ADMINISTRACIÓN
LI RICO -D R A M ATIG A
LA PLAZA
DE
ANTÓN MARTIN
saínete lírico en un acto y en verso
ORIGINAL DE LOS SEÑORES
GR&NÉS, PRIETO Y SIERRA
música de los maestros
CHUECA Y VALVERDE
MADRID
SEVILLA, 14. PRINCIPAL
1882
U Mi M ilIOI liRIllt
saínete lírico en un acto y en verso
ORIGINAL DE LOS SEÑORES
M 5RANÉS, PRIETO Y SIERRA
música de los maestros
CHUECA Y VAL VERDE
Estrenado con gran éxito en el Teatro de Varledad^íí el dia 23 de Marzo de 1882.
MADRID: 1882
5£.=3 TABÍ-eClMIENTO TlPOGRAí=!CO
DE M. P. MONTO YA Y COMPAÑ^.A
Caños, 1.
PERSONAJES
ACTORES
Bita Sra. Espejo.
Una vendedora de periódicos* Srta. Vivero.
Asunción » Rubio.
La MUJER DE su marido )a r^ i /t^ a a n
Una CIEGA j ^'^' (González (D.»S.)
Una PALETA Srta. Gironi.
La mujer del cochero » Romero.
Pepe Sr. Valles.
Don Homobono » Lujan.
Don José » Bosch.
Un revendedor » Mariscal.
Ventura » Lastra.
Un paleto * Alverá.
r^nm'ífn'^'' I ' M"fio^-
UN CHULO J
Un CIEGO » Rochel.
El marido DE su mujer ( -p , .
Un COCHERO i ' ^^^^^^^^-
Un guardia » Sanctez.
Un pobre » Perdiguero.
Un lacayo » Cosin.
Un soldado. Un chico. Chulos y estudiantes.
Eíte papel y el de Rila son uno miaino.
Esta obra es propiedad de sns autores, y nadie podrá, sin sn permiso, reimprimirla ni representarla en Espa- ña, ni en sus posesiones de Ultramar, ni en loa países con los cuales haya celebrado ó se celebren en adelan- te tratados internacionales de propiedad literaria.
Los autores se reservan el derecho de traducción.
Los comisionados de la Administración Lírico-Dra- mática de D. EDUARDO HIDALGO, aon los exclusiva- mente encargados del cobro de los derechos de repre- «entacion y de la venta de ejemplares.
Queda hecho el depósito que marca la ley.
ACTO ÚNICO
La Plaza de Antón Martin, de nocbe. Al loro derecha, ocupando medio fondo, el cafó de Zaragoza con una puerta practicable. Al foro izquierda la farola. En primer término, izquierda, el molino de chocolate. A la derecha, en segundo término, nna tienda de comestibles, formando la esquina de la calle de la ^Magdalena. En primer término, derecha, formando la otra es- quina de la calle de la Magdalena, una taberna practicable.
ESCENA PRIMERA.
Rita vendiendo periódicos. REVENDEDOR de billetes. Un Vendedor de á real la pieza. Un SOLDADO. Un LaCAYO, tran- seúntes, luego dos Paletos.
MÚSICA. I
Rita. Yo soy una barbiana
mujer muy juncal. Coro. Que toma, que toma,
que dale, que dale;
con el molinillo
se hace el cbocolate. Rita. Que pasea las calles
de la capital. Coro. Que dale, que dale,
que toma, qué toma;
— 4 —
los grandes pecados se lavan en Roma.
Rita. Y dejando mi tierra
me vine á Madrid, y vendiendo papeles ya no puedo vivir.
Coso. Y dejando su tierra
se vino á Madrid y con los papelitos ya no puede vivir.
Rita. Yo vendo, señores,
La Correspondencia, La Broma, La Viña, La Fé, El Liberal; á perro La Patria ^ á dos La Nación, el Tío Conejo y el Don, dolon, don.
Cobo. Con gracia pregona
La Correspondencia, etc.
II
Rita. Por el dia paseo
la Puerta del Sol
Coro. Que dale, que dale,
que toma, salero; á fuerza de aceite se hacen los buñuelos.
Rita. Y de oir chicoleos
cansada me voy.
Coro. Que toma, que toma,
que dale rosquillas; batiendo los huevos se hacen las tortillas.
Rita. Pero los caballeros
se acercan á mí, y me dicen baji^^^o... No lo quiero decir.
Coro. Pero los caballeros
se acercan á tí, y lo que ellos te dice»
no lo quieres decir. Rita. Yo vendo, señores, etc.
Coro. Con gracia pregona, etc ,
HABLADO.
Vend. Al barato! A real la pieza!
Rita. El Correo.
Rev. Anfiteatros.
Vend. Ande la ganga, señores,
que esto se está arrematando.
Aquí se encuentra de todo
como en botica. Al barato! .
Palillos pa los hambrones,
batidores pa los calvos,
bolsillos ya los cesantes
y sortijas pa los mancos.
Quién por venticinco céntimos
de peseta no hace gasto?
Quién por cinco perros chicos
no quiere copas y vasos,
fosforeras, candeleros,
pendientes, gemelos, cuadros,
tijeras, ligas, agujas
y alfileres de topacios.
Al barato! A real la pieza!
Ande el barato! El barato! Rev. (Dirigiéndose á un soldado que cruza la escena j se
dirige á la calle de la Magdalena.)
Quiere usted una butaca,
mi general? Tengo cuatro
que ni en palacio las hay
más cómodas. No le engaño.
(El soldado le hace un gesto de disgusto y desapa-
rece.)
Dispense usted: no sabia
que era usted soldado raso. Lacayo. (Acercándose al Revendedor y dicióndole con much».
gravedad.)
Se llama ustez Rafael?
— 6
Eev. |
(Haciéndole muchas cortesías y quitándose ta gorra.) |
Sí, excelencia, así me llamo. |
|
Qué quiere usía? |
|
Lacayo. |
De parte |
de dun Rupertu Avellanu, |
|
que me dé usté el palco. |
|
Rev. |
Ah, sí! |
Tome usía. (Se le dá y el Lacayo se Tá.) |
|
(Y ya van cuatro |
|
los que me debe er gachó. |
|
Pero en fin, es parroquiano. |
|
y hay que tener sierto tino... |
|
Butacas? Anfiteatros? |
|
(Dirigiéndose á dos Paletos que salen.) |
|
Paleto. |
Muchas gracias. |
Rev. |
(Sin dejarlos pasar.) Cuántas SOn? |
Tome usté. |
|
Paleto. |
Pero, hombre! |
Rev. |
Yamos, |
tome usted. |
|
Paleta. |
Pero eso vale |
pa entrar dentro del teatro? |
|
Rev. |
Ya lo creo. |
Paleto. |
Entonces, vengan |
Cuánto son? |
|
Rev. |
Seis reales. |
Paleto. |
Diabloí |
Rev. |
Pero hombre, si son butacas |
de movimiento. |
|
Paleto. |
Carambo! |
De movimiento? |
|
Rey. |
Chipé. |
(Hay que estarse levantando |
|
á cada momento.) |
|
Paleta. |
Y dime. |
esto sirve para estarnos |
|
de junción toda la noche? |
|
Rey. |
Quiá, no es más que para un acto. |
Para una pieza! |
|
Paleto. |
Y tres reales |
por una pieza? Es muy caro! |
|
Paleta. |
Con tal de que sea larga. |
— / ..M |
|
Rev. |
Sí, que dure hasta el verano. |
Paleto. |
En fin, toma medio duro. |
Un dia es un dia. |
|
Rev. |
Claro. |
Pat.f.to. |
Que me sobran cuatro reales. |
Rev. |
Ahí va la peseta. |
Paleto. |
Andando. (Van^e.) |
Rev. |
Ya creí que no soltaban |
la guita. Qué mamarrachos! |
ESCENA II.
Dichos.— Un Guardia, luego Don Homobono, á poc», Rita.
GrlTARD. (Haciendo retirarse al vendedor de á real la pieza, y
luego se dirige á la taberna de la derecha.)
Largo de ahí. HoM. (Saliendo.) Pues, señor,
se acerca el momento grato.
Corro á buscar á mi yerno
que ya me estará esperando. Rev. Señorito, una butaca? (A don Homobono.)
HOM. Muchas gracias, no lo gasto.
Cuando vengo á Variedades (1)
entro sin pagar un cuarto.
Como conozco á Lujan... Rev. Ya; usted es ..
HoM. Lo has acertado;
alabardero rabioso. (Váse.) Rev. Que sea por muchos años.
GüARD. (Después de beber, recorriendo la escena con la riata
y dando la copa al chico.)
No me han visto. Rev. Que aproveche! (ai Guardia.)
GUARD. Adiós. (Indicándole por señas que guarde ailencio >
Rev. Pierda usted cuidado.
(1) ItOñ actores encargados de esto papel pueden decir sus nombres en vez del del Sr. Lujan, y nombrar el teatro en qu© el ialnefee se represente.
— 8 —
Bita. (SaUendo.)
Aún el gordo no ha veníOy
me lo había maliciao.
Bien es verdad que serán
cuando más las ocho y cuarto,
y él dijo que hasta la media
no vendría. Voy en tanto
á ver sí como otras veces
me está en eí café esperando
don Pepito, y me convida
á media tostá dabajo. (Entrase en el café.)
ESCENA III.
Dichos. — Tres ciegos: él con una guitarra, ella con uu vioiin y el chico con los hierros.
CJJEGO. Quién me compra un papelito?
El romance extraordinario que ahora acaba de salir, y está la atención llamando en la ciudad de Pozuelo y en el Imperio Otomano? Quién lo quiere, que se acaba? A perro chico, muchachos!
(La gente les rodea. El ciego mirando de reojo y marcadamente dice.) Hola, ya tenemos público. Tiempla el vioiin y arzando.
MÚSICA. I
ClBGO. La mujer que sale mala
y no quiere á su marido, marido, marido, marido, marido; por mucho que la solfee seguirá siempre lo mismo. No le den ustedes vueltas;
Ciego.
— 9 —
este mundo es un fandango y entre todos, todos, todos, todos lo bailan, y otro hace el gasto
(Durante el «ritornello,» el actor encargado d-i este papel puede haWar lo que guste.)
n
Dice el sabio Salomón, que el que se fia en mujeres lo debian empalar y meterlo entre paderes. En Italia, los fideos; en el África los moros; y en España, paña^ paña, mucbo palique y muchos toros.
HABITADO.
Quién me compra un papelito, |
|
señores, que lo arremato'^ |
|
Rev. |
Ya llueve. Eso es, á la hora |
de venir gente al teatro. (Vánse todos.) |
|
Ciego. |
Cuánto has recogió? |
Chico. |
Miste. |
Ciego. |
A ver? Este perro es falso. |
Chico. |
Como que es falso? |
Ciego. |
Granuja, |
no lo estás viendo? (Pegándole.) |
|
Chico. |
Ay! |
Ciega. |
Cuidao. |
Ciego. |
Quién me compra un papelito, |
señores, que U arremato? (Vánse.) |
ESCENA IV. El Cochero y su Mujer. Esta con una cesta.
MüJ. |
Ya pensé que no venias. |
COCH. |
Yyo. |
MüJ. |
Son las ocho y cuarto |
— 10 —
OOCH. Y ya deben estar fríos
como el hielo, los garbanzos. Muj. Desde las seis, considera.
COCH. Qué oficio el mió tan malo!
Ni comer á gusto puedo! Muj. Dónde fuiste?
CoCH. Pur el Prado.
Tomáronme una señora
y un caballero; él muy flaco
y ella rolliza, y dijéronme:
«A donde quieras.» Pus vamos. Muj. (Sentándole en el suelo y sacando la comida d« la
cesta.)
Bien, á comer. CoCH. Si podemos.
Si no viene á fastidiarnos
alguno.
MüJ. |
Tú, date prisa. |
CoCH. |
Me la daré por si acaso. |
Cab. |
Cochero! (Dentro.) |
CoCH. |
No te lo dije? |
Muj. |
Adiós. |
Cab. |
Cochero! |
COCH. |
(Levantándose.) Mal rayo! |
Allá voy. Guarda el cocido |
|
y espérame aqní otro rato. |
|
Lu que es si quiere ir muy lejos |
|
le hago desbocarse al jaco. (Vaae.) |
ESCENA V.
Don Homobono.— Asunción. — Pepe, cubriendo á ios do»
con su paraguas
HoM. Mira que llover ahora!
Pepe. Es poco y ya va escampando .
ASUNC. Que vas á sacarme un ojo.
HoM. Y qué tal, que tal el ánimo?
Pepe. Pues, así...
HoM. A ver ese pulso.
Pkpk. Muy bien. Me da usté un cigarro?
11
HoM. |
Sí, toma. |
Pepe. |
Fumo de ud modo... |
HoM. |
Estás bastante alterado. |
Pepe. |
Cómo no? |
ASÜNC. |
Yo tengo un miedo! |
HOM. |
Uy, que par de mentecatos! |
No estoy yo aquí? Pues entonces, |
|
Tengo el éxito en la mano. |
|
Cuando yo aplauda, aplaude |
|
conmigo todo el teatro; |
|
ya lo verás. |
|
Pepe. |
Dios lo quiera. |
HOM. |
Eso déjalo á mi cargo. |
Con que se estrenan dos obras? |
|
Pepe. |
Sí. |
HOM. |
Pues lo tengo pensado; |
á tí te aplaudimos mucho |
|
y al otro le reventamos. |
|
Pepe. |
Y eso, por qué? |
HOM. |
Porque el otro |
no tendrá tu talentazo, |
|
ni se casa con mi hija, |
|
ni será mi yerno. |
|
ASÜNC. |
Claro. |
HOM. |
Yo, ya sabes, no conozco |
ninguno de los dos actos; |
|
pero el mejor es el tuyo; |
|
eso, quién ha de dudarlo? |
|
Pues si basta solo el título |
|
para un triunfo extraordinario. |
|
«Los ojos de mi morena |
|
ó el perro del hortelano.» |
|
Pepe. |
Vendrán todos los del gremio |
á aplaudir? |
|
HOM. |
No fuera malo. |
No se atreven; pobrecitos! |
|
Nos vemos muy achicados |
|
los ultramarinos; como |
|
que por hablar un poco alto |
|
á los que no estamos presos |
|
nos deben andar buscando. |
|
Si ellos vinieran, seria |
— 12 —
el éxito extraordinario. Pepe. Qué lástima!
Hov. Pero vienen
otros, no tengas cuidado. Pepe. Quiénes?
HOM. Otros; yo quería
traer todos los muchachos
del Hospicio; pero chico,
pedian por alquilarlos
á peseta uno con otro,
como en entierro; muy caro.
Yo creí que por docenas
los darían más baratos,
pero no. Pepe. Es porque á los chicos
no hay costumbre de comprarlos
al por mayor. HoM. Será eso.
Pepe. Mas quienes vienen, sepamos,
futuro suegro. HoM. Deudores
qae me están tan obligados,
que al que no aplauda, mañana
por la mañana le embargo. AsüNC. Muy buena idea! Pepe. Excelente.
HoM. Con que tendrás exitazo?
Pepe. De seguro!
HoM. Y aún no sabes
la sorpresa que te guardo. Pepe. Cuál?
HOM. (Se desemboza y enioña una gran corona que lleva
debajo de la capa.)
Mira! Chits!... Cuando salgas
á recibir los aplausos,
pataplun! AsüNC. Bien!
HoM. Y qué triunfo
será verte coronado! AsüNC. J)ime, en cuanto te la echen
te la pondrás? HoM. Está claro.
— 13 —
Pepe. |
(Pareceré un Ecce-Homo!) |
HOM. |
Pero yo me estoy charlando |
y tu estreno es el primero? |
|
Pepe. |
Sí, señor. |
HOM. |
Pues voy de un salto |
á ver si están en su sitio |
|
los nuestros; veré de paso |
|
si han llegado las de Pérez |
|
í |
para llevarte á su palco. |
Enseguida doy la vuelta. |
|
Pepe. |
Un pitillo. (Don Homobono le da un cigarro.) |
ASÜNC. |
Aquí esperamos. |
HOM. |
El triunfo está á cargo mió! |
Animo, Pepe. Mucho ánimo! (Váse.) |
|
ASÜNC. |
Ay, Jesús! Yo tengo un miedo! |
Pepe. |
Uno solo? Pues yo cuatro. |
ASUNC. |
Mas si aplauden... |
Pepe. |
Ay, que aplaudan. |
y mañana nos casamos; |
|
yo, con mi Asunción hermosa; |
|
tú, con un autor dramático. |
|
ASUNC. |
Y eso es mucho? |
Pepe. |
Más que obispo; |
pero mucho más; es algo |
|
como ministro sin sueldo |
|
y general sin soldados. |
ESCENA VI,
Bichos. — EiTA, que sale ael cafó.
Rita. Ni uno ni otro! Qué buen par!
Jesús! Pepe y... sí, ellos son! Pus en mejor ocasión no los podia encontrar. Que no me dé más que penas y quiera yo á ese perdió!... Se pué pasar?
(Entrando por entre Asunoioa y Pepe, que estarán muy juatos.) A^SUNC. Ay, Dios mió!
14 —
Pepe. |
Rita! |
ElTA. |
Mu santas y buenas! |
Pepe. |
(Adiós, se va á armar la gorda!) |
ASUNC. |
Qué es esto? Vamos! A qué |
viene usté aquí? |
|
Rita. |
No hable usté |
tan alto, que no soy sorda! |
|
Pepe. |
(No me comprometas, Rita!) |
Rita. |
Yo vengo por el señor; |
porque he tenío el honor |
|
de ir á hacerle una vesita, |
|
y ni agua... Luego he sabio, |
|
por boca de su portera, |
|
que una que cose pa fuera |
|
le tiene comprometió. |
|
ASÜNC. |
Deslenguada! |
Pepe. |
(Esto va malo!) |
Callarás? |
|
Rita. |
Y yo decia: |
quisiera ver á esa tisia^ |
|
vamos... pa hacerla un regalo. |
|
Y miá tú dónde la encuentro... |
|
Pero, doña pamplinera, |
|
usté trabaja pa fuera |
|
ó trabaja usté ya dentro? |
|
Pepe. |
Rita! |
Rita. |
Me vas á pegar? |
AsUNC. |
Pepe, vamonos de aquí. |
Rita. |
Pero no grite usté así, |
no hay pa qué escandalizar! |
|
Que, como sabe este tuno, |
|
yo soy mujer de vergüenza |
|
y la arranco á usté una trenza |
|
sin que se entere denguno. |
|
ASüNC. |
Ay, Jesús! |
Pepe. |
Ya me cansé; |
te anuncio que has terminado! |
|
Rita. |
Ah! Conque usté se ha cansador |
Hombre, pus siéntese ustél |
|
ASÜNG. |
Qué mujer! |
Pepe. |
Muy deslenguada! |
Rita. |
Yo deslenguada! Mentira! |
— 15 —
Quiá! Si tengo leugual Mira! Pepe. Y hermosa... para cortada!
Rita. Conque acabe aquí este lío!...
Pepe. Pues de tí depende todo.
Rita. Y usted busque otro acomodo,
que este hombre es mió y muy mío. Pepe. Tuyo?
Rita. Claro! Yo vivia
con mi tia... Pepe. Sí.
Rita. Me viste...
te gusté y tú mismo fuiste... Pepe. A contárselo á tu tia!
Rita. Y ella es la que me consuela!..
Pero con lo que ahora sé,
qué me dices? Pepe. Nada, que...
se lo cuentes á tu abuela. Rita. Ah! Con que estás decidido?
Pepe. Y tanto. Siempre en mis trece.
Rita. Vamos, cállate; parece
que te has caido de un nido.
Ño te irás... Pepe. Rita, repara!
Rita. Sin que te de la jaqueca.
Pepe. Pero si...
Rita. Y á esa muñeca
la voy á romper la cara! AsüNC. Jesús! Rita. Te digo que sí.
Déjame! AsüNC. Me va á matar!..
Pepe. Pero te quieres estar
quieta? Rita. No
GuaPvD. (Saliendo.) Qué pasa aquí?
ESCENA VII. Dichos.— D. Homobono y un Guardia.
HOM. Qué es esto?
Rita. La pelo!
— 16 —
OüASD. |
A un lado.. |
fíOM |
Hable usted. |
GUAKD. |
No me respeta? |
Pepe. |
Quieta. |
Rita. |
Bien, ya mé estoy quieta. |
ASUNC. |
Ay, papal |
GUARD. |
A ver, qué ha pasado? |
HOM. |
Es cierto, á ver... |
Rita. |
Casi ná; |
que ese señor que usté vé |
|
me citó en aquel café, |
|
pa tomar media tostá. |
|
Ful á esperarle, pa qué fui? |
|
Porque él no asomó siquiera. |
|
Claro; la tostada entera |
|
me la estaba dando aquí! |
|
GüARD. |
Y eso es para armar cuestión? |
HOM. |
Pepel Pepe! |
Rita. |
Claro está! |
GüARD. |
Vaya, andando! |
Rita. |
No me dá |
la real gana, so pendón? |
|
GUAED. |
Yo pendón? |
HOM. |
Le desafía! |
GUARD. |
Si me insulta irá á otra parte. |
Rita. |
Fus le diré á usted estandarte, |
que es de más catigoria. |
|
GüARD. |
Cómoí Estandarte y pendón? |
Rita. |
Fus, si es casi el mismo nombre! |
OüARD. |
A la prevención! |
Rita. |
Bien, hombre; |
vamos á la prevención . |
|
Y ya nos veremos! |
|
Pepe. |
Sí. |
GUARD. |
Arza! (Vánse.) |
HOM. |
Qué tranquila va! |
Pepe. |
Como que ella sabe ya |
que la conocen allí. |
|
AsUNC. |
Ay! Qué rato hemos pasado! |
Pepe. |
Perdón, querida Asunción; |
don Homobono, perdón. |
|
HOM. |
Calla, si yo no me enfado. |
•—17 —
Voy yo á ponerme mollino por cosas de ese jaez? Quién no ha hallado alguna vez una chula en su camino? Pero vamos, hija mia, que va á empezar la función. Tú, moderno Calderón, en la victoria confia; y si cumplo mi deseo, como es casi de esperar... entonces va á ser la mar... Mecachis, pues ya lo creo. Pepe. Dios le escuche á usté. En sudor
tengo empapada la ropa. Voy á tomar una copa de rom. Eso da valor. (Vaae al café.)
ESCENA VIII.
Ventura eml)ozad.o en una eapita y con una ©esta.
Vent. Me desprecian en mi casa
porque quieren suponer que en mis modos y maneras me parezco á una mujer, Pero esto, señores, vergüenza me da, porque en las plazuelas, al verme pasar, me gritan los chicos, me gritan los chicos: Sarasa! sarasa! Qué modo de andar! Por eso yo quiero probar que t«ngo una voz de sochantre de catedral. Pero es el mal que á lo mejor, me olvido de que tengo
— 18 —
que atuecar muclio la voz.
Soy un infeliz
por haber nacido así!
HABLADO.
Vent. Sí, señor, esto me carga
y me tiene endemoniado. Pajarillas con la gente; y todo por qué, sepamos: porque yo voy á la com pra, y remiendo, y guiso y plancho? Porque es mi andar menudito y no tengo voz de bajo y tengo chiquito el pié, y tengo el pelo rizado? Pues si es así, pajarillas! Lucidos nos encontramos todos los que hemos tenido la suerte de nacer guapos. Pero voy en un momento á comprar el hacalado para ponerlo en remojo. Pajarillas, bien estamos. (Vase.)
ESCENA IX. El Revendedor.— Un Chulo.
Rey. y si la función se cambia,
tengo yo la culpa acaso? En lugar de la primera, porque se ha puesto uno malo, se hace la segunda nueva y es lo mismo para el caso.
Chulo. Pus, nada, he dicho que no y no me voy sin los cuartos. Yo te he comprao el billete pa la primera, y no paso por otra cosa.
Bev. Corriente:
ahí va la guita, y arzando.
Chulo. Fus ahora yo te convido
— 19 —
á echar unas limpias. Rev. Yamos. -^
No qniero que digas luego
que soy rencoroso. Chulo. Andando. (Vaso.)
ESCENA X.
Pepe, que sale del café.
Pepe, Qué angustia! Qué agitacionl
Siento un miedo! Una zozobra! Qué éxito tendrá mi obra? ^6 habrá alzado 3^a el telón? Ya irá á empezar, ny, de mí! La ansiedad me desespera, y séj, como si lo viera, lo que está pasando allí Cuántas voces! qué barullo! — Señorito, una butaca? — Me han robado la petaca! — Me han pegado un apabullo! — A callar! Bribones! Pillos! No ven este ángel que llora? — Quién le manda á usted, señora, venir aquí con chiquillos! La señal! Se alzó el telonl — Pero, hombre, empuje usted más que los que estamos detrás queremos ver la función. — Acomodador... á ver, fila seis, número dos. ' — Allí están las de Quirós; voy á darme á conocer.
<Se saca los puños, se quita el sombrero, m arrejlft el polo y entra metiendo ruido.) — Que baile! Fuera ese mono! —No es mal palco! — Qué bonita] —El abrigo, marquesita! — Cómo me estoy dando tonof — Esta es la cazuela? — Sí.
— 20 —
— Y dónde me siento yo?
— Ve usted aquel gordo? — ^No.
— Pues siéntese usted allí.
— Y cómo paso si está
todo lleno. — Ya lo sé.
— Y á mí qué me cuenta usté?
— Corriente, vamos allá. (Pisotone¿«, etc.)
— Animal! — Me ha reventado
el callo número dos.
— Bárbaro! — Gracias á Dios!
Qué trabajo me ha costado!
Y después de estos horrores que excitan el mal humor, pídale usted á un autor que dé gusto á los señores. Si es usted culto y moral
de fijo alguno le muerde; si dice usted un chiste verde le llaman á usté animal! Si se equivoca un actor, el autor se lleva el palo; si es corta la pieza, malo; si dura mucho, peor.
Y nadie piensa en el frió que pasa el pobre poeta sin tener una peseta
y con el vientre vacío. Nadie piensa, al ser severo, que en él acaso consista el que un infeliz se vista y coma y pague al casero.
ESCENA XI. Dichos. — Don Homobono.
(Don Homobono sale sumamente contenió, abraza y dá la mano con extraordinario entusiasmo á Pepe, le besa en la frente y echa á correr.) Pepe. Oiga usté. (Hace medio mutis y vuelve al centro.)
21
ESCBNl XII.
Pepe, luego Pobre.
Pepe. A juzgar por su alegría
el resultado es magnífico. Por miedo de no engañarme á llegar no me he atrevido hasta el Teatro... Mas creo que estoy algo más tranquilo.
Pobre. (Saliendo.)
Caballero, una limosna por Dios, para un panecillo.
Pepe. Si tuviera... Ah, sí; aquí hay algo.
Debe ser un centimito. No, es un botón. Tome usted y abróchese usté, hermanito. No tengo más suelto.
Pobre. Grracias.
ESCENA XIII.
Dichos. — Don José. Sale bailando, y ai negar al centro 4» Ifc escena, se cae.
José. |
Ay! |
Pepe. |
Don José. |
José. |
Amigo mió. |
por Dios, déme usted la mano. |
|
MÚSICA. |
|
José. |
Qué desgracia! Qué terrible |
situación! |
|
Llegar un hombre á verse así, |
|
tan gordinflón, tan gordinflón |
|
Para mí seria la mayor |
|
felicidad |
— 22 —
poder subir, poder bajar, poder correr, poder saltar. Hacia el Retiro antes de ayer tomando el sol me dirijí, á yer los patos me acerqué y en el estanque me caí. No sé expresar la conmoción que con mi cuerpo hice al caer; pero llegó la inundación hasta la calle del Clavel. Se le cae á usted la pipa, no la puede usted cojer, por que al ir á recojerla contra el suelo se da usted. Se le rie á usted un chico con extraño retintín...
TeVE. Por qué causa?
José. ^ Por bor-rico...
Muchas gracias, cornetín.
HABI.ABO.
Pepe. |
El dia menos pensado |
revienta usted con más ruido. |
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que un canon de veinticuatro. |
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José. |
Usted siempre tan bromista. |
Pepe. |
Y usted siempre sofocado. |
Sudará usted por sistema |
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decimal. |
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José. |
No entiendo... |
Pepe. |
Vamos, |
que sudará usted el quilo. |
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José. |
Feliz usted que está flaco. |
Pepe. |
Hombre, y por qué usted no prueba |
si la gimnasia?.. |
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José. |
He probado; |
pero el primer dia que hice |
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mis ejercicios gimnásticos, |
|
caí de un trapecio, puesto |
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muy cerca del cielo raso... |
|
Pepe. |
Y se reventó usted? |
J«&c. |
Quiá! |
— 23 —
Reventé al que estaba abajo.
Al profesor! Pepe. Buen principio!
José. Por eso no he continuado
con la gimnasia; no puedo
matar un maestro diario,
que eso ya sería lujo... Pepe. Sí, señor; un lujo asiático.
José. Pero hablando de otra cosa.
Ha visto usted si ha pasado
la Rita? Pepe. No, no la he visto.
José. Debiera estarme aguardando
aquí: pero vendrá luego;
la esperaré. Pepe. Sí. (Sentado!)
José. Qué muchacha, don Pepito!
Y cómo me quiere! Vamos,
está loca! Pepe. Si le quiere
mucho á usted, si debe estarlo. José. Ayer la ofrecí diez duros
y no los quiso. Pepe. Qué raro!
José» Prefirió como recuerdo
mió, un billete de Banco
de dos mil reales. Si es muy
inocente! Pepe. (Y tú muy zángano!)
José. Pero, si habrá ido á la boda
de la Trini con el manco? Pepe. Tal vez. (Buena boda tiene.)
José, Sé que esta tarde bajaron
los de la boda á Vallecas;
pero si fué, aquí la aguardo;
deben volver por aquí,
porque todos son del barrio. Pepe. Por mí haga usted lo que guste.
José. Hombre, está usted azorado.
Qué le pasa á usted? Pepe. Q^e están
en este instante estrenando
— 24.—
una obra mi a.
OSÉ. Carambal
Y dónde?
Pepe. ^ En este Teatro.
José. Y cómo no está usted dentro?
Pepe. De miedo! Si estoy temblando.
Don Homobono es quien debe decirme... mas tarda tanto... que me temo...
José. No, allí viene!
Y corriendo como un galgo!
ESCENA XIV. Dichos. — Don Homobono.
HOM. Choca! (Dándole lo mano.)
Pepe. Se ha acabado?
HoM. No.
Todavía no ha acabado.
Pepe. Y qué tal? Va bien la cosa?
HoM. No, que no. La mar de aplausos!
Cada frase, cada sílaba una explosión de entusiasmo!
José. Yamos!
HoM. Yo digo que nuestros
amigos se están portando. Ah! Lo que es cuando la dama llamó á su padre gaznápiro, fué aquello atroz; parecía que se iba á hundir el teatro.
Pepe. Cómo?
HoM. Y luego, cuando el otro
retorció el pescuezo al gato, qué risotadas!
Pepe. Pero hombre,
de qué me está usted hablando?
HoM. De la obra. Pero vuelvo
no vaya á suceder algo. Ahí Me parece que el título no está bien justificado.
— 25 —
«Los ojos de mi morena
ó el perro del hortelano.»
La morena es allí rubia»
y el perro resultó gato.
Pero no importa, los dos
son animales... Pepe, Canastos!
Qué habla usted? HoM. Y estoy *yo allí.
Nada, no tengas cuidado;
ya se va á acabar muy pronto,
y en cuanto se acabe, salgo
á buscarte. Hasta en seguida. Pepe. Adiós!
Pepe. Vaya usted al diablo!
Lo está viendo y lo trabuca
todo. José. Eso es el entusiasmo!
ESCENA XV.
Dichos. — El Maeido.— La Mujer.— El Ama de cria,
con un niño de pecho, — UnA NiÑEEA, con otro pequeño, y tres niños más,
Pepe. Ya, sí, pero... Me hace usted
el favor de otro cigarro? José. Hombre, por qué no lo pide?
Pepe. Como á mí se me ha acabado.
Mar. (Del brazo de la mujer.)
Ama, niños, daos prisa;
mirad que al paso que vamos
no vemos ni la segunda
función. No andes tan despacio,
mujer. MüJ. Hombre, por piedad,
que me llevas arrastrando,
y no reparas siquiera
que yo ya no estoy, Venancio,
para nada. Mar. Para nada? (Mirando á ios niño«.)
Ay, Ojalá! Vamos, vamos. (Vánse.)
— 26 —
ESCENA XVI.
Dichos.— Don Homobono.
HoM, Pepe, Pepe, corre, ven.
El público está empeñado
en que salgas. Pepe. De Madrid?
HoM. No, á la escena. Qué entusiasmo
Todos gritan: «El autor!»
y quieren tirarte ramos,
y coronas y palomas...
Todos te tirarán algo. José. (Sí; le tirarán un tiro.)
HoM. Vamos, hombre, aprieta el paso.
Pepe. Voy; las piernas se me doblan!
Siento un mareo y un... José. Animo.
Pepe. Como es la primera vez
que me encuentro en este caso... HoM. Ya eres un genio. Mi hija
pronto te dará su mano.
Vén, que no sabes qué gusto
tendré en verte coronado.
ESCENA XVII.
Don José.
José. Don Homobono está loco,
y tiene razón de estarlo, porque al fin casa á su hija con todo un autor dramático. (Ruido aentio.) Pero esa algazara... Digo, apenas vienen chulapos. Ah! Si son los de la boda. Calla, y por este otro lado se acercan los estudiantes, ^ue ya se están preparando
— 27 —
para el Carnaval. Apenas
va á haber música en el barrio.
ESCENA XVIII. Chulos. — Estudiantes. — Primero salen lod chuioa por la u-
quierda y luego los Estudiantes por la deretha.
MÚSICA.
Chulos. Cuando los chulos
bajan al PraOy
es que es un dia é muy señalao.
Y sin embargo
de ser así,
bajan á vernos
todo Madrid.
Diga usté que no,
diga usté que sí,
que viva la plaza
de Antón Martin.
Diga usté que no,
diga usté que ná,
que viva la plaza
de la (-ehá. Sa!
Zaragata, zaragata,
zaragata pum!
Vivan los refajos.
Lara, lara, larará.
Zaragata, zaragata,
zaragata pum!
De los barrios bajos,
lara, lara, larará.
Señor José, por qué está usted en la esquina? José. Porque estoy esperando
que venga la vecina. Cholos. Señor José,
no sea usté melón, porque la que usté busca
— 28 —
está en la prevención... José. Si es cierto lo que dicen,
me luzco como hay Dios!
(Salen lo3 estudiantes, formados, vestidos con man- teos y tricornios, y tocando guitarras, flautas y vio- lines. Dan una vuelta por la escena y quedan frent» al público.)
Estudiantes. Los hijos somos de la nación que recorremos la población. Alegres todos cantando van los que las aulas no olvidarán. Ole porque sí ole porque nó, que vivan las letras y el buen humor. Yiva el porvenir, la Universidad y de la enseñanza la libertad. Genitivo, acusativo quisvelquí, qiice quod, coplas á millares os dedicaremos todos los escolares. Genitivo, acusativo quisvelquí, quoe quod, y sin vacilar á las buenas mozas, piropos, flores y chicoleos hemos de echar. Venid, corred á ver la estudiantina, que pasan los de leyes farmacia y medicina. Venid, corred, el paso apresurad que llegan los alumnos de la Universidad.
— 29 —
Chulos. Zaragata, zaragata, etc.
Estudiantes. GeBÍtiyo, acusativo, etc.
ESCENA XIX.
Dichos. — Don HomOBONO. — Pepe, gente que sale del Teatro.^
á poco mucha más gente con hachones, llevando en triunfo al axi-
tor, que lleva puesta una corona. La murga detrás,
HABLADO.
(Dentro voces.) José. Qué ruido!
Unos. (Dentro.) A la prevención!
HOM. (Saliendo.) Yo preso? Quien debe ir presa
H^ en ese caso, es la Empresa,
que ha mudado la función. Pepe. Qué desgracia! Dios eterno!
José. Pero, que es lo que ha pasado?
HoM. La pieza que han estrenado
no es la pieza de mi yerno.
(Voces dentro de «viva el autor.» Se oye la murga r
sacan en triunfo al autor y se lo llevan.)
Esto más! Pobre de mí!
Todo en el mundo se purga!
Esa gente y esa murga •
la traje yo para tí.
Y ese autor... Tú no supones
quién es?.. Es un tal Palau;
á quien odio! Es el 7^ecau
dador de contribuciones. Pepe. Tenga usted resignación,
que el mal pronto se remedia.
Cuando estrenen mi comedia
se repite la ovación. HoM. Bueno, pues acepto el trato.
Se aplaudirá con furor.
En cuanto al recaudador,
como me embargue... lo mato. Pepe. Señoras y caballeros; (Al púhiic».)
— so- ya que pasó mi zozobra, os ia\áto á ver mi obra en clase de alabarderos. Pero, aun cuando inmerecida, dadnos ahora una palmada; que por ser adelantada será más agradecida.
FIN DEL saínete.
^/^^-K
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