^m
V
*
.#
C D L T.
jní.iS. CírmonS; tculv.
LAS ERÓTICAS,
Y TRADUCCIÓN DE BOECIO
DE
Don Estevan Manuel de Villegas, T O M O I.
Con Licencia de los Superiores,
En Madrid. Por Don Antonio de Sancha. Año de M. DCC LXXIV.
Se bailará en su Librería en la Aduana vkja^
4.
•* 'r* ' • V.
c/>
AL EX.^^ SEÑOR DON
Manuel de Roda y Arrieta, del Consejo de Estado de S. M. su Secretario de Esta- do 5 y del Despacho Uni- versal de Gracia y Justicia.
Ex Mo SeíÍor,
J ^As distinguidas circunstan- cias de V, E. su elevado carader^ y alto destino : la perfección con que V. E. posee las Letras Huma- nas j que le han allanado el cami- no para hacerse dueño de las Cien- cias superiores ^ y decorarlas con
ai la
la amenidad de las Musas: el deli- cado gusto y exquisito discerni- miento con que sabe V. E. cono- cer y apreciar el mérito de nues- tros insignes Poetas ^ y singular- mente del Autor de las Eróticas, me mueven á poner baxo su pro- tección las Obras de este ilustre Español y y las Memorias de su vida y escritos. Dignese V. E. ad- mitir este obsequio propio de la generosidad de un Ministro sabio, debido a la buena memoria de D. Estevan de Villegas^ y preciso en mi gratitud y reconocimiento.
Ex."^*» Señor.
Vicente de los Kios.
ME-
MEMORIAS
DÉLA VIDA Y ESCRITOS
DE
Don Estevan Manuel de Villegas.
POR
Don Vicente de los Ríos , Académico de número
y^^evisor de la Real Academia de la Historiay
Supernumerario de la Española , y de Buenas
Letras de Sevilla , y Socio de Erudición de
la Regia Sociedad.
Síc honos ct nomcn divinis vatibus , atque carminibus venit.
Horat, ad Pisón,
Nuestros ilustres íoetas serian estimados generalmeñ-» te en Europa, si sus obras fuesen menos raras , y su mérito no estubiera tan obscurecido é ignorado. Las naciones sabias , que se esmeran en multiplicar las edi- ciones de sus buenos escritores , poniendo al frente dé ellas la historia de los estudios con que se hicieron acreedores á la estimación pública , nos presentan uii' exemplo digno de ser imitado para honor de nuestr^i nación , y para estimular en ella la cultura de las Le- tras humanas.
Con este fin se hace la presente edición de las Eróticas ó Amatorias j y de la traducion de Boecio de Don Estevan Manuel de Villegas. Ambas obras se han hecho raras, por no haberse impreso mas que una vez ; y am- bas son muy apreciables y á propósito para dar idea de
a 5 .núes-
(vi) tMiestra Poesía liria. (*) Una y otra mani6estan la dis- creción y buen gusto de su Autor , tanto en la opor- tunidad y propiedad de los pensamientos , como en la pureza , amenidad y elegancia del estilo : por lo qual se dan al público ahora del mismo modo que salie- ron de su mano entonces , sin abultarlas con notas y co- mentos superfluos , ni desfigurarlas con enmiendas ó cor- reccionjs voluntarias. Solo se añaden algunas traduccio- nes inéditas de Horacio , y Anacreonte , manuscritas en el exemplar de las Eróticas que posee el Editor.
Las Meniorias de Don Estevan de Villegas se divi- den en cinco Artículos relativos á su patria , edad , cali- dad , estudios, y obras. Todas las noticias que contienen son sacadas de documentos auténticos , ó de los libros impresos, y manuscritos originales de este Autor, que se citarán con individualidad para comprobación de los he- chos , y satisfacción de los lectores. (*)
X.
(*) El Señor Chabanoii, de la Academia de Inscripciones y Bellas Letras de París, dice en el prólogo de su traducción de las Odas Py- thicas de Píndaro : arte nrtestrxs Poesías liric.ts son tan poco conocidas, tfue casi no se hdUn en Biblioteca, alguna ; fero que juagando de ellas por varios fragmentos que han recogido y citada lo' autores estrangeros , j> también por algún Soneto de Lope de Vega que ha %>ijt9, le parece que las ideas de los Ltricos Españoles son enfáticas y gigantescas ,y sus expresiones hinchadas , extravagantes , y obs- curas; vicio peculiar de nuestra nación , que segun^ su dictamen tu- bo principio en Séneca y Lucano. Pa»3 desengañar á este sabio Aca- démico hubieran sido muy oportunas las Eróticas de Villegas , Obra, Íue aunque rara, se encuentra en muchas Bibliotecas , como también is de los Argeiisolas , el Bachiller de la Torre , Francisco de Figueroa, Lope de Vega , Don Luis de Góngora.el Principe de Esquilache , y otros varios Líricos Españoles : su lección le hubiera hecho conocer ,que aunque nunca es justo desacreditar la literatura de toda una nación, pero mucho menos quando no se han visto , laido y examinado con reflexión é imparcialidad las obras de su5 buenos escritores.
(*) Los Manuscritos de Villegas que existen son : dos volúmenes en folio de Disertaciones críticas en lergua Latina , que poseía el Pa- dre Mro. Sarmiento Benedictino : un Códice de varias Cartas y Obras en verso y prosa, dirigidis á Don Lorenzo Ramirez de Prado , que está en la Librería del Colegio Mayor de Cuenca, num. 178. y tres Sátiras , cuya copia tiene el Autor del Parnaso Español , quien ha pu- blicado ya una noticia de la vida de Villegas sacada de estas Me-
(vü)
Tatrta del Autor.
I T A autoridad de Nicolás Antonio bastaría para per- X^ suadir , que Don Estevan de Villegas nació en Nágera , si no diesen sobrado fundamento para dudarlo las fachadas ác\ primer volumen de sus Disertaciones criticas , donde se intitula natural de Matute ' : testi- monio que parece debe ser preferido al de otro qual- quiera escritor , como mas cierto y positivo. _ 2 Tal se creyó hasta que algunos lugares de las Eró- ticas dieron motivo para sospechar que estaba viciado el manuscrito : lo que es evidente , y confirma el dicho de Nicolás Antonio.
3 Ya se sabe que los Poetas , especialmente los líri- cos, se esmeraron en elogiarlas particularidades de sus Drovincias y patrias. Villegas lo hac- asi con el rio de Nágera , asegurándole la primacía entre los demás de Es- paña , como consecuencia de la publicación de sus Poe- sías. ^
4 En fuerza de esta congetura se examinaron cui- dadosamente los dos volúmenes de Disertaciones , y se descubrió^ la alteración hecha en el primero por "los frontispicios del segundo , que están coníbrme los es- cribió el Autor , y dicen clara y distintamente que crá natural de Nágera. ^
f Lo mismo se comprueba con su partida de ma- trícula sacada de la Universidad de Salamanca + : docu- mento auténtico que demuestra su verdadera patria, y la suposición de los que intentaron dar á Matute la gloria de tan ilustre hijo.
IL
Época de su nacimento y de su muerte.
6 Don Estevan de Villegas nació á fines del si- glo diez y seis, y murió el año de i<569. Si su íe de Bautismo se hubiera hallado en el Archivó de Santa
<i»4 Ma-
(vüí) María la Real de Nágera , donde debía existir , ten- dríamos un documento seguro para ftjar la época de ■ su nacimiento 5 pero no habiendo sido posible encon- trarla , es forzoso recurrir á otras pruebas , que nunca pueden ser tan adecuadas ni convinconres.
7 Nuestro Autor confiesa en la Dedicatoria de sus Cantinelas al Condestable de Castilla , que tenia veinte años quando les dio la última mano '. Tan^bien ase- gura en una Elegía al Conde de Lemos , que pasaba de esta edad al tiempo que la compuso *. En cuyo su- puesto, estando dichas poesías incorporadas con las Eró- ticas, se infiere que tenia cumplidos veinte años en el de 1 6 1 6 , en el qual estaba concluida ya esta obra, y pronta á estamparse , como consta de las aproba- ciones de Cristoval de Mesa y Gerónimo Alarcon. Por consiguiente se deduce que nació cerca del año de i s^6.
8 Confirma este cómputo la segunda sátira manus- crita de nuestro Autor. De ella resulta que en el año de 1626 en que se casó , tenia cumplidos treinta de edad 7 : lo que igualmente prueba que nació por los años de i)S»<í.
9 La época de su fallecimiento el dia tres de Sep- tiembre de 1669 consta en la partida de entierro , que existe en el mencionado archivo de la Parroquial de Naetra. *
III.
Calidad del Autor.
10 La familia de Villegas era oriunda de Pie de Concha en la Montaña , y una de las principales de Nágcra. Lo primero lo dice el mismo en sus Poe- sus " : y lo segundo se deduce de sus ilustres enla- ces , y "los distinguidos empleos de sus parientes , que también refiere.
1 1 Su matrimonio con Doña Antonia de Leyva , y el de una hija suya con D. Dionisio de Londoño , son dos pruebas nada equívocas del histre de su casa. Las expresadas familias de Londoño y Leyva son de las ñus antiguas y conocidas de Nágera , y de esta clase
erj
era también la ele Villegas por notoriedad , por púhlicz fama , y por todas las demás señales de la distinción de una casa , que constan del testamento de nuestro Autor '".
I i Sus deudos eran no menos distinguidos é ilus- tres. Don Bernabé de Andrade Caballero del Orden de Alcántara , Oydor de Valladolid y y sugeto de no- toria nobleza , era su pariente muv cercano ' ' : como también Don Sancho de Villegas Caballero del Orden de Santiago , cuyos hijos dieron mucho honor á 1^. fa- milia. El menor fue Oñcial de acreditado mérito , y murió en Sicilia de Capitán de Navio : los deni is as- cendieron á los primeros empleos de la Iglesia , y la Toga. El año de 16^6 tenia el uno plaza en la In- quisición de Córdoba , otro en la Chancilleria de Va- lladolid , otro era Fiscal en la de Granada , y el úl- timo estaba sin acomodarse. Por esta razón le reco- mendó nuestro Villegas con mucho encarecimiento á Don Lorenzo Ramírez ' ' ; y su carta nos ha conser- vado la memoria de esras distinciones de su casa y fa- milia , cuya relación no debe mirarse como superflua en las Memorias de un Sabio , aunque á primera vista lo parezca ; porque el estudio , aplicación , literatura y demás prendas personales resaltan mas y lucen me- jor sobre el fondo de la nobleza.
IV.
Sus Estudios.
1? Un lugar de las Eróticas prueba que nuestro Autor se crió en Madrid ' ' , donde verosímilmente estudió las letr.s humanas , y se mantuvo hasta en- trar en la pubertad : pues por el contexto de una Ele- gía á Cristoval de Mesa ' + se colige , que su madre no le permitía volver á Madrid , recelosa de algunos excesos , que anteriormente había cometido , los quales manifiestan , que había permanecido en la corte mas tiem- po que el á: su niñez.
14 En él supo adquirir la comunicación é intimidad de ios mejores y mas célebres Poetas de aquella era,
prin-
principalmente del Rector de Villa-hermosa , cuyo mé- rito conocía y apreciaba de modo que lo eligió por modelo y norma de sus composiciones 's. Se descu- bre tanto en ellas el numen de Argensola , que aunque el mismo Villegas no confesara que ss había empeñado en imitarle , bastaría la lección de sus Eróticas para conocer , que aquel grande hombre , ó quiso revelar los secretos de su musa á nuestro Autor prendado de su ingenio , ó no pudo ocultarlos de su penetración.
if Sea como fuere , no admite duda que á la edad de catorce años pasó á Salamanca á estudiar la Facultad de Leyes, para la (}ue se matriculó en el de lóio y lói 2. Entonces su mérito y smgulares talentos le grangearon la amistad de los Ministros mas sabios que hubo des- pués en los primeros tribunales de la nación : de este número fueron Don Santiago Riaño de Gamboa , y Don Juan Bautista Larrea , ambos Consegeros de Castilla , y Caballeros del Orden de Santiago "^ , los quales estima- ron siempre la aplicación de Villegas á la Jurispruden- cia , conx» si únicamente supiesen esta facultad > é hicie- ron al mismo tiempo tanto aprecio de su numen y esquí- sita erudición , como si solo fuesen humanistas ; acredi- tando con es'e proceder que entre nuestros Magistrados nuncí han falcado nm:hos qnt sepan suavizar la serie- dad de la toga con la afabilidad de las musas.
1(5 Como el estudio útil para los hombres de distin- ción se limita en España á la Teología y Jurisprudencia, es creíble que los padres de nuestro Autor lo destinaron á las leyes , sin consultar , y quizá sin conocer sus ta- lentos , y genio inclinado á las letras humanas > y par- ticularmente á la Poesía lírica.
17 En efecto las Eróticas publ'cadas el año de 1618 manifiestan su pasión á este ramo de las bellas letras , que le ocupó la mayor parte de su juventud, hasta que le separaron del comercio de las musas otros pensamientos relativos á su colocación y estado. Tal fue su matrimo- nio en el año de i6i6 : al siguiente nació Serafín Anto- nio su primogénito , y sucesivamente María Violante, Rosa Francisca , y Bartolomé Bernardo " ^ , que fue discípulo del Licenciado Francisco Cáscales , según se ín-
fie-
fiere de una de las disertaciones de Villegas **.
1 8 A mas de los referidos , cuvas partidas de bautis- mo existen en la Parroquial de Nágera , tubo nuestro Autor otras dos hijas que constan por su testamento * ** La precisa distracción que trae contiguo el aumento de familia , principalmente en un sugeto distinguido y p>o- bre,es forzoso que influyese en su aplicación y estudio, y amortiguase el calor y fecundidad de su musa. Por estos motivos, y por el poco aplauso que tuvieron sus pri- meras producciones , abandonó la Poesía , y se aplicó á los demás ramos de letras humanas, donde encontró , se- gún dice , igual placer, y menor trabajo. El año de i<í?8 continuaba estos estudios en las Bibliotecas de Madrid, con especialidad en la del Conde E)uque *". Después se dedicó del todo á la varia erudición , y corrección de los autores antiguos,que siguió algunos años , en los quales compuso sus disertaciones criticas, que tenia con- cluidas el de lóJO. *^
iS> De la correspondencia que por entonces tubo Vi- llegas con Don Lorenzo Ramírez resultó que empren- diese la glosa del Código de Teodosio , en que estaba trabajando el año de i<íyf **, y la hubiera adelantado mucho si otros acasos que sobrevinieron no hubiesen trastornado sus ideas.
20 A principio del año de I6<í^ tubo una enferme- dad peligrosa que lo puso á los umbrales cíe la muerte, tanto que por esta razón otorgó Testamento en 2z de Febrero del mismo año. Después que se recuperó vol- vió á reconciliarse con las Musas por medio de algunas obras apreciables,como lo es la traducción de Boecio que
Eublicó el año de i66í. Entre es:as ocupaciones le so- revino la enfermedad de que murió , habiendo hecho antes un codicilb á iz de Agosto de i669 *'. El admi- rable talento con que Don Estevan de Villegas unió unas facultades y estudios tan distantes no puede cono- cerse mejor que por sus mismas obras , cuyo mérito va- mos 4 referir»
y^
Cxií) V.
Mérito de sus obras,
ir La primera y mas principal fue la coleccioa de sus Eróticas ó Poesías amatorias. Imprimióse en Naqera por Juan de Mogastón , y contiene Odas , Cantinelas, Elegias , Idilios , Sonetos , Epigrammas , Poesias en me- tro Latino , y traducciones de Poetas antiguos , singu- larmente de Horacio, y Anacreonte. Varias de estas comoosiciones ftieron una diversión de la ri.ñe?. de •iVillegas ' ♦ ; pero como los talentos , y el de la Poe- sía soHre todo > nacen con los hombres , no es mara- villa que principiase tan temprano á esperimentar los influxos de su musa, lo notable es que á la edad en que puso la última mano á las Eróticas supiese adornar sus versos con las fábulas de_ la Mitología , y enriquecerlos con las verdades de la Historia : que uniese en sus com- posiciones la festiva libercai de Anacreonte, y la ame- na suavidad de Carulo , con la elegancia singular á Ti- bulo : one tubiese en fin igual acierto para manejar la lira de Hora>:Io, y la avena de Virgilio , que para cal- zarse el coturno, de Euripides. El estudio^ necesario para entender las lenguas sabias hasta el ^término de tra- ducir ó imitar felizmente los Poetas clásicos , es notorio á todos los que las po<^een , que son los únicos jueces competentes en esv. materia.
zz Solo el buen gu<^to bebido en los originales de la antigüedad basta para perfecc'onar á !os que han nacido Poetas. Los Griegos fueron los primogénitos de las musas , V en sus Odas, comparadas^ con las de los Lati- nos, se conoce luet^o la preferencia , y el derecho de mayoría. Anacreonte es mas dulce , Pindaro mas ^ atre- vido , mas fogosa Safo , y mas mag;stuoso Estesicoro. Casi lo mismo sucede con los Latinos respecto á W líricos m3Íern")9 ; í/ entre estos han sobresalido siem- pre los que se esmeraron mas en el estud'o e imitación de los antiguos , c'>m> hizo nuestro AtJtor. E; espíritu de Anacreonte y Caculo que co^-ió con tanta destreza
en
I
en las traducciones de estos célebres líricos , procuró también imitarle en sus propias composiciones. La lucha del Amor y la Abela es una Cantinela graciosa , libera, y llena de viv¿za , narmonia y naturalidad , como las de Anacreonte (*). Igual mérito tiene la pintura que hace del Dios Baco en la ultima estrofa de la Oda á Vulca- no ' ' : y la Paloma mensagera de los amores del líri- co Griego parece que comunicó parte de su delicadeza y galantería á la que servía de correo al Español. ** z 5 No es menos afectuoso y agradable el Pajarillo ue se queja al ver robado su nido. El pensamiento e esta Cantinela lo tomó nuestro Autor de Virgilio, que compara el llanto de Orfeo por Eurídice con el sentimiento de un Ruiseñor que ha perdido sus hijuelos» La circunspección y sabiduría del Poeta Latino no bas- tó para que dejase de incurrir en la incongruencia de representar ai Ruiseñor cantando de noche a la sombra de un álamo; Este descuido, que notó el erudito Pedro Daniel Huet , supo evitarlo nuestro Garcilaso amplian- do y mejorando en su primera Écloga la comparación de Virgilio ; pero no le es inferior Villegas. Su Canti- nela es tan original , tan dulce , y tan llena de imágenes y gracias nativas , (*) que no desagradará aunque se
com-
* ' I , ■ I,
(*) Aquellos dos Verdugos de las flores y peclws, el Amor y la Abeja, á un rosal concurrieron. Lleva armado el nmchacho de saetas el cuello, y la bestia su pico de aguijones de yerro. Ella va susurrando, caracoles haciendo; y ¿1 criando mil risas, y cantando mil versos. Pero dieron venganza luego á flores y pechos, ella muerta quedando, y el herido volviendo.
{•) Yo VI sobre nn tomillo 1 ^ucjarjc un PajariU»
vien*
( XIV )
compare con el Pajarillo de Lesbia de Catúlo, que por su delicadeza se ha creido muy difícil de traducir en las lenguas vulgares. A semejanza de estas pudieran seña- larse otras muchas composiciones de Villegas dignas de igual aprecio , y acreedoras á los hipérboles con que Julio Escaligero , Paseracio, y Nicolás Borbon elogia- ron á Horacio , Ronsardo , y Bucanan ; pero las referi- das bascan para (jue se conozca el esmero con que nues- tro Autor estudió los mejores originales de la anti- güedad.
z4 Lo cierto es que no contento con imitar el ad- mirable orden de los Poetas Griegos y Latinos , la dis- creta elección de sus asuntos , el enlace y propiedad de sus pensamientos , la naturalidad y harmonía de su estilo , quiso también imitarlos en el metro ; manifes- tando que la lengua Castellana es capaz de muchos pri- mores de la Latina , y que el uso constante de las ri- mas » I f
viendo su nido amadoi de quiea era caudillo, de un labrador robado. Vilc tan congojado
Jior tal atrevimiento ar mil quejas al viento» fiara que el Cielo santo leve su tierno llanto, lleve su triste acento. Ya con triste hamionia esforzando el intento mil quejas repetía : ys cansado callaba , y al nuevo sentimiento ya sonoro volvía: ya circular volaba : ya rastrero corría : ya pues de rama en rama al rústico seguía: y saltando en la grama, parece que decía : dame rustico fiao mi dulce compañía: y á mi que respondía el rustico ; no quiero.
tftt. ftirt. t. Ut. Ú
iflas para la versificación ka procedido de la pereza ó descuido de nuestros Poecasjmas bien que del genio é Ín- dole de la lengua. Sus Exámetros , Pentámetros y de- más versos en metro Latino son naturales , llenos y so- noros; en especial los Saficos-Adonicos. Fl Maestro Per- nan Pérez de Oliva , el Doctor Luis González, Am- brosio de Morales , y DuartJ Nuñez de León inten- taron manifestar la afinidad del Castellano y Latin con discursos y versos en ambas lenguas ; pero no puede ha- ber mayor prueba de la dulzura , amenidad y seme- janza de la nuestra con la Latina , ni mejor elogio de Villegas , que una de sus Odas en este metro ,_ que trasladamos aqui como un egemplar de esta especie de Poesía. (*)
zj- No fue él quien la introdujo y dio á conocer, pues en los coros de las Nises de Gerónimo Btrmiudez hay excelentes Saficos-Adonicos , metro que igualmente usaron otros Poetas, aunque no con el mismo _ acierto; pero Villegas , empeñado en ilustrar nuestra versificación, no quiso limitarse á estos versos , y se valió también de los Exámctrps y Pentámetros muy poco conocidos b has-
(») Dulce vecino de la verJe Salva, Huésped eterno del Abril florido, Vical aliento de la iriadte Venus ,
Céfiro blando. Si de mis ansias el amor supiste, Til que las quejas de mi voz llevaste. Oye , no temas , y á mi Ninfa dilc,
Dile que muero. Filis un tiempo mi doloi ssbia, Filis un tiempo mi dolor lloraba, Quísome un tiempo ; mas agora temOj
temo sus iras. Asi los Dioses con amor paterno. Asi los Ciclos con amor benigno Nieguen al tiempo que kliz voUfes
Nieve á la tierra. Jamás el peso de la nube parda, • Quando amanece la elevada cumbre. Toque tus hombros, ni su mal granizo
Hiera tus alas.
irtt. furt. X. lib. 4.
hasta entonces de las Musas Castellanas. Este pensamiento ha logrado el aplauso de hombres sabios e imparcia- les , sin embargo del poco aprecio que mereció á mu- chos contemporáneos del Autor.
26 Su versificación en metro Latino les desagradó porque era nueva , y porque excluía Ja Rima, que crcian precisa para hacer sonora y harmónica la l'oesia Cas- tellana. En uno y otro manifestaron bien el ro que juz- gaban por las preocupaciones de la educación y cos- tumbre , y que no tenían oidos sálalos. La sana razón enseña que las no'/edades deben ser preferidas á qual- quiera uso, por antiguo que sea , quando lo mejoran y perfeccionan ; y no admite duda que el sistema métrica ce los Griegos y Latinos excede incomparablemente al de las Rimas modernas en magestad , número y har- ínonia.
i 7 Si se considera el diverso origen que tubieron el metro Griego y la Rima se verá su diferencia palpable- mente. Aquel fue inventado por unos hombres de admi- rable ingenio, y delicado gusto , á quienes las Musas concedieron el privilegio de hablar con perfección , ele~ eancia y melodía. Al contrario la Rima es hallazgo de los siglos bárbaros , en los quales ni habia quien tu- biese elección para inventar, ni menos quien conociese los buenos ]?oetas antiguos para imitar su versificación. Por esto en aquel tiempo grosero y^ rudo, lejos de va- lerse del metro Lati o para perieccionar la Poesía vul- gar , deslucieron con la R;ma el decoro y magestad de Jas Musas Latinas. Asi se ve en los versos Leoninos , que ofenden la razón con la estravi^gancia de las ideas, igualmente que los oídos con la dureza y nronotonia del sonido.
i 8 El medio mas oportuno para demostrar la prefe- rencia del m.etro Lañno sería el análisis de ambas ver- sificaciones ; pero ni es propio de este lugar , ni tam- poco preciso para nuestro asunto : pues la ventaja de aquel m.etro resoecto á la Rima es tan clara, que la co- nocen V confiesan <.un los mi'.n os que en el dia no aprueban el pensamiento de Villegas. Su única objeción Consiste en que comparados los versos de este Poeta con
los
fxvíí) los de Virgilio y Horacio , y el estado actual de nues- tra lengua con el de la Romana , parece que aquel sisre- tna métrico , aunque mejor y mas propio para la Poesía, no es adaptable al Castellano. Este es el fundamento que alegan 5 pero si se examina y reflexiona con imparcia- lidad se vera que en nada disminuye el mérito de Vi- llegas.
^s> Verdad es que en sus versos no se encuentra ni la facilidad , ni la elegancia , harmonia y libertad de los buenos Poetas Latinos : también es positivo que Jas silabas de dichos versos no tienen la cantidad precisa para la exacta formación de los pies , como la tenían aquellos : é igualmente es cierto que la lengua Castellana es menos flexible , y mas uniforn.e en sus construcc'ones que lá Latina ; pero no por esto debe concluirse que su genio es opuesto al metro Latino y ni menos que las composiciones de nuestro Autor no son apreciabíes. El que pretendiere probarlo haciendo un paraLlo entre la lengua Castellana y Latina, y entre los exámecros Espa- ñoles y Romanos , será muy injusto si compara los de Villegas con los de Virgilio , y la sintaxis y prosodia de los Latinos en tiempo de Augusto con la de los Castella- nos en el siglo diez y siete. Eito seria lo mismo eme comparar la lengua Latina en tiempo de Nevlo y Pa- cuvio, con la Griega en la edad de Homero, y los in^ formes versos de Lucilio,con los de la Iliada y Odisea. Es forzoso pues para que el paralelo sea justo comparar los exámetros de Villegas , que fueron los primeros del Castellano , con ios que nos han quedado de los anti- quisimos Poetas Latinos , y el estado que tenia entonces su lengua respecto al metro Griego, con el de la Castela- na en tiempo 02 Villegas respecto al Latino. Por este me- dio se verá que las objeciones oue ponen á sus versos, militan igualn-enre contra los de aquellos , y quo ro son suíiciences pira descerrar el m.ctro Latino de nues- tra lengua , supuesto que no lo fueron para escluirel. Griego de la Romana. ^ ■
20 Etéctivi.mente los priireros versos Lat'nos, aque- llos que cantaban los Jaunos y los Pastores , eran inioi'- mes y groseros como su lengua : ks faltaba expieirdor, ¿ 2 gra-
( xviií ) gravedad y decoro en las palabras , elegancia .y majes- tad en las frases , número y harmonía en ios periodos , y cantidad fija en las silabas. Para formar los versos no hacían mas que contarlas, siu, atender á que fuesen breves ó largas , y sin calciilar la duración precisa de cada una para ajustaría con el valor de los tiempos respectivos á su pronunciación ; por lo qual aquellos antiguos versos no constaban de p;es , según el testimonio de Quin- tiliano.
?i Quien reflexionare lo débiles é imperfectos que han sido los primeros ensayos de las Artes , no estrañará este desaliño de la Poesía Latina en su primera época, quando no estaba enriquecida la lengua , ni ilustrada Ja sintaxis , ni sugeta á leyes 6 jas Ja prosodia , y cono- cerá por consiguiente que los priir.eros exámictros Cas- tellanos no podian salir de mano de Villegas con la peifeccion y exactitud que llegaron á tener los Latinos en la edad de oro de su Poesía.
\i Los buenos Poetas son los que encblecen y ha- cen fecundas las lenguas conforme al carácter é índole de su poecia. La Castellana, á causa de su sistema mé- trico, no es tan varia, libre y despejada como la Griega y Latina ; por esto su sintaxis es mas unitorm.e , y permi- te pocas transposiciones. Igualmente en nuestra versifica- ción no se atiende á la cantidad de las sílabas ; sino al rumoro de ellas , y á la consonancia , ó igual pulsación de los finales : y por lo mismo jair.as se ha pensado en arreglar y fijar la Prosodia ; sino en formar selvas de consonantes,para facilitar el uso común de las Rimas. En este estado no es mucho que el prinier ensayo hecho por Villegas t nga las mismis imperfecciones que los primii- tivos versos Latinos ; ni de ello debe inferirse que nues- tra Lengua es incapaz de aquel sistema : pues del proprio modo que los Romanos dieren por medio de la Poesía ma\'or ensanche y libertad á su sintaxis , y se vieron pre- cisados á fijar la ProsoJ.ia para la exactitud de su versi- ficación ; asi también lo hubieran hecho los Españoles: y como la esco'ia de Ennio produxo al fin^el oro de Vir- gilio , de la misma suerte los versos de nuestro Autor hubieran producido otros excelentes y conformes en to- do
(xix) 3o al metro Latino, 5Í hubiesen seguido su pcrrsamicnto, mejorándolo con la aplicación continua , y trabajo su- cesivo 3 á quien está reservada la perfección de las Artes. ? j Lo cierto es que estas Poesías de Villegas , aun- que imperfectas en quanto al mstro , tienen mejores ver- sos que los que se conservan en algunos antiguos frag- mentos de la Latinidad , y mejores , no solo en los penr- samientos y estilo , sino también en el número , caden- cia y armonía : lo que basta para conocer que el genio de nuestra Lengua no es repugnante al metro Latino , y. que en el día estaría introducido , si se hubiera adoptado el pensamiento de nuestro Autor , ó lo que es mas cier- to , si sus contemporáneos no hubieran estado acostum- brados á otro sistema.
34 La Lengut Castellana , aunque hasta entonces no se haWa cultivado con el fin de acomodarla á la versifica- ción Latina , estaba va muy adelantada , y tenia buenos Poetas , que eran leídos con gusto y con frecuencia de to- dos , y les servían de modelo para componer. Era muy difícil hacer creer al vulgo , que había otro camino mas seguro para m.ejorar nuestra Poesía , y perfeccionarla ; y no lo era menos persuadir á los Poetas , que daxasen el rumbo en que se habían criado , para admitir otro nuevo. Consiguientemente nadie quiso seguirlo, unos por preocu- pación j otros por ínteres , y algunos por ambos motivos, U No ha sucedido así en otras_ naciones , que han mirado con mayor empeño la perfección de las artes , me el tesón de mantener sus antiguos usos. Los Franceses ni- cíeron varias tentativas para introducir en su Lengua el metro Latino, entre ellos Estevan JodelL', y Juan An- tonio Baif , que florecieron antes que Villegas. Todos tu- bieron mucha celebridad y aplauso , y aquella sabia Na- ción no abandonó esta idea , hasta que se desengañó de que su lengua no era capaz de aquel metro , y que era forzoso contentarse con la Rima.
3 6 Si los Españoles hubiesen pensado del mismo mo- do , estimarían mas á Don Estevan de Villegas, y hi'bie- ran hecho mejor uso de su pensamiento. La Lengua Cas- tellana es mas varia y flexible , y nuestra Poesía ama la libertad , y aborrece el yugo de la Rima. Por esto se b 3 adop-
(xx) adoptaron los asonantes , que no tienen tanta unifor- midad en los finales , y dan menos sugecion : por esto también se introduxo el verso suelto , que es mas libre, y ' por lo mismo mejor. De él se valió Don Juan de Jaure- gui para demostrar que la Poesía Castellana es mas feliz, harmónica y elegante quando se le quitan las prisiones de la Rima.Aunque traduxo este famoso Poeta la Farsalía en octavas , traduxo también en verso suelto el Amintas del Tar-Oj solo con el fin de desengañar á los que creían preciso en nuestra Poesía el continuo golpeo del conso^ nante. La experiencia acreditó su acertada elección aun mas de lo que él mismo esperaba ; porque ningún hom- bre de ousto tiene paciencia para leer dos páginas de su traducción de Lucano , y todos estiman y leen la que hizo del Taso : tanto puede el método mejor aun en las obras de un nüsmo artista.
■17 Sería dilatarse demasiado referir todas las obser- vaciones que ocurren en esta materia. Las expresadas bascan para conocer , que la Poesía Castellana es capaz del me^ro Latino , y que está forzada baxo el yugo de la Rima, que recibió por casualidad, y ha mantenido por costumbre. En el siglo diez y seis abandónameos los ver^os duodecasílabos y las antiguas trobas , por seguir el méfodo de Garcilaso y Boscan , de que resultó mejo- rar-^ infinito la poesía Castellana á exemplo de los Italia- nos : si en el siguiente hubiera tenido igual fortuna el pensamiento de nuestro Autor , estaría en el día mu- cho mas perfeccionada con la imitación de los Latinos,
S !? Por esto los hotTibres sabios han elogiado el es- mero con que le puso en práctica , y el zelo con que se determinó á roniper un camino nuevo en nuestro Par- raso : zelo muy apreciable , porque precedía de elección, de conocimiento , de un continuado estudio de los me- jores P<x:tas Griegos y Latinos , y no de capricho u opo»-icion á las Rimas.
i9 Las suyas son por lo común tan dulces , fáciles V naturales , que quien no aborreciere las gracias de los Lirios de la antigüedad , dará desde luego á Villegas el priitier lu?a! ertre los nuestros *. porque los que le jrribwyen af J*rincipe de Esquilace no tienen los oídos
acos-
(xxi) , , acostumbrados á distinguir el legitimo acento de la mu- sa líiica. Si la autoridad tutiese mas fuerza para con- vencer , que la armonía misma , y la natural afluencia y suavidad de los versos de Villegas , referiríamos aqui el favorable jiúcio que hacen de_ él Don Blas Nasarre, Don Igiiacio Lu/an , y Don Luis Velazquez , é igual- mente el que hicieron otros autores dí los mas sabios de Espafa, entre ellos Lope de Vega , que tenia bastan- te motivo para no alabarle sino únicamente por el jus- to valor de su mérito.
40 Bien conocidos son los Poetas Españoles del si- glo diez y áete , siglo que pudiera ser la edad de oro de nuestra Poesía , si el gusto del Monarca se hubie- ra parecido al de Augusto , tanto como ei genio de los Poetas se asemejaba al de Virgilio , Horacio y Ovi- dio.. Lope de Vega, igual á muchos en el talento , y su- perior á todos en la fecundidad , se alzó con la mo- narquía cómica. Los repetidos aplausos, y general acla- mación con que el vulgo recibió sus dramas le con- firmaron en el abandono de las reglas , del exemplo de los antiguos , y de la censura de la posteridad :^ la lo- zanía V fertilidad de su musa , juntas á la amenidad de su estilo , arrastraron en favor snvo la mayor parte de Es-
{)aña , y esta común aceptación imponía desde lue.eo sí- encio á los que sabian separar de las buenas calidades de este, autor los defectos de sus Comedias. Don Es- tevan de Villec-as ,^oven entonces, se opuso á esta pre- cipitada complacencia del vulgo , manifestando palpable- mente en sus Elegías los defectos de las nuevas Come- dias. * 1 Censura cuerda v sesuda , digna de Villegas, Cervantes, Artemidoro, Crístoval de Mesa, y otros hom- bres doctos , cuvo juicio hizo tanto honor á la nación, como la prodigiosa multitud de Comedias de Lope de Vega.
41 Con igual zelo censuró Villegas las costum.bres de su siglo en una Sátira , g^q. no se atrevió á publi- car, y se conserva en el cocí ice del Colegio de Cuen- ca : lo que manifiesta el aprecio que hacía de sus Obras Don Lorenzo Ramírez de Prado , á quien la dirigía fLcUiuscrita. ^'
í'4 £a
41 Eli la misma Elegía con que acompañó á ejt^
Ministro la esf)resada Sátira le ofrece también el Hip'o- Ih^ , Tragedia imitada de Euriprdcs. ^ ^ El Autor de los Discursos sobre las Tragedias Españolas no la mencio- na , V aunque ignoramos c\ destino que tubo , se puede congeturar por lo que Villegas dice de ella , y por su conocido talepto y gusto, la ventaja que haría á las de- mas composiciones de aquel tiempo. (*)
43 _ Algunos años después de publicadas las Eróticas escribió Villegas otras Poesías, de las quales se han con- servado tres Sát'ras. La una, dirigida á Bartolomé Leo- nardo de Argensola , tiene por objeto la crítica de los Poetas que afectaban el estilo hinchado y obscuro, llamado vulgarmente culto : la otra , escrita á un amigo suyo para darle parte de su casamiento , es á favor de las mugares, y contra la vida licenciosa de los solteros, en oposición á la sexta de Juvenal : la tercera y últi- ma, es un diálogo entre el Autor , y un amigo que le aconseja , á imitación de la primera Sátira del libro se- gundo de Horacio. En él principio de ella sigue el es^ tilo urbano y delicado de este Poeta ; pero después se enardece , y deja arrebatar del entusiasmo de Juvenal,
de-
^ %
(*) El Anónimo , que publicó en Paris el año de 1770 el Teatro Español . dice en su Prólogo : que hs Esfamles no sahea lo que sig' nijtc.t Id. zío^ Tragedia : 5«e entre esta, ienominucion y la t/e Come- dia tf? eHciientran mxs diferencia que la del sonido: y que Don Es-, tevttn de ftllegat es uno de los que incurrieron en estx equivoca- ción. Sería muy fácil manifestarle la poca razón con que nota á Ví- Uegí? y á otros autores, por no haberlos entendido, ni leido sus Obras con teHexion y conocimiento. Don Estevan de Villegas , hombre mu/ docto y versado en los mejores Poetas de la antigüedad, habia estu-- diado á Plauto y Terencio , á Sófocles y Eurípides , y sabía muy bien la di«incion que hay entre la Comedia y Tragedia , la qual manifies- ta claramente en el mismo lugar que nota el Anónimo. A los Espa- ñoles era fanviliar la Poética de Aristóteles , y tenian en su idioma una Tríf.cdia de Sófocles y orra de Eatípi.íes , traducidas por el famoso Cordovés Fernarv Pérez de Oliva , mucho tiempo antes que compusie- ra Estevan Jodclle su Cleopatra , primera Tragedia del Teatro Francés; por consiguiente la diferencia entre las Tragedias y Comedias estable- cidí por los Griegos no es invención moderna páralos Españoles , co- mo asegura el expresado Anónimo sin ninguu fundamento , y coii d*", masiada ligereza. . _
C xxüí ) declamando con el proprio ardor y vehemencia que eí^ y proponiéndose el mismo asunto que se propuso éste en su primera Sátira. ' " Las de nuestro Autor serian muy apreciables , y acompañarian la presente edición , sino fuesen demasiado agrias y severas ;_ pero él mismo co^ nociendo este defecto no se determinó á imprinarlas , ni divulgarlas
44 Hasta aqui llegó nuestro Poeta cultivando lais musas Españolas , no como los versificadores , cuyo úni- co Apolo es un desatinado furor , acompañado de poco seso y muchos consonantes ; sino por el áspero camino de Horacio y Virgilio, con trabajo sucesi\ío , madura corrección , y buen gusto. Esta exactitud con que pro- curó limar sus composiciones le elevó sobre la m.a- yor parte de los Poetas de su edad > pero no pudo eximirle de aquellos descuidos propios de la debilidad humana. Lope de Vega moteja con singular delicade- za y modestia el emblema puesto al frente de las Eró- ticas , donde se representó Villegas á si mismo como un sol , en cuya presencia debían obscurecerse los demás astros de la Poesia lírica : la censura de aquel Cómico es justa , y la arrogancia de nuestro Autor no rnerece dis- culpa. Verdad es que fue el sol de los Líricos Espa- ñoles ; pero también es cierto , que observando este sol con el telescopio de una reflexión m.adura y circuns- pecta se descubren en él algunas manchas que no de- ben ocultarse al público ; porque los defectos de los hombres grandes instruyen tanto como sus aciertos.
4f Entre los muchos que brillan en sus Odas y Elegías se encuentran á veces ideas impropias , metá- foras violentas , voces estrafias , y juicios poco equita- tivos de nuestros Poetas. Nadie aprobará que suponiendo Villegas en la primera de sus Odas que las musas le animaban á cantar los placeres del amor, diga quede resultas de su coloquio quedó tan lleno de armonía, qtie mas parecía capilla que hombre : porque esta compa- ración de la armonía poética con una capilla de mú- sica desluce la magestad , y ofende el decoro de la Poesia lírica.
46 Igual censura merece la violencia con que en
otra
( xxiv ) otra Oda llama á las aves agncolas del viento '* j y el arrojo con que introduce vocablos nuevos , faltan- do á las sabias leyes de Horacio , y principalmente á la_ moderación. En la primera de sus Elegías usa en un mismo verso dos voces impropias y caprichosamente forxadas , excediendo los limites de la licencia poética, y dando exemplo con es -a libertad para adulterar la. lengua en vez de enriquecerla.
47 El deseo de que se mantubiese en su piim.itiva pureza y propiedad le estimuló sin duda á desacredi- tar la o'isau-idad y afeaada elevación de Don Luis de Gon^ora , cuyo estilo oca ionó en el siglo pasado una guerra civil entre los ingenios Españoles. El juicio que Villegas hace de él sería digno de alabanza , si al n:is- mo tiemDo no elogiara con exceso el Faetonte del Con- de de Villa-mediana , obra parecida en el estilo á las de Gongora ; pero tan di tante de ellas en el mérito, que _ no sufren comparación : porque este ilustre Poeta fue inimitable hasta en sus ddectos. Villegas censuran- do al uno , y a'abando al otro no consultó la razón, ni la equidad ; sino los par.iciilares motivos del poder^ y de la pasión , los quales ofuscan , ó deslumhran la in- genuidad y el desinterés , que son los ojos de la críti- ca justa y juiciosa.
^.8 En ninguna especie de Poemas puede ésta em- plearse mejor que en los Sonetos ; porque su composi- ción es imo de los empeños mas arduos de la poesía; sin embargo de que generalmente está reputada como vulgar y facilísima , v que baxo este concepto suele ser el empleo , y aun el ensayo de todos los principian- tes. Aunque no se parase la consideración mas que en la elección del asunto , en la oportunidad y solidez de los pensamientos , singularmente del ^ último , y en el nervio y hevmosura del estilo , requisitos^ todos indis- pensables , pudiera qualquiera hombre racional descon- fiar del éxito , y probar mucho sus fuerzas antes de resolverse á componerlos ; pero aun hav otro punto de ma5 diiicil desempeño , aunque menos observado en es- tas Poesías.
49 El erudito Gil Menagio cree que para calificar los
So-
(xxv ) Sonetos es menester probarlos en el lecho de Procusto. Este bárbaro ponía á todos los pasaderos en su cama: si la excedian , los cortaba á su m dida t si eran n:e- nores , los estiraba hasta igualarlos con ella : y solo de-
ajustado y naturalmente ceñido á los cxtorce pies de que constan , que una expresión , una palabra que so- bre ó falte , basta para que pierdan todo su mérito.
fo El^ célebre Boile m , uno de los mas sabios y sen- satos críticos del siglo de Luis XIV. , estrecha mas este dictamen : El dios Apolo , añade , invento los Sonetos para tortnen'o y desesperación de los rimadores , dicto las reíalas de su composición , desterró de ella la licencia fcé' t'ca , prohibió todo verso débil , y no quiso consentir ni aun la _ repetición de tm.t misma vox.. Esta exactitud, tan di- fícil en la práctica, ha sido y será siempre el escollo de los Poetas , y por tanto un Soneto perfecto equi- vale á un gran Poema , y arenas entre muchos millares se encontrarán dos ó tres dignos de aprecio.
; I Juzgando por estos principios los Sonetos de Vi- llegas resulta que los mas son tolerables, tal oual me- diano ; pero ninguno excelente : v quando un Poeta tan circunspecto y limado no acertó á sobresalir en su com- posición , se puede inferir el aprecio que merecerán los que sin numen , sin gusto ó sin reflexión , han escrito volúmenes enteros de Sonetos en desdoro de nuestro Pa-naso , que ha sido siempre poco feliz en ellos.
Sz Boscan y Garci'a'-o , que introduxeron en Espa- fia esta y otras comiposiciones á imitación de los Ita-* líanos , nunca llegaron á igualar á sus originales : los demás _ poetas posteriores ramipoco han podido lograr este triunfo ; y asi es preciso confe'^ar de buena fé , que aunque tenem.os uno ú otro Poeta comparable á Des- barreux , no tubimos un Petrarca , ni hemos tenido un Manfredi.
SI Por esta razón no ser-ía justo confundir con loj del comiUn de nuestros Vof^hs los Sonetos de Villegas pues aunque no son sobresalientes, como algunos de Gar-
ci-
( xxvl ) cíla^o j los Ar.^ensolas , y Artemidoro i no por eso están desnudos de mérito. Él de su autor se conocerá si se reflexiona que en toda la colección de las Eróticas no se encuentran mas de doce Sonetos : prueba evidente de que este ilustre Poeta , ya que no consiguió acreditar su numen componiéndolos , quiso manifestar su mode- ración y juicio no determinándose á publicarlos.
5*4 Igual ^templanza y discreción observó en sus Epi- ^amas , que tampoco pudo perfeccionar, mas por defec- to de su sip,lo, que por culpa suva. La mayor parte de los Españoles de aquel tiempo, separándose del camino que habia abierto Garcilaso sobre las huellas del Petrar- ca , Sanazaro , Bembo , v otros famosos Poetas, abrazaron con demasiado ardor los equívocos y juegos de pala- bras , oropeles que desde Italia se esparcieron por Es- ropa. El vulgo , deslumbrado con esta apariencia, co- menzó á aplaudirlos de manera que llegaron á inundar nuestro Parnaso; hasta que apaciguado y serenado aquel primer ímpetu , la sana razón los desterró de todos los poemas j menos del Epigrama , donde permitió su uso, con tal que el equívoco recayga sobre el sentido , y no sobre las voces. Villegas , arrastrado de la corriente de su sitólo, se valió de esta última especie de sonsonetes y juegos del vocablo , para aguzar con ellos el remate ó cola de sus Epigramas , según la graciosa expresión de Boileau.
f f Este excelente critico asegura que es preciso ol>- servar ' fielmente las obras de los Poetas para separar el oro del oropel , y los aciertos de los descuidos. Su au- toridad basta para disculpar la ingrata v desagradable ocupación en que nos ha puesto la necesidad de mani- festar al público para su instrucción algunos de los luna- res esparcidos en el hermoso cuerpo de las Eróticas , las quales á pesar de ellos lograrán siempre Ja preferencia, y serán el objeto de la estimación de los sabios.
^6 Horacio dice que las pequeñas manchas de una obra poética , cuya mayor parte es sobresaliente , en nada rebajan su mérito : porque son efectos indispensa- sables del descuido , ó de la flaqueza humana. Longino observa, que las producciones de un grande ingenio aun
con
(xxvii)^ con muchas faltas c inadvertencias , merecen ser prefé-- ridas á las de otros inp,enios inferiores compuestas con la mayor exactitud y sugecion á las reglas : el voto de estos célebies escritores , y el egemplo de Homero y Virgilio , confirman plenamente el juicio que acabamos de hacer de las Eróticas, y de su ilustre Autor.
y7 Sus contemporáneos no le juzgaron con tanta equidad : semejantes á aquel duro censor , que retrata tan propiamente el discreto Trajano Bocalini , se emplearon solo en notar sus descuidos ; pero no en aplaudir sus aciertos , y esta injusticia le precisó á despedirle de las musas , y pasar á otros estudios , que tubieron el mismo mérito , y corrieron igual fortuna. ^
j-S Asi lo refirió entonces el mismo Villegas á Don Pedro de Alarcón Ministro del Crim.en en Valladolíd 5 \ Mucho tiempo estubo perplejo é indeciso en elegir nuevo objeto á su aplicación ; pero al fin se declaró por la critica y corrección de los Autores de la antigüedad 5 5^ sin que jamás pensase en comiCntar á Virgilio , como dice Nicolás Antonio ; pues lo contrario aseguró el mis- mo Villegas al Licenciado Francisco Cáscales , dándole quenta de la nueva obra que habia emprendido '"*.
¡9. Creció esta hasta componer dos volúmenes en fo- lio de Dtíertac'wnes criticas. Su Autor dio una noticia de su contenido en carta escrita el año de i6f;. á Don Lorenzo Ramirez de Prado ' ^ , que referiremos aqui pa- ra dar una idea de ella.
JO Tengo escrito , dice , sohre todas las controversias y suasorias de Séneca ; y aunque me pudieran quitar la ga- na Fabro y Andrés Escoto , con todo me d spuse y y no sin gran confianza de igualarlos : bien que pcngo en manos de los que leyeren mis notas el favor de la censura. Fino Fa- bro su conato principal en descubrir los colores retóricos de aquella abra ; / aunque quiso corregir algunos lugares , fue las mas veces con poca felicidad. Escoto se ensanchó mas en la explicación é ilustración de las alusiones ; pero fu en ¡as enmiendas poco cauto ^ por no decir inepto. Mis Diser" taciones se estienden á ambas cosas , bien que Escoto me de- x'o poco que hacer en la ilustración , pero en quanto á la corrsccion / vindicadon de h que atos y otros han atro^
'íea-
( xxviü )
peado , puedo asegurar á r. S. que es cota grande, Dt U núsma manera tengo t{ual trabajo^ sobre las Epístolas de S'un^ maco , no obstante que las manejaron Francisco Tureto , y Jacobo Lcctio , á quienes hacemos no pocas ventajas. Lot quatro libros de Tivulo , el primero de Pr opere' o, el Sati^ ricon d.! Pt tronío j el prmero d: Marc'ano Cápela , y todo Ausorito me deben muy insignes explicaciones ^ y todas nuevas. Hay tari bien algunas sobre Virgilio ^ Horacio , 5/- lio , Marcial , Y Juvenal , que aunque no son muchas , son esquisi:as. Ni ha perdonado m¡ trabajo á las Catalectas de Virgulo , ni á la Elegía de la muerte de Druso j // hi. n en esta no tengo mas que sobre los pñmeros cincuenta disticosi y aunque al principio fui con ánimo de escribir sobre todosy ya me parece se quedará en este estado. Tengo ilustrado el Demonacte de Luciano , y explicado a'gunos dic os de aquel Cínico ; porque Gilberto Cognado anduvo en este tratado muy escaso. En los Panegíricos de algunos Franceses ^ que hoy andan juntos con el de Plinlo y sut Epístolas , tengo tam- bién mis apuntamientos aunque brevas. De la misma ma" ñera sobre los Opúsculos de Claudiano : y tengo deseo de es- cribir sobre las Dirás de Virgilio , que con poca raxjon hm atribuido Esc aligero á Valerio Catón , copiando á Vño Gtral^ do , que fue quien levanta pr'.mero esta calumnia.
6\ A mas de los asuntos comprehendidos en este resumen , compuso también Villegas ^Igunas Diserta- ciones sobre Plauto, Persio,Catulo, Tertuliano y otros: y tradiixo en versos Latinos dos Epístolas Griegas de Aristeneto, de que no hizo mención por parecerle taí vez cosa de poco momento. Su estilo no es castigado, y está muy distante de la pureza , elegancia , y propie- dad con que habian escrito en el antecedente siglo Ca- no, Sepúlveda , Verzosa, Villegas > Matamoros, y otros insignes Españoles jpero la falca de esta parte está com- pensada en el todo de la Obra. Él método que siguió en eiia '* manifiesta su juicio , su talento, su erudición inmensa y comparable con la de los Bartios , Turnebos> Menagios, y Salmasios. Sin duda hablaba de Villegas Pranciico Cáscales , quando escribió á Don Tomas Ta- mayo de Vargas: Ta nuestra España se va ilustrando ca- Áa día mas m esta parte , di que tan menesterosa ha esta- do
tío basta hoy ¡y pienso que ¡os mgemos Espnmles llegarían pres- to á correr parejas en las Letras humanas con los estran- geros 3 todos generalmente , porque algunos ya pueden gallear son los Escaligeros y Lipsios de Francia y Flandes.
61 A mediado el si^lo diez y siete estaba concluida ya esta Obra , se^un dice Villegas en carta á Don Lo- renzo Ramírez de Prado : y aunque su aplicación á la lectura y crítica de los escritores antiguos le habia ocu- pado desde sus priineros estudios ' '' , solo empleó ocho años en la composición de ambos volúmenes "'*. El se- gundo se conoce que no lopró la última mano , qui- za porque el Autor se disgustó viendo mal satisiecho su trabajo , y frustrados los varios medios que se le ha- bían proporcionado para su impresión.
6j El primero fue li oferta ae un impresor de Tolo- sa , que el mismo Villegas alegó en carta de 4 de Mayo de 16^6 á Don Lorenzo Ramirez para escu- sarse de la que éste le hacía al propio fin ' * : En quan- to Á lo que V. S. me promete , dice , de la impresión de es- tos nvs borrón' Sf acepto para en algún tiempo , ti en el ín- terin no se fragua un trato que t¿n,o hecho en To'osa : / */ que ahora c.nco años remití á aquella Ciudad un cua- derno j que me sobro dupV'cado al tiempo de encuadernar tstos dos volum n s , en el qual iban ocho Disertaciones ; / fareció tan bin , que me respondieron de parte de un im~ fresar llamado Pedro Bosco , que si lo demás de los dos •volúmenes conformaba con el quaderno , me los payanan á dineros howadamente.
64 Las guerras de Cataluña , que sobrevinieron en- tonces , suspendieron su marcha á Tolosa^ para cerrar este trato , y después de las paces quedó indeciso en- tre el deseo de publi ar su obra , y el temor de su avanzada edad y mala fortuna. ♦"
6s Don Lorenzo Ramirez repitió sus instancias 3 Villegas para que le permitiese impr" mirla •, pero se negó segunda vez, como se coiipe de la última carta que escribió á este Ministro á fin de Abril de i6j<í* en que le hace presente el verdadero motivo de no con-' descender con su ruego. 66 £sce era la precisión que tenia de cotejar sus
in-
(xxx)
interpretaciones con las de otros Autores , que no. ha- bía podido adquirir , á cuyo efecto intento el viage en persona á Tolosa para practicarlo en aquella Ciu- dad ♦'. Como la tilica de medios le imposibilitaba igualmente el comprar los libros necesarios par .. la con- frontación , y el emprender esta m relia , recurrió al favor de Prado para lograr en la Corte un estableci- miento honesto , que le proporcionase la satisfacción de pulir y dar la última mano á su obra , y el cobro de sus Juros , que no le pagaban '•■^ ; pero tampoco pu- do conseguirlo , porque siempre anduvieron hermanados con él el mérito y la desgracia. Esta venció al fin, y Villegas tubo la mortificación de ver en los em- pleos de Cronista de Indias , de Bibliotecario de Don Luis de Haro , y otros que solicitaba , sugetos menos dignos que él *'. Quejóse de esto con mucha razón á Prado j diciendole últimamente : alz.o la mam en el fa- vor de V, S. pues el siniestro de mis letras no ti ne premio en ata Monarquía. T estoy seguro que aunque V. S. las apo- ye y quiera socorrer , no ha de hallar un rincón que dar- les. *♦
67 Esta profecía se cumplió tan enteramente , que íia alcanzado hasu nuestro siglo. Villesas murió dejan- do su obra manuscrita , y el erudito Padr: Mro. Sar- m'ento Benedictino , llevado de su pasión á las letras, solicitó tercera vez imprimirla , sin que su eficaz influ- xo fuese bastante para conseguirlo. La única fortuna ¿d. Autor consiste en haberse rescatado su obra de las manos de los que no la conocían , y estar hoy en Ja ieiecta librcria que fue del rexrido Padre^ Sarmiento^
68 Una de las obras á que intentó dedicarse Ville- .cas con preferencia á las demás , quando abandonó la Poesía , fue la Glosa del Código de Theodosio. La casuali- dad de no haberse encontrado un manuscrito original de este volv'imen en el Colegio de San Bartolomé adonde le buscó , le hizo mudar de intento , acomodándose á los Humanistas +5. Solo han quedado algunas Diserta- ciones suyas sobre la dicha obra , que se conservan en los dos manuscritos. Don Lorenzo Ramírez, conocien- do el superior talento de nuestro Autor , le animó á
que
( xxxi ) que emprendiese este trabajo arduo y difícil , quando tenia ya concluidos los dos tomos de Disertaciones: y él, ansioso siempre de ocuparse en obras útiles, lo acep- tó desde luego. En quar.to .í níiestrr. Código , le escribe, /; V, S. no! da tiempo para volver sobre nosotros , me ani- maré á glosarlo , no en la forr}%a de estas Disertaciones^ jinó á la traxji de Acursio , / Gotofrdo. 7' ainque jne prometo hacer gran beneficio k sus apasionados^ no será po- sible contentarlos á todos y porque para tanta obra er corta mi suficiencia. La carta es do veinte y uno d: Agosto
de I6SS' ^^
69 En efecto pocos dias después envió á Prado sus notas sobre una ley del expresado Códiqo adul- terada estrañamente por los copistas * ^ • añadiéndole su parecer acerca de los autores mas estimados en este género de literatura , de los quales dice,_que en muchos solo se encuentra gran follage de erudición , pero poco juicio , especialmente en Joseph Escaligero.
70 Sin duda compuso esta obra para dar una m.ues- tra de lo que podia esperarse de su aplicación al Có- digo. En vista de ella reiteró su demanda Don Lo- renzo Ramirez : y Villegas respondiéndole confirmó de nuevo su promesa en ij. de Septiembre del mismo año **. Me exorta V. S. le dice , á prcstguir en el Có- dice , y sin duda ninguna lo ten^o de hacer. Pero ante te- das cosas acabaré un índice que he comcnx.ado aporque corno Cv.jacio lo saco con solo el vestido de rnuniñon , tiene ne- cesidad de poner en serie las d'c dones y frates ex t rao r di- nj^rlas : pues según dice el adagio , no hay mejor remiendo que del mismo paño', y asi, careando unos lugares con otros, se hará la doctrma mas cierta y y la ilustraci',n mas se- gura. El modo que pienso tener en su explicac'on será el que tubo Acursio en el Derecho Civil y si bien ajustaré ¡os Consu- lados y en que está muy errado , / daré noricia de ios Cón- sules que yo pueda a'canz.ar ¡y también de las d mas per- sonas y oficios que me diere ocasión ; siendo breve en lo que me parexjca que compreh.nden muchos y y mas estendido en lo que puedan saber pocos.
71 La última noticia que ha quedado de esta obra consta por una Carta de Villegas álPraao fecha en fin de
(xxxíi) r)íciembre de ff ♦'. Entonces subsistía aun en la compo- sición del Índice: despues,cortada su correspondencia coa este Ministro,no ha (juedado rastro ni señal de sus úlúmas tareas sobre el Código, que es muy natural cayesen en el propio olvido que las demás que tenia principia- das ó proyectadas. De esta clase era el Etimológico His- torial que meditaba, y que se.í^un asegura él mismo, per- feccionado causaría gran nove Jad. 5°
7? También deseaba imprimir otros varios libros en nuestta Leniua , si conseguía establecerse en la Corte: y este fue uno de los motivos que alegó á Prado para pretenderlo. ''
7? Tal vez serian algunos de ellos el Anfiteatro y» Discurso contra las Comedias -.y la traducción de Boecio» Ambos esan comprehendidos en una de las Aprobacio- nes de esta última obra; pero al fin se imprimió ella sola , sin que se haya podido averiguar la causa porque suprimió el Antiteatro. La traducción de los libros de Consolación de Boecio es una de aquellas obras que necesitan grande habilidad y maestría para componer- las : ninoun retrato será mas parecido que el de mano de Villegas, y por sola esta razón no omitiremos el juicio que hizo de la copia , y del original. ^ ^
74 Compuso , dice , Boecio esta obra en verso y prosa^ para engolosinar con es^a variedad á sus lectores ,/ gast» en los versos tanta elegancia como Horacio en sus Liricas„ Y aunque las Prosas se dan bien á entender ,/ fueron de lo mas acendrado en aqu I siglo , con todo no imalan á los versos. Este l'bro fue traducido en tieip^os pasados i pero con poco adorno y muho volumen. Asi no bixjo ruido ¡antes dffo Á muchos descontentos i y á su Autor con poco crédito entre los Romancistas ^ qw fue causa para aromarme á po- nerlo en mejor estado.. T no cayo mal la suert ■ , porqut salió la traducción de tan buen ayre , que no ti nsn que emb'diar los kros que la kyeren á los que saben Latin / entienden con ventajas (I texto. Los versos , ¡donde está Ix mayor dificultad , van vest'dos de tan lustrosos paños , que pite ien corr r plaza de cnrm^uestosy mas que de traducidos, 7,- No se en -año Villegas en su dictamen. La tra- ducción j sin embargo de uno ú otro descuido , es ex-
ce-
(xxxíii) célente , sobre todo en la Poesía, que en algunos luga- res excede á la de Boecio. Sí es verdad que el pu- men poético es tan inseparable de la juventud como la hermosura , y que Homero y Q>rneíio no parecen grandes Poetas en sus últimas producciones , será pre- ciso coníesar, que las Musas dispensaron esta ley en- favor de nuestro Villegas, Los versos de la traducción de Boecio compuestos en su vegez , son tan bue- nos como los que hizo á la edad de catorce años: tan sonoros , tan naturales , tan suaves , é igualmente dulces como los de sus Eróticas ; sin que olvidase el me- tro Latino á que era tan aficionado.
Jó El tiempo,que no pudo deteriorar su talento poé- tico , perfeccionó su razón y su juicio. Aquellas li- bertades propias de la juventud , y de la Poesía Lírica, se acabaron del todo con su menor edad : y el que supiere la modestia , y aun el demasiado escrúpulo con que miró algunos lugares <ie Ausonio , y <iel mismo Boecio ' 5 , contesaiá que los versos libres de las Eró- ticas dcbaí reputarse como r,a anterias del arte , mas que como resabios ciei corazón.
77 Y á la verdad es di^na de ser no*ada la ex- cesiva delicadeza con que pro-edió en esta traducción, dejándola manca é imperfecta. Boecio discurre en las últimas prosas del libro quinto acerca del libre alve- drio , y del conocimiento picvio , que la Providencia tiene de todas las cosas ; qucstion disputada con dema- siado calor por los antiguos Filósofos , especialm.ente los Estoicos , y Académicos : y aunque Boecio la trata con singular moderación , juicio y tino > con todo Vi- llegas rehusó traducirlo , baxo el pretexto de que ha- bla confusa é indecisam;entej y asi dexó las referidas Pro- sas y Metros en lengua Latina conforme se hallan en su original. Un escrúpulo tan nimio no tiene disculpa; mucho mas con los exemplares que debía haber teni- do presentes para evitarle.
78 Entre las varias Obra? de la antigüedad que han traducido á porfía los Españoles, ninguna ha logrado tan- to esmero ni tan repetido emipeño como esta de la Con- solación. Fodxá hacerse aqui un largo Catálogo de sus
ct tra-
(xxxiv) Traductores ; pero basta decir que entre los mas antl^os hubo uno ( cuya traducción está dedicada al Infante de Mallorca ) á quien ocurrió el mismo escrúpulo que á D. Esrevan de Ville^^as , y en fuerza de él no se resolvió á traducir los úl. irnos Metros y Pio<:as del Libro quinto. Su ©misión la censuró y reprehendiíS el P. Fr. Antonio Gine- breda Dominicano , y no contento con esto se determinó á tra -lucir la Obra para suplir aquel defecto , y dar al pú- blico una traducción entera y completa. Lo mismo hizo el P. Fr. Alberto de Aguayo,tambieii Dominicano, que tra- duxo todo el Libro quinto tal como lo escribió su Autor. Ambas traducciones son muy ¿preciables , y nunca han sido raras , porque una y otra se han reimpreso : la pri- mera se estampo en Sevilla dos veces en los .ños de 1499, y I <í í I , y la seeunda salió á luz en la irisma Ciudad el año de i f 2 1, y después en Medina del Campo el de i ;42. El exemplo de autores tan graves era bastante para qic Villceas nubiese depuesto sus esciúpulos , y completado su traauccion : pero tal es la debilidad del espirita huma- ño , en los jóvenes prevalece el arro o é inconsideración, y á To^ ancianos domina por lo regular la timidez y en- copimienco.
79 Sin embarco el o' jeto con gue nuestro Autor tra- duxo á Boecio se cumplió á medida de su deseo. Lue^ que salió al público su Obra , deste'TÓ la traducción y comento del P. Fr. A^ustin López , impresa en Vallado- lid el año de 1604 (que ^s sin da.ia déla que dice que tenia poco adorno , v mucho volumen ) y sobre- pujó V excedió también á las demás traducciones Castella- nas del mismo Boec'o , seúaLdamente á la celebrada por el ilustre Autor del Diá o'o de las len'^uas. (*) Pero es- te triunfo no apartó de la últ ma O'-'ra de Vil eeas el si- niestio hado que haS'a p.rseruido las demás , supuesto que Nicolás Antonio no supo que la habii impreso con h exactitud precisa para anunciarlo en su Biblioteca i h. posteridad.
Fs-
(*) E«r Anónimo no expresó el ciue del lia.UKUt uue ciogia, porque no se acordaba de el . Pero dt su coitextu te inñcic, qu« ht- bla del ya incncioiuio Fi. Albino de As^uayo.
(xxxv) ?o Estas son las Memorias de la Vida y Escritos c'e D. Estevan Manuel de Villegas , que constan de sus Obras y varios Documentos , que con dificultad se hun recocido. Pud'era añadirse que tubo el emp!eo de Teso- rero de Rentas por el Rcv en Náf^era _, con otros seme- jantes sucesos ; pero estos hechos nada interesan , mucho mas ignorándose tedas sus circunstancias. La de haberse escrito las presentes Memorias por una mano no corres- pondiente al singular mérito de Vi. legas , pueie servir de asunto á los que quieran probar , que la suerte con- traria se encona hasta con la iriemoria y cenizas de al- gunos hombres ilustres.
í J Zm-
(xxxvi)
Lugares de las Obras de Villegas , y de los Do- cumentos pertenecientes á este Autor , cjue se citan en sus Memorias,
ARTICULO I.
t Varia Philologia: , sive dis- scrtatioiiun) cricicaruin , quas intet aniicos dissertlut D Eiccva;i Mar uuel deViilegaj MatutrniU HiSpa ñus.
2 Eióticas par;el lib4 Oda 64.
3 Dissfrebat U tsitvan Manuel de Villegas ,V.ij ten m Hispanus.
4 D ÜKgo García de Paredes, Se- ctetano de la Universid.id dft Sala manca, certifica en 1 4 de Febrero de 1766 , que en U Matrícula de aque- lla Universidad ,que empezó ei dia de San Martin del mes de Noviem- bre de 1 6 1 o, y feneció la víspera de S. Martin de Noviembre de i6n, está escrito y matriculado en »ia Fa- cultad de Leyes Don Este-van Ma- ntt I de Villegas, natural df Nágp- ra en U Diócesis de Calahorra <. y je matriculó en lo de Noviembre del dicho año de 1 610, al folio loi vuelta. Igualmente certifica, que el mismo Don Esrevan de Villc?35 vol- vió á inatricularje para !a propia facultad ea 17 de Noviembre de X6ii.
ARTICULO H.
5 Erót. Part. I. Lib ?. Cantil. I.
6 Eióc. Part. II Elcg. I.
7 En la segunda de las tres Sáti- ras manuscritas dice Villegas , ^ue titaba recien casado : que ttnix cumplido' treinta añoi \ y que su nueva esfosa estaba en cinta. Baxo este supuesto . habiendo nacido su hijo primogénito .Serafín Antonio el año de 16 i7, je infiere que el ma- tiiuioaio de sus padies íiíe el de xé.
en que Villegas contaba 50 de edad.
8 El P. Fr. I idon Lanciego , Ar- chivero de Santa María la Real de Nájjera, certifica en 16 de Noviem- bre de 1761; , que en el Libro de fi- nados, que empieza en 8 de Junio de i(í5ii y acaba en dos de Diciem- bre de i i8,a¡ folio 97. vuelta, hay er.tre las partidas delmetde Sep- tiembre de iShi, «na Jel tenor si- guiente n^ En tres del dicho mes m-irio Don Este-van de Viliegasi ewerr \e en Santa Maria: testo. r2 D. Andrés del Busto y la Mota.
ARTICULO III.
9 Erót. Part. I Lib. ?. Cant. )tf.
10 En el testamento expresa Villegas las circ u.istancias de su fa- rrilia y casa , seguí la costumbre regular de España. La copia nc es- te instrumento está dada y auto- riz^ida por Manuel Diez, Es.ribano público y del Ayuíit.imieuto de Ná- gera en 10 de Diciembre de 176^.
it Talis est de te opinio , talis et honorífica faina : item nohilitas summa ab utroque párente deduc- ía. Sed quíe praícipue meain inorsi- cat memoriam ea profecto esr.quam a clarissima Petroíorum accepisri Familia, c\ux una corijuncta est cum Gundisalz'ia niihi propinqua, val- deque ciiarissima. Ex qua viros illos insignes , satis in orbe i:otos, Bar- nabbam Petrosium , et Joannem fiatrem , avum tuutn , et avunCu- lum , licet tanti indignus fastigii, sortitus sum consobrinus, Dis. Crit. Tom. I. Lib. 14.
1 1 Carta 7. del Códice de Cuenca.
AR-
ARTICULO IV.
14 Et&t. Part. 1. Lib.3. Ont. 36.
14 Er6r. Pare. II. Lib.l. Elegía 5.
1 5 Querrás tú disipar poi vuestro
cuento, b anonadar el nombre de Argensola,
(XXXVÜ)
boiiarumLíttcranim profejsorl. Flá-» grantissi«o desidetio tuo.ct ¿(Teauo* sx Bernardi mei fiagitationi , quin obten^perarem ac subvenitem illic» effugerc non potui. Dis. Crit. tom, i.lib. I. D. 5.
19 Del Testamento de Villegas consta, ^ue nombró f»r sus hredi'
que á las orejas dió tanto alimento? rits á Dom Manue'a de Villegas c**
Vilo, Bartolomé, no una vez sola, Gue el dedo de Madrid te señalaba diciendo; esti es Ix Fénix E^f.imU, Yo entonces rapacillo comenzaba, Y sobre tus pisadas tal vez puse mi pie que perezoso caminaba. Confieso que .í g'^an cosa me dispuse, y aunque no conseguí lo que queria, con todo eso á ios otros me ante- puse. De la Romana 7 Ática harmonía también honre el país , y armé la
mano de la clava que Alcidej revolvía.
Eu 1.1 pr/ntera de (as tres üáti- rus manuscritas.
1 6 Quarum prior ( habla de dos Disertaciones sobre el Código de Teodosio) D. Jacobum Rhianium de Gamboa , olim vestri, iM: supremi Scnatus Pra;sidcm sibi vjndicabit. Altera D. Joanni Biptistrc Larrea ilUus Consiíii Senatori, d cata est. Otcrque quidem post togam, S Ja- cobi Ensiteri pu! ura funítus, et mi- bi ab incunabulis studiurum meo- xum Salmantici non tautu n notus, jed f.imiliari>.simus Dis. Crit. ¡om. I. lih. i^.Dis. ií8. '"
17 Por una noticia sacad?, del Archivo de Santa Maria de N'ge- M,y autorizada por el M. Fr To- jenzo Oteiza , consta , que Serafín Anronio , hi]o di" D. E'teva» de ViUegas , y de Do'i.t Antonia de íej/v.t , nado el año de 1 6x7 : Ma- ña Violante el de z8 : Rota Fr in- dica el de ii : y Bartolomé Ber- nardo i'l dt ^^.
18 Fiaucitcü Cascali Mtucencnú
sad.t con D. Dionisio de Londofjo,j^ ¿ Doñ.t Catalina de Villegas iolter*»
10 Carta }.delC6d¡ce"<ie Cuenca.
11 Carta 8,
11 Cartas >. y 4.
13. La copia de este Codicilo, otorgado ante Pedro de Baños Escri- bai.o del Número de Nígcra , esti dadn Y autorizada en la misma Ciu- dad á 9. de Diciembre de 176c poc Ricardo de Nalda Escribano públi» co de ella.
ARTICULO V.
14 Erot. Part I L. j.Cant. L
1? Erot. Part. I L i.Oda7.
í6 Erot. Pirt "jI L 4.
i7. Erot. P. IL L 1. ElfgT y 8.
28 Erot.Part.il Lib. i.EI-g. 8.
2? Erot. id.
30 Desde que vieron general es- puma las familias dt- Sem, y el gr.in abuelo dunuio el primero mosto, quarito ea
suma cometen los mortales en el suelo pvometf) de escribir , amistad odio, guíto, disgusto, aivor, temer y zdo.
En la tercera de las Sátiras rúa" nuscnias.
5t Erot. Part 1. L t Oda íí.
íí De rostra vematula Musa forte sri<icitavfris Dormit , et crgito in xtcrnum dormiet : seis quantuia sinr apud nos hae vigil 2 ; nuil* prorsus si eruc^itu x : qnrd cau^.T esc ht i.arniam Satvnci i-> contrarium decautem , qni ob mates Poetas dl- «lat ; íacit indiguatio veisutn. Nos
; (xxxviii)
«utem contra: fiígat indígnatio ver- me proferenda ? Quid, quando alí.
sum : una etenini hace causa c Par nasso me fellit. Fuetunt mihi ha:c studia jucundissima olim, sed aítum- nosa se mpcr : quia non ut Lucilius, in hora sacpc ducentos, ut magnum, versus dictabam stans pede in uno. Sed ac si partas elephantis csset, an- nos in editione solebam consumere, «jua de causa.quasi larvis pcrterritus, in has veré humaniores , qua: leni- ter me veceperunt ac tencnt , tani- quam in asilum confugi littcras. D. Crit. tom. x.lib. r. Di.f. 6.
5 5 Potui , quam facilis ! ad col- ligenios ex variis auctoribus scnteii- twrutn Hosculos convertere animum, et quos imitarer non mihi deesscnt; : : : : Ad Historian! conscribendam valde me nostri temporis tot sedi- tiones ct bella soUicitabant : sed indagare veritatcm , quae anima il- lius est, visum difficile , proferre pc- riculosum : : : : Hos ergo scopulos evitare decerncns , tempus quod in Historia cxpcndendum erat ad Mp/« iv convertí , sed onus prius cuín Viribus comparavi.
Ego autem , ut de me aüquid dicam , nondum exacto tirocinio in veteribus cvolvendis scriptoribus totus sum occupatus. Eos quidem nobis tan depravatos ac laceros ca- riosa reliquit vetustas , ut ab ípsis auctoribus, si legi dentur , nec ag- iiosci quidem, néc intelligi poterunt. Quorum mali fati nos misercntes in incliorem formam , quam ab illa ac- cepimus , eos redigere nitiniur. Dis. Crit. tom. í.lib. í.Diit. 5.
54 Potui et in explicatione ve- terum clasiicorum otium conter^re, et post alios et alios , in Virgiliuní, Horatium, Livium , Tacituin , et re- liquos , ingentes condere comnien- tatios: sed qux viro ingenuo hzc glorióla ? NoiHíe repetenda esscnt aliorum jam dicta, ct Qua: super illo alius congessit , super jsto cadera a
qua de meoadjicerciníNÓnnc aqus phialam essetin mare mittere. Id. 35 Carta i. del Códice de Cuenca. }6 Hinc ad eas, quas in propatu- lo habes Dissen.ttiones Criticas, transitus et occasio, in quibuü scrip- torum multorum loca dihcillima ex- plicantur : sententiz inextricabiles enodautur : lectiones titubantes fir- iriantur : male afFccti sanaiitut : te- meré inducta: eiiminantur ;std tan lenissimo niiu , catoque judicio , ut qui animo albo ad eas acccsserit, aut ita dixisse , aut dicturos ipsos prasu- mat Auctores. Dis. Crit. tom.i. Lib. I. Dis. I.
37 Et h3K est princeps causa, cut ad id potius ab iníaatia studiorum meorum , quam ad cztera animum convcrterim. Id.
38 Hoc scudium,quia ingeniosum est , et ingenuo viro dignum , sum- ma cum assiduitate per octo anno- rum spatiuiu sum prosecutus. Bis. Crit. tom. í. Lib. í. D. 5.
39 Carta 8. del Códice deCuenca.
40 Carta 8. id. y Dis. 5. tom. i. cap. 1.
41 Carta 11. id. 41 Cartas 3- 7 ^•
43 Las mismas Cartas 5. y 5.
44 Carta 7. 45.46. Carta i.
4T La 1. fecha en }o. del mism* mes y aúo. 48 Carta 3. 45» Carta 6.
50 Carta i.
51 Carta 5.
51 Prólogo de la traducción de Boecio.
53 Epygramma Ausonii in Eu- num Ligucorem. Invitum quidem, ct plusquam scptics rcluctantero , obs- ceiiisNÍmi hujus Epygrarnmatis, quo4 olim DJssertatione 46. ubi suus crac locus coUocaveran» , rursuj me ex- pücatio depoícit, Submeveram il- •^ Uac
(xxxix)
iínc eatn , quod hominí Chrmuno ta una materia pel!grosa,f»OTqus tra¿
ad tan cxecrandam compositionem ta del libre alvedrio confusa é in-
juam mentem applicare , deiudc decisamente , tne pareció que cía
íupcr te quidem , ex qua nisi me- mejor dexarlo aquí , y proseguir lo
tam stultitiam eliciendu.u nihil erar, que falta en su Latín , para que va-
ingenium conterere , valde esse vi- yan enteros los cinco Libros. Betci»
debatur iniquum : sed mihi pensi- Ub. <i,faf. 9j. taiitiCatulha'.-.um illudoccurrit-.cas- 55 Prífectura .ffirarü Regalis á
tum esse decet piuní Poetam ipsuní Philipo Rege nostro donatum, cuín
iíc. ideo factum revocavi. D. Crit. multi concives mei , insólita ma-
tom. I. Hb. tí. Di<. 77. glstratus consuetudinc , valde coin-
Habia traducido , dice hablan- moti , in me anxie insurrexissent
do dei Boecio , mas de la mitad de Sic. D. Crit, i$m, 1. lib. i, Dis. 7. «ita tcicei Prosa , y viendo qae ua-
LAS ODAS
PRIMER LIBRO
DE LA PRIMERA PARTE
DE LAS ERÓTICAS,
DEDICADO
AL REY FILIPE TERCERO.
o D A I.
Quisiera yo esta vez , FIHpe Augusto, Trompa sonando de metal robusto, tu nombre dar al viento, si del fuera capaz tanto elemento: o libre del asombro, que causa grave peso á débil hombro, avecindarte al clima que al Ártico se arrima: y revolviendo luego, qual águila , ó piloto, llevarte al Indio , sin negarte al Griego, y alzarte al cielo , sin fiarte a 1 noto:
A pe-
pero temo á mis plumas,
que saben escribir ya sobre espumas.
Puntales de marííl , nunca oradado, son quien sustenta al elefante armado, que bien un tal portento ha menester macizo el fundamento. La máquina estelante tan solamente es carga para Atlante: y Atlante sin segundo el centro para el mundo. Lo grave pide grave sustentador , lo fuerte fuerte atadura , que conexé y trabe, pena de dar en brazos de la muerte. Asi tu nombre solo no músico menor pide que Apolo.
Pero las Musas , que aman siempre el ocio, desviadas del tráfago y negocio, no esta vez de Aganipe buscan la soledad , grande Filipe, que todas á mi pecho se han recogido , y Helicón le han hecho, diciendo : escribe, escribe, no del duro Carybe, ni del que Masageta es bárbaro pirata, fulminador del arco y la saeta, y usurpador del oro y de la plata; sino de la que espuma
al
al campo le da flor , al cisne pluma.
Robusta edad te queda , y bien felices acciones que maduro solenices ; no gora , que tus años Verdes al tiempo engañan con engaños: canta , canta placeres, tierno muchacho , pues muchacho eres. Que la flor mas segura al Mayo da frescura; y no quando de vuelta el sol todo brillante
por los campos del cielo el coche suelta, dorando al escorpión siempre humeante: que entonces el estío se encojerá de ver llegado el frío.
Dexa esta vez que el rojo vellocino á Coicos vuelva , pues de Coicos vino: dexa la que Espartana pesada á tantos fué por ser liviana, y la que dd Letéo turba se opuso á Júpiter Cretéo: que no sufre el talento tuyo tanto argumento. De trompas y añanles huye los varios Sones, porque harás de varones hombres viles, y esquadras mugeriles de esquadrones; solo canta placeres, tierno muchacho , pues muchacho eres,
Al No
U)
Ko de coturno trágico calzado teatro pises de venganza armado, ni los ayres molestes con las locuras del terrible Orestes: no bibres el lambo, ni olvidadizo el torpe Ditirambo: no te humilles al zueco, ni trates su embeleco: solo canta elegías, solo canta querellas, gozarás de tus flores en tus días, que Venus te promete las mas bellas: canta , canta placeres, tierno muchacho , pues muchacho eres.
Dixeron esto : y yo quedé qual suele el Coríbante al soplo de Cibele, tan lleno de harmonía, que mas capilla que hombre parecía. Mis senos interiores con la nueva deidad daban herbores^ ó con el nuevo gozo: tal era su alborozo. Luego de la Tesalia se me hicieron patentes. Jos bosques , los jardines en Castalia, y en Pindó los arroyos y las fuentes, y todo quanto abona del Autro al Setentrion deidad Pomona,
Luego, libre de empachos y de miedos,
es-
esta que vés fiaron a mis dedos
cíthara tan suave,
que solamente amores cantar sabe:
por quien el hondo rio
ó para la corriente , ó pasma elbrio.
Foresta elRodopéo
fieras detubo Orféo:
por esta el repugnante
lebrel , tres veces duro,
desamparó las puertas de diamante:
por esta se juntó de Tebe el muro:
por esta en el undoso
mar Arion halló delfín piadoso.
Si es digna de tus pies , esta te ofrezco: no porque yo tampoco los merezco; que , á ser de ellos pisado, ya me hubieran al ciclo levantado. Del suelo soy vecino, mas no tanto del suelo que no inclino á cosas superiores mis fuerzas inferiores. Si agora canto tierno, tiempo vendrá que cante, ó vestido de toga tu gobierno, 6 tu triunfo armado de diamante: que el tiempo , y la experiencia por puntos multiplican la prudencia.
No aspiro á mas laureles que i mi llama! que ofende á sus deseos quien bien ama*
A 3 «
Siga el joven valiente
cn polvorosa meta carro ardiente:
y el de todos servido
feliz privado , á Rey agradecido.
Siga de noche y dia
por la campaña umbría
el cazador ligero
al javalí cerdoso,
yá siendo monteado , ya montero.
Siga por mar y tierra el belicoso
varón la dura guerra,
y en mar sea delfín , y tigre en tierra.
Que yo , de alagos tiernos persuadido, seguir tengo las llamas de Cupido, seguir tengo los fuegos, adestrado de locos y de ciegos. Tú , del cierzo envidiado, quizá por mas que el cierzo levantadoj Filipe , borra el ceño, y esta rccive dueño, que , quando no por mia, ganar tiene por tuya el nombre de suavísima harmonía, . aun porque el tiempo ñola destituya: que un Rey de las. Españas promete contra el tiempo mil hazañas.
AL
(7)
AL CONDE DE SALDANA.
ODA II.
NO suena ya en mi voz menos que CUo: tal es á quien celebra el canto mío. Oídme , oídme , España, que al viento doy el nombre de Saldaña, • Conde , que a no ser tuyo, no merecia el Orbe hallarle cuyo. Libre de adulaciones, y esclavo de aficiones, 6 ínclito mancebo, <le tí diré , si acaso su blanda lira-me prestare Febo, ó Musas me fiaren su Parnaso, que el valor de que usas, no es menos digno que de Febo y Musas,
Huye de dar legítimos oídos á lisonjas , que aduermen los sentidos, cuya madre es Mileto, y cuyo padre apócrifo arquitedo; huye del que te abona, y por alzarla , huella tu corona: que quien añade , 6 quita, honras desacredita. Solo esta vez escucha, si el ocio lo dispensa,
A 4 ly^
(8) lira , que poca , por tu causa es mucha, doda en verdades , sin temor de ofensa; que donde hay calidades, poco temor prometen las verdades.
Del pérfido á los Dioses , cuyo nieto al hospedaje le perdió el respeto, no diré , que tu origen dechado puede ser á quantos rigen: sino solo de aquellos humilladores de aspirados cuellos, por quien ya la morisma reverencia la crisma. Estos son tus pasados, estos son tus mayores;, no ruinas de Dólopes airados, no cautivos de Griegos vencedorej; sino contra Agarenos siempre Españoles , porque siempre buenos.
¿Qué puede un fementido dar de gloria, si ofrece mil vilezas con su historia, cuyo infame sonido no escapa de apocado , 6 fementido? Fabulosos Homeros descubran esta vez otros linderos: que vive el cielo , Conde, que el tuyo no se esconde: que aunque de olvido colmos son los siglos pasados, bien nos dicen los muros y los olmos,
unos
(9) unos l^angríentos , y otros destrozados, que en Castellanos montes huvo mil Cides , no mil Laomedontes.
¿ De qué cansancio no experiencia fueron, por quien tantas vidorias merecieron? ¿ De qué blanco rocío no se abrigaron en mitad del frió, ¡al tiempo quel retorno de la luz se espaciaba en Capricornio? Desvelos , hambres , sedes, y tuque honrarte puedes, militar agonía, su gloria entonces era, por quien agora tu nobleza es día, y mas permaneciente que la esfera: que hazañas por Dios hechas, visto es que nunca se verán deshechas.
Preciese el barbarismo , trasegado de Libia á las Espanas , de haber dado fatiga a tanto imperio casi mil años , no sin vituperio: que no menores glorias te escriben en su estrago las historias, desde que fiero rayo al Moro fue Pelayo, hasta que en sus riberas Genil vio , y en sus olas tantas lucir Catholicas vandera?, tantas beber naciones Españolas,
con
(lO)
con que k monarquía
de Hesperia á ser volvió lo que solía.
¿ Pues qué si á tantos Rómulos abuelos, famosos en distantes paralelos, añadiere mi pluma
al padre tuyo , que en la paz es Numa? Ni bastan laureolas para premiar tus esperanzas solas, ni el mundo es abonado para hacerle pagado. O ! gózate en sus dias, mancebo generoso, como lo piden las finezas mias, como lo espera tu vivir dichoso: V succesiones veas, que igualen las pirámides Nileas.
De ginete Andaluz , cuyo soltero . padre sin duda fué cierzo ligero, armado de loriga el curso alienta , y el hijar fatiga: que de exercicios tales son dueños muy de atrás los Sandovales. O la pica en el hombro al Turco dando asombro, y al Protestante miedo, hagas en años duros menos seguros con viril denuedo muros que el tiempo tenga por seguros:
que después de mil lides
se-
(II)
seras ^lel mundo íjüai tu padre Alcídes, Pero en tanto que el cielo te adereza ocasiones que ensalcen tu nobleza, esta voz , de que usa en tu alabanza, escucha de mi Musa: que heroyco son futuro te prometo tal vez en metal duro, si para tanto empleo basta calor Febeo. Del zétíro servido, y del cielo ayudado ser me veras qual Dédalo atrevido, y con las plumas de tu nombre alado vencer estorvos tales, que deje atrás las águilas reales.
ODA III.
QUexas que envia desde frágil nido pájaro tierno , escucha condolido un libre que antes era, y agora es prisionero en cárcel fiera: que amor á verdes años dá voces , lazos tiende , y arma engaños.
No el oso melenudo , ni el cerdoso javalí , temerario mas que el oso en colmillos , no en brazos, cayeron á sus voces , ni en sus lazos: que juvenil mancebo
de-
dcxa armas , vá á sus voces , da en su cebo.
Era un Abril su edad , que poco á poco de muy fertilizado vino a loco: hata que cuerdo , y seco vea el mal , sienta el rigor , llore el trueco: * que el hombre con los daños abre ojos , muda empleos ,dexa engaños.
Huyendo de una fiesta , dio en un sueño, avista de un arroyo asaz risueño, que franco le ofrecia son dulce , amena estancia , cama umbría: si es que alivian la pena son dulce , cama umbría , estancia amena.
Dormido , pues , prosigue el paxarillo, y el viento aun no se mueve por oíllo: que tal vez un acento es sueño al alma , es remora del viento: y si suave obliga, pies ata , cierra ojos , alas liga.
El susurro esta vez , que prometía por suelta el agua , ya que no por fria, mudo , pues , ni se opone al paxaro , ni al joven descompone; antes criando orejas para aguas , hunde guijas , oye quexas.
Pero la tarde sombras que ofrecia • fuelas alzando , porque el sol caía: el paxaro enmudece, siéntese el viento ,y el susurro crece:
(13)
y el joven , ya despierto,
pies mueve , sendas sigue , huye el desierto» O D A I V.
ANtes que llegues con tus años , Lida, á la vejez cansada, ay ! no le ofrezcas al desdén posada, que es basilisco del que mas le anida; sino mucho amorosa labra en mi zelo , cogerás tu rosa.
La purpurada Venus , y el hijuelo, que siempre la acompaña, 6 salen en Abril a la campaña, ó de el Mayo en la flor pisan el suelo, ya con alegres danzas brindando a tu verdor con mil mudanzas.
No pienses que al Otoño , quando apenas el campo se asegura, visitan de los bosques la espesura, ni las montañas otro tiempo amenas: que entonces , dulce Lida, la mas lozana mas está encogida.
Tú esperas de la Cinara el empleo, que se arrugó "doncella: Cinara digo , la que un tiempo bella veneno al alma fué , taza al deseo. Mas ay I que ya su quexa J-lora el pasado error a4 verse vieja.
Yo
(14)
Yo la vi un tiempo coronar la frente de resplandor dorado, y entre las brasas del carmín rosado bibrar la juventud su llama ardiente, que pudiera en los bronces quaxar cenizas su viveza entonces.
Quan bella estaba al estender el paso! con quanto señorío del tierno joven cautivaba el brio! Mas adornóse de desdén escaso, que imitaba sin arte de Amor el plomo , el marmol de Anaxarte,
Pero ya arrepentida , y mas corrida de lo que su edad pide, mis verdes años con sus canas mide, y al no torcellos llora arrepentida; que la que vieja adora con mas ventajas se enternece y llora.
Por quanto no querrás verte á deshora cautiva de estos daños, después qiie á un tiempo los purpúreos años se hayan volado con la blanca aurora, y entre fuego , y ceniza haga el amor en tu vejez la riza.
Dexa por dios , y por tus ojos dexa de ser menos esquiva: y en tanto que la edad briosa priva , halle cabida en tu elección mi quexa: que la Venus temprana
ni
ni el alma afrenta , ni el honor profana. O D A V.
SUelta al zéfiro blando ese vellón que luce en tu cabeza, verás que tremolando a cautivar amantes Lida empieza, y que en cada cabello enreda un alma , y aprisiona un cuello.
Como en el mes ardiente el viento mueve las espigas de oro con soplo diferente, alli las hebras , que en el alma adoro, del zéfiro movidas, darán mil muertes , vencerán mil vidas.
No de otra suerte Apolo con su resplandeciente cabellera viste de luz el polo: ni el mismo sol resplandecer pudiera, si de tu roja frente jio hurtara rayos para darle á oriente.
ODA VI.
OQuandulce y suave es ver al campo quando mas recréal en él se quexa el ave, el viento spira , el agua lisonjéa,^
y
(lí)
y las pintadas flores
crian mil visos , paren mil olores.
El álamo y el pino sirven de estorvos á la luz de Fcbo; brinda el vaso contino del claro arroyou:on aljofarnuevo: y la tendida grama mesa á la gula es , y al sueño cama.
Tú solamente bella nos haces falta , Tindaris graciosa: y si tu blanca huella no te nos presta como el alva hermosa, lo dulce y lo suave quan amargo será ! quan duro y grave!
ODA VII.
FAbricame una taza, después de haber labrádola en tu idea, Vulcano , en cuya traza ni señas de armas , ni esquadron se vea, ni bélico estandarte: 2 qué me importan á míBelona y Marte?
Solamente te aviso que la forxes capaz : no que prometa en lo sereno y liso gravado el orbe de ningún planetaj porque yo no me agrado de ver al Orion de espada armado;
Ni
Ki el carro de las Osas, que trilla en Setentrion: ni el gran Bo6tes, que nunca trae ociosas sus quatro bacas de aguijón y azotes : ni los demás dibujos de círculos , de esferas , y de influjos.
Solo en ella se imprima al padre Baco rellenado y grueso , que cuidadoso esprima el turbio grano del racimo espeso: y en lugar de perfiles á mí y á Venus , á Cupido y Filis.
ODA VIII.
OProbrio del verano, bajó tu saña convertida en lluvia, Júpiter , y al Romano que esperaba la mies granada y rubia , ¡ó con quanto denuedo' le diste asombros de experiencia y miedo !
De púrpura el granizo, de sangre el suelo y el raudal se vía : y apenas se deshizo
por la frágil región , qúando en la umbría ciudad , y en la campaña vimos asomos de tu ardiente saña.
Quajaba el torbellino sierpes de indignación en ambos senos,
B y
(i8)
y al fulminar contlno
añadieren horror sonantes truenos ,
tanto que allí el Vesuvlo
temió sin Pirra universal diluvio.
Por cierto no fue poca la audacia del terrígena gigante, quando con ansia loca fiero se opuso al rayo fulminante , y al globo de Faetónte determinó subir de monte en monte.
De tresdoblado acero tuvo Porfirio el corazón entonces, pues al poder severo , con quien átomos son los duros bronces , alzó la mano ayrada en odio , en ira , en rabia ensangrentada.
¿Quién pues dirá el corage de Gíígcs , Reto , Mimas , y Tiféo , que con pérfido ultragc el alcázar del sol baten febeo, tirandqle membrudos rocas vestidas , y árboles desnudos? . Yá daban casi asalto por Flegra á la lustrosa pesadumbre , quando de lo mas alto vieron á Jove purpurar la lumbre del rayo fulminante, y á Palas con el Egida sonante.
Tanibien de jaco armada . ' ' ' ^'' '" se
se vio ayudar la Cíprida al consorte :
y con ardiente espada ,
poniendo horror las iras de Mavorte
se cebaron de suerte ,
que espuelas le pusieron a la muerte.
El que con voz soltera pasmó del Elicón las altas cumbres y en su fuente parlera lavó sus crines , refrescó sus lumbres que su divino aseo era del Delio Apolo Pataréo:
En nada descuidado solícito también sus arcos toma y de carcax armado, entre los dioses tan gallardo asoma, que al desplegar su fuego quedó el contrario deslumbrado y ciego.
y como se resvala de sí misma la fuerza sin consejo, la de esta gente mala no pudo resistirse al aparejo de la divina ciencia, que con valor se rige , y con prudencia.
Asi que el centimáno , aunque sus fuerzas exerció robusto, las exerció tan vano, que apenas, el rumor del rayo adusto con su esplendor le toca, quando a terror y miedo le provoca.
B 1 Qual
. (20)
]Qual bajan sin concierto los peñones del Cáucaso arrojados ? unos al daño cierto cayeron rotos , otros destrozados, hasta que en la Sicilia lloró la tierra su infiel familia.
ODA IX.
EN tanto pues , hermosa casadilla ,• que los dos al pavón y tortolilla imitamos fielmente,
tu con belleza , y yo con voz doliente , mi voz de tu belleza cante, qual cisne en su mayor tristeza : pues por tí mi deseo es músico suave mas que Orfco.
Cante el heroyco al son de la trompeta el súbito rumor de la escopeta , y el trágico celebre calzado de coturno acción fimébre : que yo de tí, casada, lírico siendo , en cítara templada cantaré solamente tu boca y ojos , tu megilla y frente.
Diré de tus cabellos siempre bellos • 5 pero qué mucho , si anda el sol cabe ellosl Y si mi voz te agrada también diré de tu cerviz nevada^
pof
(21)
por quien discurren venas,
sino de plata , de zafiros llenas ,
que arroyos siendo estrechos,
Van hasta el océano de tus p .chos.
Diré de aquel ayroso siempre brío que acompaña á tu grave señorío ^ sin que el ayre brioso destemple tu mirar magestuoso. Diré de aquel aseo templo de amor , y cárcel del deseo: que al fin la compostura da mas realce y gracia á la hermosura.
Diré de tus dos pies , y tus dos manos , que ellas gigantes son , y ellos enanos; aunque muy semejantes en la blancura enanos y gigantes : y en ellas como en ellos pondré mil bocas , postraré mil cuellos : que mis pasiones locas me prestarán mil cuellos y mil bocas.
Diré de tus colunas , que no en vano son hombros del estrecho Gaditano, pues en tales colunas padecen mil amantes mil fortunas : y yo que adoro en ellas , dos mil padeceré por solo vellas, como después el hecho las venga i reiterar en el estrecho. Solo esa parte á quien naturaleza
¿5 ador-
adornó de recato y de belleza, y quizá de recato , por ser beldad mas bella sin ornato, de mí será callada,
y a la esperiencia misma encomendada : que la suave ciencia de amor solo se sabe en la experiencia, ¡O páramos de nieve adonde en breve fuego se saca de la misma nieve 1 y vosotras laderas
que oro frisáis en candidas hileras 1 pues causasteis mi lloro, comunicádme vuestra nieve y oro ; que si llego á gozaros prometo como á cielos adoraros,
O D A X,
YO pensé , luces bellas, llegar con mi esperanza á vuestra lumbre; pero Lida inconstante , por doblar mis querellas, de vuestra ( ay cielos ! ) ensalzada cumbre la despenó arrogante; y agora la perjura cortar el árbol de mi fe procura.
Como cierzo indignado, que con súbito soplo descompone la mies en la campaña,
y
y en el alegre prado
los altos montes que la edad compone;
así con dura saña
Lida ingrata y perjura
cortar el árbol de mi fe procura.
Juró que me sería en amarme tan firme como roca, ó como robre esento, y que atrás volvería este arroyuelo que estas hayas toca, antes que el juramento: pero ya la perjura cortar el árbol de mi fe procura.
Esto dirán los vientos que dieron á su jura las orejas : esto dirán los rios , que por estar atentos el susurro enfrenaron a sus quejas : pero los" llantos mios dirán que la perjura cortar el árbol de mi fe procura.
N
ODA XI.
"De Horacio la 4. /í^« ^*
O te aVerglience no , Xancia Foceo, verte de tu esclavilla enamorado.
que ya se vio prendado
el fuerte Aqulles destc mismo empleo quando en Briseide hermosa sintió la nieve purpurada en rosa.
Que cautiva también era Tecmesa, y della se pagó su dueño Ayace, Luego verás que aplace , en medio del triunib de su empresa, al gran Atridas Griego la virgen que sacó de en medio el fuego. Después que las escuadras del Troyano
cayeron miserables , y el valiente
Héctor dio fácilmente
el cuello al vencedor Tesaliano,
dejando su caida
la ciudad de valor destituida. Y si acaso te pesa verte esposo
de la adorada Filis , pierde el miedo,
que su real denuedo
sangre promete igual , si ya invidioso
no se queja del hado,
entristecida al verse en bajo estado.
Créeme, así dios te guarde , y no imagines
que es hija de ruin plebeya casta ,
ni que mugei*tan casta,
tan casta , y limpia de intereses ruines ^
pudiera ser nacida
de madre infame vergonzosa en vida. Su rostro de marfil , sus hebras de oro,
sus brazos , cuello y muslos torneados 'a se-
serán de mí alabados:
mas no por eso pienses que la adoro,
ni en amar hagas cuenta
de quien ya con su edad llegó á quarenta.
ODA XII.
A una ¿ATnA en la, muerte de una tia suya.
Ciprés era robusto el que ya roto tronco se queja de un valiente noto , porque á la rverde estambre de su hilera su soplo fue tigera : de planta aun no prendida pasó á niñez florida: hasta que, por tocar del sol la lumbre , cumbres venció su cumbre. ¡Quan derecho y lozano no oyó las amenazas del villano! ni las que prometía vejez en él tardia! mas ay ! que á vista de ojos viento oyó , perdió vida , lloró enojos.
De selva nieto fué , para ser hijo de artífice prolijo, vagel que ya cascado se queja , no del noto acelerado, sino de un mal piloto, tigera de su estambre mas que el Noto r
pues
(i6)
pue'S siendo alado pino
rastrero por el mar halló camino ,
y á bárbaro pirata
fue pies , vistió de acero , armó de plata:
hasta que , poco diestro
su ayo ó su maestro,
llevándolo al vagio
vio arenas , paro alas , pasmó brio.
Por muerte de Gitanos Faraones nacieron las pirámides, blasones entonces de locura , y agora de fantástica hermosura: si al cielo dieren guerra gigantes son de tierra: pero qué ? pierde el miedo , máquina de cristal, que á su denuedo remora será el hado de oposición armado , y con lenta- ruina
su estremidad al suelo hará vecina , de tal suerte que fea cayga alta, baja ruede, polvo sea.
Lágrimas de la aurora dieron risa al que yá tan sin lástima se pisa, hoy suelo , y ayer prado de variedad de flores esmaltado , y mas que de la aurora de todos saca lágrimas agora: pues en floridos años
sintió vegez y daños.
De varios carmesíes
atesoró rubíes :
mas ay! que su tesoro
poco á poco se fue mudando en oro,
y ya menos risueño
mudo habla , seco llora , y todo es sueño,
Alcída , tal en todo es nuestra vida, ya débil , ya Voltaria , ya oprimida : Quien vive mas , mas llora, que el tiempo con el tiempo se empeora. Si murió vuestra tía fue por ganar lo que en vivir perdía: perdió lo que antes era , ganó lo que después ganarse espera, Y así no os dé cuidado ciprés , vagel , pirámides , y prado , que solo al cuerpo roban la hermosura el viento, el agua, el hado, la secura, y no á la alma , que hermosa vé á Dios , medita en él , y en él reposa.
ODA XIII.
Estando enferma su dama.
Bien sé que me escuchara este arroyuelo manso que murmura si acaso yo cantara :
bien
(i8)
bien sé que me atendiera la espesura
de aqueste monte hueco ,
si en su alabanza requebrara al eco.'
Graciosa Filomena, yá vagando del mirto al sauce umbrío , sin duda que á mi pena treguas firmara de silencio pió > y por oir mis quejas parara plumas , y ocupara orejas,
I Qué atención no me diera la tortolilla solitaria y muda quando mi voz oyera ? I qué fiera , ay cielos ! de piedad desnuda , al resonar mi Clio no moderara el bárbaro desvio ?
Las vueltas de los cielos que yá se llevan el placer y el gusto, y yá con mil desvelos nos dejan la tristeza y el disgusto, indignamente han dado ín á mi voz, principio a mi cuidado.
Aquel ay! lisongero yá no se canta así como solia, ni al zéfiro ligero se debe encomendar nuestra alegría: que enfermo el dueño mío la flor se marchitó , se secó el rio.
¡ Qué bien, qué dulcemente se oyera el canto de mi voz suave,
si
(29)
SI como el sol luciente
con paso lento , desdeñoso , y grave
saliera mi Brasilda
dando valor á tanta camamilda!
Pero ya que la suerte , armada de crueldad con tantos daños, en agua nos convierte , ¿ qué podrá resonar que no sea engaños de nuestra corta vida en humo , en sombra , en nada convertida?
ODA XIV.
ST al apacible viento eterno huésped de este prado umbrío, regalado instrumento, dulce tal vez , y secretario mió , hemos cantado a solas tú dulces ojos , yó sangrientas golas :
Ea de aquel famoso , de aquel ilustre mayoral cantemos , que con pie generoso pisó del Tajo márgenes y estremos , hasta que la Carona le vio blandir las armas de Belona.
jQuan cubierto de acero el Aquitano conoció sus brios en el asalto fiero , y desatando manantiales ríos
de
de galicanas venas , :^i
murallas inundo , coloró almenas! >|
Mas luego que al sosiego del trance duro retiraba el brazo , Venus le ardía en fuego, dócil al yuga, fácil al regazo, y él cantaba su espuma tomando ora la espada , ora la pluma.
Asi como solia al ampararse de su voz postrera el cisne , que á porfía aguas paró del Istro en la ribera, que fueron á sus males rocas de yelo , ó yelos de cristales.
Bien lo dirá la fuente, dígalo amor también , que amor lo sabe , si quando en su corriente cantando a veces tierno , i veces grave, maldijo su fatiga, y el casto engaño de su dulce anjiga.
Mas ay detente un poco, »
detente lira pues , que aqui Salicio desalentado ) loco , cuerdo en perder entonces el juicio, también paró, su canto, colgó su lira, y empezó su llanto.
ODA
(30 ODA XV.
De Horacio la 5. del lib, 2.
AUN no tiene domado tu becerrilla el cuello de suerte que al trabajo pueda hacello, sufriendo sin molestia el corbo arado : ni aquellas fuerzas tiene que para tales actos le conviene.
Que- en el robusto exceso no igualará sin duda á los oficios que el consorte acuda : ni podrá tolerar el grave peso del toro aficionado en el ardor de Venus despeñado.
Por quanto descuidada de tu pasión ardiente pasa del fresco rio en la corriente la siesta con el sol bien fatigada, ó con otras iguales del saucedo en los húmidos charcales.
Deja por dios agora de poner el deseo
en el acedo agraz , y haz el empleo allá quando el otoño los colora: que entonces muylozano te verterá su tinta en cada grano,
se-
'' Seguí r¿te sin duda
su edad con diligcnciaj
que quando juventud de tí haga ausencia ,
fuerza será que a su niñez acuda,
y aun le dará los años
que te quitare á tí con proprios daños.
Deja pues que se crie, hasta que yá engreída pida marido Lálage atrevida, que agora tierna con la edad se ríe, siendo de tí adorada mas que la fugitiva Fóloe amada.
Y mas que Cloris bella , cuya divina espalda , qual suele entre las ondas de esmeralda la luna relucir , reluce en ella; ó qual suele el bruñido hombro tal vez de Giges el de Gnido.
Al qual si acomodases entre blancas doncellas dejándole colgar sus trenzas bellas, no dudo yo que al huésped engañases, por ser en la hermosura muger , como en el garvo , y compostura»
ODA
Ó3) ODA XVI.
Aunque enseñada al bárbaro ruido del Tánais estraneero , y aunque tuvieras un cruel marido como el áspid severo, cuyo semblante duro te amenazara con rigor futuro t
O Lida hermosa ¡ 6 dulce mi enemiga! con mas piedad debiera ser amparada mi mortal fatiga: con mas piedad; pues era primicia en mis enojos, y la ocasión primera de tus ojos*
Al respetado marmol de tu puerta me vé la blanca aurora, quando temprana por mi mal despierta , y enternecida llora de ver que en un rendido corte la espada de tu triste olvido.
Madruga el sol , y Ibga al mediodía, y yo siempre al helado umbral estoy , parado en mi agonia, tan firme en mi cuidado, que si me asalta el sueño, lo han de saber las puertas de mi dueño.
No pienses ya que el ábrego que suena^ ni el agua que murmura ,
C me
054) me podrán redimir de tanta pena ;
si ya la muerte dura ,
piadosa á mis querellas ,
no me arrebata de tus luces bellas.
Ni que tampoco el perezoso frió de la noche encogida, débil al viento , candido al roció , me traiga a nueva vida, ó con libre -escarmiento se atreva á reducir mi pensamiento, ,
Que primero los duros escuadrones, de Cesar no vencido adorarán los bárbaros pendones, y al Persa inadvertido rendirán su denuedo, ó al engañoso retirar del Medo.
Primero entre los ásperos baxíos del piélago Africano enjutos se verán los ojos mios , quando de espuma cano, á gúmenas , y entenas guerras pregone con cristal y arenas.
Amo , venero, estimo tus enojos, porque es fuerza que sea tanto desden pariente de tus ojos ; y también porque vea amor , que hay corazones que estiman con razón sus sinrazones.
Muévate pues , 9 dulce mi señora !
ver
C35> ver que en mis dos mexillas la triste palidez de gualda mora, debiendo reducillas á colorada rosa con los rubíes de tu boca hermosa.
Muévate ver un miserable amante , sugeto i, la aspereza del Aquilón , y Zéfiro sonante: muévate mi fimeza, pues será sostenida mientras durare la firmeza en Lida.
ODA XVII.
De Horacio la 8. del Ub. 2,
BArine , si yo viera que por el voto que quebraste akora tu beltad padeciera algún leve castigo , y a deshoja nos mostraras doliente fea una uña , denegrido un diente ,
Creyératc sin duda : mas por el mism» caso que juraste , y de lealtad desnuda al voto tan sin miedo te obligaste, quebrándole nos diste mas resplandor , mas bella pareciste. Si perjurada á veces
C a por
(5«) por las cenizas de tu madre juras ,
mas bella resplandeces,
y mas pura si juras por las puras
lumbreras celestiales,
6 por los mismos dioses inmortales.
De esto vi se reía Venus , y las sencillas ninfas puras , y el amor , que a porfia siempre amolando está sus flechas duras en aquella severa, y siempre cruda piedra aguzadera.
Para tu cárcel dura crece toda niñez : los ya mayores no dejan tu hermosura, con vers^ amenazar de tus rigores t jii los umbrales frios , siempre regados de los ojos mios.
Por ti vive medrosa la madre del mozuelo , y el avaro padre : por ti la esposa vive celosa de su esposo caro : que en tu dulce semblante onsidera los grillos de su amante»
ODA
(S7) ODA XVIII.
De Anacreonte la segunda.
Dio la naturaleza armada frente al toro , y al caballo pies de robusto callo , curso á La liebre de veloz presteza, y una sima de dientes á los leones , fieras impacientes.
También al pez , y al ave alas con que romper el agua , y viento : al hombre entendimiento : ¿ pero qué á la muger ? beldad suave : y harto fue, pues la bella, defensa , hierro y llamas atropella.
ODA XIX.
Be Horacio la 9. del libro 2j
NO siempre , Valgio mió, llueve en los campos de la nube el velo, ni siempre el Caspio rio con sierras de agua se levanta al cielo, ni se ve coronada
siempre la Armenia de la escarcha helada: No en las verdes encinas
C 3 ^^^
(38) del Gárgano feroz sacude el viento ,
pi trabajan continas
sus ramas con su presto movimiento ,
ni el árbol se deshoja
para no verse mas vestido de hoja.
Tu solo siempre lloras el tránsito fatal del tierno Miste , ay Dios ! y á todas horas te afliges grave , te lamentas triste , y en aquesta porfía pasas la noche , sin cesar el dia.
Pues no fue tan llorado del padre anciano Antíloco el Argivo, . que pudo contra el hado tres edades vivir , ni el trance esquivo del gran Troílo en Frigia, que tan muchacho se lavó en la Estigia.
Deja , deja las quejas, y no permitas con opuesto llanto afligir mis orejas : antes , amigo , con alegre canto , mejorando el empleo , cantemos del s,ran Cesar el trofeo.
Cantemos el Nifátes , y á las vencidas gentes añadido cantemos el Eufrates , que ya se estiende con menor rm'do ; también a los Gelónes , i quien les dio por cárcel sus mojónesr
ODA
(39) ODA XX.
De Anacreonte.
SI con algún tesoro se pudiera akrgar mi corta vida , de los mineros trasegara el oro , porque quando viniera la muerte , dado el precio; se volviera.
Pero si no es posible i de qué sirve el gemir ? por qué lloroso celebro el dia forzoso duro al pensar , al padecer terrible ? ¿qué me sirve el dinero, si no me ha de alcanzar lo que yo quiero?
Pues eh , riquezas vanas , á quién mucho os estima, que os frequente: allá vaya al oriente,
penetre el mar del Sur , harte sus ganas ; que yo ya hallé en mi Lida oro , plata , metal , riqueza y vida.
ODA XXL
Ée Horacio í'a i^- del Hb. 2. Y Dios', Postumo ! Postumo! y qual vuela
A
JTIL el año fü'gitivo ayl como sin cautela
C 4
no*
, C40>
pos previene el rigor el trance c$quívo,
sin que la religiosa
piedad nos libre de la muerte odiosa.
No es posible que puedas repararte contra la arruga fea, jni de la edad libra-rte , que con la tarjla senectud coxca, ni en el transito fuerte entretener los filos de la muerte:
Aunque todos los días sacrifiques por tres veces cien toros, y á Pluton los dediques, deidad que no se mueve á tiernos lloros> y que tiene por vicio atormentar á Gerion y á Ticio :
Por cuyas aguas nadaremos to^oj los que nos si stenttmos , ya por diversos modos con título de rey , ó ya seamos en ja triste partida dueños forzosos de una tosca vida.
¡ O quan en vano entonces habrá sido habernos escapado de íflarte embravecido ! I quan poco servirá no haber surcado, ni haber estorbos hecho aJ Austro en el Otoño de provecho!
El hórrido Cocito , que inundado es de pálido rio,
JÓ
(41) jo como visitado
será de todos ! y el linags impío . de Dnnao , y el encanto de Sísifo , contino opuesto al canto !
La tierra , casa , la muger amada dejarlas es forzoso ; ni en la triste jornada pienses llevar , de quantos industrioso árboles has dispuesto, mas que la rama de un ciprés funesto.
El cécubo precioso , que has tenido con cien llaves cerrado, del sucesor perdido, y más digno que tu , será gastado, hasta mojar las losas debiendo honrar las mesas suntuosas.
ODA XXII.
A márgenes y ríos detengo y enternezco : ¡tal eS el llanto de los ojos míos! ¡tal es la pena , que de amor padezco ! Tú solamente, , Asteria, eres á quien no muevo en tal miseria.
Pues aunque hubieras sido hija del cipriota
peñasco , á su pesar endurecido , y sin lajtar de lástima una gota
mi-
miraras el colgado
de tus umbrales triste enamorado, ,
Eh ! deja , que no agrada á Venus tal dureza , por mas que guste ver ensangrentada su flecha en juventud y gentileza: que con el porfiado castigo se hace el hombre escarmentado.
Yo por cierto , no hay duda, bien pusiera el deseo en Clicie, que me mira menos crudaj * pero temo este mismo devaneo: que la muger rogada se muda de ordinario en obstinada.
Pues mira estas razones , y no llegues á verte , siendo muger , retrato de leones j siendo muchacha , imagen de la muerte: que por eso el desvio se sabe castigar con mármol frió.
JtX
ODA XXIII. ' De Erina Lesbia.
SMve Roma querida, - _
sucesión del gran Marte , tu, que ponei^"' en tu cabeza» erguida miti-a compuesta de opulentos dones,
(45) y gozas en el suelo del ocio universal de todo el ciclo :
A ti te dio la parca tal privilegio , viendo que potente tu mano el cetro abarca, y que ha de sustentarle eternamente, para que tu prudencia rija de todo el mundo la tenencia.
Tu con robustos lazos maniatas del mar los pies tardíos , y del mundo los brazos : tu descoyuntas firmes señoríos; y sola , libertades niegas , ciudad , á quantas hay ciudades^
La misma que porfía poner todas las cosas á su planta , y la vegez tardia,
que jtodo lo trastorna y lo quebranta, dan á tu imperio escnto un inmortal y favorable viento.
Porque de tanto hijuelo crias la sucesión fuerte y famosa, que no la tiene el suelo mejor para la guerra sanguinosa, de quien eres fecunda mas que en espigas Cer.es , quando abunda.
ODA
C44) . ODA XXIV.
De Horacio la 16. libro 2.'
D Escanso pide el mercadante al cielo en alta mar , y en áspera fortuna, luego que el negro velo tapó los cuernos de la blanca luna, y le fueron cubiertas al marinero las estrellas ciertas.
Feroz la Tracia , y en las armas brava, también le pide : pídele y el Medo gallardo con la aljaba: que quando la inquietud despierta el miedo no puede ser pagado con grana , perlas , ni metal preciado.
Qiie en vano los tesoros mas ocultos, ni el Alguacil de corte puede en vano aquietar \of tumultos que se revelan en el pecho humano; ni detener las alas del cuidado que anhela en regias salas.-
Con poco, estado en su caudal sosiega contento el que heredó pequeño estado , y á quien la Venus ciega deja de atormentar , sin que el cuidado del temor no pequeño e inquiete el alma , ó le interrompa el sueño.
' ■ ) ^ ' Ay
(45) Ay dios ! i como emprendemos tan osadoj
cosas tan- arduas en edad tan breve ?
Seguimos desterrados
el sol de otra región jy éste se atreve
á desdeñar su tierra,
y huyendo de sí mismo , se hace guerra,
Sin resistencia en las erradas naves , mas que el ciervo veloz, sube el cuidado, y a las escuadras graves de caballos no menos alterado se arroja que violento ímpetu en congregar nubes del viento.
Alegre en lo presente esté seguro el ánimo , contino aborreciendo aquel cuidar futuro , y con alegre risa entreteniendo 3o adverso : que es forzoso que no todo por todo sea dichoso.
Llevó la muerte arrebatadamente al noble Aquíles : la vegez tardia poco á poco inclemente disminuyó á Titón , y a mí podría ( ay Dios ! Grosfo ) la hora Jo que te quite á tí dármelo ahora.
Bien sé que la Sicilia te apacienta de ovejas y de bacas gran manada; que relincha contenta la yegua á tu carroza acomodada; y que traes el vestido
dos
C40 dos veces con la púrpura teñido.
Pero la parca , en nada mentirosa , pequeños campos no negó á mi estado : ni aquella voz graciosa de la Tebana Musa ^ en que empleado estoy , ni el haber sido émulo siempre al popular ruido.
ODA XXV.
C Asada la de Eurito, pues de ocho lustros eres, ¿ por qué no pones freno á los placeres ? < por que siempre das rienda al apetito , y con torpes saynetes brindas , incitas , llamas y acometes?
Tu al bayle la primera y al juego ibas la sola, y ni quedó niñez á la Española que no lastase , ó bolsa a la estrangera : que de dinero y brios eras el ancho mar , y ellas los ríos.
Y al fin como la Argiva yegua , un tiempo briosa, te entregabas al coito lasciva, y ni dejabas meta polvorosa ^ que no te opusieses , ni carrera veloz que no vencieses.
Pues baste lo triunfado
de
(47) ¿e ardores juveniles: Briseydc , baste pues , que tus Aquiles ya n\uestran de su boca el violado i y tu con amarillas gualdas y en vez de rosa , las mexillas.
La que agora nos mata en esta edad postrera Tindaris es , que puede ser tu nuera , y sol de oro en eclíptica de plata. Pues ea , huye , desvia , vete á tu noche, y deja entrar el dia.
ODA XXVI.
De Horacio /^ 23. del libro 3.
'i6J
SI con piadoso 2elo al nacer de la luna levantares las dos manos al cielo , y el rigor de los dioses aplacares con frutas de tu huerta , y una lechona en sus altares muerta;
Ni á tu viña heredada ofenderán el ayre pestilente , ni á la cosecha amada la niebla sobre el pámpano pendiente , ni al renuevo mas tierno las ásperas heladas del hibierno. Qui si del monte Algéo
tu
(48) tu ofrenda agora se apacienta ufana con goloso deseo
entre los robres , ó en la selva Albana, presto con sangre roja teñirá del pontífice la hoja.
No á ti te pertenece sacrificar catervas de animales , pues con devota prece á los dioses , que guardan tus portales, coronas lo primero de mirto quebradizo y de romero.
Porque , F/lide amiga , si el justo toca los altares sacros, tanto con farro obliga, 6 con sal sus adversos simulacros, como si poderoso les diera un sacrificio suntuoso,
ODA XXVII.
D'Espues acá , Niléa, que tienes á Licórida por ama, y Ciro te pasea,
toda eres alcohol , vidros y llama : que amor , y el buen exemplo tal vez de un muladar hacen un templo.
i Y piensas que eres sola? pues sabe que también mi Calatea se riza y alcohola ;
blea
C49) bien es verdad que nadie la pasea ; porque doy en ser Argos contra Mercurios , varas y letargos.
La música si para , 6 sobre nuestras bóbedas resuena , me levanto qual jara , y en aguas pago al canto de sirena : que así mejor que Ulises salgo de t des monstros y países.
Oh , dirás que la adoro ; y mas si por su cuerpo consideras las varias piezas de oro , como ajorcas , sortijas , muñe queras , y por su cuello, iguales al rojo nácar , sartas de corales.
Pero de tal sospecha te saque ya belleza en Acidalia: y si esto no aprovecha , voz de clarin, y espíritu de algalia, por quien noches y dias hago desiefto las estancias mias,
ODA XXVIII.
De Horacio la 7. del libro 4.
Viendo deshecha ya la nieve fria volvió la grama al prado, y á coronar el árbol despojado
(50) la cabellera vttdé ¿|ue solia : la tierra muda bríos, y al fin por $us riberas van los ríos.
La Gracia , dulcemente acompañada de sus hermanas bellas , entre las Ninfas desmandó «us huellas con libre coi-o en danza concertada , y se atrevió desnuda al verano , que ya sus pasos muda.
El año en revolverse no cansado , la fugitiva hora ,
que nos lleva tras sí tarde y aurora, bien nos enseñan , mi Torquato amado, con tan ciertas señales, que no esperemos cosas inmortales.
Con el Zcfiro blando se hace menos del tardo hibierno el frió : pasa el verano alegre , y el estio se le adelanta disparando truenos: sucédele el colmado otoño , y al otoño el tiempo helado,'
El curso de la luua es poderoso de reparar el daño
que pudo hacerse con el suyo el año : pero nosotros , luego que al forzoso trance la cara vimos , polvos y sombra (ay dios! ) á ser venimos,
A donde el pió Eneas ya deshecho , y á donde Tulo, y Anco.
¿Quien
C5I)
I Quien sabe si los dioses le hacen franco
por tiempo largo ? ó ya si en el estrecho
término de este dia ,
suman los muchos que vivir podria?
Torquato , en tu heredero nunca esperes; que es forzoso enemigo. Lo que le has de dejar, dalo al amigo: que solo has de llevar lo que acá dieres. Pues quando el Orco fiero exerza en tí su crueldad severo,
Muerto una vez , y en su prisión metido, ni el linage elevado, ni el hablar de retórica afei tado , te darán á esta luz restituido : que no de la inhumana i Hipólito sacar pudo Diana :
Ni el Ateniense príncipe Teseo, por m?.s que lo procura , jamás contrastará la cárcel dura, por mas que inste su fiel deseo: que ni podrá rompella, ni al gran Piritoó sacarle de ella.
ODA XXIX,
¿"T^Tensas , ó Pudentila, JL pf^f desatar la crencha» atarme el cuello , y por traer la espinza sobre el bello piensas desatraerme de Flacíla?
Da X
(50
y engañaste , doncella ,
que antes por no ser tuyo , soy de aquella.
Pues sabe que no ignoro de tus mexillas la niñez lozana , ni los que agora pulen tu mañana arreboles de grana , y rayos de oro ; antes sé , que en belleza te ha mejorado á ti naturaleza.
Mas suele el mercadante , al ocio menos dado que al bullicio , pi*estar al Océano el exercicio, y negarse al comercio de Levante , por ver que ?olo trata de su comodidad allí el pirata.
Sin duda te quisiera ; pero tengo por máxima dudosa, que donde ésta tu madre codiciosa ocurra Venus á mi voz sincera: y yo de las mugeres conquisto si , no compro los placeres.;
ODA XXX.
Conozco en los efetos que estás enamorada, DemoíTle; que á rasgos indiscretos no son mis ojos bárbaros de Chile , ni tu de tal sosiego , que puedas encubrir un dios de fuego.
C53)
Y con saber quan vano
se acredita el recato en el amante, finges el pecho .sano , .
y esta'le desmintiendo tu semblante : que para tanta mengua, _^ ^bi.tol' ..u no es poderoso el celo , ni la lengua :
Pues ea ¿ con qué flecha te tiene herida Venus Acidalia ? asi la man derecha ^.j
le quepa á todo trance á tu sandalia: ¿y
y alcances ver dorado , ^j
el plomo de tu crudo enamorado.
Las verdes lozanías cscusan de pudor á la mas pura. Deja pues que tus dias se ocupen en florestas de verdura : que tres Olimpiadas ya merecen estar bien empleadas. .^
Y si desden austero
de mal mirado joven te amena2a ,
amante es verdadero .p^ ^f,
festivo en el rincón , cuerdo en la pla24 \ '"
Tersilo , y ha mil dias
que te venera con entrarías pias.
Quiérele , pues te adora, y cediendo las áncoras al remo , vuelve , vuelve á tu aurora, y huye , huye del basto PolifémOj que con siniestra idea _,
Dj te
te desc?timá > siendo Calatea,
ODA XX.XI. De Horacio la 12. del libro 4,
Y\ la respiración blanda y suave del Zéiiro templado bate los lienzos de- la suelta nave : ya se nos muestra el prado mas apacible , y menos escarchado.
Ya no st: sienten murmurar los ríos, que en el pasado hibierno con la nieve cobraron nueVoS bríos; ya llora al hijo tierno la golondrina ,y el oprobrio eterno
De la casa de Cécrope infamada por ti duro Teréó » y triste gime „ porque no vengada conforme es su deseo j de aquel ultrage deshonesto y feo.
Ya cantan en la hierba los pastores requiebros alternados , deleytando á su dios con sus amores ; á quien solo ganados agradan >, y de Arcadia los collados.
El tiempo,amigo,sed nos ha traido » Virgilio : que el verano con su mucho calor nos ha vencidot
(55) y si tú cortesano nos trageres un nardo á nuestra mano ,
Sin duda que serás de noble gente , que aqui será juntada , recibido por huésped y cliente , ■ y de la pipa amada el vino en taza beberás colmg^da. ^
De nardo una bugeta es poderosa j
para volver vacio *
un frasco , que en las cubas hoy reposa Sulpícias , cuyo pió licor se iguala al pensamiento mió.
Pues con largueza da mil esperanzas nuevas al que le bebe , sin que presupid riesgo en sus bonanzas, y al que mas se le atreve descuido en sus cuidados causa en breve.
Así tú, si quisiere^ hoy hallarte en esta dulce tiesta, comienza desde luego á apresurarte desde tuxasa á ésta, trayendo la. bugeta bien conipuesta.
Que yo no pienso darte á que me agotes mi brindis regalado , sin empuñar pr.ii"neto tus escotes ; porque mi pobre estado . , • huelq muy ^poco á 'próvido .y «jlma^o. Pero d^j^ el tirdjtr ,no te detengas , ni cures de los dones ;
D 4 so-
-^
soló con gracias á nosotros vengas ,
y no con discreciones :
que es dulce el necear en ocasiones.
ODA XXXII.
L Loras el tierno esposo que la espuma dexó' del Océano , y agora pisa quieto el país llano que se acuerda de tanto Montezuma, sin que, de Vendavales llevado , tema escollos ni arenales.
Por quanto el carmesí de la mexilla mas aliviada enjuga , y teme los siniestros de la arruga , que vienen tras el llanto y la mancilla; siendo profanadores de su tez, como el Austro de las flores.
La que derramas , Cleóbula , ternura nunca llega al ausente , que está para tus manos y tu frente aljófar desleyendo blanca y pura : como quien en su esposa ama jazmin y colorada rosa.
Vendrá sin duda á tus abrazos , quando el Zéíiro Favonio ,
antes que las del mar Siró , ni Ausonio, las llanuras del Sur esté crcspando : donde jamas se han visto
las
(57) las pieles ni triónes de Caliste.
Porque en el que ha surcado tu marido, jamas el violento
ímpetu en congregar nubes del viento turbó la paz con ola o con ruido : que para el navegante siempre ha sido su espuma de diamante.
De aqui la venerada en Amatunte origen tomó bello : pues ( ó tú venustísima en cabello!) ten esperanza que a su mes os junte , para que mas propicio se vuelva genial el sacrificio.
Entonces de mil bárbaras cargado riquezas , diligente trofeísta de casi el ocidente , volverá á tus prisiones amarrado en una tal cadena, que aduerma con sonido qual Sirena,
ODA XXXIII.
Ámete , Brasildíca, como el anciano padre al hijo tierno, no como el suegro al hierno: que uno se compadece , y otro implica: y para ti guardadas tuve flores de quatro Olimpiadas.
y así como el ligero
cor*
(58) cercillo á la corriente el paso lleva > ¿£ quien hicieron prueba alano y arcabuz , flecha y montero : á tu planta la mía soltero encomendaba cada día.
Tras esto de mis ojos eras un arrayan , pompa compuesta , que á pesar de la siesta asombraba la lumbre de mis ojos , y en medio del estio daba á mi sueño pabellón umbrío.
La fácil alegría madrugaba en tu luz : la luz serena de la mañana amena en tu dulce reír anochecía: hechizo con que entonces volvías filigranas á los brpnces.
Por quanto á la Esptiñola te cante mil iónias cantilenas, de aquella parte llenas que Venus de: JU'necrar acrisola;: 5Í es que pudieron tanto lisonjear la c/tara y el canto. ' *"
c'^íPero mudóse el viento, y en ti facilidad ., y en mí descuido '^^
hicieron de un sonido dos voces diferentes en acento. Eres de otro : soy mío. yelas : duermo. ¿Qué mas? lloras, y río. ■V - ODA
(59) ODA XXXIV.
I \ SÍ tan sin espuelas
J\. en el caballo Belerofontéo te subes ? O ! que vuelas con alas solamcnre de deseo , Filomúso , y podrías pagar en agua tales demasías.
Que el inconsiderado atrevimiento , quando va sin rienda , del viento despeñado, viene á caer en brazos de la enmienda , al tiempo que ya espumas son escarmiento de su sangre y plumas. Tu sube en pie de hierro, >*
6 en algún generoso Valenzuela,
que de la vega al cerro
no parezca que corre , mas que vuela;
y permite que solo
á tal caballo domestique Apolo. O cayendo de bruces
échate en la Castálida , ó Pieria :
que no los ' Andaluces
pastos hah dado a la región aéria
potros , que qual Pegaso,
estiendan sobre el Zéhro su paso. No pienses que los frenos ,
ni los del bordador Caparazones ,
pa-
para el caso son buenos :
ni que podras hincarle los talones,
seguro de que pares
después sus velocísimos talares.
Que el tiznado Etiope de la blancura del Ingles gozara, si el bárbaro galope de una temeridad no lo estorbara, poniendo en un instante en riesgo los palacios del Tonante.
A esta oda se le olvido de foner el jin : ha- llarasla toda en el Libro segundo.
ODA XXXV.
LO que os pide , Señor , vuestro poeta á la noche , á la aurora , al medio día, en la cama , en el templo , en el retrete , con voz simple , fé pura , y alma pia ; no sahumando estatuas , ni al planeta de Delfos porfiando que interprete lo que tu solo sabes : que bien sé que los siete ignoran los agüeros de las aves.
Insta la afectación del potentado en solo atropellar leyes y fueros , y hacer inforciátos de su gusto: y para mas enormes desafueros te pide luego aumento de su estado,
ó
6 tiííra con título de Augusto:
voz digna por lo menos
de que tu celo justo
la cubra de relámpagos y truenos.
Pero yo que en los brazos de una vida, menos sublime , pero mas segura , vivo del mundo , no del sol muy lexos, considero tu mano en su hermosura, y hecho de ver que el mundo que te pida es humo comparado á sus reflexos : que quien , divino Apeles, te antepone bosquexos, usa de escobas , huye de pinceles.
No inmortaliza el pavo advenedizo , ni el francolín agrícola del viento ; que antes disponen á mayor licencia : porque la gula al paso del sustento se hace mayor , y auméntase el hechizo que parió la primera inobediencia: que al fin nuestra ignorancia, con bestial frequencia , aoja su salud desde su infancia.
De las preñeces del Egipcio Nilo parto rublo á las eras y a las troxes quédese pues la sobra de cai'ces : no , no pido que en píírpura me alojes , ni que enviciado de real estilo , con humos de ámbar gris me aromatices : que aunque, señor , la crias
pa-
para todas narices ,
yo solo enseño á respirar las mías.
Presuma de su sombra el ignorante, y en huebo de algodón como el gusano hile su merecido calabozo : restituyase al mar de espuma cano el mal escarmentado mercadante , y en barras de metal cifre su gozo : surque , surque el Egeo: que náufrago destrozo túmulo a ser vendrá de su deseo.
¿Quién al hijo del hombre dio licencia; torpe en la edad virü , torpe en en la cuna, de discurrir por virginales vados no tocados jamás de haya ninguna, ni opugnados de humana resistencia , ni de humano cadáver violados? Mas quien vistió de linos los vientos alterados , también pudo poblar el mar de pinos.
Plumas al ayre bibra y galas muestra quien llevado de parche ronco suda por hacer tributarias las naciones: los rios seca , las montañas muda , y con imperio de acerada diestra sangrientos vuelve ornados escuadrones; y después de haber hecho estrago de Icones, Ilesa la muerte , y cércale en su lecho.
Exer-
(60 Exerce en travesuras el mozuelo
las que en su daño fueron lozanías,
no menos al hibierno que al verano ,
ya en las noches lluviosas y mas frias
alimentando pertinaz desvelo,
y yú en las frequentadas del solano ;
que por cambio de un gusto
necio , quanto lozano ,
empeña su salud mas de lo justo.
Limitado en efecto , en paz tranquilo,
pavos y francolines desaprecio,
y a la paz me acomodo , no á la guerra.
Casto procuro ser , np torpe y necio.
Las fértiles sembradas dejo al Nilo ;
y ni marino vado me destierra.
Pues ea , de partido
dame vida en mi tierra,
y luego buena muerte : que esto pido.
ODA XXXVL
"A he dado el primer paso, Filipe , 6 gran Monarca ! y en el viento he negociado asiento: ya me da nombre el vuelo de Pegaso, y- de invidias mortales cervices piso en carros triunfales.
La juventud lozana,
que vendrá en las edades postrimeras,
des- \
(¿4) desde sus vidrieras
me verá , como el sol de la mañana , luciendo entre arreboles, que parezca no un sol , sino mil soles.
Los montes de diamante se volverán en polvo , el fuego en humo, (mucho de mi presumo) y en átomos verá su cumbre Atlante, primero que sugete con triste ceño mi apellido el Letc.
Porque ni junto al remo , ni en barca mas antigua que la muerte , jne verá de Laérte el hijo que escapó de Poliferao , y en humano vestido atravesó las aguas del olvido.
El Coloso de Rodas , y tras el las pirámides Nileas, las murallas Caldeas, y las grandezas que celebra todas la humana fantasia, todas no igualarán la fama mia.
Que el templo de las nueve sabe tanto elevar su sacerdocio, desde el Tracio al Beócio, que en el Ródope á uno , a otro en Tebe volvió tan virtuales , que movieron las piedras y animales.
Cultura de pradera
mos-
mostraba la ciudad de Polinices ;
pero voces felices
la urbanizaron luego , de manera
que luego dio por duros
la juventud Argólica sus muros.
No toscas argamasas merecieron alli tener asiento ; que artífice el acento añudó las almenas y las basas, con lazos tan cávales como si fueran puntos centruáles.
En otra parte Orfco, mil fieras atrayendo azucarado , reservó del ganado por tiempo largo hierbas y poleo : que al pasto del sonido cedió el vientre en lisonja del oido.
Paz asentaron luego los tigres , las panteras y leones, y en humanas acciones se mudaron las cóleras de fuego : que de la melodia se ven hazañas tales cada dia.
£L
EL HORACIO
LIBRO SEGUNDO
DE LA PRIMERA PARTE
DE LAS ERÓTICAS^
DEDICADO
d la memoria del Condestable de Castilla Juan Fernandez de Velasco,
VERSIÓN I.
Pragmática,
I
Lustre descendiente de abuelos generosos y reales,
(S tu I que fuiste amparo y honra mia : qual hallarás que quiera , siguiendo sus pasiones naturales, coger en carro ardiente el polvo de la Olímpica porfía : á quien la limitada señal de la carrera, á la rueda vecina y no tocada, Ea
C^8)
Y la famosa rama de la palma inmortal , feliz victoria , le levanta á los dioses soberanos , señores ¿e la tierra. Otro verás que tiene ya por gloria, con que apoya su fama , seguir del vulgo los favores vanos ; y en este sordo empleo él mismo se hace guerra con cuidado , con ansia y con deseo# .
Otro, que ya colmado tiene el granero de la mies dorada que en sus eras estiende el Africano, gusta notablemente cavar el campo con robusta hazada, de su padre heredado: y al uno y otro si le das ( es llano) del rey Átalo el oro porque el mar surque herviente, dejara del rey Átalo el tesoro.
El mercader medroso, viendo luchar el ábrego valiente con el cristal azul del mar Icario, alaba el patrio techo , y el fértil campo ; y luego en consiguiente, recogido al reposo, cansado de tenerle de ordinario , los vasos adereza , y al mar vuelve derecho:
que
que está mal enseñad© en la pobreza. Hay otro que procura
darse al regalo con el sacro vino
que las viñas de Másico producen ;
ni desprecia del dia
hurtarle un rato al pleyto mas contino,
ya puesto á la frescura
de los árboles verdes que le inducen;
ya de la dulce fuente
escucha la armonía,
que entre las guijas forma su corriente.
2 A quantos hay que agrada las tiendas y aparatos de milicia , y el rumor de la trompa acompañado con el clarin sonoro? ¿y juntamente aquel furor envicia de la sangrienta espada, en bullicio feroz y en campo armado, de quien hijas y madres abominan con lloro,
porque unas pierden hijos y otras padres? El cazador que ha dado
al verde bosque todo su exercicio ,
dé la tierna muger el lecho deja ,
y al campo se retira,
ó ya porque del ciervo le da indicio
el despierto cuidado
de los sagaces perros que le aqueja;
6 ya porque deshizo
E3 el
C70) el javali con ira los fuertes lazos del cordel rollizo.
A mi la verde yedra , premio glorioso de las doctas sienes , al cielo con los dioses me levanta : y también me retira del vulgo popular y sus baybenes , do la virtud no medra , el bosque lleno de una y otra planta : y los cocos livianos, quando el viento respira , de las Ninfas y Sátiros silvano.
Pero si no me niega tocar Eutcrpe , dulce Musa mía, la chirimía que se esparce al viento , ni Polimnia rehusa que me ocupe en la Lesbia Poesia, y tu me ofreces soberano asiento entre los que han usado i la lírica Musa, me verás en el cielo colocado.
VER-
(71) VERSIÓN II.
Prodigios de la muerte de Cesar, y alabanza^ de Augusto,
•>
Prosphonética.
EL padre soberano, que asaz de nieve y de cruel granizo en Ja tierra deshizo, ya combatiendo con bermeja mano su fuerte alcázar alto, á Roma puso miedo y sobresalto.
Puso miedo á las gentes , porque otra vez la edad no vuelva airada de Pirra harto llorada, al tiempo que siguiendo las corrientes Proteo desmandado encaminó á los montes su ganado.
Mil géneros de peces concurrieron al olmo , cuyo asiento reconoció contento el mansueto pichón diversas veces , y el gamo acobardado corrió medroso por la selva á nado.
Vimos el agua roja del ancho Tlbre con torcidas ondas, desde cavernas hondas^
rus E ^ por
C70 por donde el margen de la Etrúria moja, con ira manifiesta ir á las casas de Pompilio y Vesta :
Mientras el maridado rio se jacta vengador de Ilia, que llora su familia , rompiendo el lado izquierdo apresurado, y estendiendo su seno : lo qual no aprueba Júpiter por bueno.
La adolescencia rara oirá como uno y otro ciudadano al hierro hecharon mano, que fuera bien el Persa lo probara, y las guerras mortales movidas por rencillas paternales.
< A qué deidad celeste el pueblo invocará para que ampare el imperio, y repare su miserable estrago y total peste ? jqué virgen con gemido fatigará de Vesta el sordo oido?
i A quien dará el oficio Júpitei de apagar tanta insolencia ? Llegue pues tu presencia, ó Febo ! para ser benigno auspicio en tanta desventura, . vertida de una nube blanca y pura.
Llega Venus risueña, acompañada de uno y otro hijo,
amor
(75) amor y regocijo.
Y sino quieres ver qual se despeña.
Marte , tu imperio largo,
toma de su defensa el justo cargo ,
O tu i que ya estás harto de ver el juego mísero y sangriento , a quien el turbulento alboroto del Persa agrada y Parto , y el fuerte arnés, y el lloro , y el fiero aspecto del infante Moro.
Y tu , que agora imitas , hijo de Maya transformado en ave, al mancebo mas grave , y por la tierra pasos facilitas , sufriendo ser llamado del justo Cesar vengador airado :
AI cielo tarde vuelvas , y á nuestra Roma mucho tiempo rijas , sin que otra estancia elijas, ni por nuestras maldades te resuelvan á negarnos tu aspecto, lleno de magcstad y de respeto.
Aqui , Cesar dichoso, aquí los triunfos y el amor te quadre ser invocado padre , aumentador del público reposo , no sufriendo que el Medo corrija el potro sin castigo y miedo.
VER-
(74) \
VERSIÓN III.
Recomendación de Virgilio d los vientos ,y exageración del atrevimiento humano.
Prosphonética,
Apacibles entenas, (go)
que al gran Virgilio nos debeis,yo os rue- que después con sosiego tan libre y sano le volváis de Atenas , y con bonanza pía me guardéis la mitad del alma mia.
Asi la poderosa en Chipre , y los Dióscoros hermanos os den los pasos llanos , y el padre de los vientos paz sabrosa, echándoles mil frenos, sino es á lapis que se altera menos.
Por cierto el que al inchado mar entregó las áncoras primero tubo el pecho de acero , pues no temió del Ábrego indignado la rabia que se escucha quando con Aquilón forceja y lucha.
Ni bañadas en llanto las Hiadas pluviosas , ni la ira del Noto que respira,
bra-
(75) bramando en Adria con notable espanto, que al piélago , si quiere , calma y altera , y como rey prefiere,
2 Qué género de muerte temió el que pudo con enjuto rostro tanto marino monstro ver , y a Neptuno desdeñoso y fuerte , y á los peñascos fieros de Acroceráunia infames y severos ?
En vano dios prudente las tierras dividió con el mar cano , si ya con paso llano surca el vagel por su cristal corriente, penetrando los vados , que de nadie debieran ser tocados.
Todo varón humano á cometer qualquier maldad se esfuerza, ya con industria ó fuerza, después que el fuego con astuta mano el hijo de Japéto bajó del cielo sin ningún respeto.
Luego tras este robo la amarillez , la fiebre y el desvelo ocuparon el suelo , y la necesidad , hambriento lobo , negociando de suerte , que espuelas le pusieron á la muerte.
Dédalo las pisadas puso atrevido en la región del viento
con
(7^) con rapto movimiento ,
y con alas jamas del hombre usadas :
y el Hercúleo trabajo
rompió los muros del infierno bajo.
Nada hay dificultoso
i la gente mortal , pues cala y sube
á la mas alta Hube ;
ni deja estar en inmortal reposo
d§ Jovc el rayo ardiente,
á su ignorancia vengador Valiente.
VERSIÓN IV. A LUCIO SEXTI O,
•VARÓN CONSULAR.
'Con achaque del verano le persuade á que
se huelgue 5 que la muerte de una misma
manera atropella a ricos y á pobres,
Parainética.
YA se desata el perezoso hibierno, viendo llegar al Zéfiro y verano, y el mercader con singular gobierno el vagel echa al mar d ** espuma cano ; la blanca oveja y cordcrillo tierno deja el redil por entregarse al llano: y el labraidor al fuego no se atreve,
vicn-
(77) viendo que el campo desdeñó la nieve.
Ya la suave Venus Citerea sus bayles acomoda en la espesura, al tiempo que los cielos hermosea la luna presidiendo allá en su altura: ya pues adorna de sutil librea las gracias tres que aumentan su hermosura, y con las Ninfas de la selva amena coros fabrica y regocijo ordena.
En tanto que flamígero Vulcano los Cíclopes apremia en su oficina á que le den á Jove soberano rayos para su mano cristalina. Agora es bien que de arrayan temprano la frente coronemos , aunque indina , y al Fauno le matemos , dios propicio , un cabrito ó cordera en sacrificio.
La muerte , Sextio amigo , no repara en derribar al Cesar ni al villano: que de una suerte su rigor dispara contra quien tiene estcba ó cetro en mano. La vida es breve , y como breve para: la esperanza es mayor ; pero es en vano , pues quaado aquella desdeñosa llega, la vida a un tiempo y la esperanza siega.
i Qué sabes tu si ya Pluton te espera con turbio aspecto para darte caza ? < ó si es aquesta noche la postrera que para el reyno lóbrego te emplaza ,
a
(78) á donde respetando la severa voz , dejarás los dados y la taza , y al tierno joven Lícidas , que agora mil doncellas enciende y enamora?
VERSIÓN V.
A PIRRA, MUGER FÁCIL.
Dale en rostro su demasiada liviandad , y
concluye diciendo como se libró de sus
amores , de la manera que si de una
tormenta,
Prosphonética
^/^üé lascivo mozuelo , V^ de líquidos ungüentos rociado, te liene agora al lado , Pirra , debajo del purpureo velo , á quien sencillamente trenzas las hebras de su hermosa frente?
Ay ! i quantas veces pienso que ha de llorar el pacto quebrantado quando te hayas mudado, y mas quando el pobrete esté suspenso, viendo que la tormenta mas con los negros ábregos se aumenta! El que agora te t]ene
siem*
(79)
siempre imagina que has de serle de oro,
sin turbarle el decoro ,
ni la falsa afición que le entretiene ;
ignorando contento
la mudanza del ayre fraudulento.
j O miseros aquellos á quien tan vanamente resplandeces, y firme les pareces ,
después que astuta te has burlado de ellos, dándoles tu semblante firme esperanza de muger constante !
Pero yo , que contemplo tu fraude , Pirra , y proceder doblado, de tu mar escapado
muestro haber dado á la pared del templo, qual siempre agradecido, tabla pintada, y húmedo vestido.
VER-
C8o) VERSIÓN VI.
A. M. VIPSANIO AGRIPA.
Escusase con Vario en cantar sus hazañas^
y las de Cesar •> y acaba con decir , que
es tan solamente acomodado d
cosas líricas.
Hypothética,
D
EL elegante Vario
eres cantado con heroyca lira, como bañado en ira saliste triunfador de tu contrario, administrando guerra, ya por el ancho mar, ya por la tierra.
Pero yo , Marco , digo que ignoro el celebrar empresas tales, y como en las campales jamas dio la ventaja á su enemigo el hijo de Peleo , famoso con el bárbaro trofeo.
Ni el discurso tan largo del cuerdo Ulises por el mar soltero ; ni del linage fiero de la casa de Pélope me e^icargo : que para tal empeño
la
(8i) la obra es grande , y el autor pequeño.
Verás que la vergüenza , y la Musa me impiden que yo cante ai gran César triunfante , y al brazo tuyo que á vencer comienza : que para cosas altas descubre mi talento muchas faltas.
2 Qyien podrá a Marte insano , cubierto de diamante el pecho y frente , y á Merión valiente, negro de recoger polvo Troyano, ni al insigne Tidídes ,
que á los dioses iguala en fieras lides , Dar eterna alabanza
con digno estilo de perpetua gloria ,
sin que dé la memoria
lóbrega posesión a su esperanza ,
y sin que le suceda
cosa que alguno corregirle pueda. El sabroso banquete ,
y la guerra lasciva de la dama,
que ardiendo en viva llama
con las uñas al joven arremete ,
yo diré , y no por eso
me abraso en el amor con mas exceso.
VER,"
C82) VERSIÓN VII. A MUNACIO FLANCO.
Como otros á otras , él alaba, aqui la reglón
Tihurt'ina, \ luego persuade á Planeo, con ¿I
exemplo de Teucro , á que se huelgue ,
"ytome- placer. De medio abajo toda
es Epicúrea.
Prosph onética.
HAY hombres cuyo estilo á Rodas canta , ó solo á Mitiléne, ó de Efeso levanta
el templo insigne, que su igual no tiene todo el Egipcio Nilo , hasta dcifde el' Pules firma la planta: ó solamente canta los muros sitigulares de Corinto , famoso con dos mares :
O a Tebas , cuyo amparo tiene á su cargo el hijo de Seméle > celebra en voz di spuesta : ó la ciudad famosa, donde suele dar Apolo respuesta , levanta al sol como á milagro raro: ó con acento claro.
a
i la mas alta nube
los dulces pueblos de Tesalia sube.
Hay otros que se emplean en dedicar su Cítara y su canto á la ciudad que adora de la casta Minerva el nombre santo: y otros que no desean sino solo cantar con voz sonora la oliva. vencedora , que desgajada en partes honra las sienes de valientes Martes.
Otro al papel remite con eterna alabanza , sin que apenas otra ciudad alabe ,
las dos famosas de Argos y Micénas , con quien nadie compite , por ser Juno su dueño , deidad gravct} y porque el mundo sabe ser famosa y dispuesta aquella en potros, y en riquezas ésta.
Pero á mí ni me incita tanto Lacedemonia sufridora , ni el campo de Larisa , quanto la Albunia granja bullidora , por do se precipita Anio ligero con suave risa j y á don-de se divisa la huerta Tihurtina con sus frutales húmedos divina*
F a Con
(84)
Con alas de blancura como el Noto , que á veces barre el cielo serenando su cara , y no sufriendo que el nublado velo de tanta nube oscura nos lo inficione con invidia avara , y como nos ampara tal vez soplando airado contra la lluvia y el granizo helado.
Tu pues ( ó ya no grave!) así procura repeler prudente la tristeza enojosa , y los cuidados desta vida urgente con el vino suave : siquiera habites la campaña herbosa en tienda belicosa, siquiera la frescura que Tiburno te ofrece en su verdura.
De Teucro, desterrado del padre , de la patria y de los bienes , se dice que solia
de álamo honrar las rociadas sienes con el vino sagrado, y que á los camaradas les decia con no poca alegria, tristes en verse todos peregrinar por tan diversos modos:
Ea ¿ qué es esto amigos? Teucro es el capitán , Teucro el agüero.
No
C«5) No perdáis la esperanza ; que en mi tenéis un firme compaiíero, según que sois testigos. Dejad pues la tristeza que os alcanza; que con mejor bonanza fortuna nos espera , y no fortuna , qual mi padre , austera.
Vosotros , que valientes otras mayores cuitas padecistes, no os venza tal ruina : que al dios Apolo prometer le oistcs entre remotas gentes el edificio de otra Salamína, Y pues el sol declina, bebed , y descansemos ; que al mar mañana juntos volveremos.
VERSIÓN VIII.
A LIDIA CORTESANA.
Repréndela de demasiado lasciva* Erótica,
POR los dioses te ruego me digas ¿ por qué á Síbaris procuras perder en vivo fuego, Lidia , y haces al lin con tus blanduras , F^ que
que del campo se ausente ,
estando hecho al polvo y sol ardiente ?
i Por qué con freno duro no rige entre mancebos militares el potro mal seguro , ni bate con la espuela sus hijarcs ? ¿Por q-ué ya no se moja del hondo Tibre en la corriente roja?
i Por qué medroso evita el limpio acey te , qual si sangre fuera de víbora maldita ? I ni trae los brazos cárdenos siquiera con el arnés dispuesto? ¿ni pasa el tiro desde puesto a puesto?
<Por qué vive escondido, como dicen del hijo de Peleo , antes de haber sentido Troya el castigo de su caso feo, que dejó el trage fuerte por no arribar á Troya , ni á Ja muertel
VEK-
(S7) VERSIÓN IX.
A TALIARCO.
Con bcasion de la aspereza del hibierno /¿i
persuade al deleite de comer y hejber , sirk
que tenga cuidado de lo que ha de. ser ma>7
ñaña. Lo ultimo de esta Versión es
Erótica , y toda muy Epicúrea.
Parainética,
l X TES que de nieve helada
V el Soracte se llena ,
y la selva , que un tiempo estuvo amena, que está con el gran peso trabajada, y en carámbano frió cuaxado el campo , detenido el rio ?
Templa pues diligente el hibierno apretante, echando leña al fuego cada instante, y sacando amenudo el vino , ardiente como encendidas brasa?, de la Sabina pipa de dos asas.
Y los demás cuidados á Júpiter los dexa :
que quando el viento con el mar forceja, le reprime sus ánimos airados,
F4 H-
(88)
librando juntamente
al ciprés de su espíritu valiente. Nunca saber procures
lo que será mañana :
que es una ciencia miserable y vana.
Solo el presente dia es bien que usures:
y pues eres mancebo
no desdeñes de amor el dulce cebo : Ni el bayle concertado
de la gentil doncella
huyas esquivo con inútil huella ,
mientras que llega el curso acelerado
de la vejez tardia
á darle a tu cabeza nieve fria^ Agora el campo y eras
es justo que visites,
sin que las tiernas pláticas evites^
de la doncella que gozar esperas,
dichas en noche escura,
que facilitan mas la coyuntura:
\ Ni la risa que muestra
en el rincón la dama,
agora es tiempo pues amor te inflama,
ya le robando el oro de su diestra ,
ya el anillo con gracia
del dedo que fingia pertinacia.
VER*
VERSIÓN X.
HIMNO A MERCURIO
Eucarística,
O Mercurio eloqiiente ! tu , que nieto de Atlante reduxiste i la primera gente á mas piadosa unión , y la truxiste con voz dulce y maestra al bien de la política palestra :
A ti como a correo del justo Jove y de los dioses santos solo cantar deseo,
ó como padre de los dulces cantos, y también porque haces hurtos graciosos de que mas te places.
Apolo se te rie , al verse viudo del carcax del lado 3 quando mozo se engrie , en cuyo trage te amenaza airado, sino purgas el daño de los bueyes que hurtaste por engaiío.
El Príamo hacendado los dos supo engañar hijos de Atreo por ti siendo guiado, y ni estorbar pudieron su deseo
la
C90) la opuesta centinela, ni el real adormido á tu cautela.
Tu , grato á los divinos dioses del cielo y del oscuro infierno , repartes los mas dinos. premios de gloria y de tormento eterno, y con la vara de oro domas las almas del funesto coro.
VERSIÓN XI.
A LEUCONOE.
Disuádela que consulte á los Astrólogos en
razan de su muerte '-, y juntamente la
persuade á que se dé buena vida.
Toda es Epicúrea.
Pragmática,
NO procures saber , Lcucónoe amiga , el fin que á ti y a mi nos guarda el hado; ni tientes como Asirlo el estrellado cielo con cuenta y coa mortal fatiga: que saber cosas tales jamas fue permitido á los mortales.
Bien puede ser que el Júpiter que agora €l mar con los roquedos debilita , "Vivir te dexe muchos , ó permita
que
C90. que en este hibierno (ay dios! ) llegue tu hora, : pero tu vivir sabe antes que llegue la sentencia grave :
Y desechando al fin melancolías adoba , saca y gasta el vino en tanto , gozando en poco tiempo todo quanto hubieres de gozar en muchos dias : que no sin gran cautela la edad mientras hablamos se nos vuela.
Tu del que agora resplandece dia n© pierdas la ocasión , no ; sino en tiempo, ó le entreten con juego y pasatiempo, ó le engaña con gusto y alegría, ó con ánimo entero siempre imagina que será el postrero.
VERSIÓN XII.
A AUGUSTO.
Después de haber alabado dioses , héroes y
varones insignes , remata con las de
Augusto Cesar.
Frosphonética,
O Musa ! ¿á qué dios grave, á qué héroe ó varón celebrar quieres? I á quien con voz suave,
en
en lira ó flauta, á los demás prefieres,
dándole al monte hueco
mil alabanzas , que repita el eco:
Agora acaso suene en el umbroso monte de Helicona , ó en el Pindó resuene , 6 en el Hemo , que nieve le corona , donde con gran deseo selvas siguieron al gracioso Orfeo ;
y con el instrumento, que heredó de su madre , de los ríos detuvo el movimiento , y enfrenó en los desiertos y sombríos las fieras mas feroces, y el curso de los Ábregos veloces?
\ Qué suprema alabanza á Júpiter daré como a primero > pues con suma templanza rige á dioses y hombres muy entero, rige á tierras y mares , y al mundo con sus círculos solares :
Cuya presencia suma no admite simil , ni segundo grado ? También dará mi pluma el justo honor , en verso concertado , de la suprema Palas, que armada asiste en las Eterias salas.
Ni callaré tu diestra, ó Baco en las batallas animoso j
ni
C9?) ni la saña maestra
que tienes , virgen , contra el tigre y cso ; ni de Febo la flecha veloz tirada , y qual veloz derecha.
También diré de Alcides, y de Castor y Polux,uno y otro, éste soverbio en lides , y aquel famoso en gobernar un potro, cuya estrella luciente luego que sale , el navegante siente
Que el humor congelado en los duros peñascos se deshace: • el viento está parado : huye el granizo , porque ansi le place : y la tormenta opuesta, si amenazaba al golfo , en él se acuesta,
¿ A quien diré tras estos? 2 á Rómulo , ó al reyno del benigno Pompilio ? ¿ ó los compuestos haces soverbios del primer Tarquino ? ¿ 6 de Catón el fuerte la dura execucion , la noble muerte I
También dirá mi Musa i Régulo y al uno y otro Escauro : y á Paulo , que no escusa su vida del rigor del fuerte Mauro : y en bélico exercicio al animoso Marte , al gran Fabricio , Que con Curio valiente,
de
C94) de larga cabellera mal peinado,
y Carnilo excelente ,
cada qual utÜ para Marte airado,
siguió la vil pobreza,
sin querer aspirar á mas alteza.
La fania de Marcelo
para otro siglo como planta crece ,
y se de^'ílnta al cielo ;
y de Julio la estrella se aparece
luciendo entre las bellas
como la Luna candidas estrellas.
Mas 'a f i , ó piadoso
hijo del gran Saturno ! te concede
el hado riguroso
el amparo de Cesar , con que herede
por su mucha prudencia
regir de todo el mundo la tenencia.
£1 batallando fuerte
del Parto triufará con justas glorias,
y con espanto y muerte
en el Oriente ganará Vitorias,
sugetando á los Seras,
y de los Indios las naciones fieras.
Y con igual gobierno
( bien que inferior á ti ) regirá el mundo.
Tu por el orbe eterno
fatigarás los carros iracundo,
blandiendo d rayo ardiente
contra violados bosques de la gente.
VER-
(95) VERSIÓN XIII:
A LIDIA CORTESANA.
Duélese de que le anteponga d Telefo ; y
últimamente le persuade á que lo dejey
por el mal tratamiento que le hace.
Erótica,
Qüando del dulce amigo alabas la cerviz y brazos bellos , "■ de tu Telefo digo, que ella<e^ de rosa y de azucenas ellos. Ay de mi triste ! ay Lidia , como me abraso en ira y en invidia I
Entonces no el sentido , ni la color en mi tienen asiento : que el llanto derretido se me sale i hurtadillas ; argumento de la fogosa llama, que lenta por mi pecho se derrama."
Rabio porque imagino que ennegrece tus hombros su retozo pesado con el vino ; ó porque luego , enfurecido el mozo de beodo accidente, señala tus dos labios con su diente.
Tu,
(96) Tu , si admitirme quieres , verás que amante soy muy regalado , y dado á los placeres ; -^
no^ á destruir los besos que ha colmado Venus de aquella parte quinta que de su néctar les reparte.
: O tres veces dichosos los que están en unión segura atados alegres y gozosos ! c;iya amistad no, rota por enfados , se soltará primero que llegue el dia de los dos postrero.
VERSIÓN XIV.
A M. BRUTO.
'Pebaxo del nombre de nave , le persuade
no vuelva á renovar las guerras
civiles»
Alegórica^
\f\ Nave removida \J de nuevas olas porque al agua vuelvas, y verte mas perdida ! ¿ qué haces ? toma puerto : no te envuelvas en tan duros estremos: I no ves que el un costado está sin remos? jNo ves el timón roto,
y
(97) y cruxir las entenas por la fuerza del Ábrego 'y del Noto? ¿ y que es forzoso el cóncavo se tuerza, faltando la marona , quando la saña de Neptuno asoma?
Los linos mal curados de las velas aun no tienes enteros ; ni los dioses pintados , de quien te acuerdas en los trances fieros, y á quien muy afligida llamas para el remedio de tu vida.
Que por mas que te alavés de ser hija esta vez de noble pino, y de ascendientes graves de generoso nombre en el Euxinp , el ayo que te guia en tus pintadas popas no se fia.
Repara , 6 nave amada ! y pues agora estás en salvamento, deja la mar salada : huye , huye de ser juego del viento : que quizá serás pasto de los peces que ocupan el mar vasto.
Un solícito enfado me fuiste poco há ; ya eres deseo , y np leve cuidado. r
Pues tú las relucientes del Egeo Cicladas huye agora; saldrás de tantas aguas vencedora.
G VEK-
(98) V E R S I O N XV.
EL VATICINIO DE NEREO.
Trata de la destrucción de Troya» Threnétíca.
EL fementido mozo quando llevaba con infame huida en los vaxeles de Ida la blanca Helena no sin alborozo, y armado de tal joya buscaba los alcázares de Troyat
Elevóse Neréo de las surcadas ondas , y en ingrato oció hecho por un rato los vientos , que alteraban su deseo, y asi cantó los hados fieros contra la Frigia conjurados»
NEREO.
Con mal agüero llevas la dama que otra vez cobrará el Griego, después que a sangre y fuego tus bodas rompan marciales pruebas, trastornando el imperio
de
(99) de Troya antiguo , no sin vituperio.
j Ay quanto sudor frió al caballo amenaza y al soldado I j quanta sangre á tu estado , al tiempo que Belona con desvio aperciba severa celada , peto , carro y saña fiera 1
Peynarás la cabeza feroz con el amparo de Citeres en vano , y mil placeres lograrás , ya sonando con destreza la cítara , ó cantando mil versos á las damas dulce y blando.
También huirás en vano la fiera lanza , ó la cruel saeta del soldado de Creta , ambas contra tu tálamo profano > y el militar ruido, y el ser del ágil Ajax perseguido.
Pero péynate agora; que al cabo , al cabo , no sin grande queja, la adultera guedeja , que al viento se distrae bullidora , teñiros con la arena Troyana,y de Troyana sangre llena.
i Al hijo de Laérte , y a Néstor el de Pilo no los miras que vomitando iras de tus escuadras son estrago y ^muerte?
G z Pues
(lOO)
pues Teucro Salamíno
y Estenélo , en las armas peregrino ,
Ya quiera en carro ardiente mandar caballos , hecho carretero fortísimo y ligero , te aquexarán y no cobardemente. También duro qual bronces conocerás á Mcrión entonces.
Mas mira quan airado por hallarte Tidídes se embravece, que en las armas merece ser mas que su valiente padre honrado; á quien tú fugitivo huirás viendo su semblante esquivo.
Como el ciervo que al lobo en un lindero de su valle ha visto, que ya corriendo listo, y sin casi alentar , huye su robo , lo qual tu no solias prometer á tu dama aquellos días.
Sucederá que el fiero de Aquiles escuadrón dilate el día de la muerte tardía
que amenaza á la dama y al guerrero : mas después de diez años, bocas de fuego contarán sus daños.
VER-
Cíoi) VERSIÓN XVL
A T I N D A R I S.
Pídele perdón de unos versos enconosos que
le habla compuesto : entrégaselos para que
haga de ellos lo que quisiere : y ruégale
Ala postre le admita en su gracia,
Pallnodiátíca.
i /^ Tíndaris graciosa ,
yj hija mas bella que tu bella madre ! tu puedes rigurosa
dar el pago á mis versos que les quadrc, ya en llama vengativa , y ya en las ondas de la mar esquiva.
Porque no Dindiméne de sus ministros prevarica el juicio , ni el señor de Hipocréne, con Baco , a donde aceta el sacrificio , ni tanto el Coribante reduplica la esquila resonante,
Como á veces la ira, á quien la espada Nórica no espanta , ni el mar quando se aira , ni el fuego ardiente , ni la mano santa de Jove quando invia
Gj d
Cíoi) el rayo estragador en medio el día.
Del sabio Prometeo dicen , quando al pri mei limo dio vida, que contra su deseo, una parte de cólera encendida les quitó á los leones, y que la puso en nuestros corazones.
Las iras á Tiéste echaron por el suelo y le estragaron, y por esta vil peste mil heroycas ciudades se asolaron , recibiendo sus muros c\ tosco arado que los hizo oscuros.
Tu, pues ,ya las refrena ; que á mi también me provocó su fuego eii esta edad amena , quando por su ocasión te escrivi, ciego de cólera y enojo, los lambos que has tenido sobre ojo.
Que yo , como tu quieras volverme el alma y ser mi enamorada, las palabras severas se volverán en voz muy regalada, y en verso diferente tus ojos cantaré , tu boca y frente.
VER-
Cíos) VERSIÓN XVII.
A LA MISMA.
Convídala dque se vaya á holgar á su Lucrétil que era una granja suya*
Paralnéttca,
DEja á menudo con veloz corrida la estancia del Liceo el Fauno , y en Lucrétil se entretienr , donde está defendida contra los rayos del calor Febeo mi manadiila pobre , quando viene , y a donde nunca su rigor detiene , quando el tiempo se en oja , el ayre bramador que lluvia arroja. Aqui seguras mis cabrillas pacen del verde lagartillo , discurriendo por una y otra rama, y con dientes deshacen el oculto madroño y el tomillo , ó la menuda hierba y verde grama: aqui lobo cruel jamas derrama con garra y dientes viles la sangre del cabrito en sus rediles. Quando mi blanda fístula resuena
G4 es-
CI04)
esparcida del viento ,
6 dulce amiga ! ó Tindaris hermosa !
el bosque y selva suena,
respondiendo sus ecos al momento ,
y el Ustica de cumbre no enfadosa.
Aquí me guardan con piedad dichosa
los dioses ; que la mía
vive en ellos , y en mi la poesia.
Aqui podrás coger la copia llena que del benigno cuerno brota con abundancia tiernas flores : y en esta selva amena, comunicando su verdor eterno , huir del can rabioso los calores. Aqui podrás cantar celos y amores en Teia poesia de Penélopc y Circe cada dia.
Aqui debajo de la sombra verde beberás dulcemente el vino Lesbio fácil y ligero , sin que Baco se acuerde de batallar con Marte, ni al ardiente protervo Ciro temas , ni severo por sospechosa te acometa fiero , ni rompa tu guirnalda, ni te desgarre tu inocente falda.
VER-
VERSIÓN XVIII. A VARIO.
Encomiéndale , y afectuosamente le ruega
plante entre las demás plantas la de la vid.
De medio abajo exorta á la templanza
del uso del vino 5 ^one exemplos de
danoSf que ha ocasionado la
embriaguez,
pragmática»
SI plantares , 6 Vario , algunas plantas en el fértil suelo de Catílo y Tibiiro , planta la vid, por quien promete el cielo alivio necesario
á quien la sed aprieta en trance duro, y por quien la congoja los cordeles solícitos afloja.
I Quien , después de embriagado con los vapores del suave vino, dice mal de la guerra , ó desestima su rigor contino , habiendo despreciado el bien que la pobreza dura encierra? <ó quien hay que eche menos
al
al padre Baco , y á la madre Venus í
Y porque con templanza se beba el vino que nos da Lieo , si á gula nos incita , sírvanos de escarmiento el caso feo, y súbita mudanza
del Centauro embriagado y del Lepíta, y la guerra trabada, sobre el suave vino peleada.
Que el Baco no bebido por los de Tracia moderadamente , también nos escarmienta , quando los tales , cada qual ardiente 'y alterado el sentido, por lo que importa poco que se mienta lo justo y lo no justo disciernen ambiciosos de su gusto.
; O deydad blanca y pura ! no tengas miedo que tus dones beba sin demasiada gana; ni que el misterio á revelar me atreya cubierto de verdura, por no irritar, tu mano soberana : deten pues los crueles tímpanos de la candida Cibeles.
Porque luego se sigue del corporal rogalo el ciego gusto , subiendo á la cabeza, y el proprio amor de st mas de lo justo,
sin
(io7) sin que suelde ó castigue aquel varreno que á engreírle empieza > ni la fe se contente de ser vidro al secreto transparente.
VERSIÓN XIX.
DE GLICERA.
Habiendo dejado las cosas de amores ,
vudve otra vez á enredarse en los
de Glícera,
Erótica
YA la madre inhumana de los amores , y el hijuelo amado de Semelcs Tcbana, y el lascivo cuidado, que vuelvan mandan al amor dejado.
Abrásame el semblante de mi Glicera con su tez bruñida, y el desden aiTogante, y la cara impedida de ser mirada , no de ser querida.
Despeñada en mí Venus su Chipre deja , y no que al Cita cante, ni al que vueltos los frenos v
es rayo fulminante ,
ñi
(loS) ni menos lo que es menos importante.
Ponedme un césped vivo, ponedme encienzo aqui , vino y bervena : que con este lascivo sacrificio , serena vendrá la diosa a mejorar mi pena.
VERSIÓN XX.
A C. CILNIO MECENAS.
Convídale á merendar a su casa,
MEcénas caballero , si i mi chozuela á merendar vinieres'j vino humilde y ligero beberás , que te cause mil placeres , que con industria y modo yo mismo le empezgué la pipa griega, quando te dio el aplauso el pueblo todo:
Y quando el padre Tibre con lengua de cristal respondió ufano en su ribera libre: y la Ninfa del monte Vaticano , entre las peñas suyas , con eco burlador que á nadie niega , volvió á decir las alabanzas tuyas.
Tu el cécubo esprimido con los usillos del lagar Caleño beberás advertido:
yo
Cíop) yo no te podré dar vino tan buenq» pcraue ni el grano tierno del viñedo Formiano se trasiega . en mis pipotes , ni el feliz Falerno,
VERSIÓN XXI.
A APOLO Y DIANA.
Himno secular,
Eucarística
CAntad doncellas tiernas a Diana, cantad muchachos al intonso Délo, y á la que soberana venció de amores ai mayor del cielo, bellísima Latona, de rostro grave y de real persona.
Decid como se alegra placentera con uno y otro transparente rio , que le promete el Álgido sombrío, y el Erimanto oscuro ó el Crago de verdor no muy seguro.
Pero vosotros jóvenes en tinto honrad á Tempe , celebrad á Délo patria de Febo santo, y el hombro encareced por todo el sudo con la aljava lozano, y insigne con la lira del hermano. "
Este la guerra lagrjjnosa , y éste
del
(no) del pueblo apartará las hambres duras, y la enojosa peste ; y por vuestras plegarias y blanduras, siendo príncipe Augusto, al Persa y al Ingles dará disgusto.
ODA XXII.
A FUSCO ARISTIO.
Porque la tengo traducida en la misma
cadencia , y números que en su original,
te la pondré aquí : y es como
se sigue.
Ií^teger vitdt , scelerisque purus Son (gct Mauri jacuits ñeque aríUy lite xentnat'ts grávida sagittis
Tusce , Tharetra. Sm per sjrteh iter estuosas Sive facturus per inhospitalem Cducasum , vel quA Iota fabulosus
Lamb'ít Hydaspes. íJarnque me sjl\a lupus in Sabina , Dum meam canto Lalagem , & ultra Terminum curif vagor expeditusy
Bigit iticrmcm : Quale portentum ñeque niilttaris Dátinm in latis alltt escuUtis ,
Uta
Ciii)
Níc luhd tellus generat , Leonum
Árida nutr'ix. Pone me figris ubi nulla camfis ArhoY asma recreatur ditra: Quod Utus mmdi nebuU , malusque
"Jupfiter urget : Tone sub curra njmium propinqui Solis , in térra domibus negata , Dulce ridentem Lalagen amabo,
Dulce loquentem,
VERSIÓN XXII,
A FUSCO ARISTIO.
Muéstrale que el hombre de buena conciencia
por la tierra mas peligrosa va seguro. Toda
ella es Erótica , aunque algunas
escholias antiguas la dan por
Prosphonética,
Erótica,
EL que es entero y en el alma puro. Fusco , los pasos si mover quisiere, ya sin azcona , ya sin arco corbo libre camina : O pise en Libia la arenosa Sirte , ó pise en Scitia la fragosa sierra.
Cu o
6 bien al Sera y al Hidaspe vaya
tan celebrado. Yo asi del lobo ni la saña obligo, antes ahuyento su vorjiz denuedo quando en el monte á Lálage le canto
dulces amores. Bien sé que Dania militar no tiene entre sus robres semejante monstro, ni la Gctulia que leones hace,
madre de fieras. Ponme do nunca las amadas auras soplan , y siempre de rigor se viste , á cuyo clima Bóreas promete
nieblas y nieve: Ponme do el carro de la luz Febea niega á los hombres la vivienda , siempre dulce que hablas , Lálage , he de amarte,
dulce que ríes.
VER-
cus) Versión xxm.
A C L O E.
Porgue se le recataba como muchacha , /¿í
dice que ya ha entrado en edad de
casadera^
Simboléutica
DE mí te vars huyendo semejante al cabrito , Cloe hermosa, que el monte va midiendo en busca de la madre temerosa, no ya sin vano miedo del ayre bullicioso y del robredo^
Que como la venida le espantó del verano con la hoja del zétiro movida,
y el lagartillo que al zarzal se arroja , está todo temblando^ y el corazón de miedo palpitando.
Cloc , yo no te sigo para matarte como el tigre hace ; ni menos te persigo como leoh de Getulia que deshace. Deja la madre amada, pues tienes tiempo para ser casada.
H VER.-.
VERSIÓN XXIV.
A P. VIRGILia
Llora la muerte de Qulntilio , y luego con'*
suela á Virgilio como tan. interesado
de su familiaridad,
Threnética,
j /^Uc empacho vergonzoso !
v^ 2 Qy^ ^" podrá tener este deseo con la partida de tan caro amigo? tu , pues , ó ! sin aseo empieza , Melpoménc, el lagrimoso canto, y él. sea de este mal testigo: tu á quien el padre universal y grave dio dulce voz y cítara suave. 2 Luego en perpetuo sueño yace de hoy mas Quintilio , el que solía de modestia salir acompañado? j el que siempre lucia con una ié leal , de quien fue dueño, sin ser venrida de interés malvado I j y el que continamente dio segura posada á la verdad sencilla y pura?
2 Virtudes tan cávales en donde se hallarán ? Murió Quintilio,
pa-
(m5) jpára que lloren muchos su caída s mas como tú , Virgilio , nadie por él hará finezas tales , por ser el alma de tu dulce vidaé Mas ay ! que tu gemir sin duda es vano pues nunca le has de ver en trage humano.
Porque siquiera cantes con mas dulzura y regalado acento que en otro tiempo el músico de Tracia, y el raudo movimiento del agua pares , y el infierno encantes con dulce voz y con sonora gracia, es imposible que tu canto pío le vuelva el alma a su cadáver frió:
A quien Mercurio grave, nunca exorable en alterar los hados , con vara horrible compelió severo a penetrar los vados del impío reyno en la perpetua nave, juntándola al montón hórrido y fiero: cosa que ya que corrección no espera con la paciencia se hace mas ligera.
Hi VER-
(I I o
VERSIÓN XXV.
A LIDIA CORTESANA.
Vale en rostro el poco caso que ya los manee"
bos hacían de ella , por haber entrado
en edad madura»
Mémptica
NO con aquella priesa á tus ventanas llama qual solía la juventud traviesa , ni el dulce sueño de la noche fría te rompe ; que el postigo de tus umbrales es ya mas amigo.
Bien es verdad que antes se revolvía con mayor presteza. Ni de tiernos amantes esta sueles oir dulce terneza : tu duermes , Lidia , quando yo que soy tuyo , ay dios ! velo penando.
Llorarás sin rebozo al mismo paso la arrogante lucha del adúltero mozo , y esperarás , cargada de edad mucha , en tu celdilla , estando
la luna en conjunción, y el cierzo helando,
Al
(117)
Al tiempo que luxuria y amor en tus entrañas se embravezcan: que con insana furia suelen hacer que su rigor padezcan , enfurecido el pecho ,^ las fuertes yeguas en el trance estrecho.
Porque mas apetece i h yedra y al mirto florecido la juventud que crece , que á las pálidas hojas que han caído , y el viento ha dedicado al Hebro amigo del hibierno helado,
VERSIÓN XXVI.
A ELIO LAMIA.
Muestra quan libre de todo temor le piensa
alabar, htiego exorta y pide á l/i Muí a
le ayude con las demás á este
ministerio,
Eucharística,
SEguro al ayre puedo, para que al mar las lleve su enemigo, dar la tristeza y miedo , yo que soy de las Musas tan amigo. Seiguro doy la planta
Hj de
Cii8) de un rey Setentríonal temido y fiero: ni ttmo lo que esp.inta al Parto Tírídátes rey severo,
I O tu dulce Pimplea ! j ó tu , divina Musa soberana , á quien siempre recrea el puro aljófar que la fuente mana!
Texe de mil colores Una guirnalda con sutil presteza de variedad de flores , y adorna de mi Lamia la cabeza.
Sin tí, sin tus hermanas nada todo mi honor lírico importa : mis canciones son vanas ; por eso á las demás al caso exórta,
Y en instrumento nuevo, con Lesbio plectro que en las cuerdas suene, cantad de este mancebo el gran valor y la virtud que tiene.
VER-
(119) VERSIÓN XXVII.
A SUS AMIGOS.
Pone paz d un alboroto que se havia U-
vantado entre ellos , y persuádelos la pa^
y que usen de la ocasión alegre que
tienen entre manos,
Euthica.
CON la taza , que nace para el gusto , reñir la pesadumbre, costumbre es hoy del Trace. Pues ,ola ! huid tan bárbara costumbre , y á Baco vergonzoso no volváis inmodesto y belicoso.
Que del vino suave mucho difieren los alfanges fieros: y ese alvoroto grave quietad , quietad también , ó compañeros: y dad en dulce modo la mano al cuello , y á la mesa el codo.
l Queréis que participe del robusto Falerno ? Pues ufano á decir se anticipe
de la Opuncia Mcxíla el caro hermano, con qué dichosa llaga,
H4 o
6 con qué flecha amor su pecho estraga.
¿No quiere? pues yo juro de no mojar el encendido labio. Tu ^ que siempre seguro pecas de noble amor , amante sabio , sin que el gusto averguence, ¿qué Venus bella te avasalla y vence?
Acaba , di al instante lo que te pido : ves aqui la oreja segura. ¡Ah, triste amante , quanto en Caribdis tu pasión forceja con alma y con deseo , siendo mas digno de mejor empleo !
i Qué bruja ó nigromante con hierbas de Tesalia á tal encanto , 6 qué dios es bastante ? porque apenas Pegaso podrá tanto que desatarte pueda de la quimera donde amor te enreda.
VER-
VERSIÓN xxvm. A ARQUITAS TARENTINO
FILOSOFO PITAGÓRICO.
Introdúcele que fantásticamente habla con
un marinero , donde le prueba que todos
igualmente han de morir , con muchos
epcemplos , todo con fin de que le dé
sepultura á su cadáver , que se
anegó en el mar*
Prosagoréuctica.
A Ti del mar y tierra , i ti de las arenas infinitas , 6 Tarentino Arquitas , mensurador en paz , soldado en guerra, el margen de Matíno te muestra entre su arena tu destino.
i Qué , dime , te ha valido el haber con razones naturales las casas celestiales averiguado ? ¿ qué el haber corrido por la redonda esfera con voluntad al fin perecedera? Murió Tántalo siendo
al
(l22)
al néctar de los dioses convidado ;
y Ti ton fue llevado
por la aéria región ; y el hado horrendo
¿ Minos fue contrario ,
con ser del alto Jove secretario.
El gran Pitagoréo estóm.-'go también yace enterrado, con haberse escapado ¿el Ténaro otra vez oscuro y feo, no obstante que atestigua hallarse en la Troyana guerra antigua,
Y con mostrar el hombro de robusto pavés fortalecido : bien que nunca ha servido al triste hado en el mortal asombro este divino viejo con mas que con los nervios y el pellejo.
' Tu , tu le conociste : dotor fue de las cosas naturales , como de las morales , y no de poca estima. ¡ Mas ay triste , que á todos de una suerte nos espera una noche y una muerte!
Las iras y ambiciones de estender el valor por toda parte han entregado á Marte una gran muchedumbre de varones : y el mar sepulcro fiero á la codicia es del marinero.
Lúe-
Luego las sepulturas ele viejos y muchachos cada día se espesan á períía, y quantas nacen muaren criaturas : que á ninguna cabeza huye áe Proserpína la fiereza.
A mi también el Noto , ¿el caído Orion gran compañero , me fue término fiero en el Hirió. Pero tu , piloto, para , para la entena, y no me niegues parte desta arena.
Asi quantas vegadas el Euro amenazare al mar de Hesperia padezcan tal miseria las sierras de Venusia levantadas , y te den mercancias Jove y Neptíino con entrañas pias.
I Qué, desprecias mi ruego ? Pues un pecado intentas que á tus hijos quiza dará prolixos enfados , por el agua ó por el fuego , sin que allí la inocencia los redima de tanta violencia.
Y á ti también te espera aquella deuda que ha de ser pagada, y de la parca airada , ó mal piloto , la fatal tixera : ni esperes que con fuegos,
ó
rii4)
ó aromas se contentan ya mis ruegos.
Tu corres anchos mares ; y aunque agora la priesa te acelera, deten el remo , espera , que no te detendrás , por bien que pares ; y échame tres puñados de arena , y luego en paz sigue tus vados,
VERSIÓN XXIX.
A I C C I O.
Era de profesión Filósofo '.y agora, mudado
el intento , determinaba irse á la guerray
y Horacio se lo reprehende con muchos
inconvenientes que le pone,
LAS riquezas del Árabe dichosas agora las envidias y deseas , y guerras odiosas
mueves contra Jas márgenes Sabéas, y centra el duro Medo texes cadenas , no sin gran denuedo.
Pe ro dime i qué bárbara casada te ha de servir matándole el marido ? ¿ ú de crin rociada, y re al sangre , qué garzón florido te agradará copero, docto en el arco de su padre fiero ?
¿Quien
'¿Quien negará que los veloces rloJ, por inclinadas madres desgajados , violentando bríos no subirán por ásperos collados? I ó quien del rojo Tibre que atrás no volverá su curso libre ,
Viendo que asi trocar , Iccio , procuras de Sócrates los libros y Panecio por las lorigas duras
de España , que se venden por vil precio, habiendo prometido cosas por cierto de mejor sonido ?
VERSIÓN XXX.
A VENUS.
Huégale que venga á asistir al oratorio que Glícéria le había hecho ,y que trayga consi-' go al Amor, á las Gracias , á Mercurio-, y á la diosa de la juventud.
Búdica,
\ /^ Tu de Pafo y Gnido,
V-/ Venus , señora ! ven , y desdeñosa deja al Chipre querido , y habita el templo de Glicéra hermosa, «que no con poca suma
de
(126)
de incienso á tu deydad llama , y sahuma.
Vcn2;a tu niño ardiente , y el coro de las Gracias desceñido, y Mercurio cloqücnte : vengan las Ninfas , y el vigor florido de la juvcnta amada , sin tí de pocos poco acompañada.
VERSIÓN XXXI.
DE SI MISMO.
Muestra como no se han de pedir á Dios bienes de fortuna ; sino buen entendi- miento, y honrada vejez»
Euctica.
AL simulacro dedicado á Febo con voluntad perfecta i qué le pide el Poeta ? I qué le suplica , quando vino nuevo derrama en sus vacias resplandecientes con entrañas pias ?
Pues no son , cierto , prósperas sembradas en la fértil Cerdeña ; ni las que por su breña Calabria pace candidas manadas ; ni el oro reluciente,
ni
(I i?)
ni del Indio elefante el blanco diente :
Ni los campos que el Líris sosegado con agua lenta muerde. Corte el sarmiento verde con podadera rústica el cuidado del otro , á quien el cielo viñas le ha dado de fecundo suelo.
Agote el vaso de oro el mercadante lleno de dulce vino, trocado á paño fino , ó a bálsamo precioso de Levante , ó á la mercaauria que por el mar despacha la Suría ,
Grato á los mesmos dioses , pues cada añu ya tres , ya quatro veces , sin que sean jueces executores de su proprio daño el Euro resonante , ó el Aquilón , visita al mar de Atlante.
A mi las aceytunas y chicorias me sustentan groseras , y las malvas ligeras, que al gusto le prometen mil Vitorias , mejor que el real pavo de quien siempre el estómago es esclavo.
Tu , sol , dame que goce solo aquello que en sí se está guisado, robusto y sazonado ; mas con juicio sano al poseello;
da-
dame vejez honrada,
y no me niegues cítara templada.
VERSIÓN XXXIL
A LA LIRA.
Huégala que ambos á dos celebren las ala-^
banzas de Alcéo Poeta, que es el ciudadano.
Lesbia , que en esta Oda se
introduce,
Prosphonética,
SI de cosas vacíos , debajo de ios árboles sombríos , hemos contigo dado consonancias al prado , 6 tú , primeramente , del ciudadano Lesbio , requerido que oído de la gente, canta, instrumento: ea, que esto pido.
Y haz que viva sin danos no solo éste , sino muchos años : pues sjendo belicoso y en las armas brioso, tal ycz en medio de ellas después que al margen su barquilla ataba, sonaba mU querellas.
y i Baco y a las Musas celebraba.
Luego con dulce canto, prestándole atención el ayre en tanto , cantaba a la Citéres colmada de placeres : y al hijo que pegado, con el aljava suspendida al cuello, se esta siempre á su lado. Del negro en ojos, negro en el cabello,
Lico , muchacho hermoso , también cantaba dulce y amoroso. •Mas , ó suave Lira , honor de quien te inspira , digna do las reales mesas de Jove , salve , pues has sido suspensión a mis males , y , si tocada , sueño á mi sentido.
V£R-
030) VERSIÓN XXXIII.
A ALBIO TIBULO POETA.
Consuélale por haberle preferido Glicera
otro mas mozo que él ; y para esto le dá
cuenta de unos amores que entonces
traía con una libertina,
Parainética»
Porque mudable la cruel Glicera otro mas )oven á tu edad pretiera, Albio , no te lamentes , que es mucho lo que sientes ; ni tan sugeto á las melancolias compongas elegias :
(¿e de Ciro el amor abrasa ardiente i la Lic(Sris de bruñida frente, y hace que i Fóloe siga , mas áspera que ortiga : aunque primero se amarán espero el lobo y el cordero.
Así le place á Venus ver en dura cárcel la fealdad y la hermosura , y en ásperas prisiones contrarias condiciones , habiéndolas primero aficionado
con
050 con juego muy pesado.
De mi podré jurar , que quando estaba
brindado de amor noble , que mas brava
que el goifo Veneciano ,
de puro inquieto cano ,
me detubo en sus grillos lá divina
Mirtále libertina.
VERSIÓN XXXIV.
DE SI MISMO.
Qjiejase en esta Oda Horacio de haber se- guido ía secta Epicúrea^ ó lo r/ias cierto y la Ateísta : muestra como solo Dios es el poderoso.
POR cierto que yo he sido en venerar los dioses mucho avaro el tiempo que vacante, aprobado de todos , he seguido los anchos mares de un error tan claro : pero ya repugnante á sus estorbos , doy atrás las v4as sin fraude ni cautelas , y vuelvo á desurcar lo ya surcado compelido y forzado :
Porque miro que el Júpiter tenante, mil veces diyidiéndo
la las
las densidades del nublado oscuro
con rayo fulminante ,
saca , criando estruendo ,
el carro ardiente por el ayre purq,
y con ligero vuelo
espacia sus caballos por el cielo ,
no sin rabiosa ira
del rebelado que á sus ojos mira.
Y miro que su fuego tiene jurisdicion sobre la tierra, y sobre los que ríos por anchas madres se dilatan luego , y que á la Estigia da , si quiere , gueíra, y á los reynos sombrios del enojoso Tenaro , á la gente y al de elevada frente robusto Atlante , que con grande asombro los cielos tiene al hombro.
< Qiiien como dios ? que al fin es poderosf"' para que lo humillado á la mayor alteza se levante ; postrando al generoso, y elevando al postrado. De aqui coa estampido resonante nace que la fortuna levante la corona hasta la luna, y se huelgue tras esto en tan sublime parte haberla puesta,
VER-
VERSIÓN XXXV. A LA FORTUNA.
Pídele encarecidamente favorezca á Octavio
Emperador en la impresa que aparejaba
contra los Ingleses , y juntamente acabe de
dar fin 4 las guerras civiles,
Proséuctica
j /^ Tú , divina diosa,
KJ que riges la ciudad de Ancio agradable. Fortuna , poderosa para subir de estado miserable la humana criatura! tú , que para los triunfos opulentos abres la mas horrible sepultura !
El mísero , que laUra terreno inculto, á ti te solicita con devota palabra i y el otro que el Carpacio facilita con Vitinio navio , á ti sola te nombra, y atribuye de todo el mar el ancho señorío.
A ti pues repugnante temen el de Valaquia , áspero en guerra, y el Cita siempre errante,
15 y
Ci34) y todas las naciones de la tierra , y el Hero Italiano, y las madres de bárbaros monarcas, y vestido de púrpura el tirano:'
Porque con pie de injuria no postres su coluna levantada; ni el pueblo en civil furia mueva á rabia a la gente sosegada , y alarma , alarma diga , y estrague sus imperios juntamente con mano ensangrentada y enemiga»
Siempre llevas delante i la necesidad » trayendo airada su mano de diamante clavos y cuños , sin que limitada de sus dedos ausente el garfio sevcrisimo corvado , y el plomo derretido al fuego ardiente»
También te reverencia Ja esperanza y la fé doi. algunos rara, cubierta su presencia
de un blanco velo desde el pie á la cara: ni niega el serte amiga, aunque mudada tú la vestidura, huyas el reglo alcázar enemiga»
Pero el vulgo inconstante, y la ramera pésima y perjura atrás vuelve al instante que ve vuelta del otro la ventura,
(135) y los falsos amigos, viendo secas al cántaro las heces , huyen de ser á tanto mal testigos.
Yo agora á ti te ruego que al Cesar , que á los últimos Britanos ha de partirse luego, quieras guardarle de sus fieras manos, y á su escuadrón , temido allá en las partes del Indiano oriente , y en el golfo de púrpura teñido.
¡ Ay , quanto infama veros llenos de cicatrices , ó Romanos , por vuestros brazos fieros 1 ¡ y ay> quanto ofende ver que siendo hermanos hagáis tan ímpios hechos , y á tal rigor os entreguéis , volviendo las proprias armas á los proprios pechos 1
¡ Mas oh por cierto dura edad 1 Pregunto ^ á qué infernal pecado huyó nuestra locura ? ¿qué atrocidades no hemos intentado ? iquando el mancebo fiero por miedo de los dioses soberanos dejó los robos , ó soltó el acero ?
2 A qué piadosas aras han perdonado nuestras manos fieras , codiciosas y avaras ? ¡ Ojala tú , Fortuna , agora quieras á sus estoques botos
1 4 vol-
volver i darles en tu yunque filos contra los Citas y Árabes remotos !
VERSIÓN XXXVI.
DE POMPEYO NUMIDA.
Celebra en esta, Oda Horacio la venida de
su amigo Numída á Roma, desde
España,
EucaristicA
Conviene que yo aplaque los dioses , guardas de la dulce vida de mi amado Numída , con canto , con encienso y estoraque , y con la sangre herviente de un becerrillo mamantón reciente.
Puesto que llegó sano de España, dando un beso y otro beso á cada ciudadano :
bien que á ninguno con mayor ecceso que á su Lamia , obligado de la amistad que siempre han profesado ,
Desde que en pequen uela edad , guiados no de amor siniestro , cursaron una escuela, oyeron una ciencia y un maestro , y al fin en compañia vistieron la viril toga en un dia.
No
057)
No carezca el presente de la blanca señal usada en Creta: saqúese el vino ardiente , y gástese del Nardo la bujeta : y á la compuesta sala se le añada el sarao con gracia y gala:
Y á Dámalis no falte quien le prevenga vino necesario con que el copón esmalte , para vencer á Baso su contrario , agotándole todo 5Ín nada respirar al tracio modo.
Ni la mesa carezca, empedrada con uno y otro plato , de flor que la guarnezca , como es la rosa de purpureo ornato , y el apio siempre verde , y el breve lirio que su lustre pierde.
Que luego pondrán todos en Dámalis la vista ya cargada después de estar beodos: ni ella del nuevo adúltero arrancada podrá serlo ; que asida .estará mas que yedra á su Numída.
VER-
038) VERSIÓN XXXVII.
A sus AMIGOS.
Incítalos á que con banquete y danzas cele- bren la felicísima victoria Acc/aca, Todo es en lisonja de Augusto.
Prosphonética,
A Cora , 6 compañeros , es tiempo de beber alegremente , y de pisar la tierra .con uno y otro bayle diferente : agora , agora el veros , puesto que la tristeza se destierra , con esplendidos platos honrar las mesas de los dioses gratos.
Sacar antes de agora fuera maldad el cécubo estimado de su antigua bodega , mientras con escuadrón afeminado la bárbara señora , de su fortuna y arrogancia ciega, al Capitolio estrago, y a Roma prometió de sangre un lago.
Mas solo un baxel roto, que apenas se escapó del fuego ardiente,
dis-
disminuyó JUS fieros;
y el Cesar luego su beodamente
de vino Mareóto ,
reduxo á mil temores verdaderos,
siguiendo la porfía
quando de Italia desdeñosa huía.
Y así como el que vuela neblí tras la paloma mansa y pura , ó el cazador ligero fatigando de Hemónia la fragura, quando el tiempo mas hiela , tras la liebre fugaz : tal Cesar fiero la acosa y desordena por dar un tal portento á su cadena.
Mas ella disponiendo darse muerte mas noble y generosa , no tembló de la espada resplandeciente , qual muger medrosa : ni quiso , discurriendo por una y otra parte con su armada , al ver sus fuerzas rotas , repararse en las partes mas remotas ,
Antes muy atrevida á visitar volvió su rc?io nido . y con rostro sereno osó mirarle mísero y caído : y por vencer su vida de dos serpientes embebió el veneno, y sin ansia ninguna
dio
(i4o) áüé Varonil Sú pecho á cada una.
En cuyo trance horrendo mas se mostró que los Libúrnos fiera; pues de tan dura muerte su misma execucion fue la tixera: que al enemigo viendo, no quiso , invidiósa de su muerte , que con hazañas tales blasone de ella en carros triunfales.
VERSIÓN XXXVIII.
A SU CRIADO.
"D'icele que no ponga todo su cuidado en ade^
rezarle la mesa con flores diferentes ; pof'
que se contentaba con el arrayan ^ junta
mente con beber á la sombra de una
parra que tenia en su
casa»
Trosphonética,
O Tu , sirviente mió , no te cures del Pérsico aparato, que llevo con desvio las trenzaderas del florido ornato , ni busques do florecen las frescas rosas que tardías crecen :
Que
Que yo muy diligente busco , porque tu ansia no trabaje , el mirto solamente : y á ti no te desdora siendo page , ni á mi , que de contino bebo á la sombra de una parra el vino.
ODA
A PHILOMÜSCO.
En el primero Libro de mis Eróticas te ad ■ vertí , que en la Oda 34. faltaba el fin ,/ te convidé con toda para este segundo. No viene fuera de proposito su ale- goría que esté colocada en este lu" gar '.y asi te la pondré aquí toda,
2 A Sí tan sin espuelas
XJL en el caballo Belerofontéo te subes ? O ! que vuelas con alas solamente de deseo, Filomúso , y podrias pagar en agua tales demasías.
Que el inconsiderado- atrevimiento , quando va sin rienda, del viento despeñado, viene á caer en brazos de la enmienda ,
al
al tiempo que ya espumas
son escarmiento de su sangre y plumas.
Tu sube en pie de hierro , ó en algún generoso Valenzuela , que de la vega al cerro no pare7xa que corre , mas que vuela ; y permite que solo á tal caballo domestique Apolo.
O cayendo de bruces échate en la Castálida 6 Pieria : que no los Andaluces pastos han dado a la región aéria potros , que qual Pegaso, estiendan sobre el Zéfiro su paso.
No pienses que los frenos , ni los del bordador caparazones, para el caso son buenos : ni que podrás hincarle los talones , seguro de que pares después sus velocísimos talares.
Que el tiznado Etiope de la blancura del Ingles gozara, si el bárbaro galope de una temeridad no lo estorbara, poniendo en un instante en riesgo los palacios del Tonante.
Surcaba el jovencillo sobre nave de llamas mar de viento : era poco caudillo :
los
045) los remos vivos mas que el pensamiento j
y dieron por el Noto
al traste con las xarcias y el piloto.
De Júpiter es , cierto ,
la venganza que ves : teme sus rayos ,
y toma , toma puerto :
que si las ondas hoy muestran desmayos ,
mañana , ó Filomúso,
quizá te mostrarán furor confuso.
LAS
045)
LAS DELICIAS
LIBRO TERCERO
DE LA PRIMERA PARTE
DE LAS ERÓTICAS^
Al Condes tah le de Castilla D. Be mar di no Fernandez de Velasco.
CANTILENA h
MIS dulces Cantilenas, mis suaves delicias, á los veinte limadas, y á los catorce escritas;
Las primicias del alma, las almas de la vida, en niñez engendradas, y en juventud nacidas,
I h. quién ira'n sugetas? ¿ á quién irán unidas , la frente descubierta y hincada la rodilla \
A quien sino á ti solo, Condestable en Castilla, ¡ ó hijo de gran padre!
K, Con^
j6 padre de gran dicha!
Niño, pero tan grande que solo tu te imitas, pues solo tu te igualas con tu grandeza misma.
Por ti serán enanas pirámides en Libia , mauseolos en Caria, y muros en Asirla.
Por ti el jayán Atlante alturas solicita , que cielos se le alzan, y orejas se le humillan.
Maravilla que pasma: ^ pero qué maravilla, si te hallaron gigante las primeras mantillas?
O ! gózate mas años que un siglo tiene dias, que un mundo tiene arenas, y que un mar tiene linfas.
Herencia de tus padres, que ilustren tu familia, te alcancen sucesiones de muchedumbre ricas.
Cada qual con mi! hijos; pero no con mil hijas : aunque se que tu sangre lo ruin califica.
O!
, Ci47)
O ! gózate mas siglos que un Abril tiene vistas, que un Mayo tiene flores, que un Julio tiene espigas: Y herencia de tus padres, por letras y milicia, penetres las esferas , conquistes las provincias.
Que no solo Alexandro sujetó monarquías, sino dificultades de "ciencias infinitas.
La virtud generosa no con reynos se entibia; que siempre da su pasto á la especulativa.
Sino digalo el mismo -que te dio sus reliquias, filósofo en España, soldado en Lomba rdia:
Por quien la Francia casi vio sus Lises marchitas , como quando el verano del Euro se apadrina.
¿Qué vez le coxió el parche menos que con loriga? ¿ó menos que con pluma que vez le coxió el dia ?
Porque en sus acciones
Ki tan
(148) tan solo presidian, ¡6 Marte con su trompa, 6 Fcbo con su lira.
La ociosidad infame no alli tubo cabida ; que siempre á sus intentos fué reyno de la China.
Pues, Niño generoso, crece en años , y imita ; que asaz de obligaciones te dejó si bien miras.
Entra agora en las letras, jardines de la Hibla ', y á los doce el caballo sienta tus acedías ,
Y con cerviz corvada, y inquietud reprimida , pregone la grandeza del dueño que va encima.
Ni por esto desprecies la gran filosofía; que nunca á nobles pechos las ciencias afeminan:
Antes huyen los miedos á su clara noticia , como suelen al alba las tinieblas malignas.
Filósofo y guerrero fué el Tarentino Arquita?,
y ni le ataron brazos sus letras y pericia.
Verás en los poemas del Escritor de Frigia como premia el trabajo , y apremia la lascivia.
Arsénico suave que aduerrne y atosiga la niñez mas despierta , la juventud mas viva.
De hombres racionales hace bestias aprisa , por ser baso de Circe qualquiera ramcrilla.
Ni tampoco averigües si son ó no mentiras; que á fé c^ue son verdades las cosas que nos pinta:
Que quinientos ha lustros que el sol las vivifica , que el tiempo las venera, y el mundo las estima.
Luego el ancho paragc de la historia camina, y no tan por la posta que los borre la Estigia. Alli verás á Augusto coronado de olivas, de laureles á Cesar ,
di
de yedra á las Sibilas.
La paz te dé su beso, la guerra sus insignias, y su lira suave ]a docta poesia.
Sobre carro de fuego, que es la imaginativa, corre , corre los cielos, y los astros visita ;
Pero no de manera que gentes Abasinas segunda vez ateces con infame caida.
Lo que será mañana déjalo al que la cria *, que á ti basta que sepas quien es Tauro y quien Libra.
Luego los anchos mares de la Encicloped/a ó surques Magallanes, ^
ó Neréo dividas;
Que para todo el Cielo ( Velasco eres de linia ) te prestará talento como á rail se lo quita.
Usa pues de tus fuerzas Anteo de esta Libia , que no hay, muerto tu padre, Alcidcs que resista.
CAN-
(151) CATILENA II.
AL AMOR.
Yo , que te miro y toco, hecho de ver , Amor, que no eres loco:
Y juntamente niego
que ni eres loco , ni naciste ciego,
A Lidia amartelaste, y hiego á mi me heriste , y nos juntaste:
Pues , Amor , sino vieras, juntar asi dos almas no pudieras.
Quien dice que eres ciego , muera ciego de amor y ardiendo en fuego.
Quien dice que eres loco , sin seso adore, y disimule poco.
Por ti me quiere Lidia , por ti doy celos y acreciento invidia:
Por ti con mil eccesos me ofrece mil abrazos y mil besos :
Por ti , niño Cupido , Lidia , siendo muger, tan firme ha sido :
Y por ti , siendo bella, humilde sigue mi amorosa huella.
Amor , yo de mi digo que has sido cuerdo y verdadero amigo :
Y en lograr, mi sosiego
lince y cuerdo mi Amor , no loco y ciego. K4 CAN-
ti50 CANTILENA III.
DE LAS vírgenes.
De Catulo. Ut fios in septis, &,
COmo rosa que nace en el jardín cercado, no sugeta al arado , ni al ganado que pace ; cuyo primer aumento, el sol , el agua , el viento, crece , cria , y alhaga ; con cuya vista paga del dueño amado el celo; i quien promete el cielo de piedad cada dia cristal que la rocia: que mientras no es tocada, crece su lozanía, y es de todos amada ; mas si en agena mano pierde el lustre lozano, y á desdecir comienza la nativa vergüenza , al paso que es amada viene á ser desdeñada. Aíi la virgen bella.
en
en tanto que es doncella es de todos querida con el alma y la vida ; mas quando se vé falta de dignidad tan alta , si busca quien la quiera, es mas aborrecida, que ponzoñosa fiera,
CANTILENA IV. A. ,ü N A FUENTE. '
TU por arenas de oro corres con pies de plata, j ó dulce Fuente fría! yo con mi triste lloro á tu corriente ingrata aumento cada día. Pero tu la porfía de darle al Ebro parias, en mi daño contrarias , animas por matarme: yo por darte y cansarme, aunque no saco fruto, malogrado tributo, lloro nuevos engaños. Tu me llevas los años al paso de tu curso i
yo renuevo el discurso de mis presentes daños. Casi somos iguales, ¡ ó dulce y clara Fuente ! yo en continuar mis males, y tu aquesta corriente. Si dices que me excedes, yo digo que te excedo ; porque tú cesar puedes, y yo cesar no puedo.
CANTILENA V.
A LIDIA.
Divide esos claveles mas dulces que las mieles, y mas que los panales divide esos corales : que juntos á los míos, harán parar dos rios en que triste me anego; har/n templar el fuego que consume mis venas; harán cesar las penas que me alteran la calma; harán vivir un alma , y morir mil pesares, Ea pues , no te pares ,
Li-
(i<5) Lida , que solo un beso darlo no es gran exceso. Y si acaso pensares que el darlo ha de ser causa para engendrarse pausa en tu amor y en el mío , es grande desvario : porque un dcleytc es cebo que atrae con gusto nuevo.
CANTILENA VI.
A UN RUISE ñOR.
AMada Filomena, que entre aquestos laureles con doliente armonía significas la pena que los brazos crueles del infame Teréo obraron aquel dia : pues la terca porfia que aviva tu deseo en cantar mil pesares por desiertos lugares al son de la corriente que despeña esta fuente en ti qual siempre veo, ya con gemido triste
que-
qucrcllándote al cielo, ya con tácito vuelo recelando la injuria que por tus ojos viste: deten , deten la furia en derramar querellas , y á las altas estrellas que se nos muestran pías deja las tuyis bellas, canta las tristes mías.
CANTILENA Vil. DE UN PAXARILLO.
YO vi sobre un tomillo quejarse un paxarillo viendo su nido amado , de quien era caudillo, de un labrador robado. Vile tan congojado por tal atrevimiento dar mil quejas al viento, para que al cielo santo lleve su tierno llanto, lleve su triste acento. Ya con triste armonía, esforzando el intento, mil quejas repetía:
(1 57) ya cansado callaba ,
y al nuevo sentimiento
ya sonoro volvía :
ya circular volaba :
ya rastrero corría :
ya pues de rama en rama
al rústico seguía:
y saltando en la grama,
pafece que decía:
dame rústico fiero
mí dulce compañía:
y á mi que respondía
f 1 rústico : no quiero.
CANTILENA VIII. A LIDIA.
L Leguen esos rubíes con que graciosa ríes, bella Lidia , á mí boca, pues amor los provoca, y espárzanse sus mieles, como esparcirlas sueles. Lleguen: que Amor lo quieret Amor que sana y hiere : Amor hijo de Marte, que reyna en toda parte: Amor , que si atosiga ,
luc-
luego cura y mitiga: Amor niño gracioso , que con fuego amoroso nos hizo en todo iguales. Lleguen pues tus corales, Lidia, i quién te acobarda? ^ No ves que si se tarda un punto, un solo instante tu regalado beso, perderás un amante, y yo perderé el seso ?
CANTILENA I X« A DRüSILA.
DRusila,cn vano arguyes ; cese pues tu argumento, porque así te destruyes: que Amor,si es fingimiento , como engañada pruebas, ni es cautivo ni esento. Si al crédulo alvedrio quics dar liciones nuevas, tomallas desconfio : porque Amor dueño mió, si miro el ojo zarco de Lidia , en el contemplo $u flecha , al java , y arco.
(159)
Si quieres desto exemplo llega , toca mi pecho , verásle polvos hecho.
CANTILENA X. A LA MISMA.
EN tanto que el cabello resplandeciente y bello luce en tu altiva frente de cristal transparente, y en tu blanca mexiila la púrpura que brilla, la púrpura que al labio no quiso hacerle agravio, goza tu Abril Drusila en esta edad tranquila : coje , coje tu rosa , muchacha desdeñosa, antes que menos viva vejez te lo prohiba. Porque si te rodea , y en ti su horror emplea, quizá lo hará de suerte que llegues á no verte, por no verte tan fea.
CAN-
CANTILENA XI. A LAS ESTRELLAS.
Vosotras luces bellas fijas al orbe de oro escuchad las querellas que enternecido lloro ; y á Lidia, bien que adoro, á Lidia, aquella ingrata que avergüenza la plata con su bruñida trente , y al cristal transparente con sus dientes de perlas, que el Alba por beberías le dá franco tributo en flor, en hoja , y fruto para después verterlas j cuyos ojos afrentan del sol la luz hermosa; cuyos labios de rosa á Tiro y Cóo sustentan; y cuyo cuello enhiesto de amor sostiene el resto , mas seguro y constante que vuestro peso Atlante: decid , que se contente de verme así obediente.
Maí
Mas nó le digáis nada s que una muger rogada es al doble inclemente,
CANTILENA XU. POR SI MISMO.
Lidia , Amor y yo estando, ó dulce y claro día , cogiendo tiernas flores , la beldad contemplando de aquella que allí vía en sus varios colores , sentí nuevos olores derramarse en mi alma , sentí dichosa calma esparcirse en mis venas; y libre de las penas que hasta alli Amor tirano en sugecion eterna obró con llama interna, y con ingrata mano. Lidia amorosa y tierna embebecida estaba : Amor , que la miraba , con señas que me hacia mis ánimos movia , y al hecho me llamaba.
L Yo
(i6z) Yo, de Amor incitado , por fin de mis congoxas en sus mexillas roxas libre mi boca aííado : roas ella, que usurpado su néctar vio sabroso , y en el trance forzoso su clavel en mi labio, por vengar* tal agravio de Amor la flecha toma< con que las almas doma , y asi vengar intentai esta $uávc afrenta^ Pero Amor que la mira ^ piadoso á mis querellas, hirió sus carnes bellas con la indomable vira. Lidia bañada en ira , viendo rotos los bronces que imaginó inmortales ^ y con la esfera iguales, dixo : pierda la vida quien vive inadvertida, niño , de tu centella. Quedando desde entonces ella de amor herida , y yo de amores de ella.
CAN-
CANTILENA XIII. A I>RIAPO.
ESte huerto que oírecQ para el regalo mió la primavera flores ^ dulce fruto en estío , donde los ruiseñores , quando la siesta crece redoblan sus clamores , á tu cuidado entrego , ó gran Príapo ^ y ruego que si viniere Lidia dando á Venus invidia , y á su hijo mas fuego : Lidia , digo , que ha dado al sol luz , flor ál prado , por quien corren las fuentes despeñando cristales , y estendiendo corrientes : que allanes los umbrales ; y si la rinde el sueño , que avises i su dueño.
Li CAN-
(1^4)
CANTILENA XIV.
DE LIDIA.
Miraba Lidia atenta las flores que le ofrece su jardín heredado , cuyos pies humedece el cristal desatado de una fuente sedienta. Amor , que solo intenta darle algunos pesares , en unos colmenares , principios dcste daño , con ligeros talares á robar fué sus mieles. Las abejas crueles , movidas del engaño , á gozar la venganza sin ninguna tardanza con puntas de diamantes se aprestan susurrantes. Mas viéndose burladas, unas se vuelven luegp á sus dulces moradas ; otras, con vago juego, á gustar los licores de las nativas ñores
se
(1^0
ie esparcen revolando. De aqueste iniqíio vando una la mas traviesa se llega á* Lidia hermosa, y pensando que es rosa la boca le atraviesa.
CANTILENA XV.
A PRIAPO.
ENtre aquellos laureles, para mi amor felices, y para el sol crueles, entre cuyos umbrales y raices se levantan mil flores de tan varios colores, <jue al hombre que las mira, si por amor suspira, parece que le están diciendo amores, jne espera Lidia bella i Priapo , si tardare, y el hortelano hallare rastro de nuestra huella , y no hallares disculpa que lo abone, dirásle que perdone.
L 5 CAN-
CANTILENA XVI. DEL VERANO.
TRas lluvias manantiales, grandes como mis males, contra cuyas corrientes no hay márgenes ni puentes > con suma vizarria «1 verano venia, ya purpurando flores, ya liquidando fuentes. Los tiernos ruiseñores, no lloraban la pena de Progne y Filomena; que sus gemidos graves ya son cantos suaves. Los gilgueros pintados , según salen vestidos, por prados son tenidos; y los prados pintores, según salen bordados , por gilgueros y prados. Los vientos ya mejores, i las aves brindando, las hacen ir volando. Les claros arroyuelos, que con grillos de hielos,
sin
sin poder ser movidos estaban detenidos , con vengativa prisa , cuaxando dulce risa alegre se desatan , y hasta el mar se dilatan. La Venus Citeréa se pule y hermosea , y bibrando el diamante de su apacible vista , los ánimos conquista del Júpiter tonante. También llena de olores Lidia , que es mis amores, Lidia , que es rnas señora jde los campos que Flora > sale por mas honrarte , verano , i visitarte , dando á tu suelo rosas con sus plantas hermosas , y con su dulce aliento jmil vidas á las cosas , y mil almas al viento.
L4 CAM-
CANTILENA XVII, A LIDIA.
Lidia , un beso me diste , yo celebré el ccceso : pedí luego otro beso , y dallo no quisiste. Ay , di i que pretendiste , quando asi lo negaste ? 2 acaso imaginaste que de Venus la gloria , tanto al mundo notoria , en un beso consiste ? 1 en Lidia , pues , memoria , quando en aras de lino al ídolo divino del amor que adoramos victimas ofrezcamos , la grande diferencia que hay de un beso á este paso; y sabrás de espericncia, que amor nunca es escaso donde hay correspondencia.
CAN-
CANTILENA XVIII. - A LA MISMA.
I /^\ que dulce y sabroso
vJ' le es al alma tu beso, Lidia del lustre hermoso ! Parece que a tu boca contino un panal toca; y á mi , quando la beso , que no me toca el seso. Uno solo me has dado , y uno me has ofrecido : hagamos par cumplido , pues hemos comenzado, o muchacha avarienta ; ' tu quedarás contenta , yo quedaré pagado,
CANTILENA XIX. DE LIDIA.
LUcgo que por oriente muestra su blanca frente el Alba que aporfia sano nos muestra el dia , ■y á la tarde doliente,
ve-
verás salir las ave», ya ligeras , ya graves , y ya libres del sueño esclavas á su dueño <lar cánticos suaves. Las auras distraídas , que soplan esparcidas por selvas no plantadas , ó se mueven paradas , ó se paran movidas. Los arroyos, que argentan las partes que íVeqüentan , cristales mil que crian , jÓ sanos los envian , ó rotos los aumentan. Las flores desmayadas, ya entonces esmaltadas, antes que el sol las venza, ó envidian con vergüenza ^ 6 matan con invidia.
Asi mi blanca Lidia, alba no menos clara ^ Ja oscuridad avara que usurpaba la tierra quita , ausenta , y destierra^ dora , pule , y aclara. Las aves la reciben, saliendo de sus nidos , con cantos no aprendidos :
(171)
y volando contentas , iDansas si , no violentas, al sueño se prohiben. Las auras luego esentas alegres se aperciben , y soplando suaves , celebran su llegada, imitando á las aves. Los claros arroyuelos ya libres de los hielos , con música entonada le dan el alborada. Las desmayadas flores que bordaban el prado ya cobran sus colores , y como á dueño amado danle en tributo olores. Aves que andáis volando , vientos que estáis soplando, ríos que vais corriendo , flores que estáis creciendo , I qué os importará agora , decid , la blanca Aurora ? j 6 con luces que invia , qué os remediará el dia, si en en esta ausencia fiera jai Lidia no saliera I
CAN-
(17») CANTILENA XX. DE AMOR Y LIDIA.
Sobre el margen de un ri©, de árboles tanto umbrío , quanto de linfas claro , donde se halla reparo contra el can del estío ,
Dormido yace el Ciego j cuyo blando sosiego en estasis tenia todo quanto solia arder en vivo fuego.
También yace su al java, que no ya le colgaba del hombro reluciente , ni del brazo pendiente el arco le ai^ravaba.
El yace al fin dormido : y Lidia , que le vido despierta y levantada, qual tigre estimulada al ca2ador rendido ,
Ala aljava arremete , y al Vendado acomete ; que ya entonces decía , vicndola que tenia
la
073) la ocasión del copete :
Lidia , mal te aprovechas:
si con armas bien hechas
quieres vengar enojos ,
donde tienes tus ojos
no has menester mis flechas.
CANTILENA XXL
A UN ARROYUELO.
PAra , blanco arroyuelo, hecho cinta de hielo , el curso que aprovechas por márgenes estrechas , cuyas aguas divinas cristal son si continas, y aljófar si deshechas: ó torcida la frente i tu nativa fuente , discursivo , y no acaso , alarga , alarga el paso , y vuelve la corriente. Vuélvete atrás , amigo , pues eres fiel testigo , que aquella ingrata Lidia dixo: muera de invvdia , si firme no te adoro. Porque no solo el brio
des-
(174) desfe que vuela rio ,
sino el triste que lloro ,
que "parará no ignoro,
que atrás volverá fio,
primero que qual luna ,
ya que sol me deseas ,
en mí mudanza veas ,
y en tí no haya ninguna.
Mas sigue tu fortuna
arroyuelo de perlas ;
no dejes de Verterlas
por esta antigua roca ,
pues te ofrece su boca;
ni al Ebro de pagarle
cristal con que aumentarle :
que si Lidia dio al viento
la fe y el juramento ,
disculpas hay en ella
por muger y por bella.
CANTILJENA XXII. AL DESÉNGAñO.
PRecioso desengárío, que a reparar llegaste á tal tiempo tal daño , recibe este vestido , pues del mar le escapaste
P
(175) ya cubierto de olvido. Que asi como el piloto que se ve combatido del Ábrego y el Noto , y en el sagrado templo cumple el piadoso voto : yo usando de este exemplo , quiero á los simulacros de tus altares sacros , con lágrimas que lloro , y con dones que efrezco , dar muestras que te adoro, y que i Lidia aborrezco.
S£-
SEGUNDAS DELICIAS.
AL CONDESTABLE MISMO.
CANTILENA XXIII.
PAra que mas lo sean mis Delicias en suma, señor , á vuestras plantas dirixo estas segundas.
Ligeras van á veros , que amor les da sus plumas; y aunque muy separadas, á serviros muy juntas.
Bien pudieran en carro mas alto que la luna fatigar epiciclos , á no temer espumas,
2 Pero de qué recelan? ¿ ó qué estorbos barruntan , si tienen Condestables acá y allá que ayudan?
La pues , denme paso las nieblas mas oscuras , y sírvanme de escalas
las
077) las auras que se encumbfan.
Envidíenme los topos que por la tierra surcan , vaxeles que ha fletado la ignorancia confusa.
Las aves Pandiónias , los pa'xaros de Cumas se pasmen a mis veras se hicleh á mis burlas ,
Quando en trompa sonora á ti te alaben unas, y a mi me alivien otras en cítara difusa.
Agora , pues , en tanto quería edad os madura, y á los catorce lleva, oid esta mi Musa.
Diversidades muestra , facilidades usa , y vuestros pies venera , y desde acá os saluda.
CANTILENA XXIV. A LICIMNIA.
DEL vulgo retirado, fiera sí menos pia que pantera de Hircania, M
que
que cenaste de Libia ^ delicias de mi alma, de ti diré , Licímnia, pirinea en las manos , hiblca en las mexillas : esto quando en el Mayo el halelí respira , la rosa colorea, y el clavel resucita; y aquello quando Enero los collados armiña, los arroyos argenta, y los prados envidra. i O bien haya el primero que con arte benigna dio número á las voces, dio voces a la Lira! Por ella los cuidados que de allá de la Estigia vienen mas que de paso, vuelven mas que de prisa. Por ella se alimenta el teatro de risa , el sarao de danzas , la noche de vigilias. Por ella solamente la 1 ñachis Egipcia á tez pasó de pieles , y de fea á muy linda.
Por ella liberales las auras me subliman , y á tu guirnalda llevan, o Candiota Ninfa ; donde las tres Deesas Juno , Venus y Cintia , me ceden mas licencias que al baquero del Ida. Acuerdóme una siesta, quando el sol combatía desde el León Ñemeo las aguas de las Indias, que yo dulce cantaba , y ellas dulces me oian como á cisne del Istro , ó a fénix de la Siria. Resonante la esfera mis voces repetia; que en todas partes Eco exerce su capilla. Ya diosas me cercaban , ya dioses me ocurrían , y ni cesaba el canto , ni. Júpiter venia. Yo celoso déjelos , y á ti volví Licímnia , como amante que teme lluvias de argentería.
M i CAN.
(1 86)
CANTILENA XXV. A GRATIDIA HECHICERA,
C Asada la de Euríto, asquerosa Gratídia, enojosa á las madres , odiosa i las hijas , y á las tiernas casadas lio menos enemiga que á los tigres de Hircania los Icones de Libia: por ti penan los hijos , por ti los padres gritan , y los tiernos casados tristemente suspiran. Pues no cierto de amores ; porque ya en tus mexillas las que antes eran rosas, agora son espinas; sino de aquella fuerza del encanto maligna, que vuelve los juicios, y revuelve la Estigia. Por ti dura Megera, y Tisifone esquiva 6 mueven á peleas , 6 conmueven á iras.
(iSi) Tú robustas niñeces de fortaleza dignas estragas á la sorda , como si fueras lima; y de frescas muchachas amenas lozanias , 6 qual siesta desmayas , ó qual noche marchitas. Ijos ingenios embotas , las memorias descuidas ; y á los tristes que penas los sentidos avivas: todo por instrumento de bocados que aliñas, de girones que cortas , de ideas que fabricas: milagros que á la cera, al paño , á la comida en vano se le deben donde tu estás , Gratídia.
CANTILENA XXVI.
A CAMILA.
QUando no fueras hija de Sabina y Tirreno, "■ bastaba ser hermana de Flavia la de Celio ; M3
es
óe Cuyas bellas manos, de cuvo trato honesto heridos salen muchos , curado ni uno de ellos: que herencia son , Camila, de todos tus agüelos , castidad en las almas , y hermosura en los cuerpos. ¡ O quantos dio tu madre galeotes al remo del barco de Cupido , de la concha de Venus ! Á quien ni los diez años de vida redimieron , ni el llanto derramado , ni el padecido riesgo; hasta que tu buen padre Hipomenes entre ellos , á la sorda casado , fue lima de sus hierros.
CANTILENA XXVII. DEL VIVIR Y BEBER.
CON mayores deleytes que un tiempo el Sibarita tu vives y yo bebo : pues yo beba y tu vivas ;
por-
porque aquel intervalo en que el gusto se brinda es de mas importancia que el resto de la vida. Si la gula no hubiera, ¿para qué eran- los dias del planeta guisados que con guadaña pintan ? Todo fuera tristezas, todo melancolías, como al fin de quien come sus hijos y sus hijas. Aun si se los bebiera mil disculpas tenia , por ser mal que se aumenta quanto mas se exercita. Tu pues cura del pavo que vino de las Indias ; que vino vendrá luego para mi desde Esquibias.
CANTILENA XXVIII, A DRUSILA ARGUYENTE.
BAsta que ya , Drusila , das en ser bachillera, como si profesaras la Lógica d ' escuelas.
M 4 Ala-
■A. ^ ^"^^^ •
Alabo tu memoria ,
tepruebo tu prudencia , que muger y muchacha, no es cosa para letras : y no porque tu ingenio se limpie de agudezas; sino porque las tales despuntan con la ciencia. Doctísima fué Safo entre todas las Lesbias ; y entre todas ninguna fué tan loca y tan necia. Sino dígalo el salto de la Léucade peña, concluycnte argumento de sus antecedencias. Tu , pues , sofisterias por los hilados dexaj <í|ue Penclope casta fué por solo las telas. Serás de mi querida; porque cosa mas buena es ser casta y idiota , que docta y deshonesta.
CAN-
CANTILENA XXIX.
A CELIA DE GRATIDIA
Tor ^earco,
LAS gentilezas verdes del mancebo Nearco no las esperes , Celia , floridas por ogaño , por mas que el mes de Venus se niegue al mes de Mayo , ni del toro de Creta se aparte el sol un paso : que virtud mas valiente que el tiempo ni los astros le robó sus carmines , le dio sus violados. Pues no por mas excesos que por hacerte cambio del cuerpo con paseos , del alma con recados : que celosa Gratídia de tus dulces abrazos exerce en sus estambres los filos del encanto. Vencerá si porfía ; que es riguroso el pacto>
por
Ci86) por irias que se defienda con recetas ni ensalmos: que de sus mandamientos no está seguro el Caos , ni Pluton en su trono , ni la Luna en su carro. De todos se ha valido : pero qué ? no me espanto, que á mas obligan celos si son averiguados.
CANTILENA XXX. A LESBIA.
AL son de las castañas que saltan en el fuego echa vino muchacho,- beba Lesbia , y juguemos : siquiera el Capricornio tire lanzas de hielo, mal agüero á casados , buen auspicio á solteros: enemigo de Baco quando estaba en el suelo , destrozándole vides, rumiándole sarmientos ; y agora no tan dócil, que no procure vernos
agua-
aguados con mil aguas , y helados con mil hielo?. Yo apostaré , mi Lesbia » que si le diese el cielo poder en causa propria, que nos hiciese yermos. I O como el insolente diera fin al viñedo , y juntamente en Darro con todos los sedientos '. Porque daños mayores se le siguen al cuerpo , beber tus aguas Tajo , que echarse en las del Ebro. Pero ya que los astros mejor que esto lo hicieron, echa vino^, muchacho , beba Lesbia , y juguemos.
CANTILENA XXXL
A GRATIDIA POR CLICIE.
C Asada la de Eüríto , cumplióse al fin tu voto, puesto que ya en morado mudó Clicie su rojo: Clicie la que solia ser blanco de mis ojosj
yo
' . (1 88)
yo negro de los suyos: fui su esclavo , soy horro. Pero no te alboroces; que del cordero y lobo se hará primero un mixto, y un armiño de un oso , que yo llegue á quererte , ¡6 transalpino montro! calvo por la cabeza , y cerril por el lomo. Tú exerce invocaciones , y en campos odiosos venera la figura de tu padre y esposo , y desespera necia de ti , de mi y de todos : de ti porque eres vieja , de mi porque soy mozo , de todos, porque veo que ninguno es tan loco que guste ver echada su esmeralda en el lodo. Si Clicie murió , advierte ( mi sol era ) que hay otros , de quien tu serás sombra , y yo seré Eliotropio.
CAN-
CANTILENA XXXII*
DEL AMOR, Y LA ABEJA,
AQuellos dos verdugos de las flores y pechos y el Amor y la Abeja, á un rosal concurrieron. Lleva armado el muchacho de saetas el cuello, y la bestia su pico de aguijones de hierro.) Ella vá susurrando, caracoles haciendo ; y él criando mil risas , y cantando mil versos, Pero dieran venganza luego á flores y pechos, ella muerta quedando, y el herido volviendo.
CANTILENA XXXIU, A N A I S.
ASÍ te den los cielos dicha en las pretensiones, venganza en los agravios ,
vio-
(i90) victoria en los amores : los gustos se te cumplan^ los bienes te se logren , el año te dé frutos , y todo pase en flores : desacredite tarde el tiempo tus verdores , ni el Cierzo los enere, ni el Euro los agoste : así del viejo padre mitigues los rigores , el alma le diviertas , y, el seso le trastornes: trasiegue sus tesoros en galas que te compre , y sean sus perúes las hebras que te sobren ; las hebras que iian servido de sogas á mil hombres , gustando de ser Ifris , porque eras tu de bronce : así , discreta Nais , el ZéHro remoces , volviéndole á fragancias al tiempo que él las borre: y ni el Can del Estio, que arroja mil calores, te lata desde el cielo , ó muerda desde el monte :
que
Ci90 que acabes de decirme tu gusto en dos razones ,• porque el verano , vien e y es bien que me acomode»
CANTILENA XXXIV. A SUS AMIGOS.
YA de los altos montes las encumbradas nieves á valles hondos baxan desesperadamente. Ya llegan á ser rios las que antes eran fuentes , corridas de ver mares los arroyuelos breves. Va las campañas secas empiezan á ser verdes; y porque no beodas , aguadas enloquecen. Ya del Liceo monte se escuchan los rabeles , al paso de las cabras que 'I ítiro defiende. Pues ca , compañeros , vivamos dulcemente , que todas son señales de que el verano viene.
la
(191) La cantimplora salga, la citara se temple , y beba el que baylare, y bayle el que bebiere.
CANTILENA XXXV. DE SI MISMO..
D ícenme las muchachas: ¿ que será, Don Esteban, que siempre de amor cantas, y nunca de la guerra ? Pero yo las respondo : Muchachas bachilleras, el ser los hombres feos, y el ser vosotras bellas. ¿ De qué sirve que cante al son de la trompeta del otro embarazado con el pav^es a cuestas ? j Qué placeres me guisa un árbol pica seca, cargado de mil hojas , sin una fruta en ellas? Quien gusta de los parches, que muchos parches tenga; y quien de los escudos, que nvinca los posea.
Que
095)
que yo de los guerreros no trato las peleas; sino las de las niñas , porque éstas son mis guerras.
CANTILENA XXXVI, A FLORA.
NO la cuna primera me dio ConstantinopU^ ni el Cayro las mantillas > ni la crianza Rodas. No , ya mayor , pirata me acreditaron ondas , ni con armada en corso corrí mar , robé costas. No vine á las prisiones por desgraciada rota , ni a ser esclavo tuyo por presa ni por compra. Cristiano soy , nacido entre el Ebro y el Hoja , . Madrid rae dio crianza, origen pie de concha. Pues mas blanda la mano. ...1 pero quédate Flora, que mal saben leones obedecer á lobas,
N CAN-
CANTILENA XXXVII.
A DON ANTONIO MANUEL DE VILLEGAS, niño de dos años j medio , sobrino del Autor.
CUpido de ametlstes , delicias de tu madre , que es Angela y honesta, que es hermosa y es Ángel ; tirano sin aljaba , y ciego sin vendarte te llaman los amores de muchas voluntades. Tu burlas como niño , tu admiras como grande, y en medio lustro excedes á tres Olimpiades, De sanos y de enfermos triaca eres suave , porque suspendes ojos , porque diviertes ages. Tu sazonando risa , tu guisando donayres , como el arroyo alegras , como el imán atraes. Eres en la soltura mas que el venado ágil »
y mas que el mismo fuego activo sin cansarte: porque jamas sosiegas por mucho que trabajes , ni te atan los miedos , temiendo no los ates. De grana las mexillas,. la boca de granates , y las garzotas bellas de filigrana traes. Mil virtudes prometes, mil vicios contrahaces , aquellas con premisas, y éstos con ademanes. Conceptos desentrañas que entiendes como Ángel, y acudes presto á ellos , con que articulas tarde. Pues gózate mil años, que si hoy eres infante , mañana Caballero serás como tus padres.
N i CAK-
CANTILENA XXXVni. DE LA NAVIDAD.
CON el hibierno triste vienen las navidíicies alegres i traernos mil vinos y mil bayles: porque sino el Boótes haría en un instante , como del agua hielos rubies de la sangre. Pues ca tú , Talia , echa vinos suaves , que caygan á los pechos, y á las narices salten: y tu quema , Sirilo , inciensos y estoraques, que hechos nubes envíen olores fulminantes. Y al hogar recogidos beba yo , cante Aglaes , y con la niña Crisis Aristodemo bayle : que si celosa luego se picare la Tais, después habrá requiebros , que su puchero vacien.
Coa
Ci97) Con esto á los cuidadas daremos una cárcel de quien el sueño sea los grillos y el alcayde.
CANTILENA XXXIX. DE UNA FUENTE.
HEIando viene el Cierzo , y esta fuente de vidrio sin duda va corriendo por despedir el frió 'y y es una mentecata , que echada con el vino templaría rigores , y escusaria grillos. Pero pues no , que pene , que yo mientras bebido estoy , entre los hielos mas sudo que tirito.
K
ya
CANTILENA XL. (
A LESBIA.
De Catulo. Vívamus mea. Lesbia ^e.\
EA mi dulce Lesbia , vivamos , pues , y amemos , y no se nos dé un cuarto de los padres severos: que los soles si mueren vuelven como antes bellos; pero nosotros todos cesamos en muriendo. Por eso , dulce amiga , dame , dame mil bc$os , y luego ciento y mil , y luego mil y ciento : otros ciento , otros mil me da luego tras estos, y asi los revolvamos , y el número turbemos , aun porque tu ni yo sepamos quantos fueron , ni el malo nos envidie contando tantos besos,
CAN-
CANTILENA XLI. AL HIBIERNO
BAsta que das , Hibierno , en ser nuestro enemigo , ya con nieves y barros , ya con lluvias y frios , quando encaneces campos , quando detienes ríos , y para que se quiebren los conviertes en vidrio. Destruyes los ganados , agostas los egidos , y al fin de tus rigores se quexan los armiños. Porque ¿ quien al capullo , ó quien al lanificio cosió sus blancas pieles sino tus blancos hilos? Las fieras en sus chozas , las aves en sus nidos te llaman insolente con quejas y bramidos. Solo contra mi solo no tienes poderlo donde hay cítara y canto , donde hay hogar y vino.
N 4 CAN-
(loo)
CANTILENA LXH. \ A L A M I A.
SI vives cuidadosa por no te ver tan linda como agora Cesania , como un tiempo Gratídia, ¡ 6 quanto ignoras Lamia lo que es la medianía ! belleza inimitable de la mayor pericia. Porque madejas crespas y frente blanca y lucida, y aljófares por dientes, ó rosas por mexillas , no solo en muerto lienzo , sino en la tez mas viva las retrata el ingenio con mixtos que artificia, ya casando colores , ya enviudando boticas , y ya juntando llamas á crenchas que rocia. Pero tu buena gracia, tu dulce voz y risa , quien mejor las remeda los mares apellida.
Pues
Cíoi)
I>ues ea , por requiebros trueca melancolías ; que si tu no los hallas amor todo es mentira.
CANTILENA XLIII^ DE UN MEDICO.
Sobre un achace viejo , temido á par de muerte, de un Médico Asturiano hice esperiencia un jueves. Pregúntele el remedio y aplicóme una fuente que mane los vapores que el vino da a las sienes* Pero yo, mas airado que Menfítica sierpe, tiréle estas palabras , que holgara flechas fuesen : Galenillo de a quarto , - Mediquillo de á trece, desapacible á Baco , ú Venus y a las nueve i si cl Flamenco buturos, si el Italiano verdes , y nosotros frutales salamos casi siempre ^ Solo porque el astíq
se
se aparte á sus corrientes, y les dé entrada fácil el Ténaro del vientre, j tu quieres que los vacie , y de mi los deseche , iicndo por quien el sueño sus néctares me vierte I ly por quien temerosos huyeron como liebres los cuidadosos ages , ^uc la sangre entristecen? Vete , vete á la Citia , donde continuamente se hielan hondos rios , se cuajan altas nieves t 6 donde el gran Boótes el látigo' revuelve , y á los siete Triones castiga acerbamente. Ibase ya , y yo luego le dixc : amigo , vuelve , y si te dan licencia tus aforismos breves de que una fuente hagas por donde el vino entre, mis brazos te encomiendo r toma pues , hazme veinte.
CAN-
(203)
CANTILENA XLIV. A LESBIA.
De Catulo. Dicebas qumdam &Cé Octosilábica*
HAber conocido solo. Lesbia , á Catulo decías , y que á Jove no estimabas por su causa en lo que pisas. Yo también agradecido te amaba en aquellos dias , i no como el vulgo á sus damas , ó el ruíian á sus amigas; si no con la bien querencia que el padre á hijos y á hijas , que el suegro a hiernos y á nueras, de amor lleno y de caricias. Pero ya que te conozco, he , quédate mugercilla; que por ruin y ligera te tengo aunque mas me brindas, Pero tu ¿como es posible , respondes, si tal mancilla fuerza al alma á que ame mas, y á querer bien menos insta ?
EL
(20 5)
EL ANACREONTE,
LIBRO QUARTO . DE LA PRIMERA PARTK
DE LAS eróticas;
DEDICADO
A¡ Marques de Atiñon Z>. Ifiigo Fcrtíarp- dsz de Velasco.
MONOSTROPHE L
EL Sileno de Baco , el Cisne de la lónia, sonoro con la lira, festivo con la copa , de vuestra señoría hoy á los pies se postra y y sino en su dialecto, en frasis Española. Si acaso los doseles desempeñado os go2an , que son Dédalos muertos de las humanas pompas: fi acaso los hogarts
(el
(2o6)
(el cierzo al fin ya sopla)
os tienen retirado
de las maduras cosas,
ó tres veces ilustre
Marques , oid agora
al venerable en canas ,
al admirable en obras:
que el viejo Anacreónte,
qual si fuera á la sombra
del verde loto, canta
segunda vez sus Odas.
Este es aquel anciano
de quien la Grecia toda se jacta con estatuas , , se acuerda con historias. Al tálamo hospedado de Venus Cipriota , y de Baco Tebéo al néctar y á la ambrosia , los peligrosos mares de ameristínas ondas surcó , sin que naufragios triunfasen de su popas. También del Metimneo vado corrió la costa, siendo para los versos Sibila de sus hojas : por lo qual estos dioses de pámpanos y rosas
60^
como i Piloto insigne le dieron laureólas : y con estas ceñido, y suadela en la boca os viene á dar el censo por Febo dcsta 2ona,
MONOSTROPHE 0. DE LA LIRA.
Quiero cantar de Cadmo, quiero cantar de Atrídas ; mas ay ! que de amor solo solo canta mi lira. Renuevo el instrumento, las cuerdas mudo aprisa i pero si yo de Alcídes, ella de amor suspira. Pues Héroes valientes, quedaos desde este dia ; porque ya de amor solo solo canta mi lira.
MO-
MONOSTROPHE IH. DE LAS MUGER ES.
SAbia naturaleza dio dos cuernos al toro¿ qudtro pies al caballo, quatro manos al oso , ligereza á la liebre. Velocidad al corzo , y una sima de dientes al león prodigioso : las aves soltó al viento, los peces hecho al ponto, para sus Euros diestras, para sus aguas doctos : a hombre entendimiento, á la mugcr nególo. j Pues que le dio ? belleza con natural adorno ; y esto en lugar de lanzas, y de payeses corvos , por mas fuerte que el fuego ^ y que el acero todo.
MO-
(109 J
MONOSTROPHE IV.
DEL AMOR.
ENJ medio del silencio, quando la Ursa corre veloz acia la mano de la estrella Boótes : quando el piadoso sueño esparce sus licores , suspendiendo el trabajo de los cansados hombres, Amor á mis umbrales llegó acaso una noche , y llamando á las puertas, " del sueño despertóme. 2 Quien es el atrevido, airado dije entonces , que á tales horas llama,, y al que duerme interrompe? Abre , piadoso huésped , las puertas , me responde , y deja el miedo , amigo , que mi llamar te pone : porque soy un muchacho, que ando toda la noche perdido por ser ciego , y helado por ser pobre.
O Yo
(210)
Yo movido i sus ruegos , y amigable i sus voces, las puertas abrí luego porque entre el que las rompe: quando vi un niño ciego, al modo de los dioses, con alas en sus hombros , y en su carcax arpones. Subíle á mi aposento, encendí mis carbones , enjugué sus cabellos , y apagué sus temblores. Sus manos con las mias le apreté , y él entonces viéndose redimido del hielo y sus rigores , probemos , dice , el arco, por si el nervio se encoge : y estirando la cuerda el pecho atravesóme. Luego con mil risadas de mi casa salicSse , diciendo al despedirse ; Huésped , queda a los dioses; pero primero advierte . que tras hacer tal golpe, mis arcos quedan sanos, y tu con mil dolores.
MO-
Olí)
MONOSTROPHE V. DE SI MISMO.
DEbajo destos mirtos, y destos verdes lotos beberé dulcemente echado sobre el codo, Pero venga Cupido con la toalla al hombro, y sírvame la taza con el vino sabroso. Porque la edad ligera se va de entre nosotros así como las ruedas del carro presuroso. Huyan pues los cuidados ; que si vienen , á todos , desatados los huesos, nos volverán en polvo. Pues necio jpor qué unges con bálsamo oloroso la triste sepultura que da terror y asombro? I Por qué , di , desperdicias el vino precioso, que sabe dar agrados , que sabe quitar odios ?
O 2 Mien-
Mientras yo vivo , vi^^a el gusto y el retozo j mi frente ciñan resas , mis sienes unjan óleos : y á mi dulce muchacha llamarásla , ea , mozo; que quiero darme un verde, antes de darme al Orco.
MONOSTROPHE VI. DE LA ROSA.
LA Rosa de Cupido juntemos á Liéo, y della laureados bebamos y juguemos. La Rosa que a las flores es suave ornamento , y del verano alegre el cuidado primero : la Rosa que á los dioses es deleytc , y por esto de rosas coronado danzas sigue el de Venus. Haz pues , ó padre Baco , que de rosas compuesto , y de Lira adornado , me reciba tu templo.
Sua-
Suaves daré olores, suaves diré versos , y juntos yo y mi dama suaves baylarcmos.
MONOSTROPHE Vil.
DE UN BAYLE.
LOS cabellos suaves con guirnaldas de rosa bayles junta á Liéo una turba no poca : y al son de los adufres con planta bulliciosa danzas guia una niña , y el tirso con sus hojas. De curada guedeja con voces olorosas tiei;no canta un muchacho, y la cítara toca. De Baco acompañado, con cabellera roja, al lado de su madre Cupido luego asoma: y luego juntamente con todos ellos forma mil danzas, que á los viejos son dulces y gustosas,
O 5 MO*
(214)
MONOSTROPHE Vni. DEL AMOR.
CON una baquetilla, de color de jacinto porque ágil le siga me apremiaba Cupido, Ya me llevaba á mares , ya me llevaba á riscos, quando me vi de un áspid asaltado y mordido. El corazón entonces me daba mil latidos que í la nariz subían con saltos infinitos, Pero Amor con sus alas me tocó, y esto dixo: mucho sentís la espuela, cobarde sois , amigo.
MONOSTROPHE IX. D E UN SUEñO.
EN un pavellon rojo estaba yo durmiendo quando luego á mi cama
se
se me vino este sueño. Soñaba pues que estaba alegre con Lico entre un corro de mozas retozando y corriendo : y que allí bien bebidos tambitn unos mancebos por ellas me decían injurias y denuestos» Quise á todas besarlas, y todas se me huyeron ; y asi burlado y solo volvi luesfo á mi sueño.
o
MONOSTROPHE X. A UNA PALOMA.
AMada palomilla, ¿de donde,di, ó á donde vienes con tanta priesa ? vr.s con tantos olores ? i Pues á ti qué te importa? Sabrás , qne Anacrcónte me envía á su Batilo, señor de todo el orbe. Que como por un himno me mancipó Dicne , nombróme por su page,
04
y el por tal recibióme. Suyas son estas cartas , suyos estos renglones , por ]o qual me promete libertad quando torne. Pero yo no la quiero, ni quiero que me ahorre i porque ¿ de qué me sirve andar cruzando montes , comer podridas vacas , ni pararme en los robres? A mi , pues , me, permite el mismo Anacreonte comer de sus viandas , beber de sus licores : y quando bien brindada doy saltos voladores, le cubro con mis alas , y él dulce las recoje. Su cítara es mi cama , sus cuerdas mis colchones, en quien suavemente ducrm.o toda la noche. Mi historia es esta, amigo- pero queda á los dioses , que me has hecho parlera mas que graja del bosque.
MO<
»
(217)
MONOSTROPHE Xly DE UN AMOR DE CERA.
Auno que vendía de cera un Cupidillo, le dixe ¿quanto precio pedís por él , amigo ? Y él luego respondióme : Lo que me diereis pido ; que semejantes cosas ni esculpo , ni liquido: pero no me acomodo -i llevarle conmigo , por ser de quanto tengo codicioso este niño. Pues veis aquí un dinero, y dádmele , que es lindo, le respondi : y el diólo. Por eso vos , Cupido , entradme en calor luego ; donde no , os certifico de daros luego á tales y que salgáis derretido.
MO-
MONOSTKOPHE XH. DE SI MISMO.
D ícenme las muchachas: Viejo estas Anacréoni y para que lo veas toma , toma el espejo. Verás que en la cabeza ya no tienes cabello, y que muestras la frente con calva y sobrecejo. Pero yo las respondo : Muchachas , no me meto en si ha quedado alguno, 6 todos se cayeron ; solo podre deciros , que de amores y juegos, quando mas se le acerca la muerte , trata el viejo»
MONOSTROPHE XIII. A UNA GOLONDRINA.
\ /n^Ue penas , Golondrina , V^ te daré por parlera \ < scgarac las alas ?
¿se-
I serrarete la lengua ? < la lengua que Teréo te corto con su diestra en los tiempos pasados quando estabas doncella ? Tu me quitas el sueño, tu mi oído inquietas , y con voz importuna, tu á Batilo me llevas,
MONOSTROPHE XIV. DE SI MISMO.
EL capadillo Atis con voces mil que invi'a llamaba enloquecido á la su Berecintia. También los que acostumbran beber las doctos linfas de Apolo laureado enloquecidos gritan. Y yo quando beodo estoy de las -delicias que comunica el vino, y el nardo aromatiza, con tercos frenesíes , que de razón me privan , dulce , dulce enloquezco en medio de las niñas.
MO-
MONOSTROPHE XV. DEL AMOR.
VEngan , vengan amores ; que me manda en efeto el Amor que los tenga , y es forzoso tenerlos. Verdad es que al principio no quise obedecerlo, ignorante del daño que me vino por ello : por lo qual el Vendado , disparando del nervio las saetas de oro , á mi viene corriendo* Pero yo, barreado como Achiles un tiempo de loriga y escudo, me le opongo sobervio. La batalla se empieza : flechas cortan* el viento , y i sus plantas covarde las espaldas le vuelvo. Ya mudaba en erizo la facion de guerrero, su carcax heredando mis hombros con mi riesgo :
(11 i)
y él al verse viudo
de tantos aparejos ,
qual saeta ligera
se me lanza ligero.
Intenté resistirle :
< pero de qué provecho
son las armas por fuera ,
si la guerra es por dentro ?
MONOSTROPHE XVI. DE SI MISMO.
YO ni curo del reyno de Giges el de Sardis, ni el oro me dá invidia , ni los cetros reales. Tan solamente cuido de que mi barba gaste ungüentos que despidan olores muy fragantes : y de que mi cabeza con rosas se guirnalde. Hoy , hoy vivir procuro : mañana quien lo sabe ?
MO^
(2 2 2)
MONOSTROPHE XVII.
DE SI MISMO.
TU las guerras Tcbanas cantas , y aquel las Frigias ; pero yo negocioso solo canto las mías. Porque no el hombre de armas perdió mis mercancías ; ni las robó el infante armado con la pica. Escuadrón diferente, que se asentó en las niñas de mi niña , es quien vence con flechas que me tira,
MONOSTROPHE XVIII. DE UNA TAZA DE PLATA.
UNA taza me forxa de plata, pero en ella, Vulcano,ni me pintes armadas ni peleas : porque yo ¿qué con Marte ? Solo harás que ella sea , ya que no la mas ancha,
U
la mas hondi que puedaSg' Ni tampoco me esculpas las lucientes estrellas , ni el carro de las Osas, ni el Orion que hiela. I Qué á mi las Pleíadas , ó el Boótes me prestan ? Pero gra'vame vides con racimos que pendan , y i Baco juntamente , que los esprima en ella , con Amor y Batílo, roas bello que las bellas.
MONOSTROPHE XIX. DE UN VASO.
ARtc de platería , fórxame un delicado vaso de fina plata, y en el ponme al verano, y á su hora que cria las rosas en el Mayo, las rosas , que entre todos son mi primer r^-galo : y luego una bebida de vino dulce y blando, q^ue parezca que brinda
al
(114) al gusto y al olfato. No los destrozos pongas de los ritos sagrados, ni espetáculo alguno que dé pena al mirarlo, A Baco si , buen hijo de Júpiter el alto , y a Venus favorable á los recien casados. También a su Cupido mas sin flechas ni arco í y á las gracias alegres riyendo y retozando. Y esto todo i la sombra de un parral , coronado de sarmientos pendiendo , de racimos colgando. Ni por esto me esculpas retozones muchachos , si no es que el mismo Fcbo ande entre ellos jugando.
MONOSTROPHE XX. DEL BEBER.
BBbe la tierra fértil, y a la tierra las plantas, las aguas á los vientos,
loJ
(12 5)
los soles á las aguas , á los soles las lunas y las estrellas claras : i pues por qué la bebida me vedáis camaradas ?
MONOSTROPHE XXI.
A SU MUCHACHA.
ASI como la Níobe se transformó en peñasco j y Progne en golondrina que luego fue volando, yo tambicn en espejo ( hicicsenlo los hados ! ) mudarme ya querría , porque me estés mirando/ y luego en vestidura por ser de ti tocado, y en agua cristalina , por caer en tus manos, i O quien ungüento fuera dulce , suave y blando , por ungir los secretos al lecho reservados ! Collar de tu garganta , faja de tu regazo , y luego zapatilla porque me estés pisando.
P MO-
(116) MONOSTROPHE XXII. DE SI MISMO.
DAdme,dadme muchachas el brindis de Liéo , que el seco calor mió me bebe quanto bebo. ¿No miráis en mis ansias que de puro sediento , sin poder dar un paso, como asmático anhelo ? También me dad de vides una guirnalda luego, para que así refresque mis sienes y celebro. I Pero qué maravilla , si dentro de mi pecho escondo los calores del muchacho de Venus I
MONOSTROPHE XXIII. A batí LO.
EA dulce Batilo, busca busca la sombra , y escoge un árbol verde
de
(2 27)
de ramas bullidoras , donde soplen las auras, donde suenen las hojas , y una fuente perpetua murmure con sus ondas : Porque ¿qué pasagero verá tan deleytosa I estancia con sus ojos, que no pare á la hora?
MONOSTROPHE XXIV. D E L O R O.
SI alargarse pudiera nuestra vida con oro, sin duda le buscara por un mundo ó por otro; y así luego a' la muerte en el dia forzoso le diera una gran suma porque volviera el hombro. Pero ya que es vedado hacer del hado logro , ¿de qué sirve el gemido? I de qué sirve el sollozo § También , si inescusable es la via del orco , ¿para qué las riquezas ?
P a -pa?
^ (228)
I pitíL qué los tesoros ? Pues ea, venga el vino que me salte á los ojos , que entre mis camaradas quiero hacerme beodo : y también la muchacha con risadas y gozos , y déme mil abrazos que yo le daré otros.
MONOSTROPHE XXV. DE SI MISMO.
N\ci mortal al mundo para que de la vida trillase los senderos de no pisadas vias. Bien sé lo que he vivido, mas no lo que podría. Pues ola , huid cuidados , • y no me agüéis las dichas : que á fe que he de alegrarme antes que llegue el dia, bebiendo , retozando , y sazonando risa.
MO-
(i ^9)
MONOSTROPHE XXVI. DEL VINO.
COn el suave vino doy sueño á las tristezas. Pero á mi ¿ de qué parte el trabajo y la pena , el cuidado y la angus tia , el llanto y la miseria? 2 Qué bien hay qual la vida ? Pues ea , mozo, echa , que con el dulce vino doy sueño á las tristezas.
MONOSTROPHE XXVII. DEL VINO.
QUando me asalta Baco no hay cuidado que vele, ni al mismo Creso estimo con todos sus haberes. Luego la dulce Musa me coge de repente , y me fabrica versos para cantar alegre. Tras esto, con la yedra
Pj ce-
(2 3 o)
ceñidas ambas sienes, las cosas todas huello, por mas que se veneren. Corra el otro i las armas, cargado de paveses ; que yo tan solo al vino correré diligente. Por eso tu, muchacho, echa vino , y sé breve ; que mas quiero asomarme , que morir de repente.
MONOSTROPHE XXVIIL DE BACO Y VENUS.
EL que es de Jove hijo Baco padre Liéo , me enseña mil mudanzas, luego que entra en mi pecho : que no me es poca gloria baylar quando estoy lleno ; porque Venus deleyta con algazara y versos. Ella incita las almas con bayles y con juegos; y yo muy diligente tras ella danzo luego.
MO-
MONOSTROPHE XXIX. A UN PINTOR.
EA. maestro amigo , docto en la Rodia arte, á mi Ausente me pinta , qual yo te la pintare. Darásle lo primero el vellón suelto en parte?, por lo negro atractivo , por lo blando tratable : y si acaso la cera milagros hacer sabe , haz que ungido respire olores muy fragantes. De cuya negra cumbre . la frente blanca baje , qual nieve despeñada, y en las mexillas párc# Las dos cejas en arco negras como azavachc guarda no las encuentres ^ ni mucho las apartes : ■ sino dispon en ellas un divorcio admirable , así como le has visto en su dulce semblante.
P4 Sus
(i 3 o Sus ojos quaí de fuego , que apacibles retraten Jo garzo de Minerva , de Venus lo agradable. Su nariz bien caída : sus mcxillas que gasten el mixto de la rosa , que arguya leche y sangre. También entre sus labios, que incitan á besarse, pinta á la persuasiva, que es deesa elegante. Su barba con oyuelo: y en la cerviz torna til felicemente unidas las gracias revolantes. Luego una vestidura de púrpura que arrastre, y que del dueño diga la gentileza y ayre. La tez tan delicada, que qual vidro declare los que debajo della contiene el cuerpo esmaltes. Qué mas ? Pero sin duda que ya en lugar de imagen me dais el mismo origen: cera , pues ea , habladme.
MO-
MONOSTROPHE XXX. DEL AMOR.
AL Amor descuidado cogieron las Pimpleas, y con grillos de flores al decoro le entr^ígan. Luego para el rescate la misma Citeréa previene muchos dones, y da grandes riquezas. Pero quando lo libre tenga por cosa cierta, que Amor tarde se arranca, si á ser esclavo empieza. '
MONOSTROPHE XXXI.
DE SI MISMO.
SIN límite , ea mozo, dame dame la copa, que quiero quiero darme á furia tan sabrosa. Furias tuvo en un tiempo Orestcs y Alcmeónta , y imo y otro verdugo
fue
lue de su madre propia : pero yo que de nadie soy homicida agora, quiero , quiero entregarme á Furia tan sabrosa. Furias tuvo en un tiempo Hercules de Beócia, que el Ifitéo arco y la aljava destroza : también las tubo Aiax blandiendo la famosa espada del Troyano, y el pavés de siete hojas: pero yo con la taza, y con esta corona de flores adornada , que ciña mis garzotas; no con arco Ifitéo , ni espada cortadora , quiero quiero entregarme á furia tan sabrosa.
UO-
MONOSTROPHE XXXH.
DE SUS AMORES.
SI eres hombre que vales quantas la selva verde contiene breves hojas á contar doctamente ; ó quantas sin errarte arenas el mar tiene, á tí solo encomiendo , que mis amores cuentes, Y quanto á lo primero , de Atenas cuenta veinte, á quien añade quince por numero siguiente. Luego los de Corlnto caterva nada estéril, que es Corinto en Acaya de asaz bellas mugeres. Los de Lcsbos tras estos con los Jónios refiere, y los de Caria y Rodas , que son mas de cien vei.ues. Pues di ¿tanto has amado? Hó , si advertirme quieres , aun no cuento los Siros, ni ios de Egipto alegres ; ^ ni
ni menos los de Candía , cuya viciosa gente está debajo el yugo del Amor que enloquece, Pero que ? no es posible sin cansarte que acierte á nombrar los de Cádiz , que yace en el poniente : ó los de Bactria y India tierra en aromas fértil , todos todos calores que mis pechos encienden.
MONOSTROPHE XXXIII. A LA GOLONDRINA.
AMada Golondrina , tú vienes cada un año , y tratas de tu nido solamente el verano. Tú siempre en el hibierno, nuestro país dejando , alia te vas i Méníís y al Nilo Egipciaco, Pero el duro amor mió , viniendo mas despacio , en mi pecho hace nido , sus huebos empollando.
Aquí,
Aquí , pues , ya Cupido sale de pelo malo , y aun saca algunos pollos que bullen ya piando : y apenas los mayores empollan otros , quando nacen terceras crias de aquestos empollados. 2 Pues qué de mi se espera, si tcn^o amores tantos que la mas suelta lengua no es bastante á explicarlos ?
MONOSTROPHE XXXIV. A UNA MUCHACHA.
NÓ te desprecies niña de mi porque soy cano , ni mi gusto desdeñes con tu color rosado : que en las guirnaldas bellas siempre verás casados á la rosa y al lirio , con ser roxa , y él blanco.
MO-
03»)
MONOSTROPHE XXXV,
A J O V E.
YO apostaré que es Jove aquel roro, muchacha , que á la Siclonia Ninfa se lleva en las espaldas. El denodadamente los hondos mares nada, y presuroso hiende las ondas con sus patas : y á no ser él , no hubiera toro que de las vacas así dejara el puesto , ni el Ponto así nadara.
MONOSTROPHE XXXVI. DEL VIVIR REGALADO.
DE retóres maestros peritos y elegantes ¿qué me enseñan las reglas? < qué las necesidades \ \ De qué tanta*, arengas que persuadan fácil , *i ninguna me vuelve
¿Mh
(M9) dulce ni deleytable ? Tu pues tan solamente enséñame á que gaste el vino de Liéo, que es néctar muy suave : enséñame á que ría , con Venus agradable , la que es un pino de oro en gracias y en donayres. Ya coronan mis sienes canas inumerables ; pues dame el agua manos , y echa vino , ea page , durmamos altamente , y muerto , enterrarasme ; que entonces no apetecen los muertos cosas tales.
MONOSTROPHE XXXVH. DEL VERANO.
AGora que suave nace la Primavera j no ves como las Gracias de rosas mil se llenan ? 2 No ves como las ondas del ancho mar quietas afloxan los furores ,
(140)
y amigas se serenan ?
I No ves como ya náJa
el ánade , y empieza
la grulla á visitarnos ,
y el sol á barrer nieblas?
Los trabajos del hombre
ya lucen y ya medran ,
la vega pare gramas ,
la oliva flor es echa ,
las cepas se coronan
de pámpanos que engendran,
y de bullentes hojas
los campos y alamedas.
MONOSTROPHE XXXVIU. DE SI MISMO.
Viejo soy , mas á todos los mozos con ser viejo cccedo en la bebida , baylando asaz ligero. Mis gustos son las danzas , mi báculo es el cuero; que mi derecha mano no conoce otro cetro. ¿ Deseas tener guerras ? que te hagan buen provecho 5 y á mi dame, muchacho,
el
cI brindis de Lieo, seré por lo beodo, pues lo soy por lo viejo, brincando entre las danzas ^ retrato de Sileno.
MONOSTROPHE XXXIX. DE SI MISMO.
Octosilábica,
Q liando bebo el suave vino ^ con un rapto placentero á las nueve Musas canto, y con himnos las celebro. Quando bebo el su.ive vino, los cuidados ,ios consejos , mis alcázares dejando, luego vuelan por el viento. Quando bebo «1 suave vino, mis holguras disolviendo, por las auras florecientes me arrebata el buen Lico, Ociando bebo el suave vino, con guirnalda ,quc yo mesrao me he tegido de uiii flores, la feliz vida sustento. Quando bebo el suave vino , rociado con ungüentos, .
y abrazado con mí dama, de la Venus canto en versos Quando bebo el suave vino, luego el alma desenvuelvo, como pez en ancho vaso , y á los bayles me encomiendo» Quando bebo el suave vino con mi proprio logro encuentro: moriré pues con mi logro, c]ue el morir al hombre es cierto, ' Quando bebo el suave vino, mis desdichas sobrellevo : bebe, huésped, bebe y vive, que si vivo es porque bebo.
MONOSTROPHE LX. DEL AMOR.
A Mor entre las rosas, no recelando el piro de una que allí volaba aveja , salió herido j y luego dando al viento mil dolorosos gritos, en busca de su madre se fue qual torbellino. Hallóla , y en su gremio arrojado, esto dixo :
Ma-
CM?) Madre , yo vengo muerto ,
sin duda , madre , espiro i
que de una sicrpecilla
con alas vengo herido ,
i quien todos aveja
llaman , y es basilisco.
Pero Venus entonces
le respondió á su niño:
si un animal tan corto
ái dolor tan prolijo ,
los que tú cada dia
penetras con tus tiros
jquánto mas dolorosos
que tú estarán , Cupido ?
MONOSTROPHE LXI. DE AMOR Y MARTE.
EL marido de Venus en su Lemnia herrería, mientras de acero fragua las flechas que Amor tira, y mientras Citeréa artificiosa aplica dulce miel á sus hierros, y Amor amargo acibar : vuelto ya de la guerra,
o.»
y vibrando la picíl el belicoso Marte , burlaba de sus viras. Pero entonces el ciego haciendo pinterÍA , haz , dice , pues , examen , si gustas de esta mia. Recibióla el guerrero como quien no la estima t y Venus , que alertaba , soltó luego la risa. Mas repitió gimiendo : Quita , Cupido , quita , y vuélvela á tu aljava , que no quiero tu vira.
MONOSTROPHE XLIX.
DE LA ROSA.
CON el verano alegre, . que es padre de las flores, casemos á la Rosa , que es ámbar de los dioses ; la Rosa , que es suave delicia de los hombres, ornato de las gracias, y beso de Dióne: la Rosa, que á poetas
ar-
argumento es conforme, .
y á las hermanas nueve
del cabalíno monte :
la Rosa, que es amable
al brazo que la coge,
por mas que se deHenda
con espinas de bronce :
la Rosa finalmente ,
que suave responde
al tocar con alhigos ,
al oler con olores :
la que solenes fiestas
espléndida compone ;
pero donde ella falta
¿qué adornos hay que Sobren?
De Rosa son los dedos
del A Iva entre arreboles,
y de Rosa los brazos
de las Ninfas del bosque :
la misma Citeréa ,
la hospedera de Adonis ,
de Rosa ha merecido
mil títulos y nombres.
La Rosa , pues , medica
de sus ages al hombre,
y al hecho ya cadáver
libra de corrupciones.
Opónese á los tiempos ,
y en vejez uniforme
Q $ des-
(i40 despide aquellos mismos que en juventud olores, Pero va de su origen , pues fue de sus loores , y á quien la edad venera , la antigüedad abone. Quando con las espumas mezclados los vigores parieron á la Venus, tan dulce como dócil , y el curado celebro del soberano Jove i Palas , que preside armada entre escuadrones , del seno de la tierra nació la Rosa entonces , que acudió con su necear la turba de los dioses. De cuya mata luego, tan dulce como noble , nació tu planta» Baco, que es néctar de los hombres.
MO-
(M7)
MONOSTROPHE LXIH.
DE LOS AMANTES.
IK la señal que muestra en su anca el caballo se conoce , así como por la tiara el Parto : y yo luego que veo alsun enamorado le conozco al momento sin padecer engaño : porque Amor en sus pechos les fixa con su rayo una señal pequeña con que los hace esclavos.
MONOSTROPHE LXIV. A LA CIGARRA.
O tres y quatro veces en todo afortunada , pues del blanco rocío apenas algo gastas, qucmdo sobre la cumbre de copas levantadas , en trono como reyna
0^4 SO'
(24S)
sonoramente cantas. Lo que tus ojos miran , lo que los campos alzan» lo que las selvas brotan , todo es tuyo , Cigarra. Quiérete dulcemente el rustico que labra , por nunca le haber sido prolija ni pesada. Quiéreme los mortales que la cosecha aguardan, por darles d¿l estío premisas tu voz alta. Ahiante las Pimpleas, y el mismo sol te ama , y as/ te comunica voz dulce y regalada. No el tiempo injurioso con la vejez te daña, y eres sabia , con que eres de tierra procreada. De dolor , carne y sangre te reservaron parcas , con cuyas calidades Á los dioses retratas.
MOí
(M9)
MONOSTROPHE LXV.
DEL ORO.
NO amar es cosa dura, y amar es dura cosa^ pero amar sin retorno ^ la mas dura de rodas. En el amor se olvida !a sangre generosa; ni ya valen costumbres honradas ni ingeniosas. Solo el Oro es quien priva, su lindeza es la sola ; pues ah ! muera el primero que apuró sus escorias. Por este los hermanos mas hermanos se odian , los padres se desprecian, las guerras se alborotan : y lo peor de todo es , que quantos adoran perecen solamente por esta peste sola*
MO-
MONOSTROPHE LXVI. DE SU GUSTO.
AMO al que es viejo verde , y amo al que es mozo y bayU, ambos á dos me alegran, y ambos á dos me agradan. El viejo , si es de gusto , solo es es viejo en las canas, que para las holguras es muchacho en el alma.
MONOSTROPHE LXVII. AL CRIADO.
D\me, dame la lira de Homero , mozo , ca ; pero no la que consta de belicosas cuerdas. Dame, dame la taza de las leyes etéreas, trastornaré baylando las leyes de la tierra. Que luego con la lira, y una furia modesta > cantaré tartamudo graciosas cantilenas.
DE-
DE UN INCIERTO AUTOR
GRIEGO.
MONOSTROPHE LXVIII.
DE ANACREONTE»
Viéndome Anacreónte el lírico de Tcyo saludóme y llamóme , y esto todo entre sueños. Yo también , presuroso tras el corriendo luego , después de mil abrazos alli le di mil besos. Era de buen agrado , y lucido , aunque viejo , novillo despeñado en el ardor de Venus, Sus labios despedian el néctar del sarmiento , y Amor porque temblaba le sirve de escudero. Quitóle una guirnalda , y á mi me la dio el ciego , como á quien obedece sus leyes y sus fueros.
Yo
Yo necio me la puse, desde cuyo momento jamas estuve ocioso de amorosos deseos.
AL FILANACREONTE LEEDOR.
MONOSTROPHE LXIX.
Dactilica,
I^Stos AnacrecSncios a ^ersos de á siete sílaba$ á tí leedor benévolo te doy con mis Delicias. Medítalos filósoíb, cultívalos agrícola , que tantos verás pámpanos , como verdades físicas : porque dos mil ha círculos, de los que da en su tclípticíi el sol por el zodíaco, que ellos suenan en cítara. Acreditólos Asia, y Europa con la Libia le$ añadió mas utulos
que
bar
que aromas trae la Libia.
Bien sé que quantas máquinas
los hombres artifician
llegarán á mas átomos ,
que la menor partícula :
bien sé que quantos mármoles
dá el Paro de las Cicladas,
llegarán á mas débiles,
que la cera mas líquida,
primero que los ágiles
telares de la invidia
me lleven á las márgenes
del rio de la Estígia.
No , no verá Prosérpina ,
por mas que ande solícita,
del Febo de Ja Iberia
la docta Polihimnia :
que perpetua memoria ,
y eternidad fatídica
le esperan como premio
debido á su justicia :
que no en vano Mercurio
con caducéa vírgula
le distilo facundia,
le amontonó pericia.
Pues ca , á las católicas
ríndanse las gentílicas;
que España ya Piérides
dar sabe i los antípodas.
MO-
CM4)
MONOSTROPHE L.
A DOHA ANGELA DE ZUAZO
la Cunada del Autor,
FUeron en otro tiempo de Grecia veneradas Helena por hermosa, Penélope por casta. Ni lienzo quedó en tela , ni bronce quedó en fragua que de las dos no fuese ya pintura, ya estatua. Por la primera fueron Europeas espadas diez años sanguijuelas de venas Asirnas. Por la segunda , brios de juventudes varias
sirvieron de carcaxes
i flechas aceradas.
Pues Grecia lisongera
ipor qué memorias gastas
en las que solo fueron
estra«o de las almas ?
Aun si por la que veo
bellísima casada.
ho-
o 5 5) . honesta sin contiendas, hermosa sin batallas , coloraras pinceles , metales liquidaras , sin duda redimieras el riesgo de esta infamia. Pues haz del lienzo hilas , y vuelve el bronce a baras, que pide residencia verdad tan apurada. Donde no , las naciones se quexarán de tspaña , por no tener sus pueblos mas Angelas que casas,
MONOSTROPHE LI.
DE ALFEO MITILENEO
ALA medianía,
NO los fértiles campos, Macríno , yo apetezco , ni la suerte de Giges con su dorado cetro : solo aquello que basta para la vida quiero ; que en estremo la nada me agrada por estremo.
MO-
MONOSTROPHE LIÍ. A FLAVIA.
O Tu que poderosa estás de aquellas minas que juventud engendra , que Venus artiíicia: ó tu que á los amantes con gracias atosigas , con desdenes enconas, con desprecios entibias : pues pon la mira,Flavia, en los que vienen dias ; que no siempre de Helena duraron las delicias, A fé si de quarenta la viera el Priamida , que nunca se mordieran la Grecia ni la Frigia. Las vueltas de los cielos lo que nos dan nos quitan ¿ haciéndonos Proteos de nuestra hacienda misma. Vendrá sin duda tiempo en que al espejo digas : tu luna se ha mudado , no eres tú quien solias.
CM7) MONOSTROPHE Lili. DE DRUSILA.
LA muchacha Drusila, la docta en entimémas ,- ya es bestia de tu yugo , ya es caza de tus flechas. Váldte , y quien pensara , Amor , que así volvieras en cera sus aceros , y en ocio sus tareas. Quien te llama vendado mal sabe de tu venda; pues de la puntería ignora la destreza. Pensaba esta rapaza vivir en esta tierra tan horra de alcabala , como tu de clemencia. Todo era a los helados dejarlos á las puertas al tiempo que pasaba el Aquilón por ellas. Todo era á los ardientes añadirles centellas al tiempo que el Can alto ladraba por la siesta,
R Yo
(2 58), Yo vi de t-iparéo , muchacho que del Etna bajó para su Citia, la juventud sin fuerzas.
* Qual áspid en la ira , qual istmo en la tormenta,
' fue cruda i sus servicios , fué sorda á sus querellas. Pero ya la has vengado con solo una saeta , Vitoria , de que es justo las gracias se te deban. Pues tú , hijo de Venus , agora acaso quieras ó soguzgar las auras , ó conquistar las tierras: ya del neblí triunfes, ó del ave que vela al cauteloso tiro armada con la piedra : ya del robusto Cita, ó del remoto Sera, que teme entre sus armas las Españolas muestras: ea , preven el arco, afloxa el carcax , ea , y exerce en Licorisa tus brios y experiencia. Mancharé tus altares
con
con dos palomas duendas , y luego tus narices con aromas sabéas. Será tras todo aquesto temida tu potencia, y dada por honrada , Amor , tu madre mesma.
MONOSTROPHE LIV, A SUS AMIGOS.
P Legue á dios, compañeros , que helados y beodos veléis en el hibierno, durmáis en el agosto. Los carbones se os vuelvan mas líquidos que plomo , y os sirvan de colchones los ásperos abrojos. No halléis quien os defienda del duro Capricorno , ni del rigor de Baco , si os echare en el Iodo. Y esto tan solamente porque me dais en rostro, que frió me embriago, que ardiente me enamoro : pues advertid , malsines ,
R X que
(26o) que al poeta de Apolo castidad y abstinencia le importan mas que á otro. Pues casto y abstinente , ¿cómo escribes tan docto aun lo que amor ignora , y apenas sabe Bromio ? Porque miro y no juego ; porque los alborotos del mar , no en el naufragio , sino en el puerto noto: porque velo al que duerme , porque afilo y no corto, como la aguzadera con el alfange corvo. Quien ámbares respira es ámbar de los otros , y él anda de ordinario de sus fragancias horro. Mal sabe el caballero que encima va del potro las corbetas que frisa , ni los que da corcobos. El paladar, que a pavos está hecho, es forzoso que guste menos dellos que yo quando los como. Nunca fue buen testigo de su locura el loco.
¿t
(2^0
de su mal el enfer mo, de su sueño el modorro. Así tampoco , necios , no puede el que es beodo de los gustos de Baco dar fe ni testimonio . Los almagres ignora , incendio de sus ojos , y los visajes feos que le volvieron otro. Yo vi por celosía , sin serlo de sus ojos , las gulas de Liéo , de Venus los antojos. Si pinto sus afectos con estilo asaz proprio, dad gracias a Mercurio, que me sazona en todo.
MONOSTROPHE LV.
DE FILIS.
G)mo la de Tibúlo. Rura tenent &c,
A Mejorar la vendimia salieron Filis la bella , y Amor y Baco , deidades , uno en ubas, y otro en flechas."
K$ Las
Las Gracias tres desceñidas van con las Ninfas compuestas, y entre las aras del gusto la lascivia y la belleza. ¡ Ay dios , quan dulce camina entre h pompa sobervia la tigre ! Mal haya Celio quien mas parare en la aldea. Toma el sombrero de rúa, dame la parda montera, que Amor , con ser cortesano, ya canta toscas endechas. ¡ Ay, si me permite el cielo llegar á donde me veas, con quanto gusto al trabajo daré, muchacha, mis fuerzas ! ■ Por tres labradores diestros Cel alma se fia en ellas ) trabajaré sin cansarme, como yo presente os tenga. ¡ O quantas cepas viudas serán per mis manos hechas, quando caigan sus racimos desde el cuchillo á la cesta ! Usar acciones villanas no lo tendré por afrenta; que el Sol las usó en Anfriso entre las vacas y obejas. ¡ Qué poco le aprovecharon
sus
(2^3)
sus astutas diligencias, ni el dulce son de su lira, ni el oro de sus madejas ! Contra la pasión del alma nada valieron sus hierbas ; que al arte de medicina venció de amor la saeta. Del gran mayoral Admeto trató las anchas dehesas , llevando el zurrón al lado «on la lira y la merienda. Texiendo mimbres estaba mientras las vacas le dejan , y de la leche esprimida natas cuaja y queso encella. ¡O quantas veces la hermana le vio , bañada en vergüenza , con el becerro en los brazos subir las ásperas cuestas ! y quantas veces los toros , quando él cantaba en las peñas, interrumpieron sus voces con bramidos de fiereza ! Y ni por eso olvidaba la dulce imagen de aquella que por ser laurel sin alma le dio la suya á sus huellas. Desmayado en su memoria, ó pensativo en su idea,
R4 tal
tú vez pagaron las vacas su descuido y negligencia. Animo , pues , al trabajo , saca el ganado á la vega , llévale al agua en paciendo, y al redil quando anochezca; y sepa el amor en ambos , yo en mi viña y tu en tu selva, que un labrador y un baquero sirven mas quando mas penan.
MONOSTllOPHE LVI. DE CESENIAY LAYDA.
A Mor a un mismo tiempo de Cescnia y de Layda, amb as á dos rameras , y asaz hermosas ambas , como al fin ceguezuelo me tiene entre dos aguas ; ni se de qual me huya , ni acierto a qual me vaya. Es la una sobervia qual onda Veneciana, mas ligera que el viento, y mas común que el agua,; La otra con estremo dei interés esclava,
y amiga por lo libre del rumbo y bofetada. Ninguna tiene el cuerpo, y ambas tienen el alma : pues quédense con ella, que bubas no la gastan.
MONOSTllOPHE LVII.
DE AMOR Y BACO.
DE Baco y Amor , hijos de Jove y Citeréa , digamos simpatías, cantemos diferencias. Tus padres son , mi lira , cada qual te dio cuerdas para aumentar delicias , para aüyentar tristezas. Pues ea , de los vientos la agilidad enfrena , 6 luego me edifica en Náxera otra Tebas , y di como uno y otro es dios de gran potencia , de los ojos al pecho , del pecho a la cabeza. Los hombres , que entre tcídos J5on dioses de la tierra,
por
por el uno se crian , por el otro se engendran, A los que mas los tratan tratan con mas crudeza; que solo dan su gloria á quien los intermedia. Hermánanse ordinario para tener peleas , y uno con ojos duerme, y otro sin ojos vela. Rescrvanse de barbas, haciendo que las tengan los tristes que han probado sus puntas y sus flechas. Por uno el alto Jovo venció desde su esfera la gran gigantomaquia trofeo de la tierra: por otro gozó cisne de la Tindirca Leda , adulterio que á la Asia costó ruina eterna. Pues ambos a dos , lira, á ti y á mi nos sean plectrillo con que suenes , luquete con que beba.
MO-
(2(^7)
MONOStROPHE LVin. A CLEOBULINA.
LOS actos , Cleobulina, de una mugcr honrada son , de su casa al templo, son , del templo a su casa : los otros que frcquenta la gente ciudadana en visitar a enfermas , en divertir a sanas, aunque parecen buenos , son como la fragancia, que poca agrada mucho , y mucha desagrada: porque Circéa Venus , que atosiga las almas, no siempre paladea con lasciva vianda ; ni ha menester saetas donde el ocio se gasta , que es régulo en la vista, y hiena en las palabras. Poco a poco empeora quien mucho á mucho parla; que nunca de repente salió ninguna mala*
De
De una fuente pequeña
un rio se dilata ,
que casi mar parece
quando en el mar desagua.
Plegué á dios que aun cerrando
tus puertas y ventanas
te deje la importuna
de Venus pertinacia:
qué de la dama Argíva
fue bronce la muralla;
y no como la tuya
de adobes y argamasa :
y en tan robusto apremio .
halló el estrupo entrada ,
pues que gozaron de ella
lluvias de filigrana.
Y así vuelvo á que el acto
de una muger honrada.
es , de su casa al templo,
es , del templo á su casa.
MO-
MONOSTROPHE LIX.
DE JULIANO EGIPCIO. .
AL AMOR.
Texlendo unas guirnaldas vi á Amor entre las rosas, y él batiendo las alas vertió vino en mi boca. Yo bebi Amor y vino , y desde aquella hora se apoderó el muchacho de mis entrañas todas.
MONOSTROPHE LX. DE ANACREONTE.
QUanto mas encaneces en barbas y cabellos , \ 6 Teyo Anacreonte 1 mas floreces en cuerpo, ¡Pero qué maravilla , si das a todos tiempos caza al lobo de Baco, y al páxaro de Venus : y esto sin que te cueste
dar
dar pasos, criar perros , y soltar de la alcándara neblíes á los vientos! Solamente trasiegas los vados Metimneos , y haces copulaciones de Chíos y de Lesbios. I Luego el páxaro y lobo de tu Cipria y Liéo son marinos , no agrestes ? son húmedos , no secos ? Las humedades , niño , vuelven el campo ameno » y no las sequedades, que son estrago nuestro. Marina fué Dióne , y Baco el Semeléyo del ancho mar de Tiro en el Sidonio puerto. Pues baste por respuesta; y así Español molesto, si ser quieres mi alumno sé húmedo y no seco.
(^70
MONOSTROPHE LXL;
A G L I C E R A,
LAS vueltas de los cielos regidos de planetas, sustentados de exes, adornados de estrellas , dan al hombre cordura, á la muger belleza, al campo verde ropa de flores y de hierbas : las impedidas aguas redimen de cadenas , los vientos de nublados, los mares de tormentas : las iras alteradas reducen á quietas, los odios á amistades, las batallas á treguas: de las enfermedades salud hacen perfecta , de los trabajos ocio , de las flaquezas fuerza. Solo á ti no han podido , durísima Glicera, las vueltas de los Cielos torcerte , con ser vueltas.
MO-
(270 MONOSTROPHE LXII.
y es escapo de este Libro,
EN estos mis escritos de florccillas verdes , jardín que ha dedicado el tiempo á mis niñeces, no en Babilonia muros , no túmulos en Mcnfis , del suelo levantados , del céfiro pendientes : no cisne que delinca , no toros que adulteren con un sugeto mismo . en formas diferentes : no el Aristéo enxambrc, no las Hibleas mieles , cada qual dulce hijo de corrompidos bueyes : no el Eufrates de Siria , no el Alfeo de Elis , que barrenando mares es de Aretúsa huésped : no el rapto movimiento de Bélico ginete , en las acciones austro, en lo demás pieles :
no los dos exercicios olímpico y circense, que dan agilidades i ramas de laureles : no los Triones fríos, no los sinos ardientes, al sol aquestos doce , al Norte aquellos siete: no el odio Miccnéo , no el amor Iliense, . venganza á los hermanos,; estrago á los parientes: no el reyno de Astiages , no el batallón de Xerxes , de Persas heredado , vencido de Atenienses : no el de Ciro que triunfa de Creso y sus haberes , ni el odre que fue en Citia mar rojo de sus sedes : no la Vitoria en carros de Partos infieles , ni la fiera en Sagunto de Libisina gente ; no , no fuerte gibante : no , no pigmeo dcbü, i cielos repugnante, á grullas obediente j sino dulces amore;s, S
074) y expléndidos banquetes
de Venus y de Baco
verá quien me leyere.
MONOSTROPHE LXni. A VENUS.
TU imperio y señorío , ttis gustos y delicias, tus abrazos y besos, tus lágrimas y risas , tus odios y amistades , tus dichas y desdichas, tus gracias y donayres , tus noches y tus días he celebrado , Venus : pues , damas , persuadidla á que me dé su flecha , pues yo le di mi lira.
MONOSTROPHE LXIV. AL MAESTRO DE LA IMPRENTA.
O Tu , que eres sin duda prez de los Impresores, y á pesar del olvido memoria de los hombres :
o
^75) ó tú , que al Sur opuesto , y á los siete Triones Vas , sino con la planta , úl menos con el nombre í Mongaston * ea amigo, tus prensas pues reposen , tus oficiales cesen , y tu cuidado afloxe : porque ya llegó el dia i desterrar la noche que ha tenido ocultados de Amor tantos amores. Ya el buril de tu plomo me comunica á bronces , y el vuelo de mi pluma te lleva á ti á regiones. Ya triunfarán del Bctis , y del anciano Tormes las presurosas aguas del Nagerilla joven. Pero vuelve al cuidado, tus oficiales obren, tus prensas no sosieguen, que Amor manda que torné.
S a TRA-
TRADUCCIONES
INÉDITAS
D E
HORACIO Y ANACREONTE HECHAS
POR D. ESTEVAN MANUEt
DE VILLEGAS.
que se hallan manuscritas en el Exemplar di las Eróticas que posee el Editor,
DE HORACIO.
ODA XXII.
Quien vive entero , y de pecado puro, no ha menester moriscos dardos, ni arco, " ni de saetas venenadas grave. Fusco , el Aljaba. Yá por las Sirtes vaya calurosas, ya peregrine el sin hospedage Caucaso , ó pise lo que fabuloso lame el Hisdape, Asi á mi el lobo en la selva Sabina, quando á mi Lalage canto , y por fuera
de
(2 77) áe mis mojones descuidado vago , me huye sin armas. Bien que portento , qual la belicosa Daunia no cria en espaciosos bosques, ni la Getulia engendra , de Leones árida madre. Ponme en los torpes campos , do ninguna planta recrea el soplo del Estío , lado del mundo , que neblina y mal ayre fatigan. Ponme debajo el carro mas cercano del sol , en tierra de vivienda falta , Á Lálage amaré , dulce si rie, dulce si habla.
DE ANACREONTE.
MONOSTROPHE V.
Sobre los tiernos mirtos, sobre los lotos verdes tendido , beber quiero. La toga Amor estreche con la toalla al cuello y la bebida déme ; que qiul rueda la edad corre voluble y breve. Polvos yacemos quando los huesos nos revuelve.
S 5 ¿Por
I Por qué la-s cosas unges ? ¿por qué en la tierra embebes vanos dones , que á mi mientras vivo se deben?
MONOSTROPHE VIII.
MAndóme Amor si á palos con vara de jacintos, que siguiese sus pasos por difícil camino. Atravesando pues precipitados rios, bosques , valles , sentimc de una Hidra mordido. Doliente el corazón casi exalarse quiso por la nariz : moria , quando vuelto Cupido, moviendo la cabeza y las alas, me dijo: tu no puedes amar, no eres para el oficio,
MONOSTROPHE XLIII,
EN las ancas los potros el sello traen del fuego : quáJquicra en las tiaras
los
(179) los Partos Caballeros conoce : yo los que aman los conozco al momento , porque traen en el alma de amar cierto señuelo.
MONOSTROPHE XLV.
REcia cosa es no amar, y amar es cosa recia , y mas recia que todas que el que ama no posea. No hay para Amor linage , ciencia y virtud se huellan ; solo la plata miran. El primero perezca amante de la plata: no hay hermanos por ésta, por aquesta no hay hijos, por ésta hay muchas guerras. Lo peor : perecemos los amantes por ella.
S4 LAS
LAS ERÓTICAS
o
AMATORIAS DE D, ESTEVAN MANUEL
DE VILL-EGAS.
PARTE U.
as?) LAS elegías,
»
LIBRO PRIMERO
DE LA SEGUNDA PARTE
DE LAS ERÓTICAS^
DEDICAD AS
A B, PEDRO FERNANDEZ
ds Castro , Conde de Lemos , Marques
de Sarria , Presidente del Consejo
de Italia,
elegía i.
Quisiera yo servir i Vuecelencia, generoso señor , quantas el China sedas curioso labra y diferencia;
O quantas estofó de lana fina , con sobrescritos de Africana alhombra , el artífice Moro en su oficina.
Del hijo de la luz , aunque entre sombra, Mexicano metal , vaxillas diera , y relucientes armas del que asombra.
Pero ni V^iecclencia las quisiera, ni yo tan rico soy , que dadivoso
de-
(284)
desempeñarme de este amor pudiera.
Tamas fié del viento mi reposo , como los que , anhelando con abetos , sirven de población al mar undoso ;
Antes con pasos mudos y quietos distrayo mi esperanza , cuyo estilo tarde me ofrece pálidos efetos ;
Por lo qual , ni mi cámara es asilo del elefante Asúr , ni mi granero vientre opilado de la mies delNiloí
Que mal dice pirata , ó marinero con el que ya de musas heredado , es de letras hidalgas heredero :
De quien no poca parte me ha legado ' en varios codicilos un deseo de ser mas que la plebe levantado :
No fantástica pompa cuyo empleo , violentando la común corriente , me transforme en pavón pitagoréo;
Que menos altivez orla mi frente, por mas que la filaucia glorias pida , y de favores proprios se alimente.,
Eternidad prometen a la vida caracteres , del tiempo no borrados , mejor que la abundancia distraída :
Que los patios de póríiro labrados no llegan á gozar el postrer dueño , si honraron la opinión de los pasados.
Ciualquiera bronce es átomo pequeño
que
(i85)
que se reduce i polvos fácilmente , y se viste la túnica del sueño.
Hasta del sol la alcázar eminente padeció los incendios del muchacho , con ser de pasta sólida y valiente.
Vermexea el marfil de puro empacho, á los últimos tercios de su vida , que de la senectud siente el despacho.
No hay en la humanidad pavés que impida los golpes del fatal trance forzoso , ni hiervas que reserven de su herida.
¿Qué vale el edificio suntuoso á donde la segur del tiempo llega? qué el robusto metal ? qué el precioso?
Con lentos filos la esperanza siega del mas fino diamante ; que el mas fino, si en la inmortalidad surca , se anega.
Señor , Señor ¿las áncoras y el lino no le sirvieron á Cartago ingrata de pies para los hurtos que previno ?
¿No nos robó qual bárbaro pirata la sustancia mejor del Pirineo? ¿Pues qué es de tantas máquinas de plata?
¿ Aquel volverse hidrópico el deseo, á costa del monarca que va vino , adonde , adonde está , que no le veo?
¿ Subióse acaso al cielo cristalino ? 2 ó colocóse en la región del fiíego ? I mudó en estrellas el abeto y lino ?
jO reduxo i pacífico sosiego lo que zozobras fue ? Mas ay ! que todo letargo vino á ser , fábula y juego!
Hasta el gentio militar del Godo , y del gran Macedón la avilanteza pasaron por las burlas deste modo.
> Pues qué cosa podrá nuestra fineza á Vuecelencia dar que eterna viva , si es en todo mortal naturaleza ?
¿Será por dicha plata fugitiva del Letc ? Mas tu nombre , ó gran Mecenas, memoria en todos ánimos cultiva.
Ya por la rectitud y letras buenas , como por la suave policía , con que honraste el país de las sirenas;
O ya por la modestia con que hoy día gobiernas desde acá toda la Hesperia, ó lo mejor de aquella monarquia :
Providencia que escapa de miseria á. nobles y vulgares , y que escusa de alteración las márgenes de Iberia.
Pero supuesto ya que á veces usa Vuecelencia , seííor , de la Urania, jqué,qué le puedo dar mas que mí Musa?
La qual , si ya no pierde por ser mia , por su divinidad siglos promete , .mas que revoluciones claro el dia.
Esta , pues , sirva agora de juguete ; que alguna vez iri tan generosa
que
(287)
que ocupe las estancias del retrete. No porque se presuma poderosa á cantar las fraternas disensiones sobre la grande Tebas belicosa ;
Ni porque a los durables escuadrones del Argívo rencor y Micenéo en áspero metal aplique sones '
Que aunque fuerzas en mi pálidas veo, y los hombros al peso desiguales , es mas justificado mi deseo.
Pues diré de tus glorias inmortales sin duda quando mas crecido el bello ancianáre mis labios juvenales :
Que la ocasión me prestará cabello, hasta inspirarme el bronce resonante , y colgarme los pifaros al cuello.
En tanto Vuecelencia oyjra un amante, quo al plectro de Calimaco y "Filétas lágrimas fia de su amor constante :
Y en ellas ( ah pasión ! ) las mas perfetas inundaciones que de pecho ardiente diluviaron jamas de amor saetas.
No es^ mucho : en clima vivo floreciente: el año tiene asiento en primavera, y apenas el abril pasa de veinte :
Que Venus ande agora mas soltera no sonroja al pudor: viva quien vence, dice la proverbial común manera. Siquiera el recatado se averguence
(288) ¿e verse entre la red adulterina ; que no su compostura me convence.
Yo sé que adoro frente cristalina , que puede disculparme entre los buenos, y sé que beso mano alabastrina.
¿Pues qué si de los dos hablo serenos ojos , que son de amor dulces aljavas ? aquí la distraicion no admite frenos:
Ni aquí, por mas que toque sus aldabas ]a parte superior de nuestra vida, sus tres potencias sacará de esclavas,
Tiéneme la memoria embebecida , y con mirar a veces alagüeño , tiéneme la razón inadvertida.
Lenta yusión me impone como dueño, y al íin como deudor no executado , tarde me paga el rédito pequeño.
Mas ay ! que quando llego á ser pagado, llego también á mas empobrecido , y así salir no puedo de empeñado :
Que mi penar en todo es parecido q1 que padece Sísifo en el canto , alzado á penas quando al fin caído.
Hasta de mis amigos soy espanto, viendo que , quando mas , los mis escritos llegan á ser corónicas de llanto.
Versos , decid que sois todos delitos ; quizá siendo vosotros los culpados, sera'n mis males menos infinitos :
Que
Oye i la postrimería de mis hados se me vinculan ratos de alegria , ratos que están agora conjurados.
Mas Vuecelencia en tal melancolía perdone si a sus ojos me divierto , que es pasión con quien lucho cada dia.
Por ella duerme el ánimo despierto , que no le privilegia su cuidado deste tan apacible desconcierto.
Luego yo con razón, si fui culpado, disculpado estaré : Vra. Excelencia me tenga pues de hoy mas por disculpado,
Y use de mi florida adolescencia como del mas propinquo su cliente , que no le serviré sin experiencia.
Son mis Abriles poco mas de veinte; pero con mis deseos comparados, qual punto á redondez circuníerente.
Tendrélos por dichosos si mandados fueren de tanto príncipe ; que el celo los hará desde luego interesados:
Como los que se aprestan para el cielo, que gozan del barrunto de sus glorias aun antes de empezar el primer vuelo.
Sea pues con ventajas tan notorias mi nombre admiración de los estraños, mientras de olvido triunfan sus memorias, y i Vuecelencia guaide Dios mil años.
T ELE-
E
(290)
elegía II.
^N viciosa niñez y en ocio estaba , i de risa acompañado y de descuido, quando á mis puertas el amor llamaba :
Lecho sincero , holgado y bien mullido, de honestidad maestro, pense , Nisa, que de mi libertad fuera marido.
Mas ay ! que como el ver me daba prisa púsele el cuerno por tus hebras de oro , y vengóse el amor de nuestra risa.
I Y adonde hallar podré tanto tesoro ? jqué reynos de la aurora liberales jnc le satisfarán con barras de oro ?
Descubre , ó Potosí , tus minerales. , . , pero no , que la plata de tus venas mal puede remediarme en tantos males.
Allá la goce el bárbaro que apenas deja palmo de mar hecho pirata con dos ó quatro gúmenas ó entenas , Hidrópico de quanto roba y mata , hasta trocar el plomo de Belona por la que tu nos das lucida plata. O dichosa la sed que se aficiona de los que solamente el Pirineo rios sudó por faldas y corona :
Pues con mediana industria su deseo halla tal vez hartura , sin qug tema
mil
mil imposibles que á los ojos veo.
Tras esto no la brasa que me quema su pecho estragará , ni la esperanza degollará sus hipos con su flema.
¡ O quánto alcanza quien de presto alcanza! que al fin el premio menos merecido se viene á despreciar por la tardanza.
No temerá desdenes , no descuido de la que sirve el alma con cuidado , de la que paga al alma con olvido;
Antes con mil centenas de ganado abrigará los montes y dehesas , ó surcará piloto el mar salado :
Sabrá del Berberisco las empresas , y quando mas enfermo de ventura al templo volverá con sus promesas.
El otro , que por vida mas segura tiene la audiencia , logrará jurista lo que la trampa da , ó la travesura.
Y tú que con asomos de alquimista de la filosofal piedra te pagas, sin ser de humanos ojos jamas vista,
Al fin de suerte harás que satisfagas en algo tu apetito ; y por lo menos tendrás el corazón libre de llagas: '
No como yo , que siento en ambos seni^ los azufres de Encelado gigante , y los que Coicos engendró venenos.
¡O miserable estado el del amante !
Tz á
á todos tiempos áspero , siquiera el sol se precipite , ó se levante :
Si quiera ya con voz de primavera el verano visite al Naxerilla, Volviéndole á criar nueva ribera :
Siquiera ya pelada tanta orilla nos muestre las abarcas del hibierno cubiertas del carámbano que brilla:
Siempre ha de ser el padecer eterno; que no es aunque se mude poderosa el tiempo medicina destc infierno.
Pero vosotros que á la casta diosa , quando mas resplandece allá en su esfera, hacéis bajar con voz artificiosa ,
O bien mágico seas , ó hechicera, haced que mi dolor se apague un tanto, ó que se ablande la que así me altera :
Que entonces yo creeré que vuestro encanto es poderoso a detener los rios, y á trastornar la barca del espanto.
¿Pero que es esto , paniaguados míos? ¿así se desampara un desdichado ? ¿así pasmáis en mi favor los brios ?
Traed , traed remedios de cuidado, que por la libertad sufrir espero el' trémulo almacén de un azogado.
Ni temblaré las llamas , ni el acero , ni al verdugo daré pálida cara quando me venga á desmenbrar severo.
An-
Antes como el que enfermo en si repara desaúciado , por salvar la vida animaré sus manos , si las para.
Quien no redime libertad perdida servil ánimo tiene , y mas si tiene dueño que con oprobrios le convida.
Ya nada sirve que el callar refrene : libre me hace el potro en que me veo, quando contra el juez me desentrene*,
Que ni mas condenado , ni mas reo me puede hacer Amor, ni la que exerce tirana en mi tiránico deseo :
Ni aun el cuidado que las cuerdas tuerce, verdugo á todas horas de mis años , y que se esfuerza porque no me esfuerce,
¿Pero qué puede hacer ? vengan los daños, que orejas bajar sabe el sufrimiento, y padecer rigores mas estraños,
Ticio sin duda soy , pues el tormento en mi pecho voraz harta sus ganas , sin que le astíe el prodigo alimento ,
Ya por tardes , por noches y mañanas , y ya por quando con sus exes Febo fatiga las arenas Tingitanas.
También Sísifo soy , pues sobrellevo canto que á todas horas me entretiene , y que me obliga a padecer de nuevo.
Niñez , esto es ser hombre : ya conviene que vuestros hombros lleven otra carga, T5 . y
(i 94)
y que admitáis al tiempo como viene.
Qiiízá después de purga tan amarga vendrá la salud dulce que os prometa vida dichosa y esperanza larga.
Que no del Aquilón siempre inquieta el belicoso espíritu al Euxino , ni el rayo se dispara qual saeta.
No siempre el triste granizar contino capa de hielo es al Pirineo, ni la nubada al cierzo cristalino.
Fin tiene el mas tantálico deseo , y la fruta y licor á gustar viene , por mas que le retiren el empleo.
Muros de bronce por custodia tiene el gran pudor de la muchacha Argiva, y vigilante guarda qaal conviene ;
Pero la ardiente llama que cultiva el pecho del adúltero Tonante, ti fin falsea su prisión esquiva.
¿Mas que pueden la guarda vigilante, ni el bronce observador , si lluvias de oro son ya llaves maestras del amante?
Por quien el apetito es al decoro, sacrilego Caín , que el roxo empacho sufre las palideces del tesoro.
No tiene Citerea ya despacho mejor que el interés j que al mas severo tesón sabe engañar como á muchacho.
Solo por esto siento lo que qui¿ro :
que
tfue no hay sereno dia que asegure bonanza en este mar aventurero ,
Aunque tu honestidad Porcia lo jure , ni la que de Télemaco fue madre , por quien de Homero es bien que se murmure,
Pero quando mi barca se taladre acojeréme a la piedad del cielo ; que obligación le corre , pues es padre.
Y sino , mas que venga el postrer hielo á tomar de mis años residencia :
que siete palmos sabe dar el suelo al mas indigno por señal de ausencia.
A DONJUÁN MANRIQUE
de Lara , hijo dd Duque de Najera del Abito de San Juan.
elegía III.
ATad por hoy el potro , y al estío del hogar que encendiere Isabelilla, Señor Don Juan , templemos este frió : Que bien licencia nos dará Castilla, puesto que no es estufa Mexicana, para dexar la silla por la silla :
Y sálganos á ver la porcelana , la porcelana postuma que brinda al gusto con almíbar Lusitana,
üná por lo de America muy linda,
T4 y
y otra pdr lo de F.uropa meritoria de que qualquier astío se le rinda :
Que en este tiempo no es pequeña gloria ignorar las escarchas , quando el hielo toda su esquividad hace notoria.
Siquiera no veamos hoy el cielo , tii al sol como linterna emparedado con uno y otro mal texido velo :
Siquiera no veamos hoy el prado , como cuentan del otro Rey Matías , después de estar á muerte condenado :
Que governando florecientes dias , anocheció qual goma de cerezos , y amaneció qual cera de buxias:
Porque allí sin estorbos ni tropiezos canas Je concurrieron pensativo : tales del hado son los aderezos.
Es la imaginativa un incentivo tan monarca de nuestras pasiones como el imán del iiierro es atractivo,
Haratc verter llanto si te pones á imaginar que estas vertiendo llanto» aunque lo tengas junto á los talones-
Ni tela de cebolla puede tanto: que es invencible su rigor, Manrique, por mas que te defiendas con encanto.
Gu?rda que en tus imágenes no pique armada con su arncs me!ancolia , que i fé que te has de dar como Mastriquf.
Au-
Auméntase la fiebre cada día, debilítase el cuerpo mas de acero , y abre la sepultura , si porfía.
Esto no te lo digo porque infiero de tu salud flaquezas semejantes , ni de tus condiciones las espero ;
Sino porque volvamos á lo de antes ; que aplidados al fuego y la vianda dormirán los cuidados vigilantes,
O se irán á los ángulos de Olanda, de donde plegué á dios que nunca vuelvan: que mal sosiega quien con ellos anda.
Siquiera alli las iras desenvuelvan, y como lento zumo de cicuta su estómago inquieten y revuelvan.
Es ínsula , á mi ver, que se reputa, con solo echar al agua diez artesas por señora del mar , siendo una gruta :
Y es , que ha tenido suerte en las impresas, y todo con ayuda de vecinos de las naciones Anglas y Francesas.
A fé que si en los campos Palentinos se atrevieran á darnos la batalla , que nunca á ser volvieran anadinos :
Porque toda Castilla hiciera baila , como un tiempo Anibál de muertos puente, desta ruin y pérfida canalla.
Ninguno por sus manos es valiente : toda su fuerza esta fundada en agua^
y
(298^ y en estar desviada de la gente.
Tras esto miren que oro se desagua en su almoxarifazgo , 6 qué Perúes se entregan de sus cerros á la fragua.
Para que tu te canses y los rúes , ó después de la toma vitoriosa •sus erarios descorches y ganzúes.
Siempre nuestra nación fue belicosa , y si á veces desmaya con desnudos, es pot" ver la victoria infructuosa:
Que á criar patacones tan membrudos c]ual México los pare , ya pavests hubieran dado caza á sus escudos.
Ni les valieran Anglos,ni Franceses, ni el resto de Alemánicos países , por lo infiel amigos de Olandeses ;
Que de Héctor despertaran y de üliscs ]a fuerza y el ardid , y la Batavia viera leones mas que Francia lises,
Pero si los desierto* son de Arabia, que en lugar de ametistes traen guixarros, jquien ha de dar esfuerzos á la rabia ?
A fé que los hermanos dos Pizarros nunca llegaran a mandar en Lima , á ser qual ella digna de zamarros.
Pero vieron el oro por encima con abundancia mas que el Pirineo la Carlomana sangre por su cima.
Tras esto no el carámbano Kifeo
■^f los
b99) los ¿ncogíó en el tiempo de la bruma; que antes alli el ardor reyna iFebeo.
Ni en su navegación creció la espuma, azotada de cierzos Boreales, que hacen parar del Zéfiro la pluma,
Aquellos que del Norte son ribales , y sobre la Britania y Caledonia asientan de ordinario sus reales:
Ni por esto se niegan á la Ausonia mar , donde tu, Maltes , has dado velas , y aun sufrido tormenta Babilonia.
Parece que con esto te consuelas , por no te ver del ocio embarazado , si no imitado heroycas parentelas.
Y yo digo que estás bien consolado , harto mejor que el otro femenino del regalo jamas emancipado.
Que como al torpe sucesor de Niño -debiera rebelársele un Arbáces , que reduxera a polvos su destino;
O con llamas vermejas y voraces castigara blanduras mugeriles, 6 apurara ternezas pertinaces.
Qi-ie no hs plantas ágiles de Aquiles dieran pasto a la Ilíaca saeta , á no buscar dcleytcs juveniles.
Bien es verdad que el poco no inquieta, antes los intervalos refocila , que la congoja en su lugar aceta.
Por-
f3oo)
Porque el trabajo á veces se juviía para volver después á mas trabajo , y hacer costumbre de una paz tranquila.
Mísero del que siempre va acia bajo ; pues por negarle pasos á la cuesta , se los da al precipicio , ó al atajo.
Tiene la mira solamente puesta en como relevarse del anhelo , y así qualquier fatiga le es molesta.
Pues que , si acaso ladra desde el cielo rabiosa la canícula , los brazos debilitados- se le caen al suelo :
Y, como si de Anteo los abrazos hubiera alli descoyuntado , queda desfallecido y hecho mil pedazos.
De aqui nace que todos á la rueda de la fortuna culpen , si se muda, y por sus exes se revuelve aceda:
Y está la culpa en ellos ¿quién lo duda? Sino trabaja tú , verás quan alto la mejorada suerte te saluda.
Porque el primero que te obliga al salto, y el que mas té despeña , eres tu mismo, y quéxaste después del sobresalto.
Pensar que de la sombra y el abismo se han de sacar reflcxos es engaño , ó necedad fundada en barbarismo.
La virtud generosa está en el daño, digo en el padecer calamidades ,
pa-
(30I) para venir después al desengaño:
Que mal sabe rendirse á las verdades mientras se jacta próspero el Rey Creso , por mas que tu Solón le persuades;
Pero después filósofo el suceso i
le vino i concluir con su dotrina , despertándole párpados y seso ,
Al tiempo que con áspera ruina hizo velitrc gente á sus vasallos el que en Media mamó leche canina.
No les dejando arneses ni caballos , ni les sufriendo márcica palestra que pudiese del yugo desatallos :
Como quien bien sabia quan siniestra la floxa ociosidad es á los brios , y mas si la reciben por maestra.
Sino , tu , que por ásperos vaxios parte de tu vivir has empleado , expuesto á los calores y a los fríos.
Juzga , juzga del ocio mal criado , agora que los lares de tu tierra te tienen de los otros retirado:
Que bien sé que los pifaros de guerra no te han de parecer ya tan suaves como un tiempo el Santiago, al arma , cierra:
Asi como de Aníbal tu lo sabes, después de las delicias Capuanas, al manejar los escuadrones graves ,
Que no tan valeroso como en Canas,
ó
(302)
6 en el clima Español sobre Sagunto , le temieron las aguijas Romanas.
Yo entre todos los vicios no barrunto otro que tanto encoja y dcvilíte , ni que mas vuelva el ánimo difunto.
Por lo qual vuestra isla de Mclíte jamas le dio iiospedage aun el hibierno, quando toda licencia se permite :
Como quien sabe el militar govicrno de que pelillos cuelgue , y quanto importe huir el exercicio muelle y tierno.
No como los galanes de la corte, que en lugar de milicia y carabanas á la tez y al regalo dan un corte:
Cuyas costumbres son Sibaritanas, y cuyas fortalezas son sabéas , unas remisas , y otras livianas.
Pero demos buril i otras ideas, y salgamos de gente tan perdida : no , no la escriba yo , ni tu la leas.
Y si tanto preceto nos convida ser á ti Palestríta , y á mi Estoyco, pascuas son hoy que piden otra vida mas libre en el filósofo y heroyco.
(505)
A DON LOPE ZAPATA
Ssñor ds Rejas»
elegía IV.
AL escritor de la Troyana guerra , mientras en ocio tu pisas la corte , en ocio yo también paso en mi tierra.
■ Con estQ á mis cuidados doy un corte, entretengo las cláusulas del dia , y al fin sé quanto la dotrina importe.
Porque del buen Zenon ni la Estoycia , Ri la del gran Platón vieja Academia dieron tín clara la filosofía.
Castiga vicios y virtudes premia > que á unos con parábolas incita, y a otros con parábolas apremia,
Desde que la venganza resucita de la robada Esíone el sobrino por la luxuria en que se precipita , Hasta que a la luxuria sobrevino la gran voracidad del fuego Acayo , y el cuerdo Ulises i su patria vino,
En quien benignidad y ardiente rayo fertilizaron la modestia y ira, con mas amenas flores que no el Mayo.
Aqui toda la Grecia se conspir a , y en las palabras d« Tindáreo jura,
cal'
(304)
calma Neptuno , y Eolo no espira.
Sucede al sacrificio la futura navegación , que al bárbaro se acerca ; insta de Agamenón la saña dura :
Y alli con inocentes vidas merca la torpe mancebía : salta Aquilcs, y nace entre los dos rencilla terca.
Rcbientan los ardores juveniles, y Néstor los apaga : que el consejo á veces labra mas que mil buriles.
Porque la autoridad de un hombre viejo tiene á raya al bridón mas desbocado, y aclara el mas oscuro sobrecejo,
Veese en Páris un mozo afeminado , novillo afectador de su Jeleyte , y en el ardor de Venus dcspefíado :
Pródigo del adorno y del afeyte > mas en la varonil y ardua palestra escaso de la lucha y el aceyte.
Que el prudente escritor así nos muestra los daños que ocasiona la lascivia, y mas si la reciben por maestra.
Héctor es siempre qual león de Libia^ dedicado á la presa ; mas forzosa contradicion sus ánimos entibia.
Hccuba ladra : Polixéna hermosa, palomilla sin hiél es al cuchillo , no la inocencia menos querellosa.
Casandra el sacerdote mas sencillo;
y
y si de torpe huésped violada ,
vengada al fin de dios, que es buen caudillo.
Luc^o nos pinta la ciudad quen:iada , que en manos del engaño y la perfidia cayó toda virtud no recatada.
En Ayax la locura quando lidia , en Pirro la irascible quando reyna , y en Tersites un rasgo de la invidia,
Pero la fiDrtaleza , siempre reyna , clfiróla en el Duliquio , y asi pudo llegar á donde el sol tarde se peyna.
Triunfa de Troya con valiente escudo, padece los naufragios del mar fiero , y ciega á PoÜfemo torpe v rudo.
Oye el cantar astuto y lisongero de las hermanas tres Sicilianas ; mas hace en él la mella que en acero.
¿Y quién piensas que son estas hermanas, sino la adulación , fraude y mentira, que se sustentan de apariencias vanas?
Sicilia en lo vicioso bien se mira que es símbolo , Madrid , de tu Ginebra, y que toda maldad en ti respira:
Adonde el hierno joven que requiebra halla en cada rincón y á cada paso voz de muger y vientre de culebra.
Vierte en los reyes la lisonja el vaso, la fraude en varios pechos se recuesta, y la mentira i todos es Pegaso ;
V Por-
Porque apenas su pie toca h cuesta , quando salta cristal á borbollones , que su monstrosidad les manifiesta.
Bien sé que hay Arquimédes mentirónes; mas es fuerza que cayga lo violento, por mas que gcometricen sus razones,
Fiátc al agua , temerario al viento, 6 buitre de metal , y cuaxa espumas ; que á fé que has de quedar por escarmiento:
Porque no , como el páxaro de Cumas, tienes hecha con Doris alianza , ni pjra el ayre te nacieron plumas.
Que obstar á la razón , en confianza de que no será asi , mentir es necio i todo buen ditamen y enseñanza.
Por eso el buen Ulises , que hizo aprecio del instante peligro , sordo al canto, fü verdad escapó del trance recio:
Que como ves el homicida encanto no empece al recatado , que el conecto y fraude penetró del seudosanto.
Su lengua artificiosa fue el aprieto; pues negar á lo dulce los oidos, es ío que debe hacer todo discreto.
Pero como tenemos mas sentidos, y hay muchas ocasiones y tropiezos, no solo en esto somos advertidos.
Con taza y con lascivos aderezos en otra parte Circe se presenta,
tra«
(307) trasegando vasixas y velezos.
Lo que es turba común , torpe y sedienta, toda se la llevó la ramerilla, por ser quien estos vicios mas frecuenta.
Llega el brindis al Héroe , que en la orilla deste calamitoso mar espera; pero supo evitallo y desmentilla.
Donde sino , las pieles de una fiera ocultarán sus hombros ; que este vicio de deshonestidad todo lo altera ,
Hasta sacar la mente de juicio , y rendir á las cosas bestiales la parte racional y el exercicio.
Mucho tu gran dotrina pudo, Tales; pero nunca enseñó tan á la llana, ni acudió con tan vivos materiales,
Pf ecetos , ya lo sé , tiene l.i human a ciencia con que regir nuestras acciones; pero el exemplo a todos se la gana:
Que aquello de mirar que cien varones se hicieron por un gusto javalies es lo que mueve mas los corazones.
Ni tú , quando te rics , no te ries sin que primero alguno te requiera : cosa común en hombres valadies.
Pues de Cila y Caribdis ¿quién pudiera huir mejor la grave tiranía, sino quien con lo poco se modera ?
No vueles alto , Dédalo decia.
Vi hi-
(So8) hijo , que llevas cera y hay calore? i hijo , no vueles bajo , repetia :
Porque será forzoso que empeores las plumas , enemigas de humedades , con los que el hondo mar alza vapores.
Huya el prudente pues las majestades; porque los reyes todos simbolizan con el sol en aquestas calidades.
Deleytan al principio y autorizan ; pero después al pobre que se llega hecho carbón al agua le deslizan.
Ni por eso al estado que se anega en vil necesidad tienda sus alas ; que harto peligra quien á todos ruega.
Símbolo dcstas dos viviendas malas son estos dos roquedos peligrosos , y Ulises del que vive en sus igualas;
No del que espera premios suntuosos, ni del que los posee tan limitados , que le obliguen á pasos vergonzosos,
jTu piensas venerar los potentados, por ver que á pavimentos y paredes acomodan tapetes y brocados?
Pues sabe que pastor fue Ganimédes, y en trono de ametistes y zafiros ganó del alto Júpiter mercedes :
Y si ha de disparar por esto tiros la invidia querellosa , a dios palacio, que en mi casa no caben tus suspiros.
Tu
C309)
Tu vives muy de prisa, yo despacio; tu cuelgas sedas , yo guadamecíes : pues pise yo el ladrillo y tu el topacio;
Que quando á mis alquimias tus rubiei quieran atrepellar , bien sabe el cielo que á todos se la gano en carmesies.
Robusto á los carámbanos de hielOj y no sugeto al ámbar Asiano sabe vivir el marcial mozuelo:
Y con solo mover la espada en mano hace temblar mostachos de alquitira
y orgullo de requiebro cortesano :
Pues en este la grana siempre espira, y con doblado nácar , si se enoja ; que es en un sano vermellon la ira.
^Pero tu quando esperas color roja , Narciso mugeril , si á palideces te obligan la luxurla y la congoja ?
Poco te he dicho: aguarda no tropieces, ni en siete pies ( ay , ay ) angostes quantos pasos has distraído tantas veces ;
Sino huye , pues ves taza y encantos , ^ que si escapas de Circe y las Sirenas, evitarás brutez , modorra y llantos,
Y juntamente frustrarás arenas tan hechas á beber sangres humanas
que aun no las fian de sus proprias venas. Ni esperes como al fin tribus Komanas, para sentir Cartaginés estrago,
y 5 que
C3I0) que te deje la edad llegar i canas :
Porque primero verterás el lago, y tus anillos de oro por anegas adornarán los dedos de Cartago.
Con salud lastas , con afecto ruegas; y siendo Minotauro al laberinto , rendida humanidad vóras á ciegas:
Y al fin mas apretado que no en cinto, tan de ordinario exerces los sudores, que el año para ti pasa indistinto.
Nunca hay hibierno , siempre son calores, y las noches y dias los mas largos, que están sobre tu piel brotando flores.
¿Sabes que me pareces? ojos de Argos, si explicas el cadaber á los ojos, con ronchas y carbuncos tan amargos.
Pues nunca el tigre servirá despojos con tanta variedad á los manguillos , ni el alinde al cristal de los antojos.
Tras esto los morados y amarillos bien nos confiesan tu salud quebrada , unos en ojos, y otros en carrillos.
¿Y que quieras quedarte en la posada, con ver que en el viaje desta vida ninguna puede ser larga jornada ?
jO ceguedad del hombre conocida, mas necia que la tórtola ignorante , que paga audacias en la red prendida'.
Sabrosa era la paz del navegante
des-
después que sin peligro de los vados caminaba la vuelta de Levante;
Pero bueyes del sol desquartizados le despojaron de su patrio techo, quedando , si comidos , bien vengados.
Que nunca redundaron en provecho robos voraces del divino culto ; antes pagaron siempre con tal hecho.
Por mas que el sacrilegio sea en oculto y la noche lo encubra ; que los cielos luego á su dios le parlan el insulto.
Ni por eso las ansias y desvelos de lo humano se ceven en lo humano, falsando muros y minando suelos :
Que el ingenioso artífice no en vano pocos usurpadores introduce, que después castigó valiente mano ;
Y nuncio que al infierno los conduce con vara criminal , porque así iguale la pena á la maldad que en ellos luce. De Nagera y de Julio á veinte. Vale.
V4
Cu o
^A CRISTOVAL DE MESA.
elegía V,
Dices que Don Luís esta en la corte: por cierto el me parece un fértil viejo, que ya navega trastornando el Norte.
Porque á trece olimpíadas de añejo mal hacen la razón las Pegaseas que miran su arrugado sobrecejo.
Dirás que vierte flores : no lo creas^ ni de prado fecundo por hibierno las esperes en ma'rgencs Hibleas.
Todo plátano brota quándo tierno ; no quando la scgiir , por descansado, severa le amenaza sueño eterno.
Aquel velar del Zcfiro llevado solo se espera de águila reciente, que es símbolo de espíritu elevado :
Porque el ingenio necesariamente debe constar de fuego, y el que apoyas 6 le tiene gastado , 6 deficiente.
Son nuestras fantasias unas Troyas, que de ign¿a virtud siendo abrasadas, sirven a la razón de claraboyas.
Y Platón por furores confirmadas «n el lo las da : que el pensamiento sube inflamado á pensiles moradas.
Pré*
Preciase de seráfico el acento, nacer quiere qual fenis de ceniza, y luego dilatarse por el viento:
Que nunca en lo sublime hicieron riza impulsos agitados con tibieza , que al fin todo lo grave se desliza.
Porque la parte terrea se empereza, y en lugar de subir, al centro baja , por no degenerar de su torpeza.
Tras esto si un decrépito trabaja, procede tan pesado en sus escritos , que á máquinas de plomo se aventaja:
y con ponerse a riesgo de delitos, ( porque lo son en canas ) manifiesta concetos pocos , versos infinitos :
Y esos de suavidad tan indigesta , que con menos injuria el cierzo frío empalidece prados y floresta.
Dirás que es duro parecer el mió , y digno que varón de letras buenas le cuente por ceguera ó desvario.
Pero responderéte , si condenas, con aquella tan culta y elegante epístola de Placeo á su Mecenas :
Donde tan solamente por delante le pone la vegez causa eficiente de estar en las Piérides vacante.
Pues en verdad , si Lilio no miente, que nunca llegó á ver la edad sesenta,
por
0x4)
por ser tres años antes su ocidente:
Y de la misma suerte lo lamenta que si tuviera lustros de Sibila,
ó por lo menos fuera de noventa.
Que aquello que nos da la edad tranquila es lo que amplía mas nuestras acciones ; pero la anciana todo lo aniquila ,
Todo lo pone al fin en condiciones , que es Macedón falange , y desvanece los hasta alli durables escuadrones.
¡Y que el ingenio humano que encanece jamas se persuada a ser Darío con ver su juego Olímpico á las trece!
¡O pensiones de nuestro desvario, como venis á ser fiebres mortales que se resisten menos con el frió !
Por cierto poco os lucen las fatales llamas que os puso el hijo de Japeto , á pesar de los rayos joviales,
Por mas que i pasto de águila sugeto, y i duración de Cáucaso ligado le tenga de los dioses el decreto:
Que como ves , el hombre fue criado, según la Idolatría , destc lodo , y de aquel fuego á Júpiter robado.
Y asi la prontitud del Ostrogodo de aqui tomó principio , como el Sera diverso en vida , en talle , en trage , en modo.
Porque qual fuere el ángulo de esfera,
se-
será la inclinación : jamas del frió salió costumbre menos que de fiera.
El Masageta bárbaro en el brío , y el Cita bebedor de sangre humana , ¿quién negará que son de clima umbrio?
jO quién á la región de nieve cana, que Euxina se llamó por ironía , no no celebrará por inhumana?
Yo siempre aquella murmuré de impía nación que tiene por cénit el polo , y por brúxula ve la luz del dia:
Donde la crueldad y el rapto solo hallan cabida , siendo venerados mas que en la Jonia tu melliza, Apolo :
La que en el Tauris hizo degollados por manos de la Argólica Ifigenia mil huespedes al agua encomendados:
A quien ni la fecundia mas Cilenía, ni el mas Dédalo ardid valió; que el rito era qual basilisco de la Armenia :
V asi lo que alcanzaba su distrito todo lo embraveció sanguinolento, juzgand© la estrañeza por delito.
Por eso tu del agua ni del viento al mal hospedador Ponto arrojado esperas sacrificio tan cruento;
Que recibido de mejor sagrado , exercítas la corté de Filipo , y un ocio á mil repúblicos negado;
Dd
Pe quien agora me arrebata un hípo^ tan vestido de afecto , que confieso que anhelo sobre el cierzo qual Menipo*-
Allá dirijo todo mi progreso; pero como mi madre nordestea, calma las esperanzas el suceso.
No permite , Cristoval , que te vea; quiza por las pasadas travesuras , de quien á todos tiempos forma idea:
Que como sabes bien , las angosturas de una vida privada , desconvienen en todo con Madrid y sus anchuras.
Allá se van los bienes , acá vienen : y al fin los juveniles desatinos , antes que se concivan,se previenen.
Los ratos que me sobran son contínosji allá con la cantora ó ramerilla , no llegaran a ser siete mesinos.
Últimamente al uso de Castilla regulo mis acciones , que otra cow causara en esta tierra maravilla.
Y tu , si no hay ocupación forzosa , ca , pregunta , inquiere y escudriña quando viene el lletor de Villahermosa í
Que si tanta ventura se me aliña , allá me verás presto en san Felipe, por mas que nuestra vieja llore ó riña: y á dios gran consejero de Aganipe,
At
(517)
AL CONDE BE VILLA
Mediana , m alabanza de su Phaston,
elegía vi.
YA suenan por acá los estallidos de tu precipitado carretero, á numerosos versos reducidos.
Yá , Conde , el exfatídico y ligero dueño se hace de insolentes vías, • no concedidas i varón ¿oltero ,
No concedidas á deydades pias, por mas que las sahume acción medrosa: que el temor hizo dioses en sus días.
¡Quan heroyco te has , y quan briosa audacia juvenil nos la despeñas ! bien nos lo dice la aura bulliciosa.
De Nagera lo escuchan ya las peñas , hs peñas que han llegado i ser gigantes, y á conquistar el cielo con sus breñas.
¿Pues quién pudiera términos distantes asi colmar de métrica armonía, y detener los zéfiros sonantes ?
¿Quién , quién de aquesta bóbeda vacía, que nos sirve de mitra á los mortales , hiciera plenitud de melodía,
Sino tú , que has parado los cristales
del
del Pado allá en las márgenes Hesperias, y acá los que del Tajo son raudales ?
¡O cisne , admiración de las Iberias , no solamente en agua colocado, sino llevado al fin de olas aérias !
Canta, canta feliz el principado del Júpiter que rige los dos polos , pues eres el Mercurio de su estado :
Que solo i ti Calíopes y Apolos te deben sus Castalias y Pimpleas , con aguas dignas de tus labios solos.
Bien qu^ mientras el látigo volteas , del Helicón te subes á las zonas, y sobre ardiente eclíptica paseas :
Y allí con cien espíritus pregonas las iras del tonante , fulminadas contra quien ya de lágrimas coronas:
Y contra quien garzotas coronadas vio de trémula luz , batiendo el brio á bestias de varón jamas domadas.
Luego estableces pena á su albcdrio, y las esferas inches de escarmiento, que filosofa en tí la voz de Clio.
Pues ea , no enmudezca el instrumento que siüite de tu plectro las heridas, y da suspiros en lugar de acento,
Hasta darnos en hojas convertidas melenas del Erídano llevadas, y madejas del zéfiro movidas,
Ayl
(y 9)
Ay 1 quantas elegías requebradas, y al fin si requebradas no , sonoras de las hermanas tres serán cantadas,
Al tiempo que (ah dolor ! ) fatales horas elijan por verdugos á los vientos del rapaz , Phaetúsa, que ya lloras;
Por quien la disonancia de elementos se hermanará , y al fuego dará oficio de castigar sus locos pensamientos.
Pero preven preven el sacrificio , y manche altares lidiador carnero , que asi se vuelve Júpiter propicio.
Antes que servicial Cíclope herrero rayos que le forxó ponga en su mano con tres saetas de flamante acero:
Que entonces la desorden de tu hermano quiza de suerte hará que las provoque y las escuse tu llorar en vano.
Pues haz que. tanto daño se revoque con solo que distraya de su mente el que le espera celestial galope.
Y tú , mozuelo bárbaro , detente , teme , teme las iras del que truena , pues llevas la conciencia delinquente.
Pero las altas cumbres desordena; que coronista tienes que te alave , y que darte sabrá fama por pena.
Es , si lo quieres , grave por lo grave , ea disponer la acción magestuoso,
y
620)
y en ingerir las cláusulas suave.
Sabe su nombre el Tibre caudaloso j y tanto el hondo Betls le venera , que le dedica su cristal undoso.
Pues ea, Phaeton , arda la esfera , cayga , cayga cenizas hecho el polo ; que mas eterna duración te espera ,
Y un sol como tu padre único y solo. Esculapio del tiempo contra olvido ,
y Apolo de las Musas mas que Apolo.
Mucho deben las letras al oído : filos embota candida escritura ; que es túnica de bronce su vestido.
Por ella se libró de muerte dura la prudencia del hijo de Laerte , y la saña de Aquiles que aun hoy dura.
jQué valieran tus hechos Ayax , fuejrte, 6 los tuyos magnánimo Tidídes , si Homero no escusára tanta muerte?
Lides de horror vencieran vuestras lides,^ y al fin quedaran hechos aura leve , como de nuestra España muchos Cides.
Dichoso este rapaz , que si se atreve i. cometer delitos contra el hado, halla luego varón que los apruebe :
Y no varón de espíritu prendado ; sino de libre natural que espira
aun mismo tiempo discreción y agrado: Fácil en requebrar la dulce lira:
(5")
y docto en requebrar la trompa austera,
^trompa que á los magnánimos admira»
Así nuestro real león quisiera lanzarse en el aprisco Saboyardo , como ella sobre el cierzo se estendiera<i
Ni callara su estrépito gallardo el odio ya hermanado de las lises que marchitó la planta de Bernardo,
Por bien que armada de Héctores y Ulises le quiso atraillar en el desierto la antigua imperial casa de Anquises :
Donde , si el popular rumor es cierto^ miserable cayó con su Rolando el mas fuerte escuadrón , el mas esperto»
Pero tu que el Zodíaco anhelando vas á la par del hijo de CUmene sobre el Pegaso alípede volando,
Sobre el Pegaso alípede conviene que te acuerdes de España domadora , domadora de Francia en el Pirene :
Que puesto que del mundo es veocedora> no con menor trompeta se contenta que con la que del ábrego es señora.
Viva mil años pues antes que sienta su generoso temple mella alguna; y tu vivas también años sin cuenta , y años que estime la muger Fortuna,
X
A D.LORENZO RAMÍREZ
de Prado , del Consejo Real del Reyno ds
Ñapóles j y ahora Diputado de las
Cortes qjte se hacen ^ nombrado
por el Reyno.
elegía VI.
ESe monstro te envío , mi Laurencio, de sátira compuesto y elegía : bien sé que es parto digno de silencio;
No de la docta oreja á quien se envía, pues conozco tus letras y talento: que si hay pecado la malicia es mía.
El al fin va de ti mucho sediento, qual perro en la canícula , mostrando mas lengua que le dio mi pensamiento.
Si no le admites volverá rabiando , y en mi que soy su padre hará la presa, porque le di principio tan nefando.
Quien esto dice la verdad confiesa : no he menester que nadie me castigue , que yo de mi balanza soy la pesa.
Ni quiero que esta confesión te obligue á usar, con mis descuidos cortesía, sino que al tiempo dejes, y él litigue;
Que quando mi ligera fantasía ^ se
se quiera levantar sin tener alas , no faltará quien pasme su osadía.
Montes en Flegra servirán de escalas al pensamiento , que gigante gusta cxercitar sus altiveces malas.
Ese papel al fin por causa justa tu golfo va buscando , qual navio que no lleva mas lastre que la fusta.
Si él llegare á tus ondas , yo le fio, que de la humanidad eres Neptuno ; sino , mas que perezca en un vaxío :
Que pues ha tantos años que importuao tu piélago con remos semejantes , no he menester la sombra de otro alguno.
Tu me animabas y me amabas antes , quando desnudo del que agora es vozo, mi labio acortinó dientes infintes :
Y espero que has de amar al que ya moZQi anhela por salir á ver el día
deste ofuscado y negro calabozo:
Que razón es que ya la pluma mía dé para la impresión el primer vuelo , puesto que el roxo empacho se desvia.
Y esto tu lo veris, si quiere el cielo, antes que el Aries , presidiendo Apolo, vista los campos de purpureo velo.
Miro y remiro, limo y acrisolo, jque temo la ponzoña de un Zoilo, y mas , Laurencio , yo huésped y solo.
X z Bien
Bien sé que para el vulgo no es mi estilo, por oler i la cítara Romana, de quien huye qual Indio al cocodrilo ;
Bestia que sin escrúpulo profana el venerable templo de las nueve, qual si fuera mezquita Tingitana :
Y que al mas circunspecto mas se atreve^, fiado en que es de muchos su sentencia, contra cuya opinión nadie se mueve.
Mas yo , que le conozco de experiencia, de mi le arrojo y echo como i especie de heregia que estraga la conciencia.
Siquiera el recitante me desprecie porque no vendo acciones al teatro para que me enflaquezca y él se arrecie.
2 Pero yo gladiator de anfiteatro y i los ojos del vulgo ? no en mis dias ; antes tu me condenes al báratro:
Que no se han de igualar fábulas pias á una que he engendrado sin remiendo , cuya preñez me cuesta cien buxías.
Bien sé que si á tus manos la encomiendo has de tomar de Eurípides cariño, f
por quien va nuestro Hipólito creciendo.
Déjale pues criar , que apora es niño: tú , tú serás su padre al darle el agua, y ella le volverá qual blanco armiño.
Laurencio», el buen deseo es buena fragua; en él se forja toda la escritura,
que
que por la fantasía se desagua.
Este le ofrezco ( dios me dé ventura) i h Española adolescencia , amiga de variedad de tropos y letura :
Y si no le placiere mi fatiga , consuelo me sera'n tantos papeles como el olvido caza con su liga.
O yo seré la lámina de Apeles, donde el diverso obstáculo censura ya el arte , ya el color , ya los pinceles.
Bien que tu gran modestia me asegura tratamiento mejor , aunque me cale no me fiar de tanta coyuntura. Fecha en Najera á diez de Octubre. Vale.
elegía VII.
ASI , Bartolomé , quando camines te dé Mercurio prósperos viajes , y su sombrero , báculo y botines :
Asi del gran Madrid los omenages encuentres luego que de aqui partieres, sin que te apuren robos ni hospcdages :
Halles dorado á Baco, y ruvia á Ceres, y todo en abundancia , sin que el gasto desmiembre de tu bolsa los haberes:
La fruta a colmo, la vianda á pasto, y en el áspero hibierno la lumbrada que pueda ser destemple del mas casto:
X3 La
La cama bien mullida y aliñada , cuyas sávanas hagan orejeras, y cada qual parezca almidonada :
Mírente con piedad las mesoneras^ y bordadas de lodo las polaynas , te las estrcguen de cien mil maneras :
No te revidcn con palabras zaynas, que son rayo que ceba en los estoques , y los abura sin tocar las vaynas :
No quede golosina que no apoques sobre faldillas de aseada moza , ni venturoso encuentro que no topes:
Y todo quanto al fin bureo goza el mozo de mas ley en la posada halles con la muchacha que retoza:
Que me des relación de tu jornada , desde que se partió la Circe mía, hasta que vio la Corte su llegada.
Dime por dios ¿lloró quando partia? jó viste amenidad en sus ojuelos ? ¿turbóse el cielo, ó serenóse el dia?
¿Miró con medias niñas á los cielos quando se hallaba sola ? <ó en su cara viste violeta de color de celos?
¿Díxote alguna vez : amigo para: no tanto caminar : mira que dejo le que quizá de grado no dejara?
^Pidióte por remedio algún consejo ? I d diótc por consuelo alguna cuenta ?
jú dixo alguna vez : mucho me alcxo?
¿Cruzó las blancas manos descontenta? ¿6 , taladrando el suelo con la vista, humedeció de lágrimas la venta ?
¿Hizo de lo pasado alguna lista ? ¿resucitó memorias ya enterradas ? ¿ó tubo por dudosa mi conquista?
¿Suspiró con mi nombre ? ¿dio palmadas de pesar ? ¿ó añadió melancolía Á cláusulas de amor, bien requebradas?
Ea , no pido Délíica harmonía , ni dulce voz que al Ismaro suspenda , ni grave acento que nos pare al dia,
No cítara sonante que contienda con la del dios que bibra el caduceo » ni que encoja del Zéfiro la rienda.
Mozo de muías eres , ya lo veo, y si verdades parlas á mi oído , mas músico serás que el mismo Orféo.
Romance á pata llana es el que pido, que ensarte laconismos cada paso , y que abrevie la frasis y el sentido ;
No que sobre las ancas del Pegaso me lleve su oración por los rodeos que tienen Juan de Mena y Garcilaso.
Quien habla claro vence los deseos del cuidadoso oyente que le escucha , y quien oscuro , traelc en devaneos:
Con las palabras y el sentido lucha,
X 4 por-
($i8) porque jamas acierta á disolverlas; que el ñudo es ciego y la ignorancia mucha.
Tu pues , Bartolomé , puedes verterlas con la diafanidad que este arroyuclo por boca de cristal nos da sus perlas :
Enhebrara's mi oído con tu celo, y haréte de voleo coronista de las impresas del señor de Délo.
Irás del Helicón á la ccnquista mejor que el mal poeta de Cervantes, donde no le valdrá ser Quixotlsta.
Regirás los caballos espumantes del rayo Apolinar , sin tener miedo 4 los rayos de Júpiter tenantes:
Que si bien consideras, en Toledo hubo sastre que pudo hacer comedias , y parar de las Musas el denuedo :
Mozo de muías eres , haz tragedias , y el hilo de una historia desentraña, pues es cosa mas fácil que hacer medias.
Guisa como quisieres la maraña, y transforma en guerreros las doncellas , que tu serás el cómico de España.
Verás que el istrión mímico en ellas gasta mas artificios que Juanclo en el subir del agua con gamellas ;
Hasta que aparador hace del cielo el scénico tablado, que ha servido de obsceno lupanar i vil martelo. -iQ Lúe-
Luego serás del vulgo conocido en el cartel que diga y de Fulano ^ hoy lunes Á las dos , bravo sonido.
Irás con el magnate mano á mano, por bien que muías rasques , que el ingenio merece todo honor en el mas llano.
Fábulas compusieron Plauto y Ennio, que ya para Castilla son escoria, según se viste de favor Cilenio.
Bien se que llevarás dellos victoria, si á la judit. atura del mas sano quieres fiar y encomendar la glorli.
¿Qué vale ya el estilo Virgiliano? ni el tuyo Melesignes , donde entra : lo canto gl ' arm ^ ú cavalier sopranol
Píndaro el vuelo encoge y reconcentra 5 que hay alcotán que al ciclo se levanta con garfio estragador, por si te encuentra,
Y pies de endecasílabo de tanta celeridad , que muestran ser ligeros vencedores del paso de Atalanta.
Con nuestros Españoles ya no hay ficroá: que ellos se son los dueños del Parnaso, y aunque tarde se sientan los primeros.
Mal año para el Teyo , cuyo craso estómago fué templo de Lieo, por mas que de las Musas siga el paso.
<Pues qué si un Señoria hace Musco donde se canonizan los Poetas ?
mal
mal año para Apolo Patareo*
Allí se ostentan líricos atletas, que sin ser de las aguas Arióncs saben parar dclhnes qual cometas ,
Con variedad de versos y canciones armados : que la cúara Española Tetrus in íumtis es de todos sones.
Ni falta .quien los rumia y acrisola , fiscalÍ7ante espíritu , que gasta mil tropos y greciza con la gola,
Alli te informarán si Dido es casta ingenios que á Marón ponen de lodo, después de atravesarlo con el hasta.
Mal sabes tu quien es talento Godo: romancista verás que latiniza y que sin ser Pretor lo juzga todo.
Con palabras inchadas martiriza las orejas sencillas del oyente , y en el mas comedido hace mas riza*
No pienses á sus ojos que eres gente : sino dale cordel ,quc si porfías será volver la fragua mas ardiente.
Habrá (de cuento va) dos ó tres dias que un humor semejante me dio caza, sin haberme tendido red ni espias.
Yo caminaba entonces por la plaza, ageno de mi mismo , quando llega un hombre al parecer de buena traza:
Aderezo dorado , calza lega ,
ene"
(5 51)
cuello , herreruelo y puños todos grandes,
y mangas de ropilla qual talega.
Esto no te lo digo porque holandés, Bartolomé , gaznate y muñequeras , que tu no has menester cambray de Flandes;
Mas porque eches de ver que hablo de veras, y que te vendo la verdad vestida de la misma color que si la vieras.
Llegóse , y diome la salud cumplida , y y*^ pagúele en novedad discreta, no le negando allí voz comedida.
Luego mi mano con la suys aprieta , y me dice : señor , yo soy fulano, vuesa merced me tenga por poeta ,
Gran trobador de verso castellano , y que á Boscan estimo en una paja, porque entiendo un poquito de Toscano.
Luego, como raudal que se desgaja, dirige á mis orejas su corriente, y con lengua y espíritu trabaja.
¿Tu pensarás que fui poco valiente dos horas que lidié con su ignorancia ? pues ninguno mas bravo ni asistente ,
Aunque á Grada so cuentes sobre Francia, 6 al descalzo neblí del vellocino sobre la impresa tanto de importancia.
¿Has visto taravüla de molino seguir las consonancias del rodete? pues tal era su lengua de contino.
Ya
Ya por todas las fábulas se mete como por ancha viña vendimiada, sin miedo que el talón se desjarrete.
Aqui deja la cepa desgajada, allí el tierno raygón sin picdjd tronza; que es bestia el no saber estimulada.
No dejó hueso en mi que no desgonza, y con ser animal tan aplomado , corriendo va mas listo que una onza.
Diera por ser yo entonces despejado rollizo como tu quantos haberes tiene un Indiano próspero y guardado,
Dixérale sin duda ¿qué me quieres poeta moledor ? deja mis huesos, no me los polvifiques y acivéres.
Mas como sé que para mas eccesoí mi modestia se alquila , dile cuerda donde bien enhiló quatro procesos.
Iba yo entonces como muía lerda echando cada cuarto por su parte ; (no se me olvidará bien se me acuerda)
Y él, que en esto de hablar era otro Marte, cobró mayores fuerzas y osadia
para desvergonzarse contra el arte.
Y dixo : Gran barbaria haber solía por cierto en aquel siglo de Terencio, según lo áí i entender su poesia.
Vo del pasado no le diferencio, quando la Propaladla de Naharro
de
de nuestra España desterró el silencio.
Careció al fin de espíritu bizarro, y es su estilo tan llano , que parece que arrastra por la tierra como carro.
El nuestro ya vulgar si que merece la palma generosa ; no el Romano, que tan sin ocasión se desvanece.
Mas vale ver á Ursón hecho silvano, que llame á la muger animal bello , que quanto fiscaliza Quintiliano.
Poeta soy también , y estimo el sello mas que un Oydor reciente su garnaoha,^ pero por Planto no daré un cabello.
Miro que su oración toda se agacha, no qual la tuya , Lope , que alza cresta hasta tocar del sol la ardiente hacha.
<Pues qué si tu Rosaura en la floresta juega el venablo , y vate los hijares del valiente bridón que la molesta?
Allí si que es gran vicio que repares, y mas si su perífrasis ensarta rubís y margaritas á millares.
A mi máteme aquel aparta , aparta, y no la sumisión de Davo á Cremes, por bien que con enredos se descarta.
Juventud Castellana , ¿yá que temes ? yo te prometo honor : suda y escribe , que Apolos hay acá con quien te estremes.
Deja el latinizar , que ya no vive
si-
Oh)
sino sólo en la pluma del Germano, por ser su idioma bárbaro y Caribe,
Esto estaba diciendo el inhumano , quando aflojó la palma , que hasta entonces jamas de mi fiar quiso mi mano.
¡O siquiera los áspides desgonces, molesto charlatán , vete a la Libia con ese hablar mas duro que los bronces!
Quizá despojarás su arena tibia de toda savandija emponzoñada , que donde faltas tu todo se alivia,
Pues aun no era esta platica acabada, quando dá sobre Horacio, mi poeta, por destemplar su cítara dorada.
Llegamos á este tiempo á la estafeta, y yo por dusasirme éntreme dentro, mas él siempre me sigue qual saeta.
El correo también (apenas entro) para darme á entender que ya era ido el ordinario , sáleme al encuentro.
Yo perdonara el zelo comedido que tubisteis de mi , señor correo : ¿pero quién podrá estar siempre advertido?
Volví como al principio á mi jadeo, carga que por las calles me traía como asnillo de lánguido pasco.
Las veces que invoque la Virgen pía, y á tí , gran Protomartir , Dios lo sabe; mas nada aprovechaba , ni valia:
Que
055) Que el paso era remiso , el peso grave,
débil el hombro , terco el enemigo ,
que hacia mi dolor no muy suave.
Estando en estas , cte aqui mi amigo don Gerónimo Ortiz, que descuidado la calle á bajo va á topar conmigo,
. Mas él que asi me mira congojado, sospechando lo que era, escabullóse, y yo quedé del todo rematado.
Aqui fué quando el ánimo cansóse, bien que el empacho no , de ser cobarde, por mas que rosicleres mil rebose.
Pues decir que paraba aquel su alarde; soga y mas soga daba a la porfía , como si nunca hubiese de ser tarde.
Pero cansado ya de verme el dia al mar se despeñó por el estrecho , y comenzó a reynar la noche fria.
Ya mis sentidos no eran de provecho ; que la del hombre arenga perdurable me los reconcentró dentro del pecho.
Pues decir que en la acción era tratable ; golpe de pechos y envión me daba, como si fuera yo coluna ó cable.
Con boca , manos , pies y ojos hablaba , de manera que á siete y mas personas diera bien que advenir quando empezaba.
El al fin, viendo ya que las fregonas sacaban á vaciar sus servidores^
y
(3 3«)
y los niños cantaban sus chaconas,
Sintiendo en las narices los olores , y en las orejas anchas el sonido , despidióse : espánteme : y no te azores, que juro á Dios que aun pienso que no es ido.
AL CONDE DE LEMOS.
Labor omnia vincit. elegía VIII.
DEdicado i las Musas y abdicado de la ignorancia popular , 6 ! como eres á mil hipérboles llamado ,
Cjencroso señor , por quien el Momo es ya sin duda Harpócrates Nileo ; qué al fin conoce su vileza el plomo, Que al fin conoce su malicia el reo, por mas que la ponzoña de Aristarco contamine su bárbaro deseo,
O bibre el pasador , ó surta el arco, que de Chipre afectó la tirania contra la gran paciencia de Anaxarco ,
Donde el iniquo Sátrapa vivia Licaón , á los huespedes isleño , y i los mismos isleños cruda harpia.
Era Nicocreon de pardo rcño, y obstante á la cultura de Minerva,
no
no como el tigre Macedón su dueño,
Que después de dar caza a tanta cierva escuchaba los cisnes de la lonia, y así la actividad templaba acerva.
Que todo humano pecho es Babilonia , quando faltan las letras : sordo escucha quien sigue, airado el mar , ribera Ausonia.»
Ni es poco tigre quien a tanta lucha opone los jarretes y molledos siempre oleados de ignorancia mucha.
Y mas si i las muñecas y los dedo) se les pega poder que descortine la máscara empachosa de sus miedos.
Tu no querrás agora que adivine la ceguera en que dan los potentados, de quien (ay dios) no es mucho que abomine.
Considerando bien que sus cuidados llevan la necedad por estandarte , como el primero que movió los dados.
No digo yo que todos tienen parte en este peligroso barbarismo; como ni todos la tendrán en Marte,
Por mas que las reglones del abismo, antípodas que argentan el ocaso , se opongan al Hispano christianismo.
Pero digno de fama es Garcilaso, pues sendo deste vando fué Poeta, y pródigo del vulgo de Pegaso,
Tanto , que al duro son de la trompeta y can-
C338) cantaba sus ternezas como Alcéo, después de ser en la batalla atleta. Ilustre en exercicios y en deseo , y no siervo del ocio mal criado, que á mil ha sumergido en el leteo. Mucho promete el suelo cultivado, si con benignidad le mira el ciclo : mucho promete el cielo y el arado.
¿Qué piensas que ha de dar tu fértil suelo, por muy fértil , cesando la cultura , sino semilla bronca y arañuelo ?
¡O necio labrador 1 insta y procura , vendrás á mejorarte en el Agosto ; que así se alcanza toda coyuntura :
Y en el Setiembre coxerás el mosto con abundancia tal , que apenas halles vasijas para el vino y el remosto:
Empedrarás de bendición las calles, y crecerás en bálago , de suerte que puedas ocultar montes y valles.
¿Quando no fué de las virtudes muerte el ocio dilatado ? ¡Ay , como el dia se pasa, y nos anuncia triste suerte I
Meden Anabalomenos decia el hijo de Fiiipo ser la causa :
principal que estendió su monarquía.
Meden Anabalomenos se causa de una intención constante v virtuosa, ^ue ni el sudor h cansa, ni. la pausa;
No
C$?9)
No , no de aquella tarda y Jjerezosa que en sí constituyó Sardanapálo , y del vasallo armó la mano ayrosa.
Dado á la floxedad , dado al regalo que ya tan recibido es en Epaña , y en quien todos se afirman como en palo :
Que no menos se tiene por hazaña el adobar la tez , que si al roció se las curtiera el viento en la campaña,
Se las quemira el sol en el estio , desdt que ladra el can resplandeciente , hasta que empieza á tiritar el frió.
Aprenda a padecer el floreciente mancebo , dice Horacio , la pobreza , y así los Partos vencerá valiente :
Que la prosperidad de la riqueza al Hercules mas áspero afemina , y de los bronces falsa la dureza.
Cesa la garra del león sanguina quando tiene abundancia de alimento; pero sino , los campos arruma.
El lobo contra si se vuelve ambrlento; que la necesidad arma la ira de coselete aun mas sanguinolento.
Pensar que hay bien sin males es mentira, y esto lo jurará Solón el Griego, con que de Creso las ?.lhaxas mira:
Que para las estancias del sosiego, - se va por la inquietud: huye la gula,
Y i ve-
ver^s como las ganas vienen luega;
Pero si tu voraz vientre acumúlíj hazas de francolínes y faysanes, que después tu calor no disimula,
¿Será mucho que á bómitos allanes la máquina indigesta? jó será mucho que de la misma gana te desganes ?
Ea que no : que quien padece mucho ese goza del gusto á paso lento , como del sueño yo si salto ó lucho.
Despierta á las espaldas del contento el pesar enojoso, y con pereza nos vá dando las horas del tormento»
Pero quando se parte la tristeza ¿con qué azúcares viene la alegría? ¿con qué sazón los ratos adereza?
Yo solo tengo aquel por claro día que en las oscuridades de un poeta me ayuda con su luz serena y pía ;
Y no al que me arrebata la quieta éxtasis del estudio , por suave holgura que en recambio me prometa.
Quien sabe del trabajo , ese es quien sabe; y es tan decente á la salud humana, que por él se alígera la mas grave.
Gasta tu el arrebol de la mañana en componer el rostro de tu mente, que tu verás el resplandor que gana.
Porque el trabajo necesariaínente
es remora del tiempo y de la vida, sí del quieres usar como prudente.
Hace que el vientre logre la comida , que el cuerpo se avilite y desencoja, y que la noche con piedad nos pida:
Y así como después de la congoja el corazón se ensancha y regocija , y el apretado espíritu se afloja;
Dexada esta coyunda, al fin prolija, entra con tal lisonja en el recreo, que no será mejor la que él elixa:
Porque todas las cosas á deseo tienen tan en su punto la dulzura, que un no sé qué de Dios en ellas Veo.
Luego quien las usare con hartura , CSC estará sin duda el mas distante de hallar el fin que en ellas se procura;
Como quien trae de olor coleto ó guante, que es el que menos siente su firagancia, por mas que la perciba el circunstante.
Pues ea jgran Señor , hacer instancia en alcanzar de cuentas al trabajo , ya que vemos al ojo la ganancia.
Quitaremos con esto el espantajo que tiene amedrantados a mil buenos , y sacaremos la virtud de cuaxo.
Hasta gozar los pensiles amenos que la oratoria da , y Filosofia , de que tienes fecundos ambos senos:
Y3 Que
(?40
Que quien tu curiosa librería pretende ponderar , no es menos loco que el que cuenta los átomos del dia.
Duéleme , y con razón, de ver quan poco se premian los ingenios cultivados , tanto que el ciclo con las manos toco:
Y mas si considero los premiados , en quien el idiotismo se trasluce como en vasos de vidro delicados;
No , no la gran dotrina que en ti luce ^ comprada i puro espíritu, y regida de ingenio que á mil actos la reduce,
A quien eternamente darán vida los anales del tiempo ; que es forzoso que llegue á ser de todos conocida.
Y yo , si por tu afecto á sospechoso en las bocas del vulgo no viniera,
¡6 como de ella hablara numeroso !
Pero no es bien que luz , que reverbera ■ tan á envidia del sol , esté empleada en candeJero bronco de madera;
Que blandón ha de ser , y de cendrada materia , quien te diere á los futuros , so pena de dar nombre á mar salada,
O gobernar los exes mal seguros, así como el hermano de Lampeciá. quando tostó los Abasinos muros:
Y mas en esta peligrosa v recia Catoniána edad ^ donde no falta
ja-
jam35 ' censura maldiciente y necia ,
Ya para la que habita región alta , como para la menos altanera '
águila^,que los zéfiros asalta.
Pero siquiera pruebe su tixerat en mi basto sayal , siempre he de serte 6 garza que te junte con la esfera, 6 cisne que te alabe con mi muerte.
AL DOCTOR PEDRO
Martínez Rubio.
elegía IX.
S'^iveridad de amor que agora empiezas, ¡ay como poco á poco me diviertes el alma en sutilezas :
No ya razón , sino piedad invoco; ni ya mi paso a paso, ó dulce libertad , tus aulas toco.
Eran las alas del temor Pegaso , que altivas prometían volar desde el oriente hasta el ocaso;
Mas como vieron ya que se oponiarl centellas fulminadas , que sobre el cielo de su rostro ardían, '
Volvieron á su centro las pisadas, y en mi mostraron luego roto el valor , las plumas quebrantadas: • -^ ' Y4 Has-
C544)
Hasta que loco , deslumhrado y ciego , quaJ simple mariposa , encomendé mi ligereza al fuego.
Los mares pasa quien surcallos osa^ y el pecho que se atreve viene á gozar la palma vitoriosa.
Señor Dotor , quien sus intentos mueve ^ pretensión suhlime ¿que mucho que un peligro y otro prueve?
No en vano el mar su vejación redime con ola reyterada en el Inglés pirata que le oprime:
Ni éste se opone á la borrasca airada con otro pensamiento que de robar las Indias de una armada.
Yo di en el mar de amor velas al viento^ y con herrada quilla hendí la confusión de su elemento.
Ya de mi paz la sosegada orilla dejé, ya solamente agua me cerca y miedo me acaudilla.
Serena vi la mas serena frente ^ hasta que pardo ceño sirvió de nubes i su blanco oriente,
Y en su mirar suave y alagueño el áspero recato comunicó las éxtasis del sueño.
Decis que huele mucho á desacato pedir en tantos males
mas
mas blanda condición , mas dulce trato:
Y es que miráis de lexos los umbrales del ciego que solia encadenar los dioses inmortales.
Pero descortinad la hipocresía, y veréis claramente que no tasa el honor la cortesía.
No digo yo que Nisa me alimente de pródigos favores que puedan ser susurro de la gente :
No que vestirme deje sus colores , ni que las de su oreja ostente mi sombrero varias flores:
No que á mi pasear curse la reja, ni que en la noche oscura ó me escuche la música ó la queja ;
Sino que no me niegue la dulzura que í tantos comunica , pues no es delito amar á su hermosura.
De adquirir posesión es la rubrica que Amor jurisconsulto con experiencia y ciencia nos explica.
Pues no la pido aún para que á vulto defraude mis deseos , ni quando la pidiera fuera insulto :
Que si la honestidad ama rodeos, también abreviaturas, pena de no salir de devaneos.
Acuerdóme que andando i mis anchuras,
ra-
(340 rapaz casi ateísta ,
segun lo declaré por travesuras ,
Que de su condición hice una lista , como sencillamente fisiónomo que juzga por la vista.
Hállela entonces fácil y clemente ; que como no la amaba , disimuló el veneno qua' serpiente.
Antes si la miraba, me miraba, y i palabras de hielo dichas con rustiquez no se enfriaba*
Su dulce razonar era del cielo , su risa un paraíso; pero mi libertad un herrezuelo.
No daba tras su amor paso , ni quiso, por donayrcs que vía ; que de si salamente era Narciso,
Mas el ciego rapaz , que no dormía , cayó luego en mis ojos, y vencióme con dos que él no tenia.
Rendímc al fin con esto , y los despojos cedí ; que mi deseo era no darle al triunfador enojos.
Pensé que fuera (ay dios!) no lo que veo; mas desde que la adoro hallo que muda formas qual Proteo.
Sin duda que el Amor daña al decoro, pues es tenido en menos desde que ensangrentó la flecha de oro. •
Yo
C547) Yo sé que me miraban mas serenos
los ojos que ya graves,
de la severidad sienten los frenos.
Yo sé que me sonaban mas suaves las voces . que ^a mudas, de mis agüeros son noturnas aves.
¡Ay instabilidad , como te mudas! ¡ay como claramente las que antes eran ciencias , ya son dudas!
Por vos he sido hablilla de la gente : los amigos me lloran , el espejo me pinta diferente,
Los que me conocian ya me ignoran, y porque sombra sea, todos mis accidentes se empeoran.
Por vos la suavidad no me recrea, ni el blanco Najerilla , que sobre pardas guijas se pasea ;
Ni la que variedad muestra su orilla al tiempo que el verano siente la hoz de Ceres amarilla.
Pues instabilidad , blanda la mano ; mas no , que en vos espero ganar lo que quizá por vos no gano.
Para que en mi se vea el verdedero retrato de un perdido , pues vengo i desear lo que no quiero.
Yo os prometo. Doctor, que estoy corrido? no de ser desdeñado ,
pues
puesto que a geno estoy de ser querido;
Sin<^ de que el rigor se haya mostrado á tiempo que no puedo de tales vexaciones ser librado.'
Alagos me han traído i tal enredo; no duras amenazas que resistir pudiera mi denuedo.
Pues decir que hay remedio que dé trabas para que tu me veas libre desempedrar calles y plazas:
Bestia me han hecho ya viandas Circcas, que sazonando aliño , pasmaron de mi mente las ideas.
Segunda vez Cay dios! ) vuelvo á ser niño,, y Á temer la correa , que engendra en mi memoria ya cariño.
Bien es verdad que el alma no se emplea qual antes en la trompa, ni en el peón que listo se voltea ;
Qiiizá porque mi mú no se interrompa con el simple juguete , m los cordeles de mis ansias rompa.
Solo de aquesta Musa , que promete tal vez melancolías , me dexan que las dudas interprete :
Quizá por ser carcoma de mis diaSj, con quien las horas gasto dedicadas al gusto y alegrías.
Ella de mis sentidos es el paste,
ar-
arsénico que lento
destempla al mas organizado y casto.
También me dejan ser del pensamiento Icaro bullicioso, que sin temor del agua surca el viento.
Quizá porque el espíritu brioso, derretidas las plumas, llegue á precipitarme al mar undoso,
¿Mas quándo merecí yo tus espumas por túmulo , Paña , para que asi glorioso me consumas?
Yo pienso que el morir no lo sería, si fuesen los cristales que fueron cuna tuya , tumba mia.
Ni los que por mi mal padezco males, de quien soy estafermo á tantos como dan votes mortales,
Tampoco me permiten ver el yermo, Hipócrates que sabe curar solo con dieta al mas enfermo,
Qijizá porque este mal pesado y grave no cayga de su brío, ni de nuestra salud vuelva la llave.
|0 dura terquedad de un desvario por quien á saber llego que quando peno mas menos confio!
Por vos he . desterrado mi sosiego , y enterrado mis años : pues menos ira, terquedad, os xuego,
que
que no hay esfuerzo para tantos daños.
elegía X.
SI la vertida sangre es poderosa para que vuelva á ver la luz del dia la que ya vive en noche tenebrosa,
Qiiéde la vuestra , viértase la mia , y vuelva á verse en vos como en espejo la que llorando estáis difunta tia.
Pero si no es posible que al reflexo deste apacible rayo de la vida vuelva por diligencia ó por consejo :
Si no es posible ser restituida al zéíiro vital que en vos recrea dulce beldad y juventud florida :
Si no es posible que otra vez os vea, el llanto , pues , secad , que puede un llanto desasear lo que el amor ase?;
Y esos ojuelos que se aquexan tanto por derramar aljófar , no tan tiernos haced que hagan menos el quebranto ;
Que no siempre el rigor de los hibiernos nieve promete congelada y fria, aunque en Aquario llegue el sol i vernos;
Ni siempre la tiniebla mas umbría con atavio lóbrego se opone á la serenidad del claro día:
Que Dios intermisión tal vez dispone
en
(351) en medio del naufragio y del apremio, y á la riguridad límites pone.
Bien sé , señora , que perdisteis gremio en quien vuestros deseos mal logrados hallaban ocio y esperaban premio:
Y sé que como arroyos desatados mil cuidados irán á vuestro pecho de tristeza y dolor acompañados ;
Pero no ha de poder tanto el despecho que a la meditación cierre la puerta para considerar que esto ya es hecho.
¿De qué sirve el gemir donde es incierta, y mas que incierta , vana la esperanza fundada en posesión de cosa muerta?
Solo tened en Dios la confianza de que la singular Doña Maria gozando está su bienaventuranza;
Porque su gran virtud no prometía menos descanso que una gloria entera: tal era el proceder de vuestra tia.
La mansedumbre y condición sincera con que al mendigo y próspero trataba, ya fuese estraño , ó ya le conociera :
La mano liberal con que llenaba las dos del pobrecillo , que a su oreja mejor su voz que citara sonaba :
Los cuerdos exemplares que nos deja . de heroyca santidad , y el grave celo que en la viña de Dios arrastxó reja :
La
(3 50
La ardiente candad que fue consuelo de tanto miserable , y el cuidado que tuvo en despreciar cosas del sucio :
El espíritu pronto al ser llamado de la divina inspiración : la austera y religiosa vida de su estado :
La condición afable y placentera, y aquella suavidad , no prometía menos descanso que una gloria entera.
Dejo aquella su gran cortesanía, virtud que acá en el mundo fué de peso, y que á su gran nobleza convenia :
Dejo aquella entereza que el progreso de su vida feliz hizo dichoso , disimulando el bueno y mal suceso ;
Mavor que la de Aníbal animoso quando vio la cabeza del hermano en medio del exército lamoso :
Que el generoso espíritu y cristiano la misma cara debe hacer al triste, que al dia mas alegre del verano;
Porque la fortaleza no consiste en vencer escuadrones , sino solo en domar la pasión que se resiste.
Dios grande entre los dioses era Apolo,; y por llorar la muerte de un su hijo fué desterrado desde el alto polo.
Mas vos que resistís al regocijo , en tan pequeña edad con grave ceño ,
tam-
^5 5?) también resistiréis mal tan prolijo :
Que pues los cielos os hicieron dueño de tantas perfeciones , no es creíble que os falten hoy en rasgo tan pequfeño. - Yo os concedo que el golpe es insufrible ; pero sé que es mayor vuestra cordura, y que le puede hacer menos terrible. Fuera de que la fior amena y pura con demasiadas aguas se desflora: pues tal quizá será vuestra hermosura ; Que unas continas lágrimas , señora , mas envejecen que la edad tardia , donde la muerte llama , vive y mora :
Y esa tez delicada, que debia con nativo esplendor ser cada instante á tanto amante dulce tirania,
Podrá ser que redima á tanto amante, si se amortigua ( ay dios!) su color fino, y tal severidad pasa adelante.
Dejad , pues , ojos el llorar contino, y volved á encender almas de hielo con ese rayo puro y cristalino.
¡O retratos del sol, por quien el suelo goza de larga paz y juntamente de la tranquilidad de todo el cielo 1 Ko permitáis agora que doliente así el rojo clavel se vuelva en lirio , y el blanco lirio en lirio diferente : y no le ocasionsis tanto martirio
Z al
C5 54) al que por adoraros ya os contempla
inundar las riberas del Asirlo :
Transmigración que el ánimo destempla,
y mudanza qu e muda al mas sufrido ,
ú en medio del naufragio no se templa.
Considerad » Brasilda , que el florido
Najerilla por vos está agostado,
como entr e blancas nieves el egido.
Ni al margen dá jazmín , ni grama al prado,
ni á la suave voz de Filomena
adula con orejas de cuidado.
Su rápida corriente ya no suena;
que lenta, poco i poco vá dejando
los pardos minerales de su arena.
Quien vio las floreiJllas , que brillando
asemejaban el reír del día ,
haciendo visos mil de quando en quando,
Ya pregonando anuncios de alegría,
ya despidiendo olores mas fragantes
que arroja el incensario de Suría;
Pues como si nacidas fueran antes
para luego morir , agora ostentan
feos y desvaídos los semblantes.
¿Pero qué mucho que este agravio sientan,
si de escuchar las hojas en su rama
hasta los mesmos árboles se afrentan ?
Qual hay , que á imitación de la retama,
la verde greña muda en amarilla,
y qudl que por las aguas la derrama.
¡o
(3 55) ¡O miserable estado el de esta orilla,
que cada día vaya en detrimento,
sin que le sa'ga al paso el Najcrillal
Estáse allá metido en su elemento
sobre la urna reclinado el codo ,
puesto en la gran tragedia el pensamiento:
Y no permite que se ponga modo
S. su reformación ; que en él la pena
se va fortificando toda en todo.
Su garzota peynada ya es melena ,
y sus mexillas de azucena y rosa
tan solamente son ya de azucena.
La clara su espelunca es tenebrosa,
las sus ligeras Náyades , de hielo ,
que aumentan su pasión triste y llorosa.
Rio , ¿por qué tan eficaz duelo?
5por qué tanto rigor ? Mas él responde,
que porque está sin él quien da el consuelo.
Bellísima Brasilda ¿á donde , á donde
con tan copiosas lágrimas ? ¿sois rio?
que un llanto tal á aun rio corresponde.
Poned los ojos en mi desvario,
y veréis que es tan grave , que no siento
por solo el vuestro el sentimiento mío.
Pero pluguiera á Dios que el sentimiento
todo á mi se pasara, y vos segura
firmarais paces de mayor contento :
Que entonces viera yo mi suerte dura
dar tnil indicios de mejor suceso
Zx con
r5 5^)
con hacerme tan rico de ventura.
Viera que tanta gloria aun era ecccso para resucitar á un desdichado, que como palma se levanta al peso : Viera tanto servicio mal logrado volver a florecer , como el sarmiento de buen terreno con sazón podado :
V viera vuestro bello rostro esento de todo vasallnge de tristeza , que por ser reyna vos tanto lo siento.
La madre en nos amar naturaleza entonces mis congoxas aliviara , Y diera intermisión a la aspereza.
Ve 1 viera a murmurar la linfa clara del ya cartuxo rio, y su rivera i copiar el clavel de vuestra cara :
Volviera el árbol á su faz primera, mudando en cabellera de esmeralda la que ya de topacio es cabellera. Sino , volved los ojos y miralda, veréis como se pela poco a poco , y vuelve el suelo de color de gualda.
?Pues qué gusto no diera el campo loco alzando verde frisa, y esmaltando mil flores que de lástima no toco ?
NTo menos le imagino que si dando crédito á los apólogos del Griego, mil Dríadas por él viera baylando. Volviérase i sus fleciías el que ciego
se
C?57) se alimenta de llamas y de flechas» fomentando feliz desasosiego.
Saliera de sus cárceles estrechas á tal reparación el hondo rio con rostro enjuto y con garzotas hechas^j
Tornará á desatarse el hielo frío de- las ligeras "Náyades , que pone con justa causa en condición su brio :
Y todo quanto agora descompone el trance funeral de vuestra tia , tragedia que á los gustos se antepone ,
A su primer estado volveria, como después de discurrido el cielo se vuelve á reiterar la luz del dia ;
O como quando , fecundado el suelo, vuelve el almendro á dar leg;on florida, después de las escarchas y del hielo.
Yo que por ves alimenté la vida, en pálido temor siempre me veo , que os considero siempre condolida.
Y asi de mi esperanza el devaneo , por .hacerse mayor , crece de suerte que me va despeñando , y yo lo creo.
Si vos no os aliviáis , mi daño es fuerte; pues tanto tardaré yo de acabarme , quanto se detuviere en vos la muerte.
Y primero que Ueg^ue á desatarme destos presentes lazos , os suplico
que me dejéis vivir con no dejarme :
Z3 Qüc
(3 581
Que sí al pobre contento llaman rico, yo también lo seré con solo veros , no obstante que sin aima os lo suplico.
Y porque á veces casos tan severos piden de suyo á próximos y estraños consejos y servicios verdaderos ,
Si algunos pueden dar mis pocos años, ya que consejos no , mandad servicios , que esos oírezco yo muy sin engaños :
Que bien dos años ha que dan indicios dcsta verdad las niñas de mis ojos , por ser del alma lenguas y resquicios.
Dejo aparte , Brasilda , los enojos que en vuestro amor y el mió han sido medio para que os rinda el alma mas despojos ;
Y vuelvo á suplicaros , que al remedio es apliquéis del mal que os atosiga , como suele el cercado en el asedio,
aliviaréis de muchos la fatiga, que os miran como á Norte : y finalmente al mundo daréis pie para que diga, que en verdes años hay edad prudente*
ELE-
(559) ELEGÍA XI.
CON ya sentido vaso en mar incierto medroso mercadante que al Sur guia no tanto se alegró de ver el puerto ;
Con lucha de dolor y de agonía enfermo fatigado en cama dura no tanto se alegró de ver el dÍ3.
Mucho le debo , Clori , á mi ventura , puesto que mercader y enfermo he sido en alterado mar ,en noche escura.
Ya no de sierras de agua combatido, ni de dolor y miedo congojado , sino de puerto y luz soy proveído.
¿Qué mucho? vi tu záfiro templado poner tranquilidad en agua y velas , y en medio del horror tu crin dorado.
Venus eres de paz, no de cautelas : paso llano me diste en las espumas, y en la noche piadosas centinelas.
Por tí lienzos y pinos fueron plumas , y el silencio lunar parlera aurora , que me prestó la suavidad de Cumas.
Porque del cisne oí la voz sonora comunicarme sus postreros vales, y en rre tener la m:>rgen bullidora.
Rocas de hielo hacía los cristales, y de cristal los vientos : que á las veces
Z4 sa-
saben lisongear cantados males.
Su blanca tez paraba allí los peces; que ojos ocupa , y párpados levanta Jo que és imagen del candor que ofreces.
¿Pues de quién se esperara piedad tanta, y mas sabiendo yo corren á una la crueldad y belleza en Atalanta?
1 u de mi adversa , próspera fortuna, y. de mi noche , luz á un tiempo fuiste: mudVo te debe el hueco de la luna.
No las Hiadas ya con ceño triste trastornarán las urnas manantiales, que se escondieron luego que las viste.
No ya los atavíos funerales sacará la región , que los depuso luego que vio tus ojos celestiales.
Marinero del Kin no ya confuso recelará l?is ondas del Euxino : calma promete su cristal difuso.
Ni ya cansado del penar contino enfermo temerá la noche oscura ; que luz promete tu mirar divino.
\ O quan diversa en todo es tu hermosura de la que conjuró Griegas armadas , y las hizo venir á suerte dura !
Por ella las que ya de orín tomadas mostraban ser corónicas del ocio , volvieron otra vez á ser espadas.
Por ella el Ateniense y el Beócio
se
se avecindaron , y el Cretense isleño tomó Jas armas y dcxó el negocio.
¿Qué mar no se pobló de vasto leño? ¿qué' viento no salió mis que de paso á sacar á las ondas de este empeño?
Por ellos tanto Abeto fue Pegaso , aunque mostraba ser con grave ecceso Paladión de Griegos cada vaso.
Mucho aligera la venganza el peso : Troya verá las armas de Micénas, aunque se oponga allí largo progreso.
Tiénele una muger de luces buenas : clama la conjugal ardiente llama, y celos otra vez azulan venas.
De todo se aprovecha quien bien amat' del ayre quando ruxc con el lino , del agua con el fresno quando brama.
O ! cúlpeme el mas ciego desatino si le buscare yo con Griega armada ; que aunque hermosa no Helena te imaginoj
Antes juzgo por ti la edad pasada, y doy crédito al siglo de Saturno : tal estás en mi mente venerada.
No , no las sombras del postrer noturno á mi níe espantan va ; que su apariencia es la del sueño del postigo eburno.
. Procos te piden : tela habrá y prudencia que asegurarme puedan de los daños de tanta mal sufrida adolescencia. '{ Cor-
Corran pues en buen hora los engaños; que yo seré el UJises , Clori hermosa , que tome residencia de sus años.
Si hubo Calipso , ya no estes celosa ; Sirenas me alagaron el oído, que ya se pasman á tu voz graciosa.
Da crédito i las aguas del olvido : en sus olas bebi larga corriente; y a^í tu sola riges mi sentido.
Ea , mendigue ya de gente en gente el áspero desden , puesto que gozo lo que honrar mereció tu blanca frente,
Haya para el desprecio calabozo , puesto que con el sol compilo en rayos, y smor se comunique sin rebozo;
Y c<;a rosa engreída tantos mayos permite que la siege el jardinero antes que su altivez crie desmayos:
Qiie eiitonces el clavel mas lisongero aun ser no alcanzará perfeto lirio, ni p'ata el o»'o.ni el cristal acero.
Padecerá las leyes del mirririo entonces Is memoria , viendo esclava la gran Jerusalen del grave Asirlo,
Aí-ora , Clori , agora que la aljava de flechas vitorlosis tienes llena persigue al retozón corcíllo , acaba.
Ea duerma tu brío en su cadena , trayga , trayga el collar con tu divisa.
y luzga tu cuidado en su melena: que todo lo demás sin esto es risa»
elegía XII.
HOY que es el dia de tu santo , Nisa, con piedrecilla blanca le señala, y todos celebrémosle con risa.
Adórnese de vírgenes la sala , y los marinos ámbares respire , y en loca juventud brille la gala.
No quede libertad que no suspire por dulce esclavitud, ni el ceguecillo no deje corazón que no conspire.
£1 liberal festin , de quien caudillo es la sonora cítara de Febo, se empiece con donayre y saynetillo.
Sepa Licóris que hay requiebro nuevo en el pecho de Ciro, y encubierta quiera estorbar los gustos del mancebo.
Procure abrir la embarazada puerta, entonces de vulgar gente ocupada , y quede con los celos casi muerta.
Tropiece , la pavana comenzada , en su mismo despejo Cleobulina , por ser del blanco Tamis levantada,
¡O con quanta presteza y quan aína i su restauración irá Leonelo, y á travar de su mano cristalina I
Pe-
Pero como el Borní que barre el ciclo, se quedará cortado sin la caza, y su semblante convertido en hielo.
Despejaráse luee.o la ancha plaza del inquieto sarao , y hará su dicho la colación , el búcaro y la taza.
No quedará bocado ni buen dicho que no se solenice ; que el decoro ni les pondrá cesacio, ni entredicho.
Desnudaráse la vaxilla de oro de aquellas fundas de bayeta ó grana en que se ha conservado su tesoro.
Saldrá del camarin la porcelana , vendiendo estimación con la conserva que incita al paladar de menos gana.
Acudirá á lo dulce , como cierva al cristalino arroyo , Layda ; y Davo arrimaráse á Clórida tu sierva.
Pues no le menosprecies,que aunque esclavo, i fé que ha sido arpón de mas de un pecho que ^sc preciaba de robusto y bravo,
Donde ni el pundonor fue de provecho, ni las que la vergüenza dá aldavadas , para sacarle de tan arduo estrecho.
¡O rigurosa edad,á quien no enfadas con tanto nielindrico y ceremonia como de tu arancel tienes colgadas!
Dichosa aquella quando las Caónias vellotas eran pasto al mas fruncido
de
de las Asirías márgenes , ó Ausonías.
No entonces el honor era nacido , tirano universal de todo quanto estuvo en posesión tuya , Cupido.
No entonces con estrépito ni llanto la inocente cerviz temió la espada que ya amenaza seoultura y llanto.
Ni la nobleza entonces heredada , en la forma que el tiempo lo pedia, padeció esclavitud desestimada.
Convocaba la Venus cada dia requiebros de mancebos y doncellas , y al yugo fácilmente los traia.
Eran las principales las mas bellas , y el muchacho mas noble el mas amado, puesto que grangeába mas con ellas :
Que el prmápe que nace alambicado de sangre quinta esencia entonces fuera de estimación muy poca si agibado ;
No respetado mas , aunque tubiera el oro que los Argos adormece , y de los ojos turba la vidriera.
Pero nuestra ambición esto merece; pues pudiendo vivir sin artificio, lo que al simple muchacho le acontece ,
Que en el hoyo que labra su exercicio viene á caer después , to se acordando de haber sido arquiteto de aquel vicio:
O lo que al gusanillo , que volando
con
con ansia diligente , busca el Tuego, y muere entre sus llamas anhelando.
Mas quiero yo vivir en mi sosiego y sin empacho en brazos de Brasilda , que quanto adquieren la lisonja y ruego.
Si quiera el maldiciente que me tilda. por Epicúro en esto me murmure, como á hombre que vicios acavilda.
Al tiempo se los dejo que los cure, pi esto que sana la mayor locura , por mas que el frenesí la desfigure.
Muchos tendrán á insania , yo á cordura comprar al descubierto el regocijo , sin esperar i incierta coyuntura.
Ni pienso que hay mas bien del que yo elijo, y mas si se me viene por la posta , y no como galápago prolijo.
Duro Torquato , tu rigor me angostas deja que el hijo goce de sus brios , sin hacerte temer tan a su costa.
Todos hacemos siempre desvarios: el mucho recatado en el recato , y el mucho desviado en los desvíos.
Era severo en castigar Torquato , y traspasó las leyes del castigo , siendo á su patria y á su sangre ingrato,
jQué mas pudiera hacer el enemigo , si su cerviz del hombro separara? <Tu fuieste padre ? no : ¿tu fuiste amigo?
No:
No : que quando tu vando quebrantara, era al fin hijo , y era ciudadano que en otras mil empresas te ayudara:
Blandiera liberal la espada en mano, y al asalto el primero se opusiera; que era tu rama al fin y era Romano.
Manda el honor aquí que el hijo muera, y aunque el amor da voces , no es oido: siglo de hierro al fin y edad severa.
o! Dios maldiga el pecho endurecido que dio primero filos al alfange , y belicoso estrépito al oido.
Por ti conquista el Macedón falange las descuidadas márgenes del Indo , y las que da pacíficas el Gange.
-Por ti las nueve músicas del Pindó enmudecen la citara y el canto , y teme los rigores el mas lindo.
Por ti , cruel artífice de llanto , se aflige la doncella y la casada, y se pueblan los reynos del espanto.
Aquí te queda , rabia ensangrentada ,' y deja la que Venus rige y cria , que no es la que hoy usurpas tu morada:
A donde si amanece c!aro el dia, puedes echar de ver que ese tu ceño no es menos digno que de noche umbría. Dcxame á mi también , que en alahueño círculo me sustenta una esperanza
ja-
(368)
jamas vencida de robusto empeño.
Que mas quiero su gloria en confianza de una dichosa paz , nunca rompida, que la que el militar triunfo alcanza.
Para vivir se concedió la vida , y no para que él terco me la tase porque tiene la espada mas crecida :
Que si señor del mundo ser pensase por solo descubrirle al otro un hueso , por las flechas de Amor que lo dejase.
¿Yo rostro ayrado? ¿yo turbado el seso? y llamas vomitar , pud'cndo risa ? Quita , que es risa : no me trates de eso, y mas hoy dia de tu Santo , Nisa.
A DON PEDRO RUIZ
di Ver gara,
elegía XIII.
AMancció tal vez sereno el ciclo , y el sol sin resistencia halló camino para comunicar su luz al suelo.
Surcaba el mercadante peregrino entonces el Carpacio , y alegróse , que vio templado el mar , seguro el pino.
La sombra , que en su ausencia licencióse, huyó viendo la luz , huyó qual viento, y al amaparo del álamo acogióse.
¿Qué
(5^9) ¿Qué procuráis hacer en tal aumento, si asegura la paz el nuevo día, tirano amor , verdugo pensamiento ? Terca parece ya vuestra porfía , ó rustiquez villana , hacer mas guerra á quien paga al desden en cortesia.
Ligado estoy al Cáucaso en mi tierral confieso al fin que me atreví a tu fuego; venganza es justa , si en amor se encierra.
Pero que empeñe el alma su sosiego por obligar las iras de una ingrata, y que responda con desprecio al ruego,
Don Pedro , aqui el Amor no se retrata ; que tal severidad jamas la elije el que de encadenar las almas trata.
Bibrar tal vez el arco con que aflige, y hacer demostración de su veneno, hácclo Amor , mas luego se corrige.
Tratado el áspid se reduce al seno, y el oso mas selvático tratado responde al dueño plácido y sereno. Ya coronando de su umbral helado la superficie ,en lágrimas deshecho me halló la escarcha , y aun mi dueño airado»
Quise tal vez atravesarme el pecho , viendo que venza al bronce la costumbre, y yo en mi mal no quede satisfecho.
Reparaba el calor de tanta lumbre con la tibieza que en sus ojos via,
A a sin
sin querer ascender á mayor cumbre.
Hasta que por mi mal terca porfia - toda una noche me afirmó en su pucrta^j y en su retrete saludóme el día.
Éntreme temeroso al verla abierta , y en la del camarín apliqué luego sones que hicieron mi esperanza muerta.
Pasmé el color , y malogré el sosiego , al desmandar la mano. ¡Ay quanto teme quien ama una muger , quien sigue un ciego!
Vime perdido al fin ; mas reporíéme, aunque mi inquieto corazón mostraba, mostraba el daño al daño : consoléme.
Sintióme , ay cielos! al tocar la aldava , y sin apercibir la fácil toca salióme á responder. Quan bella estaba!
Vieras , Don Pedro , entonces de su boca rayos de fuego fulminar su labio , mayor mí daño , mi pasión mas loca»
Su rosicler tuviera por agravio de la mexilla , qué mostró graciosa ser menos fina , y mí temor mas sabio»
Como al nacer alexandrina rosa , ó como blanca aljófar desatada entre roxo coral , estaba hermosa.
La madeja sutil medio trenzada, (asi la gran Semíramis nos pinta la antigüedad al empuñar la espada )
Pendiente el lado de purpurea cinta,
que
que la solicitud desdeñó quando oyó los ecos de mi voz sucinta.
Quísela hablar : túrbeme ; que mirando la magestad y la belleza unidas", segunda vez me fueron despeñando.
Ni amor las almas , ni desden las vidas ^ desemejaran con el oro y piorno, ni el atrever se hurtara á las heridas , Sino sintieran de su blando asomo «1 tácito aguijón , cuyo recato ira instilaba de su casto pomo.
Habléla, aunque eran al purpureo ornato de sus ardientes ojos ya los mios débil empresa , y tímido aparato.
No hielan mas ios Aquilones fríos del Setentrion en medio del hibierno, como ella al responderme con desvíos.
Quedé qual suele el pámpano mas tierno» endurecido con el cierzo helado al frió soplo del dolor interno. El generoso espíritu alterado quiso arrojarse al odio ; mas detubo sus brazos nobles el amor vendado.
¡ hh cautiva razón, quan cerca estubo de levantarse tu postrado imperio! Mas ventura en los dos , ni fuerzas hubo, '
Que alli la imagen al falaz misterio- forma ímponia y crédito le daba , y yo á los dos infame cautiverio.
Aa a No
(570
No colegí jamas , ni se esperaba , que una doncella débil ser podría *
tan firme siempre , tan esenta y brava»
Bien sé que de ella tanto no nacia este inmortal desden , quanto del dueño que exercitaba en mi su tiranía.
Ciego rapaz ¿en mi caudal pequeño, y en mi facilidad pruebas tu saña ? ¿no ves que á tanto hogar soy poco leño?
Vete , vete de hoy mas , y en la campaña, quema laureles de perpetuo adorno , y deja al cierzo sin tocar su caña :
O mas cruel , los arboles de en torno de gran proceridad , pues hay materia, entrega al rayo del cruel bochorno ;
Que en tanto que la edad mis años feria, si me apurares, perderás un siervo, y yo los pasos de tan vil miseria.
Rigor , Don Pedro , pareció protervo i los ojos del cielo el de Anaxarte , y al mancebo infeliz , triste y acerbo.
Pero si el celo y la razón son parte para pedir venganza en tal injuria, ya en marmol veo mi querida Astarte.
Quizá en materia sólida y espuria dará señales de mayor terneza , ó por lo menos templará su furia.
El Veneciano mar que se endereza hacia Calabria, quando brama el Noto
no
no muestra ftias rigor ni mas fiereza.
Surcaba sin fanal y sin piloto , y como yo no admito desengaños , mal me pude amparar de un mástil roto.
Las Cicladas briosas de mis anos obligadas también a la tormenta lloran los golpes al sentir mis daños.
¿No es lástima de ver que se alimenta el mar un año casi de mi llanto , sin que la causa de mi mal se sienta?
O no parece que lo lloro en tanto , pues que lo inoran árboles y fuentes , ó yo soy bronce , ó el amor encanto.
Anímense las ásperas corrientes , crezcan del viento las opuestas iras , y yo perezca á vista de las gentes ;^
Que de la misma suerte que me miras, tan firme en U pasión de mi deseo, y solícito al daño de sus viras,
Don Pedro , el ciego por quien sufro y veo este grave dolor , verá quan fixo quan fixo al padecer se aviene un reo.
No la esperanza , la esperiencla elijo, aunque dicen que amar sin esperanza es un infierno y un penar prolixo.
Ni con que de contino la mudanza nace de las preñeces de la ausencia , en mi la esperes , ni en mi mar mudanza, -
Ausente estoy , que quiso la esperiencial Aa3 que
Í374) que no se irte escapase este remedio > r
con que no le buscaba mi dolencia,
Y como el oprimido en el asedio, que .en sus fuerzas se fia temerario , sin que tema el rigor , ni admita el medio,
Asi me opongo al áspero contrario , y asi desprecio el medio razonable , sin esperanza de suceso vario.
Quien llega i ver un trance miserable, jde qué le sirven amainar las velas , parar los remos , ni tenerse al cable \
Yo , que apagadas vi las centinelas , muerto el fanal , deshechos los faroles , en mar mudanzas , y en amor cautelas:
Yo, que el eclipse vi de aquellos soles en mi mal conjurados, prometía mas vencimiento que el Tebano i loles. Ni se espere de mi que si lo hacia , lo hacia por mudanza de suceso; que no pena por premio mi porfía.
Que solo el vencimiento , que confieso, fué por ser medio para darle el alma; y pues ella se dio , pague el ecceso.
La razón bien quisiera alguna calma tras tal naufragio , con estar corrida, y aun creyera de amor llevar la palma;
Pero como administra ya mi vida una loca pasión desalumbrada, no lo permite , ni aun le da acogida.
Sí
'(575)
Sí alguna vez la siente que , parada en las vanas imágenes , fabrica guerra i la mente con discreta espada y
O si severa en la conciencia pica , de suerte la repele y la molesta, que deja el puesto y al correr se aplica.
Mis deseos alli , que siguen desta la fugitiva planta , mas sutiles, ni la dejan en prado, ni en floresta,
Hasta que al fin con ánimos serviles, parados en mi ciega fantasía, el oficio exercitan de buriles.
Las especies también que allegó el dit con breves alas de inspirado aliento , fieles trasladan en la noche fria.
Ni ya te pese el ver que doy asiento i tan vanas imágenes , que en ellas, sino paro el dolor, sigo mi intento.
Porque tal vez sucede al recogellas copiar de mi señora la hermosura, y hacer un tanto de sus luces bellas.
Y como suele a veces la pintura , si es fiel , acreditar lo retratado , y hacer original lo que es hechura :
Asi yo engaño al mísero cuidado que en mis entr.ñas áspero se ceba, y hago que goce un bien nunca esperado.
Parécele al principio cosa nueva; pero después tan crédulo le abraza
Aa4 qu«
(37^ , .
que al admitirlo su tormento elcVa.
Y yo , que al fin en la aparente taza bebo -el engaño , tan sin él le bebo , que del dolor desmiento la amenaia.
Mas como el descansar , si es poco , es cebo para que sienta mas las ansias mias , otórgamelo Amor , y yo lo apruebo.
Pero apenas ( ay dios! ) las aves pías suelen la blanca risa al arroyuelo pasmar Sirenas y beber Harpías ;
Y apenas suele recogiendo el velo, por jnis ventanas estendersc el rayo , y de nuevo valor vestirse el cielo ,
Quando ,de<.pierto al fin deste desmayo. Vuelvo a sentir mi mal ; que en tanta pena po me juvila la piedad del Mayo i
Aunque tal vez me solicita amena la artificiosa margen deste rio ; pero á la suya mi afición condena. Bástele á su caudal el raudo brio que el padre Tormes de sus urnas vierte, sin que se amplíe con el llanto mió:
Porque si mi pasión no se divierte con las colores que le da el deseo , jnal podrá divertirse de otra suerte.» Tampoco me permite el devaneo qu^e se licencie en algo mi apetito , quizá por lo que dista del empleo; Antes exagerándome el conííito
en
C377) en que puesto me ha la fantasía, burla mi engaño , afea mi delito.
No porque sienta que la empresa mía es menos noble que la causa de ella ; sino porque conoce mi osadia,
M<is yo , que siempre resucito en ella la del hijo de Dédalo , no escuso, no escuso siempre de seguir su huella:
Que quando por los Ábregos difuso cayga en los hombros de la blanca espuma, tendré los fines que el Amor dispuso : y aquí le tenga mi cansada pluma.
X^§=í^5^
LOS
(379)
LOS EIDILIOS,
LIBRO SEGUNDO
DE LA SEGUNDA PARTE
DE LAS ERÓTICAS,
DEDICADOS ,í
A LA EXCELENCIA DEL
Marqués de Arenquer , Virrey y Capitán General del Rey no de Portugal,
PErezosa estación de siesta grave , y mas que siesta pluma no ocupada, que la batió otro tiempo vulgar ave, y agora mano apenas divulgada , me ocasionaron la que veis suave Égloga culta , bien que desgraciada, generoso Señor , si en vuestro gremio no resucita su esperanza el premio.
No de aquel hablo que acredita el oro con faz dolosa , y pálida apariencia , apóstata del crédito y decoro , contra quien pasma la mayor prudencia; C que tunque rico no soy , mi techo adoro) sino de aquel que luce en Vuecelencia
apa-
apacible escuchar, que si me escucha
el premio es gr3rjde,y la merced es mucha.
Fértil terreno ofrezco cultivado del mejor labrador que aró terreno , en cuya protección también ganado amenidad pació de prado ameno. Este pues arrastró mi corbo arado , haciendo proprio , que redima ageno, con idioma vulgar en este Eidilio la gravedad Latina de Virgilio. -^ -Sueno os hablará , Señor , oildc pues merece atención su dulce boca; Vjtie aunque es sujeto para vos humilde, para las selvas es deydad no poca. Si se humillare á vos , á vos suvilde? Heroyco sois , y la grandeza os toca: qu^ quien fabonias penetró paredes igual estilo usó con Ganimedes,
Alas le ha dado el pensamiento , y gala? de florida estación prado florido ; que para entrar á generosas salas Va proníto,y va (aunque rustico) vestido. Doseles pues de hoy mas cubran sus alas, y 'vastidores borden su vestido, si es que merecen ocuparos horas - estas que me dictó rimas sonoras.
Hace sombra auna cueva , quando el día tuesta las crines del león Ñemeo, una arboleda ,que por serle pia ; •:. flc-
(580 flechas resiste del calor Febeo,
de quien la luz cansada se desvia,
mientras el ayre bulle con aseo,
florida estancia , que al pastor de Anfriso
se la defienden Dafne y Cipariso.
Casi arrobado del nativo anhelo
que el pecho inunda , con suave olvido
Sileno yace aquí prestando al suelo
lo que le debe al alma , no al sentido.
De un mirto hizo almohada , cuyo vuelo
era á sus hombros pavellon florido , ni
y amalignantes Argos impedia . :?
ver lo que en vano el sueño distra/a : -
Cuya quietud dispuso , no afectada
vigilia , no descanso interrumpido , o
sino despierta sed bien almorzada i
del olio i Bacü en urnas- ofrecido,
que negociando en él vista cargada,
ancho sosiego y general descuido ,
grillos le echó con éxtasi alahueño:
que no hay un paso desde el vino al sueño.
No allí la amarillez de la viola
con delicada pluma se vé escrita;
que el requemado humor con fuerza sola,
mas arrebola que colores quita :
su faz retrato es ya de la amapola,
sus venas del color que el cielo imita:
y. minas fueran de oriental tesoro .1
si como son de vino fueran de oro. (
Des-
Descomedida la pasión suave guirnaldas puras le robó insolente , que porque el verde suelo las recave se atrevió á las almenas de su frente. Luego el letargo allí volvió la llave, y le cerró los ojos mansamente: que contra vandoleros cuidados tales eccesos suelen ser candados.
De la asa que alisó larga costumbre el cámaro colgaba , que ofrecía entre líquido humor secreta lumbre , que vuelve en brasa la región mas fría, centella que á la mas eccelsa Krumbre no perdonó jamás , cuya osadia del mismo Baco se atrevió á la frente antes de hollar los áspides de oriente. Vieronle apenas Cromis y Mnasilo , tiernos rapaces , bien que muy dotados de atrevida niñez , cuyo juvílo efectos hoy dará desmesurados ; porque exercicndo pueril estilo , á donde el viejo está , con pies alados corren ligeros ; que ocasiones tales sirven de espuela para muchos males:
Y con las mismas trenzas que antes eran adorno de su sien , con las robadas, sus manos y sus pies ligan y ajteran las que el sueño le echó , las ya alteradas, £1 despertó j mas ellos perseveran;
que
que anima sus acciones libertadas ver que los ha burlado el viejo graVe con la esperanza de un cantar suave.
De la esmeralda en obas sostenida , que campo de cristal es de Neptuno, si no lo es de esmeralda en quien guarida halló á sus odios vengativa Juno, Egle , muchacha de niñez florida , y del golfo mayor que otro ninguno epílogo en beldad , con quien es fea la mas que cisne blanca Calatea ,
Salió volando , y al brindado empleo , juglar quanto agradable , alzó la mano , no perdonando alli del semideo, con liquidada mora al rostro anciano; antes lo remostó con tanto aseo, que solamente del cabello cano el ampo reservó , porque con esto se hiciese mas ridiculo el compuesto.
Todo esto mira el semicabra , quando á bs muchachos dos dice riendo: Niños ¿por qué me atáis asi burlando? jno es harto haber podido estarme viendo? Soltadjne , pues , y oid, que en acabando , esa tendrá su paga. Y requiriendo las dulces cuerdas de un rabel sonoro, al ayre de cristal dio voces de oro.
Entonces vieras tu Faunos y Drias retozar de placer : entonces vieras
las
las cumbres de los árboles umbrías nsoverse al dulce cántico ligeras , y á las peñas mas sordas y mas frias con mayor atención : solo á las fieras no vieras revolverse ; que la grave canción fué de sus pies pasmo suave.
No se alegró jamás tanto la cumbre del monte de las Musas , ilustrado de Apolo con su cítara y su lumbre, ni el Ismaro de Orfeo celebrado, ni menos la Tebana pesadumbre á la voz de Anfión , ni el congelado Istro que atento escucha en su ribera del blanco cisne la razón postrera. Porque cantaba regalado y pío de como el mar y tierra , el ayre y fuego se separaren de aquel gran vacio , entonces nada , y se juntaron luego , teniendo paces el calor y el frió, y lo seco y lo húmedo sosiego, y dandi) al fin principio á quantas cosas cria el mundo , asi feas como hermosas.
Como se endureció luego dccia la masa de que el orbe se compuso, y limitada Doris distraía por hondos senos su cristal difuso : y como poco á poco se imponía su forma á cada cosa, y al confuso caos espanto dio la vez primera
do-
dorado el sol con rubia cabellera.
Del primero llover , que siempre cae de levantadas nubes sacudidas por viento volador que las distrae , ^amblen cantaba en voces no aprendidas, sonoro imán que espíritus atrae. Luego refiere como las erguidas selvas se levantaron , y por ellas fieras vagaron de veloces huellas.
También su voz alli dictó á los vientos la guerra de los bárbaros Titanes , que en el sol asignaron sus asientos, y en el cielo arbolaron tafetanes , hasta que defraudados sus intentos , Júpiter alto los mudó en volcanes , y al Etna de Sicilia que los sufre dio en vez de llanto lágrimas de azufre.
De las piedras por Pirra atrás echadas , que edad dorada fué , siglo á Saturno, en quien jamas espléndidas espadas , ni Calzado de horror se vio coturno : luego de aquellas aves dice airadas, que ya en tiempo dial , y ya en noturno el pecho escarban de Prometeo : y luego canta del mismo como roba el fuego. También refiere del muchacho Hilas la malograda historia , como y quando arrebatado fué de aguas tranquilas , y llorado de un Hércules , sonando
Bb Hi-
086) Hilas el monte , el Argonauta Hilas. Y el caso de Pasifc harto nefando : ¡dichosa si jamas hubiera habido toros que distraycran su sentido!
¡Ah desdichada , si , Virgen Cretca! ¿qué ilusión te engañó ? pues las de Reto, aunque fingida imagen las saltea, no asi amaron el coito indiscreto : tu sola en el abominable y fea permaneciste : tu por dulce objeto piel remendada y cuernos abrazaste, y por cuernos y piel selvas erraste.
|Ay dios , quan fugitiva al propio lecho , bramido sigues que alentó desvio de enpedernida vaca en su despecho, vaca que celos dá á tu desvario ! y él á la sombra recostado el pecho, descuidado de ti , pace el umbrío lugar inculto , y fia perezoso de álamo débil cuerpo belicoso.
Ninfas que fecundáis montes Dícteos, cerrad , cerrad las sendas , no distraya rastro de ternerilla sus deseos, tras cuya juventud furioso vaya, ni en florida estación juncos Hibleos diviertan su apetito , ni le atraya legítima ocasión , porque no rife rabiosa en celos de otro amor Pasife.
Luego tras esta el dios de aquella canta
que
(387)
que siendo en la carrera asaz valiente , al ver oro lucir pasmó la planta , debiendo ella pasmar á lo luciente : y er^fre lanuda tez (cosa que espanta) las hermanas del joven imprudente , que al padre despojó de su luz propia , y de candor las vírgenes de Etiopia,
Severa al padre, al enemigo pia, y de un desden llevada , al mar se entrega la que por darse á nueva tiranía , vieja cerviz y pelo fatal siega. Scila , tu fuiste aquella , el dios decia, y la que opuesta á la venganza Griega, tal vez echaste al mar de sus reliquias con muslo ladrador naves Duliquias:
Y agora en ese Bosforo sentada mexilla ostentas purpurada en rosa , que al mercadante es pildora dorada si llega al tacto de tu cinta odiosa , cuya pretina siempre es tachonada de perros ladradores , que á la undosa región le han dado mas abeto y pino, que á la segur villana el Apenino.
No las Sirenes tan malignas fueron á la sabrosa paz del navegante , cuyas fletadas gúmenas le hicieron por alta espuma peregrino errante ; ni los gemidos falsos que encendieron la caridad del pobre caminante ,
Bb 1 con*
contra cuya cerviz se armó de estilo, y de asechanzas el cayman del Nilo.
¡A.y del avaro nauta que traciende por mar cniesto circuladas olas , •
si á vista de esta pcrfida las hiende, contra quien ya no bastan fuerzas solas ! Dixo , y calló : mas luego se suspende cantando de las cumbres Españolas el precioso metal , cuyo deseo naves de Tiro truxo al Pirineo.
Ni á ti quiso callar, faysan , que fuisto vianda inocente al padre , y á la tia venganza tragediosa , pues moriste para la mesa del señor tardia: ni a ti , que por celosa padeciste de tus hados la última agonia , Procris, al tiempo que el suave esposo vatio las plumas del harpon brioso.
Luego celebra una sumaria idea de lo que es mas sutil , de lo mas bello , por cuya perfección almas grangca el que tiene las almas de un cabello. No entonces bullicioso el ayre ondea verdosas crines sobre pardo cuello en el rebredo rústico , ni deja que le publique el Alción su quexa ;
Antes remora fué , si ya no es freno al sonoro reir del cristalino arroyo inquietador , que en verde seno
guar-
(389)
guarda raíces ¿c coral bien fino: ^
porque mostró de suavidad Sileno la suma perfección , cisne divino , que como al de Salinas canta ahora, aguas suspende , y vientos enamora.
O generoso si , joven discreto, y sobre quien el sol lauros desoja, imaginado por loable objeto, pues te deja tratar su frente roja, el Pindio agricultor con blando efeto te inspira suavidad , y su congoja te labra campos fértiles, de modo que eres señor de su semilla y todo.
¿Qué pudo pues el de Meonia quando dictó oficioso la venganza Griega, ó el mancebo de Tracia que sonando lira inferior al Tcnaro se llega ? ¿Qué pudo el viejo Ascreo , que volando por los celestes piélagos navega, ó el Mantuano espíritu , que ocioso cantó las armas y el varón piadoso?
Plectro Tebano que aplacó la ira del juvenil íuror,cuyo segundo aun no lo ha fomentado la mentira, por no tener capacidad el mundo, de hoy mas sin duda sonará tn tu lira , y en grave estilo meditar profundo, que á las orejas del mayor Zoilo haga jueces de su grave estilo.
Bb3 Go-
/
Gózate dulce al padre , al mundo pío, y del ciervo seglar los años veas sonoro i la región donde el rocío perlas recama en alas zetireas. Gózate pió al padre , dulce al río , mientras cisne de amor almas recreas : y sea de tu voz tal el sonido, como de tu prosapia el apellido.
Estas cosas cantó , que un tiempo Apolo ]as meditó sagaz , y agora d río con boca de cristal las parla solo al lauro y al ciprés. El sol tardío ya entonces caminaba 3I otro polo, ^ á su redil las bacas y el cabrio : la cama al leñador mucho le place, y el dia i su pesar noche se hace.
LOS
LOS CIEN PASOS
DEDICADOS
A n. JORGE' MANRIQUE
de Lara y Cárdenas , Duque de Maque- da , Virrey y Capitán General del Reyno de Oran.
EIDILIO II.
LOS ciento que dio pasos bella dama, los mil que dio suspiros tierno rio, siendo ella esquiva mas que al sol su rama', y él mas que el sol amante a su desvío, yo cantaré , que amor mi pecho inflama , y no de Marte el plomo, cuyo brio en el vaciado bronce resonante venganza es ya de Júpiter tonante.
Tu que le has dado con suave huella ." alma á las mias , y alas á mi pluma, constelación de Amor hermosa y bella , aunque nacida no de blanca espuma, esta recibe , que si no es querella de mi tierna pasión , es breve suma de quantas se movió veces tu planta grave , por quien es ya grave Atalanta.
Y vos que el generoso siempre oído
Bb 4 adul-
adulzáis con el son de la corneta del suelto cazador bien repetido , y á veces reiterado en la escopeta , agora estéis al arrayan tendido de Venus fulminando la síjera, agora mientras Fcbo al mar declina blandiendo el pasador entre la encina. Agora de damasco entre la ropa , debajo del dosel bordado Augusto , despachéis de negocios larga tropa, interrumpiendo de la siesta el susto; agora en el ginete que galopa, por no olvidar tan generoso gusto , queráis vatir el lado , que se vate con el agudo bárbaro acicate.
Si pasos de una dama son de estima, que como el dueño son graves y bellos , escuchadlos , Señor , antes que imprima profano el vulgo su ponzoña en ellos, que si de la excelencia que os sublima parte les toca , dudo que los cuellos de tantos Aristarcos no domados se escapen esta vez de ser pisados. Y juntamente recibid de un rio , que os besa el pie como fiel vasallo, el requebrado acanto , si ya el brio no os sobrelleva de Andaluz caballo: con cuyo beneplácito , ya el mió , si un tiempo se dispuso á comenzallo,
fin
(?93)
fin dichoso dará , que en voz difusa estos los versos son , y esta es la Musa#
Era violetas ya Jo que antes rosa, y alas de hielo lo que ardiente paso , sobre quien acostó noche odiosa la carrera del sol que iba al ocaso, quando los dos de mi pastora hermosa dieron su luz al orizonte escaso : yo los mire , y el cielo que los via volvió á lucir , y comenzóse el dia.
Por cuya luz de inumerable suma , veloces mas que el mismo pensamiento, con alado remar naves de pluma , volvieron á surcar mares de viento , formando visos en lugar de espuma su no desalentado movimiento, y alegres alternando aquella salva que por patrona se le debe al Alva.
Luego en la grama , estrado de la vega,' hijas de Venus la violeta y rosa, una se ensancha, y otra se despliega, y cada qual se vuelve mas hermosa : también el mar que el páxaro navega mediocaJmó la inundación briosa, y por via de alagos a las flores les sosacó los mas de sus olores.
Luego se vio mover divina planta, que amenidad brotó por cada orilla, mier.tras a su epiciclo se adelanta
es-
(594) esta que es luna en pálida servilla t de cuyo acceso admiración fue tanta al ya que la contempla Naxerilla, que abrir le hizo tras sus pies de nieve boca de perlas que cristales bebe:
Y alzando de sus urnas la cabeza, de verbenas y lirios coronada , bien fuese estimación de su belleza, ó bien rigor de fuerza enamorada, como la dulce tórtola que empieza á penetrar los vientos lastimada , en dulce son con labios de corales sembró por su cristal querellas tales. jO tu que agora por mi bien paseas la gran jnrísdicion deste distrito, y con tu blando respirar recreas mi grave padecer, que es infinito, dulce serrana I bien venida seas para reparo del mayor conflito que el ciego dios con flechas de diamante pudo imprimir en corazón de amante.
Después que con tu pie nevado y terso pisaste el suelo que el Abril colora, turbóse el sol , pasmóse el universo viendo volver á mi cristal la Aurora, y con esmaltes de color diverso, (bien que no tales) la Dedalea Flora, por solo hacer retrato de tus flores , esta margen pintó de mil colores.
Es-
($95)
Estaba ya cubriendo á sus hijuelos con alas de piedad toda dormida, desquitándose allí de mil desvelos que la tuvieron casi enmudecida, la dulce Filomena , á quien los cielos dieron mas suavidad que alegre vida , quando al sentir el Alva en tus madejas dejó sus hijos , y empezó sus quejas.
Cantó de ti tan dulce y regalado, que la atendieron bien nuestras alcobas entretexidas de cristal labrado , y entrelabradas de texidas obas: quedó el Neptuno de este mar pasmado, que el son le pasma, porque tu le arrobas, y el Neptuno fui yo , por mi lo digo , que soy ru servidor , no tu enemigo.
Siguiéronse a la voz desta avecilla otras que congregaron tus dos ojos , estendicndose ya por nuestra orilla , donde el jazmín aun siente mis enojos; solo tu pecho , dura pastorcilla, es marmol frió, es ásperos abrojos, pues con tenerme esclavo el alvedrio aun no quieres llamarte dueño mió.
Si es presunción , merezca este desprecio en recompensa ya piadoso estilo, que es para mi terneza el golpe recio, y para tanto amor severo e^ filo. Y pues con mi cristal no tienen precio
los
(390
los que redundan del Egipcio Nilo, estima mi deidad , y esta grandeza halle cabida en tu mayor belleza.
Qiie bien F.ndimión pudo villano, y entre las selvas rústico baquero , merecer de su amor gozar temprano , como sus brazos al primer lucero : que la luna , al mirarle tan lozano, no se curó del háb to grosero , antes de Latmia en la breñosa cumbre mezcló con su sayal su blanca lumbre.
¿Pues qué diré del ganadero Anquises? Mas pregúntale á Venus Citcrea, qual es el hortelano de sus Uses, ó el pincel en el Ida de su idea. ¿Agrícola de mares no era Ulises? jpues como de Calipso gozó dea? Mas quando el ciego Amor dispara el oro lo que menos se estima es el decoro.
Ni soy tan viejo yo , que bien pudiera tener entre los dioses cetro y silla; pues mientras ellos gozan de su esfera , yo rijo á su pesar tan ancha orilla, á donde si tendió la primavera alfombra nacarada y amarilla , es porque sabe que mis pies son tales que hollar merecen regios sitiales.
Del Indio mar al Bosforo Cinmerio, que sobre parda crin nieve sustenta,
has-
, (597) hasta donde bibró Cristiano imperio la Cruz sagrada de su Dics sangrienta , saben , que al Ebro no , mas que al Iberio golfo de plata , mi caudal aumenta con tanta copia , que alabarme puedo, que si mucha le doy con mas me quedo.
¿Qué precioso metal pródigo envia al gran Tercero del mayor Segundo el mineral que Antartico lo cria para su diestra que sustenta- el mundo , que no lo tenga mi campaña umbria , ya en lo mas alto, ya en lo mas profundo? Porque el oro que dan nuestras arenas no está , qual suele , repartido en venas.
Cien haces tengo de coral bruñido, todos labrados con aliño al torno , para quemar en honra de tu olvido sobre el altar de amor con grato adorno. Pues dime ¿qué serán los que el florido bosque marino me dará en retorno de haberle dado para mas aumento i secas plantas húmedo alimento?
De esmeraldas , zafiros y rubies tengo en un camarin tan grande copia, que si lo vés , no es mucho que porfíes ser el público Erario de Etiopia. jPues qué si de bordados carmesíes te muestro acaso mi vivienda propia? sin duda que dirás que sus quarteles
su-
($98) sufren la carga de cien mil doseles.
Sobre basas , no al olio contrahechas, sino robustas de diamante fijo, firmes estriban , blancas y derechas, con molduras que causan regocijo, colunas de cristal , que fueron hechas por industria de artífice prolixo, mas de seiscientas ,y estas son el hombro que sustenta la ma'quina y asombro.
Corona de ametiste es la techumbre, que en proporción se parte en artesones lagunares, que han sido de su cumbre como de mi deydad logrados dones, y para honor de tanta pesadumbre , de esmeraldas fijó tantos balcones , que te podré jurar, mi bien, que apenas se estienden en mi mar tantas arenas.
Últimamente es este mi palacio capaz de aposentar al gran Neptuno , donde ,si quieres asistir despacio , tendrás , después de mil sirvientes , uno que ceñirá tus sienes de topacio; y si á tu honestidad no es importuno, él por su mano( tal amor le mueve) calzará de cristal tu pie de nieve.
Ninfas verás aqui blancas y bellas, que aunque contigo no serán hermosas , podrán bien competir con las estrellas; tales son sus claveles y sus rosas.
Es-
Estas serín tus damas y doncellas, por ser muy servicíales y graciosas, si tanto nombre pueden merecello blancas en rostro , verdes en cabello.
Y si tuvieres de pisar espumas gusto tal vez , carrozas tengo y tales que llevada serás de blancas plumas iguales en pureza á los cristales : que aunque nuestra región no es la de Cumas, abunda tanto en estos animales, que si por cisnes va , juncir podría mas de diez mil carrozas en un día.
Ven pues, serrana , ven, y note escondas, serás , con ser esposa deste río, Tetis feliz de las mejores ondas que bajan á dar lustre al mar umbrío. Mira que es justo que al amor respondas con dulce agradecer , no con desvio , antes que ese desden y ese recato lleguen á padecer el plomo ingrato,
Dixera mas , sino que de repente se volvió la región qual antes era, 6 mas oscura que ébano de oriente , ó negra mas que mi pasión severa : pero la luz que le negó a la puente , se la prestó al lugar, que ya la espera, al tiempo que su pie , blanco al mirallc , descendiendo esta vez , pisó en la calle.
Quedó el amante desdeñado y tierno
en
^400) en éxtasis mortal todo arrobado, y como el campo en medio del hibierno , el de su cara seco y agostado; hasta que con un h;)y del alma interno^ rescate de su espíritu alterado , volvió de aquel letargo y al no verla en agua se deshizo perla á perla.
Ya camina mi sol : dulces pastores, salid á verle , gozaréis sus rayos, que están vertiendo aquí y á allí mil flores, á quien no perderán tibios desmayos : salid , salid , veréis los dos Amores colgar de los claveles de sus Mayos, que quien su labio viere ó su mexilla , estimará por cuerdo al Naxerilla.
El Alba asi quaxada de arreboles no se mostró tan plácida y lozana, aunque recame bien sus tornasoles de aljófar blanco, y colorada grana, como se muestra bella con dos soles , aurora mas feliz , nuestra aldeana un sábado á la tarde, que podría jurar que vio tres soles en un dia.
Sobre túnica mas que nieve pura yo vi pellico azul , que si no era del mar de su marfil vela segura , era á lo menos velo de su esfera : en cuya frente mas que la blancura pude notar la proporción severa,
pnes
(40 i) pues dejado de ser bruñido espejo, era el fiscal alli su sobrecejo.
Nube delgada por sus hombros lleva , que sombra mereció ser de su lumbre, de una tela que el Betis hizo nueva para encubrir lo excelso de su cumbre, de quien el viento á despeñarse prueva, ya por inclinación , ya por costumbre , y haciendo globos del cendal sencillo , suele juntar su soplo á su soplillo.
Como hueco pv^von , que al ayre riza plumas que del pastor fueron despojos, en quien sagaz Mercurio se desliza adormeciendo sus despiertos ojos, tal iba por la calle iiaci<:ndo riza, ya suspendiendo , ya quitando enojos , ya dando al viento transparente y cano flores , que se nacieron en su mano.
Con esta suavidad , con este brio llegó de su cabana á los umbrales, habiéndose llevado el alvcdrio de mil amantes con sus dos corales , labios que al dulce pensamiento mió servirán de cadenas inmortales , sino es que quieran despertar desvelos entré saña y desden rabiosos celos.
Y sin hacer caudal de amantes penas, hijas bastardas de sus hebras de oro , que fueron casi mas que tus arenas ,
. Ce Na-
Naxerilla , y los llantos que yo lloro, se entro en I?.s salas de su estancia amenas, templo de la beldad , aras que adoro , y ocultada su luz dorada y pía , volvióse i continuar la noche fria.
EL BUCOLIASTAI DE TEOCRITO.
EIDILIO III.
'Dafne. Dametds.
Viniéronse á juntar Dafne y Damétas, pastor de cabras uno , otro baquero, mientras las unas pacen inquietas , y las otras el Sol huyen severo , qualcs por las roturas mas secretas , y quales , al soplar cierzo ligero , por las amenas sombras distraídas , con paz gozadas , con piedad movidas.
Era robusto , si. Dafne y mancebo, al egercicio duro entonces dado : Damétas mozo , pero no tan nuevo en el oficio de guardar ganado : rigen cayados de taray y acebo, y cada qual sombrero coronado
de
(403)
de acebuche y laurel , y al cabo de ellos zurrones pardos sobre blancos cuellos.
La floja ociosidad , y el grave estío de la pesada siesta , entonces grave ; el susurrar del zéfiro y el rio , fresca la sombra , querellosa el ave : la bacada estendida , y el cabrío aun no cansado dé pacer suave , en Dafne ocasionaron voz dispuesta, y en Damétas después voz y respuesta. Dafne,
¿No ves , ó Polifcmo , cómo tira la blanca Calatea a tUr ganado, con muestras de retozo, no de ira, manzanas libres desde el mar salado ? Vuelve , gigante , pues , el rostro, y mira con quánta desnudez , con quánto agrado del pecho de coral perlas derrama , y con su boca de cristal te llama.
Llámate duro , y amador, grosero : y tú, cantando al son de tu cicuta , mísero no la vés; antes austero huyes el cuerpo á la tirada fruta : solo tu mastinillo lisongcro la sigue juguetón , que se reputa por digno del favor de Calatea ; y ella se lanza al mar ,y él la rastrea.
Pero ya desde allá vuelve lozana , como el acanto en medio del Estío,
Ce i quan-
C404)
quando las verdes hojas engalana ,
quando al fin de arrebol purpura el brío:
ella pues bien quisiera serte humana,
sin darte a conocer su desvarío :
que en las cosas de amor siempre acontece
que lo que no es hermoso lo parece.
Respetos vence , y honras destituye solo por comover tu pecho duro ; y si otras veces tus alhagos huye, hoy les promete paces de seguro : postra pues esta vez , postra y destruye Jas altiveces de su enhiesto muro: que amor al que se atreve da siétas, Pero escuchad al bárbaro en Damétas, Damétas,
Víla , no hay duda , vil a , cabrerizo , sí , por el Pan que rige mi manada, desde el instante que en mis cabras hizo tiro burlón con fruta colorada ; y aunque su desnudez me satisfizo , no por eso de mí será obligada : que la miré , no hay duda , y con deseo, sí , por el reluciente con que veo,
Sol de mi frente , que será en mis dias luz á mis pasos , lumbre á mi camino , si ya no son verdad las profecías del mísero Telémo el adivino : que plegué al Cielo que en sus canas fi*Ías se vengue el odio del infausto sino ,
7
C4<5 5) y desmintiendo el juicio de Telémo, ciegue á sus hijos , deje á Polifemo.
Soy , si me adviertes, cuerdo enamorado, y en extremo sagaz , pues porque sea de su loca pasión mas estimado, desdén hago al amor de Calatea : zelos la doy , y finjo que el agrado de Kénife me abrasa y espolea > celebro su hermosura , y ella entonces pierde el color , y queda qual los bronces.
Otras veces rabiosa con los zelos sale del hondo mar , como la loba que va desalentada á sus hijuelos en busca del villano que los roba : luego mis atos escudriña , y vé los negros rincones de mi parda alcoba ; y yo por mas encarecer su yerro , hago al descuido que la ladre el perro,:
Ella con esto se halla tan rendida de la tierna pasión que Venus labra, que yá esté vergonzosa , ya corrida , agora zele , agora se desabra , siempre busca mi amor , de amor herida , como el cabrito el paso de la cabra , quando en el monte con furor violento oye la rama sacudida al viento.
Verás, que yá el regalo , yá el menságe me envia cuidadosa , á quien yo luego cierro las puertas , dándole hospedage,
Ce 3 si
si no á su amor, á la aíicioh , que niego : otras veces al fin digo á su pa<70 , <jue si pretende mejorar su fuego, júrc de darme por Neptuno y Doris fin a mis gustos, gusto á mis amores:
Y que en la siempre verde cabellera de esta , que miras , vega caudalosa , me mulla lecho conyugal siquiera , pues hijo soy de dios , si elJa es de diosa. Con esto parte el nuncio, y se aligera ; y aunque , qual virgen , la halla vergonzosa, rayo que Venus despeñó en mi seno bien sé que en ella sembrará veneno.
No soy tan fiero , no soy tan deforme como dicen de mí los que me afean ; antes al buen dictamen soy conforme, si las aguas del mar no lisonjean : donde una siesta , quando mas inorme el sol las dora , y ellas le platean , pude mirarme bien , porque su espejo del rostro que me hurtó sacó un reflejo,
Vime robusto en el , no femenino ; y aunque robusto , por extremo hermoso , erguido como el álamo y el pino , y mas que el ciervo corredor brioso; pero del suelto , que á mis manos vino, con* que ayer era zéfiro ganchoso, la de Zeusipo mal casada nuera gozó una espalda , y la cabeza entera.
Vi-
(407)
Víme este sol también , que es por Apolo igual al que de luz nace en oriente : solo le tengo , porque aquel es solo, y esto conviene al cielo de mi frente. No peyno crin , no cejas alcoholo; pero de barba y crin hago un torrente , que desgajado por espalda y pecho , con ser inmenso mar, les vengo estrecho.
El blanco diente que alimenta y cria el Elefante Asiático y tard/o , negro parece mas que noche umbría, si llega a compararse con el mío; y porque de Kotitaris sabía una lición , que tengo á desvarío, al mirarme tan plácido y sereno , luego tres veces me escupí en el seno. Poeta.
Esto apenas cantó Damétas , quando Dafne besó su faz , y él á su beso respondió con abrazos , engendrando Amor en ellos amoroso exceso : y qual su flauta á cítara trocando, poco á poco se van del monte espeso , con su bacada el uno al fresco rio, y el otro á su redil con su cabrío.
Ce 4 EL
C4085
EL DESPECHADO.
EIDILIO IV.
Poeta.
DUsdenes , que el amor de acívar llena, ^ dcstierran de tu margen , blanco rio, á quien sin duda fue cisne en la pena, pues la supo llorar sonoro y pió : pero si quieres hoy verle en tu arena , deja las obas del retrete umbrío, que por ultimo vale á tus orejas invia estas palabras y estas qucxas. Despechado.
Naxerilla, que vas libre y seguro de retratar mis ansias y mis penas , pues lágrimas te di de cristal puro, vuélvemelas á dar, que son agenas , así deste desden de marmol duro estén libres tus márgenes y arenas , y los ojos alegres con que ríes escntos de mirar sus carmesíes.
2 Qué paz agora no dará tranquilo olvidado de amor tu paso lento ? y mas negando orejas al estilo de la que á suavidad reduce el viento , sirena infiel , ingrato cocodrilo , que para sojuzgar el pcnsaraic:nto
con
(409) con voz que canta , y lágrimas c|ue llora, enlaza , engaña , encanta y enamora.
Con mas .quietud , y con cuidados menos ondas pisé del Tormes cristalino , y ondas que en surcos de verdosos senos ramas fecundan de coral muy fino. Vi los jacintos de su prado amenos mostrar el ay de su cruel destino bien sin amor , y vime entre las -flores alegre sin tratar zelos ni amores.
Y asi como se alegra en la tormenta el que en el puerto la esperó futura , no por ver á los otros en afrenta, sino por ver su libertad segura : tal alli mi pasión estaba esenta de la que causa amor severa y dura, notando entre las aguas y las flores desden , esquividad , zelos y amores.
Vine á tu margen , donde hallar solia dulce quietud , y amigo acogimiento, agora fuese al respirar del dia , agora fuese al despertar del viento ; 6 ya en los brazos de la noche fria., quando mas se aligera el pensamiento , ó ya en el gremio del mejor regazo que Venus fomentó con dulce abrazo. Pero luego a mis ojos , qual si fuera la juvenil deydad de la mañana , ó desparcida al sol su cabeÜQra ,
la
(4 1 o) la Venus bella , 6 la feliz Diana , aldeana ocurmS , que si no era de los ciclos de amor tierna aldeana , era á. lo menos por lo blanco y bello luna en la frente , sol en el cabello.
Sobre pureza mas que de azucena , candor que puso en riesgo á la blancura, rosa del Mayo plácida y serena , que aumenta mi dolor y su hermosura , cuelga de sus mexillas tan amena , que ya de nácar , ya de nieve pura hace una mezcla tal , que á ser comienza ni bien honestidad ni bien vergüenza.
Arcos , que i veces el amor estira para criar enamoradas quexas , y acudas flechas, con que al alma tira dulce inquietud , sin alterar orejas , por quien el eco de mi voz suspira , eran sus ojos dos, y sus dos cejas , que en ser negras las dos, y los dos bellos^ cstubo la prisión de muchos cuellos.
Nácares que orado perla' Erltrea , mostrando ya dobleces , ya blancura, orejas son alli , que dáii librea á la vecina sien con su hermosura , sobre cuya aptitud el viento emplea parte de las madejas que asegura , hasta que bien por gusto, 6 por sentencia, las manda despeñar de su eminencia.
Y
(41 1>
Y porque no se aumenten los enojos ,
que los pudiera haber si ambos se vieran,
puso un palenque en medio de sus ojos ,
que los ciegos de amor gozar debieran ,
á quien ya por nariz sus rayos rojos,
y sus mexillas ¿e clavel veneran ,
6 ya por ser depósito del viento
que inspira algalias en lugar de aliento.
Ay dios ! si vieras luego en dos corales repartirse el agrado de su boca, en quien se miran perlas orientales mas transparentes que cristal de roca, sin duda que las ansias fueran tales , que tu cuerda razón volvieran loca; pues luego que de mi fué consentido , ni la mente advirtió , ni obró el sentido.
Pellico azul en túnica de nieve , trenzado en rubio sol , cayado en mano , abarca en pie de compostura breve, donayre asaz feliz , cuerpo lozano , todo esto contemplé ; pues si se mueve , ni fenis Sirio , ni pavón Romano , imitarán la pompa que ella hacia , aunque les preste su compás el día.
Y como el que de luz estubo ageno en oscura prisión por tiempo largo , que al ver la claridad del sol sereno parece que despierta de un letargo , tal me miré , tal vi su rostro ameno ,
dul-
dulce principio para fin amargo, ^
y entre estupor y miedo quede entonces
mas yerto que los mármoles y bronces.
?Qué diligencias no tentó el deseo \ ¿qué disfavores no mostró el desvio después que se cegó mi devaneo , después que se amplió su señorío ? Y pues en ella y en mis ansias veo ira mayor , mas loco el desvario , Naxcrilla que vas riendo agora , quédate i dios , y mis desdichas llora.
SO-
SONETOS
Y EPIGRAMAS.
LIBRO TERCERO
DE LA SEGUNDA PARTE
DE LAS ERÓTICAS^
SONETO I.
¿"T Tes la instabilidad de nuestra vida,
V al llorar triste , y al reír suave ? ¿Ves la facilidad que muestra el ave al redimir su libertad perdida ?
¿Ves la espuma del mar blanca y crecida, al desgajarse del torrente grave ? ¿Ves el pez? ¿ves el agua? ¿ves la nave? pues todos son ratratos tuyos , Lida.
Fuiste muger en todas tus acciones , y el que en ti no esperó tal desvario, ya llora el suyo , porque al fin lo eres.
Mas vosotras que ois estas razones vida , ave , espuma , pez , agua , navio, perdonad si os comparo á las mugcres.
(414) SONETO II.
J/^Uicn me dixera , Clori , que algún día V^ te pudiera olvidar tan fácilmente, mientras soltero crin hizo en tu frente con hilos de oro lazos de tauxia ,
Y mientras blanca juventud buUia en tus mextUas de carmin ardiente , y entre tu blanco aljófar y luciente. Sirena se escuchó , se temió Harpia?
Todo con la memoria de un desprecio vino á olvidarse en mi; mas no á olvidarse de modo que me niegue el conocerte :
Quédate pues á dios : venga otro necio que sepa amarte , y sepa no estimarse : que yo , por lo que vi , no pienso verte.
SONETO III.
TRas los rosados de mi Lida hermosa tendió el amor sus labios de corales, que si por dignos no, por serviciales merecieron losiar suerte amorosa :
A quien les concedió la edad briosa bibrar centellas á su llama iguales , que i un tiempo hicieron desgajar cristales de coral á coral , de rosa a rosa.
Y tal la suavidad fue deste empleo,
que
(415)
que el gusto apenas hizo breve ausencia ¿ quando Lida volvió con voz sucinta, Y dixo : ó dulce bien de mi deseo , ¿ si tal gusto nos dá tu prima esencia qué gloria nos dará tu esencia quinta?
SONETO V.
POR solo despicarme de tu juego honro a Diana , sacrifico á Ceres: no mas , Amor , no mas : pesado eres : ciego te amé , ya miro que estás ciego.
En daño tuyo , y en mi bien alego un año de ilusión , pocos placeres: ¿ mas qué no sufrirá quien dá á mugeces dormida la razón , despierto el ruego ?
Góceme esta heredad ,líbixme el soto en su espesura cada mes un ciervo; y tu , rapaz , gobierna tu venera :
Que si el mundo se holgara con mi voto: yo le dixera lo que en mi reservo > y al fin dixera que el desden muriera.
AB
AD L. JULTAM ET PAPIAM
contra Coclibes.
SONETO V.
LA herencia de tu Agripa generoso , soltero estas , el Cesar te la niega. Tulla en esta ocasión te adora ciega , casarte es , Fabio, y heredar forzoso.
Si á tanto amor no acudes ingenioso , Venus picada al fisco se la entrega : 6 pues , amigo , sigue á quien te ruega , honra á tu agnado , compra tu reposo.
Desmienta á la opinión tu buen conecto, al erario caduco el nuevo estado , y al Cesar grave tu afición en Tulia.
Animo , Fabio , pues , que si casado i *la ley Julia debes este aprieto , yo espero tu remedio en la ley Julia.
SONETO VI.
VIóte la tuya y la contraria armada acometer feroz, rendir violento: en el salado mar te ayudó el viento. Marte en la tierra , en la ocasión tu espada.
Hoy á la vil pasión desenfrenada, ingrato á tu valor, le das asiento:
pues
(417) pues , fuerte capitán , muda de intento : ¿ que quieres ya de una mugei* gozada ?
La trompa suena , el Parto se avecina, y el pítaro sutil que al cielo llega tu nombre aclama , tu persona el parche.
Necio me exórtas : mucho ignoras, Ciña, Amor también es guerra : el campo marche^ que si es ciego el amor , la guerra es ciega.
A LA SEPULTURA DE UNA
Señojra viuda , de la Orden Tercera.
SONETO VII.
NAcí muger , y eritré en edad florida, cuya vejez a juventud llevóme , donde en tan loca edad reconocióme U discreción de pocoS conocida.
Cáseme siendo en años ya crecida-, y auaque lo ameno de mi flor faltóme por casi entera el mundo censuróme : que es gran censurador de nuestra vida,
Viuda gocé de paz , vestí quieta del Seraíin terreno el tercer paño , y por ser mas insigne fui Maria.
Vivi muriendo por vivir perfeta, y agora muerta vivo tan sin daño , que la salud de Dios tengo por mia.
Dd sa
(41 8) SONETO VIII.
EN este vaso que forxó Vulcano ,- obra por cierto de mi buen deseo, brindis , Anacreon , que ya te veo abrir la boca y estender la mano.
^Qué mucho , pues , que del cabello cano trueques en roxo el venerable aseo ? Lozano viejo estás : sin duda creo que solo el brindis te volvió lozano.
Pues ola, en tanto que esta breve vida del carro imita las veloces ruedas, tu de Batilo , yo de Filis grave ,
Al dulce dueño desta vid florida encomendemos la pasión suave: que todo es sueño quando amar no puedas*
SONETO IX.
YA con severidad , ya con alhago , estrecha cuenta al pensamiento pido: dulce despertador de mi sentido, si un año habéis servido , un año os pago.
Hoy que de la razón las partes hago: volvedme el tiempo que me habéis perdido : no digo yo que le volváis florido, pero no en su lugar tan feo estrago. Para el contino gasto de la vida
hos
horas presentes di ; si son pasadas ,• volvédmelas á dar , que siento engaño :
Vuélvase a mi poder la edad perdida* Mas ay de mi ! que siento las pisadas de quien me debe la razón de un año.
SONETO X-
VEla el cuidado, y el amor desvela, y aunque de ambos á dos es la porfía, tienes por mas ligera tiranía la que egercita amor , que mata y vuela;
No la que agora del cuidado anhela en la que te frecuenta vejez fría. Ay ! ay ! quien te dixera en algún dia, que habías de sentir tanto la espuela!
Quando mostrabas de azucena y rosa la tez bruñida , ó ! como sin cuidado de mi solicitabas tus placeres 1
Déjame , pues , que si te quise hermosa, ya no es posible , puesto que has llegado á tiempo , que a ti misma no te quieres,
SONETO XI.
DEseos que salis por mi ventura , no qual espúreos , no qual naturales, sino legitimados en mis males, y al fin n.acidos de ocasión segura :
Dd a Pues*
(42 0)
Puesto que os di por madre su hermosura y por padres mis ojos manantiales , que desde que vivis andan mortales , y no sin accidentes de locura ,
Haced que viva con hacer que os hiera ima suave posesión lasciva: que si se trueca entre los dos la suerte.
Mi dicha será Fenis , sin que muera. Pelícanos vosotros , por quien viva, y víbora yo mismo , que os de muerte.
SONETO XII.
AL mirto daba de la frente el bello nieve que abriga su cascada roca, y en dulce sueño la pasión provoca , no al levantar , mas al caer el cuello.
En profundo sudor mixto el cabello deydad brotaba por nariz y boca ; fatigado el color en quien coloca clavel la sangre purpurado y bello.
Si asi le das i la vejez tardía , 6 dulce Anacreón , ó cuerdo amigo ! descuido tan feliz , deydad tan pía ,
En vano el tiempo en vano es tu enemigo; pues puede la bonanza deste día desmentir el rigor que usó contigo.
JÍVU
(4*0 EPIGRAMA I,
Al EscuriaL
Pirámides , muros , templo, huertos , túmulos , coloso, y el que por grande contemplo Anfiteatro famoso , todos callen con mi exemplo.
Soy lo que siempre seré, fueron lo que ya no son; y no es mucho , pues se vé en ellos la poca fe , y en mi la gran religión,
EPIGRAMA ir. Al mismo,
EStos altos chapiteles , estas colunas y vasas son parrillas y son brasas de un Santo : luego crueles? no: que si adviertes en ellas, veras , que solo su celo es al que vive en el cielo subirlo hasta las estrellas,
Dd 3 EPI-
(412)
EPIGRAMA III. Al mismo*
SOY el primero, y rae fundp en larga posteridad , bien que mi padre en el mundo por nombre y por calidad es primero y fué segundo. Pues no pases en silencio lo que ya me diferencio de ayer acá , si en un día jTiudé el campo en policía, y el robredal en Laurencio.
EPIGRAMA IVp
At mismo.
ESte edificio que vés de tan insigne grandeza^ júzgale por Roma , pues siendo del mundo cabeza, ocupa montes por pies ^ cuya simpatía ps tal, que sin discrepar un paso viene á ser tanto su igual , que ya por el mismo caso ^ue ella es curia , el es-curíal.
EPI-
EPIGRAMA V.
LAS flechas que amor nos tira no vinieran tan derechas si las fundara en su vira; pero tíranos las flechas con vuestros ojos , Alcíra.' Y supuesto que hay en elIo$ tal severidad al vellos, rinda el rapaz por despojos las flechas i vuestros ojos , y el arco á vuestros cabellos,
EPIGRAMA VI,
EL noble , el cuerdo , el galán alabanza os den perfeta desde el Indio al Alemán , por hermosa , por discreta , por Sayavcdra y Guzman : aunque si á los que he nombrado el Belorado os añado, que os doy lo mas se declara ; pues todo aquesto os faltara , ^i os faltara el belorado.
Dd4 ' Tra-
Traduciendo esta de Marcial.
SI quando leporem -mitús m'th't, Gellia, diás Formosus septenty Maree, diebus eris. Si non derides, si rerum , lux mea , narras, ládistt nunquam , Gellta , tu leporem,
EPIGRAMA VII.
Q
jUando una liebre me invias afirmas con grande fe , que si Ja como seré hermoso por siete dias. Si desto esperiencia viste, aunque es para mi tan nuevoj i jurar , Celia , me atrevo , que tu jamas la comiste.
Traduciendo esta de Ausonío.
TRinacrii quondam currentem in l'utoris ora Ante canes leporem citruleus rapuit. At lepusiin me omn'ts terrA , pelagique rappna esu tOYsitam & (4i , íí (Anis ^stra tenet.
EPI-
E
(4M) EPIGRAMA VIII.^
DE una liebre fué el destino que huyendo montes y cerroá al mar por librarse vino; pero á vista de los perros , cayó en un perro marino, Y dice : ó ! como mi suerte era ínescusable y fuerte ! pues aunque alzara mi vuelo , sin duda hallara en el cielo perro que me diera muerte.
Epitomando esta de Naugerio.
Lor entes dum forte vagans titea HjelU per hortos
Texit odoratis lilia cana rosts : 'Eíce rosas inter latitantem invcntt Amorem:
Eí simul annexis florUtts implicuit, luctatur p'imo : & contra nhemihits alis
Indomitiis tentat solvere ximla puer. Mox u¡>i lacíeoUs , & dignas matre papilas
V'idit , & ora ipsos nata moveré déos: Impositosque coma amhrosios ut sens'tt odores^
Quosque legit dtti messe heatus Arabs: I, dixit, mea, qudre novum tibí, mater, amorem;
Imperio sedes hac ertt apta meo,
EPI-
(420
EPIGRAMA IX.
ENtre rosas á Cupido fue á atar con manos hermosas, Hiela viéndole escondido ; y ambos á dos entre rosas luchan á brazo partido. Mas viendo en distancia cortí Amor la belleza junta , esto á su madre le exorta : busca otro hijo Amatunta, que á mi esta Venus me importa.
LAS
(4^7)
LAS LATINAS,
O poesías castellanas
EN METRO LATINO,
LIBRO Q^UARTO
DE LA SEGUNDA PARTE
DE LAS ERÓTICAS^
DEDICADO
AL CONDE DE CASTRÓ,
Duque de Tauresano _, Don EVancisco ds Castro , Virrey de Sicilia,
ÉGLOGA EN EXÁMETROS.
LlCIDAS. CORIDON. POETA,
JL/Icidas, Coridon , y Coridon el amante de
Filis , Pastor el uno de cabras , el otro de blancas
ovejas , ambos á dos tiernos , mozos ambos , Arcades
¡ambos ,
vien-
f4t8) viendo que los rayos del sol fatigaban al orbcjj y que vibrando fuego feroz la Canícula ladra, al puro cristal que cria la fuente sonora, llevados del son alegre de su blando susurro, las plantas veloces mueven, los pasos animan, y al tronco de un verde enebro se sientan amigos.
Tu , que los erguidos sobrepujas del hondo Timavo peñones, generoso Duque, con tu ínclita frente, si acaso tocare el eco de mi rustica avena tus sienes , si acaso llega a tu fértil abono, Francisco , del acento mió la sonora Talía , oye pió , responde grato , censura severo : No menos al caro hermano generoso retratas, que al tronco prudente sigues: generoso naciste Hcroe , que guarde el cielo dilatando tus años: Lícidas y Coridon, Coridon el amante de Filisj» Pastores , las Musas aman , recrearte desean: . tu, cuerdo, perdona entretanto la b:írbara Musa, que prestOjinspirando Pean con amigo coturno, en trompa , que al Olimpo llegue por el ábrego
suelta, tu fama llevarán los ecos del Ganges al Istro, y luego , torciendo el vuelo , del Aquilo al Austro.
Febo la cumbre seca , que su luz á la sombra
recoge ,
Progne lamenta grave , Venus arde , la fuente susurra, el
el fresco arroyuelo rie , y el ayre se crespa. Lícidas entonces , Coridon discreto , le dice^ en tanto que el viento fresco se mueve ligero, bullendo las blancas aguas, regalando las hojas, suena zagalejo , y al son de tu citara canta. ¡O quán agradable , ó quán dulce al Arcade
- suelo, quán pió , responde Coridon , al zéfiro blando el tuyo será sin duda , si Lícida cantas.
Lícídas, No burles, Coridon: Coridon, no burles amigo: usa de lenguages pios , y el irónico deja.
Coridon, No burlo, verdades hablo , verdades abono: LícidaSjingrato pagas al amor que te muestro , viendo,que si pago, debo mas á tu dulce lisonja, mas ya que el señor de Délo nos iguala su curso, mediando con luz hermosa la quarta morada , ea , dale al viento , dale ya la bucólica Musa , y en premio del canto pió, de mi parda manad* escoge un Cabrito luego de presta viveza, ya tierno, ya grande sea, y a tu blanca le junta,
Lícídas. No el premio, Coridon, solo tu consejo recibo : por tanto , prevente agora , y á mi cítara sigue,
Coridon. Suena la dulce Chélis, dame pie, que tu cítara sigo.
I/-
(450) Licidas.
Mueve, sonora Cl¡o,ddlc voz á mi ríística Musa»
páramos de Arcadia , que miráis de mi dulce
Licoris los ojos , la blanca mano , la frente serena , con ramaSjCon verdes hojas,con amable susurro, al viento , que os brinda pió, celebradla suaves.
Corídon, Mueve,sonora CHo,dálc voz á mi rústica Musa. Praderas del verde suelo que el Ménalo cria. Filis os ha pisado : mirad que mi Filis amena al Mayo produce flores : si os obliga su planta, al viento , que os brinda pió, calcbradla suaves.
Licidas, Mueve,sonora Clio,dale voz i mi rústica Musa, Si Mopso templó las iras de su dura Fenisa, y menos tibio llenó de requiebros el ayre, ¿quéjingrata Pastora,temes^' ¿qué recelas amante en tanto que á Mopso miras,y á Fenisa casados?
Coridon. Mueve,sonora Clio,dále voz á mi rústica Musa» Dichoso por cierto miras tu cónyuge Mopso, ingrata mostró su hielo, pero fuete mudable: ;ó quien Mopso fuera, si Mopso á Filis amara! ^mas Coridon, que temes Coridon, si ya quiere
Fenisa?
Licidas, Mueve,sonora CIio,dále voz á mi rústica Musa»
Ya las avecillas tímidas lograrán su manida
sin
(451)
sin riesgo del grave daño del sacre pirata :
no se promete menos de tu boda, rebelde Fenisa: gózala mil años,y tu,Mopso,otro tanto la goza.
Coridon. Mueve,sonora Clio,dále voz i mi rústica Musa.i Mil años , Pastora vivas : mil años a Mopso goces , amando pia , ya que Mopso es amante
suave ; y tu, dichoso Baquero , á los hados amigo^ libre de sospechas goces á tu dulce Fenisa.
Lícidj,s. Mueve,sonora Clio,dále voz á mi rústica Musa» Seis veces el verde soto coronó su cabeza de nardo , de amarillo trébol, de dorada viola, en tanto que el pecho frió de mi casta Licoris al rayo del ruego mió deshizo su hielo.
Coridon» Mueve, sonora Clio,dále voz á mi rústica Musa, Seis veces la florida Venus con afeyte de nácar discreta sazonó la rosa , y discreta mi Filis, seis veces oyó mi Chélis , seis veces , y dixo: Venciste Coridon : tu voz de sirena rae vence.
Luidas, Mueve,sonora Clio,dá!e voz á mi rústica Musa. Mas cese la dulce Chélis : los brazos apresta, los bnazos te pido, Coridon, los brazos, amigo: goce tus brazos , pues yo de tu música gozo: y en tanto paced vosotras , paced mis ovejas.
(450 SAPHICOS.
DUlcc vecino déla verde selva, huésped eterno del Abril florido, vital aliento de la madre Venus,
Zéíiro blando, Sí de mis ansias el amor supiste, tú, que Lis quejas de mi voz llevaste, oye , no temas , y á mi Ninfa dile,
dile, que muero. Filis un tiempo mi dolor sabía. Filis un tiempo mi dolor lloraba, quísome un tiempo ; mas agora temo,
temo sus iras. Así los Dioses , con amor paterno, así los Ciclos, con amor benigno, nieguen al tiempo , que feliz volares,
nieve á la tierra. Jamás el peso de la nube parda, quando amanece la elevada cumbre, toque tus hombros , ni su mal granizo
hiera tus alas.
MAS SAPHICOS.
YA por el cierzo , boreal pegaso, dime , i de dónde sacudiendo vienes tantos olores de valor sabeo,
dul-
.. ^-^55 5 dulce paloma ?
Entre tus plumas de color nevado,
pálidas miro del amor violas,
y entre tus -uñas de granate llevas
rosas y flores.
Oye , pues , huésped ; yo me voy siguiendo
no mi destino , no sino el preceto
justo y discreto de mi dueño amado,
siervo de Nisa:
Nisa la bella , la que tiraniza
tantos imperios ,y con arco corvo
Vence el estorvo del amor , y vence
tantos amantes.
Desde la falda de la gran Citéres
vine al amparo de mi gran Poeta:
él me respeta , peroyo ministra,
dueño le llamo.
Esta me manda , que volando lleve
carta nacida de su blando seno,
blando y ameno , cuya dulce Musa
canta suave.
Entre las peñas resonar solía,
que goza eternas la feliz Rioja,
y entre su roja , y aseada margen,
Nágera oyólas,
Háme jurado , religioso , darme
libre á los vientos , si la carta llevo;
mas yo , que solo mi provecho miro,
no lo deseo.
(454) De que me sirve penetrarlas auras,
y en los hibiernos abrigar los olmos, comer hambrienta , de gusano llenas,
bacas agrestes? I De qué me sirve recrear los ecos de esta montaña con amante pico, y entre tus uñas temerosa verme
Sacre pirata ? Mas vale , esclava de tan alto dueño, cumplir honrada liberal su mando, y entre su blando y apacible seno
dar mil arrullos. Quando las mesas sigue , yo le sirvo, yo le arrebato su mejor vianda, yádc los dedos de su blanca mano,
ya de su boca. El que me estima , y en el alma adora no me castiga , ni me reprehende, antes en taza de dorado vino luego me brinda. Si crece el rayo de la luz Febea, yo le doy sombra con amigas alas; y si la sombra de la noche crece,
yo le caliento. Así que paso regaladamente, libre de lazos , de temor segura, 6 bien dormida , sobre sus alambres guardo su lira*
DIS-
U35) DTSTHICOS.
jCómo el monte sigues a Diana, dixo Citcres, Didina hermosii , siendo la caza fea ?
No me la desprecies, Cíprida , responde Diana¿ tú también fuiste caza , la red lo diga.
MAS DISTHICOS.
No el fuerte Ayaces , no losTroyanos acusa, mis propios Griegos culpo, muriendo dice.
V
%-