LIBRARY OF PRINCETON

DEC - 2 2004

THEOLOGICAL SEMINARY

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Año Vil

PORTE PAGADO

Abril de 1909. Núm, 77

LA ÜNION VALDENSE

PERIÓDICO PARA LAS FAMILIAS

DIRECCION Y ADMINISTRACION:

COLONIA VALDENSE

^RY OF PRIIv5^ MAR 16 1988

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ABONOS LAWES

Año Vil

Abril de 1909

Número 7J

NO DEJARÉ LA HEREDAD DE MIS PADRES

1.» Reyes 21: 3

PROCURAD LO BUENO DELANTE DE TODOS LOS HOMBRES

Rom. 12; 17

PERIÓDICO MENSUAL PARA LAS FAMILIAS

SUiMAIUO

La palabra de Dios, La verdadera piedad. Notas del mes.— Movimiento religioso, Noticias locales. Dejadle sus muletas. —El hombre y la mujer.— Con el Correo. La Cruz Roja Española y el terremoto. La efusión del Espí- ritu Santo.— Un pueblo que ora. Noticias del señor B. Leger . Varias.— Suseripciones pagas.

LA J^ALABRA DE DIOS

Existe una diferencia radical, un ver- dadero abismo, entre el modo edmo consi- deran la Biblia los cristianos evangélicos y el desprecio con que la miran muchos incrédulos.

El libro tildado por ellos de «mísero li- brejo, lleno de mentiras inconcebibles, de novelas malas, de procacidades eróticas vergonzosas, fuente de aguas estancadas», etc., etc., lo llamamos nosotros «Palabra de Dios». A" al darle ese apelativo, no en- tendemos decir tan sólo que el tal libro contiene la revelación exacta de la volun- tad de Dios para con los hombres, sino que, por su hermosura sin igual, inimita- ble, es verdaderamente digno del concep- to que de El nos hacemos.

Narra, es cierto, en el Antiguo Testa- mento, hechos terribles de justicia divina; pero dichos castigos, que ponen de mani- fiesto la santidad de Dios, no pueden me- nos de producir en todo lector atento

honda impresión y efectos moralizadores de imprescindible necesidad.

¿Qué respeto nos merecería un Dios que, empeñado en la educación moral de sus criaturas, quedara indiferente ante las iniquidades por ellas cometidas? ó ¿de qué nos serviría un libro que, al narrar la in- tervención de Dios en el mundo, eallara todos sus actos de disciplina, dejííndonos creer que, en su presencia, lo mismo sea el mal que el bien?

Se acusa especialmente á la Biblia de haber dado cabida, en algunas de sus pá- ginas, al relato de ciertos actos culpables que no debieran encontrarse en un libro de esa índole.

No desconocemos en absoluto la legiti- midad de la (jueja; pero no nos cansa poca satisfacción el saber que los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y todas las Epístolas, libros que también forman par- te de la Biblia, pueden leerse sin ningún recelo, hallándose fuera del alcance de cualquier acusación.

En cuanto á los actos pecaminosos re- gistrados en el Antiguo Testamento y á ciertas expresiones que hieren nuestros oídos, á todos nos agradaría poderlos eli- minar del Sagrado Volumen. No dispo- niendo de tal facultad, nos conformare- mos con saber: 1.®) que nadie nos obliga á empezar con esos actos condenables la instrucción religiosa de nuestros hijos; 2.“) que la experiencia es conteste, entre los

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cristianos, en asegurar á los miedosos que la lectura de los tales actos no des- pierta el mínimo sentimiento impuro en corazones que aun no estén corrompidos; 3.°) que no existe tal vez ni un lector de la Biblia que pueda concienzudamente acu sarla de haberle sido perjudicial; mientras que multitudes estarán prontas para de- clarar que ella las ha salvado del lodazal del mundo.

Y es preciso que así sea, puesto qne, si bien la Biblia conserva esas cosas, á fin de no falsear los hechos, nos da, aun allí, un concepto tan claro del deber, y de tal manera reprueba el mal, que nos lo hace aborrecer y nos comunica el deseo de alistarnos en las filas de los que aman y sirven al Señor,

Hasta se acusa á la Biblia de valer me- nos que cualquier otro libro «sagrado» de la antigüedad, por el hecho de no di- vinizar á ninguna criatura, ya sea hombi'e (5 mujer. Y no se comprende que eso mis- mo es prueba irrefragable de su origen divino y superioridad respecto de todo otro libro Si la Biblia obrara como los hombres, los cuales á menudo adulan ó endiosan á seres como ellos mismos, por mera galantería, ella se volvería libro vil, indigno de nuestra estima, libro mentiro- so y mortífero. La Biblia por lo mismo que es Palabra de Dios, nos presenta á los hombros tales como son, y los hace hablar seffün el estado de sus corazones Por eso

O

también se recomienda á nuestras mentes y conciencias, y tenemos en ella fe implí- cita á la par que absoluta.

Terminaremos estos cortos y pobres renglones con dos breves reflexiones que nos parecen dignas de alguna atención de parte de todo lector serio.

Ante todo, debe llamarnos la atención el que tan á menudo se levanten hombres airados, que en los mismos diarios se enfurezcan á tontas y á locas contra la

Palabra de Dios, aun sabiendo que se di- rigen casi en absoluto á personas que ja- más la han leído ni la leerán.

En países donde la Biblia se halla en cada familia, por no decir en cada bolsi- llo, se comprendería que surgiese quien, impulsado por el deseo de salvar á sus semejantes, diera el grito de alarma, y en su impotencia exclamara : « Oh, Soñor !

¿ Hasta cuándo nos hemos de abrevar en fuentes de aguas estancadas ? » ( Lasso de la Vega). Pero aquí, en la República Oriental del Uruguay, de veras no existe ese peligro ! . . . Aquí muy poquitos lee teres de nuestros diarios corren el peligro de corromperse en las «aguas estancadas» de la Biblia ! . . .

Son, pues, avisos y anatemas que no dan en el blanco, y únicamente sirven pa- ra el tormento de quienes los echan al viento. No son inútiles, sin embargo, por cuanto nos revelan á las claras cuál sea el malestar de los enemigos de Dios, y dan á entender cuán grande, poderoso, tremendo es para sus adversarios el Li- bro de la revelación divina.

Nuestra segunda i’eflexión se refiere á la actitud que toman respecto de la Biblia muchos de los que debieran ser sus ami- gos y defensores natos.

Esa actitud resultará más incomprensi- ble y condenable quizás que la de los mismos detractores. Si el libro que no ti- tubeamos en aceptar cual expresión escri- ta de los oráculos de nuestro Dios y Pa- dre Celestial, y narración de la obra re- dentora de Cristo, no es leído y meditado por nosotros; si no encontramos en él nuestro mayor deleite, y al contrario uos deja indiferentes; si es lo mismo para nos- otros que se le ataque ó se le defienda, que se le haga circular en muchos idio- mas ó se le deje enmohecer en los están tes, claro está que, sin pensarlo, militamos en las filas de sus enemigos. Tomémoslo, sacudamos el polvo que acaso lo cubre, y

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que vuelva á ser para nosotros, en toda verdad, la Palabra de Dios.

B. A. P.

LA VERDADERA PIEDAD

Si alguno no tiene el Espíritu lie Cristo, el tal no es de él.

Rom., VIII. 'J.

Si el cristianismo no es para vosotros sino un nombre, una opinión, un culto ex- terno; si el cristianismo no es una fuerza que renueva vuestros pensamientos, vues- tros afectos, todo vuestro ser, no tenéis el Espíritu de Cristo.

Si tenéis tiempo para los placeres, para los quehaceres y no lo tenéis para vuestra salvación, no tenéis tampoco el Espíritu de Chisto.

Si no sabéis renunciar á vuestras incli- naciones, sacrificar vuestros afectos, arros- trar el desprecio de los hombres ó sus loo- res, no tenéis el Espíritu de Cristo.

Si sabéis hacer obras cristianas, pero no sabéis amar, perdonar, soportar, sufrir en silencio, esperarlo todo, ¿.qué sois?

Si hablaseis en lengua de hombres, de ángeles, si repartieseis vuestra hacienda para darla á los pobres, y dieseis vuestro cuerpo para ser quemado, ¿qué sois sino un metal que resuena ó platillo que retiñe?

No tenéis el Espíritu de Cristo; pero si podéis decir: las cosas viejas han pasado, todo se volvió nuevo; si sólo lo deseáis, si aspiráis hacia aquellas cosas con toda vues- tra alma, tenéis la verdadera piedad.

NOTAS DEL MES

La nota política. Es una nota un poco discorde. Las vibraciones son áspe-

ras como donde hay encono mal disimu- lado. El engranaje político se mueve sobre ejes atacados por el orín hasta grande ¡irofundidad, desde que la buena voluntad de las personas no es más sufi- ciente para encubrirlo.

En otras palabras, las dos sentencias del partido blanco (la que aboga en favor de la paz, y la radical que anhela atrás de una nueva revolución), están en lucha. El Directorio, presidido por el señor Rodrí- guez Larreta, y con él la gran mayoría de los orientales blancos y colorados, quieren la paz, á la sombra de la cual se desarrolla la vida y la industria de la nación. El Congreso elector, por el contrario, repre- sentando la parte belicosa y radical del partido, desea apelar á medios enérgicos para mejorar las condiciones actuales. Para conseguir sus fines pidió por nota al Directorio que procediese con patrio- tismo (vulgo que renunciase) y permitiese el nombramiento de otro que respondiese mejor á las ideas del Congreso elector.

Estas disensiones internas no tienen una importancia muy grande; sin embargo, son causas que preocupan y hacen pasar al país por un estado de intranquilidad desagradable.

Las elecciones italianas. Se han efec- tuado en principio de marzo las eleccio- nes generales para diputados. El señor Soulier fué reelecto en el colegio de Briquerasio Torrepellice, y el señor Pacta en el de Pinerolo y Valle San Martín.

El partido socialista ganó en muchos colegios y tendrá tal vez treinta represen- tantes en la Cámara; el partido clerical por primera vez entrará como partido en la Cámara. Los diputados que forman aquel grupo son diez ó doce.

Si no proceden con mucho tino y pru- dencia partidaria, su actuación política puede ser muy peligrosa para la causa que ellos defienden y para la tranquilidad de la iglesiacatólica en Italia. Un partido

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clerical supone la existencia ele un partido anticlerical. Si se organiza el primero, no pasarán muchos años antes de que se or- ganice el segundo y que empiecen en Italia las luchas que por muchos años han tenido como teatro la Francia, y como desenlace feliz para el pueblo desgraciado la separación de la iglesia del Estado. Hasta ahora en Italia no existía un partido anticlerical oficial. El anticle- ricalismo, el antisemitismo y hasta el an- tiprotestantismo nunca echaron raíces en las esferas del gobierno.

El trigo. —El mercado de Montevideo ha sido sorprendido por el brusco des- censo en la calidad de trigo enviado en enero y el remitido en febrero. El prime- ro pesaba hasta 81 1 2 kilogramos por hectolitro y el vendido en la segunda quin- cena de febrero pesaba solamente 79. La Cámara Mercantil, atribuyendo este fenó- meno á la falta de emparve, que siempre perjudica los trigos, sobre todo en las épocas lluviosas, ha propuesto al Ejecuti- vo, para prevenir su repetición, que se imponga un gravamen de 10 centésimos por cada 100 kilos de trigo no emparvado, acordando premios á los mejores pro- ductos.

Aun cuando el Ejecutivo no acepte aquellas proposiciones, es ventajoso para los agricultores el esforzarse por echar sobre la plaza comercial productos bue- nos, posiblemente excelentes El conse- guir resultados buenos no es imposible: es sólo necesario un poco de trabajo y algunos cuidados.

Mesinn. El concejo comunal de esta ciudad arrasada por el terremoto del 28 de diciembre, empezó sus sesiones agra- deciendo á las naciones amigas la sim- patía y los auxilios materiales con los cuales aliviaron los sufrimientos y las privaciones de los sobrevivientes. Está resuelto: Mesina volverá á renacer de sus ruinas. El cariño para el terruño es más

fuerte que el temor de nuevas y no im- probables desgracias.

La prensa científica condena los pro- pósitos imprudentes de la población é invoca medidas que limiten á lo menos la altura de los edificios, desde que no es posible impedir que el pueblo establezca sus moradas sobre aquellos sepulcros aun abiertos.

MOVIMIENTO RELIGIOSO

Se nota en las iglesias de Lausana un verdadero despertamiento religioso Las conversiones son numerosas. El movi- miento empezó en la iglesia del Valentino, donde se reúne la congregación metodista, y se comunicó luego á la iglesia libre, ex- tendiéndose también á las otras congre- gaciones.

La biblia en Francia. A pesar de que el clero, escribe un colportor, había exhor- tado á los suyos para que nos evitasen como herejes, hemos podido vender un buen nñmero de volúmenes.

En una ciudad un farmacéutico nos echó á la calle con insultos groseros, otros nos consideraron como espías ó vendidos á los ingleses.

Pei’o un anciano nos dijo: « He com- prado el N. T. en 1858, cuando era soldado en Chalón. He conservado siem- pre aquel libro, el cual en muchas ocasio- nes fué un medio de consuelo y anima- ción».

La iglesia Valdense en Egipto. El pastor Rinaldo Malán, enviado á Egipto por nuestro Comité, acaba de organizar dos estaciones misioneras; una en el Cairo y la otra en Alejandría. Se preocupa sobre todo de la evangelización entre el elemento italiano. Los que se han adhe- rido son numerosos, llenos de celo reli- gioso y entusiasmo.

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Un colportor. El señor G. Di Beiie- dotto, enviado á Malta para hacer conocer la palabra de Dios á los italianos y mal- tenses, encontró en seguida de llegado una oposición muy grande. El elemento ele- rical había preparado sus trincheras. Algunos hasta le enviaron cartas insnl- ta'ndolo, llamándolo: fraile renegado, após- tata cobarde, traidor, y otras por el estilo.

El hecho es que el Evangelio no se detiene delante de aquellos obstáculos y la luz no se apaga cuando cerramos los ojos para no verla El Evangelio camina y la luz de Dios continúa brillando y brillará en Malta, también á pesar de los esfuerzos para apagarla

Una valdeme beatificada. «Después del transcurso de siglos y de cuantiosos gastos hechos por la curia romana, el Papa ha promulgado la beatificación de Juana de Arco; se cree que el Papa la hará santa en el mes de mayo próximo. Lo curioso es que Juana fué condenada en toda regla como valdense, esto es, como herética, por un inquisidor y varios obispos, en nombre de uno de los prede- cesores del infalible Pío X.»

La observación no sólo es curiosa, sino cierta. En aquellos tiempos, el título de valdense se daba no sólo á los cristianos de los Valles, sino á todos los que se rebelaban contra el Papa en Italia y fuera de Italia.

¡Elxtraña contradicción! Un infalible decreta una sentencia de condenación, y otro infalible publica un decreto de bea tificación.

Y añade el periódico del cual entresa- camos la noticia: « Entretanto, nosotros los valdenses podemos estar orgullosos de tener en el (Dlimpo romano una de aque- llas personas que llevaron nuestro mismo nombre, fueron perseguidas como nosotros y murieron mártires como tantos de nues- tros padres.»

I(/lesias en Berlín La [)oblación de aquella ciudad aumenta tan rápidamente que no es posible construir las iglesias que serían necesarias para las necesida- des espirituales y religiosas de los recién llegados. La misiin urbana, para snbsa nar este inconveniente reparte 100,000 copias de un sermón todos los domingos. Coloca también agentes suyos en las esta- ciones para dar á los operarios tratados é indieaciones útiles. De ese modo mu- chos obreros han sido llevados á hoteles de temperancia ó á otras casas donde re- ciben cuidados materiales y morales.

La excomunión del abate Murri. El diario «L’Osservatore Romano», órgano oficioso del Vaticano, publica el texto del decreto del Santo Oficio por el cual se excomulga al sacerdote Rómulo Murri, nombrado diputado en las últimas elec ciones italianas. En dicho decreto se dice que el sacerdote Rómulo Murri hacía pro- paganda de ideas y teorías erróneas y re- beldes contra la Iglesia de Dios, dando ejemplo de obstinada rebelión, y que en vista de la inutilidad de las adverten- cias que se le dirigieron y las incitaciones que se le hicieron para que volviera al sendero recto por encargo del Papa, se le aplica excomunión mayor. Concluye este decreto declarando que el llamado Rómu lo Murri debe en adelante ser evitado por todas las personas fieles creyentes de la Santa Iglesia Católica y Apostólica Romana.

Pobres conciencias! Andró Hostein hace algunos días se confesaba finalmen- te como autor de un crimen: había asesi nado á su suegra:

¿Y habéis podido, preguntóle el Juez, hallar el sueño y el descanso después y durante estos meses, mientras los despo- jos mortales de vuestra suegra estaban á 5 metros solamente?

Sí, contestó el criminal, tenía ahora la

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LA UNION VALUENSE

conciencia tranquila. En agosto había ido á Lourdes, había confesado nii crimen y el cura me había absuelto. Después mi conciencia no me reprochó más nada.

La confesión pulveriza hasta la con- ciencia.

Arturo Mustou. El pastor Arturo Muston, presidente del Comité «Evange- liste» de Francia, al que le había pregun- tado si era pariente de Alejo Muston, his- toriador de los valdenses, y del médico Juan Musseton, encarcelado por orden de la Inquisición romana, conte.stó: «Alejo Muston, historiador de los valdenses y poeta de la Valdesia, era primo hermano de mi padre. Nuestra familia tiene efec- tivamente como miembro de ella al ciru jano Juan Musseton, el cual durante «el glorioso reimpatrio de 16R9», fué encarce lado mientras la esposa y los hijos vol- vieron á los valles». Permaneció en la cárcel desde 12 de octubre de 1689 al 7 de marzo de 1716. Había nacido en San Giovanni.

NOTICIAS LOCALES

Colonia Valdense.

Los días otoñales se acercan. Los co- lonos están procediendo á la recolección del maíz, cuya cosecha es muy abun- dante en todas partes.

Viajando en el tren con un agricul- tor del departamento de San José, nos refería que en sus cuarenta y cinco años de América no había conocido ninguno igual á éste por la producción de ce- reales.

Si á esto se agrega que los precios han sido sostenidos y de una media bas- tante elevada, podrá calificarse el año de muy bueno para muchos.

Son prueba de ello también las nume-

rosas operaciones que se están efectúan' do en compra de campos.

Las familias aumentan, y donde hay algñn capital, el agricultor trata de en- sanchar, si es posible, su propiedad, y donde no lo puede hacer, trata de com- prar en las cercanías ó en el departa- mento, á fin de evitar la dispersión de las familias.

La Comisión Ejecutiva, de coufor midad con lo resuelto por la Conferen- cia, mandó imprimir los Actos, que se han repartido á todas las familias, por intermedio de los miembros del Consis- torio. Si alguna no hubiese recibido, puede pedir el folleto al pastor ó al an- ciano respectivo. En dicho folleto se leen las resolucione.s de la Conferencia, priuci[)almente la que concierne al Fon- do del Cincuentenario, y el discurso pro- nunciado por el señor Leger, al despe- dirse, antes de su salida para los Valles.

—La Comisión del Liceo se compone de los señores: D. A. Ugón, presidente; B. A. Bous, vicepresidente; J. P. Gon- net, secretario; Teófilo Davyt y L. Jour dán, vocales.

Nombró como profesor á la señorita Lidia Mondón y delegó á los señores Ugón y Jourdán, para que activen las gestiones tendientes á conseguir el au- mento de subvención.

En la colonia Española la señora Judith Geymonat vendió su campo á don Santiago Ackerman; y don Juan Dahnás agrandó su propiedad comprando á un vecino

Los jóvenes estudiantes Emilio Bon- jour y Costabel y David Bonjour, obtu- vieron notas de aprobación en los exáme- nes que fueron á rendir en Montevideo.

El nñmero de estudiantes en el Li- ceo es más numeroso este año que el pró- ximo pasado. Hasta ahora 47 solicitaron inscripción.

LA UNION VALUENSE

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La Coniisidn del Liceo resolvió re- unirse á principios de cada mes para oir la lectura de las notas de preparación de cada alumno.

Los señores E. Pons y J. P. Gonnet fueron encargados de redactar el Regla- mento que ha de ser sometido á la acep- tación de la próxima Conferencia.

La escuela de la novena sección (Sauce) fué reformada totalmente. El edi- ficio es ahora de los mejores que posee la colonia. Las paredes fueron levantadas, cambiándose el techo y construyéndose una cómoda galería. Los gastos fueron sufragados enteramente por los vecinos interesados en la escuela, quienes contri- buyeron generosamente para ese objeto. Sentimos que haya alguno que escatime su concurso, sobre todo tratándose de ins- trucción.

El Consistorio aceptó el pedido del joven Jerah Jourdán para dirigir por este año la escuela de la octava sección (Bon- jour).

Aceptó también el de la señorita Juana A. Ugón, para la escuela del Cen- tro.

Si el Superior Gobierno acepta, co- mo parece, el cambio propuesto en el ré- gimen de las escuelas, éstas tendrán que ser frecuentadas por un mínimo de 30 alumnos. El Consistorio pidió que fuera rebajado á 25, siempre que el conjunto de las 6 escuelas alcance á 180 alumnos. Para el sueldo los maestros serán equipa- rados á los ayudantes de las escuelas del Estado. Los vecinos deberán mantener en buen estado los locales y proveerlos de agua potable y demás dependencias indispensables. En cambio las escuelas serán gratuitas.

hjl í) de marzo llegó á Génova el «Umbría», á cuyo bordo viajaba el señor Leger.

Don José Caffarel compró la chacra

del señor Esteban Poét, que reside ahora en los Valles.

Los jóvenes David Bertóu y P. Be- nech (este (iltimo de Cosmopolita) fueron á Montevideo para estar un año en la Es- cuela de Agronomía. Las noticias que tenemos de ellos son buenas y son los únicos candidatos que aceptaron el ofre- cimiento, animados de las mejores inten- ciones. El señor Daniel García los visitó en la Granja Modelo del doctor Ildefonso García Lagos.

La Paz.

El señor Teófilo Salustio vino á visi- tar á su familia.

Se anuncia el próximo enlace de la señorita Durand con el señor Santiago Charbonnier.

El Puente de Verges en los tres Pa- sos ha sido librado al tránsito público.

Es una obra útil, á la cual contribuyó el vecindario con una suscripción pública.

El señor Pablo E. Long fué llamado á formar parte de la Junta E. Adminis- trativa del Departamento.

—Un telegrama remitido por el doctor Daniel Gai'cía Acevedo y recibido por el escribano señor Pablo E. Long, informa que por resolución del Ministerio, las jar- dineras seguirán pagando cuatro pesos de patente.

Colonia Suiza.

El 13 de marzo la Sociedad del "Uro Federal celebró su aniversario con una gran fiesta: 200 personas asistieron al banquete preparado en el Hotel Suizo. Rodolfo Karleu fué el «Rey del tiro», ga- nando el primer premio.

El señor Louderogger hijo) se casó el sábado 19 de mayo. El mismo día se casó también el señor Hubber con una señori- ta Hotle.

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--El Gobierno ha librado orden do pago por la suma de mil pesos destinados para sufragar los gastos que origine la celebra- ción de la exposición-feria. Una tercera parte de esa suma será destinada á pre- mios en dinero. La Comisión cobrará de- recho de entrada solamente en los días de inauguración y clausura.

Cosmopolita.

Fué declarado pueblo la agrupación de casas del puerto del Sauce, recibiendo la denominación de «Pueblo J Lacaze». Forma una nueva sección judicial com- prendida entre los arroyos Sauce, Rosa- rio, el camino Nacional y el arroyo Cufré en toda su extensión, así que una gran parte de Cosmopolita tendrá que ir al Sauce por los asuntos del Registro Civil, como nacimientos, matrimonios, etc.

Tarariras.

Se realizó el casamiento de Pedro Rica, de 23 años, con Emma Tourn,de 19 años, residentes en el Quintón.

- El pastor de Tarariras estuvo enfer- mo é indispuesto durante algñn tiempo.

D. Davyt vendió un lote de tierra cerca de la estación á los hermanos Ma- nuel y Santiago Dalmás.

—La escuela del Estado está cerrada aún por indisposición de la maestra.

En el presente mes salieron para Iris las familias de Joel Dalmás, Enrique Tal- món, Augusto Pilón, y de la viuda Mag- dalena Long, y para Lavalle la familia de E. Janavel, es decir, 5 familias con un to- tal de 35 personas.

Doña Mariana Perrachón, del Ria- chuelo, ha estado enferma de cierta gra- vedad, pero se halla ahora repuesta.

Lavarle.

El señor David Geymonat se fué para Buenos Aires, con el fin de seguir los es- tudios en vista de predicar el Evangelio,

Un hijo del señor Klett sigue los es- tudios en Montevideo, para obtener el tí- tulo de maestro.

Falleció en Montevideo la señora de Daniel Grand, á consecuencia de tifus, complicado con pulmonía Su esposo pu- do visitarla hasta el ñltimo. Fué sepulta- da en el cementerio Inglés.

El pastor Gossweiler acompañó al ami- go en esas tristes circunstancias y merece nuestra gratitud, pues no es el primer valdense á quien atiende y presta servi- cios.

El señor Grand cree que por ser su esposa protestante no fué atendida como se debe por las llamadas hermanas de caridad.

Dolores.

El señor Alejo Guigou, de Juan Gonzá- lez, se muda á la cañada Magallanes, don- de establecerá su taller.

El señor Esteban Bcrtinat, que resi- de en el Bizcocho, siente mucho su aleja- miento, sobre todo por sus hijo.s, que se crían sin instrucci'in, y por la falta de cul tos. Espera volver al seno de alguna con- gregación, para estar con amigos.

Mercedes.

El templo que fué construido por la Iglesia Metodista no está pago entera- mente. Pesa sobre él una deuda de mil pesos.

Montevideo.

El señor Ildefonso García Lagos pide los servicios de un quintero para su gran- ja de Toledo. El encargado podría ganar pesos 30 mensuales.

El periódico hermano «El Atalaya» suspendió su salida por dificultades de orden financiero.

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Vino de Estados Unidos el obispo señor Bristol para presidir la Conferencia Metodista.

Salto.

El señor Jnan Pedro Bonjonr fué notn brado Presidente de la Sociedad «Unione e Benevolenza», que es de socorros mu- tuos. Dicha sociedad se com[)one de ocho- cientos socios, todos italianos 6 hijos de italianos Tiene dos secretarios, dos co bradores y cinco médicos.

Iris.

El señor Juan P. Pouset salió para vi- sitar á sus parientes de Colonia Valden- se y Lavalle. Lo acompaña hasta Buenos Aires don Santiago Bonjonr.

Paraguay.

Las noticias de Asunción no son muy halagadoras; el oro, que había empezado á bajar de repente, volvió á tomar el ca- mino de la suba, subiendo de cien en cien puntos, por más que ahora se está en tra- to de nn empréstito; en ese caso, el país tomará de nuevo un impnlso comercial que salvará la crisis.

La obra evangélica está en buen pie. Durante el año el doctor Craver visitó dos veces al país. En su ültima visita tu- vo el gran placer de poder, en unión con el señor Griot, y con autorización del Mi- nistro do la Guerra, dar conferencias con linterna de proyeeción, en los cuarteles y en la cárcel pñblica. Es de notar que en todas esas partes reinó el mayor orden y un verdadero entusiasmo.

—Son muy halagüeñas las noticias que tenemos del Paraguay respecto á las fa- milias Fornerón: han arreglado con el Pastor Griot, de Asunción, para tener cultos en Misiones; debido á las pertur- baciones políticas no ha sido aun posible hacerlo, mas Dios mediante se hará en los primeros meses de este año y si fuera

posible se harán visitas periódicas, lo cual será muy beneficioso para aquellas familias.

El señor Pornerón ha visitado al señor Griot y asistió á los cultos. Esa familia está en gran prosperidad material y pue- den hacer una gran obra para el Señor.

Montevideo.

Asistimos á los principios de la confe- rencia de la Iglesia Metodista y tuvimos el placer de estrechar la mano á muchos amigos y conocidos, entre ellos los seño- res Griot y Jíarroetaveña, quienes nos su- ministraron buenas noticias, el primero de Asunción, y el segundo, de Venado Tuerto.

El señor Griot ofreció un ejemplar de la Unión Va lóense del número del Cincuentenario á los Ministros de Gobier- no y de Relaciones Exteriores, los cuales demostraron mucho interés por conocer la historia de los valdenses y la funda- ción de sus colonias en América, reco- mendándole encarecidamente hiciera lo posible por determinar alguna familia á ir á establecerse en el Paraguay, donde le ofrecerían toda clase de facilidades.

El señor Griot espera pasar algunos días al lado de .sus padres en Colonia Valdense.

Como el primer domingo del mes el culto es en idioma español, se ha ofrecido para presidirlo, y en un día de la semana, que oportunamente indicará, dará una se- sión de linterna con proyecciones lumino- sas, con vistas de la República del Para- guay. Esperamos que muchas personas aprovecharán de esa oportunidad por tra- tarse de algo interesante é instructivo.

Deseamos que Dios bendiga la obra de evangelización que realiza en Sud Améri- ca la Iglesia Metodista, así como las de liberaciones de su conferencia.

La ciudad de Montevideo está cada

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LA UNION VALUENSE

vez más hermosa, extendiéndose mucho para los suburbios. En el centro se están construyendo grandes mansiones y pala- cios.

El puerto está muy adelantado y los buques entran ya en la dársena, desem- barcando los pasajeros desde la borda en tierra firme, sin necesidad de botes, con el auxilio de una simple tabla.

Alejandra.

El señor Pavarín llevó sus hijos al colegio que dirige el señor Barroetaveña en Venado Tuerto, y si hubiese más lugar, otros colonos deseosos de dar instrucción á sus niños, imitarían el ejemplo del se- ñor Pavarín.

El privilegio de tener buenas escuelas no es concedido á todos.

En la República Oriental estamos me- jor respecto á escuelas, y entre todos pri- vilegiada es Colonia Valdense con sus seis escuelas primarias y el Liceo, sin contar dos escuelas más que están en la sección y la escuela urbana de la villa de La Paz.

Dejadle sus muletas

Beecher hallábase un día en sociedad de personas distinguidas, entre las cuales el coronel Ingersoll hacía alarde de sus ideas escépticas y se esforzaba en propa- garlas.

Se había evitado de hablar de religión, pero uno de los presentes hizo en broma, alusión á las ideas del coronel, el cual se defendió con brío. Beecher callaba.

Solicitándose su opinión contestó: asis- tí hace un rato á una escena desagrada- ble. Vi á un hombre miope y estropeado el cual con sus muletas hacía un esfuerzo para cruzar un camino lleno de barro. Caminaba lentamente, con precaución, cuando un individuo para reirse, sin du-

da, se aproximó y de golpe, bruscamente arrancó las muletas abandonando al des- graciado en medio del barro.

¡Qué hombre grosero y perverso! excla- mó el coronel. ¡Qué bárbaro! contestaron todos!

Sí, dijo entonces Beecher, mirando al coronel; sí, y vos caballero sois aquel hombre brutal. El alma humana está en- ferma, pero el cristianismo le proporcio- na las muletas con ayuda de las cuales ella puede atravesar las peñascosas sen- das de la vida. Vuestras enseñanzas le quitan aquel apoyo abandonándola sin fuerza y desesperada en el cieno de la duda é incredulidad.

Beecher calló. Se hizo un gran silcneio. El coronel no encontró la contestación que precisaba; bajó la cabeza, agarró el sombrero, dió las buenas noches y se re- tiró.

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de las criaturas. La mujer el más sublime de los ideales.

Dios hizo para el hombre un tesoro: pa- ra la mujer, un altar. El trono exalta, el altar santifica.

El hombre es el cerebro. La mujer es el corazón. El cerebro fabrica la luz, el corazón produce el amor. La luz fecunda, el amor resucita.

El hombre es genio. La mujeres ángel. El genio es inmensurable, el ángel es in- definible. Se contempla el infinito, se ad- mira lo inefable.

La aspiración del hombre es la supre- ma gloria. La aspiración de la mujer es la virtud extrema La gloria hace lo divino.

El hombre tiene la supremacía. La mu- jer, la preferencia. La supremacía signifi- ca la fuerza, la preferencia representa el dereeho.

LA UNION VALUENSE

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El hombre es fuerte por la razón. La mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence, las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los egoís- mos. La mujer, de todos los martirios. El heroísmo ennoblece, el martirio sublimiza.

El hombre es un código. La mujer, un evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.

El hombre es un templo La mujer es el sagrario. Ante el templo nos descubri- mos, ante el sagrario nos arrodillamos.

El hombre piensa. La mujer sueña. Pensar es tener en el cráneo una larva, so- ñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es el océano. La mujer es el lago. El océano tiene la perla que adorna, el lago la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela. La mujer es el ruiseñor que canta. Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.

El hombre tiene un fanal, la Concien- cia. La mujer tiene una estrella, la Espe- ranza. El fanal guía, la esperanza salva.

En fin: El hombre está colocado don- de termina la tierra. La mujer donde co- mienza el cielo.

Víctor Hugo.

CON EL CORREO

Hemos recibido á menudo quejas de suscriptores que no reciben regularmen- te nuestra revista. Hasta hay algunos que en un año no recibieron un nñ- mero siquiera. Esta deficiencia del Correo es sobre todo sensible en algunos puntos, mientras en otros las cosas suceden mejor. Parece, pues, que la falta no es de atribuirse exclusivamente al Correo central, sino á las sucursales establecidas en campaña, ó en algunos casos á los re- partidores privados.

Al hacer estas observaciones no pre" tendemos corregir deficiencias sensibles, por cuanto bien .sabemos que el mal, por tener raíces. muy profundas, no se elimina con las protestas y reclamaciones de la prensa. Pretendemos solamente informar á nuestros lectores sobre las causas per las cualei á veces no reciben el periódico que les enviamos con toda regularidad. Les rogamos al mismo tiempo se sirvan, siempre que no lo reciban, reclamarlo á esta redacción, para que podamos remitir- les los ejemplares que no llegaren á su destino.

La Cruz Roja Española y el terremoto

Fénix en «El Siglo» publica algunas observaciones oportunas sobre la inter- vención de la Ch’uz Roja Española en fa- vor de los que murieron víctimas del te- rremoto de Sicilia. -La Cruz Roja olvi- dó, dice, los que viven aún, que sienten hambre, sufren fríos y quizás no poseen un refugio donde ocultar los rigores de su desventura, y ha dispuesto se digan mi- sas por su cuenta en sufragio de las vícti- mas.

Ella, escribe Fénix, es más cuidadosa de la salud. . . de los que murieron que del amable contentamiento de los que aun existen; ella aspira á que ganen la gloria los que fallecieron, aun cuando la necesi- dad agobie y desespere á los que no al- canzaron la dicha de merecer devotos su- fragios .

Entre un pobre hambriento, que puede satisfacer su hambre robando y matando, y una desventurada alma (pie sufre mil cruel- dades en el Purgatorio ó en el Infierno, una Asociación tan benéfica como la Cruz Roja no titubea en concederle la primacía de sus bondades á aquellos que pagan sus

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LA 1:NI0N VALLENSE

pasadas culpas con arreglo á los fallos dcl Código espiritual del catolicismo. Alguien pudiera objetar que los buenos y los jus- tos no necesitaban esas misas, y afín que era preferible emplear ese dinero en so- correr las necesidades de los que viven, que en salvar almas de gentes que no fue- ron dechado de bondad y honradez en su paso por el mundo. Pero eso no es una razón para convencer á nadie.

Para ella lo importante es que el Pur- gatorio y el Infierno se despueblen des- pués de la catástrofe; si hay gentes que su- fren hambre y padecen fríos, también hay almas que purgan cruelmente una mala vida; á la postre, á los hambrientos les queda el recurso de robar, y las almas no se salvan si buenos creyentes no cos/ean unas misas ó pagan unos rezos».

La fina ironía del escritor hace innece- sarios nuestros comentarios. Notaremos, sin embargo, cómo los errores religiosos producen siempre efectos perjudiciales para la sociedad.

En este caso y en muchos otros se gas- taron sumas considerables en misas bene- ficiosas para el clero, instiles para los muertos, mientras uu uso mejor permitiría quizás salvar de la miseria y del hambre á muchas personas vivas aún, la.s cuales, abandonadas, perecieron víctimas de ne- cesidades y privaciones que nadie pudo satisfacer.

La efusión del Espíritu Santo

Después que Jesús fué levantado á la diestra do Dios y recibió de su Padre el Espíritu Santo que había sido prometido, derramó lo que veis y lo que oís ahora.

(Actos II, 33)

El plan de Dios, en Jesucristo, para la salvación de. los hombres, concluye con el don del Espíritu Santo.

El hombre uo es sino carne. Dios lo ha declarado desde los tiempos antiguos y el hombre uo ha cambiado. Lo nacido de la carne, carne es, y el deseo do la carne es enemistad contra Dios; no se somete á la voluntad de Dios, ni tampoco lo puede.

Para levantar al hombre de ese estado de rebeldía y perdición. Dios ha dado su Hijo al mundo

El hijo de Dios, hecho hombre, por su nacimiento de la virgen María, no nació de la carne; concebido por el Espíritu Santo, nació hombre espiritual.

Ese Jesós, á la edad de 30 años, fué ungido por Dios, del Espíritu Santo y de poder. Por uu movimiento del Espíritu fué empujado al desierto para ser tentado. Por ese Espíritu, Jesús iba de un lugar á otro, predicando el Evangelio, haciendo bien, sanando á los que estaban oprimidos por Satanás.

Ese hombre, el solo nacido del Espíri- tu y en quien el Espíritu moraba sin me- dida, fué objeto del odio de los hombres, sus hermanos, y lo mataron. Pei-o esa muerte la quiso Dios, y si la sangre de los sacrificios purificaba lo que estaba contaminado, respecto del cuerpo, ¿cuán- to más la sangre de Cristo, ofrecida por el Espíritu Eterno á Dios mismo, sin mancha, no purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para servir al Dios viviente?

La muerte de Cristo es sacrificio ex- piatorio cuya consecuencia es el perdón y la reconciliación, y aparta el gran obstácu- lo á la venida del Espíritu Santo en el corazón del hombre nacido de la carne.

Por la presencia de Jesús en el seno de la humanidad, el Espíritu habitaba con los hombres, pero no estaba todavía en ellos.

Por la resurrección de Cristo, realizada por el Espíritu Santo, el cuerpo de Jesús se hace un cuerpo espiritual y recibe e

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LA UNION VALUENSE

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poder de soplar sobre los discípulos, di- ciendo: Recibid el Espíritu Santo. El Es- píritu do Jesús obra sobre los discípulos para abrir su inteligencia y hacerles com- prender las Escrituras.

La necesidad del Espíritu Santo em- pieza á manifestarse en el alma de los discípulos como una red intensa, y Jesús les declara que, después de su vuelta al seno del Padre, encontrarán en El, la fuente del Espíritu como un río en que apagarán su sed, convirtiéndose ellos mismos en ríos de agua viva para la vida eterna.

Al volver á la gloria, Jesús recibe del Padre el Espíritu, no ya como espíritu personal, sino para derramarlo sobre to- dos los discípulos, de los cuales es el Re- presentante, Pastor y Roy.

En el plan de Dios reina completa ar- monía desde el principio hasta el fin. El camino es paso á paso, no se hacen saltos, pero hay que llegar hasta el término: el don que Jesús glorificado ofrece: el Espí- ritu Santo. Todo lleva á la efusión del Espíritu Santo, y sin el Espíritu Santo na- die puede decir que Jesús sea el Cristo.

Creer en Jesús venido sobre la tierra, en Jesús muerto en el Calvario, en Jesús resucitado, en Jesús glorificado, debe conducir el alma á recibir el Espíritu Santo. De otra manera, somos como el hombre que, debiendo subir, no alcanza nunca el primer peldaño de la escalera que conduce al cielo, ó como el hombre que, oprimido por la sed, corre hacia la fuente, llega á divisarla, á oir su dulce murmullo, pero nunca llega á beber y muere de sed.

Las discípulos de Jesucristo, en gran número, son como la tierra sedienta y ári- da, porque no han tenido en cuenta la promesa del Salvador que está dispuesto á derramar sobre ellos las aguas abundo- sas y fertilizantes del Espíritu Santo.

Pedro puede añadir: lo que os anuncio, lo veis y oís. El Espíritu derramado hoy sobre nosotros es también para vos- otros. V' antes del fin del día, 3,000 perso- nas habían r-ecibido con el perdón el Es- píritu Santo, para la gloria de su salva- dor.

(Villar Pellico).

E Tron.

UN PUEBLO QUE ORA

Basta dar un vistazo á los Hechos de los Apóstoles para darnos cuenta de que los primitivos cristianos se distinguían por el espíritu de oración. El Maestro les había dicho: «l’edid, y se os dará; bus- cad y hallaréis; llamad y se os abrirá». Y no queriendo ser defraudados de este singular privilegio se acercaban con fre- cuencia, solos y en común, al trono de mi- sericordia que les estaba abierto.

A"a al principio de su relato Lucas nos dice que «todos perseveraban unánimes en oración y ruego», y el coronamiento de esta reunión de oración fué la venida del Espíritu Santo y sus prodigiosos resulta- dos.

En el capítulo segundo leemos cómo vivían aquellos que se habían unido á la iglesia en Jerusalén, y entre otras muchas cosas vemos que «perseveraban en las oraciones».

Pedro y Juan son llevados ante el Sa- nedrín á dar cuenta del milagro realiza- do en la persona del cojo, y al ser sueltos vienen á los suyos á contar lo que ha- bía ocurrido, y ellos habiendo oído «alza- ron unánime la voz á Dios». Así es como hacían frente á las dificultades esos hom- bres y mujeres de oración. No apelaban al brazo humano. No iban á Egipto en

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LA UNION VALDENS

busca de socorro. Invocaban al que dijo: «Llámame en el día de la angustia».

En el capítulo seis vemos á los prime- ros diáconos ser presentados á los apósto- les «los cuales orando, les pusieron la mano encima».

El capítulo diez nos presenta á dos hombres que oran, Pedro y Cornelio. El primero había subido á la azotea á orar cuando vio la visión, y del segundo se nos dice que «oraba á Dios siempre». Estas oraciones perseverantes son las que suben al trono del Omnipotente cual el perfume del altar, y podemos decir que toda oración debe tener este requi- sito para ser escuchada.

Más adelante nos hallamos, con la per- secución hecha por Herodes, de la cual resultó la muerte de Jacobo y la prisión de Pedro. ¿Qué hacía en tales circuns- tancias el pueblo de Dios en Jerusalén? He aquí lo que dice el escritor inspirado: «la Iglesia hacía sin cesar oración á Dios por él». Sabemos como Dios escuchó es tas súplicas, librando milagrosamente á Pedro de la prisión. Cuando éste se halló libre en las calles de la ciudad, se dirigió á una casa de creyentes y otra vez leemos que en ese lugar «muchos estaban juntos orando».

Si un repaso de esos capítulos nos muestra á los cristianos de Jerusalén y sus vecindades ocupados en el santo mi- nisterio de la oración, la misma cosa ha- cen otras partes del Nuevo Testamento al hablarnos de la vida de otras iglesias. ¡Bello ejemplo para nosotros en estos días de materialismo!

Si queremos que nuestras iglesias au- menten en santidad, si queremos que la predicación del Evangelio sea hecha con poder, si queremos que nuestra vida cris- tiana sea de positivos beneficios para nos otros y para los que nos rodean, no olvi- demos de orar en el Espíritu «con toda

suplicación y ruego». Oremos individual- mente en nuestras casas. Oremos en el culto de familia con nuestras esposas é hijos. Oremos en la iglesia, cuando nos congregamos en el nombre de Aquel que enseñó «que es necesario orar siempre, y no desmayar». («i?/ expositor Bau- tista»),

J. C. V.

NOTieiAS DEL SEÑOR B. LEGER

De una carta escrita el 4 y 5 del co- rriente marzo en la cercanía de Las Pal- mas (Islas Canarias), extractamos las si guientes noticias: «Hasta aquí, muy buenn ha sido el viaje. Con excepción de un pe queño malestar que sentí á lo largo de las costas brasileñas, nada he sufrido y he po- dido al contrario gozar de todo . . . Salvo cuando estoy leyendo, se ocupa mi mente en rehacer mi visita á nuestros hermanos de América, y, á medida que me alejo de ese país, en donde á pesar de mis temores y del trabajo (¡ay! tan pequeño) que he llevado á cabo he conocido meses de go- zo y descanso, sigue creciendo mi senti- miento, y con él la viva simpatía que ali- mento en mi corazón por los pastores y los rebaños.» Estos se lo agradecen cor- dialraente, asegurándole que comparten su sentimiento».

B. A. P.

VARIAS

Patentes de rodados. Las disposicio- nes de la Junta Económico-Administrati- va de Colonia, tendientes á aplicar la muí-

LA UNION VALUENSE

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ta á los carricoches que no hubiesen pa- gado 12 pesos, han sido suspendidas por orden del Gobierno, de resultas de una re- clamación de las Colonias Valdense y Suiza.

Es probable que una resolución defini- tiva haga obligatoria la devolución de la multa y de la patente adicional que algu- nos i)agaron para evitar trastornos.

Se trata, por lo demás, de una cuestión de justicia. Los carricoches son vehículos de carga á pesar de que el agricultor los necesita á menudo como medios de loco- moción para su familia.

Hace algunos años las carretas para bueyes desempeñaban más ó menos el mismo papel. . . á pesar de eso, la Junta no pretenderá que aquellos vehículos de dos ruedas . . . son para personas si por las exigencias del fisco fuera necesario vol- ver á los sistemas primitivos.

Por otra parte, creemos que las Cáma- ras podrían para otro año, adoptar una ca tegoría nueva de vehículos; los que sir'mu para carga y personas, y aplicarles una pa tente intermedia entre los que sirven ex elusivamente para carga y los exclusiva- mente para personas.

Los pvawidistas y las elecciones. El Evangelista de Roma en un editorial de cuatro columnas aborda la cuestión políti- ca y propone como candidato para el cole- gio Briquerasio, á nuestro apreciado amigo Mario Palchi, profesor en el Liceo de To- rrepellice La persona es indicada, no hay duda. Nadie mejor que Falchi para representar á los valles valdenses. Es hombre de carácter, rico en ideas eleva- das; salvo en sus principios sociales y religiosos, sería casi un representante ideal . . pero esto no vale nada en ma- teria de elecciones. Nombraron á Soulier, como lo anunciamos en otra parte.

El mismo autorizado semanario, órga- no de la iglesia metodista, insiste sobre la

importancia de las elecciones, y la nece" sidad, para los pastores evangélicos, de tomar parte en ellas; ellos deben ser do- quiera y siempre ministros de Cristo; de- ben ser la luz, lo mismo que todos los demás creyentes, la luz del mundo en las diferentes manifestaciones de la vida; las elecciones no deben hacer excepción. «Ellos deben quitar la máscara de los políticos presuntuosos, combatir los auto candidatos, sostener las coaliciones que se esfuerzan en combatir á los vampiros del pueblo; apoyar fuertemente á los can- didatos que lo merezcan. En los Estados Unidos los pastores discuten y examinan los programas y el valor de los candida- tos. Su influencia fué en muchos casos beneficiosa y de importancia decisiva pa ra el bien de la Repfiblica.»

Por suerte estas observaciones juicio- sas el órgano de la Iglesia Metodista las publica en Italia. Si las publicase en la Repfiblica, los correligionarios lo exco- mulgarían antes de la puesta del sol.

Dos defunciones. Nuestra iglesia acaba de [lerder dos hombres que dejan tras de recuerdos preciosos por su ac- tividad, su celo y su fe.

Ellos son el pastor Emérito Gíovan- ni, de Turín, fallecido en Génova á la edad de 83 fi 85 años; y el caballero Libo- rio Cóppola, miembro honorario del Co mité de Evaugelizacióii. Era suegro del señor Antonio Rostán, actual secretario de la Presidencia del Comité.

El sexo débil. Un dato estadístico sorprendente es el siguiente: la mujer vive más que el hombre, ¿cómo se expli- ca? La mujer no está sujeta al servicio militar, no trabaja en las minas, no se de- dica á las ocupaciones más peligrosas, y sobre todo no es víctima del alcoholismo. Sobre 3,981 personas, con más de 100 años, en los Estados Unidos, 2,583 eran mujeres; en Francia, sobre 10 personas con

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LA UNION VALUENSE

más de 90 años, liay 7 mujeres y 3 hom- bres. En Escocia ' sobre 21 personas hay 16 mujeres y 5 hombres; sobre 111 per- sonas fallecidas en Nueva York á la edad de 00 años, había 77 mujeres y 34 hom- bres. En el censo de Prusía, año de 1885, se notó que 2,081 hombres tenían más de 90 años, pero había en las mismas condiciones 3,567 mujeres.

El «sexo débil» es, por el contrario, se.xo fuerte.

Era sacristán. Pasando el rey Felipe II por una plaza donde había una iglesia, pasaba también por delante de dicha igle- sia un hombre, sin quitarse el sombrero ni hacer demostración alguna de reverencia al templo.

El rey dijo con su habitual perspicacia: ese hombre ó es protestante, ó es sacris- tán,}’ habiéndole interrogado, resultó que era sacristán.

Efectivamente, nadie trata con menos decoro y veneración á los santos cpie los que están familiarizados con ellos. Sin du- da porque saben lo qne son, viéndolos de cerca .

Venezuela. En la capital deesa Repú- blica, Caracas, verificóse la inauguración del primer edificio evangélico construido en aquel país. El acto tuvo un éxito luci- do, llenándose completamente el local, á pesar de una lluvia torrencial que caía.

Es pastor de aquella congregación el señor Bailly, de la Alianza Cristiana y Mi- sionera de Nueva York.

Chile. Colgó los hábitos el señor Ni- colás Zúñiga, canónigo de la iglesia vica rial de Iquique, declarándose abierta- mente cristiano evangélico, y está predi- cando ahora el Evangelio.

Los evangélicos de Iquique y sus al- rededores están gozosos de tan valiosa conquista para la causa del Evangelio en aquella; región del país.

Cas colectas. En el tiempo de los

apóstoles no había tanta exigencia para ^as colectas, sostén de culto, misiones, etc. No oran tan frecuentes, ni había tantos pedidos.

No había necesidad de exigir, porque todos daban liberal y voluntariamente.

Muchos vendían sus posesiones y po- nían el dinero al pie de los apóstoles para que lo repartiesen según las necesidades.

No había circulares, visitas, colectores, porque todos obraban de buena voluntad.

Volvamos á los tiempos apostólicos y así no podremos quejarnos de que haya muchas colectas.

SUSCRIPCIONES PAGAS

Juan P. Jjong, Colonia Valdense; Daniel Long, República Argentina: Juan Daniel Malán, Colcnia Valdense; Pedro Baridón, Montevideo; Juan Daniel Bonjour, 1 peso, Colonia Valdense; Francisco Gauthier, San- tiago Gautier, .Juan S. Travers, Paz; .Juan Daniel Soulier. Samuel Sweiter, Colonia Suiza; Daniel Plavan, Luis Gilomén, señora Vassallo, Gay Lautaret, Salvageot Alejan- dro, Luis Maurin, Colonia Valdense. 1 peso; Felisberto I’lavan, Alfonso Allio, 1 peso; Es teban Bonjour, Estanzuela, 1 peso; .Juan Da- niel Vigna Guigon, Enrique Gonnet, Timoteo Gonnet, Barker; Juan Andreou, 1 peso, .Juan Constaiñín, Juan Geymonat Soley, «Juan P. Geymonat, 1 peso; Manuel Dalmás, aviso; Luis Maurin, Paz, 1 peso; Santiago Courdin, 1 peso; .José Ricca, Cosmopolita; .Juan Da- niel Allio, I^ablo Benech, Santiago Pons, Daniel Pontet, Luis Bellion, .Juan David Negrín, Pablo Pons, Juan Daniel Geyino- nat, U baldo 4Yolekoske, 1 peso; Guigou Hnos , Pablo Cbauvie 1909 1910, Alejo Chol- let, Pablo Coisson, 1 peso, Tarariras; Mi- guel Rostagnol, 1 peso; Jacob Brozia. 1 peso; Viuda Long, 1 peso; Esteban Barolin. 1 peso; José Rostagnol, José Weyer.

1908: Juan IDavid Bonjour, Pedro Bari don, Juan Vigna Guigou, .José Jjizundia, .Juan Fulle, F. Repetto, .Juan Henri, Juana Bein, .José M. Garat, Santiago Gonnet. Juan A. r*érez, David Bouissa, Camilo Heros, Susana Cougn, Juan Bernardi.

P. S. En el número anterior se omitió la indicación de algunos que abonaron un peso. Conste que lo hemos recibido y regis- trado en nuestros libros con los ingresos res- pectivos.

Lo que no hemos recibido es la suscrip- ción de un buen número de abonados mo- rosos.

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