del Colegio de Unión (últimamente del Seminario de Auburn), y

el Prof. G. E. Day, D. D., de la Escuela Teológica de

7

8 PRÓLOGO.

Yale y perteneciente al Comité Americano que pre- paró la Versión Revisada de las Santas Escrituras.

El autor espera que ambos el clero y el estado seglar encontrarán el libro de estímulo y ayuda, y que no descubrirán equivocaciones al establecer un hecho ó expresar una opinión. En donde cabe mas de una conclusión el autor únicamente ha establecido la suya, sin pesar los argumentos en pro y en contra lo cual no acreditaría un pulpito.

Francamente confiesa que se siente inclinado mas bien hacia el lado conservador de las cuestiones levan- tadas por la Mas Alta Crítica. En el cumplimiento de las profecías no puede hablar desventajosamente como lo hace un eminente letrado Cristiano, en esto de poner demasiado énfasis en " las correspondencias minutas de nota entre las pronosticaciones de antiguo tiempo y los acontecimientos del tiempo moderno." Está pronto á ser tan antiquado como los escritores del Nuevo Tes- tamento, los cuales vieron en las minutise de la historia secundaria, si no primaria, el cumplimiento de predic- ciones previas. Pueden mencionarse algunos casos : La predicción en Zacarías: "He aquí que tu Rey viene á tí: . . . humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna ; " hecho corres- pondiente al cual Juan llama la atención : " Y halló Jesús un asnillo y se sentó sobre él." Predicción de

PRÓLOGO. 9

Isaías : " No abrió su boca," hecho su Mateo : "Yno le respondió ni siquiera á una sola palabra." Predic- ción en los Salmos : " En mi sed diéronne á beber vina- gre ; " cumplimiento en Mateo : " Uno de ellos corrió y tomó una esponja, y empapándola en vinagre, la puso en una caña, y le dio á beber." Predicción en los Salmos : " Dividieron para mis vestiduras y sobre mi ropa hecharon suertes ; " hecho en Juan : " Los sol- dados pues, cuando hubieron crucificado á Jesús, to- maron sus ropas, é hicieron cuatro partes, una para cada soldado ; y también el manto ; mas la túnica era sin costura, toda tejida desde arriba. Y dijeron el uno al otro : ' No la partamos, sino echemos suertes sobre ella de quien será.' " Predicción en el Éxodo tocante al cordero pascual : " Ni quebraréis tampoco ninguno de sus huesos ; " hecho en Juan tocante el Cordero de Dios : " Cuando vinieron á Jesús, no rompieron sus piernas." Predicción en Zacarías : " Mirarán á aquel á quien traspasaron ; " hecho en Juan : " Mas uno de los soldados traspasó su costado con una lanza." Estas ilustraciones y pueden ser multiplicadas son sufi- cientes para justificar no solamente el haber trazado grandes líneas de profecía, sino también el verificar en detalle las predicciones.

No se arguye originalidad. El autor es deudor á los diferentes autores clásicos que sirven de norma en los

10 PRÓLOGO.

diversos ramos. El Prof. Welch se ha servido escri- bir una Nota Preliminar, por lo cual queda el autor agradecido. El autor desea expresar también cuantas veces ha sido reafirmado en puntos dudosos por medio de cartas (aludidas con permiso) del Prof. Day, quien al leer el manuscrito fué " interesado mas y mas " al adelantar, y que ha dado testimonio al " tratamiento nuevo y popular observado al discutir tan interesantes asuntos," y que reconoció en los discursos " maestría de pensamiento y fuerza de ilustración junto con equi- librio de juicio."

El autor desearía únicamente añadir que el volumen contiene los sermones escritos después de haber some- tido su manuscrito á sus críticos letrados, y no queri- endo molestarlos por mas tiempo, se aventura á insertar sin su superintendencia crítica los discursos sobre "Objeciones formidables hechas á la Biblia " y " Se- ñales bíblicas que precedieron á la destrucción de Jerusalem." A. W. A.

NOTA PRELIMINAR.

Poe el Profesor RANSOM B. WELCH.

Me causa sumo placer el decir que cuando yo era profesor en el Colegio conocí al autor de estos sermones siendo él estudiante. Era diligente, exacto é in- spiraba confianza ; siempre esperó hasta encontrar antes de dar cuenta ; y entonces daba cuenta sin os- tentación pero con verdad y simpatía, de cuanto habia hallado.

Esto dio la seguridad de que si jamás llegase á aven- turarse como autor sería un escritor honesto, tratando de dar información real, y esforzándose de convencer á otros por que él mismo tendría completa convicción, guiando con paciencia, y ayudando con amor á otros por cuanto él mismo con amor y paciencia habia llegado á encontrar después de buscar.

El es mas un espíritu judicial que de partido ; leal á la verdad, pero liberal hacia la duda honesta, y sin- cera indagación mas tolerante cuanto mas honesto.

El asunto general del libro es importante. Los tópicos oportunos. El tratamiento vigoroso y verda- dero. El estilo claro, compacto y de acuerdo con el plan y propósito de los sermones. El libro en ningún caso es insípido pero siempre instructivo y avivador.

11

12 NOTA PRELIMINAR.

Mayormente sigue el método histórico, que si no exclu- sivo, es el mas á mano y efectivo para un curso de ser- mones como este. El autor no pretende ser original mas se sirve con sabiduría de los hechos, ambos re- cientes y remotos, en casi todo campo de investiga- ción. Estos hechos, no tan sólo informan sino que sirven para el doble propósito de argumentación é ilustración, estimulando la atención mientras con- vencen la razón.

El libro no puede dejar de reflejar crédito sobre el autor y luz sobre el lector.

De todo corazón lo recomendamos á aquellos que desean comprender mejor algunas de las cuestiones vitales de estos tiempos de agitación que desean escu- driñar las Santas Escrituras, especialmente para buscar y hallar la verdad como se halla en Jesús.

Kansom B. Welch.

Seminario Teo. de Auburn.

LA BIBLIA VERIFICADA.

CAPITULO I.

EL CANON; O ¿QUE ES LOQUE CONSTITUYE LA

BIBLIA f

"Escudrináis las Escrituras porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna ; y ellas son las que dan testimonio de Mí."— Juan 5 : 39.

En estos días, en que buscamos el fundamento de todas las cosas, parece ser natural en extremo la pre- gunta, ¿ Qué es la Biblia en realidad ? ¿ Qué libros con- stituyen las Escrituras ? " Ellas son," dice nuestro texto, indicando un número determinado.

1. La referencia, naturalmente, es únicamente al An- tiguo Testamento, y su contenido ha sido fijado durante muchos siglos con bastante certidumbre. Bien que los libros desde el Génesis hasta Malaquías hayan sido escritos á diferentes épocas de un período comprendi- endo mas de mil años, parecen haber sido unidos en compilación sagrada unos cuatrocientos años antes de la era Cristiana. Fueron ordenados bajo las tres grandes divisiones que Cristo una vez denominó la Ley, los Profetas, y los Salmos. Esto significaba algo específico, pues encontramos la misma triple división usada por el hijo de Sirach á lo menos 130 años A. c,

13

14 T,A BIBLIA VERIFICADA.

y por Pliilon, que nació pocos años antes de Cristo, y por Josefo, que nació el año 37 de Cristo. Era como si en nuestros dias tres personas diferentes hicieran alusión á los tres volúmenes de la obra de Motley titulada la República de Flandes. Ambos Philon y Josefo citan cada una de las tres grandes divisiones y de la mayor parte de los libros que las componen, dán- donos la misma evidencia de la autenticidad del An- tiguo Testamento como la que poseemos de la Repú- blica de Flandes ú Holandesa si varios autores la citaran no sólo de cada volumen sino aun de cada capítulo. Josefo mismo llega á darnos el número completo " solo veinte y dos " dice. Pero esto viene á contra- decir el número acepto en nuestros dias ; ¿ no es así ? Pues contamos treinta y nueve. La variación se esplica fácilmente. Al principio no había la división arbitraria de Primero y Segundo de las Crónicas, Primero y Segundo de Reyes, Primero y Segundo de Samuel. Estos libros dobles eran considerados ser uno solo, lo que realmente son. Lo mismo sucedía con el libro de las Lamentaciones de Jeremías que iba unido á su profecía, Rut unido á Jueces (del cual es continuación), Esdras y Nehemías que eran conside- rados como uno solo por tratar del mismo período, y los doce Profetas Menores que naturalmente formaban uno solo. Con una clasificación de este género podemos esplicar la espresión " solo veinte y dos libros " en el Antiguo Testamento, y Josefo tuvo gran cuidado de que fueran veintidós, para concordar con el número de letras en el alfabeto Hebreo. De consiguiente, cuando el texto habla de las Escrituras diciendo " ellas son,"

EL CANON. 15

se refiere exactamente á los mismos libros, según estos testigos antiguos, que los que están ahora en posesión nuestra.

Ademas, durante los siglos de nuestra era Cristiana, los libros que ahora poseemos son mencionados repe- tidas veces, dándonos una cadena no interrumpida en su testimonio. Debiérase también recordar que las Escrituras del Antiguo Testamento durante diez y nueve siglos, han sido guardadas en depósito sagrado por dos partidos opuestos en cuanto á sus creencias, los Judíos y los Cristianos. Es pues, usando la figura ajena, como si estuvieran guardando " el mismo tesoro " sin que ninguna de sus joyas pudiera haber sido robada por el uno sin que el otro lo notara. Es evidencia la mas convincente, cuando dos partidos opuestos con- cuerdan en que ambos han sido honestos en no poner ni quitar de los oráculos santos, pues la Biblia Hebrea del Judío es el Antiguo Testamento del Cristiano.

¿ Pero qué se dirá acerca de los libros Apócrifos ? Los Católico Romauos en el Concilio de Trento en 1546 los adoptaron formalmente como parte de la Biblia. Mas dice expresamente Josefo que estos libros no tenían " la misma autoridad " que las demás Escrituras, y Philon no hace referencia alguna á ellas como autoridad cual lo hace con el Antiguo Testa- mento, ni son tampoco endorsados por referencias del Nuevo Testamento como lo es el Canon Judío, con ex- cepción que hace la Epístola de Judas refrendando uno de los sentimientos del libro apócrifo de Enoc, cual Pablo adoptó el sentimiento de uno de los poetas Griegos en m sermón á los Atenienses. ¿ Cómo pues,

16 LA BIBLIA VERIFICADA.

llegaron los libros Apócrifos á ser asociados con el Antiguo Testamento ? La razón es que los Judíos de Alejandría trasladaron las Escrituras al Griego que era el idioma que á la sazón se hablaba en Egipto. A esta versión Griega ó de los Setenta (porque fueron Setenta los traductores, comenzada en el año 280 a. c.) fueron añadidos de vez en cuando, otros libros Judíos, escritos después de la edad profética, para uso eclesiástico ó bien porque eran menos estrictos en Egipto que en Palestina. Ahora bien, desde que el Griego vino á ser usado más que ningún otro idioma esta traducción Griega, con los apócrifos añadidos al Antiguo Testamento, vino á ser la Biblia conocida por la mayoría y gradualmente llegó á borrarse la distin- ción entre el Antiguo Testamento y los Apócrifos. De este modo ha habido individuos que de un siglo en otro siglo han aceptado los Apócrifos como inspirados hasta que el Concilio de Trento comprometió la Iglesia Papal á esa actitud. Mismo los Protestantes tuvieron estos libros en cierta reverencia y los encuadernaron con las Santas Escrituras, donde no debieran estar, por cuanto no son reconocidos como Escritura de autoridad ni por Josefo, ni por Philon, ni por los escritores del Nuevo Testamento. Cuando Cristo dijo " Ellas son," se re- fería al Antiguo Testamento solo existente en la triple división de La Ley, los Profetas y los Salmos.

2. Mientras estamos seguros en cuanto al contenido del Antiguo Testamento, no podemos estar tan seguros en lo que toca al Nuevo, pues el gran Maestro no especificó nunca cuales fueran los libros del Nuevo Testamento, puesto que no fueron escritos hasta des-

EL CANON. 17

pues de su muerte y ascensión. En lo que al Antiguo se refiere, no hizo mas que endorsar lo que el consensus religioso había de antemano decidido. Los límites del Antiguo Testamento estaban fijos ya dos ó tres siglos antes que Cristo naciera, y esto no por medio de in- terposición milagrosa, sino por medio de un consenti- miento general entre los mas esclarecidos y piadosos en lo que era de inspiración divina. Este es el modo también por medio del cual el propio contenido del Antiguo Testamento ha sido determinado. Fué una cuestión de acumulación por medio de la crítica de- vota. Unos pensaron que tal libro era inspirado y otros que tal otro ; unos que este debiera ser desechado, otros que aquel ; y así fueron pesados los argumentos hasta que hubo armonía general entre la gran mayoría de los Cristianos, siendo muy raras las escepciones. Así es pues como obtuvimos nosotros el Nuevo Testa- mento. No fué mandado del cielo en su actual forma ni fué tampoco compilado por los apóstoles. No hubo mano divina que escogiera sus libros con la palabra " Ellas son." Las epístolas inspiradas junto con los Evangelios no llegaron hasta nosotros cual formularios mágicos, sino cual escritos pertenecientes histórica- mente á la edad apostólica. No hay nada misterioso ni fabuloso en su origen ; llegan hasta nosotros cual la historia.

Echando una mirada retrospectiva á los primeros siglos de la era Cristiana, podemos ver como fué for- mado el Nuevo Testamento no súbitamente ó mila grosamente, sino gradual y naturalmente. Lo vemos reproducido repetidas veces por escritores del siglo 2

18 LA BIBLIA VERIFICADA.

segundo y del tercero. Clemente de Koma, por ejem- plo, hacia el fin mismo del primer siglo (95 a. d.), al usar expresiones que se encuentran en la epístola á los Hebreos, y al escribir á los Corintios dice ; " Tomad por ejemplo la epístola de Pablo el apóstol bendito ; ¿ que fué lo qué primero os escribió . . . ? " Clemente cita ó alude á diez y seis de los libros del Nuevo Tes- tamento. Ignacio, que sufrió el martirio hacia el año 107 a. d., al dirigirse á los Efesios habla de una " carta " á ellos escrita por " San Pablo, el santificado y martirizado," y contiene repetidas alusiones á varios de los libros del Nuevo Testamento. Policarpo, que fué quemado en la hoguera en 155 ó 167 a. d., y que (dice, Ireneo, un discípulo suyo), había hablado muy á menudo " con el apóstol Juan y que con todos los demás habia visto al Señor," Policarpo recomienda á los Filipenses que " inquieran diligentemente " en lo que les había escrito por el " bendito y glorioso Pablo ; " y demuestra tener conocimiento de tres de los Evangelios y de no menos de trece Epístolas. Los tres, Clemente, Ignacio y Policarpo, refieren á todos los libros del Nuevo Testamento escepto á la Segunda y Tercera de Juan y á la de Judas.

Justino Mártir, que ascribió hacia 150 A. d., habla de una "revelación que había sido hecha" á Juan, y alude ya directa ya indirectamente á casi todos los libros del Nuevo Testamento. Ireneo, que floreció del 130 al 200 A. r>., usa esta expresión : "Pedro dice en su Epístola ; " y también, " Pablo, al escribir á los Ro- manos ; " y cita ó alude á todos los libros del Nuevo Testamento escepto á Filemón y á la Tercera de Juan

EL CANON. 19

y hay solamente cincuenta y cuatro capitulos á los cuales no se refiera en alguna de sus citas. Tertuliano (nacido hacia 150 A. d.) cita de todos los libros del Nuevo Testamento con escepción de cuatro y aun quizás de dos ; Clemente de Alejandría (150 á 220 A. d.) parece aludir á todos menos dos, Orígena (na- cido hacia 186 a. d.) tiene citas que abrazan según Tregüeles, dos terceras partes de todo el Nuevo Testa- mento y aun se pretende que un lord Inglés ha en contrado en todos los escritos de los tres primeros siglos todo el Nuevo Testamento con escepción de once versículos. Hasta tal punto han sido entretegidos los escritos apostólicos con nuestra era en su literatura primitiva, que no pueden ser dudados. Forman parte de la historia.

Pero mientras pueden de este modo ser trazados hasta su origen, hubo mas ó menos confusión al prin- cipio en cuanto á su autoridad divina. La línea no fué trazada en un principio con claridad separándolos de otros escritos y haciéndolos preeminentemente sa- grados. Ireneo, por ejemplo, citaba como " Escritura " el " Pastor " de Hermas, quien probablemente lo escri- bió un poco antes de lo mitad del siglo segundo. Cle- mente de Alejandría también lo consideraba divino ó inspirado, como lo hizo en la epístola de Clemente el Romano (95 A. d.) y también con la de Barnabás, cuya fecha no es mas tarde que el 125 A. d. Estos escritos están cercanos á la era apostólica, y no con poca frecuencia eran leidos en las iglesias como Escri- tura. Han venido hasta nosotros y son muy inte- resantes pero, en nuestra opinión, no son inspirados.

20 LA BIBLIA VERIFICADA.

Su inspiración fué también negada por muchos desde el principio : un catálogo antiguo (el Fragmento Mura- torio, 150 á 170 A. d.) mientras que incluye todo el Nuevo Testamento escepto la Primera y Segunda de Pedro, Santiago y Hebreos, desecha el " Pastor," " por haber sido," dice, " compuesto recientemente, en nues- tros tiempos por Hermas, siendo su hermano Pío obispo de la sede de Roma." En el trascurso del tiempo fué universal mente desechado como no ca- nónico, así como también lo fueron las Epístolas de Clemente y Barnabás. El mismo destino le esperaba á la obra titulada " el Apocalipsis de Pedro," que en un tiempo fué recibido en algunas partes.

En otras palabras, estos eran escritos que muchos consideraban como Escritura, pero que eventual mente fueron excluidos de la lista de los libros sagrados. Y no hemos dado la lista de todos ellos. No hubo sufragio formal tomado acerca de ellos, pero llegaron á ser considerados por la mayoría de la Iglesia como inferiores en autoridad. La criba era constante. Aquí se hallaba una carta que pretendíase era de Pablo, allí otra de Pedro, ¿Que verdad había? Esto era discutido, no en concilio eclesiástico, sino por la Iglesia en general. Unos tomaban la afirmativa, otros la negativa, y así cada libro era considerado en cuanto á su mérito ; de esta manera fué el Canon constituido. Varios siglos llegaron á trascurrir antes de obtener re- sultado tan unánime como el que hoy se considera correcto. Esto no era mas que lo que debía espe- rarse. Allá en el Oriente había una carta apostólica de la cual la Iglesia en el Occidente no tenía ni aun

EL CANON. 21

noticia durante cincuenta y aun cien años, y conse- cuentemente los resultados eran tardíos. Era cuestión de si algunos de los libros del Nuevo Testamento ac- tual habían de ser admitidos ó no y esto no entre los infieles, sino entre los Cristianos mismos.

Los testigos eran francos y honestos. Orígena testi- fica que Pedro escribió una Epístola, " y aun quizás dos, por cuanto esto es discutido." Dice también, " Juan escribió el Apocalipsis y una Epístola de cortas líneas ; y aun puede ser una segunda y una ter- cera, pues que todos no las admiten como genuinas." Al citar de Santiago y Judas añade que en canonicidad era puesto en duda. Eusebio (nacido hacia 270 A. d.) da en su historia de la Iglesia una lista de los libros del Nuevo Testamento. Clasifica la gran mayoría de ellos como entre " los reconocidos umversalmente." Como reconocidos " por la mayoría " enumera Judas, Santiago, Segunda de Pedro, Segunda y Tercera de Juan. Apocalipsis, dice, " unos lo desechan mientras otros lo cuentan entre los libros reconocidos," aunque en su opinión serían recibidos " por todos " á su debido tiempo. El estudio honesto en cuanto á la evidencia continuó, hasta que Anastasio (365 A. d.) al enumerar el contenido del Canon dio los que hoy poseemos y solamente estos. Eusebio y Anastasio vivían tan cerca del tiempo de los Apóstoles como nosotros de la llegada de los Peregrinos á estas playas, es decir unos dos siglos y medio. Jerónimo que murió en 420 A. d. adoptó la misma lista que ahora tenemos. Los concilios por aquel tiempo " sancionaban y ratificaban," como otro ha dicho, " cuanto había ya tenido lugar espontánea-

22 LA BIBLIA VERIFICADA.

mente " y por medio de " crecimiento normal." Así han sido fijados los límites del Nuevo Testamento por medio del sentimiento general Cristiano guiado por los datos históricos. Ningún concilio decidió el asunto, ni tampoco voz angélica, sino que se llegó al resultado por medio de la paciente comparación de opiniones. No hay unanimidad perfecta de parte del mundo Cristiano. De vez en cuando un erudito devoto llega á dudar de la autoridad canónica de la Segunda y Tercera de Juan ó de la Segunda de Pedro ; pero mismo si estas fueren desechadas no sufriría el sistema de la Cristiandad, como tampoco sufriría la Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos porque un autor dejara por escribir dos ó tres capítulos de una obra que llevara su nombre. No obstante, la mayoría de sentimiento accepta todos los libros del Nuevo Tes- tamento actual, como Cristo dijo del Antiguo en sus libros, " ellas son," confidente de que ellas constituyen la palabra verdadera de Dios.

Nuestra Biblia llega hasta nosotros no por magia ó encantamiento, sino por medio de canales históricos, y si algún otro escrito apostólico llegara á hacer su apa- rición podría ser incluido en el Canon, no por virtud de aprobación milagrosa desde los cielos, sino por pruebas históricas ; y es muy probable que se hayan extraviado Epístolas inspiradas. Pablo, por ejemplo, en su primera á los Corintios, cap. 5, vers. 9, dice : " Os he escrito en mi Epístola," aludiendo á una carta previamente escrita á los Corintios, pero esta no existe hoy. Y en Col. 4:16, dice, "Cuando esta epístola haya sido leida entre vosotros haced que se lea tam-

EL CANON. 23

bien en la iglesia de los Laodicenses ; y leed vosotros también la Epístola de Laodicea ; " pero no tenemos Epístola á los Laodicenses, á menos que la Epístola á los Efesios fuese, como algunos piensan, una Epístola circular designada también para los Laodicenses. Ahora pues, si estas dos Epístolas á las cuales se refiere el Apóstol llegaren á ser halladas, pasarían por el mismo escrutinio que nuestro Nuevo Testamento tuvo que sufrir en cada uno de sus libros, y si la opinión universal en su mayoría llegase al fin á ser favorable á su autenticidad, podían ser colocadas entre las demás cartas de Pablo. Por esto es que nuestra Biblia no tiene una base fabulosa, sino histórica, y por esto tiene mas fuerza á la faz del mundo.

No adoramos en ignorancia ; no es nuestra fe una superstición ciega ; creemos por causa de la plena evidencia. Pedimos examen en lo que toca al origen de nuestros libros sagrados. No fueron producidos como dice Pablo " en un rincón." Han sido accesi- bles á todos desde un principio, de modo que el que quiso pudo leer. Estamos pues agradecidos á una Providencia bondadosa que los ha puesto por obra en la urdiembre y en la trama misma de la Historia de tal manera que su credibilidad no puede ser atacada sin poner en duda el hecho importante del desarrollo mismo de la humanidad. Nuestra esta basada en la palabra clara de Dios, y así reposamos sobre la roca, contra la cual la corriente de la incredulidad se ha estrellado en vano durante los pasados siglos. Las olas de asalto escéptico se han roto sobre ella para disiparse en insípida espuma. La grande y reverada

24 LA BIBLIA VERIFICADA.

Biblia parece levantarse en triunfo después de cada embate, exactamente cual la roca aparece emergiendo de las rompientes cuando la marca del océano ha per- dido su fuerza.1

CAPITULO II.

LA BIBLIA EN MANUSCRITO.

" Trae, cuando vinieres, el capote que dejé en Troas, en casa de Carpo; y los libros, mayormente los pergaminos." 2 Tim. 4: 13.

Este fué el mensaje enviado por Pablo desde su prisión en Roma á Timoteo, que el apóstol ansiaba viniese á verle, y que no olvidase traer los libros, espe- cialmente los pergaminos dejados en Troas en casa de un amigo. No sabemos qué obras de importancia eran estas. Pueden haber comprendido parte de sus inspi- radas Epístolas, y muy probablemente partes del An- tiguo Testamento pues era hombre que leía su Biblia. Las Escrituras sagradas eran para él muy preciosas. Quizás habia sido enviado con premura á la prisión Romana sin permitírsele llevar sus libros, entre los cuales podemos estar seguros debian de hallarse las Santas Escrituras.

No podía mandar á comprar una copia de la Biblia por poca cosa, como lo hacemos hoy día. Cuando una obra es rara cuesta. Por ejemplo, uno de los libros primeramente impresos fué la Biblia Latina en 1546, y una copia de esta edición no hace mucho tiempo se vendió en Nueva York por la suma de 8000 duros, y un conde de Inglaterra pagó por un ejemplar 16,000 duros. Lo raro de una obra es lo que constituye su

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26 LA BIBLIA VERIFICADA.

valor, y en la edad apostólica, antes de los días de la imprenta, los libros eran raros, lo que no son hoy dia cuando por medio de estereotipos pueden ser produci- dos con facilidad y rapidez económicamente. No se conocía entonces la prensa con la cual reproducimos numerosas ediciones. Si se quería una copia, era menester escribirla laboriosamente á mano.

Había quien hacía su ocupación distintiva el copiar á mano. Pablo tenía su amanuense, pues en Rom. 16 : 22 leemos : " Yo Tercio, que escribí la Epístola, os saludo en el Señor." El apóstol únicamente añade una posdata en su letra familiar como sabemos por la 1 Cor. 16 : 21 : " Salud. De mi mano, Pablo."

Se escribía sobre dos clases de material. De las cañas que crecían á orillas del Nilo, se hacia un artí- culo llamado papiro algo parecido á nuestro papel. Ademas las pieles de los antílopes pequeños y de otros animales se adobaban en una especie de vitela fina, mas duradera y por consecuencia mas cara que el papiro. Cuando Pablo mandó á por " los libros, espe- cialmente los pergaminos," era literalmente los rollos de papiro y de vitela, y estos últimos mas particu- larmente porque valían mas. Ademas no quería permitir que llegasen á extraviarse. Quizás temía que fueran echados de un lado y destruidos. Y si contenían alguna de sus Epístolas temía naturalmente por ella. Quizás había oido la historia de Aristóteles cuyas obras preciosísimas permanecieron largo tiempo en un sótano, donde por fortuna, después de dos siglos llegaron á ser descubiertas. El temor del apóstol fué justificado, como lo podemos constatar nosotros en

LA BIBLIA EN MANUSCRITO. 27

estos tiempos modernos. ¡ Cuan sin número de obras casi se han perdido, que han llegado á ser providen- cialmente— ó como decimos nosotros accidentalmente recobrados ! La grande obra de Quintiliano fué sacada á luz de un lóbrego y sucio calabozo. Han ocurrido muchos descubrimientos peregrinos de esta clase. Una copia de Propertius el poeta latino fué hallada manchada toda y arrugada bajo los toneles de una bodega. Trescientas líneas de la Odisea de Ho- mero fueron tomadas de manos de una momia. El original de la Magna Carta, la gran Carta de Ingla- terra accordada en 1215 á los barones ingleses por el rey Juan sin Tierra, y que forma la base del derecho constitucional de Inglaterra, fué salvada en el momento crítico en que un sastre iba á cortarla en patrones. En 1626 un alemán al hacer excavaciones para edificar una casa se halló un paquete bien atado, y examinado se haíló ser " Conversaciones á la Mesa " de Lutero el Reformador, la única copia que existe, y de gran valor á causa de la descripción viva que da de la vida y tiempos del gran Reformador.

Estos descubrimientos han sido singulares, pero teso- ros literarios han sido descubiertos de una manera aún mas singular, cuando habían estado perdidos por largo tiempo. La vitela, ó pergamino mencionado en el texto, era tan cara, que con frecuencia era limpi- ada y usada otra vez á manera de pizarra.

La tinta vegetal era lavada hasta hacerla desapa- recer cuanto era posible, pero con el tiempo los carac- teres antiguos han reaparecido visibles aunque indis- tintos. De vez en cuando la vitela ha sido lavada de

28 LA BIBLIA VERIFICADA.

nuevo, y por tercera vez se ha escrito sobre ella. En ambos casos se necesita gran abilidad para poder des- cifrar los caracteres primeros. Sin embargo ha sido hecho, y obras perdidas de Cicerón y otros clásicos han sido halladas y restauradas al mundo literario. La Providencia ha guardado la Biblia de esta manera.

En la Biblioteca Nacional de Paris yacía un docu- mento antiguo conteniendo los sermones y otras com- posiciones de Ephraem de Siria, un Padre de la Iglesia del siglo cuarto. La preservación de sus escritos era afortunada, pero debajo de estos llegaron á descubrirse trazas de otro texto. Esto sucedía á mediados del siglo diez y siete. Varias tentativas para descifrar los caracteres obscurecidos fracasaron hasta hace cin- cuenta años ; cuando por medio de aplicaciones quí- micas llegaron a ser descubiertos y publicados. Re- sultó ser un manuscrito de una gran porción del Nuevo Testamento, escrito en el siglo décimo segundo un copista había separado las hojas, borrado el texto antiguo y escrito en su lugar las obras de Ephraem, cuando el todo fué encuadernado juntamente de nuevo. En el volumen nuevo las hojas estaban desarregladas muchas al revés en lo que se refería al escrito antiguo ; esto causó gran trabajo al letrado que trató de desci- frarlo, quien sin embargo llegó á tener éxito y nos dio uno de los mejores manuscritos de autoridad en las obras de crítica de la Biblia. ¿ Quién hubiera podido imaginar que un escrito del siglo quinto llegase así á revelar sus secretos al siglo diez y nueve ? Bien pode- mos decir, ¡ Cuan grande es lo que Dios ha hecho ! Sin duda guardaba El los pergaminos con la misma

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solicitud que Pablo. Cuando llegamos á darnos cuenta de que muchos pergaminos valiosos se han perdido podemos apreciar la anxiedad y el cuidado del apóstol por aquellos libros y pergaminos de Troas.

Ninguno de los originales de la Biblia ha sido pre- servado. ¿ Desecharemos pues este libro ? Con tanta razón deberíamos desechar las obras de Homero, que existió de ocho á novecientos años antes de Cristo, pero de cuyos escritos ne tenemos copia completa mas antigua que del siglo décimo quinto, ni fragmentos mas antiguos que los que datan del siglo sesto quince siglos después de la muerte del poeta.

De la historia de Eródoto no hay manuscrito exis- tente que date antes del siglo nono, aunque este histo- riador vivió en el siglo quinto antes de la era Cristiana. No hay copia de Platón (y sin embargo escribió mucho mas de mil años antes que aquel) que date antes del siglo nono. Menos de trescientos años separan los manuscritos mas antiguos de la Biblia y la edad apos- tólica. ¿ Qué importa pues que no tengamos los origi- nales del volumen inspirado? ¿Necesitamos á caso leer cada autor de su puño y letra? ¿Tenemos á Hume y Gibbon, Bancroft y Motley en manuscrito en nues- tras bibliotecas? No, pero no dudamos poseer sus obras. Es asunto de historia que han vivido y escri- bieron los libros que llevan sus nombres respectivos. Aún también estamos seguros de la autenticidad de los libros sagrados. No poseemos los manuscritos origi- nales, pero durante el siglo segundo y el tercero todos han sido citados, y por consiguiente deben de haber existido. Y en lo que toca á manuscritos, los pose-

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emos mas antiguos de las Escrituras que de cualquiera de los escritos no inspirados.

El método para determinar su edad puede ser indi- cado aquí brevemente. La Biblia ha sido dividida de diversas maneras y no siempre en capítulos y versículos como los tenemos ahora. Hacia el año 340 d. c. fue- ron innovadas divisiones de cierto orden (sistema per- feccionado por Eusebio), y hacia el 460 d. c, divisiones de otro orden (stichométrico) vinieron á ser preva- lentes. Ahora bien, si un manuscrito contiene las divisiones de Eusebio su fecha debe de ser después del 340 d. c, y si del stichométrico después del 460 d. c. ; si una Biblia antigua llegase á vuestras manos sin fecha alguna, la cuestión sería saber cuando fué im- presa. Alguien hace la sugestión de que salió de la prensa hacia el 1500 d. c, pero decimos no, y llama- mos su atención á la división actual en versículos. Bien ¿y qué? Nada, sino que este hecho prueba que la Biblia esa fué impresa después del 1551, cuando el arreglo por versículos tuvo lugar. Por métodos como este se llega á saber con precisión grande la edad de los manuscritos, y así ha sido puesto en evidencia que aunque no poseemos los manuscritos originales de la Biblia, poseemos pergaminos de muy remota antigüedad. ¡ Cuan agradecidos debemos estar á Dios que las ha guardado tan maravillosamente á través de las edades, dándonos así mayor testimonio para la autenticidad de las Escrituras que la que tenemos para la de los antiguos clásicos ! Nuestra fe debiera ser fortalecida por medio de evidencia tan conclusiva, y nuestras pre- dilecciones debieran de ser puestas tan tenazmente en

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los pergaminos como los de Pablo. Tres de estos manuscritos merecen especial mención á causa de su grande edad :

1. El Manuscrito Alejandrino asignado al siglo quinto. Los traductores que nos dieron la versión de las Escrituras llamada del Rey Jaime no pudieron aprovecharse de el, pues que concluyeron su obra en 1611, mientras que este manuscrito no fué regalado á Carlos Primero de Inglaterra hasta el 1628 por el patriarca de Constantinopla, quien lo halló en la ciu- dad de Alejandría en Egipto ; de aquí el nombre de Alejandrino. Ahora se halla en el Museo Británico, tan frágil que se guarda bajo cristal y el uso de él se limita á los letrados, que tienen acceso á él para re- solver cuestiones de texto. La vitela se halla algo deteriorada, con agujeros, y algunas de las letras bor- radas sobre todo hacia el margen. Faltan hojas ente- ras. Mas de veinticinco capítulos de San Mateo se han perdido, y hay omisiones. Sin embargo, contiene la mayor parte del Antiguo y del Nuevo Testamento, ademas de otros escritos, incluyendo la única epístola original de Clemente á los Corintios el Clemente que murió hacia el año 100, y que se cree ser el que Pablo menciona en Filipenses (4 : 3) como colaborador suyo.

2. De mayor valor aún es el Manuscrito Vaticano, en la Biblioteca Papal de Roma. La primera traza que de él tenemos es en el año 1475, cuando aparece en el catálogo que fué el primero hecho de la Biblio- teca. Cuando Napoleón estaba en el apogeo de su poder fué transferido á Paris, pero en 1815 vino la derrota de Waterloo, y el manuscrito fué devuelto á

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Boma, en donde desde entonces ha sido guardado celo- samente con especialidad de toda inspección por parte de los protestantes. El gran crítico inglés, Tregelles, fué con una recomendación de un cardenal en 1845 para examinarlo, pero fué vigilado inquisitorialmente por dos prelados, los cuales registraron sus bolsillos y le quitaron el papel, la pluma y la tinta, y si le veían dar mayor atención a un versículo que á los demás le arrebataban el volumen de las manos. No llegó á tomar mas que unos pocos apuntes escribiéndolos en los puños de su camisa ó sobre las uñas. En 1866, Tischendorf, el eminente literato alemán, tuvo mas éxito llegando a dar al mundo una copia completa de él. Mientras le falta parte del Génesis, treinta Salmos, Tito, Timoteo y el Apocalipsis con otras partes, con- tiene sin embargo el cuerpo de ambos el Antiguo y el Nuevo Testamentos. Pertenece al siglo cuarto, y así es que pertenece a una época de cien años mas remota que el Alejandrino. Quizás sea una de las cincuenta copias de las Escrituras en Griego que el emperador Constantino mando preparar hacia el 331 d. c., y que cuando concluidas fueron llevadas " en uno de los car- ros imperiales" para ser inspeccionadas. Sea una de ellas ó no, data sin embargo según los mejores críticos del 300 ó 350 d. c.

3. Al mismo siglo cuarto, pertenece otro manuscrito y la narración de su descubrimiento llega á leerse como si fuera un romance ; fué hallado no en Troas sino en el Sinaí. El héroe es Tischendorf, su primer nombre (Lobegott) significa en Alemán " Alabanza á Dios " nombre dado en acción de gracias, se nos dice, por

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que " un temor singular de la madre que su niño había de nacer ciego no se realizó." Muy lejos de nacer cie- go ningún hombre llegó á tener vista más penetrante, y pasó su vida descifrando manuscritos antiguos que otros ojos no podían leer. El creía que muchos de estos yacían " escondidos en el polvo y las tinieblas."

Salió en viaje de investigación y en mayo 1844, se hallaba en los alrededores del Sinaí, endonde la ley fué dada por mano de Moisés, y endonde por este tiempo se veía un grupo de edificios antiguos denomi- nados el convento de Santa Catalina. Durante varios siglos había sido albergue de una hermandad de frailes. Una biblioteca muy rica había sido acumulada en el remoto pasado, pero el espíritu de saber había decaído largo tiempo hacía. El convento á la sazón era habi- tado por veinte ó treinta hermitaños ignorantes, prac- ticando los ritos de su monasticismo y albergando via- jeros cuando la ocasión se presentaba. Era una gua- rida ó retiro singular, encerrado por una muralla de piedra de cuarenta pies de altura. La entrada ó por- tezuela se hallaba á una altura de treinta pies del suelo, y á esta portezuela tenia que ser elevado el visitante "por medio de una maroma." Por esta maroma mandó Tischendorf en primer lugar sus credenciales, y siendo estas satisfactorias, él mismo fué halado.

Tuvo acceso á la biblioteca y examinando los volú- menes en los anaqueles reparó en un canasto que estaba en el suelo lleno de material desechado que iba á servir para encender el fuego habiendo ya usado dos canas- tos llenos del mismo material para el mismo propósito. Alzando algunas de las hojas mohosas, descubrió algu- 3

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nas pajinas del Antiguo Testamento Griego, evidente- mente muy antiguo. Se le permitió llevarse cuarenta y tres de estas hojas, pero el resto del volumen había asumido otro valor ahora que el letrado extrangero parecía tan ansioso de obtener su posesión. Partió pues recomendando á los monjes tuvieran gran cuida- do de lo restante, y volvió á su hogar, depositando al llegar las cuarenta y tres hojas en la Biblioteca de la Universidad de Leipzig.

Pasaron algunos años pero no se olvidó del tesoro dejado en el Sinaí. Trató dos veces por medio de un amigo y en persona posesionarse del pergamino ó al menos de una copia del manuscrito pero no lo llegó á lograr. Con credenciales del Czar de las Rusias, cabeza de la Iglesia Griega, se encaminó de nuevo al convento Sinaí tico en el 1859, pero el codiciado tesoro había desaparecido, é iba á partir con sus esperanzas frustradas cuando una tarde salieron á posear juntos él y el carnerero del convento, volviendo á puestas del sol. Habían conversado acerca de libros, y el carnerero invitándolo á cenar con él en su celda, trajo de un rincón un volumen abultado envuelto en un paño colo- rado. El erudito Alemán reconoció el libro imraediata- mente ; allí estaban algunas de las mismas hojas que quince años antes él había salvado de la papelera.

Este Manuscrito Sinaítico contenia la mayor parte del Antiguo Testamento todo el Nuevo y además la Epístola de Barnabás y el Pastor de Hermas, los autores de ambas lascuales florecían antes del 140 d. c. Tischendorf disimulando su emoción lo mejor que pudo preguntó con indiferencia si podía llevarse el volumen

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á su cuarto y verlo mas despacio. Una vez en su cuarto con él, " bailó de gozo/' Toda la noche, á la luz débil de una vela, se ocupó en copiar activamente. Pudo conservarlo lo suficiente para obtener copia com- pleta de él, y por último el manuscrito original fué llevado á San Petersburgo " bajo forma de préstamo," y el préstamo tiene trazas de ser perpetuo, no sin amargas protestas de los dueños. Copias fac-similes han sido hechas y dadas á varias de las grandes biblio- tecas.

Tales son los manuscritos los mas antiguos que han hecho su aparición en estos tiempos modernos para asistir á establecer la palabra de Dios. Su preserva- ción ha sido maravillosa, providencial y casi milagrosa. Los dos últimos son tan antiguos que muy bien han podido ser leidos por Eusebio cuando los antepasados de los Americanos eran bárbaros que no podían aún ni leer ni escribir. Ellos han basado las Escrituras sobre un pie mas firme que el que existe para Homero, Eródoto, Platón, Aristóteles, Cicerón ó cualquiera otro autor antiguo.

Sin embargo mayor evidencia para favorecer la autenticidad de la Biblia puede aparecer uno de estos dias. Es esta una edad de descubrimientos, y obras valiosas pueden ser aún desenterradas ; siglo y tercio ha en las excavaciones hechas en las ruinas de Pom- peií de 1750-60 salieron á luz libros enterrados allí en 79 A. d. admirando al mundo ; y el Manuscrito Sinaí- tico, pergamino del siglo cuarto fué descubierto menos de treinta años ha. Quizás algunas de las Epístolas de Pablo escritas por Tercio, con una postdata de su

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mano, aparecerán todavía. El apóstol envió á por "los libros y especialmente á por los pergaminos," pero quizás no los recibió nunca de Troas ; pueden estar enterrados ahora en algún rincón de la ciudad, en donde los dejó en poder de su amigo Carpo. ¿ Qué de particular que Schliemann, en sus, excavaciones de Troya ó Troas, llegara á encontrar no reliquias de Ho- mero, sino los libros y pergaminos de Pablo ? El por- venir sólo podrá exponer lo que Troas y otras ciudades posean en materia de manuscritos bíblicos. Mien- tras tanto estemos agradecidos por lo que la Provi- dencia bondadosa nos ha traído de la antigüedad. Tenemos el Nuevo Testamento en mas de mil manu- scritos que prueban fuera de duda el ser auténticos. Debemos venerar lo que así nos ha sido divinamente guardado para benficio nuestro á través de las edades. ' Quizás no sentimos hacia las Escrituras aquel amor intenso que sentía el apóstol. ¡ Cuan grande era su anhelo en tener junto á sus libros y sus pergaminos! Entre ellos quizás había algún volumen sagrado que le fué dado por una madre querida mientras él era muchacho en Tarso, ó regalo de aquella hermana suya casada en Jerusalem y cuyo hijo salvó su vida de manos de la turba Judía. Puede haberlos llevado todos á través de su carrera fecunda en aconteci- mientos: "en peligros en el mar, en peligros de ladrones, en hambre y sed, en frío y desnudez." Por- doquier fueron su consuelo, fortaleciéndole contra cual- quiera emergencia, y ahora que se hallaba en un cala- bozo romano, con las largas noches del pesado invierno que se acercaba y con la muerte segura que le amena-

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zaba por parte del monstruo Nerón en la primavera^ parece haber deseado poseer otra vez la Biblia, dejada con sus demás libros y pergaminos en Troas. El volu- men sería doblemente interesante por los recuerdos que traería á su memoria si lo recibió cuando niño, como Farrar lo describe con belleza, " cuando lejos de soñar en todo lo que había de acontecerle, jugaba cual dichoso muchacho en el querido hogar de Tarso." ¿Tenemos alguno de nosotros tal tesoro, un regalo de nuestra infancia, con un nombre querido escrito bajo el nuestro en la primera hoja ? Si lo tenemos, busquémoslo, lim- piemos el polvo que lo cubre, y al recordar el pasado de oro, mientras corren por nuestras mejillas las lágri- mas traídas por preciosos recuerdos, abrámoslo y lea- mos de nuevo en espíritu de oración sus amonesta- ciones y sus palabras de estímulo. Esto es cierto : que cuando lleguemos á vernos cara á cara con la muerte cual Pablo, pediremos nos traigan el antiguo volumen que entonces será precioso, no solamente porque fué don de una madre ó hermana que hayan subido al cielo, sino porque será un mensage de vida del mismo Salvador glorificado.

" ¡ Cuan precioso es el Libro Divino Dado por inspiración ! ¡ Su doctrina es lumbrera en el camino, Alma, de tu salvación ! "

CAPITULO III.

LA BIBLIA EN INGLÉS.

" Cada uno les oía hablar su propia lengua." Hech. 2 : 6.

El Antiguo Testamento, como todos saben, fué escrito en lengua hebrea y el Nuevo Testamento en lengua griega. Pero el plan divino ha sido el com- municar la verdad á cada nacionalidad en su propio idioma. En el día de Pentecostés, había represen- tantes de " toda nación debajo del cielo," y sin embar- go los oían anunciar el evangelio, según dice el texto, "cada uno en su propia lengua." Lo que entonces aconteció por poder milagroso ha estado ocurriendo desde entonces por medio de un proceder mas lento de movimientos providenciales. La palabra de vida es distribuida á cada pueblo en su propio idioma.

La Biblia ha sido traducida mas generalmente que ningún otro libro, habiendo sido traducida, en parte ó por completo, en doscientos setenta y nueve lenguas y dialectos por la Sociedad Británica, y en mas de ochenta por la Sociedad Americana. Hacia el 280 a. c. cuando las Santas Escrituras (entonces limitándose al Antiguo Testamento) existían solamente en Hebreo, y cuando á consecuencia de la extensión de la civiliza- ción Griega por medio de Alejandro, el Griego fué umversalmente usado, la necesidad se dejó sentir de 38

LA BIBLIA EN INGLÉS. 39

tener una traducción de la Biblia en esta lengua, y el resultado fué la famosa Septuaginta (que quiere decir de los Setenta) porque tal número de eruditos se su- pone trabajaron al complemento de esta obra, aunque improbable.

Cuando la supremacía pasó de los Griegos á los Ro- manos, las Escrituras fueron necesarias en Latin, y de consiguiente el mismo siglo segundo de la Era Cris- tiana poseyó una versión en esta lengua, que Jerónimo en el siglo cuarto, constituyó por base de la que hoy se llama Vulgata del vulgo), porque sirvió para el pueblo que no comprendía los originales Hebreo ó Griego. Esta traducción sufrió una oposición vio- lenta al principio (como todas las demás traducciones) so pretexto de que era rebajar la palabra de Dios y también de su tendencia á turbar la del pueblo. Pero en el trascurso de los años llegó á ganarse el favor del pueblo.

Entonces existían versiones en Siriaco, Etíope y también en otras lenguas, y estas siendo muy antiguas sirven para probar la autenticidad de la Biblia. Prue- ban también que los escritos sagrados han entrado en la literatura del mundo, y nuestra religión recibe así un fundamento histórico.

La Biblia en Inglés es la que vamos á considerar ahora especialmente. Nuestros antepasados de raza Sajona no fueron muy favorecidos en cuanto á reli- gión. Tenían que depender del clero para el conoci- miento de la Biblia, pues existían solamente traduc- ciones en fragmentos y paráfrasis. Su lenguage no se parecía al Inglés moderno. Cuando oraban, en lugar

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de decir " Thy kingdom come " (Venga tu reino) de- cían, " To cymeth ric thin." Su versión del pasage " and his food was locusts and wild honey " (y su comida era langostas y miel silvestre) era : " and hys mete waes gaerstapan and wudu-hunig."

1. No fué hasta el tiempo de Wyclef que la Biblia fué traducida en Inglés. Su versión de " Thy king- dom come " era " Thi kyngdom cumme to." Tuvo que sufrir gran oposición por parte de los eclesiásticos por tener la presunción de dar el Libro Santo á los laicos. Lo compararon al arrojar perlas delante de los puercos, pero perseveró hasta que con algún ayuda, completó su obra en 1380, habiendo hecho su traducción no del original Hebreo y Griego sino de la Vulgata Latina. Las copias del volumen estuvieron en gran demanda aunque era antes de la invención de la imprenta, ven- diéndose cada copia en doscientos pesos fuertes de nuestra moneda. Por el mas pequeño fragmento de Evangelio ó de Epístola daban una carga de heno.

Wyclef fué cordial mente detestado en aquella era clerical, pero murió de muerte natural en 1384. No fué hasta el 1415 que las autoridades papales echaron de ver cuan buena oportunidad habían dejado escapar de hacerle mártir. En ese año obraron en ese sentido lo mejor que podían obrar : desenterraron sus huesos y arrojaron sus cenizas en el rio Swift para que fueran arrastradas al Océano. Pero como ha sido dicho, aquellas cenizas desparramadas eran emblemáticas de la ancha difusión de las Escrituras que tradujo Wyclef.

2. Mas de cien años después Tyndale se propuso

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que todo gañan tras el arado pudiera leer la palabra sagrada. Tuvo que atravesar la Mancha para hacerlo porque para usar sus mismas palabras " no habia lugar en toda la Inglaterra para hacerlo." Mismo así le si- guieron la pieta de cerca por medio de un perseguidor. Tuvo que huir de ciudad en ciudad, viajar de incóg- nito y trabajar en secreto. Por el 1526 tuvo la satisfac- ción de ver el Nuevo Testamento completo é impreso, pues el arte de imprimir había ya sido inventado. El Inglés era entonces casi lo que es hoy dia y reconocemos fácilmente la frase : " Geve vs this daye oure dayly breade." La diferencia consiste mayormente en la or- tografía y tocante á eso la Versión Autorizada ha sido cambiada desde el 1611, cuando encontramos " sin " es- crito s-i-nn-e, y " truth" t-r-u-e-th. La ortografía es- ceptuada, Tyndale nos ha dado en gran parte nuestro vocabulario Bíblico bien que sus palabras hayan sido cambiadas un tanto, y así decimos " dogs," donde el dice "whelpes." El significado es el mismo y el estilo decide cual es la palabra de preferencia. Pues cuando la Biblia es revisada no cambia en sustancia, sino en apariencia externa. La fraseología de Tyndale sin embargo no ha sido muy alterada. Era un lingüista erudito y al traducir como lo hizo del original Hebreo y Griego su obra sobrepujó en valor la de Wyclef.

Copias fueron mandadas á Inglaterra, en donde pusieron toda clase de obstáculos á su venta. Espías estuvieron alerta y ediciones enteras fueron compradas y arrojadas al fuego por las autoridades. Pero no pudieron prevenir una extensa circulación, y el único remedio pareció ser el cortar el manantial mismo de

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abastecimiento. Tyndale mismo tuvo que ser quitado de en medio, y de consiguiente fué apresado habiendo sido vendido por un Inglés que pretendía ser su amigo y que emprestó dinero de él aquel mismo dia. Fué echado en un calabozo, de donde escribió una carta al oficial á cargo, rogándole se sirviera darle algún alivio. Rogaba, según sus mismas palabras, le dieran " un gorro mas caliente, por cuanto sufro de resfriado en el cerebro ; " " una levita también mas caliente, pues la que poseo es muy delgada ; " y " una vela por la noche pues es muy cansado el sentarse solo en la obscuridad." Así sufrió el noble Tyndale por dar aun al gañan tras el arado en Inglaterra la palabra de Dios. Por último fué estrangulado y su cuerpo fué subsecuentemente entregado á las llamas.

3. Después de Wyclef y Tyndale, en el rol de honor y de fama bíblica sigue Coverdale, que tradujo (en su mayor parte del Alemán de Lutero y de la Vulgata Latina) todas las Escrituras en solo un año (1535). De este modo otra versión fué puesta en circulación con fraseología diferente pues por ejemplo hablando de la paloma del arca de Noé la hacía llevar el ramito de oliva no " en su boca " sino " en su pico " (" in hir nebb " en antiguo inglés). La opinión pública habia empezado á cambiar, y Coverdale fué tan lejos que ofreció su Biblia al rey, el corrompido Enrique VIII. quién fué comparado en la adulación excesiva de aque- llos dias á Moisés, Ezequías y otros hombres piadosos del Antiguo Testamento.

4. Juan Rogers (bajo el nombre supuesto de Matthew) el mártir de fama, que había trabajado con Tyndale en

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el Continente traduciendo la Biblia, preparó otra ver- sión, que fué dos tercios de la de Tyndale y un tercio de la de Coverdale. Esta se llamó la Biblia de Mat- thew y salió á luz en 1537. Las autoridades se habían conciliado tanto que esta recibió la "muy graciosa licencia" del rey. Pero Enrique VIII. era tan varia- ble en lo concerniente á versiones como en lo concer- niente á esposas.

5. De consiguiente, en 1538 otra versión fué empe- zada bajo la superintendencia de Coverdale en Paris donde las condiciones para publicar eran mas favo- rables que en Londres. No bien había empezado el trabajo cuando el poder papal intervino y tuvo que ser concluida en Inglaterra. Así en 1539 la Gran Biblia (preparada mayormente de la de Matthew) salió á luz. Algunas veces es llamada de Cranmer por el prefacio que llevaba en algunas ediciones, pero mas general- mente conocida bajo el nombre de la Gran Biblia, por cuanto era tan voluminosa. Esta fué la favorita real aunque Enrique antes de morir parece haber sido de opinión que la Biblia no debía de haber sido traducida de ningún modo. So quejó de que venía siendo de- masiado vulgarizada ; ó para usar su propia expresión, le disgustaba el que fuera " disputada, rimada, cantada y asonada en toda taberna y cervecería." Llegó á ser tan popular como los Himnos Evangélicos del dia de hoy. Antes de tomar ninguna medida decisiva en con- tra murió Enrique (1547), y bajo su sucesor, Eduar- do VI. fueron multiplicadas las Biblias durante su reinado de seis años y medio. Todas las versiones fueron vendidas aunque la de Tyndale pareció tomar

44 LA BIBLIA VERIFICADA.

la delantera. "Así creció grandemente la palabra del Señor y prevaleció."

6. Entonces ocurrió un cambio. En 1553 " Maria la Sanguinaria " ascendió al trono : durante su reinado de cinco años hubo casi cuatrocientos mártires en Ingla- terra. Coverdale escapó á duras penas ; Rogers (alias Matthew) fué quemado en la hoguera, endonde dice su contemporáneo (Foxe) " hizo ondear su mano como si hubiera sido agua fria." Gran número halló seguridad en el destierro, y muchos de los desterrados fueron á Ginebra, y aqui vio la luz otra versión nueva, quizás la mas importante de todas si se esceptua la de Tyndale. Varios eruditos se ocuparon en ella, completándola en 1560. Esta Biblia de Ginebra es llamada algu- nas veces la Biblia de los Calzones porque el tra- ductor tradujo la palabra hebrea " cazonoz " for " cal- zones " en lugar de " delantales." Esta traducción originó sin embargo con otra versión fragmentaria de Caxton.

La versión de Ginebra fué dedicada á la reina Elisa- beth, que acababa de suceder al trono de Inglaterra, y á quien recordaban en el prólogo que su deber era extirpar el papismo, cual Josias "quemó" tal es el lenguage dedicatorio " los huesos de los sacerdotes idólatras sobre sus mismos altares, y mató á los falsos profetas." Aquellos eran tiempos en que valía la pena poseer el dominio, pues el principio de tolerancia era desconocido.

La versión de Ginebra fué la primera en introducir el sistema actual de versículos, idea tomada del texto Griego de Stephens, que hizo las divisiones diminutas

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durante una cabalgata de Paris á Lyons en 1551. Esta versión ocupó un puesto eminente y realmente poseía un mérito superior. Pareció tomar el puesto de la Biblia Grande que había sido considerada hasta entonces como la mejor, especialmente en los círculos de la alta sociedad. La Biblia Grande era la que se usaba en las iglesias, mas era tan grande, tan volumi- nosa y pesada, que no llegó á ser usada en el hogar. La de Ginebra, con sus notas explanatorias tan breves (esenciales especialmente en aquellos dias), pareció jus- tamente adaptada al uso de la familia. Su circulación aumentó en consecuencia mas y mas. Los prelados llegaron á alarmarse, disgustándoles la obvia oposición de sus notas hacia el episcopado.

7. Reconociendo que no podían hacer que la Biblia Grande llegase á ser popular por ser tan voluminosa, dieron los pasos necesarios para preparar otra versión, que fué una revisión de la Grande, y que se publicó en 1568. Esta se llamó la " Biblia Teriaca," á causa de la traducción ( Jer. 8 : 22). ¿ " No hay teriaca en Galaad?" en donde tenemos bálsamo; pero también ocurre "teriaca" en la de Coverdale (1535). El nombre mas conocido es el de " Biblia de los Obispos," porque fué la obra de varios obispos entre los cuales varias partes de la Escritura Sagrada fueron distri- buidas para su revisión. Nos dio la palabra iglesia que antes habia sido traducida por " congregación." Esta fué la versión que alcanzó la sanción eclesiástica; pero la Reina Elisabeth no se mostró parcial á ninguna versión, pues todas las versiones fueron permitidas cir- cular. Fué bastante el que se mostrara antagonista á

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los papistas sin molestar ninguno de los partidos Pro- testan t<

8. La persecución de Elizabeth en contra de los Católicos Romanos resultó en que estos abandonaran el pais en gran número. Muchos se refugiaron en Rheims y Douay, y de estos lugares vino la Biblia Romana el Nuevo Testamento en 1582 de Rheims, y el Antiguo Testamento de Douay en 1609. Los tra- ductores reconocieron estar en contra de que las Santas Escrituras fueran vertidas " á la lengua madre " pero dijeron haber sido forzados á tomarse el trabajo ingrato á causa de las que ellos llamaron " versiones impuras" y " traducciones profanas " de los Protestantes. Tra- dujeron de la Vulgata Latina que ellos calificaron ser " mejor que el mismo texto Griego," aunque Griego fué el lenguage original de parte de la Biblia. Esta versión traduce " penitencia " por " arrepentimiento," y según ella fueron " las manos del sacerdocio " y no del " presbiterio," que fueron impuestas á Timoteo al ordenarle. Mientras contiene estos graves defectos, la Biblia de Douay tiene en partes algunas, mejores ex- presiones que las otras versiones, como cuando dice de las lámparas de las vírgenes fatuas que se iban apa- gando, en lugar de estar apagadas, como dice la Ver- sión Autorizada, y la Revisión Nueva ha adoptado esta enmienda.

9. La versión después de esta fué la de 1611, bajo el Rey Jaime. Esta fué hecha para conseguir uni- formidad. Aun durante el reinado anterior, el de Elisabeth, un estatuto fué propuesto para reducir " diversidades de Biblias." Sin embargo no fué adop-

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tado. Bajo el Rey Jaime creció la opinión en favor de una versión " autorizada. " Disgustaban al rey todas las versiones y en particular la de Ginebra (la mas en uso), á causa de sus notas independientes, que sabían decía, " á orgullos traicioneros." Un obispo se oponía á mas versiones, so pretexto de que " si el humor de cada uno fuera á complacerse no tendría fin el traducir." Pero fué desechada su opinión, y pronto cuarenta y siete (cincuenta y cuatro fueron nombrados en un principio) de los eruditos mas maduros de In- glaterra empezaron á trabajar. Ambas las grandes universidades de Oxford y Cambridge, fueron repre- sentadas, tanto como Puritanos y Eclesiásticos, á los cuales respectivamente eran caras en extremo las ver- siones de Ginebra y de los Obispos.

El movimiento fué empezado en 1604, y el resultado final se alcanzó en 1611, aunque el tiempo empleado fué un poco mas de tres años. Así vio la luz nuestra Versión llamada "Autorizada/' encerrando en todas las excelencias de las versiones, anteriores y los tra- ductores la declararon ser " sana en sustancia." Fué su versión sin duda ninguna una mejora de las ante- cedentes. Naturalmente encontró oposición, y durante unos cuarenta años la de Ginebra disputó el dominio con ella, pero ganó terreno gradualmente hasta su- plantar todas las demás.

Mas no era perfecta, ni lo fué considerada desde el principio. Bajo Cromwell se habló seriamente de otra revisión, pero no se llevó á cabo á causa de la disolu- ción súbita del Parlamento.

10. Después de un elapso de tiempo de doscientos y

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cincuenta años sin embargo, no es estraño que la eru- dición moderna haya emprendido una revisión nueva en 1870, cooperando en ella los mejores eruditos de ambas América é Inglaterra, sin distinción de secta. El resultado de sus labores las mejores que se hayan dedicado años ha á semejante trabajo, se encuentran en nuestro poder en la " Versión Revisada," apare- ciendo el Nuevo Testamento en 1881, y el Antiguo en 1885. Se hallan, cierto, muchas mejoras. La misma palabra, cuando empleada evidentemente en el mismo uso, no ha sido traducida como antes por media docena de términos diferentes y á veces confusos. Los manu- scritos antiguos que han sido dados á luz desde 1611 nos han ayudado á obtener lo que es ahora mas bien la actual palabra de Dios. Hemos obtenido también términos mas exactos si mas eufónicos. Las citas poéticas son mas impresivas ; los Salmos aparecen mejor lo que son " los cantos de Sion " cuando son dados en su forma métrica, como en esta Versión. Por tales y otras razones la Versión Revisada ha recibido una gran bienvenida. Es propalada mas y mas en nuestras instituciones de ciencia, y usada mas y mas en nuestras iglesias. Únicamente el tiempo determi- nará, cual otras versiones mejoradas, si vendrá á tener el favor general, ó si llegará á ser mejorada aun antes que tome el puesto de la versión que ha estado en uso durante dos siglos y medio. El temor que al principio se sentía de que una revisión de la Biblia tendría una influencia trastornadora ha sido disipada por una in- teligencia creciente. La se encuentra establecida por la gran armonía subyacente á las diversidades me-

LA BIBLIA EN INGLÉS. 49

ñores de las diferentes versiones, y por el esfuerzo eru- dito y concienzudo en siglos sucesivos para llegar á alcanzar el significado exacto de las palabras pronun- ciadas de antiguos tiempos en Hebreo y en Griego por los profetas y apóstoles.

La Biblia en Inglés tiene un prospecto magnífico cuando consideramos con Gladstone " el porvenir de las razas que hablan Inglés." Este hombre de Estado ha calculado que en el año 2000 habrá ochocientos cua- renta millones que hablarán Inglés. Calcula que los Estados Unidos por solos en el 1987 tendrán de quinientos cincuenta á quinientos ochenta millones que hablarán la lengua de Shakespeare. Piensa que dentro de un siglo los que hablan Inglés excederán en número á todos los que hablan las demás lenguas Euro- peas. Esto significa mucho en cuanto al porvenir de nuestra Biblia Inglesa. " Ya," dice el Dr. N. G. Clark, " el idioma Inglés saturado de ideas Cristianas, reco- giendo en los mejores pensamientos de las edades, es el agente de la civilización Cristiana á través del mun- do, y en este momento influyendo en los destinos y amoldando el carácter de la mitad de la raza humana." Si una minoría Anglo-Sajona posee ahora una influencia tan poderosa, que no poseerá la mayoría que ha de venir? La Biblia en Inglés esta destinada á dominar el mundo y á ser el instrumento de su conversión. Veneremos pues este libro y hagamos de él nuestro tesoro, puesto que ha venido á través de los siglos siendo traducido en idiomas nuevos cuando los anti- guos perecieron ; que ha buscado y encontrado las mas modernas y las mejores expresiones cuando los

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50 LA BIBLIA VERIFICADA.

idiomas han sido mejorados por el tiempo ; que ha venido apareciendo en aumento en todos los idiomas del globo, elevando toda nación en donde ha sido leida ; y que ha sido vertida con esmero especial en Inglés, la lengua que sobre todas las demás ha de ser usada alredor del planeta.

CAPITULO IV.

VERSIONES DE LA BIBLIA EN ESPAÑOL. " Iré a España pasando allá de vosotros." Bom. 15 : 23.

Como estas palabras parecen indicarlo el Apóstol Pablo tenía seria intención de ir á evangelizar á Es- paña en persona ; se ignora hasta el día de hoy si el Apóstol llegó á realizar su propósito ó no ; muchos creen sin embargo que después de su primer aprisiona- miento fué, á España, y predicó á Cristo crucificado en oidos de nuestros antepasados. Lo que se sabe de cierto es, que la Iglesia Española prosperó en los pri- meros siglos del Cristianismo y tuvo hombres cual Isi- doro, obispo de Sevilla, á cuya sugestión fueron aña- didas las palabras "fílioque" al famoso Credo de Nicea, la última vez que este credo fué corregido en el concilio de Toledo del 589.

Hombres de todas las edades han contribuido en España al progreso y al conocimiento de las Santas Escrituras en varios dialectos y lenguas : reyes, car- denales, obispos, monjes y laicos.

Algunas versiones hemos de mencionar que aunque no son en Español, fueron dadas al mundo por Espa- ñoles, en épocas en que contribuyeron para facilitar una versión mas perfecta en los subsiguientes siglos.

La Primera versión en Español de que tengamos

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52 LA BIBLIA VERIFICADA.

conocimiento, es la que fué hecha bajo los auspicios de Alfonso X. el Sabio, rey de León y de Castilla de 1252 á 1284. Fué una traducción de la Vulgata y no de las lenguas originales. En la Biblioteca AVifeniana de Eduardo Boehmer de Lichtenthal, de Baden-Baden hemos visto una muestra de esta versión ; y compara- da con las modernas no deja de tener su valor intrín- seco.

Nosotros pues, tuvimos la Biblia traducida al Cas- tellano cien años antes que apareciese la primera ver- sión Inglesa.

Una traducción que se hizo después de esta fué la del Rabbí Moses Arrajel ; este judío erudito tradujo el Antiguo Testamento en Español, acabando su obra en el 1430. Aventaja esta versión á la de Alfonso X. el Sabio en que fué traducida directamente del He- breo ; su manuscrito es el único de la Biblia que se halla en Madrid. Se dice también que los duques de Alba y de Osuna poseen copias de esta en sus respec- tivas bibliotecas.

La Biblia de Ferrer fué una versión del Latin al Valenciano, publicada en Valencia en 1748, de la cual quedan cuatro pajinas.

Hacia fines del siglo XV. fué publicada una tradu- ción de los Evangelios para los Mahometanos.

Desearíamos á este punto dar una noticia de la Gran Políglota Complutense de Francisco Jimenes de Cis- neros, el Cardenal Confesor de Ysabel la Católica, y mas tarde Regente de España durante la minoría de Doña Juana la Loca, y gran Inquisidor General de León y Castilla. En 1500 fué fundada la Univer-

VERSIONES DE LA BIBLIA EN ESPAÑOL. 53

sidad de Alcalá ; hasta siete mil estudiantes llegaron á reunirse en sus aulas á la vez. El nombre de Al- calá en Latin es Complutum, de aquí el nombre de Complutense dado á esta versión, pues fué en esta uni- versidad que el Gran Cardenal hizo imprimir su Biblia. Esta Políglota fué impresa para commemorar el naci- miento de Carlos V. El Antiguo Testamento está impreso en Hebreo, en Latin y en Griego, con la pará- frasis Caldea al pié de cada página. Y el Nuevo Tes- tamento en Griego y en Latin. Seiscientas copias de á seis tomos cada una fueron impresas, al precio de veinte y tres mil libras esterlinas ó sea quinientos mil ducados ; esta edición apareció en Enero de 1514, jus- tamente la fecha de las luchas de Lutero. Debido al atraso de la sanción del Papa León X., al cual la obra era dedicada, esta Biblia no fué publicada hasta el 1520. Los impresores pretendieron haber tenido en su poder manuscritos que les fueran prestados de la Librería del Vaticano. Los manuscritos que sirvieron de base para el Hebreo se hallan ahora en Madrid. El texto concuerda con manuscritos subsiguientes al siglo décimo mas bien que con los mas antiguos. Su autoridad pierde valor además porque altera el texto en varios lugares para concordar con la Vulgata. En esta obra fué ayudado el Cardenal por el célebre Stu- nica (Don López Zuñiga, que tuvo la controversia con Erasmo acerca del pasage en Juan sobre los tres que prestan testimonio sobre la tierra), el Griego erudito Núñez de Guzman (Pincianus), el Hebraista Vergara y el humanista Nebrija ; por el Griego Demetrius Ducas, de Creta, y por los tres Judíos convertidos de

54 LA BIBLIA VERIFICADA.

los cuales, Zamora publicó el Targo al Pentateuco. En el Antiguo Testamento, la versión de San Jerónimo se halla entre el Griego y el Hebreo. Hemos visto un ejemplar magnífico de esta obra en la Biblioteca del Seminario de Princeton, N. J., Estados Unidos.

En 1530 apareció la " Vita Cristo Cartujano." Los cuatro Evangelios traducidos del Latin al Castellano y dedicados á Fernando é Ysabel la Católica.

De 1533 á '34 tradujo Juan de Valdés los Salmos las Epístolas y los Evangelios. Ha sido esta versión considerada como una de las mejores versiones del Nuevo Testamento.

En el 1543, Francisco de Enzinas, ó sea Juan lla- mado Dryander, tradujo el Nuevo Testamento del Griego. Enzinas fué compañero de Melanchton. Presentó su buen trabajo á Carlos V. ; fué a conse- cuencia echado en un calabozo en Bruselas de donde se escapó en 1545. Su fin nos es desconocido. Siguió á Erasmo en su versión.

La Gran Versión de Ferrara fué una traducción del Antiguo Testamento al Castellano ; así llamada porque fué impresa en Ferrara en 1553 (5313 según el contar de los Judíos), con privilegio del muy ilustre Duque de Ferrara, hijo de Lucrecia Borgia, esposa de Renato de Francia. Este Duque había estendido su protección á muchos desterrados por motivos religiosos entre otros á Calvino y á Clemente Marot. Yom Tob Atias y Abraham Usque fueron los editores. Sus nom- bres de bautismo, eran Duarte Pinel y Jerónimo de Vargas. Esta versión era dedicada á Doña Gracia de Naci, tía del Hon. Duque de Nagsia. Duarte Pinel y

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Abraham Usqne tuvieron que probar delante del santo Oficio de la Inquisición que habían seguido en todo la versión Latina de Sanctes Pagnino, un fraile dominicano bibliotecario de Pío IV. Esta versión fué sin embargo traducida directamente del Hebreo al Castellano, im- presa con caracteres rabínicos para los Judíos de Fer- rara, llamados Sephardim ó Españoles : Los Sephardim habitaban el Asia Menor desde el tiempo en que el loco decreto de Fernando é Ysabel los desterró de España. Eran estos Sephardim famosos en las Universidades de Córdoba, Toledo, Barcelona y Granada. Esta ver- sión fué mas tarde de grande utilidad á Reina el autor de nuestra versión moderna. Reina menciona que en esta versión con malicia rabínica el traductor añade el artículo él en Isaías 9 : 4, á todos los nombres atri- buidos á Cristo, " el Maravilloso," " el Consejero/' " el Dio Barragán," " el Padre Eterno," suprimiéndolo en el último Sar-Salom. Fué reimpresa en 1611 en Amster- dam y en 1617 en Venecia.

En el año 1557 Juan Pérez revisó el Nuevo Testa- mento de Enzinas y añadió á este los Salmos tradu- cidos del original. Fué su obra publicada en Venecia por Juan Filadelpho, la cual dedicó á Doña Maria de Austria, Reina de Hungría y Bohemia. Es una de las mejores versiones del Nuevo Testamento, junta- mente con la de Enzinas que era un buen helenista y poseía buen estilo.

La siguiente versión de que debemos hablar es la de Casiodoro de Reina : " Una de las mas fieles y exactas de todas las versiones publicadas en lengua vulgar " dice un crítico antiguo.

56 LA BIBLIA VERIFICADA.

Casiodoro de Reina era Sevillano, nacido hacia el año 1520. Vino á ser fraile y llegando á ser su pre- dicación demasiado evangélica tuvo que escapar cuando la persecución arreciaba contra los Luteranos, y fué á Suiza. Eeina, desde su juventud había estudiado las Escrituras, y tan pronto como se vio en un país libre empezó á traducir la Biblia al Español.

Fué en Frankfort en 1567 que Keina concluyó de traducir el Antiguo Testamento ; de allí se mudó para Basilea en donde empezó la impresión hacia fines de 1568 y toda la Biblia fué concluida en Setiembre de 1569. Cuando Reina por fin escribió la Admonición prefija á su obra, doce años habían trascurrido desde que empezó lo que entonces estaba publicando. De- duciendo el tiempo tomado por enfermedad y por los viajes con otras ocupaciones inherentes al destierro y la probeza, no había soltado la pluma durante nueve largos años.

Para ser mas fiel al Hebreo, había seguido por lo general la traducción Latina de Sanctes Pagnino, con- siderada en aquel tiempo ser una de las mas eruditas, y había usado extensamente la versión publicada en Ferrara, comparando sin embargo otras versiones y comentarios, y reemplazando con una traducción mas exacta cuanto parecía ser insuficiente. Reina mismo afirma que "en los lugares de alguna dificultadlo obstante cuan pequeña" ni á Sanctes Pagnino, ni á nin- gún otro hemos cedido lo mas mínimo, sino que hemos seguido el texto hebreo mismo. En el libro del Evan- gelio según San Juan publicado por él algunos años después, las palabras en Hebreo y en Siriaco impresas

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con letras hebraicas, y sus observaciones sobre estas palabras demuestran su conocimiento de éstos idiomas.

La Biblia de Reina fué de importancia mas alta y mas duradera para España que la Políglota del rey Don Felipe impresa hacia la misma época. Es la Biblia Protestante Española en circulación al pre- sente en España y América.

Richard Simón dice de la Biblia de Reina "este traductor Español muestra en su obra erudición/' y además dice "los Portugueses de Amsterdam que siguen el rito Judéo-Español prefieren la Biblia de Reina á la de Ferrara por ser para ellos mas fácil de comprender." Juan Andrés un Español residente en Venecia, escribe en Italiano y dice después de alabar el Nuevo Testamento de Enzina, " la mas universal- mente alabada es la versión de Casiodoro de Reina," y Menendez dice " como habiendo sido traducida en los mejores dias de la lengua Castellana la de Reina sobrepuja á la de Torres Amat y á la versión la mas desdichada de todas, la del Padre Scio."

Nos tomaremos la libertad de hablar ahora de la Políglota del Rey Felipe, llamada también de Amberes. Aquellos que recuerdan bien la vida del Rey Felipe II. y su conexión con el Gran Inquisidor General Tor- quemada se han de sorprender al saber que también. Felipe II. tuvo interés en promover el conocimiento de las Santas Escrituras. Confió Felipe II. esa tarea á un erudito Español llamado Benito Arias Mon- tano, el mejor Orientalista de su tiempo. Es esta versión también llamada Políglota de Amberes por haber sido publicada en Amberes 1569-1572, en la

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imprenta famosa de Plantin. Fué publicada á ex- pensas de Felipe II. en 8 volúmenes de á folio, y con- tiene el Antiguo Testamento en Hebreo, Griego, el Targo de Onkelos con otras paráfrasis Caldeas, y la Vulgata Latina. Contiene en el Nuevo Testamento, además del Griego y el Latin, una versión Siriaca en letras Siriacas y Hebreas, que la complutense no tenía. Arias Montano fué ayudado en su trabajo por muchos eruditos eminentes, mayormente Españoles y de los Países Bajos.

En 1596 Don Cipriano D. de Valera publicó el Nuevo Testamento de Reina, " haciendo " como él mismo dice " pocas y meras alteraciones, suprimiendo casi todas las notas del margen, abreviando el encabe- zamiento de los capítulos y tratando únicamente de dar el sentido de lo que se encuentra en el Griego, sin cotejar el sentido diverso de la Antigua versión Latina ó Griega." Concluyó por revisar toda la versión de Reina, comparándola con los originales y con la ver- sión Francesa de Ginebra, conduyendo la publicación en Amsterdam en 1602. Tenía cincuenta años de edad cuando empezó su obra y setenta cuando la vio concluida. Existen dos copias de esta Biblia en Es- paña con dedicatoria " á los Ilustrísimos y Potentísi- mos Estados de las Provincias Confederadas, y al Ex- celentísimo Príncipe de Orange Mauricio Nassovio, Gobernador de dichas Provincias, etc., firmado : En su nobilísimo Emporio, Set. 25, 1602. Humilde Ora- dor á sus Excelencias, C. D. V.

De esta versión se han hecho muchas versiones.

Sebastian de la Enzina publicó una revisión del

VERSIONES BE LA BIBLIA EN ESPAÑOL. 59

Nuevo Testamento de Keina que se dice ser idéntica á la de Juan Pérez, en 1708.

El Padre Felipe Scio de San Miguel, obispo de Segovia, publicó una versión del Nuevo Testamento en 1790; y en 1793 la versión completa de ambos el Antiguo y Nuevo Testamentos fué publicada en Va- lencia, en diez volúmenes de á folio. Esta fué la pri- mera Biblia en Español impresa en España. Pero su servilidad á la Vulgata Latina de la cual fué tradu- cida la hace ser inútil como obra de erudición y de valor original.

Don Félix Torres Amat, obispo de Barcelona, pub- licó su versión de las Escrituras en Madrid en 1823- 24 en dos volúmenes en 4o. Es aún menos fiel que la de Scio. Esta versión fué revisada en 1837. La versión de Amat, es también una traducción de la Vul- gata. Dice en el Prólogo al Nuevo Testamente ; " Fui recogiendo los versículos de las Escrituras traducidos por los tres venerables Luises, de Granada, León y Puente ; los dos Alonsos, Rodríguez y Orozco ; Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, el venerable Avila, Rivadeneira, Malón de Chaide, Márquez, Cá- ceres, Soto Estella, y algunos otros. Esta colección de textos traducidos me ha sido de grande ayuda."

La primera Biblia publicada en la América Espa- ñola se dice haber sido aquella impresa en 1831-33 en la ciudad de Méjico por Ribera, siendo los editores ocho sacerdotes. Contiene el texto Latin, mapas y grabados. Esta Biblia se dice haber sido traducida del Francés, de la versión de Vence y de la Vulgata, consultando también los originales ; y los pasages que

60 T,A BIBLIA VERIFICABA.

de la Vulgata se apartan están anotados cuidadosa- mente. El Dr. Boehmer parece ser de opinión que esta Biblia no fué mas que una reimpresión de la ter- cera y última edición de la de Scio en España. Los gastos de la publicación fueron cubiertos por suscrip- ción.

Un Nuevo Testamento diglota en Español é Ingles fué impreso en Nueva York, 1850. El autor demues- tra tener independencia y eclectismo. Empero la acen- tuación marcada en el Español es malísima.

En 1856-57 la Sociedad para Promover el Conoci- miento Cristiano, emprendió la tarea de revisar y pub- licar de nuevo la Biblia de Valera, y su noticia en 1880 decía : " La versión revisada se está imprimiendo ahora en la Imprenta de Clarendon Oxford, bajo la superin- tendencia esmerada del Kev. Dr. Lorenzo Lucena, profesor de Español en la Institución de Taylor, el cual ha modernizado por completo la ortografía, y en donde fué de necesidad absoluta, sustituyó otra fra- seología."

Hemos usado esta misma Biblia revisada por Lucena durante veinte años y hemos admirado su dicción ele- gante ; pero cotejada con los originales hemos descu- bierto inexactitudes de traducción en muchos de sus textos. La Sociedad Bíblica Americana deseosa de dar á luz una versión nueva de las Escrituras en Espa- ñol, confió esta tarea tan delicada al Rev. H. B. Pratt. Este caballero, aunque americano del norte, conoce á fondo el idioma español. El Sr Pratt tradujo y pu- blicó diversas porciones de las Escrituras durante su residencia en Colombia. Su traducción de los Salmos

VERSIONES DE LA BIBLIA EN ESPAÑOL. 61

fué incorporada en una de las ediciones de la Biblia publicadas en Barcelona.

Afin de poder publicar una versión que fuera fruto de la erudición española y americana el Rev. Dr. Gil- man, Secretario de la Sociedad Bíblica Americana, ofreció la oportunidad á los hermanos de España para que tomaran parte en esta grande obra ; estos hermanos rehusaron ayudarnos á causa de diferencias de opinión acerca de las bases sobre las cuales había de empezarse este trabajo.

Todo erudito que haya tenido oportunidad de com- parar nuestra versión actual con los originales ha podido convencerse de lo erróneo, y amenudo, oscuro que es el sentido de algunos pasages que el mas pobre y falto de letras es supuesto leer y comprender. Por mi parte debo confesar que aun con ayuda de la versión inglesa Revisada no he podido comprender el sentido de cier- tos pasages hasta que he tenido el privilegio de tra- bajar con el hermano Pratt á la conclusión de su obra. La razón que han tenido el Dr. Gilman y los demás caballeros que forman parte de la Sociedad Bíblica Americana para dar á luz una versión nueva es evi- dente, y todo -Español amante de la verdad les debe estar agradecido.

La versión moderna del Sr Pratt ha sido traducida directa y fielmente del hebreo al castellano ; cotejada con la Autorizada y Revisada inglesas, con la de Reina la de Amat, la de Scio, muchas porciones de las Escri- turas traducidas al castellano en diversos tiempos, dos versiones italianas, una francesa, etc. etc. El autor ha tratado de dar el sentido mas fiel á los originales y mas

62 LA BIBLIA VERIFICADA.

comprensible al lector, de manera que, como el mismo Sr Pratt me ha dicho muchas veces " el mancebo tras el arado pueda, al descansar al mediodía de sus faenas, deleitarse en la lectura de su Biblia ; " pensando sin duda en las famosas palabras de Tyndale dirigidas á un cura católico : " Si Dios me da vida, en pocos años obtendré que el mancebo que guía el arado conozca más acerca de las Santas Escrituras que Vd mismo."

El que escribe estas líneas cree de su deber el dar las mas expresivas gracias ambas á la Sociedad Ameri- cana de la Biblia y al Rev. Sr Pratt por haber ayu- dado á los de raza española a subir un peldaño hacia la realización de una versión perfecta en Español.

Ha sido el deseo del Sr Pratt el concluir esta ver- sión moderna de la Biblia á tiempo para mandarla á la Exposición Universal de Chicago, cual digno tributo de la América á los de raza española. " En estos mo- mentos de grandes recuerdos," dice el mismo Sr Pratt, " y quizás aún de grandes promesas, América ofrece á España una versión nueva y moderna de la Palabra de Dios : libro que tantas y tan preciosas bendiciones ha traído sobre ella y también sobre otras naciones del mundo que han sabido recibir tan precioso don del Padre Celestial. ¡ Permita Dios que tal don llegue á ser acepto á España en el siglo XIX. ! ¡ Que lástima que tal no sucedió en el siglo XVI. ! "

El Dr. Gilman decía muy bien en uno de sus in- formes á la Sociedad Bíblica Americana : " Los descu- bridores del Nuevo Mundo tomaron posesión de sus playas en nombre de soberanos Cristianos, dando desde un principio á los naturales nuevas formas de culto,

VERSIONES DE LA BTBLIA EN ESPAÑOL. 63

libros nuevos de enseñanza sagrada, verdades nuevas para su inteligencia, nuevos impulsos á su corazón, esperanzas nuevas para el alma. En el trascurso de los siglos las colonias han venido á ser repúblicas, las razas aborígenes han perdido en importancia, y las riendas del gobierno se hallan en manos de aquellos que profesan la fe cristiana y reconocen el significado del símbolo de la Cruz. Pero el gran contraste evi- dente hoy día entre las naciones del mundo Occidental cuya vida ha sido desarrollada bajo la influencia de la Cristiandad Latina, sin poner la Biblia en manos de la laicidad, y las naciones que han sentido la influencia de la Biblia al alcance de todo hombre, es tal que pone de realce la necesidad de suministrar las Escri- turas á todos aquellos que desean leerlas y poseerlas."

Nuestra Versión nueva fué enviada á Chicago en Junio de 1893.

En lo que toca á las versiones en Judáico-Española podemos hablar de ellas detalladamente en este capí- tulo. La primera de estas, como se ha visto fué la famosa versión de Ferrara del 1553. Esta versión fué reimpresa en Amsterdam, Venecia y Viena, y mismo en caracteres romanos.

En 1829 la Sociedad Británica y Estrangera publicó el Nuevo Testamento en Corfú, á cargo del Kev. Lowndes, con letras rabínicas, cotejándola con otras versiones.

En 1838, 1843, y 1847 fué publicado el Antiguo Testamento en Español-Judaico con el texto hebreo en Esmirna y Viena por la Sociedad Bíblica Ameri- cana, bajo la superintendencia del Dr, Schauffler.

64 LA BIBLIA VERIFICADA.

Esta versión se hace notar por su servilidad extre- mada al texto hebreo.

En 1830 fué publicado en Londres el evangelio se- gún San Lucas.

Los Salmos fueron publicados en Esmirna en 1853.

Los libros de Moisés y los Salmos fueron impresos en Constantinopla en 1872, con caracteres rabínicos por la Sociedad Americana de la Biblia bajo el cui- dado del Dr. Schauffler.

El Nuevo Testamento fué impreso en Constanti- nopla en 1877 por la Sociedad Británica y Estran- gera.

Hay ademas de todas estas muchas otras porciones de las Santas Escrituras que han sido impresas des- pués de haber sido traducidas en dialectos usados en España que sería imposible enumerar con exactitud : por ejemplo, el Nuevo Testamento en español ; y los evangelios en vascuence y en jitano por Barro w, y otras versiones en Catalán, latin con gótico, y también en arábigo.

Las Sociedades Británica y Estrangera y Bíblica Americana han estado siempre á la vanguardia man- dando millones de copias de las Escrituras á los países de idioma español. Pero daremos aquí las palabras del Dr. Gilman, pues en el informe mencionado mas arriba, él que tanto tiempo ha manejado el timón de esta obra tan importante, publicando las Escrituras en todos los idiomas del globo, dice hablando de las difi- cultades para promover su difusión en países españoles : u Varios obstáculos han impedido la circulación de las Escrituras en la América Central y del Sur ; algunos

VERSIONES DE LA BIBLIA EN ESPAÑOL. 65

han desaparecido mientras otros son aún formidables. Una oposición amarga é incesante debe esperarse por parte del clero católico. El fanatismo del pueblo es siempre un elemento constante de persecución. La falta de instrucción, la indiferencia, la pobreza, guerras, dificultades en los viages y el trasporte, y la falta de hombres ábiles y de buena voluntad para sufrir por causa del Evangelio toda clase de privaciones y de trabajos á fin de llevar el pan de la vida á los que perecen de hambre, estas son las razones principales por las cuales hoy día se leen tan poco las Escrituras en los países mencionados. Hay sin embargo cierta satisfación en recordar el hecho de que aun en circun- stancias tan adversas, se han mandado de la Casa de la Biblia durante los últimos veinte años á Cuba y á la America Latina 775,873 volúmenes de las Escrituras. Las dos terceras partes de estos fueron publicados durante los últimos diez años, y 76,222 durante el año próximo pasado (1892). Esta enumeración no in- cluye los muchos miles de volúmenes de las ediciones de Madrid y de Lisboa mandados de Europa á cargo de la Sociedad." Ni tampoco todos los mandados á estos mismos países durante el mismo número de años por la Sociedad Británica y Estrangera.

Creemos y esperamos que " La Palabra de Dios no volverá á El vacía."

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CAPITULO V.

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA.

" Toda Escritura dada por Espíritu de Dios es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para amaestrar en justicia." 2 Tim. 3:16.

Este texto nos da por tema la Inspiración de la Biblia.

1. En primer lugar ¿ cuáles son algunas de las ase- veraciones de las Escrituras acerca de este asunto? Los escritores del Antiguo Testamento dicen con- stantemente, "Así dice el Señor.'' Las palabras de David en uno de los Salmos son citadas en la Epístola á los Hebreos como siendo el lenguage del Espíritu Santo. Pablo alude al Espíritu de Dios hablando por varios profetas. Pedro dice que los profetas eran "impulsados del Espíritu Santo." Ni tampoco con- sideraban los apóstoles sus mismas palabras como de menos autoridad. Pablo dice á los Corintios que lo que les escribe es " el mandamiento del Señor." El pretende hablar " no en palabras que enseña la sabi- duría humana, sino enseñadas del Espíritu Santo." En efecto, todos los apóstoles hacen la salvación de los hombres dependiente de la en las doctrinas que ellos predicaron. Autoridad aun masal tae ncontramos en el Salvador mismo. En lo concerniente al Antiguo Testamento, el Señor se refiere una y otra vez á él para 66

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 67

confirmar lo que dice ; y en cuanto al Nuevo, cuando comisionó á sus discípulos que enseñasen dijo : " No sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vues- tro Padre que habla en vosotros." Todos los Cris- tianos, pues, pueden estar seguros de que tienen en la Biblia la palabra de Dios.

2. Para dar un paso adelantado preguntaremos ¿Entra lo sobrenatural en la idea de inspiración? Parece que los Escritores de la Biblia tuvieran mas que ordinaria iluminación espiritual. Hablaron con autoridad mas que humana. Ningún predicador ac- tual puede con razón pretender el ser enseñado por revelación directa, ni tampoco llamar lo que él insta un " mandamiento del Señor ; " y sin embargo un apóstol podía hacer esto y lo hizo, nunca hacemos pre- ceder una observación con un verdadero, " Así dice el Señor." Podremos quizá aventurarlo con la ratifica- ción de las Escrituras, pero nunca el que recibiéramos la comunicación directa del cielo. Nuestra predica- ción tiene poder tan sólo en cuanto podemos decir Así dice la Escritura. Los apóstoles y profetas podían referirse á la palabra escrita, y aun decir con toda la fuerza que proviene de un cara-á-cara personal en cuanto á su saber, " Así dice el Señor." Aquí pues, hay un distintivo característico de una inspiración verdadera. Todos los hijos de Dios son inspirados de cierto modo, pero la autoridad divina pertenece única- mente á aquellos que pueden dar palabras exhaladas por inspiración que es sobrenatural. Esta prueba hace separación entre las escrituras y todo otro escrito. Los escritores del Antiguo Testamento son los intér-

68 LA BIBLIA VERIFICADA.

pretes de Dios ya porque profesan serlo (y sostienen su profesión por su vida y obra) ó bien son reconocidos como tales por aquellos cuya inspiración divina no puede ser puesta en duda. Al Antiguo Testamento cual conjunto apela nuestro Salvador aun para dar mas peso a sus palabras habladas como Dios. En cuanto al Nuevo Testamento fué compuesto por aquel- los que tenían la promesa de ser guiados por el Es- píritu "en toda la verdad." Es así que la inspira- ción viene á ser mas que el esclarecimiento común á todos los creyentes. Por esta razón las Epístolas escritas después de la edad apostólica son excluidas del Canon. Xo puede uno menos de ser impresionado del descenso que ha hecho al comparar á Pablo con Ignacio, y los escritos apostólicos en general con la literatura patrística la mas remota. Bien se ha dicho que el Xuevo Testamento " no es como una ciudad moderna de Europa que se extiende concluyendo por jardines, bosquecillos y mansiones hasta el campo abierto de alredor, sino mas bien cual ciudad oriental en el desierto, de la cual pasa el viagero súbitamente al yermo desnudo." Sólo en la Biblia encontramos la verdad de prima mano. Los Cristianos ordinarios la tienen de segunda mano, Tienen que escudriñar los Escrituras, tienen que usar instrumentos instru- mentos proveídos por hombres santos que hablaron con el mismo Jehová y de esta manera recibieron la verdad de los labios mismos de Dios. Tal es inspira- ción— no cuando el alma va, por canales provistos, tras Dios, sino cuando el espíritu humano toca al gran Espíritu, sintiendo el estremecimiento del contacto per-

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 69

sonal, respirando é inhalando la verdad para hasta que se siente, no inspirado por Pablo, sino inspirado por Dios.

Y mientras las facultades de los escritores sagrados parecen algunas veces simplemente haber sido ensal- zadas y vivificadas al relatar cuanto vieron ó apren- dieron por medio de humano testimonio, ellos cierta- mente tuvieron una iluminación de un género mas alto que esta ; como Pablo cuando recibió " revelaciones del Señor," y cuando solemnemente declaró acerca del Evangelio, " Ni lo recibí de hombre ni en él fui ense- ñado, mas me fué dado por revelaciónd e Jesu Cristo." Dios puede conceder esta revelación supernatural á los hombres ahora como en tiempo antiguo, de manera que el mismo peso fuera atribuido á sus palabras. Esto es posible, y sin embargo como cuestión de hecho no parece suceder ahora. Si uno habla con a autori- dad de un Pablo, podemos pagarle la misma defe- rencia con tal que nos muestre las señales de apóstol. Que obre milagros, y entonces consideraremos la pro- piedad de agrandar el Canon. Podemos poner sus pretensiones apostólicas á prueba, y decir con Lutero : u Vaya al cementerio, y resucite los muertos."

3. Mientras que la inspiración es sobrenatural, no es siempre ó especialmente un proceso de dictado. Hombres santos hablaron como el Espíritu los impul- saba ; eran hombres y no máquinas. Sus facultades no eran tanto por lo general subyugada sp or las divinas cuanto eran estimuladas y exaltadas. Algunas veces á la verdad, uno de ellos era lleno del Espíritu de tal manera que escribió bajo tensión mas ó menos miste-

70 LA BIBLIA VERIFICADA.

riosa aun para él mismo, pues en el primer capítulo de la primera epístola de Pedro se nos dice que los pro- fetas inquirieron y diligentemente buscaron, escudri- ñando el sentido de sus palabras. Probablemente el orador en el fervor de su discurso procede con eleva- ción y elocuencia sorprendentes aun para él mismo en sus momentos de calma. Esto puede quizás explicar la afirmación de Pedro de que los profetas estudiaron las mismas predicciones, pero esta explanación no nos da toda la verdad. Debemos distinguir entre la in- spiración de la revelación y la de elevación, La primera es la de un hombre que no sabe si era " en cuerpo " ó " fuera del cuerpo " una condición haciendo pertinente la ilustración familiar de un instrumento músico siendo tocado y dando los tonos armoniosos del artista que lo manipula. Pero aun el mayor entre los apóstoles da á entender que esta fué una experiencia excepcional, y él desea ser considerado cual hombre entre los hombres, con las mismas pasiones de la hu- manidad, pero de tal manera dominado por el Espíritu hasta llegar á ser uno de los docentes autorizados del Señor. " Hay diversidad de dones," dice, " pero el mismo Espíritu." Reconoce que las peculiaridades individuales no dejan de existir. La inspiración no fué meramente mecánica, destruyendo la personalidad, mas usó las personas en la manera misma en que estas se hallaban diversamente constituidas en cuanto á su mente. Vemos que este es el caso en lo que toca á los autores bíblicos. El lógico Pablo demuestra su fuerza de raciocinio en cada frase. Juan el devoto es mas meditativo y lleno de emoción en lo que dice. El posi-

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 71

tivo Santiago escribe llana y prácticamente. La Bi- blia es un libro tan natural cuanto sobrenatural. No es una colección de versos rítmicos y pomposos provi- niendo de la mente frenética de una sacerdotisa de Delfes. Es el producto de hombres hablando de la plenitud de sus personalidades santificadas. La indi- vidualidad no es eliminada ; al contrario, es estimulada, desarrollada y glorificada. Los apóstoles no fueron meramente plumas en mano de un Espíritu domi- nante. Escribieron según su propria naturaleza siendo, como dijo el principal de ellos, " hombres de semejantes pasiones" á las del resto de la humanidad. Su inspiración no fué automática, sino persuasiva y vigorizadora.

4. Somos llevados á inquirir después de esto en el grado mas ó menos elevado de inspiración. ¿ Es acaso plenaria, extendiéndose hasta las palabras mismas? El hecho parece ser que todos los escritores sagrados fueron inspirados pero en diferente grado. El mas estricto inspiración ista tiene que admitir que el capí- tulo octavo de Komanos tiene mas elemento espiritual que el primer capítulo de Crónicas. La diferencia entre los Salmos y las tablas genealógicas es evidente. Baxter considera algunas porciones de la Biblia ser cual las uñas y los cabellos en su relación al cuerpo humano. Sin embargo, debemos considerar aun los lugares, de menos importancia en las Escrituras como inspirados, á menos que consideremos la inspiración como una especie de paroxismo. Podemos á penas suponer que el apóstol Pablo haya sido un sencillo mortal cuando escribió sus amistosas salutaciones á

72 LA BIBLIA VERIFICADA.

varias personas nombradas y de pronto transformarse en un ser totalmente distinto cuando nos da sus ele- vados pensamientos. Inspiración no es una ayuda momentánea cuando el Espíritu desea ser elocuente ; sino que la inspiración es una fuerza refrenadora du- rante toda la vida. Los esgritores inspirados tenían dentro de un principio vital, no fueron sobrecogidos por el Espíritu espasmódicamente y dejados, después de comunicar la verdad, á la corriente según su placer. Eran poseídos por lo espiritual de tal manera que todo lo que escribían tenía peso. Si un grande hombre nos escribiese una carta no desecharíamos el sobrescrito porque pudiera faltar en él el fuego de su genio. Toda la carta sería un tesoro para nosotros, aunque algunas partes fueran mejor que otras. No pasaríamos el escalpelo disectando la carta para desechar los pasajes de menos importancia. No seríamos tan meticulosos. Así también la Biblia es inspirada, aunque pueda ser que no toda ella llegue á tener el mismo valor ó ser tan preciosa para nosotros, y no vamos escogiendo y desechando sus contenidos según el espíritu de crítica nos lleve. La belleza de la Biblia consiste en parte en que trata de lo histórico. Nos muestra la obra de Dios en la historia. No es un compendio de doctrina que pretenda haber bajado del cielo preparado y arreglado á cierto período dado. Nació de las circunstancias de vez en cuando. Trata de hechos, de acontecimientos actuales en los cuales Dios se manifiesta, y por consi- guiente se apodera de nosotros con toda la fuerza de una realidad tremenda. La encina, grande y robusta tiene ramitas insignificantes, pero es la misma savia

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 73

que corre por el tronco y por las ramas mas pequeñas. La Biblia antigua y gloriosa podrá tener partes com- parativamente sin importancia, mas el mismo espíritu es el que vida al conjunto que la compone.

Al decir que la inspiración se extiende al contenido entero de las Escrituras ¿nos compremetemos acaso á mantener que haya una inspiración verbal ? En cierto sentido, sí. Las palabras expresan el pensami- ento ; el afirmar que tenemos ayuda espiritual al recibir la Verdad de poco nos serviría si la Verdad tuviera de todas maneras que sernos comunicada por medio de palabras erróneas y torpes. Como dice Van Oosterzee : " Si el espíritu poético verdadero le habilita á uno á ampararse instantáneamente y como por intui- ción de la exacta y aún única palabra deseable para expresar lo que uno desea, ¿ cuánto mas habilitará el poder del Espíritu Santo?" Esto es, si la inspiración poética es tan acertada en dar alcance á la palabra precisada, seguramente la inspiración divina no puede carecer del mismo poder de expresión.

5. Una cuestión mas se levanta : ¿ Excluye acaso (como algunos lo han afirmado), absolutamente todo error de la Biblia, la doctrina de la Inspiración? Mateo, por ejemplo, al citar una profecía del Antiguo Testamento la da como siendo de Jeremías, mientras que es de Zacarías. Según parece, á menos que sea un error de los copistas, es este un lapso de memoria. Hay otras pretendidas inexactitudes de una naturaleza poco importante, y, concedido qué las explicaciones dadas no son enteramente satisfactorias, nuestra no debe dejarse perturbar. Los discípulos recibieron la

74 LA BIBLIA VERIFICADA.

promesa de que el Espíritu los había de guiar á cono- cer " toda la verdad," y la verdad indicada es toda verdad espiritual, la verdad del Evangelio. La auto- ridad de un escritor del Nuevo Testamento, no puede fallar en cuanto á moral por una falta posible al nom- brar el autor de cierto sentimiento. Un argumento á favor de los derechos iguales ante la ley de blancos y negros no quedaría invalidado, siendo sacado de la condición de un esclavo en Georgia, aunque llegase á descubrirse después que el esclavo no vivió en Georgia, sino en Alabama. Cualquier inexactitud trivial (si tal existe) no afecta la confianza que nosotros debemos poner en los autores bíblicos en cuanto toca al plan de la Salvación que les fué dado por el Señor mismo ó por revelación.

Así pues si llegara á establecerse que los autores del Antiguo Testamento participaban de las mismas no- ciones erróneas en cuanto á astronomía que sus con- temporáneos, y que han dado expresión casual á una astronomía equivocada, podían ser no obstante guías infalibles en religión. Baronius dijo tiempo con mucha razón, " Las Escrituras no fueron dadas para enseñarnos el giro de los cuerpos celestes, sino para enseñarnos el camino al mismo cielo." La Escritura inspirada es buena ¿ para qué ? Para darnos informa- ción acerca del sistema molecular de Huxley y sus cambios? No. ¿Para darnos esplanación científica del sistema del Universo según Copérnico ? No. ¿ Para darnos una descripción de los tribolitas y braquiópodos ? No. Sino " para enseñar, redargüir, corregir, para in- strucción que es en justicia." Nos da una teoría de

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 75

desarrollo, seguro, pero es el desarrollo Cristiano cómo crecer en gracia hasta alcanzar la estatura del hombre perfecto en Cristo Jesús. El primer capítulo del Génesis no fué escrito para enseñar geología. El gran pensamiento en él encerrado no es, " En el prin- cipio " protoplasma, ó " freza de sapo " como dijo Carlyle; ni tampoco " En el principio" neblina de fuega ; sino antes de todo esto : " En el principio Dios creó los cielos y la tierra." Un error geológico, si llegase á ser probado, no debiera turbar nuestra confianza en la Biblia en esfera de religión. Un doctor de primera clase á quien nosotros confiásemos el cuidado de nuestras vidas puede cometer error en ley sin desacreditarse como médico. ' Un piloto puede conducirnos á través de los peligros en salvo, aunque llame la obstrucción en el cauce del rio pedernal en lugar de llamarlo arena. La Biblia puede ser un guía seguro en religión aunque diga Jeremías cuando debiera decir Zacarías y aunque contenga algún error astronómico, geológico ó histórico. Sin embargo que los errores supuestos no son siempre errores de hecho. Casi todos, si no todas las dificultades en la Biblia han sido explicadas á satisfacción de los hom- bres eruditos en ciencia y también armonizadas sin

ADMITIR QUE HAYA ERRORES DE NINGÚN GÉNERO

en la Biblia. Y si hay algún obstáculo para una entera bien podemos esperar mas luz antes de pro- nunciarnos positivamente contra la infalibilidad de la Biblia en todos los terrenos.

Tomemos por ejemplo el título de Sergio Paulo, gobernador de la isla de Chipre. Lucas en las Hechos

76 LA BIBLIA VERIFICADA.

le llama " procónsul," mientras, como muchas veces fué aseverado, debiera haberla llamado " propraetor," porque Chipre era una provincia imperial y no sena- torial. Ambos Estrabón y Dión Casio llaman á Chipre distrito imperial y su gobernador debiera haber sido llamado propraetor, así decían los que querían desa- creditar a Lucas. Los cristianos solían turbarse á causa de la inexactitud aparente de Lucas en decir " procónsul," y el eminente Grotio admite á su pesar, bajo la autoridad de los dos autores paganos citados, quel el autor de los Hechos había caido en error. Era como si uno pretendiese escribir una historia de Cleve- land como Senador en vez de Presidente. Natural- mente, los Cristianos, en aprieto, trataban de hallar toda suerte de esplicaciones. Pero mas adelante se descubrió en el mismo historiador secular Dión Casio que bien que Augusto poseyó Chipre como provincia imperial por un tiempo, sin embargo la cambió por otro distrito, y así el título de " procónsul vino á ser el propio de su gobernador y Lucas se vio tenía razón y era correcto. Para hacer la cuestión mas segura monedas han sido halladas en las cuales los goberna- dores de Chipre llevan el título de procónsul." Mas aun, el General Cesnola en sus excavaciones recientes en Chipre, encontró una moneda que llevaba la in- scripción, " en el proconsulado de Paulo," que puede haber sido el mismo de quien Lucas habló. Bien completamente ha sido establecida la exactitud his- tórica del autor de los Hechos al hablar del pro- cónsul Sergio Paulo. Mas luz puede aclarar otras dificultades, y debiéramos ir despacio al admitir que

LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA. 77

haya errores de cualquier clase en la palabra de Dios. Podemos posponer la solución de las dificul- tades actuales, mientras conservamos la posición inex- pugnable de la autoridad de las Escrituras en ma- terias espirituales.

De esta manera poseemos en las Escrituras la pala- bra de Dios inspirada sobrenaturalmente, aunque no de un modo mecánico, impregnadas del Espíritu Santo aun hasta en las palabras en lo que toca á las ideas esenciales, mientras que al mismo tiempo cualquier equivocación aparente en cosas de menos importancia no debe perturbar nuestra en la veracidad de aque- llas cuyo tema es el Evangelio de nuestro Señor Jesu- cristo.

Hay un elemento humano y otro divino en la in- spiración. Las relaciones exactas de ambos parece imposible el definirlas. El problema pone á prueba la mente de la generación actual y puede ser que al fin los esfuerzos no obtengan un resultado mas satis- factorio que el obtenido al querer definir la relación exacta entre lo humano y lo divino en el Dios hombre. Podemos darnos por muy agradecidos por el elemento humano en la Biblia, como lo estamos por la natura- leza humana unida á la naturaleza divina en Cristo, Nos un punto de contacto. " En todo tentado como nosotros," " movido por el sentimiento de nues- tras flaquezas." Ahí tenemos lo humano en el Señor Jesús. Lo mismo sucede con los escritores sagrados que fueron hombres con pasiones semejantes á noso- tros. No fueron autómatas espirituales, diferentes de nosotros en todas las cosas. Eran hombres pero hom-

78 LA BIBLIA VERIFICADA.

bres inspirados, y al leerlos, el espíritu toca al espíritu, hasta que nos sentimos como los dos discípulos cami- nando á Emaus cuando les fueron abiertas las Escri- turas, ardiendo los corazones.

CAPITULO VI.

LA BIBLIA Y LO MILAGROSO.

" Creedme por las mismas obras." Juan 14 : 11.

Cristo apela aquí á la evidencia de los milagros. Antiguamente, el hecho de que existián milagros pa- rece no haber sido puesto en duda. Mismo los Fari- seos no disputaron su ocurrencia. Únicamente pre- tendían que Cristo los hacía estando en pacto con Satanás. Mas en los tiempos modernos la milagroso es negado por completo. Y la incredulidad no se limi- ta á infieles como Paine y Voltaire, que atacaron la Biblia con amargura, que deseaban que la Biblia no fuera cierta á causa de sus vidas inmorales. La in- credulidad se ha extendido hasta personas de buen carácter, á los que admiran la Cristiandad despojada de lo sobrenatural, á los que son honestos en su inves- tigación, que tienen fina habilidad, y cuyos adelantos científicos, puede ser, son de orden superior. Dicen como Nicodemo en una relación muy diferente, " ¿ Cómo pueden ser estas cosas ? " Consideran lo milagroso como improbable é imposible.

1. En primer lugar, en cuanto se refiere ala posibili- dad de los milagros. Renán dice, " Lo sobrenatural es imposible." Sin considerar ninguno de los milagros en detalle, veamos si por le general son dignos de ó no,

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80 LA BIBLIA VERIFICADA.

})iies si no lo son, la Biblia que tantos nos refiere debe de ser descreída y abandonada.

El racionalista los explica á su manera. Dice que Cristo dio vista al ciego, no por medio de un milagro, sino por habilidad como oculista. No levantó real- mente a Lázaro de los muertos sino que lo despertó de una catalepsia. El caso es que con estos racionalistas el milagro es muchas veces mas sencillo que la esplica- ción que ellos dan. Nos cuesta mas creerlos a ellos que el creer en los milagros. Paulo, por ejemplo, nos dice al principio de este siglo que Pedro no pescó el pez con la pieza de moneda en la boca, sino que pescó al pez y lo vendió por el precio especificado. Leyó el relato con mucha atención, " Ve á la mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que viniere, tómalo y abierta su boca " ¡ Ahí esta ! dijo este racionalista, es mas natural el suponer no que Pedro abrió la boca del pez y tomó la moneda, sino que abrió su propia boca, pre- gonando el pez para venderlo. La descripción es mas viva que digna cuando nos imaginamos al apóstol según su concepto gritando en las calles de Capernaum, Pes- cado fresco ! ¡ acabadito de coger en el lago ! " El re- lato, tomado al pié de la letra puede creerse mas fácil- mente que la estrambótica explicación. No son los milagros tan difíciles que tengamos que recurrir á tales expedientes de interpretación.

La posibilidad de los milagros ha sido explicada de esta manera, á saber como siendo el resultado de leyes naturales deconocidas de todos excepto del que obra los milagros. Esta es la teoría : que Dios formó el universo en un principio de tal modo que produzca

LA BIBLIA Y LO MILAGROSO. 81

milagros á intervalos dados. La ilustración usual es la de una máquina que produciría planchas cuadradas millones de veces y después un cubo perfecto, produ- ciendo después del cubo cuadrados otra vez hasta usarse la máquina por completo. Hay dos maneras de darse cuenta del cubo aislado ; el inventor puede haber intervenido á ese mismo momento, 6 bien puede haber provisto para el cambio en el mecanismo original al construir la máquina. Así es con la máquina de Dios, el universo, que produce generalmente aconteci- mientos ordinarios, pero que de vez en cuando produce milagros. ¿Cómo es hecho esto? No por interven- ción inmediata de Dios ; el todo fué un plan desde el principio. Un resorte oculto fué hecho para obrar á intervalos separados, y si pudiéramos ver este resorte los milagros parecerían perfectamente naturales. Po- demos ilustrar de otro modo : podemos suponer ani- malillos microscópicos que viven por dos ó tres horas nada mas y que están junto á un reloj de pared. Cir- cula entre ellos la tradición de que aquel reloj sonó una vez una alarma terrible que espantó á cuantos la oyeron. Mas de todos los que ahora viven ninguno oyó jamás otro sonido que el tic ! tac ! tic ! tac ! ó quizás el sonido de dar la hora. Algunos de entre ellos no creen que jamás se haya oido una alarma. Ani malulos de su clase han nacido y han muerto sin oir cosa semejante. Mientras tanto el reloj anda hasta que llega al punto de alarma y á la hora fija se oye el ruido precipitado de las ruedas el martilleo retumbante del timbre y la confusión atronadora del conjunto, tal cual nunca se ha oido en muchas generaciones— y los

82 LA BIBLIA VERIFICADA.

incredulillos diminutos llegan á convencerse de lo que dudaban á causa de su ignorancia. Así nosotros nofl hallamos en presencia del reloj de Dios negando que haya jamás existido lo milagroso. Y sin embargo no es increíble que haya un resorte oculto hecho para sonar la alarma a ciertas épocas que lo milagroso vino después de cierto tiempo para llamar la atención de la humanidad y despertarla á la existencia de los fines mas altos en la vida humana.

Una ilustración mas poética se halla en la planta- centuria. El primer año no echa flor, ni tampoco el segundo, ni el tercero, ni el vigésimo, ni el septagésimo ; y el dueño de la planta muere. Su hijo cuida de la planta. Se le pregunta si la planta echa flor jamás. ¡ Oh no ! responde, " esa no es su naturaleza." Llega el año ochenta, el noventa y el año ciento y he aquí echa flor ! La mente crédula puede considerarlo un milagro en el sentido mas estricto esto es, algo sobre- natural producido en el momento. Mas el botanista sabe que la planta florece cada cien años por causas naturales. Del mismo modo, sigue el curso de la his- toria cien años, doscientos, quinientos, y después de un milenio hay una era de milagros. Mas no hay nada increíble en lo milagroso ; en el orden natural de los acontecimientos llegó el momento para la flor esto es todo. El mundo tuvo que florecer un tiempo de acuerdo con el eterno propósito de Dios.

La teoría de la ley oculta, ilustrada de estas diversas maneras, sirve al menos para mostrar que los milagros no son absolutamente imposible en la fijeza aparente de las leyes naturales; pues no sabemos qué son todas

LA BIBLIA Y LO MILAGROSO. 83

estas leyes ni lo que haya deparado la Providencia para emergencias dadas. Mas la Iglesia por lo general no se apoya en teorías del mundo tan mecánicas como las que acabamos de indicar. No es necesario man- tener que el universo fuese constituido de tal manera que lo milagroso apareciera á ciertas épocas dadas.

Es mas fácil para la mayoría de los hombres el creer que Dios produce los milagros directamente al tiempo de su ocurrencia por un acto de su poder. ¿Porqué no podría esto ser? ¿Porqué no podría El contrarestar la ley natural? Sucede esto constante- mente— no de una manera milagrosa porque ocurre todos los días, mas de una manera que ilustra lo mila- groso. La ley química de la descomposición es sus- pendida por la ley preservadora de la sal. La ley de la gravedad de los cuerpos atrae la piedra hacia la tierra ; mas esa ley es contrarestada por el individuo cuando es la piedra lanzada en el aire. No hay violación de ley en tales casos sino solamente suspensión. El relo- jero puede prevenir las ruedas del reloj de andar mientras para el resorte ; mas que deje al mecanismo delicado en sus condiciones normales y andará otra vez. ¿Porqué no podría Dios del mismo modo inter- venir en sus obras, suspendiendo ó refrenando las leyes naturales según su voluntad ? Lo puede, y cuan- do lo hace resulta un milagro. El Dr. A. T. Pier- son usa esta ilustración : " Tengo aquí un reloj ; cuan- do tiene cuerda anda hasta que necesita cuerda otra vez. . . . Pero si veo que esto adelantado muevo los minuteros hacia atrás Interrumpo una ley mas no la contravengo ... El reloj no podía haber vuelto atrás

84 LA BIBLIA VERIFICADA.

sus minuteros y haberse correjido á mismo, mas una inteligencia superior interviene con un fin con- veniente. ... Al examinar mas minuciosamente la estructura de esta pieza delicada de mecanismo, ob- servo un hecho digno de notarse : el que hizo el reloj ha próvido justamente para tal revocación de aquella ley por la cual ambos minuteros se mueven solamente hacia adelante. Ha provisto para un movimiento hacia atrás cuando el poseedor inteligente lo juzgue por conveniente.

De manera que los milagros están al alcance de la Omnipotencia, ya sea de acuerdo con una ley que ahora ignoramos, ya sea por medio de la suspensión, equilibrio y dirección de leyes ya conocidas, es verdad, mas no en el maravilloso alcance de su combinación para producir tales resultados. Hace veinte años hubiera parecido milagroso el que la voz humana fuera oida á una distancia de cincuenta ó cien millas. Mas con el conocimiento de las leyes de la electricidad ó del sonido, por medio del teléfono, puede haber comu- nicación vocal á distancias que antes se juzgaban im- posibles. ¿Quién pues, limitará la Omnisciencia y Omnipotencia, y dirá que no puede Dios por medio de su poder omnipotente y su conocimiento de toda ley natural obrar milagros? u Desde que la misma cien- cia," dice el geologista Dawson, " habilita al hombre para hacer milagros incomprensibles para el ignorante, pode- mos creer fácilmente que el Todopoderoso puede aun mas profunda y maravillosamente modificar y combi- nar sus leyes y sus fuerzas. Visto bajo esta luz," añade el eminente cientista, " un milagro es una cosa

LA BIBLIA Y LO MILAGROSO. 85

muy natural, y deben de ser esperados en caso de que acontecimientos grandes y de consecuencia espiritual vengan á tener lugar." Gladstone en su revista de Robert Elsmere ha expresado un pensamiento pare- cido. " Hay/' dice, " extrínseca fuerza de voluntad que obra sobre la materia en derogación de leyes puramente físicas, ó que altera el equilibrio de esas leyes entre sí. No puede ser ni filosófico ni científico el proclamar la imposibilidad de un milagro hasta que la filosofía ó la ciencia hayan determinado un límite mas allá del cual esta fuerza extrínseca de voluntad, tan familiar á nuestra experiencia, deje de tener poder para obrar ó desviar el orden natural.'1 Aun Huxley, aunque declara que el Cristianismo sobrenatural está " sentenciado á perecer/' dice, " Nadie tiene autoridad para afirmar a priori que cualquier acontecimiento llamado milagroso es imposible." Esa es una admi- sión reciente suya, de manera que la posibilidad de los milagros parece estar fuera del alcance de toda controversia.

2. Venimos así en segundo lugar, á la probabilidad de los milagros. Esta Huxley la niega sobre el ter- reno de la insuficiente evidencia. Todos hemos leido el famoso argumento de Hume, que puede ser expre- sado de la manera siguiente. De una parte hay la evidencia de ciertos testigos ; de la otra el testimonio de la experiencia universal que declara las leyes de la naturaleza ser inalterables. Aquellos que testifican lo milagroso haber ocurrido son pocos comparados con las multitudes que testifican acerca de la no interrum- pida sucesión de los leyes naturales. De manera que

86 LA BIBLIA VERIFICADA.

es una cuestión de probabilidades ; es un ciento ó son mil 6 varios miles los que afirman haber visto aconte- cimientos sobrenaturales, mientras que millones y mi- llones han visto, y así lo admiten, tan sólo aconteci- mientos naturales. Es mas probable que los menos estén mas bien en el error que no los mas. Tal es la posición asumida, mas no puede mantenerse. Si diez personas dignas nos dijeran que al pasar por la calle vieron un cuadro en cierto escaparate de cuadros, y cien otras so unieran en decir que no se habían fijado, en él y que por consiguiente no podía estar allí, antes creeríamos á las diez que á las cien personas. Tomare- mos un ejemplo que sea familiar. Supongamos una tribu que vive en los trópicos y que nunca haya oido hablar del hielo, mas una docena de entre ellos, hom- bres veraces y buenos, viajan hacia el norte. A su vuelta, cuentan á sus paisanos que el agua se torna sólida, de tal manera que puede andarse sobre ella. Muy improbable, podrán decir los tropicales; es con- tra naturaleza. Y así los naturales ignorantes se jun- tarán en contra de los seis viajeros, y alegarán mayor número de testigos, mas por esto no dejarán de estar en el error. ¿ Qué importa que durante diez y nueve siglos no haya habido milagro patente para los que han habitado en esta tierra? No tiene peso ni valor en contra de los quinientos que presenciaron los mila- gros del siglo primero de la era Cristiana.

Lo milagroso parecería probable, en vez de impro- bable, cuando pensamos en ¿os fines que debían llevarse á cabo. Ha habido en el curso de la historia humana, á lo menos en apariencia, ocasiones que requerían in-

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tervención divina. Horacio, el antiguo poeta Romano, tenía la idónea y correcta idea cuando dijo, " No in- tervenga un dios á menos que el nudo por desatar sea digno de un tal." Bien pues ; ha habido ocasiones tales.

En los tiempos del Antiguo Testamento, el esfuerzo principal se dirigía á establecer la doctrina de un Dios personal. La tendencia era, entre las naciones paga- nas, el deificar las fuerzas de la naturaleza, creando dioses innumerables. ¿ Cómo podía este politeísmo ser superado por el monoteísmo ? ¿ Cómo podía el pueblo llegar á ser convencido á creer en un Dios sobre na- tura con preferencia á numerosas deidades idénticas á la naturaleza en muchos aspectos? No podemos noso- tros apreciar con justicia la gran consecuencia que de ello dependía. La religión prevalente era el politeís- mo. Toda la atmósfera estaba en contra de un Dios personal. El divino Uno, por decirlo así, tenía que manifestarse : no podía llamar la atención sin mila- gros. No que los hiciera todos los días. Centenares de años pasaron á veces sin milagros. Nos olvidamos de que la historia en la Biblia contenida es fragmen- taria, conteniendo únicamente las épocas de impor- tancia. Aun en la historia de las Escrituras que pose- emos, abundaron únicamente durante dos períodos críti- cos bajo la antigua dispensación ; en tiempo de Moisés, cuando la nueva religión iba á ser establecida, y en tiempo de Elias, cuando parecía iba á ser sumerjida por la idolatría. Dios concedió lo milagroso en esas dos épocas, por cuanto fueron las dos crisis grandes en que la verdadera religión necesitaba fuerza especial.

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Cuando pensamos en lo que dependía de aquel movi- miento ; cuando realizamos que entonces fué decidido el que hoy adorásemos al Dios del cielo 6 que nos postrásemos ante palo y piedra, vemos la sobrada razón para una intervención divina.

El advenimiento de Cristo en la nueva dispensación fué otra era grande. Cuando leemos del escepticismo universal que reinaba hace diez y nueve siglos, los an- tiguas creencias que se desmoronaban por doquier, y cuando leemos de las revoltantes inmoralidades en- tonces practicadas, no secretamente, sino abiertamente ; no entre lo bajo de la sociedad, sino en los templos mis- mos— cuando conocemos todo esto y nos acordamos que uno que tuvo un pesebre por cuna y que al crecer tra- bajó al banco del carpintero, cuando recapacitamos que esta Persona de humilde nacimiento y educación había de revolucionar al mundo, podemos comprender porqué fué puesto en uso lo milagroso. Es lo que hubiéramos de esperar, y el Cristianismo no hubiera nunca llegado á ser el inmenso poder que es si lo sobrenatural no hubiera venido á darle impulso en un principio. Si no hubo milagros para establecerlo, se necesita un milagro para explicar su influencia cre- ciente a través de las edades, hasta que ahora no hay nada que se le pueda comparar en la grandeza de su movimiento adelante triunfando alredor del globo. El dotado autor del Cristianismo y Ciencia, Dr. A. P. Peabody, escribe con elocuencia acerca de este movi- miento sin retroceso desde el primer siglo. "¿Qué vemos desde esa época ? " pregunta ; y responde, " Progreso, mas no decadencia. El alba, la salida

LA BIBLIA Y LO MILAGROSO. 89

del sol, la mañana, mas la sombra no retrocedió jamás en el cuadrante solar. Irrupciones bárbaras que ferti- lizan cuando amenazaban destruir. Edades de obscu- ridad, que cual esos días lluviosos de primavera son los precursores de cuanto causa alegría en el jardín, los campos ó las huertas edades durante las cuales los principios de humanidad echan raíces, costumbres é instituciones de caridad y de piedad reciben el ser ; la esclavitud, rotas sus cadenas y desvaneciéndose. No ha habido desde la era Cristiana un solo siglo del cual podamos decir que el precedente fué mejor. . . . Cuando vemos que las creencias en tal religión, en tal Salvador, aunque mezcladas con puerilidades, supersti- ciones y hasta absurdos, ha venido á ser la fuerza mas potente en el universo moral, la única resistente á la ley de decadencia y agotamiento ante la cual otras fuerzas han sucumbido, llega á ser probable en el mas alto grado que la humanidad necesitaba de tal Salva- dor, de tal religión ; y siendo esto así los milagros que acompañaron su misión y su promulgación eran en mismos antecedentemente probables."

Lo milagroso, pues, es probable aun en ambas dis- pensaciones la antigua y la nueva, cuando nos hace- mos cargo que era una lucha á muerte entre el mono- teísmo y el politeísmo entre un Dios personal y la naturaleza deificada, una lucha entre el Cristianismo puro y un escepticismo moral, y que vemos la victoria alcanzada en ambos conflictos. Mas al ser la verdad en ambos casos establecida por completo, fué dejada á un desarrollo natural y lo milagroso fué suprimido. Crisóstomo del siglo cuarto (" boca de oro," como era

90 LA BIBLIA VERIFICADA.

llamado) expresa bien esto cuando dice : " Cual ... el cultivador, después de confiar un tallo tierno al seno de la tierra, lo cree digno, siendo aun tierno, de mucha solicitud, cercándolo todo al rededor, protejiéndolo con piedras y espinos, de manera que no sea tronchado por los vientos, ni comidos sus retoños por el ganado, ni aun dañado por cualquier otra avería; mas cuando que ha echado profundas raíces y extendido sus ramas por lo alto, quita las cercas, puesto que ya el árbol se encuentra defendido contra todo daño ; así sucedió con nuestra fé. Cuando nuevamente plantada mientras que aún era tierna, recibió grande solicitud de todos lados. Mas cuando fija y fundada por sus raíces y extendida por lo alto después de llenar el mun- do, Cristo . . . quitó las cercas." En otras palabras, lo milagroso no lo cercó mas. Estemos agradecidos porque el precioso evangelio fué así protegido. Fué plantado, dice nuestro Salvador, la mas pequeña de las semillas, mas parafraseando uno de los Salmos, ha echa- do hondas raíces y ha llenado la tierra entera. Las co- linas están cubiertas por su sombra, y sus ramas son como fuertes cedros, extendiéndose de mar á mar. Seguramente esto no puede ser producto únicamente del desarrollo natural.

En conclusión, Aquel que dijo, "Creedme por las mismas obras," es Aquel á quien son adscritas las obras de la Creación, y estas de seguro testifican de su poder milagroso. " Todas las cosas por El fueron hechas," dice San Juan. Por su' palabra habló en existencia nuestro sistema solar, con su sol central y sus planetas circulantes con sus lunas girando a su

LA BIBLIA Y LO MILAGBOSO. 91

alredor. Llamó á la existencia cada uno de estos otros soles innumerables, centros como el nuestro (aun- que mas grandes) alredor de los cuales ruedan otros cuerpos planetarios con sus brillantes satélites. Lanzó en el espacio sin límites esa conglomeración de estrellas de las cuales dice el astrónomo Young, " Su diámetro debe ser tan grande como veinte ó treinta mil años de luz cuanto mas grandes no podemos ni aun adivi- nar ; " y tocante á las cuales escribe Proctor también, " La luz llega á esta tierra de órbitas tan distantes que su veloz carrera á través de los abismos inconmensu- rables que de ellas nos separan no ha podido comple- tarse en menos de millones de años." Colgó en sus órbitas inmensas los soles multicolores, esas constela- ciones centelleantes ardiendo en todos los colores del arco-iris. Á pesar de esta manifestación maravillosa por medio de la visibilidad de " su poder eterno y su divinidad," nosotros, criaturas del polvo y de un día, nos paramos á debatir si El puede hacer un milagro; si puede enfrenar lo que hizo con sus propias manos. ¡ Guíennos las obras estupendas de la Creación á creer en las obras milagrosas del Señor de gloria ! y ¡ puedan estas últimas llevarnos á creer en Aquel mismo que construyó los cielos ! Y entonces cuando se acerque el tiempo de nuestra muerte no había volumen como el que nos ha enseñado estas cosas, ni capítulo como el de nuestro texto que nos revela las mansiones celes- tiales. Nuestro sentir en la hora de la muerte será como el de Sir Walter Scott, que al sentirse desfallecer pidió á Lockhart que le leyera, y cuando este último preguntó " ¿ de qué libro ?" fué su respuesta " ¿ necesi-

92 LA BIBLIA VERIFICADA.

tas preguntar ? No hay mas que uno ;" y fué traída la Biblia y el capítulo leido y escuchado con gozo fué este catorce de Juan que dice, " En la casa de mi Padre muchas moradas hay," y " Creedmee por las mismas obras."

CAPITULO VII.

OBJECIONES FORMIDABLES HECHAS A LA BIBLIA.

u ¿ dónde estabas cuando yo eché los cimientos de la tierra ?

Decláralo si posees inteligencia.

& * £ í£ *

¡ lo sabes sin duda porque habías entonces nacido,

Por cuanto el número de tus días es grande !" Job 37 : 4, 21.

Con frecuencia hay personas que ponen en duda la veracidad de la palabra de Dios ; que ponen en cues- tión algunas de las cosas mas maravillosas relatadas en las Escrituras. Consideraremos imparcialmente algunas de las objeciones mas formidables hechas á la Biblia, y viendo la luz bajo la cual estas pueden ser presentadas quizás tendremos fuerza bastante para que nuestra no tropiece á cada obstáculo aparente, ó al menos habremos aprendido lo bastante para no aceptar el dictamen del infiel que cree saber mas de la historia del pasado que los mismos que en el vi- vieron. No titubea en negar la ocurrencia de los acontecimientos que la Biblia atestigua por medio de testigos que vivían en aquel entonces. Está perfecta- mente seguro que el narrativo de la Escritura no cor- responde con los hechos actuales. De vez en cuando da un traspiés ; mas persiste sin embargo en impugnar los informes de los historiadores sagrados. Un poco de modestia como queda indicado en nuestro texto sería ventajosa al incrédulo altanero :

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94 LA BIBLIA VERIFICADA.

" ¿dónde estabas cuando yo eché los cimientos de la tierra? Decláralo si posees inteligencia.

* * * * * *

I lo sabes sin duda pues ya habías nacido, Por cuanto grande es el número de tus dias !"

1. El infiel mas brillante de hoy día describe la Tierra Santa como " una quinta parte del Illinois país espantoso, cubierto de rocas y desolación. Nunca hubo agente en Chicago que no se hubiera avergonzado de llamarlo el país que fluye leche y miel." ¿ Era pues la descripción de Palestina que nos el Éxodo acaso exagerada? Naturalmente la expresión era poética para indicar gran feracidad. El poeta Komano Ovi- dio, que murió durante la vida terrestre de Cristo, tiene una idea semejante cuando escribe hablando de la Edad de Oro :

" Aquí rios de leche ; ríos de néctar allá fluían, Y de los verdes robles goteaba la dorada miel."

Pero es la cuestión, que la Tierra Santa es singular- mente estéril, pedregosa é improductiva. Esto sin embargo no es evidencia de que siempre haya sido así. Uno de los motivos de su esterilidad es que los bosques han sido cortados, y los malos resultados de este pro- ceder nos son bien conocidos hoy en día. Es un hecho que nuestros gobiernos ofrecen premios por el plantío de árboles, y Nueva York discute hoy la necesidad de preservar los grandes bosques de los Adirondacks si hemos de conservar la fertilidad del Estado Imperio. Así nos podemos dar cuenta de la esterilidad de Pales- tina, los árboles en su mayoría han desaparecido. Ade-

OBJECIONES HECHAS Á LA BIBLIA. 95

más hay pruebas, por las ruinas que se observan en las vertientes de las colinas, de que antiguamente se ser- vían de terrados para mejorar el cultivo del país. Esa teoría dice el que presenta objeciones, puede ser plau- sible y correcta empero ¿ hay acaso prueba absoluta de que el suelo fuera antes productivo ? Sí, la Biblia ; mas son sus aseveraciones negadas, aunque la razón no es evidente. ¿Porqué algunos admiten sin dudar la veracidad de lo que los paganos escribieron? ¿Son acaso mas dignos de ser creídos que los hombres santos de antaño ?

Mas puesto que nuestros infieles prefieren otras au- toridades á las de las Escrituras, serán satisfechos. Tácito qu vivía á fines del primer siglo y á principios del segundo, dice acerca de la Palestina : " El suelo es fértil." Josefo, un contemporáneo de los apóstoles, dice de Galilea que " el suelo es universalmente rico y feraz. . . . Ademas aquí las ciudades son numerosas, y los muchos pueblos que hay aquí están todos tan llenos de gente, por causa de la riqueza de su suelo, que el que menos de entre ellos contiene arriba de quince mil habitantes. . . . Provee el suelo á los hom- bres de las principales frutas, de uvas é higos conti- nuamente durante diez meses del año." Un agente de tierras de Chicago, no tendría que sonrojarse de po- seer tal hacienda. Mas aún ; pudiera el tal pegar sus carteles anunciando que fluía leche y miel, pues Josefo pasa á observar de Judea y Samaría : " Por razón de su excelente pasto, su ganado da mas leche que en otros lugares." Y si el tal agente pudiera haber tenido bajo su mano el país alredor de Jericó, podía haber

96 LA BIBLIA VERIFICADA.

anunciado con autoridad de Josefo, que " sería difícil el dar con un clima en la tierra habitable que pueda compararse á él ; " mientras podía también haber cita- do del escritor judío : " Este país al mismo tiempo pro- duce miel de abejas." ¡Leche y miel! Y sin em- bargo nuestro infiel deslenguado, que conoce mas del pasado que el pueblo que en él vivió dice, ¡ " Nunca hubo en Chicago agente que no se hubiera avergonza- do de describir aquel país como fluyendo leche y miel !"

Es este solamente un ejemplo del modo en que los hechos históricos son olvidados por la infidelidad su- perficial é ignorante que hace tanto ruido por medio de la prensa y desde la plataforma. Mismo aunque la Biblia no pueda ser immediatemente corroborada por medio de pruebas seculares, esa no es razón para que la pronunciemos falsa. No lo conocemos todo ; nuestra edad no es tan larga que tengamos conoci- miento personal de los siglos pasados ; " aun no había- mos nacido."

2. Existe en la historia del Antiguo Testamento otra y mas seria dificultad, y esta es la del sol y la luna pararse al mandarlo Josué para darle tiempo á completar su victoria. Con nuestra falta de conoci- miento no podemos declarar el ser esto imposible. No estábamos allí y no podemos hablar con autoridad. Puede ser que el lenguage sea figurativo. Hablamos del levantarse y del ponerse del sol, aunque el sol ni se levanta ni se pone. O quizás las palabras en el libro de Josué son una manera poética de expresarse y decir que fué la grande obra de un día ; lo que ordi- nariamente hubiera requerido dos días fué llevado á

OBJECIONES HECHAS Á LA BIBLIA. 97

cabo en un solo día con la ayuda de Jehová, que alargó el dia ó la jornada en resultados si no literal- mente. Esta interpretación recibe sanción cuando leemos en los anales sagrados, y vemos que las pala- bras que son causa de tanta discusión es un pasaje poético del documento llamado " el libro de Jasher." Josué oró para obtener una próroga suficiente para conquistar al enemigo por completo, y fueron las cir- cunstancias tan favorables que la victoria fué com- pleta antes de ponerse el sol. Si por acaso un poeta, Jasher, quiso representar el sol como parándose en su carrera, fué un pensamiento muy poético, y natural- mente fué incorporado en el relato de la batalla en la historia. Homero pone en labios de Agamemnon esta oración á Júpiter :

" No se ponga el sol, ni venga la noche Antes de que torne las cámaras de Priam en desierto."

Esto era poesía, que significaba que él deseaba la vic- toria aquel mismo dia. Esta es una interpretación que suprime el milagro, empero muchos pretenden que hubo una prolongación milagrosa del día en favor de Josué. No es, sin embargo, muy universalmente creido que la tierra suspendió su rotación. Si así sucedió, la manera de describirlo fué que el sol se paró, y no que la tierra suspendió su movimiento de rotación, pues decimos que el sol se levanta y se pone, aunque debié- ramos decir de una manera estricta que la tierra rota en luz y fuera de ella otra vez, produciendo el efecto de dia y noche. No se ofrece pues, dificultad ninguna en el hecho de decir que el sol se paró (fué usar len- 7

98 LA BIBLIA VERIFICADA.

guage popular, exactamente como nosotros lo hace- mos), mas le dificultad es, ¿"Cómo podía la tierra pararse en su movimiento diurno sin lanzar cuanto existe sobre la haz de ella en el espacio, y sin un choque en el sistema solar? Naturalmente que el Omnipotente podía mantener cuanto existe en su pro- pio lugar, y podía prevenir una catástrofe, empero es mas natural el suponer que el fin deseado fué obtenido por medio de agencia menos violenta. Todos conoce- mos el fenómeno y las leyes del espejismo de la refrac- ción. En el espejismo, por ejemplo, las escenas distantes y ordinariamente fuera del alcance de nuestra vista son alzadas sobre el horizonte natural. ¿Cómo? Tiene lugar una modificación en la atmósfera, y los rayos de luz se curban de manera que vienen á aparecer á nues- tra vista á pesar y aun por enzima de todo obstáculo material. Esta no es teoría, sino un hecho atmosfé- rico observado muy á menudo. Por consiguiente que importa que el sol se pusiera antes que Josué hubiera terminado la batalla? El aire puede haber sido cam- biado de tal manera que sus rayos se refractaran sobre las colinas de alredor, de tal manera que el sol pare- ciese estar en el cielo raso. De esta manera pudo el día ser alargado. Que hubo tal día parece mas pro- bable aún cuanto se nos dice que hay una tradición china de un día que fué doble en duración. Ademas la fábula Griega tan familiar, de que hubo un mucha- cho temerario que persuadió al Sol que le dejara diri- gir su carro flameante á través de los cielos, y el resul- tado fué que los caballos de fuego se desbocaron y corrieron arriba y abajo en el firmamente, no lie-

OBJECIONES HECHAS Á LA BIBLIA. 99

gando al fin de su carrera hasta largo tiempo después de su hora acostumbrada. ¿Quién, pues, podía ase- gurar que el sol no llegó de todas veras á alumbrar con su luz á Josué el tiempo mencionado en la Biblia ? Nosotros no estábamos presentes, no habíamos nacido hace mas de tres mil años ; en nuestra ignorancia da- remos prueba de alguna sabiduría al no negar lo que ambas á dos la Escritura y la tradición declaran. De todas maneras, el fenómeno asombroso es capaz de ser explicado poética y aun también científicamente.

3. De paso permítasenos tan solamente aludir á la muy desacreditada historia de Jonás. Puede ser que, el narrativo, si ficticio, llevara el intento de proveer instrucción moral por medio de él en la Biblia, puesto que el Señor mismo enseñó por parábolas, é historias ; empero no podemos resistir la convicción de que Cristo hace referencia á la experiencia del profeta de Nínive como histórica, pues Jonás y Salomón y la Reina del Austro son mencionados juntos. Ademas, el gran Maestro hace de la inhumación en el monstruo marino el tipo de los tres días que él mismo había de pasar en el sepulcro ; y el paralelo no es tan exacto é impresivo si ambos no son hechos auténticos. Creemos en la in- humación y resurrección del Señor, y este es el mayor milagro de los dos. Ni tampoco es, á mi ver, el me- nor de los dos milagros tan increíble. Hay animales marinos capaces de tragarse á un hombre. En el ancho estómago de un tiburón se ha hallado un caba- llo entero y en otro un guerrero con toda su armadura. Esto no son fábulas. Es el caso auténtico aquel del marinero que en 1758 fué tragado sin mutilación al-

100 LA BIBLIA VERIFICADA.

guna por un animal enorme del profundo. Lo único milagroso en el relato de la Escritura es la preserva- ción de la vida del profeta bajo tales circunstancias. Y ¿ porqué había esto de ser considerado algo increible para con Dios, el cual en los obras de la Creación y en otros milagros registrados, aceptados por la generali- dad, obra maravillas aun más grandes? Si ponemos en duda el testimonio de la palabra de Dios en lo que se refiere al profeta Joñas, deberemos a lo menos ad- mitir la verdad irónica de la representación de los tales en la Escritura :

" ¡ lo sabes sin duda porque habías entonces nacido, Y es grande el número de tus días !"

4. Una dificultad más y es con relación al Diluvio Universal. Existe la agudeza acerca de la ventilación del arca con su ventanillo ; empero un letrado no hu- biera jamás cometido el error craso de suponer que hubiera solamente una ventanita para admitir luz y aire. La palabra Hebrea implica el que había un sistema de ventanas, immediatemente debajo de la cubierta del arca por todos sus lados, y cuando Noé abrió el arca para dejar salir el cuervo y la paloma se hace uso en el original de otra palabra (zohar en el primer caso, y halón en el segundo), demostrando que era esta una de las aperturas en la claraboya ó " luz." Ni tampoco la objeción de que el arca no fuese bas- tante grande para todos los animales tiene fuerza nin- guna, cuando comprendemos que no es necesario supo- ner que hubo un diluvio universal. Cierto leemos que " toda carne " fué destruida, y las aguas " cubrían to-

OBJECIONES HECHAS A LA BIBLIA. 101

das las montañas altas debajo de todo el cielo," pero también leemos acerca de un decreto de parte de Cesar Augusto " que toda la tierra fuese empadronada " en el empadronamiento de la primera centuria. Con- forme en el último caso "toda la tierra" significa úni- camente el imperio Romano, toda la tierra sobre la cual Augusto tenía autoridad, así también en el pri- mer caso puede significar el mundo en lo concerniente á Noé. Tales expresiones generales no deben ser toma- das en sentido literal ; así es cuando decimos, " Todo el mundo va á tal 6 cual lugar." El arca, que era un poco mas grande que el vapor " Great Eastern," puede no haber sido capaz de contener dos animales de cada especie del mundo entero, mas todos los animales (dos y dos de ellos) de la tierra que suponemos haber sido anegada por un diluvio parcial pueden haber tenido lugar suficiente. Empero ¿ existe evidencia alguna (fuera de la Biblia) de un diluvio ni aún parcial de alguna importancia? Sí; casi todas las naciones tienen tradiciones de un diluvio asolador. A medida que los descendientes de Xoé se multiplicaban y eran dispersados sobre la tierra, la memoria del gran cata- clismo debía naturalmente pasar á través de los siglos aunque, naturalmente, variaciones habían de ocurrir en el relato. Hay, por consiguiente, el relato de Berosus que en muchos puntos se parece al relato original. Los Chinos tienen una tradición que afirma que toda la tierra fué ahogada excepto tres emperadores. Los Griegos tienen su Deucalión, que construyó un buque en el cual él y su mujer se salvaron de una inunda- ción que destruyó al resto de la humanidad. Entre

102 LA BIBLIA VERIFICADA.

los Indios de América, existen varias tradiciones, una de las cuales la representa el pica-flor que vuelve con una ramita en el pico. Ahora pues, todo esto viene a probar que debe haber existido un aconteci- miento original que ocasionó estas diversas tradiciones. Ni tampoco es el Diluvio un acontecimiento impro- bable mirado bajo el aspecto geológico. Sin ir mas lejos que " Junio, 1819, " dice el geólogo Lyell, " el mar hizo irrupción por la boca oriental del Indo, y en pocas horas convirtió una extensión de tierra de dos mil millas cuadradas en un mar interior." Estamos acostumbrados á oir y ver tocante á elevaciones y hundimientos geológicos de tierra. Winchell, en sus " Perfiles de la Creación" dice que " en 1822 toda la costa de Chile fué levantada á una altura que variaba de dos á siete pies un área equivalente á toda la Nueva-Inglaterra y Nueva- York que hubieran sido levantadas en alto." El mismo geólogo afirma que " una depresión en el valle del Mississippi Inferior solamente de trescientos pies, admitiría las aguas del Golfo de México hasta la desembocadura del Ohio." Cuando Dawson, aun desde el punto de vista cientí- fico nos cuenta acerca de diluvios geológicos sumer- jiendo los llanuras de Europa bajo mil pies de agua, y nos da la información de que la tierra desde la apa- rición del hombre ha tomado cuando menos " una zambullida semejante antes de obtener su presente estabilidad," no necesitamos ser tan escépticos acerca de un diluvio en la Biblia, parcial ó universal ; no necesitamos desacreditar en lo mas minino el del tiempo de Noé. Dios dice con mucha propiedad,

OBJECIONES HECHAS Á LA BIBLIA. 103

" ¿ donde estabas cuando yo eché los cimientos de la tierra ?

Decláramelo, si posees inteligencia.

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j lo sabes sin duda porque habías entonces nacido, Y el número de tus dias es grande ! "

No estábamos presentes cuando el abismo según se nos dice fué roto en tiempo de Noé, y no tenemos razón de negar lo que está afirmado como hecho, lo que es man- tenido por la tradición y demostrado como probable por la ciencia geológica.

En conclusión, que creamos en el diluvio ó no, el diluvio de la muerte se acerca con terrible realidad para cada uno de nosotros. No hay medio de poder rodear las aguas del Jordán, y desgraciados habremos de ser si esta ola poderosa nos arrebata á la eternidad mientras estamos haciendo mofa de ella. Desearemos entonces estar en un arca, el arca de salvación. Bus- quemos seguridad á tiempo porque hay posibilidad de que podamos llegar tarde.

" Viene de la muerte el diluvio ; despierta, Tu vida su ola pudiera aferrar ; Para del arca la puerta hoy abierta, Va el Omnipotente muy pronto á cerrar."

CAPITULO VIII.

CONFIRMACIONES INCIDENTES DE LA BIBLIA.

" Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna."— Santiago ?> : 4.

El apóstol está razonando contra aquellos que se daban por " maestros " en enseñanzas divinas. Im- plica que se necesitan dotes especiales para el puesto de responsabilidad de aquel que ha de dar á conocer la voluntad de Dios.

Los maestros que á mismos se constituyen pueden estar seguros de incurrir en equivocaciones de las cuales se ven libres los inspirados. "Si alguno," dice el contexto, " no ofende en palabra, este tal es varón perfecto." " La lengua," dice Santiago, " es un miem- bro pequeño," mas puede hacernos caer fácilmente. La verdad de esto fácilmente podemos reconocer en la frase latina usada tan amenudo 1<i¡j-<h-< linguae, un desliz de la lengua. Ahora pues, los maestros que Dios inspiró para que nos dieran una regla perfecta de y de práctica, para darnos las Escrituras, no se han deslizado ni aun en palabra. Una mera inexactitud, un desliz de la lengua en lo tocante á cualquier hecho esencial, sería un impedimento á la veracidad de la Biblia. Mas no hallamos nada por el estilo. Si así

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CONFIRMACIONES INCIDENTES DE LA BIBLIA. 105

fuera, pondría el Antiguo y Nuevo Testamentos fuera del dominio de lo que nos ha sido divinamente dado, v nos dejaría sin brújula en religión. Por otro lado, una miera prueba de veracidad confirma nuestra fe en la infalibilidad del Santo Escrito y cuanto mas indi- recta v casual es la prueba tanto mejor. El pro! Blunt en su obra titulada Cóineiderwias Impremedi- tadas^ v Paley en sus Horae Paulina* 6 Hora* con Pablo, han colectado muchas confirmaciones inciden- tales de la Biblia. Unas cuantas de estas, juntamente con algunas que me han ocurrido al investigar el asunto, serán puestas á la vista para consideración y, esperamos, edificación del lector.

Las Escrituras del Antiguo y Xuevo Testamentos han venido á través de las edades como navios : í: em- pujadas por vientos violentos," han tenido que luchar contra huracanes de criticismo; empero cuando han parecido prontas á perecer entre los escollos de la in- fidelidad y el escepticismo, han sido puestas en buen derrotero por un impulso sutil dado por la mano del gran Piloto. ;; Aunque tan grandes," sin embargo una y dos veces han sido dirigidas á favor de la fe del pueblo de Dios por algún acuerdo impremeditado que ha surgido de los escritos de los autores sagrados, por medio de alguna alusión sin importancia que ha sido hallada fiel á los hechos históricos. De aquí el gran significado de nuestro texto al aplicarse á las Escrituras: "He aquí también, mirad las m aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna/'' Coincidencias irnpre-

106 LA BIBLIA VERIFICADA.

meditadas vendrán á suceder á tiempo en que llegarán á ser como el timón muy pequeño que Dios usa para volver las Escrituras de donde algunos quisieran em- pujarlas con vientos contrarios.

1. En primer lugar, veamos en el Antiguo Testa- mento. Cuando José fué vendido por sus hermanos fué á una caravana, leemos en el Génesis, " trayendo aromas, y bálsamo, y mirra, é iban á llevarlo á Egip- to." Aquí tenemos una mera alusión á una clase de tráfico Oriental llevado á cabo con los antiguos Egip- cios. No había especial necesidad para mencionar las especias que eran llevadas á Egipto ; la venta de un hermano era el asunto principal. Mas este incidente tan pequeño, al cual se hace referencia de paso, viene á concordar con el hecho de que el Egipto necesitaba gran cantidad de esta mercancía, y que por consiguiente aquel país, era una plausible comarca y de provecho en el comercio de bálsamos del Oriente. Años mas tarde José, como se nos dice, " embalsamó " á su padre y se entiende que el embalsamar era una costumbre Egipcia, mientras que siglos mas tarde leemos en el Evangelio de Juan acerca de Nicodemo que trajo para el entierro de Jesús " una mezcla de mirra y de aloes, como cien libras." Si cien libras eran necesarias para un solo cuerpo, de seguro, Egipto que tanto embalsa- maba sus muertos, era gran lugar para el comercio de especias. De una manera tan digna de atención viene á concordar una alusión indirecta con un hecho patente. La referencia al comercio de especias es el timón que guarda el buque en el rumbo derecho de la verdad. Veamos por ejemplo otra vez el gran acontecimiento

CONFIRMACIONES INCIDENTES BE LA BIBLIA. 107

bíblico del paso del Jordán. ¿Cuando tuvo lugar? Según el libro de Josué, fué (y está solamente expre- sado entre paréntesis como fuera del asunto principal que se va á narrar) cuando el " Jordán suele reverter sobre todos sus bordes todo el tiempo de la siega." La fecha ademas es indicada como siendo " el dia diez del primer mes." Esto sabemos sucedió cuatro dias antes de la Pascua según otros datos. Mas los Israe- litas salieron de Egipto el dia de la Pascua, immedia- tamente después de las diez plagas, una de ellas siendo la de granizo por el cual " el lino y la cebada fueron heridos y destruidos." Ahora bien ; tres dias antes de pasar el Jordán espías fueron mandados á Jericó, en donde ellos fueron escondidos por Rahab ; y ¿ cómo ? Leemos en el libro de Josué que ella los " escondió entre tascos de lino que tenía puestos en el terrado." La destrucción del lino por medio del granizo de un libro corresponde con la acción de esconder entre el lino en el otro, y esto también cuando ninguno de los dos escritores estaba escribiendo acerca de lino directa- mente, sino que el uno estaba hablando de una plaga y el otro del paso del Jordán, ambos acontecimientos teniendo lugar al tiempo ó cerca de la Pascua. Am- bos escritores decimos, vinieron á hablar de lino por casualidad, lino en su madurez, y así inconsciente- mente vienen á corroborarse el uno al otro y á dar mas fuerza á nuestra confianza en su veracidad. Se corroboran de la manera mas incidental. La manera tan indirecta de esta clase de pruebas es lo que con- firma nuestra fe. Es el timón pequeño que dirige todo el buque, que redime á nuestros ojos en la fe todo

108 LA BIBLIA VERIFICADA.

el Antiguo Testamento cuando es empujado de los vientos violentos de la incredulidad.

Leemos, ademas, en los números que los espías en- viados por Moisés á Canaan vieron " hombres de grande estatura," "hijos de Anak." "Josué," sin embargo, se nos dice en el libro que lleva su nombre, " cortó i los Anakim " y " los destruyó por completo." Empero pasemos al tiempo de David, y llegamos á saber por Samuel que los gigantes no habían sido todos exter- minados, pues " Goliat de Gath " desafió á los ejércitos del Dios vivo. Mas voleamos á Josué y veamos si ani- quilaron por completo á los Anakim, y si podemos darnos cuenta de " Goliat de Gath." Ciertamente que podemos, pues un poquito mas adelante de la parte citada dice, " No quedó ninguno de los Anakim en el país de los hijos de Israel ; únicamente en Gaza, en Gath y en Asdod quedaron algunos." Así tenemos tres testigos aislados Moisés, Josué y Samuel que concuerdan, aunque evidentemente no tratan de estar de acuerdo. Este es un item digno de ser tomado en consideración en un asunto tan importante aunque sea item pequeño. Una pajita indica de que lado sopla el viento. Un timón, que por pequeño que sea deter- mina el rumbo de un gran buque. Un incidente muy pequeño ayuda á establecer todo el Antiguo Testa- mento en nuestra convicción.

Al predicar Joñas, para seguir con nuestra ilustra- ción del asunto, hubo tal arrepentimiento que, leemos en el libro de este profeta, " ambos hombres y bestias fueron cubiertos de saco." Una manera singular é improbable fué esta de duelo, el tener las mismas bes-

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tias vestidas con atavíos de duelo. ¿ No es esta prueba suficiente de que todo el relato acerca de la predica- ción á los Ni ni vitas es una fábula cuando esta circun- stancia tan extraña se nos cuenta, como hecho verda- dero ? Así pudiera parecer hasta que leemos en un escritor pagano. . . . Plutarco, por el cual recibimos información que al morir Pelopidas, cortaron sus soldados sus propias cabelleras y las crines de sus caballos;" y al morir uno de los amigos mas queri- dos de Alejandro Magno mandó en su dolor " cortar todas las crines y las colas de sus caballos y de sus midas" Así es como un escritor pagano, sin inten- ción alguna, viene á hacer creible lo que el escritor sagrado dice acerca del rey de Nínive que como ex- presión de arrepentimiento ante Dios mandó los ani- males mismos, bueyes y ovejas " ser cubiertos de saco." Es este un incidente de poca importancia pero viene á corroborar la veracidad de Jonás, el libro mas atacado de cuantos hay en la Biblia, y viene así á ayudar á establecer el Antiguo Testamento. Es el timón que gobierna todo el buque.

Otro ejemplo ; David en adversidad experimentó la buena voluntad y el favor de un Galaadita de edad, y para recompensarle tomó bajo su real protección un hijo de su amigo llamado " Chimham." No existe mas que una mera alusión á esto en el libro de Samuel y en los Eeyes. Lo que hizo David por Chimham no está expresado con exactitud, mas probablemente le dio una finca cerca de la corte. El nombre sin em- bargo no vuelve á parecer durante cuatrocientos años. ¿Puede acaso no haber sido todo sino una fábula y

110 LA BIBLIA VERIFICADA.

Chimham no haber gozado nunca del favor del rey? ¿Fué esto histórico, ó fué únicamente un romance bo- nito ? Pasamos á través de cuatro siglos y encontra- mos á Jeremías profetizando. Está haciendo la de- scripción de un momento lleno de peligro, y habla de varios Judíos tratando de escapar de la cautividad que había llegado, y usa este lenguage : "Y se fueron, y habitaron en Geruth (al margen, la casa de) Chimham que está cerca de Betlehem, para entrar en Egipto, á causa de los Caldeos." Y así se viene á ver que Chim- ham era en efecto la persona que experimentó el favor del rey y que recibió una finca finca que llevaba su nombre cuatrocientos años después de aquel aconteci- miento. Y lo que es mas el profeta ni aun remota- mente pensaba en corroborar el relato anterior, pues el nombre de Chimham ocurre por casualidad en su relación al mencionarlo como un lugar de descanso para algunos que huían hacia Egipto en su fuga pre- cipitada. De manera que por medio de una mera re- ferencia oscura á un acontecimiento sucedido cuatro siglos antes, una referencia que no notaría un lector entre mil, de una manera tan indirecta viene á ser cor- roborada punto por punto la palabra de Dios, y la confirmación tanto mas fuerte cuanto completamente sin designio de esta clase.

Ademas, leemos en el Segundo de los Reyes : " En- tonces Mesa, rey de Moab, era propietario de ganados y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones." Mas este rey Moabita se rebeló ; determinó el hallar alivio del opresivo tributo que le era impuesto. Leemos en la relación de las

CONFIRMACIONES INCIDENTES DE LA BIBLIA. 111

Escrituras que fué completamente derrotado, pero que se refugió en el último fuerte, y que allí ofreció á su dios, sobre la muralla á vista de los Israelitas que le sitiaban, el costoso holocausto de su hijo primogénito. ¿Y cual fué el resultado? La Biblia responde, " Y hubo grande enojo contra Israel ; y retiráronse de él y volviéronse á su tierra." Esto es, los Israelitas, horrorizados del sacrificio humano y al mismo tiempo inhumano, levantaron el sitio por tenor de que el jui- cio divino cayera sobre ellos cómo causa indirecta de la iniquidad grande que se acababa de perpetrar, y el rey Moabita ganó así su fin, como el creía y como pa- recía, por medio del favor divino alcanzado por medio del sacrificio público de su hijo. Todo este parece muy improbable, ¿no es así? Y habiendo sucedido nove- cientos años antes de Cristo parece mas dudoso, aun- que esté relatado en la Biblia. Mas ha aparecido en estos últimos tiempos una confirmación extraordinaria del relato bíblico. En 1868 un viajero en el antiguo territorio de los Moabitas se encontró con una piedra que tenía dos pies y cuatro pulgadas de ancho ; tres pies, nueve pulgadas de largo y un pié, dos pulgadas de espesor. Esta es la famosa Piedra Moabita, uno de los hallazgos mas maravillosos de este siglo de prodi- gios. Se halla ahora en Paris, y ¿ qué es lo que con- tiene ? Una inscripción hecha por el mismo rey Moa- bita nueve siglos antes de la era Cristiana, y estable- ciendo la verdad del registro inspirado. " Yo, Mesha," se lee en caracteres cincelados é imperecederos, " erijí esta piedra á Reinos, . . . pues el me salvó de todos los saqueadores y que permitió ver el deseo de mi cora-

112 LA BIBLIA VERIFICADA.

zón sobre todos mis enemigos." Y quiénes estaban entre sus enemigos? La Piedra Moabita replica, el "rey de Israel, que oprimió á Moab durante muchos dias." Así claman las mismas piedras en defensa de la palabra de Dios y de nuestra religión sagrada.

Ademas de esto ; los historiadores profanos relatan que la toma de Babilonia tuvo lugar bajo Kabonedo, no bajo Belsasar, que nombra Daniel. Los escépticos agrandan esta discrepancia como muchas otras. Em- pero hace unos cuantos años en los alrededores de Ba- bilonia se encontró un cilindro que daba información de que Nabonedo tenía un hijo llamado Belsasar, que estaba asociado á su padre en el gobierno. Así es es- tablecida una armonía completa entre el escritor sagra- do y el historiador profano, y al mismo tiempo una observación casual viene á ser esplicada. Belsasar según lo dice Daniel, había prometido que el intér- prete de la escritura en la pared sería el " tercer señor en el reino." ¿Porqué no el segundo en lugar del tercero? La asociación de dos monarcas, Nabonedo y Belsasar, aclara lo que por largo tiempo había sido un misterio. El escritor inspirado observa por casua- lidad que el descifrador de la escritura habia de ser constituido el "tercero," y nadie supo la razón de porqué el tercero hasta que un cilindro hace poco tiempo reveló el secreto por medio de su alusión al trono de Babilonia ocupado por padre é hijo junta- mente, que naturalmente habian de ser el primero y el segundo aunque Daniel directamente no menciona mas que uno de los dos. Podríamos extendernos in- definidamente dando especificaciones acerca de las con-

CONFIRMACIONES INCIDENTES DE LA BIBLIA. 113

firmaciones incidentales al Antiguo Testamento. Re- petidamente, un timón muy pequeño hace justicia en nuestra al buque de la palabra de Dios cuando es empujado por los vientos impetuosos de asaltos escép- ticos.

2. Tenemos, en segundo lugar, confirmaciones tan dignas de atención como estas acerca del Nuevo Tes- tamento. ¿ Dice Pablo en su Epístola á los Efesios, " Soy un embajador en prisiones " ? El historiador de los Hechos le hace decir, " Estoy aprisionado con esta cadena." ¿Dice el relato histórico, "Saulo desolaba la Iglesia " ? Pablo confirma esto cuando escribe su carta á los Gálatas : " Sin medida perseguí á la Iglesia." ¿Dice Lucas que Timoteo era el hijo de una Judía? Pablo insinúa (y una insinuación es á veces una prueba mas poderosa que una afirmación directa) lo mismo cuando en su Epístola á Timoteo dice, " Desde niño has conocido las Santas Escrituras." De seguro cono- ció las Escrituras desde su infancia si tuvo una madre Judía. Las palabras de Lucas y de Pablo de esta manera, y sin designio alguno, son confirmadas unas por otras. ¿Afirma Lucas que los Saduceos creían que " No hay resurrección, ni ángel, ni espíritu " ? Josefo que nació el año 37 de Jesucristo, y así pertenecía á la primera centuria de la era Cristiana, dice, " La doc- trina de los Saduceos es esta, que las almas mueren con los cuerpos." Así que tanto Judíos como Cristia- nos vienen á concordar sin co lusión alguna.

El autor de los Hechos, sin que entre en su fin prin- cipal habla de " la Puerta la Hermosa del Templo." El historiador Judío, sin hacer referencia alguna á 8

114 LA BIBLIA VERIFICADA.

Lucas, cuenta de una de las puertas del templo que " excedía grandemente" á las demás en belleza, y que estaba " adornada de una manera muy costosa, como teniendo planchas de oro y de plata mas ricas y mas gruesas " que las demás. Según los Hechos, el sacer- dote de Júpiter trajo " bueyes y guirnaldas " para sacrificar en honor de los apóstoles. En un triunfo dedicado á un general de la antigüedad, figuraban, según la historia clásica nos cuenta (Plutarco), " cien- to veinte toros engordados, con los cuernos dorados y las cabezas adornadas con cintas y guirnaldas." Así aperece la exactitud en los hechos mencionados por los escritores del Nuevo Testamento, y cuando sin connivencia son corroborados por el testimonio pagano debemos juzgar que aquellos que fueron fieles en recor- dar lo de menos importancia lo fueron también en su narración de cuestiones de mas peso.

Acaso fué Pablo injusto para con los Cretenses cuando dijo de ellos en su carta á Tito que habían de guardarse de " enseñar cosas que no debían, por el interés rastrero? No, sino que concuerda esto con el carácter que Plutarco les atribuye en su biografía de Perseus que fué notorio por su avaricia el cual " euga- ñó " á sus secuaces de Creta no pagándoles el precio prometido por cierta vajilla valiosa. La historia añade, " No hizo mas que obrar cual Cretense con los Cretenses." Los autores inspirados y los no inspira- dos vienen así á estar de acuerdo acerca del carácter atribuido á aquellos isleños, aunque la tal armonía fuera sin intención y casual. Es esta una circunstancia pequeña y sin embargo de mucho valor : es el timón

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que dirije todo el buque por grande que sea ; es una de esas coincidencias que vienen á confirmar todo el Nuevo Testamento.

¿Llega este libro á hablar de la crucifixión de Cristo por Pilato, y de sus discípulos ser " llamados Cristia- nos " ? El Romano Tácito que vivía durante el pri- mer siglo habla de las " personas comunmente llama- das Cristianos que eran odiadas por sus enormidades. Cristus su fundador fué muerto cual criminal por Poncio Pilato." ¿Dice Lucas en los Hechos que " Claudio mandó que todos los Judíos salieran de Roma " ? Suetonio, un contemporáneo Latino, dice hablando del mismo emperador, " Mandó este que to- dos los Judíos fueran desterrados de Roma por cuanto ocasionaban motines de continuo á instigación de un tal Crestus ; " son estas cosas muy pequeñas, pero har- monizan notablemente y esto sin proposito alguno. Cuando iba la multitud á ser alimentada milagrosa- mente del otro lado del mar de Galilea, dice Juan que Jesús preguntó á " Felipe " endonde podría comprarse pan. ¿Porqué razón podemos suponer que la pre- gunta fué dirijida á Felipe ? Muy bien podemos cer- ciorarnos del porqué de una manera indirecta. De Lucas aprendemos que el milagro tuvo lugar en los alrededores de " una ciudad llamada Bethsáida." Y nos dice Juan aunque no en conexión con el milagro que " Felipe era de Bethsáida." De esta manera ve- mos el porqué Felipe vino á ser interpelado acerca de la facilidad de comprar pan. Había este sido criado en los alredores, y debía conocer tan bien como cual- quier otro en donde podía llevarse á cabo la compra

116 LA HlJJLIA VERIFJi ADA.

deseada. Esta es una evidencia indirecta pero de mucho peso para corroborar la veracidad de Juan, el cual sin decir que las multitudes fueron milagrosa- mente alimentada en Bethsaida, nos da cuenta del hecho que Cristo indagó del discípulo que debía saber donde podría comprarse pan, puesto que la localidad era cerca de su ciudad natal. Es uno de esos fcoq menores que establecen la veracidad del Nuevo Testa- mento.

De nuevo vuelve el timón pequeño á ser puesto en evidencia cuando Pablo en su epístola a los Romano- encomienda á su favor a Phoebe, " una sirvienta de la Iglesia que está en Cencrea," y cuando se da cuenta de la manera la mas casual en los Hechos de que * habia" Pablo "rapado la cabeza en Cencrea." Una referencia muestra que él conocía a uno de los miem- bros de aquella iglesia, y la otra de que había estado allí ; y sin intención alguna se confirman el uno al otro y hacen firme nuestra fe en todo el Nuevo Testa- mento.

Otro hecho : leemos en la epístola á los Colóse: " Onesimo, el fiel y querido hermano que e* uno de los nuestros;" esto es, uno de los Colosenses. ¿Puede - esto, no directa sino indirectamente probado? Volva- mos á la epístola á Filemon, y veremos que Onesimo era un esclavo de este. ¿Pero vivió Filemon en Colo- sae i La epístola que lleva su nombre no nos da nin- guna información tocante á esto, mas contiene saluta- ciones á Filemon "ya Archipo" ¿Dónde vivía Ar- chipo ? La Epístola á los Colosenses dice, " Decid á Archipo." "Mira que cumplas el ministerio que has

CONFIRMACIONES INCIDENTES DE LA BIBLIA. 117

recibido del Señor." De manera que Archipo era de Colosas, y por consiguiente Filemon también lo era y también Onésimo, puesto que era esclavo de Filemon ; y de esta manera verificamos lo escrito por el apóstol á los Colosenses ; Onésimo " el cual es uno de vosotros'' Estas coincidencias casuales son las que dan credibili- dad á los diversos testimonios en el juzgado, y son es- tas concordancias en el detalle que prueban la veraci- dad de los autores del Nuevo Testamento.

El hecho es que ambos el Antiguo y el Nuevo Tes- tamentos son verificados con frecuencia de la manera la mas indirecta pero también la mas positiva por los maravillosos descubrimientos que ocurren diariamente. Ahí está por ejemplo, el caso tan mencionado y aludi- do ya en los capítulos anteriores, del título propio de Sergio Paulo el gobernador de la isla de Chipre al naufragar Pablo en la isla. Por largo tiempo se creyó que Lucas se había equivocado al llamar á este magistrado "procónsul" en vez de " propraetor," pero entre las confirmaciones todas de cuanto éi escribió no hay una de mas peso que el hallazgo del General Ces- nola, en sus excavaciones modernas de Chipre, una moneda con la inscripción, "En el proconsulado de Paulo" que puede haber sido el mismo Sergio Paulo nombrado por el historiador sagrado, y cuyo título cuando menos llegaría á ser corroborado fuera de toda duda. Dos incidentes mas merecen ser mencionados á causa de su significado muy importante. Leemos en la profecía de Haggeo, "y ponerte he como anillo de sellar," y de gran significación es que hace algunos años, al abrir un conducto en Jerusalem á veintidós

118 LA BIBLIA VERIFICADA.

pies de profundidad, fué hallado entre escombros de cacharros y cristal el sello de un hombre, una piedra negra finamente granulada, con la inscripción, " Hag- geo el hijo de Thebanías." El letrero es por el estilo del que usaban durante la Cautividad de Babilonia. El profeta Haggeo fué uno de los cautivos que vol- vieron á Jerusalem con Zorobabel. El sello hallado puede pues ser el mismo que sugirió las palabras de Haggeo cuando dijo de su jefe y guía " y ponerte he como anillo de sellar." El profeta puede haber mos- trado su propio anillo á Zorobabel, y quizás el mismo anillo encontrado mas tarde y ciertamente grabado con el nombre de " Haggeo." Cuando Jeremías, como aquel noble romano que compró el terreno donde habia acampado Aníbal, compró, con plena confianza en el futuro, su terreno hereditario de Anatot sobre el cual rodaban las máquinas de guerra de los Babilonios, el profeta dijo al concluir este negocio famoso, " Firmé la escritura, y le puse el sello." Y cuanto apreciaba él su sello queda indicado en otro versículo de su pro- fecía en donde representa á Dios diciendo del rey de Judá que aunque " fuese él como su sello en su diestra, le arrancaría de allí." En conexión con todo esto está la descubierta significativa de que en Egipto, donde vemos al profeta hacia el fin de su vida, se en- cuentra un sello notable en caracteres Fenicios con la inscripción : la Prosperidad de Jeremías." El tipo de letra es atribuido al siglo séptimo antes de Cristo, y de consiguiente " puede ser el sello una verdadera re- liquia del gran profeta hebreo Jeremías." Estas con-

CONFIRMACIONES INCIDENTES LA BIBLIA. 119

urinaciones casuales de los escritos proféticos son mara- villosas.

La consecuencia de todo esto es, que ambos Testa- mentos, el Antiguo y el Nuevo, han llegado hasta nosotros á través de muchos siglos, sobre mares tem- pestuosos, atormentados por huracanes de crítica infiel, mas cuantas veces han sido dirigidos contra los escollos de incredulidad otras tantas han sido dirigidos otra vez á la confianza de los fieles por alguna coincidencia imprevista, por medio de alguna confirmación inciden- tal de su completa veracidad. " Mirad también las naves ; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna." Así también las Santas Escrituras ; demos gracias á Dios por su conservación y la correboración de ellas en modos tan inesperados é impremeditados. Dios por medio de un timón muy pequeño las ha guardado directas en su curso para llevar las buenas nuevas de alegría á todo el mundo.

CAPITULO IX.

LA BIBLIA Y LA CIENCIA ; O LA SEMANA DE LA

CREACIÓN.

" Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día." Ex. 20 : 11.

Echaremos una mirada general y una específica en la consideración del asunto sugerido por este texto, que trae en primer lugar á nuestro pensamiento el tema de la Biblia y la ciencia.

1. La semana de la Creación como nos es dada por Moisés en el primer capítulo del libro del Génesis, ha sido causa de mas discusión quizás que ninguna otra porción de las Escrituras ; ni aun hoy dia ha sido el Génesis armonizado con la geología de una manera que satisfaga todas las mentes. Hay algunos á quienes les parece irreconciliable desde el principio esta con- troversia, y que por consiguiente desechan todo el sis- tema de la revelación, reconociendo únicamente la naturaleza. El primer artículo del credo infiel ha sido formulado de esta manera : " Creo que no hay Dios ; que la materia es Dios, y que Dios es la mate- ria ; y que no importa que haya Dios ó no."

Pero mientras algunos consideran la cosmogonía Mosaica enteramente fabulosa, y otros alegórica cuando mas una pintura de las grandes épocas de la

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LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 121

creación la mayoría de los eruditos bíblicos preten- den que el narrativo es histórico y verdadero por com- pleto. Sin embargo no existe ningún intérprete inteli- gente que mantenga ahora que la creación tuvo lugar en seis dias de á veinticuatro horas cada uno. Esta fué la opinión imperante durante muchos siglos (aun- que Agustín y algunos otros de los Padres de la Iglesia no fueron de ella), la cual no fué abandonada al principio, aunque parecía no estar de acuerdo con los hechos geológicos.

¿Qué importa que las formaciones sedimentarias fueran tales que parecieran indicar una obra de mi- llares y quizás millones de años? Se afirmaba que Dios pudo haber formado los depósitos en un momento. Así también pudo haber formado el tallo de yerba en un instante, mas vemos que no lo hace, y así es difícil creer que formó la piedra arenosa, cuya formación natural queda mejor explicada por medio de un pro- ceso largo, tal cual el que tiene lugar hoy dia. ¿ Que las rocas contenían restos fósiles que parecían demo- strar que ambos animales y plantas existieron por largas edades antes del tiempo asumido para la crea- ción ? Dios podía haber creado un fósil instantánea- mente, se pretendía, para representar un animal ó una planta que jamás existieron. Dios quizás podía haber obrado a&í; pero no es probable que así obró. Ese argumento jamás satisfizo la mente humana. Si, al excavar los restos de una ciudad enterrada, llegaran á ser exhumados los gentes creerían que fué la ciudad allí edificada por una generación de hombres que allí vivieron. En verdad podía Dios haber enterrado en

122 LA BIBLIA VERIFICADA.

aquel lugar tales restos por medio de un fiat suyo cuando llamó á la vida á todo un universo, pero úni- camente los mas ignorantes darían crédito á tal teoría. Así también el descubrimiento de fósiles hundidos pro- fundamente en rocas sedimentarias que solamente pu- dieron haber sido formadas por medio de un depósito lento durante un período mucho mas largo que la edad comunmente atribuida á este mundo, impulsa la razón a creer que, por ejemplo, las pisadas de aquellos ani- males inmensos " que hallaron las arenas y el cieno Perineos" fueron impresas allí naturalmente por aque- llas criaturas gigantescas cuando aquellos depósitos alu- viales llegaron á constituirse millares y millares de años ha, y que Dios no llegó á imprimir hace seis mil años aquellos pisadas semejando vida en las capas estratificadas justamente para engañar al hombre. De la misma manera la hoja ó el árbol petrificados no puede creerse fueron sobrenaturales sino una for- mación natural. No los vimos volverse piedra, pero sabemos qué así sucedió, porque podemos trazar las líneas originales del vejetal con sus característicos. Así que una creación progresiva no puede ser dudada por mas tiempo, extendiéndose este progreso mas de seis dias de á veinticuatro horas cada uno.

Hay dos métodos principales para calcular el tiempo de las formaciones geológicas. El uno es fijar un gran golfo entre el primer versículo de los anales inspirados y lo que sigue : u En el principio creó Dios los cielos y la tierra." Al período indefinido " en el principio," pueden ser asignados aquellos grandes períodos de que leemos en los libros. Cámbrio, Silurio, Carbonífero, ó

LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 123

Primario, Segundario y Terciario, Azoico, Mesozoico y Paleozoico, y así hasta concluir con la lista técnica ; estos todos ellos pertenecerían al "en el principio." Después sucederían seis dias ordinarios, durante los cuales el desorden del caos anterior sería desenvuelto en el hermoso cosmos que vino á ser la habitación del hombre, por medio déficits del Todopoderoso.

El otro método para reconciliar los anales geológico y Mosaico es el suponer que los dias sean largos perío- dos de tiempo. Las abogados mas preeminentes de esta opinión en el terreno científico son el Profesor Dana de la Universidad de Yale, y el Profesor Guyot de la Universidad de Princeton, y ciertamente que sus explicaciones son muy plausibles ; y no es extraño que una gran porción de la Cristiandad va conformándose en acceptar una armonía que puede llegar á ser de esta manera establecida. No hace fuerza á ninguna de las leyes de la hermenéutica, ni tampoco á ningún principio de la exégesis, el prolongar así indefinida- mente los seis días de la creación. Los mismos escri- tores sagrados nos aseguran que un dia es para con el Señor como mil años. Ademas encontramos en la Biblia expresiones como estas : " el día de salud," " el día de la ira," " el día de la tentación," " el día aciago," " el día de Egipto," en los cuales está de manifiesto que no hay límites de horas. En la relación misma de la creación esta es la palabra empleada para marcar los períodos de duración. Ocurre tres veces antes que el sol aparezca ese orbe que dio la presente suce- sión de dia y noche, luz y obscuridad. Una vez se usa para abarcar el período entero de la creación

124 LA BIBLIA VERIFICADA.

" en el dut que el Señor Dios creó los cielos y la tierra," siendo así este dia coextensivo á los seis dias mencionados previamente. Come cuestión de inter- pretación pues, no hay dificultad para que podamos hacer que los días denoten épocas geológicas como hizo el erudito Tayler Lewis en su famoso tratado de los Seis días de la Creación.

Pero una cuestión aún mas importante es esta : ¿ Es el orden de la Creación el mismo en la Escritura que científicamente ? El paralelismo es tan marcado hasta llegar á convencer las mentes mas ilustradas, mismo entre los hombres científicos mas eminentes á los cuales se ha apelado, de que ambas revelaciones, en la pala- bra de verdad y en la obra de la naturaleza, debe ser igualmente de Dios. El profesor de Yale, en su Ma- nual de Geología, dice : " El orden de los aconteci- mientos en la cosmogonía de la Escritura corresponde esencialmente con la que acabamos de dar " (en su libro) ; y en esto ve el profesor una profecía de gran alcance á lo cual no hubiera podido llegar ninguna filosofía por preclara que hubiera sido." El distin- guido naturalista de Princeton llegó á quedar tan im- presionado de las semejanzas que escribió un tratado sobre la Creación : ó sea La Cosmogonía Bíblica á la Luz de la Ciencia Moderna, en el cual arde su entu- siasmo a causa de lo que el llama " la gran semana cosmogónica descrita por Moisés." Dawson, Cana- diense, presenta en su Origen del Mundo, aun mas detalladamente el acuerdo que existe entre la Biblia y la ciencia. Son los pensamientos de especialistas

LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 125

como estos que hemos tratado de asimilar y que esta- mos esforzándonos en desarrollar.

En estos tiempos de contrastes escépticos trazados entre la creación y la evolución, en desventaja de la primera de estas dos, debemos recordar que no anta- gonizan necesariamente que hay evolucionistas tei- stas y Cristianos, como el difunto Profesor Gray de Harvard famoso en botánica, y como el lamentado Agassiz. Impongámonos de los hechos, y no nos asustaremos por lo que puedan afirmar los infieles en divergencia ú oposición ; y no titubeará nuestra fe en lo mas mínimo al pronunciar las palabras habladas por inspiración y trasmitidas hasta nosotros : " Por- que en seis días creó Dios los cielos y la tierra, y cuanto en ellos hay, y al séptimo día reposó."

2. Volviendo ahora á los detalles, sigamos la última senda trazada por la ciencia acerca de la semana de la creación, y veamos como no difieren ni aun en lo mas mínimo de las sendas antiguas de la religión.

El primer día ó era geológica, fué caracterizada por la creación de la materia y la aparición de la luz. El universo fué llamado á la existencia, pero en una con- dición caótica ó nebulosa " estaba la tierra desorde- nada y vacía." Fué creada una nebulosa, difundida en el espacio, pero esta masa vaporosa estaba inerte hasta que Dios dijo, " Sea la luz." Esta no fué la luz del sol (que aún no había aparecido), sino luz cósmica una luz producida por medio de la acción molecular. El Todopoderoso impartió una moción rotatoria á la masa ígnea, la hizo girar ; la dio leyes de acción que obran aún en la fuerza de gravitación, en la química

126 LA BIBLIA VERIFICADA.

y otras fuerzas. Este fué el principio, una neblina de fuego revolviendo sobre un eje, materia en actividad. "Un relámpago luminoso a través del universo," dice el cientista (Dana reasumiendo á Guyot), " vino á ser el primer anuncio de que la obra había sido empe- zada." Esto en lo que concierne al primer día ; en lo relativo á la tarde y la mañana " es una metáfora familiar," se nos dice (Dana) con bastante razón, para indicar " el principio y el fin de cada obra," pues aún no existía el día solar. Únicamente existía el re- splandor resultante de los movimientos de una mul- titud de átomos.

El segundo día (6 edad geológica) fué marcado por la separación de las aguas de con las aguas por medio de un firmamento. Lo gaseoso con el tiempo llegaría á convertirse en materia derretida, asumiendo la con- sistencia del agua. Tales aguas fueron, separadas de con las aguas ; la gran masa acuosa se dividió for- mando glóbulos cada uno de proporciones inmensas. En el día primero fué creada la materia y dotada de fuerza, mas era una masa conjunta girando ; una masa fluida y vastamente esferoidal. Conforme se fué en- friando y condensando fué girando más y más rápida- mente, hasta que la fuerza centrífuga llegó á ser mas grande que la centrípeta, hasta que parte por parte, cual si hubieran sido otras tantas gotas de agua, fue- ron arrojadas al espacio asumiendo cada una de ellas la forma esferoidal obedeciendo á las leyes de moción. Una de estas masas extensas giratorias vino á consti- tuir el material origen de nuestro sistema solar, que á su vez se partió, y de esta manera vinieron á ser for-

LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 127

mados los planetas ; y estos á su vez, cuantas veces llegaron á lanzar en el espacio parte de su masa, líquida aún, otros tantos satélites ó lunas llegaron á formar. Así llegó nuestro actual sistema solar á ser producido y desarrollado, su masa central constitu- yendo el sol, que hasta hoy día es una esfera ardiente y esplendorosa. Este proceso de división y subdivi- sión de la materia prima ocupó el segundo día. La tierra, incluida antes en la masa total, vino á ser indi- vidualizada, viniendo á tener una existencia á parte, y una forma determinada. Sus aguas fueron dividi- das, puestas aparte de las demás aguas. Este globo líquido nuestro llegó á ser definido, desenredado de Ja demás neblina de fuego. Las palabras exactas del cientista (Guyot) al describir la obra del segundo día son : " La inmensa nebulosa del primer día se rompe en una multitud de masas gaseosas, y estas son con- centradas en estrellas." Una de estas estrellas nebu- losas fué la tierra.

Llegó el tercia dia, y con él, según la narración bíblica, continentes, océanos y vegetación. Esto con- cuerda con los hechos geológicos. La tierra incom- pleta llegó á enfriarse y contraerse, y los vapores con- densados vinieron á formar un mar que cubrió la entera superficie del globo. La esfera caldeada con su costra enfriándose debió naturalmente arrugarse, formar grandes surcos, adquirir elevaciones y depre- siones, y de esta manera llegó á resultar el mar y la seca. Entonces el organismo de las plantas inferiores tuvo su principio, mientras que las aguas permanecían demasiado calientes para permitir la vida animal, y

128 LA BIBLIA VERIFICADA.

vale la pena hacer constar aquí que algunas formas de vegetación pueden existir á una temperatura de dos- cientos grados Fahrenheit. La tierra vino á ser un inmenso invernadero, húmedo, abrigado, produciendo esa vegetación exuberante de la cual nos conservan los vestigios las rocas eternas, cuando llegaron los heléchos á tener la altura de los arboles mas corpulentos de nuestros bosques. No es patente si la vegetación llegó á desarrollarse de la materia existente sin un acto crea- tivo. Una cosa es evidente, y esto es que ningún ex- perimento ha tenido éxito en arreglar partículas mate- riales de tal manera que alguna de las especies exis- tentes haya podido ser reproducida ; la generación llamada espontánea no ha sido aún demostrada. Puede ser que la vegetación obtuvo su desarrollo de la mate- ria dotada desde el principio de fuerza germinativa bajo condiciones favorables, pues es el lenguage, " Pro- duzca la tierra." Hubo una creación absoluta desde el primer día, mas la palabra " crear " no se emplea para expresar el trabajo del segundo día, cuando, por consecuencia, puede la tierra haber sido evolución de la masa general ; y la palabra " crear " tampoco es usada para el tercer día, cuando parece como si los conti- nentes y océanos llegaran á ser formados por un pro- ceso natural, y cuando es posible que lo vegetación fué desarrollada de la tierra, y no estrictamente creada ; cuando la creación llegó á ser mediata de los mate- riales preexistentes. Son puntos estos muy inciertos, pero no existe duda alguna en lo que toca á la armo- nía en los acontecimientos principales del día tercero en el Génesis y de la era correspondiente en geología.

LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 129

Estraño como puede parecerlo, no tiene Moisés sol, ni luna, ni estrellas hasta el día cuarto ; empero esto también concuerda con la revelación que hace la cien- cia. Mientras la tierra estaba caldeada tenía una atmósfera de vapor. Debían subir de las aguas va- pores espesos, y por consiguiente permanecían densas las nubes alredor del planeta. Mismo cuando la pri- mera vegetación hizo su aparición bajo una tempera- tura de doscientos grados de calor, deben de haberse levantado grandes y espesas nubes de gases y vapor. La humedad del aire debe haber sobrepujado cual- quier grado al presente experimentado, aún en nues- tras neblinas las más densas que impiden la vista á unos pasos de distancia. Por medio del enfriamiento continuo vino á ser el agua menos y menos convertida en nube, y la capa de niebla que rodeaba la tierra lle- gó á romperse por fin y desaparecer, y el sol vino á resplandecer por vez primera sobre nuestro planeta. La luna también vino á brillar meciéndose en su órbi- ta, y las estrellas ardieron centelleantes añadiendo su belleza al esplendor de la escena. Así, " Hizo Dios dos grandes luminares" en el día cuarto, conforme leemos, "y creó también las estrellas/' Esto es las hizo aparecer, pues aquí la palabra no es " crear." . . . ¡ Cuan maravillosa la exactitud del lenguage, y cuan asombroso que el falto de ciencia Moisés viniera á hacer que nuestros luminares brillaran de acuerdo con el tiempo señalado por la geología! Los contó creados al principio, cuando pertenecían á la primera masa nebulosa, mas no los delineó en un cielo puro y claro hasta que la tierra hubo enfriado su costra lo 9

130 LA BIBLIA VERIFICADA.

suficiente y cesó de formar las nubes impenetrables. Verdaderamente, grandes y maravillosas son las obras de Dios cual aparecen en la Escritura y la geología en conexión con el cuarto día de la semana de la crea- ción.

El día quinto introduce con consistencia los órdenes inferiores de la vida animal, y aquí por primera vez desde la creación original ocurre la palabra significa- tiva " creó," como para denotar que no hay desarrollo de planta á bestia.

El día sexto introduce los animales de mas alta es- cala, y al hombre para coronar la obra, pero con refe- rencia á él se afirma una creación, y es repetida tres veces, como para dar más énfasis á su distinción com- pleta de con las bestias, de las cuales no podía recibir su origen tanto como el animal no lo podía recibir de la planta ; y el cientista mismo (Dana) da testimonio de esto : " Nunca se han hallado restos ningunos de hombre primitivo que fuera de un grado inferior que el de las tribus mas inferiores hoy día existentes ; nin- guno que demuestre una postura menos erecta ni con caracteres inferiores á los de la exaltada especie." Y Guyot dice que la Escritura nos da el " orden preciso indicado por la geología " en el desarrollo de la vida animal desde sus formas las mas ínfimas subiendo al través de la era reptílea, cuando creaturas pareciendo cual enormes pájaros y cangurús que se alzaban sobre sus patas de atrás, siendo de una altura de ochenta pies, andaban en el Estado de Colorado es decir del progreso de la vida animal hasta el hombre durante el día quinto ye el día sexto.

LA BIBLIA Y LA CIENCIA. 131

De esta manera la armonía entre los seis días del Génesis y las eras correspondientes de la geología viene á ser completa. Ambas reconocen un desarrollo gra- dual, y ambas también hallan crisis durante las cuales evolución debe ser suplementada por creación; y la única cuestión del debate es cuántas veces ocurre el acto creativo. Una creación original nunca podrá ser confutada, y aunque llegase á ser definitivamente esta- blecido que la humanidad misma vino á ser evolución de un organismo primordial, quedará siempre sin embargo un Creador que adoremos y á quien tributemos home- nage, el cual pudiera dotar una nebulosa flotante con una potencia tal que sistemas de mundos llegaran á desarrollarse de ella, un globo ardiendo, una tierra verde esmeralda, cielos azules, pájaro y bestia, y ese rey del todo el hombre imperante.

El día séptimo vino apropósito con la falta de toda energía creativa, extendiéndose sobre la historia com- pleta de la humanidad. La era de la humana exis- tencia fué el Eeposo de Dios. Es ademas un día geo- lógico, con una duración de cuando menos seis mil años, durante los cuales Dios, hasta cierto punto ha estado descansando. Tal es la semana creativa, con su gloria culminante en esta era Sabática del hombre. Y nota Guyot una circunstancia muy estraña cuando dice : "Y al final de cada uno de los seis dias de tra- bajo de la creación encontramos una tarde. Pero la mañana del día séptimo no está seguida por ninguna tarde. El día dura todavía. " Cuando llegue la tarde habrá sonado la última hora de la humanidad." Como este momento, se acerca en realidad para cada uno de

132 LA BIBLIA VERIFICADA.

nosotros con el día de nuestra muerte, y como Dios tiene su descanso de santa complacencia en su obra, tengamos nosotros también, después de nuestros seis dias de trabajo, un día séptimo durante el cual poda- mos estar tranquilos y silenciosos meditando con reve- rencia en asuntos tan trascendentes como el que aca- bamos de considerar. Ojalá podamos, en vista del pensamiento que venimos de presentar, exclamar con una significación mas sublime, con una fe mas firme, con un espíritu mas reverente, y con un corazón mas agradecido, "Acuérdate del día de Reposo para santi- ficarlo. . . . Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, la mar, y cuánto en ellos hay, y el séptimo descansó.,,

CAPITULO X.

LA BIBLIA Y LAS MOMIAS DE LOS FARAONES.

" Y mostraste señales y maravillas sobre Faraón y en todos sus siervos, y en todo el pueblo de la tierra ; por cuanto sabías que se habían portado soberbiamente contra ellos ; é hicístete nombre grande, como parece este día." Neh. 9 : 10.

En la primavera de 1887 los diarios contenían noti- cias sorprendentes : los restos de Lincoln habían sido examinados y reconocidos previo á dársele sepultura por última vez (como pudiera haberse esperado), á aquel nuestro gran mártir-Presidente. Habían trascurrido mas de veinte años desde su muerte, y sin embargo aún conservaban sus facciones la misma expresión familiar de cuando estaba en vida. Admirable, ex- clamamos, que la faz del amado y distinguido difunto pudiese ser conservada en un estado tal de preserva- ción. . . . Pero mas maravilloso es el hecho hacia el cual es la atención nuestra dirigida en este momento. Por medio de los ojos de observadores modernos vamos á ver los rostros mismos de algunos de los Faraones de Egipto. Napoleón alentó á sus soldados á que gana- ran la célebre victoria de las Pirámides diciéndoles ante aquellos monumentos de la antigüedad : " Solda- dos, . . . acordaos que de lo alto de esas Pirámides cuarenta siglos os contemplan." Hoy día, no sola-

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134 LA BIBLIA VERIFICADA.

mente las obras estupendas de los Faraones, sino tam- bién estos monarcas mismos, están mirando á los via- geros que van á Egipto ; las momias de estos reyes acaban de ser descubiertas en Tebes.

Muchos han estado cayendo en incredulidad acerca de lo que se encuentra relatado en la Biblia de los antiguos monarcas del Egipto en conexión con los caracteres bíblicos. El escepticismo ha estado com- batiendo contra Moisés, se ha estado burlando de sus " equivocaciones," hasta el punto de que algunos han llegado á considerarle como un personage fabuloso. La historia de José ha sido llamada un romance muy bonito, y nada mas. Una de las escuelas de la " mas alta crítica " ha tratado de socavar la exactitud de todo el Pentateuco. " Las señales y maravillas mos- tradas sobre Faraón " de las cuales el texto hace men- ción han sido miradas como cuentos vanos, como vi- siones de mentes supersticiosas, cual las fábulas en que abunda la historia clásica. Pero justamente cuando con mas confianza de demolir los fundamentos de la religión revelada fueron dados los asaltos, ha sido cuando han venido á suceder confirmaciones de la Bi- blia verdaderamente sorprendentes. Mayores, quizás en su alcance, que los milagros de otros tiempos han sido las revelaciones de estos últimos años, por las cuales las momias de algunos de los mas grandes Fa- raones han venido á ser descubiertas.

Es muy sabido que el embalsamamiento era llevado á cabo hasta el punto casi de la perfección por los egip- cios. Durante muchos siglos fué el arte practicado, y se ha calculado que debe haber en la tierra del Xilo

LA BIBLIA Y LOS FAKAONES. 135

de cuatrocientos á setecientos millones de momias. Estas están siendo halladas constantemente, y unos cuantos pesos duros pueden pagar por uno de estos cuerpos secos y arrugados de los tiempos pasados.

En 1881 cruzó la noticia los hilos telegráficos de In- glaterra, Francia y los demás países del mundo de que se había hecho un rico " hallazgo " de momias reales. En 1882 llegaron los informes oficiales de profesores y de autoridades en geología. Personas expertas en Egiptología empezaron á admirarse de ciertos adornos raros puestos en circulación, en los cuales se leían cier- tas inscripciones que indicaban que estos adornos ha- bían sido usados por algunos reyes en tiempos muy remotos. Procedían estos adornos de tres hermanos que no querían dar razón del lugar donde los encon- traban por las buenas rentas que los tales adornos les proporcionaban. Dieron á entender que poseían ma- yores tesoros aún que aquellos, que podrían vender en adelante por cierto precio. Ellos sin embargo guar- daron su secreto provechoso hasta que el uno de ellos fue preso, y el temor de que este revelase el secreto y recibiese solo el premio ofrecido por la revelación del secreto hizo que los otros dos hermanos se le anticipa- ran y descubrieran el lugar, una cueva llena de mo- mias de los reyes de Egipto,

En la roca viva habían hundido un socabón de seis pies y medio cuadrados y treinta y siete pies de longi- tud. Á la extremidad de este se encontraba un pa- sillo largo y tortuoso, conduciendo á un cuarto ó bóve- da de veintitrés pies de largo por trece de ancho. En este cuarto subterráneo yacían las momias de cuarenta

136 LA BIBLIA VERIFICADA.

individuos, algunos de los cuales probaron ser los cuer- pos embalsamados de los mas grandes de entre los Fa- raones. Fueron sacados, y empaquetados cual si fue- ran flete, y puestos á bordo de uno de los vapores modernos que triunfante los llevo silvando y reso- plando sobre aquellas mismas aguas que tres ó cuatro mil años antes soportaron las barcas fúnebres de los poderosos difuntos. ¡ Cuan triste comentario acerca de la humana grandeza ! . . . Esos Faraones amorma- dos adornan ahora un museo en Bulak, situada cerca del Nilo, á corta distancia del Cairo! Estas son "las señales sobre Faraón," para citar nuestro texto, " como parece hoy día."

¿Qué Faraones han sido hallados? Faraón signi- ficó durante mucho tiempo, mas bien el nombre del puesto mas alto en la nación que el del rey mismo. Fue como el de Cesar en los anales Romanos, como Czar en la historia Rusa, como el título y autoridad de Presidente en una república. Significaba " Casa Grande," y así correspondía al de " Sublime Puerta " en Turquía hoy día. La casa de Faraón fué grande. De ella procedió una línea larga de monarcas famosos que reinaron con esplendor durante centenares de años. Obraron con altivez en contra del Pueblo de Dios, pero Xehemías declara que el Señor se hizo re- nombre por medio de " señales y maravillas sobre Fa- raón." Esto fue verdad de los milagros de la antigüe- dad y no lo es menos de las momias halladas provi- dencialmente cuando los ataques contra los libros de Moisés han venido á ser mas severos y mas atrevidos. La " mas alta " crítica de la clase escépticac ae delante

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de las momias de los Faraones que han sido autentiza- das, marcadas con su número respectivo y colocadas en sus estantes. Veamos quienes son algunas de ellas.

1. No se sabe de cierto cuál fué el Faraón del tiempo de José, pero entre aquellos cuyos vendajes fueron deshechos durante el verano del 1886 se halló el de Totmes Tercero, que fue notorio cómo el gran constructor de obeliscos, y José vivió en la ciudad de On, llamada también ciudad del Sol, en donde princi- palmente se hallaban los obeliscos. Estos tenían por fin el apuntar hacia el orbe del día, objeto del culto egipcio, parecido á las torres de nuestras iglesias apun- tando hacia el cielo para dirigir allá nuestros pensa- mientos. Cuando fué abierto el sarcófago de Totmes, el constructor de obeliscos, se descubrió una abispa que atraída sin duda por los perfumes y las flores en uso para los embalsamamientos fué sellada inadverti- damente con el finado monarca. Totmes no era alto, pues era su estatura de cinco pies dos pulgadas, pero parece haber tenido altas aspiraciones, de lo contrario no habría erigido tantos obeliscos, uno de los cuales se encuentra ahora en el Parque Central de Nueva York. Es esto algo de tangible que nos une al pasado tan re- moto. No puede decirse que halla nada de fabuloso ó aéreo en una columna de piedra, pesando mas de cien- toneladas, pero de forma esbelta y graciosa, terminán- dose cual aguja en punta, de tal manera que cuando Cesar Augusto la hizo llevar á la ciudad de Alejandría para conmemorar su conquista del Egipto poco después de la muerte de una de las mas hermosas reinas del país que riega el Nilo, fué llamada con propiedad la

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aguja de Cleopatra, nombre que hasta §1 día de hoy conserva, aunque fué primero erigida por Totmes en la ciudad donde José residió. Allí se encontraba con otras, á la entrada del templo del Sol. No se sabe de cierto cuando vivió José, pero si fué hacia el fin de la época que aseveran los eruditos, entonces descansó su mirada sobre el mismo idéntico obelisco ; su suegro, el sacerdote de On, pasaba diariamente junto á él al entrar en el templo para oficiar al altar. La hija de este sacerdote, que llegó á ser la esposa de José, debió en tal caso haber sido ayudada amenudo en sus devo- ciones por el majestuoso monolito alzando su cúspide hacia el cielo, manantial de toda luz. Como lo sugiere otro autor, la mañana del día en que se casó debió em- pezar con oraciones inspiradas en parte por el obelisco apuntando al cielo sobre el cual descansan hoy día nuestras miradas con placer y admiración, y á cuya base se solaza el viagero repasando en su memoria multitud de hechos históricos. Si José y su esposa egipcia llegaron ó no á ver en realidad este obelisco que quizás no le vieron de seguro llegaron á ver ese padre de obeliscos que aún se encuentra en Heliópolis, y que según se nos dice, fue levantado sobre su pedes- tal antes que Abraham hubiera nacido. Totmes el gran constructor de obeliscos, cuya momia fue desen- vuelta últimamente se deshizo en polvo algunos mo- mentos después de haber sido expuesto al aire libre, pero no sin que antes pudiera ser fotografiado. Pode- mos pues mirar el retrato del Faraón que más hizo para adornar con obeliscos la ciudad en donde José llegó á hacerse fama. ¡ Cuánto mas real hace este

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hecho á nuestros ojos á la persona cuya historia dra- mática nos es tan conocida que de la esclavitud y del calabozo ascendió hasta ser el segundo únicamente después de Faraón ! El Faraón pues que más hizo por la ciudad en donde se casó José ha sido visto du- rante estos tres últimos años. Su amormada faz ha sido observada por muchos, y una de las columnas de granito por él erigidas está á la vista de todo visitante á la metrópolis de nuestro país. ¡ Cuan extraño y maravilloso es todo esto, " Señales y maravillas sobre Faraón," " como se el día- de hoy ! "

2. Otro Faraón cuya momia ratifica lo que la pala- bra de Dios dice, es Seti Primero ; la momia de este se encuentra hoy en el Museo de Bulak. Leemos en las Escrituras que la " hija de Faraón " al bajar al rio para bañarse, vio detenido entre los cañaverales un niño muy hermoso dentro de una arquilla. Nos he- mos sentido atraidos por la princesa que sintió compa- sión hacia el inocente y desamparado niño llorando, y que lo nombró Moisés, que quiere decir " salvado " en alusión á haber sido salvado de las aguas del Nilo. ¡ Cuánto nos gustaría el poder mirar la faz bondadosa de aquella á quien la hermana de Moisés vino con la sugestión de ir a buscar una nodriza para el niñito, y de esta manera pudo llevar á cabo el plan in genioso de devolver el niño á su propia madre ! . . . Cuánto daríamos por ver las facciones de la hija de Faraón, que dio su primera educación á Moisés, iniciándole " en todo el saber de los Egipcios." Quizás podamos algún día ver la faz de esta bella princesa. Mientras tanto podemos ver la faz del que según se supone era

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su padre quizás su abuelo), Seti, que fué probable- mente el que empezó la Opresión, pero que ahora no es mas que una momia en uno de los Museos del Nilo lejos del lugar en donde el niño Moisés fue salvado de la muerte que multitud de niños sufrieron. Grande fué entonces el poder de este Faraón, pero ahora yace condenado á satisfacer la curiosidad en el mismo lugar do fue ejercida su tiranía, mientras que su sarcófago se encuentra en el Museo Británico. Llena con bas- tante gracia uno de los nichos de Bulak, y el Dr. C. S. Robinson dice de él con sarcasmo, " es la cabeza de momia mas completa que halló puesto en un museo. " Tal es el padre, como se cree, de la " Hija de Faraón." ¿Puede esto ser así? Lo es, confirmando de una ma- nera asombrosa la palabra de Dios. Se cuenta esto entre las " maravillas y señales sobre Faraón," " como se el día de hoy."

3. El Faraón siguiente ha sido identificado sin la menor sombra de duda como habiendo sido aquel que con especialidad hizo gemir á los Israelitas " á causa de la opresión." Leemos en el Éxodo acerca de los pobres esclavos, " Y edificaron para Faraón ciudades de depósito, á saber, Pitom y Rameses." Excava- ciones han puesto á descubierto una de estas, la ciu- dad de Pitom. ¿Qué es lo que se vé? Una muralla de ladrillo de veintidós pies de espesor y de seiscientos cincuenta pies de largo á cada lado. Casi todo el es- pacio cerrado esta ocupado con cuartos edificados con solidez, cuadrados y separados por medio de murallas de ladrillo de ocho á diez pies de espesor, sin puertas ni ventanas. Esta, por las inscripciones, se ha venido

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á saber que es Pitom, y Rawlinson, el historiador y Egiptologista, dice que no se puede " racionalmente poner en duda que una de las dos ciudades edificadas por los Israelitas haya sido descubierta." También se afirma que unos ladrillos son de calidad superior y otros de inferior, algunos con paja y otros sin ella, ó al menos sin la cantidad de ella debida. Era para esta ciudad que los Israelitas tenían que traer los ladrillos sin disminuir su número aun durante los días en que el gobierno había cesado de proveerles paja, y tuvieron que " buscarla " como mejor pudieron, no pudiendo hallar sino " rastrojo en lugar de paja." ¡ Cuan grande confirmación encontramos aquí de la verdad del archivo Mosaico !

La otra ciudad de depósito, Ramesés, no ha sido aún descubierta, pero ha sido hallada una estatua del que la edificó. Es esta una figura colosal de cuatro- cientas toneladas de peso, cortada de una sola piedra. En la cintura de la estatua se lee el nombre de Rame- sés Segundo el Grande). Han sido hallados frag- mentos de una estatua mas colosal aún que esta del mismo monarca, y se nos ha informado que si todos los fragmentos llegaran á ser colocados formarían una imagen de noventa pies de altura, y de novecientas toneladas de peso. En una escala tan colosal solía Rameses edificar, y edificó Pitom actualmente hallada y desenterrada, y la misma Ramesés llevando su mismo nombre será probablemente desenterrada.

¿ Pero por qué hablar de sus estatuas y monumentos cuando tenemos al rey mismo? Entre las momias últimamente desvendadas estaba la del Faraón que

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" no conoció á José." Kamesés, el Faraón de la Opre- sión, adorna ahora el Museo de Bulak. Sus adornos funerales, sus encerados fúnebres, los vendajes sucesi- vos fueron desarrollados en presencia de una reunión distinguida de Egipcios, Turcos, Ingleses y represen- tantes de otras naciones. En medio de una atención silenciosa, fue desenvuelto el tirano, y despojado por completo ; el gran opresor de los Israelitas yacía ante aquellos en cuyo poder se hallaba mas completamente aún que los Hebreos cuyas vidas llenó de amargura en las fábricas de ladrillos. Comprendemos la realidad de la opresión que empujó á los Israelitas á la rebe- lión cuando vemos al opresor mismo. Sentimos satis- fación completa en ver su pobre momia examinada hoy como un objeto de curiosidad.

Podemos mirar sin temor su frente, descrita como " baja y angosta ; " sus cejas " espesas y blancas," sus ojos pequeños ; su nariz aguileña ; sus orejas, aguje- readas para el uso de pendientes ; sus anchas espaldas, y su alta estatura de mas de seis pies. Podemos ir á Egipto y ver todo esto, mirar á Ramesés. Y si no po- demos emprender un viage al país lejano del Nilo, podemos al menos obtener un retrato de este monarca tan antiguo. Nuestros mismos diarios contienen gra- bados de su cabeza amomiada y de sus hombros. Adopte algún fabricante de ladrillos su cara por marca de fábrica y estámpela en el barro, y las ven- ganzas del tiempo, ó por mejor decir de la provi- dencia Divina, estarán al completo. Los restos amo- miados del opresor, de Rameses, se encuentran entre las " señales y maravillas sobre Faraón," " como se

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el día de hoy." No son estos milagros anti- guos, sino modernos ; la verdad en el caso de los Faraones de la Biblia es mas de extrañar que la misma ficción.

4. El Faraón del éxodo no ha sido aún hallado. Sabemos quien era él. Era uno de los hijos de Ra- mesés y fue llamado Menefta Primero. Con grande significación habla uno de sus monumentos en el Mu- seo de Berlín acerca de la muerte repentina y triste de uno de sus hijos. ¿Pudiera esta calamidad haber su- cedido cuando todas las casas de los Egipcios lloraban á sus primogénitos menos aquellos cuyos postes y din- tel estaban rociados de sangre ?

¿Puede ser acaso una fábula aquello de las diez plagas? Heródoto mismo habla del juicio traído sobre la cabeza de Menefta. Este padre de historia- dores dice hablando de este monarca : " Impíamente arrojó una lanza en las ondas revertientes del rio, que un viento impetuoso hacía subir á una altura desacostumbrada ; " y por esta impiedad la Deidad le hirió con ceguera durante diez años. Así que, se- gún este escritor pagano, fué castigado Faraón cuan- do menos con una plaga ; y á la verdad diez fueron las plagas si tenemos en cuenta el número de años. Por este informe griego vemos que tenía el mismo espíritu altivo é imperioso que el Faraón del éxodo tuvo.

Pero ¿ dónde está su momia para confirmar el relato de la Biblia tocante á su carrera? Aún no ha sido hallada, y quizás nunca lo sea, pues todo su ejercito pereció en el Mar Rojo, y él mismo puede haber pere- cido del mismo modo, pues " no quedó ni aun uno de

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ellos," y el Salmista dice que Dios " arrojo á Faraón y á su hueste en el Mar Rojo." Fácil es que su cuer- po haya sido recobrado y embalsamado, y aún quizás, como algunos eruditos en materias bíblicas creen, el mismo Faraón no fue ahogado, siendo la expresión de la Escritura una de las universales comunes ; pero es al menos significativo que bien que tengamos la momia de su padre y también la de su abuelo, que falte la suya. Su cuerpo sin embalsamar puede haber bajado al fondo del Mar Rojo. La falta misma de la momia del Faraón del éxodo viene á confirmar la Palabra de Dios. Su ausencia del museo á orillas del Nilo es tan significativa como la presencia de otros. " Se- ñales y maravillas sobre Faraón como se el día de hoy." Ese nicho vacío en Bulak es una señal maravillosa.

5. Entre las mas naturales de las caras amomiadas últimamente sacadas á luz está la de Pinotem Segundo, cuyo retrato salió en el Haiyer's Monthly de Julio, 1882. Las momias de su esposa y de su hijo recién nacido se hallan también entre las últimamente descu- biertas. El niñito, de dieziseis pulgadas de largo yace en el mismo sarcófago con la madre, dándonos á en- tender la historia triste de la muerte de ambos, quizás ocurridas hace tres mil años. El infante apenas vio la luz del planeta, cuando fue sepultado con la madre. Revelaciones tales inspiran simpatía.

Algunos eruditos identifican á Pinotem con el Fa- raón cuya hija fue esposa de Salomón. Si esto es co- rrecto, podemos decir con la que ocupa el puesto de secretario honorario del Tesoro para la Exploración

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en Egipto (Amelia B. Edwards), autoridad eminente por consiguiente : " Es un asunto extraño y digno de reflexión que mientras Salomón y todas sus glorias han desaparecido, el padre, la madre y la hermana infante de su esposa Egipcia pueden verse en un estante de cristal en el Museo de Bulak." Esto es únicamente el eco de las Escrituras : " señales y maravillas sobre Faraón," " como se el día de hoy."

Finalmente, cuáles sean las maravillas y señales que Dios nos proporcione para fortalecer nuestra fe no po- demos saberlo. Jacob fue " embalsamado " en Egipto, y fue sepultado en la cueva de Macpela. Desde que los Mahometanos entraron en posesión de este lugar sagrado y aún de memoria de hombre nadie ha pene- trado en el recinto mas recóndito de la cueva. Si alguna vez se llegase á obtener acceso á la parte mas reservada del relicario, dice el Dean Stanley, " cuando menos uno de la familia patriarcal reposa quizás aún intacto : el cuerpo embalsamado de Jacob."

Y así también los " huesos " de José, que fueron preservados con tanto cuidado en Egipto durante la larga permanencia de sus descendientes en este país (aquellos huesos tocante los cuales el les dio manda- miento al morir que al partir los Israelitas para la tierra de promisión debían de ser llevados también allá) aquellos huesos que fueron llevados de un lugar para otro en el desierto durante cuarenta años, y que mas tarde fueron enterrados por Josué en Siquem, para ser quizás mas tarde transferidos, según tradición Musulmana, á la cueva de Macpela, aquellos " huesos " de José, su cuerpo embalsamado, puede aun llegar á 10

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ser hallado. Cosas exactamente tan estrañas han su- cedido con el descubrimiento del cuerpo del Faraón que no conoció á José."

Pero hemos tenido señales y maravillas por demás para hacernos ver la verdad de la religión y de la Bi- blia, y para hacer que nos demos cuenta de la vanidad de todo lo que es terrenal. De los cuatro á setecientos millones de momias que yacen en la tierra arenosa del Egipto, hemos solamente mirado unas cuantas; pero seguramente han bastado estas para impresionarnos con el pensamiento de la mortalidad humana. Pron- to dormiremos todos entre el polvo de la tierra, y siglos después nuestros huesos quizás adornarán algún museo. Las " señales y maravillas sobre Faraón " " como se el día de hoy " debiera darnos una lec- ción solemne acerca de la fragilidad de nuestros cuer- pos, y debiera guiarnos á prestar la debida atención á aquello que es inmortal. Durante las treinta ó cua- renta centurias á través de las cuales las momias de los Faraones han llegado á nuestro poder, durante este largo sueño físico de muerte los Faraones ellos mismos, sus espíritus inmortales, han estado viviendo en alguna parte. Cuando no solamente cuarenta sino mil y aun un millón de siglos de la eternidad hallan seguido del tiempo el volar, nuestras almas existirán todavía. Cuan transcendental es el hecho del volar de los siglos. Preparémonos para el porvenir sin fin, pues Dios ha de hacerse renombre sobre todos las ene- migos del Israel espiritual, y que obran con soberbia en contra la Iglesia de Cristo fundada por profetas y apóstoles.

CAPITULO XI.

INFLUENCIA EXALTADOEA DE LA BIBLIA.

"Lámpara es á mis pies Tu palabra, Y lumbrera á mi camino." Sal. 119 : 105.

Doquier va la Biblia disipa las tinieblas. Su exal- tadora influencia está fuera de duda. Que cualquier viajero en una región apartada y desierta, se vea for- zado á pasar la noche en una casucha de mala apa- riencia, y temerá con razón el llegar á perder no sola- mente su bolsa sino que también su vida; pero que llegue á ver en esa misma casucha al cabeza de fa- milia tomar en sus manos el Libro venerado, y leer en él con reverencia rodeado de los suyos para la adora- ción de la noche, y se habrá disipado su temor : y se irá á descansar en seguridad perfecta. Se cuenta de unos marinos escépticos, que habiendo naufragado en una isla del océano temían el ser devorados por antro- pófagos hasta que uno de ellos, ascendió con cautela á la punta de un cerro y vio allá en el valle la torre de una Iglesia, con lo cual poniéndose en pie gritó á sus compañeros que estaban fuera de peligro. ¿ Por qué tal sentimiento de seguridad? Porque aun aquellos escépticos sabían que donde estuvieran la Biblia y la iglesia serían humanas las costumbres. Son estas pruebas prácticas que demuestran la divinidad de las

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148 LA BIBLIA VERIFICADA.

Santas Escrituras. Estudiemos ahora la influencia exaltadora de la Biblia bajo ciertos aspectos.

1. No nos entretendremos en discutir la influencia socavadora gradual contra la esclavitud desde la in- troducción de las ideas del Nuevo Testamento acerca de la hermandad humana, hasta que, en lugar de dos esclavos para uno libre en Roma y su Imperio á la venida de Cristo, la humana esclavitud ha sido estin- guida en toda la Cristiandad, con esta mera alusión, y pasando por alto una reformación reconocida que ha sido llevada á cabo por medio de la enseñanza bíblica en el sendero de la libertad individual, marqúese el cambio que ha tenido lugar con referencia á la in- fancia. Todo lector de literatura clásica conoce la antigua costumbre de exponer los recién nacidos en lugares desiertos con idea de hacerlos perecer. Páris, que sedujo á la bella Elena siendo así causa de la guerra de Troya, fué en su infancia abandona- do en las faldas del Monte Ida. Rómulo y Remo, los fundadores de la Ciudad Eterna, fueron según la historia tradicional, arrojados al Tiber. Platón, al enunciar su doctrina de la comunidad de las familias, dice : " Sus hijos son también propiedad común, y ningún padre debe saber cual es su hijo ni ningún hijo conocer á su padre." ¿ Y de qué manera habian de disponer de los niños en la república ideal ? Pues de la manera siguiente ; " Los oficiales competentes toma- rán la prole de los padres robustos y la llevarán al parque ó plantel, y allí los depositarán en manos de nodrizas que vivirán en apartamentos especiales ; pero la prole de los débiles, ó de los robustos cuando nace

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malformada la esconderán en alguna parte descono- cida y misteriosa. Sea respetada la decencia." Esto es de Platón que Joseph Cook coloca entre los celestia- les. Y entonces las madres-nodrizas habian de ser lle- vadas al plantel con las mayores precauciones para prevenir todo reconocimiento de cuales pudieran ser sus hijos.

Pero aquellos mas dignos de compasión eran los pobres expósitos condenados á ser víctimas de la in- temperie ó de alguna mala bestia, ó bien criados para ser esclavos, y á menudo para el bordel, por cualquiera á quien se le antojara guardarlos hasta el tiempo de su pubertad. Aristóteles abogaba la inhumana costumbre de exponer á los niños. " Sea la ley," decía, " el que ninguno imperfecto ó mutilado viva." Plutarco hace mención de una i( especie de abismo " en donde eran arrojados los indefensos niños.

Cuando murió el gran general romano Germánico, fué conmemorado el acontecimiento con ritos cívicos y religiosos muy imponentes, y entre los honores en pro del difunto afamado fueron, dice Suetonio el histo- riador Latino, " espósitos recien nacidos." ¿ Cuan dife- rente del rol que desempeñaron los niños á la muerte del General Grant ? ¡ Sobre su féretro fue colocada una corona entretejida con hojas de roble recogidas por ellos en el bosque, y que por orden de la familia fue llevada en la gran procesión fúnebre de Nueva York, en uno de los trofeos mas grandes que jamás el mundo haya presenciado !

¡ Qué transformaciones ha efetuado el Cristianismo en el aprecio hecho de la niñez ! Desde que el Niño

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de Betlehem tuvo por cuna un pesebre, y desde que como hombre declaró, que " de los tales es el reino de los cielos," los niños han gozado de mas honores y de mas amor y han sido criados con mayor ternura. Las relaciones paternales han sido mas preciadas ; la ma- ternidad ha tenido un significado mas grande. Muy diferente de la república de Platón, enemiga de la in- fancia, y también del mundo pagano exponiendo á las bestias sus recien nacidos, el milenio de la Escritura vendrá á ser cuando " un niño los conducirá," y el profeta dice de la Jerusalem Nueva, " Y las calles de la ciudad estarán llenas de niños y niñas, jugando en las calles de ella.,, Enseñanzas tales, apoyadas con la autoridad de la inspiración, han revolucionado el sen- timiento público con referencia á la infancia.

2. La Biblia ha ensalzado también á la mujer. El carácter de la mujer en Grecia y en Roma no es de ser admirado. Es cierto, que se encuentran algunos caracteres puros y hermosos. Grecia se gloriaba en una Penélope, que aceptó á Ulises por esposo cubrién- dose el rostro con un velo para ocultar sus sonrojos, y que despreció á todos sus pretendientes en ausencia de su marido durante los veinte años que duró la guerra de Troya, permaneciendo fiel en la esperanza de verlo volver, la cual fué cumplida. Roma también tuvo Cornelia, la cual en viudez temprana desechó ofertas ventajosas (una de un rey) para poderse consagrar mejor á la educación de sus hijos ; y cuando un amigo deseó ver sus joyas habiándole invitado al propósito le mostró sus hijos. Mas estos son ejemplos raros. El tipo predominante era el mundanal y perverso, sin as-

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piraciones mas altas en la vida. El vestir y el ban- queteo, el circo y el teatro absorbían la femenina aten- ción.

Una mujer de Calígula el emperador llevó á unas bodas un aderezo de esmeraldas, que valían dos mi- llones de duros. Una de las mugeres de Nerón, dice Plinio, " acostumbraba á hacer herrar sus muías mas valiosas con herraduras de oro." En el tren de tales extravagancias se seguían inmoralidades é infideli- dades que concluyeron por disolver la familia y des- truir el Estado.

La idea bíblica del matrimonio, el orden divino, queda indicado por el un hombre y una mujer colo- cados en el jardín de Edén. Dios evidentemente en- tendía que el casamiento fuera monógamo. La poli- gamia surgió y aun fue practicada por hombres santos del Antiguo Testamento, pero este fue un paso dado apartándose del intento original, y fue expresamente atribuido por Cristo á la dureza de corazón del indi- viduo, restaurando así la relación matrimonial á su condición primera, haciendo de nuevo que ambos fue- ran constituidos en una misma carne.

Volvamos ahora á Grecia; ¿cuál era su ideal to- cante á las relaciones entre el hombre y la mujer ? Que responda Platón, uno de sus filósofos morales mas grandes. En la descripción de su república modelo propone la comunidad de mujeres : esta era su Utopia. " Sea entre los hombres como entre los demás animales," estas son sus palabras textuales. Nos quedamos pas- mados ante tal proposición, especialmente cuando di- serta en calma acerca de mejorar la raza por los meto-

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dos usados con los " perros de caza " y los " pájaros/ ' Con enseñanzas tales proviniendo de los manantiales mas puros no es extraño que las mujeres prominentes de Grecia, compañeras de hombres de Estado y de filó- sofos, fueran la* Aspasias y las Frinés, personas que no serían toleradas en sociedad decente hoy día. Los di- chos de las tales eran en aquel tiempo celebrados, y estatuas les eran erigidas por un público que las admi- raba. La esposa por el contrario, yacía en el olvido, relegada en un estado de sem i-esclavitud. Se le hacía sentir su inferioridad. " ¿ Existe acaso un ser huma- no/' decía Sócrates, " con quien menos habléis que con vuestra esposa?" Y tenía costumbre de ir y hablar con cualquiera de las mujeres de la ciudad. Quizás no debamos culpar á Xantipe por su famoso mal genio.

En Roma sucedía lo mismo. Hubo un tiempo de escelente vida doméstica. Se afirma que durante los primeros quinientos años de su historia no hubo en Roma un divorcio. Pero en el primer siglo de nues- tra era tal estado de inocencia era solamente un re- cuerdo distante y vago, lo que hace decir á Juvenal :

"Sí, Creo que Castidad era preciada De todos en la tierra y conocida Allá cuando Saturno en paz reinaba ; Cuando rocas servían de guarida A pastores y ovejas juntamente ; Y cuando la mujer adusta y fiera Adornaba su lecho simplemente Con pieles de animales que en la selva Inqui linos con ella se contaban,

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Con cañas, y con hojas desprendidas De árbol vecino."

Y tenía razón para lamentarse de tal manera, desde que, según testimonio, á veces, aún no se habia mar- chitado la corona nupcial cuando ya habia tenido lugar el divorcio, y que una mujer pudo obtener sobre su tumba este epitafio verdadero, " ocho maridos en cinco años" Cicerón dio carta de divorcio á su mu- jer con quien había vivido treinta años, para casarse con una joven rica, de la cual también se divorció. Marcial, nacido en los primeros años de nuestra era, habla en uno de sus epigramas de una mujer que se casó diez veces en un mes. Séneca, contemporáneo de Pablo, afirma que " hay mujeres de familias nobles " que " cuentan sus años no por el número de cónsules sino por el de sus maridos. " Naturalmente el nivel moral de la esposa descendió al de la meretriz. Vino á ser indigna de ser apreciada. Y no parece muy in- verosímil el hecho del cual nos informa Plutarco de que uno de los Senadores fué expulsado del Senado " por haber dado un beso á su mujer en pleno día y en presencia de su hija." El imperante romano, tanto como el griego, no hubiera nunca aprobado el senti- miento de la Escritura:

" Alabóla también su marido, diciendo : Muchas mujeres obraron virtuosamente, Mas las sobrepujaste á todas ellas."

Según la idea pagana, la mujer no debía recibir ala- banza ni caricia. Debía de permanecer en humildad conforme. Por medio de frío tratamiento tenía que

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aprender cual era su posición inferior en la escala hu- mana. Entonces, bajo el nombre de una amistad hos- pitalaria entre familias, y bajo formar eligiosa de culto en los templos mismos, prevalecían prácticas las mas abominables, de las cuales vergüenza sería hablar. Las relaciones conyugales fueron así destruidas, el divorcio fué obtenido fácilmente y la inmoralidad dio al traste con la familia.

El Cristianismo trajo consigo una gran reforma. Elevó á las mujeres al rango de compañeras. Nues- tro Señor no despreció sus servicios. Las supo hon- rar apareciéndose primero á ellas después de su resu- rrección. Pablo se gozó en hallar entre ellas sus pri- meros prosélitos, y enseñó que en el Cristianismo no había varón ni hembra. Experimentaron una digni- dad nueva al ser de este modo reconocidas, y se ele- varon bajo la influencia de este estímulo, hasta tal punto que Libanio, el culto amigo del emperador Juliano apóstata exclama, " ¡ Qué mujeres hay entre los Cristianos ! " Tal es el aprecio mismo de un paga- no de la influencia elevadora de la enseñanza bíblica sobre la mujer.

3. Consideremos ahora cómo las naciones han sido elevadas por la religión de la Biblia de la barbarie en que yacían. Doquiera quel as Escrituras son leidas (y solamente allí) notamos el orden de una alta civiliza- ción. Tomemos por ejemplo las naciones Europeas, y encontramos la ilustración en grado directo con el conocimiento que cada una de ellas posee de la Pala- bra de Dios. Las naciones paganas empiezan a des- pertarse intelectual y comercialmente tan pronto como

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se les dan las Escrituras. Las islas Sandwich y Ma- dagascar son ejemplos admirables de esta influencia elevadora de la Biblia. Y no sería acertado el atri- buir la condición cambiada de todas las cosas al espí- ritu general de progreso. Que una ciudad minera situada en el corazón mismo de la civilización quede abandonada durante un número de años sin que haya quien predique en ella el Evangelio, y cuan pronto degenerará el pueblo, hasta que impere el terror, el juego, la borrachera, la lujuria, la anarquía ! Pero que llegue á ser introducida la Biblia, y la comunidad empezará á mejorar ; y lo mismo sucede con las na- ciones.

Tracemos el desarrollo que ha tenido lugar bajo la enseñanza del Evangelio en una sola nación grande, Inglaterra. Cuando Cesar arribó á la Bretaña, el año 55 A. c, halló que los habitantes eran salvages, con " vestiduras de pieles." Algunas veces no estaban ni siquiera ataviados con ese lujo, pues según dice el poeta Cowper,

u Un tiempo fué que los antepasados De lujoso vestir no poseyeron Mas que su propia piel, y embadurnados Con colorines todos anduvieron."

Cuando el general romano Suetonio, hacia el año 60 A. c, se propuso la conquista de Bretaña, se sorprendió al notar la apariencia salvage de los naturales á lo largo de las playas aprestados para el combate. Mu- jeres mezcladas con los soldados, que, manejando las torchas encendidas y dando al viento sus cabellos des-

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greñados, chillaban como encarnados demonios. Los Bretones no eran sino tribus salvages. Su religión era toda superstición. Algunas veces sus sacerdotes, los Druidas, ofrecían sacrificios humanos á deidades imaginarias. ¿ Cómo podía este pueblo ser sacado de tal degradación ? La religión de la Biblia fue intro- ducida, y, dice el filósofo Hume mismo, hicieron grandes " adelantos en las artes y las costumbres civiles."

Mas como empezaran á salir de su estado de bar- barie vino á suceder un desastre aparente con la inva- sión de un elemento nuevo y menos civilizado. En el siglo quinto hordas de bárbaros de los bosques germá- nicos atravesaron el mar y vinieron á establecerse en Bretaña. Estos Anglos y Sajones se repartieron el país formando siete reinos. ¿ Quiénes eran estos An- glo-Sajones, de quienes descienden los Americanos tanto como de los Bretones? Eran paganos que pe- leaban los unos con los otros tal y como los Pieles Rojas lo han hecho. El pelear era su ocupación prin- cipal durante varias generaciones pero eran sus dis- putas de tan poca importancia que merecen apenas mención histórica. Milton dice, según Hume, que " las batallas entre cuervos y milanos merecen tan par- ticular mención como las transacciones y batallas de la Heptarquía Sajona ; " y el historiador Knight hablan- do de sus continuas hostilidades y alianzas traicioneras dice que nos afectan " tanto como las guerras y las paces entre Choctaws y Cherokees."

Tales eran los Anglo-Sajones, que se hallaban aún mas atrasados que los Bretones en lo concerniente á la civilización. Casi extirparon la religión Cristiana,

INFLUENCIA EXALTADORA DE LA BIBLIA. 157

siendo esto causa de que el país volviera, dice Hume, á su " antigua barbarie." Macaulay menciona su tos- quedad en la alusión que hace á los " montones de viandas y los grandes barriles de bebida embriaga- dora" Tenían poco mas refinación que las bestias. Lo único que tenían de atractivo eran sus formas. Tenían rubias cabelleras y buenos colores, pero men- tal, social y moralmente eran muy inferiores, y los cultos romanos los tenían en el mismo aprecio que nosotros tenemos á los negros del África Central. Y en efecto eran también los Anglo-Sajones vendidos y comprados como esclavos, como los negros lo son en África hoy día.

Está relacionada con este hecho la historia familiar y romántica de su evangelización y civilización. Se paseaba un piadoso abad por las calles de Roma, y llegándose á la plaza del mercado vio ciertos esclavos en el banco de la pública subasta ; admiró el abad su buen color, y la hermosura de sus rostros, y al pre- guntar cual era su nacionalidad la dijeron que eran Anglos: ángeles mas bien los deberían llamar; y desde aquel momento se interesó en su adelanto reli- gioso. Cuando años mas tarde ascendió al trono pon- tificio con el nombre de Gregorio el Grande resolvió enviar misioneros al país de donde provenían.

Tales eran los Anglo-Sajones, y si no hubiera sido por las misiones Cristianas quién sabe cuanto tiempo hubieran permanecido en el paganismo, pues su reli- gión era grosera en demasía. Tenían dioses en gran número, á los cuales sacrificaban no solamente ani- males, sino también seres humanos. Su deidad prin-

158 LA BIBLIA VERIFICADA.

cipal era el dios de la guerra, y así que cuanto mas peleaban tanto mas religiosos se consideraban. Su idea del Paraíso era una sala inmensa en donde recli- nados en divanes podían beber cerveza en copas he- chas con los cráneos de sus enemigos.

Pero la religión verdadera fué anunciada á los An- glo-Sajones degradados. Uno de sus gefes, el rey Edelberto de Kent, casó con una princesa francesa que era cristiana, y la reina Berta pudo practicar su religión en toda libertad. Este fué el momento opor- tuno escogido por Gregorio ; pero cuando los cuarenta misioneros, el principal de los cuales era Augustin, llegaron á Francia, oyeron contar tales horrores acerca de aquellos entre los cuales iban á trabajar, que pidie- ron el ser relevados de su misión. Los cuentos que oyeron eran tan terribles como los que sabemos del canibalismo moderno. Pero animados á proceder aun con peligro de sus vidas siguieron adelante. Cuando llegaron á Bretaña (597 A. d.) pidieron una entrevista con el rey Edelberto de Kent. El prudente monarca los recibió al aire libre, por temor de ser convertido por arte de magia, guardándolos á salva distancia. Se guardó bien de ser influido por aquellos estrangeros tan particulares, los cuales, sin embargo, le desarmaron poco á poco de su miedo y ganaron su confianza, hasta que se rindió á la religión de su esposa y se hizo cris- tiano. Así fué el Evangelio implantado por segunda vez en Bretaña, y el gran filósofo incrédulo inglés dice ser este el acontecimiento " el mas memorable " du- rante el reinado de este rey. La levadura se extendió á las otras divisiones de la Heptarquía, y en 664 A. d.

INFLUENCIA EXALTADORA DE LA BIBLIA. 159

tuvo lugar una unión de los diversos ramos de la Igle- sia Anglo-Sajona ; y esto preparó el camino para aque- lla unión política del 827 A. d., cuando, bajo el reinado de Egberto, los siete reinos independientes se consoli- daron y el país unido se llamó por primera vez Anglo- tierra esto es, Inglaterra y la raza inglesa empren- dió su marcha hacia un progreso tan sorprendente.

¿ Qué fué lo que levantó del paganismo á aquellas tribus guerreras cimentándolas en un gran pueblo ? La Biblia. Nueva vida de lo alto fué implantada en Bretones y Anglo-Sajones, y el pueblo mas grande y mas poderoso en la historia recibió el ser. Cada nueva incursión de Daneses ó Normandos fué traida bajo la influencia del Evangelio y utilizada cual sangre nueva pulsando en el cuerpo político de la nación. Ha ha- bido revoluciones de cuando en cuando, pero sólo han sido erupciones que han dejado á la nación con mas salud y vigor. Territorio ha sido añadido á territorio, hasta que el pueblo que habla el inglés domina sobre una extensión de terreno colosal, no poniéndose el sol jamás sobre sus tierras y la trompeta de Inglaterra haciéndose oir literalmente alredor del globo. Las artes, las ciencias, la civilización y el Cristianismo van á un mismo paso hacia adelante en este gran poder político. Isaías llega á ser elocuente al tratar del "pequeño" multiplicándose en uun millar," y "el dé- bil " en " nación poderosa," por el poder del Señor, y exclama, " ¿ Quiénes son estos que cual nube vuelan, y cual palomas á sus ventanas? De seguro las Islas esperarán en Mí, y los navios de Tarsis los primeros." El profeta parece haber visto el velamen blanco de las

160 LA BIBLIA VERIFICADA.

Islas Británicas surcando soberbio por los mares, atra- vesando la vasta expansión de las aguas con el vuelo rápido de las palomas huyendo de la tempestad, y con la velocidad de la nube arrastrada velozmente por el huracán. De Bretones salvages y Anglo-Sajones pa- ganos, de piratas Daneses y Normandos á medio civi- lizar, la Biblia ha venido á producir lo que ahora ve- mos. La palabra de Dios ha sido la lámpara y la luz por cuyo medio ha sido producido este progreso na- cional. En cualquier nación que vaya tiene esta misma influencia elevadora, y mismo Danvin, después de ver la transformación producida por el evangelio en ciertas islas del mar, contribuyó con regularidad á la causa, y testificó, " La lección del misionero es la vara del encantador.,, Sea pues enviado este libro mágico alredor del globo. Mucho es de apreciar el que haya sido traducido en trescientas lenguas y dia- lectos por las sociedades Británica y Americana, y que no pare la obra benéfica hasta que el " volumen ben- dito " sea llevado á toda tribu y nación en su propia lengua sobre la faz de la tierra. Cada uno de noso- tros puede decir con Sir Walter Scott en su Diario, publicado en 1890, " Yo moriría mártir por la reli- gión Cristiana, si fuera necesario, pues su origen divi- no queda completamente vindicado (en mi humilde opinión) por los efectos benéficos producidos por ella sobre el Estado y la sociedad."

CAPITULO XII.

LA BIBLIA Y BABILONIA LA CIUDAD DE ORO.

"Cesó la ciudad de oro." Isaías 45 : 4.

El pasage citado se refiere á Babilonia ; veamos como se ha cumplido la palabra de Dios concerniente á ella. No hay asunto mas atractivo que el constatar la concordancia entre la historia y la profecía. La fe es confirmada al ver que los profetas predijeron acon- tecimientos cuya actualidad relatan los historiadores siglos después. Babilonia es solamente una de las muchas ilustraciones de la exacta correspondencia entre la predicción de las Escrituras y el aconteci- miento constatado en la historia.

La gloria anterior de la ciudad y su actual desola- ción pueden apenas ser exageradas. Bien la describe Isaías como la " ciudad de oro," " señora de reinos " y " belleza orgullo de los Caldeos." Heródoto, dos- cientos años después y siendo testigo ocular, dice : " Su extensión, su belleza y su magnificencia sobrepujan cuanto he visto." Según este escritor, estaba Babilo- nia edificada en cuadro cada uno de cuyos lados tenía quince millas de longitud. Esto equivaldría á un área de doscientas veinticinco millas cuadradas, mientras que Londres tiene solamente ciento veintidós millas cuadradas y Nueva York sólo cuarenta y una. La mis- il 161

162 LA BIBLIA VERIFICADA.

ma Chicago, con su área de ciento setenta y cuatro millas cuadradas, la ciudad mas grande del mundo en extensión, no llega á ser tan grande como la antigua Babilonia.

El esplendor de la ciudad era mas grande porque era engalanada en sus nueve décimas partes por jar- dines, prados y parques según nos lo cuenta el histo- riador romano Quintus Rufus Curtius. Hasta se decía contener la suficiente tierra de labor para man- tener á sus habitantes en caso de ser sitiados por sus enemigos. Era una especie de campo-ciudad. Sus calles se entrecruzaban á ángulo recto, y tenían una anchura de cincuenta pies, con elegantes casas de am- bos lados de tres y cuatro pisos.

Su supremacía política era tal que Jeremías la de- nominó el " martillo del mundo," para " despedazar " cuanto golpeaba. Cuando los Mahometanos invadie- ron la España en el siglo octavo, y siguieron adelante hacia la conquista de Europa, vinieron á chocar contra un héroe que los dio tales golpes que hasta el día de hoy es conocido con el nombre de Cario Martel, que quiere decir " Cario Martillo." El vigor de su brazo golpeó de tal manera el poder Sarraceno que los hizo retroceder y salvó á la Cristiandad. Dio firme y ganó para un título semejante al que Babilonia tuvo, es- cepto que Babilonia fué el " martillo del mundo."

¿ Pero cuál había de ser la suerte fatal de esta pode- rosa y hermosísima ciudad? Escuchemos al profeta Jeremías : " Y Babilonia vendrá á ser montones, mo- rada de chacales : un asombro, un silbido, sin habi- tante alguno." Y el profeta Isaías no fué menos ex-

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plícito, pues dice : " Nunca jamás será habitada, ni morarán mas en ella de generación en generación ; ni plantará el árabe mas allí su tienda ; ni los pastores harán yacer mas allí sus rebaños ; sino que dormirán allí las fieras del desierto ; y llenas estarán sus casas de bestias aulladoras ; y habitarán allí los avestruces, y allí saltarán las cabras monteses : Maullarán gatos cervales en sus palacios, y habrá dragones en sus casas de deleite." En el año 20 A. c, Estrabón hablando de Babilonia dice ser una " gran desolación." Jeró- nimo en el siglo cuarto de nuestra era dice que todo aquello era campo de caza para los monarcas de Per- sia. Rawlinson, en sus Monarquías de la antigüedad, dice : " Grandes montones ó terraplenes, disformes y feos, se hallan diseminados por toda la región en donde es sabido con certidumbre que estuvo la ciudad de Ba- bilonia." Y este es el testimonio de un arqueólogo eminente que ha explorado las ruinas por mismo : " El lugar donde estuvo Babilonia," dice Layard, " es un desierto horrible y desolado." " Los buhos vuelan de los matorrales y el inmundo chacal sale huyendo de las hondonadas." Un cónsul ingles (C. J. Rich, 1811) dice, "Se encuentran muchas cuevas de bestias feroces, en una de las cuales encontré huesos de ovejas y otros animales, y también percibí olor como el de un león. Encontré además muchas púas de puerco-espin, y en la mayoría de las cavidades se encuentran buhos y murciélagos." ¡ Cesó seguramente de existir la ciu- dad de oro !

Si pasamos á examinar en detalle, veremos que ha habido la misma verificación de la palabra hablada

164 LA BIBLIA VERIFICADA.

por el Señor largo tiempo ha, ocurriendo no solamente un cumplimiento general de la profecía, sino que tam- bién un cumplimiento específico.

1. Uno de los caracteres mas marcados de Babilonia era su sistema de irrigación. Por el centro de la ciu- dad corría el Eufrates, un rio de mas de 250 varas de ancho, " y cuya profundidad era tal," dice Xenofón, " que de dos hombres subidos el uno sobre el otro, el de encima no tocaba con la cabeza la superficie del agua. De manera que el rio ofrecía mejor defensa á la ciudad que sus murallas." Canales, anchos y á veces navegables, se veían en todas direcciones. Un lago inmenso artificial había sido ahondado y llenado al oeste de la ciudad. Tenía este treinta y cinco pies de profundidad y ciento sesenta millas de circumfe- rencia, ó sea cuarenta millas cuadradas. Podía ha- cerse fluir al rio en este lago para poder construir libremente en el fondo del rio desviado de su curso temporalmente. Podía pues apostrofar á la ciudad con propiedad diciendo: "O 'tú que moras entre muchas aguas," mientras que los Judíos cautivos se plañían diciendo,

" Junto á los ríos de Babilonia, Allí nes sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sión!"

Mas ¿ qué dijo Jehová de este extenso sistema de irri- gación ? " Yo secare su mar, y haré que quede seca su corriente." Largo tiempo ha, Diodoro, que fue del tiempo de los primeros Césares, hizo referencia á los canales que habían sido tapados por depósitos alu-

LA BIBLIA Y BABILONIA. 165

viales, y á lo que había sido jardín como siendo ya un pantano ; y aun queda hasta el día de hoy, lo que puede ver el viajero moderno, un " desierto " que está lejos de florecer cual la rosa.

2. Observemos ademas acerca de aquellas murallas que Heródoto afirma eran de trescientos pies de altura y de mas de ochenta pies de anchura aquellas mu- rallas sobre las cuales, y entre cuyas almenas, podían correr cuatro carros de frente. Consideremos también esas cien puertas de bronce que consigna el padre de los historiadores. De seguro que obras de tal calibre debieran haber durado. Mas Jeremías exclama, "sus murallas son derruidas." Este profeta es aún mas explícito cuando dice, " Las anchas murallas de Babilonia serán derruidas por completo, y quemadas por fuego destruidor sus altas puertas. " ¿ Han sub- sistido aquellas espléndidas fortificaciones á pesar de la maldición del cielo ? Escuchemos lo que dice uno que acaba de visitar estos parajes históricos : " Hoy," dice el obispo J. P Newman, "pueden verse, y eso solamente en uno que otro lugar, terraplenes aislados, bajos y sin forma determinada, que fueron un tiempo murallas soberbias." Nuestro Diccionario Bíblico mismo dice: " Babilonia ha sido una cantera de la cual todas las tribus de alredor se han provisto de los ladrillos necesarios para edificar sus ciudades." Las fortificaciones han desaparecido por completo.

3. Había un templo grandioso en la ciudad. ¿Pudo acaso ser conservado como el Panteón de Roma en nuestros días ?

Es Heródoto que nos habla de un templo del dios

166 LA BIBLIA VERIFICADA.

Bel de ocho pisos de altura, con una escalera en cara- col alredor por la parte exterior que subía hasta su cúspide, la cual estaba adornada con estatuas, una de las cuales tenía cuarenta pies de altura. Aquí, se decía, habían sido acumulados tesoros estimados as- cender al valor de seiscientos millones de pesos fuertes. Aquí, sabemos por medio del historiador sagrado, fue- ron depositados los vasos tomados de Jerusalem, pues dice el registro, "Nabucodonosor también se llevó los vasos de la casa del Señor á Babilonia, y los depositó en su templo en Babilonia." Puede esta haber sido la torre de Babel, que, como pretendían los edifica- dores había de " tocar al cielo," y, no fué concluida en aquel entonces por causa de la confusión de lenguas, pero parece haber sido un proyecto acariciado mas tarde, pues Isaías parece reconvenirlo cuando repre- senta á Babilonia diciendo, " Subiré al cielo, ensalzaré mi solio en las alturas sobre las estrellas de Dios." Este templo de Bel es descrito por Heródoto el cual le da seiscientos pies de altura, es decir mas alto que la iglesia de San Pedro en Roma (cuatrocientos cua- renta y ocho), ó San Pablo en Londres (cuatrocientos y cuatro pies), ó la Catedral de Estrasburgo (cuatro- cientos sesenta y uno), ó el Capitolio de Washington (trescientos cincuenta pies), ó el Monumento de Wash- ington (quinientos cincuenta y cinco pies) ; es sobre- pujado únicamente por la torre de Eiffel en Paris, que se eleva á una altura de mil pies.

¿ Qué dice la profecía acerca de esta imponente estructura dedicada de antiguo al culto licencioso de Bel ? Jeremías exclama, " Tomada es Babilonia, Bel

LA BIBLIA Y BABILONIA. 167

es avergonzado ; " " Y traeré juicio sobre Bel en Babi- lonia, y sacaré de su boca cuanto ha tragado." ¿ Tuvo que devolver este tragador de tesoros ? Nos dice He- ródoto que Jerges saqueó este templo. Esdras tam- bién dice, " Y los vasos de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor tomó del templo que estaba en Jerusalem, y trajo al templo de Babilonia, los tomó el rey Ciro del templo de Babilonia/' Algunos de los seiscientos millones que habían sido tragados fueron también tomados por Jerges, y los vasos santos que también habían sido tragados fueron restaurados á Jerusalem por mandato de Ciro. Bien profetizó Isaí- as " Doblóse Bel," y Jeremías declara, " Aunque su- biera Babilonia á los cielos, y aunque fortaleciera la altura de su fortaleza, saldrán contra ella de parte mía espoliadores, dice el Señor ; " y así mismo vino á suce- der. Ni aun la completada torre de Babel, ni tam- poco este templo de Bel con sus siete pisos dominando á una altura de seiscientos pies, ni aun este espléndido edificio de la ciudad de oro, pudieron resistir los decre- tos de Dios, pues el viajero en nuestros tiempos (el obispo Newman por ejemplo) lo en los terraplenes de Birs Nimroud, u elevándose abruptos del llano del desierto, cual pilas fragmentarias, derruidas y abrasa- das," dominando " un extenso conjunto de ruinas dis- formes, como si una conmoción tremenda de la natura- leza hubiera levantado el suelo arrojando templo sobre templo y torres unas encima de otras." Tales son las palabras de un testigo ocular que sabe dar razón de cuanto ha visto. En verdad que Bel exaltado un tiempo ha sido doblegado. Tau completa era la ruina

168 LA BIBLIA VERIFICADA.

que cuando Alejandro Magno visito aquellos lugares empleó diez mil hombres durante dos meses solamente para preparar el terreno para poder reedificar, y en- tonces fué abandonada la tarea cuando apenas se ha- bía dado principio á ella.

4. El palacio de Nabucodonosor (el moderno Kasr) no ha tenido mejor suerte (palacio cuya circunferencia exterior era de seis millas, cuyas murallas interiores eran de ladrillos de colores sobre los cuales estaban pintadas escenas de caza tales como un hombre tras- pasando un león con su lanza y una mujer lanzando su jabalina á un leopardo) representaciones propias de una ciudad que había sido fundada por Nimrod el gran cazador.

Dentro de este palacio estaban los famosos "jardines suspendidos," que cubrían tres acres y medio, erigidos por el rey para aliviar la nostalgia de su reina que siendo nacida en un país montañoso suspiraba por las montañas de su país natal. Hicieron una colina artificial con terrazas escalonadas, regada cada una de ellas con agua del Eufrates por medio de maquinaria, distribuyéndola también entre flores dedicadas y ár- boles gigantescos plantados en malecones huecos y re- llenados con tierra vegetal. Podía la reina subir á esta montaña, por escalones de marmol. Formaba esta montaña un golpe de vista pintoresco por cima de las murallas. Durante el calor del día podía la reina reclinar en los bosquecillos románticos de las vertientes de la colina. Cual la celebrada Casa Dorada de Ne- rón, que contenía en su área espaciosa campos de trigo,

LA BIBLIA Y BABILONIA. 169

bosques y un lago, así también el palacio de Nabuco- donosor contenía una montaña.

Puede ser que fué desde esta montaña que admi- rando Nabucodonosor su ciudad pronunció aquellas palabras, " No es esta la gran Babilonia que yo he edificado para morada real por el poder de mi forta- leza y para gloria de mi majestad?" Fué por su impiedad en esta ocasión que fué herido de locura, errando demente quizás en esta misma montaña, ba- ñado su cuerpo por el rocío del cielo, su pelo crecido como plumas de águila, sus uñas como garras de pája- ro, y alimentándose de yerba como los bueyes. Fué probablemente en este palacio con sus jardines colgan- tes que Belsasar dio el gran banquete á mil de sus príncipes, y vio en la pared, no la escena de caza, sino los dedos de una mano de hombre escribiendo su sen- tencia de muerte. Puede ser que aquí mismo fué donde Daniel se presentó ante estos dos monarcas su- cesivamente, y los reprendió valerosamente por sus pecados ; y quizás para conmemorar su milagroso libramiento de la cueva de los leones habrá visto en algún lugar aparente el león esculpido que existe hasta el dia de hoy, trece pies de largo por diez de alto, el cual yace postrado sobre un hombre con los brazos extendidos ; puede haber dirigido sus miradas hacia esta obra de arte desenterrada últimamente. Más grandioso aún que el templo de Bel era este pala- cio con su montaña artificial, que los Griegos llamaron una de las siete maravillas del mundo.

Y ¿ condenó la profecía todo esto á ser destruido ? Es Jeremías el que habla en el nombre del Señor del

170 LA BIBLIA VERIFICADA.

modo siguiente : " He aquí yo soy contra tí, oh monte destruidor, dice el Señor, que destruíste toda la tierra : y extenderé mi mano sobre tí, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré en monte abrasado." Tal fué la predicción. ¿Cuál es su estado según lo de- muestran las exploraciones modernas? El mismo que antes hemos citado y que ha estado sobre el em- plazamiento del mismo palacio antes tan soberbio, dice : " Perdoquier se ven montones sin forma alguna, cubiertos de fragmentos de vidrio, marmol, alfarería, y ladrillos cubiertos de inscripciones, mezclados con una tierra blanca y nítrica cuya apariencia blanque- cina completa el cuadro de tanta desolación."

5. Además el método mismo empleado para la toma de la ciudad, que vino á parar en su destrucción final, fué también predicha. Isaías dice : " Ha de venir sobre una desolación repentina que no conoces ;" " Así dice el Señor á su ungido, á Ciro, . . . Las puertas no serán cerradas. ... Y á te daré los tesoros de las tinieblas." Jeremías dice : " He pre- parado un lazo para tu pie, y también has caido en él, O Babilonia, y no lo sospechabas ; " " De cierto te llenaré de hombres, como gusanos de cáncer y levan- tarán contra gritería ; " " Correo se encontrará con correo, y mensagero se encontrará con mensagero, para noticiar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes ; y los vados son tomados ; " "Y em- briagaré á sus príncipes, y sus sabios, sus capitanes, y sus nobles, y sus fuertes ; y dormirán sueño eterno, y no despertarán," tales son las predicciones pronunciadas mas de cien años antes de la caida de Babilonia.

LA BIBLIA Y BABILONIA. 171

¿ Cuales son los hechos ? Ya fuera Ciro mismo el instrumento de la divina providencia, ó lo que es mas probable ya, según pretende el profesor Ladd, " el nombre de Ciro fuera usado en Isaías para deter- minar á todos los monarcas de Persia en general," y de esta manera, como es también muy probable, Da- río fué el que tomó la ciudad por medio del estrata- gema bien conocido, Kawlinson el historiador nos cuenta los acontecimientos del modo siguiente : " Cuan- do todo estuvo preparado determinó Ciro el esperar á que llegara cierta fiesta, durante le cual todo el popu- lacho solía emborracharse y darse á la orgía, y enton- ces silenciosamente durante las tinieblas de la noche cortar las aguas del rio y llevar á cabo su ataque. . . . Kuidosa borrachera y loco griterío dominaban por to- dos los ámbitos de la ciudad : el sitio fué dado al olvi- do ; las precauciones de costumbre fueron descuidadas. . . . En silencio y durante la obscuridad observaron los dos puntos por donde el rio Eufrates entraba y salía atravesando Babilonia. Notaron con ansiedad como el agua disminuía gradualmente. . . . Por fin formas sombrías empezaron á surgir de la obscuridad de la parte mas honda del rio, y en los desembarca- deros opuestos á las puertas del rio grupos disemina- dos de hombres empezaron á formarse en columnas cerradas ; las entradas indefensas fueron tomadas ; se dio el grito de guerra; la alarma fué llevada por todos los ámbitos de la ciudad. . . . En la confusión y las tinieblas de la noche tuvo lugar una carnicería hor- renda. Los festejantes embriagados no pudieron ha- cer resistencia ninguna. . . . Haciendo irrupción en

172 LA BIBLIA VERIFICADA.

el palacio una compañía de Persas se hizo camino hasta la presencia del mismo monarca y le dio muerte en la escena misma de su orgía impía. Otros llevaron el fuego y la espada á través de la ciudad. Cuando despuntó el día se vio Ciro dueño absoluto de la ciu- dad." Así fueron cumplidos todos los detalles de la profecía ; así murió Belsasar. Allí murió dos siglos después Alejandro Magno en una orgía semejante, después de tratar en vano de reedificar la ciudad, sus canales, murallas, templo y palacio. No se dio cuenta del decreto que decía " cesado ha la ciudad de oro."

La grande Babilonia ha caido para siempre. La profecía ha sido trocada en historia, y la palabra de Dios permanece para siempre, y, bendito sea su nom- bre, " el Señor conoce los que son suyos." Podemos tener confianza entera en nuestro Dios, que hará suce- der cuanto ha prometido y cuanto ha amenazado. Ni aun una ciudad de oro, ni principados ni potestades del maligno, pueden llegar á torcer sus designios para con sus redimidos. El los sacará de grande tribula- ción. El recogerá á sus elegidos de enmedio de un mundo que pasa. ¡ Qué estímulo para los Cristianos ! y ¡ qué lección para los que aun no se han cenvertido, y que pueden estar convencidos de ser confundidos al fin ! La ciudad de oro no pudo resistir á Dios, que la " barrió con el instrumento de la destrucción." Así sucederá con el inicuo, mas el pueblo de Dios está seguro. Se dirigen hacia una ciudad de oro que nunca cesará ; una ciudad cuyas murallas son de jaspe con fundamentos de piedras preciosas de todas clases, con puertas de perlas, cuyo arquitecto y hacedor es Dios.

CAPITULO XIII.

LA BIBLIA Y LA CIUDAD COMERCIAL DE TIRO.

" Quién cómo Tiro, desolada y silenciosa en medio de la mar?" Ezequiel 27 : 32.

Vamos á considerar esta ciudad comercial en cier- tas épocas grandes de su historia, y hemos de constatar como han sido cumplidas varias profecías. Ezequiel consagra casi tres capítulos, Isaías uno, y otros pro- fetas algunos versículos para anunciar cual ha de ser el porvenir de Tiro. Todos ellos predicen la desola- ción completa que había de venir, y nuestro texto pudiera haber constituido el triste refrán de cada uno de los autores inspirados : " ¿ Quién como Tiro, deso- lada y silenciosa en medio del mar?"

I. Tal hado parecía inverosímil vista la prosperidad y considerado el esplendor de la ciudad al tiempo en que las profecías fueron pronunciadas en contra de ella.

1. Estaba Tiro situada en la costa oriental del Medi- terráneo, habiendo sido edificada parte en el continente y parte en una isla contigua á media milla de distancia, y era en esta su posición que consistía especialmente su fuerza y su gloria. Pudo haber sido llamada como Venecia lo fué mas tarde, " la esposa del mar." Es mencionada como " las puertas del mar " y como situa-

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174 LA BIBLIA VERIFICADA.

da " en el corazón de los mares," y también como " la fortaleza del mar." No podía ella pues concebir el hado de ser " reducida á silencio en medio del mar."

Había prevalecido durante siglos enteros, y parecía estar segura para siempre. Se jactaba de su antigüe- dad, como lo demuestra la pregunta que según Isaías había de ser repetida en edades posteriores : " ¿ Es esta vuestra alegre ciudad, cuya antigüedad es de muchos días?" Podía jactarse de un pasado grande y venerable. Podía haber dicho al autor de nuestro texto que mil años antes había hablado Josué de u la ciudad amurallada de Tiro." Pudo haber recordado al profeta que cuatrocientos años antes, Hiram su so- berano había sido " solicitado por Salomón para que le prestara ayuda en la construcción del templo." Cuando la visitó Heródoto, cien años después del tiempo en que vivió Ezequiel, al visitar el famoso templo de Hércules le dijeron los sacerdotes que ya habían trascurrido dos mil trescientos años en aquella época desde que Tiro había sido fundada. Con tantos siglos de existencia, dichosa la ciudad en su orgullo, podía pensar con incredulidad en la predicción de su caida. Estaba acostumbrada á decir, " Yo soy dios, en la silla de Dios estoy sentada en medio de los mares."

Rodeada del mar, se consideraba inexpugnable como la poderosa Sidón, cuya hija era, y á cuyos habitantes se refería el escritor sagrado cuando dijo hablando de gentes que vivían " en seguridad como los Sidonios, en paz y confianza ; pues no había enemigo en el país capaz de infundirles temor alguno." Tal era también

LA BIBLIA Y LA CIUDAD DE TIRO. 175

el modo de pensar de los Tirios, pues se sentían absolu- tamente seguros en su posición insular.

2. Además, que estaban bien fortificados. Sabemos lo que debieron ser sus murallas á juzgar por una sola piedra que ha quedado hasta el día de hoy, y que mide diecisiete pies de largo por seis pies de espesor. En recientes exploraciones llevadas á cabo en Jerusalem se construyo un socabón de ochenta pies de profundi- dad, y se descubrieron los fundamentos del templo de Salomón, algunas de las piedras del cual tienen de veinte á veintiséis pies de longitud. Con referencia á estas se nos dice (en las Ciudades de la Antigüedad por Wright) que " la luz de calcio hizo que resaltaran sobre estas piedras números Fenicios, letras y otros signos en pintura colorada, que se suponen ser marcas de cantería hechas por los canteros de Hiram." Y si los Tirios poseían el arte de transportar tales piedras hasta Jerusalem, bien podemos estar seguros de que sus propias fortificaciones eran masivas, y lo suficiente para hacer creer que su desmantelamiento era impo- sible.

3. Puestos así en seguro por el agua y la piedra que les rodeaba, proseguían los de Tiro su comercio con tal empresa y éxito que jamás han llegado á ser sobre- pujados. Ezequiel consagra un capítulo entero á la descripción de su comercio, y parece entretejer en su relato los nombres geográficos entonces conocidos para demostrar la extensión de su tráfico con todas las na- ciones de la tierra. Bien denominó Isaías sus comer- ciantes con el nombre de " príncipes," pues compraron y vendieron por doquier. Navegaron por el Mar Ne-

176 LA BIBLIA VERIFICADA.

gro, y si no trejeron el toisón de oro que los primeros Argonautas fueron buscando, al menos trajeron riquí- simos tesoros. Ya de tiempo antiguo habían ellos ser- vido como expertos marinos en la famosa flota de Salo- món, la cual bajando por el Mar Rojo, traía de la India no solamente el oro de Ofir, sino que también toda clase de curiosidades, como monos y pavos reales que jamás habían antes sido vistos en Palestina, y que fueron allí objeto de grande admiración. Los Tirios tuvieron que suplir los marinos para estas expedi- ciones famosas, y nunca cesaron de enriquecerse de los países distantes.

Conocían bien todo el Mediterráneo. Habían fun- dado una colonia poderosa en el Norte de África, Cár- tago. Extrajeron riquezas de las minas de España hasta que sus naves de Tarsis fueron tan conocidas como lo son hoy las de Inglaterra que vienen de la India. Se dice que encontraron plata en tal abun- dancia que no tenían capacidad bastante en sus naves para transportarla, y para poder utilizar todo la capa- cidad posible fundían de plata las áncoras de sus naves. Sabemos por el profeta Ezequiel que los " bancos " para remar en sus galeras eran de marfil, y su " velamen " de " lino fino bordado de Egipto/' y los toldos de " púrpura de las islas."

Sus alegres marinos se aventuraron mas allá de las columnas de Hércules ; y aun desafiaron lo que en- tonces era un Gibraltar en realidad el ignoto Atlán- tico. Diodoro Siculus nos dice que llegaron á las Islas Afortunadas, y las Afores y Canarias deben ha- ber parecido en su belleza tropical " mas bien la mo-

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rada de los dioses que de los humanos." Se cree lle- garon hasta las Islas Británicas, y que obtuvieron estaño de Cornwall, y Heródoto dice que lo obtu- vieron de los " confines de la tierra," aunque no creía en la existencia de lo que llamaban entonces las Islas del Estaño (Cassitéridas).

Ni tampoco podía dar crédito á lo que era una rea- lidad, que estos navegantes tan arriesgados habían antes de sus tiempos navegado hacia el sur del mar Rojo, y que habiendo rodeado el África por el Sur, habían dado la vuelta por los estrechos que daban paso al Atlántico. Nos cuenta como en su visita á Tiro los Tirios le dijeron que habían estado en lugares donde el sol estaba siempre al norte de ellos, y las sombras siempre en una dirección. " Por mi parte," dice, " no los creo ;" y sin embargo lo que le dijeron del sol era prueba inequívoca que habían dado vuelta al cabo, anticipando así por mas de dos mil años el viaje de Vasco de Gama, que se hizo famoso en nues- tros tiempos asombrando á Europa con la misma ha- zaña. Los Tirios se familiarizaron con los mares tan por completo que navegaron por doquier en triunfo, mientras que hicieron de su ciudad la metrópolis mas rica del mundo al atesorar de cerca y de lejos plata y oro, fierro, estaño y plomo, esmeraldas, rubíes, dia- mantes y " toda clase de piedras preciosas." El pro- feta hace mención de todo esto, además de los " mantos de jacinto, y bordados, y cajas de ropas preciosas, enla- zadas con cordones."

También debe de ser mencionada la industria propia de la ciudad en extraer el color de las conchas para

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178 I,A BIBLIA VERIFICADA.

teñir en púrpura, cuyas factorías para este propósito eran tan numerosas que según Estrabon llenaban la atmósfera de un olor desagradable. Pero obtenían grandes rentas de este trabajo. Todo artículo teñido con las tintas delicadas de los Tirios estaban en gran demanda. Juvenal habla de la " tapicería Tiriana " como de algo extraordinario. Virgilio hace mención del lujo de " púrpura de Tiro para dormitorios." Ho- mero, cantó edades antes de las

" Fajas Que, ricas de color Tiriano, lucían refulgentes."

Mientras que Tiro llegaba á ser la ciudad la mas rica y espléndida de la antigüedad, " emporio de las na- ciones," prosiguió sus fines comerciales con egoismo tal y tal olvido de Dios que vino á ser condenada á de- strucción completa. Poseía las formas de santidad. Edificó un templo en su isla, y esta maravilla del mundo fué especialmente la que atrajo á Heródoto, el cual se llenó de admiración al contemplar dos co- lumnas colosales de oro y de esmeralda que adornaban la magnífica estructura. Puede haberse equivocado en el material, pero la apariencia era la de dos inmen- sos pilares de oro y de esmeralda. De manera que tenían los Tirios la apariencia de santidad ; tenían una casa de culto que debe haber rivalizado con el templo de Salomón, el cual debe haber igualado si no sobrepujado, los mejores edificios de los opulentos de nuestros días.

Mas rendían culto á Mammón mas bien que al ver- dadero Dios ; obraban los Tirios cual obran muchos en

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nuestros días. No dejaron piedra sin remover con tal de amasar riquezas. Tan egoístas eran tras la ganan- cia que se dice de ellos {Enciclopedia Americana) que si un buque Fenicio con rumbo á un país de riquezas minerales llegaba á darse cuenta de que le seguía una nave Romana, el capitán del buque de Tiro permitía que su buque se hiciera pedazos contra los escollos, con tal de guiar al otro á destrucción, y al volver á su patria los ciudadanos leales de Tiro le compensaban sus pér- didas; tal era su determinación de que ningún otro pueblo llegara á descubrir el lugar de donde prove- nían sus tesoros. La historia no es increible cuando nos informa el profeta que en la destrucción de Jeru- salem dijo Tiro en cierta ocasión vanagloriándose : " Ea, quebrantada es la que era puerta de las na- ciones : á se volvió : llena seré yo y desierta ella." Fué por causa de este espíritu que la caida de Tiro fué proclamada. Iba á ser destruida por completo, hasta que llegase á ser su lamentación, "¿Quién como Tiro, desolada y silenciosa en medio del mar? "

II. Veamos ahora como la ciudad, á pesar de su posición insular y de su antigüedad, á pesar de sus espesas murallas, á pesar de todos los medios que como " fortaleza del mar " poseía, como á pesar de todo y con- tra toda humana probabilidad, fué finalmente arrasa- da. Notaremos los pasos sucesivos por medio de los cuales fué completada su ruina. Hubo engranaje com- pleto, mas el plan divino fué llevado á cabo.

1. Las profecías fueron en parte cumplidas por me- dio del sitio de Nabucodonosor. Lo prolongado de este sitio fué predicho por el profeta Ezequiel cuando

180 LA BIBLIA VERIFICADA.

dijo : " toda cabeza se encalveció, y pelóse todo hom- bre." ¿Fué esto así? Josefo, apoyándose en la au- toridad de autores Griegos y Fenicios afirma que el sitio duró trece años. Y aun es predicho en forma de profecía, " y con todo no recibió salario." ¿ Fué este sitio sin resultado ? ¿ No saqueó el conquistador ? No sabemos de cierto que la ciudad fuese tomada. Y si acaso lo fué, se debe haber quedado tan empobrecida que el avaro vencedor se llevara chasco, cuando natu- ralmente debe haber esperado pingües despojos de una ciudad reputada ser tan opulenta.

Pero Jerónimo parece dar la mejor explicación de la " falta de salario." Dice, que, según autoridades Asirías, cuando los Tirios se convencieron de que toda resistencia era inútil " se embarcaron en sus naves y huyeron á Cártago ó á algunas de las islas del mar Jónico ó del Egeo ; " y añade que también tomaron consigo sus tesoros. No fueron por consiguiente de- struidos del todo no fué todavía " reducida á silen- cio " según las palabras de nuestro texto. Pero fue- ron humillados bajo la mano poderosa de Nabuco- donosor. No estaba ordenado por Dios el que cayera de pronto la desolación completa.

Isaías predijo el límite de su humillación cuando dijo, " Será olvidada Tiro setenta años ; " esto es, que tenía que participar con los Judíos de la cautividad de Babilonia. " Y sucederá, que al fin de los setenta años visitará el Señor á Tiro, y tornarase á su ganan- cia," con " todos los reinos de sobre la haz de la tierra." Esto corresponde con lo que vino á suceder.

2. Renovó la ciudad su prosperidad y dos años des-

LA BIBLIA Y LA CIUDAD DE TIRO. 181

pues creyóse bastante fuerte para desafiar á Alejandro Magno como lo había hecho con Asiría. Se hallaba rodeada no solamente del mar sino también de mu- rallas de ciento cincuenta pies de altura por la parte de la isla frente al continente. La defensa brillante que sostuvo es del dominio de la historia. Al resistir al gran Macedonio (en 332 A. a), mostró aun mas su heroísmo que al oponerse á la Asiría en 585. El últi- mo sitio duró solamente siete meses mientras que el anterior duró años, pero también la pelea fué mas te- rrible. Alejandro construyó un muelle inmenso desde el continente hasta la isla, pero no bien apareció á flor de agua que fué furiosamente asaltado, y un buque incendiario, lanzado contra él hizo grande es- trago, mientras que una tempestad que al punto se levantó ayudó á destruir la calzada que se hundió en el mar furibundo. Con gran cuidado volvió á ser edi- ficada de nuevo con árboles inmensos rocas y tierra, hasta que llenó para siempre el espacio entre la Tiro continental y la insular, y fueron entonces acercadas las máquinas de guerra, al mismo tiempo que una flota se acercó de las fortificaciones por el mar ; y, aunque el conquistador titubeó por causa de lo esforzado de la ciudad, sin embargo después de un conflicto encar- nizado la tomó por asalto.

¿Y qué profecías fueron cumplidas al pie de la letra? Ezequiel había predicho, "Y pondrán tus piedras, y tu madera y tu polvo, en medio de las aguas." En Quinto Curcio ó en Kollin podemos leer que las construcciones de la ciudad en el conti- nente fueron usadas para construir un muelle hasta la

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isla, y así las piedras la madera y el polvo fueron lite- ralmente " puestas en medio de las aguas." Aprende- mos del mismo historiador que la ciudad fué incen- diada, y así se cumplieron las palabras de Amos: " Mandaré un fuego sobre las murallas de Tiro, qire incendiará sus palacios," y la predicción de Zacarías fué también verificada : " El Señor la desposeerá, des- truirá su poder en el mar, y será devorada por el fuego."

También Joel profetizó : " Y vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalem á los hijos de los Grie- gos, por alejarlos de sus términos. aquí los levan- taré yo del lugar donde los vendisteis, y traeré vuestra paga sobre vuestra cabeza : Y venderé vuestros hijos y vuestras hijas." Esta predicción inequívoca fué pronunciada cuatrocientos años antes de la toma de Tiro por Alejandro, y este general provocado á ira por su larga resistencia vendió como esclavos treinta mil personas hijos todos de esa ciudad. " Es inte- resante leer en conexión con este hecho," dice el Dr. W. B. Wright, "la contrata de un comerciante de Tiro con una señora de Asiría para la venta de dos esclavos judíos." Por tal iniquidad fueron vendidos los Tirios en esclavitud por el destructor de su ciudad. Joel (800 A. c.) profetiza contra los Tirios por vender á los Hebreos, y sin embargo una tablilla Ninivita que se conserva en el Museo Británico nos da in- formes acerca de la venta de dos Hebreos por ciento treinta y cinco pesos fuertes el 20 de Julio del 709 A. c, por una mujer Ninivita. Mas vino el pago que

LA BIBLIA Y LA CIUDAD DE TIKO. 183

había de caer sobre sus cabezas según la profecía cuando treinta mil habitantes de la cautiva Tiro fue- ron vendidos como esclavos por Alejandro.

Mas aún, aquellos que huyeron, como lo habían hecho anteriormente, á Cártago y otras posesiones co- loniales sobre el litoral del Mediterráneo no hicieron sino cumplir la profecía de Isaías que dice : " Leván- tate, pasa á Kittim ; aun allí no has de tener reposo." Era muy verdad que la colonia mayor de Tiro, Cár- tago, no gozaba de " descanso." Con las tres guerras Púnicas que durante tantos años sostuvieron contra Roma, con generales como Anibal y Escipión para conducir sus respectivos ejércitos ; con el grito de " Cartago delenda est " (" Cártago debe ser destrui- da ") tantas veces aplaudido en el Senado Romano, con hechos tan familiares en la historia, seguramente que aquellos que se escaparon de la Ciudad Mercante no hallaron " descanso," ni aun en las islas del mar, ni tampoco en las posesiones del Mediterráneo. Dio- doro Siculus dice : " Estorbaron el que sus hijos y sus mujeres cayeran en manos del enemigo mandándolos secretamente á Cártago," pero no pudieron estorbar que los alcanzara allí la desgracia.

3. Y con todo, el castigo fué suavizado con la cle- mencia. Una bendición fué predicha. Isaías atenuó las tinieblas del porvenir por medio de un esplendor momentáneo. Descubrió un tiempo cuando "su nego- ciación y su ganancia " será consagrada á Dios : no será guardada ni se atesorará ; pues será su negocia- ción para los que estuvieren delante del Señor. No había de llegar á ser " reducida á silencio en medio del

184 LA BIBLIA VERIFICADA.

mar " hasta el día en que después de oir el Evangelio lo hubiera aceptado en parte. ¿ Llego ese día?

Entre la " gran multitud " de los que vinieron á oir á Jesús y a ser curados de sus enfermadades, había, según San Lucas, gente de las partes de " Tiro y de Sidon." Fué también en los " términos de Tiro y de Sidon " que la " hija " de la muger " Siro-fenisa " fué libertada de la posesión del espíritu maligno. Pablo " desembarcó en Tiro " donde encontró " discípulos ;" con los cuales permaneció una semana, y por los cuales, junto con sus " hijos y sus esposas," fué acompañado hasta el buque en su partida, mientras que orando juntos "en la playa" se despidieron unos de otros con ternura.

Mas tarde llegó á ser Tiro la sede de un obispado Cristiano. Allí en 324 d. c, consagró Eusebio una catedral, la cual era tan grandiosa que dice " no podía describirla con palabras adecuadas, por su grandor, el aspecto imponente de la obra vislumbrando al orador, y su cúspide elevándose á los cielos." Este historia- dor eclesiástico, al comentar acerca de la profecía de Isaías, dice, " Ha sido cumplida en nuestros tiempos. Pues desde que se fundó una iglesia en Tiro como en otras naciones, muchos de sus bienes obtenidos por el comercio son consagrados al Señor, siendo ofrecidos á su Iglesia." Y mas tarde dice Jerónimo : " Podemos contemplar en Tiro iglesias edificadas á Cristo ; pode- mos ver sus riquezas, que no son almacenadas ni ate- soradas, sino dadas á los que están delante del Señor."

4. Pero Jerónimo se maravilló de que parte de las profecías no llegaran á cumplirse. Al principio del

LA BIBLIA Y LA CIUDAD DE TIRO. 185

siglo quinto de la era Cristiana dice que Tiro era " la ciudad mas noble y la mas hermosa de la Fenicia/' y pregunta como puede esto concordar con la profecía de Ezequiel, " Nunca jamás serás reedificada." No pareció darse cuenta de que siglos son necesarios para la confirmación de la palabra de Dios en su conjunto. Fué reservado, en la providencia de Dios, para estas últimas generaciones el constatar la verificación com- pleta de la profecía, que Tiro había de ser " desolada y silenciosa en medio del mar."

No haremos mención de la conquista de la ciudad por los Sarracenos, ni de la reconquista por los Cruza- dos, ni de su renovada humillación por el Turco. Baste decir que desde 1561 empezó á tener lugar su decadencia final y segura, ¿No dijo Ezequiel, " Kaeré de ella su polvo, y la dejaré como piedra lisa : Tende- dero de redes será en medio de la mar?" En 1697, Maundrell la contempló desolada por completo, y sus míseros habitantes vivían, dice, " mayormente de pesca."

¿ Dijo el profeta que las piedras de la ciudad yace- rían " en medio de las aguas " ? El erudito Robinson testigo ocular en 1838, dice : " Los únicos restos de su antiguo esplendor columnas de granito rojo y gris, á veces hasta cuarenta ó cincuenta en montón, ó pila- stras de mármol yacen rotas y diseminadas bajo las olas en el mar." " Columnas de granito," dice otro testigo ocular (el Dr. Thomson en su libro La Tierra y el Libro), " yacen sembradas en el fondo del mar por doquier." Del mismo modo nos dice Tristram, en su libro La Tierra de Israel, que " por media milla de la

186 LA BIBLIA VERIFICADA.

ribera el mar fluye con uno ó dos pies de profundidad sobre rocas planas cubiertas por una masa de culumnas abatidas."

Ezequiel dice ademas, " Y no serás mas : y serás buscada, mas no serás hallada/' y Renán lo confirma pues escribe : " El viagero que no tuviese informes acer- ca de su existencia pasaría á lo largo de la costa sin darse cuenta de que se halla junto á la antigua ciudad."

Con hechos tales ante nuestra vista podemos repetir la endecha de nuestro texto, " ¿ Quién como Tiro, deso- lada y silenciosa en medio del mar?" En verdad que la palabra de Dios permanece firme y segura. Siglos podrán pasar antes de su cumplimiento, mas al fin todo poder contrario será humillado, mientras que la Iglesia de Dios será preservada y ensalzada.

CAPITULO XIV.

SEÑALES BÍBLICAS QWE PRECEDIERON LA DESTRUC- CIÓN DE JERUSALEM.

"Yá unos que decían del templo, que estaba adornado de her- mosas piedras y dones, dijo: De estas cosas que veis, días ven» drán, en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derri- bada. Y le preguntaron, diciendo : Maestro, ¿ cuándo será esto ? ¿ Y que señal habrá cuándo estas cosas hayan de comenzar á ser hechas ? " Lucas 21 : 5-7.

La destrucción de Jerusalem y de su templo por Tito en el año 70 a. c. fué predicha por Cristo unos cuarenta años antes que llegase á suceder. Y los dis- cípulos se admiraron al oir la profecía, y podían creer apenas que había de cumplirse. Preguntaron al Maes- tro qué signos precederían la catástrofe, y claramente se lo dijo, estando con ellos sentado en el Monte de las Olivas con la Santa Ciudad resplandeciendo ante sus ojos bañada en luz por el sol que bajaba hacia el oca- so. Hechemos una mirada á la historia y constatemos si las señales predi chas en detalle han tenido lugar. Puede decirse, por vía de introducción, que las señales parecen indicar el fin de Jerusalem en primer lugar, y en segundo lugar el fin del mundo. Había, como dice Farrar, " dos horizontes, cerca el uno y lejano el otro," y ademas añade, que como las señales " precedieron la

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188 LA BIBLIA VERIFICABA.

destrucción de Jerusalem, así también (las mismas) precederán en gran parte cuando el fin de todas las cosas esté cercano/' Limitándonos por de pronto al fin dramático de la dispensación y constitución Judai- cas, consideraremos las señales que habían de preceder el primer gran día del Señor que es simbólico de otro aún mas terrible y venidero.

1. " Antes de todas estas cosas" era una de las señales " os echarán mano y perseguirán." Esta profecía fué terriblemente cumplida antes del año 70, cuando Tito destruyó la ciudad y el templo. Santia- go fué degollado por Agripa, y Pablo por Nerón antes de esta fecha. La historia de la Iglesia apostó- lica fué una sucesión de persecuciones religiosas. Esto es evidente según el relato de Hechos de los Apóstoles, y es corroborado por la historia profana, que no puede ser tachada de parcialidad hacia el Cristianismo. Cuan- do ocurrió el grande incendio en Roma, durando, dice Suetonio, "seis dias y siete noches," hasta que casi la mitad de la ciudad fué convertida en ruinas, Nerón comentó acerca de " los grandiosos efectos de la con- flagración." Se supone que este emperador ordenó él mismo que la ciudad fuese incendiada, y, dice Tácito, " para suprimir este rumor inculpó falsamente y cas- tigó con los tormentos mas atroces las personas de los comunmente llamados Cristianos, que eran odiados por sus enormidades. Cristus, el fundador de este nombre, fué muerto como criminal por Poncio Pilato, procura- dor de Judea, en el reinado de Tiberio ; mas la super- stición perniciosa, por un tiempo reprimida, surgió de nuevo, no solamente en Judea, donde tuvo origen el

LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALEM. 189

mal, sino en la misma Roma, adonde fluyen cual co- mún receptáculo todas las cosas horrendas y vergon- zosas de todas partes, y donde también son estimula- das. De consiguiente, fueron primeramente encarce- lados aquellos que confesaron ser Cristianos ; después, por informe que estos dieron, una gran multitud fué convicta, no tanto por la acusación del incendio de la ciudad sino por aborrecer á la raza humana. Y fue- ron en su muerte causa de diversión, pues fueron cu- biertos de pieles de bestias feroces y se les dio caza hasta la muerte con perros, ó fueron clavados en cruz, ó quemados, y cuando declinaba el día ardieron para servir de antorchas nocturnas/' Tal es el lenguage, no de un Cristiano, sino de un pagano, y de uno cuya vida cubrió parte de la primer centuria y el principio de la segunda. La señal de persecución religiosa ocurrió pues entonces, y esta misma persecución, des- crita por el historiador Latino, asoló seis años antes de la destrucción de Jerusalem.

2. Otra señal que parecía muy improbable fué, " Este evangelio del reino será predicado por todo el mundo para testimonio á todas las naciones; y en- tonces vendrá el fin." ¿ Tenemos evidencia alguna de que esta señal precediese la destrucción de Jerusalem? El imperio Romano fué reconocido en aquellos días como comprendiendo "todo el mundo," pues acerca del decreto de Cesar Augusto dice Lucas, " Todo el mundo fuese empadronado ; " esto es todo el imperio. Aun limitándolo de esta manera parece imposible que una religión cuyo Fundador fué crucificado una reli- gión opuesta á todas las demás por cuanto las tenía

190 LA BIBLIA VERIFICADA.

todas por falsas una religión que no lisongeaba á los hombres sino que los llamaba pecadores una religión que exigía olvido propio y aun sacrificio de la vida una religión que, después de todo, no proponía propa- garse por la fuerza, parece completamente imposible que tal religión se propagase tan difusamente en cua- renta años ; pero Cristo comprometió su palabra en la predicción de que antes de la destrucción de Jerusa- lem, antes del año 70 d. c, sería su evangelio publi- cado por todo el mundo conocido ; y hay razón para creer que la profecía probó ser verdadera. Tácito, dice en el pasage de él citado, que la perniciosa supers- tición era reprimida en un lugar para aparecer en otro, " no sólo en Judea, donde tuvo origen el mal, sino en la misma Roma, adonde fluyen cual común receptáculo todas las cosas horrendas y vergonzosas.,, Plinio el Joven, que murió hacia el 116 d. c, escribe ¡ " Y no solamente se ha apoderado el contagio de esta superstición de las ciudades, sino que también de las aldeas y campo." Clemente, contemporáneo de Pablo, dice de este apóstol : " Fué el predicador ambos de Oriente y de Occidente ; adoctrinó al mundo en jus- ticia ; " y Pablo murió antes del año 70, previo al cual Cristo dijo que el Evangelio había de ser predi- cado á todas las naciones. Cuando predijo la señal no tenía sino un corto número de discípulos, mas la señal no falló.

3. También habían de sobrevenir conmociones civiles " guerras y rumores de guerras." El advenimiento de Cristo tuvo lugar en tiempo de paz universal, el templo de Jano estaba cerrado. Sin embargo, el mas

LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALEM. 191

tremendo desorden iba á suceder en los negocios gu- bernamentales antes de que aquella generación pasase, á lo menos así lo profetizó.

Volviendo ahora para el período en cuestión á Tá- cito, y hojeando sus Anales, vemos expresiones como estas : " Desórdenes en Alemania," " conmociones en África," " conmociones en Trácia," " insurrecciones en la Galia," " intrigas entre los Partas," " la guerra en Bretaña," " guerra en Armenia." Y lo mismo tam- bién en Josefo vemos qué levantamientos había por todo el imperio. "En toda la Siria," dice, <? los de- sórdenes eran terribles ;" " cada ciudad estaba dividida en dos ejércitos," Sirios y Judíos ; " así que el día se pasaba en verter sangre, y la noche en terror." Se nos dice que era " común el ver ciudades llenas de cadáveres sin sepultar, y los de los viejos mezclados con los infantes ; . . . mujeres también entre ellos." No es de admirar que con los cadáveres sembrados de esta manera tan cruel Josefo llame aquellas calami- dades indecibles. Trece mil fueron muertos en Scitó- polis. Diez mil en Damasco fueron muertos " abrién- doles la garganta." Veinte mil fueron muertos en Cesárea en " una hora de tiempo." En Alejandría no se perdonó ni á viejos ni á jóvenes hasta que cincuenta mil yacieron en " montones." Y tampoco fué en pro- vincias aisladas que se sintieron estos disturbios. El imperio mismo se tambaleó sobre sus mismos funda- mentos antes del año 70, tan prolífico en aconteci- mientos. Cuatro emperadores subieron ai poder en dos años, y todos ellos murieron violentamente. Ne- rón, según Suetonio, "se hundió una daga en la gar-

192 LA BIBLIA VERIFICADA.

ganta ; " Galba fué atropellado por gente de á caballo y un soldado le cortó la cabeza, quien, " metiendo el pulgar en la cabeza por la boca," llevó así su horrible trofeo ; Oto se " atravesó " el pecho ; y Vitelio fué des- pachado por medio de lento tormento y " arrastrado después por un gancho y echado en el Tiber." Así que no fué una provincia de vez en cuando, sino como lo dice Suetonio, fué el " imperio " que se halló en " un estado de disturbio y desorden." Tal es el testimonio en cuanto á los acontecimientos por historiadores que poco sabían que Cristo lo había profetizado todo cua- renta años antes, cuando declaró que "habría guerras y rumores de guerras," nación contra nación y rey contra rey, antes del fin, antes que Jerusalem fuese destruida.

4. ¿ Había de preceder algo mas este gran aconteci- miento ? Sí. " Muchos vendrán en mi nombre dicien- do, Yo soy el Cristo ; y engañarán á muchos." ¿ Vi- nieron impostores de este género ? Josefo dice que hubo " gran número de falsos profetas." Y habla de uno con el nombre de Teudas, el cual persuadió á mu- chos " que tomasen sus efectos y le siguiesen al Jordán," que iba á " dividir ; " y añade, " muchos fueron enga- ñados por sus palabras." Leemos ademas en un his- toriador Judío de un Egipcio que " pretendió ser tam- bién un profeta y reunió treinta mil hombres," á los cuales prometió que desde el Monte de las Olivas él mostraría " como á su palabra caerían las murallas de Jerusalem." Estos son sólo ejemplos de los falsos Cristos, de los cuales dice Josefo había un " gran nú- mero," y de los cuales había Cristo profetizado que

LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALEM. 193

" habría muchos." La predicción y el hecho concuer- dan. Existía á la sazón una expectación ansiosa muy favorable para impostores. Aun el mismo Suetonio (y él debe haberlo sabido, puesto que vivió á fines del siglo primero y á principios del segundo) dice : " Por largo tiempo había prevelecido en el Este la firme per- suasión de que el imperio fatalmente había de caer en manos de alguno proviniendo de Judea." Y era á causa de este sentimiento predominante que tantos falsos Cristos hicieron su aparición, y el Cristo verda- dero lo vio y lo predijo de antemano. Era esta una de las señales que habían de preceder la destrucción de Jerusalem.

5. Otra de las señales había de consistir en plagas destructivas, " grandes terremotos," para usar la ex- presión de Lucas, " y en diversos lugares hambres y pestilencias." Josefo hace mención de un "hambre durante el reinado de Claudio," y tan severa fué que " mucha gente pereció por falta de lo necesario para procurarse alimento." Suetonio habla también de una " pestilencia en Roma en tiempo de Nerón," y dice, " durante el espacio de un otoño murieron no menos de treinta mil personas." Tácito habla de una " esca- sez en las cosechas, y de un hambre consiguiente." También afirma que hubo " frecuentes temblores por causa de los cuales cayeron muchas casas." Alude ademas á un año en el cual " doce ciudades populosas de Asia cayeron en ruinas por motivo de un terre- moto ; " y añade, " Se cuenta que inmensas montañas se hundieron, valles fueron tornados en colinas, y que surgieron fuegos durante la catástrofe." Josefo des-

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194 LA BIBLIA VERIFICADA.

cribe un temblor durante el cual hubo "terribles sacudimientos y mugidos de la tierra." Finalmente, en el año 58 Séneca escribe : " ¿ Cuántas veces han caido ciudades de Asia y Acaya con un solo temblor ? Cuántas ciudades han sido tragadas en Siria ! Cuántas en Macedonia ! Cuántas veces ha sido Chipre devas- tada por esta calamidad ! Cuántas ha sido Pafos con- vertida en ruinas ! A menudo se nos han dado noti- cias de ciudades enteras que habían sido destruidas." A la luz de tal testimonio cuan verdadera aparece la predicción de Cristo, " grandes terremotos, y en diver- sos lugares hambres y pestilencias ! "

6. La profecía la mas extraña quizás fué el que hu- biera de haber lo que un evangelista llama, " señales en el sol, la luna y las estrellas," " terrores y grandes señales en el cielo." ¿ Hubo tales ? Un cometa " pa- recido," dice Josefo, " á una espada," permaneció sus- pendido amenazante sobre la ciudad por espacio de un año. Una noche, según el mismo testigo, el templo fué lleno de una luz tan brillante como el día que duró " una media hora." Cierta tarde á puestas del sol " se vieron carros de guerra y multitud de soldados en su armadura corriendo en las nubes." Y mas ex- traño aún que todo esto, los sacerdotes una noche, yen- do al templo para desempeñar sus deberes como de costumbre, "sintieron un temblor de tierra y oyeron un gran ruido, después de lo cual percibieron el ruido como de una multitud, diciendo, "Abandonemos este lugar." Tales son algunos de los " terrores y grandes señales en el cielo " que Josefo menciona. Tácito, también al referir la destrucción de Jerusalem, dice,

LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALEM. 195

" Se vieron ejércitos en los cielos peleando en dife- rentes puntos ; ... el templo brilló con la súbita luz de las nubes ; las puertas del templo se abrie- ron de mismas ; una voz, mas que humana, se oyó que decía que los dioses se alejaban, y al mis- mo tiempo un gran movimiento como si se aleja- sen." Josefo era Judío, y Tácito era Romano, y ninguno de ellos era Cristiano, mas lo que ellos escriben como perteneciendo á la historia Jesús lo predijo proféticamente.

7. Una señal mas había de ser precursora del fin : "Cuando viereis á Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. En- tonces los que estuvieren en Judéa huyan á los montes ; y los que en medio de ella, vayanse." Esta era una señal de que los Cristianos habían de empren- der la huida precipitada. ¿ Sucedió según lo que ha- bía sido proyectado ? Cuatro años antes de la catás- trofe final esto es, 66 d. c. el general Romano Cestio Gallo marchó sobre Jerusalem, que se hallaba en estado de rebeldía. Apremió el sitio, y " si hubiera continuado," dice Josefo, " un poco mas hubiera con toda certeza tomado la ciudad," y habría de esta ma- nera " puesto fin á la guerra aquel mismo día," Pero de pronto batió en retirada. ¿ Porqué ? " Sin razón aparente," dice el historiador Judío. Mas había una razón de él ignorada. Era sin duda en la provi- dencia de Dios, para dar á los Cristianos la oportuni- dad prometida. Con la retirada temporal de los Ro- manos, las puertas de la ciudad fueron abiertas por poco tiempo, mas en pocos días se cerraron, y se hicie-

196 LA BIBLIA VERIFICADA.

ron los preparativos para resistir el sitio seguro de ser renovado. Antes del bloqueo, " muchos de los Judíos mas eminentes," dice Josefo, " se salvaron de la ciudad como de un buque que se sumerge." Entre los muchos tenemos razón para creer que se hallaban los Cris- tianos. En efecto, Eusebio, el historiador Cristiano, que vivió de 265 á 340 d. c, dice expresamente que ellos "abandonaron la ciudad por revelación, y vivie- ron en una de las ciudades de Perea, cuyo nombre es Pella." Poco después de este escape providencial vino el ejército de Tito, y Jerusalem fué destruida, y tam- bién el templo con sus hermosas piedras.

Así pues, antes de la destrucción final hubo señales del juicio inminente, caución que los discípulos obede- cierou para su seguridad personal. Mas la gran ma- yoría se quedó y sufrió miserias inenarrables. " No prestaron atención," dice Josefo, " á las señales tan evi- dentes." Ni tampoco ahora oyen muchos las amones- taciones de Dios. También vendrá sobre ellos deso- lación si no escuchan la voz de bondad que precede el castigo. El Señor no amenaza en balde ; cada una de sus palabras se cumple : se cumplieron en el pasado, como hemos visto, y se cumplirán en el porvenir. No necesitamos hundirnos con un mundo que perece, y de cierto que tal sucederá si no aprovechamos nuestra oportunidad de salvarnos. Cuando llegue el último día, día del Señor y fin del mundo, del cual la destruc- ción de Jerusalem es emblemática cuando precede- rán este solemne fin de la historia humana señales mas terribles aún de las que hemos visto podamos todos nosotros ser tomados en el aire antes del últi-

LA DESTRUCCIÓN BE JEBUSALEM. 197

mo cataclismo de la naturaleza preliminar de los nuevos cielos y tierra nueva. Podamos todos habi- tar la Jerusalem Nueva que en la bondad de Dios ha de suceder á la antigua.

CAPITULO XV.

LA BIBLIA Y LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALEM.

* ' ¡ Jerusalem ! \ Jerusalem ! que matas á los profetas, y ape- dreas á los que son enviados á tí, cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no lo quisiste. He aquí, vuestra casa os es dejada desierta.'' Mateo 23 : 37, 38.

"Y saliendo del templo le dice uno de sus discípulos Maestro, ¡ mira qué piedras, y qué edificios ! Y Jesús respondiendo, le dijo : ¿ Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre pie- dra que no sea derribada." Marcos 13 : 1, 2.

" Y como llegó cerca, viendo la ciudad, lloró sobre ella, dicien- do : ¡ Ah si conocieses, á lo menos en este tu día, lo que toca á tu paz ! mas ahora está encubierto á tus ojos. Porque días ven- drán sobre tí, que tus enemigos te cercarán con trinchera ; y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho : y te derribarán á tierra ; y á tus hijos, los que están dentro de ; y no dejarán en piedra sobre piedra ; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.' ' Lucas 19: 41-44.

"Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fué desde el principio del mundo hasta ahora, ni será." Mateo 24 : 21.

" Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el cerco y en el apuro con que te angustiarán tus enemigos." Deuter. 28 : 53.

11 Y caerán á filo de espada, y serán llevados cautivos por todas las naciones ; y Jerusalem será hollada de los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles sean cumplidos." Lucas 21 : 24.

La destrucción de Jerusalem fué predicha muy positivamente por Cristo unos cuarenta años antes del acontecimiento. Nada parecía mas inverosímil á 198

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la sazón. Los discípulos podían apenas dar crédito que las predicciones se verificarían. La ciudad y el templo parecían ser de muy sólida construcción y muy gloriosos para estar condenados á tal ruina y desola- ción. Existían tres líneas de fortificación, con pie- dras de hasta setenta pies de largo cada una. Las murallas estaban coronadas de torres fuertes que pare- cían inexpugnables. El templo era espléndido. Te- nía columnas de treinta á cuarenta pies de altura, sien- do cada una un monolito de marmol blanco, y tan grandes que sólo tres hombres con los brazos extendi- dos podían medir su circunferencia. Las puertas estaban cubiertas de oro y giraban sobre visagras del mismo metal precioso. El techo era una masa de clavijas doradas para impedir que los pájaros hiciesen allí sus nidos. Una viña de oro con racimos de uvas y cada racimo del tamaño de un hombre era admira- ción de cuantos la veían. Los rabinos decían, " Cual una viña natural, crecía mas y mas todos los días ; pues los fieles ofrecían oro, ya para hacer una hoja, ya para un racimo : y estos eran colgados de la viña que aumentaba de continuo." Tal era el templo, y, Josefo dice, bajo los rayos del sol levante " reflejaba un es- plendor de fuego," lo que hacía al pueblo " volver sus miradas de él, tal como lo hubieran hecho del mismo sol ; " mientras que á cierta distancia, dice este histo- riador, el templo, que él mismo había visto á menudo, aparecía " como una montaña cubierta de nieve ; pues aquellas partes que no estaban cubiertas de oro, eran extraordinariamente blancas." No es extraño que uno de los discípulos dijera admirándolo : " Maestro,

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mira qué piedras y qué edificios I" De todo esto sin embargo " no había de quedar piedra sobre piedra." Fué en el año 70 d. c, bajo el general romano Tito, que sobrevino la catástrofe. Notemos brevemente al- gunos de los detalles del cerco tales como los da Jo- sefo, el historiador judío de aquel tiempo y testigo ocular de los grados sucesivos de destrucción.

No fué el menor de los sufrimientos de los Judíos el ocasionado por los cabecillas de diversas facciones, peleando todos ellos á fin de obtener el mando aun dentro de las murallas sentenciadas á ser arruinadas. El pueblo pidió que fuese suelto Barrabás con prefe- rencia á Jesús, y ahora eran atormentados por gefes ladrones que con bandas armadas recorrían las calles robando y matando, hasta que de tal manera reinó el terror que el ataque de los Eomanos fué saludado con gozo por los míseros ciudadanos. Tito formó sus le- giones frente á la muralla exterior. Sus máquinas y arietes empezaron á batir brecha. Las primeras des- pedían piedras inmensas, las cuales, volando por el aire y brillando blancas en la noche, pudieron al prin- cipio ser eludidas, pero cuando las pintaron de negro y las hicieron de este modo invisibles en la oscuridad, aplastaron filas enteras. Era el batir de los arietes irresistible, manejados por una "multitud de hom- bres " en movimientos acompasados atrás y adelante. Una de las máquinas formidables, llamada Nico ó sea Victoria porque nunca había fallado, tronó día y noche hasta que fué abierta una brecha en la muralla exterior, la cual fué tomada y gran parte de ella " der- ruida." La segunda muralla fué luego atacada. Sitia-

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dores y defensores pelearon con desesperación hasta que esta también sucumbió, y Tito la " destruyó por com- pleto/' Ni una piedra fué dejada sobre otra.

El sitio fué puesto alredor de la tercer muralla, y el hambre empezó sus extragos. " La mesa," dice un historiador judío, "nunca fué puesta para la comida." Todos comían en secreto y apresuradamente, por temor de que sus provisiones llegaran á ser descubiertas y arrebatadas por los ladrones, que saqueaban las casas buscando alimento, y agarrando á los niños los sacu- dían hasta acerlos soltar el bocado al cual se colgaban en su hambre. La gente se escapaba de la ciudad en busca de algo que comer, y aprisionados por los Ro- manos eran crucificados hasta en número de cuatro- cientos en un día. Se retorcían en las cruces á vista de sus hermanos que guarnecían la muralla. Esta tragedia de crucifixión se llevó á cabo hasta que faltó la madera para hacer cruces. " ¡ Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos ! " gritaron los Judíos tocante á aquel que crucificaban ; y así suce- dió, cuando ellos mismos fueron crucificados por cen- tenares.

Entre tanto el progreso era lento, siendo las máqui- nas y los trabajos de guerra diestramente minados y quemados. Tito adoptó otro plan para vencerlos. Edificó, leemos, " una muralla alredor de la ciudad." Esta consistía, como otro lo afirma, " de una empali- zada ó parapeto, hecho de tierra sacada de los fosos y erizado de estacas agudas." En tres días, trabajando á ello todo el ejército, fué el trabajo terminado, y guardado por una guarnición vigilante no había posi-

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bilidad de entrada 6 de salida ; la ciudad podía con el tiempo ser subyugada por hambre. ¡ Cuan de notar es que Cristo predijera este mismo plan de ataque cua- renta años antes que sucediera ! " Porque vendrán días sobre en que tus enemigos echarán trincheras en derredor de tí, y te pondrán cerco, y te estrecharán por todas partes." Los Judíos se encontraron cerca- dos por completo ; " toda esperanza de escape," dice Josefo, " se desvaneció, . . . junto con su libertad de salir de la ciudad."

El hambre llegó á ser mas terrible, muriendo fami- lias enteras. Las casas estaban llenas de los mori- bundos. En las calles se veían á muchos caer muer- tos. Los ladrones robaban á los muertos, y probaban riendo el corte de sus espadas en las carnes desnudas ó bien traspasaban los que " yacían agonizantes en el suelo ;" durante algún tiempo fueron los cadáveres sepultados, pero mas tarde fueron " arrojados del otro lado de las marallas en los valles de abajo." Tito, haciendo su inspección, vio con horror los cuerpos en descomposición, cuyo olor era insoportable, y lamen- tándose en voz alta, levantó sus manos al cielo y " lla- mó á Dios por testigo que aquello no era obra suya." Parecía conocer que estaba desempeñando un cargo en las manos de una Providencia imperante.

Los ambrientos habitantes trataban de escaparse de la ciudad en gran número, y, como el enemigo viniese á saber que se tragaban sus tesoros para salvarlos, los soldados de Tito cortaban " los cuerpos de los vivos " en busca de los tesoros escondidos ; y á menudo " hal- laron piezas de oro," " pero muchos fueron destruidos

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sin llenar sus esperanzas de ganancia." Dos mil fue- ron muertos en una noche por motivo del oro que pu- dieran contener. Aunque el general Romano amenazó con pena de muerte instantánea á aquellos de sus sol- dados que siguieran perpetrando tales crímenes, sin embargo, cuando creían no poder ser descubiertes, echaban mano de los desertores judíos, y en las mis- mas palabras de Josefo, los " disecaban y extraían de sus entrañas la moneda mancillada/'

Creció el hambre hasta que los sitiados roían cuero viejo. Manojos de paja eran devorados, y tallos de árboles se vendían á precio subido como alimento. Una mujer rica de la Perea que fué sorprendida por el sitio en Jerusalem fué llevada á tal desesperación por el hambre que mató á su niño de pechos, y, dice Josefo, " asó y se comió la mitad de él, y la otra mitad la guardó escondida," hasta que los ladrones que ha- bían robado su casa repetidas veces, volvieron. Cuan- do la amenazaron de " cortarla el pescuezo si no les enseñaba los manjares que aún la quedaban," replicó que tenía una porción esquisita para ellos, á lo cual " destapó lo que de su hijo quedaba." Cuando ellos se negaron á comer les reprochó el ser mas melindro- sos que una mujer ; mas ella fué permitida concluir su fiesta horrible, consistente de la carne de su propio hijo. Tiempos atrás en el Deuteronomio había sido profetizado, " Comerás el fruto de tu vientre ... en el apuro del cerco con que te estrecharán tus ene- migos."

Los acontecimientos aceleraban el fin. Tito con- vocó á sus gefes para tratar acerca de la oportunidad

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y conveniencia de destruir el templo, que era ya ame- nazado por las llamas. Se acordó el salvar la santa casa, y se mandó extinguir el fuego que avanzaba. Mas exasperados los soldados romanos por los con- tinuos ataques de los judíos, apresuraron el fin, y uno de ellos, subido sobre los hombros de un compa- ñero, contra toda consigna aplicó la torcha á una de las ventanas del templo, y empezó la conflagración. Tito se apresuró á dar órdenes que extinguiesen el fuego, mas fué imposible ejecutarla en la confusión y vocerío de la batalla. Extendió su brazo mas todos estaban demasiado excitados para prestar atención. "Y de este modo," dice el historiador judío, "fué la casa santa quemada sin la aprobación del Cesar." Fué contrario á los deseos de Tito, mas era de acuerdo con la predicción de Cristo, que dijo, " Vuestra casa os es dejada desierta." Toda la estructura fué una llama y el fuego rugió como un volcan. Se vio el resplandor á gran distancia. El pueblo subió á las murallas de la alta ciudad y dio al viento sus lamentos. Oíase el "griterío de las legiones romanas," y el grito de desesperación de aquellos que se hallaban " encerra- dos por las llamas y la espada," mientras que los cerros de alredor volvían el eco de la conflagración rugient te, el grito de los soldados y el clamor de la multitud.

Sión quedaba por conquistar, y contra sus escarpa- dos declives levantaron terraplenes, y pronto empeza- ron á tronar los arietes. Los judíos se sentían abati- dos, los romanos seguros de la victoria. Fué abierta brecha en la muralla, y el pánico se apoderó de los

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defensores ; el pueblo corriendo de acá para allá, fué dado caza, y su sangre corrió en arroyos por las calles. Se dio orden para la demolición completa de " la ciu- dad entera y del templo." Tres torres fueron dejadas cuya sólida construcción podía atestiguar á las genera- ciones futuras " lo que el valor romano había subyu- gado." Cuando Tito llegó á examinarlas exclamó, " Ciertamente hemos tenido á Dios de nuestra parte en esta guerra, . . . pues qué hubieran podido manos de hombre ni máquinas ningunas contra semejantes torres?" Tenía razón. Dios lo había decretado y Cristo lo había predicho. Jerusalem era en efecto "hollada," y la muralla de Sión, como las otras dos, fué arrasada. " La ciudad," dice Josefo, " fué tan igualada con el terreno por aquellos que escavaron hasta sus fundamentos que no fué dejado vestigio para dar á entender á los que por allí pasaran que jamás había estada habitada." Tal fué el final de un con- flicto en el cual perecieron un millón cien mil per- sonas (" y caerán á filo de espada "), y noventa y siete mil fueron hechos prisioneros y vendidos, muchos de ellos, como esclavos (" y serán llevados al cautiverio entre todas las naciones.")

¿ Que había predicho Jesús acerca de la destrucción de Jerusalem? "Habrá entonces grande tribulación, tal cual no la ha habido desde el principio del mundo, no, ni nunca la habrá." Y ¿ qué dice también el histo- riador judío al dar un resumen de la guerra ? " Me parece á que las desgracias de todos los hombres desde el principio del mundo, si se comparan á las de los Judíos, no son tan grandes como fueron las de

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ellos." El hecho parece haber correspondido á la profecía. Y ¿ cuál es el juicio del historiador mo- derno ? Milnian dice : " Jerusalem . . . probable- mente ha sufrido una porción de la humana miseria mayor que la de ningún otro lugar sobre la tierra."

Un triunfo en Koma fué votado á Tito por el éxito espléndido de su empresa. Fué coronado de laurel y vestido de púrpura. Sus soldados se vistieron de gala. La procesión triunfal emprendió la marcha entre víto- res entusiastas. Los mas altos y los mas distinguidos de los judíos cautivos agraciaban el triunfo. Lleva- dos á lo largo de la procesión se veían objetos de plata y oro trabajados con primor. Llevaban tam- bién fieras de todos los países del mundo para dar mas realce a la demostración. Eran llevados buques en gran número, y, á manera de los trasparentes de hoy día, trofeos de tres y cuatro pisos de altura en que iban representadas todas las escenas de la guerra de entonces, tales como " una fértil comarca arruinada y escuadronnes enteros de enemigos muertos," " casas derruidas y aplastando á sus dueños," soldados entran- do en tropel por las brechas hechas en las murallas, y otras escenas por el estilo. De este triunfo romano, decretado por la destrucción de Jerusalem, aun queda un testigo en el arco de Tito, existente en una de las calles de la ciudad Eterna. En este arco el viagero moderno, después del trascurso de los siglos, ve repre- sentados á los Judíos llevados cautivos, el candelabro de oro y el carro triunfal del general romano. Du- rante mil ochocientos años ha testificado ese arco de marmol del cumplimiento de la palabra de Dios. Du-

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rante todos estos siglos ha sido Jerusalem " hollada de los gentiles.''

Trescientos años después de la destrucción de la ciudad Julián, Apóstata trató en vano de restaurar la constitución política de los Judíos con toda la antigua pompa de su culto. Este emperador romano, con el expreso propósito, dice Gibbon, de producir un " argu- mento contra la fe en la profecía y la verdad de la revelación," dio órdenes para la restauración del templo. De todas partes del imperio acudieron los Judíos, y emprendieron el trabajo de reconstrucción. Hombres ricos trabajaron con palas y azadones de plata, y mujeres ricas Uavaban los materiales en mantos de seda y de púrpura. Mas la empresa fué interrumpida de un modo estraño. Según escritores ambos paganos y Cristianos de aquel tiempo, cuando fueron los escombros removidos y las cavernas subte- rráneas fueron descubiertas, llamas surgieron de las bóvedas tanto tiempo enterradas, y mangas de fuego rastrearon por el suelo con un ruido de trueno, de tal manera que los trabajadores tuvieron que desistir en su empresa. Fuese una interrupción milagrosa de los trabajos como en aquel entonces se creyó, ó ya fuese un fenómeno natural hoy no desconocido de gases aprisionados por largo tiempo hacer explosión al con- tacto del aire exterior, la obra de todos modos fué in- terrumpida. El tiempo de los Gentiles no se había cumplido todavía, y Jerusalem tenía que ser hollada por lo menos mil quinientos años mas.

Durante cuánto tiempo mas tendrá que cumplirse la maldición del cielo sobre la Santa Ciudad no pode-

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inos decirlo. Es una cuestión que no está resuelta el si los Judíos llegarán á ser restaurados en Jerusalem. Pero que los espera un porvenir feliz á ellos como pueblo escogido en cuanto se conviertan á Cristo es parte de la enseñanza profética. Con " la plenitud de los Gentiles," dice Pablo, " todo Israel será salvo." Las profecías de Cristo, las predicciones del Nuevo y del Antiguo Testamento, han sido verificadas de tal manera que creemos en lo que aún queda por cumplir de la palabra de Dios. Y aún nos queda la brillante perspectiva, si no de una Jerusalem terrestre restau- rada, al menos de " una Jerusalem celestial bajando del cielo de Dios, preparada como una esposa ataviada para su marido."

CAPITULO XVI.

LA BIBLIA Y EL PUEBLO JUDIO CON SU PECU- LIARIDAD.

" He aquí que este pueblo habitará solo, Y entre las demás naciones no será contado." Nüm. 23 : 9.

La absoluta separación del pueblo judío como único es aquí especificada. Han sido y son " peculiares," no solamente en el sentido bíblico, sino que también mo- derno.

1. El aislamiento de los Hebreos, predi cho en las Escrituras, ha sido realizado en la historia. Tenían que ser completamente distintos de los demás, y lo han sido. Se les dijo lo que tenían que comer y lo que no debían comer, siendo su dieta prescrita de tal modo que hacía indispensable el que ellos vivieran aparte. Por medio de los apóstoles llegamos á saber cual era el horror santo que sentían los judíos piado- sos en gustar manjares que habían sido ofrecidos á los ídolos. Alianzas por medio del matrimonio estaban prohibidas fuera del círculo escogido, y aun las rela- ciones sociales estaban limitadas por las líneas las mas estrictas ; el sentarse á la mesa con pecadores era con- siderado ser una ignominia. ¡ Cuan multiformes eran las abluciones ceremoniales para limpiar se de la con- taminación incurrida por contacto casual con los gen-

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210 LA BIBLIA VERIFICADA.

tiles inmundos ! Este exclusivismo tan completo era peculiar á los Judíos, y era ordenanza divina. Dios parece haber tenido un propósito grande que sólo podía ser llevado á cabo por medio de reglamentos los mas minuciosos.

La raza humana estaba entonces en la infancia, y era menester regirla en consecuencia. El único error de los judíos, era, el ser adictos cuando hombres á cosas de niños y por medio de tradiciones añadir á sus reg- lamentos. Sin embargo, de una manera general eran fieles al plan marcado por Dios ; debían ser ellos un pueblo particular, diferente de todas las demás na- ciones.

" He aquí un pueblo que habita solo, Y entre las demás naciones no será contado.' '

El resultado es, que un judío hasta el día de hoy es un judío doquiera que esté, y en toda la historia queda separado y fácilmente reconocido. Ninguna otra na- cionalidad puede ser trazada tan distintamente desde su origen hasta la fecha. Empieza la historia con Abraham emigrando de "Ur de los Caldeos/' y el judío emigrante está andando todavía, teniendo el mismo carácter particular de siempre. Cualquiera que sea el país, cualquiera la edad, el judío es un judío-peculiar. Esta exclusividad nacional parece in- dicar la mano amoldadora de Aquel para quién un día es como mil años y mil años son como un día. En verdad podemos percibir algo del propósito divino.

2. Nos parece locura rematada el adorar ídolos, y honrar dioses innumerables. Pero parece ser el poli-

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teísmo aquello hacia lo cual se inclina la humanidad. En efecto todo el mundo antiguo era politeísta. La idea principal al aislar á los Judíos era el introducir y difundir la doctrina de que no hay Dios excepto Je- hová ; y aun el pueblo escogido para esta misión esta- ba él mismo contaminado con las nociones prevalentes por entonces, de manera que caía constantemente en la idolatría. Dios tenía que ser severo con ellos ; tenía que edificar las murallas, insistiendo en una separa- ción completa y castigando la menor mezcla con los paganos, ó bien nunca hubiera podido ser establecida la doctrina verdadera de solamente un Dios y Uno solo.

A pesar de ser tan estricta, siglos enteros fueron necesarios para tornar los mismos Judíos en mono- teístas. No fué hasta la cautividad de Babilonia que el culto de los dioses falsos fue desarraigado de su corazón. Dos mil años fueron necesarios para adoc- trinar una nación, pues cuando vino Cristo los Judíos eran la única nación que creía en un solo Dios. El pueblo el mas culto en el mundo de entonces, los Grie- gos, adoraban " muchos dioses " tantos que en su ciu- dad principal, Atenas, un romano satírico podia decir que era mas fácil encontrar un dios que un hombre.

Esta, pues, es la segunda peculiaridad de los Judíos : su separación era en vista de educarlos en el mono- teísmo, y esto con el ulterior propósito de inducir la humanidad entera á adorar á un solo Dios. Dos mil años pasaron hasta tanto que esta nación adoptó esta doctrina, y dos mil años mas han pasado desde en- tonces, y la mayoría de la raza es aún idólatra. Dios

212 LA BIBLIA VERIFICADA.

comprendió lo grave de la situación cuando colocó á los Judíos aparte ; vio que las medidas las mas rigu- rosas tenían que ser adoptadas para extirpar el poli- teísmo. Es muy fácil para nosotros el ridiculizar la idolatría, porque desde generaciones atrás hemos sido educados en este sentir ; hemos heredado la doctrina monoteísta. Es una herencia que nos han legado los Judíos, y el mundo les es deudor de que los ídolos hayan sido olvidados.

Es cierto, que cuando el Mahometismo pasó sobre tres continentes su grito de guerra fue casi. "¡No hay mas que un Dios y Mahoma es su profeta ! " pero Mahoma robó á Moisés, y el Koran es un abreviado imperfecto y una mutilación del Antiguo Testamento. Creemos cosa muy particular el que los hombres ado- ren ídolos, mientras que lo particular es que no seamos politeistas en lugar de adorar á un solo Dios una pe- culiaridad que ha sido ingerida en nuestro ser por la enseñanza persistente de las Escrituras judaicas. Cuan poderoso agente ha sido el judío lo hechamos de ver al considerar que si no hubiera sido por su influencia estaríamos hoy día tributando culto á palo y piedra, ó cuando menos al sol, la luna y las estrellas! Un pueblo peculiar, seguramente, hasta el cual puede re- vertirse, bajo la egida de Dios, la destrucción de cuan- to es propio del paganismo, el culto humillante de objetos materiales. El mundo ha sido revolucionado á este respecto por la doctrina judaica.

3. Otra peculiaridad de este pueblo es la idea de un Mesías que ellos han introducido en la historia. Re- nán, el distinguido escéptico francés, dice : " Lo que

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mas de todo caracterizaba al judío era su confidente . . . creencia en un porvenir brillante para la huma- nidad." Fué el profeta Miqueas que predijo que de Betleem procedería un Legislador " cuyos caminos son de antiguo, desde la eternidad." En el Génesis la promesa fue hecha á un judío, " En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra." Cuan ro- mántico que los judíos ortodojos (no racionalizando) hasta el día de hoy están leyendo las profecías acerca del gran Libertador, y están deseando su venida, ó cuando menos, si no un Mesías en persona, la venida de un reino mesiánico ! El resultado es, que su edad de oro está en lo porvenir. Las naciones paganas mi- ran atrás la gloria del pasado, y no hay esperanza que los inspire para el porvenir. Las consecuencias se echan de ver en las vidas de estas gentes; no hay nada que los aliente adelante, y se pierden en la con- templación fatalista de las cosas ; pierden toda ambi- ción y se tornan en estorbos de la civilización.

Los Judíos al contrario, siempre están á la espera ; cosas gloriosas los aguardan, y se encuentran animados y valerosos, y no existe peligro de que se desesperen, y se extingan como muchas otras nacionalidades se han extinguido. Hágase brillar ante un pueblo la convicción de que van hacer su marca en la historia, llénese su imaginación con el pensamiento de un por- venir grande en acontecimientos, y tratarán de realizar en sus sueños el ideal que se les ha presentado. Los Judíos no podrán nunca desaparecer de la historia mientras que la esperanza del reino del Mesías los inspire á acciones de mas en mas nobles, mientras

214 LA BIBLIA VERIFICADA.

que ellos estén trabajando de continuo á la realiza- ción del modelo que creen poder llegar á ser realizado. Tanto es así que esta doctrina judaica de un porvenir lleno de promesas está levantando la humanidad en la esperanza, que es el aliciente necesario de un desa- rrollo próspero, pues un pueblo des animado nunca llevó á cabo empresa alguna. Coloca la edad de oro no en el pasado, sino en el porvenir, produciendo siempre un incentivo nuevo para renovado esfuerzo.

Y sin embargo, puede decirse, que como los Judíos son solamente unos seis ó siete á lo sumo doce) millones en el mundo, su esperanza en un Mesías no puede tener una influencia muy general. Esto es verdad hasta cierto punto, pero ¿ de dónde obtuvieron los Cristianos su Mesías ? Fué Disraeli (¿ no es así ?) que dijo que la mitad de la Cristiandad adora á un judío y la otra mitad á una judía, Jesús y María. La ironía de esta expresión contiene algo de verdad. La Cristiandad es de origen hebraico ; la salvación viene de los Judíos, dijo el mismo Maestro, y al Cristianismo es debida nuestra civilización. Y mientras nuestro Cristo es del pasado en cuanto pertenece a sus circun- stancias históricas, es sin embargo el futuro que ha de presenciar su triunfo.

El milenio se acerca, y toda la Cristiandad siente la pulsación de lo que está por venir. No solamente los creyentes en Cristo sino mismo aquellos que han llegado á estar bajo la influencia de su enseñanza, viven esperando el desarrollo de grandes acontecimien- tos. Hasta tal punto ha llegado nuestra expectación

LA BIBLIA Y EL PUEBLO JUDIO. 215

que nada de lo que pudiera suceder nos sorprendería. Con ferrocarril, telégrafo, teléfono y fonógrafo ; con la producción de nueva actividad doquiera que el evange- lio de Cristo llega á ser conocido ; con la exploración de países largo tiempo desconocidos, la Cristiandad está medio loca en espectativa. No podemos yacer en pe- reza ; el álito vital pasa sobre nosotros con renovada frescura y hace latir nuestro corazón y nuestro pulso. Demos gracias á Dios por el judío, por el Mesías que vino entre los Judíos, y por esa esperanza gloriosa que solamente aquellas naciones que conocen algo del reino Mesiánico poseen! El evangelio no tiene mas que tocar el paganismo y los huesos secos se levantan con vida. Oye el Japón la historia y despierta del sueño que lo aletargó durante siglos enteros, despierta para seguir la carrera que ha de terminar en la victo- ria. Doquiera que son leídas las Escrituras judaicas, y solamente allí es donde existe progreso aun de un tipo material, y una aspiración hacia mejor estado de cosas ; y cuando pensamos en ello se aumenta nuestro respeto hacia los Judíos! Ningún otro carácter ha sido tan preeminente en desarrollos que sirvan para dar materiales á la historia, reapareciendo á cada paso en la revelación lenta del plan divino.

4. Existe un hecho característico del pueblo judío como nación que es tan peculiar que ha llegado á tornar en creyentes á muchos infieles á saber, su completa dispersión de acuerdo exactamente con las profecías. Cuando Federico el Grande pidió á su capellán que le diera en una palabra el argumento mas poderoso en favor de la Biblia y del Cristianismo,

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su respuesta muy propia fué " Los Judíos, Vuestra Majestad."

Leemos en el Deuteronomio, " El Señor te disper- sará entre las naciones, del un cabo de la tierra hasta el otro." Y la misma autoridad añade, "Un pro- verbio serás entre las demás naciones." " Cernido," dice Amos, " serás entre las naciones." " Errantes " es la descripción apta de Hoseas. " Un silbido y una maldición," declara Jeremías. ; Cuan literalmente se ha cumplido ! Los Judíos se hallan por doquier. Los misioneros se los han encontrado en China, y hasta en el África central. Y hace unos cuantos años este parágrafo iba insertado en toda la prensa religiosa : " Beaconsfield ha mezclado en Chipre, con las tropas naturales de la India, algunos hebreos que dicen ser descendientes de la colonia mercantil . . . fundada por la marina de Salomón." Podríamos creer cualquier cosa de un pueblo tan romántico, y tan peculiar.

No es maravilla que tanto se escribiera acerca de las " diez tribus perdidas de Israel," que se suponían estar escondidas en alguna parte de la tierra, y cuando nues- tros Indios Americanos fueron descubiertos se discutió con toda seriedad en círculos. eruditos si quizás no eran ellos las diez tribus perdidas por tanto tiempo, mientras que ahora muchos pretenden que los Anglo-Sajones son las perdidas tribus. Sin embargo la palabra " perdidas " me parece á estar fuera de lugar cuando se aplica á un pueblo que no pudiéramos perder de vista si quisiéramos. No existe país en el cual no se encuen- tren, " diseminados " como están de polo á polo, " cerni- dos " por todo el mundo ; y no hay necesidad de decir

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que han sido " errantes," marcando la frase común, " el Judío errante," y que han sido un " proverbio " y un " silbido."

Léase la historia de la edad media especialmente, cuando los Judíos carecían de todo derecho civil, cuando eran quemados á millares y cuando tenían que sufrir atrocidades cuya sola mención causa miedo. Léase de las atrocidades mas recientes en Kusia, y de la actual prevención contra la raza judía en Saratoga, de donde son excluidos en uno de los hoteles princi- pales. A través de las edades han venido siendo una raza estigmatizada, y mismo ahora en el diccionario de Webster viene la definición del verbo "judiar" significando estafar, engañar. ¿ Cómo se puede espli- car esta concordancia entre la profecía y el hecho? ¿Acaso podría la historia ponerse de acuerdo con la profecía para engañar al mundo? Al contrario, los hombres han sido instrumentos inconscientes estable- ciendo la palabra hablada por el Señor en lo pasado. ¡Cuan peculiar es este pueblo, cuando no solamente Cristianos, sino que también infieles, han tenido que obrar en manos de Dios para traer el cumplimiento de profecías anunciadas centenares y miles de años ha !

5. Hay algo mas con referencia á este pueblo tan peculiar. Se asevera con toda claridad que como nación tendrán que ser convertidos á Cristo, y aun, según algunos eruditos, reinstalados en Palestina. Zacarías profetiza, " Mirarán á quien traspasaron, y se lamentarán." " Los plantaré en su misma tierra," dice el Señor por medio de Amos, "y nunca mas serán arrancados." Jeremías declara, " Yo os juntaré

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de todas las naciones, y de todos los lugares adonde os eché, dice el Señor ; y os traeré otra vez de donde yo hice que os llevasen." " Yo os juntaré," dice Ezequiel, de " todos los países adonde habéis sido dispersados, y Yo os daré la tierra de Israel." Aunque estos pasages hayan tenido un primer cumplimiento, de seguro no lo han tenido completo ; y debe de ser admitido que indican muy marcadamente una restauración literal á Tierra Santa. Sea esto como quiera, (y preciso es decir que el peso de la erudición está en contra), una conversión nacional queda predicha sin sombra de duda. Pablo arguye esto expresamente cuando dice que al cumplirse el tiempo de la dispensación de los Gentiles " todo Israel será salvo ;" y tal ha sido la creencia de la Iglesia. Ya en el año 400, Agustin, el gran Padre Latino de la Iglesia, dijo, " Que en los últimos tiempos, antes del juicio final, los Judíos (por medio de Elias, que les ha de esplicar la ley) han de creer en Cristo, es un hecho muy afirmado en las palabras y los corazones de los fieles." Y en tono igual el " boca de oro " Crysóstomo, el gran predicador griego, llegó, á expresarse ; y tal ha sido la fe en todas las edades.

Los Judíos tienen que ser convertidos ; tendrán que figurar todavía grandemente en la historia. ¿ Qué im- porta el que sean pocos y estén dispersados ? ¿ qué si no exceden unos siete millones? No son necesarios muchos Judíos para ajustar la cuenta. Un judío saca- do de prisión, governó todo el Egipto, la comarca la mas rica de aquel tiempo. Otro José puede nacer. Un judío, y este un pobre cautivo, reinó sobre Babi- lonia, el imperio mas espléndido de la antigüedad.

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Otro Daniel puede nacer. Un judío, enclavado en una cruz, tiene poder sobre toda la Christiandad, el reino mas extenso que jamás haya sido fundado. El infiel le reconoce por el año con el cual fecha su carta ó que publica en la portada de su libro escéptico. Cuando un gobierno acuña moneda y cuando el mun- do comercial concluye sus negocios, siempre es en uno de los " años de nuestro Señor" que fué un judío. Ademas de este carácter el mas preeminente de todos los caracteres hebreos, el judío aún guarda su puesto en la historia con asombrosa evidencia, como para re- cordar á la humanidad que su misión no ha terminado aún, como para proclamar que aún está en vida y que entiende vivir aún. No permite que se le entierre todavía, ni mas ni menos que el espectro de Banquo.

Ya aparece cual estrella en el círculo astronómico, como Hershel, ó ya cual gran historiador de la Igle- sia como Neandro ; ó como profundo filósofo, Spinoza ó Mendelsson ; ya músico maravilloso cual Mendel- sson nieto ; ya cual principal personage en la historia francesa, como Gambetta; ó bien como el poseedor de inmensa riqueza, Rothschild, quien con empréstitos hechos al gobierno de la Turquía ha adquirido prác- ticamente la hipoteca sobre toda la Tierra Santa, el cual, si esto es así, podría fácilmente reintegrar el pueblo Judío á Palestina, teniendo ademas, como tiene, en sus manos las riendas del mercado mone- tario de Europa y del mundo entero ; ó bien el judío eminente aparece cual el " hombre del destino " en la persona de Beaconsfield, el que unos años ha que qui- siéramos ó no, tuvo cual presidente del consejo de

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ministros en Inglaterra mas poder que ninguna otra persona sobre la faz del globo. ; No ! ; No ! no son necesarios tantos judíos para cambiar la historia ; uno puede hacerlo y lo hace de vez en cuando, como para tenernos avisados de sus espléndidas cualidades. La ocupación del Egipto por los Ingleses se dice ser " en gran parte en beneficio de capitalistas judíos posee- dores de bonos de la deuda del Egipto ; " y ahora se dice que los Judíos han comprado el emplazamiento de la antigua Babilonia. Parece de este modo que los Judíos van tomando posesión, no solamente de su propria tierra, sino que también de los países de sus antiguos opresores, los Egipcios y los Babilonios. Viene un milenio futuro para la raza humana, y el judío peculiar ha de jugar un rol en los aconteci- mientos importantísimos de los cuales surgirá la nueva creación, cuando todos, Judíos y Gentiles, conocerán al Señor Jesús.

Finalmente en el estudio de este asunto ¡ cuan grande es la impresión producida en nosotros de que Jehová es de la eternidad hasta la eternidad ! No se precipita á cumplir sus planes. Sentado en su trono dirige la marcha de acontecimientos que abarcan edades ente- ras. No solamente en formaciones geológicas, sino también en desarrollos espirituales, se apresura lenta- mente. Largos espacios de tiempo son necesarios para comprender á Dios. Atrás en el principio y durante los pasos sucesivos necesarios para obtener del caos el orden visible, está registrado, "Y vio Dios que ello era bueno ; " y quizás El solamente podía en aquel entonces ver lo bueno de ello. Cuando crecía la vege-

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tación de tal manera que la tierra debe haber apare- cido cual una masa enredada de yerbajos, solamente el ojo previsor de la Divinidad podía haberse compla- cido. " Hombre ninguno " podía haber reconocido en exuberante vegetación capas inmensas de carbón de piedra para suplir las generaciones por venir.

Algunas veces ahora somos propensos á pensar que el mundo está dominado por la moldad, y nos mara- villamos qué surgirá de la masa de corrupción ; mas Dios ve y nos da la completa seguridad de que todas las " cosas obran á bien/' y debemos tener confianza en que El ha de verificar su declaración. Quizá la dicha no vendrá en esta generación ni en la que viene, ni en la sucesiva, mas podemos descansar por la fe en Aquel cuya palabra nunca faltará, aunque su cumpli- miento necesite ciclo tras ciclo de tiempo. Al través de millares de años ha conducido á los Judíos y no abandonará su propósito hasta que nosotros que somos su pueblo peculiar, que " moramos separados " y aisla- dos del mundo, hayamos sido librados de la gran tribu- lación, del conflicto y la pelea, de tristeza prueba y tentación, desengaño y calamidad, para unirnos en himno de alabanza alredor del trono en el cielo :

" Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo ; Como fué al principio, es ahora, y será por siempre jamás.

Amen."

CAPITULO XVII.

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS— EL EGIPTO Y

ASIRÍA.

"Si estos callasen, las piedras clamarían." Lucas 19 : 40.

Cuando durante la entrada triunfal de Jesús en Jerusalem las multitudes gritaban " Bendito el que viene en el nombre del Señor," los Fariseos querían que los discípulos fueran reprendidos por glorificar á su Maestro, quien, sin embargo, replicó, " Si estos ca- llasen, las piedras clamarían." Numerosas han sido las defensas de la Biblia, y se multiplican constante- mente. Cristo tiene aún discípulos que exalten su nombre y su palabra. Mi voz ha sido levantada para aumentar el coro de aleluyas. ¿Cómo podría uno guardar silencio? ¿Quién no desearía poder pre- sentar la verdad con mayor poder? Puede apre- ciarse el pensamiento de Antonio que decía que si él poseyese la elocuencia de Bruto, haría que

"Las piedras de Roma se alzasen en rebeldía."

Dios, en este siglo de ataque el mas violento contra las Escrituras, ha dado boca á las cosas inanimadas, como hemos de verlo al considerar la Biblia y los monumentos.

La naturaleza de esta clase de verificación de las

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LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS, 223

Escrituras ha sido ya introducida por la mención hecha de la Piedra Moabita y el Cilindro de Nabon- nido, los anillos de Aggeo y Jeremías, el descubri- miento reciente de Pithora, una de las ciudades de almacenage edificada por los esclavos hebreos, y las estatuas junto con las obras masivas de los Faraones. La importancia creciente de esta línea de evidencias en las excavaciones que tan diligentemente son lleva- das á cabo en los países comprendidos ó aludidos por la narración de la Escritura parecería aconsejar un tratamiento distinto y por separado de esta fase tan interesante del asunto. Volúmenes enteros se están escribiendo sobre este departamento especial de estu- dio bíblico, y en el corto espacio á nuestra disposición solamente podremos echar una ojeada á los hechos principales, mientras que á la par recorreremos todo el terreno en él comprendido. Las discrepancias apa- rentes entre los dos registros, el escrito y el monu- mental, ha de continuar sin duda desapareciendo á medida que las inscripciones irán siendo descifradas. Para nuestro presente propósito únicamente este campo sin límites de investigación es suficiente notar las con- firmaciones positivas dadas por las piedras mismas á los oráculos divinos. Los antiguos, que menos que ningunos otros hubieran deseado corroborar los escri- tos de los hebreos, nos están predicando, en un sen- tido mas real aún que lo que entendía Shakespeare, " sermones en piedras."

El Egipto está revelando sus secretos. Sus monu- mentos han sido siempre impresivos. Sus pirámides y obeliscos han sido la admiración del mundo. Aun

224 LA BIBLIA VERIFICADA.

las ruinas de sus templos grandiosos son de una belleza sorprendente. Del conjunto de material puesto de este modo á nuestra disposición, mientras que la pica del excavador sigue dando á luz nuevos descubri- mientos, tenemos que contentarnos con usar una parte muy pequeña.

Mil quinientos años antes de la era Cristiana Ame- nofis III. erigió en Tebes, á orillas del Nilo, dos esta- tuas colosales, originalmente coronadas, de setenta pies de altura, las cuales yacen sin sus coronas, majestuosa- mente sentadas en reposo en el mismo lugar en donde al principio fueron oolocadas. Una de estas ha sido famosa en la historia conocida como la " vocal Mem- non," que se decía emitir al salir el sol un sonido como el de un arpa. Esta música celebrada, que ha sido la inspiración de los poetas desde entonces, puede haber sido después de todo, un fenómeno actual y natural, pues ciertas piedras frías ahora al recibir los rayos caloríferos del sol, se dice que suenan ó vibran con una melodía parecida á aquella producida por una cuerda de arpa al romperse. En verdad que todas las estatuas del Egipto se han vuelto vocales desde que hemos aprendido en el siglo presente á leer las inscrip- ciones que contienen.

Los geroglíficos del Egipto burlaron por largo tiem- po la erudición moderna. El estraño alfabeto, que con- siste de pájaros, animales y marcas intermedias tales cuales pudieran hacerlas niños ; todo esto fué enigmá- tico por completo durante siglos enteros. El conoci- miento de caracteres tan misteriosos había desapare- cido por completo de la tierra. ¡ Cuan ansioso era el

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 225

deseo de leer los secretos que el desconocido silabario se suponía contener ! ¡ Llegaría jamás nadie á desci- frarlo ! En este estado del problema sucedió un des- cubrimiento providencial. En 1779 un oficial francés estaba excavando para edificar cerca de la boca del Kilo llamada de Rosetta, cuando se encontró lo que hoy se conoce bajo el nombre de Piedra de Rosetta, segura y al abrigo ahora en el Museo Británico. Esta es una losa de marmol negro de un poco mas de tres pies de altura, como de dos pies y medio de anchura y diez pulgadas de espesor. Contenía una inscripción de los Ptolomeos, y la fecha era 195 A. c. Afortuna- damente, el decreto registrado estaba escrito en tres idiomas— Geroglífico, Egipciaco cursivo y Griego. Este último, siendo tan conocido, dio la clave para los idio- mas desconocidos, y con el tiempo, y estudios laborio- sos varios eruditos llegaron á traducir los geroglíficos, y los resultados fueron confirmados por medio del conocimiento adquirido de otra inscripción trilingüe (la de San), sacada á luz en 1866. Esta era todavía mas antigua, del 238 a. c, y la porción geroglífica era aun mas completa que la de la Piedra de Rosetta. Así, cuando el saber humano se encontraba imposibili- tado y mudo ante los geroglíficos del Egipto, la Provi- dencia vino en su ayuda revelando por medio de pie- dras sacadas de sus escondrijos. La piedra inani- mada llegó á tomar vida ; habló, y abrió el camino para descifrar los monumentos, á los cuales vamos á escuchar ahora.

En el emplazamiento de la antigua y en un tiempo orgullosa Tebes, se encuentra una estructura masiva,

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conocida como templo de Karnak, que ocupa un espa- cio cinco veces mas grande que San Pablo en Londres, y dos veces mas espacioso que San Pedro en Koma. En sus muros se ven esculpidas inscripciones que con el conocimiento recientemente adquirido podemos leer. Hay un relato en las Escrituras que dice : " Y suce- dió que en el quinto año del Rey Jeroboam Shishak rey de Egipto vino contra Jerusalem." Existe una confirmación monumental de este relato. En este mismo templo de Karnak, unos mil años antes de Cristo, Shishak Sheshonk I.) inscribe en piedra el relato de una expedición militar suya, y entre sus con- quistas nombra el " reino de Judá," ó " Judá-rey," además de otros puntos familiares en Palestina.

Estas concordancias bíblicas y monumentales son numerosas, y permítase llamar la atención además hacia un ejemplo de armonía mas indirecto, pues á la verdad las pruebas las mas sutiles son las mas pode- rosas. Cuando concuerdan los testigos sin intento, y sin que sea aparente en la faz del testimonio que tien- den al mismo punto, el resultado así obtenido es con- clusive irresistiblemente, por cuanto no existe colusión evidente.

En el segundo libro de los Reyes leemos que los Siros decían, " He aquí el rey de Israel ha asalariado contra nosotros á los reyes de los Héteos y los reyes de los Egipcios." Un crítico de la Biblia no ha mu- chos años hablaba de lo " poco histórico " de este pa- sage, por cuanto los Héteos siendo tan insignificantes eran colocados sobre el mismo pie que los Egipcios, un pueblo tan grande y tan poderoso. Empero ¿ eran los

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 227

Héteos tan insignificantes ? La mayor parte de noso- tros nos hemos acostumbrado á mirarlos como si fue- ran una tribu de indios, como los Cherokees ó los Choctaws. Mas hay varias indicaciones bíblicas de que en un tiempo desempeñaron un papel importante en el escenario del mundo de acción. La Biblia, se ha pretendido debe ser desacreditada. Es cierto que Uría era heteo, y que su mujer Bathseba fué madre de Salomón y del linage de Cristo ; pero después de todo, ¿ocuparon jamás los Héteos puesto eminente en la historia ? Se ha venido á saber en los últimos años que tal fue el caso. Antiguamente contestaron la su- premacía en el Este, no solamente al Asiria, sino que también al Egipto. En la larga lucha contra este país, y cuando estaba en todo su esplendor bajo Ra- mesés el Grande, el rey de los Héteos pudo finalmente pactar con el gran Faraón sobre un mismo pie, y su tratado de paz lo tenemos registrado en los muros del templo de Karnak. Las partes litigantes nom- bradas son el " gran rey de Kheta " y el " gran prín- cipe del Egipto." Profesa ser la inscripción una copia de las condiciones propuestas por el primero, que las tenía escritas en una " tablilla de plata," cuyo conte- nido esculpió el último en la piedra de su templo mas grandioso. La propuesta en general dice así : " Desde este día en adelante, que pueda subsistir buena amistad y buen acuerdo." Era una alianza ofensiva y defen- siva, y fue pactada en 1354 A. c. Así proclaman las piedras en Karnak la grandeza del imperio heteo, a lo cual implícitamente añaden su testimonio las Escri- turas.

228 LA BIBLIA VERIFICADA.

Y no es esto todo : otras piedras demuestran que los Héteos antiguamente extendían su dominio desde el Eufrates en el Este hasta el mar Egeo en el Oeste. Esto ha sido determinado muy singularmente durante los últimos doce años, y no deja de ser interesante el seguir el hilo que ha restaurado á la historia un " im- perio olvidado. " El paso de Karabel es un desfila- dero estrecho en el camino antiguo que une Efeso en el Sur con Sardis y Smirna en el Norte. Heródoto escribe que Sesostris, el cual era Ramesés del Egipto, dejó memoriales suyos en el pasado á saber, " dos imágenes cortadas por él en la roca ;" " de cada lado ha sido esculpido un hombre." Estas habiendo sido vistas en el siglo presente, el profesor Sayce de Oxford decidió el ir y examinarlas detenidamente. Fué indu- cido á esto por el hallazgo hecho de piedras en Hamath cuyos geroglíficos se creían ser de origen heteo, y espe- cialmente desde que existían descubrimientos mas re- cientes de inscripciones halladas en Carquemís, la gran capital hetea á orillas del Eufrates. Rocas-es- tatuas y piedras, con los mismos caracteres desconoci- dos, siguieron siendo descubiertas acá y acullá. Los eruditos de Oxford se formaban la idea de que las estatuas del paso de Karabel, las cuales Heródoto creía ser de origen egipciaco, eran realmente restos héteos. Para determinar la verdad del hecho, visitó el paso en 1879, y llegó á cerciorarse de que uno de los guerreros tenía los mismos geroglíficos que apare- cían en las demás inscripciones heteas, mientras que el estilo del arte mismo era también heteo. La segunda estatua estaba deteriorada, pero era evidentemente

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 229

compañera de la otra y la descrita por el historiador griego hace veintitrés siglos.

Ademas no muy lejos de Karabel existe otro monu- mento heteo en su arte. En las rocas escarpadas de Sipilos existe esculpida en la roca viva una mujer, y puesto que cuando llueve hay en la apariencia de la figura de piedra como lágrimas vertidas por la estatua, los griegos naturalmente vieron en la diosa sentada su llorosa Niobé cambiada en piedra. Homero había hablado de su duelo sobre los doce hijos que ella había perdido hasta que fue petrificada " transformada en piedra," dijo el Bardo Ciego, entre las rocas y desiertas colmas de Sipilos. " Pero ambos Heródoto y Homero anduvieron equivocados en su identificación de las estatuas del Paso de Karabel y en el Monte Sipilos con el héroe egipcio y la heroína griega, como lo prue- ban los caracteres héteos en ambos lugares. Las ilusiones queridas de los cultos griegos tienen que evanuirse en estos dias postreros, y si llegaran á resu- citar podríamos solamente decirles, No vengáis á ser " como Niobé, todo lágrimas " á causa de vuestra pérdida. Estos monumentos héteos que desde el Eufrates se extienden al través de todo el Asia Menor demuestran, juntamente con el tratado esculpido en Karnak hecho con Ramesés, cuan extenso debe haber sido el reino de los Héteos, que acaban de ser resuci- tados del olvido por la palabra de las rocas silen- ciosas.

Los labios de piedra permanecen aún silenciosos en un sentido. La escritura extraña de los restos héteos no ha sido aún descifrada, mas cree el profesor Sayce

230 LA BIBLIA VERIFICADA.

que " las piedras mudas serán enseñadas á hablar/' cuando mas monumentos bilingües ó trilingües vengan á ayudar en su interpretación. . . . Otras exploraciones entre las ciudades enterradas puede aún revelar la clave de la lengua hetea tan misteriosa, de la cual solamente se ha llegado á descubrir el valor de unos cuantos caracteres por medio de una sola inscripción bilingüe del primer siglo de un molde de plata que se ha perdido aunque no hasta después de haber obtenido una buena impresión de él. Desde que Ramesés se casó con la hija del monarca heteo para asegurar mejor el famoso tratado que hicieron, si llegara á ser encontrado el cuerpo de ella, conforme fué exhumada la momia de su real esposo, quizás, pueda encontrarse con sus restos la " tablilla de plata " de la cual fué copiada la inscripción de Karnak sobre la piedra trece siglos y medio antes de Cristo. O bien este molde metálico, en cuya superficie fueron esculpi- dos los caracteres por el revés, puede haber sido col- gado en la bóveda sepulcral del padre del Faraón que con ella se casó, en el subterráneo de la tumba de aquel que mandó inscribir la tablilla. Empero han hablado ya las piedras con suficiente claridad para justificar al escritor sagrado en ayuntar como iguales á " los reyes de los Héteos y á los reyes de los Egipcios."

En cuanto á resultados mas recientes de explora- ciones en el Egipto, un descubrimiento muy particular merece una mención aunque sea pasagera. Un mo- narca de entre los primeros (Khunaten, ó Amenofis IV.) cambió su capital de Tebes á un punto mas al

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 231

Norte, á Tellel-Amarna, á la cual transfirió los archivos nacionales, colocándolos en la librería del palacio. Fueron estos descubiertos en 1887, y centenares de tablillas de barro inscritas con caracteres babilónicos, el lenguage de la corte en aquel entonces, salieron á luz. Contienen comunicaciones oficiales de los pueblos de alrededor dirigidas á los monarcas de Egipto. Hay despachos del gobernador de Jerusalem mismo tanto como de los lugares mas apartados del Este. Estos demuestran que recuerdos históricos bajo forma alfa- bética eran usuales quince siglos antes de Cristo; esto es antes del Éxodo y antes de Moisés. Así se derrum- ba de un solo golpe la posición del escepticismo, hasta ahora considerada ventajosa, de que el reputado autor del Pentateuco no debe ser acreditado, porque sola- mente tradiciones sin autoridad podían haber sido usadas por él puesto que no había documentos escritos en un período tan remoto. Esta sencilla revelación arqueológica del Egipto Superior barre un sin número de argumentos en contra de la autenticidad y credi- bilidad de los libros de Moisés. Antes que Moisés existiese, fueron escritas estas tablillas, las cuales prue- ban que ya había una correspondencia muy activa en literatura tanto tiempo ha en todo el Oriente. Las piedras desbaratan en corto tiempo mucha crítica altisonante.

2. Volviendo ahora á la Asiría, sus secretos llegaron á ser descubiertos solamente por la adquisición de otro idioma mas misterioso si se puede aún que el de los geroglíficos del Egipto. Eran caracteres extraños en forma de puntas de flechas que parecían incapaces de

232 LA BIBLIA VERIFICADA.

ser descifrados. Y sin embargo una literatura cunei- forme, representando el lenguage de una antigüedad remota, salía á luz del polvo de las edades. Los libros de siglos remotos eran exhumados día tras día volú- menes escritos no con pluma y tinta en papel perece- dero, sino consistiendo de barro plástico cortado con punta metálica, y secados al sol después ó bien endure- cidos por el fuego. El material arcilloso fué trabajado en ladrillos, los cuales, convenientemente inscritos, fue- ron colocados en magníficos edificios, ó en tablillas que adornaban varios nichos, ó en prismas y cilindros que á menudo estaban agujereados en el centro como para montarlos, de manera que pudieran ser leídos volviendo sus diversos lados hacia el estudiante. Gran número de estos libros de piedra han sido coleccionados de entre las ruinas del Oriente durante el presente siglo, hasta que la literatura de Asiria colectada de esta manera es mas extensa que todo el Antiguo Testamento y aún sigue aumentándose.

No podemos adivinar lo que está todavía por descu- brir-quizás la tablilla de la cual habla Ezequiel sobre la cual hizo dibujos intimando profecías. De acuerdo estrictamente con las costumbres del tiempo y del pue- blo, el profeta dice que cuando era un cautivo " en la tierra de los Caldeos " recibió este mandato divino : " toma un ladrillo, y lo pondrás delante de tí, y dibu- jarás en él una ciudad, la de Jerusalem ; y la sitiarás, y edificarás contra ella torres, y levantarás baluartes contra ella ; y establece contra ella campamentos, y colocarás arietes alredor contra ella/' Era barro blando que tenía que manipular de esta manera para

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poder enseñar una lección importante, y dar una señal " para la casa de Israel." Este incidente tan pequeño prueba que Ezequiel vivía realmente entre aquellas gentes de Oriente-que fué un personaje histórico. Y que se llegue á descubrir su tablilla ó no, los descu- brimientos que se están haciendo en esta dirección no dejan de tener importancia.

En las excavaciones de Nínive se ha desenterrado una librería entera de entre las ruinas. La real colección de Assurbanipal, el Sardanápalo de los grie- gos, después de haber estado enterrada durante dos mil quinientos años, ha sido puesta á disposición del público. Y tampoco era pequeña, con sus miles de tablillas y fragmentos de ellas. ¿Pero cómo han podido ser descifrados los caracteres cuneiformes de estos libros en nuestros tiempos? Fué necesario un estudio largo y minucioso. Había inscripciones que empezaban de la misma manera, con escepción de una palabra. La idea ocurrió de que esta variante debía de ser el nombre del monarca, que cambiaba de cuando en cuando, mientras que el título permanecía el mismo. Cada soberano en Inglaterra ha sido cono- cido desde Enrique VIII. bajo el título de " Defensor de la Fe/' y uno que no supiera el inglés no dejaría de ver el título bajo la misma forma en la lista de los monarcas británicos, cuyos nombres cambian de En- rique hasta Victoria. Un observador perspicaz notó algo parecido en los anales de Asiría. Y entonces con el conocimiento de la historia hizo experimentos. Pensó que ciertas flechitas representaban el nombre de Darío, del cual sabía la historia por medio de

234 LA BIBLIA VERIFICADA.

los escritos griegos. Siguiendo adelante, probó con el nombre de Xerxes por el mismo número de cunei- formes. Y concordó con su teoría, pues el equivalente de la letra r se encontró en ambos nombres en el lugar cerrespondiente. Siguiendo la línea, Artaxerxes de- bería ser lo mismo que Xerxes con una partícula pre- fija, y así fué. Y así se obtuvo la clave para una interpretación completa.

Y entonces se halló una piedra que fué de gran ayuda. El patriarca Job una vez exclamó :

" ¡ Quién diera que fuesen ahora escritas mis palabras ! ¡ Quién diera que se escribiesen en un libro ! ¡ Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen grabadas en la roca para siempre l"

El monarca persa Darío llevó á cabo el deseo del pa- triarca é hizo tal escritura. En la Roca famosa de Behistun, en su antiguo reino, hizo grabar una in- scripción trilingüe. Alisó la superficie de la roca con gran cuidado, y á una elevación que debe haber hecho forzoso el uso de andamios ó escaleras escribió con cin- cel de hierro en la roca imperecedera lo que hoy día podemos leer después de casi dos milenios y medio. La inscripción está en tres lenguas, la de Persia, la de Media y la de Babilonia, y las comparaciones que así fueron instituidas ayudaron á fijar el valor de los caracteres cuneiformes, y por medio de labor con- stante se ha recobrado una lengua perdida.

El mundo se admiró y hasta no quiso creer ; mas para probar la verdad y fidelidad de las traducciones se repartió un cilindro á dos ó tres expertos separada-

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 235

mente, y un comité examinó los resultados, que cada uno independientemente del otro había obtenido, y se vio que era el mismo y que no había posibilidad de duda. La Roca de Behistun fué de grande ayuda para la interpretación de los caracteres cuneiformes ; la roca proclamó su asistencia en el posesionarse de un idioma cuya literatura iba á confirmar la Biblia tan eficazmente. Bien hizo Darío en incluir en su larga inscripción este ruego al observador futuro : " que en el porvenir has de ver esta tablilla que yo he escri- to, y también estas figuras, no las destruyas." La in- scripción ha venido ha tener en estos tiempos subsi- guientes aún mas importancia que la que Darío la atribuía.

¿ Cuáles son pues algunas de las confirmaciones que la Escritura recibe de las tablillas y cilindros de la Asiría ? Dan un relato de la creación que se parece mucho á la historia del Génesis. Nos hablan de un gran diluvio parecido al Diluvio Bíblico, y mientras que Asiría y Babilonia miraban esta catástrofe desde un punto de vista politeista, mas bien que del terreno monoteísta de la Escritura, el mismo suceso original es descrito manifiestamente. Escuchad lo que dicen los monumentos antiguos : " Construye la nave, salva cuanto puedas del germen de vida ;" " betún derramé en su exterior," "betún derramé en su interior;" "manda que la simiente de vida de todo género entre en la nave ;" " el diluvio de Rimmon sube hasta los cielos ;" " cual cañas flotan los cadáveres ;" " envié la paloma," " y volvió ;" " envié la golondrina," " y vol- vió ;" " envié el cuervo," " y no volvió ;" " sobre la

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montaña de Nizir se paró la nave ;" " edifiqué un altar en la cumbre de la montaña ;" " la gran diosa al acercarse encendió su-arco-iris." Tales son algu- nas de las frases aisladas escritas en las tablillas de barro y colocadas en las reales librerías hace dos mil quinientos años, y ahora las podemos leer nosotros salidas del sepulcro de un pasado olvidado y remoto. Las mismas piedras proclaman que un diluvio uni- versal no es fábula Bíblica.

Leemos mucho en la Escritura tocante al rey de Asiria que bajo varios nombres tomó parte activa en amoldar la historia de la monarquía hebrea de vez en cuando. Ahí está Salmanasar II., que ha dejado sus registros gravados en piedra. Subió al trono de Asiria en 858 A. c. Marchó hacia el Este é inscribió sus victorias en las rocas de Armenia, y allí trazadas con cincel de hierro se encuentran estas palabras acerca de los vencidos : " Diez mil hombres pertene- cientes al rey Acab de Israel." Además existe un obelisco pequeño de marmol negro, dando los anales de este mismo Salmanasar, que puede verse en el Mu- seo Británico, y en él leemos la derrota de otro rey de Israel, que expresamente es nombrado " Jehú," cuyos embajadores están representados en el relieve trayendo tributo, y el perfil judío que aún caracteriza á la raza puede reconocerse perfectamente en los dibujos.

Leemos en Isaías acerca de la toma de " Asdod " por " Sargón el rey de Asiria." Durante veinticinco siglos este pasage de la Escritura fué el único testigo existente de que tal monarca de Asiria existió, pero entre los descubrimientos hechos hay un fragmento de

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS. 237

cilindro que lleva el nombre de este mismo rey, Sar- gón, y dando una descripción de la mismísima expe- dición á las costas del Mediterráneo mencionada por el profeta ; mientras que también su existencia aclara dificultades en conexión con los capítulos diez y once de Isaías, que no podían ser aplicados á ningún con- quistador conocido.

Sennaquerib y Ezequías se hallan mencionados en ambas la historia de la Escritura y la historia monu- mental. El registro sagrado dice : " Ezequías rey de Judá envió al rey de Asiría, á Laquís, diciendo : Yo he ofendido ; retírate de : lo que me impusieres sufriré." Que el monarca se detuvo en aquella ciu- dad al acercarse de Jerusalem está ratificado por una escena esculpida que ahora se ve en Londres, con esta inscripción, " Sennaquerib, el rey de multitudes, el rey de Asiría, se sentó en un trono elevado, y el botin de Laquís pasó ante él." También, dice además el escri- tor inspirado " En el año décimo cuarto del Rey Eze- quías, subió Sennaquerib rey de Asiría contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y apoderóse de ellas." Escrito sobre toros alados con cabezas de hombres, Sen- naquerib inscribió, " En cuanto á Ezequías de Judá, que no se sometió á mi yugo, cuarenta y seis de sus ciudades fortificadas . . . tomé ... y al mismo Eze- quías le encerré cual pájaro en jaula en Jerusalem, su ciudad real." La Biblia dice también de este asirio, " Y aconteció que estando él adorando en la casa de Nisroc, dios suyo, los que salieron de sus mismas en- trañas le hirieron allí á espada." La razón porque sus hijos mayores le mataron fué, á lo que parece, el

238 LA BIBLIA VERIFICADA.

que él favorecía á un hermano menor para su sucesor, y de este favoritismo existe una confirmación muy ex- traña en una tablilla preservada en la cual está in- scrito el testamento de Sennaquerib legando á Esar- hadon " brazaletes de oro, y cantidades de marfil," y se sigue una lista larga de " cosas preciosas." Afirma la Escritura que fué muerto por sus hijos mismos, y un monumento nos da la razón probable en un regis- tro de manifiesta parcialidad hacia un hijo especifi- cado. Así claman las piedras en defensa de la histo- ria bíblica.

Cuando el real favorito subió al trono de Asiría él también hizo tributarios varios reyes, entre los cuales nombra en un cilindro á " Manases rey de Judá." Esto concuerda con el relato sagrado, que dice Esar- hadon " tomó á Manases y le puso en cadenas, y lo ató con grillos." Hay sin embargo añadida en el libro de Crónicas una afirmación que dio mucho que hacer á los comentadores á saber, la expresión " y le llevó á Babilonia." ¿ Por qué razón no le llevó á Ní- nive, que era la capital de Asiria? Aquí, pensaban muchos, existe un error demostrando el carácter poco histórico de Crónicas. Era como si en el remoto fu- turo alguien leyera de la Reina Victoria que conquistó la India y llevó á sus príncipes á Paris. Tal parecía ser la equivocación bíblica. Pero ahora nos dicen los monumentos que Esarhadon reedificó á Babilonia é hizo de ella uno de los centros de su gobierno, de ma- nera que tenemos una explicación fácil del registro escriptural, con el conocimiento mas exacto del pasa- do. Alguien que ignorase la historia de los Estados

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Unidos, si leyese que el gobernador de Connecticut llevó un prisionero de guerra á New Haven, puede suponer que el historiador se equivocó, pues según el hecho actual Hartford es la capital de ese Estado. Mas inquiérase un poco mas, y hallará que Connecti- cut tenía antes dos capitales, y el supuesto error se convierte en una prueba sutil de su veracidad. Las piedras en estos últimos tiempos han gritado en favor de la minuciosidad absoluta del cronista divino que escribió que Manases fué llevado " á Babilonia."

La gloria del imperio de Asiría culminó en Asur- banipal, el cual colectó la magnífica librería cuyas páginas, escritas con cincel de hierro en la roca para siempre, nos han proporcionado nuestro presente capi- tal de información. La poderosa construcción se hun- dió en ruinas disformes (606 á 610 A. a), en cuyo hundimiento fué arrollada también Nínive la esplén- dida capital, aquella "gran ciudad" en la cual, dijo el profeta Jonás, había mas de ciento veinte mil per- sonas que no " conocían su derecha de su izquierda." Su destrucción había sido predicha por Nahum, mien- tras que Sofonías profetizó, " ¡ Cómo se ha tornado en desolación, lugar para que las bestias hagan en él sus guaridas !" Nunca se cumplió predicción mas terri- blemente, pues el mismo emplazamiento de Nínive fué olvidado hasta que fué descubierto por las excava- ciones del siglo diez y nueve. Dios tenía sus propó- sitos al esconderla bajo las acumulaciones de los siglos. Cuando en nuestros días la infidelidad ha venido á ser rastrera, cuando el Antiguo Testamento ha sido pro- nunciado, con gran desfachatez, ser un tejido de fábu-

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las, las mismas piedras han surgido de la tierra para verificar, ya cual ladrillo cocido, ó ya cual tablilla, ó roca, 6 cilindro, lo que de los sagrados registros ha sido atacado con tanta vehemencia por la crítica es- céptica.

CAPITULO XVIII.

LA BIBLIA Y LOS MONUMENTOS— BABILONIA Y PALESTINA.

" Si estos callasen, las piedras clamarían." Lucas 19 : 40.

Continuando la consideración de la Biblia y los monumentos pasaremos á otra comarca de Oriente.

3. Babilonia requiere ahora nuestra atención. Era este un imperio aún mas antiguo que el de Asiría, mas había perecido, para levantarse nuevamente de las cenizas de su competitor mas joven. Excavaciones se han hecho en Babilonia, mas no en tan grande esca- la como en Nínive, pero mayor número de sus piedras siguen clamando. Hay aquí inscripciones cuneiformes acerca de lo que es conocido bajo el nombre de la torre de Babel con su confusión de lenguas. Podemos leer en letras aflechadas acerca de un " terraplén " destrui- do en una sola noche, mientras que Anu " confundió á grandes y pequeños de cuantos se hallaban sobre el ter- raplén " é " hizo extraño su consejo."

El profeta Habacuc había dicho acerca de Babi- lonia, " La piedra clamará desde el muro, y la viga desde el maderaje le responderá ;" y esto ha venido á cumplirse en la identificación del palacio resplande- ciente de Nabucodonosor con la ruina moderno llama- da Kasr, en el cual casi cada ladrillo lleva inscrito el

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nombre del famoso monarca. Un tiempo fué en el cual él quiso destruir el pueblo de Dios ; ¡ cuan lejos estaba él de pensar que había de ayudar á ratificar los escritos sagrados ! pues si tal hubiera sucedido pudiera haber pronunciado ruego parecido al de Macbeth, cuando antes de asesinar á Duncan, exclama, según el gran dramatista inglés dice, implorando á la tierra :

" No escuches mis pasos, hacia qué parte se dirijan, por temor De que las piedras mismas no chismeen acerca de mis andares."

No pretendió el ratificar á Ezequiel en una de las alu- siones de este, pero lo hizo inconscientemente. El pro- feta al hablar de Damasco asoció la ciudad al " vino de Helbon." Es cosa rara que Nabucodonosor en una de sus expediciones al Mediterráneo, al marchar de Damasco hacia el mar á lo largo de la garganta formada por el Rio Caleb, escribió en la superficie de la roca escarpada una inscripción que sólo reciente- mente ha sido descubierta bajo una masa de arbustos y heléchos de culantrillo ; y ¿ qué es lo que escribió con pluma de hierro para siempre? Sencillamente una lista de los vinos del Líbano, entre los cuales es prominente el vino de Helbon cerca de Damasco. La inscripción en la roca del monarca de Babilonia y la profecía del escritor inspirado se corroboran mutua- mente.

En el caso de Ciro, hay también una concordancia maravillosa entre las Escrituras y los monumentos. Entre los descubrimientos recientes hay documentos de arcilla que revolucionan toda idea anterior acerca

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del antiguo monarca. Se suponía generalmente que era un persa monoteísta, pero vemos por lo que ha sido registrado en la roca que era un elamita poli- teísta, y por esto se ve con cuan grande exactitud habló Isaías cuando dijo del ataque que se acercaba : "Sube, oh Elam; sitia, oh Media/' en donde Elam se decía significar Persia. No es necesaria tal expla- nación errónea, pues que no se necesita ya una armo- nía forzada en favor de la verdad. De consiguiente la representación en los monumentos de Ciro cual " adorador " de Merodac y otros dioses concuerda me- jor con la Escritura que la teoría sostenida por muchos de que era un creyente con Zoroastro en una sola dei- dad, y estaba por consiguiente preparado á simpatizar con los Judíos al restaurarlos á su país natal. Dice el profeta explícitamente, " Yo te ceñiré, aunque no me hayas conocido ;" y sin duda no había conocido á Jehová cuando nos dice en sus tablillas ó su cilindro escrito de su misma mano cómo adoraba las divini- dades de Babilonia. Puede haber simpatizado con la creencia hebrea en un solo Dios, á causa del cono- cimiento que tenía del monoteísmo de Persia, en donde según informes que el nos da, reinó su abuelo. Es muy posible también el que hubiera leído la profecía de Isaías, como lo afirma Josefo, en donde se refiere á él por nombre, y que entonces fué cambiado en un creyente de Jehová, pero seguramente que esto no fué así al principio, pues se representa á Dios diciendo, " Te apellido aunque no me hayas conocido." Puede haber restaurado los Judíos á causa de su sagacidad política. Viendo el peligro en mantener un pueblo

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adverso en el centro de su reino, puede haber tratado de ganar su amistad permitiéndolos volver á su tierra y puede además haber visto la sabiduría práctica de formar un baluarte para su imperio permitiéndolos como amigos establecer sus instituciones en las fron- teras del Egipto, mas bien que guardarlos como ene- migos en el corazón del reino envenenando otras mentes con sentimientos de rebeldía. Pero mismo con este concepto del asunto Dios gobernó todo para el cumplimiento de su divino propósito acerca de su pueblo escogido ; usó un instrumento inconsciente, como lo declara el Sagrado Escrito.

La armonía entre la profecía de Isaías y el cilindro de Ciro aparece cuando leemos en aquella, " las puertas no serán cerradas," intimando una conquista pacífica de la ciudad de oro, y cuando leemos en este último, " entré en Babilonia en paz," " sin dar una batalla." También, el carácter noble adscrito á Ciro por Xeno- fón y Heródoto, que lo presentan como el príncipe modelo de la antigüedad, é implicado también en las referencias de la Escritura, " Yo le levanto en justicia," " Él es mi pastor, que cumplirá toda mi voluntad," esta caracterización de proceder profano y sagrado es casi una repetición del cilindro que dice " governó en justicia," "justiciero de corazón y de mano," "los nobles y los sacerdotes que se habían rebelado besaron sus pies, se regocijaron en su soberanía, sus rostros brillaron." Y en cuanto al relato bíblico de que él restauró los Judíos á Tierra Santa, el cilindro implica lo mismo cuando dice de las diferentes provincias cuyos habitantes estaban en cautividad babilónica,

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" Todos sus pueblos junté, y les devolví sus tierras.'' Así proclaman las piedras la verdad de cuanto dice la Biblia concerniente á Ciro el Grande.

De Darío, el hijo de Histaspes, ya fuera él quien se apoderó de la ciudad por estratagema desviando el Eufrates de su curso, ya se amparara de la ciudad por sorpresa ó no, de todas maneras él registra dos con- quistas de ella en su inscripción de la Roca de Behi- stun, y una de estas puede haber sido el acontecimiento familiar al cual hacen alusión los escritores griegos, pues ne escribió tan detalladamente, desde que él mismo dice, " Mucho mas ha sido hecho por que no está escrito en esta inscripción. Por esta razón no está escrito, que no llegue á parecerle demasiado á aquel que mas tarde lo lea en esta inscripción, y venga á dudar de cuanto hice, y considere todo una mentira." Muy buen aviso es este de la Roca de Behistun ; es la piedra gritando que no se de demasiado valor á las omisiones, y acordarse de que toda historia antigua es fragmentaria.

4. Habiendo atravesado deprisa el Egipto, Asiría y Babilonia, venimos en último lugar á Palestina, y particularmente á los resultados de las últimas explo- raciones en la colina-templo de Jerusalem.

El libro de Reyes nos cuenta acerca de las grandes piedras cortadas y colocadas en el templo de Salomón con ayuda de Hiram de Tiro. Ochenta pies bajo la superficie actual del terreno ha sido descubierta una manipostería masiva sobre la cual hay marcas que han sido reconocidas como caracteres fenicios. La piedra fundamental misma de aquella casa de Dios

246 LA BIBLIA VERIFICABA.

nunca igualada se cree ha sido encontrada en un trozo de granito catorce pies de largo encajado en la roca viva, y cortado expresamente para poder encajar en su sitio actual. Junto á el, en un hueco cortado en la roca natural, se ha descubierto una jarrita de barro que muy bien puede haber contenido el aceite de consa- gración usado en el solemne y alegre servicio de consa- gración cuando se dedicó el templo hace tres mil años. El estanque de Siloé posee para todos los que leen la Biblia un interés romántico. Dice Salomón, según el libro del Eclesiastés, " Yo hice para estanques de aguas." Sabemos que este rey de fama tan esplén- dida pagó suma atención para allegar el surtido de agua necesario al consumo de Jerusalem, y Siloé en un principio puede haber sido construido con esta mira. Fué Ezequías sin embargo, quien realmente llegó á perfeccionar esta obra, y quien quizás debe llevarse el crédito de toda la construcción. Leemos en la crónica inspirada que este rey judío cuando Sennaquerib se aproximaba amenazante " tomó consejo de sus príncipes y de sus hombres de guerra para secar las aguas de las fuentes que se hallaban fuera de la ciudad ;" y el resultado de la conferencia fué que " cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría á través del país, diciendo, ¿ Porqué vendría el rey de Asiria y se encontraría con abundancia de aguas?" Esto es, que querían reverter el agua de las afueras á alguna parte dentro de la ciudad. Esto parece haber sido llevado á cabo, pues leemos en las Crónicas, " Este mismo Ezequías también cegó el manantial alto de las aguas de Gihón, y las condujo directamente al

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oeste en la ciudad de David. " Existe ahora una sola fuente perenne en las cercanías de Jerusalem, y esta es la Fuente de la Virgen. Esta fluye por un túnel cortado on la roca debajo de la colina á lo que aún es conocido con el nombre del Estanque de Siloé. Algunas personas han recorrido este canal subterráneo en toda su longitud, que se extiende debajo del terreno por espacio de un tercio de milla. Algunas veces puede estarse de pié dentro de la excavación ; otras veces tiene uno que agacharse, y en un punto es necesario arrastrarse. Este túnel se cree ser del tiempo de Ezequías, si no de Salomón mismo. El estanque de Siloé era alimentado de este modo por una fuente viva, cuyas aguas, dice Isaías, fluían " mansamente.'' El receptáculo que recibía el can- tante arroyuelo era famoso. Cristo llamó la atención á una torre de Siloé que cayó y mató á dieciocho personas. El mandó á un ciego allá para que laván- dose recobrara la vista, significando el nombre del estanque, " Enviado," y las aguas eran allí enviadas, de otra manera hubieran fluido abajo al valle. Era el agua de Siloé, llevada en vasos de oro al templo en procesión triunfante durante el gran día de los Taber- náculos, que se cree sugirió á nuestro Señor aquellas palabras cuando clamó diciendo, " Si alguno tiene sed, venga á mí, y beba." Muy preciosas, pues, son las ideas correlacionadas con Siloé. Un himno cantado á menudo dice,

11 En las márgenes del fresco y umbroso arroyuelo de Siloé," y un viejero moderno habla del escuchar la " música

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de las aguas" "resguardado de los ardientes rayos del sol de mediodía" en el canal subterráneo.

Durante el verano de 1880 algunos muchachos estaban andando por el canal cortado en la roca, cuando escurriéndose uno de ellos, cayó. Al salir del agua notó lo que parecían ser letras en la muralla del canal. Dio cuenta de lo que había visto, y por medio de un examen cuidadoso de expertos se llegó á descu- brir una antigua inscripción, en gran parte bajo del agua, en una tablilla artificial. La forma de las letras usadas es la usada ocho siglos antes de Cristo, y es la opinión de eruditos que esto fué escrito por orden de Ezequías al completar la obra. Y ¿qué dice la inscripción ? " Esta es la historia de la excava- ción. Mientras que los trabajadores estaban levan- tando la pica, cada cual en dirección opuesta á los del lado contrario, y cuando todavía faltaban tres codos (que excavar, fué oida) la voz del trabajador de un lado llamando al del otro lado." Y la descripción continúa vivamente, que cuando " los excavadores chocaron pica contra pica, uno frente á otro, las aguas corrieron desde el manantial hasta el estanque."

Y así venimos á saber por las piedras mismas todo lo concerniente á la construcción del túnel, que como se ve, fué empezado simultáneamente en ambos lados, llegando á encontrarse los trabajadores los unos con los otros en la mitad ; y tan diestra era la ingeniería mecánica aun en aquellos tiempos tan remotos, que los trabajadores, á pesar del curso serpentino que toma el canal, vinieron á encontrarse cara á cara, chocando pica contra pica, mientras que se hablaban á través de

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la partición amenguada mas y mas, hasta que vinieron á juntarse con un entusiasmo que no pudo ser reprimido, y que después de un lapso de tiempo de mas de dos mil quinientos años, llega á ser oido por medio de la inscripción en la roca. La piedra literalmente clama, y confirma lo que el cronista dijo acerca de Ezequías, y lo que de él relata el libro de Reyes : " Hizo el estanque y el conducto y trajo agua á la ciudad."

Venimos por último á considerar el templo de Hero- des. Su gloria la mas grande proviene de su conexión con Cristo. Si tuviéramos una reliquia de este edificio sagrado, en el cual entró el Señor repetidas veces, y que sus discípulos tanto admiraban cuando él profetizó que no quedaría piedra sobre piedra que no fuera de- rruida, nos consideraríamos favorecidos en alto grado. Esta extructura estaba también relacionada con un acontecimiento en la vida de los apóstoles. Allí, por ejemplo tuvo lugar aquella escena tan conmovedora en la carrera de Pablo cuando fué creido que el estaba contaminando el templo al tomar consigo uno que se suponía ser Gentil en el interior. Fué salvado de la multitud rabiosa de los judíos únicamente por los sol- dados romanos. ¿ Porqué buscaba el pueblo frenético la oportunidad de matarle ? El relato en el libro de los Hechos replica : " Porque habían antes visto con él en la ciudad á Trófimo el Efesio, á quien suponían que Pablo había introducido en el templo." Y ¿ era el patio de los Israelitas guardado con tanto celo contra todo extraño al pueblo ? Josefo responde : " Conforme se entraba en aquellos claustros primeros al pasar en el segundo patio del templo, había una partición de

250 LA BIBLIA VERIFICADA.

piedra toda alrededor, cuya altura era de tres codos : su construcción era elegante ; sobre ellas había co- lumnas á igual distancia unas de otras, declarando la ley de la pureza, unas en griego otras en latín, de manera que ningún estranjero fuera y entrase en aquel santuario." El Historiador Judío también representa á Tito hablando de esta " pared de partición ante el santuario," mientras que este conquistador de la santa ciudad añade, "¿No se os ha permitido colocar los pilares que á él pertenecían á sus debidas distancias, y grabar en ellos esta prohibición, que ningún estran- jero pase mas allá de esta muralla? ¿No os hemos permitido matar á cuantos la traspasaren aunque sean romanos ?"

Pablo debe haber conocido aquella muralla, y podía haber leido la inscripción griega de las columnas, pues es también en esta ocasión que el centurión, al oir su petición de poder hablar, preguntó " ¿ Hablas grie- go?" Suponía el apóstol ser un sedicioso egipcio, hasta que le oyó hablar en griego pidiendo libertad de dirigir la palabra á la multitud amotinada. De manera que Pablo comprendía todo lo concerniente á aquella pared de separación entre los Judíos y los Gentiles, y todo lo inscrito en griego en las columnas superpuestas. Y cuando casi perdió su vida porque se suponía que había llevado á Trófimo de Efeso á través de la bien marcada línea de división, tuvo mo- tivo de recordar la causa de toda su dificultad. Natu- ralmente que los Efesios debieron saberlo todo por medio de Trófimo. En vista de todo esto, la com- pleta autenticidad, ó cuando menos la pertinencia

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especial de la epístola de Pablo á los Efesios es de- mostrada por aquella expresión singular que ocurre en esta carta misma á saber que Cristo " derribó la pared intermedia de separación."

Queda por mencionar el punto mas alto de esta gra- dación de evidencia. En 1871 fué descubierta una piedra con esta inscripción en griego : " Ningún es- trangero pasará adentro de la muralla de partición y cercado alredor del santuario ; el que fuera sorpren- dido haciendo esto correrá peligro de muerte." Este se asegura fidedignamente ser uno de aquellos mismos pilares que mencionan Josefo y Tito, que Cristo y Pa- blo deben haber leido á menudo, en los cuales deben haber pensado Trófimo y los Efesios cuando recibieron la epístola del principal de los apóstoles conteniendo una alusión á la "pared intermedia de separación." Este es testimonio que llega á ser dramático en su fuerza culminante. Es el clamor de las piedras mis- mas, que han mandado una de entre ellas mismas de en medió de los escombros de dieziocho siglos para que se levante y hable á esta generación en griego de la primera centuria.

No podemos concluir mejor que con las palabras de un eminente profesor de Oxford (Sayce), que dice : " El mismo espíritu que desechó las leyendas primi- tivas de Grecia y Roma puso manos también en el Antiguo Testamento, y había determinado que las his- torias sagradas ellas mismas eran una colección de fábulas y cuentos. Pero de pronto, y como por la varita de un encantador, el antiguo mundo Oriental ha sido resucitado á la vida por medio de la pala del

252 LA BIBLIA VERIFICADA.

explorador y del saber lleno de paciencia del descifra- dor, y ahora nosotros nos encontramos en frente de monumentos que llevan los nombres 6 nos cuentan las hazañas de los héroes de la Escritura. Una tras otra estas " piedras que claman " han sido examinadas ó mejor dicho explicadas, mientras que muchas otras de igual importancia son añadidas continuamente. " Si, por consiguiente, cualquiera ha sido tentado á dese- char la Palabra de Dios á causa de los asaltos que con confianza la han dado los críticos infieles ; si su fe ha sido debilitada hasta tal punto que, en lugar de ser defensores positivos de la Biblia permanecen silencio- sos porque dudan la autoridad é infalibilidad de las Santas Escrituras allá en su interior ; si cualquiera de los discípulos de Cristo ha sido conturbado y perma- nece mudo ante el escepticismo de este siglo diez y nueve, que se lleven la reprensión merecida del Maestro : " Si estos callan las piedras hablarán." Las voces de las piedras hemos estado oyendo en el testimonio de los monumentos del Egipto y Asiría, de Babilonia y Palestina, y han sonado como la voz de las " muchas aguas," retumbando cual el trueno del oleaje poderoso del océano en este siglo postrimero al " fin de las edades."

APÉNDICE.

Nota 1. Página 24.

Como estribando en el Canon, ese manual ó antiguo sumario de verdad Cristiana, " La enseñanza de los Doce Apóstoles," descubierta en forma de manuscrito en una biblioteca de Constantinopla en 1875 y publi- cada en 1883, siendo asignada al fin del primer siglo ó principios del segundo, este documento venerable demuestra familiaridad con Mateo, Lucas, y Juan en particular, y con la doctrina apostólica en general. Ademas Papias, contemporáneo de Justino, pero de mas edad que él, en un pasage conservado por Euse- bio hace especial mención de los Evangelios escritos por Mateo y Marcos.

Nota 2.— Página 33.

En lo que toca al Manuscrito del Vaticano, es satis- factorio el añadir que cualquiera que haya sido la eno- josa restricción antes observada, los eruditos gozan ahora de perfecta libertad para examinar el manu- scrito, el Profesor Schaff (como él mismo escribió al Rev. Dr. E. R. Craven) tuvo permiso de examinarlo durante dos días en la sala de lectura de la Biblioteca del Vaticano.

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254 LA BIBLIA VERIFICADA.

Nota 3.— Pagina 37. Es de interés en conexión con las obras perdidas de Aristóteles el anuncio (hecho en Enero, 1891) de otro gran descubrimiento literario. Una colección de rollos de papiro de origen egipcio cayó en poder del Museo Británico, y se halló que tres de estos conte- nían la mayor parte de un valioso tratado de Aristó- teles, perdido por largo tiempo, versando sobre la cons- titución de Atenas, la existencia del cual era conocida solamente por fragmentos preservados y algunas alu- siones hechas en la historia. Es un manuscrito grie- go, asignado al fin del siglo primero ó al principio del segundo. En el dorso de uno de los rollos hizo sus cuentas el superintendente de una hacienda. En es- tos tiempos de sorpresas arqueológicas es casi inútil el especificar cuales sean los mas antiguos manuscritos. Entre los mas recientes descubrimientos se encuentran los papiros de Petrie, procedentes de Kurob, en el Fa- youm. Estos son manuscritos griegos, asignados al siglo tercero antes de Cristo cuando mas tarde, inclu- yendo porciones de Fedo y de Platón.

Nota 4. —Pagina 39.

Unos cuantos capítulos del Antiguo Testamento fue- ron escritos en lengua Caldea.

Nota 5.— Página 45.

Ediciones diversas de la Gran Biblia variaban mas ó menos, y una revisión continua de ella era observada todo el tiempo. La Escritura del Libro de Oraciones hasta 1662 fué tomada de la cuarta edición de esta

APÉNDICE. 255

versión, impresa en 1540, con algunas enmiendas muy insignificantes hechas después, mas temprano ó mas tarde. Y cuando fueron hechos los Evangelios y las Epístolas así como las Sentencias conformándolas á la Versión Autorizada de 1611, el Salterio y los Cán- ticos y también otras porciones bíblicas en general se conservaron con la fraseología de la Gran Biblia, que se encontró ser mas eufónica, y que también especial- mente en los Salmos, siendo aprendida de memoria, era apreciada grandemente del pueblo. (El autor debe esta información á la excelente autoridad Epis- copal, el Rev. Charles R. Hale, D. D , LL.D.)

Nota 6. Página 99.

El Cilindro de Nabonido dice : " En cuanto á mí, Nabonido, rey de Babilonia, presérvame de pecar con- tra tu gran divinidad, y concédeme el don de una vida llena de días ; é implanta en el corazón de Bilusarra- utsur (Belsasar), el hijo mayor, progenitura de mi co- razón, reverencia hacia tu gran divinidad, y nunca se incline él hacia el pecado ; con plenitud de vida pueda el estar satisfecho." Esta oración no fué oida, mas el documento de arcilla establece la existencia de la per- sona necesitada en el momento oportuno.

Nota 7.— Página 106. La identificación de los anillos de Aggeo y de Jeremías no debe parecer increible, puesto que una posesión actual bien comprobada es la del anillo de Cheops, el que edificó la Gran Pirámide, que debe haber usado ese instrumento diminuto, útil también para sellar órdenes dadas á cien mil hombres que,

256 LA BIBLIA VERIFICADA.

cambiados cada tres meses, eran forzados á trabajar en las colinas piramidales años y años, hasta que el mas prodigioso de todos los monumentos de arquitec- tura erigidos por el hombre se elevó á una altura casi de quinientos pies y cubrió un área de unos trece acres, siglos antes que los dos profetas hubieran na- cido.

Nota 8.— Página 113.

La oposición de Agassiz bien conocida y pronun- ciada hacia la evolución materialística puede tachar de impropio el llamarle á él un evolucionista, y sin embargo puede ser clasificado legítimamente entre aquellos que reconocen cierto desarrollo en la natura- leza, mientras que después de todo, no queda excluido lo sobrenatural.

Nota 9. Pagina 156.

Babilonia en su orgullosa jactancia refiere en un principio á aquel " monte " de Acadia del "norte" que era para la mente oriental lo que el Olimpo asien- to de los dioses era para los griegos, lo que el Monte Blanco es á los Alpes el punto mas alto de todos. Babilonia se proponía tener una estructura que sobre- pujase á todo, que penetrase los cielos, que se alzara sobre las mismas " nubes " y las " estrellas."

Nota 10.— Página 158.

Impresiva lección en igual grado puede obtenerse si el terraplén compuesto de ruinas conocido con el nombre de Babil es (como muchos pretenden) el ver- dadero emplazamiento del antiguo templo de Bel, pues este también literalmente se ha " desmoronado."

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