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A ARPRAAO RAP MARAMASON APAAINMAN PARANA Ran» 4 Be ARAARAA RA APA AA AARAR ó ARARRARAR ama LARAARAARARAR A OSA AARAA, AAA CUDASS anda ANA AMA AAAAA ARA Am ARA apart aAn Mic A ” a ' “ADAN ARAS PA ARA Damm FEA ARAA AARAAAAAAA a OT e. AL Hito Nicr Vente ge (A E Jnbegicat AS Z e, A A. e de (A a hol > — MEMORIAS - REAL ACADEMIA DE CIENCIAS EXACTAS FÍSICAS Y NATURALES MADRID Tomo XIII.—Parte 3.* prenda ll ALE ib Ñ Al tf q LAS BALLENAS EN LAS COSTAS OCHÁNICAS DE ESPAÑA NOTICIAS RECOGIDAS É INVESTIGACIONES HECHAS POR EL DR. M. P. GRAELLS PROFESOR DE ANATOMÍA COMPARADA Y FISIOLOGÍA EN EL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES DE MADRID, Y VOCAL NATURALISTA DE LA COMISIÓN CENTRAL DE PESCA EN EL MINISTERIO DE MARINA, ETC. MADRID—41889 IMPRENTA DE DON LUIS AGUADO 8, PontEJOS, 8 ANT ATT DADA Mi E A Le AS do A Ñ : K e Po 4 O 0 AL PATRIARCA DE LOS CETÓLOGOS CONTEMPORÁNEOS DOCTOR EJ VAN BEN EDEN dedica las siguientes páginas balleneras su colega y amigo M. P. Gras, admirador del éxito con que logra aclarar las densas ti- nieblas que oscurecen en la inmensidad de los mares la Historia Natural de los Cetáceos. TÍ, UN AAC DO A un CUAL EW ¿0 AN PATA A M ' Ñ a > - am lo PS de Y o ro «e a A 1 IAE o aj s Í ¡ph ñ e y] : MAS > Ñ Ñ va A P eN Ñ Ñ Ñ ar ni e . e pr 1. Apo Do Y OD ' e re. TY A Ds ' MN * - oca y IAN AN Mimi A e Dn 4 A UE 1 Ud AO No >. LL 11 0 A NI 0) 105 " EU A ll 10 o A mPrraEn Petr bl A? RES . e a . pa 3 LS pl bre Ñ ñ EE 0 b Mapa M7 pS Za HS ALLENAS EN LAS COSTAS OCEÁNICAS DE ESPAÑA «Lo balenier basque a disparu avec la baleino >qui porte son nom.» «Depuis long temps il n'existe plus guére de »baleines dans le golfe de Gascogne, qui puissent >»faire Pobjet d'une peche réguliére, et c'est tout »au plus si, de temps á autre, on y voit appa- »raitre encore une baleine ou une balenoptére »isoléo.> Ostéographie des cétacés vivants et fossiles, par MM. Van Boneden et Paul Gervais. — Pa- rís, 1880, pág. 91. Mi propósito en este escrito es rectificar la equivocada idea que so- bre la desaparición de los Balénidos en nuestras costas oceánicas hace larga fecha se viene propalando por los naturalistas y balleneros, atribuyendo la causa, sin gran fundamento, á la persecución activa que los pescadores vascos, en siglos pasados, hicieron á los grandes cetáceos, que, según se dice, tanto abundaban en el mar Cantábrico. Ya en mi Exploración científica de las costas del Departamento marítimo del Ferrol *, publicada por orden del Almirantazgo en 1870, 1 El litoral de este Departamento marítimo se extiende desde el río Miño al Bidasoa, esto es, desde Portugal á Francia, en extensión que mide unos 1.217 ki- lómetros, repartidos entre las Comandancias de marina de Vigo, Villagarcía, Co- ruña, Ferrol, Vivero, Rivadeo, Gijón, Santander, Bilbao y San Sebastián. Mucho más reducida nuestra costa oceánica en el Departamento de Cádiz, sólo alcanza unos 324 kilómetros, desde la desembocadura del río Guadiana, en la fron- tera portuguesa, hasta el estrecho de Gibraltar, en cuyo espacio sólo hay tres Comandancias, que son: las de Cádiz, Sanlúcar y Huelva. 8 dí noticia sucinta de los cetáceos que habitan en aquellas aguas, ó que suelen verse de temporada, vivos, recorriendo nuestras riberas saladas, ó, algunas veces muertos, flotando sobre las olas, 6 arrojados por éstas á las playas. Es aquel capítulo de mi libro un fragmento descriptivo de nuestra fauna marina, y al escribirlo tuve dos objetos distintos: el primero, zoológico, que no dudo irán completando los que me sucedan en es- tos amenos estudios; y, el segundo, de aplicación á la industria pes- quera, asunto de no pequeña importancia, si en nuestros modernos vascos renaciera el arrojo y la destreza que en la pesca ballenera mostraron sus antepasados, hasta conseguir el renombre de pescado- res valientes y de arriesgados marineros para navegar por los bo- rrascosos mares de las regiones polares . Si en nuestro país no llamaron la atención las páginas á que me refiero, no ha sucedido lo mismo fuera; pues en Holanda, á Van Becck Voltlenhoven, y en Bélgica, á Van Beneden, excitaron la cu- riosidad, porque, muy conocedores de la grandísima importancia que para la Zoología, la Geografía física, y la pesca ballenera tiene el estudio de los cetáceos, me pidieron ampliara con nuevas noticias las ya consignadas por mí sobre tales mamíferos marinos, y, sobre todo, las que directamente se refieren al gigante de los mares, que, como dejo dicho, es fama abundó tanto en siglos remotos en el golfo de - Gascuña; dando motivo á que los vascos inventaran su pesca, Ó caza como otros llaman, que describió Rondelet en su obra titulada De Piscibus marinis (Lyon, 1554, pág. 480) hace más de tres siglos, explicando el modo como en nuestras costas cantábricas la hacían aquellos hábiles pescadores, de los que la aprendió, y como la había también detallado en sus cartas Capellanus, vir doctissimus et hu- manissimus, clarissimi Navarroe Regis Henrici medicus. Aquella abundancia de Balénidos *, que aseguran los historia- 1 En mi opinión, fundada en hechos por mí recogidos, no debe referirse sólo á las Ballenas, propiamente tales, la decantada abundancia que hubo en nuestro mar Cantábrico, sino á todos los Balénidos 6 Mysticeles, y quizás hasta los grandes 9 dores visitaba nuestro litoral Cantábrico, como dije antes, es opinión muy corriente creer ha desaparecido; y es tal la extensión que se ha dado á tal suposición, que se cree ser casi completa, no viéndose Ba- llena alguna en nuestras costas oceánicas sino muy de tarde en tarde y de un modo verdaderamente fortuito; y como demostración de las creencias, que considero exageradas, veamos lo que se nos dice en una publicación moderna, titulada Un mot sur la péche de la Baleine el les premitres expeditions arctiques, par Van Bene- den (1878, pig. 4), hoy la autoridad primera en los estudios bioló- gicos de los cetáceos. «On sait que du x” au xvi” siécle, les Basques, cette race »vaillante et intrepide du fond du golfe de Gascogne, a eu le mono- »pole de cet importante industrie. »Les Basques et les Islandais sont sans doute les plus anciens »baleniers européens, et Pon s'est demandé, plus d'une fois, si cette »industrie n'indiquait pas que!cette race, sisinguliérement confinée en- »tre la France et "Espagne, ne vient pas plutót du Nord que du Sud, »contralrement á ce que leur langue et leurs caractéres physiques »font supposer. » «Les pecheurs du golfe de Gascogne, comme ceux des cótes »d'Islande, sont devenus de bonne heure des baleniers, par la raison »que ces cétacés visitaient réguligrement leurs parages; Pon sait »aujourd'hui que la Baleine, qui hantait autrefois la Manche et la »mer du Nord, se rendait, durant 'Phiver, dans le golfe de Gas- »cogne, en Europe; durant Pété, sur les cótes de la Nouvelle-Angle- »terre, en Amérique; et que, pendant les traversées, elle se montrait »regulidrement, en printemps surtout, dans les eaux de PIslande.» Ziphioides, tales como los Cachalotes, que el vulgo confunde muchas veces con las verdaderas Ballenas, y que hoy, como entonces, visitan periódicamente el citado litoral. De esto me ha convencido el estudio de los huesos antiguos, que frecuen— temente, al abrir los cimientos para fabricar casas, se encuentran sepultados en las inmediaciones de los pueblos de los pescadores que fueron balleneros en aquellas épocas remotas, tales son Candas, Lequeitio, Bermeo, Zarauz, Castro, Ondarroa, etcétera, etc. 2 10 «Un manuscrit islandais du xu” siécle, le Kong-Skug-Sio, ou »miroir royal, le plus beau monument de la civilisation des anciens »islandais, dit Eschricht, nous apprend que les islandais prati- »quaient cette chasse dans tout le Nord de 1'Atlantique; et, ce qui est »digne de remarque, C'est quwiils distinguaient parfaitement deux »especes de Baleines, une au Nord et une au Sud: ils savaient en »outre que ces animaux ne nagent jamais dans les mémes eaux et'que »la limite septentrionale de une est la limite meridionale de »lautre. » «Cette limite septentrionale de la Baleine des Basques était bien »connue deja en 890. Dans le récit du premier voyage au Cap »Nord, par Octher, il est dit que Pon a navigué encore trois jours, »au delá du point ou les Baleines retournent, d'aprés un renseigne- »ment que m'a fourni le professeur Steenstroup de Copenhague. » «Les Baleines étaient tellement abondantes dans le grolfe de Gas- »cogne, pendant ces premieres siécles de chasse, que les habitants du »littoral faisaient des clótures de jardin avec leurs cótes et leurs »mandibules.—Rondelet, en raportant cette observation, fait la re- »marque intéressante, que c'est en hiver que les marins et les pé- »cheurs font le guet, pour voir venir Ces animaux.» «On reconnait encore aujourd'hui, sur différents points du lit- »toral, des restes de tours qui servaient autrefois de vigie, et des »fours pour fondre le lard, et il west pas rare de trouver, sur les >»bords de la Manche et de la mer du Nord, des restes non équivo- »ques de ces géants aquatiques. 11 n'y a pas longtemps, nous en »avons signalé á Furnes, quí étaient enfouis á plusieurs pieds de »profondeur dans le sable marin, et, tout récemment, M. De Bray, »conducteur des ponts et chaussées á Lille, a misau ¡our differentes »vertóbres, en creusant le lit d'un nouveau chemin de fer entre Ua- »lais et Dunkerque. Ces vertébres se trouvaient a 24 centimétres au- »dessous du niveau moyen de la mer, sous la seconde couche de »tourbe. On en a trouvé également en Anglaterre dans V'argile qui »repose sur le crag.» «Depuis longtemps on en a recuelli a Biarritz dans les mémes 24 »conditions, et qui sont heureusement déposées au Museum d Histoire »naturelle á Paris, gráce aux soins de M. le Docteur Fiched.» «Apres avoir fait la chasse dans la Manche et la mer du Nord, »les Basques, vers la fin du xiv* siécle (1372), cinglérent vers »POuest, et virent le nombre de ces animaux augmenter notable- »ment en approchant des bancs de Terre Neuve. » «On se fait difficilement un idée de Vetat florissant de cette in- »dustrie, á ces époques reculées, et de sa decadence rapide, dit le »Docteur Fischer. Jusquw'au milieu du xvn” siécle, il partait tous »les ans de Saint Jéan de Luz ving-cing ou trente vaisseaux, du »port de 25 á 300 tonneaux, équipés de 50 a 60 hommes. Or, »vers le milieu du xvi" siécle, Saint Jean de Luz v'avait plus »aucun navire balenier. » «1? y a plus quere de Baleines, de veritable Baleines, dans »ces parages, ou autrefows elles étarent si abondantes; el ce n'est »plus quiá de tres-longs intervalles, que Uon voit encore un de »ees animauzx apparaitre, du moins sur les cótes d' Europe.» «On peut dire, toutefois, que lespéce n'est heureusement pas »exterminée, commue tant ld'autres ont été par une imprévoyance »1mperdonable. » Sigue el autor citando algunas de las raras apariciones modernas de Ballenas en las costas europeas, hablando de la capturada en el golfo de Tarento el día 9 de Febrero de 1877, y descrita por el dis- tinguido profesor de la Universidad de Bolonia, Dr. Capellini, quien nos la hizo conocer con el nombre de B. tarentina el mismo año 77 en el Congreso científico de Bex; y, por fin, de la que también, en 17 de Febrero de 1854, varó en el puerto de San Sebastián, y cuyo esqueleto fué adquirido por el Instituto de Pamplona, que más tarde lo cedió, en cambio de otros objetos, al Profesor Escricht, que lo llevó al Museo de Copenhague, donde se conserva como tipo de la Balcena biscayensis, que así la denominó, por creerla especie nueva, no Co- nociéndose en Europa más ejemplares completos del esqueleto de tal cetáceo, que éste, el de la ballena cogida en Tarento, conservado en el Museo de Nápoles, que en opinión de Van Beneden es la misma 12 especie que Escricht nos da á conocer, y el más recientemente, pre- parado en el Instituto de segunda enseñanza de San Sebastián, y correspondiente á un individuo capturado el 9 de Febrero de 1878 por los pescadores de Guetaria en sus playas, Demostrada, por lo que de la Memoria del sabio cetólogo belga llevo copiado, la creencia que existe sobre la desaparición de los Ba- lenidos en nuestras costas oceánicas, me propongo probar que de un modo absoluto dista bastante el haber sucedido esto, puesto que todos los años, periódicamente, durante las costeras de las sardinas y bo- nito, las vemos aparecer, como ya consigné en mi Exploración cien tífica del litoral del Departamento del Ferrol, según se certifica con las declaraciones de respetables Sociedades de pesca que ejercen su industria en aquellas costas. Agotada dicha obra, que repartida á los pescadores apenas cono- cen los naturalistas, aunque contiene buena copia de datos que les pueden ser útiles, me parece oportuna ocasión la presente para re- producir los que se refieren á los cetáceos, principalmente Balenidos, objeto principal de este escrito, adicionándolos con otros posterior- mente recogidos, confirmatorios de cuanto antes expuse. Después de tratar, en la parte primera de mi libro, de lo referente á las ostreras, cuyo estudio motivó la exploración científica que me fué encomendada, en la primera sección de la parte segunda y ocupado en Historia natural, al hablar de los cetáceos, á continua- ción de los Delfines, Marsoplas y Orcas, digo: «Por fin, no puedo dejar de consignar también otra noticia que he adquirido, relativa al orden de que se trata, y que para mí es de mucha más importancia que la de los tres cetáceos citados. »Esta se refiere á la presencia de las Ballenas en el litoral de Ga- licia y Cantabria, no casual, sino periódica y constante, cosa que me admira haya pasado inadvertida, puesto que, lejos de creerse así, la opinión general es que hace muchísimos años que estos gran- des cetáceos han desaparecido de nuestras aguas, y que sólo de cuando en cuando, arrastrados por las corrientes, vienen á varar sus cadáveres á estas ó las otras playas. 13 »Sabida es la historia de nuestra pesca ballenera en el litoral oceánico, principalmente vascongado, cuyos valientes y arrojados marineros fueron los maestros de los holandeses y demás balleneros, habiendo sido también los primeros que con tal fin emprendieron largas navegaciones por el mar del Norte. Aún se conserva en varios pueblos el recuerdo de los sitios donde estaban establecidas las ata- layas para descubrir y avisar á los pescadores la proximidad de las Ballenas á la costa, y es tradición que Rivadesella, San Vicente de la Barquera, Luanco y Luarca, Santander, Laredo, Castrourdiales, Bermeo y otros puertos de aquel litoral se poblaron con el atractivo de la pesca de la Ballena, viéndose en la fachada del Concejo ó Casa Consistorial de Lequeitio un escudo, en cuyo campo se representa una Ballena acosada por varios arponeros embarcados en una lancha, y debajo la significativa leyenda, que copio: «Lequeitio reges devellavit horrenda cete. Sujecit terra marique potens. ' »En tiempos no muy remotos, á fines del siglo pasado, aún exis- tían en varias localidades edificios grandes, conocidos con el nombre de Cabañas, que sirvieron de almacenes para los arpones, cabos, calderas de fundir el lardo, y para guardar los demás pertrechos que empleaban en la pesca de la Ballena, y en los archivos de la última población se encuentran documentos relativos á la pesca de los gran- des cetáceos, que datan de muy antiguo; como que el primero es de 1381, habiendo dado noticia de ellos D. Antonio Cavanillas en un librito que publicó con el título de Lequeitio en 1857, y que creo oportuno reproducir aquí. »En 11 de Septiembre de 1381, por acuerdo de los dos cabildos, se dispuso que el producto de las lenguas de Ballena se dividiese en tres partes, aplicándose dos para la reposición de muelles, y la terce- ra á la fábrica de la iglesia. Este acuerdo se mandó cumplir por eje- cutoria del año 1606, haciendo extensivo el pago, no sólo á las Ba- llenas que se mataban por los marineros de Lequeitio, sino á los ar- Ah madores de otros puntos que lo verificasen en las aguas de esta costa. »En 1498 se leen las partidas siguientes: «Item más, me dieron por las cuatro lenguas de la Ballena, Juan Martín de Portal y Do- mingo de Irenqui, mayordomos de San Juan del Puerto, en nombre de todos los mareantes que eran á matar Ballenas, 2844 maravedi- ses. Item más, me dieron dos colonas de pulduhy..... que las Balle- nas tomaron, á razón de 2 ducados, 20 tarjas pieza, 2,550 marave- dises. «De los libros resulta que en 1517 se mataron dos Ballenas. En 1532, en los meses de Enero y Febrero, se mataron dos Ballenas grandes y una chica. No se mató ninguna en 1532, y en Noviem- bre de 1536 se mataron dos Ballenas grandes y una chica. Subas- tábase la lengua de la Ballena, que tenía, según su tamaño , dife- rentes precios, desde 5 reales hasta 13 ducados. »En 1538 se mataron seis Ballenas; en 1542, cuatro; en 1543, una; en 1545, á 26 de Febrero, se mataron dos Ballenas, madre é hijo, y entre las bajas de precio pone el mayordomo: »Item más, por el trabajo que trabajé con ellos en sacar la len- gua, y el día que mataron me ocupé todo el día, dos reales. »En aquel año, en 24 de Enero, mataron nna Ballena delante de la isla de San Nicolás y de la Atalaya de abajo, lo que prueba lo mucho que se acercaban á tierra. Debió de ser grande, pues produjo la lengua nueve ducados y medio. Mataron dos en 1576 y 1578, y tres en 1580; una en 1608; tres y un cabrote (es la cría de la Ba- llena) en 1609, de los que hay noticias en diferentes años. »En 1611 mataron dos Ballenas pequeñas en unión con los pes- cadores de Ondarra, «sobre lo que hubo concierto.» Mas en 1613, dice el mayordomo, no se carga el derecho de las dos Ballenas que habían muerto, por pleito. Mataron una Ballena en los años de 1617, 1618 y 1619; una, con su cría, en 1622; dos en los años 1649 y 1650; dos y dos cabrotes en 1657; una en 1661; y el siguiente año se leo. «Item, se carga de 14 reales que le dió Martín de Licona, de Arrate- gui, de un Ballenato que mataron y no hubo quien lo comprase, y 15 ellos lo llevaron á Francia para comer, y valió poco.» En el mismo año mataron un cabrote, y valió 20 ducados. »En esta época concluyen los asientos de Ballenas, y en el libro, que comprende un período de cincuenta años, desde 1731 4 1781, no hay mención de una sola Ballena muerta, sucediendo lo mismo en los libros posteriores. Esto da lugar á pensar que estos cetáceos desaparecerían de la costa, y que los marineros de Lequeitio irían á perseguirlos más adentro, pues consta que en 1770 no hubo mari- neros disponibles en dicho puerto, por estar todos forasteros á la pesca de la Ballena. »En 1712, cincuenta años después de la última nota que hay de Ballenas, existían barcas y aparejos para su pesca. » También en las cuentas de propios de dicha villa se encuentran noticias referentes á este asunto, leyéndose en las de 1592 el remate de la grasa de Ballena, que fuese buena y suficiente para la provi- sión de la población, á condición de venderla á treinta y seis mara- dises el azumbre. »En los archivos de Bermeo, Ondarra, Guetaria y muchas otras poblaciones del litoral Cantábrico, deben existir datos análogos á los expresados, en donde constará también la parte que en la pesca de la Ballena tomaron sus marineros, y de los que podría deducirse lo común que este grande cetáceo era en nuestras riberas en otros tiempos. De ello hace también mención en sus escritos el Reverendo Padre Fray Martín Sarmiento, en la misma carta ya citada, y en ella ya se refiere la frecuencia con que las Ballenas visitaban las rías de Galicia, llegando en la de Pontevedra hasta la isla de Tam- ba, delante de Marín, casi en el fondo mismo de esta ría, donde era constante su aparición todos los años en época fija; pero que por no haber arponeros ni disposición para esta pesca, nadie las ofendía, y dejaban recorrer pacíficamente aquellas aguas. »Cornide, en su Easayo de los peces (pág. 105), al hablar de la Ballena, dice que, aunque era muy común en las costas de Galicia en otros tiempos, tal que enriquecía con sus barbas y grasa á aque- llos pescadores, no la podía describir, porque no había podido ver las 16 que de cuando en cuando solían aparecer surcando impunemente el litoral gallego, por no haber quien las persiga, concluídas las arma- zones que había en los puertos de Camariñas, Lage, Corme, Malpica, Cedeira y San Ciprián, en cuyas casas subsisten aún muchas vérte- bras, que sirven de banquillos, y varios huesos destinados á otros usos. »En fin, nadie duda de la frecuencia con que la Ballena se en- contraba en nuestras costas del Oceano, y todos reconocen que su pesca nació entre los vascongrdos, que fueron también quienes la llevaron á los mares del Norte. Pero ¿qué les determinó á tan lejanas como costosas y arriesgadas expediciones? ¿Es que, ahuyentadas las Ballenas, desaparecieron por completo de sus aguas, ó que no con- tentándose con la eventualidad de sus visitas, más ó menos frecuen- tes, ó retardadas por causas accidentales, prefirieron ir á buscarlas á su habitual residencia entre los hielos del Polo? Cuestiones son estas de no muy fácil solución, por lo que se refiere á la época en que los vizcaínos principiaron sus pescas en la Groelandia, á donde es sabido iban todos los años de cincuenta á sesenta embarcaciones vasconga- das, que regresaban con ricos cargamentos á sus puertos, siendo lo más probable que la seguridad de una pronta y lucrativa pesca les hi- ciese abandonar la de ribera. »La decadencia de nuestra marina, después excluída de las gran- des pescas de aquellos tormentosos mares, ya por la falta de recursos en el país para los grandes armamentos, ya por la supremacía que sobre nuestra armada tomaron las de Inglaterra, Francia, Holanda, Rusia y Estados Unidos, que son hoy las naciones que principal- mente ejercen la pesca de la Ballena, cayó ésta en el abatimiento consiguiente, y de tal modo, que nuestros pescadores, olvidados ya de su ejercicio á la vista de sus hogares, la abandonaron por com- pleto, no quedándonos más que gloriosos recuerdos de los tiempos pasados, y sobrada indolencia para recobrar la perdida fama que nos legaron nuestros antepasados. »Es cierto que el hombre ha exterminado por completo varias especies de plantas y animales en determinadas localidades. En las 17 islas británicas no existen lobos ni zorras, extinguidas ambas espe- cies, hace años, como animales dañinos. »Según consta en los escritos de Argote de Molina, en los tiem- pos del Rey D.“Alfonso de Castilla, los osos se encontraban en casi toda España, hasta en las llanuras; y el escudo de armas de Madrid nos le representa apoyado en un madroño, cuyo fruto comía. El oso y el madroño abundaban en estos campos, que hoy sólo vemos cu- biertos con una vegetación humilde y pigmea : han desaparecido de la escena ambos s>res, destruidos por el hombre, y al primero sólo en los Pirineos y montañas de Asturias puede vérsele aún, y del se- gundo en la cordillera de Guadarrama se encuentran ejemplares ais- lados ó formando macizos pequeños, que no pueden llamarse bos- ques espesos como antes había. »El francolín se cazaba en muchos puntos de España en tiempos de Felipe 11; y hay quien asegura que el río Francolí, de Cataluña, debe su nombre á la abundancia de esta celebrada ave, que habitaba en sus orillas: hoy no existe en la Península, habiendo exterminado la especie por completo los cazadores, como sucederá con muchas otras que van escaseando de un modo evidente de día en día. » Cosas análogas han sucedido en la pesca en varias localidades, y pudiéramos haber supuesto lo mismo con la Ballena, á no haber averiguado que ésta, si bien no se arrima tanto á nuestras playas, no las ha abandonado, y que sigue visitándonos como antes, de un modo periódico, todos los años, si hemos de dar crédito, como no puede menos, á las aseveraciones de respetables corporaciones de pes- cadores, cuyos individuos las ven constantemente estacionadas en su distrito, durante algunos meses, sin asustarse de las lanchas que pescan junto á ellas, puesto que reina la paz más completa entre am- bas partes. » Procurando en mi exploración marítima tomar cuantas noticias relativas á la industria pesquera fueran de interés, adquirí de un pescador, y después de varios otros, la última que acabo de consip- nar, que para mayor formalidad quise obtenerla de un modo casi ofi- cial, consuitando á las Sociedades de pescadores de Laredo y de Cas- 3 18 trourdiales, que, como veremos más adelante, son ambas muy nume- rosas * y están bien organizadas. CONTESTACIÓN DE LA SOCIEDAD DE PESCADORES DE LAREDO Á MI CUESTIONARIO. »1.2 Todos los años aparecen Ballenas en esta costa de Canta- bria. La fig. núm. 1, del interrogatorio (Baleenoptera Boops 6 Ror- qualus Boops, Y. Cuv.), es la más general en Junio, Julio y Agos- to, 4 ocho 6 diez millas de la costa, viniendo con el bonito, cuyo pez se cree sea su alimento, puesto que juntos suelen aparecer, y al mismo tiempo se van. »2.” Las hay grandes y tambien pequeñas, pero no se las ve ma- mar, ni tan juntas las unas de las otras que se pueda afirmar sean las pequeñas hijas de las mayores. »3.2 Cuando los pescadores ven á la especie de que se trata, au- guran la proximidad del bonito. Vienen de Sur á Norte, y vice-versa, según la venida ó ida del bonito; pues, como queda dicho, sólo en los meses que se cosecha este pez se las suele ver. »4. No son espantadizas; más bien las tienen miedo los pescado- res, porque si al salir del fondo del agua tropiezan con una ó más lanchas, como si sólo tuviesen el peso de un mosquito las vuelcan, y sucedería lo propio aunque fuera un bergantín. »5.” Sin disputa es segura su permanencia en esta costa de Can- tabria todos los años. »6.2 La Ballena de la fig. núm. 2 /Balcena glacialis, Muller), ó sea, según llaman estos pescadores, oscote, se presenta en estas costas de Abril en adelante; es decir, cuando lo hace la fuerza de la 1 La Sociedad de Pescadores de Laredo, consta de 00 asociados, y la de Cas- trourdiales de un número parecido. 19 sardina, y se la encuentra á distancia de una á tres millas de tierra. Se cree se mantenga ó alimente de este pez, y tampoco se la ven crías, aun cuando las hay de diferente magnitud. No son espanta- dizas, y más bien se las teme. »7.2 Su longitud suele ser 40, 60, 80 pies, y aun más, »8. En este puerto no se ha pescado Ballena alguna; en donde sí las han pescado con arpones, es en la costa de Levante, acompa- ñando á aquél una tablita con cifra, con objeto ésta de recoger la presa su dueño así que se haya desangrado, y boye muerta sobre las olas. »Es cuanto puede contestarse al interrogatorio hecho por V., que está dispuesta esta Junta á ampliar, si lo dessase, no teniendo más que mandar lo que se le ofrezca en esta y demás materias de pesca. = El Secretario, Manuel FPuentecilla Cabada. » «Alcaldía del Gremio de Pescadores de Castrourdiales, 31 de Marzo de 1870. CONTESTACIÓN AL INTERROGATORIO SOBRE LA BALLENA, HECHO POR EL VOCAL DE LA COMI- SIÓN PERMANENTE DE PESCA, SR. D. MARIANO DE LA PAZ GRAELLS «1. Las Ballenas se presentan fijamente todos los años en estas costas. »2.” Las lanchas de Castrourdiales las suelen encontrar á la dis- tancia de 12 4 20 millas de tierra, mar adentro, en la época de la pesca de la sardina y bonito, ó sea en los meses de Junio ú Septiem- bre, en bastante número, ya de ocho, diez, veinte y aun más, jun- tas algunas veces, y otras separadas á distancia de una ó dos millas. »3.” No son espantadizas, y, por el contrario, dejan que se les 20 arrimen las lanchas, habiéndose dado el caso de tropezar ó chocar alounas de éstas con ellas, sin que haya ocurrido ningún accidente desagradable. »4., Que, por lo general, son grandes las Ballenas que se encuen- tran, advirtiéndose entre ellas individuos más jóvenes, ó crías. »5. Que en tiempos anteriores se dedicaron los pescadores de esta costa á la pesca de la Ballena, cuyo cetáceo figura en las armas de esta villa; pero debió caer en decadencia, y abandonarse esta in- dustria por la falta ó emigración de las Ballenas á otros mares. En el puerto de Deva, de la provincia de Guipúzcoa, se conservaban aún, hace pocos años, algunos de los aparejos ó artes de los que se habían servido algunos pescadores, en tiempos anteriores, para la pesca de la Ballena á que se dedicaban. »6.” Las Ballenas que avistamos vienen del N. al N. O. hasta aterrar en la costa del Cajón ó golfo de Gascuña, y hacen su vuelta en dirección al O., presentándose en estas aguas y permaneciendo en ellas, según queda dicho, en los meses de Junio á Septiembre, y aun Octubre, en cuya temporada hacemos la pesca de la sardina y el bonito. »A las Ballenas acompañan generalmente un número muy cre- cido, y en tropa ó reunión, otros peces grandes, de unas ochenta á cien arrobas de peso, que arrojan el agua á lo alto lo mismo que _las Ballenas, y que, como éstas, son peces de mucha grasa. Nos- otros los conocemos con el nombre de moscotes *. »Las que avistamos en esta costa y calificamos de Ballenas con este mismo nombre, son como el dibujo número 2.” que devuelvo á V. adjunto (Balcena glacialis Muller), y su largo mide, en efec- to, los sesenta ú ochenta pies que V. expresa. »Rezagadas ó enfermas algunas Ballenas, las hemos visto en es- 1 No hay uniformidad en la aplicación de este nombre entre los pescadores de ambas Sociedades, pueslos de Laredo llaman Moscotes á la Balena glacialis, y los de Castrourdiales y Zumaya á la Orca, Candorca ó Espodarte, que es la Phocena Orca, Linn., que opino sea lo más cierto, procediendo de una confusión de nom- bres la designación de Laredo, 21 tos años venir á tocar casi á la costa, ó sea á la boca de este puerto, por lo menos en tres ocasiones distintas en estos cuatro ó seis años últimos; y aunque salieron varias lanchas con objeto de arponearlas, no pudieron conseguirlo; sin embargo que alguno de estos cetáteos, enfermo ya sin duda, vino á dar muerto á los pocos días en la costa del Cajón. »Esta Sociedad de pescadores celebrará que estos datos puedan llenar los deseos de V., y contribuir á algo útil en los trabajos de la Comisión permanente de pesca, de que V. es digno vocal; te- niendo con este motivo el gusto de ofrecerse á sus órdenes, Joaquín Landeras.» «Algunas noticias he recogido también de particulares, asegurán- dome los de Lequeitio que las Ballenas suelen verlas con frecuencia aquellos pescadores en sus aguas, habiéndose expuesto á la vista del público madrileño, no hace muchos años, en el pabellón que para la exposición de pinturas se hizo en el solar de las Vallecas de la calle de Alcalá, un Ballenato muy joven cogido en las aguas de Zarauz, que pertenecía á la Balcenoptera Boops 6 Rorqualus Boops, de Fe- derico Cuvier. »Finalmente, navegando en la goleta Cruz por las costas de Galicia, el actual Secretario de la Comisión central de pesca, Don Francisco Javier de Salas, vió las Ballenas en el mes de Abril de 1858, hasta el número de cinco, concordando esta observación exactamente con las de l)spascadores de Laredo y Castrourdiales. »Certificada, pues, de un modo indudable la existencia temporal de los grandes cetáceos en nuestro litoral oceánico, que por lo visto se presentan periódicamente todos los años, como otros animales emi- gradores, durante la costera de la sardina y el bonito, ¿no sería conveniente á los intereses de nuestra industria pesquera y á los de la Marina de guerra, procurar el renacimiento, primero de nuestra antiquísima pesca litoral ballenera, y después de amaestrados, como lo estuvieron nuestros mayores, emprender las mismas expediciones que ellos á los mares polares, como lo verifican hoy verdaderas naciones marítimas? Todos convienen en que la principal escuela marinera para to 0) jefes y tripulantes está en los tormentosos mares del Norte, y que las grandes pescas que en aquellas regiones se practican, sobre todo la de la Ballena, produce marineros atrevidos para el combate y diestros y serenos para arrostrar los mayores peligros de la mar. En esta materia muy poco podría añadirá lo dicho por Sañez Reguard en su interesante artículo Arpon (píg. 330 del tomo 3.” de su Dic- cionario de la pesca). Habla en él de la importancia que tiene la pesca de la Ballena, y con este motivo refiere los pasos dados por el Gobierno de Carlos LI para formar las grandes compañías de pesca, ó Sociedades como hoy es moda llamar, y el fomento y privilegios que se les dispensaba en aquellas Ordenanzas, cuyas bases y princi- pios se recomiendan muy particularmente á la consideración de la ¡omisión permanente, con el fin de que procure por su parte hacer que germinen en nuestros días en el Almirantazgo aquellas ideas ri- cas en proyectos útiles para la industria pesquera, para el comercio nacional, y para el engrandecimiento de toda nuestra Marina. »Sin el influjo protector del Ministerio de Marina, es imposible que por sí solas renazcan hoy en nuestras riberas las empresas y ar- mamentos necesarios para las grandes pescas. Más digo: debe tomar el Gobierno la iniciativa y ofrecer grandes premios que sirvan de aliciente y compensación á los sacrificios que exijen tales armamen- tos, y además acompañar, como lo hacen las demás naciones, con el pabellón de guerra, á las flotillas pescadoras, que á su sombra cobran honra y provecho para el país. -——» Hoy pudiera ensayarse esto en nuestras costas con la pesca de la Ballena, para la que, si bien es verdad que ya no tenemos aquellos arponeros tan celebrados por su destreza y audacia, en cambio los adelantos modernos han venido 4 hacerlos menos necesarios, valién - dose de otros medios que, si no revelan tanto valor personal, acredi- tan más inteligencia y astucia, haciendo poco peligrosa la captura de los gigantes de la creación animal. »Los arpones-cohetes que se disparan al cetáceo colosal sin te- ner que llegarse hasta abordarle, van generalizándose con grandes ventajas, como manifesté en un artículo publicado en el núm. 33 de 23 La Marina Española hace dos años, y tomo después en la exposi- ción marítima internacional del Havre he tenido ocasión de ver en una ballenera completamente armada y provista de estos proyecti- les y de los dardos envenenados con que se determina la muerte casi instantánea de los Cachalotes y Ballenas. Hasta para la caza, digá- moslo así, de los cetáceos menores, como son los Delfines, Marso- plas y Candorcas ó Espodartes, que no siempre es fácil alcanzar para arponearlos, hay medios más eficaces y seguros, como son los rifles para disparar las balas explosivas, con las que un diestro tira- dor gana la partida al arponero más hábil. »El asunto es de inmensa importancia, y por eso me he creido obligado á llamar la atención del Almirantazgo hácia él: pues pres- cindiendo de las consideraciones ya emitidas sobre el alto interés que para la Marina de guerra tiene la escuela de las tripulaciones balleneras, y limitándonos cuando menos á considerar el valor de una Ballena capturada, ¿podremos por más tiempo despreciar el rico botín que flota sobre las olas de nuestro litoral oceánico? »Una Ballena, en el hemisferio Norte, produce de 180 4200 bar- riles de aceite, que vale ciento diez ó ciento veinte pesetas cada bar- ril: barbas por valor de tres Ó cuatro mil pesetas, según su estado; siendo este el aprovechamiento que puede hacerse cuando se las pesca en alta mar; pero cuando, como en nuestras costas, se puede traer su cadáver hasta la playa, se saca aún mucho más aceite de los órganos internos, se aprovechan los huesos del inmenso esqueleto para con- vertirlos en carbón animal; las carnes para abono de las tierras; las túnicas intestinales para diferentes prendas de equipo, y hasta de los excrementos se extrae una hermosa materia tintorial. Júzguese por estos datos si tendrán compensación los sacrificios que se hagan por resucitar este olvidado ramo de nuestra industria, cuyo estudio, en mi viaje, me ha conducido á consignar de un modo cierto para nuestra Fauna marina oceánica, por lo menos, cinco especies de cetáceos, de los cuales dos son sedentarios en el litoral: el Delphinus del- phis, L., y la Phocena communis. Y. Cuv.; y tres emigradores ó de paso: la Phocena Orca, Y. Cuv., la Balcenoptera Boops, Y. Cuv., y 2% la Balceena glacialis, Muller, que es el Nordkaper de los balleneros holandeses *.» Reproducido, como queda, lo que sobre el asunto tenía averiguado y visto en 1870, paso á consignar lo que después, hasta el día, he adelantado en esta materia, habiendo adquirido muchos más datos y de valor tanto, como que tienen carácter oficial la mayor parte de ellos, por proceder de las Comandancias de Marina y de los Recto- res de las Universidades, á quienes por petición mía se dirigió un cuestionario, á las primeras por la Comisión central de pesca del Mi- nisterio de Marina, y á los segundos por la Dirección general de Instrucción pública, 4 cuyos centros doy las debidas gracias por el valioso auxilio que me han prestado para poder satisfacer necesidades de la ciencia que cultivo ”. 1 Mientras estas líneas escribía, se me avisó de la presencia de una Ballena en las aguas de Biarritz y San Sebastián á fines de Abril último, empezando á pre- sentarse ya en la costera como de costumbre. 2 Copia de las circulares oficiales dirigidas por la Comisión central de pesca ú los Comandantes de Marina del Departamento del Ferrol, y por la Dirección general de Instrucción pública á los Rectores de las Universidades. «Considerando esta Comisión central de pesca la suma importancia que tiene el estudio de los medios que podrían procurar el renacimiento de nuestra indus- tria ballenera, ha acordado remitir á V. S. el unido interrogario para que, valién- dose de todos los medios de que pueda disponer, le devuelva, contestadas las pre- guntas que en él se contienen, del modo más completo y extenso que sea posi- ble.=Dios guarde á V. S. muchos años. Madrid 27 de Abril de 1886.=El Presidente, Contraalmirante Florencio Montojo.=Señor Comandante de Marina del Departa- mento de.....» La circular de la Dirección general de Instrucción pública, dirigida á los Rectores de las Universidades y Director del Instituto provincial de segunda en- señanza de Pamplona, llevaba la fecha de 8 de Mayo de 1886, y se reducía á pedir se remitiera á dicho Centro superior, lista de los mamiferos cetáceos existentes en sus colecciones zoológicas, los que me fueron trasmitidos con el siguiente oficio: «Excmo. Señor.=Tengo el gusto de remitirá V. E. los datos reclamados en su comunicación del 7de Mayo último, y remitidos por las Universidades é Instituto 25 He copiado antes algunos párrafos del folleto que Van Beneden publicó en 1878 con el título de Vn mot sur la peche de la Baleine et les premiéres expéditions artiques, y en ellos se ve expuesta, como he dicho, la opinión admitida sobre la casi completa desapari- ción de la Ballena en nuestras costas oceánicas. Las noticias que di en mi Exploración científica, referentes á este asunto, han hecho con- signar al eminente cetólogo belga en otro escrito, que recientemente ha publicado *, lo siguiente: «Les naturalistes qui s'occupent de l'histoire des Cétacés ne »seront pas peu étonnés d'apprendre que la Baleine des Basques, »autrefois si commune sur les cótes d'Espagne, est loin d'étre exter- »minée comme on le supposait: le professeur Mariano de la Paz Graells, »a exploré la cóte, depuis le département maritime du Ferrol jusqu'a »la frontiére francaise, et il fait remarquer qu'en 1869 on en a vu »encore á la fin du mois d'avril dans les eaux de Biarritz. »Dans une lettre que je viens de recevoir, mon savant confrére »de Madrid m'informe que ces Baleines visitent encore regulieróment »les rades et les estuaires de ces parages: quien 1884 un de ces »géants est entré dans le port de Saint-Sébastien, jetant Pépouvante »dans Pame des baigneurs, et qu'apres une courte visite le monstre »a pris paisiblement le large et a disparu. ....<«Ce ne sont pas les Baleines qui manquent, dit M. de la »Paz Graells, ces sont les pécheurs quí ont signé une paix inexplicable »avec ces géants de la mer». «L'année derniére, une tentative a été faite par les pecheurs de Za- »rauz pour relever cette antique industrie: ils ont essayé d'harponner »celles qui viennent á la cóte, mais ils n'ont, parait-il, ni le courage »ni Padresse de leurs fameux ancétres». de Pamplona, referentes á los cetáceos que existen en sus Gabinetes de Historia natural.—Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid 2 de Agosto de 1886,=El Di- rector general, Julián Calleja. =Sr. D, Mariano de la Paz Graells.» 1 Histoire naturelle de la Baleine des Basques (Balena biscayensis.) Extrait des Mémoires couronnés et autres Mémoires publiés par l'Académie Royale de Bel- gique.—Tomo XXXVIII, p. 14,=1886. 4 26 «M. Mariano de la Paz Graells fait aussi mention dans sa lettre »Pun de ces Cétacés, qui est venu échouer vers 1880 á la Ría de » Vigo, a Vendroit qu'on appelle Son. Les pécheurs s'en sont ampa- »rés eb, aprós en avoir utilisé l'huile et les fanons, ils Pont vendu a »P Université de Santiago pour l'esquelet, qui est complet: notre sa- »vant confrére la examiné en place au Jardin botanique de P”Uni- »versité de Galice». Comprometido por lo que en los párrafos copiados de la Memoria del sabio Van Beneden de mi escrito se dice, me veo obligado á man- tener como ciertas mis noticias balleneras, y para ello voy á consig- nar nuevas observaciones: documentos nuevos, que no sólo certifican cuanto expuse hace diez y ocho años, sino que fundarán la razón que motiva la aparición periódica y fija de los Balenidos en nuestro lito- ral oceánico, justificando el título que este escrito lleva, pues en él se demuestra, sin que quepa duda alguna, que los mismos Balenidos que se veían visitar nuestras costas en siglos remotos periódicamen- te, siguen recorriendo las costas ibéricas que bañan el Atlántico. DOCUMENTOS, OBSERVACIONES Y DATOS NUEVAMENTE ADUCIDOS 1. En la /ista de los peces del mar de Andalucía, publicada en Cádiz el año de 1817, sin nombre de autor, pero que con fundamen- to se atribuye al Magistral Cabrera, naturalista gaditano de acredi- tado saber, en las páginas 26 y 27 sólo se citan dos cetáceos: la To- nina (Phocena) y el Espodarte (Orca), no haciéndose mención del Delfin común que pulula en todas nuestras costas; pero en el manus- crito autógrafo de dicha Memoria, que yo poseo y tiene el mérito de reunir á los nombres de las especies la frase ó descripción abreviada de cada una de ellas, además de los dos cetáceos citados, habla de la Ballena, que en el año 8 el mar arrojó muerta á la playa gaditana y 27 la clasificó como Baleena Mysticetus, diciendo tenía la cabeza enor- me, pues ocupaba una tercera parte de su cuerpo, que era de 20 varas de largo, con la boca grandísima, por encima del dorso ne- gra, y blanca por debajo. 2. Enel Catálogo metódico y razonado de los Mamiferos de Andalucía, publicado en Sevilla en Mayo de 1863 porel Dr. D. Anto- nio Machado y Núñez, Catedrático y Decano de la Facultad de Cien- cias de aquella Universidad entonces, hay una nota al final del gé- nero Delphinus (especie Delphinus griseus), que dice ú la letra lo que sigue (pág. 48): «El Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Sevilla »posee un esqueleto de la ¿Ballena Mysticetus?, cogida en la costa »de la Higuerita (ó isla Cristina, provincia de Huelva); y otro de la »misma especie existe en la Escuela de Medicina de Cádiz, varado »en la costa Sur de la isla gaditana, á dos kilómetros de la población, »de donde fué trasladado al Gabinete de aquella Facultad: además »no es rara la aparición de estos cetáceos en las proximidades de »estas playas entre el castillo de San Sebastián, Sancti Petri, y la »embocadura del Estrecho.—Sevilla y Mayo 15, de 1863». 3. En la contestación dada por el Rector de la Universidad de Sevilla á mi cuestionario, se lee, además de la anterior noticia, Co- piada sin duda del Catálogo de Mamíferos del Dr. Machado, que en la Escuela de Medicina de Cádiz existe también un esqueleto de Ba- llena Mysticetus, que varó en la costa Sur de la isla gaditana, á dos kilómetros de la población, de donde fué trasladada á la referida Fa- cultad, y en cuyo Jardín botánico, según he oído, están sirviendo de sillas ó asientos las vértebras de aquel enorme cetáceo: consignando además, como el Sr. Machado, el actual Catedrático de Historia Natu- ral de la Universidad citada, 1D. Salvador Calderón, y el Rector, Don Fernando Santos de Castro, no ser rara la presencia de las Ballenas en la embocadura del Estrecho de Gibraltar; y debe ser cierto, por- que de cuando en cuando los periódicos de aquellas provincias litora- les suelen anunciar la presencia de alguna Ballena, varada en la pla- ya ó recorriendo el litoral, como la que últimamente ha dado lugar 28 al suelto publicado en la Correspondencia de España, del miércoles 21 de Marzo último (1888), que, por lo curioso, lo han copiado varios periódicos de la Capital, y dice así: «Desde Huelva escriben á un colega que hace algunos días, atravesando el Estrecho de Gibraltar el falucho Aurora, de la ma- trícula de Conil, á tres millas próximamente de la costa de España, vieron sus tripulantes á corta distancia una Ballena de tamaño colo- sal, Al poco rato observó el Patrón por la popa "una sombra en el agua, que creyó fuese proyectada por un celaje; pero al instante mismo el barco entró en ella y quedó en seco como por encanto: el barco quedó acostado sobre el cetáceo, y en tan difícil situación per- maneció durante algún tiempo, hasta que á la Ballena le dió la gana de sumergirse de nuevo. »Al flotar otra vez, hacía el falucho gran cantidad de agua, hasta el extremo de no poder dominarla, por lo cual vióse obligado á pe- netrar en el río de Barbate, y varar. Entonces se vió estaba partido el pie de roda y más de una vara de su quilla. »Los pescadores llegaron consternados á tierra y cumplieron la promesa devota que hicieron en el momento del conflicto». INTERROGATORIO DIRIGIDO POR LA COMISIÓN CENTRAL DE PESCA Á LAS COMANDANCIAS DE LAS PROVINCIAS MARÍTIMAS DE LOS DEPARTAMENTOS DE CÁDIZ Y FERROL. 1.2 ¿La aparición de las Ballenas en ese litoral es fija ó acci- dental? 2. Siendo fija, ¿permanecen todo el año ó sólo en determinada estación? ¿Cuál es ésta? 3. ¿Son de paso, ó se instalan en una extensión dada de mar, donde se las suele encontrar fijamente hasta que emigran á otras re- giones? 29 4. En uno y otro caso, ¿en qué épocas del año verifican su apa- rición y desaparición? 5.” ¿A qué causas puede atribuirse la aparición de las Ballenas en ese litoral? ¿Coincide con la de otros séres que quizás les sirvan de alimento? 6. ¿Vienen aislados los individuos, apareados por sexos, ó las madres con la cría, ó en número mayor ó menor, como suelen hacer- lo otros cetáceos? 7.2 ¿Es una sola la especie de Ballena, ó ven esos pescadores dos ó más? ¿Cómo las distinguen y qué nombre las dan? 8. ¿Qué magnitud máxima suelen tener? 9.” ¿Son espantadizas al aproximárseles las lanchas de los pes- cadores, ó se dejan acercar sin huir? 10. ¿Existen pescadores en la localidad, dedicados á la pesca de la Ballena ú otros cetáceos? ¿De qué modo la verifican y qué produc- tos obtienen? Madrid 27 de Abril de 1886.=El Presidente, Florencio Montojo. CONTESTACIONES DADAS Á MI INTERROGATORIO POR LAS COMANDANCIAS DE LAS PROVINCIAS MARÍTIMAS DE LOS DEPARTAMENTOS DE CÁDIZ Y FERROL. Departamento y Comandancia de Cádiz. 1.? La aparición de las Ballenas en este litoral es accidental. 2.” Se contesta en la anterior. 3. Su aparición en este litoral es de paso. 4.” No tiene época fija. 5." Se desconocen. 6.* Aisladas. 30 7.% Los pescadores más antiguos recuerdan la aparición de una Ballena en esta bahía por los años de 1845 4 1847. 8.* Se ignora. 9.* Se ignora. 10.* No existen pescadores en esta localidad, dedicados á esta 1n- dustria. 25 de Noviembre de 1887. Comandancia de Huelva. 1,* La aparición de las Ballenas es fija en la parte más occiden- ta] del litoral de esta provincia, y rara vez suele correrse alguna fuera de la zona en que permanecen. 2.” Aparecen generalmente á principios de Mayo y permanecen hasta fines de Septiembre. 3.” Se instalan en una extensión de mar comprendida entre los meridianos de Cabo de Santa María y Ayamonte. 4.* Exprésase en la contestación 2.* 5." La presentación y permanencia en estas aguas de este cetá- ceo debe atribuirse á la Pescada ó Merluza, de que se alimenta, lo que se comprueba por la cantidad de estos peces que aparecen á flote, muertos durante aquella época, y por la poca pesca de ellos que ob- . tienen los pescadores hasta que desaparecen las Ballenas. 6.* Se presentan por individuos aislados, por parejas, y á veces reunidos en mayor número, pero sin ser acompañados por las crías. 7.* Solo se conoce una especie de Ballena, únicamente en mag- nitud. 8. Su longitud máxima se calcula en 20 metros. 9.* No huyen á la aproximación de embarcaciones pescadoras, si bien éstas tampoco acostumbran á arrimárseles, 10.* No existen en el litoral de esta provincia pescadores que se dediquen á la pesca de clase alguna de cetáceos. Huelva 14 de Noviembre de 1887. 31 Departamento de Ferrol.—Comandancia de Vigo. 1.* La aparición de la Ballena por la costa de esta provincia es muy rara, haciendo más de cuatro años que no se ha verificado. 2.” Por la razón que se expresa no es posible contestar á esta pregunta. 3.7 Idem. 4.” Idem. 5." Idem. 6." Idem. 7.% Idem. 8." Idem. 9. Idem. 10.* No hay pescadores en la localidad, dedicados á la pesca de la Ballena. Vigo 12 de Noviembre de 1887. Comandancia de la provincia marítima de Villagarcia. 1.2 La aparición de las Ballenas en este litoral es accidental. 2. Cuando se suelen ver las Ballenas, es más bien en verano, durante el paso de la Sardina. 3. No se suelen hallar fijas: se supone, por tanto, que emi- gran á otros mares. 4.” Suelen aparecer algunas Ballenas desde Junio hasta Oc- tubre. 5.” Se supone que las Ballenas aparecen en esta costa al paso de la sardina, para el Sur primero, y para el Norte después. 6.2 Suelen aparecer aisladamente. 7.2 Las Ballenas que se ven en esta costa parecen ser de la misma especie, y en el país no les dan otro nombre que el de Ballena. 32 8. Suelen tener de 6 411 metros de magnitud. 9.” No suelen ser espantadizas, y generalmente siguen su rumbo, aun estando cerca de las embarcaciones. 10. En esta costa no hay pescador alguno que se dedique á la pesca de Ballenas ni otros cetáceos. La provincia marítima de Villagarcía comprende tres distritos, además del de la Comandancia, que con el del Caramiñal está dentro de la ría de Arosa; el de Sangengo, en la de Pontevedra; y el de Noya en la mar interior de la ría de Muros, donde en la baja ma- rea no queda agua siquiera para navegar un bote. El mayor braceaje en las rías de Muros y Pontevedra es de 25', y de 39 en la de Arosa; y, á pesar de estar encajonadas, con más ó menos anchura, tierra adentro, penetran las Ballenas, que en Marín me dijeron llegaban á veces hasta la isla de Tamba, frente de dicho puerto, y á bastante distancia de la mar abierta. No es, pues, extraño, que, como dice la anterior relación, sea accidental la entrada de las Ballenas en aque- llas rías, en las cuales, á pesar de todo, penetran con frecuencia y en épocas fijas, que resultan ser las mismas en que las encuentran los pescadores que ejercen su industria en las costas. La Comandancia de la Provincia marítima de la Coruña nos co- munica las contestaciones siguientes, dadas por los pescadores de los distritos de su jurisdicción, diciendo: Primero: Que en las rías de la Coruña, Sada y Camariñas, los pescadores no han visto Ballenas. Y, segundo: Que, por el contrario, los de Corcubión aseguran: 1. Que la aparición de la Ballena en sus aguas es accidental. 2.” (Que aparecen de paso. 3. Que no tienen época fija para su aparición, sucediendo que pasan dos ó más años sin verse ninguna. 4.” Que cuando aparecen vivas las Ballenas pequeñas, suele ser con abundancia de sardina y otros pescados menores, suponiendo que aquellas les sirven de alimento. 5. Que no puede precisarse si los individuos vienen aislados, apareados ó con sus crías, en número mayor ó menor, y sólo resulta haberlas visto acompañadas de otros cetáceos mucho más pequeños, que vulgarmente llaman Lafinos, porque presentan en la superficie un ala en forma triangular, de tres y medio á cuatro metros de largo el cetáceo *. á 6.7 Que suelen ver dos ó más de las Ballenas pequeñas ?. 7.2 Que hace como veinte y cuatro años recuerdan embarrancó una Ballena viva en el puerto de Pindo, que tendría unos 16 metros de largo. Que hace catorce años embarrancó otra, muerta, en el puerto de Lira, que alcanzaría próximamente 30 metros de largo; y que hace tres años apareció otra, muerta, en el Pindo, que medía 15 me - tros de largo. 8. Que no pueden dar razón, porque no se les acercan. 9. Que no existen pescadores Balleneros en el distrito. La contestación de los pescadores del distrito de Malpica, mani- fiesta: 1.2 Que es accidental la aparición de la Ballena. 2. Que sólo en determinada estación aparecen las Ballenas, siendo esta de Junio á Septiembre. 3. Que se instalan en la estación de mar que comprende este distrito, hasta que emigran. 4. Que principian á aparecer en Junio, y desaparecen en Sep- tiembre. 5. Que se atribuye su aparición á la de la sardina, de que se alimenta, y viene en la época misma. 6. Que vienen aisladas, sin poder distinguir sexos, considerando sean crías las que aparecen más pequeñas y en número menor. 7. Que es una sola especie, y las distinguen por su tamaño, como les tienen enseñado sus antepasados. 8. Que la magnitud ordinaria que tienen es de unos 30 metros, poco más ó menos. 1 Este cetáceo es el Espodarte ú Orca. 2 La pregunta es si ven una sola especie de Ballenas, ó más. ¿Será la Bale- noptera rostrata la pequeña Ballena á que se refieren? 5 34 9.” Suelen dejarse acercar bastantes más veces, y otras huyen más rápidamente. 10. Que no existen pescadores balleneros en el distrito. Los pescadores del distrito de Muros, contestan al interrogatorio diciendo: 1.2 Que la aparición de la Ballena es fija, en mayor ó menor cantidad. 2.” (Que no permanecen próximas á aquella costa más que du- rante la estación de verano. 3.” Que se instalan en la parte de Veéaur, comprendida entre los cabos de San Vicente y Finisterre, durante la estación que queda expresada. 4.” Que aparecen en el mes de Junio y desaparecen en Septiem- bre, siendo raros los casos de verse alguna en épocas distintas de las señaladas. 5." Que se cree que su aparición sea á consecuencia del arribo de la sardina á estas costas, la cual le sirve de alimento, notándose que, cuanto mayor es la cosecha de esta especie, mayor es el núme- ro de Ballenas que observan los pescadores. 6. Que los pescadores tienen observado que con una Ballena de eran tamaño vienen una ó más de pequeñas dimensiones, por lo que se supone sean Crías, y se las ve en esta forma con mucha frecuen- cia. Algunas veces ven también apareadas las Ballenas grandes, sin que en ninguno de los dos casos puedan apreciar cuáles son los ma- chos y cuáles las hembras. 7. (Que no conocen estos pescadores más especies de Ballenas que una, á la cual dan este nombre, y el de Ballenato á sus crías. 8.” Que según su apreciación, dicen los pescadores del distrito citado, calculan que las mayores Ballenas tendrán de 30 á 40 metros de largo. 9. Queni son espantadizas ni huyen cuando se acercan á ellas, y, por el contrario, se aproximan hasta el costado de las embarcaciones. 10. Que no existen pescadores de Ballenas ni de otros cetáceos en la localidad. 35 Por lo expuesto, referente á las costas gallegas, queda probado ser fija y regular la aparición y estancia temporal de la Ballena, y accidental, aunque no rara, dentro de las rías, de anchura y pro- fundidad suficientes, como son las de Vigo, Pontevedra, Arosa y Muros. Ferrol. Esta Comandancia, después de haber oido á los Ayudantes de los distritos, á quienes próviamente se les remitió copia del interro- gatorio, y á su Comisión provincial de pesca, informó diciendo: 1. La presencia de la Ballena en esta parte del litoral Cantá- brico constituye hoy un hecho puramente accidental y anómalo. 2.” Dicho se está que es accidental. 3.” Su permanencia en estas aguas es, por lo común, muy corta: en ocasiones se la ve repetidas veces durante algunos días, y pes- cadores hay que aseguran haberlas visto por largo tiempo, y dicen que permanecen así todo el año: hecho no confirmado por la mayoría de los observadores. 4.” En general, son vistas durante el verano, en ocasión en que las lanchas se alejan de las costas á la pesca de la merluza, y la del bonito principalmente, que exige un gran recorrido en distintas di- recciones. 5.” Suaparición es, para algunos marinos, debida á extravío, á causa de la persecución de que son objeto, ó á estar heridas, hecho que alguna vez se ha confirmado. Coincide aquella con la presencia de la anchoa, y pudiera ser debida á esta causa, principalmente para la especie conocida aquí con el nombre de Serón ó Seda, que es la que se ve con más frecuencia desde Marzo á Junio, y causa gran- des estragos en aquella clase de pescados. 6.” En general es un solo individuo, aunque alguna vez, hace años, se han visto hasta diez ó doce juntos. 7.” Los pescadores nombran dos especies, Ballena y Serón ó Seda, y las distinguen por los surtidores de agua que arrojan: dos 36 la Ballena y uno el Serón. Este, según las noticias que dan, debe ser la especie de Cachalote, conocida en el Mediterráneo con el nombre de Mular. 8. Las Ballenas vistas en esta costa miden de 14 4 15 metros, y algo menos los Serones. 9. Aseguran se dejan acercar mucho por los botes, de lo que se infiere no es espantadiza. 10. En toda esta parte de la costa, por lo eventual de la apari- ción de las Ballenas en sus aguas, no hay una sola lancha dedicada á su pesca, ni existe en ninguno de sus puertos el material necesa- rio para ello, si se exceptúa algún harpón de vetusta procedencia. Sin embargo, desde que se han armado buques de vapor para la pesca de altura, parece llevan á bordo el arpón moderno y demás necesario al efecto. É Sigue en su informe esta Comandancia refinendo en extracto los datos que sobre la antigua pesca de la Ballena existen en el archivo del Ayuntamiento de Lequeitio, de los cuales dí noticia detallada en mi Exploración Científica de las costas del Departamento del Fer- rol, de cuya obra parecen copiados. La Comandancia de Vivero devuelve el interrogatorio, diciendo no poder contestarlo, por no ejercerse en su localidad la industria ballenera, ni haberse visto en sus aguas ninguna Ballena; y, sin em- bargo, tal carencia absoluta de noticias sobre el asunto no se com- prende, estando enclavada entre las Comandancias de la Coruña y Rivadeo, que ambas contestan afirmativamente y de un modo deta- llado al cuestionario. Pasando del litoral de Galicia al asturiano, la contestación que á mi interrogatorio da D. Alejandro Achez y Cifuentes, Comandan- te y Capitán del puerto de Rivadeo, cuyo celo en materias de pesca le valen todo nuestro aprecio, merece ser copiada por completo; pues, además de procurar responder á las preguntas, contiene noti- cias curiosas referentes á los cetáceos que se ven en aquellas aguas, que, si bien ofrecen dudas en la clasificación científica que hace, no carecen de importancia como datos. 37 Comandancia de Marina y Capitanía del Puerto de Rivadeo. - «Excmo. Señor: Dudando del alcance de la voz Ballena en el interrogatorio que ha tenido á bien dirigirme ese Centro, por el con- tenido de su pregunta sexta, que pudiera llevarnos á suponer que sólo se tratase de los Sibhaldiws, en cuyo caso nada podríamos responder, puesto que ni nosotros ni los pescadores más antiguos recordamos ha- ber visto en ella ninguna Ballena franca ó de vientre azufrado, nos inclinamos más bien á dar á dicha voz Ballena acepción más lata y generalizada, es decir, nombre genérico de todos los cetáceos cuya longitud excede de diez metros, por haber observado lo entienden así muchos hombres de mar á quienes hemos explorado con este motivo y creen comprendido en dicho interrogatorio al Xibarte ó Ballenato de estos pescadores, en cuya descripción están bastante acordes y es la siguiente: »Una longitud media, apreciada en 16 metros; color oscuro en el lomo y blanco más ó menos sucio en la parte inferior; un respirade- ro (dudamos mucho no haya en esto algún defecto de observación) en la parte superior y posterior de la cabeza; aleta dorsal falciforme, ¿Situada en la medianía del cuerpo y de más de medio metro de lon- gitud; cola ahorquillada y horizontal, lo que recuerda, á pesar de expresarse en térininos tan vagos, á la Teroballena que designan los extranjeros con ez nombre de Vord -Caper, y según los naturalistas frecuentan el golfo de Vizcaya á su regreso de la emigración común á la mayor parte de los cetáceos. De lo que no es posible dudar es que los vascongados fueron los primeros marinos que en el siglo xtv y xv equiparon buques para apresar estos gigantes de los mares, que se presentaban á menudo ante sus puertos, y que en 1372, ya conocida la brújula y estimulados por el éxito, se dirigieron hacia el Norte, pe- netrando en su persecuc ión hasta las proximidades de la embocadura del río de San Lorenzo y costa de Labrador; que hasta en 1450 (en Burdeos) no armó buques con este objeto ninguna otra Nación. 38 »Conviene asimismo dejar sentado, para mayor inteligencia, que todos los interrogados, pescadores de larga práctica y buen criterio, conocen perfectamente á la verdadera Ballena, y han declarado uná- nimes que el Xibarto es, en general, aleo más pequeño y tiene el ho- cico menos romo y abultado. Por lo que pudiera relacionarse con este asunto, consignaremos asimismo que abunda principalmente en la costa durante cierta época la vaca, que nosotros sospechamos, por sus pausados movimientos y tranquilas costumbres, sea el globicéfalo negro (Globicephalus melas) y no el orca marsopa (orca gladiator) como algunos pretenden; que abunda siempre extraordinariamente el delfín común, ó Delphinus delphis, tan perjudicial por perjudicar la pesca de la sardina hasta destrozar en algunos casos las redes; y, por último, la marsopa común (Phocrena), y algún soplador (Zur- si0ps). » Hacemos estas aclaraciones por las dudas en que nos sumieron ciertas divergencias que creímos notar en los interrogados, inducién- donos á sospechar particularmente que, bajo la denominación de Xi- barte, comprenden, sin darse cuenta de ello, sólo al Peroballena, conocido por Nord-Caper, de hocico agudo (Balenoptera rostrata) y sus similares. »En la contestación de las preguntas hemos procurado conden- sar aquello en que hemos visto acordes el mayor número de los ex- perimentados pescadores consultados, en esta forma: »1.% Accidental, más frecuente de Marzo á Mayo y en Septiem- bre y Octubre; muy escasa, aunque no para hacerse extraña en el ri- gor del invierno. Hay que tener en cuenta que en esta estación sa- len menos al mar y se alejan poco de la costa. »2." No contestan. »3.* De paso, aunque hay la duda si son los mismos individuos los que aparecen al cabo de algunos días de no verse ninguno. »4. Tienen entendido que en primavera y otoño. »5." Algunos han considerado coincide con la presencia de la sardina, jurel, etc. »6.* Aunque llegan á estar dos y tres á la vista al mismo tiem- 39 po, la divergencia en sus movimientos hace creer no haya ninguna relación entre ellos. »7.2 Asu juicio constituyen una sóla especie. »8.% Unos 20 metros. Un Xibarte que apareció muerto hace unos seis años en aguas de Navia, midió 60 piés escasos. »9.* Mientras el mayor número asegura que no son espantadizas y pasan á ocho y diez metros de las lanchas y sería fácil lanzarles un arpón, alguno sostiene que cualquier golpe que se dé les hace su- mergirse y no reaparecen á menos de una milla de distancia, quizás por confundir á dos especies parecidas. »10.* Ninguno, á pesar de haberles excitado repetidas veces esta Comandancia para que atajasen con redes la ría, cuando entran has- ta sitio á propósito bandos de Delfines, ó que al menos tratasen de cerrarles con embarcaciones y procurasen obligarles 4 embarrancar, como hacen los pueblos del Norte, cuando se oían quejar de los da- ños producidos por la voracidad con que estos cetáceos se arrojan sobre la sardina enmallada, al costado mismo de las embarcaciones. »Todo lo que tengo el honor de exponer á V. E. como resultado de su respetable comunicación de 17 de Abril último.—Alejandro Anchez Cifuentes. »Dios guarde á V. E. muchos años.—-Rivadeo Mayo 20 de 1886.— Excmo. Sr. Presidente de la Comisión central de Pesca.» El contenido de este informe, por lo mismo que reviste preten- siones científicas, exige que se rectifiquen los conceptos equivocados que apunta, para que resulten más claras las noticias que contiene. Es tan clara la pregunta sexta, que cualquiera entenderá que únicamente se refiere á si los individuos van aislados, ó por parejas los machos y hembras, ó éstas con su única cría, ó en manadas más ó menos numerosas, como lo hacen de ordinario los cetáceos, no refi- riéndose á especies determinadas según supone el informante, al cual no se puede concebir la razón que le conduce para poder creer que sólo se trata de los cetáceos que llama Sibbaldius. Estos son un Balcenop- tera (B. Sibbaldii), que equivocadamente también cree sea la Balle- L0 na franca, en cuyo caso terminantemente dice: «que ni él ni los pescadores más antiguos de aquella región, recuerdan haber visto en ella á semejante cetáceo»; y esto debe ser así, porque la Balcena mys- ticetus de los naturalistas, á pesar de lo que algunas celebridades científicas han dicho, nunca avanza más acá del grado 64 de latitud Norte, y jamás penetra en el Atlántico al decir del profesor Van Be- neden, que de esto se ha asegurado por las observaciones repetidas de los balleneros más prácticos. Este célebre cetólogo nos dice termi- nantemente en una publicación reciente (1887), que ha dado á luz so- bre el cetáceo en cuestión, «que la Ballena franca ó Baleena mys- ticetus, visita periódicamente las mismas aguas, y habita en todo el casquete glacial del polo ártico, y pasando por el estrecho de Smith al mar de Baffin, visita al Este, como al Oeste, las aguas del Spitzberg, y del mar de Bering, por el estrecho del mismo nombre, siendo su lí- mite meridional el septentrional de la Ballena de los vascos en el Océano glacial, y de la Ballena del Japón en el Pacífico». De todo lo dicho resulta que en medio de la equivocada suposi- ción cometida en el informe de los pescadores de Rivadeo, éstos confirman la no presencia de la Balcena mysticetus en nuestro lito- ral oceánico, como de antiguo se había creído por naturalistas de reputación científica, deduciéndose que la que periódicamente nos visita es especie diferente, la que d'Eschricht ha llamado Balceena biscayensis, que es el Nord-Caper de los balleneros holandeses, ó - Sletbag de los antignos pescadores de Irlanda, ó sea la Sarde de los franceses, según Du Hamel, cuya sinonimia vulgar y científica ha aclarado últimamente nuestro sabio colega Van Beneden. Pero en medio de las dudas que dice la Comandancia y Comisión de pescadores de Rivadeo que les ocurrieron, sobre qué extensión po- dían dar á la voz Ballena, se decidieron á tomarla en la acepción más lata y generalizada entre ellos, considerando tal nombre aplica- ble á todos los cetáceos cuya longitud exceda de diez metros, por ha- ber observado lo entienden así muchos hombres de mar á quienes consultaron con este motivo, creyendo comprendido en el interroga- torio al Xibarte ó ballenato de aquellos pescadores. 41 La carencia de conocimientos zoológicos sólo ha podido dar lugar á tal duda; pues, de otro modo, al hablar de Ballenas, hubieran comprendido que sólo se trataba de aquellos cetáceos cuya boca en el paladar está provista de anchas placas córneas, en su extremo deshi- ladas, que el vulgo conoce precisamente con el nombre de ballenas, y cuyo uso industrial es bien conocido. Son tales cetáceos realmente de gran talla, llegando su longitud á veces hasta 80 piés, poco más ó me- nos, aunque en algunos es más limitada, pero considerable siempre en los hasta hoy conocidos. Verdad es que también existen otros cetá- ceos de tamaño gigantesco que no son Ballenas; pues, lejos de tener su boca guarnecida de placas córneas en el paladar, tienen provisto el borde alveolar de la mandíbula únicamente de fuertes dientes. Tales cetáceos pertenecen á otro grupo distinto, que se llama de los Zi- phioidos y cuyo tipo, Physeter 6 Cachalote, también suele verse en nuestro litoral oceánico, y del Mediterráneo algunas veces. Por la descripción que del Xibarte se da en el informe de los pes- cadores de Rivadeo, puede deducirse sea una Baleenoptera, proba- blemente la B. Musculus, que no es raro verla en nuestras playas del Oceano y del Mediterráneo; pero considerándola, como dice el in- forme, una Pleroballena 6 Ballena con aleta dorsal, supongo quieran decir, no es admisible de manera alguna la referencia que hacen del Nord-Caper, que ya dejo dicho es la Balcena biscayensis, la cual carece de semejante carácter. Pasando á las contestaciones dadas al interrogatorio, debo hacer notar que el decir accidental la aparición de las Ballenas en la costa de Rivadeo, no concuerda muy bien con fijar las épocas de Marzo á Mayo, y en Septiembre y Octubre, en que asegura la contestación primera aparecen allí, lo cual se confirma después en la cuarta res- puesta, resultando de todo esto, que efectivamente las Ballenas visi- tan también aquella parte de nuestro litoral asturiano. 42 Comandancia de Gijón. La contestación de esta Comandancia, con menos comentarios, es más precisa y categórica, concordando bastante con las respues- tas que dieron los gremios ó sociedades de pescadores de Laredo y Castrourdiales á mi interrogatorio de 1870, cuando verifiqué la explo- ración científica marítima del Departamento del Ferrol, y nos dice: 1.* Que, la aparición de la Ballena hace muchos años es fija por aquellas costas. 2." Que, si bien suele verse alguna que otra en los meses de in- vierno y primavera, su presencia es segura desde mediados de Junio hasta fines de Septiembre. 3." - Que se instalan las Ballenas en los referidos meses en toda la extensión del litoral de la provincia, 4 distancia de 20 ó 30 millas de tierra. 4.” Que la aparición y desaparición de las Ballenas queda contes- tada en la segunda respuesta. * Se ignora la causa de la aparición de la Ballena, pero coinci- de con la del bonito, siendo regla constante que al divisar en esos meses una Ballena es seguro que cerca anda el bonito. 6.” Que se ven las Ballenas en grupos de dos y tres, las grandes, - y algunas veces en corta extensión han llegado á verse cinco y seis. Los Ballenatos, ó sean las crías, se les ve en grupos separados. 7.* Que los pescadores por eso suponen sea una especie dividida en dos, que distinguen á las grandes por Ballenas, y por Ballenatos á las pequeñas. 8. Que suponen, por lo que en su vista puede deducirse, tengan de 50 á 60 piés de longitud, si bien suelen presentarse algunas de mayores dimensiones. 5. 9.” Que no sólo no son espantadizas, sino que permanecen quie- tas aunque las lanchas pasen por su lado, pareciendo en ocasiones que están dormidas. 43 10.* Que no hay pescadores que se dediquen á la pesca de esos cetáceos, pero, de crearse alguna compañía, es de suponer que en los primeros años obtendrían excelentes resultados. Aquí, como confirmatorio del informe dado por esta Comandancia, copio la carta que, referente al asunto, me escribió nuestro distin- guido naturalista malacólogo, D. Joaquín González Hidalgo, con fe- cha 16 de Agosto (1887), reción llegado á Madrid de las playas de Candás, donde, además de ocuparse en sus predilectos estudios, no olvidó los míos, recogiéndome noticias que le agradezco de veras. «Agosto 16 de 1887. »Sr. D. Mariano de la Paz Graells: »Mi estimado amigo: Al abandonar el pueblo de Candás, á dos le- guas de Gijón, donde hemos pasado un mes tomando baños de mar y descansando de tareas, he tenido ocasión de hablar con pescadores y otras personas de aquí respecto á las Ballenas, y adjunto le mando las noticias que he adquirido. »Respecto á siglos pasados, gracias á la amabilidad del Párroco de ésta, D. Gregorio Díaz Bayón, he copiado los párrafos siguientes, de un extracto que existe en la parroquia de Candás, hecho de un libro antiguo que posee el Presidente de la Audiencia de Tineo, don Mariano Laspre. «Nos Abas, an sembla con 4 Combento facimo pleito 6 home- nage con los homes de Abeyes Juan Berenguel, Bernardo Cam- pa, etc., etc., que si bais a pesca de balena, habis dar 22 mrs. por ela (como canon á la Colegiata de Santa María de Anbase, del puerto de Pajares), si a balena non los balere, dá bis dar ó tercio de la, e dos docenas de Pexjotas para calzas os mañeros (marine- ros), e que foron testes fulano, citano, etc. E aquí un significado par con los marineros y pescadores de la Vallena, y muy inmediatas a Antrellusa se ven en el día los vestigios 6 cimientos de los antiguos almacenes donde se delian ó derretian pa grasa de arder las Ballenas, cuyos grandes huesos hk de pecho con los de bertebras de los Espinazos que serbian y sir- ben en las casas para tayos de asiento, hemos visto y aun posee- mos por este gran urmamento, Veneficio, utilidad en la grasa y valor que tenian las barbas de Vallena, y otras expediciones que maritimamente se hacian, se vehian sus natales y mas havi- tantes. » »En el extracto no se indica la fecha del contrato, pero es ante- rior á 1650, por lo que después se relata. »En cuanto á los tiempos actuales, los pescadores de Candás es- tán acordes en que durante estos últimos diez años han aparecido, durante el verano, cuatro grandes Ballenas muertas: de una de las cuatro pudieron beneficiar la grasa, etc., mas no de las otras, ya por el estado del mar, ya por no poder remolcarlas. »Las Ballenas vivas las ven constantemente, todos los años, á ocho ó diez leguas de la costa, durante los meses de primavera y ve- rano; pero desaparecen por completo en el otoño é invierno. Son más frecuentes en los meses de Mayo y Junio, en los cuales algunos días vieron muchas, hasta treinta ó cuarenta ; va disminuyendo su fre- cuencia en los meses siguientes, Julio, Agosto y Septiembre, hasta desaparecer por completo. Las temen por si en algún movimiento tropiezan con las lanchas y las vuelcan, y alguna vez las crías han estado dando vueltas alrededor de sus barcos. » En los alrededores de la población debe haber enterrados muchos huesos de Ballenas, porque hace muy poco tiempo, al hacer una casa frente al muelle, en las excavaciones practicadas para los cimientos, aparecieron muchos de ellos, que luego tiraron por otros sitios. El Párroco me asegura que todavía existen en algunas casas, y él ha visto, los asientos hechos con las vértebras de las Ballenas. » También se encuentran á ocho ó diez leguas de la costa Tiburones de 14 6 16 pies de largo, ya por haberse enganchado alguno en los anzuelos de los pescadores, ya porque con frecuencia los ven apode- rarse de los bonitos que ya están prendidos en el anzuelo. »Algunas veces ven aparecer entre las Ballenas unos peces enor- mes, casi tan grandes como ellas, que traen en la cabeza un bulto 45 muy grande, y que corren con mucha rapidez. No he podido adquirir más datos que estos, porque los tienen un miedo horroroso , ya por lo que les impone esa gran masa, ya porque dicen que en cuanto aparecen siguen JAnmediatamente los grandes temporales. Así, tan pronto como los ven, vuelven sus barcos en dirección á tierra, y va- rias veces les ha sorprendido el temporal antes de tomar puerto. Yo me he preguntado si sarán Cachalotes por el tamaño *, el aparecer con las Ballenas, y ese gran bulto ó prominencia que ellos dicen lle- van sobre la cabeza. » También cogen algunas veces Delfines, á que dan el nombre de Calderones, y yo los he visto desde el puerto saltar y zambullirse durante largo tiempo. =/0aquin González Hidalgo.» Comandancia de Santander. Casi de ninguna importancia es la contestación de esta Coman- dancia, que apenas tiene noticias del asunto de que se trata, pudién- dose suponer, con razón sobrada, que sólo han sido consultados los pescadores de la localidad, como dice, ¡os cuales ejercerán su indus- tria dentro de la misma ría, porque de otra manera ¿cómo no habían de haber visto las mismas Ballenas que encuentran periódica y cons- tantemente, en épocas determinadas, los pescadores de Santoña, La- redo, Castrourdiales y demás distritos de esta Comandancia, que ya en el año 1870 me informaron lo que consigné en mi exploración cientifica? A la pregunta primera, responde que los pescadores de aquella localidad saben que sólo por el año veintitantos, sin que puedan fijar la época, varó un Ballenato en la costa de San Pedro del Mar. 1 El encontrar los pescadores, que han informado á mi amigo Sr. Hidalgo, al que llaman pez, mezclado entre las Ballenas, me hace sospechar sea la Orca gladiator, que las persigue de muerte y de un modo feroz. Su longitud alcanza más de 16 piés, y nada con una velocidad admirable, como he tenido ocasión de verlo navegando por las mismas costas asturianas. L6 La contestación á la segunda, dice que, no teniendo época fija, ignora el tiempo de permanencia, y de esto se deduce ya que, con época fija ó no, se presentan las Ballenas. A la tercera y cuarta preguntas no se contesta nada, y de la quinta dice que se desconocen las causas que contribuyen á su apa- rición; y de esto lógicamente se deduce que, en efecto, hay apari- ción de Ballenas; y como de todo lo que después dice se ve que no se han fijado los pescadores de Santander en nada referente á Balle- nas, confiesan en las restantes contestaciones su ignorancia en el asunto. Súplase, pues, esta falta con la contestación que me dieron en 1870 los gremios de Pescadores de Laredo y Castourdiales, cuyos distritos marítimos pertenecen á la Comandancia de Santander, con lo cual queda demostrado que en el litoral de esta provincia, como en las demás que hemos visitado, las Ballenas se presentan todos los años en las épocas señaladas por estos pescadores, agremiados en número considerable, pues no bajan de 700 los de la asociación de Laredo y los de Castrourdiales. No creyendo suficientemente bien informada del asunto á la re- ferida Comandancia, he consultado con los patrones pescadores de sus costas inmediatas, hasta Santoña, por medio del Director de la Com- pañía Ostrícola de Santander y Santoña, D. Arsenio Igual, que me contesta diciendo : «Que la Ballena aparece en dicha costa á principios de Junio, y - desaparece á fines de Octubre. »Que en estos últimos años se presentan en más abundancia en dicha época, y como es raro verla en otras que en la citada, se la supone de paso. »Que se atribuye su aparición al pasto que hallan y templanza de las aguas, viéndoselas siempre rodeadas del bonito, sardina y multitud de pequeños peces, por lo que son un anuncio seguro de abundante pesca, la que ellos aprovechan. »Que por lo regular se presentan aisladas ó apareadas, y, aunquo pocas veces, las han sorprendido unidas macho y hembra, levanta- das como un árbol sobre el mar á bastante altura. 47 »Que suelen medir de largo de 16 á 20 metros, con un ancho de 3 ó 4. »Que nadie se ocupa en aquellas costas de su pesca.» Tales datos están en más armonía con los suministrados por otros distritos de la misma Comandancia: las de Laredo y Castrourdiales. Comandancia de Bilbao. Los informes de la Comandancia marítima de Bilbao, que com- prende la provincia de Vizcaya, confirman, como los anteriores, la presencia de los grandes cetáceos en sus aguas, pues dice aquella Junta de Pesca que de los informes dados por los pescadores de su provincia, resulta: 1. Que la presencia de la Ballena en aquella parte del mar can- tábrico, es un hecho accidental. 2.” Que, según unos, su permanencia es corta, y que durante al- gunos días se las ve repetidas veces; al paso que otros pescadores aseguran que se estaciona largas temporadas, que duran casi todo el año. 3. Que en general son vistas durante el verano, cuando las lan- chas se alejan de la costa para la pesca de la merluza, y sobre todo del bonito, que exige un gran recorrido en distintas direcciones. 4.” Que para algunos su aparición es debida á la persecución de que han sido objeto, pues se ven algunas heridas; pero para otros es la venida de la Anchoa, principalmente para la especie que llaman aquellos pescadores Serón ó Seda, que hace gran estrago en dichos peces. 5.” El Serón ó Seda es un Cachalote, pues dicen aquellos pesca- dores que, en vez de dos surtidores de agua que echan las Ballenas, el Serón sólo echa uno, y siendo de dicha opinión aquella Junta de Pesca, le refiere al que en el Mediterráneo llaman pez Mular. 6.” Que en general suelen verse aisladas, pero que algunas ve- ces se ven hasta 10 y 12 juntas. 48 7.” Que las Ballenas que allí ven suelen tener de 144 15 metros de longitud, y que los Serones son algo más cortos. 8.” Que no son espantadizas, pues se dejan acercar mucho de los botes ó lanchas. 9. Que en todo aquel litoral no existe ni una sola lancha balle- nera, ni aparejos para tal pesca, á pesar de haber sido en pasados tiempos célebres pescadores de Ballenas: tanto, que en el archivo del Ayuntamiento de Lequeitio existen escritos que remontan al 1381, ó sea cinco siglos cumplidos, en los que se refiere el número de Balle- nas que se cogían. Desde el 1781 al 82 no constan ya en dicho ar- chivo noticias de Ballenas capturadas, pudiendo deducirse que dejó de ejercerse tal pesca en aquellas aguas, por irá practicarla á otros sitios, como se infiere de un documento de 1780, en el que se mani- fiesta no había marineros en Lequeitio por haber ido á la pesca de la Ballena; cuyo dato, con una diferencia de diez años, consigné en la página 282 de mi Exploración científica de las costas del Ferrol. 10. Según en su informe manifiesta la Comisión provincial de pesca de Bilbao, parece que hoy los vapores de pesca que existen llevan el arpón moderno y demás pertrechos. Comandancia de San Sebastián. Las contestaciones al interrogatorio que esta última Comandan- cia marítima del Departamento del Ferrol da es la siguiente: 1.* Debe considerarse accidental, pues si bien en algunos años se las ve á unas 60 ú 80 millas al NO. de la costa, en otros no se las ve. 2.” Se ha notado que su aparición coincide regularmente en la primavera y otoñada, cuando tiene Jugar la de los grandes cardú- menes de anchoa y sardina. 3. Es de suponer que sean de paso, puesto que fuera de las épocas enunciadas en la segunda respuesta, deja de notarse su pre- sencia, 49 4.* Queda contestada esta pregunta con lo que se responde á la segunda. 5." La coincidencia que se indica en ésta hace suponer que su aparición, simultánea con los citados cardúmenes, da origen á la presunción de que se mantiene de éstos ó de los infusorios de que á la vez deben alimentarse aquellos, puesto que hay autores ictiolog¡is- tas que afirman que cetáceos tan colosales se nutren únicamente de seres MICroscópICos. 6.* Regularmente se las ha visto por parejas, y raras veces con crías: Casi nunca en número mayor que unas dos parejas. 7. Hánse notado dos especies de las llamadas Ballenas francas, que se las divisa á largas distancias en el horizonte por el chorro que lanzan de los resuellos, elevándose á varios metros de altura, y de las que pertenecen al género de los Rorcuales, que los balleneros distinguen con el nombre de Jorobadas (HTumphack) ', que no las persiguen porque tienen la desfavorable condición de irse á pique en cuanto mueren, y no sobrenadan, como se explicará al responder á la décima interrogación. 8." De ambas especies han solido verse de más de 20 metros de largo, con un diámetro de cuatro metros en la parte más grande del cuerpo. 9.* No son espantadizas, dejan aproximarse con facilidad, pero huyen en cuanto se sienten heridas. 10. No existen pescadores en la verdadera acepción de esta pa- labra en la localidad, dedicados á la pesca de la Ballena ni de otros cetáceos. Unicamente, cuando alguno de ellos ha aparecido rozan- do contra las peñas de la costa, como ocurrió en los dos últimos años, salen á tentar fortuna algunas traineras provistas de arpones, pero augurando las remotas probabilidades de éxito, pues más de una vez, en una larga serie de años, se ha presenciado que Ballena arponeada en buena disposición no pudo cobrarse porque tendía á internarse en la mar, viéndose las lanchas obligadas á cortar las 1 Esla Megaptera boops. 50 amarras del arpón, y perdiéndola para no tener más noticia de la misma. Termina el informe diciendo que hace dos años, en 1885, desde el cabo Iger al Machichaco, hubo dos grandes Ballenas, recorriendo aquellas aguas más de dos meses y medio, las que al fin fueron muertas por la tripulación de uno de los vapores de la flotilla de pesca, de D. Ignacio Mercader, que va provisto del arcabuz norte- americano, inventado para matar los grandes cetáceos con balas ex- plosivas *, apareciendo después de algunos meses corrompidas en la superficie de las aguas, sin poder aprovecharlas ?. Ayudantía de Lequeitio. Siendo este puerto de pesca uno de los que en el golfo de Viz- caya más fama tuvo en la ballenera, y cuyos marineros hoy mismo pasan todo el año engolfados en el mar cantábrico, ejerciendo su 1 De esta arma traje yo un modelo en 1875 para el Museo de Pesca del Minis- terio de Marina. 2 Mientras estaba escribiendo estas líneas, en 41 Imparcial del 6 de Agosto de 1887 leí la siguiente noticia: «En la madrugada del martes, la tripulación del vapor de pesca, Mamelena, número 4, que se dirigía á San Sebastián, fué sorprendida á 16 millas de la costa * por un choque formidable que la llenó de terror. »Los marineros se creyeron en peligro de perecer instantáneamente; pero, re- puestos del susto, vieron aparecer sobre la superficie del agua un colosal cetáceo, que se supone una enorme Ballena que se hallaba dormida, y cuyas dimensiones excedían en largura á los 100 piés de quilla del Mamelena. »Sintiéndose mal herido el tremendo cetáceo, dió dos coletazos á cual más ter- ribles, haciendo con el primero retemblar el vapor, y elevando con el segundo una montaña de agua, que excedió á la altura de los ¡mástiles y anegó la cubierta hasta la altura de su obra muerta. »Se cree que la Ballena ha recibido una herida mortal con la furiosa embestida, que torció el branque y contrabranque del barco, obligando á sus dueños á que entre inmediatamente en carena, »Este nuevo y recientísimo hecho, es otro dato que confirma la existencia de la Ballena en nuestra Fauna marina oceánica, de la cual se suponía borrada.» 51 peligroso oficio, circunstancia por la que nadie como ellos puede cerciorarse con más seguridad del asunto de mi cuestionario, creí conveniente dirigirme al Ayudante de marina de dicho distrito, Don Melchor Pérez, quien después de consultar con los Alcaldes de mar de su jurisdicción y los de la de Bermeo, contesta en los siguientes términos, con fecha del 2 de Noviembre de 1886: Preguntas y respuestas. «1. La aparición de la Ballena en este litoral, ¿es fija ó acci- dental? Generalmente es fija, aunque suelen verse en diferentes épocas del año. 2.” ¿Siendo fija, permanecen todo el año, ó sólo en determinada estación? Alguna que otra casi permanece todo el año, pero lo común es que desaparezcan después de los meses de Julio y Agosto. 3.* ¿Son de paso, ó se instalan en una extensión de mar donde se las suele encontrar fijas hasta que emigran á otras regiones? Son de paso, pero en su época suele encontrárselas á 20 ó 30 mi- llas de la costa. 4.” ¡En quéépoca del año verifican su aparición y desaparición? Aparecen en los meses de Julio y Agosto, después de cuyos me- ses suelen emigrar. 5.2 ¿A qué causas puede atribuirse la aparición de las Ballenas en este litoral? A la aparición de la Anchoa. 6.* ¿Vienen aislados los individuos, apareados por sexos, ó las madres con las crías, ó en número mayor ó menor, como suelen ha- cer otros cetáceos? Generalmente apareados, pero suelen verse también grupos. 7.2 ¿Es una sola la especie de Ballenas, o ven esos pescadores otra ó más? 52 Son dos especies: una, la Ballena, y otra la llamada Seda, siendo ésta la más visible. 8. ¿Qué magnitud máxima suelen tener? De 50 á 60 piés de largo, y de 12 á 18 de ancho. 9.” ¿Son espantadizas al aproximárseles las lanchas de los pes- cadores, ó se dejan acercar sin huir? Se dejan acercar de tal manera, que muchas veces se hallan en peligro las lanchas, porque vienen dos de ellas. 10. ¿Existen pescadores en la localidad dedicados á la pesca de la Ballena ú otros cetáceos? Nadie se dedica, y no se hace ninguna pesca de esta clase.» Bilbao y San Sebastián son la residencia de los centros oficiales de nuestras dos provincias marítimas vascas, cuyos pescadores, en el asunto de que tratamos, fueron los que más renombre alcan- zaron de hábiles, valientes y atrevidos arponeros, y de ser los im- ventores y maestros de la pesca ballenera, que, como los historiado- res aseguran, tuvo su origen en el golfo de Vizcaya, ó de Gascuña, como otros le llaman, apoyándose dichas opiniones hasta con prue- bas materiales que aún subsisten y vemos conservadas en los es- cudos y sellos de las Casas Consistoriales, y hasta de algunos par- ticulares, vecinos de varios pueblos del litoral cantábrico; tales como lastrourdiales, Lequeitio, Bermeo, Ondarroa, Zarauz y Plencia, cu- yos dibujos reproduzco en este escrito, y me han sido proporcionados por el Director del Instituto Vizcaino de segunda Enseñanza, Don Fernando Mies, Vocal naturalista de la Comisión de Pesca de la provincia de Bilbao, y muy querido amigo y discípulo, que en oca- siones se presta á facilitarme las noticias que para mis variadas ta- reas científicas le pido, haciéndose acreedor á todo mi agradeci- miento. También son pruebas materiales los sitios donde estuvieron las que aún llaman Atalayas, desde donde, como hoy se hace en nuestras almadrabas, llamadas de vista, para descubrir el arribo ó llegada de los Atunes, se colocaban los vigías para avisar la apari- ción de la Ballena en la costa. Sónlo igualmente las grandes tinajas 53 que de cuando en cuando se han encontrado enterradas en los sóta- nos ó bodegas de los edificios antiguos arruinados, al tratarse de re- edificarlos, cuyas vasijas, sin que quede duda alguna, por lo fétidas y grasientas, debieron servir en tiempos remotos para depositar la grasa ó aceite de arder, que así se llamaba al de Ballena, cuyo des- tino era el del alumbrado con candiles en las casas pobres de las aldeas, alumbrado fétido que aún alcancé en mi niñez y ya ha des- aparecido. En el Instituto Asturiano existe un cuadro que repre- senta la casa en que se hacía la operación de derretir la grasa de las Ballenas, y que por un descuido se había incendiado la caldera, pi- diendo socorro la mujer para apagarla: es del 1695. Pruebas de la misma naturaleza pueden ser consideradas los vestigios de los edifi- cios llamados Cabañas, especie de almacenes grandes, donde los pescadores agremiados guardaban sus utensilios para la pesca ó caza de las Ballenas: tal, los cabos y arpones, de los que aún en On- darroa se conservan algunas muestras, y las calderas para derretir el lardo. Y, por fin, lo son irrecusables los restos esqueléticos que, dis- persos, se encuentran en varios puntos de la costa, donde he visto emplear los cuerpos de las vértebras como taburetes, y llamar costi- llas de Ballena á las mandíbulas, que me han servido para determi- nar las especies de que procedían. De todo esto podrá asegurarse el que, como yo, quiera recojer noticias que aún recuerdan los ancianos pescadores, ó por tradición las han aprendido los habitantes de San Sebastián, Pasajes, Irún, Fuenterrabía, Motrico, Zumaya, Zarauz, Ondarroa, Bermeo, Mundaca, Plencia, Guetaria, Lequeitio, Castro- urdiales, Laredo, Santoña, Santander, Gijón, y en general los de casi todos los puertos de pesca del litoral cantábrico-gallego , donde las he oído. En dichos sitios, repito, es donde pueden adquirirse los datos más positivos, no sólo de lo que se recuerda de la antigua pesca ballenera, sino de lo que hoy mismo observan Jos pescadores sobre la aparición de los balenidos en sus aguas jurisdiccionales, entre las que, como participé á mi sabio amigo Van Beneden, reina ahora admirable paz y concordia, y tal que los primeros esperan con impaciencia la perió- E 54 dica llegada de tan gigantescos huéspedes, por ser el anuncio seguro de la próxima costera de sardinas, albocartes y bonitos. Termino aquí el relato de las contestaciones oficiales dadas al 1n- terrogatorio mío sobre cuestiones balleneras por las Comandancias de Marina de los Departamentos de Cádiz y Ferrol, que no sin funda- mento esperaba serían confirmatorias de las observaciones consignadas hace diez y ocho años en mi Zaploración científica del litoral oceá- nico cantábrico-gallego, y como complemento añadiré la Memoria manuscrita que el Vocal naturalista de la Comisión provincial de Pesca de San Sebastián remite como informe suyo, y por lo mismo lo copio tal cual está redactado, aplaudiendo el interés que toma en el asunto y agradeciéndole la descripción que hace del esqueleto de la Baleena biscayensis que existe en el Instituto de San Sebastián, el que, como dejo dicho, es el tercero armado que existe en los Museos de Europa. LA PESCA DE LA BALLENA EN EL LITORAL VASCONGADO POR Don Cáwbino Ríos y RiaL, Catedrático de Historia Natural en el Instituto de 2.* enseñanza de Guipúzcoa y Vocal de la Junta de pesca de la misma provincia. La pesca de la Ballena en el litoral vascongado. Que los pueblos deben permanecer fieles á las tradiciones respec- tivas á industrias antes ejercidas, tratar de mejorarlas poniéndolas en armonía con los modernos adelantos de la ciencia y del arte, y crear otras nuevas, á fin de no desmerecer ante la historia del progreso, para que no se diga que los hijos se han dormido en los laureles con- quistados por los padres mediante el trabajo de la inteligencia y el de las manos y se atribuya la decadencia á holgazanería intelectual 55 y material, es una verdad que alcanza la-conciencia de todos y has- ta el sentido común, y que como tal debiera tenerse más en cuenta de lo que ordinariamente sucede. Causa dolor volver los ojos á la historia de nuestra patria y ver en ella ramas de la actividad indus- trial, ayer pujantes y florecientes, hoy marchitas y de difícil, cuando no incapaz, ulterior desarrollo; y el dolor es aún más agudo cuando al contemplar alguna de ellas se la ve privada del jugo de la vida y que no figura más que como simple recuerdo histórico, ó quizá como tradición que se va desvaneciendo con el tiempo. Los que no son indiferentes ante el bienestar y la prosperidad del país que los vió nacer; los que comprenden que una industria muerta equivale 4 un manantial agotado para el Erario y la Ciencia; los que, en fin, al pulsar cualquiera de las múltiples arterias de España, sentirían en- sanchárseles el corazón de noble orgullo viéndolas todas henchidas de vida, todos esos no pueden menos de estremecerse de tristeza y desaliento al notar que alguno de esos vasos ya no late, que ha per- dido la sangre que antes le vivificaba. Una de esas arterias, ya privada de vida, cuya pérdida debieran llorar todos los verdaderos amantes de las glorias de la patria, es precisamente la pesca de la Ballena en las costas del país vasconga- do, antes tan floreciente, que constituía una de las principales fuentes de riqueza de estas provincias, y ahora abandonada por completo y reducida á simple recuerdo, conservado en la historia y los blasones de algunas casas de los pueblos litorales. Muy pocos desconocerán la alta importancia de esta pesca: todos saben que en Inglaterra, Esco- cia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, etc., se tripulan barcos con la gente más arriesgada y mejor marinera, para la persecución y pesca de los mamíferos acuátiles, principalmente de los grandes ce- táceos (Ballenas, Balenópteros ó Rorcuales, Cachalotes, etc.); y nadie ignora que una Ballena apresada equivale á un gran botín, que, á la par que enriquece, da testimonio del valor y arrojo de los que le han conseguido. Ninguno de los mamiferos que habitan las aguas existe que no ofrezca múltiples utilidades: se aprovecha la grasa, siempre muy abundante debajo de la piel y en la proximidad de las vísceras, 56 la carne, los huesos, dientes, todas las partes orgánicas en general, sin exceptuar la misma sangre; de todo se saca partido, si se lo so- mete á la dirección de una mano inteligente y activa; porque, pres- cindiendo de la grasa, cuyo uso todo el mundo conoce, la carne ó se emplea como alimento * ó se utiliza para abono, muy rico en mate- rias nitrogenadas; los huesos, si son compactos, sirven para la construcción de mil objetos; si blandos ó esponjosos, para convertir- los en gelatina, y es un abono muy útil á la agricultura, puesto que en ellos abunda el fosfato de cal, tan necesario á la vegetación; de los dientes se aprovecha el marfil; la piel y las paredes de la masa gastro-intestinal, ó se reducen á materia gelatinosa, ó, si ofrecen la resistencia necesaria, se trasforman aquella en cuero, y éstas en per- camino; las demás vísceras pueden conservarse, enterrarlas después mezcladas con cal, y obtener de este modo una tierra muy rica en materias nutritivas para los vegetales; de la sangre pueden obtener- se varios productos importantes, entre ellos el azul de Prusia. Iría- mos muy lejos si hubiésemos de enumerar detalladamente las diver- sas é importantes utilidades que pueden obtenerse de las diferentes especies de mamíferos marinos; baste recordar que una Ballena de 20 metros de largo y 78.400 kilogramos de peso, da próximamente 33.600 de grasa, y 1.680 de sustancia córnea, que en conjunto representan un valor de unas 300.000 pesetas. Exigiendo la pesca de los grandes cetáceos, señaladamente la de la Ballena y el Cachalote, amén de excelentes barcos, marinos inte- ligentes é intrépidos, por ser inherentes á ella azares y peligros de diversa índole, no es extraño que haya tantas naciones que se dispu- ten la gloria de haber sido los primeros que se lanzaron al mar en persecución de seres tan codiciados. A decir verdad, difícil es deci- dir semejante polémica, en que están empeñados aún los historiado- res de los diferentes pueblos, ni seremos nosotros quienes pretenda- mos inclinar la balanza; empresa es esta que requiere gran copia de 1 Sabido es que en los pueblos del Norte se come la carne de muchos pinípedos y cetáceos, principalmente la de los individuos jóvenes. 57 datos y testimonios, de que hoy por hoy carecemos. Mas, si noes fá- cil demostrar quién haya sido la primera nación que envió sus hijos á los mares del polo con tan laudable fin, en cambio puede hacerse ver que los vascos ejercieron la pesca de la Ballena en tiempos bas- tante remotos, y que llegó á constituir una de las artes de mayor im- portancia en los puertos que circunda el golfo de Vizcaya; arte que decayó cada vez en mayor escala, hasta desaparecer por completo. Varios son los datos tradicionales é históricos que comprueban este aserto. En la mente de los habitantes de los pueblos de Fuente- rrabía, Guetaria y Motrico, se conserva todavía bastante fresca la noción de que sus antepasados se dedicaban á la pesca de la Ballena; que solían perseguir este cetáceo, no sólo en los mares lejanos y pró- ximos al polo, sino también en las inmediaciones de la costa cantá- brica; idea que se halla robustecida por los escudos de armas de los respectivos pueblos, de los cuales el primero ostenta un navío con Ballena aferrada en su costado; el segundo, otra ya arponada; y el tercero, otra en el mismo estado, y á los marineros en actitud de he- rirla nuevamente desde el esquife y en el momento de producir el animal el conocido salto de agua. En varias casas de los citados pue- blos y el de Zarauz se ven escudos cuyos emblemas se refieren á la pesca de la Ballena antiguamente ejercida: entre estas viviendas de antiguo origen cita el benemérito historiador de Guipúzcoa, D. Ni- colás de Soraluce y Zubizarreta *, una existente en la villa de Za- rauz, calle de Azara, núm. 13, cuyo frontis tiene en el dintel de la puerta una inscripción, en su mayor parte ilegible, al parecer de le- tras del estilo ó tipo de letra de imprimir del siglo xvr, y en su par- te izquierda una Ballena arponada, cuya cuerda arrastra á una lan- cha en que se ven representados dos hombres. Datos de análoga im- portancia ofrecen otros pueblos litorales de aquende y allende el Br dasoa, especialmente los primeros, entre los que merecen mencionar- se Lequeito y Bermeo. 1 Véase su Memoria del origen y curso de las pescas y pesquerías de Ballenas y bacalaos, etc., Vitoria, 1878, de donde tomamos importantes datos. 8 38 Los historiadores, al ocuparse de las provincias Vascongadas, se manifiestan también conformes en admitir que desde muy antiguo se ejerció aquí la pesca de la Ballena, y que llegó á constituir una de las principales industrias del país. Oigamos lo que á este tenor dice el Dr. D. Lope de Isasti en su Compendio historial de la M. N. y M. L. provincia de Guipúzcoa, publicado el año 1625, «No conten- tos con lo de la tierra, van cada año los guipuzcoanos con muchas naos de los puertos comarcanos para Terranova, región frigidísima septentrional, y cuasi inhabitable por las muchas y grandes nieves y heladas; resistiendo con admirable ánimo, llegan, navegando por el mar Océano 446 leguas, á la costa que llaman de Bacallaos, partien- do por el mes de Marzo y Abril, y volviendo por Septiembre y Octu- bre cargados del pescado bacallao, que descargado en el puerto del Pasaje se lleva á la villa de San Sebastián, de donde, etc.» Y luego más adelante dice: «Van también á esta región de Terranova por grasa, llamada comunmente de Ballena por hacerse del unto y gro- sura de las Ballenas derretidas en calderas. Hay en aquella costa de la mar abundancia de estas Ballenas, que pasan de una parte á otra», etc. El Dr. D. Lope de Isasti describe á su manera los habi- tantes del polo Norte; los divide en dos géneros: esquimaos y mon- tañeses; dice que los primeros son inhumanos, muy diestros en el manejo del arco y la flecha, y que comen carne humana; «los segun- dos les dan aviso cuando vienen los otros males». Habla de lo peli- groso que entonces era la pesca de la Ballena en Terranova, motivo por el cual los vascos se dirigieron á la costa de Noruega, más abun- dante en tales cetáceos, y observa que «á algunos que fueron allá con sus navíos les fué bien al principio, y á otros que fueron después, por la contradicción que hallaron, les fué su perdición.» Después de describir minuciosamente la manera de practicar la pesca de la Ba- llena con arpones y Chabalines, dice que las Ballenas grandes eran aprovechadas para grasa, y las jóvenes las guardaban en salmuera para comida de los franceses; por último, añade: «Y también entra acá la lengua, que tiene mucha sustancia, sino es que se presente á alguna iglesia devota por costumbre, como en la villa de San Sebas- 5y tián, que se da á la Cofradía de San Pedro; y en Guetaria á la fábri- ca de la iglesia; esto es, en las que matan en la costa de Guipúzcoa de que se dirá luego. Y es de notar que con estar descubierta la na- vegación de Terrañova, y ser manifiesto el mucho provecho que de ella redunda sobre los de esta provincia, no otros algunos osan ir allá. De esta grasa que traen se abastecen algunas tierras de Espa- ña, particularmente las de Navarra y Campos, para alumbrarse y la- brar paños, y para algunas enfermedades del ganado, de que han he- cho experiencia y se han hallado bien. Llévase por mar á Flandes, Inglaterra y otras grandes provincias», etc. El ilustrado y laborioso escritor D, Nicolás de Soraluce y Zubizarreta, aduce en su intere- sante trabajo, de que antes hicimos mérito, datos y documentos ' que tienden á demostrar que la pesca de la Ballena se ejerció en las pro- vincias Vascongadas desde el siglo xt hasta principios del xvr; que llegó á su apogeo en los siglos x1t11, xtv y xv, y que ya en el xvi se hallaba en decadencia; pretende probar más, á saber: que los vascos fueron en los lejanos siglos los únicos pescadores de Ballenas, y, por consiguiente, los primeros que iniciaron industria tan importante. Hay, en efecto, tanto en su citada Memoria como en su Historia ye- neral de Guipúzcoa, publicada el año 1870 en Vitoria, datos muy dignos de mencionarse y tenerse en cuenta, pues si bien no puede decirse que tengan el valor de pruebas tan contundentes que intro- duzcan en el ánimo del lector la firme convicción de que efectiva- mente los vascos fueron, cuando menos, los primeros europeos que se lanzaron al mar con el fin de perseguir y dar caza á las Ballenas, y, porlo mismo, los verdaderos inventores de los utensilios necesarios para el ejercicio de industria tan lucrativa, tienen, sin embargo, el suficiente para hacer creer á cualquiera desapasionado que ésta es antiquísima en España y que fué ejercida principalmente por los ha- 1 Cualquiera que se tome la molestia de leer la Memoria del Sr. Soraluce acer- ca de la pesca de la Ballena, no podrá menos de admirar su mucha erudición é in- fatigable celo en buscar datos de toda especie: trabajó como hijo amantísimo de su país, y ésle le deberá siempre un grato recuerdo, 60 bitantes de la costa cantábrica en grande escala. Entre los docu- mentos que cita el Sr. Soraluce en su Memoria, merecen mencionar- se los siguientes: 1.” el célebre Fuero de San Sebastián, del año 1150, expedido por el Rey Sancho el Sabio, de Navarra, y las Ordenanzas de comercio marítimo y tarifa de derechos de hostelaye, de tránsito y de naves, en que se habla de las barbas de Ballenas; 2.* la Cédu- la del Rey Fernando Il de Castilla, el Santo, expedida á favor del Concejo de Zarauz, año 1237, en la que se hace mérito de la enton- ces ya antigua pesca de Ballenas: 3. un documento de la villa de Guetaria, en el cual consta que en la primera mitad del siglo xn se consideraba de antigua ley el dar al Rey la primera Ballena que se pescara cada año, de la que el Rey más tarde hizo donación de la mi- tad al pueblo, cediéndosela últimamente en totalidad para reparación de muelles, cercas y guardamares; y 4.” los ocho libros de Fábrica, que se conservan en la villa de Lequeito y que datan desde 1510. Por lo que hace á la pesca de la Ballena ejercida en la costa can- tábrica, hay también datos irrecusables que prueban, además, que en- tonces era mayor el número de cetáceos que en determinadas épocas visitaban nuestros mares del Norte. Para convencerse de ello basta consultar la historia de cualquiera de las dos provincias que lindan con el golfo de Vizcaya. Eu el Compendio historial antes citado se encuentra una noticia importante y curiosa bajo este concepto: he aquí su texto: «Algunos marineros de Guipúzcoa, de las villas de Orio, Zarauz, Zumaya, Deva y Motrico, por no ir en tan larga navegación y de tanto riesgo á Terranova, acostumbraban ir cada año por el mes de Octubre á la costa de Vizcaya y Asturias á esperar las Ballenas que pasan en el invierno á luengo de la costa; y viéndolas, van luego con sus esquifes é instrumentos con mucha presteza y las matan, y traídas á puerto les sacan la grasa é hinchen muchas barricas y vuelven á sus casas por Marzo bien aprovechados. Esto es demás de las que matan los que quedan en sus propias tierras, que tienen par- ticulares atalayas». Noticias de índole análoga se encuentran tam- bién en la Historia general de Guipúzcoa, y en la Memoria acerca del origen, curso de las pescas de Ballenas y de bacalaos, etc., 61 escritas y publicadas en Vitoria por el Sr. Soraluce, respectiva- mente los años 1870 y 1878, en el último de cuyos trabajos hay una nota, en que se dice que, al reedificar la ciudad de San Sebas- tián por haber sido'incendiadas sus nueve décimas partes el año 1813, se encontraron gran número de tinajones muy grandes, enterrados en los pisos bajos; el mismo hallazgo se había verificado ya hacia el año 1770, cuando el Marqués de Grandas transformó en labrantíos los juncales del barrio del Antiguo. El Sr. Soraluce considera como muy probable que los últimos tinajones dataran después de la Orde- nanza municipal del año 1415 *, en la que se ordenaba que en ade- lante no se derritiera la grasa de Ballena en el interior del casco de la entonces villa de San Sebastián. He aquí los términos en que está redactada dicha Ordenanza: «Otro sí: Ordenamos que qualquier que dentro de la cerca de esta dicha villa ficiese lumerá, que pague por cada vegada que ficiere la dicha Lumerá», etc.* El Sr. Soraluce lamenta, y no sin mucha razón, el que hayan desaparecido las atalayas para observar la aparición de las Ballenas y dar inmediatamente cuenta de ello. Tales observatorios serían en efecto de mucha ventaja, no sólo bajo el punto de vista de la indus- tria, sí que también bajo el de la ciencia zoológica; por medio de ellos no hubieran pasado desapercibidos muchos de esos cetáceos, que á la par que enriquecerían al industrial, ilustrarían al sabio con su orga- nización y las manifestaciones de su vida; con ellos hubiera adquiri- do más luces la geografía zoológica para precisar el área de disper- sión de esos seres. No hay que dudarlo: la ciencia y la industria es- tán tan estrechamente unidas entre sí, que lo que gana la primera lo aprovecha la segunda; y al contrario, el daño ó provecho que re- ciba la una necesariamente ha de reflejarse en la otra. Si bien no puede negarse que la pesca de la Ballena no podría ejercerse hoy en la misma escala en la costa cantábrica que en tiem- pos pasados, por haber disminuido considerablemente el número de 1 Véase la pág. 31 de su Memoria, nota 1.* 2 Loco citato. 62 cetáceos que se aproximan á nuestras costas, pudiera, no obstante, continuar ejerciéndose en los mares, á donde probablemente, por efec- to de la excesiva persecución de entonces, se han replegado dichos séres, como en la costa de Groenlandia, Spitzberg, etc. Y cuenta que el Gobierno y las autoridades en general ganarían mucho fomentan- do por todos los medios posibles tal industria, puesto que, ademís de las nuevas cantidades que ingresarían en el Tesoro, saldrían de ella marinos intrépidos, con que podría contar España en caso de guerra. No sólo en la costa cantábrica, sino también en la galíica, nada se perdería con que aun hubiese atalayas, para en determinadas épo- cas del año observar si se divisa alguna Ballena ó algún otro cetáceo. Sabido es que de vez en cuando suele aproximarse á nuestra costa oceano-atlántica alguna que otra Ballena y aun penetrar en las ba- hías: de estas aproximaciones y entradas han dado ya cuenta opor- tunamente los periódicos, y de algunas Ballenas apresadas y explota- das se conservan documentos en algunas de las localidades respecti- vas. Así, por ejemplo, consta que en 1805 fué pescada en Fuenterra- bía una Ballena de grandes dimensiones *, habiendo sido testigo ocular de esta pesca D. José Bernardo Londaiz, habitante entonces en San Sebastián; que en 1834, hallándose anclados en el puerto de Pasajes los buques de guerra 1 Meteoro, inglés, Isabel IT y Fénix, españoles, entró en él una Ballena grande, y llegó hasta más allá de la torre fuerte (construida hacia el año 1621 y derribada hace aun - pocos años) de Pasajes occidental, la que daba al frente de la plaza pública de la parte oriental; que en 1838 y 1839 se vieron durante algunos días en las aguas de algunos pueblos de Guipúzcoa muchas Ballenas; que en 17 de Enero de 1854 se cogió una Ballena en la inmediación de la bahía y río Urumea de esta ciudad, habiéndole plantado el primer arpón D. Martín de Berástegui, y por último, que en 9 de Febrero de 1878, fué cogida en Guetaria por los pescadores otra Ballena de cortas dimensiones y que estos la regalaron al Ayun- tamiento de la ciudad de San Sebastián, en cuyo Instituto provincial 1 Véase la Memoria del Sr, Soraluce, pág. 30. 63 se conserva el esqueleto, que suele ser objeto de admiración por parte de los que visitan el gabinete de Historia natural del mismo Estable- cimiento. Además, es notorio que en el Instituto de 2.* enseñanza de la provincia de Pontevedra y en la Universidad del distrito correspon- diente, existen esqueletos de Ballenas jóvenes. Hará cosa de un año que el autor de esta pequeña Monografía ha reconocido un indivi- duo, todavía muy joven, del género Balenoptera ó rorcual, especie boops? cogido en las inmediaciones de esta bahía por uno de los va- pores de pesea del Sr. D. Ignacio Mercader, residente en esta ciudad, y no habrá aún transcurrido mucho más de un mes que se presenta- ron cerca del barrio de Gros restos de un Ballenato, que, sin previo examen por parte de personas legalmente competentes y tal vez sólo por razones de higiene pública, fueron enterrados, siendo así que de otro modo se hubieran aprovechado quizá para la Ciencia, sin perju- dicar en lo más mínimo á la salud pública, ni aun á la privada. Es- tos hechos y otros que no enumeramos por ser demasiado conocidos, prueban que los balénidosaun no han abandonado por completo nues- tras costas, y hacen suponer que varias de sus visitas habrán pasado desapercibidas por carecer de observatorios á propósito '. Y puesto que en el gabinete de Historia natural del Instituto de 2.* enseñanza de esta provincia se encuentra el esqueleto de la Ballena, cogida por los pescadores de Guetaria el 9 de Febrero de 1878 y conocida con el nombre de Ballena de los vascos (Balcena bisca- yensis, Van Beneden?), justo parece que describamos, siguiendo al- gún tanto al pormenor, dicho ejemplar, á fin de que los que aún no le hayan visto puedan formar una idea aproximada de él, Ocupa la mayor parte del gabinete y está hábilmente articulado y montado sobre fuertes tripodes de hierro; mide 10,50 metros de largo, de los que corresponden á la región cefálica 3,34; á la cérvico- dorsal 2,24; á la sacro-lumbar 2,22; y á la coxigea propiamente di- 1 Conviene no olvidar que siendo más constante la temperatura en el seno de las aguas que en el de la atmósfera, el área de dispersión de los animales es más extensa en el mar que en el continente, hallándose limitada más bien por las con- diciones de alimentación y propagación de la especie que por el calor. 64 cha 2,70. El mayor diámetro transversal, que corresponde poco más 6 menos á la parte media del dorso, es de unos dos metros. La cabeza limita una forma ovoideo-piramidal-triangular, una de cuyas aristas corresponde á la línea media occipito-nasal (lado lu- minoso de Carus *), y las otras dos están comprendidas en el plano que pasa por las ramas de la mandíbula inferior: tanto estas como aquella ofrecen una curvatura parecida á la de una rama de parábola cuya amplitud es próximamente de 2,70 metros; considerando ésta como abscisa, su ordenada máxima es de unos 60 centímetros. Los huesos intermaxilares están yustapuestos por sutura liso-escamosa á los maxilares en sentido longitudinal, siendo internos en la mandíbu- la inferior y externos en la superior *, en donde forman una especie de quilla de caras cóncavas, cuya arista terminal corresponde al vomer ó sea al cuerpo de la vértebra representada por el efmoides; estas ca- ras cóncavas son precisamente las que dan insersión á las láminas córneas transversales, cuyas fibras del borde interno se conocen vul- garmente con el nombre de barbas de Ballena. El cráneo es * bas- tante pequeño comparativamente á la cara, representada en su ma- yor parte por las tres ramas mandibular y los pómulos Ó huesos de las megillas. El mayor diámetro transversal de la cara, ó sea la má- xima distancia entre las mandíbulas inferiores es de 1,95", ofrecien- do cada una de ellas una curvatura de 4,21”. Del mayor diámetro de la base cabeza (considerado el animal en posición vertical) se pue- de juzgar por la distancia comprendida, ya sea entre los huesos 1im- pánicos, ya entre los yugales ó pómulos (contada desde el borde ex- terno de cada uno), la cual es próximamente igual á 2,01”. Las apó- fosis ptérigo-estilóideas, distan (se supone el esqueleto en posición horizontal, que es la que corresponde á las condiciones de existencia del cetáceo) en la parte superior 0,20", y en la inferior 0,35", lo 1 Véase su Vergleichende Anatomie. 2 En rigor anatómico son también internos; á primera vista se toman por in- termaxilares los que, bien considerados, son maxilares. 5 Prescindimos de muchos detalles anatómicos por ser impropios de este trabajo. 65 cual da una idea suficientemente clara de lo muy estrecha que debe ser la faringe ó sea la cámara posterior de la boca. La región cervical es, si se la compara con el tronco, sumamente corta: mide unos 0,30"; consta de siete vértebras, de las cuales sólo las dos primeras y la última se encuentran bien desarrolladas; las cuatro restantes aparecen muy atrasadas en desarrollo y están como atrofiadas; todas, menos la última, ofrecen soldaduras, así en la línea propiamente cervical, ó sea la correspondiente á la región apofisaria, como en la gutural, parte inferior de los respectivos cuerpos de las vértebras, de modo que éstas sólo son distinguibles en parte en la re- ción lateral. Las láminas también están soldadas entre sí, formando masa común, muy manifiesta en las primeras vértebras, y extendién- dose hacia atrás en una especie de apófosis escamosa é imbricante, tanto más manifiesta cuanto más próxima esté la vértebra á la últi- ma cervical Todas las vértebras tienen apófosis espinosas y trans- versales: aquellas, poco elevadas, soldadas entre sí menos con la últi- ma y formando una especie de cresta; éstas, bastante más salientes y dotadas de soldaduras análogas; unas y otras se encuentran, respec- to al tamaño y el espesor, en progresión decreciente, á partiradel atlas y el axis hasta la inmediata á la región torácica. En todas las vér- tebras cervicales se ven rudimentos de costillas, muy manifiestas en el atlas y el axis'. La vértebra dotada de mayor desarrollo es el atlas; sigue ú éste el axis; las cuatro siguientes apenas difieren en tamaño. Al unirse las apófosis transversas entre sí, forman agujero, muy ma- nifiesto en la unión del atlas con el axis, que se dirige oblícuamente de arriba abajo, de dentro afuera y de atrás adelante. Esta unión sería igualmente manifiesta en todos los huesos de la cerviz, si se hubiesen conservado los cartílagos, ó el esqueleto correspondiese á un individuo adulto, en el que, como es sabido, se ha completado ya la oxificación normal, 1 Algunas de las costillas rudimentarias y apófosis transversales no se hallan en el ejemplar que describimos, por haberse desprendido durante la preparación de los huesos; pero aparecen indicadas por las caras articulares respectivas. Debe además advertirse que algunas piezas esqueléticas están bastante mutiladas. 9 66 La región torácica ó dorsal tiene una forma algún tanto ovoídea, se parece en cierto modo á la de un barril más estrecho por un extre- mo que por el otro; está representada por las vértebras dorsales, en número de catorce, y las costillas vertebrales correspondientes, de las cuales las dos últimas (el último par), tienen muy poca extensión longitudinal y aparecen como rectificadas; su amplitud va creciendo hasta la séptima, en donde alcanza próximamente 1,40", y luego de- crece; de la curvatura puede juzgarse por los diversos diámetros de la caja torácica, y son los siguientes: diámetro transversal anterior = 00,90"; ídem posterior = 0,62"; ídem medio, correspondiente al lugar ocupado por la séptima costilla, = 1,94"; ídem antero-poste- rior = 2,53"; ídem vertical medio = 1,25” *, La curvatura lateral, tomada en sentido longitudinal en una de las caras del torax es de unos 2,57". La región lumbar tiene cinco vértebras provistas de apófosis trans- versas muy desarrolladas y espinosas, regularmente elevadas, las que forman progresión decreciente hacia la décima vértebra coxígea en donde desaparecen por completo unas y otras. Sigue á esta región la sacra, formada por otras cinco vértebras, las cuales, además de las apófosis ordinarias tienen huesos upsiloides, verdaderos rudimentos de costillas destinados á alojar la arteria y vena caudales. La región coxígea está, en rigor, representada por 22 vértebras, de las que sólo las dos primeras tienen huesos upsiloides: las restan- tes carecen de ellos, pero se encuentran acanaladas en el lado ven- tral hasta la vigésima, en que ya no hay indicios de acanaladura. Los cuerpos de las vértebras están formados en su mayor parte por tejido esponjoso, tanto más reticular y flojo cuanto más las con- sideramos hacia los extremos ó caras de unión con el cartílago inter- vertebral. Su forma, al principio cilíndrica, va degenerando en esfe- roidal á partir de la duodécima vértebra coxígea. Los tamaños res- pectivos forman una verdadera progresión decreciente, cuyo primer término está en la primera vértebra lumbar. Los cartílagos interver- 1 Se supone el esqueleto en posición horizontal 67 tebrales forman cuerpo aparte, menos en las doce últimas coxíges; aparecen formados por dos mitades, una para cada vértebra: estas se van confundiendo poco á poco con el cuerpo vertebral á medida que nos aproximamos á la última caudal. La porción basilar de las extremidades torácicas (aletas) está tan sólo representadas por el omoplato, hueso triangular redondeado, cuya mayor latitud es de unos 84 centímetros. El brazo tiene 0,37" de largo, y está formado por un hueso relativamente corto, pero de un grosor considerable. El c4sito y el radio que forman el antebrazo son notables por su poca longitud y grande anchura hacia la articu- lación de la mano; esta es de 0,20” en el primero, 0,30 en el segun- do, mientras que aquella apenas pasa de 0,40. El carpo y metacarpo nada ofrecen de particular: el primero contiene dos hileras de huesos cortos de tamaño normal. Los dedos son cinco en cada aleta, los cua- les, juntamente con los huesos del carpo y metacarpo, dan á la mano una longitud de 0,83”. Las falanges forman progresión ascendente hacia el dedo medio. Algunas se han perdido, pero á juzgar por las todavía existentes, se encuentran en la siguiente proporción: cuatro en el dedo meñique, cinco en el anular, siete en el medio, cinco en el indice y dos en el pulgar. CANpbipo Ríos y RrazL. Recapitulación y deducciones que de los nue- vos datos recogidos pueden sacarse. De lo consignado por el Magistral Cabrera, en su manuscrito au- tógrafo de la lista de los peces del mar de Andalucía, resulta «que en el año 8 arrojó el mar, en la playa gaditana, una Ballena que me- día 20 varas (60 piós) de largo, ocupando la cabeza sóla una tercera parte del cuerpo, y tenía la boca grandisima», habiéndola clasifi- cado de Balcena mysticetus. 68 Más tarde, en 1863, el Catedrático de Historia natural de la Uni- versidad de Sevilla, Dr. D. Antonio Machado, nos dice en su Catá- togo de los mamiferos de Andalucía (pág. 48), poseer aquel gabi- nete un esqueleto de la Baleena mysticetus? que fué cogida en la costa de la Higuerita ó isla Cristina, provincia de Huelva, existiendo otro de la misma especie en la Escuela de Medicina de Cádiz, cuya Ballena varó en la costa Sur de la isla gaditana, á dos kilómetros de dicha población. «Además, dice, no es rara la aparición de estos ce- táceos en las proximidades de aquellas playas, entre el castillo de San Sebastián, Santi Petri y la embocadura del Estrecho de Gibraltar». Esto mismo confirma el Rector de la Universidad mencionada, en su comunicación del 31 de Mayo de 1886, dada al Gobierno. La Comandancia de Marina de la provincia de Cádiz atestigua la aparición de las Ballenas en su litoral, sin época fija, por lo que la cree accidental, no conociendo las causas que la determinan. Pero la Comandancia de la provincia de Huelva, dicha aparición la señala fija en determinada zona, donde se estaciona desde principios de Mayo hasta fines de Septiembre, atribuyendo la causa á la abundancia de pescada ó merluza que entonces se encuentra en los mismos sitios; y además, que se las ve unas veces aisladas, otras por parejas, y á veces reunidas en un número mayor, pero sin crías. Sólo conocen aquellos pescadores una especie de Ballena, cuya longitud suele ser de 20 metros, y no es espantadiza, ni los pescadores ejercen su caza. Las deducciones que de todo lo expuesto, referente al Oceano an- daluz, se pueden sacar, son las siguientes: 1.2 Que los Balenidos fijamente aparecen todos los años en aque- llas costas, instalándose en cierta zona litoral desde Mayo á Septiem- bre, y que para llegar hasta el estrecho de Gibraltar han debido re- correr las riberas oceánicas de la península ibérica. 2. Que, puesto que Escricht afirma, y lo mismo Reinhard, que la Balrena mysticetus jamás se encuentra más acá del 64” de latitud Norte, en manera alguna pudo ser esta especie la observada por el Magistral Cabrera, en 1808, en la playa gaditana; y, de ser verda- dera Balcena, que es posible lo fuera por las proporciones de la mag- 69 nitud de la cabeza, que, con referencia al resto del cuerpo da, y aun por lo que de la boca dice, dicha Ballena debió serla B. biscayen- sís Escricht, que algunas veces se sabe ha penetrado por el estrecho de Gibraltar en el Mediterráneo, y aun se han capturado ejemplares de este cetíceo dos veces, internadas en este mar hasta el golfo de Tarento: una en el siglo xt, y otra, más recientemente, en Y de Fe- brero de 1877. 3. Que con fundamento puede suponerse también que la Ballena de los vascos, al llegar al mar de Andalucía, pase á las costas de Ma- rruecos, y que, como las de Europa, quizá recorra las africanas hasta el golfo Guineo, á donde me consta oficialmente acuden muchos ba- Jleneros. De esta suposición mía convendrá asegurarnos, por la grande importancia que tendría conocer con certeza la extensión que alcanza el área geográfica que recorre la Ballena de los vascos, puesto que de un modo fijo sabemos que hacia el polo Boreal no pasa del límite meridional señalado á la Ballena franca ó6 mysticetws (el 64? de lati- tud Norte), y que hacia el Sur resulta ya, por lo que dejo consig- nado en el anterior párrafo, avanza mucho más de lo que creía el profesor Van-Beneden y nos dice en su /Tistoria Natural de la Ba- llena de los vascos *. 1 como el capitán Maury ha dicho, las Ba- llenas de un hemisferio nunca atraviesan el Ecuador, ¿qué especie será la que en el golfo guineo arponean los balleneros anglo-ameri- canos? Y si la Balvena mysticetus no pasa del 64” de latitud Norte, la Balcena australis y la B. antipodarum son del otro hemisferio, y la Balena japónica ó aleutiensis representa en el Pacífico lo que la biscayensis en el Atlántico, ¿qué otra especie más que ésta, repito, podría ser la del golfo guineo, si efectivamente allí se encontraran verdaderas Ballenas? Someto al exámen de los cetólogros balleneros la suposición que me ocurre al ver llegar á las costas de Marruecos la Ballena de los vascos, que, aunque rara vez, también se ha obser- 1 «Crestainsi que l'on en voit apparaitre encore de temps en temps sur les có- tes de la Nouvelle-A ngleterre depuis le cap Cod jusqu' aux ¡les Bermudes et, en Europe, dans le golfe de Gascogne depuis Biarritz jusqu' a la Galice;» pág. 21. 70 vado penetra, como he dicho, en el Mediterráneo : y para que sirva de antecedente en la investigación que recomiendo, copio aquí mi interrogatorio, dirigido á la Comandancia de nuestra Estación naval en el golfo de Guinea, y contestación que he recibido : Interrogatorio que, sobre las Ballenas y su pesca, fué dirigido á la Estación naval de Fernando Póo. 1.2 ¿Tiene lugar en el golfo de Guinea la pesca ballenera? 2.2 ¿De qué nación son los buques que van á practicarla ? 3,2 ¿Qué rumbo traen las Ballenas que afluyen al mencionado golfo? ¿Proceden de las costas de Europa, siguiendo el litoral afri- cano hasta llegar al Ecuador, ó vienen atravesando el Atlántico, desde las de América ? 4,0 ¿En qué época del año aparecen las Ballenas en el golfo de Guinea, y qué tiempo permanecen estacionadas en sus aguas? Señá- lese también cuándo las abandonan, y rumbo que siguen al dejarlas. 5. ¿Van acompañadas de sus crías Ó Ballenatos, ó solos los in- dividuos, ó por parejas de macho y hembra, ó bien en manadas. 6.2 Van á parir en las aguas templadas del golfo referido, ó qui- zás á celebrar sus bodas para reproducirse? 7.” ¿Qué especie de Ballena ó de grandes cetáceos arponean los balleneros en el golfo guineo? 8. ¿Se ha observado si las Ballenas que proceden de nuestro hemisferio atraviesan la línea y pasan al Antártico, ó si bien retro- ceden para regresar á las regiones boreales del Artico? La Comandancia de la Estación naval española del Golfo guineo, contesta, diciendo que allí las Ballenas se presentan en gran canti- dad desde Julio á fin de Septiembre; que á la única posesión espa- ñola donde suelen llegar los buques balleneros, es 4 Annobón; que siempre son norteamericanos, pero que, como no arriban á Fernando Poó, no ha podido adquirir noticias directas de tales pescadores, te- niendo sólo que atenerse á lo que le informa en el siguiente escrito un Padre de la casa de los Misioneros, en Annobón, el cual advierte 7A que, á falta de datos, no puede contestar á todas las preguntas, y ademís, que sus contestaciones se refieren sólo á las playas de la re- ferida isla, en que está instalada la Misión. Esto supuesto, dice: 1.2 Tiene, en efecto, lugar la pesca de la Ballena en aquella isla. 2.7 Son norteamericanos, y en especial de los Estados Unidos, los balleneros que allí se presentan. Los indígenas son en extremo diestros en cazar las crías: en sólo 1885 mataron siete, de las que cinco entraron en el pueblo, y dos fueron á fondo. Se las comen. 3.2 Al parecer, vienen las Ballenas atravesando el Atlántico de Oeste á Este, esto es, desde las costas de América. 4. En la estación seca, que comienza en Mayo ó Junio; pero cuando más abunda es en Septiembre y Octubre. En estos dos meses aparecen estacionadas, jugueteando con sus crías por los alrededores de la isla, y desaparecen por el S. E. 5. Suelen ir generalmente acompañadas de sus crías, y tam- bién apareadas, y no es raro presentarse muchas á la vez. 6.”, 7.7 y 8.7 No puedo contestar con acierto, pues no soy com- petente en el asunto. Sólo diré que por los restos que tenemos reco- gidos en la Misión, son de grandes dimensiones, y que los annobo- neses (quienes varios de ellos han estado embarcados con los ballene- ros) dicen que las madres son también para aceite, aunque no tan estimadas como otras. Los indígenas, con sus miserables cayescos, hacen todos los años sus habilidades, y con provecho. Viniendo ahora al exámen de las contestaciones que al interroga- torio han dado las Comandancias de marina, y siguiendo el orden mismo señalado en mis preguntas, diré que sobre la primera se ob- serva divergencia entre las contestaciones dadas por los pescadores de Villagarcía, Corcubión, Malpica, Ferrol, Rivadeo, Bilbao y San Sebastián, y los de Muros, Gijón, Laredo, Castrourdiales y Lequei- tio, Los primeros nos dicen ser accidental la aparición de las Balle- nas en su litoral, al paso que los segundos aseguran que es fija, y unos y otros dirán verdad por lo que no han visto y han visto. Los 72 que, como los pescadores de Vigo, Villagarcía, Camarón, Ferrol, Rivadeo y Bilbao, ejercen su industria en estas Rías, ó próximos á su desembocadura, realmento sólo podrán ver, de un modo accidental, las Ballenas cuando por casualidad penetran en las mismas; y cosa parecida, aunque en menor escala, debe acontecer con los que tienen su residencia en el fondo de las ensenadas ó bahías, porque es proba- ble que las Ballenas sigan su rumbo por fuera de las puntas *, pene- trando sólo en los estuarios y senos cuando son atraidas por el cebo de la comida que allí haya. De este modo podemos explicarnos, por ejemplo, que en San Sebastián se las encuentre ¿unas 60 ú 80 millas mar afuera, mientras que en Laredo, Gijón y Castrourdiales, situados en mar abierto, se las ve arrimarse á la costa á 30, 20, 10, y hasta 8 millas de la orilla *, no siendo accidental su presencia, sino constante y segura, en las épocas del año en que vienen á visitar sus riberas, así como que nunca se las vea en las rías de la Coruña, Ferrol y Sada, por el gran tráfico de vapores y otros barcos que entran y salen del puer- to; en Camariñas, por estar reducida su vía 4 exíguas proporciones; y en la de Vivero, por suescaso braceaje, pues en la vaciante quedan descubiertos los fondos en términos de no ser navegable hasta cerca del mar. Así me explico la discordancia de las contestaciones á la primera pregunta; pero al responder á las otras se observa que en todas par- tes de la costa se ven balenidos, más en unos sitios que en otros, durante las costeras de sardina, albocartes, chicharros y bonitos, principalmente en los meses de Julio y Agosto; y además, que los pescadores de Rivadeo las ven de Marzo á Mayo, y en Septiembre y Octubre; los de San Sebastián en primavera y otoño; y en algunos otros puertos, como son Rivadeo, Jijón, Bilbao y Lequeitio, aunque 1 En testimonio de esto, en el distrito de Muros nos dicen que las Ballenas se instalan durante la estación de verano en la parte de Vecamur, comprendida en- tre los vabos de San Vicente y Finisterre. 2 Mientras esto escribía, con fecha 28 de Julio de 1887, me avisaron los pes- cadores de Laredo que encontraban las Ballenas en aquella costera de sardina y bonito, que era grande, en mucho mayor número que en otros años, y á la dis- tancia de cuatro á diez millas de tierra. 73 en escaso número, ven aquellos pescadores Ballenas en todas las es- taciones del año. Son para apoyar mi tarea concluyentes tales datos, porque de ellos se deduce que, efectivamente, lejos de haber desaparecido de nuestras costas oceánicas los Balenidos, siguen frecuentándolas pe - riódicamente, y hasta algunos individuos fijamente todo el año, como en aquellos tiempos antiguos de que se nos habla, y en los que motivo tendremos para creer no eran más abundantes que hoy, cosa que puede muy bien deducirse de las capturas anuales que de un modo oficial constan hechas en los siglos xvi y xv par los pescado- res de Lequeitio, que tan célebres fueron en la captura de Ballenas. En extracto tales datos, que ya dejé consignados en mi oplo- ración científica de las costas del departamento del Ferrol, son como sigue: Ballenas Fechas. capturadas. SN ooo cabage IA » 1531 Enero y Febrero..... 3, dos grandes y una chica. » 1536 Noviembre...... ... 3, dos grandes y una chica. A a lO) AA as la A dE rs Le » 1545 el 24 de Enero...... una grande, delante de la isla de San Nicolás. » » el26 de Febrero..... 2, madre é hijo. > Soon SO Ao TN E A A MAGOS abs tuto , tres grandes y una cría. SS Oe de al A OO e E o a a UNA CON Sa cua: NS AA O IS RD o o OA O y DAI aos 2 d0S CON dos CLAS: A o le A oi Años, 23 Ballenas... . 48 10 7h De manera que, poco más ó menos, resultan dos Ballenas por año en aquella época en que aún se ejercía la pesca de estos cetáceos en el Golfo de Vizcaya, donde los historiadores ponderan la abun- dancia que entonces había; y sin embargo, hoy, á pesar de la su- puesta desaparición de los Balenidos, que se viene asegurando, si los pescadores de Lequeitio nuevamente las dieran caza, ¿no habían de matar tanto número como arponeaban sus mayores hace cuatro siglos? Seguramente que más, atendiendo á las contestaciones que nos dan al responder á la 1.*%, 2.?%, 3,2%, 6. y 9.* preguntas del cuestionario, en las cuales se dice: «Que siendo de paso las Ballenas, su aparición es fija en la tem- porada de verano, y además permanecen algunos individuos todo el año. »Que, á pesar de ser de paso, instalan su residencia veraniega á unas 20 ó 30 millas de la costa. »Que lo común es verlas apareadas, aunque también suelen en- contrarse erupos de algunos individuos; y, por fin, »Que lejos de ser espantadizas, se dejan acercar por las lanchas, y á veces se vienen á ellas. » Además, el perfeccionamiento que se ha dado en nuestros días á los medios de matar la Ballena con más seguridad yy menos riesgo, haría hoy su caza más copiosa. Pero lo que hay es que, como escribí al eminente cetólogo de Lovaina, y lo ha publicado, no son Baleni- dos los que faltan en nuestras costas oceánicas, pero sí balleneros, porque nuestros actuales pescadores vascos han firmado una paz in- comprensible con los animales gigantes de la creación, y no porque hayan degenerado en bravura para arrostrar todos los peligros de la mar, ni tampoco porque sean menos ansiosos de aprovechar los fru- tos del agua salada que baña sus riberas, y por lo mismo no es fáci comprender la causa que ha producido la desaparición de nuestros balleneros cantábricos, que ya no pudo conseguir el Gobierno de Carlos HI renacieran, á pesar de los muchos privilegios que conce- dían sus Ordenanzas á las grandes compañías de pesca. Queda, pues, por lo que llevo expuesto, probado no haber sido la 1) falta de Balenidos en nuestras costas" oceánicas la causa de la des- aparición de los balleneros vascos, quienes, llevados de entusiasmo por las grandes pescas, á mediados del siglo xvi abandonaron sus riberas para entrolfarse en los procelosos mares árticos, al paso que las Ballenas continuaron y continúan, como siempre, normalmente vi- sitándonos. ¡Y cómo no había de ser así, si no es posible al hombre de un modo absoluto contrariar las leyes de la naturaleza, que forzo- samente obligan á su observancia las necesidades biológicas de los seres orgánicos! Yo sé que en Inglaterra la activa persecución extin- guió los lobos y las zorras, según se dice, y que tampoco en nuestra Fauna baleírica se encuentran ya estos mamiferos; ¿pero se ha logra- do exterminarlos en el continente? Se podrán ahuyentar más ó me- nos, disminuyendo las causas que los atraen á determinados sitios, pero de seguro que á ellos vuelven ú pesar de la persecución de los cazadores, en cuanto aquellas reaparezcan. Sin semejante persecu- ción emigran todos los años los pájaros insectívoros al de saparecer su alimento, y los vemos regresar á nuestros campos en la época en que vuelven á pulular en la atmósfera los insectos, ofreciéndoles abundante comida. Otras causas hay también que incitan á los ani- males á cambiar de residencia en determinado tiempo del año para satisfacer necesidades de la vida. ¿Por qué emigran de los mares congelados las palmípedas que en inviernos rigurosos vienen á las regiones templadas, como lo hace la Ballena de los vascos? No es porque allí sean perseguidas y aquí encuentren más reposo, pues sucede lo contrario. Vienen dichas aves porque, congelado el mar, no pueden buscar para sacar de las aguas el alimento necesario, cosa que les es facilísima cuando pueden sumergirse. Prescindiendo de las necesidades que impone la alimentación, hay las de la reproducción y crianza, que tiene que verificarse en puntos que reunan condiciones especiales para que los recién nacidos puedan vivir y robustecerse fácilmente. Así vemos, que tanto en las rela- ciones de los antiguos vascos como en la de los pescadores del día, se dice suelen ver á las Ballenas generalmente por pares y frecuente- mente las madres con sus crías. ¿Será que éstas nazcan en nuestras Cos- 76 tas, ó que las traigan á criarlas á un clima suave y abundante de ali- mentos propios para la edad primera? Es muy posible, y de esta opi- nión es también nuestro sabio consocio Doctor Van Beneden al tratar en su distribución geográfica de las Ballenas el asunto de las estacio- nes de tales cetáceos *. Sean las causas las que fueren, resultará siempre que en nuestro litoral existen las que atraen á él las llamadas por Eschricht Ballena vizcaina ó biscayensis, y que en tésis general, á menos de desapa- recer aquellas, no es creible la desaparición de tal Ballena, que abun- dará más ó menos en la época de su temporada, según sean las varia- ciones que puedan ocurrir en los motivos que las mueven á visitarnos, que posible es suceda no existan siempre de igual modo, porque en la mar, como en los campos, sobrevienen influencias extraordinarias que instintivamente los animales, cuando les incomodan, procuran evitar como pueden. De todas, las meteorológicas son de las más eficaces, porque no sólo obran directamente sobre el organismo de los séres vivos, sino sobre la abundancia ó reducción de los productos de las aguas, como de la tierra. Y cuando estos disminuyen ó desaparecen, si son de los que sirven de alimento á los animales ¿qué de extraño tiene verles emigrar para buscarlos donde los encuentren abundantes? Haciendo aplicación de este principio á la aparición de la Ballena de los vas- cos en nuestras costas y en número mayor ó menor, según sean las 1 «On sait que tous ces grands animaux ont leurs stations d'hiver et leurs sta- tions d'eté, el que non-seulement la méme espece fait, réguligrement son appari- ¡ion sur chaque cóte, mais que les individus eux mémes son! quelque fois connus dans les parages qwils fréquenten»..... D'élude de ces stations ne présente pas seulement un haut intéret pour appre- cier Paire plus ou moins vaste qw'occupe chaque espece, elle peut nous faire connaibre en méme temps l'époque de les mise-bas, la durée probable de la gesta- tion, et le temps pendant lequel le baleineau accompagne sa mer. Dans tel parage, en effet, la femelle met bas; dans tel autre parage elle con- duit sou baleineau et si l'onveut que ces baleineaux aient toujours le méme áge dans les mémes localités, on a quelques eléments pour apprécier la durée de la gestation, (Les Baleines et leur distribution géeographique, p. 13). 77 circunstancias de los años, voy á responder á la pregunta que hizo hace 33 años Eschricht, aun no contestada por nadie, y á pesar de que ya difunto no pueda oirmi respuesta, porél la oirá la Ciencia en nombre de la Cual se hizo la pregunta en un cuestionario que la So- ciedad Lineana de Burdeos publicó el 1.” de Junio de 1854, para ave- riguar si en las estaciones donde en el golfo de Vizcaya las Ballenas acuden, se encuentran moluscos pteropodos ú otros de pequeña talla, ó bien crustáceos de los grupos inferiores que puedan servir de pasto á tales cetáceos. Sí; es afirmativa mi contestación, y tal ha podido comprenderlo el célebre cetólogo de Copenhague, al ver estacionarse en épocas fijas las Ballenas en nuestro litoral cantábrico; que á no estar ellas segu- ras de que tienen mesa puesta en tal hospedaje y también de la épo- ca en que se sirven los platos que les son más apetecidos, pasarían de largo en busca de comedores bien provistos, y los del mar cantá- brico deben de estar lo bastante en todas épocas del año cuando re- sulta de las contestaciones dadas á mi interrogatorio por los pesca- dores de los Distritos marítimos de Rivadeo, Gijón, Bilbao y Lequei- tio, que dicen no sólo vienen los huéspedes mencionados en la pri- mavera y verano, sino que también se presentan durante el invierno, y de esto certifican los documentos antiguos que existen en el Ar- chivo del último pueblo citado y son referentes á la pesca de Balle- nas, realizada en el siglo xv1, como puede verse en la tabla anterior- mente dada, en la cual se consigna que en Enero y Febrero de 1531 se mataron dos Ballenas grandes y una cría; en Noviembre del 1536 otras dos Ballenas grandes y otra pequeña; en 24 de Enero del 1545 se capturaron dos, madre é hijo, y el 26 de Febrero del propio año una muy grande, delante de la isla de San Nicolás, y esto mismo ha sucedido y sigue sucediendo, poco más ó menos, de la misma manera, pues en el Compendio histórico de la M. N. y M. L. provincia de Guipúzcoa del Dr. Lope Isasti, publicado en 1625, se lee que algunos marineros de las villas de Orio, Zarauz, Deva y Motrico, por no ir á la larga y arriesgada navegación de Terranova, todos los años iban por Octubre á la costa de Vizcaya y de Asturias á esperar las Ballenas que 78 en el invierno pasaban álo largo de la costa; y al verlas, con presteza acudían con sus esquifes y arpones á matarlas, trayendo su presa al puerto para extraer la grasa que, depositada en barricas, por el mes de Marzo se la llevaban al regresar á sus casas; y en nuestros días se repite bastante la aparición de Ballenas en la estación fría, tales las que en número notable, durante algunos días, según aseguró don Martín Barástegui, patrón de buques de cabotaje en Fuenterrabía, llamaron la atención en aquella costa durante el invierno de 1838 al 1839, y las más recientes el 18 de Enero de 1854, cuyo esqueleto el Dr. Eschricht se llevó de Pamplona al Museo de Copenhague, y la del esqueleto que hoy figura en el gabinete de San Sebastián, captu- 'ada entre Zarauz y Guetaria el 11 de Enero de 1878; y, por fin, en este mismo Enero de 1888 las dos grandes Ballenas que entre Mo- trico y Bayona se han estado pescando pacíficamente entre las trai- ñeras de los vascos; la que, dormida en las aguas de San Sebastián, fué causa de un choque peligroso con uno de los vapores de pesca de la Compañía Mercader; las dos que se han visto todo el invierno en el litoral montanés, según anunciaron los periódicos de la localidad; la que varó en la playa de Ajo, entre Santander y Laredo, el día 15 de Abril último, y las que en crecido número han obligado á los pesca- dores franceses de Arcachón, Capbretón, Biarritz y San Juan de Luz á pedir auxilio al Vicealmirante Prefecto marítimo de Rochefort para que las ahuyentaran los vapores guarda-pescas, operación que fué ejecutada por el Pravailleur, L'Elan y el Nautile, según refirieron los periódicos de aquellas localidades, que han atribuído tal copiosa aparición de Ballenas á los rigores del pasado invierno en los mares del Norte. Pero de las diversas épocas de la aparición de Balenidos en nues- tras riberas oceánicas, surge una cuestión que precisa aclararse para que mi contestación á la pregunta de Eschricht resulte fundada. ¿Los mysticetes que ven nuestros pescadores en invierno y vera- no, son las mismas especies? Probablemente no, y lo deduzco de los relatos que me han hecho los mismos pescadores, y son referentes á la comida de tales cetáceos, pues unánimemente opinan que se alimen- 79 tan de los clupeidos y scombéridos (sardinas, albocarte, bonito, chi- charros, caballas, etc.) y hasta con la de los gádidos en la provincia de Huelva (pescadas ó merluzas), cuya aparición en grandes cardú- menes anuncia la llegada de dichos Balenidos, con impaciencia espe- rados en la primavera, época del año en que se les ve venir con rum- bo del N. al NO. hasta aterrar en las costas del golfo de Gascuña, haciendo su vuelta al O, después de haber permanecido hasta fin de verano en nuestras aguas oceánicas. Y siendo esto positivamente cierto, como lo he comprobado, ¿qué razón habrá para la venida de la Ballena vizcaina durante la inverna- da, lo cual se atestigua desde tiempos remotos hasta nuestros días con documentos auténticos y hechos que hemos observado tan reciente- mente? ¿Será que tampoco le falta apetitosa comida, que, como es sa- bido principalmente consiste en diminutos crustáceos y moluscos ce- falópodos y pterópodos? Mis investigaciones así lo confirman, pues son bien conocidos de nuestros pescadores, que me los han enseñado en el sitio mismo, los bancos de Gueldo *, cuyos pequeñísimos crus- táceos, ya en las orillas como en la altura, forman extensas masas de materia viva que con cestas recojen para utilizarlo, en vez de la raba, como cebo en la pesca de la sardina. Y no son estos solos los manjares selectos que la Ballena vizcaina encuentra en nuestro mar cantábrico-gallego, porque en sus aguas pululan también á falta del Clio borealis, las crías menudas de los calamares, de las gibias y otros cefalópodos que también forman grandes bancos, sirviendo de cebo á la par á infinidad de peces, entre ellos el bonito, de cuyo es- tómago los he extraído yo en mis investigaciones, así como del de los clupeidos, sardina y albocarte, el yueldo ó menudas crías de crustá- ceos de que antes he hablado. Y si á todo esto añadimos los h13/0s de 2 El Gueldo está formado de Misidos, y de la cría recién nacida de crustáceos, Cyclometópodos, y de otros grupos, que, después de salir de los racimos de huevos que las hembras llevan, protegidos por los apéndices membranosos ó falsas pa- tas, se lanzan al piélago ó establecen en las playas, constituyendo verdaderos bancos de materia viva, que, á no devorarla por tantos otros séres marinos que de ella se alimentan, cuajarían las aguas. 80 agua, como los pescadores llaman á esa cuerda de espumas que á lo largo de la costa vemos extenderse á considerable número de millas, y que examinada de cerca alberga un hervidero de gérmenes vivos que llaman marmoque los de Laredo, y que, como me decía un vie- jo patrón de pesca de la Coruña en su lenguaje rústiso, que tales hi- los son lugar de jolgorio para todos los habitantes de las aguas sala- das, porque acuden á ellos á cebarse los unos con los otros, ¡si en- contrará comida de su gusto la Ballena de los vascos, yy también los demás WMysticetes que visitan nuestro oceano! Queda, pues, contesta- da satisfactoriamente la pregunta que Eschricht hizo hace 34 años para darse cuenta de la aparición de la Balvena biscayensis en el golfo de Vizcaya. Por circunstancias que dependen de causas variadas, los bancos de comida de los Mysticetes, de los bonitos y de las sardinas, aparecen más ó menos aterrados ó engolfados en el piélago á mayores ó me- nores distancias, que, cuando son considerables, nos explican el mo- tivo por el cual las costeras de tales animales nos parece que faltan, creyendo que no han venido. Y si tales circunstancias se repiten con más ó menos frecuencia, dan lugar á decir que la aparición es acci- dental, como lo vemos consignado en algunas contestaciones dadas á mi interrogatorio sobre las Ballenas. Deducciones. De cuanto llevo expuesto resulta: 1.2 Que no han desaparecido de nuestras costas oceánicas los Balenidos que fueron objeto de la caza ó pesca de los antiguos vascos. 2. Que hecha la estadística ó censo de los Mysticetes captu- rados anualmente en aquella época remota, no excede su número del que arroja los que nuestros pescadores del día suelen encontrar re- corriendo ó estacionados temporalmente en sus costas, y que, por si consiguiente, es inexacta la opinión emitida de que por consecuen- cia de la persecución que los antiguos vascos hicieron á las Ballenas, está casi extinguida la raza de tales cetáceos. 3.* Que del examen hecho de los huesos de los mismos, ya con- servados de antiguo en algunos pueblos de la costa, ó ya desenterra- dos en excavaciones modernas "verificadas para edificar en los mis- mos, resulta ser idénticas las especies que arponeaban los antiguos pescadores y las que hoy ven sus descendientes, notándose esto mis- mo en los tres escudos de la Casa Consistorial de Lequeitio, de los que en uno hay una Balrenoptera con su cría, en otro una Balrena sola, y en el tercero una Baleena con su Ballenato. 4.” Que la aparición normal de los Balénidos en nuestro litoral oceánico sigue siendo constante, y hasta la del Cachalote, pudiéndo- se deducir por las capturas hechas en nuestros días y también por los vistos varados, encallados, y aun muertos y arrojados por la mar á las playas, que la aparición de la Ballena vizcaina tiene lugar principalmente en la invernada, y la de la Balcenoptera musculus en la primavera, al presentarse la sardina y bonito. 5. Que existiendo en nuestras costas hoy, como antes, condicio- nes meteorológico-hidrográficas y también abundante alimento para tales cetáceos, que ahora no son hostigados, no hay razón en que pue- da apoyarse la desaparición supuesta, como dejo demostrado, tanto más, cuando vemos que la activa caza que de antiguo se hace en las regiones polares á todos los Mysticetes tampoco ha podido descar- tarlas. 6.* Que tal idea, que viene propalándose desde el siglo xvrr, ten- drá por motivo no ver ya cazar Balénidos á nuestros vascos, los cua- les, llevados de su pasión por las grandes pescas, abandonaron sus riberas para ir á engolfarse en los mares polares, de los que excluidos más tarde, no volvieron á dedicarse á la pesca ballenera, que así abandonada cayó en manos de los marinos del Norte de Europa y hoy aun más en las de los norteamericanos. 7. Que viendo venir á los citados cetáceos con bastante frecuen- cia acompañadas las hembras de sus crías ó Ballenatos, es de supo- 11 82 ner que no es en nuestras riberas donde celebran sus bodas, si bien hay quien me asegura haber visto en el Abra de Santoña y Laredo casos de conjunción sexual, que describe en términos de no poder dudarse ser cierto lo que dice. : 8.* Que el ver los pescadores Balénidos todos los años, de un modo constante y en mayor ó menor número, ó sólo accidental- mente en este ú otro punto de nuestro litoral oceánico, consiste en las circunstancias siguientes: — En vivir los pescadores informantes los unos en playas de mar abierta, que dichos cetáceos recorren sin dificultad alguna, y los otros en tener la residencia en lo interior de las rías ó de ensenadas muy adentro de tierra, donde las Beallnas no penetran, pasando por fuera de puntas sin variar el rumbo que llevan, á menos de ser atraídas por los bancos de comida que buscan, ú obligadas á refugiarse. —Cuando los bancos de comida están ate- rrados á la costa, se ve arrimarse á las Ballenas hasta distancia de unas cuatro millas, y aun menos, y estos son los casos en que, sor- prendidas por las rápidas corrientes de los grandes reflujos de las ma- reas, se las ve varar vivas, como sucedió recientemente á la Balce- noptera rostrata, apresada en Ajo en Abril último; pero si, por lo contrario, la instalación de dichos bancos tiene lugar en la altura, y á distancia á que no llegan los pescadores con sus lanchas, enton- ces, no viendo Ballenas, ó pocas, suponen que no han venido y que la aparición de estos cetáceos es accidental. 9. Que siendo una ley natural, inquebrantable, la que á los ani- males somete á las influencias determinantes de los fenómenos bio- logico-periódicos, no ha podido influir la persecución de los antiguos pescadores vascos á que las Ballenas desaparecieran de sus aguas, que, por otra parte, está demostrado abandonaron ellos para empren- der en los mares polares pesquerías más productivas; y, por lo tanto, así como en tierra vemos todos los años aparecer las aves de paso 6 las emigrantes en épocas fijas, también los Balénidos han debido, sin excepción alguna, seguir visitándonos, como realmente sucede y queda probado con los datos consignados en mi escrito, 10. Que la Ballena de los vascos no termina su viaje periódico 83 en el mar Cantábrico, puesto que ha habido casos en que se la ha vis- to, quizás extraviada, en el Mediterráneo, lo cual prueba llega por lo menos hasta Gibraltar, y sin que por ahora pueda asegurarse con- tinúe su derrotero por las costas de Africa hasta llegar al golfo de Guinea; siendo esto posible, conviene averiguarlo por el interés greo- gráfico que tiene, no siendo difícil adquirir noticias positivas por los balleneros que de los Estados Unidos van á hacer la pesca de los grandes cetáceos al golfo referido, según me han enterado nuestros misioneros de la isla de Annobón, y marinos de la estación naval de Fernando Póo. 11. Por fin, que es un hecho positivo que, á pesar de encontrarse en nuestra costa oceánica los grandes cetáceos, á veces reunidos en considerable número, nuestros pescadores han abandonado su caza de un modo absoluto, siendo incomprensible la indiferencia con que ven arrimárseles á sus lanchas sin intentar su captura, cuando, por otra parte, tanta prisa se dan á repartírselos al encontrarles varados ó arrojados por la mar en la playa, y aprovechar la grasa. 84 Más noticias sobre cetáceos que recorren los mares de España. Ya que estoy con las manos en la masa, como vulgarmente suele decirse, voy á completar mi tarea con algunas otras noticias referen- tes á los cetáceos que en nuestra fauna marina encontramos con más frecuencia, y con esto, y con la relación de los que poseen nuestros gabinetes de Historia natural, y también sus esqueletos, ó sólo hue- sos sueltos, habré satisfecho dos cosas: una, la petición que me tiene hecha el sabio profesor Van-Beneden para completar su Memoria titulada Les esquelettes de cétacés et les Musées qui les renfermen, y la otra, ofrecer á los naturalistas un fragmento más, que adicio- no á mis estudios publicados sobre nuestra fauna española, y con el fin de que mis discípulos puedan con facilidad clasificar, adi- cionar y completar este mi Catálogo de cetáceos de España, á me- dida que encuentren nuevos elementos, voy á encabezarlo con el cuadro analítico con que Van-Beneden termina su Memoria sobre los de los mares de Europa, advirtiendo también, que en sus interesan- tes Memorias cetológicas (de las que me he servido para ilustrar este escrito) encontrarán interesantes noticias, que conviene consultar para ponerse al corriente de lo que se sabe sobre la historia de los que describe, su sinonimia, su característica, su organización, sus Cos- tumbres, distribución geográfica, pesca, capturas y encuentros de individuos ó sus restos, arrojados por la mar á las costas; y, por fin, la citación de los Museos que poseen ejemplares, los dibujos publica- dos y hasta la relación de sus comensales y parásitos. "DIA "sndun.r) snayd da] "DILOPUIL] "sdo154n J, *"snouhiyaoua bo] "snuyd]2po.g say da] 5 sdamq011) “qUIS "DUDIOY] “uoda do. pr “uopoocadhijy dz "49951 nio) douo)0g "nio doba "DUD]DJ “"Se][[LIR Ue E £ “ooidurg ..oo o...» . . . . . A iS 21 eS 10 PIEL UO) "08 9P SEN 08 9p SOUIN sepueq Á ojad uor ESTO) 20 yl dis BON] *SO[e.19719A * => *SRINURI uor) | SeInutl ug | *+** OIR )UAMIIpna 091] * > 1Rpe] -ed :03u11 =S1p 091g PP... ......... +... ....... ora “**es0(0]15 -9q19 :0p ) 94:10) ON [-"soo1ugo s93491()* “sopuy -/9(] “SY -0qIpueu c+... ....o nooo... ++ **+* «arogiados e] u9 OpeauloJ, ESO PILA OE) 08 Hr OLIAJUL RP] OQ IPUR ur Y] ap orpau 19 “A) "souonbod soyuar oo. ooo .ns.o.o..s cerrrrrrrane reo ONO) -=soJsnqos sopor y 70! 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Moscote la llaman los pescadores de Laredo, nombre que los de Castrourdiales y Zumaya aplican á la Phocena orca. B. vizcaina la llamaremos nosotros, por ser la traducción legítima de biscayensis, nombre dado por Eschricht. No he visto frase descriptiva de esta Ballena, y traslado lo que he leido en la página 13 de la Memoria publicada por el Profesor Capellini, el año 1877, sobre la que fué apresada en el golfo de Ta- 87 rento, las siguientes notas referentes al dibujo sacado por el Doctor Alejandro Hueber, cuya acuarela fué hecha ú la vista del cetáceo, re- cien extraido á la playa. «Da quel disegño si ricava che questa Balena era di forma relati- »vamente snelle e di colore interamente nero; il rostro vi apparisce »poco curvo, quindi i fanoni cortissimi; le natatoie corte esse pure; »sulle labbra e al'estremitá del muso si notano traccie de parassisti. » En la página 9 se dan las medidas de diferentes partes del ani- mal, que sólo son relativas al desarrollo alcanzado por aquel indivi- duo, pero que pueden aumentar ó disminuir en otros mayores ó me- notes, teniendo más importancia el señalamiento del número de fa- nones ó ballenas del paladar, que ascienden á 240 por cada lado, de longitud diferente, siendo los del centro los más largos, que mi- den 0.76, y los de los extremos anterior y posterior los más cortos, de muy pocos centímetros. Su color es negro, sin estrías ó reflejos. Van Beneden, en su Historia natural de la Ballena de los vas- cos, no la describe, diciéndonos sólo que es más pequeña que la mys- ticetus, con la cabeza menos voluminosa; los fanones más cortos, con la superficie menos lisa, lo que deprecia su valor comercial. La piel se Cubre, sobre todo la de la cabeza, de cirrópodos (Coronula), lo que nunca sucede en la Ballena Franca. Dice también que se encuentran caracteres diferenciales en casi todos los huesos del esqueleto, y particularmente en la caja del tím- pano. Que hay 56 * vértebras, que tiene 13* costillas (supongo 13 pa- res), en general muy gruesas, sobre todo en la extremidad inferior. Añade, por fin, que la Ballena de los vascos es más uraña ó bra- vía, más difícil de capturar, y produce menos aceite. Su talla alcanza unos 50 piés. Prescindiendo de lo que más adelante diré al hablar de los esque- letos de cetáceos que existen en los gabinetes de Historia natural de nuestras Universidades, aquí sólo haré notar: 1 Cincuenta y cuatro tiene el esqueleto del Instituto de San Sebastián. 2 Catorce pares tiene el esqueleto conservado en el referido Instituto. 88 1. Que en la primera lámina de esta Memoria copio el dibujo de la acuarela hecha á la vista del objeto por Alejandro Hueber, la que suplirá la falta de una descripción zoográfica en regla, que no tene- mos, así como el dibujo hecho á la vista por el Sr. Monedero en San Sebastián cuando se capturó el ballenato que se llevó Escricht á Copenhague, y en la lámina 2.* la acuarela que representa la pesca de la Ballena en el escudo de Lequeitio *. 2.” Que lejos de ser bravía, uraña ó esquiva la Ballena de los vascos, resulta todo lo contrario de las relaciones unánimes de nues- tros pescadores que, como queda consignado en las contestaciones á la pregunta 9.* de mi interrogatorio, no son espantadizas, y, por lo contrario, se dejan acercar por las lanchas, y hasta pasan por su costado sin recelo. Megaptera boops, Gray. Sinonimia científica: Balcena boops, Fabr. » nodosa, Kein et Bonaterre. » longimana, Rud. Megaptera longimana, Gray. Kyphobalcena Keporkak, Eschricht. Sinonimia vulgar: Humback, Flockfisch, Kuotenfisch. Kuobbel- /isch, nombres usados por los balleneros. Keporkaak, de los groenlandios. Baleine ú bosse, de los franceses. Xibarte ? en Asturias. Que este Balenido se ha presentado algunas veces en nuestro li- toral, no puede dudarse cuando sabemos que en 1885 el profesor Marión, de Marsella, vió el que varó en Bruse, cerca de Saint-Na- 1 El dibujo referido se ha copiado exactamente, en lo que toca á la Ballena y pescadores, del expresado escudo de armas, pero colocando la escena delante de San Sebastián. 89 zaire; que en 1877 dió otro en la costa, al'Sur de la isla de Noirmon- tier, en el golfo de Gascuña; que en 1865 vimos en Madrid una cría que medía unos cinco metros de longitud, y fué expuesta al público, y, por fin, que Safaluce nos dice en su Memoria acerca del origen y curso de las pescas y pesquerías de Ballenas y de bacalaos (pá - gina 49), haberse cogido uno en Zarauz el año 1878, reconocido por él mismo, así como el Sr. Rios y Rial, en su informe, que dejo co- piado, nos habla de otro individuo muy joven cogido por uno de los vapores de pesca del Sr. Mercader en la bahía de San Sebastián. No obstante, no deben ser á propósito para estacionarse las costas de ls- paña, y podemos considerar su presencia como accidental. Baleenoptera musculus, pE LAcEPEDE, que fué el inventor de este nombre genérico para los Mysticetes pro- vistos de una aleta dorsal. El nombre especifico de musculs, le fué aplicado por Plinio, y es como sigue: Sinonimia: esla Mysticetus de Aristóteles. el Physalus antiquorum, de Gray. y la Pterobalceena communis, de Eschricht. Vulgarmente: Rtorqual del Mediterráneo, Cuvier. Tunnolik 6 Keporkarnak, de los groenlandios. Sildreki, de los islandeses. Razorbab, de los americanos. Rohwal, de los noruegos, y Finnfisch y Vinmvoal, de los balleneros. Ballena y Balena, de los españoles, según las pro- vincias. Este Balenido es el más común y más frecuentemente visto en nuertro litoral oceánico y del Mediterráneo, visitando periódica y constantemente todos los años las costas Cúntabro- gallegas, donde se presenta desde Abril hasta entrada la otonada. 12 90 Balsenoptera rostrata, Gray. La sinonimia científica y vulgar que nos da el sabio Van Bene- den, de esta especie, con ser la más pequeña del género, resulta la más extensa. O. Fabricio la llamó Balena rostrata, que no es la de Linneo. Baleenoptera acuti-rostris, La-Cep. Rorqualus minor, Kuox Pterobalena minor, Eschricht. Balenoptera Eschrichtir, Rash. » Davidsonti, Scammon. » Mondini, Capellini. » Bonerensis, Bunsmeister. » de Hutton, Gray. Los pescadores noruegos la llaman vulgarmente Vaagehval. Pi- kedwahle la llamó Pennant. Little FPinner Pike Wale, los ballene- ros ingleses. Tihagulik, los groenlandios. Zwergwhal, los alemanes La Balenoptera rostrata suele verse de cuando en cuando en nuestro litoral oceánico, y penetra alguna vez en el Mediterráneo, de lo cual dan testimonio el esqueleto de un individuo capturado en el "Adriático, que se conserva en el Museo de Bolonia, y otro en el de Florencia, que fué cogido por los pescadores de Saint-Hospice, en el departamento de los Alpes marítimos. El domingo, día 15 de Abril de 1888, en la pleamar de las cinco de la tarde, se presentó en la barra del puerto de Ajo, población situada entre Santander y Santoña, una de estas Baltenopteras que, embis- tiendo hacia tierra, se vió sorprendida por una rápida vaciante que la dejó en seco en poco tiempo, sin poder largarse á la mar, á pesar de los grandes esfuerzos que hacía para poder nadar. Apercibida por los pescadores de dicho pueblo, fué atacado el cetáceo, que se revolcaba en la playa, ya seca, y consiguieron matarla con hoces, apoderán- 91 dose de su cadáver para aprovechar su grasa. La lengua pesó 46 ki- logramos, la longitud medía 30 piés, y ocho de ancho la aleta cau- ie La cabeza tenía doble grueso del centro del cuerpo. No tenía marisco alguno parásito; el espesor de la grasa subcutánea era en todo el cuerpo de cuatro pulgadas, pero en la cabeza llegaba á un pie. Varias personas comieron la carne de este cetáceo, y afirman era buena y sabrosa. Las ballenas (fanons), ó barbas de Ballena, como vulgarmente se llaman, según me escribe el Cura de Ajo, que es quien me dió las noticias que llevo consignadas, no bajaban de 300 por cada lado, si bien otro me dice haber contado 234, que, con parte de la cabeza, aletas torácicas, y unos 12 piés de espinazo de la re- gión torácica, pues tiene costillas adheridas. mas las dos mandibu- las, me promete enviármelas tan pronto como estén limpias y des- pojadas de carnes y grasa. Otros dos individuos de esta Balenoptera han estado recorriendo aquella costa este invierno pasado, según aseguran los mismos pes- cadores de Ajo, que los han visto varias veces en el mes de Enero, cerca de su puerto. En el periódico 41 Atlántico, que se publica en Santander, del día 19 de Abril (1888), se anunció la captura de esta Baleenoptera, pero sin ningún detalle de los que dejo consignados. CETODONTES Nuestra fauna cetológica tiene representantes de las dos fami- lias de este grupo. ZIPHIOIDOS Physeter macrocephalus, AucTorum. Sinonimia genérica: Cetwus, Briss. Physalus et Catodon, La. Cep. 92 Sinonimia vulgar española: Fiseter. Cachalote. Marsopa y Marsopla. Seron y Seda, de los pescadores can- tábricos. Pez Mular, de los del Mediterráneo. Periódica y fijamente se le encuentra en el litoral oceánico de España durante las costeras de bonito y sardina, y penetra también en el Mediterráneo, donde no es raro verle *, Nuestros pescadores le acusan de voraz y destructor de los dos peces mencionados, pero esto no se aviene con la opinión de aquellos que dicen se alimenta de co- mida de Ballenas, á no ser que se refirieran á la de las Balenopteras. Saben distinguirle de los Mysticetes á bastante distancia por el chor- ro de agua único que lanza, en vez de los dos que despiden éstos ?. DELFINIDOS De este grupo, que comprende los cetáceos provistos de dientes en ambas mandíbulas, existen en nuestras costas los géneros y es- pecies siguientes: Phoceena communis, Less. Sinonimia: Delphynus Phocena, Linn. et Auct. Phocena Rondeletii, Willughb. Marsuin commun., Cuy. 1 El Príncipe de Mónaco al dar noticia de su última campaña científica, en 3de Diciembre de 1888, nos reliere la pesca de; Cachalote en la bahía Pim por los balleneros del cónsul de los Estados Unidos en la isla de Fayal. Parece no ser es- casos estos cetodontes en las Azores, desde donde deben correrse, unos hacia las costas cantábricas y otros hacia el Mediterráneo. 2 Comoel Ziphius cavirostris ha sido encontrado en Francia, cerca de nuestras costas de Cataluña y Guipuzcoa, posible será se le vea algún día en nuestro ex- tenso litoral. 03 Vulgo: Tursío, los latinos. Puerco marino 6 Tursión, Huerta. Arroaz, los portugueses y gallegos. Touliña, en Galicia. Comunísima en ambos mares que bañan las costas de la Penín- sula, aun dentro de los puertos muchas veces. Phoceena Rissoanus, Desmar. Vulgo: Capd'olla, en las Baleares (Barceló). En las costas de Mallorca suelen verse manadas de bastantes in- dividuos, que á veces penetran en la bahía de Palma, y llegan á medir 20 piés de largo. Globiceps melas, (kar. Sinonimia científica: Delphinus globiceps, Cuy. Delphinus melas, Trail. Phoccena globiceps, Less. Narwal edenté, Camper. Vulgarmente: Capd'olla en las Baleares, donde se la ve con frecuencia en manadas, á veces numerosas, como la que apareció el 21 de Diciembre de 1860, compuesta de 150 individuos, en la bahía de Alcudia, y varó en la playa del Pinar, dando un espec- táculo sorprendente, según refiere D. Francisco Barceló y Combri, Profesor de Historia natural del Instituto Balear. Altocar á la arena, sin fondo para nadar, dice se revolcaban vio- lentamente para ponerse á flote y escapar, pero qne, acosados por los pescadores, y luchando con la muerte, exhalaban lastimeros quejidos que llegaron á producir impresión molesta y conmovedora á muchos de los espectadores de aquella extraordinaria matanza. Durante al- gunos días, aquella playa ofrecía el aspecto de una carnicería horri- 9% ble, y á pesar de lo desperdiciado, la fusión de las grasas produjo más de 22 pipas de aceite. También nuestros pescadores del Cantábrico ven ú este Delfi- nido, que denominan Vaca. Orca Gladiator Sinonimia científica: Delphinus Orca, Linn Delphinus gladiator, Bonnet. Delphinus Duhamelii, Lacepede. Delphinus grampus, Hunter. Delphinus ventricosus, Hunter. Phocena gladiator, Lesson. Phocena grampus, Lesson. Sinonimia vulgar española: Orca, Orco, Candorca y Alcandorca; en Galicia; Xspadarte, de cuyo nom- bre Cuvier formó el Hupaulard, que dice le dan los pescadores santoñeses. Moscote se le llama en algunos puertos de Cantabria. Es común en nuestro litoral oceánico, y yo le he encontrado va- rias veces dentro de las rías, en términos que algunas veces, como “cuenta el P. Sarmiento en sus cartas del 7 de Julio de 1760 al du- que de Medina Sidonia, hubo una varada en la playa de Isacun, de 207 moscotes, que produjeron gran cantidad de grasa á los veci- nos de aquella localidad. También abundan en el mar de Andalucía, y de ello hablan ya autores muy antiguos, y entre ellos Huerta y Cornide, y más mo- dernamente Cabrera y Machado, que en su Catálogo de los mamí- feros de Andalucía, dice, es el más abundante Delfinido de aquellas costas. Grampus griseus, Gray. e > SF a Sinonimia: Delphinus griseus, Cuv. Phocena grisea, Leson. Común en las costas de la provincia de Huelva, según asegura en su Catálogo de Mamiferos de Andalucía el Profesor Machado. Tursiops tursio Sinonimia: Delphinus tursio, Fabr. Delphinus Nesarnalk, La Cepede. Dauphin vulgaire, Cuvier. Grand dauphin ou suffleur, Cuv. Tursion 6 Puerco marino, Huerta. Vulgo: Mula y Pez mular, en las Baleares. Arroaz, en Galicia. Los pescadores al Bou, con sus parejas, le ven frecuentemente en el Mediterráneo, lo mismo que los de Galicia, hasta dentro de las rías, persiguiendo la sardina. Delphinus delphis, Lixx. et Aucr. Unmx. Vulgo: Delfin y Golfin, en castellano. Defí y Dufí, en catalán y mallorquín. Golfiño y Marsoviano, en Galicia. Calderón y Tonino, en Asturias. Es abundantísimo en todas nuestras costas, tanto oceánicas como del Mediterráneo, y producen grandes perjuicios á los pescadores de la sardina, tanto por espantar los lances, como por los destrozos que hacen en los xeitos cuando está enmallada. 96 Noticia de los esqueletos y huesos sueltos de cetáceos que se encuentran en los Gabinetes de Historia natural de España. Voy á satisfacer otra de las peticiones cetológicas que también me tiene hecha el venerable Van Beneden para completar la historia de los cetáceos que encierran los Museos del mundo. No son muchos, por cierto, los que poseen los nuestros, por no ser fácil la adquisición de tales ejemplares y á veces su magnitud excesiva para colocarlos en las galerías de un edificio reducido, de cuyo mal adolecen gene- ralmente muchos gabinetes. Madrid. Esqueleto de un individuo adulto, sin armar y casi completo, de la Balenoptera musculus, que fué arrojado por la mar á la playa de la Escala, en el Golfo de Rosas, el día 28 de Junio de 1832, adqui- riéndolo el Gobierno para el Museo de Historia Natural, en el precio de 1.000 pesetas, á los Señores D. Juan Coll y D. Ramón Castillo, que fueron los que lo obtuvieron de los pescadores. Por no haber espacio donde colocar el esqueleto armado, están sueltas las piezas sobre los armarios de la Sala de Anatomía compa- rada, y en medio de la galería depositada la cabeza completa, hasta con las barbas ó fanones. Mide 4,60” y el largo de las mandíbulas, medidas por su parte convexa, es de 4,75". Existen 47 vértebras en perfecto estado, y de ellas son ocho cervicales bien caracterizadas por el conducto arterial que atraviesa la base de sus apófosis transversas, y tal anomalía no sé de qué depende, pues son siete las vértebras cervicales que se asignan á este cetáceo, y, no obstante, las ocho que aquí existen se ajustan bien. La longitud de la cabeza y. vértebras existentes arrojan una longitud de 16,50"; y calculando que las 15 97 vértebras que faltan, junto con el cartílago de la cola, medirían por lo menos cinco metros más, resulta que tendría este individuo unos 21,50" á4 lo menos. Faltan bastantes costillas, por estar rotas muchas, y las enteras miden 2,50 de largo. Existen las piezas caudales en V. El húmero tiene 0,57 de largo, y de grueso, en el cuerpo, 0,55 con 0,86 en la periferia de la cabeza de este hueso. El cúbito, 0,85 de largo. El radio, 0,77. El omóplato mide 0,67 desde la cabeza á su base, y tiene de an- cho en su base ó borde mayor 1,26. De los huesos de la pelvis ó innominados, no existe más que uno. De la mano, existen algunos huesos sueltos del cuerpo y fa- langes. En la bóveda del paladar se encuentran 329 fanones ó barbas por banda: las 129 primeras, contando por la punta del hocico, son blan- quecinas, y las 200 siguientes negras con las barbas blancas. Las mayores tienen de largo 0,50 y de ancho 0,13. Balena antipodarum: una mandíbula que mide 4,36 de largo y su diámetro en la base 0,35. Procede de Filipinas, enviada por el Capitán General. Megaptera Lalandi: dos mandíbulas, que tienen de largo 3,90 por la parte convexa y 3,80 por la parte interior ó cóncava. Los dos ma- xilares muy rotos; 6 vértebras cervicales, 13 dorsales y 14 lumbares y caudales, faltando 20 para el completo de las 53 vértebras que se- ñalan al espinazo de este cetáceo; 80 apofisis discóideas vertebrales; la pieza primera del esternón mide transversalmente su borde ante- rior 0,42 y longitudinalmente 0,50; 50 costillas, que deben pertene- cer á varios individuos; las dos escápulas, cuyo diámetro mayor trans- versalmente es 1,44, y tiene de largo desde la cabeza al borde opues- to 1,07; por fin, el vergajo ó pene, que mide dos metros; también procede de la misma remesa hecha por la autoridad mencionada. Balenoptera rostrata: los restos del esqueleto del individuo va- 13 98 rado en la playa de Ajo el 15 de Abril último, han sido traslados al Museo de Madrid, para cuyas colecciones ha sido recogido por el Pa- trón de pesca de Laredo D. Antonio López Cavada. Del Physeter macrocephalus, esqueleto de un macho. Está sin armar, y la cabeza mide, con el espinazo 7,05, de longitud total: exis- ten 42 vértebras, las costillas, omóplatos y todos los huesos de las extremidades: más las piezas en V de la cola. Este esqueleto fué re- mitido de América en 1796. Separadamente hay tres dientes juntos de Cachalote, que con un vergajo de Ballena de dos metros de largo fueron regalados al Museo por el Príncipe de Anglona en 1832 La procedencia de todo esto se ignora. Del Monodon monoceros hay tres grandes defensas. Del Delphinus Delphis, un esqueleto completo, armado; dos crá- neos; un brazo y mano, completo y articulado naturalmente. Cetáceos disecados. Dos Delphinus Delphis y una Phocena communis de nuestro li- toral. Barcelona. Balenoptera musculus: existe un esqueleto incompleto, por ha- berse deteriorado los huesos, al macerarlos, en el Gabinete de la Real Academia de Ciencias y Artes. Es de un individuo muy joven que arrojó la mar á la playa de la Barceloneta en el mes de Julio de 1835. En el Gabinete de Historia natural de la Universidad de la mis- ma ciudad hay otro esqueleto magnífico y armado del mismo cetá- ceo, que fué encontrado en la costa, cerca de Llansá, el 11 de Junio de 1863. Además, en este Gabinete hay un Delphinus delphis y un Tursiops tursio, armados. Y9 Cádiz. Balenoptera musculus: un esqueleto que se conserva en el Jar- dín de la Escuela de Medicina, y procede del individuo que varó en la costa del Sur de la isla Gaditana. Granada. Phocena communis, del puerto del Almuñeur, cogido en 1862. Jijón: Instituto de Jovellanos, de 2.* enseñanza. Batena biscayensis; una mandíbula del lado derecho, que mide 4,00 de largo y 3,43 por su cara cóncava. Pamplona: Instituto de 2.* enseñanza. Balenoptera rostrata: esqueleto completo, que fué cambiado con Eschricht por el de la B. biscayensis: tiene 5,20 de largo. Delfín de las costas de Zelandia: un esqueleto completo, y dos fetos conservados en alcohol; una cabeza de Delfín adulto. Beluga: una cabeza. Pontevedra: Instituto de 2." enseñanza. Balenoptera musculus: esqueleto incompleto y sin armar de un individuo que apareció muerto y arrojado por las olas en la playa de Marín, en el año de 1854. Faltan los huesos de las manos. Su largo es de 12,9", Salamanca: Universidad. Balena mysticetus: una vértebra sola, encontrada en las exca- vaciones realizadas en las ruinas del Colegio Mayor, titulado Oviedo. Delphinus Delphis, procedente del Mediterráneo. 100 Santiago: Universidad. Balenoptera musculus: esqueleto completo y armado, de un in- dividuo que fué encontrado en Abril de 1878, muerto y flotando en la mar, por unos pescadores de Son, en la Ría de Vigo, y fué ven- dido 4 una fomentador de salazones, el cual regaló á dicha Universi- dad todos los huesos después de haber aprovechado la grasa. La longitud total de este esqueleto es de 19,88. Phocena communis, del mar de Galicia. San Sebastián: Instituto. Balena biscayensis: esqueleto armado casi completo, del cual se ha dado una descripción detallada, y cuyo dibujo acompaña á esta Memoria, hecho por el alumno de Anatomía comparada, D). Manuel Janer y Ferran, comisionado por el Ministerio de Fomento para ve- rificar este trabajo que le honra y acredita. Sevilla: Universidad. Balenoptera musculus: esqueleto desarmado de un individuo que varó en 1884 en la costa Higuerita, junto á la isla Cristina. Delphinus delphis: esqueleto armado de un individuo cogido en Punta Candor, de la costa de Rota. Valencia: Universidad. Baleenoptera musculus: esqueleto armado, que mide 21,80 de largo, y procede de un individuo arrojado por la mar en la playa de Burriana (provincia de Castellón), el 19 de Febrero de 1861. Tursiops tursio : individuo joven, procedente de las costas de Valencia: longitud, 1,42. Delphynus Delphis: de 2,55, también del golfo de Valencia. Phoceena communis: de 1,2, de los mismos sitios. 104 Valladolid : Universidad. Phocoena communis: de nuestros mares. Zaragoza: Universidad. Una vértebra de Misticete, ignorándose de qué especie sea. Coruña. Existen en el Instituto varias vértebras soldadas de Ballenas que fuéron desenterradas en sus costas. Además de los ejemplares que quedan referidos se encuentran en los Gabinetes de los establecimientos de enseñanza oficial, debo ha- cer mención: 1. De la mandibula inferior de un cachalote, que aún se ve fija sobre la puerta de la bodega del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, Dicho cachalote, que en 1574 fué herido de un cañonazo, cerca del estrecho de Gibraltar, por la tripulación de una nave, le arrojó el mar en la playa de Valencia, cerca de la gola de la Albufera, y las mandíbulas presentadas al Rey D. Felipe Il; éste mandó colocar- las en el mismo sitio donde aún están. 2.” En varios pueblos de Galicia, Astúrias y Cantabria, se en- cuentran aún vértebras, que, como he visto en Camariñas, hacían servir de taburetes ó asientos las gentes pobres. 3.2 En un bosque del concejo de Villaviciosa, yace abandonada, hace muchos años, una mandíbula de Balena biscayensis, igual á la del Instituto de Jijón; y entre Candas y Luanco, en la playa de Antromero, existen otras tres mandíbulas, que sirven de pared para formar una rinconada, en la cual depositan los ribereños el ode ú algas marinas que en las mareas recogen, y, después de podridas, van á llevarse á los campos para abonarlos. 102 4.” Por fin, no son raros los casos de encontrarse en nuestras costas, arrojados por la mar, restos de esqueletos de cetáceos, que he visto algunas veces, recordando los once esqueletos de delfines dis- persos en los Sables del Barquero, y el esqueleto entero de un gran Misticete que existía hace poco cerca del cabo de Toriñana, según informaron al profesor de Paleontología de nuestro Museo de Cien- cias, Dr. D, Juan Vilanova. Restos de cetáceos fósiles. En el gabinete de Historia Natural de la Universidad de Sevilla, existen los de un cetáceo, que el profesor de dicha enseñanza, Doc- tor D. Antonio Machado, encontró próximo á las minas de carbón de piedra, junto á un molino de la ribera de Huercar, en el terreno mioceno; y como no se dan detalles sobre los caracteres que ofrece, nada puede decirse sobre la pertenencia genérica de tales ejemplares. En las colecciones de la Comisión del Mapa Geológico de España, existen restos de otro esqueleto de un grande cetáceo, sobre los cua- les trascribo las noticias que me han sido dadas por el Sr. D. Daniel de Cortázar, Secretario de la Comisión citada, á cuya amabilidad debo también las fotografías de dichos restos, que figuran en esta - Memoria. «En el año de 1877 se descubrió, en término de Cuevas de Vera, provincia de Almería, á unos seis kilómetros del mar Mediterráneo, la mayor parte de un esqueleto fósil de Ballena, del que se recogie- ron diversas vértebras y parte del cráneo y de ambas mandíbulas, cuyos restos existen en la Comisión del Mapa Geológico de España. »Los huesos fósiles estaban todos enterrados á menos de dos me- tros de profundidad, sin señales de haber sido acarreados, é indi- cando más bien que en aquel sitio encontró la muerte el enorme cetáceo de que proceden. La transformación de la materia orgá- nica ha sido completa, y sustituída por el carbonato de cal, quedando 103 todo cubierto por una capa adherente de arenas calíferas, de las mis- mas que constituyen el terreno plioceno, entre el cual se halló el fósil. > »Dicho terreno plioceno está formado esencialmente por gredas, margas y areniscas muy deleznables, en capas de espesor muy va- riable y posición próximamente horizontal. Suelen hallarse en este terreno venas y nódulos de yeso cristalizado, que cortan en todas di- recciones los estratos de la formación, cuya base se apoya en las ro- cas estrato-cristalinas de la sierra Almagrera, tan ricas en minas de plomo y plata. »Además de los restos de Ballena, en las mismas capas se en- cuentran otros fósiles, tales como la Ortroza longirostris, el Pecten opercularis, la Janira Jacobea, la Mactra triangulata, el Strombus bubonius, etc., que indican lo reciente, relativamente, [del terreno, y que además hacen comprender que el mar Mediterráneo se ha re- tirado por esta parte, dejando en las vertientes de la sierra los sedi- mentos, entre los que se ven hoy los citados fósiles. »Las fotografías copiadas, dan idea del estado en que se hallan los principales restos de la Ballena de que hemos hablado. » 104 BIBLIOGRAFIA Publicaciones españolas que se refieren d cetáceos, y la caza ó pesca de éstos, y manuscritos inéditos sobre la misma materia que he consultado para mi trabajo. Poco, muy poco he podido encontrar, referente á estos asuntos, escrito en nuestro idioma, así como es mucho y de gran importan- cia lo publicado en otros países. La decadencia completa de nuestra pesca ballenera explica la cuusa del por qué en nuestros días nada se escribe sobre tal materia, que ni en las obras de texto de Historia natural, que para la enseñanza dan á luz los profesores de tal cien- cia, se lee una palabra, al tratar de los cetáceos, que tenga otra im- portancia que la mera taxonómica, y esto no siempre al nivel de los adelantos del día. Así es que he tenido que limitarme á citar, por ór- den alfabético, los siguientes impresos, algunos meras listas de ma- míiferos, y aun de peces, en los cuales se ven incluidos los nombres de tres ó cuatro cetáceos, sin noticias biológicas que puedan impor- tarnos. BarceLó.— Apuntes para la fauna balear: Folleto en 4.*, de 16 páginas, publicado en los Anales de la Sociedad Española de His- toria natural; tomo IV, 1875. CaBrERA. — ¿etiología ibérica: Memoria de los peces del mar de Andalucía; autógrafo inédito del Magistral Cabrera, que da á luz, anotado, el Vocal naturalista de la Comisión central de Pesca, Ma- riano de la Paz Graells, en la Revista de la Real Academia de Cien- cias exactas, fisicas y naturales de Madrid, núm. 3 del tomo XXIL. CAVANILLLAS (D. Antonio). —Lequeitio en 1857: Una Memoria en que hace la historia de este pueblo, y habla incidentalmente de las 105 Ballenas. —Madrid, imprenta de J. Martín Alegría, San Bernardo, número 73, 1858. Corwme (D. José). — Ensayo de una historia de los peces y otras producciones marinas de las costas de (Galicia: pág. 104 y siguientes. Habla de las Ballenas y otros cetáceos de aquel litoral. DurAn.—Ballena monstruosa que pareció en alta mar, y trajeron al puerto de los Tazones los pescadores de dicho puerto, distante le- gua y media de la villa de Villaviciosa, en el Principado de Astu- rias, día 22 de Octubre de este año de 1778, delineada por D. Anto- nio Durán y Morera, médico titular del lllmo. Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Oviedo: Una hoja en fólio mayor, que, además de la descripción é historia, contiene estampado el dibujo grotesco de la mencionada Ballena, por el cual claramente se ve era un Cachalote macho. GrarLts (Mariano de la Paz).--Exploración científica de las cos- tas del Departamento maritimo del Ferrol, verificada de orden del Almirantazgo : Un tomo en 4.” de 540 págs., con láminas. —Madrid, establecimiento tipográfico de Fortanet, calle de la Libertad, nú- mero 29, año de 1870. Huerta.—7Zraducción de los libros de Cayo Plinio, seguido de la historia de los animales, hecha por el Licenciado Jerónimo de Huer- ta, médico y filósofo, y anotado por el mismo con anotaciones curio- sas, en las cuales pone los nombres, la forma, la naturaleza, la tem- planza, las costumbres y propiedades de todos les animales, pescados, aves é insectos, y el provecho ó daño que pueden causar á los hom- bres, y los jeroglíficos que tuvieron de ellos los antiguos, con otras muchas cosas curiosas: primera parte, dirigida al Rey D. Felipe UL, nuestro Señor, Rey de las Españas é Indias. —Alcalá, Sanchez Cres- po, 1602. Contiene sobre los cetáceos de nuestro litoral más noticias que algunas publicaciones modernas. Isarr (Dr. D. Lope de). — Compendio historial de la M. N. y M. L. provincia de Guipuzcoa, año de 1625.—El autor da en su escrito importantes noticias, principalmente referentes á las pesque- rías de los vascos, y entre ellas de las de la Ballena. 14 106 Macnano (D. Antonio). —Catalogo metódico y razonado de los mamiferos de Andalucía, etc. Cita cinco especies, entre ellas la Ballena mysticetes. Revista de pesca marítima. En el núm. 74, año de 1888, se publicó una Memoria inédita, cuyo manuscrito se conserva en el ar- chivo de la Academia de la Historia, y se titula Memoria sobre la pesca de la Ballena en las costas de Asturias y sus inmediatas, presentada por D. Felipe Canga Argiielles á la Academia de la His- toria en 1841. Acompaña una lámina que representa la casa de un puerto de aquel litoral, donde se hacía la fusión de la grasa de las Ballenas, y habiéndose prendido fuego á la caldera, acude la gente á apagar el incendio. SaNez-ReGuAr (D. Antonio). —Diccionario histórico de los artes de la pesca nacional.—Madrid, imprenta de Ibarra, 1791. Contiene en la palabra arpón un largo y detallado artículo sobre Ballenas y su pesca, en el cual da interesantes noticias sobre lo que se refiere á esta industria antigua de nuestros balleneros. SARMIENTO (P. Fray Martín). —Carta del 7 de Julio de 1760, di- rigida al duque de Medina Sidonia, en la que da noticias de varios cetáceos que recorren nuestras costas. SARALUCE (1D. Nicolás Saraluce y Zubizarreta). — Historia general de Guipuzcoa.—Vitoria, 1860. SARALUCE (el mismo). —Introducción, cap. Í, y otras descripcio- nes de la Memoria acerca del origen y curso de las pescas y pes- querías de Ballenas y de bacalaos, así que el descubrimiento de los bancos é ista de Terranova. —Vitoria, imprenta de los hijos de Manteli, 1878. En esta publicación el autor da interesantes detalles y noticias sobre la pesca de la Ballena por los vascongados, y sobre las recien- tes apariciones en las costas cantábricas, hablando de la captura de la Balcena biscayensis, cuyo esqueleto figura en el Gabinete de Histo- ria Natural de San Sebastián, siendo quien con otros cinco señores de aquel vecindario, pidieron al Municipio la adquisición de tan notable ejemplar para su Instituto de segunda enseñanza. 107 Nuevas cuartillas sobre asuntos balleneros que deberán adicionarse á las ya presenta- das á la Academia en mi Memoria sobre Las Ballenas en nuestras costas oceánicas Son confirmación de mi aserto referente á la no desaparición de los Balénidos que de antiguo visitan nuestras costas oceánicas, ya sea temporalmente de un modo fijo, ó más de tarde en tarde acciden- talmente, las siguientes noticias que sobre el asunto me han sido trasmitidas en el año presente. Las buenas relaciones que dejé en dichas costas cuando fuí en- viado por el Almirantazgo á explorarlas científicamente con motivo de asuntos de pesca, me tienen al corriente de las ocurrencias que en tales asuntos en ellas acontecen. No es extraño, pues, que yo tenga noticias de cosas que por lo general pasan ignoradas de mu- chas personas, que por otra parte no las dan la importancia que real- mente tienen. Un suelto de tres líneas, publicado en los periódicos de Santan- der en el mes de Abril, dió cuenta sin detalles de la varadura de un Ballenato cerca de Ajo, y pocos días después, los pescadores de La- redo me trasmitían detalles que casi al mismo tiempo me los confir- maba el Cura de Ajo, D. Luis Jorganes Roza, en la siguiente carta: «Muy señor mío y de toda mi consideración: el que estas líneas »le escribe, es Cura párroco de Ajo, en la provincia de Santander, y »vista una carta de V. presentada por D) Antonio López Cabada »para que le diera datos sobre la Ballena que salió en este pueblo en »los días primeros de Abril del corriente año, debo manifestarle que »á la pleamar de las cinco de la tarde se presentó el cetáceo en la »barra del puerto con dirección á tierra, pero como bajaba el mar 108 »rápidamente, se halló instantáneamente varada, haciendo grandes »esfuerzos para volver á Ja mar; pero ya fuese por el agua que por »momentos le faltaba, ó ya por la mala posición que tenía, no le fué »posible volver á nadar. »De los tres dibujos que V. manda para ver cuál era la figura de »dicho cetáceo, es el número 2, que corresponde á la Balrenoptera. »La longitud que tenía era de 30 piés, y ocho el timón de la cola. »Salió viva, y á dos piés de agua la mataron cinco hombres, con »hoces de rozar, siendo su último movimiento el abrir la boca é in- »corporarse. La cabeza era doble gruesa que el centro del cuerpo. No »la ví ningún marisco encima. El número de placas córneas de la »boca no bajaba de unas 300, aunque no las conté. Tenía la piel »tres ó cuatro pulgadas de tocino ó grasa en toda la extensión del »cuerpo, y al lado de los ojos y parte de la cabeza llegaba al espe- »sor de un pié. Estaban tan frescas las carnes, y tan bonitas lon- »jas tenía, que su vista convidaba á comerlas, y algunos las comie- »ron y me dijeron era buena carne. »En Enero del presente año se vieron en esta costa otras dos Ba- » llenas, conociéndose por dos castillos de agua que arrojaban. El li- »bro que yo tengo, y por donde distinguí que era Ballena, se llama »D. M. Pons y Puster. »Cuando la abrieron el vientre, estaba presente, y como mi ob- »jeto era ver si había peces, y éstos no les ví, no reparé más, »Los periódicos de Santander que anunciaron el caso, fué por mi »noticia. En mi poder se encuentran seis placas córneas de la boca, »pudiendo V. disponer de ellas. »Con este motivo se ofrece de V. afectísimo y dispuesto á ser- »virle, Luis Jorganes Roza.» Consecuencia de tales noticias fué encargar 4 mi amigo D. An- tonio López Cabada, fomentador de pesca de Laredo, que fuera á Ajo y procurase recojer los restos que encontrara de la referida Ballena, encargo que desempeñó con la mayor diligencia y con un celo tal, que á pesar de las contrariedades que surgieron, sin su empeño en 109 servirme y el auxilio y concurso del Alcalde y Médico de Ajo, los Sres. D. José María Carre y D. Benigno Carre, hermano suyo, no se hubieran salvado gran número de piezas esqueléticas que pudie- ron recojerse ela playa, y que hoy figuran ya en la sala de Ana- tomía comparada de nuestro Gabinete de Historia Natural, sin más coste ni gastos que los portes y embalaje para remitírmelos: tan cumplido ha sido el servicio que en provecho de la ciencia han lle- yado á cabo los señores citados, mereciendo plácemes cumplidos de los naturalistas, porque, después de estudiadas las piezas esqueléticas recogidas, resultan ser de la Balenoptera rostrata, Gray, antes Ba- lena rostrata de O. Fabricio, que aún no había sido señalada en las costas de España, sino de un modo conjeturado por mí mismo en la Memoria que presenté, y deberá pronto imprimirse, en cuyo catálo- go cetológico incluyo esta especie, sin más datos que algunas citas de haberse visto individúos extraviados en el Mediterráneo, los cua- les, para llegar allí viniendo de los mares del Norte, han debido re- correr nuestras costas oceánicas, y además, por tres placas córneas que me fueron enviadas de Laredo, y no pueden ser más que de dicho cetáceo. Hoy, pues, es ya un hecho inconcus> la existencia de la Balenoptera rostrata, Gray, en nuestra fauna cetológica; precioso dato obtenido merced al empeño en complacerme los seño- res nombrados, á los que, en nombre de la ciencia, les envío un voto de gracias. Pero no es esto sólo; porque además de las dos Ballenas que estuvieron paseándose por delante de Ajo en la primavera pasada, se me escribe que este verano ha sido tal el número de Balénidos que se han visto en aquellas costas, que los pescadores las contaban por cientos, cosa que nunca habían observado, y que les tenía alar- mados, pues con frecuencia salian á la superficie del agua al lado de las lanchas, temiendo un desastre por la contingencia de que las volcara con el poderoso empuje que traen al salir á respirar. Sospechando yo que los pescadores equivocadamente confundie- ran los Espodartes con las Ballenas, por ser aqnellos cetáceos tam-= bién de magnitud grande, aunque no tanta, y haberlos visto en 110 considerables manadas por aquellas costas, les hice presente mi duda, y me han contestado saben distinguir bien los Espartones, como ellos llaman á la Orca Gladiator, de las Ballenas, pues habiendo na- vegado muchos por regiones distintas de todos los mares, han te- nido ocasión frecuente de ver Ballenas propiamente tales. También me dicen en carta de 28 de Noviembre último, que, aunque en menor número, siguen en el día viéndose Ballenas en la costa, y es de suponer no sean de la misma especie que las del ve- rano, conviniendo mucho asegurarse de esto; cosa no difícil, si se tiene cuidado en examinar científicamente los individuos que, vivos ó muertos, arrojan á la playa las olas en las distintas épocas del'año, ó por lo menos adquirir los esqueletos de unos y otros para compa- rarlos, Si de las noticias que antes y ahora vengo consignando sobre cetáceos, renaciera la idea en nuestros pescadores vascos de empren- der nuevamente la pesca ballenera, á la que les brinda y aun pro- voca el encuentro diario de los gigantescos Balenidos, cuya captura tanta fama y riqueza produjo en remotas siglos á sus antepasados, por bien empleado daría el tiempo que llevo invertido, durante diez y ocho años, en investigaciones sobre tan importante asunto. 414 ” EXPLICACIÓN DE LAS LÁMINAS LAMINA 1. FicuraA 1.* Es copia de la acuarela ¡hecha por Alejandro Hueber á la vista de la Ballena capturada en la playa de Taranto el día 9 de Febrero de 1877, que Ca- pellini denominó Balena di Taranto, y según parece es la misma Bulena biscayen— sis de Eschricht. Figura 2.* Cría ó Ballenato de la Balena biscayensis; dibujo copiado de una litografía del Dr. Monedero, que lo sacó á la vista del ejemplar capturado en las inmediaciones del puerto de San Sebastián, en el mes de Enero de 1854. LAMINA II. Vista de San Sebastián y su marina, que representa á los pescadores vascos en el acto de acosar la Ballena vizcaina con su cría, cuyo dibujo está sacado del escudo de armas que existe en la Sala Consistorial de Lequeitio, y se reproduce en la figura 1.2 de la lámina VII. LAMINA III. Figura 1.* Esqueleto de la Balena biscayensis, Escrich, representado de cos- tado: dibujo hecho por el Sr. Janer á la vista del natural que existe armado en el Gabinete del Instituto de segunda enseñanza de San Sebastián (1). (1) Por falta de conocimientos en osteología, al armar este esqueleto se han cometido varios defectos que precisa señalar para evitar la censura de los entendidos en esta materia, y la de aquellos que le hayan visto y no encuentren conforme nuestro dibujo, en el cual se han en- mendado las principales faltas, que voy á señalar: 1.? En el ejemplar, la mandíbula inferior está cambiada la colocación de la derecha con la izquierda, y además vueltos hacia abajo los bordes superiores, resultando una notable deformidad. 2.* Todas las costillas están corridas ha 142 Ficura 2.2 El mismo esqueleto, visto por encima. Longitud total del esqueleto, 10,46"s, Longitud de la cabeza, desde los cóndilos del occipital hasta la sínfisis de la mandíbula, 3,2705, Anchura máxima de la cabeza, 21,00. Longitud de la región cervical, 0,300s, Tdem de la región dorsal, 1%,78 CS, Idem de la región lumbar, 1,17, Idem de la región sacro-coxigea ó caudal, 3M,96 Cs, Anchura máxima del tórax, 1%,760s, Anchura de la cuarta vértebra lumbar, tomada en los extremos de sus apófisis transversas, que es la mayor del espinazo, 0,76%, y desde esta parte hacia la punta, va gradualmente disminuyendo. Desde la 43 vértebra hasta la última, des- aparecen las apófisis espinosas y transversas, quedando sólo reducidas al cuerpo. LAMINA IV. Detalles de algunos huesos del mismo esqueleto. Figura 1.* Cabeza, vista de lado, un poco escorzada. a,b, es la longitud de la cuerda secante que va desde el cóndilo de la mandí- bula hasta la sínfisis, 2,8885, c, d, es la secante que desde el fondo de la bóveda palatina, va hasla la punta de los maxilares, y mide 2,5705, dejando así indicada la corvadura del expre- sado hueso. FiGura 2.2 Cabeza, vista por la cara superior. a, b. Longitud tomada desde los cóndilos del occipital hasta la punta de los maxilares, 2,8805, c, d. Longitud de las ramas de la mandíbula inferior, 2,8805, e, f. Distancia máxima intermandibular, 1,60"s, h, y. Anchura máxima del occipital, 0,7665, FIGURA 3.” Región cervical del espinazo, vista de lado. a, b. Longitud, 07,30%5,—c, d. Altura, 0m,4308, FiGura 4.2 La misma región cervical, vista por encima. a, b. Longitud, 0m,30%,—c, d. Anchura máxima tomada en la vértebra atlas, 0,m768, cia atrás, de modo que el primer par de costillas le han articulado con la segunda vértebra dor- sal, y el último con la primera lumbar. 3.? Las apófisis en Festán articuladas en el cuerpo de las vértebras, en vez de estarlo entre la conjunción de vértebra y vértebra, y además empieza la colocación más adelanle del lugar que deben ocupar. Estas anomalías y algunas más se han enmendado en la lámina que se da del esqueleto referido, que bien merece la pena sean corregi- das en el original. 115 FicGura 5.2 Aleta torácica. Ñ Omoplato.—a, b.—Anchura mayor, 0m,83%5,—c, d. Longitud desde la cabeza has- ta su borde mayor, 0m,640S, Húmero.—Longitud, 0m,41..“5,—Anchura mayor de su cabeza, 0, 305, Cúbito.—Longittd, 0m,445,—Anchura del cuerpo, 0m,18.—Anchura de la arti- culación carpiana, 0m,41', Radio.—Longitud, 0m,37.—Anchura del cuerpo, 0.m,09.—Anchura en la articu- lación carpiana, 0m,2065, Carpo.—Longitud, 0m,18%5. —Ancho, 0m,610, Dedos.—1.%...... 0m,]1]1CS, Do 0m,375, die 0m,480s, Aa 0m,66s, e 0m,5305, O a. 0Qm, 3405, FiGura 6.2 Primer par de costillas: a, la de la derecha; longitud de la cuerda secante que va de extremo á extremo, 0m,97%5; anchura máxima del extremo es- ternal, 0m,160s; e, d, anchura en el extremo vertebral, 0m,07 *5; », la de la izquier- da: longitud, 0m,83%; anchura del extremo external, 0 ,18: e, f, anchura mayor del extremo vertebral, 0,m9”, FiGura 7.2 Quinta costilla de la derecha: a, hb, cuerda de la curva que forma, ]m,20% anchura en su extremo libre, Om,11% anchura del extremo vertebral 0m,11'5; c, d, exlensión del radio aproximado de dicha curva, 1m,69S: esta medida sirve para indicar con la anchura de las vértebras dorsales, cuál sea la capacidad del torax en el esqueleto. FiGurA8.? Costilla dela derecha del par 13.9, longitud, 1m,188s, FiGura 9.2 Costilla de la derecha del último par, 0m,690s, FicGura 10. 2, 0, apófisis en Y: a, es la mayor: su altura mide 0m,18; ), la me- nor y última, 0 m,09%, LÁMINA V. La Balena dei Baschi (Baleena biscayensis Eschricht) catturata nel porto di Taranto il 9 Febbraio 1877. Dibujo sacado de un calco enviado al Sr. Vilanova por Carlo Ciapellini, Profe= sor de la Universidad de Bolonia. Las piezas esqueléticas que representan la cabeza vista por encima y de lado, deben ser copiadas de las láminas publicadas por Francisco Gasco en su Memoria titulada Zntorno alla Balena presa in Taranto nel Febbraio 1877, que se publicó en el Rendiconto de la Reale Accademia delle Scienze Fisiche e Mathematiche di Napole, con nove tabole, fascicolo 12, dicembre 1877. Nótese la diferencia del dibujo que en esta lámina representa al celáceo tendi- do en la playa, con el que se ve en la figura 1.* de esta Memoria, copiado de la de Capellini y hecho por Alejandro Hueber á la vista del objeto recien sacado del 15 114 mar. La figura dada por Francisco Gasco, se parece más á la de la litografía del Doctor Monedero de Pamplona. LÁMINA VI. Huesos de la Balena biscayensis conservados en el Instituto de Jovellanos de Gijón; dibujos copiados de una fotografía que me fué remitida por el Sr. Coman- dante de Marina. FiGuraA 1. Hueso mutilado, que mide 1m,28" de circunferencia. FiGura 2. Rama derecha de la mandíbula, vista por su cara exterior, que mide 4 metros de longitud. FiGURA 3.* La misma, vista por su cara inlerna. FiGURA 4.? La misma, vista por su borde superior para apreciar la corvadura, cuya cuerda mide desde la apófisis coronoides hasta la punta, 3m,430, LAMINA VIT. Escudos de armas que existen en los municipios de Lequeitio, Castrourdiales, Ondarroa y Plencia, en los cuales se ven representados barcos balleneros y cetá- ceos acosados por los pescadores vascos. Ficura 1.* Escudo colocado en la sala del Ayuntamiento de Lequeitio: en su campo se ve la Ballena vizcaina bien caracterizada, resguardando á su cría, como suelen hacer estos cetáceos cuando se ven atacados de cerca, tal cual se repre- senta en el dibujo de este cuadro. FIGURA 2.? Es copia del escudo de piedra que hay en la fachada de la casa del Ayuntamiento citado. Como en el anterior, se ve en el campo representada la caza ó pesca de la Ballena de los vascos, también reconocible á pesar de la tosca escultura empleada. FiGURA 3.? Este escudo, también de Lequeitio, es, por su leyenda, uno de los más cilados, y además de verse en su campo representada la misma escena que en el de la figura 1.*, con alguna diferencia pequeña en la lancha y arponero, hay una muy nolable, pues en vez de representar el celáceo la Ballena vizcaina con su cría, el dibujo claramente figura una Balenoptera también con su hijuelo resguar— dado, circunstancia que viene á confirmar la opinión que he emitido en la nota de la página 8. FiGura 4.? Es copia del escudo de la casa Ayuntamiento de Castrourdiales, cuya leyenda al pie, y cetáceo en el campo, dan fe de haberse ocupado sus mari- neros en la pesca ballenera. Ficura 5.? Escudo que usa el Municipio de Ondarroa, en el cual se ve tam- bién representada la Ballena. Figura 6.2 Escudo de armas de la Alcaldía de Plencia, cuyo centro ocupa un buque ballenero de los que iban á los mares polares. LÁMINA VIII. Escudos de armas de Bermeo. FicGura 1.2 Esel que usa hoy el Ayuntamiento. FiGURA 2.* Esel que hoy usa la Alcaldía. FiGurA 34 El que usaba antes la Alcaldía. FIGURA 4.* El que usaba antes la policía. FiqurA 5.2 El que antiguamente usaba la Sanidad. FiGuURA 6.2 El que últimamente usa la Alcaldía. FiGURA 7.2 El que se ve en la sala de la Casa Consistorial. FiGuraA 8.? El que había en los siglos Xv y XVI. FiGURA 9.2 El que se ve colocado en la fachada principal de la Casa Consisto- rial de la referida villa. En todos ellos se ven los balleneros dando caza á un cetáceo, y en las figu- ras 6,2, 7,3, 8,2 y 9,2 en el acto de clavar el arpon. LÁMINA IX. Dibujos de los restos fósiles de cetáceos recogidos en Cuevas de Vera (Alme- ría) por la Comisión del Mapa geológico de España, en cuyas colecciones se con- servan: FicGura 1.* Longitud, 0m,955; altura Om, 5565, FiGura 2.* Longitud, 1m,12%; altura Om, 4565, FIGURA 3.* Longitud, 1m,53%; altura 0m, 50%, y Om, 24 05, FIN Lo habria 4 D SR, e: A AA g ha o ' AL AN 0 II an CN 7 rl dlaa a A OT TETAS la Pan MA INEA A) EAN a 1 A mi RO mM WIN TO 10% EN ¿UM sE Ñ De a "ej Me MA 5 Mal AE "En A ul id A Y ” . UA HN metas 4 DI ! e Er id lOs mm aEIri0h: mb Y rd mur A it O IL ARA h A AA de az CM L " q MR A WN 0 AL A a al a | ed GA a E ÚS rl O O DN El y - Ñ O AAA Y ¡PORO me PAE Proa pa y: 1d yA M 1 | | | ' ' ] ; : Ue: o PSN pS : € AR ia y Lámina 1. Emman, Janer et Ferrán exscripsit. Fig. 2.2 Ballenato ó cría de la Ballena vizcaina. 4% E 4 3 al Lámina II. A Emman. Janer et Ferrán delin, Ballena de los vascos copiada del Escudo de armas que se ve en la Sala Consistorial de Lequeitio. á E $ o NN . Ml yo 20 2 e o p a O al 8 US. E ¡Mi A f SA Th TN .m TON A Mas a í Ñ ] IA ANA m e y . NS ” A TS mr 5 A E Í 1 CAI AS AR . QA A E NS 6 rr y p e K o. == 1% Y) : e Ñ O . o ay E ¡$ AAA E o A e Ñ 'N . A . A E Ñ d 2 E a Na "weno q Á nep PNL cd 10d “Sr —'opu3s00 ap ojsta ojoJonbs HT y'T SU sopuidoo soquy “vuouo od oysta oyoonbso OuIstu TH ed “UOLIYOS HQ sisuolivos:qg DUVIDE [e.1Mqvu Top a] O PEPE SEDES L RAR “111 eurue"T Escala 35 a Escala 37 | Emman. Janer et Ferrán | Lámina IV. Escala 77 Fig: 10 ra Escalaz5 a za s Escala Escala yy . ? Emman, Janér et Ferrán delineabit . | Balena biscayensis, D'Eschricht,—Copia del natural, “LL8T O18aqq9T 6] OJUBAB Y, 1 OO [9U eyeamgyep) “(quonos AL *sisualinosiq DUNE) MIST PP BULL Y 2 19 42UD/ “UM :A BuruerT Lámina VI. Fig. 14 Emman, Janer el Ferrán ex photographia exscripsit. Fig. 4.2 Huesos de la Balcena biscayensis Eschricht, conservados en el Instituto de Jovellanos de Gijón. pe PLENCIA Fig. 6.2 Emman., Janer el Ferrán exscripsit. Lámina VII. ET yA, + Armas, escudo y señal, Lequeitio reges debellavit, castillo, puente y Santa Ana, horrenda cete subjecit terra nayes, ballena y mar llena, marique potens. son de Castro la Leal. Fjg, 3,1 Fig. 42 Lámina VIII. Emman. Janer et Ferrán exscripsit. Escudos de armas y timbres de la Villa de Bermeo. "0919 9P PILA, Y] 9P S91QUI Á sema ap sopnosT "HSTALISTO UDAAI] 19 ADUDL “UDULMIET “IIA Purure”T Lámina IX. Emman. Janér ex photographia exscripsil. Fig. 3.* Dibujos de los restos fósiles de cetáceos recogidos en Cuevas de Vera (Almeria). ] 8 JGh har E AMA ¿e Ñ . E As pu dra SH e E a e a Le OS kV q p . y A RN E O sobr ón Dr Tia ÍNDICE PÁGS Las ballenas en las costas oceánicas de España......... DOLOR E 7 Documentos, observaciones y datos nuevamente recogidos...... Doa US ea 26 La pesca de la ballena en el litoral vascongado, por D. Cándido Ríos y Rial... UE op o ISSO dao poa VO Yon odos a Gococdlbdan 54 Recapitulación y deducciones que de los nuevos datos recogidos pueden SACars O ataldaa eleio o DEE Data IOSSO LLANO OL a SO uo OcSadoRo pe DÉDOUOSOnE 67 Deducciones ona. ios ale aero. UcudoDoDdr dogonor ooh, SODSOGÓGOS DO dOn aL aOoE 80 Más noticias sobre cetáceos que recorren los mares de España............. 84 Noticia de los esqueletos y huesos sueltos de cetáceos que se encuentran en los Gabinetes de historia natural de España......... VOS ISA ON OUSadRS OS 96 Restosidecelaceostiósiles aora aleteo al aletas SomdóNe Dodo. coooDo OS 102 Biblos ra Dad Lor ODO UOBAI SO Dd DOO Poo do oo0ondunao Ot Nuevas sillas sobre asuntos balleneros que debiión adicionarse á las ya presentadas á la Academia en mi Memoria sobre Zas Ballenas en nuestras COSÍAS OCCÁMACAS....... COGUnOnS IO MDOD0OmOS OrabaS SEróVoboD o: Dobbas 50565 20m 14 15 23 25 26 32 32 32 32 32 32 33 33 33 33 34 39 41 42 43 45 45 CORRÍJASE DICE importancia pequeña Ziphioides Fiched commue y ocupado en Historia natural al hablar de los cetáceos á continuación de los Delfines, Marsoplas y Orcas, Ondarra Ondarra tintorial consignar aducidos Sangengo en la mar bastanles más veces al cual que no son Ballenas que en su vista Anbase, del los los LÉASE pequeña importancia Zifioidos Ficher comme me ocupé de la Historia natu- ral yal hablar de los cetáceos es donde á continuación de los Delfines, Marsoplas y Orcas, Ondarroa Ondarroa tintorea exclamar recogidos Sanjenjo en lo más 3. 4,0 De 63% o 8.2 0 10.0 bastante unas veces que y no son Ballenas que de su vista Arbas, e del les les 52 02 72 72 15) sl sl s2 85 85 85 89 gladiator Castourdiales la que ellos las de Laredo (Húmphack;) dos de ellas que en ocasiones estaciona cayescos Camarón Rías penetran Barenidos Balenidos par la ballena Balenidos pescando Balenidos Balenidos Balenidos de los huesos de los mismos esto mismo descartarlas los pescadores Balénidos Beallnas pliegue torneado no torneado sin ranuras vertebrales Prendorca Kasteoart orca muso si notano traccie de pa- rassisti estrias ó rreflejos Megaptera boops Gray Flockfisch Balenido Razorbab Rohwal Vinwal Balenido Gladiator Caslrourdiales que ellos tal Laredo (Humpback;) donde ellas que en todas ocasiones estacionan cayucos Camariñas. rías penetren Balénidos Balénidos por las ballenas Balénidos paseando Balénidos Balénidos Balénidos de sus huesos esto en descastarlas Balénidos los pescadores Ballenas pliegues torneados no torneados sin ranuras; vértebras Pseudorca Easteoast Orca musso ai notato traccie di pa- rassili estrias ni reflejos Megaptera boops ó Megapleron Gray Pflockfisch Balénido Razorbak Rohrval Vinwall Balénido nuerto Bunsmeistes Wale tihagulik Capd” olla Capd” olla se la ve Combri traslados ha sido recogido por el una fomentador este mandó Ortreea. . r . p rea a nada se escribe sobre tal ma- nada aquí se escribe sobre esta teria nuestro Bourmeister Whale tikagulik Cap d'olla 1 Cap dolla í se le ve e Combis e ¡yA trasladados com los recogió él un fomentador mandó este Ostreea q maleria eN SIA y DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS EXACTAS, FISICAS Y NATURALES . DE MADRID TOMO XIII.—PARTE 5.* MADRID > IMPRENTA DE DON LUIS AGUADO : IR Sd, mo re) calle de Pontejos, 8 NP 1889 FE Ue Y o y) ' 0 Mo A y 2 . eN "h WANNA y Jl Ñ AA RÍA A pe IA > > An cs ARAR cn e A AAAARAnAO, ADAN Paba rA AA por Ps Pan, PA Pr ANP an? Rar. poo e PARO AAA IAS E AAA ASA A ad Moa a , Alala DA A IARAAA AAN AÑ R AAA SANA AAA a NAPA pRA A Lay y par / e q AMIA, EA AAA PARRA > A A ARA SPAN rea Ao A A PROA EEROGASIAA ar AN AAA RA a - A A A É RA An BA: AAN an”. an, PA Ade Aññ AN AAA TIT AAA, Ar nn: Ann ARAN, A PARRA MA OO ARA ARA = A AR a WAN A A + p! A, L AAPAAPP . A A Pa PAR A pP AR Anal ¿ASA Pa 7 AURA ALAARARA A ADRERA l A LABRA AR NAAA ARA ARCA AR ERAS ] AAN á Al ap AA AL! YA Am AAA AAA o RED TAOn A An APA ARAS PO AO e A APRA ¿APRA Mis ATAARA 2AA Ane nes : PA ¿Ann A co ' ON Ae E ni JPA J “aña na R ; da AAA m a wecuLere, PUE RADA ANA paz e IN al AA PAS PARAR rt E A A Ln ARMA AA 2. A / za pel AA tn RRA A RARA OA ARO PERO par ¿20 An ma o Pm ay AAA A ARAAAA DADA A paty im AA May, PAPAsO OA RADA: ALARRARA. A ñ a a (A a, LN A > Mm SAA ARRE ed Ve ¡AJA / A A A AAA AAA AAN > PRARARARA GARRAS PARAR ÍnAS ; VA ¿AARARA JA ARRAÓA: SÓN PA Mi Ann ve pad ACA SECOS ¿AAA cArvma A Rnn RAYA MA o a AO ARA DAA coco ARA MAA A A Mana, AARA, Pan” An BrA Da [O 4 e s ra Ñ f 8 APRAPAAARA AY a AN e An AMA ARA OA AN yA MEA San 2 RA ACERA AAA AAA Sa, DAMALA A A TEA GAR NOA SN AS Pg eno MAAMAA AA Ana Ar NAAA ARA EA, ra rr ARA AGAR AMAN ARAAAA eres AAA AR BA AA sáb ARAN APA ÑARARARAR AAA ATAR A LMAn AAA r pa AA, 4 BAAOa,A0 A Pana lA ApAmpre AA A de ze AA CEN: AAA CA pai AR AAA RAMA AAA RA RAAAACARA A ABARAAA AAA A AAA | ARA A A A : NA A y PP aa AR nana AAA DAA IA paz A pS a a AAAAL nar NM AAAAMArNr Ar DAA sal ARA AA Y, AAPCARA JARGÁN 5 ARMAR AGRA AOS IA ARARRAApS AN ARI ANA ADAARA AAA AAA A AA A, a ny? ha RARA PA ARA AR ARAnk AOMADA Anja AM TY LAMA LARA ARAN AA A > AAA MARARA ACIrAPA RARA RARA PAR ARAORRARA PARRA 108 AAA ARAGAO A e AMAN sóó ARA ARARAR ANA A ob AA SA AAA PRADA: SA AAPARA a A ca AN A 2phA PA Pan Pa ames 9% DONA ARMA 52289 AAA VAR A0A AA A PR AA a zen PARAR AAA cs ARARARRRAR As A ARACASALAS DO AAA APLTOARRAR ANAIS AA ALAA AÑADA a demas e0 USADO ARDRARA A DAS DAA” AA ¿A A 2 2009 Pa Pa RSC Y A As SAR ARAFAMA ARGAA ARA AA PR PEGA órE ARA? aan ARAÑA Aman, Amro AAN AMA ASAS AAA ADORA crenA Abona 2 ARARAAAR Aaa A 2% Ver A A A ARAS SCA IA A AA DAA ORAR RARA OO AS ROA aa AAA La ARAN ds e 62h y APRA AL ARARAARAS ARA ABBR ARA ARA an AIN ATI 5 AAA AALAR AN ÍA ARALAR A AAA SER YY SESARAAA Aelaatyód TON AN AAA Ann e Aa la] lA ARRA ARA sab " PS DARDO RARADADA ARArnA RANA APRA A SR A O ans A AAA E An TITAN AA OA En AMARARA A AA Ai q RRA a ÓS A. a SA a Sally A TA NA PERRA AAARIAR VA ASGRAAARÍAO AN A ANAARAARASA "AA ARIANE A SAS TIA 7 ab Y y IRPLERR ER IN IIA 4 GO Y ÑS 4 LN ADS YN A II YY o GU YU Ad e MA ] Á . j dd AO É o E Ñ 7 we ÚS Y PO 590. 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