LOS EVANGELIOS APOCRIFOS

ras

~ ~.¿r-?i

Cíbrarp of Che Cheologícal ¿Seminar?

PRINCETON · NEW JERSEY

A 1 5 Ζ

g3

é.A

i BS2850 .A1S2

Evangelios apscrifos : coleccisn de textos griegos \ Y

«latinos, versisn cryntica, estudios

Digitized by the Internet Archive in 2014

https://archive.org/details/losevangeliosapoOOsant

Los^ Evangelios Apócrifos

BIBLIOTECA

DE

AUTORES CRISTIANOS

Declarada de interés nacional

esta colección se publica bajo los auspicios v alta dirección de la pontificia universidad de salamanca

la comision de dicha pontificia universidad encargada de la inmediata relacion con la b. a. c, esta" integrada en el año 1.956 por los señores siguientes:

Presidente:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. Francisco Barbado VlEJO, O. P., Obispo de Salamanca y Gran Cancilla- de la Pontificia Universidad. Vicepresidente: limo. Sr. Dr. Lorenzo Turrado, Rector Magnífico.

Vocales: r. p. Dr. Fr. Agapito Sobradillo, O. F. M. C, Decano de la Facultad de Teología; Μ. I. Sr. Dr. Lamberto di-: ECHEVERRÍA, Decano de la Facultad de Derecho; Μ. I. Sr. Dr. Bkrnardo Rin- cón, Decano de la Facultad de Filosofía; R. P. Dr. José Jiménez, C. M. F., Decano de la Facultad de Huma- nidades Clásicas; R. P. Dr. Fr. Alberto Colun- oa, O. P., Catedrático de Sagrada Escritura; reveren- do P. Dr. Bernardino Llorca, S. I., Catedrático de

Historia Eclesiástica. Secretario: t\í. I. Sr. Dr. Luís Sala Balust, Profesor.

LA EDITORIAL CATOLICA, S. A. Apartado 40ό

MADRID . AIOELVI

Los Evangelios Apócrifos

Colección de textos griegos y latinos, versión crítica, estudios introductorios, comentarios e ilustraciones

AURELIO DE SANTOS OTERO

/

GospeAs (Apocryt>V

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID . MCMLVI

NIHIL OBSTAT . Dr. Luis Sala Balust, Censor.

IMPRIMA TUR : f Fr. Francisco, O. P., Obispo de Salamanca. Salamanca, i abril 1956.

A S. Ε. R-jdnia. Mons. Jor- ge Calavassy, Exarca de los Católicos bizantinos de Gre- cia, con agradecido afecto.

El autor.

INDICE GENERAL

Págs.

Prefacio ix

Siglas xu i

Abreviaturas y signos de uso más frecuente xvr

Introducción general i

A. Apócrifos del Nuevo Testamento i

B. Evangelios apócrifos 3

C. Bibliografía general i i

D. Catálogos de apócrifos neotestamentanos 17

E. Evangelios apócrifos tardíos 24

I Textos fragmentarios 29

A. Evangelios apócrifos perdidos 32

[. Evangelio de los Hebreos 32

2. Evangelio de los Doce o de los Ebionitas 51

3. Evangelio de los Egipcios 57

4. Evangelio o Tradiciones de Matías 62

5. Evangelio de Tomás 64

6. Evangelio de Felipe 67

7. Evangelio de Pedro 68

8. Evangelio de los adversarios de la Ley y de los Pro- fetas 72

9. Memoria de los Apóstoles 72

10. Tres clases de frutos de vida cristiana 74

1 1 . Evangelio de los cuatro rincones y quicios del mundo. 74

12. Evangelio de Apeles 74

13. Nacimiento de María 75

14. Evangelio de Judas Iscariote 75

15. Evangelio de Eva 76

16. Ascensión de Santiago 77

1 7. Evangelio vivo 78

18. Preguntas de María 78

19. Evangelio de la Perfección 79

20. Evangelio de BasíHdes 79

21. Evangelio de Marción 80

B. Fragmentos papiráceos 81

1. Oxyrhynchus pap. 655 81

2. Oxyrh. pap. 840 83

3. Oxyrh. pap. 108 1 87

4. Berlín pap. 11 710 89

5. Fragmento evangélico de Fayum 89

6. Fragmento de El Cairo n. 10735 91

7. «Logia* de Oxyrhynchus 92

8. Egerton pap. 2 10 1

VIIJ

ÍNDICE GENERAL

PdgS.

9. Fragmento P. Ryl. III, 463 106

10. Fragmentos evangélicos coptos 108

C. «Agrapha» 115

1. «Agrapha» canónicos extraevangélicos 119

2. Variantes de los manuscritos evangélicos 120

3. «Agrapha» citados por los Padres 122

4. «Agrapha» de origen musulmán 127

II. Apócrifos de la Natividad 131

1. Protoevangelio de Santiago 135

2. Evangelio del Pseudo Mateo 189

3. Libro sobre la Natividad de María 258

4. Extractos del «Líber de Infantia Salvatoris» [cód. Arundel

404 del British Museum] 275

5. Otros apócrifos de la Natividad 293

III. Apócrifos de la Infancia 295

1. Evangelio del Pseudo Tomás 209

2. Evangelio árabe de la Infancia 325

3. Historia de José el Carpintero 358

4. Evangelio armenio de la Infancia 379

5. «Líber de Infantia Salvatoris» [ms. lat. 1 1867 de la Bibl.

Nac. de París] 387 .

IV. Apócrifos de la pasión y resurrección 395

1. Evangelio de Pedro [fragm. de Akhmim] 398

2. Ciclo de Pilato 418

a) Actas de Pilato o Evangelio de Nicodemo 420

b) Escritos complementarios 501

1. Carta de Pilato a Tiberio 501

2. Carta de Tiberio a Pilato 502

3. Relación de Pilato («Anaphora») 507

4. Correspondencia entre Pilato y Herodes 514

5. Tradición de Pilato («Paradosis») 520

6. Muerte de Pilato 526

7. Declaración de José de Arimatea 532

8. Venganza del Salvador («Vindicta») 544

9. Sentencia de Pilato 566

3. Evangelio de Bartolomé 570

V. Apócrifos asuncionistas 609

1. Libro de San Juan Evangelista (el Teólogo) 617

2. Libro de Juan, arzobispo de Tesalónica 645

3. Narración del Pseudo José de Arimatea 686

APENDICE: Cartas del Señor 701

1 . Correspondencia entre Jesús y Abgaro 703

2. Carta del domingo 712

Indices 726

Ilustraciones 763

PREFACIO

TTACE ya más de dos años que la Dirección de la BAC nos * * hizo, por mediación del Dr. Sala Balust, el honroso en- cargo de preparar una edición de los Evangelios apócrifos.

Hemos de confesar que la idea nos halagó desde el princi- pio. Xo se nos ocultaban, sin embargo, las dificultades que entrañaba una empresa de tal índole. Nos obligaba a una larga peregrinación por distintas bibliotecas y exigía de nosotros un gran margen de tiempo y de sosiego que habría que buscar al lado de nuestras ocupaciones primordiales de carácter forma- tivo y académico.

Xo obstante, triunfó la ilusión de poner nuestro granito de arena en la tarea que viene realizándose desde diversos sectores, de dar a conocer los documentos de la primitiva tradición cristia- na. Animados con este pensamiento, pusimos manos a la obra ; y hoy, después de dos años de labor, podemos ofrecer el fruto de nuestro trabajo a la benévola acogida de los estudiosos.

Hemos pretendido ante todo presentar una colección, com- pleta en lo posible, de los textos apócrifo-evangélicos. A nues- tra manera de ver, se estaba echando de menos una colección de este género. La meritísima edición crítica de Tischendorf, aparecida en 1853 y reeditada en 1876, de cuyos textos nos servimos con frecuencia, está muy lejos del alcance común (sólo he podido encontrar, un ejemplar de ella en España). Es mucho, por otra parte, lo que se ha ido descubriendo durante los últimos decenios en relación con nuestro tema (a la vista están los nuevos manuscritos coptos de Kenobioskion, no pu- blicados aún), que, naturalmente, no pudo tener cabida en la obra tischendorfiana. Las documentadas ediciones de Michel- Peeters (191 1 y 1914) y de E. Amann (1910) se refieren única- mente a los textos contenidos en las secciones II y III de nuestra obra. Ultimamente, en 1948. ha aparecido el primer tomo de la edición postuma de G. Bonaccorsi. Esta obra, de valor inne- gable, tiene la desventaja de aparecer con veinte años de retraso en relación con su fecha de composición. Tal como está, con- tiene la mayor parte de los textos incluidos en nuestras seccio- nes I y II y algunos de los que forman parte de la III y V. Esperamos que la aparición de un segundo tomo pueda llenar estas lagunas.

PREFACIO

Hemos intentado a la vez ofrecer una versión directa, que fuera fiel reflejo del pensamiento original, sin traicionar el genio de la lengua castellana. Objetivo no siempre fácil de realizar, si tenemos en cuenta el carácter popular de la literatura apócrifa, que refleja con frecuencia las incorrecciones y rudeza de expre- sión propias del pueblo sencillo. En esta labor nos han servido de auxilio la traducción alemana de E. Hennecke (21924), la inglesa de M. R. James (reimpresa en 1953) y la francesa de F. Amiot (fragmentaria, 1952).

Al llegar aquí, no queremos silenciar la traducción caste- llana de E. González-Blanco, que ha sido la mayor y casi única aportación española al conocimiento de la literatura apócrifa l.

Al tratarse de textos coptos o árabes, fenómeno muy raro, no nos ha sido posible ofrecer una versión directa; en este caso hemos procurado servirnos de las mejores traducciones críti- cas, cotejadas entre sí, como advertiremos en el lugar oportuno.

Hemos hecho preceder a cada uno de los textos apócrifos y a cada grupo de ellos sendos estudios introductorios, en los que exponemos sumariamente los problemas que les atañen y las soluciones que ha aportado la investigación científica. A esto añadimos una reseña bibliográfica, lo más completa posible, acerca de las ediciones, versiones y estudios realizados en torno a los referidos textos. Con ello pretendemos facilitar el camino a ulteriores investigaciones. Hemos puesto especial interés en hacer figurar en esta sección las muchas aportaciones de los

1 Los Evangelios apócrifos 3 vols. (Madrid, Bergua, 1034)· Sin dejar de reconocer al Sr. González-Blanco el mérito que acabamos de apuntarle y el de ofrecer una colección bastante completa de escritos apócriios, nos creemos en el deber de oponer a su obra ciertos reparos de importancia. Con alguna frecuencia (el caso del Pseudo Mateo es evidente), su traduc- ción recuerda más el texto de alguna versión moderna (francesa, por ejem- plo) que el de los originales griegos o latinos. El criterio que ha inspirado su colección de evangelios apócrifos se nos antoja bastante ambiguo. Por una parte recoge textos que, según la generalidad de los investigadores, no presentan carácter de evangelios apócrifos (v. gr., el tratado especulativo del alta gnosis denominado por él Evangelio de Valentín, y conocido ordi- nariamente por el título de Pistis Sophia, y las harmonías evangélicas de Taciano o Ammonio, que no son sino una exposición sinóptica del conte- nido de los evangelios canónicos); por otra, omite textos de gran impor- tancia, como son algunos de los contenidos en nuestra Sección I. La ex- tensísima introducción general ofrece un conjunto abigarrado, donde se dan cita todos los postulados e hipótesis que pretenden destruir los fundamentos mismos del cristianismo, y en que brillan por su ausencia las normas de toda metodología científica. Los asertos que inspiran al autor sus tenden- ciosos criterios vienen respaldados casi únicamente por referencias biblio- gráficas, imprecisas en su mayor parte, y por una erudición patrístico-escri- turística que viene traicionada de continuo por la anarquía tipográfica.

PREFACIO

XI

pueblos eslavos, particularmente de Rusia, a estos estudios; muchas de ellas nos han servido a nosotros mismos de orien- tación y de guía. Lamentamos el que, al no disponer de ca- racteres tipográficos rusos, hayamos por fuerza de recurrir a una transcripción fonética, no siempre coherente consigo misma.

Para mayor facilidad de consulta, estas referencias biblio- gráficas están ordenadas cronológicamente. Además, los tra- bajos fundamentales están citados por separado en el cuerpo de la introducción. Nuestro deseo fué comprobar personalmen- te tales referencias. Esta aspiración hemos podido realizarla en la mayor parte de los casos; algunos, sin embargo, se nos han resistido; no obstante, podemos siempre responder de la sol- vencia de nuestras fuentes de información.

Los comentarios que insertamos, dentro de la línea filoló- gico-crítica en que por fuerza han de moverse, contienen tam- bién frecuentes referencias sobre la réplica que los pasajes co- mentados han tenido en los monumentos arqueológicos e ico- nográficos.

Finalmente, hemos incluido algunas ilustraciones de las artes figurativas que evidencian el influjo de los apócrifos. Más que a los monumentos arqueológicos, que pueden encontrarse re- producidos en el Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Li- turgie publicado por Cabrol-Leclercq-Marrou, hemos dado lu- gar preferente a las manifestaciones de cuño medioeval y pos- terior. Entre ellas destacaremos las de origen bizantino y es- pañol 2.

No podemos menos de manifestar nuestro sincero recono- cimiento a todos los que de alguna manera nos han prestado su concurso en la elaboración de este trabajo. En primer lugar, al Rvdmo. Dr. D. Vicente Lores Paláu, director general de la Hermandad de Operarios Diocesanos, por el apoyo y el aliento que en todo momento nos ha dispensado.

- El estudio de los textos que insertamos en el decurso de esta obra nos sugirió la idea de un posible influjo apócrifo en la iconografía hispánica. La documentada obra del Dr. F. J. Sánchez Cantón Los grandes temas del arte cristiano en España. I. Nacimiento e infancia de Cristo (Madrid, BAC 1948) p. 10 , parecía darnos una respuesta negativa. Afortunadamente apa- reció el año 1054 la obra del Dr. M. Trens Santa María. Vida y leyenda de la Virgen a través del arte español (Barcelona), entre cuyas reproduccio- nes artísticas pudimos distinguir muchas calcadas, por decirlo así, en los relatos apócrifos, si bien estamos de acuerdo con el ilustre director del Museo Diocesano de Barcelona en que su fuente inmediata de inspiración pudo ser muy bien la Leyenda Aurea, difusora de las antiguas narraciones apócrifas durante la Edad Media.

XII

PREFACIO

Es acreedor de manera especialísima a nuestra gratitud el Dr. D. Luis Sala Balust, prefecto de estudios de la mencionada entidad y catedrático de la Pontificia Universidad de Salaman- ca, cuyas luminosas sugerencias de tipo técnico y metodológico nos han servido de guía desde el comienzo de nuestro trabajo.

En este mismo aspecto nos sentimos muy obligados para con el limo. Sr. Dr. D. Lorenzo Turrado, rector magnífico de la citada Universidad.

En otro sector, no menos interesante, nos sentimos alta- mente reconocidos a la fraternal comprensión y atinadas su- gerencias de los superiores del Seminario de Calatrava en Salamanca: D. Angel González, D. Agustín Flores, D. José Valladares y D. David Sabaté.

Para la corrección de pruebas y confección de índices he- mos recibido valiosa ayuda de D. Emilio Gil, D. Atanasio Robles, D. Manuel G. Torrecillas, D. Urbano Sánchez y de los alumnos del citado Seminario de Calatrava. A ellos nues- tra gratitud.

Hemos de confesar, finalmente, que nuestra penosa labor de consulta se ha visto aliviada con frecuencia por la ama- bilidad de quienes tenían a su cargo las bibliotecas que hemos tenido que visitar. Queremos, por lo menos, dejar constancia de éstas. En Salamanca, las de las Universidades Pontificia y Literaria, la de la Facultad Teológica de San Esteban (PP. Do- minicos) y la del Colegio Mayor <<Maestro Avila»; en Madrid, la Biblioteca Nacional y la del Instituto «Francisco Suárez» del C. S. I. C. ; en Barcelona, la del monasterio de Montse- rrat y la del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús (San Cugat del Vallés); en Roma, la Biblioteca Vaticana y la de los PP. Institutos Bíblico y Oriental.

Por nuestra parte nos sentiremos sobradamente recompen- sados si esta obra, con todos sus defectos, puede contribuir, al conocimiento de un venero, no despreciable, de nuestra primitiva tradición cristiana. La vuelta a las fuentes, tan re- comendada por los Sumos Pontífices, es quizá el medio más apto para lograr la unión de todos los que nos consideramos herederos del tesoro que nos legaron nuestros padres en la fe.

Esta humilde aportación, si bien primeriza e imperfecta, quisiera, con la ayuda de Dios, ser el preludio de otros tra- bajos menos indignos de tan sabroso tema.

Salamanca, fiesta de la Circuncisión del Señor, i de enero de 1956.

Aurelio de Santos Otero

SIGLAS

ABoll Analecta Bollandiana. Bruxelles.

AcBiblt Accademie e Biblioteche d'Italia. Roma.

AcVelehr Acta Academiae Velehradensis. Olomuc.

AmEccR The American Ecclesiastical Review. Washington.

AmJournTh The American Journal of Theology. Chicago.

Bi Bíblica [Pontificio Instituto Bíblico]. Roma.

BonaccorsiVA G. Bonaccorsi : Vangeli Apocrifi, vol.I. Firenze 1048.

BullInsFra Bulletin de l'Institut Francais d'Archéologie Orién- tale. Le Caire.

BullLitEc Bulletin de Littérature Ecclésiastique. Toulouse.

BullRy Bulletin of John Rylands Library. Manchester.

ByzNGrJ Byzantinisch-Neugriechische Jahrbücher. Athen.

ByzSl Byzantino-Slavica. Vratislaw.

ByzZt Byzantinische Zeitschrift. München.

CathBiQ The Catholic Biblical Quarterly. Washington.

CDi La Ciudad de Dios. Madrid.

ChW Christliche Welt. Gotha.

CiTom La Ciencia Tomista. Salamanca.

CVit Cittá di Vita. Firenze.

ColBru Collationes Brugenses. Bruges.

ColMechl Collectanea Mechünensia. Malines.

ColTh Collectanea Theologica. Lwów.

ConNT Coniectanea Neotestamentica. Uppsala.

CoScrOr Corpus Scriptorum Orientalium, ed. por J. B. Cha-

bot, H. Hyvernat, I. Guidi, I. Forget. Paris

1903SS.

DACHEL Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Litur-

gie, ed. por F. Cabrol, H. Leclercq, H. MarSou. Paris 1924SS.

DThCath Dictionnaire de Théologie Cathoiique, ed. por A. Va-

cant, E. Mangenot, E. Amann. Paris 1903SS.

DeuLitZ Deutsche Literaturzeitung. Leipzig.

EchOr Echos d'Orient. Paris.

EnCat Enciclopedia Cattolica. Roma 1949SS.

EnchB Enchiridion Biblicum. Romae 1954.

EstEc Estudios Eclesiásticos. Madrid.

EstMar Estudios Marianos. Madrid.

Et Etudes. Paris.

Exp The Expositor. London.

ExpT Expository Times. Edinburgh.

XIV SIGLAS

FlPa Florilegium Patristicum, ed. por Geyer-Zellinger-

Rauschen. Bonn

ForschRLit Forschungen zur Religión und Literatur des A. und

des Ν. T. Gottingen.

GóttGelAnz Góttingische Gelehrte Anzeigen. Gottingen.

GóttNachrt Nachrichten von der Gesellschaft der Wissenschaf-

ten zu Gottingen. Philos.-Philol. Klasse.

HarThR The Harvard Theological Review. Cambridge.

HenneckeNA E. Hennecke: Neutestamentliche Apokryphen. Tü-

bingen 1004, 21924. Ho Hochland. Kempten-München.

IC1 La Ilustración del Clero. Madrid.

ItArtI L'Italia artística íllustrata. Roma.

JA Journal Asiatique. Paris.

JamesNT M. R. James: The Apocrypha! New Testament. Ox- ford 1924. repr. 1953.

JBiLit Journal of Biblical Literature. Boston-New Haven.

JBiR Journal of Bible and Religión.

JeQR The Jewish Quartedy Review. Philadelphia.

JR The Journal of Religión. Chicago.

JThSt The Journal of Theological Studies. London.

Kath Der Katholik. Mainz.

KleinT Kleine Texte für Vorlesungen und Übungen, ed. por

H. Lietzmann. Berlín.

LexThKi Lexikon für Thi'ologie und Kírche. Freiburg in

Breisgau.

Ma Marianum. Roma.

MArchH Mélariges d'Archéologie et d'Hi.stoirc. Roma-I'ans.

MéMissCa Mémoires publiées par les membres de la Mission

archéologique franςaise au Caire. Paris. MigneAp J. P. Migne: Dictionnaire des Apocryphes. Paris

1856.

MilletR Recherches sur l'iconographie de l'Evangile aux

XVI, XV, XVI, siécles d'aprés les monumens de Mistre, de la Macedoine et du Mont Atho?. Pa- rís 19 16.

MoGschWisJud Monatschrift für Geschichte und Wissenschaft des

Judentums. Breslau.

MScR Mélanges de Science Religieuse. Lille.

Mu Le Muséon. Louvain.

NeuKiZt Neue Kirchliche Zeitschrift. Erlangen-Leipzig.

NiThSt Nieuwe Theologische Studien.

NouRTh Nouvelle Revue Théologique. Tournai.

NuBollArch Nuovo Bolletino di Archeologia Cristiana. Roma.

NuRScF Nuova Raccolta d'opuscoli scientifici e filologici.

nezia.

SIGLAS

Or Orientalia (Christiana). Roma.

OrCh Oriens Christianus. Leipzig.

OrLitZ Orientalische Literaturzeitung. Leipzig.

PaOr Patrología Onentalis, cd. por Graffin-Nau. París.

ParPas Parola del Passato.

PhilSt Philologische Studien. Lówen.

PhilW Philologische Wochenschrift. Leipzig.

PG J. P. Migne: Patrologiae Cursus Completas. Series

Graeca. Parisiis 1857SS.

PL Id. Series Latina. Parisiis 1844SS.

RaF Razón y Fe. Madrid.

RArchB Revista de Archivos y Bibliotecas. Madrid.

RBé Revue Bénedictine. Maredsous.

RBi Revue Biblique. París.

RechThAncMéd Recherches de Théologie ancienne et medieval. Ab-

baye du Mont César. Louvain.

REGr Revue des Etudes grecques. París.

RFacOu Revue des Facultes catholiques de l'Ouest.

RHEcl Revue d'Histoire Ecclésiastique. Louvain.

RHLR Revue d'Histoire et de Littérature religieuses. París.

RHPhR Revue d'Histoire et de Philosophie religieuses. Paris.

RHR Revue d'Histoire des Religions. Paris.

RiRe Ricerche Religiose. Roma.

RómQ Rómische Quartalschntt. Freiburg ín Breisgau.

ROrCh Revue de l'Orient Chrétien. Paris.

RStOr Rivista di Studi Orientali.

RThPh Revue de Théologie et de Philosophie. Lausanne.

ScuCat Scuola Cattolica. Milano.

Sef Sefarad [Consejo Superior de Investigaciones Cien-

tíhcasl. Madrid.

SerNab Sertum Nabericum. Leyden.

SitzAkB Sitzungsberichte der Berliner Akademie der Wis-

senschaften. Berlín.

SitzAkPr Sitzungsberichte der kónigl. Preussischen Akademie

der Wissenschaften. Berlín.

StCat Studia Catholica. Nymegen.

StS Studia Sinaiüca. Cambridge.

StT Studi e Testi. Cittá del Vaticano.

SupDBi Supplément au Dictionnaire de la Bible, ed. porPi-

rot. Paris 1928SS.

TerSan Terra Santa. Gerusalemme.

Th Theology. Journal of Historie Christianity. London.

ThBlát Theologische Blátter. Leipzig.

ThGl Théologie und Glaube. Paderborn.

Thjahr Theologischer Jahresbericht. Leipzig.

ThLitBl Theologisches Literaturblatt. Leipzig.

ThLitZ Theologische Literaturzeitung. Leipzig.

ThQ Theologische Quartalschrift. Tübingen.

ThRund Theologische Rundschau. Tübingen.

ThStKr Theologische Studien und Kritiken. Gotha-Ham-

burg.

XVI

SIGLAS

TS Texts and Studies. Contributions to Biblical and

Patristic Literature, ed. por J. A. Robinson. Cam- bridge i8qiss.

TU Texte und Untersuchungen zur Geschichte der alt-

christlichen Litcratur, ed. por O. von Gebhardt y Λ. Harnack. Leipzig 1883SS.

VD Verbum Domini. Roma.

VigChr Vigiliae Christianae. Amsterdam.

ZtkTh Zeitschrift für Katholische Theologie. Innsbruck.

ZtKiWissL Zeitschrift für Kirchliche Wissenschaft und Kirch- 1

liches Leben. Leipzig. ZtNW Zeitschrift für die neutestamentliche Wissenschaft

und die Kunde der alteren Kirche. Giessen. ZtSmG Zeitschrift für Semitistik und verwandte Gebiete.

Leipzig.

ZtWTh Zeitschrift für wissenschaftliche Theologie. Jena-

Halle-Leipzig-Frankfurt.

ABREVIATURAS Y SIGNOS DE USO MAS FRECUENTE

c. = capítulo ms. == manuscrito

cód. = códice n. = número

ed. = edición p. = página

ev. = evangelio pap. == papiro

f. = folio rec. = recensión

h. = hacia red. = redacción

lo. = Juan sign. = signatura

1. = línea v. = versión

Le. = Lucas t --t = texto corrompido

Me. = Marcos f . . .] = suplencia de lagunas o texte

Mt. = Mateo no incluido en el original.

< . . .) = texto que se tiene como (...) = inciso explicativo, espúreo.

INTRODUCCION GENERAL

Apócrifo, en el sentido etimológico de la palabra (viene de άπό κρύπτω), significa «cosa escondida, oculta». Este término servía en la antigüedad para designar los libros que se destina- ban exclusivamente al uso privado de los adeptos a una secta o iniciados en algún misterio. Tales eran entre los romanos los libros Sibilinos y el Ius Pontificum. Después, esta palabra vino a significar libro de origen dudoso, cuya autenticidad se im- pugnaba.

Entre los cristianos se designó con este nombre a ciertos es- critos cuyo autor era desconocido y que desarrollaban temas ambiguos, si bien se presentaban con el carácter de sagrados. Por ésta razón, el término apócrifo vino con el tiempo a signi- ficar escrito sospechoso de herejía o, en general, poco reco- mendable.

Además de los citados apócrifos paganos, se encuentran apócrifos del Antiguo y del Nuevo Testamento.

A) APOCRIFOS DEL NUEVO TESTAMENTO

La noción de apócrifo neotestamentario es difícil de preci- sar, por haberse dado a este término un significado muy elás- tico al correr de los tiempos, amparando bajo su sombra mul- tiplicidad de escritos muy diversos entre sí.

Siguiendo a Amann diremos que esta noción está íntima- mente ligada con el concepto de canon de las Sagradas Escritu- ras. Según esto, podremos incluir en la citada categoría todos los escritos que, desarrollando temas análogos a los de los li- bros canónicos del Nuevo Testamento, pretenden de forma más o menos velada arrogarse el carácter de sagrados y equipararse a los que la Iglesia tiene como inspirados, sin que, a pesar de todo, hayan conseguido ser recibidos oficialmente por ella en el canon.

1 Apocryphes du N.T.: SupDBi I (1928) C0I.460SS. Ev. apócrifos

1

2

INTRODUCCIÓN GENERAL

Nos consta, en efecto, por el testimonio de San Lucas 2 que, ya desde el principio, muchos emprendieron el trabajo de coor- dinar la narración de las cosas que tuvieron lugar en tiempo de Jesús. Orígenes [f 253-54], cuando comentaba este pasaje, dis- tinguía ya, al lado de los cuatro evangelios inspirados y recibi- dos como tales por la Iglesia, otros muchos «compuestos por quienes se lanzaron a escribir evangelios sin estar investidos de la gracia del Espíritu Santo» 3, y que, por tanto, estaban des- tituidos de toda autoridad. Según él, tales libros estaban, sobre todo, en poder de los herejes.

Tal hecho había sido ya señalado, data occasione, por otros escritores más antiguos, como San Ireneo [f h.202] 4 y Clemen- te Alejandrino [f ante 215 ] 5, los cuales, sin embargo, no mos- traban tanto rigor contra esta literatura acanónica.

A principios del siglo IV, el canon queda definitivamente fijado, al menos en sus líneas fundamentales, y así la noción de apócrifo queda perfectamente delimitada. Eusebio, al tratar de los libros del Nuevo Testamento, después de enumerar los que unánimemente son aceptados por todos (protocanónicos) y los que aún son objeto de discusión (deuterocanónicos) , habla de otros que son bastardos y espúreos, a quienes en griego deno- mina νόθα. Entre éstos distingue dos categorías: a) la de los que, aun no perteneciendo al cuerpo neotestamentario, son ci- tados por los autores eclesiásticos y presentan un carácter orto- doxo, v.gr., los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, la Carta de Bernabé, el Apocalipsis de Juan, el Evangelio de los Hebreos..., etcétera; b) la de aquellos que, siendo de contenido herético, pretenden reemplazar a las escrituras canónicas y por eso se cobijan bajo el nombre de los apóstoles, v.gr., los Evangelios de Pedro, Tomás, Matías..., los Hechos de Juan..., etc. 6

Resumiendo, podemos, en conclusión, fijar en dos las ca- racterísticas o notas del apócrifo neotestamentario: a) su acano- nicidad; b) su pretensión de reemplazar o equipararse a los es- critos inspirados con intenciones no siempre confesables.

Deslindado así el campo, se entiende cómo no pueden in- cluirse en este concepto escritos como las Cartas de San Cle- mente o de San Ignacio, la Didaché, el Pastor de Hermas y otros

2 Le. 1,1.

3 «Qui absque gratia Spiritus Sancti ad scribenda evangelia prosilue- runt» (Hom. in Le. I: PG 13,1801).

4 Adv. Haeres. III 11,8: PG 7,885.

5 Strom. III 13: PG 8,1194.

<> Hist. Eccl. III 25: PG 20,268ss.

EVANGELIOS APÓCRIFOS

3

escritos análogos que ciertos catálogos posteriores 7 e incluso algunos autores modernos 8 consideran como apócrifos, sin duda porque tales escritos se encuentran a veces en los mismos códi- ces de la Sagrada Escritura 9.

Los apócrifos del Nuevo Testamento suelen clasificarse, al igual que los libros canónicos correspondientes, en cuatro grupos :

Evangelios. Hechos. Epístolas. Apocalipsis.

Los dos grupos primeros son los que contienen escritos más numerosos.

En general podemos decir que los apócrifos más antiguos, los que eran realmente de carácter tendencioso, han desapare- cido, siendo reemplazados en su mayor parte por «reelabora- ciones» de cuño posterior, más ortodoxas.

Buena parte de éstas se nos conservan en su lengua original, generalmente la griega, y en varias traducciones o refundiciones latinas y orientales (coptas, siríacas, etíopes, armenias, árabes, eslavas). Algunas se conservan únicamente en estas versiones.

Solamente poseemos fragmentos de algún apócrifo que de- bió escribirse originariamente en lengua siríaca.

B) EVANGELIOS APOCRIFOS

En la presente edición nos vamos a ocupar únicamente de aquellos apócrifos del Nuevo Testamento que tienen carácter evangélico, es decir, que tienen como finalidad darnos a cono- cer la vida y doctrina terrestre de Jesús, juntamente con sus an- tecedentes familiares, y que se arrogan la autoridad de los Evangelios canónicos, sin que, a pesar de ello, la Iglesia los haya incluido oficialmente en su canon.

Según esto, quedan excluidos de nuestra colección los si- guientes escritos:

7 Cf. más abajo Decretum Gelasianum, Stichometria, Catálogo de los 6o Libros, etc.

8 Así lo hace Hilgenfeld en su Novum Testamentum extra Canonem receptum (Lipsiae 21884).

9 El Codex sinaiticus contiene el Pastor de Hermas y la Carta de Bernabé, y el Codex alexandrinus las cartas primera y segunda de Clemente.

4

INTRODUCCIÓN GENERAL

1. ° Aquellos apócrifos de origen cristiano que, aun con- signando datos acerca de la vida terrena de Jesucristo, se pre- sentan a mismos como escritos del Antiguo Testamento, pre- tendiendo con ello acreditar más su antigüedad. Tales son, por ejemplo, el Libro de Henoc,jel Testamento de los XII Patriarcas, el Apocalipsis de Baruc, las Odas de Salomón, la Ascensión de Isaías..., etc.

2. ° Los tratados especulativos heréticos, sobre todo gnós- ticos o maniqueos, aunque pongan en labios de Jesús sus doc- trinas cosmogónicas o escatológicas. Tales son, entre otros, la Pistis Sophia 10 y el Libro de Juan u.

3.0 Las sinopsis o harmonías evangélicas, tales como las de Taciano o Ammonio, que no pretenden rivalizar con los Evangelios canónicos ni llenar sus lagunas, sino simplemente ofrecer un texto evangélico homogéneo sirviéndose de las na- rraciones de éstos.

4.0 Aquellos apócrifos de data posterior que vinieron a fraguarse en la baja Edad Media. De ellos ofrecemos un elenco y algunas noticias más abajo.

Delimitado así el campo, distribuiremos los Evangelios apó- crifos en cinco secciones principales:

I. Textos fragmentarios. Incluiremos en este apartado los restos de apócrifos perdidos que nos han dejado las obras de los escritores eclesiásticos de los primeros siglos; los fragmen- tos papiráceos descubiertos recientemente en Egipto y una co- lección de agrapha, o dichos del Señor, que no figuran en los Evangelios canónicos.

II. Apócrifos de la Natividad. Esto es, el Protoevangelio de Santiago y sus dos reelaboraciones latinas del evangelio lla- mado del Pseudo Mateo y De Nativitate Mariae.

III. Apócrifos de la Infancia. Incluiremos en este apar- tado el Pseudo Tomás griego, que es el núcleo fundamental de este ciclo, y las traducciones íntegras del Evangelio árabe de la

10 Algunos conocen esta obra con el título de Evangelio de Valentín. Está contenida en el cod.Askewianus (s.IV) del British Museum. Ha sido editada por C. Schmidt en Copenhague el año 1925. Puede verse una tra- ducción castellana en González-Blanco, Los Evangelios apócrifos III (Ma- drid 1934) p. 364-467. Cf. BardenhewerGAL I (2i9i3) Ρ-354-358·

1 1 Se trata de una exposición de la doctrina dualística profesada por los cátaros (maniqueos del Occidente) en la Edad Media. Thilo insertó su texto latino en el Codex apocryphus Novi Testamenti I (Lipsiae 1832), tomándolo de Benoist, Histoire des albigeois... (París 1691). Una traducción castellana puede verse en la obra citada de González-Blanco, t.2 p-370-384, y una inglesa en JamesNT (repr.1953) p. 187-193.

EVANGELIOS APÓCRIFOS

5

infancia y de la Historia de José el Carpintero. Añadiremos a esto las noticias más interesantes contenidas en otros textos secun- darios, tales como el Evangelio armenio de la infancia, el Evan- gelio latino de la infancia, etc.

IV. Apócrifos de la Pasión, bajada a los infiernos y resurrec- ción de Cristo. Incluiremos aquí el antiquísimo fragmento de Akhmim o Evangelio de Pedro, el ciclo completo alrededor de Pilato y el Evangelio de Bartolomé.

V. Apócrifos asuncionistas. Ante la literatura inmensa existente en torno a la dormición y asunción de la Virgen, to- maremos los textos más antiguos y representativos y algunos otros cuya influencia literaria e iconográfica ha sido más evi- dente. Incluiremos el Libro de San Juan Evangelista, la Homilía de Juan de Tesalónica, que es la mejor representante del texto apócrifo contenido en el vetusto Pseudo Melitón, y la Narra- ción de José de Arimatea.

Finalmente, a modo de apéndice, ofreceremos el texto de la correspondencia apócrifa entre Jesús y Abgaro, rey de Edesa, y la llamada Carta del Domingo.

En el alumbramiento de la literatura evangélico-apócrifa desempeñó un gran papel el pueblo sencillo. Su imaginación oriental y su fruición por todo lo que se presentaba como ex- traordinario, misterioso y legendario, encontró terreno abona- do en las últimas palabras del evangelio de San Juan 12 para ver la manera de llenar «los vacíos» de los evangelios canónicos en relación con muchos detalles de la vida de Jesús.

Aquellas primitivas comunidades cristianas sentían viva comezón por saber cosas nuevas relativas a la persona de Cris- to, a su vida y a su mensaje. No tiene nada de extraño que se dejaran encandilar por relatos fantásticos y por halagadoras le- yendas, refrendadas a veces por el testimonio de los que se decían testigos de la vida de Cristo y por las tradiciones anejas a los lugares en que éste habitó. Este acervo primitivo se fué en- riqueciendo y diversificando al pasar de boca en boca y de re- gión en región, hasta que cristalizó, finalmente, en la prolífica literatura apócrifa amparada con los nombres de quienes fueron

1 2 «Muchas otras cosas hizo Jesús que no están escritas en este libro ; y pienso que, si se escribieran por menudo, ni el mundo entero podría con- tener los libros que habrían de componerse» (lo. 21,25; cf. 20,30).

6

INTRODUCCIÓN GENERAL

testigos de la vida de Cristo: Pedro, Felipe, Santiago, Juan, etc.

Pero a la ingenuidad del pueblo crédulo se añadió la astu- cia de los herejes. Al socaire de la autoridad apostólica no se amparaban ya solamente encantadoras leyendas acerca de los misterios de la vida de Jesús, sino tendenciosas doctrinas gnós- ticas, docéticas, encratísticas o maniqueas.

Como contrarréplica a estos apócrifos heréticos, no faltaron escritores ortodoxos que se propusieron defender algún dogma cristiano; y no se les ocurrió otro medio más apto para conse- guir este fin que entretejer una bella leyenda evangélica y pre- sentarla como inspirada. De este género es, p.ej., el Protoevan- gelio de Santiago, que quiso salir al paso de los que negaban o ponían en duda la virginidad de María, quizá por no entender bien el sentido del Evangelio al hablar de los hermanos de Jesús. No faltaron tampoco eruditos de buena fe que, al leer ciertos pasajes del Antiguo Testamento, los tomaron en un sentido demasiado literal y se los aplicaron al Mesías; con lo cual no tuvieron más remedio que fingir ciertos episodios en la vida de éste para confirmar su cumplimiento. Tales adaptaciones han dado origen a muchos detalles genuinamente apócrifos, v.gr., la cueva de la natividad 13 y el buey y el asno acompañando a Jesús recién nacido 14.

# * #

Se comprende que la Iglesia había de reaccionar de algún modo frente a un hecho histórico que tocaba tan de cerca las fuentes de la revelación. Sin embargo, no conocemos decreto alguno oficial en el que se catalogaran y condenaran categóri- camente los apócrifos. El Decretum Gelasianum, que durante algún tiempo se consideró como documento público emanado de la autoridad papal, hoy se tiene comúnmente por un escrito de carácter privado.

No obstante, a través de muchos documentos, sobre todo patrísticos, podemos vislumbrar claramente el sentir de la Igle- sia sobre este particular. Ella se ha preocupado siempre de se- ñalar y reprobar los escritos heréticos que se presentaban en forma de narraciones evangélicas. En este sentido es bien ex- presivo el testimonio de Inocencio I en su carta a Exuperio de Tolosa, en la que denuncia y condena los escritos falsificados

13 Cf. Is. 34,i 6 según la versión de los 70.

14 Cf. Is. 1,3; 3,2 según la citada versión.

EVANGELIOS APÓCRIFOS

7

por Leucio 15, así como el de Santo Toribio de Astorga en su carta a Idacio y Ceponio, en la que condena los apócrifos pris- cilianistas de uso en España 16.

La Iglesia ha tenido además buen cuidado de deslindar siempre el campo de lo inspirado, que pertenece al tesoro de la revelación, y el de lo espúreo o simplemente apócrifo que pre- tende pasar como tal, aunque no sea de tendencias heréticas. En este sentido son elocuentes los testimonios de Orígenes 11 , Eusebio ,8, Decretum Gelasianum y demás catálogos de apócri- fos que insertaremos más abajo.

En cuanto a las narraciones pseudoevangélicas que preten- den sencillamente satisfacer la curiosidad de los lectores, se observan entre los Santos Padres dos tendencias distintas : una, capitaneada por San Jerónimo, viendo las extravagancias, con- tradicciones e incluso frases de mal gusto en que frecuente- mente incurren los apócrifos, opta por la abolición de éstos, desesperando poder encontrar en ellos algo de provecho 19 ; otra, más suave, procura buscar ese «aurum in luto» a que alude San Jerónimo y es más tolerante con esta literatura. San Agustín, afirmando categóricamente su acanonicidad, no deja- ba de reconocer que podía encontrarse en ella «algo de ver- dad» 20. Los antiguos escritores, orientales particularmente, se sirvieron no pocas veces de datos consignados en los apócrifos. Entre muchos, citaremos a Clemente de Alejandría, Eusebio, San Epifanio, San Andrés Cretense, San Juan Damasceno... La misma Iglesia, tanto oriental como occidental, ha dado aco- gida en su liturgia a diversas fiestas que no tienen otro funda- mento escrito que el de los evangelios apócrifos.

Sin embargo, es muy de agradecer a la Iglesia y a los Santos Padres esta su actitud ordinaria de reserva frente a esta litera- tura. Gracias a ella en gran parte, se nos ha conservado inalte- rado el tesoro auténtico de la revelación escrita.

Al tratar de valorar la producción apócrifa, han aparecido con frecuencia tendencias antagónicas. Algunos, con manifies-

15 Cf. más abajo, Catálogos de apócrifos neotestamentarios.

16 Ibid.

l? Hom. in Le. I: PG 13,1802 (cf. los cit. Catálogos...).

18 Hist. Eccl. III 25: PG 20,268ss.

19 Cf. Ep. ad Laetam de institutione filiae: PL 23,688.

20 «In his autem apocryphis, etsi invenitur aliqua veritas, tamen propter multa falsa nulla est canónica auctoritas. ..» (De civ. Dei XV 23,4: PL 41,470).

8

INTRODUCCIÓN GENERAL

ta exageración, han llegado a sobreestimar hasta tal punto los apócrifos, que han querido ver en ellos la fuente de inspiración para los evangelios canónicos. Es una opinión que profesó en sus tiempos la escuela de Tübingen y que en la actualidad está pasada de moda, por decirlo así, ante los ojos de la crítica. Otros, con cierta frecuencia en la actualidad, minimizan su valor, bien porque desconocen estos escritos, bien porque creen que el hacer uso de ellos podría comprometer ciertas verdades dogmáticas.

Ante todo hay que dejar bien sentado que los apócrifos no aportan ningún dato a la revelación. Y es por demás evidente que no admiten comparación alguna en punto a riqueza espi- ritual, rectitud moral e incluso belleza formal con los Evange- lios canónicos. Una simple lectura bastaría para confirmar la verdad de estos asertos, si no hubiéramos de prestar oídos a las enseñanzas de la Iglesia sobre esta materia.

Además, son muchos los defectos que en ellos se descubren. La causa de éstos radica con frecuencia en su origen popular y plebeyo. El sentido de la verdad histórica está muchas veces ausente de ellos y viene reemplazado por un sentido fantasista que degenera no raramente en episodios extravagantes, triviales e incluso de mal gusto. El lenguaje suele ser de baja calidad. Abundan incorrecciones y solecismos. En algunos pasajes, el valor literario es nulo.

Sin embargo, hemos de reconocer con la misma sinceridad que no todo es negativo en esta literatura. Si es verdad que el biógrafo de Cristo tiene poco que aprender en ella, sería im- perdonable que el historiador de la Iglesia, de la liturgia e in- cluso de los dogmas la pasara por alto con gesto despectivo.

Paremos mientes ante todo en su antigüedad. Algunos apó- crifos se remontan en su forma actual, o en su núcleo primi- tivo, a las postrimerías del siglo II. Los más datan del siglo IV. Por ello reflejan a maravilla el sentir de aquellas primitivas comunidades cristianas acerca de Cristo, de su persona y de su familia. En algunos casos pueden ser portadores de tradiciones orales que, a su vez, pueden muy bien entroncar con los testi- gos de la vida del Señor y que en muchas ocasiones están re- frendadas por el testimonio elocuente de los lugares en que Cristo habitó. Esto último sucede con el episodio de la huida a Egipto. Sin dejar de reconocer que la imaginación popular ha jugado un papel muy importante en la adulteración o des- figuración de las mencionadas tradiciones, no podemos por me- nos de conceder al testimonio de los apócrifos un valor histó- rico indirecto, que ciertamente no es despreciable.

EVANGELIOS APÓCRIFOS

9

No faltan, además, pasajes en que se descubren ciertos ele- mentos de belleza. En este sentido son dignas de saborearse las páginas en que los apócrifos de la Natividad nos describen con ternura encantadora los primeros pasos de la Virgen niña y aquellas otras en que los apócrifos de la Pasión nos pintan con brochazos llenos de patetismo la entrada triunfal de Cristo en los infiernos.

Por lo que se refiere al dogma, los evangelios apócrifos se nos presentan frecuentemente como testigos de verdades que hoy son objeto de fe por nuestra parte. Pensemos en la virgini- dad de María, tan brillantemente defendida en el Protoevan- gelio de Santiago, sin dejar de reconocer lo grosero de sus re- cursos ; pensemos también en el episodio de la bajada de Cristo a los infiernos, de la que Acta Pilati nos hace una pormenori- zada descripción, e incluso en el relato de la asunción de la Virgen, del que tantos detalles nos ofrece la lujuriante litera- tura apócrifo-asuncionista.

Esto no quiere decir que la Iglesia haya tenido que beber en fuentes apócrifas las mencionadas verdades. Para esto está el genuino venero de la Escritura y la Tradición. Los apócri- fos deben considerarse como meros testigos, pero auténticos, de ésta.

# # #

El valor relativo de los apócrifos se echa de ver, además, si consideramos el influjo enorme que estas leyendas han ejercido en las diversas manifestaciones del sentir cristiano. A este in- flujo no podemos substraernos ni siquiera nosotros en la actua- lidad. Las severas prohibiciones de algunos Padres no fueron capaces de hacer desaparecer esta literatura que, como corrien- te subterránea, fué aflorando de diversas maneras a la superficie de la liturgia, del arte, de la literatura e incluso de la misma pie- dad cristiana. Una sencilla ojeada por estos diversos sectores nos permitiría descubrir mil huellas de estas sencillas narrado* nes populares.

Los nombres que damos a los padres de la Virgen, Joaquín y Ana, cuyas fiestas respectivas celebra la liturgia romana el 16 de agosto y el 26 de julio; la fiesta de la Presentación de la Virgen niña, fijada por el calendario bizantino y romano en el 21 de noviembre; el nacimiento de Jesús en una cueva, en que no faltan nunca el buey y el asno; la huida a Egipto, con los ído- los que se derrumban; los tres reyes Magos, con sus nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar; la historia de los ladrones Dimas y Gestas; el nombre del soldado que atravesó con una lanza el

10

INTRODUCCIÓN GENERAL

costado de Jesús, a quien llamamos Longinos; la historia de la Verónica, que enjugó con un lienzo el rostro de Jesús mientras éste iba por la calle de la Amargura... Estos y otros detalles pa- recidos están tan íntimamente compenetrados con nuestra ma- nera de sentir, que nos resistimos a reconocer que no descan- san sobre otro fundamento histórico que el de las narraciones apócrifas.

Sería también interesante echar una ojeada sobre su pro- yección en el tiempo y en el espacio. Al poco tiempo de apa- recer las ediciones «expurgadas» que algunos cristianos se en- cargaron de hacer, corrigiendo los originales heréticos (esto es, a partir del siglo IV), los monumentos arqueológicos e icono- gráficos comienzan a acusar influencia apócrifa. Los artistas bizantinos se encargaron de hacer sentir esta influencia en las iglesias y basílicas más antiguas de Roma. Y así el papa Sixto III hace decorar el año 435 el arcón triunfal de Santa María la Ma- yor con motivos sacados en su mayor parte del Protoevangelio de Santiago y del Pseudo Mateo.

Por esta época, las diversas lenguas orientales recogen de manos de la koiné las leyendas apócrifas en versiones más o me- nos fieles>y las difunden en los medios de cultura siríaca, copta, etíope, armenia, árabe, etc. En el siglo IX, el mundo eslavo se abre a la civilización greco-cristiana de Bizancio, y con ésta se difunden también las leyendas apócrifas en eslavo. Serbia, Bul- garia, Yugoslavia, Rusia, ofrecieron un suelo propicio para su arraigo, y, al no soplar en estas regiones el cierzo del Renaci- miento, su influjo perduró hasta el siglo XIX. Testigo de ello son las numerosas versiones eslavas y los monumentos icono- gráficos. Por otra parte, hubo dos factores que favorecieron grandemente el incremento de esta literatura: la aparición de los bogomiles, secta análoga a la de los cátaros de Occidente y heredera, como ésta, del dualismo maniqueo, y el dominio tur- co-mogol, que no permitió el uso de otra clase de libros entre el pueblo.

En Occidente, los apócrifos al principio encontraron gran- des dificultades para su difusión. De hecho, los testimonios más adversos a esta literatura son de cuño latino. Pero, finalmente, después de ser sometidos a diversas reelaboraciones, la lengua latina se constituyó su difusora por todo el Occidente. Sus hue- llas en la liturgia mozárabe y en el arte son un buen testimonio de ello.

La Edad Media les dispensó una franca acogida. La Legen- da áurea de Jacobo de Vorágine (Varazze) y el Speculum histo-

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

11

riale de Vicente de Beauvais, al transcribirlos casi íntegramente, suministraron abundante materia de inspiración para los deco- radores de las viejas catedrales y para los pinceles de Fra An- gélico o de Giotto.

La posición adversa del Renacimiento no impidió que obras maestras de la literatura, como la Divina comedia, de Dante; el Paraíso perdido, de Milton, y el Mesías, de Klopstock, fueran tributarias de los apócrifos en muchos aspectos. Lo mismo po- dríamos decir de los Autos sacramentales de Calderón de la Barca; p. ej., La Hidalga del valle; [cf. ed. BAC (Madrid 1946) Ρ-43Ι-433]·

El olvido en que cayó esta literatura a partir del concilio de Trento no impidió tampoco que siguieran observándose sus huellas en el arte del siglo XVI y en los libros piadosos. Recor- demos en este último aspecto las vidas de la Virgen contenidas en las obras de sor María de Agreda y Catalina Emmerich, que con frecuencia reproducen íntegramente episodios apócrifos. Dígase lo mismo de la «Vida de Nuestra Señora», que el Ρ. P. de Ribadeneyra insertó en su Flos Sanctorum (Madrid 1675).

Finalmente, las ediciones críticas de Fabricius, Thilo y Ti- schendorf (sobre todo la de este último), así como los numero- sísimos trabajos científicos en torno a los problemas suscitados por los apócrifos y el descubrimiento de nuevos fragmentos pa- piráceos en Egipto, han contribuido no poco a la importancia que actualmente tiene esta literatura en el terreno científico.

C) BIBLIOGRAFIA GENERAL

1. Ediciones y versiones de apócrifos neotestamentarios *

Textos griegos y latinos. J. Heroldus, Orthodoxographa (1555); M. Neander Soraviensis, «Apocrypha», h.e. Narrationes de Christo, María et Ioseph, cognatione et familia Christi extra Biblia [como continuación a la «Catechesis Martini Lutheri parva graeco-latina»] (Basiléa 1564); J. J. Gry- naeus, Monumenta SS. Patrum orthodoxographa (Basilea 1568); N. Glaser, Apocrypha (Hamburg 1614); Chuedonius, Pseudo-Novum Testamentum, exhibens Pseudoevangelia, Acta, Epístolas, Apocalypses (Helmstádt 1699); J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Novi Testamenti vol.i y 2 (Hamburg 1703, 21719), vol.3 (Hamburg 1719, 21743); J- Jones, A new and full me- thod of settling the canonical authority of the N.T. vol.1-3 (Oxford 1726); C. C. L. Schmidius, Corpus omnium veterum apocryphorum extra Biblia I (Hadamar 1804); A. Birch, Auctarium codicis apocryphi Novi Testamenti Fabriciani I (Copenhague 1804); J. C. Thilo, Codex Apocryphus Novi Tes- tamenti I (Leipzig 1832); A. J. Giles, Codex Apocryphus Novi Testamenti

En toda esta sección bibliográfica hacemos referencia únicamente a obras de carácter general. En este apartado son mencionada"! tan sólo las ediciones que contienen los Evangelios apócrifos, ya solos, ya unidos a otros apócrifos neotestamentarios.

12

INTRODUCCIÓN GENERAL

2 vols. (London 1852); C. Tischendorf, Evangelia Apocrypha (Lipsiae 1853, 21876); A. Hilgenfeld, Novum Testamentum extra canonem receptum (Lip- siae 1866); M. Bonnet, Supplementum Codicis Apocryphi I (1891), II, 1 (1898), 11,2 (1903); A. Vassiliev, Anécdota Graeco-byzantina (Mosquae 1893); E. Nestle, Novi Testamenti graeci Supplementum (Lipsiae 1896); Grenfell-Hunt, The Oxyrhynchus Papyri (London 1897- 1922); J. Armita- ge Robinson [M. R. James], Apocrypha Anécdota II: TS 5 (Cambridge 1899); E. Preuschen, Antilegomena. Die Reste der ausserkanonischen Evangelien und urchristlichen Ueberlieferungen (Giessen 1901, 21905); E. Klostermann y A. Harnack en H. Lietzmann: KleinT 3,8,11,12 (Berlín 1903-1929); G. Rauschén: FlPa 3 (Bonnae 1905); C. Michel et P. Peeters, Evangiles Apocryphes: vol.i (París 1911, 21924); vol.2 (París 1914); M. R. James, Latín Infancy Gospel (Cambridge 1927); Η. I. Bell and T. C. Skeat, Frag- mente of an Unknown Gospel (London, British Museum, 1935); G. Bonac- corsi, Vangeli Apocrifi vol.i (Firenze 1948); P. Vannutelli, «Synoptica» (Romae 1938-1949).

Textos siríacos. W Wright, Contributions to the Apocryphal Litera- ture of the Ν. T. collected and edited from syriac manuscripts in the British Museum with an english translation and notes (London 1865); E. A. W. Bud- ge, The history of the blessed Virgin Mary and the history of the likeness of Christ, en Luzac, Semitic Text and Translation series IV 5(1899); S. A. Le- wis, Apocrypha syriaca: StS 3(1894), 5(1896), 9(1900), 11(1902); I. E. Rah- Mani, Hypomnemata Domini Nostri seu Acta Pilati: «Studia Syriaca» II (Schar- fe, Líbano 1908); A. Mingana and Rendel Harris, Woodbrooke Studies. Christian Documents in Syriac, Arable and Garshuni 1(1927), 11(1928).

Cf. E. Nestle, Syrische Grammatik (Berlín 1888) p.28; R. Duval, La Littérature syriaque (París 1899).

Textos coptos. E. Dulaurier, Fragments des révélations apocryphes de Barthélemy (París 1835); I. Guidi, Fragmenti Copti: «Rendiconti della R. Accademia dei Lincei». Classe di scienze morali etc. (Roma 3,1887; 4,1888); F. Robinson, Coptic apocryphal Gospels: TS IV 2 (Cambridge 1896); E. Revillout, Apocryphes Copies du Nouveau Testament I: PaOr 2 (1907), II: PaOr 9(1913); E. A. W. Budge, Coptic Apocrypha in the dialect of Upper Egypt (London, British Museum, 1913, 1914, 1915).

Cf. C. Schmidt en Harnack, Geschichte der altchristl. Litteratur bis Eu- sebius, I p. 919-924; F. H. Hallock, Coptic Apocrypha: JBiLit 53(1932) r63-74; Mc.Culloch: «Laúdate» 12(1934)11-30; W. Grossouw, De Apo- criefen van het Oude en Niemve Testament in de Koptische Letterkunde: StCat 10(1933-34)438-46; O. Η. E. Burmester, Egyptian Mythology in the Coptic Apocrypha: Or 7(1938)355-67; L. Th. Lefort, Fragments d'apocry- phes en copte-akhminique: Mu 52(1939)1-10.

Textos etíopes. R. Basset, Les apocryphes éthiopiens traduits en fran- fais (París 1893); E. A. W. Budge, The Contendings of the Apostles I (1899), II (1901); Guerrier-Grébaut: PaOr IX 3(1913), XII 4(1919) y CoScrOr 1, 7,8; E. A. W. Budge, Legends of our Lady Mary the Perpetual Virgin and her Mother Hanna (London 1922); E. A. W. Budge, One hundred and ten miracles of our Lady, translated from ethiopic mss. (London 1933).

Cf. A. Z. Aescoly, Les noms magiques dans les Apocryphes Chrétiens des Ethiopiens: JA 220(1932)87-137.

Textos armenios. PP. Mequitaristas, Ankanon girkh Ñor Ketakar anatz I (Venezia 1898), II (ibid., 1904).

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

13

Textos árabes. A. S. Lewis, Apocrypha Arábica: StS n (Cambrid- ge 1902); Id.: «Horae Semiticae» 3,4(1904); M. Asín y Palacios, Logia et Agrapha apud Moslemicos scriptores, ascéticos praesertim, usitata: I PaOr XIII 3 (París 1916), II PaOr XIX 4 (París 1926). (*)

Cf. G. Graf, Geschichte der christlichen arabischen Litteratur I: StT 118 (Cittá del Vaticano 1944) p. 224-257.

Textos eslavos. A. N. Pypin, Loznyja i otrechennyja knigi drevneij Rossii (Petrograd 1862); A. Popov, Opisanije Rukopiseij i Katalog Knig Tserkovnoij Pechati (Moskwa 1872); Μ. N. Speranskij, Slavijanskija apo- krificheskija Evangeliza: «Trudy Vosmavo Archeologicheskavo S'ezda w Moskwe 1890» (Moskwa 1895); I. Franco, Apokrifi i Legendi ζ Ukrainskich Rukopisiv: «Pamijatki Ukrainsko-ruskoi Movi i Literaturi», vols. 1-5 (Lwow 1896-1910).

Cf. I. Ia. Porfirjev, Apokrificheskija skazanija o novozavetnych litsach i sobytijach po rukopisjam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti Imperatorskoij Akademii Nauk» t.S2 (San Petersbur- go 1890); Μ. N. Bonwetsch en Harnack, Geschichte der altchristl. Litte- ratur bis Eusebius I p. 902-917; I. Franko, Beitrdge aus dem Kirchenslavi- schen zu den Apokryphen des Neuen Testamentes: ZtNW 3(1902)146-55. 315-35; L. Sadnik, Das Schicksal der Apokryphen im Slawentum: «Univer- sitas» 2(1947)1051-54.

Texto polaco. Peradze Grzegorz, Nieznana Ewangelia Apokryficna Pochodzaca ζ Kól Monqfizykich (Warszawa 1935).

Versiones alemanas. K. F. Borberg, Bibliothek der neutestamentli' chen Apokryphen gesammelt übersetzt und erldutert (Stuttgart 1841); R. Cle- mens, Die geheimgehal teñen oder sogenannten Apokryphen Evangelien (Stut- tgart 1850); E. Hennecke, Neutestamentliche Apokryphen (Tübingen 1904, 21924).

Versiones inglesas. Archb. Wake, The forbidden books of the original Ν. T. (Ed. William Hone, London 1820); A. Walker, Apocryphal Gospels and Revelations (Edinburgh 1890); Β. H. Cowper, The Apocryphal Gospels and other documents relating to the History of Christ, translated from the ori- gináis (London 1867); James Ott, New Testament Apocryphal Writings (Temple Bible, 1903); B. Pick, Paralipomena. Remains of Gospels and Sa- yings of Christ (Chicago 1908); M. R. James, The Apocryphal New Testa- ment (Oxford 1924, repr. 1953).

Versiones flamencas. H. Barkels, Nieuw Testamentische apocriefen (Amsterdam 1922) 2 vols.; C. Ruts, De Apocriefen uit het Nieuw-Testament. I: Evangelien en Kerkstemmen (Brussels 1927).

Versiones francesas. G. Brunet, Les Evangiles apocryphes traduits et annotés d'aprés l'édition de Thilo (París 1845); J. P. Migne, Dictionnaire des Apocryphes (t. 23-24 de la Encyclopédie Théologique, París 1856) [repro- duce la versión de Brunet]; Variot, Les Evangiles Apocryphes (París 1878); Ch. Michel-P. Peeters, Evangiles Apocryphes I (París 191 1), II (ibid., 1914); J. Bousquet-E. Amann, Les Apocryphes du Ν. T. (París 1910, 1913, 1922); Daniel Rops, Les Evangiles de la Vierge (París 1948); F. Amiot, Evangiles Apocryphes (París, Fayard 1952) (Textes pour l'Histoire Sacrée choisis etpré- sentés par Daniel-Rops) .

(·) Los textos coptos, siríacos, etiopes, armenios y árabes pueden encontrarse tsmbien en el Corpus Scriptorum Christianorum Orientalium ed. por J. B. Chabot, H. Hyvernat, I. Gui- di, l. Forget (París 1903SS.).

14

INTRODUCCIÓN GENERAL

Versiones italianas. L. Scarabelli, I Vangeli apocrifi ora per prima volta in riostra lingua tradotti (Bologna, per Alessandro Mareggiani, 1867); G. Bonaccorsi. Vangeli Apocrifi vol.i (Firenze 1948).

Versión española. E. González-Blanco, Los Evangelios Apócrifos 3 vols. (Madrid, Librería Bergua, 1934).

2. Estudios de conjunto sobre apócrifos neotestamentarios

Beausobre, Essai critique de l'histoire de Manichée et du Manichéisme (Amsterdam 1734) 1. 1 Ρ-335-407 [apócrifos de origen maniqueo]; J. F. Kleu- ker, Ueber die Apokryphen des Ν. T., oder über den Ursprung, ¡nhalt und Zwech der mancherlei, auf die evangelische Geschichte und Lehre mehr oder weniger Beziehung habenden... Schriften (Hamburg 1798); Pons de Négre- pelisse, Recherches sur les apocryph.es du Ν. T. ; thése bistorique et critique (Montauban 1850); K. Movers, Apokryphen und Apokryphenlitteratur: «Kir- chenlexikon» de Wetzer y Welte; t.i (2i882); Th. Zahn, Gesc/iichte des neutestamentl. Kanons t.z (Leipzig 1890); H. J. Holtzmann, Lehrbuch der histor. krit. Einleitung in das Ν. T. (1892); A. Harnack, Geschichte der alt- christl. Litteratur bis Eusebius. I-II (Leipzig 1893-1904); G. Krueger, Ge- schichte der altchristl. Litteratur in den ersten drei Jahrhunderten (Freiburg in Breisgau 1895-98); R. Hofmann, Apokryphen des Ν. T.: «Realencyklop. f. prot. Theologie u. Kirche», t.i (Leipzig 3 1896); A. Harnack. Die Chro- nologie der Altchristl. Litteratur bis Eusebius t.i (Leipzig 1897) p. 589-651; M. R. James, Apocrypha: «Encyclopaedia Bíblica» de Cheyne, t.i (1899); O. Bardenhewer, Geschichte der altkirchlichen Litteratur t.i (Freiburg in Breisgau 1902, 21913); E. Hennecke, Handbuch zu den Neutestamentl. Apokryphen (Tübingen 1904); B. J. Snell, The valué of the Apocrypha (London 1905); S. N. Sedgwick, Story of the Apocrypha. A series of Lectu- res on the Books and Times of the Apocrypha (London 1906); Geffcken J., Christliche Apokryphen (1908); St. Székely, Bibliotheca Apocrypha t.i (Fri- burgi 19 13); G. Duriez, Les apocryphes dans le drame religieux en Alle- magne au moyen age (Lille 19 14); M. R. James, Irish Apocrypha: JThSt 20 (1918-19) 9-16; F. Ñau, Apocryphes: «Dictionnaire Apolog. de la Foi Cath.», I (París 1925) C0I.174SS.; W. C. Proctor, The Valué of the Apocrypha (1926); E. Hennecke, Zur christl. Apokryphenliteratur: «Zeitschrift f. Kirchenge- schichte», 8(1926)309-15; A. Jannsens, De Hl. Maagd en Moeder Gods. t.i: Het Dogma en den Apocriefen (Antwerpen 1926); J. A. Robinson, Excluded Books of the New Testament (1927); A. Puech, Histoire de la littérature grecque chrétienne t.1-2 (París 1928); E. Amann, Apocryphes du Nouveau Testament: SupDiBi I (1928) col.460-533; E. J. Goodspeed, Strange New Gospels (Chicago 1931); W. O. E. Oesterley, An introduction to the books of the Apocrypha (London, S. P. C. K., 1935); R. Willard, Two Apocrypha in Oíd English Homilies (Leipzig 1935); R. H. Malden, The Apocrypha (London 1936); B. Steidle, Patrología, seu Historia Antiquae Litteraturae Ecclesiasticae (Friburgi Brisg. 1937) p.277-84; E. J. Goodspeed, The Apo- crypha: An American Translation (Chicago 1938); E. Evans, The Apocrypha: Their Origin and Contents (London, S. P. C. K., 1939); W. O. E. Oesterley, Readingsfrom the Apocrypha (London 1939); E.J. Goodspeed, The Story of the Apocrypha (Chicago i939);H.Hoepfl-B. Gut, Introductionis in sacros utriusque Testamenti libros Compendium t.i (Romae 1940) p.21 1-226; J. Me- rell, Starokrestanské apokryfy (Praha 1942); J. Ruwet, Les apocryphes dans les oeuvres d'Origéne: Bi 25(1944)143-66.311-34; Sh. E. Johnson, Stray

f : arly Christian Writing: «Journal of Near Eastern Studies» 5(1946)

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

15

40-54; J. E. Steinmueller, Introducción general a la Sagrada Escritura [v. castellana] (Dedebec, Ed. Desclée de Brouwer, Bs. Aires 1947) P- 1 36-47; A. Penna, Apocrifi: EnCat 1(1949)1627-33; R. H. Pfeiffer, History of New Testament Times with an Introduction to the Apocrypha (New York 1949); J. C. Rylaarsdam, The Apocrypha and the Bible: «Journal of Bible and Re- ligión», 17(1949)175-80; M. Torres, Breve Introducción a los libros a óeñfós: «Revista Bíblica» (San José de la Plata) 12(1950)1-5; E. Turdeanu, Apocry- phes bogomiles et apocryphes pseudobogomiles: RHR 138(1950)22-52.176-218; J. Walterscheid, Das Leben Jesu nach den neutestamentlichen Apokryphen (Dusseldorf 1953).

3. Estudios de conjunto sobre Evangelios apócrifos

Arens, De Evangeliorum Apocryphorum in canonicis usu histórico, critico, exegetico (Góttingen 1835); C. Tischendorf, De evangeliorum apocrypho- rum origine et usu (Hagae Comitum 1851); R. A. Hofmann, Das Leben Jesu nach den Apokryphen in Zusammenhang aus den Quellen erzahlt und wissen- schaftlich untersucht (Leipzig 185 1) ; A. Tappehorn, Ausserbiblische Nach- richten oder die Apokryphen über die Geburt, Kindheit und das Lebensende Jesu und Maria (Paderborn-München 1855); C. J. Ellicott, Dissertation on apocryphal Gospels (Cambridge 1856); Freppel, O Evangelijach Apokri- ficheskich: «Trudy Kievskoij Duchovnoij Akademii», 3(1861)381-418; M. Ni- colás, Etudes sur les Evangiles apocryphes (París 1866); Albov M., Ob Apokrificheskich Evangelijach: «Christijanskoe Chtenie» (S. Petersburg 1871- 72); K. Skvortsov, Zizn Iisusa Christa po Evangelijam i narodnym Preda- nijam (Kiev 1876); Variot, Elude sur l'histoire littéraire, la forme primitive et les transformationes des Evangiles apocryphes (París 1878); R. A. Lipsius, Gospels (apocryphal) : «Dictionary of Christian Biography» de Smith y Wace, t.2 (1882); F. A. von Lehner, Die Marienverehrung in den ersten Jahrhun- derten (Stuttgart 2 1886); B. Pick, The Ufe of Jesús according to the extra- canonical sources (London 1887); Id., Extra-canonical Ufe of Christ (Lon- don 1903); Ch. Rost, Les Evangiles Apocryphes de l'enfance de Jésus-Christ avec une introduction sur les récits de Mathieu et de Luc. Thése (Montau- ban 1894); P. Batiffol, Anciennes Littératures chrétiennes. La littérature grecque (París 1898) p. 35-41; M. A. Potter, The legendary Story of Christ's Childhood (New York 1899); J. Hoyer, Die apokryphischen Evangelien auch ein Beweisfúr die Glaubwürdigkeit der Kanonischen (Halberstadt 1898-1899); L. Conrady, Die Quelle der kanon. Kindheitsgeschichten (Góttingen 1900); J. de Quincy Donehoo, Apocryphal Gospels. The apocryphal and legendary Ufe of Christ (New York 1903); J. G. Tasker, Apocryphal Gospels: «Dictio- nary of the Bible» de Hastings, 5(1904)420-38; A. F. Findlay, Gospels (apocryphal) : «Dictionary of Christ and the Gospels», 1(1906)671-85; E. Lu- cius, Les origines du cuite des saints dans l'Eglise chrétienne [v. franc] (Pa- rís 1908); E. Neubert, Marie dans l'Eglise anténicéenne (París 1908); G. van den Bergh van Eysinga, Indische Einflüsse auf evangeliche Erzahlungen: ForschRLit 4(1909)63-67.9035.; W. Bauer, Das Leben Jesu im Zeitalter der neutestamentl. Apokryphen (Tübingen 1909); L. Couard, Altchristl. Sagen über das Leben Jesu und der Apostel (Gütersloh 1909); P. Batiffol, Evan- giles apocryphes: «Dictionnaire de la Bible» de Vigouroux (1912) col. 214-18; F. Haase, Literarkritische Untersuchungen zur Orientalisch-apokryphen Evan- gelienliteratur (Leipzig 1913); S. A. Zebelev, Evangelija Kanonicheskie i Apokrificheskie (Petrograd 19 19); A. Plummer, The Apocryphal Gospels: ExpT 34(1922-23)373-76.47335.; A. M. Vitti, Evangelia Apocrypha: VD 3 (1923)20-27; A. F. Findlay, Bywais in early christian literature. Studies in

16

INTRODUCCIÓN GENERAL

the uncanonical Gospels and Acts (Edinburgh 1923); Staehlin, Die altchristl. Lileratur (1924); E. Amann, Evangiles apocryphes: DThCath 5(1924) col.1624-1640; Ρ. Α., Legends of the Holy Chüdhood. Retold from the Gospels of the Infancy and other sources (London 1927); M. Peinador, Estudio sobre los Evangelios Apócrifos: «Ilustración del Clero», 22(1928)101-04.165-68.198- 202.21 1-16; N. Cartojan, Cartile populare in literatura romaneasca (Buca- rest 1929 y 1938) 2 vols; P. Saintyves, De la nature des Evangiles apocry- phes et de leur valeur hagiographique: RHR 106(1932)435-57; M. Goguel, La foi ά la resurrection de Jésus dans le Christianisme primitif (París 1933); H. J. Bardsley, Reconstruction of Early Christian Documents (London, S. P. C. K., 1935); G. Ghedini, La lingua dei Vangeli Apocrifi greci: «Studi dedicati alia memoria di Paolo Ubaldi», Pubblicaz. della Universitá Catt. del S. Cuore, s.V sc.stor., vol.16 (Milano, Vita e Pensiero, 1937) p. 443-80; H. Waitz, Neue Untersuchungen über die sog. judenchristliche Evangelien: ZtNW 36(1937)60-81; H. J. Schonfield, Readings from the Apocryphal Gospels: cf. ExpT 52(1940)58; M. Black, The Palestinian Syriac Gospel and the Diatessaron: OrCh 35(1939)101-111; U. Holzmeister, Relationes de miraculis Christi extra Evangelia canónica exsistentes: VD 21 (1941); K. L. Schmidt, Kanonische und Apokryphe Evangelien und Apostelgeschichten (Basilea 1944); R. Steffen, Jesu dod. Urkunder och apokryfiska framstáll- ningar (Stockholm 1947); G. Messina, Lezioni apocrife nel Diatessaron per- siano: Bi 30(1949)10-27; A. Siegmund, Die Ueberlieferung der griechisch- christlichen Schriftsteller in der lateinischen Kirche bis zum 12 Jh. (Mün- chen 1949); J. Robson, Stories of fesus and Mary: MuslW 40(1950)236-43; F. Cerutti, Note sul pensiero político del cristianesimo antico [según los evan- gelios apócrifos]: RiRe 20(1950)20-34; W. C. Fields, The Christ in the Apocryphal Gospels. Diss. Southern Baptist Seminary 1950; M. García Castro, Los apócrifos marianbs: CiTom 77(1950)145-75; Destefani G., I miracoli narrati dai Vangeli apocrifi: «Medicina e Morale», 2 (Milano 1952) 95-104; B. Altaner, Patrología [traducción castellana] (Barcelona 3i953) p. 64-67; J. Walterscheid, Das Leben fesu nach den neutestamentl. Ápo- kryphen (Düsseldorf 1953); L. Turrado, María en los Evangelios apócrifos: «Cultura Bíblica» 11 (Segovia 1954) 380-90.

Estudios arqueológicos e iconográficos. De Rossi, Inscriptiones Christianae urbis Romae (Roma I, 1861); R. Garrucci, Storia dell'arte cris- tiana nei primi otto secoli della Chiesa 6 vols. in folio (Prato 1873-1881); Fleury de Rohault, L'Evangile. Etudes iconographiques et archéologiques (Tours 1874); A. Kirpichnikov, Skazanija o zitii presv. Devy Marii i ich vyrazenie srednevekovom iskustve: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Pros- veschenija» (S. Petersburg 1883); R. Gousset, Le boeuf et l'áne ala nativi- du Christ: MArchH 4(1884)332-344; Ε. V. Barsov, O vozdeijstvii Apo- krifov na Obrjad i Ikonopis: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosveschenija» (Dekabr. 1885); N. Baldoria, La nascita di Cristo nell'arte figurativa: «L'Italia artística ¿Ilustrara», 5(1886); F. Liell, Die Darstellungen der aller- seligsten fungfrau und Gottesbarerin Maria auf den Kunstdenkmalern der Katakomben (Freiburg in Br. 1887); A. de Waal, Die Apokryphen Evange- lien in der altchristl. Kunst: RomQ 1(1887)17355. ; N. Pokrovskij, Evangelie u> Pamijatnikach Ikonografii preimuschestvenno Vizantijkich i Russkich: «Tru- dy Vosmavo Archeologicheskavo S'ezda w Moskwe 1890», t.i p.XI-496 (S. Petersburg 1892); M. Schmid, Die Darstellung der Geburt Christi in der bildenden Kunst (Stuttgart 1890); Redin Ε. K., Miniatjury Apokrificheskich Arabskich Evangelij (S. Petersburg 1894) ; A. Venturi, La Madonna. Svol- gimento artístico della rappresentazione della Vergine (Milano 1900); J. E. Weiss-Liebesdorf, Christus und Apostelbilder. Einfluss der Apokryphen

CATÁLOGOS DE APÓCRIFOS NEOTESTAMENTARIOS

17

auf die altesten Kunsttypen (Freiburg in Br. 1902); O. Bardenhewer, Ma- ría Verkündigung (Freiburg in Br. 1905); G. Millet, Recherches sur l'ico- nographie de l'Evangile aux XIV, XV, XVI siédes d'aprés les monuments de Mistre, de la Macedoine et du Moni Athos (París 19 16); F. Cabrol-H. Le- clercq, Apocryphes: DACHEL I (París 1924); J. Tanguy, L'Assomption de Notre Dame dans l'art: «Mémoires du Congr. Marial de Nantes», p. 149 -56 (Nantes-París 1925); Wratislaw-Mitrowic L. et Okunev N., La dormi- tion de la Sainte Vierge dans la peinlure médievale orthodoxe: ByzSl 3(1931) I34"73: W. Kaufhold, Die Verkündigung an Maria nach Apokryphen in Literatur und Kunst. (Diss. Freiburg 1942); J. S. Saller, Discoveries at St. John's Ain Karim 1941-42 (Jerusalem 1946); J. Duhr, L'Evolution ico- nographique de l'Assomption: NouRTh 68(1946)671-683; B. Bagatti, II San- tuario della Visitazione ad Ain Karim (Montana ludeae). Esplorazione ar- cheologica e ripristino (Gerusalemme 1948); F. J. Sánchez-Cantón, Los grandes temas del arte cristiano en España: I, Nacimiento e infancia de Cristo (Madrid, BAC, 1948); M. Trens, Santa Maria. Vida y leyenda de la Virgen a través del arte español (Barcelona, Subirana, 1954).

Estudios bibliográficos. A. Ehrhard, Die altchristliche Literatur und ihre Erforschung von 1884-igoo: l, Die vornicónische Literatur (Freiburg in Br. 1900); Bolandistas, Bibliotheca hagiographica graeca (1895) n. 1046- 1 161 ; Bibliotheca hagiographica latina (1900-01) n. 5334-5355; Bibliotheca hagio- graphica orientalis (1910); Bíblica, (Revista del Pont. Instituto Bíblico de Roma): «Elenchus Bibliographicus Biblicus» (1920-1955) por los PP. E. Po- wer, E. Bürgi, P. Nober; F. Stegmüller, Repertorium Biblicum Medii Aevi 1. 1 (Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1940) n.ioi-161; J. C. Rylaarsdam, Inter testamental Studies since Charle's Apo- crypha and Pseudepigrapha (Chicago 1947).

D) CATALOGOS DE APOCRIFOS NEOTESTA- MENTARIOS

Noticias sobre escritos apócrifos las encontramos abundantes en las obras de los Santos Padres, particularmente en aquellas que tienen carácter exegético o en las que se contienen refuta- ciones de herejías. Así, con los datos que consignan San Ireneo, Clemente Alejandrino, Orígenes, Eusebio, San Epifanio, San Jerónimo, etc., podemos formar un elenco bastante completo de libros apócrifos. Pero, prescindiendo de estas noticias dis- persas, poseemos también verdaderos catálogos de obras de este género, cuyos títulos a veces son identificables y otras no. En esta categoría se puede incluir el pequeño bosquejo conde- natorio de la literatura apócrifa en general contenido en las Constitutiones Apostolícele (6,16: PG 1,949-956). Los escritos citados son calificados de ψευδεπίγραφα. Existen, además, otras listas más pormenorizadas.

18

INTRODUCCIÓN GENERAL

i. Orígenes (f 254)

(Hom. 1 in Le. : PG 13,1802. Es una fuente de información de la que se aprovecharon escritores más tardíos, como San Jerónimo, San Ambrosio, Beda, etc.)

«Ecclesia quatuor habet evangeha, haeresis plunma, e quibus quoddam scribitur secundum Aegyptios, aliud iuxta Duodecim Apo- tolos. Ausus fuit et Basílides scribere evangelium et suo illud nomine titulare. [...] Scio quoddam evangelium, quod appellatur secundum Thomam et iuxta Matthiam: et alia plurima legimus».

2. Inocencio I (f 417)

( Ep. «Consulenti tibi» ad Exsuperium Episc. Tolosanum con fecha 20 febr. 8.405. Cf.: EnchB n.22.)

«Cetera autem, quae vel sub nomine Matthiae sive Iacobi mino- ris, vel sub nomine Petri et loannis, quae a quodam Leucio scripta sunt (vel sub nomine Andreae, quae a Xenocaride et Leonida phi- losophis), vel sub nomine Thomae, et si qua sunt alia, non solum repudianda, verum etiam noveris esse damnanda».

3. Santo Toribio de Astorga (f 480?)

(Ep. ad Idacium et Ceponium Episc. De non recipiendis in auctoritatem fidei apocryphis scripturis, et de secta Priscillia- nistarum, c.5. Cf.: PL 54,6q4C-D.)

«Illud autem specialiter in illis actibus qui S. Thomae dicuntur, prae ceteris notandum atque exsecrandum est, quod dicit eum non baptizare per aquam, sicut habet dominica praedicatio, sed per oleum solum. [... ] Quae haeresis [Manichaeorum ] damnetur oportet, per cuius auctores vel per máximum principem Manem ac discípulos eius, libros omnes apocryphos, vel compositos vel infectos esse, ma- nifestum est: specialiter autem actus illos qui vocantur S. Andreae, vel illos qui appellantur S. loannis, quos sacrilego Leucius ore con- scripsit, vel illos qui dicuntur S. Thomae, et his similia; ex quibus... máxime ex blasphemissimo illo libro, qui vocatur Memoria Aposto- lorum, [Manichaei et Priscillianistae ] ... omnem haeresim suam confirmare nituntur».

CATÁLOGOS DE APÓCRIFOS NEOTESTAMENTAKIOS

19

4. Timoteo Presbítero (princ. s.VI)

(De iis qui ad Ecclesiam accedunt: PG 86,1, 21C. Escritos maniqueos.)

1. Τό ζών εύαγγέλιον.

2. Ό θησαυρός της ζωής.

3. Ή των αποστόλων όμάς.

4. Ή των μυστηρίων.

5. Ή έπτάλογος Άλογίου.

6. Ή τών εύχών.

7. Ή τών κεφαλαίων.

8. Ή τών γιγάντων πραγματεία.

9. Τό κατά Θωμάν εύαγγέλιον.

10. Τό κατά Φίλιππον εύαγγέ-

λιον.

11. Αί πράξεις Ανδρέου του απο-

στόλου.

12. Ή πεντεκαιδεκάτη προς Λαο-

δικεΐς επιστολή.

Decretum gelasianum

Se nos presenta este escrito con la pretensión de ser el pro- ceso verbal de un concilio tenido por el papa Dámaso (t 384) para regular las materias de fe (Incipit Concilium urbis Romae sub Dámaso papa, de explanatione fidei). Contiene cinco capí- tulos, de los que el II nos da un elenco de libros canónicos de la Sagrada Escritura, y el V una lista de libros apócrifos, en la que van incluidas también otras obras teológicamente sospe- chosas. Quizá estos dos capítulos dieran origen al título bajo el que ordinariamente se le conoce: Decretum (decretalis) Ge- lasii papae de libris recipiendis et non recipiendis.

Dejando a salvo la unidad del escrito afirmada por todos los críticos después de la elaboración crítica de E. von Dobschütz *, están sometidos a discusión muchos puntos aún, sobre todo los referentes al carácter y fecha de la obra.

Además del papa Dámaso, se encuentra en algunos códices el nombre del papa Gelasio (f 496) como presunto autor, y en otros el papa Hormisdas (f 523), aunque estos últimos repre- sentan una derivación tardía arraigada en España. Es seguro, sin embargo, que no pertenece a San Dámaso, ya que en el documento se habla del concilio de Calcedonia y se cita a San Agustín y a una serie de escritores del siglo V. Tampoco parece que pueda atribuirse al papa Gelasio, ya que, prescindiendo de incoherencias literarias muy importantes, no consta que se cele- brara concilio romano alguno bajo dicho papa, y es sobre todo elocuente el silencio absoluto que guardan ante documen- to tan importante personajes como Dionisio el Exiguo, Casio-

1 TU III Reihe, 8,4 (Leipzig 1912).

20

INTRODUCCIÓN GENERAL

doro y el papa San Gregorio, quien a veces cita tranquilamente libros condenados por el Gelasianum.

Parece, pues, que no se trata de un documento oficial de la Iglesia, sino de un escrito de carácter privado, cuyo autor fué con- signando datos recogidos al azar en las obras de San Jerónimo y de San Agustín, en la carta, de Inocencio I ad Exsuperium y en la de San León al obispo Toribio de Astorga, mezclándolo todo con sus propias apreciaciones y frecuentes confusiones.

Por otra parte, los testimonios explícitos a favor del Gela- sianum vienen sólo a partir del siglo VIII, y hay que esperar al siglo IX (a. 865) 2 para verlo utilizado en Roma por el papa Nicolás I. No obstante, es seguro que San Isidoro de Sevilla (t 636) lo conoció y utilizó. Estos datos, unidos al examen interno de la obra, aconsejan fijar aproximadamente su com- posición a principios del siglo VI. Esta es la opinión de la mayor parte de los críticos, entre ellos Von Dobschütz y Mas- sigli, contra la de D. Chapman, que quisiera ver en ella un escrito auténtico del papa Gelasio, adelantando su composición al siglo V.

Cf. C. H. Turner: JThSt 2(1900)554-560; E. von Dobschütz, Das De- cretum Gelasianum de libris recipiendis et non recipiendis, im kriüschen Text herausgegeben und untersucht: TU III Reihe 8,4 (Leipzig 19 12); E. Amann, RBi N. S. 10(1913)602-608; Dom J. Chapman, On the «Decretum Gelasia- num de libris recipiendis et non recipiendis»: RBé 25(1913)187-207.315-333; R. Massigli, Le Décret Pseudo-Gélasien: RHLR N. S. 4(1913)155-170; E. Schwartz, Zum Decretum Gelasianum: ZtNW 29(1930)161-168.

Ofrecemos a continuación la lista íntegra de «apócrifos» contenida en el Gelasianum, cuyo texto puede encontrarse en Mansi 8,145, PL 59,162-164, BonaccorsiVA p.VIII, además de la cit. ed. crítica de Von Dobschütz. Hacemos hincapié de manera especial en los escritos de carácter evangélico.

1. Itinerarium nomine Petri apostoli, quod appellantur sancti Clemen- tis libri numero novem 3.

2. Actus nomine Andreae apostoli, apocryphi.

3. Actus nomine Thomae apostoli, apocryphi.

4. Actus nomine Petri apostoli, apocryphi 4.

2 Nic. I, Ep. 71: «Mon. Germ. Hist», 6,395.

3 Son las Recognitiones Ps.-Clementinae, que constan de diez libros (PG 1). El nombre Itinerarium alude al título de έπιδημίαι o περίοδοι con que son conocidas en la literatura patrística griega. Cf. infra, Evangelio de los Ebionitas.

4 A primera vista parece que faltan los Hechos de Juan y los de Pablo, que vienen citados en Philastrius (Haeres., 88) y en las cartas de Inocen- cio I y de Toribio de Astorga ; pero los primeros están incluidos en el n. 1 8, y los segundos en el 23.

CATÁLOGOS DE APÓCRIFOS NEOTESTAMEN'T ARIOS

21

5. Actus nomine Philippi apostoli, apocryphi.

6. Evangelium nomine Matthiae, apocryphum 5.

7. Evangelium nomine Barnabae, apocryphum 6.

8. Evangelium nomine Iacobi minoris, apocryphum 7.

9. Evangelium nomine Petri apostoli, apocryphum 8.

10. Evangelium nomine Thomae quibus Manichei utuntur, apocry- phum 9.

11. Evangelia nomine Bartholomaei, apocrypha 10.

12. Evangelia nomine Andreae, apocrypha n.

13. Evangelia quae falsavit Lucianus, apocrypha 12.

14. Evangelia quae falsavit Hesychius, apocrypha 12.

15. Líber de infantia Salvatoris, apocryphus li.

16. Líber de nativitate Salvatoris et de María vel obstetrice, apocry- phus 14.

17. Líber qui appellatur Pastoris, apocryphus 15.

18. Libri omnes quos fecit Leucius discipulus diabuli, apocryphi 16.

19. Liber qui appellatur Fundamentum, apocryphus 1 7.

20. Liber qui appellatur Thesaurus, apocryphus 17.

2 1 . Liber de filiabus Adae Leptogeneseos, apocryphus 1 8.

5 Se refiere a las Tradiciones o Evangelio de Matías.

6 Está citado también juntamente con el anterior en la lista de los Se- senta libros. No se conserva otra huella de él. Desde luego, no se puede identificar con el Evangelio de Bernabé, llamado el Italiano, publicado por Ragg en 1907.

7 Quizá se trate del Protoevangelio de Santiago. Sin embargo, un frag- mento del siglo X relativo a la Circuncisión, editado por Η. M. Bannister (JThSt 10 [1908] 417-418) según el cód. Vat. lat. 3325, está encabezado: Lectura del Evangelio según Santiago, «hijo de Alfeo>.

8 Se conserva.

9 Se conserva. Es más conocido en la tradición por el nombre de Παιδικά. Está citado también en la lista de los Sesenta libros, en la Stichometria y en el catálogo de escritos maniqueos de Timoteo presbítero

10 Se conserva.

1 1 Probablemente es una confusión con los Actus Andreae menciona- dos en el n.2.

12 Se trata de recensiones heréticas de libros canónicos poco conocidas para nosotros. Cf. Hieron., In Evang. ad Damasum praefatio: «Praetermitto eos códices, quos a Luciano et Hesychio nuncupatos, paucorum hominum adserit perversa contentio».

13 Probablemente alude al Ps. Mateo, cuyo título es Liber de ortu Bea- tae Mariae et de infantia Salvatoris.

14 Puede ser que se refiera al anterior o bien al Protoevangelio.

1 5 El Pastor de Hermas.

16 Nombre de un famoso maniqueo (Focio le llama L. Charinus), a quien a partir del siglo V se atribuyen los Hechos de los Apóstoles falsifi- cados o inventados por los maniqueos, particularmente los Acta Ioannis (cf. la carta de Santo Toribio de Astorga). El Ps. Jerónimo le menciona en la carta-prólogo al Ps. Mateo. Cf. Leclercq: DACHEL 8,2982-6 (Leucius).

17 Libros atribuidos a Manes, fundador de los maniqueos. El n.20 está citado por Timoteo Presbítero, cf. supra.

18 Se trata del Libro de los Jubileos (cf. Epiph., Haeres. 39,6), llamado también ή λεπτή Γένεσι; (cf. Hieron., Ep. 78,18).

22

INTRODUCCIÓN GENERAL

22. Centonem de Christo virgilianis compaginatum versibus, apocry- phum.

23. Líber qui appellatur Actus Theclae et Pauli, apocryphus 19.

24. Líber qui appellatur Nepotis, apocryphus 20 .

25. Líber proverbiorum ab haereticis conscriptus et sancti Sixti nomine praesignatus, apocryphus 21 .

26. Revelatio quae appellatur Pauli, apocrypha 22.

27. Revelatio quae appellatur Thomae, apocrypha 22.

28. Revelatio quae appellatur Stephani, apocrypha 22.

29. Líber qui appellatur Transitus sanctae Mariae, apocryphus 23.

30. Líber qui appellatur Paenitentia Adae, apocryphus 24.

3 1 . Líber de Ogia nomine gigante qui post diluvium cum dracone ab haereticis pugnasse perhibetur, apocryphus.

32. Liber qui appellatur Testamentum Iob, apocryphus.

33. Liber qui appellatur Paenitentia Origenis, apocryphus.

34. Liber qui appellatur Paenitentia sancti Cypriani, apocryphus.

35. Liber qui appellatur Paenitentia Iamne et Mambre, apocryphus.

36. Liber qui appellatur Sortes Apostolorum, apocryphus.

37. Liber qui appellatur Lusa Apostolorum, apocryphus.

38. Liber qui appellatur Cañones Apostolorum, apocryphus.

39. Liber Phisiologus ab haereticis conscriptus et beati Ambrosii no- mine praesignatus, apocryphus.

40. Historia Eusebii Pamphili, apocrypha.

41. Opuscula Tertulliani, apocrypha.

42. Opuscula Lactantii sive Firmiani, apocrypha.

43. Opuscula Africani, apocrypha.

44. Opuscula Postumiani et Galli, apocrypha.

45. Opuscula Montani, Priscillae et Maximillae, apocrypha.

46. Opuscula Fausti Manichaei, apocrypha.

47. Opuscula Commodiani, apocrypha.

48. Opuscula alterius Clementis Alexandrini, apocrypha.

49. Opuscula Thascii Cypriani, apocrypha.

50. Opuscula Arnobii, apocrypha.

51. Opuscula Tichonii, apocrypha.

52. Opuscula Cassiani presbyteri Galliarum, apocrypha.

53. Opuscula Victorini Petabionensis, apocrypha.

54. Opuscula Fausti Regiensis Galliarum, apocrypha.

55. Opuscula Frumenti Caeci, apocrypha.

19 Se refiere a una parte de los célebres Acta Pauli de la antigüedad.

20 Parece ser que esta noticia la ha tomado de San Jerónimo (De vir. ill. 69), quien a su vez parece haber sacado de Eusebio (Hist. Eccl. 7,24) la referencia de dúo libri adversus Nepotem episcopum contenidos entre las obras de Dionisio de Alejandría.

21 Se trata de la obra titulada Sententiae, compuesta por el filósofo pa- gano Sextus, y que Rufino, al traducirla, creyó ser de Sixto, papa y mártir. La noticia parece haberla sacado de San Jerónimo (De vir. ill, 69; Ep. 132,3 a Ctesiphon; Comm. in Ier. 4,22). Cf. V. Dobschütz, o. α, ρ·3°ΐ·

22 Se refiere a los Apocalipsis apócrifos, que aún se conservan.

23 Probablemente, el escrito del Ps. Melitón relativo a la Asunción de la Virgen.

24 Esta y las dos obras siguientes se refieren a apócrifos del Antiguo Testamento. Las restantes, en general, son lecturas poco recomendables, amparadas bajo el título de Apocrypha, tomado, evidentemente, lato sensu.

CATÁLOGOS DE APÓCRIFOS NEOTESTAMENTA RIOS

23

56. Epistula Iesu ad Abgarum, apocrypha 2S.

57. Epistula Abgari ad Iesum, apocrypha 25.

58. Passio Cyrici et Iulittae, apocrypha. 5Q. Passio Georgii, apocrypha.

60. Scriptura quae appellatur Salomonis Interdictis, apocrypha.

61. Philacteria omnia quae non angelorum, ut illi confingunt, sed dae- monum magis nominibus conscripta sunt, apocrypha.

6. Stichometria de Nicéforo

Probablemente tuvo su origen en Jerusalén, y quizás en el siglo IV. Posteriormente fué añadida como apéndice a la Chronographia de Nicéforo (s.IX). Su nombre alude a la can- tidad de líneas (στίχοι) que medía cada una de las obras enu- meradas (PG ioo,io6oA-B).

a) Escritos dudosos del Nuevo Testamento

1. Άποκάλυψις Ιωάννου, στίχοι ,αυ' (1.400)

2. Αποκάλυψα Πέτρου, στίχοι τ' (300)

3. Βαρνάβα επιστολή, στίχοι ,ατξ' (1.360)

4. Εύαγγέλιον κατά Εβραίους, στίχοι ,βσ' (2.200)

b) Escritos apócrifos del Nuevo Testamento

1. Περίοδοι Πέτρου, στίχοι ,βψν' (2.750)

2. Περίοδος Ιωάννου, στίχοι ,βχ' (2.600)

3. Περίοδος Θωμά, στίχοι ,αψ' (1.700)

4. Εύαγγέλιον κατά Θωμάν, στίχοι ,απ' (1.300)

5. Διδαχή Αποστόλων, στίχοι σ' (200)

6. Κλήμεντος α', β', στίχοι ,βχ' (2.600)

7. Ιγνατίου, Πολυκάρπου, Ποιμένος (και) 'Ερμά.

η. Synopsis del Ps. Atanasio

En el c.76 de la Synopsis Script. Sacrae (PG 28,43213) se encuentra esta lista de apócrifos, aunque por confusión llame a estos escritos «disputados» (αντιλεγόμενα) . Cf. Zahn, Ge- schichte d. neut. Kan. II p.316-17.

Της Νέας πάλιν Διαθήκης, αντιλεγόμενα ταύτα- Περίοδοι Πέτρου, Περίοδοι "Ιωάννου, Περίοδοι θωμα, Εύαγγέλιον κατά Θωμάν, Διδαχή Αποστόλων, Κλημέντια, έξ ών μετεφράσθησαν εκλεγέντα τά αληθέστερα και θεόπνευστα.

8. Lista de los sesenta libros

Pertenece al siglo VIL Los «sesenta libros» son los de toda la Biblia. Los que quedan al margen de estos «sesenta»

25 Ambas tienen su lugar en esta colección.

124

INTRODUCCIÓN GENERAL

son considerados como «apócrifos». Cf. Zahn, o.c, p.292. JamesNT (repr.1953) p.23.

1 - 1 4 del Antiguo Testamento.

15. Historia de Santiago (= Protoevangelio).

16. Apocalipsis de Pedro.

17. Correrías y Enseñanzas de los Apóstoles (= Hechos de los Após- toles apócrifos).

18. Epístola de Bernabé.

19. Hechos de Pablo

20. Apocalipsis de Pablo.

21. Enseñanza de Clemente (= Constituciones Apostólicas).

22. Enseñanza de Ignacio (= sus cartas).

23. Enseñanza de Policarpo (= su carta).

24. Evangelio según San Bernabé.

25. Evangelio según Matías.

E) EVANGELIOS APOCRIFOS TARDIOS

1. Evangelio árabe del Ps. Juan

Se trata de un ms. árabe conservado en la Biblioteca Ambro- siana de Milán (de Hammer), or.93. El códice está bien con- servado; consta de 158 hojas, de las que 134 contienen un «Evangelio de San Juan», donde se narra minuciosamente gran cantidad de milagros de la vida de Jesús, dejando un poco al margen la parte didáctica. Parece ser que el texto en cues- tión apareció en Egipto el año 1342. El interés que suscitó su hallazgo, verificado en 1939, fué extraordinario. El profesor Galbiati, prefecto de dicha biblioteca, prometió una pronta edi- ción del texto original con una versión latina, obra que aún no se ha llevado a cabo. Mientras tanto, el P. J. Simón (del Ρ. I. Bíblico de Roma) ha encontrado que el llamado Evangelio de San Juan no es sino una versión árabe del conocido apócrifo etíope Los milagros de Jesús, que S. Grébaut publicó en PaOr XII4 (1919); XIV 5 (1920); XVII 4 (1923). Cf. Id.: ROrCh 16(1911)255-265.356-367; 21(1918-19)100-103 y Aethiops 3 (1930)35-38.

Pueden encontrarse noticias abundantes sobre este texto en G. Galbiati, L'Evangeliario apócrifo di S. Giovanni : AcBiblt 15(1941)378-379. Id., «Primato» (1942)4533. O. Lófgren, Fakta och dokument angaende det apokryfiska Johannes-evange- liet (Uppsala 1942). [El mismo artículo con el mismo título fué publicado en la revista sueca «Svensk exegetisk arsbok», 7 (1942)110-140]. Id., Ein unbeachtetes apokryphes Evangelium:

EVANGELIOS APÓCRIFOS TARDÍOS

25

OrLitZ 46(1943)153-159. A. Bea, Inventio «evangelii apocry- phi S. Johannis»: Bi 24(1943)194. G. Graf, Geschichte der christl. arabischen Lit.: StT 118(1944) I p.236.

2. Evangelio de la infancia según San Pedro

Es una narración apócrifa publicada por Catulle Mendés bajo el título L'Evangile de la jeunesse de Notre-Seigneur Jésus- Christ d'aprés S. Pierre (texto lat. y versión franc, París 1894). Posteriormente fué traducida al inglés por H. Copley Greene (The childhood of Christ - translated from the Latin by H. C. G., with original text of the manuscript at the monastery of St. Wolf- gang, New York and London 1904). Como lugar de provenien- cia del texto latino señala C. Mendés la abadía de S. Wolfgang, en Salzkammergut, donde fué encontrado, según él, años atrás. Las palabras iniciales del texto lo atribuyen a San Pedro. James cree que se trata únicamente de una compilación del Protoevan- gelio, Ps. Mateo, versión lat. de Tomás y Evangelio árabe, cuya data hay que situar en el siglo XVII. Concluye con estas pala- bras : «Presumably the Latin text as well as the French versión may be regarded as the work of Catulle Mendés» (JamesNT [repr. 1953] p.89).

3. Evangelio de Bernabé (el italiano)

Es una composición tendenciosa del siglo XIV, debida a la pluma de un cristiano que apostató para hacerse musulmán. Es posible que la lengua original fuera el árabe, aunque sólo se con- serva en' manuscritos italianos y españoles. Considera a Maho- ma como Mesías que habría de venir a librar a los hombres de los errores en que estaban sumidos aun después de la venida de Cristo. Puede verse la traducción castellana en E. González- Blanco, Los Evangelios Apócrifos III 66-69 (Madrid 1934). Cf. Lo. and La. Ragg, The Gospel of Barnabas, edited and translated from the italian ms. in the imperial library at Vienna (Oxford 1907). Id., The Mohammedan Gospel of Barnabas: JThSt 6 (1905) 424-433 [afirma aquí que la versión antigua es- pañola fué reimpresa de las Lectures del Dr. White (a.1784)]1. No se ha de confundir este escrito tardío con el Evangelio de Bernabé citado por el Decr. Gelasianum.

1 Puede verse también el artículo de W. Axon, On the Mohammedan Gospel oj Barnabas: JThSt 3 (1902) 441-451.

26

INTRODUCCIÓN GENERAL

4. Evangelio monofisita georgiano

Es un apócrifo desconocido, proveniente de círculos mono- fisitas. Está contenido en un ms. georgiano del siglo XIX per- teneciente a la Biblioteca Bodleiana de Oxford (n.27) y forma parte de la colección Wardrop. Probablemente esta compo- sición ha sido redactada en el siglo XII o XIII, teniendo por base muchos escritos apócrifos y heterodoxos. Está traducido del armenio al georgiano y pertenece a la literatura popular de los georgianos monofisitas. Cf. versión polaca en Peradze Grze- gorz, Nieznana Ewangelia Apokryficzna pochodzaca ζ Kól Mono- fizykich (Warszawa 1935). Id.: «Έλτπ'ς» (Warszawa 1935)3-36.

5. Evangelios apócrifos bogomiles

Llamáronse bogomiles unos herejes que vivieron en la pen- ínsula balcánica del siglo X al XIV. Su nombre hace alusión al fundador, miembro del bajo clero que profesó su doctrina durante el reinado del zar Pedro (927-969). Este quiso llamarse Bogomil, palabra que, según sus componentes eslavos, quiere decir: aquel «de quien Dios se apiada» o aquel «que ruega a Dios». Estos herejes, cuyas analogías con los cátaros del Oc- cidente son muy grandes, desempeñaron un papel muy im- portante en la creación y difusión de leyendas apócrifas.

Como producto genuinamente bogomil hay que señalar la obra titulada El mito de Satanael, cuyo carácter herético fué denunciado ya por Eutimio Zigabeno en el tít.27 de su Panoplia Dogmática (PG 130,1289ε.). Algunos pasajes de los contenidos en este escrito acusan influencia de otros apócrifos; v.gr., el cambio de nombre de Satanael en Satán está contenido ya en el Ev. de Bartolomé; lo mismo puede decirse con relación a la caída de Satanás.

Pueden encontrarse noticias abundantes sobre esta litera- tura en E. Turdeanu, Apocryph.es bogomiles et apocrypb.es pseu- dobogomiles: RHR 138(1950)22-52.176-218, y sobre todo en la obra fundamental que recogió todas estas producciones apó- crifas en su lengua original, J. Ivanov, Bogomilski Knigi iLegen- di (Sofía 1925). Cf., además, N. Minissi, La tradizione apócrifa e le origini del Bogomilismo : «Ricerche Slavistiche» 3(Roma 1954) 97-113·

EVANGELIOS APÓCRIFOS TARDÍOS

27

6. Evangelio de Santiago el Mayor

Se trata de una serie de escritos apócrifos amparados bajo el nombre de Santiago el Mayor y contenidos en los llamados «Plomos» del Sacro Monte, de Granada. Fueron desenterrados en este lugar hacia el año 1597. Recogen de fuentes árabes diversos datos apócrifos acerca de la vida de Cristo y de María. Hacen especial hincapié en el dogma de la Inmaculada Con- cepción y en la tradición sobre la venida de Santiago a España. Aunque no contienen, por lo general, errores dogmáticos, fue- ron proscritos por el papa Inocencio XI el año 1682 juntamente con los demás «Plomos», a causa del carácter sagrado que el pueblo les atribuía.

Pueden encontrarse noticias abundantes acerca de todos ellos en la obra de J. Godoy Alcántara, Historia crítica de ¡os falsos cronicones (Madrid 1868) p. 44-78 2. Cf., además, J. A. Fa- bricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (2i7io) p.35 1-352.

2 Queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento hacia el doc- tor don Rufino Jimeno Peña (profesor del Sacro Monte, de Granada), nues- tro buen amigo, a cuya amabilidad debemos esta referencia bibliográfica.

/. TEXTOS FRAGMENTARIOS

TEXTOS FRAGMENTARIOS

Séanos permitido hacer dos observaciones de carácter metodológico al principio de esta sección:

La primera es que, dada la complejidad de los textos frag- mentarios que en ella se incluyen, hemos optado por insertar en el cuerpo mismo de los estudios introductorios las referen- cias y citas bibliográficas pertinentes, que en las restantes sec- ciones van al pie de la página. Las llamadas encerradas entre paréntesis corresponden al número que precede a cada uno de los textos fragmentarios y a la vez remiten al comentario vinculado a éstos al pie de la página.

La segunda, de índole más general, se refiere a las citas patrísticas, tan abundantes en el decurso de esta obra. Para mayor uniformidad hacemos siempre referencia al lugar que ocupan en la Patrología de Migne (siglas PG y PL). No obs- tante, los textos están confrontados en su mayor parte con los publicados por las ediciones críticas de mayor solvencia.

A) EVANGELIOS APOCRIFOS PERDIDOS

1. EVANGELIO DE LOS HEBREOS

Es quizá, entre todos los evangelios apócrifos, el que más interés y discusiones ha suscitado a partir del siglo XVIII, sobre todo por la relación que tiene con la llamada «cuestión si- nóptica».

Desgraciadamente, no lo conocemos sino por fragmentos dispersos, a veces difíciles de coordinar, encontrados en las obras de los Padres. San Jerónimo nos habla del texto original hebreo (18), así como de dos versiones de él, griega y latina (17); ρ ero no ha llegado nada de esto hasta nosotros.

Es precisamente este santo doctor quien más datos nos su- ministra acerca del Evangelio de los Hebreos o según los Hebreos. Pero sus testimonios son vagos e indecisos, con frecuencia de segunda mano, y aun a veces contradictorios, según Bardy («Mélanges de Se. religieuse», 3 (1949) 5-36). Esto se explica por la manera que tenía de escribir, fiándose mucho de su excelente memoria, sin detenerse a comprobar las citas de sus asertos. Parece ser que al principio conocía este evangelio únicamente a través de los testimonios de Orígenes (5), de los que se servía con frecuencia para sus citas (16; cf. nota); con lo cual, él, que tanto desdén tenía para con los apócrifos, se respaldaba en la autoridad de su maestro. A pesar de los textos en que afirma lo copió de un original que le proporcionaron los nazarenos de Berea (18) y que aun lo tradujo al griego y latín (17, 19, 23), Bardy opina que no llegó a efectuar tal traducción, pues ade- más de no conservarse rastro de estas obras, frecuentemente fluctúa sobre las lenguas a que lo ha vertido: griego y latín (17), griego sólo (23). Seguramente tenía intención de hacerlo al es- cribir esto, pero después no pudo o no creyó conveniente rea- lizarlo. Otros creen que se trata de versiones parciales, de las que han quedado fragmentos latinos en sus comentarios (15-32), y griegos en las notas marginales de ciertos códices griegos de San Mateo, con la referencia al «Ίουδοάκόν» (42-54). Esta expli- cación no deja de tener sus dificultades si se considera la diversa índole de ambos escritos reflejada en los fragmentos aducidos.

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

33

ANTIGÜEDAD. Es uno de los puntos más claros entre los que atañen a esta obra. Según San Jerónimo, es posible que ya San Ignacio (f 107) cite un pasaje relativo a la resurrección (19), que pudo muy bien tomar de alguna versión griega. No obs- tante, Orígenes (De princ. I, prooem. 8) atribuye este texto al libro «qui Petri Doctrina appellatur». De todas maneras, al Evangelio de los Hebreos se refieren los testimonios de Papías y Hegesipo citados por Eusebio (9,10). Son elocuentes también a este respecto los testimonios de Clemente Alejandrino [f ant. 215] (3,4) y de Orígenes [f 253-254] (5,6). De todo esto se puede concluir que el Evangelio de los Hebreos existía ya a mediados del siglo II, sin que se descarte una fecha anterior que no sobrepase la primera mitad del siglo I.

LENGUA.- San Jerónimo dice frecuentemente que estaba escrito en hebreo, pero una vez afirma que sólo los caracteres del escriba eran hebreos, mientras que la lengua era caldea o siriaca (equivalente modernamente al arameo) [31]. Esto ultimo afir- man también Eusebio y San Epifanio (10,14).

ORIGEN. Tanto el contenido como los testimonios acusan un ambiente judío-cristiano. Pero ¿de qué judío-cristianos se trata? San Jerónimo afirma que el evangelio hebreo que él ha traducido era usado por los nazarenos de Berea (Alepo) [18] y por los ebionitas (23).

Los primeros eran descendientes de aquellos judío-cristianos que, ante la destrucción de Jerusalén por Tito el año 70, se refugiaron en Pella, a la ribera oriental del Jordán. Estos con- servaban íntegras sus tradiciones hebreas y sustancialmente profesaban la ortodoxia, aunque su aislamiento local de los restantes núcleos cristianos originó paulatinamente una ligera separación dogmática. Para éstos, el evangelio original de San Mateo, escrito en aramaico, era su evangelio. Probablemente, una refundición o ampliación de este texto (San Epifanio dice que es πληρέστατο ν con relación al de San Mateo) dió origen al llamado Evangelio de los Hebreos, que estaba, según el testi- monio citado de San Jerónimo, en uso entre los nazarenos. El nombre de hebreos puede hacer alusión no tanto al conte- nido judaizante cuanto al origen y uso exclusivo que de él hacían aquellos judío-cristianos. Los testimonios de Orígenes dan bien claro a entender que, si bien este evangelio no puede figurar entre los canónicos, que son únicamente cuatro, no debe tampoco catalogársele entre los heréticos, como el de los Egipcios o el de los Doce apóstoles (cf. J. Ruvvet: Bi 23 [1942] 36).

Er. apócrifos

2

34

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

El segundo grupo señalado por San Jerónimo, los ebionitas, corresponde quizá a una secta mitigada, a la que puede refe- rirse el testimonio de Eusebio (8), análoga a la de los nazarenos o quizá la misma por otro nombre. Pero no a la secta de los ebionitas que profesaban doctrinas abiertamente heréticas y que poseían un evangelio especial que llevaba su nombre, tal como lo conocemos por los testimonios de San Epifanio (Adv. haer. 30).

RELACION CON SAN MATEO.— Es éste el punto crucial de la cuestión. San Jerónimo dice que en la biblioteca de Ce- sárea se conserva el texto mismo hebreo, ipsum hebraicum (18). Refiriéndose a este mismo, traducido recientemente por él, del que se servían ebionitas y nazarenos, dice que es llamado comúnmente el original de San Mateo, Matthaei authenti- cum (23), lo cual no parece ser sino un eco del testimonio de Epifanio (14). Finalmente, habla del Evangelio según los Hebreos, escrito en lengua caldea y siríaca, mas con caracteres hebreos, del que se sirven los nazarenos; según los Apóstoles, o, como pre- fiere la mayoría, según San Mateo, el cual se encuentra en la biblioteca de Cesárea (31).

Para coordinar estos datos, algunos suponen la existencia de un texto o recensión griega del evangelio de San Mateo, que pudiera identificarse con el mencionado «Ίουδαϊκόν», aunque esto último no carece de dificultades, como insinuábamos antes. Entre la versión griega de San Mateo y el Evangelio de los He- breos (arameo) deberían existir bastantes analogías, ya que los nazarenos no dudaban en colocar éste bajo el patrocinio de San Mateo. Más aún, llegaron a presentarlo a San Jerónimo como el texto auténtico de San Mateo, y él lo tomó por tal, sembrando así de citas sus obras. Esta es la explicación de Bardy (l.c).

Prescindiendo de los testimonios de San Jerónimo, las opi- niones de los críticos modernos sobre este punto son muy diversas:

Nicholson (The Gospel according to the Hebrews..., Lon- don 1879) piensa que San Mateo habría escrito dos evangelios: primero uno en griego y luego otro en hebreo. Este último sería, según él, el llamado Evangelio de los Hebreos.

Hilgenfeld (ZtWTh 27 [1884] 188-194), exagerando su importancia, llega a decir que el Evangelio de los Hebreos es la fuente del evangelio de San Mateo compuesto en griego.

Handmann (Das Hebraerevangelium...: TU 5,3 [1888]), de manera semejante, viene a decir que, si no como fundamento,

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

35

debe considerarse al menos como fuente de la que se apro- vecharon San Mateo y San Lucas para la composición de sus evangelios. Parecida opinión mantiene Barnes (JThSt 6 [1905] 356-371)·

Schmidtke (TU 37, 1 [191 1]) lo considera como una verda- dera traducción, aunque libre (un targum), del Mateo canónico; evangelio usado por los nazarenos, cristianos ortodoxos, si bien aferrados a sus tradiciones judías.

Waitz (ZtNW 36 [1937] 60-81) distingue entre el Evangelio de los Nazarenos y el de los Hebreos. Aquél únicamente sería el evangelio judío-cristiano, ortodoxo, dependiente de un Mateo precanónico ( = «Ίουδαϊκόν). Mientras que el Evangelio de los Hebreos, al que se refieren especialmente los testimonios de Clemente Alejandrino (3,4) y Orígenes (5,6), cuyo contenido y carácter parece bastante distinto del Mateo canónico, sería un producto del espíritu helénico, aparecido a mediados del siglo II como contrarréplica al espíritu pagano-encratístico del Evangelio de los Egipcios. De él dependerían los «Logia» de Oxyrh. Pap. n.4¡6. A él se referiría el testimonio de la Sti- chometria llamada de Nicéforo (39), y con él estaría relacionado el fragmento copto de Burch (41).

Parker, finalmente, pretende encontrar en un supuesto «Protolucas» la fuente del Evangelio de los Hebreos. Por «Proto- lucas» entiende la parte del tercer evangelio no común con San Marcos. Se funda en ciertos episodios cuya analogía con San Lucas le parece más clara que la que tienen con San Ma- teo; v.gr., el narrado por el Ps. Orígenes (33); cf. Le. 18,18.16,19.

La opinión más puesta en razón en este punto parece ser la de Schmidtke.

RELACIONES CON EL «EVANGELIO DE LOS EBIONI- TAS» Y EL «DE LOS DOCE».— Ya hemos citado el testimonio de San Jerónimo, según el cual el Evangelio de los Hebreos era llamado también el de los Doce (31) y estaba en uso entre los ebionitas (23). No resulta fácil coordinar estos datos. Ya hemos aludido también a la tendencia herética del Evangelio de los Ebio- nitas, conocida por el testimonio de San Epifanio ( Adv. haer. 30), y cuyo influjo se hizo sentir en la literatura Ps. Clementina. No se puede, pues, identificar este evangelio con el nuestro. Así piensa la mayor parte de los críticos, menos Schmidtke.

El Evangelio de los Nazarenos parece debe identificarse con el de los Hebreos, aunque sean contrarias las opiniones de Waitz y de Schmidtke.

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

El Evangelio de los Doce, del que dice Orígenes: «Ecclesia quatuor habet Evangelia, haereses plurima, e quibus ... aliud iuxta Duodecim Apostólos» (Hom. i in Le: PG i3,i8o2A), debe identificarse con el Evangelio herético de los Ebionitas, mas no con el de los Hebreos. Esta es la opinión de Waitz contra el parecer de Schmidtke, que ve en él un escrito pagano-cristiano infestado de parsismo (cf. H. Waitz, Das Ev. der 12 Apostel: ZtNW 13 [1912] 338-348).

Lo que es claro es que no se puede amparar bajo este tí- tulo los fragmentos coptos publicados por E. Revillout con el nombre de Evangile des douze Apotres (PaOr II 2 [1907]). Cf. M. A. Baumstark: RBi (1906) 245S.

Cf. sobre estos puntos el estudio introductorio al Evangelio de los Doce o de los Ebionitas.

Cf. VVeber, Neue Untersuchungen über Alter und Ansehn. des Hebráer- evangelnims (1805); Franck, Ueber das Evangelium der Hebr¿ier: ThStKr (1848) 369-422; E. B. Nicholson, The Gospel according to the Hebrews; its Jragments translated and annotated with a critical analysis of the external and inte.rnal evidence relating to it (London 1897); A. Hilgenfeld, Novum T. ex- tra Can. receptum (Leipzig 2i884) fase. 4 p.6-31 ; Id., Das Hebráerevangelium in England: ZtWTh 27 (1884) 188-194; Id., Das Hebr. -Evangelium und sein neuster Bearbeiter: ZtWTh 32 (1889) 280-302; Wernle, Die Synoptische Frage (Tübingen 1889^; D. Gla, Die Originalsprache des Mattháusevange- liums (Paderborn 1887); I. Chrzaszcv, Die apokryphen Evangelien, insbeson- dere das Evangelium iuxta Hebraeos (Gleiwitz 1888); R. Handmann, Das Hebráerevangelium. Ein Beitrag zur Geschichte und Kritik des hebrdischen Matthdus: TU 5,3 (Leipzig 1888); K. F. Noesgen: ZtKiWissL (1889) 499- 519.561-578; Th. Zahn, Gesch. des neutest. Kanons II 2 (1890) 642-723; RoBiNSON. Three Notes on the Gospel to the Hebrews: Exp (1897) 625-651; S. A. Fríes, Det fjárdt Evangeliet och Ebreerevangeliet (Stockholm 1898); A. Harnack, Gesch. der altchristl. Literatur. II 1 (1904I 631-651; E. Preu- schen, Antilegomeha (21905) 3-12. 136-143 ; W. A. Adeney, The Gospel according to the Hebrews: «The Hibbert Journal», 3 (1904-1905) 11-117; A. S. Barnes, The Gospel according to the Hebrews: JThSt 6 (1905) 356-37 1 ί A. Rouanet, Etude exégétique et critique de l'Evangüe des Hébreux. Thése (Cahors 1904); L. Schade, Hieronymus und das Hebrdische Mattháusoriginal: «Biblische Zeitschrift», 6 (1908) 346-363; A. Schmidtke, Neue Fragmente und Untersuchungen zu den Judenchristl. Evangelien: TU 37,1 (1911); cf.RBi 21 (1912) 587SS.; Id., Zum Hebráerevangelium: ZtNW 35 (1936) 24-44; cf. Lagrange: RBi 46 (1937) 282-284); J. Wellhausen, Einleitung in die drei ersten Evangelien (Berlín 2iqi 1) ; BardenhevverGAL, I (21913) 513SS.; V. Burch, The Gospel according to the Hebrews: some new matter chiefly from Coptic sources: JThSt 21 (1920) 310-315; cf. M. R. James. Notes on Mr. Burch' s Ardele, The Gospel according to the Hebrews: JThSt 22 (1921) 160- 161 ; M. J. Lagrange, L'Evanpile selon íes Hébreux: RBi 31 (1922) 161-181. 321-349; H. Waitz, en HenneckeNA (2i924) 48-55; Id-, Neue Untersu- chungen über die sogenannten judenchristl Evangelien: ZtNW 36(1937)60-81; R. Dunkerley, The Gospel according to the Hebrews: ExpT 39(1927-1928) 437-442.490-495; E. Avann, Apocryphes: SupDBi (1928); A. Puech, His- toire de la liitérature grecque chrétienne t.i p. 159-162 (1928); E. Kloster-

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

37

mann, en H. Lietzmann: KleinT 8(1929)4-12; J. T. Dodd, The Gospel according to the Hebrews (London 1933); Id., The Appereance of Jesús to James: «Theology», 18(1929)189-197; H. J. Schonfield, According to the Hebrews. New Translation of Jewish Life of Jesús (Toldoth Jeshu) with an Inquiry into its Sources and Relationship to the First Gospel according to the Hebrews (London 1937); P. Parker, A Proto-Lukan Basis for the Gospel according to the Hebrews: JBiLit 59(1940)471-478; G. Bardy, S. Jeróme et l'Evangile selon les Hébreux: «Mélanges de Se. religieuse», 3(1946)3-36; Bo- naccorsiVA I (194S) XII-XIV.2-8; P. de Ambroggi, Ebrei (Vangclo secon- do gli): EnCat V (1950) col.25-26; F. Amiot, Les Evangiles Apocryphes (1952) 37-39; JamesNT (repr. 1953) 1-8.

RECONSTRUCCION DEL TEXTO

San Ireneo (t h.202) :

1. [Los ebionitas] utilizan únicamente el evangelio que es según San Mateo y rechazan al apóstol Pablo, llamándole após- tata de la Ley.

2. Pues los ebionitas, sirviéndose solamente del evangelio que es según San Mateo, se dejan persuadir por él y no piensan rectamente del Señor.

Clemente Alejandrino (t ant.215):

3. Y como también está escrito en el evangelio según los Hebreos: El que se admiró, reinará; y el que reinó, descansará.

4. Pues aquello puede equivaler a esto : El que pide, no ce-

1. Solo autem eo quod est secundum Matthaeum Evangelio utuntur [Ebionaei], et apostolum Paulum recusant, apostatam eum legis dicentes (Irenaeus, Adv. haeres. I 26,2: PG 7.686B-687A).

2. Ebionaei etenim eo Evangelio, quod est secundum Mat- thaeum, solo utentes, ex illo ipso convincuntur, non recte praesu- mentes de Domino (Ιό., Adv. haeres. III 11,7: PG 7,8846).

3. TH, καν τω καθ" Εβραίους Εύαγγελίω, «ó Θαυμάσας βασιλεύσει,» γέγραττται, «και ό βασιλεύσας άνατταυθήσεται» (Clemens Alex., Strom. II 9: PG 8.981A).

4. "Ισον γάρ τούτοις εκείνα δύναται· «ού παύσεται ό ζητών, εως άν

ι. Esta secta de los ebionitas a que se refiere San Ireneo parece ser bas- tante primitiva y mucho más mitigada que aquella de que habla San Epifa- nio (Haeres. 30). Así se explica el que también en San Jerónimo aparezcan usando el Evangelio de los Hebreos (23). Cí". BardenhewcrGAL (21913) 513SS.

4. Esta frase, idéntica a la I del Oxyrh. Pap. 654, es un buen argumento en favor de la sentencia de aquellos que ven en este evangelio la fuente de donde procede esa colección de Logia. Algunos quieren también hacer de- pender de él los famosos Logia de Papías; cf. Agrapha n.37.

38

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

jará hasta que encuentre. Y en encontrando, se llenará de estupor; y en llenándose de estupor, reinará; y en reinando, descansará.

Orígenes (t 253-254) :

5. Y si alguien acepta el Evangelio de los Hebreos, donde el Salvador en persona dice: Poco ha me tomó mi madre, el Es- píritu Santo, por uno de mis cabellos y me llevó al monte sublime del Tabor, se quedará perplejo al considerar cómo puede ser madre de Cristo el Espíritu Santo, engendrado por el Verbo. Pero tampoco esto le es a éste difícil de explicar (cf. Mt. 4,1.8).

6. Si alguien admite el: Ha poco me tomó mi madre, el Es- píritu Santo, y me llevó al monte sublime del Tabor y lo que sigue, puede, viendo en El a su madre, decir... (cf. Mt. 4,1.8).

Eusebia de Cesárea (f 339):

7. Ya algunos han querido incluir entre estos escritos [cuya canonicidad se discute] el Evangelio según los Hebreos, que es el mayor encanto de los judíos que han recibido a Cristo.

8. Estos [los ebionitas] pensaban que debían ser recha-

εΰρη, εύρών δέ θαμβηθήσεται· θαμβηθείς δέ βασιλεύσει, βασιλεύσας δέ έπαναπαύσεται» (Id., Strom. V 14: PG 9.141Β).

5. Έάν δέ προσίεταί [— ιήταί] τις τό καθ' Εβραίους Ευαγγελίου, ένθα αύτός ό Σωτήρ φησιν

«"Αρτι ελαβέ με ή μήτηρ μου, τό "Αγιον Πνεύμα, έν μια των τριχών μου, και άπήνεγκέ με εις τό όρος τό μέγα Θαβώρ·»

έπαττορήσει, πώς μήτηρ Χρίστου τό δια του Λόγου γεγενημένον ΓΤνεΰμα "Αγιον είναι δύναται. Ταΰτα δέ και τούτω ού χαλεπόν έρμηνεΰσαι (Orígenes, Ιη Ιο. 2,6: PG 14,132Q.

6. Εϊ δέ τις παραδέχεται τό «άρτι έλαβέ με ή μήτηρ μου, τό "Αγιον Πνεύμα, και άνήνεγκέ με είς τό όρος τό μέγα τό Θαβώρ» κα'ι τά έξης, δύναται, αύτοΰ ΐδών την μητέρα, λέγειν... (Id., Hom. in Ier. 15,4: PG 13, 433B).

7. "Ηδη δέ έν τούτοις [άντιλεγομένοις] τινές και τό καθ' Εβραίους Εύαγγέλιον κατέλεξαν, ώ μάλιστα Εβραίων οϊ τόν Χριστόν παραδεξά- μενοι, χαίρουσι (Euseb.', Hist. Eccl. III 25: PG 20,269A).

8. Ούτοι [Έβιωναΐοι] δέ τοΰ μέν Αποστόλου πάσας τάς έπιστολάς

Se explica que el Espíritu Santo sea denominado madre de Jesús teniendo en cuenta que en hebreo la palabra ruah (espíritu) es de género femenino. Este episodio, que parece referirse a las tentaciones, ha tenido gran influencia en San Jerónimo (16, not.) y quizá haya sido el que le diera la pista para interesarse por este evangelio.

8. Se refiere a la secta mitigada de los ebionitas, lo mismo que San Ireneo (1).

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

39

zadas todas las cartas del Apóstol, llamándole a éste apóstata de la Ley; y, utilizando solamente el llamado Evangelio según los Hebreos, hacían poco caso de todos los demás.

9. Narra también [Papías] otra historia contenida en el Evangelio según los Hebreos, referente a una mujer acusada ante el Señor de muchos pecados (cf. lo. 8,3).

10. [Hegesipo] habla algo del Evangelio según los Hebreos y del siríaco, y particularmente del dialecto hebreo, dando a entender que él había llegado a la fe gracias a los hebreos. Recuerda asimismo otras cosas como si provinieran de la tra- dición judaica no escrita.

11. Puesto que el evangelio que ha llegado hasta nosotros en caracteres hebreos no lanzaba la amenaza contra el que es- condió (el talento), sino contra el que vivió disolutamente pues distinguía tres siervos : uno que había consumido la hacienda de su señor con meretrices y flautistas ; otro que había hecho ren- dir mucho su trabajo, y otro, finalmente, que había ocultado el talento. Y dijo que el primero fuera recibido; que el segundo, tan sólo amonestado, y que al tercero le metieran en la cárcel , se me ocurre preguntar si por ventura en el Evangelio de San

άρνητέας ήγοΰντο είναι δεΐν, άποστάτην άποκαλοΰντες αυτόν τοΰ νόμου, Εύαγγελίω δέ μόνω τω καθ' Εβραίους λεγομένω χρώμενοι, των λοιπών σμικρόν έποιοΰντο λόγον (Id., Hist. Eccl. III 27: PG 20.273C).

9. ΈκτέΘειται [Παπίας] δέ και άλλην ίστορίαν ττερϊ γυναικός έττί πολλαΐς αμαρτίας διαβληθείσης έτπ τοΰ Κυρίου, ήν τό καθ' Εβραίους Εΰαγγέλιον περιέχει (Id., Hist. Eccl III 39: PG 20,300 D).

10. "Εκ τε τοΰ καθ' Εβραίους Ευαγγελίου κα'ι τοΰ Συριακοΰ και Ιδίως έκ της Έβραΐδος διαλέκτου τινά τίθησιν [Hegesipo], έμφαίνων έξ Εβραίων εαυτόν πεπιστευκέναι, και άλλα δέ ώς έξ Ιουδαϊκής άγραφου παραδόσεως μνημονεύει (Id., Hist. Eccl. IV 22: PG 20.384A).

11. Έπε! δέ τό εις ημάς ήκον Έβραϊκοΐς χαρακτήρσιν Εΰαγγέλιον την άπειλήν ού κατά τοΰ άποκρύψαντος έπήγεν, άλλά κατά τοΰ άσώτως έζηκότος— τρεϊς γάρ δούλους περιείχε, τόν μέν καταφαγόντα την ΰπαρξιν τοΰ δεσπότου μετά πορνών και αύλητρίδων, τόν δέ πολλαπλασιάσαντα την έργασίαν, τόν δέ κατακρύψαντα τό τάλαντον είτα [είπε] τε τόν μέν άποδεχθήναι, τόν δέ μεμφθήναι μόνον, τόν δέ συγκλεισθήναι δεσμωτη- ρίω— έφίστημι, μήποτε κατά τόν Ματθαίον μετά την συμπλήρωσιν τοΰ

Generalmente se interpreta este pasaje en relación con el caso de la mujer adúltera, contenido en el evangelio de San Juan (lo. 8,3). Nótese, sin embargo, la diferencia: aquí es acusada (así traduce Lagrange) de mu- chos pecados, no simplemente de adulterio.

10. El testimonio de Hegesipo acredita la antigüedad de nuestro evan- gelio, ya que este personaje, refractario a las doctrinas gnósticas, vivió en la segunda mitad del siglo II.

40

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

Mateo la amenaza que viene después de la reprimenda contra el indolente, va dirigida, no ya contra éste, sino (por epanálep- sis) contra el anterior, que había comido y bebido con los borra- chos (cf. Mt. 25,25; Le. 15,1 iss.).

12. El dió a conocer [ya] la causa de la escisión de las almas, cual ha de sobrevenir a los edificios, como hemos po- dido comprobarlo en un lugar del evangelio que está divul- gado entre los judíos, en lengua hebrea, donde se dice: Yo he de escogerme ¡os que me complazcan; [y éstos son] los que me da mi Padre en el cielo (Theoph. [siríaca] IV 12: vers. de Gres- sman cit. por Preuschen, Antilegomena píaos] p.o).

13. ... así es posible reconocer la fuerza de que se sirvió [y constatar] que no sólo predijo el futuro, sino que además vinculó los hechos a su pa'abra; sobre todo en lo que se re- fiere a aquello que está escrito : Yo me escojo los mejores, los que me da mi Padre en el cielo (Theoph., ibid.)

San Epifanio (t 403) :

14. Está en poder de [los nazarenos] el Evangelio según San Mateo, completísimo, y en hebreo. Pues entre ellos se con- serva, sin duda, todavía éste tal como fué compuesto origina- riamente, en caracteres hebreos. Lo que no es si han supri- mido las genealogías desde Abrahán hasta Cristo.

San Jerónimo (t 419 ó 420):

15. Como podemos también leer en el Evangelio Hebreo, [donde ] el Señor habla a los discípulos diciéndoles : Nunca es- téis contentos sino cuando miréis a vuestro hermano con amor.

λόγου τοΰ κατά του μηδέν έργασαμένου, ή έξης έπιλεγομένη απειλή ού περί αύτοΰ, άλλά ττερι τοΰ προτέρου κατ' επανάληψιν λέλεκται, τοΰ έσθίοντος και πίνοντος μετά τών μεθυόντων (Id., Theophania IV 22: PG 24.685D-688A).

14. "Εχουσι [Ναζωραΐοι] δέ τό κατά Ματθαίον Εύαγγέλιον πλη- ρέστατον έβραϊστί· παρ' αύτοΐς γάρ σαφώς τοΟτο καθώς έξ αρχής έγράφη, έβραϊκοΐς γράμμασιν έτι σώζεται. Ούκ οϊδα δέ ε! και τάς γενεα- λογίας τάς άπό του Αβραάμ άχρι Χριστοΰ περιεΐλον (Εριρη., Hae- res. 1.1 t.2 c.29,9: PG 41.405A).

15. (a. 386-387) Ut in Hebraico quoque Evangelio legimus Do- minum ad discípulos loquentem: Et numquam, ínquit, laeti sitis, nisi cum fratrem vestrum videritis in charitate (Hieron., Comm. III in Eph. 5,4: PL 26.552D).

14. San Epifanio señala el verdadero carácter del Evangelio de los He-

EVANGELIO DE LOS HERREOS

41

16. ... Pero quien leyere el Cantar de los Cantares y en- tendiere que el esposo del alma es el Verbo de Dios, y diere crédito al evangelio publicado [bajo el título] según los Hebreos, que recientemente hemos traducido— en el que, refiriéndose a la persona del Salvador, se dice: Hace poco me tomó mi madre, el Espíritu Santo, por uno de mis cabellos , no tendrá reparo en decir que el Verbo de Dios procede del Espíritu, y que, por tanto, el alma, que es esposa del Verbo, tiene por suegra al Espíritu Santo, cuyo nombre entre los hebreos es de género femenino, ruah.

17. También el evangelio llamado según los Hebreos, tra- ducido recientemente por al griego y al latín, del que Orí- genes se sirve con frecuencia, después de la resurrección refiere lo siguiente: Mas el Señor, después de haber dado la sábana al criado del sacerdote, se fué hacia Santiago y se le apareció. (Pues es de saber que éste había hecho voto de no comer pan desde aquella hora en que bebió el cáliz del Señor hasta tanto que le fuera dado verle resucitado de entre los muertos.) Y poco des- pués: Traed, dijo el Señor, la mesa y el pan. Y a continua- ción se añade: Tomó un poco de pan, lo bendijo, lo partió y se lo dió a Santiago el Justo, diciéndole: Hermano mío, come tu

16. (a. 392)... Sed qui legerit Canticum Canticorum, et spon- sum animae, Dei sermonem intellexerit, credideritque Evangelio, quod secundum Hebraeos editum nuper transtulimus (in quo ex persona Salvatoris dicitur: Modo tulit me mater mea, Sanctus Spiri- tus, in uno capillorum meorum, non dubitabit dicere sermonem Dei ortum esse de Spiritu, et animam, quae sponsa sermonis est, habere socrum Sanctum Spiritum, qui apud Hebraeos genere dicitur femi- nino, rúa (Id., Comm. II in Mich. 7,6: PL 25,i22iD-i222A).

17. (a. 392) Evangelium quoque, quod appellatur secundum Hebraeos, et a me nuper in Graecum Latinumque sermonem transla- tum est, quo et Orígenes saepe utitur, post resurrectionem Salvato- ris refert: Dominus autem cum dedisset sindonem servo sacerdotis, ivit ad Iacobum et apparuit ex. (Iuraverat enim Iacobus se non comesurum panem ab illa hora qua biberat calicem Domini, doñee videret eum resurgentem a dormientibus). Rursusque post paululum: Afferte, ait Dominus, mensam et panem. Statimque additur: Tulit panem et benedixit ac fregit et dedit Iacabo Iusto, et dixit ex: Frater mi, comede

breos: idéntico sustancialmente a San Mateo, si bien algo redundante en relación con él, como podría interpretarse el epíteto πληρέστατου.

16. Cf. los comentarios a Is. 11,9 y a Ez. 16,13, donde vuelve a repetir la expresión: Mater mea, Spiritus Sanctus.

17. En relación con esta aparición a Santiago, cf. el art. de J. T. Dodd The appereance of Jesús to James: «Theology», 18 (1929) 189-197.

42

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

pan, porque el Hijo del hombre ha resucitado de entre los muer- tos (cf. Mt. 28; 1 Cor. 15,7).

18. Aun el texto mismo hebreo se conserva hasta hoy en la biblioteca de Cesárea, que el mártir Pánfilo formó con mu- chísimo empeño. También a mí, los nazarenos que viven en Berea (Alepo), ciudad de Siria, y que se sirven de este libro, me proporcionaron ocasión de copiarlo. En el cual es de notar que, siempre que el evangelista, ya por cuenta propia, ya po- niéndolo en boca del Salvador, aduce testimonios del Antiguo Testamento, no sigue la interpretación de los 70, sino la anti- gua hebraica. Entre los cuales están aquellos dos: De Egip- to llamé a mi Hijo y será llamado Nazareno.

19. Ignacio ... escribió ... a los de Esmirna y a Policarpo en particular. En esta carta se aduce un testimonio acerca de la persona de Cristo, sacado del evangelio recientemente tradu- cido por mí, en estos términos: Yo a mi vez pude verle en su propia carne después de la resurrección, y estoy convencido de que vive. Y cuando se dirigió a Pedro y a los que con él estaban, les

panem tuum, quia resurrexit filius hominis a dormientibus (Id., De viris ill 2: PL 23,64iB-643A).

18. Porro ipsum Hebraicum habetur usque hodie in Caesarien- si bibliotheca, quam Pamphilus Martyr studiosissime confecit. Mihi quoque a Nazaraeis, qui in Beroea [Byria, Bersabee ] urbe Syriae hoc volumine utuntur, describendi facultas fuit. In quo animadverten- dum, quod ubicumque evangelista sive ex persona sua, sive ex Do- mini Salvatoris veteris scripturae testimoniis abutitur, non sequitur septuaginta translatorum auctoritatem, sed hebraicam. Ε quibus, illa dúo sunt: Ex Aegypto vocavi filium meum; et, quoniam Nazaraeus vocabitur (Id., De viris ill 3: PL 23.643B-Ó45A).

19. Ignatius... scripsit... ad Smyrnaeos et proprie ad Polycar- pum... in qua et de Evangelio, quod nuper a me transía tum est, su- per persona Christi ponit testimonium dicens: Ego vero et post re- surrectionem in carne eum vidi et credo, quia sit; et quando venit ad Petrum et ad eos qui cum Petro erant, dixit eis: Ecce pálpate me et

19. El testimonio de San Ignacio (Ad Smyrn. 3,1-2: ed.'S. Colombo [1934] p.206), dice así: «Έγώ γάρ κσΐ μετά τήν άνάστασιν έν σαρκί αυτόν οίδα καΐ πιστεύω όντα. Και ότε πρόξ τούζ περί Πέτρον ήλθεν, εφη αύτοΐ;· λάβετε, ψηλα- φήσατέ με καΙ ϊδετε, ότι ούκ ε!μ! δαιμόνιον ασώματου. Κα'ι ευθύς αύτοϋ ήψαντο καΙ έπίστευσαν, κραθέντες τη σαρκί αϋτοΰ και τω πνεύματι».

La expresión ούκ ειμί δαιμόνιον άσώματον se encuentra también en Oríge- nes (De princ, praef. 8), quien la atribuye al apócrifo titulado Doctrina de Pedro. Cf. también (29).

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

43

dijo : Palpad y ved que no soy un fantasma sin cuerpo. Y al mo- mento le tocaron y creyeron.

20. En Belén de Judea: Es éste un error de los copistas, pues creemos que el evangelista dijo, como leemos en el texto hebreo, de Judá, y no de Judea.

21. En el evangelio llamado según los Hebreos se encuen- tra mahar, que quiere decir de mañana, en lugar de sobresus- tancial; de manera que el sentido resulta así: Danos hoy el pan de mañana, esto es, el del futuro.

22. En el evangelio hebreo según San Mateo se dice: Danos hoy el pan de mañana, esto es, danos hoy el pan que vas a darnos en tu reino.

23. En el evangelio usado por nazarenos y ebionitas (que recientemente hemos traducido del hebreo al griego y que la mayoría llama el auténtico de San Mateo), este hombre que tiene la mano seca, se dice ser un albañil, y se le describe pi- diendo socorro con estas exclamaciones: Era albañil y me ga- naba el sustento con mis manos; te ruego, ¡oh Jesús!, que me de- vuelvas la salud para no verme obligado a mendigar vergonzosa- mente mi sustento (cf. Mt. 12,9-13).

videte, quia non sum daemonium incorpórale. Et statim teiigerunt eum et crediderunt (Id., De viris til. 16: PL 23.666B).

20. In Bethleem Iudaeae]. Librariorum hic error est. Putamus enim ab evangelista primum editum, sicut in ipso Hebraico legimus, Iudae; non Iudaeae (Id., Comm. I in Mt. 2,5: PL 26,26c).

21. (a. 398) In Evangelio, quod appellatur secundum Hebraeos, pro supersubstantiali pane reperi mahar, quod dicitur crastinum, ut sit sensus: panem nostrum crastinum, i. e. futurum, da nobis hodie (Id., Comm. I in Mt. 6,11 : PL 26.44C-D).

22. (a. 401) In Hebraico Evangelio secundum Matthaeum ita habet : Panem nostrum crastinum da nobis hodie, hoc est, panem quem daturus es in regno tuo, da nobis hodie (Id., Tract. in Ps. 135 : «Anéc- dota Maredsolana» III 2).

23. In Evangelio quo utuntur Nazareni et Ebionitae (quod nu- per in Graecum de Hebraeo sermone transtulimus, et quod vocatur a plerisque Matthaei authenticum), homo iste, qui aridam habet manum, caementarius scribitur, istiusmodi vocibus auxilium pre- cans: Caementarius eram, manibus victum quaeritans; precor te, Iesu, ut mihi restituas sanitatem, ne turpiter mendicem cibos (Id., Comm. I in Mt. 12,13: PL 26,8oAB).

21. La palabra supersubstantialis es la correspondencia del término griego έπιούσιου, que nosotros traducimos corrientemente por cotidiano.

23. Algunos críticos piensan que la mención de los ebionitas en este lugar es gratuita, pero cf. supra, not.i.

44

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

24. En el evangelio que usan los nazarenos encontramos escrito, en lugar de hijo de Baraquías, hijo de Joyada.

25. Este (Barrabás), que había sido condenado por rebe- lión y homicidio, se interpreta hijo de su maestro en el evange- lio llamado según los Hebreos.

26. En (ese) evangelio, que repetidas veces hemos men- cionado, leemos que el arquitrabe del templo, de tamaño extra- ordinario, se rompió y se partió.

27. Y en el evangelio escrito con caracteres hebreos leemos, no que se rasgó el velo del templo, sino que se vino abajo el ar- quitrabe del citado templo, cuya magnitud causaba admiración.

28. Mas según el evangelio escrito en lengua hebrea, leído por los nazarenos, descenderá sobre él toda la fuente del Espíritu Santo. El Señor es espíritu; y donde el espíritu del Señor, allí está la libertad... Y a propósito, en el evangelio del que hace poco hicimos mención, encontramos escrito: Y sucedió que, cuando hubo subido el Señor del agua, descendió toda la fuente del

24. In Evangelio quo utuntur Nazareni pro filio Barachiae, filium Ioiadae reperimus scriptum (Id., Comm. IV in Mt. 23,35: PL 26,i8oC).

25. Iste (Barabbas), in Evangelio, quod scribitur iuxta He- braeos, filius magistri eorum interpretatur qui propter seditionem et homicidium fuerat condemnatus (Id., Comm. IV in Mt. 27,16: PL 26,2146).

26. In Evangelio, cuius saepe fecimus mentionem, superlimi- nare templi infinitae magnitudinis fractum esse atque divisum legimus (Id., Comm. IV in Mt. 27,51: PL 26,22iB).

27. (Post a. 406) In Evangelio autem, quod Hebraicis litteris scriptum est, legimus non velum templi scissum, sed superliminare templi mirae magnitudinis corruisse (Id., Ep. 120,8 ad Hedibiam: PL 22,992).

28. (a. 408 -4 10) Sed iuxta Evangelium, quod Hebraeo sermone conscriptum legunt Nazaraei: descendet super eum omnisfons Spiritus Sancti. Dominus autem spiritus est, et ubi spiritus Domini, ibi li- bertas... porro in Evangelio, cuius supra fecimus mentionem, haec scripta reperimus: Factum est autem, cum ascendisset Dominus de aqua, descendit fons omnis Spiritus Sancti et requievit super eum, et

24. De manera parecida en la Ep. ad Damasum (20,5) dice: «Denique Matthaeus, qui evangelium Hebraeo sermone conscripsit, ita posuit: Osanna barrama, i.e. Osanna in excelús».

25. El término interpretatur, según Lagrange, no quiere decir que el evangelio mencionado traducía el nombre propio del famoso malhechor, sino que lo usaba en una forma que sugería espontáneamente la significación Bar-rabban.

27. Quizá esta mutación esté inspirada en Is. 6,4.

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

•15

Espíritu Santo, descansó sobre El, y le dijo : Hijo mío, a través de todos los profetas te estaba esperando para que vinieras y pudiera descansar en ti. Pues eres mi descanso, mi Hijo primogénito, que reinas por siempre (cf. Mt. 3,16-17).

29. Pues como los apóstoles le tuvieran por un espíritu, o, como dice el evangelio que entre los hebreos leen los nazarenos, por un fantasma sin cuerpo... (cf. Le. 24,39).

30. Y en el evangelio que acostumbraron a leer los naza- renos, según los Hebreos, se cuenta entre los crímenes mayores el haber causado tristeza al alma de su hermano.

31. En el Evangelio según los Hebreos, que fué escrito en lengua caldea y siríaca, mas con caracteres hebreos, del que se sirven hasta hoy los nazarenos, según los apóstoles, o, como pre- fiere la mayor parte, según San Mateo, conservado en la biblio- teca de Cesárea, se cuenta esta historia: He aquí que la madre del Señor y sus hermanos le decían : Juan el Bautista bautiza en remisión de los pecados; vayamos (también nosotros) y seamos bautizados por él. Mas El les dijo : ¿Qué pecados he cometido yo para que tenga que ir y ser bautizado ? De no ser que esto que aca- bo de decir sea una ignorancia mía (cf. Mt. 3,nss.).

32. Y en el mismo libro [Evangelio según los Hebreos] : Si

dixit illi: Fili mi, in ómnibus prophetis exspectabam te, ut venires et requiescerem in te. Tu es enim requies mea, tu es filius meus primogeni- tus, qui regnas in sempitemum (Id., Comm. IV in Is. 11,2: PL 24, 148B-D).

29. Cum enim apostoli eum putarent spiritum, vel iuxta Evan- gelium, quod Hebraeorum lectitant Nazaraei, incorpórale daemo- nium... (Id., Comm. in Is. 18 praef. : PL 24,6528).

30. Et in Evangelio quod iuxta Hebraeos Nazaraei legere con- sueverunt, inter máxima ponitur crimina, qui fratris sui spiritum contristaverit (Id., Comm. VI in Ez. 18,7: PL 25,1746).

31. (a. 41 5) In Evangelio iuxta Hebraeos, quod Chaldaico qui- dem Syroque sermone, sed Hebraicis litteris scriptum est, quo utun- tur usque hodie Nazareni, secundum Apostólos, sive, ut plerique autumant, iuxta Matthaeum, quod et in Caesariensi habetur biblio- theca, narrat historia:

Ecce mater Domini etfratres eius dicebant ei : Ioannes Baptista bap- tizat in remissionem peccatorum; eamus et baptizemur ab eo. Dixit au- tem eis: Quid peccavi, ut vadam et baptizer ab eo?, nisi forte hocip- sum, quod dixi, ignorantia est (Id., Contra Pelag. III 2: PL 23,597 B598A).

32. Et in eodem volumine [Ev. sec. Hebr. ] : Si peccaverit, in- 32. Sermo peccati equivale sencillamente a pecado, según la forma pecu- liar de expresarse los hebreos.

46

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

pecare, dice, tu hermano de palabra y te diere satisfacción, recí- bele siete veces al día. Díjole Simón, su discípulo : ¿Siete veces al día? Respondió el Señor y le dijo: Te digo que sí, y aun hasta setenta veces siete. Puesto que aun en los mismos profetas, después de haber sido ungidos por el Espíritu Santo, se han encontrado faltas (cf. Mt. 18,21-22; Le. 17,4).

Ps. Orígenes Latino:

33. Está escrito en cierto evangelio, llamado según los He- breos (si es que place admitirlo, no como autoridad, sino para esclarecimiento de la cuestión propuesta): Díjole el otro de los ricos : ¿Qué de bueno tengo que hacer para poder vivir ? Díjole : Cumple la ley y los profetas. Respondióle : Ya lo vengo haciendo, Díjole : Ve, vende todo lo que es tuyo, distribuyeselo entre los po- bres, y vente, sigúeme. Mas el rico empezó a rascarse la cabeza, y no le agradó (el consejo). Díjole el Señor: ¿Cómo te atreves a decir : He observado la Ley y los Profetas ? Puesto que está es- crito en la Ley : Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y he aquí que muchos hermanos tuyos, hijos de Abrahán, están vestidos de basura y muñéndose de hambre, mientras que mi casa está llena de bienes abundantes, sin que salga nada de ella.

Y volviéndose, dijo a Simón, su discípulo, que estaba sentado

quit, frater tuus in verbo et satis tibí fecerit, septies in die suscipe eum. Dixit illi Simón, discipulus eius: Septies in die? Respondit Dominus et dixit ei: Etiam ego dico tibi, usque septuagies septies. Etenim in pro- phetis quoque, postquam uncti sunt Spiritu Sancto, inventus est sermo peccati (Id., Contra Pelag. III 2: PL 23.598A).

33. Scriptum est in Evangelio quodam, quod dicitur secundum Hebraeos, si tamen placet suscipere illud, non ad auctoritatem sed ad manifestationem propositae quaestionis: Dixit, inquit, ad eum alter divitum: Magister, quid bonum faciens vivam? Dixit ei: Homo, leges et prophetas fac. Respondit ad eum: Feci. Dixit ei: Vade, vende omnia quae possides et divide pauperibus, et veni, sequere me. Coepit autem dives scalpere caput suum, et non placuit ei. Et dixit ad eum Do- minus : Quomodo dicis, legem feci et prophetas ? ; quoniam scriptum est in lege: Diliges proximum tuum sicut te ipsum; et ecce multi fratres tui, filii Abrahae, amicti sunt stercore, morientes prae fame, et domus mea plena est multis bonis, et non egreditur omnino aliquid ex ea ad eos. Et conversus dixit Simoni, discípulo suo sedenti apud se : Simón, fili Ioanne [-is], facilius est camelum intrare per foramen acus, quam divitem in

33. Según James, es probable que este extracto fuera encontrado por el traductor del Comentario de Orígenes en alguna obra de San Jerónimo. Parece seguro que no se encontraba en el comentario original de aquél.

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

47

a su lado: Simón, hijo de Juan, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el cielo (cf. Mt. 19,16-24).

Ps. Cipriano:

34. Y el inventor de este bautismo adulterino, o mejor, mortífero, si algún otro, es sobre todo ... aquel libro suposi- ticio titulado Predicación de Pablo. En el cual podrás encon- trar, contra el testimonio de todas las escrituras, a Cristo con- fesando su propio pecado (El, que fué el único que no pecó lo más mínimo), e impelido, casi contra su voluntad, por María, su madre, a recibir el bautismo de Juan. Y que, mientras era bautizado, se vió fuego sobre el agua, cosa que no figura en evangelio alguno. Y que Pedro y Pablo, después de tanto tiem- po, después de consignar el evangelio en Jerusalén y de cam- biar impresiones, y después de la discusión y disposición de lo que había de hacerse, por fin [vinieron a verse ] en Roma, como si entonces precisamente se conocieran por vez primera. Y otras cosas parecidas, inventadas absurda y torpemente, encontrarás reunidas en aquel libro.

Teodoreto Cirense (t h.460) :

35. Los nazarenos admiten solamente el Evangelio de los Hebreos, y llaman apóstata al Apóstol.

regnum caelorum (Ps. Orig. Lat., Comm. in Mt. 15,14 [según la ant. vers. lat.], cit. por Preuschen, Antilegomena P1905] p.6).

34. Est autem adulterini huius, immo internecini baptismatis, si quis alius auctor, tum etiam... confictus liber, qui inscribitur Pauli praedicatio. In quo libro contra omnes scripturas et de peccato pro- prio confitentem invenies Christum, qui solus omnino nihil deliquit et ad accipiendum Ioannis baptisma paene invitum a matre sua María esse compulsum, ítem cum baptizaretur, ignem super aquam esse visum, quod in evangelio nullo est scriptum, et post tanta témpora Petrum et Paulum post conlationem evangelii in Hierusalem et mu- tuam cogitationem et altercationem et rerum agendarum dispositio- nem, postremo in Urbe quasi tune primum invicem sibi esse cogni- tos et quaedam alia huiusmodi absurde ac turpiter conficta, quae omnia in illum librum invenies congesta. Cf. Hieron., Contra Pe- lag. III, 2: n.31 (Ps. Cypr., De rebaptism. c.17: CV, III 3 p.90).

35. Μόνον δέ τό καθ' Εβραίους Εϋαγγέλιον δέχονται [Ναζωραΐοι], τον δέ οστόστολον όπτοστάτην καλοΰσι (Theodoretus Cyr., Haeret. Fabul. Comp. II 1 : PG 83.388C).

34. Aunque no se nombre expresamente al Evangelio de los Hebreos, el pasaje referente al bautismo coincide perfectamente con el aducido por San Jerónimo (31).

48

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

36. [Los nazarenos] han utilizado únicamente el Evan- gelio según San Mateo.

37. Los nazarenos son judíos que honran a Cristo como hombre justo y usan el evangelio llamado según San Pedro.

Felipe de Sido (t h.430) :

38. [Los antiguos] rechazaban de plano el Evangelio se- gún los Hebreos y el llamado de Pedro y el de Tomás, diciendo que eran escritos heréticos.

Stichometria (s.IV) :

39. Cuarto Evangelio según los Hebreos : 2.200 líneas.

Haymon de Auxerre (t h.850) :

40. Como se dice en el Evangelio de los Nazarenos, que, al oír esta voz del Señor: [Padre, perdónalos], muchos miles de judíos que estaban en torno a la cruz, creyeron (cf. Le. 23,24).

Versión copta de San Cirilo de Jerusalén:

41. (Se trata de un fragmento copto, versión de un diálogo sobre la Virgen atribuido a San Cirilo de Jerusalén, publicado por V. Burch (The Gospel according to the Hebrews: some new matter chiefly from Coptic sources: JThSt 21 [1920] 310-315. Cf. M. R. James: Notes on Mr. Burch' s Article, «The Gospel according to the Hebr.o: JThSt 22 [1921] 1 60-161). En él el Ps. Ci-

36. Εϋαγγελίω δέ τώ κατά Ματθαίον κέχρηνται μόνω (ibid.; PG 83,389 Α).

37· 01 δέ Ναζωραΐοι Ιουδαίοι εΐσι, τον Χριστόν τιμώντες ώς άν- Θρωττον δίκαιον, καΐ τώ καλουμένω κατά Πέτρον Εύαγγελίω κεχρημένοι (ibid.: PG 83,389 A).'

38· Τό δέ καθ' Εβραίους Εύαγγέλιον και τό λεγόμενον Πέτρου καΐ Οωμά τελείως άπέβαλλον [los antiguos], αιρετικών ταΰτα συγγράμματα λέγοντες (Philip. Sid., Extractos, cit. por Lagrange: RBi 31 [1922] 181).

39. δ' Εΰαγγέλιον κατά Εβραίους στίχοι βς' (= 2.200) (Sticho- metria, añadida a la Chronographia de Nicéforo h.850: PG 100.1060A).

40. Sicut in Evangelio Nazarenorum habetur, ad hanc vocem Domini [Pater, ignosce illis], multa millia Iudaeorum adstantium circa crucem crediderunt (Haym. Altissiod., Comm. II in Is. 53: PL ii6,994B).

39. Del evangelio de San Mateo dice que tenía 2.500 líneas.

EVANGELIO DE LOS HEBREOS

49

rilo narra cómo al tener que requerir a un monje de Maioma (Gaza) por ciertas doctrinas falsas que predicaba, éste le respondió:)

«Está escrito en [el evangelio] según los Hebreos que, de- seando Cristo venir a la tierra para efectuar la redención, el Buen Padre llamó a una fuerza celestial por nombre Miguel, recomendándole el cuidado de Cristo en esta empresa. Y vino la fuerza al mundo, y se llamaba María, y (Cristo) estuvo siete meses en su seno. Después le dió a luz; y creció en estatura y escogió los apóstoles fué crucificado y asumido por el Pa- dre. — Cirilo le dice: ¿En qué lugar de los cuatro Evangelios se dice que la santa Virgen María, Madre de Dios, es una fuerza? El monje responde: En el Evangelio de los Hebreos, ¿Entonces, dice Cirilo, son cinco los Evangelios? ¿Cuál es el quinto? El monje responde: Es el Evangelio que fué escrito para los Hebreos.

Luego Cirilo le arguye de su error y quema el libro. El carácter doceta del escrito queda evidenciado por la sentencia final del monje:

«Cuando ellos le pusieron en cruz, el Padre le asumió hacia en los cielos».

Probablemente, más que de un Evangelio, tengamos aquí rastros de un libro herético. Cf. JamesNT (repr. 1953) p.8.

Glosas que reproducen el «ΙΟΥΔΑ IKON» *:

42. El Judaico no dice en la ciudad santa, sino en Jeru- salén.

43. Bariona ] : El judaico : hijo de Juan.

44. El Judaico dice así después de setenta veces siete: Pues también en los profetas, después de haber sido ungidos con el Es- píritu Santo, se encuentra pecado.

42. Τό Ίουδαϊκόν ούκ εχει «εις τήν άγίαν πάλιν», άλλά «έν Ιερουσα- λήμ» ( Ιη Mt. 4,5: cod. 566 Tisch.).

43· Βαριωνα]· Τό Ίουδαϊκόν «υίέ Ιωάννου» ( Ιη Mt. 16,17: cod. 566; δ 30; ε 77).

44· Τό Ίουδαϊκόν έξης εχει μετά τό έβδομηκοντάκις έτττά· «Και γαρ έν τοις ττροφήταις μετά τό χρισθήναι αυτούς έν Πνεύματι Άγίω, εύ- ρίσκετο [— έτω, ευρίσκεται] έν αϋτοϊς λόγος αμαρτίας (InMt. 18,22: cod. 566; ε 77 175).

* Se encuentran añadidas como variantes a algunos códices cursivos griegos de San Mateo. Al principio se conocían únicamente las cuatro pri- meras notadas por Tischendorf (cod. 566). Posteriormente, Schmidtke en- contró más, sobre todo en el manuscrito δ 30 de Von Soden. Se suponen ser obra de un recensor perteneciente al patriarcado de Antioquía entre 370 y 500. Cf. Lagrange, art. cit.

50

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

45. El Judaico : y negó y juró y echó maldiciones.

46. La palabra εική no aparece en ciertos ejemplares (có- dices), ni en el Judaico.

47. El Judaico en este punto dice así: Si estáis en mi re- gazo y no hacéis la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, yo os arrojaré de mi seno.

48. El Judaico: más [prudentes] que las serpientes.

49. El Judaico dice: es saqueado.

50. El Judaico: te doy gracias.

51. El Judaico no dice: tres [días y tres noches].

52. El Judaico: el Korbán, en el que vosotros saldréis bene- ficiados por nosotros.

53. Lo señalado con asterisco no está en los otros, sino en el Judaico.

54. El Judaico: Y les puso a su disposición gente armada que se pusiera al frente de la gruta y le hiciera guardia de día y de noche.

45. Τό Ιουδαϊκό ν «και ήρνήσατο και ώμοσεν και κατηράσατο» (Ιη Mt. 27,65: cod. 566; δ 30; ε 77 175 370 371).

46. Τό «εική» εν τισιν άντιγράφοις ού κείται, ούδέ έν τώ Ίουδαϊκώ (Ιη Mt. 5,22: cod. δ 30).

47· Τό Ίουδαϊκόν ενταύθα ούτως εχει· «εάν ήτε έν τω κόλττω μου, και τό Θέλημα του Πατρός μου του έν ούρανοΐς μή ποιητε, έκ του κόλ- που μου απορρίψω ύμας» ( Ιη Mt. 7,5: cod. δ 30).

48. Τό Ίουδαϊκόν «ύπέρ οφεις» (Ιη Mt. 10,16).

49· Τό Ίουδαϊκόν «διαρπάζεται» έχει (Ιη Mt. 11,12: cod. δ 30).

5θ. Τό Ίουδαϊκόν «ευχαριστώ σοι» ( Ιη Mt. 11,25: cod. δ 30).

5ΐ. Τό Ίουδαϊκόν ούκ εχει· «τρεις ή[μέρας και τρεις νύκτας]» (Ιη Mt. 12,40: cod. ε 175).

52. Τό Ίουδαϊκόν «κορβαν ó ύμεΐς ώφεληθήσεσθε έξ ημών» ( Ιη Mt. 15,1: cod. δ 30).

53· Τα σεσημειωμένα διά του αστερίσκου έν έτέροις ούκ έμφέρεται, ούτε έν τώ Ίουδαϊκώ (Ιη Mt- 16, 2s.: cod. δ 30).

54· Τό Ίουδαϊκόν «καϊ τταρέδωκεν αύτοΐς άνδρας ένοπλους, ίνα κα- θέζωνται κατ' έναντίον του σπηλαίου και τηρώσιν αύτόν ημέρας και νύκτας (Ιη Mt. 27,65: cod. δ 30).

54· En relación con la expulsión de los mercaderes del templo (Mt. 21, 12), Petrus de Riga, en una glosa a este lugar contenida en la Biblia llamada Aurora (manuscrito del Fitzwilliam Museum, Cambridge), dice que salie- ron como rayos de los ojos de Jesús y que la majestad de Dios se reflejaba en él. Algunos atribuyen también este escolio al Evangelio de los Hebreos. Cf. Ja- mes: JThSt 7 (1906) 65SS.

EVANGELIO DE LOS DOCE

51

2. EVANGELIO DE LOS DOCE O DE LOS EBIONITAS

Al Evangelio de los Doce se refiere Orígenes en estos términos: «Ecclesia quatuor habet evangelia, haereses plurima, e qui- bus ... aliud iuxta Duodecim Apostólos» (Hom. I in Le: PG 13, 1802A). Ecos de estas palabras los encontramos en los comen- tarios a Le. I,i escritos por San Ambrosio, Beda el Venerable y Teofilacto. San Jerónimo lo cita una vez de manera seme- jante en el prólogo de su Comm. in Mt.; pero en su obra Contra Pelag. III 2 dice del Evangelio de los Hebreos que es «secundum Apostólos». Esta frase ha dado pie para que algunos piensen en una identificación del mencionado evangelio con el de los Doce. Es de notar, a este respecto, que la expresión «secundum Apostólos», lo mismo que «iuxta Matthaeum», no indica un título más por el que era conocida dicha obra, sino Tas autori- dades bajo cuyo nombre se amparaba el escrito. Si tenemos en cuenta, además, que Orígenes consideraba ortodoxo el Evan- gelio de los Hebreos (cf. supra), mientras catalogaba al de los Doce entre los heréticos (l.c), parece seguirse legítimamente la con- clusión de que ambas obras son entre completamente dis- tintas.

Por otra parte, sabemos por San Epifanio (Haeres. 30) que la secta extremista de los ebionitas (de tendencias gnóstico-ju- daizantes), la cual quería imponer a los paganos convertidos al cristianismo el yugo de la ley mosaica y tenía a Jesucristo por un puro hombre, usaba un evangelio propio, en el que los apóstoles se presentaban como narradores y Mateo como redactor o escriba (2). Esta analogía ha movido a autores de nota, tales como Hilgenfeld, Zahn, Harnack, Waitz y Bar- denhewer, a considerar idénticos el Evangelio de los Doce y el llamado de los Ebionitas. Este último autor (GAL, p.519) piensa que el título completo de la obra debería ser «Εύαγγέλιον των Δώδεκα Αποστόλων δια Ματθαίου».

Los mismos ebionitas, según San Epifanio (1,2,6), llamaban a su evangelio también«KOTá Εβραίους» o «Έβραϊκόν». Esto puede explicarse porque los ebionitas, lo mismo que los nazarenos, querían llamarse y eran de hecho judío-cristianos. Es también explicable en la hipótesis sostenida por Gennaro (EnCat V [1950] col. 3) de que el Evangelio de los Ebionitas no sea más que una recensión gnóstica griega del Evangelio de los Nazarenos o de los Hebreos.

52

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

San Epifanio llama también a este evangelio κατά Ματθαίον (i,2). Eusebio dice asimismo que Symmachus, sabio ebionita, apoyaba su doctrina en el Evangelio de San Mateo (Hist. Eccl. VI 17). Según esto, se inspiraba en San Mateo, pero no contenía ín- tegramente su texto (oú ττληρέστατον) y a veces lo falseaba (άλλα νενοθευμένον και ήκροτηριασμένον), como dice San Epifanio (2). Tomaban, sobre todo, lo relativo a la condenación de las ri- quezas, ya que el nombre mismo de estos herejes, 'ebjóním (= τττωχοί), se refiere a la pobreza que profesaban. Su condición de vegetarianos les hacía tergiversar algunos pasajes evangélicos. Así hacían comer al Bautista solamente miel silvestre, sin lan- gostas (3), y alteraban la frase en que el Señor expresa su deseo de comer el cordero pascual (7).

La composición de este evangelio puede fijarse aproxima- damente en la segunda mitad del siglo II.

Como perteneciente a él puede considerarse el fragmento copto de Strassburg (s.V). Cf. infra. En éste también se presentan los apóstoles hablando en primera persona como narradores. Así opinan Zahn, Schmidt, Bardenhewer, etc.

No se puede decir lo mismo con relación a los fragmentos coptos publicados por E. Revillout bajo el título de Evangile des douze Apotres (PaOr II 2 [1907]. Cf. M. A. Baumstark: RBi N. S. 15 [1906] 245SS.). Pertenecen a una época más tardía y, entre sus ficciones fantásticas, es escaso el material que se puede considerar influenciado por nuestro evangelio.

Asimismo son ajenas a él las narraciones contenidas en ma- nuscritos siríacos del siglo VIII publicados por J. Rendel Harris bajo el título The Gospel of the twelve Apostles together with the Revelation of each one of them, edited from the Syriac ms. with a translation and introduction (Cambridge 1900). Según los datos suministrados por los manuscritos, esta obra fué traducida del hebreo al griego y del griego al siríaco. Su contenido no corres- ponde al título de Evangelio de los Doce. Está más bien relacio- nada con los apocalipsis de Pedro, Santiago y Juan encontrados juntamente.

Donde el influjo de este evangelio parece ser bastante claro es en la literatura llamada Ps. Clementina. Se compone ésta prin- cipalmente de 20 Homilías y 10 libros de Recognitiones atribuidas a San Clemente, donde de manera novelesca se hilvanan epi- sodios de la vida de San Pedro enmarcados en un cuadro de controversias gnóstico-judaicas. Su data suele fijarse en los pri- meros decenios del siglo IlI.Waitz (en Hennecke, p. 39-48) llega a citar hasta 60 perícopas, tomadas de las Homilías y Recogni-

EVANGELIO DE LOS DOCE

53

tiones, en que cree encontrar huellas del Evangelio de los Ebio- nitas. La mayor parte de ellas, sin embargo, no introduce mo- dalidad alguna en los pasajes evangélicos a que aluden. Sobre esta literatura puede consultarse B. Altaner (Patrología, v.esp. [^1953] p. 87-88), donde se encontrará también abundante bi- bliografía.

Cf. A. Hilgenfeld, Ν. T. extra Can. recept. fasc.4 (21884) p. 32-38; A. Harnack, Geschichte der altchr. Lit. bis Eusebius. I 205SS. ; II 1,625-631 (1893-1904); Th. Zahn, Geschichte des neut. Kanons. II 2,724-742 (1890); Hennecke, Handb. zu d. neut. Apokr. (1904) p.42-47; E. Preuschen, Anti- legotnena (21905) 9-12; H. Waitz, Das Evangelium der zwolf Apostel (Ebio- nitenevangelium): ZtNW 13 (1912) 338-348; 14 (1913) 38-64.1 17-132; Bar- denhewerGAL 1(21913)518-521; H. Waitz, en HenneckeNA :( 2 1924) 39-48 ; A. Puech, Histoirede la littérature grecque chrétienne: 1,11 (París 1928) p.162; BonaccorsiVA I (1948) p.8-13; G. Gennaro, Ebioniti: EnCat V (1950) col. 3; JamesNT (repr. 1953) p.8-10.

RECONSTRUCCION DEL TEXTO San Epifanio (t 403):

1. También ellos (los ebionitas) aceptan el evangelio se- gún Mateo, pues se sirven únicamente de él; al igual que los cerintianos y merintianos. Le denominan según los Hebreos, ya que, a decir verdad, Mateo fué el único (escritor) del Nuevo Testamento que consignó en lengua y caracteres hebraicos la exposición y predicación del Evangelio.

2. En el evangelio que usan (los ebionitas) llamado según Mateo, no del todo completo, sino mutilado y adulterado ellos

1. Kcci δέχονται μεν και αΰτοί τό κατά Ματθαίον Εύαγγέ- λιον. Τούτω γαρ και αύτοί, ώς και οί κατά Κήρινθον και ΜήρινΘον, χρώνται μόνω. Καλοΰσι δέ αϋτό «κατά Εβραίους», ώς τά άληθή έστιν ειπείν, ότι Ματθαίος μόνος Έβραϊστί και Έβραϊκοΐς γράμμασιν έν τη καινή διαθήκη έττοιήσατο τήν τοΰ ευαγγελίου εκθεσίν τε καϊ κήρυγμα (Εριρη., Haeres. 30,3: PG 41,409 B-C).

2. Έν τω γοΰν τταρ' αύτοϊς εϋαγγελίω «κατά Ματθαίον» όνομαζο- μένω, ούχ όλω δέ ιτληρεστάτω, άλλάν ενοθευμένω καϊ ήκροτηριασμένω

ι. El utilizar como fuente el evangelio de San Mateo es rasgo común a todos los apócrifos judío-ciistianos (cf. supra, el Evangelio de los Hebreos). San Epifanio continúa diciendo que él ha oído hablar de versiones griegas de Juan y de los Hechos guardadas en las tesorerías (γαζοφυλακίοι;) de Tibe- ríades.

2. Ti(3epiá5os. Sólo San Juan da este nombre al lago que los sinópticos denominan mar o lago de Genesaret o de Galilea. A la lista de apóstoles consignada en este pasaje faltan cuatro nombres para ser los doce (Felipe, Bartolomé, Tomás y Santiago de Alfeo).

54

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

lo llaman Evangelio Hebreo , se dice que hubo un hombre por nombre Jesús, como de unos treinta años, que fué el que nos escogió a nosotros. Y en llegando a Cafarnaúm, entró en la casa de Simón, por sobrenombre Pedro, y abriendo su boca dijo: Al pasar por la orilla del lago Tiberíades escogí a Juan y Santiago, hijos del Zebe- deo, y a Simón y a Andrés, y a Tadeo y a Simón el Celoso, y a Ju- das el Iscariote. También te llamé a ti, Mateo, cuando estabas sen- tado en el telonio, y me seguiste. Quiero, pues, que seáis Doce Após- toles para testimonio de Israel (cf. Le. 3,23; Mt. 4,12-22; 9,9; 10,2-5).

3. Y estaba Juan bautizando, y vinieron hacia él los fariseos y fueron bautizados, lo mismo que Jerusalén entera. Tenía Juan una vestidura de pelos de camello y un cinturón de piel alrededor de sus lomos. Su alimento, dice, era miel silvestre, cuyo gusto era el del maná, como empanada en aceite (cf. Mt. 3,4-7).

4. El principio de su evangelio dice que sucedió durante los días de Herodes, rey de Judea, que vino Juan bautizando con

Έβραϊκόν δέ τούτο καλοΰσι— έμφέρεται οτι «έγένετο τις άνήρ ονόματι Ί η σους, και αυτός ώς ετών τριάκοντα, ός έξελέξατο ή μας. Και έλθών εις Καφαρναούμ είσήλθεν εις την οΐκίαν Σίμωνος, του έτπκληθέντος Πέτρου, κα'ι άνοίξας τό στόμα αύτοΰ είπε· Παρερχόμενος τταρά τήν λίμνην Τιβε- ριάδος έξελεξάμην Μωάννην και Ίάκωβον, υιούς Ζεβεδαίου, και Σίμωνα και Άνδρέαν και Θαδδαΐον και Σίμωνα τόν ζηλωτήν και Ίούδαν τον Ίσκαριώτην. Και σέ τόν Ματθαίον καθεζόμενον έτα του τελωνείου έκά- λεσα και ήκολούθησάς μοι. Ύμας οΟν βούλομαι είναι δεκαδύο αποστό- λους εις μαρτύριον τοΰ Ισραήλ» (Id., Haeres. 30,13: PG 41.428C-D).

3. Και «έγένετο Ιωάννης βατττίζων, κα'ι έξήλθον ττρός αϋτόν Φαρι- σαΐοι και έβαπτίσθησαν καϊ πάσα Ιεροσόλυμα. Και είχεν ρ Ιωάννης ένδυμα από τριχών καμήλου και ζώνην δερματίνην περί τήν όσφύν αΰτοϋ. Και τό βρώμα αύτοΰ», φησί, «μέλι άγριον οΟ ή γεϋσις ήν τοΰ μάννα, ώς έγκρις έν έλαίω» (ibid.).

4. Ή δέ άρχή τοΰ παρ'αύτοΐς εύαγγελίου εχει ότι «Έγένετο έν ταϊς ήμέραις Ήρώδου τοΰ βασιλέως της Ιουδαίας, ήλθεν Ιωάννης βαττ- τίζων βάπτισμα μετανοίας έν τώ Ιορδάνη ποταμώ· δς έλέγετο είναι έκ

Es curioso el equívoco, quizá intencionado, entre la eexpís (langosta) de Mt. 3,4 y la έγκρίξ (empanada) de los ebionitas. Estos quizá se inspira- ron en Num. 11 ,8 y Ex. 16,31 de acuerdo con sus tendencias vegetarianas.

4. Faltaban, pues, los dos primeros capítulos de San Mateo, referentes a la infancia de Jesús. San Epifanio vuelve a decir expresamente que faltaba el árbol genealógico. ¿Podría esto explicarse por influencia doceta, como en el Evangelio de Marción? Concretando un poco más el tiempo, dice San Epifanio (Haer. 30,14) que esto tuvo lugar επί άρχιερέω; Καϊάφα, «bajo el sumo pontificado de Caifás».

EVANGELIO DE LOS DOCE

53

bautismo de penitencia en el río Jordán. Se decía que éste era de la descendencia del sacerdote Aarón, hijo de Zacarías y de Isabel. Y todos venían hacia él (cf. Mt. 3,iss. ; Le. 3,2ss.).

5. Y después de muchas cosas, añade que, habiendo sido bautizado el pueblo, vino también Jesús y fué bautizado por Juan. Y en cuanto subió del agua, se abrieron los cielos y vio al Espíritu Santo en forma de paloma que bajaba y penetraba en El. Y vino una voz del cielo que decía: Tu eres mi hijo, el amado; en ti he encontrado mis complacencias. Y otra vez: Yo te he engendrado hoy. Y una gran luz iluminó al momento el lugar. Y Juan, al verle (a Jesús), le dice, según cuenta: ¿Tú quién eres? Y de nuevo se oyó una voz del cielo dirigida a El: Este es mi hijo el amado, en el que me he complacido. Y entonces, refiere, habiéndose Juan echa- do a sus pies, le decía : Bautízame a mí, Señor, te lo ruego. Pero El se opuso diciendo : Deja, que es conveniente que así se cumplan todas las cosas (cf. Mt. 3,13-17).

6. Y dicen que no fué engendrado de Dios Padre, sino creado, como uno de los arcángeles y más aún. Dicen, además, que tiene dominio sobre los ángeles y sobre todo lo que creó el Pantocrátor, y que vino a declarar, según se dice en su evan-

γένους Ααρών του ιερέως, παις Ζαχαρίου και Ελισάβετ. Και έξήρχοντο πρός αυτόν -πάντες» (Id., Haeres. 30,13: PG 41.428D-429A).

5. Και μετά τό ειπείν πολλά, επιφέρει ότι «Του λαοΰ βαπτισθέντος, ήλθε καΊ Ίησοΰς και έβαπτίσθη Οπό τοΰ Ιωάννου. Κα'ι ώς άνήλθεν άπό τοΰ ύδατος, ήνοίγησαν οί ουρανοί, κα'ι είδεν τό Πνεύμα τό "Αγιον έν εϊδει περιστέρας κατελθούσης και είσελθούσης εις αΰτόν. Και φωνή έγένετο έκ τοΰ ουρανού λέγουσα· Σύ μου ει ό υιός ό αγαπητός, έν σο'ι ηΰδόκησα. ΚαΊ πάλιν Έγώ σήμερον γεγέννηκά σε. Και ευθύς περιέλαμψε τόν τόπον φως μέγα. Όν ίδών», φησίν, «ό Ιωάννης λέγει αύτω· Σύ τίς εί; Και πάλιν φωνή έξ ουρανού πρός αύτόν Οϋτός έστιν ό υιός μου ό άγαπητός, έφ' δν ηΰδόκησα. Και τότε», φησίν, «ό Ιωάννης προσπεσών αύτω έλεγε· Δέομαι σου, κύριε, σύ με βάπτισον. Ό δε έκώλυσεν αΰτόν λέγων "Αφες, ότι ούτως έστΐ πρέπον πληρωθήναι πάντα» (ibid.).

6. Ού φάσκουσιν δέ έκ Θεού Πατρός αύτόν γεγεννήσθαι, αλλά κεκτίσθαι, ώς ένα τών άρχαγγέλων και ετι περισσοτέρως, αύτόν δέ κυ- ριεύειν τών αγγέλων και πάντων ύπό τού Παντοκράτορος πεποιη μένων, κα'ι έλθόντα και ύφηγησάμενον, ώς τό παρ'αΰτοΐς «κατά Εβραίους» εύαγ-

La aparición de esta luz, no consignada en los evangelios canónicos, figura en el Diatessaron de Taciano y asimismo en el cod. Sangermanensis (siglo VII) y en el Vercellensis (siglo IV). Cf. Agrapha n.io.

6. Esta frase se opone a la sentencia de Jesús: No he venido a abolir la Ley, sino a cumplirla (Mt. 5,17). Es extraña tal expresión en boca de cristianos que se distinguían por su adhesión al judaismo. Cf. infra, n.8. "Ετι περισσοτ.: otros cód. var. : μείζονα δέ αύτόν όντα.

56

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

gelio llamado según los Hebreos: He venido a abolir los sacrificios, y, si no dejáis de sacrificar, no se apartará de vosotros mi ira (cf. Mt. 5,17).

7. Mas ellos, habiéndose desentendido de la lógica de la verdad, cambiaron la frase, (cuyo sentido) está bien patente a todos por el contexto, e hicieron decir a los discípulos : ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la Pascua ? Y que El, al parecer, respondió: ¿Es que he deseado yo, por ventura, comer carne con vosotros en esta Pascua? (cf. Mt. 26,17; Le. 22,15).

Pseudoclementinas (princ. s.111):

8. Y el decir no he venido a abolir la Ley y quebrantarla aparentemente luego, es señal de que quería dar a entender que lo que derogó no era de la Ley (cf. Mt. 5,17).

9. Por lo cual, aquel que nos envió dijo: Muchos vendrán a con vestiduras de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis (cf. Mt. 7,15).

10. Y, por el contrario, se lamentaba de aquellos que, vi- viendo entre riquezas y lujuria, no daban nada a los pobres, echándoles en cara el que habían de dar cuenta por no haberse

γέλιον καλούμενον περιέχει, ότι «Ήλθον καταλΰσαι τάς θυσίας, και εάν μή παύσησθε του Θύειν, ού παύσεται άφ'ύμών ή όργή» (Id., Haeres. 30,16: PG 41.432C-D).

7. ΑύτοΊ δέ άφανίσαντες άφ'έαυτών τήν τής αληθείας άκολουθίαν, ήλλαξαν τό ρητόν, δττερ εστί ττασι φανερόν έκ των συνεζευγμένων λέξεων καΊ εποίησαν τους μαθητάς μεν λέγοντας· «ΠοΟ θέλεις έτοιμάσωμέν σοι τό Πάσχα φαγεΐν;» Και αύτόν δήθεν λέγοντα- «Μή επιθυμία έπεθύ- μησα κρέας τούτο τό Πάσχα φαγεΐν μεθ'ύμών;» (Id., Haeres. 30,22: PG 41.441D).

8. (?) Τό δέ ειπείν αυτόν «Ούκ ήλθον καταλΰσαι τον νόμον», και φαίνεσθαι αυτόν καταλύοντα, σημαίνοντος ήν, ότι, ά κατέλυσεν, ούκ ήν του νόμου (Pseudoclem., Ηοτη. 3,51: PG 2.145Α).

(?) Ού χάριν ό άποστείλας ή μας εφη· «Πολλοί έλεύσονται πρός με έν ένδύμασι προβάτων, έσωθεν δέ είσι λύκοι άρπαγες· άπό τών καρπών αύτών έπιγνώσεσθε αύτούς» (Id., Hom. 11,35: PG 2, 301 A).

10. ( ?) Ε contrario vero eos qui in divitiis ac luxuria versaban- tur, lugebat, qui nihil pauperibus largiebantur, arguens eos rationem reddituros quia próximos suos quos diligere sicut seipsos debuerant,

7. Toüto τό Πάσχα. Puede tomarse como complemento de tiempo, aun- que no deje de ser rara esta construcción en acusativo. Podría entenderse también «comer carne, esto es, la Pascua».

EVANGELIO DE LOS EGIPCIOS

57

compadecido de aquellos a quienes habían debido amar como a mismos, ni aun viéndolos sumidos en la miseria.

Proverbio arameo:

ii. Vino el asno y rompió la lámpara.

3. EVANGELIO DE LOS EGIPCIOS

Aunque posterior al año 150 p. C, es seguramente el evangelio apócrifo-gnóstico más antiguo. El nombre hace alu- sión primordialmente al círculo de lectores que lo usaban, como en el caso del Evangelio de los Hebreos; no obstante, pode- mos decir que denota también en esta ocasión el origen del escrito. Por egipcios deben entenderse los provincianos de Te- baida y de Libia, en contraposición a los egipcios de la capital (Alejandría).

De él poseemos algunas noticias dispersas en las obras de Clemente Alejandrino, Hipólito y Epifanio, que evidencian su carácter herético. En él se encontraban errores de los enera- titas relativos a la condenación del matrimonio (1-6); teorías gnósticas sobre el alma atribuidas a los naassenos (7); errores trinitarios profesados por los sabelianos (8). No obstante, en líneas generales debía parecerse bastante a San Mateo, lo mismo que el Evangelio de los Hebreos.

El único fragmento que ciertamente le pertenece entre los que se le atribuyen es el diálogo de Jesús con Salomé (la mujer del Zebedeo?), de tendencias encratísticas, del que Clemente Alejandrino nos da diversos elementos en sus Stromata. Es di- fícil restituir con éstos el diálogo a su forma original (1-6). La analogía entre estas expresiones y una frase contenida en el frag- mento evangélico de Oxyrhynchus (Pap. 655 ) ha dado pie a al- gunos para pensar que este trozo debe considerarse como parte integrante del Evangelio de los Egipcios. No parece que el funda- mento sea bastante fuerte para dar consistencia a tal conclusión.

ne in egestate quidem pósitos miserati sunt (Recognit. 2,29: PG L1263A).

ii. L. Wallach ha querido ver en este proverbio de origen arameo un rastro del Evangelio de los Ebionitas. Cf. The textual history of an Aramio Proverb (Traces of the Ebionean Gospel): JBiLit 60 (1941) 403-415.

58

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

No es tampoco seguro que la alusión a esta conversación con- tenida en la II Clem. 12,2 sea de hecho una cita de nuestro evan- gelio (*).

Lo que es casi seguro es que Iulius Cassianus (doceta y en- cratita de la segunda mitad del siglo II) aprovechara este relato para la composición de su Περί Εγκράτειας ή περί Εύνουχίας, obra conocida únicamente por la cita de Clemente Alejandrino (Strom. III 13,91-92).

D. Vólter lanzó la hipótesis de que nuestro evangelio podía ser una refundición del Evangelio de Pedro, y de que el fragmen- to encontrado por Bouriant en 1892 no debía considerar- se perteneciente a éste, sino a aquél (cf. D. V., Petrusevangelium oder Aegypterevangelium? [Tübingen 1893]; ZtNW 6 [1905] 368-372). Tal sugerencia no ha tenido eco entre los críticos.

A. Jacoby atribuyó también a este evangelio el fragmento copto de Estrasburgo (cf. infra p. 107). De igual modo Baumstark (OrCh 2 [1902] 466SS.) atribuye al mismo apócrifo una narra- ción del bautismo de Jesús publicada por el citado Jacoby (Ein bisher unbeachteter Apokrypher-Bericht überdie Taufe Jesu, Strassburg 1902). Ambas hipótesis han sido abandonadas. Este último re- lato, según su autor, es probablemente un resto de la llamada Didascalía de los doce Apóstoles en fuentes egipcias. Posteriormen- te ha encontrado reliquias de este mismo escrito en la literatu- ra mandea.

El año 1945 se descubrieron trece volúmenes coptos cerca de Nag-Hammadi (Alto Egipto). Entre las obras que contienen se encuentra un Evangelio de los Egipcios que ocupa treinta pági- nas papiráceas. Es un tratado de alta gnosis, atiborrado de fór- mulas cabalísticas referentes a cosmogonía, antropología y es- catología, que, en frase de J. Doresse, «n'a dans son fond ni dans son cadre presque rien de chrétien ou de biblique» (cf. J. D., Trois livres gnostiques inédits: Evangile des Egyptiens, Epítre d'Eugnos- te, Sagesse de Jésus Christ: VigChr 2 [1948] p.156). No tiene, pues, nada que ver con el Evangelio de los Egipcios a que aquí nos re- ferimos.

Cf. J. A. Fabricius, Cod. Apocr. Ν. Τ. I (21719) 346-349; Emmerich, De evangelio secundum Hebraeos, Aegyptios atque Iustini martyrio (Argento- raci 1807); Schneckenburger, Ueber das Ev. der Aegypter. Ein historisch- kritischer Versuch (Bern 1834); A. Hilgenfeld, Ν. T. extra can. rec. fasc.4 (21884) 42-48; Λ. Resch: ZtKiWissL 9 (1888) 232-245; Th. Zahn, Gesch. des neut. Kan. II (1892)628-642; A. Harnack, Gesch. der altchr. Lit. bis

(*) Επερωτηθείς γάρ αύτός ό Κύριος Οπό τίνος πότε ήξει αύτοΰ ή βασιλεία, είπεν "Οταν έσται τά δύο εν, και τό ?ξω ώς τό εσω, καΐ τό άρσεν μετά της θηλείας, ούτε άρσεν ούτε θήλυ (ed. S. Colombo, ρ.84-85; PG Ι.345Β)-

EVANGELIO DE LOS EGIPCIOS

59

Eus. I 12-14; Π,Ι 612-622; D. Vólter, Petrusevangelium oder Aegyplerevan- gelium? (Tübingen 1893); Id: ZtNW 6 (1905) 368-372; E. Nestle, Ν. T. Graeci Supplementum (1896) p."2s.; A. Deissmann: ThLitZ (1901) 92SS.; E. Hennecke, Handbuch zu den Neut. Apokryphen (Tübingen 1904) 38-42; BardenhewerGALI (21913) 52 1 ss. ; HenneckeÑA( 21924) 55SS. ; M. Zappala, L'Encratismo di Giulio Cassiano e i suoi rapporti con U Vangelo apócrifo se- condo gli Egiziani: «Studi filos, e relig.», 3 (1929) 4; E. Klostermann en H. Lietzmann: KleinT 8 (1929) 15-16; E. Amann: SupDBi C0I.470SS. BonaccorsiVA I (1948) XV,i4-is; De Ambroggi, Egiziani (Vangelo degli): EnCat V (1950) col. 181; JamesNT (repr. 1953) p.10-12.

RECONSTRUCCION DEL TEXTO

Clemente Alejandrino (t ant.215):

A Salomé, que preguntaba: ¿Durante cuánto tiempo estará en vigor la muerte}, le dijo el Señor: Mientras vosotras, las mujeres, sigáis engendrando. (Y esto), no porque la vida sea mala o la creación perversa, sino queriendo dar a entender lo que acontece naturalmente, pues la corrupción suele seguir or- dinariamente a la generación.

2. Los que por medio de la famosa continencia se oponen a la acción creadora de Dios, aducen también aquellas palabras dirigidas a Salomé mencionadas anteriormente por mí. Están contenidas, según pienso, en el Evangelio de los Egipcios. Y afir- man que dijo el Salvador en persona: He venido a destruir las obras de la mujer. De la mujer, esto es, de la concupiscencia; las obras de ella, esto es, la generación y la corrupción.

3. De donde, al tocar el discurso el punto de la consuma- ción, hace bien en decir Salomé: ¿Hasta cuándo los hombres seguirán muriendo? (La Escritura con la palabra hombre se

1. Τη Σαλώμη ό Κύριος πυνθανομένη· «μέχρι πότε θάνατος ισχύ- σει;» ούχ ώς κακώς του βίου όντος και της κτίσεως πονηράς, «μέχρις άν», εϊπεν, «ύμεΐς αΐ γυναίκες τίκτητε», άλλ'ώς την άκολουθίαν τήν φυσικήν διδάσκων γενέσει γάρ πάντως έπεται και φθορά (Clemens Alex., Strom. III 6: PG 8.1149A-B).

2. δέ αντιτασσόμενοι τη κτίσει του Θεοΰ διά της εύφημου εγκρά- τειας, κάκεΐνα λέγουσι τά πρός Σαλώμη ν εϊρημένα, ών πρότερον έμνήσ- θημεν. Φέρεται δέ, οίμαι, έν τω «κατ'Αίγυπτίους» εύαγγελίω. Φασί γάρ ότι «αύτός ειπεν ό Σωτήρ· ήλθον καταλΰσαι τά έργα της Θηλείας». Θηλείας μέν, της έπιθυμίας· εργα δέ, γένεσιν κα'ι φθοράν (Id., Strom. III 9: PG 8.1165Β).

3. "Οθεν είκότως περί συντέλειας μηνύσαντος τοΰ λόγου, ή Σαλώμη φησί· «Μέχρι τίνος οί άνθρωποι άπο3ανοΰνται»; (άνθρωπον δέ καλεί ή Γραφή διχώς, τόν τε φαινόμενον και τήν ψυχήν, πάλιν τε αύ τόν σωζό-

60

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

refiere a dos cosas: a la apariencia exterior y al alma, y, ade- más, al que se salva y al que no. Y (es de saber) que el pecado se llama muerte del alma. Esta es también la causa por la que el Señor responde con toda circunspección: Mientras las mu- jeres sigan engendrando.

4. Y ¿por qué no citan las demás cosas dichas a Salomé estos que se pliegan a cualquier norma mejor que a la evangé- lica, que es la verdadera? Pues habiendo dicho ella: Bien hice al no engendrar, tomando la generación como cosa no conve- niente, replica el Señor diciendo: Puedes comer cualquier hierba, pero aquella que es amarga no la comas.

5. Preguntando Salomé cuándo llegarían a realizarse aque- llas cosas de que había hablado, dijo el Señor: Cuando holléis la vestidura del rubor y cuando los dos vengan a ser una sola cosa, y el varón, juntamente con la hembra, no sea ni varón ni hembra. La primera frase, ciertamente, no la encontramos en los cua- tro evangelios retransmitidos, sino en el que es según los Egipcios.

6. Y cuando el Salvador diga a Salomé que continuará existiendo la muerte mientras sigan engendrando las mujeres

μενον και τον μή. Και θάνατος ψνχΐί^ ή αμαρτία λέγεται). Διό και πα- ρατετηρημένως αποκρίνεται ó Κύριος· «Μέχρις άν τίκτωσιν αί γυναίκες»... (Id. Strom. III 9: PG 8,1165C-1168A).

4. δε ούχί και τά εξής πρός Σαλώμην εΐρη μένων έπιφέρουσιν o i πάντα [παντϊ] μάλλον ή τω κατά την άλήθειαν εύαγγελικώ στοιχήσαν- τες κανόνι; φαμένης γαρ αύτής· «Καλώς οΟν έποίησα μή τεκοΰσα», ώς ού δεόντος τής γενέσεως παραλαμβανομένης, άμείβεται λέγων ό Κύριος· «Πάσαν φάγε βοτάνην, την δέ πικρίαν εχουσαν μή φάγης» (Id., Strom. III 9: PG 8.1168C-D).

5. Γίυνθανομένης τής Σαλώμης πότε γνωσθήσεται [γενήσεται] τά περί ών ήρετο, εφη ό Κύριος· «"Οταν τό τής αισχύνης ένδυμα πατήσητε και όταν γένηται τά δύο εν και τό άρρεν μετά τής θηλείας ούτε άρρεν ούτε θήλυ». Πρώτον μέν οΟν έν τοις παραδιδομένοις ήμΐν τέτταρσιν εύαγγελίοις ούκ έ'χομεν τό ρητόν, άλλ'έν τώ «κατ' Αιγυπτίους» (Id., Strom. III 13: PG 8, 1 192D-1 193Α).

6. Και όταν ό Σωτήρ πρός Σαλώμην λέγη, μέχρι τότε είναι θάνατον, άχρις άν αί γυναίκες τίκτωσιν, ου τήν γένεσιν κακίζων έλεγεν, άναγκαίαν

Los encratitas consideraban el matrimonio como «planta amarga» por destruir la pureza y por las enojosas preocupaciones que trae consigo.

5. Estas palabras las pone en boca de Casiano (cf. supra, introd.). El sentido es que esto se realizará cuando haya desaparecido el sentido recí- proco de concupiscencia que contradistingue y atrae los dos sexos. Cf. Mt. 22, 30 y Oxyrh. Pap. n.655.

EVANGELIO DE LOS EGIPCIOS

G1

no lo dice con intención de vituperar la generación (como tal), que es necesaria para la salvación de los que creen.

Hipólito de Roma (t 235) :

7. Dicen [los naassenos] que el alma es difícil de encon- trar y de comprender, pues no permanece siempre, ni en un mismo modo, ni en una misma forma, ni en una misma pasión, de manera que se pueda expresar en su imagen o comprender en su esencia. Estas diversas mutaciones las tienen contenidas en el evangelio titulado según los Egipcios.

San Epifanio (t 403):

8. Todo su error y toda la fuerza de su error les viene a ellos [los sabelianos] de ciertos escritos apócrifos, sobre todo del llamado Evangelio egipcio, al que algunos han impuesto este nombre. Pues en él se refieren muchas cosas de este estilo, como si provinieran secretamente de la persona del Salvador, quien habría revelado a sus discípulos que la misma persona es el Padre, la misma el Hijo y la misma el Espíritu Santo.

οΰσαν δια τήν σωτηρίαν των πιστευόντων (Id., Excerp. ex Theod. 67: PG 9.689D-692A).

7. Είναι δέ φασι [Ναασσηνοί] τήν ψυχήν δυσεύρετον πάνυ και δυσ- κατανόητον οϋ γαρ μένει επί σχήματος οΰδέ μορφής της αϋτής πάντο- τε ουδέ πάθους ενός, ϊνα τις αΰτήν ή τύπω εϊπη ή ούσία καταλήψηται. Τάς δε έξαλλαγάς ταύτας τάς ποικίλας έν τω έπιγραφομένω «κατ' Αι- γυπτίους» εύαγγελίω κειμένας έχουσιν (Hipol. Rom., Philosoph. V 7: PG 16, 3130B, entre las obras de Orígenes).

8. Τήν δέ πασαν αϋτών [των Σαβελλιανών] πλάνην και τήν TÍjS πλάνης αυτών δύναμιν έχουσιν έξ άποκρύφων τινών, μάλιστα άπό του καλουμένου «Αιγυπτίου» ευαγγελίου, φ τίνες τό όνομα έπέθεντο τοΰτο. Έν αϋτώ γάρ πολλά τοιαύτα ώς έν παραβύστω [μυστηριωδώς] έκ προσώπου του Σωτήρος αναφέρεται, ώς αυτοΰ δηλούντος τοις μαθηταΐς τόν αϋτόν είναι Πατέρα, τον αυτόν είναι ΥΊόν,τον αυτόν είναι "Αγιον Πνεΰμα (Εριρη., Haeres. 62,2: PG 41.1052D).

7. No consta, según esto, que los naassenos tuvieran evangelio propio, sino que se servían del de los egipcios.

b2

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

4. EVANGELIO O TRADICIONES DE MATIAS

Orígenes (Hom. I in Le.) enumera este evangelio entre los que fueron escritos sin que sus autores estuvieran dotados del carisma de la inspiración. Parece ser que San Ambrosio y San Jerónimo repiten el mismo testimonio del maestro en sus co- mentarios a Le. i,i. Eusebio, por su parte, dice que es una obri- 11a de mala muerte infestada de herejía (Hist. Eccl. III 25,6-7). Es además citado por el Decretum Celasianum y por la lista de los Sesenta libros.

La generalidad de los críticos entre ellos Zahn, Bardenhe- wer, James, Bonaccorsi lo creen idéntico a las Tradiciones de Matías citadas por Clemente Alejandrino (1,2,3). Aunque estas alusiones no atribuyan claramente a las Tradiciones carácter evangélico, el relato del jefe de los publícanos (4), paralelo a Le. 19,1-10 y considerado por Zahn como perteneciente a la obra en cuestión, da motivos para pensar que también en ella se contenía materia propia de los evangelios. Lo mismo se pue- de decir con relación a los Discursos secretos (λόγοι κρύφιοι) de los basilidianos quienes, según Clemente Alejandrino (5) e Hipólito (6), querían amparar su doctrina con el nombre de Matías, como si el Señor se la hubiera revelado a él secretamente.

La composición de esta obra debió tener lugar a principios del siglo II en Egipto y dentro de los círculos gnósticos.

Cf. J. A. Fabricius, Cod. Apocr. Ν. Τ. I (2i7ig) p.341 ; A. Hilgen- feld, Ν. T. extra Can. recept. fase. 4 (2i884) p.4Qss. ; Th. Zahn, Geschi- chte des neut. Kanons II 2 (1890) p. 751-761; A. Harnack, Geschichte der altchr. Lit.I 17SS.; II 1 p. 595-598 (1893-1904); Id., Die Chronologiederaltchr. Lit. bis Eusebias. I p.595 (1897); E. Hennecke, Handbuch zu den neut. Apokr. (Tübingen 1904) P.90SS.238SS. ; HenneckeNA (21924) P.140SS.; E. Klos- termann en H. Lietzmann: KleinT 8 (1929) p. 16-18; BonaccorsiVA I (1948) p.XVI-XVII, 28-31; JamesNT (repr. 1953) 12-13; BardenhewerGAL I (2igi3) P-529-530.

RECONSTRUCCION DEL TEXTO Clemente Alejandrino (t ant.215) :

1. Mas el principio de esta [verdad] es el admirarse de las cosas, como dice Platón en el Theeteto y Matías en (sus)

1. Ταύτης [της αληθείας] δέ αρχή τό θαυμάσαι τά πράγματα, ώς Πλάτων έν Θεαιτήτω λέγει και Ματθίας εν ταΐς Παραδόσεσι παραινών

EVANGELIO DE MATÍAS

63

Tradiciones al exhortar : Admira lo presente, poniendo éste como primer grado del conocimiento del más allá.

2. Dicen [los gnósticos] que también Matías enseñó de esta manera: Luchar contra la carne y tratarla con desdén, no concediéndole placer alguno desenfrenado, (equivale a) crecer el alma por la fe y el conocimiento.

3. Y dicen que el apóstol Matías decía continuamente en las Tradiciones que, si peca el vecino de un elegido, pecó también el elegido. Pues, si éste se hubiera comportado como el Verbo acon- seja, se hubiera avergonzado también el vecino de su propia vida, de manera que no hubiera pecado.

4. Cuentan, pues, que el jefe de los publícanos, Zaqueo (algunos dicen Matías), al oír la voz del Señor, que tuvo a bien quedarse en su casa, dijo: Señor, he aquí que doy en limosna la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguno, le de- vuelvo el cuádruplo. Por lo que dijo el Señor a su vez: Al venir hoy el hijo del hombre, ha encontrado lo que estaba perdido (cf. Le. 19,1-10).

5. Entre las herejías, hay algunas que se denominan según el nombre [del fundador], tales como la de Valentín, Marción

«Θαύμασον τά παρόντα», βαθμόν τοΰτον πρώτον της έπέκεινα γνώσεως υποτιθέμενος (Clemens Alex., Strom. II 9: PG 8,98 ΙΑ).

2. Λέγουσι [oí Γνωστικοί] και τόν Ματθίαν ούτως διδάξαι· «Σαρκί μέν μάχεσθαι και παραχρήσθαι, μηθέν αύτη προς ήδονήν άκόλαστον έν- διδόντα, ψυχήν δέ αϋξειν δια πίστεως και γνώσεως» (Id., Strom. III 4: PG 8.1132Β).

3. Λέγουσι δέ έν ταΐς Γίαραδόσεσι Ματθίαν τόν άπόστολον παρ* έκαστα είρηκέναι, ότι «εάν εκλεκτού γείτων άμαρτήση, ήμαρτεν ό εκλε- κτός- εΐ γάρ ούτως εαυτόν ήγεν, ώς ό Λόγος υπαγορεύει, κατηδέσθη [άν] αΰτοΰ τόν βίον καί ό γείτων είς τό μή άμαρτάνειν» (Id., Strom. VII 13: PG 9.513Β).

4. Ζακχαΐον τοίνυν (oí δέ Ματθίαν φασίν) άρχιτελώνην άκηκοό- τα τοΰ Κυρίου καταξιώσαντος πρός αύτόν γενέσθαι «Ιδού τά ήμίση των υπαρχόντων μου δίδωμι έλεημοσύνην», φάναι, «Κύριε, καί ε'ί τινός τι έσυκοφάντησα, τετραπλοΰν άποδίδωμι». Έφ'οΟ καί ό Σωτήρ είπεν «Ό υιός τοΰ ανθρώπου έλθών σήμερον, τό άπολωλός εύρεν» (Id., Strom. IV 6).

5. Των δέ αιρέσεων αί μέν άπό ονόματος προσαγορεύονται, ώς ή άπό Οϋαλεντίνου καί Μαρκίωνος καί Βασιλείδου, καν την ΜατΘίου αύ-

2. En la Hist. Eccl. de Eusebio (III 29,4) se encuentra Tholmai en lu- gar de Matías. Asimismo puede leerse μηδέν en lugar de μηθέν.

4. Zahn cree ser razón suficiente para pensar que el presente relato forma parte de las Tradiciones de Matías encontrar en él el nombre de este apóstol.

64

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

y Basílides, aunque se pavoneen de apropiarse la gloria (de ser) de Matías ; pues, así como es idéntica la doctrina de todos los apóstoles, así lo es también la tradición.

Hipólito de Roma (t 235):

6. Basílides, pues, e Isidoro, su hijo legítimo y discípulo, dicen que Matías les dirigió unos discursos secretos que él es- cuchó de labios del Salvador, de quien fué adoctrinado privada- mente. Veamos, pues, cómo lo mismo Basílides que Isidoro y todo su cortejo mienten a ojos vistas no sólo contra Matías, sino contra el Salvador mismo.

5. EVANGELIO DE TOMAS

Las citas que de él poseemos delatan su carácter gnóstico, a pesar de que Orígenes lo catalogue simplemente entre los evangelios que han sido escritos sin previa inspiración (Hom. I in Le. i). Hipólito de Roma dice que era usado por los naasse- nos, secta gnóstica del siglo II (i). San Ireneo aduce cierta his- toria sacada de un libro usado por los marcosianos (3), la cual está contenida en el capítulo 6 del Evangelio de la Infancia escrito por Tomás. No es del todo seguro que el tal libro de los marco- sianos fuera precisamente nuestro Evangelio de Tomás, ya que son muchos los evangelios apócrifos que la contienen. Eusebio (Hist. Eccl. III 25,6) lo designa como un escrito herético. San Cirilo de Jerusalén dice que estaba en uso entre los mani- queos (2), si bien es seguro que existía ya con anterioridad a esta secta. Entre estos escritos maniqueos lo catalogan también Timoteo Presbítero y el Decretum Gelasianum. La Synopsis del Ps. Atanasio no hace más que mencionarlo entre los άνιλεγόμενατ

χώσι ττροσάγεσθσι δόξαν μία γαρ ή πάντων γέγονε τών αποστόλων ώσττερ διδασκαλία, ούτως δέ και ή παράδοσις (Id., Strom. VII 17: PG 9, 552C).

6. Βασιλείδης τοίνυν και Ισίδωρος ό Βασιλείδου παϊς γνήσιος καϊ μαθητής, φασίν είρηκέναι Ματθίαν αϋτοΐς λόγους απόκρυφους, οϋς ήκουσε παρά τοΰ Σωτήρος κατ' ιδίαν διδαχθείς. Ίδωμεν οΟν πώς κατα- φανώς Βασιλείδης όμοΰ καϊ Ισίδωρος και πάς ό τούτων χορός οΰχ απλώς καταψεύδεται μόνου Ματθίου, αλλά γάρ καϊ τοΰ Σωτήρος αϋτοΰ (Hipol. Rom., Philosoph. 7,20: PG 16.3302B, identif. con Adv. haeres. de Orígenes).

«a* ικκοατναΕ tomas

y. la Stichometria de Nicéforo le asigna 1.300 líneas. No es del todo seguro que lo conociera San Justino, a juzgar por la cita de su JDwiog. 88. . , .

El testimonio de San Ireneo (3), a pesar de su vaguedad, da pie para pensar que este evangelio gnóstico o mamqueo a. que aquí nos referimos es la fuente de la narración de la Infancia escrita por Tomás. Esta, en frase de James, viene a ser como el esque- leto de aquél, expurgando sus tendencias heréticas y conser- vando la parte narrativa.

Entre los manuscritos gnósticos encontrados en Nag-Ham- madi el año 1945, y que actualmente se encuentran en poder del Irts'ititto Jutig de Zürich, aparece un volumen titulado Evangelio de Tomas (cf. H.-Ch. Puech, Les nouTeáiex écrits gnostiqites décoii- verts eti ilaute-Egypte. Premier inventaire et essai de dassification: «Coptic Studies in Honor of Walter Evving Crum» [Boston 1*950] p.104 (n.n) y 105 (n.16). Aunque no ha sido aún dado a conocer el contenido del escrito en cuestión, podemos atener- nos a las declaraciones que el citado investigador, H.-Ch Puech, ha hecho al profesor italiano Cario Cecchelli, y que están con- tenidas en la obra de éste Mater Chrisii III (Roma 1954) p.356-357.

Según ellas, este escrito no puede identificarse con el Evan- gflip de Tomás citado por San Ircneb (3), ni mucho menos con el Ρ acto Tomás de la Infancia, ya que «il ne renferme aucune par- tie narrative, aucun récit, et rien n'y concerne un épisode quel- conque de l'enfance ou de la vie de Jésus. C'est, en fait, un tres irhportant recueil de Logia mis au bout, et précédés d'un bref préambule» (l.c).

Cf. J. Λ. Fadricius, Cod. Apocr. Ν. Τ. I ·( 2 1 7 1 9) p.379; Th. Zahk, Geschichte des neut. Kanons. I p. 746-748; II p. 768-775; A. Harnack, Die Chronologie I p. 593-595; HenneckeNA (21924) p.90; BardenhewerGAL I (-1913) p.530-532; E. Klostermank, en H. Lietzmann: KleinT 8 (1929) p. 14-16; E. Pri:lschen, Antilegomena (^1905) p.21; JamesNT (repr. 1953) ρ.14-16. ·; ·'*»

RECONSTRUCCION DEL TEXTO Hipólito de Roma (t 235):

1. Y dicen [los naassenos} que confirman sus teorías rela- tivas a la naturaleza dichosa (oculta y a la vez manifiesta) de

1. μόνον 5' αύτών έτπμαρτυρεΐν φασι [Ναασσηνοί] τώ λόγω τά Άσσυρίων μυστήρια, αλλά και Φρυγών περί τήν των γεγονότων και

ι Bien puede ser;¿¡ue! el deseo' de dar a conocer, tia, wfancia de Jesús y Las maravillas por El realizadas? expresado en ai Ps. Tomás (c.l), sea un eco de k< preferencia que .muestra -por la infancia el :texto- gnóstico. Es de

3

66

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

los que fueron, de los que son y de los que serán, no sólo los misterios de los asirios, sino también los de los frigios. Esta naturaleza dice [n ser ] el reino de los cielos que se busca dentro del hombre, de la cual hablan expresamente en el evangelio que lleva por título según Tomás, con estas palabras: Quien me busca, me encontrará entre los niños a partir de los siete años; pites allí me manifiesto oculto en el decimocuarto eón.

S. Cirilo de Jerusalén (t 386) :

2. Mas los evangelios del Nuevo Testamento son sola- mente cuatro; los demás son apócrifos y perniciosos. También los maniqueos escribieron un evangelio según Tomás, que, colo- reado con el aroma de la denominación evangélica, corrompe las almas de los más sencillos.

Nadie lea el evangelio según Tomás, pues no es de uno de los doce apóstoles, sino de uno de los tres pérfidos discípulos de Manes.

S. ir éneo (t 202) :

3. Añaden también a esto [los marcosianos ] aquella falsa invención de que ... habiéndole dicho el maestro [a Jesús],

γινομένων και έσομένων ετι μακαρίαν κρυβομένην όμοΟ κα'ι φανερουμέ- νην φύσιν, ήνπερ, φησί, την εντός άνθρωπου βασιλείαν ουρανών ζητου- μένην, περί ής διαρρήδην έν τω «κατά Θωμάν» έπιγραφομένω εύαγγελίω παραδιδόασι λέγοντες ούτως· «Έμέ ό ζητών εΰρήσει έν παιδίοις άπό ετών επτά· έκεΐ γάρ έν τώ τεσσαρεσκαιδεκάτω αίώνι κρυβόμενος φανε- ροϋμαι» (Hipol. Rom., Philosoph. V 7: PG'ió [III] 3131C-3134A)

2. Της δε Καινής Διαθήκης, τά τέσσαρα μόνα ευαγγέλια· τά δέ λοι- πά ψευδεπίγραφα και βλαβερά τυγχάνει. "Εγραψαν κα'ι Μανιχαΐοι και «[κατά] θωμάν εύαγγέλιον», όπερ εύωδία της ευαγγελικής έπωνυμίας έπικεχρωσμένον, διαφθείρει τάς ψυχάς τών άπλουστέρων (Cyrill. Hieros., Catech. 4,36: PG 33,500B).

Μηδείς άναγινωσκέτω τό «κατά Θωμάν εύαγγέλιον»· ού γάρ εστίν ενός τών δώδεκα Αποστόλων, άλλ' ενός τών κακών τριών του Μάνη μαθητών (Id., Catech. 6,31: PG 33.593Λ).

3. Προσπαραλαμβάνουσι δέ εις τούτο κάκεΐνο τό ραδιούργημα, ώς του... διδασκάλου αύτώ [Ιησού] φήσαντος, καθώς εθος έστίν, «είπε

notar a este respecto que en siete años ñja el Evangelio árabe de la Infancia (c. XXXVI, 1) la edad de Jesús cuando éste animó las figuras de barro.

3. Cf. Ps. Tomás (c. VI, 3-4). Las analogías entre ambos textos son extra- ordinarias, si bien la nota gnóstica está más acentuada en el de Ireneo.

EVANGELIO DE FELIPE

67

como es costumbre, di alfa, El respondió: alfa. Y que ha- biéndole mandado de nuevo el maestro decir la beta, respondió el Señor: Dime primero qué es el alfa y entonces te diré qué es la beta. Y esto lo explican en el sentido de que El era el úni- co que conocía lo desconocido, cosa que dió a entender con el símbolo del alfa.

6. EVANGELIO DE FELIPE

Probablemente tuvo la misma procedencia y semejante contenido que el Evangelio de Matías. Por lo menos consta que en el siglo IV estaba en uso entre los gnósticos de Egipto. Su data, sin embargo, debe fijarse en los últimos decenios del siglo II. La Pistis Sophia, procedente de círculos gnóstico-ofitas, parece aludir ya a él en el siglo III, al dar a Felipe el encargo de consignar por escrito todos los secretos que el Señor comunicó a los discípulos después de su resurrección. El presbítero Ti- moteo de Constantinopla, en su obra De recept. Haeret. (86,21), escrita hacia el año 600, le hace figurar entre las escrituras ma- niqueas. Lo mismo hace Teodoro de Raithu en su obra De sectis (3,2), compuesta con anterioridad al año 630 y falsamente atribuida a Leoncio de Bizancio, entre cuya producción lite- raria figura aún en PG (86,1,1193-1268).

San Epifanio (Haeres. 26,13) nos ha conservado un frag- mento de dicho evangelio.

Recientemente ha sido encontrada la versión copta entre los manuscritos de Nag-Hammadi (Alto Egipto). Cf. J. Do- resse, Nouveaux textes gnostiques coptes: VigChr 3 (1949) ρ.134· Cuando se publique el texto, será posible precisar más el ca- rácter, contenido y relaciones de este apócrifo con otras obras similares.

Cf. J. A. Fabricius, Cod. Apocr. Ν. Τ. I (2i7ig) p.376; Th. Zahn, Geschichte des neut. Kanons. II 2 (1890) p. 761-798; A. Harnack, Geschichte der altchr. Lit. bis Eusebius (1893-1904) I 14SS.; II i,S92ss.; L. Schmidt, Kopt.-gnostische Sc'riften I (1905) p. 19. 443*. 47; BardenhewerGAL I (2i9i3) p.530; HenneckeNA (21924) p.69; E. Klostermann, en H. Lietzmann: KleinT 8 (1929) P.18; E. Eisentrattt: LexThKi 3 (1931) col. 882; Bonac- corsiVAI (1948) p.XVII,3o; E. Peterson, Filippo (II V angelo di...): EnCat V (1950) col.1311; JamesNT (repr.1953) p.12.

άλφα», άποκρίνασθαι τό άλφα. Πάλιν δέ τό βήτα τοΰ διδασκάλου κελεύ- σαντοξ ειπείν, άποκρίνασθαι τόν Κύριον «Σοί μοι πρότερον ε!πέ τί έστι τό άλφα, κα'ι τότε σοι έρώ τί έστι τό βήτα». Καΐ τοΟτο εξηγούνται ώς αϋτοΟ μόνου τό άγνωστον επισταμένου, δ έφανέρωσεν έν τώ τύπω του άλφα (Iren., Ad. haeres. I 22,1: PG 7 [I],653A).

β8

εν vn<;h.1"s ajh'icrifos tfiKiaDOS

Testimonio de S. Epifanio:

Presentan [los gnósticos] un. evangelio compuesta a nom- bre de Felipe, el santo discípulo, que dice así: Me reveló el Señor qué es lo que debe decir el alma al subir al cielo y cómo debe responder a cada una de las potencias celestiales. Es, a-saber.: Me he conocido a misma, dice, ν me he recogido de todas partes y no he procreado hijos al Arconte, sino que he desarraigado sus raíces y he juntado los miembros -desparramados y quién eres tú. Pues yo, dice,, soy de aquellos qu¡e viven en las alturas. Y así, dice, es absuelta. Pero si se descubre, dice, haber procreado algún hijo, es retenida abajo hasta tanto que pueda asu,mir y atraer hacia a sus propios hijos.

7. EVANGELIO DE PEDRO

Presentamos aquí los testimonios de la antigüedad, dejando para el ciclo apócrifo de la Pasión el estudio del texto que poseemos.

Hasta el año 1886-87 no se conocía este evangelio sino por testimonios dispersos, no siempre coherentes entre e inter- pretados a veces arbitrariamente según las teorías prefijadas de los críticos. Los historiadores le tenían en general por un es- crito francamente herético. La escuela de Tübingcn, de acuer- do con su clasificación de los escritos neotestamentarios en pe- innos (o de los Doce), paulinos (oposición) y conciliadores, coloca

Προσφέρουσι δέ [oi Γνωστικοί]1 εις όνομα Φιλίππου του άγιου μαθη- τού εύαγγέλιον πεπλασμένον, ó τι φησίν

«Άττεκάλυψέ μοι ό Κύριος, τι τήν ψυΧΠν δει λέγειν εν τω άνιέναι εις τον ούρανόν, και πώς εκάστη τών άνω δυνάμεων άρττοκρίνασθαι· ότι Έπέγνων έμαυτήν, φησί; και συνέλεξα έμαυτήν έκ πανταχόθεν και ούκ έσπειρα τέκνα τω άρχοντι, άλλά έξερρίζωσα τάς ρίζας αυτού κα'ι συνέ- λεξα τά μέλη τά διεσκορπισμένα, και οίδά σε τίς εΐ. Έγώ γάρ, φησί, τών άνωθέν ειμί. Και ούτως», φησίν, «άπολύεται. Έάν δέ εύρεθή», φησί, «γεννήσασα υΐόν, κατέχεται κάτω, έως άν τά ί'δια τέκνα δυνηθή άναλα- βεΐν καϊ άνατρέψαι εις αύτήν» (Εριρη., Haeres. 26,13: PG 41.352D- 353Α).

Β Los gnósticos a que se refiere San Epifanio vivían en Ecjiplo do- rante el siglo IV. La doctrina que aquí se expone era capital entre la-s especulaciones gnósticas. Se concibe al alma integrada por -partículas de la divinidad dispersas en el mundo de la materia, pero ..destinadas, a sus- traídas de ella y elevadas a un mundo superior.

KWM.IXIO J)K PEDRO

09

a nuestro apócrifo en el primer grupo, haciendo de él una obra judaizante, anterior a los evangelios canónicos.

Un enjuiciamiento sereno de los testimonios alegados no parece dar la razón a tales conclusiones.

El documento más antiguo es la carta de Scrapión, obispo de Antioquía (190-21 1), a la iglesia de Rhossos (Cilicia) (1). El tenor del testimonio parece demostrar que el Evangelio de Pedro era considerado como extracanónico a fines del siglo II, que su uso estaba circunscrito a los docetas de Rhossos, y que su contenido no era formalmente herético, a pesar de que ciertos rasgos se prestaran a una interpretación heterodoxa.

El testimonio de Orígenes es vago e impreciso (2). No obs- tante, deja entrever que no lo considera como herético, sin que por eso lo incluya dentro del canon.

Posteriormente Eusebio se pronuncia abiertamente contra él. No es sólo extracanónico (3), sino también absurdo e im- pío (4). De este testimonio tardío, que hay que admitir no sin reservas, se hacen eco escritores de Occidente, como San Je- rónimo: «(Serapion composuit) alium de evangelio, quod sub nomine Petri fertur, librum ad Rhosensem Ciliciae Ecclesiam, quac in haeresim eius lectione diverterat» ( De viris ill. 41: PL 23, 691 A). Asimismo el Decret. Celas.: «Evangelium nomine Petri apostoli apocryphum» (n.9).

Teodoreto Cirense, durante el siglo V, pretende que nues- tro apócrifo estaba en uso entre los nazarenos (5). Hay que des- confiar un tanto del valor de esta afirmación, que contradice a las noticias que otros escritores y aun él mismo alegan sobre el particular (cf. Evangelio de los Hebreos n.7 8 14 35).

Cf.J. A. Fabricius, Codex apocr. Ν. T. I(2i7iq) P374-376; Grabe, Spici- lcpntm SS. Patrum et Haereticorum saecuü l, II, III (Oxoniae -171 4) p.ssss:; A. Hilgenfeld, Ν. T. extra canenem receplum fase. 4 (21884) p. 39-41; Bar- denhewcrGAL I ( 2iqi3) p.524; L. Vaganay, L'Evangile de' Pierre (París, Ga- balda, 1930) p.1-12; JamesNT (repr.1953) p. 13-14.

RECONSTRUCCION DEL TEXTO Serapión (Ob. de Antioquía 190-211):

1. «Nosotros, en efecto, hermanos, recibimos tanto a Pedro como a los demás apóstoles cual si se tratara de Cristo mismo, pero rechazamos con conocimiento de causa las obras falsifi-

I. Ήμεϊςγάρ, αδελφοί, Και Πέτρου και τους άλλους αποστόλους άποδίχόμβ${χ;:«5 Χρκττρν, τά-δέ ένο^αττι; αυτών, ψευδεπίγραφα ώς εμπει- ρβχ.·πθραιτουμΕνα, ·γι,\««ΝΚον.τες, ότι, τα tokiQtq; ρϋ,παρίλαβο.μεν. Έγ.ορ

70

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

cadas con sus nombres, sabiendo que semejantes escritos no los hemos recibido por tradición. Yo, cuando me encontra- ba en medio de vosotros, suponía que todos estabais adheri- dos a la verdadera fe, y por no hojear el evangelio atribuido a Pedro, que ellos me presentaban, dije que, si era aquello lo único que les acongojaba, podían leerlo. Mas ahora, al ente- rarme de que su verdadero sentir estaba enmarañado en cierta herejía, a juzgar por lo que se me ha dicho, me apresuraré a personarme de nuevo entre vosotros. Así, pues, hermanos, esperadme en breve. Por nuestra parte, hermanos, después de darnos perfecta cuenta de la herejía a que estaba adherido Mar- ciano, quien llegaba a contradecirse a mismo, no entendiendo lo que decía (cosa que podréis saber por mi carta), nos ha sido, pues, posible por medio de los que manejaron este mismo evangelio; es decir, por los sucesores de los que le entroniza- ron (a los que llamamos docetas, pues la mayor parte de sus doctrinas están impregnadas en las enseñanzas de estos herejes), hemos podido, digo, por medio de éstos manejar el libro en cuestión, hojearlo y comprobar que la mayor parte del conteni- do está conforme con la recta doctrina del Salvador, si bien se encuentran algunas recomendaciones nuevas que hemos someti- do a vuestra consideración». Y esto es lo que escribía Serapión.

Orígenes (t 253-254):

2. Algunos, haciendo caso a la tradición contenida en el evangelio titulado según Pedro o en el libro de Santiago, dicen

γαρ γενόμενος παρ'ύμΐν, ύπενόουν τους πάντας ορθή πίστει προσφέρεσ- βαι, και μή διελθών τό ύπ'αϋτών προφερόμενον «ονόματι Πέτρου» εύσγ- γέλιον, είττον ότι εί τοΟτό εστίν μόνον τό δοκοΰν ύμίν παρέχειν μικροψυ. χίαν, άναγινωσκέσθω, νυν δέ μαθών ότι αίρέσει τιν'ι ó voOs αύτών Ιφώ. λευεν, έκ των λεχθέντων μοι, σπουδάσω πάλιν γενέσθαι προς Ομάς, ώστε, αδελφοί, προσδοκάτέ με εν τάχει ... Ήμεΐς δέ, αδελφοί, καταλαβό- μενοι οποίας ήν αίρέσεως ό Μαρκιανός, [os] καΐ έαυτώ έναντιοΰτο, μή νοών ά έλάλει, ά μαθήσεσθε έξ ών ϋμΐν έγράφη, έδυνήθημεν γαρ παρ'άλ- λων τών άσκησάντων αύτό τοΰτο τό εύαγγέλιον, τοΰτ'έστΊν παρά τών διαδόχων τών καταρξαμένων αύτοΰ, (ους Δοκητάς καλοΰμεν, τά γάρ ■πλείονα φρονήματα εκείνων εστί της διδασκαλίας) χρησάμενοι παρ'αύ- τών διελθεΐν κα'ι εύρεΐν τά μέν πλείονα του όρθοΟ λόγου του Σοτήρος, τινά δέ προσδιεσταλμένα, ά και ύπετάξαμεν ΰμΐν. Καΐ ταύτα μέν τά Σεραπίωνος» (Euseb., Hist. Eccl VI 12,2-6: PG 20.545A-B).

2. Τους δέ αδελφού; Ίησοϋ φασί τίνες είναι, έκ παραδόσεως όρμώ- μενοι τοΰ έπιγεγραμμένου «κατά ΓΤέτρον» ευαγγελίου ή της βίβλοι»

EVANGELIO DE PEDRO

71

que los hermanos de Jesús son hijos de José, habidos de una primera mujer que convivió con éste antes que María.

Eusebia de Cesárea (t 339):

3. Y por lo que se refiere a los llamados Hechos suyos [de Pedro], al Evangelio que lleva su nombre y a lo que llaman su Predicación y su Apocalipsis, sabemos que no han sido en manera alguna incluidos por la tradición entre los católicos [libros canónicos], pues ningún escritor eclesiástico antiguo o contemporáneo se sirvió de testimonios procedentes de tales obras.

4. Por otra parte, el estilo desdice de las maneras apostó- licas; además, las sentencias y principios del contenido, en to- tal desacuerdo con la verdadera ortodoxia, demuestran clara- mente que se trata, en efecto, de teorías inventadas por here- jes. Por lo que tales obras no deben ser catalogadas siquiera entre las apócrifas, sino rechazadas por absurdas e irreverentes.

Teodoreto Cirense (t h. 460):

5. Los nazarenos son judíos que veneran a Cristo como hombre justo y que se sirven del evangelio llamado según Pedro.

Ιακώβου, υΙους Ιωσήφ έκ προτέρας γυναικός συνωκηκυίας αύτώ προ της Mapías (Orig., Comm. in Mt. 10,17: PG 13,876C-877A).

3. γε μην τών έπικεκλη μένων αύτοϋ Πράξεων και τό «κατ'αΰτόν ώνομασμένον EúcryyéAtov» τό τε λεγόμενον αύτοϋ Κήρυγμα και τήν κα- λουμένην Άττοκάλυψιν ούδ'όλως έν καθολικοΐς ϊσμεν παραδεδομένα, ότι μήτε αρχαίων μήτε μήν καθ'ήμάς τις εκκλησιαστικός συγγραφεύς ταΐς έξ αύτών συνεχρήσατο μαρτυρίαις (Euseb., Hist. Eccl. III 3,2: PG 20,217).

4. Πόρρο δέ που και ό της φράσεως παρά τό ήθος τό άποστολικόν έναλλάττει χαρακτήρ, ή τε γνώμη και ή τών έν αϋτοΐς φερομένων προαί- ρεσις πλείστον όσον της άληθοϋς ορθοδοξίας άπάδουσα, ότι δή αιρετικών ανδρών άναπλάσματα τυγχάνει, σαφώς παρίστησιν όθεν ούδ'έν νόθοις αΰτά κατακτέον, άλλ'ώς άτοπα πάντη καί δυσσεβή παραιτητέον (Id., Hist. Eccl. III 25,6-7: PG 20.269B-271 A).

5. δέ Ναζωραϊοι Ιουδαίοι εΐσιν τόν Χριστόν τιμώντες ώς άιτθρω- πον δίκαιον και τω καλουμένω «κατά Πέτρον εύαγγελίω» κεχρημένοι (Theodoretus Cyr., (Haerei. fabul. comp. II 2: PG 83.389A).

72

EVANGGHBD5 ; APÓCRIFOS I .PERDIDOS

8. EVANGELIO DE LOS ADVERSARIOS DE LA LEY Y DE LOS PROFETAS

' Es un tratado anónimo que circulaba por Cartago hacia el año 420. Debía contener el texto canónico con resabios marcio- nitas. San Agustín lo atribuye al «Adversarius Legis et Prophe- tarum»1. A él se refiere en estos términos:

Mas al preguntar, dice, los apóstoles (al Señor) cómo se- 'de- bía enjuiciar a los profetas de los judíos que habían vaticinado en et pasado algo cün relacion a su advenimiento, nuestro Señor, admirado de ver que aun alimentaban tales sentimientos, respon1 dió : No habéis hecho caso del que está vivo ante vosotros, y ha- bláis de' los muertos. ¿Qué extraño, pues (ya que el testimonió lo ha sacado de no que escritos apócrifos), que hayan ih1- ventado tales cosas los herejes, que no admiten las mismas es- crituras?

9. MEMORIA DE LOS APOSTOLES

Por Pablo Orosio (n.h.390) conocemos el título de este apór crifo y sabemos que estaba en uso entre los priscilianistas, here- jes cuyo campo principal fué la península Ibérica durante el siglo IV. El carácter del libro, a juzgar por el testimonio Orosio, es dualista, de acuerdo con las enseñanzas maniqueas. - Cf. JamesNT (repr. 1953) p.21.

Sed apostolis, inquit, Dominus no$terin\erroganiibus de Iudaeo.rum prophetis quid sentiri deberet, qui de adventu eius aliquid cecinisse in praeteriLum putabantur, comnwlus talia eos etiam nunc sentiré, re- spondif. Dimisistis vivum qui ante.vos est, et de mortuis fabulqmm. Quid mirum (quandoquidem hoc testimonium de Scripturis nesqro quibus apocryphis protulit), si de prophetis Dei talia confixerunt haeretici, qui easdem litteras non accipiunt? (Auc, Contra advers. Legis et Proph. 11,3,14'· PL 42,647).

1 Cf. JamesNT (repr.1953) p.20; HenneckcNA (2i924) P-^S-

JlfcMUKU BE :t.OS APÚSTOLKÍ

73

(Prisciliano) transmitió la doctrina de que los nombres de los patriarcas vienen a ser las partes del alma; porque Rubén estaba en la cabeza, Ju<d¿. 'en el pecho, Leví eri el' corazón, Benjamín en los muslos?, y cosas semejantes. Y que, de otra parte, en los miembros del cuerpo estaban situados los signos del .cielo (zodíaco); esto es: Aries en la .cabeza, Tauro .en la cerviz, Géminis en los brazos, Cáncer en el pecho, etc. Que- riendo que se sobrentendiera que las tinieblas son eternas y que de ellas, salió el príncipe del mundo. Confirmando esto por cierto. libro que se titula Memoria, ,a\e los apóstoles,.. donde, al parecer, el Salvador es interrogado secretamente por. los dis- cípulos y manifiesta que el sembrador del que se habla en la parábola evangélica que dice: Salió un sembrador a sembrar su simiente, no fué bueno. Pues, dice, si hubiera sido bueno, no ha- bría sido negligente ni habría arrojado la simiente a lo largo del Camurp, o- entre peñas&ijes, o en tierra perdida. Queriendo con ello dar a entender que este sembrador era aquel que despa- rramaba las almas cautivas por los diversos cuerpos, según su capricho. En este libro se contienen también muchas cosas acérca del príncipe de lo húmedo y del príncipe del fuego, queriendo dar a entender que antes todas las cosas buenas se hacían en este mundo no por el poder de. Dios.

Tradidit autem (Priscillianus), nomina Patriarcharum membra esse animae, eo quod esset Rubén in capite, luda in pectore, Levi in cqrde, Beniamin in femoribus; et similia, Contra autem in mem- b.ris corporis caeli signa e.sse disposita, id est, arietem in capite, taurum in cervice, geminos in brachiis, cancrum in pectore, etc. Volens subintelligi tenebras aeternas, et ex his principem mundi processisse. Et hoc ipsum confirmans ex libro quodam, qui inscri- bitur Memoria Apostolorum, ubi Salvator interrogan a discipulis vi- detur secreto, cet ostendere, quia de parábola evangélica quae habet: «Exiit seminans seminare semen suum» (Mt. 13,46) non fuerit semi- nator bonus: asserens, quia, si bonus fuisset, non fuisset negligens; non vel secus viám, i>el pétroSis, yel in incuítis iaceret semen: volens intelligi h'unc 'esse:semínanfem, qui ariimás captas spargeret in cor- pora diversa quae vellet. ·'·*' ·

Quo etiam in libro, de principe humidorum et de principe ignis, plurima dicta sunt; volens intelligi, ante, non potentia Dei, omnia hcmaagi in hoc mundo. (Oros., Commonitorium de errare PrisciUianis- tarum et Origenistx 2 : PL 31, 1213D). β ι

74

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

10. TRES CLASES DE FRUTOS DE LA VIDA CRISTIANA

Se trata de un manuscrito del siglo IX, que forma parte del Cod. Wirceburgensis Theol. f.33, procedente del antiguo depósito de la biblioteca catedralicia de Würzburg. Es un escrito que data probablemente del siglo II. En él se contienen algunas es- peculaciones gnósticas, aunque el autor sigue perteneciendo a la Iglesia, Cf. R. Reitzenstein, Eine frühchristliche Schrift von der dreierlei Früchten des christlichen Lebens: ZtNW 15 (1914) 60-90.

11. EVANGELIO DE LOS CUATRO RINCONES Y QUICIOS DEL MUNDO

Fué compuesto y utilizado por los gnósticos simonistas (segui- dores de Simón Mago), los cuales, según el testimonio de Abrahán Ecchellense, tenían la magia como profesión y lleva- ban pendientes del cuello hilos de color morado y rosáceo en señal del pacto hecho con el diablo. De ellos dice el citado autor:

Estos pérfidos inventaron para mismos un evangelio. Lo dividieron en cuatro secciones y lo llamaron el libro de los cua- tro rincones y quicios del mundo.

12. EVANGELIO DE APELES

Probablemente no se trata sino de una mera redacción del Evangelio gnóstico de Marción. Sabemos que existió, por el testi- monio de San Jerónimo, que dice:

Sibi autem perfidi isti evangelium efnnxerunt, quod in quatuor tomos secantes, librum quatuor angulorum et cardinum mundi ap- pellarunt *.

* Cf. Abrahamus Ecchellensis, Praefatio in Conc. Nicaenum ex ara- bias Orkntalxum codicióos latine donata, en Mansi: Sacrorum Conciiiorum nova et amplissima collectio II [Florencia 1759] 1057. MigneAp II [1858] 953.

EVANGELIO DE JUDAS ISCARIOTE

75

. . . como aquel (evangelio apócrifo) de los Egipcios, de To- más, de Bartolomé, de los Doce Apóstoles, de Basílides y Apeles, y, en fin, de todos los demás, que sería muy largo de ir enumerando.

13. NACIMIENTO DE MARIA (Γέννα Mapías)

Se trata de un libro usado por los gnósticos, en el cual, según el testimonio de San Epifanio, se contenían «cosas terribles y deletéreas»: Γένναν μέν γαρ Mapías βιβλίον q>aatv είναι, έν φ δεινά τε και ολέθρια υποβάλλοντες τίνα έκεϊσε λέγουσιν. (Epiph., Hae- res. 26,12: PG 41,349-352). Entre estas cosas hay algo relativo a la muerte de Zacarías. Este, según dicho libro, tuvo una vi- sión al ir a ofrecer incienso en el santuario. Se le apareció un hombre de pie, cuya cabeza era como la de un asno, y le dijo: «¡ Ay de vosotros!, ¿a quién adoráis?» Teniendo deseos de manifestar esta visión, le fué cerrada la boca a Zacarías con la mudez, para que guardara secreto. Pero, cuando recobró el ha- bla, narró todo a los judíos; por lo que fué muerto por ellos.

Es de advertir que era muy corriente entre los paganos la creencia de que judíos y cristianos adoraban una divinidad en forma de asno. El grafito del Palatino representando un cruci- ficado con cabeza de asno es significativo a este respecto.

No se puede asegurar que este apócrifo gnóstico sea el mismo que San Agustín denomina De generatione Mariae en su obra Contra Faustum 23,9 (PL 42,471). Cf. JamesNT (repr. 1953) Ρ.Ϊ9-20.

14. EVANGELIO DE JUDAS ISCARIOTE

Estaba en uso entre los gnósticos cainitas (o cayanitas). Entre los seguidores de la gnosis eran éstos los más libertinos. Toma- ron el nombre de Caín, por haber visto en este personaje la más alta potencia y la fuerza más consistente. Cf. J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (21719) p.338; HenneckeNA (21924) p.68.

... ut est illud iuxta Aegyptios, et Thomam, et Matthiam, et Bartholomaeum, duodecim quoque apostolorum et Basilidis atque Apellis, ac reliquorum, quos enumerare longissimum est (Hieron., Comm. in Matth., Prol.: PL 26,17).

76

ι \ \\(',ι ι ios M'ijCKnos >fekmDds

S. Ireneo :

Y dicen que Judas el traidor conoció estas cosas y qué solá- mente por haber conocido antes que los otros la Verdad con- sumó el misterio de la traición. Por él dicen, además, que fueron disueltas todas las cosas, celestiales y terrenas. Y aducen una ficción de este estilo, dándole por nombre Evangelio de Jadas. ' P0' "

S. Epifanio:

Y afirman que, por esta razón, conoció Judas exactamente lo relacionado Con estas cosas. Fretenden también que es pa-> riente suyo y le sitúan en el- grado superior de la gnasis, hasta el punto de que presentan un opusculillo bajo su nombre, al que titulan Evangelio de Judas.

Teodoreto Cirense:

Dan a conocen también un evangelio suyo (de Judas),, comí puesto por ellos, pues- (dicen que) él recibió el lazo como paga de; su traición. <

' .., 15. EVANGELIO DE EVA

Es este un evangelio gnóstico fundado en visiones imagi- narias y testimonios alocados. Que lleve el nombré de Eva explica fácilmente teniendo en cuenta el papel tan importante que este personaje juega en el sistema ofita y en el maniqueo. Conocemos su existencia por los testimonios de San Epifanio: 1

Et haec Iudam proditorem cognovisse dicunt, et solum prae cae- teris cognoscer&em veritatem, perfecisse proditionis mysterium: per quem et terrena et caelestia omnia dissoluta dicunt. Et confictio- nem afferunt huiusmodi, ludae ,evangelium illud vocantes. (Iren., Adv. Haeres. 31,1: PG 7,704b).

Και τούτου ένεκεν τον Ίούδαν ακριβώς τά ΤτερΊ τούτων έττεγνωκέναι λέγουσι. ΚαΊ τούτον γάρ θέλουσιν εϊναι συγγενή έαυτών, και έν γνώ- οεως υπερβολή τόν αύτόν καταριθμοΰσιν. "Ωστε και συνταγμάτιόν τι φέρειν έξ 'όνόματος αύτώύ, δ «εϋαγγέλιον τού Ιούδα» καλούσι (EiMPH.i Adv. haeres. 38,1: PG 41.653B).

Προφέρουσι δέ αύτοΰ και «Εύαγγέλιον (Ιούδα)», όττερ εκείνοι συντε- θείκασιν εκείνος γάρ εύθύς τήν άγχόνην έλαβε της προδοσίας μισθόν (Theodoretus Cyr. . Haereticarum fabularum- comp. 1,15: PG 83, 368B).

l ti?. J. A'. FAbricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (2Ι7Ι9)Ρ·349; E. Ki.os- termann, en Lietzmann: KleinT 8 (1929) 18; HenneckeNA (2i924) 69:

' λ^ΊκνμΓιν i>f, s\m i le*

Otros no se avergüenzan de citar el Evangelio de Eva, pre- tendiendo depositar su semilla al socaire de este nombre/como si ella hubiera dado con el término de gnosis gracias a la revela- ción de la serpiente que le habló.

Estaba yo en un altó monte y vi un hombre gigante y otro: raquítico. Y así corrió una voz de trueno. Me acerqué para escuchar y me habló diciendo: «Yo soy y eres yo; don- dequiera que estés, allí estoy yo. En todas las cosas estoy despa- rramado y de cualquier sitio puedes recogerme, y, récogiéndó- me a mí, te recoges a ti mismo».

16. ASCENSION DE SANTIAGO

Probablemente el libro fué llamado así a causa de la tradi- ción, que representaba al apóstol subiendo las grada» del templo, desde donde tenía sus discursos al pueblo. Cf. James- NT (repr. 1953) p.20.

Testimonio de San Epifanio:

Pues suponen. ciertas ascensiones y avisos en las Ascensiones de Santiago, como si éste predicara contra el templo y los sa- crificios :y contra .el fuego del altar. Además, otras muchas cosas que no son sino palabras hueras, tales como cuando tie-

"Αλλοι δέ οΰκ αίσχύνονται λέγοντες «Εύαγγέλιον Εύας». Εις όνομα γάρ αύτής δήθεν, ώς εύρούσης τό όνομα της γνώσεως έξ άποκαλύψεως τού λαλήσαντος αύτή όφεως, σποράν ύττοτίθενται. íEpiph., Adv. hae- ww 26,2.; PQ41.334D).

"Εστην έττί όρους ύψηλοΰ, και είδον άνθρωπον μακρόν και άλλον κολοβόν και ήκουσα ώσεί φωνή ν βροντής, και ήγγισα του άκοΟσαι, και έλάλησε ττρός μέ, και εϊπεν Έγώ σύ, και σύ έγώ· και όττου έάν ής, έγώ έκεϊ είμι, και έν άττασι εϊμι έσπαρμένος. Και όθεν έάν θέλης, συλλέγεις με, έμέ δέ συλλέγων, εαυτόν συλλέγεις (Id., Adv. haeres. 26,3: PG 41.336A). ' J| · ..; W/

Αναβαθμούς γάρ τινας και ύφηγήσεις δήθεν έν· τοις «Αναβαθμοί^ Ιακώβου» ύττοτίθενται, ώς έξηγουμένου κατά τε το ΰ ναοΰκαί των θυ- σιών, κατά τε του πυρός του έν τω θυσιαστηρίω. Και άλλα πολλά κε- νοφωνίας έμπλεα· ώς κα'ι του Παύλου ένταΰθα κατηγοροϋντες οΰκ αϊσ-

78

EVANGELIOS APÓCRIFOS PERDIDOS

nen la desfachatez de acusar a Pablo con discursos ficticios, forjados a base de la malicia y el error de estos falsos apóstoles. Pues al llamarle tarsense, cosa que él mismo afirma y no lo niega, pretenden que era descendiente de griegos; tomando pretexto de este lugar y partiendo de su confesión sincera de que soy tarsense, ciudadano de una ciudad no insignificante.

Dicen, pues, que era griego, hijo de padre y madre de la misma condición. Que subió a Jerusalén y que permaneció allí durante algún tiempo. Que pretendió por esposa a una hija del (sumo) sacerdote, y que por esto se hizo prosélito y se circuncidó. Que después, al no poder conseguirla, se llenó de ira y escribió contra la circuncisión y el sábado y la Ley.

17. EVANGELIO VIVO

Fué usado por los maniqueos. De él nos da noticia Timoteo Presbítero en su obra De iis qui ad Ecclesiam accedunt (PG 86,1, 2i C), denominándole «τό ζών εύαγγέλιον». Cf. J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (21719) p. 141 354 y 381; MigneAp II (1858) p.229-230.

18. PREGUNTAS DE MARIA

Se trata de otra obra gnóstica perdida. San Epifanio alude a ella con estas palabras: Ερωτήσεις γάρ τινας εκτίθενται (Adv. haeres. 26,8: PG 41,342).

χύνονται έππτλάστοις τισί της τών ψευδαττοστόλων αύτών κακουργία και -πλάνης λόγοις πεττοιημένοις. Ταρσέα μεν αύτόν, ως αύτός ομολογεί και οϋκ αρνείται, λέγοντες· εξ Ελλήνων δε αύτόν ύποτίθενται, λαβόν- τες την πρόφασιν έκ του τόπου δια τό φιλάληθες ύπ' αυτού ρηθέν, ότι «Ταρσεύς ειμί, ούκ άσήμου ττόλεως ττολίτης.» Είτα φάσκουσιν αύτόν είναι "Ελληνα, καί Έλληνίδος μητρός και "Ελληνος ττατρός τταΐδα. Άναβεβη- κέναι δε εις "Ιεροσόλυμα, καί χρόνον εκεί μεμενηκέναι· έττιτεθυμηκέναι δέ θυγατέρα του ιερέως ττρός γάμον άγαγέσθαι, καί τούτου ένεκα προσή- λυτον γενέσθαι, καί ττεριτμηθήναι. Είτα, μη λαβόντα την κόρην, ώργίσ- θαι, καί κατά έπιτομής γεγραφέναι, καί κατά Σαββάτου καί νομοθεσίας (Εριρη., Haeres. 30,16: PG 41.432D-433A).

HMQfGECXO DE BASILIDES

79

19. EVANGELIO DE LA PERFECCION

De origen gnóstico. Conocemos su existencia por los tes- timonios de Epifanio y Filastrio, sin que por ello podamos concluir algo concreto sobre su contenido. Gf. HenneckeNA (21924) p.69.

S. Epifanio:

Otros de entre ellos introducen de nuevo cierta composi- ción ficticia, seductora; obrilla a la que han querido dar el nombre de Evangelio de la Perfección. Lo cual, en verdad, no es evangelio, sino consumación de la aflicción.

Filastrio:

Otros, en cambio, (hablan del) Evangelio de la Perfección y aseguran en su delirio (la verdad) de visiones vanas, llenas de falacia y de sueños diversos.

20. EVANGELIO DE BASILIDES

No se trata de un evangelio apócrifo propiamente dicho, sino de una compilación, hecha a base de los sinópticos, en que Basílides fué intercalando sus ideas gnósticas. Este he- resiarca vivió y enseñó en Alejandría hacia el año 133. Diver- sas conjeturas sobre el presente escrito pueden verse en Barden- hewerGAL I (21913) p.349; A. Harnack, Geschichte der altchr. Literatur bis Eusebius I P.159S.; A. Hilgenfeld, Der Basilides des Hippolytus auf's Neue geprüft: ZtWTh 21 (1878) 228-250; H.Win- disch, Das Evang. d. Basilides: ZtNW 7 (1906) 236-246; E. Amann: SupDBi I (1928) 480-481; HenneckeNA (21924) 7,67.

"Αλλοι δέ ίξ αύτών πάλιν επίπλαστον είσάγουσιν αγώγιμου τι ποίη- μα, φ ποιητεύματι έπέθεντο όνομα, «Εύαγγέλιον τελειώσεων» τούτο φάσ- κοντεξ (Εριρη., Adv. haeres. 26,2: PG 41.334D).

Alii autem Evangelium Consummationis, et visiones inanes, et somnia videre diversa asserunt delirantes. (Philastr., Liber de Haeres. 33: PL 12,11498).

so

EVANRfhigs ..«•ocrv.p.s. RSKJDIDOS

27. EVANGELIO DE Μ ARCION

, Tampoco se trata aquí de un evangelio original. Este hc- resiarca, a quien no se puede catalogar propiamente entre los gnósticos, ya que prescindió de las teorías especulativas, que éstos profesaban para ser el eterno contradictor del Antiguo Testamento, de la Iglesia y de la jerarquía, quiso expurgar el Nuevo Testamento de todo elemento judío. Así, lo dejó redur cidx> -al, Evangelio de San- Lucas mutilado y a las diez primeras Epístolas dc-San Pablo. Su docetismo exagerado le hizo ver tam- bién influencia judía en los dos primeros capítulos de San Lucas, y los suprimió, haciendo descender a Jesús directamente desde el cielo a la sinagoga de Cafarnaúm. Las numerosas citas que de este Evangelio de Marción nos han dejado los Padrés la iglesia^ particularmente Tertuliano y San. Epifanio, permiten reconstruirlo con bastante aproximación. La tentativa más lo- grada ha sido la de A. Harnack, MaYCwn; das Evann¿lium. frem- den Gott (Leipzig 1921) (TU, t.45 p. 165-221). Puede consultarse además W. Bauer, en HenneckeNA (21924) p.71, y B. Altaner, Patrología [yg.rs. españ.] (^1953) p.in, donde se encontrará abundante bibliografía.

·<ΆΚώΐϊΛϋ ..htp.ajibS' .:· -f ;.f.*? :kl 5 m.v ;*a?¿ ¿«svit *ji'jbi ti

Β. FRAGMENTOS PAPIRACEOS

.jig- r\ Va «TMiW TU -011 "liMI »1 ÍÍ3>! WC'" · ,-V"\v

U FRAGMENTO EVANGELICO DE OXYRHYNCHUS

(Oxyrh. Pap. n.655)

Se ha conservado en ocho jirones pertenecientes a una hoja ele un rollo papiráceo del. siglo III. Fué descubierto en Behnesa (antigua Oxyrhynchus) por Β. P. Grenfell y A. S. Hunt el año 1904. Su importancia es considerable, por tratarse de un verdadero texto evangélico nuevo y bastante extenso. Debió constar al principio de unas 50 líneas por lo menos, de las que sólo 23 se han conservado en estado satisfactorio. Las demás ofrecen solamente el comienzo de las palabras iniciales. No obs¿ tante, se han hecho diversas tentativas para reconstruir las I.41- 50, no sin algún éxito, dentro de los límites de la probabilidad.

Las I.17-23 contienen una pregunta de los discípulos y una respuesta de Jesús que parece darnos la clave para la identifica- ción de este fragmento evangélico. En efecto, Jesús responde a la pregunta que formulan sus discípulos, diciéhdoles que se manifestará a ellos cuándo sean capaces de despojarse de sus vestiduras sin sentir vergüenza. Un pasaje paralelo se encuen- tra en la conversación del Señor con Salomé (Iulius Cassianus, en Clem. Alejandrino: Strom. 'III 13,92), perteneciente al Evan- : Λ tos Egipcios. Esta ausencia de rubor puede explicarse por la supresión de la diferencia sexual tal como la enseñaban los nácesenos, gnósticos que usaban el Evangelio de los Egipcios, ser gún la afirmación de Hipólito ( Philosophumena V'7,9). Sin em- bargo, estos testimonios no, son suficientes para cóncluir que el Pap. Oxyrh. n.655 es un fragmento, desconocido hasta ahora, del mencionado Evangelio de los Egipcios, si bien, en su origen, de- bió estar íntimamente ligado con él. Batiffol piensa que ért esta respuesta de Jesús se contiene una clara alusión al estado de jus- ticia original descrito por el Génesis (3,7), cuya cita podría ve- nir en apoyo del error de los encratitas.

Cf. Β. P. Grenfell and A. S. Hunt, New Sayings of Jesús and fr'agmenl of-'a lo'st gospel from Oxyrhynchus, edited wifti transtattbn and^tom-

82

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

mentary (London 1904) 39 [edición por separado en: The Oxyrhynchus Pa- pyri part.4 (London 1904) n. 654-655]; A. Hilgenfeld, Neue gnostische Logia Jesu: ZtWTh 47 (1904) 567-573; Η. B. Swete: ExpT (1904) 485-495; G. Heinrici, Die Neuen Herrensprüche: ThStKr 78 (1905) 188-210; P. Ba- tiffol, Nouveaux fragments évangéliques de Behnesa: RBi N. S. 1 (1904) 490-493; E. Preuschen, Antilegomena (21905) 26; K. Wessely, Les plus anciens monuments du Christianisme écrits sur papyrus: PaOr IV 2 (1908) 181 ; BardenhewerGAL I (21913) 511-512; E. Jacquier, Les sentences du Seigneur extracanoniques: RBi N. S. 15 (1918) 116-117; Evelyn White H. G., The sayings of Jesús f rom Oxyrhynchus (Cambridge 1920); HenneckeNA (21924) 56 y 58; E. Klostermann, en Lietzmann: KleinT 8 (1929) 23-24; G. Os- born, Note on Papyr. Oxyrh. 655: JThSt 32 (1930,1) 179; BonaccorsiVA I (1948) 34; JamesÑT (repr.1953) 28-29.

(Columna A)

. . . [ά]πό ττρωί ε[ως óye μήτ]ε άφ' έσττ[έρα5 icos ττ]ρωί, μήτε [τη τροφή ύ]μών, τί φά- 5 [γητε, μήτε] τή στ[ο- λή ύμών,] τί ένδύ- [σησ]θε . [Πολ]λώ κρεί[σ- σον]έ$ [έστε] τών [κρί]- νων άτι[να α]ΰξά- 10 νει ούδέ ν[ήθει . [. . έν εχοντ[ε$ Ι]νδ[υ- μα τί έν[. . . .] και ύμεΐς; τίξ άν ττροσΘ[εί]η έττΐ τήν είλικίαν 15 ύμών; αύτό[5 δ]ώσει ύμεΐν τό ένδυμα ύ- μών. Λέγουσιν αύ- τώ οϊ μαθηταί αύτοΰ- ττότε ήμεΐν έμφα- 20 νή$ εσει καΐ ττότε σε οψόμεθα; Λέγει· "Οταν έκδύσησθε και μή αίσχυνθήτε.

] TIN

] ΩΤΙΝ

] ΟΣΜΩ

] Η

]ΣΤΙΝ

.] ΚΑ [...]

No estéis preocupados desde la mañana hasta la tar- de, ni desde la tarde hasta la mañana, ni por vuestra comi- da, qué vais a comer, ni por vuestro vestido, qué vais a poneros. Mucho más valéis que los lirios, los cuales cre- cen y no hilan. Teniendo un vestido, ¿porqué [ ] tam- bién vosotros? (cf. Mt. 6,25-

26; Le. I2.22S.).

¿Quién sería capaz de aña- dir (algo) a vuestra estatura? El (Dios) os dará vuestro ves- tido (Mt. 6,27 ; Le. 12,25). Dí- cenle sus discípulos : ¿Cuándo te manifestarás a nosotros y cuándo te podremos ver? Dí- ceres Jesús) : Cuando os des- pojéis (de vuestros vestidos) y no sintáis vergüenza (cf. Gen. 3,7).

10. Sic Grenfell-Hunt y Preuschen. Wessely pref. ούδέ π[ονεϊ έα]ντ[ο!ί. 12. Grenfell-Hunt proponen también para llenar la laguna: (5v6u]ucc τί ív[5eíTe] Kart.

14. είλικίαν = ήλικίαν. l6. ύμεϊν = Ομϊν. 19 = Ί^·

FRAGMENTO EVANGÉLICO DE OXYRHYNCHUS

83

(Columna B)

30 θ[.... ΛΕ[. . . 0[. . . . TA[... ΓΥ[...

35 KA[... N.[... KA[. . . HM[... ΣΙ[...

40 [

ελ[εγε· τάς κλείδας] της [βασιλείας ε]- κρυψ[αν, αύτοί ούκ] είσή[λθον, ούδέ τούς]

45 είσερ[χομένους άφή]- καν [εϊσελθεΐν ύμεϊς] 5έ, γεί[νεσ6ε φρόνι- μοι ώ[ς oi όφετς και ά]- κέραι[οι ώς αί ττεριστε]-

50 ρα[ί.]...

Decía : Han ocultado las lla- ves del reino; ellos no entra- ron ni dejaron pasar a los que entraban (cf. Le. 11,52; Mt. 23.13).

Pero vosotros sed pruden- tes como las serpientes y sen- cillos como las palomas (cf. Mt. 10,16).

KO[.

]E[.

2. FRAGMENTO EVANGELICO DE OXYRHYNCHUS

(Oxyrh. Pap. n.840)

Está contenido en una hoja de pergamino, que generalmen- te se atribuye al siglo IV o V, aunque James opina que es del III. Fué descubierto por Β. P. Grenfell y A. S. Hunt el año 1905 y editado por ellos mismos en 1908. Consta de 45 lineas, muy bien conservadas por lo general, pero de lectura difícil por lo apretado de la escritura y por las abundantes contracciones.

41-47. Sic Alien: «Guardian», 27 de julio de 1904. 47-50. Sic Alien y Osborn, l.c. 47. γείνεσθε = γίνεσθε.

8$ FK.\GMKXÍ.»S-1>\VllR.ÍC*OS'- ' ·' ·· <

El texto está integrado por dos discursos atribuidos a Jesús. El primero ha desaparecido casi por completo, lo cual dificulta algo la inteligencia del otro, particularmente en lo que se refiere a la cuestión de quiénes son los interlocutores de Jesús. El se - gundo es una controversia con un fariseo, príncipe de los sacer- dotes, cuyo nombre quiere leerse Leví. Su relación con los si- nópticos es evidente; cf. Mt. 15,1-20; M. 7,1-23 y Me. 23-25. Waitz insiste en que es este último el único texto paralelo, ya; que (según Mt. 24,1) las imprecaciones de Jesús a los fariseos," tal como se expresan en este fragmento, tuvieron lugar, sobre todo, en sus últimas disputas con ellos en el templo. Por su par-1 te, Riggenbach afirma que las últimas líneas del texto se refie- ren al bautismo de ja Pasión, de que habla Jesús en Scin Mar- cos (io,38ss.) y en San Lucas (12,50), y no a ablución alguna pu- rificativa o bautismal, como parecen indicar los lugares, citados.

Los editores, a quienes siguen Bardenhewer y James, piensan que los detalles que da el autor acerca de ciertas purificaciones y usos rituales son totalmente inexactos. De aquí que conside ren el relato como una refundición basada en el texto Canónico, que arguye en su autor una gran ignorancia en lo tocante a usos y costumbres judías., Bardenhewer lo tilda de «phantastisché Composition», y Grenfell-Hunt concluyen que es «historically worthless». Otros críticos, en cambio, salen en defensa del au- tor, a quien suponen haber vivido la escena. Así opinan Preu- schen, Lagrange, Rohrbach, Waitz, Marmorstein, Büchlcr, etci¡

Lo más difícil es determinar la filiación del texto. Su carác- ter sinóptico mueve a Waitz a relacionarlo con el Evangelio de los Nazarenos, que tantas afinidades muestra con San Mateo. Se fija, sobre todo, en el hecho común de nombrar juntamente a las «meretrices y flautistas» (cf. Evangelio de los Nazarenos en Eu- sebio, Theophania; Tn Mt. 25,i4ss. : PG 24,685), lo cual, según Riggenbach, no es lo suficientemente probativo para sentar la mencionada conclusión. Harnack piensa en el Evangelio de los Egipcios, pero no aparecen tan claras las relaciones, entre ambos. Lo mismo podría decirse de las opiniones de Svvete y Preur schen, quienes quisieran ver en él la fuente del Eyaxigelio de S(VH Juldi, Lagrange, considerando la insistencia con que el autor ha- bla de la inutilidad del agua en orden a la purificación interior, si se prescinde del fuego del espíritu, quiere relacionarlo con el Evangelio de los Hebreos, donde este punto se recalca con frecuen- cia (cf. Hieron., Contra Pelag. III 2; In Is. 11,2). No obstante, pa- rece ser bastante aventurada esta hipótesis, si se tiene en cuenta el carácter sinóptico que predomina en nuestro texto. James op-

FRAGMENTO Í- V VNCKI.ICI > ÜF. ( >.\'VKH VNCHI S

85

taría por referirlo al Evangelio de Pedro, si no fuera porque el nombre de «Salvador» atribuido a Jesucristo en lugar del de «Señor», es muy propio de la literatura gnóstica. Por lo menos, se puede sacar en conclusión que las analogías del fragmento Oxyrh. 71.840 con los Sinóptieos son más claras que las pretendi- das con otros fragmentos evangélicos.

Cf. Β. P. Grenfell and A. S. Hunt, The Oxyrhynchus Papyri part.5 (1908) n.840 (edición por separado en: Fragmenl of an uneanonical Cospel from Oxyrhynchus, in 8;°, Oxford 1008); A. Büchler, The new «Fragment of an uneanonical Gospel»: JeQR 20 (1908) 330-346; £. Preuschen, Das nene Evangelienfragment von Oxyrhynchos: ZtNW 9 (1908) 1-1 1 ; M. J. L.\- grange, Nouveau fragment non canonique relatif ά l'Evangüe: RBi N..S. 5 (1908) 538-553; A. Harnack, Ein nques Evangelienhruchslück: , «Preuss. Jahrbücher», 131 (1908) 201-210; P. Rohrbach; «Preuss. Jahrbücher». 131 (.19081; Th. Zahn, Neue Bruchstücke nichtkanonischer Evangelien: NeuKiZt 19 (1908Ί 371-386; BardenhewerGAL I (2 1913) 512-513; A. Marmorstein: ZtNW (1914); Η. B. Swete, Zwei neue Evangeíienfragmente, en Lietzmann: KleinT 31 (1924) 4; H. Waitz, en HenneckeNA (^1924) 18 y 31 ; H. Rig- genbach, Das Wort Jesu im Gesprach mit dem pharisch. Hohenpriester njch dem Oxyrhynchus Fragment Y n.840: ZtNW 25 (1926) 140-144; E. Blr- rows, Oxyrhynchus Logwn V (1907): JThSt 28 (1926-27) 186; R. Dun- kerley, The Oxyrhynchus Gospel Fragments: HarThR 23 (1930) 19-37; J. Jeremías, Der Zusammenstoss Jesti tmt dem pharisch. Oherpriester auf dem Tempelplatz. Zu Pap. Oxyrh. V, 840: ConNT 11 (1947) 97-108; Bonac- corsiVA I (1948) 36-38; JamesNT .(repr. 1953) 29-30.

(Verso)

ττρότερον ττροαδικήσαι ττάντα σο- φ- ζεται, άλλα προσέχετε μήπως κα'ι ι ϋμεΐς τά όμοια αύτοΐς πάθητε· ού γάρ έν τοις ζωοϊς μόνοις άπο- 5 λαμβάνου- σιν οί κακούργοι των άν(3ρώπ)ων άλλά [κ]αϊ κόλασιν ΰπομενοϋσιν και πολ[λ]ήν βάσα- νον. Και παραλαβών αυτούς είσή- γαγεν εις αϋτό τό άγνευτήριον και περιεπάτει έν τω ϊερω. Κα1, προσ-

... «antes de atacar injusta- mente, traman toda clase de ardides. Pero estad atentos, no sea que os sobrevenga a vosotros también lo mismo que a ellos. Porque estos ^mal- hechores de los hombres no sólo reciben su castigo entre los vivos, sino que habrán de

1. ττρό (του) άδικήσαι: GH.

2. Parece ser, según GH y Lagrange, que estas palabras son dirigidas a los discípulos, aunque Preuschen opina que habla a sus adversarios.

4. ζωοίς: adj. verbal: vivientes. 6. GH : ύττομένουσιν.

8. άγνεντήριον. Según GH, «atrio de los israelitas», donde no se podía entrar sin previa purificación (cf. Joseph., Bell. fud. V 5,6). Según Büchler, •lugar del baño», recinto donde se efectuaban las purificaciones.

10. άρχιερεύς, no significa exclusivamente el sumo sacerdote.

86

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

10 ε [λ]- I θών φαρισαΐός τις άρχιε- ρεύς Λευ[εϊς] | τό όνομα συνέτυχεν αύτοϊς και ε[ϊττε]ν | τω σω(τή)ρι· tís έπέτρεψέν σοι ΤΓατ[εΐν] ¡ τοΟτο τό άγνευτήριον και Ιδεΐν [ταυ-] | τα τά óyta σκεύη μήτε λουσα[μ]έ-

15 ν[ω] μ[ή-] | τε μην των μαθητών σου τούς ττ[όδας βα-] | τιτισθέν- των; άλλά μεμολυ[μμένος] ] έττά- τησας τούτο τό ιερόν, τ[όττον όν-] | τα καθαρόν, όν ούδείς ά[λλος εί μή] I λουσάμενος και άλλά[ξας τά

20 ένδύ-] I ματα πατεί, οΰδέ ό[ράν τολμά ταϋτα] | τά άγια σκεύη. Και σ[τάς εύθέως ό σω(τή)ρ] | σ[ύν τ]οΐς μαθηταΐ[ς, άττεκρίθη αύτω·] |

sufrir penas y muchos tor- mentos». Y, tomándolos con- sigo, los introdujo en el lugar mismo de las purificaciones y se puso a pasear por el tem- plo. Entonces, cierto fariseo, un pontífice por nombre Le- (?), se acercó, salió a su paso y dijo al Salvador: <( ¿Quién te ha dado permiso para pisar este lugar de puri- ficación y ver estos vasos sa- grados sin haberte lavado y sin que tus discípulos se hayan mojado los pies? Sino que, estando contaminado, has hollado este templo, que es un lugar puro, donde nadie puede pisar sin haberse pri- mero lavado y mudado y don- de nadie osa mirar los vasos sagrados». Y parándose al mo- mento el Salvador con los dis- cípulos, le respondió:

(Recto)

Σύ ούν ενταύθα ών έν τω Ιερώ κα- θα- I ρεύεις; Λέγει αύτω εκείνος,

25 καθαρεύω· έλουσά- | μην γάρ έν τη λίμνη τοΰ Δ(αυεΙ)δ και δι* έτέ- | ρας κλείμακος κατελθών, δι' ετέ- ρας I άνήλθον, και λευκά ένδύματα Ινε- I δυσάμην και καθαρά, και τό- τε ήλθον I και ττροσέβλεψα τούτοις

30 τοις άγίοις σκέυεσιν. Ό σω(τή)ρ ττρός αύτόν άττο- | [κρι]θείς είττεν ούαϊ τυφλοί μή όρώ(ν-) | τ[ε]ς· σύ

«Entonces tú, que estás en el templo, ¿(crees) estar pu- ro?»— Dícele él: «Sí estoy pu- ro, pues me he lavado en el estanque de David y he subido por distinta escalera de la que utilicé para bajar y me he puesto vestidos limpios y blancos, y (sólo) entonces he venido y (me he atrevido a)

14. Según Büchler, no es inverosímil que se pudieran ver los vasos sa- grados, pues era costumbre, al finalizar las fiestas, sacarlos al atrio interior y allí purificarlos, de acuerdo con un pasaje de la Mischna (Hagígah, III 8).

25. λίμνη: De tal estanque no se tiene ninguna otra referencia. La presente narración supone que debía estar fuera del templo. Lagrange su- giere su identificación con la piscina de Siloé, de que habla San Juan (9,7).

26. κλείμακος = κλίμακοξ.

FRAGMENTOS EVANGÉLICOS COPTOS

87

λούσω τούτοις τοϊξ χεομένοις : ύ[δ]ασι(ν), έν οίς κύνες κα! χοίροι βέβλην[ται] νυκτός και ημέρας, και

35 νίψαμε- I [ν]ος τό έκτος δέρμα έσμήξω, όπερ ¡ [κα]ι αί ττόρναι και α[1] αύλητρίδες μν/ρί- ! [ζ]ου[σίν κ]αϊ λούουσιν και σμήχουσι | [και κ]αλλωτπζουσι ττρός έτπθυμί- | [αν τ]ών άν(Θρώττ)ων· ενδοθεν δέ έκεί-

^ ι [νων πεττλ]ήρωται σκοριτίων και I [πάσης κα]κίας. Έγώ δέ και ol I [μαβηταί μου,] ούς λέγεις μή βεβα- ! [τττίσθαι, βεβά]μμεθα έν ύδασι ζω- ' [ής αΙωνίου, τοΐ]ς έλ-

45 θοΰσιν άττό [τοΰ . . |

[άλ]λά ούαί [τ]οίς. .

mirar estos vasos sagrados». El Salvador le respondió di- ciendo: « ¡Ay (de vosotros)!, ciegos, que no veis. te has lavado en esta agua corrien- te, donde se han echado pe- rros y puercos de noche y de día, y, al lavarte, has limpiado lo exterior de la piel, que es lo que las meretrices y flau- tistas perfuman, lavan, acica- lan y adornan para concupis- cencia de los hombres, siendo así que su interior está lleno de escorpiones y de toda cla- se de maldad. Mas, por lo que se refiere a y a mis discí- pulos, de quienes afirmas que no nos hemos lavado, (yo te aseguro que) lo hemos he- cho utilizando las aguas vivas

que proceden de

Mas ¡ay de aquellos que ....

3. FRAGMENTO GNOSTICO DE OXYRHYNCHUS

(Oxyrh. Pap. n.1.081)

Pertenece al siglo III o IV. Fué encontrado en Behnesa. Contiene una conversación de Jesús con sus discípulos, cuyo carácter gnóstico salta a la vista.

Cf. Β. P. Grenfell and A. S. Hunt, The Oxyrhynchus Papyri part.8 (1911) n.1081; E. Klostermann. en Lietzmann: KleinT 8 (1929) 25; Bo- naccorsiVA I (1948) 40-41.

36. Cf. 1 Reg. 22,38.

38. Esta aparente incoherencia se explica, según Büchler, porque el canal que traía el agua a la piscina estaba a trechos descubierto. Lagrange piensa que Jesús habla en un sentido vago y general, pretendiendo única- mente parangonar el agua sucia de que ellos se sirven con el agua verdadera- mente purificativa que él trae.

40. GH: (íxel)[vat πίττλ]ήρω(ν)ται...

44-45- Se podría restituir: ...άπό [των ούρανώυ].

S8

FKAf.MKNTOS PAPIRÁCEOS

τά γεγονόσι. [καίτοι ή ττρός],' τό εμφανές [φύσις ττολ-] λή λυθεΐσα ν[άρκη φθο-] ρα τε πολλή [την φύσιν] 5 των άφθάρ[τ]ω[ν ού φθί-] νει· ό έχων ώ[τ]α τ[ά όντα] πέραν των [ά]κο[ώ]ν ά- κουέτω κα[ί] τοις έγρη- γοροΰσιν [εγ]ώ λαλώ. Έτι -

10 προ[σθε'ις ε]ϊπεν Παν τό γε[ινόμε]νον από της [φθοράς άπογεί-] νετ[αι ώς άπ]ό φθοράς γεγ[ον]ός, τό δέ γε[ι]νό-

15 μεν[ον άττό] αφθαρ- σίας [ουκ άπο]γείν[εται] άλλ[ά μ]έν[ει] άφ[θαρ-] τον ώς από ά[φ]θ[αρσί-] [α]ς γεγονός. Τ[ινες]

20 [δέ] τών άν[θρ]ώ[ττων]

έπλανήθ[ησαν. . . ]

μή είδότ[ες ....:..,...]

φ[6ο]ράν τά .....]

Θανόν ]

Verso] ."' . '

«:.. Efectivamente, la natu- raleza visible, extenuada por el anquilosamiento y la co- rrupción, no puede aniquilar la naturaleza de las cosas in- corruptibles. Quien tenga (otros) oídos fuera de los oídos (corrientes), ■escuche. [ A los despiertos hablo yo». Aún. añadió y dijo: «Todo lo naci- do de corrupción perece., como hijo que es de la co- rrupción. Mas lo nacido de incorruptibilidad no perece, sino que permanece incorrup- tible, como hijo que es de la incorruptibilidad. Mas algu- nos de los hombres erraron

al no ver la

corrupción»

(Recio;

25 [oi μαθητα]ί· Κ(ύρι)ε, πώς óuv [ττίστιν εύ]ρίσκομεν; Λέγε[ι] [αύτοΤς ό σ]ωτήρ- Διελθο[0-] σιν έκ τών αφανών κα[ί] [εί]ς τό [φώς τών φαινο-]

30 [μέ]νων και αύτη ή άπό[ρ-] οία τή[ς έ]ννοίας ανα- δείξει ύ[μϊ]ν ττώς ή ττίστ[ις] εΰρ[ετ]έ[α]' ή φαινόμε- νη του ά[ττατρι]κοΰ ττ(ατ)ρ(ό)ς.

35 ό έχων ώτ[α] άκού]ειν, ά- κουέτω. τών δλ]ων δε-' σπότης o[0k íor]i π(ατή)ρ άλ- 1 λα τΓρόπά[τώρ· ' ό · γά]ρ π(ατή)ρ

χή έ[σ]τ[ιν τών μ]ελλόν- 40 των [μόνον, άλλ' ό έ]κείνο[ν/)

Los discípulos: «¿Cómo, pues, vamos a encontrar la fe?» Díceles el Salvador: «Pa- sando de la oscuridad a la luz de lás visiones; y esta emana- ción de la inteligencia os hará ver cómo se .puede encontrar la fe clara del Padre que no tuvo padre. El que tenga oí- dos para oír,' qúe escuche. El Señor de todo no es el Padre, sino el progenitor. Pues el Pa- dre es principio solamente de las cosas futuras; mas el pa- dre de él es Dios, el progeni-

FRAGMENTO EVANC.ÉLrCO DE VAVlM

[ττ(ατή)ρ· km 9(εός τφο]ττάτω{ρ] [τταντω]ν άπό y[e}veás [els] [τό πόρ]ρω ομ[. .]ε . . [.]

[ ]εται otu[ ]

45 {. ...]ω[.]μααν[..:....]

[προπάτ]ωρ Θ(εό)ς ττ(ατ)ή[ρ].

[■·]

[·· ] πιαντ[.]ττ.[.] '

[ ]ει άγεννητ[.]

[ ] ό μεν του[ . ] '

[■-. Μ

tor de todas las cosas desde su origen en adelante^ ......

-a vt .vid ,:■>. ccwUn-; > íHtoíA

4. Pap. 11710 DE BERLIN

Contiene un diálogo entre Natanael y Jesús escrito en dos folios papiráceos cosidos entre sí. Depende de lo. 1,49 (cf. 1,29) y añade la curiosa respuesta de Jesús a Natanael: «Camina al sol», que parece ser de origen maniqueo El pap. pertenece probablemente al siglo VI. Es la primera vez que en un evan- gelio apócrifo se da a Jesús el título de Rabbi. Cf. H. Lietzmann, Ein apokryphes Evangelien-fragment : ZtNW 22 (1923) 153-154.

[Ναθαναήλ ώμολ]όγησεν και εί- πε· ραμ- βιού κύριε, σύ ει ό υιός του ΘεοΟ. [άπεκρίθη αύτω] ό ραμβ'ις και εϊττε· Ναθαναήλ, <α> ττορεύου έν τω ήλίω. Ά- ττεκρίθη αύτω Ναθαναήλ και είττεν ραμ- ¡ βιού κύριε, σύ ει ό άμνός τού Θεού, ό .| αϊρων τάς άμ[α]ρ[τί]α[ξ] του κόσμου. Άπεκρίθη αύτω ό ραμβίς και είπε...

Natanael confesó y dijo: «Rabí, Señor, eres el hijo de Dios». Respondióle el Rabí y le dijo: «Natanael, camina al sol». Respondió Natanael y dijo: «Rabí, Señor, eres el cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo». Res- pondióle el Rabí y dijo....

5. FRAGMENTO EVANGELICO DE FAYUM

Está contenido en un papiro perteneciente a la colección del archiduque Rainer, en Viena, y proviene de los archivos pro- vinciales de Fayum (Egipto). La edición y primeras tentativas

1 San Agustín (De Haeres. 46) parece aludir a esta expresión maniquea cuando dice: cQuidquid vero undique purgatur luminis, per quasdam naves quas esse lunam et solem volunt, regno Dei tanquam propriis sedibus red- di» (PL 42,35). Según esto, la frase significaría: «Viaja en el sol".

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

de reconstrucción corrieron a cargo de G. Bickell, quien lo pu- blicó el año 1885. Los numerosos estudios que sobre él se han hecho convienen en fijar su composición en las últimas décadas del siglo III. En él se relata la predicción de las negaciones de Pedro de una manera sobria y vigorosa. La narración es para- lela a Mt. 26,30-34 y a Me. 14,26-30, si bien más breve. Este detalle, según Hennecke, arguye cierta dependencia de los dos primeros evangelios y es un dato significativo para poder fijar la fecha de composición. Mucho se ha discutido sobre el ca- rácter del fragmento en cuestión. Según Bickell, no es herético ni pseudoepígrafo, sino una de aquellas tentativas mencionadas por San Lucas (1,1-4) de consignar por escrito las palabras y obras del Señor, aunque el autor no tuviera carisma para ello. Chiappelli y Harnack lo consideran como un verdadero frag- mento evangélico no conocido hasta ahora, hipótesis a la que Hilgenfeld se opone de plano. Puede tratarse de una cita libre de Mateo o de Marcos, hecha por algún predicador o exposi- tor, según sugieren Bardenhewer y James. Savi tiene por más fundada la hipótesis de un fragmento evangélico que la de una cita libre. Es difícil de dilucidar este punto, dada la brevedad del texto conservado. Desde luego, los datos que poseemos no son suficientes para referir nuestro fragmento a algún evan- gelio apócrifo de los conocidos hasta ahora.

Cf. G. Bickell: ZtkTh 9 (1885) 498-504; 10 (1886) 208S. ; Mitteüun- gen aus der Sammlung der Papyrus Rainer I (1886) 53-61 ; II y III (1887) 41S.; V (1892) 78-82; K. Wessely, Ueber d. Zeitalter d. Wiener Evangelienpapy- rus: ZtkTh 11 (1887) 507-515; Les plus anciens monuments du Christianis- me écrits sur papyrus: PaOrlV 2 (1908) 181 ; A. Harnack: ThLitZ 12 (1885); Das Evangelienfragment von Fajjúm: TU V 4 (1889) 481-497; A. Hilgen- feld, Kein neuentdecktes Evangelium: ZtWTh 29 (1886) 50-56; A. Chiap- pelli, Studi di antica letteratura cristiana (Torino 1887) 1- 19.2 19-222; Usener, Religionsgesch. Untersuch. I (1889) 99 not.3; P. Savi, Le fragment évangélique de Fayoúm: RBi 1 (1892) 321-344; Studi critici del P. Paolo Savi, barnabita, raccolti e riordinati dal can. Fr. Polese (Siena 1899) 123-145; ZahnNT II 2 (1892) 780-790; Van de Sande Bakhuyzen: «Theologische Tijdschrift» (oct. 1905); E. Preuschen, Antilegomena (Giessen 21905) 21-22; HenneckeNA (21924) 38; E. Klostermann, Apocrypha II, en H. Lietzmann: KleinT 8 (1929) 23; O. BardenhewerGAL : I (21913) 5*°; BonaccorsiVA I (1948) 31-32; JamesNT (repr. 1953) 25.

El texto viene reproducido según la reconstrucción de Har- nak: TU V4.

FRAGMENTO DEL CAIRO

91

[μετά δέ

2 το] ¡ φαγεΐν ώζ Ιξ εθουξ, ττά[ν- τες έν ταύτη] | τη νυκτί σκανδα-

4 λισ[θήσεσθε κατά] j τό γραφέν Πατάξω τόν [ττοιμένα κα'ι τά] | πρόβατα διασκορτπσθήσ[εται· εί-

6 ttóvtos] I [το]0 Πέτ(ρου)· καϊ εί ττάντεξ, ο[ύκ εγώ· ττρίν] [ή] ό άλεκτρυών δις κοκ[κύσει σή-

8 μερον] I [σύ τρ($ με ά]τταρν[ήση] . .

Después de ce- nar como de costumbre, (dijo:) «Todos en esta noche habréis de escandalizaros, se- gún lo que está escrito: Heri- ré al pastor y las ovejas se dis- persarán» (Zac. 13,7). Habién- dole dicho Pedro: «Aunque todos, yo no», (dijo): «Antes de que el gallo cante hoy dos veces, has de negarme tres»

6. FRAGMENTO DEL CAIRO (Pap. 107 35)

Está contenido en el Catalogue general des antiquités égypt. du Musée du Caire X (Oxford 1903), con el número 10735. Se trata de un fragmento uncial del siglo VI o VII, cuyo recto alude a la huida a Egipto, paralelamente a Mt. 2,13, y cuyo verso se refiere a la anunciación en términos semejantes a los de Le. 1, 36. En este último aparecen indicios de que, más que un frag- mento evangélico, lo que tenemos entre manos es un trozo de alguna antigua homilía. Esto parece indicar las cinco últimas líneas, que contienen una paráfrasis de la perícope evangélica que precede, y el uso de la palabra αρχιστράτηγος, que, referida a un ángel, tiene sabor marcadamente litúrgico.

Cf. A. Deissmann, Licht vom Osten (4i923) 368; E. Klostermann, en Lietzmann: KleinT 8 (1929) 24; BonaccorsiVA I (1948) XVIII y 32-33, de donde tomamos el texto original.

1. [Προ τοΰ μεταλ]λαγΕίν: PreusCHEN. [Ύμνησάντων δέ αύτών μετά τό φ]α- γεϊν: Ζαην.

2. [Έν δέ τω έ]ξάγειν, ώ; έ[ΐ]πε[ν] ότι σ[παντε5 έν ταύτη]: WeSSELY.

6. [είπεν ό κύριος Πρίν ή... : Usener.

7. κοκ[κύξει κα( συ πρώτον Tp¡5 ά]παρν[ήσΓ| με]: BlCKELL. κοκ[κύξει και συ σήμερον ά]παρν[ήστ| με τρίξ]: HlLGENFELD. κοκ[κύξει καί συ πρώτον τρί; ά]παρν[ή- ση με]: Usener.

92

l,K.U;MKViOS I'U'IKÁL'KÜS

(Recto)

"Αγγελος κυρίου έλάλησεν Ίω- [σι\φ, εγερθείς τταράλαβε Μαρίαν την γ[υναϊκά [σου και] φεύγε εις Αί'γυτττον κοι (. . .·. .

■[.ϊ;.·.·.. ]. α.. ........ [..]:.[■

τ ._κ>βι_. [..,:] Ρ.[

ττάν δώρου και έάν [

φίλους αύτού καθ[

βασιλέως Λ[

Un ángel del Señor hablé; «José, levántate y toma a Ma- ría, tu mujer, y huye a Egip- to. . . .·.'·.·. . L -T

todo presente y si a sus amigos .... del rev

( VcrsoJ

[..]. έρμηνευκέτω σοι.ό [δέ [αρ- χιστράτηγος] φησι τη τταρθένω· ιδού I [Ελισάβετ ή συγ]γενής σου και αύτη συν- | [ε'ίληφε κα'ι έκτο]ς έστί μήν αυτή τη κα[λου- ¡ μένη στείρα, εν] τω έ'κτω, ó εστίν [θώθ, μη- vi ή μ(ήτ)ηρ ήρα Ίω]άννην συνέλαβε. | [έδει δέ ττροκηρύσ]σειν τόν άρχιστρά- [τηγον Ίωάννην τό]ν οίκέτην ττροβαδί- | [ζοντατής τού κυρίου αύτού] παρουσίας τα

[....] séate explicado. Alas el generalísimo (celestial) dice a la Virgen: «He aquí que Isa- bel, tu pariente, también ha concebido; y está en el sexto mes, la que era llamada esté- ril». En el sexto (mes), esto es, en el mes de Thoth, la madre concibió, pues, a Juan. Mas convenía que el generalísimo anunciara al ministro, Juan, que se adelantaba a la venida de su Señor.

7. «LOGIA» DE OXYRHYNCHUS

1. Oxyrh. Pap. i (1897)

Bajo el apelativo común de logia nos referimos a los supues- tos dichos del Señor descubiertos recientemente en fragmentos papiráceos. Con ello los distinguimos de los agrapha, o dichos del Señor no consignados en los cuatro evangelios, pero trans- mitidos en otras partes canónicas del Nuevo Testamento, en los escritos de los Padres o en otras fuentes de la tradición.

«logia» di: o.WKHVNcm s

93

La primera colección de estos logia fué encontrada en Behne- 5c¡ (Oxyrhynchus) el año 1897 por Β. P. Grenfell y A. S. Hunt, comisionados por la Egypt Explora! ion Fund. Al principio se creyó haber dado con las Exegeses de Papías, y aun con los íqgjfl kyrnika, fucjTtc supuesta de los sinópticos. Pero un estudio sereno des- mintió inmediatamente tales hipótesis.

La serie a que ahora nos referimos está contenida en una hoja papirácea que, a juzgar por sus unciales helenísticas, debió ser escrita a finales del siglo II o principios del III. Una mano posterior señaló el dorso con la expresión numérica IA (= 11). Es^o indujo a los editores a tomar por verso, lo que en reali- dad es recto, y viceversa, si bien este lapsus carece de con- secuencias, ya que el borde inferior ha desaparecido, quedan- do así truncado de todas formas el hilo del contexto. Esta no- tación, sin embargo, es una buena prueba de que la hoja en cuestión formaba parte de un libro, ya sea que la citada cifra se refiera a la página o más bien al cuadernillo, que ocupaba el ilinlécimo lugar en el tomo.

Contiene ocho dichos de Jesús, introducidos siempre comía fórmula: λέγει Ιησούς. Algunos de ellos reflejan un acusado paralelismo con los sinópticos; v.gr., el primero (cf. Mt. 7,5; Le. 6,42). Otros son ajenos a los libros canónicos y aun contra- rios al espíritu del Evangelio. Así, el quinto recuerda, según la interpretación de algunos, la doctrina gnóstica de la ubicuidad, mientras el segundo rezuma judaismo en la expresión y en el contenido. No obstante esta diversidad, se puede percibir en el conjunto, gracias al paralelismo de las frases, cierto tinte de unidad. La forma sentenciosa y concisa en que están expuestos es, según la opinión de Wendland y White, la más adecuada al género literario apocalíptico a que pertenecen.

Se ha discutido mucho sobre su forma literaria. Los editores pensaron que teníamos ante los ojos un nuevo tipo de literatura evangélica, consistente en reunir dichos y conversaciones de Jesús desprendiéndolos de toda ambientación histórica. Esta hipótesis pronto fué abandonada por la generalidad de los crí- ticos. Actualmente se considera a los logia como una colección privada de dichos del Señor a modo de excerpta o florilegio pro- venientes de un escrito evangélico. El problema está en iden- tificar el texto que utilizó el compilador. Esser cree que no es necesario afanarse por encontrar tal identificación, ya que el autor de la colección al insertar sus logia debió someterlos a una inspiración y redacción personal. White y Zahn, observando ciertas analogías entre esta compilación y la de 1904, concluyen

94

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

que ambas deben considerarse como pertenecientes al mismo escrito original, conclusión que no ha de admitirse sin reservas, ya que las citadas analogías se refieren casi únicamente a la identidad de lugar de invención, época aproximativa de com- posición y afinidad de forma literaria, existiendo, por otra par- te, profundas diferencias en el fondo. Esta es la opinión de Reitzenstein, quien cree, además, que el libro de donde ha sido tomada la de 1904 se leía todavía en el siglo VI o VII, jun- tamente con los demás libros canónicos del Nuevo Testamento. Harnack y Preuschen piensan que la fuente de estos logia hay que buscarla en el Evangelio de los Egipcios; hipótesis desmentida por Batiffol, quien, juntamente con White, cree que su origen está en el Evangelio de los Hebreos. Se apoya para ello en el sa- bor judaico de que están impregnados algunos en el fondo (v.gr., ayuno, observancia del sábado, rigidismo farisaico del Π), y en la forma gramatical, que supone un original hebreo o arameo, traducido al griego demasiado literalmente por un judío-cristiano, lo cual bien puede convenir al Evangelio de los Hebreos.

Cf. Β. P. Grenfell and A. S. Hunt, Λόγια Ιησού. Sayings of our Lord from an early Greek Papyrus. Discovered and edited with translation and commentary by... With two plates (London 1897) [edición por separado en The Oxyrhynchus Papyri partí (London 1898) 1-4]; P. Batiffol, Les Logia du Papyrus de Behnesa: RBi 6 (1897) 501-515; Id.: RHLR (1897) 434-438; Λ. Chiappelli. «Nuova Antología» (1897) 524-534; A. Harnack, Ueber die jüngst entdeckten Sprüche ]esu (Freiburg i. Br. 1897); G. Heinrici: ThLitZ (1897) 449SS. ; H. Holtzmann: Thjahr 17 (1897) 115SS., y 18 (1898) 148SS.; Lock W. and Sanday W., Two lectures on the «Sayings of Jesús» recently discovered at Oxyrhynchus (London 1897); Redpath: Exp (1897) 224-230; Weiss: ThRund (1897) 227-236; W. Wright: «Bibliotheca Sacra» (1897) 579ss. ; Th. Zahn, Die jüngst gefundenen Aussprúche Jesu: ThLitBl (1897) 417-420.425-431 ; Id., The recently discovered «Logia of Jesús»: «The Luteran Church Review», 1 (1898) 168-183; G. Esser, Die neu aufgefundenen «Sprü- che Jesu»: Kath 1 (1898) 26-43. 137-151 ; U. Fracassini: RBIt 3 (1898) 513-518; G. Semeria, Le parole di Gesú recentemente scoperte e l'ultima fase della critica evangélica (Genova 1898); C. Bruston, Les paroles de Jésus récemment découvertes en Egypte et remarques sur le texte du fragment de l'Evangile de Pierre (París 1898); Ch. Taylor, The Oxyrhynchus Logia and the apocryphical Gospels (Oxford 1899); A. von Scholz, Zu den Logia Jesu: ThQ 82 (1900) 1-22; C. G. Griffinhoofe, The unwritten sayings of Christ, Words of our Lord not recorded in the four Gospels, including those recently discovered (Cambridge 1903); BaidenhewerGAL I (2i9i3) 539-541 · R- Reit- zenstein: GóttGelAnz (1921) 165-174; HenneckeNA (2i924) 35-37! Ja- mesNT (repr. 1953) 26-28; cf. en el siguiente apartado la literatura con- cerniente también a estos logia a partir del año 1904.

«LOGIA» DE OXYRHYNCHUS

as

και τότε διαβλέψεις έκβαλεϊν τό κάρφος τό έν τω όφθαλμω του αδελφού σου.

II

Λέγει

5 Ί(ησοϋ)ς· έάν μή νηστεύση- τε τον κόσμον, ού μή ιΰρητε την βασιλεί- αν του θ(εο)ϋ· και έάν μή σαββατίσητε τό σάβ- 10 βατον, ουκ όψεσ6ε τό(ν) ττ(ατέ)ρα.

III

Λέγει Ί(ησοΰ)5· έ[σ]την έν μέσω του κόσμου, και έν σαρκϊ ώφθην αυτοΐς. και εύρον ττάν- 15 τας μεθύοντας, και

ούδένα εύρον δειψώ(ν)- τα έν αύτοϊς.

«y entonces verás de quitar la pajita que está en el ojo de tu hermano» (cf. Le. 6,42;

Mt. 7,5).

II

Dice

Jesús : «Si no hacéis abs- tinencia del mundo, no encontraréis el reino de Dios; y si no observáis el sábado, no veréis al Padre».

III

Dice Jesús: «Estuve

en medio del mundo

y me dejé ver de ellos

en carne; y encontré a todos

ebrios y no di con ninguno

que estuviera sediento

entre ellos».

5-10. La sentencia como tal es ajena a los evangelios canónicos, aun- que puedan encontrarse entre éstos ciertas expresiones afines. Preuschen. para suavizar la dureza del acusativo τόν κόσμον, dependiente del verbo νηστεύειν, propone la lectura τοΟ κόσμον, a imitación de la expresión de Clem. Alej. (Strom. III 15,99): μακάριοι τον κόσμου νηστεύοντε;, hipó- tesis no bien fundada, pues en el documento aparece muy clara la ν del acusativo. Batiffol, según sugiere Herz («Guardian» 28 jul. 1897), supone que el posible traductor griego no cayó en la cuenta de que en el dialecto neo- hebraico, de donde él pudo verter este logion, la palabra hólam se toma en el sentido de siempre y no de mundo. Jacquier aduce en el mismo sentido la hipótesis de Cersoy, según la cual, el supuesto traductor del arameo ha- bría lefdo en esta lengua la palabra hólam (mundo) en lugar de sóm (ayuno), cuya ortografía es muy semejante. Ambas explicaciones reafirman el sentido hebraizante de la frase y apoyan la tesis que supone al Evangelio de los He- breos cantera de esta compilación.

1 1 - 1 7. Este logion se pone en boca de Jesús resucitado. No se encuen- tran fácilmente huellas de él en los cuatro evangelios. Batiffol, considerando

96

.TRAGMESTOS^ PM-IRÁCHOS'?

IV

ΚαΊ τγο- νεΐ ή ψυχή μου επί τοις υϊοίς των άν(θρώττ)ων, 20 ότι τυφλοί εϊσιν τη καρ- δία αύτώ[ν], καϊ [οϋ] βλ[έ- mx/div ϊί[ς . : . . τ]ήν τΓτωχεία(ν).

IV

«Y se afli- ge mi alma por los hijos de los hombres, porque están ciegos ,en su corazón y no ran a .... la pobreza».

Y

[λέγ]ει [Ί(ησου)ς· όττ]ου εάν ώσιν [. . .] r [. . ; ] θεοί, και

25 [ό]πο[υ] ε[Ις] εστίν μόνος, [. . ]τω.εγώ ειμί μετ'αϋ- τ[οϋ]. Ύ.γει[ρ]ον τον λίθο(ν), κάκεϊ εύρήσεις με, σχίσον τό ξύλον, κάχώ

30 έκεΐ ειμί.

VI

Λέγει Ί(ησου)ς· ου- κ ϊστιν δεκτός προ- φήτης εν τη ττ(ατ)ρίδι αϋ- τ[ο]ΰ, ουδέ ιατρός ττοιεΐ θεραπείας εις τούς 35 γεννώσκοντας αΰτό(ν).

y

Dice Jesús: «Donde estén

[ ·:·...... ],y.

donde hay uno solo..,'. .

[ ] yo estoy con

él. Levanta la piedra y allí me encontrarás, hiende el leño' y yo i allí estoy».

VI

Dice Jesús : «No es acepto, un pro- feta en su patria,: ni un médico obra . ..

curaciones entre los que le conocen» (cf. Le. 4,24; Mt. 13,57; Me. 6,4-5; 10:4,44)

VII VII

Λέγει Ί(ησοϋ)ς· πόλις οίκοδο- Dice Jesús: «Una ciudad

μημένη έπ'άκρον edificada sobre la cumbre

la concisión de las frases, subrayada. por un expresivo paralelismo, ve aquí rastros del Evangelio de los Hebreos.

1S-22. Algunos quisieran unir este logion al anterior. Sin embargo, la ■contraposición entre aoristo y presente (ώφθην, ττονεϊ), juntamente con la simetría de las frases, aconseja separarlos. Pudiera ser que la palabra τττωχείαν perteneciera a otro logion distinto.

23-25. La restauración del texto es problemática, si bien su sentido se percibe claro, según Mt. 18,20: Harnack lo reconstruye de esta forma: ώσΊν, ούκ είσίν ά6εαι, και ώσττερ εις εστίν μόνος, ούτως εγώ είμι ρετ' αύτοϋ. ■La omnipresencia de Cristo expresada en el sepundo miembro puede in- terpretarse en sentido ortodoxo según Eph. 4,6, o puede tener resabios vagamente panteístas.

30-35. 0 segundo miembro es" nuevo. "' 36-40." Harnack y Batiffol piensan que no debió ser ésta la forma απ-

«LOGIA» DE OXYRHYXCHUS

97

40 [σ]εΐν δύναται ούτε κρυ- [jjjfjvcci.

[ójpous ύψηλού και έσ- τηριγμένη ούτε πε-

de un alto monte y for- tificada, ni ca- fe ]r puede, ni estar escon- dida» (cf. Mt. 5,14).

VIII

VIII

Λέγει Ί(ησού)ξ· άκούεις [ε]ίς τό ε[ν ώ]τίον σου, τό. . .

Dice Jesús : «Tú escuchas con uno de tus oídos . . . ».

II. Oxyrh. Pap. 6 54 (1904)

Es una pieza de un rollo papiráceo cuya época haya quizá que retrasar algo con relación al fragmento anterior. Compren- de cuarenta y dos líneas, distribuidas entre cinco λόγοι (no λόγια), precedidos de una breve frase, que algunos interpretan como introducción o epígrafe. Estas lineas están muy mutiladas y ocu- pan el dorso del papiro, cuyo anverso contiene una relación de porciones de tierra. La escritura, que es uncial, denota una mano distinta de la que copió los logia de 1897. Fué encontrado por los mismos investigadores ingleses, Β. P. Grenfell y A. S. Hunt, el año 1903 en la localidad de Behmsa.

Los editores (GH) mantienen su antigua opinión y conside- ran también estos logia como una colección independiente de dichos del Señor. Más aún, creen encontrar en este su se- gundo hallazgo un nuevo apoyo para fundamentar su opinión. A pesar de ello, la casi totalidad de los críticos sigue consideran- do ambas colecciones como una especie de excerpta o florilegio procedente de algún escrito evangélico.

Es de un interés grande, dentro de la colección, la frase introductoria a que acabamos de aludir. En efecto, puede con motivo preguntarse si de hecho hace referencia a los logia que siguen o más bien a un hipotético texto anterior. Aquí entra en juego la interpretación de las palabras iniciales. Los editores quisieron leerlas τοϊοι λόγοι. Svvete, en cambio, pensando que no tenían sentido, las leyó de esta manera ούτοι λόγοι. Waitz y Zahn creen que no deben alterarse y juzgan que el 01

ginal del logion, pues su sentido claudica, sino más bien esta otra: «Una ciudad puesta en lo alto de una montaña no puede estar escondida, ni una casa edificada sobre roca puede venirse abajo», οικοδομημένη = ώκοδομημένη.

41-42. ά áxoúsis είς τό εν ώτίον σου, τό δεξιόν...: Ζαην; ακούει; ει? τό εν ώτίον σον, τό δέ έτερον συνέκλεισας: SwETE.

Εν. apócrifos 4

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

inicial es la terminación de una palabra anterior, mientras que los restantes términos han de tomarse en sentido conclusivo:

tales son los discursos... Es una interpretación apuntada ya ante- riormente por Batiffol. Pero hay más. Mientras los cinco logia acusan marcadamente influencia sinóptica, esta frase presenta claras afinidades con San Juan. ¿Bastan estas razones para ne- garle el carácter de introducción o epígrafe? Los citados autores creen que sí, aunque White y James, por su parte, sigan consi- derándola en este sentido.

Prescindiendo de esta cuestión, hay que abordar necesaria- mente el tema de la filiación de estos cinco logia. El primero pertenece indudablemente al Evangelio de los Hebreos, a juzgar por el texto que nos ha transmitido Clemente Alejandrino como perteneciente a este evangelio (Strom. V 14,96). ¿Se po- drá decir otro tanto de los restantes? Dentro del campo conje- tural en que hay que moverse por la falta de fijación del texto y teniendo en cuenta las muchas afinidades que enlazan a estos logia entre sí, v.gr., el material sacado de los sinópticos, las ex- presiones comunes, el carácter ecléctico de algunos, etc., hay que concluir con la mayor parte de los críticos, entre ellos Waitz, Lagrange, White y Zahn, que los logia de 1904 debieron ser extraídos efectivamente del evangelio que usaban los He- breos.

Cf. Β. P. Grenfell and A. S. Hunt, New Sayings of Jesús and fragment of a lost gospel from Oxyrhynchus, edited with translation and commentary (London 1904) [edición por separado en: The Oxyrhynchus Papyri part. 4 n.654, London 1904]; A. Hilgenfeld, Neue gnostische Logia Jesu: ZtWTh 47 (1904) 414-418.567-573; A. Harnack: Sitz.AkB (1904); G. Heinrici, Die neuen Herrensprüche: ThStKr 78 (1905) 188-210; Th. Zahn: NeuKiZt *5 0905); E. Preuschen: Antilegomena (21905) 22-26; R. Reitzenstein, Ein Zitat aus den ΛΟΓΙΑ ΙΗΣΟΥ: ZtNW 6 (1905) 203 [sobre el quinto logion de la primera serie]; Η. B. Swete: ExpT (1904) 485-495; Ch. Tay- lor, The Oxyrhynchus Sayings of Jesús found in 1903 with the Sayings called «logia» found in 1897. A lecture (Oxford 1905); A. Hilgenfeld, Die neues- ten Logiafunde von Oxyrhynchus: ZtWTh 48 (1905) 343-353; C. Bruston, Fragment d'un ancien recueil de paroles de Jesús (París 1905); Ch. Taylor, The Oxyrhynchus and other Agrapha: JThSt 7 (1906) 546-562; C. Wessely, Fragments de collections de prétendues sentences de Jésus: PaOr IV 2 (1908) 151-72; B. Pick, Paralipomena. Remains of Gospels and Sayings of Christ (Chicago 1908); L. Couard, Altchristliche Sagen über das Leben Jesu und der Apostel (Gütersloh 1908); P. Wendland, Die urchristliche Literatur- f armen. Handbuch zum Ν. T. herausg. von H. Lietzmann, Band I 3 (Tu- bingen 1912); E. Jacquier, Les sentences du Seigneur extracanoniques: RBi N.S. 15 (1918) 93-135; N. Noguer, Los dichos de Jesús llamados Logia y Agrapha: RaF 51 (1918) 19-29.204-226; J. A. Robertson, Sayings of Jesús of Nazareth, with preface by (London 1920); P. Batiffol, Nouveaux frag- ments évangéliques de Behnesa: RBi N.S. 1 (1904) 481-493; Bardenhewer- GAL I (21913) 541-542; H. Waitz: HenneckeNA (21924) 49-54; R- Dun-

«LOGIA» DE OXYRHYNCHUS

90

kerley, The Oxyrhynchus Gospel Fragments: HarThR 23 (1930) 19; H. G. Evelyn White, The Sayings of Jesús from Oxyrhynchus, edited with introduction, critica! apparatus and commentary (Cambridge 1920) [cf. su recensión en RBé 33 (1921) 80 (B. Capelle) y en JThSt 23 (1922) 293 (Bartlet Vernon)]; M. J. Lagrange, Une des paroles attribuées a Jésus [logion III]: RBi 30 (1921) 233-237; Id., La seconde parole d'Oxyrhynque: RBi 31 (1922) 427-433; W. Schubart, Das zwcitc logion Oxyr. part.4 n.6s4: ZtNW 20 (1921) 215-223; R. Reitzenstein: GóttGelAnz (1921) 165-174; Bartlet Vernon, The Oxyrhynchus Sayings of Jesús in a new light: Exp 48 s.8 v.23 (1922) 136-159; A. Deissmann: Licht vom Osten(4 1923) 363 ; E. Bes- son, Les logia Agrapha: Paroles du Christ qui ne se trouvent pos dans les Evangiles canoniques (Bihorel-lez-Rouen 1923); A. T. Robertson, The Christ of the Logia (New York 1924); J. H. Jenkinson, The unwritten sa- yings of the Lord (London 1925); E. Buonaiutti, Detti extracanonici di Gesü (Roma 1925); R. Eisler, Jesús Basileus II (1928) 218; E. Kloster- mann: Lietzmann, KleinT 8 (1929) 20-22; J. J. Gómez, Logia o dichos del Señor extraevangéiicos (Murcia 1935); BonaccorsiVA I (1948) XIX-XX. 48-57; JamesNT (repr. 1953) 25-29.

]oi. Τοΐοι λόγοι oi [ ]. .

[oüs έλά-] ¡ λησεν Ίη(σοΰ)ς ό ζών

K[úpioj ]. I κοΰ

Θωμα. Και εΐττεν [αύτοΐς· τταξ όσ- τις] I άν των λόγων τού[των άκού- 5 ση, θανάτου] ¡ ού μή γεύσηται.

I

[Λέγει 'lr|(ooü)s-] | μή

τταυσάσθω ό ζη[τών

εως άν] | εΰρη, και όταν εύρ[η, θαμβηθήσεται, και θαμ-] | βηθείς,

. . . Tales son los [....] dis- cursos que tuvo Jesús, Señor viviente a [....] y a Tomás. Y les dijo: «Todo el que oye- re estas palabras, no gustará la muerte».

I

Dice Jesús : «El que busca . . . no cese hasta que encuentre; y cuando haya encontrado, se quedará consternado; y cons-

1. GH: (οί) τοΐοι oi, λόγοι [Οαυμάσιοι?... Swete : ούτοι ol (01)...

2. Swete: ό ζών κ[αί αποθανών, "Ιούδα τω] καΐ... Batiffol: ό ζών κ[ρυφίω;··- La reconstrucción de Harnack en la primera línea, tal como la reproducimos, está en oposición con la hipótesis de Reitzenstein, quien, dando a estas palabras el carácter de introducción, al encontrar el nombre de Tomás, quiso concluir, por analogías con el libro de Jeú, que estos logia eran unos de aquellos primitivos escritos que contenían revelaciones de Cristo resucitado. La reconstrucción κ[ρυφίω; de Batiffol, en la segun- da línea, contribuiría a reforzar este carácter apócrifo de las revelaciones.

6. Se han dado diversas soluciones para llenar la laguna: Heinrici y PREUSCHEN: toü ζητεϊν. GH: τήν ζωήν. Swete: τον πατέρα. BaTIFFOL: με.

. Prescindiendo de este detalle insignificante, la reconstrucción es fácil y segura gracias al testimonio de Clemente Alejandrino, quien cita este logion como perteneciente al Evangelio de los Hebreos (cf. Strom. V 14).

9ss. Adoptamos la reconstrucción de Lagrange, que parece la tentativa más lograda, incluidas las relativamente recientes de White y Schubart, en

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

βασιλεύσει, κ[αί] βασιλεύσας, άνα- ττα-] I ήσεται.

II

Λέγει Ί[ούδας· τίνες άρα] 10 I οι έλκοντες ή μας [εις ούρανόν άνω, ει] Ι ή βασιλεία έν ούρα[νώ έστιν; Λέγει Ίη(σοΰ)ς·] ¡ τά ττετεινά τοΰ ού[ρανοΰ, τά θηρία και εΐ] | τί ύττό την γήν έστ[1ν ή έττί της γης και] I οϊ ίχθύες της Θαλά[σσης εις τόν Θ(εό)ν έλκον-] ¡ τες ύμας, και 15 ή βασ[ιλεία των ουρανών] | έντός ύμών [έ]στι· [και δστις άν τόν Θ^εό)ν I γνώ, ταύτην εύρή[σει· γνόντες γάρ αύτόν] ¡ εαυτούς γνώσεσθε [καί είδήσετε δτι uioí] | έστε ύμεΐς τοΰ ττατρός, τοΰ τ[ελείου 20 καί άμα] | γνώ[σε]σθε

εαυτούς εν [ούρανώ πολιτεύεσθαι] j καί ύμεΐς έστε ή π(τ)ό[λις Θ(εο)ΰ.]

temado, reinará; y en reinan- do, descansará».

II

Dice Judas: «¿Quiénes son, pues, los que nos arrastran a lo alto del cielo, si es que el reino está en el cielo?» Dice Jesús: «Las aves del cielo, las bestias y todo lo que puede haber bajo la tierra, o sobre ella, y los peces del mar, son los que os arrastran hasta Dios. Y el reino de los cielos dentro de vosotros está. Quien, pues, conozca a Dios, lo encontrará, porque, cono- ciéndole a El, os conoceréis a vosotros mismos y entenderéis que sois hijos del Padre, el Perfecto, y, a la vez, os daréis cuenta de que sois ciudadanos del cielo. Vosotros sois la ciu- dad de Dios.»

III

[Λέγει Ίη(σοΰ)ς·] | ούκ . άττοκνήσει άνθ[ρωττος ττοΰ έλθη άπο-] I ρών έττερωτησαι ττα[ρά τίνος τών έταί-] | ρων ττερί τοΰ τόττου τή[ς δοχής- εΐ δέ μή, γνώ-] | 25 σεται δτι πολλοί έσονται ττ[ρώτοι έσχατοι, καί] | έσχατοι ττρώτοι, καί [μόνοι ζωήν έξου-] ¡ σιν.

III

Dice Jesús: «El hombre que duda dónde ha de colocarse, no tendrá reparo en pregun- tar a alguno de sus compañe- ros sobre su sitio. Si no, ten- drá que caer en la cuenta de que muchos primeros serán postreros y los postreros pri- meros y de que (éstos) solos vivirán».

cuanto a la trayectoria del pensamiento. En este ¡ogion pueden encontrarse alusiones a Mt. 6,26 y Rom. 1,20.

22-26. La reconstrucción es de Lagrange. Según ella, aparecen aquí claramente los dos elementos de festín y vida eterna. Por otra parte,, el sen- tido ecléctico del compilador parece evidente (cf. Le. 13,24; Me. 10,31; Mt. 19,30), en lo cual ve Lagrange una nueva afinidad con el Evangelio de los Hebreos.

27-31. Cf. Mt. 10,26; Le. 8,17.

FRAGMENTO EVANGÉLICO «EGERTOX»

101

IV

Λέγει Ίη(σοϋ)ξ· [παν τό μή εμ- προσ-] I θεν της όψεως σου και [τό κεκαλυμμένον] ! άπό σοΟ άπο- καλυφ[θ]ήσετ[σί σοι· οϋ γάρ έσ-] | 30 τιν κρυπτόν δ ού φανε[ρόν γενή- σεται] | και τεθαμμένον δ ο[ύκ έξο- ρυχθήσεται.]

V

[Έξ]ετάζουσιν αντόν ο[ί μαθηταί αύτοΰ καϊ] [ [λέ]γουσιν· πώς νησ- τεύ[σωμεν; και πώς ττροσ-] | [ευξώ]μεθα; καϊ πώς [ελεημοσύνη ν

35 ποιήσω-] | [μεν; κ]αϊ τί παρατη- ρησ[ώμεθα των] [ [τοιούτω]ν; Λέ- γει Ίη(σοΰ)ς· [Βλέπετε μή τόν] | [μισθόν άπολ]εΐτ[ε. Μή ποιήτε μη- δέν εί] I [μή τά τ]ής άληθείας. "Αν [γάρ ποιήτε ταύτα,] ¡ [γνώσεσΟε μυστήριο]ν άποκεκρ[υμμένον. Λέ-

40 γω] I [ύμΐν μα]κάριός έστ[ιν δς

άν ] I [. έσ-

τ] ] I [ ]ιν]

IV

Dice Jesús: «Todo lo que no está ante tu vista y lo que te está oculto, te será revelado; pues no hay cosa oculta que no llegue a ser manifiesta y sepultada que no se desen- tierre».

V

Le preguntan sus discípulos y (le) dicen: «¿Cómo ayunare- mos y cómo oraremos y cómo haremos limosna y qué obser- varemos de cosas semejantes?» Díce(les) Jesús: «Mirad, no sea que perdáis la recompensa. No hagáis sino las obras de la verdad. Pues, si hacéis és- tas, conoceréis el misterio es- condido. Dígoos : Bienaven- turado es el que»

8. FRAGMENTO EVANGELICO «EGERTON»

( Egerton Pap. 2 )

Apareció entre la colección de papiros provenientes de Egip- to que adquirió el British Museum de manos de un comer- ciante el año 1934. Sus editores, Harold Idris Bell y T. C. Skeat, quedaron sorprendidos por su antigüedad (segunda mitad del s.II), bien patente a pesar de pertenecer a un codex y no a un rollo. Pensaron desde el primer momento que se trataba de un fragmento evangélico no conocido aún, cuyo origen habría que situar con toda probabilidad en Oxyrhynchus por analogía con otros documentos de la misma colección. El interés que

32-40. La reconstrucción es de Swete. Este iogion ofrece reminiscen- cias de Mt. 19,16-22; Le. 18,18-22.

102

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

suscitó este hallazgo fué enorme, si bien muchas de las con- secuencias que de su estudio se sacaron carecen de objetividad, como las de aquellos que vieron en él un quinto evangelio al lado de los canónicos.

Se ha discutido mucho sobre el carácter de este escrito. La- grange le niega la calidad de evangelio (en sentido estricto), ya que el autor parece haberse propuesto únicamente reunir con- flictos y disputas de Jesús, prescindiendo de toda ambientación histórica y dejando en seg undo lugar lo referente a la doctrina. Los editores, sin embargo, y muy recientemente el erudito ja- ponés Dr. Mayeda, se esfuerzan en considerarlo como un frag- mento evangélico anterior al canon, independiente de los sinóp- ticos y de San Juan, cuyas relaciones con éstos pueden expli- carse con el recurso de una fuente común, que puede ser la tradición oral o escrita. Es ésta una hipótesis erizada de difi- cultades, como lo han demostrado los estudios de Cerfaux, Lagrange, Ghedini, Benoit, etc., cuyas conclusiones extrac- tamos a continuación.

Las analogías con los evangelios canónicos, particularmente con San Juan, son evidentes. Se encuentran solamente dos epi- sodios nuevos: el del leproso y el de la siembra en el Jordán. El primero de éstos bien puede considerarse como una amplia- ción del relato evangélico; del segundo piénsenlos mismos edi- tores que contiene un elemento taumatúrgico más cercano de los apócrifos que de los canónicos. Teniendo en cuenta, ade- más, el carácter de mosaico tan propio de nuestro fragmento, ya que reúne y mezcla conjuntamente según su propósito elemen- tos heterogéneos contenidos en los cuatro evangelistas, es obvia la conclusión de que el Pap. Egerton 2 es tributario de los canó- nicos. Las divergencias en cuanto a la expresión, subrayadas cuidadosamente por Mayeda, no invalidan la deducción, si se tiene en cuenta la libertad con que los escritores de los prime- ros siglos citaban el testimonio evangélico, ciñéndose a la sus- tancia del dicho y no a su forma literal. El recurso a una fuente común desconocida es de resultado muy problemático cuando se poseen datos tan concluyentes como los citados.

La mayoría de los críticos se resisten a identificarlo con algún evangelio apócrifo conocido, si bien Ghedini no ve la incompa- tibilidad de relacionarlo con el Evangelio de los Egipcios. Todos están conformes en negar valor histórico a los episodios aduci- dos, no consignados en los canónicos. Su inserción en el relato puede explicarse por el influjo de la leyenda o por la inventiva del escritor, de acuerdo con la ley de lo pintoresco. Goguel y La-

FRAGMENTO EVANGÉLICO lEGERTON»

103

grange notan el carácter antijudio que parece haber movido al autor a recoger todos los detalles que contribuyen a hacer más patente la contumacia hebrea. En este sentido, atribuye a los judíos, como el Evangelio de Pedro, la iniciativa de la pasión.

La antigüedad indiscutible del documento y sus relaciones con San Juan son una prueba palmaria, en frase de Lagrange, de que el cuarto Evangelio existía ya a principios del siglo Π en los mismos términos en que ahora lo poseemos.

Cf. Η. I. Bell and T. C. Skeat, The New Gospel Fragments (London, British Museum, 1935); Id., Fragments of an Unknown Gospel and other Early Christian Papyri (London 1935) [cf. recens. ; L. Cerfaux: RHEcl 31 (i935) 569-572; E. F. Harrison: «Bibl. Sacr.» 92 (1935) 363; P. Benoit: RBi 45 (1936) 272; Η. I. Bell: ThBlát (1936) 72-74; Vogels: Ho 32 (1934-35) 558-562; Ítem en ZtNW (1935) 285-291 y en DeuLitZ (1936) 3-1 1] ; F. M. Braun, Pourquoi l'Eglise ne lit-elle que quatre Evangiles? (Lié- ge J935); 1°·. A propos d'un «Cinquiéme Evangile: «La Vie Intellectuelle» 34 (1935,1) 220-224; L. Brun, Nyfunne Evangelisfragmenter: «Norsk. Teol. Tidsskr.» 36 (1935) 269-277; L. Cerfaux, Un nouvel Evangile apocryphe: «Ephem. Theol. Lovan.» 12 (1935) 579-581; Id., Paralléles canoniques et extracanoniques de ú'Evangile inconnu»: Mu 49 (1936) 55-78; Da Fonseca, De novo Evangelio (?) recens invento: VD 15 (1935) 94-96; R. Eisler, Un nouveau papyrus évangélique: «Académie des Inscriptions et Belles-Lettres». Comptes Rendus des Séances de l'année 1935 (París); H. Franke, Einfünftes Evangelium: HL 79 (1935) 112-115; G. Ghedini, Nuovi frammenti della letteratura cristiana primitiva: ScuCat 63 (1935) 500-512; M. Goguel, Les fragments nouvellement découverts d'un Evangile du II siécle: RHPhR 15 0935) 459-466; Id., Les nouveaux fragments évangeliques de Londres: RHR 1 13 (1936,1) 42-87; E. Klostermann,' Bruchstücke eines unbekannten Evange- liums: ThStKr 106 (1934-35) 318-324; M. J. Lagrange, Deux nouveaux texts relatifs a l' Evangile: RBi 44 (1935) 321-343; Ρ. H. Menoud, Un nou- vel Evangile: RThPh 23 (1935) 159-164; K. Pieper, Ein neues Evangelium?: ThGl 27 (1935) 343-348; E. Smothers, Un nouvel Evangile du II siécle: «Recherches de Science Religieuse», 25 (1935) 358-362; H. Windisch, Bruchstücke eines unbekannten Evangeliums: ChW 49 (1935) 154-157; C. H. Dodd, A New Gospel: BulIRy 20 (1936) 58-92; K. F. W. Schmidt und J. Jeremías, Ein bisher unbekanntes Evangelienfragment: ThBlát 15 Ü936) 34-45; BonaccorsiVA I (1948) 42-48; Goro Mayeda, Das Leben- Jesu-fragment Papyrus Egerton 2 und seine Stellung in der urchristlichen Li- teraturgeschichte (Bern 1946) [cf. recens.: P. Benoit: RBi 55 (1948) 472-474; W. C. van Unnik: VigChr 2 (1948) 120; J. Levie: NouRTh 71 (1949) 654]; Η. I. Bell, The Gospel Fragments Egerton: HarThR 42 (1949) 53- 63-43 (1950) 103 [Nuevo estudio del fragmento tomando pie de la obra del Dr. Mayeda]; JamesNT (repr. 1953) 569-570.

104

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

Fragm. I (verso)

····, iM

δέ Ίη(σοΰς) εΐττεν] τοις νομι- κοΐς· I [κολάζετε ττάΐντα τόν πα- ραττράσσ[οντα] I [και άνο]μον και

5 μή έμέ· .[. .]αι | [ ]. οττοιεΐ

■πώς ΤΓθΐε[ΐ;] προς | [δέ τούξ] α[ρ]χ°ντας τοΰ λαοΰ [στ]ρα- | [φείξ εί]ττεν τον λόγον τοΰτο[ν]· έραυ- I [νάτε τ[άς γραφάς έν αις ϋμεΐξ δο- I [κεΐτε] ζωήν εχειν

10 έκεΐναί ε![σ]ιν | [αί μαρτ]υροΰσαι ττερί έμοΰ· μή δ[ο-] | [κεΐτε δ]τι εγώ ήλθον κατηγο[ρ]ήσαι | [υμών] ττρός τον ττ(ατέ)ρα μου· εστίν | κατη]γορών ΰμών Μωϋσήξ) είξ δν I [ΰμεΐς] ήλττίκατε· Α[ϋ]τών δέ

15 λε- I [γόντω]ν· ε[0] οΐδαμεν ότι Μω(ϋσεΐ) έλά- | [λησεν] ό Θ(εό)ξ· σέ δέ ουκ οΐδαμεν | [πόθεν εΐ]· αποκριθείς δέ ό 'lr)(ooüs), εΐ- | [πεν αύτο]ΐξ- νυν κατηγορείται ¡ [ΰμών

20 ή ά]τπστεί[α ... ] ] ιλε.

[

mas Jesús dijo a los legisperi- tos: «Castigad a todo delin- cuente e inicuo, pero no a mí». [

;.·]

Y volviéndose hacia los jefes del pueblo, (les) dirigió este discurso: «Examinad las Es- crituras en las que vosotros pensáis encontrar la vida ; ellas son las que dan testimonio acerca de mí. No penséis que yo he venido a acusaros ante mi Padre. Es Moisés, en el cual tenéis puesta vuestra con- fianza, quien os acusa». Pero diciendo ellos: «Bien sabemos que Dios habló a Moisés, mas, por lo que a ti se refiere, igno- ramos de dónde eres», respon- dió Jesús diciéndoles: «Aho- ra os acusa vuestra increduli- dad ».

Fragm.

I I

[συνεβουλεύσαντο τώ] δχλω [ίνα] β[αστά-] | [σαντε$ τάς] λίθους όμοΰ λι[θάσω-] | |σι[ν αύ]τόν· καϊ 25 επέβαλον [τάς] | χεΐ[ρας] αυτών έπ'αΰτόν οί [άρχον-] | τες [ΐν]α ττιάσωσιν καϊ τταρ[αδι-] | [δώσιν] τώ δχλω- καϊ οΰκ έ[δύναντο] |

I (recto)

concitaron a la turba a

coger piedras, para lapidarle (todos) a una. Y los jefes echa- ron sus manos sobre El para prenderlo y entregárselo a la chusma. Y no eran capaces de

i. Reproducimos el texto según la edición citada de Bell-Skeat.

7-io. Cf. lo. 5,39.

10-14. Cf. lo. 5,45.

15-17. Cf. lo. 9.29.

22-24. Cf. lo. 8,59; 10,31.

24-29. Cf. Ιο. 7.30-44; 10,39.

FRAGMENTO EVANGÉLICO «EGERTON»

105

αύτόν τπάσαι, ότι ούπω έ[ληλύ- θει] ! αύτοΟ ή ώρα της παραδό-

30 [σεως]· [ αύτός δέ ό κ(ύριο)ς, έξελ- Θών [δια μέσου αύ-] j των, άπέ- νευσεν άττ' [αύτών]. | Και [ί]δού λεπρός προσελθ[ών αύτώ] | λέγει· διδάσκαλε Ίη(σοΟ), λε[προΐς συν-] I οδεύων και συνεσθίω[ν αύτοΐξ] |

35 έν τω πανδοχείω, έλ[έττρησα] | και αύτός έγώ· εάν [ο]ύν [σύ θέ- λης], I καθαρίζομαι- ó δή κ(ύριο)ς [εφη αύτω]· | θέλ[ω], καθαρίσθητι· [και εύθέως] | [ά]ττέστη άττ' αύτοΰ

40 ή λέπ[ρα, ό δέ κ(ύριο)ς] | [εϊπεν αύτω]· πορε[υθείς, έττίδει-] | [ξον σεαυτό]ν τοΐ[ς ίερεΰσι ¡

apresarlo porque aún no era llegada la hora de su entrega. Sino que el Señor, saliendo por medio de ellos, se retiró. Y he aquí que un leproso se le acerca y dice : «Maestro Je- sús, al ir de camino con unos leprosos y comer juntamente con ellos en la posada, he con- traído yo también la lepra. Si, pues, lo quieres, quedaré purificado (de ella)». Entonces el Señor le dijo: «Quiero. limpio». Y al instante se apar- tó de él la lepra. Y el Señor le dijo: «Ponte en camino (ahora mismo) y muéstrate a los sacerdotes»

Fragm. II (recto)

[ ]. [παράγε-] | νόμενοι

ττρός αύτόν έξ[ετασ-] | τικώς, έπει'-

45 ραζον αύτόν λ[έγοντε$]· | Διδάσ- καλε Ίη(σοΟ), οϊδαμεν ότι [άττό Θ(εο)0] ¡ έλήλυθας, ά γάρ ποιείς μα[ρτυρεΐ] ] ΰττέρ το[ύ]ς προφ(ή- τ)ας πάντας, [λέγε ούν] | ήμεϊν εξόν τοις βα(σι)λεΰσ[ιν] άποδοΰ-] I ναι τά άν[ή]κοντα τη άρχη;

50 άττ[οδώμεν αύ-] | τοις ή μ [ή]; ό δέ Ίη(σοθς), είδώς [την δι-] I άνοιαν [αύτ]ών, έμβρειμ[ησά- μενος] ] είπεν α[ύτοΐς]· τί με κα- λεΐτ[ε τώ στό-] | ματι ύμ[ών δι]- δάσκαλον, μ[ή άκού-] | οντες δ [λ]έγω; καλώς Ή[σ(αΐ)ας περί ύ-]

...Y presentándose ante El en plan indagatorio, le tentaban diciendo: «Maestro Jesús, sa- bemos que eres venido de Dios, pues tus obras están de acuerdo con el testimonio de los profetas. Dinos, pues: ¿Es lícito dar a los reyes lo que co- rresponde a (su) autoridad? ¿Se lo damos o no?» Mas Je- sús, indignado al conocer su pensamiento, les dijo: «¿Por qué me llamáis maestro con los labios, si no escucháis lo

30-31. Le. 4,30.

32SS. Mt. 8,2-4; Me. 1,40-44; Le. 5,12-14.

45-47. Cf. lo. 3,2.

47-50. Cf. Mt. 22,16-21; Me. 12,13-17; Le. 20,20-25.

52-54. Cf. Le. 6,46.

54-59. Cf. Mt. 15,7-9; Me. 7,6-7.

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

55 I μών έττ[ρο]φ(ήτευ)σεν ειπών ό [λαός ού-] | τος τοις [χείλ]εσιν αϋ- τ[ών τιμώσιν] ¡ με, ή [δέ καρδί]α αντ[ών πόρρο άττέ-] | χει άττ" έ[μοΟ, μ]άτη[ν με σέβονται] | εν- τάλ[ματα . . .

que os digo? Bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: Este pueblo me honra con los labios, mas su corazón está lejos de mí. En vano me reve- rencian manda- tos»

Fragm. II (verso)

[ ] τώ τόπω [κ]ατακλεισαν-

[ ] ύποτέτακτα[ι] αδήλως

[ ] ... τό βάρος αύτου άστα-

[το(ν)

[ ] άττορηθέντων δέ έκεί-

[νων ώς] ττρός τό ξένον έπερώτημα 65 [αύτοΰ, τφριπατών ó Ίη(σοΰς) [έ]στάθη

[έπί του] χείλους τοΰ Ίο[ρδ]άνου [ττοταμ]οΟ και έκτείνα[ς τήν] χεΐ- [ρα αϋτο]ΰ την δεξιάν [. . .]μισεν [. . . . κ]αί κατέσπειρ[εν έττ]1 τον 70 [ττοταμ]όν· κα! τότε [....] κατε-

[ ]ενον Οδωρ· έν[. .] την

[ και έπ. [. .]θη ενώ-

[πιον αύτών έ]ξήγα[γ]εν [δέ] καρ- [ττό(ν)

[ ]ττολλ[ ] εις χα-

75 [ ]τα[ ]υτους·

.... su peso ingrávido

dudando aquéllos (como si se tratara) de una pregunta ex- traña, Jesús, que estaba an- dando, se paró en la ribera del Jordán, extendió su mano

diestra y sembró en

el río

y a vista

de ellos, el agua produjo fru- to

9. EVANGELIO DE MARIA MAGDALENA

(Fragm. P. Ryl III 463 )

Este evangelio gnóstico era conocido hasta hace poco única- mente por cierto fragmento copto del siglo V conservado en Berlín, cuyas primeras noticias se debieron a C. Schmidt (¿Ein vorirenaeisches gnostisches Originalwerk? : SitzAkB [1896] 839-847). El año 1938 dió a conocer C. H. Roberts el fragmento griego que insertamos a continuación ( Catalogue of the Greek and Latín Papyri in the John Rylands Library. Vol. 3: Theological and Literary

60-75. Puede estar inspirado este pasaje en Le. 17,5-6, o en lo. 12,24.

EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA

107

Texts [n.457-551] Manchester). Este fragmento, más breve que el copto, se nos presenta como índice de la obra original griega, confirmándose con ello la tesis de Schmidt, según la cual toda la literatura copta relacionada con los gnósticos y con el cristia- nismo en general, procede de fuentes helénicas.

Cf. HenneckeNA (2i924> 69-70; ΚΑΨΩΜΕΝΟΣ Στ. Γ., Τό κατά Μαριάμ Άπόκρυφον Εύαγγέλιον (Ρ. Ryl. III 463) : «Αθηνά» 49 (ϊ939) Ι77_Ι86; Till W., Εύαγγέλιον κατά Μαριάμ [Ρ. Ber- lín 8502]: ParPas 1 (1946) 260-265; Pugliese C. [Ρ. Ryl. 463]. Ib. p.266ss.

Este evangelio, que probablemente data del siglo II, no se ha de confundir con la leyenda apócrifa sobre el perfume de Ma- ría Magdalena, contenida en el relato apócrifo de Los milagros de Jesús *.

τό λοιπόν δρόμου και[ρο]0 χρόνου αιώνος άνάπαυσιν έ[ν] σιγή- ταΰ- τ[α] είποΰσα ή Μαριάμμη, έσιώττη- σε[ν] ώς τοϋ Σωτήρος μέχρι ώδε 5 είρηκότος. Ανδρέας λέγε[ι·ά]δελ- φοί, τί ύμεϊν δοκεΐ πε[ρ]ϊ των (πε- pi τών> λαληθέντων; εγώ μεν γάρ ού πιστεύω ταύτα [τό]ν Σ[ω]- τήρα είρηκέναι· έδόκει γ[άρ έτε]- 10 ρογνωμονείν τη έκ[ε]ίν[ου διά- νοια. [Πέτρος λέγει·] περί τούτ[ω]ν [πραγ[μά-]

των έξεταζόμενος ό Σω[τήρ μήτι] λάθρα γυν[α]ικϊ έλάλει και [οΰ] [φ[α-]

νερώς, ίνα πάντες άκούσω[μεν;] 15 [μή ά]ξιολογοτέραν ή[μ]ών [αντήν]

[άποδεΐξαι ήθ]ε[λε; ]

[ ] · [ ]

«... lo restante del camino, de la medida justa, del tiempo, del siglo, descanso en silen- cio». Dicho que hubo esto, María calló, como si el Salva- dor le hubiera hablado (sola- mente) hasta aquí. (Entonces) dice Andrés: «Hermanos, ¿qué os parece de lo dicho? Porque yo, por mi parte, no creo que haya hablado esto el Salvador, pues parecía no. es- tar de acuerdo con su pensa- miento». Pedro dice : « ¿Pero es que, preguntado el Señor por estás cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en

* Cf. S. Grébaut, Les miracles de Jésxis, texte éthiopien édité et. traduit en frangais: PaOr XVIII 4 (París 1923); Id., La légende du parfume de Mane Madeleine [texto etíope y versión francesa según los manuscritos de Abba- die, n.168 y 226]: ROrCh s.3,1 (1918-1919) 100-103; G. Graf, Geschichte der ¿hrlstlichen arabischen Literatur: StT 118, I (1944) p. (242-243) [ver- sión árabe].

16-18. Esta laguna viene completada en la versión copta por una in- tervención de María, de la manera siguiente: «María, llorando, le dice a Pedro: Pedro, hermano mío, ¿en qué piensas? ¿Crees que son todo imagi- naciones mías o que he engañado al Señor?»

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

108

τοΰΣωτήρος; Λευε[1]ς λέγει Πέτρω· Πέτρε, ά[εί] σο[ι] τό όργίλον ττα- [ράκει-

20 ται· και άρτι ούτως συνζητεΐ[ς] τη γυναικΐ ώς αντικείμενος αύτη. Εί ό Σωτή[ρ] άξίαν αύτήν ήγήσα- [το,

συ τις εΐ έξουθενών αύτήν; πάν- τως γάρ εκείνος εϊδώς αύτήν άσ- 25 φ[αλ]ώ[ς] ήγάπησεν μαλλ[ο]ν αίσ-

XUV-

0ώ[με]ν και ένδυσάμενο[ι] τόν τ[έλειο]ν άν[Θρωττ]ον εκείνο τό [προστα[χ-] 6[έν ή]μεΐν ττοιήσωμεν κηρύξω- μ[εν τό] εύαγγ[έ]λιον μηδέν ό[ρ]ί- [ζον-

30 τ[ες μ]ηδέ νομοθετ[ο]ΰντες, <ή> ώς . [£ί"

ττ[εν ό] Σωτήρ. [Ταΰτα ειπών ó Λευ [εις μέ]ν άπ[ελθών] ήρχεν κη[ρύσ-] [σειν τό εύαγγέλι]ον [κατά Μα- [ρΐάμ].

secreto para que todos (la) es- cucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?»

del Salvador?». Leví dice a Pedro: «Siempre tienes la có- lera a tu lado, y ahora mismo discutes con la mujer enfren- tándote con ella. Si el Salva- dor la ha juzgado digna, ¿quién eres para despre- ciarla? De todas maneras, El, al verla, la ha amado sin duda. Avergoncémonos más bien, y, revestidos del hombre perfec- to, cumplamos aquello que nos fué mandado. Predique- mos el evangelio sin restringir ni legislar, (sino) como dijo el Salvador». Terminado que hubo Leví estas palabras, se marchó y se puso a predicar el evangelio según María.

10. FRAGMENTOS EVANGELICOS COPTOS I. Papiros coptos de Estrasburgo

Se llaman así por encontrarse al presente en esta ciudad. Pertenecen al siglo V. Fueron editados primeramente por A. Ja- coby (Ein neues Evangelienfragment, Strassburg 1900). El trabajo de C. Schmidt (GottGelAnz 6 [1900] 481-506) fué decisivo en- orden a su valoración crítica 1, Sobre él se basan las versiones de HenneckeNA, p.65-66 y JamesNT, p.30-31. Probablemente formaban parte del Evangelio de los Egipcios.

. 29-30. El sentido está claro : sin quitar ni añadir nada al evangelio que han recibido de Cristo.

1 No obstante, puede verse una contrarréplica a sus apreciaciones en W. Spiegelberg y A. Jacoby. Zu dem Strassburger Evangelienfragment, eine- Antikritik: «Sphinx», 4 (1901) 171-193; A. Jacoby, Zum Strassburger Evan- . gelienfragment: «Sphinx», 6 (1903) 132-142.

FRAGMENTOS EVANGÉLICOS COPTOS

109

a) Strassb. Copt. 5: Es la hoja más grande. Contiene una ora- ción de Jesús al Padre análoga a la sacerdotal contenida en lo. 17. Se encuentran relaciones con 1 Cor. 15 y con el himno gnóstico de los Hechos de Juan ( Amén al final de cada frase). La escena está enmarcada en el huerto de Getsemaní.

(Recto): [para que] pueda ser conocido por su [hospita- lidad para con los extranjeros] y ser alabado por su fruto, pues ...

... Amén. Dame ahora tu [fuerza], ¡oh Padre!, para que [ellos] conmigo puedan soportar al mundo. Amén. [Yo he] recibido la diadema (cetro?) del reino.

Yo he llegado a ser rey por ti, Padre. quieres someter todas las cosas a mí. [Amén]. ¿Por quién debe ser destruido [el último] enemigo? Por [Cristo]. ¿Por quién debe ser ani- quilado el aguijón de la muerte? [Por el] Unigénito. Amén.

¿A quién pertenece el dominio? [Al Hijo]. Amén.

(Verso) : Cuando El terminó todo el [canto de alabanza a su Padre], se volvió hacia nosotros y [nos] dijo: «Viene la hora en que yo he de ser separado de vosotros.

El espíritu [está] presto, pero la carne es débil: [quedaos] y vigilad conmigo».

Pero nosotros, los apóstoles, llorábamos diciendo:

El respondió y nos dijo: «No temáis [por] la destrucción [del cuerpo], sino [temed] más bien... la fuerza de [las tinie- blas]. Recordad todo [lo que] os he dicho: [Si] ellos me han perseguido a mí, también os perseguirán a vosotros... Ale- gra [os] porque yo [he vencido al mundo].

b) Strassb. Copt. 6: Refiere una conversación de Jesús con sus apóstoles enmarcada verosímilmente en el monte Olívete. El cuadro parece ser el mismo que el de la descripción final de los sinópticos, si bien algunos detalles acusan influencia joannea.

(Recto): [para que yo] pueda revelaros toda mi gloria y manifestaros toda vuestra fuerza y el misterio de vuestro apos- tolado...

(Verso) : Nuestras miradas penetraron por todos los luga- res. Nosotros hemos contemplado la gloria de su Divinidad y todo el resplandor de su dominio. El nos ha revestido con la fuerza de nuestro apostolado.

110

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

//. Ms. de la Pistis Sophia

Se trata de una hoja añadida a un manuscrito del siglo V que contiene la Pistis Sophia. En ella se nos describe la dispersión de los apóstoles por todo el mundo en términos muy semejantes a los doce últimos versículos de San Marcos. Cf. JamesNT, p.31.

... el hombre justo. Ellos marcharon de tres en tres a las cuatro regiones que comprenden los cielos y predicaron el evangelio del reino en todo el mundo, cooperando Cristo con ellos por su palabra vigorosa y por las señales y milagros que les acompa- ñaban. Y así han aprendido los hombres acerca del reino de Dios en toda la fierra y en el mundo entero de Israel, para tes- timonio de todas las naciones que están desde que el sol se le- vanta hasta que se pone.

///. Ms. de Acta Pauli

Esta narración evangélica está contenida en una hoja halla- da entre los restos de un antiguo manuscrito de los Acta Pauli (siglo III?). Cf. JamesNT p.31-32.

... las obras... Ellos se admiraban grandemente y estaban con- siderando en sus corazones. El les dijo: «¿Por qué os maravi- lláis de que yo resucito a los muertos, o de que hago andar a los cojos, o limpio a los leprosos, o levanto a los débiles, o curé a los paralíticos y posesos, o de que he distribuido unos pocos panes y he saciado a muchos (hombres), o de que he andado sobre el mar, o de que he imperado sobre los vientos? Si vos- otros creéis esto y estáis convencidos, seréis grandes. En ver- dad os digo: Si decís a esta montaña: Levántate y lánzate al mar, sin haber dudado en vuestra alma, se os realizará...».

Así, cuando uno de ellos estuvo convencido, cuyo nombre era Simón, el cual dijo: «¡Oh Señor!, en verdad son grandes las obras que haces. Nosotros no hemos oído nunca ni he- mos visto jamás un hombre que haya resucitado los muertos fuera de ti», el Señor le dijo : «Vosotros habéis de rogar por las obras que yo he de hacer... Pero las que quiero realizar ahora, las hago por razón ( ?) de una momentánea salvación en el tiem- po en estos lugares donde ellos están, para que puedan creer en

FRAGMENTOS EVANGÉLICOS COPTOS

1 ! I

Aquel que me ha enviado». Simón le dijo: « ¡Oh Señor !, mán- dame para que pueda hablar». El le dijo: «Habla, Pedro». Des- de este día les hizo llamar [le] por [este] nombre. El dijo: «¿Qué obra, pues, hay mayor que ésta... fuera de resucitar a los muertos y alimentar a una tal multitud?» El Señor dijo: «Hay algo que es más grande que esto, y bienaventurados aque- llos que han creído con todo su corazón». Pero Felipe levantó airadamente su voz diciendo: «¿Qué cosa es esta que vas a enseñarnos?» Pero El le dijo: «Tú »

Bien clara aparece en este fragmento la refundición de tex- tos, tan característica de la literatura copta en general. Cf. Mt. 21, 2i ; lo. 1,42.

IV. Papiros coptos de Berlín

(Pap. 8502)

Están contenidos en un códice del siglo V que comprende 71 folios y que fué encontrado y hecho conocer por C. Schmidt (Ein vorirenaeisches gnostisches Originalwerk: SitzAkB [1896] p.839- 847; cf. TU 43 p. 239-204). En él se encuentran el Evangelio de María Magdalena (cf. supra), el Apócrifo de Juan y la Sabiduría de Jesucristo. Los tres son de carácter gnóstico.

Cf. R. Liechtenhan, Die pseudepigraphische Literatur der Gnostiker: ZtNW 3 (1902) 222-237; Id.: ZtWTh (1901) 236; HenneckeNA (21924) 70-71.

a) Apócrifo de Juan

En este escrito se contienen abundantes informaciones cos- mológicas que se dicen ser comunicadas al apóstol Juan para que éste, a su vez, se las transmita a sus condiscípulos. Sólo las palabras iniciales tienen carácter histórico. Las preguntas for- muladas están impregnadas de gnosticismo.

Sucedió uno de aquellos días, cuando Juan, el hermano de Santiago (ambos son los hijos del Zebedeo), hubo entrado en el templo, que se le acercó un fariseo por nombre Ananías (?) y le dijo: «¿Dónde está tu Maestro, que no le sigues?» El le dijo: «Por donde vino se marchó». Dijo el fariseo: «Este Nazareno os

112

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

ha engañado dolosamente, pues os ha... y os ha cegado y apar- tado de las tradiciones de vuestros padres». Cuando esto, me marché fuera del templo al monte, a un lugar apartado, y, sin- tiendo honda pena en el corazón, dije: «¿De qué manera fué escogido el Redentor y por qué ha sido enviado al Cosmos (mundo) por su Padre, que éste ha sido quien le ha enviado, y quién es su Padre y cómo ha sido formado aquel Eón al que nosotros hemos de ir?»...

b) Sabiduría de Jesucristo

Se contienen también disquisiciones cosmológicas de proba- ble origen valentiniano. Las palabras introductorias suenan así:

La sabiduría de Jesucristo. Después que El había resuci- tado de entre los muertos; cuando sus doce discípulos y siete discípulas habían subido ya a Galilea, al monte que es llama- do... y gozo; estando ellos en duda en lo referente a la sustan- cia del Todo y de la Disposición y de la santa Providencia y de la fuerza de las potestades y de todas las cosas que el Salvador había hecho con ellos: los misterios y la santa Disposición; en- tonces se les manifestó el Salvador, no en su forma anterior, sino en figura de espíritu incierto. Su aspecto era el de un gran ángel de luz, su esencia indescriptible, y no tenía en carne mortal, sino pura y perfecta, de acuerdo con lo que nos había enseñado en el monte de Galilea, que es llamado... Y dijo: «La paz sea con vosotros; mi paz os doy». Y todos se llenaron de ad- miración y de miedo.

Otro fragm. pubncado por Schmidt en «Agnostos Theos» (1913), p.72, presenta otra escena que tuvo lugar después de ésta. El Señor les indica que vayan preguntando lo que gusten y El va respondiendo a sus dudas. Uno de los discípulos que preguntan es Mateo:

« ¡Oh Cristo !, nadie podrá encontrar la verdad si no es por medio de ti. Danos, pues, a conocer la verdad». Repuso el Sal- vador: «Al que es, al Indescriptible, no le han podido conocer ni dominios, ni potestades, ni subordinaciones, ni fuerzas, ni naturalezas desde la fundación del mundo hasta ahora, sino sólo aquel a quien El permite realizar esto por mi medio».

FRAGMENTOS EVANGÉLICOS COPTOS

113

V. Evangelio de la verdad

Conocíamos la existencia de una obra valentiniana titulada Evangelio de la Verdad por San Ireneo (Adv. Haeres. III 11,9) U Probablemente también se refería a ella el Ps. Tertuliano (Adv. omnes Haeres. c.4) 2, donde dice que Valentín posee un evangelio propio. Puede ser que aluda a ella el mismo Tertu- liano (De praescript. Haeret. c.25) -, donde dice que ciertos gnós- ticos pretendían interpretar 2 Tim. 2,2 como si se tratara de un evangelio esotérico transmitido por tradición secreta.

Estas noticias un tanto vagas dieron lugar a muy diversas conjeturas entre los críticos en relación con el carácter y con- tenido de este apócrifo gnóstico. Zahn estuvo acertado al pen- sar en la posibilidad de que, bajo el nombre de Evangelio de la Verdad, los adeptos de Valentín no pensaran sino en el conteni- do de una tradición secreta transmitida oralmente. Exageró, sin embargo, la influencia de los apócrifos en esta obra. Liech- tenhan supuso erróneamente que consistiría en una selección de logia sacados de los evangelios canónicos para uso de los gnósticos superiores (pneumáticos) . Esta misma hipótesis tuvo por posible Hennecke, quien además quiso identificarlo con La Sabiduría de J. C. 4, escrito gnóstico del códice Berolinensis P. 8502. Kreyenbühl pretendía identificarlo con el Evangelio gnós- tico de San Juan 5, hipótesis descabellada, ya que éste fué medio siglo posterior al nuestro. Finalmente, la Escuela Holandesa Radical, cuyo representante más caracterizado en nuestros días

1 Siquidem in tantum processerunt audaciae [Valentiniani], uti quod ab eis non olim conscriptum est, Veritatis Evangelium titulent, in nihilo con- veniens Apostolorum evangeliis, ut nec Evangelium quidem sit apud eos sine blasphemia. Si enim quod ab eis profertur, veritatis est evangelium, dis- simile est autem hoc illis, quae ab Apostolis tradita sunt; qui volunt, pos- sunt dicere, quemadmodum ex ipsis Scripturis ostenditur, iam non esse id quod ab Apostolis traditum est, veritatis Evangelium (PG 7,1,891!}).

2 Legis et prophetarum quaedam probat [Valentinus], quaedam impro- bat; id est, omnia improbat, dum quaedam reprobat. Evangelium habet etiam suum praeter haec nostra. Post hunc exstiterunt Ptolemaeus et Se- cundus (ed. E. Kroyman, p.221, 10-13, citado por Puech-Quispel: VigChr 8 [1954] t-51).

3 Non tamen omnia volunt [gnostici] illos [Apostólos] ómnibus reve- lasse: quaedam enim palam et universis, quaedam secreto et paucis de- mandasse, quia et hoc verbo usus est Paulus ad Timotheum: O Timothee, depositum custodi... Sed nec quia voluit illum, haec fidelibus hominibus de- mandare, qui idonei sint et alios docere, id quoque ad argumentum occulti alicuius evangelii interpretandum est (PG 2.43B-44A).

4 Cf. Papiros coptos de Berlín, apdo. anterior.

5 Ibid.

114

FRAGMENTOS PAPIRÁCEOS

es G. A. van den Bergh van Eysinga, pensó en un evangelio gnóstico que tuviera como base los evangelios canónicos des- pojados de todo elemento histórico. Es una opinión también descartable.

Hoy podemos tener ideas claras sobre este apócrifo gracias a los manuscritos coptos encontrados el año 1945 cerca de Nag- Hammadi (Alto Egipto). Uno de los trece volúmenes que comprende la biblioteca gnóstica descubierta, clasificado con el η.Π por H.-Ch. Puech y adquirido a nombre del Instituto Jung de Zürich el año 1952, contiene un Evangelio de la Verdad, que es precisamente el citado por San Ireneo. Es anónimo; sus primeras palabras son peuaggelion ntmee.

Aunque el texto hasta el momento presente no se ha dado aún a la publicidad, pueden tenerse como ciertas las conclusio- nes que de su estudio han sacado H.-Ch. Puech y G. Quis- pel, cuyo artículo publicado en VigChr (8 [i954]i-5i) extrac- tamos.

Es seguro que el autor del presente escrito pertenecía a la escuela valentiniana, con cuyas doctrinas ofrece muchas coin- cidencias. V.gr., la mística aritmológica (cuenta del 1 al 99 con la mano izquierda y del 100 en adelante con la derecha). Es cu- rioso también el empleo de la palabra όνομα desempeñando un papel teológico significado.

Su fecha debe fijarse con anterioridad al año 180, que es cuando le cita San Ireneo. Con toda probabilidad se puede pen- sar en el año 150 aproximadamente.

El autor, si no es el mismo Valentín, debe ser un contem- poráneo o discípulo suyo de gran renombre y potencia inte- lectual y de tendencias idealistas en cuanto se refiere al mundo trascendental.

Cf. T. Zahn, Geschichte des neut. Kanons I (1888) p.749-750; R. Liech- tenhan, Die Offenbarung im Gnosticismus (Góttingen 1901) p. 69-70; J. Kre- yenbühl, Das Evangelium der Wahrheit I (Berlín 1901) y II (1905); Hen- neckeNA ( 21924) p.68.

Sobre el manuscrito del Codex Jung, cf. H.-Ch. Puech et J. Doresse, Nou- veaux écrits gnostiques découverts en Egypte: «Comptes Rendus de l'Acadé- mie des Inscriptions et Belles-Lettres» (1948) p.89; Togo Mina, Le papy- rus gnostique du Musée Copte: VigChr 2 (1948) 130; J. Doresse, Une biblio- théque gnostique copte découverte en Haute-Egypte: Académie Royale de Belgique. «Bulletin de la Classe des Lettres», 5.e serie, 35 (1949) 444; Id., Une bibliothéque gnostique copte: «La Nouvelle Clio», 1 (1949); H. Ch. Puech, Les nouveaux écrits gnostiques découverts en Haute-Egypte. Premier inventaire et essai de classification: «Coptic Studies in Honor of Walter Ewing Crum» (Boston 1950) p.94 y p. 103-104; G. Quispel, Note on an unknown gnostic codex: VigChr 7 (1953) 193; H.-Ch. Puech et G. Quispel, Les écrits gnos- tiques du Codex Jung: VigChr 8 (1954) 1-51.

C) «AGRAPHA»

Es evidente, según el testimonio de San Juan (21,30), que los evangelios canónicos no nos han conservado la relación ín- tegra de todo lo que hizo y habló Jesús en su vida mortal. Este hecho se explica porque el intento de los evangelistas al escribir era sencillamente darnos lo sustancial del mensaje de Cristo en orden a la economía de la redención y no el satisfacer nuestra curiosidad. Además, el carácter de una predicación como la de Jesús, repetida en diferentes regiones y ante distintos audi- torios, exigía necesariamente que en ella se encontraran rasgos semejantes y aun comunes, los cuales fueron descartados por los hagiógrafos en sus narraciones.

Por esto, cabe preguntarse si, al margen del contenido ca- nónico, podemos encontrar rastros auténticos del material di- dáctico del Mesías. Efectivamente, la tradición nos ha conserva- do diversas sentencias atribuidas a Jesús, las cuales a primera vista no aparecen en los cuatro evangelios, razón por la que han venido a llamarse agrapha. El primero en usar este título fué Kórner, en su obra De sermonibus Christi άγράφοις (1776), donde reunió un buen número de sentencias de Jesús no es- critas (ά-γραφα) en los libros canónicos (γραφή). Pero ya antes de él, en el año 1642, escribía Hubert Phalesius en los preám- bulos a la Vulgata de Amberes: «Illud praeterea annotandum, citari a Patribus nonnullas sententias tanquam Sacrae Scrip- turae, aut Salvatoris Nostri, quae tamen in nullo canónico libro inven iuntur...» Y a continuación transcribe algunas de estas expresiones para que no se echen de menos en su obra o se piense que han sido descuidadas.

No faltaron muchos eruditos que siguieron el ejemplo de Kórner y Phalesius en la búsqueda de agrapha, como se puede ver en la nota bibliográfica que insertamos a continuación. Pero el estudio crítico de ellos tuvo por punto de arranque la obra de A. Resch titulada Agrapha. Aussercanonische Evangelienfragmen- te (TU V 4, Leipzig 1889). El mérito de este valioso trabajo estuvo en abordar el problema desde la base, reuniendo un arsenal inmenso de agrapha, que vino a constituir el thesaurus en la materia. Sin embargo, se le ha echado en cara su falta de

116

«AGRAPHA»

crítica en la selección, amparando bajo este título, un tanto impreciso, todo lo que a su tendencioso criterio le pareció ser rastro del supuesto Urevangelium, fuente, según él, de los Sinóp- ticos. El mismo reconoció su error al publicar la segunda edi- ción el año 1906, bajo el título de Aussercanonische Schriftfrag- mente, de la que suprimió buena parte de los agrapha considera- dos como auténticos en la primera.

Se impone ante todo precisar el significado que se da a esta palabra. Usando de la definición que inserta Vaganay en su maravilloso artículo sobre la materia, publicado en Supplément au Dictionnaire de la Bible (1928) col.979-984, diremos que por agrapha entendemos las expresiones aisladas atribuidas a Jesús por la tradición y ausentes de nuestros evangelios canónicos. Con esto quedan descartados de este dominio los relatos apócrifos de la vida de Jesús, las cartas o conversaciones a El atribuidas y aquellas expresiones aisladas que, aunque se pongan en su boca, no son más que transposiciones, retoques o combinacio- nes de las ya consignadas en la Sagrada Escritura.

Partiendo de esta base, podemos distinguir dos grupos de agrapha propiamente dichos. El primero está integrado por los provenientes de fuentes apócrifas, judías y musulmanas. Su valor histórico es nulo; sin embargo, ofrecen el interés de lo curioso y lo pintoresco. El segundo está compuesto por los contenidos en las variantes de los códices del Nuevo Testamento y en la tradi- ción patrística, cuya autenticidad ofrece más o menos garan- tías de probabilidad.

Al margen de estos dos grupos están los contenidos en las partes canónicas del Nuevo Testamento, extraevangélicas, cuya autenticidad ciertamente es incontestable, pero a quienes no conviene en sentido estricto el nombre de agrapha, ya que es- tán contenidos en la Sagrada Escritura.

Prescindimos aquí de los agrapha provenientes de fuentes apócrifas, ya que tienen su lugar en distintas partes de esta obra. Por lo que se refiere a los de origen judío hay poco que decir, ya que, lo mismo la Mischna que el Talmud palestinense o el de Babi- lonia, se preocupan muy poco de la persona de Jesús, y, siem- pre que lo hacen, acusan dependencia de los evangelios canóni- cos. Los de fuentes musulmanas son más abundantes, pero datan casi siempre de una época muy tardía. La mayor parte están contenidos en obras ascéticas de la Edad Media (s. XI y XII). Algunos, muy pocos, provienen del siglo VIL Este sería ya un buen argumento contra su autenticidad, pero sabemos, ade- más, que son tributarios de nuestros evangelios canónicos, fuen-

¡AGRAPHA»

117

te a la que recurrían los autores ascéticos musulmanes al no encontrar en sus libros sagrados documentos de cierta elevación espiritual. La colección más importante de ellos fué publicada por Miguel Asín y Palacios en la Patrología Orientalis (t.13,3 [1916] y t.19,4 [1926]. Son interesantes en orden al estudio del influjo cristiano en la ascética musulmana. De ellos entresaca- mos algunos por vía de ejemplo.

Son los del segundo grupo los que más interés ofrecen y a los que de una manera particular nos referimos aquí. A pesar de que su valor histórico en conjunto ofrece ciertas garantías, son muy pocos los que dan señales de una autenticidad acrisolada. Baste decir que, de los 74 agrapha auténticos que incluyó Resch en su primera edición, sólo 36 le merecían esta categoría en la segunda edición. De éstos todavía Ropes excluyó 22, y Vaganay cree que únicamente son cuatro los ciertamente auténticos. Ha- brá, pues, que concluir, con la mayoría de los críticos, que son poquísimas las palabras originales de Jesús llegadas hasta nos- otros fuera del Evangelio. Su estudio, sin embargo, proporciona datos interesantes para el conocimiento de la historia del texto evangélico y de las corrientes espirituales que impulsaban a las cristiandades que nos los transmitieron.

La razón histórica de la desaparición de los hechos y dichos de Jesús a que alude San Juan (l.c.), puede buscarse en ciertos acontecimientos, como la destrucción de Jerusalén el año 70. Los pocos supervivientes de la catástrofe, que bien hubieran podido ser los difusores de esas tradiciones orales, se refugiaron en PeUa (Decápolis), donde vivieron aislados del resto de la co- munidad cristiana y expuestos al influjo de tendencias heréticas, que fácilmente viciaron las doctrinas ortodoxas, dando origen a la secta de los judío-cristianos. De aquí nació probablemente el Evangelio según los Hebreos.

Cf. sobre agrapha en general: J. B. Cotelier, Patres Apostolici (1672 y 1698); Grabe, Spicilegium SS. Patrum et Haereticorwn saeculi I, II, III (1698 y 17 14); N. Lardner, The Credibility of the Gospel History (1727); J. G. Kórner, De sermonibus Christi áypácpois (1776); Ch. K. J. Bünsen, Analecta Antenicaena, t.i p.29 (1856); VVescott, Introduction to the study of the Gospels, app. C: On the Apocryphal Traditions of the Lord's Words and Works (1860); J. T. Dodd, Sayings ascribed to our Lord by the Fathers and other primitive Writers (1874); Baring-Could, The lost and hostile Gos- pels; Agrapha, p.isóss. (1874); B. Pick, The Ufe of fesus according to the extra-canonical sources (1887); Extra-canonical Ufe of Christ (London 1903); A. Resch, Agrapha, aussercanonische Evangelienfragmente: TU V 4 (1889); Ip. (2.a ed.): Aussercanonische Schriftfragmente gesammelt und untersucht und in zweiter vollig neubearbeiteter durch Alttestamentliche Agrapha vermehrter Auflage herausgegeben von...: TU XXX 3 (1906); Bousset, Die Evan-

118

«AGRAPHA»

gelienzitate Justins des Martyrers (Góttingen 1891); J. H. Ropes, Die Sprüche Jesu, die in den kanonischen Evangelien nicht überliefert sind. Eine kritische Bearbeitung des von D. A. Resch gesammelten Mateúals: TU XIV 2 (1896); Id., The so-called Agrapha: AmJournTh 1 (1897) 758-776; B. Jackson, Twenty-five Agrapha, or extra-canonical Sayings of our Lord (1900); Ε. Man- genot, Agrapha: DThCath t.i col. 625-627; A. Harnack, Ueber einige Wor- te Jesu, die nicht in den kanonischen Evangelien stehen, nebst einem Anhang über die ursprüngliche Gestalt des Vaterunsers: SitzAkPr (1904) 170-208; E. Klostermann, Zu den Agrapha: ZtNW 6 (1905) 104-106; É. Preuschen, Antilegomena (Giessen 2igos) 26-31; Hautsch, Die Evangelienzitate des Orígenes (Leipzig): TU XXXIV 2 (1909); Ε. Nestle, Ein früher Agrapha- Sammler: ZtNW 11 (1910) 86-87; A. Uckeley, Worte Jesu, die nicht in der Bibel stehen: «Biblische Zeit-und Streitfragen» VII 3 (Gross-Lichterfel- de 191 1); A. Jacoby, Agrapha: 1. Zum Taufbericht des Hebraerevangeliums; 2. Zu 1 Kor. i5,54ss.; 3. Zu Mk. 11,23-24: ZtNW 13 (1912) 161-164; U. Holzmeister, Unbeachtete patristische Agrapha: ZtkTh (1915) 98-118; N. Noguer, Los dichos de Jesús llamados «Logia» y «Agrapha» (con ocasión de la obra de M. Asín y Palacios sobre los «Logia» musulmanes): RaF 51 (1918) 19-29.204-226; E. Jacquier, Les sentences du Seigneur extracanoni- ques: RBi N.S. 15 (1918) 93-135; L. G. da Fonseca, Agrapha: VD 2 (1922) 271-280; K. Kóhler, Das Agraphon bei Tertullianus, De Baptismo, 20 [: nam praeceserat dictum neminem in-tentatum regna caelestia consecuturum] : ThStKr 94 (1922) 169-173.744-749; E. Besson, Les Logia Agrapha: Paroles du Christ qui ne se trouvent pas dans les Evangiles canoniques (Bihorel-lez- Rouen 1923); Kraft, Die Evangelienzitate des hl. Irenaeus (Freiburg 1924); T. Schneider, Das prophetische «Agraphon» der Epístola Apostolorum: ZtNW 24 (1925) 151-154 [cf. Schmidt y I. Wajnberg, Gesprache Jesu mit seinen Jüngern nach der Auferstehung. Ein katolisch-apostolisches Sendschrei- ben des 2. Jahrhunderts. Nach einem koptischen Papyrus des Institut de la Mission archéologique au Caire, unter mitarbeit von Η. P. Lacau, derzeitigen Generaldirektor der dgyptischen Museen...: TU XLIII 2 (1919)]; Jenkinson, The Unwritten Sayings of Jesús (1925); R. Dunkerley, The unwritten gospel Ana and Agrapha of Jesús (London 1925); L. Vaganay, Agrapha: SupDBi (1928) col. 159-198; J. J. Gómez, Loguia o dichos del Señor extraev angélicos (Murcia 1935); U. Holzmeister, [Un logion de Jesús: «Λέγει κύριοξ· ó-rocv ξύλον κλιθη καϊ άναστΐ) καΐ όταν ίκ ξύλου αίμα στάξη»] : VD 21 (Ι941) 69-73 [está tomado de la Epist. Barnabae 12,1]; P. Andriessen, A propos d'un agraphon cité par Hippolyte [: «6 δε κύριος εφη· ταντα όψονται ol άξιοι γενόμενοι.» Comm. in Dan. 4,60]: VigChr 2 (1948) 248-249; J. Ruwet, Les Agrapha dans les oeuvres de Clément d'Alexandrie: Bi 30 (1949) 133-160; J. Jeremías, Unbekannte Jesusworte ( Abhandlungen zur Theologie des A. und Ν. T., n.16) (Zurich 1948); F. Amiot, Evangiles Apocryphes (París 1952) 28-36; JamesNT (repr. 1953) 33"37-

Sobre los agrapha litúrgicos, cf.: F. Cabrol: DACHEL t.i (1924) col. 979-984. Sobre los de origen judío: Strack y Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch: t.i, Das Evangelium nach Matthaus (München 1922); Pick, Jesús in the Talmud; His personality, hts disciples and his sayings (Chicago 19 13). Sóbrelos de origen musulmán: Margoliouth. Christ in Islam: ExpT (1893-1894) t.5 P.59.107.177SS.503SS. 561; M. Asín y Palacios, Logia et agrapha Domini Jesu apud Moslemicos scriptores, ascéticos praesertim usitata (i.a serie): PaOr t.13,3 (19 16) [texto árabe, versión latina y comentarios. Cf. recens. en CiTom 17 (1918) 135; RBi XV N.S. (1918) 278-279; Torrey: AmJournTh 23 (1918) 107-11 1} Power: Bi 1 (1920) 272-277; CDi (1918) 18-24; Guidi: RStOr 8 (1919)

«AGRAPHA» CANÓNICOS EXTRAEV.

119

179-181]; Id., Logia et agrapha Domini Iesu apud Moslemicos scriptores (2» serie): PaOr t.19,4 (1926) [cf. recens. Power: Bi 8 (1927) 219-223]; Id., In opus cui titulus, «Logia et Agrapha Domini Iesu apud Moslemicos scrip- tores, ascéticos praesertim usitata» (1 fase.) animadversiones: RBi 36 (1927) 76-83; R. Dunkerlf.y, The Muhammedan Agrapha: ExpT 39 (1927- 1928) 167-171.230-234.

/. « Agrapha)) canónicos extraevangélicos

1. Y, estando con ellos a la mesa, les recomendó que no se retirasen de Jerusalén, sino que aguardasen la promesa del Padre, «la cual oísteis de ; porque Juan bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo de aquí a no muchos días». [...] Díjoles: «No os toca a vosotros conocer los tiempos u oportunidades que el Padre determinó con su propia potestad; pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que ven- drá sobre vosotros, y seréis mis testigos así en Jerusalén como en toda la Judea y Samaría e incluso hasta en los confines de la tierra».

2. Es necesario ... recordar las palabras del Señor Jesús, pues El dijo: «Mayor dicha es la de dar que la de recibir».

3. Haced esto en mi memoria. [...] Haced esto, cuantas veces bebáis, en mi memoria.

4. Porque esto os afirmamos de acuerdo con la palabra del

1. Kocl συναλιζόμενος παρήχχειλεν αύτοϊς άπό Ιεροσολύμων μή χωρίζεσθαι, άλλά περιμένειν την έπαχχελίαν τοΟ πατρός ήν ήκούσατέ μου· δτι Ιωάννης μέν έβάπτισεν ύδατι, ύμεΐς δέ έν πνεύματι βαπτισθή- σεσθε άχίω ού μετά πολλάς ταύτας ημέρας. [. . . ] Είπεν δέ ττρός αυτούς· οΰχ ύμών έστιν χνώναι χρόνους ή καιρούς οϋς ό πατήρ εθετο έν τή ιδία έξουσία, άλλά λήμψεσθε δύναμιν επελθόντος του άγιου πνεύματος έφ' Ομάς, καΐ εσεσθέ μου μάρτυρες εν τε Ίερουσολήμ καΐ έν πάση τη Ιουδαία καΐ Σαμάρεια καΐ έως έσχατου της γης (Act. 1,4-8).

2. Δει . . . μνημονεύειν των λόχων τοΰ κυρίου Ίησοϋ ότι αυτός εί- πεν «Μακάριόν έστιν μάλλον διδόναι ή λαμβάνειν» (Act. 20,35).

3. Τοΰτο ποιείτε είς τήν έμήν άνάμνησιν. [. . . ] Τοΰτο ποιείτε, οσά- κις έάν πίνητε είς τήν έμήν άνάμνησιν (1 Cor. 11,24-25; cf. Le. 22,19-20).

4. Τοΰτο χάρ ύμΐν λέχομεν έν λόχω κυρίου, ότι ήμεΐς ol ζώντες ο\

ζ. Cf. Const. Apost. 4,3! Εριρη., Haeres. 74.S-

Cf. Const. Apost. 8,12. Asimismo la fórmula consecratoria en las liturgias de San Juan Crisóstomo, Santiago y San Marcos.

120

(AGRAPHA»

Señor: que nosotros, los vivos, los supervivientes hasta la ve- nida del Señor, no nos adelantaremos a los que durmieron.

5. He aquí que vengo como ladrón. Dichoso el que vigila y conserva sus vestidos de manera que no ande desnudo y deje ver sus vergüenzas.

2. Variantes de los manuscritos evangélicos

6. ... Mas vosotros haced por crecer (partiendo) de lo pe- queño, y [no] (Syro-Curet.) por disminuir (partiendo) de lo más grande. Y cuando os acerquéis, invitados, a un banquete, no os reclinéis sobre los puestos destacados, no sea que venga alguien más digno que tú, y, viniendo el anfitrión, te diga : Retírate un poco más abajo, y te llenes de vergüenza. Mas, si ocupas el lugar más inferior, te dirá el anfitrión: Ponte más arriba; y esto te será provechoso.

7. ¡ Y aquellos (los apóstoles) se excusaban diciendo : «Este mundo infiel e inicuo está bajo el poder de Satanás, el cual no permite a los mancillados por los espíritus percibir la verdadera fuerza de Dios. Manifiesta, pues, tu justicia», le decían los após-

περιλειπόμενοι εις την παρουσίαν του κυρίου ου μή φθάσωμεν τους kol- μηθέντας (1 Thes. 4,15).

5. Ιδού έρχομαι ώς κλέπτης· μακάριος ó γρήγορων και τηρών τά Ιμάτια αύτοΰ, 'ίνα μή γυμνός περιπατή και βλέπωσιν τήν άσχημοσύνην αυτού (Apoc. 16,15). ,

6. ... ϋμεΐς δέ ζητείτε εκ μικροΰ αύξήσαι καΐ έκ μείζονος έλαττον είναι. Εισερχόμενοι δέ και παρακληθέντες δειττνήσαι, μή άνακλίνεσθε εις τους έξέχοντας τόπους, μήποτε ενδοξότερος σου έπέλθη και προσελθών ό δειπνοκλήτωρ εϊπη σοι· έτι κάτω χωρεί, καΐ καταισχυνθήση. Έάν δέ άναπέσης είς τόν ήττονα τόπον και έπέλθη σου ήττων, έρεΐ σοι ó δειπνοκλήτωρ· σύναγε έτι άνω, και έσται σοι τοΰτο χρήσιμον (Codex Bezaé, s.VI; cf. Mt. 20,28).

7. Ms. de Freer, ε 14,032. Κάκεΐνοι άπελογοΰντο λέγοντες· ότι ó αιών ούτος της ανομίας και της απιστίας ύπό τόν Σατάνάν έστιν, ó μή έών τά ύπό τών πνευμάτων ακάθαρτα τήν άληθινήν του Θεοΰ καταλα- βέσθαι δύναμιν διά τοΰτο άποκάλυψόν σου τήν δικαιοσύνην ήδη, εκείνοι

6. Puede encontrarse, además, esta lección en el cod. Φ, en la Sinaí- txca Curetoniana, en la Peschito, en numerosos manuscritos de la Vetús La- tina y en la Vulgata.

7. Se trata de un manuscrito uncial griego del siglo V, encontrado a principios de este siglo en Egipto y adquirido por Freer. La variante que ofrece parece ser una combinación de textos evangélicos. Parte de esta adi- ción nos era ya conocida por San Jerónimo (Dial. adv. Pelagium 2,15).

VARIANTES DE LOS MANUSCRITOS EVANGÉLICOS

121

toles a Cristo. Mas El les dijo : «Se han cumplido los años de du- ración del poder satánico, pero se acercan otras cosas terribles. Yo me entregué a la muerte por los que pecaron, para que vuel- van a la verdad y no tornen a pecar y para que sean herederos de la gloria espiritual e incorruptible que está en el cielo».

8. El mismo día, habiendo visto a uno que trabajaba en sábado, le dijo: «Hombre, si te das cuenta de lo que haces, di- choso de ti; pero, si no, maldito eres y transgresor de la Ley».

9. Porque yo vine a vosotros como el que sirve, no como el que está sentado a la mesa; mas vosotros os habéis engran- decido en mi servicio como el que sirve.

10. Y, al ser bautizado, salió del agua una gran luz y le rodeó, de manera que se llenaron de temor todos los que allí habían llegado.

11. Y de repente, sobre la hora de tercia, las tinieblas se extendieron por toda la faz de la tierra y descendieron ángeles del cielo. Y al resucitar (Jesús) con el resplandor de Dios vivo, (éstos) se elevaron juntamente con El, y al momento sobre- vino la luz. Entonces ellas (las mujeres) se acercaron al sepul- cro y ven removida la piedra.

12. Golpeaban su pecho diciendo: ¡Ay de nosotros ! Este

ελεγον τώ Χριστώ· καΐ ό Χριστός έκείνοις προσέλεγεν δτι πεπλήρωται ó όρος των ετών της εξουσίας του Σατανά, αλλά εγγίζει άλλα δεινά· και υπέρ τών άμαρτησάντων εγώ παρεδόθην εις θάνατον ί'να ύποστρέ- ψωσιν εις την άλήθειαν και μηκέτι άμαρτήσωσιν, ϊνα την έν τώ ούρανώ πνευματικήν και άφθαρτον της δικαιοσύνης δόξαν κληρονομήσωσιν . . . άλλα πορευθέντες . . . (Entre los vers. 14 y 15 del c.16 de San Marcos).

8. Τη αύτη ημέρα, θεασάμενός τίνα έργαζόμενον τώ σαββάτω, εΐπεν αΰτώ· «"Ανθρωπε- εί μέν οίδας τί ποιείς, μακάριος εΐ, εί δε μή οΐδας, έπικατάρατος και παραβάτης εί του νόμου» ( Codex Bezae; cf. Le. 6,4).

9. Έγώ γάρ έν μέσω υμών ήλθον οϋχ ώς άνακείμενος, άλλ'ώς ό διακονών, και ύμεΐς ηϋξήθητε έν τη διακονία μου ώς ό διακονών ( Codex Bezae; cf. Le. 22,27).

10. Et cum baptizaretur, lumen ingens circumfulsit de aqua ita ut timerent omnes qui advenerant (Cod. Vercellensis, s.IV, y San- germanensis, s.VII; cf. Mt. 3,13-17).

11. Súbito autem ad horam tertiam tenebrae diei factae sunt per totum orbem terrae ; et descenderunt de caelis angelí ; et surgente in claritate viví Dei, simul ascenderunt cum eo; et continuo lux facta est. Tune illae accesserunt ad monumentum et vident revolu- tum lapidem. (Cod. Bobbiensis, s.IV-V).

12. Percutiebant pectus suum] dicentes: vae erat nobis! Filius

8. Cf. Gal. 3,10; 2,8; Epist. Iacobi 1,25; 2,12; lo. 13,17.

122

«AGRAPHAí

era el Hijo de Dios. He aquí que ya ha llegado la ruina de Je- rusalén.

3. uAgrapha)) citados por los padres

13. Así, dice, los que pretenden verme a y conseguir mi reino, han de alcanzarme a fuerza de tribulaciones y sufri- mientos.

14. Por eso dijo también Nuestro Señor Jesucristo: «En · el estado en que os sorprenda, en él os juzgaré».

15. Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, dijo: «Es necesario que vengan los bienes, y dichoso aquel por quien vienen».

16. Mi secreto para y para los hijos de mi casa.

17. Pedid las cosas grandes y os darán por añadidura las pequeñas.

18. Justamente, pues, la Escritura, en su deseo de que nos

Dei erat iste. Venerunt ecce iudicia desolationis Hierusalem (Cod. Palatinus y Vercellensis ; cf. Le. 23,48).

13. Ούτω, φησίν, θέλοντές με Ιδεϊν καϊ άψασθαί μου Tris βασι- λείας, όφείλουσιν θλιβέντες και παθόντες λαβείν με (Epist. Barnabae 7,11: ed. de Sixtus Colombo [Torino 1934] p.107).

14. Διό και ημέτερος κύριος Ίησοΰς Χριστός εΐπεν «Έν οϊς άν ύμάς καταλάβω, έν τούτοις καϊ κρινώ» (Iustinus, Adversus Tryph. 47: PG 6,58oA).

15. Ό κύριος ημών Ίησοΰς Χριστός, ό υιός τοΰ Θεοΰ, εφη· «Τά άγαθά έλθείν δει, μακάριος δέ, φησίν, δΓού έρχεται» (Epitome Clemen- tina I c.%: PG 2.540A).

16. Μυστήριον έμόν έμοί κα'ι τοις υίοϊς τοΰ οίκου μου (Clemens Alex., Strom. V 10,63,7: PG 9,97A.)

17. Αίτεϊσθε γάρ τά μεγάλα καϊ τά μικρά ύμϊν -ττροστεθήσεται (Clemens Alex., Strom. I 24,158,2: PG 8.905B).

18. Είκότως άρα καϊ ή γραφή τοιούτους ημάς διαλεκτικούς ούτως

ΐ3· Cf. Act. 14,22; Mt. 5.10; 10,38; 16,24; Me. 8,32.

14. Cf. Mt. 24,40-42; 25,13; Entre los escritores eclesiásticos, Clem. Alex., Quis dives salv. 40; Cypr., De mortalitate 17.

15. Cf. Mt. 18,7; Le 17,1.

16. Cf. Homil. Clement. 19,20; Theodoret., In Ps. 65; Chrysost., Epist. ad Cor. hom.7,2; Ruwet (Bi 30 [1949] 138) piensa que Clemente, al citarla, la tenía por verdadero agraphon.

17. Cf. Orig., De orat. libell. 2 y 14; Selecta in Ps. 4; Euseb., In Ps. 16, 2. Ruwet (art. cit., p-i46) cree que se trata de una fórmula catequética de- rivada de Mt. 6,33; Le. 12,31 y 33.

18. Cf. Orig., In Mt. t.27; Cyrill. Hierosol., Cateches. 6,26; Basil., In Is. 1,22. Ruwet (art. cit., p.146) cree que se trata de un agraphon in sensu

123

hagamos dialécticos de esta categoría, nos exhorta: «Sed ban- queros expertos, rehusando lo (malo) y reteniendo lo bueno».

19. Y el Señor dijo: «Salid (libres), los que queréis, de vuestras ligaduras».

20. Dice, pues, Jesús: «Me hice débil por los débiles y pasé hambre por los hambrientos y sed por los sedientos».

21. Por eso dice el Salvador: «Sálvate y tu alma».

22. Y otra vez dice el Señor: «El que está casado no sea repudiado y el célibe no se case. El que está determinado a vivir en soltería según su propósito, que permanezca célibe».

23. Y en el Evangelio está escrito: «La sabiduría envía sus hijos».

24. Por lo cual dice el Salvador: «El que anda cerca de anda cerca del fuego; mas el que está lejos de mí, lejos está de (mi) reino».

25. Por eso dice: «Heme aquí presente a mí, el que habla por medio de los profetas».

έθέλουσα γενέσθαι παραινεί- «Γίνεσθε δέ δόκιμοι τραττεζϊται, τά μεν άπο- δοκιμάζοντες, τό δέ καλόν κατέχοντες» (Clemens Alex., Strom. I 28,177,2: PG 8.924Β).

19. Καΐ ό Κύριος· «Εξέλθετε, είττεν, έκ των δεσμών oi θέλοντες» (Clemens Alex., Strom. VI 6,44: PG 9.265A).

20. Και Ιησούς γοΰν φησίν «Δια τούς άσθενοΰντας ήσθενοΟν και διά τούς πεινώντας έττεινών και δια τούς δειψώντας έδιψών» (Orígenes, InMt. 13,2: PG 13.1097Β).

21. Διά τούτο λέγει ό Σωτήρ· «Σώζου σύ καΐ ή ψυχή σου» (Cle- mens Alex., Excerpta ex Theod. 2: PG 9.263B).

22. Kai πάλιν ό Κύριος φησίν «Ό γήμος μή έκβαλλέτω και ό μή γαμήσας μή γαμείτω· ό κατά πρόθεσιν εύνουχίας όμολοχήσας μή γήμαι, άγαμος διαμενέτω» (Clemens Alex., Strom. III 15,97,4: PG 8.1197A).

23. Kal έν τω εύαγγελίω άναγέγραπται· «Και άποστέλλει ή σοφία τά τέκνα αυτής» (Orígenes, Ιη Ier. 14,5: PG 13.409Β).

24. Διό φησίν ό Σωτήρ· «Ό εγγύς μου, εγγύς του πυρός· ό δέ μακράν άπ'έμοΰ, μακράν άπό της βασιλείας» (DiDYMUS, Ιη Ps. 88,8: PG 39.1488D).

25. Διά τούτο λέγει· «Ό λαλών έν τοις προφήταις, Ιδού πάρειμι» (Epiphanius, Haeres. 66,42: PG 42.93Α).

lato; probablemente, una fórmula más expresiva de la perícope: «Omnia autem probate; quod bonum est tenete» (1 Thes. 5,21), junto a la cual viene siempre citado.

20. Cf. Mt. 25,35-36.

21. Cf. Gen. 19,17; Le. 17,33.

22. Puede ser la refundición de 1 Cor. 7,10 y Mt. 19,3-12.

23. Parece ser una cita de Prov. 9,3.

24. Cf. Orig., In Ier. hom. 20,3.

124

cAGRAPHA»

26. ... la sentencia evangélica que dice: «Pasa la aparien- cia de este mundo».

27. Pues dice: «¿Has visto a tu hermano? (Hazte cuenta de que) has visto a tu Dios».

28. Hablando de María, dijo Marta que la había visto son- reírse. María repuso: No me reí, pues (Jesús) anunció en su predicación que «lo débil sería salvado por lo fuerte».

29. Por tanto, decíales el Señor : « ¿Por qué os admiráis de los prodigios? Una herencia os voy a dar que no posee el mun- do entero».

30. Asimismo, acerca de la caridad: «El amor, dijo, cubre multitud de pecados».

31. «Si alguien comulga el cuerpo del Señor y usa de pu- rificaciones, será maldito», como dijo el Señor (Norma canó- nica de los Santos Apóstoles n.3).

32. Porque dice la Escritura: «El hombre que no es ten- tado, no es aprobado».

33. Pues dijo : «Muchos vendrán en mi nombre vestidos

26. ... τό εύαγγελικόν ρήμα τό λέγον «Παράγει γαρ τό σχήμα τοΰ κόσμου τούτου» (Theodorus Balsamo, Epist. de Rasaph.: PG 138,1373).

27. Είδες, γαρ φησι, τόν άδελφόν σου, είδες τόν Θεόν σου (Cle- mens Alex., Strom. I 19,94,5 y II 15,70,5: PG 8.812A y 1009A).

28. Μάρθα είττεν δια Μαριάμ, ότι είδεν αυτήν μειδιώσαν. Μαρία εΐπεν ούκέτι έγέλασα· προέλεγε γάρ ΰμΐν δτε έδίδασκεν, ότι «τό ασθενές δια του ισχυρού σωθήσεται» (Ord. Ecl. de los Apóst. 26 [Preuschen, Antilegomena p.27 n.4]).

29. Λοιπόν ό Κύριος έ'λεγεν αϋτοΐς· «Tí θαυμάζετε τά σημεία; κλη- ρονομίαν μεγάλην δίδωμι ΰμΐν ήν ούκ εχει ό κόσμος όλος» (Macarius Aegypt., Homilia 12,17: PG 34.568D).

30. Ναι μην και περί αγάπης· «Αγάπη, φησί, καλύπτει πλήθος άμαρτιών» (Clemens Alex., Paedagogus III 12,91,3; Strom. IV 8,111,3: PG 8.669C y 1320B).

31. «E'í τις μεταλάβη τό σώμα τοΰ Κυρίου και λούσεται, έπικατά- ρατος έσται», καθώς εΐπεν ό Κύριος («"Ορος κανονικός τών άγίων αποσ- τόλων», 3. Preuschen, Antilegomena ρ. 28 n.19).

32. Λέγει γάρ ή γραφή· «Άνήρ άδόκιμος, άπείραστος» (Didasca- lia II 8. Preuschen, Antilegomena ρ. 29 n.20).

33. Είπε γάρ· «Πολλοί έλεύσονται επί τω όνόματί μου έξωθεν ένδε-

27- Cf. Tertull., De orat. 26.

30. Cf. Didasc. Apost. Syr. 4. Se encuentra en 1 Pet. 4,8.

32. Cf. Tertull., De baptismo 20.

33. Cf. Didasc. Apost. Syr. 3. Parece aludir a 1 Cor. 11,19.

(AGRAPHA» CITADOS POR I.OS PADRES

125

por fuera con pieles de oveja, pero por dentro son lobos rapa- ces»; y: «Habrá cismas y herejías» .

34. Pues así dijo: «Compadeceos para que seáis compa- decidos ; perdonad para que se os perdone ; conforme a vuestro comportamiento en relación con los demás, será el de ellos con relación a vosotros ; del mismo modo que dais, se os dará ; como juzgáis, así seréis juzgados; en la medida que seáis benignos, se usará de benevolencia con vosotros; la vara con que medís, servirá de medida para vosotros mismos».

35. Se ha dicho también acerca de esto: «Que sude la li- mosna en tus manos hasta tanto que sepas a quién se la vas a dar».

36. Dice el Señor : «Cuando el madero se incline y (vuel- va a) subir y cuando de él destile sangre...»

37. Estando el Señor hablando a sus discípulos acerca del futuro reino de los santos y ponderando lo glorioso y admirable

δυμένοι δέρματα προβάτων, εσωθεν δέ είσι λύκοι άρπαγες» (Mt. 7,15), και- «"Εσονται σχίσματα και αιρέσεις» (Iustinus, Dialogus 35: PG 6.549C).

34· Ούτως γαρ είπεν «Έλεατε ίνα έλεηθήτε- άφίετε ίνα άφεθη ύμϊν ώς ποιείτε, ούτως ποιηθήσεται ύμϊν ώς δίδοτε, ούτως δοθήσεται ύμϊν ώς κρίνετε, ούτως κριθήσεσθε- ώς χρηστεύεσθε, ούτως χρηστευθήσεται ύμϊν ώ μέτρω μετρεΐτε, έν αύτω μετρηθήσεται ύμϊν» (I Clem. 13,2: ed. Sixtus Colombo, ρ. 26).

35· Άλλα και περί τούτου δέ είρηται· «Ίδρωσάτω ή ελεημοσύνη σου εις τάς χείρας σου μέχρις άν γνως τίνι δως (Didaché 1,6: ed. Six- tus Colombo p.2).

36. Λέγει Κύριος- «Όταν ξύλον κλιθη και άνοστη και δταν έκ ξύλου αίμα στάξη» (Epist. Barnabae 12,1 : ed. Sixtus Colombo ρ. 115).

37. Του ούν Κυρίου διηγουμένου τοις μαθηταΐς περί της μελλούσης των αγίων βασιλείας, ώς εΐη ένδοξος κα'ι θαυμαστή, καταπλαγεϊς ό Ίού-

34- Cf. Mt. 6,14 y 15; Le. 6,31.

36. El origen de la primera parte de este agraphon puede encontrarse en el apócrifo IV Esdras 4,33; 5,5. En cuanto a la primera, no es tan fácil determinar su filiación. Eüa constituye, sin embargo, un testimonio de mu- cho valor arqueológico para conocer el modo cómo se efectuaba ordinaria- mente la crucifixión. Cf. Holzmeister: VD 21 (1941) 69-73.

37. Los testimonios de Ireneo e Hipólito se refieren al mismo agraphon. Puede ser que éste sea más literal en su expresión, mientras que el traduc- tor latino de Adv. haeres., leyendo otra palabra en lugar de άξιοι, ha tomado quizá el verbo ylyvopai en el sentido de llegar («qui venient in illa»). Cf. An- driessen: VigChr 2 (1948) 248-249. Descripciones similares del reino me- siánico se encuentran en el Apocalipsis judío de Baruch (29,5) y en un En- comien a San Juan Bautista editado por Budge: Coptic Apocrypha (1913). Cf. JamesNT 37.

126

«AGRAMA»

que será, maravillado Judas ante la descripción, dijo: «¿Quién, pues, podrá ver estas cosas?» Y el Señor replicó: «Será dado ver estas cosas a aquellos que se hicieren dignos de ello».

Asimismo, los ancianos que conocieron a Juan, el discípulo del Señor, recuerdan haberle oído referir las enseñanzas y dichos de Jesús acerca de aquellos tiempos : «Días vendrán en que brotarán las vides, teniendo cada cepa diez mil sarmientos ; y en cada sarmiento habrá diez mil ramos, y en cada sar- miento habrá diez mil renuevos; y en cada renuevo, diez mil racimos; y en cada racimo, diez mil granos de uva; y cada grano de uva, al ser exprimido, dará veinticinco metretas de vino [= loo lit. ]. Y cuando alguno de los santos vaya a tomar un racimo, otro le dirá: Yo soy mejor; tómame a y por mi medio bendice al Señor. De la misma manera, cada grano de trigo ha de producir diez mil espigas, y cada espiga ha de tener diez mil granos, y cada grano ha de dar cinco libras dobles de flor pura de harina. Y todos los demás frutos, hierba [s] y simientes proliferarán según esta proporción. Todos los ani- males que se nutran de estos alimentos provenientes de la tierra serán pacíficos entre sí, vivirán amigablemente y estarán sometidos a los hombres con toda sujeción». De estas cosas da también testimonio por escrito Papías, hombre antiguo, discí- pulo de Juan y compañero de Policarpo, en el cuarto de entre

6as επί τοΐξ λεγομένοις εφη· «Και τίς άρα δψεται ταΰτα;» ό δέ Κύριος εφη· «Ταΰτα όψονται οί άξιοι γενόμενοι» (Hippolytus, Comm. in Dan. 4,60).

Quemadmodum presbyteri meminerunt, qui Ioannem discipu- lum Domini viderunt, audisse se ab eo, qüemadmodum de tempo- ribus illis docebat Dominus et dicebat: «Venient dies, in quibus vineae nascentur, singulae decem millia palmitum habentes, et in uno palmite dena millia brachiorum, et in uno vero palmite dena millia flagellorum, et in unoquoque flagello dena millia botruum, et in unoquoque botro dena millia acinorum, et unumquodque acinum expressum dabit viginti quinqué metretas vini. Et cum eorum ap- prehenderit aliquis sanctorum botrum, alius clamabit: Botrus ego melior sum, me sume, per me Dominum benedic. Similiter et gra- num tritici decem millia spicarum generaturum, et unamquamque spicam habituram decem millia granorum, et unumquodque gra- num quinqué bilibres similae clarae mundae: et reliqua autem poma et semina et herbam secundum congruentiam iis consequentem : et omnia animalia iis cibis utentia quae a térra accipiuntur, pacifica et consentanea invicem fieri, subiecta hominibus cum omni subiec- tione». Haec autem et Papias Ioannis auditor, Polycarpi autem con- tubernalis, vetus homo, per scripturam testimonium perhibet, in

«AGRAPHA» DE ORIGEN MUSULMÁN

127

sus libros; pues son cinco los que escribió. Y añadió estas pa- labras: «Pero esto es digno de crédito únicamente para los cre- yentes. Y al no creer», dice, «Judas el traidor y preguntar de qué manera realizaría el Señor tales proliferaciones», refiere que dijo el Señor : «Las verán aquellos que sean capaces de llegar hasta allí».

38. «Sed fuertes en la batalla y luchad con la serpiente antigua, y alcanzaréis el reino eterno», dice el Señor.

4. uAgrapha)) de origen musulmán

39. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «¡Cuántos son los árboles ! Pero no todos dan fruto. ¡Cuántos son los frutos ! Pero no todos son buenos. ¡Cuántas son las ciencias ! Pero no todas son útiles».

40. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «No colguéis las margaritas al cuello de los puercos, pues la sabiduría vale más

quarto librorum suorum: sunt enim illi quinqué libri conscripti. Et adiecit dicens: «Haec autem credibilia sunt credentibus. Et luda», inquit, «proditore non credente et interrogante : quomodo ergo tales geniturae a Domino perficientur?», dixisse Dominum: «Videbunt qui venient in illa» (Irenaeus Adv. Haeres. V 33,3ss. Ed. Sixtus Co- lombo, p.132).

38. «Estote fortes in bello et pugnate cum antiquo serpente, et accipietis regnum aeternum», dicit Dominus (Oíd English Homilies and Homiletic Treatises of the twelfth and thirteenth Centuries. Ed. R. Morris, serie I, p.151, London 1868. También se encuentra en el Breviario Romano, Comm. Apóstol., ant. ad Magníficat, II Vísperas).

39. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Quam multae sunt ar- bores! Sed non omnes fructum ferunt. Quam multi sunt fructus! Sed non omnes boni. Quam multae scientiae ! Sed non omnes útiles» (Algazel, Libro del renacimiento de las ciencias religiosas I 24,5, cit. por Asín y Palacios: PaOr, serie I n.2).

40. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Ne appendatis margari- tas ad porcorum colla; sapientia enim melior est quam margarita,

38. E! valor histórico de ios agrapha litúrgicos es muy escaso, teniendo en cuenta su data tardía y su carácter de refundiciones hechas a base de textos sagrados y aun apócrifos.

39 Ofrecemos la versión latina publicada por Asín y Palacios (l.c). Para la filiación de este agraphon cf. Mt. 7,16-20.

40. Cf. Mt. 7,2iss

128

cAGRAPHA)

que las margaritas, y quien la despreciare, peor es que los puercos».

41. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «¿Cómo va a ser contado entre los sabios el que, (después de estar) andando por la senda que conduce a la vida futura, dirige sus pasos hacia la vida de este mundo? Y ¿cómo va a ser contado entre los sa- bios el que busca la palabra de Dios para anunciarla a los de- más y no para ponerla en práctica?»

42. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «Dichoso el que abandona la pasión del momento por una promesa ausente que aún no vió».

43. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «Guardaos de mirar a las mujeres, pues esto siembra la concupiscencia en el cora- zón y es suficiente para excitar la tentación».

44. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «No pueden estar a la vez en el corazón del creyente el amor de este mundo y el de la vida futura. De la misma manera que el agua y el fuego no pueden tampoco permanecer juntos en un mismo vaso».

et qui illam spreverit, peior est quam porci» (Algazel, o.c, I 43,4; Asín P., serie I n.4).

41. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Quomodo ínter sapien- tes [recensendus] erit qui, per viam futurae vitae incedens, gressus suos versus vitam huius mundi dirigit? Et quomodo ínter sapientes [recensendus] erit, qui verbum [Dei, scilicet] quaerit, ut illud aliis renuntiet, non vero ut illud re adimpleat?» (Algazel, o.c, I 46,14; Asín P., serie I n.6).

42. Dixit Iesus (quem Deus salutet !) : «Beatus qui reliquerit cu- piditatem praesentem propter [aliquid] promissum absentem (?) [absens] quod nondum vidit» (Algazel, o.c, III 48,8; Asín P., serie I n.20).

43. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Cávete vobis ab ad- spectu [mulierum scilicet] ; concupiscentiam enim in corde seminat et ad tentationem sufficit» (Algazel, o.c, III 74,2; Asín P., se- rie I n.23).

44. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Non permanent [simul] amor huius mundi et futurae vitae in corde credentis, sicut nec permanent aqua et ignis in uno eodemque vase» (Algazel, o.c, III 140,10; Asín P., serie I n.35).

41. Cf. Le. 9,62; 17.32; Mt. 13,3.

42. Cf. lo. 12,25.

43. Cf. Mt. s,6 y 7.

44. Cf. Mt. 6,24.

«AGRAPHA» DE ORIGEN MUSULMÁN

129

45. Dijo Jesús (a quien Dios salude): «Quien busca el mundo se parece al hombre que bebe agua de mar. Cuanto más bebe, tanto más aumenta su sed, hasta que el agua acabe por matarle».

46. Dijo el Mesías (a quien Dios salude) : «Dichoso aquel a quien Dios enseña su libro y luego no muere soberbio».

47. Decía Jesús (a quien Dios bendiga y salude), a los hijos de Israel: «Os recomiendo el agua pura, las hierbas silvestres y el pan de cebada. Y tened cuidado con el pan de trigo, pues nunca podréis dar a Dios cumplidas gracias por él».

48. Se cuenta de Jesús, hijo de María (a los cuales Dios salude y llene de bendiciones), que dijo: « ¡Oh gremio de los sabios ! Habéis abandonado la senda de la verdad y habéis amado el mundo. Dejad, no obstante, a estos reyes el dominio de éste, así como ellos os han dejado a vosotros el de la sabi- duría».

49. Se cuenta de Jesús (a quien Dios salude), que dijo a sus apóstoles: «No os he enseñado a vanagloriaros, sino a tra-

45. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Qui mundum quaerit similis est homini qui aquam maris bibit: quo magis potum auget, eo magis auget sitim, doñee [aqua] ipsum interficiat» (Algazel, o.c, III 149,5; Asín P., serie I n.48).

46. Dixit Messias (quem Deus salutet!): «Beatus ille quem Deus librum suum docuerit, postea autem non moriatur superbus» (Algazel, o.c, III 235,21; Asín P., serie I n.56).

47. Dicebat Messias (cui Deus benedicat eumque salutet!), ad filios Israel: «Vobis commendo puram aquam et herbas sylvestres et panem hordeaceum! Et cávete a tritic[e]o pane, siquidem pro illo dignas Deo gratias agere numquam poteritis» (Algazel, o.c, IV 164,14; Asín P., serie I n.8o).

48. Traditur de Iesu filio Mariae (quos ambos Deus benedictio- nibus impleat et salutet!), quod dixit: «O coetus sapientium! A via veritatis declinastis et mundum dilexistis. Sicuti tamen reges vobis sapientiam reliquerunt, ita et vos ipsis mundi dominium relinquite» (Samarqandi [s.X], Desvelo de los negligentes 190,12; Asín P., se- rie II n.147).

49. Traditur Iesum (quem Deus salutet!), dixisse apostolis suis: «Non docui vos ut gloriemini. Tantummodo vos docui ut ope- remini. Sapientia non est quidem eloquium sapientiae, sed sapien-

45. De origen desconocido.

46. Cf. Mt. 14,25.

47. De origen desconocido.

48. De origen desconocido.

49. Cf. Mt. 22,21.

Ev. apócrifos

5

130

cAGRAPHA»

bajar. La sabiduría no consiste ciertamente en la expresión de la ciencia, sino en la práctica de ella».

50. Dijo Jesús (a quien Dios salude) : «Dos son mis ami- gos. Quien los ama, a me ama; quien los odia, a me odia. Es, a saber: la pobreza y la mortificación de la codicia».

51. Dijo el Mesías (a quien Dios salude): « ¡Oh gremio de los apóstoles ! ¡Cuántas son las lámparas que apaga el viento ! ¡A cuántos siervos de Dios corrompe la vanidad

tiae praxis» (Ibn Abd al-Barr, Breviario o summa acerca de la cien- cia de las tradiciones proféticas . . . 100,8; Asín P., serie II n.156).

50. Dixit Iesus (quem Deus salutet!): «Dúo quidem sunt ami- ci mei. Qui eos amat, me amat; qui autem eos odit, me odit; pauper- tas, scilicet, et cupiditatis mortificatio» (Algazel, Epítome del rena- cimiento de las ciencias religiosas 246,16; Asín P., serie II n.169).

51. Dixit Messias (quem Deus salutet!): «O coetus apostolo- rum ! Quam multas lampades ventus ex[s]tinguit. Quam multos Dei servos vanitas corrumpit» (Algazel, Epítome... cit. 63,14; Asín P., serie II n.176).

50. Cf. Mt. 7,24 y 26.

51. Cf. Mt. 5,3-12.

52. De origen desconocido

APOCRIFOS DE LA NATIVIDAD

APOCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Figura a la cabeza de este ciclo el Protoevangelio de Santiago, al que siguen muy de cerca las diversas redacciones occidenta- les, entre las que destacan el evangelio del Ps. Mateo y el De nativitate Mariae.

Estos apócrifos, a diferencia de los anteriormente mencio- nados, nos han llegado íntegros, lo cual se debe principalmente a su carácter ortodoxo. Comienza su aparición en la segunda mitad del siglo II y vienen a ser como una contrarréplica a las tendencias malsanas que pululaban en los apócrifos heréticos de época anterior.

Tienen, pues, ante todo una finalidad teológica, y es defender el honor de María, particularmente en lo que se refiere a su concepción y parto virginales. Para ello echan mano de los ar- gumentos más eficaces que puede suministrarles la tradición o su propia imaginación. Se echa de ver en ellos, además, otra finalidad, que es la de satisfacer nuestra curiosidad acerca de los hechos que no constan en los evangelios canónicos: padres de María, vida de ésta, circunstancias del nacimiento de Jesús. Su fuente de información debió ser ante todo la tradición oral transmitida por las primeras generaciones cristianas, retocada y ampliada por la propia imaginación del autor.

El estilo de estos escritos es aceptable, si bien la crudeza de ciertos episodios llega a herir nuestra sensibilidad.

Su influjo ha sido enorme. El Protoevangelio influyó podero- samente sobre los himnógrafos, predicadores, iconógrafos y aun doctores de la Iglesia bizantina (griega, eslava, etc.). En Occidente fueron el Ps. Mateo y el De nativitate los encargados de transmitir y difundir las leyendas protoevangélicas. Estas no tuvieron eco inmediato en los círculos literarios eclesiásticos (San Jerónimo les hizo fuerte oposición), pero fueron infiltrán- dose en el pueblo como corriente subterránea y aflorando re- petidas veces en las tradiciones populares, en la iconografía y aun en la misma liturgia (recuérdese el origen de la fiesta de la Presentación de la Virgen).

La Legenda áurea, del obispo Jacobo de Vorágine, O. P., y el Speculum historíale, de Vicente de Beauvais, son los máximos

134

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

exponentes del influjo protoevangélico (radicalmente) en el Oc- cidente medieval. En estas obras se inspiraron los artistas y aun las almas contemplativas de siglos posteriores. Entre estas últimas baste citar los nombres de sor María de Jesús de Agre- da (f 1665) 1 y de A. C. Emmerich (f 1824) 2.

Cf. A. Kirpichnikov, Skazanjia o zilii presv. Devy Marii i ich vyra- zenie w srednevehovom iskustve: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosve- schenija» (S. Petersburgo 1883); Ε. V. Barsov, O vozdeistvii Apokrifov na obriad i ikonopis: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosveschenija» (S. Pe- tersburgo 1885); F. A. (von) Lehner, Die Marienverekrung in den ersten Jahrhunderten (Stuttgart 2 1886); N. Baldoria, La nascita di Cristo nell' arte figurativa: ItArtI 5 (1886); Ch. Rost, Les Evangiles Apocryphes de V en f anee de Jésus-Christ avec une introduction sur les récits de Mathieu et de Luc (Thése) (Montauban 1894); M. A. Potter, The legendary Story of Christ's Childhood (New York 1899); Ρ· Α., Legends of the Holy Childhood. Retold from the Gospels of the Infancy and other sources (London 1927); A. Siegmund, Die Üeberlieferung der griechisch-christlichen Schriftsteller in der lateinischen Kirche bis zura 12. ]h. (München 1949); M. Trens, Vida y leyenda de la Virgen a través del arte español (Barcelona 1954).

1 Mística ciudad ¿e Dios t.8 (Barcelona 1860) [«Sobre la vida de la Virgen»].

2 Leben der hlgn. Jungfrau Maria... aufgeschrieben von Clemens Brentano (Regensburg 1904). El influjo apócrifo se deja sentir continuamente en las relaciones que hace de sus visiones y meditaciones, v. gr., el sacerdote Rubén rechaza los dones de Joaquín (p.33); distribución que éste hacía de su ha- cienda (p.31); Ana y su esclava (p.35); encuentro de Joaquín y Ana en la Puerta Dorada (p.48), etc.

1. PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

Es el apócrifo ortodoxo más antiguo de los que se conservan íntegros y, al mismo tiempo, el que más ha influido en las na- rraciones extracanónicas de la natividad de María y de Cristo.

El título con que ahora le conocemos ( Protoevangelio) se debe al humanista francés Guillermo Postel, S. I. (f 1581), quien lo dió a conocer en Occidente *. Este, al ver que se leía en las iglesias de Oriente, pensó falsamente que allí era con- siderado como evangelio canónico, y él lo tomó asimismo por el prólogo del evangelio de San Marcos, en cuanto que el relato se ciñe sobre todo a los antecedentes de María y de José. De aquí el título de Πρωτο-ευαγγέλιον. Seguramente sería más acer- tado llamarle sencillamente Βίβλος Ιακώβου, que es el nombre con que le conocía Orígenes 2.

El supuesto autor, a quien se atribuye para dar mayor au- toridad al relato, es Santiago el Menor, el hermano del Señor, que era más conocido que el hijo del Zebedeo (cf. Epílogo, c.25).

El texto actual fué definitivamente fijado por Tischendorf 3 usando unos dieciocho o veinte manuscritos diferentes. De esta edición dependen las demás que se han publicado hasta la fe- cha. Entre éstas merece atención especial la de E. Amann4 por lo acabado de su estudio introductorio. A ella nos referimos con frecuencia en nuestra introducción y notas.

El Protoevangelio, tal como ha llegado hasta nosotros, consta de tres partes marcadamente distintas: 1) vida de María hasta el nacimiento de Cristo (c. 1-16); 2) nacimiento de Jesús y ma- ravillas que le acompañan (c. 17-21); 3) matanza de los Inocentes y martirio de Zacarías (c. 22-24). El relato se cierra, finalmente, con un epílogo (c.25).

1 Hizo de él una traducción latina publicada por Bibliander (Buch- mann) bajo el título de Protevangelion, seu de natalibus Iesu Christi et ipsius matris Virginis Mariae sexmo historiáis divi Iacobi Minoris. Evangélica his- toria quam scripsit B. Marcus. Vita Marci evangelistae collecta per Theodo- rum Bibliandrum (Basilea 1552). El texto griego fué publicado primeramente por M. Neander (Neumann) en 1564 (cf. infra, BibííogrJ.

2 In Mt. 10,17: PG 13,876-877.

3 Evangelia Apocrypha (Lipsiae 1853, 21876) p.1-48.

4 Le Protévangile de Jacques et ses remaniements latins (París 1910).

136

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

ANTIGÜEDAD. Es éste un problema cuya solución de- pende últimamente del examen interno de la obra. La división aludida arguye en ella el influjo de muchos y muy diversos fac- tores, cuya acción ha ido modificándola y añadiendo episodios en el transcurso de unos dos siglos 5. Es seguro, sin embargo, que la obra, tal como ha llegado hasta nosotros, no es posterior al siglo IV, como lo acreditan los siguientes testimonios:

San Pedro de Alejandría (f 311) es el primero en ofrecernos un rastro del texto actual, al relacionar la muerte de Zacarías con la matanza de los Inocentes 6 (cf. Prot. c.22-23). Bien es ver- dad que pudo conocer esta historia por una fuente distinta del Prot., pero de todas maneras queda bien claro que este episodio, unido o no al Prot., existía ya a principios del siglo IV. Parece lo más probable que formara ya parte de nuestro apócrifo, pues coincide exactamente con el texto de éste, mientras que por el mismo tiempo corrían versiones muy distintas de este mismo hecho, como luego veremos.

Una homilía atribuida a San Gregorio de Nisa (f 394) con- tiene diversas referencias a nuestro texto. Una de ellas alude a la esterilidad de Isabel 7. Se describe también aquí la muerte de Zacarías, pero ofreciendo una versión distinta de la del Prot. y de la de San Pedro de Alejandría. Se dice, en efecto, que Zaca- rías fué muerto por los judíos por haber consentido que María permaneciera en el templo con las demás vírgenes después de haber dado a luz. Es la versión que ya había formulado Oríge- nes (f 253-54)

El testimonio más claro en favor del texto actual del Prot. es el de San Epifanio de Salamina (f 403), quien no solamente aprecia en gran manera esta obra, distinguiéndola del libelo gnóstico «Γέννα Μαρίας», sino que, además, se sirve de todos los datos que ella proporciona; v.gr.: la viudez de José9, su desig-

5 BardenhewerGAL (ρ·534) dice textualmente: «In der vorliegenden Form kann das Buch überhaupt nicht ais Werk eines und desselben Ver- fassers gelten».

6 «Μεθ'ώΐ' [los Inocente?] καΐ τό προ αϋτοΰ γεννηθέν έτερου παιδίον ζητήσας άττοκτεΐναι, καΐ μή εύρών, τόν πατέρα αύτοΰ ΖαχαρΙαν έφόνευσε μεταξύ τοΰ ναοΰ καΙ τοΰ θυσιαστηρίου, έκφυγόντος τοΰ παιδός μετά τη; μητρός Ελισάβετ»... (Ερ. canó- nica en. 13: PG 18,504).

7 «Ώς γάρ ή Ελισάβετ ού δυνάμει φύσεως γίνεται μήτηρ, άγονος τόν βίον κατα- γηράσασα, άλλ'έπ'ι τό θείον βούλημα τοΰ παιδός ή γέννησις αναφέρεται- ούτω και της παρθενικής ώδίνος ή απιστία τη πρός τό θείον αναφορά τό πιστόν εχει» (Hom. in diem nat. Christi: PG 46,1136).

8 In Mí. Tract. 25 y 26: PG 13,1629-1633.

9 «Πώς γάρ ήδυνατο ό τοσούτος γέρων παρθένον έξειν γυναίκα, ων άπό πρώ- της γυναικός χήρος τοσαΰτα ετη; » (Haeres. 78,7-10: PG 42,708-714)·

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

137

nación maravillosa para esposo de María, los hijos que tuvo de un matrimonio anterior (los «hermanos de Jesús» del evange- lio), etc.

Finalmente, un papiro del siglo IV en el que están conteni- dos los dos últimos capítulos del Prof., encontrado en Aschmu- nen y publicado por E. Pistelli 10, viene a reforzar la tesis de que nuestro texto no es posterior al siglo IV.

Pero hay testimonios que acreditan una mayor antigüedad:

La alusión de San Justino (f 165) a la cueva (σττήλοαον) don- de nació Cristo 11 no es una prueba decisiva de que conoció nuestro apócrifo. Lo mismo se puede decir de la expresión χαράν λαβοΰσα 12, que se encuentra también en el Prot. (ΧΠ 2).

Sin embargo, es muy significativa la alusión que hace Cle- mente de Alejandría (| 215) a la virginidad de María, consta tada por una comadrona l3.

Asimismo, Orígenes (f 253-54) se refiere a cierto Evangelio de Pedro o Libro de Santiago («Βίβλος Ιακώβου»), según el cual los llamados por el Evangelio «hermanos de Jesús» son hijos de un primer matrimonio de José l4.

Es lícito, pues, concluir que ya en el siglo II se conocía un Libro de Santiago, que comprendía por lo menos dos pasajes del Prot. actual: el relativo a los hijos de José y aquel en que se habla de la partera.

No se puede decir lo mismo, sin embargo, con relación al episodio de la muerte de Zacarías, tal como lo conocemos por el Prot. Ya hemos visto una versión distinta de este suceso refren- dada por los testimonios de Orígenes y de San Pedro de Ale- jandría (?). Conocemos, además, la versión que, según afirma San Epifanio l5, daba el apócrifo gnóstico titulado «Γέννα Mapías>>: los judíos dieron muerte a Zacarías por haber revelado éste el contenido de una visión que tuvo en el templo. Allí se le apare- ció un hombre de pie, cuya cabeza era como de asno, y le dijo: «¡Ay de vosotros!, ¿a quién adoráis?» 16. Estas divergencias, así como la manera violenta como este pasaje se incluye en el Prot., truncando la narración que giraba alrededor de Jesús y María, dan pie para pensar que el episodio en cuestión no per-

«Papiri della Societá Italiana» t.i (1012) 9-16.

11 Dial, cum Tryph. 78: PG 6,660.

12 Dial, cum Tryph. 100: PG 6,712.

1 3 «... ούκ ούσα λεχώ κα'ι γαρ μετά τό τεκεϊν αυτήν μαιωθεΐσαν, φασί τινε; παρθέ- νου εύρεθήναι» (Strom. VII 16,93: PG 9·529)· ι* ln Mt. 10,17: PG 13,876-877·

15 Haeres. 26,12: PG 41,349-352.

16 Cf. este mismo testimonio al tratar del apócrifo Nacimiento de María, p. 75.

138

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

teneció a la primera redacción de nuestro apócrifo, sino que fué añadido en una época ulterior, aunque no posterior al siglo IV, según los 'testimonios citados al principio 17.

Hay también un cambio brusco en la narración al comenzar el relato del nacimiento de Jesús (c.18,2). José empieza a hablar en primera persona. Esto ha inducido a algunos críticos a ver en esta segunda parte un Apócrifo de José. La data, sin embargo, de este episodio no puede ser posterior al siglo II, según el testimo- nio citado de Clemente Alejandrino.

En conclusión, podemos afirmar que el Protoevangelio, tal como hoy lo poseemos, no es posterior al siglo IV y que los ca- pítulos 1-21 fueron escritos en el transcurso del siglo II.

CARACTER. Algunos autores han querido ver en el Pro- toevangelio resabios docéticos. Se fundan, sobre todo, en el episo- dio aludido de la comadrona (c. 19-20). Les parece que de tal constatación se deduce que María en su alumbramiento no fué más que una vía por la que pasó el cuerpo aparente de Cristo, sin que éste tomara carne real en sus entrañas. Tal opinión está desprovista de fundamento serio, ya que la finalidad de la men- cionada constatación no es otra que la de dar una prueba efi- ciente de la virginidad «in partu». El episodio del nacimiento de Cristo ofrece bastantes analogías con la narración que hace el vetusto apócrifo Ascensio Isaiae del alumbramiento virginal de María, cuya parte relativa a la encarnación data, según el car- denal E. Tisserant, del año 88-100 p. C. 18. En relación con esto,

1 7 Cf. sobre este punto A. Berendts, Studien über Zacharias-Apokry- phen und Zacharias-Legenden (Leipzig 1895). J Quasten en nuestros días mantiene la misma opinión al escribir: «The incidents of the death of Za- charias and the scape of John the Baptist appear to be later additions to the work» (Patrology I [Utrecht-Brussels 1950] p.121).

18 Ofrecemos, por creerlo de interés, el cu según la versión francesa del cardenal Tisserant en su obra L' Ascensión d'lsdie (París, Letouzey 1909) P.203SS.:

1. Et aprés avoir vu toutes ees choses, Tange qui s'entretenait avec moi, et qui m'accompagnait, me dit: «Ouvre ton intelligence, Isaie, fils d'Amos, car c'est pour ce que je vais te diré que j'ai été envoyé á toi de la part de Dieu».

2. Et je vis une femme de la race du prophéte David, nommée Marie, et elle était vierge, et fiancée á un homme nommé Joseph, charpentier de son état, et qui était aussi de la race du juste David, de Bethléem, en Judée.

3. Et il arrivait qu'en voulant avoir un héritier de sa fiancée, il la trouva enceinte. Joseph, le charpentier, voulait la répudier.

4. Et Tange de TEsprit apparaissait dans le monde. Et Joseph, aprés cette visión, ne répudiait point Marie, et ne révélait á personne ce qu'il en savait.

5. Et il ne s'approchait point de Marie, mais il la conservait auprés de lui comme una vierge, bien qu'elle fút enceinte.

PROTOEVAXGELIO DE SANTIAGO

139

Conrady lanzó la descabellada hipótesis de que el «Protoevange- lio original» (escrito en hebreo) es anterior al evangelio de San Mateo, quien no hizo otra cosa sino corregir con su obra el do- cetismo exagerado de su supuesto predecesor 19. Es una opi- nión desprovista de todo fundamento serio (cf. Amann, p.33).

Otros han visto una huella ebionita en la preocupación que muestra nuestro apócrifo por la virginidad. Ciertamente había entre los ebionitas una facción que exaltaba mucho esta con- dición de vida y que «dedicaba sus libros a los ancianos y a las vírgenes» 20. No hay, sin embargo, razón objetiva para sentar tal conclusión, ya que la preocupación del Protoevangelio es pri- mordialmente propugnar la virginidad de María contra las ca- lumnias de paganos y judíos.

La verdadera idea dominante de nuestro apócrifo es apolo- gética. Quiere defender ante todo el honor de María, y a este fin se encaminan ya desde el principio todos los episodios del relato.

Su concepción quiere que sea un hecho extraordinario, y por eso la hace nacer de padres estériles. Llega incluso a pensar en una concepción virginal, lo cual (cf. Amann, p.17) es un paso decisivo en su mentalidad para la afirmación del dogma de la Inmaculada, ya que una de las razones de más peso con que tropezó la teología durante mucho tiempo para aceptarlo fué el pensar que María era hija de la concupiscencia, como todos los demás hombres.

6. Et il restait avec elle deux mois.

7. Et aprés deux mois de jours, Joseph était dans sa maison, et Marie; ils étaient seuls.

8. Et voici pendant qu'ils étaient seuls, Marie regardait, et elle voyait un petit enfant et elle était saisie de stupeur.

9. Et aprés cette stupeur de Marie, elle se trouva absolument comme avant sa grossesse.

10. Comme Joseph lui disait: «Pourquoi es-tu dans la stupeur?» Ses yeux étaient ouverts, et il voyait l'enfant, et il louait Dieu, parce que le Seigneur était devenu son héritage.

11. Et ils entendaient une voix qui disait: «Vous ne raconterez cette visión á personne».

12. Et les bruits sur cet enfant se répandaient dans Bethléem et Juda.

13. Les uns disaient que la Vierge avait accouchc apré deux mois...

14. Beaucoup d'autres assuraient qu'elle n'avait pas accouché, qu'ellc n'avait point appelé une sage-femme, et qu'on n'avait point en'endu les cris de l'enfantement; on savait qu'il était né. on ne savait pas comment il était né.

15. Et ils le prenaient, et ils venaient avec lui á Nazareth en Galilée.

19 L. Conrady, Die Quelle der kanonischen Kindheitsgeschichte Jesús. Ein wissenschaftlicher Versuch (Góttingen 1900) p.71.

20 Cf. Epiph., Haeres. 30,2: PG 41,840.

140

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Su educación va encaminada a salvaguardar su pureza: no toca el suelo después de los nueve meses; tiene oratorio aparte en su habitación; le dan vírgenes por compañeras en casa y en el templo; aquí recibe el alimento de manos de un ángel; es encomendada a San José al llegar la hora de la pubertad; emite voto de pureza para toda la vida.

Todo esto no es más que una preparación para hacer la de- fensa de su virginidad. Los evangelistas no especificaban minu- ciosamente este punto. San Lucas, al hablar de la purificación (2,22-24), podía dejar entender que María había perdido en el parto el sello material de su virginidad. Las referencias del Nuevo Testamento a los «hermanos de Jesús» podrían sugerir la idea de que María tuvo posteriormente hijos de San José21. Por otra parte, acusaban a Jesús delante de Pilato como hijo de fornicación 22, y el pagano Celso le llamaba hijo de adulterio 23.

Estas razones mueven al autor del Protoevangelio a aducir cuantos argumentos puede en defensa de la triple virginidad de María: antes del parto (prueba del agua, cf. c.16); en el parto (constatación escabrosa de la comadrona, cf. c. 19-20); después del parto (explicación de los «hermanos de Jesús», como hijos de un primer matrimonio de José, a quien por esta razón se presenta como viejo).

Esta última explicación tuvo gran éxito en la exegesis pos- terior del evangelio. De ella se hacen eco Clemente de Alejan- dría, Orígenes, San Hilario, San Ambrosio, San Agustín, etc., hasta que San Jerónimo la deshancó proponiendo en su lugar la suya propia, según la cual el título de hermano se da en el Nue- vo Testamento a un pariente cualquiera unido por vínculos más o menos estrechos de consanguinidad o afinidad 24.

REPERCUSION HISTORICA.-Se le achaca al autor un des- conocimiento bastante grande de las costumbres judías (v.gr., en lo referente a la permanencia de las vírgenes en el templo). Por otra parte, muestra una erudición escriturística rayana a veces en la petulancia. Algunos de los episodios están inspirados en pasajes del Antiguo Testamento (v.gr., concepción de María = concepción de Samuel; conducta de Joaquín = conducta de Tobías). De esto puede deducirse que el autor debió ser un cristiano helenista de Egipto o del Asia Menor, que se propuso tejer una narración novelada y sensacionalista de la vida de la

21 Cf. Mt. 12,46; 13,55; Me. 3,31 ; lo. 2,12; Act. 1,14; 1 Cor. 9,5.

22 Acta Pilati 2,3.

2 3 Orígenes, Contra Celsum 1,32: PG 11,720-721. 24 Adv. Helvid. 8: PL 23,192.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

141

Virgen con un fin más apologético que histórico. No se puede, sin embargo, soslayar el influjo que la tradición cristiana pudo ejercer en él.

Muchos de los detalles contenidos en el Protoevangelio han sido incorporados con el tiempo a la doctrina teológica, y tanto la Iglesia griega (a partir del s.VI) como la latina (a partir del s.XIII) han acabado por tomarlos como históricos. Tales son los relativos a la natividad milagrosa de María (siendo estériles sus padres, Joaquín y Ana); presentación y estancia en el tem- plo hasta la edad de la pubertad; designación maravillosa de José para esposo y guardián de María; nacimiento de Jesús en una cueva, etc.

Estas noticias tuvieron eco muy pronto entre los exegetas y oradores sagrados. Además de los enumerados anteriormente, podemos citar a Andrés Cretense (f h.720): PG 97,809.821.861; Germán I (patr. de Constantinopla en 715): PG 88,29255.309; San Juan Damasceno (f 749): PG 96,661-680.

En Occidente no pudo penetrar directamente el Protoevan- lio. Debió, no obstante, de circular en época muy temprana al- guna traducción latina 25 que no ha llegado hasta nosotros. A pesar de todo, el influjo lo ejerció a través de sus dos redac- ciones o elaboraciones latinas: el Pseudo Mateo y el De nativitate Mariae.

Un índice del favor extraordinario que tuvo nuestro apó- crifo en Oriente son los numerosos manuscritos que han llegado hasta nosotros (unos cincuenta contaba Tischendorf) y el ele- vado número de versiones orientales en las que se ha difundido: siríacas, armenias, etiópicas, coptas, árabes, eslavas.

Publicamos el texto de Tischendorf, notando las principa- les variantes de los manuscritos y versiones, sirviéndonos para esto último de la edición sinóptica de P. Vannutelli 26 .

Ediciones y versiones. G. Postel (S. I.), Protevangelion, seu de nata- libus Iesu Christi et ipsius matris Virginis Mariae sexmo historiáis divi Iacobi Minoris. Evangélica historia quam scripsit B. Marcus. Vita Marci evange- listae collecta per Theodorum Bibliandrum (Basilea 1552) [v. lat. p. 24-70];

25 Cf. Inocencio I: «Cetera autem, quae vel sub nomine Matthiae sive Iacobi minoris» (Ep. ad Exsup. 7: EnchB n.22). El Decr. Gelas.: «Evange- lium nomine Iacobi minoris».

26 Protevangelium Iacobi synoptice (Roma 1940-49).

Los manuscritos de que Tischendorf se sirvió para su edición, cuyas variantes principales notamos, son los siguientes: A = Véneto Marciano, el. II n.42 (s.X aproxim.). Β = Véneto Marciano, n.363. C = Paris Nat., n.1454 (s.X).

142

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

J. Heroldus, Orthodoxographa (1555) [v. lat.]; M. Neander [Neumann], Apocrypha..., inserto etiam Protevangelio Iacohi graece, in Oriente nuper reper- to, necdum edito hactenus... (Basilea 1564, 21567) [texto gr. p. 340-392 y v. lat.]; J. J. Grynaeus, Monumenta SS. Patrum orthodoxographa (Basilea 1568) [texto gr.]; J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Novi Testamenti I (Hamburgi 21719) [texto gr. p.66-125 y v. lat.]; J. Jones, A new and full method of settling the canonical authority of the N.T. (London 1726 2 1798) II [texto gr.]; A. Birch, Auctarium codicis apocryphi N.T. Fabriciani I (Co- penhague 1804) [texto gr. p. 197-242]; J. C. Thilo, Codex Apocryphus N.T. I (Leipzig 1832) [texto gr. según París nat. 1454 p. 162-272 y v. lat. ; v. árabe según Paris nat. arab. 147, 232 f.304-324,262 p.67]; C. Ad. Suckow, Prote- vangelium Iacobi ex códice ms. Venetiano descripsit, prolegomcnis, varietate kctionum, notis criticis instructum edidit (Breslau 1840) [texto gr. según cód. Véneto Marciano, el. II n.42 = A de Tischendorf] ; K. F. Borberg, Biblio- thek der neutestamentlichen Apokryphen gesammelt, übersetzt und erldutert (Stuttgart 1841) [v. germ. p. 11-56]; E. J. Lützelberger, Dos Protevange- lium Iacobi, zwei Evangelien der Kindheit Jesu und die Akten des Pilatus (Nuremberg 1842) [v. germ.]; G. Brunet, Les Evangiles apocryphes traduits et annotés d'aprés Védition de Thilo (Paris 1849 21863) [ν· franc. p.in ss.]; R. Clemens, Die geheimgehaltenen oder sogenannten apokryphen Evangelien (Stuttgart 1850) t.2 [v. germ. p.5-88]; R. A. Hofmann, Das Leben Jesu nach den Apokryphen in Zusammenhang aus den Quellen erzáhlt und wissen- schaftlich untersucht (Leipzig 1851) [v. germ.]; MigneAp (1856) I [v. franc. p.1013-1028]; C. Tischendorf, Evangelia Apocrypha (Lipsiae 1853 21876) [texto gr. p.1-48]; A. N. Pypin, Loznya i otrechennya knigi drevneij Rossii (S. Petersburgo 1862) [v. eslava p. 76-80]; W. Wright, Contributions to the Apocryphal Literaiure of the Ν. T. (London 1865) [v. siríaca A y trad. ingl. según ms. London Br. Museum Add. 14484 (VI) f.10-12]; Β. H. Cowper, The Apocryphal Gospels and other documents relating to the History of Christ translated from the origináis (London 1867, 4i878) [v. ingl. p.1-26]; S. No-

D = Paris Nat., n.1215 (a.1068). Ε = » » η. 1468 (s.XI).

Fa = Texto ed. por Fabricio según la ed. de Neandro y Gryneo. Fb= Vaticano, n.455 (s.XI aproxim., con lagunas). G = Vaticano, n.654 (s.XII aproxim.).

Η = Véneto Marciano, el. XI n.200 (s.XV aproxim.; le falta hasta el cu).

I = Vienense de la Biblioteca Cesárea, cod. teol. gr. 123 (s.XIV apro- xim.).

Κ = Paris Coislin., n.152 (s.IX sólo un fragm.).

L = Paris Nat., n.1190 (a. 1567).

M= » » n.i 174 (s.XII).

Ν = >> » η. ii 76 (s.XIII).

O = Milán. Ambrosiano A 63 (s.XI aproxim.).

Ρ = » i) C 92 (algo anterior).

Q = Véneto Marciano, cl.VII n.40 (s.XVI, a partir del c.17).

R = Dresde, A 187 f bastante reciente).

A esto se añaden las variantes del compendio del Prot. que insertó el Ps. Eustathius en su Comm. ad Hexaémeron (PG 18,707-794), las de la vers. Siríaca según la ed. de A. S. Lewis (Studia Sinaitica n.XI. Apocrypha Syriaca, London -Cambridge 1902) y las del fragmento de Fayum (Pa) pu- blicado por Grenfell (An Alexandrian erotic fragment, Oxford 1896).

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

143

VAKOVic, Apokrifno Protojevangjelje Jakovljevo: «Starine» 10 (1878) 61-71 [texto sudeslavo]; F. A. (von) Lehner, Die Marienverehrung in den ersten Jahrhuvderten (Stuttgart 2i886) [v. germ. p.223-236]; A. Walker, Apocry- phal Gospels and Revelations (Edinburgh 1890); Ante-Nicene Christian Li- brary, 16) [v. ingl.]; I. la. Porfirjev, Apokrificheskija skazanija o novoza- vetnych litsach i sobytijach po rukopisijam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti imperatorskoij Akademii Nauk» t.52 n.4 (S. Petersburgo 1890) [y. eslava]; F. Robinson, Coptic apocryphal Gos- pels: TS IV 2 (Cambridge 1896) [fragm. sahíd. con v. irgl.]; Β. P. Grentell, An Alexandrian erotic fragment and oíher Greek Papyri (Oxford 1896) [fragm. gr. de Fayum p. 13-17]; F. Conybeare, Protevangelium Iacobi, from an Ar- menian Manuscript in the library of the Mechitari t in Venice: AmJournTh 1 (1897) 424-442 [trad. ingl. de la v. armenia]; E. Sachau: «Verzeichnis der syr. Hss. in Berlín» 2 (1899) 676 [enum. de códd. que contienen la v. si- ríaca]; P. A. Lavrov, Pervoevangelie Iakova (Rukopis Zografskavo Monas- tyria sw. Pavía na Aphone); Apokrificheskie Texty: «Sbornik otdelenija rus- kavo iazyka i slovesnosti imperatorskoij Akademii Nauk» t.67 n.3 (S. Pe- tersburgo 1899) [v. eslava según el cit. ms.]; E. A. W. Budge, The History of the blessed Virgin Mary and the History of the likeness of Christ: «Luzac's Semitic Text and Translation series» IV 5 (1899) [v. siríaca]; E. Nestle, Ein syrisches Bruchstück aus dem Protevangelium Iacobi: ZtNW 3 (1902) 86-87 [fols.59 y 60 del ms. 203 de la Biblioteca Real de Berlín] ; S. A. Lewis, Studia Sinaitica n.XI, Apocrypha syriaca: The Protoevangelium Iacobi and Transitus Klariae (London-Cambridge 1902) [v. siríaca A]; G. Rauschen, Ex Pro- tevangelio Iacobi capita selecta: FlPa (Bonnae 1905) [texto gr., v. lat. y notas críticas]; M. J. Leipoldt, Vorlesungsstück zu Ehren des hl. Zacharias: ZtNW 6 (1905) 106 [fragm. sahíd., princ. del 024 y casi todo el 25; se en- cuentra en el tomo de mss.1305 (Schenuodi 4) de la Bibl. Nac. de París]; M. Chaine: CoScrOr II, Scriptores Aethiopici ser.I t.7 (1909) 3-19 [v. etióp. según los mss. París nat. aethiop. 53 f.1-24 y nat. aethiop. 131 f. 129- 143; da además la trad. franc. de esta ν.]; E. Amann, Le Protévangile de Jacques et ses remaniements latins ('París 1910) [texto gr. y v. franc. p. 178-281 con amplio estudio introductorio y notas] ; Ch. Michel, Evangiles Apocryphes I (París 191 1, 2i924) [texto gr. a base de 35 códd. y v. franc. p.3-51]; E. Pis- telli, II Protovangelo di facopo. Prima traduzione italiana e note (Lancia- no 1919) [en realidad no es ésta la primera traducción italiana, sino la de L. Scarabelli, I Vangeli apocrifi ora per prima volta in nostra lingua^tra- dotti (Bologna), per Alessandro Mareggiani (1867); cf. A. Vaccari: Bi 2 (1921) 91-92]; L. Lemme, Das Jakobus-Evangelium (Zeit-u. Streitfr. d. Glau- bens 13,11.12) (Berlin-Lichterfelde 1920); A. Meyer, en HenneckeNA (21924) p. 86-93 tv- germ.]; H. Schóne, Palimpsestbldtter des Protevangelium Iacobi in Cesena: «Westfal. Stud. Festschr. Alois Bómer» (1929) p. 263-276; J. Lorber. Die Jugend fesu. Das Jakobus-Evangelium vom Vater des Lichts auf neue Kundgegeben (Bietigheim 1936); A. Ehrhard, Ueberlieferung und Bestand der Hagiographischen und Homiletischen Literatur der Griechischen Kirche von den Anfángen bis zum Ende des 16. Jahrhunderts I: TU 50,1 (Leipzig 1937) p.57-69 [fragm. papiráceos]; E. González-Blanco, Los Evangelios Apócrifos I (Madrid 1934) tv- esp-li P. Vannutelli, Protevan- gelium Iacobi synoptice (Roma 1940-49) [texto gr. de Tischendorf con las variantes de los diversos manuscritos y de algunas versiones orientales]; BonaccorsiVA I (1948) [texto gr. y v. ital. con notas p.58-109); C. Rotun- no-E. Bartoletti, II Protoevangelio di Giacomo (Venezia, Neri Pozza 1950); F. Amiot, Evangiles Apocryphes (París 1952) [v. franc. p.47-64]; JamesNT (repr. 1953) [v. ingl. ρ.39-49]·

144

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Estudios. L. Conrady, Das Protevangelium Jakob in neuer Beleuch- tung: ThStKr 62 (1889) 728-84; Id., Die Quelle der kanonischen Kindheits- geschichte Jesús. Ein wissenschaftlicher Versuch (Gottingen 1900); I. la. Por- firjev, Apokrificheskija skazanija o novozavetnych litsach i sobytijach po rukopisijam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slo- vesnosti Imperatorskoij Akademii Nauk» t.52 n.4 (S. Petersburgo 1890) [ade- más de dar el texto eslavo contenido en el manuscrito n.804 f.26-37 de la citada biblioteca (p.i36ss.), estudia el influjo del Prot. en la liturgia bizan- tina y en la iconografía eslava] ; Th. Zahn, Geschichte des neut. Kanons II 2 (1890) p. 774-780; A. Harnack, Geschichte der altchristl. Literatur bis Euse- bius (Leipzig 1893-1904) [I p. 19-21; II (Chronologie) p. 598-603]; Μ. N. Bonwetsch: Harnack, o.c, t.i p. 902-917 [estudio sobre las versio- nes del Prot. en diversos dialectos eslavos]; A. Berendts, Studien über Zacharias-Apokryphen und Zacharias-Legenden (Leipzig 1895); Th. Zahn, Retractationes IV: NeuKiZt 13 (1902) 19-22 ; E. Nestle : ZtNW '3 (1902) 167 [con relación a la lectura del c.24,3]; P. Peeters, Bibliotheca Hagiogra- phica Orientalis n. 61 1. 613. 614 [versiones arm. del Prot.]; BardenhewerGAL I (2lQI3) P-533-538; F. Haase, Literarkritische Untersuchungen zur orienta- lisch-apokryphen Evangelienliteratur (Leipzig 1913) P.49SS. ; H. Leclercq, Apocryphes: DACHEL I (1924) col. 2555-2579 ; O. Staehlin, Die altchristliche griechische Literatur (1924) p. 1194 A. 6 y el párr.22,6; E. Amann, Apocry- phes du Nouveau Testament: SupDBi I (1928) col. 482-483; A. Klawek, Motyw bezruchu w Protevangelium Iacobi: «Collectanea Theologica» 17 (1936) 327-378 [sobre la inmovilidad de la naturaleza, c.18]; B. Kleinschmidt, Die hl. Arma. Ihre Verehrung in Geschichte, Kunst und Volkstum (Dussel- dorf 1930); M. J. Kispaugh, The Feast of the Presentation of the Virgin Mary in the temple. An historical and literary Study (Washington 1941). Joh. Quasten, Patrology I (1950) Spectrum (Utrecht-Brussels) p. 118- 122; P. De Ambroggi, Protovangelo di Giacomo: EnCat VI (1951) col. 322; G. Graf, Geschichte der christlichen arabischen Literatur I (1944) p. 224-225 [versiones árabes]; C. Cecchelli, Mater Christi III (Roma 1954) P-303- 330 [estudio amplio en todos sus aspectos]; L. M. Peretto, La Vergine María nel pensiero di uno scrittore del secondo secólo (La Mariologia del Protev. di Giacomo): Ma 16 (1954) 228-65.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

145

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

TRATADO HISTÓRICO ACERCA DE LA NATIVIDAD DE LA MADRE SANTÍSIMA DE DIOS Y SIEMPRE VIRGEN MARÍA

i. Según cuentan las memorias de las doce tribus de Is- rael, había un hombre muy rico por nombre Joaquín, quien hacía sus ofrendas en cantidad doble diciendo: «El sobrante lo ofrezco por todo el pueblo, y lo debido en expiación de mis pecados será para el Señor a fin de volverle propicio».

ΠΡΩΤΟΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ ΙΑΚΩΒΟΥ (*)

ΛΟΓΟΣ ΙΣΤΟΡΙΚΟΣ ΕΙΣ ΤΟ ΓΕΝΕΘΛΙΟΝ ΤΗΣ ΥΠΕΡΑΓΙΑΣ ΘΕΟΤΟΚΟΥ ΚΑΙ ΑΕΙΠΑΡΘΕΝΟΥ ΜΑΡΙΑΣ 1

I

ι. Έν ταΐξ ίστορίαις των δώδεκα φυλών τοΰ Ισραήλ 2 ήν Ιωα- κείμ 3 πλούσιος σφόδρα 4 κα'ι προσέφερε τά δώρα αύτοΰ δίπλα, λέγων «Έσται τό της περιουσίας μου παντί τω λαώ, και τό της άφέσεώς μου κυρίω εις ίλασμόν έμοί» 5.

(*) Ya hicimos notar en la introducción que el nombre de Protoevan- gelio se debe a G. Postel, humanista francés del siglo XVI.

1 Este título está tomado del códice Vindobonense de la Bibliotheca Caesarea (s.XIV).

La diversidad de títulos según los códices es muy grande. Recordemos por vía de ejemplos: C: «Narración e historia de cómo fué engendrada para nuestra salvación la Santísima Madre de Dios». O: «Tratado histórico que da a conocer la concepción y nacimiento de la santísima Madre de Dios y siempre virgen María». L : «Tratado del santo glorioso y esclarecido apóstol Santiago. Cuanto dijo sobre la esterilidad e infecundidad de Ana y Joaquín; sobre su tristeza y su oración; sobre la concepción de la santí- sima Madre de Dios y su natividad; sobre su regocijo y la crianza de ésta hasta los tres años; sobre su entrada en el templo y su educación hasta los doce ; sobre sus desposorios con José ; sobre su concepción virginal por obra del Espíritu Santo y sobre la reconvención hecha a José y María por el sacerdote; sobre el empadronamiento llevado a cabo por el César; sobre los magos y la muerte de Zacarías». De esta diversidad, fenómeno nada ex- traño tratándose de la literatura apócrifa, podemos deducir algunas obser- vaciones: i) Hay códices griegos que no mientan para nada el nombre del autor : CEIO ; 2) hay otros que citan solamente a un cierto Santiago (' I ά κ ω - pós tis): FbGHR; 3) otros, finalmente, se refieren expresamente a Santia- go el Menor, hermano del Señor (á5¿\<pó9¿os): ABDLMNP. Tischendorf opina que el libro originariamente no tuvo título alguno.

La versión Etiópica comienza así : «Empecemos con el auxilio de Nues- tro Señor Jesucristo a escribir el libro de la natividad de María, Señora nuestra, Madr<> santa de Dios». La Siríaca: «Puesta nuestra confianza en la Santa Trinidad, igual en su esencia, empezamos a escribir el libro de la

146

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Llegó la fiesta grande del Señor, en que los hijos de Israel suelen ofrecer sus dones, y Rubén se plantó frente a Joa- quín diciéndole: «No te es lícito presentar el primero tus ofren- das, por cuanto no has suscitado un vástago en Israel».

2. "Ηγγικεν δέ ή ημέρα κυρίου ή μεγάλη 6, και προσέφερον οί υιοί Ισραήλ τά δώρα αυτών. Και εστη κατενώτπον αύτοΰ 'Ρουβίμ 1 λέγων «Ούκ εξεστίν σοι πρώτον προσενεγκεΐν τά δώρά σου, καθότι σπέρμα ούκ έποίησας έν τώ Ισραήλ».

historia de María, Madre de Dios, desde el día de su nacimiento hasta el de su salida de este mundo. Su intercesión nos acompañe. Amén. Amén. Libro primero, sobre sus padres y la anunciación del ángel».

2 La expresión griega Έν ταίς ίστορίαις των δώδεκα φυλών τοΟ Ισ- ραήλ... no se encuentra en las versiones Etiópica y Siríaca. Examinando el texto griego, salta a la vista su incoherencia gramatical con las frases siguientes. ¿Se trata, pues, de una interpolación? Justo sería el admitirlo si no tuviéramos en cuenta el que casi todos los manuscritos lo traen. Este inciso puede ser sencillamente un recurso del autor para garantizar la auten- ticidad de su relato. Creemos que, a pesar de la incorrección del texto ori- ginal, nuestra interpretación puede dar alguna luz sobre el asunto.

3 Según Ρ su nombre es Jonakir. Lo mismo atestigua la versión Siríaca. El nombre Joaquín, procedente del hebreo Yehoyaquim o Eliakim, significa el liombre a quien Jehová confirma, levanta. Ya hubo bastantes varones en Israel que lo llevaron antes que el ilustre progenitor del Salvador. Eliakim: cf. Iudith 4,5.7.11. Joaquín: 4 Reg. 18,18.19.37. Como ascendiente de San José: Mt. 1,13, y Le. 3,30.

4 La versión Siríaca y Ρ añaden: «en el temor de Dios».

5 Nos encontramos ante un punto difícil de entender si nos atenemos literalmente al texto griego. Anteriormente nos ha hablado el autor de que Joaquín hacía ofrendas dobles; parece ser, lógicamente, ésta la ocasión de decirnos que lo reglamentario lo ofrecía por su expiación, y lo restante por todo el pueblo. Tal es nuestra versión, y así parece indicarlo la adición de la palabra περίσσεια, que figura en los códices EFaM, y υπηρεσία en el P. La versión Siríaca lo aclara de la siguiente manera : «Este sobrante que ofrez- co es por el pueblo, y aquella porción a que estoy obligado la ofrezco a Dios para que me sirva de expiación».

6 Se discute a qué fiesta en concreto puede referirse esta expresión de «gran día del Señor». El libro De nativitate Mariae la identifica con la de la Dedicación o Encenia («Factum est autem ut Encaeniorum festivitas appro- pinquaret»). Según el contexto, podemos suponer que sería la de la Esce- nopegia o de los Tabernáculos (Deut. 31,10). No consta, por otra parte, que la ofrenda de los diezmos hubiera de hacerse en una fiesta especial (Deut. 14, 22-24).

7 El sumo sacerdote, según el texto siríaco. El códice Fa dice que el tal Rubén era uno cualquiera de la misma tribu (άνήρ έκ φυλής). No sería inve- rosímil esto último conociendo el gran aprecio que todo israelita tenía por la fecundidad en el matrimonio; aprecio que se convertía en positivo des- precio para quienes, por no tenerla, eran considerados como dejados de la mano de Dios. Según esto, cualquier israelita se sentiría con derecho a in- crepar a Joaquín. Esta es también la interpretación claramente contenida

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

147

3. Joaquín se contristó en gran manera y se marchó al archivo de Israel con intención de consultar el censo genealó- gico y ver si por ventura había sido él el único que no había tenido posteridad en su pueblo. Y, examinando los códices, encontró que todos los justos habían suscitado descendientes. Se acordó, por ejemplo, de cómo al patriarca Abrahán le dió el Señor en sus postrimerías por hijo a Isaac.

4. Joaquín quedó sumamente afligido y no compareció ante su mujer, sino que se retiró al desierto. Allí plantó su tienda y ayunó cuarenta días y cuarenta noches, diciéndose a mismo: «No bajaré de aquí [a mi casa], ni siquiera para comer y beber, hasta tanto que no me visite el Señor mi Dios ; que mi oración me sirva de comida y de bebida».

3. Και έλυττήθη Ιωακείμ σφόδρα, κα'ι άττίει εις τήν δωδεκάφυλον S τοΰ λαού λέγων «Θεάσομαι τήν δωδεκάφυλον τοΰ Ισραήλ, εί εγώ μό- νος ουκ έττοίησα σττέρμα έν τω Ισραήλ». Κα'ι ήρέυνησε, κα'ι εύρε ττάντας τούς δικαίους ότι σττέρμα άνέστησαν έν τω Ισραήλ· κα'ι έμνήσθη τοΰ πατριάρχου Αβραάμ, ότι έν τη έσχατη ήμέρα έδωκεν αΰτω ό Θεός υΐόν τόν Ισαάκ.

Κα'ι έλυττήθη Ίωακε'ιμ σφόδρα, και ούκ έφάνη τη γυναικ'ι αυτού- άλλ' εδωκεν εαυτόν ε'ις τήν ερημον 9 κάκεΐ εττηξε τήν σκηνή ν αϋτοΰ, και ένήστευσεν ή μέρας τεσσαράκοντα κα'ι νύκτας τεσσαράκοντα, λέγων έν έαυτω· «Ού καταβήσομαι ούτε έτη βρωτόν ούτε έτπ ττοτόν έως οΟ έττισ- κέψεταί με κύριος ό θεός μου, και έσται μου ή ευχή βρώμα και ττόμα» 1 0.

en el Pseudo Eustathius: <■ Joaquín se adelantó el primero a hacer sus ofrendas, y cierto Rubim se lo impidió diciéndole...»

8 La expresión griega άττίει e¡s τήυ δωδεκάφυλον bien puede sobrenten- der β í β λ o ν . La versión Siríaca hace marchar directamente a Joaquín a su casa, lo cual puede provenir de una errada interpretación del texto griego. La versión Etiópica, por su parte, tampoco hace mención de esta visita de Joaquín al archivo genealógico.

9 Cuál fuese este desierto es difícil de precisar. El cód. Fb habla de un lugar montañoso; la versión Siríaca, sencillamente de un lugar desierto. Se- guramente será ésta la interpretación más acertada: un lugar cualquiera, recogido, no frecuentado habitualmente por hombres y no lejano de su pro- pia casa. Esto dice muy bien con el significado que a la palabra desierto se da en el Ν. T. ; la multiplicación de los panes se verificó en un lugar desierto, y, sin embargo, había mucho heno; el lugar retirado que escogió San Juan Bautista es llamado desierto, y, sin embargo, en él se alimenta de langostas y de miel silvestre.

10 La versión Armenia mitiga la penitencia de Joaquín diciendo que ayunó a pan y agua. El número de cuarenta días y cuarenta noches es muy bíblico. Recuérdese el ayuno de Moisés en la cima del Sinaí (Ex. 24,18), el ayuno de Elias (3 Reg. 19,8), el de Jesits (Mt. 4,2)

148

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

II

1. Y Ana, su mujer, se lamentaba y gemía doblemente, diciendo: «Lloraré mi viudez y mi esterilidad».

2. Pero vino la fiesta grande del Señor y le dijo Judit, su criada: «¿Hasta cuándo vas a estar humillando tu alma? Ya ha llegado la fiesta mayor y no te es lícito contristarte. Toma este pañuelo de cabeza que me ha dado la dueña del taller, ya que no puedo yo ceñírmelo por ser de condición servil y tener él sello real».

II

1. Ή δέ γυνή αύτοΰ "Αννα H δύο θρήνους έθρήνει και δύο κοπε- τούς έκόπτετο, λέγουσα· «Κόψομαι τήν χηρίαν μου, κόψομαι καί τήν άτεκνίαν μου».

2. "Ηγγισεν δέ ή ημέρα κυρίου ή μεγάλη 12, Kai είττεν Μουδίθ 1-3, ή τταιδίσκη αύτής- «"Εως ττότε ταπεινοΐς τήν ψυχήν σου; ιδού ήγγικεν ή ή μέρα κυρίου ή μεγάλη, και οΰκ εξεστίν σοι ττενθεΐν, άλλα λάβε τοΰτο τό κεφαλοδέσμιον 14, ο έδωκέν μοι ή κυρία του έργου, καϊ ουκ εξεστίν μοι άναδήσασθαι αύτό, καθότι τταιδίσκη ειμί, καϊ χαρακτήρα έχει βα- σιλικόν».

1 1 Por primera vez aparece en el relato el nombre de la madre de la Virgen. En la Sagrada Biblia se recuerdan tres personajes que han llevado este nombre: la madre del profeta Samuel, esposa de Elcana, que también acudió a Dios afligida por su esterilidad (i Sam. 1,20); la mujer de Ragüel, pariente de Tobías (Tob. 7,2), y la profetisa Ana, que recibió a Jesús Niño en su presentación en el templo (Le. 2,36-38).

La viudez de que aquí habla el texto puede referirse a la desaparición inesperada de Joaquín, su esposo, que había huido, sin contar con ella, a un lugar escondido.

1 2 Aunque este día grande del Señor no puede ser idénticamente el mismo a que antes ha aludido (1,2), bien puede ser uno cualquiera de los días sucesivos al comienzo de la fiesta; quizá el último, por revestir mayor solemnidad. Por este lapso de tiempo se explica la mayor intensidad que tomó el dolor de Ana al percatarse de la desaparición de Joaquín.

1 3 Parece ser que en realidad esta Judit, o Juthim, o Jonathim era una criada de Ana. Sus relaciones con la dueña de la manufactura, Michel las explica diciendo que ésta sería su antigua señora. Más en consonancia con el texto griego, que la llama κυρία τοΰ έργον, sería suponer que la tal «se- ñora» era sencillamente la dueña del taller donde se confeccionaban tales prendas o del bazar donde se vendían.

14 Κεφαλοδέσμιον, por su etimología y por su uso, parece indicar una prenda que, al mismo tiempo que servía de adorno en la cabeza, se ceñía de alguna manera sujetando el cabello, en forma de diadema.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

149

3. Y dijo Ana: «Apártate de mí, pues no he hecho yo tal cosa, y, además, el Señor me ha humillado demasiado como para que me lo ponga; no sea que algún malvado te lo haya dado, y hayas venido a hacerme también a cómplice del pecado». Replicó Judit : « ¿Para qué te voy a maldecir yo, si ya el Señor te ha herido de esterilidad, no dándote fruto en Israel?»

4. Y Ana, aunque afligida en extremo, se despojó de sus vestidos luctuosos, se hizo el tocado, tomó sus vestidos de boda y sobre la hora nona bajó al jardín para pasear. Allí vio un laurel, se sentó a su sombra y oró al Señor, diciendo: « ¡Oh

3. Kod ειπεν "Αννα- «Άπόστηθι άττ' έμοΰ, και ταΰτα οϋκ έποίησα 1 5, και κύριος έταπείνωσέν με σφόδρα· μήπως πανούργος εδωκέν σοι τοΰτο, και ήλθες κοινώνησα! με τή αμαρτία σου». Και εΐπεν Ίουδίθ· «Τί άρά- σομαί σοι, καθότι κύριος απέκλεισε τήν μήτραν σου τοΰ μή δούναι σοι καρπόν έν τω Ισραήλ;» 16.

Και έλυπήθη "Αννα σφόδρα. Και περιείλατο τά Ιμάτια αύτής τα πενθικά, και άπεσμήξατο τήν κεφαλήν αυτής και ένεδύσατο τά ιμάτια αύτής τά νυμφικά και περί ώραν ένάτην 17 κατέβη εις τόν παράδεισον τοΰ περιπατήσαι. Και είδε δαφνηδαίαν, και έκάθισεν υποκάτω αύτής, και έλιτάνευσεν τόν δεσπότην λέγουσα· «Ό Θεός των πατέρων ήμών,

ι 5 Según el texto griego y contando con que los códd. BEL dicen τοΰτο Εττοίησσ en lugar de ταΰτα, éste, puede referirse a la prenda en cues- tión, atestiguando que realmente no la ha hecho y abrigando, además, la sospecha de que pueda ser furtiva. Esta es una razón, y quizá la más pode- rosa, por la que se resiste a aceptarlo; pero además insinúa que se siente demasiado humillada por la mano de Dios para peder lucir prendas que sean señal de alegría.

16 Judit se siente ofendida por la sospecha de Ana y la increpa con la expresión más hiriente para ella. Virtualmente le dice: «No necesito malde- cirte, pues ya estás maldita del Señor» (cf. Gen. 30,23). Algunos códices griegos (BIRELM) aluden también al desaire sufrido por Judit al no querer su señora seguir su consejo. Esta actitud de Ana tiene un gran para- lelismo con la de Tobías al no querer éste aceptar el cabrito que su esposa le trae, temiendo no sea éste robadizo (κλεψιμαϊον) (cf. Tob. 2,21; 3,9-11). Ana, como Judit (10,3), siente hondo pesar por las palabras injuriosas de su sierva, pero ve que tiene razón y depone sus vestidos de tristeza.

17 La versión Etiópica la hace ir al templo a hora nona (sobre las tres de la tarde); tiempo muy adecuado para la oración, como se comprueba por varios pasajes de la Sagrada Escritura; y al ver en un árbol un nido lleno de pajariüos, símbolo de la fecundidad, le viene de nuevo la idea de su desgracia y se deshace en lamentaciones de dolor, pidiendo al Señor no permita que ella esté en condición inferior a las aves, a los animales y aun a la misma tierra.

El Ps. E'istathius, que ha omitido el episodio de Judit, coincide substan- cialmente en este pasaje con nuestro texto griego.

150

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Dios de nuestros padres !, óyeme y bendíceme a de la ma- nera que bendijiste el seno de Sara, dándole como hijo a Isaac».

III

1. Y, habiendo elevado sus ojos al cielo, vió un nido de pájaros en el laurel y se lamentó de nuevo entre sí, diciendo: « ¡Ay de ! ¿Por qué habré nacido y en qué hora habré sido concebida? He venido al mundo para ser como tierra maldita entre los hijos de Israel; éstos me han colmado de injurias y me han barrido del templo de Dios».

2. « ¡Ay de ! ¿A quién me semejo yo? No a las aves del cielo, puesto que ellas son fecundas en tu presencia, Señor».

« ¡Ay de ! ¿A quién me parezco yo? No a las bestias de la tierra, pues aun estos animales irracionales son prolíficos ante tus ojos, Señor».

3. « ¡Ay de ! ¿Con quién me puedo comparar? Ni si-

εύλόγησόν με και έττάκουσον της δεήσεώς μου, καθώς ηύλόγησας την μήτραν Σάρρας καϊ εδωκας αύτη υίόν τόν Ισαάκ».

III

ι. Και άτενίσασα εις τόν ούρανόν είδε καλιάν στρουθίων έν τη δαφ- νηδαία, και έποίησε θρήνον έν εαυτή λέγουσα· «Οϊμοι, τίς με έγέννησεν; ττοία δέ μήτρα έξέφυσέ με; δτι κατάρα έγεννήθην έγώ ένώτπον των υιών Ισραήλ, καϊ έξεμυκτήρησάν με έκ ναοΰ κυρίου» 18.

2. «Οϊμοι, τίνι ώμοιώθην έγώ; οΰχ ώμοιώθην έγώ τοις ττετεινοΐς του οΰρανοΰ, δτι καϊ τά ττετεινά του ούρανοΰ γόνιμά είσιν ένώτπόν σου, κύριε». «Οϊμοι, τίνι ώμοιώθην έγώ; οΰχ ώμοιώθην έγώ τοις θηρίοις της γης, δτι κα'ι τά θηρία της γης γόνιμά εϊσιν ένώτπόν σου, κύριε». 19

«Οϊμοι, τίνι ώμοιώθην έγώ; ούχ ώμοιώθην τοις ύδασιν τούτοις,

1 8 Las expresiones que el autor pone en boca de Ana son de una cru- deza extraordinaria. Las primeras parecen reflejar la desesperación de Job (Iob 2,1-15) al verse lleno de miserias. La expresión griega Ιξεμυκτήρησάν με, que hemos traducido por «me han barrido del templo», tiene un significado aún más duro, haciendo alusión propiamente a la secreción nasal. Con ello puede hacer suya la injuria inferida a su marido, cuando alguien le impidió ir a sacrificar el primero en el templo.

Varios códices se complacen en añadir detalles sobre la aflicción de Ana, como si quisieran hacer un pequeño boceto pictórico: «Levantándose con rapidez», «entrando», «prosternándose con lágrimas».

19 Varios códices se entretienen en describir cómo las aguas «con sus peces y con sus ondas, ya en calma, ya agitándose», bendicen al Creador (AIRLMDEN).

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

151

quiera con estas aguas, porque aun ellas son fértiles ante ti, Señor».

« ¡Ay de ! ¿A quién me he igualado yo? Ni siquiera a esta tierra, porque también ella es feraz, dando sus frutos oportunamente, y te bendice a ti, Señor».

i. Y he aquí que se presentó un ángel de Dios, diciéndole: «Ana, Ana, el Señor ha escuchado tu ruego: concebirás y darás a luz, y de tu prole se hablará en todo el mundo». Ana respon- dió: «Vive el Señor, mi Dios, que, si llego a tener algún fruto de bendición, sea niño o niña, lo llevaré como ofrenda al Señor y estará a su servicio todos los días de su vida».

ότι κα'ι τά ϋδατα ταύτα γόνιμά εΐσιν ενώπιον σου, κύριε» 19. «Οίμοι, τίνι ώμοιώθην έγώ; 20 0ύχ ώμοιώθην εγώ τη γη ταύτη, ότι και ή γή αύτη προσφέρει τούς καρπούς αύτής κατά καιρόν, και σέ εύλογεϊ, κύριε».

ι. Κα'ι ιδού άγγελος κυρίου επέστη λέγων αύτη· «"Αννα, "Αννα, έπήκουσε κύριος της δεήσεώς σου, και συλλήψει και γεννήσεις, κα'ι λαλη- θήσεται τό σπέρμα σου έν όλη τη οικουμένη» 21. Κα'ι είπεν "Αννα· «Ζη κύριος ό Θεός μου 22, έάν γεννήσω είτε άρρεν είτε θήλυ, προσάξω αύτό δώρον κυρίω τω Θεώ μου, και εσται λειτουργούν αύτώ 2 3 πάσας τάς ημέρας της ζωής αύτού».

20 Parecen un eco estas expresiones de dolor de aquellas otras dirigi- das por Jeremías a Jerusalén en sus trenos: «¿A quién te compararé o a quién te asemejaré, hija de Jerusalén?» (Lam. 2,13).

21 La presente relación tiene grandes analogías con las que se leen en diversos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Baste recordar los relativos a la concepción de Samuel y del Precursor. De lejos puede traer también a la memoria el episodio de la anunciación a María, aunque no se puede comparar con él en la extensión, en las circunstancias que rodean a ésta y aun en la misma belleza literaria.

22 Fórmula de promesa refrendada con juramento, muy usada por los israelitas en ocasiones solemnes. Admira la sobriedad con que se desarrolla esta escena, donde no aparece para nada el natural sobresalto que había de producir una tal embajada portadora de tan grata nueva. La reacción de Ana es parecida a la de la madre de Samuel, si bien ésta hizo ya el ofreci- miento en su oración antes de ser agraciada con una promesa extraordinaria y lo vinculó a la condición de recibir de Dios un hijo varón (1 Sam. 1,9-12).

23 El verbo griego λειτουρ/εΤυ no expresa un servicio común al Señor, al cual, por otra parte, todos los israelitas venían obligados ya por la cir- cuncisión; se trata de un servicio particular, oficial, que podía concretarse en el voto del nazareato (cf. Num. 6,1-26), tal como lo hizo para su hijo la madre de Sansón (Iud. 13,2-5) por mandato de Dios. Aunque del voto del

IV

IV

152

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

2. Entonces vinieron dos mensajeros con este recado para ella : «Joaquín, tu marido, está de vuelta con sus rebaños, pues un ángel de Dios ha descendido hasta él y le ha dicho : Joaquín, Joaquín, el Señor ha escuchado tu ruego; baja, pues, de aquí, que Ana, tu mujer, va a concebir en su seno».

3. Y, habiendo bajado Joaquín, mandó a sus pastores que le trajeran diez corderas sin mancha: «Y éstas, dijo, serán para el Señor»; y doce terneras de leche: «Y éstas, dijo, serán para los sacerdotes y el sanedrín»; y, finalmente, cien cabritos para todo el pueblo.

4. Y al llegar Joaquín con sus rebaños, estaba Ana a la

2. Και ιδού ήλθον άγγελοι δύο λέγοντες αύτη· «Ιδού Ιωακείμ ό άνήρ σου έρχεται μετά τών ποιμνίων αύτού» 24. "Αγγελος γαρ κυρίου κατέβη προς αύτόν λέγων «Ιωακείμ, Ιωακείμ, έττήκουσε κύριος ό Θεός της δεήσεώς σου, κατάβηθι εντεύθεν ιδού γάρ ή γυνή σου "Αννα έν γασ- τρί λήψεται» 25.

Και κατέβη Ιωακείμ, και έκάλεσεν τούς ποιμένας αύτού λέγων «Φέρετέ μοι ώδε δέκα άμνάδας ασπίλους και άμωμους, καϊ έσονται κυρίω τω Θεώ μου· καϊ φέρετέ μοι δεκαδύο μόσχους άπαλούς, καϊ έσονται τοις ίερεύσι καϊ τη γερουσία· και εκατόν χιμάρους παντί τω λαώ» 26.

Καϊ ιδού Ιωακείμ ήκε μετά τών ποιμνίων αύτού, και εστη "Αννα

nazareato, que llevaba como sello de su consagración a Dios el no beber licor ninguno inebriante y no cortarse la cabellera, no venían excluidas las mujeres, no aparece claro que lo hiciera Ana para su futura prole. Sin em- bargo, esta consagración la vincularía más al Señor, ya que había de vivir al servicio directo del templo, como dice la versión Etiópica : «Y la llevaré [a la prole] al templo de Dios para todos los días de su vida».

24 Esto demuestra, como insinuábamos en lugar oportuno, que el sitio que Joaquín escogió para su retiro no era un desierto en el sentido estricto de la palabra. Según este pasaje, parece ser que fué la misma majada donde apacentaban los pastores sus propios rebaños.

25 Las versiones Etiópica y Siriaca y algún códice del Protoevange- lio (B) dicen εϊληφε «ha concebido ya». Parece ser más lógica con los acon- tecimientos la expresión del testo Tischendorfiano λήψεται, «concebirá», «va a concebir».

26 La versión Etiópica altera el número y destino de las víctimas; según ella, manda Joaquín que le traigan dos corderos para una oblación al Señor, 12 bueyes para un sacrificio en el templo y ocho corderos para dar un ban- quete que testimonie su alegría por tan grata nueva.

Es rara la coincidencia de todos los códices del Protoevangelio al indi- car que fueron corderas precisamente las que Joaquín pidió para el sacrificio, cuando ordinariamente en la Sagrada Escritura se habla de sacrificios de corderos. Estas no habían de tener defecto alguno físico, al igual que el cordero pascual (Ex. 12,5-6).

Esta manera de testimoniar la gratitud al Señor viene recomendada re- petidas veces por el libro del Deuteronomio.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

153

puerta. Esta, al verlo venir, echó a correr y se abalanzó sobre su cuello, diciendo: «Ahora veo que Dios me ha bendecido copiosamente, pues, siendo viuda, dejo de serlo; y, siendo esté- ril, voy a concebir en mi seno». Y Joaquín reposó aquel primer día en su casa.

V

i. Al día siguiente, al ir a ofrecer sus dones al Señor, se decía entre sí: «Conoceré que Dios me va a ser propicio, si llego a ver el efod del sacerdote». Y, al ofrecer el sacrificio, se fijó en el efod del sacerdote, cuando éste se acercaba al altar de Dios, y, no encontrando pecado ninguno en su conciencia,

προς τήν πύλην και είδε τον Ιωακείμ έρχόμενον, και δραμοΰσα έκρεμάσθη είς τόν τράχηλον αύτοϋ λέγουσα· «Νΰν οίδα ότι κύριος ό Θεός ηύλόγησέ με σφδρα· ιδού γαρ ή χήρα οΰκέτι χήρα, και ή άτεκνος έν γαστρί λήψο- μαι». Καί άνεπαύσατο Ιωακείμ τήν ττρώτην ήμέραν εις τόν οίκον αύ- τοϋ 27.

V

I. Tfj δέ επαύριον προσέφερε τά δώρα αύτοΰ λέγων ένέαυτώ· «Έάν κύριος ό Θεός ίλασθή μοι, τό πέταλον του ιερέως 28 φανερόν μοι ποιήσει». Καί προσέφερεν τά δώρα αύτοΰ Ιωακείμ καί προσεΐχεν τω πετάλω του ιερέως, ώς έπέβη επί τό θυσιαστήριον κυρίου, καί ουκ ειδεν άμαρτίαν έν

27 Esta expresión puede indicar, o que aquel primer día después de su retiro lo dedicó a descansar, o que fué el primer día (después de mucho tiempo) en que pudo descansar libre ya del oprobio de verse sin hijos. Parece ser que el comexto exige la primera interpretación.

28 Parece a primera vista extraña esta propuesta de Joaquín, pero no lo es si se considera con cuánta frecuencia los israelitas acudían al juicio de Dios para escudriñar los secretos presentes o futuros. Por otra parte, no debía ser una cosa tan ordinaria ver el efod sacerdotal, ya que éste no lo usaban los sacerdotes en cualquier ceremonia, y, además, éstos se movían de ordinario en atrio propio, mientras que a un simple israelita, cualquiera que fuese, le estaba vedado bajo pena de muerte pasar del suyo, lo cual traía como consecuencia natural que a los sarerdotes se les veía ordinaria- mente de lejos. La contextura del efod, que, según el Exodo (28,6-8), no constaba solamente de una plancha de oro (como parece indicar la palabra griega ιτέταλον), sino de otras labores de púrpura, jacinto, etc., hacía que su superficie no fuera tan tersa como para que en ella se reflejara algún objeto; y obliga a descartar la hipótesis de quienes lo interpretan en el sentido de que, al «mirarse en aquella superficie Joaquín y no ver en su rostro mancha alguna», creyó entender la respuesta divina de que el Señor le había perdo- nado sus pecados.

154

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

dijo: «Ahora veo que el Señor ha tenido a bien condonarme todos mis pecados». Descendió Joaquín justificado del templo y se fué a su casa.

2. Y se le cumplió a Ana su tiempo, y al mes noveno alumbró. Y preguntó a la comadrona : « ¿Qué es lo que he dado a luz?» Y la comadrona respondió: «Una niña». Entonces Ana exclamó: «Mi alma ha sido hoy enaltecida». Y reclinó a la niña en la cuna. Habiéndose transcurrido el tiempo marcado por la ley, Ana se purificó, dió el pecho a la niña y le puso por nom- bre Mariam.

έαυτώ 29. Και εϊιτεν Ιωακείμ- «Νυν οίδα δτι κύριος ίλάσθη μοι καΐ άφήκεν ■πάντα τα αμαρτήματα μου». Και κατέβη έκ ναοΰ κυρίου δεδικαιωμέ- νος 30, και άττήλθεν έν τω οί'κω αΰτοΰ.

2. Έττληρώθησαν δέ οί μήνες αυτής- έν δέ τω ένάτω μηνί έγέννησεν "Αννα. ΚαΊ είττεν τή μαία- «Τί έγέννησα;» Ή δέ είπεν «Θήλυ». Και εΐπεν "Αννα· «Έμεγαλύνθη ή ψυχή μου έν τή ήμερα ταύτη», και άνέκλινεν αύτήν. Πληρωθεισών δέ των ήμερών άττεσμήξατο "Αννα 31, και έδωκεεν μασθόν τή παιδί 32, Καί έττωνόμασε τό δνομα αυτής Μαριάμ 3 3.

29 ¿A qué pecados se refiere aquí el autor? A los propios, pues ya ha encontrado la señal que pedía para convencerse de que en realidad estaban perdonados por Dios. Poder ver el efod sacerdotal.

30 Cf. parábola del publicano (Le. 18,14). *

31 El Señor mandaba en el Levítico (12.5-6) que, si una mujer daba a luz una niña, había de considerarse como impura durante dos semanas con- secutivas y que el período de su purificación había de extenderse a sesenta y seis días, sin que mientras tanto pudiera tocar ninguna cosa santa.

32 Resulta curioso y no es fácilmente explicable el hecho constatado por el autor de que Ana, «una vez concluido el lapso de tiempo, se purificó y dió el pecho a la niña». ¿Quiere decir esto que hasta entonces no se lo había dado nunca? Y, supuesto que así fuera, ¿sería por no contaminarla? Difícil es admitir naturalmente tales consecuencias, pero la expresión protoevan- gélica lleva directamente a ellas. Sería ésta la primera maravilla obrada en María después de su concepción milagrosa.

33 El Protoevangelio no hace mención de ninguna consigna divina es- pecial para que fuera precisamente Miryam el nombre de María, como la hubo para Juan Bautista y para Jesús. Cabe preguntar por qué los padres de María tuvieron interés especial en llamarla así, dada la atención que los judíos prestaban al significado del nombre de la persona.

Sobre el nombre de María se dan setenta etimologías distintas, pero las principales se reducen a cinco. Considerándolo derivado del hebreo Miryam, puede significar: a) gallarda, hermosa, si proviene del verbo mará (engor- dar); b) señora, si proviene de marah (dominar); c) excelsa, sublime, si viene de rum (elevarse); d) amargura del mar, si proviene de mor (mirra) y el nombre yam (mar). Considerándolo como egipcio (y esto no es improbable, ya que la primera mujer que lo llevó fué la hermana de Moisés), significaría amada de Yahvé.

Según el libro De nativitate Mariae (05), e! nombre de María provino del cielo.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

155

VI

1. Y día a día la niña se iba robusteciendo. Al llegar a los seis meses, su madre la dejó sola en tierra para ver si se tenía; y ella, después de andar siete pasos, volvió al regazo de su madre. Esta la levantó, diciendo: «Vive el Señor, que no anda- rás más por este suelo hasta que te lleve al templo del Señor». Y le hizo un oratorio en su habitación y no consintió que nin- guna cosa común o impura pasara por sus manos. Llamó, además, a unas doncellas hebreas, vírgenes todas; y éstas la entretenían.

2. Λ1 cumplir la niña un año, dió Joaquín un gran banque- te, invitando a los sacerdotes, a los escribas, al sanedrín y a todo el pueblo de Israel. Y presentó la niña a los sacerdotes,

VI

ι. Ημέρα δέ και ημέρα έκραταιοΰτο ή παις· γενομένης δέ αύτής εξαμηνιαίου έστησεν ή μήτηρ αυτής χαμαί, του διαπειράσαι ε! ϊσταται. Και επτά βήματα 34 ττεριττατήσασα ήλθεν εις τόν κόλττον αυτής. Και άνήρττασεν αυτήν λέγουσα· «Ζή κύριος ό Θεός μου, οΰ μή περιττατήσης έν τη γή ταύτη, εως άν άπάξω σε έν τω ναω κυρίου». Και έττοίησεν άγιασμα έν τω κοιτώνι αυτής, κα'ι πάν κοινόν κα'ι άκάΟαρτον ούκ εϊα διέρχεσθαι δΓαύτής 35- και έκάλεσε τάς θυγατέρας των Εβραίων τάς αμίαντους, και διεττλάνων αύτήν 36.

2. Έγένετο δέ πρώτος ένιαυτός τη παιδί, καϊ έττοίησεν Μωακείμ δοχήν μεγάλην 37, καϊ έκάλεσε τους ιερείς 3 8 και τους γραμματείς καϊ τήν γερουσίαν καϊ πάντα τόν λαόν του Ισραήλ. Και προσήνεγκεν Ίωα-

34 El número η era empleado por los judíos frecuentís: mámente en un sentido algo indefinido, como entre nosotros el ioo ó el i.ooo. Por lo de- más, el número de pasos y meses cambia en los distintos códices.

35 Para mantenerse puro, la ley prohibía tocar con las manos, y a for- tiori introducir en la boca, las cosas legalmente impuras.

36 La expresión griega διεπλάνων ha suscitado discusiones en cuanto a su interpretación. El códice D la substituye por διηκόνουν, lo cual recuerda la interpretación de Fabricius (διεττλύνον). La casi totalidad de los códices traen διεπλάνων, lo cual no justifica la opinión de Postel <la seducían». Más bien, según una significación posterior, pero propia de este verbo, podemos verterlo en castellano por «la entretenían», da divertían» (latín, di-verto).

37 Esto recuerda el banquete que dió Abrahán cuando Isaac, su hijo, cumplió un año y fué destetado (Gen. 21,8). Por lo demás, no era costum- bre de los israelitas celebrar el aniversario del nacimiento.

38 Algunos códices (DILS), más en consonancia con lo que apunta posteriormente el relato, hacen que Joaquín invite también a los príncipes de los sacerdotes.

156

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

quienes la bendijeron con estas palabras: « ¡Oh Dios de nues- tros padres !, bendice a esta niña y dale un nombre glorioso y eterno por todas las generaciones». A lo cual respondió todo el pueblo : «Así sea, así sea. Amén». La presentó también Joa- quín a los príncipes de los sacerdotes, y éstos la bendijeron así: « ¡Oh Dios Altísimo !, pon tus ojos en esta niña y otórgale una bendición cumplida, de esas que excluyen las ulteriores».

3. Su madre la llevó al oratorio de su habitación y le dió el pecho. Entonces compuso un himno al Señor Dios, diciendo: «Entonaré un cántico al Señor, mi Dios, porque me ha visitado, ha apartado de el oprobio de mis enemigos y me ha dado un fruto santo, que es único y múltiple a sus ojos. ¿Quién dará a los hijos de Rubén la noticia de que Ana está amamantando? Oíd, oíd, todas las doce tribus de Israel: «Ana está amamantando».

κεϊμ την τταΐδα τοις ίερεΰσι, και ηύλόγησαν αυτήν λέγοντες- «Ό Θεός των πατέρων ημών, εύλόγησον τήν τταΐδα ταύτην και δός αύτη όνομα άνομαστόν αίώνιον έν ττάσαις ταΐς γενεαϊς» 39. Και είπε ττας ό λαός- «Γένοιτο, γένοιτο, άμήν». Κα! ττροσήνεγκεν αύτήν τοις άρχιερεΰσι, και ηύλόγησαν αυτήν λέγοντες- «Ό Θεός τών υψωμάτων *0, έπίβλεψον έτη τήν τταΐδα ταύτην και εύλόγησον αύτήν έσχάτην εύλογίαν, ήτις διαδο- χήν ούκ έχει» 41.

Κα! άνήρπασεν αύτήν ή μήτηρ αύτής έν τω άγιάσματι τού κοιτώνος αύτής, και έ'δωκεν αύτη μασθόν. Και έττοίησεν "Αννα άσμα κυρίω τω Θεω λέγουσα- «"Ασω φδήν κυρίω τω Θεω μου, ότι έπεσκέψατό με και άφείλατο άπ'έμοϋ τό όνειδος τών έχθρων μου- και εδωκέν μοι κύριος καρττόν δικαιωσύνης αύτοΰ 42; μονοούσιον και ττολυπλάσιον ένώ- ττιον αύτοΰ. Τίς άναγγελεϊ τοις υΐοΐς 'Ρουβίμ ότι "Αννα θηλάζει; άκού-

3? Cf. Le. 1,48.

40 La expresión ό Θεός τών υψωμάτων puede explicarse muy bien como un hebraísmo equivalente a el Altísimo. La lengua hebrea, como es sabido, gusta de sustituir los adjetivos por sustantivos en genitivo. Pudiera equi- valer también a Θεό; Σαβαώθ, «Dios de los ejércitos», por cuanto las «altu- ras» serían las δυνάμεις o «ejércitos divinos». Cf. Bonaccop.si, Van^eli Aprocrij'i p.71; Amann, Le Protévangile de Jacques p.202.

41 Tal es el sentido de la expresión griega. Con esta perífrasis se pretende dar el realce máximo a esa bendición: «Que sea tan perfecta que no necesite ya ulteriores bendiciones».

42 Καρπός δικαιωσύνης: Genitivo hebreo en lugar del dativo, a semejanza de θεός τών υψωμάτων; señal muy significativa del origen y mentalidad judía del protoevangelista. Equivale a «fruto santo», o mejor aún, «fruto de bendición». La interpretación de Tischendorf : καρπός δ.καιωσύνης αύτοΰ, «fruto de la Justicia divina», no es tan fácil de explicar (Bonaccorsi). En cuanto a μονοούσιον πολυπλάσιον, hay que notar lo feliz de esta expre- sión, en que se contiene una clara alusión a la descendencia de María.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

157

Y habiendo dejado a la niña, para que reposara, en la cámara donde tenía su oratorio, salió y se puso a servir a los comensales. Estos, una vez terminado el convite, se fueron re- gocijados y alabando al Dios de Israel.

VII

i. Mientras tanto, iban sucediéndose los meses para la niña. Y, al llegar a los dos años, dijo Joaquín a Ana: «Llevé- mosla al templo del Señor para cumplir la promesa que hicimos, no sea que el Señor nos la reclame y nuestra ofrenda resulte ya inaceptable ante sus ojos. Ana respondió: «Esperemos todavía

σατε, ακούσατε αϊ δώδεκα φυλαί του Ισραήλ, ότι "Αννα θηλάζει». Και άνέτταυσεν αυτήν έν τω κοιτώνι τοΟ αγιάσματος αυτής, και έξήλθεν και διηκόνει αύτοΐς. Τελεσθέντος δέ του δείττνου κατέβησαν εύφραινόμενοι και δοξάζοντες τόν Θεόν Ισραήλ 4 3.

VII

Τή δέ τταιδΐ ττροσετίθεντο οί μήνες αυτής. Έγένετο δέ διετής ή παις, και ειπεν Ιωακείμ τή "Αννα· «Άνάξωμεν αύτήν έν τω ναω κυρίου, όπως άττοδώμεν τήν έπαγγελίαν ήν έττηγγειλάμεθα, μήττως άττοστείλη ό δεσττότης έφ'ήμας 44 καϊ άττρόσδεκτον γένηται τό δώρον ήμών». Και

43 El códice Fb y la versión Siríaca añaden que en esta ocasión se im- puso a la niña el nombre de Mariam, «porque, decían, su nombre no ha de degenerar»: έκάλεσαν δέ τό όνομα αϋτής Μαριάμ, λέγοντες ότι το όνομα αυτής οΰ μαρανθήσεται. El hecho se explica por una sencilla transposición, fenómeno co- rriente en los mismos evangelios canónicos. San Marcos pone el hecho de la expulsión de los mercaderes del templo un día más tarde que los sinópti- cos: Me. 2,1. Más interés puede tener la nueva etimología del María apun- tada por el protoevangelista. No lo hace provenir del hebreo (Mará signi- fica amargo; cf. Ruth 1,20-21), sino del verbo griego μαραίνω, destruir, corromper, que a su vez procede de la raíz indoeuropea mer. Lo que daría a María el título de incorruptible. No deja de ser ésta, sin embargo, una grave incongruencia, quizá explicable por una posible interpolación del co- pista griego, ya que es de suponer que los padres no pensarían en una eti- mología griega al dar un nombre hebreo a su hija.

44 La expresión elíptica μή άποστείλη ό δεσπότης έφ' ήμας, cuyo signi- ficado literal es «no sea que el Señor nos haga alguna misiva» (para recor- darnos el compromiso), ha sido alterada frecuentemente por los copistas ante la dificultad de interpretarla rectamente. Así A: μή άποοτή; Β: μή έποστρέψη; F: μή άττοστραφή (se sobrentiende άφ' ήμών; la versión Siríaca «a nobis Dominus»). Los autores modernos Amann y Bonaccorsi adoptan la interpretación aducida en la versión.

158

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

hasta que cumpla los tres años, no sea que la niña vaya a tener añoranza de nosotros». Y Joaquín respondió: «Esperemos».

2. Al llegar a los tres años, dijo Joaquín: «Llamad a las doncellas hebreas que están sin mancilla y que tomen sendas candelas encendidas [para que la acompañen], no sea que la niña se vuelva atrás y su corazón sea cautivado por alguna cosa fuera del templo de Dios». Y así lo hicieron, mientras iban su- biendo al templo de Dios. Y la recibió el sacerdote, quien, des- pués de haberla besado, la bendijo y exclamó: «El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones, pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de Israel».

είπεν "Αννα· «Άναμείνωμεν τό τρίτον ετος, δπως μή ζητήσει ή παις πατέρα ή μητέρα». ΚαΊ είπεν Ιωακείμ· «Άναμείνωμεν» 45.

ΚαΙ έγένετο τριετής ή παις καΊ είπεν Ιωακείμ· «Καλέσατε τάς θυγα- τέρας των Εβραίων τάς άμιάντους καΊ λαβέτωσαν άνά λαμπάδα 46, καΐ έστωσαν καιόμεναι, ίνα μή στραφή ή παις εις τά οπίσω και αίχμαλωτισ- Θή ή καρδία αυτής έκ ναοΰ κυρίου» 47. Και εποίησαν ούτως εως άνέβησαν έν τω ναώ κυρίου. Και Ιδέξατο αύτήν ό ιερεύς 48, και φιλήσας ηύλόγησεν αυτήν και είπεν «Έμεγάλυνεν κύριος τό όνομα σου έν πάσαις ταΐς γε- νεαΐς 49 , έπί σοι έπ'έσχάτου τών ή μερών φανερώσει κύριος τό λύτρον αϋτοΰ τοις υΐοΐς Ισραήλ».

45 Cf. Diálogo semejante entre Ana, madre de Samuel, y su marido Elcana (i Reg. 1,21-23).

46 Λαβέτωσαν άνά λαμπάδα. El sentido distributivo que aquí tiene la pre- posición «άνά» no le es ajeno aun en los mismos clásicos. Los escritores áticos la emplean frecuentemente en las expresiones άνά πάν έτος, άνά πάντα έτέα, άνά Εκατόν άνδρας. Del mismo modo en Mt. 20,9 : ελαβον άνά δηνάριον ( Vulg. acceperunt singulos denarios) y Apoc. 4,8 : έχων άνά πτέρυγας εξ (Vulg. singula eorum habebant alas senas).

47 Los críticos modernos están contestes en afirmar que el testimonio de San Epifanio ('Ancor., 40) sobre !a costumbre de que todos los primo- génitos varones o hembras eran ofrecidos a Dios y educados en el templo hasta su pubertad, no tiene otro fundamento que la generalización de la his- toria de Samuel (1 Reg. 1) y de nuestro propio pasaje, que, juntamente con la falsa interpretación de Ex. 13,2; Lev. 27,26; Le. 2,22, etc., influyó en otros apócrifos y escritos eclesiásticos. Así piensan Miche!, Amann, Bonaccorsi y Vannutelli.

48 El códice D da el nombre de Zacarías al sacerdote; otros le denominan άρχιερεύς: sumo sacerdote.

49 Recuérdese el hemistiquio del Magníficat (Le. 1,48) μακαριοΰσίν με πασαι α! γενεαί. A pesar de estar en aoristo, conserva el tono profético, dando como cumplida una cosa que va a venir. Es muy corriente este modo de expresarse los profetas, con el cual dan más fuerza a sus predicciones.

PROTOEVAXGELIO DE SANTIAGO

159

3. Entonces la hizo sentar sobre la tercera grada del altar. El Señor derramó gracia sobre la niña, quien danzó con sus piececitos, haciéndose querer de toda la casa de Israel.

VIII

1. Bajaron sus padres, llenos de admiración, alabando al Señor Dios porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo como una palomica, recibiendo ali- mento de manos de un ángel.

3. Και έκάθισεν σϋτήν έτπ τρίτου βαθμού τοΰ θυσιαστηρίου 50, και έπέβαλεν κύριος ό Θεός χάριν έπ'αύτήν και κατεχόρευσεν τοις ττοσίν αυτής, καϊ ήγάπησεν αυτήν πας οίκος Ισραήλ 51.

VIII

ι. Κα'ι κατέβησαν οί γονείς αύτής θαυμάζοντες και αΐνούντες τον δεσττότην Θεόν, ότι ούκ επεστράφη ή παις εις τα οπίσω 5 2. *HV δέ Μα- ριάμ έν τω ναω κυρίου ώς περιστερά νεμομένη 5 3, Καί έλάμβανεν τροφήν εκ χειρός αγγέλου.

50 Del pasaje bíblico (Ex. 20,24) no se colige, como afirma González- Blanco (Ev. Apócr. I p.350) que el altar descrito no tuviera grada alguna. Allí no se dice más que el altar fuera «de tierra» (versión de Bover-Can- tera), sin que con esto excluya las gradas. El pasaje de Ezequiel citado por el mismo autor (43.13.17) no afirma nada respecto del número de gradas; dice solamente (v.17) que éstas deben mirar hacia el oriente; y en todo caso esto se refiere únicamente a la visión en que el Señor le mostró un templo ideal, cuyas medidas le mandó transmitiera a los hijos de Israel. No se explica fácilmente cómo de tal pasaje deduce el Sr. González-Blanco que eran tres precisamente las gradas del altar de los holocaustos.

El Ps. Mt. y De nativ. Mariae hablan de 15 gradas, relacionándolas este último con los 15 salmos graduales.

51 La presentación de María en el templo es celebrada solemnemente por las liturgias latinas y orientales. La bizantina bajo el nombre de Ή έν τω ναω είσοδος της ύπεραγίας Θεοτόκου ¡ en su oficio parecen encontrarse vestigios de nuestro Protoevangelio: v.gr., Vísperas, Stichirá al salmo «Κύριε έκέκραξα»: ... προσφέρεται yáp θεω... κα'ι άρχιερευς ό μέγας Ζαχαρίας δέχεται εΰφραινόμενο:, ταύτην..., y después: Παρθένοι λαμπαδηφοροΰσαι προπορεύεσθε, της άειπαρθένου τιμώσαι τήν σεβασμίαν ττρόοδον. Parece ser que el autor no da importancia a la prohibición de acercarse al altar los no ministros.

Por otra parte, es una de las escenas más celebradas en el arte cristiano. Baste mencionar los preciosos mosaicos alusivos del monasterio de Daf- nis (s.XI), cerca de Atenas, y las abundantísimas producciones del siglo XIV, que culminan posteriormente en la maravilla de Tiziano. Cf. infra, Ps. Mt. IV nt.21.

52 Els τά οπίσω muchos códices lo cambian; Pa: πρός αυτού; ; DEKRS: ετγ' αϋτοϊς. La versión Siríaca lo interpreta también en este último sentido.

53 Νεμομένη ώς περιστερά. Los intérpretes modernos traducen «criada»,

160

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

2. Pero, al llegar a los doce años, los sacerdotes se reunie- ron para deliberar, diciendo : «He aquí que María ha cumplido sus doce años en el templo del Señor, ¿qué habremos de hacer con ella para que no llegue a mancillar el santuario? Y dijeron al sumo sacerdote: «Tú, que tienes el altar a tu cargo, entra y ora por ella; y lo que te a entender el Señor, eso será lo que hagamos».

3. Y el sumo sacerdote, endosándose el manto de las doce campanillas, entró en el «sancta sanctorum» y oró por ella. Mas he aquí que un ángel del Señor se apareció, diciéndole : «Zaca-

2. Γενομένης δέ αυτής δωδεκαετούς, συμβούλιον έγένετο τών ιερέων λεγόντων «Ιδού ή Μαριάμ γέγονεν δωδεκαετής έν τω ναω κυρίου· τί ουν αύτήν ττοιήσωμεν, μήπως μιάνη το άγιασμα κυρίου;» 54 Και είττον τω άρχιερεϊ· «Συ εστηκσς επί τό θυσιαστήριον κυρίου, εϊσελθε και πρόσ- ευξαι ττερΐ αϋτής, καΐ δ εάν φανερώσει σοι κύριος, τοΰτο και ττοιήσω- μεν».

Και είσήλθεν ό άρχιερεύς λαβών τον δωδεκακώδωνα ε!ς τά άγια τών άγίων 5 5( και ηύξατο ττερΐ αΰτής. Και ιδού άγγελος κυρίου επέστη λέγων αύτω· «Ζαχαρία, Ζαχαρία 56, έξελθε και έκκλεσίασον τους χη-

«alimentada» como una paloma. El verbo νέμω, además de estas significa- ciones, admite frecuentemente la de «considerar», «tener por» = νομίζω (σε νέμω θεόν), que en castellano puede equivaler a «como si fuera». Sicut pura columba mansit: versión Etiópica.

54 Según el Levítico (15,19-32), debía considerarse como inmunda toda mujer que empezara a tener flujo de sangre debido a la menstruación. Esta impureza legal se extendía a todo lo que ella tocare. Por la cual se explica esta determinación de los sacerdotes. El libro De nativitate Mariae (c.7) atribuye esta perplejidad a la orden dada por el sumo sacerdote de que todas las vírgenes del templo que hubieren cumplido los catorce años se retiraran del templo y contrajeran matrimonio. A lo cual se opuso María, diciendo que había consagrado a Dios su virginidad y no podía quebrantar el voto de aquella manera. Del mismo modo Ps. Mt., c.7. El que en el Protoevangelio se fije la edad de doce años para la pubertad y en el De nat. y Ps. Mt. los catorce, puede explicarse por la diferencia de precocidad física entre Oriente y Occidente (Bonaccorsi).

55 Se refiere al manto del efod, del que habla el Exodo (28,31-35). El Ps. Mt. (8,3) da el mismo número de campanillas. El Talmud cuenta 72, y Clem. Alejandrino habla de 360 (Stromata V 24,1). El número de 12 puede provenir de una confusión con el número de piedras preciosas que adornaban el pectoral del sumo sacerdote (Ex. 28,17-21).

56 Zacarías, el padre de Juan Bautista, interviene aquí como sumo sacer- dote. Varios escritores antiguos coinciden en esta identificación. Esto hace pensar que realmente se encontraba también en el primitivo libro de San- tiago, con lo cual se explica la leyenda de Zacarías en los últimos capítulos del Protoevangelio (c. 22-24). El que se introduzca a este personaje sin pre- via presentación supone que era conocido ya de los lectores y, como muy rectamente supone Amann (o. α, 214), por virtud de los evangelios canó- nicos. González-Blanco descarta esta última hipótesis, llevado por su in-

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

161

rías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del pueblo. Que venga cada cual con una vara; y de aquel sobre quien el Señor haga una señal portentosa, de ése será mujer». Salieron los he- raldos por toda la región de Judea; y, al sonar la trompeta del Señor, todos acudieron.

IX

i. José, dejando su hacha, se unió a ellos; y, una vez que se juntaron todos, tomaron cada uno su vara y se pusieron en camino en busca del sumo sacerdote. Este tomó todas las varas,

ρεύοντας του λαοΰ 57j Καί ένεγκάτωσαν άνά ράβδον 5 8, και φ έάν επί- δειξη κύριος σημεΐον 5 9t τούτου εσται γυνή». Έξήλθον δε οί κήρυκες καθ'δλης της περιχώρου της Ιουδαίας καί ήχησεν ή σάλτπγξ κυρίου και εδραμον πάντες.

IX

Γ. Ιωσήφ δέ ρίψας τό σκέπαρνον έξήλθεν εις συνάντησιν αυτών καϊ συναχθέντες άπήλθον ττρός τον αρχιερέα, λαβόντες τάς ράβδους. Λαβών δέ άπάντων τάς ράβδους εϊσήλθεν εις τό ιερόν καί ηύξατο. Τε-

fundada teoría de una supuesta prioridad temporal de los evangelios apó- crifos sobre los auténticos.

57 El Protoevangelio es el único que habla de viudos expresamente. El Ps. Mt. (c.8) habla en general: «Cualquiera que no tenga mujer». La His- toria de José (c.4) dice que «convocaron a 12 ancianos de la tribu de Judá>>. Por fin, De nativ. M. (c.7) se refiere «a todos los varones de la familia y casa de David hábiles para el matrimonio, pero sin casar». Por tanto, según los dos testimonios primeros, cabe la posibilidad de que José fuera viudo y que incluso tuviera hijos. Así lo afirmaron varios Padres de la Iglesia, entre ellos San Hilario (ln Mt. 1,3-4), San Epifanio (Adv. Haer. 88,7), San Gre- gorio Niseno (ln Chr. resurr. orat.2), etc. Según Orígenes ( Commentarium in Matthaeum 10,17), e' apócrifo Evangelium Petri mencionaba un primer matrimonio de José. La versión Siríaca del Protoevangelio asegura que los hijos de este matrimonio eran ya hombres cuando José contrajo matrimonio con María. San Epifanio (Haeres. 51,10 y 78) sabe el número (seis) y los nombres de estos hijos. Esto no es más que una tentativa para explicar la mención de los «hermanos de Jesús» en el Evangelio manteniendo a salvo la virginidad de María. La explicación verdadera, esto es, que esos αδελφοί no son más que primos, prevaleció desde el siglo IV por obra de San Jerónimo. Cf. A. Durand, Les fréres du Seigneur: RBi 5 (1908) 9-35.

58 Semejantemente la elección de Aarón (Num. c.17).

59 De nativ. Mariae (c.7) alude a la profecía áz Isaías (11,1). Dice que, según ella, la vara cuya extremidad germinara en una flor, en cuya corola* se posase el espíritu de Dios en forma de paloma, designaría al que había de ser el custodio de la Virgen.

Ev. apócrifos

6

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

penetró en el templo y se puso a orar. Terminado que hubo su plegaria, tomó de nuevo las varas, salió y se las entregó; pero no apareció señal ninguna en ellas. Mas, al coger José la última, he aquí que salió una paloma de ella y se puso a volar sobre su cabeza. Entonces el sacerdote le dijo: «Á ti te ha cabido en suerte recibir bajo tu custodia a la Virgen del Señor».

2; José replicó: «Tengo hijos y soy viejo, mientras que ella es una niña; no quisiera ser objeto de risa por parte de los hijos de Israel». Entonces el sacerdote repuso: «Teme al Señor tu Dios y ten presente lo que hizo con Datán, Abirón y Coré: cómo se abrió la tierra y fueron sepultados en ella por su rebe- lión. Y teme ahora también, José, no sea que sobrevenga esto mismo a tu casa».

3. Y él, lleno de temor, la recibió bajo su protección. Des- pués le dijo: «Te he tomado del templo; ahora te dejo en mi casa y me voy a continuar mis construcciones. Pronto volveré. El Señor te guardará».

λέσας δέ την εϋχήν έλαβε τάς ράβδους και έξηλθεν και έπέδωκεν αΰτοΐς· και σημεΐον ούκ έφάνη έν αΰταϊς. Τήν δέ έσχάτην ράβδον ελαβεν Ιωσήφ· καί ιδού περιστερά έξηλθεν έκ της ράβδου καί έπετάσθη έπί την κεφαλήν Μωσήφ. Και είπεν ό Ιερεύς τω Ιωσήφ· «Σύ κεκλήρωσαι τήν παρθένον κυρίου παραλαβεΐν εις τήρησιν έαυτω».

2. Καί άντεΐπεν Ιωσήφ λέγων «Υίούς έχω καϊ πρεσβύτης είμί 60, αύτη δέ νεανις· μήπως περίγελως γένωμαι τοις υίοϊς Ισραήλ». Καϊ είπεν ό Ιερεύς τω Ιωσήφ· «ΦοβήΘητι κύριον τον θεόν σου, καί μνήσθητι δσα έποίησεν ό θεός Δαθάν καί Άβειρών καϊ Κορέ, πώς έδιχάσθη ή γη καί κατεπόθησαν δια τήν άντιλογίαν αυτών» 61. Καί νυν, φοβήθητι, Ιωσήφ, μήπως έσται ταύτα έν τώ οϊκω σου».

Καί φοβηθείς Ιωσήφ παρέλαβεν αυτήν είς τήρησιν έαυτω. Καί είπεν Ιωσήφ τή Μαριάμ· «Ιδού παρέλαβόν σε έκ ναοϋ κυρίου, καί νυν καταλείπω σε έν τώ οϊκω μου καί απέρχομαι οίκοδομήσαι τάς οίκοδο- μάς μου, καί ήξω προς σέ· κύριος σε διαφυλάξει» 62.

60 De nativ. Mariae (c.8) dice con relación a la edad de José que éste era grandaevus (avanzado en años); Ps. Mat. (8,3), que era senex (viejo). San Epifanio (Haer. 78,10) dice que tenía ochenta y cuatro años al volver de Egipto y que vivió después otros ocho. La Historia de José el Carpintero (c. 14-15) supone que en el momento de su matrimonio con María, José tenía noventa años y que murió a los ciento once. Cf. infra, Historia de José el Carpintero 14,3, nota.

61 Cf. Num. 16,1.31-33.

62 Este abandono de María por parte de José, al margen de otras ex- plicaciones, le viene bien al autor para encuadrar los acontecimientos que siguenT

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

163

Χ ·>Μύ

ι. Por entonces los sacerdotes se reunieron y acordaron hacer un velo para el templo del Señor. Y el sacerdote dijo: «Llamadme algunas doncellas sin mancha de la tribu de David». Se marcharon los ministros; y, después de haber buscado, en- contraron siete vírgenes. Entonces al sacerdote le vino a la memoria el recuerdo de María (aquella jovencita que, siendo de estirpe davídica, se conservaba inmaculada a los ojos de Dios); y los emisarios se fueron y la trajeron.

2. Después que introdujeron a todas en el templo, dijo el sacerdote : «Echadme suertes a ver quién es la que ha de bor- dar el oro, el amianto, el lino, la seda, el jacinto, la escarlata y la verdadera púrpura. Y la escarlata y la púrpura auténtica le to- caron a María, quien, en cogiéndolas, se marchó a su casa. En aquel tiempo se quedó mudo Zacarías, siendo sustituido por

X

1. Έγένετο δέ συμβούλιον των ιερέων λεγόντων «Ποιήσωμεν κα- τοστέτασμα τω ναω κυρίου» 6 3. Και είττεν ó ιερεύς· «Καλέσατε μοι παρ- θένους αμίαντους άττό της φυλής Δαυίδ». Και άπήλθον οί ΰπηρέται και έζήτησαν, και εύρον επτά παρθένους. Κα'ι έμνήσθη ό ιερεύς της παιδός Μαριάμ, ότι ήν έκ της φυλής Δαυίδ, και Αμίαντος ήν τω Θεω. Και άπήλ- θον οί ΰπηρέται και ήγαγον αύτήν.

2. Και ε!σήγαγον αϋτάς έν τω ναω κυρίου· καϊ εΐπεν ό ιερεύς- «Λά- χετέ μοι τίς νήσει τό χρυσίον και τό άμίαντον και τήν βύσσον καϊ τό σηρικόν και τό ΰακίνθινον και τό κόκκινον καϊ τήν άληθινήν πορψύ- ραν» 64. Καϊ ελαχεν τήν Μαριάμ ή άληθινή πορφύρα και τό κόκκινον, και λαβοΰσα άπίει ε!ς τόν οίκον αύτής. Τω καιρώ έκείνω έσι'γησεν Ζα-

63 El Exodo (26,31-36; 27,16; 36.35·37) habla de tres velos para el antiguo tabernáculo. Asimismo, en el templo debieron quedar dos, es decir, los que separaban el santo del santísimo y el atrio del santo, respectivamente (2 Par. 3,14; 1 Mach. 1,23; 4,51). El primero, que es el velo del templo por antonomasia (κατσττέτασμα τοΰ ναοΰ), es el que se rasgó a la muerte del Señor (Mt. 27,51); de éste, sin duda, se trata también aquí. Su confec- ción debía ser privilegio de algunas familias de estirpe real (τή; φυλής Δαυίδ). Estando ya desposada María, las criadas de los sacerdotes no pensaron en ella.

64 De estos materiales preciosos había de ser tejido y bordado el velo, conforme a las indicaciones del Ex. 26,31-36; 35,25; 36,35-37, y 2 Par. 3,14.

164

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Samuel hasta tanto que pudo hablar. María tomó en sus manos la escarlata y se puso a hilarla.

XI

i. Cierto día cogió María un cántaro y se fué a llenarlo de agua. Mas he aquí que se dejó oír una voz que decía: «Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita entre las mujeres». Y ella se puso a mirar en torno, a derecha e izquierda,

χαρίαξ 65 1 kocí έγένετο άντ'αΰτοΰ Σαμουήλ 66, μέχρίζ ότου έλάλησεν Ζαχαρίας. Μαριάμ δέ λαβοΰσα τό κόκκινον εκλωθεν.

XI

ι. Καί έ'λαβεν τήν κάλττην και έξήλθεν γεμίσαι ύδωρ· και ιδού φωνή λέγουσα· «Χαίρε κεχαριτωμένη, ό κύριος μετά σοΰ, ευλογημένη συ εν γυναιξίν» 67. Και περιεβλέπετο δεξιά και αριστερά, πόθεν αύτη ή φωνή.

65 Este incidente de la mudez de Zacarías, si bien puede estar tomado del Evangelio canónico (Le. 1,20), es considerado por varios críticos (cf. Con- rady, Die Quelle der Kanonischen Kindheitsgeschichte Jesús p.86, citado por González-Blanco) como condición necesaria para el desenvolvimiento ló- gico de los acontecimientos siguientes, tales como el emplazamiento de María y José ante el tribunal de los sacerdotes. ¿Cómo podría esto expli- carse si Zacarías, que lo sabía todo y que había predi cho que María había de traer la redención al mundo, hubiera podido expresarse? Sin embargo, no es del todo probativo el argumento, ya que podía haber usado otros medios adecuados, v.gr., las tablas de cera de que se sirvió para dar a en- tender que su hijo había de llamarse Juan.

Según Bonaccorsi (o.c, p.8i), el inciso tiene todas las apariencias de interpolación.

66 El códice Fb trae Σιμεών en lugar de Σαμουήλ.

67 San Lucas, aunque no nos diga en su evangelio cuál fué el lugar preciso donde tuvo lugar la anunciación, indica, sin embargo, claramente que fué en la casa de María (et ingressus ángelus ad eam dixit... Le. 1,28). So- lamente nuestro apócrifo, juntamente con el Ps. Mt., distingue dos etapas: una desarrollada fuera de casa (hacia la fuente...) y otra en su aposento. Ambos episodios han dejado profunda huella en la tradición y en el arte cristiano. Todavía los nazaretanos conocen la «Fuente de la Virgen», que ellos llaman «Ain Sitti Mariam». Esta fuente, según cuenta Focas (s.XII) en su libro Urbs Ierusalem, es la que frecuentaba la Virgen para sacar agua. Cerca de ella está la iglesia de San Gabriel, construida por los griegos para dejar memoria del primer episodio de la anunciación, referido por los apócrifos.

En relación con los monumentos decorativos que ilustran esta escena, cf. Ps. Mí. 9,1 nt.33.

Las palabras «bendita entre las mujeres» pertenecen propiamente al saludo que Santa Isabel dirigió a su prima (Le. 1,42). Aquí, lo mismo que en la Vulgata (Le. 1,28), aparecen interpoladas ya desde los tiempos más remotos.

para ver de dónde podía provenir esta voz. Y, toda temblorosa, se marchó a su casa, dejó el ánfora, cogió la púrpura, se sentó en su escaño y se puso a hilarla.

2. Mas de pronto un ángel del Señor se presentó ante ella, diciendo: «No temas, María, pues has hallado gracia ante el Señor omnipotente y vas a concebir por su palabra. Pero ella, al oírlo, quedó perpleja y dijo entre sí: «¿Deberé yo concebir por virtud del Dios vivo y habré de dar a luz luego como las de- más mujeres?»

3. A lo que respondió el ángel: «No será así, María, sino que la virtud del Señor te cubrirá con su sombra; por lo cual, además, el fruto santo que ha de nacer de ti, será lla- mado Hijo del Altísimo. le pondrás por nombre Jesús, pues El salvará a su pueblo de sus propias iniquidades». Entonces dijo María: «He aquí la esclava del Señor en su presencia; há- gase en según tu palabra».

Kcci σύντρομος γενομένη άπίει είς τον οίκον αύτής και άνέπαυσεν την κάλττην και λαβοΰσα την πορφύραν έκάθισεν έπί τού θρόνου αύτής καϊ είλκεν αύτήν 6 8.

2. ΚαΙ ιδού άγγελος κυρίου εστη ένώτπον αύτης λέγων «Μή φοβοΰ, Μαριάμ· εύρες γάρ χάριν ένώτπον του πάντων δεσττότου, και σύλληψη έκ λόγου αΰτου». Ή δέ άκούσασα διεκρίθη έν εαυτή λέγουσα· «Ει εγώ συλλήψομαι άττό κυρίου ΘεοΟ ζώντος, καϊ γεννήσω ώς πάσα γυνή γέννα;» 69

Και είττεν ό άγγελος κυρίου· «Ούχ ούτως, Μαριάμ· δύναμις γάρ κυρίου επισκιάσει σοι. Ató και τό γεννώμενον Ικ σου άγιον κληθήσεται υιός υψίστου 70. Και καλέσεις τό όνομα αύτοϋ Ίησοϋν αυτός σώσει τόν λαόν αύτοϋ άπό των άμαρτιών αΰτών». Καϊ είπεν Μαριάμ· «Ιδού ή δούλη κυρίου κατενώπιον αυτού- γένοιτο μοι κατά τό ρήμά σου».

68 No es tampoco extraño en el arte cristiano ver representada a la Virgen hilando cuando el ángel le trae el mensaje de la anunciación (mo- saicos de Santa María Mayor y de los Santos Nereo y Aquileo en Roma), lo cual acusa evidentemente influencia protoevangélica, si bien es más fre- cuente entre los artistas religiosos sorprender a la Virgen en actitud de oración o leyendo las Sagradas Escrituras.

69 De una manera clarísima se hace aquí alusión a la virginidad en el parto. En ella pone todo su hincapié el protoevangelista : «¿Habré de dar luego a luz como las demás mujeres?», καϊ γεννήσω ώ; πάσα γυνή γέννα; Como si las palabras del ángel συλλήψη έκ λόγου αϋτοϋ (concebirás por su palabra) le hubieran dado seguridad de antemano de conservar su virginidad antes del parto. ¿Será ésta una reacción contra los herejes, que, por reaccionar a su vez contra los docetas. negaban o dudaban al menos de la virginidad en el parto? Lo cierto es que el autor es un paladín de la virginidad de María en sentido integral, de acuerdo con la doctrina católica, que siempre ha sentido de esta misma manera.

70 Κληθήσεται υΙός υψίστου. Hebraísmo equivalente a será hijo del Al- tísimo. Jesús (hebr. Iesua', relacionado con Josia = salvará).

166

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

XII

1. Y, concluida su labor con la púrpura y la escarlata, se la llevó al sacerdote. Este la bendijo y exclamó: «María, el Se- ñor ha ensalzado tu nombre y serás bendecida en todas las ge- neraciones de la tierra».

2. Llena de gozo, María se fué a casa de Isabel su parienta. Llamó a la puerta; y, al oírla Isabel, dejó la escarlata, corrió ha- cia la puerta, abrió, y, al ver a María, la bendijo diciendo: « ¿De dónde a el que la madre de mi Señor venga a mi casa? ; pues fíjate que el fruto que llevo en mi seno se ha puesto a sal- tar dentro de mí, como para bendecirte». Pero María se había olvidado de los misterios que le había comunicado el arcángel Gabriel y elevó sus ojos al cielo y dijo: «¿Quién soy yo, Señor, que todas las generaciones me bendicen?»

3. Y pasó tres meses en casa de Isabel. Y de día en día su

XII

1. Και έποίησεν την ττορφύραν και τό κόκκινον 71, και άπήγαγεν τω ίερεΐ. Και ηύλόγησεν αύτήν ό ιερεύς και είπεν «Μαριάμ, έμεγάλυνεν κύριος ό Θεός τό όνομα σου, και έση ευλογημένη έν ιτάσαις ταΐς γενεαίς της γης».

2. Χαράν δέ λαβοΰσα Μαριάμ άπίει πρός Ελισάβετ την συγγενίδα αυτής. Και εκρουσεν πρός τήν θύραν. Και άκούσασα ή Ελισάβετ έρριψεν τό κόκκινον 7 2 καΊ Ι'δραμεν προς τήν θύραν κα'ι ήνοιξεν, και ίδοΰσα τήν Μαριάμ ηύλόγησεν αύτήν και εϊπεν -«Πόθεν μοι τοϋτο ίνα έλθη ή μήτηρ τοΰ κυρίου μου πρός με; Ιδού γάρ τό έν έμοί έσκίρτησεν και ηύλόγησεν σε». Μαριάμ δέ έπελάθετο των μυστηρίων φν έλάλησεν αύτη Γαβριήλ ό αρχάγγελος 73( και ήτένισεν είς τον ούρανόν και εϊπεν «Τίς είμι έγώ, κύριε, ότι πασαι αί γενεαΐ εύλογοϋσίν με;» 74

Και έποίησεν τρεις μήνας πρός τήν Ελισάβετ 75. Ημέρα δέ καΐ

7 1 La versión Siríaca y los códices Fb y Fa omiten τό κόκκινου.

72 No todos los códices coinciden en poner τό κόκκινου. La versión Siriaca, leyendo seguramente τό κόσκινου, lo ha traducido por criba (!). G: tiene τό epiov: la lana; C: τό έν χερσί : lo que tenía entre manos.

7 3 Por primera vez aparece el nombre del celestial mensajero de la anunciación. La naturalidad con que lo introduce el autor, después de ha- berlo silenciado en el capítulo anterior, supone que era ya conocido a los lectores por los evangelios canónicos (cf. Bonaccorsi, p.82).

74 Ve María con sorpresa empezarse ya a cumplir la predicción de ser ensalzada por todas las generaciones. Equivale, pues, πασαι al ytvEai (τη; yf¡s, como añaden varios códices), no a gentes de toda condición: sacerdotes, Isabel, el niño Juan, sino de hecho a todas las generaciones que existían y que iban a sucederse en el decurso de los siglos.

7 5 Coincide con San Lucas (1,56).

embarazo iba aumentando; y, llena de temor, se marchó a su casa y se escondía de los hijos de Israel. Cuando sucedieron estas cosas, tenía ella dieciséis años.

XIII

i. Al llegar al sexto mes de su embarazo, volvió José de sus edificaciones ; y, al entrar en casa, se dió cuenta de que es- taba encinta. Entonces hirió su rostro, se echó en tierra sobre un saco y lloró amargamente, diciendo: «¿Con qué cara me voy a presentar yo ahora ante mi Señor? ¿Y qué oración haré yo por esta doncella? Porque la recibí virgen del templo del Señor y no he sabido guardarla. ¿Quién es el que me ha puesto

ήμερα ή γαστήρ αυτής ώγκοΰτο· και φοβηθεΐσα Μαριάμ άττήλθεν εις τον οίκον αύτης, καΊ εκρυβεν έαυτήν άττό των υίών Ισραήλ. Ήν δέ έτών δέκα εξ ότε ταΰτα έγένετο τά μυστήρια 76.

XIII

Ti Έγένετο δέ αύτη έκτος μην, και ιδού ήλθεν Ιωσήφ άπό των οικο- δομών αύτοΰ, και εΐσελθών έν τω οίκω αύτοΰ εϋρεν αυτήν όγκωμένην. Kat έτυψε τό πρόσωπον αύτοΰ και ερριψεν εαυτόν χαμαϊ έπί τόν σάκ- κον 77, και έκλαυσε πικρώς λέγων «Ποίω προσόπω ατενίσω πρός κύ- ριον τόν Θεόν μου; Ή δε εϋξομαι περί της κόρης ταύτης; 7 8 ότι παρέλα-

76 El códice I le asigna 12. Fa, 14; C, 15; Η, ij. La edad de dieciséis años ofrece una grave dificultad, y es el margen tan grande (cuatro años) entre los desposorios de María y su visita a Santa Isabel, sin que en el in- termedio aparezca José.

Esto explica las discrepancias referidas de los códices y el que la Historia de José el Carp. (c.4), De nativ. Mariae, juntamente con el códice Fb, le asig- naran catorce años en sus desposorios. De todas maneras, deducir de esta posible incongruencia la negación iotunda de la historicidad del Protoevan- gelio, y sobre todo del Evangelio de San Lucas (que, por otra parte, no asig- na edad determinada a la Virgen), como lo hace el señor González-Blanco (o.c, t.i p.354) es un salto en el vacío.

77 El dolor y la penitencia frecuentemente se manifestaban entre los judíos, bien por la ceniza, cubriéndose con ella la cabeza; bien con el σάκκο;, que era un paño grueso hecho de pelos de cabra o de lana tosca, del cual usaban o como vestido o como estera sobre la que se echaban en el suelo (cf. Gen. 37,34; 21,10; Is 57,5, 3 Reg. 20,31 ; 4 Reg. 19,1). José se atribuye a mismo la culpa de una supuesta violación de la virgen a él encomendada.

78 δέ εϋξομαι περί τήξ κόρης ταύτης; La insistencia con que varios códi- ces cambian el ν. εϋξομαι (v.gr., por εϊπω, λέξω, φθέγξομαι) hacen posible una interpretación distinta de esta perícope; e. d., «¿qué voy a decir sobre esta doncella?» (cuando me interroguen las autoridades o el pueblo).

insidias y ha cometido tal deshonestidad en mi casa, violando a una virgen? ¿Es que se ha repetido en la historia de Adán? Así como en el momento preciso en que él estaba glorificando a Dios, vino la serpiente, y, al encontrar sola a Eva, la engañó, así mismo me ha sucedido a mí».

2. Y, levantándose José del saco, llamó a María y le dijo : «Predilecta, como eres, de Dios, ¿cómo has hecho esto? ¿Te has olvidado del Señor, tu Dios? ¿Cómo has envilecido tu alma, que te criaste en el santo de los santos y recibiste alimento de manos de un ángel?»

3. Y ella lloró amargamente, diciendo: «Pura soy y no co- nozco varón». «¿De dónde, pues, proviene replicó José lo que ha nacido en tu seno?» María repuso: «Por vida del Señor, mi Dios, que no de dónde ha venido esto».

βον αυτήν έκ ναοϋ κυρίου του Θεοΰ μου, καΐ οΰκ έφύλαξα. Ti's ό θηρεύσας με; τις το ττονηρόν τούτο έττοίησεν έν τω οίκω μου και έμίανεν την τταρ- θένον; μήτι εις έμέ άνεκεφαλαιώθη ή Ιστορία του Αδάμ; ?9 ώσττερ γαρ έν τη ώρα της δοξολογίας αϋτοΰ ήλθεν ó όφις και εύρε την Εύαν μόνην καΐ έξηττάτησεν, ούτως κάμοϊ έγένετο».

2. Και ανέστη Ιωσήφ άπό του σάκκου, και έκάλεσε τήν Μαριάμ και είττεν αυτή· «Μεμελημένη τω Θεώ, τί τοΰτο έττοίησας; έττελάθου κυρίου τοΰ Θεού σου; τί έταττείνωσας τήν ψυχήν σου, ή άνατραφείσα εις τα άγια των άγιων καΐ τροφήν λαβοΰσα έκ χειρός αγγέλου;»

Ή δέ εκλαυσεν τπκρώς, λέγουσα ότι καθαρά ειμί εγώ και άνδρα ού γιγνώκω. Κα'ι είττεν αϋτή Ιωσήφ· «Πόθεν ούν εστί τό έν τη" γαστρί σου;» Ή δέ είττεν «Zrj κύριος ó Θεός μου καθότι οϋ γιγνώσκω ττόθεν εστίν μοι» 80.

79 Hay una antigua creencia, patrocinada principalmente por la secta de los gnósticos ofitas, según la cual la transgresión de Eva consistió en un pecado sexual, concretamente, en un adulterio cometido con la serpiente (όφΐζ en griego, y lo mismo en hebreo, nahasch, es de género masculino). Cf. Talmud de Babilonia, y Epiph., Haer. 40,5; Iren., Haeres. 1,30,7. Es claro que el protoevangelista en boca de José alude aquí a tal pecado: μόνην (la encontró sola), y, según la versión Siríaca, «corrupit eam» (la violó). Tal le- yenda, sin embargo, no tiene fundamento alguno en el Génesis.

80 Parece incomprensible este olvido de María dos veces ya repetido (cf. C.12..2). Sin embargo, el autor, no pudiendo hacer revelar a María los misterios en ella ocurridos sin perjuicio de los acontecimientos que se suce- den, usa de este recurso, sin que con ello salga, evidentemente, airoso de la dificultad.

Exceptuada la versión Etiópica, todos los textos restantes omiten este diálogo entre José y María.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

169

XIV

1. Entonces José se llenó de temor, se retiró de la presen- cia de María y se puso a pensar qué es lo que había de hacer con ella. Se decía a mismo: «Si oculto su falta, contravengo a la ley del Señor; si la denuncio al pueblo de Israel, temo que lo que ha ocurrido con ella sea debido a una intervención an- gélica y venga yo a entregar a la muerte sangre inocente. ¿Cómo procederé, pues? La despediré ocultamente». Y en esto le sor- prendió la noche.

2. Mas he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños, diciéndole: «No temas por esta doncella, pues lo que lleva en sus entrañas es fruto del Espíritu Santo. Dará a luz un

XIV

1. Kai έφοβήθη Ιωσήφ σφόδρα, καϊ ήρέμησεν έξ αύτής, και διελογίζετο τό τί αντήν ττοιήσει. Και εΐττεν Ιωσήφ· «Έάν αύτής κρύψω το αμάρτημα, ευρίσκομαι μαχόμενος τω νόμω κυρίου 81- Καϊ έάν αϋτήν φανερώσω τοις υΐοΐς Ισραήλ, φοβούμαι μήττως άγγελικόν έστι τό έν αύτη 82( καϊ εύρεθήσομαι τταραδιδούς αίμα άθωον εις κρίμα θανάτου 8 3. Τί ουν αύτήν ττοιήσω; λάθρα αύτη ν άπολύσω άπ'έμοΰ» 84. Καϊ κα- τέλαβεν αύτόν ή νύξ.

2. Και ιδού άγγελος κυρίου φαίνεται ούτω κατ'όναρ λέγων 85. «Μή φοβηθής τήν τταΐδα ταύτην τό γάρ έν αύτη δν έκ ττνεύματός έστιν άγίου· τέξεται δέ υίόν, και καλέσεις τό όνομα αύτοΰ Νήσουν αύτός γάρ

81 Parece ser que no existía un precepto taxativo en la ley mosaica de denunciar a la culpable de adulterio. El pasaje del Deut. 22,13-21 concreta más bien la ley del repudio y el tastigo del calumniador. Sin embargo, la delación decía mucho en favor de quien la hacía, por el celo que manifestaba. Exagera, pues, aquí el protoevangelista. Precisamente San Mateo (1,19) pone en la probidad de José (cum esset iustus) la causa por la que no quiso de- nunciarla. «~

82 φοβοΟμαι μήττω$ άγγελικόν έστιν τό έν αύτη. A la luz del Ps. Mt. (cío) parece indicar que realmente San José llegó a creer, inducido por las donce- llas que de continuo acompañaban a María, en la posibilidad de que la ges- tación de su esposa hubiera sido causada por una intervención angélica. La posibilidad de un fenómeno semejante fué admitida por el judaismo en época tardía, probablemente debido a una interpretación errónea de Gen. 4, 2-4, donde se dice que los hijos de Dios (ángeles?) contrajeron matrimonio con las hijas de los hombres y tuvieron por hijos a los héroes.

83 Cf. Deut. 22,13.21.

84 Puesto que era permitido el repudio (Deut. 24,1-3), José podía de esta manera salvaguardar la fama de María, si bien hacía recaer sobre mayor responsabilidad, como custodio que era de su virginidad.

85 Cf. Mt. I.20SS.

170

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

hijo y le pondrás por nombre Jesús, pues El ha de salvar a su pueblo de sus propios pecados». Y, una vez despierto, José se levantó y glorificó al Dios de Israel por haberle concedido tal gracia, y siguió guardando a María.

XV

1. Mas por entonces vino a casa de José, Anás el escriba y le dijo: «¿A qué se debe el que no hayas comparecido en nuestra reunión?» Respondióle José: «Venía cansado del ca- mino y el primer día lo he dedicado a reposar». Pero, al vol- verse, se dió cuenta Anás del embarazo de María.

2. Entonces se marchó corriendo al sacerdote y le dijo: «Ese José, de quien respondes, ha cometido un grave delito».

σώσει τόν λαόν αύτοΰ άπό των αμαρτιών αύτών». Και ανέστη Ιωσήφ άπό τού ύπνου, και έδόξασεν τόν Θεόν Ισραήλ τόν δόντα αύτώ τήν χάριν ταύτην, και έφύλασσεν αύτήν.

XV

ι. Ήλθεν δε "Αννας ό γραμματεύς προς αύτόν καΐ είπεν αύτώ· «Τί δτι ούκ έφάνης εν τη συνάδω ήμών;» 86 Και εΐπεν αύτώ Ιωσήφ· «Ότι εκαμον οστό της οδού, καΐ άνεπαυσάμην τήν πρώτην ήμέραν». Και έστάφη και είδε τήν Μαριάμ όγκωμένην 87.

2. Και άπίει δρομαΐος πρός τόν Ιερέα και είπεν αύτώ· «Ιωσήφ, δν σύ μαρτυρείς, ήνόμησεν σφόδρα» 88. ΚαΙ είπεν ó Ιερεύς- «Τί τούτο;»

86 Los códices CFb ponen συναγωγή por συνάδω, lo cual hace más verosímil el relato. No hay ninguna referencia anterior que haga pensar en una reunión (de escribas o sacerdotes) a la cual fuera invitado José. Sin em- bargo, parece del todo lógico que el escriba encargado de la Sinagoga de la localidad notara la falta de éste (sobre todo siendo un día señalado), sabiendo que había vuelto ya de sus faenas. Según el contexto del Protoevangelio, pa- rece ser que esta localidad estaba vecina a Jerusalén, lo cual es falso, ya que San Lucas (2,4) nos dice que José y María se encontraban en Nazaret de Galilea.

87 El Ps. Mt. (14,2) hace surgir un rumor entre el pueblo de que María estaba encinta. La versión Etiópica habla, sin embargo, de la visita hecha a San José por un sacerdote llamado Johannes, durante la cual viene a descu- brirse el hecho, lo mismo que en el Protoevangelio.

88 ¿Contra qué ley ha faltado José según Anás? Contra la orden im- puesta por el sacerdote de custodiar la virginidad de María: els τήρησιν. (cf. c.9,1). Este es el pensamiento predominante en el Protoevangelio (16,1 : άπόδος τήν παρθένον), a pesar de que en el c.8,2 haya dicho τούτου έσται γυνή, y después diga en el 19,1 έκληρωσάμην αϋτήν γυναίκα.

Si prescindimos de esta orden, no tendría Anás motivo alguno para in- crepar a José por el estado de María, aun en el caso de que, según De naüv.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

171

«¿Y qué quieres decir con eso?», dijo el sacerdote. Λ lo cual respondió Anás: «Pues que ha violado a aquella doncella que recibió del templo de Dios, con fraude de su matrimonio y sin manifestarlo al pueblo de Israel». Respondió el sacerdote y dijo: «¿Y estás seguro de que ha sido José el que ha hecho esto?» A lo cual replicó Anás : «Envía unos cuantos comisionados y te percatarás de que efectivamente la doncella está encinta». Sa- lieron los emisarios y la encontraron tal cual les había dicho Anás; por lo cual se la trajeron juntamente con José ante el Tribunal.

3. Y empezó el sacerdote diciendo : «María, ¿cómo es que has hecho esto? ¿Qué es lo que te ha movido a envilecer tu alma y a olvidarte del Señor tu Dios? ¿Tú que te has criado en el santo de los santos, que recibías el alimento de manos de un ángel, que escuchabas los himnos y que danzabas en la pre- sencia de Dios? ¿Cómo es que has hecho esto?» Y ella se echó a llorar amargamente, diciendo : «Por vida del Señor, mi Dios, que estoy limpia en su presencia y que aún no he conocido varón».

4. Entonces se dirigió el sacerdote a José, diciéndole: «¿Por qué has hecho esto?» Y replicó José: «Por vida del Se-

ΚαΊ εΐπεν «Την παρθένον ήν παρέλαβεν έκ ναού κυρίου, έμίανεν αυτήν, και εκλεψεν τους γάμους αυτής 89, Κα'ι ούκ έφανέρωσεν τοις υίοΐς Ισραήλ». ΚαΙ άποκριθείς ó Ιερεύς εϊττεν «Ιωσήφ τοΟτο έποίησεν;» Και εΐπεν "Αννας ó γραμματεύς· «Άπόστειλον ύπηρέτας, και εύρήσεις τήν τταρθένον όγκω- μένην». ΚαΙ άπήλθον οί ΰπηρέται και εϋρον καθώς εΐπεν, και άπήγαγον αυτήν άμα τω Ιωσήφ εις τό κριτήριον.

Kai εΐπεν ό ίερεύς· «Μαριάμ, τί τούτο έποίησας; και ίνατί έτα- πείνωσας τήν ψυχήν σου και έπελάθου κυρίου του Θεοΰ σου; ή άνα- τραφεΐσα εις τα άγια τών άγίων και λαβοΰσα τροφήν έκ χειρός άγγέλου καΐ άκούσασα τών ΰμνων και χορεύσασα ένώπιον αΰτοΰ; τί τοϋτο έποίησας;» Ή δέ εκλαυσεν πικρώς λέγουσα· «Ζή κύριος ó Θεός μου κα- θότι καθαρά εϊμι ένώπιον αϋτοΰ και άνδρα αύ γιγνώσκω».

Και εΐπεν ό Ιερεύς προς Ιωσήφ· «Τί τούτο έποίησας;» Κα'ι είπεν

Mariae c.8,2; 010,3; Historia de José el Carpintero c.4, y aun Mt. 1,20, se haya de distinguir entre los desposorios (μΕμυηστευμέυη) y el matrimonio (γυνή), que sobrevino después; ya que en los desposorios iban incluidos los derechos fundamentales del matrimonio.

89 Κλέπτειν tous γάμους significa en los clásicos «usurpar a uno de los consortes el derecho fundamental del matrimonio» (v. Focílides, Fragmen- ta III: γσμοκλοπεϊν). Un significado similar puede tener aquí la frase, ya que en realidad una tal acción de hecho incapacitaba a María para un ulte- rior matrimonio y de todas formas hacía evidente injuria a Dios, con quien estaba místicamente desposada por el voto de virginidad.

172

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

ñor, mi Dios, que me encuentro puro en relación con ella». Y añadió el sacerdote: «No jures en falso; di la verdad. has usado fraudulentamente del matrimonio con ésta, y no lo has dado a conocer al pueblo de Israel, resistiéndote a doblegar tu cerviz bajo la mano poderosa de Dios, con lo cual hubiera sido bendecida tu descendencia». José quedó silencioso.

XVI

i. «Devuelve, pues continuó el sacerdote , la virgen que has recibido del templo del Señor». Entonces a José se le arrasaron los ojos en lágrimas. Pero añadió el sacerdote: «Os haré beber el agua de la prueba del Señor y ella pondrá de ma- nifiesto vuestros pecados ante vuestros propios ojos».

Ιωσήφ· «Zfj κύριος ό Θεός μου καθότι καθαρός ειμί εγώ εξ αύτής». Και εΐπεν ό ιερεύς- «Μή ψευδομαρτύρει άλλά λέγε το αληθές· εκλεψας τούς γάμους αυτής και ούκ έφανέρωσας τοις υίοΐς Ισραήλ, και ουκ εκλινας την κεφαλήν σου ύττό τήν κραταιάν χείρα όπως ευλογηθή τό σπέρμα σου» 90. Καΐ Ιωσήφ έσίγησεν 91.

XVI

ι. Και εΐπεν ό Ιερεύς· «Άπόδος τήν παρθένον ή ν παρέλαβες εκ ναού κυρίου» 92. Και περίδακρυς έγένετο Ιωσήφ. Και εΐπεν ό Ιερεύς- «Ποτιω ύμας τό ύδωρ της έλέγξεως κυρίου 93, Καί φανερώσει 94 τα αμαρτήματα ΰμών έν όφθαλμοΐς ύμών».

90 Vuelve a aflorar la sospecha de un uso fraudulento del matrimonio sin recibir antes la bendición de Dios. Cf. Ruth 4,1 iss ; Tob. 7,15. Y en el uso cristiano Ignat., Ad Polyc. 5,2; Tertul., Ad auxorem 2,9; De mono- gamia 1 1 ; De pudicitia 4.

91 Si José hubiera descubierto el misterio, por una parte hubiera sido creído con dificultad (Amann, Le Prot. de facq. p.239) y por otra parte hu- biera restado interés al episodio siguiente (BonaccorsjVA p.91).

92 En realidad, esta frase es otra nueva increpación irónica a José, puesto que, no siendo María virgen en la opinión del sacerdote, no podía de nuevo incorporarse al servicio del templo.

93 La Sagrada Escritura (Num. 5,11-31) describe por menudo la prueba aquí aludida. Según este pasaje, el marido que viene en dudas de la fidelidad conyugal de su mujer y quiere salir de ellas, debe llevarla al sacerdote con una ofrenda de harina de cebada. Este la presentará ante Yahvé y le leerá unas maldiciones que le sobrevendrán en caso de haber sido culpable. Luego tomará agua santa en un vaso de barro, tomará polvo del suelo y lo echará en ella; asimismo escribirá las maldiciones antedichas en una hoja que tam- bién hará disolver dentro del agua. Esta será el agua amarga de la prueba (ύδωρ έλεγμοΟ de los LXX, πότο; ελέγχου de Filón). Se la hará beber a su mujer, y, si en realidad ella ha sido culpable, «se le quedarán lacias las caderas» (símbolo de esterilidad) y «se le hinchará el vientre» (mal deseo-.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

173

2. Y, tomándola, se la hizo beber a José, enviándole des- pués a la montaña ; pero él volvió sano y salvo. Hizo después lo propio con María, enviándola también a la montaña; mas ella volvió sana y salva. Y todo el pueblo se llenó de admiración, al ver que no aparecía pecado en ellos.

3. Y repuso el sacerdote : «Puesto que el Señor no ha de- clarado vuestro pecado, tampoco yo voy a condenaros». En- tonces les despidió. Y, tomando a María, José marchó a su casa lleno de gozo y alabando al Dios de Israel.

XVII

r. Y vino una orden del emperador Augusto para que se hiciera el censo de todos los habitantes de Belén de Judea. Y se dijo José: «Desde luego que a mis hijos que les empadro-

2. Kai λαβών ó Ιερεύς έπότισεν τον Ιωσήφ, και έπεμψεν αύτόν είς την όρεινήν και ήλθεν ολόκληρος. Έπότισεν δέ και την Μαριάμ, και επεμψεν αύτήν εις όρεινήν και ήλθεν ολόκληρος. Kai έθαύμασεν πας ó λαός ότι αμαρτία ούκ έφάνη έν αύτοΐς.

Kai εΐττεν ό Ιερεύς- «Εί κύριος ούκ έφανέρωσε τά άμαρτήματα ήμών, ούδέ έγώ κρίνω ύμας» 95. Και άπέλυσεν αύτούς. Και παρέλαβεν Ιωσήφ τήν Μαριάμ, και άπίει εις τον οίκον αύτού χαίρων και δοξάζων τον Θεόν τού Ισραήλ 96.

XVII

τ. Κελευσις δέ έγένετο άττό Αυγούστου βασιλέως άπογράφεσθαι πάντας τούς έν Βηθλεέμ της Ιουδαίας 97. Και είττεν Ιωσήφ· «Έγώ άττο- γράψομαι τούς υιούς μου· ταύτην δέ τήν τταΐδα τί ποιήσω; πώς αύτήν

nocido, Num. 5,22). con lo cual quedará manifiesta su culpabilidad ante e! pueblo. En caso contrario, el agua no le ocasionará mal alguno. Causa extrañeza el que aquí es aplicada tal prueba también a) mando (en quien algunas maldiciones carecerían de sentido), y el que no es éste el acusador, sino la misma autoridad jerárquica. Esto puede explicarse como un arreglo hecho por el autor.

La escena ha sido ilustrada por el arte bizantino repetidas veces: v.gr., en un marfil de la cátedra de Maximino en Ravena fs.VI) y en un mosaico de la catedral de San Marcos de Venecia (s.XII). Cf. H. Leclercq: DACHEL I 2561.

5,4 No es del todo claro que el sujeto sea aquí κύριος, aunque bien pu- diera serlo, y algún códice así lo pone. Contando con que la mayor parte de éstos, sin embargo, no lo expresa, es lícito pensar que sea el mismo ύδωρ el sujeto de φανερώσει. La versión Siríaca dice ipsa aqua.

95 Cf. lo. 8,11.

96 Cf. Le. 2,20.

97 Άττό Αύγουστου βασιλέως El códice Fb hace provenir esta orden del Καίσαρος Αύγούσ-.cu y del βασιλέως Ήρώδου simultáneamente. Asimismo, el

174

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

naré, pero ¿qué voy a hacer de esta doncella? ¿Cómo voy a in- cluirla en el censo? ¿Como mi esposa? Me da vergüenza. ¿Como hija mía? ¡Pero si ya saben todos los hijos de Israel que no lo es ! Este es el día del Señor, que El haga según su be- neplácito».

2. Y, aparejando su asna, hizo acomodarse a María sobre ella; y, mientras un hijo suyo iba delante llevando la bestia del ronzal, José les acompañaba. Cuando estuvieron a tres millas de distancia [de Belén], José volvió su rostro hacia María y la encontró triste; y se dijo a mismo: «Es que el embarazo debe

άπογράψομαι; γυναίκα έμήν; αίσχύνομαι· άλλα θυγατέρα; άλλ'οϊδα" σιν πάντες uíoi Ισραήλ ότι οΰκ εστί μου θυγάτηρ. Αύτη ή ημέρα κυρίου, ποιήσει ώξ βούλεται κύριος» 98.

2. Και έπέστρωσεν τήν όνον και έπεκάθισεν αύτήν, και είλκεν ó υιός αύτοΰ, και ήκολούθει Ιωσήφ 99. «αϊ ήγγισαν επί μιλίων τριών 100- κα'ι έστράφη Ιωσήφ, και είδεν αυτήν στυγνήν, καΐ είπεν έν έαυτω· «Ίσως τό έν αύτη χειμάζει αύτήν». Και πάλιν έστράφη Ιωσήφ, και είδεν αύτήν γελώσαν. Και είπεν αύτη· «Μαριάμ, τί σοί έστιν τούτο,

D extiende la orden hasta Jerusalén, mientras que nuestro texto la concreta a Belén y San Lucas la hace valer para todo el orbe (Le. 2,1).

De todas maneras, el que José fuera a empadronarse a Belén quiere decir que éste era su lugar de origen ; pero ¿ dónde se encontraba a la sazón ? No podía ser en Nazaret, puesto que, según la interpretación más obvia del Protoevangelio (c. 17,2-3), su domicilio debía distar menos de seis millas de Belén, mientras que Nazaret distaba 150 kilómetros. El códice C afirma, sin embargo, que estaba en Nazaret: ήναγκάζετο δε Ιωσήφ άπελθεϊυ εκ Ναζαρέτ εΐξ Βηθλεέμ. Esto debe explicarse como intento de acomodarse a la rela- ción de San Lucas. Credner (Beitrdge I 234), citado por González-Blanco, explica el que San Lucas extendiera el censo a toda la tierra por una mala inteligencia de la expresión Kol-ha'dres del texto hebreo (!) de nuestro Pro- toevangelio. Curiosa hipótesis para negar la historicidad de San Lucas si consideramos que el Protoevangelio fué escrito originalmente en griego y que no queda ni el menor rastro de una versión hebrea...

98 Aceptando la variante de los códices ABHS, αύτη por αύτη, pa- rece obvia nuestra traducción. Ciertamente, resulta algo raro el que el sujeto κύριο; ocupe el último lugar en la narración. Esto inclinó a Bonac- corsi a desistir de esta interpretación para adoptar la siguiente: «II giorno del Signore fará esso come vuole», que resulta poco inteligible.

99 Aunque el verbo άκολουθέω significa frecuentemente seguir detrás, no es rara en él la significación de acompañar, ir en la comitiva; y esto es lo que aquí significa, ya que, además, San José tiene que volver el rostro para ver a María. No se puede tampoco interpretar esta frase en el sentido de que toda la comitiva seguía a José, ya que "Ιωσήφ no puede estar en da- tivo sin estropear el ritmo de la frase. Algunos códices incluyen en la co- mitiva a otros hijos de José, tales come Samuel, Jacob, Simón...

100 £1 verbo ήγγισαν (se acercaron) hace referencia al término, no al punto de partida; por lo cual no se puede traducir: «y habiendo caminado tres millas», como lo hace González-Blanco siguiendo a Michel.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

175

causarle molestias». Pero, al volverse otra vez, la encontró son- riente; y le dijo: «María, ¿qué es lo que te sucede, que unas veces veo sonriente tu rostro y otras triste?» Y ella repuso: «Es que se presentan dos pueblos ante mis ojos: uno que llora y se aflige, y otro que se alegra y regocija».

3. Y al llegar a la mitad del camino, dijo María a José: «Bájame, porque el fruto de mis entrañas pugna por venir a luz». Y le ayudó a apearse del asna, diciéndole: «¿Dónde po- dría yo llevarte para resguardar tu pudor?, porque estamos al descampado».

XVIII

1. Y, encontrando una cueva, la introdujo dentro; y, ha- biendo dejado con ella a sus hijos, se fué a buscar una partera hebrea en la región de Belén.

2. Y yo, José, me eché a andar, pero no podía avanzar;

ότι τό πρόσωπον σου βλέπω ποτέ μεν γελών, ποτέ δέ στυγνάζον;» καΐ είπε Μαριάμ τω Ιωσήφ· «Ότι δύο λαούς βλέπω τοίς όφθαλμοΐς μου, Ινα κλαίοντα καΐ κοπτόμενον, και ένα χαίροντα και άγαλλιώμενον» 101.

Κα! ήλθον έν τη μέση όδω, καΐ εϊπεν αΰτω Μαριάμ· «Κατάγοτ/έ με άπό της όνου, ότι τό έν έμοϊ έπείχει με προελθεΐν». Καί κατήγαγεν αυτήν άπό της όνου, καί είπεν αύτη· «Πού σε άπάξω καί σκεπάσω σου τήν άσχημοσύνην; ότι ό τόπος έρημος έστιν».

XVIII

1. Καί εύρεν σπήλαιον έκεΐ καί εισήγαγεν αύτήν, καί παρέστησεν αύτη τούς υΙούς αύτού, καί έξελθών έζήτει μαΐαν Έβραίαν έν χώρα Βηθλεέμ.

2. Έχω δέ Ιωσήφ περιεπάτουν Κ*2, [καί ού περιεπάτουν] καί

101 Alusión clara a las palabras proféticas de Simeón (Le. 2,34). El Ps. Mt. lo hace referir al pueblo judío, infiel, en contraposición al de los paganos, creyente.

102 ¿Qué significa este cambio en la persona del narrador? A los crí- ticos modernos les hace pensar que se trata aquí de algo más que de una ligera interpolación, ya que el cambio no afecta a un solo inciso. Será segu- ramente una verdadera transcripción de una fuente preexistente. Vannu- telli (o.c, p.115) hace aquí referencia a los pasajes de los Hechos de los Apóstoles en que el narrador, que ordinariamente aparece en tercera per- sona del singular, asume la primera del plural, con lo que acredita más su autoridad de testigo. Harnack (Die altchristliche Litteratur. Chronologie, t.i p. 598-603) supone que el Protoevangelio está dividido en tres partes y que ésta (c. 17-21) pertenece al Apocryphus Iosephi. De todas maneras hay varios códices que se esfuerzan de varios modos en atenuar la brusquedad del cambio: Fa intercala las palabras Xéyei Ιωσήφ; los BLIM siguen usando

176

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

y al elevar mis ojos al espacio, me pareció ver como si el aire estuviera estremecido de asombro; y cuando fijé mi vista en el firmamento, lo encontré estático y los pájaros del cielo in- móviles; y al dirigir mi mirada hacia la tierra, vi un recipiente en el suelo y unos trabajadores echados en actitud de comer, con sus manos en la vasija. Pero los que simulaban masticar, en realidad no masticaban; y los que parecían estar en actitud de tomar la comida, tampoco la sacaban del plato ; y, finalmen- te, los que parecían introducir los manjares en la boca, no lo hacían, sino que todos tenían sus rostros mirando hacia arriba. También había unas ovejas que iban siendo arreadas, pero no daban un paso [sino que estaban paradas], y el pastor levantó su diestra para bastonearlas [con el cayado], pero quedó su mano tendida en el aire. Y, al dirigir mi vista hacia la corriente del río, vi cómo unos cabritillos ponían en ella sus hocicos, pero no bebían. En una palabra, todas las cosas eran en un momento apartadas de su curso normal.

άνέβλεψα είς τόν αέρα, και εϊδον τόν άέρα έκθαμβου- και άνέβλεψα εις τόν ττόλον τοΟ ούρανοΟ, και εϊδον αύτόν έστώτα και τα ττετειυά τοΰ ούρανοΰ ήρεμοΰντα- και επέβλεψα έπί την γήν, και εϊδον σκάφην κειμέ- νην και έργάτας άνακειμένουξ, και αί χείρες αυτών έν τη σκάφη· και οί μασσώμενοι ουκ έμασσώντο 103( καί· οί αΐροντες οΰκ άνέφερον, καΐ ot προσφέροντες τω στόματι αύτών ου ττροσέφερον, άλλα πάντων ήν τά πρόσωπα άνω βλέποντα- καί ιδού πρόβατα έλαυνόμενα ή ν, και [ου προέβαινον άλλ'] ϊσταντο, καί έπήρεν ό ποιμήν την χείρα αϋτοϋ του πατάξαι αυτά [έν τη ράβδω], καί ή χειρ αΰτοΰ εστη άνω- καί επέβλεψα έπί τόν χείμαρρον του ποταμού, καί εϊδον τά στόματα τών έρίφων έπι- κείμενα καί μη πίνοντα, καί πάντα Οπό θήξιν τω δρόμω αυτών άπη- λαύνοντο 104.

la tercera persona en lugar de la primera, lo mismo que la versión Etiópica. El códice B, que ya en el capítulo 17,2 había dicho καί Ιάκωβος έγώ καί ΣΙμων έπηκολουθοΰμεν, y en el verso 1 de este capítulo dice τταρέστησεν ημάς αύτη toús uloús οώτοΰ, no es extraño que aquí siga hablando de José en tercera persona.

1 0 3 En realidad, ésta es la significación del verbo μασσάομαι o μασάομαι. González-Blanco, al traducirlo por amasar (!), debe haberlo confundido con el verbo μάσσω, lo cual, después de todo, es difícil de comprender que tenga lugar en un descampado o desierto (έρημος).

El autor, para dar más viveza a fenómeno tan extraño, recurre a estas aparentes contradicciones, que en realidad corresponden al matiz suave que les hemos dado en nuestra versión.

104 Λ pesar de que críticos de tanto peso como Meyer, Michel, Pis- telli, James y Bonaccorsi dan a esta frase el sentido de que se terminó aquel acontecimiento maravilloso y que todo volvió a un estado normal («npre- sero il loro corso nórmale», Bonacc,, p.97), creemos que no es éste: su sig-

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

177

XIX

i. Y entonces una mujer que bajaba de la montaña me dijo: «¿Dónde vas tú?» A lo que respondí: «Ando buscando una partera hebrea». Ella replicó: «¿Pero eres de Israel?» Y respondí : «Sí». « ¿Y quién es añadió la que está dando a

XIX

I. Kcci Ιδού γυνή κοτταβαίνουσα όατό της ορεινής, καΐ είττέν μοι· «Άνθρωπε, ποΰ πορεύη;» Κα'ι είττον «Μαΐαν ζητώ Εβραίοι». Και άπο- κριθεϊσα είττέν μοι· «Έξ Ισραήλ εΐ;» 105 Και είττον αϋτή· «Να!». Ή δέ

nificado. Más bien parece ser una frase que reasume lo anteriormente dicho. En la interpretación contraria sería necesario incluir alguna dicción ad- versativa o siquiera alguna ilativa con adverbio de repetición (καΐ πάλιν), mientras que nuestro texto prosigue con toda naturalidad: καΐ πάντα... El verbo άπολαύνω, más que la idea de movimiento, incluye la de coacción, «eran apartadas» ; y, en último término, Habría de estar en aoristo, que sig- nificaría un punto de arranque, y no en imperfecto, que expresa simulta- neidad continuada, in statu quo. Ciertamente que nuestra versión tropieza con la dificultad del dativo τω δρόμω, que, más que separación, lo cual correspondería al genitivo, indica dedicación, darse a. De todas maneras no es muy descabellado suponer que nos encontramos ante una frase adul- terada. El término Οπό θήξιν entre los clásicos significa en un momento.

Algunos críticos, v.gr., G. van den Bergh van Eysinga (¡ndische Ein- flússe auf evangelische Erzahlungen [Gottingen 1909] p. 78) y W. Bauer (Das Leben Jesu im Zeitalter der neutestamentlichen Apokryphen [Tübingen 1909] p.67), opinan que este episodio de la inmovilidad de la naturaleza está influenciado por la literatura india, ya que en el Lalita Vistara, tra- tándose del nacimiento de Buda, se describe un fenómeno semejante.

Más bien nos inclinamos a creer con A. Klawek (Motyw bezruchu w Protevangelium Iacobi: ColTh 17 [1936] 327-38) que tal silencio e inmovili- dad es la actitud ordinaria de los hombres ante una teofanía. Esto se puede comprobar muy bien por el testimonio de los clásicos, v.gr., Eurípides, Bacantes 1084 (Σίγησε δ' αίθήρ, σίγα δ' εϋλειμος νάπη φύλλ' είχε, θηρών δ' οϋκ αν άκουσα; βοήν); y por el de la Sagrada Escritura, cf. Hab. 2,20; Soph. 1,7; Zach. 2,3 ; Iob 4,2.

Por lo demás, la fecha posterior al siglo II o III, atribuida por los men- cionados autores a la tradición india, imposibilita su influjo en el Proto- evangelio.

105 El diálogo vivo y animado no ha permitido al autor presentar como partera a la mujer que San José ha encontrado, pero el sesgo mismo del relato obliga a suponer tal cosa. Por parte de ambos se nota un vivo deseo de saber si el otro es del pueblo israelita: μαΐαν ζητώ Έβραίαν, έξ Ισραήλ εΐ; Sin necesidad de recurrir a la hipótesis de Amann (o.c, p-25o), que supone haber otros habitantes en las cercanías de Belén, ni a la de Meyer en Hennecke (Handbuch zu den neutestamentlichen Apocryphen p.128), que en esta insistencia en buscar una partera hebrea ve una velada alusión a las comadronas judías, cuya actuación se alaba en el Exodo (1,15-22), la in-

17S

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

luz en la cueva?» «Es mi esposa», dije yo. A lo que ella repuso: «Entonces, ¿no es tu mujer?» Yo le contesté: «Es María, la que se crió en el templo del Señor, que, aunque me cayó en suerte a por mujer, no lo es, sino que ha concebido por vir- tud del Espíritu Santo». Y le interrogó la partera: « ¿Es esto ver- dad?». José respondió: «Ven y verás». Entonces la partera se puso en camino con él.

2. Al llegar al lugar de la gruta, se pararon; y he aquí que ésta estaba sombreada por una nube luminosa. Y exclamó la partera : «Mi alma ha sido engrandecida hoy, porque han visto mis ojos cosas increíbles, pues ha nacido la salvación para Israel». De repente, la nube empezó a retirarse de la gruta; y brilló den- tro una luz tan grande, que nuestros ojos no podían resistirla. Esta por un momento comenzó a disminuir hasta tanto que apa- reció el niño y vino a tomar el pecho de su madre, María. La partera, entonces, dió un grito, diciendo : «Grande es para el

είπεν «Και τίς εστίν ή γεννώσα έν τω σπηλαίω;» Koci είπον έγώ· «Ή με- μνηστευμένη μοι». Και είπέ μοι· «Ούκ εστίν σοΰ γυνή;» Και είπον αύτη- «Μαριάμ εστίν ή άνατραφεϊσα έν τώ ναώ κυρίου, και έκληρωσάμην αυτήν γυναίκα και οΰκ iortv μου γυνή, άλλά σύλληψιν έχει έκ πνεύματος άγιου» 1°6. Και εΐπεν αύτώ ή μαία· «Τοΰτο αληθές;» ΚαΙ είπεν αύτη Ιωσήφ· «Δεϋρο και ϊδε» ΙΟ7. Και άπίει ή μαία μετ'αΰτοϋ.

2. Και έστησαν έν τω τόττω τοΰ σπηλαίου, καΐ ιδού νεφέλη φω- τεινή 108 έπισκιάζουσα τό σπήλαιον. Και εΐπεν ή μαϊα· «Έμεγαλύνθη ή ψυχή μου σήμερον, ότι εΐδον ο! οφθαλμοί μου παράδοξα, δτι σωτηρία τω Ισραήλ έγεννήθη». Και παραχρήμα ή νεφέλη ύπεστέλλετο έκ του σπηλαίου, καΐ έφάνη φώς μέγα έν τω σπηλαίω, ώστε τους οφθαλμούς ημών μή φέρειν. Κα'ι πρός ολίγον τό φώς έκεΐνο ΰποστέλλετο, εως οΰ έφάνη τό βρέφος και ήλθε και έλαβε μασθόν έκ της μητρός αύτοΰ Μαριάμ.

sistencia de ambas partes puede explicarse quizá por las diferencias exis- tentes entre judíos y samaritanos, que les prohibían todo trato social entre (Eccl. 50,28; Le. 9,52; lo. 4,9). No faltan códices, por otra parte, que suprimen el epíteto ΈβραΙαν.

106 Recuérdese la diferencia entre μεμνηστενμένη (desposada) y γυνή (mujer casada).

107 lo. 1,46.

i°8 Esta nube luminosa, νεφέλη φωτεινή, es vista por algunos críticos como cierto elemento mítico oriental. De hecho, en las teofanías del A. T. la encontramos : Ex. 16,10; Dan. 7,13. También aparece en el Ν. T. : Mt. 17, 5; Me. 9,6; Act. 1,9. Esta sencilla coincidencia con otras teofanías míticas no implica influjo alguno étnico en lo substancial. Este signo es muy pro- pio para expresar ante los ojos humanos la majestad de Dios.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

179

día de hoy, ya que he podido ver con mis propios ojos un nuevo milagro».

3. Y, al salir la partera de la gruta, vino a su encuentro Salomé; y ella exclamó: «Salomé, Salomé, tengo que contarte una maravilla nunca vista, y es que una virgen ha dado a luz; cosa que, como sabes, no sufre la naturaleza humana.» Pero Salomé repuso: «Por vida del Señor, mi Dios, que no creeré tal cosa, si no me es dado introducir mi dedo y examinar su naturaleza».

XX

i. Y, habiendo entrado la partera, le dijo a María: «Dis- ponte, porque hay entre nosotras un gran altercado con rela-

Koci όνεβόησεν ή μαία και εϊττεν «Μεγάλη μοι σήμερον ή ημέρα αύτη, ότι είδον τό κσινόν θέαμα τούτο».

Και έξήλθεν ή μαία έκ τοΰ σπηλαίου, κα'ι ύττήντησεν αύτη Σα- λώμη. Και είπεν αύτη· «Σαλώμη, Σαλώμη, καινόν σοι θέαμα εχω διηγή- σασθαι· παρθένος έγέννησεν δ ού χωρεί ή φύσις αύτης» 109. Και εΐπεν Σαλώμη· «Ζή κύριος ό Θεός μου, εάν μή βαλώ τον δάκτυλόν μου και έρευνήσω την φύσιν αύτής 110; ού μή πιστεύσω δτι παρθένος έγέν- νησεν».

XX

I. Καΐ είσήλθεν ή μαία και είπε τή Μαριάμ· «Σχημάτισον σεαυ- τήν til* ού γάρ μικρός άγων περίκειται περί σοΰ». Καΐ έβαλε Σαλώμη

109 Aquí consigue el autor la meta codiciada de su relato: Demostrar palpablemente la virginidad en el parto de María. Las matronas no tienen aquí otro papel que el de ser testigos autorizados de fenómeno tan mara- villoso.

Por otra parte, la existencia de tales- parteras está refrendada en la tra- dición cristiana por los testimonios de Prudencio (s.IV) (Cathemer. XI 94S.) y de San Zenón de Verona (Tractatus II 8). Posteriormente (s.IX-XIII) el arte ha ilustrado este hecho de diversas maneras: El baño del Niño Jesús, recién nacido (cementerio de San Valentín en la vía Flaminia, de Roma); Salomé con la mano quemada (mosaico de Santa María la Mayor, también en la Ciudad Eterna). Cf. Ps. Mt. XIII 3-5 notas 45-47.

110 Frase de una crudeza extraordinaria, si bien mitigada por algún códice que, siguiendo a la versión Siríaca: «nisi videro oculis meis», le dan un tono más general; G: έάν μή ερευνήσω. De todos modos, la alusión a la incredulidad de Tomás (lo. 20,25) es clara: εάν μή Ιδώ έν ταϊξ χερσΙν αύτοΰ τόν τύπον των ήλων, καΐ βάλω τόν δάκτυλόν μου t¡s τόν τόπον των ήλων... ού μή πιστεύσω.

111 Los códices BHILR facilitan la inteligencia de este pasaje tra- yendo άνάκλινον por σχημάτισον, dejando con ello clara la interpretación de «échate». La versión Siríaca: «sed ostende te ipsam, si virgo es tu».

180

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

ción a ti». Salomé, pues, introdujo su dedo en la naturaleza; mas de repente lanzó un grito, diciendo: « ¡Ay de mí! ¡Mi maldad y mi incredulidad tienen la culpa ! Por tentar al Dios vivo, se desprende de mi cuerpo mi mano carbonizada».

2. Y dobló sus rodillas ante el Señor, diciendo: « ¡Oh Dios de nuestros padres !, acuérdate de mí, porque soy descendiente de Abrahán, de Isaac y de Jacob; no hagas de un escar- miento para los hijos de Israel; devuélveme más bien a los po- bres; pues sabes, Señor, que en tu nombre ejercía mis curas, recibiendo de ti mi salario».

3. Y apareció un ángel del cielo, diciéndole: «Salomé, Sa- lomé, el Señor te ha escuchado. Acerca tu mano al Niño, tómalo, y habrá para ti alegría y gozo».

4. Y se acercó Salomé y lo tomó, diciendo: «Le adoraré porque ha nacido para ser el gran Rey de Israel». Mas de re- pente se sintió curada y salió en paz de la cueva. Entonces se oyó una voz que decía : «Salomé, Salomé, no digas las maravi- llas que has visto hasta tanto que el Niño esté en Jerusalén».

τόν δάκτυλον αύτης είς την φύσιν αύτής 1 1 2 και ήλάλαξε καΐ είπεν «Ούαί τη ανομία μου καϊ τή άπιστία μου, ότι έξεπείρασα τόν Θεόν ζώντα, και ιδού ή χείρ μου ττυρί άποπίπτεται άπ'έμοϋ».

2. Καΐ εκλινεν τά γόνατα ούτης προς τόν δεσπότην λέγουσα· «Ό Θεός των πατέρων μου, μνήσθητί μου ότι σπέρμα ειμί Αβραάμ καϊ Ισαάκ και Ιακώβ- μή παραδειγματίσης με τοις υΐοϊς Ισραήλ, άλλά άπό- δος με τοϊς πένησιν 1 1 συ γάρ οίδας, δέσποτα, ότι έπί τω σω ονόματι τάς θεραπείας μου έπετέλουν και τόν μισθόν μου παρά σου έλάμβανον».

Και Ιδού άγγελος κυρίου έπέστη λέγων πρός αύτήν «Σαλώμη, Σαλώμη, έπήκουσέν σου κύριος· προσένεγκε την χεΐρά σου τω παιδίω και βάσταξον αύτό, καϊ έΌται σοι σωτηρία και χαρά».

Καϊ προσήλθε Σαλώμη καϊ έβάσταξεν αύτό, λέγουσα· «Προσκυ- νήσω ούτω δτι βασιλεύς έγεννήθη μέγας τω Ισραήλ». Καϊ ιδού εύθέως ίάθη Σαλώμη, και έξήλθεν έκ του σπηλαίου δεδικαιωμένη. Καϊ ιδού φωνή λέγουσα· «Σαλώμη, Σαλώμη, μή άναγγείλης όσα είδες παράδοξα, εως ου είσέλθη εις Ιερουσαλήμ ό παις» H4.

112 La versión Siríaca suaviza la expresión: «intravit Salome et appro- pinquavit et vidit quod virgo est». Los códices BILR: έσημειώσστο αυτήν (Salomé la examinó).

113 Άπόδο5 με τοις ττένησιν. Esta expresión, esclarecida un poco más abajo, ha experimentado grandes cambios entre los copistas y en las ver- siones: άττόδοξ μοι τήν χείρα μου (D); ύγιή την χεΐρά μου (G)¡ FaL aducen γονεΰσι por ττένησιν; ; así como la versión Siríaca: «mitte ad eos qui genuerunt me». Sin embargo, L : ττοίησον μετ' έμοΰ τό ελεό$ σου, y I más simplemente βοήθει μοι.

114 Tal prohibición aparece también en los evangelios sinópticos. Mt. 8,4; Me. 7,36. Además de otros inconvenientes, la divulgación de tal

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

181

XXI

ι. Y José se dispuso para salir hacia Judea. Por entonces sobrevino un gran tumulto en Belén, pues vinieron unos magos diciendo: «¿Dónde se encuentra el nacido Rey de los Judíos?, porque hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido para adorarle».

XXI

i. Και Ιδού Ιωσήφ ήτοιμάσθη τοΰ έξελθεΐν εϊς την Ίουδαίαν 115. Και θόρυβος έγένετο μέγας έν Βηθλεέμ της Ιουδαίας· ήλθον γαρ μά- γοι 116 λέγοντες· «Ποΰ εστίν ό τεχθε'ις βασ·.λεύς τών Ιουδαίων; εΐδομεν γάρ αυτού τον αστέρα έν τή ανατολή, και ήλθομεν ττροσκυνήσαι αύτόν».

noticia hubiera quitado el interés a la narración del capítulo 20. He aquí el primer milagro de Jesús narrado con toda la sencillez con que pudiera hacerlo un evangelio canónico.

1 1 5 Pero ¿acaso Belén no era ya de Judea? Puede ser que el autor iden- tifique Jerusalén con Judea; de la misma manera parece hacerlo un poco más abajo, diciendo que el ángel previno a los Magos que no debían entrar en Judea.

Los códices G y Η dicen έξελθεΐν έκ της Ιουδαίας, como si José, una vez verificado el nacimiento y hecho el empadronamiento, quisiera volver a su punto de origen en Galilea: Nazaret.

lie Ήλθον γάρ μάγοι λέγοντες. (Mt. 2,IS. : Ιδού μάγο: άττό ανατολών τταρεγένοντο είς Ιεροσόλυμα). La narración protoevangélica de la adoración de los Magos viene a coincidir casi totalmente en el sentido y en las ex- presiones con la de San Mateo (2,1-12), salvo algunas divergencias. El Proto- evangelio hace llegar de primer intento los Magos hasta Belén, mientras que San Mateo los hace pararse en Jerusalén. El Protoevangelio no hace alusión, salvo en los códices D y Fa, a la profecía de Miqueas: Kai σύ, Βηθλεέμ γη Ιούδα, ούδαμώς ελαχίστη εΐ έν τοις ήγέμοσιν Ιούδα· έκ σου γάρ έξελεύσεται ηγούμενος όστις ττοιμανεΐ τόν λαόν μου τόν Ισραήλ, como se contiene en San Mateo. El evangelista dice, además, que los Magos procedían άττό ανατολών, mientras que el Protoevangelio no hace referencia alguna al lugar de origen, excepto el códice Fb, que dice από Περσίδος y los C y D, que coinciden con el canónico άττό ανατολών.

Ni uno ni otro, sin embargo, hace referencia alguna al número, nombre y condición real de los Magos. Los demás apócrifos, en general, también se han abstenido de consignar datos en que podría haberse nutrido la tra- dición cristiana. Solamente el Evangelio Armenio de la Infancia <c.5 y 11) ofrece algunos datos, que se confirman con la tradición occidental, repre- sentada en San León Magno y Maxim. Taur. : Tres magos, a saber: Mel- kon, rey de los persas; Gaspar, de los indios, y Baltasar, de los árabes. La versión Ftic'pica del Protoevangelio se complace también en consignar el número de tres Magos, con nombre etíopes al parecer: Tanisuram, Ma- lik y Sissebá, y después de narrarnos la adoración del Niño y el aviso del ángel describe la entrevista con el rey de su tierra. Ellos le cuentan cuanto han visto y cómo el Niño ha recibido sus dones. El rey les pregunta

1S2

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

2. Herodes, al oír esto, se turbó, envió sus emisarios a los magos y convocó a los príncipes de los sacerdotes, haciéndoles esta pregunta : « ¿Qué es lo que hay escrito en relación con el Mesías? ¿Dónde debe nacer?» Ellos respondieron: «En Belén de Judea, según rezan las Escrituras». Con esto les despachó e interrogó a los magos con estas palabras: «¿Cuál es la señal que habéis visto en relación con ese rey nacido?» Respondié- ronle los magos: «Hemos visto un astro muy grande que bri- llaba entre las demás estrellas y las eclipsaba, haciéndolas des- aparecer. En ello hemos conocido nosotros que a Israel le ha nacido un rey y hemos venido con intención de adorarle». En- tonces repuso Herodes: «Id y buscadlo; y, si dierais con él, comunicádmelo para que yo vaya también a adorarle».

3. Y en aquel momento la estrella aquella, que habían visto en el Oriente, volvió de nuevo a guiarles hasta que llegaron a la cueva, y se posó sobre la boca de ésta. Entonces vieron los magos al Niño con su madre, María, y sacaron dones de sus cofres: oro, incienso y mirra.

2. Και άκουσας Ηρώδης έταράχθη, και επεμψεν ΰπηρέτας πρός τούς μάγους· και μετεπέμψατο τους αρχιερείς καΐ άνέκρινεν αϋτοϋς λέ- γων «Πώς γέγραπται περί τοΰ Χρίστου; ττοϋ γεννάται;» Λέγουσιν αύτώ· «Έν Βηθλεέμ της Ιουδαίας· ούτως γάρ γέγραπται». Καϊ άπέλυ- σεν αυτούς. Καϊ άνέκρινεν τούς μάγους λέγων αύτοΐς· «Τί εΐδετε ση μείον έττΐ τόν γεννηθέντα βασιλέα;» Και είπον οί μάγοι· «Είδομεν άστέρα παμμεγέθη λάμψαντα έν τοις άστροις τούτοις καϊ άμβλύνοντα αΰτούς, ώστε τους άστέρας μη φαίνεσθαι· και ημείς ούτως εγνωμεν ότι βασιλεύς έγεννήθη τω Ισραήλ, κα'ι ήλθομεν προσκύνησα! αύτόν». Καϊ είπεν Ηρώ- δης· «Υπάγετε καϊ ζητήσατε· και έάν εύρητε, άπαγγείλατέ μοι δπως κάγώ έλθών προσκυνήσω αύτόν».

Κα'ι έξήλθον οί μάγοι. Κα'ι ιδού όν είδον άστέρα έν τη άνατολή προήγεν αύτούς έως είσήλθον εις τό σπήλαιον, και έστη έπ'ι τήν κεφαλήν τοΰ σπηλαίου. Κα'ι είδον οί μάγοι τό παιδίον μετά της μητρός αύτοΰ Μαριάμ, καϊ έξέβαλον άπό της πήρας αύτών δώρα, χρυσόν καϊ λίβανον κα'ι σμύρναν.

qué han recibido en retorno. Los Magos responden que el Niño les ha dado un poco de pan y que lo han escondido en tierra. Pídeles entonces el rey que se lo traigan, y, al ir a excavar la tierra donde estaba, sale una llamarada de fuego. «Por lo cual termina la versión los Magos adoran todavía al fuego».

La tradición oriental ponía doce magos (los armenios llegaron hasta quince). La occidental, tres. Los monumentos antiguos neocristianos oscilan mucho: en las catacumbas aparecen dos, tres y cuatro. Finalmente, preva- leció el número de tres.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

183

4. Pero, siendo avisados por un ángel de que no entraran en Judea, se marcharon por otro camino a su tierra.

XXII

1. Al darse cuenta Herodes de que había sido burlado por los magos, montó en cólera y envió sus sicarios, dándoles la consigna de matar a todos los niños de dos años para abajo.

2. Y cuando llegó a María la noticia de la matanza de los infantes, se llenó de temor; y, envolviendo a su hijo entre pa- ñales, lo reclinó en una pesebrera de bueyes.

3. Y cuando se enteró Isabel de que también buscaban a su hijo Juan, lo cogió, lo llevó a la montaña y se puso a mirar dónde esconderlo; pero no había lugar propicio para hacerlo. Por lo cual, entre sollozos, exclamó a grandes voces: «¡Oh

4. Kai χρηματισθέντες ΰπό αγγέλου μή είσελθεϊν την Ίουδαίαν, δι' άλλης όδοΰ έπορεύθησαν εις τήν χώραν αύτών.

XXII

1. Γ νους δέ Ηρώδης ότι ένεπαίχθη ύττό των μάγων, όργισθε'ις επεμψεν φονευτάς λέγων αύτοίς· «Τά βρέφη από διετούς και κατωτέρω άποκτείνατε».

2. Kai άκούσασα Μαριάμ ότι αναιρούνται τά βρέφη, φοβηθεΐσα ελαβεν τό παιδίον και έσπαργάνωσεν αϋτό και εθηκεν εν φάτνη βοών 117.

Ή δέ Ελισάβετ, άκούσασα ότι Ιωάννης ζητείται, λαβοΰσα αυ- τόν άνέβη εις τήν όρεινήν, και περιεβλέπετο ποΰ αΰτόν κρύψει· καΐ ούκ ή ν τόπος απόκρυφης. Kai στενάξασα ή Ελισάβετ φωνή μεγάλη λέγει· «"Ορος Θεοΰ, δέξαι μητέρα μετά τέκνου» [Θύ γάρ ήδύνατο άναβήναι ή

117 San Lucas dice sencillamente que María, al dar a luz a Jesús, lo envolvió entre pañales y lo reclinó en un pesebre. El protoevangelista se vale de este detalle canónico, pero asignando un ñn completamente distinto: esconder a su hijo de la furia de Herodes. Los códices AHFbG in- tercalan ahora la huida a Egipto, siguiendo hasta en las palabras a San Mateo. Sin embargo, parecen ser estos fragmentos interpolaciones posteriores, in- troducidas con el fin de dar un digno remate a la historia de Jesús, ya que el Protoevangelio la corta súbitamente para consagrar los últimos capítulos al martirio de Zacarías. Este episodio no se encuentra en los restantes apó- crifos y, según los críticos, no debía existir en el Libro de Santiago conocido por Orígenes (In Mt. 10,17), Pues este autor, hablando del martirio de Zacarías, sigue una tradición diversa, prescindiendo de la leyenda proto- evangélica.

184

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

monte de Dios !, recibe en tu seno a la madre con su hijo», [pues ya no podía subir más arriba].

4. Y al instante abrió la montaña sus entrañas para reci- birlos. Y les acompañó una gran luz, pues estaba con ellos un ángel de Dios para guardarlos.

Ελισάβετ] U8. Kccl παραχρήμα έδιχάσθη τό όρος κα! έδέξατο αϋτήν· ΚαΙ ήν διαφαΐυον αΰτοΐς φώς· άγγελος γάρ κυρίου ήν μετ'αΰτών, δια- φυλάσσων αυτούς.

1 1 8 Los códices Fa y L y la versión Siríaca suprimen este inciso. E! C dice que no podía ya caminar más (ττορεύεσθαι). Quizá los rumores de la natividad maravillosa de Juan hacían recaer sobre éste las sospechas que torturaban a Herodes sobre el nuevo rey buscado por los Magos.

En la montaña de Ain Karim, llamada también en la actualidad «Orinia» u «Orini» (nombre que recuerda la frase de San Lucas [1,39] εις τήν όρεινήν, repetida por el Protoevangelio ) , se han hecho recientemente excavaciones y se han podido encontrar ciertos recuerdos arqueológicos en relación con la visitación de la Virgen a Santa Isabel y el episodio que ah :>ra nos. ocupa. En relación con esto, existe también un pequeño disco de tierra cocida al sol, conservado actualmente en Bobbio, en el que se lee esta inscripción: Ευλογία Κυρίου από τη; κατα[φυγή> της] αγίας ΈλισάβεΘ. Data de la época bizantina. Cf. B. Bagatti, II santuario della Visitazione Ain Karim (Montana Iudeae). Esplorazione archeologica e ripristino (Gerusalemme 1948) p.7.

Asimismo, entre las diversas reliquias traídas de Palestina y conserva- das en Letrán se encuentran dos pergaminos con escritura del siglo VII. Uno de ellos dice: «Terra de spelunca Elisabet cum Ioanne»...; otro: «La- pidem de spelunca ubi Elisa[bet...]».

El peregrino ruso Higúmeno Daniel, que visitó Palestina por el año 1 106- 1 107, refleja todos los detalles de la descripción protoevangélica y dice que en este lugar había por entonces ya una iglesia. Cf. I. la. Porfi- rjf.v, Apokriñcheskija skazanija o novozavetnych litsach i sobytijach po ruko- pisjam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo jazyka i sloves- nosti Imperatorskoij Akademii Nauk» t.52 n.4 (S. Petersburgo 1890) p.12.

El códice de Grigor Β n.510, de la Biblioteca Nacional de Moscú, re- presenta la escena del degüello de los Inocentes. Herodes aparece intimando desde su trono la orden de matarlos. Uno de los satélites se dispone a eje- cutar el mandato, agarrando por los cabellos a un niño. En un recuadro de la escena aparece la escisura de un monte, que deja ver una mujer y un niño. Sobre las cabezas de éstos se lee respectivamente ΕΛΙΣΑΒΗΤ ΟΠΡΟΔΡΟ- ΜΟΣ. Cf. N. Pokrovskij, Evangelie w Pamijatnikach Ikonografii preimus- schestvenno Vizantijskich i Russkich: «Trudy vosmavo Archeologischeskavo S'ezda w Moskwe 1890» t.i (S. Petersburgo 1892) ρ.147·

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

185

XXIII

1. Pero Herodes proseguía en la búsqueda de Juan y envió sus emisarios a Zacarías para que le dijeran : « ¿Dónde has es- condido a tu hijo?» Mas él respondió de esta manera: «Yo me ocupo en el servicio de Dios y me encuentro de ordinario en el templo. No dónde está mi hijo».

2. Los emisarios informaron a Herodes de todo lo que pa- saba, quien se encolerizó sobremanera, diciéndose a mismo: «Debe de ser su hijo el que va a reinar en Israel». Y envió un nuevo recado, diciéndole: «Dinos la verdad de dónde está tu hijo, porque de lo contrario bien sabes que tu sangre está bajo mi mano».

3. Pero Zacarías respondió: «Seré mártir del Señor si te atreves a derramar mi sangre, porque mi alma será recogida por el Señor al ser segada una vida inocente en el vestíbulo del santuario». Y al romper el alba fué asesinado Zacarías, sin que los hijos de Israel se dieran cuenta del crimen.

XXIII

1. Ό δέ Ήρφδης έζήτει τόν Ίωάννην, και άπέστειλεν ύπηρέτας προς Ζαχαρίαν λέγων «Που άπέκρυψας τόν v/tóv σου;» Ό δέ άπεκρί- νατο λέγων αΰτοΐς· «Έγώ λειτουργός υπάρχω του Θεοΰ και προσε- δρεύω τω ναω κυρίου, ούκ οίδα πού εστίν ό υιός μου».

2. Και άττήλθον οί ύπηρέται και ανήγγειλαν τω Ηρώδη ταΰτα πάντα. Και όργισθείς ό Ηρώδης είπεν «Ό υιός αύτοΰ μέλλει βασιλεύειν τοΰ Ισραήλ». Κα'ι άπέστειλεν πρός αυτόν πάλιν λέγων «Είπε τό άλη- θές· που έστιν ό υιός σου; οίδας γάρ ότι τό αίμά σου ϋπό χείρά μου εστίν». Και άπήλθον ο! ύπηρέται και άπήγγειλαν αϋτω ταΰτα πάντα.

Και είπε Ζαχαρίας· «Μάρτυς ειμί τοΰ Θεοΰ H9, εί έκχέεις μου τό αίμα- τό γάρ πνεΰμά μου ό δεσπότης δέξεται, οτι αίμα άθωον έκχέεις εις τά πρόθυρα τοΰ ναοΰ κυρίου» 120. Και περί τό διάφαυμα 121 έφονεύθη Ζαχαρίας· και ούκ ήδεισαν οί υιοί Ισραήλ ότι έφονεύθη.

119 Siguiendo Ja interpretación de la versión Siríaca: «testis est Deus», varios códices alteran el inciso de la siguiente manera: μάρτυ; ό Θεό; ότι ο0 γιγνώσκω τκ>ΰ écrnv, con lo cual cambia totalmente el sentido, al poner a Dios por testigo de que desconoce el paradero de su hijo; ésta es la sig- nificación originaria de μάρτυ?. El contexto parece, sin embargo, exigir la interpretación contenida en nuestra versión.

120 La Sagrada Escritura (2 Par. 24,20-22) habla de la muerte de un Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyada (... congregati adversus eum miserunt lapides iuxta regís imperium in atrio domus Domini). Por otra parte, el Señor en San Mateo (23,35) increpa a los judíos por haber derramado la sangre de los profetas desde el justo Abel hasta Zacarías, hijo de Baraquías, muerto entre el templo y el altar. Esta expresión evangélica, ¿se refiere a Zacarías

1»β

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

XXIV

í. Y los sacerdotes se congregaron a la hora del saludo; mas Zacarías no salió a su encuentro, como de costumbre, ben- diciéndoles. Y se pusieron a esperarle para saludarle en la ora- ción y glorificar al Altísimo.

2. Ante su tardanza empezaron todos a temer ; y, cobrando ánimo, uno de ellos entró y vió al lado del altar sangre coagu- lada; y oyó una voz que decía : «Zacarías ha sido muerto y no se borrará su sangre hasta que venga su vengador». Y, al oír la voz, se llenó de miedo y salió para comunicárselo a los sacer- dotes.

3. Y, cobrando valor, entraron y se percataron de lo ocu- rrido. Entonces crujió el artesonado del templo y ellos se ras- garon las vestiduras de arriba abajo. Mas no encontraron su cuerpo, sino sólo un reguero de sangre coagulada; y, llenos de temor, salieron para dar cuenta a todo el pueblo de que Zaca- rías había sido asesinado. Y llegó la noticia a todas las tribus

XXIV

t. Άλλά άττήλθον οΐ ιερείς εις την ώραν του άσπασμοϋ και ούκ άπήντησεν αύτοΐς κατά τό εθος ή ευλογία τοΰ Ζαχαρίου. Κα'ι έστησαν οί ιερείς ττροσδοκώντες τον Ζαχαρίαν τοΰ άσττάσαθαι αύτόν έν τη εύχή και δοξάσαι τον ύψιστον.

2. Χρονίσαντος δέ αύτοΰ εφοβήθησαν άπαντες· άποτολμήσας δέ είς έξ αύτών είσήλθεν, καΐ είδε τταρά τό θυσιαστήριον αίμα πεπηχός και φωνήν λέγουσαν «Ζαχαρίας ττεφόνευται, καί ούκ έξαλειφθήσεται τό αίμα αύτοΰ εως άν ελθη ó εκδικος αύτοΰ». Και άκουσας τον λόχον εφοβήθη, και εξήλθε καί άνήχχειλε τοις ΐερεΰσιν.

Καί τολμήσαντες εΐσήλθον καί είδον τό χεχονός, καί τά φατνώ- ματα τοΰ ναοΰ ολόλυξαν, καί αυτοί ττεριεσχίσαντο άπό άνωθεν εως κάτω 122. Καί τό σώμα αύτοΰ ούχ ευρον, άλλ' ευρον τό αίμα αύτοΰ λίθον γεχενημένον. Καί φοβηθέντες έξήλθον καί άνήχχειλαν παντί τω

hijo de Yehoyada o más bien hace una alusión velada al martirio del padre de San Juan? El pueblo cristiano parece haber preferido esto último.

121 Περί τό διάφαυμα. Expresión poco ordinaria que algunos manus- critos (C Fa) reemplazan por διάφραγμα (línea divisoria), más en conso- nancia con el texto de San Mateo y con la expresión posterior (24,2): καί είσήλθεν ...(eís τό άγιασμα τοΰ θυσιαστηρίου).

122 Señal de dolor muy usada por los judíos. No parece, pues, tener relación ninguna, si no es meramente verbal, con Mt. 27,51: τό καταπέ- τασμα του ναοΰ έσχίσθη άπ' άνωθεν 2ω$ κάτω.

PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO

187

de Israel, quienes le lloraron y guardaron luto durante tres días y tres noches.

4. Y, concluido este tiempo, se reunieron los sacerdotes para deliberar sobre quién iban a poner en su lugar. Y cayó la suerte sobre Simeón, pues éste era el que había sido asegurado por el Espíritu Santo de que no vería la muerte hasta tanto que le fuese dado contemplar al Mesías encarnado.

XXV

1. Y yo, Santiago, que he escrito esta historia, al levantarse un gran tumulto en Jerusalén con ocasión de la muerte de Herodes, me retiré al desierto hasta que se apaciguó el motín;

λαώ δτι Ζαχαρίας πεφόνευται. Και ήκουσαν ττάσαι αί φυλά! τοΰ λαοϋ, και έττένθησαν αύτόν κα'ι έκόψαντο τρεις ή μέρας και τρεις νύκτας.

Μετά δέ τάς τρεις ημέρας έβουλεύσαντο οί ιερείς τίνα άντ'αύτοΟ στήσουσιν, και άνέβη ό κλήρος έτπ Σιμεών 123- ούτος γαρ ήν ό χρημα- τισθείς ύττό τοΰ άγίου πνεύματος, μή ϊδεΐν θάνατον έως άν ϊδη τον Χριστόν έν σαρκί.

XXV

ι. Έγώ δέ Ιάκωβος I24 ό γράψας τήν ίστορίαν ταύτην, έν Ιερου- σαλήμ Θορύβου γενομένου, δτε έτελεύτησεν Ηρώδης, συνέστειλα έμαυ- τόν έν τη έρήμω έως κατέτταυσεν ό θόρυβος έν Ιερουσαλήμ, δοξάζων

123 Este Simeón quizá sea el mismo Samuel que en el capítulo 10 sus- tituye a Zacarías en las funciones de sumo sacerdote, mientras éste adolece de su mudez. Que Zacarías fuera sumo sacerdote aparece claro en el ca- pítulo 8. Los críticos (cf. Thilo en el comentario al Ps. Mt. c.15) tachan de fantástica la leyenda que hace a Simeón sumo sacerdote, culpando al Protoevangelio de haber sido el primero en lanzar la especie. La versión Etiópica la recoge expresamente: «et venit sors super Simeonem Sacerdotem ne exiret ille ab hoc mundo nisi prius vidisset Messiam Domini». De la misma manera el Pseudo-Eustathius.

124 La falta de puntuación da diversos sentidos a esta pericopa. Nues- tro texto da a entender que este Santiago escribió el libro en el desierto, donde se retiró al sobrevenir un tumulto en Jerusalén, con ocasión de la muerte de Herodes.

El códice de París 897 (s.XII) termina así: Έγώ δέ Ίάκωβο5 έγραψα τήν Ιστορίαν ταύτην έν Ιερουσαλήμ· ότι τω Χριστώ πρέπει δόξα ε!$ τον; αΙώναζ τών αΙώνων. Αμήν.

1S8

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

glorificando al Señor, mi Dios, que me concedió la gracia y la sabiduría necesarias para componer esta narración.

2. Sea la gracia con todos aquellos que temen a nuestro Señor Jesucristo, para el cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

τον δεσπότην Θεόν τον δόντα μοι την δωρεάν καΐ την σοφίαν τοϋ γράψαι την ΐστορίαν ταύτην.

2. "Εσται δέ ή χάρις μετά των φοβούμενων τόν κύριο ν ημών Ίησοΰν Χριστόν, φ ή δόξα είς τους αιώνας τών αιώνων, άμήν.

2. EVANGELIO DEL PSEUDO MATEO

Fué Tischendorf quien dió este título al texto publicado por Thilo en 1832 según el manuscrito de París n.5557 A (s.XIV). Se inspiró para ello en la carta de San Jerónimo a Cromado y Heliodoro, que figura como prólogo en el citado códice. Esta atribuye el escrito al evangelista San Mateo, si bien otros ma- nuscritos lo atribuyen a Santiago el Menor.

Durante los siglos IVyV corrían por el Occidente diversas narraciones protoevangélicas, como consta por las alusiones de Zenón de Verona (Tractatus II 8: PL 11,415) y de Prudencio (Cathemerinon XI 96S.: PL 59,89aA).

Pronto utilizaron estas narraciones apócrifas maniqueos y priscilianistas, lo cual atrajo sobre ellas la repulsa absoluta de la Iglesia, como se puede comprobar por las expresiones de San Jerónimo (Adv. Helvid. 8: PL 23,192); San Inocencio I (Ep. ad Exsup.: EnchB n.22); Decret. Gelasianum (n.8 y 14).

Posteriormente, Santo Toribio de Astorga muestra hacia ellos una actitud algo diferente al afirmar que, si bien la lite- ratura apócrifa es rechazable, por cuanto está contaminada por los herejes, esto no es obstáculo para que alguno de los hechos en ella consignados pueda ser verdadero (Ep. ad Idacium et Ce- ponium: PL 54.694C-D).

Esta es la actitud reflejada por la supuesta carta de San Je- rónimo a Cromacio y Heliodoro, que sirve de prólogo a nues- tro apócrifo. En este ambiente debió de tener éste su origen a mediados del siglo VI. Su estilo algo bárbaro y las ideas monás- ticas de que se hace eco acreditan su composición por esta épo- ca. Recuérdese que es precisamente entonces cuando San Be- nito implanta el monaquismo en Occidente y compone su regla (cf. Amann, p.103).

El Ps. Mt. se compone de dos partes marcadamente distin- tas. La primera (c.1-17) es una reelaboración del Protoevangelio, si bien pudo derivar inmediatamente, según Amann (ibid.), del Liber de infantia Salvatoris et de Maria vel obstetrice, condenado por el Decret. Gelasianum (n.14). La segunda (c. 18-42) contiene elementos heterogéneos. Algunos episodios parecen origina- les, mientras que otros están tomados del evangelio apócri- fo del Pseudo Tomás

190

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Su influjo durante la Edad Media fué muy grande en la literatura y en el arte. C. Druthmar (PL 106,1287) se hace eco de casi todos los datos suministrados por él. La abadesa Hroswi- tha de Gandersheim lo versifica, dándole el título de Historia nativitatis laudabilisque conversationis intactae Dei Genitricis, quam scriptam reperi sub nomine Sancti Iacobi fratris Domini (PL i37,io65ss.) Estas historias entran de lleno en las leyendas posteriores de Jacobo de Vorágine y Vicente de Beauvais y repercuten en los escritos místicos de Santa Brígida, sor María de Agreda y A. C. Emmerich.

Publicamos el texto de Tischendorf y damos especial im- portancia en las notas a la réplica que los episodios apócrifos (procedentes del Protoevangelio radicalmente o sólo del Ps. Mt.) han tenido en las artes figurativas.

Ediciones y versiones. J. C. Thilo, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (Leip- zig 1832) [texto lat. p. 339-400]; C. Tischendorf, Evangelio. Apocrypha (Lipsiae 1853) [texto lat. p. 50- 105]; E. Amann, Le Protévangile de Jacques et ses remaniements latins (Paris 1910) [texto lat. (c. 1-17,2) p. 272-339 y v. franc.]; C. Michel, Evangües apocryphes I (Paris 2i924) [ρ·54-ι$8 texto lat. y v. franc] ; E. González-Blanco, Los Evangelios apócrifos (Madrid 1934) 1 [v.esp.]; F. Amiot, Evangües apocryphes (Paris 1952) [v. franc. de fragms. selectos]; BonaccorsiVA I (1948) [texto lat. y v. ¡tal.].

Estudios. Los citados con ocasión del Protoevangelio.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

191

EVANGELIO DEL PSEUDO MATEO

COMIENZA EL LIBRO QUE TRATA DEL NACIMIENTO DE LA BIENAVENTURADA MARIA Y DE LA INFANCIA DEL SALVADOR, ES- CRITO EN HEBREO POR EL BIENAVENTURADO EVANGELISTA MATEO Y TRADUCIDO AL LATIN POR EL BIENAVENTURADO SACERDOTE JERONIMO

A

Los obispos Cromado y Heliodoro al presbítero Jerónimo, su amadísimo hermano: Salud en el Señor.

EVANGELIUM PSEUDO MATTHAEI *

INCIPIT LIBER DE ORTU BEATAE MARIAE ET INFANTIA SALVATORIS, A BEATO MATTHAEO EVANGELISTA HEBRAICE SCRIPTUS ET A BEATO HIERONYMO PRESBYTERO IN LATINUM TRANSLATUS 1

A-2

Dilectissimo fratri suo Hieronymo presbytero, Chromatius et Heliodorus 3 episcopi in Domino salutem.

* Este título, por el que se le conoce vulgarmente, está inspirado en el prólogo siguiente.

1 Seguimos el texto de Tischendorf, anotando alguna de las principa- les variantes que presentan los códices utilizados por él. Estos son:

A = Vaticano 5257.

Β = Laurentiano.

C = París n.5ss9A (s.XIV).

D = París n.1652 (s.XV).

Μ = Munich (hasta el c.I.i).

2 Estas dos cartas, que figuran como prólogo en el códice A y otros, se encuentran añadidas en algunos códices al Liber de nativitate Mariae. Sin embargo, como notaron Tischendorf y Amann, están más en conso- nancia con el Ps. Mt., ya que la frase «in quo et ipsius Virginis ortus et Sal- vatoris nostri infantia esset descripta» se acopla más perfectamente a su con- tenido que al del Liber de nativitate Mariae, donde no se habla nada de la infancia del Salvador.

Evidentemente, el autor quiere amparar su escrito con la autoridad de San Jerónimo, y por eso simula estas dos cartas. No debía ser éste fenó- meno muy extraño en los siglos V-VI. En el principio del Liber Pontificalis de la Iglesia Romana figura otra epístola pseudojeronimiana dirigida a San Dámaso.

Los códices C y D suprimen estas cartas y tienen a modo de introduc- ción : «Ego Iacobus filius Iosephi conversans in timore Dei perscripsi omnia

192

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

La natividad de la Virgen María, así como el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y su infancia, la encontramos re- latada en libros apócrifos. Mas, considerando que en ellos se contienen muchas cosas en pugna con nuestra fe, creemos pru- dente rechazar [los] en su totalidad, no sea que, a propósito de Cristo, vayamos a proporcionar júbilo al Anticristo. Estando

Ortum Mariae Virginis et nativitatem atque infantiam Domini nostri Iesu Christi in apocryphis libris invenimus. In quibus multa contraria fidei nostrae considerantes scripta, recusanda credimus universa, ne per occasionem Christi traderemus laetitiam Antichris- to. Ista ergo nobis considerantibus extiterunt viri sancti Parmenius et

quae oculis meis ipse vidi fieri in tempore nativitatis sanctae Mariae Virgi- nis sive domini Salvatoris: gratias agens Deo qui mihi dedit sapientiam in historiis adventus sui, ostendens plenitudinem duodecim tribubus Israel», cuyas analogías con el prólogo y epílogo del Protoevangelio son evidentes.

En varias ediciones de las obras de San Jerónimo circula otra carta del Pseudo Jerónimo dirigida a los citados obispos y concebida en estos tér- minos :

«Petitis a me ut vobis rescribam quid mihi de quodam libello videatur qui de nativitate S Mariae a nonnullis habetur. Et ideo scire vos voló, multa in eo falsa inveniri. Quídam namque Seleucus, qui passiones aposto- lorum conscripsit, hunc libellum composuit. Sed sicut de virtutibus eorum et miraculis per eos factis vera dixit, de doctrina vero eorum plura mentitus est, ita et hic multa non vera de corde suo confinxit. Proinde ut in hebraeo habetur, verbum ex verbo transferre curabo, siquidem sanctum evangelis- tam Matthaeum eundem libellum liquet composuisse et in capite evangelii sui hebraicis litteris obsignatum apposuisse; quod an verum sit, auctori praefationis et fidei scriptoris committo: ipse enim ut haec dubia esse pro- nuntio, ita liquido falsa non affirmo. Illud autem libere dico, quod fidelium neminem negaturum puto, sive haec vera sint sive ab alio conficta, sacro- sanctam sanctae Mariae nativitatem magna miracula praecessisse, máxima consecuta fuisse; et idcirco salva fide ab his qui Deum ista faceré posse credunt sine periculo animae suae credi et legi posse. Denique, in quantum recordari possum, sensum non verba scriptoris sequens, et nunc eadem semita non eisdem vestigiis incedens, nunc quibusdam diverticulis ad ean- dem viam securrens sic narrationis stylum tentabo, et non alia dicam quam quae aut scripta sunt ibi aut consequenter scribi potuerunt» (cf. Hierony- mus, ed. Vallarsius XI p.382; Amann, p. 278-280).

No parece ser sino una variante de la anterior, en que las contradicio- nes e incongruencias se dan cita de tal manera, que es imposible hacerse cargo del pensamiento del autor.

3 Se trata de dos varones esclarecidos y confidentes de San Jerónimo: Cromacio fué obispo de Aquileya (387-407). donde acabó con el arrianis- mo. Mantuvo correspondencia con Ambrosio, Jerónimo y Rufino. Se con- servan de él 18 tratados sobre San Mateo (PL 20). Heliodoro (330?-post 400) fué obispo de Altino. Gran amigo de San Jerónimo, acompañó a éste en su viaje a Antioquía, retirándose después a Aquileya con el disgusto del santo Doctor, quien le increpa de diversas maneras el haberle abandonado (PL 22 y 23).

EVANGELIO DEL PS. MATEO

193

nosotros embebidos en estas consideraciones, hubo dos santos varones, Parmenio y Virino, quienes vinieron en decir que tu Santidad había dado con un manuscrito hebreo del beatísimo evangelista Mateo, en el que se contenía la natividad de la Vir- gen Madre junto con la infancia de nuestro Salvador.

Así, pues, rogamos encarecidamente a tu Caridad por el mismo Jesucristo, Señor nuestro, que traduzcas del hebreo al latín el mencionado volumen, no tanto para informarnos de las maravillas de Cristo cuanto para rechazar la astucia de los he- rejes, que, con la pretensión de acreditar su perversa doctrina, mezclaron mentiras en la santa natividad de Cristo, intentando encubrir con la dulzura de su vida lo amargo de la muerte.

Te constreñirá, pues, tu acendrado afecto, o a escuchar la petición de unos hermanos que recurren a ti en actitud supli- cante, o a satisfacer el requerimiento de unos obispos que exi- gen de ti la deuda de caridad que juzgues razonable. Salud en el Señor y ruega por nosotros.

Β

Jerónimo, siervo ruin de Cristo, a los santos y beatísimos obispos Cromacio y Heliodoro: Salud en el Señor.

Virinus4 qui dicerent, sanctitatem tuam beatissimi Matthaei evange- listae manu scriptum volumen hebraicum invenisse, in quo et ipsius Virginis matris ortus et Salvatoris nostri infantia esset scripta.

Et idcirco tuam caritatem per ipsum Dominum nostrum Iesum Christum expetentes quaesumus ut eum 5 ex hebraeo latinis auribus tradas, non tam ad percipienda ea quae sunt Christi insignia, quam ad haereticorum astutiam excludendam; qui ut doctrinam malam instituerent, bonae Christi nativitati sua mendacia miscuerunt, ut per dulcedinem vitae, mortis amaritudinem occultarent.

Erit ergo purissimae caritatis ut vel rogantes fratres tuos exau- días, vel episcopos exigentes caritatis debitum quod idoneum cre- dideris recipere facías. Vale in Domino et ora pro nobis.

Β

Dominis sanctis ac beatissimis Chromatio et Heliodoro episco- pis, Hieronymus exiguus Christi servus in Domino salutem.

4 Bajo el nombre de Parmenius se conoce a un presbítero que murió en la persecución de Decio, como consta en la Passio Polichronii. La per- sona de Virino es históricamente desconocida.

s Literalmente, eum habría de referirse al autor (Mateo) y no a volumen. Esta anomalía sintáctica puede explicarse por una concordancia ad sensum, interviniendo el sobrentendido liber en lugar de volumen.

Ev. apócrifos

7

194

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Quien cava en el suelo, donde supone hay oro, no se lanza inmediatamente sobre lo primero que arroja la brecha recién abierta, sino que, antes de conseguir que el golpe vibrante de la herramienta arranque un filón del precioso metal, vuelve y revuelve los terrones; y así vive ya de la esperanza aunque aún no haya conseguido aumentar su caudal.

En realidad de verdad es ardua la labor que me ha sido im- puesta, si tenemos en cuenta que vuestra Beatitud me ha inti- mado la orden de traducir aquello que ni el mismo San Mateo, apóstol y evangelista, quiso dar a la publicidad en sus escritos. Porque, a no haberse tratado de cosas de índole secreta, como éstas, a buen seguro las hubiera añadido al evangelio que él sacó a luz. Mas quiso escribir el tal folleto sigilándolo con ca- racteres hebraicos y en manera alguna permitió que se divul- gase, hasta tal punto que el autógrafo escrito de su puño y letra se encuentra a la sazón en poder de varones muy piadosos, quie- nes lo han ido recibiendo de sus antecesores como precioso le- gado. Y como ellos han tenido por norma no dejar a nadie este ejemplar, y por otra parte su contenido ha sido divulgado se- gún el gusto de los diversos redactores, resulta que una de tan- tas versiones, la de ese Leucio discípulo de Maniqueo (que

Qui terram auri consciam fodit, non illico arripit quicquid fossa profuderit lacerata; sed priusquam fulgendum pondus vibrantis iactus ferri suspendat, interim vertendis supinandisque cespitibus immoratur, et spe alitur qui nondum lucris augetur 6.

Arduum opus iniungitur, cum hoc fuerit a vestra mihi beatitu- dine imperatum quod nec ipse sanctus Matthaeus apostolus et evangelista voluit in aperto conscribi. Si enim secretius non esset, evangelio utique ipsi quod edidit addidisset. Sed fecit hunc libellum hebraicis litteris obsignatum, quem usque adeo non edidit ut hodie manu ipsius líber scriptus hebraicis litteris a viris religiosissimis habeatur, qui eum a suis prioribus per succesus temporum susce- perunt. Hunc autem ipsum librum cum numquam alicui transfe- rendum tradiderunt, textum vero eius aliter aliterque tradiderunt 7 sic factum est ut a Manichaei discípulo nomine Leucio 8 qui etiam

6 No aparece claro el nexo de esta frase con lo que sigue. Probablemen- te quiere decir que sólo la esperanza de conseguir algún fruto para los demás es lo que le impulsa a aceptar un encargo tan arduo.

7 La explicación más obvia parece ser que el ejemplar se mantuvo siem- pre en secreto, mientras que su contenido fué divulgado de diversas maneras.

8 Este personaje es probablemente el mismo a quien Focio se refiere en su Myrobiblion (PG 103,389), llamándole Leucius Charinus. Es conocido como autor o inspirador de los Hechos apócrifos de los Apóstoles, particu- larmente de los de San Juan. El Decr. Gelasianum se refiere a sus obras di-

EVANGELIO DEL PS. MATEO

195

hasta llegó a escribir hechos falsos de los apóstoles), ha servi- do a los fieles más de escándalo que de edificación; por lo que un concilio la ha juzgado ser de tal calaña, que hace bien la Igle- sia en no prestarle la más mínima atención.

Cesen, pues, ya los mordiscos de los que nos ladran, porque no pretendemos añadir este opúsculo a los ya señalados por el canon, sino que, deseando únicamente poner en evidencia la astucia de los herejes, no intentamos otra cosa que traducir lo que escribió quien es a la vez apóstol y evangelista. Con lo cual, al mismo tiempo que acatamos la orden terminante de unos obispos eminentes en la piedad, hacemos frente a la astu- cia de unos desalmados herejes.

Es, pues, el amor de Cristo a quien rendimos justa satis- facción, en espera de ser ayudados por las oraciones de todos aquellos que, gracias a este nuestro acto de obediencia, puedan conocer la santa infancia del Salvador.

FIN DEL PRÓLOGO

Apostolorum gesta falso nomine conscripsit, hic líber editus non aedificationi sed destructioni materiam exhibuerit, et quod talis probaretur in synodo, cui mérito aures Ecclesiae non paterent.

Cesset nunc oblatrantium morsum: non enim istum libellum canonicis nos superaddimus scripturis, sed ad detegendam haereseos fallaciam, Apostoli et Evangelistae scripta transferimus. In quo opere tam iubentibus piis obtemperamus episcopis, quam impiis haereticis obviamus.

Amor ergo Christi est cui satisfacimus, credentes quod nos suis orationibus adiuvent qui ad Salvatoris nostri sanctam infantiam per nostram potuerint obedientiam pervenire.

EXPLICIT PROLOGUS

ciendo: «Libri omnes quos fecit Leucius discipulus diabuli». Asimismo se refieren a él Inocencio I, en su Ep. ad Exsuperium; Toribio de Astorga, en su Ep. ad Idacium et Ceponium; Paciano de Barcelona, Ep. 50,2 (PL 13, 1053); y sobre todo San Agustín, Contra adv. leg. et proph. 1,20 (PL 42,626), Defide contra Manich. 5,38 (PL 42,1150).

Debió pertenecer al siglo II y proceder del Asia Menor. Cf. datos abun- dantes sobre este personaje en E. Amann: SupDBi I (1928) C0I.460SS.; C. Cecchelli: Mater Christi III (1954) p.334-341.

196

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

PARTE PRIMERA I

i. Por aquellos días vivía en Jerusalén un hombre llamado Joaquín, perteneciente a la tribu de Judá. Este pastoreaba sus propias ovejas y temía a Dios con sencillez y bondad de cora- zón. No tenía otro cuidado fuera del de sus rebaños, con cuyo producto sustentaba a todas las personas piadosas, ofreciendo presentes duplicados a los que se entregaban a la vida de pie- dad y estudio de la Ley, y sencillos a los servidores de éstos. Así, pues, hacía tres partes de sus bienes, bien se tratara de las ovejas, o de los corderos, o de la lana, o de cualquiera otra cosa que le pertenecía: la primera la distribuía entre las viudas, los huérfanos, los peregrinos y los pobres; la segunda era para las personas consagradas al culto de Dios; la tercera, finalmente, se la reservaba para y para toda su familia.

PARS PRIMA I

i. In diebus illis erat vir in Ierusalem nomine Ioachim ex tribu luda 9. Et hic erat pastor ovium suarum, timens Deum in simplicitate et in bonitate sua. Cui cura nulla erat alia nisi gregum suorum, de quorum fructu alebat omnes timentes Deum, duplicia offerens muñera in timore Dei et doctrina laborantibus, et Simplicia offerens his qui ministrabant cis. Ergo sive in agnis sive in ovibus sive in lanis sive in ómnibus rebus suis quascumque possidere vide- batur, tres partes faciebat: unam partem dabat viduis, orphanis, peregrinis atque pauperibus; alteram vero partem colentibus Deum; tertiam partem sibi et omni domui suae reservabat 10.

9 No hace referencia, como el Prof., a escritos anteriores, sino que pre- senta los personajes directamente y con mayor naturalidad, como si fuera ésta la primera narración que se hace de su vida. Joaquín no hace alarde de sus riquezas, sino que está simplemente consagrado al servicio de sus rebaños.

10 Parece imitar en esto al códice griego Sinaítico y a la Vetus Latina, en los que Tobías habla de esta forma: «Primitias et decimas armentorum et pecorum et initia tonsurae pecorum meorum haec habens mecum dabam sacerdotibus filiis Aaron, et quod moris erat de tritico, vino... dividebam Levitis et servientibus Domino qui praesto erant in Hierusalem: et secundara decimationem... ibam ad consumendam illam in Hierusalem in loco sancto unoquoque anno: et tertiam decimationem deferebam proselytis et orpha- nis et viduis».

EVANGELIO DEL PS. MATEO

397

2. El Señor en recompensa multiplicaba de tal manera sus ganados, que no había nadie en todo el pueblo de Israel que pu- diera comparársele (en la abundancia de reses). Venía obser- vando esta costumbre desde los quince años. Cuando llegó a los veinte, tomó por mujer a Ana, hija de Isacar, que pertene- cía a su misma tribu; esto es: de estirpe davídica. Y después de vivir veinte años de matrimonio, no tuve de ella hijos ni hijas.

II

i. Y sucedió que se encontraba Joaquín durante las fies- tas entre los que ofrecían incienso al Señor, preparando a su vez sus ofrendas ante la presencia de Dios. En esto se le acercó

2. Haec autem illo faciente, multiplicabat Deus greges suos, ita ut non esset similis illi in populo Israel. Haec autem inchoavit faceré a quinto décimo aetatis suae anno. Cum esset annorum vi- ginti, accepit Annam filiam Ysachar 11 uxorem ex tribu sua, id est: ex genere David. Cumque moratus esset cum ea per annos vi- ginti, filios aut filias ex ea non accepit 12.

II

i. Factum est autem ut in diebus festis ínter eos qui offere- bant incensum Domino staret Ioachim, parans muñera sua in con- spectu Domini. Et accedens ad eum scriba templi nomine Rubén,

11 Algunos códices presentan diferencias: C = Achar; β = Agar; D = Aquar. Las noticias que poseemos sobre Ana, así como sobre Joaquín, proceden exclusivamente de los apócrifos, los cuales, a su vez, bien pueden reflejar una tradición anterior. Bastante después del siglo II empiezan los orientales a hacer conmemoración de estos personajes en las liturgias. El año 550 mandó edificar Justiniano una iglesia en Constantinopla a honor suyo, imitando el ejemplo de la Probáüca, ya existente en Jerusalén. Los griegos celebran tres fiestas dedicadas a Santa Ana: 25 de julio, 9 de sep- tiembre y Q de diciembre.

En Occidente, el culto a la madre de la Virgen es posterior. Fué intro- ducido por los papas orientales a partir del siglo VIII. La liturgia mozá- rabe hace conmemoración de ella en la orsción destinada a servir de ccnclu- sión al cántico del Eclesiástico, diciendo: «Te quaerentes exposcimus in- terventu gloriosae beatae Annae matris Mariae Virginis genitricis tuae (Tommasi: Oraliones de alüs cantiás usitatis in ritu Mozaiabum cit. por DACHEL 1,2162). En la iglesia de Sancta Maria Antiqua (Roma), deco- rada bajo el pontificado de Juan VII (705-707), se conservan tres monumen- tos pictóricos del primitivo culto a Santa Ana.

12 El códice B: «Castum domi coniugium sine liberorum procreatione exercebant. Voverunt tantum, si Deus daret eis sobolem, eam se templi servitio mancipaturos : cuius rei gratia et temp'um Domini singulis festis per annum frequentare solebant» (cf. De nat.).

APÓCRIFOS DE I.A NATIVIDAD

un escriba llamado Rubén y le dijo: «No te es lícito mezclarte entre los que ofrecen sus sacrificios a Dios, puesto que El no se ha dignado bendecirte dándote descendencia en Israel». Así pues, sintiéndose avergonzado ante el pueblo, se retiró del tem- plo llorando , y, sin pasar por casa, se fué a la majada. Allí re- cogió a los pastores; y, atravesando montañas, se fué a una región muy lejana, de manera que durante cinco meses consecutivos no volvió a tener noticia de él Ana, su mujer.

2. Esta oraba diciendo entre sollozos: «¡Oh Señor, Dios fortísimo de Israel! ¿Por qué, después de negarme los hijos, me arrebatas también el marido? Pues he aquí que van ya cinco me- ses sin que me haya sido posible verlo y ni aun si por ventura ha muerto, para darle por lo menos sepultura». Y, estando en el jardín de su casa, sumida en amargo llanto, elevó sus ojos al cie- lo. Y, tropezando su mirada con un nido de pajarillos que había en un laurel, exhaló un gemido y prorrumpió en estas frases: «¡Señor Dios omnipotente! que das hijos a toda criatura: a los animales salvajes, a los jumentos, a los reptiles, a los peces, a las aves; otorgándoles el poderse regocijar con ellos, ¿vas a ex- cluirme solamente a de tu benignidad? conoces, Señor,

ait: «Non tibi licet ínter sacrificia Dei agentes consistere, quia non te benedixit Deus ut daret tibi germen in Israel» u. Passus itaque verecundiam in conspectu populi, abscessit de templo Domini plo- rans, et non est reversus in domum suam, sed abiit ad pécora sua, et duxit secum pastores ínter montes in longinquam terram, ita ut per quinqué menses nüllum nuntium potuisset audire de eo Anna uxor eius 14 .

2. Quae dum fícret in oratione sua et diceret: «Domine Deus Israel fortissime, iam quia filios non dedisti mihi, virum et meum quare tulisti a me? Ecce enim quinqué menses transeunt et virum meum non video. Et nescio utrum mortuus sit, ut vel sepulturam illi fecissem». Et dum nimis fleret in viridario domus suae, in ora- tione elevans oculos suos ad Dominum, vidit nidum passerum in arbore lauri, et emisit vocem cum gemitu ad Dominum dicens: «Domine Deus omnipotens, qui omni creaturae donasti filios, et bestiis et iumentis et serpentibus et piscibus et volucribus, et omnes

I i Este detalle dió pie a algunos para pensar que Joaquín era sacerdote.

1 4 Quinqué menses reemplazan a los cuarenta días del Prot. Este mayor espacio de tiempo está puesto, según observa Amann (p.285), con vistas a la concepción de María.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

199

el voto que hice al contraer matrimonio: que, si me hubieras concedido un hijo o una hija, te lo hubiera ofrecido a ti en tu templo santo».

3. Y, mientras así hablaba, se presentó de repente ante ella un ángel del Señor, diciéndole: «No temas, Ana, porque Dios ha determinado que tengas un vástago y tu prole será objeto de admiración por todos los siglos hasta el fin». Y, dicho esto, desapareció de sus ojos. Mas ella, toda temblorosa y asustada por haber contemplado una aparición semejante y por haber oído palabras tales, entró en su habitación, se tendió en el lecho, cual si estuviera muerta, y allí permaneció todo aquel día, con la noche siguiente, orando temblorosa.

4. Después llamó a su doncella y le dijo : «Ves el decaimien- to en que me ha sumido la viudez, y la angustia en que estoy ane- gada, ¿y no te dignas siquiera venir a mi lado?» Mas ella replicó murmurando : «Si el Señor ha tenido a bien dejar cerrado tu seno y arrebatarte tu marido, ¿qué es lo que yo puedo hacerte?» Ana, al oír esto, se puso a llorar aún con mayor intensidad.

super ftlios gaudent, me solam a benignitatis tuae dono excludis? Tu nosti, Domine, ab initio coniugii me hoc vovisse, ut si dedisses mihi filium aut filiam, obtulissem illum tibi in templo sancto tuo» 15.

3. Et dum ista diceret, súbito ante faciem eius apparuit ángelus Domini dicens: «Noli timere, Anna, quoniam in consilio Dei est germen tuum; et quod ex te natum fuerit, erit in admirationem ómnibus saeculis usque in finem». Et cum haec dixisset, ab oculis eius elapsus est. Illa autem tremens et pavens, quod vidisset talem visionem et talem audisset sermonem, ingressa in cubiculum iactavit se in lecto quasi mortua, et tota die ac nocte in tremore nimio ac oratione permansit.

4. Post haec vocavit ad se puellam suam et dixit ad eam: «Vides me viduitate deceptam et in angustia positam, et tu nec ingredi ad me voluisti?» Tune illa in murmure sic respondit dicens: «Si Deus conclusit uterum tuum et virum tuum a te abstulit, ego quid tibi factura sum?» Et haec audiens Anna, amplius flebat.

15 El episodio en cuestión, así como el de la sirvienta, han perdido el elevado patetismo del Prot. Un fresco de Santa Sofía de Kiev (s.XI) repre- senta a Ana ante el nido de pajarillos quejándose de su esterilidad y reci- biendo el anuncio del ángel. Cf. Ε. V. Barsov, O vozdeisivii Apokrifov na obrijad i ikonografü: <Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosveschenija» (1885) p.104.

200

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

III

1. Por aquel mismo tiempo apareció un joven entre las montañas donde Joaquín apacentaba sus rebaños y dijo a éste: «¿Cómo es que no vuelves al lado de tu esposa?» Joaquín replicó : «Veinte años hace ya que tengo a ésta por mujer; y, puesto que el Señor ha tenido a bien no darme hijos de ella, me he visto obligado a abandonar el templo de Dios, ultrajado y confuso. ¿Para qué, pues, voy a volver a su lado, lleno como estoy de oprobios y vejaciones? Aquí estaré con mis ganados mientras quiera el Señor que me ilumine la luz de este mundo. Mas no por ello dejaré de dar de muy buena gana, por conducto de mis criados, la parte que les corresponde a los pobres, a las viudas, a los huérfanos y a los servidores de Dios».

2. No bien hubo dicho esto, el joven respondió: «Soy un ángel de Dios, que me he dejado ver hoy de tu mujer cuando hacía su oración sumida en llanto; sábete que ella ha concebido

III

1. In ipso tempore apparuit quídam iuvenis ínter montes, ubi Ioachim pascebat greges, et dixit ei: «Quare non reverteris ad uxo- rem tuam?» Et dixit Ioachim: «Per viginti annos habui eam; nunc vero quia noluit Deus mihi ex ea daré filios, cum verecundia de templo Dei exprobratus exivi: ut quid revertar ad eam, semel abiectus atque despectus? Hic ergo cum ovibus meis ero, quamdiu huius saeculi Deus mihi lucem concederé voluerit ; per manus autem puerorum meorum pauperibus et viduis et orphanis et colentibus Deum partes suas libenter restituam» I6.

2. Et cum haec dixisset, respondit ei iuvenis: «Angelus Dei ego sum, qui apparui hodie uxori tuae flenti et oranti, et consolatus sum eam, quam scias ex semine tuo concepisse 17 filiam. Haec in

16 La aparición del ángel a Joaquín en figura de un joven tiene analo- gías con las apariciones a Tobías (Tob. 5,5ss.) y a la madre de Sansón (Iud. 13). . . i

1 7 La expresión «concepisse ex semine tuo» está en abierta oposición con la de «excitavit enim Deus semen in ea» de más abajo, que paTece favo- recer la interpretación de una concepción virginal de la Virgen (cf. Prot. 4,2; var. εϊληφε). El códice C trae «concipere» en presente y, coherente consigo mismo, admite más .ibajo el inciso «invenies eam habentem in ulero (D + de Spiritu Sancto): excitav't enim Deus semen in ea». Ε trae en este mismo lugar : «excitabit enim Deus semen in ea et faciet eam matrem benedictio- nis aeternae».

Parece ser que la interpretación original del Ps. Mt. está en favor de la concepción virginal de María, cosa que no va ni mucho menos implicada en el dogma católico de su Inmaculada Concepción, pero que para los anti-

EVANGELIO DEL PS. MATEO

201

ya de ti una hija. Esta vivirá en el templo del Señor, y el Espí- ritu Santo reposará sobre ella. Su dicha será mayor que la de todas las mujeres santas. Tan es así, que nadie podrá decir que en los tiempos pasados hubo alguna semejante a ella; y ni si- quiera habrá una en el futuro que pueda comparársele. Por todo lo cual baja ya de estas montañas y corre al lado de tu mujer. La encontrarás embarazada, pues Dios se ha dignado suscitar en ella un germen de vida (lo cual te obliga a ti a mostrarte reco- nocido para con El); y ese germen será bendito, y ella misma será también bendita y quedará constituida madre de eterna bendición».

3. Joaquín se postró en actitud de humilde adoración y le dijo: «Si es que he encontrado gracia ante tus ojos, ten a bien reposar un poco en mi tienda y bendecir a tu siervo». A lo que repuso el ángel: «No te llames siervo mío, sino más bien consier- vo; pues ambos estamos en la condición de servir al mismo Se- ñor. Mi comida es invisible y mi bebida no puede ser captada por ojos humanos; por lo cual, no haces bien en invitarme a que entre en tu tienda. Será mejor que ofrezcas a Dios en holocaus- to lo que habías de presentarme a mí». Entonces Joaquín tomó un cordero sin defecto y dijo al ángel : «Nunca me hubiera yo atrevido a ofrecer a Dios un holocausto, si tu mandato no me hubiera dado la potestad de hacerlo». El ángel replicó: «Tam-

t^mplo Dei erit et Spiritus Sanctus requiescet in ea; et erit beati- tudo eius super omnes sanctas feminas. ita ut nullus possit dicere quia fuit talis ante eam, sed et post eam numquam erit ei similis ven- tura in hoc saeculo. Propter quod descende de rrontibus et rever- tere ad coniugem tuam, et invenios eam habentem in útero: excita- vit enim Deus semen in ea, unde gratias referas Deo, et semen eius erit benedictum, et ipsa erit benedicta et mater benedictionis aeter- nac constituetur».

3. Et adorans eum Ioachim, dixit ei : «Si inveni gratiam coram te, sede modicum in tabernáculo meo et benedic me, sarvum tuum». Et dixit ei ángelus: «Noli te dicere servum, sed conservum meum; unius enim Domini serví sumus. Nam cibus meus invisibilis est, et poíus meus ab hominibus mortalibus non videri potest: et ideo non debes me rogare ut intrem in tabernáculo tuo, sed quod mihi eras daturus tu in holocaustum offeras Deo».

Tune Ioachim accepit agnum immaculatum et dixit ad angelum: «Ego non ausus essem offerre holocaustum Deo, nisi iussio tua daret mihi pontificium offerendi». Et dixit ei ángelus: «Nec ego te ad of-

guos era una conditio sine qua non de ésta, pues pensaban que el pecado original se transmitía por la concupiscencia en la generación.

202

APÓCRIFOS Dt LA NATIVIDAD

poco te hubiera invitado yo a ofrecerlo, de no conocer el bene- plácito divino». Y sucedió que, al ofrecer Joaquín su sacrificio, juntamente con el perfume de éste y, por decirlo así, con el humo, el ángel se elevó hacia el cielo.

4. Entonces Joaquín se postró con la faz en tierra y estuvo echado desde la hora de sexta hasta la tarde. Cuando llegaron sus criados y jornaleros, al no saber a qué obedecía aquello, se llenaron de espanto, pensando que quizás quería suicidarse. Se acercaron, pues, a él y a viva fuerza lograron levantarlo del sue- lo. Entonces él les contó su visión, y ellos, movidos por la ad- miración y el estupor que les produjo el relato, le aconsejaron que pusiera en práctica sin demora el mandato del ángel y que a toda prisa volviera cabe su mujer. Mas sucedió que, mientras Joaquín cavilaba sobre si era conveniente o no el volver, se que- dó dormido y se le apareció en sueños el mismo ángel que había visto anteriormente cuando estaba despierto. Este le habló así: «Yo soy el ángel que te ha sido dado por custodio; baja, pues, tranquilamente y vete al lado de Ana, porque las obras de mi- sericordia que tanto ella como habéis hecho han sido presen- tadas ante el acatamiento del Altísimo, quien ha tenido a bien legaros una posteridad tal, cual nunca han podido tener desde el principio los santos y profetas de Dios, ni aun podrán tenerla en el futuro». Joaquín llamó a los pastores, cuando hubo des-

ferendum invitarem, nisi voluntatem Domini cognovissem». Factum est autem cuín offerret Ioachim Deo sacrifkium, simul cum odore sacrificii quasi cum fumo perrexit ángelus ad caelum.

4. Tune Ioachim cecidit in faciem, et ab hora diei sexta usque ad vesperam íacuit 1X. Venientes autem pueri eius et mercenarii, nescientes quid causae esset expaverunt, putantes quod se ipse vel- let interheere, et accesserunt ad eum et vix eum elevaverunt de térra. Quibus cum enarrasset quid vidisset, stupore nimio et admi- ratione impulsi hortabantur eum ut sine mora iussum angelí per- ficeret atque velociter ad suam coniugem remearet. Cumque Ioachim in animo suo discuteret si revertí deberet. factum est ut stupore teneretur, et ecce ángelus qui apparuit ei vigilanti, apparuit ci in somnis dicens: «Ego sum ángelus qui a Deo datus sum tibí custos: descende securus et reverteré ad Annam quia misencordiae quas fecisti tu et Anna uxor tua, in conspectu Altissimi recitatae sunt, et tale datum est vobis germen, quale numquam ab initio nec prophe- tae aut sancti habuerunt noque sunt habituri». Et factum est cum evigilasset Ioachim a somno, vocavit ad se gregarios suos et indicavit

1 8 El temor provocado por la visión del ángel es parecido al descrito en Tob. 12, 22.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

203

pertado, para referirles el sueño. Estos le dijeron, postrados en adoración ante Dios: «Ten cuidado y no desprecies más a un ángel del Señor. Levántate y vámonos. Avanzando lentamente, podremos ir apacentando nuestros rebaños».

5. Anduvieron treinta días consecutivos; y, cuando esta- ban ya cerca, un ángel de Dios se apareció a Ana mientras es- taba en oración y le dijo: «Vete a la puerta que llaman Dorada y sal al encuentro de tu marido, porque hoy mismo llegará». Ella se dió prisa y se marchó allá con sus doncellas. Y, en lle- gando, se puso a orar. Mas estaba ya cansada y aun aburrida de tanto esperar, cuando de pronto elevó sus ojos y vió a Joaquín que venía con sus rebaños. Y en seguida salió corriendo a su encuentro, se abalanzó sobre su cuello y dió gracias a Dios, di- ciendo : «Poco ha era viuda, y ya no lo soy ; no hace mucho era estéril, y he aquí que he concebido en mis entrañas». Esto hizo que todos los vecinos y conocidos se llenaran de gozo, hasta el punto de que toda la tierra de Israel se alegró por tan grata nueva.

eis somnium suum. At illi adoraverunt Dominum et dixerunt ei: «Vide ne ultra contemnas angelum Dei ; sed surge, proficiscamur et lento gradu pascentes eamus».

5. Cumque triginta dies ambularent et essent iam prope, ap- paruit Annae in oratione stanti ángelus Domini dicens ei: «Vade ad portam quae áurea vocatur et occurre viro tuo, quoniam veniet ad te hodie» 19. At illa festinanter perrexit cum puellis suis, et coepit in ipsa porta stans orare. Et cum diutius cxspectaret et longa exspec- tatione deficeret, elevans oculos suos vidit Ioachim venientem cum pecoribus suis, occurrensque Anna suspendit se in eolio eius, gratias agens Deo et dicens: «Vidua eram, et ecce iam non sum; sterilis eram, et ecce iam concepi». Et factum est gaudium magnum vicinis ómnibus et notis eius, ita ut universa térra Israel de ista fama gra- tularetur.

19 Josefo advierte que había muchas puertas en el templo recubiertas de oro o de plata (De bello iud. V 5,3). Pero aquí el autor debe referirse más bien a una puerta de la ciudad. Actualmente se señala en Jerusalén una «puerta dorada», situada probablemente en el emplazamiento de la antigua «puerta judiciaria» (según los LXX πύλη Μαφεκάδ). Cf. la guía de Palestina publicada por los profesores de Notre-Dame de France en Jerusalén ed. 5.a (París 1932) p.i5¿ss.

Λ la iglesia llamada «Probática», edificada en Jerusalén hacia el siglo IV en honor de la natividad de la Virgen, va unido el recuerdo de una «puerta» y de una «piscina» de las ovejas, lo cual no deja de tener alguna relación con nuestra "puerta dorada». Este encuentro de los santos esposos ha dejado huellas en el arte medieval. Pueden citarse los frescos de Santa Sofía de Kiev (s.XI). Cf. Ε. V. Barsov, art. cit., p.104, y el cuadro del «Maestro de ]a Pasión de Lyversberg» (s.XV), conservado en la pinacoteca de Munich.

204

U'OCRII-OS DI LA NATIVIDAD

IV

Cumplidos nueve meses después de esto, Ana dió a luz una hija y le puso por nombre María. Al tercer año, sus padres la destetaron. Luego se marcharon al templo; y, después de ofre- cer sus sacrificios a Dios, le hicieron donación de su hijita María, para que viviera entre aquel grupo de vírgenes que se pasaban día y noche alabando a Dios. Y, al llegar frente a la fachada del templo, subió tan rápidamente las quince gradas, que no tuvo tiempo de volver su vista atrás y ni siquiera sintió añoranza de sus padres, cosa tan natural en la niñez. Esto dejó a todos estupefactos, de manera que hasta los mismos pontí- fices quedaron llenos de admiración.

IV

Post haec autem, expletis mensibus novem, peperit Anna fiham, et vocavit nomen eius Mariam20. Cum autem tertio anno pcrlac- tasset cam, abierunt simul Ioachim et Anna uxor eius ad tcmplum Domini, et offerentes hostias Domino tradiderunt infantulam suam Mariam in contubernium virginum, quae die noctuque in Dei lau- dibus permanebant. Quae cum posita esset ante templum Domini, quindecim gradus ita cursim ascendit ut penitus non aspiceret re- trorsum, ñeque, ut solitum est infantiae. parentes requireret. In quo facto omnes stupore attonit: tenebantur, ita ut ipsi pontífices tem- pli mirarcntur 21,

El Ps. Mr., dentro de su sobriedad en este punto, coindice con el Prof. en los detalles relativos a la natividad de María. Todos ellos fueron recibidos con gran entusiasmo por los doctores, oradores e himnógrafos del Oriente bizantino. Recordemos cómo Roma; ios introduce el pasaje proto- evangélico en un kontakion de Navidad.

Se discute, sin embargo, queriendo armonizar estos datos apócrifos con las tradiciones locales, sobre el sitio donde tuvo lugar este hecho. Muchos creen que fué Jerusalén y señalan precisamente el emplazamiento de la men- cionada iglesia Probátici. Este fué el parecer de San Juan Damasceno (PG 96,670) y San Sofronio en su Anacreóntica 20 (PG 87,3821). Otros lo fijan en Belén: San Juan Crisóstomo en su homilía predicada el año 396 (PG 49,554) ν San Cirilo de Alejandría (PG 81,713). Otros, finalmente, señalan Ñazaret basándose en el Da n.lt. C.f. H. Leclercq: DACHEL t.io, col. 1984.

-i Amann (p. 296-297) ve en estos Jato i reterentes a la presentación y permanencia de María en el templo un rerlejo del ideal monástico de la época merovingia. La Virgen vive en comunidad (in contubernium virginum), dedicada noche y día a la «laus perennis> (die noctuque in Dei laudibus per- manebant ). Las quince gradas parecen hacer relación a los quince salmos llamados graduales, por creer que tenía que recitarse uno en cada grada.

Todas estas ideas han tenido su réplica en los monumentos iconográ-

EVANGELIO DEL PS. MATEO

205

v .

Entonces Ana, llena del Espíritu Santo, dijo en presencia de todos: «El Señor de los ejércitos ha tenido en cuenta su promesa y ha querido honrar a su pueblo con su santa visita, humillando a las gentes que se levantaban contra nosotros y con- virtiendo hacia sus corazones. Abrió sus oídos para escuchar nuestras plegarias y apartó de nosotros los vejámenes que pro- venían de nuestros enemigos. La que fué estéril es ahora madre y ha dado a luz el gozo y la alegría de Israel. Ahora ya podré hacer mis ofrendas a Dios, sin que mis enemigos se atrevan a impedirlo. El Señor atraiga hacia sus corazones y me con- ceda un gozo sempiterno».

VI

χ. Y María era la admiración de todo el pueblo; pues» teniendo tan sólo tres años, andaba con un paso tan firme» hablaba con una perfección tal y se entregaba con tanto fervor

V

Tune Anna repleta Spiritu Sancto in conspectu omnium dixit: «Dominus Deus exercituum memor factus est verbi sui et visitavit plebem suam visitatione sancta sua, ut gentes quae insurgebant in nos humiliet et convertat ad se corda eorum; aperuit aures suas pre- cibus nostris, et exclusit a nobis insultationes inimicorum nostro- rum. Sterilis facta est mater, et genuit exsultationem et laetitiam in Israel. Ecce potero offerre muñera Domino, et non poterunt a me prohibere inimici mei. Dominus convertat corda eorum ad me, et det mihi gaudium sempiternum» 22.

VI

i. Erat autem Maria in admiratione omni populo. Quae cum trium esset annorum, ita maturo gressu ambulabat et perfectissime loquebatur et in Dei laudibus studebat, ut non infantula esse pu-

ficos. Los griegos tienen preferencia por el hecho de la presentación. Los latinos se fijan más en la vida claustral de la Virgen. En este sentido pode- mos citar el dibujo de la píxide de Werden y el monumento, quizá bár- baro, pero precioso, de Saint-Maximin en Provence (s.IV), consistente en una losa donde la V irgen está representada en una postura erguida, teniendo encima de esta inscripción: maria virgo minester de tempvlo ge- kosale.

22 Las expresiones están tomadas del Benedictus (Le. i,67ss.) y del cántico de Ana (i Sam. 2,sV

206

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

a las alabanzas divinas, que nadie la tendría por una niña, sino más bien por una persona mayor. Era, además, tan asidua en la oración, como si tuviera ya treinta años. Su faz era resplande- ciente cual la nieve, de manera que con dificultad se podía poner en ella la mirada. Se entregaba también con asiduidad a las labores de lana; y es de notar que lo que mujeres mayores no fueron nunca capaces de ejecutar, ésta lo realizaba en su edad más tierna.

2. Esta era la norma de vida que se había impuesto: desde la madrugada hasta la hora de tercia hacía oración; desde tercia hasta nona se ocupaba en sus labores; desde nona en adelante consumía todo el tiempo en oración hasta que se dejaba ver el ángel del Señor, de cuyas manos recibía el alimento. Y así iba adelantando más y más en las vías de la oración. Finalmente, era tan dócil a las instrucciones que recibía en compañía de las vírgenes más antiguas, que no había ninguna más pronta que ella para las vigilias, ninguna más erudita en la ciencia divina, ninguna más humilde en su sencillez, ninguna interpretaba con más donosura la salmodia, ninguna era más gentil en su caridad, ni más pura en su castidad, ni, finalmente, más perfecta en su virtud. Pues ella era siempre constante, firme, inalterable. Y cada día iba adelantando más.

taretur sed magna, et quasi triginta annorum iam esset, ita orationi- bus insistebat. Et resplendebat facies eius sicut nix, ita ut vix pos- sent in eius vultum intendere. Insistebat autem operi lanificii, et om- nia quae mulleres antiquae non potuerunt faceré, ista in teñera aetate posita explicabat.

2. Hanc autem regulam sibi statuerat, ut a mane usque ad horam tertiam orationibus insisteret; a tertia autem usque ad nonam textrino opere se occuparet, a nona vero hora iterum ab oratione non recedebat usque dum illi ángelus Domini appareret, de cuius manu escam acciperet, et melius atque melius in Dei laudibus pro- ficiebat. Denique cum senioribus virginibus in Dei laudibus ita docebatur, ut iam nulla ei prior in vigiliis inveniretur, in sapientia legis Dei eruditior, in humilitate humilior, in carminibus Davidicis elegantior, in caritate gratiosior, in castitate purior, in omni virtute perfectior. Erat enim constans, immobilis, immutabilis, atque quo- tidie ad meliora proficiebat 23.

23 Sigue el autor presentando a María como dechado de la observancia monástica. Cada una de las palabras de este capítulo, según Amann, podía explicarse por la regla de San Benito. Nótese la distribución del tiempo entre la oración (rezo de las horas canónicas) y el trabajo manual. Realmente es uno de los pasajes más deliciosos del Ps. Mt.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

207

3. Nadie la vió jamás airada, ni le oyó nunca una palabra de murmuración. Su conversación rebosaba tanta gracia, que bien claro manifestaba tener a Dios en la lengua. Siempre se la encontraba sumida en la oración o dada al estudio de las sagra- das letras. Tenía al mismo tiempo cuidado de que ninguna de sus compañeras ofendiera con su lengua, o soltara la risa des- mesuradamente, o se dejara llevar por la soberbia, prorrum- piendo en injurias contra alguna de sus iguales. Continuamente estaba bendiciendo al Señor ; y con el fin de no substraer nada a las alabanzas divinas en sus saludos, cuando alguien le dirigía uno de éstos, ella respondía: Deo gratias. Y de ahí viene preci- samente el que los hombres correspondan al saludo diciendo: Deo gratias. Cada día usaba exclusivamente para su refección el alimento que le venía por manos del ángel, repartiendo entre los pobres el que le daban los pontífices. Frecuentemente se veía hablar con ella a los ángeles, quienes la obsequiaban con cariño de íntimos amigos. Y, si algún enfermo lograba tocarla, volvía inmediatamente curado a su casa.

3. Hanc nemo irascentem vidit, hanc maledicentem numquam ullus audivit. Omnis autem sermo eius ita erat gratia plenus, ut cognosceretur in lingua eius esse Deus. Semper in oratione vel scrutatione legis permanebat, et erat sollicita circa socias suas, ne aliqua ex eis vel in uno sermone peccaret, nec aliqua in risu exalta- ret sonum suum, nec aliqua in iniuriis aut in superbia circa parem suam existeret. Sine intermissione benedicebat Deum; et ne forte vel in salutatione sua a laudibus Dei tolleretur, si quis eam salutabat, illa pro salutatione «Deo gratias» respondebat. Denique primum ab ea exiit ut homines, cum se invicem salutarent, «Deo gratias» re- sponderent 24. Quotidie esca quam de manu angelí accipiebat ipsa tantum reficiebatur; escam vero quam a pontificibus consequebatur, pauperibus dividebat. Frequenter videbant cum ea angelos loqui, et quasi carissimi eius obtemperabant ei. Si quis autem de infirman- tibus tetigisset eam, salvus ad domum suam eadem hora remeabat.

-4 Fórmula usual de saludo entre los monjes. San Agustín dice, re- tiriéndose a sus monasterios: «Hi etiam [los adversarios de los monjes] in- sultare nobis audent, quia fratres, cum vident homines, Deo gratias dicunt» (In Ps. 132,6: PL 4,1732). Asimismo, San Benito prescribe en su regla fe. 66) al hermano portero: «Mox ut aliquis aut pulsaverit aut pauper clamaverit, Deo gratias respondeat aut benedicat >

2 OS

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

VII

1. El sacerdote Abiatar ofreció entonces cuantiosos dones a los pontífices para que éstos se la entregaran y él pudiera a su vez dársela en matrimonio a su propio hijo. Pero María por su parte se oponía resueltamente, diciendo: «No es posible que yo conozca varón o que varón alguno me conozca a mí». Pero los pontífices y sus parientes le decían: «Dios es honrado en los hijos y adorado en la posteridad, como siempre se ha observado en Israel». A lo que María repuso: «A Dios se le honra, sobre todo, con la castidad, como es fácil probar».

2. «Antes de Abel no hubo justo alguno entre los hombres. El agradó a Dios con sus ofrendas y fué cruelmente asesinado por quien disgustó al Señor. Sin embargo, obtuvo doble ga- lardón: uno por sus oblaciones y otro por su virginidad, ya que no consintió jamás en su cuerpo polución alguna. Final- mente, también Elias fué arrebatado en carne mortal al cielo por haber conservado inmaculado su cuerpo. Esto es lo que he ido aprendiendo yo misma en el templo desde mi infancia: que

VII

1. Tune Abiathar 25 sacerdos obtulit muñera infinita pontifi- cibus, ut acciperet eam filio suo tradendam uxorem. Prohibebat autem eos Maria dicens: «Non potest fieri ut ego virum cognoscam aut me vir cognoscat». Pontífices autem et omnes eius affines dicebant ei : «Deus in filiis colitur et in posteris adoratur, sicut semper fuit in Israel». Respondens autem Maria dixit illis : «Deus in castitate primo omnium colitur, ut comprobatur:

2. Nam ante Abel nullus fuit iustus inter homines, et iste pro oblatione placuit Deo, et ab eo qui displicuit inclementer occisus est. Duas tamen coronas accepit, oblationis et virginitatis, quia in carne sua numquam pollutionem admisit. Denique et Helias cum esset in carne assumptus est, quia carnem suam virginem custodi- vit 26. Haec ego didici in templo Dei ab infantia mea, quod Deo

25 A = Abiacar; Β = Abichar; D = Abyacar. El Ps. Mt. añade este episodio que no figura en el Prot. para presentar a la Virgen como dechado de castidad.

26 Los Padres suelen citar a Elias y Abel como ejemplos de castidad perfecta en el A. T. Respecto de Abel poseemos únicamente el testimonio negativo de la Sagrada Escritura, en la que no consta que se casara. Sobre Ellas cf. Snn Jerónimo: «Virgo Helias. Helisaeus virgo, virgines mu!t' filii prophetarum» (Fp. ad Eustochium 22,21: PL 22.408). Cf. lambién Ad Io- vmianum 1,25: PL 23,244. San Epifanio dice de él: «ώ? 'HXIas έκ myrpós τταρ-

EVANGELIO DEL PS. MATEO

209

una virgen puede hacerse grata a los ojos de Dios. Por ello he resuelto en mi corazón no conocer jamás varón alguno»

VIII

i. Y sucedió que, al llegar a los catorce años, los fariseos tomaron en ello pretexto para decir que era ya antigua la cos- tumbre que prohibía habitar a cualquier mujer en el templo de Dios. Por esto se tomó la resolución de enviar un mensajero por todas las tribus de Israel, que convocara a todo el pueblo para dentro de tres días en el templo. Cuando estuvo reunido todo el pueblo, Abiatar se levantó, subió a las gradas más altas

cara esse possit virgo. Ideo hoc statui in corde meo, ut virum penitus non cognoscam» 27 .

VIII

í. Factum est autem cum XIIII annos 28 aetatis haberet, et esset occasio quae Pharisaeos faceret dicere, iam consuetudinem adesse feminam in templo Dei non posse morari, inventum est tale consilium ut mitteretur praeco per omnes tribus Israel, ut omnes die tertia in templum Domini convenirent. Cum autem universus populus convenisset, surrexit Abiathar 29 pontifex et ascendit in altio-

θένος, και ούτω μένων ds τό διηνεκές». Lo mismo pensaba Casiano, el propulsor de la vida monástica en Occidente.

27 B ofrece una curiosa variante para hacer resaltar más el propósito de María referente a la observancia de la castidad:

«Factum est autem cum XII aetatis annos haberet, et fama esset ac con- suetudo talis quod, postquam ad legitimam aetatem perveniebant virgines in templo Domini commorantes, accipere debebant in coniugio viros suos, inventum est tale consilium ut mittatur praeco per omnes tribus Israel, ut in templo Domini convenirent in unum pontífices. At omnes virgines Ma- riae affines, timentes ne propter pulchritudinem eius aliquis iuvenis ipsam seduceret, monebant ipsam ut virum acciperet de maioribus Israel. Tune ipsa respondens dixit: Non potest hoc fieri quod virum cognoscam vel vir cognoscat me. At illae dixerunt ei: Timemus ne propter pulchritudinem tuam, nisi cognoscaris a viro et nubaris, secundum quod aliae virgines te in templo Domini praecedentes fecerunt, aliquis iuvenis subducat te. Respon- dit eis virgo María : Deum in castitate colitura et veneratura sum perpetuo. Nam ante Abel nullus erat inter homines iustus, et ipse per oblationes pla- cuit Deo: et cum esset occisus, quod Domino displicuit. duas coronas acce- pit a Domino, oblationis et virginitatis, quia in carne sua pollutionem non fecit, quia in virginitate custodivit eam. Ego ab infantia mea virginitatem meam Deo obtuli [et] in corde meo statui ut virum penitus non cognoscam».

28 B, D y Prot. (VIII 2) señalan doce años solamente.

29 D = Abyacar o Ysachar; Β = I sacar; Ε = hachar. Parece, sin em- bargo, más probable que este personaje sea el mismo Ab-atar del capítulo anterior. Su discurso supone la costumbre de que ciertas vírgenes hicieran

210

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

con el fin de ser visto y oído por todos; y, después de hacerse silencio, habló de esta manera: «Escuchadme, hijos de Israel: que vuestros oídos perciban mis palabras : Desde la edificación de este templo por Salomón han vivido en él vírgenes hijas de reyes, de profetas, de sumos sacerdotes y de pontífices, llegando a ser grandes y dignas de admiración. No obstante, en llegando a la edad conveniente, fueron dadas en matrimonio, siguiendo con ello el ejemplo de las que anteriormente habían precedido y agradado a Dios de esta manera. Pero María ha sido la única en dar con un nuevo modo de seguir el beneplácito divino, al hacer la promesa de permanecer virgen. Así, pues, creo que nos será posible averiguar quién es el hombre a cuya custodia debe ser encomendada, preguntándoselo a Dios y esperando su res- puesta»

2. Agradó tal proposición a toda la asamblea. Echaron suerte los sacerdotes sobre las doce tribus de Israel, y ésta vino a recaer sobre la de Judá. Entonces dijo el sacerdote: «Vengan mañana todos los que no tienen mujer y traiga cada cual una vara en su mano». Resultó, pues, que entre los jóvenes vino

ribus gradibus, ut ab omni populo audiri posset et videri; et.facto magno silentio dixit: «Audite me, filii Israel, et auribus percipite verba mea. Ex quo aedificatum est templum hoc a Salomona, fue- runt in co filiae regum virgines et prophetarum et summorum sa- cerdotum et pontificum; et magnae ac mirabiles exstiterunt. Tamen venientes ad legitimam aetatem, viros in coniugio sunt adeptae, et secutae sunt priorum suarum ordinem et Deo placuerunt. Λ sola vero María novus ordo placendi Deo inventus est, quae promittit Deo se virginem permanere. Unde mihi viditur ut per interrogationem nostram et responsionem Dei possimus agnoscere eui de^eat custo- dienda committi».

2. Tune placuit sermo iste omni synagogae. Et missa est sors a sacerdotibus super duodecim tribus Israel, et cecidit sors super tribuna luda 30. Dixitque sacerdos: «Insequenti die quicumque sine uxore est, veniat et deferat virgam in manu sua». Unde factum est ut Ioseph cum iuvenibus virgam deferret. Cumque tradidis.sent sum-

vida cenobítica en el templo, cosa no consignada en el Prot. Es notable la expresión «a sola María...», que da a María el privilegio de ser la primera que escogió el camino de la castidad. Este dato fué acogido por la tradición y hay muchos doctores que mantienen esta doctrina.

Tal sorteo entre las tribus no tigura en el Prot., donde la elección se hace sin más entre los «viudos del pueblo» (χηρεύοντα τοΰ λαοΰ). La idea de ofrecer las varas no proviene de un ángel, como en el Prot., sino de los mismos sacerdotes o del sumo sacerdote.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

211

también, José trayendo su vara. Y el sumo sacerdote, después de recibirlas todas, ofreció un sacrificio e interrogó al Señor, obte- niendo esta respuesta: «Mete todas las varas en el interior del santo de los santos y déjalas allí durante un rato. Mándales que vuelvan mañana a recogerlas. Al efectuar esto, habrá, una de cuya extremidad saldrá una paloma que emprenderá el vuelo hacia el cielo, Aquel a cuyas manos venga esta vara portentosa, será el designado para encargarse de la custodia de María».

3. Al día siguiente todos vinieron con presteza. Y, una vez hecha la oblación del incienso, entró el pontífice en el santo de los santos para recoger las varas. Fueron éstas distribuidas sin que de ninguna saliera la paloma esperada. Entonces el pon- tífice Abiatar se endosó las doce campanillas juntamente con los ornamentos sacerdotales y entró en el santo de los santos, donde prendió fuego al sacrificio. Y, mientras hacía su oración, se le apareció un ángel que le dijo: «Hay entre todas las varas una pequeñísima, a la que has tenido en poco y la has me- tido entre las otras. Pues bien: cuando saques ésta y se la des al interesado, verás cómo aparece sobre ella la señal de que te he hablado». La vara en cuestión pertenecía a José. Este estaba postergado por ser ya viejo; y no había querido reclamar su vara por temor de verse obligado a hacerse cargo de la doncella. Y, mientras estaba así en esta actitud humilde, como el último de todos, le llamó Abiatar con una gran voz, diciéndole : «Ven a recoger tu vara, porque todos estamos pendientes de ti». José

mo pontifici virgas suas, obtulit sacrificium Deo, et interrogavit Do- minum. Et dixit Dominus ad eum: «Intromitte omnium virgas intra Sancta Sanctorum, et ibi maneant virgae. Et praecipe eis ut mane veniant ad te ad recipiendas virgas suas, et ex cacumine unius vir- gae columba egredietur et volabit ad cáelos; in cuius manu virga red- dita hoc signum dcderit, ipsi tradatur Maria custodienda».

3. Factum est autem ut altero die maturius venirent universi, et facta oblatione incensi, ingrcssus pontifex intra Sancta Sanctorum protulit virgas. Cumque erogasset singulas et ex nulla virga exiisset columba, induit se Abiathar pontifex duodecim tintinnabulis et veste sacerdotal;, et ingressus in Sancta Sanctorum incendit sacrificium. Et fundente illo orationem apparuit ei ángelus dicens: «Est hic vir- gula brevissima, quam pro nihilo computasti, illamque simul cum ceteris posuisti: hanc cum tu protuleris et dederis, in ipsa appare- bit signum quod locutus sum tibí». Erat autem haec virga Ioseph, eratque ipse abiectus habitus, quoniam senex erat, et ne forte coge- retur accipere eam, requirere noluit virgam suam. Cumque staret humilis et ultimus, voce magna clamavit ad eum Abiathar pontifex

212

APOCRIFOS DE LA NATIVIDAD

se acercó lleno de temor, al verse tan bruscamente llamado del sumo sacerdote. Mas, cuando fué a extender su mano para recoger la vara, salió del extremo de ésta una hermosísima paloma, más blanca que la nieve, la cual, después de volar un poco por lo alto del templo, se lanzó al espacio.

4. Entonces el pueblo entero le felicitó, diciendo : «Dichoso en tu ancianidad, ya que el Señor te ha declarado idóneo para recibir a María bajo tu cuidado». Los sacerdotes le dijeron: «Tómala, porque has sido el elegido entre todos los de la tribu de Judá». Mas José^empezó a suplicarles con toda reve- rencia y a decirles lleno de confusión: «Soy ya viejo y tengo hijos. ¿Por qué os empeñáis en que me haga cargo de esta jo- vencita?» Entonces Abiatar, sumo sacerdote, dijo: «Acuérdate, José, cómo perecieron Datán, Abirón y Coré por despreciar la voluntad divina. Lo mismo te pasará a ti, si no haces caso a este mandato del Señor». José repuso: «No seré yo quien menos- precie la voluntad de Dios, sino que seré custodio de la joven hasta que aparezca claro el beneplácito divino sobre quién de mis hijos ha de tomarla por mujer. Séanle dadas algunas de sus compañeras vírgenes, con las que pueda mientras tanto alternar». El pontífice Abiatar respondió: «Sí, le serán dadas algunas doncellas para su solaz hasta que llegue el día prefijado

dicens: «Veni et accipe virgam tuam, quoniam tu exspectaris». Et accessit Ioseph expavescens quod summus pontifex cum clamore ni- mio vocaret eum. Mox autem extendens manum ut suam virgam acciperet, statim de cacumine eius egressa est columba nive candi- dior, speciosa nimis; et volans diu per templi fastigia petivit cáelos.

4. Tune universus populus congratulabatur seni dicentes: «Bea- tus factus es tu in senectute tua, ut idoneum te Deus ostenderet ad accipiendam Mariam». Cum autem sacerdotes dicerent ei: «Accipe eam, quia ex omni tribu luda tu solus electus es a Deo», coepit ado- rare et rogare eos atque cum verecundia dicere: «Senex sum et filios habeo, ut quid mihi infantulam istam traditis Tune Abiathar sum- mus pontifex dixit: «Memor esto, Ioseph, quemadmodum Dathan et Abiron et Core perierunt, quia voluntatem Domini contempse- runt. Ita tibi eveniet si hoc quod a Deo iubetur tibi contempseris». Et dixit ei Ioseph : «Ego quidem non contemno voluntatem Dei, sed custos eius ero, quousque hoc de volúntate Dei cognosci possit, quis eam possit habere ex filiis meis coniugem. Dentur aliquae ex sodali- bus eius virgines, cum quibus interim degat»31. Et respondens Abiathar pontifex dixit : «Virgines quidem ad solatium eius dabun-

3 1 Estas vírgenes son las que testificarán después la inocencia de Ma- ría, como compañeras que han sido suyas en todos los instantes.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

213

en que debas recibirla; pues has de saber que no puede contraer matrimonio con ningún otro».

5. Entonces José admitió a María juntamente con otras cinco doncellas que deberían acompañar a ésta en casa. Estas muchachas se llamaban: Rebeca, Séfora, Susana, Abigea y Za- hel, a las que los sacerdotes entregaron la seda y la púrpura juntamente con el jacinto, el lino y la escarlata. Echaron suertes entre para ver qué es lo que debía trabajar cada una, y a María le cupo en suerte recibir la púrpura de que debía estar confeccionado el velo del templo. Y, al recibirla, le decían las otras doncellas: «Eres la más pequeña de todas y, sin embargo, has merecido quedarte con la púrpura»; con lo que empezaron en son de chanza a llamarla reina de las vírgenes. Y estando en esto apareció en medio de ellas el ángel del Señor y dijo: «Esto que estáis bromeando no será una burla, sino una auténtica profecía». Quedaron ellas sobrecogidas ante la aparición del ángel y las palabras que les dirigió. Y rogaron a María que las perdonara y las encomendase en sus oraciones.

tur, quousque dies statutus veniat in quo tu eam accipias, non enim poterit alii in matrimonio copulari» 32.

5. Tune Ioseph accepit Mariam cum aliis quinqué virginibus, quae essent cum ea in domo Ioseph. Erant autem istae virgines Re- becca, Sephora, Susanna, Abigea et Zahel : quibus datum est a pon- tificibus sericum et iacinthum et byssus et purpura et linum. Mise- runt autem sortes Ínter se quid unaquaeque virgo faceret; contigit autem ut Maria purpuram acciperet ad velum templi Domini. Quam cum acciperet, dixerunt ei illae virgines: «Cum tu sis minor ómni- bus, purpuram obtinere meruisti». Et hoc dicentes quasi in fatiga- tionis sermone coeperunt eam reginam virginum appellare. Cum- que haec inter se agerent, apparuit ángelus Domini in medio earum et dixit: «Non erit sermo iste in fatigatione missus, sed in propheta- tionem verissimam prophetatus». Expaverunt autem in conspectu angelí et in verbis eius, et rogaverunt eam ut indulgeret eis et oraret pro eis.

32 Nota muy bien Amann la fluctuación que manifiesta el Ps. Mt. res- pecto al vínculo que ha de ligar a María con José. A veces parece adherirse a la concepción del Prof., considerando a María como una virgen subintro- ducta. Otras se acerca más a la idea de los evangelios canónicos, haciendo de ella la legítima esposa de José («non enim poterit alii in matrimonio co- pulari»).

214

APOCRIFAS DE LA NATIVIDAD

IX

1. Al día siguiente, mientras se encontraba María junto a la fuente, llenando el cántaro de agua, se le apareció el ángel de Dios y le dijo: «Dichosa eres, María, porque has preparado al Señor una habitación en tu seno, He aquí que una luz del cielo vendrá para morar en ti y por tu medio iluminará a todo el mundo».

2. Tres días después, mientras se encontraba en la labor de la púrpura, vino hacia ella un joven de belleza indescrip- tible. María, al verlo, quedó sobrecogida de miedo y se puso a temblar. Mas él le dijo: «No temas, María, porque has encon- trado gracia ante los ojos de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un rey cuyo dominio alcanzará no sólo a la tierra, sino también al cielo, y cuyo reinado durará por todos los siglos».

IX

1. Altera autem die dum Maria staret iuxta fontem et urceolum impleret, apparuit ei ángelus Domini et dixit : «Beata es, Maria, quo- niam in útero tuo habitaculum Domino praeparasti. Ecce veniet lux de cáelo ut habitet in te, et per te universo mundo resplendebit» 33.

2. Iterum tertia die dum operaretur purpuram digitis suis, in- gressus est ad eam iuvenis, cuius pulchritudo non potuit enarrari. Quem videns Maria expavit et contremuit. Cui ille ait: «Noli time- re, Maria, invenisti gratiam apud Deum: ecce concipies in útero et paries regem, qui imperet non solum in térra sed et in caelis, et regnabit in saecula saeculorum» i4.

33 Esta primera escena de la Anunciación está aquí más desarrollada que en el Prot., donde el ángel dirige únicamente un saludo a la Virgen.

Los monumentos figurativos más antiguos (v.gr., el medallón de las ca- tacumbas de Priscila) se inspiran exclusivamente en el texto de San Lucas. Los artistas posteriores utilizaron con frecuencia los datos apócrifos. La representación de María junto a la fuente en el momento de recibir el men- saje angélico figura en un marfil perteneciente a la colección del Campo Santo Tedesco, de Roma, y en otro marfil del siglo V conservado en el Vic- toria and Albert Museum, de Londres. Cf. H. Leclercq: DACHEL I 2559 y X 1989-90. El mismo motivo se encuentra en la representación de la Theo- tokos de Vladimir en el monasterio de Daniel (Moscú) y de la Theotokos de Petrov. Cf. Barsov, art. c, p.107.

34 El influjo de este pasaje en el arte ha sido muy poderoso. Citemos la cátedra de marfil de San Maximino en Ravena (a. 542-552), donde se ve a María hilando la púrpura al ser saludada por el ángel. Cf. R. Garrucci, Storia dell'arte cristiana nei primi otto secoli della Chiesa (Prato 1873-1881) vol.i p.537. Asimismo, el mosaico de la Anunciación en el arco triunfal de

EVANGELIO DEL PS. MATEO

215

X

i. Mientras esto sucedía, José se hallaba en la ciudad ma- rítima de Cafarnaúm ocupado en su trabajo, pues su oficio era el de carpintero. Permaneció allí nueve meses consecutivos, v, cuando volvió a casa, se encontró con que María estaba embarazada; por lo cual se puso a temblar y, todo angustiado, exclamó: «Señor y Dios mío, recibe mi alma, pues me es mejor ya morir' que vivir». Pero las doncellas que acompañaban a María le dijeron: «¿Qué dices, José? Nosotras podemos ates- tiguar que ningún varón se ha acercado a ella. Estamos seguras de que su integridad y su virginidad permanecen invioladas, pues Dios ha sido quien la ha guardado. Siempre ha permane- cido con nosotras dada a la oración. Todos los días viene un ángel a hablar con ella y de él recibe también diariamente su alimento. ¿Cómo es posible que pueda encontrarse en ella pe-

X

i. Cum haec agerentur. Ioseph in Capharnaum marítima erat in opere 35 oceupatus, erat enim faber ligni, ubi moratus est mensi- bus novem -6. Reversusque in domum suam invenit Mariam praeg- nantem. Et totus contremuit et positus in angustia exclamavit et dixit: «Domine Deus, accipe spiritum meum, quoniam melius est mihi mori quam vivere». Cui dixerunt virgines quae cum Maria erant : «Quid ais, domine Ioseph ? Nos scimus quoniam vir non te- tigit eam; nos scimus quoniam integritas et virginitas in ea immacu- lata perseverat: Nam custodita est a Deo. Semper in oratione nobis- cum permansit; quotidie cum ea ángelus Domini loquitur, quotidie de manu angelí escam accipit. Quomodo fieri potest ut sit aliquod

Santa María la Mayor (Id., o.c, vol.4 p. 18-20), donde la Virgen aparece rodeada de ángeles.

Otros monumentos representan simultáneamente las dos escenas (de la fuente y del huso). V.gr., el fresco de Santa Solía de Kiev (s.XI) [cf. Barsov, o.c, p. 108] y el manuscrito griego vaticano 1162 (s.XII).

Además de las obras citadas, pueden verse sobre este punto: N. Po- KROVSKij, Evangette w Pamij.itnikach Ikonografii preimuschestvenno Vizantijs- kich i Russkich: «Trudy vosmavo Archeologicheskavo S'ezda w Moskwe 1890) t.i p.I-40 (S. Petersburgo 1892Ϊ; O. Bardenhewer, Maria Verkündigüng (Freiburg i. Br. 190^) p.89ss. ; W. Kaufhold, Die Verkündigüng an María íiac/i Apoferyphen in Literatur und Kunst (Freiburg 1942).

*S A y B: < tabricandis tabernaculis regionum mariümarum erat opere praeoecupafus». Cf. Mt. 4,13: eis Καφαρναούμ τήν ττσρσθαλασσίαν.

La Anunciación debió tener lugar poco después de la entrada de Ma- ría en la casa de José. El Prot. señala únicamente seis meses.

216

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

cado alguno? Y, si quieres que te manifestemos claramente lo que pensamos, nuestra opinión es que su embarazo no obedece sino a una intervención angélica».

2. Mas José repuso: «¿Por qué os empeñáis en hacerme creer que ha sido precisamente un ángel quien la ha hecho grávida? Puede muy bien haber sucedido que alguien se haya fingido ángel y la haya engañado». Y, al decir esto, lloraba y se lamentaba diciendo : «¿Con qué cara me voy a presentar en el templo de Dios? ¿Cómo voy a atreverme a fijar la mirada en los sacerdotes? ¿Qué he de hacer?» Y, mientras decía estas cosas, pensaba en ocultarse y despacharla.

XI

Estaba ya determinado a levantarse de noche y huir a algún lugar desconocido, cuando se le apareció un ángel de Dios y le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en admitir a María como esposa tuya, pues lo que lleva en sus entrañas es fruto del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, que se llamará Jesús, porque será quien salve a su pueblo de sus pecados». Levantóse José del sueño y, dando gracias al Señor, su Dios,

peccatum in ea ? Nam si suspicionem nostram tibi vis ut pandamus, istam gravidam non fecit nisi ángelus Dei» 37.

2. Ioseph autem dixit: «Ut quid me seducitis ut credam vobis quia ángelus Domini impraegnavit eam? Potest enim fieri ut quis- quam se finxerit angelum Domini et deceperit eam». Et haec diesns flebat et dicebat: «Qua fronte ad templum Domini iturus sum? Qua facie visurus sum sacerdotes Dei? Quid facturus sum?» Et haec di- cens cogitabat oceultare se et dimitiere eam 38.

XI

Cumque ordinasset in nocte exsurgerc ut fugiens habitaret in oceultis, ecce in ipsa nocte apparuit ei in somnis ángelus Domini dicens: «Ioseph, fili David, noli timere accipere Mariam coniugem tuam, quoniam quod in útero eius est, de Spiritu Sancto est. Pariet autem filium qui vocabitur Iesus: ipse enim salvum faciet populum suum a peccatis eorum» 39. Exsurgens autem Ioseph a somno gra-

37 B: «Non sit in te aliqua suspicio de ipsa. quia non nisi Spiritus Sanctus gravidam eam fecit».

38 Es una resolución más suave que la de Mt. i.ip

39 Cf. Mt. 1,20-2 1.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

217

contó a María y a sus compañeras la visión que había tenido. Y, consolado por lo que se refería a María, le dijo a ésta: «He hecho mal en abrigar sospechas contra ti».

XII

1. Después de esto, fué cundiendo el rumor de que María estaba encinta. Por lo cual los servidores del templo arrestaron a José y lo llevaron ante el pontífice. Este (y lo mismo los sacerdotes) empezó a injuriarle de esta manera: «¿Por qué has usurpado fraudulentamente el derecho matrimonial a una don- cella, a quien los ángeles de Dios alimentaban en el templo como si fuera una paloma, y que nunca quiso ver siquiera el rostro de un varón, y que tenía además un conocimiento per- fecto de la ley de Dios? Si no la hubieras violentado, ella hubiera permanecido virgen hasta el día de hoy». Mas José juraba que no la había tocado. Entonces el pontífice Abiatar le dijo: «Vive Dios que ahora mismo te haré beber el agua del Señor y al instante quedará descubierto tu pecado».

2. Y se reunió el pueblo entero de Israel en cantidad tal, que era imposible contarlo. María fué llevada también al tem-

tias egit Deo suo, et locutus est Mariae de virgmibus quae erant cum ea et narravit visum suum. Et consolatus est super María, dicens: «Peccavi, quoniam suspicionem aliquam habui in te» 40.

XII

1. Factum est autem post hace et extit rumor quod María esset grávida. Et comprehensus a ministris templi Ioseph ductus est ad pontificem, qui una cum sacerdotibus coepit exprobrare ei et di- cere: «Ut quid fraudatus es nuptias tantae ac talis virginis, quam angelí Dei sicut columbam in templo nutrierunt, quae virum num- quam nec videre voluit, quae in lege Dei eruditionem optimam ha- buit? Tu autem si ei violentiam non fecisses, illa hodie virgo per- severasset». Ioseph autem devotabat se iurans quod numquam teti- gisset eam. Gui Abiathar pontifex dixit: «Vivit Deus quoniam modo te faciam potare aquam potationis Domini, et statim apparebit pec- catum tuum».

2. Tune congregata est omnis multitudo Israel 41, quae dinu- merari non poterat, et adducta est etiam María ad templum Domi-

40 El haber sospechado de María vuelve a apenar a José en el momento de su muerte, según la Hist. de José el Carp. (c. 17,4-7).

41 B: «máxima pars virorum in templo Domini et mulierum ul in iudi- cium eius prospicerent».

218

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

pío de Dios. Y los sacerdotes, al igual que sus parientes y cono- cidos, le decían llorando: «Confiesa tu pecado a los pontífices: que eras como una paloma en el templo de Dios y recibías el alimento de manos de un ángel». Fué llamado José ante el altar de Dios y le dieron a beber el agua del Señor. Aquel agua que, al ser gustada por un hombre perjuro, hacía aparecer en su rostro una señal divina, después de dar siete vueltas en torno al altar de Dios. José la bebió con toda tranquilidad y dió las vueltas rituales, sin que apareciera en él señal alguna de haber pecado. Entonces los sacerdotes, los ministros de éstos y todo el pueblo le proclamaron inocente con estas palabras: «Dichoso eres, porque no se ha encontrado en ti reato alguno de culpa».

3. Después llamaron a María y le dijeron: «Y tú, ¿qué excusa podrás alegar? ¿O es que podrá haber alguna señal en tu descargo de más peso que ese embarazo que te está delatando? Ahora, puesto que José es inocente, sólo exigimos de ti que nos digas quién ha sido el que te ha engañado. De todas ma- neras será mejor que misma te delates antes de que la ira

ni. Sacerdotes vero et affines ac parentes eius flentes dicebant ad Mariam: «Confitere sacerdotibus peccatum tuum, quae eras sicut columba in templo Dei et accipiebas cibum de manu angelí». Voca- tus est autcm et Ioseph ad altare, et data est ei aqua potationis Do- mini: quam si gustasset homo mentiens et septies circuisset altare, dabat Deus signum aliquod in facie eius 42. Cum ergo bibisset se- curus Ioseph et girasset altare, nullum signum peccati apparuit in eo. Tune sanctiñeaverunt eum sacerdotes omnes et ministri et po- puli dicentes: «Beatus es tu, quoniam non est inventus reatus in te».

3. Et vocantes Mariam dixerunt ei: «Tu quam excusationem poteris habere ? aut quod signum maius apparebit in te quam hoc quod prodit te conceptus ventris tui ? Hoc solummodo a te requin- mus, ut, quia Ioseph mundus est a te, confitearis quis est qui te dc- cepit. Melius est cnim ut te tua confessio prodat, quam ira Dei dans

42 Es curioso el detalle de las siete vueltas alrededor del altar. Se trata, según Cecchclli (Mal. C/ir. III p.345 nota 507), de un antiguo uso semítico al que hace referencia el Talmud (Sota 1,6) a propósito de la prueba pres- crita en Num. c.5. Existía ya en la Arabia preislámica y perdura hasta hoy en la Ka'aba de la Meca. Lo mismo se puede decir de la India. Los armenios tenían también la costumbre ritual de dar las consabidas vueltas alrededor de la tumba de un mártir. No parece esto tampoco extraño del todo a nues- tras tradiciones populares. Recuérdese a este respecto la costumbre vigente aún en muchos de nuestros pueblos de dar vueltas con los animales alrede- dor de !a iglesia el día de San Antón.

EVANGELIO DHL PS. MATEO

219

de Dios ponga el estigma en tu cara a vista de todo el pueblo». Entonces María, sin vacilación alguna ni temor, dijo: «Si es que hay en alguna contaminación o pecado por haberme dejado llevar de la concupiscencia o de la impureza, manifiés- telo el Señor a vista de todas las gentes y sirva yo a todos de escarmiento». Y, dicho esto, se acercó decididamente al altar de Dios, dió las vueltas rituales y bebió el agua del Señor, sin que apareciera en ella señal alguna de pecado.

4. Estaba todo el pueblo lleno de estupor, y al mismo tiempo perplejo, al ver por una parte las señales de su embarazo y constatar por otra la ausencia de indicios que comprobaran su culpabilidad. Por lo cual se formó un revuelo de opiniones en torno al asunto. Unos la proclamaban santa. Otros, de mala fe, se convertían en detractores de su inocencia. Entonces Ma- ría, viendo cómo el pueblo sospechaba aún de sí, (pensando) que no estaba perfectamente justificada, dijo en voz clara para que todo el mundo la oyera: «Por vida de Adonai, Señor de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que no he conocido nunca varón ni aun pienso conocerlo en adelante, ya que así lo tengo decidido desde mi infancia. Este es el voto que hice al Señor en mi niñez: permanecer pura por amor de Aquel que me creó. En esta integridad confío vivir para El sólo, transcurriendo mi existencia libre de toda mancha».

5. Entonces todos la abrazaron, rogándola que les perdo-

signum in facie tua in medio populi te manifestet». Tune María constanter et intrépida dixit: «Si est in me aliqua pollutio aut ali- quod peccatum, aut fuit in me aliqua concupiscentia vel impudici- tia, detegat me Dominus in conspectu omnium populorum, ut sim ómnibus emendationis exemplum». Et accessit ad altare Domini con- fidenter et bibit aquam potationis et septies circuivit altare, et non est inventa in ea ulla macula.

4. Et cum omnis populus stuperet et haesitaret, videntes con- ceptum ventris at nullum signum in facie eius apparuisse, coepe- runt ínter se varia populi loquacitate turbari. Alii dicebant sancti- tatem, alii vero per malam conscientiam aecusabant eam. Tune Ma- ría videns suspicionem populi, quod non ex integro fuisset purgata, ómnibus audientibus clara voce dixit: «Vivit Dominus Adonay exer- cituum, in cuius conspectu sto, quoniam virum numquam cognovi, sed nec cognoscere habeo, quia ab infantia aetatis meae in hoc men- tem definivi. Et hoc Deo meo votum feci ab infantia mea, ut ipsi qui me creavit in integritate permaneam, in qua me confido ipsi soli vivere et ipsi soli sine aliqua pollutione quamdiu vixero permanere».

5. Tune omnes osculabantur eam rogantes ut malis suspicio-

220

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

nara sus injustas sospechas. Y toda la multitud, juntamente con los sacerdotes y las vírgenes, la condujo hasta casa. Todos estaban llenos de júbilo y clamaban con gritos de alegría : «Ben- dito sea el nombre de Dios, que se ha dignado poner en claro tu inocencia ante el pueblo entero de Israel».

XIII

i. Pasado algún tiempo, vino un edicto del César Augusto intimando a todo el mundo la orden de empadronarse en su propia patria. Este censo fué puesto en ejecución por Cirino, gobernador de Siria. Vióse, pues, obligado José a ponerse en camino de Belén juntamente con María; ya que él era oriundo de la mencionada villa y María descendía asimismo de la tribu de Judá y de la casa y patria de David.

Yendo ya de camino, dijo María a José : «Veo dos pueblos ante mis ojos: uno que llora y otro que se regocija». A lo que éste replicó: «Estáte bien sentada y apóyate sobre el jumento, sin proferir palabras inútiles». En el mismo momento apareció ante los viajeros un hermoso niño que lucía una espléndida vestidura. Y dijo a José: «¿Por qué has dicho que cían palabras inútiles las que dijo María hablando de los dos pueblos? Ella

nibus eorum daret indulgentiam. Et deduxerunt eam omnes populi et sacerdotes et omnes virgines cum exsultatione et gaudio usque ad domum suam, clamantes et dicentes: «Sit nomen Domini benedic- tum qui manifestavit sanctitatem tuam universae plebi Israel».

XIII

i. Factum est autem post aliquantum tempus ut fieret profes- sio ex edicto Caesaris Augusti, ut profiteretur unusquisque in patria sua 43. Haec professio facta est a praeside Syriae Cyrino. Necesse autem fuerat ut Ioseph cum María proficisceretur in Bethleem, quia exinde erat, et María de tribu luda et de domo ac patria David. Cum ergo Ioseph et María irent per viam quae ducit Bethleem, dixit Ma- ría ad Ioseph: «Dúos populos video ante me, unum flentem et alium gaudentem». Cui respondit Ioseph: «Sede et teñe te in iumento tuo et noli superflua verba loqui». Tune apparuit puer speciosus ante eos, indutus veste splendida, et dixit ad Ioseph: «Quare dixisti verba superflua esse de duobus populis de quibus locuta est Maria? Po-

43 Fl Prot. había restringido el empadronamiento a Belén. Nuestro apó- crifo sigue en este punto a San Lucas (2,4) y subraya además la ascendencia davídica de María.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

221

ha visto llorar al pueblo de los judíos por haberse apartado de su Dios y ha vi§to regocijarse al pueblo de los gentiles por haberse acercado y adherido al Señor, en conformidad con las promesas que El hizo a nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob. Pues es llegado ya el tiempo en que van a ser benditas todas las naciones de la tierra en la posteridad de Abrahán».

2. Y, en diciendo esto, mandó el ángel parar la caballería, porque el tiempo de dar a luz se había echado ya encima. Después mandó a María que bajara de la cabalgadura y se metiera en una cueva subterránea, donde siempre reinó la obs- curidad, sin que nunca entrara un rayo de luz, porque el sol no podía penetrar hasta allí. Mas, en el momento mismo en que entró María, el recinto se inundó de resplandores y quedó todo refulgente como si el sol estuviera allí dentro. Aquella luz divina dejó la cueva como si fuera el mediodía. Y, mientras estuvo allí María, el resplandor no faltó ni de día ni de noche. Finalmente, dió a luz un niño, a quien en el momento de nacer rodearon los ángeles y luego adoraron diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena vo- luntad».

3. Hacía un rato que José se había marchado en busca de

pulum enim Iudaeorum flentem vidit, quia recessit a Deo suo, et populum gentium gaudentem, quia accessit et prope factus est ad Dominum, secundum quod promisit patribus nostris Abraham, Isaac et Iacob; tempus enim advenit ut in semine Abrahae benedictio ómnibus gentibus tribuatur».

2. Et cum haec dixisset, iussit ángelus stare iumentum, quia tempus advenerat pariendi ; et praecepit descenderé de animali Ma- riam et ingredi in speluncam subterraneam, in qua lux non fuit un- quam sed semper tenebrae, quia lumen diei penitus non habebat 44. Ád ingressum vero Mariae coepit tota spelunca splendorem habere, et quasi sol ibi esset, ita tota fulgorem lucís ostendere; et quasi esset ibi hora sexta diei, ita speluncam lux divina illustravit; nec in die nec in nocte lux ibi divina defuit quamdiu ibi María fuit. Et ibi pe- perit masculum, quem circumdederunt angelí nascentem et natum adoraverunt dicentes: «Gloria in excelsis Deo et in térra pax homi- nibus bonae voluntatis».

3. Iam enim dudum Ioseph perrexerat ad quaerendas obstetri-

44 Parece dar con esto a entender que María no sintió los dolores del parto, pues fué el ángel el que avisó que la hora de dar a luz había llegado ya. Hay algunos monumentos representativos de esta escena; la célebre cátedra de Maximino en Ravena (s.VI) y la píxide de marfil de Minden presentan a San José dando la mano a María para ayudarle a apearse.

L'22

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

comadronas. Mas, cuando llegó a la cueva, ya había alumbrado María al infante. Y dijo a ésta: «Aquí te traigo dos parteras: Zelomi y Salomé. Pero se han quedado a la puerta de la cueva, no atreviéndose a entrar por el excesivo resplandor que la inun- da». Oyendo estas palabras María, se sonrió, mas José le dijo : «No te sonrías. más bien prudente, no sea que luego vayas a necesitar algún remedio». Y mandó que una de ellas entrara dentro. Entró Zelomi y dijo a María: «Permíteme que te palpe». Y cuando se lo hubo permitido María, exclamó diciendo a gran- des voces : « ¡Señor, Señor, misericordia ! Jamás se ha oído ni ha podido caber en cabeza humana que estén henchidos los pechos de leche y que haya nacido un infante dejando virgen a su madre. Ninguna polución de sangre en el nacido. Ningún

ees. Qui cum reversus esset ad speluncam, María iam infantem ge- nuerat. Et dixit Ioseph ad Mariam: «Ego tibí Zelomi et Salomen obstetrices adduxi, quae foris ante speluncam stant et prae splendore nimio huc introire non audent» 4S. Audiens autem haec Maria subri- sit. Cui Ioseph dixit: «Noli subridere, sed cauta esto, ne forte indi- geas medicina». Tune iussit unam ex eis intrare ad se. Cumque in- gressa esset Zelomi, ad Mariam dixit: «Dimitte me ut tangam te». Cumque permisisset se Maria tangi, exclamavit voce magna obste- trix et dixit: «Domine, Domine magne, miserere. Numquam hoc auditum est nec in suspicione habitum, ut mammillae plenae sint lacte et natus masculus matrem suam virginem ostendat. Nulla pol-

45 El episodio de las comadronas está aquí tratado con mayor delica- deza que en el Prot. El nombre de Zelomi parece ser una corrupción del de Salomé. El Ev. arm. de la Infancia hace figurar a la madre Eva en el puesto de Zelomi (c.8-9). Salomé puede ser la doncella que acompaña a la Sagrada Familia durante la huida a Egipto (cf. infra c. 18,1) y durante su permanen- cia allí (Hist. de José el Carp., 08).

La oposición tenaz de San Jerónimo a la difusión de esta leyenda no tuvo éxito. El decía: «Nulla ibi obstetrix, nulla muliercularum sedulitas inter- cessit. [Maria] ipsa et mater et obstetrix fuit. Ipsa collocavit in praesepio, ipsa pannis involvebat, unde commenta refelluntur apocryphorum» ( Con- tra Helvid. 10: PL 23,202). Mas la leyenda ponía estas «obstetrices», no para ayuda de la Virgen, sino para constatar su virginidad in partu y post partum. Los monumentos figurativos y literarios transmitieron esta tradición hasta la Edad Media, quien la recogió en la Leyenda áurea y en el drama litúrgico titulado Obstetrix.

Además de los monumentos iconográficos mencionados en la nota 109 al Prot. (c.19,3), podemos citar los que representan el baño de Cristo: v.gr., el contenido en la Caja de las grandes reliquias de Aix-la-Chapelle y el de la inicial ÍC) del Sacramentarlo de Metz, llamado Sacramental de Drogon, eje- cutado entre 826 y 855. Cf. H. Leclercq: DACHEL I 2566-2567. Las re- presentaciones posteriores son más abundantes.

EVANGELIO BEL PS. MATEO

223

dolor en la parturiente. Virgen concibió, virgen dió a luz y virgen quedó después».

4. La otra comadrona, llamada Salomé, al oír esto, dijo: «No creeré jamás lo que oigo, si yo misma en persona no lo com- pruebo1». Y se acercó a María diciéndole: «Déjame que palpe para ver si es verdad lo que acaba de decir Zelomi». Asintió María, y Salomé extendió su mano; pero ésta quedó seca nada más tocar. Entonces la comadrona empezó a llorar vehemente- mente en la fuerza de su dolor y estaba desesperada, diciendo a voz en grito: «¡Oh Señor! sabes que siempre me he man- tenido en tu santo temor y que me he dedicado a asistir a los pobres sin percibir recompensa alguna, sobre todo cuando se trataba de viudas y huérfanos, y que jamás he despedido a nin- gún menesteroso con las manos vacías. Y he aquí que por mi incredulidad he quedado reducida a la miseria, al atreverme a tocar a tu virgen».

5. Dicho que hubo esto, apareció a su lado un joven todo refulgente, que le dijo: «Acércate al niño, adórale y tócale con tu mano. El te curará, pues es el Salvador del mundo y de todos los que en El ponen su confianza». Ella se acercó al Niño con toda presteza, le adoró y tocó los flecos de los pañales en que

lutio sanguinis facta est in nascente, nullus dolor in parturiente 46. Virgo concepit, virgo peperit, virgo permansit».

4. Audiens hanc vocem alia obstetrix nomine Salome, dixit: «Quod ego audio non credam nisi forte ipsa probavero». Et ingres- sa Salome ad Mariam, dixit: «Permitte me ut palpem te et probem utrum verum dixerit Zelomi». Cumque permisisset Maria ut eam palparet, misit manum suam Salome. Et cum misisset et tangeret, statim aruit manus eius, et prae dolore coepit flere vehementissime et angustiari et clamando dicere: «Domine, tu nosti quia semper te timui, et omnes pauperes sine retributione acceptionis curavi, de vi- dua et orphano nihil accepi, et inopem vacuum a me iré numquam dimisi. Et ecce misera facta sum propter incredulitatem meam, quia ausa fui temptare virginem tuam».

5. Cumque haec diceret, apparuit iuxta illam iuvenis quídam valde splendidus dicens ei: «Accede ad infantem et adora eum et continge de manu tua, et ipse salvabit te, quia ipse est Salvator saeculi et omnium sperantium in se». Quae confestim ad infantem accessit, et adorans eum tetigit fimbrias pannorum, in quibus infans

46 La ausencia de mancha y de dolor en el parto es consecuencia y señal al mismo tiempo de una virginidad inviolada. Todo se le hace poco al autor (siguiendo al Prot.J para dejar bien sentada esta piedra angular de su obra.

224

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

estaba envuelto. Y al instante quedó su mano curada. Y, fuera ya de la gruta, empezó a pregonar en alta voz las maravillas y la virtud portentosa que había obrado en ella al realizarse su cu- ración. Y muchos, al oír su predicación, quedaron convencidos.

6. También unos pastores afirmaban haber visto al filo de la media noche algunos ángeles que cantaban himnos y bende- cían con alabanzas al Dios del cielo. Estos anunciaban asimis- mo que había nacido el Salvador de todos, Cristo Señor, por quien habrá de venir la restauración de Israel.

7. Pero, además, había una enorme estrella que expandía sus rayos sobre la gruta desde la mañana hasta la tarde, sin que nunca jamás desde el origen del mundo se hubiera visto un as- tro de magnitud semejante. Los profetas que había en Jerusa- lén decían que esta estrella era la señal de que había nacido el

erat involutus, et statim sanata est manus eius 47. Et exiens foras clamare coepit et dicere magnalia virtutum quae viderat et quae passa fuerat, et quemadmodum curata fuerat, ita ut ad praedica- tionem eius multi crederent.

6. Nam et pastores ovium asserebant se angelos vidisse in medio noctis hymnum dicentes, Deum caeli laudantes et benedicentes et dicentes quia natus est Salvator omnium, qui est Christus Dominus, in quo restituetur salus Israel 48.

7. Sed et stella ingens a vespere usque ad matutinum splendebat super speluncam, cuius magnitudo numquam visa fuerat ab origine mundi 49. Et prophetae qui fuerant in Ierusalem dicebant hanc stel-

47 Zenón de Verona (obispo de esta ciudad desde el 362 hasta el 371-72) se hacía eco de este episodio al escribir: «Obstetricis incredulae periclitan- tis enixam, in testimonium reperta eiusdem esse virginitatis, incenditur ma- nus; qua tacto infante, statim edax illa flamma sopitur; sicque illa medica feliciter curiosa, dein admirata mulierem virginem, admirata infantem Deum, ingenti gaudio exsultans, quae curatum venerat, curata recessit» (Tracta- tiis II 8: PL 11,415).

Asimismo, Prudencio (n.348 f 4°5) hace una clara alusión en el him- no XI, 96, de su Cathemerinon, diciendo:

«Hunc quem latebrae et obstetrix, et virgo foeta, et cunulae, et imbecilla infantia

Regem dederunt gentibus» (PL 59,899^).

48 El episodio de los pastores (cuya adoración se presupone aquí) no figura en el Prot. Cf. Le. 2,8-11.

49 No es ésta la estrella de los Magos, si bien la descripción de ambas es muy semejante.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

225

Mesías, que debía dar cumplimiento a la promesa hecha no sólo a Israel, sino a todos los pueblos.

XIV

Tres días después de nacer el Señor, salió María de la gru- ta y se aposentó en un establo. Allí reclinó al niño en un pese- bre, y el buey y el asno le adoraron. Entonces se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: «El buey conoció a su amo, y el asno el pesebre de su señor». Y hasta los mismos animales entre los que se encontraba le adoraban sin cesar. En lo cual tuvo cumplimiento lo que había predicho el profeta Ha- bacuc : «Te darás a conocer en medio de dos animales». En este mismo lugar permanecieron José y María con el Niño durante tres días.

lam indicare nativitatem Christi, qui restauraret promissionem non solum Israel sed et omnium gentium 50.

XIV

Tertia autem die nativitatis Domini egressa est Maria de spelun- ca 51, et ingressa est stabulum et posuit puerum in praesepio, et bos et asinus adoraverunt eum. Tune adimpletum est quod dictum est per Isaiam prophetam dicentem : «Cognovit bos possessorem suum et asinus praesepe domini sui». Ipsa autem animalia in medio eum habentes incessanter adorabant eum. Tune adimpletum est quod dictum est per Habacuc prophetam dicentem: «In medio duorum animalium innotesceris» 52. In eodem autem loco moratus est Ioseph et Maria cum infante tribus diebus.

50 El códice A: «¡promissionem] non solum Israéli, sed et in ómnibus gentibus». El término «prophetae» puede referirse a los antiguos o bien a los actuales que dieron su interpretación del prodigio.

51 El traslado de la cueva al establo obedece al deseo de coordinar el relato con la narración de San Lucas y hacer con esto más verosímil el cum- plimiento de la profecía de Isaías (1,3).

52 Cf. Hab. 3,2. Esta interpretación, que es la de la antigua Vulgata, sigue a la versión de los LXX: «έυ μέσω δύο ζώων γνωσθήση». San Jerónimo, en cambio, interpreta de acuerdo con el texto hebreo : «Domine, opus tuum, in medio annorum vivifica illud». Nácar-Colunga (BAC, 1944) traduce: «Dales vida, ¡oh Yavé!, en el transcurso de los años, manifiéstales en me- dio de los tiempos...»

La presencia del buey y del asno, peculiar del Ps. Mt., ha tomado carta de nacionalidad en la iconografía y en la tradición cristiana, hasta tal punto que algunos la consideran como hecho histórico. Baste recordar las palabras de San Jerónimo: «Atque inde specum Salvatoris ingrediens, postquam vidit sacrum Virginis diversorium et stabulum, in quo agnovit bos possesorem suum

Ev. apócrifos

8

226

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

XV

1. Al sexto día, después del nacimiento, entraron en Be- lén, y allí pasaron también el séptimo día. Al octavo circunci- daron al Niño y le dieron por nombre Jesús, que es como le había llamado el ángel antes de su concepción. Y, al cumplirse el período de purificación para María a tenor de la ley mosaica, José llevó el Niño al templo del Señor. Y, después de ser éste circuncidado, ofrecieron por él un par de tórtolas y dos pa- lominos.

2. Se encontraba en el templo en aquel instante un varón de Dios justo y perfecto, que contaba ciento doce años y se 11a-

XV

1. Sexta autem die ingressi sunt Bethleem, ubi impleverunt sep- timam diem 53. Octava vero die circumcidentes puerum, vocatum est nomen eius Iesus quod vocatum est ab angelo antequam in útero conciperetur. Postquam autem impleti sunt dies purgationis Mariae, secundum legem Moysi, tune duxit Ioseph infantem ad templum Domini. Cumque accepisset infans peritomen, obtulerunt pro eo par turturum et dúos pullos columbarum.

2. Erat autem in templo vir Dei perfectus et iustus, nomine Symeon, annorum centum duodecim. Hic responsum a Domino ac-

et asinus praesepe domini sui, ut impleretur illud, quod in eodem propheta scriptum est: Beatus qui seminat super aquas, ubi bos et asinus calcant, me audiente iurabat cerneré se fidei oculis infantem pannis involutum vagien- tem in praesepe...» (Epitaphium Sanctae Paulae n.io; Ep. 108: PL 22,884).

Los monumentos figurativos más antiguos son los sarcófagos romanos del siglo IV. Hay uno de fecha segura, el de Plácido y Romualdo (a. 343), que presenta a los pastores en adoración al claror de la luna, sin que aparezca la Virgen ni San José. Lo mismo ocurre con los tres sarcófagos de Letrán y con el que está colocado sobre el ambón de la basílica Constantiniana de Milán. En este último desaparecen hasta los mismos pastores. Probablemen- te pertenece también al siglo IV el fresco de una de las galerías del cemen- terio de San Sebastián en la vía Appia, que representa al buey y al asno arrodillados ante el Niño Jesús envuelto en pañales. Cf. De Rossi, Inscrip- tiones christianae urbis Romae (Roma 1861) t.i p.5iss. ; R. Gousset, Le boeuf et Γ áne a la nativité du Christ: MArchH 4 (1884) 332-334; M. Schmid, Die Darstellung der Geburt Christi in der bildenden Kunst (Stuttgart 1890); H. Leclercq: DACHEL I 2048.

53 Cf. Le. 2,21-39. Thilo, siguiendo otros manuscritos, da una versión distinta de ésta: «Sexto autem die cum beata Maria ingressus est Ioseph Bethleem: ubi impletis triginta diebus duxit infantem ad templum Domini, et obtulerunt pro eo par turturum et dúos pullos columbarum». Aquí no se hace mención alguna de la circuncisión. Es de notar el afán que muestra el Ps. Mt. por fijar la fecha y duración de todos los acontecimientos.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

227

maba Simeón. Este había recibido promesa de parte de Dios de que no moriría hasta tanto que viese al Mesías, hijo de Dios encarnado. Este anciano, nada más ver al infante, exclamó a grandes voces : «El Señor ha visitado a su pueblo y ha dado cum- plimiento a sus promesas»; y al momento le adoró. Después le tomó en su manto, le adoró de nuevo y se puso a besar sus pies, diciendo : «Señor, ahora puedes ya despachar en paz a tu siervo conforme a tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, la cual preparaste ante la faz de todos los pueblos; luz que ilu- minará a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel».

3. También estaba a la sazón en el templo de Dios la pro- fetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Esta» después que se casó, vivió siete años en unión con su marido, y por entonces contaba ya ochenta y cuatro años de viudez. Nunca se apartaba del templo, entregada como estaba a los ayunos y a la oración. Y en aquel momento se acercó al Niño, le adoró y dijo que en sus manos estaba la redención del mundo.

ceperat quia non gustaret mortem nisi videret Christum Dei filium in carne. Qui cum vidisset infantem, exclamavit voce magna dicens : «Visitavit Deus plebem suam, et implevit Dominus promissionem suam». Et festinans adora vit infantem. Et post haec suscipiens eum in pallio suo adoravit eum iterum et osculabatur plantas eius et dixit : «Nunc dimittis servum tuum, Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare tuum quod parasti ante faciem omnium populorum, lumen ad revelationem gantium et gloriam ple- bis tuae Israel» 54.

3. Erat autem in templo Domini Anna prophetissa, filia Pha- nuel, de tribu Asser, quae vixerat cum viro suo annis septem a virgi- nitate sua ; et haec vidua erat iam per annos octoginta quatuor ; quae numquam discessit a templo Domini, ieiuniis et orationibus vacans. Haec accedens adorabat infantem dicens quoniam in isto est redemp- tio saeculi.

54 Es curiosa la adición de B: «Et cum CXII esset annorum et vix pos- set se ipsum regere, portavit puerum in ulnis suis usque ad altare templi Domini. Senex puerum portabat, sed puer senem regebat. Tune locutus est Iesus dicens: Exaudita est oratio tua, Symeon. Et stupefacti sunt omnes magistri templi de verbo quod infans locutus erat>. Expresiones que coin- ciden casi literalmente con las contenidas en la liturgia latina de la fiesta de la Purificación.

22S

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

XVI

i. Después de transcurridos dos años, vinieron a Jerusa- lén unos magos procedentes del Oriente, trayendo consigo gran- des dones. Estos preguntaron con toda solicitud a los judíos: «¿Dónde está el rey que os ha nacido? Pues hemos visto su es- trella en el Oriente y venimos a adorarle». Llegó este rumor has- ta el rey Herodes. Y él se quedó tan consternado al oírlo, que dió aviso en seguida a los escribas, fariseos y doctores del pue- blo para que le informaran dónde había de nacer el Mesías se- gún los vaticinios proféticos. Estos respondieron: «En Belén de Judá, pues así está escrito: Y tú, Belén, tierra de Judá, en ma- nera alguna eres la última entre las principales de Judá, pues

XVI

i. Transacto vero secundo anno, venerunt magi ab oriente in Hierosolymam, magna deferentes muñera 55. Qui instanter interro- gaverunt Iudaeos dicentes : «Ubi est rex qui natus est vobis ? Vidimus enim stellam eius in oriente, et venimus adorare eum». Haec opinio pervenit ad Herodem regem, et ita eum terruit ut mitteret ad scribas et pharisaeos et doctores populi, ut inquireret ab eis ubi Christum nasciturum prophetae praedixissent. At illi dixerunt: «In Bethleem Iudae. Sic enim scriptum est: Et tu, Bethleem, térra luda, nequá- quam mínima es in principibus luda; ex te enim exiet dux qui regat

55 Los manuscritos varían en cuanto al tiempo en que tuvo lugar la adoración: C: «transactis autem duobus diebus»; B: «transactis duobus annis»: D: «tertia decima vero die».

Tischendorf prefiere la lección de los dos años, que viene además con- firmada por la tradición iconográfica más antigua. En efecto: los monu- mentos suelen representar a Jesús como niño crecidito ya y sentado sobre las rodillas de su madre, no como un recién nacido envuelto entre pañales. Los más antiguos son los frescos de las catacumbas. En ellos varía el número de reyes, si bien suele prevalecer el de tres. Los dones representados son muy diversos, pareciendo con ello aludir a la frase de nuestro apócrifo: «magna deferentes muñera». Esto mismo parece confirmar la presencia de los camellos. En los frescos del cementerio de Thrason y Saturnino y en el de Calixto, la Virgen tiende su derecha a los Magos, de acuerdo con la ex- presión : «muneraverunt Mariam». Un fresco del cementerio de Domitila y otro del de Pedro y Marcelino muestran a Jesús sentado sobre las rodillas de su madre. Cf. F. Liell, Die Darstellungen der allerseligsten Jungfrau und Gottesbárerin Maria auf den Kunstdenkmdlern der Katakomben (Frei- burg i. Br. 1887) pl.3 p.227 y pl.4 p.232. El mosaico del arco triunfal de Santa María la Mayor representa al Niño Jesús sentado en un trono y re- cibiendo personalmente los dones de manos de los tres reyes. Cf. H. Le- clercq: DACHEL I 2556-7 X 1999.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

229

de ti ha de salir el jefe que gobierne a mi pueblo Israel». Des- pués llamó a los Magos y con todo cuidado averiguó de ellos el tiempo en que se les había aparecido la estrella. Y con esto les dejó marchar a Belén, diciéndoles : «Id e informaos con toda di- ligencia sobre el niño, y, cuando hubiereis dado con él, avisad- me para que vaya yo también y le adore».

2. Y, mientras avanzaban en el camino, se les apareció la estrella de nuevo e iba delante de ellos, sirviéndoles de guía has- ta que llegaron por fin al lugar donde se encontraba el Niño. Al ver la estrella, los Magos se llenaron de gozo. Después en- traron en la casa y encontraron al Niño sentado en el regazo de su madre. Entonces abrieron sus cofres y donaron a José y Ma- ría cuantiosos regalos. A continuación fué cada uno ofreciendo al Niño una moneda de oro. Y, finalmente, el primero le pre- sentó una ofrenda de oro; el segundo, una de incienso, y el ter- cero, una de mirra. Y, como tuvieran aún intención de volver a Herodes, recibieron durante el sueño aviso de un ángel para que no lo hicieran. Y entonces adoraron al Niño, rebosantes de júbilo, tornando después a su tierra por otro camino.

XVII

i. Al caer Herodes en la cuenta de que había sido burla- do por los Magos, montó en cólera y envió sus sicarios por to-

populum meum Israel». Tune Herodes rex vocavit magos ad se et diligenter inquisivit ab eis quando eis apparuit stella. Et misit eos in Bethleem dicens: «Ite et interrógate diligenter de puero; et cum inveneritis eum, renuntiate mihi, ut et ego veniens adorem eum».

2. Euntibus autem magis in via, apparuit eis stella, et quasi quae ducatum praestaret illis, ita antecedebat eos, quousque pervenirent ubi puer erat. Videntes autem stellam magi gavisi sunt gaudio mag- no, et ingressi domum invenerunt infantem Iesum sedentem in sinu matris. Tune aperuerunt thesauros suos, et ingentibus muneribus muneraverunt Mariam et Ioseph. Ipsi autem infanti obtulerunt sin- guli singulos áureos. Post haec unus obtulit aurum, alius thus, alius vero myrram. Qui cum ad Herodem regem revertí vellent, admoniti sunt in somnis ab angelo ne redirent ad Herodem. lili autem ado- raverunt infantem cum omni gaudio et per viam aliam reversi sunt in regionem suam 56.

XVII

i. Videns autem Herodes rex quod illusus esset a magis, inflam- matum est cor eius, et misit per omnes vias volens capere eos et

56 Cf. Mt. 2,12.

230

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

dos los caminos con intención de darles alcance y matarlos. Mas, no pudiendo dar con ellos, ordenó la matanza de todos los niños betlemitas de dos años para abajo, conforme al tiem- po que había averiguado por los Magds.

2. Pero, un día antes de que esto se llevara a efecto, reci- bió José durante el sueño un aviso del ángel del Señor, cifrado en estos términos : «Toma a María y al Niño y vete camino del desierto con dirección a Egipto». José, siguiendo la indicación del ángel, emprendió el viaje.

XVIII

i. Y, en llegando a la proximidad de una gruta, quisieron descansar en ella. Por lo que María bajó del jumento y se sentó,

interficere 57. Quos cum penitus invenire non potuisset, misit in Bethleem et occidit omnes infantes a bimatu et infra, secundum tempus quod exquisierat a magis.

2. Ante unum vero diem quam hoc fieret, admonitus est Ioseph in somnis ab angelo Domíni qui dixit illi: «Tolle Mariam et infan- tem, et per viam eremi perge in Aegyptum». Ioseph vero secundum angelí dictum ivit 58.

XVIII

i. Cumque pervenissent ad speluncam quamdam, et in ea re- quiescere vellent, descendit María de iumento et sedens habebat

57 El códice D: «Anno sequenti Herodes rediens a Roma cum videret quia...» La variante parece reflejar la opinión corriente en la Edad Media de que, al otro día de la llegada de los Magos, Herodes hubo de ausentarse a Roma por motivos de gobierno y que sólo después de volver (en el trans- curso de un año) pudo ocuparse de la cuestión de los Inocentes (cf. Amann, p.336). Esta opinión pretendía, a su vez, poder explicar así la orden que dió Herodes de matar a todos los niños de dos años para abajo, a bimatu et infra.

58 Cf. Mt. 2,13-14. El códice Β concluye el capítulo de esta forma: «Sed Deus omnipotens, qui scit omnia antequam fiant, ammonuit per an- gelum suum Ioseph in somnis dicens: Surge et tolle puerum et matrem eius et fuge in Egiptum, et esto ibi usque quo dicam tibí : futurum est enim ut Herodes quaeral puerum ad perdendum. Tune Ioseph imposuit beatam Virginem cum puero super iumentum, et ipse super aliud ascendit et arri- puit iter per montana et per desertum ut in Egiptum securus perveniret; non enim per maritimam propter insidias pergere voluerunt».

Con esto termina la influencia del Prot. sobre el Ps. Mt. Los episodios que figuran a continuación hasta la segunda parte se deben o a tradicio- nes populares más o menos documentadas o al simple afán de ofrecer un marco al cumplimiento de ciertos textos del A. T.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

231

teniendo a Jesús en su regazo. Es de saber que iban tres jóvenes haciendo el viaje con José y una muchacha con María. Mas he aquí que, sin saber cómo, salieron del fondo de la caverna mu- chos dragones, a cuya vista los jóvenes fueron presa de un gran terror y se pusieron a gritar. Entonces Jesús bajó del regazo de su madre y se plantó por su propio pie frente a los dragones. Ellos le adoraron y luego se marcharon. Y aquí se cumplió lo predicho por el profeta David : «Alabad al Señor desde la tierra, monstruos marinos, todos los océanos».

2. Entonces Jesús, paseándose ante ellos, les mandó que no hicieran daño a ningún hombre. María y José tenían mucho miedo de que los dragones fueran a hacer mal a Jesús. Pero El les dijo : «No temáis ni os fijéis en mi corta edad, pues yo siem- pre he sido y soy varón perfecto y es necesario que las fieras todas de los bosques se amansen ante mí».

XIX

i. Asimismo, los leones y leopardos le adoraban e iban ha- ciéndoles compañía en el desierto. Adondequiera que María y José dirigieran sus pasos, ellos les precedían, enseñándoles el camino. Ε inclinando sus cabezas, adoraban a Jesús. El primer

Iesum in gremio suo. Erant autem cum Ioseph tres pueri et cum María quaedam puella iter agentes. Et ecce súbito de spelunca egres- si sunt multi dracones, quos videntes pueri prae nimio timore excla- maverunt. Tune Iesus descendens de gremio matris suae, pedibus suis stetit ante dracones; illi autem adoraverunt eum, et cum ado- rassent abierunt. Tune adimpletum est quod dictum est per David prophetam dicentem : «Laúdate Dominum de térra dracones, draco- nes et omnes abyssi» 59.

2. Ipse autem infantulus Iesus ambulans ante eos praecepit eis ut nulli homini nocerent. Sed Maria et Ioseph valde timebant ne forte infantulus laederetur a draconibus. Quibus Iesus ait: «Nolite timere, nec me considérate quia infantulus sum: ego enim semper vir perfectus fui et sum, et necesse est ut ferae omnes silvarum mansuescant ante me».

XIX

i. Similiter leones et pardi adorabant eum et comitabantur cum eis in deserto; quocumque Maria et Ioseph ibant, antecedebant eos ostendentes viam, et inclinantes capita sua adorabant Iesum. Prima autem die ut vidit Maria leones circa se venientes et varia ferarum

59 ps. 148,7.

232

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

día que María vió cabe a los leones, juntamente con otras di- versas fieras, quedó sobrecogida de temor. Pero Jesús le diri- gió una mirada sonriente y le dijo: «No tengas miedo, madre. Ellos se apresuran a venir a tus plantas, no para causarte daño, sino para rendirte pleitesía». Y, dicho esto, hizo desaparecer todo temor de sus corazones.

2. Los leones hacían el camino juntamente con ellos y con los bueyes, asnos y bestias que llevaban los bagajes. Y no ha- cían mal a nadie, sino que marchaban tranquilos entre las ove- jas y carneros que habían traído consigo desde Judea. Andaban entre lobos sin miedo y sin que unos a otros se hicieran ningún daño. Entonces se cumplió lo que había dicho el profeta: «Pa- cerán lobos con corderos, y el león y el buey juntamente se apa- centarán de paja». De hecho había dos bueyes y un carro, en el que llevaban su equipaje, siendo los propios leones los que iban delante señalando el camino.

XX

i. Aconteció que, al tercer día de camino, María se sintió fatigada por la canícula del desierto. Y, viendo una palmera, le dijo a José : «Me gustaría, si fuera posible, tomar algún fruto de esta palmera». Mas José le respondió : «Me admira el que digas

genera, vehementer expavit. Cui infans Iesus laeto vultu in faciem eius respiciens dixit: «Noli timere, mater: non enim ad iniuriam tuam sed ad obsequium tuum venire festinant». Et his dictis ampu- tavit timorem de cordibus eorum.

2. Ambulabant autem leones cum eis simul, et cum bobus et asinis et sumariis qui eis necessaria portabant, et nullum laedebant quamvis simul manerent, sed erant mansueti ínter oves et arietes, quos secum de Iudaea adduxerant et secum habebant. Inter lupos ambulabant et nihil formidabant, et nullus ab alio laedebatur. Tune adimpletum est quod dictum est per prophetam: «Lupi cum agnis pascentur, leo et bos simul paleas vescentur» 60. Erant autem dúo boves et plaustrum, in quo necessaria portabant, quos leones dirige- bant in itinere eorum.

XX

i. Factum est autem die tertia profectionis suae ut María nimio solis ardore fatigaretur in eremo; et videns arborem palmae dixit ad Ioseph: «Quiescam paululum sub umbra eius»._Ioseph autem festi- nans duxit eam ad palmam et descenderé eam fecit de iumento.

60 Is. 65,25.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

233

esto, viendo lo alta que está la palmera, y el que pienses comer de sus frutos. A me preocupa más la escasez de agua, pues ya se acabó la que llevábamos en los odres y no queda más para saciarnos nosotros y abrevar a los jumentos».

2. Entonces el niño Jesús, que plácidamente reposaba en el regazo de su madre, dijo a la palmera: «Agáchate, árbol, y con tus frutos da algún refrigerio a mi madre». Y a estas palabras in- clinó la palmera su penacho hasta las plantas de María, pudien- do así recoger todo el fruto que necesitaban para saciarse. Pero la palmera continuaba aún en esta posición, esperando que le ordenara erguirse la misma voz que le había mandado abajarse. Por fin, Jesús le dijo: «Alzate, palmera, y recobra tu vigor, pues vas a ser compañera de los árboles que pueblan el jardín de mi Padre. Y ahora haz que rompa de tus raíces esa vena de agua es- condida en la tierra, para que del manantial podamos saciarnos». Al instante se irguió la palmera y empezaron a brotar de entre sus raíces raudales de agua cristalina, fresca y dulcísima en ex- tremo. Al ver el hontanar, todos se llenaron de júbilo y pudie- ron saciarse juntamente con los jumentos y demás gente de la comitiva, dando por ello fervientes gracias a Dios.

Cumque resedisset María, respiciens ad comam palmae vidit eam plenam pomis, et dixit ad Ioseph: «Desidero, si fieri posset, ut ex istis fructibus huius palmae perciperem». Et ait ad eam Ioseph: «Miror te dicere hoc cum videas quantae sit altitudinis palma ista, et quod tu de palmae fructibus cogitas edere. Ego magis de aquae penuria cogito, quae nobis iam defecit in utribus, et non habemus unde nos et iumenta refocillare valeamus».

2. Tune infantulus Iesus laeto vultu in sinu matris residens ait ad palmam: «Flectere, arbor, et de fructibus tuis refice matrem meam». Et confestim ad hanc vocem inclinavit palma cacumen suum usque ad plantas Mariae, et collegerunt ex ea fructus quibus omnes refecti sunt. Postquam vero collecta sunt omnia poma eius, incli- nata manebat, exspectans ut eius ad imperium resurgeret ad cuius imperium fuerat inclinata. Tune Iesus dixit ad eam: «Erige te, palma, et confortare, et esto consors arborum mearum quae sunt in para- diso patris mei. Aperi autem ex radicibus tuis venam quae absconsa est in térra, et fluant ex ea aquae ad satietatem nostram». Et statim erecta est palma, et coeperunt per radices eius egredi fontes aquarum limpidissimi et frigidi et dulcissimi nimis. Videntes autem fontes aquarum, gavisi sunt gaudio magno, et satiati sunt cum ómnibus iumentis et hominibus, gratias agentes Deo61.

61 El episodio de la palmera ha gozado de amplísima difusión en Occi- dente, si bien con notables variantes. Recordemos como una de tantas la representación del mármol carolingio conservado en el museo de Florencia

234

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

XXI

Al día siguiente abandonaron el lugar. Mas, en el momento de partir, Jesús se volvió hacia la palmera y le dijo: «Este privi- legio te concedo, palmera : que una de tus ramas sea transpor- tada por mano de mis ángeles y plantada en el paraíso de mi Padre. Y esta bendición especial te otorgo: que a todos aquellos que hubieren vencido en un certamen, pueda decírseles: Ha- béis llegado hasta la palma de la victoria». Y, mientras decía esto, apareció un ángel del Señor sobre la palmera, le quitó una de sus ramas y voló al cielo llevándosela en la mano. Al ver esto, cayeron todos sobre sus rostros y quedaron como muertos. Mas Jesús les habló de esta manera: «¿Por qué habéis dejado que el temor invada vuestros corazones? ¿No sabéis que esta pal- mera que he hecho trasladar al paraíso, está allí reservada para todos los santos del edén, lo mismo que ha estado preparada para vosotros en este desierto?» Y todos se levantaron llenos de gozo.

XXII

i. Durante el camino le dijo José: «Señor, un terrible bo- chorno nos asfixia : si te agrada, tomemos un camino a la orilla

XXI

Die autem altera profecti sunt inde, et in hora qua iter agere coe- perunt Iesus conversus ad palmam dixit: «Hoc privilegium do tibi, palma, ut unus ex ramis tuis transferatur ab angelis meis et plante- tur in paradiso patris mei. Hanc autem benedictionem in te confe- ram, ut omnes qui in aliquo certamine vicerint, dicatur eis: Perve- nistis ad palmam victoriae». Haec eo loquente, ecce ángelus Domini apparuit stans super arborem palmae, et auferens unum ex ramis eius volavit ad caelum, habens ramum in manu sua. Quod videntes ceciderunt in faciem suam et facti sunt velut mortui. Quibus Iesus locutus est dicens: «Quare formido obtinuit corda vestra? An ne- scitis quia palma haec, quam feci transferri in paradiso, parata erit ómnibus sanctis in loco deliciarum, sicut vobis parata fuit in loco deserti huius?» At illi gaudio repleti surrexerunt omnes.

XXII

i. Cum autem iter agerent, dixit ei loseph: «Domine, calor nimis decoquit nos : si tibi placet, viam teneamus iuxta mare, ut pos-

fs.X). Sozomenos (Hist. eccl. V 21) habla de un melocotonero que, al llegar Jesús a Hermópolis, inclinó sus ramas y le adoró.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

235

del mar para que podamos hacer la travesía descansando en las ciudades marítimas». Díjole Jesús: «No tengas miedo, José; yo os abreviaré el camino, de manera que, lo que habíais de hacer en treinta días, lo hagáis en uno solo». Y, mientras iban diciendo esto, tendieron su vista y empezaron a ver ya las montañas y las ciudades de Egipto.

2. Y, llenos de gozo y alegría, llegaron a los confines de Hermópolis. Entraron en una ciudad llamada Sotinen, y, no te- niendo allí ningún conocido donde hospedarse, fueron a cobi- jarse en un templo llamado el Capitolio de Egipto. En él había trescientos sesenta y cinco ídolos, a los que diariamente se tri- butaban honores divinos sacrilegamente.

XXIII

Y aconteció que, al entrar María con el Niño en el templo, todos los ídolos se vinieron a tierra, quedando deshechos y re- ducidos a pedazos. Así manifestaron evidentemente no ser nada. Entonces tuvo cumplimiento lo que había predicho el profeta Isaías: «He aquí que vendrá el Señor sobre una nube ligera y

simus per civitates marítimas requiescendo transiré». Dixit ei Iesus : «Noli timere, Ioseph; ego viam vobis breviabo, ut quod spatio tri- ginta dierum ituri eratis, in hac una die perficiatis» 62. Haec illis loquentibus ecce prospicientes videre coeperunt montes aegyptios et civitates eius.

2. Et gaudentes et exsultantes devenerunt in finibus Hermópo- lis, et in unam ex civitatibus Aegypti quae Sotinen dicitur ingressi sunt; et quoniam in ea nullus erat notus apud quem potuissent hospitari, templum ingressi sunt, quod capitolium Aegypti voca- batur. In quo templo trecenta sexaginta quinqué idola posita erant, quibus singulis diebus honor deitatis in sacrilegiis perhibebatur.

XXIII

Factum est autem cum beatissima María cum infantulo templum fuisset ingressa, universa idola prostrata sunt in terram, ita ut omnia convulsa iacerent penitus et confracta in faciem suam ; et sic se nihil esse evidenter docuerunt. Tune adimpletum est quod dictum est per prophetam Isaiam: «Ecce Dominus veniet super nubem levem

62 Este detalle figura también en el Ev. ár. de la Infancia (cío).

236

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

penetrará en Egipto. A su vista se conmoverán todas las obras de Egipto hechas por mano de hombre».

XXIV

Al serle esto anunciado a Afrodisio, gobernador de aquella ciudad, vino al templo con todo su ejército. Cuando los sacer- dotes idólatras vieron acercarse a Afrodisio de aquella manera, pensaron que se trataba de una venganza contra aquellos por cuya causa habían venido los ídolos a tierra. Pero él, cuando en- tró en el templo y vió que todos los ídolos yacían en el suelo boca abajo, se acercó a María, adoró al Niño que ésta llevaba en sus brazos y después se dirigió a su ejército y a sus amigos en estos términos : «Si no fuera este Niño el Dios de nuestros dioses, és- tos no hubieran sido derribados ni yacerían en tierra. Por lo cual

et ingredietur Aegyptum, et movebuntur a facie eius omnia manu- facta Aegyptiorum» 63.

XXIV

Tune Affrodisio 64, duci . civitatis illius, cutn nuntiatum fuisset, cum universo exercitu suo venit ad templum. Pontífices vero templi ut viderunt Affrodisium cum universo exercitu suo ad templum properare, putabant se vindictam videre in eos quorum causa dii cor- ruerant. Ule autem ingressus templum, ut vidit omnia idola in facies suas prostrata iacere, accessit ad Mariam et adoravit infantem, quem ipsa in sinu suo portabat, et cum adorasset eum, allocutus est uni- versum exercitum suum et amicos suos dicens : «Nisi hic Deus esset deorum nostrorum, dii nostri coram eo in facies suas minime cecidis- sent, ñeque in eius conspectu prostrati iacerent: unde eum Domi-

63 Is. 19,1. El episodio de la caída de los ídolos ha tenido también honda repercusión iconográfica y literaria en Oriente y en Occidente. Pokrovskij (o.c, p.139) recuerda la miniatura del códice Akathistos de la biblioteca per- teneciente a la «Duchovnaia Akademia» de San Petersburgo. En Occidente, las representaciones son innumerables.

64 La escena de Afrodisio está figurada en el mosaico del arco triunfal de Santa María la Mayor de Roma. Allí aparece una comisión en la puerta de la ciudad, que viene a recibir a Jesús acompañado de sus padres y de cuatro ángeles. Garrucci (Storia art. crist. IV pl.214 p.21-22) pensó que se trataba de la escena de Jesús entre los doctores. Pero A. de Waal (Die apokryphen Evangelien in der altchr. Kunst: RómQ 1 [1887] 189) demostró que se tra- taba sencillamente del episodio de Afrodisio narrado en este pasaje del Ps. Mt. Cf. I. P. Richter, Di un raro soggetto rappresentato nei mosaici della Basílica Liberiana: NuBollArch 5 (1899) 137-149.

Una tradición hace a este Afrodisio predicador del Evangelio en Galia y primer obispo de Béziers.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

237

ellos le están confesando tácitamente su señor. Así, pues, si nos- otros no imitamos su conducta con mayor cautela, podemos in- currir en la indignación de este Niño y perecer ; como le ocurrió al Faraón, rey de los egipcios, quien, por no creer ante señales tan portentosas, fué sepultado en el mar con todo su ejército». Entonces toda la gente de aquella ciudad creyó en el Señor Dios por medio de Jesucristo.

PARTE SEGUNDA XXV

Poco después dijo el ángel a José: «Vuélvete a la tierra de Judá, pues ya han dejado de existir los que buscaban la vida del Niño».

XXVI

i. Sucedió esto después de la vuelta de Egipto. Se encon- traba Jesús en Galilea, recién cumplidos sus tres años, y jugaba

num suum taciti protestantur. Nos ergo déos nostros quod videmus faceré nisi cautius fecerimus omnes, poterimus periculum eius in- dignationis incurrere et universi in interitum devenire, sicut contigit Pharaoni regi Aegyptiorum, qui tantis virtutibus non credens cum omni exercitu suo in mare demersus est». Tune omnis populus eiusdem civitatis credidit Domino Deo per Iesum Christum.

PARS ALTERA XXV

Non post multum dixit ángelus ad Ioseph : «Reverteré in terram luda; mortui sunt qui quaerebant animam pueri»65.

XXVI

i. Et factum est quod post regressionem Iesu de Aegypto, cum esset in Galilaea, iam inchoante quarto aetatis armo, una die sab-

65 Con este inciso termina la primera parte del Ps. Mt., de influencia preponderantemente protoevangélica. La segunda parte, que pertenece de lleno al Ciclo de la Infancia, no es substancialmente sino una versión del Ps. Tomás. Nos contentaremos generalmente con señalar los lugares para- lelos, remitiendo al lector a las notas explicativas añadidas al texto del ci- tado Ps. Tomás.

238

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

un día con otros niños junto al lecho del Jordán. Se sentó e hizo siete balsas de barro. En ellas abrió otros tantos canales por los que con sólo su mandato hacía discurrir el agua de la corriente y luego la dejaba salir. Mas uno de aquellos muchachos, hijo del diablo, cerró por envidia los orificios que daban entrada al agua en las balsas y estropeó la obra de Jesús. Este le dijo: « ¡Ay de ti, hijo de la muerte, hijo de Satanás ! ¿Te atreves a deshacer lo que yo acabo de construir?» Y al momento quedó muerto el rapaz.

2. Entonces los padres del difunto alzaron tumultuosa- mente su voz contra María y José, diciendo: «La maldición fulminada por vuestro hijo ha sido la causa de que muriera el nuestro». Ellos, al oír esto, se fueron inmediatamente a Jesús, apurados por las protestas de los padres y el tumulto de la gen- te. Pero José dijo en voz baja a María: «Yo no me atrevo a de- cirle palabra. Avísale y dile: ¿Por qué has concitado contra nosotros la odiosidad del pueblo y hemos de soportarla ahora in- gratamente?» Su madre se le acercó y le dijo: «¿Qué es lo que hizo éste para tener que morir?» Mas él repuso: «Bien merecida tenía la muerte por haber deshecho lo que yo había construido».

3. Y su madre insistía diciendo: «No seas así, Señor, por- que todo el mundo protesta contra nosotros». Entonces El, no queriendo contristar a su madre, golpeó ligeramente con el pie

bati ipse ludebat cum infantibus ad alveum Iordanis. Cum ergo sedisset, fecit Iesus sibi septem lacus de luto, quibus singulis fecit araciunculas, per quas de torrente ad suum imperium aquas ducebat in lacum et iterum reducebat Tune unus ex infantibus illis, filius diaboli, animo invido clausit aditus qui ministrabant aquas in lacus, et evertit quod operatus fuerat Iesus. Tune dixit illi Iesus : «Vae tibí fili mortis, fili Satanae. Opera quae operatus sum tu dissipas?» Et statim qui hoc fecerat mortuus est.

2. Tune seditiosa voce clamabant parentes mortui contra Ma- riana et Ioseph, dicentes eis: «Filius vester maledixit filium nostrum, et mortuus est». Cum audissent Ioseph et María, statim venerunt ad Iesum propter seditionem parentum pueri et accumulationem Iu- daeorum. Sed Ioseph dixit secreto Mariae: «Ego non audeo illi dicere; tu vero, mone eum et dic: Quare excitasti nobis odium populi, et sustinemus odium molestum hominum Et cum venisset mater ad eum, rogabat eum dicens: «Domine mi, quid faciendo iste fecit ut moreretur At ille dixit : «Dignus erat morte, quia dissipavit opera quae ego fueram operatus».

3. Rogabat ergo eum mater dicens: «Noli, Domine mi, quia insurgunt in nos omnes». At ille nolens matrem suam contristari, pede suo dextro percutiens nates mortui dixit ad eum : «Exsurge, fili

EVANGELIO DEL PS. MATEO

239

derecho las nalgas del difunto y le dijo: «Levántate, hijo de ini- quidad; no eres digno de entrar en el descanso de mi Padre por haber desbaratado lo que yo había edificado». Entonces se le- vantó el que había estado muerto y se marchó. Y Jesús, con sólo su mandato, continuó haciendo discurrir por los canales el agua de las balsas.

XXVII

A continuación tomó Jesús barro de las charcas y a vista de todos hizo con él doce pájaros. Era a la sazón día de sábado y había muchísimos niños con El. Y un judío, que le vió hacer estas cosas, dijo a José: «Oye, José, ¿no ves al niño Jesús traba- jar en sábado, cosa que, como sabes, está prohibida? Ha hecho ya doce pajarillos de barro». Escuchó José estas palabras y riñó a Jesús de esta manera: «¿Por qué ejecutas en sábado lo que sa- bes está prohibido?» Jesús, que oyó esto, dió unas palmadas y dijo a los pajarillos: «Volad». Y, al mandato de su voz, todos echaron a volar. Y, mientras estaban aún todos allí viéndole y escuchándole, dijo a las aves: «Id, volad por toda la tierra y por el universo entero y vivid». Todos los circunstantes, testi- gos de tales prodigios, se llenaron de estupor. Unos le alababan

iniquitatis; non enim dignus es intrare in réquiem patris mei, quia dissipasti opera quae ego fui operatus». Tune qui erat mortuus sur- rexit et abiit. Iesus vero ad imperium suum per aquae ductum aquas ducebat in lacus 66.

XXVII

Et factum est quod post haec, videntibus cunctis cepit lutum de lacis quos fecerat Iesus et ex eo fecit duodecim passeres. Erat autem sabbatum quando fecit hoc Iesus, et infantes plurimi erant cum eo. Cum ergo vidisset quídam de Iudaeis eum hoc facientem, dixit ad Ioseph: «Ioseph, norme vides infantem Iesum in sabbato operari quod ei faceré non licet? Fecit enim de luto duodecim passeres». Hoc audito, Ioseph arguit eum dicens : «Quare in sabbato talia facis quae nobis non licet faceré Iesus autem audiens Ioseph et percu- tiens manum ad manum dixit passeribus suis : «Volate». Et ad vocem imperii sui coeperunt volare. Et adstantibus ómnibus illic et viden- tibus et audientibus, dixit avibus : «Ite et volate per orbem et per omnmen mundum et vivite». Videntes vero qui aderant talia signa, repleti sunt stupore magno. Alü laudabant et admirabantur eum; alii

66-67 Cf. Ps. Tomás II.

240

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

y le admiraban. Otros, en cambio, le vituperaban. Hasta hubo unos cuantos que se fueron a los príncipes de los sacerdotes y jefes de los fariseos para decirles que Jesús, el hijo de José, ha- bía hecho grandes prodigios y señales a vista de todo el pueblo.

Y esto llegó a correrse por todas las doce tribus de Israel.

XXVIII

Por segunda vez el hijo del sacerdote Anás, que había lle- gado con José, tomó un bastón y, loco de ira, deshizo a vista de todos las balsas que había construido Jesús. Con lo cual se disipó todo el agua recogida. Obstruyó incluso los canales de entrada y luego los destruyó. Jesús, que vió esto, dijo a aquel muchacho: «¡Oh germen pésimo de iniquidad, hijo de muerte, oficina de Satanás! El fruto de tu posteridad será inerte; tus raíces, sin frescura; tus ramas, secas, desprovistas de fruto».

Y al instante quedó seco el muchacho a vista de todos y murió.

XXIX

Tembló entonces José, tomó a Jesús y se lo llevó a casa en compañía de su madre. De improviso vino de la parte contraria

vero vituperabant. Et abierunt quídam ad principes sacerdotum et ad primates pharisaeorum et adnuntiaverunt eis quod Iesus filius Ioseph in conspectu totius populi Israel signa magna fecisset et virtutes. Et adnuntiatum est hoc in duodecim tribubus Israel67.

XXVIII

Iam iterum filius Annae sacerdotis templi, qui cum Ioseph ad- venerat, tenens virgam in manu cunctis videntibus cum furore nimio exclusit lacus quos Iesus manibus suis fecerat, et effudit ex eis aquas quas congregaverat de torrente in eis. Nam et ipsum aquae ductum, per quem intrabat aqua, clausit et postea evertit. Cumque haec vidisset Iesus, dixit ad puerum illum qui dissipaverat lacus suos: «O semen iniquitatis pessimum, o fili mortis, officina Satanae, veré erit fructus seminis tui sine vigore, et radices tuae sine humore et rami tui aridi, non ferentes fructum». Et mox videntibus cunctis arefactus est puer et mortuus est68.

XXIX

Deinde tremuit Ioseph et tenuit Iesum, et ibat cum eo ad domum suam, et mater cum eo. Et ecce súbito ex adverso puer quídam, et

68 Cf. Ps. Tomás III.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

241

un muchacho, hijo también de iniquidad, quien se lanzó en su carrera contra los hombros de Jesús, pretendiendo burlarse de El o hacerle daño, si fuera posible. Mas Jesús le dijo: «No te levantarás sano ya del camino por donde vas». Y al instante cayó muerto. Los padres del difunto, que vieron lo ocurrido, exclamaron: «¿Dónde ha nacido este niño? Pues es cosa com- probada que, todo lo que sale de su boca, resulta verdad. Y con frecuencia, antes de que termine de pronunciarlo, ya está cum- plido». Después se acercaron a José y le dijeron: «Quita a ese Jesús de entre nosotros, pues así no puedes vivir en nuestro pueblo. O, si no, dile que bendiga siempre en lugar de malde- cir». Se acercó, pues, José a Jesús y le amonestaba en estos tér- minos: «¿Por qué haces estas cosas? Ya hay muchos que están quejosos de ti. Por tu culpa nos tienen odio y nosotros hemos de aguantar sus molestias». Jesús respondió: «No hay ningún hijo sabio sino aquel a quien su padre instruyó en la ciencia de este tiempo, y la maldición del padre no repercute sino en los que se portan mal». Formóse entonces una confabulación con- tra Jesús y le acusaban ante su padre. José, viendo esto, se intimidó, recelando una violenta sedición en el pueblo de Israel. Mas en aquel momento tomó Jesús de la oreja al rapazuelo difunto y le suspendió en el aire a vista de todos. Y los circuns- tantes pudieron verle hablar con él, lo mismo que un padre con

ipse operarius iniquitatis, currens intulit se super humerum Iesu, volens eum eludere aut nocere si posset. Dixit autem ei Iesus: «Non revertaris sanus de via tua qua vadis». Et statim corruit et mortuus est. Et exclamaverunt parentes mortui, qui viderant quod factum est, dicentes : «Unde natus est hic infans ? Manifestum est quod omne verbum quod dicit verum est, et frequenter antequam dicat adim- pletur». Et accesserunt parentes pueri mortui ad Ioseph et dixerunt illi: «Tolle istum Iesum de loco isto; non enim potes habitare no- biscum in hoc municipio. Aut certe doce illum benedicere et non maledicere». Accessit autem Ioseph ad Iesum et monebat eum di- cens: «Ut quid talia facis? Iam multi dolentes contra te sunt, et propter te habent nos odio, et molestias hominum sustinemus prop- ter te». Respondens Iesus dixit ad Ioseph : «Nullus filius sapiens est nisi quem pater suus secundum scientiam huius temporis erudierit, et patris sui maledictum nemini nocet nisi male agentibus». Tune congregati sunt adversus Iesum et aecusabant eum ad Ioseph. Ut hoc vidit Ioseph, perterritus est nimium, timens vim et seditionem populi Israel. Eadem hora apprehendit Iesus infantem mortuum ab aure et suspendit eum a térra in conspectu omnium, et viderunt

242

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

su hijo. Con lo que retornó a él su alma y revivió, cosa que dejó a todos pasmados de admiración.

xxx' RiJ"i,.'. .' '

1. Había un cierto maestro judío por nombre Zaquías, el cual oyó a Jesús decir estas cosas. Y, viendo que estaba poseído de una ciencia irrebatible de la virtud, se sintió herido y empezó a hablar contra José inconsiderada y neciamente, sin pizca de respeto. Decía, pues: «¿Es que no quieres entregar a tu hijo para que sea instruido en la ciencia humana y en las buenas ma- neras? Veo que tanto como María tenéis en más a vuestro hijo que a toda la tradición de los ancianos. Más cuenta os tendría respetar al senado de la ccmunidad israelítica y pre- ocuparos de que vuestro hijo observara la debida caridad para con su iguales y de que recibiera la instrucción conveniente en la doctrina judía».

2. José, por su parte, respondió: «¿Y quién será capaz de gobernar y educar a este muchacho? Si te crees con fuerzas suficientes para ello, no hay inconveniente alguno por nuestra parte en que le instruyas en esas cosas que enseñas también a los demás». Jesús, que oyó lo que había dicho Zaquías, respon-

Iesum loquentem cum eo tanquam patrem cum filio suo. Et reversus est spiritus suus in ipsum, et revixit. Et mirati sunt universi 69.

XXX

1. Magister autem quídam Iudaeus nomine Zachyas 70 audivit talia Iesum verba loquentem, et videns quia erat insuperabilis scien- tia virtutis in eo, factus est dolens et coepit indisciplínate et stulte et sine timore loqui contra Ioseph. Et dicebat: «Tu non vis filium tuum tradere ut doceatur scientia humana et timore? Sed video te et Mariam plus velle diligere filium vestrum quam traditiones senio- rum populi. Oportebat enim vos plus honorare presbyteros totius ecclesiae Israel, et ut cum infantibus mutuam haberet caritatem et inter eos iudaica erudiretur doctrina».

2. Cui e contrario dixit Ioseph: «Et quis est qui possit hunc infantem tenere et docere? Sed si potes tu tenere et docere eum, nos minime prohibemus eum a te doceri quae ab hominibus discuntur». Auditis Iesus quae dixerat Zachyas respondit ei et dixit: «Praeceptor legis: quae paulo ante dixisti et omnia quae nominasti oportet ser- es Cf. Ps. Tomás IV- V.

70 Otros manuscritos: Zacchaeus, Zachcus, Zachamcus. Cf. Ps. To- más VI.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

243

dió de esta forma: «Maestro de la ley, bien está lo que acabas de decir, tratándose de quienes tienen que ser instruidos en ciencias humanas. Pero, por lo que a se refiere, has de saber que no tengo nada que ver con vuestro fuero, ya que no tengo padre según la carne. Tú, que eres legisperito e interpretas la ley, estás sujeto a ella. Pero yo ya existía mucho antes que la ley. Y, ya que piensas que nadie puede compararse contigo en punto a ciencia, sábete que te encuentras en la necesidad de ser instruido por mí, pues nadie fuera de puede enseñar cosa alguna distinta de esas que acabas de mencionar. Solamente el que es digno, es capaz de hacerlo. Mas, cuando me llegue el momento de ser elevado sobre la tierra, haré cesar toda traza de vuestra genealogía, no eres capaz de precisar la fecha de tu nacimiento. Yo soy el único que perfectamente cuándo habéis nacido y cuánto ha de durar vuestra vida sobre la tierra».

3. Entonces, todos los que oyeron propalar estas palabras se llenaron de estupor y exclamaron diciendo: « ¡Oh!, ¡oh!, ¡oh! Esto es un misterio maravillosamente grande y admirable. Jamás se oyó cosa semejante. Ni los fariseos, ni los profetas, ni los escribas han dicho nunca u oído cosa parecida. Nosotros bien sabemos dónde ha nacido éste. Mas, teniendo apenas cinco años, ¿cómo es que sabe decir tales cosas?» Respondieron los

vari ab his qui hominum docentur institutis; sed extraneus sum a foris vestris, quia parentem carnalem non habeo. Tu qui legem legis et instructus es, in lege permanes; ego autem ante legem eram. Sed cum putes te non habere parem in doctrina, erudieris a me, quoniam nemo alius potest docere nisi haec quae nominasti. Ipse enim potest qui dignus est. Ego autem cum exaltatus fuero a térra, cessare faciam omnem genealogiae vestrae mentionem. Tu quando natus es, igno- ras: ego autem solus scio quando nati estis et quanto tempore vita vestra est in térra»71.

3. Tune omnes qui audierunt verba haec patefacta, obstupue- runt et clamarunt dicentes : «O, o, o, hoc mire magnum et admirabile sacramentum. Numquam audivimus huiusmodi. Numquam ab aliquo alio auditum est, nec a prophetis nec a pharisaeis nec a grammaticis dictum est vel aliquando auditum. Nos scimus hunc unde natus est, et vix est annorum quinqué, et unde haec verba loquitur Respon-

71 Esta disputa de Jesús, no contenida en las redd. griegas del Ps. To- más, se desarrolla en las versiones eslavas del mismo de una manera seme- jante a la actual. Cf. I. Ivanov, Bogomilski Knigi i Legendi (Sofía 1925); P. A- Lavrov, Apokrificheskie Texty: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti Imperatorskoij Akademii Nauk» 67,3 (San Petersburgo 1899).

24-4

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

fariseos: «Nosotros nunca hemos oído decir a un niño de esta edad cosas parecidas».

4. Jesús respondió de esta manera: «¿Os admiráis de que un niño sepa decir esto? ¿Y por qué no creéis lo que acabo de decir? Os maravilla el que os haya dicho que sabía la fecha de vuestro nacimiento. Más cosas os diré que os provocarán aún a mayor admiración. Yo he visto a Abrahán, a quien llamáis vuestro padre ; he hablado con él y él me ha visto a también». Al oír estas palabras, enmudecieron, y nadie se atrevía a hablar. Jesús les dijo entonces: «Entre vosotros he estado con niños y no me habéis conocido. He hablado con vosotros como con personas entendidas y no me habéis comprendido, porque en realidad de verdad sois más pequeños que yo, y vuestra fe es escasa».

XXXI

i. Nuevamente dijo Zaquías, el doctor de la ley, a José y a María: «Dadme al Niño y yo se lo confiaré al maestro Leví para que le eduque y le enseñe las letras». Y ellos llevaron a Jesús con caricias a la escuela, para que el anciano Leví le enseñara las letras. Jesús permanecía callado después de entrar

derunt pharisaei: «Nos numquam audivimus talia verba ab infante alio dicta in tali infantia».

4. Et respondens Iesus dixit eis: «In hoc vos admiramini quia talia dicuntur ab infante ? Quare ergo non creditis mihi in his quae locutus sum vobis ? Et quia dixi vobis quod scio quando nati estis, omnes miramini : ampliora dicam vobis, ut magis miremini. Abraham quem vos dicitis patrem vestrum ego vidi et cum eo locutus fui, et ille me vidit» 72. Et audientes hoc obticuerunt, nec quisquam eorum audebat loqui. Et dixit eis Iesus: «Fui ínter vos cum infantibus, et non cognovistis me. Locutus sum vobis quasi cum prudentibus, et non intellexistis vocem meam, quia minores me estis et modicae fidei».

XXXI

i. Iterum magister Zachyas legis doctor dixit ad Ioseph et Ma- riam: «Date mihi puerum, et ego tradam illum magistro Levi, qui doceat eum litteras et erudiat». Tune Ioseph et Maria blandientes Iesum duxerunt in scholas, ut doceretur litteras a sene Levi. Qui cum introisset, tacebat. Et magister Levi unam litteram dicebat ad

72 Cf. lo. 8,56.58.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

245

en clase. El maestro Leví le iba enseñando mientras tanto el alefato, empezando por alef. Y le decía: «Di ahora esta le- tra». Pero El continuaba silencioso, sin responder palabra. En- tonces el maestro Leví cogió enfadado una vara de estoraque y le pegó en la cabeza.

2. Jesús dijo al preceptor: «¿Por qué me hieres? Sábete que es más bien el castigado el que enseña al que castiga que vice- versa. Yo soy capaz de enseñarte a ti esas mismas cosas que me vas diciendo. Mas todos estos que hablan y escuchan son ciegos como el bronce que tañe o el timbal que retiñe, los cuales no conocen el sentido de las cosas que con sus sonidos interpretan». Y añadió Jesús a Zaquías: «Todas las letras, desde alef hasta tau, se distinguen por su disposición. Dime pri- mero qué es tau y yo te diré después qué es alef». Jesús conti- nuó: «¡Hipócrita! ¿Cómo pueden decir tau los que no conocen alef? Decidme en primer lugar qué es alef, y sólo entonces me fiaré de vosotros cuando digáis beí». Y empezó Jesús a preguntar el nombre de las letras, diciendo : «Que nos diga el doctor de la ley en qué consiste la primera letra o por qué tiene muchos triángulos agudos, graduados, semiagudos, partidos por medio,

Iesum, et incipiens a prima littera Aleph dicebat ei: «Responde». Iesus autem tacebat et nihil respondebat. Unde praeceptor Levi ira- tus apprehendens virgam storatinam percussit eum in capite.

2. Iesus autem dixit ad didascalum Levi: «Ut quid me percu- tís ? In veritate scias quia ipse qui percutitur magis docet percutien- tem se quam ab eo doceatur. Ego enim te possum dicere quae a te ipso dicuntur. Sed hi omnes caeci sunt qui dicunt et audiunt, quasi aes sonans aut cimbalum tinniens, in quibus non est sensus eorum quae intelliguntur per sonum eorum» 73 .

Et subiungens Iesus dixit Zachyae74: «Omnis littera ab Aleph usque ad Thau dispositione discernitur. Dic ergo tu primum quid sit Thau et ego dicam tibi quid sit Aleph». Et iterum dixit ad eos Iesus: «Qui non norunt Aleph, Thau quomodo dicere possunt, hy- pocritae ? Dicite quid sit primum Aleph, at ego tune vobis credam cum dixeritis Beth». Et coepit Iesus singularum litterarum nomina interrogare, et dixit: «Dicat magister legis, prima littera quid sit, vel quare triángulos habeat multos, gradatos, subacutos, mediates, obduc-

73 Cf. Ps. Tomás VI-VIII. El episodio de Jesús en la escuela está repre- sentado en un manuscrito de la catedral de Milán: un maestro conversa en el centro de la escena con un niño sentado en un escaño. Este es Jesús. Los otros dos muchachos, uno sentado y otro de pie, tienen en sus manos el libro de la lección.

74 Se refiere a Leví evidentemente. Parece una equivocación del co- pista.

246

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

opuestos, alargados, alzados, yacentes y yacentes en curva». Al oír esto Leví, quedó estupefacto ante tan diversa disposición de los nombres de las letras.

3. Y empezó a gritar, oyéndolo todos: «¿Es digno acaso de vivir este nombre? Mejor estaría colgado en una cruz, pues es capaz de extinguir el fuego y eludir los demás tormentos. Para mí, éste existía ya antes del cataclismo universal; nació antes del diluvio. ¿Qué entrañas fueron capaces de gestarle? ¿Qué madre pudo darle a luz? ¿Qué pechos han podido ama- mantarle? Huyo de El, no pudiendo aguantar la palabra de su boca, ya que mi corazón se queda estupefacto al oírla. No creo que de hecho haya hombre alguno capaz de entender lo que dice, a no ser que Dios viniera en su ayuda. Y yo ahora, pobre de mí, estoy por mi culpa a merced de sus burlas, ya que pensaba tener ante un alumno y me he encontrado con mi propio maestro, sin saberlo. ¿Qué diré? No soy capaz de aguan- tar las palabras de este niño. Me marcharé de este pueblo, ya que me es imposible entender esto. Viejo y todo, me he dejado ganar por un niño, pues soy incapaz de encontrar lo mismo el principio que el fin de lo que dice. Es harto difícil que uno por solo pueda dar con el principio. Os digo con toda sin- ceridad que, a mi modo de ver, la conducta de este muchacho,

tos, productos, erectos, stratos, curvistratos». Cum autem Levi hoc audisset, obstupefactus est ad tantam dispositionem nominum lit- terarum 75.

3. Tune coepit cunctis audientibus clamare et dicere: «Num debet iste super térra vivere ? Immo in magna cruce dignus est ap- pendi. Nam potest ignem exstinguere et alia deludere tormenta. Ego puto quod hic ante cataclismum fuerit, ante diluvium natus. Quis enim venter illum portavit? aut quae mater genuit illum? aut quae ubera illum lactaverunt? Fugio ante eum; non enim valeo sustinere verbum ex ore eius, sed cor meum stupescit talia verba audire. Nul- lum enim hominum puto eius consequi verbum, nisi fuerit Deus cum eo. Nunc ego ipse infelix tradidi me huic in derisum. Cum enim me putarem habere discipulum, inveni magistrum meum, ig- norans eum. Quid dicam? Non valeo sustinere verba pueri huius: de hoc iam municipio fugiam, quia non valeo haec intelligere. Ab infante senex victus sum, quia ñeque initium de quibus ipse affir- mat invenire <non) possum nec finem. Difficile enim est initium ex se ipso reperire. Certe dico vobis, non mentior, quod ante meos

75 La obscuridad de las expresiones, así como las paralelas del Ps. To- más, se debe a su carácter gnóstico y quizá también al descuido de los co- pistas.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

247

los principios de su discurso y la meta de su intención no pare- cen tener nada de común con los hombres. No sé, por tanto, si será un mago o un dios, o si, más bien, es un ángel de Dios quien habla en El. Lo que tampoco puedo decir es de dónde procede y qué es lo que ha de llegar a ser».

4. Entonces Jesús, con rostro alegre y sonriéndose de él, dijo imperiosamente a todos los hijos de Israel que estaban pre- sentes y le escuchaban: «Sean prolíficos los estériles, vean los ciegos, anden normalmente los cojos, gocen de bienes los pobres y revivan los muertos, para que, devueltos todos a su primitivo estado, permanezca cada cual en Aquel que es la fuente de la vida y de la felicidad perpetua». Λ1 decir Jesús estas palabras, todos los que se encontraban aquejados de diversas enferme- dades se encontraron de pronto restablecidos. Y nadie osaba ya decirle nada ni escuchar cosa alguna de sus labios.

XXXII

Después de esto, partieron de allí María y José juntamente con Jesús y se fueron a la ciudad de Nazaret. Aquí vivía éste en compañía de sus padres. Sucedió un día de sábado que es- taba jugando con otros niños en la terraza de una casa. Uno de ellos empujó a otro con tan mala suerte, que el desgraciado cayó

oculos operatio huius pueri et initia sermonis eius et intentionis exi- tus nihil cum hominibus commune videtur habere. Hic ergo nescio an magus aut deus sit; aut certe ángelus Dei loquitur in eo. Unde sit aut unde venerit aut quis futurus sit, nescio».

4. Tune Iesus laeto vultu subridens de eo dixit cum imperio cunctis filiis Israel adstantibus et audientibus: «Fructificent infruc- tuosi et videant caeci et claudi ambulent recte et pauperes fruantur bonis et reviviscant mortui, ut redintegrato statu unusquisque re- vertatur et permaneat in eo ipso qui radix est vitae et dulcedinis per- petuae» 76. Et cum hoc dixisset infans Iesus, continuo sunt omnes restituti qui sub malis deciderant infirmitatibus. Et amplius non audebant dicere ei aliquid aut audire ab eo.

XXXII

Post haec abierunt inde Ioseph et María cum Iesu in civitatem Nazareth; et erat ibi cum parentibus suis. Et cum esset ibi una sab- bati, dum Iesus luderet cum infantibus in solano cuiusdam domus, contigit ut quídam de infantibus alium depelleret de solario in ter- ram, et mortuus est. Et cum non vidissent parentes mortui, clama-

re Cf. Mt. 11,5.

2 43

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

de la altura y se mató. Al saberlo los padres del muerto, protes- taron contra José y María, diciendo: «Vuestro hijo ha tenido la culpa de que el nuestro cayera y muriese». Jesús, por su parte, estaba silencioso, sin responder palabra. Vinieron a El con toda prisa José y María, y ésta le preguntó: «¿Fuiste tú, Señor mío, el que le hiciste caer?» Jesús por respuesta bajó a toda prisa de la terraza y llamó al niño por su nombre, Zenón. El respondió : « ¡Señor Jesús le dijo : «¿Fui yo acaso el que te tiré?» El interpe- lado repuso: «No, Señor». Y los padres del que había sido cadáver se llenaron de admiración y honraban a Jesús por el milagro que acababa de hacer. De allí partieron José y María, juntamente con Jesús, camino de Jericó.

XXXIII

Tenía Jesús a la sazón seis años. Su madre le envió una vez con otros niños a buscar con un cántaro agua a la fuente. Tenía ya sacada el agua, cuando un muchacho le dió un empe- llón, con el que la vasija recibió un rudo golpe y se hizo pedazos . Mas Jesús extendió su manto y recogió en él toda el agua que había en el cántaro. Después se la llevó a su madre. Ella, al

bant contra Ioseph et Mariam dicentes : «Filius vester filium nostrum misit in terram, et mortuus est». Iesus vero tacebat et nihil eis respon- debat. Venerunt autem festinantes Ioseph et Maria ad Iesum, et ro- gabat mater sua dicens: «Domine mi, dic mihi si tu misisti eum in terram». Et statim descendit Iesus de solario in terram et vocavit puerum per nomen suum Zeno. Et respondit ei: «Domine». Dixitque illi Iesus: «Num ego praecipitavi te in terram de solario?» At ille dixit: «Non, Domine». Et mirati sunt parentes pueri qui fuerat mor- tuus, et honorabant Iesum super facto signo. Et abierunt inde Ioseph et Maria cum Iesu in Iericho77.

XXXIII

Erat autem Iesus annorum sex, et misit illum mater sua cum hydria ad fontem haurire aquam cum infantibus. Et contigit post- quam hausit aquam, ut quídam ex infantibus impegerit eum et con- quassaverit hydriam et fregerit eam. At Iesus expandit pallium quo utebatur, et suscepit in pallio suo tanlum aquae quantum erat in

77 Cf. Ps. Tomás IX.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

249

verlo, se llenaba de admiración e iba rumiando estas cosas y escondiéndolas en su corazón.

XXXIV

Otro día salió al campo llevando un poco de trigo del gra- nero de su madre y lo sembró. El trigo nació, creció y se mul- tiplicó prodigiosamente. Y El mismo se encargó de segarlo, recogiendo tres coros de semilla, que dió después a sus muchos conocidos.

XXXV

Hay un camino que, saliendo de Jericó, conduce hasta el río Jordán, en el lugar por donde pasaron los hijos de Israel. Allí mismo se dice que descansó también el arca de la alianza. Teniendo, pues, Jesús la edad de ocho años, salió una vez de Jericó con dirección al Jordán. Λ la vera del camino, muy cerca ya de las márgenes del río, había una madriguera, donde una leona criaba sus cachorros. Esta era la causa por la que nadie transitaba seguro por aquellos parajes. Llegó, pues, Jesús al

hydria, et portavit eam matri suae. At illa videns mirabatur, et cogita- bat intra se, et condebat omnia haec in corde suo 78.

XXXIV

Iterum quadam die exivit in agrum et tulit parum tritici de hór- reo matris suae, et illud ipse seminavit. Et natum est et crevit et multiplicatum est nimis. Et factum est denique ut ipse meteret, et collegit fructus ex eo tres coros 79, et donavit multiplicibus suis 80.

XXXV

Est via quae exit de Iericho et tendit ad Iordanis fluvium, ubi transierunt filii Israel: ibi arca testamenti dicitur resedisse 81 . Et erat Iesus annorum octo et exivit de Iericho, et ibat ad Iordanem. Et erat secus viam crypta prope Iordanis ripam ubi leaena catulos nutriebat; et nullus poterat per viam securus ambulare. Veniens autem Iesus de Iericho, cognoscens quod in crypta illa leaena filios

7 8 Cf. Ps. Tomás XI.

79 Medida para sólidos de uso entre los judíos, equivalente a unos cua- tro hectolitros.

8 0 Cf. Ps. Tomás XII.

81 Cf. los. 4,3.7.9. Este episodio y el siguiente no tienen paralelo en el Ps. Tomás.

2§0

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

lugar, a sabiendas de que en aquella caverna había parido la leona sus crías. A vista de todos entró en la cueva. Los leoncitos, que le vieron, corrieron a El y le adoraron. Jesús se sentó en medio de la gruta, y ellos correteaban en torno suyo, acaricián- dole y jugueteando, mientras que los leones más viejos estaban retirados cabizbajos, haciéndole fiestas con la cola. La gente que observaba esto desde lejos, al no ver a Jesús, se decía: «De no ser que éste, o sus padres, hubiera cometido grandes pecados, no se hubiera lanzado espontáneamente a los leones». Y, mien- tras los circunstantes pensaban estas cosas y estaban sumidos en una grande aflicción, he aquí que Jesús salió de la gruta y los leones iban jugueteando ante él. Mas los padres de Jesús estaban observando todo esto cabizbajos y desde lejos. Asimis- mo, la demás gente se mantenía a distancia, sin que osaran acercarse por miedo a los leones. Jesús entonces empezó a hablar de manera que todos le oyeran: « ¡Cuánto mejores que vosotros son estas bestias, que reconocen y glorifican a su Señor, a quien vosotros, hombres hechos a su imagen y semejanza, desconocéis! Los brutos animales me reconocen y se amansan. Los hombres me ve'n y no me conocen».

suos generasset, videntibus cunctis introivit in eam. At ubi vide- runt leones Iesum, cucurrerunt ei obviam et adoraverunt eum. Et Iesus sedebat in caverna, et catuli leonum discurrebant circa pedes eius, blandientes cum eo et ludentes. Leones vero séniores demisso capite a longe stabant et adoraverunt eum, et caudis suis blandieban- tur ante eum. Tune populus qui a longe stabat, non videns Iesum, dixit : «Hic nisi gravia fecisset peccata aut parentes eius, non se ultro leonibus obtulisset». Et cum populus haec intra se cogitaret et moe- rori nimio subiaceret, ecce súbito in conspectu populi exivit Iesus de crypta et leones ante pedes eius ludebant inter se. Parentes vero Iesu demisso capite stabant a longe et observabant; pariter et popu- lus propter leones longe stabat : non enim se coniungere eis audebat. Tune Iesus coepit dicere ad populum: «Quanto meliores sunt bes- tiae vobis quae suum agnoscunt Dominum et glorificant, et vos no- mines, qui ad imaginem et similitudinem Dei facti estis, ignoratis. Bestiae agnoscunt me et mansuescunt; homines me vident et non cognoscunt».

EVANGELIO DEL PS. MATEO

251

XXXVI

Después atravesó Jesús el Jordán en compañía de los leones y en presencia de todos. Las aguas del río se partieron entonces a derecha e izquierda. Y Jesús se dirigió a los leones de manera que todos pudieran oírle: «Id en paz, sin hacer daño a nadie y sin que tampoco los hombres os lo hagan a vosotros, hasta que volváis al lugar de donde habéis salido». Y ellos se despi- dieron de El, no de viva voz, sino con su actitud; y retornaron a sus cubiles. Jesús volvió hacia su madre.

XXXVII

i. José tenía el oficio de carpintero y no hacía sino yugos de bueyes, arados, instrumentos para revolver la tierra, junta- mente con otros aperos de labranza, y camas de madera. Vino, pues, un día cierto joven a encargarle un lecho de seis codos. José mandó a su mozo que serrara la madera de acuerdo con las medidas que le habían sido dadas. Pero él no las observó, sino que sacó un travesaño más largo que otro. José se puso nervioso y empezó a cavilar qué se debería hacer en aquel trance.

XXXVI

Post haec Iesus transivit Iordanem cunctis videntibus cum leo- nibus, et aqua Iordanis divisa est ad dextram et ad sinistram 82. Tune dixit leonibus ita ut omnes audirent : «Ite in pace et neminem laeda- tis, sed nec homo vobis noceat, doñee revertamini unde exiistis». At illi non voce sed corpore vale facientes abierunt ad loca sua. Iesus vero reversus est ad matrem suam.

XXXVII

i. Et cum esset Ioseph faber lignarius et nihil aliud ex ligno operaretur nisi iuga bobum et aratra et terrae versoria et culturae apta, ligneosque faceret lectos, contigit ut quídam iuvenis illi fa- ciendum grabatum cubitorum sex demandaret. Et iussit Ioseph pue- ro suo incidere lignum seca férrea secundum mensuram quam mi- serat 83. Qui non servavit definitum sibi modum ; sed fecit unum lignum brevius altero. Et coepit Ioseph aestuando cogitare quid fa- ciendum ei esset super hoc.

82 Cf. 4 Reg. 2,8.

83 El episodio paralelo del Ps. Tomás (c.13) no habla de este muchacho, ayudante de José.

252

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

2. Jesús, que le vió en tan grave aprieto al no encontrar manera de arreglarlo, le dijo con voz llena de consuelo: «Ven, tomemos ambos los palos, juntemos sus extremidades, igualé- moslas entre sí, tirando de ellas hasta nosotros; así podremos hacerlos iguales». José obedeció a sus indicaciones, pues sabía que Jesús era capaz de hacer cuanto se proponía. Tomó, pues, José las extremidades de los maderos y las adosó a la pared junto a sí. Jesús hizo lo mismo, tirando de la otra punta, y estiró el travesaño más corto hasta que logró igualarlo con el más largo. Después dijo a José: «Vete ahora a trabajar y haz lo que te habías propuesto». Y José pudo terminar la obra prometida.

XXXVIII

i. Aconteció por segunda vez que la gente rogó a José y a María que dieran instrucción a Jesús, mandándolo a la escue- la. Ellos, por su parte, no se negaron, sino que, obedientes al mandato de los ancianos, le llevaron a un maestro que le ense- ñase las ciencias humanas. Y éste comenzó por instruirle im- periosamente diciendo : «Di alfa». Mas Jesús respondió : «Dime primero qué es beta y luego te diré yo qué es alfa». Al recibir

2. Et ut vidit Iesus eum sic aestuantem cogitatione, cui res gesta impossibilis erat, consolatoria voce alloquitur eum dicens: «Veni, teneamus capita singulorum lignorum, et coniungamus ea caput ad caput, et coaequemus ea ad se et trahamus ad nos: pote- rimus enim ea faceré aequalia». Tune Ioseph obtemperavit iuben- ti; sciebat enim quod posset faceré quidquid vellet. Et apprehendit Ioseph capita lignorum et iunxit ad parietem et iuxta se, et tenuit Iesus altera capita lignorum et traxit ad se brevius lignum et coae- quavit ligno longiori 84. Et dixit ad Ioseph: «Vade operari, et fac quod facturum te promiseras». Et fecit Ioseph quod promiserat.

XXXVIII

t. Factum est secundo ut Ioseph et María rogarentur a populo ut Iesus doceretur litteris in schola. Quod et faceré non negaverunt, et secundum praeceptum seniorum ducebant eum ad magistrum ut doceretur ab eo scientia humana. Et tune coepit magister imperiose eum docere dicendo: «Dic Alpha». Iesus vero dixit ei: «Tu mihi dic prius quid sit Betha, et ego dicam tibi quid sit Alpha». Et ob hoc

84 La expresión literal es obscura, aunque el sentido fácilmente se in- terpreta.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

253

tal respuesta, el maestro pegó a Jesús. Pero, nada más hacerlo, cayó muerto.

2. Jesús volvió a casa al lado de su madre. Mas José, lleno de temor, dijo a María: «Sábete que mi alma está mortalmente triste por este muchacho. Porque puede muy bien suceder que alguien le pegue maliciosamente y se nos vaya a morir». María replicó : «Hombre de Dios, no creas que pueda suceder esto. Puedes estar seguro de que Aquel que le envió para que naciera entre los hombres, le librará de todo malhechor y le conservará inmune de toda desgracia con su poder».

XXXIX

i. Nuevamente rogaron los judíos a José y María que llevaran al niño con caricias a otro maestro para que recibiera instrucción. Ellos, por temor al pueblo y por la insolencia de los príncipes y amenazas de los sacerdotes, le presentaron de nuevo en la escuela, aunque bien sabían que nada nuevo podría aprender de los hombres quien de solo Dios había recibido una ciencia completa.

magister iratus percussit Iesum, et mox postquam percussit eum, mortuus est 85 .

2. Et Iesus reversus est ad matrem suam domum. Timens autem Ioseph, vocavit Mariam ad se et dixit ei: «Veré scias quia tristis est anima mea usque ad mortem propter puerum istum 86. Fieri enim potest ut aliquando aliquis percutiat in malitia puerum istum, et moriatur». María autem respondens dixit: «Vir Dei, noli credere quod hoc fieri possit. Imo secure crede quod qui eum misit ínter homines nasci, ipse eum ab ómnibus malignitatibus custodiet et in suo nomine conservabit a malo».

XXXIX

Γ. Iterum rogaverunt tertio Mariam et Ioseph Iudaei ut ad alium magistrum blandi mentís suis ducerent ad addiscendum. Ti- mentes autem populum Ioseph et Maria et insolentiam principum et minas sacerdotum, duxerunt iterum ad scholam, scientes nihil posse ab homine discere qui ex solo Deo perfectam haberet scien- tiam 87.

8 5 Cf. Ps. Tomás XIV.

86 Mt. 26.38; Me. 14,34.

87 Cf. Ps. Tomás XV.

254

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

2. Y, entrado que hubo Jesús en clase, se sintió inspirado por el Espíritu Santo y tomó un libro de manos del doctor que explicaba la ley. Después, siendo testigo de vista y oído todo el pueblo, empezó a leer, no por cierto lo que estaba escrito en el citado volumen, sino lo que le dictaba el Espíritu de Dios vivo, como si de una fuente viva brotara un torrente de agua, quedando rebosante el manantial. Y con tanta persuasión ense- ñaba al pueblo las maravillas de Dios vivo, que hasta el maestro mismo se postró en tierra, adorándole. Los corazones de los circunstantes se llenaron de estupor al oírle tales cosas. José, nada más enterarse de ello, vino con toda prisa hacia Jesús, temiendo no fuera también a morir aquel maestro. Este, al ver- lo, le dijo: «Tú no me has confiado un alumno, sino un maestro. ¿Quién será capaz de aguantar su palabra?» Y en esto tuvo cumplimiento lo que había predicho el salmista: «El río de Dios se sale de madre. Preparaste su alimento, pues que tal es su preparación».

XL-

Después María y José partieron de allí con dirección a la ciudad marítima de Cafarnaúm, a causa de la malicia de la

2. Cum autem Iesus introisset scholam, ductus Spiritu Sancto accepit librum de manu didascali docentis legem, et cuncto populo vidente et audiente coepit legere, non quidem quae scripta erant in libro eorum, sed in spiritu Dei vivi loquebatur, tamquam si de fonte vivo torrens aquae egrederetur et fons plenus semper permaneret. Et ita in virtute docebat populum magnalia Dei vivi, ut et ipse ma- gister caderet in terram et adoraret eum. Cor autem populi qui con- sedebat et audierat eum talia dicentem, versum est in stuporem. Quod cum audisset Ioseph, currendo venit ad Iesum, timens ne ipse didascalus moreretur. Quo viso, magister dixit ei : «Tu non de- disti mihi discipulum, sed magistrum: et quis potest verba eius susti- nere Tune adimpletum est quod dictum est per psalmistam: «Flu- men Dei repletum est aqua. Parasti cibum illorum, quia ita est prae- paratio eius» 88.

XL

Post haec migravit Ioseph inde cum Maria et Iesu ut venirent in Capharnaum maritimam, propter malitiam hominum sibi adver-

se Ps. 64.10.

EVANGELIO DEL PS. MATEO

255

gente que les era contraria. En esta ciudad se encontraba un hombre muy rico llamado José, quien, acosado de una grave enfermedad, vino a morir. El cadáver del difunto se encon- traba ya sobre el lecho mortuorio. Jesús, que oyó los gemidos, lloros y lamentos de la gente por aquella desgracia, dijo a José: «¿Por qué no das muestras de tu benevolencia a este tocayo tuyo?» El respondió: «¿Y qué hay en el terreno de mis posibi- lidades para socorrerle?» Dijo Jesús: «Toma el pañuelo que cubre tu cabeza y ponió sobre la cara del difunto, diciéndole: Que Cristo te salve. Ύ al instante será salvo y se levantará de su lecho de muerte». Oído lo cual, marchó José presuroso, siguiendo las indicaciones de Jesús, y entró en la casa mortuoria. Se quitó el pañuelo que cubría su cabeza y lo puso sobre la faz del cadáver yacente, diciendo: Que Jesús te salve. Al momento se levantó el difunto, preguntando que quién era Jesús.

XLI

í. Y se trasladaron de Cafarnaúm a Belén, viviendo José y María en compañía de Jesús. Cierto día llamó José a su pri- mogénito Santiago y le envió por coles a un huerto para hacer

santium. Et cum habitaret Iesus in Capharnaum, erat in civitate quídam homo nomine Ioseph, dives valde. Sed infirmitate sua de- ficiens mortuus est, et mortuus in grabato iacebat. Cum autem audisset Iesus in civitate plangentes et flentes et ululantes super mortuum, dixit ad Ioseph: «Quare huic, cum nomine tuo vocetur, tuae gratiae beneficium non praestas Cui respondit Ioseph : «Quae est potestas mea aut facultas huic praestandi beneficium Cui dixit Iesus: «Tolle sudarium quod est super caput tuum et vade et pone illud super faciem mortui et dic ei: «Salvet te Christus». Et mox salvatus erit et resurget defunctus de grabato suo». Quo audito Ioseph statim abiit ad imperium Iesu currens, et intravit domum defuncti, et sudarium quod habebat super caput suum posuit super faciem eius qui iacebat in grabato, et dixit: «Salvet te Iesus». Et continuo surrexit mortuus de lecto, et quaerebat quis esset Iesus 89.

XLI

i. Et abierunt a civitate Capharnaum in civitatem quae vocatur Bethleem90. Et erat Ioseph cum Maria in domo sua, et Iesus cum eis. Et die quadam vocavit Ioseph ad se filium suum primogenitum

89 No tiene paralelo en el Ps. Tomás.

90 El texto de Tischendorf: «et abierunt in civitatem Capharnaum a civitate quae vocatur Bethleem», está en oposición con el capítulo precedente.

256

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

un guiso. Jesús fué tras de su hermano sin que José ni María se enteraran. Y, mientras Santiago recogía las hortalizas, salió re- pentinamente una víbora de un agujero y le picó en la mano. El, experimentando un vivísimo dolor, empezó a dar gritos. Y, sintiéndose ya desfallecer, decía con tono lastimero: «¡Ay! ¡ay! Una maldita víbora me ha mordido en la mano».

2. Jesús estaba en la parte opuesta. Y, al oír los amargos lamentos de Santiago, corrió hacia él. Tomó su mano y no hizo más que soplar sobre ella y refrigerarla, cuando el joven se sintió curado y la víbora quedó muerta. José y María ignoraban lo ocu- rrido, pero, a los gritos de Santiago y a la voz imperativa de Je- sús, se llegaron al huerto, y encontraron ya muerto al reptil y a Santiago sanado.

XLII

i. Siempre que José iba a algún convite en compañía de sus hijos Santiago, José, Judas y Simeón y de sus dos hijas, asis- tía también Jesús con María, su madre, y con la hermana de ésta, María de Cleofás, que el Señor había otorgado a su padre Cleofás y a su madre Ana en recompensa por la ofrenda que

Iacobum, et misit illum in hortum olerum ut colligeret olera ad fa- ciendum pulmentum. Et subsecutus est Iesus Iacobum fratrem suum in hortum, et Ioseph et Maria nescierunt. Dumque Iacobus colligeret olera, súbito exivit de foramine vípera et percussit manum Iacobi, et ipse prae dolore nimio coepit clamare. Et iam deficiens dicebat cum vocis amaritudine: «Heu, heu, vípera pessima percussit manum meam».

2. Iesus vero stans ex adverso ad vocis amaritudinem accurrit ad Iacobum et tenuit manum eius, et nihil aliud fecit sed tantum sufflavit in manum Iacobi et refrigeravit eam. Et statim Iacobus sanatus est, et serpens mortuus est. Et Ioseph et Maria quod factum est ignorabant; sed ad clamorem Iacobi et ad imperium Iesu cucur- rerunt ad hortum, et invenerunt serpentem mortuum iam et Iacobum bene sanatum.

XLII

i. Cum autem veniret Ioseph ad convivium cum filiis suis Iacobo, Ioseph et luda et Simeone et duabus filiabus suis, convenie- bant Iesus et mater eius cum sorore sua Maria Cleophae, quam Dominus Deus donavit patri eius Cleophae et Annae matri eius,

EVANGELIO DEL PS. MATEO

257

habían hecho a Dios de María, madre de Jesús. Y para su con- suelo le habían dado también por nombre María.

2. Y, siempre que se juntaban, Jesús les santificaba y les bendecía, siendo también el primero en empezar a comer y be- ber. Pues nadie se atrevía a hacerlo, ni siquiera a sentarse a la mesa o a cortar el pan, mientras Jesús no lo hubiera hecho y les hubiera bendecido. Si por casualidad estaba ausente, esperaban hasta que viniera. Y, cuando El se ponía a la mesa, le acompa- ñaban María y José y los hijos de éste, hermanos suyos. Pues éstos tenían ante sus ojos su vida como una antorcha y le profe- saban veneración y respeto. Siempre que Jesús dormía, fuera de día o de noche, siempre resplandecía sobre El la claridad divina.

Λ1 cual sea dada toda alabanza y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén. Amén.

eo quod obtulissent Mariam, matrem Iesu, Domino. Et haec María vocata est simili nomine María ad consolationem parentum.

2. Et cum convenirent, Iesus sanctificabat et benedicebat illos, et ipse prior incipiebat manducare et bibere. Nemo enim illorum audebat manducare vel bibere, nec sedere ad mensam, aut panem frangere, doñee ipse sanctificans eos prius hoc fecisset. Et si forte absens fuisset, exspectabant doñee hoc faceret. Et quando ipse vole- bat ad refectionem accederé, accedebant Ioseph et Maria et fratres eius, filii Ioseph. Hi siquidem fratres ante oculos suos tanquam luminaria vitam eius habentes observabant eum et timebant. Et quando Iesus dormiebat sive in die sive in nocte, claritas Dei re- splendebat super eum. Cui laus sit omnis et gloria in saecula saecu- lorum. Amen. Amen.

E>v. afiíciifos

9

3. LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA

Es una refundición abreviada del Ps. Mt. Durante la Edad Media fué atribuido este apócrifo a San Jerónimo en su Historia Ioachim et Annae. Aun hoy se encuentra entre las obras del santo Doctor (PL 30,297-305). La causa de todo esto debe buscarse en la carta de San Jerónimo a Cromacio y Heliodoro, que, según dijimos al tratar del Ps. Mt., se encuentra en muchos ma- nuscritos como prólogo al De nativitate Mariae.

El estilo es más delicado y elegante que el de su original. Por otra parte, su exegesis bíblica, bastante adelantada, acusa influencias de doctores como Beda (f 733) o Alcuino (f 804). Todo esto nos da pie para concluir con Amann (p.108) que el autor debió de ser un contemporáneo de Carlomagno (s.IX).

Este ha ido ebminando del relato todo lo que podía chocar contra la mentalidad de su tiempo: primer matrimonio de José, prueba de las aguas amargas, constatación escabrosa de Salo- mé, etc. Precisa algunos conceptos vacilantes de sus predeceso- res: v.gr., en lo relativo al vínculo que une a María y José, no duda en calificarlo de verdadero matrimonio y lo distingue con- ceptual y temporalmente de los desposorios. En general mani- fiesta una devoción más delicada a la Santísima Virgen.

Fué incluido íntegramente en la Legenda áurea de Jacobo de Vorágine.

Ediciones y versiones. J. C. Thilo, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (Leip- zig 1832) [texto lat. p. 319-336]; J. P. Migne: PL 30,297-305 [texto lat. en- tre las obras de San Jerónimo]; C. Tischendorf, Evangelia Apocrypha (21876) [texto lat. p.113-121]; E. Amann, Le Protévangile de Jacques et ses remaniements latitu (París 1910) [texto lat. y v. franc. p. 340-364]; E. Gon- zález-Blanco, Los Evangelios apócrifos I (Madrid 1934) [v. esp.].

Estudios. Los citados con ocasión del Prot.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA

259

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA Prefacio

Me haces un encargo que no supone para gran trabajo, pero que entraña una grave responsabilidad por cuanto exige mucho cuidado para discernir lo verdadero de lo falso.

En efecto: me pides que haga una relación escrita de los datos que casualmente haya podido ir encontrando acerca del nacimiento de la santa y bienaventurada virgen María [y de lo restante de su vida] hasta el día de su parto incomparable y los comienzos de la vida de Cristo. Es éste un cometido no cierta- mente difícil, pero arriesgado, como acabo de decir, por el peligro que entraña en relación con la verdad. Bien sabes que estas cosas, cuya relación me pides ahora que tengo la cabeza encanecida, las leí de pequeño en cierto librito que por enton- ces cayó en mis manos. Por lo que te harás cargo de que, des- pués de tanto tiempo y ocupado como' he estado en asuntos de no pequeña envergadura, pueden fácilmente habérseme borra- do de la memoria algunos detalles. Así, pues, creo que nadie podrá echarme justamente en cara las omisiones, cambios o añadiduras en que incurra al acceder a tu petición; ya que, así

LIBER DE NATIVITATE MARIAE Praefatio i

Petis a me petitiunculam opere quidem levem, sed cautela falsi- tatis admodum gravem.

Postulas enim ut stilo digeram si quid alicubi forte de nativitate sanctae ac beatissimae virginis Mariae usque ad incomparabilem eius partum et prima Christi rudimenta inveni: res quidem actu non difficilis sed periculo, ut dixi, veritatis admodum praesumptuosa. Nam hoc quod a me nunc cano capite exposcis, adolescentulum me in quodam libello qui in manus meas incidit legisse noris et certe tanti temporis intercessu et aliarum non levium rerum interventu facile aliqua memoriae elabi potuerunt. Unde non iuste argui pos- sum aliqua me si tuae petitioni obtemperavero aut praetermittere

1 Este prólogo figura en el manuscrito 162 de la biblioteca de Chartres (s.XI). Cf. Amann, p.341. En él se explica el contenido del Libellus de nati- vitate Mariae. Este no es una traducción de apócrifos anteriores, sino una reseña de los principales hechos de la vida de la Virgen, fundada en los da- tos suministrados por aquéllos.

260

VPÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

como admito su posibilidad, de la misma manera niego rotun- damente el que las cometa con deliberación.

Por tanto, en mi afán de acceder a tus deseos y de satisfa- cer la curiosidad de los lectores, quiero advertirte a ti, lo mismo que a éstos, que el mencionado librito, si mal no recuerdo, em- pezaba de la siguiente manera, por lo menos en cuanto al sentido :

I

1. La bienaventurada y gloriosa siempre virgen María des- cendía de estirpe regia y pertenecía a la familia de David. Ha- bía nacido en Nazaret y fué educada en el templo del Señor, en la ciudad de Jerusalén. Su padre se llamaba Joaquín y su madre Ana. Era nazaretana por parte de su padre y betlemita por la de su madre.

2. La vida de estos esposos era sencilla y recta en la pre- sencia del Señor e irreprensible y piadosa ante los hombres. Te- nían dividida su hacienda en tres partes: una la destinaban para

aut addere aut mutare, quod ut fieri posse non negó, sic me ex volúntate faceré non concedo.

Itaque tam tuis votis satisfaciens quam lcgentium curiositati con- ' sulens tam te quam quemlibet lectorem moneo memoratum libellum, si bene memini, quantum ad sensum pertinet, eiusmodi praefationem habuisse 2.

I

1. Igitur beata et gloriosa semper virgo Maria de stirpe regia et familia David oriunda, in civitate Nazareth nata 3, Hierosolymis in templo Domini nutrita fuit. Pater eius Ioachim, mater vero Anna dicebatur. Domus paterna ex Galilaea et civitate Nazareth, mater- num autem genus ex Bethleem erat.

2. Vita eorum simplex et recta apud Dominum, apud nomines irreprehensibilis erat et pia. Nam omnem substantiam suam trifa- riam diviserunt: unam partem templo et templi servitoribus impen-

2 A continuación sigue la segunda carta del Ps. Jerónimo: «Petitis a me ut vobis rescribam...» (cf. nota 2 al Ps. Mt.).

3 El señalar a Nazaret como ciudad natal de la Virgen se debe quizá a la influencia de Le. 1,26-27 (cf- en 'a nota 20 al P¡- Wt. las opiniones sobre Jerusalén y Belén). Este dato del De nativitate lo tomaron los cruzados a pie juntiMas y edificaron en Nazaret una iglesia, colocando una cruz sobre el lugar donde creían haber sido concebida María.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA

261

el templo de Dios y sus ministros ; otra se la daban a los pobres y peregrinos ; la tercera quedaba reservada para las necesidades de su servidumbre y para mismos.

3. Mas estos nombres, tan queridos de Dios y piadosos para con sus prójimos, llevaban veinte años de vida conyugal en casto matrimonio sin obtener descendencia. Tenían hecho voto, sin embargo, de que, si Dios les concedía un vástago, lo consagrarían al servicio divino. Por este motivo acostumbraban a ir durante el año al templo de Dios con ocasión de las fiestas.

II

1. Estaba ya próxima la fiesta de la Dedicación del templo y Joaquín se dirigió a Jerusalén en compañía de algunos paisa- nos suyos. Era sumo sacerdote a la sazón Isacar. Este, al ver a Joaquín entre sus conciudadanos dispuesto como ellos a ofrecer sus dones, le menospreció y desdeñó sus presentes, preguntán- dole que cómo tenía cara para presentarse entre los prolíficos él que era estéril. Le dijo, además, que sus ofrendas no debían ser aceptas a Dios por cuanto le consideraba indigno de pos-

debant, aliam peregrinis et pauperibus erogabant, tertiam suae familiae usibus et sibi reservabant.

3. Ita isti Deo cari, hominibus pii, per annos circiter viginti castum domi coniugium sine liberorum procreatione exercebant. Voverunt tamen, si forte Deus donaret eis sobolem, eam se Domini servitio mancipaturos : cuius rei gratia et templum Domini per an- num festis frequentare solebant.

II

1. Factum est autem ut Encaeniorum 4 festivitas appropinqua- ret, unde cum nonnullis contribulibus suis Hierosolymam et Ioachim ascendit. Ea vero tempestate Isachar ibi pontifex erat 5. Cumque ínter ceteros concives suos etiam Ioachim cum oblatione sua videret, despexit eum et muñera eius sprevit, interrogans cur inter foecundos infoecundus ipse stare praesumeret, dicens muñera nequáquam Deo digna posse videri, quoniam ipsum prole indignum iudicasset, Scrip-

4 Cf. Prof. (II 2) : ή ημέρα Κυρίου ή μεγάλη. Correspondía esta fiesta a la conmemoración de la Dedicación del templo hecha por Salomón (cf. 2 Mach. 2,9).

5 Nótese la gradación: Según Prof., se trata de un tal 'Ρουβίμ (I 2); el Ps. Mt. (II 1) habla del escriba Rubén; De nat. le da el nombre de Isachar, atribuyéndole la dignidad de sumo sacerdote.

2β2

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

teridad, y adujo el testimonio de la Escritura, que declara mal- dito al que no hubiere engendrado varón en Israel. Quería, pues, decirle que debía primero verse libre de esta maldición, teniendo hijos, y que sólo entonces podría presentarse con ofren- das ante la vista del Señor.

2. Joaquín quedó muerto de vergüenza ante tamaña inju- ria y se retiró a los pastizales donde estaban los pastores con sus rebaños, sin querer tornar a casa para no exponerse a semejan- tes desprecios por parte de los paisanos que habían presenciado la escena y oído lo que el Sumo Sacerdote le había echado en cara.

III

t. Llevaba ya algún tiempo en aquel lugar, cuando un día que estaba solo, se le presentó un ángel de Dios, rodeado de un inmenso resplandor. El quedó turbado ante su vista, pero el ángel de la aparición le libró del temor diciendo: «Joaquín, no tengas miedo ni te asustes por mi visión. Has de saber que soy

tura dicente maledictum omnem esse qui non genuisset masculum in Israel 6. Dicebat ergo prius eum ab hac maledictione sobolis gene- ratione solvendum et sic demum in conspectu Domini cum oblatio- nibus esse venturum.

2. Cuius opprobrii obiectu pudore magno suffusus Ioachim ad pastores qui cum pecudibus erant in pascuis suis secessit; ñeque enim domum repedare voluit, ne forte a contribulibus suis, qui simul aderant et hoc a sacerdote audierant, eodem opprobrii elogio notaretur.

III

I. Verum cum ibi aliquando esset, quadam d'ie cum esset solus, ángelus Domini ei cum immenso lumine astitit 7. Qui cum ad eius visionem turbaretur, ángelus qui ei apparuerat timorem eius com- pescuit dicens : «Noli timere, Ioachim, ñeque in visione mea turberis ;

6 No aparece en la Sagrada Escritura semejante texto. Sin embargo, el pasaje de Ex. 23,26 (e Is. 31,9) dió pie a los comentaristas para deducir que aquellos que no tenían hijos estaban malditos por Dios. San Jerónimo dice: «Maledicta sterilis quae non habet semen in Israel» (In Is. 4,1 : PL 24, 72). Y San Agustín: «Illo itaque tempore cum et lex dies Patriarcharum subsequens maledictum dicit qui non excitaret semen in Israel» (De bono continent. 22: PL 11,391).

7 De nat. invierte el orden de las apariciones establecido por los otros apócrifos.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA

263

un ángel del Señor. El me ha enviado a ti para anunciarte que tus plegarias han sido escuchadas y que tus limosnas han subi- do hasta su presencia. Ha tenido a bien poner sus ojos en tu confusión, después de que llegó a sus oídos el oprobio de este- rilidad que injustamente se te dirigía. Dios es verdaderamente vengador del delito, mas no de la naturaleza. Y por eso, cuando tiene a bien cerrar la matriz, lo hace para poder abrirla de nuevo de una manera más admirable y para que quede bien en claro que la prole no es fruto de la pasión, sino de la liberalidad divina.

2. Efectivamente : Sara, la madre primera de vuestra pro- sapia, ¿no fué estéril hasta los ochenta años? Y, no obstante, dió a luz en extrema ancianidad a Isaac, a quien aguardaba la ben- dición de todas las generaciones. También Raquel, a pesar de ser tan grata a Dios y tan querida del santo Jacob, fué estéril durante largo tiempo. Sin que esto fuera obstáculo para que en- gendrara después a José, que fue no sólo el Señor de Egipto, sino también el libertador de muchos pueblos que iban a pere- cer a causa del hambre. Y ¿quién hubo entre los jueces más fuerte que Sansón o más santo que Samuel? Sin embargo, am- bos tuvieron madres estériles. Si, pues, la razón contenida en mis palabras no logra convencerte, ten por cierto, cuando me- nos, que las concepciones largamente esperadas y los partos pro- venientes de la esterilidad, suelen ser los más maravillosos.

3. Sábete, pues, que Ana, tu mujer, va a darte a luz una

ego enim sum ángelus Domini missus ab ipso ad te ut annuntiem tibi preces tuas esse exauditas et eleemosynas tuas ascendisse in conspectum eius. Videns quippe vidit pudorem tuum et audivit sterilitatis opprobrium non recte tibi obiectum. Peccati namque, non naturae, ultor est Deus, et ideo cum alicuius uterum claudit, ad hoc facit ut mirabilius denuo aperiat, et non libidinis esse quod nascitur sed divini muneris cognoscatur.

2. Prima enim gentis vestrae Sara mater, nonne usque ad octo- gesimum annum infoecunda fuit? Et tamen in ultima senectutis aetate genuit Isaac cui repromissa erat benedictio omnium gentium. Rachel quoque tantum Domino grata tantumque a sancto Iacobo amata diu sterilis fuit, et tamen Ioseph genuit non solum dominum Aegypti sed plurimarum gentium farne periturarum liberatorem. Quis in ducibus vel fortior Sampsone vel sanctior Samuele ? Et tamen hi ambo steriles matres habuere. Si ergo ratio verbis meis tibi non persuadet, crede dilatos diu conceptus et steriles partus mirabiliores esse soleré.

3. Proinde Anna, uxor tua, pariet tibi filiam et vocabis nomen

264

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

hija, a quien impondrás el nombre de María. Esta vivirá con- sagrada a Dios desde su niñez, en consonancia con el voto que habéis hecho; y ya desde el vientre de su madre se verá llena del Espíritu Santo. No comerá ni beberá cosa alguna impura; ni pasará su vida entre el bullicio de la plebe, sino en el reco- gimiento del templo del Señor, para que nadie pueda llegar a sospechar ni a decir cosa alguna desfavorable de ella. Y, cuando vaya creciendo su edad, de la misma manera que ella nacerá de madre estéril, así, siendo virgen, engendrará a su vez de ma- nera incomparable al Hijo del Altísimo. El nombre de Este será Jesús, porque de acuerdo con su significado ha de ser el salva- dor de todos los pueblos.

4. Esta será para ti la señal de que es verdad cuanto acabo de decirte : Cuando llegues a la puerta Dorada de Jerusalén te encontrarás con Ana, tu mujer, que vendrá a tu encuentro. Ella, que ahora está preocupada por tu tardanza en regresar, se ale- grará hondamente al poderte ver de nuevo». Y dicho que hubo esto, el ángel se apartó de él.

IV

i. Después se dejó ver de Ana, la mujer de Joaquín, y le dijo: «No tengas miedo, Ana, ni creas que es un fantasma lo

eius Mariam; haec erit, ut vovistis, ab infantia sua Domino conse- crata et Spiritu Sancto replebitur 8 adhuc ex útero matris. Omne immundum ñeque manducabit ñeque bibet ñeque ínter populares forinsecus turbas, sed in templo Domini, conversatio eius erit ne quid de ea sinistrum vel suspicari saltem possit vel dici. Itaque, aetate procedente, sicut ipsa mirabiliter ex sterili nascetur, ita in- comparabiliter virgo generabit Altissimi filium, qui Iesus vocabitur: secundum nominis etymologiam Salvator omnium gentium erit.

4. Et hoc tibi eorum quae annuntio signum erit, cum perve- neris ad auream in Hierosolymis portam, habebis ibi obviam Annam uxorem tuam, quae de tuae regressionis tardatione modo sollicita, tune in adspectu tuo gaudebit». His dictis, ángelus discessit ab eo.

IV

1. Deinde apparuit Annae, uxori eius, dicens: «Ne timeas, Anna, ñeque phantasma putes esse quod vides. Ego enim sum an-

8 Cf. Le. 1,15. No implica este texto la concepción inmaculada, sino una santificación parecida a la de San Juan Bautista en el seno de su madre.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA

265

que tienes a tu vista. Soy el ángel que presentó vuestras oracio- nes y limosnas ante el acatamiento de Dios. Ahora acabo de ser enviado a vosotros para anunciaros el nacimiento de una hija cuyo nombre será María y que ha de ser bendita entre to- das las mujeres. Desde el momento mismo de nacer rebosará en ella la gracia del Señor y permanecerá en la casa paterna los tres primeros años hasta que termine su lactancia. Después vi- virá consagrada al servicio de Dios y no abandonará el templo hasta que llegue el tiempo de la discreción. Allí permanecerá sirviendo a Dios con ayunos y oraciones de noche y de día y absteniéndose de toda cosa impura. Jamás conocerá varón, sino que, ella sola, sin previo ejemplo y libre de toda mancha, co- rrupción o unión con hombre alguno, dará a luz, siendo virgen, al hijo, y siendo esclava, al Señor que con su gracia, su nombre y su obra es salvador de todo el mundo.

2. Levántate, pues, sube hasta Jerusalén. Y cuando llegues a aquella puerta que llaman Aurea por estar dorada, encontra- rás allí, en confirmación de lo que te digo, a tu marido, por cuya salud estás acongojada. Ten, pues, seguro, cuando tuvieren cumplimiento estas cosas, que el contenido de mi mensaje se realizará sin duda alguna».

gelus qui preces et eleemosynas vestras obtuli in conspectu Dei 9, et nunc missus sum ad vos ut annuntiem vobis nascituram filiam quae María vocata super omnes mulleres erit benedicta. Haec a nativitate sua statim Domini gratia plena, tribus ablactationis suae annis in domo paterna permanebit, postea vero servitio Domini mancipata a templo usque ad intelligibiles annos non discedet; ibi denique ieiuniis et orationibus nocte ac die Deo serviens, ab omni immundo se abstinebit, virum numquam cognoscet, sed sola sine exemplo 10, sine macula, sine corruptione, sine virili commixtione, virgo filium, ancilla dominum et gratia et nomine et opere Salvato- rem mundi generabit.

2. Itaque surge, ascende Hierusalem et cum perveneris ad por- tam quae áurea, eo quod deaurata est, vocatur, ibi pro signo virum tuum pro cuius incolumitatis statu sollicita es, obvium habebis. Cum haec igitur ita evenerint, scito quod quae annuntio sine dubio com- plenda erunt».

9 Cf. Tob. 12,12-is ; Apoc. 8,3-4. Cf. Sedulium, Carmen paschale II 67SS. : PL 19,599: «Gaudia matris habens cum virginitatis honore

Nec primam similem visa est, nec habere sequentem;

Sola sine exemplo placuisti femina Christo».

266

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

V

1. Ambos obedecieron al mandato del ángel y se pusieron camino de Jerusalén desde los puntos donde respectivamente se hallaban. Y, cuando llegaron al lugar señalado por el vaticinio angélico, vinieron a encontrarse mutuamente. Entonces, alegres por verse de nuevo y firmes en la certeza que les daba la prome- sa de un futuro vástago, dieron las gracias que cumplía a Dios que exalta a los humildes.

2. Y, después de adorar al Señor, volvieron a casa, donde esperaron la realización de la divina promesa, llenos de con- fianza y de alegría. Por fin concibió Ana y alumbró una hija, a quien sus padres dieron el nombre de María según el manda- to del ángel.

VI

i. A los tres años, cuando se hubo terminado el tiempo de la lactancia, llevaron a la Virgen juntamente con sus ofrendas al templo del Señor. Tenía éste en derredor quince peldaños de subida, de acuerdo con los quince salmos graduales. Es de saber que, como el templo estaba edificado sobre un monte, no se podía llegar al altar de los holocaustos, que estaba fuera de su recinto, sino por medio de gradas.

V

í. Itaque iuxta angelí praeceptum uterque de loco in quo erant promoventes ascenderunt Hierusalem, et cum ad locum pervenissent angélico vaticinio designatum, ibi sibi invicem obviaverunt. Tune de mutua sua visione laeti et promissae prolis certitudine securi, debitas Domino humilium exaltatori gratias egerunt.

2. Itaque adorato Domino domum regressi divinum promissum certi et hilares exspectabant. Concepit ergo Anna et peperit filiam, et iuxta mandatum angelicum parentes vocabant nomen eius Mariam.

VI

i. Cumque trium annorum circulus volveretur et ablactationis tempus completum esset, ad templum Domini Virginem cum obla- tionibus adduxerunt. Erant autem circa templum iuxta quindecim graduum psalmos quindecim ascensionis gradus; nam quia templum erat in monte constitutum, altare holocausti, quod forinsecus erat, adiri nisi gradibus non valebat.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA

267

2. En una de estas gradas colocaron, pues, sus padres a la bienaventurada virgen María, niña aún de corta edad. Y cuan- do ellos estaban entretenidos en cambiar sus vestidos de viaje por otros más limpios y curiosos, la Virgen del Señor se fué su- biendo una a una todas las gradas, sin que nadie le diera la mano para levantarla y guiarla, de manera que, por lo menos en este punto, nadie podría decir que le faltaba la gravedad propia de la edad madura. Y es que ya el Señor hacía cosas magníficas en la infancia de su Virgen y daba a conocer de antemano con esta maravillosa señal cuán grande había de ser en el futuro.

3. Y, después de celebrar el sacrificio prescrito por la Ley, cumplido ya su voto, dejaron a la Virgen en el recinto del tem- plo para que fuera allí educada con las demás doncellas. Ellos se volvieron a su casa

VII

Γ. Mas la Virgen del Señor iba adelantando en las virtudes al par que aumentaba en edad ; y, según las palabras del salmis- ta, su padre y su madre la abandonaron, pero Dios ¡a tomó con- sigo. Diariamente tenía trato con los ángeles. Asimismo gozaba todos los días de la visión divina, la cual la inmunizaba contra

2. In horum itaque uno beatam Virginem Mariam parvulam parentes constituerunt. Cumque ipsi vestimenta quae in itinere habuerant exuerent, et cultioribus ex more vestibus se et munditio- ribus induerent, Virgo Domini cunctos singillatim gradus sine ducen- tis et levantis manu ita ascendit, ut perfectae aetati in hac dumtaxat causa nihil deesse putares. Iam quippe dominus in Virginis suae infantia magnum quid operabatur, et quanta futura esset huiusmodi miraculi indicio praemonstrabat.

3. Igitur sacrificio secundum consuetudinem legis celebrato 11 et voto suo perfecto, Virginem ínter septa templi cum aliis virginibus ibidem educandam dimiserunt, ipsi vero domura regressi sunt.

VII

1. Virgo autem Domini cum aetatis processu et virtutibus pro- ficiebat, et iuxta psalmistam pater et mater dereliquerunt eam, Do- minus autem assumpsit eam 12. Quotidie namque ab angelis fre- quentabatur, quotidie divina visione fruebatur, quae eam a malis ómnibus custodiebat et bonis ómnibus redundare faciebat. Itaque

11 Cf. 1 Sam. 1,25.

12 Cf. Ps. 26,10.

26S

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

toda clase de males y la inundaba de bienes sin cuento. Así llegó hasta los catorce años, haciendo con su conducta que los malos no pudieran imaginar en ella nada reprensible y los buenos tu- vieran su vida y su comportamiento por dignos de admiración.

2. Solía entonces anunciar públicamente el sumo pontí- fice que todas las doncellas que vivían oficialmente en el templo y hubiesen cumplido la edad convenida retornaran a sus casas y contrajeran matrimonio, de acuerdo con las costumbres del pueblo y el tiempo de cada una. Todas se sometieron dócil- mente a esta orden menos María, la Virgen del Señor, quien dijo que no podía hacer aquello. Dió como razón el que estaba consagrada al servicio de Dios espontáneamente y por volun- tad de sus padres; y que además había hecho al Señor voto de virginidad, por lo que no estaba dispuesta a quebrantarlo por la unión matrimonial. Vióse entonces en gran aprieto el sumo sacerdote, pensando por una parte que no debía violarse aquel voto para no contravenir a la Escritura, que dice: Haced votos al Señor y cumplidlos; y no atreviéndose por otra a introducir una costumbre desconocida para el pueblo. Así, pues, mandó que, con ocasión de la fiesta ya cercana, se presentaran todos los hombres de Jerusalén y sus contornos para que su consejo pu-

ad quartum decimum annum usque pervenit, ut non solum nihil de ea mali reprehensione dignum configere possent, sed et boni omnes qui eam noverant vitam et conversationem eius admiratione dignam iudicarent.

2. Tune pontifex publice denuntiabat ut virgines 13, quae in templo publice constituebantur et hoc aetatis tempus explessent, domum reverterentur et nuptiis secundum morem gentis et aetatis maturitatem operam darent. Cui mandato cum ceterae pronae paruis- sent, sola Virgo Domini María hoc se faceré non posse respondit, dicens se quidem et parentes suos Domini servido mancipasse, et insuper se ipsam Domino virginitatem vovisse 14, quam numquam viro aliquo commixtionis more cognito violare vellet. Pontifex vero in angustia constitutus animi, cum ñeque contra Scripturam quae dicit: «Vovete et reddite» 15 votum infringendum putaret, ñeque morem genti insuetum introducere auderet, praecepit ut ad festi- vitatem quae imminebat omnes ex Hierosolymis et vicinis locis pri-

13 Ps. Ut. VII.

14 Nota cómo se hace resaltar la participación personal de María en su consagración virginal a Dios.

15 Ps. 75,12.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA

269

diera darle luz sobre la determinación que había de tomarse en asunto tan difícil

3. Realizado el plan, fué sentir común de todos que debía consultarse al Señor sobre esta cuestión. Se pusieron, pues, en oración y el sumo sacerdote se acercó para consultar a Dios.

Y al momento se dejó sentir en los oídos de todos una voz pro- veniente del oráculo y del lugar del propiciatorio. Decía esta voz que, en conformidad con el vaticinio de Isaías, debía bus- carse alguien a quien se encomendase y con quien se desposase aquella virgen. Pues es bien sabido que Isaías dice: «Brotará un tallo de la raíz de Jesé y se elevará una flor de su tronco. So- bre ella reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y piedad. Y será inundada del espíritu de temor del Señor».

4. De acuerdo, pues, con esta profecía, mandó que todos los varones pertenecientes a la casa y familia de David, aptos para el matrimonio y no casados, llevaran sendas varas al altar.

Y dijo que el dueño de la vara, que, una vez depositada, hiciera germinar una flor y en cuyo ápice se posara el Espíritu del Señor en forma de paloma, sería el designado para ser custodio y esposo de la Virgen.

mores adessent, quorum consilio scire posset quid de re tam dubia faciendum esset.

3. Quod cum fieret, ómnibus in commune placuit Dominum super hac re esse consulendum. Et cunctis quidem orationi incum- bentibus, pontifex ad consulendum ex more accessit: nec mora, cunctis audientibus, de oráculo et de propitiatorü loco vox facta est, secundum Esa'iae vaticinium requirendum esse cui Virgo illa commendari et desponsari deberet. Liquet enim Esa'iam dicere: «Egredietur virga de radice Iesse et flos de radice eius ascendet et requiescet super eum spiritus Domini: spiritus sapientiae et intel- lectus, spiritus consilii et fortitudinis, spiritus scientiae et pietatis et replebit eum spiritus timoris Domini» 16.

4. Secundum hanc ergo prophetiam cunctos de domo et familia David nuptui hábiles non coniugatos 17 virgas suas allaturos ad al- tare praedixit, et cuiuscumque post allationem virgula florem ger- minasset et in cuius cacumine spiritus Domini in specie columbae consedisset, ipsum esse cui Virgo commendari et desponsari deberet.

16 Is. 11,1.

17 Con esto parece excluirse la viudez de José.

270

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

VIII

1. Allí estaba, como uno de tantos, José, hombre de edad avanzada que pertenecía a la casa y familia de David. Y, mien- tras todos por orden fueron depositando sus varas, éste retiró la suya. Al no seguirse el fenómeno extraordinario anunciado por el oráculo, el sumo sacerdote pensó que se debía consultar de nuevo al Señor. Este respondió que precisamente había de- jado de llevar su vara aquél con quien debería desposarse la Virgen. Con esto quedó José descubierto, pues, nada más de- positar su vara, se posó sobre su extremidad la paloma proce- dente del cielo. Esto patentizó bien a las claras que era él con quien debía desposarse a la Virgen.

2. Se celebraron, pues, los esponsales como de costumbre y José se retiró a la ciudad de Belén para arreglar su casa y dis- poner todo lo necesario para la boda. María, por su parte, la virgen del Señor, retornó a la casa de sus padres en Galilea acompañada de las siete doncellas coetáneas suyas y compañeras desde la niñez, que le habían sido dadas por el sumo sacerdote.

VIH

1. Erat autem inter ceteros Ioseph, homo de domo et familia David grandaevus; cunctis vero virgas suas iuxta ordinem deferen- tibus, solus ipse suam subtraxit 18. Unde cum nihil divinae voci consonum apparuisset, pontifex iterato Deum consulendum putavit: qui respondit solum illum ex his qui designati eraDt virgam suam non attulisse cui Virginem desponsare deberet. Proditus itaque est Ioseph. Cum enim virgam suam attulisset et in cacumine eius colum- ba de cáelo veniens consedisset, liquido ómnibus patuit ei Virginem desponsandam fore.

2. Igitur sponsaliorum iure de more celebrato 19, ipse quidem in Bethleem recedit civitatem domum suam dispositurus et nuptiis necessaria procuraturus. Virgo autem Domini María cum aliis sep- tem virginibus coaevis et collactaneis, quas a sacerdote acceperat, ad domum parentum suorum in Galilaeam reversa est.

18 En las narraciones precedentes, José no hacía nada positivo para im- pedir el curso de la prueba.

19 De nal. no duda ya en admitir verdadero matrimonio entre José y María.

LIRRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA

271

IX

1. En estos mismos días (es decir: al principio de su lle- gada a Galilea) fué enviado por Dios el ángel Gabriel para que le anunciase la concepción del Señor y para que la pusiera al corriente de la manera y orden cómo iba a desarrollarse este acontecimiento. Y así, entrado que hubo hasta ella, inundó la estancia donde se encontraba de un fulgor extraordinario. Des- pués la saludó amabilísimamente en estos términos: «Dios te salve, María, virgen gratísima al Señor, virgen llena de gracia: el Señor está contigo; eres más bendita que todas las mujeres y que todos los hombres que han nacido hasta ahora».

2. La Virgen, que estaba bien acostumbrada a ver rostros angélicos y a quien le era familiar el verse circundada de res- plandores celestiales, no se asustó por la visión del ángel ni quedó aturdida por la magnitud del resplandor, sino que úni- camente se vió sorprendida por la manera de hablar de aquel ángel. Y así se puso a pensar a qué vendría saludo tan insólito, qué pronóstico podría traerle y qué desenlace tendría final- mente. El ángel, por inspiración divina, vino al encuentro de ta- les pensamientos y le dijo: «No tengas miedo, María, de que en este mi saludo vaya velado algo contrario a tu castidad. Pre- cisamente por haber escogido el camino de la pureza has encon-

IX

1. His vero diebus, primo scilicet adventus sui in Galilaeam tempore, missus est ad eam ángelus Gabriel a Deo, qui ei conceptum Dominicum narraret et conceptionis vel modum vel ordinem expo- neret. Denique ingressus ad eam, cubiculum quidem ubi manebat ingenti lumine perfudit, ipsam vero gratantissime salutans dixit: «Ave Maria, Virgo Domini gratissirria, Virgo gratia plena, Dominus te- cum, benedicta tu prae ómnibus mulieribus, benedicta prae ómnibus hactenus natis hominibus» 20.

2. Virgo autem quae iam angélicos bene noverat vultus et lu- men caeleste insuetum non habebat, ñeque angélica visione territa, ñeque luminis magnitudine stupefacta, sed in solo eius sermone turbata est, et cogitare coepit qualis ista salutatio tam insólita esse posset, quidve portenderet vel quem finem esset habitura. Huic cogitationi ángelus divinitus inspiratus occurrens: «Ne timeas», in- quit, «Maria, quasi aliquid contrarium tuae castitati hac salutatione

20 Cf. Le. 2,26-38, a quien sigue casi literalmente.

272

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

trado gracia a los ojos del Señor. Y por eso vas a concebir y dar a luz un hijo sin pecado alguno de tu parte.

3. Este será grande, pues extenderá su dominio de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra. Será llamado Hijo del Altísimo, porque quien va a nacer humilde en la tierra está reinando lleno de majestad en el cielo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará eternamente en la casa de Jacob. Su reinado no tendrá fin. El es el rey de reyes y señor de los que dominan. Su trono durará por los siglos de los siglos».

4. Entonces la Virgen, no por incredulidad a las palabras del ángel, sino deseando únicamente saber cómo habrían de tener su cumplimiento, respondió : «¿Y cómo se verificará esto? ¿Cómo voy a poder dar a luz, si no voy a conocer nunca varón, de acuerdo con mi voto?» Repuso el ángel: «No pienses, María, que vas a concebir de manera humana : sin unión marital alguna, alumbrarás siendo virgen y amamantarás permaneciendo vir- gen. El Espíritu Santo vendrá, en efecto, sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra contra todos los ardores de la concupiscencia. Por tanto, solamente tu vástago será santo, porque, siendo el único concebido y nacido sin pecado, se llamará Hijo de Dios». María entonces extendió sus brazos

praetexam. Invenisti enim gratiam apud Dominum quia castitatem elegisti: ideoque virgo sine peccato concipies et paries filium.

3. Hic erit magnus quia dominabitur a mari usque ad mare et a ilumine usque ad términos orbis terrae 21 : et filius Altissimi vocabitur, quia qui in terris nascetur humilis, in cáelo regnat subli- mis : et dabit illi Dominus Deus sedem David patris eius et regnabit in domo Iacob in aeternum et regni eius non erit finís : ipse quippe rex regum et dominus dominantium est et thronus eius in saeculum saeculi» 22.

4. His angelí verbis Virgo non incrédula, sed modum scire vo- lens, respondit : «Quomodo istud fieri potest ? Nam cum ipsa virum iuxta votum meum numquam cognosco, quomodo sine virüis semi- nis incremento parere possum?» Ad hoc ángelus: «Ne existimes», inquit, «María, quod humano more concipias; nam sine virili com- mixtione virgo paries, virgo nutries: Spiritus enim Sanctus super- veniet in te et virtus Altissimi obumbrabit tibi contra omnes ardores libidinis: ideoque quod nascetur ex te solum erit sanctum quia solum sine peccato conceptum et natum vocabitur Filius Dei». Tune Maria, manibus expansis et oculis ad caelum levatis, dixit: «Ecce

21 Ps. 71,8.

22 ps. 44)7.

LIBRO SOBRE LA NATIVIDAD DE MARIA

273

y elevó sus ojos al cielo, diciendo: «He aquí la esclava del Señor (puesto que no soy digna del nombre de señora): hágase en según tu palabra».

5. Seguramente resultaría demasiado largo, y para algunos lectores fastidioso, el que nos pusiéramos a insertar ahora en este opúsculo todo lo que precedió o siguió a la natividad del Señor según este escrito. Por tanto, omitimos todo aquello que está bastante detallado ya en el evangelio y narramos a conti- nuación otras cosas que no están suficientemente consignadas.

X

X. José, pues, se trasladó dejudeaa Galilea, pensando con- traer matrimonio con su esposa virgen, después de haber trans- currido ya tres meses y estando para cumplirse el cuarto desde que celebraron los esponsales. Entre tanto, al ir aumentando poco a poco el embarazo, empezaron a manifestarse las señales de su maternidad. Esto no podía quedar oculto a José, quien, tratando a la Virgen con bastante intimidad y hablando con ella familiarmente, como esposo que era, vino a darse cuenta de que estaba efectivamente encinta. Y empezó a ser presa de la agitación y de la zozobra, no sabiendo qué partido tomar. Por una parte, su condición de varón justo no le permitía entre -

ancilla Domini, ñeque enim dominae nomine digna sum, fiat mihi secundum verbum tuum».

5. Longum forte et quibusdam taediosum erit si cuneta huic opúsculo inserere voluerimus quae nativitatem dominicam vel prae- cessisse vel subsecuta fuisse legimus, unde his omissis quae in evan- gelio plenius scripta sunt, ad ea quae minus habentur narranda accedamus.

X

1. Ioseph igitur a Iudaea in Galilaeam veniens desponsatam sibi virginem uxorem ducere intendebat; iam namque tres fluxerant menses et quartus instabat ex eo tempore quo sibi desponsata fuerat. Interea paulatim útero puerperae intumescente puerperam se mani- festare coepit, ñeque hoc latere potuit Ioseph: nam sponsi more 23 liberius ad Virginem introiens et familiarius cum ea loquens, gravi- dam esse deprehendit. Aestuare itaque animo et fluctuare coepit quia ignorabat quid sibi potissimum esset faciendum: ñeque enim eam traducere voluit, quia iustus erat, ñeque fornicationis suspicione

23 Cf. San Jerónimo (Jn Mt. 1: PL 26,24): «Non ab alio inventa est, nisi a Ioseph, qui paene licentia maritali futurae uxoris omnia noverat».

274

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

garla; y por otra, piadoso como era, no quería difamarla con la sospecha de fornicación. Por ello se inclinaba a disolver el matrimonio y abandonarla en secreto.

2. Pero mientras trazaba este plan, he aquí que el ángel del Señor se le apareció en sueños, diciéndole: «José, hijo de David: no temas (esto es: no admitas sospecha de fornicación en la Virgen, ni pienses desfavorablemente de ella, ni tengas reparo en contraer con ella matrimonio), porque lo que en ella ha nacido y es ahora causa de angustia para tu alma no es obra de un hombre, sino del Espíritu Santo. Pues, siendo ella la única virgen entre todas las madres, ha de dar a luz al Hijo de Dios, a quien darás por nombre Jesús (esto es : Salvador), porque El ha de salvar al pueblo de sus propios pecados». Así pues, José siguió el mandato del ángel y contrajo matrimonio con María. Mas no la conoció, sino que le proporcionó castamente amparo y cobijo. Ya estaba para cumplirse el noveno mes después de la concepción, cuando José, tomando consigo a María y todas las cosas que les eran necesarias, se dirigió a la ciudad de Belén, que era su lugar de origen. Y sucedió que, mientras allí se encontraban, se cumplieron los días de dar a luz. Y alumbró su hijo primogénito, nuestro Señor Jesucristo, como enseñaron los evangelistas, el cual juntamente con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos.

infamare, quia pius. Itaque cogitabat clam dissolvere coniugium et occulte dimittere eam.

2. Haec autem eo cogitante 24, ecce ángelus Domini ei apparuit in somnis dicens: «Ioseph, fili David, noli timere; hoc est: ne velis fornicationis suspicionem in Virgine habere vel aliquid sinistrum cogitare, ñeque timeas eam in uxorem ducere; quod enim in ea natum est et nunc animum tuum angit, non hominis sed Spiritus Sancti est opus. Pariet enim omnium virgo sola Dei filium et vocabis nomen eius Iesum, id est, salvatorem: ipse enim salvum faciet populum suum a peccatis eorum». Igitur Ioseph secundum angelí praeceptum Virginem uxorem duxit, nec tamen cognovit eam, sed caste procurans custodivit. Iamque nonus a conceptione instabat mensis, cum Ioseph, uxore cum aliis quae necessaria erant assumpta, Bethleem civitatem unde ipse erat tetendit. Factum est autem cum essent ibi impleti sunt dies ut pareret; et peperit filium suum primogenitum sicut evangelistae docuerunt, Dominum Nostrum Iesum Christum, qui cum Patre et Spiritu Sancto vivit et regnat per omnia saecula saecu- lorum.

24 Cf. Mt. 1,20-21.

4. EXTRACTOS DEL LIBER DE ¡NFANTIA SALVATORIS»

[Cód. Arundel 404 del British MuseumJ

De entre las muchas narraciones apócrifas dependientes, próxima o remotamente, del Protoevangelio, escogemos el Liber de infantia Salvatoris por sus abundantes rasgos de originalidad.

Esta compilación está contenida en dos recensiones notable- mente diferentes entre sí: a) Cód. Arundel del British Museum (s.XIV) f.1-19; C.1-102. b) Cód. Hereford, Chapter, O. 3.9 (s.XIII) f.114-133; c.i-ioo. El primero, cuyo contenido denota una mayor antigüedad, atribuye la narración a San Mateo y hace figurar como prólogo la carta de San Jerónimo a Croma- do y Heliodoro que se encuentra en el Ps. Mt. El segundo, de época posterior y más difuso, da como supuesto autor a San- tiago, a semejanza del Prot. Ambos fueron publicados por M. R. James el año 1927.

Dada la gran semejanza que existe entre este apócrifo y el Ps. Mt. (a veces se dan verdaderas interpolaciones), se discute sobre la relación de prioridad entre ambos. Aunque la cuestión no está definitivamente resuelta y las opiniones de los críticos son encontradas, parece que debe descartarse la opinión que considera a nuestro apócrifo como fuente de inspiración para el Ps. Mt. y, por tanto, anterior.

El estilo, en efecto, dista mucho de reflejar aquella artificio- sa ingenuidad característica de los apócrifos antiguos. Su ca- rácter fluido y novelístico, al par que elegante, acusa la mano de un erudito compilador carolingio (s.IX) que ha ido recogien- do datos diversos y los ha ido amalgamando en una composi- ción personal. Su labor ha consistido, sobre todo, en completar profusamente con toda clase de detalles pintorescos los episo- dios ya conocidos, pero susceptibles de interés; en refundir otros según su propio gusto y en aludir ligeramente a los que eran ya demasiado conocidos.

Pueden darse ciertamente episodios bastante antiguos y des- conocidos hasta el presente (sobre todo los referentes al naci- miento), que James hace depender del vetusto Evangelio de Pe-

276

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

dro (s.II); pero éstos, en frase de Cecchelli 1, «provano tutt'al piü la utilizzazione di altri testi oltre il Protovangelo di Giaco- mo e lo Pseudo Matteo, non la grande antichitá di tutta la reda- zione attuale».

El afán de dejar bien en claro lo relativo a la virginidad de María hace que a veces se encuentren en el relato expresiones de marcado sabor docético, lo cual no prueba, sin embargo, que el autor fuera formalmente un hereje.

Cf. M. R. James, Latín Infancy Gospels; a new text, with a parallel ver- sión from Irish, edited with introduction (Cambridge 1927) [texto lat. de Arun- del, p.2-94; texto lat. de Hereford, p. 3-951; J. A. Robinson, M. R. James Latín Infancy Gospels: JThSt 29 (1928) 205-207; M. J. Lagrange, Un nouvel Evangile de l'enfance edité par M. R. James- RBi 37 (1928) 544-57; D. B. Ca- pelle: RBé 41 (1929) 79; BonaccorsiVA I (1948) p.XXVy 232-259 [introd., fragm. lat. escogidos de Arundel y v. ital.]; C. Cecchelli, Mater Christi III (Roma 1954) P-387-393 [estudio]; S. Ferri, Nota sul testo latino dell'Evan- gelium Infantiae: «Studi Mediolatini e Volgari» 1 (1955) 119-25.

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

El nacimiento

62. Y José se adelantó con dirección a la ciudad, dejando a María en compañía de su hijo Simón, ya que ésta caminaba

LIBER DE INF ΑΝΤΙ A SALVATORIS 1

[Cód. Arundel 404 del British Museum]

62. Ioseph autem praecessit ad civitatem 2. María [m] autem reliquit cum Symone 3 filio suo eo quod esset praegnans et tardius

l Mater Christi III (Roma 1954) p.387.

1 Entresacamos los episodios que ofrecen alguna novedad con relación a los apócrifos anteriores. Reproducimos el texto latino del códice Brit. Mus. Arundel 404 publicado por M. R. James (o. α), corrigiendo única- mente los rasgos ortográficos más disonantes del manuscrito. A veces no podemos ofrecer sino una versión aproximativa a causa de la oscuridad o corrupción del texto; en ocasiones, ni esto siquiera.

2 Este episodio del nacimiento comienza en capítulos anteriores, dando cuenta del edicto de empadronamiento en términos parecidos a los de Le. 2,iss. y Prot. 17. Es curioso el que en el capítulo 60 se le llame a José «faber qui ante Moab vocabatur», lo cual puede muy bien no ser más que una muestra de la erudición escriturística del autor.

3 Los códices Β Fb I del Prot. aluden también a este nuevo personaje, que unas veces es llamado Simón y otras Simeón: «καΐ Ίάκωβοί καΐ Σίμων

DEL «LIBER DE INFAMIA SALVATORIS)

277

despacio a causa de su embarazo. Entró en Belén, su patria; y, ya en medio de la ciudad, dijo: «No hay cosa (tan) justa como el que uno ame a su ciudad (natal), pues ella constituye el descanso de todo hombre, y el que cada cual repose en su propia tribu. Yo vuelvo a verte después de largo tiempo, ¡oh Belén!, casa buena de David, rey y profeta de Dios».

63. Y, dando vueltas, vió un establo solitario y dijo: «Este es el sitio donde habré de aposentarme, pues parece ser albergue de caminantes y no dispongo aquí de mesón ni de posada donde podamos descansar». Y, echándole una ojeada, dijo: «Cierta- mente el local es reducido, pero a propósito para unos pobres (como nosotros), pues está alejado del griterío de la multitud, de manera que no pueda perjudicar a una mujer en trance de dar a luz. Así pues, éste es el sitio en que debo descansar con todos los míos».

64. Y al decir esto, salió fuera, miró al camino y he aquí que María se iba ya aproximando en compañía de Simón. Después que hubieron llegado, dijo José: «Simeón, hijo mío, ¿cómo es

ambularet. Ingressusque Bethleem, patriam suam, stans in media civitate dixit: «Non est aliud iustum nisi quis diligat suam civita- tem; ipsa enim est uniuscuiusque hominis requies et in sua tribu quis requiescat 4. Ego autem post multum tempus te video, Bethleem, bona domus David regis et prophetae Dei».

63. Et circu[i]ens vidit unum stabulum singularem 5 et ait: «In loco isto oportet me divertere, quoniam videtur mihi excepto- rium esse peregrinorum. Mihi enim ñeque hospitium est hic ñeque diversorium ubi requiescere possimus». Et circumspiciens eum, di- xit: «Módica quidem habitatio est, sed pauperibus apta, praesertim quod remota a clamoribus hominum ut non posset noce [re] mu- lieri parturienti. Itaque in isto loco necesse est me requiescere cum ómnibus meis».

64. Cum hoc diceret, exiit foris et respexit ad viam et ecce appropiantes veniebant María cum Symone. Cum ergo pervenissent ad eum, dixit Ioseph: «Fili Symeon, quare tarde venisti?» Qui re-

[Fb: Σιμεών] έτττ|κολού5ουι;·>. Asimismo Fa: «Ιωσήφ δέ κα'ι Σίμων ήκολού3ουν>. No parece, pues, del todo fundada !a suposición de Lagrange de que la inclusión de este personaje sea «l'indice d'une source tout á fait inconnue jusqu'á présent». James opina que esto obedece más bien al deseo de dar una mayor fuerza al testimonio. Pudiera darse también una influencia, próxima o remota, de los manuscritos protoevangélicos mencionados.

4 El ms. Hereford dice: «Iustum quidem est ut quisque suam diligat civitatem et naturam (nativam) patriam, atque in propriam veniens tribum, ibi requiescat, quia ipsa est unicuique homini requies data».

5 El caso de anomalías gramaticales como ésta es bastante frecuente en todo el relato.

27S

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

que has tardado (tanto)?» Este respondió: «Si no es por mí, señor y padre mío, María hubiera tardado (aún más), porque, embarazada como está, hacía muchas paradas en el camino para descansar. Durante el viaje siempre he estado preocupado no fuera a sorprenderla el momento del parto (en plena marcha). Y doy gracias al Altísimo porque le ha dado fuerza para aguan- tar. Pues, por lo que puedo sospechar y a juzgar por lo que ella dice, está ya muy próximo su parto». Y en diciendo esto, mandó parar el jumento y bajó María de la cabalgadura.

65. Entonces dijo José a María: «Hija mía, has sufrido mucho por mi causa. Entra, pues, ya y cuídate. Tú, Simeón, trae agua y lava sus pies; dale también alimento o lo que necesite y complácela en todo». Hizo Simeón lo que le mandó su padre y la condujo a la cueva. Esta, al entrar María, se vió inundada por la luz del sol y se iluminó como si fuera mediodía.

66. Ella, por su parte, no cesaba un momento, sino que estaba continuamente dando gracias entre sí. Simeón dijo a su padre: «Padre, ¿qué pensamos que sufre esta doncella, pues

spondit : «Si non ego essem, pater domine, moram fecisset María eo quod esset grávida et saepius in via pausabat et refrige[ra]batur. Nam semper ego sollicitudinem habui in via ne occuparet eam partus. Et ago Altissimo gratias quod dedit ei sufferentiam. Nam quantum suspicor, et sicut ipsa referí, iam partus eius proximus est». Et cum haec dixisset, iussit stare iumentum et descendit de animali María.

65. Tune dixit Ioseph Mariae: «Filióla, multum laborasti prop- ter me. Ingredere itaque et adhibe tibi diligentiam. Tu autem, Sy- meon, affer aquam et lava pedes eius et dabis ei cibum aut [si] aliquod aliud opus habuerit, fac sicut desiderat anima eius». Fecit ergo Symeon quod iussit pater eius duxitque eam in speluncam, quae lucem diei in ingressu Mariae coepit [habere] et quasi hora sexta illuxit 6.

66. Ipsa autem penitus non cessabat, sed semper intra se gra- tias agebat. Symeon autem dixit patri suo: «Pater, [quid] esse pu- tamus quod patitur haec puella, quod omni hora intra semetipsam

6 El detalle de la iluminación de la cueva es común a la mayor parte de los apócrifos. El Ps. Mt. (13,2) dice textualmente: «Ad ingressum vero Mariae coepit tota spelunca splendorem habere, et quasi sol ibi esset, ita tota fulgorem lucís ostendere; et quasi esset ibi hora diei sexta, ita spelun- cam lux divina illustravit; nec in die nec in nocte lux ibi divina defuit quamdiu ibi María fuit». Esta coincidencia en cuanto a las mismas expre- siones ¿no será una señal de dependencia de nuestro apócrifo con relación al Ps. Mt.?

DEL «LIBER DE INFANTIA SALVATORIS»

279

está hablando continuamente entre sí?» Dícele José: «No puede conversar contigo, pues está fatigada del viaje. Por eso habla entre y da gracias». Y acercándose a ella, le dijo: «Levántate, señora e hija mía, sube al lecho y reposa».

67. Y hablando así, salió fuera. Poco después salió Simeón en su seguimiento para decirle: «Date prisa, señor y padre mío; ven con presteza, pues María te reclama ardientemente. Yo pienso que está ya para dar a luz». Díjole José: «Yo no me retiraré de su lado; mas tú, como joven que eres, vete ligero, entra en la ciudad y busca a una comadrona para que venga junto a la doncella; pues una partera es de gran ayuda para la mujer que está en trance de alumbrar». Respondió Simeón diciendo: «¿Cómo voy a poder encontrar una partera yo, que soy desconocido en esta ciudad? Oyeme más bien, señor y padre mío : perfectamente y estoy seguro de que el Señor se preocupa de ella y de que El le proporcionará comadrona, nodriza y todo lo que le haga falta».

68. Y en esto, he aquí que viene una muchacha con el taburete que utilizaba para asistir a las parturientas. Esta se paró. Al verla, se llenaron de admiración y José le dijo: «Hija, ¿a dónde vas con ese taburete?». La muchacha respondió en estos términos: «Me ha mandado aquí mi maestra, pues fué

loquitur?» Ait illi Ioseph: «Non potest tecum loqui eo quod lassa est de via. Ideo secum loquitur, gratias autem agit». Et accedens ad eam dixit: «Leva te, Domina filia, ascende in grabatum et re- quiesce».

67. Et haec dicens egressa [-us] est foris. Et post pusillum Symeon secutus est eum [et] dixit: «Festina, Domine pater, veni celerius, quod rogat te Maria, valde enim te desiderat. Puto enim quod partus eius prope est». Dixit ei Ioseph: «Ego non ab ea dis- cedo. Tu autem valde celeriter, ut iuvenis, ingredere civitatem et inquirere obstetricem quae introéat ad puellam, quod multum prod- est obstetrix mulieri parturienti». Respondit Symeon dicens: «Ego in hac civitate ignotus sum, quomodo possum obstetricem invenire ? Sed audi me, Domine pater: scio et certus sum quod Domino cura est de ea et ipse dabit ei obstetricem et nutricem et omnia quae- cumque necessaria sunt ei».

68. Cumque haec loqueretur, ecce puella venit cum kathedra in qua solitum erat succurrere mulieribus parturientibus; et stare coepit 7. Cum ergo vidissent eam, mirati sunt dixitque ad eam Ioseph: «Filióla, quo vadis cum kathedra ista?» Puella ita respon- dit: «Misit me magistra mea ad istum locum, quod venit ad eam

7 Cf. Prof. 19.

280

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

en su busca un joven con toda prisa, diciéndole: Ven con toda presteza a recoger un nuevo parto, pues una doncella está para dar a luz por vez primera. Al oír esto mi maestra, me envió a por delante. Ella viene detrás».

José echó una mirada y, al verla venir, fué a su encuentro y cambió con ella un saludo. Dícele la comadrona: «¿A dónde vas, buen hombre?» A lo que José repuso: «Voy en busca de una comadrona hebrea». Dícele la mujer: «¿Eres de Israel?» José responde: «Sí, soy de Israel». Continúa la comadrona: «¿Quién es la doncella que está para dar a luz en la cueva?» José respon- dió: «Es María, mi esposa, la que fué educada en el templo del Señor». Dícele la comadrona: «¿No es por ventura tu esposa?» José repuso: «Es verdad que está desposada conmigo, pero ha concebido por virtud del Espíritu Santo». Dícele ella: «¿Es verdad lo que dices?» Dícele José: «Ven y ve».

69. Por fin entraron en la cueva. Y José le dijo: «Pasa y asiste a María». Ella se sintió sobrecogida de miedo al querer penetrar en el interior, ante la gran luz que allí resplandecía y que no desapareció ni de día ni de noche mientras estuvo allí María. Dijo, pues, José a ésta: «Mira, te he traído a la comadrona Zaquel. Está fuera, a la entrada de la cueva, y no se atreve a

iuvenis cum magna festinatione dicens ei: Veni celerius ut expies (excipias) novum partum, quod puella parturit primum partum. Haec audiens magistra mea praemisit me ante se. Nam et ipsa ecce sequitur me».

Respiciens vero Ioseph, videt eam venientem et abiit obviam ei salutaveruntque se invicem. Et dicit illi obstetrix: «Homo, ubi va- dis?» Qui respondit: «Obstetricem hebraeam quaero». Dicit ei mu- lier: «Tu ex Israel es?» Et Ioseph ait: «Ex Israel sum ego». Dicit ad eum mulier: «Quae est puella quae parturit in hac spelunca?» Respondit Ioseph: «María, quae mihi desponsata est, quae nutrita est in templo Domini». Dicit ei obstetrix: «Non est tua uxor?» Et Ioseph: «Mihi desponsata est, sed conceptum habet de Spiritu Sancto». Dicit ei obstetrix: «Hoc quod dicis verum est?» Dicit ei Ioseph : «Veni et vide».

69. Et introierunt in speluncam 8. Dixitque ei Ioseph: «Vade, visita Mariam». Et cum vellet intrare in interiorem speluncam, ti- muit eo quod lux magna resplendebat in ea, quae non defecit ñeque in die ñeque per noctem quamdiu ibi María mansit. Dixit ergo Ioseph Mariae: «Ecce Zachelem obstetricem adduxi tibi, quae ecce foris stat ante speluncam, quae prae splendore nimio huc intrare

8 Cf. Ps. Mt. 13,3·

DEL «LIBER DE INF ANUA SALVATORIS»

2S1

venir hasta aquí por lo excesivo del resplandor ; y es que (ade- más) esto le es imposible». María sonrió al oír esto y José le dijo: «No te sonrías. más bien prudente, pues ha venido por ver si necesitas alguna medicina». Y con esto la hizo entrar. Esta se paró ante la presencia de María. Después que ésta con- sintió en ser examinada por espacio de (algunas) horas, exclamó la comadrona y dijo a grandes voces: «Misericordia, Señor y Dios grande, pues jamás se ha oído, ni se ha visto, ni ha podido caber en sospecha (humana) que unos pechos estén henchidos de leche y que a la vez un niño recién nacido esté denunciando la virginidad de su madre. Virgen concibió, virgen ha dado a luz y continúa siendo virgen».

70. Ante la tardanza de la comadrona, José penetró dentro de la cueva. Vino entonces aquélla a su encuentro y ambos salieron fuera, hallando a Simeón de pie. Este la preguntó: «Señora, ¿qué es de la doncella?, ¿puede abrigar alguna espe- ranza de vida?» Dícele la comadrona: «¿Qué es lo que dices, hombre? Siéntate y te contaré una cosa maravillosa». Y elevando sus ojos al cielo, dijo la comadrona con voz clara: «Padre om- nipotente, ¿cuál es el motivo de que me haya cabido en suerte

non audet, nec enim potest». Audiens haec Maria, subrisit. Cui dixit Ioseph: «Noli subridere, sed cauta esto, venit enim ut inspi- ciat ne forte indigeas medicina». Et iussit eam intrare ad se et stare coepit ante eam. Cumque per horarum spatium permisisset se Ma- ria scrutari, exclamavit obstetrix voce magna et dixit: «Domine, Deus magne, miserere, quoniam hoc numquam nec auditum adhuc nec visum est, sed ñeque in suspicionem habitum, ut mammillae plenae sint lacte et natus masculus sua[m] matrem virginem os- tendat. Nulla pollutio sanguinis facta est in nascente, nullus dolor in parturiente apparuit. Virgo concepit, virgo peperit, et postea quam peperit, virgo perdurar»9.

70. Cumque tardaret obstetrix, in speluncatm] intro[i]vit Io- seph. Occurritque illi obstetrix et prodierunt ambo foris invene- runtque Symeonem stantem, et interrogavit eam Symeon dicens: «Domina, quid agitur de puella? Potest aliquam spem vitae habere?» Dicit illi obstetrix: «Quid dicis, homo? Reside et narrabo tibi rem admirabilem». Et elevans oculos ad caelum obstetrix clara voce dixit: «Pater omnipotens, quid est [quod] hoc vidi tale miraculum in quo

9 Esta afirmación categórica de la virginidad integral de María, idén- tica aun en las expresiones a la del Ps. Mt. (l.o), recuerda las palabras definitorias del capítulo 3 del concilio Lateranense convocado bajo el pon- tificado de Martín I (a. 649): «incorruptibiliter eam (eum?) genuisse, per- manente et post partum eiusdem virginitate» (Denzinger: Ench. Symb. n.256).

2S2

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

presenciar tamaño milagro, que me llena de estupor?, ¿qué es lo que he hecho yo para ser digna de ver tus santos misterios, de manera que hicieras venir a tu sierva en aquel preciso momento para ser testigo de las maravillas de tus bienes? Señor, ¿qué es lo que tengo que hacer?, ¿cómo podré narrar lo que mis ojos vieron?»

Dícele Simeón: «Te ruego me des a conocer lo que has visto». Dícele la comadrona: «No quedará esto oculto para ti, ya que es un asunto (henchido) de muchos bienes. Así pues, presta atención a mis palabras y reténlas en tu corazón».

71. «Cuando hube entrado para examinar la doncella, la encontré con la faz vuelta hacia arriba, mirando al cielo y ha- blando consigo (misma). Yo creo que estaba en oración y ben- decía al Altísimo. Cuando hube, pues, llegado hasta ella, le dije: «Dime, hija, ¿no sientes por ventura alguna molestia o tienes algún miembro dolorido? Mas ella continuaba inmóvil mirando al cielo, cual una sólida roca y como si nada oyese».

72. «En aquel momento se pararon todas las cosas, silen- ciosas y atemorizadas: los vientos dejaron de soplar; no se mo- vió hoja alguna de los árboles, ni se oyó el ruido de las aguas; los ríos quedaron inmóviles y el mar sin oleaje; callaron los manantiales de las aguas y cesó el eco de voces humanas. Reinaba

stupeo ? Quae sunt opera mea quod digna fui videre sancta tua sa- cramenta, ut illa hora praeparares ancillam tuam huc venire et vi- dere mirabilia bonorum tuorum ? Domine, quid faciam ? Quomodo possum enarrare quae vidi ?».

Dicit ei Symeon: «Rogo te ut quod vidisti, índices mihi». Dicit illi obstetrix: «Non te latebit haec res, quod multorum bonorum est. Itaque intende in verba mea et in corde tuo retine»:

71. Cum introissem ad puellam inspiciendam, inveni eam fa- ciem sursum habentem et intendentem in caelum et secum lo- quentem. Ego vero suspicor quia orabat et benedicebat Altissimum. Cum ergo venissem ad eam, dixi ei: «Filia dic mihi, non aliquem dolorem sentís aut aliquis locus membrorum tuorum tenetur dolo- ri[bus]?» Illa autem quasi nihil audiret, et sicut solida petra ita inmobilis permanebat in caelum intendens.

72. In illa hora requieverunt omnia silentio máximo cum ti- more 10. Nam et venti cessaverunt non dantes flatum suum, ñeque aliquis ex foliis arborum motus est ñeque aquarum sonitus auditus est, ñeque moverunt se ilumina, ñeque maris fluctuatus erat, et omnia aquarum nascentia siluerunt, ñeque vox hominum sonuit(

10 Cf. Prot. 18.

DEL «LIBER DE. INFAMIA SALVATORIS»

2S3

(por doquier) un gran silencio. Hasta el mismo polo abandonó desde aquel momento su vertiginoso curso. Las medidas de las horas habían ya casi pasado. Todas las cosas se habían abis- mado en el silencio, atemorizadas y estupefactas. Nosotros (estábamos) esperando la llegada del Dios alto, la meta de los siglos» .

73. «Cuando llegó, pues, la hora, salió al descubierto la virtud de Dios. Y la doncella, que estaba mirando fijamente al cielo, quedó convertida (como) en una viña, pues ya se iba adelantando el colmo de los bienes. Y en cuanto salió la luz, la doncella adoró a Aquel a quien reconoció haber ella misma alumbrado. El niño lanzaba de resplandores, lo mismo que el sol. Estaba limpísimo y era gratísimo a la vista, pues sólo El apareció como paz que apacigua todo (el universo). En la misma hora de nacer se oyó la voz de muchos espíritus invisibles que decían a una voz: «Amén». Y aquella luz se multiplicó y oscu- reció con su resplandor el fulgor del sol, mientras que esta cueva se vió inundada de una intensa claridad y de un aroma suavísimo. Esta luz nació de la misma manera que el rocío

et erat silentium magnum. Nam et ipse po(pu)lus cessavit ab ea hora ab agilítate cursus. Mensurae horarum pene transierant, omnia cum timore magno siluerant stupentia nos ex[s]pectantes adventum altitudinis [Dei] terminum saeculorum 11 .

73. Cum ergo approssimavit hora, processit virtus Dei in pa- lam. Et stans puella intuens in caelum et vinea facta est 12. Iam enim procedebat terminus bonorum. Cum vero processisset lux, adora- vit eum quae se vidit enixam. Erat autem ipse infans solummodo (solis modo) circumfulgens, vehementer mundus et iocundissimus in respectu, quoniam totum pax pacans solus apparuit 13. In illa autem hora qua natus est, audita est vox multorum invisibilium una voce dicentium: Amen. Et ipsa lux quae nata est, multiplicata est et de claritate luminis sui solis lumen obscuravit, et repleta est haec spelunca lumine claro cum odore suavissimo. Sic autem nata est

11 El ms. Hereford: «quasi erant omnia stupentia et expectantia adven- tum altitudinis magni Dei quasi terminum saeculorum».

12 Esta vinea, a la que no alude el ms. Hereford, no es, según J. A. Robinson (M. R. James Latín Infancy Gospel: JThSt 29 (1928) 205-207), sino una transposición de nivea, que debería figurar en el original. Esta nivea provendría a su vez de otro error al interpretar la posible expresión griega (de donde estaría traducida) ¿os κίων (ut columna) como si fuera ¿>s χιών (ut nix) [??].

13 El ms. Hereford: «ideoque in illo pax vera omni mundo advenit».

284

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

desciende del cielo a la tierra. Su aroma es más penetrante que el perfume de todos los ungüentos de la tierra».

74. «Yo, por mi parte, quedé llena de estupor y de admi- ración y el miedo se apoderó de mí, pues tenía fija mi vista en el intenso resplandor que despedía la luz que había nacido.

Y esta luz fuese poco a poco condensando y tomando la forma de un niño, hasta que apareció un infante (tal) como suelen ser los hombres al nacer. Yo entonces cobré valor: me incliné, le toqué, le levanté en mis manos con gran reverencia y me llené de espanto al ver que no tenía el peso (propio) de un recién na- cido. Le examiné y vi que no estaba manchado lo más mínimo, sino que su cuerpo todo era nítido, como acontece con la ro- ciada del Dios Altísimo; era ligero de peso y radiante a la vista.

Y mientras me tenía sorprendida el ver que no lloraba, como suelen hacerlo los recién nacidos, y estaba mirándole de hito en hito, me dirigió una gratísima sonrisa; después, abriendo los ojos, fijó en una penetrante mirada; y al instante salió de su vista una gran luz, como si fuera un relámpago».

75. Simeón respondió al oír esto: «Dichosa de ti, oh mu- jer, que fuiste digna de presenciar y anunciar esta nueva y san- ta visión; y dichoso de también por haber oído esto, (pues) aunque no lo vi, lo he creído». Dícele la comadrona: «Tengo

haec lux quemadmodum ros de cáelo descendit super terram. Nam odor illius super omnem odorem unguentorum fragrat.

74. Ego autem steti stupens et mirans et timor apprehendit me. Intendebam enim in tantam claritatem luminis nati. Ipsa au- tem lux paulisper in se residens assimilavit se infanti et in continen- ti factus est infans ut solent infantes nasci. Et assumpsi audaciam et inclinavi me et tetigi eum, levavique eum in manibus meis cum magno timore, et perterrita sum quod non erat pondus in eo sicut hominis nati 14. Et inspexi eum, et non erat in eo aliqua coinqui- natio, sed erat quasi in rore Dei Altissimi totus nitidus corpore, levis ad portandum, splendidus ad respiciendum, et dum nimis mi- rarer eo quod non ploraret sicut soliti sunt nati infantes plorare, et dum tenuissem eum in faciem intendens, risit ad me iocundissimum risum, aperiensque oculos intendit in me argute, et súbito <r>egres- sa est lux magna de oculis eius tanquam choruscus magnus».

75. Symeon audiens autem haec, respondit: «O beata mulier, quae digna fuisti hoc novum visum et sanctum videre ac praedicare, et ego felix sum qui haec audierim, licet non viderim sed tamen

14 La constatación de la falta de peso (no absoluta, sino relativa) puede ser un resabio docético.

DEL «LIBER DE IXFANTIA SALVATORIS»

2S5

aún que contarte (otra) maravilla para que te llenes de estupor»- Respondió Simeón: «Dímela, señora, pues siento gozo al oír es- tas cosas». Dícele la comadrona: «Cuando tomé al infante en mis manos, vi que tenía limpio su cuerpo, sin las manchas con que suelen nacer los hombres, y pensé para mis adentros que a lo mejor habían quedado otros fetos en la matriz de la don- cella. Pues es cosa que suele acontecer a las mujeres en el parto; lo cual es causa de que corran peligro y desfallezcan de ánimo. Y al momento llamé a José y puse al niño en sus brazos. Me acerqué luego a la doncella, la toqué, y comprobé que no estaba manchada de sangre. ¿Cómo lo referiré? ¿qué diré? No atino. No cómo describir una claridad tan grande del Dios vivo. Mas tú, Señor, me eres testigo de que la he tocado con mis ma- nos y de que he encontrado virgen a esta doncella puérpera, no

sólo a raíz dei parto, sino también... [ ] del sexo de un

hombre masculino. En aquel momento me puse a gritar a gran- des voces, glorifiqué a Dios, caí sobre mi rostro y le adoré. Des- pués salí fuera. José, por su parte, envolvió al niño entre paña- les y lo reclinó en el pesebre».

76. Díjole Simeón: «¿Te ha dado alguna recompensa?» Respondió la comadrona: «Soy yo más bien la que me siento

crediderim» 15. Dicit illi obstetrix: «Habeo tibi indicare adhuc rem mirabilem ut stupeas». Respondit Symeon: «Indica, Domina, quod haec audiendo gaudeo». Dicit ei obstetrix: «Illa [hora] qua tuli in- fantem in manus meas, vidi eum mundum corpus habentem et non coinquinatum sicut solent homines cum immunditia nasci, et exis- timavi in corde meo ne casu intus in matrice puellae foetus secandi (-cundí) remansissent. Solet enim mulieribus contingere in partu et ex ea causa periclitari et deficere animo. Statimque vocavi Ioseph et dedi infantem in manibus eius. Et accessi ad puellam et tetigi eam et inveni eam mundam a sanguine. Quomodo autem referam ? Quid dicam? Non mecum convenio; ignoro quomodo possim narra- re tantam claritatem Dei viví. Tu autem, Domine, testis es mihi quod tetigi eam manibus meis et inveni hanc puellam quae genuit,

virginem non solum a partu sed et [ ]

sexu hominis masculini 16. In ipsa hora exclamavi voce magna et glorificavi Deum et cecidi in faciem meam et adoravi eum. Post hoc processi foris. Ioseph vero involvit infantem pannis et posuit in praesepio».

76. Dixit ad eam Symeon: «Dedit tibi aliquam mercedem?» Respondit obstetrix : «Ego magis debeo mercedem et gratiam et ora-

15 Cf. lo. 20,29.

16 El ms. Hereford: «invenique hanc puellam quae genuit hunc puerum esse virginem non solum ante partum, sed etiam post natum ex ea masculum».

286

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

obligada por una deuda de merced, de agradecimiento y de ora- ción. He hecho promesa de ofrecer a Dios un sacrificio inmacu- lado por haberse dignado concederme la gracia de ser espec- tadora y testigo consciente de este misterio. Pues yo misma di- rectamente ofrezco un don por los dones que se ofrecen en el templo del Señor».

Y, en diciendo esto, dijo a su aprendiz: «Hija mía, coge el taburete y vámonos. Hoy mi vejez ha podido ver a una partu- riente sin dolores y a una virgen que es madre, si es que lo que acabamos de ver puede llamarse un parto. Yo tengo para que ella se abandonó a la voluntad de Dios, el cual permanece por los siglos». Y, en diciendo esto, se puso en camino con ella.

Adoración de los Magos

89. José, al ver a los Magos, dijo: «¿Quién piensas serán éstos que vienen a nuestro encuentro? Me da la sensación de que se están acercando después de un largo viaje. Me levantaré, pues, y saldré a su encuentro». Y, adelantándose, dijo a Simeón: «Creo que son unos adivinos : pues efectivamente no están quie-

tionem et promisi sacrificium immaculatum Deo offerre qui digna- tus est me huius sacramenti inspectricem et consciam esse. Nam ego per me ipsam munus offero pro muneribus quae offeruntur in templo Domini» 17.

Et haec dicens, ait ad discipulam suam : «Filióla, tolle kathedram et eamus. Hodie enim vidit mea senectus parturientem sine dolo- ribus et virginem peperisse, si tamen debeat dici hic partus. Suspi- cor enim in animo meo quod tradidit se voluntati Dei qui permanet in saecula». Et haec dicens, ibat cum illa.

89. Ioseph autem videns eos [Magos], dixit 18 : «Putas qui sunt hi(i> qui veniunt huc ad nos? Vide[n]tur mihi de longinquo ve- nientes huc appropiare. Igitur surgam et vadam obviam eis» 19. Ergo cum procederet, dixit ad Symeonem: «Videntur mihi isti qui ve- niunt agnos (augures) esse. Ecce enim omni non cessant momento

17 El ms. Hereford: «Et quia promissi me sacrificium immaculatum offe- ro in templum Domini. Magis ego memetipsam munus pro muneribus Deo omnipotenti».

18 En el capítulo 87 había dicho: «Ioseph autem post dies paucos [id est. die tredécimo] respiciens ad viam itineris, vidit turbam viatorum ve- nicntium ad speluncam».

19 El ms. Hereford: «videntur enim mihi inter eos quídam augures esse. Ecce enim omni hora in caelum aspiciunt, indeque disputantes sunt».

DEL «LIBER DE, INFANTIA SALVATORIS»

2S7

tos un momento, (siempre) están observando y discutiendo en- tre sí. Y me parecen además forasteros, pues su vestimenta es distinta de la nuestra: su traje es amplísimo y de color oscuro. Finalmente tienen también birretes en sus cabezas y llevan unas sarabaras ceñidas a sus piernas como... Mas he aquí que se han parado y me han dirigido una mirada. Ahora continúan de nue- vo la marcha hacia nosotros». Cuando hubieron, pues, llegado a la cueva, díjoles José: «¿Quiénes sois vosotros? Decídmelo». Mas ellos pretendían entrar con audacia, pues efectivamente se dirigían al interior. José les dijo: «Decidme, por vuestra salud, quiénes sois para dirigiros así a mi albergue». Ellos dijeron: «Nuestro guía ha entrado aquí a vista nuestra. ¿Por qué nos preguntas a nosotros? [Dios] nos ha enviado aquí». Dijéronle: «Podemos asegurarte que es la salvación de todos.»

90. «Hemos visto en el cielo la estrella del rey de los judíos y hemos venido a adorarle, pues así está escrito en los libros an-

respiciunt et ínter se disputant. Sed et peregrini mihi videntur esse quod et habitus eorum differt ab habitu nostro; quin illorum vestís amplissima est et color fuscus. Denique et pílleos habent in capi- tibus suis et in pedibus eorum sunt sarabee velut opere deficientes 20. Et ecce steterunt et me intenderunt; ecce iterum huc veniunt». Cum ergo pervenissent ad speluncam, ait ad illos Ioseph : «Qui estis vos ? Dicite mihi». lili autem audaciter introire volebant. Nam et dire- xerunt se introire. Et dixit ad eos Ioseph: «Per vestram salutem dicite mihi qui estis, quod sic vos dirigitis in hospitium meum». Et illi dixerunt: «Quia noster dux hic coram nobis intravit, unde qilam ob rem interrogas nos? Huc misit [ ]. Dixit eis Io- seph: «Rogo vos ut mihi dicatis cuius rei causa huc venistis». Dicunt ei illi: «Dicimus tibi quod salus communis est21.

90. Videmus (-imus) in cáelo stellam regis Iudaeorum et ve- nimus adorare eum, quia sic scriptum est in libris antiquis de 22

20 Los detalles de la vestimenta de los Magos coinciden con los que aparecen en las representaciones más antiguas de las catacumbas. Es el traje clásico persa con los pantalones (sarabarae) característicos. Tales re- presentaciones figurativas pueden muy bien haber sido la fuente de inspi- ración para nuestro apócrifo, si bien no se excluye tampoco la hipótesis de que éste haya podido beber en fuentes escritas más antiguas o se haga eco de una vieja tradición oral. La expresión «velut opere deficientes» no es fá- cilmente descifrable.

21 El ms. Hereford: «Quia dux nostri itineris intro[i]vit huc ante nos. Ab Oriente enim venimus, et Deus nos misit huc. Causa autem nostri adventus salus communis est».

22 La alusión a «una escritura antigua», repetida después (c.04), puede hacer referencia al Testamento de Adán o Libro de Seth del que se habla en el E. arm. de la infancia cío (cf. notas 4 y 5).

2S8

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

tiguos acerca de la señal de esta estrella : que cuando apareciere este astro, nacerá el rey eterno y dará a los justos una vida in- mortal». Díceles José: «Sería conveniente que hicierais primero indagaciones en Jerusalén, pues allí está el templo del Señor». Respondiéronle : «Hemos estado ya en Jerusalén y hemos anun- ciado al rey que ha nacido el Cristo y que vamos en su busca. Mas él nos dijo: Yo por mi parte ignoro cuál es el sitio donde ha nacido. Después envió recado a todos los escudriñadores de las escrituras y a todos los magos, príncipes de los sacerdotes y doctores, quienes acudieron a su presencia. El les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos respondieron: En Belén. Pues así está escrito acerca de él : Y tú, Belén, tierra de Judá, no serás la más insignificante entre las principales de Judá, pues de ti ha de salir el jefe que rija los destinos de mi pueblo Israel. Nosotros, en cuanto oímos esto, caímos en la cuenta y vinimos a adorarle. Es de saber que la estrella que se nos apareció ha ido precediéndonos desde que emprendimos el viaje. Mas Herodes, al oír estas cosas, cogió miedo y nos preguntó en secreto acerca del tiempo de la estrella, cuándo se nos apareció. Al marchar- nos, nos dijo: Informaos con toda diligencia; y, cuando lo ha- yáis encontrado, hacédmelo saber para que yo también vaya y le adore».

91. «Y el mismo Herodes nos dió la diadema que él solía

signo stellae huius, quod cum haec stella apparuerit, nascetur rex aeternus et dabit iustis vitam immortalem». Dicit eis Ioseph: «Ius- tum erat ut primum Iherosolimam inquireretis, quod ibi est sancti- monium Domini». Responderunt ei: «Fuimus Iherosolimam et in- dica [vi ]mus regi quod Christus natus est et ipsum quaerimus. Ule vero dixit nobis: Ego quidem ignoro ubi natus sit. Continuo vero misit ad omnes inquisitores scripturarum et ad omnes magos et principes sacerdotum et doctores, et venerunt ad eum. Interroga- vitque eos ubi Christus nasceretur. At illi dixerunt: In Bethleem. Sic enim scriptum est de illo: Et tu Bethleem, térra luda, non eris mínima in principibus luda; ex te enim exiet dux qui regat popu- lum meum Israel. Quod nos ut audivimus, cognovimus et venimus adorare eum. Nam et haec stella quae apparuit, praecessit nos ex quo profecti sumus. Herodes vero cum audisset hos sermones, ti- muit et occulte inquisivit a nobis tempus stellae, quando apparuit et nobis euntibus dixit: Inquirite diligenter, et cum inveneritis eum, renuntiate mihi ut et ego veniam et adorem eum 23 .

91. Deditque nobis ipse Herodes dyadema suum quod uteba-

2 3 Cf. Mt. 2,2-8.

DEL aLIBER DE. INFAXTIA SALVATORIS»

2S9

llevar en su cabeza (esta diadema tiene una blanca mitra), y un anillo en que va engarzada una preciosa piedra real, sello in- comparable que le envió como presente el rey de los Persas; y nos mandó que ofreciéramos este don al niño. El mismo He- redes prometió hacerle un presente cuando estuviéremos de vuelta ante su presencia. Recibidos los dones, partimos de Je- rusalén. Mas he aquí que la estrella, que se nos había aparecido, iba delante de nosotros desde que salimos de Jerusalén hasta este lugar y luego entró en esta cueva donde estás y no nos permites a nosotros penetrar». Díceles José: «Yo por mi parte no me opongo. Seguidla, pues Dios es vuestro guía, y no sólo vuestro, sino de todos aquellos a quienes quiso manifestar su gloria». Al oír esto, los Magos entraron y saludaron a María diciendo: «Salve, llena de gracia». Después se acercaron al pe- sebre, (lo) examinaron y vieron al infante.

92. Mas José dijo a Simeón: «Hijo, observa y mira qué es lo que hacen dentro estos forasteros, pues no está bien que yo los espíe». Y así lo hizo. Luego, dijo a su padre: «Nada más entrar han saludado al niño y han caído en tierra sobre sus ros-

tur in caput suum. Hoc autem dyadema mitram habet albam et anulum regalem gemmam habentem signum incomparabile quod rex Persarum ei munus misit, praecipiens ipse nobis Herodes daré munus hoc puero. Nam et ipse Herodes promisit se munus ei offe- rendum si reversi fuerimus ad eum 24. Et accipientes muñera, pro- fecti sumus ab Iherosolima. Et ecce stella quae apparuerat nobis, praecessit nos ex quo profecti sumus ab Iherosolima usque in locum istum. Et ecce in hac spelunca intravit in qua tu stas et non per- mittis nos ingredi». Dicit eis Ioseph : «Ego iam vos non ñeco (-go) ; sequimini illam quia Deus est dux vester. Praeterea non tantum vester, sed et ómnibus quibus voluit manifestare gloriam suam» 25 . Haec audientes Magi introierunt et salutaverunt Mariam dicentes: «Ave, gratia plena». Et accedentes ad praesepium inspexerunt et viderunt infantem.

92. Ioseph vero dixit Symeon: «Fili, intende et vide quid fa- ciant isti peregrini intus; me enim non decet insidian eis». Et fecit sic. Et dixit patri suo: «Ecce introéuntes salutaverunt puerum ceci- deruntque in faciem super terram. Et more barbárico adorant eum

24 Este detalle del don de Herodes es desconocido en los demás apó- crifos. ¿Se trata de una invención del autor? ¿O más bien del eco de una antigua tradición? Es difícil determinarlo.

25 El ms. Hereford: «Dicit Ioseph: Ego quidem non pro[h]ibebo vos sequi ducem itineris vestri, quia Deus dux vester est, quibus se voluit ita manifestare».

Ev. apócrifos

10

290

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

tros; después se han puesto a adorarle según la costumbre de los extranjeros y (ahora) cada uno va besando por separado las plantas del infante. ¿Qué es lo que hacen en este momento? No lo veo bien». Dícele José : «Observa atentamente». Respon- dió Simeón : «Están abriendo sus tesoros y le ofrecen dones». Dícele José: «¿Qué es lo que le ofrecen?». Simeón respondió: «Pienso que lo que le ofrecen, son aquellos dones que envió el rey Herodes. (Ahora) le acaban de ofrecer oro, incienso y mirra de sus cofres y han dado muchos dones a María». Dí- jole José: «Muy bien han hecho estos señores en no besar al niño de balde; lo contrario de aquellos nuestros pastores que vinieron aquí con las manos vacías»; Y de nuevo le dice: «Ob- serva más atentamente y mira qué es lo que hacen». Vigilando pues Simeón, dice : «He aquí que de nuevo han adorado al niño y vienen ya hacia nosotros».

93. Salieron por fin y dijeron a José: « ¡Oh dichosísimo va- rón! Ahora vas a saber quién es este niño que estás alimentan- do». Díceles José: «Sospecho que es mi hijo». Dícenle ellos: «Su nombre es más grande que el tuyo. Pero quizá la razón de que puedas llamarte padre suyo estribe en que le sirves, no como a tu hijo, sino como a tu Señor y tu Dios, y (en que), tocándole con tus manos, le respetas con gran temor y diligencia. No nos

singulatimque osculantur pedes infantis. Quid est hoc quod faciunt ? Ignoro». Dicit illi Ioseph: «Vide diligenter». Respondit Symeon: «Ecce aperiunt thesauros suos et offerunt ei muñera». Dicit ei Ioseph: «Quae illi offerunt?» Symeon respondit: «Suspicor quod illa muñera ei offerunt quae misit Herodes rex. Nam ecce obtule- runt ei de peris suis aurum, thus et mirram et Mariae multa dona, dederunt». Dixit ei Ioseph : «Valde bene fecerunt viri isti in hoc quod non gratis osculati sunt infantem et non secundum pastores illi nostri qui sine muneribus huc venerunt» 26. Iterumque dicit ei : «Intende diligentius et vide quid faciant». Intendens ergo Symeon dicit: «Ecce iterum adoraverunt puerum, et ecce huc exeunt».

93. Illi autem exierunt et dixerunt ad Ioseph: «O beatissime vir, nunc scies quis est hic puer quem nutrís». Dicit eis Ioseph: «Suspicor quoniam filius meus est». Dicunt ei illi : «Maius est nomen eius quam tuum. Sed forte ita est quod tu dignus es nominari pater illius, quoniam servís ei, non quasi filio tuo, sed ut Deo et Domino tuo; et tangens eum manibus tuis, observas cum magno timore et diligentia. Noli ergo nos quasi ignorantes attendere. Illud

26 He aquí un rasgo de humorismo que no escasea en nuestro apócrifo: Cf. infra (n.93): «Sospecho que es mi hijo...», etc.

PF.L «LIBER DE INFANTIA SALVATORIS»

291

tengas, pues, por ignorantes. Sábete que Aquel, de quien has sido designado nutricio, es el Dios de los dioses y el Señor de los que dominan, Dios y Rey de todos los príncipes y potesta- des, Dios de los ángeles y de los justos. El será el que salvará a todos los pueblos por su nombre, (pues suya es la majestad y el imperio), y el que deshará el aguijón de la muerte y disi- pará el poder del infierno. Le servirán los reyes y todas las tri- bus de la tierra le adorarán; y toda lengua le confesará dicien- do: Tú eres Cristo Jesús, libertador y salvador nuestro, pues eres Dios, virtud y resplandor del Eterno Padre».

94. Díceles José: «¿De dónde habéis sabido esto que me estáis diciendo?» Dícenle los Magos: «Vosotros poseéis las an- tiguas escrituras de los profetas de Dios en las que está escrito acerca del Cristo, cómo ha de tener lugar su venida en este mun- do. También tenemos nosotros escrituras de escrituras más an- tiguas que se refieren a El. En lo tocante a tu pregunta sobre el origen de nuestro conocimiento, escúchanos: Lo supimos por el signo de una estrella, (ésta se nos apareció más resplande- ciente que el sol), de cuyo fulgor nadie pudo hablar nunca. Y esta estrella significa que la estirpe de Dios reinará en la cla- ridad del día. Esta no giraba en el centro del cielo, como suelen (hacerlo) las estrellas fijas y también los planetas, que aunque observan un plazo fijo de tiempo

a nobis cognosce, quoniam cui tu assignatus es nutritor, ipse est Deus dcorum et Dominus dominantium, Deus et Rex universorum principum ac potestatum, Deus angelorum et iustorum. Ipse est qui eruet omnes gentes in suo nomine, quoniam illius est maiestas et imperium et [confringet] mortis aculeum et dissipabit inferni potestatem. lili servient reges et omnes tribus terrae adorabunt eum et lili omnis lingua confitebitur dicens: «Tu es Christus Ihesus liberator et salvator noster; Tu enim es Deus, Patris aeterni virtus et claritas».

94. Dicit eis Ioseph: «Unde haec cognovistis quae mihi dici- tis?» Dicunt ei Magi: «Sunt apud nos (vos) scripturae veteres pro- phetarum Dei in quibus scriptum est de Christo quemadmodum adventus illius habet esse in hoc saeculo. Item sunt apud nos an- tiquiores scripturae scripturarum in quibus scriptum est de eo. Nam de cetero quod interrogasti nos unde hoc nos scire possimus, audi nos. A signo stellae didicimus; hoc enim nobis solis super specie apparuit. De cuius specie nemo unquam potuit dicere. Haec enim stella quae est orta designat quod regnabit stirps Dei in splendore diei. Et non circuibat in centro caeli, sicut solent stellae quae sunt fixae vel etiam planetae, quae licet certum servent temporis cursum,

292

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

mas sólo ésta no es errante. Pues nos parecía que todo el polo (esto es: el cielo) no podía contenerla con toda su grandeza; y ni el mismo sol pudo nunca oscurecerla, como (lo hace) con las otras estrellas, por el fulgor de su luz. (Más aún), éste pare- ció debilitarse a vista del resplandor de su venida. Pues esta estrella es la palabra de Dios, ya que hay tantas palabras de Dios cuantas son las estrellas. Y esta palabra de Dios, (como el mismo) Dios, es inefable. Lo mismo que es inenarrable esta estrella, que fué nuestra compañera de viaje en la marcha (que emprendimos) para venir hasta el Cristo».

95. Así, pues, José les dijo: «Me habéis proporcionado un gran placer con todo lo que acabáis de decirme. Os suplico que os dignéis permanecer conmigo el día de hoy». Ellos le dijeron: «Te rogamos nos permitas emprender nuestro viaje (de retor- no), pues el rey nos encomendó que volviéramos lo más pronto (posible) a su lado». Pero él les detuvo.

96. Ellos abrieron sus tesoros e hicieron a María y a José enormes presentes.

hi<i) tamen cum si[n]t inmobiles et incertae providentiae istae semper errantes dicuntur esse, sola autem haec est sine errore 27 . Nam et totus polus, id est caelum, videbatur nobis non posse eam capere in sua magnitudine, sed ñeque sol potuit eam obscurare claritate luminis sui sicut ceteras stellas. Ipse autem sol infirmior factus est viso splendore adventus ipsius. Nam stella haec verbum Dei est. Quod (quot) enim stellae, tot verba Dei sunt. Verbum autem Dei Deus inenarrabile. Sicut haec stella inenarrabilis, et ipsa nobis co- mes fuit in via qua iter fecimus venientes ad Christum» 28.

95. Dixit itaque eis Ioseph: «In hi(i)s ómnibus dictis quae locuti estis, nimis iocundastis me. Peto autem vos ut dignemini mecum esse hodie». Dixerunt ei illi: «Rogamus te, permitte nos proficisci iter nostrum. Sic enim praecepit nobis rex ut citius revertamur ad eum». Detinuit autem eos.

96. lili autem aperuerunt thesauros suos [et] ingenti[bu]s mu- neribus muneraverunt Mariam et Ioseph 29.

27 Es este un período oscurísimo. Cf. Hereford: «Sed et stellae signo nobis apparentis eius iam adventus in mundum hunc tempus cognovimus, de cuius specie splendoris sive fulgoris nemo potest digne effari. Haec enim stella nobis orta apparuit primum in die nativitatis pueri huius et circui- bat polum caeli sola sine errore, non sicut solent hae(c) stellae quae cáelo rixae sunt».

28 No es posible una traducción segura por lo ininteligible de algunas expresiones.

29 Cf. Ps. Mí. 16-17. Termina el relato con el aviso nocturno de que no vuelvan a Herodes, sino que retornen directamente a su país.

5. OTROS APOCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Se trata de recensiones más o menos libres del Prot. o de sus redacciones latinas más antiguas, particularmente del Ps. Mt. Con el único fin de dejar en esta obra constancia de ellas, cita- mos las principales:

O. Schade, Narrationes de vita et conversatione Beatae Mariae Virginis et de pueritia et adolescentia Salvatoris (Kónigsberg 1876} [según un ms. de Giessen, s.XIII-XIV].

R. Reinsch, Die Pseudo-Evangelien von Jesu und Marías Kindheit in der román, und. german. Literatur (Halle 1879). [En la p.7ss. habla de cierto Líber de infantia Salvatoris en varias compilaciones.]

J. Feller, Catalogus codd. mss. Bibliothecae Paulinae: «Academia Lips.» (1886) [en la p.161 se habla del cód. Líber de nativitate Christi et de obstetricibus a Ioseph adductis, item de infantia eius usque ad XII annum [se conserva en la biblioteca universitaria de Leipzig].

M. Chaine, Líber Nativitatis Mariae: CoScrOr ser.I t.7 (1909) p. 15-16 [texto etíope, p. 13-14 trad.].

F. Robinson, Coptic Apocryphal Gospels: TS 4,2 (1896). [Contiene un fragm. sahídico de una homilía atribuida a Evodio de Antioquía, en el que se describe el escarnio de que eran hechos objeto Joaquín (a quien se lla- maba Cleofás) y Ana por verse privados de hijos. A ambos esposos se les aparece una paloma blanca. El nacimiento de María tiene lugar el día 15 del mes de Hathor. Un ángel avisa a Zacarías para que cuenta a los di- chosos padres que han de consagrar a María a los tres años de edad. Otro frag. sahídico describe la presentación en el templo. María recibe allí alimento de manos de ángeles. Elogios de su castidad. Anuncia- ción. Edicto de Augusto, etc. Cf. JamesNT p.87.]

E. A. Wallis Budge, Miscellaneous Coptic Texts in the Dialect of Upper Egypt (London 1915). [Contiene: Discurso XX de Cirilo de Jerusalén, en el que María misma cuenta su vida a Cirilo. Fué ofrecida a Dios antes de nacer por sus padres. Estos son Joaquín (Cleofás) y Ana (Ma- riam). Identifica a María la madre de Jesús con María de Magdala y con las otras Marías que figuran en el Evangelio (p.626). Discurso de Deme- trio de Antioquía, que sigue pedísecuamente los datos del Prot. (p.653). Discurso de Cirilo de Alejandría, que describe con una especial gracia las escenas infantiles de Jesús. Su madre le enseña a dar los primeros pasos. Estos apócrifos coptos utilizan con gran libertad las fuentes an- tiguas, aumentando y alterando los episodios 1.

1 Dice James textualmente (NT p.89): «These documents on the wholc show great negligence in the use of ancient sources and great licence on the part of the writers».

294

APÓCRIFOS DE LA NATIVIDAD

Legends of our Lady Mary the Perpetual Virgin and her Mother Hanna (translated from the Ethiopic manuscripts collected by King Theodore of Makdalá and novv in the British Museum) (London 1922). [En las p. 122-142 está contenida la Historia de la natividad de la Virgen María. Se habla de !a gran dignidad de Ana. María fué predestinada desde ab initio (el arca del Testamento fué un símbolo suyo). La concepción de María tiene lugar después de que el espíritu de la vida se le aparece a Joaquín en forma de un pajarito blanco, etc.]

One Hundred and Ten Miracles of Our Lady Mary, transí, from Ethio- pic Mss. (London 1933).

J. Robson, Stories of Jesús and Mary: «The Muslim World» 40 (1950I 236- 243 (John Rylands Library, Arab n.664). [Historias peregrinas de cuño árabe sobre la juventud de María e infancia de Jesús.]

Finalmente, podemos citar el cód. de la Universidad de Copenhague, Ko- penhagen Univ. Bibl. Arnatnagnaeanske Samling (1925) (A Μ 792) [f.2o6- 221 : ofrenda de los Magos; f.222-241 : infancia del Salvador].

APOCRIFOS DE LA INFANCIA

APOCRIFOS DE LA INFANCIA

Así como el ciclo apócrifo en torno a la Natividad surgió con el intento de satisfacer la curiosidad de los cristianos de los primeros siglos acerca de los ascendientes de Jesús y de los fenómenos ocurridos en su nacimiento, de la misma manera surgió en época posterior este ciclo apócrifo de la Infancia, con la pretensión de llenar las lagunas que los evangelios canónicos y los mismos apócrifos de la Natividad dejaron en torno a la adolescencia de Cristo.

Son cuatro las obras más representativas de este ciclo: el Evangelio de ¡a Infancia del Ps. Tomás, el Evangelio árabe de la In- fancia, el Evangelio armenio de la Infancia y la Historia de José el Carpintero.

Las diversas hipótesis acerca del origen y relaciones exis- tentes entre estas narraciones no han llegado aún a obtener posiciones definitivamente conquistadas. Sin embargo, cada día se abre más camino en sus puntos substanciales la propuesta por P. Peeters l. He aquí sus trazos principales: Al principio existió un libro original (quizá anterior al s.V), donde se narra- ban en forma dramática algunos episodios de la infancia de Cristo después de la vuelta de Egipto en un tono novelístico y legendario. Esta obra debió de ser la fuente de las redacciones siríaca, griega, latina, georgiana y eslavona del Ps. Tomás. Pos- teriormente este texto hipotético inicial se mezcla con el Proto- evangelio para hilvanar una historia completa de los primeros años de la vida de Jesús. Esta amalgama cae en manos de un compilador siriaco, que lo elabora de nuevo novelísticamente, y así viene a introducirse en Armenia hacia el siglo VI. Esta compilación vino a cristalizar, finalmente, en la forma actual del Evangelio armenio de la Infancia. Simultáneamente, la antigua Historia de la Infancia fué elaborada por otro compilador siriaco, quien insertó en ella una serie de milagros de la Virgen. Esta elaboración fué sucesivamente traducida al árabe y se le añadió un ejemplar del Ps. Tomás. El conjunto dió por resultado lo que

1 Evangdes Apooyphcs II: L'cvangde de l'cnfancc; rcdaclions syriaqucs, árabes et arméniennes, traduites et annotées (París 1914) p.LIIIss.

29S

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

ahora conocemos por Evangelio árabe de la Infancia, cuyo original siríaco fué englobado en una vasta rapsodia sobre la vida de la Virgen, probablemente la publicada por E. A. Wallis Budge 2.

Es ésta una hipótesis genial que, si bien cuenta con algunas dificultades, puede, sin embargo, considerarse como segura en lo relativo a una fuente común siríaca (del s.IV o V) de la que derivaron diversas narraciones que insertaron además elemen- tos pr o locv angélicos y legendarios.

La parte original de estas narraciones está integrada por los elementos más heterogéneos, adobados con una buena dosis de fantasía oriental, que goza de entretenimientos mágicos y milagreros. No es extraño que se dejen ver de cuando en cuando trazos gnósticos, si se tiene en cuenta la preferencia que sentían los seguidores de esta secta por concebir y representar a Jesús adolescente 3. Se encuentran también reminiscencias hindúes amalgamadas con leyendas de carácter local, sobre todo las que se refieren a la permanencia de la Sagrada Familia en Egipto 4.

En estos episodios, no exentos de cierta ingenuidad, se dibuja un carácter de Jesús no siempre atrayente. Frecuentemente aparece como un niño caprichoso, vengativo, que hace alarde de su potencia divina más para castigar que para curar. Resulta difícil imaginarse cómo aquellas primitivas cristiandades podían complacerse contemplando tales retratos de Jesús. Y, sin em- bargo, es evidente que ejercieron sobre ellas un grande influjo y gozaron en todo tiempo de una extraordinaria difusión.

2 The history of the bles^ed Virgin Mary and the history of the likeness of Christ: «Luzac's Semitic Text and Translation Series» IV 5 (1899).

3 Cf. J. E. Wf.iss-Liebesdorf, Christus und Apostelbilder. Einfluss der Apokryphen auf die alienten Kunsttypen (Freiburg i. Br. 1902) p.28ss.

4 Sobre el influjo hindú en ciertos episodios, cf. G. van den Bergh van Eysinga, Indische Einflüsse auf evangelische Erzahlungen: ForschRLit 4 (1909) 63-67. 90SS.

/. EVANGELIO DEL PSEUDO TOMAS

El apócrifo de la infancia que nos ha llegado con el título de Narraciones sobre la infancia del Señor («Θωμα Ίσραηλίτου Φι- λοσόφου ρητά εις τα παιδικά τοΰ Κυρίου», como figura en la redacción griega A, es distinto del Evangelio gnóstico de Tomás, a que anteriormente hemos aludido.

Tomás, su presunto autor, no fué identificado con el apóstol del mismo nombre hasta después del siglo III, cuando su culto estaba ya extendido en Oriente !. La redacción griega más breve, Β (que es posterior a la A), le da ya el carácter de apóstol al titular la obra «Σύγγραμμα του Αγίου άττοστόλου Θωμα ττερί της παιδικής αναστροφής του Κυρίου». El título de israelita, que figura en muchas redacciones, no es más que una etiqueta para refrendar la autoridad del escritor 2. James 3 nota que el epí- teto de ismaelita, que le da la redacción latina, es más verosímil que el anterior. Y, relacionando con esto el apelativo de filósofo, común a todas las redacciones, sugiere la posibilidad de que existiera cierto sabio (Brahmán ?) que hubiera traído estas tradi- ciones de la India. Es curioso observar a este respecto cómo una tradición, quizá más antigua que los Hechos de Tomás, relaciona a este personaje con la mencionada región4. Lo más probable es que el autor de esta historia apócrifa fuera un cristiano he- lenista mediocremente versado en lengua y literatura judaicas.

He aquí las redacciones en que se nos ha conservado el escrito:

a) Griega A, que es la más extensa y la más antigua. Fué editada primeramente por G. L. Mingarelli 5, según un manus- crito de Bolonia (s.XV). Thilo encontró otro manuscrito en Dresde (A 187; s.XVI) e insertó su texto en el Codex Apocryphus (P.275SS.). Cotelier 6 publicó, además, un fragmento contenido

1 Cf. Michel-Peeters, EvangHes Apocryphes I p.XXXII.

2 Cf. Zahn, Geschichte des neutestamentl. Kanons II p.772.

3 JThSt 30 (1928-29) 51-54.

4 Cf. Dahlmann, Die Thomas-Legende (Freiburg 1912).

5 Nuova raccolta d'opuscoli scientifici e filologici XII (Venezia 1764) P-73-I5S-

6 Sanctorum Patrum qui in temporibus apostolicis fioruerunt opera I (An- vers 1700) P.347SS.

300

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

en el Cod. Parisinus 23Q (s.XV), que comprende los seis primeros capítulos.

b) Griega B. Es conocida por un manuscrito que Tischen- dorf copió en el Sinaí (s.XIV o XV). Es más breve que la A, a quien, no obstante, sigue con bastante fidelidad. A veces pre- senta analogías con el Ps. Mt.

c) Latina. Se conserva en códices mucho más antiguos que los de las redacciones griegas. Está contenida en un palimpsesto de Viena (s.V o VI), de lectura dificilísima y, al mismo tiempo, de gran valor. Existe, además, un manuscrito vaticano, que es el que utilizó Tischendorf para su edición de los Ev. Apócrifos (P.164SS.). Finalmente, A. Delatte ha publicado una redacción griega paralela a esta latina 7.

d) Siríaca. Está contenida en un manuscrito del siglo V perteneciente al British Museum y publicado por Wright en 1865. Peeters, de acuerdo con su teoría sobre el origen de los apócrifos de la infancia (cf. más arriba), considera a esta redacción como fuente de las griegas y latina. Cree, además, que es un compendio de una obra anterior mucho más amplia.

Un buen índice del influjo ejercido por este apócrifo son las abundantes versiones eslavas que de él existen. Suelen seguir de cerca a la redacción griega A, si bien no dejan de ofrecer puntos de coincidencia con la redacción latina, como haremos notar en los comentarios 8.

Es un problema interesante el que plantean las relaciones de este apócrifo con el Ev. gnóstico de Tomás, tal como le conoce- mos por los testimonios de San Ireneo e Hipólito. Da la impre- sión de que el apócrifo de la infancia fué despojando al vetusto apócrifo gnóstico de su tendenciosa doctrina, tomando de él únicamente la parte narrativa. A pesar de ello, no faltan influen- cias gnósticas y aun mágicas en estos mismos episodios, a veces extravagantes. Hay quienes piensan incluso en un posible influjo hindú, procedente de ciertas narraciones sobre la infancia de Krishna y de Buda 9.

A pesar de la trivialidad de la forma y de lo extravagante de algunos episodios, no dejan de aflorar en el relato ciertos

7 Anécdota Atheniensia I (Biblioht. de la Faculté de Philos. et Lettres de l'Université de Liége XXXVI) p.264-71. Cf. James, art. cit. : JThSt 30 (1928-1929) 51-54.

8 Cf. W. Lüdtke, Die slavischen Texte des Thomas-Evangeliums: ByzN- GrJ 6 (1927) 490-508.

9 Cf. G. van den Bergh van Eysinga, Indische Einflüsse auf evange- lische Erzahlungen: ForschRLit 4 (1909) 63-67.90SS.

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

301

dejos de pintoresca ingenuidad, que han dejado profundas hue- llas en la leyenda y en la iconografía.

La redacción original del apócrifo debió remontarse proba- blemente a las postrimerías del siglo II.

Ediciones y versiones. J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (21719) p. 159-167 [texto y v. latina]; J. B. Cotelerius, Notae ad Consli- tutiones Apostolorum VI 7 t.i (1724) P.348SS. [red. gr. A y v. lat. ; además de la ed. cit.]; G. L. Mingarelli, Nuova raccolta d'opuscoli scientifici e filologici t.12 (Venezia 1764) ρ·73-ΐ55 [red. gr. A según ms. de Bolonia]; J. Jones, A new and full method of settling the canonical authority of the Ν. T. II (London 1726) [red. gr. A y v. ingl.]; Thilo, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (1832) p.278ss. [red. gr. A y v. lat.]; K. F. Borberg, Bibliothek der neutes- tamentlichen Apokryphen gesammelt, übersetzt und erldutert (Stuttgart 1841) Ρ-57-84 [v. germ.]; R. Clemens, Die geheimgehaltenen oder sogenannten apokryphen Evangelien II (Stuttgart 1850) p. 59-88 [v. germ.]; C. Tischen- dorf, Evangelia Apocrypha (21876) p. 140-157 [red. gr. A y v. lat.]; MigneAp

I (1856) p.1141-1156 [v. fr.]; W. Wright, Contributions to the Apocryphal Literatura of the Ν. T., collected and edited from syriac manuscripts in the British Museum with an english translation and notes (London 1865) [red. sir. y v. ingl.]; A. Walker, Apocryphal Gospels and Revelations (Ante-Ni- cene Christian Library, Edinburgh 1870) P.78SS. [v. ingl.]; Popov Α., Opi- sanie Rukopisiej i Katalog Knig Tserkovnoíj Pechati (Isdanie Α. I. Chludova, Moskwa 1872) p. 320-325 [v. sudeslava, s.XIV]; Β. H. Cowper, The Apo- cryphal Gospels and other documents relating to the history of Christ translated from the origináis (London 1874) p. 128-169.448-456 [v. ingl.]; St. Nova- kovic, Mladenstvo Gospoda Boga i Spasa nasevo I. Christa: «Starine» 8 (1876) 48-55 [v. sudeslava]; Lavrov Ρ. Α., Thomino Evangelie: «Apokri- ficheskie Texty. Sbornik Otdelenija Russkavo Iazyka i Slovesnosti Impera- torskoij Akademii Nauk.» t.67 n.3 (S. Petersburgo 1899) [v. eslava según el ms. de la Bibl. de Sofía, n.69 s.XVI]; P. Peeters, Evangelis Apocryphes

II (19 14) [red. gr. A y v. fr.]; L. Melikset-Bekov: «Christianskij Vostok» 6 (1917) 20; Vyp 3 (1922) 315-320.343-347 [v. georgiana según ms. de Tiflis a.X]; S. Grébaut: PaOr XII 4 (1919) p-75ss. [v. etiópica con trad. fr.]; Ch. Michel, Evangiles Apocryphes I (21924) p. 162-188 Tred. gr. A y v. fr.]; A. Meyer: HenneckeNA (21924) p. 96-102 [v. germ.]; J. Ivanov, Bogo- milski Knigi i Legendi (Sofía 1925); A. Delatte: «Anécdota Atheniensia» (Bibl. de la Faculté de Philosophie et Lettres de l'Université de Liége, XXVI) [texto gr. paralelo a la v. lat.]; W. Hayes, The Gospel according to Thomas (London 1921); E. Bock, Die Kindheit fesu (1924) [v. germ.]; E. González-Blanco, Los Evangelios Apócrifos II (Madrid 1935) p.5-41 [v. esp.]; BonaccorsiVA I (1948) p.XXIII-XXIV.i 10-152 [red. gr. A y v. ital.]; M. R. JamesNT (repr. 1953) p. 49-70 [v. ingl.].

Estudios. Bonwetsch, en Harnack, Gesch. d. altchr. Lit. I (1893) p.910 [sobre las w. eslavas]; Μ. N. Speranskij, Slavijanskija apokrifiches- kija Evangelija: «Trudy Vosmavo Archeologicheskavo S'ezda w Moskwe 1890» II (Moskwa 1895) p. 38-173 [influjo de este apócrifo en la tradición e iconografía eslava]; L. Conrady, Das Thomasevangelium. Ein wissen- schaftl. krit. Versuch: ThStKr 76 (1903) 377-459; W. Lüdtke, Die slavischen Texte des Thomas-Evangeliums: ByzNGrJ 6 (1927) 490-508; M. R. James, The Gospel of Thomas: JThSt 30 (1928) 51-54; E. Amann: SupDBi I 485- 486; A. Penna, Tommaso (Vangelo di): EnCat XII col.241; C. Cecchelli, Mater Christi III (1954) p.351-362.

30?.

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

EVANGELIO DEL PSEUDO TOMAS

Narraciones sobre la infancia del Señor por Tomás, filósofo israelita

: ', i

Yo, Tomás Israelita, he juzgado necesario dar a conocer a todos los hermanos procedentes de la gentilidad la infancia de Nuestro Señor Jesucristo y cuantas maravillas realizó después de nacer en nuestra tierra. El principio es como sigue :

ΘΩΜΑ ΙΣΡΑΗΛΙΤΟΥ ΦΙΛΟΣΟΦΟΥ ΡΗΤΑ ΕΙΣ ΤΑ ΠΑΙΔΙΚΑ ΤΟΥ ΚΥΡΙΟΥ ι

, 1

Άναγκαϊον ήγησάμην εγώ Θωμάς Ισραηλίτης πάσι τοις έξ έθνών άδελφοις γνωρίσαι 2 Τά παιδικά και μεγαλεία τοΰ Κυρίου ημών ΊησοΟ Χρίστου, δσα έποίησεν γεννηθείς έν τή χώρα ημών. Οΰ ή άρχή ούτως ?'

1 Reproducimos la redacción griega más extensa (A) según el texto fijado por Tischendorf (o.c, p.i40ss.), a base de los manuscritos de Bolonia (Bo) y de Dresde (Dr) pertenecientes a los siglos XV y XVI, respectivamente.

Anotamos también las variantes principales del códice Parisinus (Pa) 239 (s.XV) y del fragmento de Viena (Vi) referentes a la misma redacción A.

Asimismo tenemos en cuenta la redacción griega B, integrada por el manuscrito Sinaítico (Sin) del s.XIV o XV, la redacción latina representada por el manuscrito Vaticano (Va), publicado por Tischendorf en la obra citada, y la redacción siríaca contenida en el manuscrito Siríaco (Sir), pu- blicado por W. Wright: Contributions to the Apocryphal Literature of the New Testament, collected and edited from syriac manuscripts in the Brítish Museum with an english translation and notes (1865) p.óss.

2 Así Pa y Vi i contra Dr y B, que tienen: αναγγέλλω Ομίν... γνωρίσαι..., construcción que no deja de ser algo extravagante.

3 Va dedica sus tres primeros capítulos a la narración de unos episodios acaecidos en Egipto (cf. infra, apéndice), sin paralelo en las redacciones griegas. El capítulo 4 empieza así : «Gloriosum est enarrare Thomam Isinaé- litam et apostolum Domini et de operibus Iesu postquam egressus eist de Egypto in Nazareth. Intelligite omnes, fratres carissimi, quae fecit Dominus Iesus quando fuit in civitate Nazareth...»

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

303

II

1. Este niño Jesús, que a la sazón tenía cinco años, se en- contraba un día jugando en el cauce de un arroyo después de llover. Y, recogiendo la corriente en pequeñas balsas, la volvía cristalina al instante y la dominaba con sola su palabra.

2. Después hizo una masa blanda de barro y formó con ella doce pajaritos. Era a la sazón día de sábado y había otros muchachos jugando con él.

3. Pero cierto hombre judío, viendo lo que acababa de hacer Jesús en día de fiesta, se fué corriendo hacia su padre José y se lo contó todo: «Mira, tu hijo está en el arroyo y, to- mando un poco de barro, ha hecho doce pájaros, profanando con ello el sábado».

4. Vino José al lugar y, al verle, le riñó diciendo: «¿Por qué haces en sábado lo que no está permitido hacer?» Mas Jesús

II

1. Τοΰτο τό παιδιού Ίησοΰς πενταετής γενόμενος παίζων ήν, βρο- χής γενομένης, έν διαβάσει ρύακος 4; και τά ρέοντα ύδατα συνήγαγεν εις λάκκους, καϊ έποίει αΰτά ευθέως καθαρά, και λόγω μόνω έπέταξεν αύτά 5.

2. Καϊ ποιήσας πηλόν τρυφερόν επλασεν έξ αύτοΰ στρουθία ιβ'· και ήν σάββατον ότε ταΰτα έποίησεν. ^Ησαν δε καϊ άλλα παιδία πολλά παίζοντα συν αύτω.

3- Ίδών δέ τις Ιουδαίος 6 α έποίει Ίησοϋς έν σαββάτω παίζων, άπήλθε παραχρήμα καϊ ανήγγειλε τω πατρί αύτοΰ Ιωσήφ· «Ιδού τό παιδίον σου εστίν έπΐ τό ρυάκιον, καϊ λαβών πηλόν επλασεν πουλία ιβ', και έβεβήλωσεν τό σάββατον».

4- Καϊ έλθών Ιωσήφ έπί τον τόπον και ίδών άνέκραξεν αύτω λέ- γων «Διατί ταΰτα ποιείς έν σαββάτω α ουκ έξεστι ποιεϊν;» Ό δέ Ίησοΰς συγκροτήσας τάς χείρας αύτοΰ άνέκραξε τοις στρουθίοις 7 και εΐπεν αύ-

4 La significación de φΰαξ (= torrente: cf. Tucídides, Hist. 4,96) vie- ne reforzada por la circunstancia consignada en Sin y Va de que el hecho tiene lugar después de una tormenta. Así se explica el que Jesús haga claras las aguas. Va: «Facta est pluvia magna super terram et deambulavit puer Iesus per eam. Et pluvia erat terribilis, quam congregavit in piscinam...»

5 Vi: λόγω δέ μόνου καϊ οϋκ έργω έπιτάξας αϋτοϊς.

6 Sin: καϊ δραμώυ Ιν παιδίον, άπήγγειλε τω Ιωσήφ... Va: «et abierunt pueri Iudaeorum...»

7 Así el Εν. árabe de la Infancia. Sin: 6 Ίηο-oOs ούκ απεκρΙΟη αύτφ, άλλ' έμβλέψα; έπί τά στρουθία, λέγει...

304

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

batió sus palmas y se dirigió a las figurillas, gritándoles : «¡ Mar- chaos!» Y los pajarillos se marcharon todos gorjeando.

5. Los judíos, al ver esto, se llenaron de admiración y fue- ron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús.

III

1. Se encontraba allí presente el hijo de Anás, el escriba, y tuvo la ocurrencia de dar salida con un mimbre a las aguas embalsadas por Jesús.

2. Al ver éste la fechoría, se indignó y le dijo: «¡Malvado, impío e insensato! ¿Es que te estorbaban las balsas y el agua? Pues ahora te vas a quedar seco como un árbol, sin que pue- das llevar hojas ni raíz ni fruto».

3. Inmediatamente se quedó el muchacho completamente seco. Y los padres tomaron al desgraciado, llorando su tierna

τοις- «Υπάγετε» 8. Και πετασθέντα τά στρουθία ύπήγον κράζοντα 9.

Ίδόντες δέ Ιουδαίοι έθαμβήθησαν, και απελθόντες διηγήσαντο τοις πρώτοις αυτών όπερ εΐδον πεποιηκότα τόν Ίησοΰν.

III

1. Ό δέ υιός "Αννα τοΰ γραμματέως ή ν έστώς έκεΐ μετά του Ίησοϋ, καϊ λαβών κλάδον Ιτέας έξέχεε τά ύδατα ά συνήγαγεν ó Ίησοΰς 10.

2. Ίδών δέ ό Ίησοΰς τό γινόμενον ήγανάκτησε καϊ είπε πρός αυ- τόν «"Αδικε, άσεβη και άνόητε, τι ήδίκησάν σοι οί λάκκοι και τά ύδατα; ιδού νΰν καϊ σύ ώς δένδρον άποξηρανθής 11, κα'ι ού μη ένέγκης φύλλα οΰτε ρίζαν οΰτε καρπόν».

Καϊ ευθέως ό παις εκείνος έξηράνθη όλος. Ό δέ Ίησοΰς άνεχώ- ρησε και άπήλθεν εις τόν οίκον Ιωσήφ 12. Οΐ δέ γονείς τοΰ ξηρανθέντος,

8 Ρα y Sin añaden: ττετάσθητε καϊ μέμνησθέ μου ζώντες.

9 Va añade : «Et coeperunt clamando laudare Deum omnipotentem».

10 Va: «et coepit dirigere [derivare] fontem quem fecit Iesus».

En esta obra destructiva del muchacho se deja entrever alguna reminis- cencia gnóstica. Puede verse en ella una alusión a la aversión humana para con la obra creadora de Dios. Los gnósticos distinguían dos tiempos en la creación : formación del mundo material e infusión del alma viviente ( psí- quica en contraposición a la hílica) , capaz de salvación al adquirir el carácter de pneumática. El Demiurgo se creía hacedor de esto, si bien el verdadero creador era el Salvador (Σωτήρ), que era quien impulsaba la obra del an- terior.

11 Sin dice: ώς τήν βαύδον ήνπερ κατέχεις. El término βαύδος bien pue- de ser una corrupción gráfica de ράβδος (vara), cosa nada extraña tenien- do en cuenta que durante el período helenístico (y actualmente) la u se con- sonantizaba en ciertos casos, adquiriendo el sonido labial de v.

1 2 Sin prescinde del alejarse de Jesús y añade : καϊ Ιδόντα τά παιδία τά

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

305

edad, y lo llevaron ante José, increpando a éste por tener un hijo que hacía tales cosas.

IV

1. Iba otra vez por medio del pueblo y un muchacho, que venía corriendo, fué a chocar contra sus espaldas. Irritado Je- sús, le dijo: «No proseguirás tu camino». Ε inmediatamente cayó muerto el rapaz. Algunos, que vieron lo sucedido, dijeron: «¿De dónde habrá venido este muchacho, que todas sus palabras re- sultan hechos consumados?»

2. Y, acercándose a José los padres del difunto, le incre- paban diciendo: «Teniendo un hijo como éste, una de dos: o no puedes vivir con nosotros en el pueblo, o tienes que acostum-

έβάστασαν αύτόν θρηνοΰντες την νεότητα αύτοΰ, και ήγαγον πρός τον Ιωσήφ, και ένεκάλουν αύτόν δτι τοιούτον έχεις παιδίον έργαζόμενον τοιαύτα 13.

IV

1. Είτα πάλιν επορεύετο δια της κώμης, και παιδίον τρέχων διερ- ραγη εις τόν ώμον αύτοΰ 14. Και πικρανθείς ό Ίησοΰς είπεν αύτω· «ΟΟκ άπελεύσει την όδόν σου». Και παραχρήμα πεσών άπέθανεν. Μδόντες δε τίνες τό γινόμενον εΐπον «Πόθεν τοΰτο τό παιδίον έχεννήθη, ότι πδν ρήμα αύτοΰ έργον εστίν ετοιμον;»

2. Και προσελθόντες οί γονείς τοΰ τεθνεώτος τω Ιωσήφ κατε- μέμφοντο λέγοντες- «Σύ τοιοΰτον παιδίον εχων ού δύνασαι μεθ' ήμών

συμπαίζοντα ούτω έθαύμασαν, και απελθόντα άπήγγειλαν τώ πατρί τοΰ τεθνεώτος. Και δραμών, εΰρε τό παιδίον τεθνηκόζ· και άπήλθεν έγκαλών τω Ιωσήφ.

13 Ρα añade: είτα ό Ίησοΰς παρακληθείζ παρά πάντων ίάτρενσεν αύτόν, έάσαν- τό$ τι μέλος τινά ópyóv ολίγον, είς τό προσέχειν αύτού;.

14 El Ps. Mt., Va y Sin subrayan la voluntariedad de la injuria inferida por el muchacho a Jesús para que aparezca más explicable la venganza de éste. Sin: παιδίον τι ρίψαν λίθον κατ' αύτοΰ, επληξεν αύτοΰ τόν ώμον.

La verdadera explicación de los defectos reales que aparecen en la per- sona de Jesús radica en los resabios gnósticos latentes en el apócrifo. Había entre los gnósticos quienes consideraban a Jesús dotado de un cuerpo psí- quico (el que fué sacrificado en la cruz) sometido al influjo de las pasiones. Otros le consideraban revestido de un manto de semillas pneumáticas, como primicia de aquellos que iban a ser salvos por El. Otros, finalmente, creían que el verdadero Salvador (Σωτήρ) no descendió sobre Jesús hasta el momen- to del bautismo y se separó de El en el momento de la pasión. Teniendo ante los ojos concepciones como éstas, no parece extraño encontrar un Jesús colérico, caprichoso, vengativo, como aquí viene retratado.

306

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

brarle a bendecir y a no maldecir; pues causa la muerte a nues- tros hijos».

V

1. José llamó aparte a Jesús y le amonestó de esta manera: «¿Por qué haces tales cosas, siendo con ello la causa de que éstos nos odien y persigan?» Jesús replicó: «Bien que estas palabras no proceden de ti. -Mas por respeto a tu persona callaré. Esos otros, en cambio, recibirán su castigo». Y en el mismo momento quedaron ciegos los que habían hablado mal de él.

2. Los testigos de esta escena se llenaron de pavor y que- daron perplejos, confesando que cualquier palabra de su boca, fuera buena o mala, resultaba un hecho y se convertía en una maravilla. Cuando José se dió cuenta de lo que Jesús había he- cho, le cogió de la oreja y le tiró fuertemente.

οΐκεϊν έν τη κώμη 15, ή δίδασκε αύτώ εΰλογεΐν και μή καταρδσθαι· τά γάρ παιδία ημών θάνατοι» 16.

V

1. Καΐ ττροσκαλεσάμενοξ ό Ιωσήφ το τταιδίον κατ' ιδίαν ένουθέτει αϋτόν λέγων «Ίνατί τοιαύτα κατεργάζει, και ττάσχουσιν οΰτοι και μισοΰσιν ήμας και διώκουσιν;» Είπε δέ ό Ίησοΰς· «Έγώ οίδα ότι τά ρήματα σου ταΰτα ουκ είσΐ σά 17, όμως σιγήσω δια σέ. Εκείνοι δέ οΐσουσιν τήν κόλασιν αυτών». Και εύβέως οί εγκαλούντες αύτόν άπε- τυφλώθησαν.

2. Και οί ϊδόντες 18 έφοβήθησαν σφόδρα καϊ ήπόρουν, και ελεγον ττερϊ αύτοΰ ότι τταν ρήμα δ έλάλει, είτε καλόν, εϊτε κακόν, έργον ή ν καϊ Θαύμα έγένετο. Ίδών 19 δέ ότι τοιούτον έττοίησεν ό Ίησοΰς, εγερθείς ό Ιωσήφ άπέλαβεν αύτοΰ τό ώτίον και ετιλεν σφόδρα.

15 Va: «lilis autem videntibus mirabilia clamaverunt dicentes: Unde est iste puer? Et dixerunt ad Ioseph: Non oportet esse nobiscum talem puerum. Ule autem abiit et tulit eum. Et dixerunt ei: Recede de loco isto. Et si te oportet esse nobiscum, doce eum...»

16 Va, sin embargo, dice: «filii autem nostri insensati sunt».

17 Así Pa, en el sentido de que tales palabras no provenían de Jesús, sino de otros. En cambio, Bo y Dr (a los que sigue Va ) : έμά oúk είσΐν άλλα σά, expresión que daría un sentido un tanto irreverente a la respuesta de Jesús. El texto siríaco, aceptando las palabras de José, dice que no tienen aplicación en su caso, ya que los muchachos no estarían sujetos a la maldi- ción si no fueran hijos de pecado.

18 Bo y Dr omiten el oi que figura en Pa.

19 Ίδών: Bo dice ÍSóutes; pero Mingarelli lo interpreta como errata y lee Ιδών de acuerdo con Va: «et cum vidisset Ioseph quae fecit Iesus».

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

307

3. El muchacho entonces se indignó y le dijo: «Tú ya tie- nes bastante con buscar sin encontrar. Realmente te has porta- do con poca cordura. ¿No sabes que soy tuyo? No me seas causa de aflicción».

VI

1. Se encontraba a la sazón en un compartimiento (próxi- mo) cierto rabino por nombre Zaqueo, quien, oyendo a Jesús hablar de esta manera a su padre, se llenó de admiración al ver que, siendo niño, decía tales cosas.

2. Se llegó, pues, pasados unos días, a José y le dijo: «Veo que tienes un hijo cuerdo e inteligente. ¡Ea!, confíamelo a para que aprenda las letras. Yo, por mi parte, juntamente con ellas, le enseñaré toda clase de sabiduría y (el arte de) saludar a los avanzados en edad, de respetarlos como mayores y padres y el de amar a sus iguales».

3. Τό δέ παιδίον ήγανάκτησε και εΐπεν αΰτώ· «Άρκετόν σοί εστίν ζητεΐν και μή ευρίσκει ν, και μάλιστα ου σοφώς επραξας 2°· οΰκ οιδας δτι σός εϊμι; μή με λύπει» 21.

VI

ι. Καθηγητής δέ τις ονόματι Ζακχαϊος 22 έστώς έν μέρει τινι ήκουσε τοΰ Ίησοΰ ταύτα λαλοΰντος τω πατρί αϋτοΰ, και έθαύμασεν σφοδρώς ότι παιδίον ών ταΰτα φθέγγεται.

2. Και μετ' ολίγας ήμέρας προσήγγισεν τω Ιωσήφ και ειττεν αύτω ότι- «Παιδίον φρόνιμον έχεις, καΐ νουν εχει· δεΰρο παράδος μοι αυτό όπως μάθη γράμματα, και έγώ διδάξω αυτό μετά τών γραμμάτων πα- σαν έπιστήμην καϊ προσαγορεύειν πάντας τους πρεσβυτέρους κα'ι τιμάν αυτούς ως προπάτορας και πατέρας και αγαπάν συνηλικιώτας» 2 3.

20 Así Ρα, Dr y Bo: μή εύρΙσκειν·] μάλιστα δτι σοφώ; έπραξα;. Es una respuesta difícil de interpretar. Las redacciones varían. Pa, añadiendo αυτούς, pone a los muchachos como sujetos de los verbos «buscar» y «no encontrar». Va dice sencillamente: «sufficit tibi videre me (et) non me tan- gere. Tu enim nescis quis ego sum: quod si scires, non me contristares. Et quamvis modo tecum sum, ante te factus sum».

21 Así Pa, Dr y Bo añaden: σός γάρ e\[x\. Sin ha reducido el capítulo 5 a estos términos: Καϊ καθίσας ό Ιωσήφ έπΐ τοΰ θρόνου αϋτοΰ, εστη τό ιταιδίον Εμπροσθεν αϋτοΰ· καϊ κρατήσα; αϋτοΰ έκ τοΰ ώτίου έθλιψε σφοδρώξ.

22 Sin y Ρα hablan únicamente de este maestro. Bo y Dr ponen tres maestros sucesivamente.

23 Los códices eslavos publicados por J. Ivanov (Bogomilski Knigi i Legendi, Sofía 1925) y por P. A. Lavrov (Thomino Evangelie [ms. de la bi- blioteca de Sofía n.69 s.XVI] : «Apokrificheskie Teksty. Sbornik otdelenija Russkavo Iazyka i Slovesnosti Imperatorskoi Akademii Nauk» t.67 n.3, San

30S

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

3. Y le dijo todas las letras con gran esmero y claridad des- de el Alfa hasta la Omega. Mas Jesús fijó su vista en el rabino Zaqueo y le dijo: «¿Cómo te atreves a explicar a los demás la Beta, si ignoras mismo la naturaleza del Alfa? ¡Hipócrita!, explica primero la A, si la sabes, y luego te creeremos cuanto digas en relación con la B». Después comenzó a interrogar al maestro acerca de la primera letra, mas éste no pudo responderle.

4. Entonces dijo a Zaqueo en presencia de todos: «Escu- cha, maestro, la constitución de la primera letra y fíjate cómo tiene líneas y trazos medianos, a los que ves unidos transver- salmente, conjuntos, elevados, divergentes... Los trazos que tiene la A son de tres signos: homogéneos, equilibrados y pro- porcionados».

3. Kod είττεν αύτώ πάντα τά γράμματα άττό τοΰ Α εως του Ω μετά πολλής εξετάσεως τρανώς 24. Έμβλέψας δέ τω καθηγητή Ζακχαίω λέ- γει αυτώ- «Σύ τό άλφα μη εϊδοος κατά φύσιν, τό βήτα πώς άλλους δι- δάσκεις; ύττοκριτά, πρώτον εϊ οίδας δίδαξον τό Α, και τότε σοι πιστεύ- σομεν περί τοΰ Β». Είτα ήρξατο άποστοματίζειν τόν διδάσκαλον περί τοΰ πρώτου γράμματος, και οϋκ ϊσχυσεν αύτώ άνταποκριθήναι.

Άκουόντων δέ πολλών λέγει τώ Ζακχαίω· «"Ακουε, διδάσκαλε, την τοΰ πρώτου στοιχείου τάξιν, και πρόσχες ώδε πώς έχει κανόνας και μεσαχαρακτηρα, ους όρας ξυνοϋς διαβαίνοντας, συναγομένους, ϋψο- μένους, χορεύοντας, βαλεφεγιούντας· τρισήμους, ομογενείς, υπάρχοντας, ίσομέτρους κανόνας έχει τό Α» 25.

Petersburgo 1 899) hacen una adición importante : «Mas José se llenó de ira y dijo al profesor: ¿Quién será capaz de enseñar la cruz a este muchacho? ¿Piensas que acaso mi hermano? Pues él es más humilde y suave que todos. Y, habiendo oido el niño Jesús a su padre decir estas cosas, rióse mucho y dijo a Zaqueo : Maestro, todo lo que acaba de decirte mi padre es muy ver- dad». Continúan después en un tono parecido al de las disputas con los fariseos, haciendo hablar a Jesús de su vida eterna, anterior a la venida a este mundo.

24 El texto se refiere al alfabeto griego. Pa corrige esta incongruencia mencionando el alefato hebraico. Sin pretende imitar a éste, pero da a las letras nombres griegos (!). Va se refiere también al alefato hebraico.

El carácter gnóstico del relato está fuera de duda. Es un buen punto de referencia para confirmarlo el testimonio de San Ireneo (Adv. haeres. I 20,1), si bien en él está marcado el valor místico dado a la A. El símbolo de A y Ω, como principio y fin, está contenido ya en el Apocalipsis de San Juan. Mas aquí es distinta la valoración simbólica que se da a estas letras. A se consi- dera como principio de emanaciones sucesivas. Así se explica el que sea in- dispensable desentrañar su estructura íntima para venir en conocimiento de los demás caracteres alfabéticos. Todo ello entra de lleno en el sistema gnóstico. Sobre el alfabeto usado por estos herejes cf. H. Leclercq.: DA- CHEL I col. 1268- 1288.

25 Evidentemente, el texto está corrompido. Esto puede deberse, se- gún Michel, al afán de los copistas en hacer desaparecer toda huella gnóstica

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

309

VII

1. El maestro Zaqueo, cuando oyó la exposición que hizo el niño acerca de tantas y tales alegorías en torno a la primera de las letras, se quedó desconcertado ante la respuesta y la eru- dición que manifestaba. Y dijo a los presentes: «¡Ay pobre de ! No qué hacer, pues yo mismo me he procurado la con- fusión al traer junto a a este muchacho».

2. «Tómalo, pues, hermano José, te lo ruego. No puedo soportar la severidad de su mirada. No logro hacerme inteligi- ble su discurso. Este muchacho no ha nacido en la tierra. Es capaz de dominar hasta el mismo fuego. Quizá ha nacido antes de la creación del mundo. No qué vientre puede haberle lle- vado y qué seno puede haberle nutrido. ¡Ay de !, amigo mío; me aturde. No puedo seguir el vuelo de su inteligencia. Me he engañado, miserable de mí: codiciaba tener un alumno y me he encontrado con un maestro».

VII

i. Ώς δέ ήκουσεν ó διδάσκαλος Ζακχαΐος τάς τοσαύτας και τοιαύ- τας αλληγορίας του πρώτου γράμματος είρηκότος τοΰ παιδός, ήπόρη- σεν έττί τοσαύτην άπολογίαν και διδασκαλίαν αύτοΰ, και είπεν τοις πα- ροΰσιν «Οϊμοι, ήπορήθην ό τάλας εγώ, έμαυτω αΐσχύνην παρέχων έπισπασάμενος τό παιδίον τοϋτο».

«Άρον οΟν αύτό, παρακαλώ σε, αδελφέ Ιωσήφ· ού φέρω τό αύστηρόν τοΰ βλέμματος αύτοΰ, ού τρανώ τον λόγον άπαξ. Τοΰτο τό παιδίον γηγενής ούκ εστί, τοΰτο δύναται και πύρ δαμάσαι· τάχα τοΰτο πρό της κοσμοποιίας εστίν γεγεννημένον 26. Ποία γαστήρ τοΰτο έβάσ- τασεν, ποία δέ μήτρα τοΰτο έξέθρεψεν, έγώ αγνοώ. Οϊμοι φίλε, έξη- χεΐ 27 μ£) ού παρακολουθήσω τη διανοία αύτοΰ· ήπάτησα εαυτόν, ó τρισάθλιος εγώ· ήγονιζόμην εχειν μαθητήν, και εύρέθην εχειν διδάσκα- λον».

del relato. Bonaccorsi lo explica también por el intento de atribuir a los rasgos grafológicos del alfa griego lo que es propio del alef hebreo. Quizá la explicación más adecuada radique en el gnosticismo que refleja el pasaje. Las versiones más antiguas no dan asimismo sentido alguno.

26 Vi: «Non debet hic super térra esse. Hic vero magnae crucis dignus est: hic potest enim ignem exstinguere». Cf. Ps. Mt. 31,3. Es curiosa en estos textos la alusión a la cruz contenida también en las versiones eslavas, aunque con distinto sentido (cf. nota 23).

27 El verbo έξηχεΐ (que es la lectura de Tischendorf contra έξήχει de Thilo) tiene su equivalente castellano en el término aturdir. Va: «O amici mei, dimissus sum in mentem meam, illusus ego magister».

3X0

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

3. «Me doy perfecta cuenta, amigos, de mi confusión; pues, viejo y todo, me he dejado vencer por un niño. Es como para quedar aplanado y morir a causa de este muchacho, pues en este momento soy incapaz de mirarle fijamente. ¿Qué voy a replicar cuando todos me digan que me he dejado vencer por un rapa- zuelo? ¿Qué voy a explicar acerca de lo que me ha dicho sobre las líneas de la primera letra? No lo sé, amigos, porque ignoro el origen y el destino de esta criatura».

4. «Por lo cual te ruego, hermano José, que te lo lleves a casa. Es algo extraordinario : o un Dios, o un ángel, o no ya qué decir».

VIII

i. Y mientras los judíos se entretenían en dar consejos a Zaqueo, el niño se echó a reír con mucha gana y dijo: «Fructi- fiquen ahora tus cosas y abran sus ojos a la luz los ciegos de co- razón. Yo he venido desde arriba para maldecirlos y llamarlos después a lo alto, pues ésta es la orden de Aquel que por vos- otros me envió».

3. «Ενθυμούμαι, φίλοι, τήν αΐσχύνην, ότι γέρων υπάρχων Οπό παιδίου ένικήθην. Και εχω έκκακησαι και άποθανεΐν δια τούτου του παιδός- οϋ δύναμαι γαρ έν τη ώρα ταύτη έμβλέψαι είξ τήν όψιν αύτοΰ. Και πάντων είπόντων δτι ένικήθην ύπό παιδίου μικροΰ, τί εχω ειπείν; και τί διηγήσασθαι περί ών μοι είπε κανόνων του πρώτου στοιχείου; 28 άγνοώ, ώ φίλοι· ου γαρ αρχήν και τέλος αύτοΰ γινώσκω».

«Τοιγαροΰν άξιώ σε, αδελφέ Ιωσήφ, άπάγαγε αύτόν εις τον οΐκόν σου. Ούτος τί ποτέ μέγα εστίν, ή θεός, ή άγγελος, ή τί εΐπω ούκ οίδα» 29.

VIII

I. Των δέ Ιουδαίων παραινούντων τω Ζακχαίω, έγέλασεν τό παι- δίον μέγα και είπεν «Νΰν καρποφορείτωσαν τά σά, και βλεπέτωσαν οί τυφλοί τη καρδία 3 0. Έγώ άνωθεν πάρειμι ϊνα αύτούς καταράσομαι καί εις τά άνω καλέσω, καθώξ διετάξατο ό άποστείλας με δι' ύμας» 31.

28 Va: «Quid habeo ad alios responderé aut quales sermones recitare eo quod vicit me in prima littera?»

29 Sin es más breve: Καί άκουσας ό Ζακχαϊο; τά; τοιαύτα; προσηγορία; τοΰ ενό; γράμματο;, έκττλαγεί; ούκ είχευ άποκρι9ηναι αύτω, καί στραφεί; λέγει τω Ιωσήφ· "Αδελφέ, τό τταιδίον τούτο άληθώ; οϋκ έστι γηγενέ;. rApov οϋν αύτό άττ* έμοϋ.

30 El sentido parece ser que lo sucedido sirva de lección para los que voluntariamente son ciegos de corazón.

31 Va: «Et Iesus conversus ad Iudaeos qui cum Zacchaeo erant, dixit

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

311

2. Cuando el niño terminó de hablar, se sintieron inmedia- tamente curados todos aquellos que habían caído bajo su mal- dición. Y desde entonces nadie osaba irritarlo, no fuera que le maldijera y quedara ciego.

IX

1. Días después se encontraba Jesús en una terraza jugan- do. Y uno de los muchachos que con él estaban cayó de lo alto y se mató. Los otros muchachos, al ver esto, se marcharon to- dos; y quedó solo Jesús.

2. Después llegaron los padres del difunto y le echaban a él la culpa. [Mas Jesús les dijo: «No, no. Yo no lo he tirado»]. Mas ellos le maltrataban.

3. Dió un salto entonces Jesús desde arriba, viniendo a caer junto al cadáver. Y se puso a gritar a grandes voces: «Zenón

2. Και ώς τό παιδίον κατέπαυσε τον λόγον, εύθέως έσώθησαν οί πάντες οί υπό την κατάραν αύτοΰ πεσόντες. Και ουδείς άπό τότε έτόλμα παροργίσαι αύτόν, όπως μή καταράσεται αυτόν και εσται ανάπηρος 32.

IX

ι. Και μεθ' ημέρας δε τινας επαιζεν ó Ίησοΰς εν τινι δώματι εν ϋπερώω, και εν των παιδίων τών παιζόντων μετ' αύτοΰ πεσών άπό τοΰ δώματος 33 κάτω, απέθανε- και ίδόντα τά άλλα παιδία εφυγον, και κατέστη ó Ίησοΰς μόνος.

2. Και έλθόντες ο! γονείς τοΰ τεθνεώτος ένεκάλουν αύτόν. [Και ό Ίησοΰς εϊπεν «Έγώ ούδέποτε κατέβαλον αύτόν»] 34, Εκείνοι δέ έπη- ρεάζον αύτόν.

Κατεπήδησεν 35 ó Ίησοΰς άπό τοΰ στέγου και εστη παρά τό πτώμα τοΰ παιδίου καϊ έκραζε φωνη μεγάλη και εΐπεν «Ζηνον 36_0τΰω

illis: omnes nunc non videntes videant et non intelligentes intelligant et surdi audiant, et qui propter me mortui sunt resurgant, et hos qui sunt sublimes ad altiora vocem, sicut praecepit mihi qui me misit ad vos».

32 ανάπηρος = mutilado en general, o bien ciego.

33 Sin: καϊ καθωθωθέν εν ποαδίον Οπό άλλου, da la idea de que la caída fué provocada por otro. De la misma manera en el Ps. Mt. c.32 y en el Evan- gelio árabe de la Infancia c.44.

34 El sentido y la correlación del segundo miembro (εκείνοι δέ) exige necesariamente este inciso, que por otra parte se encuentra también en Dr. Falta, sin embargo, en Va y Sin.

35 Καταπηδάω puede significar «dar un salto hacia abajo» o bien «bajar aceleradamente». Parece ser esta segunda significación la que aquí cumple, avalada además, como está, por los textos paralelos de Va y Ps Mt.

36 Va transcribe Ζήνον por Sinoo, lo cual no parece nada raro teniendo en cuenta el fenómeno del iotacismo.

312

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

así se llamaba el rapaz , levántate y respóndeme : ¿He sido yo el que te ha tirado?» El muerto se levantó al instante y dijo: «No, Señor. no me has tirado, sino que me has resucitado». Al ver esto, quedaron consternados (todos los presentes) y los padres del muchacho glorificaron a Dios por aquel hecho ma- ravilloso y adoraron a Jesús.

X

1. A los pocos días sucedió que, a un joven que se encon- traba cortando leña en las cercanías, se le escapó el hacha y le cortó la planta del pie. El desdichado se moría por momentos a causa de la hemorragia.

2. Sobrevino por esto un gran alboroto y se arremolinó mu- cha gente. Jesús acudió también allí. Después de abrirse paso a viva fuerza por entre la multitud (llegó junto al herido) y apretó con su mano el pie lastimado del joven, quien súbitamente que- dó curado. Dijo entonces al mozo: «Levántate ya; continúa par- tiendo leña y acuérdate de mí». La multitud, al percatarse de lo ocurrido, adoró al niño diciendo : «Verdaderamente en este mu- chacho habita el Espíritu de Dios».

γάρ τό όνομα αΰτοΰ έκαλεΐτο— , άναστάς είπε μοι, εγώ σε κατέβαλον;» Και άναστάς παραχρήμα είπεν «Ούχί, Κύριε, ού κατέβαλες άλλά άνέστη- σας» 37. ΚαΙ ίδόντες έξεπλάγησαν. Οί δέ γονείς τοΰ παιδίου έδόξασαν τόν Θεόν επί τω γεγονότι σημείω, και ττροσεκύνησαν τω Ιησού.

Χ

ι. Μετ' ολίγας ημέρας σχίζων τις ξύλα έν τη γειτονία νεώτερος έπεσεν ή άξίνη και διέσχισεν την βάσιν τοΰ ποδός αύτοΰ, και έξαιμος γενόμενος άπέθνησκεν.

2. Θορύβου δέ γενομένου κα'ι συνδρομής, ε'δραμε κα'ι τό παιδίον Μησοΰς εκεί. Καί βιασάμενος διήλθεν τόν όχλον, και έκράτησεν τοΰ νεα- νίσκου τον ττεπληγότα πόδα 3S, και εύθέως ϊάθη. Είπε δέ τω νεανίσκω· «Ανάστα νυν, σχίζε τά ξύλα και μνημόνευέ μου» 39. Ό δέ όχλος ϊδών τό γεγονός προσεκύνησαν τό παιδίον, λέγοντες· «Αληθώς πνεύμα Θεού ένοικεϊ έν τώ παιδίω τούτω».

·17 Aquí termina Sin la narración del milagro. ■1S Así los códices, contra la forma usual πόδα. ?' Sin añade: και άναστάς προσΕκύνησευ σύτόυ.

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

313

XI

1 . Cuando tenía seis años, le dió una vez su madre un cán- taro para que fuera a llenarlo de agua y se lo trajera a casa. Mas Jesús tropezó en el camino con la gente y la vasija se rompió.

2. Entonces él extendió el manto con que iba cubierto, lo llenó de agua y se lo llevó a su madre. Esta, al ver tal maravi- lla, se puso a besar a Jesús. Ε iba conservando en su interior todos los misterios que le veía realizar.

XII

Otra vez, siendo tiempo de sementera, salió Jesús con su padre a sembrar trigo en su finca. Y, mientras José desparra- maba la simiente, se le ocurrió también al niño Jesús sembrar un granito de trigo. Y, después de la siega y la trilla, su cosecha

XI

1. "Οντος δέ αύτοΰ έξαέτους, πέμπει αύτόν ή μήτηρ αύτοΰ ύδωρ άντλήσοα και φέρειν έν τω οίκω, δεδοκυΐα ούτω ύδρίαν. Έν δέ τω δχλω συγκρούσας, ή ύδρία έρράγη.

2. Ό δέ Ίησοΰς άπλώσας τό πσλίον όπερ ήν βεβλημένος, έγέμισεν οντά ύδωρ και ήνεγκε τη μητρι αύτοΰ 40. Μδοΰσα δέ ή μήτηρ αύτοΰ τό γεγονός σημεΐον κατεφίλει αύτόν, και διετήρει έν αύτη τά μυστήρια α έβλεπεν αύτόν ποιοΰντα 41.

XII

Πάλιν δέ έν καιρώ τοΰ σπόρου έξήλθεν τό παιδίον μετά τοΰ πα- τρός αύτοΰ 'ίνα σπείρει 42 σϊτον εις την χώραν αύτών. Καΐ έν τω σπείρειν τόν πατέρα αύτοΰ, έσπειρε και τό παιδίον Ίησοΰς ένα κόκκον σίτου 43. Και θερίσας καϊ άλωνίσας έποίησε κόρους ρ' 44 και καλέσας πάντας τους

40 En esta narración se puede descubrir un rastro mágico. En el Ps. Mt. (c.33), Ev. árabe de la Infancia (c.45) y en el Ev. armenio de la Infan- cia (0.23,2) se contienen relatos paralelos. La construcción έγέμισευ αύτό ύ- δωρ, con dos acusativos, no deja de ser rara. Por eso Thilo y Mingana proponen üSaros. Va, Dr, Ps. Mt. y Ev. ár. de la Infancia coinciden en que la causa de la rotura fué la aglomeración de la gente.

41 Va: «Cumque mater vidisset miraculum quod fecit Iesus, osculata est eum et dixit: Domine, exaudí me et salva filium meum».

4 2 |υα] σττείρει = σπείρη.

43 Va: «Et tulit de tritico quantum pugillo tenere potuit et dispersit». Ps. Mt. 34: «parum tritici».

44 Los ioo coros equivalían a 393 hectolitros, cantidad que se refiere a la cosecha de Jesús, según expresa Va: «Venit ergo Ioseph in tempore

314

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

fué de cien coros. Entonces convocó en su era a todos los pobres de la localidad y les repartió el grano. José se llevó después lo restante. Y Jesús tenía ocho años cuando obró este milagro.

XIII

1. Su padre, que era carpintero, hacía arados y yugos. Una vez le fué encargado un lecho por cierta persona de buena po- sición. Mas resultó que uno de los varales [era más corto] que el otro; por lo que José no sabía qué hacerse. Entonces el niño Jesús le dice a su padre: «Pon en tierra ambos palos e iguála- los por la mitad».

2. Así lo hizo José. Jesús se puso a la otra parte, tomó el

πτωχούς της κώμης είς τήν άλωνα έχαρίσατο αύτοίς τον σΐτον, και Ιωσήφ έφερεν τό καταλειφθέν τοΟ σίτου. Ήν δέ ετών η' δτε τοΰτο έποίησε τό ση μείον 45.

XIII

1. Ό δέ πατήρ αύτοΰ τέκτων ήν, και έποίει έν τω καιρώ έκείνω άροτρα και ζυγούς. Έπετάγη αύτώ κράββατος παρά τίνος πλουσίου όπως ποιήσει αύτώ 46. Του δέ ένός κανόνος τοΰ καλουμένου έναλλάκ- του 47 [όντος κολοβωτέρου] 48, μή έχοντος Ιωσήφ τί ποιήσαι, είπεν τό παιδίον ό Ίησοΰς τω πατρί αύτοΰ [Ιωσήφ]· «Θές κάτω τά δύο ξύλα, και έκ τοΰ μέσου μέρους ίσοποίησον ούτά» 49.

2. Καϊ έποίησεν Ιωσήφ καθώς εΐπεν αύτώ τό παιδίον 50. "Εστη

metendi ut meteret messem suam. Venit et Iesus, collegit spicas quas dis- perserat et fecerunt centum modia optimi frumenti».

45 Va y Sin trasladan esta consignación de la edad al capítulo siguiente.

46 Esta persona rica, según el Ev. árabe de la Infancia (c.39), era el rey de Jerusalén.

47 La significación del término έναλλάκτον es difícil de precisar. De acuerdo con el sentido del adv. ένάλλαξ, puede traducirse por inverso, co- rrespondiente, transversal . . .

48 El «ser más corto», se colige fácilmente por el v.2 y por Sin, que dice textualmente: Καϊ έξελθών έν τφ άγρώ πρόξ συλλογήν ξύλων, συνήλθεν αύτω και ό Ίησοΰξ. Καϊ κόψα; δύο ξύλα καϊ πελεκίσαζ τό εν εθηκεν πλησίον τοϋ άλλον, καϊ μετρήσαζ εύρεν αύτό κολοβώτερον, καϊ ίδών έλυττήθη... El Εν. árabe de la In- fancia refiere substancialmente el mismo milagro, con la variante de que, en vez de un eje, es todo el trono el que resulta pequeño.

49 Va: «Dixit Iesus ad eum: Noli contristari. Apprehende hoc lignum de uno capite et ego per aliud et extrahamus illud». Sin: Θέξ τά δύο ταύτα όμοΰ πρόξ Ισότητα αμφοτέρων προτομών.

50 Sin: Καϊ διαπορούμενο; ό Ιωσήφ περί τούτον, τί βούλεται τό παιδίον, έποίη- σεν τό προσταχθέν.

EVANGELIO DEL TS. TOMÁS

315

varal más corto y lo estiró, dejándolo tan largo como el otro. José, su padre, se llenó de admiración al ver el prodigio y colmó al niño de abrazos y de besos diciendo : «Dichoso de mí, porque Dios me ha dado este niño».

XIV

1. Dándose cuenta José de que (a inteligencia del niño iba madurando juntamente con la edad, quiso de nuevo impedir que quedara analfabeto ; por lo que le llevó a otro maestro y se lo puso a su disposición. Este le dijo: «Le enseñaré en primer lugar las letras griegas; después las hebreas». Es de notar que el maestro conocía bien la capacidad del muchacho y le tenía mie- do. Y, después que le escribió el alfabeto, se entretenía con él durante largo tiempo sin obtener respuesta de sus labios.

2. Por fin Jesús le dijo: «Si de verdad eres maestro y cono- ces perfectamente las letras, dime primero cuál es el valor del

δέ ό Ιησούς έκ τοΟ έτερου μέρους και έκράτησεν τό κολοβώτερον ξύλον, και έκτείνας αύτό ίσον έποίησεν τοΰ άλλου 51. Και είδεν ό πατήρ αΰτοΟ Ιωσήφ και έθαύμασε, καΐ περιλαβών τό παιδίον κατεφίλει λέγων «Μα- κάριος ειμί, ότι τό τταιδίον τούτο δέδωκέ μοι ό Θεός» 52.

XIV

1. Ίδών δέ ό Ιωσήφ τόν νουν τοΰ παιδιού καΐ τήν ήλικιότητα, ότι άκμάζει, ττάλ'.ν έβουλεύσατο μή είναι αύτό άπειρον τών γραμμάτων, και άπαγαγών αύτό τταρέδωκεν έτέρω διδασκάλω. Είπε δέ ό διδάσκα- λος τω Ιωσήφ· «Πρώτον παιδεύσω αύτό τά έλληνικά, έπειτα τά έβραϊ- κά» 53. "Ηιδει yáp ό διδάσκαλος τήν πεΐραν του παιδίου, και έφοβήθη αύτό· δμως γράψας τόν άλφάβητον έπετήδευεν 54 αύτό έπϊ πολλή ν ώραν, και ούκ άπεκρίνατο αύτω.

2. Είπε δέ αύτω ό Ιησούς- «Εί όντως διδάσκαλος εϊ, και εΐ οΐδας καλώς τά γράμματα, εΐπέ μοι του άλφα τήν δύναμιν, κάγώ σοι έρώ τήν

51 Va: «Quod et factum est. Et statim invenit illud utile ad hoc quod voluit. Et dixit ad Ioseph: Ecce labora quod vis».

52 Sin pone aquí término a su narración añadiendo esta frase conclusiva: Απελθόντων δέ εν τη πάλει, διηγήσατο τη Μαριάμ 6 Ιωσήφ. Εκείνη δέ άκούσσσά τε καΐ βλέπουσα τά παράδοξα μεγαλεία τοΟ υΐοϋ αύτης εχαιρεν, δοξάζουσα αύτόν σύν τω ΠατρΙ καΐ τω Άγίω Πνεύματι, νΰν και αεί και ε!; τους αιώνας τών αιώνων, αμήν.

53 Va: «Dixit autem ille doctor ad Ioseph: Quales litteras desideras illum puerum docere? Respondit Ioseph et dixit: Primum doce ei [eum] litteras gentilicias et postea hebraeas».

54 Dr y Bo tienen έπετήχευεν, que Thilo y Tischendorf corrigen por πετήδευεν, le ejercitaba.

316

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Alfa y luego te diré yo cuál es el de la Beta». Irritado entonces el maestro, le pegó en la cabeza. Cuando el niño sintió el dolor, le maldijo; e inmediatamente se desvaneció el maestro y cayó a tierra de bruces.

3. El muchacho volvió a casa de José. Este se llenó de pe- sar y dijo a su madre que no le dejara salir fuera de casa, porque todos los que le enojaban quedaban muertos.

XV

1. Pasado algún tiempo, otro profesor, que era amigo ín- timo de José, dijo a éste: «Tráeme a tu chico a la escuela: quizá a fuerza de dulzura pueda enseñarle las letras». José replicó: «Si te atreves, hermano, llévatelo contigo». El lo tomó con mu- cho temor y preocupación, mas el niño marchaba de muy bue- na gana.

2. Este entró decididamente en clase y encontró un vo- lumen, puesto sobre el pupitre. Lo cogió, y, sin pararse a leer las letras que en él estaban escritas, abrió su boca y se puso a

τοΰ βήτα». Πικρανθε'ις δέ ό διδάσκαλος έ'κρουσεν αύτοϋ είς τήν κεφαλήν. Τό δε τταιδίον πόνεσαν κατηράσατο αυτόν, και ευθέως ελιποθύμησε κα'ι έπεσε χαμαϊ επί πρόσωπον 5 5.

Άπεστράφη δέ τό τταιδίον εις τόν οίκον Ιωσήφ. Ιωσήφ δέ έλυ- ττήθη, και παρήγγειλε τή μητρί αύτου όπως έξω της θύρας μή απολύ- σεις αυτόν, διότι άποθνήσκουσιν οί παροργίζοντες αύτόν.

XV

ι. Μετά δέ χρόνον τινά έτερος πάλιν καθηγητής, γνήσιος φίλος ών του Ιωσήφ 5 6, είπεν αύτω· «"Αγαγέ μοι τό παιδίον είς τό παιδευτή- ριον ϊσο^ς αν δυνηθώ έγώ μετά κολακίας διδάξαι αύτό τά γράμματα». Kai εΐπεν Ιωσήφ· «Ει θαρρείς άδελφέ, έ'παρον αύτό μετά σεαυτοϋ». Και λαβών αύτό μετ' αύτοϋ μετά φόβου κα'ι αγώνος πολλού, τό δέ παιδίον ήδέως έπορεύετο.

2. Και εΐσελθών θρασύς είς τό διδασκαλεΐον, εϋρ= βιβλίον κείμενον έν τώ άναλογίω, καί λαβών αύτό ούκ άνεγίνωσκε τά γράμματα τά έν αύτω, άλλά άνοίξας τό στόμα αύτού έλάλει πνεύματι áyícp, καί έδίδασ-

55 En el capítulo siguiente, ν. 4, se dice que este profesor fué después curado, de donde se deduce que no debió morir, si bien Va, Ps. Mt. y Ev. árabe de la Infancia (c.49) dicen que murió y fué resucitado.

50 Ps. Mt. (c.39): «Iterum rogaverunt tertio Mariam et Ioseph Iudaei ut ad alium magistrum blandimentis suis ducerent ad addiscendum».

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

317

hablar llevado por el Espíritu Santo, enseñando la Ley a los cir- cunstantes que le escuchaban. Y una gran muchedumbre que se había congregado le oía, llena de admiración por lo hermoso de su doctrina y lo expedito de sus raciocinios, teniendo en cuenta que era un niño el que así hablaba.

3. José, cuando supo esto, se llenó de miedo y corrió en seguida a la escuela, recelando no hubiera quedado malparado también aquel profesor. Pero éste le dijo: «Sábete, hermano, que yo recibí a este niño como si fuera un alumno cualquiera y re- sulta que está rebosando gracia y sabiduría. Llévatelo, por fa- vor, a tu casa».

4. Al oír esto el niño le sonrió diciéndole: «Gracias a ti, que has hablado con rectitud y has dado un testimonio justo, va a ser curado aquel que anteriormente fué castigado». Ε in- mediatamente el otro preceptor se sintió bien. José tomó al niño y se fué a su casa.

κεν τόν νόμον τους περιεστώτας και άκούοντας αύτοΰ 57. Όχλος δέ πολύς σννελθόντες παρεστήκεισαν άκούοντες αύτοΰ, και έθαύμαζον έν τη ώραιότητι τής διδασκαλίας αύτοΰ και τη ετοιμασία των λόγων αύτοΰ, ότι νήπιον ών τοιαύτα φθέγγεται.

Άκούσσς δέ Ιωσήφ έφοβήθη, κα'ι εδραμεν εις τό διδασκαλεϊον, λογισάμενος μή ούτος ό καθηγητής [εσται ανάπηρος] 58. Είπε δέ ό καθηγητής τω Ιωσήφ· «Ίνα είδης, αδελφέ, ότι έγώ μέν παρέλαβον τό παιδίον ώς μαθητήν, αύτό δέ πολλής χάριτος καΐ σοφίας μεστόν έστιν και λοιπόν άξιώ σε, άδελφέ, άρον αύτό εις τόν οΐκόν σου».

Ώς δέ ήκουσεν τό παιδίον ταύτα, εύθέως προσεγέλασεν ούτω και είπεν «Επειδή ορθώς έλάλησας καΐ ορθώς έμαρτύρησας, διά σέ κάκεΐνος ό πληγωθείς ΐαθήσεται». Και παραυτά ίάθη ό έτερος καθηγητής. Παρέ- λαβε δέ ό Ιωσήφ τό παιδίον κα'ι άπήλθεν εις τόν οίκον αύτοΰ.

57 Va: «Omnes vero qui ibidem stabant, diligenter eum audiebant, et magister ille iuxta íllum sedcbat et libenter eum audiebat et deprecabatur eum ut amplius doceret. Cum collecta fuisset turba multa, audiebant omnem sanctam doctrinam quam docebat et dilectos sermones qui exi<e>bant de ore eius, qui pusillus cum esset, talia dicebat».

58 Dr y Bo: έστίν ómipos (inepto), que Tischendorf corrige acertada- mente según la fórmula propuesta.' Va: «Cum audisset Ioseph, timuit; cur- rens ubi erat Icsus magister ille dixit ad Ioseph: Scias, frater, ut...».

318

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

XVI

1. Otra vez mandó José a su hijo Santiago que fuera a atar haces de leña para traerlos a casa. El niño [Jesús] le acompañó. Mas ocurrió que, mientras Santiago recogía los sarmientos, le picó una víbora en la mano.

2. Habiéndose echado en el suelo todo lo largo que era y estando ya para morir, se le acercó Jesús y le sopló en la mor- dedura. Inmediatamente desapareció el dolor, reventó el reptil y Santiago recobró repentinamente la salud.

XVII

r. Después sucedió que un niño, que vivía enfermo en la vecindad de José, murió. Su madre le lloraba inconsolable. Jesús, al enterarse de la pena de ésta y del tumulto que se formaba, corrió (allá) precipitadamente. Y, encontrando ya muerto al niño, le tocó en el pecho y le dijo: «Parvulillo : a ti te hablo. No mueras, sino vive más bien y quédate con tu madre». El niño

XVI

i. "Επεμψε δέ Ιωσήφ τον υίόν αύτοΰ τόν Ίάκωβον 59 τοΰ δήσαι ξύλα και φέρειν εις τόν οίκον αυτού- ήκολούθει δέ κοα τό ττοαδίον [Ίησοΰς] αύτω. Και συλλεγόντος τοΰ Ιακώβου τά φρύγανα, εχιδνα εδακε την χείρα Ιακώβου.

Κα! κατατειναμένου 60 αΰτοΰ καΐ άπολλυμένου προσήγγισεν ό Ιησούς και κατεφύσησε τό δήγμα· και εΰθέως έπαύσατο ό πόνος, και τό θηρίον έρράγη 61, και πάραυτα εμεινεν ό Ιάκωβος υγιής.

XVII

ι. Μετά δέ ταύτα έν τή γειτονία τού Ιωσήφ νοσών 62 νήπιον άπέθανεν, και έκλαιεν ή μήτηρ αύτού σφόδρα. 'Ήκουσε δέ ό Ίησοΰς ότι πένθος μέγα και θόρυβος γίνεται, καΐ έδραμε σπουδαίως· και εϋρών τό παιδίον νεκρόν, (και) ήψατο τοΰ στήθους αύτοΰ και εΐπεν «Σοι 6 3 λέγω, βρέφος, μή άποθάνης άλλά ζήσον, καΐ έ'σο 64 μετα τής μητρός σου». Και

59 Cf. Prof. 9,2.

60 £)r y β0: καταπναμένον, por homofonía.

61 Va: «Cumque talia vidisset Iesus, sufflavit in plagam eius et súbito sanus factus est Iacob et vípera mortua est».

62 νοσών: así los códices. Mingarelli y Thilo lo corrigen por νοσούν.

63 Dr y Bo: σύ λέγω, por homofonía.

64 £σο ;σθ,( según la lectura de Mingarelli y Thilo. Tischendorf lee ίστω.

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

319

tendió al instante una mirada y sonrió. Entonces dijo Jesús a la mujer: «Anda, tómalo, dale leche y acuérdate de mí».

2. Al ver esto los circunstantes se llenaron de admiración y exclamaron: «Verdaderamente que este niño o era un Dios o un ángel de Dios, pues todo lo que sale de su boca se verifica bien pronto». Jesús salió de allí y se puso a jugar con otros muchachos.

XVIII

1. Días después aconteció que, estándose construyendo una casa, sobrevino un gran tumulto. Jesús se levantó y se di- rigió hacia aquel sitio. Y, viendo allí un cadáver tendido en el suelo, le tomó de la mano y se dirigió a él en estos términos: «Hombre, a ti te digo: levántate y reanuda tu trabajo». El se levantó en seguida y le adoró.

2. La multitud que vió esto, se llenó de admiración y dijo :

ευθύς άναβλέψας έγέλασεν. Είπε δέ τη γυναικί. «τΑρον αΰτό και δός γάλα, και μνημόνευε μου».

2. Καΐ ίδών ό παρεστώς όχλος έθαύμασεν και εΐπον «Αληθώς τό τταιδίον τοΰτο ή Θεός ην ή άγγελος Θεοΰ, ότι πάς λόγος αύτοΰ έργον εστίν έτοιμον» 65. Και έξήλθεν ό Ίησοΰς εκείθεν παίζων μετά και έτερων παιδιών.

XVIII

ι. Μετά δέ χρόνον τινά οικοδομής γενομένης και θορύβου μεγάλου, ΐστατο ό Ίησοΰς και άπήλθεν έως έκεϊ. Και ίδών άνθρωπον νεκρόν κείμε- νον έπελάβετο της χειρός αϋτοΰ και είπεν «Σοι λέγω, άνθρωπε, ανάστα, ποίει τό έργον σου». Και ευθέως άναστάς προσεκύνησεν αύτόν.

2. Ίδών δέ ό όχλος έθαύμασεν και είπεν «Τοΰτο τό παιδίον οϋρά-

65 Va omite el episodio del templo contenido en el capítulo 19 y pone aquí las palabras de felicitación a María por parte de los fariseos conteni- das en la redacción griega de dicho capítulo. Después concluye la narración evangélica con estas palabras: «Post haec omnia Thomas Ysmaelita: Scripsi quae vidi et recordatus sum gentibus et fratribus nostris, et multa alia quae fecit Iesus, qui natus est in terris Iudae. Ecce omnia vidit domus Israel a primo usque ad novissimum, quanta signa et mirabilia fecit Iesus in ipsis, valde bona. Et ipse est qui debet iudicare mundum secundum voluntatem immortalis et invisibilis patris sui [corrección de M. R. James] quomodo enarrat scriptura sancta et prophetae testifican' sunt opera eius in ómnibus populis Israel, quoniam ipse est filius Dei in universo orbe terrae. Ipsum decet omnis gloria et honor in sempiternum, qui vivit et regnat Deus per omnia sécula seculorum. Amen».

320

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

«Este muchacho debe haber venido del cielo, pues ha librado a muchas almas de la muerte y aun ha de seguir librando (más) durante su vida».

XIX

1. Cuando tenía doce años, sus padres marcharon como de costumbre a Jerusalén para asistir a las fiestas de la Pascua, enrolados en la caravana. Ya terminadas las fiestas, se volvían de nuevo a su casa. Mas en el momento mismo de partir, el niño Jesús retornó de nuevo a Jerusalén, mientras sus padres pensaban que se encontraría en la comitiva.

2. Después del primer día de marcha se pusieron a bus- carle entre sus parientes. Mas, no dando con él, se afligieron mucho y retornaron a Jerusalén en su busca. Finalmente lo encontraron en el templo después del tercer día, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles pregun- tas. Todos estaban pendientes de él y se admiraban de ver que, niño como era, dejaba sin palabra a los ancianos y maes- tros del pueblo, desentrañando los puntos principales de la ley y las parábolas de los profetas.

3. Y acercándose María, su madre, le dijo: «Hijo mío,

νιόν εστίν πολλάς γάρ ψυχάς εσωσεν έκ θανάτου, και εχει σώσει έως πάσης της ζωής αύτοΰ».

XIX

1. "Ούτος δέ αύτοΰ δωδεκαετούς έπορεύοντο οί γονείς αύτοΰ κατά τό εθος εις Ίηρουσαλήμ εις την έορτήν του πάσχα μετά της συνοδίας αύτών, και μετά τό ττάσχα ύπέστραφον εις τόν οίκον αύτών. Kai έν τω ύττοστρέφειν αύτούς άνήλθεν τό παιδίον Ίησοϋς εις Ιεροσόλυμα· οί δέ γονείς αύτοΰ ένόμισαν αύτόν έν τη συνοδία είναι.

2. Όδευσάντων δέ όδόν ημέρας μιας, έζήτουν αύτόν έν τοις συγχε- νέσιν αύτών, και μη εύρόντες αύτόν, έλυπήθησαν και ύπέστρεψαν 66 ττάλιν εις την πόλιν ζητοΰντες αύτόν. Kai μετά τρίτην ήμέραν εϋρον αύτόν έν τω ίερώ καθεζόμενον έν μέσω τών διδασκάλων και άκούοντα 67 και έρωτώντα αύτούς. Προσεΐχον δέ πάντες καί έθαύμαζον, ττώς τταιδίον υπάρχων άποστομίζει 6 8 Τ0ύς πρεσβυτέρους καϊ διδασκάλους τοΰ λαοΰ, έπιλύων τά κεφάλαια τοΰ νόμου καί τάς παραβολάς τών προφητών.

Προσελθοΰσα δέ ή μήτηρ αύτοΰ Μαρία εΐπεν αύτώ· «Ίνατί τοΰτο

66 Dr y Βο: καϊ ύποστρέψαντεξ.

67 Dr y Βο: καϊ άκούοντα τοΰ νόμου, καϊ άκούοντα καί έρωτώντα αύτούξ.

68 άιτοστομίζω: cerrar la boca, dejar sin palabra.

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

S 21

¿por qué te has portado así con nosotros? Mira con qué pre- ocupación te hemos venido buscando». Mas Jesús replicó: «¿Y por qué me buscabais? ¿No sabéis acaso que debo ocuparme de las cosas que se refieren a mi Padre?»

4. Y los escribas y fariseos le decían: «¿Eres por ventura la madre de este niño?» Ella respondió: «Así es». Y ellos repu- sieron: «Pues dichosa de ti entre las mujeres, ya que el Señor ha tenido a bien bendecir el fruto de tu vientre, porque gloria, virtud y sabiduría semejantes, ni las hemos oído ni visto jamás».

5. Jesús se levantó y siguió a su madre. Y era obediente a sus padres. Su madre, por su parte, retenía todos estos hechos en su corazón. Mientras tanto Jesús iba creciendo en edad, sabiduría y gracia. A El sea tributada alabanza por todos los siglos de los siglos. Amén.

APENDICE Los tres primeros capítulos del Tomás latino

I. De cómo María y José huyeron a Egipto con él

i. Habiéndose levantado una gran agitación porque Here- des estaba haciendo pesquisas para encontrar a nuestro Señor

έττοίησας ήμϊν, τέκνον; ιδού όδυνώμενοι έζητούμέν σε». Και είττεν αύτοΐς ό Ιησούς- «Τί με ζητείτε; ούκ οΐδοττε ότι Ιν τοις τού Πατρός μου δει είναί με;»

4- 01 δέ γραμματείς και Φαρισαΐοι είττον «Σύ ή μήτηρ τού τταιδίου τούτου;» Ή δέ είττεν «Έγώ ειμί». Καϊ εΐττον αύτη· «Μακαρία σύ έν γυ- ναιξίν, ότι ηύλόγησεν ό Θεός τόν καρττόν της κοιλίας σου· τοιαύτην γαρ δόξαν και τοιαύτην άρετήν και σοφίαν ούτε ΐδομεν ούτε ήκούσαμέν ττοτε».

Άναστάς δέ Ιησούς ήκολούθησεν τη μητρί αύτού, και ήν ύττο- τασσόμενος τοις γονεύσιν αύτού. Ή δέ μήτηρ αύτού διετήρει πάντα τά γενόμενα. Ό δέ Ιησούς ττροέκοτΓτε σοφία και ηλικία καϊ χάριτι. Αύτώ ή δόξα εις τούς αιώνας των αιώνων, αμήν.

I. Quomodo María ετ Ioseph fugierunt cum εο in Egyptum 69

1. Cum facta fuisset conturbatio, quoniam requisitio facta fuit ab Herode de Domino nostro Iesu Christo, ut eum interficeret, tune

69 A. Delatte ha publicado en Anécdota Atheniensia I ( Bibliothéque de

Ev. apócrifos 11

322

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Jesucristo y quitarle la vida, dijo un ángel a José : «Toma a María con su hijo y date a la huida camino de Egipto, lejos de esos que quieren matarle». Tenía Jesús dos años cuando entró en Egipto.

2. Una vez iba caminando por un sembrado y, alargando su mano, cogió algunas espigas. Después las puso al fuego, las trituró y empezó a comerlas.

3. Al entrar en Egipto se hospedaron en casa de una viuda y allí permanecieron durante un año entero.

4. Jesús cumplió sus tres años. Y, viendo jugar a los demás niños, se puso él a hacer lo propio en su compañía. Cogió un pez disecado, lo echó en una jofaina y le mandó que empezara a colear. Y él empezó a colear. Jesús se dirigió otra vez al pez en estos términos: «Anda, arroja la sal y échate al agua». Todo lo cual sucedió puntualmente. Entonces algunos vecinos que lo habían visto fueron a contárselo a la mujer en cuya casa se hospedaba su madre, María. Y ella, al enterarse, los arrojó in- mediatamente de casa.

ángelus dixit ad Ioseph: «Tolle Mariam et puerum eius, et fuge in Egyptum a facie eorum qui quaerunt eum interficere». Erat autem Iesus annorum II cum ingressus est in Egyptum.

2. Et deambulante eo per agrum seminatum, porrexit manum et tulit de spicis et posuit eas super ignem et trituravit, et coepit comedere 70 '.

3. Cum autem in Egyptum introissent, acceperunt hospitium in domo cuiusdam viduae, et fecerunt in eodem loco annum unum.

4. Et factus est Iesus anni tertii. Et cum vidisset pueros ludentes, coepit ludere cum eis. Et accepit piscem unum aridum et misit eum in pelvim, et praecepit ei ut palpitaret. «Et coepit palpitare». Et dixit iterum ad piscem: «Reiecta sal tuum quod habes, et ambula in aquam». Et factum est ita. Videntes autem vicini quod factum fue- rat, nuntiaverunt mulieri viduae in cuius domo morabatur María mater eius. Illa vero ut audivit, cum festinatione magna eiecit eos de domo sua.

la Faculté de Philosophie et Lettres de l'Université de Liége, XXXVI) p. 264-71 una versión griega del Ps. Tomás, en la que por vez primera tenemos el equivalente de la versión latina del Ps. Tomás, impresa por Tischendorf según el códice Va (Ev. Apocr. P.164SS.). He aquí cómo empieza: Θορύβου γενομένου, έζητεϊτο ό Ίησοϋς Οπό τοΰ Ήρώδου τοΰ βασιλέως. Τότε ουν άγγελο; κυρίου λέγει τω Ιωσήφ. κτλ.

70 El códice β. laurenziano, de Florencia., añade: «Dedit autem talem gratiam illi agro ut singulis annis cum fuerit seminatus, tot modios grani domino suo reddat quot grana de ipso sumpserat. Factumque est».

EVANGELIO DEL PS. TOMÁS

323

II. De cómo un maestro le mandó fuera de la ciudad

1. Iba una vez Jesús paseando con María, su madre, por el foro de la ciudad, cuando vió a un maestro que estaba dando clase a unos cuantos alumnos. Y hete aquí que unos gorriones que reñían entre vinieron a caer por la pared en el seno de aquel profesor que daba clase a los chicos. Jesús, al verlo, dió muestras de alegría y se paró.

2. El preceptor, que notó las muestras de contento que daba Jesús, montó en cólera y dijo a sus alumnos : «Id y traéd- melo acá». Hecho lo cual, tomó a Jesús de la oreja y le dijo: «¿Qué es lo que has visto para echarte a reír?» El respondió: «Mira: tenía esta mano llena de trigo. Se la enseñé y desparramé el grano. Ellos, al ver que éste estaba en peligro [de ser apro- piado por los otros], lo quitaron de en medio. Esta ha sido la causa de la riña». Jesús no se marchó de allí hasta que no

II. Quomodo magister eiecit eum de civitate^i

X. Et deambulante Iesu cum María matre eius per médium forum civitatis, respiciens vidit magistrum docentem discípulos suos. Et ecce XII passeres insidiantes inter se ceciderunt per murum in sinum illius magistri qui pueros docebat. Iesus autem cum vidisset, hilaris factus est et stetit.

2. Cum ille doctor vidit illum hilarem factum, cum furore magno dixit discipulis suis: «Ite, adducite eum ad me». Cum autem sustulissent eum, magister apprehendit auriculam eius et dixit: «Quid vidisti quod hilaris factus es At ille dixit ei : «Magister, ecce manus plena tritico. Ostendi illis et sparsi triticum, quod in pericu- lo e medio gerunt : propter hoc enim pugnaverunt intra se ut divi- derent triticum». Et non praeteriit inde Iesus doñee adimpletum

71 Los incidentes de este episodio aparecen más claramente expuestos en el texto griego de Delatte. Según él, se trata de una viuda, quien, des- pués de haber comprado trigo con gran sacrificio, tropieza y lo deja caer: Προερχόμενος δέ ό Ίησοΰς μετά της μητρό; αύτοΰ δια της πλατεία; της πόλεως, είδ· διδάσκαλον καθηγητήν διδάσκοντα παιδία. Δώδεκα ουν στρουθία κατελθόιτα από τείχους έμάχοντο πρός αλλήλους καΐ έπεσον εξαίφνης είς τον κόλπον τοΟ καθηγητού. Ίδών δέ 6 ΊησοΟς έγέλασεν. *Ως δέ είδεν αΰτόν ό καθηγητής γελώντα, θυμοϋ πλησθείς είπε- τΐ Ιδών έγέλασας; ό δέ πρός αύτόν έφη· καθηγητά, Ιδού γυνή χήρα έρχεται προς σε βαστάζουσα σΐτον δν μετά κόπου ήγοράσατο, καΐ ώδε εχει προσκόψαι καΐ διασκορ- πίσαι τόν σΐτον. Καΐ διά τοϋτο μάχονται τά στρουθία ταϋτα, πόσους κόκκους δεί έκαστος λαβείν. Ουκ άνεχώρησε δέ ό ΊησοΟς έως ου τό είρημένον Οπ' αύτοΰ έπληρώθη. Ίδών δέ ό διδάσκαλος τους λόγους του Ιησού ε!ς έργον γεγονότος, έκέλευσε διωχθήναι αύτόν από τή> πόλεως μετά της μητρός αΰτοΰ.

324

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

se cumplió lo que dijo. Entonces el maestro se puso a echarlo fuera de la ciudad juntamente con su madre.

III. De cómo Jesús fué expulsado de Egipto

1. Un ángel del Señor salió al encuentro de María y le dijo: «Toma al niño y vuélvete de nuevo a la tierra de los judíos, pues han muerto ya los que iban tras de su vida». Levantóse, pues, María y juntamente con Jesús se puso en camino de Nazaret, ciudad que está emplazada entre las pro- piedades de su padre.

2. José salió de Egipto, muerto ya Herodes. Y llevó (al niño) al desierto hasta que se hiciese calma en Jerusalén de parte de aquellos que buscaban la vida del niño. Y dió gracias a Dios por haberle dado entendimiento y por haber encontrado gracia ante el Señor Dios. Amén.

est. Et hoc facto magister coepit eum proiicere de civitate una cum matre sua.

III. Quomodo Iesus expulsus est de Egypto

1. Et ecce ángelus Domini obvians Mariae dixit ad eam: «Tolle puerum et reverteré in terram Iudaeorum; defuncti sunt enim qui quaerebant animam eius». Surrexit autem María cum Iesu et perre- xerunt in civitatem Nazaret quae est in propriis rebus patris sui.

2. Ut autem exiit Ioseph de Egypto post mortem Herodis, tulit eum in deserto usque dum fieret tranquilinas in Ierusalem de iis qui quaerebant animam pueri.Et egit gratias Deo quod dedit intel- ligentiam, et quod invenit gratiam coram Domino Deo. Amen 72.

72 El citado códice B: «Et cum factus esSet Iesus annorum septem, facta est tranquillitas in regno Herodis de ómnibus illis qui quaerebant ani- mam pueri. Reversi in Bethleem, morabantur ibi». Texto griego de Delatte : Γνου; δέ ό Ίησους άττό τη; Αιγύπτου, συνέστειλεν εαυτόν εις τήν ερημον μετά τήν τελευτήν Ήρώδου εω; ού κστέτταυσεν ό θόρυβο; έν Ιερουσαλήμ. Και ήρξάμην δοξάζειν τόν θεόν, κάγώ "Ιάκωβος, τον δόντα μοι σοφίαν ότι έξεΰρον ένώττιον αϋτοΰ γράψαι τήν ίστορίάν αύτοΰ. Αμήν.

2. EVANGELIO ARABE DE LA INFANCIA

Lleva este nombre por no haberse conocido hasta hace poco más que la redacción árabe del mismo. Hoy, sin embar- go, está ya identificada su redacción siríaca, de manera que po- dría titularse más bien Evangelio siro-árabe de la Infancia 1.

La redacción árabe está representada por dos manuscritos:

a) El primero procede de la biblioteca de J. Golius y ac- tualmente se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford (Or.350). Está sin fecha y figura con el número LII en el catá- logo de manuscritos árabes cristianos de Nicoll y Pusey. Este manuscrito fué el que utilizó H. Sike para su edición y versión latina publicada en 1697, obra que sirvió de base para las ulte- riores ediciones y versiones de Fabricius Jones, Giles, Schmid, Migne, Cowper, Thilo y Tischendorf. En estas dos últimas colaboraron, respectivamente, los ilustres arabistas E. Rodiger y H. Fleischer. Así, pues, sobre este único manuscrito descansan todos los trabajos realizados a partir de la obra de Sike hasta la de Peeters, publicada en 1914.

b) Existe también otro manuscrito inédito y muy poco estudiado hasta el presente. Se trata del Codex Orientalis 32 de la Biblioteca Laurenziana de Florencia. Lleva la fecha de 1299 y le falta el título inicial. Empieza en el folio 2 con una profecía de Zoroastro (cf. infra, c.7 nota 11) y luego continúa la narra- ción: «El año 304 de la era de Alejandro ...» (cf. c.2).

La redacción siríaca, definitivamente identificada por Peeters, ha venido a demostrar que el texto árabe no es sino una tra- ducción, a veces bastante bastardeada, del original siríaco. Está representada por tres manuscritos:

a) El año 1890 hizo copiar E. A. Wallis Budge una Historia de la Virgen María que había encontrado en un manuscrito si- ríaco del siglo XIII-XIV. Estableció una comparación entre este ejemplar y el de la Sociedad Real Asiática de Londres y pu-

1 Estas apreciaciones están basadas en las investigaciones del sabio bolandista P. Peeters, Evangües A$ocr\jhes t.2 intrcd.

326

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

blicó todo en 1899 juntamente con una traducción inglesa2. Esta historia de la Virgen comienza con extractos del Proto- evangelio y termina con la Dormitio Deiparae. Entre estos dos extremos está insertado todo el Evangelio de la Infancia, seguido de un resumen de la vida pública de Jesús. Los pasajes paralelos con la redacción árabe arguyen dependencia de ésta con re- lación al texto siríaco.

b) El manuscrito citado de la Sociedad Real Asiática de Londres.

c) Finalmente está el manuscrito de la BiMioteca Vaticana Sir. 159. A pesar de su data tardía ofrece un gran interés. El texto está integrado en su mayor parte por piezas dispares com- piladas por un cierto Efrén Phigana. Los capítulos 1-41 siguen el texto árabe del Evangelio de la Infancia y la redacción siríaca. A partir del capítulo 41 se aproxima más al Ps. Tomás siríaco (cf. Peeters, ρ.ΧΙΠ).

El contenido de esta redacción siro-árabe del Evangelio de la Infancia está inspirado en diversas fuentes. Cita textualmente al principio el libro del pontífice Josefo, y en el capítulo 21 habla de un evangelio de la infancia distinto del evangelio per- fecto (canónico).

Los capítulos 1-11 están influenciados evidentemente por el Protoevangelio. Los últimos (41-55) siguen de cerca al evangelio del Ps. Tomás, que, como insinuamos en la introducción gene- ral a los apócrifos de la infancia, debía encontrarse ya aislado a partir del siglo V.

La parte más original está comprendida entre los capítu- los 11 -41, donde se contienen muchos episodios fantásticos, fruto de imaginación oriental. Es interesante observar el papel de mediadora que ejerce la Virgen María en todas las curaciones milagrosas relatadas.

Peeters (p.XXIV) ha notado que ciertos pasajes aislados pue- den representar una tradición más antigua que la compilación del apócrifo; v.gr., el relatado en el capítulo 20-21, sobre el joven convertido en mulo y devuelto después a su condición humana, puede ser que esté inspirado en la Historia Lausiaca de Paladio 3,

2 The history of the b. V. M.: «Luzac's Semitic Text and Translation Series» IV 5 (1899). Parece que debe identificarse esta obra con el «liber vocatus Infantia Salvatoris vel Historiae Dominae Nostrae», condenado en 1599 por el sínodo de Diamper, presidido por el arzobispo de Goa, Alejo Menezes: Decr.XIV sess.III: Mansi t.35 col. 1194-95.

3 Ed. A. Lucot (París 1912) p.no. Puede verse también (interpolada) en PG 34,997-1262.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

S27

que fué traducida en época muy reciente al siríaco. En ella se cuenta el milagro de un jumento convertido en mujer gracias a las oraciones de San Macario el Egipcio.

Ediciones y versiones. H. Sike, Evangelium Infantiae vel líber apo- cryphus de infantia Salvatoris, ex manuscripto edidit ac latina versione et notis ilhtstravit (Traiecti ad Rhenum 1697); J. A. Fabricius, Codex Apo- cryphus Novi Testamenti I (2i-iq) p. 168-212 [v. lat. de Sike]; J. Jones, Λ new and full melhod of settling the canonical authority (London 1726); C. C. L. Schmidius, Corpus omnium veterum apocryphorum extra biblia I (Hadamar 1804); J. C. Thilo, Codex Apocryphus Novi Testamenti (Leip- zig 1832) t.i P.63-131.132-158.XXVI-XLIV; J. A. Giles, Codex Apocryphus Novi Testamenti (London 1852); MigneAp: I (1856) 983-1008; O. Schade, Narrationes de vita et conversatione Β. Μ. V. et de pueritia et adolescentia Salvatoris (Halle 1870); Β. H. Cowper, The Apocryphal Gospels and other documents relating to the History of Christ translated from the origináis (Lon- don 1874) p. 172-216; E. A. Wallis Bldge, The history of the blessed Vir- gin Mary and the history of the likeness of Christ: «Luzac's Semitic Text and Translation Series» IV 5 (1899); P. Peeters, Evangiles Apocryphes II: L'évan- gile de l'enfance. Rédactions syriaques, árabes et arméniennes traduites et anno- tees (París 1914); E. González-Blanco, Los Evangelios Apócrifos II p. 42-88 [v. esp.].

Estudios. R. A. Hofmann, Das Leben Jesu nach den Apokryphen in Zusammenhang aus den Quellen erzdhlt und wissenschaftlich untersucht (Leip- zig 1851) p. 144-265; G. van den Bergh van Eysinga, Indische Einflússe auf evangelische Erzahlungen: ForschRLit 4 (1909) 63-67. goss. ; E. Cos- quin, Un épisode d'un Evangile Syriaque et les contes de l'lnde: le serpent mgrat, l'enfant roi et juge: RBi N.S.16 (1919) 136-157; P. Peeters, A pro- pos de l'Evargile árabe de l'enfance. Le ms. de J. Golius: ABoll 41 (1923) 132-134; E. Amann: SupDBi I 485-486; A. M. Vitti, S. Familia in Aegypto ubinam iuxia Apocrypha constiterit: VD 9 (1929) iss. ; G. Graf, Geschichte der christlichen arahischen Literatur V. StT 118 p.225-227; C. Cecchelli, Mater Christi III (Roma 1954) p.365-370.

EVANGELIO ARABE DE LA INFANCIA *

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, un solo Dios.

Con el auxilio y el favor de la Divinidad Suprema empeza- mos a escribir el libro de los milagros de Jesucristo, Dueño, Señor y Salvador nuestro, que lleva por título Evangelio de la Infancia, en la paz del Señor. Amén.

1 Damos el texto castellano del evangelio siguiendo la versión latina publicada por Tischendorf (p. 181 -209) y la francesa más reciente de Peeters (t.2 p.1-65). Añadimos en las notas las variantes más importantes de la redacción siriaca.

328

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

I. Palabras de Jesús en la cuna

1. Encontramos lo que sigue en el libro del pontífice Jo- sefo, sacerdote que vivió en los tiempos de Cristo y a quien algunos identifican con Caifás.

2. En él se cuenta que Jesús habló cuando se encontraba precisamente reclinado en la cuna, y que dijo a su madre: «Yo soy Jesús, el hijo de Dios, el Verbo Aóyos), a quien has dado a luz de acuerdo con el anuncio del ángel Gabriel. Mi Padre me ha enviado para la salvación del mundo» 2.

II. Viaje a Belén

1, En el año 309 3 de la era de Alejandro decretó Augusto que cada cual fuera a empadronarse en su lugar de origen. Le- vantóse, pues, José y tomando a María, su esposa, salió de Je- rusalén y vino a Belén con intención de empadronarse con su familia en la ciudad natal.

2. Y, en llegando a una cueva, dijo María a José: «Se me echa encima el momento de dar a luz y no me es posible pro- seguir el camino hasta la ciudad; entremos, si te parece, en esta gruta». Tenía esto lugar a la caída del sol. José se dió prisa en buscar una mujer que la asistiera. Y, ocupado en esto, vió una anciana de raza hebrea, oriunda de Jerusalén, a quien dijo: «Bendita seas; date prisa y entra en esta gruta, donde se encuen- tra una doncella a punto de dar a luz» 4.

III. La partera de Jerusalén

i. A todo esto se había puesto ya el sol, cuando la anciana llegó a la gruta en compañía de José. Ambos penetraron dentro. Y he aquí que estaba iluminado el recinto con una luz más her- m osa que el resplandor de lámparas y antorchas, y más reful-

2 No se conoce el origen de este episodio en que se contiene un verda- dero «agraphon». Sike y Peeters creen que debía formar parte de una serie de anécdotas difundidas entre los cristianos de Egipto, ya que pasó poste- riormente al Korán. Luego, traída y llevada por los comentaristas, se ex- tendió a todo el mundo árabe, siguiendo el ejemplo de tantos otros agrapha encontrados en los escritos de autores moslémicos.

3 La redacción siríaca señala, en cambio, el año 304.

4 La red. sir. refrere el episodio del Prot. (17,2) en que el rostro de Ma- ría aparece alternativamente sonriente y triste en conformidad con la doble visión del pueblo gentil e israelita que se presenta a sus ojos.

EVANGELIO ÁRABE E>E LA INFANCIA

329

gente que la luz del sol. Un niño en pañales y reclinado en un pesebre estaba mamando la leche de su madre, María.

2. Admirados los dos de esta luz, pregunta la anciana a María: «¿Eres tú, por ventura, la madre del recién nacido?» Al responder María afirmativamente, le dice: «Pues no eres como las demás hijas de Eva». A lo que María replica: «Lo mismo que mi hijo no tiene igual entre los niños, de igual ma- nera su madre no tiene semejante entre las mujeres». Dice en- tonces la anciana: «Aquí he venido, señora mía, en busca de alguna recompensa, pues hace ya mucho tiempo que me en- cuentro aquejada de parálisis» 5. Dícele, pues, María: «Pon tus manos sobre el niño». Y, nada más hacer esto, quedó curada la mujer. Entonces marchó diciendo: «De ahora en adelante seré la esclava y criada de este niño durante todos los días de mi vida».

IV. Adoración de los pastores

1. En aquel momento llegaron unos pastores, quienes en- cendieron fuego y se entregaron a regocijados transportes de alegría. Simultáneamente se dejaron ver ejércitos celestiales que alababan y glorificaban a Dios. Los pastores se pusieron a imi- tarlos. Y así aquella cueva parecía el templo de un mundo su- blime, ya que lenguas del cielo y de la tierra glorificaban y en- salzaban a Dios por la natividad de Cristo, nuestro Señor.

2. Y, al ver la anciana hebrea estos milagros tan patentes, expresó su agradecimiento a Dios de esta manera: «Gracias, Señor, Dios de Israel, porque mis ojos han visto el nacimiento del Salvador del mundo».

V. Circuncisión

i. Y, al llegar el tiempo de la circuncisión, esto es, el día octavo, el niño hubo de someterse a esta prescripción de la Ley.

5 Esta es la interpretación de Tischendcrf. Sike y Thilo, en cambio, prefieren: «Y como la anciana respondiera: Señora mía, aquí he venido para obtener una recompensa que dure eternamente, le dijo...» Peeters, recha- aando la interpretación de la parálisis que la aquejaba «hacía ya bastante tiempo», piensa que se trata sencillamente de un castigo por su increduli- dad, al querer constatar personalmente la virginidad de María, de acuerdo con la narración del Prot. (20.1). Supone, pues, una laguna en el texto. En lo relativo a las parteras se encuentran ciertas discrepancias entre las narra- ciones apócrifas: El Prot. distingue entre Salomé y una partera; el Ps. Mr. habla de dos parteras, Zelomi y Salomé; nuestro evangelio encarna los dos personajes en uno, la anciana de Jerusalén.

330

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

La ceremonia tuvo lugar en la misma cueva. Y sucedió que la anciana hebrea tomó la partecita de piel circuncidada (otros dicen que fué el cordón umbilical) y la introdujo en una redo- mita de bálsamo añejo de nardo. Tenía ella un hijo perfumista y se la entregó, haciéndole con todo encarecimiento esta reco- mendación: «Ten sumo cuidado de no vender a nadie esta re- doma de ungüento de nardo, por más que te ofrezcan por ella hasta trescientos denarios». Y ésta es aquella redoma que com- pró María, la pecadora, y que derramó sobre la cabeza y pies de Nuestro Señor Jesucristo, enjugándolos luego con sus pro- pios cabellos 6.

2. Al cabo de diez días trasladaron el niño a Jerusalén; y, al cumplirse los cuarenta después de su nacimiento, lo pre- sentaron en el templo para ofrecérselo a Dios. Ε hicieron por él sacrificios, de acuerdo con lo prescrito en la Ley Mosaica: «Todo varón primogénito será consagrado a Dios»7.

VI. Presentación en el templo

i. Y cuando su madre, la Virgen María, le llevaba gozosa en sus brazos, le vió el anciano Simeón resplandeciente como una columna de luz 8. Los ángeles estaban en derredor suyo ala- bándole, como suele estar la guardia de honor en presencia de su rey. Simeón, pues, se acercó presurosamente a María y, ex- tendiendo sus manos ante ella, se dirigió a Cristo en estos tér- minos: «Ahora, oh Señor mío, puedes despedir a tu siervo en paz, de acuerdo con tu promesa. Pues mis ojos han visto la prueba de tu clemencia, que has preparado para salvación de todos los pueblos; luz para todos los gentiles y gloria para tu pueblo Israel» 9.

6 Cf. Le. 2.2i. El evangelista no precisa dónde tuvo lugar la circunci- sión. Nuestro apócrifo, además de señalar la gruta como enmarcación de esta ceremonia, nos da el detalle interesante del «santo Prepucio». No nos dice nada del paradero final de aquel pedacito de piel. Es curioso, sin em- bargo, notar que esta «santa reliquia» vino a Roma en la alta Edad Media y que fué depositada en un relicario precioso con esmaltes representativos de la infancia del Señor, en tiempo del papa Pascual I (817-824). Mientras el relicario se conserva aún en el Museo Sacro Vaticano, la reliquia fué robada en el saco de Roma (1527), de donde pasó a la parroquia de Calcata, cerca de Viterbo, donde actualmente se encuentra. Cf. C. Cecchelli, Mater Chris- ü III (Roma 1954) p.-?68.

I Cf. Ex. 13.2.

8 La red. str. dice que fué María a quien el anciano Simeón vió «como una columna de luz».

9 La red. sir. añade, en conformidad con Le. 2,28, que «le tomó en sus brazos».

EVANGELIO ÁRABE BE LA INFANCIA

331

2. También intervino en aquella ceremonia la profetisa Ana, quien se acercó dando gracias a Dios y felicitando a María.

VII. Adoración de los Magos 10

i. Y sucedió que, habiendo nacido el Señor Jesús en Belén de Judá durante el reinado de Herodes, vinieron a Jerusalén unos Magos según la predicción de Zaradust n. Y traían como presentes oro, incienso y mirra 12 . Y le adoraron y ofrecieron sus dones. Entonces María tomó uno de aquellos pañales y se

1 0 La red. sir. presenta el mismo episodio en substancia, pero enorme- mente amplificado. La noche misma del nacimiento es enviado a Persia un ángel guardián. Este se aparece en forma de estrella brillante a los magna- tes del reino, adoradores del fuego y de las estrellas, cuando se encontraban celebrando una gran fiesta. Entonces tres reyes, hijos de reyes, tomaron tres libras de oro, incienso y mirra; se vistieron de sus trajes preciosos, se ciñe- ron la tiara y, guiados por el mismo ángel que había arrebatado a Habacuc y alimentado a Daniel en la cueva de los leones, llegan a Jerusalén, según la profecía de Zoroastro. Preguntan por el rey recién nacido. Herodes les somete a interrogatorio. Λ sus preguntas responden que uno de sus dioses les ha informado del nacimiento de un rey. Herodes les despide recomen- dándoles que, después de adorarle, le informen del lugar donde se encuen- tra. Al salir del palacio vuelve a aparecérseles la estrella a los Magos, pero en forma de columna de fuego. Adoran al niño y durante la noche del quinto día de la semana posterior a la natividad, se les aparece de nuevo el ángel que vieron en Persia en forma de estrella, quien les acompaña hasta que llegan a su país.

1 1 Zaradust = Zoroastro. Según el manuscrito laurentiano del siglo XIII conservado en Florencia, Zoroastro hizo una profecía en la que declaró que una virgen había de dar a luz un hijo que sería sacrificado por los judíos y que luego subiría al cielo. A su nacimiento aparecería una estrella, bajo cuya guía se encaminarían los Magos a Belén y adorarían allí al recién na- cido. La identificación de Zoroastro con Balaán, el profeta «astrólogo» por hablar de la estrella en sus vaticinios, se debe a los cristianos que quisieron hacer de aquél un profeta mesiánico. Se apoyaban en una fuerte tradición que tenía a Zoroastro por vaticinador y debieron servirse también de una antigua creencia difundida entre los secuaces del mazdeísmo, según la cual, Saosyant, su mesías, había de venir y aparecer en el Monte de la Revelación. Cf. G. Messina, / Magi a Betlemme e una predizione di Zoroastro: «Sacra Scriptura antiquitatibus orientalibus illustrata» V (Roma 1933); U. Monne- ret de Villard, Le leggende orientali sui Magi evangelici: StT 163 (Cittá del Vaticano 1952) p. 136-137; C. Cecchelli, o.c. III, p.366.

1 2 La historia de estos tres dones está contenida en el Libro de la caver- na de los Tesoros, que es la narración oriental más antigua del viaje de los Magos (ed. y v. por C. Bezold, Die Schatzhóhle ... in's Deutsche übersetzt, Leipzig 1883). Según ella, Adán habría llevado estos dones (oro, incienso y mirra) a la «Caverna de los Tesoros» después de su caída y allí los habría depositado. Después fueron pasando de generación en generación hasta que, de acuerdo con las instrucciones dadas por Ada a Set, fueron llevados por los Magos a Belén y ofrecidos al Mesías.

332

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

lo entregó en retorno 13. Ellos se sintieron muy honrados en aceptarlo de sus manos. Y en la misma hora se les apareció un ángel que tenía la misma forma de aquella estrella que les ha- bía servido de guía en el camino. Y, siguiendo el rastro de su luz, partieron de allí hasta llegar a su patria.

VIII. Llegada de los Magos a su tierra

Y salieron a su encuentro los reyes y los príncipes 14 , pre- guntándoles qué era lo que habían visto o hecho, cómo habían efectuado la ida y la vuelta y qué habían traído consigo. Ellos les enseñaron este pañal que les había dado María, por lo cual celebraron una fiesta y, según su costumbre, encendieron fue- go y lo adoraron. Después arrojaron el pañal sobre la hoguera y al momento fué arrebatado y contraído por el fuego. Mas, cuando éste se extinguió, sacaron el pañal en el mismo estado en que estaba antes de arrojarlo, como si el fuego no lo hubiera tocado. Por lo cual empezaron a besarlo y a colocarlo sobre sus cabezas, diciendo: «Esta que es una verdad sin sombra de duda 1?. Ciertamente es portentoso el que el fuego no haya po- dido devorarlo o destruirlo». Por lo cual tomaron aquella pren- da y con grandes honores la depositaron entre sus tesoros.

IX. Cólera de Herodes

1. Mas Herodes, al caer en la cuenta de que había sido burlado por los Magos, ya que no habían vuelto a visitarle, llamó a los sacerdotes y sabios, diciéndoles: «Indicadme dónde debe nacer el Cristo». Y habiéndole ellos respondido que «en Belén de Judea», empezó a tramar la muerte de Jesucristo.

2. Entonces se le apareció a José entre sueños un ángel del Señor diciéndole: «Levántate, toma al niño y a su madre, y mar-

13 Esta reliquia se conservaba en Constantinopla durante el siglo XIII. Después pasó a Francia, donde fué destruida durante la revolución. La ver- sión etiópica del Protoevangelio señala como don de María a los Magos un poco de pan y no el pañal. El efecto, sin embargo, es análogo al descrito en este evangelio, capítulo siguiente. Al descubrirlo a sus paisanos sale una «llamarada de fuego», y ésta es la causa, según dicha versión, de que «los Magos sigan adorando al fuego». Cf. Protoevangelio 21,1 nota n6. Cf. so- bre este punto U. Monneret de Villard, o.c, c.2: / Magi e il dono del Messia p. 69- 117.

1 4 La red. sir. dice que su llegada tuvo lugar «a la hora de comer» y que «Persia entera se regocijó» con su vuelta.

15 La red. sir.: «Este pañal es el vestido del Dios de los dioses, puesto que el fuego de éstos no ha podido consumirlo».

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

333

cha camino de Egipto». Levantóse, pues, al canto del gallo y partió 16 .

X. Huida a Egipto 17

1. Y, mientras estaba cavilando sobre la manera de veri- ficar el viaje, le sorprendió la alborada, cuando ya había reco- rrido un buen trecho del camino 18. En esto se iban acercando a una gran ciudad en que se encontraba un ídolo al que todos los demás ídolos y divinidades egipcias ofrecían dones y votos. Al servicio de este ídolo había un sacerdote que se encargaba de transmitir a los habitantes de Egipto y de sus regiones cuan- to Satanás hablaba por su boca. Tenía este sacerdote un hijo de tres años poseído de varios demonios, el cual charlaba y decía muchas cosas. Y, al apoderarse de él los espíritus infernales, deshacía sus vestidos, quedándose desnudo, y se lanzaba contra las gentes a pedradas.

2. Había en la localidad un asilo dedicado a aquel ídolo. Y, al ir a parar allí José y Alaría con intención de hospedarse, los habitantes se llenaron de miedo y todos los hombres principales y sacerdotes idólatras se congregaron junto al ídolo mayor y le dijeron: «¿A qué viene esta agitación y temblor que acaba de sobrevenir a nuestra tierra?» Respondióles el ídolo 19: «Ha llegado aquí un dios disfrazado que es el Dios verdadero, ya que a ninguno fuera de El se deben tributar honores divinos. El en verdad es el Hijo de Dios. Esta tierra, al presentirle, se puso a temblar y ante su llegada se ha estremecido y conmo- vido. Nosotros nos sentimos también sobrecogidos de pavor ante la grandeza de su poder». Y en el mismo momento se des- plomó; y a su caída acudieron todos los habitantes de Egipto y de otras regiones.

XI. Curación del niño endemoniado

i. Mas el hijo del sacerdote, al sentirse atacado por su en- fermedad habitual, entró en el asilo y encontró allí a José y Ma- ría, de quienes todos los demás habían huido. La Señora Santa

16 Mt. 2,13-14.

17 La red. sir. cambia algunos detalles, con lo que hace más lógica la sucesión de los hechos. El hijo del sacerdote tiene treinta años y no tres. La consternación de los egipcios obedece a la violenta sacudida que sobre- vino al penetrar la Sagrada Familia en la localidad.

18 Es el primer milagro. La red. sir. dice que habían andado ya <'la mi- tad» del camino.

19 La red. sir. hace intervenir aquí al sacerdote como intérprete.

334

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

María acababa de lavar los pañales de Nuestro Señor Jesucristo y los había tendido sobre unos maderos. Llegó, pues, el niño endemoniado ; y, tomando uno de estos pañales, se lo puso sobre la cabeza. Entonces los demonios empezaron a salir de su boca, huyendo en forma de cuervos y de serpientes, al mandato de Jesús, quedando el niño sano. Y éste empezó a alabar a Dios y a dar gracias al Señor que le había curado.

2. Al verle su padre, ya bueno, le dijo: «Hijo mío, ¿qué es lo que te ha ocurrido?, ¿cómo es que te has curado?» Respondió el hijo: «Al echarme por tierra los demonios, me fui al asilo y allí encontré a una augusta señora con un niño, cuyos pañales, recién lavados, había tendido sobre unos maderos. Tomé uno de éstos y, al ponérmelo en la cabeza, los demonios me dejaron y huyeron». Su padre se llenó de gozo y le dijo: «Hijo mío, bien puede ser que este niño sea el hijo de Dios vivo, creador de los cielos y de la tierra; pues al venir a nosotros se deshizo el ídolo y cayeron todos los demás dioses, pereciendo todos por la fuer- za de su majestad».

XII. Temores de la Sagrada Familia

Y en esto se cumplió aquella profecía que dice: «De Egipto llamé a mi hijo» 20. Mas José y María, oyendo que se había des- plomado aquel ídolo haciéndose añicos, se llenaron de temor y de espanto; y exclamaron: «Cuando estábamos en tierra de Is- rael, Herodes intentó matar a Jesús; y por esto acabó con todos los niños de Belén y de sus cercanías. No hay duda de que ahora, al enterarse los egipcios de que este ídolo ha sido ani- quilado, nos quemarán vivos»21.

XIII. LOS BANDIDOS

i. Y, saliendo de allí, llegaron a un lugar infestado de la- drones. Los bandidos habían atacado a unos viajeros, despoján- doles de sus vestidos y bagajes y apresándolos con fuertes liga-

20 Os. ιι,ι ; cf. Mt. 2,15.

21 La red. sir. añade aquí un episodio relativo a la búsqueda de Jesús por parte del Faraón, quien también se propuso acabar con El. Pero no pudo encontrarlo. Dió órdenes entonces a sus subditos para que le busca- sen y castigasen, pero en vano. Finalmente, al entrar Jesús en una ciudad, dos autómatas (o artefactos) que allí había se pusieron a gritar que El era el hijo de Dios. El Faraón se aprestó para cumplir sus designios, pero Lá- zaro (que el Ev. armenio de la Infancia identifica con el hermano de Marta y María) salió fiador de El, y la Sagrada Familia pudo escapar incólume.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

335

duras. Los malhechores oyeron entonces un ruido muy grande, como si se tratara de un rey magnífico que hubiera salido de su ciudad con todo su ejército y caballeros al sonido de tambores; quedaron por ello consternados y abandonaron cuanto ha- bían cogido.

2. Entonces los cautivos se desataron unos a otros; y, re- cogiendo sus bagajes, se marcharon. Mas viendo acercarse a José y María, les preguntaron: «¿Dónde está ese rey cuya veni- da estrepitosa y magnífica ha sido la causa de que los bandidos nos dejaran libres, de manera que pudiéramos escaparnos?» Respondióles José: «Vendrá tras de nosotros».

XIV. La endemoniada

1. Después llegaron a otra ciudad, donde se encontraba una mujer endemoniada, que, habiendo salido una noche por agua, se había visto acometida por el maldito y rebelde Satanás. No era capaz de aguantar sus vestidos y no había manera de hacerla permanecer en casa. Siempre que intentaban sujetarla con cadenas o con cordeles, rompía las ligaduras y huía des- nuda a lugares salvajes. Se situaba en las encrucijadas de los caminos y entre los sepulcros, acometiendo a la gente con pie- dras y causando a sus familiares males sin cuento.

2. Al verla María se compadeció de ella, por lo que Sa- tanás la dejó al momento y huyó en forma de un joven, di- ciendo: «¡Ay de mí, María, por culpa tuya y de tu Hijo!». De esta manera se vió libre aquella mujer de su azote. Dueña ya de sí, sintió vergüenza de su propia desnudez y retornó a casa, evitando el encuentro con las gentes. Y, cuando se hubo ade- centado, contó a su padre y a los suyos el suceso tal como había tenido lugar. Estos, siendo como eran los más nobles de la ciudad, dieron honrosísima hospitalidad a José y María 23.

XV. La joven muda

i. Al día siguiente, bien provistos de vituallas, se sepa- raron de ellos. Al anochecer llegaron a otra ciudad, donde se estaban celebrando unas bodas. Pero la novia, por virtud del

22 La red. sir. añade que María le alargó un pañal.

23 Es de notar en este milagro y en los siguientes, donde no faltan de- talles mágicos, el papel de medianera que desempeña la Virgen María. Las curaciones maravillosas vienen obradas generalmente al simple contacto con las ropas de Jesús.

336

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

maldito Satanás y por arte de encantadores, había perdido el uso de la palabra y no podía hablar.

2. Y, cuando la pobre desdichada vió a María que entraba en la ciudad llevando a su hijo, Nuestro Señor Jesucristo, di- rigió hacia ella su mirada. Después extendió sus manos hacia Cristo, le tomó en sus brazos, le apretó contra su corazón y le besó. Y, meciendo su cuerpecito del uno al otro lado, se inclinó sobre él. Λ1 momento se desató el nudo de su lengua y se abrieron sus oídos. Entonces glorificó y dió gracias a Dios por haberle sido devuelta la salud. Y los habitantes de aquella ciudad se llenaron de regocijo y pensaron que era Dios con sus ángeles el que había bajado hasta ellos.

XVI. Otra endemoniada

1. Permanecieron allí tres días consecutivos, siendo hon- rados y agasajados espléndidamente por los esposos. Y, pro- vistos de vituallas, partieron de allí y llegaron a otra ciudad, donde, como de costumbre, determinaron pernoctar. Había en la localidad una mujer de muy buena fama que, habiendo salido una noche a lavar al río, fué sorprendida por el maldito Satanás. Este se abalanzó sobre ella y se enroscó alrededor de su cuerpo; después, siempre que se acercaba la noche, la so- metía a terribles torturas.

2. Esta mujer, al ver a María, nuestra Señora, con el niño que llevaba reclinado en su regazo, le dijo: «Señora, déjame ese niño para que lo lleve y lo bese». Dejóselo, pues, a la mujer. Cuando ésta le hubo acercado a sí, se vió libre de Satanás, quien la abandonó huyendo, sin que nunca desde entonces volviera a dejarse ver de la mujer. Por lo cual todos los presen- tes alabaron al Dios Sumo y esta mujer trató muy bien a los viajeros.

XVII. Una leprosa

Λ1 día siguiente esta mujer tomó agua perfumada para lavar al Señor Jesús. Cuando esto hubo hecho, tomó parte de aquel agua y se la envió a una joven que allí vivía, cuyo cuerpo es- taba blanco por la lepra. Al ser derramada sobre ella, la joven quedó inmediatamente limpia de su lepra. Y sus paisanos di- jeron: «No cabe duda de que José, María y el Niño son dioses, no hombres». Y, cuando los viajeros preparaban ya su marcha, se les acercó esta joven, rogándoles que la admitieran como compañera de viaje.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

387

XVIII. Un niño leproso

1. Y, recibido su asentimiento, la muchacha partió con ellos. Después llegaron a una ciudad donde se encontraba un príncipe muy esclarecido que habitaba su palacio y que ade- más disponía de unas habitaciones destinadas a recoger hués- pedes. Entraron en este compartimiento. Mas la muchacha se llegó hasta donde estaba la esposa del príncipe y, encontrán- dola llorosa y apesadumbrada, le preguntó por la causa de su llanto. «No te admires, dijo ella, de mi llanto. Estoy sumida en una terrible angustia que aún no he sido capaz de descubrir a hombre alguno». «Quizá, si me la descubres, encontraré remedio para ella», dijo la muchacha.

2. Dijo entonces la mujer del príncipe: «Guarda, pues, secreto de lo que te voy a decir. Yo estoy casada con este príncipe, que es rey y tiene muchas ciudades sometidas a su mando. Llevo viviendo mucho tiempo con él sin tener hijos. Cuando por fin tuve uno, éste resultó leproso y él lo aborreció juntamente conmigo. O le matas, me dijo, o si no envíaselo a una nodriza para que le críe lejos de aquí, de manera que no vuelva yo a tener noticia alguna suya. Por mi parte, no tengo ya nada que ver contigo ni volveré a mirarte. Por ello me encuentro sin saber qué hacer y presa de la angustia. ¡Ay de mi hijo! ¡Ay de mi esposo!» «¿No te lo dije?», replicó la muchacha. «He dado ya con el remedio para tu desgracia y ahora te lo indicaré. Has de saber que yo fui también leprosa y que me limpió un dios que se llama Jesús, hijo de María». Y, pregun- tándole la mujer dónde se encontraba este Dios a quien se refería, respondió la muchacha: «Aquí mismo; dentro de tu misma casa». «¿Y cómo es esto posible?», dijo ella; «¿dónde se encuentra?» Respondió la muchacha: «Aquí están José y María. Pues bien, el niño que llevan se llama Jesús y es El precisa- mente quien me libró a de mi atormentadora enfermedad». «¿Y cómo fuiste curada de la lepra?», dijo ella; «¿no es verdad que me lo darás a conocer?» «¿Por qué no?», replicó la doncella; «tomé un poco de agua con la que su madre le había lavado y la derramé sobre mí. De esta manera me vi libre de la lepra».

3. Entonces se levantó la mujer del príncipe, los invitó a hospedarse en su propia casa y preparó a José un espléndido festín en medio de una nutrida concurrencia de caballeros. A la mañana siguiente tomó agua perfumada para lavar al niño Jesús. Después, tomando la misma agua, hizo lo propio

338

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

con su hijo, quien al momento quedó limpio de la lepra. Tri- butando, pues, alabanzas y gracias a Dios, dijo: «Dichosa la madre, ¡oh Jesús!, que te dió a luz. ¿Así dejas limpios con el agua que ha bañado tu cuerpo a los hombres tus semejantes?» Finalmente colmó de regalos a María, nuestra Señora, y la des- pidió con grandes honores.

XIX. Un sortilegio

1. Y, en llegando a otra ciudad, decidieron pasar allí la noche. Se hospedaron, pues, en la casa de un hombre que recientemente había contraído matrimonio, pero a quien malas artes tenían apartado de su esposa. Y, habiendo pasado allí la noche, cesó el influjo del maleficio.

2. Y como intentaran a la mañana siguiente preparar sus cosas para proseguir el viaje, no les consintió esto aquel hombre sin antes ofrecerles un gran banquete.

XX. Historia de un mulo

1. Al día siguiente partieron de allí y en las cercanías ya de otra ciudad encontraron a tres mujeres que volvían llorando del cementerio. Al verlas, María dijo a la doncella que les acompañaba: «Pregúntales en qué circunstancias se encuentran y qué calamidad les ha sobrevenido». Ellas no quisieron res- ponder a las preguntas de la doncella, sino que la interrogaron a su vez: «¿De dónde venís vosotros y a dónde vais?, pues ya se está acabando el día y se echa encima la noche». Respondió la muchacha: «Nosotros somos unos viandantes que buscamos un lugar donde pernoctar». Ellas entonces dijeron: «Pues venid con nosotras y albérgaos en nuestra casa».

2. Ellos las siguieron y fueron introducidos en una casa nueva, elegante y ricamente amueblada. Era a la sazón tiempo de invierno. La muchacha penetró hasta la pieza donde se encontraban las dueñas de la casa y las encontró afligidas y llorando. Estaba a su lado un mulo cubierto de brocado, ante el que se había puesto sésamo y a quien besaban y daban de comer. Al preguntarlas la muchacha: «¿Qué es lo que sucede con este mulo, señoras mías?», ellas respondieron: «Este mulo que aquí ves era hermano nuestro, hijo de la misma madre. Al fallecer nuestro padre y quedarnos únicamente con él, pen- samos proporcionarle un buen casamiento, como es costumbre

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

339

entre las gentes. Pero unas mujeres, sirviéndose de malas artes, nos lo fascinaron sin saberlo nosotras».

3. «Y una noche, poco antes de amanecer, estando cerra- das todas las puertas de casa, nos encontramos con que se había convertido en mulo, tal como ahora lo ves. Esto es para nosotras un motivo de tristeza muy grande, ya que no tenemos un padre con quien consolarnos. Por ello no hemos dejado mago alguno o docto o encantador sin consultar en todo el mundo, pero de nada nos ha valido. Cuantas veces nuestro pecho se siente oprimido por la angustia, nos levantamos y vamos con nuestra madre a llorar cabe el sepulcro de nuestro padre y luego nos volvemos a casa».

XXI. Vuelve a ser hombre

1. Al oír tales cosas la muchacha les dijo: «Tened buen ánimo y no lloréis. El remedio de vuestro mal lo tenéis muy cerca; más aún, entre vosotras; en vuestra misma casa. Yo a mi vez fui leprosa, pero, en cuanto vi aquella mujer que llevaba en brazos un infante llamado Jesús, tomé el agua con que ella lo lavaba, la derramé sobre y quedé curada. Estoy segura de que El puede también poner remedio a vuestro mal. Así, pues, levantaos, id a ver a mi señora María y descubridle vuestro secreto, rogándola que se compadezca de vosotras».

2. Cuando las mujeres hubieron oído las palabras de la muchacha, se acercaron rápidamente a nuestra señora María, la hicieron entrar en su habitación y se sentaron junto a ella, diciendo entre sollozos: «¡Oh Señora nuestra, María!, ten com- pasión de nosotras, pues no nos queda ya en la familia una persona mayor o principal, ni padre ni hermano que nos pro- teja. Este mulo que aquí ves era nuestro hermano, a quien unas malvadas mujeres con sus sortilegios le han dejado redu- cido al estado en que ahora le encuentras. Te rogamos, pues, que te compadezcas de nosotras. Entonces María tomó al niño, lo puso sobre el lomo del mulo, se echó a llorar con aquellas mujeres y dijo a Jesucristo: «¡Ea, hijo mío!, cura por tu gran misericordia a este mulo y hazle hombre racional como lo era antes».

3. En cuanto salió esta voz de la boca de María, el mulo cambió de forma y se convirtió en hombre: un joven sin tacha. Entonces él mismo, su madre y sus hermanas adoraron a María y levantando al niño Jesús empezaron a besarle, diciendo: «Dichosa tu madre, ¡oh Jesús!, Salvador del mundo. Dichosos los ojos que gozan del encanto de tu vista».

340

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

XXII. Una boda rumbosa

1. Dijeron finalmente las dos hermanas a su madre: «Ya ves que nuestro hermano ha tomado de nuevo la forma humana gracias al auxilio de Jesucristo y a la intervención saludable de esta doncella, que fué quien nos presentó a Jesús y a María. Ahora bien, puesto que es soltero, lo mejor que podemos hacer es darle en matrimonio esta muchacha». Y, como María asin- tiera a su petición, prepararon unas bodas suntuosas a la mu- chacha. Y se cambió la tristeza en alegría y el llanto en cánticos festivos. Y empezaron todos a dar muestras del gozo que les embargaba, cantando y ataviándose con trajes hermosísimos. Después recitaron unas coplas que decían: «Jesús, Hijo de David, eres el que cambia la tristeza en alegría y los la- mentos en gritos de júbilo».

2. Y permanecieron allí José y María diez días consecu- tivos. Después se despidieron con grandes honras por parte de aquellos hombres, quienes les acompañaron a la salida y se volvieron llorando, particularmente la muchacha.

XXIII. Los bandidos

1. Y de allí pasaron a una región desierta que, al decir de las gentes, estaba infestada de ladrones. A pesar de ello, determinaron José y María atravesarla de noche. Y durante la marcha vieron dos ladrones apostados en el camino y con ellos muchos otros malhechores de la misma banda que estaban durmiendo. Los dos primeros se llamaban Tito y Dúmaco. Dijo, pues, aquél a éste: «Te ruego que les dejes marchar libre- mente, de manera que pasen desapercibidos a nuestros com- pañeros». Oponiéndose a ello Dúmaco, le dice Tito de nuevo: «Mira, puedes contar con cuarenta dracmas 24; ahora toma esto en prenda». Y le alargó la faja que llevaba en la cintura. Todo esto lo hacía con el fin de que su compañero no hablara y los delatase.

2. Y, viendo María el favor que este ladrón les había hecho, se dirige a él y le dice: «El Señor te protegerá con su diestra y te concederá la remisión de tus pecados». Entonces Jesús in- tervino y dijo a su madre: «Madre mía, de aquí a treinta años me han de crucificar los judíos en Jerusalén y estos dos ladrones serán puestos en cruz juntamente conmigo. Tito estará a la

24 La red. sir. pone cuatro nada más.

EVANGELIO ARABE DE LA INFANCIA

341

derecha, Dúmaco a la izquierda. Tito me precederá al paraíso». Ella respondió: «Aparte esto de ti Dios, hijo mío».

3. Y se alejaron de allí con dirección a la ciudad de los ídolos, la cual a su llegada se convirtió en colinas de arena 25.

XXIV. La Sagrada Familia en Matarieh 26

De aquí se dirigieron hacia el sicómoro aquel que hoy día se llama Matarieh 27 . Allí hizo brotar el Señor una fuente y María lavó en ella la túnica de Jesús. Y del sudor esparcido se produjo un bálsamo por toda aquella región.

XXV. La Sagrada Familia en Menfis

De aquí bajaron a Menfis28; y, después de visitar al Faraón, permanecieron tres años en Egipto, donde Jesús hizo muchos

25 En el cód. Arundel 404, fol.isa, publicado por M. R. James (Latin In- fancy Gospel, p. 120- 126, Cambridge 1927), se encuentra una interpolación en que se contiene la historia de dos ladrones, que de lejos recuerda ésta. El episodio tiene lugar durante el viaje de retorno desde Egipto. Una banda de ladrones está apostada en el camino. Entre ellos hay la costumbre de que cada día se quede uno solo con el botín capturado. Λ1 ver de lejos a la Sagrada Familia, piensan que se trata de unos mercaderes ν se alegran. Sin embargo, aquel a quien por turno le correspondía el botín, cuyo nombre se silencia, advierte a sus compañeros que renuncia a la rapiña y que no quiere hacer mal alguno a los viajeros. Otro, por el contrario, piensa matar a José, a quien encuentra muy anciano, y vender a los otros dos miembros de la Sagrada Familia. Pero Jesús, que domó los instintos de los leones, amansa también a esta fiera humana, quien se compromete a guiarlos por la espesura y luego les ofrece hospitalidad en su casa. En retorno, María les deja un poco de agua que ha servido para lavar a Jesús, y esto les sirve de medicina para curar las heridas que posteriomente recibe aquel ladrón.

26 Este capítulo y el siguiente no figuran en varios manuscritos. Pare- cen ser interpolaciones posteriores, introducidas para confirmar ciertas tra- diciones locales.

27 Esta ciudad, perteneciente hoy a la provincia de Gizeh y situada a nueve kilómetros al nordeste de El Cairo, junto a la antigua Heliópolis, es depositaría de las bellas tradiciones a que aquí se hace referencia. Recien- temente desapareció un viejo sicómoro plantado en 1672, que reemplazaba al antiguo a que se refiere nuestro texto. Estas tradiciones no parecen ser, como indicábamos antes, sino elementos de la leyenda local egipcia. Las primeras noticias históricas no aparecen hasta el siglo XIII, y es significa- tivo el que no se nombre a Matarieh en el elenco de lugares santificados por la presencia de Cristo compilado en el siglo XII por Abu Salih, quien visitó El Cairo y aun quizá vivió en él. Los defensores de la tradición local apelan al Evangelio árabe de la Infancia; pero, según observa Peeters (ρ. XXVIII), el que el manuscrito de este evangelio cite a Matarieh no prueba sino que este episodio es una interpolación del siglo ΧΙΓ, o posterior.

28 Así lee Tischendorf, siguiendo a Sike. Peeters, en cambio, lee .Víisr. que correspondería al Viejo Cairo de la actualidad (Misr al-Atiqa). Aquí

342

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

milagros que no están relatados ni en el Evangelio de la In- fancia ni en el Evangelio Completo.

XXVI. Vuelta a Israel

1. Y al cumplirse los tres años, retornó de Egipto. Pero, habiendo oído decir al tocar los confines de Judea que, si bien Herodes estaba ya muerto, su hijo Arquelao le había sucedido en el trono, José tuvo miedo de entrar. No obstante, se dirigió allá. Y en esto se le apareció un ángel de Dios, que le dijo: «José, márchate a la ciudad de Nazaret y quédate allí».

2. Es admirable el que fuera peregrinando por diversos países el que es dueño de todos ellos.

XXVII. Peste en Belén

1. Y, al entrar después en Belén 29 , se encontraron con que la ciudad estaba infestada de una peste que atacaba los ojos de los niños y les causaba la muerte.

2. Había allí una mujer que tenía su hijo enfermo. Al verlo ya agonizante, lo llevó a María, que se encontraba a la sazón bañando a Jesucristo, y le dijo: « ¡Oh María, señora mía!, ten una mirada de compasión para este mi hijo, que sufre dolo- res muy agudos».

3. María escuchó y dijo: «Toma el agua con que acabo de bañar a mi hijo y lávale al tuyo con ella». Tomó la buena mujer el agua aquella e hizo tal como se lo había indicado María. Cesó inmediatamente la agitación; y, tras de un breve sueño, despertó el niño salvo y sano. Su madre, llena de gozo, se lo llevó de nuevo a María y ésta le dijo: «Da gracias a Dios, porque El ha devuelto la salud a tu hijo».

XXVIII. Otro niño agonizante

i. Vivía allí otra mujer, vecina de aquella cuyo hijo había sido curado. Tenía a su hijo aquejado de la misma enfermedad, y la pobre criatura, casi sin vista, se pasaba los días y las noches en un continuo lamento. Díjole la madre del niño curado ante- riormente: «¿Por qué no llevas tu hijo a María, como lo hice

se encuentra, en efecto, la iglesia copta de Abu Sargah, donde viene locali- zada la tradición. Cf. DACHEL: Caire (Vieux), t.2 col.1555-1564.

29 Parece haber olvidado el autor la orden intimada a José en el capítulo anterior, según la cual había de ir a Nazaret (Galilea) y no a Belén (Judea).

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

343

yo con el mío, que estaba ya agonizante? Este se me puso bueno al solo contacto del agua con que Jesús había sido bañado por su madre».

2. En oyendo esto la mujer, se marchó y ungió a su hijo con la misma agua. Al momento el cuerpecito y los ojos del niño recobraron la salud 30. Y cuando esta buena mujer fué a visitar a María para referirle lo ocurrido, la Virgen le reco- mendó encarecidamente que diera gracias a Dios por la cura- ción del niño y que no contara a nadie lo sucedido.

XXIX. Un niño en el horno

E. Había en la misma ciudad dos mujeres casadas con un mismo hombre. Cada una tenía un hijo y ambos estaban ata- cados por la fiebre. Una de ellas se llamaba María y su hijo, Cleofás. Levantóse ésta y fuése a ver a María, la madre de Jesús, para ofrecerle un hermoso velo y decirle: «¡Oh María, señora mía!, acepta este velo y dame en retorno uno solo de los pañales del niño». Asintió María y se marchó la madre de Cleofás. Esta hizo de la prenda una túnica y se la puso a su hijo, el cual sanó al momento de su enfermedad. Pero el hijo de su rival 31 murió a las veinticuatro horas. Por este motivo se produjo enemistad entre ellas.

2. Era costumbre el que cada una se encargara de los oficios domésticos en semanas alternas. Tocó, pues, el turno a María, la madre de Cleofás. Ocupada en estos menesteres, encendió una vez el horno; y, dejando a su hijo junto al fuego, se fué a buscar la masa para hacer pan. La rival, al percatarse de que estaba solo el niño, lo cogió y lo echó al horno, cuya temperatura mientras tanto se había elevado mucho. Después se retiró a hurtadillas. Cuando volvió María, encontró a su hijo sonriente en medio de las llamas y le pareció como si el horno se hubiera refrigerado. Cayó entonces en la cuenta de que su émula lo había precipitado allí. Lo sacó, pues, en seguida y se fué corriendo donde estaba María (la madre de Jesús) para referirle lo sucedido. Esta le dijo: «Calla y no se lo cuentes a nadie, pues temo por ti si lo divulgas». Otra vez salió la rival a buscar agua al pozo. Dió la casualidad de que estaba Cleofás

30 La red. sir. procede en este punto más paulatinamente: hace primero desaparecer los dolores y luego sumerge al niño en un sueño reparador, del que se levanta totalmente curado.

3 1 La red. sir. da a esta «rival» el nombre de Azramí. Esta María, madre de Cleofás, parece identificarse en la mente del autor con la mencionada en lo. 19,25.

344

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

junto al brocal y, al percatarse de que no había ningún testigo, le arrojó dentro y se marchó. Fueron unos hombres a buscar agua y encontraron al niño sentado en la superficie. Bajaron y lo sacaron de allí, sobrecogidos de admiración ante el caso. Y todos alabaron a Dios. Entonces vino su madre, lo cogió y se lo llevó llorando a nuestra Señora, diciendo: «¡Oh señora mía!, mira qué ha hecho mi rival con mi hijo y cómo le ha arrojado al pozo. No puede menos de ocurrir que algún día acabe con él». Díjole María: «Dios te vengará de ella». Poste- riormente hubo de ir la rival al pozo para sacar agua. Mas, con tan mala suerte, que se le enredaron los pies en la soga y cayó al fondo. Es verdad que vinieron algunos nombres para sacarla, pero la encontraron con la cabeza magullada y los huesos frac- turados. Así pereció de mala manera y se cumplió en ella aquel dicho: «Cavaron un pozo muy hondo y cayeron en la fosa que habían preparado» (Ps. 7,16).

XXX. Un futuro apóstol

1. Otra mujer de la localidad tenía dos hijos gemelos. Ambos fueron atacados por la enfermedad. El uno murió y el otro se encontraba en muy mal estado. Tomó a éste su madre y se lo llevó a María, diciéndole: «¡Oh señora mía!, socórreme, pues de dos hijos que tenía el uno ha poco que lo sepulté y el otro está para morir. En este trance habré de rogar a Dios de esta manera: ¡Oh Señor!, eres misericordioso, clemente y lleno de piedad. me diste dos hijos; ya que me has quitado el uno, déjame al menos el otro».

2. La Virgen María se compadeció al ver lo amargo de su llanto, y le dijo: «Coloca a tu hijo en la cuna del mío y cúbrele con los vestidos de éste». Púsole, pues, en la cuna donde Cristo reposaba, después que había cerrado ya los ojos y era cadáver. Y, al perfume que exhalaban los vestidos de Jesús, abrió el niño los ojos y se puso a llamar con grandes voces a su madre. Des- pués pidió pan y lo chupó 32. Entonces su madre exclamó: «¡Oh señora mía!, ahora reconozco que la virtud de Dios ha- bita en ti, ya que tu hijo devuelve la salud a sus semejantes al solo contacto de sus vestidos». Este niño devuelto a la vida es aquel que en el evangelio lleva el nombre de Bartolomé 33.

32 La red. sir. dice, en cambio: «exclamó: Madre, dame el pecho».

33 La red. sir. dice con mayor verosimilitud que se trata de Tomás el Dídimo, ya que, en efecto, este apelativo significa gemelo o mellizo.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

345

XXXI. Una mujer leprosa

1. Fué testigo de esta escena una mujer leprosa que por allí se encontraba, la cual se dirigió a la madre de Jesús en estos términos: «¡Oh señora mía!, préstame tu ayuda». Res- pondióle María: «¿Y qué es lo que necesitas?, ¿oro, plata, o bien ver tu cuerpo libre de la lepra?» Y la mujer exclamó: «¿Mas quién será capaz de obtenerme esto último?» Λ lo que repuso nuestra señora la Virgen María: «Espera un momento mien- tras doy un baño a mi hijo Jesús y lo deposito en la cuna».

2. Aguardó la mujer conforme se le había indicado. Y cuando María terminó de arreglar al niño, se dirigió a la mujer y le dió un poco del agua con que había bañado a Jesús, dicién- dole: «Toma este agua y derrámala sobre tu cuerpo». Y en ha- ciendo esto quedó limpia, con lo que rindió a Dios las cumplidas gracias y alabanzas.

XXXII. Otra leprosa

1. Marchóse, pues, aquella señora tras de haber permane- cido tres días en casa de María. Y, al llegar a una ciudad, se encontró con un hombre principal que había contraído matri- monio recientemente con la hija de otro personaje de su rango. Mas al poco tiempo de casados observó el marido una motita de lepra como una estrella entre las cejas de su esposa. Y se separó de ella, disolviendo el matrimonio. Al verlos 34 la buena mujer sumidos en este estado de abatimiento y de tristeza, les preguntó por la causa de su llanto. Mas ellos respondieron: «No pretendas escudriñar nuestra situación, pues no estamos dispuestos a descubrir a ninguno de los mortales la causa de nuestro dolor». Insistió ella, no obstante, y rogó que se la dieran a conocer, pues quizá tenía a su disposición algún remedio contra el mal que les aquejaba.

2. Le presentaron por fin a la muchacha; y, al ver las se- ñales de lepra que aparecían entre sus cejas, dijo la mujer: «Yo misma, tal como me veis, estaba herida de la misma enferme- dad, cuando por ciertos asuntos que surgieron casualmente, hube de hacer un viaje a Belén. Al entrar en la ciudad vi en una caverna a una señora por nombre María con un hijo llamado

34 Así la red. árabe. La siríaca, sin embargo, más coherente consigo mis- ma, pone este diálogo entre la mujer curada anteriormente y la madre de la leprosa.

346

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Jesús. Ella, al verme leprosa, se compadeció de y me pro- porcionó un poco del agua con que acababa de bañar a su hijo. Rocié con ella mi cuerpo y quedé limpia». Dijeron, pues, a la mujer aquella: «¿No sería posible que te levantaras y vinieras con nosotras para indicarnos quién es esa señora que se llama María?» Y, obtenido su consentimiento, se levantaron todos y se pusieron en camino, llevando consigo espléndidos presentes.

3. Entraron finalmente donde estaba María; y después de ofrecerle sus dones le presentaron la muchacha leprosa. Al verla, exclamó María: «Que la misericordia del Señor Jesucristo descienda sobre vosotros». Después les ofreció un poco de aquel agua que había servido para bañar a Jesús y mandó que la derramaran sobre aquella pobrecita. Cuando esto hubieron hecho, quedó curada la enferma y todos a coro se pusieron a alabar a Dios. Después tornaron llenos de gozo a su ciudad, glorificando a Dios. Y, al oír el príncipe que su esposa había sido curada, la recibió en su casa, celebró por segunda vez las nupcias y dió gracias a Dios por la curación.

XXXIII. Una joven endemoniada

1. Vivía también allí una jovencita que era atormentada de continuo por Satanás. El maldito se le aparecía con frecuencia en forma de un dragón que se disponía a engullirla y le chupaba la sangre, de manera que la pobrecita estaba ya casi reducida a cadáver. Siempre que se le acercaba el maligno, juntaba sus ma- nos sobre la cabeza y decía a grandes voces: « ¡Desdichada de mí!, porque no hay nadie capaz de librarme de este dragón». Sus padres y todos los que estaban a su alrededor, o simplemen- te la veían, se dolían de su desgracia. Muchas personas la ro- deaban y se lamentaban entre sollozos al verla llorar y decir: «¡Oh hermanos y amigos míos! ¿No hay nadie que pueda li- brarme de este criminal?»

2. Oyóla un día la esposa del noble, aquella que había sa- nado de la lepra. Subió a la terraza de su palacio, desde donde la vió llorando con las manos en la cabeza y asimismo a la gente que la rodeaba. Preguntó, pues, al marido de la endemoniada si vivía aún su suegra 35, a lo que él respondió que vivían aún sus padres políticos. Entonces le dijo: «Hazme venir aquí a la madre de tu esposa». Y en cuanto la tuvo a su lado, le pregun-

35 El interpelado, según la red. sir., no es el marido de la endemoniada, sino su propio marido, quien además es enviado en busca de la madre de la desgraciada.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

347

tó: «¿Es hija tuya esta pobrecita?» «Así es», dijo la mujer toda triste y llorosa. Repuso entonces la hija del noble: «Guarda el secreto que voy a confiarte. Te participo que yo también fui leprosa, pero ha poco que me devolvió la salud María, la madre de Jesús. Y si quieres ver sana a tu hija, llévala a Belén, bus- ca a esta señora y espera confiadamente que tu hija será curada. Por mi parte estoy segura de que volverás a llena de alegría, viendo a tu hija gozando de perfecta salud». La mujer, que oyó las palabras de aquella dama, tomó inmediatamente a su hija, se puso en camino hacia el lugar designado y, al llegar a la pre- sencia de María, le manifestó el estado de su hija. Cuando Ma- ría hubo escuchado sus palabras, le dió un poco de aquel agua con que había lavado el cuerpo de Jesús y le mandó que la de- rramara sobre su hija. Después le dió una de las fajas que usa- ba Jesús, diciéndole: «Toma esta prenda y muéstrasela al ene- migo cuantas veces le veas». Y con un saludo las despidió.

XXXIV. Otra posesa

1. Partieron de allí con dirección a su ciudad. Y, llegado el momento en que la joven solía quedar sometida a la acción diabólica, se le apareció el maldito en forma de un dragón te- rrible, a cuya vista la muchacha se llenó de miedo. Su madre le dijo: «No temas, hija: en cuanto se te acerque, muéstrale la prenda que nos regaló la Señora María y veamos a ver qué es lo que sucede».

2. Se acercó, pues, Satanás bajo la forma de aquel maldito dragón y la joven se puso a temblar de pies a cabeza. Pero en seguida sacó la faja, la puso sobre su cabeza y se cubrió con ella los ojos. Entonces empezaron a salir de la prenda brasas y lla- mas que eran lanzadas contra el dragón. ¡Oh qué gran milagro se obró cuando el maligno dirigió su mirada a aquella faja, de la que centelleaba fuego que venía a dar sobre su cabeza! Ex- clamó entonces con gran voz: «¿Qué tengo que ver yo contigo, Jesús, hijo de María? ¿A dónde huiré de ti?» Y, consternado, se apartó de la muchacha y no volvió a aparecérsele. Esta gozó por fin de paz y tributó gracias y alabanzas a Dios. Y todos los que presenciaron el milagro la acompañaron en su oración.

XXXV. Judas Iscariote

i. Vivía allí mismo otra mujer cuyo hijo era atormentado por Satanás. Su nombre era Judas. Cuantas veces la pobre cria- tura era embestida por el demonio, se ponía a morder a todos

34S

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

cuantos se le acercaban. Y, si no encontraba a nadie a su alcance, se mordía sus propias manos y miembros. Al llegar, pues, la fama de la Virgen María y de su hijo Jesús a la madre del des- graciado, se levantó ésta y llevó a Judas ante la presencia de Nuestra Señora.

2. Entre tanto, Santiago y José habían sacado al niño Jesús fuera de casa para jugar con otros niños. Y, estando todos sen- tados, se acercó Judas el endemoniado, y se puso a la derecha de Jesús. Entonces fué atacado por Satanás, como de costum- bre, y quiso morder a aquél; pero no pudo. Sin embargo, le hizo daño en el costado derecho 36 ; y Jesús se puso a llorar? Mas de repente salió Satanás del endemoniado bajo la forma de un perro rabioso. Y este niño era Judas Iscariote, el que luego ha- bría de entregarle a los judíos. Es de notar que el costado en que le lastimó Judas fué el mismo que traspasaron los judíos con una lanza.

XXXVI. Las figurillas de barro

1. Cumplió el niño Jesús los siete años y estaba un día en- tretenido jugando con los muchachos de su misma edad. To- dos se divertían haciendo con barro figurillas de asnos, bueyes, pájaros y otros animales. Cada cual hacía alarde de sus habili- dades y aplaudía su trabajo. Entonces dijo Jesús a los demás: «Yo voy a mandar correr a mis figurillas». Admirados los otros, le preguntaron si por ventura era hijo del Creador.

2. Entonces Jesús las mandó ponerse en movimiento, y ellas empezaron a saltar. Luego, a una indicación suya, se vol- vieron a parar. Había hecho también figuras de pájaros y aves, que, al oír su voz, se echaban a volar; mas cuando las mandaba estarse quietas, se paraban. Y, siempre que las ponía algo de co- mer o de beber, ellas comían o bebían. Al marcharse los mucha- chos contaron todo esto en casa, y sus padres les dijeron: «Te- ned cuidado, hijos, y no tratéis con él. Huid y no juguéis ya más en su compañía, pues es un encantador».

XXXVII. LOS COLORES DEL TINTORERO

i. Jugueteando un día Jesús con los muchachos, vino a pa- sar frente a la tienda de un tintorero llamado Salem, quien te- nía allí depositados muchos paños para teñir 37.

36 La red. sir. dice textualmente que Judas «mordió» a Jesús en el cos- tado derecho. Añade que éste tenía a la sazón tres años.

3 7 Este episodio falta en la red. sir. Pasó, sin embargo, al Evangelio armenio de ¡a Infancia, que lo amplifica enormemente según costumbre.

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

349

2. Entró Jesús en el taller y se entretuvo en coger todos los paños que allí había y en irlos metiendo en un recipiente lleno de azul índigo. Al llegar Salem y percatarse del estropicio, se puso a gritar desaforadamente y a reñir a Jesús diciendo: «¿Qué es lo que me has hecho, hijo de María? Me has deshonrado ante los vecinos, pues cada uno deseaba un color a su gusto y lo has echado todo a perder». Respondió Jesús: «Todos los colo- res que quieras cambiar, yo me comprometo a cambiártelos». Y en seguida empezó a sacar las prendas del recipiente, teñidas cada una del color que quería el tintorero, hasta que estuvieron todas fuera. Los judíos, al ver el portento, alabaron a Dios.

XXXVIII. Jesús en la carpintería

1. José, siempre que salía a la ciudad, solía llevar consigo a Jesús. Es de saber que, dado el oficio que tenía, la gente le encargaba puertas, ordeñaderos, catres y arcas. A dondequiera que fuese, siempre le acompañaba Jesús.

2. Y sucedía que, cuando José tenía necesidad de alargar o cortar algún madero (ya se tratara de un codo o de un palmo), o bien de hacerlo más ancho o más estrecho, Jesús no hacía nada más que extender sus manos hacia el objeto y éste se aco- plaba a la medida, sin que José tuviera necesidad de poner en ello la mano. Es de notar que éste no estaba extraordinariamen- te práctico en el arte de la carpintería 38 .

XXXIX. Un encargo para el rey

1, Cierto día le llamó el rey de Jerusalén para decirle: «José, quiero que me hagas un trono a la medida del sitio don- de yo acostumbro a sentarme». Obedeció José y permaneció dos años en palacio a partir del día en que puso manos a la obra hasta que la dió por terminada. Y, estando ya para trasladarlo a su lugar, cayó en la cuenta de que faltaban dos palmos para la medida propuesta. Al ver esto el rey se enfadó con José; y éste, presa de un gran temor, pasó la noche sin cenar ni pro- bar bocado.

2. Preguntándole Jesús la causa de su temor, respondió: «He perdido el trabajo de dos años enteros». Díjole Jesús: «No tengas miedo ni te dejes dominar por el abatimiento. Toma más bien un lado del trono; yo tomaré el otro y a ver si lo arreglá- is Peeters nota muy bien que verosímilmente esta última frase debería

encabezar el capítulo siguiente.

350

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

mos». José puso en práctica lo que le había dicho Jesús; y su- cedió que, al tirar cada uno de su parte, quedó el trono arregla- do y proporcionado a las medidas del lugar. Los circunstantes que presenciaron este prodigio se llenaron de estupor y ala- baron a Dios.

3. La madera del trono procedía de aquellos árboles tan apreciados en tiempos de Salomón, hijo de David, por su va- riedad y sus múltiples aplicaciones.

XL. Una treta de muchachos

x. Otro día salió Jesús a la calle, y, viendo unos mucha- chos reunidos para jugar, quiso seguirles. Mas ellos se le escon- dieron. Entonces preguntó a unas cuantas mujeres que estaban a la puerta de una casa dónde se habían ido. Ellas respondieron que allí no estaban, a lo que Jesús replicó: «¿Quiénes, pues, son estos que veis en el horno?» 39. Las mujeres dijeron que se tra- taba de unos cabritos de tres años. Entonces exclamó Jesús: «Venid aquí, cabritos, en torno a vuestro pastor». Nada más pro- nunciar estas palabras, salieron los muchachos en forma de ca- britos y se pusieron a triscar a su alrededor. Viendo esto las mujeres, se llenaron de admiración y de temor y se echaron a los pies de Jesús, diciendo: «Oh Jesús, Señor nuestro, hijo de María: eres de verdad el pastor de Israel; ten compasión de las siervas que están ante ti y que nunca lo dudaron, pues tú, oh Señor, has venido a curar y no a perder» 40.

2. Y, como hubiera respondido Jesús que los hijos de Is- rael eran como los Etíopes entre los demás pueblos 41, replica- ron las mujeres: «Tú,, Señor, sabes todas las cosas y nada se te oculta. Te rogamos, apelando a tu piedad, que devuelvas estos muchachos, tus siervos, a su primitivo estado». Dijo, pues, el Señor Jesús: «¡Muchachos, a jugar!» Y a vista de las mujeres, quedaron al momento los cabritos convertidos en muchachos.

XLI. Jesús Rey

Y en el mes de Adar 42 Jesús reunió a los muchachos en torno a sí, como un rey 43. Estos pusieron en el suelo sus ves-

39 La red. sir. dice que el escondite fué una «despensa». Cf. lo. 10,2; Le. 9,56.

41 La red. sir. añade esta explicación: «porque los etíopes van rondando alrededor de los rebaños descarriados y no dejan en paz a los pastores».

42 El mes de Adar equivale a nuestro Marzo.

4 3 El tema del Niño Rey y Juez es clásico en los cuentos de la literatura india. Cf. L. Behari Dey, Folk-Tales of Bengal (London 1883) n.12;

EVANGELIO ÁRABE DE LA IOTANCIA

351

tidos y El se sentó sobre ellos. Después tejieron una guirnalda, ciñeron con ella sus sienes y formaron a ambos lados de El como chambelanes en presencia de su rey. Y a todo el que tran- sitaba por aquel camino, le obligaban a interrumpir su marcha diciendo: «Antes de proseguir tu viaje, rinde vasallaje y ado- ra al Rey».

XLII. Simón el Cananeo

r. Y, mientras estaban así entretenidos, se acercaron a aquel lugar unos hombres que llevaban un niño 44. Este había ido con sus compañeros al monte en busca de leña; y, al divisar un nido de perdiz 45, extendió su mano para apoderarse de los huevos. Mas con tan mala suerte que en el mismo momento salió del nido una serpiente y le picó. Dió entonces gritos pi- diendo auxilio, y sus compañeros corrieron a su lado, encon- trándolo ya tendido en tierra como muerto. Llegaron después sus padres y lo levantaron para llevárselo.

2. Y llegaron al sitio donde estaba Jesús sentado a manera de rey, rodeado de los demás muchachos que le servían de mi- nistros. Estos salieron al paso del cortejo y dijeron a los porta- dores: «¡Ea! Venid a rendir homenaje a vuestro Rey». Ellos se negaron a causa de la aflicción en que estaban sumidos, mas los muchachos les arrastraron a viva fuerza, bien a pesar suyo.

3. Cuando por fin estuvieron en su presencia, Jesús inqui- rió sobre el motivo de llevar así al muchacho 46. Y, al saber que le había mordido una serpiente, dijo a los suyos: «Vayamos y démosle muerte». Los padres del herido le suplicaron que les permitiera marchar, ya que su hijo se encontraba en la agonía; mas los muchachos se encararon con ellos diciendo: «¿Pero es que no os habéis enterado de lo que ha dicho el Rey, vayamos y demos muerte a la serpiente? ¿Acaso os negáis a complacerle?» Y así, muy a pesar suyo, dieron marcha atrás a la litera.

G. H. Damant, Bengali Folklore-Legends frotn Dinajpur: «Indian Anti- quary» 1 (1872) 345. Nuestro relato presenta grandes afinidades con estas leyendas, lo cual hace suponer que esté inspirado en ellas. Cf. E. Cosquin, Un épisode d'un Evangüe Syriaque et les contes de linde: Le serpent ingrat, l'enfant roi et juge: RBi N.S.16 (1919) 136-157.

44 La red. sir. añade aquí que el muchacho tenía quince años.

45 La red. sir. dice que el nido era de «gorriones».

46 La red. sir. añade que los padres del niño «lloraban, viendo que tenía el brazo hinchado» por la mordedura. En lo referente a la curación es más sobria que la árabe, ya que, omitiendo todos los episodios intermedios, dice sencillamente que Jesús se apiadó de él y que, nada más decirle : «Llegarás a ser mi discípulo», se sintió curado.

352

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

4. En llegando al lugar del nido, preguntó Jesús a los mu- chachos: «¿Es aquí donde estaba la serpiente?» Ellos contesta- ron afirmativamente. Y en seguida, nada más oír la voz de Je- sús, salió el reptil con todo rendimiento. Entonces le dijo Jesús: «Mira, vete y chupa todo el veneno que has inoculado a este niño». La serpiente se fué arrastrando hasta él y chupó todo el veneno. Después de lo cual, Jesús fulminó una maldición sobre ella y al instante reventó. El niño se puso a llorar después de ser curado; mas Jesús le dijo: «No llores, pues un día has de ser mi discípulo». Este es precisamente Simón Cananeo, de quien se hace mención en el Evangelio 47.

47 La red. sir. añade el siguiente episodio de no pequeño interés:

«Llegó después un hombre de Jerusalén. Los muchachos salieron a su encuentro y le detuvieron diciendo: Ven a saludar a nuestro rey. El ham- bre obedeció. Y, cuando llegó al lugar donde estaba Jesús, éste notó que llevaba una serpiente enroscada al cuello, la cual unas veces le sofocaba y otras le dejaba un poco más de desahogo. Jesús le preguntó: ¿Cuánto tiempo hace que tienes esa serpiente al cuello? El respondió: Desde hace tres años. Jesús siguió preguntando: ¿De dónde vino a caer sobre ti? Contestó el hombre: Yo le hice un favor y ella me correspondió con este mal. Jesús insistió: ¿Cómo fué para hacerla un bien y pagarte ella con un mal? Repuso el hombre: Al encontrarla aterida de frío durante el invierno, la cogí, le di abrigo en mi regazo y, al llegar a casa, la metí en un cántaro de barro, cuya boca tapé para que no se marchara. Después, cuando fui a destapar el cántaro para sacarla en pleno verano, se me echó alrededor del cuello y allí se enroscó. Desde entonces me tiene sometido a continua tortura, sin que me sea posible desprenderme de ella».

«Jesús le dijo: Sin darte cuenta obraste injustamente con ella. Dios creó a la serpiente para que viviera en el suelo y pasase alternativamente del frío al calor. ¿Por qué has impedido que viviera en el suelo, que es para lo que Dios la creó? Sino que la has aprisionado en un cántaro, sin darle siquiera alimento. Te has portado mal con ella. Entonces Jesús dijo a la serpiente: Baja de ese hombre y vete a vivir bajo el sol. Y la serpinete se descolgó del cuello del hombre. Al ver esto, exclamó aquel hombre: Ver- daderamente eres rey, el rey de los reyes, y todos los encantadores y es- píritus rebeldes acatan tus mandatos».

Todo el relato puede desglosarse en dos temas folklóricos: La serpiente ingrata y el Niño rey y juez. De ellos se aprovecharon los grandes fabulis- tas: Esopo, Fedro, La Fontaine, Samaniego. Ε indudablemente, también nuestro apócrifo. No hay duda de que la fuente de inspiración para todos, próxima o remotamente, fué la literatura india.

¿Cómo puede explicarse la inserción de tal relato en la red. sir. de nues- tro apócrifo? El hecho de que el Evangelio de la Infancia fuera catalogado en el sínodo de Diamper entre los libros «siríacos» nestorianos difundidos por Malabar a fines del siglo XVI, parece favorecer la hipótesis de que el episodio en cuestión fué intercalado en el Evangelio siríaco de la Infancia por los viejos cristianos siro-malabares de esta región de la India. Parece, sin embargo, más probable que estos temas folklóricos estuvieran en co- nocimiento de los cristianos de Mesopotamia hacia el siglo VI y que éstos fueran los que los combinaron en uno solo para insertarlos entre los demás

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

353

XLIII. Jesús y Santiago

Otro día envió José a su hijo Santiago 48 a recoger leña. Jesús se ofreció para acompañarle. Y, en llegando al bosque, comen- zó Santiago su trabajo; mas fué mordido en su mano por una víbora maligna y se puso a dar voces, llorando. Al darse cuenta de lo que pasaba, corrió Jesús a su lado y sopló en el lugar don- de había sido mordido por la víbora. Hecho lo cual, quedó cu- rado sin más.

XLIV. Un niño desplomado

Otro día se encontraba Jesús jugando con otros niños en- cima de una terraza. Uno de éstos cayó desde lo alto y murió al instante. Los demás se dieron a la fuga, y Jesús quedó solo en la terraza. Llegaron entonces los padres del difunto y le di- jeron: «Tú empujaste a nuestro hijo desde arriba». Jesús lo negó; mas ellos se pusieron a dar voces, diciendo: «Nuestro hijo ha muerto, y éste es el que lo ha matado». Replicó Jesús: «No me calumniéis; y si es que no queréis creerme, vamos a preguntár- selo al niño para que él ponga las cosas en claro». Entonces bajó Jesús, se acercó al muerto y le dijo a grandes voces: «Zenón, ¿quién fué el que te tiró abajo?» Y el difunto respondió y dijo: «No fuiste Tú, Señor, sino el Terror». Jesús recomendó a los circunstantes que prestaran atención a sus palabras, y todos ala- baron a Dios por este milagro 49 .

XLV. El cántaro roto

1. Mandó una vez María a Jesús por agua a la fuente. Mas a la vuelta, cuando traía el cántaro lleno, recibió éste un gran golpe y se partió.

2. Entonces Jesús extendió su pañuelo, recogió el agua en él y se la llevó a su madre. Esta se llenó de admiración y con-

episodios fantásticos del Evangelio de la Infancia. Con esto queda natural- mente a salvo su procedencia india. Cf. Cosquin, art.cit, p. 156-157.

48 Recuérdese lo dicho sobre los «hijos» de José: Protoevangelio (8,2) nota 57.

49 La red. sir. describe este portento de una manera más espectacular. La Sagrada Familia en pleno es llevada ante el Juez. Este, al conocer la acusación que recaía sobre ellos, les conmina con la ley del tallón. Enton- ces Jesús requiere como testigo de su inocencia al niño difunto, el cual a su voz resucita. Con esto quedan confundidos sus acusadores.

Ev. apócrifos

12

354

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

servaba escondido dentro de su corazón todo lo que se ofrecía

a sus ojos 50.

XLVI. Jugando con el barro51

1. Una vez estaba Jesús jugando con otros niños a la orilla de un arroyo. Todos se entretenían formando pequeñas balsas. El Señor había hecho doce pajaritos de barro y los había puesto de tres en tres a ambos lados de la balsa. Y era a la sazón día de sábado.

2. Se acercó por allí el hijo de Hanán y, viéndolos en este entretenimiento, se enfadó muchísimo. Ε indignado dijo: «¿No os da vergüenza de poneros a hacer figuras de barro en día de sábado?» Y en un momento estropeó las balsas. Dió entonces Jesús unas palmadas a sus pájaros y éstos se echaron a vo- lar piando.

3. Al verlos el hijo de Hanán, se acercó también a la balsa de Jesús y la pisoteó, dejando escapar el agua estancada. Díjole entonces Jesús: «Así como se ha disipado este agua, se disipará también tu vida». Y en el instante quedó seco aquel muchacho.

XLVII. Una muerte repentina

En otra ocasión era ya de noche y volvía Jesús a casa en compañía de José. De pronto se presentó un muchacho que venía corriendo en dirección contraria y dió a Jesús un golpe tan fuerte que le hizo caer. Entonces le dijo el Señor: «Así como me has tirado, de la misma manera caerás para no levantarte más». Y al instante se desplomó el muchacho y expiró.

XLVIII. El maestro confundido

i. Había en Jerusalén un tal Zaqueo que se dedicaba a en- señar a los niños. Un día le dijo a José: «¿Por qué no me traes a Jesús para que aprenda las letras?» Asintió José, y fué a de- círselo a María, y lo llevaron a casa del maestro. Este, nada más verle, le preguntó el alfabeto y le mandó que pronunciara Aleph. Cuando hubo dicho Aleph, el maestro ordenó que pronunciara Beth. Replicó entonces Jesús: «Dime primero a lo que sig- nifica la letra Aleph y entonces te pronunciaré yo a ti la Beth.»

so Cf. Le. 2,51.

51 Este capítulo falta en la red. sir.

EVANGELIO ARABE DE LA INFANCIA

355

2. Al ver que el maestro le amenazaba con el látigo, Jesús expuso la significación de las letras Aleph y Beth. Y asimismo qué figuras de letras eran rectas, cuáles torcidas, cuáles en for- ma de espiral, cuáles puntuadas y cuáles no; por qué una letra precedía a otra. Y muchas cosas del mismo estilo que el maes- tro no había oído ni leído en su vida. Dijo finalmente Jesús al maestro: «Préstame atención mientras te voy explicando». Y em- pezó a recitar claramente Aleph, Beth, Ghimeí, Daleth hasta Thau. El maestro, lleno de admiración, exclamó: «Este niño ha nacido antes que Noé, según pienso». Luego se dirigió a José en estos términos: «Me has traído este niño para que le diera instrucción, y resulta que es más docto que todos los maes- tros». Y dijo finalmente a María: «Tu hijo no tiene necesidad de instrucción alguna» 52.

XLIX. El profesor castigado

i. Lo llevaron después a un maestro más instruido, quien, al verlo, le mandó pronunciar Aleph. Cuando lo hubo hecho, le dijo: «Di ahora Beth). A lo que replicó Jesús: «Dime primero la significación de la letra Aleph y luego te pronunciaré la Beth. Entonces el maestro levantó la mano para castigarle con un látigo, pero se le quedó seca la mano y él murió al instante.

L. Jesús Maestro

1. Al cumplir los doce años le llevaron a Jerusalén para la fiesta. Terminada ésta, sus padres se volvieron. Pero El se quedó entre los doctores y eruditos de Israel, a los que hacía preguntas relativas a sus respectivas especialidades, respon- diendo a su vez a las cuestiones que se le proponían.

2. Y entre otras cosas les preguntó: «¿De quién es hijo el Mesías?» Respondiéronle: «De David». Díceles: «¿Y cómo, pues, éste le llama su Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies?» 53.

3. Dícele de nuevo el principal entre los doctores: «¿Tú lees libros?» «Sí leo, dijo Jesús, y todo lo que en ellos se con- tiene». Ε inmediatamente se puso a explicarles los libros de la Ley (Thorá), los preceptos, los estatutos y los misterios con-

52 La red. sir. hace seguir un discurso de Jesús sobre su preexistencia divina en términos parecidos a los de lo. 8,52-58. 5 3 Cf. Mt. 22,42-46.

356

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

tenidos en los profetas; cosas a que no alcanza la inteligencia de criatura alguna. Dijo, pues, el doctor aquel: «Yo por mi parte he de confesar que hasta ahora no he tenido ocasión de aprender ni oír nunca tales cosas. ¿Quién pensáis que será este niño?»

LI. Jesús y el astrónomo

1. Se encontraba allí un filósofo ducho en astronomía, quien preguntó a Jesús si había estudiado esta ciencia.

2. La respuesta de Jesús consistió en hacer una exposi- ción del número de esferas y de cuerpos que hay en el firma- mento, de su naturaleza y propiedades, de su contraposición, de su aspecto triangular, cuadrangular y exagonal, de su tra- yectoria de ida y vuelta, de sus posiciones en minutos y se- gundos y de otras muchas cosas a que no alcanza la razón.

LII. Jesús y el físico

1. Había también entre los circunstantes un filósofo muy impuesto en las ciencias naturales, el cual preguntó a Jesús si por ventura había estudiado medicina.

2. El por respuesta le explicó la física, la metafísica, la hiperfísica y la hipofísica; las fuerzas del cuerpo, sus humores y los efectos de ambos; los efectos del calor y de la sequedad, del frío y de la humedad y de todo lo que de ellos proviene; la actuación del alma en el cuerpo, su sentido y sus efectos; en qué consiste la facultad de hablar, de airarse, de apetecer; la articulación y desarticulación; y finalmente, otras muchas cosas a que no alcanza el entendimiento de criatura alguna.

3. Entonces se levantó el filósofo y se postró ante él, di- ciendo: «Señor, de aquí en adelante seré tu discípulo y tu siervo».

LUI. Hallazgo de Jesús

i. Mientras hablaban entre estas cosas y otras por el estilo se presentó allí María, que llevaba tres días consecutivos buscando a Jesús en compañía de José. Al verlo, finalmente, allí sentado en medio de los doctores, preguntando unas veces y otras respondiendo, le dijo: «Hijo mío, ¿por qué lo has hecho así con nosotros? He aquí que tu padre y yo venimos en tu busca con gran fatiga». Mas El respondió: «¿Por qué me bus- cabais? ¿Es que no sabéis que me es conveniente estar en la

EVANGELIO ÁRABE DE LA INFANCIA

357

casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron sus palabras. Entonces los doctores preguntaron a María si aquél era su propio hijo. Y asintiendo ella, le dijeron: «Bienaventurada de ti, María, porque has dado a luz un niño como éste».

2. Y volvió con ellos a Nazaret, dándoles gusto en todas las cosas. Y su madre, por su parte, conservaba todo esto dentro de su corazón. Mientras tanto Jesús iba creciendo en edad, en sabiduría y en gracia ante Dios y ante los hombres 54.

LIV. Vida oculta

Desde entonces empezó a ocultar los milagros y a dedicarse al estudio de la Ley, hasta que cumplió los treinta años, que fué cuando el Padre le dió a conocer públicamente a la orilla del Jordán con esta voz bajada del cielo: <'Este es mi hijo amado, en quien reposo», estando presente el Espíritu Santo en forma de blanca paloma ?-\

LV. Doxología

Este es Aquel a quien adoramos suplicantes, el que nos dió el ser y la vida, el que nos sacó del seno de nuestra madre, el que tomó un cuerpo humano por nosotros y nos redimió para darnos el abrazo eterno de su misericordia y manifestarnos su clemencia por la liberalidad, la beneficencia, la generosidad y la benevolencia. A El pertenece la gloria, la beneficencia, el poder y el imperio, ahora y siempre por los siglos sempiternos. Amén.

Aquí termina el evangelio íntegro de la infancia con el auxi- lio del Dios supremo y de acuerdo con lo que encontramos en el original.

54 Cf. Le. 2,52.

55 Cf. Mt. 3,i7.

3. HISTORIA DE JOSE EL CARPINTERO

Antiguamente fué conocida tan sólo por una redacción árabe publicada por G. Wallin el año 1722, según un manuscrito de la Biblioteca Real de París proveniente de Egipto. Esta proce- dencia y el culto que desde antiguo profesaron los coptos a San José dieron pie para pensar que la tal redacción árabe podía ser una simple versión de un original copto.

Esta hipótesis se confirmó cuando E. Quatremére 1 señaló efectivamente la existencia del texto copto contenido en unos manuscritos que a la sazón se encontraba en la Biblioteca Im- perial de París, pero que provenían de la Vaticana, de donde habían sido substraídos el año 1797. Posteriormente, G. Zoega publicaba en Roma (1810) el catálogo de la célebre colección del cardenal Borgia y bajo el número CXXI presentó ocho folios sahídicos que contenían Vitam S. Iosephi de Nazaret. Este frag- mento fué dado a conocer y traducido por E. Dulaurier 2. E. Revillout, finalmente, publicó la editio princeps del fragmento sahídico de Zoega número GXXI y la redacción bohaírica del códice Vaticanus LXVI 11 3. F. Robinson añadió posteriormente a estos fragmentos otros nuevos identificados por él: dos folias bohaíricas número 39 de la colección Crawford (actualmente n.440 de la /. Rylands Library de Manchester) y el fragmento sahídico Or.5jSiB del British Museum4.

La redacción sahídica comprende sólo los capítulos 13-21 de la versión árabe; la bohaírica, sin embargo, se presenta com- pleta. Un estudio del texto copto demuestra que ambas redac- ciones provienen de un original griego 5. Isidoro de Isolano co-

1 Recherches sur la langue et la littérature de l'Egypte (París 1808) p.128.

2 Fragments des révélations apocryphes de Barthélemy (París 1835) p. 23-29.

3 Apocryphes Coptes du Nouveau Testament (París 1876).

4 Coptic Apocryphal Gospels: TS IV 2 (1896).

5 Cf. R. Morenz, Die Geschichte von Joseph dem Zimmermann ( aus dem Bohairischen und Sahidischen) übersetzt erlautert und untersucht: TU LVI 5 (Berlín 195 1) p. 88-96, donde se contiene un acabado análisis de palabras, giros y elocuciones griegas que se encuentran en el original copto. Sirvan de ejemplo: a) Expresiones técnicas culturales: άγγελος βΐών, αντίχριστος, άπόφασις, ασώματος, βήμα, δεκανός, μαθητής, μεσίτης, μυστήριον, χειρόγραφον, χορός, ψυχή. b) Términos corrientes: ύπουργεϊν, άμφιβάλλειν, ένοχλείν, περιεργάζεσθαι. c) Partículas: εφόσον, μέν, μέχρι, μήπως, μήτι, όπως, δταν.

HISTORIA DE JOSE EL CARPINTERO

359

noció durante el siglo XVI una versión latina de este apócrifo, cuyo original pensó ser el hebreo 6. Probablemente este dato fué introducido únicamente para dar más autoridad al escrito, lo mismo que el referente a su conservación en la biblioteca de Jerusalén.

El texto original bien puede remontarse al siglo IV o V. Las frases de sabor quiliástico contenidas en el capítulo 26 son un buen testimonio en favor de su antigüedad, ya que a princi- pios del siglo V desaparecieron en Oriente y en Occidente tales tendencias. Es verdad que en el capítulo 17 parece encon- trarse una alusión al Evangelio sito-árabe de Xa Infancia (bastante posterior a esa fecha) en el episodio del niño mordido por una víbora; pero es posible que tal episodio, común a ambos apó- crifos, sea también anterior a ellos.

Substancialmente, el relato es ortodoxo, si bien aparecen a veces reminiscencias gnósticas que se refieren más a la expre- sión literaria que al contenido doctrinal. No es segura la hipótesis de quienes han querido ver en él una simple versión cristiana de los mitos y ritos del culto de Osiris (cf. infra (*) al prólogo).

La forma literaria de la presentación parece dar al apócrifo el carácter de lectura litúrgica leída en los monasterios coptos con motivo de la fiesta de San José. De hecho consta que fueron los cristianos de Egipto los primeros en celebrar esta festividad 7. Los primeros capítulos están influenciados eviden- temente por los apócrifos de la Natividad, mientras que el núcleo central, que es el más original, gira alrededor de la en- fermedad y muerte de José (c. 12-32).

Ediciones y versiones. G. Wallin, Historia Iosephi fabri lignarii. Líber apocryphus ex códice manuscripto Regiae Bibliothecae Parisiensis nunc primum arabice editus, nec non versione latina et notis illustratus (Lipsiae 1772); Thilo, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (1832) 1-61.XV-XXVI [texto de Wallin corregido por E. Roediger]; J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. II (2i74i) P-30Q-336 [v. lat. del texto ár.]; Tischendorf, Evangelia Apocry- pha (21876) P.122-139.XXII-XXXVI [v. íat. del texto ár.]; E. Revillout. Apocryphes Coptes du Nouveau Testamen: : «Etudes égyptologiques» 7 (1876) p. 28-42 [fragm. sah.] p. 43-70 [red. boh.]; Stern: ZtWTh 26 (1883) 270-294 [v. germ. de las redacciones sah. y boh.]; P. de Lagarde, Aegyptiaca (Gót- tingen 1883) [ed. impecable del Vat. LXVI.u acompañada del texto ár. de

6 Summa de donis S. Ioseph (Pavía 1522) en B. Llamera, O. P. : Teolo- gía de San José (BAC, Madrid 1953) p.ó45: «Horum (Orientalium) in eccle- siis solet vita quaepiam Sancti Ioseph legi: Haec de hebraeo in latinum de- ducía a viro catholico, et Romanam Ecclesiam debita veneratione prose- quente, ad manus meas devenit».

7 Cf. Tillemont, Mémoires pour servir ά l'histoire ecclésiastique I p.i.a P-I35-

360

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Wallin y del fragm. sah. de Zoega CXXI (= Borgia 109 n.121)]; F. Ro- binson, Coptic Apocryphal Gospels: TS IV 2 (1896) [nuevos fragmentos boh. y sah.]; P. Peeters, Evangiles Apocryphes I (191 1) p.XXXIII-XL y 191-243 [v. franc. de las redac. copta y árabe, introd. y notas]; G. Kla- meth, Ueber die Herkunft der Apokr. «Geschichte Josephs des Zimmermanns» : «Angelos» 3 (1930) 6-31 [v. germ. y estudio de los c. 19-24 del boh. y sah. según el texto de Lagarde]; E. González-Blanco, Los Evangelios Apócri- fos II (Madrid 1934) [v. castellana]; R. Morenz, Die Geschichte von Joseph dem Zimmermann (aus dem Bohairischen und Sahidischen) übersetzt erlduter) und untersucht: TU LVI 5 (Berlín 1951) [cf. P. Devos: ABoll 70 (19521 382-385]·

Estudios. Hópfl, Nonne hic est fabri filius?: Bi 4 (1923) 41-55; H. Le» clercq: DACHEL 7,2660-2665; L. Th. Lefort, A propos de l'Histoire de Joseph le Charpentier : Mus 66 (1953) 201-203; G. Graf, Geschichte der christlichen arabischen Literatur I: StT 118 (1944) p. 234-236; C. Cecchelli- Mater Christi III (Roma 1954) p.41 6-421.

HISTORIA DE JOSE EL CARPINTERO

Así abandonó esta vida mortal nuestro padre José el Car- pintero, padre de Cristo según la carne, el que vivió ciento once años. Cuando nuestro Salvador hizo a los apóstoles, re- unidos en el monte de los Olivos, el relato de toda su vida, éstos fueron escribiendo estas palabras, las depositaron después en la biblioteca de Jerusalén y dejaron consignado, además, que el día en que el santo anciano se separó de su cuerpo fué el 26 de Epep, en la paz del Señor. Amén (*).

(*) Ofrecemos el texto castellano de la redacción bohaírica, tomando por base la reciente versión crítica de Morenz (TU LVI 5 [1951]) comple- tada con la más antigua de Peeters (Evangiles Apocr. I [191 1] p. 191-243). Añadimos en notas las variantes principales del texto sahídico y de la versión árabe.

El mes copto de Epep (gr. = έτπφί, ár -- abib) empezaba el 25 de junio y terminaba el 24 de julio. De aquí que la fecha de la muerte de José, seña- lada por el texto en el 26 de Epep, equivalga a nuestro 20 de julio. Da la coincidencia de que en este día precisamente empieza a crecer el Nilo y de que con ella daba comienzo el año entre los antiguos egipcios, celebrándose una gran fiesta popular. Esto ha movido a autores como Klameth («Ange- los» 3 [1928] 6-31), Morenz (o.c, p.io8ss.), Graf (StT 118 [1944] p. 234-236), a pensar en una verosimilitud psicológica e histórica entre la muerte de José y el mito de Osiris y a creer que la narración de la muerte y sepultura de José no es sino una versión cristiana de los mitos y ritos del culto de Osiris transmitidos en texto y figura.

Esta hipótesis tropieza con no pocas dificultades. Es muy difícil, en pri- mer lugar, probar la supervivencia del culto de Osiris o del Nilo en la época en que el autor fija la fecha de su relato. Hay además pocas analogías entre San José en su muerte y Osiris, dios de la resurrección. Y, sobre todo, la di- ficultad mayor es la ausencia absoluta de testimonios, fuera de los de ori-

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

3 61

I. Jesús habla a sus apóstoles

i. Y un día estaba nuestro buen Salvador en el monte de los Olivos con los discípulos en torno y se dirigió a ellos con estas palabras: «¡Oh mis queridos hermanos, hijos de mi buen Padre, a quienes El ha escogido de entre todo el mundo! 2. Bien sabéis lo que tantas veces os he repetido: Es necesario que yo sea crucificado y que guste la muerte; que resucite de entre los muertos; que os comunique el mensaje del Evangelio para que vosotros, por vuestra parte, lo prediquéis a todo el mundo; que haga descender sobre vosotros una fuerza de lo alto, la cual os llenará del Espíritu Santo; y que vosotros, finalmente, prediquéis a todas las gentes de esta manera: Ha- ced penitencia l. 3. Porque vale más un vaso de agua en la vida venidera, que todas las riquezas de este mundo 2; 4. y vale más poner tan sólo el pie en la casa de mi Padre que toda la riqueza de este mundo 3; 5. y más aún: vale más una hora de regocijo para los justos, que mil años para los pecadores, en que han de llorar y lamentarse, sin que nadie preste atención ni consuelo a sus gemidos. 6. Cuando, pues, os llegue a vos- otros, mis distinguidos miembros, la hora de marchar, predi- cadles que mi Padre os exigirá cuentas 4 con balanza justa y equilibrada y que os examinará hasta de una palabra inútil que digáis. 7. Así como nadie puede escapar de la mano de la muerte, de la misma manera ninguno puede substraerse a sus propios actos, sean buenos o malos. 8. Además, os he dicho muchas veces y repito ahora, que ningún fuerte podrá salvarse por su propia fortaleza y ningún rico por lo cuantioso de sus riquezas 5. 9. Y ahora escuchad, que os voy a narrar la vida de mi padre José, el bendito anciano carpintero.

II. Viudez de José

i. Había un hombre llamado José, oriundo de Belén, esa villa judía que es la ciudad del rey David. 2. Estaba muy

gen literario. Cf. Devos: ABoll 70 (1952) 382-385; Lefort: Mus 66(1953) 201-203.

1 Cf. Act. 1,8.

2 Esta sentencia y las dos siguientes contienen dos agrapha intere- santes.

3 Literalmente: «Vale más el espacio de un pie en el cielo...»

4 Según la v. ár., el juez será el mismo Salvador. Cf. Lev. 19,36; Mt.

12. 36.

5 Cf. Ps. 32,16.

362

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

impuesto en la sabiduría y en su oficio de carpintero 6. 3. Este hombre, José, se unió en santo matrimonio a una mujer que le dió hijos e hijas: cuatro varones y dos hembras, cuyos nombres eran: Judas y Josetos 7, Santiago y Simón; sus hijas se llamaban Lisia y Lidia. 4. Y murió la esposa de José, como está deter- minado que suceda a todo hombre, dejando a su hijo Santiago niño aún de corta edad. 5. José era un varón justo y alababa a Dios en todas sus obras. Acostumbraba a salir forastero con frecuencia para ejercer el oficio de carpintero 8 en compañía de sus dos hijos, ya que vivía del trabajo de sus manos, en confor- midad con lo dispuesto en la ley de Moisés. 6. Este varón justo de quien estoy hablando es José, mi padre según la carne, con quien se desposó en calidad de consorte mi madre, María.

III. María en el templo

i. Mientras mi padre José permanecía en su viudez, mi madre, por su parte, la buena y bendita entre las mujeres, vivía en el templo, sirviendo a Dios en toda santidad, y tenía ya cumplidos los doce años. Había pasado sus tres primeros años en la casa de sus padres, y los nueve restantes en el templo del Señor. 2. Y, al ver los sacerdotes que la santa doncella llevaba una vida ascética y penetrada del temor de Dios, habla- ron entre y dijeron: Busquemos un hombre de bien y des- posémosla con él hasta que llegue el momento de su matrimo- nio, no sea que por descuido nuestro le sobrevenga en el templo el período de su purificación 9 e incurramos en un grave pecado.

6 La v. ár. añade que era sacerdote.

7 Según la v. ár., Josetos = Justo; Lisia = Assia.

8 Nuestro apócrifo en lo relativo al oficio de San José se atiene a la tradición primitiva, que veía en él un carpintero. Ya en el siglo II, al hablar San Justino de Cristo, dice que era un trabajador que fabricaba arados y yugos (de madera) (cf. Dial, cum Tryph. 88,18). Y es muy natural que Jesús ejerciera el mismo oficio que su padre nutricio. Asimismo, el pagano Celso conocía a Cristo como carpintero (cf. Orígenes, Contra Celsum 6,34.36). San Marcos (6,3) usa del término τέκτων, que de suyo se refiere tanto al carpintero propiamente dicho como al herrero; mas la tradición parece con- firmar en este caso el primero de los significados.

Una miniatura del manuscrito Ñero CIV de la biblioteca Cotton, en el British Museum, representa la huida a Egipto. San José es figurado lle- vando en una alforja unos instrumentos de hierro o bronce parecidos a los encontrados el año 1882 en el departamento de Mosela. Evidentemente se trata de instrumentos de carpintería. Tal motivo pictórico no escasea. Cf. Leclercq: DACHEL 7,2665.

9 Se refiere al fenómeno de la menstruación. Cf. Lev. 15,19-33 y Prot. 8,2, de donde depende.

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

363

IV. Desposorios de María y de José

i. Entonces convocaron a la tribu de Judá y tomaron de ella doce familias (hombres) en correspondencia con el nombre (número) de las doce tribus 10. 2. La suerte recayó sobre el buen viejo de José, mi padre según la carne. 3. Dijeron, pues, los sacerdotes a mi madre, la Virgen: <Vete con José y estáte su- misa a él hasta que llegue la hora de celebrar tu matrimonio». 4. Entonces José llevó a María, mi madre, a su casa. Ella en- contró al pequeño Santiago en la triste condición de huérfano y le prodigó caricias y cuidados. Esta fué la razón por la que se la llamó María la (madre) de Santiago. 5. Cuando, pues, José la hubo acomodado en su casa, partió para aquel sitio donde ejercía su oficio de carpintero. 6. Y mi madre Xiaría vivió dos años en su casa hasta que llegó el momento feliz.

V. La encarnación

i. Y al décimocuarto año de su edad vine ye, Jesús, vuestra vida, a habitar en ella por mi propio deseo. 2. Y a los tres meses de su embarazo volvió el candoroso José de sus ocupaciones. Mas, al encontrar a mi madre encinta, presa de la turbación y del miedo, pensó abandonarla secretamente. Y fué tan grande el disgusto, que no quiso comer ni beber (aquel día).

VI. Visión de José

i. Mas, durante la noche n, he aquí que, por manc'ato de mi Padre, se le apareció en una visión Gabriel, el arcángel de la alegría, y le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en admitir en tu compañía a María, tu esposa. Has de sabe- que el que ha sido concebido en sus entrañas es fruto del Espíritu Santo. 2. Dará, pues, a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El apacentará a los pueblos con cayada de

1 0 A pesar de la obscuridad literal del texto, resulta más verosínil esta interpretación que la adoptada por Peeters, quien parece introducir eos sor- teos: uno general entre las doce tribus, del que sale elegida la Judá, y otro entre los componentes de ésta, del que sale designado José. La v. ár. refleja nuestra interpretación.

1 1 La υ. ár. dice que el sueño y la visión tuvieron lugar durant el día. Cf. Mt. 1,20.

364

APÓCRIFOS DE 1A INFANCIA

hierro» 12. 3. El ángel desapareció por fin. Y José, en levan- tándose del sueño, cumplió lo que le había sido ordenado, admitiendo a María consigo.

VII. Viaje a Belén

i. Y en esto salió un edicto del emperador Augusto para que todo el mundo fuera a empadronarse, cada uno según el lugar de origen 13. 2. También el buen anciano se puso en camino, y llevó a María, mi madre virginal, a su ciudad de Belén. Y, como ya se acercaba el alumbramiento, él consignó su nombre por medio del escriba de la siguiente manera: «José, hijo de David; María, su esposa, y su hijo Jesús, de la tribu de Judá» 14. 3. Y María, mi madre, me trajo al mundo a la vuelta de Belén, junto a la tumba de Raquel 15, la mujer del patriarca Jacob, la madre de José y Benjamín.

VIII. Huida a Egipto

i. Satanás dió un consejo a Herodes el Grande, padre de Arquelao, el que hizo decapitar a mi querido pariente Juan. 2. Y así él me buscó para quitarme la vida, porque pensaba que mi reino era de este mundo. 3. Mi Padre manifestó esto a José en una visión, quien se dió a la huida inmediatamente, llevándome consigo a y a mi madre, en cuyos brazos iba yo reclinado. Nos acompañaba también Salomé. Bajamos, pues, a Egipto y permanecimos allí un año 16, hasta que el cuerpo de Herodes vino a ser pasto de los gusanos y murió, como justo castigo por la sangre de los Inocentes que él había derra- mado, y de la que ya no se acordaba.

12 Cf. Ps. 2,9.

13 Gf. Le. 2,iss.

1 4 El sentido parece ser que San José empadronó consigo y con María al nirt> que dentro de poco iba ya a nacer. La v. ár., sin embargo, no afirma nada de esto último.

15 La tumba de Raquel se sitúa hoy en la carretera de Jerusalén a Belén, no lejes del lugar de la Natividad, aunque tampoco al lado.

16 La v. ár., según la interpretación de algunos, señala como tope de la permanencia en Egipto «hasta que cesó la cólera de Herodes». Parece, sin eimargo, más verosímil la corrección de Lagarde: «hasta que el cuerpo de Hendes fué presa de la corrupción».

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

365

IX. Vuelta a Galilea

i. Cuando aquel inicuo Herodes dejó de existir, volvimos nosotros a Israel y nos fuimos a vivir a una villa de Galilea por nombre Nazaret. 2. Y mi padre José, el bendito anciano, seguía ejerciendo el oficio de carpintero, gracias a cuyo trabajo nosotros podíamos vivir. Jamás se puede decir que él comiera su pan de balde 11 , sino que se comportaba en conformidad con lo prescrito por la ley de Moisés.

X. Ancianidad de José

Y, después de tanto tiempo, su cuerpo no estaba achacoso, ni tenía delicada la vista, ni había siquiera un solo diente estro- peado en su boca. Nunca le faltó la cordura y la prudencia y conservó siempre intacto su sano juicio, aun siendo ya un ve- nerable anciano de ciento once años.

XI. Obediencia de Jesús

i. Sus dos hijos mayores, Josetos y Simón, contrajeron matrimonio y se fueron a vivir a sus hogares. Asimismo, sus dos hijas se casaron, como es natural entre los hombres, y José quedó sólo con su pequeño hijo Santiago 18. 2. Yo, por mi parte, desde que mi madre me trajo a este mundo, le estuve siempre sumiso como un niño, y ejecuté lo que es natural entre los hombres, excepto el pecado 19. 3. Llamaba a María «mi madre» y a José «mi padre». Les obedecía en todo lo que me indicaban 20, sin que jamás me permitiera replicarles una pala- bra, sino que les mostraba siempre un gran cariño.

XII. Cara a la muerte

i. Mas le llegó a mi padre José la hora de abandonar este mundo, que es la suerte de todo hombre mortal. 2. Cuando su cuerpo enfermó, vino un ángel a anunciarle: «Tu muerte

17 Cf. 2 Thes. 3,8.

18 La u. ár. dice que quedaron al lado de José, además de Santiago, María con Jesús y Judas.

19 Cf. Hebr. 4,15; 5,8.

20 Peeters traduce más literalmente: «lo que estaban a punto de man- darme».

366

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

tendrá lugar este año». 3. Y, sintiendo él su alma llena de turbación, hizo un viaje a Jerusalén, penetró en el templo del Señor, se humilló ante el altar y oró de esta manera:

XIII. Plegaria de José

Ϊ. « ¡Oh Dios, Padre de toda misericordia y Dios de toda carne, Señor de mi alma, de mi cuerpo y de mi espíritu! 2. Si es que se han cumplido ya los días de vida que me has dado en este mundo, te ruego, Señor Dios, que envíes al arcán- gel Miguel para que esté a mi lado hasta que mi desdichada alma salga del cuerpo sin dolor ni turbación. 3. Porque la muerte es para todos causa de dolor y turbación, ya se trate de un hombre, de un animal doméstico o salvaje, o bien de un gusano o de un pájaro; 4. en una palabra, es muy doloroso para toda criatura que vive bajo el cielo y en que alienta un soplo de espíritu tener que arrostrar el trance de ver su alma separada de su cuerpo. 5. Ahora, pues, Señor mío, haz que tu ángel esté al lado de mi alma y de mi cuerpo para que esta recíproca separación se consume sin dolor. 6. No permitas que aquel ángel que me fué dado el día en que salí de tus manos 21 vuelva hacia airado su rostro a lo largo de este camino que emprendo hasta ti, sino que se muestre más bien amable y pacífico. 7. No permitas que aquellos cuya faz se muda 22 dificulten mi marcha hacia ti. 8. No consientas que mi alma caiga en manos del cancerbero y no me confundas en tu tribunal formidable. 9. No permitas que las olas de ese río de fuego, en que han de ser acrisoladas todas las almas, antes de ver la gloria de tu rostro, se vuelvan furiosas contra mí. 10. ¡Oh Dios, que juzgas a todos en verdad y en justicia, ojalá que tu misericordia me sirva ahora de consuelo, ya que eres la fuente de todos los bienes y a ti se te debe toda la gloria por eternidad de eternidades! Amén.»

XIV. Enfermedad de José

i. Y sucedió que, al volver a su domicilio habitual de Nazaret, se vió atacado por la enfermedad que había de lle- varle al sepulcro. 2. Esta se presentó más alarmante que en ninguna otra ocasión de su vida, desde el día en que nació.

21 Interesante alusión al ángel de la guarda.

22 Estas dificultades que encuentra el alma hasta llegar al tribunal divino vienen expuestas también en los Transitus Mariae.

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

367

3. He aquí (resumida) la vida de mi querido padre José:

4. Λ1 llegar a los cuarenta años, contrajo matrimonio, en el que vivió otros cuarenta y nueve. Después que murió su mu- jer, pasó un año solo 23. 5. Mi madre pasó luego dos años en su casa, después que los sacerdotes se la confiaron con estas palabras: «Guárdala hasta el tiempo en que se celebre vuestro matrimonio». 6. Al comenzar el tercer año de su permanencia allí 24 tenía a la sazón quince años de edad me trajo al mundo de un modo misterioso, que nadie entre toda la creación pudo conocer, a excepción de mí, mi Padre y el Espíritu Santo, que formamos una unidad.

XV. Achaques de José

i. La vida de mi padre José, el bendito anciano, compren- dió ciento once años, según lo había determinado mi buen Padre. 2. El día en que se separó del cuerpo fué el 26 del mes de Epep. 3. Entonces el oro acendrado de su carne em- pezó a demudarse, y la plata de su inteligencia y razón sufrió alteraciones. 4. Se olvidó de comer y de beber; y la destreza en el desempeño de su oficio empezó a resentirse. 5. Y su- cedió que, al amanecer el día 26 de Epep, fué presa de una gran agitación mientras estaba en su lecho: lanzó un fuerte gemido, dió unas palmadas 25 y se puso a gritar todo fuera de diciendo:

23 La edad nonagenaria que se atribuye aquí a San José en el momento de sus desposorios con María coincide con los datos del Protoevangelio y demás apócrifos. De las representaciones más antiguas de San José no se puede sacar una conclusión exacta sobre la edad que le atribuían los artistas. A veces aparece joven imberbe y a veces anciano encanecido, aunque, a juicio de De Rossi, suele prevalecer la tendencia primera. A partir del siglo V suele aparecer San José como adulto robusto y barbado; v.gr., en las escenas de la Anunciación y Presentación del mosaico de Santa María la Mayor de Roma, ejecutado en 435 bajo el pontificado de Sixto III. Lo mismo se podría decir de las escenas de las Aguas amargas, Adoración de los Magos, Sueño de José y Viaje a Egipto diseñadas en las placas de marfil que adornan la cátedra de Maximiano de Ravena y en la píxide de Werden. Aquí da comienzo la narración sahídica, paralela a la bohaírica. En este versión ofrece la variante de asignar «nueve años» de matrimonio a José en lugar de los «cuarenta y nueve», lo cual debe atribuirse, sin duda, a un error de los copistas.

24 V. sah.: «Cuando mi madre tenía quince años de edad, me trajo al mundo en una cueva (σπηλαίου) imposible de describir...» Así interpretan este pasaje Zoega y Dulaurier, mientras que Thilo cree que «cueva» debe cambiarse por «misterio».

25 V. sah.: «dió tres palmadas».

36S

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

XVI. Lamentos de José

i. (i ¡Ay miserable de mí! ¡Ay del día en que mi madre me trajo a este mundo! 2. ¡Ay del seno materno en que reci- bí el germen de la vida! ¡Ay de los pechos que me amaman- taron!— 3. ¡Ay del regazo en que fui reclinado! ¡Ay de las manos que me sostuvieron hasta el día en que fui mayor y comencé a pecar! 5. ¡Ay de mi lengua y mis labios, que han proferido injurias, engaños, detracciones y calumnias!— 6. ¡Ay de mis ojos, que han visto el escándalo! 7. ¡Ay de mis oídos, que han escuchado con gusto conversaciones frivolas! 8. ¡Ay de mis manos, que han substraído cosas que no les pertene- cían!— 9. ¡Ay de mi estómago y de mi vientre, que han ambi- cionado lo que no era suyo! Cuando se les presentaba alguna cosa, la devoraban con más avidez que pudiera hacerlo la misma llama. 10. ¡Ay de mis pies, que han hecho mal servicio a mi cuerpo, pues lo han llevado por malos caminos! 11. ¡Ay de mi cuerpo todo, que ha dejado reducida mi alma a un desierto, arrojando de ella a Dios, que la creó! 12. ¿Qué he de hacer ahora? No encuentro salida por ninguna parte. 13. En verdad que ¡pobres de los hombres que son pecadores! 14. Esta es la angustia que se apoderó de mi padre Jacob en su agonía, la cual ha venido hoy a darme alcance a mí, desdichado. 15. Pero tú, Jesús, Dios, que eres mi abogado, cumple en tu divina voluntad» 26.

XVII. Jesús consuela a su padre

i. Cuando él hubo dicho esto, penetré yo en el sitio don- de se encontraba, y al verle agitado de cuerpo y de alma, le dije: «Salve, José, mi querido padre, anciano bueno y bendito». 2. El respondió, presa aún de un miedo mortal: «Salve mil ve- ces, querido hijo. Al oír tu voz, mi alma recobra su tranquili- dad.— 3. Jesús, mi Señor; Jesús, mi verdadero rey, mi salvador bueno y misericordioso; Jesús, mi libertador; Jesús, mi guía; Jesús, mi protector; Jesús, en cuya bondad se encuentra todo; Jesús, cuyo nombre es dulce y potente en la boca de todos; Je- sús, ojo que ve y oído que oye verdaderamente: escúchame hoy a mí, tu servidor, cuando elevo mis ruegos y vierto mis lamen- tos ante ti. 4. En verdad que eres Dios. eres el Señor,

26 V. sah.: «Pero el Señor, mi Dios, es el mediador (μεσίτης) de mi alma y de mi cuerpo y de mi espíritu».

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

369

según me lo ha repetido muchas veces el ángel, sobre todo aquel día en que anidaron en mi corazón sospechas humanas al observar las señales de embarazo de la Virgen sin mancilla y había determinado abandonarla. 5. Pero, cuando yo estaba pensando esto, se me apareció en sueños un ángel y me dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en recibir a María como esposa, pues lo que ha de dar a luz es fruto del Espíritu Santo. 6. No abrigues sospecha alguna acerca de su embarazo. Ella traerá al mundo un hijo y le darás por nombre Jesús». 7. eres Jesucristo, el salvador de mi alma, de mi cuerpo y de mi espíritu. No me condenes a mí, siervo tuyo y obra de tus ma- nos.— 8. Yo no sabía ni conocía el misterio de tu maravilloso nacimiento y jamás había oído que una mujer pudiera concebir sin obra de varón y que una virgen pudiera dar a luz sin rom- per el sello de su virginidad. 9. ¡Oh Señor mío!, si no hubie- ra conocido la ley de este misterio, no hubiera creído en ti, ni en tu santo nacimiento, ni tributado honor a María, la Virgen, que te trajo a este mundo.— 10. Recuerdo aún el día aquel en que un niño murió a resultas de una mordedura de serpiente. 11. Sus familiares iban por ti con intención de entregarte a He- rodes. 12. Mas tu misericordia alcanzó a la pobre víctima y le devolviste la vida para disipar aquella calumnia que te hacía a ti causante de su muerte. Por lo cual hubo una gran alegría en la casa del difunto. 13. Entonces te cogí yo de la oreja y te dije: «Sé prudente, hijo mío» 27 . 14. Y me conminaste de esta manera: «Si no fueras mi padre según la carne, te daría a entender qué es esto que acabas de hacer». 15. Si, pues, ¡oh Señor y Dios mío!, es ésta la razón por la que has venido en son de juicio y por la que has permitido que se cernieran sobre estos terribles presagios, te suplico que no me emplaces ante tu tribunal para contender conmigo. 16. Pues he aquí que yo soy siervo tuyo e hijo de tu esclava. 17. Si tienes a bien romper mis grillos, te ofreceré un sacrificio santo, que no será otro sino la confesión de tu gloria divina, de que eres Jesucristo, hijo ver- dadero de Dios, y, a la vez, hijo verdadero del hombre».

XVIII. Aflicción de María

i. Al decir esto mi padre, no pude yo contener las lágri- mas y me eché a llorar, viendo cómo la muerte se iba enseño- reando de él por momentos y oyendo, sobre todo, las palabras

27 V. sah.: «Yo te dije: Hijo mío querido, estáte quieto; y te di un pe- llizco en la oreja derecha». Cf. Ps. Tomás 5,2.

370

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

llenas de amargura que salían de su boca. 2. En aquel momen- to, mis queridos hermanos, me vino al pensamiento la muerte de cruz que había de sufrir por la vida de todo el mundo. 3. Y entonces María, mi madre querida, cuyo nombre es dulce para todos los que me aman a mí, se levantó y me dijo, tenien- do su corazón anegado en la amargura: «¡Ay de mí!, querido hijo. ¿Pero es que va a morir el bueno y bendito anciano de José, tu padre nutricio querido y adorado?» 4. Yo le respon- dí: « ¡Oh mi querida madre! ¿Y quién entre los humanos se verá libre de la necesidad de tener que arrostrar la muerte?» 5. Esta es dueña de toda la humanidad, ¡oh madre bendita! 6. Y aun misma has de morir como todos los demás hombres. 7. Mas ni tu muerte ni la de mi padre José puede llamarse propiamen- te muerte, sino más bien vida eterna ininterrumpida. 8. Tam- bién yo he de pasar por este trance a causa de la carne mortal con que me he revestido. 9. Mas ahora, madre querida, leván- tate y entra donde está el bendito anciano José para que puedas ver el lugar que le está aguardando desde lo alto».

XIX. Dolores de José

i. Se levantó, pues, penetró en la estancia donde se en- contraba y pudo apreciar las señales evidentes de la muerte que ya se reflejaban en él. 2. Yo, mis queridos, me puse a su ca- becera, y mi madre a sus pies. 3. El clavaba su vista en mi rostro, sin poder dirigirme una palabra siquiera, pues la muer- te se apoderaba de él por momentos. 4. Entonces elevó su mirada hacia lo alto y dejó escapar un fuerte gemido. 5. Yo sujeté sus manos y sus pies durante largo tiempo, y él me mi- raba suplicándome que no le abandonásemos en manos de sus enemigos. 6. Yo puse mi mano sobre su pecho y noté que su alma había subido ya a su garganta para dejar su cuerpo. Mas no había llegado aún el momento supremo de la muerte, pues de lo contrario, no hubiera podido aguantar más. No obstante, estaban ya presentes las lágrimas, la turbación y el decaimiento que siempre la preceden.

XX. La agonía

i. Cuando mi querida madre me vió palpar su cuerpo, quiso ella palpar a su vez los pies, y notó que el aliento habla huido juntamente con el calor 28. 2. Entonces se dirigió a

28 V. sah.: «El aliento de la fiebre había abandonado ya (sus pies)»

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

371

y me dijo ingenuamente: «Gracias, querido hijo, pues desde el momento en que has puesto tu mano sobre su cuerpo, la fiebre le ha abandonado. 3. Fíjate, sus miembros están fríos como el hielo». 4. Yo llamé a sus hijos e hijas y les dije: « ¡Ea!, hablad ahora con vuestro padre, que éste es el momento de hacerlo, an- tes que su boca deje de hablar y su cuerpo quede yerto». 5. Y hablaron con él sus hijos e hijas. Mas su vida estaba mi- nada por aquella dolencia mortal que había de provocar su salida de este mundo. 6. Entonces se levantó Lisia 29, hija de José, para decir a sus hermanos: «Juro, queridos hermanos, que ésta es la misma enfermedad que aquejó a nuestra madre, que no había vuelto a aparecer por aquí hasta ahora. 7. Esto mis- mo sucede con nuestro padre José, para que no volvamos a verle por toda la eternidad». 8. Entonces prorrumpieron en lamentos los hijos de José. María, mi madre, y yo, por nuestra parte, nos unimos a su llanto, pues, efectivamente, había llega- do ya la hora de su muerte.

XXI. Llega la muerte

i. Yo me puse a mirar hacia el sur y vi a la Muerte que se dirigía hacia nuestra casa. Iba seguida de Amenti, que es su instrumento ?0, y del Diablo, a quien acompañaba una multi- tud ingente de satélites vestidos de fuego, cuyas bocas vomi- taban hümo y azufre. 2. Λ1 tender su vista, se encontró mi padre con aquel cortejo que le miraba con rostro colérico y ra- bioso, el mismo con que suele mirar a todas las almas que salen del cuerpo, particularmente a aquellas que son pecadoras y que considera como propiedad suya. 3. Ante la vista de este es- pectáculo, los ojos del buen anciano se nublaron de lágrimas. 4. Este fué el momento en que mi padre exhaló su alma con un gran suspiro, mientras procuraba encontrar un sitio donde es- conderse y salvarse. 5. Cuando yo observé el suspiro de mi padre, provocado por la visión de aquellas potencias hasta en- tonces para él desconocidas, me levanté rápidamente y conmi- né al Diablo y a todo su cortejo. 6. Por lo cual ellos se dieron a la fuga, avergonzados y confusos. 7. Y ninguno de entre los circunstantes, ni aun mi misma madre María, se percató de la presencia de aquellos terribles escuadrones que van a la caza de almas humanas.— 8. Cuando la Muerte cayó en la cuenta de que yo había conminado y echado fuera a las potestades infer-

29 V. sah.: [Lisia,] «la que trabajaba la púrpura».

30 ... instrumento = όργανον; en el texto boh. Satélites = δεκανοί.

372

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

nales para que no pudieran tender asechanzas, se llenó de pa- vor.— 9. Yo me levanté apresuradamente y dirigí esta oración a mi Padre, el Dios de toda misericordia:

XXII. Plegaria de Jesús

i. «Padre mío misericordioso, Padre de la verdad, ojo que ve y oído que oye: escúchame, que soy tu hijo querido; te pido por mi padre José, la obra de tus manos. Envíame un gran coro de ángeles juntamente con Miguel, el administrador de los bienes, y con Gabriel, el buen mensajero de la luz, para que acompañen al alma de mi padre José hasta tanto que haya sal- vado el séptimo eón tenebroso. De manera que no se vea for- zada a emprender esos caminos infernales, terribles para el via- jero por estar infestados de genios malignos que por ellos me- rodean y por tener que atravesar ese lugar espantoso por donde discurre un río de fuego igual a las olas del mar. 2. además piadoso para con el alma de mi padre José cuando venga a repo- sar en tus manos, pues éste es el momento en que (más) nece- sita de tu misericordia». 3. Yo os digo, venerables hermanos y apóstoles benditos, que todo hombre que, en llegando a dis- cernir entre el bien y el mal, haya consumido su tiempo siguien- do la fascinación de sus ojos, cuando llegue la hora de su muerte y haya de franquear el paso para comparecer ante el tribunal te- rrible y hacer su propia defensa, se verá necesitado de la piedad de mi buen Padre. 4. Pero sigamos relatando el desenlace de mi padre José, el bendito anciano.

XXIII. José expira 3>

i. Al exhalar su espíritu, yo le besé. 2. Los ángeles to- maron su alma y la envolvieron en lienzos de seda. 3. Yo es-

31 V. sah.: «1. Y cuando yo hube dicho amén, mi madre María res- pondió en la lengua que hablan los habitantes del cielo. 2. Y al momento volaron sobre el cuerpo de mi padre José, Miguel. Gabriel y el coro de los ángeles viniendo desde el cielo. 3. En seguida arreciaron las congojas y ahogos propios de la muerte, por lo que conocí que había llegado el mo- mento desolador. 4. Sufría [mi padre] dolores parecidos a los de una mujer en parto, mientras que la fiebre le acosaba de la misma manera que un fuerte huracán o un gran fuego devasta un tupido bosque. 5. La muerte, llena de miedo, no osaba lanzarse sobre el cuerpo de mi padre para separarlo [del alma], pues su mirada había tropezado conmigo, que estaba sentado a la cabecera [de José] con las manos sobre sus sienes. 6. Y, cuando yo me percaté de que la muerte tenía miedo de entrar por causa mía, me levanté, dirigí mis pasos hacia el exterior de la puerta y la

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

373

taba sentado junto a él, y ninguno de los circunstantes cayó en la cuenta de que había ya expirado. 4. Entonces puse su alma en manos de Miguel y Gabriel para que le sirvieran de defensa contra los genios que acechan en el camino. Y los ángeles se pusieron a entonar cánticos de alabanza ante ella, hasta que por fin llegó a los brazos de mi Padre.

XXIV. Luto en casa de José

i. Yo entonces me eché sobre el cuerpo ingrávido 32 de mi padre. Entorné sus ojos, cerré su boca y me levanté para contemplarlo. 2. Dije después a la Virgen: « ¡Oh María, mi madre, ¿dónde están los objetos de artesanía que él ha hecho desde su niñez hasta ahora? Todos ellos han pasado en este mo- mento, como si él no hubiera venido siquiera a este mundo». 3. Cuando sus hijos e hijas me oyeron decir esto a María, mi madre virginal, me preguntaron con grandes voces y lamentos: «¿Pero es que nuestro padre ha muerto, sin que nosotros nos percatáramos de ello?» 4. Yo les dije: «Efectivamente, ha muer- to; pero su muerte no es muerte, sino vida eterna. 5. Grandes cosas le esperan a nuestro querido padre José. Desde el momen- to en que su alma ha salido del cuerpo, ha desaparecido para él toda clase de dolor. El se ha puesto en camino del reino eterno, ha dejado tras la pesadez de la carne, con todo este mundo de dolor y de preocupaciones, y ha ido al lugar de reposo que tiene mi Padre en esos cielos que nunca serán destruidos. 6. Mas

encontré sola y temerosa, en actitud de esperar. 7. Yo le dije: «Oh tú, que vienes del Mediodía, entra rápidamente y da cumplimiento a lo que mi Padre te ha ordenado. 8. Mas guarda a José como a la niña de tus ojos, pues es mi padre según la carne y ha compartido conmigo el dolor durante los años de mi niñez, cuando hubo de ir huyendo de una parte a otra a causa de las maquinaciones de Herodes y me ha dado instrucción como la suelen dar los padres para provecho de sus hijos». 9. Entonces entró Abbadón, tomó el alma de mi padre José y la separó del cuerpo en el mismo momento en que el sol iba a hacer su aparición por el horizonte, el día 26 del mes de Epep, en paz. 10. La vida de mi padre comprendió ciento once años. II. Miguel y Gabriel tomaron por ambos extremos un precioso paño de seda y en él depositaron el alma de mi querido padre José, después de haberla besado reverentemente. 12. Mientras tanto, nin- guno de los que rodeaban a José había caído en la cuenta de su muerte, ni siquiera mi madre María. 13. Yo confié a Miguel y Gabriel el alma de mi querido padre José, para que la guardaran contra los raptores que merodean por el camino, y encargué a los espíritus incorpóreos que con- tinuaran cantando alabanzas hasta que la depositaran, finalmente, junto a mi Padre en el cielo*.

32 Esta me parece la manera más exacta de verter el apelativo κοΰφον, que figura en el texto bohaírico.

37-1

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

al decir yo a mis hermanos: «Vuestro padre José, el bendito an- ciano, ha muerto», ellos se levantaron, rasgaron sus vestiduras y le lloraron durante largo tiempo.

XXV. . Duelo en Nazaret

i. Cuando los habitantes de Nazaret y de toda Galilea se enteraron de la triste nueva, acudieron en masa al lugar donde nos encontrábamos. En conformidad con la ley de los judíos, se pasaron todo el día dando señales de duelo hasta que llegó la hora nona. 2. Entonces los despedí yo a todos, derramé agua sobre el cuerpo de mi padre José, le ungí con bálsamo y dirigí a mi Padre amado, que está en los cielos, una oración celestial que había escrito yo con mis propios dedos antes de encarnar- me en las entrañas de la Virgen María. 3. Y al decir Amén vino una multitud de ángeles. Mandé a dos de ellos que extendieran un manto para depositar en él el cuerpo de mi padre José y amortajarlo.

XXVI. Bendición de Jesús

i. Entonces puse yo mis manos sobre su cuerpo y dije: «No seas presa de la fetidez de la muerte. Tus oídos no sufran corrupción. No emane podredumbre de tu cuerpo. No eche a perder la tierra tu mortaja ni tu carne, sino que queden intac- tas adheridas a tu cuerpo hasta el día del convite de los dos mil años. No envejezcan, ¡oh querido padre!, esos cabellos que tan- tas veces he acariciado con mis manos. Y que la dicha sea conti- go.— 2. A aquel que se preocupe de llevar una ofrenda a tu san- tuario el día de tu conmemoración, yo le bendeciré con afluen- cia de dones celestiales ii. 3. Asimismo, a todo aquel que diere en tu nombre pan a un pobre, no le permitiré que se vea agobia- do por la necesidad de cualesquiera bienes de este mundo du- rante todos los días de su vida. 4. Te concederé que puedas

33 Estas bendiciones testifican que el culto tributado a San José viene de muy antiguo, aun dado caso que la presente narración sea posterior al siglo IV. Otro testimonio elocuente de esta antigüedad es el texto griego de la invocación contenida en una gema: Ιωσήφ, συμπαράστηθι έμοι [καΙ τ]οϊξ spyois μου καΐ δώ? μοι χάριν (Corpus Inscriptionum Graecarum n. 0099,4 p.431). Asimismo, había dicho ya San Jerónimo: «Per quattuor fecit per- ditio mundi: per virum, per mulierem, per Iignum et per serpentem, et per quattuor restauratur: per Christum, per Mariam, per Crucem, per virum Ioseph» (Exposit. quattuor Evang. in Mt. 1: PL 30,534 D).

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

375

invitar al banquete de los mil años 34 a todos aquellos que en el día de tu conmemoración den un vaso de vino en la mano a un forastero, a una viuda o a un huérfano.— 5. He de darte como regalo, mientras vivan en este mundo, a todos los que se dedi- quen a escribir el libro de tu salida de este mundo y a consig- nar todas las palabras que hoy han salido de mi boca; y, cuando abandonen este mundo, yo haré que desaparezca el libro en que están escritos sus pecados y que no sufran tormento alguno, fuera de la muerte inevitable y del río de fuego que está ante mi Padre para purificar a toda clase de almas. 6. Y si se diera el caso de que un pobre, no pudiendo hacer nada de lo dicho, impusiera el nombre de José a uno de sus hijos en tu honor, yo haré que en aquella casa no entre el hambre ni la peste, pues tu nombre habita de verdad allí».

XXVII. Camino de la tumba

i. Y entonces se presentaron en la casa mortuoria los an- cianos de la ciudad, a quienes acompañaban los enterradores, con intención de efectuar el sepelio a la manera judía. 2. Y en- contraron el cadáver dispuesto ya para el enterramiento. La mortaja se había adherido fuertemente a su cuerpo, como si se la hubiera sujetado con grapas de hierro, y cuando removieron el cadáver no encontraron su abertura. 3. A continuación tuvo lugar la conducción del cadáver hasta la tumba. 4. Y, cuando llegaron a ésta y estaban ya dispuestos a franquear su entrada para colocarle junto a los restos de su padre 35, me vino a la mente el recuerdo del día en que me llevó a Egipto y de las grandes preocupaciones que asumió por mí, y no pude menos de echarme sobre su cuerpo y llorar un largo rato, diciendo:

XXVIII. Exclamaciones de Jesús

i. « ¡Oh muerte, de cuántas lágrimas y lamentos eres cau- sante! Mas este poder te viene de Aquel que tiene bajo su dominio todo el universo. 2. Por eso tal reproche no va

34 La frase es de sabor quiliástico y viene a constituir un buen argu- mento en favor de la antigüedad del escrito, ya que las doctrinas quiliastas desaparecieron, tanto en Oriente como en Occidente, a principios del siglo V.

35 Según U. Holzmeister (De Soneto Ioseph quaestiones biblicae: «Scripta Pont. Instituti Biblici» 94 [Romae 1945] p. 108- 109), se señalaba durante la Edad Media una caverna del sepulcro de José en Nazaret y otra en Je- rusalén.

376

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

tanto contra la muerte cuanto contra Adán y Eva. 3. La muerte no actúa nunca sin orden previa de mi Padre. 4. Hay quienes han vivido hasta novecientos años, y aun algunos mucho más tiempo. 5. Sin embargo, ninguno de ellos ha dicho: «Yo he visto la muerte» o «venía de tiempo en tiempo a darme tor- mento»,— 6. sino que ella trae una sola vez el dolor, y aun en- tonces es mi buen Padre el que la envía. 7. Y, cuando viene en busca del hombre, es que sabe que tal resolución proviene del cielo. 8. Si la sentencia viene cargada de cólera, también procede colérica la muerte a cumplir su cometido, tomando el alma del hombre y entregándosela a su Señor. 9. La muerte no tiene atribuciones para lanzar al hombre al infierno ni para introducirle en el reino celestial. 10. La muerte cumple de hecho el mandato de Dios. Al contrario de Adán, quien, al no someterse a la voluntad divina, cometió una transgresión. Este irritó a mi Padre contra por haber preferido dar oídos a su mujer antes que obedecer a su mandato, y así todo ser vivo quedó implacablemente condenado a la muerte. 11. Si Adán no hubiera sido desobediente, mi Padre no le hubiera castigado con este terrible azote. 12. ¿Y qué impide ahora que haga yo oración a mi buen Padre para que envíe un gran carro lumi- noso que eleve a José, para que no guste las amarguras de la muerte, y que le traslade al lugar de reposo en la misma carne que trajo al mundo, para que viva allí con mis ángeles incor- póreos?— 13. La transgresión de Adán fué la causa de que sobrevinieran estos grandes males sobre la humanidad jun- tamente con lo irremediable de la muerte. 14. Y, por cuanto yo mismo llevo también esta carne concebida en el dolor, debo gustar con ella la muerte para que pueda apiadarme de las criaturas que he formado».

XXIX. El entierro

i. Mientras yo decía esto abrazado al cuerpo de mi padre José y llorando sobre él, 2. abrieron la entrada del sepulcro y depositaron el cadáver junto al de su padre Jacob 36.- 3. Su vida fué de ciento once años, sin que al cabo de tanto tiempo

36 Según los textos precedentes, San José murió el 26 de Epep (= 20 de nuestro julio). Algunos sinaxarios dan como fecha el 2 de agosto y el 25 de diciembre. Sobre el origen del 19 de marzo, cf. Bolandistas: Propylaeum ad Acta SS. Decem (Bruxelles 1940) p.103. En relación con la vida de Jesús, lo más probable es que muriese antes del bautismo, si bien hay autores que, con poco fundamento, le hacen vivir hasta el fin de la vida pública y aun hasta después.

HISTORIA DE JOSÉ EL CARPINTERO

377

se estropeara un solo diente de su boca y sin que sus ojos se debilitaran, sino que todo su aspecto se asemejaba al de un tierno niño.— 4. Nunca estuvo achacoso, sino que trabajó con- tinuamente en su oficio de carpintero hasta el día en que sobre- vino la enfermedad que había de llevarle al sepulcro».

XXX. Réplica de los apóstoles

i. Y cuando nosotros, los apóstoles, oímos tales cosas de labios de nuestro Salvador, nos pusimos en pie llenos de gozo y luego adoramos sus manos y sus plantas, diciendo extáticos de alegría: «Te damos gracias, Señor y Salvador nuestro, por haberte dignado regalarnos con estas palabras salidas de tus labios. 2. Mas no salimos de nuestra admiración, ¡oh buen Salvador!, pues no acabamos de explicarnos cómo, habiendo concedido la inmortalidad a Elias y a Henoc, ya que están disfrutando de los bienes en la misma carne con que nacieron sin que hayan sido víctimas de la corrupción, 3. sin embargo, tratándose del bendito anciano José el Carpintero, a quien con- cediste el gran honor de llamarle tu padre y de obedecerle en todas las cosas (a nosotros mismos nos has encargado: «Cuan- do seáis revestidos de mi fuerza y recibáis la voz de mi Padre, e.e., el Espíritu Paráclito, y seáis enviados a predicar el evan- gelio, predicad también a mi querido padre José»; 4. y además: «Consignad estas palabras de vida en el testamento de su partida de este mundo»; 5. y «leed las palabras de este testamento en los días solemnes y festivos»; 6. y «quien no haya apren- dido a leer correctamente, no debe leer este testamento en los días festivos»; 7. y, finalmente, «quien suprimiere o añadiere algo a estas palabras de manera que me haga embustero, será reo de mi venganza»), -8. nos admira, repetimos, el que, ha- biéndole llamado padre según la carne desde el día en que naciste en Belén, no le hayas concedido la inmortalidad para vivir eternamente».

XXXI. Respuesta de Jesús

i. Nuestro Salvador respondió diciéndoles: «La sentencia pronunciada por mi Padre contra Adán no quedará sin vigor, por cuanto éste no fué obediente a sus mandatos. 2. Cuando mi Padre destina a uno a ser justo, éste viene a ser inmediata- mente su elegido. 3. Si un hombre ofende a Dios por amar las obras del demonio, ¿ignora acaso que vendrá a caer un día

378

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

en sus manos si sigue impenitente, aunque se le concedan largos días de vida? 4. Si, por el contrario, alguno vive mucho tiempo haciendo siempre buenas obras, son éstas precisamenre las que le harán viejo. 5. Cuando Dios ve que uno sigue el camino de la perdición, suele concederle un corto plazo de vida y le hace desaparecer en la mitad de sus días.— 6. Por lo demás, han de tener exacto cumplimiento las profecías dictadas por mi Padre sobre la humanidad y todas las cosas han de suceder en conformidad con ellas. 7. Me habéis citado el caso de Henoc y de Elias: «Ellos, decís, siguen viviendo y conservan la carne que trajeron a este mundo, ¿por qué, pues, tratándose de tu padre, no le has permitido conservar su cuerpo?» 8. Pues yo os digo que, aunque hubiera llegado a tener diez mil años más, incurriría siempre en la misma necesidad de morir. 9. Más aún, yo os aseguro que siempre que Henoc y Elias piensan en la muerte, desearían haberla sufrido ya y verse así libres de la necesidad que les está impuesta, puesto que han de morir en un día de turbación, de miedo, de gritos, de perdición y de aflicción. 10. Pues habéis de saber que el Anticristo ha de matar a estos hombres y derramar su sangre en la tierra como el agua de un vaso a causa de las inculpaciones que le echarán en cara cuando le acusen».

XXXII. Epílogo

i. Nosotros respondimos diciendo: «Señor y Dios nuestro, ¿quiénes son esos dos hombres de quienes acabas de decir que el hijo de la perdición les matará por un vaso de agua?» 2. Jesús, nuestro Salvador y nuestra vida, respondió: «Henoc y Elias» 37. 3. Y, al oír estas palabras de boca de nuestro Sal- vador, el corazón se nos llenó de gozo y de alegría. Por lo cual le tributamos alabanzas y gracias como a nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Salvador, Jesucristo, por quien conviene al Pa- dre toda gloria y todo honor juntamente con El y con el Espí- ritu Santo vivificador, ahora, en todo tiempo y por eternidad de eternidades. Amén.

37 La v. ár. dice que son cuatro: Henoc, Elias, Sila y Tabita.

4. EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA

Consta de veintiocho larguísimos capítulos, en los que de manera redundante y monótona va parafraseando con enorme amplitud los datos contenidos en el texto siríaco que le sirve de base (cf. Introd. gen. a los Apócr. de la Infancia). Estos datos ge- neralmente nos son conocidos ya por el Protoevangelio, el Ps. To- más y el Ev. árabe de la Infancia. En su forma actual parece ser algo posterior a este último.

Sabemos que a finales del siglo VI los propagandistas nes- torianos de Siria tradujeron del siríaco al armenio el Libro de la Infancia. Es probable, según Peeters (p.XLII), que el texto actual no sea sino un arreglo parafraseado de ese texto primi- tivo, que resultaba ya ininteligible por su carácter arcaico.

La edición del texto original armenio fué publicada por I. Daietsi con sus dos redacciones A y Β en la colección de los Mequitaristas de Venecia: Ankanon girkh Ñor Ketakar anatz [= Libros no canónicos del Ν. T.] t.i p.1-126.127-235 (Vene- zia 1898). Una traducción francesa del texto armenio acom- pañada de introducción y notas se debe a P. Peeters (Evangiles Apocryphes t.2 p. 69-286, París 1914). Sirviéndose de esta última hizo E. González-Blanco su versión castellana (Evangelios Apó- crifos t.2 p. 88-236, Madrid 1934).

Para evitar enojosas repeticiones, entresacamos déla edición de Peeters los pasajes que ofrecen algún interés, bien por la originalidad del contenido, bien por la repercusión que hayan podido tener en la tradición cristiana.

380

APÓCRIFOS DE I.A INFANCIA

EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA

Anunciación

La Virgen sostiene una larga conversación con el ángel antes de dar su consentimiento. El episodio termina así:

V,8« ··· Dícele el ángel: «¡Oh santa y dichosa Virgen! Es- cucha esta palabra y retén bien en tu alma lo que voy a decirte. Esto no es obra de hombre, y el acontecimiento de que te hablo no será provocado por él. Es Dios quien lo realizará en ti. El tiene en sus manos poder suficiente para librarte de todas las angustias de la prueba». María responde: «Si es tal como dices y el Señor tiene a bien bajar hasta su sierva y esclava, hágase en según tu palabra». Y el ángel se retiró.

9. No bien hubo pronunciado la Virgen con toda humil- dad estas palabras, el Verbo de Dios penetró en ella por la oreja, y la naturaleza íntima de su cuerpo, con todos sus senti- dos, fué santificada y purificada como el oro en el crisol Quedó convertida en un templo santo, inmaculado, mansión del Verbo divino. Y en el mismo momento dió comienzo el embarazo de la Virgen. Pues la embajada del ángel portador de la buena nueva para María tuvo lugar el 15 de Nisán, que corresponde al 6 de abril, un miércoles a la hora tercia.

11. Y luego que la Virgen recibió el anuncio de su concep- ción por el Espíritu Santo, vió a los coros angélicos que le en- tonaban cánticos de alabanza. Esta visión la llenó de temor, al par que la inundó de gozo. Y luego, con la faz postrada en tierra, se puso a alabar a Dios, diciendo: « ¡Oh Señor de mi

1 La doctrina de la «conceptio per aurem» fué adoptada por la tra- dición patrística, pero no en el sentido un tanto material que refleja nues- tro apócrifo. Según aquello de San Pablo, fides ex auditu (Rom. 10,17), esta expresión viene a equivaler a «conceptio per fidem». Y de esta manera es claro que la Virgen concibió a Jesús en su entendimiento por la fe antes de tenerlo físicamente en sus entrañas: beata quae credidisti (Le. 1,45).

La purificación de la Virgen en el momento de su anunciación es afir- mada por algunos Padres. San Gregorio Nacianceno dice que Jesús fué con- cebido por la Virgen, habiendo sido ésta previamente purificada en cuerpo y alma por el Espíritu Santo : κυηθείς μέν έκ της παρθένου, καΐ ψυχτΐν καΐ σάρκα ττροκαθαρθείσηξ τω Πυίύματι (Orat. 38 in Theoph.: PG 36,326; cf. 634). San Juan Damasceno se inspiró también en esta doctrina. Cf. Hom. I in Dorm.: PG 96,704; De fide orthod. III 2: PG 94.835·.

Tal purificación debe entenderse en el sentido de un admirable progreso en gracia y santidad, que no implica la purificación de un supuesto pecado original o actual, que en ella, gracias al singular privilegio de su Inmaculada Concepción, no tenía cabida.

EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA

381

alma y de mi cuerpo! tienes el poder de dar cumplimiento a todos los deseos que te inspira tu amor creador y dispones libremente de todo según tu beneplácito. Dígnate ahora ser condescendiente con los ruegos de tu esclava. Escúchame y libra a mi alma, ya que eres mi Dios y mi Salvador y ya que tu nombre, ¡oh Señor!, ha sido diariamente invocado sobre mí. Hasta el día de hoy me he mantenido santa y pura, resuelta por vuestro amor, ¡oh Señor y Dios mío!, a conservar mi vir- ginidad firme e intacta, sin admitir en ningún deseo de concupiscencia. Ahora hágase tu voluntad».

Eva y María

IX, i. Y cuando José y Eva, nuestra primera madre, vieron aquello, se prosternaron con la faz en tierra y, dando gracias a Dios en voz alta, le glorificaron diciendo: «Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, Dios de Israel, que habéis reali- zado hoy con vuestra venida la redención del hombre; que me habéis rehabilitado de nuevo y levantado de mi caída y que me habéis reintegrado a mi antigua dignidad. Ahora mi alma se siente ufana, estremecida de esperanza en Dios mi Salvador» 2.

2. Y, dicho esto, vió nuestra primera madre Eva que se elevaba al cielo una nubecilla partiendo de la cueva. Y por otro lado aparecía una luz centelleante que había venido a po- sarse ante el pesebre del establo. Y el niño se aplicó a los pechos de su madre para mamar, después de lo cual volvió a su sitio y se sentó. A vista de esto, José y nuestra primera madre Eva dieron, reconocidos, gloria a Dios y quedaron estupefactos de admiración ante los prodigios que acababan de tener lugar. Y decían: «En verdad que ¿quién ha oído jamás a nadie cosa semejante o ha visto con sus propios ojos prodigio parecido a este que acaba de realizarse?»

3. Y nuestra primera madre entró en la cueva, tomó al niño en sus brazos y se puso a acariciarle y a abrazarle con ternura, bendiciendo a Dios, porque el niño era extremada- mente hermoso y tenía un semblante fascinador y resplande- ciente, mientras que sus rasgos eran muy expresivos. Después lo envolvió entre pañales, lo depositó en el pesebre de los bueyes y salió de la cueva. Y de pronto vió a una mujer llamada

2 El episodio está inspirado en la idea de que María es la «nueva Eva» destinada a borrar la falta de la madre de todos los vivientes. Esta parece haber reemplazado aquí a la Zelomi del Ps. Mt. Refuta las dudas de Salomé, injuriosas para María.

3S-2

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Salomé, que venía de la ciudad de Jerusalén. Eva, nuestra pri- mera madre, se le adelantó y le dijo: «Te doy una buena y feliz noticia: una tierna doncella acaba de traer un hijo al mundo sin haber conocido varón en absoluto».

Los Magos

V,io. Y un ángel del Señor se apresuró a ir al país de los persas para prevenir a los reyes magos y ordenarles que fueran a adorar al niño recién nacido. Y éstos, después de caminar durante nueve meses teniendo por guía a la estrella, llegaron al lugar de destino en el momento mismo en que María llegaba a ser madre. Es de saber que a la sazón el reino de los persas dominaba sobre todos los reyes del Oriente por su poder y sus victorias. Y los reyes de los magos eran tres hermanos: Melkon, el primero, que reinaba sobre los persas; después Baltasar, que reinaba sobre los indios, y el tercero Gaspar, que tenía en posesión el país de los árabes. Habiéndose reunido en confor- midad con el mandato de Dios, llegaron en el momento mismo en que la Virgen llegaba a ser madre. Habían apresurado la marcha y se encontraron allí en el momento preciso del naci- miento de Jesús \

El capítulo X describe minuciosamente el viaje de los Magos, su fastuoso cortejo y la llegada a Jerusalén. Herodes se intran- quiliza y los llama a su palacio para que le den cuenta de sus intenciones. Ellos le manifiestan su propósito de adorar al rey recién nacido. Entonces Herodes les interroga:

Χ,ιο. «¿Quién os ha narrado lo que decís o cómo habéis llegado a saberlo?» Los Magos respondieron: «Nuestros ante- pasados nos han legado un testimonio escrito de ello, que ha sido guardado con todo secreto y sellado. Y durante largos años, de padres a hijos y de generación en generación, se ha mantenido viva esta expectación, hasta que por ñn ha venido a tener cumplimiento esta palabra en nuestros días, como nos ha sido revelado de parte de Dios en una visión que hemos tenido de un ángel. Esta es la causa de encontrarnos ahora en este lugar que nos ha sido indicado por el Señor». Herodes

3 Este episodio, en sus elementos substanciales, parece ser bastante an- tiguo. Los Magos aquí son tres; no cuatro, como en la tradición latina, ni doce, como en la siríaca posterior. Se les atribuye, además, la categoría de

reyes.

EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA

383

dijo: «¿Cuál es la procedencia de este testimonio que tan sólo vosotros conocéis?»

ii. Los Magos dijeron: «Nuestro testimonio no procede de hombre alguno. Es un designio divino referente a una promesa hecha por Dios en favor de los hijos de los hombres y que ha sido conservado entre nosotros hasta el día de hoy». Herodes dijo: «¿Dónde está ese libro que sólo vuestro pueblo posee?» Los Magos dijeron: «Ninguna nación, fuera de la nues- tra, tiene noticia directa ni indirecta de él. Sólo nosotros po- seemos un testimonio escrito. Porque has de saber que, des- pués que Adán fué expulsado del paraíso y después que Caín hubo matado a Abel, el Señor dió a nuestro primer padre un hijo de consolación llamado Set, y con él le entregó aquella carta escrita, firmada y sellada de su misma mano 4. Set la recibió de su padre y se la transmitió a sus hijos. Estos, a su vez, se la retransmitieron a los suyos, y así fué de generación en generación. Todos hasta Noé recibieron la orden de guar- darla con todo cuidado. Este patriarca se la entregó a su hijo Sem, y los hijos de éste la retransmitieron a sus descendientes, quienes, a su vez, se la entregaron a Abrahán. Este se la dió a Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Altísimo, por cuyo conducto llegó a poder de nuestro pueblo en tiempos de Ciro, rey de Persia. Nuestros padres la depositaron con toda clase de honores en un salón especial, y así llegó hasta nosotros, quienes, gracias a este escrito misterioso, vinimos de antemano en co- nocimiento del nuevo monarca, hijo del rey de Israel».

22. Y el rey Melkon tomó el libro del Testamento que conservaba en su casa como legado precioso de sus antepasados, según ya dijimos, y se lo presentó al niño, diciéndole: «Aquí tienes la carta sellada y firmada por tu misma mano que tuviste a bien entregar a nuestros mayores para que la guardaran.

4 El detalle del «Libro de Set» está contenido ya en la hom.2 n.2 del Opus imperfectum in Matthaeum (PG 56,611-946), al que G. Morin asigna como data el año 550 (RBi 34 [1925] 239-262). Se encuentra asimismo en la crónica del Ps. Dionisio de Tell Mahre, llamada también Crónica de Zuqnin (ed. J. B. Chabot: CoScrOr ser.3,1, París 1927). Zuqnin es un monasterio cerca de Amida, donde debió de escribir la mencionada crónica el compi- lador José el Estilita hacia el año 775. Figura de la misma manera en el Libro de la caverna de los Tesoros, anterior al siglo VIL

Todos estos escritos coinciden en señalar el monte de las Victorias, en una de cuyas cavernas se encontraban los dones y el testamento de Adán a Set, que habían de ser ofrecidos por los Magos al Mesías. Nos queda aún por saber el contenido del grupo de manuscritos gnósticos encontrados re- cientemente en Nag-liammadi, uno de los cuales lleva por título: «Revela- ciones de Adán a su hijo Set».

3S4

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

Toma este documento que mismo escribiste. Abrelo y léelo, pues está a tu nombre» 5.

23. [El documento en cuestión, dirigido a Adán, estaba encabezado así]: «En el año seis mil, el día sexto de la semana (que es el mismo en que te creé) y a la hora sexta, enviaré a mi Hijo unigénito, el Verbo divino, quien tomará carne de tu descendencia y vendrá a ser hijo del hombre. El te reintegrará a tu prístina dignidad por los tormentos terribles de su pasión en cruz. Y entonces tú, ¡oh Adán!, unido a con alma pura y cuerpo inmortal, serás deificado y podrás, como yo, discernir el bien y el mal».

Travesuras de Jesús

XXIII,2. Jesús acostumbraba a conducir los muchachos hasta el brocal del pozo que surtía de agua a toda la ciudad. Y, cogiendo los cántaros de sus manos, los chocaba entre o contra las piedras y los arrojaba después al fondo del pozo. Y con esto los muchachos aquellos no osaban entrar en casa por miedo a sus padres. Jesús entonces se compadecía, viéndolos llorar, y les decía:«No lloréis más, que yo os devolveré vuestros cántaros». Después daba órdenes a los raudales de agua, y éstos arrojaban de nuevo los cántaros intactos a la superficie. Cada uno cogía el suyo y se marchaban a sus hogares, contando a todo el mundo los milagros de Jesús.

3. Otro día se los llevó de nuevo consigo y les hizo acam- par a la sombra de un árbol gigantesco. Dió entonces órdenes a éste de inclinar su ramaje y subió y se montó encima. Des- pués le mandó que se enderezara, y él se elevó, dominando así todo aquel paraje. Jesús se mantuvo allí una hora, hasta que los demás muchachos empezaron a gritar, diciéndole: «Manda al árbol que se incline para que podamos subir contigo». Así lo hizo Jesús y les dijo a ellos: «Venid de prisa junto a mí». Y se

5 Esta escena parece estar representada en el mosaico de la adoración de los Magos que se encuentra en la basílica de Santa María la Mayor, de Roma (s.V). Cecchelli (Mater Christi III p. 376-377) ha tenido la genialidad de confrontar los detalles consignados en nuestro apócrifo con los que apa- recen plásticamente en el mosaico y ha constatado su coincidencia. La dama cubierta con un manto, que se encuentra junto a los Magos, puede identi- ficarse con la «Sabiduría» divina o con la «Iglesia». Tiene un rollo apenas desenvuelto, en el cual bien se puede ver la alusión a la ofrenda del mencio- nado Testamento verificada por el rey Melkon. El que Jesús esté represen- tado en un trono de gloria coincide con las visiones que tienen los Magos referentes a su majestad divina. El traje de los Magos parece más bien un distintivo de la realeza que les atribuye nuestro apócrifo.

EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA

3S5

subieron llenos de gozo a su lado. Poco después mandó Jesús al árbol que inclinara de nuevo su ramaje. Y, después que todos hubieron bajado, el árbol recobró su posición ordinaria.

Temores de María

XXV,7. ... María le dijo: «Hijo mío, como todavía no eres más que un niño y no una persona mayor, temo no te vaya a suceder alguna desgracia». Jesús respondió: «Tus temo- res, madre mía, no son del todo razonables, pues yo muy bien todo lo que debe acontecer».

María dijo: «No tengas pena por esto que acabo de decirte, pues estoy rodeada de fantasmas y no qué hacer». Jesús preguntó: «¿Y qué es lo que piensas hacer conmigo?» Dícele María: «Esto es lo que me tiene preocupada: que hemos puesto sumo empeño en que aprendieras durante tu infancia todos los oficios, y hasta ahora no has hecho nada en este sentido ni te has prestado a nada. Y ahora que ya te has hecho mayorcito, ¿qué prefieres hacer o cómo quieres pasar la vida?»

8. Al oír esto Jesús, se indignó en su interior y dijo a su madre: «Has hablado muy inconsideradamente. ¿Es que no entiendes las señales y prodigios que hago ante ti, y que puedes ver con tus propios ojos? Aún no me das crédito des- pués de tanto tiempo que estoy viviendo contigo. Observa mis milagros, considera todo lo que he hecho y ten paciencia du- rante algún tiempo hasta que veas realizadas todas mis obras, pues mi hora no ha llegado aún. Mientras tanto, manténte fiel a mí». Y en diciendo esto, Jesús salió apresuradamente de casa.

Jesús y los dos soldados

Jesús, deseoso de mostrarse al mundo, encuentra a dos sol- dados riñendo. Estos le ven sentado tranquilamente junto a un pozo, y uno de ellos le dice:

XXVIII, 2. ... «Niño, ¿de dónde vienes? ¿Adonde vas? ¿Cómo te llamas?» Jesús respondió: «Si te lo digo, no serás capaz de comprenderme». Preguntóle de nuevo el soldado: «¿Viven todavía tu padre y tu madre?» Jesús respondió: «Efec- tivamente: mi Padre vive y es inmortal». Replicó el soldado: «¿Cómo? ¿Inmortal?» Y Jesús dijo: «Sí; es inmortal desde el principio, y la muerte no tiene poder sobre él». Dijo entonces el soldado: «¿Quién es este que vivirá siempre y sobre el que

Ev. apócrifos

13

386

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

la muerte no tiene poder alguno, ya que dices que tu Padre tiene asegurada la inmortalidad?» Respondió Jesús: «No serías capaz de conocerle ni de tener una idea aproximada de él». Dijo el soldado: «¿Quién puede verle?» Jesús respondió: «Nadie». Preguntó el soldado: «¿Dónde está tu Padre?» Jesús respondió: «En el cielo, por encima de la tierra». Dijo el soldado: «Y tú, ¿cómo vas a poder ir junto a él?» Respondió Jesús: «Ya he estado allí y aun ahora estoy en su compañía». Replicó el sol- dado: «No soy capaz de comprender lo que dices». Dijo Jesús: «Es que esto es inefable e inexplicable». Preguntó el soldado: «¿Quién, pues, puede entenderlo?» Respondió Jesús: «Si me lo ruegas, yo te lo explicaré». Dijo entonces el soldado: «Dímelo, Señor, te lo pido».

A continuación el Señor le explica su generación eterna del Padre y su generación temporal en el seno virginal de María. Después arregla su contienda y se despide, con lo que termina el apócrifo.

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

Se trata del manuscrito latino 11867 de la Biblioteca Nacional de París (fondo St. Germain), perteneciente al siglo XIII. Los pasajes que ofrecen mayor originalidad han sido extractados por Bonaccorsi en su edición de los evangelios apócrifos I (1948) p. 226-233, de donde los tomamos nosotros. Ya habían sido an- teriormente citados por R. Reinsch (Die Pseudo-Evangelien von Jesu und Maria's Kindheit in der román, und. german. Literatur, Halle 1879).

Este escrito no parece sino una compilación medieval de leyendas apócrifas al estilo de la Vita rythmica de la Virgen y Cristo (ed. por Vogtlin: Bibl. d. Litt. Veráns in Stuttgart n.180 [1888]) y de las historias latinas editadas según un manuscrito de Giessen por O. Schade bajo el título de Narrationes de vita et conversatione Β. Μ. V. et de pueritia Salvatoris (Halis Saxo- num 1876). Del mismo estilo es la Legenda áurea de Jacobo de Vorágine y el Speculum historíale de Vicente de Beauvais.

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

1. Sucedió en cierta época que muchos niños iban en se- guimiento de Jesús para divertirse en su compañía. Mas había un padre de familia que, airado al ver que su hijo se iba con Jesús, lo encerró, con el fin de que no le siguiera más, en una

LIBER DE INF ΑΝΤΙ A SALVATORIS 1 [Ms. lat. 11 867 de la Bibl. Nat. de París]

1. Conti<n)git in quodam tempore, ut multi pueri sequerentur Iesum ludentes colludentem. Quídam autem paterfamilias, iratus valde quod discurreret filius eius cum Iesu, incarceravit eum ne amplius Iesum sequeretur, in turri fortissima et solidissima, ubi nulla

Seguimos a Bonaccorsi en la transcripción de! texto.

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

torre fortísima y solidísima, donde no había agujero ni entrada alguna fuera de la puerta y un ventanuco estrechísimo que ape- nas dejaba pasar un poquito de luz, y la puerta estaba escondida y bien atrancada. Y aconteció a aquel padre de familia que un día se acercó por allí Jesús con sus compañeros para jugar. Al oírlos el niño encarcelado, se puso a gritar junto a la ventana de esta manera: «Jesús, compañero queridísimo, al oír tu voz ha aplaudido mi alma y me he sentido lleno de alivio. ¿Por qué me dejas aquí encerrado?» Jesús se volvió hacia él y le dijo: «Alár- game una mano o un dedo por el agujero». Y, habiendo hecho esto, tomó Jesús de la mano a aquel niño y le sacó a través de aquel estrechísimo ventanuco. Y el muchacho se fué en su com- pañía. Díjole Jesús: «Reconoce el poder de Dios y cuenta en tu vejez lo que Dios te ha hecho en tu infancia». Al darse cuenta de lo ocurrido el padre de familia, lo primero que hizo fué irse a la puerta. Y al encontrarlo todo intacto, dió gritos y dijo que era un fantasma. Y es que sus ojos estaban cerrados para que no reconociera el poder divino.

2. Este mismo padre de familia, que era el mayor entre los magistrados de la sinagoga y los fariseos y los escribas y los doc-

patebat tuna hiatus aut aliquis introitus, excepto <h>ostio et una tantum fenestra ar [c]tissima, ad tantillum lumen 2 intromittendum et ostio secreto nec non et signato. Incessit patrifamilias et factum est ut una dierum recederet illuc Iesus cum pueris colludendis. Quod audiens puer incarceratus, clamavit ad fenestram dicens: «Iesu, co- mes dilectissime, audivi vocem tuam et applausit anima mea et re- creatus sum. Quid me inclusum derelinquis Cui Iesus conversus dixit: «Extende mi(c)hi manum vel digitum tuum per foramen». Quod cum fecisset, apprehendit Iesus manum eius et extraxit per ar[c]tissimam fenestram puerum qui secutus est eum. Et dixit ei Iesus : «Agnosce Dei potentiam 3 et enarra in senio quod tibi 4 fecit Deus in pueritia». Quod cum vidisset paterfamilias, ad primum ac- cessit paterfamilias ad ostium et vidit omnia secreta et signata, et exclamans protestatus est fantasma esse; et clausi erant oculi eius ne agnosceret divinam potentiam 5.

2. Ioseph idem paterfamilias summus ínter magistratus syna- gog[a]e et pharis[a]eos et scribas et doctores conquestus est de Iesu,

- Cód. : lumine.

3 Cód.: potenciam, como poco después puericia, detinencia, etc.

4 Cód.: te.

5 Es dudosa la antigüedad de este relato, contenido en diversas versio- nes vernáculas medievales. Puede verse en JamesNT, p. 68-69, una traduc- ción inglesa en verso sacada del ms. Harley 3954, ed. por Hortsmann, Sammlung altenglischer Legenden (1878).

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

389

tores, fué a José quejándose de Jesús, que había obrado mara- villas nuevas entre el pueblo, de manera que ya era venerado como Dios; y, exaltándose, dijo: «Fíjate que nuestros mucha- chos, entre los cuales está mi hijo, van siguiendo a Jesús hasta el campo de Sicar». Y, lleno de ira, cogió un palo con intención de pegar a Jesús, y le fué siguiendo hasta el monte a cuyas faldas se extiende por un lado una vega [sembrada] de habas. Mas Jesús burló su ira dando un salto desde la cumbre de la mon- taña hasta un punto que distaba como un tiro de arco. Y, que- riendo los demás muchachos seguirle en el salto, cayeron al pre- cipicio, fracturándose las piernas, los brazos y el cuello. Y por este motivo se alzó una fuerte protesta ante María y José; mas Jesús curó a todos y les dejó aún más sanos [que antes]. Al ver, pues, esto el arquisinagogo, que era el padre del muchacho en- carcelado, y todos los demás circunstantes, adoraron a la vez a Dios Adonai. Y el lugar donde Jesús dió el salto se llama hasta hoy el «Salto del Señor».

3. Y sucedió que, siendo la época de la sementera, salió José a sembrar trigo. Y Jesús le siguió. Después que José hubo empezado su faena, alargó Jesús su mano y tomó en ella un pu- ñado de trigo, que desparramó junto a la linde de la finca. Vino José después a segar en el tiempo de la recolección. Y vino tam- bién Jesús para recoger el fruto que había sembrado, y su cose-

qui fecit mirabilia nova in populo, ut iam pro Deo coleretur, exal- tansque ait: «Ecce secuntur Iesum pueri nostri, quorum unus filius meus est, usque in campum Sichar. Iratusque arripuit fustem, ut Iesum percuteret, et insectus est Iesum usque ad montem, cui su- biacet planicies fab[a]e collateralis. Et declinavit Iesus a furore; sal- tum fecit a monti<bu)s supercilio usque ad locum, qui distat a monte quantum arc(h)us iacit sagittam. Quem volentes alii pueri simili saltu sequi, recentes pr[a]ecipites f[r]egerunt crura, brachia et colla. Facta autem super hoc gravi querimonia coram Maria et Ioseph, sanavit eos omnes Iesus et reddidit validiores. Quod cum vidit ar- chisinagogus, pater scilicet pueri incarcerati, simul cum ómnibus qui aderant hoc videntes simul Deum adoraverunt Adonay. Locus autem, in quo saltum fecit Iesus, saltus Domini usque hodie ap- pellatur.

3. Factum est autem, cum esset tempus seminandi, egressus est Ioseph ad seminandum triticum et secutus est eum Iesus. Cum autem c[o]episset Ioseph seminare, extendit manum Iesus et tulit de tritico quantum pugillo tenere potuit, et dispersit in fine campi. Venit ergo Ioseph tempore metendi, ut meteret messem suam. Ve- nit Iesus ut illo colligeret spicas quas disperserat, et fecit centum

.390

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

cha fué de cien modios de trigo riquísimo, cantidad que no pro- dujeron tres o cuatro campos juntos. Y dijo a José: «Llamad a los pobres, huérfanos y viudas, y repártaseles el trigo de mi co- secha». Y así se hizo. Mas, al distribuirlo, sobrevino un extraor- dinario e inesperado aumento. Los pobres que con él fueron ali- viados bendecían al Señor con todo su corazón, diciendo que el Señor Dios de Israel había visitado a su pueblo.

4. Ocurrió de nuevo un día de sementera que Jesús iba atravesando el Asia y vió un labrador que sembraba cierto gé- nero de legumbres, por nombre garbanzos, en una finca que es llamada la cercana a la tumba de Raquel, entre Jerusalén y Be- lén. Jesús le dijo: «Hombre, ¿qué es lo que estás sembrando?» Mas él, llevándolo a mal y burlándose de que un muchacho de aquella edad le hiciera esta pregunta, respondió: «Piedras». Y Je- sús le dijo a su vez: «Tienes razón, porque efectivamente son piedras». Y todos aquellos garbanzos se convirtieron en piedras durísimas, que aún conservan la forma de garbanzos, el color y aun el ojuelo en la cabeza. Y de esta manera todos aquellos granos, tanto los ya sembrados como los que iban a serlo, se convirtieron en piedras. Y hasta hoy, buscándolas con cuidado, se pueden encontrar dichas piedras en el mencionado campo.

modia optimi frumenti, quantum non reddiderunt tres vel quattuor alü campi. Et dixit ad Ioseph: «Vocate vobis pauperes, viduas et orphanos, et erogetur triticum de sementi mea». Et factum est ita. Et iterum in distributione máximum et inopinatum sumpsit incre- mentum, de quo refecti pauperes ex toto corde Dominum benedice- bant, dicentes quia populum suum visitavit Dominus Deus Israel 6.

4. Factum est autem iterum in una dierum tempore serendi, cum transiret Iesus per Asiam, vidit quendam agricolam quoddam genus leguminis, qui cicer 7 dicitur, seminantem in campo, qui dici- tur campus iuxta tumbam Rachel ínter Ierusalem et Bethleem, cui Iesus ait: «Homo, quid seminas?» At ille indignans deridensque quod puer id [a]etatis habens super hoc interrogaret, ait: «Lapides». Ait et Iesus : «Veré dicis, quia lapides sunt». Et facta sunt grana illa om- nia ciceralia lapides durissimi, omne sc[h]ema ciceris, colorem et etiam ocellos in capitibus usque hodie detinentia. Et sic omnia grana solo verbo Iesu, tam sata quam serenda, sunt in lapides mutata. Et usque hodie in agro illo a diligenter qu[a]crcntibus lapides illi in- veniuntur.

6 Este mismo hecho se narra en el Ps. Tomás c.12. i Cód.: ticer.

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

391

5. Otro día de mañana, cuando la rociada suavizaba aún el [calor del] sol, subían José y María de la parte de Tiro y Si- dón con dirección a Nazaret. Y, a medida que se iba elevando el sol, María se iba sintiendo más sofocada, hasta que se sentó en el suelo llena de fatiga. Y dijo a José: «Va subiendo [esta tem- peratura] que me agobia; ¿qué es lo que podría hacer? No hay por aquí sombra donde cobijarme». Y, alzando sus manos al cielo, oró diciendo: « ¡Oh Virtud del Altísimo!, según aquella dulce palabra que una vez procedente de ti, cobíjame con tu sombra; que viva mi alma y dame tu refrigerio». Y Jesús, al oír estas palabras, se alegró y clavó en el suelo el palo seco que lle- vaba en la mano a modo de bastón, diciendo con voz imperiosa: «Proporciona al momento una sombra placentera a mi madre». Y al momento aquella vara se convirtió en un árbol copudo y frondoso, que les brindó un dulce refrigerio en su descanso.

6. Un día de invierno hacía un sol espléndido, y un rayo solar se alargó y vino a colarse por la ventana hasta la pared [de enfrente] en la casa de José. Y, encontrándose por allí los muchachos de la vecindad, compañeros de Jesús, correteando por la casa, Jesús se montó sobre un rayo de sol y, poniendo encima sus vestidos, se sentó allí como si estuviera acomodado

5. Quadam die hora matutinali, cum adhuc solerr, ros tempe - raret, ascenderunt María et Ioseph de partibus Tyri et Sydonis in Nazareth, et ascendente solé gravabatur María et sedit in térra fati- gata. Et ait ad Ioseph: <Ascendit [...] qua 8 gravor, et ego quid fa- ciam? Umbra non patet, qua protegar». Et expansis manibus ad c[a]elum, oravit dicens: «O virtus Altissimi, iuxta verbum iocun- dum, quod de te missum quandoque audivi 9, obumbra mi<c>hi: vivat anima, et da mihi tuum refrigerium». Iesus autem, haec audiens, iocundatus est in verbo, et virgam aridam, quam in manu pro báculo tenebat, et fixit in terram et ait imperiose : «Da 10 statim umbram matri me[a]e gratissimam». Et statim excrevit virga illa in arborem densam et ramosam. qu[a]e quiescentibus dulce pr[a]ebuit refri- gerium.

6. Una autem die tempore [h]iemali, cum sol in sua virtute cla- rus radiaret, extendit se radius solaris attingens a fenestra in parietem in domo Ioseph. Ubi cum lud[er]ent cum Iesu contribules pueri vicinorum per domum discurrentes, ascendit Iesus radium solis, et positis super eum vestimentis suis sedebat quasi super trabem firmis-

s La laguna puede llenarse, según Bonaccorsi, con las expresiones vis caloris o lux solis.

9 Cf. Le. 1,35.

10 Cód.: dai.

392

APÓCRIFOS DE LA INFANCIA

sobre una viga firmísima. Λ1 ver esto sus iguales, pensaron que eran capaces de hacer lo mismo. Ε intentaron subir para sen- tarse con Jesús, imitándole en el juego. [Pero se desplomaron al suelo gritando:] nos hacemos añicos». Mas Jesús, a instancias de María y de José, se puso a curar las lesiones de todos los he- ridos soplando levemente en el lugar lastimado, y dijo: «El Es- píritu sopla donde quiere y devuelve la salud a quienes le place». Y todos fueron curados. Y narraron todas estas cosas a nuestros padres, siendo conocido el hecho en Jerusalén y en los remotos confines de Judá. Con lo cual la fama de Jesús se extendió por todas las provincias. Y vinieron para bendecirle y ser benditos a su vez por El. Y le dijeron: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron».

José y María dieron gracias a Dios por todas las cosas que habían visto y oído.

12. En otra ocasión dijo María a su hijo: «Mira, hijo, vete a la fuente de Gabriel, saca agua de allí y tráela en este cántaro».

simum 11, Quod cum vidissent colludentes co[a]etanei pueri, opi- nabantur se similiter posse faceré. Et ascenderunt ut sederent cum lesu, ludentes exemplo illius. <<[...] conterimur». Iesus autem, in- stantibus Maria et Ioseph, l[a]esiones omnium attritorum, levi flatu aspirando super locum dolentem, sanabat omnes, et ait: «Spiritus ubi vult spirat 12, et quos vult sanat», et sani facti sunt. Et h[a]ec omnia nunciaverunt patribus nostris. Et factum est palam hoc ver- bum in Ierusalem et in remotis finibus Iud[a]e. Et multiplicata est fama lesu per circuitum provinciarum. Et venerunt ut benedicerent eum et ab eo benedicerentur. Et dixerunt ad eum: «Beatus venter qui te portavit et ubera qu[a]e suxisti» 13.

Ioseph et Maria Deo in ómnibus gratias qu[a]e audierant et viderant persolverunt 13bls.

12. Alio quoque tempore dixit Maria filio suo: «Fili, vade ad fontem Gabrielis et inde hausam aquam in amphora reporta». At

1 1 El mismo episodio está contenido en el Ευ. arm. de la Infancia (c. 1 5,5), en el cód. Β (Laurentianus) del Ps. Mt. y en la Vita rythmica (ed. cit., p.82).

12 lo. 3.8.

13 Le. 11,27. Cód.: succisfi.

13 bis En ios c.7-12 se narran diversos milagros conocidos ya en otros relatos apócrifos.

LIBRO SOBRE LA INFANCIA DEL SALVADOR

393

Y sumiso [al mandato de] tal madre, se marchó. Y seguían, para verlo, muchachos de su edad, llevando a su vez cada uno su cántaro. Y, ya de vuelta, lanzó Jesús con ímpetu su cántaro contra una roca que había en el camino, sin que se rompiera ni retumbara demasiado. Al ver esto los demás, hicieron lo pro- pio con los suyos, rompiendo cada uno su cántaro y derramán- dose el agua por la que habían ido. Sobrevino entonces un tu- multo y se levantaron quejas, mas Jesús recogió los fragmentos, recompuso las vasijas y dió luego a cada uno la suya llena de agua. Y elevó sus ojos al cielo, diciendo: «Padre, de esta misma manera han de ser reformados los hombres desordenados que perecieron*. Todos quedaron estupefactos por aquel hecho y por aquella palabra y [le] bendecían: «Bendito el que viene en el nombre del Señor. Amén».

illi matri paratus assumpto vase ivit. Et sequebantur eum puerí co[a]evi videntes, amphoras suas similiter comportantes. Rediens autem Iesus postquam impleverat amphoram, allisit eam 14 cum Ímpetu ad rupem qu[a]e iacebat in via, nec confracta est, nec nimium crepuit. Quod videntes alii, similiter fecerunt 15 de suis, et fregit unusquisque amphoram suam, effusa aqua pro qua ierant. Orto autem super hoc tumultu et querimonia, co[l]legit Iesus fra(n)gmenta et vasa omnia reintegrat, et cuilibet vas suum cum aqua restituit 16. Et intuens in c[a]elum ait: «Pater, sic reformandi sunt homines dissipati qui perierunt». Et accepit omnes stupor de facto et verbo, et benedicebant : «Benedictus qui venit in nomine Domini. Amen».

14 Cód. : eum.

15 Cód.: fecerant.

16 Cf. Ev. arm. de la Infancia c.23,2.

APOCRIFOS DE LA PASION RESURRECCION

APOCRIFOS DE LA PASION Y RESURRECCION

Incluímos en este capítulo los tres núcleos fundamentales: el Evangelio de Pedro, el Ciclo de Pilato y el Evangelio de Bartolomé.

Hemos prescindido de las narraciones coptas sobre el par- ticular 1. Es de todos conocido el carácter secundario de esta literatura, no obstante su antigüedad. En general, puede decirse que no se trata sino de versiones o refundiciones de originales griegos. Un resumen de ellas puede verse en JamesNT (repr. 1953) p.147-153.181-187.

1 Sobre la vida pública y pasión de Cristo cf. F. Robinson, Copüc Apocryphal Gospels (Cambridge 1896); E. Revillout, Apocryphes Coptes I: PaOr II 2 (París 1904); P. Lacau, Fragments d' apocryphes coptes: «Mémoires publiées par les membres de l'Institut frangais d'Archéologie oriéntale du Caire» (Le Caire 1904).

Sobre la resurrección (Libro de la resurrección de Cristo por el apóstol Bartolomé): W. E. Crum en Rustahaell, Light of Egypt (London 1909) [v. ingl. del ms. Or. 6804 del British Museum]'; E. A. W. Budge, Coptic Apocrypha in the dialect of Upper Egypt (London 1913).

/. EVANGELIO DE PEDRO

(Fragm. de Akhmím)

Fué descubierto durante el invierno de 1886-87 en el sepul- cro de un monje cristiano de Akhmim, antigua Panópolis (Alto Egipto). U. Bouriant publicó su edi tio princeps el año 1892: Ac- tualmente se encuentra en el museo de Gizeh..

Está contenido en un libro pergamináceo (s.VIII-IX) que comprende 33 folios, de los que nuestro fragmento ocupa ocho páginas (2-10). El espacio restante está dedicado a una descrip- ción fragmentaria del cielo y el infierno (Apocalipsis de Pedro) y a algunos trozos del Libro de Henoc.

Aunque está desprovisto de título, pues falta el principio y el fin de la narración, es cierto que el presente fragmento forma parte del antiguo Evangelio de Pedro, al que hacen referencia los testimonios aducidos más arriba. En el v.6o, en efecto, se presen- ta a mismo el autor diciendo: «Yo, Simón Pedro, y Andrés, mi hermano...» Ya en el v.26 había dicho: «Yo, juntamente con mis compañeros...» Por otra parte, los rasgos fundamen- tales con que describe Serapión el Evangelio de Pedro al presen- társelo a los fieles de Rhossos (Euseb., Hist. Eccl. VI 12,2-6) coinciden perfectamente con los que caracterizan nuestro frag- mento: sentido ortodoxo en general con ligeros resabios de docetismo (v.io y 19).

CONTENIDO. Describe las últimas escenas de la pasión, y la resurrección de Cristo con las primeras apariciones. Su contacto con la narración canónica es evidente. Las semejanzas que ofrece, sobre todo con los evangelios sinópticos, son nume- rosas y significativas. Unas veces se refieren solamente al pen- samiento, otras veces también a la expresión. Frecuentemente se extienden a toda una perícope, implicando identidad en las ideas y aun en la sucesión de los acontecimientos. No raramente llega a establecerse contacto textual. Todo esto arguye una de- pendencia clara de las fuentes canónicas 1.

1 Bardenhewer (GAL p.526) dice textualmente: «Eine unbefangene Vergleichung des Fragmentes mit den parallelen Abschnitten der kanoni- schen Evangelien lásst über den sekundáren Cha.=.kter des Petrusevange- iums keinen Zwéifel».

EVANGELIO DE PEDKO

399

Por otra parte, se dan trazos completamente nuevos. El autor usa con gran libertad los materiales recogidos: añade, corta transforma personajes e incidentes... Su amor hacia Pilato le obliga a echar sobre Herodes todo el peso de la responsabih- dad sobre la muerte de Jesús. Ensalza la figura de Pedro, de- jando en la penumbra la de Juan.

Estos datos han suscitado diversas opiniones entre los críti- cos. Y así, mientras Harnack y su escuela piensan que nuestro autor bebió «en la corriente de la tradición, que aun discurría libremente», la mayor parte de los sabios se inclina a creer que el autor no hizo otra cosa que reelaborar el contenido canónico según ciertas tendencias particulares. Esta es la opinión de Robinson, Zahn, Schubert..., etc. La fuente de tal compilación no debió ser una harmonía de los evangelios, como la de Taciano, sino más bien la historia evangélica popular -.

Ofrecen interés especial los v. 26-27, que nos dan un paralelo con el final del Evangelio de San Marcos (16,10), y el v.6o, que pro- bablemente es una alusión al último capítulo de San Juan.

CARACTER. Las tendencias manifestadas son predomi- nantemente apologéticas. Su entusiasmo por engrandecer la figu- ra de Jesús a los ojos de los paganos en el momento mismo de su pasión, le inspira expresiones comprometedoras, en las que no es fácil distinguir hasta dónde llega la buena voluntad y dónde empieza el influjo docético. Esto ha dado pie para que algunos interpretaran en este sentido algunos pasajes: v.gr., ού- τος δέ έσιώπα ώξ μηδέν πόνου Ιχων (ν.ιο): «Callaba como si no tuviera dolor alguno». Lo mismo ocurre con el v.19, en que, después de poner en boca de Jesús las palabras «Fuerza mía, fuerza mía, ¡tú me has abandonado!», se dice que άνελήφθη, bteralmente: «fué asumido».

Estas tendencias apologéticas atañen también a la persona de Pilato, a quien quiere librar de toda responsabilidad en la condenación de Jesús, cargándola sobre Herodes y los judíos. Con tal de conseguir esto, no duda en hacer del procurador romano un simple mandatario del tetrarca judío. Su aversión al pueblo hebreo le impulsa a reemplazar los soldados romanos por esbirros judíos en la faena de la crucifixión, haciendo in- tervenir a aquéllos únicamente en el momento de la resurrec- ción. Se manifiesta también clara su devoción por el Príncipe

2 Esta es la autorizada opinión de Vaganay, expresada en su completí- sima obra L'Evangile de Pierre (París, Gabalda 2ΐ93θ) ρ.8ι: «II pourrait bien s'étre inspiré surtout de l'histoire de Jésus, telle qu'on la racontait dans son milieu d'aprés nos quatre évangiles».

400

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

de los Apóstoles, cuyas negaciones omite y a quien siempre presenta como jefe de los demás discípulos (v.26 y 60).

COMPOSICION. Algunos críticos han querido encontrar rastros de nuestro apócrifo en los escritos extracanónicos más antiguos de la era cristiana, con lo que han pretendido fijar su composición en las primeras décadas del siglo II.

Se citan como lugares paralelos: San Ignacio, Ad Smyrn. 3,2 y Εν. P. v.6o; Ps. Bernabé, 5,9 y Εν. P. v.59-60; Ps. Bernabé, 5,11 y Εν. P. v.17; San Policarpo, Ad Philip, p.7,1 y Ευ. Ρ. 41-42. Todas estas supuestas analogías ofrecen puntos de contacto tan débiles, que no dan derecho sino a conclusiones puramente conjetu- rables.

El caso de San Justino merece mayor atención y ha sido más discutido. Se cita el Dial. 106,3. Alude este lugar a los άττομυη- μονεύματα αύτοΰ (de Pedro), en los que se narra cómo el Señor cambió de nombre a los apóstoles. Pero, con toda probabilidad, estas Memorias de Pedro no designan nuestro Evangelio de Pedro, sino el Evangelio de San Marcos, ya que este evangelista fué con- siderado por la tradición cristiana como discípulo e intérprete de Pedro 3. El paralelismo entre Apol. I 35,6 y Εν. P. v.6-7, si bien es sorprendente, no exige una dependencia necesaria del primero respecto del segundo, ya que está de por medio el texto de lo. 19,13, en el que cabe una interpretación inexacta. Cf. infra, nota al v.7.

No es, pues, fácil por este camino obtener datos seguros so- bre la data de nuestro apócrifo.

Sin embargo, la composición de los evangelios canónicos (finales s.I), de los que arguye dependencia manifiesta, y el tes- timonio de Serapión, obispo de Antioquía (190-21 1)4, son dos buenos jalones entre los que hay que situar necesariamente la composición. Estos términos deben aproximarse teniendo en cuenta que, por una parte, el Evangelio de San Juan necesitó algún tiempo para poder llegar a conocimiento de nuestro autor, y, por otra, Serapión, al referirse al Evangelio de Pedro, deja entre- ver que ya circulaba desde algún tiempo este apócrifo en la pe- queña comunidad de Rhossos.

Puede, pues, fijarse su fecha de composición hacia el 150 después de Cristo.

El lugar de origen debe encontrarse con mayor probabili- dad en Siria que en Egipto. Eso parece desprenderse del testi.

3 Así lo prueba el testimonio de Papías, citado por Eusebio (Hist. Eccl. III 39,15). Cf. también Tertuliano, Adv. Marc. 4,5. i Cf. Eusebio, Hist. Eccl. VI 12,2-6.

EVANGELIO DE PEDRO

401

monio de Serapión, si se tiene en cuenta que, fuera de la Didas- calía siriaca, no poseemos escrito alguno de la antigüedad que acuse influjo de nuestro apócrifo; lo cual hace pensar que no salió de las fronteras de su patria. Por otra parte, la devoción a San Pedro, el desconocimiento de Palestina y la aversión a los judíos dicen bien con un cristiano helenista de los alrededores de Antioquía.

Algunos críticos han querido recomponer la parte perdida de nuestro apócrifo con diversos escritos de la literatura cris- tiana: v.gr., Agrapha, fragms. evangélicos de Fayum y de Oxyrhyn- chus, Protoevangelio de Santiago, Ascensión de Isaías, Didascalía, Apocalipsis de Pedro, Evangelio de la Infancia publicado por M. R. James, etc. Pero todas estas tentativas no han venido a ser sino hipótesis lanzadas al aire 5.

Ediciones y versiones. U. Bouriant, Fragments du livre d'Enoch el de quelques écrits attribués a saint Fierre: MéMissCa IX i (París 1892) p.137- 142; A. Robinson and M. R. James, The Gospel according to Peter and the Revelation of Peter (London -1892); Λ. Lods, Evangelii secundum Petrum et Petri apocalypseos quae supersunt (Parisiis 1892); Η. B. Swete, The apo- cnphal Gospel of Peter. The greek text of the newly discovered fragment. II ed. with some corrections from the Ais. (London 1893); O. von Gebhardt, Das Evangelium und die Apokalypse des Petrus. Die neuentdeckten Bruch- stücke nach einer Photographie der Handschrift zu Gizeh in Lichtdruck heraus- gegeben (Leipzig 1893); A. Harnack, Bruchstücke des Evangeliums und der Apokalypse des Petrus: TU IX 2 (Leipzig 1893); J. Kunze, Das neue aufge- fundene Bruchstück des sogenannten Petrusevangeliums übersetzt und beurteilt (Leipzig 1893); A. Lods, L'Evangile et l'Avocalypse de Fierre avec le texte grec du livre d'Hénoch. Texte publié en fac-similé, par l'héliogravure d'aprés les photographies du manuscrit de Gizéh (París 1893); M. Lundborg, Det sk. Petrusevangeliet ett nyfunnet fragment urenfcrnkristligapokryf (Lund 1893); W. C. van Manen, Het Evangelie van Petrus, tekst en verta- ling (Leyden 1893); Ch. Meunier, L'Evangile selon saint Pierre, traduction francaise avec notes (París 1893); H. von Schubert, Das Petrusevangelium. Synoptische Tabelle nebst Uebersetzung und kritischen Apparat (Ber- lín 1893); Η. B. Swete, Εύαγγέλιον κατά Πέτρον. The Akhmím Fragment of the apocryphal gospel of St. Peter, edited with an introduction, notes and índices (London 1893); Th. Zahn, Das Evangelium des Petrus (Erlangen und Leipzig 1893); [W. R. Cassels], The Gospel according to Peter: a study by the author of iSupernatural Religión» (London 1894); J. M. S. Baljon, Het evangelie en de openbaring van Petrus, Textuitgaaf (Utrecht 1896); E. Preu- schen, Antilegomena (Giessen 21905) p. 15-20. 145-150; G. Rauschen : FlPa 3 (Bonnae 1905) p.47-58; A. Stülcken: HenneckeNA (21924) p.59-63 [v. germ.]; JamesNT (repr. 1953) p.90-94 [v. ingl.]; L. Vaganay: L'Evan- gile de Pierre (París, Gabalda 21930); G. Bonaccorsi, Vangeli Apocrifi I (Firenze 1948) p. 16-28.

Estudios. F. Cabrol, La découverte du manuscrit d' Akhmím: l'Evan- gile et l'Apocalypse de saint Pierre et le livre du prophéte Enoch: «Revue des

5 Cf. Vaganay, o.c. p. 181-196.

402

APÓCRIFOS DE LA PASION Y RESURRECCIÓN

Facultés catholiques de l'Ouest» (1893) p. 570-590; P. Chapuis, L'EvangUe et l'Apocalypse de Pierre: RThPh (1893) P-338-355; Funk, Fragmente des Evangeliums und der Apokalypse des Petrus: ThQ 75 (1893) 255-263. 266-277.349; 76 (1894) 324; J. R. Harris, A popular account of the newly- recovered Gospel of Peter (London 1893); Λ. Sabatier, L'EvangUe de Pierre et les Evangiles canoniques (París 1893); H. von Schubert, Die Composition des pseudopeirinischen Evangelienfragments (Erlangen und Leipzig 1893); H. von Soden, Das Petrusevangeliwn und die kanonische Evangelien: «Zeit- schrift für Theologie und Kirche» 3 (1893) 52-92; W. H. van de Sande Bakhuyzen, Het fragment van het evangelie van Petrus: «Verslagen en me- dedeel. d. Koninkl. Akad. van Wetensch. Afd. Letterkunde» III R., IX D. (1893) 329-358; D. Vólter, Petrusevangeliwn oder Aegypterevangelium? (Tübingen 1893); A. Wabnitz, Les fragments de Yévangile et de l'apoca- lypse de Pierre: RThQR (1893) 280-294.353-370.474-487; K. Manchot, Die neuen Petrus-fragmente: «Protestantische Kirchenzeitung» 6 (1893) i2Óss. ; H. Wilamowitz-Moellendorf, Conjecturen zu den Petrus-Fragmenten: «In- dex Scholarum von Gottingen» (Sommersemester 1893); J. Macpherson, The Gospel of Peter: ExpT 5 (1894) 556-561; G. Semepia, L'EvangUe de Pierre: RBi 3 (1894) 522-560; H. Kihn, Les découverts récents dans la pa- tristique des deux premiers siécles: «Compte rendu du troisiéme congrés scien- tifique des catholiques». Deuxiéme section: Sciences religieuses (Bruxel- les 1895) p. 190- 198; C!. Bruston, De quelques testes difficiles de l'Evangile de Pierre: REGr (1897) 58-65; E. Piccolomiw, Sul testo dei frammenú dell'Evangelo e dell' Apocalisse del Pseudo Pietro: «Rendiconti della Reale Accad. dei Lincei», Classe di scienze morali, storiche e filologiche, t.8 (1899) 389-404; V. H. Stanton, The Gospel of Peter, its history and cha- racter &: JThSt 2 (1900) 1-25; H. Usener, Eine Spur des Petrusevange- liums [en las actas de San Pancracio de Taormina]: ZtNW 3 (1902) 353-358; H. Stocks, Zum Petrusevangelium: NeuKiZt 13 (1903) 276-314.515-542; G. H. Turner, The Gospel of Peter: JThSt 14 (1913) 161-195; P. Gardner- Smith, The Gospel of Peter: JThSt 27 (1926) 255-71.401-407; Idem, The date of the Gospel of Peter: JThSt 27 (1926) n.107 y 108; E. Amann: SupDBi I (1928) col. 476-477; D. Bruyne, Deux citations apocryphes de Y Apotre Pierre: JThSt 34 (1933) 395ss. ; P. de Ambroggi. Apocrifi di S. Pietro: EnCat IX (1952) col.1421-1423.

EVANGELIO DE PEDRO

403

EVANGELIO DE PEDRO I

1. Pero de entre los judíos nadie se lavó las manos: ni Herodes ni ninguno de sus jueces. Y, al no quererse ellos la- var, Pilato se levantó.

2. Entonces el rey Herodes manda que se hagan cargo del Señor, diciéndoles: «Ejecutad cuanto os acabo de mandar que hagáis con él».

ΤΟ ΚΑΤΑ ΠΕΤΡΟΝ ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ (*) I

ι. Τ[ών] δέ Ιουδαίων ουδείς ένίψατο τάς χείρας, ουδέ Ηρώδης, ουδέ [ε]ίς [τ]ών κριτών αΰτοΰ. Κ [αϊ μή] βουληθέντων νίψασθαι, ανέστη Πειλατος.

2. Κα! τότε κελεύει Ηρώδης ό βασιλεύς τταρ[αλη]μφθήναι τον κύ- ριον, είττών αΰτοΐς ότι «όσα έκέλευσα ΰμϊν ττοιήσαι correó, ττοιήσατε».

(*) Este título no pertenece al fragmento en cuestión; está tomado de los testimonios antiguos referentes a este apócrifo (cf. supra, Evangelio de Pedro).

Reproducimos el texto publicado por Bouriant ( Fragments du texte grec du livre d'Enoch et de quelques écrits attribués a saint Pierre: MéMissCa IX i (París 1892) p. 137-142), siguiendo, por lo general, la interpretación y comen- tarios de Vaganay en su obra exhaustiva L'Evangile de Pierre (París 2 1930) p. 197-340. -

Nos atenemos a la división en versículos establecida por Harnack y con- servamos la división en capítulos original de Robinson, aunque para las citas utilizamos únicamente la primera. Para no multiplicar las llamadas, las notas van al pie de la página, precedidas sencillamente del número correspondiente a cada versículo, como en la sección I.

1. ούδέ [e]is [τ]ών]: Harnack ούδ'εϊ;; Bruston ούδέ έπέρωυ; Hilgenfeld ούδέ tic. βουληθέντων]: Gebhardt αύτών.— Κ[αί μή]: conjetura de Murray.— ΠΕΐλατο$: manuscrito Πειλάτης.

La manera de comenzar el fragmento indica que debía preceder inme- diatamente el lavatorio de Pilato, en conformidad con Mt. 27,24. Esto parece exigir también la partícula correlativa δέ y encaja, por otra parte, perfecta- mente en la mentalidad del autor, quien en el transcurso del relato quiere poner en contraste los escrúpulos del presidente romano frente a la perfidia de Herodes y de los judíos. La retirada de aquél, en vista de que éstos no quieren lavarse las manos, debe ser interpretada como una nueva protesta ^rrirpj-atoria de su conducta.

2. ττσρ[αλη]μφθήνσ>]: Lejay y Manchot prefieren leer τταρ[απτε]μφθηναι.

Los evangelios canónicos dan ya a Herodes el título de rey (Mt. 14,9; Me. 6,14), al par que el de tetrarca (Mt. 14,1; Le. 3,19; 9,7). El autor no

4¡M

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN" Y RESURRECCIÓN

II

3. Se encontraba allí a la sazón José, el amigo de Pilato y del Señor. Y, sabiendo que iban a crucificarle, se llegó a Pi- lato en demanda del cuerpo del Señor para su sepultura.

4. Pilato a su vez mandó recado a Herodes y le pidió el cuerpo (de Jesús).

5. Y Herodes dijo: «Hermano Pilato: aun dado caso que nadie lo hubiera reclamado, nosotros mismos le hubiéramos dado sepultura, pues está echándose el sábado encima y está escrito en la ley que el sol no debe ponerse sobre un ajusti- ciado». Y con esto, se lo entregó al pueblo (de los judíos) el día antes de los Azimos, su fiesta.

II

3. Ίστήκει δε έκεϊ Ιωσήφ, ό φίλος Πειλάτου και τοΰ κυρίου, και είδώς ότι σταυρίσκειν αυτόν μέλλουσιν, ήλθεν ττρός τόν Πειλατον και ήτησε τό σώμα του κυρίου ττρός ταφήν.

Και ό Πειλάτος ττέμψας ττρός Ήρώδην ήτησεν αύτοΰ τό σώμα.

Και ό Ηρώδης εφη· «Αδελφέ Πειλάτε, εΐ και μή τις αύτόν ήτή- κει, ήμεΤς αύτόν έθάτττομεν, έπε'ι και σάββατον έτπφώσκει· γέγραττταί γαρ έν τώ νόμω· "Ηλιον μή δΰναι επί πεφονευμένω». Κα! τταρέδωκεν αύτόν τώ λαώ ττρό μιας τών άζύμων, της έορτής αύτών.

titubea, aun a trueque de alterar la narración canónica, en hacer recaer la responsabilidad por la muerte de Jesús sobre Herodes, en descargo de Pi- lato. De esta tendencia se hacen también eco la Didascalía Siríaca (c.21), Actus Petri cum Simone (c.8) y Acta Andreae et Matthiae (II 26,1).

Las palabras de Herodes parecen dirigirse a los judíos; no a los soldados romanos, a quienes nuestro apócrifo no hace intervenir en todo el relato de la pasión.

3. Ιστήκει] = ε'ιστήκει. σταυρίσκειν]: Gebhardt y Wilamowitz prefieren σταυρώσειν, Blass σταυρώσαι.

Este José no es otro que el José de Arimatea de los canónicos, a quien se presenta con un rasgo nuevo : el de ser íntimo amigo de Jesús y a la vez de Pilato. Se encuentra presente, no por su condición (silenciada) de miembro del sanedrín, sino como un simple espectador.

Es curiosa la incoherencia de demandar a Pilato el cuerpo del Señor, sien- do así que no intervino, como acaba de decir, en la causa condenatoria.

4. Se considera a Herodes como jefe absoluto y a Pilato como mero in- termediario.

5. La fórmula έπεϊ και σάββατον έτπφώσκει está tomada probablemente de Le. 23,54 (καΐ σάββατον έττέφωσκεν), donde encaja muy bien, ya que el evangelista se refiere a la sepultura del Señor, que tuvo lugar el viernes al caer de la tarde. En cambio, aquí no puede tomarse en sentido literal, ya que se está aún en el proceso judicial, sino más bien en el sentido de que «echándose encima el sábado...»

EVANGELIO DE PEDRO

405

III

6. Y ellos, tomando al Señor, le daban empellones co- rriendo, y decían: «Arrastremos al Hijo de Dios, pues ha veni- do a caer en nuestras manos».

7. Después le revistieron de púrpura y le hicieron sentar sobre el tribunal, diciendo: «Juzga con equidad, rey de Israel».

8. Y uno de ellos trajo una corona de espinas y la colocó sobre la cabeza del Señor.

9. Algunos de los circunstantes le escupían en el rostro,

III

6. δέ λαβόντες τόν κύριον ώθουν αύτόν τρέχοντες και ελεγον «Συρώμεν τόν ulóv τοΰ Θεοΰ έξουσίαν αΰτοΰ έσχηκότες».

η. Καί ττορφύραν αύτόν ττεριέβαλον καί έκάθισαν αύτόν έτπ καθέ- δρσν κρίσεως λέγοντες- «Δικαίως κρίνε, βασιλεΰ τοΰ Ισραήλ».

8. Καί τις αυτών ένεγκών στέφανον άκάνθινον εθηκεν έτπ της κε- φαλής τοΰ κυρίου.

g. Και έτεροι έστώτες ένέπτυον αΰτοΰ ταϊς όψεσι, καί άλλοι τάς

La sentencia escriturística está tomada muy libremente de Deut. 21,23.

La «vigilia de los ázimos» corresponde al 14 de Nisán. Parece que esta determinación de tiempo va contra aquellos cristianos que mantenían la opi- nión de que Jesús había comido el cordero pascual el mencionado 14 de Nisán y había muerto al día siguiente.

Herodes entrega a Jesús en manos del pueblo judio, no de los esbirros romanos. Es una nueva reafirmación de la culpabilidad del primero.

6. αύτόν]: el manuscrito dice αύτών. El οϊ δέ se refiere evidentemente al αύτών del versículo anterior, esto es, a los judíos, no a los soldados romanos.

Este escarnio inferido a Jesús no consta en los evangelios canónicos. De- bía consistir en empujarle para que corriera, haciéndole caer después. Posi- blemente el autor se ha inspirado en el salmo 117, al que cita libremente con frecuencia.

7. ττεριέβαλον]: ms. ττεριεβαλλον.

Los evangelios canónicos (cf. Mt. 27,28ss.; Me. i5,i7ss.; Le. 23,nss.; lo. i9,2ss.) sitúan este episodio después de la flagelación, tormento al que no alude nuestro apócrifo.

Καί έκάθισαν αύτόν έτπ καθέδραν κρίσεως]. Esta expresión ha dado pie para que algunos pensaran que San Justino depende de nuestro apócrifo al decir: κα'ι γάρ, ώς φτεν 6 προφήτης, διασύροντες αύτόν έκάθισαν έτπ βήματος, κσ'ι είττον «κρίνον ή μΐ ν» (ΑροΚ I 35.6: PG 6,3 84c). Vaganay (ρ. 158SS.) opina que se trata más bien de una falsa interpretación de lo. 19,13 : ό ούν Πιλάτος... ήχαγεν έξω τόν Ίησούν, καί έκαθισεν έττί βήματος, tomando έκαθισεν transitivamente, esto es, le hizo sentar.

8. Cf. Mt. 27,29; Me. 15,17; lo. 19,2.

9. Cf. Mt. 26,67; 27,30; Me. 14,65; 15,19; lo. 18,22; 19,3.

Ταύτη *fj τιμή] podría recordar las palabras de Mt. 27,9: τήν τιμήν τοΰ τετιμημένου όν έτιμήσαντο από νΐών "Ισραήλ.

4 06

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

(mientras que) otros le daban bofetadas en las mejillas y otros le herían con una caña. Y había quienes le golpeaban diciendo: «Este es el homenaje que rendimos al Hijo de Dios».

iv ··/ 7v£

10. Después llevaron dos ladrones y crucificaron al Señor en medio de ellos. Mas él callaba como si no sintiera dolor alguno. ,

11. Y, cuando hubieron enderezado la cruz, escribieron encima: «Este es el rey de Israel».

12. Y, depositadas las vestiduras ante él, las dividieron en lotes y echaron a suerte entre ellos.

13. Mas uno de aquellos malhechores les increpó dicien-

σιαγόνας αύτοΰ έράτπσαν, έτεροι καλάμω ενυσσον αυτόν καί τίνες αύτόν έμάστιζον λέγοντες- «Ταύτη τη τιμή τιμήσωμεν τον υΐόν του Θεοΰ».

IV

ΙΟ. Κα; ήνεγκον δύο κακούργους καΊ έσταύρωσαν άνά μέσον αυτών τόν κύριον. Αύτός δέ έσιώττα ώς μηδέν ττόνον εχων.

ιι. ΚαΊ ότε ώρθωσαν τόν σταυρόν, έττέγραψαν δτι «ούτός εστίν ό βασιλεύς τοΰ Ισραήλ».

12. ΚαΊ τεθεικότες τά ενδύματα έμπροσθεν αύτοΰ, διεμερίσαντο καΊ λαχμόν έβαλον έττ'αύτοΐς.

13. ΕΙς δέ τις των κακούργων έκείνων ώνείδισεν αύτοϋς λέγων

ίο. μηδέν πόνον]. Así el manuscrito. Lods, Hilgenfeld, Robinson, Har- tel, corrigen μηδένα ir.; Preuschen μηδέ; Zahn μηδέν πόνου. Cf. Mt. 27,35.38; Me. 15,24.27; Le. 23,32-33; lo. 19,18. El término κακούργος aparece sólo en Le. 23,33.

No afirma taxativamente que Jesús no sintiera ningún dolor, sino que su actitud era como la del que no sufre nada. Parece, pues, que, lejos de ser éste un resabio docético, no es sino un trazo vigoroso que hace resaltar la gran- deza de ánimo que muestra Jesús durante su pasión.

11. ότε ώρθωσαν τ. σταυρόν]: el manuscrito οτιεωρθωσαν τ. σταυρών. Cf. Mt. 27,37; Me. 15,26; Le. 23,38; lo. 19,19-22.

El versículo da a entender que la inscripción (grabada directamente en el madero de la cruz) fué puesta por los mismos judíos. Así se explica el que diga βασιλεύς τοΰ Ισραήλ y no βασιλεύς των Ιουδαίων, que es la fiprmula usada por los evangelistas y atribuida a Pilato. La expresión profética rey de Israel estaba muy en boga entre el pueblo para designar al Mesías.

12. Cf. Mt. 27,35; Me. 15,24; Le. 23,34; 1°· '9. 23-24.

La repartición de las vestiduras, tal como aquí se narra, comprendió dos tiempos: j.1 distribución en lotes; b) sorteo de éstos. Esto da pie para pensar que nuestro texto se relaciona rr.ás con el salmo 21,19 que con los evange- lios canónicos.

13. Cf. Le. 23,39-43, donde ciertamente se ha inspirado el autor. Es

EVANGELIO DE PEDRO

407

do: «Nosotros sufrimos así por las iniquidades que hemos hecho; pero éste, que ha venido a ser el Salvador de los hombres, ¿en qué os ha perjudicado?»

14. Ε indignados contra él, mandaron que no se le que- braran las piernas para que muriera entre tormentos.

V

15. Era a la sazón mediodía, y la oscuridad se posesionó de toda la Judea. Ellos fueron presa de la agitación, temiendo no se les pusiera el sol pues (Jesús) estaba aún vivo , ya que les está prescrito que «el sol no debe ponerse sobre un ajus- ticiado».

16. Uno de ellos dijo entonces: «Dadle a beber hiél con vinagre». Y, haciendo la mezcla, le dieron el brebaje.

«Ημείς διά τά κακά ά έττοιήσαμεν, ούτω ττεττόνθαμεν ούτος δέ σωτήρ γενόμενος των ανθρώπων τί ήδίκησεν Ομάς;».

Ι4· Και αγανακτήσαντες Ιττ'αύτω έκέλενσαν ίνα μή σκελοκοττηθή, όπως βασανιζόμενος άποθάνοι.

V

15. τΗν δέ μεσημβρία και σκότος κατέσχε ττάσαν την Ίουδαίαν και έθορυβοΰντο και ήγωνιων μήττοτε ό ήλιος εδυ, επειδή έτι εζη· γέγραττταί (γαρ) αύτοϊς «ήλιον μή δϋναι έττΐ ττεφονευμένω».

ι6. Καί τις αύτών εΐττεν «Ποτίσατε αυτόν χολήν μετά δξους». Και κεράσαντες εττότισαν.

de notar, sin embargo, cómo el reproche del buen ladrón no se dirige a su compañero de maldades, como en la narración de San Lucas, sino al pueblo judío, a quien acusa públicamente de su crimen.

14. άποθάνοι]: Harnack y Preuschen corrigen άττοθάνη.

Cf. Ιο. 19.31-37· El autor se ha inspirado en este lugar, pero retoca el relato a su gusto. Nuestro apócrifo concibe el crurifragium como una atenua- ción de la pena, y así la conducta del buen ladrón merece el castigo de verse privado de él. Según San Juan, fué Jesús el único a quien no quebraron las piernas; y la razón fué el encontrarse ya muerto.

15. (yáp)]: añadido por Bouriant. έτι εζη]: viene suprimido por Picco- lomini.

Cf. Mt. 27,45; Me. 15,33; Le 23,44-45·

Los evangelistas hacen sobrevenir las tinieblas sobre foja ¡a tierra; nues- tro autor únicamente sobre Judea. Este retoque obedece seguramente a su deliberado propósito de dar a entender que fueron los judíos los únicos res- ponsables de la muerte del Señor.

16. Cf. Mt. 27,34.48; Me. 15,23.36; Le. 23,36; lo. 19,28-30.

408

APÓCRIFOS DE LA PASIÓX Y RESURRECCIÓN

17. Y cumplieron todo, colmando la medida de las ini- quidades acumuladas sobre su cabeza.

18· Y muchos discurrían (por allí) sirviéndose de linter- nas, pues pensaban que era de noche, y venían a dar en tierra.

19. Y el Señor elevó su voz, diciendo: « ¡Fuerza mía, fuerza (mía), me has abandonado!» Y, en diciendo esto, fué subli- mado (al cielo).

20. En aquel mismo momento se rasgó el velo del templo de Jerusalén en dos partes.

17. Και έπλήρωσαν πάντα και έτελείωσαν κατά της κεφαλής αύτών τά άμαρτήματα.

ι8. Περιήρχοντο δέ πολλοί μετά λύχνων νομίζοντες ότι νύξ εστίν, (και) έπέσαντο.

ig. Και ό κύριος άνεβόησε λέγων «Ή δύναμίς μου, ή δύναμίς (μου), κατέλειψάς με». Και ειπών άνελήφθη.

2θ. Και αύτής ώρας διεράγη τό καταπέτασμα του ναού της Ιερου- σαλήμ εις δύο.

Ι7· καϊ έτελείωσαν. ..]: Piccolomini propone esta otra lectura a base del salmo 7,17: έτελείωσαν (και) κατά της κεφαλής (αύτών κατέβησαν) αύτών τά άμαρτήματα.

ι8. (καΐ) έπέσαντο]. En el manuscrito se lee sólo έπέσαντο. No hay con- junción alguna que lo una con el verbo περιήρχοντο. Este está escrito sobre una raspadura de εστ. Los críticos han propuesto diversas correcciones. Unos añaden una partícula ilativa y cambian la ñnal : Schubert (καϊ) νομίζοντες ότι νύξ έστιν άνέττεσαν. τότε..; Gebhardt άνεπέσαντο. Otros cambian sólo la fi- nal: Redpath έξίσταντο; Bruston έσπεύσαντο; Piccolomini έστ'ιν μέση. Otros, finalmente, añaden una partícula ilativa sin cambiar el sentido del verbo final: Robinson έπεσαν τε; Swete τινές εέ έπέσαντο; Harnack καϊ έπέσαντο.

ΐ9· Cf. Mt. 27,46.50; Me. is.34-37; Le. 23,46; Ιο. 19,30.

Aunque la expresión «fuerza mía, fuerza mía», que reemplaza a) «Dios mío, Dios mío» de los evangelios canónicos, puede ser un índice de tenden- cias heterodoxas, bien puede explicarse también por una interpretación lite- ral del hebreo Heli (Ps. 22,2), que etimológicamente significa también «fuerza».

El término άνελήφθη reemplaza a las expresiones άφήκεν τό πνενμα (Mt.), έξέπνευσεν (Me. y Le), παρέδωκεν τό πνεΟμα (lo.), que significan la acción de expirar. Aunque es fácil descubrir en él un matiz docético, pudiera interpretarse también en sentido ortodoxo, refiriéndolo a la glorificación de Jesús obtenida por la pasión. Cf. Lo 9,51 : έγένετο έν τώ συμπληροΰσθαι τάς ήμέρας τής άναλήψεως αντοΟ. De hecho, Jesús muerto sigue siendo para nues- tro apócrifo ό κύριος w.2i y 24). Cf. Ev. de los Hebreos n.41.

20. αΟτήξ ώρας]: el manuscrito dice αυτοσωρας, error que Gebhardt co- rrige por αύτη τη ώρα, Harnack por αύτής της ώρας. La lección αύτης ώρας es de Robinson. -διεράγη]: con una sola p, fenómeno común en la koiné.

Cf. Mt. 27,51; Me. 15,38; Le. 23,45.

EVANGELIO DE PEDRO

toe

VI

21. Entonces sacaron los clavos de las manos del Señor y le tendieron en el suelo. Y la tierra entera se conmovió y sobrevino un pánico enorme.

22. Luego brilló el sol, y se comprobó que era la hora de nona.

23. Se alegraron, pues, los judíos y entregaron su cuerpo a José para que le diera sepultura, puesto que (éste) había sido testigo de todo el bien que (Jesús) había hecho.

24. Y, tomando el cuerpo del Señor, lo lavó, lo envolvió en una sábana y lo introdujo en su misma sepultura, llamada Jardín de José.

VI

21. Και τότε άττέσττασαν τους ήλους άττό των χειρών τοΟ κυρίου και Ιθηκαν αυτόν έττϊ τής γής. Kai ή γη πάσα έσείσθη καΐ φόβος μέγας έγένετο.

22. Τότε ήλιος έλαμψε, και ευρέθη ώρα ένατη.

23· Έχάρησαν δέ ol Ιουδαίοι και δεδώκασι τώ Ιωσήφ τό σώμα αύτοΰ ίνα αύτό Θάψη, επειδή θεασάμενος ήν όσα αγαθά έποίησεν.

24· Λαβών δέ τον κύριον έλουσε και είλησε σινδόνι καΐ είσήγαγεν εις ίδιον τάφον καλούμενον κήπον Ιωσήφ.

2ΐ. Lo que en los evangelios canónicos se reduce a una ligera indica- ción (Me. 15,46 y Le. 23,53: καθελών, lo. 19,38: ήρεν), aquí se describe con todo detalle.

La alusión a los clavos no figura expresamente en los evangelios canó- nicos ni al tratar de la crucifixión ni del descendimiento. Nuestro apócrifo se refiere únicamente a los clavos de las manos; ¿es que los pies no fueron fijados al patíbulo con tales instrumentos?

23. La alegría de los judíos obedece al hecho de no haber transgredido la ley, por cuanto Jesús había muerto ya antes de ponerse el sol (cf. v.15).

Cf. Mt. 27,58-60; Me. 15,45-46; Le. 23,53; lo. 19,39-42.

24. Que la tumba perteneciera a José, como aquí se afirma, no lo dicen los evangelistas, si bien San Juan y San Mateo lo dan a entender. Que es- tuviera situada en un jardín (κηπο$), lo dice San Juan (19,41).

410

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN* Y RESURRECCIÓN

VII

25. Entonces los judíos, los ancianos y los sacerdotes se dieron cuenta del mal que se habían acarreado a mismos y empezaron a golpear sus pechos, diciendo: « ¡Malditas nuestras iniquidades! He aquí que se echa encima el juicio y el fin de Jerusalén».

26. Yo, por mi parte, estaba sumido en la aflicción jun- tamente con mis amigos; y, heridos en lo más profundo del alma, nos manteníamos ocultos. Pues éramos hechos objeto de sus pesquisas como malhechores y como (sujetos) que pre- tendían incendiar el templo.

27. Por todas estas cosas, nosotros ayunábamos y está- bamos sentados, lamentándonos y llorando noche y día hasta el sábado.

VII

25. Τότε Ιουδαίοι και oi πρεσβύτεροι και oi ίερεϊς, γνόντες οίον κακόν έαυτοΐς εποίησαν, ήρξαντο κόπτεσθαι και λέγειν «Ούαί ταΐς αμαρ- τίας ημών ήγγισεν ή κρίσις καϊ τό τέλος Ιερουσαλήμ».

26. Έγώ δέ μετά των εταίρων μου έλυπούμην, και τετρώμενοι κατά διάνοιαν έκρυβόμεθα- έζητούμεβα γάρ ΰπ' αύτών ώς κακούργοι κα'ι ώς τόν ναόν Θέλοντες έμπρήσαι.

27· ΈτγΙ δέ τούτοις πάσιν ένηστεύομεν και έκα6εζόμεθα πενθοϋντες καϊ κλαίοντες νυκτός και ημέρας έ'ως του σαββάτου.

25· οΐ ιερείς: el manuscrito οιερεις. Cf. Le. 23,48.

Los comentarios de los dirigentes del pueblo ayudan al autor en su fin apologético. Semejantes lamentaciones se encuentran en los códices latinos Palatinus y Vercellensis de Le. 23,48 (cf. Agrapha n.12) y en otros manus- critos siríacos. Se hacen eco de ellas, además, el Ev. de los Hebreos (cf. n.40, cita de Haymon de Auxerre), y la recensión latina Β del Descensus Chrisli ad Inferes (c.i 1).

26. Es la primera vez que se presenta a mismo Pedro, el presunto autor de la narración, y lo hace en términos tales, que tanto su conducta como la de los compañeros aparece irreprochable. No alude a las negaciones. La acusación de destruir el templo es la dirigida contra Jesús (Me. 14,58; Mt. 26,61) y contra San Esteban (Act. 6,13-14), añadiendo aquí el detalle del incendio.

27. ένηστεύομεν]. Según consta por el Ev. de los Hebreos (n.17), San- tiago hizo voto de no probar bocado a partir de la última cena hasta que no se le apareciera el Señor resucitado. Nuestro apócrifo parece aludir al ayuno ininterrumpido que solían observar los primeros cristianos durante el Viernes y Sábado Santo. Cf. la carta de San Ireneo al papa Víctor sobre la celebración de la Pascua (Euseb., Hist. Eccl. V 24,12-13).

EVANGELIO DE PEDRO

411

VIII

28. Entretanto, reunidos entre los escribas, los fariseos y los ancianos, al oír que el pueblo murmuraba y se golpeaba el pecho diciendo: «Cuando a su muerte han sobrevenido se- ñales tan portentosas, ved si debería ser justo»,

29. los ancianos, pues, cogieron miedo y vinieron a pre- sencia de Pilato en plan de súplica, diciendo:

30. «Danos soldados para que custodien su sepulcro du- rante tres días, no sea que vayan a venir sus discípulos, le substraigan y el pueblo nos haga a nosotros algún mal, creyen- do que ha resucitado de entre los muertos».

31. Pilato, pues, les entregó a Petronio y a un centurión con soldados para que custodiaran el sepulcro. Y con ellos vinieron también a la tumba ancianos y escribas.

VIII

28. Συναχθέντες δέ oi γραμματείς και Φαρισαίοι και πρεσβύτεροι πρός αλλήλους, άκούσαντες ότι ό λαός άπας γογγύζει και κόπτεται τά στήθη, λέγοντες ότι· «Εί τω θανάτω αύτοΰ ταύτα τά μέγιστα σημεία γέγονεν, ΐδετε ότι πόσον δίκαιος έστιν».

29· Έφοβήθησαν oi πρεσβύτεροι και ήλθον πρός Πειλάτον δεόμενοι αύτού και λέγοντες-

3θ. «Παράδος ήμϊν στρατιώτας, ίνα φυλάξω [σιν] τό μνήμα αύτοΰ έπι τρεις ήμ[έρας], μήποτε έλθόντες oi μαθηταϊ αύτού κλέψωσιν αύτόν, κα'ι ύπολάβη ό λαός ότι έκ νεκρών άνέστη, κα'ι ποιήσωσιν ήμΐν κακά».

31. Ό δέ Πειλάτος παραδέδωκεν αύτοΐς Πετρώνιον καϊ κεντυρίωνα μετά στρατιωτών φυλάσσειν τόν τάφον- και σύν αύτοίς ήλθον πρεσβύ- τεροι και γραμματείς επί τό μνήμα.

28. ε! τω θανάτω: Piccolomini : εϊ (έπί) τω 0. δτι πόσον] : Diels corrige όπόσον.

Cf. Mt. 27,62; Le. 23,47-48; Ιο. 7,31-32.

2g. πρεσβύτεροι]: Parece ser una repetición innecesaria del sujeto expresado en el versículo anterior.

30. φυλάξω(σιν)]: ms. φυλάξω. Bouriant, Harnack y Swete corrigen φυλάξωμεν.

Cf. Mt. 27,64.

31. παραδέδωκεν]: Zahn corrige τταρέδωκεν. στρατιωτών]: manuscrito στρατιωτών.

Cf. Mt. 27,65-66.

En cuanto al nombre de Peironio dado al centurión, los críticos piensan generalmente que no es sino un pseudónimo inventado por el propio redactor. Swete y Robinson creen que tal pseudónimo vendría a significar simple- mente «discípulo de Pedro». Vaganay prefiere ver en él una designación del olicio, dándole la significación de «encargado de vigilar la piedra».

412

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

32. Y, rodando una gran piedra, todos los que allí se encontraban presentes, juntamente con el centurión y los sol- dados, la pusieron a la puerta del sepulcro.

33. Grabaron además siete sellos y, después de plantar una tienda, se pusieron a hacer guardia.

IX

34. Y muy de mañana, al amanecer el sábado, vino una gran multitud de Jerusalén y de sus cercanías para ver el se- pulcro sellado.

35. Mas durante la noche que precedía al domingo, mien- tras estaban los soldados de dos en dos haciendo la guardia, se produjo una gran voz en el cielo.

36. Y vieron los cielos abiertos y dos varones que bajaban de allí teniendo un gran resplandor y acercándose al sepulcro.

32. Kai κυλίσαντες λίθον μέγαν μετά τοΰ κεντυρίωνος κα'ι τών στρα- τιωτών όμοΰ πάντες ol όντες έκεϊ εθηκαν επί τη θύρα του μνήματος.

33· Kai έττέχρισαν έτττά σφραγίδας και σκηνήν εκεί πήξαντες έφύ- λαξαν.

IX

34· Πρωίας δέ έτπφώσκοντος τοΰ σαββάτου, ήλθεν όχλος άττό Ιε- ρουσαλήμ και της περιχώρου, ίνα 'ίδωσι τό μνημεΐον εσφραγισμένον.

35· Τη δέ νυκτί ή επέφωσκεν ή κυριακή, φυλασσόντων τών στρα- τιωτών ανά δύο δύο κατά φρουράν, μεγάλη φωνή Ιγένετο έν τω ούρανω,

36. και είδον άνοιχθέντας τούς ούρα[ν]ούς και δύο άνδρας κατελ- θόντας έκεΐθεν πολύ φέγγος έχοντας και έγγίσαντας τω τάφω.

32. μετά τοΰ κ.]: Así corrige Harnack el manuscrito que dice: κατά τοΰ κ. όμοΰ]: ms. ομοι.

Cf. Mt. 27,60.66; Me. 15,46.

El apelativo de grande que se da a la piedra figura también en varios manuscritos de San Mateo.

33. έπέχρισαν]: ms. επεχρεισαν.

A esta guardia, formada por soldados romanos y autoridades judías, alu- día también el Ev. de los Hebreos (cf. n.17 y 54).

34. Nuestro apócrifo intenta reunir cuantos testigos puede para cons- tatar mejor el hecho de la resurrección.

35. ή κυριακή]: Esta expresión es desconocida en los evangelios canó- nicos. Se encuentra en Ap. 1,10; Didaché 14,1 : San Ignacio, Ad Magnes. 9,1. ανά δύο δύο]: redundancia en sentido distributivo.

36. άνοιχθέιτας]: ms. ανοιχθεντεζ. έκεί9εν]: ms. εκειθε; Piccolomini έκεϊσε. Cf. Mt. 28,2-3.

En los dos varones, algunos han querido ver a Moisés y Elias (Nestle). Se trata más bien de ángeles. Es de notar que a éstos se les presenta fre-

EVANGELIO DE PEDRO

413

37. Y la piedra aquella que habían echado sobre la puer- ta, rodando por su propio impulso, se retiró a un lado, con lo que el sepulcro quedó abierto y ambos jóvenes entraron.

X

38. Al verlo, pues, aquellos soldados, despertaron al cen- turión y a los ancianos, pues también éstos se encontraban allí haciendo la guardia.

39. Y, estando ellos explicando lo que acababan de ver, advierten de nuevo tres hombres saliendo del sepulcro, dos de los cuales servían de apoyo a un tercero, y una cruz que iba en pos de ellos.

40. Y la cabeza de los dos (primeros) llegaba hasta el cielo, mientras que la del que era conducido por ellos sobre- pasaba los cielos.

37. Ό δέ λίθος εκείνος ó βεβλημένος επί τη θύρα άφ' εαυτού κυλισ- βείς έπεχώρησε παρά μέρος και ό τάφος ήνοίγη και αμφότεροι οί νεανίσ- κοι είσήλβον.

Χ

38. Ίδόντες οΰν οί στρατιώται εκείνοι έξύττνισαν τόν κεντυρίωνα και τούς πρεσβυτέρους· παρήσαν γάρ καϊ αύτοί φυλάσσοντες.

39« Καϊ έξηγουμένων αύτών ά εΐδον, πάλιν όρώσιν εξελθόντος από τοΰ τάφου τρεις άνδρας και τους δύο τον ενα ϋπορθοϋντας καϊ σταυρόν άκολουθοΰντα αύτοϊς,

4θ. καϊ των μεν δύο την κεφαλήν χωρούσαν μέχρι τοΰ ούρανού, τοΰ δέ χειραγωχουμένου ύπ'αύτών ύπερβαίνουσαν τούς ούρανούς.

cuentemente en la Sagrada Escritura con el nombre de varones o de jóvenes (cf. Le 24,4; Act. 1,10). En el versículo siguiente se les llama νεανίσκοι.

37. λίθος]: ms. λειθος. - έπεχώρησε]: Robinson corrige υπεχώρησε; Har- nack άνεχώρησε; Gebhardt απεχώρησε. ήνοίγη]: ms. ενοιγη.

Se trata de la misma piedra que antes hubieron de arrimar con tanto es- fuerzo.

38. Nuestro apócrifo tiene buen cuidado de repetir y subrayar que estaban presentes las autoridades judías, para hacerlas testigos del milagro de la resurrección.

39. όρώσιν]: ms. ορασνι. έξελθόνταξ]: ms. εξελθόντες.

Esta imagen de Jesús acompañado de dos ángeles hace recordar la adi- ción del códice Bobbiensis a Me. 16,4 (cf. Agrapha n.n). La presencia de la cruz ambulante no parece ser sino un símbolo de la victoria de Cristo sobre la muerte (Vaganay, p.299). Resch quiere ver aquí la aplicación del agraphon citado por Ps. Bernabé 12,1 (cf. Agrapha n.36).

40. χειραγωγονμένου]: ms. χειρατωτουμενον.

La talla descomunal de Cristo resucitado entre dos ángeles gigantes es

41-i

\P<kRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

41. Y oyeron una voz proveniente de los cielos qüe decía: «¿Has predicado a los que duermen?»

42. Y se dejó oír desde la cruz una respuesta: «Sí».

XI

43. Ellos entonces andaban tratando entre de marchar y de manifestar esto a Pilato.

44. Y, mientras se encontraban aún cavilando sobre ello, aparecen de nuevo los cielos abiertos y un hombre que baja y entra en el sepulcro. ,

45. Viendo esto los que estaban junto al centurión, se apresuraron a ir a Pilato de noche, abandonando el sepulcro que custodiaban. Y, llenos de agitación, contaron cuanto habían visto, diciendo: «Verdaderamente era Hijo de Dios».

46. Pilato respondió de esta manera: «Yo estoy limpio de la sangre del Hijo de Dios; fuisteis vosotros los que lo quisis- teis así».

41. Και φωνής ήκουον έκ τών ουρανών λεγούσης- «Έκήρυξας τοις κοιμωμένοις;»

42. Και υπακοή ήκούετο άιτό του σταυρού ότι- «Ναί».

XI

43· Συνεσκέπτοντο οϋν άλλήλοις εκείνοι άττελθεΐν και ένφανίσαι ταύ- τα τω Πειλάτω.

44· Κα'ι ετι διανοουμένων αύτών, φαίνονται πάλιν άνοιχθέντες οί ουρανοί και άνθρωπος τις κατελθών και είσελθών εις τό μνήμα.

45· Ταΰτα ίδόντες οί περί τόν κεντυρίωνα νυκτός έσπευσαν πρός ΤΤειλάτον αφέντες τόν τάφον δν έφύλασσον και έξηγήσαντο πάντα άπερ είδον άγωνιώντες μεγάλως και λέγοντες- «Αληθώς υιός ήν Θεοΰ».

46. Αποκριθείς ό Πειλατος έφη- «Έγώ καθαρεύω του αίματος τοΰ υ'ιοϋ τοΰ θεοΰ- ϋμϊν δέ τοΰτο έδοξεν».

una manera burda de dar realce a su divinidad. Cf. Pastor de Hermas aim.IX 6.1.

41. φωνή$]: ms. φωνη. κοιμωμένοΐξ]: ms. κοινωμενοι;.

Cf. Eph. 4,9; 1 Petr. 3,19; 4,6; San Ignacio, Ad Magues. 9,3; Pastor de Hermas sim.IX 16,5.

42. ότι· «Ναί»]: ms. τιναι; Gebhardt τό ναί. 44. κατελθών]: ms. κατελθον.

45· κεντυρίωνα]: ms. κεντυρωνα. άγωνιώντε$]: ms. αττανιωντεξ. Cf. Mt. 28.11; Me. 15,39·

El episodio tiene lui>ar de noche (vuktós), de acuerdo con lo dicho en el v.35.

46. Ομϊν]: ms. ημιν.

Este versículo, que parece' ser un eco de Mt. 27,24, viene a sintetizar la tesis de nuestro apócrifo: inocencia de Pilato y culpabilidad de los judíos

EVANGELIO DE PEDRO

415

47. Después se acercaron todos y le rogaron encarecida- mente que ordenara al centurión y a los soldados guardar se- creto sobre lo que habían visto.

48. «Pues es preferible decían ser reos del mayor cri- men en la presencia de Dios, que caer en manos del pueblo judío y ser apedreados».

49. Ordenó, pues, Pilato al centurión y a los soldados que no dijeran nada.

XII

50. A la mañana del domingo, María la de Magdala, dis- cípula del Señor atemorizada a causa de los judíos, pues es- taban rabiosos de ira, no había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por sus muertos queridos ,

51. tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en que había sido depositado.

47. Είτα ττροσελθόντες πάντες έδέοντο αύτοΰ καϊ παρεκάλουν κε- λεΟσαι τω κεντυρίωνι και τοις στροτπώταις μηδενί είπεϊν ά είδον.

48. «Συμφέρει γαρ», φασίν, «ήμΐν όφλήσαι μεγίστην άμαρτίαν έμ- προσθεν τοΟ θεοΰ και μή έμπεσεΐν εις χείρας τοΰ λαοΟ των Ιουδαίων καϊ λιθασθήναι».

49· Έκέλευσεν ουν ό Πειλάτος τω κεντυρίωνι καϊ τοις στρατιώταις μηδέν ειπείν.

XII

50. "Ορθρου δέ τής Κυριακής Μαριάμ ή Μαγδαληνή μαθήτρια τοΰ κυρίου— φοβούμενη δια τους Ιουδαίους, έττειδή έφλέγοντο υπό της οργής, ουκ έττοίησεν Ιττί τω μνήματι του κυρίου ά εϊώθεσαν ποιεΐν αί γυναίκες επί τοις άποθνήσκουσι καϊ τοις άγαπωμένοις αύταϊς— .

51. λαβοΰσα μεθ'έαυτής τάς φίλας, ήλθε έττί τό μνη μείον διτου ή ν τεθείς.

47· *αί τταρεκάλουν]: ms. καιπερεκαλουν.— κεντυρίωνι] : ms. κεντυριων.— μηδενϊ]; ms. μηδέν, conservado por Piccolomini, quien suprime δ είττον. Cf. Mt. 28,12-13·

49. τω κεντυρίωνι]: ms. τωνκεντυριον.

5θ. όρθρου]: ms. ορθού. Μαγδαληνή]: ms. Μαγδαλινη.

Este paréntesis atormentado ha suscitado diversas tentativas de esclare- cimiento: Robinson antepone ήτι$ a φοβούμενη, Vvilamowitz ή; Piccolomi- ni, en cambio, pospone yáp.

51. Cf. Mt. 28,1; Me. 16,1-2; Le. 24,1. 10; lo. 20,1.

416

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

52. Mas temían no fueran a ser vistas por los judíos y decían: «Ya que no nos fué posible llorar y lamentarnos el día aquel en que fué crucificado, hagámoslo ahora por lo menos cabe su sepulcro.

53. Pero, ¿quién nos removerá la piedra echada a la puer- ta del sepulcro, de manera que, pudiendo entrar, nos sentemos junto a él y hagamos lo que es debido?

54. Pues la piedra era muy grande y tenemos miedo no nos vaya a ver alguien. Y si (esto) no nos es posible, echemos al menos en la puerta lo que llevamos en memoria suya; llore- mos y golpeémonos el pecho hasta que volvamos a nuestra casa».

XIII

55. Fueron, pues, y encontraron abierto el sepulcro. Y en esto ven allí un joven sentado en medio de la tumba, hermoso y cubierto de una vestidura blanquísima, el cual les dijo:

52. Και έφοβούντο μή ίδωσιν αύτάς Ιουδαίοι και ελεγον «Εί και μή έν εκείνη τη ήμέρα έσταυρώθη έδυνήθημεν κλαύσαι και κόψασθα», καν νΟν έτπ του μνήματος αυτού ττοιήσωμεν ταΟτα.

53· Τίς δε άττοκυλίσει ήμΐν κα'ι τόν λίθον τον τεθέντα έτπ της θύρας τοΰ μνημείου, ϊνα είσελθοΰσαι τταρακαθεσθώμεν αύτω καΐ ττοιήσωμεν τα οφειλόμενα;

54· Μέγας γαρ ήν ό λίθος και φοβούμεθα μή τις ήμας ϊδη. Κα'ι εί μή δυνάμεθα, κάν επί της θύρας βάλωμεν ά φέρομεν εις μνημοσύνην αυτού, κλαύσωμεν καϊ κοψώμεθα εως ελθωμεν είς τόν οίκον ημών».

XIII

55· Καϊ άπελθοΰσαι εΰρον τόν τάφον ήνεωγμένον καϊ προσελθοΰσαι τταρέκυψαν έκεΐ καϊ όρώσιν έκεΐ τινα νεανίσκον καθεζόμενον (έν) μέσω τοΰ τάφου ώραΐον και περιβεβλημένον στολή ν λαμττροτάτην, όστις έφη αϋταίς·

52. κάν]: ms. και. La corrección es de Harnack.

53. ήμϊυ καϊ]: Piccolomini añade άποθήσει. Cf. Me. 16,3.

54. κλαύσωμεν καϊ κοψώμεθα]: así Harnack; ms. κλανσομεν και κοψομεθα; Piccolomini κλαύσομεν (δέ) καϊ κοψόμεθα.

Cf. Me. 16,4.

55· κ. άττελ9οΰσαι]: Kunze corrige καϊ έπελθοΰσαι. - έν]: añadido por Geb- hardt.

Cf. Mt. 28,3; Me. 16,4-5; Le. 24,2-5; lo. 20,1.11-12.

EVANGELIO DE PEDRO

417

56. «¿A qué habéis venido? ¿A quién buscáis? ¿Por ven- tura, a aquel que fué crucificado? Resucitó ya y se marchó. Y, si no lo queréis creer, asomaos y ved el lugar donde yacía. No está, pues ha resucitado y ha marchado al lugar aquel de donde fué enviado».

57. Entonces las mujeres, aterrorizadas, huyeron.

XIV

58. Era a la sazón el último día de los Azimos y muchos partían de vuelta para sus casas una vez terminada la fiesta.

59. Y nosotros, los doce discípulos del Señor, llorábamos y estábamos sumidos en la aflicción. Y cada cual, apesadum- brado por lo sucedido, retornó a su casa.

60. Yo, Simón Pedro, por mi parte, y Andrés, mi hermano, tomamos nuestras redes y nos dirigimos al mar, yendo en nues- tra compañía Leví el de Alfeo, a quien el Señor.. .

56. «Tí ήλθατε; τίνα ζητείτε; μή τόν σταυρωθέντα εκείνον; ανέστη και άττήλθεν. Ει δέ μή πιστεύετε, παρακύψατε και ΐδατε τόν τόπον ενθα εκείτο ότι ουκ εστίν, ανέστη γαρ κα'ι άπήλθεν έκεϊ όθεν απεστάλη».

5~· Τότε αΐ γυναίκες φοβηθεΐσαι έφυγον.

XIV

58. ΤΗν δέ τελευταία ημέρα των άζύμων και πολλοί τίνες έξήρχοντο ύποστρέφοντες εις τους οίκους αύτών της εορτής παυσαμένης.

59· ' Ημείς δέ οΐ δώδεκα μαθηταΐ τοΰ κυρίου έκλαίομεν και έλυπού- μεθα καϊ έκαστος λυπούμενος δια τό συμβάν απηλλάγη εις τόν οίκον αϋτοϋ.

6ο. Έγώ δέ Σίμων Πέτρος και Ανδρέας ό αδελφός μου λαβόντες ήμών τά λίνα άπήλθαμεν εις τήν θάλασσαν καϊ ην συν ήμΐν Λευείς ό τοΰ Άλφαίου δν (ό) κύριος...

56. τί]: sic Bouriant; ms. ανταιοτι.

Cf. Mt. 28,5-7; Me. 16,6-7; Le. 24,5-7; lo. 20,13.15.

57. φοβηθεΐσαι]: ms. φοβηθείς.

Cf. Mt. 28,8; Me. 16,8; Le. 24,8-11; Io.20.18.

58. τταυσαμένης]: ms. πανσαμινηξ. 59- Cf. Mt. 28,16.

60. (ó)]: añadido por Robinson. Cf. lo. 21,1-3.

t"r. apócrifos

2. CICLO DE PILATO

Bajo este título pretendemos incluir la literatura apócrifa relativa a la pasión, resurrección y bajada a los infiernos, en que el nombre del procurador romano Poncio Pilato ocupa un lu- gar destacado.

Ya se acusaba en el Evangelio de Pedro la tendencia a amino- rar la responsabilidad de este personaje en lo tocante a la con- denación de Cristo, haciendo gravitar la culpa sobre Herodes y los judíos. Esta actitud favorable a Pilato, genuinamentc orien- tal, sube aquí de punto, llegándose a encontrar documentos en que se le presenta como un verdadero mártir. Son raras las pie- zas de origen oriental en que no aparece claramente marcado este carácter tendencioso, de la misma manera que son tam- bién raras las narraciones occidentales en que no se presenta a Pilato como una figura despreciable, haciendo cargar las tintas sobre su condición caprichosa y pusilánime.

Pero el papel de Pilato suele tener en estas narraciones un cometido altamente apologético. Se le considera, según la apre- ciación de Bardenhewer l, no como un mero representante de la justicia romana o como un punto de referencia puramente temporal en orden al encuadramiento histórico del drama de la pasión, sino más bien como testigo autorizado de los hechos portentosos que prueban los orígenes divinos del cristianismo.

El alumbramiento de esta literatura tuvo lugar en época muy remota, probablemente a finales del siglo I y principios del II, si bien las piezas que han llegado hasta nosotros no son más que refundiciones posteriores 2. Hay que suponer también que al núcleo primigenio se le han ido añadiendo en el de- curso de los tiempos otras narraciones apendiculares, con la pretensión de desarrollar algunos puntos meramente esbo- zados en él.

1 BardenhewerGAL (2i9i3) p.543.

2 Este núcleo primitivo debió conocerse indistintamente por el nombre de Acta Sahiatoris o por el que se nos ha conservado en la recensión griega de los actuales Acta Pilati: "Υπομνήματα τοΰ Κυρίου ήμών Ιησού Χρίστου πραχθέντα éirl Ποντίου Πιλάτου.

CICLO DE PILATO

419

San Justino, que escribió sus apologías alrededor del año 150, demuestra haber conocido por entonces ciertas Actas de Pondo Pilato, ya que a ellas se refiere para confirmar el hecho histórico de la división de las vestiduras que tuvo lugar después de la cru- cifixión de Cristo 3 y el cumplimiento de la profecía de Is. 35,6 4. Al citar San Justino estas actas, podría referirse a una obra en concreto escrita por algún cristiano sobre este particular, o, si se quiere, esta cita sería una simple alusión a los archivos impe- riales de Roma, donde se encontrarían las actas de Pilato rela- tivas al proceso Llevado a cabo contra Jesús. Algunos piensan que este testimonio de San Justino se reduce a una simple con- jetura sobre la existencia de tales actas. Sin embargo, el tenor de las frases parece acreditar explícitamente su existencia. Ya en su apología primera (c.34) se había referido en términos pa- recidos a las tablas del censo de Quirino para confirmar el ori- gen betlemítico de Cristo.

Tertuliano, por su parte, menciona en su Apologeticum (es- crito hacia el a. 200) una relación que hizo Pilato acerca de la pasión de Cristo, dirigida al césar Tiberio -\ Algunos pretenden restar valor a este testimonio, arguyendo su dependencia con relación a San Justino. Parece indudable, sin embargo, que Ter- tuliano tuvo entre manos, o por lo menos conoció, algún escrito de Pilato dedicado al emperador, escrito que muy bien puede supervivir bajo alguna de las diversas formas en que hoy po- seemos tal relación. De hecho, la contextura de los datos con- signados por Tertuliano en este lugar es muy parecida a la de aquellos que refieren los Acta, hasta el punto de que muchos han lanzado la hipótesis, un tanto caprichosa, de que el autor de éstos se ha inspirado en el Apologeticum.

Finalmente, es incontestable el hecho de que hacia el año 311 ó 312, en plena persecución anticristiana, bajo el empe- rador Maximino Daza, circularon unas Actas de Pilato calum- niosas en extremo para Jesús. Así nos lo confirma el testi-

3 Kcci μετά το σταυρώσαι αύτόν, εβαλον κλήρου έττί τόν ιματισμού αύτοϋ, καΐ έμερίσαντο έαυτοϊ; οϊ σταυρώσαντεξ αυτόν. Κα! ταϋτα πάντα ότι γέγονε, δύνασθε μαθεϊν έκ «των έττ; Ποντίου Πιλάτου γενομένων άκτων» (Apol. I 35 : PG 6,384 C).

4 Ότι δέ ταϋτα έποίησεν, έκ «τών έπΐ Ποντίου Πιλάτου γενομένων άκτων» μαθεϊν δύνασθε (Apol. I 48: PG 400 C).

5 «Ea omnia super Christo Pilatus, et ipse iam pro sua conscientia christianus, Caesari tum Tiberio nuntiavit» (Apologet. 21: PL 1,461 A). Cf., además, Apologet. 5, donde afirma que Tiberio, conmovido por la re- lación de Pilato, quiso incluir a Jesús entre los dioses romanos, pero que el Senado no se lo consintió. La carta de Tiberio a Abgaro de Edesa, citada por Moisés de Chorene (Hist. de Armenia II c.33), da cuenta de este mismo episodio y cita la relación de Pilato.

420

AI'ÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

monio de Eusebio de Cesárea 6. Esto dió motivo para que surgieran unas nuevas Actas, o Memorias del Salvador, de cuño cristiano, recordadas por San Epifanio al escribir su Panarion en el año 376 7.

Los testimonios posteriores de Orosio, en el siglo V 8, y de Gregorio de Tours, en el siglo VI 9, parecen confirmar la hipó- tesis de una ulterior refundición de las primitivas Actas de Pilato. Esta refundición posterior es la que ha llegado a nuestras ma- nos bajo el título recentísimo de Evangelio de Nicodcmo.

A) ACTAS DE PILATO (O EVANGELIO DE NICODEMO)

El llamado Evangelio de Nicodemo comprende dos piezas lite- rarias perfectamente independientes entre sí: una, a la que pro- piamente corresponde el nombre de Acta Pilati según el título griego, y otra segunda, a la que se ha venido en denominar Descensus Christi ad Inferos, a falta de título original.

El nombre de Evangelio de Nicodemo se refiere a las dos pie- zas simultáneamente y es muy tardío. Sólo aparece en algunos manuscritos latinos posteriores al siglo X, que incluyen las dos piezas como partes de un todo. Ni en los códices griegos ni en el antiquísimo intérprete copto se encuentra una alusión a tal título. Mas, a partir de Vicente de Beauvais 10 y de Jacobo de Vorágine n, esta denominación se hace corriente.

Todo esto hace creer, según la opinión general, que tanto el título de Evangelium Nicodemi como la unión de las dos partes antedichas se deben a un autor de la época carolingia, que se fió demasiado de cierta alusión adicional a Nicodemo que se encuentra en el prólogo de Acta Pilati.

·> Οΰκοΰν σαφώς άπελήλεγκται τό πλάσμα των κατά του Σωτήρος ημών υπομνή- ματα χθές καΙ πρώην διαδεδωκότων έν oís πρώτος αυτός ό της παρασημειώσεως χρόνος τών πεπλακότων άπελέγχει τό ψεΰδος (Hist. Eccl. I 9.3 : PCt 20,Ιθ8). Cf., ade- más, I 9.51; IX 7·1· IX Ι!>9· Eusebio se refiere también (Hist. Eccl. II 2,i) a cierta relación de los milagros de Jesús enviada por Pilato a Tiberio, pero en esto depende probablemente de Tertuliano.

I "Ετεροι δέ έξ αϋτών, τήν αύτήν μίαν ήμέραν άγοντες, καΐ τήν αύτήν μίαν ήμέραν νηστεύοντες, καΐ τά μυστήρια έπιτελοΰντες, άπό τών "Ακτών δήθεν Πιλάτου αϋχοϋσι τήν άκρίβειαν εϋρηκέναι, έν οίς έμφέρεται, τή πρό οκτώ Καλανδών Άπριλλίων τόν Σωτήρα πεπονθέναι (Haeres. ζΟ,ΐ: PG 4 1 .885 Β).

8 Hist. VII 4.

9 Hist. Francorum I 21.24.

\ Ρ Speculwn Hist. 1.8 0.57-63·

I I Hist. Lombardica 0.54.

ACTAS DE ΡΠΑΤΟ

421

La independencia de las dos piezas entre no ofrece duda al- guna después del concienzudo estudio de Tischendorf 12.

De los doce códices que este eminente critico empleó para su edición, sólo dos o tres contienen la segunda parte, que viene asimismo omitida por el intérprete copto. Gregorio de Tours, a su vez, manifiesta no conocer más que la primera parte, re- firiéndose a ella con el título de Gesta Pilati 13.

Además, la mayor parte de los manuscritos griegos y el in- térprete copto cierran la narración de la primera parte con vina conclusión propia, como si se tratara del final de la obra. A esto se añade el que el argumento de la segunda parte ofrece uni- dad y consistencia por mismo, aun cuando se le considere desglosado de la anterior.

El primer códice en que aparecen ambas piezas juntas es el Einsidlensis, probablemente de data anterior al siglo X.

El influjo que han ejercido estas dos narraciones en la icono- grafía cristiana ha sido enorme. Se hace sentir ya a partir del siglo V, cuando a los artistas se les ofrece ocasión de inspirarse en ciertas tradiciones apócrifas sin menoscabo de la autoridad debida a las narraciones evangélicas.

Los motivos que más frecuentemente han quedado plasma- dos en el arte figurativo son los contenidos en el episodio de Longinos (Acia Pilati ció) y en el de la entrada de Jesús en los infiernos (Descensiis c.5 [21] sobre todo).

El cuadro que nos presentan los artistas antiguos en relación con este último episodio es de lo más animado y sugestivo. El infierno viene figurado como una caverna tenebrosa sepultada bajo las montañas. En ella aparecen en primer lugar los ánge- les, que encadenan a Beelzebú, príncipe de los demonios, y per- siguen con lanzas a sus satélites. Luego se deja ver una multitud de hombres desnudos y aherrojados que elevan hacia el cielo su mirada suplicante. En el centro aparece Cristo circundado de una luz deslumbrante, teniendo a sus pies las puertas del infier- no y sus cerrojos hechos añicos, y alargando su mano derecha a Adán y su izquierda a Eva. El Precursor señala con su dedo a Cristo, y a su lado se encuentran los profetas David, Jonás, Isaías y Jeremías, que ostentan en sus sienes sendas aureolas y coronas 14.

12 Evangelia Apocrypha (Lipsiae 21876) p.LIVss.

13 Hist. Francorum Le

14 En los comentarios procuraremos dar noticia pormenorizada de los monumentos más interesantes. Cf. H. Leclercq: DACHEL I (1924) C0I.2575SS.

122

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Parte I («Acta Pilati»)

Se compone de dieciséis capítulos de carácter predominan- temente apologético. Se hace valer el testimonio de Pilato e in- cluso de los mismos judíos en favor de la inocencia y divinidad de Jesús. Los capítulos i-ii describen el prendimiento y cruci- fixión. Los restantes hasta el capítulo 16 exponen los debates ha- bidos en el sanedrín acerca de la resurrección de Jesús.

A pesar de que para algunos críticos, como Mommsen, es un enigma la fecha de composición de Acta Pilati 15, Tischen- dorf no duda en afirmar la identidad substancial entre estas ac- tas y las citadas por San Justino lf>, sin negar por esto una inter- polación posterior, que debió tener lugar en alguna de las fechas señaladas en el prólogo de la actual redacción, probablemente la que fija su composición en el año 17 de Teodosio II, en que Valentiniano III fué admitido para gobernar en su compañía; esto es, sobre el año 424 después de Cristo. Esta es la opinión más probable, que se ve corroborada por la existencia de algún códice griego y ciertos papiros coptos pertenecientes al siglo V o VI, en que están contenidas nuestras Acta Pilati.

El autor de esta interpolación, llamado Ananías según el pró- logo, debió de ser un judío-cristiano que se proponía reivindicar el nombre de Jesús, sirviéndose para ello del supuesto testimo- nio de sus propios enemigos. Los evangelios canónicos debieron de servir de fundamento remoto para su narración, en la que se mezclan, sobre todo, algunos elementos legendarios y otros derivados de una tradición oral. Atinadamente observa E. von Dobschütz que la praxis iudicialis del propio refundidor ha ins- pirado muchos detalles del relato 17 '.

La lengua original fué, a no dudarlo, la griega, a pesar de que en el prólogo se haga mención de la hebrea. El presentar los escritos como traducciones de originales hebraicos es un resorte muy común entre los apócrifos; de esta manera preten-

1 5 Dice textualmente : «Jede Untersuchung über die sogenannten Püa- lusacten wird erschwert durch die vóllige Unsicherheit ihrer Abfassungs- zeit» (ZtNW 3 [1902] 198).

16 «Concludo acta Pilati quae ad nos pervenerunt in rei summa ab iis quae iam secundo saeculo exstitisse Iustinus docet, non diversa esse, nisi quod sensim multifariam inmutata atque interpolata censenda sunt» (o.c, p.LXV).

17 «Die juristische Praxis ist die Hauptquelle für die meisten Ausfüh- rungen des Verfassers, auch für solche Einzelheiten wie die Umgürtung des Delinquenten am Kreuze mit einem Schurz» (ZtNW 3 [1902] 113).

ACTAS DE PILATO

123

den acreditar más su antigüedad. Recuérdese un fenómeno semejante en relación con el Ps. Mateo y la Historia de José el Carpintero.

La obra se nos ha conservado en dos recensiones, bastante distintas entre sí, que Tischendorf publica por separado, deno- minándolas Λ y B. Reproducimos el texto de Λ tal como se contiene en la mencionada edición, pues ésta es la recensión que debe considerarse como forma original de Acta Pilati. A la vez notamos las variantes más notables de la recensión B, que no es sino una tardía y difusa refundición de la misma materia.

Los manuscritos que utilizó Tischendorf para la edición crítica de la recensión A son los siguientes:

A: Monac. CXCII, s.XIII aprox.

Β : Monac. CCLXXVI, s.XII aprox.

C: París Nac. 770, cop. en 1315.

D: París Nac. 1012, s.XV.

Ε : París Nac. 929, s.XV.

F : Ambros. C 92, s.XI-XII.

G: Ambros. A 56, s.XV.

Para la edición de la rec.B se sirvió de estos tres:

A: Véneto Marc. cías. II, cód.CLI, bastante reciente. Β : París Nac. 808, s.XV.

C : Véneto Marc. clas.II, cód.LXXXVII, s.XV.

Existe de esta obra una versión latina, publicada igualmente por Tischendorf, que sigue muy de cerca la recensión griega A; y contamos, además, con una versión siríaca 18, otra copta 19 y otra armenia 20.

Parte II («Descensus Christi ad inferos»)

Consta de once capítulos, en los que se viene a corroborar la verdad de la resurrección, aduciendo el testimonio de dos hijos de Simeón, que afirman haber resucitado juntamente con Jesús y describen la entrada gloriosa de éste en los infiernos.

Este tema del descendimiento de Cristo a los infiernos está esbozado ya en la primera epístola de San Pedro (3,i8ss.) y en otros lugares del Nuevo Testamento21. Su carácter misterioso encontró no pequeña acogida en las aficiones escatológicas de

1 8 Ed. por I. E. Rahmani : Studia Syriaca fase. II (Scharfe, Líbano, 1908).

19 Ed. por E. Revillout: PaOr 9 (París 1913) 6iss.

20 Ed. por F. C. Conybeare: «Studia Bíblica» IV (Oxford 1896).

21 Cf. Mt. 27,52ss.; Eph. 4,8; Le. 23,43.

424

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

las primitivas cristiandades. Recuérdese a este respecto la des- cripción que hace el Evangelio de Bartolomé (c.iss.) de este epi- sodio.

Puede ser muy bien que la composición de esta obra sea contemporánea de la de Acta Pilati. Una atenta observación del estilo y características de ella hizo que Thilo la comparara en antigüedad con los viejos apócrifos judíos y con las prime- ras producciones literarias cristianas postevangélicas, tales como los escritos marcionitas o valentinianos, o bien el Pastor de Hermas y las Homilías de San Clemente. Tischendorf, con- cretando más, viene a situar la fuente original de nuestro apócrifo en el siglo II, si bien, según él, la redacción actual debe relegarse como Acta Pilati a principios del siglo V22.

A pesar de que el argumento que en ella se trata era muy del gusto de los gnósticos (sobre todo lo que se refiere a la necesidad absoluta del bautismo), no se encuentran detalles que puedan tacharse de menos ortodoxos, prescindiendo úni- camente de los nombres que se dan a los protagonistas, Leucio y Carino. Recuérdese que Leucio Carino era aquel a quien se atribuían los Hechos apócrifos de Juan, Pablo, Pedro, Andrés y Tomás, y a quien incluso se ha llegado a atribuir los Evangelios apócrifos de la Infancia y las narraciones de la Asunción.

De esta obra no se conserva más que una recensión griega. Pero existen dos versiones latinas: la A sigue de cerca el relato griego, mientras que la β se aparta bastante de él y ofrece, además, el interés de haber sido en Occidente la difusora de las ideas del Descensus.

Ofrecemos el texto crítico que Tischendorf publicó de la recensión griega y de la versión latina Β 23.

He aquí la relación de los manuscritos que él utilizó para la recensión griega:

A: Véneto Mará, cías. II, cód.CLI, de época reciente. Β : París Nac. 808, s.XV. C: Palac. Vat. n.269, s.XIV. Para la versión latina Β se sirvió de los siguientes:

A: Vat. (ignora el número), s.XIII. Β : Vat. 4363.

C : Véneto Marc, clas.XIV, cód. XLIII, s.XV.

Ediciones y versiones. J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (Hamburg 2i7io) P.23SS. ; A. Birch, Auctarium codicis apocryphi Novi Tes-

22 Quae omnia coniuncta eiusmodi sunt ut libeüum nostrum ex anti- quissimo scripto apocrypho secundi saeculi haustum vel transcriptum exis- timem» (o.c, p.LXVIII).

23 O.c, p.323-332.417-432.

ACTAS DE PILATO

425

tamenti Fabriciani I (Copenhague 1804) p.2ss. ; J. C. Thilo, Codex Apo- cryphus Ν. Τ. I (Leipzig 1832) P.490SS.; MigneAp I (1856) p.uoi-1138 [v. franc.]; V. Ganka, Chtenie Nikodeniovo (Praga 1861); A. Pypin, Loznyja i otrechennyja knigi drevneij Rossii (S. Pecersburgo 1862) P.91-1C3 [v. rusa según ms. del s.XVII]; G. Danicic, Dva jevanglejja apokrifna: <'Starine>> 4 (Zagreb 1872) 130-14Q fv. sudeslava según ms. del s.XVI]; C. Tischen- dorf, Evangelio. Apocrypha (Lipsiae 21876) p.2ioss. ; Stojanovic: «Glas- nik» 63 (1885) 89-120 [v. serbia según ms. del s.XVII]; I. la. Porfirjev, Apokrificheskija skazanija o novozavetnych litsach i sobytijach po rukopisjam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti Im- peratorskoij Akademii Nauk» t.LII 4 (S. Petersburgo 1890) p.2iss. [v. eslava según ms. del s.XVI-XVII n.854 de la cit. biblioteca de Solovets]; G. Po- livka: «Starine» 24 (1892) ii2ss. [v. búlgara]; F. C. Conybeare: «Studia Bíblica et Ecclesiastica» 4 (Oxford 1896) 73SS.154SS. [v. armenia del s.VI y dos versiones griegas]; Mequitaristas, Ankanon girkh Ñor Ketakar anatz I (Venezia 1898) [v. armenia]; J. Kraskovskij: «Vizanlijskij Vremennik» 14 (1907) 246-275 [v. árabe del Descensus; único ms. que da el texto árabe; data del a. 272 (Hégira) = 885-6 de nuestra era]; J. Sedlacek, Neue Pila- tusakten, besprochen und übersetzt: «Sitzsungscberichte der bóh. Gesellschaft der Wissenschaften» (Praga 1908) [v. alemana de Acta Pilati]; I. E. Rah- mani, Studia Syriaca fase. II (Scharfe, Líbano, 1908) [v. siríaca descubierta por él y trad. lat.]; E. Revillout, Apocryphes coptes: PaOr 9 (París 1913) 6iss. [v. copta y trad. franc.]; A. Westcott, The Gospels of Nicodemus and kindred Documents (19 14); S. J. Crawford, The Gospel of Nicodemus (Edin- burgh 1927); J. Jacobs, Een nieuw mnl. handschrift van het Evangelie van Nicodemus: «Verslagen en Medeelingen der koninkl. vlaamsche Akad.» (1926) p. 546-51 [se trata de una versión flamenca encontrada por C. Rust en 1917 en un ms. del s.XV; una de las rarísimas versiones apócrifas que se encuentran en esta lengua]; E. González-Blanco, Los Evangelios Apó- crifos II (Madrid 1935) P.236SS.; P. Vannutelli, Actorum Pilati textus synoptici (Roma 1938) [texto gr. de las recensiones A y Β de Tischendorf]; JamesNT (repr. 1953) P.94SS. [v. ingl.]; F. Amiot, Evangiles Apocryphes (París 1952) [v. franc. de fragm. selectos P.145SS.].

Estudios. G. L. Brun, Disquisitio historico-critica de Índole, aetate et usu libri apocryphi vulgo inscripti «Evangelium Nicodemi» (Berlín 1794); F. Münster, Wahrscheinliche Zusdtze zu Christi Leidensgeschichte nach Ni- codemi Evangelium: «Wissenschaftl. Verhandlungen des Seelándischen Con- ventes» (Dinamarca 181 6); A. Maury, Nouvelles recherches sur l'époque a la quelle a été composé l'ouvrage connu sous le titre d'évangile de Nicodéme (París 1850); C. Tischendorf, Pilati circa Christum iudicio quid lucis affe- ratur ex Actis Pilati (Lipsiae 1855); C. Guasti, II Passio o Vangelo di Nico- demo volgarizzato nel buon secólo della lingua (Bologna 1862); R. A. Lip- sius, Die Pilatus-acten kritisch untersucht (Kiel 1871); Wülcker, Das Evan- gelium Nicodemi in der abendldndischen Litteratur (Paderborn 1872); K. Amersbach, Ueber die Identitdt des Verfassers des Evangelium Nicodemi mit Heinrich Hesler (Konstanz 1883) [se trata de una v. medieval germánica en verso, cuyo autor se quiso identificar con Heinrich Hesler, autor del Apocalipsis de San Juan en lengua germánica] ; Ε. V. Barsov, O vozdejstvii Apokrifov na Obrijad i Ikonopis: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosve- schenija» (1885) p.iuss.; I. Polivka, Evangelium Nicodemovo ν literaturách slovanskijch (Casopis 1890-91); H. von Schubert, Die Komposition despseu- dopetrin. Evangelienfragments (Erlangen u. Leipzg 1893) P.175SS.; Μ. N. Speranskij, Slavjanskija Apokrificheskija Evangelija: «Trudy vosmavo archeologicheskavo s'eszda w Moskwe» II (1895) P.92SS. ; Th. Mommsen,

426

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Die PUatusakten: ZtNW 3 (1902) 198-205; J. Rendel-Harris, The Homeric Centones and the Acts of Pílate (London 1898); E. von Dobschütz, Der Process Jesu nach den Acta Pilati: ZtNW 3 (1902) 89.SS.; K. Lake, Texts from Mounl Athos: «Studia Bíblica et Ecclesiastica» V 2 (Oxford 1902) 152SS. ; A. Stülcken en HenneckeNA (1904) P.74SS. ; A. Harnack, Gesch. der altchr. Litt. II 1 (1904) 603SS.; BardenhewerGAL I (21913) P.543SS.; E. Darley, Les Acta Salvatoris, un Evangile la Passion et de la Résurrec- tion et une mission apostolique en Aquitaine (París 1913); Id., Les Actes du Sauveur, la Lettre de Pílate, la Mission de Volusien, de Nathan; la Vindicte. Leurs origines et leurs transformations (París 19 19); J. Kroll, Beitráge zum Descensus ad Inferos (Kónigsberg 1922); H. Leclercq: DACHEL I (1924) C0I.2575SS.; V col. 2038; A. Mingana: BulRy 12 (1926) 411SS.; A. M. Vitti, Descensus Christi ad inferos iuxta apocrypha: VD 7 (1927) 138-44. 171-81 ; E. Grace Clark, The York Plays and the Cospel of Nicodemus: «Public. Mod. Lang. Assoc. America» 43 (1928) 153SS. ; E. Amann: SupDBi I (1928) C0I.486SS. ; J. Kroll, Gott und Hollé. Der Mythos vom Descensus- kampfe (Leipzig u. Berlín 1932) P.83SS. ; Werner Bieder, Die Vorstellung von der Hollenfahrt fesu Christi (Zürich 1949) [cf. RBi 58 (1951) 99S.]; J. Quasten, Patrology I (Utrecht-Brussels 1950) p.usss.; F. Pasquero, Apocrifi di Pilato: EnCat IX (1952) C0I.1473SS.

A) ACTAS DE PILATO PARTE I

Memorias de Nuestro Señor Jesucristo compuestas

EN TIEMPO DE PoNCIO PlLATO

Prólogo

Yo Ananías, protector, de rango pretoriano, legisperito, vine por medio de las divinas Escrituras en conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo y me acerqué a El por la fe, y se

ΥΠΟΜΝΗΜΑΤΑ ΤΟΥ ΚΥΡΙΟΥ ΗΜΩΝ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΟΥ ΠΡΑΧΘΕΝΤΑ ΕΠΙ ΠΟΝΤΙΟΥ ΠΙΛΑΤΟΥ «

Πρόλογος 2

Έγώ Άνανίας 3, ττροτίκτωρ 4 άττό έττάρχων τυγχάνων, νομομαθής, έκ των θείων γραφών εττέγνων τόν κύριον ημών Ίησοΰν Χριστόν ττίστει ττροσελθών, καταξιωθείς δε και τοΟ αγίου βαπτίσματος- Ιρευνήσας δέ

1 Este título está tomado de los códices CG. Los manuscritos ADEI ofrecen algunas variantes: p.e., D atribuye la obra a San Juan «el Teólogo», apelativo con el que los orientales denominan a San Juan Evangelista; Ε la atribuye a Nicodemo en estos términos : "Υπομνήματα των ττραχθέντων el; τόν

ACTAS DE PILATO

427

me permitió recibir el santo bautismo; ahora bien, después de seguir la pista a las memorias relativas a Nuestro Señor Jesu- cristo que se hicieron en aquella época, y que los judíos deja- ron en depósito a Poncio Pilato, las encontré escritas como estaban en hebreo, y con el beneplácito divino las traduje al griego, para conocimiento de todos los que invocan el nombre

και τά υπομνήματα τά κατά τόν καιρόν εκείνον ττραχθέντα επί τοΰ δεσπότου ημών Ίησοΰ Χριστοΰ, ά κατέθεντο οΐ Ιουδαίοι επί Ποντίου Πιλάτου, ταΰτα εΰρον τά ϋττομνήματα έν έβραϊκοΐς γράμμσσιν, και Θεοΰ ευδοκία μεθερμήνευσα γράμμσσιν έλληνικοΐς εις έττίγνωσιν πάντων των

Κύριον ημών Ίησοΰν Χριστόν έπί Ποντίου Πιλάτου ήγεμόνος, συγγραφέντα Οπό Νικόδημου άρχοντος συναγωγή; τών Ιουδαίων γράμμασιν έβραϊκοϊς.

La rec. Β lo titula por su parte: Διήγησίξ περί του πάθου$ του Κυρίου ημών Ίησοΰ Χριστοΰ και της άγίαξ αύτοΰ αναστάσεως, συγγραφεΐσα παρά Ιουδαίου Αΐνέα ονόματι.

2 Esta introducción ofrece diversos problemas críticos en relación con el nombre del supuesto autor y con la fecha en que se supone haber sido compuesta la obra.

Ante todo, fácilmente se aprecia un. doble prólogo: el primero comienza en las palabras Έγώ Άνανίαξ, y el segundo empieza a partir de la expresión Έν ετει...

En relación con estos prólogos, los manuscritos adoptan diversas postu- ras: el códice C, el intérprete copto y algún manuscrito latino incluyen ambos; los códices FH los omiten; los códices ADEG omiten sólo el pri- mero, mientras que algunos manuscritos latinos dejan el segundo.

El que ambos prólogos sean de cuño muy antiguo no ofrece duda alguna, si se tiene encuenta el testimonio del antiquísimo intérprete copto que los presenta. El primero de ellos está, además, contenido, sin lugar a duda, en el palimpsesto Vindobonense, que pertenece al siglo V o VI. De lo cual se deduce que no son ninguno de ellos una añadidura moderna.

Pero surge el problema de delimitar lo que se debe al autor del libro y lo que se debe a la pluma del interpolador, cuyas huellas están bien patentes. Tischendorf (Ev. Apocrypha [2i8/6] p.LVII-LVIII) da esta atinada solu- ción : El personaje que encontró el libro (no el que lo compuso), y, después de interpolarlo, lo publicó, dándose el nombre de Ananías y diciendo que la obra en cuestión había sido hallada en tiempo de Teodosio y Valentino, debió añadir al principio las palabras Έγώ Άνανία; y anotar a continuación la fecha señalada originariamente en el libro: "Εν ετει... hasta τών Ιουδαίων... τοΰ Καϊάφα.

Posteriormente algunos sintieron preferencia por Nicodemo frente a Ananías, como intérprete o autor del libro, y añadieron las palabras finales: όσα μετά τόν σταυρόν, en que se da este papel a Nicodemo, no sin antes haber borrado, cambiado o torpemente repetido las palabras Έγώ Άνανία;, que están en flagrante contradicción con esta cláusula final.

3 El intérprete copto le llama Aeneas; la versión latina, Emaus.

4 Este latinismo (v. latina protector), así como los muchos barbarismos de este género que se repiten en el relato, lejos de argüir la existencia de un supuesto original latino, se explica perfectamente por la erudición jurídica d e nuestro autor, a la que ya hicimos alusión en la introducción. Es conocido,

42S

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

de Nuestro Señor Jesucristo, durante el reinado de Flavio Teodosio, nuestro señor, en el año 17, y sexto de Flavio Valentino, en la indicción novena.

Todos, pues, cuantos leáis y trasladéis esto a otros libros, acordaos y pedid por para que el Señor sea piadoso con- migo y me perdone los pecados que he cometido contra él.

Paz a los lectores y a los oyentes y a sus servidores. Amén.

En el año décimoquinto del gobierno de Tiberio César, emperador de los romanos; en el año décimonono del gobier- no de Herodes, rey de Galilea; en el día octavo de las calendas de abril, correspondiente al día 25 de marzo; durante el con- sulado de Rufo y Rubelión; en el año cuarto de la olimpíada 202; siendo a la sazón sumo sacerdote de los judíos José Caifás. Todo lo que narró Nicodemo a raíz del tormento de cruz y de la pasión del Señor, lo transmitió a los príncipes de los sacer- dotes y a los demás judíos, después de haberlo redactado él mismo en hebreo.

Επικαλουμένων τό όνομα του κυρίου ημών Ίησοΰ Χρίστου εττϊ της βα- σιλείας τοΰ δεσπότου ήμών Φλαβίου Θεοδοσίου, έτους ετττακαιδεκά- του, και Φλαβίου Ούαλεν-nvtavoO τό έκτον, έν Ίνδικτιώνι θ' 5.

Πάντες οΰν όσοι άναγινώσκετε και μεταβάλλετε εις έτερα βιβλία, μνημονεύετε μου και ευχεσθε υπέρ έμοΰ, ίνα 'ίλεός μοι γένηται ό Θεός και ίλάσηται ταΐς άμαρτίαις μου άς ήμαρτον εις αυτόν.

Ειρήνη τοις άναγινώσκουσι και τοις άκούουσι κα'ι τοϊς οίκέταις αυ- τών. Αμήν.

Έν έ'τει πεντεκαιδεκάτω 6 της ηγεμονίας Τιβερίου Καίσαρος, βασι- λέως "Ρωμαίων, και Ήρώδου βασιλέως της Γαλιλαίας, έν ετει έννεακαι- δεκάτω έπ'ι της άρχής αΰτοΰ, τη πρό οκτώ κσλανδών Άπριλλίων, ήτις εστίν είκάς πέμπτη Μαρτίου, έν ΰπατεία 'Ρούφου κα'ι 'Ρουβελλίωνος, έν τώ τετάρτω έτει της διακοσιοστής δευτέρας Ολυμπιάδος, επί άρχιερέως τών Ιουδαίων Ίωσήπου, τοΰ Καϊάφα. "Οσα μετά τόν σταυρόν και τό πάθος του Κυρίου ίστορήσας Νικόδημος, παρέδωκεν τοις άρχιερεΰσιν και τοις άλλοις Ίουδαίοις, συνέταξεν δε ό αΰτός Νικόδημος γράμμασιν έβραϊκοΐς ~¡.

por otra parte, e! influjo que en este sector' ejerció la lengua latina, influjo que se acentuó durante la época en que los escritores de la koiné estaban sometidos al yugo romano.

5 Esto es, en el año 424-25 p.C. La versión latina señala el año dieciocho del reinado de Teodosio. En realidad es ésta la fecha en que fué interpolado el escrito.

6 DE: όκτωκαιδεκάτω.

7 La rec. griega B, después de enunciar el título y señalar la fecha, presenta el escrito diciendo simplemente que Nicodemo llamó a cierto judío por nombre Eneas y le ordenó que consignara por escrito todo lo que se

ACTAS DE PILATO

429

I

i. Después de haberse reunido en consejo los príncipes de los sacerdotes y los escribas, Anás y Caifás y Semes y Dothaim y Gamaliel, Judas, Leví y Neftalí, Alejandro y Jairo y los restantes de entre los judíos, se presentaron ante Pilato acusando a Jesús de muchas fechorías, diciendo: «Sabemos que éste es hijo de José el carpintero y que nació de María, y se llama a mismo hijo de Dios y rey; además profana el sábado y aun pretende abolir la ley de nuestros padres». Díjoles Pi- lato: «¿Y qué es lo que hace y lo que pretende abolir?» Dijeron los judíos: «Tenemos una ley que prohibe curar a alguien en sábado; pues bien, éste, sirviéndose de malas artes, ha curado en sábado a cojos, jorobados, impedidos, ciegos, paralíticos, sordos y endemoniados». Díjoles Pilato: «¿Por qué clase de

I

ι. Συμβούλιον yáp ποιήσαντες S αρχιερείς και oi γραμματείς, "Αννας και Καϊάφας και Σήμης καί Δαθαής και Γαμαλιήλ, Ιούδας, Λευίς και Νεφθαλείμ. Αλέξανδρος και Ίάειρος και oi λοιποί των Ιουδαίων, ήλθον πρός Πιλάτον κατηγοροϋντες του Ίησοΰ περί πολλών πράξεων λέγοντες· «Τοΰτον οίδαμεν όντα υίόν Ιωσήφ του τέκτονος άπό Μαρίας γεννηθέντα, και λέγει εαυτόν εΐνα' υίόν Θεοΰ καϊ βασιλέα, άλλα κα'ι τά σάββατα βέβηλοι και τόν πάτριον νόμον ημών βούλεται καταλΰσαι» 9. Λέγει αΰτοΐς ό Πιλάτος· «Και τίνα εστίν ά πράττει καί βούλεται κατα- λΰσαι;» Λέγουσιν οι Ιουδαίοι· «Νόμον εχομεν έν σαββάτω μη θεραπεΰ- σαί τινα· ούτος δέ χωλούς καί κυρτούς ξηρούς τε καί τυφλούς καί παρα- λυτικούς κωφούς καί δαιμονιζομένους έθεράπευσεν έν σαββάτω άπό κα- κών πράξεων» 10. Λέγει αύτοΐς ó Πιλάτος· «Ποίων κακών πράξεων;»

hizo contra Jesús en tiempo de Anás y Caifás. Cuando le fué entregado el trabajo, el mismo Nicodemo lo tradujo del hebreo al griego.

8 Estas palabras iniciales fueron añadidas, en opinión de Tischendorf, por el mismo interpolador que publicó este escrito a nombre de Ananías. El códice D hace preceder, además, una introducción, en que describe pormenorizadamente la vida y hechos de los dos ladrones, Gestas y Dimas, en términos muy parecidos a los de la Declaración de José c.i (cf. más abajo), y se inserta un relato resumido del prendimiento de Jesús.

9 La rec. Β da únicamente los nombres de Judas, Leví, Neftalí, Alejan- dro y Siró, los cuales, según ella, fueron enviados por los pontífices para testificar contra Jesús.

1 0 En este lugar, la rec. Β parece haber pretendido aclarar las expresio- nes de nuestro texto. Según ella, los judíos acusan a Jesús en general de hacer curaciones en sábado. Pilato entonces les dice: «Si devuelve la salud a los enfermos, no hace ningún mal». Los judíos replican: «Si realizara ho-

430

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

malas artes?» Ellos dijeron: «Es un mago; por virtud de Beel- zebú, príncipe de los demonios, expulsa a éstos y todos se le someten». Díjoles Pilato: «Esto no es echar los demonios por virtud de un espíritu inmundo, sino por virtud del dios Es- culapio».

2. Dijeron los judíos a Pilato: «Rogamos a tu majestad que sea presentado ante tu tribunal para que pueda ser oído». Lla- móles entonces Pilato y les dijo: «Decidme vosotros a cómo yo, que soy un mero gobernador, voy a someter a interroga- torio a todo un rey». Ellos respondieron: «Nosotros no decimos que sea rey, sino que se da a mismo ese título». Pilato llamó entonces al mensajero para decirle: «Séame presentado aquí Jesús con toda deferencia». Salió, pues, el mensajero y, nada más identificarle, le adoró; cogió después el manto que llevaba en su mano y lo extendió en el suelo, diciendo: «Señor, pasa por encima y entra, que te llama el gobernador». Viendo los judíos lo que había hecho el mensajero, levantaron el grito contra Pilato, diciendo: «¿Por qué te has servido de un mensa- jero para hacerle entrar, y no de un simple pregonero? Sábete

Λέγουσιν αύτω· «Γόης έστίν, και έν Βεελζεβούλ, άρχοντι των δαιμο- νίων, έκβάλλει τά δαιμόνια, και ττάντα αύτω υποτάσσεται». Λέγει αΰ- τοϊς ό Πιλάτος- «Τούτο ούκ εστίν έν ττνεύματι άκαθάρτω έκβάλλειν τά δαιμόνια, άλλ' έν θεώ τω 'Ασκλητπω».

2. Λέγουσιν οί Ιουδαίοι τω Πιλάτω· «Άξιοΰμεν το σον μέγεθος ώστε αυτόν τταραστήναι τω βήματί σου και άκουσθήναι». Καί ττροσκα- λεσάμενος αυτούς ό Πιλάτος, λέγει· «Εΐττατέ μοι ÓTt ττώς δύναμαι έγώ ήγεμών ων βασιλέα έξετάσαι;» Λέγουσιν αύτω- «Ήμεϊς ού λέγομεν βα- σιλέα αύτόν είναι, άλλ' αύτός εαυτόν λέγει». Προσκαλεσάμενος δε ό Πι- λάτος τον κούρσωρα, λέγει αύτω· «Μετά έτπεικείας άχθήτω ό Ίησοϋς» Π. Έκβάς δέ ό κούρσωρ κα'ι γνωρίσας αύτόν, ττροσεκύνησεν, καΊ λαβών τό καθάττλωμα της χειρός αϋτοΰ ήττλωσεν χαμαί καί λέγει αύτω· «Κύριε, ώδε ττεριττάτησον καί εϊσελθε, ότι καλεί σε ό ήγεμών». Ίδόντες δέ ol Ιουδαίοι δ έττοίησεν ό κούρσωρ κατέκραξαν του Πιλάτου λέγοντες- «Διατί ύττό ττραίκωνος αύτόν ούκ εκέλευσας είσελθεΐν, άλλ' ύττό κούρ-

nestamente sus curaciones, no sería un mal mayor; pero es que para efec- tuarlas se sirve de la magia y tiene los demonios de su parte». A lo que responde Pilato: «El curar a un enfermo no es obra diabólica, sino carisma otorgado por Dios».

1 1 La rec. Β dice que Pilato se despojó de su propio manto y se lo en- tregó a un ordenanza, que el códice Β llama Rachaab (este nombre reapa- rece en la Carta de Tiberio a Pilato), con el fin de que se lo mostrara a Jesús y le invitara a ir a su presencia. Marchó el ordenanza y, según el citado códice B, encontró a Jesús montado en un asno. Y, al ver que los judíos tendían sus ropas en tierra a su paso, quiso hacer él lo propio y extendió en el suelo el manto de Pilato, haciendo pasar por encima a Jesús.

ACTAS DE PILATO

431

que el mensajero, nada más verle, le ha adorado y ha extendido su manto sobre el suelo, haciéndole caminar por encima como si fuera un rey».

3. Mas Pilato llamó al mensajero y le dijo: «¿Por qué has hecho esto y has extendido tu manto sobre el suelo, haciendo pasar por encima a Jesús?» Respondió el mensajero: «Señor gobernador, cuando me enviaste a Jerusalén al lado de Ale- jandro, le vi sentado sobre un asno y los niños de los hebreos iban clamando con ramos en sus manos, mientras otros ex- tendían sus vestiduras en el suelo diciendo: Sálva[nos], que estás en las alturas; bendito el que viene en el nombre del Señor».

4. Los judíos entonces comenzaron a gritar y dijeron al mensajero: «Los muchachos hebreos clamaban en su lengua, ¿cómo, pues, te has enterado de su equivalencia en griego?» Díjoles Pilato: «¿Cómo süena en hebreo lo que ellos decían a grandes voces?» Respondieron los judíos: «Hosanna membro- me; baruchamma; adonai». Díjoles entonces Pilato: « ¿Y qué sig- nifica hosanna y lo demás?» Respondieron los judíos: «Sil- va [nos], que estás en las alturas; bendito el que viene en el

σωρός; Kod γάρ ό κούρσωρ θεασάμενος αύτόν προσεκύνησε, και τό φα- κεώλιον αύτοΰ ήπλωσε χαμαί και ως βασιλέα αύτόν περιπάτησα! πε- ποίηκεν» 1 Ia.

Ό δέ Πιλάτος μετακαλεσάμενος τον κούρσωρα, λέγει αύτω- «Τί τοΰτο έποίησας, και ήπλωσας τό φακεώλιόν σου επί της γης και έπ' αύτω περιπατήσαι πεποίηκας τόν Ίησοΰν;» Λέγει αύτω ó κούρσωρ- «Κύριε ήγεμών, δτε με άπέστειλας εις Ιεροσόλυμα πρός τόν Άλέξανδρον, είδον αύτόν καθήμενον έπί όνου, και οί παίδες των Εβραίων κλάδους κατεΐχον έν ταϊς χερσίν αυτών και εκραζον, άλλοι δέ ύπεστρώννυον τά ιμάτια αύτών λέγοντες- Σώσον δή, ό έν τοις ύψίστοις- εύλογημένος ó ερχόμενος έν ονόματι Κυρίου» 12.

Κράζουσιν οί Ιουδαίοι λέγοντες προς τόν κούρσωρα· «Οί μέν παίδες τών Εβραίων έβραϊστί εκραζον, πόθεν δέ σοι τό ελληνιστί;» Λέγει αύτοϊς ό κούρσωρ· «Ήρώτησά τίνα τών Ιουδαίων και είπα· Τί έστιν δ κράζουσιν έβραϊστί; Κόκεΐνός μοι έρμήνευσεν». Λέγει αύτοϊς ό Πιλάτος· «Πώς δέ έκραζον έβραϊστί;» Λέ/ουσιν αύτω οί Ιουδαίοι- «Ωσαν- νά μεμβρομή· βαρουχαμμά- άδοναί». Λέγει αύτοίς ό Πιλάτος· «ΚαΊ τό ώσαννά και τά λοιπά τί έρμηνεύεται;» Λέγουσιν αύτω οί Ιουδαίοι- «Σώσον δή, ό έν τοις ϋψίστοις- εύλογημένος ό έρχόμενος έν ονόματι Κυ-

1 la Una de las columnas del ciborium de San Marcos (Venecia), escul- pida en el siglo VI, hace alusión a este episodio: Cristo comparece ante el tribunal de Pilato y una figura arroja ante él un paño que asemeja una capa. Arriba se lee la inscripción: traditvr iesvs militib'flagellatvs.

12 Cf. Mt. 2i,8s.

432

APOCRIFOS DE LA PASION V RESURRECCIÓN

nombre del Señor». Díjoles Pilato: «Si vosotros mismos dais testimonio de las voces que salieron de la boca de los mucha- chos, ¿en qué ha faltado el mensajero?» Ellos callaron. Dijo entonces el gobernador al mensajero: «Sal e introdúcele de la manera que te plazca». Salió, pues, el mensajero e hizo lo mis- mo que la vez anterior, diciendo a Jesús: «Señor, entra; el gobernador te llama».

5. Pero en el momento en que entraba Jesús, mientras los abanderados sostenían los estandartes, los bustos de éstos se inclinaron y adoraron a Jesús. Los judíos que vieron la ac- titud de los estandartes, cómo se habían inclinado y adorado a Jesús, comenzaron a gritar desaforadamente contra los aban- derados. Mas Pilato les dijo: «¿No os causa admiración el ver cómo se han inclinado los bustos y han adorado a Jesús?» Respondieron los judíos a Pilato: «Nosotros mismos hemos visto cómo los abanderados los han inclinado y le han adorado». El gobernador llamó entonces a los abanderados y les dijo: «¿Por qué habéis obrado así?» Ellos respondieron a Pilato: «Nos- otros somos griegos y servidores de las divinidades, ¿cómo, pues, íbamos a adorarle? Sábete que, mientras estábamos sos- teniendo los bustos, éstos por mismos se inclinaron y le adoraron».

píou» 13. Λέγει αύτοΐς ό Πιλάτος- «Et ύμεϊς μαρτυρείτε τάς φωνάς τάς παρά των παίδων λεχθείσας, τί ήμαρτεν ό κούρσωρ;» Οί δέ έσιώπη- σαν. Λέγει ό ήγεμών τω κούρσωρι· «"Εξελθε και ο'ίω βούλει τρόπω εΐσάγαγε αυτόν». Έκβάς δέ ό κούρσωρ έποίησεν το σχήμα τό πρώτον και λέγει τω Ίησοΰ· «Κύριε, εΐσελθε· ό ήγεμών σε καλεί».

5. Είσελθόντος δέ του Ίησοΰ κα'ι τών σιγνοφόρων κατεχόντων τά σίγνσ, έκάμφθησαν αί προτομαϊ τών σιγνων κα'ι προσεκύνησαν τω Ιησού. Ίδόντες δέ οί Ιουδαίοι τό σχήμα τών σιγνων, τό πώς έκάμφθη- σαν κα'ι προσεκύνησαν τω Ίησοΰ, περισσώς έκραζον κατά τών σιγνο- φόρων. Ό δέ Πιλάτος λέγει προς τούς Ιουδαίους· «Ού θαυμάζετε πώς έκάμφθησαν αί προτομαϊ κα'ι προσεκύνησαν τω Ίησοΰ;» Λέγουσιν οί Ιουδαίοι πρός Πιλάτον «Ήμεΐς εϊδομεν πώς έκαμψαν οί σιγνοφόροι καί προσεκύνησαν ούτω». Προσκαλεσάμενος δέ ό ήγεμών τούς σιγνοφόρους λέγει αύτοϊς· «Τί ούτως έποιήσατε;» Λέγουσιν τω Πιλάτω· «Ημείς άνδρες έλληνές έσμεν καί ίερόδουλοι, κα'ι πώς εΐχαμεν προσκυνήσαι αύ- τώ; Καί γάρ κατεχόντων ήμών τάς προτομάς έαυταίς έκάμφθησαν καί προσεκύνησαν αύτώ» 14.

1 3 La rec. Β dice «sálvanos», σώσον ήμδ?.

14 Todo este diálogo entre Pilato y los portaestandartes falta en el códice D.

ACTAS DE PILATO

433

6. Dijo entonces Pilato a los archisinagogos y ancianos del pueblo: «Escoged vosotros mismos unos cuantos varones for- zudos y robustos; que ellos sostengan los estandartes y veamos si éstos se inclinan por mismos». Tomaron, pues, los ancia- nos de los judíos doce hombres forzudos y robustos, a quienes obligaron a sostener los estandartes en grupos de seis, y que- daron en pie ante el tribunal del gobernador. Dijo entonces Pilato al mensajero: «Sácale fuera del pretorio e introdúcele de nuevo de la manera que te plazca». Y salió Jesús del pretorio acompañado del mensajero. Llamó entonces Pilato a los que anteriormente sostenían los bustos y les dijo: «He jurado por la salud del César que, si no se doblegan los estandartes a la entrada de Jesús, os cortaré las cabezas». Y ordenó de nuevo el gobernador que entrara Jesús. El mensajero observó la misma conducta que al principio y rogó encarecidamente a Jesús que pasara por encima de su manto. Y caminó sobre él y penetró dentro. Mas, en el momento de entrar, se doblegaron de nuevo los estandartes y adoraron a Jesús.

II

r. Cuando vió esto Pilato, se llenó de miedo y se dispuso a dejar el tribunal. Pero, mientras estaba aún pensando en

6. Λέγει ό Πιλάτος τοις άρχισυναγώγοις και τοις πρεσβυτέροις τοΰ λαοΰ· «Έξελέξασθε ύμεΐς άνδρας δυνατούς κα'ι κραταιούς, και αύτοϊ κα- τάσχωσιν τά σίγνα και εΐδωμεν εί έαυτοΐς κάμπτονται». Έπιλαβόμενοι δέ οϊ πρεσβύτεροι των Ιουδαίων άνδρας δώδεκα κραταιούς και δυνα- τούς, άμα εξ εποίησαν κατασχεϊν τά σίγνα, και εστάλησαν έμπροσθεν τοΰ βήματος τοΰ ήγεμόνος. Και λέγει ό Πιλάτος τω κούρσωρι· «"Εκβαλε αύτόν εξω τοΰ πραιτωρίου, και είσάγαγε αύτόν πάλιν οΐω βούλει τρό- πω». Και έξήλθεν εξω τοΰ πραιτωρίου ό Ίησοΰς και ό κούρσωρ. Και προσκαλεσάμενος ό Πιλάτος τούς πρώην κατέχοντας τάς προτομάς λέγει αύτοΐς- «"Ωμοσα κατά της σωτηρίας Καίσαρος ότι εάν μή καμφθώσιν τά σίγνα είσιόντος τοΰ Ίησοΰ, άποτεμώ τάς κεφαλάς ύμών». Κα'ι έκέ- λευσεν ό ήγεμών έκ δευτέρου εΐσελθεϊν τόν Ίησοΰν. Και έποίησεν ό κούρ- σωρ τό σχήμα το πρώτον, και πολλά παρεκάλεσε τόν Ίησοΰν ίνα έπι- βή Ιπϊ τοΰ φακεωλίου αύτοΰ. Και έπέβη καΐ είσήλθεν. Είσελθόντος δέ αύτοΰ έκάμφθησαν πάλιν τά σίγνα κα'ι προσεκύνησαν τω Ίησοΰ 15.

II

I. Ό δέ Πιλάτος ίδών εμφοβος γενόμενος έζήτησεν άναστήναι άπό τοΰ βήματος. "Ετι δέ αύτοΰ ένθυμουμένου άναστήναι, ή γυνή αύτοΰ

1 5 La rec. Β no da sino un pequeño resumen de este segundo episodio.

434

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

levantarse, su mujer le envió esta misiva: «No te metas para nada con este justo, pues durante la noche he sufrido mucho por su causa». Pilato entonces llamó a todos los judíos y les dijo: «¿Sabéis que mi mujer es piadosa y que propende más bien a secundaros en vuestras costumbres judías?» Ellos dije- ron: «Sí; lo sabemos». Díjoles Pilato: «Pues bien, mi mujer acaba de enviarme este recado: No te metas para nada con ese justo, pues durante la noche he sufrido mucho por su causa». Pero los judíos respondieron a Pilato diciendo: «¿No te hemos dicho que es un mago? Sin duda ha enviado un sueño quimérico a tu mujer».

2. Pilato llamó entonces a Jesús y le dijo: «¿Cómo es que éstos dan testimonio contra ti? ¿No dices nada?» Jesús respon- dió: «Si no tuvieran poder para ello, nada dirían, pues cada uno es dueño de su boca para hablar cosas buenas y malas; ellos verán».

3. Mas los ancianos de los judíos respondieron diciendo a Jesús: «¿Qué es lo que nosotros vamos a ver? Primero, que has venido al mundo por fornicación; segundo, que tu naci- miento en Belén trajo como consecuencia una matanza de

επεμψεν πρός αύτόν λέγουσα- «Μηδέν σοι και τώ άνθρώπω τώ δικαίω τούτω- πολλά γαρ έπαθον δι' αύτόν νυκτός» 16 . Ό δέ Πιλάτος προσκα- λεσάμενος τους Ιουδαίους απαντάς λέγει αϋτοΐς· «Οϊδατε δτι ή γυνή μου Θεοσεβής εστίν και μάλλον ίουδαΐζει συν ΰμΐν». Λέγουσιν αύτω· «Ναί, οϊδαμεν». Λέγει αΰτοϊς ό Πιλάτος- «Ιδού επεμψεν ή γυνή μου λέ- γουσα· μηδέν σο'ι και τω άνθρώπω τω δικαίω τούτω· πολλά γάρ έπα- θον δι' αύτόν νυκτός». ΆποκριΘέντες δέ οί Ιουδαίοι λέγουσιν τω Πιλά- τω· «Μη ουκ εϊπαμέν σοι ότι γόης έστίν; Ιδού όνειροπόλημα έπεμψε πρός την γυναικά σου» 17.

2. Ό δέ Πιλάτος προσκαλεσάμενος τόν Ίησοΰν λέγει αύτω- «Τ: ούτοί σου καταμαρτυροϋσιν; Ούδέν λαλείς;» Ό δέ Ιησούς έφη· «Εί μη είχον έξουσίαν, ούδέν έλαλούσαν- εις γάρ έκαστος έξουσίαν έχει τοΰ στό- ματος αύτοΰ λαλεΐν άγαθά τε κα'ι πονηρά· αύτοι δψονται».

Άποκριθέντες δέ οί πρεσβύτεροι τών Ιουδαίων λέγουσιν τω Ιη- σού· «Τί ήμεΐς οψόμεθα; Πρώτον ότι έκ πορνείας γεγέννησαι· δεύτερον δτι ή ση γέννησις έν Βηθλεέμ νηπίων άναίρεσις γέγονεν τρίτον δτι ό

1 6 En muchos lugares de este ciclo se da a la mujer de Pilato el nombre de Procla (Procula en latín) o Claudia Procla. El pasaje de Mt. 27,19, en que se describe este episodio y otras tradiciones populares de que se hacen eco los apócrifos, han sido la causa de que en varios lugares del. Oriente se considere como santa a esta mujer, rindiéndosele culto como a tal.

1 7 La palabra όυειροπόλημα se encuentra reemplazada por όνείρατα en el códice Λ y por όνειρον πεταπόν (?) en el códice E.

ACTAS DE PILATO

435

niños; tercero, que tu padre José y tu madre María huyeron a Egipto por encontrarse cohibidos entre el pueblo».

4. Dijeron entonces algunos de los allí presentes, que eran judíos piadosos: «Nosotros no estamos conformes con que ha nacido de fornicación, sino que sabemos que José se desposó con María y que no ha sido engendrado fornicariamente». Dijo Pilato a los judíos que afirmaban su origen fornicario: «No es verdad esto que decís, puesto que se celebraron los esponsales, según vuestros mismos compatriotas afirman». Di- jeron entonces Anás y Caifás a Pilato: «Todos en masa estamos dando voces y no se nos cree el que haya nacido de fornica- ción; éstos son prosélitos y discípulos suyos». Llamó Pilato a Anás y a Caifás y les dijo: «¿Qué significa la palabra proséli- tos?» Ellos respondieron: «Que nacieron de padres griegos y ahora se han hecho judíos». A lo que repusieron los que afir- maban que [Jesús] no había nacido de fornicación (esto es: Lázaro, Asterio, Antonio, Santiago, Amnes, Zeras, Samuel, Isaac, Finees, Crispo, Agripa y Judas): «Nosotros no hemos nacido prosélitos, sino que somos hijos de judíos, y decimos la verdad, pues nos encontramos presentes en los esponsales de José y de María».

ττατήρ σου Ιωσήφ και ή μήτηρ σου Μαριάμ εφυγον εις Αιγύπτου, δια το μή Ιχειν αυτούς τταρρησίαν εν τω λαώ» 1*\

Λέγουσίν τίνες των έστηκότων εύλαβεϊς έκ τών Ιουδαίων «Ήμεΐς ού λέγομεν αύτόν είναι εκ πορνείας, άλλα οΐδαμεν δτι έμνηστεύ- σατο ό Ιωσήφ τήν Μαριάμ, και ού γεγέννηται έκ πορνείας». Λέγει ό Πι- λάτος πρός τούς Ιουδαίους τους λέγοντας είναι αϋτόν έκ πορνείας· «Ούτος ό λόγος ΰμών οϋκ εστίν άληθής, ότι δρμαστρα γέγοναν, καΟά αύτοΐ λέγουσίν οΐ σύνεθνοι ΰμών». Λέγουσίν τω Πιλάτω "Αννας και Καϊάφας· «"Απαν τό πλήθος κράζομεν και ού πιστευόμεθα ότι έκ πορνείας γεγέν- νηται- ούτοι προσήλυτοί είσιν και μαθηταί αύτοΰ». Και προσκαλεσάμε- νος ό Πιλάτος "Ανναν και Καϊάφαν λέγει αύτοΐς- «Τί έστιν προσήλυτοί;» Λέγουσίν αύτω· «Ελλήνων τέκνα έγεννήθησαν, και νΰν γεγόνασιν Ιου- δαίοι». Λέγουσίν οΐ είπόντες δτι ού γεγέννηται έκ πορνείας Λάζαρος, Άστέριος, Αντώνιος, Ιάκωβος, Άμνής, Ζηράς, Σαμουήλ, Ισαάκ, Φινεές, Κρίσπος, Άγρίππας και Ιούδας· «Ήμεΐς προσήλυτοί ού γεγεννήμεθα, άλλά τέκνα Ιουδαίων έσμέν κα'ι άλήθειαν λαλοϋμεν κα'ι γάρ εις τά δρ- μαστρα Ιωσήφ και Μαρίας παραγεγόναμεν» I9.

18 Esta acusación contra Jesús, que se cebaba a la vez en el honor de su madre, debió tener sus orígenes en una remota antigüedad. Probable- mente la causa que incitó a un cristiano del siglo II a escribir el Protoevan- gelio de Santiago no fué otra sino reivindicar a Jesús de esta calumnia.

19 La rec. Β y algunos manuscritos de la A dan a estos buenos judíos el título de piadosos (θεοσεβεΐ;). El códice C emplea una fórmula muy

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

5. Llamó Pilato a estos doce que afirmaban no haber nacido [Jesús] de fornicación, y les dijo: «Os conjuro por la salud del César, decidme, ¿es verdad lo que habéis afirmado, que no ha nacido de fornicación?» Ellos respondieron: «Nos- otros tenemos una ley que prohibe jurar, porque es pecado; deja que éstos juren por la salud del César que no es verdad lo que acabamos de decir, y somos reos de muerte». Dijo enton- ces Pilato a Anás y Caifás: «¿Nada respondéis a esto?» Ellos replicaron: «Tú das crédito a estos doce que afirman el naci- miento legítimo [de Jesús]; mientras tanto, todos en masa es- tamos diciendo a voces que es hijo de fornicación, que es mago y que se llama a mismo Hijo de Dios».

6. Mandó entonces Pilato que saliera toda la multitud, exceptuados los doce que negaban el origen fornicario, y or- denó que Jesús fuera separado. Después les dijo: «¿Por qué razón quieren darle muerte?» Ellos respondieron: «Le tienen envidia porque cura en sábado». A lo que replicó Pilato: «¿Y por una obra buena quieren matarle?»

5. Προσκαλεσάμενος δέ ό Πιλάτος τούς δώδεκα άνδρας τούτους τους είπόντας ότι οϋ γεγέννηται έκ πορνείας, λέγει αϋτοϊς· «Όρκίζω υμάς κατά της σωτηρίας Καίσαρος εΐ άληθή εϊσιν ά είπατε, ότι ού γεγέννηται έκ πορνείας;» Λέγουσιν τω Πιλάτω· «Ήμεΐς νόμον έχομεν μή όμνύειν ότι άμαρτία εστίν αυτοί δέ όμόσουσιν κατά της σωτηρίας Καίσαρος ότι ούκ εστίν καθώς εϊπαμεν, καί ένοχοι έσμεν θανάτου» Λέγει ό Πιλάτος προς "Ανναν και Καϊάφαν· «Ουδέν άποκρίνεσθε προς ταύτα;» Λέγουσιν "Αννας και Καϊάφας πρός Πιλάτον «Οί δώδεκα ούτοι πιστεύονται ότι ού γεγέννηται έκ πορνείας· άπαν τό πλήθος κράζομεν ότι έκ πορνείας γεγέννηται και γόης εστίν, καί λέγει έαυτόν υίόν Θεοΰ».

6. Και κελεύει ό Πιλάτος άπαν τό πλήθος έξελθεΐν έκτός των δώδεκα ανδρών τών είπόντων ότι ού γεγέννηται έκ πορνείας, και τόν Ίησοΰν έκέλευσε χωρισθήναι· και λέγει αύτοίς ό Πιλάτος· «Ποίω λόγω θέλουσιν αύτόν άποκτεϊναι;» Λέγουσιν τω Πιλάτω· «Ζήλον εχουσιν ότι έν σαβ- βάτω θεραπεύει». Λέγει ό Πιλάτος· «Περί καλού έργου θέλουσιν αύτόν άποκτεϊναι ; »

expresiva, refiriéndose a este pasaje de los desposorios. Dice que María se desposó con José no maritalmente, sino para vivir bajo su custodia: καί ή μήτηρ αύτοΰ Μαρία εδόθη τω "Ιωσήφ εις μυηστείαν, ού γαμικήν άλλ' εΙ; τήρησιν.

De hecho, sin embargo, ambos contrajeron verdadero matrimonio, que- dando siempre a salvo la virginidad de María.

ACTAS DE PILATO

437

III

1. Y, lleno de ira, salió fuera del pretorio y les dijo: «Pongo por testigo al sol de que no encuentro culpa alguna en este hombre». Respondieron los judíos y dijeron al gobernador: «Si no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado». Y dijo Pilato: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestras leyes». Di- jeron entonces los judíos a Pilato: «A nosotros no nos está permitido matar a nadie.» A lo que repuso Pilato: «A vosotros que os prohibió Dios matar, pero ¿y a mí?»

2. Y, entrando de nuevo Pilato en el pretorio, llamó a Jesús por separado y le dijo: «¿Tú eres el rey de los judíos?» Respondió Jesús: «¿Dices esto por cuenta propia o te lo han dicho otros acerca de mí?» Pilato replicó: «¿Pero es que soy yo acaso también judío? Tu pueblo y los pontífices te han puesto en mis manos, ¿qué es lo que has hecho?» Respondió Jesús: «Mi reino no es de este mundo, pues, de lo contrario, mis servidores hubieran luchado para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí». Dijo entonces Pilato: «¿Luego eres rey?» Respondió Jesús: «Tú dices que yo soy rey; pues para esto he nacido y he venido al mundo, para que

III

ι. Και θυμοΰ πλησθείς ό Πιλάτος έξήλθεν έξω τοΰ ττραιτωρίου και λέγει αύτοΐς· «Μάρτυρα έχω τόν ήλιου δτι ούδεμίαν ευρίσκω αίτίαν έν τω άνθρώπω τούτω». Άττεκρίθησαν οί Ιουδαίοι και είπαν τω ήγεμόνι· «Εί μή ήν ούτος κακοποιός, ουκ άν σοι παρεδώκαμεν αύτόυ». Είπεν δέ ό Πιλάτος- «Λάβετε αύτόν ύμεΐς και κατά τόν νόμον υμών κρίνατε αϋτόν». Είπαν oi Ιουδαίοι τω Πιλάτω· «Ήμΐν οΰκ εξεστιν άττοκτεΐναι ούδένα» 20. Είττεν ό Πιλάτος· «Ύμΐν είττεν ό Θεός μή άττοκτεΐναι, άλλ' έμοί;»

2. Και είσήλθεν πάλιν εις τό πραιτώριον ό Πιλάτος κα'ι έφώνησεν τόν Ίησοΰν κατ' ιδίαν και είπεν αύτω· «Συ εΐ ό βασιλεύς τών Ιου- δαίων;» Άπεκρίθη ό Ίησοϋς τω Πιλάτω· «Άφ' έαυτοΰ συ τοΰτο λέγεις ή άλλοι σοι είπον περί έμοϋ;» Άπεκρίθη ό Πιλάτος πρός τόν Ίησοΰν «Μήτι κάγώ Ιουδαίος είμι; Τό έθνος τό σόν και oi άρχιερεΐς παρέδωκάν σε έμοί· τί έποίησας;» Άπεκρίθη Ίησοΰς- «Ή βασιλεία ή έμή ούκ εστίν έκ τοΰ κόσμου τούτου· εί γάρ εκ του κόσμου τούτου ήν ή βασιλεία ή έμή, oi ύπηρέται άν oi έμοί ήγωνίζοντο ϊνα μή παραδοθώ τοις Ίουδαίοις· νυνί ή βασιλεία ή έμή ουκ εστίν έντεΰθεν». Είπεν ό Πιλάτος· «Ούκοΰν βασιλεύς εί σύ;» Άπεκρίθη αΰτώ ό Ίησοΰς· «Σύ λέγεις ότι βασιλεύς εΐμι έγώ· εις τοΰτο γάρ γεγέννημαι κα'ι έλήλυθα, ίνα πάς ό ών εκ της

20 Cf. Ιο. ι8,30-3ΐ.

43S

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

todo el que es de la verdad, oiga mi voz». Díjole Pilato: «¿Qué es la verdad?» Respondió Jesús: «La verdad proviene del cielo». Dijo Pilato: «¿No hay verdad sobre la tierra?» Y respondió Jesús a Pilato: «Estás viendo cómo son juzgados los que dicen la verdad por los que ejercen el poder sobre la tierra».

IV

1. Y, dejando a Jesús en el interior del pretorio, salió Pi- lato hacia los judíos y les dijo: «Yo no encuentro culpa alguna en él». Replicaron los judíos: «Este ha dicho: Yo soy capaz de destruir este templo y reedificarlo en tres días». Dijo Pilato: «¿Qué templo?» Respondieron los judíos: «Aquel que edificó Salomón en cuarenta y seis años, éste dice que lo va a destruir y reedificar en el término de tres días». Dijo Pilato: «Soy ino- cente de la sangre de este justo; vosotros veréis». Y dijeron los judíos: «Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos».

2. Pilato entonces llamó a los ancianos, a los sacerdotes y a los levitas y les dijo en secreto: «No obréis así, pues ninguna

αληθείας άκούση μου της φωνής». Λέγει αύτώ ό Πιλάτος- «Τί εστίν αλή- θεια;» 21 Λέγει αύτώ ό Ίησοΰς· «Αλήθεια έξ ούρανοΰ». Λέγει ό Πιλά- τος- «Έπί γης αλήθεια ουκ εστίν;» Λέγει ό Ίησοΰς τω Πιλάτω- «Όράς οί τήν άλήθειαν λέγοντες πώς κρίνονται άπό των εχόντων τήν έξουσίαν έπί γης».

IV

ι. Και καταλείπων τόν Ίησοΰν έσω του πραιτωρίου έξήλθεν ό Πι- λάτος προς τους Ιουδαίους και λέγει αύτοΐς- «Έγώ ούδεμίαν αΐτίαν ευ- ρίσκω εν ούτω». Λέγουσιν αύτώ οϊ Ιουδαίοι· «Ούτος είπεν- Δύναμαι τόν ναόν τοΰτον καταλΰσαι κα'ι διά τριών ήμερών οίκοδομήσαι αυτόν» 22. Λέγει ό Πιλάτος- «Ποίον ναόν;» Λέγουσιν οϊ Ιουδαίοι- «Όν οϊκοδόμησεν Σολομών έν τεσσαράκοντα κα'ι εξ έτεσιν, ούτος λέγει λύειν κα'ι οίκοδομεϊν αυτόν διά τριών ήμερών». Λέγει αϋτοίς ό Πιλάτος- «Άθώός ειμί άπό του αίματος του άνθρωπου του δικαίου τούτου· υμείς δψεσθε». Λέγουσιν οί Ιουδαίοι- «Τό αίμα αύτοΰ έφ'ήμάς και έπί τά τέκνα ήμών».

2. Προσκαλεσάμενος δέ ό Πιλάτος τούς πρεσβυτέρους κα'ι Ιερείς κα'ι λευίτας, είπεν αύτοΐς λαθραίως· «Μή ούτως ποιήσατε- ούδέν γάρ έστιν

21 Cf. Ιο. 18,33-38- Es curiosa la respuesta que da Jesús a esta pregun- ta; no figura en el citado pasaje de San Juan.

22 Cf. Mt. 26,60 y Me. 12,57, en Que esta acusación es presentada, no ante el tribunal de Pilato, sino ante el de Caifás. El códice C de la rec. Β hace intervenir al pontífice en esta ocasión, conjurando a Jesús para que diga si es el Cristo, el Hijo de Dios vivo (cf. Mt. 26,63).

ACTAS DE PILATO

las

de vuestras acusaciones merece la muerte, ya que éstas se re- fieren a las curaciones y a la profanación del sábado». Respon- dieron los ancianos sacerdotes y levitas: «Si uno blasfema contra el César, ¿es digno de la muerte o no?» Díjoles Pilato: «Digno es de la muerte». Dijeron los judíos: «Pues si uno por blasfemar contra el César es digno de la muerte, sábete que éste ha blas- femado contra Dios».

3. Mandó después el gobernador que salieran los judíos del pretorio, y, llamando a Jesús, le dijo: «¿Qué voy a hacer contigo?» Respondió Jesús: «Obra como te ha sido dado». Dijo Pilato: «¿Y cómo me ha sido dado?» Respondió Jesús: «Moisés y los profetas hablaron acerca de mi muerte y de mi resurrec- ción». Los judíos y los oyentes preguntaron entonces a Pilato, diciendo: «¿Para qué has de seguir oyendo esta blasfemia?» Res- pondió Pilato: «Si estas palabras son blasfemas, prendedle vos- otros por blasfemia, llevadle a vuestra sinagoga y juzgadle se- gún vuestra ley». Replicaron los judíos: «Está escrito en nuestra ley que, si un hombre peca contra otro hombre, merece recibir cuarenta azotes menos uno; pero que, si uno blasfema contra Dios, debe ser lapidado».

δ κατηγορήσατε αύτοΰ άξιον θανάτου- ή γάρ κατηγορία υμών περί Θεραπείας εστίν και βεβηλώσεων σαββάτου». Λέγουσιν οί πρεσβύτεροι και οί ιερείς και οί λευΐται τω Πιλάτω· «Κατά Καίσαρος έάν τις βλασφη- μήση άξιος θανάτου εστίν ή ού;» Λέγει ό Πιλάτος· «"Αξιός εστίν θανά- του». Λέγουσιν οί Ιουδαίοι τώ Πιλάτω· «Εί εις Καίσαρα έάν τις βλασ- φημήση άξιός έστιν θανάτου, ούτος δέ κατά του Θεού έβλασφήμησεν» 23.

Έκέλευσε δέ ό ήγεμών έξελθείν τους Ιουδαίους εξω του πραιτω- ρίου, και προσκαλεσάμενος τον Ίησοϋν λέγει αϋτώ· «Τί ποιήσω σοι;» Λέγει Ιησούς τω Πιλάτω- «Ώς εδόθη σοι». Λέγει ό Πιλάτος- «Πώς έδόθη;» Λέγει ό Ίησοϋς- «Μωϋσής και οί προφήται προεκήρυξαν περί του θανά- του μου και της αναστάσεως». Παριστορήσαντες δέ οί Ιουδαίοι και [οί] άκοϋσαντες λέγουσιν τω Πιλάτω- «Τί πλεΐον έχεις άκούσαι της βλασφη- μίας ταύτης;» Λέγει ό Πιλάτος τοις Ίουδαίοις- «Εί ούτος ό λόγος βλάσφη- μος έστιν, περί της βλασφημίας λάβετε αύτόν ύμεΐς και άπαγάγετε εις την συναγωγήν ύμών, και κατά τόν νόμον υμών κρίνατε αύτόν». Λέ- γουσιν οί Ιουδαίοι τω Πιλάτω- «Ό νόμος ημών περιέχει- "Ανθρωπος εις άνθρωπον έάν άμαρτήση, άξιός έστιν λαμβάνειν τεσσαράκοντα παρά μίαν- ό δέ εις Θεόν βλασφημών, λιθοβολία λιθοβολεΐσθαι αύτόν» 24.

23 En el códice A la antítesis aparece más clara: καΐ εί θανάτου άξιός έστιν ό κατά Καίσαρος βλασφήμησα;, πώ$ oCrros οΰκ άττοκτανθήσεται κατά ΘεοΟ βλασ- φήμησα;;

24 Aquí la rec. Β hace intervenir de nuevo a Procla, la cual envía un mensajero a Pilato para recomendarle que no haga nada malo contra Jesús.

440

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

4. Díjoles Pilato: «Tomadle por vuestra cuenta y casti- gadle como queráis». Replicaron los judíos: «Nosotros quere- mos que sea crucificado». Repuso Pilato: «No merece la cru- cifixión».

5. Echó entonces el gobernador una mirada en derredor suyo sobre las turbas de judíos que estaban presentes, y, al ver que muchos lloraban, exclamó: «No toda la multitud quiere que muera». Dijeron los ancianos de los judíos: «Para esto hemos ve- nido todos en masa, para que muera». Preguntóles Pilato: «¿Y por qué va a morir?» Respondieron los judíos: «Porque se llamó a mismo Hijo de Dios y rey».

V

1. Mas cierto judío por nombre Nicodemo se puso ante el gobernador y le dijo: «Te ruego, bondadoso como eres, me permitas decir unas palabras». Respondió Pilato: «Habla». Y dijo Nicodemo: «Yo he hablado en estos términos a los ancianos, a los levitas y a la multitud entera de Israel reunida en la sinago- ga: ¿Qué pretendéis hacer con este hombre? El obra muchos milagros y portentos que ningún otro fué ni será capaz de hacer.

4. Λέγει αϋτοΐς ó Πιλάτος- «Λάβετε αυτόν ύμεΐς και οϊω βούλεσθε τρόπω άμύνασθε αυτόν». Λέγουσιν oi Ιουδαίοι τω Πιλάτω- «Ήμεΐς βουλόμεθα 'ίνα σταυρωθή». Λέγει ό Πιλάτος- «Ουκ εστίν άξιος σταυ- ρωθήναι».

5. Περιβλεψάμενος δέ ό ήγεμών τους περιεστώτας όχλους των Ιου- δαίων θεωρεί πολλούς δακρύοντας τών Ιουδαίων, και λέγει- «Οΰ παν τό πλήθος βούλεται αυτόν άποθανεΐν» 25. Λέγουσιν οί πρεσβύτεροι τών Ιουδαίων «Δια τούτο ήλθαμεν άπαν τό πλήθος 'ίνα άποθάνη». Λέγει ό Πιλάτος τοις Ίουδαίοις- «Ίνατί άποθάνη;» Λέγουσιν οί Ιουδαίοι- «"Οτι εΐπεν αυτόν υίόν ΟεοΟ καϊ βασιλέα».

V

ι. Νικόδημος δέ τις άνήρ Ιουδαίος εστη έμπροσθεν τοΰ ήγεμόνος καϊ λέγει- «Άξιώ, ευσεβή, κέλευσόν μοι ειπείν ολίγους λόγους». Λέγει ό Πιλάτος- «Είπέ». Λέγει ό Νικόδημος- «Έγώ εϊπον τοις πρεσβυτέροις και τοις Ιερεΰσι και λευίταις καϊ παντί τω πλήθει τών Ιουδαίων έν τή συναγωγή- Τί ζητείτε μετά τοΰ άν3ρώπου τούτου; Ό άνθρωπος ούτος πολλά σημεία ποιεί καϊ παράδοξα, ά ούδείς άλλος έποίησεν ούδέ ποιή- σει. "Αφετε αυτόν καϊ μή βούλεσθέ τι πονηρόν κατ' αύτοΰ- εΐ έκ ΘεοΟ

25 El códice A intercala aquí una pregunta que Pilato dirige a la turba, y la respuesta de ésta: βούλεσθέ καϊ ϋμεϊ; άττοκτανθηναι αϋτόν; 01 δέ εϊπον- Ού βουλόμεθα, ότι αΐτίαν ούχ εϋρίσκομεν.

ACTAS DE ΡΠ.ΑΤΟ

441

Dejadle en paz y no maquinéis nada contra él: si sus prodigios tienen origen divino, permanecerán firmes; pero, si tienen ori- gen humano, se disiparán. Pues también Moisés, cuando fué enviado de parte de Dios a Egipto, hizo muchos prodigios, se- ñalados previamente por Dios, en presencia del Faraón, rey de Egipto. Y estaban allí unos hombres al servicio del Faraón, Jam- nes y Jambres, quienes obraron a su vez no pocos prodigios como los de Moisés, y los habitantes de Egipto tenían por dio- ses a Jamnes y a Jambres. Mas, como sus prodigios no prove- nían de Dios, perecieron ellos y los que les daban crédito. Y aho- ra dejad libre a este hombre, pues no es digno de muerte».

2. Dijeron entonces los judíos a Nicodemo: «Tú te has hecho discípulo suyo y así hablas en su favor». Díjoles Nicode- mo: «¿Pero es que también el gobernador se ha hecho discípulo suyo y habla en su defensa? ¿No le ha puesto el César en esta dignidad?» Estaban los judíos rabiosos y hacían rechinar sus dientes contra Nicodemo. Díjoles Pilato: «¿Por qué hacéis cru- jir vuestros dientes contra él al oír la verdad?» Dijeron los judíos a Nicodemo: «Para ti su verdad y su parte». Dijo Nicodemo: «Amén, amén; sea para como habéis dicho».

εστίν τά σημεία ά ποιεί, σταθήσονται· εί δέ έξ ανθρώπων, καταλυθή- σονται 26. Και γαρ Μωϋσής άποσταλείς παρά θεού εις Αΐγυπτον έποίη- σεν σημεία πολλά ά εΐπεν ούτω ό θεός έμπροσθεν Φαραώ βασιλέως Αιγύπτου. Και ήσαν εκεί άνδρες θεράποντες Φαραώ Ίαμνής και Ίαμ- βρής, και εποίησαν και αύτο'ι σημεία ουκ ολίγα, ά έποίει Μοϋσής, και είχον αυτούς oi Αιγύπτιοι ώς θεούς, τόν Ίαμνήν και τόν Ίαμβρήν. Κα'ι επειδή τά σημεία ά εποίησαν ούκ ήσαν έκ θεού, άπώλοντο και αύτοί και οί πιστεύοντες αύτοΐς 27. «αϊ νυν άφετε τόν άν3ρωπον τούτον· ού γάρ άξιός εστίν θανάτου».

2. Λέγουσιν τω Νικοδήμω οϊ Ιουδαίοι- «Σύ μαθητής αύτοΰ έγέ- νου, κα'ι τόν λόγον ύπέρ αύτοΰ ποιείς». Λέγει πρός αύτούς ó Νικόδη- μος- «Μή και ó ήγεμών μαθητής αύτοΰ έγένετο και τόν λόγον ύπέρ αύτοΰ ποιεί; Ού κατέστησεν αυτόν ό Καίσαρ επί τοΰ άξιώματος τού- του;» τΗσαν δέ οί Ιουδαίοι έμβριμούμενοι και τρίζοντες τούς οδόντας αύτών κατά τοΰ Νικόδημου. Λέγει πρός αύτούς ό Πιλάτος- «Τί τούς οδόντας τρίζετε κατ'αύτοΰ άλήθειαν άκούσαντες;» Λέγουσιν οί Ιου- δαίοι τω Νικοδήμω- «Την άλήθειαν αύτοΰ λάβης και τό μέρος αύτοΰ». Λέγει ό Νικόδημος- «Αμήν αμήν λάβω καθώς είπατε».

26 Estas palabras son las que ponen los Hechos de los Apóstoles (5,38-40) en boca de Gamaliel en idénticas circunstancias.

27 La rec. Β alude en este punto a la resurrección de Lázaro, de quien se dice que vive aúr. para confirmar la consistencia de las palabras y hechos de Jesús.

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

VI

1. Mas uno de los judíos se adelantó y pidió la palabra al gobernador. Este le dijo: «Si algo quieres decir, dilo». Y el judío habló así: «Yo estuve treinta y ocho años echado en una litera, lleno de dolores. Cuando vino Jesús, muchos que estaban en- demoniados y sujetos a diversas enfermedades fueron curados por El. Entonces se compadecieron de unos jóvenes y, co- giéndome con litera y todo, me llevaron hasta El. Jesús, al ver- me, se compadeció de y me dijo: Toma tu camilla y anda.

Y tomé mi camilla y me puse a andar». Dijeron entonces los judíos a Pilato: «Pregúntale qué día era cuando fué curado».

Y dijo el interesado: «Era en sábado». Dijeron los judíos: «¿No te habíamos informado ya de que curaba en sábado y echaba demonios?»

2. Otro judío se adelantó y dijo: «Yo era ciego de naci- miento, oía voces, pero no veía a nadie; y, al pasar Jesús, grité a grandes voces: Hijo de David, apiádate de mí. Y se compade- ció de mí, impuso sus manos sobre mis ojos y recobré en seguida la vista». Y otro judío se adelantó y dijo: «Estaba encorvado y

VI

1. Eis δέ των Ιουδαίων παραπηδήσας ήξίου τόν ηγεμόνα λόγον είττεΐν. Λέγει ό ήγεμών «Εϊ τι θέλεις ειπείν, εΐττέ». Ό δέ Ιουδαίος έφη- «Εγώ τριάκοντα οκτώ ετη έν κλίνη κατεκείμην έν οδύνη πόνων. Και έλθόντος τού Ίησοΰ ττολλοί δαιμονιζόμενοι και ποικίλαις νόσοις κατα- κείμενοι έθεραττεύθησαν ύπ'αύτοΰ. Καί τίνες νεανίσκοι κατελεήσαντές με έβάστασάν με μετά της κλίνης και άπήγαγόν με ττρός αύτόν. Καί ίδών με ό Ίησοΰς έσπλαγχνίσθη καί εΐττέν μοι- τΑρόν σου τόν κράββατον καί περιπατεί. Καί ήρα τόν κράββατόν μου καί περιεπάτησα» 28. Λέ- γουσιν οί Ιουδαίοι τω Πιλάτω- «Έρώτησον αυτόν ποία ημέρα ήν δτε έθεραπεύθη». Λέγει ό θεραπευθείς- «Έν σαββάτω». Λέγουσιν οί Ιουδαίοι- «Μη οΰχ ούτως έδιδάξαμεν ότι έν σαββάτω θεραπεύει καί δαίμονας έκβάλλει ; »

2. Καί άλλος Ιουδαίος παραπηδήσας λέγει- «Έγώ τυφλός έγεννή- θην, φωνήν ήκουον καί πρόσωπον ούκ εβλεπον καί παράγοντος τού Ιησού έκραξα φωνή μεγάλη- έλέησόν με, υιέ Δαυίδ. Καί έλέησέν με καί έπέθηκεν τάς χείρας αύτοΰ έπί τούς οφθαλμούς μου, καί άνέβλεψα πα- ραχρήμα» 2 9. Καί άλλος Ιουδαίος παραπηδήσας είπεν «Κυρτός ήμην,

28 Cf. Ιο. 5.5-ΙΟ.

29 Cf. Me. 10,47.

ACTAS DE PILATO

443

me enderezó con una palabra». Y otro dijo: «Había contraído la lepra y me curó con una palabra».

VII

Y cierta mujer llamada Bernice (Verónica) empezó a gritar desde lejos, diciendo: «Encontrándome enferma con flujo de sangre, toqué la fimbria de su manto y cesó la hemorragia, que había tenido doce años consecutivos». Dijeron los judíos: «Hay un precepto que prohibe presentar como testigo a una mujer».

VIII

Y algunos otros, multitud de varones y de mujeres, gritaban diciendo: «Este hombre es profeta y los demonios se le some- ten». Dijo Pilato a los que esto afirmaban: «¿Por qué no se le han sometido también vuestros maestros?» Ellos respondieron: «No sabemos». Otros afirmaron que había resucitado del se- pulcro a Lázaro, difunto de cuatro días. Lleno entonces de miedo el gobernador, dijo a toda la multitud de judíos: «¿Por qué os empeñáis en derramar sangre inocente?»

και ώρθωσέ με λόγω». Kod άλλος εΐπεν «Λεπρός έγενόμην, και έθερά- πευσέν με λόγω».

VII

Και γυνή τις όνομα Βερνίκη, άπό μακρόθεν κράζουσα εΐπεν «Αίμορ- ροοϋσα ήμην, και ήψάμην τοΰ κρασπέδου τοΰ ιματίου αϋτοΰ και εστάλη ή ρύσις τοΰ αίματος ή δι' έτών δώδεκα» 30. Λέγουσιν οί Ιουδαίοι· «Νό- μον εχομεν γυναίκα εις μαρτυρίαν μή ύπάγειν».

VIII

Και άλλοι δέ τίνες πλήθος άνδρών τε και γυναικών εκραζον λέγον- τες· «Ούτος ό άνθρωπος προφήτης εστίν, και τά δαιμόνια αύτώ υποτάσ- σονται». Λέγει ό Πιλάτος προς τους είπόντας αύτώ ότι τά δαιμόνια αύτώ ύποτάσσονται· «Διατί και οί διδάσκαλοι υμών ούχ ύπετάγησαν οώτώ;» Λέγουτιν τώ Πιλάτω- «Ούκ οϊδαμεν». "Αλλοι δέ εΐπον ότι τόν Λάζαρον τεθνηκότα ήγειρεν έκ του μνημείου τετραήμερον. "Εντρομος δέ γενόμενος ό ήγεμών λέγει προς άπαν τό πλήθος τών Ιουδαίων «Τί θέλετε έκχέειν αίμα άθώον;»

30 Cf. Mt. 0,20. Puede verse Ιο que decimos acerca de esta mujer en la nota i de la Muerte de Pilato.

444

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

IX

1. Y, después de llamar a Nicodemo y a aquellos doce va- rones que afirmaban el origen limpio [de Jesús], les dijo: «¿Qué debo hacer, pues se está fraguando un alboroto entre el pue- blo?» Dijéronle: «Nosotros no sabemos; ellos verán». Convocó de nuevo Pilato a toda la multitud de judíos y les dijo: «Sabéis que tengo la costumbre de soltar un encarcelado en la fiesta de los Azimos. Pues bien, está preso en la cárcel y condenado un asesino llamado Barrabás, y tengo además a este Jesús que está en vuestra presencia, contra el cual no encuentro culpa alguna. ¿A quién queréis que os suelte?» Ellos gritaron: «A Barrabás». Díjoles Pilato: «¿Qué haré, pues, de Jesús, el llamado Cristo?» Respondieron los judíos: « ¡Sea crucificado!» Y algunos de entre ellos dijeron: «No eres amigo del César si sueltas a éste, porque se ha llamado a mismo Hijo de Dios y rey; según esto, quieres a éste por rey y no al César».

2. Pilato entonces, encolerizado, dijo a los judíos: «Vues- tra raza es revoltosa por naturaleza y hacéis frente a vuestros bienhechores». Dijeron los judíos: «¿A qué bienhechores?» Res- pondió Pilato: «Vuestro Dios os sacó de Egipto, librándoos de

IX

ι. Και προσκαλεσάμενος τον Νικόδημου και τούς δώδεκα άνδρας τούς είπόντας ότι ού γεγέννηται έκ πορνείας, λέγει αύτοΐς- «Τί ποιήσω ότι στάσις γίνεται έν τω λαώ;» Λέγουσιν αύτω· «Ήμεϊς ούκ οϊδαμεν. Αύτοι όψονται». Πάλιν ό Πιλάτος προσκαλεσάμενος άπαν τό πλήθος των Ιουδαίων λέγει· «Ο'ίδατε ότι συνήθεια ήμΐν εστίν κατά έορτήν των άζύμων ένα άπολύειν ύμΐν δέσμιον. "Εχω ένα κατάδικον δέσμιον έν τω δεσμωτηρίω φονέαν λεγόμενον Βαραββάν και τούτον τον στήκοντα κα- τενώπιον υμών τον Ίησοΰν, εις όν οϋδεμίαν αίτίαν ευρίσκω έν αύτώ. Τίνα θέλετε άπολύσω ύμΐν;» Οί δέ κράζουσιν «Βαραββάν». Λέγει αύ- τοϊς ό Πιλάτος· «Τί οΰν ποιήσω Ίησοΰν, τον λεγόμενον Χριστόν;» Λέγουοιν οί Ιουδαίοι· «ΣταυρωΘήτω». Τινές δέ τών Ιουδαίων άπεκρί- θησαν «Ούκ εΐ φίλος τοϋ Καίσαρος, εάν τούτον άπολύσεις, ότι εΐπεν εαυτόν υίόν Θεού και βασιλέα· θέλεις ουν τοΰτον βασιλέα και ού Καί- σαρα» 31.

2. ΘυμωθεΊς δέ ό Πιλάτος λέγει προς τους Ιουδαίους· «Άεΐ στα- σιαστόν τό έθνος ύμών και τοις εύεργέταις υμών αντιλέγετε». Λέγουσιν οί Ιουδαίοι· «Ποίοις εύεργέταις;» Λέγει ό Πιλάτος· «Ό Θεός ύμών άπό δουλείας σκληράς έξήγαγεν υμάς έκ της Αιγύπτου και δια θαλάσσης

31 Cf. Mt. 27,i5ss.; Mc.15.6ss.; Le. 23,i8ss.

ACTAS DE PILATO

445

una cruel esclavitud; os mantuvo incólumes a través del mar como a través de la tierra; os alimentó con maná en el desierto y os dió codornices; os abrevó con agua sacada de una roca y os dió una ley, y, después de todo esto, vosotros encolerizasteis a vuestro Dios, fuisteis tras un becerro fundido, exasperasteis a vuestro Dios y El se disponía a exterminaros; pero intercedió Moisés por vosotros y no fuisteis entregados a la muerte. Y aho- ra me denunciáis a por odiar al emperador».

3. Y, levantándose del tribunal, se disponía a salir. Pero empezaron a gritar los judíos, diciendo: «Nosotros reconocemos por rey al César y no a Jesús. Pues, además, los Magos vinieron a ofrecerle dones traídos del Oriente como a [su] rey; y, cuando Herodes se enteró por estos personajes de que había nacido un rey, intentó acabar con él. Pero vino en conocimiento de ello su padre José y le tomó juntamente con su madre y huyeron todos a Egipto. Y, cuando se enteró de esto Herodes, exterminó a los niños de los hebreos que habían nacido en Belén».

4. Cuando Pilato oyó estas palabras, temió, y después de imponer silencio a las turbas, pues estaban gritando, les dijo: «¿De manera que es éste aquel a quien Herodes buscaba?» Res- pondieron los judíos: «Sí, éste es». Entonces tomó agua Pilato y lavó sus manos cara al sol, diciendo: «Soy inocente de la san-

εσωσεν ύμάς ώς δια ξηράς και εν τή έρήμω διέθρεψεν ύμάς, μάννα και όρτυγομήτραν εδωκεν ύμϊν, και εκ πέτρας ύδωρ έττότισεν ύμάς, και νό- μον εδωκεν ύμϊν και έτη τούτοις όλοις τταρωργίσατε τον Θεόν ύμών και έζητήσατε μόσχον χωνευτόν, και τταρωξύνατε τον Θεόν ϋμών, και έζήτησεν άττοκτεΐναι Ομάς- και έλιτάνευσεν Μωυσής ύττέρ ύμών και ούκ έθανατώθητε. Και νΰν καταγγέλλετε μου δτι βασιλέα μισώ».

Άναστάς δέ άττό τοΟ βήματος έζήτει εξελθείν. Και κράζουσιν οί Ιουδαίοι λέγοντες- «Ήμεϊς βασιλέα οϊδαμεν Καίσαρα, και ού τόν Ίησοΰν. Και γάρ οί Μάγοι ττροσήνεγκαν αύτώ άττό άνατολών δώρα ώς βασιλεΐ. Και άκουσας ó Ηρώδης τταρά τών Μάγων ότι βασιλεύς έγεννήθη, έζή- τησεν άττοκτεΐναι αύτόν. Γνούς δέ αύτού ό ττατήρ Ιωσήφ παρέλαβεν αύτόν και τήν μητέρα αύτοΰ, και εφυγον εις Αϊγυτττον και άκουσας "Ηρώδης άττώλεσεν τούς τταΐδας τών Εβραίων τους γεννηθέντος έν Βη- θλεέμ».

Άκουσας δέ ό Πιλάτος τους λόγους τούτους έφοβήθη· και κατα- σιγήσας ό Πιλάτος τους όχλους, ότι έκραζον, λέγει αύτοΐς· «"Ωστε ούτός εστίν όν έζήτει Ηρώδης;» Λέγουσιν οί Ιουδαίοι- «Ναί, ούτος έστιν» 32. Και τότε λαβών ύδωρ ό Πιλάτος άττενίψατο τάς χείρας αύτού άττέναντι

32 Aquí la rec. Β intercala el episodio del proceso ante Herodes, a quien es remitido Jesús por Pilato. Cf. Le. 23,6-12.

446

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

gre de este justo; vosotros veréis». Y de nuevo comenzaron a gritar los judíos: «Su sangre sobre nosotros y sobre nues- tros hijos».

5. Entonces mandó Pilato que fuera corrido el velo del tribunal donde estaba sentado y dijo a Jesús: «Tu pueblo te ha desmentido como rey. Por eso he decretado que en primer lu- gar seas flagelado, de acuerdo con la antigua costumbre de los reyes piadosos, y que después seas colgado de la cruz en el huerto donde fuiste apresado. Y Dimas y Gzstas, ambos mal- hechores, serán crucificados juntamente contigo».

X

i. Salió, pues, Jesús del pretorio, acompañado de los dos malhechores. Y, en llegando al lugar convenido, le despojaron de sus vestiduras, le ciñeron un lienzo y le pusieron alrededor de las sienes una corona de espinas. A los dos malhechores les

τοΰ ηλίου λέγων «Άθώός ειμί άπό τοΰ αίματος του δικαίου τούτου- ϋμεΐς οψεσθε». Πάλιν κράζουσιν οί Ιουδαίοι ότι «τό αίμα αύτοΰ έφ' ήμδς και επί τά τέκνα ημών».

Τότε έκέλευσεν ό Πιλάτος τόν βήλον έλκυσθήναι τοΰ βήματος ού έκάζετο, και λέγει τω Ίησοΰ· «Τό έθνος τό σον κατήλεγξέ σε ώς βα- σιλέα· δια τούτο άττεφηνάμην ττρώτον φραγελλοΰσθαί σε δια τόν θεσμόν των ευσεβών βασιλέων, και τότε άναρτασθαι επί του σταυρού Ιν τω κήττω όπου έττιάσθης- καΐ Δυσμάς και Γέστας οί δύο κακούργοι συσταυ- ρωθήτωσάν σοι» 33.

Χ

ι. Κα! έξηλθεν ό Ίησοΰς εκ τοΰ ττραιτωρίου, και οί δύο κακούργοι σύν αύτώ. Και ότε απήλθαν επί τόν τόπον έξέδυσαν αύτόν τά ιμάτια αύτοΰ και περιέζωσαν αύτόν λέντιον 34 καί στέφανον έξ ακανθών πε- ριέθηκαν αύτώ περί τήν κεφαλήν ομοίως κα'ι τούς δύο κακούργους έκρέ-

33 Nótese el error topográfico; Jesús fué prendido en el monte de los Olivos y crucificado en el Gólgota.

Al final de este ciclo ofrecemos un curioso texto apócrifo de la sentencia que pronunció Pilato contra Jesús.

En este pasaje se da por primera vez a los ladrones los nombres de Dimas (Dismas) y Gestas. En el Ev. árabe' de la Infancia (c.23; cf. ibid., nota 25) se les llama Tito y Dúmaco. Pueden verse más detalles acerca de estos dos personajes en la Declaración de José, que insertamos después.

34 Quizá tenga aquí su origen la costumbre, corriente en nuestra ico- nografía, de representar a Jesús crucificado con un lienzo ceñido a la cintura.

ACTAS DE PILATO

447

colgaron de manera semejante. Mientras tanto, Jesús decía: «Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen». Y se repar- tieron los soldados sus vestiduras, y todo el pueblo estaba de pie contemplándolo. Y se burlaban de El los pontífices, lo mis- mo que los jefes, diciendo: «A otros salvó; sálvese, pues, a mismo; si éste es Hijo de Dios, que baje de la cruz». Los solda- dos, a su vez, se acercaban haciéndole burla y ofreciéndole vi- nagre mezclada con hiél, mientras decían: «Tú eres el rey de los judíos; sálvate a ti mismo». Y, después de proferir la sen- tencia, mandó [el gobernador] que a manera de título se es- cribiera encima [de la cruz] su acusación en griego, latín y he- breo, de acuerdo con lo que habían dicho los judíos: «Es rey de los judíos».

μασαν 3 5. Ό δέ Ιησούς έλεγεν «Πάτερ, άφες αύτοΐς· ού γαρ οϊδασιν τί ττοιοΰσιν». Και διεμερίσαντο τά ιμάτια αύτοΰ ο! στρατιώται και 'ίστατο ό λαός θεωρών αύτόν. Καϊ έξεμυκτήριζον αύτόν οΐ αρχιερείς και οί άρχον- τες σύν αύτοΐς λέγοντες· «"Αλλους εσωσεν, σωσάτω εαυτόν εΐ υίός έστιν τοΰ Θεοΰ ούτος καταβάτω άπό του σταυρού». Ένέπαιζον δέ αύτώ οί στρατιώται προσερχόμενοι κα'ι όξος μετά χολής ττροσφέροντες αύτώ, και έλεγον «Σύ εΐ ό βασιλεύς τών Ιουδαίων, σώσον σεαυτόν». Έκέλευ- σεν δέ μετά τήν άττόφασιν εις τίτλον έτπγραφήναι τήν αίτίαν αύτοΰ γράμ- μασιν έλληνικοϊς, ρωμαϊκοΐς και έβραϊκοΐς, καθώς είπαν οι Ιουδαίοι ότι «βασιλεύς έστιν τών Ιουδαίων» 36.

35 La rec. Β ofrece más pormenores de la subida al Calvario. Dice que, nada más pronunciarse la sentencia contra Jesús, los judíos empezaron a maltratarle: unos le herían con varas (nervios de toro); otros le golpeaban con los puños o con los pies, mientras que algunos le escupían en el rostro. A continuación prepararon la cruz y, echándosela sobre los hombros, le impelieron a caminar. Así llegó Jesús a la puerta de la ciudad con la cruz a cuestas. Pero, encontrándose desfallecido por sus llagas y por lo pesado del madero y teniendo los judíos, por otra parte, gran interés en que fuera crucificado cuanto antes, mandaron que se hiciera cargo del madero Simón de Cirene, padre de Alejandro y Rufo, que pasaba a la sazón por allí.

Juan al principio iba siguiendo el triste cortejo, pero luego se fué co- rriendo a toda prisa a dar cuenta a la Virgen de lo que pasaba, pues se encontraba ignorante de ello. Al oír la Virgen el relato, quedó transida de dolor y se fué en seguida, acompañada por Juan y por Marta, María Magdalena y Salomé, a la calle de la amargura. Al ver la comitiva, preguntó a Juan cuál era su hijo. El se lo señaló, diciéndole que era el que llevaba la corona de espinas y las manos atadas. La Virgen, que divisó a Jesús, cayó desmayada hacia atrás y estuvo bastante tiempo en el suelo. Cuando se reanimó, comenzó a prorrumpir una serie de estremecedoras exclamaciones y a golpear su pecho. Los judíos, al ver este espectáculo, quisieron alejarla; pero María permaneció firme junto a su hijo.

36 Cf. Le. 23,35-39. La rec. Β trae aquí el episodio de lo. 19,26, en que Jesús confía su madre a los cuidados del discípulo amado. Después vienen los judíos y echan lejos al grupo de amigos de Jesús,

448

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

2. Y uno de aquellos ladrones que habían sido colgados, le dijo así: «Si eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros». Mas Dimas por respuesta le increpaba diciendo: «¿Tú no temes para nada a Dios, aun estando en la misma condenación? Y a nosotros ciertamente bien nos está, pues recibimos la justa re- compensa de nuestras obras; pero éste nada de malo ha hecho». Y decía: «Acuérdate de mí, Señor, en tu reino». Y le dijo Jesús: «En verdad, en verdad te digo que hoy vas a estar conmigo en el paraíso».

XI

i. Era como la hora de sexta, cuando se cernieron las ti- nieblas sobre la tierra hasta la hora de nona por haberse oscu- recido el sol; y el velo del templo se rasgó por la mitad. Jesús entonces dio una gran voz y dijo: «Padre, baddach efkid ruel», que significa: «En tus manos encomiendo mi espíritu». Y, en diciendo esto, entregó su alma. Al ver el centurión lo ocurrido, alabó a Dios, diciendo: «Este hombre era justo». Y todas las tur- bas que asistían al espectáculo, al contemplar lo ocurrido, se volvían golpeándose el pecho.

2. Είς δέ των κρεμασθέντων κακούργων έφη αύτω λέγων «Ei σύ εί ό Χριστός, σώσον σεαυτόν και ή μας». Αποκριθείς δέ Δυσμάς έττετίμα αύτω λέγων «Ούδέν φοβή σύ τον Θεόν, ότι έν τω αύτω κρίματι εί; Και ημείς μέν δικαίως· άξια γάρ ώυ έττράξαμεν άπολαμβάνομεν ούτος δέ ούδέν κακόν έττοίησεν». Και έλεγεν «Μνήσθητί μου, Κύριε, έν τη βασιλεία σου». ΕΙπεν δέ αύτω ó Ιησούς· «Αμήν αμήν λέγω σοι ότι σήμερον μετ' έμοΰ έν τω πσραδείσω εί» 37.

XI

I. τΗν δέ ώσεί ώρα έκτη και σκότος έγένετο έπί τήν γήν έως ώρας ένατης του ήλιου σκοτισθέντος, και έσχίσθη τό καταπέτασμα τοΰ ναού μέσον. Φωνήσας φωνή μεγάλη ό Ιησούς είπεν «Πάτερ, βαδδάχ έφκίδ ρουέλ», ό ερμηνεύεται· «Εις χεΐράς σου παρατίθημι τό ττνεΰμά μου». Και τούτο είττών παρέδωκε τό πνεύμα. Ίδών δέ ό έκατόνταρχος τό γενόμε- νον έδόξασεν τόν Θεόν λέγων ότι «ό άνθρωπος ούτος δίκαιος ην», και πάντες οί παραγενόμενοι όχλοι έπί τήν θεωρίαν ταύτην θεωρούντες τά γενόμενα, τύπτοντες εαυτών τά στήθη ύπέστρεφον 3 8.

37 Cf. Le. 23,39-44- El códice D (en el c.9,5) incluye este episodio de los ladrones en términos muy parecidos a los de la Declaración de José. Los códices CB de la rec. Β intercalan aquí el relato del encuentro entre Dimas, el buen ladrón, y la Sagrada Familia durante la huida a Egipto. Cf. Ev. árabe de la Infancia c.23.

3 8 Cf. Le. 23,44-49.

ACTAS DE PILATO

449

2. El centurión, por su parte, refirió al gobernador lo acae- cido. Este, al oírlo, se contristó, lo mismo que su mujer, y am- bos pasaron todo aquel día sin comer ni beber. Después Pilato hizo llamar a los judíos y les dijo: «¿Habéis visto lo que ha ocu- rrido?» Mas ellos respondieron: «Ha sido un simple eclipse de sol, como de ordinario».

3. Mientras tanto, sus conocidos estaban a lo lejos; y las mujeres que le habían acompañado desde Galilea estaban con- templando todo esto. Mas había un hombre llamado José, se- nador, oriundo de Arimatea, el cual esperaba el reino de Dios. Este, pues, se acercó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Des- pués fué a descolgar el cadáver, lo envolvió en una sábana lim- pia y lo depositó en un sepulcro tallado en piedra que estaba aún sin estrenar.

2. Ό δέ έκατόνταρχος άνήνεγκεν τώ ήγεμόνι τά γενόμενα. Άκουσας δέ ό ήγεμών και ή γυνή αύτοϋ έλυπήθησαν σφόδρα και ούκ εφαγον ούδέ ετπον έν τη ημέρα εκείνη. Μεταπεμψάμενος δέ ό Πιλάτος τους Ιουδαίους επτεν αΰτοΐς· «Έθεωρήσατε τά γενόμενα;» Οί δέ λέγουσιν «Έκλειψις ήλίου γέγονεν, κατά τό είωθός» 39.

Είστήκεισαν δέ οί γνωστοί αύτοϋ από μακρόθεν και γυναίκες αί συνελθοΰσαι αϋτω άττό της Γαλιλαίος όρώσαι ταΰτα. Άνήρ δέ τις όνομα Ιωσήφ, βουλευτής άπά Άριμαθαίας πόλεως υπάρχων, προσδεχόμενος τήν βασιλείαν τοΰ Θεοΰ, ούτος προσελθών τω Πιλάτω ήτήσατο τό σώμα του Ίησοΰ. Και καθελών αύτό ένετύλιξεν έν σινδόνι καθαρά, και εθηκεν αυτό έν μνημείω λαξευτώ έν φ ουδείς ούδέπω ην κείμενος 4(λ

39 El códice A añade : εφη αντοΐ; ό Πιλάτος· «Μιαρώτατοι, ούτως ε!ς πάντα αληθεύετε; Έγώ οίδα ούκ άλλοτε ποτέ τούτο γενόμενον εί μή έν σελήνης γέννα. Τό yáp Πάσχα ύμών τη χθές ημέρα έφάγετε τη τεσσαρεσκαι δεκάτη τοΰ μηνός, καΐ λέγετε ότι έκλειψις ήλίου έγένετο».

El códice A de la rec. Β inserta aquí el episodio de la desesperación de Judas (Mt. 27,3ss.), provocada, según él, por los insultos y denuestos de que le hacía objeto el pueblo, al ser sabedor de la traición que había per- petrado.

40 Cf. Le. 23,49ss. La rec. Β describe minuciosamente esta petición José a Pilato, dando una vez más testimonio de la inocencia de éste en relación con la muerte de Jesús. A continuación inserta las lamentaciones en que prorrumpieron la Virgen María, la Magdalena y José de Arimatea.

Ev. apócrifos

15

450

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

XII

i. Cuando los judíos oyeron decir que José había pedido el cuerpo de Jesús, comenzaron a buscarle a él, así como tam- bién a aquellos que habían declarado que Jesús no había nacido de fornicación, a Nicodemo y a muchos otros que se habían pre- sentado ante Pilato para dar a conocer sus buenas obras. Y, ha- biéndose escondido todos, sólo apareció Nicodemo, porque era varón principal entre los judíos. Díjoles, pues, Nicodemo: «¿Cómo habéis entrado en la sinagoga?» Respondieron los ju- díos: «¿Y tú? ¿Cómo has entrado en la sinagoga? Puesto que eres su cómplice, sea también su parte contigo en el siglo ve- nidero». Y dijo Nicodemo: «Sea así, sea así». José, a su vez, se presentó de manera parecida y les dijo: «¿Por qué os habéis apesadumbrado contra por haber reclamado el cuerpo de Jesús? Pues sabed que lo he depositado en mi sepulcro nuevo, después de haberlo envuelto en una sábana blanca, y que he hecho correr la piedra sobre la entrada de la gruta. Mas vos- otros no os portasteis bien con el justo aquel, puesto que, no contentos con crucificarle, le traspasasteis también con una lanza». Los judíos entonces detuvieron a José y mandaron que fuera puesto a buen recaudo hasta el primer día de la semana. Después le dijeron: «Bien sabes que lo avanzado de la hora no

XII

I, Άκούσαντες δέ Ιουδαίοι ότι το σώμα τοΰ Ίησοΰ ήτήσατο ó Ιωσήφ, έζήτουν αυτόν και τούς δώδεκα τούς είπόντσς ότι ού γεγέννηται έκ πορνείας ó Ίησοΰς καί τόν Νικόδημον καί άλλους έτερους πολλούς, ο'ίτινες παραπηδήσαντες έμπροσθεν τοΰ Πιλάτου τά έργα αύτοΰ έφανέ- ρωσαν τά αγαθά. Πάντων δέ άποκρυβέντων μόνος ό Νικόδημος ώφθη αύτοις ότι άνήρ άρχων ήν τών Ιουδαίων. Καί λέγει αύτοΐς ό Νικόδημος- «Πώς εισήλθατε είς τήν συναγωγήν;» Λέγουσιν ούτω οί Ιουδαίοι· «Σύ πώς εισήλθες είς τήν συναγωγήν; "Οτι συνίστωρ αύτοΰ εί καί τό μέρος αύτοΰ μετά σοΰ έν τω μέλλοντι αΐώνι» Λέγει ό Νικόδημος- «Αμήν άμήν». Όμοίως δέ καί ό Ιωσήφ παρεκβάς είπεν αύτοΐς· «Τί ότι έλυπήθητε κατ' έμοΰ, διότι ήτησάμην τό σώμα τοΰ Ίησοΰ; Ιδού έν τω καινώ μου μνημείω έθηκα αύτόν, έντυλίξας αύτόν σινδόνι καθαρά, καί έπεκύλισα λίθον έπί τήν θύραν τοΰ σπηλαίου. Καί ού καλώς έπράξατε κατά τοΰ δικαίου ότι ού μετεμελήθητε σταυρώσαντες αύτόν, άλλά καί λόγχη αύτόν έκεντήσα- τε». Κρατήσαντες δέ οί Ιουδαίοι τόν Ιωσήφ έκέλευσαν αύτόν άσφαλισ- θήναι μέχρι της μιας τοΰ σαββάτου, καί λέγουσιν ούτω- «Γίνωσκε ότι ή ώρα ούκ απαιτεί πραξαί τι κατά σοΰ, ότι σάββατον διαφαύει· γίνωσκε

ACTAS DE PILATO

451

nos permite hacer nada contra ti, pues el sábado está ya ama- neciendo; pero sábete que ni siquiera se te hará la gracia de darte sepultura, sino que expondremos tu cuerpo a las aves del cielo». Repuso José: «Esta manera de hablar es la del soberbio Goliat, que injurió al Dios vivo y al santo David. Pues dijo el Señor por medio del profeta: Λ me corresponde la venganza y yo retribuiré, dice el Señor. Y poco ha, uno que es incircun- ciso según la carne, pero circunciso de corazón, tomó agua, se lavó las manos cara al sol y dijo: Soy inocente de la sangre de este justo; vosotros veréis. Mas vosotros respondisteis a Pilato: Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Ahora, pues, temo no vaya a venir la ira del Señor sobre vosotros y sobre vuestros hijos, como dijisteis». Al oír los judíos estas palabras, se llenaron de rabia en su corazón, y, después de echar mano a José, lo detuvieron y encerraron en una casa donde no había ventana alguna; después sellaron la puerta tras la que estaba en- cerrado José y quedaron junto a ella unos guardianes.

2. Y el sábado dieron una disposición los archisinagogos, los sacerdotes y los levitas para que al día siguiente se encon- traran todos en la sinagoga. Y muy de madrugada la multitud entera se puso a deliberar qué clase de muerte habían de darle.

δέ ότι ούδέ ταφής καταξιωθήση, άλλά δώσομεν τάς σάρκας σου τοις πετεινοΐς τοΰ ουρανού». Λέγει αύτοΐς ó Ιωσήφ· «Ούτος ό λόγος του ϋττερηφάνου εστίν Γολιάθ, δς ώνείδισεν Θεόν ζώντα και τόν άγιον Δαυίδ. Εΐπεν γαρ ό Θεός διά τοΰ προφήτου· Έμοί έκδίκησις, κάγώ άνταττο- δώσω, λέγει Κύριος. Και νΰν ό άκρόβυστος τή σαρκί και ιτεριτεμνόμενος τή καρδία λαβών ύδωρ άπενίψατο τάς χείρας αύτοϋ κατέναντι τοΰ ήλίου λέγων Άθώός είμι εγώ άττό τοΰ αίματος τοΰ δικαίου τούτου, ύμεΐς όψεσθε. ΚαΊ άττοκριθέντες τω Γίιλάτω είπατε· Τό αίμα αΰτοΰ έφ'ήμας και επί τά τέκνα ημών. Και νΰν φοβούμαι μήποτε φθάσει ή όργή Κυρίου έφ'ύμάς και έπί τά τέκνα ύμών, καθώς είπατε». Άκούσαντες δέ οί Ιουδαίοι τούς λόγους τούτους έπικράνθησαν τή ψυχή, και έπιλαβόμενοι τόν Ιωσήφ έκράτησαν αύτόν και ένέκλεισαν εις οίκον όπου ούκ ήν θυρίς, και παρα- φύλακες παρέμειναν τή θύρα και έσφράγισαν τήν θύραν όπου ήν έγκε- κλεισμένος ό Ιωσήφ 41.

2. Τω δέ σαββάτω δρον ώρισαν οί άρχισυνάγωγοι και οί ιερείς και οΐ λευΐται ώστε πάντας εύρεθήναι έν τή συναγωγή τή μια τοΰ σαββάτου. Και όρθρίσαντες άπαν τό πλήθος έν τή συναγωγή έβουλεύσαντο ποίω θανάτω άποκτείνωσιν αύτόν. Καθεσθέντος τοΰ συνεδρίου έκέλευσαν αΰ-

41 La rec. Β añade a continuación una querella promovida por los ju- díos contra Pilato porque éste había entregado a José el cuerpo de Jesús. Los judíos, según el códice C de dicha recensión, hubieran deseado que el cadáver permaneciera en la cruz para ser pasto de las aves.

452

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Y, estando sentado el consejo, ordenaron que se le hiciera com- parecer con gran deshonor. Y abrieron la puerta, mas no lo encontraron. Quedó, pues, el pueblo fuera de y se llenaron de admiración al encontrar los sellos intactos [y ver] que la llave estaba en poder de Caifás. Con lo cual no se atrevieron a poner sus manos sobre los que habían hablado ante Pilato en defensa de Jesús.

XIII

i. Y mientras estaban aún sentados en la sinagoga, llenos de admiración por lo de José, vinieron algunos de los guar- dianes, aquellos a quienes habían encomendado los judíos de parte de Pilato la custodia del sepulcro de Jesús, no fuera que vinieran sus discípulos y le substrajeran. Y fueron a dar cuenta a los archisinagogos, a los sacerdotes y a los levitas diciéndo- les lo sucedido; esto es, cómo «sobrevino un terremoto y vimos un ángel que bajaba del cielo, el cual retiró la piedra de la boca de la gruta, sentándose después sobre ella. Y brilló como nieve y como relámpago. Con lo que nosotros, llenos de miedo, quedamos como muertos. Entonces oímos la voz del ángel que hablaba a las mujeres que se encontraban junto al sepul- cro: No tengáis miedo, pues que buscáis a Jesús, el que fué crucificado. No está aquí; resucitó como había dicho; ve-

τόν άχθήναι μετά ατιμίας πολλής. Και άνοίξαντες τήν θύραν ούχ εϋρον αυτόν. Και έξέστη πας ό λαός κα'ι έκθαμβοι έγένοντο δτι τάς σφραγίδας εύρον έσφραγισμένας και ότι τήν κλεΐδαν είχεν ό Καϊάφας. Και ούκέτι έτόλμησαν έπιβαλεΐν τάς χείρας αύτών εις τους λαλήσαντας έμπροσθεν τοΰ Πιλάτου Οπέρ του ΊησοΟ.

XIII

ι. "Ετι δέ αύτών καθεζομένων έν τη συναγωγή και Οαυμαζόντων δια τόν Ιωσήφ έρχονται τίνες τής κουστωδίας ους ήτήσαντο οί Ιουδαίοι παρά τοΰ Πιλάτου τηρεΐν τόν τάφον τοΰ Ίησοΰ ϊνα μήποτε έλδόντες οί μαθηταί αϋτοΰ κλέψωσιν αυτόν. Και ανήγγειλαν λέγοντες τοις άρχισυ- ναγώγοις και τοις ίερεϋσι και τοις λευίταις τά γεγονότα- τό πώς «έγέ- νετο σεισμός μέγας κα'ι εϊδομεν άγγελον καταβάντα έξ οΰρανοΰ, και άπε- κύλισεν τόν λίθον άπό τοΰ στόματος τοΰ σπηλαίου και έκάθισεν επάνω αϋτοΰ· και ελαμψεν ώσεί χιών καΐ ώς αστραπή. Κα'ι ημείς πολλά φοβη- θέντες έκείμεθα ώσεί νεκροί. Καϊ ήκουσάμην τής φωνής τοΰ αγγέλου λα- λοΰντος ταϊς γυναιξίν, α'ίτινες παρέμενον τω τάφω, ότι μή φοβεΐσθε ϋμεϊς- οΐδα γάρ ότι Ίησοΰν ζητείτε τόν έσταυρωμένον. Οΰκ εστίν ώδε- ήγέρθη

ACTAS DE PILATO

453

nid, ved el lugar donde yacía el Señor. Y ahora id rápidamente y decid a sus discípulos que resucitó de entre los muertos y que está en Galilea».

2. Dijeron entonces los judíos: «¿A qué mujeres hablaba?» Respondieron los de la guardia: «No sabemos quiénes eran». Dijeron los judíos: «¿A qué hora tenía esto lugar?» Respon- dieron los de la guardia: «A media noche». Dijeron los judíos: «¿Y por qué no las detuvisteis?» Respondieron los de la guardia: «Quedamos como muertos por el miedo, no esperando poder ver la luz del día, ¿cómo íbamos a echarles mano?» Dijeron los judíos:« Vive Dios que no os damos fe». Replicaron entonces los de la guardia: «Tantas señales visteis en aquel hombre y no le creísteis, ¿cómo vais a darnos crédito a nosotros? Y con razón habéis jurado por la vida del Señor, pues El vive también». Y añadieron los de la guardia: «Hemos oído decir que ence- rrasteis a aquel que reclamó el cuerpo de Jesús, sellando la puerta, y que al abrir no le habéis encontrado. Entregad, pues, vosotros a José, y nosotros entregaremos a Jesús». Dijeron los judíos: «José marchó a su ciudad». Y replicaron los de la guar- dia: «También Jesús resucitó, como hemos oído al ángel, y está en Galilea».

καθώς εΐπεν δεΟτε, ΐδετε τόν τόπον όπου εκείτο ó Κύριος. Και ταχύ πορευθεΐσαι είπατε τοις μαθηταΐς αυτού ότι ήγέρθη από των νεκρών, και εστίν έν τη Γαλιλαία» 42.

2. Λέγουσιν οί Ιουδαίοι· «Ποίαις γυναιξίν έλάλει;» Λέγουσιν οί της κουστωδίας- «Οΰκ οΐδαμεν ποΐαι ήσαν». Λέγουσιν ο'ι Ιουδαίοι· «Ποία ώρα ήν;» Λέγουσιν οί της κουστωδίας· «Μέσης νυκτός». Λέγουσιν οί Ιουδαίοι· «Και διατί οΰκ έκρατήσατε αΰτάς;» Λέγουσιν οί της κουστω- δίας· «Ώς νεκροί έγενόμεθα από του φόβου, μή έλπίζοντες ίδεΐν τό φώς της ημέρας, και πώς εϊχομεν κρατήσαι αύτάς;» Λέγουσιν οί Ιουδαίοι· «Ζή Κύριος, ού πιστεύομεν ύμϊν». Λέγουσιν οί της κουστωδίας πρός τους Ιουδαίους- «Τοσαΰτα σημεία είδετε εις τόν ό^θρωπον εκείνον και οΰκ έπιστεύσατε, και ήμΐν πώς έχετε πιστεΰσαι; Και γάρ καλώς ώμό- σατε ότι ζή Κύριος, και γάρ εκείνος ζη». Πάλιν λέγουσιν οί της κουστω- δίας- «Ήμεΐς ήκούσαμεν ότι τόν αίτησάμενον τό σώμα του Μησοΰ ένε- κλείσατε αύτόν σφραγίσαντες την Θύραν, καΐ άνοίξαντες οϋχ εΰρατε αυ- τόν. Δότε ουν ΰμεΐς τόν Μωσήφ και ήμεΐς δώσομεν τόν Ίησοϋν». Λέ- γουσιν οϊ Ιουδαίοι- «Ό Ιωσήφ εις τήν πόλιν αύτοΰ άπήλθεν». Λέγου- σιν οί της κουστωδίας πρός τούς Ιουδαίους- «Κα'ι ό Ίησοΰς ανέστη, καθώς ήκούσαμεν τοΰ αγγέλου, και εστίν έν τη Γαλιλαία».

42 Cf. Mt. 28.3SS.

454

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

3. Y, al oír los judíos estas palabras, cobraron miedo y dijeron: «No vaya a ser que esto se propague y todos se incli- nen ante Jesús». Y, convocado el consejo, hicieron un depó- sito de mucho dinero, y se lo dieron a los soldados, diciendo: «Decid: Mientras nosotros dormíamos, vinieron sus discípulos de noche y se lo llevaron. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros le persuadiremos y os libraremos de toda responsa- bilidad». Ellos lo cogieron y hablaron de la manera que se les había indicado.

XIV

1. Mas un sacerdote llamado Finees, Adas, doctor, y Ageo, levita, bajaron de Galilea a Jerusalén y contaron a los archisi- nagogos, a los sacerdotes y a los levitas: «Hemos visto a Jesús en compañía de sus discípulos sentado en el monte llamado Mamilch, y decía a éstos: Id por todo el mundo y predicad a toda criatura; el que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado. Y a los que hubieren creído les

3. Άκούσαντες δέ Ιουδαίοι τούς λόγους τούτους έφοβήθησαν λέ- γοντες· «Μήποτε άκουσθη ό λόγος κα'ι πάντες κλιθώσιν εις τόν Ίησοΰν». Και συμβούλιον ποιήσαντες οι Ιουδαίοι κατεβάλλοντο αργύρια ικανά και έδωκαν τοις στρατιώταις λέγοντες· «Είπατε ότι, ήμών κοιμωμένων ήλθον οί μαθητα'ι αύτοΰ νυκτός κα'ι έκλεψαν αυτόν. Και έάν άκουσθη τοΰτο υπό τοΰ ήγεμόνος, ήμεϊς πείσομεν αύτόν και ϋμας αμέριμνους ποιήσομεν». Οί δέ λαβόντες είπον ώς έδιδάχθησαν 43.

XIV

ι. Φινεές δέ τις ιερεύς καί Άδας διδάσκαλος καί Άγγαΐος λευί- της κατελθόντες από της Γαλιλαίας έν Ίεροσολύμοις έξηγήσαντο τοίς άρχισυναγώγοις κα'ι τοις ίερεΰσιν κα'ι τοις λευίταις ότι «εϊδομεν τόν Ίη- σοΰν καί τους μαθητάς αύτοΰ καθεζόμενον εις τό όρος τό καλούμενον Μαμίλχ 44, καί έ'λεγεν τοις μαθηταΐς αύτοΰ· ΠορευΘέντες εις τόν κόσμον άπαντα κηρύξατε πάση τη κτίσει· ό πιστεύσας καί βαπτισθείς σωΟή- σεται, ό δέ άπιστήσας κατακριθήσεται. Σημεία δέ τοις πιστεύσασιν ταΰ-

43 Cf. Mt. 28,13.

44 Este monte viene designado en las versiones latinas con los siguien- tes nombres: Manbre sive Malech, Manbre sive Amalech, Manbre; el in- térprete copto le denomina Mabrech. Desde luego, no puede identificarse con el monte de los Olivos, cercano a Jerusalén. Tischendorf lo relaciona, parece que no con mucho fundamento, con el culto del ídolo Malkom, que en otro tiempo había tenido lugar en el monte de los Olivos (cf. 2 Reg. 23,13; 1 Reg. 11,7; Ier. 49,1-3)·

ACTAS DE PILATO

455

acompañarán estas señales: arrojarán demonios en mi nombre; hablarán en lenguas nuevas; cogerán serpientes; y, aunque be- bieren alguna cosa capaz de producir la muerte, no les dañará; impondrán sus manos sobre los enfermos y éstos se sentirán bien. Y, cuando aún les estaba hablando, vimos que se iba elevando al cielo».

2. Dijeron los ancianos, los sacerdotes y los levitas: «Glo- rificad y confesad al Dios de Israel, si es que habéis oído y visto lo que acabáis de decir». Dijeron los que habían hablado: «Vive el Señor Dios de nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob, que oímos esto y que le vimos al ser asumido al cielo». Dijeron los ancianos, los sacerdotes y los levitas: «¿Habéis venido a darnos cuenta de todo esto o a cumplir algún voto hecho a Dios?» Ellos respondieron: «A cumplir un voto hecho a Dios». Replicaron entonces los ancianos, los pontífices y los levitas: «Si habéis venido a cumplir un voto a Dios, ¿a qué vienen estas patrañas que habéis contado ante todo el pueblo?» Dijeron Finees, sacerdote, Adas, doctor, y Ageo, levita, a los archisina- gogos y levitas: «Si estas palabras que hemos dicho, y de las que hemos sido testigos oculares, constituyen un pecado, aquí nos tenéis en presencia vuestra; haced con nosotros lo que pa- rezca bueno ante vuestros ojos». Entonces ellos tomaron el

τα καρακολουθήσουσιν· έν τώ όνόματί μου δαιμόνια έκβαλοΰσιν, γλώσ- σαις λαλήσουσιν καιναΐς, όφεΐζ άροΰσιν, κάν θανάσιμόν τι πίωσιν οϋ μή αύτούς βλάψει, έπ'ι αρρώστους χείρας έπιθήσουσιν και καλώς έ'ξου- σιν. "Ετι τοΰ Μησοΰ λαλοΰντος ττρός τούς μαθητάς αΰτοΰ εϊδομεν αυτόν αναληφθέντα εις τον οΰρανόν» 45.

2. Λέγουσιν οί -πρεσβύτεροι και οι ιερείς κα'ι οΐ λευΐται· «Δότε δόξαν τώ Θεώ Ισραήλ κα'ι δότε αύτώ έξομολόγησιν εί ταΰτα ήκούσατε κα'ι ϊδετε άιτερ έξηγήσασθε>>. Λέγουσιν οί έξηγησάμενοι· «Ζή Κύριος ό Θεός τών πατέρων ημών, Αβραάμ Ισαάκ και Ιακώβ, ότι ταΰτα ήκού- σαμεν και ϊδομεν αύτόν αναληφθέντα εις τόν ούρανόν». Λέγουσιν οί ■πρεσβύτεροι κα'ι οί ιερείς κα'ι οί λευΐται· «Εις τούτο ήλθατε εύαγγελί- σασθαι ήμΐν ή ήλθατε εύχήν δούναι τώ Θεώ; » Οί δε λέγουσιν «Εύχήν δού- ναι τώ Θεώ». Λέγουσιν οί πρεσβύτεροι και οί αρχιερείς και οί λευΐται ττρός αυτούς· «Εί εύχήν ήλθατε δούναι τώ Θεώ, εις τί οΰν ή φλυαρία αϋτη ην έφλυαρήσατε απέναντι παντός τοΰ λαού;» Λέγει Φινεές ιερεύς και Άδας διδάσκαλος και Άγγαΐος λευίτης πρός τούς άρχισυναγώγους ιερείς και λευίτας· «Εί οί λόγοι ούτοι ους έλαλήσαμεν κα'ι ϊδομεν άμαρ- τία εστίν, ιδού έσμεν ενώπιον ύμών κατά τό άγαθόν έν όφθαλμοΐς ύμών ποιήσατε ήμΐν». Οί δέ λαβόντες τόν νόμον ώρκισαν αυτούς μηδενί έξη-

45 Cf. Mt. 28,i6ss.; Me. 16,15.

456

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

libro de la ley y les hicieron jurar que no referirían a nadie estas cosas. Después les dieron de comer y de beber y les sacaron de la ciudad, no sin antes haberles provisto de dinero y haberles dado tres hombres que les acompañaran, quienes les reintegraron hasta los confines de Galilea. Y se marcharon en paz.

3. Y, después de que se marcharon aquellos hombres a Galilea, se reunieron los pontífices, los archisinagogos y los ancianos en la sinagoga, cerrando tras de la puerta; y daban grandes muestras de dolor, diciendo: «¿Es posible que haya tenido lugar este portento en Israel?» Entonces Anás y Caifás dijeron: «¿Por qué estáis alborotados? ¿Por qué lloráis? ¿O es que no sabéis que sus discípulos les han comprado con una buena cantidad de oro y les han dado instrucciones para que digan que un ángel del Señor ha bajado y ha removido la piedra de la entrada del sepulcro?» Mas los sacerdotes y ancianos di- jeron: «Pase que los discípulos robaran su cuerpo; pero ¿cómo entró su alma en el cuerpo y está viviendo en Galilea?» Y ellos, en la imposibilidad de dar respuesta a estas cosas, dijeron por fin a duras penas: «No nos está permitido a nosotros dar cré- dito a unos incircuncisos».

γήσασθαι τούς λόγους τούτους. Και έδωκαν αύτοΐς φαγεΐν καϊ τπεϊν, και έξέβαλον οχ/τους έξω της πόλεως δεδωκότες αΰτοΐς και αργύρια και άνδρας τρεϊς μετ'αύτών, και άπεκατέστησαν αυτούς έως της Γαλιλαίος. Και έπορεύθησαν έν ειρήνη 46.

ΠορευΟέντων δέ τών ανδρών εκείνων έν τη Γαλιλαία συνήχθη- σαν οί αρχιερείς και άρχισυνάγωγοι και οί πρεσβύτεροι εν τη συναγω- γή, άποκλείσαντες την πύλην, και έκόπτοντο κοπετόν μέγαν λέγοντες δτι «τούτο γέγονεν τό σημεΐον έν τω Ισραήλ;» Ό δέ "Αννας καϊ Καϊά- φας εΐπον «Τί θορυβεΐσΟε; Τί κλαίετε; Ή ουκ οίδατε ότι οί μαθητα'ι αυτού έδωκαν χρυσίον Ικανόν αύτοΐς και έδίδαξαν αύτούς ειπείν ότι άγγελος Κυρίου καταβάς άπεκύλισε τον λίθον άπό της Θύρας μνημείου;» Οί δέ ιερείς και οί πρεσβύτεροι είπον «"Εστω ότι έκλεψαν οί μαθηταϊ αύτοΰ τό σώμα· ή ψυχή δέ πώς είσήλθεν είς τό σώμα, καϊ διστρίβει εν τή Γαλιλαία;» Οί δέ μή δυνάμενοι προς ταύτα άποκριθήναι μόλις ποτέ εΐπον «Ούκ έξεστιν ήμΐν άκροβύστοις πιστεΰσαι».

46 A partir de este episodio, la rec. Β es mucho más sobria que la A y omite muchos detalles incidentales de ésta.

ACTAS DE PILATO

457

XV

l. Mas se levantó Nicodemo y se puso de pie ante el con- sejo, diciendo: «Rectamente habláis. No desconocéis, ¡oh pue- blo del Señor!, a los varones que han bajado de Galilea, hombres de recursos, temerosos de Dios, enemigos de la avaricia, amigos de la paz. Pues bien, ellos han dicho bajo juramento que han visto a Jesús en el monte Mamilch en compañía de sus discí- pulos, que estaba enseñando cuantas cosas habéis podido oír de su boca y que le han visto en el momento de ser asumido al cielo. Y nadie les preguntó en qué forma fué asumido. Pues, como nos enseñaba a nosotros, estaba contenido en el libro de las Sagradas Escrituras que Elias fué asumido al cielo y que Elíseo gritó fuertemente, con lo que Elias arrojó su capa sobre el Jordán, y así [Elíseo] pudo atravesar el río y llegar hasta Jericó. Salieron entonces a su encuentro los hijos de los pro- fetas y le dijeron: Elíseo, ¿dónde está Elias, tu señor? El res- pondió que había sido asumido al cielo. Y ellos dijeron a Elí- seo: ¿No le habrá arrebatado el espíritu y lo habrá arrojado sobre alguno de los montes? Tomemos nuestros criados con nosotros y vayamos en su busca. Y convencieron a Elíseo,

XV

I. Ανέστη δέ ό Νικόδημος και έστη έμπροσθεν τοΰ συνεδρίου λέ- γων «Όρθώς λαλείτε. Ούκ αγνοείτε, λαός Κυρίου, τους άνδρας τους κατελθόντας άττό της Γαλιλαίας δτι αΰτοί φοβούμενοι τον Θεόν είσιν κα'ι άνδρες εύπορίας, μισοΰντες πλεονεξίαν, άνδρες ειρήνης· και αύτοί έξη- γήσαντο μετά όρκου ότι εΐδαμεν τόν Ίησοΰν εις τό όρος τό Μαμίλχ μετά τών μαθητών αύτοϋ, και ότι έδίδασκεν όσα ήκούσατε παρ'αύτών, και ότι εΐδαμεν αΰτόν αναληφθέντα εις τόν οϋρανόν. Και ουδείς ήρώ- τησεν αϋτούς ποίω σχήματι άνελήφθη. Καϊ γάρ καθώς έδίδασκεν ημάς τό τών άγίων γραφών βιβλίον έκράτει ότι και Ηλίας άνελήφθη εις τόν ούρανόν, και Έλισσαΐος έφώνησεν φωνή μεγάλη, καϊ έρριψεν Ηλίας τήν μηλωτήν αύτοϋ επάνω τοΰ Έλισσαίου, καϊ έρριψεν Έλισσαΐος τήν μη- λωτήν αύτοϋ έπάνω τοΰ Ίορδάνου, και έπέρασεν καϊ ήλθεν εις Ιεριχώ. Κα! ύπήντησαν αύτώ τά τέκνα τών προφητών και είπαν Έλισσαΐε, .πού ó κύριος σου Ηλίας; Καϊ εϊπεν ότι άνελήφθη είς τόν ούρανόν. Και είπαν πρός Έλισσαΐον Μή πνεύμα ήρπασεν αύτόν καϊ έρριψεν έφ' εν τών ορέων; Άλλά λάβωμεν τούς παΐδας ήμών μεθ' εαυτών καϊ ζητή- σωμεν αύτόν. Καϊ έπεισαν τόν Έλισσαΐον, καϊ άπήλθεν μετ' αύτών 47.

47 Cf. 4 Reg. 2,14.

45S

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

quien se marchó con ellos. Y anduvieron buscándole tres días enteros, sin encontrarle, por lo que conocieron que había sido asumido. Y ahora hacedme caso: enviemos una expedición por todos los confines de Israel y veamos si por ventura Cristo ha sido asumido por un espíritu y ha sido arrojado después en uno de estos montes». Agradó a todos esta proposición y en- viaron una expedición por todos los confines de Israel en busca de Jesús y no dieron con El. A quien encontraron fué a José de Arimatea, pero nadie se atrevió a detenerle.

2. Y fueron a dar cuenta a los ancianos y a los sacerdotes y a los levitas, diciendo: «Hemos dado la vuelta por todos los confines de Israel y no hemos hallado a Jesús, pero que hemos encontrado a José en Arimatea». En oyendo hablar de José, los archisinagogos, los sacerdotes y los levitas se llenaron de alegría, dieron gloria a Dios y se pusieron a deliberar de qué manera podrían entrevistarse con José. Y tomaron un rollo de papel, en el que escribieron así a José: «La paz sea contigo; sabemos que hemos pecado contra Dios y contra ti. Y hemos rogado al Dios de Israel que te permita venir al encuentro de tus padres y de tus hijos. Pues sábete que todos nos hemos llenado de aflicción por no encontrarte al abrir la puerta. Y aho- ra nos damos cuenta de que habíamos tomado una perversa determinación contra ti; pero el Señor ha venido en tu ayuda y El mismo se ha encargado de disipar nuestro mal propósito, honorable padre José».

Και έζήτησαν αύτόν τρεις ημέρας κα'ι ούχ εύρον αύτόν, και έγνωσαν ότι άνελήφθη. Και νΟν ακούσατε μου, και άποστείλωμεν έν παντί όρίω Ισραήλ και ϊδωμεν μή πως άττό πνεύματος άνελήφθη ó Χριστός και ρέριπται έν ένί των ορέων». Και ήρεσεν πάσιν ό λόγος ούτος και απέσ- τειλαν έν παντί όρίω Ισραήλ κα'ι έζήτησαν τόν Ίησοΰν και ούχ εύρον. Εύρον δέ τόν Ιωσήφ εις Άριμαθαίν και ούδεϊς έτόλμησεν κρατήσαι αύτόν.

2. Και ανήγγειλαν τοις πρεσβυτέροις και τοις ίερεύσιν καΐ τοις λευίταις ότι «περιήλθομεν έν παντί όρίω Ισραήλ καΐ ούχ εύρομεν τόν Ίησοΰν τόν δέ Ιωσήφ εύρομεν εις Άριμαθαίαν». Άκούσαντες δέ περί του Ιωσήφ έχάρησαν και έδωκαν δόξαν τω Θεω Ισραήλ και συμβού- λιον ποιήσαντες οί άρχισυνάγωγοι και οί ιερείς καΐ οί λευϊται ττοίω τρόπω συντύχωσιν τω Ιωσήφ, ελαβον τόμον χάρτου και έγραψαν τω Μωσήφ τάδε· «Ειρήνη σοι· οϊδαμεν ότι ήμάρτομεν εις τόν Θεόν και εις σέ. Κα'ι ηύξάμεθα τω Θεω Ισραήλ καταξιώσαί σε έλθεϊν προς τούς πα- τέρας σου κα'ι προς τέκνα σου, ότι έλυπήθημεν άπαντες· άνοίξαντες γάρ τήν θύραν ούχ εΰρομέν σε. Και οϊδαμεν ότι κακήν βουλήν έβουλευσάμεθα κατά σου- άλλ' ό Κύριος άντελάβετό σου, και αύτός ό Κύριος διεσκέδα- σεν τήν βουλήν ήμών τήν κατά σοΰ, τίμιε πάτερ Ιωσήφ».

ACTAS DE PILATO

459

3. Y escogieron de entre todo Israel siete varones amigos de José, a quienes éste mismo conocía, y les dijeron los archi- sinagogos, sacerdotes y levitas: «Mirad, si al recibir nuestra carta, la leyere, sabed que vendrá en vuestra compañía hacia nosotros; pero, si no la leyere, entended que está molestado con nosotros, y, después de darle un ósculo de paz, volveos acá». Luego bendijeron a los emisarios y les despidieron. Lle- garon, pues, éstos al lugar donde estaba José, y, haciéndole una reverencia, le dijeron: «La paz sea contigo». Y él dijo a su vez: «Paz a vosotros y a todo el pueblo de Israel». Ellos entonces le entregaron el volumen de la carta. José lo aceptó, lo leyó, besó la carta y bendijo a Dios, diciendo: «Bendito el Señor Dios, que ha librado a Israel de derramar sangre inocente, y bendito el Señor, que envió a su ángel y me cubrió bajo sus alas». Después preparó la mesa y ellos comieron, bebieron y durmieron allí.

4. Λ1 día siguiente se levantaron muy temprano e hicieron oración. Después aparejó su asna José y se puso en camino acompañado de aquellos hombres, y vinieron a la ciudad santa de Jerusalén. Y el pueblo en masa salió al encuentro de José, gritando: «Entra en paz». El dijo, dirigiéndose a todo el pueblo: «Paz a vosotros». Y ellos le dieron un ósculo, poniéndose des- pués en oración juntamente con José. Y quedaron todos fuera

3. Koci έξελέξαντο από TravTÓs Ισραήλ επτά άνδρας φίλους τοΰ Ιωσήφ, οϋς και αύτός ó Ιωσήφ έγνώριζεν, και λέγουσιν αύτοΐς οί άρχι- συνάγωγοι και οί ιερείς και οί λευΐται· «Βλέπετε· ει δεξάμενος τήν επισ- τολήν ήμών άναγνω, οΐδατε ότι μεΟ' υμών έλεύσεται πρός ήμάς· εί δέ μή άναγνω, οΐδατε ότι κεκάκωται πρός ή μας, και άσπασάμενοι αύτόν έν ειρήνη έπιστράφητε προς ήμάς». Και εύλογήσαντες τούς άνδρας άπέ- λυσαν αυτούς. Και ήλθον οί άνδρες προς Ιωσήφ, κα'ι προσεκύνησαν αύ- τόν και είπαν προς αύτόν «Ειρήνη σοι». Καί εϊπεν «Ειρήνη ύμΐν κα'ι παντΐ τω λαω Ισραήλ». Οί δέ άπέδωκαν αύτω τό βιβλίον της επιστο- λής, και δεξάμενος ό Ιωσήφ άνέγνω καϊ περιεπτύξατο τήν έπιστολήν, κα'ι εύλόγησεν τόν Θεόν και εΐπεν «Εύλογητός Κύριος ó Θεός, ός έλυ- τρώσατο τόν Ισραήλ άπό τοΰ μή έκχέειν αύτούς αίμα άθωον καί εύλο- γητός ό Κύριος ος έξαπέστειλεν τόν άγγελον αύτού κα'ι έσκέπασέν με ύπό τάς πτέρυγας αύτοΰ». Κα'ι παρέθηκεν αύτοΐς τράπεζαν, καί εφαγον καί επιον καί έκοιμήθησαν εκεί.

Καί όρθρίσαντες ηύξαντο· καί έπέσαξεν Ιωσήφ τήν δνον αύτοΰ καί έπορεύθη μετά τών άνδρών, καί ήλθον εις τήν άγίαν πόλιν Ιερου- σαλήμ. Καί υπήντησαν πάς ό λαός τω Ιωσήφ καί έκραζον «Ειρήνη είσόδω σου». Καί εΐπεν προς πάντα τόν λαόν «Ειρήνη ύμΐν», καί κατε- φίλησεν αύτόν πάς ό λαός. Κα'ι ηύξαντο ό λαός σύν τω Μωσήφ, καί έξίσταντο επί τη θεωρία αύτοΰ. Καί ύπεδέξατο αύτόν Νικόδημος εις τόν

460

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

de al poder contemplar a éste. Nicodemo le hospedó en su casa e hizo en su honor una gran recepción, invitando a Anás, a Caifás, a los ancianos, a los sacerdotes y a los levitas. Y se alegraron comiendo y bebiendo en compañía de José; y, des- pués de entonar himnos, cada cual se fué a su casa. Mas José permaneció con Nicodemo.

5. Pero al día siguiente, que era viernes, madrugaron los archisinagogos, sacerdotes y levitas para ir a casa de Nicodemo. Este les salió al encuentro y les dijo: «Paz a vosotros». Y ellos dijeron a su vez: «Paz a ti y a José, a toda tu casa y a toda la casa de José». Entonces él les introdujo en su domicilio. Estaba reunido el consejo en pleno, y José vino a sentarse en medio de Anás y de Caifás. Y nadie se atrevió a decirle una palabra. Entonces José dijo: «¿A qué obedece el que me hayáis con- vocado?» Ellos hicieron señas a Nicodemo para que hablara a José. El entonces abrió su boca y le habló así: «Sabes que los venerables doctores, así como los sacerdotes y levitas, desean saber de ti una cosa». Y José dijo: «Preguntad». Entonces Anás y Caifás tomaron el libro de la ley y conjuraron a José, dicién- dole: «Glorifica y confiesa al Dios de Israel. Sábete que Achar, al ser conjurado por el profeta Jesús, no perjuró, sino que le anunció todo y no le ocultó una sola palabra. Tú, pues, tam- poco nos ocultes a nosotros ni una palabra». Y dijo José: «No

οίκον σύτοΰ, και έποίησε δοχήν μεγάλην, καί έκάλεσεν "Ανναν και Καϊά- φαν και τούς πρεσβυτέρους και τούς Ιερείς καΐ τους λευίτας είς τον οίκον αυτού. Και εϋφράνθησαν τρώγοντες και πίνοντες συν τω Ιωσήφ, κα'ι ύμνήσαντες έκαστος έττορεύθη εις τον οίκον αύτοϋ. Ό δέ Ιωσήφ εμει- νεν είς τόν οίκον Νικοδήμου.

Τή δέ επαύριον, ήτις ήν παρασκευή, όρθρίσαντες οί άρχισυνά- γωγοι καΐ οί ιερείς καΐ οί λευΐται είς τόν οίκον Νικοδήμου, ύπήντησεν αΰτοΐς Νικόδημος και είπεν «Ειρήνη ΰμίν». Και είπαν· «Ειρήνη σο! και τώ Ιωσήφ, και παντί τω ο'ίκω σου και παντί τω οίκω Ιωσήφ». Καί είσήνεγκεν αυτούς είς τόν οίκον σύτοΰ. Καί έκαθέσθη άπαν τό συνέδριον, καί Ιωσήφ έκάθισε μέσον "Αννα καί Καϊάφα· καί ουδείς έτόλμησεν καλή- σαι αύτω ρήμα. Καί είπεν Ιωσήφ· «Τί ότι έκεκλήκατέ με;» Διανεύουσιν δέ τω Νικοδήμω λαλήσαι προς τόν Ιωσήφ. Άνοίξας δέ Νικόδημος τό στόμα αΰτοΰ είπεν τω Ιωσήφ· «Οίδας δτι οί τίμιοι διδάσκαλοι καί οί ιερείς καί οί λευΐται ζητοΰσ'.ν παρά σου μαΟεϊν ρήμα». Καί είπεν Ιωσήφ· «Ερωτήσατε». Καί λαβόντες τόν νόμον "Αννας καί Καϊάφας ώρκισαν τόν Ιωσήφ λέγοντες- «Δός δόξαν τω Θεώ Ισραήλ καί δός αύτω έξομολό- γησιν ότι ό "Αχαρ ορκισθείς παρά του προφήτου Ίησοΰ οΰκ έπιώρκι- σεν, άλλ' άνήγγειλεν αύτω πάντα καί οΰκ έκρυψεν αΰτω ρήμα. Καί σύ ούν μή κρύψης άφ' ημών εως ρήματος». Καί είπεν Ιωσήφ· «Ού κρύψω

ACTAS DE PILATO

461

os ocultaré una sola palabra». Entonces ellos le dijeron: «Expe- rimentamos una gran contrariedad cuando pediste el cuerpo de Jesús y lo envolviste en una sábana limpia y lo pusiste en el sepulcro. Por esto te pusimos a buen recaudo en un recinto donde no había ventana alguna. Dejamos, además, selladas las puertas y cerradas con llave y quedaron unos guardianes cus- todiando [la prisión] donde estabas encerrado. Pero, cuando fuimos a abrir, el primer día de la semana, no te encontramos y nos afligimos en extremo y ha ido cundiendo el espanto sobre todo el pueblo de Dios hasta ayer. Ahora, pues, cuéntanos qué ha sido de ti».

6. Y dijo José: «El viernes, sobre la hora décima, me en- cerrasteis, y permanecí allí el sábado entero. Pero a media- noche, mientras estaba yo de pie en oración, la casa donde me dejasteis encerrado quedó suspendida de los cuatro ángulos y vi como un relámpago de luz ante mis ojos. Atemorizado en- tonces, caí en tierra. Pero alguien me tomó de la mano y me levantó del sitio donde había caído. Después sentí que se de- rramaba agua sobre desde la cabeza hasta los pies y vino a mis narices una fragancia de ungüento. Y aquel personaje desconocido me enjugó la cara, me dió un ósculo y me dijo: No temas, José; abre tus ojos y mira quién es el que te está hablando. Levantando entonces mis ojos, vi a Jesús; pero, en mi estremecimiento, supuse que era un fantasma y me puse a

άφ' ϋμών ρήμα εν». Kcci είπαν πρός αύτόν· «Λύπη έλυττήθημεν ότι ήτήσω τό σώμα τοΰ Ίησοΰ και ένετύλιξας αϋτό σινδόνι καθαρά και εθηκας αύτό εν μνήματι. Και δια τούτο ήσφαλισάμεθά σε έν οϊκω όπου θυρίς ούκ ήν εν αύτώ, και κλείδας και σφραγίδας έπεθήκαμεν εις τάς θύρας, και παρα- φύλακες έτήρουν όπου ής κεκλεισμένος. Και τή μια τοΰ σαββάτου άνοίξαν- τες ούχ εΰραμέν σε και έλυττήθημεν σφόδρα· και έκστασις έττέττεσεν επί πάντα τόν λαόν Κυρίου μέχρι τής εχθές. Και νΰν άνάγγειλον ήμΐν τί γέ- γονας».

6. ΚαΙ εΐπεν Μωσήφ· «Τή παρασκευή περί ώραν δεκάτην άπεκλεί- σατέ με, και έμεινα τό σάββατον πλήρες. Και μεσούσης νυκτός στήκοντός μου καΐ εϋχομένου, ό οίκος όπου ένεκλείσατέ με έκρεμάσθη έκ των τεσσά- ρων γονιών και είδον ώς άστραπήν φωτός εις τους οφθαλμούς μου. Και εμφοβος γενόμενος έπεσα χαμαί, και έπελάβετό μου τής χειρός τις και έξέβαλέν με από τοΰ τόπου όπου ήμην πεπτωκώς, και ίκμάς ύδατος έξεχύθη άπό τής κεφαλής μου μέχρι τών ποδών μου, κα'ι όσμή μύρου ήλθεν περί τούς μυκτήράς μου. Και έκμάξας μου τό πρόσωπον κατεφί- λησέν με και εϊπέν μοι· Μή φοβοΰ, Ιωσήφ· άνοιξον τούς οφθαλμούς σου καΐ ίδε τίς έστιν ό λάλων σοι. Και άναβλέψας είδον τόν Ίησοΰν και έντρομος γενόμενος έδόκουν φάντασμα είναι, και τά προστάγματα ελε-

462

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

recitar los mandamientos. Y él se puso a recitarlos juntamente conmigo. Como sabéis muy bien, si un fantasma os sale al encuentro y oye los mandamientos, huye rápidamente. Viendo, pues, que los recitaba juntamente conmigo, le dije: Maestro Elias. Mas él me dijo: No soy Elias. Dije yo entonces: ¿Quién eres, pues, Señor? El me dijo: Yo soy Jesús, aquel cuyo cuerpo oediste a Pilato; y me envolviste en una sábana limpia, y pusiste un sudario sobre mi cabeza, y me colocaste en tu gruta nueva, y corriste una gran piedra a la boca de ésta. Y dije al que me hablaba: Muéstrame el lugar donde te coloqué. Y él me llevó y me enseñó el lugar donde yo le había colocado, en el que estaba tendida la sábana y el sudario que había servido para su rostro. Entonces reconocí que era Jesús. El después tomó mi mano y me . dejó a puertas cerradas en medio de mi casa; luego me llevó a mi lecho y me dijo: La paz sea contigo. A continuación me dió un ósculo, diciéndome: Hasta dentro de cuarenta días no salgas de tu casa; pues he aquí que me voy a Galilea al encuentro de mis hermanos».

XVI

i. Cuando oyeron los archisinagogos, sacerdotes y levitas estas palabras de labios de José, quedaron como muertos y ca- yeron en tierra. Y ayunaron hasta la hora de nona. Entonces Ni-

γον. Kai αυτός συνέλεγέν μοι. Kai, ώς ούκ αγνοείτε, φάντ&σμα, έάν συναν- τήσει τινί και άκούση των προσταγμάτων, φυγή φεύγει, κα'ι ίδών ότι συνέλεγέν μοι, εΐπον αύτω· 'Ραββί Ηλία. Kai εΐπέν μοι· Ούκ ειμί Ηλίας. ΚαΙ εΐπον αύτω· Τίς εΐ, Κύριε; Kai εΐπέν μοι ότι εγώ ειμί Μησοΰς, ού κα'ι τό σώμα ήτήσω παρά Πιλάτου και ένέδυσάς με σινδόνι καθαρά και σου- δάριον έπέθηκας έπϊ τό πρόσωπον μου, και εθηκάς με έν τω σπηλαίω σου τω καινώ, κα'ι έκύλισας λίθον μέγαν πρός τήν θύραν του σπηλαίου. Kai εΐπον τω λαλοΰντί μοι· Δεϊξόν μοι τον τόπον δπου έθηκά σε. Και άπήνεγκέν με και έδειξέν μοι τόν τόπον δπου ε'Θηκα αύτόν, και τό σινδό- νιον εκείτο έν αύτω και τό σουδάριον τό είς τό πρόσωπον αΰτοΰ. Kai έπέγνων δτι Ίησοΰς έστιν. Kai έπελάβετό μου της χειρός καΐ έστησέν με τών θυρών κεκλεισμένων μέσον του οίκου μου, κα'ι άπήγαγέν με είς τήν κλίνην μου και εΐπέν μοι· Ειρήνη σοι. Κα'ι κατεφίλησέν με και εΐπέν μοι· "Εως τεσσαράκοντα ημερών μή έξέλθης έκ τοΰ οίκου σου· ϊδοϋ γαρ πο- ρεύομαι πρός τούς αδελφούς μου είς τήν Γαλιλαίαν».

XVI

ι. Και όκούσαντες οΐ άρχισυνάγωγοι κα'ι οΐ ιερείς κα'ι οί λευϊται τά ρήματα ταΰτα παρά του Ιωσήφ έγένοντο ώσεί νεκροί κα'ι έπεσαν χαμαί, και ένήστευσαν έως ώρας ένάτης. Kai παρεκάλεσεν Νικόδημος συν τώ

ACTAS DE PILATO

463

codemo, en compañía de José, se puso a animar a Anás, a Caifás, a los sacerdotes y a los levitas, diciendo: «Levantaos, poneos sobre vuestros pies y robusteced vuestras almas, pues mañana es el sábado del Señor». Y con esto se levantaron, hicieron oración a Dios, comieron, bebieron y cada cual se marchó a su casa.

2. El sábado siguiente se reunieron en consejo nuestros doctores, así como los sacerdotes y levitas, discutiendo entre y diciendo: «¿Qué es esta cólera que se ha cernido sobre nosotros? Porque por nuestra parte conocemos bien a su padre y a su madre». Dijo entonces Leví, doctor: «Conozco a sus padres y que son temerosos de Dios, que no descuidan sus votos y que dan tres veces al año sus diezmos. Cuando nació Jesús, le trajeron a este lugar y ofrecieron a Dios sacrificios y holocaustos. Y el gran doctor Simeón, al tomarle en sus brazos, dijo: Ahora despides en paz a tu siervo, Señor, según tu pala- bra; pues mis ojos han visto tu salvación, que has preparado a la faz de todos los pueblos; luz para la revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo de Israel. Y les bendijo Simeón y dijo a María, su madre: Te doy buenas nuevas con relación a este niño. Dijo María: ¿Buenas, señor? Y respondió Simeón: Buenas; mira, éste está puesto para caída y resurrección de muchos en

Ιωσήφ τόν "Ανναν και τόν Καϊάφαν, τούς ιερείς και τούς λευίτας λέγοντες· «Άνάστητε καΊ στήτε επί τούς πόδας υμών, και ενισχύσατε τάς ψυχάς ύμών ότι αυριον σάββατον Κυρίου εστίν». Και άνέστησαν και ηϋξαντο τω Θεώ, και εφαγον και ετπον, και έπορεύθησαν έκαστος άνήρ εις τόν οίκον αύτοΰ.

2. Τω δε σαββάτω έκάθισαν οί διδάσκαλοι ήμών και οί Ιερείς και οί λευΐται συνζητοΰντες ττρός αλλήλους κα'ι λέγοντες· «Τίς αύτη ή όργή ή φθάσασα εις ήμάς; Ότι οίδαμεν τόν ττατέρα αύτοΰ και τήν μητέρα». Λέγει Λευ'ις διδάσκαλος· «Τους γονείς αύτοΰ οίδα φοβουμένους τόν Θεόν και τάς ευχάς μή άττοστεροΰντας και τάς δεκάτας άττοδιδόντας τρις τοΰ ένιαυτοΰ. Και ότε έγεννήθη ό Ίησοΰς, άνήνεγκαν αύτόν οί γονείς αύτοΰ τω τόττω τούτω και θυσίας και ολοκαυτώματα έδωκαν τω Θεώ. ΚαΙ ότε ελαβεν αύτόν ό μέγας διδάσκαλος Συμεών εις τάς άγκάλας αύτοΰ, και είττεν Νΰν άπολύεις τόν δοΰλόν σου, Δέσττοτα, κατά τό ρήμά σου iv ειρήνη- ότι εΐδον οί οφθαλμοί μου τό σωτήριόν σου, ό ήτοίμασας κατά πρόσωπον πάντων τών λαών, φώς εις άποκάλυψιν εθνών κα'ι δόξαν λαοΰ σου Ισραήλ. Και ηύλόγησεν αύτούς Συμεών κα'ι εΐπεν προς Μα- ριάμ τήν μητέρα αύτοΰ· Εύαγγελίζομαί σοι περί τοΰ παιδίου τούτου. Και είπεν Μαρία· Αγαθόν, Κύριε μου; Και εϊπεν Συμεών πρός αυτήν Αγαθόν ιδού ούτος κείται εις πτώσιν κα'ι άνάστασιν πολλών έν τω Ισραήλ, κα'ι είς σημεΐον άντιλεγόμενον και σοΰ δέ αύτής τήν ψυχήν

464

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Israel y para ser signo de contradicción. Tu misma alma será traspasada por una espada, de manera que queden al descubier- to los pensamientos de muchos».

3. Dijeron entonces a Leví, doctor: «¿Cómo sabes esto?» El respondió: «¿No sabéis que aprendí de sus labios la ley?» Dijeron los del consejo: «Queremos ver a tu padre». Ε hicieron llamar a su padre. Y, cuando le hubieron interrogado, él res- pondió: «¿Por qué no habéis dado crédito a mi hijo? El bien- aventurado y justo Simeón en persona le enseñó la ley». Y dijo el consejo: «Maestro Leví, ¿es verdad lo que has dicho?» El respondió: «Verdad es». Y dijeron entre los archisinagogos, sacerdotes y levitas: «¡Ea!, enviemos a Galilea por los tres va- rones que vinieron a darnos cuenta de su doctrina y de su as- censión, y que nos digan de qué manera le vieron ser asumido». Y fué del agrado de todos esta proposición. Enviaron, pues, a los tres varones que les habían acompañado anteriormente a Galilea, con este encargo: «Decid al maestro Adas, al maestro Finees y al maestro Ageo: Paz a vosotros y a los que están en vuestra compañía. Habiéndose tenido una gran discusión en el consejo, hemos sido enviados a vosotros para citaros a este lugar santo de Jerusalén».

διελεύσεται ρομφαία, δπως άν άποκαλυφθώσιν έκ πολλών καρδιών δια- λογισμοί» 48.

Λέγουσιν τώ διδασκάλω Λευίς· «Ταΰτα σύ πώς οϊδας;» Λέγει αύτοΐς Λευίς· «Ουκ οϊδατε ότι παρ1 αΰτοΰ εμαθον τον νόμον;» Λέγουσιν αΰτώ τό συνέδριον «Τόν πατέρα σου θέλομεν ΐδεΐν». Και μετεστείλαντο τόν πατέρα αΰτου. Και έρωτήσαντες αύτόν, εΐπεν αύτοϊς· «Τί ότι οϋκ έπιστεύσατε τώ υϊώ μου; Ό μακάριος και δίκαιος Συμεών αύτός έδίδα- ξεν αύτώ τόν νόμον». Λέγει τό συνέδριον «'Ραββϊ Λευ'ι, αληθές έστιν τό ρήμα δ έλάλησας;» Και είπεν «Αληθές έστιν». Και είπαν προς εαυτούς οι άρχισυνάγωγοι και οί Ιερείς και oi λευΐται· «Δεΰτε, άποστείλωμεν εις τήν Γαλιλαίαν πρός τους τρεις άνδρας τους έλθόντας και έξηγησαμένους περί της διδαχής και τής αναλήψεως αύτοΰ, και εϊπωσιν ήμΐν πώς είδον αϋτόν άναληφθέντα». Και συνήρεσεν ό λόγος ούτος πάσιν. Και απέστει- λαν τους τρεις άνδρας τους ήδη άπελθόντας εις τήν Γαλιλαίαν μετ' αύτών, και είπαν πρός αυτούς· «Είπατε ραββϊ Άδα κα'ι ραββϊ Φινεές καΐ ραββϊ Άγγαίω· Ειρήνη υμΐν και πάσι τοις οΰσι συν ύμΐν. Έπιζητήσεως πολ- λής γενομένης έν τώ συνεδρίω άπεστάλημεν πρός ύμάς τοΰ καλέσαι υμάς εις τόν άγιον τόπον τούτον Ιερουσαλήμ» 49.

4 8 Cf. Le. 2.27SS.

49 La rec. A, como indicábamos antes, sitúa el monte de la Ascensión en Galilea, siguiendo a San Mateo; la rec. B, sin embargo, siguiendo a San Lucas, lo sitúa en las cercanías de Jerusalén.

ACTAS DE PILATO

465

4. Pusiéronse, pues, los hombres camino de Galilea y los encontraron sentados y sumidos en el estudio de la ley. Y les dieron un abrazo de paz. Dijeron entonces los varones gali- leos a los que habían ido en su busca: «Paz sobre todo Israel». Y dijeron [los enviados]: «Paz a vosotros». Y dijeron aquéllos de nuevo: «¿Cómo es que habéis venido?» Respondieron los enviados: «Os llama el consejo a la santa ciudad de Jerusalén». Cuando oyeron aquellos hombres que eran buscados por el consejo, hicieron oración a Dios, se sentaron a la mesa con los enviados, comieron, bebieron, se levantaron y se pusieron tran- quilamente en marcha hacia Jerusalén.

5. Al día siguiente se reunió el consejo en la sinagoga, y les interrogaron diciendo: «¿Es verdad que visteis a Jesús sentado en el monte Mamilch dando instrucciones a sus once discípu- los, y que presenciasteis su ascensión?» Y los hombres respon- dieron de esta guisa: «De la misma manera que le vimos al ser asumido, así hemos hablado».

6. Dijo entonces Anás: «Ponedlos aparte uno de otro y veamos si coinciden sus declaraciones». Y los separaron. Des- pués llamaron a Adas en primer lugar y le dijeron: «Maestro, ¿cómo contemplaste la ascensión de Jesús?» Respondió Adas: «Mientras estaba todavía sentado en el monte Mamilch y daba instrucciones a sus discípulos, vimos una nube que cubrió a

4. Και έπορεύθησαν oi άνδρες είς την Γαλιλαίαν, και εΟρον αυτούς καθεζομένους και μελετούντας τον νόμον και ήσπάσαντο αυτούς έν ειρή- νη, κα'ι είπαν oi άνδρες ol εις τήν Γαλιλαίαν πρός τούς άπελθόντας ττρός αύτούς· «Ειρήνη έπί παντί τω Ισραήλ». Και είπαν- «Ειρήνη ύμϊν». Οί δε πάλιν είπαν πρός αύτούς· «Τί ότι ήλθατε;» Και είπαν οί άποστα- λέντες- «Καλούσιν ύμάς τό συνέδριον έν τή άγίςχ πόλει Ιερουσαλήμ». Άκούσαντες δέ οί άνδρες ότι ζητούνται έκ τού συνεδρίου, ηύξαντο τω Θεώ καί άνεκλίθησαν μετά τών άνδρών καί έφαγον και επιον, καί άνέσ- τησαν καί έπορεύθησαν έν ειρήνη είς Ιερουσαλήμ.

Καί τή έπαύριον έκαθέσθη τό συνέδριον έν τή συναγωγή, καί έπηρώτησαν αυτούς λέγοντες· «Όντως είδατε τον Ίησούν καθεζόμενον είς τό όρος Μαμίλχ, διδάσκοντος αυτού τούς ένδεκα μαθητάς αύτού, καί είδατε αύτόν αναληφθέντα;» Καί άπεκρίθησαν αύτοΐς καί είπαν οί άν- δρες· «Ώς εΐδομεν αύτόν αναληφθέντα, ούτως καί εΐπαμεν».

6. Λέγει "Αννας- «"Αρατε αυτούς άπ' άλλήλων, καί ϊδωμεν ει συμ- φονεϊ ó λόγος αύτών». Καί ήραν αύτούς άπ' άλλήλων. Καί καλούσιν πρώτον τον Άδά καί λέγουσιν αύτω- «'Ραββί, πώς Ιδες τον Ίησούν άναληφθέντα;» Λέγει Άδάς- «"Ετι καθεζομένου αύτοΰ είς τό όρος Μα- μίλχ καί διδάσκοντος τούς μαθητάς αύτού, εϊδαμεν νεφέλην έπισκιάσασαν αύτόν τε καί τούς μαθητάς αύτού, καί άνήγαγεν αύτόν ή νεφέλη είς

466

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

todos con su sombra; después la misma nube elevó a Jesús al cielo, mientras los discípulos yacían con su faz en tierra». Luego llamaron a Finees, sacerdote, y le preguntaron asimismo: «¿Cómo contemplaste la ascensión de Jesús?» Y él habló de manera semejante. Entonces dijo el consejo: «Está contenido en la ley de Moisés: Sobre la boca de dos o tres estará firme toda palabra». Y añadió el maestro Buthem: «Está escrito en la ley: Y paseaba Henoc con Dios, y ya no existe, porque Dios lo tomó consigo». Dijo asimismo el maestro Jairo: «También oímos hablar de la muerte de Moisés, mas a él no le vimos, pues está escrito en la ley del Señor: Y murió Moisés por la palabra del Señor y nadie ha conocido jamás, hasta el día de hoy, su sepulcro». Y el maestro Leví dijo: «¿Y qué significa el testimonio que dió el maestro Simeón cuando vió a Jesús: He aquí que éste está puesto para caída y resurrección de muchos en Israel y como signo de contradicción?» Y el maestro Isaac dijo: «Está escrito en la ley: He aquí que yo envío mi mensajero ante ti, el cual te irá precediendo para guardarte en todo camino bueno, pues mi nombre es invocado en él». 7. Entonces dijeron Anás y Caifás: «Justamente habéis ci-

τόν ούρανόν, και μαθηταΐ αύτοΰ εκειντο έπί πρόσωπον έπί την γήν». Και καλουσιν Φινεές τον ιερέα και ήρώτησαν και αύτόν λέγοντες- «Πώς ϊδες τον Ίησοΰν αναληφθέντα;» Καί αυτός εΐπεν ωσαύτως. Ήρώτησαν δέ πάλιν τον Άγγαΐον και αύτός εΐπεν ωσαύτως. Και είπαν τό συν- έδριον «Ό νόμος Μωϋσέως περιέχει· Έπί στόματος δύο ή τριών στα- Θήσεται πάν ρήμα» 5 0. Λέγει ό Βουθέμ διδάσκαλος· «Γέγραπται έν τω νόμω· Και περιεπάτει Ένώχ σύν τω Θεώ, καϊ ούχ ύπάρχει; ότι έλαβεν αύτόν ό Θεός» 51. Ίάειρος διδάσκαλος εΐπεν «Και του άγίου Μωϋσέως θάνατος ήκούσαμεν, και αύτόν ούκ εϊδαμεν γέγραπται γάρ έν τω νόμω Κυρίου· Και άπέθανεν Μωϋσής έκ στόματος Κυρίου, και ούκ έγνω άνήρ τήν ταφήν αύτοΰ εως της ημέρας ταύτης» 5 2. Καϊ όαββί Λευϊς εΐπεν «Τί ότι ραββί Συμεών εΐπεν ώς εΐδεν τον Ίησοΰν Ιδού ούτος κείται εις πτώσιν και άνάστασιν πολλών έν τω Ισραήλ, και είς σημεΐον άντιλε- γόμενον;» 5 3 Καϊ ραββί Ισαάκ εΐπεν «Γέγραπται έν τω νόμω· Ιδού έγώ έξαποστέλλω τόν άγγελόν μου προ προσώπου σου ός προπορεύ- σεται έμπροσθεν σου του διαφυλάξαι σε έν πάση όδώ άγαθή, ότι τό όνομά μου κέκληται έν αύτη» 5 4.

η. Τότε "Αννας και Καϊάφας είπαν «ΌρΘώς είπατε τά γεγραμμένα

50 Cf. Deut. 19.15·

si Cf. Gen. 5,22.

5 2 Cf. Deut. 34,5.

5 3 Cf. Le. 2,34·

54 Cf. Malac. 3,1; Ex. 23,20.

ACTAS DE ΡΠ.ΑΤΟ

467

tado lo escrito en la ley de Moisés, que nadie vió la muerte de Henoc y que nadie mencionó la muerte de Moisés. Mas Jesús habló a Pilato, y [nosotros sabemos] que le hemos visto recibir bofetadas y esputos en su cara; que los soldados le ciñeron una corona de espinas; que fué flagelado; que recibió sentencia de parte de Pilato; que fué crucificado en el Calvario en com- pañía de dos ladrones; que se le dió a beber hiél y vinagre; que el soldado Longinos abrió su costado con una lanza; que José, nuestro honorable padre, pidió su cuerpo y que, como dice, resucitó; que, como dicen los tres maestros, le vimos as- cender al cielo; y, finalmente, que el maestro Leví ha dado testimonio de lo que dijo el maestro Simeón, y que dijo: He aquí que éste está puesto para caída y resurrección de muchos en Israel y como signo de contradicción». Y dijeron todos los doctores en bloque al pueblo entero de Israel: «Si ésta [ira?] proviene del Señor y es admirable a nuestros ojos, conoced sin

év τω νόμω Μωύσέως, ότι τοΰ Ένώχ θάνατον ουδείς είδεν και Μωύσή θάνατον οΰδείς ώνόμασεν. Ό δέ Ίησοΰς λόγον έδωκεν τω Πιλάτω· Και ότι εϊδαμεν αυτόν ραπίσματα λαβόντα και έμπτύσματα βίς το πρόσω- ττον αύτοϋ, και ότι οί στρατιώται στέφανον έξ ακανθών περιέθηκαν ού- τω, καΐ ότι έφραγελλώθη και άττόφασιν ελαβεν άττό Πιλάτου και ότι επί του Κρανίου έσταυρώθη και δύο λησταί μετ' αύτοϋ, και ότι όξος έπο- τίσθη ττετά χολής, και ότι λόγχη την πλευράν αύτοΰ έξεκέντησεν Λογ- γΐνος 6 στρατιώτης 5 5, και ότι το σώμα αϋτοΰ ήτήσατο Ιωσήφ ó τί- μιος πατήρ ήμών, και ότι, καθώς λέγει ανέστη και καθώς λέγουσιν ol τρεις διδάσκαλοι· Εϊδομεν αύτόν αναληφθέντα εις τον οΰρανόν, κα'ι ότι ό ραββί Λευίς εΐττεν μαρτυρήσας τα λεχθέντα παρά τοΰ ραββί Συμεών, και ότι εΐττεν Ίδοϋ οϋτος κείται εις τττώσιν και άνάστασιν πολλών εν τω Ισραήλ, και εις σημεΐον άντιλεγόμενον». Και είπαν πάντες οί διδάσ- καλοι πρός πάντα τον λαόν Κυρίου· «Εΐ παρά Κυρίου εχένετο αύτη κα'ι

5 5 El nombre de Longinos ha quedado consagrado en la tradición cris- tiana para designar al soldado que, según lo. 19,33, atravesó con una lanza el costado de Jesús. El evangeliario siríaco de la biblioteca Laurenziana de Florencia, copiado antes del año 586, muestra una escena de la crucifixión en la que aparece un soldado atravesando con una lanza el costado de Cristo. Junto a él se lee este nombre: ΛΟΓ[Γ]ΙΝΟΣ. Cf. A. de Waal, Die apokryphen Evangelien in der altchristl. Kunst: RómQ 1 (1887) p.191.

Una escena parecida se ve en la iglesia de Santa María Antica (Roma). Un personaje, a cuyo lado se lee Longinvs, está figurado al pie de la cruz, delante de la Virgen, atravesando con una lanza el costado de Cristo. Se disputa si la adaptación de este templo al culto cristiano data del siglo IV (restauración constantiniana) o bien del VI (época bizantina). Cf. H. Le- clercq: DACHEL t.5 col. 2038.

De este personaje vuelve a hablarse después en la Carta de Pilato a He- rodes; cf. más abajo.

468

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

lugar a eludas, ¡oh casa de Israel, que está escrito: Maldito todo el que pende de un madero. Y otro lugar de la Escritura dice: Dioses que no hicieron el cielo y la tierra perecerán». Y di- jeron los sacerdotes y levitas entre sí: «Si dura su memoria hasta Sommos (por otro nombre Jobel), sabed que su dominio será eterno y que suscitará para un pueblo nuevo». Entonces los archisinagogos, sacerdotes y levitas exhortaron a todo el pueblo de Israel, diciendo: «Maldito aquel que adore obra al- guna salida de manos humanas y maldito aquel que adore las criaturas al lado del Creador». Y el pueblo en masa contestó: «Amén, amén».

8. Después la multitud entonó un himno al Señor en esta forma: «Bendito el Señor, que proporcionó descanso al pueblo de Israel en conformidad con lo que tenía prometido; no cayó en el vacío ni una sola de todas las cosas buenas que dijo a su siervo Moisés. Siga a nuestro lado el Señor, nuestro Dios, de la misma manera que estaba al lado de nuestros padres. No nos entregue a la perdición para que podamos inclinar nuestro co- razón hacia El, para que podamos seguir todos sus caminos y para que podamos practicar los preceptos y criterios que in- culcó a nuestros padres. En aquel día el Señor será rey sobre toda la tierra; no habrá otro a su lado; su nombre será única-

έστι θαυμαστή έν όφθαλμοΐς ήμών, γινώσκοντες γνώσεσθε, οίκος Ιακώβ, δτι γέγραπται· Έπικατάρατος Tras ο ετπ ξύλου κρεμάμενος 56. Καΐ ετέρα γραφή διδάσκει· Θεοί οΐτινες τόν ούρανόν και τήν γήν ούκ έποιήσαντο άπολοΰνται». Kai είπαν οί ίερεΐς καΐ οί λευΐται προς άλλήλους- «Ei έως τοΰ Σώμμου του λεγομένου Ίωβήλ τό μνημόσυνον αύτοϋ, γινώσκετε δτι επικρατεί έως τοΰ αιώνος, καΐ εγείρει έαυτώ λαόν καινόν». Τότε παρήγ- γειλαν οί άρχισυνάγωγοι και οί ιερείς καί οί λευΐται παντί τώ Ισραήλ λέγοντες· «Έπικατάρατος ό άνήρ εκείνος δς ποίημα χειρός ανθρώπου προσκυνήσει, καί έπικατάρατος ó άνήρ δς κτίσματα παρά τόν κτίσαντα προσκυνήσει». Καί είπεν πάς ό λαός· «Αμήν άμήν».

8. Καί ΰμνησεν πάς ό λαός τόν Κύριον και είπεν «Εΰλογητός Κύ- ριος δς έδωκεν κατάπαυσιν τώ λαώ Ισραήλ κατά πάντα όσα έλάλησεν ούκ έπεσεν ρήμα εν άπό παντός ρήματος αύτοϋ τοΰ άγαθοΰ, όσα έλά- λησεν Μωϋσή τώ δούλω αύτοΰ. Εϊη Κύριος ό Θεός ήμών μεθ'ήμών καθώς ήν μετά τών πατέρων ήμών μή άπολέση ήμάς τοΰ κλΐναι καρ- δίαν ήμών προς αύτόν, τοΰ πορευθήναι ήμάς έν πάσαις ταΐς όδοΐς αύτοΰ, τοΰ φυλάσσειν τάς έντολάς αύτοΰ καί τά κρίματα αύτοΰ ά ένετείλατο τοις πατράσιν ήμών. Καί έσται Κύριος εις βασιλέα έπ'ι πάσαν τήν γη ν έν τή ήμέρα εκείνη· καί έσται Κύριος είς, καί τό όνομα αύτοΰ έν, Κύριος βασιλεύς ήμών αύτός σώσει ήμάς. Ούκ έστιν όμοιος σοι, Κύριε· μέγας

56 Cf. Deut. 21,23.

ACTAS DE PILATO

469

mente Señor, rey nuestro. El nos salvará. No hay semejante a ti, Señor; grande eres, Señor, y grande tu nombre. Cúranos por tu virtud y seremos curados; sálvanos, Señor, y seremos salvos, pues somos tu partecita y tu heredad. No abandonará jamás el Señor a su pueblo por la magnitud de su nombre, pues ha co- menzado a hacer de nosotros su pueblo».

Y, después de cantar el himno todos a coro, se marchó cada cual a su casa alabando a Dios, porque su gloria permanece por los siglos de los siglos. Amén.

PARTE II

Descendimiento de Cristo a los infiernos (red. griega)

I (XVII)

X. Dijo entonces José: «¿Y por qué os admiráis de que Je- sús haya resucitado? Lo admirable no es esto; lo admirable es que no ha resucitado él solo, sino que ha devuelto a la vida a gran número de muertos, los cuales se han dejado ver de mu- chos en Jerusalén. Y si no conocéis a los otros, que conocéis por lo menos a Simeón, aquel que tomó a Jesús en sus brazos,

εί σύ, Κύριε, και μέγα τό δνομά σου. Έν τή δυνάμει σου ϊασαι ή μας, Κύριε, και ΐαθησόμεθα· σώσον ημάς, Κύριε, και σωθησόμεθα· δτι μερίς και κληρονομιά σου έσμέν. Και ουκ έάσει Κύριος τόν λαόν αύτοΰ ένεκεν τοΰ ονόματος αϋτοΟ του μεγάλου, δτι ήρξατο Κύριος του ττοιεΐν ήμάς εις λαόν αύτοΰ».

Και ύμνήσαντες άπαντες άπήλθεν έκαστος άνήρ εις τόν οίκον αύτοΟ, δοξάζοντες τόν Θεόν, ότι αύτοΰ ή δόξα εις τούς αιώνας των αιώνων. Αμήν.

Descensus Christi ad inferos I (XVII)

I. Λέγει Ιωσήφ· «Καϊ τί θαυμάζετε ότι Ίησοΰς ήγέρθη; Ουκ εστίν τοΰτο ©αυμαστόν άλλά τοΰτο θαυμαστόν έστιν ότι ουκ ήγέρθη μόνος. Άλλ' ότι καϊ άλλους ττολλούς νεκρούς ήγειρεν, οΐτινες ενεφανίσθησαν έν Ίεροσολύμοις προς πολλούς. Και εί τούς άλλους ού γινώσκετε, τέως τόν Συμεών, όστις έδέξατο τόν "Ιησοΰν, και τούς δύο αύτοΰ υιούς, ούς άνέσ- τησεν, τέως αύτούς γινώσκετε. ' Ημείς γάρ έθάψαμεν αυτούς πρό όλί-

470

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

así como también a sus dos hijos, que han sido igualmente resu- citados. Pues a éstos les dimos nosotros sepultura hace poco, y ahora se pueden contemplar sus sepulcros abiertos y vacíos, mientras ellos están vivos y habitan en Arimatea». Enviaron, pues, a unos cuantos y comprobaron que los sepulcros estaban abiertos y vacíos. Dijo entonces José: «Vayamos a Arimatea a ver si les encontramos».

2. Y levantándose los pontífices, Anás, Caifás, José, Nico- demo, Gamaliel y otros en su compañía, marcharon a Arima- tea, donde encontraron a aquellos a quienes se refería José. Hi- cieron, pues, oración y se abrazaron mutuamente. Después re- gresaron a Jerusalén en compañía de ellos y los llevaron a la sinagoga. Y, puestos allí, se aseguraron las puertas, se colocó el Antiguo Testamento de los judíos en el centro y les dijeron los pontífices: «Queremos que juréis por el Dios de Israel y por Adonai, para que así digáis la verdad, de cómo habéis resuci- tado y quién es el que os ha sacado de entre los muertos».

3. Cuando esto oyeron los resucitados, hicieron sobre sus rostros la señal de la cruz y dijeron a los pontífices: «Dadnos papel, tinta y pluma». Trajéronselo, pues, y, sentándose, es- cribieron de esta manera.

γου· νΰν δέ ο! μέν τάφοι αυτών όρώνται ήνεωγμένοι κενοί, αύτοί δέ εϊσι ζώντες και διατρίβοντες έν τη Άριμαθία». Απέστειλαν ουν ανθρώ- πους, και εΟρον τά μνημεία αυτών ήνεωγμένα κενά. Λέγει ό Ιωσήφ· «'Απέλθωμεν εις την 'Αριμαθίαν και εύρήσωμεν αυτούς».

2. Τότε ήγέρθησαν οί άρχιερεΐς ό "Αννας και Καϊάφας και Ιωσήφ κα'ι Νικόδημος και Γαμαλιήλ και έτεροι μετ' αυτών και άπήλθον εις Άρι- μαθίαν, και εΟρον ους ό Ιωσήφ έ'λεγεν. Έττοίησαν ουν προσευχήν και ήσττάσαντο αλλήλους· είτα ήλθον μετ' αυτών εις Ιεροσόλυμα, και έφερον αυτούς έν τή συναγωγή. Και ήσφαλίσαντο τάς θύρας. Και εθηκαν εις μέσον τήν παλαιάν τών Ιουδαίων, και είπον ττρός αΰτούς οί αρχιερείς· «θέλομεν ϊνα όμόσητε εϊς τόν Θεόν τοΰ Ισραήλ κα'ι τον Άδοναί, καϊ ούτως ϊνα εΐπητε τήν άλήθειαν, πώς άνέστητε και τίς ύμας άνέστησεν έκ νεκρών».

3. Τούτο άκούσαντες οί άναστάντες άνθρωποι εποίησαν εις τά πρόσωπα αύτών τόν τύπον τοΰ σταυρού καϊ είπον προς τούς άρχιε- ρεΐς· «Δότε ήμΐν χάρτην και μέλαν καϊ κάλαμον». "Εφερον ούν ταύτα. Και καθίσαντες έγραψαν ούτως·

ACTAS DE PILATO

471

II (XVIII)

Ϊ. «¡Oh Señor Jesucristo, resurrección y vida del mundo!, danos gracia para hacer el relato de tu resurrección y de las maravillas que obraste en el infierno. Estábamos, pues, nos- otros en el infierno en compañía de todos los que habían muer- to desde el principio. Y a la hora de medianoche amaneció en aquellas oscuridades algo así como la luz del sol, y con su brillo fuimos todos iluminados y pudimos vernos unos a otros. Y al instante nuestro padre Abrahán, los patriarcas y profetas y todos a una se llenaron de regocijo y dijeron entre sí: Esta luz proviene de un gran resplandor. Entonces el profeta Isaías, presente allí, dijo: Esta luz procede del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; sobre ella profeticé yo, cuando aún estaba en la tierra, de esta manera: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, el pueblo que estaba sumido en las tinieblas vió una gran luz.

2. Después salió al medio un asceta del desierto, y le pre- guntaron los patriarcas: ¿Quién eres? El respondió: Yo soy Juan, el último de los profetas, el que enderecé los caminos del Hijo de Dios y prediqué penitencia al pueblo para remi- sión de los pecados. El Hijo de Dios vino a mi encuentro y,

II (XVIII)

1. «Κύριε Ίησοΰ Χριστέ, ή άνάστασις καί ή ζωή τοΰ κόσμου, δός ήμΐν χάριν ίνα διηγησώμεθα την άνάστασίν σου καί τά θαυμάσια, σου, ά έν τω άδη έποίησας. ' Ημείς ούν ή μεν έν τω άδη μετά πάντων των άττ' αιώνος κεκοιμημένων. Έν ώρα δέ μεσονυκτίου εις τά σκοτεινά έκεΐνα άνέτειλεν ώσπερ φώς ηλίου καί ελαμψεν, κα'ι έφωτίσθημεν πάντες καί εΐδομεν άλλήλους. Καί εύθύς ό πατήρ ήμών Αβραάμ μετά τών πατριαρ- χών καί τών προφητών ενωθείς, καί χαράς όμοΰ πλησθέντες εΐπον προς αλλήλους· Τοΰτο τό φώς άπό μεγάλου φωτισμού έστίν. Ό προφήτης Ησαΐας εκεί είπεν Τοΰτο τό φώς εκ τοΰ Πατρός έστι καί έκ τοΰ Υιού καί έκ τοΰ Αγίου Πνεύματος· περί ού προεφήτευσα ετι ζών λέγων Γη Ζα- βουλών καί γη Νεφθαλείμ, ó λαός ό καθήμενος έν σκότει ϊδε φώς μέγα 1.

2. Είτα ήλθεν εις τό μέσον έτερος άπό της ερήμου άσκητής, καί εΐπον προς αυτόν οΐ πατριάρχαι· Τίς εϊ; Ό δέ εΐπεν Έγώ ειμί Ιωάννης, τό τέλος τών προφητών, δς έποίησα τάς οδούς τοΰ Υίοΰ τοΰ Θεοΰ ευ- θείας, καί έκήρυξα τω λαώ μετάνοιαν εις άφεσιν άμαρτιών. Καί ό Υιός τοΰ Θεοΰ εις έμέ ήλθε, καί άπό μακρόθεν ίδών αϋτόν εΐπον πρός τόν λαόν

1 Cf. Is. 9-iss.

472

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

al verle desde lejos, dije al pueblo: He aquí el cordero de Dios, el que borra el pecado del mundo. Y con mi propia mano le bauticé en el río Jordán y vi al Espíritu Santo en forma de paloma que descendía sobre El. Y asimismo la voz de Dios Padre, que decía así: Este es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido. Y por esto mismo me envió también a vosotros, para anunciaros la llegada del Hijo de Dios unigénito a este lugar, a fin de que quien crea en El, sea salvo; y quien no crea, sea condenado. Por esto os recomiendo a todos vosotros que, en cuanto le veáis, le adoréis a una, porque ésta es la única oportunidad de que disponéis para hacer penitencia por el culto que rendísteis a los ídolos mientras vivíais en el mundo vano de antes y por los pecados que cometisteis; esto no podrá hacerse ya en otra ocasión.

III (XIX)

Al oír el primero de los creados y padre de todos, Adán, la instrucción que estaba dando Juan a los que se encontraban en el infierno, dijo a su hijo Set: Hijo mío, quiero que digas a los progenitores del género humano y a los profetas a dónde te envié yo cuando caí en trance de muerte. Set dijo: Profetas

Ίδε ό άμνός τοΰ Θεοΰ ό αΐρων την άμαρτίαν τοΰ κόσμου. Και μετά της χειρός μου έβάπτισα αύτόν έν τω Ίωρδάνη ποταμώ, και ειδον ώσεί περιστεράν καΐ τό ΠνεΟμα τό "Αγιον έττ' αύτόν έρχόμενον. Και ήκουσα και της φωνής τοΰ Θεοΰ και Πατρός ούτω λέγοντος· Ούτός εστίν ό Υίός μου ό αγαπητός, έν ώ ηύδόκησα 2. Και δια τοΰτο άττέστειλέ με και πρός υμάς, ίνα κηρύξω πώς έρχεται ό μονογενής Υιός τοΰ Θεοΰ ώδε, ίνα όστις πιστεύση πρός αύτόν σωθήσεται, όστις δέ οϋ πιστεύσει εις αϋτόν κατα- κριθήσεται. Δια τοΰτο λέγω πρός απαντάς υμάς, καθώς ϊδητε αυτόν, ίνα προσκυνήσητε πάντες, ότι νΰν μόνον έστί πρός υμάς ό τής μετανοίας καιρός υπέρ οϋ προσεκυνήσατε εις τον άνω μάταιον κόσμον τοις είδώ- λοις, κα'ι υπέρ ών ήμαρτήκατε· έν άλλω δέ καιρώ τοΰτο γενέσθαι άδύ- νατον. t

III (XIX)

Τοΰ Ιωάννου τοίνυν διδάσκοντος οϋτως τοΰς έν τώ άδη, άκουσας και ό πρωτόπλαστος καΐ προπάτωρ Αδάμ λέγει πρός τόν υΐόν αϋτοΰ τον Σήθ· Υιέ μου, θέλω ίνα εϊπης τοις προπάτορσι τοΰ γένους τών άνθρώπων και τοις προφήταις, ότε έπεσον ίνα αποθνήσκω, ποΰ σε άπέστειλα. Ό δέ Σήθ εφη· ΓΤροφήται και πατριάρχαι, ακούσατε· Ό έμός πατήρ Αδάμ ό

2 Cf. Le. 3 I3ss.

ACTAS DE PILATO

473

y patriarcas, escuchad: Mi padre Adán, el primero de los crea- dos, cayó una vez en peligro de muerte y me envió a hacer oración a Dios muy cerca de la puerta del paraíso, para que se dignara hacerme llegar por medio de un ángel hasta el árbol de la misericordia, de donde había de tomar óleo para ungir con él a mi padre y así pudiera éste reponerse de su en- fermedad. Así lo hice. Y, después de hacer mi oración, vino un ángel del Señor y me dijo: ¿Qué es lo que pides, Set? ¿Bus- cas el óleo que cura a los enfermos o bien el árbol que lo des- tila, para la enfermedad de tu padre? Esto no se puede encon- trar ahora. Vete, pues, y di a tu padre que después de cinco mil quinientos años, a partir de la creación del mundo, ha de bajar el Hijo de Dios humanado; El se encargará de ungirle con este óleo, y tu padre se levantará; y además le purificará, tanto a él como a sus descendientes, con agua y con el Espíritu Santo; entonces que se verá curado de toda enfermedad, pero por ahora esto es imposible.

Los patriarcas y profetas que oyeron esto, se alegraron gran- demente.

IV (XX)

i. Y, mientras estaban todos regocijándose de esta manera, vino Satán, el heredero de las tinieblas, y dijo al Infierno: ¡Oh tú, devorador insaciable de todos!, oye mis palabras: Anda por

πρωτόπλαστος πεσών ποτε εις τό τελευτάν απέστειλε με ποιήσασθα1 δέησιν πρός τον Θεόν εγγιστα της πύλης τοΰ παραδείσου ώς άν οδή- γηση με δι' αγγέλου πρός τό δένδρον της ελεημοσύνης και έπάρω ελαιον και αλείψω τον έμόν πατέρα, και άναστή άπό της ασθενείας, δπερ δέ και έποίησα. Και μετά την εύχήν έλΟών άγγελος Κυρίου λέγει μοι· Τί Σήθ αΐτεϊς; "Ελαιον αιτείς τό τους ασθενείς άνιστών, ή τό δένδρον τό ρέον τό τοιούτον ελαιον δια την του σοΰ πατρός άσθένειαν; Τοϋτο ούκ έστιν εύρεθήναι νυνί. "Απιθι οΟν και είπε τω πατρί σου δτι μετά τό συντελεσ- θήναι από κτίσεως κόσμου ετη πεντακισχίλια πεντακόσια, τότε κατέλ- θη έν τη γη ό μονογενής Υιός τοϋ θεοΰ ένανθρωπήσας, κάκεΐνος αλείψει αύτόν τω τοιούτω έλαίω, και άναστήσεται, και έν ΰδατι και Πνεύματι Άγίω πλύνει και αύτόν και τους έξ αύτοΰ, και τότε άπό πάσης νόσου ϊαθήσεται· νυν δέ τοϋτο γενέσθαι άδύνατον.

Ταΰτα άκούσαντες οί πατριάρχαι καϊ οί προφήται έχαίροντο με- γάλως.

IV (XX)

I. Έν τοιαύτη δέ των άπάντων όντων χαρά ήλθεν ό Σατάν ó κλη- ρονόμος τοΰ σκότους καϊ λέγει τω "Αδη· Παμφάγε καϊ ακόρεστε, άκουσον μου τούς λόγους. Έκ τοΰ γένους τών Ιουδαίων τις Ίησοΰς λεγόμενος,

474

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

ahí cierto judío, por nombre Jesús, que se llama a mismo Hijo de Dios; mas, como es un puro hombre, los judíos le dieron muerte de cruz, gracias a nuestra cooperación. Ahora, pues, que acaba de morir, estáte preparado para que podamos ponerle aquí a buen recaudo; pues yo que no es más que un hombre, y hasta le decir: Mi alma está muy triste hasta la muerte. Sábete, además, que a me causó muchos daños en el mundo mientras vivía con los mortales; pues dondequiera que encontrase a mis siervos, los perseguía; y a todos los hom- bres que yo dejaba mutilados, ciegos, cojos, leprosos o cosa parecida, él les curaba con sola su palabra; e incluso a mu- chos, a los que yo tenía ya dispuestos para la sepultura, les hacía revivir con sola su palabra.

2. Dijo entonces el Infierno: ¿Y tan poderoso es éste como para hacer tales cosas con sola su palabra? ¿Y, siendo él así, te atreves por ventura a hacerle frente? Yo creo que a uno como éste nadie podrá oponérsele. Y eso que dices haberle oído exclamar expresando su temor ante la muerte, lo dijo, sin duda, para reírse y burlarse de ti, con el fin de poderte echar el guante con mano poderosa. Y entonces, ¡ay!, ¡ay de ti por toda la eternidad! A lo que replicó Satán: ¡Oh Infierno, devorador insaciable de todos!, ¿tanto miedo has cobrado al oír hablar de nuestro común enemigo? Yo no le tuve nunca miedo, sino que azucé a los judíos, y éstos le crucificaron y le

όνομάζων εαυτόν Υίόν Θεοΰ· ούτος δέ ών άνθρωπος, από συνεργείας ημετέρας έσταύρωσαν αυτόν οί Ιουδαίοι. Και νΰν αΰτοΰ τελευτήσαντος εσω ήτοιμασμένος όπως ώδε κατασφαλίσωμεν αυτόν. Έγώ γαρ οίδα ότι άνθρωπος έστι, και ήκουσα και αύτου λέγοντος ότι περίλυπος εστίν ή ψυχή μου εως θανάτου 3. Έποίησέ μοι και πολλά κακά έν τω άνωθεν κόσμω τοις βροτοΐς συναναστρεφόμενος. "Οπου γάρ ηϋρισκε τους έμούς δούλους, έδίωκεν αύτούς, και όσους ανθρώπους έποίουν έγώ κυλλούς τυφλούς χωλούς λεπρούς, κα'ι εϊ τι τοιούτον, διά λόγου μόνου ίάτο αύ- τούς· και πολλούς έτοιμάσας εις τό ταφήναι, και τούτους διά λόγου μόνου πάλιν άνεζώωσε.

2. Λέγει ό "Αδης· Και τοσούτον έστι ν ούτος δυνατός ώστε διά λόγου μόνου ποιεΐν τοιαύτα; τοιούτω όντι δύνασαι σύ άντιστήναι αύτω; Έμοί δοκεΐ, τοιούτω όντι ούδείς αύτω άντιστήναι δυνήσεται. Εί δέ λέ- γεις ότι ήκουσας αύτοΰ φοβούμενου τόν θάνατον, παίζων σε και γελών έφη τούτο, θέλων ίνα σε άρπάση έν χειρί δυνατή. Και ούαϊ ούαί σοι εις τόν αιώνα τόν άπαντα. Λέγει ό Σατάν Παμφάγε και ακόρεστε "Αδη, τοσούτον έφοβήθης άκούσας περί τού κοινού ήμών έχθρού; Έγώ αύτόν ούκ έφοβήθην, άλλ' ένήργησα τούς Ιουδαίους και έστάυρωσαν αύτόν,

3 Cf. Mt. 26,38; Me. 14,34·

ACTAS DE PILATO

475

dieron a beber hiél con vinagre. Prepárate, pues, para que, cuando venga, le sujetes fuertemente.

3. Respondió el Infierno: Heredero de las tinieblas, hijo de la perdición, calumniador, acabas de decirme que él hacía revivir con una sola palabra a muchos de los que tenías preparados para la sepultura; si, pues, él ha librado a otros del sepulcro, ¿cómo y con qué fuerzas seremos capaces de sujetarle nosotros? Hace poco devoré yo a un difunto llamado Lázaro; pero, poco después, uno de los vivos con sola su pa- labra lo arrancó a viva fuerza de mis entrañas. Y pienso que éste es ese a quien te refieres. Si, pues, lo recibimos aquí, tengo miedo de que peligremos también con relación a los demás, porque has de saber que veo agitados a todos los que tengo devorados desde el principio y siento dolores en mi vientre. Y Lázaro, el que me ha sido anteriormente arreba- tado, no es un buen presagio, pues voló lejos de mí, no como un muerto, sino como un águila: tan rápidamente le arrojó fuera la tierra. Así, pues, te conjuro, por tus artes y por las mías, no le traigas aquí. Para que el haberse presentado en nuestra mansión obedece a que todos los muertos pecaron. Y ten esto en cuenta, por las tinieblas que poseemos, que, si le traes aquí, no me quedará ni uno solo de los muertos.

και έπότισαν αύτόν και χολή ν μετά όξους. Έτοιμάσθητι ούν όπως έλ- θόντα κρατήσης αυτόν ισχυρά.

Άπεκρίθη ό "Αδης- Κληρονόμε του σκότους, υίέ της άττωλείας, διάβολε, νυν μοι εΐπας ότι πολλούς ους συ ήτοίμασας εις τό ταφήναι, λόγω μόνω τούτους αΰτός άνεζώωσε· και εί έτερους της ταφής ήλευθέ- ρωσε, πώς αύτός κα'ι έν ποία δυνάμει παρ' υμών κρατηθήσεται; Έγώ δέ προ ολίγου κατέπιόν τινα νεκρόν ονόματι Λάζαρον, και μετ' όλίγόν τις έκ τών ζώντων διά λόγου μόνου βία εκ τών εγκάτων μου τούτον άνέσπασεν. Οΐμαι δέ είναι αύτόν όν σύ φής. Εί ούν εκείνον ένθάδε δεξόμεθα δέδοικα μή πως και περί τών λοιπών κινδυνεύσω μεν πάντας γάρ ούς άπ' αιώνος κατέπιόν, ιδού ταρασσομένους κατανοώ και άλγώ τήν κοι- λίαν μου. Και σημεΐον ουκ άγαθόν μοι δοκεί ó προαναρπασθεϊς Λάζαρος άπ'έμοΰ· ού γάρ ώς νεκρός, άλλ'ώς αετός άπ'έμοΰ έξεπέτασεν οΰτω γάρ συντόμως ή γή αύτόν έξω ερριψε. Διό κα'ι ορκίζω καί σέ εις τάς σάς χάριτας κα'ι είς τάς έμάς, μή άγάγης αύτόν ένταύθα. Οΐμαι γάρ ότι διά τό πάντας άμαρτήσαι νεκρούς ώδε παραγίνεται. Κα'ι τούτο σοι λέγω, μά τό σκότος 6 έχομεν, εί ώδε άγάγης αύτόν, ούδείς μοι τών νεκρών έναπο- λειφθήσεται.

476

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

V (XXI)

1. Mientras se decían entre tales cosas Satanás y el Infierno, se produjo una voz grande como un trueno, que decía: «Elevad, ¡oh príncipe!, vuestras puertas; elevaos, ¡oh puertas eternales!, y entrará el Rey de la gloria». Cuando esto oyó el Infierno, dijo a Satanás: Sal, si eres capaz, y hazle frente. Y salió fuera Satanás. Después dijo el Infierno a sus demonios: Ase- gurad bien y fuertemente las puertas de bronce, y los cerrojos de hierro; guardad mis cerraduras y examinad todo de pie; pues, si entra él aquí, ¡ay!, se apoderará de nosotros.

2. Los progenitores, que oyeron esto, empezaron a ha- cerle burla, diciendo: Tragón insaciable, abre para que entre el Rey de la gloria. Y dijo el profeta David: ¿No sabes, ciego, que, estando yo aún en el mundo, hice esta profecía: «Elevad, ¡oh príncipes!, vuestras puertas?» Isaías dijo a su vez: «Yo, previendo esto por virtud del Espíritu Santo, escribí: Resuci- tarán los muertos y se levantarán los que están en los sepulcros y se alegrarán los que viven en la tierra; y, ¿dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón? ¿Dónde, Infierno, tu victoria?»

V (XXI)

1. Τοιαύτα τοΰ Σατανά και τοΰ Άδου λεγόντων προς αλλήλους, έγένετο φωνή μεγάλη ώσπερ βροντή λέγουσα· "Αρατε ττύλας οΐ άρχον- τες υμών, και έττάρθητε πύλαι αιώνιοι, και εϊσελεύσεται ό βασιλεύς της δόξης. Άκουσας ό Άδης λέγει τω Σατανά· "Εξελθε, εί δυνατός εΐ, και άντίστηθι αυτώ. Εξήλθεν οΰν εξω ό Σατάν. Είτα λέγει ό "Αδης τοις δέ- μοσιν αϋτοΰ· Άσφαλίσασθε καλώς και ισχυρώς τάς πύλας τάς χαλκάς και τους μοχλούς τους σίδηρους, και τά κλεϊθρά μου κατέχετε, και σκο- ιτεΐτε πάντα ιστάμενοι όρθιοι· εάν γάρ εϊσέλθη αυτός ώδε, ούαί ήμάς λήψεται.

2. Ταΰτα άκούσαντες οί προπάτορες ήρξαντο πάντες ύβρίζειν αυ- τόν λέγοντες· Παμφάγε κα'ι ακόρεστε, άνοιξον όπως εϊσέλθη ό βασιλεύς της δόξης. Λέγει Δαυίδ ό προφήτης· Ούκ οϊδας, τυφλέ, ότι έν τω κόσμω εγώ ζών τήν τοιαύτην φωνήν, τό άρατε πύλας οί άρχοντες υμών 4, προεφήτευσα; Ησαΐας ειπεν Έγώ τοΰτο προϊδών ϋφ' Άγιου Πνεύμα- τος έγραψα· Άναστήσονται οί νεκροί, και έγερθήσονται οί έν τοις μνη- μείοις, και εύφρανθήσονται οί έν τή γή. Καί· Που σου, θάνατε, τό κέν- τρον; Ποΰ σου, Άδη, τό νΐκος; 5.

4 Cf. Ps. 23,7-9-

5 Cf. Os. 13,14.

ACTAS DE PILATO

477

3. Vino, pues, de nuevo una voz que decía: Levantad las puertas. El Infierno, que oyó repetir esta voz, dijo como si no cayera en la cuenta: ¿Quién es este Rey de la gloria? Y res- pondieron los ángeles del Señor: El Señor fuerte y poderoso, el Señor poderoso en la batalla. Y al instante, al conjuro de esta voz, las puertas de bronce se hicieron añicos, y los cerro- jos de hierro quedaron reducidos a pedazos, y todos los difun- tos encadenados se vieron libres de sus ligaduras, y nosotros entre ellos. Y penetró dentro el Rey de la gloria en figura hu- mana, y todos los antros oscuros del Infierno fueron iluminados.

VI (XXII)

1. En seguida se puso a gritar el Infierno: Hemos sido vencidos, ¡ay de nosotros! Pero ¿quién eres tú, que tienes tal

3. τΗλθεν ούν πάλιν φωνή· "Αρατε πύλας, λέγουσα. Άκουσας ό Άδης έκ δευτέρου την φωνήν άττεκρίθη ώς δήθεν μή γινώσκων και λέγει· Τις έστιν ούτος ό βασιλεύς τής δόξης; Λέγουσιν οΐ άγγελοι τοΰ Δεσπότου· Κύριος κραταιός και δυνατός, Κύριος δυνατός έν πολέμω 6. Και εύθέως άμα τω λόγω τούτω αί χαλκαΐ ττύλαι συνετρίβησαν και οί σίδηροι μοχλοί συνεθλάθησαν 7, και οί δεδεμένοι πάντες νεκροί έλύθησαν των δεσμών, και ημείς μετ'αύτών. Και είσήλθεν ό βασιλεύς τής δόξης ώσπερ άνθρωπος, και πάντα τά σκοτεινά τοΰ Άδου έφωτίσθησαν.

VI (XXII)

ι. Εύθύς έβόησεν ό Άδης· Ένικήθημεν, ούαί ήμΐν. Άλλά τίς εί ό Ιχων τοσαύτην έξουσίαν και δύναμιν; Και ποίος ει ό χωρίς άμαρτίας

6 Cf. Ps. 23,7-8· Un diálogo semejante pone el Evangelio de Bartolomé (I 16,19) entre el Tártaro y el Diablo.

7 Cf. Is. 45,1-2; Ps. 106 (107), 16. Esta victoria de Cristo sobre el in- fierno viene recordada probablemente también por las Odas de Salomón (od. 17,9). donde se dice textualmente: «He deshecho los cerrojos de hierro». Cf. asimismo Ev. de Bartolomé I 12 [n].

Estas expresiones han encontrado favorable acogida en las diversas litur- gias. La bizantina, por ejemplo, se refiere con mucha frecuencia en los oficios del Sábado Santo (particularmente en los Stichirá) al momento en que Jesús rompió las puercas y cerrojos del infierno, saqueó a és.e y liberó las almas de los Santos Padres. Cf. Ε. V. Barsov, O vozdeijstvii Apokrifov na Obrijad i Ikonopis: «Zurnal Ministerstva Narodnavo Prosveschenija» (1885) p.m.

Asimismo, la mozárabe dice en los laudes del Sábado Santo: «Christus omnia crucis stigmata portans, vectes ferreos comminuit portarumque aerea- rum claustra perfregit, Tartarí profunda descendit» (Missale mixtum: PL 85.477).

Finalmente, la ¡atina (romana) dice: «qui portas aereas confregisti et visitasti infernum» (Respons. IX de maitines en el Oficio de Difuntos).

478

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

poder y tal fuerza? ¿Quién eres tú, que vienes aquí sin pecado? ¿El que es pequeño en apariencia y puede cosas grandes, el humilde y el excelso, el siervo y el señor, el soldado y el rey, el que tiene poder sobre vivos y muertos? Fuiste pegado a la cruz y depositado en el sepulcro, y ahora has quedado libre y has deshecho nuestra fuerza. ¿Luego entonces eres Jesús, de quien nos decía el gran sátrapa Satanás que por la cruz y la muerte ibas a hacerte dueño de todo el mundo?

2. Luego el Rey de la gloria agarró por la coronilla al gran sátrapa Satanás y se lo entregó a los ángeles, diciendo: Atadle con cadenas de hierro sus manos y sus pies, su cuello y su boca. Después lo puso en manos del Infierno con este encargo: Tómalo y tenlo a buen recaudo hasta mi segunda venida.

VII (XXIII)

I. Entonces el Infierno se hizo cargo de Satanás y le dijo: Beelzebub, heredero del fuego y del tormento, enemigo de los santos, ¿qué necesidad tenías de proveer que el Rey de la gloria fuera crucificado para que viniera luego aquí y nos des-

ώδε έλθών; Ό μικρός δρώμενος και μεγάλα δυνάμενος, ό ταπεινός και υψηλός, ό δοΰλος κα'ι ό Δεσπότης, ό στρατιώτης και βασιλεύς, ό των νεκρών και τών ζώντων έξουσιάζων; Έν τω σταυρώ προσηλώθης και έν τω τάφω ετέθης, κα'ι άρτι έγένου ελεύθερος κα'ι κατέλυσας πασαν τήν δύναμιν ημών. ΤΑρα συ εϊ ό Ίησοΰς, περί ού ελεγεν ήμΐν ό άρχισατράπης Σατάν ότι δια σταυροΰ κα'ι θανάτου μέλλεις κληρονομήσαι όλον τόν κόσμον;

2. Τότε ό βασιλεύς της δόξης κρατήσας εκ της κορυφής τόν άρχι- σατράπην Σατάν και παραδους αυτόν τοις άγγέλοις είπε· Σιδηροΐς κα- ταδεσμήσατε τάς χείρας και τούς πόδας και τόν τράχηλον κα'ι τό στόμα αύτοΰ. Είτα παραδούς τοΰτον τω "Αδη εφη· Λαβών αύτόν κάτεχε άσφα- λώς άχρι της δευτέρας μου παρουσίας 8.

VII (XXIII)

I. Και ό "Αδης παραλαβών τόν Σατανάν ελεγεν αΰτώ· Βεελζεβούλ, κληρονόμε του πυρός και της κολάσεως, έχθρέ τών άγιων, διά ποίαν άνάγκην ώκονόμησας σταυρωθήναι τόν βασιλέα της δόξης εις τό έλθεΐν ώδε και εκδΰσαι ήμας; Έπιστράφου κα'ι ϊδε ότι ουδείς νεκρός έν έμοί

8 El Testamento de los XII Patriarcas (s.II-III ρ. C.) alude a esta victoria de Cristo sobre el demonio en estos términos: «De la tribu de Judá y de Leví saldrá para vosotros la salvación del Señor, y él hará la guerra a Belial... y librará de las manos de Belial a las almas cautivas» (PG 2,1102-03).

ACTAS DE PILATO

479

pojara? Date la vuelta y mira que no ha quedado en muerto alguno, sino que todo lo que ganaste por el árbol de la ciencia, lo has echado a perder por la cruz. Todo tu gozo se ha conver- tido en tristeza, y la pretensión de matar al Rey de la gloria te ha acarreado a ti mismo la muerte. Y, puesto que te he recibido con el encargo de sujetarte fuertemente, vas a apren- der por propia experiencia cuántos males soy capaz de infli- girte. ¡Oh jefe de los diablos, principio de la muerte, raíz del pecado, fin de toda maldad!, ¿qué habías encontrado de malo en Jesús para buscar su perdición? ¿Cómo tuviste valor para perpetrar un crimen tan grande? ¿Por qué se te ocurrió hacer bajar a estas tinieblas a un varón como éste, por quien te has visto despojado de todos los que habían muerto desde el prin- cipio?

VIII (XXIV)

i. Mientras así apostrofaba el Infierno a Satanás, exten- dió su diestra el Rey de la gloria y con ella tomó y levantó al primer padre Adán. Después se volvió hacia los demás y les

κατελείφθη, άλλά πάντα όσα έκέρδησας δια του ξύλου της γνώσεως, δια του σταυροΰ πάντα άπώλεσας· και πασά σου ή χαρά μετηνέχθη εις λύπην και τόν βασιλέα της δόξης θέλων θανατώσαι, σεαυτόν έθα- νάτωσας. ΈπεΊ χάρ παρέλαβόν σε ώστε κατέχειν άσφαλώς, εν πείρα μαθήση όσα κακά πρός σέ διαπράξομαι. ΤΩ άρχιδιάβολε, ή του θανάτου άρχή, ή ρίζα της άμαρτίας, τό τέλος κακοΰ. Τί κακόν εύρων εις τόν Ίησοΰν έγύρευσας την άπώλειαν αύτοϋ; Πώς έτόλμησας τοσούτον κα- κόν ποιήσαι; Πώς τοιούτον άνθρωπον έν τω σκότει τούτω καταχαγεΐν έμελέτησας, δι'ού πάντας τους άπ'αϊώνος θανόντας έστερήθης;

VIII (XXIV)

ι. Οϋτω τοΰ "Αδου διαλεχομένου τω Σατανά ήπλωσεν ό βασι- λεύς της δόξης την δεξιάν αύτοΰ χείρα και έκράτησε και ήγειρε τόν προ- πάτορα Αδάμ 9. Είτα στραφείς και προς τους λοιπούς εφη· Δεύρο μετ'

9 Esta escena ha dejado profundas huellas en la iconografía. Ya una co- lumna del ciborwm de San Marcos de Venecia, perteneciente al siglo VI, pre- senta a Cristo tomando de la mano a Adán y pisoteando a Satanás. Al lado se puede leer esta inscripción: Expoliatio i[n]feri.

Semejantes representaciones pueden encontrarse posteriormente en los mosaicos del papa Juan VI (s.VIII) en San Pedro de Roma; en los de la ca- pilla de San Zenón (s.IX), de la iglesia de Santa Práxedes, y en los de la iglesia de San Clemente (algo posteriores"), también en la Ciudad Eterna. Cf. H. Le- clercq: DACHEL t.i col.2576.

480

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

dijo: Venid aquí conmigo todos los que fuisteis heridos de muerte por el madero que éste tocó, pues he aquí que yo os resucito a todos por el madero de la cruz. Y con esto sacó a todos fuera. Y el primer padre- Adán apareció rebosante de gozo y decía: Agradezco, Señor, a tu magnanimidad el que me hayas sacado de lo más profundo del Infierno. Y asimismo todos los profetas y santos dijeron: Te damos gracias, ¡oh Cristo Salvador del mundo!, porque has sacado nuestra vida de la corrupción.

2. Después que ellos hubieron hablado así, bendijo el Salvador a Adán en la frente con la señal de la cruz. Luego hizo lo mismo con los patriarcas, profetas, mártires y proge- nitores. Y a continuación les tomó a todos y dió un salto desde el Infierno. Y mientras El caminaba, le seguían los santos pa- dres cantando y diciendo: Bendito el que viene en el nombre del Señor. Aleluya. Para El sea la alabanza de todos los santos.

IX (XXV)

Iba, pues, camino del paraíso teniendo asido de la mano al primer padre, a Adán. [Y al llegar] hizo entrega de él, así como también de los demás justos, al arcángel Miguel. Y, cuan- do entraron por la puerta del paraíso, les salieron al paso dos

έμοΰ πάντες όσοι διά τοΰ ξύλου οΟ ήψατο ούτος έθανατώθητε· πάλιν γάρ ύμας διά ξύλου τοΰ σταυρού πάντας έγώ ιδού άνιστών. Προς ταύτα έξέβαλεν απαντάς έξω, και ό προπάτωρ Αδάμ Θυμηδίας εμπλεως όφ- θείς- Εύχαριστώ τη μεγαλοσύνη σου, Κύριε, έλεγεν, ότι άνήγαγές με έξ "Αδου κατωτάτου. Ούτω δέ και πάντες οί προφήται και oi άγιοι είπον Εύχαριστοΰμέν σοι, Χριστέ, σωτήρ τοΰ κόσμου, ότι άνήγαγες έκ της φθοράς την ζωήν ημών.

2. Και ταΰτα είπόντων εύλογήσας ό Σωτήρ τον Αδάμ κατά τό μέτωπον έν τω σημείω τοΰ σταυροΰ· τοΰτο δέ ποιήσας και πρός τούς πατριάρχας και προφήτας και μάρτυρας και προπάτορας, και τούτους λαβών έκ τοΰ άδου άνέθορε. Πορευομένου δέ αύτοΰ έψαλλον οί άγιοι πατέρες άκολουθοΰντες αύτώ λέγοντες· Εύλογη μένος ό έρχόμενος έν ονό- ματι Κυρίου· άλληλούϊα· αύτώ ή δόξα τών άγίων πάντων.

IX (XXV)

Πορευόμενος οΰν εις τον παράδεισον κρατών καΐ τον προπάτορα Αδάμ άπό της χειρός παραδέδωκε τούτον τω άρχαγγέλω Μιχαήλ καΊ πάντας τούς δικαίους. Εισερχομένων ουν αύτών τήν θύραν τοΰ παρα- δείσου, συνήντησαν αύτοΐς δύο πρεσβύται άνθρωποι, πρός ούς οϊ άγιοι

ACTAS DE PILATO

«81

ancianos, a los que los santos padres preguntaron: ¿Quiénes sois vosotros, que no habéis visto la muerte ni habéis bajado al infierno, sino que vivís en cuerpo y alma en el paraíso? Uno de ellos respondió y dijo: Yo soy Henoc, el que agradó al Señor y a quien El trasladó aquí; éste es Elias el Tesbita; ambos vamos a seguir viviendo hasta la consumación de los siglos; entonces seremos enviados por Dios para hacer frente al Anticristo, y ser muertos por él, y resucitar a los tres días, y ser arrebatados en las nubes al encuentro del Señor.

Χ (XXVI)

Mientras éstos se expresaban así, vino otro hombre de apa- riencia humilde, que llevaba además sobre sus hombros una cruz. Dijéronle los santos padres: ¿Quién eres tú, que tienes aspecto de ladrón, y qué es esa cruz que llevas sobre tus hom- bros? El respondió: Yo, según decís, era ladrón y salteador en el mundo, y por eso me detuvieron los judíos y me entre- garon a la muerte de cruz juntamente con Nuestro Señor Je- sucristo. Y mientras estaba El pendiente de la cruz, al ver los prodigios que se realizaban, creí en El y le rogué, diciendo: Señor, cuando reinares, no te olvides de mí. Y El me dijo en

-πατέρες είπον Τίνες έστέ ύμεΐς, ο'ίτινες θάνατον ούκ εϊδετε και έν τώ a5rj ού κατήλθετε, άλλ' έν τοις σώμασι και ταΐς ψυχαΐς οικείτε εις τον τταράδεισον; Εις έξ αυτών αποκριθείς είπεν Έγώ ειμί Ένώχ ό εύαρεσ- τήσας Θεώ και ώδε μετατεθείς παρ'αύτοΰ, και οΟτός εστίν Ηλίας ό Θεσβίτης, οΐ και μέλλομεν ζήσαι μέχρι της συντέλειας του αιώνος- τότε δέ μέλλομεν άποσταλήναι τταρά Θεοΰ έττί τώ άντιστήναι τώ Αντίχρισ- τα; και άποκτανθήναι τταρ' αύτοΰ, και μετά τρεις ημέρας άναστήναι και έν νεφέλαις άρπαγηναι προς την του Κυρίου ύττάντησιν.

. . Χ (XXVI)

Ταΰτα τούτων λεγόντων ήλθεν έτερος ταπεινός άνθρωπος βαστάζων επί τών ώμων αύτοΰ και σταυρόν προς όν εφησαν οί άγιοι πατέρες· Τίς εϊ σύ ό θεωρίαν έχων ληστού, και τίς όν επιφέρεις επί τών ώμων σταυ- ρόν; Άπεκρίθη ούτος- Έγώ καθώς ύμεΐς φατέ ληστής ήν και κλέπτης έν τώ κόσμω, και διά ταύτα κρατήσαντές με οί Ιουδαίοι σταυρού θα- νάτω παραδεδώκασιν άμα τώ Κυρίω ημών Ιησού Χριστώ. Έπί σταυ- ρού τοίνυν κρεμαμένου αύτοΰ, ίδών τά γενόμενα σημεία έπίστευσα εις αύτόν. Και παρεκάλεσα αύτόν και είπον Κύριε, ότε βασιλεύσεις, μή μου έπιλάθη. Και εύθύς είπέν μοι ότι- Αμήν άμήν σήμερον, λέγω σοι, μετ' εμού εση έν τώ παραδείσω. Βαστάζων ούν τόν σταυρόν μου ήλθον εις

Εϊ: apócrifos

16

482

U'ÓCRIIOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

seguida: De verdad, de verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso. He venido, pues, con mi cruz a cuestas hasta el paraíso, y, encontrando al arcángel Miguel, le he dicho: Nues- tro Señor Jesús, el que fué crucificado, me ha enviado aquí; llévame, pues, a la puerta del Edén. Y, cuando la espada de fuego vió la señal de la cruz, me abrió y entré. Después me dijo el arcángel: Espera un momento, pues viene también el primer padre de la raza humana, Adán, en compañía de los justos, para que entren también ellos dentro. Y ahora, al veros a vosotros, he salido a vuestro encuentro.

Cuando esto oyeron los santos, clamaron con gran voz de esta manera: Grande es el Señor nuestro y grande es su poder.

XI (XXVII)

Todo esto vimos y oímos nosotros, los dos hermanos geme- los, quienes fuimos asimismo enviados por el arcángel Miguel y designados para predicar la resurrección del Señor antes de marchar al Jordán y ser bautizados. Allí nos fuimos y hemos sido bautizados juntamente con otros difuntos también resu-

τόν παράδεισον, και εύρων τόν άρχάγγελον Μιχαήλ είττον αύτώ· Ό Κύριος ήμών Ιησούς ό εσταυρωμένος ώδέ με άπέστειλεν άγαγόν με τοί- νυν έν τη πύλη της Εδέμ. ΚαΊ ΐδοΰσα ή φλογίνη ρομφαία τό σημεϊον τοΰ σταυρού ήνοιξέ μοι και εϊσήλΟον. Είτά φησι πρός έμέ ó αρχάγγε- λος· Περίμεινον μικρόν, ότι έρχεται και ό προπάτωρ τοΰ γένους τών ανθρώπων Αδάμ μετά δικαίων, ίνα εϊσέλθωσι και αυτοί εντός. Και νΰν ίδών ΰμάς ήλθον εις όπάντησιν ΰμών 1 0.

Ταΰτα άκούσαντες οί άγιοι έβόησαν μεγάλη φωντ) ττάντες· Μέγας ό Κύριος ήμών, και μεγάλη ή ισχύς αύτοΰ.

XI (XXVII)

Ταΰτα πάντα εϊδομεν και ήκούσαμεν ήμεΐς οί δύο αύτάδελφοι, ο'ί και απεστάλη μεν παρά Μιχαήλ τοΰ αρχαγγέλου και έτάχθημεν κηρΰξαι τήν του Κυρίου άνάστασιν, πρότερον δέ άπελθεΐν έν τω Ιορδάνη και βαπτισθήναι. "Οπου και άπελθόντες έβαπτίσθημεν μετά και άλλων άνασ- τάντων νεκρών είτα και είς Ιεροσόλυμα ήλθομεν και έτελέσαμεν τό πάσχα

1 0 Es interesante al ñnal recoger el sentir de San Agustín acerca de este episodio de la liberación de Adán: «Et de illo quidem primo nomine, patre gencris humani, quod eum ibidem solverit, ecclesia fere tota consensit; quod eam non inaniter credidisse credendum est, undecumque hoc traditum sit, ctiamsi canonicarum scripturarum non proferatur auctoritas» (Ep. ad Evo- dium: PL 33,711). Realmente este criterio es aplicable a muchos otros epi- sodios que la tradición cristiana vertió en los escritos apócrifos.

ACTAS DE PILATO

4S3

citados; después vinimos a Jerusalén y celebramos la Pascua de la resurrección. Mas ahora, en la imposibilidad de permane- cer aquí, nos vamos. Que la caridad, pues, de Dios Padre y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo y la comunicación del Espí- ritu Santo sea con todos vosotros».

Y, una vez escrito esto y cerrados los libros, dieron la mi- tad a los pontífices y la otra mitad a José y a Nicodemo. Ellos, por su parte, desaparecieron al momento para gloria de Nues- tro Señor Jesucristo. Amén.

Descendimiento de Cristo a los infiernos (red. latina B)

I (XVII)

i. Entonces los maestros Addas, Finees y Egias, tres va- rones que habían venido de Galilea para testificar que habían visto a Jesús ser arrebatado al cielo, se levantaron en medio de la multitud de jefes de los judíos y dijeron en presencia de los sacerdotes y levitas reunidos en consejo: «Señores, cuando íba- mos nosotros desde Galilea al Jordán, nos salió al encuentro una gran muchedumbre de hombres vestidos de blanco que habían muerto hacía algún tiempo. Entre ellos reconocimos a Karino y a Leucio; y cuando ellos se hubieron acercado a nos-

τής αναστάσεως. Νΰν δέ μή δυνάμενοι ενταύθα διάγειν άττερχόμεθα. Και ή άγάττη τού θεού και Πατρός και ή χάρις τού Κυρίου ημών ΊησοΟ Χρίστου και ή κοινωνία τοΰ Αγίου Πνεύματος εϊη μετά ττάντων υμών».

Ταύτα γράψαντες και άσφαλισάμενοι τά βιβλία, έδωκαν τά ήμίση τοις άρχιερεύσιν καί τά ήμίση τώ Ιωσήφ και τω Νικοδήμω· καϊ αύτοΐ τταραυτίκα έγένοντο άφαντοι, εις δόξαν τού Κυρίου ημών Ιησού Χρισ- τού. Αμήν.

I (XVII)

ι. Tune rabbi Addas et rabbi Finees et rabbi Egias, viri tres qui venerant de Galilaea testificantes vidisse se Iesum assumptum in caelum, surrexerunt in medio multitudinis principum Iudaeorum et dixerunt coram sacerdotibus et levitis convocatis ad concilium: "Domini, venientibus nobis de Galilaea in Iordanem obviam facti sunt magna multitudo hominum abbatorum qui olim fuerant defunc- ti. Inter quos Karinum et Leucium vidimus simul cuín eis adesse: et appropinquantes ad nos osculantesque ad invicem, quia cari nostri

4S4

APÓCRIFOS Γ>Γ. LA PASIÓN" Y RESURRECCIÓN

otros y nos dimos un ósculo mutuo, pues habían sido amigos nuestros, les preguntamos: Decidnos, hermanos y amigos, ¿qué son esta alma y este cuerpo, y quiénes son esos con quienes vais de camino, y cómo vivís en el cuerpo, siendo así que mo- risteis hace tiempo?»

2. Ellos respondieron de esta manera: «Hemos resucitado con Cristo desde los infiernos y El nos ha sacado de entre los muertos. Y sabed que han quedado desde ahora destruidas las puertas de la muerte y de las tinieblas, y las almas de los santos han sido sacadas de allí y han subido al cielo con Cristo Nues- tro Señor. Ε incluso a nosotros nos ha mandado el Señor en persona que durante cierto tiempo merodeemos por las riberas del Jordán y por los montes, sin que, no obstante, nos dejemos ver de todos ni hablemos con todos, sino sólo con aquellos a quienes a El pluguiere. Ahora mismo no nos hubiera sido po- sible ni hablar ni dejarnos ver de vosotros si no nos hubiera sido permitido por el Espíritu Santo».

3. Ante estas palabras, la multitud entera que asistía al consejo quedó sobrecogida, presa de temor y de temblor, y decían: «¿Será verdad por ventura lo que estos galileos testi- fican?» Entonces Anás y Caifás se dirigieron al consejo en estos términos: «En seguida se descubrirá lo relacionado con todas estas cosas de que ésos han dado testimonio antes y después: si se comprueba ser cierto que Karino y Leucio permanecen

fuerunt amici, interrogavimus eos: Dicite nobis, amici et fratres, quae est haec anima et caro ? et qui sunt isti cum quibus pergitis ? et quomodo corporaliter manetis qui olim defuncti fuist'.s?»

2. Qui respondentes dixerunt: «Resurreximus cum Christo ab inferís, et ipse resuscitavit nos a mortuis. Et ex hoc sciatis quod destructae sunt portae mortis et tenebrarum, et animae sanctorum inde sunt exemptae et in caelum conscenderunt cum Christo Do- mino 1. Nam et nobis ab ipso Domino praeceptum est ut tempore praefinito deambulemus ripas Iordanis et montes; tamen non óm- nibus apparentes ñeque cum ómnibus loquentes nisi quibus ei pla- cuerit. Et modo ñeque loqui ñeque apparere vobis potuissemus nisi a Spiritu Sancto nobis permissum fuisset».

3. Audientes autem haec omnis multitudo quae aderat in con- cilio, timore perterriti ac tremore mirabantur si haec veraciter facta fuissent quae isti Galilaei testificantur. Tune Caiphas et Annas dixerunt concilio: «Modo apparere habet per omnia quae isti testi-

1 C añade: «per Iesum Christum Dominum, qui expoliavit infernum et eius principem religavit».

ACTAS DE PILATO

485

vivos unidos a sus cuerpos, y si nos es dado contemplarlos con nuestros propios ojos, entonces es que es verdad lo que estos testifican en todos sus detalles, y, cuando los encontremos, ellos nos informarán con certeza de todo. Pero, si no, sabed que todo es pura farsa».

4. Entonces se pusieron en seguida a deliberar, y convi- nieron en elegir unos cuantos varones idóneos y temerosos de Dios, que conocían además cuándo habían muerto y la se- pultura en que habían sido puestos, para que hicieran dili- gentes pesquisas y comprobaran si era en verdad tal como habían oído. Así, pues, fueron allí quince varones que habían presenciado su muerte, y habían estado con su propio pie en el lugar de su sepultura, y habían visto sus sepulcros. Llegaron, pues, y encontraron éstos abiertos, así como también otros muchos, sin que pudieran ver señales de sus huesos o de sus cenizas. Y, tornando con gran prisa, refirieron lo que habían visto.

5. Entonces la sinagoga entera se turbó, presa de terrible angustia, y se dijeron entre sí: «¿Qué vamos a hacer?» Anás y Caitas dijeron: «Enviemos al lugar donde hemos oído que están una comisión formada por los personajes más nobles en plan de súplica y de ruego; quizá se dignen venir hacia nosotros». Les enviaron, pues, a Nicodemo, a José y a los tres maestros galileos que los habían visto, con la petición de que tuvieran

ficati sunt, prius et posterius: si hoc verum fuerit compertum, quod Karinus ct Leucius vivi permaneant in corpore, et si nos eos oculis nostris contemplar! poterimus, tune per omnia verum est quod isti testificantur: invenientes vero, illi nos certos de ómnibus facient. Sin autem minime, sciatis quia omnia mentita sunt».

4. Tune súbito orto consilio placuit eis eligere viros idóneos Deum timentes, et qui noverant quando illi defuncti sunt et sepul- turam ubi sepulti sunt, ut diligenter inquirerent et viderent si ita est sicut audicrant. Perrexerunt itaque ibidem viri numero quinde- cim, qui per omnia in dormitione eorum aderant et pedibus suis steterant ubi sepulti sunt et monumenta eorum perspicuerant. Qui venientes invenerunt monumenta eorum aperta et alia quam pluri- ma, et nec signum ex ossibus aut ex pulvere eorum invenerunt. Et sub omni festinatione revertentes retulerunt quae viderant.

5. Tune mocrore nimio conturbata est omnis synagoga eorum, ct dixerunt ad invicem: «Quid faciemus?» Armas et Caiphas dixe- runt : «Dingamus ubi audivimus eos esse, mittamusque ad eos viros de nobilionbus, rogantes eos et deprecantes: forsitan dignabuntur ven iré ad nos». Tune direxerunt ad eos Nicodemum et Ioseph et

486

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN" Y RESURRECCIÓN

a bien venir hacia ellos. Se pusieron, pues, en marcha y andu- vieron por todos los alrededores del Jordán y de los montes. Pero, no habiéndolos encontrado, se volvían ya de camino.

6. Cuando, de pronto, se divisó una gran muchedumbre, como de unos doce mil hombres, que habían resucitado con el Señor y bajaban del monte Amalech. Ellos reconocieron allí a muchísimos, pero no fueron capaces de dirigirles una sola palabra, cohibidos como estaban por el miedo y la visión del ángel, contentándose con verles a lo lejos y oírles cómo mar- chaban cantando himnos y diciendo: «Ha resucitado el Señor de entre los muertos, como había dicho; alegrémonos y rego- cijémonos todos, porque El reina eternamente». Entonces los comisionados quedaron mudos de admiración y recibieron de ellos el consejo de buscar a Karino y a Leucio en sus propias casas.

7. Se levantaron, pues, y se fueron a sus casas, donde los encontraron entregados a la oración. Y, entrando hasta el sitio donde estaban, cayeron con sus rostros en tierra; y, luego que les saludaron, se levantaron y dijeron: «Amigos de Dios, al oír que habíais resucitado de entre los muertos, la asamblea entera de los judíos nos ha enviado a vosotros para rogaros encareci- damente que vayáis hasta ellos, de manera que podamos todos

tres viros rabbites galilaeos qui eos viderant, rogantes ut dignaren- tur venire ad eos. Qui pergenies ambulaverunt circa omnem regio- nem Iordanis et montium, et non invenientes eos revertebantur.

6. Et ecce súbito ex monte Amalech 2 apparuit descendentium plurima multitudo, quasi duodecim millia virorum, qui cum Do- mino surrexerunt. Qui recognoscentes ibidem plurimos non potue- runt eis quicquam loqui prae pavore et visione angélica, steterunt- que procul intuentes et audientes eos, quomodo gradiebantur psal- lentes atque dicentes: «Resurrexit Dominus a mortuis sicut dixerat, exsultemus et laetemur omnes quoniam ipse regnat in aeternum». Tune admirantes qui missi fuerant prae pavore ceciderunt in terram, et receperunt respensum ab ipsis ut Karinum ct Leucium i η domos suas perquirerent.

7. Qui exsurgentes perrexerunt ad domos eorum, et invenerunt eos orationi vacare. Et inti antes ad eos proni corruerunt in terram saturantes eos, et erecti dixerunt: «Amio Dei, omnis multitudo Iudaeorum nos direxerunt ad vos, audientes quod surrexistis a mor- tuis, rogantes et obsecrantes vos ut veniatis ad eos, ut sciamus omnes magnalia Dei quae facta sunt circa nos temporibus nostris». Qui

- Es el monte Máthitch del texto griego; el códice Β lo denomina Males y Maleth.

ACTAS DE P1LATO

487

conocer las maravillas divinas que han tenido lugar a nuestro alrededor en nuestros tiempos». Ellos entonces se levantaron al momento, movidos por inspiración divina, y vinieron en su compañía y entraron en la sinagoga. Y la asamblea de los judíos, juntamente con los sacerdotes, pusieron en sus manos los libros de la ley y les conjuraron por Dios Heloi y Dios Adonai y por la ley y los profetas de esta manera:« Decidnos cómo habéis resucitado de entre los muertos y qué son estas maravillas que han tenido lugar en nuestros tiempos, tales como nunca he- mos oído decir que hayan sucedido en ningún otro tiempo. Pues habéis de saber que nuestros huesos se han quedado se- cos y entumecidos por el miedo y que la tierra se mueve a nuestros pies, por haber puesto de acuerdo todos nuestros pe- chos para derramar sangre justa y santa».

8. Entonces Karino y Leucio les hicieron señas con las manos para que les dieran un rollo de papel y tinta. Y lo hicie- ron así porque el Espíritu Santo no les permitió hablar con ellos. Estos les dieron el papel a cada uno y les separaron entre en distintos compartimientos. Y ellos entonces, después de hacer con sus dedos la señal de la cruz, empezaron a escribir cada uno su propio rollo. Y, cuando hubieron terminado, ex-

statim nutu Dei consurgentes venerunt cum ipsis, et intraverunt synagogam eorum. Tune multitudo Iudaeorum cum sacerdotibus libros legis posuerunt in manibus eorum, adiuraveruntque eos per Dcum Heloi ? et Deum Adonai et per legem et prophetas dicentes: «Dicite nobis quomodo surrexistis a mortuis, et quae sunt haec mira- bilia quae facta sunt temporibus nostris, qualia nunquam audivimus aliquando facta4: quia iam prac pavore obstupuerunt omnia ossa nostra ct aruerunt et térra commovet se sub pedibus nostris; adiun- ximus enim omnia pectora nostra ut effunderemus sanguinem ius- tum et sancíum».

8. Tune Karinus et Lcucius annuerunt eis manibus ut darent eis tomum chartae et atramentum. Hoc autem fecerunt quia non permisit eos Spiritus Sanctus loqui cum illis. Qui dantes eis singulas chartas sequestraverunt seorsum unum ab alio singulis celluüs. At illi digitis suis signaculum crucis Christi facientes, in singulis coepe-

3 El códice A: Eloy; B: O/o.v.

4 Según C: «... venerunt in synagogam cum ipsis. Cum ergo vidissent eos principes sacerdotum, nimium conturbad [sunt], et tremor apprehendit eos. Demum Anna et Caiphas aeceperunt libros legis Dei et posuerunt in manibus eorum et adiuraverunt eos dicentes: Per Deum Heloi et Deum Adonai, per legem et prophetas coniuramus [vos] ut dicatis nobis quomodo surrexistis a mortuis».

488

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

clamaron a una voz desde sus propios compartimientos: «Amén>>. Luego se levantó Karino y dio su papel a Anás, mientras que Leucio hizo lo mismo con Caifás. Y, después de despedirse mutuamente, salieron y se volvieron a sus sepulcros.

9. Entonces Anás y Caifás abrieron un volumen y empe- zó cada uno a leer en secreto. Pero, llevándolo a mal todo el pueblo, exclamaron todos a una: «Leednos estos escritos en alta voz, y, después de que hayan sido leídos, nosotros los conservaremos, no sea quizá que la verdad divina sea adulte- rada por individuos inmundos y falaces, llevados de su obce- cación». Entonces Anás y Caifás, llenos de temblor, entregaron el volumen de papel al maestro Adas, al maestro Finees y al maestro Egias, que habían venido de Galilea con la noticia de que Jesús había sido asumido al cielo; y todo el pueblo se fió de ellos para que leyeran este escrito. Y leyeron el papel, que contenía lo siguiente:

runt scribere tomis 5 : et postquam compleverunt, quasi ex uno ore a singulis cellulis exclamaverunt: Amen. Exsurgentes vero, Karinus dedit chartam suam Annae et Leucius Caiphae, et salutantes invi- cem exierunt et reversi sunt ad sepulcra sua.

9. Tune Annas et Caiphas aperientes tomum chartae coepe- runt singuli secreto legere. Sed omnis populus graviter accipiens, ita ab ómnibus proclamatum est : «Palam haec scripta nobis perlegite; et postquam perlecta fuerint, nos ea conservabimus, ne forte veritas Dei haec ab immundis et fallacibus vertatur obeaecatione in fal- sitatem». Dehinc tremore confecti Annas et Caiphas tradiderunt tomum chartae rabbi Addae et rabbi Finees et rabbi Egiae, qui venerant a Galilaea et annuntiaverant Iesum assumprum in caelum : illis credidit omnis multitudo Iudaeorum ut hanc scripturam lege- rent. Et legerunt chartam continentem haec :

5 Según C: «Qui antequam incepissent scribere, levaverunt ambo ma- nus dextras et fecerunt signaculum crucis, et tune coeperunt scribere in sin- gulis tomis. Finitis vero scripturis clamaverunl a singulis cellulis: Amen». Es interesante el detalle de que hicieron la señal de la cruz; este testimonio constituye un buen argumento en favor de la antigüedad de esta práctica de devoción tan común entre los cristianos.

ACTAS DE PILATO

489

II (XVIII)

1. «¡Oh Señor Jesucristo!, permíteme a mí, Karino, que exponga las maravillas que obraste en los infiernos. Mientras nos encontrábamos nosotros detenidos en los infiernos, su- midos en las tinieblas y en las sombras de la muerte, nos sentimos iluminados de repente por una gran luz y se estre- meció el infierno y las puertas de la muerte. Entonces se dejó oír la voz del Hijo del Padre Altísimo, como si fuera la voz de un gran trueno, el cual, dando un fuerte grito, dijo: Dejad correr, ¡oh príncipes!, vuestras puertas; elevad las puertas de la eternidad, pues sabed que Cristo Señor, Rey de la gloria, va a venir para entrar.

2. Entonces acudió Satanás, el príncipe de la muerte, hu- yendo aterrorizado, para decir a sus satélites y a los infiernos: Ministros míos e infiernos todos, venid todos aquí, cerrad vuestras puertas, echad los cerrojos de hierro, luchad con de- nuedo y resistid, no sea que, siendo dueños de las cadenas, vayamos a quedar presos de ellas. Entonces se pusieron en conmoción todos sus impíos satélites y se dieron prisa a cerrar las puertas de la muerte, y a ir asegurando las cerraduras y los cerrojos de hierro, y a empuñar con entereza sus armas todas, y a lanzar alaridos con voz dura y terrible en extremo.

II (XVIII)

1. <Ego Karinus, Domine Iesu Christe, fili Dei viví, permitte me loqui mirabilia tua quae apud inferos gessisti. Cum igitur es- semus in tenebris et umbra mortis detenti apud inferos, súbito illuxit nobis lux magna, et contremuit infernus et portae mortis. Et audita est vox Fili: Patris Altissimi tanquam vox tonitrui magni, fortiterque proclamans sic intulit : Portas, principes, vestras retol- lite; portas aeternales sustollite: rex gloriae Christus Dominus in- traturus adveniet 6.

2. Tune Satanás dux mortis advenit, fugiens territus, dicens ministris suis et inferís: Ministri mei et omnes inferí, concurriré, portas vestras claudite, vectes ferreos supponite, et pugnate fortiter et resistite, ne tenentes captivemur a vinculis. Tune impía officia eius omnia conturbata sunt et coeperunt portas mortis cum omni diligentia claudere, serasque et vectes ferreos paulatim iungere, om- niaque ornamenta sua strictis manibus tcnere et proclamare ulula- tus dirae vocis ac teterrimae.

6 Las expresiones del salmo 23 se ponen aquí en bora de Cristo. El texto griego establece con ellas un diálogo entre el infierno y los ángeles.

490

APÓCRIFOS DE LA PASIÓX Y RESURRECCIÓN

III (XIX)

1. Entonces Satanás dijo al Infierno: Prepárate para reci- bir a uno que voy a traerte. Mas el Infierno respondió así a Sa- tanás: Esta voz no ha sido otra cosa sino el grito del Hijo del Padre Altísimo, pues a su conjuro la tierra y los lugares del in- fierno se han puesto en conmoción; por lo cual pienso que tanto yo como mis ligaduras han quedado ahora patentes y al descu- bierto. Mas te conjuro, ¡oh Satanás!, cabeza de todos los males, por tu fuerza y por la mía, que no le traigas a mí, no sea que, queriendo atraparle, seamos nosotros atrapados por él. Pues si con sola su voz mi fortaleza ha quedado de tal manera deshecha, ¿qué piensas ha de hacer cuando venga su presencia?

2. Satanás, por su parte, el príncipe de la muerte, le res- pondió así: ¿Por qué gritas? No tengas miedo, perversísimo ami- go de antaño, porque yo he sido quien ha concitado contra él al pueblo de los judíos y gracias a ha sido herido con bofe- tadas, y yo he perpetrado su traición por medio de un discípulo suyo. Además, es un hombre muy temeroso ante la muerte, puesto que, dejándose oprimir por la fuerza del temor, ha di- cho: Triste está mi alma hasta la muerte. Y yo mismo le he traído hasta ella, pues ahora está colgado, pendiente de la cruz.

3. Entonces le dijo el Infierno: Si es El quien con sola la voz de su imperio ha hecho volar de mis entrañas como un

III (XIX)

1. Tune Satán dixit ad Infernum: Praepara te ad recipiendum quem tibí deduxero. Dehinc Tnfernus Satanae ita perintulit: Vox ista non fuit nisi a clamore Filii Patris Altissimi, quia ita térra et omnia inferí loca sub ipsa contremuit : unde puto me et omnia vincu- la mea iam aperta patescere. Sed adiuro te, Satana, caput malorum omnium, per tuas measque virtutes, ne perducas eum ad me, ne dum velimus eum capere captivemur ab eo. Nam si ad vocem eius tan- tum omnis virtus mea ita destructa est, quid putas eum facturum dum praesentia eius advenerit ?

2. Cui Satán dux mortis ita respondit: Quid clamitas? Noli ti- mere, antique amice nequissime, quia ego populum Iudaeorum con- citavi adversus eum, alapis eum feriri praecepi et traditionem per eius discipulum in eum peregi ; et est homo multum timens mortem, qui ex timore dixit: Tristis est anima mea usque ad mortem; et ad hanc illum perduxi, quia modo levatus in cruce pendet.

3. Tune lnfernus ait ad eum: Si ipse est qui Lazarum de sinu meo iam quatnduanum solo verbo ímperii sui velut aquilam avo-

ACIAS DE P1LATO

491

águila a Lázaro, muerto ya de cuatro días, ése no es un hombre en su humanidad, sino Dios en su majestad. Te suplico, pues, que no me lo traigas aquí. Repuso Satanás: Prepárate, no obs- tante; no tengas miedo. Ahora que ya está pendiente de la cruz, no puedo hacer otra cosa. Entonces el Infierno respondió de esta manera a Satanás: Si, pues, no eres capaz de hacer otra cosa, está ya cercana tu perdición. En último término, yo quedaré, sí, derribado y sin honor, pero estarás entre tormentos sujeto a mi dominio.

IV (XX)

1. Mientras tanto, los santos de Dios estaban escuchando la disputa entre Satanás y el Infierno. Ellos no se reconocían aún entre sí, pero estaban, sin embargo, a punto de empezar a conocerse. Y nuestro padre Adán respondió así, por su parte, a Satanás: ¡Oh príncipe de la muerte!, ¿por qué estás lleno de miedo y de temblor? Mira, va a venir el Señor y va a destruir ahora mismo todas tus criaturas, y vas a ser atado por El y quedarás cautivado por toda la eternidad.

2. Entonces todos los santos, a) oír la voz de nuestro pa- dre Adán y ver con qué entereza respondía a Satanás, se alegra- ron y se sintieron confortados; luego echaron a correr en masa al lado de Adán y se reunieron junto a él. Y nuestro padre Adán,

lare fecit, iste non homo est in humanitate sed Deus est in maie^tate. Rogo te ne perducas eum ad me. Cui Satán ait: Praepara te tamen, ne timeas; quia iam in cruce pep.det, non possum aliud agere. Tune Infernus Satanae 'ta perintuüt: 5! ergo aliud agere non potes, ecce appropinquac tua peiditio. Ego denique deiectus et sine honore ma- nebo: tu tamen cruciatus sub meo eris dominio.

IV (XX)

1. Audiebant autem ?anct¡ Dei contentioncm Satanae et In- fern; ; ipsi tamen adhuc intra se minime se recognoscentes nihilo- minus erant in cognitione. Sed sanctus pater noster Adam ita Sata- nae respondit per omnia: Dux mcríis, onid formida? et trepidas? Dominus ecce veniet qui omnia rigmenta tua nunc destruct et tu captus ab eo religatusque eris per saeru'a.

2. Tune omnes sancti audientes vocem patris nostri Adac. quam constanter Satanae respondit per omnia, in gandió confortati sunt: concurrentesque omnes ad patrem Adam ibidem sunt eongiobati. Tune pater noster Adam intuens omnem íP.am multitudinem di'i-

492

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN V RESURRECCIÓN

al mirar con más atención toda aquella multitud, se admiraba de que todos hubieran sido engendrados por él en este mundo. Y luego, después de abrazar a todos los que estaban a su alre- dedor, dijo, derramando lágrimas amarguísimas, a su hijo Set: Cuenta, hijo mío Set, a los santos patriarcas y profetas lo que te dijo el guardián del paraíso cuando caí enfermo y te envié para que me trajeras un poco del óleo mismo de la misericor- dia y me ungieras con él.

3. Y Set dijo: Cuando me enviaste a la puerta del paraíso, oré y rogué al Señor con lágrimas y llamé al guardián del pa- raíso para que me diera algo de este óleo. Entonces salió el ar- cángel Miguel y me dijo: Set, ¿por qué lloras? Sábete de ante- mano que tu padre Adán no recibirá de este óleo de misericor- dia sino después de muchas generaciones del mundo. Pues des- cenderá a éste desde el cielo el Hijo de Dios y será bautizado por Juan en el río Jordán; entonces participará de este óleo de misericordia tu padre Adán, al igual que todos los que crean en él; y el reino de estos últimos permanecerá por los siglos.

V (XXI)

1. Cuando esto oyeron todos los santos, se llenaron nue- vamente de gozo. Y uno de ellos allí presente, llamado Isaías,

ge, i as mirabatur si omnes ex eo procread essent in saeculum. Et circump':*;ctens circumquaque secum adstantes, amarissimas pro- fundens lacrimas, filio suo Seth intulit dicens: Enarra, fili Seth, sanctis patriarchis et prophetis quod dixit tibí custos paradisi, quan- do direxi te adducere rruhi de ipso oleo misericord'ae, üt perungeres corpus meum cum essem ¡nhrmus.

3. Tune ille respondit: Ego, cum me dirigeres ante portam paradisi, oravi et deprecatus sum Dominum cum lacrimis, et vo- cavi custodem paradisi ui mihi exinde daret. Tune egressus Michaél archangelus dixit mihi: Seth, ut quid tamen deploras? Scito prae- noscens quia pater tuus Adam de hoc oleo misericordiae non ac- cipiet modo sed post multas generationes saeculi. Veniet enim aman- tissimus Dei Filius de caelis in mundum, et baptizabitur a Ioanne in Iordane ilumine; et tune recipiet pater tuus Adam de hoc oleo misericordiae et omnes credentes in eum; et corum qui crediderunt in eum, regnum illorum permanebit in saecula.

V (XXI)

1. Tune audientes haec omnes sancti iterum exsultaverunt in gaudio. Ex quibus unus de circumstantibus, Isaías nomine, torttter

ACTAS DE PILATO

493

exclamó a grandes voces: Padre Adán y todos los que estáis pre- sentes, escuchad mis palabras: Mientras vivía en la tierra, ins- pirado por el Espíritu Santo, compuse un cántico profético acer- ca de esta luz, diciendo: El pueblo que estaba sentado en las tinieblas vió una gran luz; a los que habitaban en la región de las sombras de la muerte les amaneció un resplandor. Al oír esto, se volvió Adán, así como todos los circunstantes, y le preguntó: ¿Tú quién eres? Porque es verdad lo que estás di- ciendo. Y él respondió: Yo me llamo Isaías.

2. Entonces apareció a su lado otro personaje con aspec- to de anacoreta. Y le preguntaron diciendo: ¿Quién eres tú, que llevas tales señales en tu cuerpo? Y él respondió con entereza: Yo soy Juan el Bautista, la voz y el profeta del Altísimo. Yo caminé ante la faz del mismo Señor para convertir los desiertos y los caminos ásperos en sendas llanas. Yo señalé con mi dedo a los jerosolimitanos y glorifiqué al cordero del Señor y al Hijo de Dios. Yo le bauticé en el río Jordán y pude oír la voz del Padre que tronaba desde el cielo sobre él y proclamaba: Este es mi Hijo amado, en el que me he complacido. Yo mismo re- cibí también promesa suya de que ha de bajar a los infiernos.

El padre Adán, que oyó esto, exclamó con gran voz (repi- tiéndolo una y otra vez): Aleluya, que significa: El Señor está llegando.

proclamans intonuit: Pater Adam et omnes circumstantes, audite meas sententias. In terris cum essem, et docente me Spiritu Sancto, in prophetia de hoc cecini lumine quia populus qui sedebat in tene- bris vidit lumen magnum, habitantibus in regione umbrae mortis lux orta est eis. Ad cuius vocem pater Adam et omnes conversi in- terrogabant eum: Tu quis es? Quia vera sunt quae loqueris. At ille subiungens ait: Isaías ego sum nomine.

2. Tune apparuit alius iuxta eum quasi eremicola. Quem in- terrogantes dixerunt: Tu quis es, qui talia gestas in corpore? At ille constanter respondit: Ego sum Ioannes baptista, vox et prophe- ta Altissimi. Ego praeivi ante faciem Domini eiusdem ut deserta et áspera in vias planas peragerem. Ego agnum Domini et Dei Filium Ierosolymitis dígito meo ostendi et clarificavi. Ego baptizavi eum in Iordane ilumine. Ego vocem Patris de cáelo super eum intonantem audivi et proclamantem : Hic est filius meus dilectus, in quo mihi bene complacui. Ego ab eo responsum accepi quia ipse descensu- rus esset ad inferos.

Tune pater Adam audiens ista clamavit voce magna Alleluia conclamitans, quod interpretatur: Dominus venit per omnia.

494

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

VI (XXII)

1. Después, otro de los presentes, que se distinguía por una especie de insignia imperial, llamado David, se puso a dar voces, diciendo: Yo, viviendo aún en la tierra, revelé al pueblo los arcanos de la misericordia de Dios y su visitación por parte de éste, profetizando los gozos futuros que habían de venir pa- sando los siglos, de esta manera: Den gloria a Dios sus miseri- cordias y sus maravillas a los hijos de los hombres, porque ha despedazado las puertas de bronce y ha roto los cerrojos de hierro. Entonces los santos patriarcas y profetas empezaron a reconocerse entre y a hablar cada uno de sus profecías. El santo profeta Jeremías, examinando las suyas, decía a los pa- triarcas y profetas: Viviendo en la tierra, profeticé acerca del Hijo de Dios, que apareció en la tierra y conversó con los hombres.

2. Entonces los santos todos, llenos de alegría por la luz del Señor, por la vista del padre Adán y por la respuesta de todos los patriarcas y profetas, exclamaron diciendo: Aleluya, bendito el que viene en el nombre del Señor; de manera que, ante su exclamación, se llenó de pavor Satanás y buscó camino para huir. Mas no le era esto posible, porque el Infierno y sus satélites le tenían sujeto en el infierno y sitiado por todos lados; y le decían: ¿Por qué tiemblas? Nosotros en manera alguna te

VI (XXII)

1. Deinde alius ibi adstans quasi quodam imperatoris signáculo praeeminens, David nomine, ita proclamans aiebat: Ego in tenis cum essem, de Dei misericordia et eius visitatione populo revelabam, prophetizans futura gaudia, dicens per omnia saecula: Confiteantur Domino misericordiae eius, et mirabilia eius filiis hominum, quia contrivit portas aereas et vectes ferreos confregit. Tune sancti pa- triarchae et prophetae coeperunt ínter se invicem recognoscere et de prophetiis suis singuli singula dicere. Tune sanctus Ieremias suas prophetias examinans aiebat patriarchis et prophetis quia, cum es- sem in terris prophetavi de Dei Filio, quod in terris visus est et cum hominibus conversatus est.

2. Tune omnes sancti exsultantes in lumine Domini et in con- spectu patris Adae et in responsione omnium patriarcharum et pro- phetarum proclamaverunt dicentes: Alleluia, benedictus qui veni- in nomine Domini : ita ut exclamatione eorum expavesceret Satanás et quaereret aditum fugiendi. Et non poterat, quia Infernus et sa-

ACTAS DE PILATO

495

permitimos salir de aquí, sino que has de recibir esto, como bien merecido lo tienes, de manos de Aquel a quien ataca- bas sin cesar; y si no, sábete que vas a ser encadenado por El y sometido a mi vigilancia.

VII (XXIII)

1. Y de nuevo resonó la voz del Hijo del Padre Altísimo, como el fragor de un gran trueno, que decía: Levantad, ¡oh príncipes!, vuestras puertas, y elevaos, ¡oh puertas eternales!, que va a entrar el Rey de la gloria. Entonces Satanás y el In- fierno se pusieron a gritar de esta manera: ¿Quién es ese Rey de la gloria? Y les respondió la voz del Señor: El Señor fuerte ν poderoso, el Señor fuerte en la batalla.

2. Después de oírse esta voz, vino un hombre, cuyo as- pecto era como de ladrón, con una cruz a cuestas, y gritaba desde fuera diciendo: Abridme para que entre. Satanás enton- ces entreabrió y le introdujo en el interior del recinto, cerrando de nuevo tras él la puerta. Y le vieron todos los santos deslum- brante y le dijeron al momento: Tu aspecto exterior es de la- drón; dinos qué es eso que llevas en tus espaldas. El respondió humildemente y dijo: En verdad que he sido todo un ladrón,

tellites eius tenebant eum in infernum constrictum et munitum per omnia; dicebantque ad eum: Quid trepidas? Nos nullatenus te hinc exire permittimus. Sed ista suscipe, sicut dignus es, ab illo quem expugnabas quotidie; sin autem minimc, scias quia religatus ab eo meae suberis custodiae.

VII (XXIII)

1. Et iterum facta est vox Füii Patris Altissimi quasi vox toni- trui magni dicens: Tollite portas, principes, vestras, et elevamini portae aeternales, et introibit rex gloriae. Tune Satanás et Infernus clamaverunt dicentes : Quis est iste rex gloriae ? Responsumque est illis voce dominica: Dominus fortis et potens, Dominus potens in proelio.

2. Post hanc vocem advenit homo cuius visio erat quasi latro- nis, portans crucem in humero, clamans a foris et dicens: Aperite mihi ut intrem. Cui aperiens Satán per modicum introduxit eum interius in hospitio, iterumque clausit post eum ostium. Viderunt- que eum omnes sancti perlucidum. dixeruntque ei continuo: Visio tua latronis est. Indica nobis, quid est quod in dorso tuo baiulas ? Qui respondens humiliter dixit: Veré latro fui per omnia, et suspen-

496

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN' Y RESURRECCIÓN

y los judíos me han colgado en la cruz juntamente con mi Se- ñor Jesucristo, Hijo del Padre Altísimo. Ultimamente yo me he adelantado, pero El viene inmediatamente tras de mí.

3. Entonces el santo David montó en cólera contra Sata- nás y clamó fuertemente: Abre, asqueroso, tus puertas para que entre el Rey de la gloria. Y asimismo todos los santos de Dios se levantaban de igual manera contra Satanás y querían echarle mano y dividírselo entre sí. Y de nuevo se oyó gritar desde den- tro: Alzad, ¡oh príncipes!, vuestras puertas, y elevaos, ¡oh puer- tas eternales!, que va a entrar el Rey de la gloria. Y preguntaron de nuevo el Infierno y Satanás a aquella voz clara, diciendo: ¿Quién es este Rey de la gloria? Y respondió aquella voz admi- rable: El Señor de las virtudes, El es el Rey de la gloria.

VIII (XXIV)

Y al momento el Infierno se puso a temblar, y las puertas de la muerte, así como las cerraduras, quedaron desmenuza- das, y los cerrojos del Infierno se rompieron y cayeron al suelo, quedando todas las cosas al descubierto. Satanás quedó en me- dio y estaba de pie confuso y descaecido, amarrados sus pies con grillos. Y he aquí que el Señor Jesucristo vino rodeado de claridad excelsa, manso, grande y humilde, llevando en sus ma-

derunt me Iudaei in cruce cum domino meo Iesu Christo, Filio Pa- tris Altissimi. Fgo denique vertí praeconcitus: ipse vero post me venit continuo.

3. Tune sanctus David adversus Satán ira succensus procla- mavit fortiter: Aperi, spurcissime, portas tuas, ut intret rex gloriae. Similitcr et omnes sancti Dei consurgebant adversus Satán et vole- bant eum comprehendere et Ínter se dividere. Et iterum clamatum est intus: Tollite portas, principes, vestras, et elevamini portae aeter- nales, et introibit rex gloriae. Interrogaverunt iterum Infernus et Satán ad vocem illam perspicuam dicentes: Quis est iste rex gloriae ? Dictumque est il lis a voce illa mirabili: Dominus virtutum, ipse est rex gloriae.

VIII (XXIV)

Et ecce súbito Infernus contremuit, et portae mortis et serae com- minutae et vectes ferrei confracti sunt et ceciderunt in terram, et pa- tefacta sunt omnia. Et Satanás remansit in médium, stabatque con- fusus et deiectus, conligatus compede in pedibus. Et ecce Dominus Iesus Christus veniens in claritate excelsi luminis mansuetus, magnus et humilis, catenam suis deportans manibus Satán cum eolio ligavit,

ACTAS DE TILATO

497

nos una cadena; con ella ató el cuello de Satanás y, después de ligar de nuevo sus manos por detrás, le arrojó de espaldas al tártaro y le puso su santo pie en la garganta, diciendo: Muchas cosas malas hiciste en el decurso de muchos siglos; no te diste reposo alguno; hoy te entrego al fuego eterno. Y, llamando de nuevo al Infierno, le dijo con voz de mando: Toma a este pési- mo y perverso en grado extremo y tenle bajo tu vigilancia hasta el día en que yo te mande. Y, haciéndose cargo de él, se hun- dió bajo los pies del Señor en lo profundo del abismo.

IX (XXV)

i. Entonces Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de todos, piadosísimo y suavísimo, saludando de nuevo a Adán, le decía benignamente: La paz sea contigo, Adán, en compañía de tus hijos por los siglos sempiternos. Amén. Y el padre Adán se echó entonces a los pies del Señor y, levantándose de nuevo, besó sus manos y derramó abundantes lágrimas, diciendo: Ved las manos que me hicieron, dando testimonio a todos. Luego se dirigió al Señor, diciendo: Viniste, ¡oh Rey de la gloria!, para librar a los hombres y agregarlos a tu reino eterno. Y nuestra

et iterum a tergo ei religans manus resupinum eum elisit in tartarum, pedcmque suum sanctum ei posuit in gutture, dicens: Per omnia saecula multa mala fecisti, ullo modo non quievisti; hodie te trado igni perpetuo. Vocatoque cito Inferno 7 ait illi praecipiens: Tolle hunc pessimum ac nequissimum, et sub tua habeto custodia usque in diem illum quo tibi praecepero. Qui accepto eodem sub pedibus Domini demersus est cum eo in profundum abyssi.

IX (XXV)

i. Tune Dominus Iesus Christus salvator omnium, pius et mitissimus, resalutans Adam benigniter aiebat illi: Pax tibi, Adam, cum filiis tuis per inmensa saeculorum saecula, amen. Tune pater Adam provolutus pedibus Domini, sursumque erectus manus eius deosculatus, fortiter lacrimas profudit dicens: Ecce manus quae plas- maverunt me, testificans ómnibus; et dicebat ad Dominum: Ad- venisti. rex gloriae, liberans homines tuoque perpetuo aggrcgans regno. Tune et mater nostra Eva similiter Domini pedibus provo-

7 Según C: «Tune [Iesus] vocari fecit Inferum. At ille tremebundus ap- paruit demissa facie, quia Christum non audebat respicere. Tune dixit illi: Maledicte, damnate, tolle in profunda Tártara...».

498

APÓCRIFOS DE LA PASIÓX Y RESURRECCIÓN

madre Eva cayó de manera semejante a los pies del Señor, v, levantándose de nuevo, besó sus manos y derramó abundantes lágrimas, mientras decía: Ved las manos que me formaron, dan- do testimonio a todos.

2. Entonces todos los santos le adoraron y clamaron di- ciendo: Bendito el que viene en el nombre del Señor; el Señor Dios nos ha iluminado. Así sea por todos los siglos. Aleluya por todos los siglos; alabanza, honor, virtud, gloria, porque vi- niste de lo alto para visitarnos. Y, cantando aleluya y regoci- jándose mutuamente de su gloria, acudían bajo las manos del Señor. Entonces el Salvador examinó todo detenidamente y dió un mordisco al infierno; pues, con la misma rapidez con que había arrojado una parte al tártaro, subió consigo la otra a los cielos.

Χ (XXVI)

Entonces todos los santos de Dios rogaron al Señor que dejase en los infiernos el signo de la santa cruz, señal de vic- toria, para que sus perversos ministros no consiguieran rete- ner a ningún inculpado a quien hubiere absuelto el Señor. Y así se hizo; y puso el Señor su cruz en medio del infierno, qué es señal de victoria, y permanecerá por toda la eternidad.

Después salimos todos de allí en compañía del Señor, de-

luta ac sursum erecta manus eius deosculans et profundens fortiter lacrimas dixit: Ecce manus quae me fabricaverunt, testificans óm- nibus.

2. Tune omnes sancti adorantes eum clamsverunt dicentes: Benedictus qui venit in nomine Domini, Deus Dominus üluxit no- bis. Amen per omnia saecula. Alleluia in saeculum saeculi: laus honor virtus gloria, quia advenisti ex alto nos visitans. Alleluia can- tantes per omnia et congaudentes de gloria concurrebant sub ma- nibus Domini. Tune Salvator perscrutans de ómnibus momordit Infernum, quantocius partem deiecit in tartarum, partem secum re- duxit ad superos.

Χ (XXVI)

Tune omnes sancti Dei rogaverunt Dominum ut victoriae signum sanctae crucis relinqueret apud inferos, ne praevalerent ministri eius nequissimi aliquem retiñere culpatum quem absolverit Dominus. Et factum est ita, posuitque Dominus crucem suam in medio infer- ni, quae est signum victoriae et usque in acternum permanebit.

Deinde exivimus exinde omnes cum Domino, re'inquentes Sa-

ACTAS Γ)Ε ΡΠ.ΑΤΟ

«es

jando a Satanás y al Infierno en el tártaro. Y se nos mandó a nosotros y a otros muchos que resucitáramos con nuestro cuer- po para dar testimonio en el mundo de la resurrección de Nues- tro Señor Jesucristo y de lo que tuvo lugar en los infiernos.

Esto es, hermanos carísimos, lo que hemos visto y de lo que damos testimonio, después de ser conjurados por vosotros, y lo que atestigua Aquel que murió y resucitó por nosotros; por- que las cosas tuvieron lugar en todos sus detalles según que- da descrito».

XI (XXVII)

Y en cuanto terminó de leerse el escrito, todos los que es- cuchaban dieron con su faz en tierra y se pusieron a llorar amargamente, mientras golpeaban duramente sus pechos y de- cían a voz en grito: « ¡Ay de nosotros! ¿Con qué fin, miserables, nos ha ocurrido esto? Huye Pilato, huyen Anás y Caifás, huyen los sacerdotes y levitas, huye también el pueblo de los judíos diciendo entre sollozos: ¡Ay de nosotros! Hemos derramado en tierra sangre inocente».

Así, pues, durante tres días y tres noches no probaron pizca de pan ni de agua y ninguno de ellos volvió a la sinagoga. Mas al tercer día, reunido de nuevo el consejo, se leyó íntegramente

tan et Infernum in tartarum. Nobisque et aliis mu'.tis praeceptum est ut cum corpore resurgeremus, in saeculo dantes testimonium re- surrectionis Domini Xostri Iesu Christi et de iis quae gesta sunt apud inferos.

Haec sunt, fratres carissimi, quae vidimus et testificamur adiu- rati a vobis, illo attestante qui pro nobis mortuus est et resurrexit; quia, sicut scriptum est, ita gestum est per omnia».

XI (XXVII)

At ubi completa et perlecta est, audientes omnes ceciderunt in facies suas, lacrimantes amare et crudeliter percutientes pectora sua, clamantes ct dicentes per omnia: Vae nobis; ut quid nobis miseris contingit hoc ? Fugit Pilatus, fugit Annas et Caiphas, fugiunt sacer- dotes et levitae, insuper et populus Iudaeorum. plorantes ac dicen- tes: Vae nobis miseris, sanguinem sanctum in térra effundimus.

Tribus itaque diebus et tribus noctibus panem et aquam non gustaverunt ullo modo, ñeque in synagoga aliquis eorum est rever- sus. Tertia vero dic iterum congregato concilio 8 perlecta est alia

8 Según C: «flllil resumpto spiritu congtegaverunt concilium et legerunt Leucii chartam: in qua continebatur totum illud quod scripserat Carinus, rec plus nec mintis una littera sive unum iota».

500

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

el otro escrito (el volumen de Leucio) y no se encontró en él ni más ni menos, ni siquiera con relación a una sola letra, que lo que contenía el escrito de Karino. Entonces se conmovió la si- nagoga y lloraron todos durante cuarenta días y cuarenta no- ches, esperando de la mano de Dios la muerte y la divina ven- ganza. Pero el Altísimo, que es todo piedad y misericordia, no los aniquiló inmediatamente para ofrecerles generosamente ocasión de arrepentirse. Pero no fueron dignos de convertir- se al Señor.

Estos son, hermanos carísimos, los testimonios de Karino y de Leucio acerca de Cristo, Hijo de Dios, y de sus santas gestas en los infiernos. Al cual demos todos alabanza y gloria por los siglos infinitos. Amén.

charta Leucii : et nec plus nec minus inventum est, quantum ad lit- teram unam, in quantum scriptum Karini continebat. Tune con- turbata est synagoga, et luxerunt omnes XL, diebus et XL noctibus, exspectantes a Deo interitum et Dei vindictam. Sed ille miserator pius et altissimus non eos perdidit continuo, dans eis locum poeni- tendi largiter. Sed digni non sunt inventi convertí ad Dominum.

Haec sunt testimonia Karini et Leucii, fratres carissimi, de Chris- to Dei Filio sanctisque suis gestis apud inferos: cui agamus omnes laudem et gloriam per inmensa saecula saeculorum. Amen.

Β) ESCRITOS COMPLEMENTARIOS

1. Carta de Pondo Pilato a Tiberio

Se conserva únicamente en algunos manuscritos latinos, de cuyo cotejo salió el texto tischendorfiano, que es el que aquí reproducimos.

Es conocida también con el nombre de Segunda Carta de Pilato. A ella parece referirse Tiberio, su destinatario, en la Carta de Tiberio a Pilato, que insertamos a continuación.

Aunque el fondo puede ser muy antiguo, el estilo elegante y amanerado de su forma actual acusa un refundidor de época tardía, quizá del Renacimiento.

Cf. H. Xavier, Historia Christi persice conscripta cum translatione Ludo- vici de Dieu (1639) [v. persa]; J. Λ. Fabricius I (21719) p. 300-01 ; III P.479SS.; I. C. Thilo, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (1832) p. 801-02; MigneAP II 1 1858) p. 751-52 [v. franc] ; C. Tischendorf, Ev. Apocr. (21876) p.LXXVIIss. 433-34·

Carta de Poxcio Pilato dirigida al emperador romano acerca de nuestro señor jesucristo

Poncio Pilato saluda al emperador Tiberio César.

Jesucristo, a quien te presenté claramente en mis últimas relaciones, ha sido, por fin, entregado a un duro suplicio a ins- tancias del pueblo, cuyas instigaciones seguí de mal grado y por

Epístola Pontii Pilati quam scribit ad romanum

IMPER ATOREN! DE DOMINO NoSTRO IESU ChRISTO

Pontius Pilatus Tiberio Caesari imperatori salutem d.

De Iesu Christo, quem tibi plañe postremis meis declaraveram, nutu tándem populi acerbum me quasi invito et subtimente sup- plicium sumptum est. Virum hercle ita pium et severum nulla us-

502

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN' Y RESURRECCIÓN

temor. Un hombre, por vida de Hércules, piadoso y austero como éste, ni existió ni existirá jamás en época alguna. Pero se dieron cita para conseguir la crucifixión de este legado de la verdad, por una parte, un extraño empeño del mismo pueblo, y por otra, la confabulación de todos los escribas, jefes y ancia- nos, contra los avisos que les daban sus profetas y, a nuestro modo de hablar, las sibilas. Y mientras estaba pendiente de la cruz, aparecieron señales que sobrepujaban las fuerzas natu- rales y que presagiaban, según el juicio de los físicos, la des- trucción a todo el orbe. Viven aún sus discípulos, que no des- dicen del Maestro ni en sus obras ni en la morigeración de su vida; más aún, siguen haciendo mucho bien en su nombre. Si no hubiera sido, pues, por el temor de que surgiera una sedi- ción en el pueblo (que estaba ya como en estado de efervescen- cia), quizá nos viviera todavía aquel insigne varón. Atribuye, pues, más a mis deseos de fidelidad para contigo que a mi pro- pio capricho el que no me haya resistido con todas mis fuerzas a que la sangre de un justo inmune de toda culpa, pero víctima de la malicia humana, fuera inicuamente vendida y sufriera la pasión; siendo así, además, que, como dicen sus escrituras, esto había de ceder en su propia ruina. Adiós. Día 28 de marzo.

2. Carta de Tiberio a Pilato

Además de la carta-contestación a Pilato, incluye este docu- mento una peregrina historia acerca de la muerte de éste y de- más jerifaltes judíos.

Es quizá el único escrito de origen oriental que se muestra

quam aetas habuit nec habitura est. Sed mirus exstitit ipsius populi conatus omniumque scribarum principum et seniorum consensus, suis prophetis et more nostro Sibylüs contra monentibus, hunc ve- ritatis legatum crucifigere; signis et supra naturam apparentibus, dum penderet, et orbi universo philosophorum iudicio lapsum mi- nantibus. Vigent illius discipuli, opere et vitae continentia Magis- trum non mentientes, imo in eius nomine beneficentissimi. Nisi ergo seditionem populi prope aestuantis exoriri pertimuissem, fortasse adhuc nobis vir ille viveret: etsi tuae magis dignitatis fide compulsus quam volúntate mea adductus pro viribus non restiterim, sanguinem iustum totius aecusationis immunem, verum hominum malignitate inique, in eorum tamen ut scripturae interpretantur exitium, venum- dari et pati. Vale. V. Kal. Aprilis.

CARTA DE TIBERIO A PILATO

503

desfavorable para el procurador romano. Tiene bastantes pun- tos de referencia con la recensión β de Acta Pilati.

El primero en editarlo fué A. Birch (Auctarium codicis apo- cryphi N.T. Fabriciani I [Copenhague 1804] P.172SS.). Tischen- dorf lo vió en el códice Vindobon. Nessel. 934 y París 1771, pero no quiso incluirlo en su edición, considerándolo indigno de ser reproducido «quum pro fabulae ineptiis, tum propter sermonis vitiositatem» (Ev. Apocr. p.LXXX).

Nosotros tomamos el texto de J. Armitage Robinson, Apo- crypha Anécdota (II): TS 5 (1899) p. 78-81.

Carta de Tiberio a Pilato

Esto es lo que contestó César Augusto a Poncio Pilato, go- bernador de la provincia oriental. El mismo César añadió la sentencia de su puño y letra y se la envió con el mensajero Raab, a quien entregó, además, soldados en número de dos mil:

«Por cuanto tuviste la osadía de condenar a muerte a Jesús Nazareno de una manera violenta y totalmente inicua y, aun antes de dictar sentencia condenatoria, le pusiste en manos de los insaciables y furiosos judíos; por cuanto, además, no tuvis- te compasión de este justo, sino que, después de teñir la caña y de someterle a una horrible sentencia y al tormento de la flage- lación, le entregaste, sin culpa alguna por su parte, al suplicio de la crucifixión, no sin antes haber aceptado presentes por su muerte; por cuanto, en fin, manifestaste, sí, compasión con los labios, pero le entregaste con el corazón a unos judíos sin ley;

Epístola Tiberii ad Pilatum

Τά άντιγραφέντα ττσρά Καίσαρος Αύγουστου κα'ι ττεμφθέντα προς Πιλάτου Πόυτιον την άνατολικήν έττίχοντα αρχήν γράψας δέ και τήν άπόφασιν και στείλας αΰτήν μετά κουρσώρος 'Ραάβ, δους αϋτω και στρατιώτας τόν αριθμόν δισχιλίους.

«Έπείδηττερ βιαΐον και αδικίας μεστόν γέμοντα κατεψηφίσω Θάνα- τον Ίησοΰ τοΟ Ναζωραίου και ττρό καταδίκης εις θάνατον τοΰτον ττα- ρέδωκας τοις άττλήστοις και μεμηνόσιν Ίουδαίοις, καί οϋ συνεττάθησας τούτω δικαίω, αλλά κάλαμον βάψας, καί άττόφασιν δυστήνην έκδούς, και <ρραγελλώσας αύτόν τταρέδωκας επί τό σταυρωθήναι άναιτίως, καί δώρα Οπερ τοΟ θανάτου αϋτοΰ έλαβες, καί τή μέν γλώττη τούτω συνε- τταθησας, τή δέ καρδία τούτον τταρέδωκας τοις τταρανόμοις Ίουδαίοις, δέσμιος άχθήση μοι, ίνα Οττεραττολογήση καί λόγον άνταττοδώσης μοι

504

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

por todo esto, vas mismo a ser conducido a mi presencia, cargado de cadenas, para que presentes tus excusas y rindas cuentas de la vida que has entregado a la muerte sin motivo al- guno. Pero ¡ay de tu dureza y desvergüenza! Desde que esto ha llegado a mis oídos, estoy sufriendo en el alma y siento que se desmenuzan mis entrañas. Pues ha venido a mi presencia una mujer, la cual se dice discípula de El (es María Magdalena, de quien, según afirman, expulsó siete demonios), y atestigua que Jesús obraba portentosas curaciones, haciendo ver a los ciegos, andar a los cojos, oír a los sordos, limpiando a los leprosos, y que todas estas curaciones las verificaba con sola su palabra. ¿Cómo has consentido que fuera crucificado sin motivo algu- no? Porque, si no queríais aceptarlo como Dios, deberíais al menos haberos compadecido de El como médico que es. Hasta la misma relación astuta que me ha llegado de tu parte, está re- clamando tu castigo, ya que en ella se afirma que éste era su- perior a todos los dioses que nosotros veneramos. ;Cómo ha sido para entregarle a la muerte? Pues sábete que, así como le condenaste injustamente y le mandaste matar, de la misma manera yo te voy a ajusticiar a ti con todo derecho; y no sólo a ti, sino también a todos tus consejeros y cómplices, de quie- nes recibiste el soborno de la muerte».

Entregóseles, pues, la carta a los emisarios y, juntamente con ella, la sentencia en que Augusto mandaba por escrito que pasaran por el filo de la espada a todo el pueblo de los judíos

ΰττέρ τής ψυχής ής άναιτίως είς θάνατον παρέδωκας. Άλλ' ώ τής σης αναίδειας και πωρώσεως. Έγώ ό έξ άκοής τοΰτον άκούων παθαίνομαι τή ψυχή και τά σιτλάχνα συγκότττομαρ γυνή γαρ τις ττρός με έλήλυθε, μαθήτρια τούτου λέγουσα είναι, ήτις έστιν Μαρία ή Μαγδαληνή, άφ' ής μαρτυροΰσιν ότι επτά δαιμόνια έκβεβλήκει, μαρτυρούσα τοΰτον ΐάματα μέγιστα έτπτελεΐν τυφλούς έττοίησε βλέττειν, χωλούς περιπατεΐν, και κωφούς άκούειν, λεπρούς έκαθάρισεν, και άττλώς ειπείν, ώς έμαρτύρει αύτη, ότι λόγω μόνω τάς ιάσεις έπετέλει. Πώς παρεχώρησας άναιτίως τούτον σταυρωθήναι; Και εϊ ώς Θεόν ούκ έδέξασθε, καν ώς ίατρώ τούτω συνε- παθήσατ£ . Άλλά κα'ι άπό τής δολεράς γραφής σου της πρός με έλθούσης καταψηφίσω σου τήν τιμωρίαν, ώς γραφούσης ότι και παρά τούς θεούς ους σεβόμεθα μείζων ύπήρχεν. Πώς παρέδωκας αύτόν εις θάνατον; Άλλ' ώσπερ σύ άδίκως τοΰτον κατέκρινας και είς θάνατον παρέδωκας, κάγώ σε δικαίως είς θάνατον παραδώσω· ού μόνον δέ σε, άλλά και πάντας τούς συμβούλους σου και συμμύστας, άφ' ών και τά δώρα του Θανάτου εϊληφας».

Δούς δέ και τοϊς γραμματοδιακομισταΐς τά γράμματα κα'ι δι' έγγρά- φου κελεύσεως άπόφασις Αυγούστου τούτοις εδόθη, ϊνα άπαν τό γένος τών Ιουδαίων ξίφει άναιρήσωσι και δέσμιον τον Πιλάτον και κατακεκρι-

CARTA DE TIBERIO A PILATO

505

y trajeran a Pilato, preso como reo, a Roma, y juntamente con él a los principales de entre los judíos (los que eran a la sazón gobernadores): a Arquelao, hijo del odiosísimo Herodes, y a su cómplice Filipo; al pontífice Caifás y a Anás, su suegro, y a todos los principales de entre los judíos.

Así, pues, marchó Rachaab con los soldados e hizo como le había sido ordenado, pasando por la espada a todos los varones de entre los judíos, mientras que las impuras mujeres de éstos quedaban expuestas a la violación de los paganos, con lo que brotó una ralea abominable, como engendro que era de Sata- nás. Después el emisario se hizo cargo de Pilato, de Arquelao y Filipo, de Anás y Caifás y de todos los principales de entre los judíos, y, cargándolos de cadenas, se puso con ellos camino de Roma. Y sucedió que, al pasar por cierta isla llamada Creta, Caifás perdió la vida de una manera violenta y miserable. To- máronle, pues, para sepultarle, pero ni siquiera la tierra se dignó admitirle en su seno, sino que le arrojaba fuera. Cuando esto vieron los muchos que allí estaban, tomaron piedras con sus manos y las arrojaron sobre el cadáver, dejándole de esta ma- nera sepultado. Los demás arribaron a Roma.

Existía entre los reyes de la antigüedad la costumbre de que, si un reo de muerte contemplaba el rostro real, se veía libre de su condenación. César, pues, dió las órdenes oportunas para no dejarse ver por Pilato, de manera que no pudiera escapar de

μένον άχθήναι έν 'Ρώμη, και τούς των Ιουδαίων πρώτους, τότε τοπάρ- χας, Άρχέλαον τόν του έχθίστου Ήρώδου υίόν, και τόν συμμύστην αύτοϋ ΦίλιτττΓον, και τούς τούτων αρχιερείς, τόν τε Καϊάφαν και τόν τούτου ιτενθερόν "Ανναν, και πάντας τούς πρώτους τών Ιουδαίων.

Απελθόντος δε του 'Ραχαάβ μετά και τών στρατιωτών, κατά τό κελευθέν έποίησε, και άπαν τό άρρεν γένος τών Ιουδαίων ξίφει ϋπερη- κόντισε, τάς δε βεβήλους αύτών γυναίκας τά έθνη εξεπορνεύσαντο, [κα'ι] ανεφύη και έξανέστη σπέρμα μυσαρόν τοΰ πατρός αύτών τού Σατανά. Λαβών δέ ό κούρσωρ τόν τε ΤΤιλάτον, Άρχέλαόν τε και Φίλιππον, "Ανναν και Καϊάφαν και πάντας τούς πρώτους τών Ιουδαίων, δέσμιους ήγεν έν 'Ρώμη. Έτυχεν δέ τούτους διερχομένους έν νήσω τινί Κρήτη έπονομαζομένη τόν Καϊάφαν δυστήνως και βιαίως τόν βίον άπορρήξαι- και λαβόντων δέ τούτον ϊνα καταχώσωσιν, ούδέ τό σύνολον τούτον ή γή κατεδέξατο, άλλ' έξω τούτον άπέρριπτεν. Ίδών δέ άπαν τό πλήθος, άραντες λίθους οίκείαις χερσίν, έπ' αυτόν έβαλον και ούτως κατέχωσαν οί δέ λοιποί τη 'Ρώμη προσώρμισαν.

"Εθος δέ ήν τοις άρχαίοις άναξίν, ώς ότι έάν κατάδικος τις ήν θανάτω, και έθεάσατο τήν όψιν αύτών, έρρύετο τής καταδίκης. Έκέλευσεν ούν ó Καίσαρ τού μή θεάσασθαι τόν Πιλάτον, ϊνα μή ρυσθή έκ του θανάτου-

506

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

la muerte. Así, pues, lo metieron en una caverna y allí lo deja- ron, conforme a las órdenes del emperador.

Mandó asimismo que Anás fuera envuelto en una piel de buey; y, al secarse el cuero por el sol, quedó oprimido por él, saliéndosele las entrañas por la boca y perdiendo violentamente su vida miserable. A los demás presos judíos los ejecutó pasán- dolos a filo de espada. Mas a Arquelao, el hijo del odiosísimo Herodes, y a su cómplice Filipo los condenó a ser empalados.

Cierto día salió de caza el emperador e iba en persecución de una gacela. Esta, al pasar por la boca de la caverna [donde estaba Pilato], se paró. Pilato estaba a punto de perecer a ma- nos del César, e intentó fijar en él su mirada; pero, para que se realizara lo que estaba a punto de suceder, la gacela vino a po- nerse frente a él; César entonces disparó una flecha con el fin de derribar al animal, pero el proyectil atravesó la entrada de la caverna y mató a Pilato. [Todos los que creéis que Cristo es el Dios verdadero y Salvador nuestro, glorificadle a El y en- grandecedle, pues le pertenece la alabanza, el honor y la adora- ción con su Padre sin principio y su Espíritu consubstancial, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.]

άλλά κελεύσει τούτου έν άντρω τινί τούτον άνέκτισαν, κα'ι έκεΤ αυτόν εασαν.

Τον δέ "Ανναν έν δέρματι βοός ένετύλιξεν και ϋττό του ήλιου της βύρσης ξηρανθείσης, και έν ταύτη έκτπασθείς, τα έγκατα αϋτοϋ έκ του στόματος αύτοΰ έξήλθον, και βιαίως τήν άθλίαν ψυχην αύτοΰ άττέρρη- ξεν. Τους δέ έτερους απαντάς τών Ιουδαίων έκδοτους παρέδωκεν εις Θάνατον- και τούτους άττέκτειναν τω ξίφει· Άρχέλαον δέ τόν τοΰ έχθίσ- του Ήρώδου υίόν, και τόν τούτου συμμύστην Φίλιππον προσέταξεν άνασκολοτπσθήναι.

Μια δέ τών ημερών έξελθών ό βασιλεύς έτπ την Θήραν δορκάδα τίνα έδίωκεν ή δέ δορκάς έλθούσα έν τη όττή τού άντρου 'ίστατο. "Εμελλεν δέ τόν Πιλάτον ύττό τών χειρών του Καίσαρος σναλωθήναι- και ϊνα ττλη- ρωθη τό μέλλον, προέκοψεν ό Πιλάτος θεάσασθαι τόν άνακτα, και ή δορκάς κατέναντι τούτου στάσα, και ό Καίσαρ βέλος βαλών έν τώ τόξω τοΰ τήν δορκάδα καταβαλεΐν, και διά της όττής τό βέλος εΐσελθόν τόν Πιλάτον άνήρησεν. [Πάντες δέ τπστεύοντες Χριστόν τόν Θεόν τόν άλη- θινόν ήμών Σωτήρα δότε δόξαν και μεγαλωσύνην αύτώ· ότι αύτώ ττρέ- ττει ή δόξα κα'ι ή τιμή και ή ττροσκύνησις σύν τω άνάρχω αύτοΰ Πατρί και τώ όμοουσίω αύτοΰ Πνεύματι νΰν και άεί και εις τούς αιώνας τών αιώνων άμήν].

RELACIÓN DE MEATO

307

3. Relación de Pilato ( ti Anaphora» )

Tiene también el título de Garfa de Pilato a César. Se conser- van de ella dos recensiones griegas: A y B, que presentan algu- nas diferencias entre sí, no del todo substanciales. Ambas fue- ron publicadas por Tischendorf. Nosotros reproducimos el tex- to de .4, notando las principales diferencias de β.

Su forma actual acusa una fecha tardía (h. s.VII). Pero pro- bablemente lo que nosotros poseemos, no es sino una reelabo- ración posterior de un documento bastante antiguo.

Cf. J. A. Fabricius, Cod. apocr. Ν. Τ. III (2i?43) P.456SS. ; Λ. Birch, Auctanum cod. apocr. Ν. T. F. I (1804) p.ióiss.; MigneAp II (1858) p.753- 58 [v. franc.]; C. Tischendorf, Ev. Apocr. (21876) p.LXXVUI 435-442 ; M. Di/nlop Gibson, Apocrypha Sinaitica: StS 5 (1896) [vv. siríaca y árabe]; [. la. Porfirjev, Apokrificheskija skazanija o novozavetnych littach i sobytijach po rukopisjam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti Imperatorskoij Akademii Nauk» (S. Petersburgo 1890) t.52 n.4 p.igiss. ; G. F. Abbot, The Reporl and Death of Pílate: JThSt 4 ( 1903) 83-86 I rec. griega distinta de las de Tischendorf].

Relación del gobernador Pilato acerca de Nuestro Señor Jesucristo, enviada a César Augusto a Roma

En aquellos días que siguieron a la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo, en tiempo de Poncio Pilato, gobernador de Palestina y de Fenicia, se compusieron en Jerusalén estas me- morias que refieren lo que hicieron los judíos contra el Señor. Pilato, pues, juntamente con su correspondencia particular, en-

A Ν ΑΦΟΡΑ ΠΙΛΑΤΟΥ ΗΓΕΜΟΝΟΣ ΠΕΡΙ ΤΟΥ ΔΕΣΠΟΤΟΥ ΗΜΩΝ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΟΥ ΠΕΜΦΘΕΙΣΑ ΑΥΓΟΥΣΤΩ ΚΑΙΣΑΡΙ ΕΝ ΤΗ ΡΩΜΗ

Έν έκείναις ταΐς ήμέραις σταυρωθέντος τοΰ Κυρίου ημών Ίησοΰ Χρίστου έττϊ Ποντίου Πιλάτου ήγεμόνος της Παλαιστίνης και τήξ Φοι- νίκης ταΰτα έν Ίεροσολύμοις γέγονεν τά υπομνήματα τα κατά Κυρίου

5 OS

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

vio estas memorias al César, residente en Roma, después de escribir así:

«Al excelentísimo, piadosísimo, divinísimo y terribilísimo César Augusto, el gobernador de la provincia oriental, Pilato.

I

Excelencia: La relación que voy a haceros es causa de que me sienta cohibido por el temor y por el temblor. Pues habéis de saber que en esta provincia que gobierno, única entre las ciudades en cuanto al nombre de Jerusalén, el pueblo en masa de los judíos me entregó un hombre llamado Jesús, acusándole de muchos crímenes que no pudieron demostrar con la afluen- cia de las razones. Había entre ellos una facción enemiga suya porque Jesús les decía que el sábado no era día de descanso ni fiesta de guardar. El, en efecto, obró muchas curaciones en tal día: devolvió la vista a los ciegos y la facultad de andar a los cojos; resucitó a los muertos; limpió a los leprosos; curó a los paralíticos, incapaces en absoluto de tener impulso corporal ni erección de nervios, sino sólo voz y articulaciones, dándoles fuerzas para andar y correr. Y extirpaba la enfermedad con sola

πραχθέντα υπό των Ιουδαίων. Ό ουν Πιλάτος μετ' οικείας αύτοΰ ανα- φοράς εξέπεμψεν αύτά τω Καίσαρι εν τή "Ρώμη γράψας ούτως- 1

«Κρατίστω σεβαστώ θειοτάτω και φοβερωτάτω Αύγούστω Καίσαρι, Πιλάτος ό την άνατολικήν διέπων άρχήν.

I

Μηνύσει κέχρημαι δι' ής φόβω καΊ τρόμω συνέχομαι, Κράτιστε. Έν ταύτη γαρ ήνττερ διέττω έπαρχίαν, ήτις μία τών ττόλεων καλείται Ιερου- σαλήμ ~, άπαν τό πλήθος τών Ιουδαίων παρέδωκάν μοι άνθρωπόν τίνα λεγόμενον Ίησοΰν, ττολλά εγκλήματα έτπφερόμενοι κατ' αύτοΰ, άττερ οΰκ ήδυνήθησαν τών λόγων τή συστάσει διελέγξαι 3. Μία δέ τις αύτοϊς αϊρεσις ή ν κατ' αύτοΰ, ότι τό σάββατον αύτοΐς ελεγεν ό Ίησοϋς μή είναι σχολήν ή παρατηρεΐσθαι. Πολλάς γάρ ιάσεις έττετέλεσεν εν σύτή τή ήμερα, τυφλούς έποίησεν άναβλέττειν, χωλούς περιπατεΐν, νεκρούς άνέσ- τησεν, λεπρούς έκαθάρισεν, παραλυτικούς ίάσατο, μή δυναμένους τό σύ- νολον μήτε όρμήν τού σώματος μήτε νεύρων στάσιν εχειν εί μή μόνον φωνήν και άρμονίαν, και παρέσχεν αύτοΐς δύναμιν τοΰ περιπατείν και

1 La rec. Β no contiene este prólogo.

- La rec. Β añade: έν ή τό ιερόν τοΰ τών Ιουδαίων έθνους καθίδρυται. 3 La rec. Β : ούκ ήδυνήθησαν δί εν τινι λόγω έλέ/ςαι αάτόν.

KF.LACIÓX DE ΜΙΛΤΟ

509

su palabra. Otra nueva acción más portentosa, desconocida en- tre nuestros dioses: resucitó a un muerto de cuatro días con sólo dirigirle su palabra; y es de notar que el muerto tenía ya la sangre corrompida y estaba putrefacto a causa de los gusa- nos salidos de su cuerpo, y despedía un hedor de perro. Vién- dole, pues, yacente como estaba en el sepulcro, le mandó que echara a correr; y él, como si no tuviera lo más mínimo de ca- dáver, sino más bien como un esposo que sale de la cámara nupcial, así salió del sepulcro, rebosante de perfume.

II

Y a unos extranjeros, endemoniados a todas luces, que te- nían su domicilio en los desiertos y comían sus propias carnes, portándose como bestias y reptiles, incluso a ellos les hizo hon- rados ciudadanos, les volvió cuerdos con su palabra y les pre- paró para ser sabios, poderosos y gloriosos, comensales de todos los que odiaban los espíritus inmundos y perniciosos que habi- taban anteriormente en ellos, a quienes arrojó a lo profundo del mar.

τρέχειν, ρήματι μόνω το ασθενές άποστρέψας. "Αλλο πάλιν τι δυνα- τώτερον πράγμα, όπερ εστίν τταρά τοις τταρ' ήμΐν θεοϊς ξένον τετραή- μερον νεκρόν άνέστησεν, λόγω μόνω καλέσας αύτόν, τού τεθνεώτος τόν ϊχώρα έχοντος, και διαφθαρέντος έκ των γενομένων σκωλήκων τοΟ σώ- ματος αύτοϋ καί τό δυσώδες τοΰ κυνός έχοντος- δν ίδών έν τω τάφω κείμενον έκέλευσεν τρέχειν.. μήτε όλως νεκροΰ τι έχοντος, άλλ' ώς έκ ττασ- τοΰ νυμφίος ούτως έξήλθεν έκ τοΰ τάφου εύωδίας πλείστης πεπλησ- μένος.

II

Και ξένους σαφώς δαιμονιζομένους και τήν οίκησιν έν έρημίαις έχον- τας και σάρκας τρώγοντας τάς ιδίας, ομοίως τοις κτήνεσιν και έρπετοΐς συναναστρεφομένους, καί τούτους κατέστησεν οϊκήτορας πόλεων καϊ διά λόγου σώφρονας άπέδειξεν, σοφούς τε καί δυνατούς καϊ ένδοξους πα- ρεσκεύασεν γενέσθαι, συνεσθίοντας πάσιν τοις πολεμίοις τών πνευμάτων των ακαθάρτων τών έν αύτοΐς όντων όλεθρίων, δ βυθώ θαλάσσης κατ- ερριψεν.

510

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN'

III

Había, además, otro que tenía la mano seca. Mejor dicho, no sólo su mano, sino la mitad entera de su cuerpo estaba pe- trificada, de manera que no tenía figura de varón ni dilatación de músculos. Ε incluso a éste le curó con una palabra y le dejó sano.

IV

Y había otra mujer hemorroísa, cuyas articulaciones y ve- nas estaban agotadas por el flujo de sangre, que no llevaba ya consigo ni cuerpo humano siquiera, que se asemejaba a un ca- dáver y que, finalmente, se había quedado sin voz. Tal era su gravedad, que ningún médico del territorio encontró manera de curarla y ni esperanza siquiera de vida le quedaba. Mas, una vez que Jesús pasaba en secreto por allí, tomó fuerzas de la som- bra de éste y tocó por detrás la orla de su vestido; inmediata- mente sintió que una fuerza henchía sus oquedades y, como si jamás hubiera estado enferma, empezó a correr ágilmente camino de su ciudad, Cafarnaúm, estando a punto de igualar la marcha de seis jornadas.

III

Πάλιν δέ άλλος ύπήρχεν ξηράν έχων τήν χείρον, ού μόνον δέ τήν χείραν, άλλά μάλλον τό ήμισυ μέρος τοΰ σώματος άπολιθωθέν ύττήρ- χεν του ανθρώπου, μήτε ττλάσιν ανδρός ή σώματος έχων διαστολήν κάκεϊνον λόγω ίάσατο και ύγιή άπέδειξεν.

IV

Και γυναίκα δέ αΐμορροοϋσαν επί ττολλούς χρόνους, άπό τής ρύσεως του αίματος τάς αρμονίας κα'ι τάς φλέβας έξαντληθεΐσαν και μήτε τό άνθρώτπνον σώμα έτπφερομένην, νεκρή άπεικασμένην, άφωνον καθ' έκάσ- την οΰσαν, ώς οί έκ της ενορίας πάντες ιατροί οϋχ εΟρον θεραπεΰσαι· ούτε yáp τής ζωής έλπίς αύτή ύπήρχεν καϊ μυστικώς διερχομένου τοΰ Ίησοΰ ϊσχϋν λαβοΰσα διά τής έπισκιάσεως αϋτοΰ όπισθεν ήψατο τοΰ κρασπέδου αϋτοΰ, και ευθέως αύτή τή ώρα άνέπλησεν δύναμις τά κε- νώματα αυτής, ώς μηδέποτε πάθος πεπονθυΐα ήρξατο δρομαία τρέχειν εις τήν εαυτής πόλιν Κεφαρναούμ 4, ώς πλησιάζειν τήν πορείαν ήμε- ρων έξ.

4 La rec. Β da a la ciudad de la hemorroísa el nombre de Paneas de acuerdo con una antigua tradición. Cf. más abajo Muerte de PUato nota t.

RELACIÓN DE P11ATO

513

V

Y esto que acabo de relatar con toda circunspección, lo hizo Jesús en día de sábado. Obró, además, otros milagros mayores que éstos, de manera que he llegado a pensar que los portentos suyos son mayores que los que hacen los dioses venerados por nosotros.

VI

Este es, pues, aquel a quien Hcrodes, y Arquelao, y Filipo, Anás y Caifás, me entregaron en connivencia con todo el pue- blo, haciéndome mucha fuerza para que lo juzgara. Y así, aun sin haber encontrado a su cargo causa alguna de delitos o ma- las acciones, mandé que le crucificaran, después de someterle a la flagelación.

VII

Y, mientras le crucificaban, sobrevinieron unas tinieblas que cubrieron toda la tierra, quedando obscurecido el sol a medio- día y apareciendo las estrellas, en las que no había resplandor;

V

Και ταύτα μέν, ά προσφάτως κατά νούν έχων εμήνυσα, άττερ έν σαβ- βάτω έτέλεσεν ό Ιησούς- και έτερα μείζονα τούτων έποίησεν σημεία, ώς οτι και παρά τούς θεούς ούς σεβόμεθα μείζονα κατενόησα θαυματουρ- γήματα παρ'αύτού γεγονότα.

VI

Τούτον δέ Ηρώδης και Αρχέλαος και Φίλιππος, "Άννας και Καϊάφας παρεδωκάν μοι σύν παντί τω λαώ, έπ'ι τό τούτον άνετάσαι πολλήν ποιησαντες κατ* εμού στάσιν. Έκέλευσα ουν τούτον σταυρωθήυαι, πρώ- τον φραγελλώσας αυτόν, και μηδεμίαν αίτίαν εύρών κατ' αύτοΰ κακών εγκλημάτων ή πράξεων.

VII

"Αμα δέ έσταυρώθη, σκότος έγένετο έφ' όλην την οϊκουμένην, τοΰ ηλίου μέσης ημέρας σκοτισθέντος και τών άστέρων φανέντων, έν οίς λαμπηδών οΰκ έφαίνετο· σελήνη δέ τό φέγγος ώς αϊματίζουσα διέλιπεν·

512

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

la luna cesó de brillar, como si estuviera teñida en sangre, y el mundo de los infiernos quedó absorbido; incluso lo que era lla- mado santuario desapareció, a la caída de éstos, de la vista de los mismos judíos; finalmente, por el eco de los truenos repeti- dos, se produjo una hendidura en la tierra.

VIII

Y, cuando todavía cundía este pánico, aparecieron algunos muertos que habían resucitado, como atestiguaron los mismos judíos, y dijeron ser Abrahán, Isaac, Jacob, los doce patriarcas, Moisés y Job (las primicias de los muertos, como ellos dicen), que fallecieron hace tres mil quinientos años. Y muchísimos de ellos, a los que yo pude ver también aparecidos corporalmente, se lamentaban a su vez a causa de los judíos: por la prevarica- ción que estaban cometiendo, por su perdición y por la de su ley.

κόσμος δέ των καταχθόνιων κατεπόθη· ώς αύτό όπερ είχον άγιασμα ναοΰ λεγόμενον αύτοΐς τοις Ίουδαίοις μή όφθήναι τή τούτων τττώσει· χάσμα της γης έπειλημμένων βροντών ήχω κατεττίδοσαν 5,

VIII

"Ωφθησαν 6 δέ εν αϋτω τω φόβω νεκροί άναστάντες, ώς αύτοί οί Ιουδαίοι έμαρτύρησαν, και είπον είναι Αβραάμ και Ισαάκ και Ιακώβ και τούς δώδεκα ττατριάρχας και Μωσήν και Ίώβ, τούς πρωτοτελευ- τηκότας 7 ώς φασιν εκείνοι προ τρισχιλίων πεντακοσίων ετών- καί πλείσ- τοι πολλοί ους κάγώ είδον έν σώματι φανέντας, και θρήνον δέ έποίουν περί των Ιουδαίων διά την γενομένην δι'αΰτών παρανομίαν καί άπώ- λειαν των Ιουδαίων καί του νόμου αυτών.

5 La rec. Β da este curioso dato: τά άστρα δέ καί ό Ώριων Θρήνον έποίουν περί των Ιουδαίων διά τήν παρ'αύτών γΕνομένην παρανομίαν.

6 La rec. Β añade que, sobre las tres de la mañana del domingo, el sol empezó a brillar y que aparecieron con la rapidez del relámpago unos per- sonajes; cf. más abajo, c.9.

7 La rec. Β añade: προ δισχιλίων πεντακοσίων έτών (hacía 2500 años); entre ellos incluye a Noé.

RELACIÓN DE PILATO

51 3

IX

Duró el miedo del terremoto a partir de la hora sexta del viernes hasta la hora nona. Y, al llegar la tarde del primer día de la semana, se oyó un eco procedente del cielo, mientras éste adquiría un resplandor siete veces más vivo que todos los días. Y a la hora tercia de la noche apareció incluso el sol brillando más que nunca y embelleciendo todo el firmamento. Y de la misma manera que los relámpagos sobrevienen de repente en el invierno, así aparecieron súbitamente unos varones, excelsos por su vestidura y por su gloria, que daban voces semejantes al fragor de un enorme trueno, diciendo: Jesús, el que fué cru- cificado, acaba de resucitar. Levantaos del abismo los que estáis presos en los subterráneos del infierno». Y la hendidura de la tierra era tal, que parecía no había fondo, sino que dejaba ver los mismos fundamentos de la tierra, entre los gritos de los que estaban en el cielo y paseaban corporalmente en medio de los muertos que acababan de resucitar. Y aquel que dió vida a los muertos y encadenó al infierno decía: Dad este encargo a mis discípulos: El va delante de vosotros a Galilea; allí po- dréis verle.

IX

"Εστη δέ ó φόβος τοΰ σεισμού άπό ώρας έκτης τής παρασκευής έ'ως ώρας ενάτης. Και όψίας γενομένης της μιας των σαββάτων ήχος έγένετο έκ τοΰ ούρανοΰ ώστε τον οϋρανόν γενέσθαι φωταγωγόν έττταττλασίως υπέρ πάσας τάς ήμέρας. "Ωφθη δέ τρίτης ώρας τής νυκτός και ó ήλιος οίος ουδέποτε έλαμψεν φωταγωγός, τόν πάντα πόλον φαιδρύνας. Και ώσπερ δέ άστραπαί άφνω χειμώνος επέρχονται, ούτως άνδρες έφαίνοντο υψηλοί έν στολή καΊ δόξη υπάρχοντες, πλήθος άναρίθμητον, κράζοντες. ΤΩν ή φωνή ήκούετο ώσπερ βροντής παμμεγέθους· «Ό σταυρωθείς άνέστη Ίησοΰς· άνέλθατε έξ άδου οί δεδουλωμένοι έν τοις καταχθονίοις του αδου». Και ην τό χάσμα τής γής ώς μή όντων έδρασμάτων άλλ' ούτως ήν ώς αύτά τά θεμέλια τής γής φανήναι μετά των βοώντων έν τοις ούρανοϊς και περιπατούντων έν σώματι έν μέσω των άναστάντων νε- κρών. Ό δέ άναστήσας πάντας τους νεκρούς και συνδήσας τόν αδην ελεγεν «Είπατε τοίς μαθηταΐς μου ότι προάγει ύμάς εις τήν Γαλιλαίαν, έκεΐ αυτόν όψεσθε».

Ευ. apócrifos

17

514

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

X

Por toda aquella noche no cesó la luz de brillar. Y muchos de los judíos perecieron absorbidos por la hendidura de la tierra, de manera que al día siguiente no compareció gran parte de los que habían estado en contra de Jesús. Otros veían apariciones de resucitados, a quienes ninguno de nosotros había visto. Y en Jerusalén mismo no quedó ni una sola sinagoga de los judíos, pues todas desaparecieron en aquel derrumbamiento.

XI

Así, pues, fuera de por aquel pánico y cohibido por un temblor horrible en extremo, he hecho a Vuestra Excelencia la relación escrita de lo que mis ojos vieron en aquellos momentos. Y, poniendo además en orden lo que hicieron los judíos con- tra Jesús, lo he remitido a vuestra divinidad, ¡oh Señor!»

4. Correspondencia entre Pilato y Herodes

Nos referimos a dos cartas que se presentan como cambia- das entre ambos personajes, en las que salta a la vista la sim- patía que sentía el autor por el procurador romano. A la vez se mezclan extrañas leyendas de cuño medieval sobre la muer- te de Herodes y de sus allegados.

X

Πασαν δέ τήν νύκταν έκείνην ούκ έπαύσατο τό φώς φαΐνον. Τών δέ Ιουδαίων πολλοί έθανον έν τω χάσματι της γής καταποθέντες, ώς μή εύρεθήναι επί τήν αύριον πλείστους τών κατά τοΰ Ίησοΰ γενομένων. "Αλλοι φαντασίαν έώρων άναστάντων, ους ούδέποτε ήμών τις ήν θεα- σάμενοι. Εϊ μή μία τις συναγωγή τών Ιουδαίων ύττελείφθη έν αυτή τή Ιερουσαλήμ, έττει πασαι αφανείς τή τττώσει εκείνη άττήλθον.

XI

Τω ουν φόβω έκείνω έν έκστάσει γενόμενος και τρόμω δεινοτάτω συ- νεχόμενος, άττερ είδον κατ' αϋτήν τήν ώραν γράψας άνήγαγον τω σω κράτει- έντάξας και τά κατά τοΰ Ίησοΰ πραχθέντα ύττό τών Ιουδαίων εξέπεμψα τή σή βειότητι, Δέσποτα».

CORRESP. ENTRE PILATO Y HERODES

515

Tischendorf las encontró juntamente con la citada Carta de Tiberio a Pilato, pero se resistió a publicarlas por las mismas razones que le movieron a omitir esta última. Efectivamente, la redacción es tan torturada a veces y la sintaxis tan deficiente, que en algunos casos no cabe dar sino una traducción apro- ximada.

Se han publicado dos versiones siríacas de estas cartas: una por W. Wright en sus Contributions to the Apocryphal Literature of the Ν. T. (London 1865), y otra por I. E. Rahmani en sus Hypomnemata Domini Nostri seu acta Pilati: «Studia Syriaca» II (Scharfe 1908) p-32ss. [con trad. lat.].

Tomamos el texto griego editado por J. Armitage Robin- son, Apocrypha Anécdota (II): TS 5 (1899) p.66ss.

a) CARTA DE PILATO A HERODES

Pilato, gobernador de Jerusalén, saluda al tetrarca Herodes.

Nada bueno hice bajo tu instigación el día aquel en que los judíos presentaron a Jesús, el llamado Cristo. Pues de la misma manera que fué crucificado, así también ha resucitado al tercer día de entre los muertos, como acaban de anunciarme algunos, y entre ellos el centurión. Yo mismo he decidido enviar una expedición a Galilea y atestiguan haberle visto en su propio cuerpo y conservando el mismo semblante. Y ha llegado a de- jarse ver de más de quinientas personas, con la misma voz e idénticas enseñanzas. Estos individuos han ido por ahí dando testimonio de ello; y, lejos de vacilar, han predicado su resurrec- ción como fenómeno extraordinario y han anunciado un reino

ΕΠΙΣΤΟΛΗ ΠΙΛΑΤΟΥ ΠΡΟΣ ΗΡΩΔΗΝ

Πιλάτος ήγεμών Ιεροσολύμων Ηρώδη τετράρχη χαίρειν Ούδέν αγαθόν ϋττό σου πεισθείς έτέλεσα έν εκείνη τη ήμερα έν η" προ- σήγαγον Ιουδαίοι τόν Ίησοΰν τόν λεγόμενον Χριστόν ώς έσταυρώθη, και τη τρίτη ημέρα ανέστη έκ τών νεκρών άττήγγειλάν μοι, και ό έκα- τόνταρχος- άλλα καϊ εγώ αύτός ττέττεισμαι εις τήν Γαλιλαίαν άττοστέλ- λειν και έωράκασιν αύτόν έν τή αύτη σαρκι και τώ αύτώ εΐδει· καϊ τη αύτη φωνή και τοις αύτοΐς διδάγμασιν ένεφάνισεν εαυτόν, πλείοσιν πεν- τακοσίοις άνθρώττοις Θεοσεβέσιν, οΐ καϊ μαρτυροΰντες περί τούτου παρή- yocyov, μηδέν ένδοιάζοντες, άλλά περισσάν κηρύσσοντες τήν άνάστασιν,

516

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

eterno, hasta el punto de que los cielos y la tierra parecían alegrarse de sus santas enseñanzas [de Jesús].

Y has de saber que Procla, mi mujer, dando crédito a las apariciones que tuvo de él cuando yo estaba a punto de man- darle crucificar por tu instigación, me dejó solo y se fué con diez soldados y Longinos, el fiel centurión, para contemplar su semblante, como si se tratara de un gran espectáculo. Y le han visto sentado en un campo de cultivo, rodeado de una gran turba y enseñando las magnificencias del Padre; de ma- nera que todos estaban fuera de y llenos de admiración, [pensando] si había resucitado de entre los muertos aquel que había padecido el tormento de la crucifixión.

Y, mientras todos estaban observándole con gran atención, divisó a éstos y se dirigió a ellos en estos términos: «¿Todavía no me creéis, Procla y Longinos? ¿No eres por ventura el que hiciste guardia durante mi pasión y vigilaste mi sepulcro? Y. tú, mujer, ¿no eres la que enviaste a tu esposo una misiva acerca de mí? [...] el testamento de Dios que dispuso el Padre. Yo, pues, el que fui levantado y sufrí muchas cosas, vivificaré por medio de mi muerte, tan conocida para vosotros, toda la carne que ha perecido. Ahora, pues, sabed que no perecerá todo aquel que haya creído en Dios Padre y en mí, pues yo hice desaparecer los dolores de la muerte y traspasé al dragón de muchas cabezas. Y, en ocasión de mi futura venida, cada

και αίώνιον βασιλείαν καταγγέλλοντες· ώστε επί τοις άγίοις διδάγμασιν αύτοΰ τούς ουρανούς φαίνεσθαι xcci τήν γήν άγαλλιάν.

Πρόκλα γαρ ή έμή γαμέτη, τπστεύσασα έτπ τοις όράμασιν oís αύτη έφανερώθη, εμού μέλλοντος αύτόν παραδοΰναι δια τήν σήν συμβουλίαν εις τό σταυρώσαι, καταλιττοΰσά με μετά δέκα στρατιωτών και Λογγίνου τοΰ πιστού έκατοντάρχου ώς έν μεγάλω θεάματι έπορεύθη θεάσασθαι τήν όψιν αύτοΰ· και ίδόντες αυτόν καθεζόμενον εν χώρα έργασίμη, πολ- λού όχλου ττεριεστώτος, και διδάσκοντα τά μεγαλεία του Πατρός, ώστε θαυμάζειν ττάντας και έξίστασθαι, ει ό παθών και σταυρο^θείς οΰτος ήγέρθη άπό τών νεκρών.

Διατηρούντων δέ πάντων και κατανοούντων αύτόν, συνιδών έλά- λησεν σύτοΐς [και] είπεν- «"Ετι άπιστεΐτε μοι, Πρόκλα και Λογγίνε; Ούχί σύ ό τηρών μου τό πάθος και τό μνημεΐον; Και σύ δέ, γυνή, μετεπέμψω τω άνδρί σου περί έμοϋ; [...] τήν τοΰ Θεοΰ διαθήκην ήν διέθετο ό Πα- τήρ· πάσαν ούν σάρκα άπολωλυΐαν διά τοΰ έμοΰ θανάτου όν οϊδατε ζωοποιήσω εγώ ό υψωθείς και πολλά παθών και νΰν ούν άκούετε ότι ούκ άπολεΐται πασα σάρξ πιστεύουσα εις τόν Πατέρα Θεάν και εις έμέ· έγώ γάρ έλυσα τάς όδύνας τοΰ θανάτου, και τόν πολυκέφαλον δράκοντα έξεκέντησα· και έν τή μελλούση παρουσία μου ώς έχει έκαστος σώματι

CORRF.SP. ENTRE PILATO Y HERODES

517

uno resucitará con el mismo cuerpo y alma que ahora tiene y bendecirá a mi Padre, al Padre de aquel que fué crucificado en la época de Poncio Pilato».

Al oírle decir tales cosas, tanto mi mujer, Procla, como el centurión que tuvo a su cargo la ejecución de Jesús, como los soldados que habían ido en su compañía, se pusieron a llorar llenos de aflicción, y vinieron a para referirme estas cosas. Yo, a mi vez, después de oírlas, se las referí a mis grandes co- misarios y compañeros de milicia; éstos, llenos de aflicción y ponderando el mal que habían hecho contra Jesús, se pusieron a llorar durante el día; y asimismo yo, compartiendo el dolor de mi mujer, estoy entregado al ayuno y duermo sobre la tierra. [...] y en esto vino el Señor y nos levantó del suelo a y a mi mujer; yo entonces fijé mi vista en él y vi que su cuerpo conservaba aún los cardenales. Y él puso sus manos sobre mis hombros, diciendo: «Bienaventurado te llamarán todas las gene- raciones y los pueblos, porque en época tuya murió el Hijo del hombre y resucitó y ahora va a subir a los cielos y se sen- tará en lo más alto. Y caerán en la cuenta todas las tribus de la tierra de que yo soy el que va a juzgar a los vivos y a los muer- tos en el último día.

και νώ εγερθείς εύλογεΐ τόν Πατέρα μου του έπί Ποντίου Πιλάτου στ αυ ρωθέντος».

Ταΰτα λέγοντος αύτοϋ άκούσασα ή γυνή μου Πρόκλα και ό έκατόν- ταρχος Λογγΐνος ό πιστευθείς τηρήσαι τό πάθος του Ιησού, και οΐ στρατιώται οΐ συνιτορευθέντες μετ'αύτής, κλαίοντες και λυπούμενοι, έλθόντες άττήγγειλάν μοι ταΰτα· εγώ δέ άκουσας άπήγγειλα τοις μεγά- λοις μου ταξεώταις κα'ι συνστρατιώταις· οΐ δέ λυττούμενοι και κλαίοντες καθ* ήμέραν άναλογιζόμενοι τό κακόν δ έπραξαν εις αυτόν, ώς και αύτός έγώ έν τη οδύνη της γυναικός μου έγκεϊμαι επί νηστεία και χαμευνία· [....] και έλθών ό Κύριος ήγειρέν με κα'ι την γυναικά μου άπό τής γης· και άτενίσας εις αύτόν είδον τό σώμα αυτού έτι έχον τούς μώλωπας· και έπέθηκεν έπί τούς ώμους μου τάς χείρας αυτού λέγων «Μακαριοΰσί σε πασαι αί γενεαί και αΐ πατριαί, ότι έπί τοΰ καιρού σου ό Υιός τού άνθρώπου άπέθανεν κα'ι ανέστη και εις τούς ούρανούς άναβήσεται κα'ι καθεσθήσεται έν ύψίστοις· κα'ι γνώσονται πάντες φυλαί της γης ότι έγώ ειμί ό μέλλων κρΐναι ζώντας και νεκρούς έν τη έσχατη ήμέρα».

518

APÓCRIFOS DE LA PASIÓX Y RESURRECCIÓN

b) CARTA DE HERODES A PILATO

Herodes, tetrarca de los galileos, saluda al gobernador de los judíos, Poncio Pilato.

Estoy sumido en no pequeña aflicción, conforme al dicho de las Sagradas Escrituras, por las cosas que paso a relatarte, así como pienso que a tu vez te afligirás al leerlas. Pues has de saber que mi hija Herodíades, a quien yo amaba ardiente- mente, ha perecido por estar jugando junto al agua cuando ésta desbordaba sobre las márgenes del río. Efectivamente, el agua la cubrió de repente hasta el cuello; su madre entonces la agarró de la cabeza para que no se la llevara la corriente, pero se desprendió ésta del tronco y fué lo único que mi esposa pudo recoger, pues lo restante del cuerpo fué arrastrado por la corriente. Mi mujer ahora aprieta, llorando, la cabeza sobre sus rodillas, y toda mi casa está sumida en una pena incesante.

Yo, por mi parte, me encuentro rodeado de muchos males a partir del momento en que supe que le habías despreciado [a Jesús]; y quiero ponerme en camino tan sólo para verle, adorarle y escuchar alguna palabra de sus labios, pues he per-

ΕΠΙΣΤΟΛΗ ΗΡΩΔΟΥ ΠΡΟΣ ΠΙΛΑΤΟΝ

Ηρώδης τετράρχης Γαλιλαίων Ποντίω Πιλάτω τω ήγεμόνι τών Ιουδαίων χαίρειν

Ουκ έν μικρώ πενθεί κατά τάς θείας γραφάς ών έγώ σοι γράφω, ώς και σύ άκουσας πάντως έν λύπη γενήση· ην γάρ έπόθουν Ήρωδιάδα τήν Θυγατέρα μου παίζουσα άπώλετο έπί του ύδατος, πεπληρωμένου έπί τη όχθη τοΰ ποταμού- άφνω γάρ έπληθύνθη τό ύδωρ έως τοΰ τρα- χήλου αυτής, και έδράξατο ή μήτηρ αυτής τής κεφαλής αυτής, ίνα μη ληφθή Οπό τοΰ ύδατος· καΐ άπετμήθη ή κεφαλή τής παιδός, ώστε μόνην τήν κεφαλήν κρατεΐν τήν γυναικά μου· και όλον τά σώμα αυτής έλαβεν τό ύδωρ· και τής γυναικός μου κρατών έπί τά γόνατα τήν κεφαλήν αυτής και κλαίουσα και είναι όλον τόν οίκόν μου έν πενθεί άκαταπαύστω.

Κάγώ δέ έν πολλή περιστάσει κακών έγκεϊμοπ, άκουσας περί τοΰ Ίησοΰ ότι έξουδένωσας αϋτόν κα'ι θέλω έλθεΐν και ίδεϊν αυτόν μόνον και προσπεσεΐν αύτόν, και άκοΰσαί τι παρ'αύτοΰ, έπειδή πολλά κακά έπραξα εις αύτόν καϊ είς Ιωάννη ν τόν βαπτιστήν κα'ι ιδού άπολαμβάνω τά άξια δικαίως· πολλήν γάρ ρύσιν αίματος έπ'ι τής γής τέκνων άλλο- τρίων ό πατήρ μου έποίησεν διά τόν Ίησοΰν κάγώ δέ πάλιν τόν τούτου βαπτιστήν Ίωάννην άπεκεφάλισα.

Δίκαια τά κρίματα τοΰ Οεοΰ- ότι έκαστος ώς ένθυμεΐται κα'ι άπολή- ψεται. Έπει οΰν πάλιν δύνασαι τόν άνδρα θεάσασθαι Ίησοΰν, νΰν άγω-

CORRESP. ENTRE PILATO Y HERODES

519

petrado muchas maldades contra El y contra Juan el Bautista; ciertamente estoy recibiendo con toda justicia mi merecido, pues mi padre derramó sobre la tierra mucha sangre de hijos ajenos a causa de Jesús, y yo, a mi vez, he degollado a Juan, el que le bautizó.

Justos son los juicios de Dios, porque cada cual recibe su recompensa en consonancia con sus deseos. Así, pues, ya que te es dado ver de nuevo a Jesús, lucha ahora por y dile en mi favor una palabra; porque a vosotros, los gentiles, os ha sido entregado el reino, conforme a lo que dijeron Cristo y los profetas.

Lesbónax, mi hijo, se encuentra en una necesidad extrema, presa de una enfermedad agotadora desde hace muchos días. Yo, a mi vez, me encuentro enfermo de gravedad, sometido al tormento de la hidropesía, hasta el punto de que salen gusanos de mi boca. Mi mujer ha llegado incluso a perder el ojo iz- quierdo por la desgracia que se ha cernido sobre mi casa. Justos son los juicios de Dios, por cuanto hemos ultrajado al ojo ino- cente. No hay paz para los sacerdotes, dice el Señor. La muerte hará presa en ellos y en el senado de los hijos de Israel, pues pusieron inicuamente sus manos sobre el justo Jesús. Todo esto ha venido a cumplirse en la consumación de los siglos; y así, las naciones van a recibir en herencia el reino de Dios, mientras que los hijos de la luz serán arrojados fuera por no haber obser- vado lo que convenía en relación con el Señor y con su Hijo.

Por todo lo cual ciñe ahora tus lomos, asume tu autoridad judicial de noche y de día, unido a tu mujer en el recuerdo de

νίσαι περί έμοΰ κα'ι πρεσβεΰσαι περί εμού λόγον ύμΐν γάρ εδόθη ή βα- σιλεία τοις έθνεσιν κατά τους προφήτας και τόν Χριστόν.

Και Λεσβώναξ δέ ó υιός μου έπί εσχάτη του βίου εστίν ανάγκη, νόσω μαραντική συνεχόμενος ημέρας πολλάς· κάγώ γάρ αυτός πειρασ- μώ ύδρωπικώ κείμενος αρρωστώ μεγόλως, ώστε διά του στόματος μου σκώληκες εξέρχονται. Άλλά κα'ι ή γυνή μου τόν εϋώνυμον όφθαλμόν διά τό έττί του οίκου μου πένθος άττώλετο.

Δίκαια τά κρίματα τοΰ Θεοΰ, άνθ'ών τόν δίκαιον όφθαλμόν έξεμυκ- τηρίσαμεν. Οϋκ εστίν τοις ίερεΰσιν ειρήνη, λέγει Κύριος. Θάνατος ήδη λήψεται τους ιερείς και τήν γερουσίαν των υιών Ισραήλ, ότι χείρας αδίκως έπέβαλον επί τόν δίκαιον Ίησοΰν. Ταϋτα τη τών αιώνων συντέ- λεια πεπλήρωται, ώστε είναι τά έθνη κληρονόμα της τοΰ Θεού βασι- λείας, τούς δέ υιούς τού φωτός έκβληθήναι έξω, διότι ουκ έτηρήσαμεν τά πρός Κύριον, ούτε τά προς τόν Υίόν αυτού.

Διό νύν άναζώσαι τήν όσφύν σου· ανάλαβε τήν δικαιοσύνην σου νυκτός και ήμέρας μεμνημένος τοΰ Ίησοΰ μετά της γυναικός σου· και

520

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Jesús, y será vuestro el reino, pues nosotros hemos hecho pa- decer al Justo. Y, si es que hay lugar para mis ruegos, ¡oh Pilato!, puesto que nacimos simultáneamente, da sepultura di- ligentemente a mi casa, pues preferimos ser sepultados por ti que no por los sacerdotes, a quienes en breve, según las escri- turas de Jesús, les espera el juicio. Adiós.

Te he enviado los pendientes de mi mujer y mi propio anillo. Si es que te acuerdas, me lo devolverás en el último día. Ya van aflorando los gusanos a mi boca y con ello recibo el castigo de este mundo; pero temo más la sentencia de allá, pues los módulos de justicia que me aplicará el Dios vivo serán por duplicado. Vamos desapareciendo fugazmente de esta vida a los pocos años de nacer, y de allí proviene el juicio eterno y la retribución de las acciones.

5. Tradición de Pilato ( «Paradosis» )

Es una continuación o consecuencia de la Anaphora, y puede ser que saliera de la pluma del mismo autor que ésta. Sigue la trayectoria de la literatura oriental, mostrándose extrema- damente favorable a Pilato. Tischendorf se sirvió de cinco ma- nuscritos griegos para su edición.

Cf. A. Birch, Auctarium cod. apocr. Ν. T. F. I (1804) p.iyóss. ; I. C. Thi- lo, Cod. Apocr. Ν. Τ. I (1832) P.813SS.; MigneAp II (1858) P.751S8. [v. franc.]; C. Tischendorf, Ev. Apocr. (21876) P.LXXIX449-55 ; M. Dun- lop Gibson, Apocrypha Sinaitica: StS 5 (1986) [w. siríaca y árabe con trad. ingl.].

ύμών έ'σται ή βασιλεία- ημείς γάρ κατωχρησάμεθα τοΰ Δικαίου. Εί δέ τις εστίν εντευξις, ώ Πιλάτος, έπεί όμοχρόνιοι έγενάμεθα, θάψον μου τον οίκον έπιμελώς· δικαιότερον γάρ εστίν ΰπό σου ένταφιασθήναι ημάς ή υπό των ιερέων, οΐς μετ' ολίγον κατά τα; γραφάς Ίησοΰ ή κρίσις άπό- κειται. "Ερρωσο.

Έπεμψά σοι τά ένώτια της γυναικός μου καί τό δακτύλιον τό έμόν. Διαμνημονευθείς ττοτε αποδώσεις μοι εις τήν έσχάτην ήμέραν. "Ηδη γάρ έκ του στόματος μου σκώληκες άναβαίνουσιν καί τό κοσμικόν κρίμα άττολαμβάνω· αλλά καί τό έκεΐ κρίμα φοβούμαι ττλέον έν διπλώ γάρ μέλλει μοι έφίστασθαι τά κριτήρια Θεοΰ ζώντος. Δραττετεύομεν γάρ έν τώδε τω βίω, όλιγοχρόνιοι όντες ένταΰθα· εκείθεν γάρ εστίν ή αιώνιος κρίσις καί άνταπόδοσις τών πεπραγμένων (*).

(*) El manuscrito añade a continuación unas líneas, ajenas a todas luces a esta pieza, en que da cuenta brevemente de la muerte de Longinos, el soldado que atravesó con una lanza el costado de Jesús. Dice que un ángel del Señor lo tomó por la cabeza y lo llevó al desierto, donde fué devorado por un león.

Al final se añade una cláusula atribuyendo esta noticia a José de Arimatea.

TRADICIÓN DE PILATO

521

TRADICION DE PILATO I

Llegó a Roma la carta y fué leída al César en presencia de no pocas personas. Y todas quedaron atónitas al oír que, a causa del delito de Pilato, las tinieblas y el terremoto habían afectado a toda la tierra. Y, montando el César en cólera, envió soldados y ordenó que llevaran preso a Pilato.

II

Conducido que fué a Roma y enterado el César de que había llegado, se sentó éste en el templo de los dioses a la cabeza del senado, acompañado de todo el elemento militar y de la multitud que integraba sus fuerzas. Entonces dió órdenes de que avan- zara delante Pilato y quedara de pie. Y a continuación le dijo: «¿Por qué has tenido la osadía de hacer tales cosas, monstruo de impiedad, después de haber visto prodigios como los que hacía aquel hombre? Por atreverte a cometer tal villanía, has acarreado la ruina a todo el universo».

ΠΑΡΑΔΟΣΙΣ ΠΙΛΑΤΟΥ I

Φθασάντων δέ των γραμμάτων έν τη 'Ρωμαίων πόλει και άναγνωσ- θέντων τω Καίσαρι, ουκ ολίγων έστώτων έκεΐ, άπαντες έκθαμβοι έγέ- νοντο ότι διά τήν τοΰ Πιλάτου τταρανομίαν τό σκότος και ό σεισμός έγένετο έφ' όλην τήν οίκουμένην. Και θυμοΰ πλησθε'ις ό Καίσαρ έκπέμ- ψας στρατιώτας έκέλευσεν δέσμιον άγαγεΐν τόν Πιλάτον.

II

Και άχθέντος αύτοΰ έν τη" 'Ρωμαίων πόλει, άκουσας ό Καίσαρ ότι παρέστι ό Πιλάτος, έκαθέσθη έν τω ναω τών θεών έπΐ πάσης της συγ- κλήτου και συν παντϊ τω στρατεύματι και παντί τω πλήθει της δυνά- μεως αύτοΰ, κα'ι έκέλευσεν έν προόδω στήναι. Καί φησιν ό Καίσαρ προς αΰτόν «Τί τοιαύτα έτόλμησας, δυσσεβέστατε, έωρακώς τηλικαΰτα ση- μεία εις τόν άνδρα έκεΐνον; Κακήν πράξιν τολμήσας όλον τόν κόσμον ώλεσας» 1.

1 El códice Véneto Marc. cías. II n.XLII (s.XII aprox.) añade: Λέγε, κατάρατε καί δυσσεβέστατε, συ εί Πιλάτος ό καί ήγεμών, άνατολικήν έπέχων άρ- χήν; Ό δέ Πιλάτος εφη· Να(, δέσποτα αύτοκράτορ, éycó είμι ό δοΰλος της υμετέρας γαληνότητος, έγώ είμι Πιλάτος ό Πόντιος, ό από Άμασίας πόλεως της Πόντου διοι- κήσεως.

522

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

III

Mas Pilato replicó: «¡Oh emperador!, yo no soy culpable de esto; los incitadores y responsables son la turba de los judíos». César dijo: «¿Y quiénes son éstos?» Respondió Pilato: «Herodes, Arquelao, Filipo, Anás, Caifás y toda la turba de los judíos». Repuso César: «¿Y por qué secundaste el propósito de aqué- llos?» Dijo Pilato: «Su nación es levantisca e insumisa; no se somete a tu imperio». A lo que replicó César: «Nada más en- tregártelo debiste ponerlo a buen seguro y enviármelo a y no dejarte persuadir por ellos a crucificar a un personaje como éste, que era justo y que hacía prodigios tan buenos, como hacías constar en tu relación. Pues señales como éstas bien daban a conocer que Jesús era el Cristo, el rey de los judíos».

IV

Y, nada más decir esto César, cuando mencionó el nombre de Cristo, toda la caterva de dioses se desplomó y quedó re- ducida a una especie de polvareda que ocupó el recinto en que estaba sentado el César, acompañado del senado. Y el pueblo

III

Ό δέ Πιλάτος έ'φη· «Αΰτοκράτορ βασιλεΰ, έγώ αναίτιος τούτων τυγ- χάνω, οί δέ προπετεΐς καϊ αίτιοι τό πλήθος τών Ιουδαίων εστίν». Και ό Καίσαρ έφη· «Και τίνες οΰτοι;» Λέγει ό Πιλάτος- «Ηρώδης, Αρχέ- λαος, ΦίλιτΓττος, "Αννας και Καϊάφας, κα'ι άτταν τό πλίνθος τών Ιουδαίων». Λέγει ό Καίσαρ· «Τίνος ένεκεν τη βουλή εκείνων σύ έξηκολούθησας;» Και ό Πιλάτος λέγει- «Στασιαστόν και άνυττότακτόν έστιν τό έθνος αυ- τών, μή ΰποτασσόμενον τω σώ κρατεί». Κα'ι ό Καίσαρ είττεν «°Αμα τταρέδωκάν σοι αυτόν, όφειλες έν ασφάλεια ττοιήσαι αυτόν καϊ έκττέμ- ψαι ττρός μέ, καϊ μή πεισθήναι αϋτοϊς σταυρώσαι τόν τοιούτον άνδρα δίκαιον όντα κα'ι τοιαύτα σημεία άγαθά ττοιήσαντα, ώς σύ ειπας διά τής σής άναφοράς- έκ γάρ τών τοιούτων σημείων φανερός ήν ό Ίησοΰς ό Χριστός ό βασιλεύς τών Ιουδαίων».

IV

Κα'ι ταύτα είπόντος του Καίσαρος καϊ όνομάσαντος αύτοΰ τό όνομα του Χριστού, άπαν τό πλήθος τών θεών συνέπεσαν κα'ι έγένοντο ώσεϊ κονιορτός, ένθα έκάζετο ό Καίσαρ μετά τής συγκλήτου. Ό δέ δήμος ό παρεστηκώς τω Καίσαρι πάντες έντρομοι γεχόνασιν διά την τοΰ ρήμα-

TRADICIÓN* DE PILATO

523

que estaba en presencia del César, quedó todo amedranta- do al oír pronunciar el nombre y ante la caída de aquellos dioses; y, sobrecogidos de temor, se fué cada cual a su casa, llenos de admiración por lo ocurrido. Entonces mandó el César que Pilato fuera sometido a una segura vigilancia, de manera que él pudiera conocer la verdad de lo que concernía a Jesús.

V

Al día siguiente se sentó César en el Capitolio juntamente con el senado en pleno y se propuso de nuevo interrogar a Pilato. Dijo, pues, el César: «Di la verdad, monstruo de impie- dad, pues, por la acción impía que llevaste a cabo contra Jesús, tu mala conducta ha venido a ponerse aquí de manifiesto por el hecho de que los dioses se hayan desplomado. Dime, pues, ¿quién es aquel crucificado, ya que su nombre ha traído la perdición incluso de todos los dioses?» Pilato respondió: «Efec- tivamente, lo que de El se menciona es verdadero; yo mismo, al ver sus obras, llegué a persuadirme de que aquel personaje era de mayor categoría que todos los dioses que nosotros vene- ramos». Preguntó entonces el César: «¿Cómo, pues, tuviste la osadía de hacer aquello contra él, conociéndole como le cono- cías? ¿O es que maquinabas algún mal contra mi imperio?» Mas Pilato respondió: «Hice esto por la iniquidad y la suble- vación de estos judíos sin ley y sin Dios».

tos ρήσιν και πτώσιν των θεών αυτών, και πάντες φόβω συσχεθέντες άττήλθεν έκαστο;; εις τον οΐκον αύτοΰ, Θαυμάζοντες τό γεγονός. Έκέλευ- σεν δέ ó Καίσαρ μετά ασφαλείας φυλάττεσθαι τον Πιλάτον, όπως γνω τό αληθές περί τοΰ Ίησοΰ.

V

Τή δέ επαύριον καθίσας ό Καίσαρ έν τω καπετωλίω μετά πάσης της συγκλήτου έπειράτο -πάλιν έρωτάν τον Πιλατον. Καί φησιν ό Καίσαρ- «Λέγε τό αληθές, δυσσεβέστατε, δτι δια της σης άσεβους πράξεως ής έπεχείρησας κατά τοΰ Ίησοΰ και ένταΰθα έδείχθη τών κακών σου έργων ή πράξις, τό τους θεούς πτώσει ύποβληθήναι. Λέγε ούν Τις εστίν εκεί- νος ό σταυρωθείς, δτι τό όνομα αύτοΰ καί τούς θεούς πάντας άπώλε- σεν;» Πιλάτος Ιφη· «Και μήν τά ύπομνήματα αύτοΰ αληθή είσίν καί γάρ έγώ αύτός έπείσθην έκ τών έργων αύτοΰ ότι μείζων ύπήρχεν πάν- των ων σεβόμεθα θεών». Καί ό Καίσαρ εοη· «Τίνος ούν ένεκεν τοιαυτην τόλμην καί πράξιν έπήνεγκας κατ' αύτοΰ, μή άγνοών τούτον, ή πάν- τως κακόν τι βουλόμενος περί τής έμής βασιλείας;» Ό δέ Πιλάτος έφη· «Διά τήν παρανομίαν καί στάσιν τών άνομων καί άθέων Ιουδαίων τού- το έποίησα».

524

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

VI

Encolerizado entonces el César, se puso a deliberar con todo el senado y su ejército. Y mandó escribir un edicto contra los judíos concebido en estos términos: «A Liciano, gobernador de la provincia oriental, salud. He venido en conocimiento del hecho atrevido e ilegal que ha tenido lugar en nuestros tiempos por parte de los judíos que habitan Jerusalén y las ciudades circunvecinas, hasta el punto de que han obligado a Pilato a crucificar a cierto dios llamado Jesús, crimen tan horrendo, que por él el universo, entenebrecido, iba a ser arrastrado a la ruina. Haz, pues, ánimo de presentarte a ellos con toda premura, bien pertrechado de fuerzas, y declara la esclavitud por el presente edicto. obediente a la consigna de atacarles y desparramarles por el mundo; redúcelos a servidumbre en todas las naciones; y, después de expulsar de toda la Judea hasta la reliquia más insignificante de su raza, haz que no apa- rezca ni esto siquiera, llenos como están de maldad».

VII

Llegado este edicto a Oriente, Liciano obedeció al tenor terrible de la orden y dio al exterminio a la nación entera de

VI

Θυμοΰ δέ πλησθείς ό Καίσαρ συμβούλιον έποίησεν μετά πάσης της συγκλήτου και τής δυνάμεως αΰτοΰ, καί κελεύει δόγμα γραφήναι κατά τών Ιουδαίων ούτως· «Λικιανώ τω τά πρώτα της ανατολικής έπέχοντι χώρας χαίρειν. Τήν έν τοις παροΰσι καιροΐς γενομένην τόλμαν παρά τών την Ιερουσαλήμ οΐκούντων και τάς πέριξ πόλεις Ιουδαίων παράνομόν τε πραξιν εγνων, ώς θεόν τίνα λεγόμενον Ίησοΰν Πιλατον κατηνάγκα- σαν σταυρώσαι, διά τοΰ τοιούτου αυτών πλημμελήματος δι'οΰ ό κόσ- μος σκοτισθείς εις άπώλειαν ε'ίλκετο. Θέλησον ουν σπουδαίως άμα πλή- θους στρατιωτών παραγενέσθαι τοις έκεΐσε και αΐχμαλωσίαν έκθέσθαι διά τούτου τοΰ δόγματος. Πειθαρχών κινήσαι κατ'αύτών και έν διασπο- ραΐς αύτούς Θέμενος έν πάσιν τοις έθνεσιν καταδούλωσον αύτούς, κα'ι τής Ιουδαίας άπάσης έκδιώξας όλιγοστόν τό έθνος αύτών δεΐξον έφ' άπα- σιν μή όφθήναι ετι τούτο, πονηρίας μεστοί τυγχάνοντες».

VII

Και τοΰ δόγματος τούτου φθάσαντος έν τή ανατολική χώρα, Λικια- νός πειθαρχήσας τω φόβω τοΰ δόγματος έν αναλώσει παν τό έθνος τών

TRADICIÓN DE PILATO

525

los judíos; y a los que quedaron en Judea les echó a la diáspora de las naciones para ser esclavos; de manera que llegó a cono- cimiento del César lo que había hecho Liciano contra los judíos en Oriente, y le agradó.

VIII

Y el César se dispuso de nuevo a juzgar a Pilato. Luego mandó a un jefe llamado Albio que le cortara la cabeza, di- ciendo: «De la misma manera que éste levantó su mano contra aquel hombre justo llamado Cristo, de manera semejante caerá éste también sin remisión».

IX

Mas Pilato, cuando hubo llegado al lugar señalado, se puso a orar en silencio de esta manera: «Señor, no me pierdas en compañía de los perversos hebreos, pues yo no hubiera levan- tado mi mano contra ti si no hubiera sido por el pueblo de los inicuos judíos, pues se rebelaron contra mí; pero sabes que obré sin saber. Así, pues, no me pierdas por este pecado, sino benigno conmigo, ¡oh Señor!, y con tu sierva Procla, que está a mi lado en esta hora de mi muerte, a quien te dignaste

Ιουδαίων έποίησεν, τούς δέ καταλειφθέντας έν τή Ιουδαία εις τήν διασ- ττοράν των έθνών δουλεύειν τταρέσχεν, ώστε γνωσθήναι τω Καίσαρι ταύ- τα τά γεχενημένα παρά ΛικιανοΟ κατά τών Ιουδαίων έν τή ανατολι- κή χώρα και άρέσαι ούτω.

VIII

Και πάλιν εθετο ó Καίσαρ έρώτησιν ποιήσαι του Πιλάτου, και κε- λεύει εν! άρχοντι ονόματι Άλβίω τήν κεφαλήν Πιλάτου άποτεμεΐν, φή- σας· «Καθώς ούτος χείρας έπήχαγεν επί τόν άνδρα τόν δίκαιον τον λε- γόμενον Χριστόν, και αύτός ομοίως πεσεΐται της σωτηρίας άποτευξό- μενος».

IX

Ό δέ Πιλάτος άπελθών έπί τόν τόπον ηύξατο σιωπή λέγων «Κύ- ριε, μη συναπολέσης με μετά τών πονηρών Εβραίων, ότι έχώ χείρας κατά σου ούκ εΐχον έπενεγκεϊν εί μή δια τό έθνος τών παρανόμων Ιου- δαίων, ότι στάσιν κατ' έμού έπήγαγον άλλά σύ γινώσκεις ότι άγνοών έπραξα. Μή ούν άπολέσης με τη άμαρτία μου ταύτη, άλλά άμνησικά- κησον έπ' έμοί, Κύριε, καΐ τη δούλη σου Πρόκλα τή ίσταμένη μετ' έμοϋ έν τή ώρα ταύτη του Θανάτου μου, ην άνέδειξας προφητεύειν ότι είχες

526

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

designar como profetisa de tu futura crucifixión. No condenes también a ésta por mi pecado, sino perdónanos y cuéntanos entre la porción de tus escogidos».

X

Y he aquí que, después de terminar Pilato su oración, vino una voz del cielo que decía: «Bienaventurado te llamarán las generaciones y patrias de las gentes, porque en tu tiempo se cumplieron todas estas cosas que habían sido dichas por los profetas acerca de mí; y has de aparecer como testigo en mi segunda venida, cuando vaya a juzgar a las doce tribus de Israel y a los que no han confesado mi nombre». Y sacudió el prefecto la cabeza de Pilato, y he aquí que un ángel del Señor la recibió. Y al ver Procla, su mujer, al ángel que venía para recibir la cabeza de él, rebosante de alegría, entregó también su espíritu al instante y fué sepultada juntamente con su marido.

6. Muerte de Pilato

A este relato apenas puede dársele la categoría de apócrifo. Tischendorf lo copió del manuscrito de Milán Ambros. L 58 (s.XIV) y se decidió a publicarlo por el interés que esta leyenda, genuinamente occidental, había suscitado en la Edad Media y por creer que procedía de una fuente más antigua.

De hecho, la Legenda áurea, al incluirla, hace relación a

σταυρώ προσηλωθήναι. Μή έν τή έμή αμαρτία και ταύτην καταδικάσης άλλα συγχώρησον ήμΐν και έν μερίδι των δικαίων σου συγκαταρίθμη- σον ημάς».

Χ

Και Ιδού τελέσαντος την εΰχήν του Πιλάτου ήλθεν φωνή εκ του ουρα- νού λέγουσα· «Μακαριοΰσίν σε πάσαι αϊ γενεά! αί πατριαΐ των εθνών, ότι επί σοΰ έπληρώθησαν ταΰτα πάντα τά ύπό των προφητών εΐρη- μένα περί έμοΰ· και σϋ δέ αυτός μάρτυς μου εν τή δευτέρα μου παρου- σία όφθήναι έχεις, όταν μέλλω κρΐναι τάς δώδεκα φύλας τοΰ Ισραήλ και τους μή όμολογήσαντας τω όνόματί μου». Και έξετίναξεν τήν κε- φαλήν Πιλάτου ό πρέφεκτος, καϊ ιδού άγγελος Κυρίου έδέξατο αϋτήν. Μδοΰσα δέ ή γυνή αϋτοΰ Πρόκλα τον άγγελον έρχόμενον και δεχόμενον τήν κεφαλήν αύτοΰ, χαράς πλησθεΐσα καϊ αυτή παραυτά άπέδωκεν τό πνεύμα, καϊ ετάφη μετά τοΰ άνδρός αυτής.

MUERTE DE PILATO

527

cierta historia «apocrypha», de la que habría sido tomada (c.53).

En su conjunto esta composición puede considerarse ple- namente medieval.

Cf. C. Tischendorf, Ev. ApocT. (21876) P.LXXX456-58 ; I. la. Porfirjev Apokrificheskija skazanija o novozavetnych litsach i sobytijach po rukopisjam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka...» (S. Petersbur- go 1890) t.52 Γ..4 p.20is. [v. rusa]; G. Polivka: «Starine» 24 (1892) 82SS. [v. búlgara]; G. F. Abbot, The Report and Death of Pílate: JThSt 4 (1903) 83SS. [rec. griega]; E. González-Blanco, Los Evangelios Apócrifos II (Ma- drid 1934) p.361-369 [trad. castell.].

MUERTE DE PILATO, EL QUE CONDENO A JESUS

Encontrándose Tiberio César, emperador de los romanos, aquejado de una grave enfermedad y habiéndose enterado de que en Jerusalén había un médico llamado Jesús, el cual curaba las enfermedades con sola su palabra, ignorando que los judíos y Pilato le hubieran dado muerte, dió esta orden a cierto alle- gado suyo llamado Volusiano: «Vete lo antes posible al otro lado del mar y di a Pilato, mi servidor y amigo, que me envíe este médico para que me restituya al estado de salud en que antes me encontraba». El referido Volusiano, oída la orden del emperador, partió al instante y llegó hasta Pilato, de acuerdo con la orden que había recibido. Y contó al mencionado Pilato lo que le había encargado Tiberio César, diciendo: «Tiberio César, emperador de los romanos, señor tuyo, al enterarse de que en esta ciudad se encuentra un médico capaz de curar las

MORS PILATI QUI IESUM CONDEMNAVIT .

Cum autem Tiberius Caesar Romanorum imperator gravi morbo teneretur, et intelligens quia Ierosolymis esset quídam medicus, nomine Iesus, qui omnes infirmitates solo verbo curat, nesciens quod Iudaei et Pilatus eum occidissent, praecepit cuidam suo fa- miliari nomine Volusianus: «Vade citius quam potes trans partes marinas, dicesque Pilato meo servitori et amico ut hunc medicum mihi mittat qui me pristinae sanitati restituat». Qui Volusianus, audito praecepto imperatoris, statim discessit, et ventus est ad Pila- tum sicut praeceptum est ei. Et narrans eidem Pilato ea quae sibi a Tiberio Caesare commissa fuerant, dicens: «Tiberius Caesar, im- perator Romanorum, tui dominus, audito quod in civitate ista est

528

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

enfermedades con sola su palabra, te ruega encarecidamente se lo envíes para que le cure su propia enfermedad». Cuando oyó esto Pilato, se atemorizó en gran manera, sabiendo que le había hecho matar por envidia. Respondió, pues, Pilato al citado mensajero de esta manera: «Aquel hombre era malhechor y llevaba en pos de todo el pueblo. Por lo cual, después de celebrarse un consejo entre los sabios de la ciudad, mandé que fuera crucificado». Cuando el mensajero en cuestión volvía a su casa, se encontró con cierta mujer llamada Verónica, que había tratado a Jesús, y le dijo: «¡Oh mujer!, ¿por qué dieron muerte los judíos a cierto médico residente en esta ciudad, que con sola su palabra curaba a los enfermos?» Mas ella empezó a llorar, diciendo: «¡Ay de mí! Señor, Dios y Señor mío, a

medicus qui solo verbo sanat infirmitates, rogat te vehementer ut eum sibi mittere debeas pro sua infirmitate curanda». Audiens haec Pilatus territus est valde, sciens quod per invidiam eum occidi fece- rat. Respondit Pilatus eidem nuntio sic dicens: «Hic homo erat malefactor et homo qui trahebat ad se totum populum: sic habito consilio sapientum civitatis eum crucifican feci». Qui nuntius rediens ad eius hospitium obviatus est cuidam mulieri nomine Verónica quae fuerat familiaris Iesu, dicens: «Oh mulier, medicus quídam qui in hac civitate erat, qui solo verbo aegros sanabat, cur occiderunt eum Iudaei?» At illa coepit flere dicens: «Heu me, domine, Deus meus et Dominus meus, quem Pilatus pro invidia tradidit, condem-

1 Con este nombre (Berenike o Beronike en griego) se refieren diversas narraciones apócrifas (cf. Acta Pilati 07; Vindicta c.6; Anaphora PUati c.4) a aquella mujer hemorroísa que, según Mt. 9,20, fué curada por Jesús de su flujo de sangre. Hicimos notar en la nota 4 a la Anaphora que la rec. Β de dicha narración señalaba la ciudad de Paneas como patria de esta mujer. De hecho, según atestigua Eusebio (Hist. Eccl. VII 18), los cristianos del siglo IV pudieron contemplar en dicha ciudad un grupo escultórico en bronce en el que aparece un hombre a cuyos pies se encuentra una mujer arrodillada. Según la tradición, este monumento lo habría levantado Veró- nica en recuerdo y agradecimiento a Jesús por su curación. Una escena semejante, quizá representativa de este hecho, puede verse hoy en el sar- cófago número 174 de Letrán.

Estas mismas narraciones apócrifas relacionan a dicha mujer con una imagen que ella obtuvo del Señor durante su vida y que sirvió para conseguir de Dios muchas curaciones.

La Edad Media recogió ávidamente esta leyenda y la modificó a su gusto. Quiso que esta Verónica saliera al encuentro de Jesús en la calle de la amar- gura y que, al aplicar un lienzo al rostro ensangrentado de Jesús, obtuviera la imagen de su santa faz repetida en los pliegues de la tela.

Cf. E. von Dobschütz, Christusbilder: TU 18 (1899) 197-262; L. de Feis, Del monumento di Paneas e delle imagini della Verónica: «Bessarione» 4 (1898-99) 177-92; E. Darley, Ste. Véronique (La Rochelle 1907); J. Sauer: LexThKi 10 (1938) col. 574-75.

MUERTE DE PILATO

529

quien Pilato por envidia entregó, condenó y mandó crucificar». Entonces él, embargado de un profundo dolor, dijo: «Lo siento enormemente, porque no voy a poder cumplir el cometido que me había dado mi señor». Díjole la Verónica: «Cuando mi Señor se iba a predicar, yo llevaba muy a mal el verme privada de su presencia; entonces quise que me hicieran un retrato para que, mientras no pudiera gozar de su compañía, me consolara al menos la figura de su imagen. Y, yendo yo a llevar el lienzo al pintor para que me lo diseñase, mi Señor salió a mi encuentro y me preguntó adonde iba. Cuando le manifesté mi propósito, me pidió el lienzo y me lo devolvió señalado con la imagen de su rostro venerable. Si, pues, tu señor mira devota- mente su aspecto, se verá inmediatamente agraciado con el beneficio de la curación». El entonces le dijo: «¿Un tal retrato puede adquirirse con oro o con plata?» Ella respondió: «No, sino con un piadoso afecto de devoción. Marcharé, pues, con- tigo y llevaré la imagen para que la vea el César; después me volveré».

Vino, pues, Volusiano a Roma en compañía de Verónica y dijo al emperador Tiberio: «Aquel Jesús, a quien desde largo tiempo vienes deseando, fué entregado por Pilato y los judíos a una muerte injusta y por envidia fué clavado en el patíbulo de la cruz. Ha venido, pues, en mi compañía cierta matrona que trae consigo un retrato del mismo Jesús; si le miras con devoción, obtendrás al momento el beneficio de tu

navit et crucifigi praecepit». Tune ille nimis dolens ait : «Vehementer doleo quia id pro quo dominus meus me miserat explere non valeo». Cui Verónica: «Dominus meus cum praedicando circuiret, et ego eius praesentia nimis invita carerem, volui mihi depingi imaginem, ut dum eius privarer praesentia, saltem mihi praestaret solatium imaginis suae figura. Cumque linteum pictori deferrem pingendum, Dominus meus mihi obviavit et quo tenderem requisivit. Cui cum viae causam aperuissem, a me petiit pannum, et ipsum mihi vene- rabilis suae faciei reddidit insignitum imagine. Ergo huius aspectum si dominus tuus devote intuebitur, continuo sanitatis beneficio po- tietur». Cui ille: «Est huiusmodi imago auro vel argento compara- bilis?» Cui illa: «Non, sed pió affectu devotionis. Tecum igitur proficiscar et videndum Caesari imaginem deferam, et revertar».

Venit igitur Volusianus cum Verónica Romam dixitque Tiberio imperatori: «Iesum diu a te desiderátum Pilatus et Iudaei iniustae morti tradiderunt et per invidiam crucis patíbulo affixerunt. Venit igitur mecum matrona quaedam ipsius Iesu imaginem deferens, quam si devote perspexeris, mox sanitatis tuae beneficium obtine-

530

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

curación». Hizo, pues, el César que el camino fuera alfom- brado con paños de seda y mandó que le presentaran la imagen. Y, nada más mirarla, recobró su antigua salud.

En consecuencia, Poncio Pilato fué detenido por orden del César y traído a Roma. Al enterarse el emperador de su llegada a Roma, se sintió dominado por un gran furor contra él y mandó que se lo presentaran. Es de saber que Pilato había traído consigo la túnica inconsútil de Jesús, prenda que llevó puesta a la presencia de Pilato. Y, nada más verle, el emperador depuso toda su ira, se levantó inmediatamente ante él y no osó decir una palabra dura. Y así, el que en ausencia suya parecía tan fiero y terrible, ahora en su presencia estaba manso hasta cierto punto. Pero, nada más despedirle, empezó a encenderse terriblemente contra él, llamándose a si mismo miserable a voz en grito por no haberle mostrado la indignación de su pecho. Y al momento le hizo llamar nuevamente, jurando y declarando que era hijo de muerte y que no era lícito el que viviera sobre la tierra. Mas, en cuanto le vió de nuevo, le saludó inmedia- tamente y depuso toda la ferocidad de su alma. Todos, e in- cluso él mismo, estaban admirados de que así se encolerizara en ausencia de Pilato, mientras que en su presencia no era capaz de decir ninguna palabra áspera. Finalmente, por inspiración divina, o quizá por consejo de algún cristiano, mandó que le despojaran de aquella túnica. Y al instante recobró contra él

bis». Caesar igitur pannis seriéis viam sterni fecit et imaginem sibi praecepit praesentari: qui mox ut eam fuit intuitus, salutem est pristinam assecutus.

Pontius igitur Pilatus imperio Caesaris capitur et Romam perdu- citur. Audiens Caesar Pilatum Romam advenisse, nimio contra eum furore repletus est et eum ad se adduci fecit. Pilatus autem tunicam Iesu inconsutilem secum detulit: quam indutam coram Imperatore portavit. Mox ut Imperator eum vidit, omnem iram deposuit et ei protinus assurrexit, nec dure sibi in aliquo loqui praevaluit: et in eius absentia qui videbatur tam terribilis et ferus, nunc in eius praesentia invenitur quodammodo mansuetus. Cumque eum licen- ciasset, mox contra eum terribiliter exardescit, se miserum clamitans quia ei furorem sui pectoris minime ostendisset. Statimque eum revocari fecit iurans et contestans quia filius mortis est et nefas est eum vivere super terram. Qui cum eum vidit, continuo eum salutavit et omnem animi ferocitatem abiecit. Mirabantur omnes, mirabatur et ipse, quia sic contra Pilatum dum abesset exardesceret, et dum praesens esset nil ei loqui posset aspere. Tándem divino nutu vel forte alicuius Christiani suasu ipsum illa túnica expoliari

MUERTE DE PILATO

531

su antigua ferocidad de alma. Grandemente admirado de esto el emperador, le fué dicho que aquella túnica había pertenecido a Jesús. Entonces mandó que fuera metido en la cárcel, mien- tras deliberaba el consejo de los sabios qué debería hacerse con él. Pocos días después se dictó sentencia contra Pilato para que fuera condenado a una muerte ignominiosa en extremo. Cuando esto llegó a oídos de Pilato, él mismo se suicidó con un cuchillo, y con esta muerte dió fin a su vida.

Al enterarse de ello César, dijo: «En verdad que ha muerto muy ignominiosamente, pues su propia mano no le ha perdo- nado». Atáronle, pues, a una ingente mole y le arrojaron a lo profundo del Tíber. Mas sucedió que ciertos espíritus inmun- dos y malignos, gozándose con un cuerpo de su misma con- dición, se movían en las aguas y traían en los aires rayos y tempestades, truenos y granizo, hasca el punto de que todos estaban sobrecogidos de un terrible temor. Por lo cual los ro- manos lo sacaron del río Tíber y lo llevaron en son de burla a Viena y lo arrojaron a lo profundo del Ródano, pues Viena suena algo así como camino de la gehenna (infierno), por ser en aquel tiempo un lugar maldito. Pero también allí se pre- sentaron los malos espíritus, haciendo las mismas cosas. No aguantando, pues, aquellos habitantes tan gran invasión de demonios, echaron lejos de aquel vaso maldito y encargaron que recibiera sepultura en el territorio de Lausana. Los ha-

fecit, et contra eum pristinam ferocitatem animi mox resumpsit. Cumque de hoc Imperator plurimum admiraretur, dictum est sibi quod illa túnica fuisset Domini Iesu. Tune Imperator eum in car- cerem recipi iussit, doñee sapientum consilio deliberaret quid de eo fieri oporteret. Post autem paucos dies data est igitur in Pilatum sententia ut morte turpissima damnaretur. Audiens hoc Pilatus cul- tello proprio se necavit, et tali morte vitam finivit.

Cognita Caesar morte Pilati dixit: «Veré mortuus est morte tur- pissima, cui manus propria non pepercit. Moli igitur ingenti alligatur et in Tiberim fluvium immergitur. Spiritus vero maligni et sordidi corpori maligno et sórdido congaudentes omnes in aquis moveban- tur, et fulgura et tempestates, tonitrua et grandines in aere terribiliter gerebant, ita ut cuncti timore horribili tenerentur. Quapropter Ro- mani ipsum a Tiberis fluvio extrahentes, derisionis causa ipsum in Viennam deportaverunt et Rhodani fluvio immerserunt: Vienna enim dicitur quasi via gehennae, quia erat tune locus maledictionis. Sed ibi nequam spiritus affuerunt, ibidem eadem operantes. Homines ergo i 1 1 i tantam infestationem daemonum non sustinentes vas illud maledictionis a se removerunt et illud sepeliendum Losaniae terri-

532

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

hitantes de esta región, sintiéndose excesivamente oprimidos por las susodichas invasiones, lo echaron lejos de y lo arro- jaron a un pozo rodeado de montañas, donde, de dar crédito a la relación de algunos, se dice que andan bullendo todavía algunas maquinaciones diabólicas.

torio commiserunt. Qui cum nimis praefatis infestationibus grava- rentur, ipsum a se removerunt et in quodam puteo montibus cir- cumscripto immerserunt, ubi adhuc relatione quorumdam quaedam diabolicae machinationes ebullire dicuntur.

DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA

533

7. Declaración de José de Ar imatea

Viene a ser un apéndice, o, si se quiere, una compilación de Acta Pilati, a semejanza de la Anaphora y Paradosis. Estuvo muy en boga durante la Edad Media, como lo atestiguan los muchos códices en que está contenida.

El manuscrito más antiguo que utilizó Tischendorf para su edición (Ambros. Ε ioo) data del siglo XII.

Cf. A. Birch, Auctarium cod. apocr. Ν. T. F. I (1804) p.i8.3ss. ; G. Da- nicic: «Starine» 4 (1872) 140-54 [v. serbia]; MigneAp II (1858) 433SS. [trad. franc.]; C. Tischendorf, Ev. Apocr. (2i8y6) P.LXXXI459-70.

DECLARACION DE JOSE

DECLARACION DE JOSE DE ARIMATEA, EL QUE DEMANDO EL CUERPO DEL SEÑOR, QUE CONTIENE LAS CAUSAS DE LOS DOS LADRONES

I

1. Yo soy José el de Arimatea, el que pidió a Pilato el cuer- po del Señor Jesús para sepultarlo y que por este motivo se en- cuentra ahora encadenado y oprimido por los judíos, asesinos y refractarios de Dios, quienes, además, teniendo en su poder la ley, fueron causa de tribulación para el mismo Moisés y, des- pués de encolerizar al legislador y de no haber reconocido a Dios, crucificaron al Hijo de Dios, cosa que quedó bien de ma- nifiesto a los que conocían la condición del Crucificado. Siete días antes de la pasión de Cristo fueron remitidos al gobernador Pilato desde Jericó dos ladrones, cuyos cargos eran éstos:

2. El primero, llamado Gestas, solía dar muerte de espa-

Y Φ Η Γ Η Σ I Σ ΙΩΣΗΦ

ΥΦΗΓΗΣΙΣ ΙΩΣΗΦ ΤΟΥ ΑΠΟ ΑΡΙΜΑΘΑΙΑΣ ΤΟΥ ΑΙΤΗΣΑΜΕΝΟΥ ΤΟ ΣΩΜΑ ΚΥΡΙΟΥ ΕΝ Ω ΚΑΙ ΤΑΣ ΤΩΝ ΔΥΟ ΛΗΣΤΩΝ ΑΙΤΙΑΣ ΕΜΦΕΡΕΙ

I

ι. Έγώ Ιωσήφ ó άπό Άριμαθαίας ó αΐτησάμενος παρά Πιλάτου τό σώμα τοΰ Κυρίου Ίησοΰ πρός ταφήν και έν δεσμώ πιεζόμενος παρά τών φονέων και Θεομάχων Ιουδαίων διά την τοιαύτην αίτίαν, οϊτινες και τόν νόμον κατέχοντες αύτώ τω Μωυσή πρόξενοι γεγόνασιν θλίψεως, τον δέ νομοθέτην παροργίσαντες και μή έπεννωκότες τόν Θεόν έσταύ- ρωσαν και εϋδηλον εθεντο τοις έγνωκόσι τόν Υίόν τοΰ Θεοΰ σταυρω- θήναι. Πρό επτά ήμερων τοΰ παθεΐν τόν Χριστόν, τω ήνεμόνι Πιλάτω πα- ρεπέμφθησαν δύο λησταί άπό Ιεριχώ κατακριθέντες, ών ή αιτία ήν αύτη·

2. Ό πρώτος, όνομα αϋτώ Γέστας, όδοιποροΰντας έν φόνω μαχαί-

534

APÓCRIFOS DE . LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

da a algunos viandantes, mientras que a otros les dejaba desnu- dos y colgaba a las mujeres de los tobillos cabeza abajo para, cortarles después los pechos; tenía predilección por beber la sangre de miembros infantiles; nunca conoció a Dios; no obe- decía a las leyes y venía ejecutando tales acciones, violento como era, desde el principio de su vida.

El segundo, por su parte, estaba encartado de la siguiente forma. Se llamaba Dimas; era de origen galileo y poseía una posada. Atracaba a los ricos, pero a los pobres les favorecía. Aun siendo ladrón, se parecía a Tobit [Tobías], pues solía dar sepultura a los muertos. Se dedicaba a saquear a la turba de los judíos; robó los libros de la ley en Jerusalén, dejó desnuda a la hija de Caifás, que era a la sazón sacerdotisa del santuario, y substrajo incluso el depósito secreto colocado por Salomón. Tales eran sus fechorías.

Fué detenido asimismo Jesús la tarde del día 4 antes de la Pascua. Y no había fiesta para Caifás ni para la turba de los judíos, sino enorme aflicción, a causa del robo que había efec- tuado el ladrón en el santuario. Y, llamando a Judas Iscariote, se pusieron al habla con él. Es de saber que éste era sobrino de Caifás. No era discípulo sincero de Jesús, sino que había sido dolosamente instigado por toda la turba de los judíos para que le siguiera; y esto, no con el fin de que se dejara convencer por los portentos que El obraba, ni para que le reconociese, sino

ρας άπέκτεινεν, άλλους δέ γυμνώσει ύττέβαλεν, γυναίκας δέ έκ των σφυ- ρών κατά κεφαλής κρεμνών τους μασθούς έξέκοπτεν, νηπίων μελών αϊμο- πότης ΰττήρχεν, Θεόν μή έγνωκώς ττώττοτε, νόμοις μή ακολουθών, βίαιος τυγχάνων έξ άρχής εις τάς τοιαύτας πράξεις.

Ή δέ τοΰ έτερου αιτία τοιαύτη ην Δη μας έκαλεϊτο, Γαλιλαίος μέν ην τώ γένει, πανδοχεΐον δέ ειχεν πλουσίων πειρατηρίοις έκέχρητο, πτω- χοΐς δέ ευ έποίει· κλέπτης μέν ώς Τωβίτ, νεκρούς γαρ πτωχούς έθαπτεν. Ληστεύειν έπεχείρει τό τών Ιουδαίων πλήθος, αύτόν τον νόμον έν Ιερου- σαλήμ συλήσας και τήν τοΰ Καϊάφα θυγατέρα γυμνώσας, Ιεράτιδα ύπάρχουσαν τοΰ άγιάσματος, αυτήν τήν τοΰ Σολομώντος παρατεθεϊ- σαν μυστικήν παρακαταθήκην τω τόπω άφελόμενος. Τοιαΰται ύπήρχον αύτοΰ αί πράξεις.

Συνελήφθη δέ και ό Ίησοΰς προ της ήμέρας τοΰ πάσχα τρίτης, όψίας ούσης. Ούκ ήν δέ τώ Καϊάφα και τω πλήθει τών Ιουδαίων πάσχα, άλλά πένθος ήν αύτοις μέγα, ώς δια τήν τοΰ ληστοΰ σύλησιν γεναμένην έν τώ άγιάσματι· καϊ καλέσαντες Ίούδαν τον Ίσκαριώτην λέγουσιν αύτώ· άπό άδελφοΰ γάρ Καϊάφα τοΰ ιερέως ήν. Ούκ ήν δέ μαθητής κατά πρόσωπον τοΰ Ίησοΰ, άλλά δόλω προετρέψαντο αύτόν πάν τό πλήθος τών Ιουδαίων ίνα ακολουθήσει τώ Ίησοΰ· ούχ ίνα πειθαρχήσει τοϊς παρ" αύτοΰ γενομένοις σημείοις ούδέ ίνα ομολογήσει αύτόν, άλλ' ίνα

DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA

535

para que se lo entregase, con la idea de cogerle alguna mentira. Y por esta gloriosa empresa le daban regalos y un didracma de oro cada día. Y a la sazón hacía ya dos años que se encontraba en compañía de Jesús, como dice uno de los discípulos lla- mado Juan.

4. Y, tres días antes de que fuera detenido Jesús, dijo Judas a los judíos: « ¡Ea!, pongamos el pretexto de que no fué el ladrón quien substrajo los libros de la ley, sino Jesús en persona; yo mismo me comprometo a hacer de acusador». Mientras esto se decía, entró en nuestra compañía Nicodemo, el que tenía a su cargo las llaves del santuario, y se dirigió a todos, diciendo: «No llevéis a efecto tal cosa». Es de saber que Nicodemo era más sincero que todos los judíos juntos. Mas la hija de Caifás, llamada Sara, dijo a voz en grito: «Pues El ha dicho delante de todos contra este lugar santo: Soy capaz de destruir este tem- plo y de levantarlo en tres días». A lo que respondieron los ju- díos: «Te damos todos nuestro voto de confianza», pues la te- nían como profetisa. Y, una vez celebrado el consejo, fué de- tenido Jesús.

II

1. Y al día siguiente, que era miércoles, le llevaron a la hora de nona al palacio de Caifás. Anás y Caifás le dijeron:

παραδώσει αυτόν αύτοϊς, ψευδές ρήμα αΰτοΰ θέλων καταλαβέσθαι, δό- ματα δεδωκότες ούτω υπέρ τοΰ τοιούτου ανδραγαθήματος άμα δίδραγ- μον χρυσίου καθ' έκάστην ήμέραν. Ήν δέ και δύο έτη ποιήσας μετά τοΰ Ίησοΰ, ώς φησιν εϊς των μαθητών καλούμενος Ιωάννης.

Και τη τρίτη ήμερα προ τοΰ κρατηθήναι τόν Ίησοΰν λέγει τοις Ίουδαίοις ό Ιούδας· «Δεύτε, συμβούλιον θώμεθα, ότι περ ούκ έσύλησεν ό ληστής τόν νόμον άλλ' αυτός ό Ιησούς, κάγώ έλέγχω αύτόν». Τών δέ τοιούτων ρημάτων ρηθέντων εΐσίει μεθ' ήμών Νικόδημος ό κατέχων τάς κλεϊς του άγιάσματος, και εφη πάσιν «Μή τοιούτον πράγμα δια- πράξασθε». τΗν yáp αληθής ό Νικόδημος ύτέρ πάν τό πλήθος τών Ιου- δαίων. Ή δέ τοΰ Καϊάφα θυγάτηρ ονόματι Σάρρα κραυγάσασα εφη- «Αύτός yáp έφη επί πάντων κατά τοΰ άγίου τόπου τούτου· Δυναμαι καταλύσαι τόν ναόν τούτον και έν τρισίν ήμέραις έγεΐραι αύτόν» I. Λέ- γουσιν ol Ιουδαίοι αύτη· «Πίστιν έχεις παρά πάντας ήμάς»· εΐχον yáp αύτήν ώς προφήτην. Καΐ δή τοΰ συμβουλίου γενομένου έκρατήθη ό Ιησούς.

II

I. Τή δέ έπαύριον, ημέρα της τετράδος, είσήνεγκαν αύτόν ώρα ένατη είς τήν αύλήν τού Καϊάφα. Και λέγουσιν αύτώ "Αννας και Καϊάφας-

ι Cf. Mt. 26,61; Ιο. 2,ΐ9·

536

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

«Oye, ¿por qué has robado nuestra Ley y has puesto a pública subasta las promesas de Moisés y de los profetas?» Mas Jesús nada respondió. Y, ante toda la asamblea reunida, le dijeron: «¿Por qué pretendes deshacer en un solo momento el santuario que Salomón levantó en cuarenta y seis años?» Jesús 'no res- pondió nada a esto. Es de saber que el santuario de la sinagoga había sido saqueado por el ladrón.

2. Mas el miércoles, a la caída de la tarde, la turba se dis- ponía a quemar a la hija de Caifás por haberse perdido los li- bros de la Ley, pues no sabían cómo celebrar la Pascua. Pero ella les dijo: «Esperad, hijos, que daremos muerte a este Jesús y encontraremos la Ley y la santa fiesta se celebrará con toda solemnidad». Entonces Anás y Caifás dieron ocultamente a Ju- das Iscariote una buena cantidad de oro con este encargo: «Di, según nos anunciaste: Yo que la Ley ha sido substraída por Jesús, para que el delito recaiga sobre él y no sobre esta irre- prochable doncella». Y cuando se hubieron puesto de acuerdo sobre el particular, Judas les dijo: «Que no sepa el pueblo que vosotros me habéis dado instrucciones para hacer esto contra Jesús; soltadle más bien a éste, y yo me encargo de convencer al pueblo de que la cosa es así». Y astutamente pusieron en li- bertad a Jesús.

3. Así, pues, el jueves al amanecer entró Judas en el san- tuario y dijo a todo el pueblo: «¿Qué queréis darme y yo os en-

«Εΐπέ ήμϊν.. τίνος ένεκεν τον νόμον ημών έσύλησας, καΐ Μωσέως και των ■προφητών τάς επαγγελίας άπεκήρυξας;» Ό δέ Ίησοΰς ουδέν άπεκρί- νατο. Πάλιν δέ έκ δευτέρου παρόντος και του πλήθους λέγουσιν αϋτώ· «Τό άγιασμα δ έκτισε Σολομών έν τεσσαράκοντα κα'ι εξ έτεσιν, δια τί συ βούλη έν μια ροπή καταλΰσαι;» Και ουδέν άπεκρίνατο πρός ταΰτα ό Ίησοΰς. ΤΗν γάρ της συναγωγής τό άγιασμα σεσυλημένον διά του ληστοΰ.

2. Όψίας δέ τελεσθείσης τής τετράδος άπαν τό πλήθος έζήτει τήν Θυγατέρα του Καϊάφα πυρϊ άναλώσαι διά τήν του νόμου άπώλειαν, δτι ουκ είχον τό πώς τό πάσχα ποιήσαι. Και εϊπεν αΰτοΐς εκείνη- «Επιμείνα- τε τέκνα και τόν Ίησοΰν τούτον άπολέσωμεν, και ό νόμος ευρίσκεται και ή εορτή ή άγία έπιτελουμένη επιτελείται». ΛαΘραίως δέ έδωκαν "Αννας καϊ Καϊάφας χρυσίον ίκανόν Ιούδα τω Ισκαριώτη, λέγοντες· «Είπέ, καθώς προεϊπες ήμϊν, ότι εγώ οίδα τόν νόμον κλαπέντα παρά τοΰ Ίησοΰ, όπως εις αυτόν τό έγκλημα τραπή καϊ μή εις τήν κόρην ταύτην τήν άμεμπτον». Καϊ ταΰτα συνταξάμενος ό Ιούδας εϊπεν αυτοΐς· «Μή πάν τό πλήθος γνώ ότι έγώ ύφ' ϋμών έπεδιδάχθην τοΰτο κατά του Ίησοΰ πράξαι· άλλά άπολύσατε τόν Ίησοΰν, κάγώ πείθω τό πλήθος ότι ταΰτα ούτως έχει». Και δόλω άπέλυσαν τόν Ίησοΰν.

3. Ό δέ Ιούδας είσελθών είς τό άγιασμα διαφαυούσης ήμέρας πέμπ-

DECLARACIÓN' DE JOSÉ DE ARIMATEA

537

tregaré al que hizo desaparecer la Ley y robó los Profetas?» Respondieron los judíos: «Si nos lo entregas, te daremos treinta monedas de oro». Mas el pueblo no sabía que Judas se refería a Jesús, pues bastantes confesaban que era Hijo de Dios. Judas, pues, se quedó con las treinta monedas de oro.

4. Y, habiendo salido a la hora cuarta y a la hora quinta, encontró a Jesús paseando en el atrio. Y, echándose ya encima la tarde, dijo a los judíos: «Dadme una escolta de soldados ar- mados de espadas y palos, y yo lo pondré en vuestras manos». Y le dieron fuerza para prenderle. Y, mientras iban caminando, díjoles Judas: «Echad mano a aquel a quien yo besare, pues él es quien ha robado la Ley y los Profetas». Después se acercó a Jesús y le besó, diciendo: «Salve, Maestro». Era a la sazón la tarde del jueves. Y, una vez preso, lo pusieron en manos de Caifás y de los pontífices, diciéndoles Judas: «Este es el que ha hurtado la Ley y los Profetas». Y los judíos sometieron a Jesús a un injusto interrogatorio, diciendo: «¿Por qué has hecho esto?» Mas El nada respondió.

Entonces Nicodemo y yo, José, viendo la cátedra de la pes- tilencia, nos separamos de ellos, no estando dispuestos a pere- cer juntamente con el consejo de los impíos.

της λέγει προς πάντα τον λαόν «Τί θέλετε μοι δοΰναι, κάγώ ϋμΐν παρα- δώσω τον καθαιρέτην τοΰ νόμου και τών προφητών συλήτην;» Λέ- γουσιν αΰτώ oi Ιουδαίοι· «Έάν παραδώσης ήμΐν αύτόν, δώσωμέν σοι τριάκοντα αργύρια χρυσίου». Οΰκ ήδει δέ ό λαός ότι περί τοΟ Ίησοΰ λέγει ό Ιούδας- ομολογούν γάρ αύτόν ικανοί είναι ν/ιόν Θεοΰ. Και ελαβεν ό Ιούδας τά τριάκοντα αργύρια χρυσίου 2.

Κα! έξελθών τη ώρα τη τετάρτη και τη πέμπτη ευρίσκει τον Ίησοΰν περιπατούντα έν τή πλατεία. Μελλούσης δέ όψίας γενέσθαι λέγει τοις Ίουδαίοις ό Ιούδας· «Βοήθειαν στρατιωτών δότε μοι μετά μαχαιρών και ξύλων, κάγώ παραδώσω ΰμϊν αύτόν». "Εδωκαν ουν ούτω ύπηρέτας έπί τό πιάσαι αύτόν. Πορευομένων δέ ούτών λέγει αύτοΐς ό Ιούδας· «Όν άν εγώ φιλήσω κρατήσατε αύτόν αύτός γάρ τόν νόμον και τούς προφήτας έσύλησεν». Προσελθών ούν τω Ίησοΰ κατεφίλησεν αύτόν λέ- γων «Χαίρε, ραββί», όψίας ούσης της πέμπτης. Κα'ι κρατήσαντες παρέ- δωκαν αύτόν προς Καϊάφαν και τούς άρχιερείς, λέγοντος τοΰ Ιούδα ότι «οΟτός έστιν ό τόν νόμον συλήσας και τούς προφήτας». "Αδικον δέ έξέ- τασιν έδίδουν οί Ιουδαίοι τω Ίησοΰ λέγοντες· «Διά τί ταύτα έποίησας;» Κα'ι ούδέν άπεκρίνατο 3.

Ό δέ Νικόδημος κάγώ Ιωσήφ ίδόντες τήν καθέδραν τών λοιμών, άπέστημεν άπ' αύτών, μή Θελήσαντες τή βουλή άσεβών συναπολέσθαι.

2 Cf. Mt. 26,i4ss.

3 Cf. Mt.26.47ss.

533

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

III

1. Y, después que aquella noche hicieron otras cosas terri- bles contra Jesús, la madrugada del viernes fueron a entregár- selo al gobernador Pilato para crucificarle; y con este fin acu- dieron todos. Y el gobernador Pilato, después de interrogarle, mandó que fuera crucificado en compañía de dos ladrones. Y fueron crucificados juntamente con Jesús, a la izquierda Gestas y a la derecha Dimas.

2. Y empezó a gritar el de la izquierda, diciendo a Jesús: «Mira cuántas cosas malas he hecho sobre la tierra, hasta el punto incluso de que, si yo hubiera sabido que eras rey, aun contigo hubiera acabado. ¿Por qué te llamas a ti mismo Hijo de Dios, si no puedes socorrerte en caso de necesidad? ¿Cómo, pues, vas a prestar auxilio a otro que te lo pida? Si eres el Cristo, baja de la cruz para que pueda creer en ti. Pero, por de pronto, no te considero como hombre, sino como bes- tia salvaje que está pereciendo juntamente conmigo». Y comen- zó a decir muchas otras cosas contra Jesús, mientras blasfemaba y hacía rechinar sus dientes contra El, pues había caído preso el ladrón en el lazo del diablo.

3. Mas el de la derecha, cuyo nombre era Dimas, viendo la gracia divina de Jesús, gritaba de este modo: «Te conozco,

III

1. Πολλά μεν ουν και άλλα δεινά διατιραξάμενοι κατά του ΊησοΟ τη νυκτ'ι εκείνη, τταρέδωκαν αύτόν Πιλάτω τω ήγεμόνι διαφαυούσης της παρασκευής έτπ τό σταυρώσαι αυτόν, και έτπ τοΰτο συνήλθον πάντες. Εξετάσεως οΟν γενομένης έκέλευσεν αύτόν Πιλάτος ó ήγεμών μετά δύο ληστών τω σταυρώ ττροσηλωθήναι. Προσηλώθησαν δέ αύτώ άμα τω Ίησοΰ έξ αριστερών μέν ό Γέστας, εκ δεξιών δέ ó Δημάς.

2. Και ήρξατο βοάν ό έξ ευωνύμων λέγων τώ Ίησοΰ· «Ίδε πόσα κακά έδρασα έν τή γή· και ε'ι εγνων ότι σύ ει ό βασιλεύς, και σέ είχον άναλώσαι. Τί δέ λέγεις εαυτόν υϊόν Θεοΰ, καί βοήθησα! έαυτώ έν ανάγκη οϋ δύνασαι; ιτώς άλλω εύχομένω σύ δύνασαι βοήθειαν παρασχεΐν; Εί σύ ει ό Χριστός, κάτελθε άπό του σταυρού, 'ίνα σοι τπστεύσω· νΰν δέ ούχ ώς άνθρωττόν σε όρώ άλλ' ώς θήρα άγριον συναπολλύμενόν μοι». Και ττολλά έτερα ήρξατο λέγειν κατά τοΰ Ίησοΰ, βλασφημών κα'ι τρί- ζων τούς οδόντας αύτοΰ έπ' αύτόν έν γάρ τή παγίδι τοΰ διαβόλου έζωγρημένος ήν ό ληστής 4.

Ό δέ έκ δεξιών ληστής, φ όνομα Δημάς, ίδών τήν θεϊκήν χάριν τοΰ Ίησοΰ ούτως έβόα· «Οίδά σε, Ιησοΰ Χριστέ, δτι υιός τοΰ Θεοΰ εί·

Cf. Le. 23,39·

DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA

539

¡oh Jesucristo!, y que eres Hijo de Dios; te estoy viendo como Cristo adorado por miríadas de ángeles. Perdóname los pecados que he cometido; no hagas venir contra los astros en el momento de mi juicio, o la luna cuando vayas a juzgar toda la tierra, puesto que de noche realicé mis malos propósi- tos; no muevas el sol, que ahora se está obscureciendo por ti, para que pueda manifestar las maldades de mi corazón; ya sa- bes que no puedo ofrecerte presente alguno por la remisión de mis pecados. Ya se me echa encima la muerte a causa de mis maldades, pero tienes poder para expiarlas; líbrame, Se- ñor universal, de tu terrible juicio; no concedas al enemigo po- der para engullirme y hacerse heredero de mi alma, como lo es de la de ese que está colgado a la izquierda; pues estoy viendo cómo el diablo recoge su alma, mientras sus carnes desapare- cen. No me ordenes tampoco pasar a la porción de los judíos, pues estoy viendo sumidos en un gran llanto a Moisés y a los profetas, mientras el diablo se ríe a costa suya. Antes, pues,

¡oh Señor!, de que mi alma salga, manda que sean borrados mis pecados, y acuérdate de mí, pecador, en tu reino, cuando vayas a juzgar a las doce tribus sobre el trono grande y alto, pues gran tormento has preparado a tu mundo por tu pro- pia causa».

4. Y, cuando el ladrón terminó de decir esto, respondióle Jesús: «En verdad, en verdad te digo, Dimas, que hoy mismo

Χριστόν σε όρώ Οπό μυρίων μυριάδων αγγέλων ττροσκυνούμενον. Συγ- χώρησόν μοι τάς αμαρτίας μου ας έπραξα· μή εν εξετάσει μου ποιήσεις τά άστρα έλθεΐν κατ' έμοΟ ή την σελήνην, όταν μέλλης κρΐναι πα- σαν την οΐκουμένην, ότι έν νυκτί επραττον τάς κακάς μου βουλάς- μή κινήσεις τον ήλιον τόν νυν σκοτιζόμενον διά σέ ειπείν τά κακά της καρ- δίας μου· ουδέν γάρ άφέσεως άμαρτιών δώρον δύναμαί σοι παρασχεϊν. "Ηδη ό θάνατος φθάνει με τών άμαρτιών μου· σοΰ δέ εστίν ό εξιλασ- μός· ρΰσαί με, Δέσποτα τών άπάντων, της φοβέρας σου κρίσεως· μή δώς έξουσίαν τω έχθρώ καταπιεΐν με και κληρονόμον γενέσθαι της ψυχής μου ώς του έξ ευωνύμων κρεμαμένου· θεωρώ γάρ πώς ό διάβολος χαίρων τήν ψυχήν αϋτοΰ λαμβάνει, αΐ δέ σάρκες αύτοΰ άφανεΐς γίνονται. Μή και εις τήν μερίδα τών Ιουδαίων προστάξεις με άπελθεΐν βλέπω γάρ Μωϋσήν και τούς πατριάρχας έν κλαυθμώ μεγάλω υπάρχοντας καϊ τόν διάβολον έπιχαιρόμενον έπ' αυτών. Προ του οΟν, Δέσποτα, τό πνεΰμά μου έξελθεΐν κέλευσον έξαλειφθήναί μου τάς άμαρτίας, και μνήσθητί μου τοΰ άμαρτωλοΰ έν τη βασιλεία σου, ότε έπί τοΰ θρόνου του μεγάλου του υψίστου μέλλεις κρΐναι τάς δώδεκα φυλάς τοΰ Ισραήλ· πολλήν γάρ κόλασιν ήτοίμασας τώ κόσμω σου δι' εαυτόν».

Και ταύτα εϊπόντος τοΰ ληστοΰ λέγει αύτώ ό Ίησοΰς· «Αμήν άμήν λέγω σοι, Δημά, ότι σήμερον μετ' έμοΟ εση έν τω παραδείσω. Οί

540

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

vas a estar conmigo en el paraíso. Mas los hijos del reino, los descendientes de Abrahán, de Isaac, de Jacob y de Moisés, se- rán arrojados fuera a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes. Mas serás el único que habites en el pa- raíso hasta mi segunda venida, cuando vaya a juzgar a los que no han confesado mi nombre». Y añadió: «Márchate ahora y di a los querubines y a las potestades, que están blandiendo la espada de fuego y guardan el paraíso del que Adán, el primero de los creados, fué arrojado, después de haber vivido allí, por haber prevaricado y no haber guardado mis mandamientos: Nin- guno de los primeros verá el paraíso hasta que venga de nuevo a juzgar a vivos y muertos. Habiéndolo escrito así Jesucristo, el Hijo de Dios, el que descendió de las alturas de los cielos, el que salió inseparablemente del seno del Padre invisible y bajó al mundo para encarnarse y ser crucificado para salvar a Adán, a quien formó, para conocimiento de los escuadrones de arcán- geles, guardianes del paraíso y ministros de mi Padre. Quiero y mando que penetre dentro el que está siendo crucificado con- migo, y que reciba por la remisión de sus pecados, y que entre en el paraíso con cuerpo incorruptible y engalanado, y que habite allí donde nadie jamás puede habitar».

Y he aquí que, cuando hubo dicho esto, Jesús entregó su

δέ uíoi tíís βασιλείας, oi παίδες Αβραάμ και Ισαάκ και Ιακώβ και Μω- σέως, έκβληθήσονται εις τό σκότος τό εξώτερον εκεί écrrat ó κλαυθμός και ό βρυγμός τών οδόντων. Σύ δέ μόνος οικήσεις έν τω παραδείσω έως της δευτέρας μου παρουσίας, δτε μέλλω κρίνειν τους μή όμολογή- σαντας τω ονόματι μου». Είπεν δέ τω ληστή· «Άπελθών εϊττέ τοις Χε- ρουβιμ καϊ ταΐς δυνάμεσιν, τοις την φλογίνην ρομφαίαν στρέφουσιν, τοις φυλάττουσιν τον παράδεισον έξ οϋ ό /Αδάμ ό ττρωτόττλαστος έν ττα- ραδείσω έγένετο καϊ παρέβη καϊ τάς έντολάς μου οϋκ έφύλαξεν και έξέ- βαλον αυτόν έκεΐθεν ουδείς δέ τών πρώτων όψεται τον παράδεισον έως μέλλω έκ δευτέρου έρχεσθα; κρΐναι ζώντας καϊ νεκρούς γράψας ούτως Ίησοΰς Χριστός ό υιός του ΘεοΟ ό κατελθών έκ τών υψωμάτων τών ουρανών, ό έξελθών έκ του κόλπου του αοράτου Πατρός άχωρίστως και κατελθών εις τόν κόσμον διά τό σαρκωθήναι καϊ σταυρώ προσηλωθήναι, ϊνα σώσω τόν Αδάμ δνπερ έπλασα, ταΐς άρχαγγελικαΐς μου δυνάμεσιν, τοϊς τοΰ παραδείσου πυλωροϊς, τοις τοΰ Πατρός μου ύπηρέταις. Θέλω και κελεύω είσελθεΐν τόν συνσταυρούμενόν μοι, άφεσιν άμαρτιών λαβείν δΓ έμέ, και άφθαρτον σώμα ήμφιεσμένον είσελθεΐν έν τω παραδείσω και οΐκήσαι αύτόν ένθα ούδείς πώποτε δύναται οΐκήσαι» 5.

Καί ιδού τούτων ρηθέντων παρέδωκεν τό πνεύμα ό Ίησοΰς τη ημέρα

5 Cf. Le. 23,40-43·

DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA

541

espíritu. Tenía esto lugar el viernes a la hora de nona. Mien- tras tanto, las tinieblas cubrían la tierra entera y, habiendo so- brevenido un gran terremoto, se derrumbó el santuario y el pináculo del templo.

IV

1. Entonces yo, José, demandé el cuerpo de Jesús y lo puse en un sepulcro nuevo, sin estrenar. Mas el cadáver del que es- taba a la derecha no pudo ser hallado, mientras que el de la izquierda tenía un aspecto parecido al de un dragón.

Y, por el hecho de haber pedido el cuerpo de Jesús para darle sepultura, los judíos, dejándose llevar de un arranque de cólera, me metieron en la cárcel donde solía retenerse a los mal- hechores. Me ocurría esto a la tarde del sábado en que nues- tra nación estaba prevaricando. Y mira por cuánto esta nuestra misma nación sufrió el sábado tribulaciones terribles.

2. Y precisamente la tarde del primer día de la semana, a la hora quinta, cuando yo me encontraba en la cárcel, vino ha- cia mí Jesús acompañado del que había sido crucificado a su derecha, a quien había enviado al paraíso. Y había una gran luz en el recinto. De pronto la casa quedó suspensa de sus cuatro ángulos; el espacio interior quedó libre y yo pude salir. Enton- ces reconocí a Jesús en primer lugar y luego al ladrón, que traía

τής παρασκευής ώρα ένάτη. Και σκότος δέ ή ν έπΐ πάσαν την γήν, και σεισμού μεγάλου γενηθέντος τό άγιασμα συνέπεσεν και τό τττερύγιον του ίεροΰ.

IV

1. Ήτησάμην δέ εγώ Ιωσήφ τό σώμα τοΰ Ίησοΰ και έθηκα αύτό έν μνήματι καινώ όπου ούδεις ήν τεθειμένος. Τοΰ δέ ληστοΰ τοΰ έκ δε- ξιών οΰχ ευρέθη τό σώμα· τοΰ δέ εξ ευωνύμων ώσπερ δράκοντος ιδέα, ούτως ήν τό σώμα οώτοΰ.

Επειδή δέ ήτησάμην τό σώμα τοΰ Ίησοΰ προς τό ένταφιάσαι, ζήλω θυμού φερόμενοι οΐ Ιουδαίοι ένέκλεισάν με εις φυλακήν, όπου βία ή ν τοις κακώς διαπράττουσιν. Ήν δέ τοΰτό μοι γενόμενον όψίας ούσης σαββά- τω, ώ παρανομούν ήν τό έθνος ήμών. Και ιδού αύτό τό έθνος ήμών τώ σαββάτω δεινός θλίψεις ύπέμεινεν.

2. Και δή όψίας γενομένης της μιας τών σαββάτων, ώρα ε' της νυκτός, έρχεται πρός με ό Ιησούς έν τή φυλακή μετά τοΰ ληστοΰ τοΰ συνσταυρωθέντος αύτώ έκ δεξιών, όν άπέστειλεν αύτός έν τω παραδείσω. Κα! φώς ΐκανόν ήν έν τώ οίκήματι- και έκρεμάσθη ό οίκος έκ τεσσάρων γονιών, και έλύθη ό τόπος, κάγώ έξήλθον. Έγνώρισα ούν τόν Ίησοΰν πρώτον, και πάλιν τόν ληστήν γράμματα κομίζοντα πρός τόν Ίησοΰν.

542

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

una carta para Jesús. Y, mientras íbamos camino de Galilea, brilló una luz tal, que no podía soportarla la creación; el ladrón, a su vez, exhalaba un gran perfume procedente del paraíso.

3. Luego sentóse Jesús en un lugar y leyó así: «Los queru- bines y los exaptérigos, que recibimos de tu divinidad la orden de guardar el jardín del paraíso, hacemos saber esto por medio del ladrón que fué crucificado juntamente contigo por disposi- ción tuya: Al ver en éste la señal de los clavos y el resplandor de las letras de tu divinidad, el fuego se extinguió, no pudiendo aguantar la flamígera señal; y nosotros, sobrecogidos por un gran temor, quedamos amedrentados; pues oímos al autor del cielo y de la tierra y de la creación entera que bajaba desde la altura hasta las partes más bajas de la tierra a causa del primero de los creados, Adán. Pues, al ver la cruz inmaculada que ful- guraba por medio del ladrón y que hacía reverberar un resplan- dor siete veces mayor que el del sol, se apoderó de nosotros, presa de la agitación de los infiernos, un gran temblor. Y, ha- ciendo coro con nosotros los ministros del infierno, dijimos a grandes voces: Santo, Santo, Santo es el que impera en las altu- ras. Y las potestades dejaban escapar este grito: Señor, te has manifestado en el cielo y sobre la tierra, dando la alegría de los siglos, después de haber salvado de la muerte a la misma criatura».

Kod όδευόντων ημών έν τη Γαλιλαία φώς μέγα έ'λαμψεν ώσπερ ούκ εφε- ρεν ή κτίσις· ην δέ και εύωδία μεγάλη τοΰ ληστοΰ ή έκ τοΰ παραδείσου.

Καθεσθέντος δέ τοΰ Ίησοΰ έν τόπω τιν'ι άνέγνω ούτως- «Τά Χε- ρουβίμ και τά έξαπτέρυγα κελευθέντα άπό της σης Θεότητος φυλάττειν τον τοΰ παραδείσου κήπον δια τοΰ συνσταυρωθέντος τη ση οικονομία ληστοΰ τοΰτο δηλοΰμεν. Τόν τύπον ίδόντες τών ήλων τοΰ συνσταυρω- θέντος σοι ληστοΰ και τών γραμμάτων τό φέγγος της σης θεότητος, τό πΰρ έσβέσθη μέν, μη δυνάμενον φέρειν τήν φαΰσιν τοΰ τύπου, καϊ ημείς έν φόβω μεγάλω γενόμενοι έπτήξαμεν ήκούσαμεν γάρ τόν ποιη- τήν τοΰ ούρανοΰ κα'ι γης καϊ πάσης κτίσεως άπό ύψους ένδημήσαντα εις τά κατώτερα μέρη της γης διά τόν πρωτόπλαστο ν Αδάμ. Τόν σταυ- ρόν γάρ θεασάμενοι τόν άχραντον διά τοΰ ληστοΰ άστράπτοντα, έπτα- πλάσιον τό φέγγος τοΰ ηλίου άποστίλβοντος, τρόμος έγένετο έφ' ήμας, καταχθόνιων βρασμόν έσχηκότας, κα'ι φωνη μεγάλη οί λειτουργοί τοΰ αδου άμα ήμΐν λέγοντες· "Αγιος άγιος άγιος ó έν άρχή ών έν ύψίστοις. Καϊ αί δυνάμεις βοήν άνέπεμπον Κύριε, έφανερώθης έν ούρανώ και έπί γης χαράν παρέχων τών αιώνων τό 'ίδιον πλάσμα θανάτου ρυσάμενος».

DECLARACIÓN DE JOSÉ DE ARIMATEA

543

·;..;·■> « ' ... . ...^ V '-· ..

1. Mientras iba yo contemplando esto, camino de Galilea, en compañía de Jesús y del ladrón, Aquél se transfiguró, y no era lo mismo que al principio, antes de ser crucificado, sino que era luz por completo. Y los ángeles le servían continuamente, y Jesús mantenía conversación con ellos. Y pasé tres días a su lado, sin que ninguno de sus discípulos le acompañara, sino sólo el ladrón.

2. Mediada la fiesta de los Azimos, vino su discípulo Juan, y todavía no habíamos visto al ladrón ni sabíamos qué había sido de él. Juan entonces preguntó a Jesús: «¿Quién es éste, pues no me has permitido ser visto por él?» Mas Jesús no le res- pondió nada. Entonces él se echó a sus pies y le dijo: «Señor, que desde el principio me amaste; ¿por qué no me haces ver a aquel hombre?» Díjole Jesús: «¿Por qué vas en busca de lo ar- cano? ¿Eres obtuso de inteligencia? ¿No percibes el perfume del paraíso que ha inundado el lugar? ¿No te das cuenta de quién era? El ladrón colgado de la cruz ha venido a ser heredero del paraíso; en verdad, en verdad te digo que de él sólo es hasta que llegue el gran día». Y Juan dijo: «Hazme digno de verle».

3. Y, mientras Juan estaba aún hablando, apareció de re- pente el ladrón. Aquél entonces, atónito, cayó al suelo. El la-

V

1. Ταΰτα εγώ θεασάμενος πορευόμενος εις την Γαλιλαίαν μετά του ΊησοΟ και τοΰ ληστοΰ, μετεμορφώθη ό Ίησοΰς, και ουκ ήν ώς τό πρό- τερον πριν σταυρωθήνοα αύτόν, άλλ' ή ν δια παντός φως- άεί δέ άγγελοι διηκόνουν αύτω, και συνελάλει μετ' αύτών ό Ίησοΰς. Έττοίησα δέ μετ' αύ- τοΰ ή μέρας τρεις- ούκ ήν δέ ούδε'ις των μαθητών αύτοΰ μετ' αύτοΰ εί μη μόνος ό ληστής.

2. Κα! των άζύμων μεσαζόντων έρχεται ό μαθητής αύτοΰ Ιωάννης, και ούκέτι τόν ληστήν έθεασάμεθα τό τι έγένετο. Ήρώτησεν δέ ό Ιωάν- νης τον ΊησοΟν «Τίς έστιν ούτος, ότι οΰκ έττοίησάς με όφθήναι αύτω;» Ό δέ Ίησοΰς οΰδέν'αΰτω άττεκρίθη. Προσπεσών δέ αύτω είττεν «Κύριε, οίδα ότι έξ άρχής έφίλησάς με, και δια τί ούκ άττοκαλύτττεις μοι τόν άνθρωπον εκείνον;» Λέγει αύτω ό Ίησοΰς· «Απόκρυφα τί έττιζητεΐς; Άκμήν άσΰνετος ε!; Ούχ όρας τήν εύωδίαν τοΰ παραδείσου ττλήσασαν τόν τόπον; Οΰ γινώσκεις τίς ήν; Ό έπϊ σταυροΰ ληστής κληρονόμος ετυχεν τοΰ παραδείσου- άμήν άμήν λέγω σοι δτι αύτοΰ εστίν μόνου εως ού φθάσει ή μεγάλη ή μέρα». Ό δέ Ιωάννης είπεν «"Αξιόν με ποίη- σον όπως θεάσομαι αυτόν».

Και έτι λαλοΰντος τοΰ Ιωάννου ώφθη ό ληστής άφνω· και έκ- θαμβος γενόμενος ό Ιωάννης έπεσεν έπϊ τήν γήν. Ούκ ή ν δέ τη πρώτη

544

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

drón no conservaba la misma figura que tenía antes de venir Juan, sino que era como un rey majestuoso en extremo, enga- lanado como estaba con la cruz. Y se dejó oír una voz, emitida por una gran muchedumbre, que decía así: «Has llegado al lugar del paraíso que te estaba preparado; nosotros hemos sido de- signados por el que te envió para servirte hasta que venga el gran día». Y, al producirse esta voz, quedamos invisibles el ladrón y yo. Yo entonces me encontré en mi propia casa y ya no vi a Jesús.

4. Y habiendo sido testigo ocular de estas cosas, las he dejado escritas para que todos crean en Jesucristo crucificado, nuestro Señor, y no sirvan ya a la ley de Moisés, sino que den crédito a los prodigios y portentos obrados por El, de manera que, creyendo, sean herederos de la vida eterna y podamos en- contrarnos todos en el reino de los cielos; porque a El le con- viene gloria, fuerza, alabanza y majestad por los siglos de los siglos. Amén.

8. Venganza del Salvador ( «vindicta» )

Se refiere en ella la destrucción de Jerusalén, llevada a cabo por Tito y Vespasiano, y la historia de Natán y de Verónica. Esta leyenda, a pesar de sus incongruencias históricas, suscitó un enorme interés ya en los albores de la Edad Media, sobre todo por relacionar estos hechos con la evangelización de Aqui- tania, que tuvo lugar mediante una misión apostólica.

Tischendorf se sirvió para su edición del códice Véneto

ιδέα ό ληστής τη πριν έλθεΐν τον Ίωάννην, άλλ' ήν ώσπερ βασιλεύς έν πολλή δυνάμει, τόν σταυρόν ήμφιεσμένος. Και φωνή πλήθους πολλών έπέμπετο· «Ήλθες εις τόν ήτοιμασμένον σοι τόπον του παραδείσου· έτά- γημεν ύπηρετεΐν σοι παρά τοΰ άποστείλαντός σε έως της μεγάλης ημέ- ρας». Και της φωνής ταύτης γενομένης καϊ ό ληστής κάγώ Ιωσήφ αφα- νείς έγενόμεθα, καϊ εϋρέθην εγώ εις τόν οΐκόν μου· ούκέτι δέ ϊδον τόν Ίησοΰν.

Ταΰτα δέ εγώ έωρακώς συνεγραψάμην ϊνα πάντες πιστεύσωσιν εις τόν σταυρωθέντα Ίησοΰν Χριστόν τόν κύριον ήμών καϊ μηκέτι λει- τουργοΰσιν τω νόμω Μωσέως, άλλά πιστεύσωσιν τοις δι' αύτοΰ γενο- μένοις σημείοις τε και τέρασιν, και ίνα πιστεύσαντες ζωήν αΐώνιον κλη- ρονομήσωμεν καϊ εις τήν βασιλείαν τών ούρανών εύρεθώμεν ότι αύτώ πρέπει δόξα κράτος αίνος και μεγαλοσύνη εις τούς αιώνας τών αιώ- νων. Αμήν.

VENGANZA DEL SALVADOR

545

Marc, cl.II n.XLV y del Ambros. O 35, ambos del siglo XIV.

La redacción primitiva, más breve que la actual, debió re- montarse a los tiempos del emperador Claudio. Posteriormen- te surgieron varias leyendas derivadas de ella. Una, sobre todo, gozó de gran difusión en los países anglosajones: es la titulada Cura sanitatis Tiberü, algunos de cuyos manuscritos se remon- tan al siglo VIII o IX (cf. Ch. Goodvvin, The Anglo-saxon Le- gends of St. Andrew and St. Verónica, Cambridge 185 1).

Sobre las relaciones de esta leyenda con la evangelización de Aquitania, cf. E. Darley, Les Acta Salvatoris, un Evangile de la Passion et de la Résurrection et une mission apostolique en Aquitaine (París 1913); Id., Les artes du Sauveur, la lettre de Pilote, la mission de Volussien, de Nathan; la Vindicte. Leurs origines et leurs trans- formations (París 1919).

Tomamos el texto de Tischendorf, Ev. Apocr. (21876) p.LXXXII.471-86.

E. González-Blanco ofrece una traducción castellana en sus Evangelios Apocr. II (Madrid 1934) P-343-3ÓO.

LA VENGANZA DEL SALVADOR I

En los días del emperador Tiberio César, siendo Herodes tetrarca, bajo el dominio de Poncio Pilato, Cristo fué entregado por los judíos y declarado inocente por Tiberio.

Por aquellos días estaba Tito de régulo a las órdenes de Ti- berio en la región de Equitania [Aquitania], en una ciudad de la Libia llamada Burgidalla [Burdeos]. Es de saber que Tito

VINDICTA SALVATORIS * I

In diebus Tiberü Caesaris imperatoris, Herode tetrarcha, sub Pontio Pilato traditus fuit Christus a Iudaeis et relevatus a Tiberio.

In diebus illis erat Titus regulus sub Tiberio in regione Equita- niae in civitate Libiae quae dicitur Burgidalla. Titus namque vulnus

* Añadimos en las notas las variantes más interesantes del texto an- glosajón (ASax) publicado por Ch. W. Goodwin, o. c.

546

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

tenía una llaga en la parte derecha de la nariz, originada por un cáncer, estando su rostro deshecho hasta el ojo.

II

Salió por entonces de Judea un hombre llamado Natán, hijo de Naúm. Este era un ismaelita que iba de región en región y de mar en mar, por todos los confines de la tierra. Natán venía en- viado desde Judea al emperador Tiberio, siendo portador de un tratado que habían hecho con la ciudad de Roma. Es de notar que Tiberio estaba enfermo, lleno de úlceras y fiebres malignas, y tenía nueve clases de lepra.

III

Natán llevaba la intención de dirigirse a Roma. Pero sopló el viento del norte e impidió su navegación, haciéndole arribar a un puerto de Libia. Tito, que vió venir la nave, conoció que procedía de Judea. Y todos se llenaron de admiración y con-

habebat in nare dextra proptcr cancrum, et habcbat faciem dilace- ratam usque ad oculum l.

II

Exivit quídam homo de Iudaea nomine Nathan filius Naum: erat enim Ismaelita, qui pergebat de térra in terram et de mari in mare et in ómnibus finibus terrae. Nathan vero missus a Iudaea ad Tibe- rium imperatorem ad portandum pactum eorum ad urbem Roma- nam. Erat autem Tiberius insanus et ulceribus et febribus plenus, novemque genera leprae habebat.

III

Voluitque Nathan ad urbem Romanam pergere. Insufflavit vero ventus septentrionalis et impedivit navigium illius, et deduxit eum ad portum Libiae civitatis. Videns autem Titus navem venientem

1 En esta narración abundan los errores cronológicos e históricos. Uno de éstos, y no pequeño, es hacer del emperador Tito un reyezuelo de Libia.

ASax dice más atinadamente: «Factum est diebus Tibeni magni impe- ratoris, brevi postquam divinus Dominus noster esset crucifixus, ut esset quídam vir nobilis cuius nomen erat Tyrus. Et is eral rex in Equitania sub Tiberio imperatore, et plerumque habitabat in civitate quae dicitur Lybia. Atque idem Tyrus ut libri dicunt, erat laborans in facie sua, habens morbum quem dicimus cancerem in naso suo, a dextra nare pertinentem usque ad oculum».

VENGANZA DEL SALVADOR

547

vinieron en que nunca habían visto balsa alguna venir de allí en semejantes condiciones.

IV

Tito entonces hizo llamar al patrón de la nave y le pre- guntó quién era. El respondió: «Yo soy Natán, hijo de Naúm, de origen ismaelita, y vivo en Judea bajo el dominio de Poncio Pilato. Ahora vengo enviado a Tiberio, emperador romano, con objeto de poner en sus manos un tratado de parte de Judea. Pero un fuerte viento se echó sobre el mar, y heme aquí en una región para desconocida».

V

Y Tito dijo: «Si alguna vez fueras capaz de encontrar algún medicamento, ya sea de mejunjes o de hierbas, apto para cu- rarme la herida que, como ves, tengo en la cara, de manera que sanara y recuperara mi antigua salud, te colmaría de fa- vores».

cognovit quod de Iudaea esset: et admirati sunt omnes et dixerunt quod nunquam viderant aliquod lignum sic inde vehisse.

IV .A, aurÍJ

Iussit autem Titus nauclerum venire ad se, et interrogavit quis- nam esset. Et dixit : «Ego sum Nathan filius Naum de genere Ismaé- litarum 2, et subditus sum in Iudaea Pontio Pilato. Et missus sum ut irem ad Tiberium imperatorem romanum ad portandum pactum de Iudaea. Et irruit validus ventus in mari et adduxit me in terram quam nescio».

V

Et ait Titus : «Si aliquando posses invenire aliquam rem aut pig- mentorum aut herbarum quae valeret curare vulnus quod in facie habeo, ut vides, ut sanus fierem et reciperem sanitatem pristinam. multis bonis erogarem te».

2 ASax añade: «et veni huc a Graecia...»

54 S

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

VI

Respondió Natán: «Yo, por mi parte, no ni conozco cosas parecidas, señor, a las que me indicas. No obstante, si hu- bieras estado hace algún tiempo en Jerusalén, allí hubieras encontrado un profeta elegido, cuyo nombre era Emmanuel (pues El ha de salvar al pueblo de sus pecados). Este obró su primer milagro en Caná de Galilea, convirtiendo el agua en vino; y con su palabra limpió a los leprosos, hizo huir a los demonios, resucitó a tres muertos, libertó a una mujer cogida en adulterio, condenada por los judíos a ser apedreada; y a otra mujer llamada Verónica, que padecía flujo de sangre desde hacía doce años y que se acercó a El por detrás, tocando la orla de su vestido, la sanó también; y con cinco panes y dos peces sació a cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños, quedando doce espuertas de fragmentos; todas estas y muchas otras cosas tuvieron lugar antes de su pasión. Después de su resurrección le vimos con el mismo cuerpo que antes había tenido».

VI

Dixitque ei Nathan: «Nescio, ñeque talia novi, domine, qualia tu mihi dicis. Sed tamen si fuisses praeterito tempore in Ierusalem, ibi invenisses electum prophetam, cui nomen erat Emmanuel: ipse enim salvum faciet populum a peccatis eorum -\ Qui primum sig- num in Cana Galileae 4 de aqua vinum fecit, et verbo suo leprosos mundavit, daemones effugavit, tres mortuos suscitavit: mulierem in adulterio deprehensam, iudicatam a Iudaeis ut lapidaretur, libera- vit5: et aliam mulierem nomine Veronicam quae sanguinis fiuxum patiebatur duodecim annis et accessit ad eum retro et tetigit fim- briam vestimenti eius, et sanavit eamb: et de quinqué panibus et duobus piscibus quinqué millia hominum satiavit, exceptis parvu- lis et mulieribus, et remanserunt de fragmentis duodecim scophi- rii 7 : ista omnia et alia multa ante suam passionem completa sunt. Post resurrectionem suam vidimus eum in carne sicut ante fuerat».

3 Cf. Mt. 1,21.23.

4 Cf. lo. 2,11.

5 Cf. lo. 8,3.

6 Cf. 9,20. Recuérdese lo dicho acerca de la Verónica en la nota 1 a la Muerte de Pilato.

7 Cf. Mt. 14,19.

VENGANZA DEL SALVADOR

549

VII

Díjole entonces Tito: «¿Cómo es que resucitó de entre los muertos, siendo así que estuvo muerto?» Natán respondió: «Mu- rió sin duda alguna; fué suspendido en una cruz y nuevamente descolgado de ella; estuvo tres días en el sepulcro; después resucitó de entre los muertos y bajó a los infiernos, donde liberó a los patriarcas, profetas y a todo el humano linaje; luego s; apareció a sus discípulos y comió con ellos, y, finalmente, le vieron subir al cielo. De manera que es verdad cuanto os vengo diciendo. Yo mismo le vi con mis propios ojos, así como la casa entera de Israel». Entonces Tito exclamó: « ¡Ay de ti, emperador Tiberio!, lleno de úlceras y cercado por la lepra, por haberse cometido tal escándalo durante tu reinado; por haber promulgado unas leyes en Judea, tierra natal de Nuestro Señor Jesucristo, que sirvieron para prender al rey y dar muerte al gobernador de los pueblos, sin que le hicieran venir hasta nosotros para que te limpiara a ti de la lepra y a me curara de mi enfermedad. Por lo cual, si esto hubiera ocurrido a mis ojos, con mis propias manos daría muerte a los cuerpos de aquellos judíos y los colgaría de un tosco madero por haber acabado con mi Señor, sin que mis ojos fueran dignos de ver su rostro».

VII

Dixit autem Titus ad cum: «Quomodo resurrexit a mortuis, quia mortuus fuit?» Respondens autem Nathan dixit: «Manifesté mor- tuus fuit et in cruce suspensus et iterum de cruce depositus, et per tres dies iacuit in sepulcro: deinde resurrexit a mortuis, et descen- dit ad infernum, et patriarchas et prophetas ct omne genus huma- num liberavit: deinde apparuit discipulis suis et manducavit cum illis: deinde viderunt eum ascendentem in caelum. Et sic veritas est, hoc omne quod dico vobis. Vidi ego oculis meis et tota domus Is- rael». Et dixit Titus in verbis suis: «Vae tibi, Tiberi imperator, ple- nus ulceribus et a lepra circumdatus, quia tale scandalum commis- sum est in regno tuo; quod tales leges in Iudaea fecisti, in térra nati- vitatis Domini Nostri Iesu Christi, qui apprehenderunt regem et gubernatorem populorum occiderunt, et non fecerunt eum venire ad ncs ut te curaret a lepra et me mundaret ab infirmitate mea: propter quod si fuissent ante faciem meam, cum meis manibus occi- derem eorum Iudacorum corpora et in lignum crudum suspende- ren!, quia perdidcrunt Dominum meum, et non fuerunt digni oculi mei videre faciem suam».

550

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

IX

Y, nada más decir esto, desapareció la herida del rostro de Tito, quedando su carne y su cara nuevamente sanas. Y todos los enfermos que allí estaban recuperaron la salud en aquel momento. Y exclamó Tito en unión de todos ellos, diciendo a grandes voces: «Rey mío y Dios mío, ya que me has curado sin que nunca pudiera verte, mándame ir navegando sobre las aguas hasta la tierra donde naciste para que tome venganza de tus enemigos; ayúdame, Señor, para que pueda borrarlos y vengar tu muerte; tú, Señor, los entregarás en mi mano».

X

Y, en diciendo esto, mandó que se le bautizara. Para lo cual llamó a Natán y le dijo: «¿Cómo viste que eran bautizados los que creían en Cristo? Ven a y bautízame en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Pues yo creo firmemente en Nuestro Señor Jesucristo con todo mi co- razón y con toda mi alma, porque ninguno otro hay en parte alguna del globo que me haya creado y me haya curado».

IX

Et cum hoc dixisset, statim cecidit vulnus de facie eius Titi, et restituía est sanitati caro et facies eius. Et omnes infirmi qui ibidem erant salvi facti sunt in illa hora. Exclamavit autem Titus cum ómni- bus voce magna dicens : «Rex meus et Deus meus, quia nunquam te vidi et sanum me fecisti, iube me ambulare cum navigio super aquas in terram nativitatis tuae, ut faciam vindictam de inimicis tuis; et adiuva me, Domine, ut possim eos delere et mortem tuam vindi- care: tu, Domine, trade eos in manu mea».

X

Et cum hoc dixisset, praecepit se baptizan. Vocavit autem ad se Nathan et dixit ei: «Quomodo vidisti baptizan eos qui in Christo credunt? Venias ad me et baptiza me in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, amen. Nam et ego firmiter credo in Dominum Iesum Christum ex toto corde meo et ex tota anima mea: quia nusquam est alius in universo mundo qui me creavit et a vulneribus me sal- vum fecit» 8.

8 ASax: «Tum Nathan accessit ad eum et baptizavit eum in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, et abstulit ab eo nomen Tyri, et vocavit eum in baptismo eius Titum, quod est in nostra lingua Pius... Et Titus misit nuntios ad socium imperii, nomine Vespasianum, qui etiam gentilis erat; et simul iré volebant suscepturi expeditionem militarem».

VENGANZA DEL SALVADOR

551

Y, dicho esto, envió legados a Vespasiano para avisarle que viniera lo más rápidamente posible con los individuos más esforzados, dispuestos para la guerra.

XI

Entonces Vespasiano tomó consigo cinco mil hombres ar- mados y acudió a donde estaba Tito. Y, en llegando a la ciudad de la Libia, dijo a éste: «¿A qué se debe el que me hayas hecho venir hasta aquí?» El respondió: «Has de saber que Jesús vino a este mundo y nació en Judea, en un lugar llamado Belén; que los judíos le entregaron y fué flagelado y crucificado en el monte Calvario, y que, finalmente, se manifestó a sus dis- cípulos y éstos creyeron en El. Nosotros, por nuestra parte, queremos hacernos discípulos suyos. Ahora, pues, vayamos y borremos a sus enemigos de la superficie del globo para que caigan en la cuenta de que no hay semejante a Nuestro Señor en toda la faz de la tierra».

XII

Así, pues, tomada la resolución, salieron de la ciudad de la Libia llamada Burgidalla y embarcaron rumbo a Jerusalén.

Et cum hoc dixisset, nuntios misit ad Vespasianum cum omni festinatione venire cum viris fortissimis, sic paratis quasi ad bellum.

XI

Tune Vespasianus tulit secum quinqué millia viros armatos, et concurrerunt ad Titum. Et cum venissent acl civitatem Libiae, dixit ad Titum: «Quidnam est quod huc me venire fecisti?» Ule autem dixit: «Scias quod Iesus venit in hunc mundum, et in Iudaea in loco quod dicitur Bethleem natus est, et traditus fuit a Iudaeis et flagellatus et crucifixus in calvario monte, et tertia die resurrexit a mortuis: et viderunt eum discipuli eius in eadem carne qua natus est: et manifestavit se discipulis eius, et crediderunt in eum. Et nos quidem volumus discipuli eius fieri. Nunc eamus et deleamus ini- micos eius de térra, ut nunc cognoscant quia non est similis Domino Deo nostro super faciem terrae».

XII

Consilio autem inito exierunt de civitate Libiae quae dicitur Burgidalla, et ascenderunt in navigio et perrexerunt Ierosolimam,

552

APÓCRIFOS DE LA PASION Y RESURRECCIÓN

Llegados allí, sitiaron al reino de los judíos y empezaron a provocar su ruina. Cuando los reyes de los judíos se enteraron de lo que hacían y de la devastación de la tierra, se apoderó de ellos el miedo y quedaron consternados. Y Arquelao se dejó llevar de la turbación en sus palabras y habló así a su hijo: «Mira, hijo, hazte cargo de mi reino y de su administración; toma además consejo con los demás reyes que están en tierra de Judá, de manera que podáis escapar de nuestros enemigos». Y, dicho esto, desenvainó su espada y se echó sobre ella; luego inclinó la espada más penetrante que tenía, la hundió en su cuerpo y murió.

XIII

Su hijo entonces hizo causa común con los otros reyes que estaban a sus órdenes. Y, después de deliberar entre sí, se re- tiraron todos dentro de Jerusalén en compañía de los nobles que habían asistido a su consejo, y permanecieron allí durante siete años.

XIV

Tito y Vespasiano, por su parte, tomaron la determinación de sitiar la ciudad. Y así lo hicieron. Cumplidos los siete años, se agravó mucho el problema del hambre, y, obligados por la carestía de pan, empezaron a comer tierra.

et circumdederunt regnum Iudaeorum et coeperunt mittere illos in perditionem. Cum audisscnt reges Iudaeorum eorum opera et dis- sipationem terrae, irruit timor super eos et turbati sunt valde. Tune Archclaus est turbatus in sermonibus suis et dixit filio suo: «Fili, accipe regnum meum et iudica iilud, et apprehende consilium cum aliis regibus qui sunt in térra luda, ut possitis evadere de inimicis nostris». Et cum hoc dixisset, evaginavit gladium suum ct incubuit super eum, et flexit gladium suum acutissimum et inseruit in pec- tore suo, et fuit mortuus.

XIII

Filius autem coniungit se cum aliis regibus qui sub ipso erant, et acceperunt consilium intra se et conduxerunt intra Ierusalem cum optimatibus eorum qui fuerunt in consilio suo, et steterunt ibidem annis septem.

XIV

Ceperunt autem consilium Titus et Vespasianus ut civitatem illorum circumdarent. Et ita fecerunt. Impletis autem septem annis aggravata est valde fames, et pro necessitate pañis coeperunt terram comedere.

VENGANZA DEL SALVADOR

553

XV

Entonces todos los soldados pertenecientes a los cuatro re- yes tomaron consejo entre y dijeron: «Nosotros de todas maneras hemos de morir. ¿Qué nos va a hacer Dios? ¿Y de qué nos sirve el seguir viviendo, si los romanos han venido a apoderarse de nuestra tierra y nación? Mejor será que nos qui- temos la vida a nosotros mismos, y no que vayan a decir luego los romanos que han sido ellos los que nos han dado muerte y los que nos han derrotado». Y, en esto, sacaron sus espadas y se hirieron, pereciendo doce mil hombres entre ellos.

XVI

Y así, a causa de los cadáveres de aquellos muertos, se pro- dujo un gran hedor en la ciudad. Los reyes fueron presa de un pánico mortal y no pudieron aguantar el hedor de aquéllos, ni darles sepultura, ni arrojarlos fuera de la ciudad. Y se dijeron entre sí: «¿Qué vamos a hacer? Nosotros en verdad dimos muerte a Cristo, pero ya hemos sido, a nuestra vez, entrega- dos a la muerte. Apartemos nuestras cabezas y entreguemos

XV

Tune omnes milites qui fuerunt de quatuor regibus apprehende- runt consilium intra se et dixerunt 9 : «Nos autem morituri sumus : quid faciet nobis Deus? Aut quid prodest nobis vita nostra, quia venerunt Romani nostrum locum et gentem accipere? Meüus est nobis ut nosmetipsos interficiamus, quam dicant Romani quod illi occidissent nos et fecissent super nos victoriam». Et extraxerunt gladios suos et percusserunt se, et mortui sunt numero duodecim millia hominum ex ipsis.

XVI

Tune factus est foetor magnus in civitate illa ex cadaveribus illorum mortuorum. Et timuerunt timore magno valde reges eorum usque ad mortem, et non potuerunt sustinere foetorem illorum nec sepeliré eos nec foris civitatem illos proiieere. Et dixerunt intra se: «Quid faciemus? Nos quidem tradidimus in mortem Christum, et iam nos ad mortem traditi sumus. Declinemus capita nostra et

9 ASax: «Sed principes militum qui erant in Ierusalem et qui erant octo regnorum, ceperunt malum consilium inter se...»

554

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

a los romanos las llaves de la ciudad, pues Dios nos ha arroja- do ya en manos de la muerte». Y acto seguido subieron a las murallas de la ciudad y se pusieron todos a gritar, diciendo a grandes voces: «Tito y Vespasiano, tomad las llaves de la ciu- dad que os acaba de entregar el Mesías, llamado Cristo».

XVII

Y, dicho esto, se entregaron en manos de Tito y Vespasia- no, diciendo: «Juzgadnos, pues hemos de morir, ya que nos- otros juzgamos a Cristo y le entregamos sin causa alguna». Entonces Tito y Vespasiano les apresaron. Luego apedrearon a unos y colgaron a otros de la cruz, pies arriba y cabeza abajo, y les hirieron a golpes de lanza; mas a otros les pusieron en venta y a otros se los repartieron entre sí, haciendo cuatro partes, como ellos habían hecho con las vestiduras del Señor. Y dijeron: «Ellos vendieron a Cristo por treinta monedas de plata; vendamos asimismo nosotros a treinta de ellos por un solo denario». Y lo hicieron así. Después se apoderaron de to- das las tierras de Judea y de Jerusalén.

tradamus claves civitatis ad Romanos, quia iam ad mortem tradidit nos Deus», Statimque ascenderunt muros civitatis et clamaverunt omnes voce magna dicentes: «Tite et Vespasiane, accipite claves civitatis, quae vobis datae sunt per Messiam qui dicitur Christus».

XVII

Tune tradiderunt se in manibus Titi et Vespasiani, et dixerunt: «Diiudicate nos, cum debeamus mori, quia Christum nos iudicavi- mus et sine causa traditus fuit». Titus et Vespasianus apprehende- runt eos, et ex parte lapidaverunt, et ex parte suspenderunt in lignum, pedes sursum et caput deorsum, et lancéis percusserunt eos; alios autem tradiderunt in venditionem, et alios diviserunt Ínter se, et fecerunt quatuor partes sicut et illi fecerunt de vestimentis Domini. Et dixerunt: «Vendiderunt Christum triginta argentéis, et nos vendamus triginta ex ipsis pro uno denario». Et sic fecerunt. Et cum hoc fecissent, apprehenderunt omnes térras Iudaeae et Ierusalem.

VENGANZA DEL SALVADOR

355

XVIII

Entonces hicieron una investigación acerca de la faz del Señor, sobre cómo podrían encontrarla. Y hallaron que esta- ba en poder de una mujer llamada Verónica. Después detu- vieron a Pilato y lo metieron en la cárcel, donde había de ser custodiado por cuatro pelotones de soldados de a cuatro, apos- tados a la puerta de la prisión.

XIX

Acto seguido enviaron sus legados a Tiberio, emperador de Roma, para que les remitiera a Velosiano. Y el emperador dijo a éste: «Toma contigo todo lo que sea necesario para que te hagas a la mar y bajes a Judea en busca de algún discípulo de aquel que se llamaba Cristo y Señor, de manera que venga hasta y en nombre de Dios me cure de la lepra y de las enfermedades que duramente me aquejan y de mis llagas, pues estoy postrado de mala manera. Manda, además, contra los reyes de Judá, sometidos a mi imperio, tus garfios y terribles instrumentos de tortura, pues dieron muerte a Jesucristo nues-

XVIII

Tune inquisitionem miserunt de facie sive vultu Christi, quomo- do possent invenire eum. Et invenerunt mulierem nomine Veroni- cam habentem eum 10. Tune apprehenderunt Piíatum et miserunt eum in carcerem custodiendum a quatuor quaternionibus militum ad ostium carceris.

XIX

Tune statim miserunt nuntios suos ad Tiberium imperatorem urbis Romanae ut mitteret Velosianum ad se n. Et dixit ei: «Accipe omne quod necesse est tibi in mari et descende in Iudaeam et inquire unum de discipulis eius qui dicebatur Christus et Dominus, ut veniat ad me et in nomine Dei sui curet me a lepra et infirmita- tibus quibus quotidie nimis gravor et a vulneribus meis, quia ego male iaceo. Et mitte super reges Iudaeorum qui sunt imperio meo subditi fortias tuas et terribilia tormenta, quia occiderunt Iesum

10 ASax: «... et haec crat ridelis christiana, dilecta et honorata ab omni populo. Erat autem Verónica quae tetigit Salvatoris. vestem, coque sanata est a fluxu sanguinis. Ea habebat particulam de veste Salvatoris et summo loco ponebat, et aestimabat quasi esset ipsa Christi facies».

11 Este es el personaje a quien la Muerte de Pilato llama Volusiano.

556

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

tro Señor, y condénalos a muerte. Y, si encuentras un hombre capaz de librarme de esta enfermedad, yo creeré en Cristo, Hijo de Dios, y me haré bautizar también en su nombre». Velosia- no dijo: «Señor emperador: si encuentro un hombre capaz de ayudarnos y librarnos, ¿qué recompensa debo prometerle?» Dijo Tiberio: «Que tendrá en su mano la mitad del imperio sin duda alguna».

XX

Entonces Velosiano partió al momento, subió a la nave, le- vantó anclas y se dió a la mar. Duró la navegación un año y siete días, en cuyo plazo llegó a Jerusalén. Citó inmediatamente a algunos de los judíos para que se presentaran ante su acata- miento e instruyó una diligente investigación acerca de lo que se había hecho con Jesucristo.

XXI

Entonces José de Arimatea y Nicodemo acudieron simul- táneamente. Este último dijo: «Yo tuve ocasión de verle y estoy seguro de que El es el Salvador del mundo». José, por su parte, le dijo: «Yo a mi vez le bajé de la cruz y le coloqué en un

Christum Dominum Nostrum, ct condemna eos ad mortem. Et si inveneris talem hominem qui me possit liberare ab ista mea infir- mitate, ego credam in Christum filium Dei et baptizando me in nomine ipsius». Et Velosianus dixit: «Domine imperator, si invenero talem hominem qui nos iuvare et liberare possit, qualem ei promit- tam mercedem?» Dixit autem ei Tiberius: «Dimidium regni sine fallo, ut sit in manu eius».

XX

Tune Velosianus statim perrexit et ascendit in navem et levavit velum in navigio, et perrexit per mare navigando. Navigavit autem uno anno et diebus septem, quibus pervenit Ierosolimam 12. Et statim iussit aliquos ex ludaeis venirc ad eius potentiam, et dili- genter coepit inquirere quae fuerant gesta de Christo.

XXI

Tune Ioseph ab Arimathia civitate et Nicodemus insimul con- venerunt. Nicodemus autem dixit: «Ego vidi eum, et scio veré quia ipse est Salvator mundi». Ioseph autem dixit ei: «Et ego deposui eum de cruce et posui eum in monumento novo, quod erat excisum

12 ASax le hace realizar el viaje en ocho días, lo cual es más probable.

VENGVNZA DEL SALVADOR

557

sepulcro nuevo, excavado en la roca. Razón por la cual los judíos me cogieron preso el viernes por la tarde. Y, mientras estaba haciendo oración el sábado siguiente, la casa quedó sus- pendida de sus cuatro ángulos y vi a Nuestro Señor Jesucristo como un relámpago de luz, y, consternado, caí en tierra. Y una voz que me decía: Mírame, pues yo soy Jesús, aquel cuyo cuerpo sepultaste en tu propio sepulcro. Yo le dije: Mués- trame el sepulcro donde te coloqué. Entonces Jesús me tomó de la mano con su diestra y me llevó al lugar donde yo le había dado sepultura».

XXII

Vino también una mujer llamada Verónica y le dijo: «Yo, por mi parte, toqué la orla de su vestido en medio de la turba, pues hacía doce años que estaba padeciendo flujo de sangre, y al momento me curó».

XXIII

Entonces Velosiano dijo a Pilato: «Y tú, impío y cruel, ¿por qué diste muerte al Hijo de Dios?» Mas él respondió: «Es que su pueblo y los pontífices Anás y Caifás me lo entregaron».

de petra. Et Iudaei lenuerunt me clausum in die parasceve ad ves- peram: et dum starem in oratione die sabbati, suspensa est domus a quatuor angulis, et vidi Dominum Iesum Christum sicut fulgur lucís, et prae timore cecidi in terram. Et dixit ad me: Réspice in me, quia ego sum Iesus, cuius corpus sepelisti in monumento tuo. Et ego dixi ei: Ostende mihi sepulcrum ubi posui te. Et Iesus tenens manum meam dextera sua adduxit me in locum ubi sepelivi eum» 13.

XXII

Venit autem et mulier nomine Verónica et dixit ei : «Ego autem tetigi in turba fimbriam vestimenti eius, quia annis duodecim san- guinis fluxum passa sum, et statim sanavit me».

XXIII

Tune dixit Velosianus ad Pilatum: «Tu Pílate impie et crudelis, quare interfecisti Filium Dei?» Pilatus autem respondit: «Gens sua et pontífices Annas et Cayphas illum tradiderunt mihi». Velosianus

13 Cf. Declaración de José c.4.

558 APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Y replicó Velosiano: «Impío y desalmado, eres digno de una pena cruel». Y con esto le envió de nuevo a la cárcel.

XXIV

Finalmente, Velosiano se puso a buscar la faz o efigie del Señor. Dijéronle todos los circunstantes: «Cierta mujer llama- da Verónica es la que tiene la faz del Señor en su casa». Mandó en seguida que fuera llevada ante su acatamiento, y le dijo: «¿Tú tienes en casa la faz del Señor?» Mas ella dijo que no. En- tonces Velosiano ordenó que le diesen tormento hasta tanto que mostrase la faz del Señor. Ella, por fin, sin otro remedio, dijo: «Yo la tengo, señor mío, envuelta en un lienzo limpio y to- dos los días le rindo adoración». Velosiano dijo: «Enséñamela». Ella entonces mostró la faz del Señor. Velosiano, en cuanto la vió, se postró en tierra; luego la tomó con corazón pronto y fe recta y la envolvió en un lienzo de oro y asimismo la colocó en un estuche, que selló con su dedo. Después formuló un jura- mento en estos términos: «Vive el Señor Dios y por la salud del César; no la verá más hombre alguno sobre la superficie del globo hasta que yo vea el rostro de mi señor Tiberio».

dixit: «Impie et crudelis, morte dignus es et poena crudeli». Et remisit eum in carcerem.

XXIV

Et Velosianus demum inquisivit faciem sive vultum Domini. Dixcrunt ei omnes qui ibidem erant: «Mulier nomine Verónica est quae habct vultum Domini in domo sua». Et statim iussit eam ante potentiam suam adduci. Et dixit ad eam: «Tu habes vultum Domini in domo tua At illa negavit. Tune Velosianus iussit eam mitti in tormentis, doñee vultum Domini insinuaret. Illa autem coacta dixit: «Ego habeo illum in sindone munda, Domine mi, et quotidie adoro illum». Velosianus dixit: «Monstra mihi illum». Tune illa ostendit vultum Domini. Velosianus ut vidit illum 14, prostravit se in terram; et prompto corde et recta fide apprehendit eum et involvit in sin- done áurea et collocavit eum in scrinio, et sigillavit annulo suo. Et iuravit cum sacramento et dixit: «Vivit Dominus Deus et pro salute Caesaris, non videbit eum amplius homo super faciem terrae usque- quo videam faciem Domini mei Tiberii».

14 ASax: «Volusianus, reliquia ei allata, prostravit se in térra et cum vera fide adoravit eam, et existimavit esse vultum Domini ipsius, etsi minime erat, sed erat vestís quam Salvator ipse portaverat».

VENGANZA DEL SALVADOR

559

XXV

Después que hubo dicho esto, los nobles más destacados de Jerusalén cogieron a Pilato para llevarle al puerto. Velosia- no, por su parte, tomó la faz del Señor con todos sus discípulos y todos sus tributos y el mismo día se hicieron todos a la mar.

XXVI

Entonces Verónica dejó todas sus posesiones por amor de Cristo y siguió a Velosiano. Este le dijo: «Mujer, ¿qué quieres o qué buscas?» Mas ella respondió: «Yo busco la faz de Nuestro Señor Jesucristo, que me iluminó, no por mis méritos, sino por su santa piedad. Devuélveme la faz de mi Señor Jesucristo, pues me estoy muriendo con este piadoso anhelo. Y, si no me la devuelves, no la perderé de vista hasta ver dónde la ponéis; y sábete que yo, miserable cual ninguna, la serviré todos los días de mi vida, pues estoy persuadida de que mi Redentor en persona vive por siempre».

XXV

Et cum hoc dixisset, optimates qui erant Iudaeae optimi appre- henderunt Pilatum ut ducerent ad portum maris. Ule autem appre- hendit vultum Domini cum ómnibus discipulis suis et ómnibus stipendiis suis, et eadem die ascenderunt navem.

XXVI

Tune Verónica femina dereliquit omnia quae possidebat pro amore Christi et secuta est Velosianum. Et dixit ad eam Velosianus: «Quid vis aut quid quaeris, mulier?» At illa respondit: «Ego quaero vultum Domini Nostri Iesu Christi, qui me illuminavit non meis meritis sed per suam sanctam pietatem... Redde mihi vultum Do- mini mei Iesu Christi: nam hoc morior desiderio bono. Si autem non reddideris mihi, non dimittam eum, usque dum videam ubi ponetis eum: quia ego misérrima serviam ei ómnibus diebus vitae meae. Credo enim quod ipse Redemptor meus vivit in aeternum».

560

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

XXVII

Velosiano mandó entonces que Verónica fuera trasladada consigo a la nave. Y, levando anclas, emprendieron la navega- ción en el nombre del Señor y se hicieron a la mar. Mas Tito y Vespasiano subieron a Judea para tomar venganza de todas las naciones de aquella tierra. Y, concluido el año, llegó Velo- siano a Roma y dejó su embarcación en el río llamado Tíberis o Tíber, entrando a continuación en la ciudad. Luego envió su mensajero a Tiberio, emperador de Letrán, para darle cuenta de su feliz arribo.

XXVIII

Cuando el emperador oyó al mensajero de Velosiano, se ale- gró en gran manera y mandó que fuera ante su presencia. Lle- gado éste, le habló así: «Velosiano, ¿cómo ha resultado el viaje y qué has encontrado en tierra de Judea acerca de Cristo y de sus discípulos? Señálame, te ruego, a aquel que va a curarme de mi enfermedad, de manera que quede limpio al momento de esta lepra que tengo encima de mi cuerpo, y os entregaré a ti y a él todo mi imperio».

XXVII

Tune Velosianus iussit mulierem Veronicam deportari secum in navem. Et elevatis velis navigio pergere coeperunt in nomine Do- mini, ét navigaverunt per mare. Titus vero cum Vespasiano con- scenderunt in Iudaearn, vindicantes omnes nationes terrae illorum. Anno completo pervenit Velosianus ad urbem Romanam, dimisit navigium suum in ilumine quod dicitur Tiberis sive Tiber, et in- travit civitatem quae vocatur Roma. Et misit nuntium suum ad dominum suum Lateranensem Tiberium imperatorem de adventu suo felici.

XXVIII

Tune Tiberius imperator audito nuntio Velosiani summe gavisus est, et iussit ut veniret ad faciem. Qui cum venisset, vocavit eum dicens: «Velosiane, quomodo venisti, et quid vidisti in regione Iudaeae de Christo Domino et discipulis eius ? Indica mihi quaeso sanaturum me de infirmitate mea ut possim súbito mundari a lepra ista quam habeo super corpus meum, et totum regnum meum in potestate tibí et sibi trado».

VENGANZA DEL SALVADOR

561

XXIX

Y dijo Velosiano: «Señor mío emperador, he encontrado en Judea a tus siervos Tito y Vespasiano, temerosos de Dios, los cuales se han visto limpios de todas sus llagas y dolencias. He averiguado además que Tito ha hecho colgar a todos los reyes y caciques de Judea: Anás y Caifás han sido lapidados, Arque - lao se alanceó a mismo, y a Pilato le he dejado preso en Da- masco, encerrado en la cárcel bajo segura vigilancia. He hecho asimismo investigaciones acerca de Jesús, a quien los judíos bárbaramente atacaron armados de espadas y palos y luego cru- cificaron; éste era el que hubiera debido venir para librarnos e iluminarnos, y ellos le colgaron en una cruz. Y vinieron José de Arimatea y Nicodemo, trayendo una mezcla de mirra y áloe, en cantidad como de unas cien libras, para ungir el cuerpo de Cristo; ellos le bajaron de la cruz y le colocaron en un sepulcro nuevo. Pero al tercer día resucitó certísimamente de entre los muertos y se dejó ver de sus discípulos en el mismo cuerpo con que había nacido. Finalmente, al cabo de cuarenta días, le vieron subir al cielo. Muchos otros milagros hizo además Je- sús antes y después de su pasión. El primero fué cambiar el agua en vino; luego resucitó a los muertos, limpió a los lepro- sos, dió vista a los ciegos, curó a los tullidos, hizo huir a los

XXIX

Dixit autem Velosianus: «Domine mi imperator, ego servos inveni Titum et Vespasianum in Iudaea timentes Dominum, et mundati sunt ab ómnibus ulceribus et passionibus suis. Et inveni per Titum omnes reges et dominatores Iudaeae suspensos; Annas et Cayphas lapidati sunt, Archclaus in semetipso lanceatus; Pilatum autem in Damasco dimissi ligatum et in carcere positum sub fida custodia Sed etiam de Iesu comperi, in quem pessime Iudaei irruerunt cum gladiis et fustibus et armis et crucifixerunt eum, qui nos debuit liberare et ¡Iluminare et venire ad nos, et suspenderunt eum in ligno. Et venit Ioseph ab Arimathia et Nicodemus cum eo, ferens mixturam myrrae et aloes quasi libras centum propter corpus Christi ungendum: et deposuerunt eum de cruce et posuerunt in monumento novo. Tertia autem die certissime resurrexit a mortuis, et manifestavit se discipulis suis in eadem carne in qua natus fuerat. Demum post quadraginta dies viderunt ascendentem in caelum. Multa quidem et alia signa fecit Iesus ante passionem suam et post. Primum de aqua vinum fecit, mortuos suscitavit, leprosos munda-

562

APÓCRIFOS ΠΙ- LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

demonios, dió oído a los sordos y habla a los mudos; a Lázaro, muerto ya de cuatro días, le resucitó del sepulcro; a Verónica, que venía padeciendo flujo de sangre durante doce años, le dió salud al tocar ella la orla de su vestido».

XXX

«Entonces plugo al Señor en los cielos que aquel Hijo de Dios que, enviado a este mundo, vino a ser el primogénito de los muertos, enviara a su vez un ángel. Y mandó a Tito y a Ves- pasiano, a quienes conocí en este mismo lugar en que se asien- ta tu trono. Plugo además al Señor omnipotente que partieran a Judea y Jerusalén y que prendieran a tus subditos y les some- tieran a un juicio parecido a aquel a que ellos sometieron a Je- sús cuando le prendieron y le ataron».

XXXI

«Y Vespasiano dijo después: ¿Qué vamos a hacer de los que quedan? Tito respondió: Ellos colgaron a Nuestro Señor de un madero verde y le hirieron con una lanza; colguémosles asi- mismo nosotros a ellos de un leño seco y perforemos sus cuer- pos con una lanza. Y así lo hicieron. Vespasiano entonces dijo:

vit, caecos illuminavit, paralyticos curavit, daemones fugavit, surdos audire fecit, mutos loqui; Lazarum quatriduanum de monumento suscitavit; mulierem Veronicam quae fluxum sanguinis patiebatur duodecim annis et tetigit firnbriam vestimenti eius, sanam fecit».

XXX

«Tune placuit Domino in caelis quod Filius Dei, qui in hunc mundum missus protoplastus mortuus est in terris, mitteret ange- lum suum, et imperavit Tito et Vespasiano, quos novi in loco isto ubi est solium tuum. Et placuit Deo omnipotenti quod perrexerunt in Iudaeam et Ierusalem, et apprehenderunt subditos tuos et mise- runt in eo iudicio quasi quomodo fecerunt quando apprehenderunt subditi tui Iesum et ligaverunt eum».

XXXI

«Et Vespasianus postea dixit : Quid faciemus de his qui remane- bunt? Titas respondit: Suspenderunt illi Dominum nostrum in ligno viridi et lancea percusserunt eum: nos autem suspendamus eos in ligno árido et lancea perforemus corpora eorum. Et ita fece- runt. Vespasianus autem dixit: Quid de istis qui remanserunt?

VENGANZA DFL SALVADOR

563

¿Y qué haremos de estos que aún han quedado? Tito respon- dió: Ellos cogieron la túnica de Nuestro Señor Jesucristo e hi- cieron de ella cuatro partes; tomémosles también nosotros a ellos y dividámosles en cuatro partes: una para ti, otra para mí, otra para tus hombres y una última para mis siervos. Y así lo hicieron. Después prendieron a Pilato y me lo entregaron a mí; yo le metí en una cárcel de Damasco para que fuera cus- todiado por cuatro pelotones de soldados de a cuatro».

XXXII

«Después hicieron diligentes pesquisas para dar con la faz del Señor, y encontraron a una mujer, llamada Verónica, que tenía la citada efigie».

XXXIII

Entonces el emperador Tiberio dijo a Velosiano: «¿Cómo la conservas?» Este respondió: «La tengo envuelta en la capa y metida en un lienzo de oro». Dijo Tiberio: «Tráemela y descú- brela ante mis ojos para que yo la adore sobre el suelo, cayendo en tierra y doblando la rodilla». Entonces Velosiano extendió su

Titus respondit: Apprehcnderunt tunicam Domini Nostri Iesu Christi et de illa quatuor partes fecerunt: nunc apprehendamus illos et dividamus in quatuor partes, tibí unam, mihi unam, ad viros tuos aliam, et pueris meis quartam partem. Et ita fecerunt. Et dixit Vespasianus: De iis qui remanserunt quid autem faciemus? Titus respondit: lili Iudaei vendiderunt Dominum Nostrum triginta argentéis: nos autem vendamus ex eis triginta pro uno argénteo. Et ita fecerunt. Et apprehenderunt Pilatum et tradiderunt illum mihi, et ego illum posui in carcere ad custodiendum quatuor qua- ternionibus militum in Damasco».

XXXII

«Inde miserunt inquisitionem cum magna diligentia ad inqui- rendum vultum Domini: et invenerunt mulierem nomine Veroni- cam habentem vultum Domini».

XXXIII

Tune Tiberius imperator dixit Velosiano: «Quomodo illum ha- bes?» Qui respondit: «Habeo illum in sindone munda áurea invo- lutum pallio». Dixit autem Tiberius imperator: «Duc eum ad me et pande ante faciem meam, ut ego procidens in terram et genua

564

APÓCRIFOS DF. LA IWSIÓN Y RESURRECCIÓN

manto y el lienzo de oro donde estaba grabada la faz del Señor, y el emperador Tiberio pudo verla. Este adoró en seguida con un corazón puro la efigie del Señor, y su carne quedó limpia como la de un niño pequeño. Y todos los ciegos, leprosos, co- jos, mudos, sordos y aquejados de diversas enfermedades que estaban allí presentes, fueron recuperando la salud y quedaron sanos y limpios.

XXXIV

Mas el emperador Tiberio, considerando de rodillas y con la cabeza inclinada aquella frase: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que mamaste», exhaló un gemido al Señor y dijo entre lágrimas: «Dios del cielo y de la tierra, no permitas que yo peque, sino confirma mi alma y mi cuerpo y colócalos en tu reino, pues confío siempre en tu nombre; líbrame de to- dos los males así como libraste a los tres niños del horno de fuego ardiente».

XXXV

Después dijo el emperador Tiberio a Velosiano: «Velosiano, ¿has visto alguno de aquellos hombres que podrían haber con-

flectens adorem eum super tcrram». Tune Velosianus expandit pal- lium suum cum sindone áurea, ubi erat vultus Domini consignatus : et vidit eum Tiberius imperator 15. Qui statim adoravit imaginem Domini puro corde, et mundata est eius caro sicut caro pueri parvuli. Et omnes caeci, leprosi, claudi, muti, surdi, et variis detenti lan- guoribus, qui ibi aderant, sanabantur, et curati ac emundati sunt.

XXXIV

Tiberius autem imperator inclinato capite ac flectens genua, considerans illum sermonem: «Beatus venter qui te portavit et ubera quac suxisti» 16, ingemuit ad Dominum cum lacrimis dicens: «Deus caeli et terrae, non me permittas peccare, sed confirma animam meam et corpus meum et colloca in regno tuo, quia in nomine tuo confido semper; libera me ab ómnibus malis sicut liberasti tres pueros de camino ignis ardentis».

XXXV

Deinde dixit Tiberius imperator Velosiano: «Velosiane, vidisti aliquem hominem de his qui vidissent Christum?». Velosianus re-

15 ASax: «Et Tiberius vidit faciem et existimavit veré Domini faciem. Tamen minime erat, sed vestís erat quam Dominus ipse portaverat».

16 Cf. Le. 11,27.

VENGANZA DEL SALVADOR

565

templado a Cristo?» Velosiano respondió: «Sí lo he visto». Aña- dió el emperador: «¿Y preguntaste cómo bautizaban a los que creían en Cristo?» Velosiano entonces dijo: «Aquí, señor mío, tenemos uno de los discípulos del mismo Cristo». Así, pues, mandó que llamaran a Natán para que viniera a su presencia. Y vino Natán y le bautizó en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, amén. Luego el emperador Tiberio, res- tablecido ya de todas sus dolencias, subió a su trono y dijo: «Bendito eres, Señor omnipotente y laudable, que me libraste del lazo de la muerte y me limpiaste de todas mis iniquidades, pues cometí, ¡oh Señor!, muchos pecados en tu presencia y no soy digno de contemplar tu rostro». Entonces el emperador Ti- berio fué instruido por completo en todos los artículos de la fe.

XXXVI

El mismo Dios omnipotente, que es rey de reyes y señor de los que dominan, nos proteja en su fe, nos defienda, nos libre de todo mal y peligro y, finalmente, se digne llevarnos a la vida eterna una vez acabada la vida temporal. El cual es bendito por los siglos de los siglos. Amén.

spondit: «Vidi». Dixit: «Interrogasti quomodo baptizant eos qui cre- debant in Christum?» Velosianus dixit: «Hic, domine mi, habemus unum ex discipulis ipsius Christi». Tune praecepit vocari Nathan venire ad se. Venit ergo Nathan et baptizavit eum in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, amen. Statim Tiberius imperator factus sanus ab ómnibus languoribus suis ascendit super solium suum et dixit: «Benedictus es, Domine Deus omnipotens et laudabilis, qui liberasti me de laqueo mortis et mundasti me ab ómnibus iniquita- tibus meis, quia multum peccavi coram te, Domine Deus meus, et non sum dignus videre faciem tuam». Et tune Tiberius imperator fuit instructus in ómnibus articulis fidei plenarie et firma fide.

XXXVI

Ipse Deus omnipotens qui est rex regum et dominantium do- minus, ipse nos in fide sua protegat et defendat et liberet ab omni periculo et malo, et dignetur nos perducere ad viiam aeternam, vita temporali deficienti. Qui est benedictus in saecula saeculorum. Amen.

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

9. Sentencia de Piloto

Como apéndice al presente ciclo añadimos un curioso texto apócrifo de la sentencia que pronunció Pilato contra Jesús.

Está contenido en un manuscrito italiano perteneciente al Archivo General de Simancas (Sección «Secretaría de Esta- do», legajo 847 [antiguo], fol. i.°). Una nota preliminar dice que el texto fué encontrado el año 1580 en la ciudad de Aquila (en los Abruzzos). Lo que nosotros poseemos probablemente no es sino una copia del original italiano, hecha por algún sol- dado del siglo XVII durante alguna de sus campañas en el reino de Nápoles. Nuestro copista debía tener un menguado co- nocimiento de la lengua de Dante, a juzgar por el texto que nos legó en el archivo de Simancas.

En él se contienen curiosos datos cronológicos e históricos acerca de la pasión. Puede verse un estudio de ellos en el artículo An Apocryphal Form of Pilate's Verdict, publicado por E. F. Sutcliffe en CathBiQ 9 (1947) 436-41.

Añadimos una antigua versión castellana del siglo XVIII original de D. N. Guerra, obispo de Segovia.

SENTENCIA

DADA DE PONCIO PILATO CONTRA NUESTRO SEÑOR JESU-CHRISTO 1

«Copia hallada en la Ciudad de Aqüila, del Reyno de Ná- poles, de la sentencia dada por Poncio Pilatos, Presidente de

SENTENZIA

CHE DIEDE PILATO CONTRA CRISTO NOSTRO SIGNORE 2

«Copia de la sentenzia che diede Pilato contra cristo nostro sig- nore ritrovata nela cita de Laquila inoabruzo, de lanno 1 580 in Certte

1 Trad. castellana de D. N. Guerra, obispo de Segovia, contenida en su obra tit. Libro de varias noticias y apuntaciones (ms. de la Biblioteca Nacional de Madrid, sign. Kk-91, p.28 1-288). Esta versión fué publicada como sepa- rata de la mencionada obra el año 1786, como consta por la copia impresa conservada en Muñoveros (Segovia), de donde la transcribimos.

2 Transcripción del manuscrito original conservado en el Archivo Gene- ral de Simancas, Sección «Secretaría de Estado», legajo 847 (antiguo, fol.i.0).

SENTENCIA DE ΡΠ.ΛΤΟ

567

la Judea en el año 18 [sic] de Tiberio César, Emperador de Roma, contra Jesu-Cristo, Hijo de Dios, y de María Virgen, sentenciándolo á muerte de Cruz en medio de dos Ladrones el día 25 de Marzo; hallada milagrosamente dentro de una hermosísima piedra, en la qual estaban dos cajitas, una de hierro, y dentro de ella otra de finísimo marfil, donde estaba inclusa la infrascripta sentencia en letra Hebrayca en carta pécora del modo siguiente:

El año XVIIIo. [sic] de Tiberio César, emperador Romano, y de todo el Mundo, Monarca invencible, en la Olyrnpia- da c.xxi., en la Cliade xxiv., y en la Creación del Mundo, según el num°. y computo de los Hebreos quatro ve- zes m. c. Lxxxvii., y de la propagine del Romano Im- perio l. xxiii., de la liveración de la servidumbre de Babilonia m. cc. xi.,: siendo Cónsules del Pueblo Romano Lucio Pisano y Mauricio Pisarico; Procónsules Lucio Balesna, publico Govern. de la Judea, y Quinto Flavio, so el regimiento y Govierno de Jerusalen, Presidente gratísimo Poncio Pilatos, regente de la baxa Galilea, y Herodes Antipa, Pontífices del Sumo Sacerdocio Annas, Cayfas, Alit Almael el Magr. del Templo, Roboan Ancabel, Franchino Centurión, y Cónsu- les Rom.os y de la Ciudad de Jerusalen Quinto Cornelio Sublima, y Sexto Ponfilio Rufo; en el mes de Marzo y en el día xxv. de él.

YO Poncio Pilatos, aquí Presidente Romano dentro del

antiquita di marmori dove si trovorno doi Cassete, una di ferro, nela quale vi era una carta bregamina et selcrito in littrc ebreia Che se in terpetato deliu fraschritto tenore:

Lanno 17o de tiberio Cesare Enperador romano et di tutto il mondo monarcha in vittisimo et nelle olimpiade 121 et nelle Chia- de 24 et nella Creiacione del Mondo secondo il numero e compart- timento deli ebrei quatro volte 1147 déla propaggine del romano Inperio lanno 73 et de la liberacione déla servitu de la Babilonia lanno 430 et déla restitutucione del saqro inperio lanno 497 sotto li conzoli del pontechie Romano lucio pisano et marzio s [ ? jaurico pro cunzoli délo in vocio valerio palestino plubico governadore de giudeia quinto flavio sotto il riggimento et governo déla Cita Jero- salem presidente gratissimo pocio pilato reggente déla bassa galilea herodiade anti patriarcha et pontífice del sommo sacerdocio anna: et caifas : alesmael mastro del tenpio Rabaham ambel : irachino Ccn- turione de conzoli Romani et de la Cita di Jerosale quinto Cornelio Sublemio et sesto ponpilio Ruffo nel mese de Marzo sotto il di 25

YO Ponzio pilato qui presidente de linperio romano dentro al

APÓCRIFOS PE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

Palacio de la Archiresidencia Juzgo, condeno y sentencio á muerte a Jesús llamado de la Pleve Christo Nazareno, y de Patria Galileo, hombre sedicioso de la Ley Moysena, contra- rio al grande Emp.01' Tiberio Cesar; y determino, y pronuncio por esta, que su muerte sea en Cruz, y fixado con clavos á usanza de reos, porque aqui congregando, y juntando muchos hombres ricos, y pobres; no ha cesado de mover tumultos por toda la Judea, haciéndose hijo de Dios, y Rey de Jerusalen, con amenazarles la ruina de esta Ciudad, y de su Sacro Templo, negando el Tributo al Cesar, y haviendo aun tenido el atrevi- miento de entrar con ramos, y triumpho, y con parte de la Ple- ve dentro de la Ciudad de Jerusalen, y en el Sacro Templo. Y mando á mi primer Centurión Quinto Cornelio lleve pu- blicamente por la Ciudad á Jesús Christo ligado, y azotado, y que sea vestido de purpura, y coronado de algunas espinas, con la propia Cruz en los hombros para que sea exemplo á todos los malhechores: y con él quiero sean llevados dos La- drones homicidas, y saldrán por la P.ta sagrada, ahora Anto- niana, y que lleve á Jesús al publico monte de Justicia llamado Calvario, donde crucificado, y muerto, quede el cuerpo en la Cruz, como espectáculo de todos los malvados; y que sobre la Cruz sea puesto el titulo en tres lenguas, y en todas tres (Hebrea, Griega, y Latina) diga jesús nazar. rex judaeorum.

palazode larchiresidenza giudico connanno sentenzio a la mortte Jesu Chiamato Christo Nazareno de la turba de patria galilea homo sedicioso déla legge Mosaica Contra lo magnio inperador tiberio Cesare ditermeno et pronunzio per questo che la morte sua sia nella Coroce Con chiodi a hosanza di rei per che qui Congregatosi molti homini richi et poveri non ha cessato di Conmoveré tumulto per tutta la galilea facendosi figliolo de iddio Rre de israel Con minac- ciar la roina di Jerolasem e del saqro inperio Con dinegare lo tributo a Cesare doversi et averio [?] ancora auto ardire de intrare con palme e triunfo e conpaquiato da la turba como Rre dentro de la Cita di ierosalem nel sacro tempio onde Comando al mió Ccntruione quinto Cornelio Conduca publicamente por la Cita di ierosalem esso iesu, Christo ligato e flaggelato di porpora vestito e Coronato di pondente spine, con la propia Croce ne li omeri accio sia esenpio a tutti li mali fattori e con lui voglio siano condotti doi ladroni homicidi et uscirano per la portta giancarola ora detta antoniana Conduca seco giesu al plubico monte di scelirati Chiamato Calvario dove Crucifisso e morto il Corpo resti su la Croce Come spettacolo di tutti i malvaggi et su la Croce sia posto il titolo in tre linguaggi ebreo greco et latino Ebreo iesu aloi chisidin = Creco iesus naza- reno - Latino iesus nazarenus Rex iudeoro:

SENTENCIA ΏΕ PILATO

569

Mandamos asi mismo, que ninguno de cualquier estado, ó calidad se atreva temerariamente á impedir la tal Justicia por mi mandada, administrada, y executada con todo rigor según los decretos, y Leyes Romanas, y Hebreas so pena de rebelión al Imperio Romano = Testigos de la nra. Sentencia: por los 12. Tribus de Israel Rabain Daniel, Rabain seg.d0, Joannin Bonicar, Barbasu. Sabi Potuculam. Por los Fariseos Bulio, Si- meón, Ronol, Rabani, Mondagul, Boncurfosu. Por el Sumo Sacerdocio Rabban, Nidos, Boncasado. Notarios de esta pu- blicación: por los Hebreos Nitanbarta; Por el Juzgado, y Pre- sidente de Roma Lucio Sextilio, Amasio Chlio.

(Copias sacadas del ms. titulado Libro de varias noticias y apuntaciones, que dejó escritas en Latín, Español, Francés e Italiano D. N. Guerra, Obispo de Segovia. Copiadas de su original en M. dcc. lxxxvi)».

Comandamo ancora che nesciuno de qual si voglia stato sosia ardischa temerariamente inpedire tal giusticia per noi Comandata administrata et esiguita Con, ogni rigore secondo li decreti e legge del Romani come ebrei sotto pena de Rebelione olinperio Romano : Testimoni di questa nostra sentenzia li, dodeci tribuí de Israel.

(En la primera columna:) Ravan-Daniel-Rabani: 2'-Joan-Barbo- sisabet-Preticlani.

( En la segunda columna:) Per il sommo sacerdocio Raban-Judas- Boncasato.

(En la tercera columna:) Per li farisei Rolian-Simon-Daniel.

(En la cuarta columna:) Raban-Mordagin-Boncortassitis.

Per linperio et presidente di roma: lucio sextilio amostro Silio Notari di questa publica Criminali per li libri: Nastan Restena.

(En la parte externa del documento:) Copia déla sentenzia di Jesu Christo data de pilato lanno 17o.

(Es copia literal en todas sus partes y ortografía)».

3. EVANGELIO DE BARTOLOME

1-3. identificación de este apócrifo, que nos ha llegado en fragmentos dispersos, ha podido verificarse, finalmente, des- pués de numerosos trabajos. Para hacerse una idea aproximada de su contenido y características, será necesario recorrer, si- quiera sumariamente, las diversas etapas por las que ha tenido que atravesar esta labor de identificación. Entre las muchas apor- taciones de los críticos en este terreno, es preciso destacar la del cardenal E. Tisserant en colaboración con el P. A. Wil- mart 1, que nos sirve de base para nuestro trabajo.

Pocos son los rastros que ha dejado en la antigua literatura cristiana el Evangelio de Bartolomé. San Jerónimo, al enumerar las diversas narraciones apócrifas que circulaban en su tiempo, recuerda un evangelio «según Bartolomé» -. Asimismo, el Decr. Gelasianum señala en el n.n Evangelio. [Evangelium] no- mine Barlholomaei 3.

La tradición griega ofrece dos testimonios. El Ps. Areopa- gita pone en boca de Bartolomé unas palabras relativas a la elas- ticidad de la teología 4. El monje Epifanio dice que la Madre de Dios hizo testamento, «como afirma el santo apóstol Bar- tolomé» 5.

De no existir algún otro documento, bien poco era lo que estas citas podían consignar acerca del «Evangelio de Barto- lomé». Además, no sería descabellado pensar que todos estos testimonios procedan de una fuente común, relacionada pro- bablemente con la tradición que, ya de antiguo, hacía predicar

1 Fragments grecs et latins de l'Evangile de Barthélemy: RBi io (19 13) 160-90.321-68.

2 «Ut est illud iuxta Aegyptios et Thomam et Matthiam et Bartholo- maeum, duodecim quoque Apostolorum et Basilidis atque Apellis...» (Comm. in Mt. prologus: PL 26,i7A).

3 Posteriormente le recuerda también San Beda el Venerable en su Comm. in Le. I 1.

4 Ούτω γοΰυ ό θείος Βαρθολομαίος φησ'ι και πολλήν την θεολογίαν είναι και έλαχίστην, καΐ τό εύαγγέλιον πλατύ καΐ μέγα καΐ αύθις συυτετμένον (De mystica Theol. 1,3: PG 3,ιοοοΒ).

5 [Μαρία] ... διαθήκην έπο:ήσατο, ώς λέγε. ό άγιος Βαρθολομαίος ό απόστολος (De vita b. Virg. 5,25: PG I20,2I3B-D).

EVANGELIO DF. BARTOLOMÉ

571

a San Bartolomé el evangelio en la India ('. De esta tradición se hace eco el propio San Jerónimo 7.

Hoy, gracias a los descubrimientos que se han ido haciendo y a las consecuencias a que ha llevado su estudio, podemos constatar no solamente la gran difusión que tuvieron en am- bientes helénicos, coptos, latinos y eslavos diversos escritos re- lacionados con San Bartolomé, sino reducir éstos a la unidad y reivindicar para todos ellos el título de Evangelio de Bartolomé.

El año 1835 publicaba E. Dulauricr un fragmento sahidico que acababa de encontrar en la Biblioteca Real de París x. Entre otras cosas, se describe en él la entrada de Adán y Eva en el paraíso. Esta fué la razón de que su editor diera a su ha- llazgo el título de Apocalipsis de Bartolomé, sin parar mientes en otros pasajes del citado fragmento, que dan más bien la im- presión de pertenecer a un evangelio de la resurrección y de la ascensión del Señor.

En 1891, los críticos alemanes A. Harnack y C. Schmidt publicaron otro fragmento copto, análogo al de Dulaurier, y creyeron se trataba de un apocalipsis de Adán o de Moisés

Anteriormente, en 1863, había encontrado N. Tichonravov un manuscrito eslavo perteneciente a la laura de Alejandro Nevskij (cerca de S. Petersburgo), en que se contenían las Preguntas del santo apóstol Bartolomé 10.

Por su parte, A. Vassiliev descubrió en 1893 un texto griego paralelo al eslavo de Tichonravov, que se conservaba en la Biblioteca Real e Imperial de Viena

N. Bonwetsch sometió a un estudio comparativo estos dos últimos textos y sacó la conclusión importante de que se trataba de un antiguo apócrifo griego, cuyo protagonista era el apóstol San Bartolomé, y del que se poseía una recensión equivalente, parte en griego y parte en eslavo 12. Sin embargo, no se le ocurrió pensar en una posible identidad con los fragmentos coptos de Dulauricr y de Harnack-Schmidt.

6 Cf. Euseb., Hist. Eccl. V 10,3.

7 De viris illustribus 36.

8 Fragments des révélatíons apocryphes de Barthélemy (París 1853).

9 Ein koptisches Fragment einer Moses-Adam-Apokahvse: SitzAkPr (Ber- lín 1891).

10 Varpholomeevy voprosy Bogoroditse: «Pamijatniki otrechennoij rus- skoij Literatury» 2 (Moskwa 1863) 18-23. Un año antes había publicado N. A. Pypin otra versión eslava de dichas Preguntas (Loznyja i otrechennyja Itnigi drevneij Rossii t.3 [Petrogrado 1862] P.107SS.).

11 Quaestiones S. Bartholomaei Aposloli: "Anécdota Graeco-Byzantina» pars I (Mosquae 1803) p. 10-23.

12 Die apokryphen Fragen des Bartholomaus: GóttNachrt (Góttin- gen 1897) p.1-42.

572

apócrifos ηε la pasión y resurrección

Al esclarecimiento de la cuestión ayudó no poco el descu- brimiento de nuevos textos coptos.

El año 1904, E. Revillout dió, al parecer, con los manuscri- tos de donde procedían los fragmentos coptos anteriores 13« Se trataba de doce folios, en que pudo ver los trazos de una narra- ción antigua existente en una doble redacción y a los que con- sideró como restos de un antiguo Evangelio de Bartolomé. Sola- mente cometió el error de separar de este conjunto varios frag- mentos, para él incoherentes, en que quiso ver un Evangelio de los Doce Apóstoles. Esta última hipótesis fué rápidamente descar- tada por Baumstark 14. El mismo año, Μ. P. Lacau publicó un estudio acerca de los manuscritos de Revillout, y llegó a la con- clusión de que tenían un origen común con los fragmentos cop- tos de Dulaurier y de Harnack-Schmidt 15. Lástima que no lle- gara a descartar definitivamente la antigua hipótesis del supues- to Apocalipsis de Bartolomé.

El año 1909 vino a sumarse a los ya descubiertos un nuevo manuscrito copto que editó M. R. de Rustafjaell 16 con la tra- ducción de M. Crum. Actualmente se encuentra en el British Museum con la signatura Or. 6804.

M. R. James tuvo la genialidad de relacionar estos fragmen- tos coptos con los griegos y eslavos, y llegó a la conclusión de que el llamado Apocalipsis copto de Bartolomé debía conside- rarse substancialmente idéntico a las Preguntas de los textos es- lavos ,7.

Esta conclusión quedó definitivamente sentada gracias a dos valiosísimas aportaciones. El año 1913 publicaban el cardenal E. Tisserant y el P. A. Wilmart una compilación latina del Evangelio de Bartolomé, contenida en el códice Vaticanus Reginen- sis 10 ¿o, amén del texto griego de dicho evangelio, contenido en el manuscrito Sabbaitico del patriarcado ortodoxo de Jerusa- lén I8; posteriormente, en 1921, publicaba U. Moricca una re-

13 Les apocryphes copies: PaOr II 2 (París 1904) p.185-198; cf. Id.: RBi 13 (1904) 167-87.

14 RBi 3 (1906) 245SS.

15 Fragmenis d' apocryphes copies: MéMissCa (1904).

15 The lighl of Egyptfrom recenlly discovered predynastic and early chris- tian records (London, Kegan Pau!, 1909). Rustafjaell dió a su apócrifo el título de The apocryphal narrative of Christ by the apostle Bartholomew.

17 «The Coptic Apocalypse of Bartholomew will be found to be ultima- tely identical with the Questions» (JThSt 6 [1905-06] 584).

1 8 Se trata de un manuscrito del siglo X u XI procedente de la laura de San Sabbas ad Mare Mortuum; lleva la signatura número 13. El copista apro- vechó los márgenes del códice, que contiene homilías y panegíricos, para transcribir el Evangelio de Bartolomé. Escribe el griego tal como lo pronun-

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

573

dacción latina completa y enormemente amplificada, que ha- bía encontrado en un manuscrito del siglo XI, perteneciente

a la Biblioteca Casanatense, de Roma 1Q.

VALORACION DE LOS TEXTOS.— A las redacciones cap- tas se las puede tachar de esa incoherencia, mezcla de fantasía y de errores de interpretación, que es característica general de la literatura copta. Proceden todas de un texto común, que pudo existir en el siglo V o VI. Este texto debió derivarse de fuentes griegas, sin que necesariamente hayamos de decir que fué una traducción. Dichas fuentes fueron libremente altera- das y mezcladas con oíros elementos fantásticos. El resultado fué un conglomerado artificial e incoherente que, siguiendo en líneas generales el Evangelio de San Juan, lo ha desfigurado, abusando del elemento milagroso 20.

Las redacciones eslavas están representadas por el texto de Tichonravov (al que hay que añadir un manuscrito eslavo-ser- bio encontrado en la Biblioteca Imperial de Viena con la signa- tura 125, perteneciente al siglo XVII) 21 . Aunque a ambos tex- tos les falta el comienzo de la narración, su valor es apreciable en orden a la fijación del texto griego. Su estilo es sobrio y se ajustan a un buen sentido histórico.

Las redacciones griegas están representadas por los textos de Vassiliev y de Tisserant-VVilmart. Los manuscritos que contie- nen a ambos son muy deficientes en punto a ortografía. El primero parece glosar simplemente al segundo, añadiendo cali- ficativos redundantes, fáciles de suponer. El segundo es un tes- timonio mediocre de un buen texto. Viene a ser un término

cía, contra todas las reglas cié ortografía; esto, unido al gran número de abreviaturas y a las frecuentes tachaduras, hace que se lea con suma di- ficultad.

Ambos textos fueron publicados, como se ha indicado anteriomente, en RBi 10 (1913) 160-90.321-68.

19 Un nuovo testo delV «Evangelo di Bartolomeo»: RBi 30 (19 13) 160-90. 321-68.

20 Tisserant-Wilmart dicen textualmente, hablando de los fragmentos coptos: *On les a souvent regardés comme les debris d'une ancienne apo- calypse de Barthélemy; ils nous ont semblé n'etre au contraire qu'une pále survivance, un développement factice et incohérent, direct néanmois et in- déniable, de la méme tradition littéraire qui a donné naissance á l'évangile grec de Barthclemy) (a.c, p.352).

21 Ha sido descrito minuciosamente por Μ. I. Sokolov en su obra Sla- vijanskaia kniga Enocha vrovednavo: «Chtenija ψ imp. Obschestvie istorii i drevnosteij rossiiskich pri Moskowskom Universitete», fasc.4 (Mos- kwa 1899); fase. 5 (1910).

574

APÓCRIFOS Dfe Ι.Λ PASION Y RESURRECCIÓN

medio entre el anterior, que glosa, y las versiones eslavas, que propenden a abreviar. El que tanto éstas como la versión latina Casanatense le sigan muy de cerca, es una buena garantía de su valor.

Los textos de las redacciones latinas son muy desiguales. El publicado por Tisserant-Wilmart ocupa un solo folio (66 n, en total) del códice Vaticanus Re^incnsis 1050, que es una colección jurídica del siglo IX o X. Consta de tres fragmentos. No se pue- de decir que sea una traducción latina del Evangelio de Bartolomé; se trata más bien de una compilación, en que han encontrado lugar casi exclusivamente los pasajes alusivos al demonio, mo- dificados previamente. Por lo cual, su valor es muy exiguo en orden a la fijación del texto. La versión latina Casanatense con- tiene el texto completo de las llamadas Preguntas. Es, pues, el único documento que nos conserva íntegro el Evangelio de Bar- tolomé. Sin embargo, su redacción acusa notable alejamiento del texto primitivo, ya que aparece exageradamente amplia en re- lación con los fragmentos conocidos. El códice en que está con- tenida pertenece a la citada Biblioteca Casanatense de Roma; lleva por signatura el número 1880 y está escrito en bella mi- núscula farfense del siglo XI 22. En sus frecuentes digresiones hace alarde de erudición escriturística y da amplio lugar a apos- trofes oratorios. El latín es vulgarísimo; abundan solecismos de todo género, propios de la lengua del pueblo.

CONTENIDO. El Evangelio de Bartolomé desarrolla los te- mas que más excitaban la curiosidad de los antiguos: encarna- ción, bajada de Cristo a los infiernos, creación de los ángeles, caída de Lucifer, etc. Temas análogos desarrollan las Acta Pilad en su segunda parte. La literatura apocalíptica, abundante en extremo, sentía predilección por todos estos puntos. Hemos hecho notar ya repetidas veces que la secta de los Gnósticos se preocupaba de ellos también con cierta frecuencia. No obstan- te, nuestro apócrifo no contiene en general errores dogmáticos. Su carácter fantástico y misterioso le hace provenir de Egipto, donde alguna secta cristiana de los alrededores de Alejandría debió sacarle a luz hacia el siglo IV. Su lengua original debió de ser el griego.

22 En una de sus páginas se lee esta nota aclaratoria: «Pertinuit hic codex ad Bibliothecam monasterii Montis Amiatac in Tuscia Ordinis Cis- terciensis, unaque cum pluribus aliis, maximam partem membranaceis, emptus fuit Viterbii (ibi certe de eius acquisitione primum tractari coeptum est) anno 1784 dum ibi per autumnales ferias versaremur».

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

575

En la presente edición ofrecemos el texto griego del códice Sabbaitico, llenando sus lagunas con el manuscrito de Vassiliev y las versiones eslavas y latinas.

Ediciones y versiones. E. Dulaurier, Fragments des révélations apo- cryphes de Barthélemy (París 1835); N. A. Pypin, Loznyja i otrechennyja knigi drevneij Rossii t.3 (Petrogrado 1862) P.107SS.; N. Tichonravov, Var- pholomeevy voprosy Bogoroditse [según ms. de la colección de Paisiev (s.XIV) n.4, perteneciente a la «Duchovnaia Akademija» de San Petersburgo] : «Pa- mijatniki otrechennoij russkoij Literatury» 2 (Moskwa 1863) 18-23; A. Har- nack y C. Schmidt, Ein koptisches Fragment einer Moses-Adam-Apokalypse: SitzAkPr (Berlín 1891); A. Vassiliev, Quaestiones S. Bartholomaei Ápos- toli: «Anécdota Graeco-Byzantina» pars I (Mosquae 1893) p. 10-23 [según cod. Vindobon. hist.67 (Lambecii XXXIII) fol.9-15,2-4; s.XIII]; N. Bon- wetsch, Die apokryphen Fragen des Bartholomaus: GóttNachrt (Góttin- gen 1897) p.1-42; E. Revillout, Les apocryphes coptes: PaOrlI 2 (París 1904) p. 185-198; M. R. Rustafjaell, The Ughí of Egypt from recently discovered predynastic and carly christian records (London, Kegan Paul, 1909); E. Tis- serant y A. Wilmart, Fragments grecs et latins de l'Evangüe de Barthélemy: RBi 10 (1913) 160-90.321-68; E. A. Budge, Coptic Apocrypha: «British Museum» (London 1913) iss.,i7gss.2i6ss. ; U. Moricca, Un nuovo testo dell' «Evangelo di Bartolomeó» : RBi 30 (1921) 489SS.; 31 (1922) 20ss.;F. S. Marsh, A new fragment of the gospel (?) of Bartholomew: JThSt 23 (1921-22) 400SS. [v. siríaca]; A. M. Kropp, Ausgewdhlte koptische Zaubertexte I (Bruxelles 1931) p.79-81; II p.249-51 [tres rec. coptas del ms. Or. fol.1608 III de Berlín]; JamesNT (repr. 1953) p.166-181 [v. inglesa].

Estudios. Μ. P. Lacau, Fragments d'apocryphes coptes: MéMissCa 1904; M. A. Baumstark: 3 (1906) 245SS. ; M. R. James: JThSt 6 (1905-06) 577-86; 7 (1906-07) 633-34; F- Haase, Zur Rekcnstruktion des Bartholo- mausevangeliums: ZtMW 16 (1915) 93SS.; J. Kroll, Goít und Hollé. Der Mythos vom Descensuskampfe (Leipzig-Berlín 1932) p. 71-82; L. Pirot, Bar- thélemy (Evangile): SupDBi 1 (1928) 924-27; A. Romeo, Evangelium et Passio Bartholomaei: EnCat II (1949) 916-20.

576

APÓCRIFOS DE LA FASIÓN V RESURRECCIÓN

EVANGELIO DE BARTOLOME *

Códice sabbaítico de Jerusalén I

1. Después de que Nuestro Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos, se acercó a él Bartolomé y le abordó de esta manera: «Descúbrenos, Señor, los misterios de los cielos».

2. Jesús le respondió diciendo: «Si [antes no] me despojo de este cuerpo carnal, no podré revelártelos».

»\m I

ι. Μετά τήν έκ νεκρών άνάστασιν τοΰ κυρίου ημών Ίησοϋ Χρίστου ιτροσελ[θών ό] Βαρθολομαίος τον κύριον επερωτά λέγων «Άποκάλυ ψόν μοι, [κύριε], τά μυστήρια τών ουρανών» 1.

2. Αποκριθείς δέ ό Ίησοΰς εΐπεν αϋτώ· «Έάν άπώσομαι 2 τό σώμα της σαρκός, οϋ δυνήσομαι ειπείν σοι».

* Los incisos encerrados entre corchetes vienen a llenar las lagunas del códice de Jerusalén. Aquellos a los que no precede sigla alguna son debidos a la interpretación de los críticos, sobre todo cuando se trata de palabras truncadas. Las siglas, que por comodidad tipográfica son distintas en el texto griego y en la versión, son las siguientes:

Δ = Ν = Cód. Alejandrino de Nevskij edit. por Tichonravov.

Φ =- Vs == Vindobonense eslavo 125.

Β = Vr = Vaticanus Reginensis (latino) 1050.

Θ = G = Vindobonense gr. histórico 67.

Κ = C == Versión latina Casanatense.

Η = Cód. Sabbaítico de Jerusalén 13.

Los textos eslavos están presentados en la versión latina adoptada por Tisserant-Wilmart en el trabajo citado.

1 Las recensiones coptas abren la narración con- la descripción de la últi- ma cena y la cierran con la ascensión del Señor. En el c.i describen la pasión con datos extraños e incoherentes. Jesús durante la cena resucita un gallo en señal de su propia resurrección. Después es traicionado por Judas y crucificado. Al verle Ananías en el patíbulo, pide a los judíos que le crucifiquen también a él mismo. Finalmente, el Señor se lleva consigo el alma de Ananías, tal como lo había predicho.

Las versiones eslavas y la lat. casanatense coinciden en situar el comienzo del presente diálogo antes de la resurrección. Nuestro códice, al situarla después, se contradice a mismo. Cf. el versículo siguiente.

2 Hemos traducido «si antes no me despojo» siguiendo la interpretación de Bonwetsch, quien, apoyado en las versiones eslavas, traduce: «nisi de- posuero». Asimismo, M. R. James traduce: «If I put [not] off the body of the flesh. I shall not be...» (The Apocr. Ν. T. p.167). La incoherencia de nuestro texto nos lleva a aceptar esta interpretación aun a costa de tener que modificar el versículo 1 : μετά τήν άνάστασιν.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

577

3. N [Pero cuando resucitó, después de estar sepultado, ninguno se atrevió a preguntarle, porque, aunque no se le podía ver, su divinidad estaba realmente presente.]

4. Bartolomé, pues, acercándose al Señor, le dijo: «Tengo algo que decirte, Señor».

5. Jesús a su vez respondió: «Ya lo que vas a decirme. Dime, pues, lo que quieras. Pregunta y yo te daré razón».

6. Bartolomé habló entonces: «Cuando marchabas camino de la cruz, yo iba siguiendo de lejos. Y te vi a ti pendiente del madero y a los ángeles que, bajando de los cielos, te adoraban. Al sobrevenir las tinieblas,

7. yo estaba contemplándolo todo. Y vi cómo desapare- ciste de la cruz y sólo pude oír los lamentos y el crujir de dien- tes que se produjeron súbitamente en las entrañas de la tierra».

8. Jesús entonces respondió de esta manera: «Dichoso de ti, Bartolomé, amado mío, porque te fué dado contemplar este misterio. Ahora puedes preguntarme cualquier cosa que se te ocurra, que todo te lo daré a conocer».

9. «Cuando desaparecí de la cruz, es que bajé al infierno para sacar de allí a Adán y a todos los que con él se encon- traban, accediendo a la súplica del arcángel Miguel».

3. AfQuando autem sepultus fuit et resurrexit, et omnes non ausi sunt eum interrogare, quia non fuit eum videre, sed plenitudo divinitatis suae re ipsa erat.]

4. Ό ούν Βαρθολομαίος έγγίσας προς τον κύριον εΐπεν «Λόγος μοί εστίν πρός σε, κύριε».

Ό δέ Ιησούς λέγει ούτω· «Γινώσκω δ μέλ[λ]εις λέγειν λέγε ουν ά βούλει, έρώτησον κάγώ άττοκριθήσομαί σοι».

6. Ό δέ Βαρθολομαίος εΐττεν «Κύριε, δτε άττήρχου έν τω σταυρω κρεμασθήναι, εγώ άττό μακρόθεν ήκολούθουν και εϊδόν σε έν σταυρω κρεμασθήναι, και τούς αγγέλους κατερχομένους έκ των ουρανών και ττροσκυνοΰντάς σε. Και ότε τό σκότος έγένετο,

η. εγώ έθεώρουν, και εΐδόν σε άφανή γεγονότα άττό του σταυρού, φωνής δέ μόνον ήκουον έν τοις καταχθονίοις και όδυρμόν και βρυγμόν άφνω γενόμενον μέγαν. Άπάγγειλόν μοι, κύριε, ττοΰ άν άττήλθες άττό του σταυρού».

8. Αποκριθείς δέ ό Ιησούς είπεν «Μακάριος εϊ, Βαρθολομαίε αγα- πητέ μου, ότι έθεάσω τό μυστήριον τούτο, και νύν πάντα δσ' άν επερώ- τησης μοι άπαγγελώ σοι».

«Ότε γάρ άφανής έγενόμην άπό τοΰ σταυρού, τότε κατήλθον εις τον άδην 3 ίνα άγάγω τον Αδάμ και πάντας τους μετ' αύτού κατ[ά] την παράκλησιν τού άρχαγγέλου Μιχαήλ».

3 El descendimiento del Señor al seno de Abrahán está comprendido entre este versículo y el 20. Un pasaje par?lelo es el descrito en el Descensus

Ev. apócrifos

19

5TB

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

10. Dice entonces Bartolomé: «¿Y qué significaba aque- lla voz que se oyó

11. Respóndele Jesús: «Era la voz del Infierno, que decía a Belial: A mi modo de ver, Dios se ha hecho presente aquí».

12. Vs[(u. Cuando descendí, pues, con mis ángeles al Infierno para romper los cerrojos y las puertas de bronce, decía éste al Diablo: «Me parece como si viniera Dios a la tierra».

Y los ángeles dirigían sus clamores a las potestades diciendo: «Alzad, ¡oh príncipes!, las puertas y haced correr los canceles eternales, porque el Rey de la gloria va a bajar a la tierra».)

Y el Infierno dijo: « ¿Quién es este Rey de la gloria que viene del cielo hacia nosotros?»

ΙΟ. Τότε λέγει ó Βαρθολομαίος- «Κύριε, τίς έστιν ή φωνή ή γενο- μένη»;

11. Λέγει αϋτω ό ΊησοΟς· «Ό άδης είπε προς τον Βελειάρ· ώς βλέ- πω θεός ένταΰθα ήκει».

12. Φ [ιι. Quando igitur descendí cum angelis meis in tarta- rum ut proteram firmos pessulos et aereas fores evertam, dicens Tartarus Diabolo: «Quasi veniat Deus in terram video ego». Et cla- mabant angelí potestatibus dicentes: «Tollite portas, principes, ves- tras et auferte portas aeternales, quia rex gloriae venit in terram».

12. Et dixit Tartarus: «Quis est rex gloriae [qui] transit ad nos

Christi ad inferos, donde se citan las palabras de Isaías (9,2): El pueblo que estaba en tinieblas ha visto una gran luz, y los versículos 7-10 del salmo 23: Attollite portas principes vestras... Λ1 encontrar estas mismas citas Vassiliev y Bonwetsch en las versiones eslavas del Ev. de Bart., pensaron en una posible dependencia de éste con relación al Descensus. Sin embargo, el ar- gumento parece carecer de fundamento, toda vez que el códice de Jerusalén, que es el más primitivo, no aduce tales citas. La imitación, por consiguiente, puede estar solamente por parte de las versiones eslavas. Tisserant- Wilmart opinan que ambas descripciones, a pesar de las semejanzas entre ellas exis- tentes (sobre todo el diálogo entre Belial y el Hades), son independientes entre sí.

Las recensiones coptas en el 02 dejan entrever ciertos rasgos de esta descripción. Después de que José de Arimatea dió sepultura al cuerpo del Señor, se presenta ante el sepulcro la Muerte llena de espanto y acompa- ñada de sus seis hijos. Interroga al cadáver envuelto en el sudario. Jesús se quita el lienzo que le cubría el rostro, mira fijamente a la Muerte y se mofa de ella, sin que ésta por su parte le reconozca. La semejanza mayor entre la descripción copta y nuestro primer capítulo está en el terror de la Muerte, comparable al del Hades.

El descendimiento del Señor a los infiernos ha sido repetidamente repre- sentado en los monumentos de la antigüedad ostentando evidentes huellas de la literatura apócrifa. Remitimos al lector al Descensus, donde hemos tra- tado este punto con mayor amplitud.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

579

13. Mas, cuando hube descendido quinientos pasos, el Infierno se llenó de turbación y dijo: «Me parece que es Dios el que baja a la tierra, pues oigo la voz del Altísimo y no puedo aguantarla».

14. El Diablo respondió diciendo: «No decaigas de ánimo, Infierno; recobra tu vigor, que Dios no desciende hasta la tierra».

15. Y cuando volví a bajar otros quinientos pasos y los ángeles y potestades exclamaban: «Alzad las puertas a vuestro Rey y elevad los canceles eternos, pues he aquí que está para entrar el Rey de la gloria», dice de nuevo el Infierno: «¡Ay de mí! Ya siento el hálito de Dios».

16. Y dijo el Diablo al Infierno: «¿Para qué me asustas, Infierno? Si es sólo un profeta semejante en algo a Dios... Atrapémosle y llevémosle a presencia de esos que creen que está subiendo al cielo».

17. \4as el Infierno replicó: «¿Y quién es de entre los profetas? Infórmame. ¿Es acaso Henoc, el escritor veracísi- mo ? Pero Dios no le permite bajar a la tierra hasta después de seis mil años. ¿Acaso te refieres a Elias, el vengador? Pero éste no podrá bajar hasta el fin del mundo. ¿Qué haré? Para nuestra perdición ha llegado el fin de todo, pues aquí tengo escrito en mi mano el número de los años».]

16-17. Belial, a su vez, replicó al Infierno: «Observa aten-

13. Quando autem descendí D gradus, valde conturbatus est Tartarus dicens : «Puto quod Deus descendit in terram, audio enim vocem Altissimi, et nequeo tolerare».

14. Diabolus autem dixit: «Noli te subicere, Tartare, et te cor- robora, Deus enim in terram non descendit».

15. Et quando descendí alios D gradus et clamabant angelí et potestates: «Tollite portas regís vestri, et attollite portas aeternales, ecce enim introit rex gloriae», iterum dicit Tartarus: «Oh vae mihi! qui halitum Dei audio».

16. Et dixit Diabolus Tártaro: «Quid me conturbas, Tartare, propheta est et assimilat se Deo; eum habeamus, et adducamus ad arbitrantes ascenderé eum in caelum».

17. Tartarus autem dixit ei: «Quis est ex prophetis? certiorem me fac! Henochne veracissimus scriptor? sed non permisit Deus descenderé eum in terram ante finem VI millium annorum; an Heliam dicis vindicem? sed ante finem non descendet. Quid fa- ciam? ad perditionem nostram finís est. Habemus numerum anno- rum in manu mea».]

16-17. «Ό δέ Βελειάρ εΐπεν τω άδη· Ίδέ άκριβώ; τίς άρα εστίν,

5S0

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

tamente quién es el que ha llegado, porque, o es Elias, o Henoc, o uno de los profetas, a mi modo de ver».

Mas el Infierno respondió de esta manera a la Muerte: «Aún no se han cumplido los seis mil años. ¿De dónde, pues, son éstos, Belial ? La cantidad está escrita en mis manos».

18. Belial dijo al Infierno: «No te turbes. Asegura bien tus poderes y refuerza los cerrojos. Hazme caso: Dios no baja hasta la tierra».

19. Responde el Infierno: «No puedo oír tus bellas pala- bras. Siento que revienta mi seno y mis entrañas se llenan de aflicción. No puede ser otra cosa sino que Dios se ha presen- tado aquí. ¡Ay de mí! ¿Adonde iré huyendo de su rostro, de la fuerza del gran Rey? Déjame esconderme en tus entrañas, pues fui hecho antes que tú».

20. En aquel preciso momento penetré yo y le flagelé y le até con cadenas irrompibles. Después hice salir a todos los patriarcas y vine de nuevo a la cruz».

21. Bartolomé le dijo: «Dime, Señor, ¿quién era aquel

ός ε ότι Ηλείας εστίν ή Ένώχ ή εκ των προφητών εΤς έμοί ούτος

φαίνεται».

«Ό δέ άδης αποκριθείς τω θανάτω είττεν Οΰποτε έξακισχίλια έτη πεπλήρωνται. Και πόθεν ούτοί εϊσιν, Βελειάρ; τό τίτλον τοΰ άριθμοΟ έν ταΐς χερσί μου».

ι8. «[Ό δέ Βελειάρ είπεν τω αδη]· Μή Θροηθής, άσφάλισαι τ[άς] θύρας σου και τους μοχλούς σου ένίσχισον νόει μοι, Θεός έπί γης ού κατέρχεται».

ig. «Λέγει αΰτω ό αδης Όϋκ ακούω καλά σου τά ρήματα, ή γαστήρ μου διαρρήγνυται, τά ένδο[ν] μου διάγω· ούκ εστίν άλλ' ό Θεός ενταύθα ήκει. Οϊμοι, πού φύγω από προσώπου αυτού της δυνάμεως τοΰ μεγά- λου βασιλέως; "Εασόν με εϊσελθεΐν εις σεαυτόν,' προ γάρ σού έγώ πλασ- τός ειμί».

2θ. «Τότε εΐσήλθον και έμάστιξα αύτόν καί έδέσμησα αυτόν δεσμοΐς άλύτοις 4 [καί έ]ξέβαλον πάντας τούς πατριάρχας καί ήλθον πάλιν έν τω σταυρώ».

21. Λέγει αύτώ ό Βαρ[θο]λομαΐος· «Άπάγγειλόν μοι, κύριε τίς ην

4 Nuestro texto describe la entrada de Cristo en los infiernos con mucha sobriedad. No así el copto. Según éste (IX 21-25), Jesús resucita entre una turba de ángeles, penetra en el infierno rompiendo sus puertas, ata a los de- monios Belial y Melkir y libra a Adán y a las almas justas. Después, volvién- dose hacia Judas, le maldice. La Muerte corre a defender al Infierno, pero en él solamente encuentra tres almas encarceladas: Herodes, Caín y Judas.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

581

hombre de talla gigante a quien portaban los ángeles en sus manos?»

22. Jesús respondió: «Aquél era Adán, el primer hombre que fué creado, por quien yo bajé del cielo a la tierra. Yo le dije: Por ti y por tus descendientes he sido colgado de la cruz. El, al oírlo, dió un suspiro y dijo: Así te plugo a ti, Señor».

23. De nuevo dijo Bartolomé: «También vi a los ángeles que subían delante de Adán y que cantaban himnos».

24. «Mas uno de éstos, el más esbelto de todos, no quería subir. Tenía en sus manos una espada de fuego y te hacía se- ñales a ti únicamente».

25. «Vr[Y los demás le rogaban que subiera al cielo, mas él no quería. Pero, cuando le mandaste subir, vi una llama que salía de sus manos y que llegaba a la ciudad de Jerusalén».

26. Y dijo Jesús: «Era uno de los ángeles encargados de vengar el trono de Dios».

óv άνέφερον άγγελοι έν ταΐς χερσίν αύτών, [ά]νθρωπος ó πανμεχέθης εκείνος» 5.

22. Αποκριθείς δέ ό Ίησοΰς εΐπεν αύτω· «Ούτος ή ν ό -πρωτόπλασ- τος Αδάμ δι' δν εγώ έκ των ουρανών έπϊ γης κατήλθον. Kai είπον αύτω· έγώ διά σε και τά τέκνα σου έν τω σταυρω έκρεμάσθην. Αυτός δέ άκουσας άναστέναξεν και εΐπεν ούτως ήύδόκησας, κύριε».

23- Πάλιν είπεν ό Βαρθολομαίος· «Εϊδον, κύριε, και τούς άγγέλους άνερχομένους έμπροσθεν του Αδάμ κα'ι ύμνούντας».

24. « Εις δέ τών αγγέλων διαμεγέθης ύπέρ τούς άλλους και ούκ έβούλετο άνελθεΐν, [ετυ]χεν δέ έν τη χειρί αύτού ρομφαία πυρίνη και διενεύετό σοι μόνω» 6.

25· B[Omnes vero angelí deprecabant ei ut ascenderet cum eis, et nolebat. Quando praeceperas ei ascenderé, vidi flammam exeuntem de manibus eius usque ad civitatem Ierusalem.

26. Et dixit Iesus: Unus ex ángel is erat qui stant ad vindican- dum thronum Dei.

5 Este versículo sirve de punto de arranque a la versión lat. Casanatense para hilvanar su narración. Comienza describiendo la liberación de Adán.

El traslado de Adán al paraíso está contenido también en el Descensus, pero se observan notables diferencias entre ambas descripciones. En nuestro evangelio, el arcángel Miguel no desempeña el oficio de llevar personal- mente las almas al cielo. Es más bien el estratega al frente de los ejércitos angélicos vengadores de Satán. En el Descensus, en cambio, es el encargado de llevar directamente el alma de Adán al paraíso. En este relato, además, Jesús sube inmediatamente al cielo con las almas libertadas, mientras que en nuestro evangelio vuelve de nuevo a la cruz y sólo después de la resurrec- ción tiene lugar su entrada en el empíreo.

6 La supresión de los versículos 25-28 en el códice de Jerusalén debe atribuirse, más que a deterioramiento del manuscrito, a una omisión fortuita o intencionada del copista, según Tisserant-Wilmart.

5S2

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

27. «Y estaba suplicándome. La llama que viste salir de sus manos, hirió el edificio de la Sinagoga de los judíos para dar testimonio de mí, por cuanto ellos me habían crucificado».]

28. G[Y cuando hubo hablado esto, dijo a los apóstoles: «Esperadme en este lugar, porque hoy se ofrece un sacrificio en el paraíso y he de estar allí presente para recibirlo».]

29. Y dijo [Bartolomé]: «¿Cuál es el sacrificio que se ofre- ce hoy en el paraíso?» Jesús respondió: «Las almas de los jus- tos que han salido G [del cuerpo], van a entrar hoy en el Edén, y, si no estoy yo allí presente, no podrán hacerlo».

30. Bartolomé respondió diciendo: «¿Cuántas almas salen diariamente de este mundo?» Dícele Jesús: «Treinta mil».

31. Dícele de nuevo Bartolomé: «Señor, cuando te en- contrabas entre nosotros enseñándonos tu palabra, ¿recibías sacrificios en el paraíso Respóndele Jesús diciendo: «En ver- dad te digo, amado mío, que, cuando me hallaba entre vosotros enseñándoos la palabra, estaba simultáneamente sentado junto a mi Padre».

27. Et rogabat me. Flamma vero quam vidisti de manibus eius egredientem percussit aedificium synagogae Iudaeorum, propter tes- timonium meum, in quo crucifixerunt me.]

28. ®[Kod ταΰτα λέγοντος αύτοΰ, εΐπεν τοις άποστόλοις· [«Περι]- μείνατέ με έν τω τόπω τούτω, ότι σήμερον έν τω παραδείσω θυσία αναφέρεται, ϊνα παραγενόμενος δέξωμαι αύτήν».]

29. Και είττεν «Κύριε, τίς εστίν έν τω παραδείσω θυσία;»

Ό δέ Ιησούς λέγει- «Υυχαί δικαίων έξελθοΰσαι εισέρχονται έν τω τταραδείσω και έάν μή τταραγένωμαι, ούκ εισέρχονται έν τω τταραδείσω».

3θ. Αποκριθείς δέ ό Βαρθολομαίος λέγει· «Κύριε, πόσαι [ψυ]χαί ήμέριον εξέρχονται έκ τοΰ κόσμου;»

Λέγει αύτω ό Ιησούς- «Τρεις μύριαι» 8.

31. Πάλιν ό Βαρθολ[ομαΐος]· «Κύριε, δτε μεθ' ημών τόν λόγον έδί- δασκες, έδέχου τάς θυσίας έν τω τταραδείσω;»

[Ά]ποκριθε'ις δέ ό Ιησούς λέγει αύτω- «Αμήν λέγω σοι, αγαπητέ μου, δτε κα'ι μεθ' ύμών τόν λόγον έδίδασκον και μετά τού πατρός μου έκαθεζόμην».

7 Nuestro códice continúa dando la palabra a Bartolomé: καί εΐπεν. La expresión έν τω τταραδείσω, repetida aquí tres veces, a pesar de su inco- rrección gramatical (dativo con verbo de movimiento), ha sido omitida en el texto eslavo de Tichonravov; mas no así en el Vindob. eslavo y en la v. lat. Casanatense.

8 Esta cifra, según Tisserant-Wilmart, no ha de ser 30.000, sino 3.000. Se ha de suponer que en algún momento de la transcripción la escritura nu- mérica ha traído la confusión sobre el grupo GH. El códice Vindobonense eslavo aduce la de 3.000. La v. lat. Casanatense 12.873, cifra a la que habrá que atribuir una significación misteriosa.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

5S3

32. G[Y Bartolomé respondió y dijo: «¿Son sólo tres las almas que salen cada día?» Respóndele Jesús: «Apenas cincuen- ta y tres, amado mío».]

33. [Y entre las almas que] salen del mundo, ¿cuántas almas justas se encuentran? Dícele Jesús: «Cincuenta». G[De nuevo dice Bartolomé: « ¿Y cómo es que sólo entran tres en el paraíso?» Respóndele Jesús: «Las cincuenta y tres entran en el paraíso o son depositadas en el seno de Abrahán. Las de- más se quedan en el lugar de la resurrección, porque aquellas tres no son como estas cincuenta».]

34. Dícele Bartolomé: «Señor, ¿cuántas almas nacen dia- riamente en el mundo?» Respóndele Jesús: «Una sola más de las que salen del mundo».

35. Y en diciendo esto, les dió la paz y desapareció de entre ellos.

32. Θ [Αποκριθείς δέ ό Βαρθολομαίος λέγει αύτω· «Κύριε, τρεις μόνον ψυχαί 9 εξέρχονται καθ' έκάστην»; Λέγει αύτώ ό Ιησούς- «Μόλις αί πεντήκοντα τρεις, αγαπητέ μου».]

33· ··· ξομοτ.,ι εξέρχονται έκ τοΰ κόσμου, πόσαι ουν ψυχαι δίκαιαι ευρίσκονται; Λέγει αύτω ό Ιησούς- «Πεντήκοντα». Θ[33· Πάλιν Βαρθο- λομαίος λέγει· «Και πώς τρεις μόνον εισέρχονται εις τόν παράδεισον;» Λέγει αύτω ό Ιησούς· «Αί μέντοι πεντήκοντα τρεις εισέρχονται εις τον παράδεισον ήτοι άποτίθενται εις τόν κόλπον Αβραάμ· αϊ δέ λοιπαί είσιν είς τόν τόπον της αναστάσεως, ότι ούκ εϊσίν αί τρεις ώς αύται αί πεν- τήκοντα».]

34· Λέγει αύτω Βαρθολομαίος· «Κύριε, πόσαι ψυχαι ήμέριον γεν- νώνται έν τω κόσμω;» Λέγει [αύτω] ό Ιησούς- «Μία μόνη περιττή τών έξερχομένων έκ τοΰ κόσμου» 10.

35· Και ταύτα λέγοντος αύτοΰ, έδωκεν αύτοΐς εΐρ[ήνην] και αφα- νής έγένετο άπ' αύτών.

9 Estas disquisiciones acerca del número de los que mueren y de los que se salvan se encuentran también en el texto árabe del Testamento de Abrahán (recensión A, cu. Cf. M. R. James, The Testament of Abraham: Texts and Studies, II 2), donde el arcángel Miguel explica a Abrahán por qué la cara de Adán unas veces refleja alegría y otras tristeza: se alegra cuando ve entrar por las puertas de la morada eterna a las almas que llevan camino de salva- ción, y se entristece al ver las que se pierden. Por cada siete mil almas de estas últimas, hay tan sólo una de las primeras.

1 0 También en el citado Testamento de Abrahán se hace esta pregunta, sin que se respuesta. Se dice, sin embargo, que son 99.999 las almas que salen diariamente del cuerpo.

584

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

II

1. Estaban los apóstoles en el lugar llamado Chilturá (Chi- ruvim, Chritir) v"[con María madre de Dios].

2. Y Bartolomé, acercándose a Pedro, Andrés y Juan, les dice: « ¿Por qué no pedimos a la Llena de gracia que nos diga cómo concibió al Señor y cómo pudo llevar en su seno y dar a luz al que no puede ser gestado?» Mas ellos vacilaban en pre- guntarla.

3. Y dice Bartolomé a Pedro: «Tú, como corifeo y maestro nuestro que eres, acércate e interrógala».

II

1. "Ήσαν δέ oi άττόστολοι έν τόπω Χηλτονρά, [cum María Dei- para] n.

2. Έγγίσας δέ ό Βαρθολομαίος, λέγει τω Πέτρω και Ανδρέα καΐ Ιωάννη· «Έρωτήσωμεν τη κεχαριτωμένη ττώς συνέλαβεν τον κύριον ή πώς ετεκεν αυτό και] έβάστασεν τον άβάστακτον». 01 δέ έδίσταζον έρωτήσαι αύτη.

Και λέγει ό Βαρθολομαίος τω Πέτρω· «Σύ ώς κορυφαϊ[ος] και έμός διδάσκαλο έγγί]σας έρώτησον αύτ[ήν]» 12.

Ό δέ Πέτρος είττεν τω Ιωάννη· «Σύ ώς παρθένος και άμεμττ[τος] και ήγαπημένος [έγγί]σας έρώτησον α[ύτήν»].

1 1 Las recensiones coptas, después de haber narrado la aparición del Señor a María, su madre, aduciendo los datos que los evangelios canónicos dan de la aparición a María Magdalena, presentan en el 08 a la Madre de Dios llevando a los apóstoles, reunidos en el monte de los Olivos, la buena nueva de la resurrección. San Pedro la felicita por su fidelidad, y todos se regocijan.

12 En la recensión Β (cío) del Transitus Mariae se narra una escena pa- recida a la descrita en estos primeros versículos. Disputan los apóstoles sobre quién es el indicado para llevar a la tumba el cuerpo exánime de la Virgen. Unos piensan en Juan, el discípulo virgen; otros en Pedro, el corifeo de los apóstoles. En la abadía de Silos hay un manuscrito mozárabe publicado por Dom M. Férotin (Le Líber Mozarabicus Sacramentorum et les mss. mo- zárabes [París 19 12] p.792; Ms. 2: Officium de Adsuntio Sánete Marie) donde, al mismo tiempo que se comprueba la influencia que en la liturgia visigótica ejerció la literatura apócrifa, se puede ver una escena paralela a la del evan- gelio de Bartolomé, influenciada evidentemente por el Transitus Mariae. Oí- cese allí: «Pedro trajo la palma que el ángel había dado a María y dijo al apóstol San Juan : eres virgen, debes preceder al féretro y cantar las alabanzas. Juan responde de esta manera: eres Pedro, nuestro jefe en el apostolado; debes marchar primero y llevar la palma hasta la sepultura».

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

5S5

4. Mas, al ver a todos vacilantes y en desacuerdo, Bar- tolomé se acercó a ella y le dijo: «Dios te salve, tabernáculo del Altísimo; aquí venimos todos los apóstoles a preguntarte cómo concebiste G[al que es incomprensible, y cómo llevaste en tu seno a Aquel que no puede ser gestado, o cómo, en fin, diste a luz a tanta grandeza».]

5. Pero María responde: «No me interroguéis acerca de este misterio. Si empiezo a hablaros de él, saldrá fuego de mi boca y consumirá toda la tierra».

6. Mas ellos insistían, y María, no queriendo darles oídos, dijo: «Pongámonos en oración».

7. Los apóstoles se pusieron de pie detrás de María. Esta dijo a Pedro: « ¿Y tú, Pedro, que eres jefe y gran pilar, estás de pie detrás de nosotros? ¿Pues no dijo el Señor que la cabeza del varón es Cristo, N[y la de la mujer el varón?»]

8. Pero ellos replicaron: «En ti plantó su tienda el Señor y en ti tuvo a bien ser contenido. debes ser nuestro guía en la oración».

4. Πάντων δέ δισταζόν[των] και άντιλεγόν [των ήγγι]σεν ó Βαρ- θολομαίος χα]ρίεις τό πρόσωπον και εΐ[πεν αύ]τή· «Χαίροις σύ, σκηνή ύ[ψίσ]του, έρωτήσομέν σε πάντες ο! απόστολοι πώς συνέλαβες ©[τον άχώρητον ή πώς έβάσταξας τόν άβάστακτον ή πώς έτεκες τό τηλικοΰ- τον μέγεθος».]

Ή δέ Μαρία λέγει αύτοΐς· [«Μή] έρωτάτέ με περί του μυστη- ρίου τούτου. Έάν [γαρ] άρξωμαι λέγειν Ομΐν, πύρ εκ του στόματος μου έξελεύσεται και καταφλέγει ιτάσαν την οίκουμένην».

6. Οΐ δέ μάλλον προσετίθουν του έρωτάν αύτήν. Αϋτή δέ μή θε- λουσα παρακοΰσαι τών αποστόλων, είπεν «Στώμεν έν προσευχή».

η. Και έστησαν ο! απόστολοι όπισθεν Μαρίας. Αύτή δέ λέγει τω ΤΤέτρω· «Πέτρε, κορυφαίε και στύλε μέγιστε 13, όπισθεν ήμών έστήκεις; Ουκ είπεν ό κύριος ότι κεφαλή ανδρός ό Χριστός N[sed mulieris vir?]»;

«Núv ούν εμπροσθέν μου σταθέντες εΰξασθε».

8. Οϊ δέ λέγουσιν αύτη· «Έν σοι τήν σκηνήν αύτού επηξεν ό κύριος, και ηύδόκησέν σε χωρεΐν αυτόν, και σύ μάλλον οφείλεις συνιέναι έπϊ τήν προσευχήν».

13 Στύλε μέγιστε. Tisserant-Wilmart ven una expresión análoga en el citado manuscrito mozárabe (cf. Férotin, o.c, p.788) cuando, al narrar el encuentro milagroso de Pedro y Pablo ante la casa donde María está para expirar, pone en boca de aquél estas palabras : «Pablo, hermano mío, leván- tate tú y haz oración el primero, porque mi alma se ha regocijado grande- mente al poderte ver en el día de hoy». A lo que Pablo responde: «¿Cómo podría yo ponerme a orar el primero, siendo así que eres la columna lumi- nosa—columna luminis y que todos los apóstoles son mejores que yo, puesto que yo he sido perseguidor de la iglesia de Dios?»

586

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

9. María entonces les dice: «Vosotros sois [estrellas] bri- llantes del cielo. Vosotros sois los que debéis orar N [antes de mí]».

10. Dícenle: «Tú debes orar, G[que eres la madre] del Rey celestial».

11. Díceles María: G[«A semejanza vuestra formó el Se- ñor los pajarillos y los envió a los cuatro ángulos de la tierra».]

12. Entonces ellos responden: G [«Aquel, a quien apenas pueden contener siete cielos, ha tenido a bien encerrarse dentro de ti».]

13. Con lo que María se puso delante de ellos, y elevando sus manos al cielo, empezó a decir: «Elfuza ... Oloth. Ke Mia Thesse. Liso. Adonai. Rerumvavvelth. Varvur. Tharasü. Erura.

Edeth. Erróse Theothea. Arnenioth. Anev...as. Evargth.

Marmarige. Eophros. Thyriamuch. Evsvar ...p ...en la tie- rra...» G[que en griego significa:] «¡Oh Dios! que eres el grande, el sapientísimo, el Rey de los siglos inexplicable e inefable, el que con una palabra has dado consistencia a las

(5. ρ ... πυρ ετα ... 6. ... μάλλον προσέ[...] ... ερ ... δέ μή θέλο [...]

η. Λέγει Πέτρω· Πέτρε, κορυφαίε και στΰλε μέγ πισθεν ανδρός [...]

[ ] 8. έν σο! ηύδόκησεν χωρηθήναι ... οφείλεις έν τη προσε[υχή]

στήναι.)

Λέγει αύτοΐς Μ[αρία]· «Ύμεΐς λάμπ©[ποντες άστέ ρε;] του ουρα- νού, και ύμας δει ευξασθαι A[ante me]».

10. Λέγουσιν [αύτη]· «Σέ δει ευξασθαι ©[την μητέραν] του επου- ρανίου [βασι]λέως».

11. Λέγει αύτ[οΐς Μαρία]· «Κατά τήν ©[έκτύπωσιν ϋμών επλασεν ό Θεός τα στρουθία I4 κα! άπέστειλεν αυτά εις τάς τεσσάρεις γωνίας

του κόσμου], ( [έ]ττλασεν αύτός ... [άπέ]στειλες εις τον κ[όσμον]

τά στουθία».)

12. Λέ[γου]σιν αύτη· «Ό έν [τοις] ούρανοΐς ©[μόλις χωρηθείς εις σέ ηύδόκησεν»].

13. Ή δέ Μαρία έστη έμπροσθεν ©[αυτών] και διέτεινεν τάς χείρας εις τον οϋρανόν και ήρξατο λέγειν ©[ούτως]· «Ελφουζα 15... ολωθ. και μια θεσσαι· λισο αδοναι ρερουνβαυβελθ. βαρβουρ. θαρασου. ερουρα. εδεθ.

ερροσε θεοθεα. αρνενιοθ. ανεβ,.ας. ευαργθ. μαρμαριγε. εοφφος. Θυ-

ριαμουχ. ευσβαρ... π .. έν τη... ©[δ έστιν έν τη έλληνίδι γλώσση]· ό Θεός, ό μέγας καϊ πάνσοφος, ό βασιλεύς τών αιώνων ανεκδιήγητος,

14 Cf. Evangelio de Tomás, c.z. El paralelismo de ambas escenas es evi- dente. Los doce pajarillos son los doce apóstoles. Su vuelo es una hermosa figura de la dispersión de los apóstoles para predicar el Evangelio por todo el mundo.

1 5 Estas expresiones indescifrables, que constituyen la oración de Ma- ría , difieren en casi todos los textos.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

5S7

magnitudes siderales, el que has fundamentado en acorde har- monía la excelsitud del firmamento, el que has separado la oscuridad tenebrosa de la luz, el que has cimentado en un mismo sitio los hontanares de las aguas; G[tú que eres el te- rror de los que cruzan el aire y el espanto de los habitantes de la tierra]; que has dado base a ésta G[y no has tenido a bien dejarla perecer, ya que proporciona a todos el sustento, empapándola con las lluvias [y otorgándole las bendiciones del Padre]; tú, quien, no pudiendo apenas ser contenido en los siete cielos, te dignaste G[ser contenido por sin dolor alguno], siendo Verbo G [perfecto del Padre, por quien todas las cosas fueron hechas]; da gloria, Señor, a tu magno nombre y G [mándame hablar en presencia de tus santos apóstoles»].

14. Y, terminada que hubo la oración, dijo: «Sentémonos en el suelo y ven tú, Pedro, que eres el jefe. Siéntate a mi de- recha y apoya con tu izquierda mi brazo. Tú, Andrés, haz lo mismo desde el lado izquierdo. Tú, Juan, que eres virgen, su- jétame el pecho. Y tú, Bartolomé, ponte de rodillas detrás de y apoya mis espaldas, no sea que, al empezar a hablar, mis huesos se desarticulen».

15. Y, cuando hubieron hecho esto, empezó a hablar de esta manera: «Estando yo en el templo de Dios, donde recibía

άνεκλάλητος, ό τά μεγέθη ουράνια συστησάμενος λόγω, ό συμφώνω αρ- μονία τό έξαρμα πόλου έδράσας, ό το ζοφερόν τοΰ σκότους [από του] φωτός διαχωρίσας, ό θεμέλιους ύδατος συστησάμενος έττί τω αύτώ, Θ[καϊ μή εύδοκήσας αυτήν άττολέσθαι] ...άπολών, Ο [ότι πάντων την τροφήν, γη ν ύετών ττληρώσας, τών ευλόγως τοΰ πατρός], ό οΐ επτά ουρανοί μόλις χωροΰσιν, έν εμοι ηύδόκησας ©[άνοδύνως χωρηθήναι], πλήρης αυ- τός λόγος υπάρχων ©[τοΰ Πατρός, και εν σοι πάντα γέγονεν], δός δόξαν τω παμμεγέθει όνόματί σου, κύριε, και κέλευσον ©[φθέγξασθαί με ενώ- πιον τών άγιων σου άποστόλων»].

14. Και πληρώσας τήν εύχήν είπεν «Καθίσωμεν έπ'ι τοΰ εδάφους και έλθέ σύ, κορυφ[αϊε Πέτρε], και κάθισον έκ δεξιών μου και υπόβαλε τήν εΰώνυμόν σου χεΐραν ύπό τήν [μασχάλην] μου, και σύ, Ανδρέα, εξ εύωνύμων ποίησον ούτως- σύ δέ, Ιωάννη παρθένε, σύσχε μου [τό στήθος]· σύ δέ, Βαρθολομαίε, πήξόν σου τά γόνατα εις τόν νώτόν μου και σφίξον τούς [ώμους μου] μή ποτ' άρξαμένης μου λέγειν μή λυθώσι τά όστά μου».

Ι5· Και ώς εποίησαν ούτως, ήρξατο [λέγειν]· «"Ωστε ήμην έν τω ναώ τοΰ Θεοΰ λαμβάνου[σα] τήν τροφήν έκ χειρός [άγγέ]λου 16 μια

16 Cf. Protoevangelio (VIII 1; XIII ζ), donde se narra análogamente el episodio de la nutrición de María por manos de un ángel. Sin embargo, en lo referente a la Anunciación se notan acentuadas discrepancias. Nuestro

588 APÓCRIFOS DE LA PASION Y RESURRECCIÓN

el alimento de manos de un ángel, se me apareció cierto día una figura que parecía ser angélica. Mas su faz era indescripti- ble y en su mano no tenía pan ni cáliz, como el ángel que ha- bía venido anteriormente a mí».

16. «Y he aquí que súbitamente se rasgó el velo del tem- plo y sobrevino un gran terremoto. Yo me eché por tierra, no pudiendo soportar el aspecto del ángel».

17. «Mas él me tendió su mano y me levantó. Yo miré ha- cia el cielo y vi una nube de rocío G [sobre mi faz] que me as- perjó desde la cabeza hasta los pies. Pero él me enjugó después con su manto».

18. «Y me dijo: Salve, llena de gracia, vaso de elección. En- tonces dió un golpe con su mano derecha y apareció un pan muy grande, que colocó sobre el ara del templo. Comió él pri- mero y luego me dió también a mí».

19. «Dió otro golpe con la orla izquierda de su vestido y apareció un cáliz muy grande lleno de vino. Bebió él primero, y luego me dió también a mí. Y mis ojos vieron un cáliz rebo- sante y un pan».

των ήμερων [έφανερώ]θη μοι θέσις μεν ώς ά[γγ]έλου, τό δέ πρόσωπον [αύτοΰ] ήν άχώρητον, ούκ έχων έν [τη] χειρϊ] αύτοΰ άρτον ή ποτή- ριον [κα]Θώς ό πριν πρός με έρχό [μένος άχ]χελος».

ΐ6. «Και εξαίφνης είσερράγη [τό πέπ]λον τοΰ ναοΰ καΐ σεισμός μέ- γας έγένετο και έπεσα [επί τό π]ρόσωπον εγώ μή φέρου[σα] την ΐδέαν αύτοΰ».

Ι7· «"Ο δέ υπέβαλε τήν χεΐραν [αύ]τοΰ και ήγειρέν με και άνέβλεψα εις τον ούρανόν, [και ήλ]θεν νεφέλη δρόσου ®[εΐς τό πρόσωπον μου] και έράντησέν με από κεφαλής εως πο[δών], δ δέ άπέμαξέν [με τή] στολή αύτοΰ»,

ΐ8. «και εΐπέν [μοι· χ]αϊρε, κεχαριτωμένη, [σκεύος] έκλογής. Και έπάτα[ξεν τήν δεξιάν, και έγ]ένετο άρτος παν[μεγέθ]ης και έπέθετο αυ- τόν επί τό Θυσιαστήριον τοΰ ναοΰ, [και εφα]γεν αυτός πρώτον, έδω[κεν] και εμοί».

ig. «Και πάλιν έπά[ταξεν τ]ήν εΰώνυμον τοΰ έ[νδύμα]τος αύτοΰ και έχέν[ετο ποτήρι]ον υπερμεγέθη πλήρ]ης οίνου καΐ έπιεν [πρώτον κ]α! έδωκεν και έμοί, [κα'ι έθεώ]ρησα και εΐδον [ποτήρι]ον πλήρης και τόν άρτον».

evangelio recoge datos de los escritos canónicos, y, tergiversándolos, los mez- cla con otros que le proporciona la literatura apócrifa. Aquí no se habla de José ni de Nazaret. La escena tiene lugar en el templo. Pero lo más sorpren- dente es que el portador de la celeste embajada no es el arcángel Gabriel, sino Dios directamente. Una descripción parecida se encuentra en el apó- crifo descubierto por L. Guerrier, titulado Testamento de N. S. Jesucristo: PaOr IX 3.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

589

20. Entonces me dijo: «Al cabo de tres años, yo te dirigiré de nuevo mi palabra y concebirás un hijo por el que será salva toda la creación. eres el cáliz del mundo. La paz sea con- tigo, amada mía, y mi paz te acompañará siempre».

21. «Y en esto desapareció de mi presencia, quedando el templo tal como estaba anteriormente».

22. Mas, al terminar ella de hablar, empezó a salir fuego de su boca. Y, cuando el mundo estaba ya para ser destruido, se apareció el Señor y dijo a María: «No reveles este misterio, porque, [si lo haces], va a sufrir en el día de hoy un cataclismo la creación entera». Los apóstoles, consternados, temieron no fuera a airarse contra ellos el Señor.

III

1. Entonces [el Señor] se marchó con ellos al monte Mo- ría y se sentó en medio de ellos.

2. G[Mas a causa del miedo vacilaban en preguntarle].

3. G[Y Jesús respondió y dijo:] «Preguntadme lo que os

20. «Κα'ι εΐπέν [μοι· ετι τρεις ένιαυτοί] και αποστείλω σοι τον λό- γου μου [και σύλληψη] υίόν, και δι* αύτοΰ σω[θήσεται] πασα ή κτίσις, [σύ δέ] τό ποτήριον τοΰ κόσμου. [Ειρήνη σ]οί, αγαπητή μου, και συν σοι εσται ειρήνη μου δια παντός».

21. «Και αφανής έγένετο άπ'έμοΰ, και έγένετο ό ναός καθώ[ς ην τ]ό πρότερον».

22. Ταΰτα λεγούσης αϋτής, πυρ εκ τοΰ στόματος αΰτής έξήλθεν καΐ μέλλοντος συντελεΐσθαι τοΰ κόσμ[ου, έπι]φανισθείς ό κύριος λέγει τή Μαριάμ· μή φθέγγου τό μυστήριον τοΰτο, επειδή συντελείται πάσα ή κτίσι[ς σή]μερον.

Kai φόβω συσχεθέντες οί απόστολοι έφοβήθησαν μή[ποτε] όργισθή αύτοϊς ό κύριος.

III π

1. Και άπήλθεν μετ' αύτών εις τό όρος μαυρεϊ και έκαθίσθη έν μέσω αύτών.

2. Φοβουμεν[...] ®[Οΐ δέ έδίσταζον έρωταν αΰτόν φοβούμενοι].

Θ[Καί αποκριθείς] αύτοΐς ό Ίησοΰς Φ [λέγει]· «Ερωτήσατε μοι

*7 Las relaciones existentes entre este capítulo y el siguiente con los Apocalipsis apócrifos han sido minuciosamente estudiadas por Bonwetsch. Son curiosos los datos que en estos últimos se encuentran sobre cosmogonía, angelología y demoniología.

590

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

plazca, pues dentro de siete días G[me marcharé a mi Padre, y ya no me dejaré ver de vosotros de esta manera»].

4. Y ellos, G [vacilantes, le dicen: «Permítenos ver el abis- mo según lo que nos prometiste»].

5. N[Y les dijo] Jesús: «Mejor os vendría no ver el abismo; pero, si queréis, seguidme y lo veréis».

6. Y les condujo al lugar llamado Cherudik, que significa lugar de verdad,

7. e hizo una señal a los ángeles del Occidente y la tierra se abrió como un libro y apareció el abismo;

8. y, al verlo, los apóstoles cayeron en tierra.

9. Mas el Señor les levantó diciendo: «¿No os decía hace un momento que no os vendría bien ver el abismo?»

IV

1. Y, tomándolos de nuevo, se puso en camino del monte de los Olivos.

2. Y Pedro decía a María: « ¡Oh tú!, llena de gracia, ruega al Señor para que nos revele los arcanos celestiales».

3. María repuso a Pedro: «¡Oh tú!, piedra escogida, ¿aca- so no prometió El fundar su Iglesia sobre ti?»

4.. G [Pedro insiste: «A ti, que eres amplio tabernáculo, [te corresponde preguntar»].

εϊ τι βούλεσθε. "Ετι γάρ έτττά ήμέροα Θ[καί ανέρχομαι πρός τον πατέρα μου και ούκέτι όφθήσομαι] τη ιδέα ταύτη».

Οί δέ Θ [διστάζοντες λέγουσιν αύτω- «Κύριε, δεΐξον ήμϊν την άβυσσον, κατά την έπαγγελίαν σου»].

[Λέγει ό] Ίησοΰς· «Καλόν μέν [έσ]τιν ύμϊν μή ίδεϊν την άβυσσον. Ei δέ θέλετε, ακολουθήσατε και ϊδατε».

6. Και άπήγαγεν αυτούς έν τόττω καλουμένω Χαιρουδήκ, [όσ]τις εστίν τόπος αληθείας, η. και ένευσεν τοις δυτικοϊς άγγέλοις και ένετυ- λίχθη ώς βιβλίον ή γη και απεκαλύφθη ή άβυσσος, 8. και ϊδοσαν οί απόστολοι και έπεσαν έπΐ προσώπου.

Ό δέ κύριος ήγειρεν αύτούς λέγων «Ούκ εΐπον ύμΐν ότι ού καλόν έστιν ύμΐν ίδεΐν την άβυσσον;»

IV

ι. Και παραλαβών αύτούς πάλιν ανήρχετο εις τό όρος των Ελαίων.

2. "Ελεγεν δέ ό Πέτρος τή Μαρία· «Κεχαριτωμένη, δεήθητι του κυ- ρίου ίνα άποκαλύψη ήμϊν τά έν τοις ούρανίοις».

Και ή Μαρία προς τόν Πέτρον έφη· «Άπόλ[εκ]τε πέτρα, αύκ επί σέ έπηγγείλατο την έκκλησίαν αύτοΰ συνοικοδομήσαι;»

©Πάλιν ό Πέτρος λέγει· «Σκηνή πεπλατυμένη»].

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

591

5. G [María dice: «Tú eres la imagen de Adán; éste no fué formado de la misma manera que Eva]. Fíjate en el sol y mira cómo, a imagen de Adán, aventaja en brillo a los demás astros. Fíjate también en la luna y mira cómo está enfangada por la transgresión de Eva. Porque el Señor puso a Adán al oriente y a Eva al occidente, ordenando a ambos que se den la cara mu- tuamente».

6. Y, cuando hubieron llegado a la cumbre del monte, el Señor se retiró un poco de ellos, y Pedro dijo a María: «Tú eres la que has deshecho la transgresión de Eva, cambiándola de vergüenza en regocijo».

7. Y, habiendo aparecido de nuevo el Señor, le dice Bar- tolomé: «Señor, muéstranos al adversario de los hombres para que veamos quién es y cuáles son sus obras, ya que ni de ti si- quiera se apiadó, sino que te hizo pender del patíbulo».

8. Y Jesús, habiendo fijado en él su mirada, le dice: «Tu corazón es duro. No te es dado ver eso que pides».

9. Entonces Bartolomé, todo agitado, cayó a los pies de Jesús, diciendo: «Jesucristo, lucero inextinguible, creador de la luz eterna, que has dado la gracia universal a todos los que

5. ©[Μαρία λέγει- «Σύ τό έκτύπωμα τού Αδάμ, ούκ αύτός ούτως έπλάσθη και ούτως Εύα]. Βλέπε τον ήλιον ότι κατά τον τύπον τοϋ Αδάμ προλάμπ[ει] τών αστέρων. Βλέπε τήν [σε]λήνην, ότι πηλοΰ πεπλή- [ρωται] διά τήν παράβασιν της Ε[ύας]. Έθετο γάρ ό κύριος τόν Αδάμ εί[ς] ανατολάς 18f τήν δε Εύαν πρός δ[υσμάς] και προέταξεν κύριος τούς [άμ]φοτέρους φαίνειν τοις άμφ[ο]τέροις».

6. "Οτε δέ ήλθον εις τήν κορ[υφήν] τού όρους, μικρόν άπεχ[ώ]ρη- σεν από αύτών ό δεσπό[της, και] λέγει ό Πέτρος τή Μαρία· «Σύ εί καταρ- γήσασα τήν π[α]ράβασιν της Εύας άπό αισχύνης χαράν μεταβαλούσα».

η. Πάλιν φανέντος τού κυρίου, λέγει αϋτω ό Βαρθολομαίος· «Κύριε, δεΐξον ήμΐν τόν άντίδικον τών ανθρώπων, ίνα ϊδωμεν αύτ[όν] όποιος εστίν ή τί τό έργον αύτού, ότι ούδέ σου αυτού έφείσατο, αλλά πεποίηκέν σε έν τω σταυρ[ω] κρεμασθήναι».

8. Άτενισά [μένος] δέ είς αΰτόν ό Ιησούς, λέγει αύ[τώ]· «Σού ή καρδία σκληρά, και ού δύνη θεωρεΐν έκεΐνα ά επερωτάς».

g. Ό δέ Βαρθολομαίος πτοηθείς έπεσεν είς τούς πόδας τού Ιησού και ήρξατο λέγειν «Λαμπτήρ άσβεστε, Ιησού Χριστέ, αιωνίου φωτός δημιουργέ, ό τήν παγκόσμιον χάριν δ[ω]ρησάμενος τοις σέ άγαπώσιν,

!8 En la Διήγησι;, publicada por Tischendorf bajo el título de Apoca- lypsis Mosis (cf. Apocalypses Apocryphae 1866). se contiene un pasaje que está de acuerdo con los datos consignados en este versículo. Según este apócrifo, Adán obtuvo la mitad oriental del paraíso; Eva, la occidental. Al cometerse el pecado, la maldición cayó sobre el lote de ésta, quedando desprovistos de ramaje todos los árboles que allí se encontraban, a excepción de la higuera.

592

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

te aman y que nos has otorgado por medio de la Virgen María el fulgor perenne de tu presencia en este mundo, concédenos la razón de nuestra demanda».

10. Al terminar de decir esto Bartolomé, el Señor le levan- tó, diciendo: «Ya veo que es tu deseo ver al adversario de los hombres. Pero ten en cuenta que, al mirarle, no solamente tú, sino los demás apóstoles e incluso María, G [caeréis a tierra y quedaréis como muertos».

11. Mas todos le dijeron: «Señor, veámosle»].

12. Entonces les hizo bajar del monte de los Olivos. Y, ha- biendo lanzado una mirada de furor a los ángeles que custodia- ban el Tártaro, indicó a Miguel que hiciera sonar la trompeta fuertemente. Cuando éste la hubo sonado, subió Belial aprisio- nado por 560 ángeles y atado con cadenas de fuego.

13. El dragón tenía de largo mil seiscientos codos y de an- cho cuarenta. Su rostro era como una centella, y sus ojos, te-

ό τό αίώνιον φώς ήμΐν δωρησάμενος δια της παρθένου Μαρ[ίας] Tris έν κόσμω σου παρουσίας, έπιχορήγησον ήμΐν τον λόχον της έπερωτήσεως».

ΙΟ. Και ταΰτα είπόντος τοΰ Βαρθολομαίου, ήγειρεν αΰτόν ό Ίησοΰς και λέγει αΰτώ- «Βούλη ουν ίδεϊν τόν άντίπ[αλον] των ανθρώπων, ίδε δέ ότι βλέπων αΰτόν ού μόνον συ αλλά και οί λοιποί απόστολοι και Μαριάμ Θ[πεσεΐσθε επί πρόσωπον και γίνεσθε ώς νεκροί.»]

11. ©[Πάντες δέ εΐπον αΰτώ· «Κύριε, θεασώμεθα αΰτόν».]

12. Και κατηγάγετο αυτούς άπό τοΰ όρους τών Έλαιών, και έμ- βριμησάμενος τοις ταρταροΰχοις άγγέλοις ένευσεν τόν Μιχαήλ σαλπί- σαι έν σάλπιγγι της δυνάμεως και εΰθέως ó Μιχαήλ έσάλπισεν, και άνήλ- θεν ó Βελιάρ κατεχόμενος ύπό φξ' αγγέλων 19 δεδεμένος πυρίνοις άλύ- σεσιν.

13. "Ην δέ τό μήκος τοΰ δράκοντος 20 πηχών ,αχ' και τό [πλάτος] πηχών μ', τό δε πρόσωπον αΰτοΰ ώς άστραπή πυρός και οί ό[φθαλμοί]

19 Tisserant-Wilmart piensan que el número de ángeles aquí consignado está alterado. La cifra original debiera ser, según ellos, la de 663, como figura en el G. La alteración debe provenir del cambio de la letra numérica X en Φ. El códice Vr aporta la cifra de 6.064.

20 El códice Vr da de longitud al dragón 600 codos, en lugar de los 1.600 de GH. Tisserant-Wilmart prefieren la primera cifra a la segunda. Esta la explican por una doble interpretación de la letra numérica X : una vez como abreviatura de la palabra chilion (mil) y otra con su valor numérico de 600. La v. lat. Casanatense da de longitud al dragón 1.900 codos, de an- chura 700; un ala mide de larga 80 codos.

Bonwetsch ha intentado relacionar esta descripción con la contenida en la Passio Bartholomaei, apoyándose en la común expresión de m/pívois σλύσεσιν. Tisserant-Wilmart no ven bastante fundamento para ello, ya que el calificativo m/pivos es de uso muy corriente tratándose del demonio.

Con esta pormenorizada descripción del dragón ponen fin a la narración los manuscritos eslavos.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

593

nebrosos. De su nariz salía humo maloliente, y su boca era como la hendidura G[de un precipicio].

14. Al verle los apóstoles, cayeron en tierra sobre sus ros- tros y quedaron como muertos.

15. Mas Jesús G[se acercó a ellos, los levantó y les infun- dió ánimo. Y dice a Bartolomé:] «Písale con tu propio pie en su cerviz y pregúntale cuáles eran sus obras [hasta ahora] G[y cómo engaña a los hombres]».

16. Jesús estaba de pie con los demás apóstoles.

17. Y Bartolomé, temeroso, elevó su voz y dijo: «Sea ben- decido desde ahora y para siempre el nombre de tu reino in- mortal». Cuando esto hubo dicho, Jesús le exhortó de nuevo: «Anda, conculca a Belial en su cerviz». Entonces Bartolomé vino apresuradamente sobre Belial y le pisó en la cerviz, de- jándole temblando.

18. Y Bartolomé huyó asustado, diciendo: «Déjame la orla de tus vestidos para que me atreva a acercarme a él».

19. Jesús le contesta: «Tú no puedes tomar la fimbria de mis vestidos, pues estos que llevo ahora no son los mismos que llevaba antes de ser crucificado».

αύτοΰ ζοφώδεις και έκ των μυκτήρων αύτοΰ έξήρχετο καπνός δυσωδίας, τό δέ στόμα [αύτοΰ ήν] ώς χάσμα Θ [κρημνού].

14. θ[Καί εύθέ]ως ίδόντες αύτόν οί απόστολοι, έπεσαν επί πρόσω- πον έπί την γήν] και έγένοντο ώς οί νεκροί.

Ι5· Ό δέ Ίησοΰς Θ[έγγίσας ήγειρεν τους αποστόλους καί έδωκεν αύτοΐς πνεΰμα δυνάμεως καί λέγει τω Βαρθολομαίω· «"Εγγισον, Βαρθο- λομαίε,] καί πάτησον τω ποδί σου έπί τον τράχηλον αύτοΰ καί έρώτη- σον αύτω τί έργον αύτοΰ ή ν, Θ[ή πώς άπατα τούς ανθρώπους»].

ΐ6. δέ] Ίησοΰς έστη μετά τών λοιπών άποστόλων, 17. καί φο[βηθείς, ΰψωσεν την] φωνήν αύτοΰ ό Βαρθολομαίος καί είπεν «Εϊη τό όνομα της αθανάτου σου βασιλείας εύλογημένον άπό τοΰ νΰν καί εως τοΰ αιώνος». Εϊπόντος τοΰ Βαρθολομαίου, έπέτρεψεν αύτω ó Ίησοΰς· «"Απελθε καί πατήσαι τόν Βελειάρ εις τον τράχηλον». Καί δρομαίως έπελθών ό Βαρθολομαίος, έπά[τη]σεν [είς] τόν τράχηλον αύτοΰ καί έτρόμαξεν ό Βελειάρ.

ι8. Καί φοβηθείς ό Βαρθολομαίος έφυγε καί λέγει· «Ίησοΰ κύριε, δός μοι κράσπεδον έκ τών Ιματίων σου ίνα τολμήσω έγγίσαι αυτόν».

ig. Ό δέ Ίησοΰς λέγει αύτω· «Ού δύνη σύ λαβείν κράσπεδον έκ τών ιματίων μου, ού γάρ είσιν τά 1μάτι[ά] μου ταύτα ά έφόρουν προ τοΰ σταυρωθήναι».

594

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

20. Dícele Bartolomé: «Tengo miedo, Señor, de que, así como no se compadeció de los ángeles, de la misma manera me aplaste también a mí».

21. Responde Jesús: «¿Pero es que acaso no han venido todas las cosas al ser, gracias a mi palabra y a la inteligencia de mi Padre? Λ Salomón se le sometieron los espíritus. Vete tú, pues, en mi nombre y pregúntale lo que quieras».

22. Y al hacer Bartolomé la señal de la cruz y orar a Jesús, sobrevino un incendio y los vestidos del apóstol se inflamaron.

Dícele entonces Jesús de nuevo: «Písale, como te dije, en la cerviz, de manera que puedas preguntarle cómo es su po- der». Bartolomé, pues, se fué y le pisó en la cerviz que tenía oculta hasta las orejas,

23. diciéndole: «Dime quién eres y cuál es tu nombre».

24. Vs [Y él (Bartolomé), le aflojó un poco las ligaduras y le dijo: «Da cuenta de cuanto has hecho»].

25. Respondió Belial: «Al principio me llamaba Satanaíl, que quiere decir mensajero de Dios. Mas, cuando no reconocí la imagen de Dios, mi nombre fué llamado Satanás, que quiere decir ángel guardián del Tártaro.

26. Bartolomé le dice de nuevo: «Manifiéstame todo sin ocultarme nada».

20. Λέγει ó Βαρθολομαίος- «Δέδοικα, κύριε, μή ώς ούκ έφείσατο των αγγέλων σου κάμε άν καταπίεται».

2ΐ. Λέγει αύτω ό Ίησοΰς- «Ούχί λόγω τω έμω πάν γέγονεν και τη διανοία τοΰ πατρός [μ]ου; τά πνεύματα τω Σολομώνι ύπετά[γη]- σαν, σύ ούν λόγω τω έμω κελευόμενος, [ά]πελθε και έρώτησον αύτόν ά βούλη».

22. Ό δέ Βαρθολομαίος ποιήσας τον τύπον [τ]ού σταυρού και εύχήσας τω Ιησού πανταχόθεν, [π]ύρ άνήφθη ώστε τά ιμάτια αύτού [ταφήναι.

Λέγει ό Ιησούς τω ΒαρΘολομαίω- «Καθώς [είπ]όν σοι, πάτησον τόν τράχηλον [αύτο]ύ ώσπερ έρωτάν αύτόν τίς έστιν ή δύνα[μ]ις αύτού».

ΚαΙ άπελθών ό Βαρθολομαίος [έπ]άτησεν έπί τόν τράχηλον αύτού, [ήν] γάρ κρυπτόμενος εως των άκοών,

23· [καΐ λέγ]ει ούτω- «Εΐπέ μοι τ(ς εί σύ καΐ τί [τ]ό δνομά σου».

24- Θ[Ό δέ έλαφρύνας αύτόν λέγει αύτω· «Λέγε πάντα ά σύ πέ- πραχας καΐ όσα πράττεις].

25- «Πρώτον έλεγόμην [Σα]ταναήλ, ό έρμηνεύεται άγγελος [Θεού]· ότε δέ άγνοών άντίτυπον τοΰ Θεού, [έ]κλήθη τό δνομά μου Σατανάς ό έστιν [άγ]γελος ταρταροΰχος».

26. Πάλιν [λέ]γει αύτω ό Βαρθολομαίος- «Πάντα μοι άποκάλυψον καΐ μηδέν με άποκρύψης».

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

5Θ5

27. Y él responde: «Te juro por la gloria de Dios que, aun- que quisiera ocultarlo, me sería imposible. Está aquí presente el que me arguye. Y, si me fuera posible, os haría desaparecer a todos de la misma manera que lo hice con aquel de entre vos- otros G[que os precedió]».

28. «Yo también fui llamado primer ángel, porque, G [cuan- do] Dios hizo el cielo y la tierra, tomó un puñado de fuego y me formó a el primero»,

29. «el segundo a Miguel, el tercero a Gabriel, el cuarto a Rafael, el quinto a Uriel, el sexto a Xathanael y otros seis mil ángeles, cuyos nombres me es imposible pronunciar, pues son los lictores de Dios y me flagelan G [siete veces] cada día y siete veces cada noche. No me dejan un [momento y son los encar- gados de] cercenar mis fuerzas. Los dos ángeles vengadores son estos que están ante la faz del trono de Dios. Ellos fueron crea- dos los primeros».

30. «Después de éstos fué creada la multitud de los ánge- les: en el primer cielo hay cien miríadas; en el segundo, cien miríadas; en el tercero, cien miríadas; en el cuarto, cien miría- das; en el quinto, cien miríadas; en el sexto, cien miríadas; en el séptimo, cien miríadas. Fuera del ámbito de los siete cielos está el primer firmamento, donde residen las potestades que ejercen su actividad sobre los hombres».

27. "O δέ είπεν carreo- «Όμνυμί σοι κατά της δόξης τοΰ Θεοΰ, ότι εάν θέλω άποκρύψαι ού δύν[α]μαι· παρίσταται ό έλέ[γ]χων μοι, [εί] γάρ έδυνάμην και έγώ άττολέσαι άν είχον ώς τον έ'να έξ ύμών»,

28. [«κα]Ί γάρ εγώ πρώτος άγγελος έκλήθην, [κ]αΐ γάρ ό Θεός έττοίησεν τον ούρανόν [και] την γήν, έλαβε ν δράκαν πυρός, [και] εττλα- σέν με πρώτον»,

29. «δεύτερον τόν Μιχαήλ, τρίτον Γαβριήλ, [τ]έταρτον 'Ραφαήλ, πέμπτον Οϋριήλ, έκτον Ξαθαναήλ [και] έτερους έξακισχιλίους αγγέλους [ών] τά ονόματα λαλήσαι οϋ δύ[να]μαι, ραβδούχοι γάρ εϊσι [τοΰ] Θεοΰ και ραβδίζουσίν με [έ]κάστης ημέρας και έπτά[κις] εκάστης νυκτός και οΰκ [έώ]σίν με εν [μ]ηδενϊ καϊ τήν δύναμίν μου ρακοΰσιν οί δέ δύο άγγελοι της έκδικήσεως ούτοί εΐσιν [ο]ί παριστάμενοι έν προσώπω τοΰ θρόνου τοΰ Θεοΰ, ούτοί εΐσιν οί πρώτοι πλασθέντες».

3θ. «Kai μετά τούτους έπλάστετο [τό πλή]θος τών αγγέλων. Τω πρώτω ούρανώ εΐσιν μυριάδες ρ', τώ δευτέρω ούρανώ εΐσιν μυριάδες ρ', τώ τρίτω οΰραν[ώ εΐ]σιν μυριάδες ρ', τώ τετάρτω ούρανώ εΐσιν μυ- ριάδες ρ', τώ πέμπτω ούρανώ εΐσιν μυριάδες ρ', τώ εκτω [ούρανώ] εΐσιν μυριάδες ρ', τώ έβδόμω ούρανώ εΐσιν μυριάδες ρ', "Εξωθεν δέ τών επτά ούρανών τό πέταλόν έστιν τό πρ[ώτον όπ]ου εΐσιν ai έξουσίαι ένερ- γοΰσαι τοις άνθρώποις».

596

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

31. «Hay también otros cuatro ángeles: Uno es del Bóreas, cuyo nombre es ... vroíl G[Cherum]; tiene en su mano una vara de fuego y hace cesar la fuerza G[que la humedad ejerce] sobre la tierra, para que ésta no llegue a secarse».

32. «Otro ángel está en el Aquilón, cuyo nombre es ... elvisthá».

Versión latina casanatense (*)

32. «Etalfatha tiene a su cargo el Aquilón. Y ambos, [con- tando a Mauch, que está en el Bóreas], sostienen en sus manos antorchas encendidas y varas de fuego para contrarrestar su frío, [el de los vientos], de manera que no se seque la tierra y perezca el mundo».

33-34. «Cedor se cuida del Austro, para que el sol no per- turbe a la tierra, pues Lenevior apaga la llama que sale de la boca de aquél para que ésta no sea abrasada».

31. «Είσίν δέ και τεσσάρεις άγγελο'- είς ετπ τοΰ βορα, όνομα [αυ- τοί; ...] βροΐλ, και εχει έν τή χειρί αύτοΰ ράβδον ττύρινον και κατα- παύει την ττολλήν δύναμιν [ ]διά τό μή ξηρήναι την γην» 21.

32. «Και έτερος άγγελος έττί τον άρκτον, όνομα [αύτοΰ] ..ελβισθά»22.

32. «Etalfatha super Aquilonem tenentes virgas ígneas et fácu- las ardentes ut calefaciant a frigoris eorum ut non siccetur térra et pereat mundus».

33-34· «Cedor vero super Austrum ut non commoveat térra sol in actus super sol ab orientem solis. Quia Lenevior temperat calorem eius ne exurat terram. Ipse extinguit flamma egredientem ex ore eius».

21 Cf. el libro de Henoc (LX 16-23) y el de los Jubileos (II 2).

22 Aquí el copista del H, aburrido, sin duda, de tanto escribir, interrum- pió su trabajo, dejando sin terminar la revelación de Belial sobre los ángeles que presiden los fenómenos atmosféricos.

El G continúa hasta el versículo 69, en que parece dar por terminada su narración con la fórmula que garantiza la autenticidad: Τότε ίγώ ό Βαρθολο- μαΐοξ ό συγγραψάμενοξ ταΰτα έν τη καρδία μου. A pesar de lo cual se añade aún un nuevo capítulo (V) de diez versículos, que Tisserant-Wilmart creen espúreo.

(*) Presentamos algunos fragmentos de esta recensión, que nos permi- tirán seguir el hilo del discurso hasta el fin. Omitimos enojosas digresiones y ampliaciones de todo género. Reproducimos el texto latino tal como se en- cuentra en la citada edición de Moricca. No hemos corregido ninguna de sus continuas anomalías lingüísticas. Unicamente, para mayor claridad, he- mos alterado algo los signos de puntuación.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

597

35. «Hay otro ángel que ejerce dominio sobre el mar y aba- te el empuje de sus olas».

36. «Lo demás no estoy dispuesto a manifestártelo».

37. Entonces le dice el apóstol Bartolomé: «Anda, dime, malhechor y mentiroso, ladrón desde el principio, lleno de amargura, engaño, envidia y astucia, viejo reptil marrullero, lobo rapaz, ¿cómo te las arreglas para embaucar a los hombres, de modo que dejen al Dios vivo, creador de todas las cosas, que hizo el cielo y la tierra y todo lo que en ellos está contenido ? Pues siempre eres enemigo del género humano». [...]

40. Y le dijo el Anticristo: «Te lo diré. He aquí que sube una rueda del abismo y tiene siete cuchillos de fuego. El pri- mero de éstos tiene doce canales».

41. Y le preguntó Bartolomé: «¿Quiénes están en los cu- chillos?»

42. Respondió el Anticristo: «Al canal ígneo, situado en el primer cuchillo, van a parar los dados al sortilegio, a la adivina- ción y al arte de encantamiento, y también los que les dan oídos o les buscan, ya que por la malicia de su corazón encontraron adivinaciones falsas. Al segundo canal de fuego van los blasfe- mos, que maldicen de Dios, de sus prójimos y de las Escritu- ras. Aquí vienen también los hechiceros y los que los buscan o les dan crédito. Entre los míos se encuentran asimismo los sui-

35. «Et alius ángelus est super mare qui confregit virtutem un- darum».

36. «Reliqua vero non tibi manifestó».

37. Dicit ei apostolus Bartholomeus : «Dic mihi, malefactor et non verax, fur ab initio et plenus amaritudine et dolo invidia et fallada, serpens subtilissime antiquus, lupis rapax, qui persuades animas hominum ut discedant a Deo vivo creatore omnium qui fecit caelum et terram, mare et omnia quae in eis sunt? Quia tu semper inimicus es generi humano». [...]

40. Et dixit Antechristus : «Dicam tibi. Ascendens rota de abis- sum et habens cultros septem ígneos. Primus cultrus habet cana- les XII».

41. Interrogavit eum Bartholomeus: «Qui sunt cultris?»

42. Respondit Antechristus: «Qui est in primo cultro canalis igneus, mittuntur <s)ibi sorticulosi et arioli et incantatores et qui in eis credunt vel qui quesierunt eos, quia per iniquitatem cordis sui invenerunt quasi divinationes falsas. In secundo canale igneo mittuntur blasphemi qui blasphemant Deum et próximos suos et qui blasphemant scripturas. Et precantatores ibi mittuntur et qui eos quesierunt vel crediderunt in illis. In meo numero deputati sunt et qui se ipsos perimunt vel qui morte sibi dant, qui se in aquam

598

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

cidas, que se echan al agua, o se ahorcan, o se hieren con la es- pada. Todos éstos estarán conmigo. Λ1 tercer canal van los ho- micidas, los que se dan a la idolatría y los que se dejan llevar por la avaricia o por la envidia, que fué la que me arrojó a del cielo a la tierra. A los demás canales van los perjuros, los ladrones, los soberbios, los ansiosos de usura, los que blasfe- man de los espíritus, los que desechan a los peregrinos, los que no hacen limosna, los que no ayudan a los encarcelados, los que sirven con tibieza en la Iglesia, los calumniadores, los que no aman a sus prójimos y los demás pecadores que no buscan a Dios o le sirven con tibieza. Λ todos éstos les escandalizo yo a mi capricho».

43. Dícele entonces Bartolomé: «Dime, diablo mentiroso e insincero: ¿Haces estas cosas personalmente o por medio de tus semejantes?»

44. Respóndele el Anticristo: « ¡Oh si yo hubiera podido salir y hacer estas cosas por mismo! En tres días destruiría el mundo entero. Pero, desgraciadamente, ni yo ni ninguno de los que fueron arrojados juntamente conmigo podemos salir. Tenemos, sin embargo, otros ministros más débiles, que, a su vez, se atraen otros colegas, a los que endosamos nuestra ves- timenta y les mandamos a poner insidias para que enreden a las almas de los hombres con mucha suavidad, halagándolas, para

mergunt vel in puteum vel in laqueo se suspendunt et qui se ferro percutiunt mecum erunt. In tertio canale mittuntur homicide et ido- latría colentes et avaritiam sequentes sive invidia pro qua ego sum iactatus de caelis in terram. [falta una línea]. Et in reliqui canales ignei mittuntur periuratores, fures, superbi vel qui sunt cupidi usuras accipientes et spiritus conblasphemantes sed et peregrinos non sus- cipientes et helemosinam non facientes et in carcere non ministran- tes vel tepide in aecclesia serviunt et detractores et próximos suos non amantes et ceteri peccatores qui non requirunt Dominum vel tepide eum colunt. Hos omnes ego scandalizo iuxta meam volun- tatem».

43. Dicit ei Bartholomeus : «Dic mihi, diabole fallax et non verax, per te haec facis aut per ministros tuos vel etiam per consi- miles tuos

44. Respondit Antichristus et dixit ei: «Oo si ego potuissem egredi et per me haec faceré! Omne mundum in tribus diebus perderem! Sed nec ego egredior nec aliquis ex his qui mecum sunt proiecti. Habemus autem alios extinctos ministros leviores qui et ipsi faciunt sibi collegas ministros quibus iussimus et induemos eos stolas riostras et mittimus eos in venationem ut veneantur nobis animas hominum multa dulcedine, adolantes ut sequantur ebrieta-

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

599

que sigan la embriaguez, la avaricia, la blasfemia, el homicidio> el hurto, la fornicación, la apostasía, la idolatría, la desviación de la Iglesia, el desprecio de la Cruz, el falso testimonio o, en fin, todo lo que Dios abomina. [Esto es lo que] nosotros hace- mos. A unos les echamos al fuego, a otros les lanzamos desde los árboles para que se ahoguen; a unos les rompemos los pies o las manos, a otros les arrancamos los ojos. Estas y otras cosas más son las que hacemos. Les ofrecemos oro y plata y todo cuan- to es codiciable en el mundo, y a aquellos que no conseguimos pequen despiertos, les hacemos pecar dormidos». [...]

45. «También te diré los nombres de los ángeles de Dios que nos son contrarios. Uno de ellos se llama Mermeoth, que es el que domina las tempestades. Mis satélites le conjuran y él les da permiso para que habiten donde quieran; mas, al volverse, se incendian. Hay otros cincuenta ángeles que tienen bajo su poder el rayo. Cuando algún espíritu de entre nosotros quisiere salir por el mar o por la tierra, estos ángeles envían contra él una descarga de piedra. Con lo cual prende el fuego y se abren las rocas y los árboles. Y, cuando han podido dar con nosotros, nos persiguen, siguiendo el mandato de Aquel

tem et avaritiam et blasphemiam, homicidium, furto, fornicationem, convertí in heresem, idola colere, deviare ab ecclesia, crucem Cruci- fixi minime faceré, testimonium falsum dicere vel quicquid Deus hodio habet nos facimus. Et aliquantos mittimus in igne et alios de arbore mergimus et aliorum pedes vel etiam manus rumpimus et aliorum oculos evellimus. Haec et alia multa operamur. Offerimus eis aurum vel argentum et omnem desiderium mundi et quos non possumus faceré peccare vigilantes, facimus eos in somniis pec- care» [...] 23 .

45. «Dicam tibí et nomina angelorum Dei qui contrarii sunt nobis. Unus ex his dicitur Mermeoth qui continet tempestates. Adiurant eum ministri mei et ille dimittit eos ubi voluerunt habitare, sed revertendum incenduntur. Et alii sunt angelí quinquaginta super corruscationes. Et quando spiritus ex nobis voluerit egredi per mare aut super terram, isti angelí mittunt contra eos de nubis ímpetus lapideus et igneus accendit nos et finditur saxe vel arbores. Et ubi nos invenire potuerint, persecuntur nos iussionem eius cui adsistunt, qui me religavit, quia ipsius iussionem tu mihi dominaris et quae non cogitavi dicere, invitus secretum meum confíteor». Et iterum dicit ei apostolus Bartholomeus : «Quae egisti vel quae agís ? Indica mihi». Dixitque ei Sathanas : «Ego cogitavera ut totum secretum meum tibí

23 Termina este versículo con una glosa del pasaje evangélico contenido en Le. 11,24-26 y Mt. 12,43-45.

600

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

a quien sirven. Gracias a este mandato, puedes ejercer po- derío sobre mí, por lo que me veo obligado, bien a pesar mío, a manifestarte el secreto y las cosas que no pensé decirte».

Pregúntale de nuevo Bartolomé: «¿Qué es lo que has hecho y qué es lo que sigues haciendo todavía ? Manifiéstamelo».

Satanás responde: «Tenía pensado no manifestarte todo el secreto, pero, por Aquel que preside el Universo, cuya cruz me cautivó, no puedo ocultarte nada». [...]

50. Y dijo el Señor Jesús al apóstol Bartolomé: «Aflójale las ligaduras y mándale que vuelva a su sitio hasta la venida del Señor. Lo demás, ya me encargaré yo de revelároslo a vos- otros. Porque es necesario nacer de nuevo para que aquellos que vencieron en la prueba puedan entrar en el reino de los cielos, de donde fué derrocado este enemigo por su soberbia, juntamente con aquellos de cuyo consejo se servía».

51. Después de esto, dijo el apóstol Bartolomé al Anti- cristo: «Vuélvete, condenado y enemigo de los hombres, al abis- mo hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, el cual ha de venir a juzgar a vivos y muertos y al mundo entero por medio del fuego y a condenarte a ti con todos tus semejantes. No pretendas de aquí en adelante seguir practicando eso que te has visto obligado a manifestar».

Entonces Satanás, lanzando como un león voces mezcla -

non indicarem, sed propter eum qui preest, cuius crux me obligavit, non possum tibí celare quicquam» [...] 24 .

50. Et dixit Dominus Ihesus ad apostolus Bartholomeus : «Re- laxa eum et impera illi ut revertatur in locum suum usque ad adven- tum Domini. Ego residua manifesta vobis quia oportet renasci contraria ut qui probati et vicerint inveniantur in regno caelorum, unde iste inimicus per superbiam cecidit cum quibus consilium utebatur».

51. Post haec autem Bartholomeus apostolus dixit Antichristo: «Reverteré dampnate et inimicus hominum in locum abissi usque ad adventum Domini Nostri Ihesu Christi qui venturus est iudicare vivos et mortuos et saeculum per ignem et dampnare te cum consi- milibus tuis. Et ne presumas ultra exercere quicumque confessus est». Tune Sathanas, emittens voce cum gemitu et rugitus sicut leo

24 A continuación el Demonio se confiesa causante de todas las calami- dades y pecados de la humanidad, consignados en la Sagrada Escritura: ido- latría de Jeroboán y del pueblo de Israel; tentaciones de Job; pecados de los hijos de Helí; murmuración del pueblo judío contra Moisés y Aarón en el desierto; martirio de los tres jóvenes en el horno de Babilonia; degollación de San Juan Bautista. Después explica el origen de los siete pecados capita- les, en que está anegada la humanidad (v.45-49).

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

601

das con rugidos y gemidos, dijo: « ¡Ay de mí, que me he servido de mujeres para engañar a muchos y yo mismo he venido a ser burlado por una virgen! Ahora me veo aherrojado y atado con cadenas de fuego por el Hijo de ésta y estoy ardiendo de mala manera. ¡Oh virginidad, que me eres siempre contraria! Todavía no han pasado los siete mil años. ¿Cómo es, pues, que me he visto condenado a confesar las cosas que acabo de decir?» [...]

52. Entonces el apóstol Bartolomé, admirando la audacia del enemigo y confiando en el poder del Salvador, dice a Satán: «Manifiéstame, inmundísimo demonio, la causa por la que fuis- te derrocado de lo más alto del cielo; pues me diste palabra de decirme todo».

53. El diablo respondió y dijo: «Cuando Dios se propuso formar a su imagen a Adán, padre de los hombres, mandó a cuatro ángeles que trajeran tierra de las cuatro partes del globo y agua de los cuatro ríos del paraíso. Yo me encontraba a la sazón en el mundo, y el hombre llegó a ser un animal viviente en los cuatro rincones de la tierra donde yo no estaba. Entonces [Dios] le bendijo porque era su imagen. Después vinieron a rendirle sus homenajes Miguel, Gabriel y Uriel».

dixit: «Vae mihi, quia per mulierem multos decepi et ego ipse a virgine deceptus sum et catenis igneis vinctus et religatus sum per rilium virginis et male ardeo! o virginitas quae semper contraria! Adhuc septem millia annis non venerunt et quomodo gannatus sum ut ea confiterer quae dixi?» [...] 25.

52. Respondens Bartholomeus apostolus, admirans audacem inimicum et confidens in potentiam Salvatoris, ait ad Sathan: «Con- fitere, inmundissime daemon, pro qua re proiectus es de superna caelorum, quia iurasti mihi ut omnia indicares».

53. Respondit diabolus et dixit: «Quando fecit Deus patrem hominum Adam ad imaginem suam, dixit ad quattuor angelis ut adducerent terram de quattuor ángulos terrae et aqua de quattuor ilumina paradisi. Ego in seculo eram in quattuor ángulos terrae ubi non fui et factus est homo in animam viventem et benedixit eum quia ipsius erat inmago. Et postea adoravit Michael et Gabrihel et Urihel».

25 En el resto de este versículo sigue el Anticristo profiriendo parecidas lamentaciones y enumera otros pecados que hizo cometer a los hombres: fratricidio de Caín, venta de José, envidia de Esaú, deicidio de los judíos, etc. Al final se lamenta de la derrota que Jesús le ha infligido. Bartolomé entona una acción de gracias a éste. Belial ruega al apóstol no manifieste a nadie estos secretos.

602

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

54. «Cuando yo retorné del mundo, me dijo el arcángel Miguel: Adora esa figura que ha hecho Dios según su beneplácito. Yo me di cuenta de que había sido hecho de barro [y dije]:

Yo fui hecho de fuego y agua y con anterioridad a éste; yo no adoro al barro de la tierra».

55. «De nuevo me dijo Miguel: Adórale, no sea que el Se- ñor se vaya a enfadar contra ti. Yo repliqué: El Señor no se aira contra mi. Yo voy a poner mi trono contra el suyo. Entonces Dios se enfureció contra mí, mandó abrir las compuertas del cielo y me arrojó a la tierra.

56. Después que yo fui arrojado, preguntó el Señor a los demás ángeles que estaban a mis órdenes si estaban dispuestos a rendirse ante la obra que El había hecho con sus manos. Mas ellos dijeron: Asi como hemos visto que nuestro jefe no doblaba su cerviz, de la misma manera nosotros no adoraremos a un ser inferior a nosotros. En aquel momento fueron también ellos de- rrocados conmigo».

57. «Y nos quedamos dormidos durante un período de cuarenta años. Yo, al despertarme, me di cuenta de los que estaban debajo de durmiendo 58. y les desperté, siguiendo mi capricho. Después tomé acuerdo con ellos para ver cómo embaucar al hombre por cuya causa fui yo arrojado del cielo».

59. «Y, tomada la resolución, entendí cómo podía sedu-

54. «Et iterum veniente me de seculo, dixit mihi Michael ar- changelus: Adora figuram quem fecit Deus secundum voluntatem suam. Et ego vidi quod factus esset de limo terrae. De igne et aqua sum et prius formatus sum. Ego non adoro lutum terrae».

55. «Et iterum dixit mihi Michael: Adora, ne quando irasca- tur tibi Dominus. Et ego dixi: Non irascitur mihi Dominus, sed ponam meum thronum adversum thronum eius. Tune iratus est Dominus super me et iussit aperire cataractas caeli et iactavit me in terram».

56. «Postea vero quam ego proiectus sum, interrogavit Domi- nus reliquos angelos qui erant sub me si voluerint adorare opera manuum eius. Ipsi vero dixerunt ei: Sicut vidimus priorem nostrum non adorare ñeque nos non adorabimus deteriorem nobis. Tune proiecti sunt et ipsi mecum in térra.

57. «Et obdormivimus annis XL. Evigilans autem vidi qui es- sent sub me dormientes»,

58. «et suscitavit eos secundum meam voluntatem et accepit consilium cum eis quomodo hominem suaderem propter quem ego de caelis proiectus sum».

59. «Et accepto consilio, intellegi quomodo seducere eum pos-

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

603

cirle: Tomé unas hojas de higuera en mis manos, sequé [con ellas] el sudor de mi pecho y de mis sobacos y [las] arrojé a la corriente. Eva entonces, al beber, encontró el deseo carnal y se lo ofreció a su marido. A ambos les pareció dulce su sabor y no cayeron en la cuenta de lo amargo que era por haber prevaricado. De no haber bebido ellos de este agua, jamás pu- diera yo haberles embaucado ; y no tenía yo a mano otro medio para poder prevalecer sobre ellos sino éste». [...]

60. Entonces el apóstol Bartolomé se puso a orar diciendo: «¡Oh Señor Jesucristo! Mándale que entre en el infierno, por- que se pone insolente contra mí». Y dice el Señor Jesucristo a Satán: «Vete, desciende al abismo y estáte allí hasta mi llegada». Y al instante desapareció el diablo.

61. Bartolomé entonces, cayendo a los pies de Nuestro Señor Jesucristo, empezó a decir bañado en lágrimas: «Abba! ¡Padre! que sigues siendo el único y glorioso Verbo del Padre, por quien fueron hechas todas las cosas; tú, a quien apenas pudieron contener los siete cielos y que tuviste a bien habitar en el seno de una Virgen; a quien la Virgen gestó y dió a luz sin sentir dolor. Tú, Señor, elegiste a la que verdade-

sem. Accipiensque folia ficus in manibus meis et extersi sudorem pectoris mei et sub alatrum mearum et proieci secus decursus aqua- rum et bibens Eva ex hoc invenit desiderium carnis et illa obtulit viro suo et quasi dulcem visum est eis. Eo quod esset amarum ne- scierunt propter prevaricationem quia prevaricati sunt. Ipsi autem, nisi bibissent de aqua ipsa, nunquam suadere eis potuissem, nec potueram aliter prevalere ei nisi propter hoc» [...] 2í>.

60. Et orans apostolus Bartholomeus dixit: «Domine Ihesu Christe, iube eum ingredi in infernum, quia iste diabolus audax est contra me». Et dicit Dominus Ihesus Christus ad Sathan: «Vade et descende in abissum et ibi [s]ta usque ad adventum meum». Et statim non apparuit diabolus.

61. Tune Bartholomeus, cadens ad pedes Domini Nostri Ihesu Christi, cepit cum lacrimis ita dicere: «Abba Pater, qui gloriosus permanes solus verbum Patris, per quem omnia facta sunt, quem septem caeli vix tándem capere potuerunt, in útero virginis tibi pla- cuit inhabitare, quem virgo portavit et genuit et non sensit dolorem. Tu, Domine, elegisti eam quem veram matrem et reginam apellasti

26 A continuación el Demonio se lamenta de ver destruida su obra por otra mujer, María, y pide al apóstol le a conocer el secreto de su derrota y de su encadenamiento. Bartolomé responde que no ocultará nada para sal- vación de todos los que crean en Jesucristo.

604

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

ramente pudiste llamar madre y esclava. Madre, porque por ella te dignaste descender y de ella tomaste carne mortal. Y Rei- na, porque la has constituido reina de las vírgenes». [...]

63. «Tú que llamaste a los cuatro ríos y éstos obedecen a tu mandato y se apresuran a servirte. El primero, el río de los Filósofos, para la unidad de la Iglesia y de la fe, que ha sido manifestada en el mundo. El segundo, el Geón, porque [el hombre] fué hecho de tierra, o [también] por los dos testa- mentos. El tercero, el Tigris, porque a los que creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, Dios único por quien fueron hechas todas las cosas en el cielo y en la tierra, nos ha sido revelada la Trinidad sempiterna, que está en los cielos. El cuarto, el Eufrates, porque te has dignado saciar a toda alma viviente por medio del baño de la regeneración, que re- presentaba la imagen de los Evangelios que corren por todo el orbe de la tierra, y que te dignaste anunciar por tus siervos, para que, por medio de la confesión y la fe, sean salvos todos los que creen en tu nombre grande y terrible y en tus santos Evangelios, de manera que puedan llegar a la vida que [toda- vía] no poseen». [...]

et ancillam. Mater vero, quia per eam dignatus es descenderé unde carnem assumpsisti. Regina autem, quia regina virgínum eam po- suisti» [...] 27.

63. «Qui quattuor ilumina <sti> clamasti et iussio tua obaediunt et currunt in ministerio tuo. Primus quidem flumen Philosophon propter unitatem aecclesiae et credulitatem quae ostensa est in seculo. Secundus autem flumen Geon, propter quod de térra factus est vel etiam dúo testamenta. Tertius autem flumen Tigris, propter quod ostensa est nobis Trinitas sempiterna in caelis credentes in Patrem et Filium et Spiritum Sanctum qui est unus Deus per quem facta sunt omnia in cáelo et in térra. Quartus autem flumen Eufraten, qui omnem animam viventem in saeculum satiasti per lavacrum re- generationis quae figura adostendebat evangeliorum qui currunt in toto orbe terrarum, qui dignatus es per servos tuos adnuntiare ut credentes et confitentes salvi efficiantur qui credunt in nomine tuo magno et terribili, et sancta euvangelia tua qualiter pervenire pos- sint ad vitam quae non habet» [...] 28 .

27 Continúa la plegaria recordándole su pasión y rogándole que por su santa cruz sean siempre vencidas las tempestades atmosféricas. Después los apóstoles entonan a coro una doxología análoga a nuestro Te Deum, que ter- mina describiendo los ríos del paraíso según reza el siguiente versículo.

28 Sigue otra doxología, a la que responde el Señor en el versículo 65, repitiéndoles los consejos contenidos en el capítulo 16 del Evangelio de San Juan.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

605

66. Dice entonces Bartolomé: « ¿Es lícito manifestar estas cosas a todos los hombres?»

67. Dícele Jesús: «Podéis descubrirlas a todos los que sean creyentes y observen este misterio que acabo de manifes- taros. Pues entre los gentiles hay algunos que son idólatras, borrachos, fornicarios, perjuros, blasfemos, detractores de la Iglesia católica, envidiosos, maléficos, hechiceros, malvados, que siguen las malas artes del enemigo y que odian a sus pró- jimos. Todos éstos no son dignos de oír este misterio».

68. «Mas son dignos de oírlo todos los que guardan mis mandamientos, los que reciben en las palabras de vida eterna que no tienen fin, y todos los que tienen parte en los cielos con los santos, justos y fieles en el reino de mi Padre. Todos aquellos que se hayan conservado exentos del error de la iniquidad y hayan seguido el camino de la salvación y de la justicia, deben oír este misterio. Y tú, Bartolomé, eres dichoso juntamente con tu generación».

69. Entonces Bartolomé, al escribir todas estas cosas que oyó de labios de Nuestro Señor Jesucristo, con rostro alegre bendijo al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, diciendo: «Gloria a ti, Señor, redentor de los pecadores, vida de los justos, fe de los creyentes, resurrección de los muertos, luz del mundo, amante de la castidad».

66. Dicit ei Bartholomeus: «Domine, ómnibus hominibus licet ista manifestare

67. Dicit ei Ihesus: «Quanti sunt credentes et observaverint misterium istud quem ostendi vobis, licet manifestari. Nam sunt ínter gentes quídam servientes ydolis, ebriosis, fornicatotes, periuri, blasphemi, detractores aecclesiae catholicae, invidiosi, malefici, in- cantatores, maligni, sequentes artem inimici et qui odio habent próximos suos. Hi non sunt digni audire misterium hoc».

68. «Sed illi sunt digni hoc audire qui servant praecepta mea et qui capiunt verba salutis aeternae vitae quae finem non habent et habent partem in caelis cum sanctis iustis et fidelibus in regnum Patris mei. Qui vero separatus fuerit ab errore iniquitatis et secutus fuerit viam salutis et iustitiae, oportet eum audire misterium hoc. Tu enim, Bartholomee, beatus es; beata generatio tua».

69. Tune Bartholomeus scribens haec omnia in corde suo quae audivit de ore Domini Nostri Ihesu Christi, hilari vultu benedicens Patrem et Filium et Spiritum Sanctum dicens: «Gloria tibi, Domine, redemptor peccatorum, vita iustorum, fides credentium, resurrectio mortuorum, lux mundi, amator castitatis».

606

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

70. Entonces, ciñéndose la coraza, dijo: «Yo soy bueno, manso y benigno, misericordioso y clemente, fuerte y justo, admirable y santo, médico y defensor de huérfanos y viudas, remunerador de los justos y fieles, juez de vivos y muertos, luz de luz y destello de la claridad, consolador de los atribula- dos y ayudador de los pupilos. Alegraos conmigo, amigos míos, y recibid mi regalo. Os voy a dar un don celeste. A todos los que en tienen puesto su deseo y su fe y a vosotros os galar- donaré con la vida eterna».

V

7. Dícele de nuevo Bartolomé: «Señor, y si uno comete un pecado carnal, ¿cómo se las va a haber en el juicio?»

8. Respóndele Jesús: «Está bien que el bautizado observe todo aquello a que le obliga su bautismo, que guarde castidad y que permanezca en ella. Mas, si le sobreviene la concupis- cencia carnal, debe casarse con una sola mujer; de manera que la mujer no conozca otro marido y éste aborrezca a cualquiera otra esposa. Y si observan la castidad [según su estado] y

70. Tune Ihesus accipiens toracem et dixit: «Bonus ego sum, mansuetus et benignus, misericors et clemens, fortis et iustus, ad- mirabilis et sanctus et sanator, defensor orphanarum et viduarum, coronator iustorum et fidelium, iudex vivorum et mortuorum, lux lucís et splendor luminis, consolator tribulantium et adiutor pupil- lorum. Gaudete mecum, amici mei, et accipite a me donum. Ego dabo vobis donum caelestem. Et donabo vobis ego et ómnibus qui desiderant me et credent in me vitam aeternam».

V 29

7. Dicit ei iterum Bartholomeus : «Domine, si quis carnalem peccatum peccaverit, qualis est opera eius in iudicio?»

8. Dicit ei Ihesus: «Bonum est ut baptizatus observet baptis- mum suum, custodiat castitatem et in ipsa permaneat. Si autem desiderium carnis supervenerit, unius mulieris vir esse debet. Ita ut mulier nesciat alterum virum, similiter et vir aliam feminam peror-

29 Los versículos 1-6 contienen una nueva pregunta de los apóstoles sobre cuál es el pecado más grave. El Señor les da por repuesta un detallado elenco de pecados perdonables, supuesta la penitencia, y añade que hay otro el pecado contra el Espíritu Santo que no será perdonado nunca. Barto- lomé pregunta de nuevo en qué consiste este pecado, y Jesús responde que se comete principalmente abandonando la Iglesia católica y adhiriéndose a alguna herejía. En general, enumera todos los pecados contra la fe.

EVANGELIO DE BARTOLOMÉ

607

ofrecen sus diezmos a la Iglesia, de la misma manera que lo hizo mi siervo Abrahán, que siempre guardó mis mandatos, yo les daré el céntuplo, y su matrimonio estará libre de pecado. Y si la necesidad obligara a tomar una segunda mujer o un segundo marido, puede hacerse esto con tal de que comparez- can en la Iglesia, hagan limosna, vistan al desnudo, den comida y bebida al hambriento y al sediento, den hospedaje a los pere- grinos, lejos de despreciarlos; visiten a los enfermos, sirvan a los encarcelados, digan siempre la verdad, reciban con toda veneración al sacerdote y a todo aquel que teme a Dios, y, como dije antes, den sus diezmos a la Iglesia y hagan las res- tantes obras buenas de modo que puedan agradar a Dios.

Mas, si alguno hubiera contraído matrimonio ya por ter- cera vez, será tenido por indigno y pecador en el reino de los cielos juntamente con la consorte. Pero quien guardare su vir- ginidad y castidad y fuere perfecto en la Iglesia católica, éste, sea hombre o mujer, será llamado perfecto en el reino de los cielos» [...].

ii. [...] Entonces Bartolomé, juntamente con los demás apóstoles, empezó a glorificar al Señor Jesús, diciendo: «Gloria

rescat. Si vero observaverint castitatem et mandata mea custodierint et si decimas suas ad aecclesiam dederint, sicut Abraham puer meus qui custodivit precepta mea, centuplum eis reddam et coniugium eorum sine peccato erit. Et si neccessitas supervenerit ut secundam mulierem accipiatur aut mulier accipiat secundum virum, habent licentiam ita ut ad aecclesiam currant, helemosinam faciant, nudum vestiant et esurienti et sitienti dent cibum et potum, peregrinos in hospitium recipiant et non despiciant eos, infirmos visitent, incarce- ratis ministrent, testimonium verum dicant, sacerdotem et timentem Deum cum omni veneratione suscipiant e't, sicut predixi, decimas aecclesiae offerant et cetera quae iusta sunt faciant ut Deo placeré possint».

«Si quis vero iam tertiam uxorem duxerit, iam indignus et pec- cator vocabitur in regno caelorum simul cum illa. Sed qui suam castitatem et virginitatem custodicrit et perfectus fuerit in aecclesia catholica, sive vir sive femina, hic perfectus vocabitur in regno cae- lorum» [...] 30.

ii. [...] Tune Bartholomeus simul cum omnes apostoli g'.ori- ficabant Dominum Ihesum Christum dicentes: «Gloria tibi, pater

30 Los últimos versículos contienen algunos avisos a los apóstoles (v.gr., que prediquen el presente evangelio a todo el mundo (cf. Me. 16,15]). Sigue una doxología de los apóstoles. Jesús les promete el Espíritu Santo y sube a los cielos. Finalmente, los apóstoles entonan una nueva doxología (v.n), con la que se cierra la narración.

60S

APÓCRIFOS DE LA PASIÓN Y RESURRECCIÓN

a ti, padre de los cielos, rey de la vida eterna, foco de luz inextinguible, sol radiante y resplandor de la claridad perpetua, rey de los reyes y señor de los señores. A ti sea dada la mag- nificencia, la gloria, el imperio, el reino, el honor y la potestad juntamente con el Padre y el Espíritu Santo. Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha redimido a su pueblo de la mano de sus enemigos y con nosotros ha usado de misericordia y de justicia. Alabad a Nuestro Señor Jesucristo todas las naciones y creed que El es el juez de vivos y muertos y el salvador de los fieles. El cual vive y reina, juntamente con el Padre y con el Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén».

AQUI TERMINAN LAS PREGUNTAS QUE EL BEATISIMO APOSTOL BARTOLOME Y LOS DEMAS APOSTOLES HICIERON A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

caelorum, rex aeternae vitae, lucerna lucís inextinguibilis, sol lucens et splendor luminis claritatis aeternae. Rex regum et Dominus do- minorum. Tibí gloria et magnificentia et imperium et regnum et honor et potestas cum Patre et Spiritu Sancto. Benedictus Dominus Deus Israel, quia visitavit nos et redemit plebem suam de manu inimicorum eius. Et nobiscum fecit misericordiam et iudicium. Om- nes gentes laúdate Dominum Nostrum Ihesum Christum et credite ei quoniam ipse est iudex vivorum et mortuorum et salvator fidelium. Qui cum Patre atque Spiritu Sancto vivit et regnat per omnia sécula seculorum. Amen».

EXPLICIT INTERROGATIO BEATISSIMI BARTHOLOMEI APOSTOLI VEL ALIORUM APOSTOLORUM CUM DOMINO IHESU CHRISTO

APOCRIFOS ASUNCIONISTAS

Εν. apócrifos

APOCRIFOS ASUNCIONISTAS

Los apócrifos relativos a la Asunción de María son extre- madamente numerosos, si bien pueden considerarse, en ge- neral, tributarios de un patrón original. Esta exuberante lite- ratura apócrifo-asuncionista ha servido para algunos de piedra de escándalo con relación al hecho histórico de la Asunción de María, por creer que daban a éste un carácter puramente legendario. Hoy se considera a estos apócrifos generalmente como reflejos genuinos, en sus rasgos fundamentales, de la tradición oral asuncionista, que arranca del mismo hecho his- tórico de la Asunción.

Ante todo, vamos a dar un elenco, lo más completo posible, de dichos apócrifos, sirviéndonos preferentemente de los inven- tarios publicados por los Bolandistas en su Bibliotheca hagiogra- phica graeca, Bibliotheca hagiographica latina y Bibliotheca hagiogra- phica orientalis y por F. Stegmüller en su Repertorium Biblicum Medii Aevi t.i (Madrid 1940) p. 135-139. Siguiendo el ejemplo del P. J. M. Bover (La Asunción de María [BAC. Madrid 1947] p. 156-157), los distribuímos en grupos lingüísticos.

Grupo griego

1. lohannis líber de dormitione Mariae. Ed. C. Tischendorf, Apoca- lypses Apocryphae (Lipsiae 1866) p. 95-1 12.

2. lohannis Archiep. Thessalonicensis sermo de dormitione b. Mariae Vir- ginis. Ed. M. Jugie: PaOr XIX 3 (1926) 375-431, con v. latina.

3. Historia Euúmiana. S. lohannis D.rmasceni, In dormítionem b. V. Ma- riae hom.2 n.18: PG 96,747-752. Cf. M. Jugie, Le récit de l'Histoire euthy- miaque sur la mort et l'assomption de la S. Vierge: EchOr 25 (1926) 385-92.

Grupo latino

1. Transitus b. Mariae Virginis. Narratio Iosephi de Arimathaea. Ed. C. Tischendorf, Apocalypses Apocryphae ρ. 1 13-123.

2. Ps. Melito Sardensis, De transitu Virginis Mariae: PG 5,1231- 1240, y C. Tischendorf, Apocalypses Apocryphae p. 124- 136.

Asswnptio Sanctae Mariae ( Transitus W). Éd. A. Wilmart: StT 59 (1933) p. 358-62. Cf. A. Wilmart, L'Ancien récit de l'Assomption: ibid., p.343-57.

612

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

3. Acta Dormitionis et Assumptionis b. Virginis Mariae Dei-Genitricb, Dominae Nostrae, ex Legendario Segobiensi Ms. et aliis Breviariis. Ed. I. Ta- mayo Salazar, Martyrologium Hispanum t.4 (Lugduni 1656) p. 480-482.

4. Officium de Adsuntio Sánete Marie, cod. Silensis secundus. Ed. M. Férotin, Le ¡iber Mozarabicus Sacramentorum et les mss. mozárabes (París 1912) p.788 y 792.

5. Apocryphum de Assumptione Virginis, conservado únicamente en el ms. de Santa Croce Pl. XV d.12, en la Laurenziana (fol.ig-2ov s.XIV); es la versión latina del Ps. Juan. Ha sido editado por A. Wilmart: StT 59 (193.3) 357-62.

Grupo etiópico

Líber ¡ohannis Apostoli de Transitu b. Mariae Virginis. Ed. M. Chaine: CoScrOr ser.I t.6 (París 1909). V. ingl. ed. por E. A. Wallis Budge, Le- gends of our Lady Mary p. 152-67 (London 1922).

Grupo árabe

Ps. íohannes Apostolus, Líber de Transitu b. Mariae Virginis (Bonn, Univ. Bibl., legat. A. Scholz, £.65-94). Ed. M. Enger (Elberfeld 1854) [con v. liát.T; MigneAp II 525-532 [v. franc.]; L. Leroy, La dormition de la Vierge (Traduction du manuscrit árabe de Paris n.150): ROrCh ser 11 5 (1910); A. S. Lewis, Apocrypha Arábica: StS XI (Cambridge 1902).

Grupo armenio

1. Libéltus de dorrñítioné b. Virginis Mariae auct. Pseudo-Nicodemo. Ed. Ρ. I. Daietsi, Ankanon girkh Ñor Ketakar anatz t.i (Venezia ¡898) p.452-78.

2. Epistula Pseudo-Dionysii ad Titum ep. Crelensem de dormitione b. Vir- ginis Mariae. Cf. P. Vetter, Die armenische Dormitio Mariae: ThQ 84 (1902) 421-49. Y asimismo otros apócrifos asuncionistas contenidos en la citada colección de los Mequitaristas de Venecia.

Grupo copto-bohaírico

1. Transitus b. Mariae Virginis. Ed. P. de Lagarde, Aegyptiaca (Góttin- gen 1883) p. 38-63. Se trata de una homilía atribuida a Evodio, obispo de An- tioquía o arzobispo de Roma. Ha sido traducida al inglés por Forbes Ro- binson, Coptic Apocryphal Gospels: TS IV 2 (Cambridge 1896) p. 44-46 y por JamesNT p. 194-197.

2. Transitus Mariae Virginis. (Discursus Theodosü archiepiscopi Alexan- driae). Ed. Forbes Robinson, Coptic Apocryphal Gospels: TS IV 2 p. 90-127, con v. ingl., que se encuentra también en JamesNT p. 198-200.

Grupo copto-sahídico

t. Transitus Mariae. Fragm. sahídico déla homilía de Evodio. Cf. G. Zoega, Catalogus codicum copticorum rnanu scriptorum qui in Museo Borgiano Velitris adservantur (Romae 1810) p. 223-24. V. ingl. en F. Ro- binson, Coptic apocryphal Gospels: TS IV 2 p. 67-89.

2. Transitus Mariae (Discursus Cyrilli Hierosolymitani n.20).

APÓCRIFOS ASrXCIOXISTAS

613

Ed. E. A. W. Budge, Miscellaneous Coptic Texts (London 1915). V. ingl. en F. Robinsom, Le, p. 25-41.

3. Evangelium [sic dictum] XII Apostolorum. Otro fragm. sahídico ed. por E. Revillout: PaOr II (Paris 1907) p.177-183 y atribuido al mencio- nado evangelio, pero no es fácilmente identificable.

Grupo siríaco

1. Historia el transitus b. Mariae Virginis. V. ingl. por W. Wright, Contributions to the Apocryphal Literature of the Neiv Testament (London 1865) p. 18-24.

2. Transitus b. Mariae (v. svnaca Β). V. ingl. por W. Wright, o.c, p.24-41.

3. Transitus Mariae (v. syriaca C) [Libri VI]. A. Smith Lewis, Apo- crypha Syriaca: «Studia Sinaitica» XI (London 1902). Cf. W. Wright, The departure of my Lady Mary from this world: «The Journal of Sacred Litera- ture and Biblical Record» (1865).

4. Transitus b. Mariae Virginis (v. syriaca D). Ed. E. A. W. Budge, History of the B. Virgin Mary, en Luzac, Semitic Text and Translation Series V (1899) 97-153.

5. Obsequiae (Transitus) b. Mariae Virginis (v. syriaca E) . Ed. W. Wright, Contributions to the Apocryphal Literature of the New Testament (1865). V. ingl. 'bid., p.42-51.

Grupo irlandés

Timna Muiré (El Testamento de María) [Dublin, Royal Irish Academy, Líber Flavus Fergusiorum II f.48 (99) s.XIV]. Publicado. por C. Dokahue, The Testament of Mary. The Gaelic versión of the Dormitio Mariae, together with an Irish Latin versión (New York 1942). Fordham University Pr. VIII 70 p. Cf. St. J. D. Seymour, Irish versions of the Transitus Mariae: JThSt 23 (1921-22) 36-43; R. Willard, The Testament of Mary. The Irish Account of the Death of the Virgin: RechThAncMéd 9 (1937) 341-364.

Grupo eslavo

1. Dormitio Deiparae (y. búlgara). Ed. A. Popov, Bibliografich. Materialy: «Chtenija» III (1880) p.9-29.

2. Dormitio Deiparae (v. rusa). Ed. J. Sreznjevkij: «Svedenija...» 38 (1866) 62-70. A. Popov, Bibliografich. Materialy: «Chtenija» III (1880) 24-39.

3. Dormitio Deiparae (Sermo Iohannis Thessalonicensis, v. rusa). Ed. A. Popov, Bibliografich. Materialy: «Chtenija» III (1880) 46-65. I. Por- firjev, Apokrificheskija skazanija o novozavetnych ... (1877) 281-295.

4. Dormitio Deiparae (v. serbia). Ed. St. Novakovic: «Starine» 18 (1886) 193-200.

Este material apócrifo ha despertado un enorme interés du- rante los últimos años, en que nuevos hallazgos han venido a suscitar a su vez nuevos problemas. Merecen destacarse sobre todo, en este terreno, los nombres de Jugie, Wilmart, Bover y Capelle, cuyos trabajos han contribuido a aclarar muchos

614

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

puntos oscuros en lo relativo a la filiación de los documentos y a su valor histórico.

Los más antiguos entre éstos no se remontan más allá del siglo IV; surge, pues, el problema de explicar su conexión con el hecho histórico de la Asunción. No sería descabellado a este respecto suponer la existencia de un arquetipo primitivo del que derivaran los mencionados textos apócrifos. Tal existencia está avalada por el testimonio del Ps. Melitón, quien alude ex- presamente a un Transitus Sanctae Mariae original de Leucio, a quien se presenta como discípulo de los apóstoles y que, por tanto, debió escribir a principios del siglo II. Dice textualmente el Ps. Melitón: «Saepe scripsisse me memini de quodam Leucio, qui ... cum apostolis conversatus, alieno sensu et animo teme- rario discedens a via iustitiae, plurima de apostolorum actibus in libris suis inseruit ... Etiam Transitum beatae semper Virginis Mariae Genitricis Dei ... impio depravavit stilo» (PG 5,1231- 1232). El Decretum Gelasianum menciona asimismo un Líber qui appellatur Transitus sanctae Mariae, sin aludir a Leucio como su presunto autor.

Pero, aun prescindiendo de esta hipótesis, que, como se ve, no deja de tener su fundamento, puede salvarse el vacío entre los apócrifos y el hecho de la Asunción recurriendo a una tradición oral que, arrancando de Egipto probablemente, se fué propagando en el tiempo y en el espacio, dando con ello lugar a las diversas narraciones que hoy poseemos sobre el particular. No deja de ser significativo a este respecto el que en la representación más antigua de la Asunción, contenida en el sarcófago de Santa Engracia (Zaragoza), aparezca una mano en actitud de asumir a la Virgen. Este detalle, que no depende de los apócrifos, no es sino la elucubración de un tema más antiguo que refleja la mencionada tradición. Cf. A. Fernández Guerra y Orbe, Monumento zaragozano del año 312 que representa la Asunción de la Virgen (Madrid 1870).

Un examen comparativo de todas estas narraciones apó- crifas deja ver a las claras tres elementos fundamentales en que todas vienen a coincidir: el hecho de la Asunción, la reunión de todos los apóstoles y la vela que hacen a la Virgen, precisa- mente en el valle de Josafat. A estos tres hechos puede exten- derse el valor histórico de los apócrifos asuncionistas. En cuanto a su valor teológico, cf. J. M. Bover, La Asunción de Maria (BAC, Madrid 1947) p.171-178.

El influjo de esta literatura a través de los siglos ha sido muy grande, llegando a invadir los mismos textos litúrgicos. Re-

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

615

cuérdese a este respecto el oficio mozárabe de la Asunción según el ms. de Silos publicado por M. Férotin (Le liber Mo- zarabicus Sacramentorum et les mss. mozárabes [París 1912] p.788 y 792) asimismo, la narración apócrifa de la Asunción pu- blicada por Tamayo Salazar a base del Legendarium Segobiense y de diversos Breviarios.

Su influencia en la inspiración artística es aún mucho ma- yor, particularmente en Oriente. A partir del siglo XI aparecen ya perfectamente fijados los rasgos fundamentales de la repre- sentación asuncionista según los datos apócrifos, lo cual supone un proceso de formación bastante largo. De hecho se señalan algunos monumentos de inspiración apócrifa anteriores a este siglo; v.gr. un fresco del monasterio siríaco de Deires-Sourjani en El-Hadra (Egipto), cuya fecha exacta es difícil precisar, y otro perteneciente a una iglesia rupestre de Capadocia, llamada Iglesia nueva de Toqali-Kilissé (s.IX). En el siglo XI dicho influjo se acentúa, pudiéndose encontrar sus huellas en el Monte Atos (miniatura del Evangeliario n.i de la biblioteca del monasterio de Iviron) , en Atenas (mosaico de Dafnis) y en Montecassino (diseño del monje León [h. el a. 1080] en el ms. η. H.H.98 de dicho monasterio). Posteriormente, el influjo es desbordante; citemos, entre otros ejemplares, la representación de la Cap- pella degli Scrovegni (Padua), debida al pincel de Gioíto; el tím- pano de la Portada Preciosa de la Catedral de Pamplona (s.XIV), y la tabla de la colegiata de Bañólas (Gerona, s.XIV).

Ante la imposibilidad de incluir en la presente edición toda la producción apócrifo-asuncionista, lo cual se prestaría además a numerosas y enojosas repeticiones, nos limitamos a repro- ducir los tipos más representativos y de mayor influencia. Un resumen de las narraciones coptas y siríacas puede encontrarse en JamesNT p. 194-200.219-227.

Sobre los diversos problemas que suscita esta literatura pueden consultarse los siguientes estudios:

A. le Hir, De l'Assomptinn de la Sainte Vierge et des livres apocryphes qui s'y rapportent: «Etudes religieuses historiques et littéraires» (1866) 514- 555 ; M. Bonnet, Bemerkungen über die altesten Himmelfahrt María: ZtW'Th (1880) 222-47 [contiene concepciones dogmáticas en abierta oposición con la fe católica]; Gabrielovich, Ephése ou Jérusalem: Tombeau de la Sainte Vierge (París 1897); Bernabé D'Alsace, Le Tombeau de la Sainte Vierge ά Jérusalem (Jérusalem 1903); M. Gordillo, La Asunción en los monumentos anteriores al concilio de Efeso: RaF (19 19); Id., £/ Misterio de Elche: «La Estrella del Mar» (agosto 1923); P. Giquello, Récits apocryphes relatifs ά la mort et c la assomplion de la Sainte Vierge: «Mémoire du Congrés Marial de Nantes» p.51-58 (París 1925); J. Plessis, Valeur historique des Apocryphes de Transitu Mariae (Vannes 1925); M. Jugie, La mort et l'Assomption de la

616

APÓCRIFOS ASUXCION1STAS

Sainte Vierge dans la tradition des cinq premiers siécles: EchOr 25 (1926) 5-20.129-43. 281-307; 26 (1927) 18-23; A. M. Vitti, Libri Apocryphi de Assumptione B. Mariae Virginis: VD 6 (1926) 225-34; F- Cabrol, Transitus Mariae: DACHEL I 2993; L. Heidet et L. Pirot, Assomption. Tradition de Jérusalem: SupDBi I 654; M. Jugie, La Littérature apocryphe sur la mort et l'assomption de Marie a partir de la seconde moitié du VI siécle: EchOr 29 (1930) 265-95; Id., Prólogo a Dormiiio Dominae Nostrae Deiparae ac semper Virginis Mariae: PaOr XIX 376-78.362; L. Wratislaw - Mitrowic et N. Okunev, La dormilion de la Sainte Vierge dans la peinture médiévale ortho- doxe: ByzSl 3 (1931) 134-73; J- Riviere, Le plus vieux Transitus latin et son dérivé grec: RechThAncMéd 8 (1936) 5-23 ; L. Carli, La morte e l'assunzione di Maria Sma. nelle omelie greche dei secoli VII-VIII (Roma 1941); M. Jugie, La littérature apocryphe sur la mort et l'assomption de la Sainte Vierge: StT 114 (1944) 102-171; J. M. Bover, La Asunción de María (BAC, Madrid 1947) Ρ·Ι55-97·3°4-22; In., La Asunción de María en el «Transitus y en Juan de Tesalónica: EstEc 20 (1946) 415-33 [este artículo constituye uno de los capí- tulos del volumen anterior]; J. E)uhr, L'évolution iconographique de V As- somption: NouRTh 68 (1946) 671-683; C. Felicolo, II transito della Ver- gine secondo l'apocrifo latino: TerSan 22 (1947) 137-44; J. Riviere, Róle du démon au jugement particulier. Contribution a l'histoire des «Transitus Ma- riae»: BullLitEc 48 (1947) 49-56.98-126; G. Stano, L'Assunzione negli Apo- crifi: CVit 3 (1948) 408-17; A. C. Rush, The Assumption in the Apocrypha: AmEccR 116 (1947) 3-31; G. Odoardi, Elementi leggendari nell' Iconografía italiana dell'Assunta: CVit 3 (1948) 423-433; C. Balic, Testimonia de As- sumptione B. Mariae Virginis in ómnibus saeculis (Romae 1948) t.i p. 15-66. 137-54; B. Capelle, Vcstiges grecs et latins d'un antique «Transitus» de la Vierge: ABoll 67 (1929) 21-48; A. C. Rush, Assumption Theology in the «Transitus Mariae»: AmEccR 123 (August 1950); M. Gordillo, La muerte de María, Madre de Dios, en la tradición de la Iglesia de ferusalén: EstMar 9 (1950) 43-62: A. Rivera, La muerte de María en la tradición hasta la Edad Media (s.I-VIII): EstMar 9 (1950) 71-100; M. García Castro, Los Apó- crifos Marianos: CiTom 77 (i95°) Ϊ45-75; A. C. Rush, Scriptural Texts and the Assumption in the «Transitus Mariae»: CathBiQ 12 (¡950) 367-78; A. Penna, Transito (Dormizione) di Maria: EnCat XII c.432; C. Cecchelli, Mater Christi III (Roma 1954) p. 393-416.

/. LIBRO DE SAN JUAN EVANGELISTA (EL TEOLOGO)

Se trata de uno de los apócrifos asuncionistas que han gozado de mayor difusión, particularmente en el Oriente bizantino. En Occidente se conserva de él una traducción latina publicada en 1933 por Dom A. Wilmart Se conservan asimismo otras narraciones occidentales dependientes de él, v.gr., el cód. Am- brosiano L 58, que dice textualmente: «Assumptio beatae Virgi- nis Mariae qualiter facta sit, ex quodam libello apocrypho, qui Iohanni evangelistae adscribitur, edocemur» -.

El primer crítico moderno que lo editó fué Tischendorf, utilizando para ello cinco códices diversos 3.

Este benemérito investigador estaba en lo cierto al hacer hincapié sobre la antigüedad del apócrifo, refiriéndola al si- glo IV o antes 4. Esta es hoy la opinión más común, si bien Jugie optaría por retrasar la fecha de composición a los años 550-80. Este período puede ser, desde luego, el tope que marca el tér- mino ante quem debió escribirse el apócrifo, pues en él no se hace mención alguna de la fiesta de la Asunción, cuya celebra- ción quedó fijada para el 15 de agosto por un decreto emanado del emperador Mauricio por estas fechas; pero no hay razones convincentes para hacer coincidir con esta época la composi- ción del Ps. Juan. Es de notar a este respecto que, según nuestro apócrifo, la Asunción tiene lugar en domingo, y que la Virgen en su subida al cielo no experimenta impedimento alguno por

1 Según el único manuscrito de Santa Croce Pl.XV d.12, en la Lauren- ziana (fol. 19-20 s.XIV): StT 59 (1933) 357-62.

2 Cit. por Tischendorf, Apocal. Apocr. p.XLIII.

3 Son los siguientes :

A = París 1173, s.XIII.

Β = Ven. Marc. cl.II, cod.XLII.

C = Monac. 276, s.XII.

D = Ambros. A 60, s.XI aprox.

Ε = Ambros. C 92, s.XIV aprox.

4 «Pertinere autem librum de dormitione vel Transitu Mariae non ad medii aevi sed antiquitatis christianae monumenta certum est, quamquam ambigi potest utrum saeculo demum quarto an prius prodierit» (ibid., p.XXXIV).

Θ18

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

parte de los espíritus infernales, rasgo común en otros apócrifos posteriores.

Sin embargo, no es el apócrifo asuncionista más antiguo, ya que el contenido en el fragmento publicado por Wright -\ que Cecchelli 6 considera como una posible primera parte de los Acta Iohannis atribuidos a Leucio, puede muy bien remon- tarse al siglo III o II.

No puede considerársele tampoco como arquetipo primi- genio del que deriven todos los demás apócrifos como simples versiones o refundiciones (así parece dar a entender Tischen- dorf), sino como el representante más caracterizado y antiguo de un tronco apócrifo que ha tenido diversas ramificaciones en la literatura asuncionista 7. De esta familia debemos descartar el Transitus B, atribuido a Melitón, obispo de Sardes.

Es curioso notar que en este apócrifo no aparece visible- mente el fenómeno de la Asunción, haciéndose saber única- mente en la visión final que el cuerpo ha sido trasladado al paraíso.

Tomamos el texto de la edición crítica de Tischendorf 8.

Ediciones y versiones. C. Tischendorf, Apocalypses Apocryphae (Lip- siae 1866) p. 95-112; BonaccorsiVA I (1948) p. 260-289 [texto gr. y v. it.]; JamesNT (repr. 1953) p. 201-209 [v. ingl.].

5 Contributions to the apocryphal Literature of the Ν. T. (London 1865) p.11-16.42-51. 55-65.

6 Mater Christi III (Roma 1954) P-397-

7 No obstante, hemos de notar que algunas narraciones orientales pare- cen estar inspiradas directamente en él; tal sucede con las etiópicas y las árabes.

8 Apocalypses Apocryphae (Lipsiae 1866) p.95-112.

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

LIBRO DE SAN JUAN EVANGELISTA (EL TEOLOGO)

Tratado de San Juan el Teólogo sobre la dormición de la Santa Madre de Dios

I

Cuando la santísima y gloriosa Madre de Dios y siempre virgen María iba, según su costumbre, cabe el sepulcro del Se- ñor para quemar aromas y doblaba sus santas rodillas, solía suplicar a Cristo, hijo suyo y Dios nuestro, que se dignara venir hacia sí.

II

Mas, al notar los judíos la asiduidad con que se acercaba a la sagrada tumba, se fueron a los príncipes de los sacerdotes para decirles: «María viene todos los días al sepulcro». Estos llamaron a los guardias que habían puesto allí con objeto de impedir que alguien se acercara a orar junto al sagrado monu-

ΤΟΥ ΑΓΙΟΥ ΙΩΑΝΝΟΥ ΤΟΥ ΘΕΟΛΟΓΟΥ ΛΟΓΟΣ ΕΙΣ ΤΗΝ ΚΟΙΜΗΣ1Ν ΤΗΣ ΑΓΙΑΣ ΘΕΟΤΟΚΟΥ 1

Tfjs παναγίας ενδόξου Θεοτόκου και άειπαρθένου Μαρίας κατά το είωθός εν τω άγίω μνήματι τοΰ Κυρίου ημών ερχόμενης θυμιδσαι και κλινούσης τά άγια γόνατα αυτής, έδυσώπει τόν έξ αυτής τεχθέντα Χρισ- τόν τόν Θεόν ήμών προς αύτήν άναλΰσαι -.

II

Βλέποντες δέ αύτήν οι Ιουδαίοι σχολάζουσαν τω θείω τάφω, προ- σήλθον τοΤς άρχιερεϋσιν λέγοντες ότι «Μαρία καθ" έκάστην ήμέραν ερχε-

1 Este título cambia según los diferentes mss. ; asi, CD encabeza e! re- lato de esta manera: Διήγηση τοΰ άγίου Ιωάννου του Θεολόγου περί της τελειώσεως της αγίας Θεοτόκου και άειπαρθένου Μαρίας, mientras que París 1215 comienza : Του άγιου Ιωάννου Θεολόγου και εΰαγγελιστοϋ διήγησις περί της ενδόξου κοιμήσεως της ύπεραγίας ήμών Θεοτόκου και άειπαρθένου Μαρίας.

2 Aunque, según Bonaccorsi, sería preferible que dijera πρός αύτόυ άνα- λΰσαι, en el sentido de que la Virgen deseaba abandonar este mundo para ir al lado de su Hijo, no hay ms. alguno que avale tal lectura.

620

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

mentó y empezaron a hacer averiguaciones sobre si era verdad lo que con relación a ella se decía. Los guardias respondieron que nada semejante habían notado, pues, de hecho, Dios no les permitía percatarse de su presencia.

III

Cierto día que era viernes fué, como de costumbre, la santa (virgen) María al sepulcro. Y, mientras estaba en oración, acaeció que se abrieron los cielos y descendió hasta ella el arcán- gel Gabriel, el cual le dijo: «Dios te salve, ¡oh madre de Cristo nuestro Dios!, tu oración, después de atravesar los cielos, ha llegado hasta la presencia de tu Hijo y ha sido escuchada. Por lo cual abandonarás el mundo de aquí a poco y partirás, según tu petición, hacia las mansiones celestiales, al lado de tu Hijo, para vivir la vida auténtica y perenne».

ται πρός τό μνήμα» 3. Καλέσαντες δέ oi αρχιερείς τούς ταχθέντας παρ" αυτών φύλακας πρός τό μή συχχωρεΐσθαί τίνα εύχεσθαι έν τω άγίω μνήματι, έπυνθάνοντο περί αυτής, εί αληθώς ούτως έχει. Οί δέ φύλακες άποκριθέντες είττον μηδέν τοιούτον θεωρήσαι, τού Θεού μή συγχωρούν- τος αύτοΐς τήν τταρούσαν όρδν.

III

Μια δέ τών ημερών, παρασκευής ούσης, ήλθεν κατά τό είωθός ή αγία Μαρία παρά τό μνήμα, και εν τω εύχεσθαι αυτήν έγένετο άνεωχθήναι τούς ούρανούς και τόν άρχάγγελον Γαβριήλ κατελθεΐν προς αυτήν, και ειπεν «Χαίρε, ή γεννήσασα Χριστόν τόν Θεόν ήμών ή εύχή σου έν τοϊς ούρανοΐς διελθούσα πρός τόν έκ σού τεχθέντα εδέχθη, και άπό τού λοι- πού κατά τήν αϊτησίν σου καταλιπούσα τόν κόσμον επί τά ούράνια πρός τόν σον υίόν εις τήν ζωήν τήν άληθινήν και άδιάδοχον άπέρχη» 4.

3 El códice Ambros. L 58 se refiere a este mismo período de la vida de la Virgen en estos términos: «Apostolis namque ob praedicationis gratiam di- versas mundi subeuntibus plagas, Virgo beata et mater nostra in domo iuxta montem Sion posita dicitur remansisse, quae omnia loca Filii sui sancta, locum baptismi, ieiunii, passionis, resurrectionis et ascensionis, quoad vixit, devotione sedula visitabat».

El Ps. Melitón (02) afirma que la Virgen vivía con los parientes de San Juan.

4 En lugar de άπέρχη, Β trae έπέρχη, y A παρέρχη. El Ps. Melitón (c.2) y el Ps. José de Arimatea (c.4) indican que tal salutación tuvo lugar el segundo año después de la ascensión de Cristo. El Tesalonicense no precisa fecha.

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

621

IV

Y, oído esto de labios del santo arcángel, se volvió a la ciudad santa de Belén, teniendo junto a las tres doncellas que la atendían. Cuando hubo, pues, reposado un poco, se incorporó y dijo a éstas: «Traedme un incensario, que voy a ponerme en oración». Y ellas lo trajeron, según se les había mandado.

V

Después se puso a orar de esta manera: «Señor mío Jesu- cristo, que por tu extrema bondad tuviste a bien ser engen- drado por mí, oye mi voz y envíame a tu apóstol Juan para que su vista me proporcione las primicias de la dicha. Mándame también a tus restantes apóstoles, a los que han volado ya hacia ti y a aquellos que todavía se encuentran en esta vida, de cual- quier sitio donde estén, a fin de que, al verlos de nuevo, pueda bendecir tu nombre, siempre loable. Me siento animada porque atiendes a tu sierva en todas las cosas».

IV

Άκούσασα δέ ταϋτα έκ τοΰ άγίου αρχαγγέλου ύπέστρεψεν εις την άγίαν Βηθλεέμ, έχουσα άμα αύτη τρεις παρθένους τάς εξυπηρετούσας αύτη 5. Μετά δέ τό άναπαήναι βραχύ, άνακαθίσασα, είττεν πρός τάς παρθένους- «Άγάγετέ μοι θυμιατήριον 'ίνα προσεύξωμαι». Και ήγαγον κατά τό διατεταγμένον αύταϊς.

V

Και προσηύξατο ειπούσα- «Κύριέ μου Ιησού Χριστέ, ó καταξιώσας διά την άκραν άγαθότητά σου έξ εμού τεχθήναι, άκουσον της φωνής μου και πέμψον μοι τον άπόστολόν σου Ίωάννην, ϊνα ίδοΰσα αύτόν άπάρξωμαι της εύφροσύνης- και πέμψον μοι κα'ι τούς λοιπούς σου αποσ- τόλους, και τούς ήδη πρός σέ έπιδημήσαντας και τούς έν τω νΰν αΐώνι, όπου δ' άν εϊσιν κατά χώραν, διά τοΰ άγίου σου προστάγματος, ίνα τούτους θεωρήσασα εύλογήσω τό πολυύμνητόν σου όνομα. Θαρρώ γάρ ότι ύπακούεις τής δούλης σου έν έκάστω».

5 Cf. Ps. José de Arimatea (c.5).

622

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

VI

Y, mientras ella estaba en oración, me presenté yo, Juan, a quien el Espíritu Santo arrebató y trajo en una nube desde Efeso, dejándome después en el lugar donde yacía la madre de mi Señor. Entré, pues, hasta donde ella se encontraba y alabé a su Hijo; después dije: «Salve, ¡oh madre de mi Señor, la que engendraste a Cristo nuestro Dios!; alégrate, porque vas a salir de este mundo muy gloriosamente».

VII

Y la santa madre de Dios loó a Dios porque yo, Juan, había llegado junto a sí, acordándose de aquella voz del Señor que dijo: «He aquí a tu madre» y «he aquí a tu hijo» [lo. iq,26ss.]. En esto vinieron las tres jóvenes y se postraron ante ella.

VIII

Entonces se dirigió a la santa madre de Dios, diciéndo- me: «Ponte en oración y echa incienso». Yo oré de esta manera: « ¡Oh Señor Jesucristo, que has obrado [tantas] maravillas!, obra

VI

Ευχόμενης δέ αύτής παρεγενόμην εγώ Ιωάννης, του Πνεύματος τοΰ Αγίου άρπάσαντός με δια νεφέλης άπό Εφέσου και στήσαντός με έν τω τόπω ενθα άνέκειτο ή μήτηρ του Κυρίου μου. Είσελθών δέ ττρός αύτη ν και δοξάσας τον έ§ αυτής τεχθέντα, είττον «Χαίρε, ή μήτηρ τοΰ Κυρίου μου, ή γεννήσασα Χριστόν τόν Θεόν ημών, εύφραίνου ότι εν δόξη μεγάλη έξέρχη τοΰ βίου τούτου».

VII

Και έδόξασεν τόν Θεόν ή άγία Θεοτόκος δτι ήλθον εγώ Ιωάννης ττρός αυτήν <$, μνησθεΐσα τής φωνής Κυρίου τής ειπούσης· «Ιδού ή μή- τηρ σου, και ιδού ό υιός σου». Και ήλθον αί τρεις παρθένοι καί προσε- κύνησαν.

VIII " "

Καί λέγει μοι ή άγία Θεοτόκος· «Εύξαι και βάλε θυμίαμα». Και ηύξά- μην ούτως- «Κύριε ΊησοΟ Χριστέ, ό ποιήσας θαυμάσια, καϊ νΰν ποίησον

6 Cf. ibid. (c.6).

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

623

alguna también es este momento, a vista de aquella que te engendró; salga tu madre de esta vida y sean abatidos los que te crucificaron y los que no creyeron en ti».

IX

Después que hube dado por terminada mi oración, me dijo la santa [virgen] María: «Tráeme el incensario». Y, to- mándolo ella, exclamó: «Gloria a ti, Dios y Señor mío, porque ha tenido cumplimiento en todo aquello que prometiste antes de subir a los cielos, que, cuando fuera yo a salir de este mundo, vendrías a mi encuentro, lleno de gloria y ro- deado de multitud de ángeles».

X

Entonces yo, Juan, le dije a mi vez: «Ya está para venir Jesucristo, Señor y Dios nuestro; y vas a verle, según te lo prometió». A lo que repuso la santa madre de Dios: «Los ju- díos han hecho juramento de quemar mi cuerpo cuando yo

θαυμάσια ενώπιον της γεννησάσης σε, και έξέλθη ή μήτηρ σου έκ του βίου τούτου, και πτοηθώσιν oi σταυρώσαντές σε και μή πιστεύσαντες eis σέ».

IX

Και μετά τό τελέσαι με τήν εϋχήν, εΐττέν μοι ή άγία Μαρία· «νΑγαγέ μοι τό θυμιατήριον». Και βαλοΰσα θυμίαμα είττεν «Δόξα σοι ό Θεός μου και ό Κύριος μου, ότι έπληρώθη είς έμέ όσα ύπέσχου μοι πρό του άνελθεϊν σε εις τούς ουρανούς, ότι όταν έξέρχωμαι άττό κόσμου τούτου, έλεύση σύ και τό πλήθος των αγγέλων σου μετά δόξης πρός με» 1 .

Χ

Και λέγω 8 προς αύτήν εγώ Ιωάννης- «"Ερχεται ό Κύριος ημών Ίησοΰς Χριστός και θεός ημών, και όρας αύτόν, καθώς ύττέσχετό σοι». Άποκρι- Θεΐσα δέ ή άγία Θεοτόκος είττέν μοι· «Oi Ιουδαίοι έξωμόσαντο ίνα έν τώ τελειωθήναί με τό σώμά μου κατακαύσωσιν». Και αποκριθείς είπον

7 Cf. ibid. (cío).

8 Β dice: ΚαΙ λέγει αύτη ό Ιωάννη;, y sigue introduciendo las palabras de éste en tercera persona.

624

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

muera». Yo respondí: «Tu santo y precioso cuerpo no ha de ver la corrupción». Ella entonces replicó: «Anda, toma el in- censario, echa incienso y ponte en oración». Y vino una voz desde el cielo diciendo el Amén.

XI

Yo, por mi parte, esta voz, y el Espíritu Santo me dijo: «Juan, ¿has oído esa voz que ha sido emitida en el cielo des- pués de terminada la oración?» Yo le respondí: «Efectivamente; que la he oído». Entonces añadió el Espíritu Santo: «Esta voz que has escuchado es señal de la llegada inminente de tus hermanos los apóstoles y de las santas jerarquías, pues hoy se van a dar cita aquí».

XII

Yo, Juan, me puse entonces a orar. Y el Espíritu Santo dijo a los apóstoles: «Venid todos en alas de las nubes desde los [últimos] confines de la tierra y reunios en la santa ciudad de I3elén para asistir a la madre de Nuestro Señor Jesucristo, que

αύτη· «Ού μή ϊδη διαφθοράν τό δσιον και τίμιόν σου σώμα» 9. Άπο- κριθεΐσα δέ εϊπέν μοι· «Φέρε θυμιατήριον και βάλε Θυμίαμα και ευξαι». Και έγένετο φωνή έκ των ουρανών λέγουσα τό Αμήν.

XI

Και ήκροασάμην εγώ Ιωάννης της φωνής ταύτης, και εϊπέν μοι τό Πνεύμα τό "Αγιον «Ιωάννη, ήκουσας τής φωνής ταύτης της ρηθείσης έν τω ούρανώ μετά τό τελέσαι τήν εύχήν;» Αποκριθείς δέ εΐττον «Ναί, ήκουσα». Και είπέν μοι τό Πνεύμα τό "Αγιον «Αύτη ή φωνή ην ήκουσας σημαίνει τήν παρουσίαν τών αδελφών σου τών αποστόλων τήν μέλ- λουσαν κα'ι τών άγιων δυνάμεων, ότι σήμερον έρχονται ώδε».

XII

Έγώ δέ Ιωάννης έπϊ τούτοις προσηυχόμην. Κα'ι τό Πνεύμα τό "Αγιον είπεν πρός τούς άποστόλους- «Πάντες άμα διά νεφελών έπιβεβηκότες έκ τών περάτων τής οικουμένης συναθροίσθητε εις τήν άγίαν Βηθλεέμ διά τήν μητέρα τοΰ Κυρίου ήμών Ιησού Χριστού έν συσσεισμώ 10· Πέτρος

9 Cf. Ps. I5,IO; Act. 2.27SS.

10 Έν συσσεισμώ. No se ve claro el sentido de esta expresión; podría re- ferirse a συναθροίσθητι, en cuyo caso cabría traducir: inmediatamente, en un abrir y cerrar de ojos. Los códices AC continúan: ΣΟ μέν ΣΙμων...

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

»325

está en conmoción: Pedro desde Roma, Pablo desde Tiberia, Tomás desde el centro de las Indias, Santiago desde Jerusalén».

XIII

Andrés, el hermano de Pedro, y Felipe, Lucas y Simón Cananeo, juntamente con Tadeo, los cuales habían muerto ya, fueron despertados de sus sepulcros por el Espíritu Santo. Este se dirigió a ellos y les dijo: «No creáis que ha llegado ya la hora de la resurrección. La causa por la que surgís en este momento de vuestras tumbas es que habéis de ir a rendir plei- tesía a la madre de vuestro Salvador y Señor Jesucristo, tribu- tándole un homenaje maravilloso; pues ha llegado la hora de su salida [de este mundo] y de su partida para los cielos».

XIV

También Marcos, vivo aún, llegó de Alejandría juntamente con los otros, [llegados], como se ha dicho, de todos los países. Pedro, arrebatado por una nube, estuvo en medio del cielo y de la tierra sostenido por el Espíritu Santo, mientras los demás apóstoles eran a su vez arrebatados también sobre las nubes

από "Ρώμης, Παύλος έκ Τιβερίων 11, Θωμάς έκ των Ινδών τών εσωτέ- ρων 12, Ιάκωβος άττό Ιεροσολύμων».

XIII

Ανδρέας ó αδελφός Πέτρου κα! Φίλιππος, Λουκάς και Σίμων ό Κα- ναναΐος και Θαδδαΐος οί κοιμηθέντες τω Πνεύματι τω Άγίω έξηγέρθη- σαν εκ τών μνημείων. Πρός ους τό ΤΤνεΰμα τό "Ayiov ελεγεν «Μή νο- μίσητε ότι άνάστασις νΰν εστίν άλλά χάριν τούτου άνέστητε έκ τών μνημείων ύμών, ίνα άπέλθητε εις άσπασμόν πρός τιμήν και Οαυματουρ- γίαν της μητρός του Κυρίου καϊ Σωτήρος ύμών Ίησοΰ Χρίστου, δτι ήγγικεν ή ημέρα της έξόδου, της αναλύσεως αύτής εις ούρανούς».

XIV

Μάρκος δέ περιών ομοίως και αΰτός άπό Αλεξανδρείας παρεγένετο μετά και τών λοιπών, καθό προείρηται έξ εκάστης χώρας. Ό δέ Πέτρος άρθείς ύπό νεφέλης έστη μέσον ούρανοΰ και γης, του Πνεύματος τοΰ

1 1 Según BC, έκ Τιβερίων. Se trata de una ciudad cercana a Roma ; cf. infra, c.19.

12 Según Β, ενδοτέρων. Este pasaje y el del c.20 vienen a confirmar la tradición relativa a la predicación de Santo Tomás en la India.

626

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

para encontrarse juntamente con Pedro. Y así, de esta manera, como queda dicho, fueron llegando todos a la vez por obra del Espíritu Santo.

XV

Después entramos en el lugar donde estaba la madre de nuestro Dios, y, postrados en actitud de adoración, le dijimos: «No tengas miedo ni aflicción. El Señor Dios, a quien alum- braste, te sacará de este mundo gloriosamente». Y ella, rego- cijándose en Dios su salvador, se incorporó en el lecho y dijo a los apóstoles: «Ahora que creo que viene ya desde el cielo nuestro Dios y maestro, a quien voy a contemplar, y que he de salir de esta vida de la misma manera con que os he visto presentaros a vosotros aquí. Quiero [ahora] que me digáis cómo ha sido para venir en conocimiento de mi partida y presentaros a y de qué países y latitudes habéis venido, ya que tanta prisa os habéis dado en visitarme. Aunque habéis de saber que no ha querido ocultármelo mi Hijo, nuestro Señor Jesucristo y Dios universal, pues estoy firmemente persuadida, incluso en el momento presente, de que El es el Hijo del Al- tísimo».

Άγιου στηρίξαντος αύτόν, και σύνοδο: 13 των λοιπών αποστόλων και αύτών άρπαγέντων έν νεφέλαις εύρεθήναι μετά τοϋ Πέτρου. Και ούτως Οπό του Πνεύματος τοϋ Αγίου, ώς εϊρηται, πάντες άμα ήλθον I4.

XV

Κα! εΐσελβόντες προς την μητέρα τοϋ Κυρίου κα'ι Θεοΰ ημών, προσ- κυνήσαντες εΐπσμεν «Μη φοβοΰ μηδέ λυποΰ- Κύριος ó Θεός ó τεχθείς έκ σου έκβαλεΐ σε έκ τοΰ κόσμου τούτου μετά δόξης». Και άγαλλιασα- μένη έπϊ τώ Θεώ τώ Σωτήρι αυτής άνεκάθισεν έν τη κλίνη και λέγει τοις άποστόλοις 1 «"Αρτι έπίστευσα ότι έρχεται ό διδάσκαλος και Θεός ημών έξ ουρανού, κα'ι Θεωρώ αύτόν, και ούτως αναλύω έκ τοϋ βίου τούτου, ώσπερ έθεασάμην υμάς παραγενομένους. Και θέλω ίνα εϊπητέ μοι, πό- θεν γνόντες ότι αναλύω παρεγένεσ6ε πρός με, και άπό ποίων χωρών και πόσου παρεγένεσ9ε ένταύθα, ότι ούτως έταχύνατε εις τήν έμήν έπίσ- κεψιν. Ούτε γαρ άπέκρυψέν μοι ό έξ έμού τεχθεϊς ό Κύριος ημών Ιησούς Χριστός, ό τών όλων Θεός· πεπίστευκα γαρ και νυν ότι ούτός έστιν ό υιός του Υψίστου».

1 3 Σύνοδο. Los códices parecen estar contextes en esta lectura, que, a no dudarlo, es un error del copista, difícil de subsanar.

14 ¿f. Ps. José de Arimatea (07).

15 Parece más coherente con el relato la lectura de D (ττρός ήμδ;) en lugar de tois σποστόλοις, siguiendo el tenor de la narración, que hace con- tar a Juan los sucesos en primera persona.

LIBRO DE S. JUAN' EVANGELISTA

627

XVI

Pedro entonces se dirigió a los apóstoles en estos términos: «Cada uno de nosotros, de acuerdo con lo que nos ha anuncia- do y ordenado el Espíritu Santo, información a la madre de Nuestro Señor».

XVII

Yo, Juan, por mi parte, respondí y dije: «Me encontraba en Efeso; y, mientras me acercaba al santo altar para celebrar los oficios, el Espíritu Santo me dijo: Ha llegado a la madre de tu Señor la hora de partir; ponte [pues] en camino de Belén para ir a despedirla. Y en esto una nube luminosa me arrebató y me puso en la puerta de la casa donde yaces».

XVIII

Pedro respondió: «También yo, cuando me encontraba en Roma, una voz de parte del Espíritu Santo, la cual me dijo: La madre de tu Señor, habiendo ya llegado su hora, está para

XVI

Και αποκριθείς ó Πέτρος 16 εΐπεν τοις άποστόλοις· «"Εκαστος, προς δ τό Πνεύμα τό "Αγιον εΰηγγελίσατο και διετάξατο ήμΐν, πληροφορή- σωμεν τήν μητέρα τοΰ Κυρίου υμών».

XVII

Kai αποκριθείς έγώ Ιωάννης εΐπον «Έγώ εν όσω είσερχόμην έν τω άγίω θυσιαστηρίω έν Έφέσω λειτουργήσαι, τό Πνεΰμα τό "Αγιον λέγει μοι δτι ήγγικεν ό καιρός της αναλύσεως της μητρός τοΰ Κυρίου σου· πορεύθητι έν Βηθλεέμ εις άσπασμόν αυτής. Και νεφέλη φωτός ήρπασέν με και εις τήν θύραν έ'νθα κατάκεισαι εστησέν με».

XVIII

Άπεκρίθη και ó Πέτρος· «Κάγώ έν 'Ρώμη διάγων περί τον δρθρον ήκουσα φωνής δια τοΰ Πνεύματος τοΰ Αγίου λεγούσης μοι δτι ή μήτηρ τοΰ Κυρίου σου, τοΰ καιροΰ έγγίσαντος, άναλΰσαι εχει· πορεύθητι έν

16 El que falten estos episodios en el Ps. José de Arimatea y en el Ps. Me- litón no tiene nada de particular, si se considera que pertenecen a un tronco apócrifo distinto, como hicimos notar en la introducción al Tesalonicense.

62S

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

partir; ponte [pues] en camino de Belén para despedirla. Y he aquí que una nube luminosa me arrebató, y pude ver también a los demás apóstoles que venían hacia sobre las nubes y percibí una voz que decía: Marchaos todos a Belén».

XIX

Pablo, a su vez, respondió y dijo: «También yo, mientras me encontraba en una ciudad a poca distancia de Roma, lla- mada tierra de los Tiberios, al Espíritu Santo que me decía: «La madre de tu Señor está para abandonar este mundo y em- prender por medio de la muerte su marcha a los cielos; ponte [pues] también en camino de Belén para despedirla. Y en esto una nube luminosa me arrebató y me puso en el mismo sitio en que a vosotros».

XX

Tomás, por su parte, respondió y dijo: «También yo me en- contraba recorriendo el país de los indios, y la predicación iba afianzándose con la gracia de Cristo [hasta el punto de que] el hijo de la hermana del rey, por nombre Lavdán, estaba para ser sellado (con el bautismo) por en el palacio, cuando de repen- te el Espíritu Santo me dijo: Tú, Tomás, preséntate también en

Βηθλεέμ εϊζ άσπασμόν αυτής. Kan ιδού νεφέλη φωτός ήρπασέν με, και έθεώρησα και τούς λοιπούς αποστόλους δια νεφελών έρχομένους πρός με, και φωνήν λέγουσάν μοι· Πάντες άπέλθατε εις Βηθλεέμ».

XIX

Αποκριθείς δέ κα'ι ΓΤαΰλος είπεν «Κάγώ εις πόλιν άπέχουσαν από "Ρώμης όλίγα διαστήματα διάγων, Τιβερίων την χώραν λεγομένην, ήκου- σα του Πνεύματος τοϋ Αγίου λέγοντος μοι· Ή μήτηρ τοΰ Κυρίου σου καταλιμπάνουσα τον κόσμον τοΰτον έπϊ τά ουράνια δια της άναλύσεως τόν δρόμον ποιείται· άλλά άπελθε και αυτός έν Βηθλεέμ εις άσπασμόν αυτής. Και ιδού νεφέλη φωτός άρπάσασά πε παρέστησέν με ένθα καϊ υμάς».

XX

Αποκριθείς δέ καϊ Θωμάς είπεν «Κάγώ τήν Ινδών χώραν διελθών, του κηρύγματος τή τοΰ Χρίστου χάριτι κρατυνομένου καϊ τοΰ υίοΰ τής άδελφής τοΰ βασιλέως ονόματι Λαβδανοΰς ύπ' εμοΰ μέλλοντος σφραγί- ζεσθαι έν τω παλατίω, άφνω τό Πνεΰμα τό "Αγιον λέγει πρός με· Καϊ συ Θωμά παραγενοΰ εις Βηθλεέμ εις άσπασμόν τής μητρός τοΰ Κυρίου σου,

I.TBRO DE S. JUAN" EVANGELISTA

629

Belén para despedir a la madre de tu Señor, pues está para efec- tuar su tránsito a los cielos. Y en esto una nube luminosa me arrebató y me trajo a vuestra presencia».

XXI

Marcos, a su vez, respondió y dijo: «Yo me encontraba en la ciudad de Alejandría celebrando el oficio de tercia; y, mien- tras oraba, el Espíritu Santo me arrebató y me trajo a vuestra presencia».

XXII

Santiago respondió y dijo: «Mientras me encontraba yo en Jerusalén, el Espíritu Santo me intimó esta orden: Márchate a Belén, pues la madre de tu Señor está para partir. Y una nube luminosa me arrebató y me puso en vuestra presencia».

XXIII

Mateo, por su parte, respondió y dijo: «Yo alabé y continúo alabando a Dios porque, estando lleno de turbación al encon- trarme dentro de una nave y ver la mar alborotada por las olas, de repente vino una nube luminosa e hizo sombra sobre la furia

δτι τήν μετάστασιν εϊς ουρανούς ποιείται. Και νεφέλη φωτός άρπάσασά με τταρέστησέν με πρός ύμας».

XXI

Αποκριθείς δέ και Μάρκος εΐπεν «ΚάμοΟ τον κανόνα της τρίτης έκτε- λοΰντος έν Αλεξάνδρεια τη πόλει, έν δσω προσηνχόμην, τό Πνεΰμα τό "Αγιον ήρπασέν με καΐ ήγαγέν με προς ύμας».

XXII

Αποκριθείς δέ καΐ Ιάκωβος εΐπεν «ΈμοΟ έν Ιερουσαλήμ δντος τό Πνεΰμα τό "Αγιον έπέτρεψέν μοι λέγων Παραγενοΰ εις Βηθλεέμ, δτι ή μήτηρ του Κυρίου σου τήν άνάλυσιν ποιείται. Και ιδού νεφέλη φωτός άρπάσασά με παρέστησέν με προς ύμας».

XXIII

Αποκριθείς δέ καΐ Ματθαίος είπεν «Έγώ έδόξασα και δοξάζω τόν Θεόν, δτι δντος μου έν πλοίω καϊ χειμαζομένου της θαλάσσης άγριωμένης διά των κυμάτων, άφνω νεφέλη φωτός έπισκιάσασα τόν κλύδωνα του χει-

030

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

del temporal, poniéndolo en calma; después me tomó a y me puso junto a vosotros».

XXIV

Respondieion a su vez los que habían marchado anterior- mente y narraron de qué manera se habían presentado. Barto- lomé dijo: «Yo me encontraba en la Tebaida predicando la pa- labra, y he aquí que el Espíritu Santo se dirigió a en estos términos: La madre de tu Señor está para partir; ponte, pues, en camino de Belén para despedirla. Y he aquí que una nube luminosa me arrebató y me trajo hasta vosotros».

XXV

Todo esto dijeron los apóstoles a la santa madre de Dios: cómo y de qué manera habían efectuado el viaje. Y luego ella extendió sus manos hacia el cielo y oró diciendo: «Adoro, ensalzo y glorifico tu celebradísimo nombre, pues pusiste tus ojos en la humildad de tu esclava e hiciste en cosas grandes, que eres poderoso. Y he aquí que todas las generaciones me llamarán bienaventurada [Le. 1,48]».

μώνος άπεσείσατο τη γαλήνη, έμέ δέ άρπάσασα ττσρέστησέν με πρός ύμδς».

XXIV

Άποκριθέντες δέ οί προαπελθόντες ομοίως διηγήσαντο τό πώς πα- ρεγένοντο. Κα! ό Βαρθολομαίος είπεν «Έγώ έν τη Θηβαΐδι ήμην κηρύτ- των τόν λόγον, κα'ι ιδού τό Πνεύμα τό "Αγιον λέγει μοι- Ή μήτηρ του Κυρίου σου την άνάλυσιν ποιείται· άπελθε ούν εις άσπασμόν αύτής έν τη Βηθλεέμ. Και ιδού νεφέλη φωτός άρπάσασά με ήγαγέν με πρός ύμας».

XXV

Ταϋτα πάντα είπον οί απόστολοι πρός την άγίαν Θεοτόκον, τό πώς ήλθον και ποίω τρόπω. Και έκτείνασα τάς χείρας εις τόν ούρανόν ηύξατο ειπούσα· «Προσκυνώ κα'ι ύμνώ και δοξάζω τό πολυύμνητον όνομά σου, Κύριε, ότι έπέβλεψας έπϊ τήν ταπείνωσιν της δούλης σου κα'ι έποίησάς μοι μεγαλεία ό δυνατός· κα'ι ιδού μακαριοΰσίν με πάσαι αΐ γενεαί>\

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

•531

XXVI

Y, cuando hubo acabado su oración, dijo a los apóstoles: «Echad incienso y poneos en oración». Y, mientras ellos ora- ban, se produjo un trueno en el cielo y se dejó oír una voz te- rrible, como [el fragor de] los carros. Y en esto [apareció] un nutrido ejército de ángeles y de potestades y se oyó una voz como [la] del Hijo del hombre. Al mismo tiempo, los sera- fines circundaron en derredor la casa donde yacía la santa e inmaculada virgen y madre de Dios. De manera que cuantos estaban en Belén vieron todas estas maravillas y fueron a Je- rusalén anunciando todos los portentos que habían tenido lugar.

XXVII

Y sucedió que, después que se produjo aquella voz, apare- ció de repente el sol y, asimismo, la luna alrededor de la casa. Y un grupo de primogénitos de los santos se presentó en la casa donde yacía la madre del Señor para honra y gloria de ella. Y vi también que tuvieron lugar muchos milagros: ciegos que vol- vían a ver, sordos que oían, cojos que andaban, leprosos que quedaban limpios y posesos de espíritus inmundos que eran curados. Y todo el que se sentía aquejado de alguna enferme- dad o dolencia, tocaba por fuera el muro [de la casa] donde

XXVI

Και μετά την εύχήν είπεν τοις άποστόλοις· «Βάλετε θυμίαμα καϊ εύξασθε». Και εΰξαμένων αυτών βροντή γέγονεν έξ ούρανοΰ και ήλθεν φωνή φοβερά ώς άρμάτων, καϊ ιδού πλήθος στρατιάς αγγέλων και δυ- νάμεων, καϊ φωνή ώς Υΐοΰ άνθρωπου ήκούσθη, και τά Σεραφίμ κύκλω περί τον οίκον ένθα άνέκειτο ή άγια άμωμος τοΰ Θεοΰ μήτηρ και παρ- θένος, ώστε πάντας τους έν Βηθλεέμ θεωρήσαι πάντα τά θαυμάσια, και έλθεΐν έν Ίεροσολύμοις καϊ άπαγγεΐλαι πάντα τά θαυμάσια τά γενόμενα.

XXVII

Έγένετο δέ της φωνής γενομένης αίφνίδιον φανήναι τον ήλιον και τήν σελήνην περί τόν οίκον, και έκκλησίαν πρωτοτόκων άγιων παρασ- τήναι τώ οίκω ενθα άνέκειτο ή μήτηρ τοΰ Κυρίου πρός τιμήν καϊ δόξαν αϋτής. Έθεώρησα δέ και σημεία πολλά γενόμενα, τυφλούς άναβλέπον- τας, κωφούς άκούοντας, χωλούς περιπατοΰντας, λεπρούς καθοριζόμενους κα'ι τούς ένεργουμένους ύπό πνευμάτων άκαθάρτων ίωμένους. Και πας ύπό νόσον και μαλακίαν υπάρχων προσψσύων έξωθεν τοΰ τοίχου, ενθα

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

yacía y gritaba: «Santa María, madre de Cristo, nuestro Dios, ten compasión de nosotros». Ε inmediatamente se sentían curados.

XXVIII

Y grandes multitudes procedentes de diversos países, que se encontraban en Jerusalén por motivo de oración, oyeron [ha- blar de] los portentos que se obraban en Belén por mediación de la madre del Señor y se presentaron en aquel lugar, suplican- do la curación de diversas enfermedades: cosa que obtuvieron. Y aquel día se produjo una alegría inenarrable, mientras la mul- titud de los curados y de los espectadores alababan a Cristo nuestro Dios y a su madre. Y Jerusalén entera, de vuelta de Belén, festejaba cantando salmos e himnos espirituales.

XXIX

Los sacerdotes de los judíos, por su parte, y todo su pueblo, estaban extáticos de admiración por lo ocurrido. Pero, domi- nados por una violentísima pasión y después de haberse reuni- do en consejo, llevados por su necio raciocinio, decidieron en- viar contra la santa madre de Dios y contra los santos apóstoles

όνεκειτο, έ'κραζεν «Αγία Μαρία, ή γεννήσασα Χριστόν τόν Θεόν ημών, έλέησον ήμάς». Και ευθέως έθεραπεύοντο.

XXVIII

Πολλά δέ πλήθη έν Ίεροσολύμοις εξ εκάστης -πατρίδος χάριν ευχής διάγοντα, άκούσαντες τά γενόμενα σημεία έν Βηθλεέμ δια της μητρός του Κυρίου, παρεγένοντο έττι τόν τόιτον διαφόρων νόσων έξαιτούμενοι τήν ϊασιν ης και έ'τυχον. Έγένετο δέ χαρά άνεκλάλητος έν τή ημέρα εκείνη του ττλήθους τών ϊαθέντων μετά και των θεωρησάντων δοξαζόν- των Χριστόν τόν Θεόν ημών και τήν αϋτοΰ μητέρα. Πάσα δέ Ιεροσόλυμα άττό Βηθλεέμ ψαλμωδίαις και ΰμνοις ττνευματικοΐς έόρταζον 17.

XXIX

Οί δέ ιερείς τών Ιουδαίων άμα τω λαώ αύτών έξέστησαν έτη τοις γενομένοις, και ζήλω βαρυτάτω κατασχεθέντες καΐ ττάλιν ματαιόφρονι λογισμώ συμβούλιον ττοιησάμενοι βουλεύονται ττέμψαι κατά της άγίας Θεοτόκου και τών έκεΐσε όντων άγίων άττοστόλων έν Βηθλεέμ. Και δή του πλήθους τών Ιουδαίων τήν όρμήν έττί τήν Βηθλεέμ ττοιησαμένων,

1 7 Según el códice D: Ψαλμωδίας καί ΰμνοις και ώδαΐζ ττνευματικαΐς οί έλθόντε; έόρταζον υποστρέφοντες.

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

633

que se encontraban en Belén. Mas, habiéndose puesto en ca- mino de Belén la turba de los judíos y a distancia como de una milla, acaeció que se les presentó a éstos una visión terrible y quedaron con los pies [como] atados y marcharon hacia sus connacionales y narraron a los príncipes de los sacerdotes por entero la terrible visión.

XXX

Mas aquéllos, requemados más aún por la ira, se fueron a presencia del gobernador, gritando y diciendo: «La nación judía se ha venido abajo por causa de esta mujer; échala fuera de Be- lén y de la comarca de Jerusalén». Mas el gobernador, sorpren- dido por los milagros, replicó: «Yo, por mi parte, no la expulsa- ré ni de Jerusalén ni de ningún otro lugar». Pero los judíos in- sistían dando voces y conjurándole por la incolumidad del césar Tiberio a que arrojase a los apóstoles fuera de Belén, [dicien- do:] «Y, si no haces esto, daremos cuenta de ello al emperador». Entonces él se vió constreñido a enviar un quiliarco [jefe de mil] a Belén contra los apóstoles.

XXXI

Mas el Espíritu Santo dijo entonces a los apóstoles y a la madre del Señor: «He aquí que el gobernador ha enviado un quiliarco contra vosotros a causa de los judíos que se han amo-

ώς από μιλίου ενός, έγένετο θεωρήσαι τούτους όρασιν φοβεράν κα'ι συν- δεθήναι τους πόδας, και έκ τούτου άναλύσαι πρός τούς ομοεθνούς καΐ πασαν την έμφοβον όρασιν τοις άρχιερεϋσιν έξηγήσασθαι.

XXX

Εκείνοι δέ έττί πλεΐον ζέσαντες τω Θυμω απέρχονται πρός τον ηγε- μόνα, κράζοντες και λέγοντες- «'Απώλετο τό έθνος των Ιουδαίων άπό της γυναικός ταύτης- δίωξον αύτήν άπό της Βηθλεέμ και της επαρχίας Ιεροσολύμων». Ό δέ ήγεμών εκπλαγείς εις τά θαύματα ειπεν πρός αύ- τούς- «Έγώ ούτε άπό Βηθλεέμ διώκω αύτήν ούτε άπό άλλου τόπου». 01 δέ Ιουδαίοι έπέμενον κράζοντες και κατά της σωτηρίας Τιβερίου Καί- σαρος ένορκοΰντες αύτόν, ώστε και άγαγεΐν τούς άποστόλους έκ της Βηθλεέμ- εϊ δέ μή τούτο ποίησης, άναφέρωμεν έπί τόν καίσαρα. Και δή αναγκασθείς άποστέλλει χιλίαρχον κατά των άποστόλων έπί την Βηθ- λεέμ.

XXXI

Τό δέ "Αγιον Πνεύμα λέγει πρός τούς άποστόλους και τήν μητέρα τού Κυρίου- «Ιδού ό ήγεμών έπεμψεν χιλίαρχον καθ' ύμών, των Ιου- δαίων στασιασάντων. Εξελθόντες ούν άπό Βηθλεέμ μή φοβεϊσθε- ιδού

■134

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

tinado. Salid, pues, de Belén y no temáis, porque yo os voy a trasladar en una nube a Jerusalén, y la fuerza del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo está con vosotros».

XXXII

Levantáronse, pues, en seguida los apóstoles y salieron de la casa, llevando la litera de [su] Señora, la madre de Dios, y di- rigiendo sus pasos camino de Jerusalén. Mas al momento, de acuerdo con lo que había dicho el Espíritu Santo, fueron arre- batados por una nube y se encontraron en Jerusalén en casa de la Señora. Una vez allí, nos levantamos y estuvimos cantando himnos durante cinco días ininterrumpidamente.

XXXIII

Y cuando llegó el quiliarco a Belén, al no encontrar allí ni a la madre del Señor ni a los apóstoles, detuvo a los betlemitas, diciéndoles: « ¿No sois vosotros los que habéis venido contando al gobernador y a los sacerdotes todos los milagros y portentos que se acaban de obrar y [le habéis dicho] que los apóstoles han venido de todos los países? ¿Dónde están, pues? Ahora po- neos todos en seguida camino de Jerusalén para presentaros ante el gobernador». Es de notar que el quiliarco no estaba enterado de la retirada de los apóstoles y de la madre del Señor a Jerusa-

γάρ διά νεφέλης παράγω ύμας είς Ιεροσόλυμα· ή γαρ δύναμις του Πα- τρός και τοΰ Υίοΰ και τοΰ Αγίου Πνεύματος μεθ' υμών έστιν».

XXXII

Άναστάντες ούν ευθέως οί άττόστολοι έξήλθον έκ τοΰ οϊκου, βαστά- ζοντες την κλίνην της δεσττοίνης Θεοτόκου, καί τήν όρμήν έποιοΰντο επί τά Ιεροσόλυμα· ευθέως δέ, καθώς είπεν τό Πνεύμα τό "Αγιον, διά νεφέλης άρθέντες ευρέθησαν εις Ιεροσόλυμα εις τον οίκον της δεσποίνης. Καί άναστάντες επί πέντε ημέρας έποιούμεν άπαυστον ϋμνωδίαν.

XXXIII

"Οτε δέ έφθασεν ό χιλίαρχος έττί τήν Βηθλεέμ καί οΰχ εΰρεν εκεί τήν μητέρα του Κυρίου οϋτε τούς άττοστόλους, έκράτησεν τούς Βηθλεεμίτας, λέγων ττρός αυτούς· «Οΰχ ύμεΐς ήλθατε λέγοντες τω ήγεμόνι καί τοις ΊερεΟσιν άπαντα τά γενόμενα σημεία καί θαύματα, καί ώς παρεγένοντο οί άπόστολοι άττό ττάσης χώρας; Ποΰ ούν εϊσίν; Δεΰτε, είσέλθατε εις τόν ήγεμόνα είς Ιερουσαλήμ». Ήγνόει γάρ ό χιλίαρχος τήν τών άττοστόλων καί της μητρός τού Κυρίου άττοστασίαν τήν είς Ιερουσαλήμ. Λαβών ούν

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

G35

lén. Prendió, pues, el quiliarco a los betlemitas y se presentó al gobernador para decirle que no había encontrado a nadie.

XXXIV

Cinco días después llegó a conocimiento del gobernador, de los sacerdotes y de toda la ciudad que la madre del Señor, en compañía de los apóstoles, se encontraba en su propia casa de Jerusalén, a causa de los portentos y maravillas que allí se obra- ban. Y una multitud de hombres, mujeres y vírgenes se reunie- ron gritando: «Santa virgen, madre de Cristo nuestro Dios, no te olvides del género humano».

XXXV

Ante estos acontecimientos, tanto el pueblo judío como los sacerdotes fueron aún más juguete de la pasión; y, tomando leña y fuego, la emprendieron contra la casa donde estaba la madre del Señor en compañía de los apóstoles, con intención de hacerla pasto de las llamas. El gobernador contemplaba desde lejos el espectáculo. Mas, en el momento mismo en que llegaba el pueblo judío a la puerta de la casa, he aquí que salió súbita- mente del interior una llamarada por obra de un ángel y abrasó a gran número de judíos. Con esto la ciudad entera quedó so- brecogida de temor y alababan al Dios que fué engendrado por Ella.

ό χιλίαρχος τούς Βηθλεεμίτας είσήλθεν πρός τόν ηγεμόνα φάσκων μηδένα εύρηκέναι.

XXXIV

Μετά δέ ττέντε ημέρας έγνώσθη τω ήγεμόνι και τοις ΐερεΰσιν και ττάση τη ττόλει ότι έν τω ίδίω οϊκω έν Ιερουσαλήμ εστίν ή μήτηρ του Κυρίου μΞτά τών άττοστόλων, έκ των γενομένων εκεί σημείων και θαυμάσιων. Πλήθος δέ άνδρών και γυναικών και τταρθένων συναχθέντες εκραζον «Αγία παρθένε, ή γεννήσασα Χριστόν τόν Θεόν ημών, μη έτπλάθη τοΰ γένους τών άνθρώττων».

XXXV

Τούτων δέ γενομένων επί ττλεΐον τώ ζήλω κινούμενοι ό λαός τών Ιουδαίων μετά και τών ιερέων λαβόντες ξύλα και ττϋρ έττέβησαν καΰσαι βουλόμενοι τόν οίκον, ένθα άνέκειτο ή μήτηρ τοΰ Κυρίου μετά τών άττοσ- τόλων. Ό δέ ήγεμών ϊστατο θεωρών άττό μακρόθεν την θέαν. Έν δέ τώ φθάσαι τόν λαόν τών Ιουδαίων τήν θύραν τοΰ οίκου, ιδού αιφνίδιος δύναμις ττυρός έξελ3οΰσα έκ τών εσωθεν δι' αγγέλου κατέκαυσε πλήθος πολύ τών Ιουδαίων. Και έγένετο κατά πάσαν τήν πόλιν φόβος μέγας, και έδόξαζον τόν Θεόν τόν τεχθέντα έξ αύτής.

636

APÓCRIFOS ASUXCIONISTAS

XXXVI

Y, cuando el gobernador vió lo ocurrido, se dirigió a todo el pueblo, diciendo a grandes voces: «En verdad aquel que nació de la Virgen, a la que vosotros maquinabais perseguir, es hijo de Dios, pues estas señales son propias del verdadero Dios». Así, pues, se produjo escisión entre los judíos, y muchos cre- yeron en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo a causa de los portentos realizados.

XXXVII

Y después de que se obraron estas maravillas por mediación de la madre de Dios y siempre virgen María, madre del Señor, mientras nosotros los apóstoles nos encontrábamos con ella en Jerusalén, nos dijo el Espíritu Santo: <Ya sabéis que en domingo tuvo lugar la anunciación del arcángel Gabriel a la virgen Ma- ría, y que en domingo nació el Salvador en Belén, y que en do- mingo salieron los hijos de jerusalén con palmas a su encuentro diciendo: ¡Hosanna en las alturas! Bendito el que viene en nom- bre del Señor [Mt. 21,9; Me. 11,10], y que en domingo resucitó de entre los muertos, y que en domingo ha de venir a juzgar a vivos y muertos, y que en domingo [finalmente] ha de bajar de los cielos para honrar y glorificar [con su presencia] la partida de la santa y gloriosa virgen que le dió a luz».

XXXVI

"Οτε δέ ϊδεν ό ήγεμών τα γενόμενα, άνέκραξεν έπί παντός τοΰ λαοΰ λέγων «Έττ' αληθείας Θεοΰ υιός εστίν ό τεχθείς έκ τής παρθένου, ή ν ΰμεϊς διώξαι ένομίσατε· τά γάρ σημεία ταΟτα Θεοΰ άληθινοΰ εϊσιν». Έγέ- νετο δέ σχίσμα άνά μέσον των Ιουδαίων, και πολλοί έπίστευσαν εις τό όνομα τοΰ Κυρίου ημών Ίησοΰ Χρίστου επί τοις γενομένοις σημείοις.

XXXVII

Μετά δέ τό γενέσθαι πάντα τά θαυμάσια ταΰτα δια της Θεοτόκου και άειπαρθένου Μαρίας της μητρός τοΰ Κυρίου, όντων ημών τών άποσ- τόλων μετ' αυτής έν Ίεροσολύμοις, εϊπεν ήμΐν τό Πνεΰμα τό "Αγιον «Οίδατε ότι Κυριακής εύηγγελίσθη ή παρθένος Μαρία ύπό τοΰ Αρχαγ- γέλου Γαβριήλ, και Κυριακής έτέχθη έν Βηθλεέμ ό Σωτήρ, και Κυριακής τά τέκνα Ιεροσολύμων έξήλθον μετά βαΐων εις άπάντησιν αυτοΰ λέγον- τες· "Ωσαννά έν τοις ΰψίστοις, ευλογημένος ό έρχόμενος έν ονόματι Κυρίου, και Κυριακής ανέστη έκ νεκρών, και Κυριακής έχει έλθεΐν κρΐναι ζώντας και νεκρούς, καί κυριακής έχει έλθεΐν έκ τών ουρανών προς δόξαν και τιμήν της αναλύσεως τής άγίας ενδόξου παρθένου τής τεκούσης αύτόν».

LIBRO Γ)Γ. S. JUAN EVANGELISTA

637

XXXVIII

En este mismo domingo dijo la madre del Señor a los após- toles: «Echad incienso, pues Cristo está ya viniendo con un ejér- cito de ángeles». Y en el mismo momento se presentó Cristo sentado sobre un trono de querubines. Y, mientras todos nos- otros estábamos en oración, aparecieron multitudes incontables de ángeles, y el Señor [estaba] lleno de majestad sobre los que- rubines. Y he aquí que se irradió un efluvio resplandeciente so- bre la santa Virgen por virtud de la presencia de su Hijo unigé- nito, y todas las potestades celestiales cayeron en tierra y le adoraron.

XXXIX

El Señor se dirigió entonces a su madre y le dijo: «María». Ella respondió: «Aquí me tienes, Señor». El le dijo: «No te afli- jas; alégrese más bien y gócese tu corazón, pues has encontrado gracia para poder contemplar la gloria que me ha sido dada por mi Padre». La santa madre de Dios elevó entonces sus ojos y vió en El una gloria tal, que es inefable a la boca del hombre e in- comprensible.

El Señor permaneció a su lado y continuó diciendo: «He aquí que desde este momento tu cuerpo va a ser trasladado al

XXXVIII

Kai εις την αυτήν κυριακήν λέγει ή μήτηρ τοΰ Κυρίου τοις άποστό- λοις· «Βάλετε θυμίαμα, ότι Χριστός έρχεται μετά στρατιάς άγγέλων». Και ιδού παραγίνεται Χριστός καθήμενος έτπ θρόνου Χερουβίμ. Kai πάν- των ημών ευχόμενων έφάνησαν αναρίθμητα πλήθη άγγέλων καΐ ό Κύ- ριος έτπ Χερουβίμ έπιβεβηκώς έν δυνάμει ττολλή. Kai ιδού φωτοφανίας πρόοδος φοιτώσα έπί την άγίαν παρθένον διά της παρουσίας του μο- νογενούς αυτής Υίοΰ, και προσπεσοΰσαι προσεκύνησαν αύτω πάσαι αί δυνάμεις τών ουρανών.

XXXIX

Και φωνήσας πρός τήν μητέρα αύτοϋ ό Κύριος είπεν «Μαριάμ». Και άποκριθεΐσα είπεν «Ιδού εγώ, Κύριε». Και εΐπεν αύτη ό Κύριος· «Μή λυποΰ, άλλ' εύφραινέσθω ή καρδία σου και άγαλλιάσθω- εϋρες γάρ χάριν Θεωρήσαι τήν δόξαν τήν δοθεΐσάν μοι παρά τοΰ Πατρός μου». Και άνα- βλέψασα ή άγία του Θεοΰ μήτηρ ϊδεν δόξαν έν αύτω ήν στόμα άνθρώ- που ουκ εξόν λαλήσαι ή καταλαβεΐν.

Ό δέ Κύριος πρός αύτήν εμεινεν λέγων «Ιδού άπό τοΰ νΰν έσται τό τίμιόν σου σώμα μετατιθέμενον έν τω παραδείσω, ή δέ άγία σου

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

paraíso, mientras que tu santa alma va a estar en los cielos, en- tre los tesoros de mi Padre, [coronada] de un extraordinario resplandor, donde [hay] paz y alegría [propia] de santos án- geles y más aún».

XL

La madre del Señor respondió y le dijo: «Impónme, Señor, tu diestra y bendíceme». El Señor extendió su santa diestra y la bendijo. Ella la estrechó y la colmó de besos mientras decía: «Adoro esta diestra que ha creado el cielo y la tierra. Y ruego a tu nombre siempre bendecido, ¡oh Cristo Dios, Rey de los si- glos, Unigénito del Padre!: recibe a tu sierva, que te has dig- nado encarnarte por medio de mí, la pobrecita, para salvar al género humano según tus inefables designios. Otorga tu ayuda a todo el que invoque o que ruegue o que [simplemente] haga mención del nombre de tu sierva».

XLI

Mientras ella decía esto, se acercaron los apóstoles a sus pies y, adorándola, le dijeron: «Deja, ¡oh madre del Señor!, una bendición al mundo, puesto que lo vas a abandonar. Pues ya lo bendijiste y lo resucitaste, perdido como estaba, al engendrar

ψυχή έν τοις ούρανοΐς έν τοις θησαυροΐς του Πατρός μου έν ύπερεχούση φανότητι, ένθα ειρήνη και ευφροσύνη αγίων αγγέλων και έπέκεινα».

XL

ΆποκριΘεΐσα δέ ή μήτηρ του Κυρίου ειπεν προς αυτόν «Έπίθες τήν δεξιάν σου, Κύριε, και εύλόγησόν με. Και άπλώσας ό Κύριος τήν άχραν- τον αύτού δεξιάν ηύλόγησεν αυτήν. Αυτή δέ κρατούσα τήν άχραντον αυτού δεξιάν κατεφίλει λέγουσα· «Προσκυνώ τήν δεξιάν ταύτην τήν δη- μϊουργήσασαν τόν ούρανόν και τήν γήν. Και παρακαλώ τό πολυύμνη- τόν σου όνομα, Χριστέ ό Θεός, ό βασιλεύς τών αιώνων, ό μονογενής τού Πατρός, πρόσδεξαι τήν δούλην σου, ό καταξιώσας δι' έμοΰ της τα- πεινής τεχθήναι εις τό σώσαι τό γένος τών ανθρώπων διά τήν άφρασ- τόν σου οίκονομίαν πάντα άνθρωπον έπικαλούμενον ή δεόμενον ή όνο- μάζοντα τό όνομα της δούλης σου, χωρήγησον αύτώ τήν βοήθειάν σου».

XLI

Ταύτα δέ αύτής λεγούσης, προσελθόντες οί απόστολοι πρός τούς πόδας αύτής και προσκυνήσαντες λέγουσιν «Μήτερ τοΰ Κυρίου, εασον τω κόσμω εύλογίαν, ότι άπέρχη άπ' αύτού. Ηύλόγησας γάρ οώτόν καί άνέστησας άπολωλότα, γεννήσασα τό φώς τού κόσμου». Εύξαμένη δέ

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

639

la luz del mundo». Y la madre del Señor, habiéndose puesto en oración, hizo esta súplica: « ¡Oh Dios que por tu mucha bon- dad enviaste a tu unigénito Hijo para que habitara en mi hu- milde cuerpo y te dignaste ser engendrado de mí, la pobrecita!, ten compasión del mundo y de toda alma que invoca tu nombre».

XLII

Y oró de nuevo de esta manera: «¡Oh Señor, Rey de los cielos, Hijo del Dios vivo!, recibe a todo hombre que invoque tu nombre para que tu nacimiento sea glorificado». Después se puso a orar nuevamente, diciendo: « ¡Oh Señor Jesucristo, que todo lo puedes en el cielo y en la tierra!, ésta es la súplica que dirijo a tu santo nombre: santifica en todo tiempo el lugar en que se celebre la memoria de mi nombre y da gloria a los que te alaban por mí, recibiendo de estos tales toda ofrenda, toda súplica y toda oración».

ή μήτηρ τοΰ Κυρίου είπεν έν τη εύχή αύτής ούτως- «Ό Θεός ό δια την ττολλήν σου αγαθότητα έκ τών ουρανών άποστείλας τόν μονογενή σου Υίόν οίκήσαι έν τω ταπεινώ μου σώματι, ό καταξιώσας τεχθήναι έξ έμοϋ της ταπεινής, έλέησον τόν κόσμον και πασαν ψυχήν έτπκαλουμέ- νην τό δνομά σου».

XLII

Και ττάλιν εϋξαμένη είπεν «Κύριε βασιλεΰ τών ουρανών, Υιέ τοΰ ΘεοΟ του ζώντος, ττρόσδεξαι πάντα άνθρωπον έπικαλούμενον τό δνομά σου ϊνα δοξασθή ή γέννησίς σου». ΚαΊ πάλιν εϋξαμένη εΐπεν «Κύριε Ίησοΰ Χριστέ, ό πάντα δυνάμενος έν τω ούρανώ και έπί γης, ταύτην τήν παράκλησιν δυσωπώ τό δνομά σου τό άγιον έν εκάστω καιρώ και τόπω δπου γίνεται ή μνήμη τοΰ ονόματος μου, άγίασον τόν τόπον έκεϊνον, και δόξασον τους δοξάζοντάς σε διά τοΰ έμοΰ ονόματος, προσ- δεχόμενος τών τοιούτων πάσαν προσφοράν και πασαν ΐκεσίαν και πά- σαν εϋχήν» 1 8.

18 El Transitus árabe (c.4) aduce aquí una larga y bella oración en que aparece la Virgen realmente como Mediadora universal. A esta plegaria res- ponde el Señor en términos parecidos a los del capítulo siguiente de nues- tra narración.

640

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

XLIII

Después que hubo orado de esta manera, el Señor dijo a su propia madre: «Alégrese y regocíjese tu corazón, pues toda clase de gracias y de dones te han sido dados por mi Padre ce- lestial, por y por el Espíritu Santo. Toda alma que invoque tu nombre se verá libre de la confusión y encontrará miseri- cordia, consuelo, ayuda y sostén en este siglo y en el futuro ante mi Padre celestial».

XLIV

Volvióse entonces el Señor y dijo a Pedro: «Ha llegado la hora de dar comienzo a la salmodia». Y, en entonando Pedro, todas las potencias celestiales respondieron el Aleluya. Enton- ces un resplandor más potente que la luz nimbó la faz de la madre del Señor, y ella se levantó y fué bendiciendo con su propia mano a cada uno de los apóstoles. Y todos dieron gloria a Dios. Y el Señor, después de extender sus puras manos, re- cibió su alma santa e inmaculada.

XLIII

Ταϋτα δέ αύτής εύξαμένης, ό Κύριος πρός την ιδίαν μητέρα είπεν «Εϋφραίνου και άγαλλιάσθω ή καρδία σου· πασα γαρ χάρις καΐ πάσα δωρεά εδόθη σοι έκ του Πατρός μου του έν ούρανοΐς κάμοΰ κα'ι του "Αγίου Πνεύματος- πάσα ψυχή επικαλούμενη τό όνομά σου οϋ μή κα- ταισχυνθή, άλλ' εΰρη έλεος και παράκλησιν κα'ι άντίληψιν και τταρρη- σίαν και έν τω νυν αΐώνι και έν τω μέλλοντι ένώτπον του Πατρός μου του έν τοις ούρανοΐς».

XLIV

Στραφείς δ έ ó Κύριος είπεν προς τόν Πέτρον «Έφθασεν ó καιρός άρξαι της ύμνωδίας». Τοΰ δέ Πέτρου σρξαμένου της ύμνωδίας, πάσαι αί δυνάμεις τών ουρανών ύπήκουσαν τό αλληλούια. Και τότε τό πρό- σωπον της μητρός τοΰ Κυρίου υπέρ τό φώς έλαμψεν, και άναστάσα τή οικεία χειρί ηύλόγησεν έκαστον τών αποστόλων, κα'ι έδωκαν πάντες δό- ξαν τω Θεώ, κα'ι τοΰ Κυρίου άπλώσαντος τάς άχράντους αύτοΰ χείρας, έδέξατο την άγίαν και άμωμον αύτής ψυχήν I9.

19 El Ps. Juan no hace mención de la edad que tenía la Virgen al so- brevenir su dormición. El códice Ambros. L 58 da estos curiosos datos: «Et secundum quod ait Epiphanius [monachus], XXIV annis post asccnsionem Filii sui supervixit. Refert autem quod beata Virgo quando Christum conce- pit erat annorum XIV, et in quinto décimo anno ipsum peperit, et mansit

LIBRO DE S. JUAN EVANGELISTA

64Í

XLV

Y en el momento de salir su alma inmaculada, el lugar se vió inundado de perfume y de una luz inefable. Y he aquí que se oyó una voz del cielo que decía: «Dichosa entre las mu- jeres». Pedro entonces, lo mismo que yo, Juan, y Pablo, y Tomás, abrazamos a toda prisa sus santos pies para ser santi- ficados. Y los doce apóstoles, después de depositar su santo cuerpo en el ataúd, se lo llevaron.

XLVI

En esto, he aquí que, durante la marcha, cierto judío llama- do Jefonías, robusto de cuerpo, la emprendió impetuosamente contra el féretro que llevaban los apóstoles. Mas de pronto un ángel del Señor, con fuerza invisible, separó, sirviéndose de una

XLV

Και σύν τη έξόδω τής άμώμου αύτής ψυχής έττληρώθη εϋωδίας και άφατου φωτός ό τόττος, και ίδου φωνή έκ του ουρανού ήκούετο λέγουσα· «Μακαρία συ έν γυναιξίν». ΚαΊ δραμών ó Πέτρος κάγώ Ιωάννης και Παύλος και Θωμάς ττεριεπτυξάμεΘα τους τίμιους αυτής ττόδας ττρός τό άγιασθήναι. Οϊ δέ δώδεκα άττόστολοι τό τίμιον και áyiov αυτής σώμα έττί κλίνης θέντες έβάστασαν.

XLVI

Και ίδου έν τω βαστάζειν αΰτήν έβραΐός τις ονόματι Ίεφωνίας γεν- ναίος τω σώματι όρμήσας έττεχείρησεν κατά τής κλίνης, τών αποστόλων βασταζόντων, καί ίδου άγγελος Κυρίου άοράτω δυνάμει μετά ξίφους

cum eo annis XXXIII, et post mortem Christi supervixit annis XXIV, et secundum hoc, quando obiit erat annorum LXXII. Probabilius tamen vi- detur, quod alibi Iegitur, ut duodecim annis Filio suo supervixerit, et sic sexagenaria sit assumpta, sicut ecclesiastica tradit historia». Con este tes- timonio concuerda el Legendarium Segobiense, que dice textualmente: «Ad hanc igitur vocem beatissima Virgo mox consurrexit, et extemplo divino iussu super choros Angelorum cum ingenti pompa atque triumpho, die XV Augusti, aetatis vero suae LXXII anno, et a Christi Navitate LVII, in corpore et anima mirabiliter est assumpta».

Según el fragmento sahídico extractado por Zoega, el hecho tiene lugar quince años después de la pasión. La instrucción de Evodio distingue entre la dormición, que acaece el día 21 del mes de Tobi, y la asunción, que sobre- viene doscientos seis días después, esto es, el 1 6 del mes de Mesoré. Estos mismos datos consigna el discurso del patriaraca Teodosio.

Bv. apócrifos

21

642

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

espada de fuego, las dos manos de sus respectivos hombros y las dejó colgadas en el aire a los lados del féretro.

XLVII

Al obrarse este milagro, exclamó a grandes voces todo el pueblo de los judíos, que lo había visto: «Realmente es Dios el hijo que diste a luz, ¡oh madre de Dios y siempre virgen María!» Y Jefonías mismo, intimado por Pedro para que de- clarara las maravillas del Señor, se levantó detrás del féretro y se puso a gritar: «Santa Alaría, que engendraste a Cristo Dios, ten compasión de mí». Pedro entonces se dirigió a él y le dijo: «En nombre de su Hijo, júntense las manos que han sido separadas de ti». Y, nada más decir esto, las manos que estaban colgadas del féretro donde yacía la Señora, se separaron y se unieron de nuevo a Jefonías. Y con esto creyó él mismo y alabó a Cristo Dios, que fué engendrado por ella.

XLVIII

Obrado este milagro, llevaron los apóstoles el féretro y de- positaron su santo y venerado cuerpo en Getsemaní, en un

πυρός έκ των ώμων αύτοΰ τάς δύο "εκοψεν χείρας και μετεώρους ύπό τόν αέρα περί τήν κλίνη ν άπετέλεσεν κρεμασθήναι 20.

XLVII

Τούτου δέ του θαύματος γενομένου, άνέκραξεν πάς ó λαός των Ιου- δαίων των θεωρησάντων ότι όντως αληθινός Θεός εστίν ό τεχθείς τταρά σου, Θεοτόκε άειπαρθένε Μαρία. Και αυτός δέ ó Ίεφωνίας, τοΰ Πέτρου κελεύσαντος αϋτω ττρός τό δειχθήναι τά θαυμάσια τοΰ Θεοΰ, άναστάς όττίσω της κλίνης έκραζεν «Αγία Μαρία, ή γεννήσασα Χριστόν τόν Θεόν, έλέησόν με». Και στραφείς ό Πέτρος είττεν προς αυτόν «Έν τω ονόματι τοΰ τεχθέντος παρ' αυτής κολληθήσονται αί χείρες αί άφαιρεθεΐ- σαι άπό σου». Και παραχρήμα τω λόγω τοΰ Πέτρου αί χείρες παρά τήν κλίνην τής δεσποίνης κρεμάμεναι άναχωρήσασαι έκολλήθησαν τω Ίεφωνία· και έπίστευσεν και αύτός και έδόξασεν Χριστόν τόν Θεόν τόν τεχθέντα έξ αυτής.

XLVIII

Τούτου δέ γενομένου τοΰ θαύματος, έβάστασαν ο! απόστολοι τήν κλίνην και κατέθεντο τό τίμιον και άγιον αυτής σώμα έν Γεθσημανή έν

20 El mismo episodio, con variantes, puede encontrarse en el Tesalani- cense Ce. 13). Cf. además Ps. José de Arimatea (c.14) y Ps. Melitón (11,3).

LIBRO DF. S. JUAN EVANGELISTA

643

sepulcro sin estrenar. Y he aquí que se desprendía de aquel santo sepulcro de nuestra Señora, la madre de Dios, un exqui- sito perfume. Y por tres días consecutivos se oyeron voces de ángeles invisibles que alababan a su hijo Cristo, nuestro Dios. Mas, cuando concluyó el tercer día, dejaron de oírse las voces; por lo que todos cayeron en la cuenta de que su venerable e inmaculado cuerpo había sido trasladado al paraíso.

XLIX

Verificado el traslado de éste, vimos de pronto a Isabel, la madre de San Juan Bautista, y a Ana, la madre de nuestra Señora, y a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a David que cantaban el Aleluya. Y vimos también a todos los coros de los santos que adoraban la venerable reliquia de la madre del Señor. Se nos presentó también un lugar radiante de luz, con cuyo res- plandor no hay nada comparable. Y el sitio donde tuvo lugar

μνημείω καινώ. Κσί ιδού μύρον εύωδίας έξήρχετο έκ τοϋ άγίου μνήμα- τος τής δεσττοίνης ημών Θεοτόκου. Κα! εως τριών ημερών αοράτων αγγέ- λων φωνα'ι ήκούοντο δοξαζόντων τόν έξ αυτής τεχθέντα Χριστόν τον Θεό ν ήμών. Κα'ι ττληρουμένης τής τρίτης ή μέρας οϋκέτι ήκούοντο αϊ φω- ναί, κα'ι λοιττόν εκείθεν ττάντες έγνωσαν ότι μετετέθη τό άμωμον κα'ι τί- μιον αϋτής σώμα έν τταραδείσω 21.

XLIX

Τούτου δέ μετατεδέντος Ιδού θεωροΰμεν τήν Ελισάβετ την μητέρα τοϋ άγιου Ιωάννου του βατττιστοϋ και "Ανναν τήν μητέρα τής δεσποί- νης ήμών καί Αβραάμ και Ισαάκ κα'ι Ιακώβ κα'ι τόν Δαυίδ ψάλλοντα τό άλληλούϊα και ττάντας τούς χορούς τών άγίων ιτροσκυνουντας τό τίμιον λείψανον τής μητρός του Κυρίου, καί τόττον φωτειδή, οΟ του

21 Este capítulo difiere según los códices. Tischendorf sigue el texto de C, pero advierte que ABD y Ε coinciden en presentar otra versión en que aparecen los doce apóstoles arrebatados por sendas nubes al salir de Jerusalén con la preciosa carga del cuerpo de María; y de esta manera lo trasladan al paraíso: Τούτου δέ γενομ. τ. θ.] έν τω έξέρχεσθαι τούς αποστόλους έκ τη; πόλεως "Ιεροσολύμων βαστάζοντες τήν κλίνην, άφνω δώδεκα νεφέλαι φωτός άφήρ- ττασαν τούς αποστόλους σύν τω σώματι τής Δεσποίνης ήμών, κα'ι έν τω παραδ=ίσω μετατέθηκαν.

La versión latina publicada por Wilmart dice asimismo: <Post haec sú- bito duodecim nubes luminis levaverunt apostólos cum corpore Virginis, transportantes in paradiso».

En este punto pone fin a su narración el códice B, concluyendo así: Καί έδοςάσαμεν πάντες τόν θεόν, ώ ή δόξα καί τό κράτος είς τούς αιώνας τών αιώνων, άμήν.

644

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

la traslación de su santo y venerable cuerpo al paraíso estaba saturado de perfume. Se dejó oír la melodía de los que can- taban himnos a su Hijo, y era tan dulce cual solamente les es dado escuchar a las vírgenes; y era tal, que nunca llega a pro- ducir hartura.

L

Nosotros, pues, los apóstoles, después de contemplar súbi- tamente la augusta traslación de su santo cuerpo, nos pusimos a alabar a Dios por habernos dado a conocer sus maravillas en el tránsito de la madre de Nuestro Señor Jesucristo.

Por cuyas oraciones e intercesión seamos dignos de alcan- zar el poder vivir bajo su cobijo, amparo y protección en este siglo y en el futuro, alabando en todo lugar y tiempo a su Hijo unigénito, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

φωτός εκείνου ουδέν λαμπρότερον και πλήθος εύωδίας τοΰ τόττου εκεί- νου ένθα μετετέθη τό τίμιον και άγιον αυτής σώμα έν τω παραδείσω· και μέλος δέ υμνούντων τόν έξ αυτής τεχθέντα, δ παρθένοις και μόνοις δίδοται τό τοιούτον γλυκύ μέλος άκούειν, ου κόρος ουκ εστίν.

L

Ήμεϊς οΟν οί απόστολοι θεωρήσαντες την άφνω τοΰ άγιου αύτής σώματος τιμίαν μετάθεσιν, έδοξάσαμεν τόν Θεόν τον δείξαντα ήμΐν τά θαυμάσια αϋτοΰ έτη τή αναλύσει της μητρός τοΰ Κυρίου ημών Ίησοΰ Χρίστου.

τΗς εύχαΐς και πρεσβείαις άξιωθώμεν ττάντες υπό την αυτής σκέπη ν και άντίληψιν και προστασίαν τυχεΐν και έν τω νΰν αΐώνι καί έν τω μέλλοντι, δοξάζοντες έν παντί καιρώ και τόπω τόν μονογενήν αυτής Υίόν άμα τώ Πατρί καί τώ Άγίω Πνεύματι εις τούς αιώνας τών αιώνων. Αμήν.

2. LIBRO DE JUAN, ARZOBISPO DE TESALONICA

Tischendorf opinaba que el llamado Transitus B, venerable apócrifo latino que se remonta al siglo IV y es atribuido a Meli- tón, obispo de Sardes l, era tributario del mencionado libro de Juan el Teólogo. Sin embargo, tanto el estilo como el contenido estaba reclamando una fuente distinta para ambos, si no es que había que considerar ya al Ps. Melitón como fuente de inspira- ción para muchas otras narraciones apócrifas.

Esto último pensó Jugie al ofrecernos en 1926 2 el texto crí- tico de la Homilía de Juan de Tesalónica, en la que no vió sino una simple redacción corregida y amplificada del Ps. Melitón.

Por su parte, A. Wilmart publicó en 1933 su Transitus W 3, a base de diez mss. del siglo VIII-XIII, cuyo fondo está ínti- mamente relacionado con las narraciones asuncionistas de Juan de Tesalónica y del Ps. Melitón.

Nos encontramos, pues, por lo menos con tres narraciones análogas, procedentes del mismo tronco apócrifo, cada una de las cuales reclama para la primacía sobre las otras.

Wilmart piensa que su Transitus W es la fuente del Ps. Me- litón.

Riviére 4 abunda en el mismo sentido, haciendo al Transi- tus W fuente del Tesalonicense y del Ps. Melitón.

Faller 5 quiere reivindicar la primacía del Ps. Melitón, a quien considera predecesor del Transitus \V y del Tesaloni- cense.

Jugie asimismo sale por los fueros del Ps. Melitón, de quien hace depender al Tesalonicense, considerando al Transitus W como un mero resumen de este último 6.

1 PG 5,1231-1240 y Tischendorf, Apocal. Apocr. p. 124- 136.

2 PaOr XIX 344-438.

3 L'ancien récit de l'Assomplion: StT 59 (1933) 343-357.

4 Le plus vieux Transitus latín et son derivé grec: RechThancMéd 8 (i936) 5-23·

5 De priorum saeculorum silentio circa Assumptionem B. Mariae Virgi- nis: «Analecta Gregoriana-) 36 (1946) 44-59.

6 La littérature apocryphe sur la mort et l'assomptíon de la Sainte Vierge: StT 114 (1944) 150SS.

046

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

Quizá todos estos investigadores tengan alguna razón en su punto de vista; pero urge delimitar la cuestión, considerando dos problemas distintos en ella latentes: primero, la data de los documentos que poseemos; segundo, el origen y prioridad de la narración apócrifa contenida en dichos documentos.

Con relación al primer problema, es evidente que el docu- mento más antiguo de los tres que consideramos es el Ps. Me- litón, que se remonta a finales del siglo IV o principios del V, mientras que el Tesalonicense data de principios del siglo VIL

Con relación al segundo problema, nos atenemos a las con- clusiones de Dom B. Capelle, que parecen ser decisivas.

Este benemérito investigador de la literatura apócrifo-asun- cionista, después de someter a un estudio comparativo el Trans- itus W y el Tesalonicense, deduce que aquél, «simple épitomé en vue de l'usage liturgique», no puede ser en manera alguna el modelo del Tesalonicense, y que, si no deriva de éste, está inspi- rado por lo menos en el apócrifo por él representado 7.

Sometiendo después a un examen comparativo los tres apó- crifos mencionados y notando que las glosas marginales del Transitus W coinciden casi exactamente con el Tesalonicense, adu- ciendo además otro testimonio sacado del manuscrito latino 2672 de la Biblioteca Nacional de París, análogo en todo al Transi- tus W, llega, por fin, a la conclusión de que tanto el Ps. Melitón como el Transitus W y el manuscrito latino 2672 de París no refle- jan sino parcialmente el texto del documento que sirvió a Juan de Tesalónica para componer su homilía, y que sólo ésta nos ha conservado el texto completo del apócrifo en cuestión en su len- gua original, prescindiendo únicamente de algún detalle y de la omisión del milagro final de la Asunción 8.

Ateniéndonos, pues, a estas conclusiones, reproducimos la redacción original del Libro de Juan de Tesalónica, según la edi- ción crítica de M. Jugie 9.

AUTOR. La presente narración asuncionista en forma de homilía tiene por autor a San Juan, arzobispo de Tesalónica, que compuso asimismo la primera parte de las Actas de San Demetrio 10. Es el primero en la serie de los numerosos prela- dos de esta metrópoli que llevaron el nombre de Juan. No debe

7 Les anciens récits de l'Assomption el Jean de Thessalonique : RechTlianc- Méd 12 (1940) 209-235.

8 Vesúges grecs et latins d'un antique «Transitus» de la Vierge: ABoll 67 (1949) 21-48.

9 PaOr XIX (1926) 344-438·

10 PG 116.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

647

confundírsele, como se ha hecho frecuentemente, con el arzo- bispo del mismo nombre que asistió al VI concilio ecuménico (680-681), contemporáneo de San Andrés Cretense, de San Ger- mán de Constantinopla y de San Juan Damasceno. Las razo- nes de la autenticidad de esta obra, fundadas sobre todo en ar- gumentos de crítica interna, pueden verse en Jugie H.

TEXTO. La edición crítica de Jugie ha sido elaborada a base de 16 manuscritos. Este ilustre investigador presenta dos redacciones: una abreviada, que él tiene por la original, repre- sentada por los manuscritos más antiguos; otra más extensa, la interpolada, representada por los manuscritos posteriores al siglo XII. Los manuscritos de la redacción original son muy de- fectuosos, hasta el punto de que Jugie no ha podido utilizar nin- guno de ellos como base de un texto aceptable, sino que ha de- bido someterlos todos a un examen comparativo con vistas, a obtener un relato fluido y libre de contradicciones. En cambio, la redacción interpolada está muy bien representada por el ma- nuscrito del Escorial II. Y. 11 (s.XIII), que le ha servido de base para su edición.

Capelle piensa que el texto original de la presente narración no ha de buscarse exclusivamente en la redacción abreviada, siendo así que la interpolada contiene elementos muy apreciables.

EXAMEN INTERNO— Se nota en la homilía una marcadí- sima diferencia entre el prólogo y el relato que le sigue. Aquél, cuyo estilo oratorio y grandilocuente delata al autor de la pri- mera parte de las Actas de San Demetrio, sirve de presentación al trabajo. En él Juan da testimonio de una tradición asuncio- nista escrita que arrancaba de los tiempos apostólicos y que, desgraciadamente, fué corrompiéndose por los errores que inocularon muchos apócrifos. Esto último es la causa, según él, de que una fiesta tan generalizada ya en la Iglesia como la de la Dormición de María, no se celebre aún en Tesalónica. Por eso se ha propuesto expurgar los errores de las narraciones apócrifas y ofrecer un relato verídico de lo que acaeció en la muerte de María. Así podrá la metrópoli tesalonicense celebrar dicha fiesta con todo el esplendor que cumple. Los manuscri- tos de la redacción interpolada omiten en su generalidad este prólogo.

Después cambia súbitamente de tono y ofrece un relato sencillo y pormenorizado de los referidos acontecimientos. De hecho no hace, según la opinión más corriente, sino tomar un

11 O.c, P-357SS.

648

APÓCRIFOS ASUXCIONISTAS

antiguo texto apócrifo, aquel precisamente en que se inspiraron el Ps. Melitón y el Transitus W, y reproducirlo casi íntegramente, salvo algunas correcciones.

El epílogo final es desconcertante. Casi todos los manuscri- tos ofrecen una versión distinta. Jugie, desesperando poder re- ducirlos a la unidad, opta por presentar el texto de los diversos manuscritos, si bien cree que el final de Vat. 2072 es el que más garantías ofrece de autenticidad. Bover tiene con relación a este punto su sentencia propia, que se expondrá en los comen- tarios al mencionado epílogo.

REPERCUSION HISTORICA.— El antiguo apócrifo tan bri- llantemente representado por el Tesalonicense es de una antigüe- dad muy considerable; puede muy bien remontarse a princi- pios del siglo IV. Su influjo debió ser enorme, si consideramos con Bover 12 que, además del Ps. Melitón y del Transitus W, fue- ron derivándose posteriormente de este modelo fundamental el apócrifo copto publicado por Revillout 13, el Sinaxario de Cons- tantinopla 14 y el Testamentum Mariae irlandés 15, amén de las redacciones coptas del Ps. Evodio y patriarca Teodosio y el Li- bellus de dormitione del Ps. Nicodemo.

Pero también nuestra narración ha ejercido grande influjo por su parte. Razón tenía Epifanio, monje de finales del si- glo VIII, para decir que Juan de Tesalónica había compues- to un discurso muy célebre sobre la Dormición 16, si bien el tes- timonio no es para él muy elogioso en su conjunto. Durante la Edad Media sirvió de lectura edificante en los monasterios y en las iglesias. Así se explican las grandes divergencias entre los manuscritos más antiguos y las numerosas interpolaciones en los manuscritos posteriores 11 .

12 La Asunción de María (BAC, Madrid 1947) p.192.

13 PaOr 2 (1907) 177-83·

14 Publicado por Ρ. H. Delehaye, Acta Sanctorum (Bruxelles 1902).

1 5 Cf. R. Willard, The Testament of Mary. The Irish Account of the Death of the Virgin: RechThancMéd 9 (1937) 341-364.

16 Son sus palabras textuales: «Περί δέ τη? κοιμήσεως αύτης, "Ιωάννη; ό Θεσσαλονικεύς πολυθρύλλητον ποιησάμενοζ λόγον, αύτόζ εαυτόν έπεσκίασεν» (De Vita Beatae Mariae Virginis: PG 120,188).

1 7 El Legendarium Segobiense hace alusión a un discurso de San Pedro, diciendo textualmente: «Tune Simón Petrus, qui inter Apostólos, et aucto- ritate, et vocis magnitudine omnes animabat, celebre praeconium de ipsius gloriosissimae Dei Genitricis, omniumque Christi discipulorum Parentis, Mariae laudibus, in orationis modum divulgavit» (I. Tamayo Salazar, Acta

Dormitionis et assumptionis Β. V. Μ en Martyrologium Hispanum t.4

p.481). Tal sermón de San Pedro no figura como tal más que en nuestro Tesalonicense ; no sería, pues, descabellado pensar que el Segobiense ha ve- nido a inspirarse últimamente en él.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALONICA

649

Es un documento muy valioso para constatar la antigüedad y universalidad de la fiesta de la Asunción. Asimismo viene a corroborar la tradición jerosolimitana de la Dormición de la Virgen, contra la opinión de aquellos que consideran a Efeso como lugar de su muerte lx.

Su influjo en la inspiración artística ha sido extraordinario. Diríase que la descripción que el Tesalonicense hace de la Dor- mición ha servido de modelo para gran parte de las represen- taciones orientales y no pocas occidentales. Son rasgos caracte- rísticos: la palma, San Pedro a la cabecera de la Virgen, San Juan a los pies, el alma de la Virgen figurada en un niño en man- tillas que el Señor recibe y entrega al arcángel San Miguel, etc.

En la época moderna ha sido bastante preterido por consi- derársele tardío y a causa de las muchas interpolaciones de los manuscritos posteriores.

La edición crítica de Jugie y su amplio estudio introducto- rio, así como los trabajos de Capelle, han venido a rehabilitarle en los últimos años.

LIBRO DE JUAN, ARZOBISPO DE TESALONICA

Dormición de nuestra señora, madre de Dios y siempre virgen María, escrita por Juan, arzobispo de Tesalónica

I

A la admirable, gloriosísima y verdaderamente gran señora del mundo; a la madre siempre virgen de Jesucristo, Dios y salvador nuestro; a la que es realmente madre de Dios, le son

ΚΟΙΜΗΣΙΣ ΤΗΣ ΔΕΣΠΟΙΝΗΣ ΗΜΩΝ ΘΕΟΤΟΚΟΥ ΚΑΙ ΑΕΙΠΑΡΘΕΝΟΥ ΜΑΡΙΑΣ ΣΥΓΓΡΑΦΕΙΣΑ ΥΠΟ ΙΩΑΝΝΟΥ ΑΡΧΙΕΠΙΣΚΟΠΟΥ ΘΕΣΣΑΛΟΝΙΚΗΣ 1

I

Τη θαυμαστή και ύπερενδόξω κα'ι όντως μεγάλη τοΰ παντός κόσμου δεσποίνη, τη άειπαρθένω μητρί τοΰ σωτήρος ημών και Θεοΰ Μησοΰ Χρίστου και αληθώς θεοτόκω Οπό πάσης της ύπ' οϋρανόν άξιόχρεως

18 Cf. Panaghia Kapulu: SupDBi I 645-660.

1 La red. interpolada presenta el siguiente título: «Τοΰ έν άγίοις πατρός ήμών Ιωάννου Επισκόπου Θεσσαλονίκης είς την κοίμησιν ήτοι άνάπαυσιν καΐ πρόξ Θεάν μετάστασιν τή$ δεσποίνης ήμών Θεοτόκου».

650

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

debidos perpetuamente justos homenajes de alabanza, honra y gloria de toda criatura que vive bajo el cielo, por el beneficio que recibió por su medio la creación entera en la economía del advenimiento carnal del unigénito Hijo y Verbo de Dios Padre.

Esta, después de que el Verbo divino, que de ella tomó realmente carne y se humanó por nosotros, consumó volun- tariamente su pasión corporal, resucitó de entre los muertos y subió a los cielos, permaneció en compañía de los santos apóstoles, pasando un lapso de tiempo no pequeño en los al- rededores de Judea y de Jerusalén y habitando, según dice la Sagrada Escritura [lo. 19,27], casi siempre en casa del apóstol virgen y amado del Señor.

Esta misma virgen gloriosísima y madre de Dios, pasado algún tiempo desde que los apóstoles se lanzaron a la predica- ción del evangelio por todo el mundo bajo el impulso del Es- píritu Santo, abandonó la tierra de muerte natural.

Ahora bien, ha habido quienes han consignado por escrito las maravillas que tuvieron lugar por aquel tiempo en relación con ella, y casi la tierra entera celebra con toda solemnidad la

ύμνος και τιμή και δόξα διαπαντός έποφείλεται δια τήν γενομένην δι' αύτής εύεργεσίαν όλης της κτίσεως έν τη οικονομία της ένσάρκου παρου- σίας τοΰ μονογενούς Υίοΰ και Λόγου τοΰ Θεοΰ και Πατρός 2.

Έπε! ουν αΰτη, μετά τό έκούσιον κατά σάρκα ττάθος και τήν έκ νε- κρών άνάστασιν και τήν εις ουρανούς άνοδον του εξ αυτής δι' ήμάς σαρκωθέντος αληθώς Θεοΰ Λόγου και ένανθρωπήσαντος, εμεινεν μετά τών άγιων άττοστόλων διάγουσα χρόνον οϋ βραχύν ττερϊ τήν της Ίου- ϋμνος και τιμή και δόξα διαπαντός έποφείλεται διά τήν γενομένην δι' δαίας χώραν και Ιεροσολύμων 3, έν τοις τοΰ παρθένου και άποστόλου και υπό τοΰ Κυρίου ήγαπημένου τά πολλά διαιτωμένη, ως τό θείον γράμμα δηλοΐ, έκείνων εκάστου, κελεύσει τοΰ άγίου Πνεύματος, έξορμή- σαντος έπί τό κηρύττειν τό εύαγγέλιον έν δλω τω κόσμω, μετά τινα χρόνον, ή πανένδοξος αύτη και Θεοτόκος παρθένος τήν γήν φυσικώ τέ- λει κατέλιπεν.

Τοιγαροΰν και γραφή παραδεδώκασί τίνες τά γεγενημένα θαύματα κατά χρόνον εκείνον περί αύτήν, και πάσα σχεδόν ή ύπ' ούρανόν τήν της άναπαύσεως αύτής έτήσιον μνήμην έορταστικώς άγουσιν, πλήν ολί- γων τόπων, έξ ών είς έστιν, ό περί τήν θεοφύλακτον ταύτην τών Θεσ-

2 En estilo ampuloso, el orador va haciendo la presentación del relato, que comienza a partir del capítulo 3. La red. interpolada hace figurar, en lugar de este prólogo, una brevísima introducción.

3 El Tesalonicense coincide con el Ps. Juan al afirmar que la Virgen, durante el tiempo que siguió a la Ascensión, vivió en Judea. La consigna- ción imprecisa del tiempo que aquí se da, viene precisada en el Ps. Meli- tón (II 1), donde se dice expresamente: «Secundo itaque anno postquam Christus devicta morte caelum conscenderat...»

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

651

memoria anual de su reposo, exceptuados unos pocos lugares, entre los cuales se encuentra el que circunda a esta metrópoli de los tesalonicenses, protegida por Dios. ¿Qué (haremos) pues? ¿Condenaremos la desidia o la indolencia de los que nos precedieron? Lejos de nosotros el decir esto, o ni aun siquiera pensarlo, ya que fueron ellos los únicos en legar a su patria, sancionado con leyes, este (privilegio) excepcional; me refiero a la costumbre de celebrar la memoria, no sólo de los santos locales, sino también la de aquellos en su mayor parte que lucharon por Cristo sobre la tierra, haciéndonos así fami- liares a Dios espiritualmente a base de sagradas reuniones y oraciones.

No fueron, pues, desidiosos o indolentes. Sucedió más bien que, si bien es verdad que los testigos de su muerte, [de María], describieron fielmente cuanto a ella se refiere, vinieron, sin embargo, después unos nocivos herejes que diseminaron su cizaña y depravaron los escritos. Esta es la razón por la que nuestros padres se mantuvieron alejados de ellos, por consi- derarlos en desacuerdo con la Iglesia católica. De aquí el que la fiesta cayera en olvido entre ellos.

σαλονικέων μητρόπολιν. ούν; Αμελείας ή ραθυμίας των πρό ήμών καταψηφισόμεθα; Μή γένοιτο ήμάς τοΰτο φάναι ή και μόνον λογίσασ- 6αι, όπου γε μόνοι των πάντων τοΰτο δή τό έξαίρετον τη εαυτών ττα- τρίδι νομοθετικώς καταλελοίττασι, λέγω δή τό μή μόνον τών εγχωρίων άγιων, άλλά και τών έττ'ι γης πάντων σχεδόν ϋπέρ Χρίστου διηθλικότων τάς μνήμας ττανηγυρίζειν πνευματικώς συνάξεσί τε και προσευχαΐς οί- κειοϋντες εαυτούς τω Θεώ.

Οϋκ ήμέλησαν ούν ή έραθύμησαν, άλλ' επειδή φιλαλήθως μέν οί τη- νικαΰτα παρόντες, ώς εϊρηται, τά περί της τελειώσεως αυτής άπεγρά- ψαντο, τινές δέ τών εις ύστερον κακούργων αιρετικών τά εαυτών έμβα- λόντες ζιζάνια, έστρέβλωσαν τά συγγραφέντα, τούτου χάριν οί πατέρες ήμών, ώς αναρμόδιων τή καθολική Εκκλησία, τούτων άπέσχοντο, κάν- τεύθεν λήθη παρ' αύτοΐς και τήν εορτήν ύπεδέξατο 4.

4 La causa de no celebrarse en Tesalónica esta fiesta, que a finales del siglo VI estaba ya generalizada en toda la Iglesia (recuérdese que hacia el año 580 salió un decreto del emperador Mauricio fijando su celebración en el día 15 de agosto), es atribuida a los errores que ciertos herejes habían mezclado en las narraciones asuncionistas. Aunque el Tesalonicense no cita en concreto ninguna de estas adulteraciones, el Ps. Melitón (c.i) se refiere a los libros de Leucio: «Saepe scripsisse me memini de quodam Leucio, qui ... etiam Transitum beatae semper Virginis Mariae Genitricis Dei ... impío depravavit stilo». El testimonio de ambos viene a confirmar la exis- tencia de una tradición asuncionista, escrita, que arrancaba de los tiempos apostólicos.

652

APÓCRIFOS ASUXCIONISTAS

Y no os extrañéis al oír que los herejes corrompieron tales escritos, ya que se les ha sorprendido haciendo cosas semejan- tes en distintas ocasiones con las cartas del divino Apóstol y aun con los santos evangelios. Pero no vayamos a despreciar los escritos verdaderos por la astucia de aquéllos, abominable para Dios; sino que, después de extirpar la mezcla dañina de la simiente, recogeremos y conmemoraremos con provecho de las almas y agrado de Dios lo que tuvo efectivamente lugar para gloria de Dios en relación con sus santos.

Pues así hicieron, según hemos averiguado, tanto los que últimamente nos han precedido a nosotros como los santos padres que vivieron antes que ellos: éstos, en lo que toca a los llamados viajes de los santos apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan; aquéllos, en lo concerniente a la mayor parte de los escritos sobre los mártires, portadores de Cristo. Pues es ne- cesario algo así como limpiar, según lo que está escrito [Ier. 50, 26], las piedras del camino, para que no encuentre tropiezo el rebaño que Dios ha juntado.

II

Nosotros, pues, ya que, en provecho de esta metrópoli ama- da de Cristo y para que no se vea privada de ningún bien, es del todo necesario honrar sinceramente a María, siempre vir-

Kcci μή θαυμάσητε περί τοΰ διαφθεΐραι τάς γραψάς άκούοντες τούς αιρετικούς όπου γε και εις τάς του Οεοφόρου αποστόλου έπιστολάς και περί αύτά τά άγια ευαγγέλια τά παραπλήσια κατά καιρούς δράσαντες έφωράθησαν. Άλλ'ού δια την εκείνων Θεομίσητον δολιότητα τά της αληθείας γράμματα διαπτυσόμεθα, άλλά τήν φαύλην παρασποράν έκκα- θάραντες, τά ως αληθώς εις δόξαν Θεοΰ περί τούς άγιους αϋτοΰ γεγενη- μένα και περιπτυξόμεθα, και διά μνήμης άξομεν ψυχωφελώς τε και θεα- ρέστως.

Οϋτω γάρ εύρήκαμεν χρησαμένους και τούς εναγχος ήμάς προηγη- σαμένους και τούς πολλώ ττρό αύτών άγιους πατέρας, τού; μεν περί τάς καλουμένας ϊδικάς περιόδους τών άγιων άποστόλων Πέτρου και Παύλου και Ανδρέου καϊ Ιωάννου, τούς δέ περί τά πλείστα τών χριστοφόρων μαρτύρων συγγράμματα. Δει γάρ ώς άληθώς «έκκαθαίρειν», κατά τό γεγραμμένον, «τούς λίθους έκ της όδοΰ», ίνα μή τό θεόλεκτον ποίμνιον προσκόπτη.

II

Ήμεΐς ουν, επειδή και ε'ις τήν φιλόχριστον ταύτην μητρόπολιν, ϊνα μηδέν αύτη λείπη τών καλών, άνάγκη πασα δοξάζεσθαι είλικρινώς τήν εύεργέτιν τοΰ κόσμου κα'ι δέσποιναν, τήν άειπαρθένον και θεοτόκον Μα-

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓXICA

653

gen y madre de Dios, (particularmente) con la celebración re- gocijada de su venerado reposo; nosotros, digo, hemos puesto a contribución justamente no pequeña diligencia, en orden a la excitación y edificación de las almas, para exponer a vuestros oídos, amigos de Dios, no todo lo que indiscriminadamente hemos encontrado escrito en diversos libros acerca de ella, sino sólo aquellas cosas que realmente tuvieron lugar, que como tales se recuerdan y que vienen siendo refrendadas hasta ahora por el testimonio de los lugares. Hemos, pues, recogido todo esto con temor de Dios y amor a la verdad, no haciendo caso de apreciaciones personales, cuya inserción se debe a la per- fidia de quienes han falsificado estas cosas.

Oyendo, pues, con una compunción provechosa para el alma, las maravillas tremendas, magníficas y en verdad dignas de la madre de Dios, que tuvieron efectivamente lugar con motivo de su admirable dormición, ofreceremos, después de Dios, a María, la inmaculada señora y madre de Dios, el agra- decimiento y el honor que le es debido, mostrándonos a nos- otros mismos dignos de sus dádivas por nuestras buenas obras. Y vosotros, después de recibir este pequeño (testimonio) de nuestro amor y de dar vuestro beneplácito a la diligencia con que os exhortamos por el presente escrito a cosas mejores, co- rresponded con vuestro amor, como hermanos e hijos queridos

ρίαν, τελούντων ημών μετ'εύφροσύνης πνευματικής την μνήμην της θεο πρεποΰς αυτής αναπαύσεως, είκότως σπουδήν ου μετρίαν έποιησάμεθα πρός διέγερσιν ψυχών κα'ι οίκοδομήν παραθεΐναι ταΐς φιλοθέοις ύμών άκοαΐς οϋχ άπερ ηύραμεν άπαντα έν διαφόροις βιβλίοις περί αυτής διαφόρως εγγεγραμμένα, άλλα μόνα τα ώς αληθώς πραχθέντα και γε- γενήσθαι μνημονευόμενα και τοις τόποις μέχρι νΰν μαρτυρούμενα 5, μετά φόβου θεοΰ φιλαλήθως συλλέξαντες, τής αύτολογίας ούδένα θέμενοι λό- γον, ώς έκ κακοφροσύνης τών ταΰτα νοθευσάντων παρεμβεβλημένης. Τά γοΰν ώς άληθώς φρικτά και μεγάλα και όντως άξια τής τοΰ Θεοΰ μητρός περί την θεοπρεπή ταύτης άνάπαυσιν γεγενημένα θαύματα μετά ψυχω- φελούς κατανύξεως άκροώμενοι, τη μέν άχράντω δεσποίνη και θεοτόκω Μαρία τήν εύχαριστίαν μετά Θεόν και την όφειλομένην δόξαν προσοίσο- μεν, άξιους τών αυτής δωρεών δι'εργων άγαθών εαυτούς έμφανίζοντεςι ημών δε τό βραχύ τής αγάπης άποδεξάμενοι, και τό άοκνον τής περ, τά κρείττονα προτροπής δια τοΰ παρόντος συγγράμματος έπαινέσαν- τες, άντίδοτε τήν στοργήν ώς αδελφοί καί τέκνα έν Κυρίω αγαπητά,

5 Su propósito es hacer un relato verídico de la Koimesis, sirviéndose para ello de la tradición escrita (expurgada de errores) y de la tradición oral, tal como se conservaba en los diversos lugares.

654

APÓC R I I OS ASU X C ION I ST AS

en el Señor, recabándonos la ayuda de Dios por medio de una oración continua; pues suya es la gloria, la honra y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

III

Cuando María, la santa madre de Dios, iba ya a desprender- se del cuerpo, vino hacia ella el gran ángel y le dijo: «María, levántate y toma esta palma que me ha dado el que plantó el paraíso; entrégasela a los apóstoles para que la lleven entre him- nos ante ti, pues dentro de tres días vas a abandonar el cuerpo. Sábete que voy a enviar a todos los apóstoles a tu lado; ellos se preocuparán de tus funerales y contemplarán tu gloria hasta que (por fin) te lleven al lugar que te está reservado». Y María respondió al ángel, diciéndole: « ¿Por qué has traído esta palma solamente y no una para cada cual, no sea que, al dársela a uno, murmuren los demás? ¿Y qué es lo que quieres que haga o cuál es tu nombre para que se lo diga, si me lo pre- guntan?» Respondióle el ángel: «¿Por qué inquieres mi nom-

δι' ευχής έκτενοΰς τήν έκ Θεοΰ μοι διάττοντος άντίληψιν ποριζόμενοι· αύτοΰ γάρ ή δόξα και ή τιμή και τό κράτος εις τους αιώνας τών αιώ- νων. Αμήν.

III

"Οτε άττετίθετο τό σώμα ή αγία Θεοτόκος Μαρία 6, ήλθε πρός αυτήν ό μέγας άγγελος, και είπε· «Μαρία, έγερθεΐσα, λάβε τοΰτο τό βραβεϊον, δ εδωκέ μοι ό φυτεύσας τόν ττσράδεισον, κα'ι τταράδος αΰτό τοϊς άποσ- τόλοις, ί'να κρατήσαντες αύτό ύμνήσωσιν έμπροσθέν σου, διότι μετά τρεις ήμέρας 7 άποτίθη τό σώμα. Ιδού γάρ ττάντας τους αποστόλους αποστέλλω πρός σε, και αυτοί σε κηδεύσουσιν, και τήν δόξαν σου θεω- ρήσουσιν, εως άπενέγκωσί σε εις τόν τόπον σου». Και άπεκρίθη Μαρία πρός τόν άγγελον, λέγουσα- «Διατί τοΰτο μόνον ήνεγκας, και ούκ ήνεγ- κας έκάστω βραβεϊον, μήπως δοθή ένί και οΐ άλλοι γογγύσωσιν; Και

6 Como decíamos anteriormente, el Tesalonicense no precisa fecha. El Ps. Melitón (II i) dice textualmente: «Secundo itaque anno postquam Christus devicta morte caelum conscenderat, die quadam desiderio Christi Maria aestuans, lacrimari sola intra hospitii sui receptaculum coepit. Et ecce ángelus magni luminis habitu resplendens ante eam adstitit et in salu- tationis verba prosiluit dicens: Ave benedicta a Domino, suscipe illius salutem qui mandavit salutem Iacobo per prophetas suos. Ecce, inquit, ramum palmae; de paradiso Domini tibí attuli; quem portare facies ante feretrum tuum cum in die tertia assumpta fueris de corpore... Palma autem illa fulgebat nimia luce».

7 Este plazo de tres días fué pedido por la Virgen ya antes de la pa- sión, según afirma el Ps. José de Arimatea (c.i).

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

665

bre ? ; pues causa admiración (sólo) el oírlo. No titubees en lo concerniente a la palma, porque muchos serán curados por su medio y servirá de prueba para todos los habitantes de Jeru- salén. Al que, por consiguiente, da crédito, se le manifiesta; y al que no cree, se le oculta. Ponte, pues, en camino de la montaña».

Entonces María echó a andar y subió al monte de los Oli- vos, mientras iba brillando ante ella la luz del ángel y tenía en sus manos la palma. Y, cuando llegó al monte, éste se alegró juntamente con todas las plantas que allí había, hasta el punto de que éstas inclinaban sus cabezas y (la) adoraban. María se turbó al ver esto, pensando que estaba Jesús, y dijo: « ¿Eres tú, por ventura, el Señor, pues por ti se ha obrado tal mara- villa, ya que estas plantas te han adorado ? Porque digo yo que nadie puede hacer un portento semejante, sino el Señor de la gloria, el que se dió a mismo a mí>>.

Entonces le dijo el ángel: «Nadie puede hacer prodigios si no es por su mano, pues El comunica virtud a cada uno de los seres. Yo soy el que tomo las almas de los que se humillan a mismos ante Dios y el que las traslado al lugar de los justos

τί εστίν δ βούλη με πράξαι ή τί σοί εστίν όνομα, ίνα εάν έρωτήσωσιν εΐπω αϋτοΐς;» Και εΐττεν αυτή ό άγγελος· «Τί συ το όνομά μου έτπ- ζητεΐς; Θαυμαστόν γαρ έστιν άκοΰσαι. Μή ουν ττερί του βραβείου δισ- τάσης, διότι δι' αύτοΰ πολλοί ίαθήσονται, και έσται εις δοκιμασίαν πάσιν τοις εν Ιερουσαλήμ. Τω ουν τπστεύοντι άττοκαλύτττεται, και τω μή τπσ- τεύοντι κρύπτεται. Πορεύθητι ουν επί τό όρος» 8.

Τότε έπορεύθη Μαρία κα'ι άνήλθεν έπί τό όρος των ελαίων, προλάμ- ποντος αΰτή τοΰ φωτός τοΰ αγγέλου, έχουσα έν τή χειρί τό βραβεΐον. Και ότε ήλθεν εις τό όρος, ήγαλλιάσατο όλον μετά των έν αύτώ φυτών, ώστε τά φυτά κλίναι τάς κεφαλάς και προσκυνήσαι. Και ότε είδε τοΰτο εταράχθη Μαρία νομίζουσα ότι Ίησοΰς έστι, και είπε· «Μήτι σύ εΐ ό Κύριος, διότι τηλικαύτη δύναμις έγένετο διά σε, ότι τηλικαΰτα φυτά προσεκύνησάν σοι; Λέγω γάρ, ότι ουδείς τοσαύτην δύναμιν ποιεί εί μή ό Κύριος της δόξης, ό παραθέμενός μοι εαυτόν».

Τότε είπεν αυτή ό άγγελος· «Ούδείς δύναται ποιήσαι σημεία, εί μή έκ τών χειρών αϋτοΰ. Αϋτός γάρ παρέχει δύναμιν έκάστω τών όντων. Έγώ δέ ειμί ό τάς ψυχάς τών ταπεινούντων εαυτούς τω Θεώ παραλαμ-

8 La red. interpolada se refiere a un monte que estaba situado frente a Jerusalén : ΣΟ ούν δεύρο λοιπόν sis τό ópos τό κατένσντι Ιερουσαλήμ, όπω$ και τήν δύναμιν τον βραβείου γνώ$. Se trata del monte Olívete. Dice a este res- pecto el Ps. Melitón: «Et accipiens palmam, quam susceperat de manu an- gelí, egressa in montem Oliveti coepit orare et dicere: Non ego fueram digna, Domine, suscipere te, nisi tu misertus fuisses mei...»

656

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

el mismo día en que salen del cuerpo. Y por lo que a ti se refiere, si llegas a abandonar el cuerpo, yo mismo en persona vendré por ti».

Dícele entonces María: «Señor mío, ¿en qué figura vienes a los elegidos ? Dime, pues, lo que es; dímelo para que yo obre (como conviene) cuando vengas a asumirme». El le responde: «¿Qué es lo que tienes, Señora? Has de saber que, cuando envíe por ti el Señor, no vendré yo sólo, sino que acudirán también todos los ejércitos angélicos e irán cantando ante ti». Y el ángel, en diciendo esto, se hizo como luz y subió al cielo.

IV

María, por su parte, volvió a su casa. Y al instante se con- movió el edificio por la gloria de la palma que estaba en su mano. Y, después que hubo cesado la conmoción, entró en su cámara secreta y dejó la palma sobre un lienzo finísimo. Entonces se puso a orar al Señor, diciendo: «Escucha, Señor, la oración de tu madre, María, que clama a ti, y envía sobre tu benevolencia; y que ningún genio maligno venga a mi presencia en el momento aquel en que vaya a salir del cuerpo,

βάνων και μεταφέρων είς τόν τόπον των δικαίων εν εκείνη τη ημέρα έν ή εξέρχονται άπό τοΰ σώματος. Και σύ ούν, εάν άποτιθή τό σώμα, έγώ αυτός έρχομαι επί σέ» 9.

Τότε λέγει αύτώ Μαρία· «Κύριε μου, ποίω τύπω ερχη προς τους εκλεκτούς; Είπε ούν δ εστίν, είττέ μοι, ϊνα κάγώ ποιήσω, και έλθης, και άναλάβης με». Και λέγει αυτή· «Τί γαρ έχεις, Κυρία; δτε γαρ αποστα- λεί επί σέ ό Θεός, ούκ έγώ μόνος έλεύσομαι, άλλά και πάσαι αϊ στρα- τιά! των αγγέλων έρχονται και ΰμνήσουσιν έμπροσθεν σου. "Εχε ούν τό βραβεΐον». Και ταϋτα ειπών αύτή ό άγγελος, γενόμενος ώς φώς, άνήλθεν είς τον οϋραν'όν.

IV

Μαρία δέ ύπέστρεψεν είς τόν οίκον αυτής. Καϊ ευθέως έσείσθη τό οίκημα διά την δόξαν τοΰ βραβείου τοΰ έν τή χειρί αΰτής. Μετά δέ τήν κίνησιν, είσήλθεν είς τό ταμεϊον αΰτής τό κρυπτόν, και άπέθετο τό βραβεΐον έν σινδόνι. Τότε προσηύξατο προς τόν Κύριον λέγουσα· «Έπά- κουσον, Δέσποτα, τής προσευχής τής μητρός σου Μαρίας, τής βοώσης πρός σέ, και άπόστειλον έπ' έμέ τήν εϋδοκίαν σου· και μηδεμία έξουσία ελθη ένώπιών μου έν τή ώρα εκείνη, έν ή έξέρχομαι άπό τοΰ σώματος,

9 Este «gran ángel», a quien se va refiriendo en todo el relato, es el arcángel San Miguel, que, según una antiquísima tradición, es el encargado de llevar las almas a la presencia de Dios. Cf. el Offertorium de la misa latina de difuntos.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

657

sino cumple más bien lo que dijiste cuando lloré en tu pre- sencia diciendo: ¿Qué haré para evadirme de las potestades que vengan sobre mi alma? Y me hiciste la siguiente promesa: No llores; no son ángeles, ni arcángeles, ni querubines, ni se- rafines, ni ninguna otra potestad, los que han de venir por ti; sino que yo mismo en persona vendré a recoger tu alma. Ahora, pues, se ha acercado el dolor a la parturiente». Y se puso a orar diciendo: «Bendigo la luz eterna en que habitas; bendigo toda plantación de tus manos, que permanece por los siglos. Santo, que habitas entre los santos, escucha la voz de mi oración».

V

Y, en diciendo esto, salió y dijo a la doncella de su casa: «Oye, vete a llamar a mis parientes y a los que me conocen, diciéndo(les): María os llama»). La doncella marchó y avisó a todos en conformidad con lo que se le había mandado. Y, des- pués que aquéllos hubieron entrado, les dijo María: «Padres y hermanos míos, venid en mi socorro, pues voy a salir del cuerpo para mi eterno descanso. Levantaos, pues, y hacedme

άλλα ττλήρωσον τό είρημένον ύττό σου ήνίκα έκλαυσα ένώτπών σου λέ- γουσα· Τί ττοιήσω ίνα παρέλθω τάς εξουσίας τάς έρχομένας έπϊ την ψυχήν μου; Και ύττέσχου μοι, λέγων Μή κλαίε- οϋκ άγγελοι έρχονται επί σέ, οΰδέ άρχάγγελοι, οϋδέ χερουβίμ, ουδέ Σεραφίμ, οϋδέ άλλη εξου- σία, άλλ' αυτός εγώ έρχομαι έπϊ τήν ψυχήν σου. Νΰν ουν ήγγισεν ή ώδϊς τη τεκούση». Και ττροσηύξατο, λέγουσα· «Ευλογώ τό φώς τό αϊώνιον, έν φ κατοικείς- ευλογώ ττάσαν φυτείαν τών χειρών σου, ήτις μένει εις τόν αιώνα. "Αγιε ό έν άγίοις κατοικών, εϊσάκουσον της φωνής τής δεήσεώς μου» 10.

V

Και ταΰτα εϊποΰσα, εξήλθε και είπε τή παιδίσκη τής οικίας αυτής- «"Ακουσον και άπελθε και κάλεσον τους συγγενείς μου και τους γινώσ- κοντάς με, λέγουσα ότι Μαρία καλεί υμάς». Απελθούσα δέ ή παιδίσκη αυτής, έκάλεσε πάντας καθώς ένετείλατο αϋτή. Και εΐσέλθόντων αυτών, είπεν αϋτοΐς Μαρία- «Πατέρες και άδελφοί, βοηθήσατέ μοι, μέλλω γάρ έξέρχεσθαι άπό του σώματος εις τήν άνάπαυσίν μου τήν αίώνιον. Άνασ-

ι° La red. interpolada presenta aquí a María engalanada con sus me- jores vestidos y pone en sus labios una oración más amplia que la conte- nida en este relato. En ella suplica a su Hijo se digne hacerla participante de la Sagrada Eucaristía: Εύλογώ σε, ίνα καταξιωθώ κάγώ τη; ήγιασμένης σου Ευχαριστίας και προσφοράς μεταλαβεΐυ, ή εστίν αιώνιος εύωδία κα'ι χαρά.

Un lienzo de Alonso Cano conservado en el Palazzo Bianco de Genova representa a María recibiendo la comunión de manos de San Pedro.

658

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

un gran favor. No os pido oro ni plata, ya que todas estas cosas son vanas y corruptibles; sólo os pido la caridad de que permanezcáis conmigo estas dos noches y de que cada uno de vosotros tome una lámpara, sin que la deje apagarse durante tres días consecutivos. Yo, por mi parte, os bendeciré antes de morir».

Ε hicieron tal como les había indicado. Y la noticia fué transmitida a todos los conocidos de María y a sus parientes, por lo que todos ellos se reunieron a su lado. Volvióse María y, viendo a todos presentes, elevó su voz diciendo: «Padres y hermanos míos, ayudémonos mutuamente y vigilemos después de encender las lámparas, pues no sabemos a qué hora ha de venir el ladrón [Mt. 24,43]. Me ha sido dado a conocer, her- manos míos, el momento en que voy a partir; lo he sabido y he sido informada sin que el miedo me invada, pues es (un fenómeno) universal. Al que únicamente temo es al insidiador, a aquel que hace la guerra a todos; sólo que no puede preva- lecer contra los justos y contra los fieles; mas se apodera de los infieles, de los pecadores y de los que hacen su voluntad, obrando en ellos lo que le place. Pero de los justos no se apo- dera, porque (este) ángel malo no tiene nada en ellos, sino que, avergonzado, huye de su lado. Es de saber que son dos los

τάντες οΰν ττοιήσατε μετ' έμοΰ μεγάλην φιλανθρωπίαν. Οΰ yáp χρυσίον υμάς αιτώ, ούδέ άργύριον, διότι ταύτα πάντα μάταια εΐσιν και φθαρτά- άλλ'αίτώ ύμάς φιλανθρωττίαν, 'ίνα μετ' έμού μείνητε έν ταύταις Tais δυσϊ νυξί, και έκαστος υμών άναλάβη λύχνον, και μή έάσητε αύτόν σβεσθήναι επί τρεις ημέρας, και ευλογήσω υμάς -rrpiv αναλύσω».

Και εποίησαν καθώς είπεν αΰτοΐς. Διεδόθη δέ ή φήμη πασι τοις γνωσ- τοϊς Μαρίας και τοις συγγενέσιν αυτής, καϊ συνήχθησαν προς αυτήν πάντες. Στραφεΐσα δέ ή Μαρία είδε πάντας περιεστώτας, καϊ επήρε τήν φωνήν αυτής, λέγουσα- «Πατέρες και αδελφοί, βοηθήσωμεν έαυτοίς, και άψαντες τους λύχνους γρηγορήσωμεν, διότι ουκ ο'ίδαμεν ποία ώρα ό κλέπτης έρχεται. Έγνώσθη μοι, άδελφοί μου, πότε εξέρχομαι- εγνων και έδιδάχθην και ούκ εύλαβοΰμαι, καθολικόν γάρ εστίν άλλά μόνον ευλα- βοΰμαι τον πολεμιστήν, τον προς πάντας πολεμοΰντα- πλήν ού δύνα- ται πρός τούς δικαίους και τους πιστούς- περιγίνεται δέ τών άπιστων και άμαρτολών και τό θέλημα αύτοΰ ποιούντων, και ποιεί έν αΰτοΐς όπερ θέλει- τών δέ δικαίων cu περιγίνεται, διότι ούδέν εχει τής πονη- ρίας ό άγγελος έν αυτοΐς, άλλ' αΐσχυνόμενος αναχωρεί άπ' αϋτών H.

1 1 El temor que manifiesta aquí la Virgen, previendo el encuentro con los genios malignos en su tránsito, es más razonable que el expresado en el Ps. Melitón, donde María se dirige al Señor en estos términos: «Suscipe me itaque famulam tuam, et libera me a potestate tenebrarum, ut nullus

LIBRO I>K JOAN Ata. Ι>Γ. TF.SAT.ÓNICA

ángeles que vienen por el hombre: uno el de la justicia y otro el de la maldad. Ambos entran en compañía de la muerte. Esta (al principio) molesta al alma, (después) vienen estos dos ángeles y palpan su cuerpo. Y, si ha hecho obras de justicia, el ángel bueno se alegra por esto, pues el ángel malo no tiene nada en él. Entonces vienen más ángeles sobre el alma, can- tando himnos ante ella hasta el lagar donde están todos los justos. Mientras tanto, el ángel malo se aflige, pues no tiene parte en él. Pero, si se da el caso de uno que haya obrado la iniquidad, se alegra también aquel (ángel malo) y toma con- sigo otros espíritus malignos y se apoderan (todos) del alma, arrancándola. Mientras tanto, el ángel bueno se aflige en ex- tremo. Ahora, pues, padres y hermanos míos, ayudémonos mutuamente para que nada malo se encuentre dentro de nos- otros».

Después que habló así María, dijéronle las mujeres: «¡Oh hermana nuestra, que has llegado a ser madre de Dios y señora de todo el mundo!, por más que todos tengamos miedo, ¿qué tienes que temer, siendo la madre del Señor? Porque, jay de nosotros!, ¿adonde habremos de huir, si dices estas co- sas? Tú eres nuestra esperanza. ¿Qué vamos, pues, a hacer o

Δύο γάρ άγγελοι έρχονται έπ'ι τόν άνθρωπον εις της δικαιονύνης και εις της πονηρίας, και εισέρχονται μετά τοΰ θανάτου· και ενοχλεί ό θά- νατος τή ψυχή, έρχονται οί δύο άγγελοι, και ψηλαφώσι τό σώμα αύτου. Και έάν ή έργα ποιήσας δικαιοσύνης, χαίρει έπϊ τούτω ό άγγελος της δικαιοσύνης διότι ούδέν έχει ό πονηρός έν αύτω. Τότε έρχονται πλείο- νες άγγελοι έπϊ τήν ψυχήν, ύμνοΰντες έμπροσθεν αύτής, έως τοΰ τόπου των δικαίων πάντων. Τότε πενθεί ό άγγελος της πονηρίας, διότι ούκ έχει μέρος έν αύτω. Έάν δέ εύρεθη τις έργα ποιησάμενος πονηρά, χαίρει κάκεϊνος κα'ι παραλαμβάνει έτερα πονηρά πνεύματα και αϊρουσιν τήν ψυχήν έκτίλλοντες αύτήν και ό άγγελος της δικαιοσύνης όδυνάται σφό- δρα. Νΰν ούν, πατέρες και άδελφοί, βοηθήσωμεν έαυτοΐς ϊνα μηδέν φαύ- λον εύρεθη έν ήμΐν».

Ταϋτα λεγούσης Μαρίας, εΐπον αύτη αί γυναίκες· «Αδελφή ήμών, ή γενομένη μήτηρ τοΰ Θεοΰ και δέσποινα δλου τοΰ κόσμου, έάν πάντες φοβηθώμεν, σύ τί έχεις φοβηθήναι, μήτηρ ούσα τοΰ Κυρίου; Ούαί γάρ ήμϊν, ποΰ έχομεν φυγείν, έάν σύ ταύτα λέγεις; Ή γάρ προσδοκία πάν-

Satanae ímpetus occurrat mihi nec videam tetros spiritus obviantes mihi» (VII i).

Un estudio sobre este encuentro con el «princeps tenebrarunv» puede verse en el artículo de J. Riviere Róle du démon au jugement particulier : Cor.tribution ά l'histoire des «Transitus Mariae»; BullLitEc 48 (1947) 49-56. 98-126.

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

adonde vamos a huir nosotros, los más insignificantes? Si el pastor tiene miedo del lobo, ¿adonde huirán las ovejas?»

Lloraban, pues, todos los circunstantes, y María les dijo: «Callad, hermanos míos, y no lloréis; alabad más bien a la que en el momento presente se encuentra en medio de vosotros. Os ruego que no lloréis en este lugar a la virgen del Señor, sino que, en lugar de lamentaros, entonéis salmos para que la alabanza se propague a todas las generaciones de la tierra y a todo hombre de Dios. Entonad salmos en lugar de lamentos, para que, en lugar de llanto, se convierta en bendición para vosotros».

VI

En diciendo esto, María llamó a todos cuantos se encontra- ban junto a ella y les dijo: «Levantaos y orad». Y, después de hacer oración, se sentaron dialogando entre sobre las mara- villas de Dios y los portentos que había obrado. Y, mientras se encontraban así charlando, he aquí que se presenta Juan, el apóstol, llamando a la puerta de María. Después abrió y pe- netró dentro. Pero María, al verlo, sintió turbación en su es- píritu y sollozó y lloró, hasta que luego se puso a gritar diciendo a grandes voces: «Juan, hijo mío, no olvides la recomendación que te hizo tu Maestro en relación conmigo cuando yo estuve llorándole junto a la cruz y le dije: te vas, Hijo mío, y ¿a quién me dejas confiada? ¿Con quién habitaré? Y me dijo

των ημών σύ ει. Ήμεΐς ούν οΐ ελάχιστοι, τί ποιήσωμεν ή που φύγω- μεν; Έάν ό ποιμήν φοβηθή τόν λύκον, ποΰ φύγη τά πρόβατα;»

Έκλαιον οΰν πάντες οί παρεστώτες- και εϊπεν αύτοΐς Μαρία· «Σιω- πήσατε, αδελφοί μου, και μή κλαίετε, άλλα δοξάσατε την έν μέσω Ομών έν τη ώρα ταύτη. Ερωτώ ύμας, μή κλαύσητε έν τω τόπω τούτω τήν παρθένον τοΰ Θεοΰ, άλλά ψάλατε άντί κλαυθμοΰ, ϊνα διάβη εις πάσας τάς γενεάς της γης και εις πάντα άνθρωπον τοΟ Θεοΰ. Ψάλατε ούν άντί κλαυθμοΰ, ϊνα, άντί κλαυθμοΰ, γένηται ύμΐν εϊς εύλογίαν».

VI

Ταΰτα λέγουσα ή Μαρία, έκάλεσε πάντας τους εγγιστα αυτής, και εΐπεν αύτοΐς· «"Αναστάντες, προσεύξασθε». Και προσευξάμενοι έκάθισαν διαλεγόμενοι πρός εαυτούς τά μεγαλεία τοΰ Θεοΰ καϊ τά σημεία ά έποίη- σεν. Και διαλεγομένων αύτών, παραγίνεται Ιωάννης, ό άπόστολος, καϊ κρούει τήν θύραν Μαρίας., και άνοίξας είσήλθεν. Ώς δέ είδεν αύτόν Μαρία, έταράχθη τω πνεύματι καϊ στενάξασα έδάκρυσεν, και έβόησεν φωνή με- γάλη λέγουσα· «Τέκνον Ιωάννη, μή έπιλάθη τοΰ λόγου ού ένετείλατό σοι ό διδάσκαλος σου περί έμοΰ, ήνίκα έκλαυσα αύτόν έν τω σταυρώ,

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

661

mientras estabas presente y lo oías: Juan es el que te ha de guardar. Ahora, pues, hijo, no eches en olvido las recomenda- ciones que te fueron hechas por causa mía y acuérdate de que El te hizo a ti objeto de un amor especial entre todos los após- toles. Recuerda que fuiste el único que pudiste reclinarte sobre su pecho. Recuerda que sólo a ti confió su secreto cuando esta- bas reclinado sobre su pecho, secreto que nadie ha conocido fuera de ti y de mí, ya que eres el virgen y (el) elegido. En cuanto a mí, no quiso contristarme, pues vine a ser su ha- bitación. Y así le dije: Dame a conocer qué es lo que has dicho a Juan. Y El te dió órdenes y me lo participaste. Ahora, pues, Juan, hijo mío, no me abandones».

María, mientras decía esto, lloraba suavemente. Pero Juan no pudo resistir sin que se turbara su espíritu. Y no entendió qué era lo que le estaba diciendo, pues no cayó en la cuenta de que iba a salir del cuerpo. Entonces le dice: «María, madre del Señor, ¿qué quieres que te haga? Ya he dejado mi diácono a tu servicio para que te presente los alimentos. No quieras que vaya a quebrantar el mandato que me dió el Señor al decirme: Recorre todo el mundo hasta tanto que sea destruido el pecado. Descúbreme, pues, ahora el dolor de tu alma. ¿Es que te falta

λέγουσα· Άπέρχη, Υιέ μου, και τίνι με καταλείπεις, και προς τίνα πα- ροικήσω; Και είπέ μοι, σου έστώτος και άκούοντος, ότι Ιωάννης εστίν ό επισκεπτόμενος σε 12. Νυν οΰν, τέκνον, μή έπιλάθη των εντεταλμένων σοι δι' έμέ, και μνήσθητι ότι σέ μάλλον ήγάπησε παρά πάντας τους αποστόλους. Μνήσθητι ότι άνακείμενος ής έπί τό στήθος αύτοΰ παρά τούς άλλους. Μνήσθητι ότι σοι μόνω είπε τό μυστήριον άνακειμένω έπί τό στήθος αϋτοΰ, ó ουδείς είδεν εΐ μή εγώ και σύ, ότι συ εί ό παρθένος και εκλεκτός· κάμε ουκ ήθέλησε λυπήσαι διότι παροικία αϋτοΰ γέγονα. Είπον γάρ αύτω ότι· Είπέ μοι τί εϊρηκας Ιωάννη. Και προσέταξέν σοι, και μετέδωκάς μοι. Νυν οΰν, τέκνον Ιωάννη, μή έγκαταλείπης με».

ΤαΟτα λέγουσα Μαρία εκλαιεν φωνή ήσύχω. Ιωάννης δέ ούχ ύττέ- μεινεν, άλλ' έταράχθη αύτοΰ τό πνεύμα και οϋκ εγνω τί ελεγεν αϋτω- οϋκ έγνώρισε γάρ ότι έκβαίνει άπό τοΰ σώματος. Τότε λέγει αυτή· «Μα- ρία, μήτερ τοΰ Κυρίου, τί βούλει ϊνα ποιήσω σοι; Και γάρ άφήκά σοι τόν διάκονόν μου ίνα τάς τροφάς σοι προσφέρη. Μή θέλης υπερβήναί με τήν έντολήν τοΰ Κυρίου μου ην ένετείλατό μοι λέγων Περίελθε όλον τόν κόσμον έως άν ή άμαρτία άναιρεθή. Νυν ούν είπέ μοι τόν πόνον

12 Cf. Ιο. 19,26. A esta visita de San Juan se refiere el Ps. Melitón en estos términos: «Et ecce súbito, dum praedicaret sanctus Iohannes in Epheso, die dominica, hora diei tertia, terrae motus factus est magnus, et nubes elevavit eum et suscepit eum ab oculis omnium, et adduxit eum ante ostium domus ubi erat María. Et pulsans ostium, statim ingressus est'>.

662

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

alguna cosa?» Y María le dice: «Juan, hijo mío, no necesito cosa alguna de este mundo; pero, puesto que pasado mañana salgo de este cuerpo, te ruego uses conmigo de caridad y pon- gas a buen recaudo mi cuerpo, depositándolo a él solo en un sepulcro. Y monta guardia en compañía de tus hermanos los apóstoles, a causa de los pontífices. Pues les he oído decir con mis propios oídos: Si encontramos su cuerpo, lo haremos pasto de las llamas, pues de ella nació aquel seductor».

Cuando oyó decir Juan que iba a salir del cuerpo, cayó de rodillas y dijo entre sollozos: « ¡Oh Señor!, ¿quiénes somos nos- otros para que nos hayas hecho ver estas tribulaciones ? Toda- vía, en efecto, no habíamos olvidado las primeras, y he aquí que hemos de sufrir otra. ¿Por qué no salgo yo también del cuerpo, para que me protejas, oh María?»

Cuando María oyó a Juan llorar y decir estas cosas, rogó a los presentes que callaran (pues estaban también ellos lloran- do), y asió a Juan diciéndole: «Hijo mío, magnánimo junta- mente conmigo, dejando de llorar». Entonces Juan se levantó y enjugó sus lágrimas. Después le dijo María: «Salte conmigo y ruega a la gente que cante himnos mientras yo te esté hablan- do a ti». Y, mientras ellos salmodiaban, introdujo a Juan en su propia cámara y le mostró su mortaja y todo el equipo de su

τής ψυχής σου. Λείπει σοί τι;» Και λέγει αυτώ Μαρία· «Τέκνον Ιωάννη, οϋδενός χρήζω τών τοΰ κόσμου τούτου, άλλ' έπειδή μετά τήν αύριον εξέρχομαι άπό τοΰ σώματος, δέομαι σου, ττοίησον μετ' έμοΰ φιλανθρω- ττίαν, και ασφάλισα! τό σώμά μου, και μόνον άπόθου έν μνημείω· και φύλαξον μετά τών άδελφών σου τών αποστόλων δια τούς αρχιερείς. "Ηκουσα γάρ αυτών τοις ώσίν μου λεγόντων, ότι· Έάν ευρωμεν αυτής τό σώμα, πυρΐ αύτό παραδώσομεν, διότι έξ αυτής προήλθεν ό πλάνος εκείνος».

Ταΰτα άκουσας Ιωάννης λεγούσης αϋτής, ότι άναβαίνω άπό τοΰ σώματος, επεσεν έπϊ τά γόνατα και έκλαυσε λέγων «ΤΩ Κύριε, τίνες έσμέν ημείς, ότι έδειξας ήμϊν τάς θλίψεις ταύτας; Οΰπω γάρ άπελαθόμε- θα τών πρώτων και ιδού ύπομένομεν άλλην θλίψιν. Διατί έγώ ουκ εξέρ- χομαι άπό τοΰ σώματος ίνα έπισκέψη με, ώ Μαρία;»

Άκούσασα δέ Μαρία Ιωάννου λέγοντος ταΰτα και κλαίοντος, έδεήθη τών παρεστώτων ί'να σιωπήσωσιν ήσαν γάρ κα'ι αΰτοί κλαίοντες, κα'ι κατέσχεν Ίωάννην λέγουσα· «Τέκνον, μακροθύμησον μετ' έμοΰ παυσά- μενος τοΰ κλαυθμοΰ σου». Τότε άναστάς ό Ιωάννης άπεσμήξατο αύτοΰ τά δάκρυα. Κα'ι λέγει αύτφ Μαρία· «"Εξελθε μετ' έμοΰ καΐ έρώτησον τόν δχλον ϊνα ψάλωσιν έ'ως άν λαλήσω σοι». Και αυτών ψαλλόντων, είσή- νεγκεν Ίωάννην εις τό ταμεΐον αυτής και έδειξεν αυτώ τήν κηδείαν αυτής και πάσαν τήν έτοιμασίαν τοΰ σκήνους αύτής, λέγουσα· «Τέκνον Ιωάννη,

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

663

(futuro) cadáver, diciendo: «Juan, hijo mío, ves que nada poseo sobre la tierra, fuera de mi mortaja y de dos túnicas. Sábete que hay aquí dos viudas; cuando muera, pues, dales una de éstas a cada una». Después le llevó al lugar donde estaba la palma que le había sido dada por el ángel, y le dijo: «Juan, hijo mío, toma esta palma para que la lleves delante de mi féretro; pues esto me ha sido ordenado». El replicó: «No puedo tomarla sin (el consentimiento de) mis hermanos en el apostolado, estando ellos ausentes, no sea que, cuando vengan, haya murmuracio- nes y quejas entre nosotros, ya que hay uno que está constituí- do como el mayor sobre todos. Pero, si nos reunimos, habrá concordia».

VII

Y en el momento mismo en que ellos salieron de la cámara, sobrevino un gran trueno, de manera que todos los presentes fueron presa de la turbación. Y, cuando cesó el ruido del true- no, los apóstoles fueron aterrizando a la puerta de María en alas de las nubes. Venían en número de once, cada uno volan- do sobre una nube: Pedro el primero y Pablo el segundo; éste viajaba también sobre una nube y había sido añadido al núme- ro de los apóstoles, pues el principio de la fe se lo debía a Cristo.

γινώσκεις ότι ούδέν εχω έπι της γής εί μή μόνον την κηδείσν μου και δύο χειτώνας. Εΐσίν ούν ενταύθα δύο χήραι· δταν εξέλθω άπό τού σώμα- τος, δός εκάστη προσένα». Και μετά ταύτα άπήγαγεν αύτόν όπου ην τό βραβεΐον τό δοθέν αυτή ύττό τοΰ αγγέλου, και λέγει αϋτω· «Τέκνον Ιωάννη, λάβε τούτο τό βραβεΐον 'ίνα βαστάξης αύτό έμπροσθεν της κλίνης μου- ούτω γάρ μοί ελέχθη». Τότε λέγει αύτη· «Ού δύναμαι λαβείν αύτό χωρίς των συναττοστόλων μου, μή όντων ενταύθα, μήττοτε έλθόν- των αύτών γογγυσμός κα'ι μέμψις έσται έν ήμίν έ'στι γάρ μείζων μου έν αύτοΐς κατασταθείς έφ'ήμάς· άλλ'έάν συνέλθωμεν γίνεται εύδοκία» 1 3.

VII

Καί άμα τό έξελθεΐν αύτούς έκ τοΰ ταμείου, βροντή μεγάλη έγένετο ώστε ταραχθήναι τούς έν τω τόπω. Και μετά τήν φωνήν τής βροντής, έχαλάσθησαν έν νεφέλαις οί άπόστολοι ττρός τήν θύραν Μαρίας, ένδεκα όντες, έκαστος καθήμενος έτη νεφέλης, ττρώτος Πέτρος, δεύτερος Παύλος, ένεχθείς κα'ι αύτός ύττό νεφέλης κα'ι συναριθμηθε'ις τοις άττοστόλοις· άρχήν γάρ είχε πίστεως έν Χριστώ. Μετά τούτους καί οί άλλοι απόστολοι έν

13 La red. interpolada alude aquí a la primacía de San Pedro, razón por la cual no se atreve Juan a tomar la palma; dice textualmente: "Εστί γάρ μείζων μου έν αύτοϊς, Πέτρος, κατασταθεί; έν ήμϊν πρώτος τταρ' αΟτοΰ τοΰ Κυρίου.

664

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

Después de éstos se reunieron también los otros apóstoles a las puertas de María cabalgando sobre nubes. Se saludaron mutua- mente y se miraron unos a otros, pasmados al ver cómo habían venido a encontrarse en el mismo sitio. Y dijo Pedro: «Herma- nos, hagamos oración a Dios, que nos ha reunido, sobre todo por encontrarse entre nosotros el hermano Pablo». Cuando Pe- dro hubo dicho estas palabras, se levantaron (todos) en actitud de orar y elevaron su voz diciendo: «Roguemos para que nos sea dado a conocer por qué Dios nos ha congregado». Enton- ces cada uno hizo reverencia al otro para que orase.

Dícele, pues, Pedro a Pablo: «Pablo, hermano mío, leván- tate y ora antes de mí, pues me embarga una alegría inenarra- ble por haber llegado a la fe de Cristo». Pablo le dijo: «Dis- pénsame, Pedro, padre (mío), pues no soy más que un neófito y no soy digno de seguir las huellas de vuestros pies; ¿cómo, pues, voy a ponerme a orar antes que ? eres, en efecto, la columna luminosa, y todos los hermanos presentes son me- jores que yo. Tú, pues, ¡oh padre!, ruega por y por todos para que la gracia del Señor permanezca en nosotros».

νεφέλαις συνήχθησαν πρός την θύραν Μαρίας- καί ήσπάσαντο αλλήλους, ατενίζοντες εις εαυτούς και Θαυμάζοντες ττώς συνήντησαν έτη τό αύτό. Και εΐττεν Πέτρος· «Αδελφοί, εύξώμεθα εις τόν Θεόν, τόν συναθροίσαντα ήμας, καί μάλιστα τοΰ άδελφοΰ Παύλου όντος μεθ'ήμών». Του δε Πέτρου εϊπόντος τόν λόγον, έστησαν έν τη προσευχή καί επήραν μίαν φωνήν λέγοντες- «Προσευξώμεθα ίνα γνωσθή ήμΐν διατί ό Θεός συνήγαγεν ήμας». Τότε έκαστος τω άλλω τιμήν άπένειμεν ϊνα προσεύξηται.

Λέχει ούν Πέτρος τω Παύλω· «Αδελφέ μου, Παύλε, άναστάς, εύχου προ έμοΰ, διότι χαρα άνεκδιηγήτω ήγαλλιάσθην ότι γέγονας έν τή πίστει τοΰ Χριστού». Καί είπεν αύτώ Παύλος- «Συγχώρησόν μοι, πάτερ Πέτρε, ότι νεόφυτος είμι καί ούκ ειμί ικανός ϊνα εις τά ίχνη τών ποδών ύμών ακολουθήσω- καί πώς εΰξομαι προ σοΰ; Σύ yáp εΐ ó στύλος τού φωτός· καί πάντες οί παρεστώτες αδελφοί κρείττονές μου είσί. Σύ ούν, πάτερ, δεήθητι ύπέρ έμού καί πάντων ϊνα ή χάρις τού Κυρίου μείνη μεθ' ημών» 14.

14 Esta caritativa contienda, inspirada por la modestia, entre Pedro y Pablo, no figura en el Ps. Melitón, pero en el Codex Silensis Secundus («Officivm de Adsvntio Sánete Marie»), donde está contenida en estos términos: «Et dixit apostolus Petrus: Frater Paule, surge et ora prior, quia ualde letata est anima mea uidendo te hodie. Et dixit apostolus Paulus: Quomodo potero ego prior orare, cum sis columna luminis et omnes apos- toli meliores sint mei, quia ego persecutor fui eglesiarum Dei?» (M. FÉ- rotin, Le liber Mozarabicus Sacramentorum et les mss. mozárabes, París 1912 p.788). Algo similar se encuentra en el Evangelio de Bartolomé (II 3). Estos documentos son un buen indicio del influjo ejercido por el Tesalonicense o por el apócrifo en que él se inspiró.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

665

Entonces se alegraron los apóstoles por la humildad de Pa- blo y dijeron: «Padre Pedro, has sido constituido jefe de nos- otros; ora el primero». Pedro, pues, se puso en oración, di- ciendo: «Dios nuestro padre y el Señor Jesucristo os glorifica- rán de la misma manera que es glorificado mi ministerio, porque yo soy siervo y mínimo entre los hermanos. De la misma ma- nera que fui elegido yo, así lo fuisteis vosotros, y es idéntico el llamamiento que se hizo a todos nosotros. Por consiguiente, todo el que glorifica al prójimo, es a Jesús a quien glorifica, no a un hombre. Pues éste es el mandato del Maestro: que nos ame- mos mutuamente».

Después Pedro extendió las manos y dió gracias de esta ma- nera: «Señor omnipotente, que estás sentado sobre ¡os querubines [4 Reg. 19,15 ] en las alturas ν miras las cosas humildes (Ps. 112,6) que habitas una luz inaccesible [2 Tim. 6,16]; resuelves las cosas difíciles [Dan. 5,12], descubres tesoros escondidos [Is. 45, 3], has sembrado en nosotros tu bondad. Pues ¿quién hay misericordioso entre los dioses como ? Y no has retirado tu misericordia de nosotros [2 Mach. 6,16], pues libras de los ma- les a todos los que esperan en ti; que vives y que has vencido a la muerte, desde ahora y por los siglos de los siglos. Amén». Y saludó a todos de nuevo.

Τότε Ιχάρησαν απόστολοι επί τη ταπεινώσει Παύλου, και εΐπον «Πάτερ Πέτρε, σύ κατεστάθης έφ'ήμας- σύ εύχου προ ημών». Τότε ηΰξατο Πέτρος λέγων «Ό Θεός και πατήρ ημών και ó Κύριος Ιησούς Χριστός δοξάσει υμάς καθώς δοξάζεται τό έν έμοί λειτούργημα- έγώ γάρ άδελφ05 ελάχιστος είμι και δούλος. Καθώς γάρ έξελέχθην. ούτω και ύμεΐς, και μία εστίν ή κλήσις ή γενομένη πάντων ημών. Έκαστος ούν δς τον έτερον δοξάζει, Ίησοΰν δοξάζει, καί ούκ άνθρωπον. Αύτη γάρ έστιν ή εντολή τοΰ διδασκάλου, ίνα άγαπώμεν αλλήλους» 15.

Τότε ό Πέτρος πετάσας αύτοϋ τάς χείρας, ηύχαρίστησε λέγων «Δέσ- ποτα παντόκράτορ, ό καθήμενος επί τών Χερουβίμ έν ΰψηλοϊς, καί τά ταπεινά έφορών, φώς οίκών άπρόσιτον, σύ λύεις τά σκληρά- σύ άποκα- λύπτεις θησαυρούς κρυπτούς- σύ έφύτευσας έν ήμίν τήν χρηστότητά σου. Τίς γάρ τών θεών ό εύϊλατεύων, καθώς σύ; Καί τήν φιλανθρωπίαν σου ούκ άφεΐλες άφ'ήμών, ότι σώζεις άπό κακών πάντας τούς έλπίζοντας επί σέ, ό ζών, καί νικήσας τόν θάνατον, άπό τοΰ νΰν καί εις τούς αιώνας τών αιώνων. Αμήν» 16. Καί ήσπάσατο άλλήλους αύθις.

15 Cf. Ιο. 13,34-

16 No se ve claramente en nuestro texto la ilación entre ésta oración y la causa que la motivó. La red. interpolada aclara este punto intercalando una oración en qae San Pedro pide al Señor a conocer a los apóstoles el motivo por que han venido a juntarse: Καί τά νυν δεόμεθά σου, Κύριε βασιλεύ, φανέρωσον toIs δούλος σον δΐ'ήν αίτίαν ενταύθα ήμαξ συνήθροισαζ.

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

VIII

Y al momento apareció Juan en medio de ellos, diciendo: «Bendecidme también a todos». Y le fué saludando cada uno según su orden. Y, después del saludo, Pedro le dijo: «Juan, amado del Señor, ¿cómo has venido aquí y de cuántos días dis- pones?» Juan respondió: «Sucedió, encontrándome yo en la ciu- dad de Sardes explicando la doctrina hasta la hora nona, que descendió una nube sobre el lugar donde estábamos reunidos y me arrebató en presencia de todos los que conmigo estaban, trayéndome hasta aquí. Golpeé la puerta y, cuando me abrie- ron, encontré toda una multitud rodeando a nuestra madre Ma- ría, quien me dijo: Voy a salir del cuerpo. Yo no pude aguantar en medio de los que estaban a su alrededor, y el llanto me ven- ció. Ahora, pues, hermanos, si entráis de madrugada hasta ella, no lloréis ni os turbéis, no sea que, viéndoos llorar los que es- tán a su alrededor, duden acerca de la resurrección y digan: También ellos tuvieron miedo a la muerte. Animémonos más bien a nosotros mismos con las palabras del buen Maestro».

Entraron, pues, los apóstoles de mañana en casa de María y dijeron a una voz: «Bienaventurada María, la madre de todos

VIII

Kai εύθέως ήλθεν άναμέσον αυτών ό Ιωάννης λέγων «Ευλογήσατε κάμέ πάντες». Τότε ήσττάσαντο καί αυτόν έκαστος κατά τήν ιδίαν τάξιν. Μετά δέ τόν άσπασμόν, είπε Πέτρος πρός αυτόν «Ιωάννη, ήγαπημένε ύπό του Κυρίου, πώς ήλθες ένταΰθα, και πόσας ημέρας έχεις;» Κα'ι είπεν Ιωάννης· «Έγένετο ήνίκα ήμην έν Σάρδει 17 τή πόλει μαθητεύων εως ώρας ενάτης, κατήλθε νεφέλη έν τω τόπω ου ήμεν συνηθροισμένοι· καί ήρπασέ με ένώπιον πάντων των μετ'έμοΰ, καί ήνεγκέ με εως ώδε. "Εκρου- σα δέ τήν θύραν καί ήνοιξάν μοι καί εΰρον όχλον περί τήν μητέρα ήμών Μαρίαν, καί αυτή είπέν μοι δτι έκβαίνω άπό τοΰ σώματος. Έγώ δέ ούχ ϋπέμεινα άναμέσον τών περί αυτήν έστώτων, άλλ' έβαρύνθη έπ'έμέ ό κλαυθμός. Νΰν ουν, άδελφοί, έάν είσέλθητε εωθεν πρός αυτήν, μή κλαύση- τε, μηδέ ταραχθήτε, μήπως ϊδόντες οϊ περί αυτήν ημάς κλαίοντας, διχο· νοήσωσιν περί τήν άνάστασιν, καί ε'ίπωσιν ότι καί αυτοί έφοβήθησαν τόν θάνατον. Άλλά παραθαρσύνωμεν εαυτούς τοις ρήμασιν τού άγαθοΰ διδασκάλου».

Τότε οί απόστολοι, εωθεν είσελθόντες εις τήν οϊκίαν Μαρίας, είπον μια φωνή· «Μακαρία Μαρία, ή μήτηρ πάντων τών σωζομένων. ή χάρις

ι 7 ΕΙ Ρ*. Melitón, en cambio (c.3), dice que Juan se encontraba en Efeso.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALOXICA

667

los que se salvan, la gracia está contigo». María, por su parte, les dice: « ¿De qué manera habéis entrado hasta aquí o quién es el que os ha anunciado que estoy para salir del cuerpo? ;Y cómo habéis venido a reuniros en este lugar? Pues os veo juntos y me alegro». Y le fué diciendo cada cual el país desde donde había sido trasladado y cómo, arrebatados por las nu- bes, habían venido a reunirse allí. Entonces la glorificaron to- dos, diciendo: «Bendígate el Señor, que salva a todos». Se rego- cijó María en espíritu y dijo: «Te bendigo a ti, de quien todos han recibido las bendiciones; bendigo la habitación de tu glo- ria; te bendigo a ti, dador de la luz, que quisiste ser huésped en mi seno; bendigo todas las obras de tus manos, las cuales te obedecen con todo rendimiento; te bendigo a ti, que nos has bendecido a nosotros; bendigo las palabras de vida que salen de tu boca, y que nos han sido dadas en verdad. Creo que todo cuanto has dicho, se realiza en mí; pues dijiste: Te enviaré todos los apóstoles cuando vayas a salir del cuerpo, y helos aquí reuni- dos, estando yo en medio de ellos como una vid fructífera, como cuando estaba en tu compañía. Te bendigo con toda bendición; cúmplanse en también las demás cosas que dijiste, pues me hiciste esta promesa: Has de verme cuando salgas del cuerpo».

En diciendo esto, llamó a Pedro y a todos los apóstoles y les introdujo en su cámara, donde les mostró su mortaja. Después

μετά σου». Και λέγει αύτοΐς Μαρία· «Πώς είσήλθετε ενταύθα, ή τίς άνήγ- γειλεν ϋμϊν ότι εξέρχομαι οστό τού σώματος; Και πώς ενταύθα συνήχθη- τε; Όρώ γαρ ϋμάς συνηθροισμένους κα'ι άγαλλιώμαι». Και εΐπεν έκαστος τήν χώραν, άφ'ής ήνέχθη, κα'ι ότι Οπό νεφελών άρττασθέντες συνήχθη- μεν ενταύθα». Τότε έδόξασαν αυτήν ττάντες λέγοντες· «Εΰλογήσαι σε Κύριος, ό σώζων πάντας». Ήγαλλιάσατο δέ Μαρία τώ πνεύματι και ειττεν «Ευλογώ σε, τόν -παρέχοντα πάσιν τάς ευλογίας· ευλογώ τό κατ- οικητήριον της δόξης σου· ευλογώ σε, τόν δοτήρα τοΰ φωτός, τόν γενόμενον πάροικον έν τή κοιλία μου· ευλογώ πάντα τά έργα τών χειρών σου, τά ύπακούοντά σοι έν πάση υποταγή· ευλογώ σε, τόν εϋλογήσαντα ημάς· ευλογώ τούς λόγους της ζωής, τούς έξελθόντας εκ τοΰ στόματος σου και δοθέντας ήμΐν έν άληθεία. Πιστεύω γάρ ότι ά εϊρηκας γίνονται μοι· είπας γάρ ότι άποστελώ πάντας τους άποστόλους πρός σέ, όταν εξέρχη άπό τοΰ σώματος. Και ιδού συνήχθησαν και άναμέσον αύτών ειμί, ώσπερ άμπελος καρποφοροΰσα, ώς έν τω καιρώ ότε ήμην μετά σοΰ. Εύλογώ σε έν πάση ευλογία· γενέσθω οΰν κα'ι τά λοιπά τών είρημένων μοι ύπό σοΰ· είπας γάρ ότι έχεις ίδεΐν με όταν έξέρχη άπό τοΰ σώματος».

Ταΰτα ειπούσα έκάλεσε Πέτρον και πάντας τούς άποστόλους και εΐσ- ήγαγεν αυτούς εις τό ταμεΐον αυτής και έδειξεν αϋτοΐς τήν κηδείαν

638

APÓCRIFOS ASUNCIOXISTAS

salió y se sentó en medio de ellos, mientras iban ardiendo las lámparas. Pues no las habían dejado apagar, como les había or- denado María.

IX

Cuando se puso, pues, el sol (era a la sazón el día segundo), yendo ya a salir ella del cuerpo, dijo Pedro a todos los apóstoles: «Hermanos, el que tenga palabra de edificación, que la diga y adoctrine al pueblo durante toda la noche». Dijéronle los após- toles: « ¿Y quién (de nosotros) es antes que ? Nos alegraremos extraordinariamente si nos es dado oír tus instrucciones».

Entonces Pedro empezó a decir: «Hermanos míos y todos cuantos habéis venido a este lugar en esta hora en que va a par- tir nuestra madre María: los que habéis encendido estas lám- paras visibles con el fuego terreno, habéis hecho bien; pero quisiera yo también que cada uno tuviera su lámpara inmate- rial en el siglo que no tiene fin. Me refiero a la lámpara del hom- bre interior, que consta de tres pábilos, esto es: nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu. Pues si brillan estas tres cosas con el verdadero fuego por el que lucháis, no os avergonzaréis cuando entréis en la boda a descansar con el Esposo. Esto es lo

αυτής. Μετά δε ταΰτα, έξελθοΰσα έκάθισεν άναμέσον πάντων καιομένων τών λύχνων. Ού γάρ έ'ασαν αύτούς σβεσθήναι, καθώς ένετείλατο αύτοΐς Μαρία.

IX

"Οτε ούν εδυ ó ήλιος," τή δευτέρα ημέρα, έξερχομένης αυτής από του σώματος, είπε Πέτρος πασι τοις άποστόλοις· «Αδελφοί., ó έχων λόγον παιδείας, είπάτω, δι' δλης τής νυκτός παραινών τω όχλω». Και εΐπον οί απόστολοι προς αυτόν «Και τίς πρώτερός σου; Χαίρομεν δέ μάλιστα εάν άκούσωμεν τής παιδείας σου» 1 8.

Τότε Πέτρος ήρξατο λέγειν «Αδελφοί, και όσοι ήλθατε εν τω τόπω τούτω και τή ώρα ταύτη τής αποδημίας τής μητρός ήμών Μαρίας, οί άφαντες τους λύχνους τούς φαίνοντας έκ τοΰ πυρός τής γής ταύτης τής όρωμένης, καλώς έποιήσατε· θέλω δέ κάγώ ί'να έκαστος λάβη την λαμ- πάδα έαυτοΰ έν τω άπεράντω αίώνι μη εχουσαν ΰλην τινά. Αύτη δέ έστιν ή λαμπάς τοΰ ενδοτέρου άνθρώπου ή τρίμυξος, δ έστιν ήμών σώμα κα'ι ψυχή και πνεύμα. Έάν γάρ λάμψη τά τρία ταΰτα έν τω άληθινώ πυρί, είς όπερ άγωνίζεσθε, ου καταισχυνθήσεσθε, όταν είσέλθητε εις τον γάμον άναπαύεσθαι μετά τοΰ νυμφίου. Ούτως έστ'ιν έπ'ι τής μητρός

1 8 El carácter parenético y edificante de los discursos que siguen, pues- tos en boca de Pedro, hace pensar a Jugie que se trata de piezas forjadas por la inventiva del arzobispo de Tesalónica. En el Ps. Melitón no figuran

LIBRO I>E JUAN ARZ. DE TESALONICA

669

que (ahora) sucede con nuestra madre María; pues la luz de su lámpara ha llenado la tierra y no se apagará hasta la consuma- ción de los siglos, para que todos los que quieran salvarse to- men ánimo por ella. Porque no habéis de pensar que es muerte (auténtica) la de María. No es muerte, sino vida eterna, porque ¡a muerte de los justos es alabada por Dios [Ps. 115,151]. Pues ésta es la (verdadera) gloria, y la segunda muerte no podrá cau- sarles molestia alguna».

Y, mientras Pedro estaba aún hablando, brilló una gran luz dentro de la casa en medio de todos, de manera que palidecie- ron sus lámparas. Y se dejó sentir una voz que decía: «Pedro, háblales sabiamente las cosas que puedan aguantar. Pues el mé- dico más competente aplica el remedio según las dolencias de los pacientes y la nodriza da abrigo proporcionado a la edad del niño». Pedro levantó entonces su voz y dijo: «Te bendecimos a ti, ¡oh Cristo!, que eres el timón de nuestras almas».

X

Y luego, dirigiéndose a las vírgenes que allí se encontraban, dijo: «Oíd (cuál es) vuestro privilegio, vuestra gloria y vuestra

Μαρίας. Kai yáp τό φώς τής λαμπάδος αυτής έπλήρωσεν τήν οϊκουμέ- νην και ού σβεσθήσεται icos τής συντέλειας τοΰ αιώνος 'iva πάντες ol βουλόμενοι σωΟήναι λάβωσι θάρσος εξ αυτής. Μή νομίσητε οΟν θάνατον εϊναι τον Θάνατον Μαρίας. Οϋκ εστί θάνατος άλλά ζωή αιώνιος, ότι ό Θάνατος των δικαίων δοξάζεται παρά τω Θεώ. Αϋτη γάρ εστίν ή δόξα, και ό δεύτερος θάνατος ούκ ισχύσει όχλήσαι αυτοΐς».

Kai έτι τοΰ Πέτρου λα?νοΰντος, φώς μέγα έλαμψεν έν τή οικία άνά- μεσον πάντων ώστε άμαυρώσαι τό φώς τών λύχνων αύτών. Kai φωνή έγένετο λέγουσα· «Πέτρε, λάλησον αύτοϊς έν γνώσει ά δύνανται βασ- τάσαι. Ό γάρ άριστος ιατρός θεραπεύει προς τά πάθη τών πασχόν- των και ή τροφός θάλπει πρός τήν ήλικίαν τοΰ παιδίου». Πέτρος δέ έπήρε τήν φωνήν αύτοΰ καϊ εϊπεν «Εύλογοΰμέν σε, Χριστέ, τό πηδά- λιο ν τών ψυχών ήμών».

Χ

Τότε ό Πέτρος πρός τάς ούσας έκεΐσε παρθένους 1 9 ^ΐττεν «Ακούσατε της χάριτος υμών καϊ τής δόξης καϊ της τιμής- μακάριοι γάρ πάντες

19 Este discurso de San Pedro, dirigido a las vírgenes, viene precedido en la red. interpolada por una súplica en que éstas ruegan al apóstol les a conocer las maravillas de Dios: Δεόμεθά σου, μαθητά τοΰ Κυρίου, Πέτρε, δεΐξον και ήμϊν τά μεγαλεία τοΰ θεού, καϊ μή απόκρυψης άφ'ήμών τά θαυμάσια αντοΰ.

670

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

honra. Porque dichosos todos aquellos que guardan el hábito de su pureza. Escuchad y aprended lo que dijo nuestro Maes- tro (a este respecto): Semejante es, dice, el reino de los cielos a unas vírgenes [Mt. 25,1]. No dijo: es semejante a mucho tiempo, pues el tiempo pasa, mas el nombre de la virginidad no pasará. No lo asemejó a un rico, porque las riquezas van disminuyendo, mientras que la virginidad permanece (inalterable). Así, pues, creo que habréis de ser gloriosas. Poique vosotras no tenéis preocupación alguna, por eso asemejó a vosotras el reino de los cielos. Pues, cuando os llegue la hora de morir, no diréis: «¡Ay de nosotras! ¿Adonde partimos, dejando nuestros pobres hijos, o nuestras grandes riquezas, o nuestros campos sembrados, o nuestras grandes haciendas ? Porque nada de esto os tiene solí- citas. No tenéis preocupación alguna sino la de vuestra virgi- nidad. Y, cuando os sea enviada la muerte, estaréis preparadas, sin falta de cosa alguna. Y para que os deis cuenta de que no hay cosa mejor que la virtud y de que nada es más gravoso que las cosas mundanas, escuchad esto también:

Había en una ciudad un hombre rico en toda clase de bie- nes. Tenía también unos criados. Y sucedió que dos de éstos faltaron contra él, no obedeciendo a sus palabras. Se airó en- tonces el señor y les confinó por algún tiempo en un lugar leja- no con intención de llamarles de nuevo. Uno de estos siervos desterrados se construyó una casa, plantó una viña, hizo un hor-

ot φυλάσσοντες τό σχήμα τής σεμνότητας αυτών. Ακούσατε και μάθετε τί ήμΐν είττεν ό διδάσκαλος ημών Όμοία, φησίν, εστίν ή βασιλεία τών ουρανών παρθένοις. Ούκ είττΕν Όμοία εστί χρόνοις πολλοίς, διότι οι μεν χρόνοι παρέρχονται, τό δέ όνομα της παρθενίας ού παρελεύσεται- Ούχ ώμοίωσεν αύτήν πλουσίω, διότι τά μέν χρήματα μειοΰνται, τό δέ όνομα τής παρθενίας μένει. "Οθεν πιστεύω ότι έν δόξη έσεσ3ε. Διά τούτο και ώμοίωσεν ύμΐν τήν βασιλείαν τών ουρανών, ότι αμέριμνοι έστε. "Οτε γάρ αποστέλλεται έφ' ύμάς ό θάνατος, ού λέγετε· Ούαί ήμΐν, πού άπερ- χόμεθα, και άφίεμεν τά άθλια ήμών παιδία, ή τά πλούτη τά μαγάλα, ή τά φυτευθέντα χωρία, ή τάς μεγάλας περιουσίας; Ούδέν γάρ τούτων μεριμνάτε. "Α?Λην δέ μέριμναν ούκ έχετε, εί μή περί τής ύμών παρθενίας. Και ότε άποστέλλεται έφ' ύμάς ό θάνατος, έτοιμοι εύρίσκεσθε έν μηδεν'ι λειπόμεναι. "Ινα δέ μάθητε ότι ούδέν έστι μείζον τοΰ ονόματος τής άρετής και ούδέν βαρύτερον τών κοσμικών, δέξασθε και τούτο.

'Ην τις πλούσιος έν τινι πόλει έν πάση περιουσία. Ετύγχανε δέ έχοον οίκέτας. Και έγένετο άμαρτήσαι εις αύτόν δύο οΐκέτας μή ύπακού- σαντας τών ρημάτων αύτοΰ. Και όργισθε'ις ό κύριος αύτών, άφώρισεν αύτούς εις χώραν μακράν επί τίνα χρόνον πρός τό μετά ταύτα άνακα- λέσασθαι αύτούς. Είς δέ τών οίκετών τών άφορισθέντων, ωκοδόμησεν

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

en.

no y adquirió otras muchas posesiones. Mas el otro, todo lo que sacaba de su trabajo, lo iba depositando en oro. Después llamó al orfebre y le dió el diseño de una corona, diciéndole: Yo soy un siervo perteneciente a un señor y al hijo de éste; cincela (pues) la imagen de éstos en la corona de oro. El orfebre ejecutó su obra de arte y dijo al siervo: Levántate y pon la corona sobre tu cabeza. Mas el siervo replicó: Toma tu salario, pues yo (ya) dispongo de ocasión especial para llevar la corona. Entendió el orfebre el sentido de estas palabras del siervo y se marchó a su casa.

Y con esto se echó encima el límite prefijado del destierro. Envió entonces el señor a cierto áspero (emisario), diciéndole: Si en el plazo de siete días no me los presentas, peligrará tu vida. Partió el emisario con gran diligencia. Y, al llegar a aquel país, encontró a los siervos (que estaban) de noche como de día. Y deteniendo al que había adquirido la casa, la viña y demás hacienda, le dijo: Vámonos, porque-tu señor me ha en- viado por ti. Este aparentemente respondió: (Sí), vámonos; pero luego añadió: Ten paciencia conmigo hasta que venda todos los bienes que he adquirido aquí. El emisario replicó: No puedo tener paciencia, pues dispongo de siete días a plazo fijo y por miedo a su amenaza no puedo demorar. Entonces el siervo se puso a llorar, diciendo: ¡Ay de mí!, que me han cogido des-

έαυτώ οίκον κα'ι έφύτευσεν αμπελώνα και έποίησεν άρτοκοπεΐον κα- άλλας μεγάλας κτήσεις περιποιήσατο. Ό δέ έτερος δούλος, έργασάμεί vos εΐ τι έπορίζετο, έν χρύσω άπετίθετο, και προσκαλεσάμενος χρυσο- χοόν, έποίησε στέφανον λέγων τω χρυσοχοώ· Εγώ δοΰλός ειμί, έχων δεσττότην και τόν υ'ιόν αύτοΟ· τούτους έκτύπωσον έν τω χρυσώ στε- φάνω. Ό δέ χρυσοχόος έποίησεν τήν τέχνην αύτοϋ και είπε τω δούλω· Ανάστα και λάβε τόν στέφανον έπϊ τήν κεφαλήν σου. Ό δέ δούλος είπε· Λάβε σου τόν μισθόν εγώ γάρ ίδιον καιρόν έχω του φορέσαι τόν στέφανον. Τότε ό χρυσοχοοός συνήκε τοις είρημένοις ΰπό του δούλου και άπήλθεν εις τόν οίκον αύτοϋ.

Μετά δέ ταϋτα ήγγισεν ή προθεσμία του άφορισμου. Κα'ι άπέστει- λεν ó δεσπότης άπότομόν τίνα πρός αύτούς, λέγων αύτώ· Ει μή εϊσω έπτά ήμερων παραστήσεις μοι αυτούς, κινδυνεύσεις. Τότε έξήλΟεν ό άποσ- ταλε'ις μετά μεγάλης σπουδής. Και άπελθών εις έκείνην τήν χώραν, εύρε τούς οϊκέτας έν νυκτί ώς έν ήμέρα. Και κρατήσας τόν κτησάμενον τήν οίκίαν και τόν άμπελώνα κα'ι τάς άλλας περιουσίας, είπεν αύτώ· Άπέλ- Θωμεν διότι ό δεσπότης σου άπέστειλέν με έπί σέ. Κα'ι τό μέν δοκεΐν. εΐπεν αύτώ· Άπέλθωμεν. Ύστερον δέ λέγει αύτώ· Μακροθύμησον έπ' έμοί έως άν πωλήσω πάντα τά όντα μοι, άπερ έκτησάμην ενταύθα· Τότε λέγει αύτώ ό ύπηρέτης· Ού δύναμαι μακροθυμήσαι, έπτά γάρ ή μέρας έχω προθεσμίαν, κα'ι εύλαβούμενος αύτοϋ τήν άπειλήν, ού δύ-

672

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

prevenido. Y el emisario le dijo: ¡Oh siervo pésimo!, ¿igno- rabas tu condición de esclavo y desterrado y (no te dabas cuen- ta) de que el señor podía reclamarte en el momento en que le pluguiese? ¿Por qué te has entretenido en plantar viñas de las que nada puedes llevarte y te has dejado coger despreve- nido? Deberías haberte aprestado antes de mi llegada. Enton- ces dijo el siervo entre lágrimas: ¡Ay de mí!, pues pensaba estar confinado para siempre, creyendo que no iba a reclamar- me el señor, y por eso he adquirido toda esta hacienda en este país. El empleado le obligó a marchar sin que pudiera llevar nada consigo.

Mas, cuando el otro siervo oyó que habían enviado por ellos, se levantó, tomó su corona y, dirigiéndose al camino por donde había de pasar el emisario, se puso a esperarle. Y, en cuanto llegó, le dirigió estas palabras: Mi señor te ha enviado, sin duda, por mí; vémonos, pues, alegres los dos juntos, pues no tengo ningún estorbo que me detenga, ya que mi bagaje es ligero. No dispongo efectivamente de otra cosa más que de esta corona de oro. La he construido estando diariamente en espera y deseando me fuera propicio el señor y enviara por para levantarme el destierro, no fuera que algunos me co- braran envidia y me arrebataran la corona. Por consiguiente, ahora he visto cumplido mi deseo; vámonos, pues, y pongámo- nos en camino.

νσμαι παραμεϊναι. Τότε ό δούλος έκλαυσε λέγων Οϋαί μοι, ότι ανέτοι- μος ηύρέθην. Και εΐπεν αύτω ό ύπηρέτης· ΤΩ δούλε κάκιστε, ήγνόεις την δουλείαν σου και ότι άφωρίσθης κα'ι ότι, ότε θέλει ό δεσπότης, αποσ- τέλλει επί σέ; Και διατί έφύτευσας αμπελώνας έξ ών μεταφέρειν τίποτε ού δύνασαι, και ηύρέθης ανέτοιμος; Πρό τοΰ έλθω προς σέ, ώφειλες έτοι- μασθήναι. Τότε κλαΰσας ό δοΰλος εΐπεν Οϋαί μοι, ένόμιζον γάρ είναι διαπαντός έν τω άφορισμώ και ούκ έπίστευον ότι επιζητήσει με ό δεσ- πότης μου κα'ι δια τοΰτο ταύτην την περιουσίαν πάσαν περιεποιησά- μην έν τή χώρα ταύτη. Τότε ό υπηρέτης έκβάλλει αυτόν μηδέν μεθ' εαυ- τού άπενεγκάμενον.

Άκουσας δέ ό άλλος δοΰλος ότι απεστάλη προς αυτούς, εγερθείς, έβάστασεν τόν στέφανον και πορευθείς εις τήν όδόν ής εμελλεν ό υπη- ρέτης διελθεΐν, προσεκαρτέρει· και ώς ήλθεν, εΐπεν αύτω- Ό δεσπότης μου άπέστειλέ σε έπ' εμέ· άπέλθωμεν όμοϋ μετά χαράς, ούδέν γάρ με έπίσχει, άλλά και ό εχω έλαφρόν εστίν ούδέν γάρ μοι άλλο υπάρχει εί μή ό στέφανος ούτος ό χρυσούς. Τούτον γάρ κατεσκεύασα προσδο- κών καθ' εκάστης και εύχόμενος 'ίνα γένηταί μοι ίλεως ό κύριος μου και πέμψη ό δεσπότης μου έπ' έμέ και άρη με άπό τοΰ άφορισμοΰ τούτου, μήπως φθονήσωσί μοι τινές, και άρωσιν άπ' έμοΰ τόν στέφανον. Νΰν ούν έπέτυχον της εύχής μου. Άναστάντες τοιγαροΰν, άπέλθωμεν.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALONICA

67?,

Entonces los siervos se pusieron en marcha con el empleado. Y, en cuanto fueron vistos por el señor, dijo éste al que nada tenía: ¿Dónde está el fruto de tu trabajo durante tanto tiempo como ha durado tu confinamiento ? Y el siervo respondió: Señor, has enviado por a un soldado cruel, a quien rogué me per- mitiera vender mis bienes y tomar en mis manos (su producto), pero él me respondió que no le era lícito. Dícele entonces su señor: ¡Oh siervo inicuo!, ¿te acordaste de hacer la venta pre- cisamente en el momento en que te reclamé? ¿Por qué no paraste mientes en tu confinamiento ni caíste en la cuenta de que aquella hacienda no representaba nada para ti? Y, mon- tando en cólera, manda que le aten de pies y manos y sea enviado a otros parajes más inhóspitos. Después llama al que había traído la corona y le dice: Bien, siervo bueno y fiel; la corona que hiciste fué un testimonio del deseo de tu libertad, pues la corona es propia de los hombres libres. Por otra parte, no te has atrevido a llevarla sin permiso de tu señor. Así, pues, como has deseado la libertad, (así) recíbela de mis manos. Con esto el siervo queda libertado y es puesto al frente de muchas cosas».

Τότε ούν oi δύο δοϋλοι απέρχονται μετά τοΰ ϋπηρέτου. Και ώς έθεάσατο αυτούς ό δεσπότης αύτών, είπε τω μηδέν έχοντι· Ποΰ ή ερ- γασία τοΰ τοσούτου χρόνου τοΰ άφορισμοΰ σου; Ό δέ δούλος άττεκρί- νατο· Δέσττοτα, άπέστειλας πρός με στρατιώτην άπότομον και παρεκά- λεσα αϋτόν 'ίνα μοι συγχώρηση ττωλήσαι τά δντα μοι και άραι εις τάς χείρας μου. Και εϊπέ μοι ότι ουκ έπετράπην. Τότε λέγει αΰτω ό δεσπό- της αύτοΰ· ΤΩ δοΰλε πονηρέ, νΰν έμνήσθης πωλήσαι, ότε απέστειλα επί σέ; Διατί ουκ έπέβλεψας εις τον άφορισμόν, οΰδέ έλογίσω μηδέν εΐναί σοι την περιουσίαν έκείνην; Κα'ι όργισθείς κελεύει αύτόν χερσίν και ποσίν δεθέντα άποσταλήναι εις ετέρους τόπους αΰχμηροτέρους. Προσκαλεσά- μενος δέ τόν φοροΰντα τόν στέφανον, λέγει αΰτω· Εύ, δοΰλε άγαθέ και πιστέ, έπεθύμησας της ελευθερίας έκ τοΰ γενομένου υπό σοΰ στεφάνου· ό γαρ στέφανος ελευθέρων εστίν. Ουκ έτόλμησας δέ τοΰτον φορέσαι χωρίς της επιτροπής τοΰ δεσπότου σου. Ού δύναται γαρ δούλος έλευ- θερωθήναι ει μή ύπό τοΰ ιδίου δεσπότου. "Ωσπερ ούν έπεθύμησας την έλευθερίαν, ταύτην έχε παρ' έμοΰ. Τότε έλευθερούται και καθίσταται επί πολλών» 20-

20 Esta parábola, a pesar de sus rasgos originales, puede estar de algún modo inspirada en los evangelios canónicos. Cf. Mt. 25,15; Le. 19,13.

Bu. apócrifos

22

674

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

XI

Después de decir estas palabras a las vírgenes que rodeaban a María, Pedro se volvió hacia la multitud y dijo: «Oigamos también, hermanos, qué es lo que ha de sobrevenirnos a nos- otros. Pues en verdad nosotros somos las vírgenes del verda- dero Esposo, del Hijo de Dios y Padre de toda la creación; (esto es), somos la humanidad contra la que se airó Dios desde el principio, arrojando a Adán a este mundo. Por consiguiente, vivimos aquí como desterrados, sometidos a su indignación; pero no nos es lícito permanecer (para siempre), pues a cada uno le llegará su día y será trasladado al lugar donde están nuestros padres y progenitores, donde están Abrahán, Isaac y Jacob. Pues al sobrevenir el fin de cada cual, le es enviado el fuerte emisario, esto es, la muerte. Y cuando ésta viene por el alma del pecador enfermo, que ha acumulado sobre mu- chos pecados e iniquidades, y le causa muchas molestias, en- tonces la suplica diciendo: Ten paciencia conmigo tan sólo por esta vez hasta que acabe de redimir los pecados que he sem- brado en mi cuerpo. Mas la muerte no hace caso; porque, ¿cómo va a dar treguas, habiéndose cumplido ya su plazo ? No tenien- do, pues, en su haber nada bueno, es deportada al lugar del tormento. Pero el que hace obras buenas, se alegra, diciendo:

XI

Ταϋτα ειπών ό Πέτρος τοϊς περί τήν Μαρίαν παρθένοις, στραφείς ττρός τον όχλου, είπεν «Άκούσωμεν και ημείς, αδελφοί, τα έπερχόμενα ήμΐν. "Οντως γαρ αί τταρθένοι τοΰ άληθινοΰ νυμφίου, τοΰ Υΐοΰ του Θεοΰ και ττατρός ττάσης κτίσεως, ημείς έσμεν τό γένος [δηλαδή] των ανθρώ- πων, ώ εξ αρχής όργισθείς ό Θεός, έξέβαλεν εις τοΰτον τόν κόσμον τόν Αδάμ. Ώς Οπό άγανάκτησιν ούν και ώς εν άφορισμω οίκοΰμεν εν αύτω, άλλ' ού συγχωρούμεθα έν αύτω μεΐναι· έρχεται γαρ εκάστου ήμέρα και μετοικισθήσεται όπου είσίν οί ττατέρες ήμών και οί πρόγονοι, δπου Αβραάμ και Ισαάκ και Ιακώβ. Γενομένης γάρ εκάστου συντέλειας, αποσ- τέλλεται έπ' αυτόν ό ισχυρός υπηρέτης, τουτέστιν ό θάνατος. Και όταν έλθη έπί ψυχήν άμαρτωλοΰ νοσοΰντος, σωρεύσαντος έαυτω πολλάς άμαρτίας και ανομίας, και ενόχληση αύτω σφόδρα, τότε παρακαλεί λέγων Μακροθύμησον έπ'έμοί τούτο τό άπαξ εως άν λυτρώσω τάς άμαρτίας άς έφύτευσα έν τω σώματι μου. Ό δέ Θάνατος ού καταδέχεται. Πώς γάρ συγχωρήσει, πληρωθείσης αύτοΰ τής προθεσμίας; Μηδέν ουν έχων τής δικαιοσύνης, άποφέρεται είς τόν τόπον της βασάνου. Έάν δέ τις ποιήση έργα δικαιοσύνης, χαίρεται λέγων Ούδέν με επέχει- ούδέν γάρ έχω ε! μή

LIBRO Γ)Ε JUAN ARZ. DE TESALO NICA

675

Nada me detiene, pues en este momento no tengo cosa alguna que llevar, fuera del nombre de la virginidad. Así, pues, le hace esta súplica: No me dejes en la tierra, no sea que algunos me cobren envidia y arrebaten el nombre de mi virginidad. Entonces sale el alma del cuerpo y es trasladada entre himnos hasta la presencia del Esposo inmortal, quien la deposita en un lugar de descanso. Luchad, pues, ahora, hermanos, sabiendo que no vamos a permanecer aquí eternamente».

XII

Mientras Pedro estaba entretenido en decir estas cosas para confortar a las turbas, se echó encima el alba y salió el sol. María entonces se levantó, salió fuera, elevó sus manos e hizo oración al Señor. Terminada ésta, entró de nuevo y se tendió sobre el lecho. Pedro se sentó a su cabecera y Juan a sus pies, mientras los demás apóstoles rodeaban la cama. Y sobre la hora de tercia sonó un gran trueno desde el cielo y se exhaló un perfume de fragancia (tan suave), que todos los circunstantes fueron dominados por el sueño, exceptuados solamente los apóstoles y tres vírgenes, a quienes el Señor hizo velar para que dieran testimonio de los funerales de María y de su gloria. Y he aquí que (de repente) se presenta el Señor sobre las nubes

το όνομα τής παρθενίας φορέσαι άρτι. Παρακαλεί ούν αύτόν λέγων Μή άφήσης με έν τη γη ταύτη ϊνα μή φθονήσωσίν τίνες και άρωσι τό όνομα της παρθενίας μου. Τότε εξέρχεται ή ψυχή άπό τοΰ σώματος και άποφέ- ρεται ττρός τόν άθάνατον νυμφίον μετά Ομνων και καθίστησιν αυτήν έν αναπαύσεως τόπω. Νΰν ούν, αδελφοί, άγωνίσασθε, είδότες ότι οΰ παρα- μένομεν ένταΰθα ε!ς τόν αιώνα».

XII

Ταύτα λέγοντος τοΰ Πέτρου κα'ι έως όρθρου ένισχύοντος τούς όχλους, άνέτειλεν ό ήλιος. Και άναστάσα Μαρία, έξήλθεν έξω, καί ύψώσασα τάς χείρας αύτής, ηΰξατο πρός τόν Κύριον 21. Καϊ μετά τήν προσευχήν εισήλθε και άνέκειτο έπί τής κλίνης. Έκαθέζετο δέ πρός κεφαλής αύτής Πέτρος και παρά τούς πόδας Ιωάννης- οί δέ λοιποί άπόστολοι κύκλω τοΰ κραββάτου αυτής. Κα'ι περί τρίτην ώραν τής ήμέρας βροντή έγένετο μεγάλη άπ'ούρανοΰ καί όσμή εύωδίας, ώστε ΰπνω κατασχεθήναι πάν- τας τούς περιεστώτας χωρίς μόνων τών άποστόλων καί τριών παρθένων, άς έποίησεν ό Κύριος άγρυπνήσαι, ίνα μαρτυρήσωσι περί τής κηδείας Μαρίας καί περί τής δόξης αύτής. Καί ιδού ό Κύριος παραγίνεται έπί

2 J La red. interpolada añade aquí que rogó por el mundo y por todo el pueblo : Προσηύξατο πρός Κύριον υπέρ τε τοΰ κόσμου καί παντός τον λαοΰ.

6Τ6

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

con una multitud sin número de ángeles. Y Jesús en persona, acompañado de Miguel, entró en la cámara donde estaba Ma- ría, mientras que los ángeles y los que por fuera rodeaban la estancia cantaban himnos. Y, al entrar, encontró el Salvador a los apóstoles en torno a María y saludó a todos. Después saludó a su madre. María entonces abrió su boca y dió gracias con estas palabras: «Te bendigo porque no me has desairado en lo que se refiere a tu promesa. Pues me diste palabra reitera- damente de no encargar a los ángeles que vinieran por mi alma, sino venir (en persona) por ella. Y todo se ha cumplido en mí, Señor, conforme a tu ofrecimiento. ¿Quién soy yo, pobre- cita de mí, para haberme hecho digna de tan gran gloria?» Y, al decir estas palabras, llenó su cometido, mientras su cuerpo sonreía al Señor. Mas El tomó su alma y la puso en manos de Miguel, no sin antes haberla envuelto en unos como veles, cuyo resplandor es imposible describir.

Mas nosotros los apóstoles vimos que el alma de María, al ser entregada en manos de Miguel, estaba integrada por todos los miembros del hombre, fuera de la diferencia sexual, no habiendo en ella sino la semejanza de todo cuerpo (humano) y una blancura que sobrepasaba siete veces a la del sol. Pedro,

των νεφελών μετά πλήθους αγγέλων ών οΰκ εστίν αριθμός. Και είσήλθεν εις τό ταμεΐον όπου ήν Μαρία αυτός ό Ίησοΰς κα'ι Μιχαήλ, ϋμνούντων τών αγγέλων και έξω ττεριεστώτων τοΰ ταμείου. Και άμα τω είσελθεΐν τόν Σωτήρα, εύρεν τους άποστόλους περί την άγίαν Μαρίαν κα'ι ήσπά- σατο πάντας. Μετά δέ ταΰτα ήσπάσατο τήν έαυτοΰ μητέρα. Και άνοί- ξασα Μαρία τό στόμα αύτής, ηύλόγησε λέγουσα- «Ευλογώ σε., ότι εις ά έπηγγείλω ουκ έλύπησάς με· έπηγγείλω γάρ πάλιν μή συγχωρήσαι άγγέλους έλθεΐν έπ'ι τήν ψυχήν μου, άλλά σέ έλθείν έπ' αυτήν. Και έγέ- νετό μοι, Κύριε, κατά τό ρήμά σου. Τίς ειμί έγώ, ή ταπεινή, ότι κατηξιώ- θην τηλικαύτης δόξης;» Και ταΰτα λέγουσα, έπλήρωσεν αυτής τήν οϊκο- νομίαν, μειδιώντος τοΰ προσώπου αυτής πρός τόν Κύριον. Ό δέ Κύριος λαβών τήν ψυχήν αυτής, έθετο εις χείρας Μιχαήλ, περιειλίξας αυτήν ώς έν δέρρεσιν, ών ουκ εστίν έξηγήσασθαι τήν δόξαν 22.

' Ημείς δέ οί άπόστολοι έθεασάμεθα τήν ψυχήν Μαρίας παραδιδομέ- νην εις χείρας Μιχαήλ, πεπληρωμένην πάσι μέλεσι τοΰ άνθρώπου, χωρίς μόνου τοΰ σχήματος της Θηλείας και τοΰ άρρενος, μηδενός άλλου έν αύτη δντος εί μή όμοιότητος παντός τοΰ σώματος και λευκότητος τοΰ ήλιου έπταπλασίως. Πέτρος δέ περιχαρής γενόμενος έπυνθάνετο τοΰ Κυρίου

22 Casi con las mismas palabras, sin variante alguna de importancia, se describe esta escena de la dormición en el Transitus W y en el Ps. Me- litón (VI-VIII). Es la clásica fuente de inspiración para los artistas orientales y occidentales.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

677

por su parte, rebosante de alegría, preguntó al Señor, diciendo: « ¿Quién de nosotros tiene un alma tan blanca como la de Ma- ría?» El Señor respondió: «¡Oh Pedro!, las almas de todos los que nacen en este mundo son semejantes; pero al salir del cuer- po no se encuentran tan radiantes, porque en unas condiciones se las envió y en otras (muy distintas) se las encontró, por haber amado la obscuridad de muchos pecados. Mas, si alguno se guardare a mismo de las iniquidades tenebrosas de este mundo, su alma goza al salir del cuerpo de una blancura seme- jante». Después dijo de nuevo el Salvador a Pedro: «Pon a buen recaudo con mucha diligencia el cuerpo de María, mi habita- ción. Sal por el lado derecho de la ciudad y encontrarás un sepulcro nuevo; deposita en él el cuerpo y esperad allí, como se os ha mandado».

Λ1 decir esto el Salvador, empezó a gritar el cuerpo de la santa madre de Dios, diciendo en presencia de todos: «Acuér- date de mí, Rey de la gloria; acuérdate de mí, pues soy obra de tus manos; acuérdate de mí, pues he guardado el tesoro que me fué dado en depósito». Respondió entonces Jesús al cuerpo: «No te dejaré, tesoro de mi margarita; no te dejaré a ti, que fuiste hallado fiel (guardián) del depósito que te había sido encomendado; lejos de el abandonarte a ti, que fuiste el arca que gobernaste a tu gobernador; lejos de el abando-

λέγων «Τίνος ημών άρα ή ψυχή λευκή εστίν, ως Μαρίας;» Λέγει αύτώ ό Κύριος· «ΤΩ Πέτρε, πάντων τών έν τω κόσμω τούτω γεννωμένων αί ψυχαί τοιαϋταί είσιν άλλ'ότε εξέρχονται οστό τοΰ σώματος, ούχ ευρίσ- κονται τοιαΰται λευκαί, διότι άλλως άπεστάλησαν και άλλως ευρέθη- σαν· ήγάττησαν γάρ τό σκότος τών ττολλών άμαρτιών. Έάν δέ τις φυ- λάξη εαυτόν άττό τών ανομιών τοΰ σκότους τοΰ αιώνος τούτου, καί έξέλθη άπό τοΰ σώματος, εύρίσκεται αύτοΰ ή ψυχή τοιαύτη λευκή». Είτα ττάλιν λέγει ό Σωτήρ τώ Πέτρω· «Άσφάλισαι τό σώμα Μαρίας, της παροικίας μου, εν σπουδή, και έξελθε έξ αριστερών της πόλεως, και εύρή- σεις μνημεΐον καινόν, καί έν αύτώ άπόθου τό σώμα, καϊ παραμείνατε αύτοΰ, καθώς ένετείλατο ύμΐν».

Ταύτα λέγοντος τοΰ Σωτήρος, έβόησε καί τό σώμα τής αγίας Θεο- τόκου έμπροσθεν πάντων, λέγον «Μνήσθητί μου, βασιλεΰ τής δόξης, μνήσθητί μου, ότι σον πλάσμα ειμί- μνήσθητί μου, ότι έφύλαξα τόν πα- ρατεθέντα μοι θησαυρόν». Τότε ό Ιησούς είπεν τώ σώματι· «Ού μή σε εγκαταλείψω, τόν τοΰ μαργαρίτου μου θησαυρόν ού μή σε εγκαταλείψω, τήν εύρεθεΐσαν πιστήν [φύλακα] τής παρατεθείσης σοι παραθήκης· μή γένοιτο, ίνα σε εγκαταλείψω, τήν κυβερνήσασαν κιβωτόν τόν εαυτής

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

narte a ti, tesoro sellado, hasta que seas buscado». Y, al decir esto, desapareció el Salvador.

XIII

Pedro, en compañía de los demás apóstoles y las tres vír- genes, amortajaron el cadáver de María y lo pusieron sobre el féretro. Después de esto se levantaron los que habían sido vencidos por el sueño. Pedro entonces tomó la palabra y dijo a Juan: «Tú eres el virgen; eres, por tanto, el que debes ir cantando himnos delante del féretro con la palma en las manos». Pero Juan replicó: «Tú eres nuestro padre y obispo; así, pues, debes presidir el cortejo hasta tanto que llevemos el féretro al lugar (fijado)». Entonces dijo Pedro: «Para que nadie de nosotros se apene, coronemos el féretro con la palma».

Se levantaron, pues, los apóstoles y cargaron con el féretro de María. Pedro, mientras tanto, entonó: «Salió Israel de Egipto [Ps. 113,1]. Aleluya». El Señor y los ángeles, por su parte, se paseaban sobre las nubes y cantaban himnos y alabanzas sin

κυβερνήτην μή γένοιτο, 'ίνα σε εγκαταλείψω, τον θησαυρόν τόν έσφρα- γισμένον έ'ως άν ζητηθής». Και ταΰτα λέγων ό Σωτήρ, αφανής έγένετο.

XIII

Πέτρος δέ και οΐ άλλοι απόστολοι και αϊ τρεις παρθένοι έκήδευσαν τό σώμα Μαρίας, και έ'θηκαν επί τόν κράββατον. Και μετά ταΰτα οί κοιμηθέντες άνέστησαν. Πέτρος δέ ήνεγκε τό βραβεΐον και είπε τω Ιωάν- νη· «Σύ εί ó παρθένος, και σύ οφείλεις ύμνήσαι έμπροσθεν τοΰ κραββάτου, έχων αύτό». Και εΐπεν αύτω ό Ιωάννης· «Σύ εί πατήρ ήμών και επίσκο- πος καϊ οφείλεις έμπροσθεν είναι της κλίνης έως άν άπενέγκωμεν εις τόν τόπον». Και λέγει αύτω Πέτρος· «"Ινα μή τις ήμών λυπηθή, στέψωμεν τόν κράββατον Ιν αύτω» 23.

Άναστάντες δέ οί απόστολοι έβάστασαν τήν κλίνην της Μαρίας. Καί Πέτρος ύμνησε λέγων «Έξήλθεν Ισραήλ έκ γής« Αιγύπτου, άλλη- λούϊα» 24 . Ό δέ Κύριος καϊ οΐ άγγελοι ήσαν επί τών νεφελών περιπα- τούντες, ύμνούντες καί εύλογούντες, μή 3εωρούμενοι· μόνη δέ φωνή τών

2i- Cf. Ps. Melitón (cío), donde no aparece, sin embargo, la solución que aquí propone el Tesalonicense. Algo semejante se encuentra en el citado Codex Silensis Secundus (cf. M. Férotin, o.c, p.792).

24 Según la red. interpolada, el canto de Pedro fué como sigue: ΈξήλΘεν Ισραήλ έκ γης Αίγύπτου έν στύλω πυρός καί νεφέλης, αλληλούια. Ό δέ Κύρ'ος της δόξης προήγεν αύτών, αλληλούια, καί είσήγαγεν αύτούς ε!ς τήν γήν της επαγγελίας, καί ή κιβωτός Κυρίου ήν έν μέσω αύτών, αλληλούια. Καί ταύτην κατέπαυσεν έν Βηθλεέμ Ίησοΰς ό μέγας Σωτήρ, αλληλούια. Χαίρετε και άγαλλιάσθε, οί πιστοί, ότι Μαρία, ή κιβωτός Κυρίου, άγει ΰμας έν τω παραδείσω της τρυφής, αλληλούια.

LIBRO DE JUAX ARZ. DE TESALÓNICA

679

ser vistos. Solamente se percibía la voz de los ángeles. Se ex- tendió el rumor de (aquella) numerosa multitud por Jerusalén entera. Cuando oyeron, pues, los sacerdotes el tumulto y la voz de los que cantaban, se estremecieron y exclamaron: « ¿A qué viene este tumulto Uno les dijo que María acababa de salir del cuerpo y que los apóstoles estaban en derredor suyo cantando himnos. Al momento penetró Satanás en su interior, y, montando en cólera, dijeron: «Venid, vámonos fuera, demos muerte a los apóstoles y hagamos pasto de las llamas al cuerpo que llevó (en su seno) a aquel embaucador». Se levantaron, pues, y salieron armados de espadas y (otros) medios de de- fensa con el propósito de matarlos. Pero inmediatamente los ángeles que iban sobre las nubes les hirieron de ceguera. Estos, al no saber adonde se dirigían, daban con sus cabezas contra los muros, exceptuado únicamente un pontífice de entre ellos, el cual había salido para ver lo que ocurría. Cuando se acercó, pues, éste al cortejo y vió el féretro coronado y a los apóstoles que cantaban himnos, dijo lleno de ira: «He aquí la habitación de aquél que despojó nuestra nación. Mira de qué gloria tan terrible goza». Y, dicho esto, se abalanzó furiosamente sobre el féretro. Lo agarró por donde estaba la palma con ánimo de destruirlo; después lo arrastró y quiso echarlo por los suelos. Pero repentinamente sus manos quedaron pegadas al féretro

αγγέλων ήκούετο. Φωνή δέ όχλου πολλού έξήλθεν έν όλη τή "Ιερουσα- λήμ, και άκούσαντες αρχιερείς τόν Θόρυβον και τήν φωνήν των ϋμ- νούντων, έταράχθησαν λέγοντες- «Τίς ούτος ό θόρυβος;» Και εΐττέ τις αϋτοΐς ότι Μαρία έξήλθεν άττό του σώματος και οϊ άττόστολοι κύκλω αύτής ύμνούσι. Και εύθέως ό Σατανάς είσήλθεν εις αυτούς, και πλησθέν- τες θυμού είττον «Δεύτε και έξέλθωμεν και άττοκτείνωμεν τούς αποστό- λους και καύσωμεν τό σώμα τό βαστάσαν τόν μάγον εκείνον». Και άνασ- τάντες έξήλθον μετά ξιφών και άμυντηρίων άττοκτεΐναι αύτούς. ΚαΊ εύθέως οΐ άγγελοι οί έττϊ τών νεφελών έττάταξαν αύτούς άορασία και τάς κε- φάλας αύτών εις τούς τοίχους συνέτριβον, μή βλεττόντων πού απέρ- χονται, χωρίς μόνου ένός άρχιερέως 25 τού έν αύτοϊς λαβόντος τήν όδόν τού έξελθεΐν ίνα ϊδη τά γενόμενα. "Οτε ούν ήγγισε τοις άποστόλοις και εΐδε τόν κράββατον έστεφανωμένον και τούς αποστόλους ύμνούντας, είπε πλησθείς μεγάλου θυμού- «Ιδού ή παροικία του σκυλεύσαντος ήμών τό γένος, οποίαν δόξαν φοβεράν εχει». Και επήλθε μετά μεγάλου θυμού τω κραββάτω, και θέλων αύτόν καταβαλεΐν, κατέσχεν όπου ήν βραβεϊον, και έλκύσας ήθέλησεν εις τό έδαφος καταγαγεΐν. ΚαΊ εύθέως α'ι χείρες

25 La red. interpolada añade: Ίεφωνίου ττροσατγορευομένον. El Ps. Me- litón, al igual que la red. abreviada, ignora su nombre.

680

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

y pendientes de él, al ser desprendidas violentamente del tronco por los codos.

Entonces el hombre aquel se puso a llorar a vista de todos los apóstoles, dirigiéndoles esta súplica: «No me dejéis aban- donado, sumido como estoy en una necesidad tan grande». Pedro entonces le dijo: «La virtud que se precisa para ayudarte no es mía ni de ninguno de éstos. Pero, si crees que Jesús, contra el que os concitasteis y a quien prendisteis y matasteis, es el Hijo de Dios, te verás libre efectivamente de este ejem- plar castigo». A lo que repuso el hombre: «¿Es que acaso no sabíamos que era Hijo de Dios ? Pero ¿qué íbamos a hacer, teniendo nuestros ojos obscurecidos por la avaricia? Porque nuestros padres, en trance ya de morir, nos llamaron para de- cirnos: Hijos, he aquí que Dios os ha escogido de entre todas las tribus para que estéis enérgicamente al frente de este pueblo y no trabajéis con materia de esta tierra. He aquí vuestro come- tido: edificar al pueblo y percibir de todos (en recompensa) diezmos y primicias juntamente con todo primogénito que rompe la matriz. Pero cuidado, hijos, con que por vosotros nade el pueblo en la abundancia y luego, rebelándoos, comer- ciéis en provecho vuestro y provoquéis la ira de Dios. Dad más bien lo superfluo a los pobres, huérfanos y viudas de vues- tro pueblo, y no despreciéis un alma acongojada. Mas nosotros no dimos oído a las tradiciones de nuestros padres, sino que, viendo que la tierra sobreabundaba extraordinariamente, hici-

αύτοΰ έκολλήθησαν τώ κραββάτω και έκόπησαν από των αγκώνων και έμειναν κρεμάμεναι εις τόν κράββατον.

Τότε έ'κλαυσεν ό άνθρωπος κατά πρόσωπον πάντων τών αποστόλων δεόμενος αυτών και λέγων «Μή παρίδητέ με έν τηλικαύτη ανάγκη όντα». Τότε λέγει αύτώ Πέτρος· «Ή ενέργεια ούκ έ'στιν έμή 'ίνα σοι βοηθήσω, άλλ'ούδενός τούτων. Εί οΟν πιστεύεις ότι Ίησοΰς εστίν ό Υιός τοΰ Θεού, έφ'δν άναστάντες κατεσχήκατε και άπεκτείνατε, και δή παύη του πα- ραδείγματος τούτου». Και εϊπεν ό άνθρωπος· «Μή γάρ ούκ ήδειμεν ότι Υιός Θεού έστιν; Αλλά τί ποιήσωμεν της φιλαργυρίας σκοτιζούσης τούς οφθαλμούς ήμών; ΟΊ γάρ πατέρες ημών, μέλλοντες τελευτάν, μετεκαλέ- σαντο ήμάς λέγοντες- Τέκνα, ιδού ό Θεός έξελέξατο υμάς έκ πασών τών φυλών 'ίνα γένησθε έμπροσθεν τοΰ λαοΰ τούτου έν δυνάμει, και μή έργάσ- σησθε έν τη ϋλη της γης ταύτης. Τούτο δέ έστιν τό έργον ύμών, ίνα οϊκοδομήσητε τον λαόν τούτον και λάβητε άπό πάντων δεκάτας κα'ι άπαρχάς και πάν πρωτότοκον έξανοΐγον μήτραν. Άλλά τηρήσατε, τέκνα, μήπως πληθυνθή άφ'ύμών ό τόπος καϊ καταναστάντες έμπορεύ- σησθε έαυτοΐς και παροργίσητε τόν Θεόν. Άλλά τήν περισσείαν ύμών δότε πτωχοϊς καϊ όρφανοϊς και χήραις τοΰ λαοΰ ύμών, καϊ ψυχήν θλι- βομένην μή παρίδητε.'Ημεΐς δέ ούκ ήκούσαμεν τάς παραδόσεις τών πα-

LIBRO DE JUAN KSZ. DE TESALÓNICA

681

mos de los primogénitos de las ovejas, bueyes y de todos los animales, negocio de vendedores y compradores. Entonces vino el Hijo de Dios y expulsó a todos fuera, lo mismo que a los cambistas, diciendo: Quitad estas cosas de aquí y no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio [lo. 2,16]. Mas nos- otros, poniendo nuestros ojos en las (depravadas) costumbres suprimidas por El, maquinamos maldades dentro de nosotros mismos, nos concitamos contra El y le dimos muerte, (aun) reconociendo realmente que era Hijo de Dios. Pero no vayáis ahora a tener en cuenta nuestra maldad, sino perdonadme más bien. Pues esto me ha ocurrido a por ser amado de Dios y para que viva».

Entonces Pedro hizo depositar el féretro y dijo al pontífice: «Si crees ahora de todo corazón, ve y deposita un ósculo en el cuerpo de María, diciendo: Creo en ti y en el Dios que engen- draste». Entonces el pontífice se puso a bendecir a María en hebreo por espacio de tres horas y no permitió que nadie la tocara, trayendo testimonios de los santos libros de Moisés y de los demás profetas, ya que está escrito de ella: Vendrá a ser templo del Dios glorioso, hasta el punto de que los oyentes se quedaron admirados al oír tales tradiciones, que nunca habían escuchado.

Pedro entonces le dijo: «Vete y junta tus manos una con

τέρων ημών, άλλ'ίδόντες ότι έπερίσσευσεν ó τόπο; σφόδρα, τά πρω- τότοκα τών προβάτων και τών βοών και πάντων τών κτήνων έθέμεθα τράπεζαν τών πωλούντων και αγοραζόντων. Και έλθών ó Υιός του Θεού, έξέβαλε πάντας εκ τοΰ τόπου κα'ι τους κολλυβιστάς, λέγων "Αρατε ταΰτα έκ τοΰ τόπου και μή ποιείτε τον οίκον τοΰ Πατρός μου οίκον εμπορίου. "Ημείς δέ άποβλέψαντες εις τάς καταργηθείσας ημών συνήθειας ύπ'αΰ- τοΰ, έσκεψάμεθα έν εαυτοΐς κακά, καϊ ανέστη μεν έπ'αύτόν και άπεκτεί- ναμεν αύτόν, γινώσκοντες όντως ότι Υίός θεοΰ έστιν. Άλλα μή μνησι- κακήσητε τη κακία ήμών, άλλά συγχωρήσατέ μοι· τοΰτο γόρ μοι συ- νέβη όγαπωμένω υπό τοΰ Θεοΰ, ίνα ζήσω».

Τότε ó Πέτρος έποίησεν άποτεθήναι τον κράββατον καϊ εΐπεν τω άρχιερεΐ· «Εί πιστεύεις νΰν έξ όλης καρδίας, άπελθε και καταφίλησον το σώμα Μαρίας λέγων ότι πιστεύω εις σέ και εις τον έκ σοΰ τεχΟέντα Θεόν». Τότε ό άρχιερεύς τή τών Εβραίων διαλέκτω ηύλόγησε τήν άγίαν Μαρίαν επί τρισϊν ώραις καϊ ού συνεχώρησέ τινι άψασθαι αυτής, φέρων μαρτυρίας άπό τών άγίων βιβλίων Μωϋσέως τε και τών λοιπών προ- φητών, ότι γέγραπται περί αυτής ότι ναός Θεοΰ γενήσεται της δόξης ώστε τούς άκούοντας Οαυμάσαι τάς τοιαύτας παραδόσεις, άς ουδέποτε ήκουσαν.

Καϊ λέγει αύτώ Πέτρος· «"Απελθε καϊ κόλλησον τάς χεϊράς σου εις

682

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

otra». El hizo ademán de juntarlas, diciendo: «En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, el hijo de María, madre de Dios, júntense mis manos entre sí». Y al instante quedaron como estaban al principio, sin defecto alguno. Y Pedro insistió: «Le- vántate (ahora) y toma un ramito de la palma y entra en la ciudad. Allí encontrarás una multitud que carece de vista y no encuentra camino por dónde salir; diles lo que te ha ocu- rrido, y a aquel que creyere impónle el ramito sobre sus ojos, que al instante recobrará la vista».

Marchó el pontífice, conforme al mandato de Pedro, y en- contró muchos ciegos aquellos a quienes el ángel había herido de ceguera , los cuales decían entre lamentos: «¡Ay de nos- otros!, porque nos ha sobrevenido lo mismo que ocurrió en So- doma» pues en primer lugar Dios los había herido de ceguera y después trajo fuego del cielo y los abrasó ; « ¡ Ay de nos- otros!, pues, encima de quedar mutilados, viene también el fuego». Entonces el hombre aquel que había tomado el ramito les habló acerca de la fe. Y el que creyó, volvió a ver; mas el que no dió oídos, no recuperó la vista, sino que continuó ciego.

άλλήλας». Kcd έκόλλησε λέγων «Έν ονόματι τοΰ Κυρίου ημών Ίησοΰ Χρίστου, τοΰ Υίοΰ Μαρίας της Θεοτόκου 26( κολληθήτωσαν αί χείρες μου εις άλλήλας». Κα! ευθέως έγένοντο ώσπερ ήσαν εξ αρχής έν μηδενί λειπόμεναι. Κα! λέγει αΰτω ó Πέτρος· «Ανάστα και λάβε θαλλεΐον έκ τοΰ βραβείου 27 ΚαΊ εϊσελθε εις τήν ττόλιν και εϋρήσεις όχλον τυφλόν μή εύρίσκοντα τήν όδόν έξελθεΐν, και λάλησον αύτοΐς τά συμβεβηκότα σοι. ΚαΊ τω τπστεύοντι έπίθες τό Θαλλεΐον τοΰτο έτπ τους οφθαλμούς αύτοΰ, καΐ ευθέως άναβλέψει».

Και άττελθών ό άρχιερευς καθώς ένετείλατο αΰτω Πέτρος, εύρε πολ- λούς τυφλούς, (εκείνοι δέ ήσαν, οΰς οί άγγελοι άορασία έττάταξαν), κλαίοντας και λέγοντας· «Οΰαϊ ήμΐν, ότι τό γενόμενον έν Σωδόμοις, και ήμΐν συνέβη». (Έν πρώτοις γάρ έπάταξεν αΰτούς ό Θεός έν άορασία, καί μετά ταΰτα πΰρ ήγαγεν άπ'οϋρανοΰ κα'ι κατέκαυσεν αυτούς). «Οΰαϊ ήμΐν ιδού γαρ έπηρώθημεν λοιπόν και τό πΰρ έρχεται». Τότε ό άν- θρωπος ό λαβών τό θαλλεΐον, έλάλησεν αύτοΐς περί της πίστεως. Καί ό μεν πιστεύσας άνέβλεψεν ό δέ μή πιστευσας ούκ άνέβλεψεν, άλλ'έμει- νε τυφλός.

26 La red. interpolada añade: της αμιάντου περιστέρας τοΰ ύττεραγάθου κα'ι ελεήμονος ΘεοΟ.

27 Cf. Ps. Melitón (XIV ι): «Petrus dixit ad eum: Accipe palmam hanc de manu fratris nostri Iohannis». Cf. nota 23.

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALOXICA

6S3

XIV

Y, llevándose los apóstoles el precioso cuerpo de la glorio- sísima madre de Dios, señora nuestra y siempre virgen María, lo depositaron en un sepulcro nuevo [allí] donde les había indicado el Salvador. Y permanecieron unánimemente junto a él tres días para guardarle. Mas, cuando fuimos a abrir la sepultura con intención de venerar el precioso tabernáculo de la que es digna de toda alabanza, encontramos solamente los

XIV 28

Άττενέγκαντες δέ άττόστολοι τό τίμιον σώμα της ύττερενδόξου δζσ- ττοίνης ημών Θεοτόκου και άειπαρθένου Μαρίας, άπέθεντο έν μνημείω καινώ, ενθα ό Σωτήρ ϋπέδειξεν αϋτοϊς. "Εμειναν δέ έν αύτώ ομοθυμαδόν φυλάσσοντες έττί τρεις ημέρας- μετά δέ την τρίτην ήμέραν άνοίξαντες την σορόν τοΰ ττροσκυνήσαι τό τίμιον σκήνος της πανυμνήτου, ηΰρα-

28 Hicimos notar en la introducción que los manuscritos, al llegar a este epílogo, ofrecen versiones distintas entre sí, hasta el punto de que Jugie optó por publicarlas separadamente, desesperando poder harmoni- zarlas. En la presente edición reproducimos el texto del códice Vatic. 2072 (s.X), de la red. abreviada, que, según el ilustre crítico mencionado, es el que más garantías ofrece de autenticidad. En él se hace alusión solamente al sepulcro vacío, dejando sobrentender la traslación del cuerpo de Marfa al paraíso. Sigue la versión de este manuscrito el códice Aíarc. V7// 38 (s. XVI), perteneciente a la misma redacción.

Capelle (Les anciens récits de l'Assomption et Jean de Thessalonique: RechThAncMéd 12 [1940] 209-235) piensa que el epílogo auténtico es el de los códices Vat. 2013 (s.X-XI), Bodl. Cromw. 1 (s.XIII) y Vat. 1608 (s.XII-XIII) de la red. abreviada; y Escor. II Y. 11 (s.XII) y Paris Coisl. 307 (copiado en 1552) de la red. interpolada. En todos ellos se omite lo relativo a la traslación del cuerpo de María.

Bover pone en tela de juicio los argumentos y la conclusión del ilustre benedictino y propone como auténticas las versiones de los códices Pa- ris 1504 (s.XII), Vat. Ottob. 415 (s.XIV), París 897 (s.XV) y Paris 987 (s.XVI), todos pertenecientes a la red. interpolada. En ellos se habla expre- samente de la traslación del cuerpo de María al paraíso, aludiendo clara- mente a la Asunción. Sus argumentos, no exentos de valor, se fundan sobre todo en la analogía del Tesalonicense con los Transitiis latinos y en el su- puesto de que la red. interpolada de aquél tiene no pocas garantías de re- flejar el texto del apócrifo primitivo. Cf. La Asunción de María (Madrid, BAC, 1947) p. 189- 191.

Por vía de ejemplo aducimos el texto de los códices Paris 1504 y Vat. Ottob. 415:

XIV. Mapíav δέ απεκόμισαν οϊ απόστολοι εις τό μνημείου και έν ούτω κατέθεντο αυτήν και έκάθισαν κύκλω τον μνημείου προσδοκώντες τόν Κύριον εως άν ελθη και άναλήψεται τό σώμα Μαρίας. Kai ιδού, αυτών λαλούντων περί της βασιλείας των

684

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

lienzos, (pues) había sido trasladado a la eterna heredad por Cristo Dios, que tomó carne de ella. Este mismo Jesucristo, Señor nuestro, que glorificó a María, madre suya inmaculada y madre de Dios, dará gloria a los que la glorifiquen, librará de todo peligro a los que celebran con súplicas anualmente su memoria y llenará de bienes sus casas, como lo hizo con la de Onesíforo. Estos recibirán, además, la remisión de sus pecados

μεν μόνας τάς σίνδονας, διότι μετετέθη (yáp) ύπό τοΰ έξ αυτής σαρ- κωθέντος Χρίστου τοΟ Θεοΰ sis άέννανον λήξιν. Autos ό Κύριος ήμών Ίησοΰς Χριστός, ό δοξάσας την άχραντον αύτοΰ μητέρα και Θεοτόκου Μαρίαν, τούς δοξάζοντας αύτήν δοξάσει, τούς έτπκαλουντας αυτήν (έτή- σιον μνήμην αυτής) έκ παντός κινδύνου περισώσει, και τούς οίκους αύ- τών άγαθά έμπλήσει, καθάπερ τόν Όνησιφόρου οίκον και άφεσιν άμαρ-

ούρανών τώ παρεστώτι λαώ, και ό Kúpios παρεγένετο μετά πλήθους στρατιάς ουρα- νίου. Και λέγει τοις απόστολοι;· «Ειρήνη ύμϊν». 01 δέ πεσόντες προσεκύνησαν αυτόν. Καΐ άναλαβών τό σώμα Μαρίας έν χερσ'ιν αγγέλων, άπέθετο έν παραδείσω της τρυφής πρός τό ξύλον της ζωής. Καΐ νΰν έστιν ζώσα εις τούς αιώνας. Αμήν.

ΤαΟτα ούν πάντα Θεασάμενοι οΐ απόστολοι, άνεβόων πρός τήν Μαρίαν λέγοντες· «ΤΩ Μαρία, ή τό φώς κυήσασα και πρός τό φώς αναληφθείσα- ώ Μαρία, ή μήτηρ τοΰ φωτός τοΰ φωτίσαντος τόν κόσμον ώ Μαρία, ή ζωήν τεκοΰσα, δι'ής έζωοποιήθημεν πάντες· ώ Μαρία, ή λυχνία ή χρυσή, ή τό άληθινόν φώς βαστάσασα και φωτίσασα τοις áv σκότει καΐ σκιά θανάτου καθημένοις· ώ Μαρία, ή τοΰ έπουρανίου βασιλέως μήτηρ, δι'ής είρηνεύονται τά επίγεια τοις ούρανοϊς καΐ άνθρωποι άγγέλοις συνλειτουργοΰσιν καΐ μία Εκκλησία γέγονεν οϋρανοΰ καΐ γης. Σέ δικαίως αϊ γενεα'ι μακαρίζουσιν ότι μόνη ύπέρ πάντας ανθρώπους άγιωτέρα και μακαριωτέρα ανεδείχθης, καΐ από τοΰ νΰν μή παύση πρεσβεύουσα τώ ΥΙώ σου καΐ Θεώ, Κυρίω ήμών, άξιωθήναι ήμάς της αίωνίου ζωής καΐ αναπαύσεως της έν Χριστώ Ίησοϋ, τώ Κυρίω ήμών, ώ ή δόξα κα'ι τό κράτος είς τούς αίώνας τών αιώνων. Αμήν.

Con esta versión concuerda el texto del Tramitus W:

«Et sedentibus illis, súbito advenit Dominus cum multitudine angelo- rum, et ait ad eos: Pax vobis, fratres. Et [sic] iussit Michaheli archangelo ut susciperet corpus [beatae] Mariae in nubibus. Et cum suscepisset, dixit Dominus ad apostólos ut accederent prope se. Et cum adpropinquassent apostoli ad Dominum Iesum, et ipsi suscepti sunt in nubibus. Et praece- pit Dominus nubibus ut irent in paradisum [sub arbore vitaej. [Et sic de- posuerunt nubes corpus beatae Mariae in paradiso, et est ibi glorificans Deum cum ómnibus electis eius]. [Et adtulerunt angelí animam sanctae Mariae et posuerunt eam in corpore ipsius, iubente Domino Nostro Iesu Christo, et habebit gloriam ibi in sempiterna saecula saeculorum. Amen]. [Tune praecepit Dominus restituere apostólos unumquemque unde asumpti fuerant]». (Según la reconstrucción de Bover, o.c, p.306.)

Y asimismo el Ps. Melitón (c. 15-17):

«Et ecce súbito advenit Dominus Iesus cum innumerabili exercitu an- gelorum magnae claritatis radio coruscante, et dixit apostolis: Pax vobis- cum... Tune Petrus et alii apostoli dixerunt: Domine, praeelegisti hanc ancillam tuam fieri inmaculatum tibí thalamum... Sic ergo visum nobis fuerat famulis tuis etiam rectum esse: ut sicut tu, devicta morte, regnas in gloria, ita resuscitans Matris corpusculum, ' tu tecum duceres eam lae-

LIBRO DE JUAN ARZ. DE TESALÓNICA

685

aquí y en el siglo futuro. Pues El la escogió para ser su trono querúbico en la tierra y su cielo terrenal y, a la vez, para ser esperanza, refugio y sostén de nuestra raza; de manera que, celebrando místicamente la fiesta de su gloriosa dormición, en- contremos misericordia y favor en el siglo presente y en el futuro, por la gracia y benignidad de nuestro Señor Jesucristo, al cual sea dada la gloria y la alabanza juntamente con su Padre, que no tiene principio, y el santísimo y vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

τιών λήψονται και ένταΰθα και έν τώ μέλλοντι αΐώνι· δτι αυτήν έδει- ξεν Θρόνον αϋτοΰ έτπ της γης χερουβικόν και ούρανόν έπίγειον, ελπίδα τε και καταφυνήν και τταρρησίαν τον γένους ήμών, ϊνα τελούντες μυσ- τικώς της θείας αυτής κοιμήσεως τήν έορτήν, εύρωμεν έλεος καΐ χάριν έν τω νυν αΐώνι και έν τω μέλλοντι, χάριτι κα'ι φιλανθρωπία τοΟ Κυρίου ήμών Ίησοΰ Χρίστου, ώ ή δόξα και τό κράτος συν τώ άνάρχω αύτοΰ ΓΓατρι καϊ τώ τταναγίω και ζωοποιώ Πνεύματι νΰν και άε'ι καϊ εις τους αιώνας τών αιώνων. Αμήν.

tam in caelum. Tune Salvator ait: Fiat secundum verbum vestrum. Et praecepit Michaeli archangelo ut animam sanctae Mariae deferret. Et ecce repente Gabriel archangelus revolvit lapidem ab ostio monumenti, et ait Dominus: Surge, amica mea et próxima mea; quae non sensisti corruptio- nem per viri contactum, non patieris resolutionem corporis in sepulcro. Et statim surrexit María de túmulo, et benedicebat Dominum, et provoluta ad pedes Domini, adorabat eum dicens: Non ego condignas gratias possum rependere, Domine, pro impensis beneficiis tuis, quae mihi ancillae tuae conferre dignatus es. Sit nomen tuum, Redemptor mundi, Deus Iseaél, benedictum in saecula. Et osculatus eam Dominus recessit, et tradidit eam angelis, ut deferrent eam in paradisum. Et ait apostolis: Accedite ad me. Et cum accessissent, osculatus est eos et ait: Pax vobis; quoniam ego sem- per vobiscum sum usque ad consummationem saeculi. Et statim cum haec dixisset Dominus, elevatus in nube, receptus est in caelum, et angelí cum eo, deferentes beatissimam Dei Genitricem Mariam in paradisum Dei. Apostoli autem suscepti sunt in nubibus, et reversi sunt unusquisque in sortem praedicationis suae».

3. NARRACION DEL PS. JOSE DE ARIMATEA

Es el llamado por Tischendorf Transitas A. Este utilizó para su edición tres códices:

A = Vat. 4363, s.XIII aprox.

Β = Ambros. O 35, s.XIV aprox.

C = Laurenziano; el mismo que contiene el evangelio del Ps. Mateo. Este último ofrece grandes divergencias con relación a los otros dos.

Aunque tardía, la presente narración suscita interés por ha- ber sido la difusora en el Occidente medioeval de muchas le- yendas contenidas en el Ps. Juan y en el Tesalonicense. Añade, además de esto, el curioso episodio de Tomás, esbozado ya en algunos manuscritos interpolados del Tesalonicense, que ha te- nido su réplica en la leyenda y en la iconografía asuncionista. Recordemos a este respecto, por vía de ejemplo, la tabla de N. Florentino (s.XV), conservada en la catedral vieja de Sala- manca, donde aparece la Virgen arrojando desde las nubes el famoso ceñidor a Tomás, que se encuentra arrodillado cabe el sepulcro vacío ].

Tomamos el texto de la edición de C. Tischendorf, Apoca- lypses Apocryphae (Lipsiae 1866) p.i 13-123.

1 Este episodio, así como otros muchos detalles apócrifos, figuran en el famoso Misterio de Elche. Cf. M. Gordillo, El Misterio de Elche: «La Es- trella del Mar» (agosto 1923).

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DF. ARIMATEA

687

Tránsito de la bienaventurada virgen María [Narración falsamente atribuida a José de Arimatea] I

Entre las muchas cosas que la madre inquirió de su hijo durante el tiempo aquel que precedió a la pasión del Señor, figuran las referentes a su tránsito, sobre el cual empezó a preguntarle en estos términos: «¡Oh carísimo hijo!, ruego a tu Santidad que, cuando llegue el momento en que mi alma haya de salir del cuerpo, me lo hagas saber con tres días de antelación; y entonces tú, querido hijo, hazte cargo de ella en compañía de tus ángeles».

II

El, por su parte, acogió la súplica de su madre querida y le dijo: «¡Oh habitación y templo del Dios vivo, oh madre ben-

De transitu beatae Mariae virginis i [auctore Pseudo-Iosepho ab Arimathea] I

In tempore illo antequam Dominus ad passionem veniret, et Ínter multa verba quae mater filio inquisivit, de suo transitu inter- rogare coepit cum tali affamine: «O carissime fili, precor sanctita- tem tuam ut, quando anima mea de corpore exierit, tertio die ante facías me scire, et tu, dilecte fili, cum tuis angelis eam suscipe>> 2.

II

Tum suscepit deprecationem dilectae matris dixitque ei: «O aula et templum Dei viví, o puérpera benedicta, o regina omnium sanc-

1 El códice A presenta este título, mientras que el C y el Β ofrecen estos respectivamente: Transitus beatae Mariae Virginis y De Assumptione beatae Mariae Virginis.

2 C: «... ínter multa verba de quibus eius gloriosa Mater ipsum [Do- minum] quotidie deprecabatur... coepit eum rogare tune tali modo... de hoc saeculo migrare debuent, eam cum tuis angelis suscipere debeas et omnes apostólos transitu meo facías interesse».

6S8

APÓCRIFOS ASÜNCIONISTAS

dita, oh reina de todos los santos y bendita entre todas las mujeres!, antes de que me llevaras en tu seno, te guardé conti- nuamente y te hice alimentar con mi manjar angélico, como sa- bes. ¿Cómo voy a abandonarte, después de haberme gestado y alimentado, después de haberme llevado en la huida a Egipto y haber sufrido por muchas angustias? Sábete, pues, que mis ángeles siempre te guardaron y te seguirán guardando hasta el momento de tu tránsito. Mas, después que hubiere sufrido por los hombres conforme a lo que está escrito y después que hubiere resucitado al tercer día y subido al cielo al cabo de los cuarenta días, cuando me vieres venir a tu encuentro en compañía de los ángeles y de los arcángeles, de los santos, de las vírgenes y de mis discípulos, ten por cierto entonces que ha llegado el momento en que tu alma va a ser separada del cuerpo y trasladada por al cielo, donde nunca ha de experi- mentar la más mínima tribulación o angustia».

III

Entonces ella se vió inundada de gozo y de gloria, besó las rodillas de su hijo y bendijo al Creador del cielo y de la tierra, que tal don le había deparado por medio de Jesucristo, su hijo.

torum et benedicta super omnes feminas: antequam me portares in tuo útero, semper custodivi te et cibare feci te quotidie meo angélico cibo, ut nosti. Quomodo te deseram postquam tu me portasti et nutristi, fugiendo in Aegyptum detulisti et multas angustias pro me sustinuisti? Ecce scias quia angelí mei semper custodierunt te et custodient usque ad transitum tuum. Sed postquam sustinuero passionem propter homines, sicut scriptum est, et in die tertio resurrexero et post XL dies in caelum ascendero, cum videris 3 me cum angelis et archangelis, cum sanctis et cum virginibus et cum meis discipulis ad te venientem, scito pro certo quod anima tua se- parabitur a corpore et in caelum eam deferam, ubi nunquam pe- nitus tribulationem vel angustiam habebit».

III

Tune illa laetificata et glorificata est et osculata genua filii sui, et benedixit Creatorem caeli et terrae, qui tale donum dedit ei per Ihesum Christum filium eius.

3 C: «Cum autem videris angelum meum Gabrielem ad te venire cum palma quam tibí de cáelo mittam, scias me próximo ad te esse venturum cum meis discipulis alque angelis et archangelis atque virginibus, et ipse- met ángelus Gabriel bene docebit te quoniam anima tua separabitur a cor- pore; et tune animam tuam et corpus tuum cum omni choro angelorum,

NARRACIÓN DEL l'S. JOSÉ DF. ARIMATEA

6S9

IV

Durante el segundo año a partir de la ascensión de nuestro Señor Jesucristo, la beatísima virgen María solía entregarse asi- dua y constantemente a la oración de noche y de día. Pero en la antevíspera de su muerte recibió la visita de un ángel del Señor, el cual la saludó diciendo: «Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo». Ella, por su parte, respon- dió: «Gracias sean dadas a Dios». El tomó de nuevo la palabra para decirle: «Recibe esta palma que te fué prometida por el Señor». Ella entonces, rebosante de gozo y de gratitud para con Dios, tomó de manos del ángel la palma que le había sido enviada. Y le dijo el ángel del Señor: «De aquí a tres días ten- drá lugar tu asunción». A lo que ella repuso: «Gracias sean dadas a Dios».

V

Entonces llamó a José el de Arimatea y a otros discípulos del Señor. Y cuando éstos se hubieron reunido, así como sus

IV

Secundo igitur anno post ascensionem domini nostri Ihesu Chris- ti beatissima virgo Xlaria diebus ac noctibus semper in oratione assistebat. Tertia vero die antequam obiret, venit ad eam ángelus Domini salutavitque eam dicens : «Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum» 4. Illa autem respondit dicens : «Deo gratias». Iterum dixit ei: «Accipe hanc palmam quam tibi promisit Dominus». Illa vero cum magno gaudio gratias Deo referens accepit palmam sibi mis- sam de manu angelí. Dixit ei ángelus Domini: «Post triduum erit assumptio tua». Illa autem: «Deo gratias», respondit5.

V

Tune vocavit Ioseph de Arimathia civitate et alios discípulos Domini, quibus congregatis et propinquis et notis, nuntiavit trans-

archangelorum, patriarcharum atque virginum in caelis deferam, in quibus ñeque tribulatio ñeque angustia aliqua habetur».

4 C: «Tertia vero [die] antequam gloriosa virgo Maria de hoc saeculo migrare deberet, ecce ángelus Gabriel venit ad eam deferens in dextera manu palmam').

5 C: «Illa autem gratias magnas coepit referre Deo talibus dictis: Mag- níficat anima mea Dominum, et exsultavit spiritus meus in Deo salutari meo» (Le. 1,46).

690

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

propios conocidos y allegados, anunció a todos los presentes su tránsito inminente. Luego la bienaventurada (virgen) María se aseó y engalanó como una reina y quedó en espera de la llegada de su hijo, en conformidad con la promesa de éste. Y rogó a todos sus parientes que la guardaran y le proporcio- naran (algún) solaz. Tenía a su lado tres vírgenes: Séfora, Abi- gea y Zael. Mas los discípulos de nuestro Señor Jesucristo estaban ya a la sazón dispersos por el mundo entero para evan- gelizar al pueblo de Dios.

VI

En aquel momento (era entonces hora de tercia), mientras estaba la reina [santa] María en su cámara, se produjeron gran- des truenos, lluvias, relámpagos, tribulación y terremotos. El apóstol y evangelista Juan fué trasladado desde Efeso; penetró en la pieza donde se encontraba la bienaventurada [virgen] María y la saludó con estas palabras: «Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo». Ella a su vez res- pondió: «Gracias sean dadas a Dios»; y, levantándose, dió un ósculo a Juan. Después le dijo: «¡Oh hijo queridísimo!, ¿por qué me has abandonado durante tanto tiempo y no has hecho caso del encargo que te hizo tu Maestro referente a mi custodia,

itum suum ómnibus iliic adstantibus 6. Tune beata Maria lavit se et induit se sicut regina et exspectabat adventum ñlü sui, sicut pro- miserat ei. Et rogavit omnes propinquos ut eam custodirent et sola- tium ei facerent. Habebat autem secum tres virgines: Sepphoram, Abigeam et Zaél. Discipuli vero domini nostri Ihesu Christi iam dispersi erant per universum mundum ad populum Dei praedi- candum.

VI

Tune, hora tertia, facta sunt tonitrua magna et pluvia et corus- cationes et tribulatio et terrae motus dum staret regina Maria in thalamo suo. Iohannes evangelista et apostolus de Epheso súbito ductus est et intravit thalamum beatae Mariae, salutavitque eam dixitque ei: «Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum». Illa vero: «Deo gratias», respondit, et elevans se osculata est sanctum Iohan- nem. Dixitque ei beata Maria: «O carissime fili, cur tanto tempore me dimisisti et praecepta tui magistri non attendisti, ut me custo-

6 C: «Tune Ioseph ab Arimathia civitate, qui ipsam gLHosam virgi- nem Mariam die ac nocte semper in domo serviebat et custodiebat, ómnibus suis notis ac propinquis et parentibus et ómnibus adstantibus transitum beatae virginis Mariae denuntiavit».

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DE ARIMATEA

691

como te mandó mientras estaba pendiente de la cruz?» El en- tonces, cayendo de rodillas, se puso a pedirle perdón. Y la bienaventurada [virgen] María le bendijo y le besó de nuevo.

VII

Y, cuando se disponía a preguntarle de dónde venía o por qué causa se había presentado en Jerusalén, he aquí que (de repente) fueron llevados en una nube hasta la puerta de la cámara donde estaba la bienaventurada [virgen] María todos los discípulos del Señor, exceptuado Tomás el llamado Dídimo. Se pararon, pues, y luego entraron y adoraron a la reina, salu- dándola con estas palabras: «Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo». Ella entonces se levantó solí- cita; e, inclinándose, les fué besando y dió gracias a Dios.

VIII

He aquí los nombres de los discípulos del Señor que fueron llevados hasta allí en una nube: Juan el evangelista y su her- mano Santiago; Pedro y Pablo; Andrés, Felipe, Lucas, Ber- nabé; Bartolomé y Mateo; Matías, por sobrenombre el Justo; Simón Cananeo; Judas y su hermano; Nicodemo y Maximiano, y otros muchos, finalmente, que no es posible contar.

dires, sicut praecepit tibi dum in cruce penderet?» Ule autem, genu flexo, veniam rogabat. Tune beata Maria benedixit eum et iterum osculata est eum.

VII

Et dum voluisset interrogare unde veniret vel pro qua causa Hierosolymam venisset, ecce omnes discipuli Domini ad ostia tha- lami beatae Mariae, excepto Thoma 7, qui dicitur Didymus, nube ducti sunt. Stantes intraverunt salutaveruntque Reginam talibus dic- tis et adoraverunt eam : «Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum». Illa vero sollicita cito surgens et inclinans se, osculans eos gratias Deo retulit.

VIII

Haec sunt nomina discipulorum Domini qui in nube illue ad- vecti sunt: Iohannes evangelista et Iacobus frater eius, Petrus et Paulus, Andreas, Philippus, Lucas, Barnabas, Bartholomaeus et Matthaeus, Matthias qui dicitur Iustus, Simón Chananaeus, ludas et frater eius, Nicodemus et Maximianus, [et] alii multi qui nu- merar! non possunt.

7 La ausencia de Tomás es indicada también por algunos manuscritos del Tesalonicense, que, sin embargo, omiten el episodio final (cf. C.17SS.).

692

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

IX

Entonces la bienaventurada [virgen] María dijo a sus her- manos: «¿A qué se debe el que hayáis venido todos a Jerusa- lén?» Pedro respondió de esta manera: «¿Tú nos preguntas a nosotros, siendo así que a ti era a quien nosotros debíamos ha- cerlo ? Para es seguro que nadie de entre nosotros conoce la causa por la que nos hemos presentado aquí tan velozmente. He estado en Antioquía y ahora me encuentro aquí». Y todos fueron indicando el lugar donde habían estado aquel día, que- dando sobrecogidos de admiración por verse allí presentes al escuchar tales relaciones.

X

Díjoles la bienaventurada [virgen] María: «Antes de que mi hijo sufriera la pasión, yo le rogué que tanto él como vos- otros asistierais a mi muerte, gracia que me fué otorgada. Por lo cual habéis de saber que mañana tendrá lugar mi tránsito. Vigilad y orad conmigo para que, cuando venga el Señor a ha-

IX

Tune beata María dixit fratribus suis: «Quid est hoc quod om- nes Hierosolymam venistis? Respondens Petras dixit ei: «Nobis ne- cessarium fuit hoc a te quaerere, tu autem interrogas nos? Certe, ut puto, nullus de nobis scit cur huc tanta velocitate venimus hodie. Fui Antiochiae, modo vero sum hic» 8. Dixerunt omnes manifesté locum ubi fuerant illo die. Qui admirati sunt universi quod ibi ade- rant, haec audientes.

X

Dixit eis beata Maria : «Ego filium meum rogavi, antequam susti- neret passionem, ut ipse et vos essetis ad obitum meum; et annuit mihi hoc donum. Unde sciatis quod die crastina erit transitus meus 9.

8 C: «O regina, certe nobis est necesse inquirere a te hoc quod a nobis inquirís, quia, ut firmiter credo, non est aliquis ex nobis qui sciat qua de causa Hierusalem venimus; quia hodie fui Antiochiae et cum tanta veloci- tate huc veni et ductus sum, quia etiam interim aüquid nec dicere nec cogitare potui. Similiter et omnes manifesté dixerunt de quo loco sive de qua regione adducti fuerant. Tune unusquisque eorum haec audiens valde coepit mirari».

9 C: «... quia hodie anima mea separabitur a corpore. Et ostendit eis palmam quam Dominus per angelum suum sibi miserat de cáelo».

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DE ARIMATEA

693

cerse cargo de mi alma, os encuentre en vela». Entonces dieron todos palabra de permanecer vigilantes. Y pasaron toda la no- che en vigilia y en adoración, entonando salmos y cantando himnos, acompañados de grandes luminarias.

XI

Llegado el domingo, y a la hora de tercia, bajó Cristo acom- pañado de multitud de ángeles, de la misma manera que había descendido el Espíritu Santo sobre los apóstoles en una nube, y recibió el alma de su madre querida. Y mientras los ángeles entonaban el pasaje aquel del Cantar de los Cantares en que dice el Señor: «Como el lirio entre espinas, así mi amiga entre las hijas», sobrevino tal resplandor y un perfume tan suave, que todos los circunstantes cayeron sobre sus rostros (de la misma manera que cayeron los apóstoles cuando Cristo se transfiguró en su presencia en el Tabor), y durante hora y media ninguno fué capaz de incorporarse.

XII

Pero, a la vez que el resplandor empezó a retirarse, dió co- mienzo la asunción al cielo del alma de la bienaventurada vir-

Vigilate et orate mecum, ut, quando venerit Dominus ad animam meam suscipiendam, vigilantes vos inveniat». Tune omnes promise- runt se vigilare. Et vigilaverunt et adoraverunt per totam noctem cum psalmodiis et canticis cum magnis luminariis.

XI

Adveniente die dominica, hora tertia, sicut Spiritus Sanctus de- scendit super apostólos in nube, ita descendit Christus cum multitu- dine angelorum et accepit animam suae matris dilectae. Nam talis illustratio fuit et odor suavitatis et angelí cantantes cántica cantico- rum ubi dicit Dominus: «Sicut lüium inter spinas, sic árnica mea inter filias» 10, quod omnes qui aderant ibi, ceciderunt in facies suas sicut ceciderunt apostoli quando Christus transfiguravit se coram eis in monte Thabor, et per integram horam et dimidiam nullus exsurgere potuit.

XII

Sed recedente lumine simulque cum ipso lumine assumpta est in caelum anima beatae Mariae virginis cum psalmodiis, hymnis et

10 Cant. 2,2.

694

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

gen María entre salmodias, himnos y los ecos del Cantar de los Cantares. Y, cuando la nube comenzó a elevarse, la tierra en- tera sufrió un estremecimiento, y en un instante todos los ha- bitantes de Jerusalén pudieron apercibirse claramente de la muerte de Santa María.

XIII

Mas en aquel mismo momento penetró Satanás en su inte- rior, y dieron en pensar qué harían con el cuerpo [de María]. Y así se proveyeron de armas para prender fuego al cadáver y matar a los apóstoles, pues [pensaban] que ella [María] ha- bía sido la causa de la dispersión de Israel, [que había sobre- venido] por sus propios pecados y por la confabulación de los gentiles. Pero fueron atacados de ceguera y vinieron a dar con sus cabezas contra los muros y entre sí.

XIV

Entonces los apóstoles, consternados por claridad tan gran- de, se, levantaron al compás de la salmodia y dió comienzo el

canticis canticorum. Et ascendente nube omnis térra contremuit et i η uno momento obitum sanctae Mariae omnes Hierosolymitani aperte viderunt.

XIII

Et illa eadem hora introivit Satanás in illos et coeperunt cogita- re quid de corpore eius facerent. Et acceperunt arma ut corpus eius arderent et apostólos interficerent, quia de ea exierant dispersiones Israel propter peccata eorum et congregationem gentium U. Sed cae- citate percussi sunt, percutientes capita sua per parietes et percu- tientes se invicem.

XIV

Tune apostoli tanta claritate perterriti, levantes se cum psalmo- dia, corpus sanctum de monte Sion ferebant in valle Iosaphat. Sed

1 1 C: «Tune coeperunt faceré incantationes quam plurimas, et insimul se convenire et taliter faceré volebant ut memoria beatae Mariae virginis non haberetur in térra. Et acceptis armis credebant se faceré insultum in discípulos Domini et per vim capere corpus gloriosae virginis Mariae, quia ipsum penitus volebant delere atque comburere. Et divino iudicio ac divina vindicta, statim ut ceperunt iter ad faciendum hoc quod cogitaverant, in ipso momento coeperunt se invicem cum ipsis armis percutere atque occi- dere; et tanquam furiosi et malitiosi percutiebant capita per muros et pa- rietes, et super ipsos versare eorum rabies...»

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DE AKIM \TEA

695

traslado del santo cadáver desde el monte de Sión hasta el valle de Josafat. Pero, al llegar a la mitad del camino, he aquí que cierto judío por nombre Rubén les salió al paso, pretendiendo echar al suelo el féretro juntamente con el cadáver de la bien- aventurada [virgen] María. Mas, de pronto, sus manos vinie- ron a quedar secas hasta el codo; y, de grado o por fuerza, hubo de bajar hasta el valle de Josafat, llorando y sollozando al ver que sus manos habían quedado rígidas y adheridas al féretro y que no era capaz de atraerlas de nuevo hacia sí.

XV

Después rogó a los apóstoles que le obtuvieran por sus ora- ciones la salud y el hacerse cristiano. Ellos entonces doblaron sus rodillas y rogaron al Señor que le librase. En aquel mismo momento consiguió, en efecto, la curación y se puso a dar gra- cias a Dios y a besar las plantas de la Reina y de todos los san- tos y apóstoles. Inmediatamente fué bautizado en aquel lugar y comenzó a predicar el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

XVI

Después los apóstoles depositaron el cadáver en el sepulcro con toda clase de honores y rompieron a llorar y a cantar, por

venientes media via, ecce quídam Iudaeus, Rubén nomine 12, sanc- tum volens feretrum in térra iactare cum corpore beatae Mariae. Sed manus eius aruerunt usque ad cubitum nolendo volendo usque in valle Iosaphat descendit plorans et lugens, quia manus eius erant erectae ad feretrum et non valebat manus suas ad se retrahere.

XV

Et coepit rogare apostólos ut per orationem eorum salvaretur et christianus efficeretur. Tune apostoli flectentes genua rogaverunt Dominum ut eum solveret Quo sanato eadem hora, gratias referens Deo et osculans pedes Reginae et omnium sanctorum et apostolo- rum, in ipso loco baptizatus est, et coepit praedicare nomen Dei nostri Ihesu Christi.

XVI

Tune apostoli cum magno honore posuerunt corpus in monu- mento, flendo et canendo prae nimio amore et dulcedine. Et súbito

12 C: «... ecce quídam Iudaeus scriba venit de tribu Dan, nomine Rubén...»

6Θ6

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

lo excesivo del amor y de la dulzura. De pronto se vieron cir- cundados por una luz celestial y cayeron postrados en tierra, mientras el santo cadáver era llevado al cielo en manos de ángeles.

XVII

Entonces el dichosísimo Tomás se sintió repentinamente transportado al monte Olívete; y, al ver cómo el bienaventu- rado cuerpo se dirigía hacia el cielo, empezó a gritar diciendo: «¡Oh madre santa, madre bendita, madre inmaculada!, si he hallado gracia a tus ojos, ya que me es dado contemplarte, ten a bien por tu bondad alegrar a tu siervo, puesto que te vas ca- mino del cielo». Y en el mismo momento le fué arrojado desde lo alto al bienaventurado Tomás el cinturón con que los após- toles habían ceñido el cuerpo santísimo [de María]. Al reci- birlo entre sus manos, lo besó, y, dando gracias a Dios, retor- nó al valle de Josafat.

XVIII

Y encontró a todos los apóstoles y a una gran muchedum- bre en actitud de golpearse los pechos, sobrecogidos como estaban por el resplandor que habían visto. Y, después de que

circumfulsit eos lux de cáelo et, cadentes in terram, corpus sanctum ab angelis in caelum est assumptum.

XVII

Tune beatissimus Thomas súbito ductus est ad montem Oliveti et vidit beatissimum corpus petere caelum. coepitque clamare et di- cere : «O mater sancta, mater benedicta, mater immaculata ; si inveni gratiam modo, quia video te 13, laetifica servum tuum per tuam mi- sericordiam, quia ad caelum pergis». Tune zona qua apostoli corpus sanctissimum praecinxerant, beato Thomae de cáelo iactata est. Quam accipiens et osculans eam ac Deo gratias referens venit iterum in valle Iosaphat.

XVIII

Invenit omnes apostólos et aliam turbam magnam ibi pectora sua percutientes prae claritate quam viderant. Qui videntes se invicem et osculati, beatus Petrus dixit ad eum: «Veré semper durus et incre-

13 C: «... venio te videre; quomodo me dimittis, quia video te in cae- lum ascenderé? Per tuam sanctam misericordiam, sanctiíka filium tuum. Tune illa gloriosa virgo María exaudivit eum et misit sibi de cáelo zonam de qua sancti apostoli praecinxerant eam».

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DE ARIMATEA

607

se entrevistaron y se dieron el ósculo [de paz] entre sí, el bien- aventurado Pedro se dirigió a él en estos términos: «En verdad que siempre has sido terco e incrédulo y [quizá] por tu in- credulidad el Señor no ha tenido a bien concederte la gracia de que asistieras con nosotros al entierro de la madre del Salva- dor». El respondió golpeándose el pecho: «Lo y estoy firme- mente convencido de ello; siempre he sido un hombre perver- so e incrédulo; os pido, pues, perdón a todos por mi contuma- cia y mi incredulidad». Y todos se pusieron a orar por él.

XIX

Entonces dijo el bienaventurado Tomás: « ¿Dónde pusis- teis su cuerpo?» Ellos señalaron el sepulcro con el dedo. Mas él replicó: «No, no está allí este cuerpo que es llamado san- tísimo». A lo cual repuso el bienaventurado Pedro: «Ya otra vez te negaste a darnos crédito acerca de la resurrección de nuestro Maestro y Señor, si no te era dado ver y palpar con tus dedos. ¿Cómo vas a creer ahora que el santo cadáver se encontraba ahí?» El, por su parte, insistía diciendo: «No está aquí». Entonces, como encolerizados, se acercaron al sepulcro, que estaba recién excavado en la roca, y apartaron la piedra; pero no encontraron el cadáver, con lo que se quedaron sin saber qué decir, al verse vencidos por las palabras de Tomás.

dulus fuisti, quia pro incredulitate tua non placuit Deo ut esses no- biscum ad sepeliendam matrem Salvatoris». Ule vero percutiens pec- tus suum dixit: «Scio autem et firmiter credo quia malus homo et incredulus semper fui: veniam igitur peto 14 ab ómnibus vobis de duritia et incredulitate mea». Et omnes oraverunt pro eo.

XIX

Tune dixit beatus Thomas: «Ubi posuistis corpus eius?» Qui dígito sepulcrum monstraverunt. Ule vero dixit: «Non est ibi cor- pus quod dicitur sanctissimum». Tune ait beatus Petrus ad eum: «Iam alia vice resurrectionem nostri Magistri et Domini credere no- luisti nobis, nisi digitis tuis palpares et videres: quomodo credes no- bis ut corpus sanctum hic esset ?-> Adhuc ille affirmabat dicens: «Non est hic». Tune quasi irati ad sepulcrum accesserunt, quod in petra erat cavatum novum, tuleruntque lapidem, corpus vero non inve- neVunt, nescientes quid dicerent quia victi erant sermonibus Thomae.

14 C: «Veniam peto Deo et suae sanctae Matri et ómnibus vobis prop- ter incredulitatem meam».

60S

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

XX

Después el bienaventurado Tomás se puso a contarles cómo se encontraba celebrando misa en la India. Estaba aún reves- tido de los ornamentos sacerdotales, [cuando], ignorando la palabra de Dios, se vió transportado al monte Olívete y tuvo ocasión de ver el cuerpo santísimo de la bienaventurada [vir- gen] María que subía al cielo; y rogó a ésta que le otorgara una bendición. Ella escuchó su plegaria y le arrojó el cinturón con que estaba ceñida. Entonces él mostró a todos el cinturón.

XXI

Al ver los apóstoles el ceñidor que ellos mismos había co- locado, glorificaron a Dios y pidieron perdón al bienaventura- do Tomás, [movidos] por la bendición de que había sido hecho objeto por parte de la bienaventurada [virgen] María y haberle caído en suerte contemplar su cuerpo santísimo al subir a los cielos. Entonces el bienaventurado Tomás les bendijo, dicien- do: «Mirad qué bueno y qué agradable es el que los hermanos vivan unidos entre sí».

XX

Deinde beatus Thomas referebat eis quomodo missam cantabat in India: indutus adhuc erat vestimenta sacerdotalia. Verbum Dei ille nesciens in monte Oliveti ductus erat et vidit sanctissimum cor- pus beatae Mariae in caelum ascenderé, et oravit eam ut benedictio- nem ei daret. Exaudivit deprecationem illius et iactavit illi zonam suam, qua praecincta erat. Et ostendit illam zonam cunctis.

XXI

Videntes autem apostoli cingulum quod illi praecinxerant, glo- rificantes Deum veniam petierunt omnes beato Thomae propter benedictionem, quam dedit illi beata María et propterea quod vidit corpus sanctissimum cáelos ascenderé. Et benedixit eos beatus Tho- mas et dixit: «Ecce quam bonum et quam iucundum habitare fra- tres in unum» 15.

15 Ps. 132,1.

NARRACIÓN DEL PS. JOSÉ DE ARIMATEA

699

XXII

Y la misma nube que les había traído, llevó a cada uno a su lugar respectivo, de una manera análoga a lo ocurrido con Felipe cuando bautizó al eunuco, como se lee en los Hechos de los Apóstoles; y con el profeta Habacuc, cuando llevó la comida a Daniel, que se encontraba en el lago de los leones, y al mo- mento retornó a Judea. De idéntica manera fueron devueltos también los apóstoles rápidamente al lugar donde antes se en- contraban para evangelizar al pueblo de Dios.

XXIII

Y no tiene nada de extraño el que opere tales maravillas quien entró y salió de una virgen dejando sellado su seno, quien penetró a puertas cerradas en el lugar donde estaban los após- toles, quien hizo oír a los sordos, quien resucitó a los muertos, quien limpió a los leprosos, quien dió vista a los ciegos e hizo, en fin, otros muchos milagros. No hay razón ninguna para du- dar de esta creencia.

XXII

Et nube qua ibi advecti sunt, eadem nubes revexit unumquem- que in locum suum, sicut Philippus quando baptizavit eunuchum, sicut legitur in actibus apostolorum 16, et sicut Abacuc 17 propheta portavit victum Danieli qui erat in lacu leonum et cito reversus fuit in Iudaeam. Et ita et apostoli cito reversi sunt ubi erant prius ad po- pulum Dei praedicandum.

XXIII

Nec mirum talia eum faceré, qui clauso útero intravit et exivit de virgine, qui ianuis clausis ad discípulos intravit, qui surdos audire fecit, mortuos suscitavit, leprosos mundavit, qui caecos illuminavit et alia multa mirabilia fecit. Hoc credere non est dubium.

16 Cf. Act. 8,27.

17 Cf. Dan. 14,36.

700

APÓCRIFOS ASUNCIONISTAS

XXIV

Yo soy José, el que deposité el cuerpo del Señor en mi se- pulcro y le vi resucitado; el que guardé de continuo su templo sacratísimo, la bienaventurada siempre virgen María, antes y después de la ascensión del Señor; el que escribí, finalmente, en el papel y en mi corazón las palabras que salieron de la boca de Dios y el modo como llegaron a realizarse los acontecimien- tos arriba consignados. Y di a conocer a todos, judíos y genti- les, lo que mis ojos vieron y mis oídos oyeron, y no dejaré de predicar [lo] mientras viva.

Roguemos instantemente a aquélla, cuya asunción es hoy venerada y honrada por todo el mundo, que se acuerde de nos- otros ante su piadosísimo Hijo en el cielo. Al cual le es debida alabanza y gloria por los siglos de los siglos sin fin. Amén.

XXIV

Ego sum Ioseph qui corpus Domini in meo sepulcro posui et ipsum resurgentem vidi et templum eius sacratissimum beatam Ma- riam semper virginem ante ascensionem et post ascensionem Do- mini semper custodivi, et in pagina et in pectore meo quae praeces- serunt [proces-] de ore Dei, et quomodo supradicta gesta sunt Dei [s]cri[p]si. Et notum feci ómnibus Iudaeis et gentibus ea quae ocu- lis vidi et auribus audivi, et usque dum vixero praedicare non de- sistam 18.

Cuius.assumptio hodie per universum mundum veneratur et co- litur, ipsam precemur assidue ut sit memor nostri ante piissimum suum filium in cáelo. Cui laus est et gloria per infinita saecula saecu- lorum. Amen.

1 8 C: «Et sciat unusquisque christianus, quod ille qui hoc scriptum secum habuerit vel in domo sua, sive sit clericus vel laicus vel femina, diabolus non nocebit ei, eius filius non erit lunaticus vel daemoniacus nec surdus nec caecus; in domo eius [...], morte subitánea non peribit; de quacumque tribulatione clamaverit ad eam, exaudietur, atque in die obitus sui cum suis sanctis virginibus in suo adiutorio eam habebit. Deprecor ego assidue ut ipsa piissima ac misericordiosissima regina semper sit [me- mor] mei et omnium in se credentium ac sperantium ante piissimum Fi- lium suum, Dominum nostrum Ihesum Christum, qui cum Patre et Spiri- ritu Sancto vivit et regnat Deus per infinita saecula saeculorum, amen».

Al final se ha añadido: «Explicit transitus beatae Mariae virginis. Sit pax legenti; sit gratia digna petenti. Qui legérit hunc sermonem, salvetur».

APENDICE Cartas del Señor

/. CORRESPONDENCIA ENTRE JESUS Y ABGARO

Se trata del rey Abgaro V Ukhámá (según Tácito, Acba- rus Magnus), cuyo reinado se extendió primeramente desde el año 4 a.C. hasta el 7 p.C, en que fué destronado por su hermano Ma'hanu IV, y luego desde el año 13 hasta el 50 p.C. Fué soberano de la ciudad de Edesa (Siria), capital de la Os- rhoena, situada al otro lado del río Eufrates.

La leyenda que en época remotísima se forjó acerca de su persona y las relaciones con Cristo puede resumirse así:

Encontrándose este monarca aquejado de una enfermedad incurable (algunos documentos afirman que era la lepra negra), escribió una carta a Jesús hacia el año 30-32 de la vida de éste y se la envió por medio de su correo Ananías (== Hannan del texto siríaco). En ella le rogaba viniera a curarle de su en- fermedad y, al propio tiempo, le ofrecía acogida en su terri- torio, conociendo la animosidad que tenían contra él los ju- díos. Jesús le envió su contestación por medio del mencionado emisario; en ella le hacía saber la imposibilidad de trasladarse a Edesa, por tener que dar cumplimiento a su misión divina, y a la vez le prometía que, una vez que subiera a los cielos, le enviaría un discípulo suyo para que le curase a él y predi- cara el evangelio en su ciudad. Ananías entonces, que era pin- tor, aprovechó la ocasión para hacer un retrato de Jesús y se volvió con él a su tierra.

Y, efectivamente, después de la ascensión de Cristo y por inspiración de Tomás, fué enviado Tadeo (= Addai), uno de los 70 discípulos de Cristo, a Edesa. Y, llegado allí, cumplió la promesa que había hecho Jesús a Abgaro por carta.

Probablemente el cometido de esta antiquísima leyenda, cuyo núcleo fundamental se remonta a la mitad del siglo III, no es otro que el de conectar les orígenes del cristianismo en Edesa (que datan de la segunda mitad del siglo II) con los tiem- pos apostólicos. En concreto, puede teda ella girar alrededor de la conversión del rey Abgaro IX (a. 179-216). que con toda pro- babilidad fué el primer rey cristiano de Edesa.

FUENTES DE ESTA LEYENDA.— Son dos principalmente: a) la referencia que hace a ella Eusebio en su Historia Eclesiás-

704

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

tica (I 13,15; cf. II í,6) 1, donde inserta, además, el texto de las, cartas; b) la llamada Doctrina de Addai 2, que contiene asimismo el texto de las cartas en su lengua original siríaca, siguiendo una versión más amplia que la de Eusebio.

El autor de la Hist. Ecl. (f 339) afirma que encontró estas car- tas, redactadas en siríaco, en los archivos públicos de Edesa y que ofrece una traducción griega de ellas. Confirma, además, el hecho de la venida de Tadeo para evangelizar a Edesa, y añade que la emisión de las cartas en cuestión tuvo lugar el año 340 de la era de los Seléucidas (= 29-30 p.C).

La Doctrina de Addai ofrece más detalles que el relato de Eusebio y algunas divergencias con relación a él. La carta de Abgaro a Cristo está concebida en términos muy semejantes a los de la Hist. Ecl.; pero la respuesta de Cristo ofrece pocos puntos de contacto en ambas versiones. Eusebio sugiere que Cristo la escribió de su puño y letra; en cambio, la Doctrina de Addai deja entrever claramente que Jesús no escribió nada, sino que fué el correo Hannan (= Ananías) quien se encargó de transmitir (por escrito?) la contestación oral de Jesús. Este documento incluye, además, lo referente al retrato que Han- nan hizo de Jesús, a quien encontró, según dice, en la casa de Gamaliel. Señala, finalmente, como fecha de emisión de estas cartas el año 32 p.C.

Estas divergencias nos dan pie para pensar en la existencia de dos versiones muy antiguas, paralelas entre sí, representadas, respectivamente, por la relación sucinta de Eusebio y el textus plenior de la Doctrina. La contaminación sucesiva de ambas ver- siones fué produciendo redacciones cada vez más amplias y adulteradas, que desembocaron, finalmente, en la ampulosa Epistula Abgari.

Esta hipótesis, emitida primeramente por E. von Dob- schütz -\ ha venido confirmándose después por las diversas ins- cripciones que han ido encontrándose últimamente. Una de ellas es la publicada en 1914 por M. Oppenheim y H. von Gaertringen 4. Fué encontrada al OE. de la villa de Edesa y data con toda probabilidad de principios del siglo VI, pues identifica a Tadeo con Tomás (Eusebio, en cambio, había di-

1 PG 20,121-124; Grafin, Eusébe, Histoire Ecclésiastique I (París 1905) p.98-103.

2 Ed. G. Phillips, The Doctrine of Addai the Apostle (London 1876).

3 Der Briefwechsel zwischen Abgar und Jesiis: ZtWTh 8 (1900) 422-86. En la p.425 ofrece el texto de una inscripción encontrada en una casa de Edesa.

4 SitzAkPr (1914) p.825.

CORRESPONDENCIA ENTRE JESÚS Y ABGARO

705

cho: «Judas, que es Tomás, envió al apóstol Tadeo»), y tal identificación cesó a partir del año 550, en que se escribieron las Actas de Tadeo. Esta inscripción ofrece únicamente la res- puesta de Cristo y en términos análogos a la transmitida por Eusebio, pero más próximos a la citada Epistula Abgari. Proba- blemente, sin embargo, no refleja un antiguo original siríaco, sino que es sencillamente una reelaboración del texto eusebiano.

Más interés que las inscripciones publicadas por J. G. C. An- derson 5 y por Ch. Picard 6 ofrece la que L. Casson y E. L. Het- tich han sacado recientemente a la luz pública 7, encontrada el año 1937 en Nessana (hoy Auja Hafir), en el Negeb, por la expedición arqueológica de Colt. Se nos presenta en ella el texto de la carta de Abgaro a Cristo en términos muy parecidos a los de Eusebio, mientras que la carta responsoria de Jesús está claramente relacionada con la contenida en la inscripción de Edesa y con la Epistula Abgari. Constituyen, pues, un docu- mento de primer orden para avalar la existencia de una anti- quísima «reelaboración» existente paralelamente al texto euse- biano, que culminó, por último, en la extensa redacción griega de la Epistula Abgari.

REPERCUSION HISTORICA. Las diversas inscripciones mencionadas, así como las numerosas versiones en que se en- cuentra hoy esta correspondencia (siríacas, armenias, griegas, latinas, árabes, coptas, eslavas) 7bis son un buen índice de la difusión que ha tenido en los diversos tiempos la leyenda de Abgaro. Ello se debe, sobre todo, a que el texto de estas cartas, particularmente el de la de Cristo, llegó a usarse como talismán contra las guerras y enfermedades.

Ya una antigua redacción añade al final de la carta de Cristo esta apostilla: «Tu ciudad será bendita, y ningún enemigo se apoderará de ella eternamente». Así, pues, los edesanos, según el testimonio de Procopio 8, acostumbraban a poner esta carta sobre las puertas de su ciudad para conjurar el peligro de in- cursiones enemigas.

5 «Journal of Hellenic Studies» 20 (1900) 157-58. Inscripción de Gurdja.

6 «Bulletin de Correspondance hellénique» 44 (1920) 45-48. Inscripción de Filipos (Macedonia).

7 Excavations at Nessana vol.2: Literary Papyri [pap. Nessan I 7] (Prin- ceton 1950).

7 bis puecje verse un elenco muy completo de ellas en DACHEL: Abgar (La Légende) I (1924) col. 87-97 (H. Leclercq). Nosotros remitimos una reseña pormenorizada a la nota bibliográfica, cf. más abajo.

Bellum persicum II 12,

Etr. apicrifi>s

23

706

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

Asimismo, en diversos ostraka y pergaminos de los si- glos V-VII hallados en Egipto se puede ver el texto de dicha carta acomodado para servir de amuleto contra las enferme- dades. Suele terminar de esta manera: «Tus enfermedades se- rán curadas, tus pecados serán perdonados y Edesa será ben- dita eternamente y crecerá en ella el conocimiento de Dios. Yo, Jesucristo, he escrito esta carta con mi propia mano». Según el testimonio de Cureton 9, en Inglaterra perduró hasta el siglo XVII la costumbre de colocar en las casas particulares, a modo de placarte, dicho texto.

Se llegó incluso a dar carácter litúrgico a estas cartas y solían leerse en las asambleas religiosas, sobre todo en Siria. Quizá fuera ésta la razón de que el Decretum Gelasianum las proscribiera como apócrifas en sus números 56 y 57 10.

El detalle contenido en la Doctrina de Addai acerca de la imagen de Jesús que Hannan llevó a Edesa, tuvo una calurosa acogida en el imperio de Bizancio. Aun hoy la liturgia bizan- tina celebra el 16 de agosto la fiesta de la «Traslación desde Edesa de la imagen de nuestro Señor Jesucristo, no hecha a mano» o del «Santo Sudario» ".El título de άχειροττοίητος (no hecha a mano) responde a la piadosa creencia, originada en época posterior, de que, siendo refractario el lienzo a los colo- res que quería imprimir en él Hannan, el Señor enjugó con la tela su rostro, dejando en ella grabada su imagen. Posterior- mente llegó a confundirse aún esta leyenda con la de la Veró- nica y se hizo de esta mujer, la hemorroísa, una princesa de Edesa. Sobre este punto puede verse el estudio acabado de E. von Dobschütz 12.

El eco que ha tenido en la literatura cristiana todo lo refe- rente a Abgaro y su correspondencia con el Señor ha sido inmenso. Citaremos algunos ejemplos:

San Efrén el Sirio (f 378) se refiere frecuentemente en sus obras a esta leyenda. Entre otras cosas, dice: «Benedicta civitas quam incolitis, Edessa, sapientium mater: quae ex vivo Filii

9 En J. Jones. New and full method of settling ihe canonical authoritv of the Ν. T. t.2 (Oxford 21798) p.6 (cit. por H. Leclercq: DACHEL I col. 07).

10 «Epistula Iesu ad Abgarum, apocrypha; epistula Abgari ad Iesum, apocrypha».

1 1 Tengo ante mis ojos el calendario o epacta litúrgica del año 1953 pu- blicado en Atenas por el protonotario Μ. I, Farleka. En la festividad corres- pondiente al mencionado 16 de agosto se lee: Ή εξ Έδέσσηξ άνακομιδή τη; Άχειροττοιήτου Ε\κόνο% του Κυρίου ήμών Ίησοΰ Χρίστου, ήτοι τοΰ Άγιου Μανδυλίου.

1 2 Christusbilder, Untersuchungen zur christlichen Legende: TU 18 (Leip- zig 1899) c.5: Das Christusbild von Edessa ρ. 103SS.

CORRESPONDENCIA ENTRE JESÚS Y ABGARO

707

ore per discipulum suum benedicta est. Illa igitur benedictio in ipsa inhabitet, doñee Sanctus apparebit» (Testamento: Asse- mani, Biblioteca Orientalis I 141).

La peregrina galaica Silvia Eteria visita hacia el año 388 la tumba del rey Abgaro en Edesa. El obispo de la ciudad le muestra una estatua de éste y le dice: «Ecce rex Aggarus, qui antequam videret Dominum, credidit ei quia esset veré Filius Dei». Después se va a la puerta de la ciudad por donde entró Ananías, el portador de la carta. Entonces el obispo hace de pie una oración, lee la carta y su respuesta y regala a la pere- grina una copia de la correspondencia habida entre Abgaro y Jesús. La peregrina acepta esta copia como preciosa reliquia, a pesar de que ya posee en su patria, según confiesa, otros ejemplares de dicha correspondencia 13.

Podríamos citar un sinnúmero de testimonios, entre ellos los de San Jerónimo 14 y Darío en carta a San Agustín 15; pero preferimos remitir al lector a la citada obra de Dobschütz (p.iÓ3*ss.), donde podrá encontrar un completísimo elenco de ellos.

AUTENTICIDAD DE ESTA CORRESPONDENCIA. De- jando a salvo su antigüedad, que, como indicábamos, se re- monta a la mitad del siglo III, hemos de decir que no existe argumento positivo alguno que acredite su autenticidad.

Baste observar que las frases de Abgaro relativas a los mi- lagros de Jesús no son más que un arreglo de Mt. 11,5, Le. 7,21 y Mt. 11,5, citadas seguramente según la harmonía evangélica o Diatessaron de Taciano, que era el texto corriente por aquel entonces en Siria.

Por otra parte, los Santos Padres afirman categóricamsnte que Jesús no nos dejó escrito nada de su mano 16.

No obstante, hay autores que defienden la autenticidad, v.gr., J. Nirschl 11 .

Cf. J. A. Fabricius, Codex Apocryphus Ν. Τ. I (2i7i9) p.279-319 [tex- to gr. y v. lat.]; W. Cureton, Ancient Syriac Documents relative to the earliest establishement of Christianity in Edessa... (London 1863) p.5-23

13 Ed. J. F. Gamurrini, S. Silviae Aquilanae peregrinatio ad loca sancta (Romae 1887) p.62 y 64.

14 ¡n Mt. comm. I 1 : PL 26,61.

15 August. epist.: PL 33,1022.

16 San Agustín, Contra Faust. Manich. 28,4: PL 42,436-87; San Je- rónimo, In Ezech. 44,29: PL 25,443.

17 En su obra Der Briefwechsel des Künigs Abgar von Edessa mit Jesús in Jerusalem, oder die Abgarfrage (Mainz 1896) p.336 dice textualmente: «Der

708

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

[texto sir. incompleto según ms. s.V y trad. ingl.]; N. Tichonravov, Pos- lanije Avgarija k Iisusu Christu: «Pamijatniki Otrechennoij Russkoilj Lite- ratury» 2 (Moskwa 1863) 11-18 (v. eslava según ms. sinodal n.558 s.XVI]; Alishan, Laboubnia, Lettre á'Abgar ou histoire de la conversión des Edesséens par Laboubnia, écrivain contemporaine des Apotres (Venezia 1868) [trad. franc. según la v. armenia del ms. 88 del antiguo fondo armenio de la Bib. Nac. de París]; G. Phillips, The Doctrine of Addai, the Apostóle (London 1876) [texto sir. completo según ms. s.VI de la Bib. Imp. de S.Petersburgo] ; S. Novakovic, Apokrifi iz stampanih zbornika Bozidara Vukovica: «Stari- ne» 16 (Zagreb 1884) 60-63 [ν· sudeslava]; J. Tixeront, Les origines de l'Eglise d'Edesse et la légende d'Abgar. Etude critique suivie de deux textes onentaux inédits (París 1888) [sobre la v. árabe]; R. J. H. Gottheil, An Arabic Versión of the Abgar Legend: «Hebraica» 7 (1890-91) 268-77 [v. árabe y trad. ingl.]; R. A. Lipsius y Max. Bonnet, Acta Apostolorum Apocry- pha I (1891) p. 279-83 [texto gr. entre las Act. de Tadeo]; J. Krall, Mittei- lungen aus der Sammlung der Papyrus Erzherzog Rainer 5 (1892) 115-119 [texto de la v. copta A (breve)]; W. Pleyte y A. A. Boeser, Manuscrits coptes du Musée d'Antiquités des Pays-Bas ά Leide (Leide 1897) p. 441-79 [texto de la v. copta Β (larga)]; E. von Dobschutz, Christusbilder. Unter- suchungen zur christlichen Legende: TU 18 (Leipzig 1899); J. Porfirtev, Apokrificheshija skazanija o novozavetnych Htsach i sobytijach po rukopisijam Solovetskoij Biblioteki: «Sbornik otdelenija russkavo iazyka i slovesnosti Im- peratorskoij Akademii Nauk» t.52 n.4 (San Petersburgo 1890) p. 230-44. ¿5°-S3 [dos w. rusas según mss. s.XVI-XVII]; J. G. C. Anderson: «Jour- nal oí Hellenic Studies» 20 (1900) 157-58 [inscripc. encontrada en Gurdja]; E. von Dobschütz, Der Briefwechsel zwischen Abgar und Jesu: ZtWTh 43 (1900) 422-86 (en la p.425 contiene inscripc. encontrada en una casa de Efeso]; J. Daschian, Kurze bihlwgraphische Studien Teil 2 (Wien 1901) Itexto de la v. arm.]; Parisüt: DThCath I (París 1903) coll. 67-73 [Abgar]; E. Sohwartz, Zur Abgarlegende: ZtNW 4 (1903) 61-66; Fr. Tournebize, Abgar V Oukhámá, Le Noir: «Dict. d'Hist. et de Géogr. ecclésiast.» I (Pa- rís 1912) coll. 1 13-14; Id.: ROrCh 1 (1907) 24-36; BardenhewcrGAL I (2igi3) p. 590-96; M. Oppenheim y H. von Gaertringen: SitzAkPr (1914) p.8 17-28 [inscripc. del s.VI encontrada en Edesa]; E. Drioton, Un apo- cryphe Anti-arien: La versión copie de la Corresponda nce d'Abgar, Roi d'Edes- se, avec Notre-Seigneur: ROrCh 20 (19 15- 17) 306-26.337-373 [textos de las versiones coptas A y Β con trad. franc.]; F. Ñau, Une ioscription grecque d'Edesse: La lettre de N. S. J. C. ά Abgar: ROrCh ser. 3,1 (21) [1918-19] 217SS. [estudio sobre la cit. inscripc.]; S. Grébaut, Las relations entre Abgar et Jésus: ROrCh ser.3,1 (21) [1918-19] 73-91.190-203; Id., Trois appendices aux relations entre Abgar et Jésus: ROrCh ser.3,'1 (21) [1918-19] 352-60; Ch. Picard: «Bulletin de Correspondance Hellénique» 44 (1920) 45-48 [ins- cripc. referente a la carta de Abg. encontrada en Filipos (Maccdonia)]; H. Leclercq, Abgar (La Légende): DACHEL I (1924) col.87-97; N. Car- tojan, Legenda lui Abgar ín literatura veche romdneascá (Bucarest 1925); H. C. Youtie, A Gothenburg Papvrus and the Letter to Abgar: HarThR 23 (1930) 299-302; Id., Gothenburg Papyrus 21 and the Coptic Versión of the

Biiefwechsel des Kónigs Abgar mit dem góttlichen Heilande kann ais ein historisches Factum angesehen werden, und ebenso die Bekehrung dieses Kónigs und Edessa's durch den Apostelschúler Addaus, in dem die Einwen- dun-en, die man dagegen gemacht hat, sich ais haltlos erwiesen haben». Para él, los testimonios de Eusebio y de Moisés de Chorene tienen un valor in- contestable.

CORRESPONDENCIA ENTRE JESÚS Y ABGARO

700

Letter to Abgar: HarThR 24 (1931) 61-65; K. Wessely, Abgar V Ukkdmá: LexThKi I (1930) col. 30; J. Myslivec, Die Abgaroslegende auf einer Ikone des 17. Jahrh.: «Seminarium Kcndakovianum» 5 (1932) 185-90; G. Graf, Geschichte der christl. arabisch. Literatur I: StT 118 (Cittá del Vaticano 1944Ϊ p. 237-38 [estudio sobre las w. árabes]; Y. A. Al-Masih, Απ Unedited Bohairic Letter of Abgar: BullInsFra 45 (1947) 65-80; L. Casson and E. L. Hettich, Excavations at Nessana vol.2: Literary Papyri (Princc- ton 1950) [papiros encontrados en Nessana (hoy Auja Hafir), en el Negeb, por la expedición arqueológica de Colt. Cf. recens. por E. Des Places en VD 33 (1953) 53]. E. Láscaris Comneno, Apócrifa carta de Jesucristo: «Oriente» 2 (Madrid 1950) 33-36.

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

Copia de la carta que el rey Abgaro escribió a Jesús, y que le envió a jerusalén por medio del correo ananías

Abgaro, rey de Edesa, saluda a Jesús, el buen Salvador que ha aparecido en Jerusalén:

Han llegado a mis oídos noticias referentes a ti y a las cu- raciones que, por lo visto, realizas sin necesidad de medicinas ni de hierbas. Pues, según dicen, devuelves la vista a los cie- gos y la facultad de andar a los cojos; limpias a los leprosos y expulsas espíritus inmundos y demonios; devuelves la salud a los que se encuentran aquejados de largas enfermedades y re- sucitas a los muertos.

Al oír, pues, todo esto acerca de ti, he dado en pensar una

ΑΝΤΙΓΡΑΦΟΝ ΕΠΙΣΤΟΛΗΣ ΓΡΑΦΕΙΣΗΣ ΥΠΟ ΑΒΓΑΡΟΥ ΤΟΠΑΡΧΟΥ ΤΩ ΙΗΣΟΥ ΚΑΙ ΠΕΜΦΘΕΙΣΗΣ ΑΥΤΩ ΔΓΑΝΑΝΙΑ ΤΑΧΥΔΡΟΜΟΥ ΕΙΣ ΙΕΡΟΣΟΛΥΜΑ

"Αβγαρος 19 τοπάρχης 20 Εδέσσης Ίησοΰ Σωτήρι άγαθω άναφα- νέντι έν τόττω Ιεροσολύμων χαίρειν

"Ηκουσταί μοι τά περί σοΰ και τών σών ΐαμάτων, ώς άνευ φαρμά- κων και βοτανών Οπό σοΰ γινομένων. Ώς yáp λόγος, τυφλούς άναβλέ- ττειν ποιείς, χωλούς περιπατεΐν, και λεπρούς καθαρίζεις 21, και ακάθαρτα πνεύματα και δαίμονας έκβάλλεις 22, κα'ι τους έν μακρονοσία βασανιζο- μένους θεραπεύεις, κα'ι νεκρούς εγείρεις 23.

Και ταύτα πάντα άκούσας περί σού, κατά νούν έθέμην τό έτερον

1 8 Reproducimos el texto griego de Eusebio, Hist. Eccl. I 13,15: PG 20, 121-124.

19 La Doctrina de Addai le da el apelativo de Ukhdmá. Como indicába- mos en la introducción, se trata de Abgaro V, que reinó en Edesa desde el año 4 a. C. hasta el 7 p. C. y desde el año 13 hasta el 50 p. C.

2 9 El término τοπάρχης, que hemos traducido en su sentido general de rey, se emplea con frecuencia en la significación de gobernador o prefecto de provincia

21 Cf. Mt. 11,5; Le. 7,22.

22 Cf. Le. 7,21.

23 Cf. Mt. 11,5.

CORRESPONDENCIA ENTRE JESÚS Y ABGARO

711

de estas dos cosas: o que eres Dios en persona, que has ba- jado del cielo y obras estas cosas, o bien que eres el Hijo de Dios y [por eso] realizas estos portentos. Esta es la causa que me ha impulsado a escribirte, rogándote al propio tiempo te tomes la molestia de venir hasta y curar la dolencia que me aqueja.

He oído decir, además, que los judíos murmuran contra ti y que pretenden hacerte mal. Sábete, pues, que mi ciudad es muy pequeña, pero noble, y nos basta para los dos.

Contestación que envió Jesús al rey Abgaro

POR EL CORREO AnANÍAS

Abgaro: Dichoso de ti por creer en sin haberme visto. Pues escrito está acerca de que los que me hubieren visto, no creerán en mí, para que los que no me hayan visto crean y tengan vida.

Por lo que se refiere al objeto de tu carta, en la que me ro- gabas viniera hasta ti, [he de decirte que] es de todo punto ne- cesario que yo cumpla íntegramente mi misión; y que, cuando la hubiere cumplido, suba de nuevo al lado de Aquel que me envió.

Mas, cuando estuviere allí, te enviaré uno de mis discípu- los para que cure tu dolencia y te vida a ti y a los tuyos.

των δύο, ή ότι συ εί ό Θεός, και καταβάς σττό τοΰ ουρανού ποιείς ταύτα, ή Υίός εΐ του Θεοΰ ποιών ταύτα. Διά τούτο τοίνυν γράψας έδεήθην σου σκυλήναι πρός με, και τό πάθος ó έχω, θεραπεΰσαι.

Κα'ι yáp ήκουσα ότι οί Ιουδαίοι καταγογγύζουσί σου και βούλον- ται κακώσαί σε. Πόλις δέ μικρότατη μοί έστι κα'ι σεμνή, ήτις έξαρκεΐ άμφοτέροις.

ΤΑ ΑΝΤΙΓΡΑΦΕΝΤΑ ΥΠΟ ΙΗΣΟΥ ΔΙΆΝΑΝΙΑ ΤΑΧΥΔΡΟΜΟΥ ΤΟΠΑΡΧΗ ΑΒΓΑΡΩ

"Αβγαρε, μακάριος εϊ πιστεύσας έν έμοί, μή έωρακώς με. Γέγραπται γάρ περί έμοϋ, τους έωρακότας με μή πιστεύσειν μοι, ϊνα οί μή έωρακό- τες, αϋτοϊ πιστεύσωσι και ζήσωνται 24.

Περί δέ οϋ έγραψάς μοι έλθεΐν πρός σε, δέον εστί πάντα δι'ά άπεσ- τάλην, ένταΰθα πληρώσαί με, και μετά τό πληρώσαι, ούτως άναληφθή- ναι προς τον άποστείλαντά με.

Και έπειδάν αναληφθώ, άποστελώ σοι τινά τών μαθητών μου 25, ίνα ΐάσηταί σου τό πάθος, και ζωή ν σοι και τοις σύν σοϊ παράσχηται.

24 Cf. ΙΟ. 20,29-

712

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

2. LA CARTA DEL DOMINGO

El año 1944 publicaba el Dr. D. Teófilo AyusoMarazuela un sugestivo artículo titulado Un apócrifo español del siglo VI de probable origen judeo -cristiano l. En él se trata de recomponer cierto documento apócrifo del siglo VI, tomando como base las citas que de él hace Liciniano, obispo de Cartagena, en una carta dirigida a Vicente, obispo de Ibiza, «contra los que creían que había epístolas enviadas desde el cielo»2.

A juzgar por el contenido de la carta de Liciniano, Vicente había enviado a éste un ejemplar del mencionado documento que se presentaba a mismo como una «carta bajada del cielo sobre el altar de Cristo, en memoria de San Pedro apóstol». Quería, por lo visto, saber qué juicio le merecía al obispo de Cartagena dicho escrito. Este le contesta en términos categó- ricos, recriminando su conducta por haberlo leído en público y por haber dado oídos a las habladurías del vulgo, que le atribuían origen divino. De mismo dice que, nada más abrir- lo y leer el encabezamiento en que se presentaba como una «carta de Cristo bajada del cielo para recomendar la obser- vancia del domingo», la rompió y la arrojó al suelo. Esto último le dió pie para pensar que el susodicho apócrifo pretendía mo- ver al pueblo cristiano a «judaizar, a fin de que nadie en ese día [domingo] prepare lo necesario para el sustento o se ponga en camino». Pero sus invectivas las dirige principalmente con- tra el hecho de que se presente a mismo como escritura inspirada.

Aun reconociendo y lamentando la imprecisión de estos datos que atropelladamente consigna Liciniano, el Dr. Ayuso hace un alarde de ingenio y de erudición para reconstruir a base de ellos el escrito que nos ocupa. Como colofón a su tra- bajo, el Dr. Ayuso señala una serie de conclusiones que él cree han de tenerse como seguras mientras no se demuestre lo con- trario. La principal de ellas es la que se refiere a la procedencia del apócrifo. Dice que éste «debía ser de origen español, por

25 Este discípulo, según Eusebio, fué Tadeo (Addai en sir.), a quien algunos identifican con Taciano, el autor del Diatessaron.

1 Cf. «Sefarad» 4 (1944) 3-29.

2 El texto latino de la carta puede verse en el fase. III de Scriptores Ecclesiastici Hispano- Latini publicado por A. C. Vega (Escorial 1944).

CARTA DEL DOMINGO

713

lo mismo que no existe memoria de él fuera de España» 3. Esta afirmación viene repetida con frecuencia en el decurso de su artículo.

Con todo el respeto que nos merece la personalidad cien- tífica del Dr. Ayuso y reconociendo que su estudio sobre la carta de Liciniano viene a confirmarnos en lo que se refiere a la antigüedad de la llamada Carta del domingo, no podemos me- nos de admirarnos de que el ilustre investigador ignore el texto de ésta, que ha llegado hasta nosotros en múltiples versiones.

Efectivamente, existe una carta apócrifa llamada del domingo cuyas características coinciden asombrosamente con las que atribuye Liciniano a la «carta bajada del cielo» en su epístola a Vicente. Se presenta a misma como escrita por Jesucristo en persona y bajada del cielo hasta el altar de San Pedro en Roma. Hace hincapié casi exclusivamente en la observancia del precepto dominical y conmina con terribles penas a sus infractores. Estos son precisamente los datos que en su preci- pitación consigna Liciniano acerca de la aludida carta. Todo, pues, convida a pensar en la identidad de ambos documentos.

La Carta del domingo, cuyo texto griego ofrecemos a conti- nuación, gozó a partir del siglo VI de una difusión extraordi- naria. Así lo prueban las recensiones griegas, siríacas, armenias, etiópicas, árabes, karschuníes, latinas, rusas, rumanas4, flamen- cas, etc., en que ha llegado hasta nosotros. A finales del siglo pasado todavía corrían por las librerías de Atenas y de Jeru- salén ejemplares de un folleto que contenía su texto greco- moderno para uso del vulgo 5.

Está fuera de duda que la lengua original en que se escribió la mencionada carta fué el griego. La crítica textual y lingüís- tica de los textos orientales reclama para éstos forzosamente fuentes griegas, aunque no sean idénticamente las mismas que han llegado hasta nosotros 6.

3 Art. cit., p.28.

4 Una de estas versiones está contenida en el Codex Sturdzanus (s.XVI), llamado así por haber pertenecido primeramente a Dimitrie Sturdza Scheia- nu, quien lo regaló a la Academia Rumana de Bucarest. Lleva el título de Epistolia Domnului nostru hus Hristos, o Legenda Duminicei. Procede de fuentes eslavas. Acerca de las restantes versiones de esta carta se dará noti- cia en la nota bibliográfica.

5 «Επιστολή τοΰ κυρίου ημών Ίησοϋ Χρίστου». "Αθήναι 1894. ΕΙ texto puede verse en Μ. Bittner, Der vom Himmel gefallene Brief Christi iri seinen mor- genlandischen Versionen und Rezensionen (Wien 1905) p. 36-40.

6 Cf. Bittner, o. o, p.7.

714

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

Hoy poseemos siete textos griegos diferentes, que se pueden agrupar en tres redacciones principales:

La red. A está representada, sobre todo, por el códice III 3 fol. 55-65 (a. 1497) de la Biblioteca Barberini y por el códice 925 p.548-561 (s.XV) de la Bibl. Nat. de París.

La red. Β viene representada, a su vez, principalmente por el códice G. VI 7 fol.27-37 (s.XVI) de la Bibl. Casanatense, de Roma, y por el códice Huntington 583 de la Bibl. Bodleiana, de Oxford.

La red. C tiene como principal representante el texto con- tenido en el folleto publicado en Atenas el año 1894 (cf. nota 5).

Vassiliev publicó primeramente el texto del códice III 3 de la Bibl. Barberini, perteneciente a la red. A 7 y el texto del códice G. VI 7 de la Bibl. Casanatense, perteneciente a la red. Β Κ

Posteriormente Bittner reprodujo estos mismos y añadió otros varios 9.

La red. A sitúa la milagrosa aparición de la carta en Roma, mientras que la Β y la C señalan Jerusalén como lugar del suceso y hacen descender del cielo la carta, encerrada en una piedra.

Son tantas las discrepancias de los diversos textos griegos entre sí, que resulta imposible reducirlos a la unidad, si bien todos coinciden en lo sustancial del contenido. Nosotros repro- ducimos el códice 925 p.548-561 (s.XV) de la Bibl. Nat. de París, que es un buen representante de la red. A, según la men- cionada edición de Bittner.

A la luz del texto aparece bien claro que las invectivas de Liciniano en su citada epístola a Vicente se dirigían particu- larmente al supuesto origen divino de este documento. Sus apreciaciones acerca del carácter judaizante, basadas única- mente en que al principio se recomienda la observancia del domingo, parecen un tanto infundadas, y seguramente las ha- bría desmentido si hubiera tenido paciencia para leer el docu- mento hasta el final.

Cf. J. C. Amaducci, Anécdota litteraria ex mss. codicibus eruta I (Ro- ma 1773) p. 69-74 [v. lat. según ms. s.XII (Todi)]; MigneAp II (1858- 367-369 [v. lat.]; A. N. Pypin, Loznya i otrechennya knigi drevneij Rossij (Petrogrado 1862) p. 150-153 [v. rusa según ms. del conde de Tolstoi n.415]; N. Tichonravov: «Pamijatniki otrechennoij russkoij literatury» II (Mos-

7 Anécdota Graeco-byzanlina I (Mosquae 1893) p.23-28.

8 Ibid. p.28ss.

9 Cf. o.c, p.11-40.

CARTA DEL DOMINGO

715

kwa 1863) p. 314-322 [v. rusa según ms. s.XVI]; A. Vassiliev, Anécdota Graeco-byzantina I (Mosquae 1893) p.XIV-XX,23-32 ; J. H. Hall: «Jour- nal of the American Oriental Society» 15 (1893) 122-135 [v. siríaca y trad. ingl.]; E. Sachau, Verzeichnis der syrischen Handschriften der Kgl. Bibliothek zu Berlín (1899) Ρ·278-28ι [ν. siríaca]; Μ. Bittner, Der vom Himmel gefal- lene Brief Christi in seinen morgenlandischen Versionen und Rezensíonen. Denkschriften der Kaiserl. Akad. der Wissenschaften. - Phil. - Hist. Kl., Band 51 (Wien 1905) [redacciones griegas y trad. alemana de las versiones orientales]; G. Graf, Der vom Himmel gefallene Brief Christi (nach Cod. Monach. arab. 1067): «Zeitschrift für Semitistik» 6 (1928) 10-23 [se trata da un ms. del s.IX o X perteneciente a la «Bayerische Staatsbibliothek» de Mu- nich; da el texto árabe y la trad. alemana]; J. Gessler, Een brief uit den hemel. Niederlandsche en andere versies van den Christusbrief : «Philologische Studien» (Lówen) 7 [1936] 27SS.; T. Ayuso Marazuela, Un apócrifo espa- ñol del siglo VI de probable origen judeo-cristiano: «Sefarad» 4 (1944) 3-29.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.

Discurso acerca del domingo, día santo del Señor entre to- dos los demás, en que Jesucristo, Dios y Señor nuestro, resu- citó de entre los muertos. Bendice, Señor.

Carta de Jesucristo, Señor Dios y Salvador nuestro, que fué enviada a la antigua ciudad de Roma, al templo del santo após- tol y príncipe de los apóstoles, Pedro, a quien dijo Cristo: «Tú

Εις τό όνομα τοΰ Πατρός και τοΰ Υϊοΰ και τοΰ Άγιου Πνεύματος άμήν.

Λόγος περί της άγίας και κυρίας Κυριακής των ημερών, εν ή Χρισ- τός ανέστη έκ νεκρών, Κύριος και Θεός ήμών ' Ιησούς Χριστός 1. Εύλό- γησον, δέσποτα 2.

Επιστολή τοΰ Κυρίου και Θεοΰ καϊ Σωτήρος ήμών Ίησοΰ Χρίστου πεμφθεΐσα έν τή πάλαια 'Ρώμη εν τώ ναώ áyíou αποστόλου και πρω-

1 Liciniano (en su aludida carta a Vicente) ve en esta recomendación de la observancia dominical un resabio de las tendencias judaizantes del autor. Nótese, sin embargo, cómo nuestro texto manifiesta su devoción por el domingo, no por ser tal día de la semana, sino por ser el día en que Cristo resucitó de entre los muertos, motivo netamente cristiano.

2 Esta fórmula de carácter litúrgico, equivalente al iube áomne benedi- cere, bien puede ser una añadidura al texto primitivo de esta carta. Es, sin embargo, interesante, porque es una prueba de que el documento que nos ocupa se utilizaba en las asambleas de los fieles como lección sagrada. A este respecto, el códice III 3 de la Bibl. Barberini dice que la carta ha de ser leída en la segunda dominica de los ayunos.

Tin

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puer- tas del infierno no la abatirán; y te daré a ti las llaves del reino de los cielos; y cuanto atares sobre la tierra, estará atado en el cielo; y cuanto desatares sobre la tierra, estará desatado en el cielo». Esta carta quedó suspendida en medio del templo, en el santuario. Mas Pedro, el gran apóstol del Señor, se apareció al obispo de Roma en sueños y le dijo: «Levántate, obispo, y mira la carta inmaculada de Nuestro Señor Jesucristo». El pon- tífice se levantó temblando y penetró en el santuario. Y, al ver la carta inmaculada en medio del templo, suspendida en el aire, exclamó entre lágrimas: «Grande eres, Señor, y admirables son

τοκορυφαίου Πέτρου 3, δν 4 και εϊρηκεν ó Χριστός, δτι «συ εί Πέτρος και έπί ταύτην την πέτρα [ν] οϊκοδομίσω [c. —μισέ] μου την έκκλη- σίαν και πύλαι "Αδου ού κατισχύσουσιν αυτήν, κα'ι δώσω σοι τάς κλεϊς της βασιλείας τών ουρανών, και όσα άν δέσης έπϊ της γης, εσται δε- δεμένα έν τω ούρανώ κα'ι δσα άν λύσης επί της γης, εσται λελυμένα έν τω ούρανώ» 5. Έγκρεμασθεϊσα δέ ή επιστολή αύτη μέσον του ναού έν τώ ίερώ 6. "ΩφΘη δέ τώ επισκοπώ 'Ρώμης κατ'δναρ ό μέγας τοΰ Κυρίου απόστολος Πέτρος λέγων «Ανάστα, ώ επίσκοπε, ΐδέ τήν άχραντον έπιστολήν τοΰ Κυρίου ήμών Ίησοΰ Χρίστου». Ό δέ άρχιερεύς έντρο- μος άναστάς και είσήλθεν έν τώ Θυσιαστηρίω- και όρών τήν άχραντον έπιστολήν μέσον του ναοϋ έν τώ άέρι καϊ έβόησε μετά δακρύων «Μέ- γας εί, Κύριε, καί θαυμαστά τά εργα σου δτι έφανέρωσας [ο —σε]

3 Las versiones orientales siguen en este punto a nuestro texto, seña- lando como lugar de la aparición el templo de San Pedro (Roma); no así las redacciones griegas Β y C, como indicábamos en la introducción. El códice de Carpentras de la red. B, después de indicar que el fenómeno tuvo lugar el 4 de septiembre, dice que cayó del cielo sobre Belén una piedra pequeña en su tamaño, aunque pesada en extremo. Entonces S. B., el pa- triarca Ioannikios, convocó una sinaxis litúrgica de tres días, al cabo de los cuales oyó una voz que le intimaba a tomar en sus manos la piedra. Obe- diente el patriarca, fué a darle la vuelta, y en esto se abrió por medio, de- jando aparecer la carta. El códice de Chíos, perteneciente a la red. C, señala la aparición milagrosa del documento el 12 de septiembre, miércoles, y hace figurar asimismo al patriarca Ioannikios. El folleto publicado en Atenas el año 1894 (al que hicimos referencia en la nota 5 de la introducción) hace descender el documento sobre Getsemaní, en el sepulcro mismo de la Virgen.

4 El lenguaje de esta carta es muy popular, lo cual demuestra la serie de alteraciones de todo género que sufrió su texto hasta llegar a nuestras manos. Nótese la forma óv en lugar de ώ.

5 La cita está tomada de Mt. ió,i8ss., aunque no al pie de la letra.

6 Aunque el códice dice claramente Ιερω, parece más lógico interpre- tar άέρι, en el sentido de que la carta quedó suspendida en el aire, como indica poco más abajo.

CARTA DEL DOMINGO

717

tus obras, pues nos has dado a conocer a nosotros esta carta (que diriges) a todo el mundo». Y, después de convocar a todos los clérigos de la gran iglesia, a los sacerdotes, monjes, jefes, hombres, mujeres y niños, y de recitar entre lágrimas durante tres días y tres noches esta plegaria: «Muéstranos, Señor, la ri- queza de tus misericordias (al pueblo) humilde e indigno que ruega», sobre la hora de tercia, descendió la carta inmaculada a las manos del pontífice. Este, lleno de temor y de temblor, la ve- neró y la besó; después la abrió y encontró escrito lo que sigue: «Ved y considerad, hijos de los hombres, que os entregué el día santo del domingo; mas vosotros no lo habéis apreciado ni guardado. Entonces envié naciones bárbaras, las cuales de- rramaron vuestra sangre, y obré cosas terribles en gran canti- dad. Mas ni aun así os arrepentisteis. ¿No escuchasteis aquello del evangelio que dice: El cielo y la tierra pasarán, pero mis pa- labras no pasarán eternamente? Os envié tempestades, heladas, pestes, terremotos, granizadas, plagas de langostas, orugas y sal- tamontes y muchas otras calamidades a causa del día santo del domingo; y no os arrepentisteis lo más mínimo. Luego os di trigo, vino, aceite y toda clase de bienes. Mas, en cuanto os sa-

ήμΐν [c. ών] αυτήν την έτπστολήν εις άπαντα κόσμον». Κα'ι προσκα- λεσάμενος άπαν τό πλήθος των κληρικών της μεγάλης εκκλησίας, ιερέων, μοναζόντων, ανδρών τε και γυναικών και παιδιών, και επί τρεις ημέρας και τρεις νύκτας μετά δακρύων λέγοντες· «Δεΐξον ήμΐν, Κύριε, τά ελέη σου τά πλούσια τώ ταπεινώ σου και άναξίω εύχέτη» 7, περί δε ώρας τρίτης της ημέρας κατελθούσα ή άχραντος επιστολή εις τάς χείρας του άρχιερέως και προσκυνήσας καΐ άσπασάμενος αυτήν μετά φόβου καϊ τρό- μου καϊ άνοίξας εύρε γεγραμμένα ταύτα. Και λέγει-

«"Ιδετε, ΐδετε, υιοί τών ανθρώπων, ότι έδωκα ύμΐν, άλλ'ύμεΐς ούκ έτιμήσατε την άγίαν κυριακήν ούδέ εορτάσατε. Κα'ι άπέστειλα βάρβαρα έθνη καϊ έξέχεαν τό αίμα ϋμών. Καϊ έποίησα πολλά δεινά, και ουδέ ούτω [έμετ]ενοήσατε 8. Ούκ ήκούσατε τοΰ εύαγγελίου λέγοντος· «Ό ούρανός καϊ ή γη παρελεύσονται, οί δε λόγοι μου ού μή παρέλθωσιν εις τον αιώνα;» 9 Απέστειλα ύμΐν χειμώνας και παγετούς καϊ λοιμούς και σεισ- μούς έπ'ι της γης και χάλαζα 10 και ά[κ]ρίδας καϊ κάμπας καϊ βροΰχον και άλλα πολλά διά τήν άγίαν κυριακήν, καϊ ούδέ [ν] εμετανοήσατε. Κα'ι έδωκα ύμΐν σϊτον και οίνον καϊ ελαιον κα'ι άλλον πάν αγαθόν, και όταν έχορτάσθητε, τότε πάλιν εις τό χείρον έποιήσατε. Και ήβουλήθην

7 Cf. Ps. 84,8.

8 Este comienzo parece aludir a Ex. 34,10.

9 Me. 13,31.

1 0 χάλαζα = χάλαζαν. El suprimir la letra ν en el acusativo es común en el griego modernizante.

VIS

APÉNDICE : CARTAS. DEL SEÑOR

ciasteis, volvisteis a portaros peor. Y tomé la determinación de aniquilar a todo hombre a causa del día santo del domingo; pero me moví de nuevo a misericordia por la súplica de mi Madre inmaculada y de los santos ángeles, apóstoles y mártires y tam- bién del Precursor y Bautista. Ellos apartaron mi cólera de vos- otros. Viudas, huérfanos y pobres claman ante mí, y vosotros no les compadecéis. Los gentiles se mueven a compasión; mas vosotros, cristianos como sois, no tenéis piedad. Di a los judíos una ley por medio de Moisés, y no la quebrantan; a vosotros os di el santo evangelio, mi ley y mi bautismo, y no lo habéis ob- servado.

¿No sabéis, hijos de los hombres, que en el primer día hice el cielo y la tierra y el principio de los días y de los tiempos y que le di el nombre de domingo radiante, gran pascua y re- surrección? Por eso, todo bautizado debe venerarlo y honrarlo, frecuentando la iglesia santa de Dios. ¿No sabéis asimismo que la formación de Adán (el primero que fué creado) y de Eva tuvo

άπολέσαι πάντα άνθρωττον διά τήν άγίαν κυριακήν, και πάλιν εύσπλα- χνίσθην διά την δέησιν 1 1 τής παναχράντου μου μητρός και αγίων αγγέ- λων κα'ι αποστόλων και μαρτύρων, έτι δέ και του Προδρόμου και βαπ- τιστοΰ- άπέστρεψαν τόν θυμόν μου άφ'ύμών. Χήρες 12 και ορφανά κα'ι πτωχοί κράζουσιν έμπροσθεν μου καϊ οΰκ ήλεήσατε αυτούς. Τά έθνη έλεοΰσι, ύμεΐς δέ οί χριστιανοί, έλεημοσύνην ούκ έχετε. Τοις Έβραίοις 13 νόμον έδωκα διά Μωϋσέως και ού παραβαίνουσιν ύμΐν δέ έδωκα τό άγιον εύαγγέλιον και τόν νόμον κα'ι τό βάπτισμά μου και τοΰτο ούκ έφυλάξατε.

Ουκ οϊδατε, άνθρωποι, ότι τόν ούρανόν και τήν γήν τήν πρώτην ήμέραν έποίησα και άρχήν ήμερων και χρόνον 14 καϊ λαμπράν κυρια- κήν καϊ μέγα πάσχα και άνάστασιν έκάλεσα; Καϊ διά τοΰτο πας άνθρω- πος βαπτιζόμενος οφείλει τιμά καϊ έορτάζη καϊ είς τήν άγίαν τοΰ θεοΰ έκκλησίαν εισέρχεται 15. Οΰκ οϊδατε ότι τήν παρασκευήν έποίησα τόν πρωτόπλαστον Αδάμ 16 καί τήν Εύα- και πάλιν τήν παρασκευήν I7

11 Es muy frecuente en el arte bizantino representar la escena de la súplica o δέησίξ, a que alude este pasaje. Domingo Theotocópulos (el Greco) no se olvidó de ello en su obra maestra Entierro del conde de Orgaz, en cuya parte superior se ve a la Virgen rodeada de ángeles, santos y de San Juan Bautista en actitud de orar ante Jesús por el alma del finado. Tal escena es muy común en los iconostasios bizantinos.

1 2 χήρεζ = χηρσι, forma modernizante.

13 Esta alusión a los hebreos no parece dar fundamento suficiente para pensar en las tendencias judaizantes del autor.

1 4 Parece más lógico leer χρόνων, al principio de los tiempos.

15 Nótense las formas modernizantes de τίμα, έορτάζη, εΙσέρχεται en lugar de τιμαν, έορτάζειν, είσέρχεσθαι

16 Se recomienda que sean considerados como días de ayuno, según

CARTA DEL DOMINGO

719

lugar en viernes y que en este mismo día fui yo crucificado y recibí sepultura y que al domingo siguiente resucité por la sal- vación del mundo ? Por eso os mandé que todo cristiano se abs- tuviera de carne, queso y aceite los miércoles y viernes. ¿No sa- béis que fué en el día santo del domingo cuando la hospitalidad de Abrahán me retuvo en su casa y cuando éste sacrificó un no- villo para obsequiar a la Santa Trinidad? En domingo me apa- recí también a Xloisés en el monte Sinaí; y, después de que hubo ayunado durante cuarenta días, le entregué las tablas es- critas con mano divina [o sea, la ley]. Y el día santo del domin- go mi arcángel Gabriel vino a traer el mensaje del «Dios te sal- ve» [o sea, la Anunciación]. Y en domingo recibí el bautismo de manos del Precursor, para daros ejemplo y para que no os ensoberbezcáis al ser bautizados por sacerdotes pobres; [no seáis altaneros; no despreciéis ni a un pobre siquiera], pues

έποίησα τόν σταυρόν και ύττέμεινα ταφήν και τήν κνριακήν έποίησα άνάστασιν 18 διά τήν τοΰ κόσμου σωτηρίαν; Διά τοϋτο τάς έντολάς ϋμϊν έδωκα., ίνα τετράδη I9 και τταρασκευήν πάς χριστιανός νηστεύη κρέατος, τυροΰ και ελαίου. Οϋκ οϊδατε ότι τήν άγίαν κυριακήν παρώ- κησα εν τω οίκω τοΰ Αβραάμ διά τήν φιλοξενίαν αύτοΰ, ότε και τόν μόσχον Ισθισεν 20 εΐς φιλοξενίαν της Αγίας Τριάδος; 21 Κα'ι κυρια- κήν έφάνην τω Μωϋσή έν τω ορει τω Σινά, και νηστεύσας ήμέρας τεσ- σαράκοντα δέδωκα αϋτώ τάς θεοχάρακτας πλάκας 22 [ήγουν τόν νό- μον.] Καϊ τήν άγίαν κυριακήν έμήνευσεν ό αρχάγγελος μου Γαβριήλ 2 3 τό «Χαίρε» [ήγουν τόν εύαγγελισμόν 24.] Καϊ τήν κυριακήν έδεξάμην τό βάπτισμα ϋπό τοΰ Προδρόμου, ίνα ύμιν δώσω τύπον καϊ μή υψη- λόφρονες ήτε βατΓτισΘήναι ϋττό ιερέων πτωχών· [μή υψηλόφρονες ήτε· μή ύψηλοφρονεϊτε ή καί τίνος πένητος·] ό γάρ Ιωάννης ό έμός βαπ-

costumbre de la Iglesia primitiva. Loe motivos expresados a continuación indican que tal recomendación no obedecía a prescripciones judaicas.

17 El códice III 3 de la Bibl. Barberini dice que la creación de Adán prefiguraba la encarnación y resurrección de Cristo.

18 Nótese cómo insiste el autor en que el motivo de la observancia dominical estriba en la resurrección de Cristo. Es característica de la litur- gia bizantina el dar un realce extraordinario en los oficios del domingo al motivo de la resurrección.

1 9 ΤΕτράδη τετράδην.

20 Hemos traducido esta palabra por sacrificar, refiriéndola al banquete que preparó Abrahán en honor de sus huéspedes (cf. Gen. i8,iss).

21 Es muy común entre los bizantinos ver en los tres huéspedes de Abrahán una representación de la Santísima Trinidad. Esto ha dejado sus huellas en el arte iconográfico. Baste citar a este respecto el famosísimo icono de Rubliov (s.XV), perteneciente a la catedral de la Trinidad en Moscú.

22 Cf. Ex. 31,18. 2 3 Cf. Le. 1,26.

24 Este es el nombre con que los griegos denominan la anunciación.

720

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

Juan, el que me bautizó a mí, no vestía sino pelos de camello y no comía pan ni bebía vino. ¡Ay del que no respeta a su pa- drino y a sus propios hijos! ¡Ay de los que conculcan la cruz! ¿No sabéis que en el día santo del domingo he de juzgar a toda la tierra y que han de ser emplazados ante mi presencia reyes y jefes, ricos y pobres, desnudos y desvergonzados ? Juro por mi excelso trono que, si no guardáis el día santo del domingo, los miércoles y viernes y las santas fiestas solemnes, he de en- viar bestias venenosas para que devoren los pechos de las mu- jeres que no amamantan a los niños (desprovistos de la leche de sus madres), y lobos salvajes arrebatarán a vuestros hijos. Maldito el hombre que no respeta el día santo del domingo desde la hora nona del sábado anterior hasta la alborada del lunes, [y que no observa] la prescripción del ayuno y de la abs- tinencia los miércoles y viernes. Glorificad mi excelso nombre.

Y si no hacéis esto, no creáis que os voy a enviar otra carta, sino que abriré los cielos y haré llover fuego, granizo, agua hirviendo (porque el hombre continúa en su inconsciencia);

τυστής ούκ εΐχεν, εί μή τρίχας καμήλου ένδεδυμένος, και ούτε άρτον έσθιεν ούτε οίνον ετπεν 25. Ούαϊ τον μή τιμώντα τόν έαυτοΟ σύντεκνον 26 και τά έαυτοΰ τεκνοπαιδία. Ούαϊ τούξ σταυροπάτες· ούκ οϊδατε ότι τήν άγίαν κυριακήν μέλλω κρΐναι τήν ο'ικουμένην όλην και σταθήναι έμπροσ- θεν μου βασιλείς και άρχοντες, πλούσιοι 27 και πένητες, γυμνοί και ξετραχηλισμένοι; Όμνύω κατά του θρόνου μου του ύψηλου, ότι, έάν μή φυλάξετε τήν άγίαν κυριακήν και τετράδη[ν] και παρασκευήν και τάς άγίας επισήμους έορτάς, πέμψειν έχω 2 8 Θηρία ϊοβόλα ϊνα καταφά- γωσι τούς μασθούς τών γυναικών, α'ίτινες ού θηλάζουσι βρέφη μή έχοντα μητέρων γάλα, κα'ι άρπάζουσι λύκοι άγριοι τά τέκνα ύμών. Έπικατά- ρατός έστιν ό άνθρωπος ό μή τιμών τήν άγίαν κυριακήν άπό ώρας έννάτης τοΰ σαββάτου έως δευτέρας έπιφαυσκούσης, τάς δέ τετράδας και παρασκευάς νηστείαν και ξηροφαγίαν, και δοξάζετέ (μου) τό όνομά μου τό μεγάλον.

Εί δέ και ταΰτα ού μή ποιήσετε, ού μή πέμψω άλλην έπιστολήν, άλλά ανοίξει θέλω 29 τούς ούρανούς και βρέξει θέλω πύρ, χάλαζαν, ύδωρ καχλάζον, ότι ού γινώσκει άνθρωπος, και ποιήσω σεισμούς φοβε-

25 Cf. Mt. 3,4ss.

26 Con esta palabra de cuño moderno los griegos designan el padrino del bautismo.

27 Como se ve en este caso y en otros análogos, el copista no ha tenido gran cuidado de las normas sintácticas y morfológicas.

28 πέμψειν εχω == μέλλω πέμψειν, forma perifrástica propia del griego moderno.

29 Forma perifrástica análoga y equivalente a la anterior, si biei. aquí, como en otras expresiones similares, el autor omite la ν del infinitivo.

CARTA DEL DOMINGO

721

provocaré espantosos terremotos; haré llover sangre y estacte en abril; haré desaparecer toda semilla, viña y plantas; final- mente, acabaré con vuestras ovejas y animales. Y todo esto, a causa del día santo del domingo. He de enviar, además, bes- tias aladas para que devoren vuestras carnes y digáis: Abrid los sepulcros, los que reposáis desde la eternidad, y ponednos a cubierto de la ira del Señor Dios todopoderoso. Oscureceré la luz del sol y haré sobrevenir las tinieblas, como hice una vez con los egipcios, valiéndome de mi siervo Moisés. He de enviar al pueblo de los ismaelitas para que los esclavice, y acabarán con ellos a espada, dándoles una muerte cruel. Entonces llo- raréis y os arrepentiréis. Mas yo volveré mi rostro para no oíros, a causa del día santo del domingo. Hombres malhechores, mentirosos, adúlteros, rebeldes, impíos, injustos, odiosos, trai- dores, insidiosos, blasfemos, hipócritas, abominables, falsos pro- fetas, ateos, [...], esquivos, [...], enemigos de vuestros propios hijos, conculcadores de la cruz, codiciosos del mal, desobedien- tes, charlatanes, enemigos de la luz y amantes de las tinieblas; vosotros que decís: Amamos a Cristo, pero deshonramos al pró- jimo y [...] devorando a los pobres. ¡De cuántas cosas se arre- pentirán en el día del juicio los que obran tales maldades! ¿Cómo no se va a abrir la tierra y os va a devorar vivos? Porque ejecutan las obras del diablo, heredarán la condena-

ρούς και βρέξω θέλω αίμα και στακτή[ν] Άπριλλίω και άτταν σπέρμα, αμπελώνα καΐ φυτά εξαλείψω και πρόβατα και κτήνη υμών αφανίσω δια τήν άγίαν κυριακήν. Και πέμψειν έχω θηρία πτερωτά, ίνα φάγωσιν τάς σάρκας ύμών, ίνα εϊπητε· Ανοίγετε τά μνημεία, οί άπ'αίώνος κεκοι- μωμένοι και κρύψατε ήμάς άπό την όργήν τοΰ Παντοκράτορος Κυρίου του Θεοΰ· και σκοτίσω τό φώς τοΰ ηλίου και ποιήσω σκότος, καθώς τό έποίησα τοις Αΐγυπτίοις ποτέ διά Μωϋσή δούλου μου. Και πέμψει 3έλω τον Ίσμαηλίτην λαόν, τοΰ δουλεύειν αύτών καί κακώ θανάτω και μα- χαίρα απολέσει, καί κλαύσετε καί μετανοήσετε. Καί ούτω αποστρέψω τό πρόσωπον μου τοΰ μή άκούσειν υμάς, καϊ διά τήν άγίαν κυριακήν κα- κοΰργοι άνθρωποι, ψεΰσται, μοιχοί, άντάρται, άσεβεΐς, άντίδικοι, εχθροί, προδόται, επίβουλοι, βλάσφημοι, ϋποκριταί, βδελυκτοί, ψευδοπροφήται, άθεοι, f ύδόν νομιαταί, παρακαμπανισταί, f φονοίσκοι, μισότεκνοι, σταυροπάται, πλεονέκται τοΰ κακού, παρακροαταί, κατάλαλοι, οί μι- σήσαντες τό φώς καϊ τό σκότος άγαπήσαντες, οί λέγοντες- «Τον Χριστόν άγαπώμεν, τόν δέ πλησίον άτιμάζομεν» καϊ μισούμενοι κατεσθίοντες τούς πτωχούς f πτωχούς τάς κόπας. ΤΩ πόσα μετανοήσωσιν οί τά τοιαύτα πράττοντες έν ήμέρα κρίσεως· πώς ού μή σχισθη ή γη καί καταπίη ύμάς ζώντας; "Οτι εργάζονται τά εργα τοΰ διαβόλου καί σύν τω Σατανά ανάθεμα κληρονομήσουσιν, καί τά τέκνα αύτών ώς κονιορτός άφανισ-

722

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

ción juntamente con Satanás. Y sus hijos desaparecerán de la faz de la tierra como el polvo. Por mi Madre inmaculada y por los querubines de muchos ojos y por Juan, el que me bautizó, sabed que no ha sido mano de hombre la que ha escrito esta carta, sino que salió enteramente de las manos de mi Padre invisible. Si hay algún malévolo o mal pensado que niegue el origen divino de esta carta, tendrá por herencia, lo mismo él que su casa, la condenación, igual que Sodoma y Gomorra; y su alma irá al fuego eterno por no haber dado crédito. Lo que es imposible a los hombres, es posible ante Dios.

¡Ay del sacerdote aquel que no acogida a esta carta [y que no la quiera] leer ante el pueblo! ¡Ay, además, de aquella ciudad y de aquel pueblo que no la escuchen de todo corazón! ¡Ay del hombre que se burla y desprecia al sacerdote!, pues no se mofa del sacerdote, sino de la Iglesia de Dios, así como también de su fe y de su bautismo. El sacerdote, en efecto, ruega por todo el pueblo: por los que le odian y por los que le aman. ¡Ay de los que charlan entre durante la santa misa y escandalizan al sacerdote que está orando por sus pecados, pues el sacerdote y el diácono ruegan por el pon- tífice y por el pueblo cristiano! ¡Ay de los que no honran a su padrino!, (pues él) llevó la cruz a tu casa y fué para ti un

θώσιν άπό προσώπου της γης. Μά την μητέρα μου την άχραντον και τά πολυόμματα Χερουβίμ και τον Ίωάννην τόν βαπτιστήν μου οϋκ έγράφη ή επιστολή αύτη από ανθρώπου, άλλά όλόγραφός εστίν ΰπό τοΰ αοράτου Πατρός. ΕΊ' τις κακόφρονος ή τις κακόδοξος εΰρεθή και ε'ίπη ότι ούκ εστί ή επιστολή αύτη άπό τοΰ Θεοΰ, κληρονομήσει τό ανάθεμα αυτός και ό οικός του ώς τά Σόδομα και Γόμορα και εις τό πυρ τό εξώτε- ρον άπελεύσεται ή ψυχή αύτοΰ, ότι οΰ πιστεύει. Τά άδύνατα τοις άνθρώ- ποις δυνατά εϊσιν παρά τω Θεώ 30.

Ούαί τόν ίερέαν εκείνον τόν μή δεξάμενον (και) άναγινώσκειν ταύτην έμπροσθεν τοΰ λαοΰ. Ούαί αΰ τη πόλει έκείνη και τόν λαόν εκείνον τόν μή άκούοντα ταύτην έξ όλης καρδίας. Oúai τόν άνθρπωον τόν υβρίζοντα κα'ι άτιμάζοντα τόν ίερέαν οΰ yáp υβρίζει τόν ίερέαν, άλλά τήν έκκλη- σίαν τοΰ Θεοΰ και τήν πίστιν και τό βάπτισμα αύτοΰ. Ό γάρ ιερεύς εύχεται υπέρ παντός [c. -τας] τοΰ λαοΰ, υπέρ τους μισοΰντας και αγα- πώντας αύτόν. Oúai τοις όμιλοΰσιν άλλήλοις έν τή θεία λειτουργία και τόν ιερέα σκανδαλίζουσι τόν δεόμενον ύπέρ τάς αύτών άμαρτίας· ό γάρ Ιερεύς και διάκων εύχεται ύπέρ τοΰ άρχιερέως κα'ι ύπέρ τοΰ χριστωνύμου λαοΰ. Oúai τοις μή τιμώσιν τόν ϊδιον σύντεκνον. Σταυρόν Χριστού έφε-

30 Le. ι8,27·

CARTA DEL DOMINGO

723

segundo padre por el bautismo. ¡Ay de los que no dan cré- dito a las santas escrituras! ¡Ay de los que juntan casa con casa y finca con finca para no dejar extenderse a su prójimo! ¡Ay de los que privan a los obreros ... de su salario! ¡Ay de los que prestan su dinero con usura!, pues serán juzgados jun- tamente con Judas. ¡Ay del monje que no permanece en su monasterio y en la iglesia santa de Dios! ¡Ay del monje que se da a la fornicación! ¡Ay de aquel que deja a su mujer y se adhiere a otra! Maldito el sacerdote que no lea esta (car- ta) en público, pues cierra a los hombres el reino de Dios y ni entra él ni deja entrar a los que quieren. Dichoso el sacer- dote que posea y lea esta (carta) ante el pueblo y la copie para (que llegue a) otras ciudades y países; en verdad os digo que encontrará su recompensa en el. día del juicio y la remisión de sus pecados. ¡Ay del amo de casa que no hace producir su hacienda!, pues será quemado en el fuego como madero estéril. ¡Ay del que ofrece dones en el templo y está en guerra con sus prójimos! ¡Ay del sacerdote que celebra la misa estando enemistado!, pues no está solo celebrando y elevando los santos dones, sino que los ángeles concelebran con él. Yo, Dios, soy el primero; yo estoy también después de todas estas cosas, y

ρεν έν τώ οίκω σου και δεύτερος ττατήρ έγένετό σοι [ο -σε] δια τοΰ βαπτίσματος. Ούαί τοις μή τπστεύουσιν τάς θείας γραφάς· ούαί τοις προσεγγίζουσιν οίκίαν πρός οίκίαν και αγρόν προς άγρόν ίνα μή τον πλησίον τταραστρώσουσιν. Ούαί τοις μισθόν εργάτας f °ί ποιμένες άποσ- τεροΰσιν. Ούαί τούς δίδοντας τό άργύριον αύτών έπί τόκω ότι μετά τοΰ Ιούδα κριθήσονται. Ούαί τω μοναχω τω μή παραμένοντι τω μο- ναστηρίω και τήν άγίαν τοΰ Θεού έκκλησίαν. Ούαί τω μοναχω τω πορ- νεύοντι. Ούαί καταλίποντι τήν εαυτού γυναίκα και ετέρα προσκολληθή- σεται. Έτπκατάρατος ό ιερεύς εκείνος ό μή άναγινώσκων ταύτην έμπροσ- θεν τών ανθρώπων, δτι κλεΐ τήν βασιλείαν τού Θεού έμπροσθεν αύτών και ούτε αύτός έρχεται ούτε τούς τούς βουλεύοντας έλθεΐν αφήνει 31, Εύλογημένος ό ιερεύς ό έχων και άναγινώσκων ταύτην έμπροσθεν τού λαού και άντιγράψη αύτήν εις ετεραν πόλιν και χώρας· άμήν λέγω ύμϊν εύρεΐν μισθόν έν τή ήμέρα της κρίσεως και άφεσιν αμαρτιών. Ούαί τόν οΐκοδεσπότην τόν μή ποιούντα καρποφορίαν εις τόν οίκον αύτού, δτι ώς ξύλον άκαρπον έν πυρί καυθήσεται. Ούαί τόν προσφέροντα δώρα έν τή εκκλησία και μάχην έχοντα μετά τών πλησίων αύτού. Ούαί τόν ίερέαν τόν λειτουργούντα μετά μάχης 32· ού γάρ μόνος λειτουργεί και ύψοΐ τά

31 Cf. Mt. 23,13·

32 El códice de Carpentras de la red. Β añade: <y levanta el santo pan diciendo: Las cosas santas para los santos» (expresión de la liturgia bizan- tina).

724

APÉNDICE : CARTAS DEL SEÑOR

fuera de no hay otro. ¿Adonde huiréis de mi faz? ¿Dónde os ocultaréis? Yo escudriño los corazones y los ríñones y co- nozco bien las cavilaciones de los hombres y descubriré lo que está oculto. Yo mando que todo hombre confiese fielmente a su padre espiritual cuanto hizo desde su juventud, pues éste ha sido dado por y por mi santa Iglesia para desatar y retener los pecados de los hombres. Bienaventurado aquel que ha observado el día santo del domingo; yo, Cristo, soy el que le ha bendecido, y será bendito».

Entonces el arzobispo, papa de Roma, dijo a todos: «Her- manos e hijos de nuestra humildad. Oíd, reyes y jefes. Sed cuerdos y aprended a hacer bien. Juzgad y oíd cosas justas, patriarcas, metropolitas, obispos, priores, confesores, sacer- dotes, monjes, diáconos y todo el pueblo cristiano del Señor: observad cuanto ha determinado Cristo, Señor (nuestro), acerca del día santo del domingo para que tengáis paz en este mundo. Sin la caridad pura, el hombre no posee bien alguno. Lo mismo

άγια, άλλα και άγγελοι συλλειτουργοϋσι μετ'αύτοΰ 3 3. Έγώ Θεός πρώτος, έγώ και μετά ταύτα καϊ πλην έμοΰ άλλος οϋκ εστί. Ποΰ φύγητε άττό προσώπου μου; ποΰ κρυβήσετε; Έγώ εξετάζω καρδίας καϊ νεφρούς καϊ γινώσκω τούς διαλογισμούς τών άνθρώπων και τά κρύφια φανερά ποιήσω. Έγώ διακελεύω ϊνα πιστώς έξομολογήσεται πνευματικω πατρι πάς άνθρωπος δ έπραξε εκ νεότητος αύτοΰ· αυτός γάρ εδόθη δι'έμοΰ καϊ της άγίας μου εκκλησίας του λύειν και δεσμεΐν τά τών άνθρώ- πων άμαρτήματα. Μακάριος άνθρωπος ό τιμήσας την άγίαν κυριακήν. Έγώ Χριστός εϋλογήσας αυτόν και ευλογημένος έσται».

Ό δέ άρχιεπίσκοπος πάπας 'Ρώμης εΐπε προς απαντάς- «Αδελφοί και τέκνα της ημών ταπεινώσεως. Ακούσατε βασιλείς καϊ άρχοντες, καϊ σύνετε καϊ μάθετε καλόν ποιεΐν καϊ κρίνετε κα'ι δίκαια ακούσατε, πατριάρ- χαι, μητροπολΐται, επίσκοποι, ηγούμενοι, πνευματικοί, Ιερείς, Ιερομόνα- χοι, διάκονοι και άπας ό τοΰ Κυρίου χριστώνυμος λαός, και φυλάξατε, δπερ ώρισεν ό δεσπότης Χριστός διά τήν άγίαν κυριακήν, ϊνα είς τόν κόσμον τον παρόντα εϊρήνην έχετε. Χωρίς της καθαρας άγάπης ουδέν

33 El códice III 3 de la Bibl. Barberini añade conminaciones contra los bogomiles (secta dualística del Oriente, análoga a la de los cátaros de Occidente) y contra los patarinos (llamados también cátaros de Lombar- día y fundados por el diácono Ariald en el siglo XI, que atentaban contra los ricos, contra el clero mundanizado y contra la dignidad sacerdotal). Asimismo lanza terribles anatemas contra los que no creen en la Santísima Trinidad y contra los que no veneran las santas imágenes (iconoclastas). El códice de Carpentras de la red. Β se refiere también a los Pneumatómacos, herejes del siglo IV que negaban la divinidad del Espíritu Santo.

Aparece cbro cómo en este documento, cuya antigüedad puede fijarse por lo menos en el siglo VI, han ido dejando su huella lingüística y doctrinal todas las épocas por las que ha tenido que atravesar hasta llegar a nosotros.

CARTA DEL DOMINGO

725

que los manjares sin sal son inservibles e insípidos, así tam- bién los hombres sin amor son inútiles. Por eso (os) hago esta recomendación: guardad y respetad el día santo del domingo y de la resurrección (que así ha venido a llamarse) y las fiestas solemnes, para que encontréis misericordia el día del juicio en Cristo Jesús, Señor nuestro, al cual sea dada gloria y poderío por (todos) los siglos. Así sea.

καλόν εχει ό άνθρωπος. Καθώς τά εδέσματα χωρίς άλας άχρηστα και άνοστά είσιν, ούτως και oi άνθρωποι χωρίς της αγάπης άχρηστοι είσιν. Διά τοΟτο παρακαλώ· Φυλάξατε και τιμήσατε τήν áyíocv κυριακήν και άνάστασιν, ώσπερ εκλήθη, και τάς επισήμους έορτάς, ίνα ευρητε έλεος έν τη ήμερα της κρίσεως έν Χριστώ Ίησοΰ τω Κυρίω ημών, φ ή δόξα και το κράτος εις τους αιώνας άμήν».

INDICES

A) INDICE ONOMASTICO

Aarón 55 161 196. Abbadón 373. Abbot (G. F.) 507 527. Abel 185 383.

Abgaro V Ukhámá 419 703 706 710. Abgaro IX 703. Abiacar 208.

Abiatar (sacerdote) 208 209 211 212

217. Abichar 208. Abigea 213 690. Abirón 162 212.

Abrahán 40 147 155 180 221 244

383 471 512 643. Abrahán Ecchellense 74. Abruzzos 576. Abu Salih 341. Abyacar 288. Acbarus Magnus 703. Achar 197.

Adán 168 331 376 377 383 384 421 472 482 491 493 497 571 577 580 581 591·

Adar (mes de) 350.

Adas (doctor) 454 455 464.

Addai 703.

Addas 483.

Adeney (W. A.) 36.

Adonai 219 470 487.

Aeneas 427.

Aescoly (A. Z.) 12.

Afrodisio 236.

Ageo (levita) 454 455 464.

Aggarus 707.

Agreda (sor María de) 1 1 134 190. Agripa (defensor de Cto.) 435. Agustín (San) 7 19 20 72 75 89 140

195 207 262 482 705. Ain Karim 184. Akhmim 398. Albio 525. Albov (M.) 15. Alcuino 258.

Alejandría 57 79 574 625 629.

Alejandro 325 431.

Alejandro (era de) 328.

Alejandro (hijo del Cireneo) 447.

Alejandro Nevskij (laura de) 571.

Alejandro (sacerdote) 429.

Alepo 33 42.

Algazel 127 128 129 130.

Alishan (L.) 708.

Al-Masih (Y. A.) 709.

Alien 83.

Alonso Cano 657.

Altaner (B.) 16 53 80.

Altino 191.

Amaducci (J. C.) 714.

Amalech 454 486.

Amann (Ε.) 1 13 14 16 20 36 59 79 135 139 143 144 150 156 157 158 177 189 190 191 192 195 204 206 213 230 258 259 301 327 402 426.

Ambroggi (P. de) 37 59 144 402.

Ambrosio (San) 18 51 62 140 191.

Amenti 371.

Amersbach (K.) 425.

Amida 383.

Amiot (F.) 13 37 118 143 190 425. Ammonio 4.

Amnes (defensor de Cto.) 435. Ana (Santa) 9 134 141 148 149 150

151 152 197 198 199 203 204 205

256 264 266 293 294 643. Ana, hija de Fanuel 227. Ana, madre de Samuel 158. Ana, profetisa 148 331. Ananías (cristiano) 422 576. Ananías (fariseo) m. Ananías (legisperito) 426. Ananías (mensajero) 703 704 705. Anás 171 429 435 436 456 466 470

484 485 488 499 505 506 511 522

535 557 561. Anás (escriba) 170. Anás (hijo de) 304. Anás (hijo del sacerdote) 240. Anderson (J. G. C.) 705 708.

730

ÍNDICES

Andrés (apóstol) 54 107 584 625 691. Andrés Cretense (San) 7 647 141. Andriessen (P.) 118 125. Angélico (Fra) 11. Anticristo 192 378 481 597 600 601. Antioquía 49 69 191 400 401 612 692.

Antón (San) 218.

Antonio (defensor de Cto.) 435.

Apóstol (El) 39.

Aquila 566.

Aquileya 191.

Aquilón 596.

Aquitania 544 545.

Arabes 382.

Arabia 218.

Arconte 68.

Arens 15.

Areopagita (Pseudo) 570. Ariald (diácono) 724. Aries 73.

Arimatea 449 458 470.

Armenia 297.

Armenios 182 218.

Armitage Robinson (J.) 12 503 515.

Arquelao 137 342 364 505 506 511

522 552 561. Aser (tribu de) 227. Asia Menor 140.

Asín y Palacios 13 117 118 127 129

130. Asirios 66. Assemani 707. Assia (hija de José) 362. Asterio (defensor de Cto.) 435. Atanasio (Pseudo) 23 64. Atenas 159 615 706 714 716. Augusto (emperador) 145 173 220

328 364 444 521. Auja Hafir 705. Aurea (puerta llamada) 265. Austro 596. Axon (W.) 25.

Ayuso Marazuela (T.) 712 713 715. Azimos (fiesta de los) 404 417 543. Azramí 343.

Babilonia 600.

Bagatti (B.) 17 184.

Bakhuyzen (W. H. van de Sande) 90

402.

Balaán 331. Baldoria (N.) 16 134. Balic (C.) 616,

Baljon (J. M. S.) 401. Baltasar 9 181 382. Bannister (Η. M.) 21. Bañólas 615.

Baraquías (hijo de) 44 185.

Bardenhewer (O.) 4 14 17 36 37 51 52 53 62 67 69 79 82 84 85 90 94 98 136 144 215 398 418 426 708.

Bardsley (H. J.) 16.

Bardy (G. P.) 32 34 37·

Baring-Could 117.

Barkels (H.) 13.

Barnes (A. S.) 35 36.

Barrabás 444.

Barsov (Ε. V.) 16 134 199 203 215

•425 477· Bartlet Vernon 99. Bartolomé (apóstol) 53 344 571 576 577 581 582 584 585 591 593 597 603 606 607 630 691. Basílides 18 64 79. Basset (R.) 12.

Batiffol (P.) 15 81 82 94 95 96 98 99. Bauer (W.) 15 80 177. Baumstark (M. A.) 36 52 58 572 575· Bautista (Juan) 45 52 54 55 92 147 154 160 166 263 471 493 519 722. Bea (A.) 25. Beausobre (I.) 14.

Beauvais (Vicente de) 1 1 133 190387 420 712.

Beda (el Venerable) 18 51 258 570.

Beelzebú 421 430 478.

Behari Dey (L.) 350.

Behnesa 80 87 93 97.

Belén 43 138 173 174 175 177 181 182 204 220 223 228 229 255 260 270 274 277 288 328 331 342 345 364 390 445 621 627-634 636.

Belial 578 579 580 592 601.

Bell (Η. I.) 12 101 103.

Benito (San) 189 206.

Benjamín 73 364.

Benoist 4.

Benoit (P.) 102 103.

Berea 32 33 42.

Berendts (A.) 138 144.

Berenike 528.

Bergh van Eysinga (G. van den) 15

114 177 298 300 327. Berlín 106.

Bernabé (Pseudo) 400 413. Bernice 443. Beronike 528.

A) ONOMÁSTICO

731

Bersabée 42. Besson (E.) 99 1 18. Bethleem 226. Béziers 236. Bezold (C.) 331. Bibliander (Buchmann) 135. Bickell (G.) 90 91. Bülerbeck 118.

Birch (A.) 11 142 420 424 503 507 532.

Bittner (M.) 713 714 715. Bizancio 10 706. Black (M.) 16. Bobbio 184. Bock (E.) 201. Boeser (A. A.) 708. Bogomil 26. Bogomiles 10 26 724. Bolandistas 17 376 611. Bolonia 299 301.

Bonaccorsi (G.) 12 14 20 37 59 62 67 82 85 87 90 91 99 156 157 158 160 164 166 172 174 176 190 276 309 387 391 401 618 619.

Bonnet (M.) 12 615 708.

Bonwetsch (Μ. N.) 13 144 301 575 576 589 592.

Borberg (K. F.) 13 142 301.

Bóreas 596.

Borgia (cardenal) 358.

Bouriant (U.) 58 398 401 403.

Bousquel (J.) 13.

Bousset 118.

Bover (J. M.) 611 613 614 616 648 683.

Bover-Cantera 159.

Brahmán 299.

Braun (F. M.) 103.

Brígida (Santa) 190.

British Museum 4 101 275 294 300

358 362. Brun (G. L.) 425. Brunet (G.) 13 142. Bruston (C.) 94 98 402. Bruyne (D.) 402.

Bucarest (Acad. Rumana de) 713. Büchler (A.) 84 85 86 87. Buda 1 77 300.

Budge (E. A. W.) 12 125 143 293

298 325 327 397 575 612 613. Bulgaria 10. Buonaiutti (E.) 99. Bunsen (Ch. K. J.) 1 17. Burch (V.) 36 48.

Burdeos 545. Burgidalla 545 551. Bürgi (E.) 17. Burmester (O. Η. E.) 12. Burrows(E.) 85. Buthem 466. Byria 42.

Cabrol (F.) 118 615.

Cabrol-Leclercq 17.

Cafarnaúm 54 80 215 254 255 510.

Caifás 54 328 428 429 435 436 452 456 460 466 484 485 488 499 505 Su 522 534 535 557 561.

Caín 75 383 580 601.

Cairo (El) 341.

Cairo (El Viejo) 341.

Calcata 330.

Calcedonia (concilio de) 19. Calderón de la Barca 1 1 . Calvario (monte) 447 551. Cambridge 50. Caná de Galilea 548. Cáncer (signo) 73. Capadocia 615.

Capelle (B.) 99 276 613 616 646 649

683. Carino 424. Carli (L.) 616. Cario Magno 258. Cartagena 71 2. Cartago 72. Cartojan (N.) 16 708. Casiano 60. Casiodoro 19. Cassels (W. R.) 401. Cassianus (Iulius) 58 81. Casson (L.) 705 709. Cátaros 6 16.

Cátaros de Lombardía 724. Catulle Mendés 25. Caverna de los Tesoros 331. Cecchelli (C.) 65 144 195 218 276 301 327 330 331 360 384 616 618. Cedor 596. Celso 140 362. Ceponio 7 18. Cerfaux (L.) 102 103. Cerintianos 53. Cersoy 95. Cerutti(F.) 16.

Cesárea (biblioteca de) 34 45 145. Cilicia 69.

Cipriano (Pseudo) 47 122.

732

ÍNDICES

Cirilo de Alejandría (San) 204 293. Cirilo de Jerusalén (San) 64 66 122. Cirilo de Jerusalén (Pseudo) 49. Ciro 383.

Claudio (emperador) 545.

Clemente Alejandrino 27 17 33 35 37 57 58 59 62 81 95 98 99 122 123 124 137 138 140 160.

Clemente Romano (San) 13 52 142 301 424.

Cleofás (nombre de Joaquín) 293. Colombo (S.) 122 125 127. Colt (expedición arqueológica de) 705.

Conrady (L.) 15 139 144 164 301.

Constantinopla 197 332.

Conybeare (F.) 143 423.

Copenhague 4 293.

Copley Greene (H.) 25.

Coré 162 212.

Cosquin (E.) 327 351.

Cotelier (J. B.) 117 300.

Cotton (biblioteca de) 362.

Couard (L.) 15 98.

Cowper (Β. H.) 13 142 301 325 327.

Crawford (colección) 358.

Crawford (S. J.) 425.

Credner 174.

Creta (isla de) 505.

Crisóstomo (San Juan) 122 204.

Crispo 435.

Cromacio 189 191 192 193 258 275.

Crum (W. E.) 65 1 14 397.

Crum (M.) 572.

Cruzados (los) 260.

Ctesiphon 22.

Culloch (Me.) 12.

Cureton (W.) 706 707.

Chabot (J. B.) 13 383· Chaine (M.) 293 612. Chapman (D. J.) 20. Chapuis (P.) 402. Chartres 259. Cherudik 590. Cherum 596. Cheyne 14. Chiapelli (A.) 90 94. Chilturá 584. Chiruvim 584. Chritir 584. Chrzaszcz (I.) 36. Chuedonius 1 1 .

Dafnis (monasterio) 615.

DAlsace (B.) 615.

Dahlmann 299.

Da'ietsi (I.) 379 612.

Damant (G. H.) 351.

Damasceno (San Juan) 7 141 204

380 561 563 647. Dámaso (papa) 19 191. Danicic (G.) 425 532. Daniel 331 699. Daniel (higúmeno) 184. Daniel-Rops 13. Dante 1 1 . Darío 707.

Darley (E.) 426 528 545. Daschian (J.) 708. Datán 162.

David 138 161 197 220 231 260 269 270 277 350 355 363 421 451 476 494 496 643.

David (tribu de) 163.

Decio 193.

Dedicación (fiesta de la) 146 261. Deires-Sourjani (monasterio d;) 615. Deissmann (A.) 59 91 99. Delatte (A.) 300 301 321 323 324. Delehaye (Ρ. H.) 648. Demetrio de Antioquía 293. Demiurgo 304. Destefani (G.) 16. Devos (P.) 360 361. Diablo 371 477 578 579. Diamper (sínodo de) 326 352. Dídimo 123.

Dimas 9 429 446 534 538. Dionisio de Alejandría 22. Dionisio el Exiguo 19. Dionisio de Tell Mahre (Pseudo)

383· Dismas 446.

Dobschütz (E. von) ig 20 22 422

426 528 704 706 707 708. Docetas 70.

Docetas de Rhossos 69. Dodd (J. D.) 37 41 117. Donahue (C.) 613. Dorada (puerta) 264. Doresse (J.) 58 67 114. Dothaim (sacerdote) 429. Dresde 299 302. Drioton (E.) 708. Druthmar (C.) 190. Duhr (J.) 17 616. Dulaurier 12 358 367 571 575.

Al ONOMÁSTICO

73?.

Dúmaco (ladrón) 340 341 446. Dunlop Gibson (M.) 507 520. Dunkerley (R.) 36 85 99 1 18 1 19. Durand (A.) 161. Duriez (G.) 14. Duval (R.) 12.

Ebionitas 33 34 37 3S 43 51 139.

'Ebjóním 52.

Edesa 703 704 706 710.

Edesa (archivos) 704.

Edesa (princesa de) 706.

Efeso 622 627 649 690.

Efrén Phigana 326.

Efrén el Sirio (San) 706.

Egias 483.

Egipcios 57 333 334.

Egipto 4 68 89 91 92 120 140 162 183 222 230 235 236 237 263 287 298 302 321 322 324 32S 333 334 341 342 359 362 364 375 400 435 441 445 448 574 615 706.

Egipto (Alto) 58 67 597·

Egypt Exploration F.und 93.

Ehrhard (A.) 17 143.

Eisentraut (E.) 07.

Eisler (R.) 99 103.

El-Hadra 615.

Elcana 14S 158.

Eüakim 146.

Elias 147 208 377 378 412 481 579

580. Elíseo 457. E!licott(C. J.) 15. Eloy 487. Emaus 427. Emmanuel 54S.

Emmerich (sor Catalina) 11 58 134.

Encenia (fiesta) 146.

Encratitas 57 60 81.

Enger (M.) 612.

Epep (mes de) 367 373 376.

Epifanio (San) 7 17 21 33 34 35 40 51 52 53 54 57 61 67 68 75 79 80 123 136 139 158 161 162 168 208 420.

Epifanio (monje) 570 648. Equitania 645. Escenopegia 146. Escribas 411. Esmirna 42. Esopo 352. España 19 713.

1 Espíritu Santo 484 607 622 624 625 626S 633 (cf. Indice de materias). I Esser(G.)94.

Esteban (San) 410. ; Etalphata 596. I Etíopes 350.

Eufrates 604 703.

Eurípides 177.

Eusebio de Cesárea 2 7 17 22 33 34 38 52 62 64 69 71 400 420 528 703 708 710 712.

Eustathius (Pseudo) 142.

Eva 76 168 222 329 376 381 382 421 571 603.

Evans (E.) 14.

Evelyn White (H. G.) 82.

Evodio de Antioquía 293 612. I Evodio (Pseudo) 648.

Exuperio de Tolosa 6 1 8 20.

Ezequiel 159.

' Fabricius (J. A.) 1 1 58 62 65 67 69 75 77 78 142 155 301 325 327 359 424 507 707.

Faller (O.) 645.

Faraón 237 334 441. ; Fariseos 54 84 209 319 41 1. . Farleka (Μ. I.) 706.

Fayum 89. , Fedro 352.

Feis (L. de) 528.

Felicolo (C.) 616.

Felipe 6 53 67 68 1 1 1 625 691. j Felipe de Sido 48.

Feller (J.) 293. j Fenicia 507.

1 Fernández Guerra y Orbe (A.) 614.

I Férotin (M.) 584 585 612 664.

j Ferri (S.) 276.

¡ Fields (VV. C.) 16.

! Füastrio 79.

ι Filipo 505 506 511 522.

Filipos (Macedonia) 705. '. Filón 172.

Findlay (A. F.) 15. ' Finees (defensor de Cto.) 435.

Finees (sacerdote) 454 455 464 483.

Fitzwilliam Museum 50. 1 Fleischer (H.) 325.

Fleury de Rohault 16.

Florencia 233 322. . Florencia (Biblioteca Laurenziana de) 325 331 467·

Florentino (N.) 686.

734

ÍNDICES

Focas 164. Focílides 171. Focio 21 194.

Fonseca (L. G. da) 103 118.

Fontaine (La) 352.

Forget (I.) 13.

Fracassini (U.) 94.

Francia 332.

Franck 36.

Franco (I.) 13.

Franke (H.) 103.

Freer 120.

Freppel 15.

Fries (S. A.) 36.

Frigios 66.

Funk (X.) 402.

Gabriel 166 328 363 372 373 588

595 600 601 636. Gabriclovich 615. Gaertringen (H. von) 704 708. Galbiati (G.) 24. Gallia 236.

Galilea 53 112 181 237 270 342 365 374 453 454 456 462 464 5*5 542 543·.

Gamaliel 429 441 470 704. Gamurrini (J. F.) 707. Ganka (V.) 425. García Castro (M.) 16 616. Gardner-Smith 402. Garrucci (R.) 16 214 236. Gaspar 19 181 382. Gaza 49.

Gebhardt (O. von) 401. Geffcken (J.) 14. Gelasio (papa) 19 20. Geminis (signo) 73. Gennaro (G.) 51 53. Geón 604.

Germán I (patriarca) 141 647.

Gerona 615.

Gessler (J.) 715.

Gestas 9 429 446 533 538.

Getsemaní 109 642 716.

Ghedini (G.) 16 102 103.

Giessen 387.

Giles (J. A.) 327.

Giotto 11 615.

Giquello (P.) 615.

Gizeh 341 398.

Gla (De) 36.

Glaser (N.) 11.

Gnósticos 63 68 75 80 113 298 304

305 .424 574· Gnósticos cainitas 75. Gnósticos de Egipto 67. Gnósticos oñtas 168. Gnósticos simonistas 64. Goa 326.

Godoy Alcántara (J.) 27. Goguel (M.) 16 102 103. Gólgota 446. Goliath 451.

Golius (Biblioteca de) 325. Gómez (J. J.) 99 117. Gomorra 722.

González-Blanco (Ε.) χ 4 14 25 143 159 i6o 164 167 174 176 190 258 301 327 360 379 425 527 545·

Goodwin (Ch.) 545.

Gordillo (M.) 615 616 686.

Gottheil (R. J. H.) 708.

Gousset (R.) 16 226.

Grabe 69 117.

Grace Clark (E.) 426.

Graecia 547.

Graf (G.) 13 25 144 327 360 709 71 5. Granada 27.

Grébaut (S.) 24 107 301 708. Gregorio (papa) 20. Gregorio Nazianzeno 380. Gregorio de Nisa (San) 136 161. Gregorio de Tours (San) 420 421. Grenfell (Β. P.) 81 83 85 87 93 94

95 98 142 143. Grenfell-Hunt 12 84. Gressman 40. Gritfinhoofe 94. Grossouw (W.) 12. Grynaeus (I. I.) 11 142. Guasti (C.) 425. Guerra (D. N.) 576. Guerrier (L.) 588. Guerrier-Grébaut 12. Guidi (I.) 12 13 1 19. Gurdja 705.

Haase (F.) 15 144 575.

Habacuc 225 331 699.

Hades 578.

Hall (J. H.) 715.

Hallock (F. H.) 12.

Hanán (hijo de) 354.

Handmann (R.) 34 36.

Hannan (mensajero) 103 704 706.

Harnack (A.) 12 13 14 36 51 53 58

A) onomástico

735

62 65 67 79 80 84 85 90 94 96 98 99 144 175 301 399 401 403 426 571 575·

Harris (J. R.) 402.

Harrison (E. F.) 103.

Hayes (W.) 301.

Haymon de Auxerre 48 410.

Hautsch 1 18.

Hebreos 33.

Hegesipo 33 39.

Heidet (L.) 616.

Heinrici (G.) 82 94 98 99.

Helí (hijos de) 600.

Heliodoro 189 191 193 258 275.

Heliópolis 341 .

Heloi 587.

Hennecke (E.) 13 14 59 62 65 67 72 75 77 79 80 90 94 107 108 113 114 143 177·

Henoc 378 466 481 579 580.

Hermas (Pastor de) 424.

Hermópolis 234.

Herodes 54 182 183 184 185 187 228 229 230 289 290 293 321 324 331 332 334 364 365 369 373 377 382 383 399 403 404 418 428 445 511 514 515 5i8 545 580.

Herodíades 518.

Heroldus (J.) 11 142.

Herz 95.

Hesler 425.

Hesychius 21.

Hettich (E. L.) 705 709.

Hilario (San) 140 161.

Hilgenfeld (A.) 3 12 34 36 5 1 53 58 62 69 79 82 90 91 98.

Hipólito de Roma 57 61 62 64 65 81 126 300.

Hir (A. Le) 615.

Hofmann (R. A.) 14 15 142 327.

Holandesa (Escuela Radical) 113.

Holtzmann (H. J.) 14 94.

Holzmeister (U.) 16 118 125 365.

Hone (W.) 13.

Hópfl (H.)-Gut (B.) 14.

Hormisdas (papa) 19.

Hortsmann 388.

Hoyer (J.) 15.

Hroswitha de Gandersheim 190. Hubert Phalesius 115. Hunt (A. S.) 81 83 85 87 93 94 97 98. Hyvernat (H.) 13.

Ibérica (península) 72. Ibiza 712.

Ibn Abd al-Barr 130. Iconoclastas 724. Idacio 7 18.

Ignacio de Antioquía 42 172 400. India 218 352 571 625. Indios 181 382.

Infierno 473 474 476 478 490 494

496 497 499 578 579 580. Inglaterra 706.

Inocencio I (papa) 6 18 20 141 189 195·

Inocentes 136 230 364. Instituto Bíblico de Roma 24. Ioannikios (patriarca) 716. Ireneo (San) 2 17 37 38 64 65 66 113

114 127 168 300 308 410. Isaac 147 150 155 180 221 263 512

643·

Isaac (defensor de Cto.) 435.

Isaac (maestro) 466.

Isabel 55 92 164 166 167 183 184

643- Isacar 197.

Isacar (sumo sacerdote) 261.

Isaías 106 225 235 269 421 471 492.

Isidoro (hereje) 64.

Isidoro de Isolano 358.

Isidoro de Sevilla (San) 20.

Ismael 155.

Israel 110 145 146 162 167 169 171 172 173 177 180 185 197 198 203 205 208 209 210 224 225 240 247 248 329 334 342 350 355 365·

Ivanov (I.) 26 243.

Iviron (monasterio de) 615.

Jackson (B.) 118. Jacob 512 643.

Jacob (hijo de José) 174 180 221 364

368 376. Jacobs (J.) 425. Jacquier (E.) 82 95 98 118. Jacoby (A.) 58 107 108 118. Jairo (sacerdote) 429. Jambres 441 .

James (M. R.) 4 12 13 14 25 36 37 48 49 So 53 59 62 65 68 69 72 75 77 82 83 84 90 94 98 99 110 143 176 275 276 277 293 299 300 301 319 341 388 401 425 441 572 575 576 583 612 618.

Jardín de José 409.

736

ÍNDICES

Jefonías 641 642. Jehová 146. Jenkinson 118. Jeremías 151 421 494. Jeremías (J.) 85 103 118. Jericó 248.

Jerónimo (San) 7 17 18 20 21 22 32 33 34 35 36 38 40 46 Si 62 69 74 120 140 161 189 191 192 193 208 222 225 258 262 273 275 570 571

707.

Jerónimo (Pseudo) 21 192.

Jerusalén 23 33 49 78 119 151 170 174 187 196 197 204 224 228 260 261 265 266 268 288 289 314 320 331 354 355 364 366 375 382 390 431 454 464 470 507 527 544 551 554 556 562 581 625 629 631 655 691.

Jerusalén (Biblioteca de) 359 360. Jerusalén (rey de) 349. Jessé 269.

Jimeno Peña (R.) 27.

Joaquín 9 134 140 141 145 148 152 153 154 155 158 196 197 200 201 202 203 260 261 262 264 293 294.

Job 150 512.

Jobel 468.

Johannes (sacerdote) 170. Johnson (Sh. E.) 14. Jonakir 146. Jonás 421. Jonathim 148.

Jones (J.) 11 142 301 325 327 706. Jordán 33 55 102 106 238 249 251

357 472 482 484 486 493. Josafat (valle de) 614 695. José (hijo de Jacob) 263. José (hijo de José) 256. José (pontífice) 470. José (hombre rico) 255. José de Arimatea 404 409 449 450

458 469 485 537 556 561 689 700. José el Estilita 383. Josefo (historiador) 203. Josefo (pontífice) 326 328. Josetos 362 365. Joyada (hijo de) 44. Juan (apóstol) 54 1 1 1 426 543 584

621 622 623 627 641 666 690 691. Juan (parientes de San) 620. Juan VII (papa) 197. Juan de Tesalónica 646 648. Judá (patriarca) 43 73.

Judá (tribu de) 161 196 212 220 237

363 364· Judas (hijo de José) 256. Judas Iscariote 54 76 126 127 347

348 534 535 536 580. Judas (defensor de Cto.) 435. Judas (sacerdote) 429. Judas Tadco 691.

Judea 43 119 161 181 182 232 273 342 407 546 547 549 551 554 555 560 562.

Judíos 40 48 75 178 228 348 374 399 401 403 409 418 422 430 434 437 438 439 440 441 443 444 534 537 545 552 619 623 633.

Judit (criada de Ana) 148 149.

Jugie (M.) 611 613 615 616 646 647 648 649 668 683.

Jung (Instituto, de Zürich) 65 114.

Justino (San) 65 122 125 137 362 400 405 419 422.

Justo (hijo de José) 362.

Juthim 148.

Ka'aba de la Meca 218. Karino 483 484 486 487 500. Kaufhold (W.) 17 215. Καψώμενος (Στ. Γ.) 107. Kiev 199 203 215. Kihn (Η.) 402. Kirpichnikov (A.) 16 134. Kispaugh (M. J.) 144. Klameth (G.) 360. Klauek (A.) 144 177. Kleinschmidt (B.) 144. Kleuker (J. F.) 14. Klopstock 1 1 .

Klostermann (E.) 12 36 59 62 65 67

77 82 87 90 91 99 103 118. Kóhler (K.) 118. Kórner (J. G.) 115 117. Kraft IT 8. Krall (J.) 708. Kraskovskii (J.) 425. Kreyenbühl (J.) 113 114. Krishna 300 Kroll (J.) 426 575- Kropp (A. M.) 575. Kroymann (E.) 113. Krueger (G.) 14. Kunze (J.) 401.

Lacau (P.) 397 572 575. Lagarde (P. de) 359 364 612.

A) ONOMÁSTICO

737

Lagrange (M. J.) 36 39 44 49 84 86 87 98 99 100 101 102 103 276 277. Lardner (N.) 117. Láscaris Comneno (E.) 709. Lausana 531. Lavdán 628.

Lavrov (P. A.) 143 243 301. Lázaro 334 441 443 475 562. Lázaro (defensor de Jesús) 435. Leclercq (H.) 21 144 173 214 222

226 228 308 360 362 422 426 467

479 7°5 7°6 708. Lefort (L. Th.) 12 360 361. Lehner (F. A. von) 17 134 143. Leipoldt (J. M.) 143. Leipzig 293. Lemme (L.) 143. Lenevior 596. León Magno (San) 20 181. León Monje 615. Leoncio de Bizancio 67. Leónidas (filósofo) 18. Leroy (L.) 612. Lesbónax 519. Letrán 184 560.

Leucio 7 194 424 483 484 486 487

500 614 618 651. Leucio Carino 424. Leucius 18.

Leucius Charinus 21 194.

Leucius (discipulus diabuli) 21.

Leví (patriarca) 73 84.

Leví (Mateo) 108.

Leví (rabino) 244 245 246 464.

Leví (sacerdote) 429.

Levie (J.) 103.

Lewis (S. A.) 12 13 142 143 612 613. Libia 57 545 546 551. Liciano 524.

Liciniano 712 713 714 715 Lidia (hija de José) 362. Liechtenhan (R.) 111 113 114. Liell (F.) 16 228.

Lietzmann (H.) 12 37 59 62 65 67 82

87 89 90 91 98. Lipsius (R. A.) 15 425 708. Lisia (hija de José) 362 371. Lods (A.) 401. Lock (W.) 94· Ldfgren (O.) 24. Londres 214. Longinos 10 421 467 516. Lorber (J.) 143. Lucas (San) 625 691.

Ev. apócrifos

Lucianus 21. Lucius (E.) 15. Lucot 326.

Lüdtke (W.) 300 301. Lundborg (M.) 401. Lützelberger (E. J.) 142. Luzac 12 143 613.

Llamera (B.) 359.

Mabrech 454.

Macario el Egipcio (San) 124 327. Macpherson (J.) 402. Madrid (Biblioteca Nacional) 566. Magdala 415.

Magdalena (María) 107 293 415 449 504.

Magos 181 182 229 230 286 287 289

331 332 382 383 384 445. Ma'hanu IV (rey) 703. Mahoma 25. Maioma 49. Malabar 352. Malden (R. H.) 14. Malech (monte) 454 586. Maleth (monte) 486. Malik 181. Malkom 454.

Mamilch (monte) 454 457 464 486.

Manbre 454.

Manchester 358.

Manchot (K.) 402.

Manen (W. C. van) 401.

Manes 18 21 66.

Mangenot (E.) 118.

Maniqueos 4 18 20 64 66 76 189 194.

Mansi 20.

Marciano (hereje) 70.

Marción 63.

Marcionitas 72.

Marcos (San) 625 629.

Marcosianos 64 66.

Mareggiani (A.) 14 143.

Margoliouth 118.

María de Cleofás 256.

María (hermana de Marta) 124.

Marmorstein (A.) 84 85.

Marsh (F. S.) 575.

Marta 124.

Martín I (papa) 281.

Massigli (R.) 20.

Matarieh 341.

Mateo (San) 51 53 54 189 191 193 629 691.

24

73S

ÍNDICES

Matías 62 63 64 691. Maurico (emperador) 617 651. Mauch 596. Maury (A.) 425. Maximiano 69 1 .

Maximino Daza (emperador) 419. Maximino Tauronense 181. Mayeda (G.) 102 103. Melchor 9.

Melikset-Bekov (L.) 301. Melitón de Sardes 611 618 645. Melkir 580.

Melkom 181 382 383 384.

Melquisedec 383.

Menfis 341.

Menezes (A.) 326.

Menoud (P. J.) 103.

Mequitaristas (PP.) 12 379 425.

Merintianos 53.

Mermeoth 599.

Mesopotamia 352.

Mesoré (mes de) 641.

Messina (G.) 16 331.

Meunier (Ch.) 401.

Meyer (A.) 143 176 177 301.

Michel (Ch.) 12 13 143 148 158 174

176 190 301 308. Michel-Peeters 299. Migne (J. P.) 13 78 258 325 501 507

520.

Miguel (arcángel) 372 373 480 482 492 577 581 592 595 601 602 649 656.

Milán 226 245.

Milton 11.

Millet (G.) 17.

Mingana (A.) 12 312 426.

Mingarelli (G. L.) 299 301 306 318.

Minissi (N.) 26.

Miqueas 181.

Miryam 154.

Misr 341.

Misr al-Atiqa 341.

Moab 276.

Moisés 412 441 445 467 512. Moisés de Chorene 419 708. Mommsen (Th.) 422 425. Monneret de Villard (U.) 33 1 332. Monte Atos 615. Montecassino 615. Monte de la Revelación 331. Monte de las Victorias 383. Morenz (R.) 358 360. Moría (monte) 589.

Moricca (U.) 572 575 596. Morin (G.) 383. Morris (R.) 127. Moscú 184 214 719. Mosela 362. Movers (K.) 14. Muerte 371 578 580. Munich 191 203. Münster (F.) 425. Muñoveros 566. Myslivec (J.) 709.

Naassenos 57 61 64 65 81. Nácar-Colunga 225. Nag-Hammadi 58 65 67 114 383. Nápoles 566.

Natán 544 546 547 548 549 550 565. Natanael (Bartolomé) 89. Ñau (F.) 14. Naúm 546 547.

Nazarenos 34 40 43 44 45 47 48 51 69 71.

Nazaret 1 70 1 74 1 8 1 204 247 260 302 324 342 357 365 366 374 375 388 391·

Nazaretanos 164.

Neander (Neumann) [M.] 11 135 142.

Neftalí (sacerdote) 429. Negeb 705. Nessana 705.

Nestle (E.) 12 59 118 143 144. Nestorianos 379. Neubert (E.) 15. Nicéforo 23.

Nicodemo 420 426 427 428 440 441 444 450 457 460 470 485 535 537 556 561 691.

Nicodemo (Pseudo) 648.

Nicolás (M.) 15.

Nicolás I (papa) 20.

Nicoll 325.

Nicholson (Ε. B.) 34 36. Nilo (río) 360. Nirschl (J.) 707. Nisán (mes de) 380 405. Nober (P.) 17. Noé 282 355. Noesgen (K. F.) 36. Noguer (N.) 98 118. Novakovic (S.) 142 301 613 708.

Odoardi (G.) 616. Oesterley (W. O. E.) 16.

A) ONOMÁSTICO

739

Okunev (N.) 19 616.

Olívete 109 655 696 698.

Olivos (monte de los) 360 361 446

454 590 592· Oloy 487.

Oppenheim (M.) 704 708. Orígenes 4 9 19 20 32 33 35 36 38 42

46 51 64 69 122 137 140 161 183

362.

Orígenes (Pseudo) 35. Orosio (Pablo) 72 420. Osborn (G.) 82 83 Osiris 359 360. Osrhoena 703. Ott (J.) 13.

Oxford (Biblioteca Bodleiana de) 325·

Oxyrhynchus 81 93 101. Ρ· A. 16 134.

Pablo (San) 37 47 78 625 628 641 663 691.

Paciano de Barcelona 195. Padua 615.

Paisiev (colección) 575.

Paladio 326.

Palatino (monte) 75.

Palestina 184 203 401 507.

Pamplona 615.

Panaghia Kapulu 649.

Pancracio de Taormina (San) 402.

Paneas 510 528.

Pánfilo (mártir) 42.

Panópolis 398.

Pantocrátor 55.

Papías 37 39 126.

París (Biblioteca Imperial) 458.

París (Biblioteca Real) 571.

Parisot 708.

Parker (P.) 35 37.

Parmenio 193.

Pascua (fiesta) 320 410 536.

Pascual I (papa) 330.

Pasquero (F.) 426.

Pedro (San) 6 42 47 52 54 69 90 107 108 398 401 410 584 625-627 641 642 668 678 689 691 692 716.

Pedro de Alejandría (San) 136 137.

Pedro (zar) 26.

Peeters (P.) 12 13 144 297 300 301 325 326 327 328 329 360 363 379. Peinador (M.) 16. Pella (Decápolis) 33 117. Penna (A.) 15 301 616.

Peradze Grzegorz 13 26. Peretto (L. M.) 144. Persas 181 289 382. Persia 331 383. Peterson (E.) 68. Petronio 411. Petrus de Riga 50. Pfeiffer (R. H.) 15. Phillips (G.) 704 708. Picard (Ch.) 705. Piccolomini (E.) 402. Pick (B.) 13 15 98 117. Pieper (K.) 103.

Pilato 140 399 403 404 405 406 411 414 415 422 427 429 430 341 432 435 436 437 438 440 446 449 45° 451 467 499 501 502 503 505 507 515 5i8 533 545 547 561 566.

Pirot 575 616.

Pistelli (E.) 137 143 176.

Pius 550.

Places (E. des) 709.

Platón 62.

Plessis (J.) 615.

Pleyte (W.) 708.

Plummer (A.) 15.

Pneumatómacos 724.

Pokrovskij (N.) 16 184 215 236.

Polese (F. R.) 90.

Policarpo (San) 42 126 400.

Polivka (I.) 425 527.

Pons de Négrepelisse 1 4.

Popov (A.) 13 301 613.

Porfirjev(I. la.) 143 144 184 425 507

527 613 708. Postel (G.) 141 145 155. Potter (M. A.) 15 134. Power (E.) 17 119. Preuschen (E.) 12 40 47 53 65 82 84

85 90 91 94 95 98 118 124 421. Priscilianistas 18 72 189. Prisciliano 73.

Procla (Claudia) 434 439 516 525. Procopio 705. Proctor (W. C.) 14. Prudencio 179 189 224. Ptolemaeus 113. Puech (A.) 14 36 53 65 114. Puech-Quispel 113. Pugliese (C.) 107. Pusey 325. I Pypin (N. A.) 13 142 425 575 714.

740

ÍNDICES

Quasten (J.) 138 144426. Quatremére (E.) 358. Quincy Donehoo (J. D.) 15. Quirino 41Q. Quispel (G.) 1 14.

Raab (mensajero) 503, Rachaab 430 505. Rafael 595.

Ragg (Lo. and La.) 21 27. Ragüel 148.

Rahmani (I. E.) 12 423 425 515. Rainer (colección de) 89. Raquel (tumba de) 364 390. Rauschen (G.) 12 143 401. Ravena 173 221 367. Rebeca 213. Redin (Ε. K.) 16. Reinsch (R.) 293 387. Reitzenstein (R.) 74 94 98 99. Renacimiento 10 501. Rendel Harris (J.) 14 52 426. Resch (A.) 58 115 117. Revillout (E.) 12 36 52 358 359 397

423 425 572 575. Rhossos 69 398 400. Ribadeneyra (P.) 11. Richter (I. P.) 236. Riggenbach (H.) 84 85. Rivera (A.) 616. Riviére (J.) 616 645 659. Roberts (C. H.) 106. Robertson (A. T.) 99. Robertson (G. A.) 98. Robinson (F.) 12 36 143 293 358 397

612.

Robinson (J. A.) 14 276 283 399 401 403·

Robson (J.) 16 294.

Ródano 531.

Ródiger (E.) 325.

Rohrbach (P.) 84 85.

Roma 10 20 47 165 179 214 230 330 358 384 467 479 505 508 529 546 560 612 625 627 628 714.

Roma (archivos imperiales) 419.

Roma (Biblioteca Casanatense de) 574·

Roma (obispo de) 761. Roma (papa de) 724. Romanos (himnógrafo) 204. Romeo (A.) 575. Ropes (J. H.) 117 118. Rossi (De) 16 226 367.

Rost (Ch.) 15 134.

Rotunno (C.)-Bartoletti (E.) 143.

Rouanet (A.) 36.

'Ρουβίμ 2ÓI-

Rubelión (cónsul) 428. Rubén (escriba) 198 261. Rubén (judío) 146 695. Rubén (patriarca) 73. Rubén (sacerdote) 134. Rubliov 719.

Rufino de Aquileya 22 191. Rufo (cónsul) 428. Rush (A. C.) 616. Rusia 10. Ruts (C.) 13.

Rustafjaell (M. R.) 397 572 575. Ruwet (J.) 14 118. Rylaarsdam (J. C.) 15 17.

Sabatier (A.) 402. Sabelianos 57 61. Sachau (E.) 143 715. Sadnik (L.1 13. Saintyves (P.) 16. Salamanca 686. Salem (rey de) 349 383. Salem (tintorero) 348. Saller (J. S.) 17.

Salomé (criada de la Sda. Familia)

364·

Salomé (mujer del Zebedeo) 57 S9 81.

Salomé (partera) 179 222 223 258 329 381 382.

Salomón 210 261 350 594.

Salto del Señor 389.

Salvador 304 305.

Salzkammergut 25.

Samaniego 352.

Samaría 1 19.

Samaritanos 178.

Samarqandi 129.

Samuel (defensor de Cto.) 435.

Samuel (hijo de José) 174.

Samuel (profeta) 140 148 151 158 164 263.

Samuel (sacerdote) 187.

San Petersburgo 236 571; Duchov- naia (Akademija de) 575.

San Sabbas ad Mare Mortuum (lau- ra de) 572.

Sánchez Cantón (F. J.) xi 17.

Sanday (W.) 94.

Sansón 151 263; madre de 200.

A) ONOMASTICO

741

Santiago 6 41 54 11 1 256275 410625 629.

Santiago (autor del Protoevangelio) 187.

Santiago (defensor de Cto.) 435. Santiago (hijo de José) 255 318 353 465·

Santiago (hijo de Alfeo) 53. Santiago el Mayor 691. Santiago el Menor 135 145 189. Sara (hija de Caifás) 535. Sara (mujer de Abrahán) 150 263. Sardes 645 666. Satán 473 474. Satanail 594.

Satanás 120 238 240 333 335 336 346 348 364 476 478 489 490 491 495 496 499 594 600 694.

Sauer (J.) 528.

Savi (P.) 90.

Scarabelli (L.) 14 143.

Schade (L.) 36.

Schade (O.) 293 327 387.

Schmid(M.) 16.

Schmid (R.) 226 325.

Schmidius (C. C. L.) 1 1 327.

Schmidt (C.) 4 12 16 108 ni 116 5/1 575·

Schmidt (L.) 67 112.

Schmidtke (A.) 35 36 49.

Schneckcnburger 58.

Schneider (T.) i¡8.

Scholz (A. von) 94.

Schone (H.) 143.

Schonfield (H. J.) 16 37.

Schubart (W.) 99.

Schubert (H. von) 399 401 402 425.

Schwartz (E.) 20 708.

Secundus 113.

Sedgwick (S. N.) 14.

Sedlacek (J.) 425.

Sedulius 265.

Séfora 213 690.

Segovia 566.

Seléucidas (era de los) 704. Sem 383.

Semeria (G.) 94 402. Semes (sacerdote) 429. Serapión 69 70 398 400 401. Serbia 10.

Set33i 383 472 473. Sextus 22.

Seymour (St. J. D.) 613. Sibilas 502.

Sicar (campo de) 389. Sidón 391.

Siegmund (A.) 16 134.

Sike (H.) 325 327 328 329 341.

Sila 378.

Siloé (piscina) 86. Silos (abadía) 584 615. Simancas 566.

Simeón (anciano) 175 187 227 330 . 463-

Simeón (hijo de José) 256 278 279

281 284 290. Simeón (hijo del anciano) 423. Simón (J.) 24.

Simón (apóstol) 54 110 m 351 352

625 691. Simón Cireneo 447. Simón (hijo de José) 174 273 277 365. Simón Mago 74. Sinaí 147. Sinoo 311. I Sión (monte) 695. Siria 42 379 400 703 706. Siró (sacerdote) 429. Siro-malabares (cristianos) 352. Sissebá 181.

Sivia Eteria (peregrina) 707. Sixto III (papa) 10 22 367. Skeat (T. C.) 12 101 103. Skvortsov (K.) 15. Smothers (E.) 103. Snell (B. J.) 14. Soden (H. von) 49 402. Sodoma 722. Sofía 307. Sofronio (San) 204. Sokolov (Μ. I.) 573. Sommos 468. Sotinen 235. Sozomenos 234. Speranskij (Μ. N.) 13 301 425. Spiegelberg ( W.) 108. Sreznevskij (J.) 613. Stáhlin (O.) 16 144. .Stano (G.) 616. Stanton (V. H.) 402. Steffen (R.) 16. Stcgmüller (F.) 17 611. Steidle (B.) 14. Steinmüller (J. E.) 15. Stern 359. Stocks (H.) 402. Stojanovic 425. Strack 118.

742

ÍNDICES

Stülcken (A.) 401 426.

Sturdza Scheianu (Dimitrie) 713.

Sutcliffe (E. F.) 566.

Suckov (C. A.) 142.

Susana 213.

Symmachus 52.

Svvete (Η. B.) 84 85 97 98 99 101 401. Székely (St.) 14.

Tabernáculos (fiesta de los) 146. Tabita 378. Tabor 38.

Taciano 4 55 399 707 712. Tácito 703.

Tadeo 625 703 704 712.

Tamayo Salazar (I.) 612 615 648.

Tanguy (J.) 16.

Tanisuram 181.

Tappehorn (A.) 15.

Tártaro 477 592.

Tasker (J. C.) 15.

Tauro (signo) 73.

Taylor (Ch.) 94 98.

Tebaida 57 630.

Teodoreto Cirense 47 69 122.

Teodoro de Raithu 67.

Teodosio II (emperador) 422 427.

Teodosio Flavio 428.

Teodosio (patriarca) 641 648.

Teofilacto 51.

Terror (El) 353.

Tertuliano 80 113 124 172 400 419.

Tesalónica 646 647 65 1 .

Theodore of Makdalá (King) 294.

Theodorus Balsamo 124.

Theotocópulos (D. El Greco) 718.

Thilo (J. C.) 4 11 142 187 189 190 226 258 299 301 309 315 318 325 327 329 359 367 424 425 Soi 520.

Tholmai 63.

Thomas Ysmaelita 319.

Thorá 355.

Thoth (mes de) 92.

Tíber 531 560.

Tiberia 625.

Tiberíades 53 54.

Tiberio (emperador) 419 428 501 503 527 529 545 546 547 549 555 556 558 560 563 564.

Tiberis 560.

Tichonravov (N.) 571 575 582 708 715·

TTiflis 301. Tigris 604. Till (W.) 107. Tillemont 359.

Timoteo (presbítero) 19 21 64 67 78

113· Tiro 391.

Tischendorf (C.) 11 12 15 49 135 141 142 156 189 190 191 228 255 258 300 301 302 309 315 317 318 322 325 327 329 341 359 421 422 423 424 425 427 429 454 501 503 507 515 520 526 527 532 545 591 61 1 617 645 686.

Tisserant (card. E.) 138 570 572 575.

Tisserant-Wilmart 573 574 578 581 585 592 596.

Tito (emperador) 33 544 545 546 547 549 552 554 560 561 562.

Tito (ladrón) 340 341 446.

Tixeront (J.) 708.

Tiziano 159.

Tobi (mes de) 641.

Tobías 140 196 200 534.

Tobit 534.

Togo Mina 1 14.

Tolstoi 715.

Tomás 65 99 179 299 344 625 628 641 686 691 696 698 703 704.

Tomás Israelita 302.

Tommasi 197.

Toqali-Kilissé (iglesia) 615.

Toribio de Astorga (Santo) 7 18 20 21 189 195.

Torres (M.) 15.

Torrey 119.

Tournebize (F.) 708.

Trens (Μ.) xi 17 134.

Tübingen (escuela de) 8 68.

Tucídides 303.

Turdeanu (E.) 15 26.

Turner (C. H.) 20 402.

Turrado (L.) 16.

Tyrus 546.

Uckeley (A.) 118. Unnik (W. C. van) 103. Usener (H.) 90 91 402. Uriel 595 601.

Vaccari (A.) 143.

a) onomástico

743

Vaganay (L.) 69 117 118 399 401

403 411 413. Valentín 63 113 114. Valentiniana (escuela) 113 114. Valentiniano III (emperador) 422. Valentino (emperador) 427 428. Valentinus 113. Vallarsius 192.

Vannutelli (P.) 12 141 143 158 175

425· V'arazze 10. Variot 13 15.

Vassiliev (A.) 12 571 575 578 714 7?5·

Vaticano (museo) 330. Vega (A. C.) 712.

Velosiano 555 556 558 559 560 561

563 564· Venecia 173 379 431. Venturi (A.) 16.

Verónica 10 443 528 529 544 557

559 560 562 563 706. Vespasiano 544 551 554 560 561 562. Vetter (P.) 612.

Vicente (obispo de Ibiza) 712 713

714 715· Víctor (papa) 410.

Viena 89 300 302 531; Biblioteca

Real e Imperial de 571. Vigouroux 15. Virino 193. Viterbo 330.

Vitti (A. M.) 15 327 426 615. Vogels 103. Vogtlin 387. Vólter (D.) 58 59 402. Volusiano 527 529 555. Vorágine (Jacobo de) 10 133 190 258 387 420.

Waal (A. de) 16 236 467.

Wabnitz (A.) 402.

Waitz (H.) 16 35 36 51 52 53 84 85

97 98 99· Wajnberg (I.) 118. Wake (Arch.) 13. Walker (A.) 13 143 301. Wallach (L.) 57. Wallin (G.) 358 359. Walterscheid (J.) 15. Wardrop (colección) 26. Weber 36.

Weiss 94.

Weiss-Liebesdorf 16 298. Wellhausen (J.) 36. Welte 14.

Wendland (P.) 93 98. Werden 367. Werner Bieder 426. Wernle 36.

Westcott (A.) 117 425.

Wessely (K.) 82 90 91 98 709.

Wetzer 14.

White (Dr.) 25.

White 93 94 98.

White (H. G. E.) 99.

Wilamowitz-Moellendorf 402.

Willard (R.) 14 613 648.

Wilmart (A.) 570 572 575 611 612

617 643 645. Windisch (H.) 79 103. Wolfgang (abadía de San) 25. Wratislaw-Mitrowic (L.) 17 616. Wright (W.) 12 94 142 300 301 302

515 613 618. Wülcker 425.

Würzburg (Biblioteca catedralicia) 74·

Xathanael 595. Xavier (H.) 501. Xenocaris (filósofo) 18.

Yehoyada (sacerdote) 185 186. Yehoyaquim 146. Yugoslavia 10. Youtie (H. C.) 708.

Zacarías (padre de San J. Bautista) 55 75 135 136 137 145 160 161 163 164 183 185 186 187 297.

Zacchaeus 242.

Zacheus 242.

Zachameus 242.

Zachyas 242.

Zael 690.

Zahel 213.

Zahn (Th.) 14 23 24 36 51 52 58 62 65 67 85 93 94 97 98 113 144 299 399 401.

Zappalá (M.) 59.

Zaquel (comadrona) 280.

Zaqueo (maestro) 307 308 309 310 354·

744

ÍNDICl S

Zaqueo (publicano) 63. Zaquías (maestro) 242 244 245. Zaradust 33 1 . Zaragoza 614. Zebedeo (hijos del) 54 1 1 1 . Zebelev (S. A.) 15. Zelomi (comadrona) 222 223 381.

Zenón 248 311 353. Zenón de Verona (San) 179 189 224. Zeras (defensor de Cto.) 435. Zigabeno (Eutimio) 26. Zoega (G.) 358 367 612 641. Zoroastro 325 331. Zuqnin (monasterio) 383. Zürich 65 1 14.

Β ) INDICE DE FUENTES

Acta Andreae et Matthiae 404.

Acta Iohannis 618 21.

Acta Pauli 22 1 10.

Acta Pilati 19 418 503 528 532.

Acta Salvatoris 418.

Actas de San Demetrio 646.

Actas de San Pancracio de Taormi-

na 402. Actas de Pilato 420-500. Actas de Tadeo 705. Actus sancti Andreae 18 20 21. Actus Iohannis 18. Actus Petri 20. Actus Petri cum Simone 404. Actus Philippi 21. Actus Theclae et Pauli 22. Actus sancti Thomae 18. Actus Thomae 20. Africani opuscula 22. Agrapha 4 55 92 n 5-130 361 401

410 413.

Agrapha canónicos extraevangélicos 119-120.

Agrapha de los manuscritos evangé- licos 120-122.

Agrapha litúrgicos 118 127.

Agrapha de origen judío 118.

Agrapha de origen musulmán 118 127-130.

Agrapha citados por los Padres 122-

127. Agraphon 328.

Anaphora Pilati 507 528 532. Apocalipsis de Adán 571. Apocalipsis de Bartolomé 571 572. Apocalipsis de Moisés 571. Apocalipsis de Pablo 24. Apocalipsis de Juan 2 52 308. Apocalipsis judío de Baruc 125. Apocalipsis de Pedro 24 52 71 398 401.

Apocalipsis de Santiago 52. Apocalypsis Mosis 591. Άποκσλυψΐ5 Ιωάννου 23.

¡ Άττοκάλυψις Πέτρου 23. Apócrifo IV Esdras 125. Apócrifo de José 138. Apócrifo de Juan 1 1 1. Apocryphus Iosephi 175. Apocryphum de Assumptione Vir-

ginis 612. Arnobii opuscula 22. Ascensión de Isaías 4 138 431. Ascensión de Santiago 77-78. Autos sacramentales 11.

Benedictus (cántico) 205. Biblia Aurora. Βίβλος Ιακώβου 135. Breviario romano 127.

! Cañones Apostolorum 22. j Cantar de los Cantares 41 693. I Cántico de Ana 205. ¡ Carta de Abgaro 5 703-709.

Carta de Bernabé 2 3.

Carta del domingo 5 712-725.

Carta de Herodes a Pilato 518-520.

Carta de Pilato a Herodes 467 515- 517-

Carta de Pilato a Tiberio 501-502. Carta de Pilato a César 507. Carta de Policarpo 24. Carta de Serapión 69. Carta de Tiberio a Abgaro 419. Carta de Tiberio a Pilato 430 502- 503

Cartas de San Clemente 2 3. Cartas de San Ignacio 2 24. Cassiani presbyteri Galliarum opus- cula 22.

Catálogo de los sesenta libros 3 21

23-24 62. Catálogo de Timoteo presbítero 21. Cento de Christo 22. Clementis alexandrini opuscula 22. Cura sanitatis Tiberii 545. Commodiani opuscula 22.

746

ÍNDICES

Constitutiones apostolicae 17 24 119. Conversación del Señor con Salomé

5781.

Crónica de Zuqnin 383. Chronographia de Nicéforo 23.

De generatione Mariae 75. Declaración de José 429 446 448 532-544 557-

Decretum Gelasianum 367 19-23 25 62 64 69 141 189 194 570 614 706.

Descensus Christi ad inferas 410

420 469-500 577 578. Deuteronomio 152. Diatessaron de Taciano 4 55 707

712.

Didaché 2 23 125. Didascalia apostolorum 124. Didascalia apostolorum syriaca 124 401 404.

Didascalia de los doce apóstoles 58. Discursos secretos de los Basilidia- nos 62.

Discursos secretos de Matías 64. Doctrina de Addai 704 706 710. Doctrina Petri 33 42. Dormitio Deiparae 326.

Encomion a San Juan Bautista 125.

Έτπδημίαι Πέτρου 20.

ΈτπστολαΊ Ιγνατίου 23-

Έτπστολαί Κλήμεντος α' 'β' 23-

Epístola de Bernabé 23 24 122.

Έτπστολή Πολυκάρπου 23·

Epistolia Domnului nostru Isus

Hristos 713. Epistula Abgari 704 705. Epistula Abgari ad Iesum 23. Epistula Iesu ad Abgarum 23. Epitome Clementina 122. Έτπάλογος Άλογίου (ή) 19. Evangelia quae falsavit Hesychius

21.

Evangelia quae falsavit Lucianus 21. Evangelio de los adversarios de la

Ley y de los Profetas 72. Evangelio de Apeles 74-75· Evangelio según los apóstoles 45. Evangelio árabe de la Infancia 4 25

66 297 298 303 311 313 314 316

325-357 379 446 448. Evangelio árabe del Pseudo Juan 24. Evangelio armenio de la Infancia 5

181 222 287 297 313 334 348 379- 386 392.

Evangelio de Bartolomé 5 26 75 397

424 447 570-608 664 Evangelio de Basílides 75 79. Evangelio de Bernabé (el italiano) 21

24 25·

Evangelio de los doce apóstoles 33

36 51-57 75 572. Evangelio de los Ebionitas 20 35 36. Evangelio de los Egipcios 33 35 57-

61 75 81 84 94 102 108. Evangelio de Eva 76-77. Evangelio de Felipe 67-68. Evangelio gnóstico de San Juan 113. Evangelio Hebreo 39 40 54. Evangelio de los Hebreos 2 32-50 5 1

57 69 84 94 95 96 98 99 10 0410. Evangelio según los Hebreos 53 117. Evangelio escrito en caracteres he- breos 44. Evangelio escrito en lengua hebrea

44· . ¿ *·<'

Evangelio de la Infancia 326 352 353. Evangelio de la Infancia según San

Pedro 25. Evangelio de la Infancia publicado

por M. R. James 401 275-294. Evangelio de San Juan 84 400 573

604.

Evangelio de Judas Iscariote 75-76. Evangelio latino de la Infancia 5. Evangelio de San Lucas 30 167. Evangelio de Marción 30 54 74 79. Evangelio de San Marcos 135 399 400.

Evangelio de María Magdalena 1 1 1

106-108. Evangelio de San Mateo 34 52. Evangelio según San Mateo 37 40

43 45 48 53·. Evangelio original de San Mateo 33. Evangelio de Matías 2 21 24 62-64. Evangelio monofisita georgiano 26. Evangelio de los Nazarenos 35 48

51 84.

Evangelio que usan los Nazarenos 44·

Evangelio de Nicodemo 420-500. Evangelio de Pedro 2 5 58 68-71 84

103 137 276. Evangelio de Pedro (fragmento de

Aghmim) 397 398-417· Evangelio de la Perfección 79.

Β) DE FUENTES

747

Evangelio del Pseudo Mateo 4 10 21 25 133 141 159 160 164 169 189-

257 258 275 276 278 280 292 293 300 305 309 311 313 316 360 381 392.

Evangelio del Pseudo Tomás 4 64 65 66 189 237 239 240 242 245 246 248 249 251 253 255 297 299-324 390 586.

Evangelio de los cuatro rincones y

quicios del mundo 74. Evangelio según Santiago (hijo de

Alfeo) 21. Evangelio de Santiago el Mayor 27. Evangelio siríaco 39. Evangelio siríaco de la Infancia 352. Evangelio sirc-árabe de la Infancia

325 359-

Evangelio (gnóstico) de Tomás 2 48

25 64-67 75 299. Evangelio de Valentín 4. Evangelio de la Verdad 113-114. Evangelio vivo 78. Evangelios apócrifos bogomiles 26. Evangelium secundum Aegyptios

18.

Evangelium Andreae 21. Evangelium Bartholomaei 21. Evangelium Basilidis 18. Evangelium Duodecim Apostolo- rum 613.

Evangelium iuxta Duodecim Apos- tólos 18. Evangelium Iacobi Minoris 21. Evangelium iuxta Matthiam 18 ¿i. Evangelium Petri 21 161. Evangelium Thomae 21. Evangelium secundum Thomam 18. Evangile des douze apotres 36 52. Ευαγγελίου κατά Εβραίους 23. Εΰαγγέλιον ζών (τό) 19. Εΰαγγέλιον κατά Θωμαν 19 23· Εΰαγγέλιον κατά Ματθαίον 52. Εΰαγγέλιον κατά Φίλιππον ig. Exegeses de Papías 93. Exodo 153 160 163 176.

Fausti Manichaei opuscula 22.

Fausti Regiensis Galliarum opuscu- la 22.

Firmiani opuscula 22.

Fragmentos evangélicos coptos 108- 115·

Frumenti Caeci opuscula 22.

Γέννα Μαρίας 136 137· Galli opuscula 22. Gesta Pilati 421.

Gospel of the twelve Apostles 52.

Hechos de los apóstoles 24 175 441 699.

Hechos de Andrés 424. Hechos apócrifos de los apóstoles 194.

Hechos de Juan 2 20 109 424. Hechos de Pablo 2 20 24 424. Hechos de Pedro 71 424. Hechos de Tomás 424. Historia Eusebii Pamphili 22. Historia Eutimiana 611. Historia Ioachim et Annae 258. Historia de José el Carpintero 5 161

162 167 171 217 222 297 358-378. Historia Lausiaca de Paladio 326. Historia de la Virgen María 325. Homilías de San Clemente 424. Ή τών ευχών ig. Ή τών κεφαλαίων ig. Ή τών μυστηρίων ig. Θησαυρός της ζωής ig. Θωμά Ίσραηλίτου Φιλοσόφου ρητά ε!ς τά

τταιδικά του Κυρίου 2gg.

Instrucción de Evodio 641. Ίουδαϊκόν 32 34 35 4g. Itinerarium Petri 20. Ius Pontificum 1.

Κλημέντια 23· Korán 328.

Lactantii opuscula 22.

Lalita Vistara 176.

Legenda áurea 10 133 222 258 387

Legenda Duminicei 713. Legendarium Segobiense 615 641

648. Λεπτή Γένεσις 21 Levítico 154 160. Libellus de Dormitione 648. Libellus de Nativitate Mariae 259. Líber de filiabus Adae Leptogene-

seos 21.

Liber Flavus Fergusiorum 613. Liber qui appellatur Fundamentum 21.

74S

ÍNDICES

Liber de Infantia Salvatoris 21 275- 292 387-393

Liber de Infantia Salvatoris et de María vel Obstetrice 189.

Liber vocatus Infantia Salvatoris 326.

Liber de Nativitate Mariae 4 133 141

146 154 159 160 161 162 167 170

191 204 258-274. Liber de Nativitate Salvatoris et de

María vel Obstetrice 21. Liber Nativitatis Mariae 293. Líber Nepotis 22. Liber de Ogia gigante 22. Liber de Ortu Beatae Mariae et de

Infantia Salvatoris 21. Liber qui appellatur Paenitentia

Adae 22. Liber Pastoris 21. Liber Phisiologus Sancti Ambrosii

nomine praesignatus 22. Liber Pontificalis 191. Liber Proverbiorum... Sancti Sixti

nomine praesignatus 22. Liber qui appellatur Thesaurus 21. Libri Sancti Clementis 20. Libri quos fecit Leucius 21. Libro de la Caverna de los Tesoros

.331. 383· Libro de Henoc 4 398 596. Libro de la Infancia 379. Libro de Jeú 99. Libro de Juan 4.

Libro de Juan arzobispo de Tesaló- nica 620 627 642 645-685 686 691.

Libro de San Juan Evangelista 5 617-644 650 686.

Libro de los Jubileos 21 596.

Libro sobre la natividad de María 258-274.

Libro de Santiago 70 137 160 183. Libro de Set 287 383. Libros Sibilinos 1. Libro del Testamento 383 384. Literatura Mandea 58. Literatura Pseudoclementina 35 52. Liturgia Bizantina 119 159 477. Liturgia de San Marcos 119. Liturgia Mozárabe 10 197 477. Liturgia Romana 227 477. Liturgia de Santiago 119. Logia 65 113.

Logia de Oxyrhynchus 92-101. Logia kyriaká 93.

Logia de Papías 37 126. Lusa Apostolorum 22. Lutheri Catechesis 1 1 .

Maximillae opuscula 22. Memoria apostolorum 18 72-73. Memoria de Pedro 400. Milagros de Jesús (apócrifo) 24 107. Mishna 86 116. Mito de Satanael 26. Montani opuscula 22. Memoria del Salvador 420. Misterio de Elche 686. Muerte de Pilato 443 510 526-532 548 555·

I Nacimiento de María 75.

Narración de José de Arimatea 5 620 621 626 627 642 654 686-700.

Narraciones sobre la Infancia del Señor 299.

Norma canónica de los Santos Após- toles 124.

Obstetrix (drama litúrgico) 222. Odas de Salomón 4 477. Oíd English Homilies 127. Όμάς τών Αποστόλων 19. Orden eclesiástico de los Apósto- les 124.

Paenitentia Sancti Cypriani 22. Paenitentia Iamne et Manbre 22. Paenitentia Origenis 22. Palimpsesto de Viena 300. Parádosis de Pilato 520-526 532. Passio Bartholomaei 592. Passio Cyrici et Iulittae 23. Passio Georgii 23. Passio Polichronii 193. Pastor de Hermas 2 3 21 414 424. Πεντεκαιδεκάτη προς Λαοδικεϊς επιστο- λή ig.

Περί Εγκράτεια; ή περί Εύνουχίας 58. Περίοδοι Πέτρου 20 23· Περίοδος Θωμα 23· Περίοδος Ιωάννου 23· Peschito 120. Peuaggelion ntmee 114· Philacteria ... apocrypha 23. Pistis Sophia 4 67 110. Ποιμένος Έρμα 23. Postumiani opuscula.

Β) ΠΕ

Πραγματεία τών Γιγάντων ig.

Πράξεις Ανδρέου τοΟ Αποστόλου ig.

Predicación de Pablo 47.

Predicación de Pedro 71.

Preguntas del Santo Apóstol Barto- lomé 571.

Preguntas de María 78.

Priscillae opuscula 22.

Plomos del Sacro Monte, de Grana- da 27.

Protoevangelio de Santiago 4 6 9 10 21 24 25 133 13S-138 139 189 196 199 204 208 209 210 213 214 215 220 222 223 224 230 261 275 276 279 282 293 317 326 328 329 332 353 367 379 401 435 583·

Protolucas 35.

Proverbio arameo 57.

Pseudoclementinas 56.

Pseudo Eustathius 149 150 187.

Pseudo Melitón 5 22 614 618 620 627 642 645 646 648 650 651 654 655 658 661 664 666 668 676 678 679 682.

Quinto evangelio 49 102.

Recensiones coptas del Evangelio

de Bartolomé 578 584. Recognit iones Pseudoclementinas

20.

Redacción bohaírica de la Historia de José el Carpintero 358 371 373.

Redacción sahídica de la Historia de José el Carpintero 358.

Redacción siríaca del Evangelio ára- be de la Infancia 327 328 330 331 332 333 334 335 34° 343 344 345 346 348 350 351 352 353 354 355·

Regla de San Benito 189 206 207.

Relación de Pilato («Anaphora») 507- 514·

Revelaciones de Adán a su hijo Set

383. . Revelatio Pauli 22. Revelatio Stephani 22. Revelatio Thomae 22.

Sabid uría de Jesucristo 1 1 1 112 113. Scripta nomine Andreae 18. Scripta Iacobi Minoris 18. Scripta nomine Iohannis 18. Scripta Matthiae 18.

fuentes 749

Scripta nomine Petri 18. Scriptura Salomonis 23. Sentencia de Pilato 566-569. Sinaxario de Constantinopla 648. Sinopsis de Ammonio 4. Synopsis del Pseudo Atanasio 23 64. Sortes Apostolorum 22. Speculum historíale 10 133 387. Stichometria de Nicéforo 3 21 23 35 65.

Σύγγραμμα τοΰ άγιου αποστόλου Θωμα περί της παιδικής αναστροφή; τοΰ Κυ- ρίου 299-

Talmud 160 218. Talmud de Babilonia 116 168. Talmud Palestinense 116. Tertulliani opuscula 22. Testamento de Abrahán 583. Testamento de Adán 287. Testamento de los Doce Patriarcas 4 478·

Testamento de Nuestro Señor Jesu- cristo 588.

Testamentum Iob 22.

Timna Muiré (Testamento de Ma- ría) 613 648.

Texto anglosajón de Cura Sanitatis Tiberii 545 546 547 550 552 556 558 564·

Texto siríaco del Pseudo Tomás 326. Thascii Cypriani opuscula 22. Theeteto 62. Theophania syriaca 40. Tradición de Pilato («Paradosis») 520-526.

Tradiciones de Matías (cf. Evange- lio de Matías) 19.

Transitus sanctae Mariae 22 366 584 614.

Transitus árabe 639. Transitus W 645 646 648 676. Tres clases de frutos de la vida cris- tiana 74.

Urevangelium 116.

Venganza del Salvador («Vindicta») 544-565·

Versión árabe de! Descensus 425. Versión árabe de la Historia de José el Carpintero 362 363 364 365 378. Versión armenia de Acta Pilati 423.

750

ÍNDICES

Versión armenia del Protoevangelio 147·

Versión copta de Acta Pilati 423. Versión copta de San Cirilo de Je-

rusalén 48. Versión eslava de Acta Pilati 425. Versión etiópica del Protoevangelio

145 146 147 149 152 160 168 170

181 186 187 332. Versión hebrea del Protoevangelio

174·

Versión latina de Acta Pilati 423.

Versión latina casanatense del Evan- gelio de Bartolomé 574 596-608.

Versión sahídica de la Historia de José el Carpintero 367 368 369 370 371 372.

Versión de los Setenta 6 225.

Versión sinaítico-curetoniana 120. Versión siríaca de Acta Pilati 423. Versión siríaca del Protoevangelio

145 146 147 152 157 159 161 166

168 173 179 180. Versiones eslavas del Evangelio de

Bartolomé 576. Vetus Latina 120 196. Viajes de Andrés 652. Viajes de Juan 652. Viajes de Pablo 652. Viajes de Pedro 652. Victorini Petabionensis opuscula 22. Vindicta Salvatoris 528 544-565. Vita sancti Iosephi de Nazareth 358. Vita rythmica 387 392. Vulgata 120 225. Vulgata de Amberes 115.

C) INDICE DE CODICES, MANUSCRITOS Y PAPIROS CITADOS

Abbadie ms.180 y 226 p.107. Aschmunen, papiro de, p. 137. Acta Pauli ms. p. no- 1 1 1 . Berlín pap. copt. 8502 p.m-113. Berlín pap. 1 1 710 p.89. Bezae codex p.120 121. Bobbiensis, codex, p.121 413. British Museum Add. ms. 14484 p.142.

British Museum Arundel ms.404

p.27S 276. British Museum Or. ms.538iB

P-3S8-

British Museum Or. ms.6804 p.397 582.

Bucarest, Sturdzanus codex, p.713. Burch, fragm. copto de, p.35. Cairo pap. 10735 p. 91-92. Carpentras, códice de, p.716 723. Chartres, Bibl. ms.162 p.250. Chíos, códice de, p.716. Dresde, ms.A 187 p.142 149 150 159

179 180 299 306 307 311 313 315

317 318 320. Edesa, inscripción de, p.708. Efeso, inscripción de, p.708. Egerton pap. 2 p.101-106. Einsidlensis, codex, p.421. Escorial ms. II. Y. n p.647 683. Fayum, fragmento de, p. 89-91 142. Filipos, inscripción de, P.7P8. Fitzwilliam Museum (Cambridge),

manuscrito del, p.50. Florencia, Laurenz. ms. Santa Croce

pl.XV d.12 p.612 617. Freer ms. ε 14,032 p.i20. Gothenburg pap. 21 p.708. Gurdja, inscripción de, p.708. Griegos, códices cursivos de San

Mateo, p.49. Hereford, Chapter cod.0.39 p.275

277 283 285 287 292 289.

Jerusalén, Sabbaítico ms. 13 p.572 576.

Jung, codex, ρ. 1 14. Kenobioskion ms.(cf. Nag-Hamma- di).

Milán Ambros. cod. A 56 p.423 426 427.

cod. A 60 p.617 619 626 632 643.

cod. A 63 p.142.

cod. C 92 p.142 145 146 423 427 617 643.

cod. L 58 p.617 620 640.

cod. O 35 p.545 686 687. Monacensis cod. 192 p.423 426 427

434 440 449·

cod. 276 p.423 617 619 625 643. Monac. arab. cod. 1067 p.715. Montecassino ms.H.H.98 p.615. Moscú Grigor cod. Β 510 ρ. 184. Moscú Bibl. sinod. cod. 558 p.708. Nag-Hammadi, manuscritos coptos

p.58 65 67 114. (cf. Jung [codex]), Nessan pap.I 7 p.705. Oxford Bodl. cod. Or. 350 p.325.

Cromw. cod. 1 p.673.

Huntington 583 p.714. Oxyrhynchus pap.I p. 92-97.

pap.654 p.35 37 97-101.

pap. 655 p.57 60 81-83.

pap.1081 p. 87-89. Palatinus, codex, p.122 410. Parisinus cod. 239 p.300 302 304 305

306 307 308.

cod. 897 p.683.

cod. 987 p.683.

cod.n73 p.617 643.

cod. 1504 p.683.

cod. 1652 p.191 200 208 209 228 230.

cod.1771 p.503.

cod. 5557 p.189 200 228.

cod.5559A p.170 174 186 191.

752

ÍNDICES

París Coisl. cod.152 p.142 159

cod.307 p.683.

París Nat. cod.770 p.423 426 427 435-

cod.808 p.423 424.

cod.925 p.714.

cod.929 p.423 426 427 434.

cod.1012 p.423 426 427 432 448.

cod.1174 p.142 145 146 149 150

175·

cod.i 176 p.142 145 150.

cod.1190 p.142 1 45 149 150 155 175 179 180.

cod.1215 p.142 145 150 155 158 159 180.

cod. 1454 p. 141 142 145 166 167.

cod. 1468 p.142 146 149 150 159.

(fondo St. Germain) ms.lat.11867

Ρ.387·

(Schenoudi 4) ms.n.1305 p.143.

Aethiop. 53 p.i43-

Aethiop. 131 p.143-

Arab. 147 p.142.

Arab. 232 p.142.

Armen, (antiguo) 88 p.708.

Lat. 2672 p.646.

Pistis Sophia, ms. de la, p.i 10. Roma Barb. cod. III 3 p.714, 715 719 724·

Casanat. G. VI 7 p.714.

cod. 1880 p.574.

Rylands Libr. (J.) ms.440 p.358.

Arab. 664 p.294. Sangermanensis, codex, p.55 121. Silos ms.2 p.584 664 678. Simancas Secret. Est., legajo 847

fol.i p.566. Sinaiticus, codex, p.196. Soden (Von) ms. δ 30 ρ. 49· Sofía Bibl. ms.69 p.301 307.

Solovets Bibl. ms.804 p. 144. Strassburg pap. copt. p.52 58" 108- 109.

Tiflis ms. A X p.301. Tischendorf, códice 566 p.49. Tolstoi ms.415 p.715. Vaticano cod. 455 p.142 147 164 166 167 170 173 183 276.

cod. 654 p.142 166 180 181 183.

cod. 2013 p.683.

cod. 2072 p.648 683.

cod. 4363 p.424 686 687.

cod. 5257 p.191 208 215 225.

cod.LXVIIP p.358.

ms.gr. 1162 p.215.

Ottob. cod. 415 p.683.

Pal. cod. 269 p.424.

Regin. cod. 1050 p.572 574. Véneto Marc. cod. el. II 42 p.141

145 150 157 174 183 521.

cod. el. II 43 p.617 623 625 643.

cod. el. II 45 p.545.

cod. el. II 87 p.423.

cod. el. II 151 p.151 423 424.

cod. el. VII 38 p.683.

cod. el. VII 40 p.142.

cod. el. XI 200 p.142 167 174 179 181 183.

cod. el. XIV 43 p.424.

cod. 363 p.141 145 149 157 '74 175 176 179 180.

Vercellensis, codex, p.55 121 122 410.

Vindobon. gr. hist. 67 p.576.

gr. theol. 123 p.142 145 149 150 1 55 167 179 180 276.

(Bibl. Imp.)lat.i25 p-573-

Nessel. 246 p.503. Wirceburgensis Theol. p.74.

D ) INDICE DE MATERIAS

Abismo 590.

Abstinencia 95 ; miércoles y vier- nes 719. Acanonicidad 2. Acción de gracias de Ana 205. Acusaciones contra Jesús 429 536;

contra José 171 217; contra María 171 218.

Adivinos 286. Admiración 62. Adolescencia de Jesús 298. Adoración de los Magos 286 331;

de los pastores 329. Adulterio 39.

Aflicción de José 167 215 ; de Ma- ría 168 369.

Agonía de José 370.

Aguas amargas, prueba de las 172 219; aguas de mar 129; vi- vas 87.

Albañil 43.

Alegría 40; de Adán 583; de

Ana 156. Aleph 354 355. Alfa 308 316.

Alimento del Bautista 54; de Ma- ría 159 207 588.

Alma, blancura 677, crecimiento 63, mutabilidad 61, partes 73, subida al cielo 68, suegra del E. S. 41;

de María 641 649 676 677 693;

cautiva 73, contemplativa 134; cuántas salen diariamente 582 ; número de justas 583.

Alocución de María a los apósto- les 626, a sus parientes 658 ; de San Pedro 648 674 668 669.

Amargura, calle de, 447.

Amianto 163.

Ancianos 139.

Anfitrión 120.

Angel 92; consuela a José 216;

de la guarda 366; ángeles 55 599 659; creación de los 595;

su intervención en la gestación de

María 216. Anillo de Herodes 520. αντιλεγόμενα 23.

Anunciación a Ana 151 199 264;

a Joaquín 200 262 ; a Ma- ría 91 271 588; tuvo lugar en do- mingo 636 719; en la fuente 164 214; mientras hilaba 165 214;

de la asunción 654. Aparición de Belial 392 ; de Cris- to a José de Arimatea 461 541 S57I de Cristo resucitado a María 584; en la asunción 637 675 ; de Cristo a Pedro 42 ; a Pilato 517; a Santiago 41.

Apócrifo, diversos significados 1 ; apócrifos asuncionistas 614; evan- gelios apócrifos: noción 3-4; ori- gen 5 6; actitud de la Iglesia frente a ellos 6 7; valoración 7 8; influjo 9 10; estudios de con- junto sobre 15 16; estudios arqueológicos e iconográficos 16; estudios bibliográficos 17; evan- gelios apócrifos tardíos 24-27; apócrifo neotestamentario: noción 1-2; clasificación 3; lenguas en que están escritos 3 ; ediciones y versiones 11 -14; catálogos de 17 al 24; apócrifos priscilianis- tas 7.

Apologéticas, tendencias 399 418. Apostolado 109.

Apóstoles 69 109; deferencia de los 584 585 664 678; disper- sión de los 110 586; elección de los 54; lista de los 53;

arrebatados en una nube 634 624 663 699 691; en la pa- sión 410; preguntas de los 590; resurrección de los 625.

Archivo de Israel 147. Arquitrabe del templo 44.

754

ÍNDICES

Arroyo, Jesús en el, 303. Ascensión 465.

Asno 57; cabeza de 75; en la

natividad 225. Astrónomo 356.

Asunción 61 1 644; 684 693 696 700; fiesta de la 647 649 65 1 ; hecho histórico de la 614; milagro final de la 646 ; terremoto en la 690.

Atmosféricos, fenómenos, 596.

Ayuno 94 101 ; de los apósto- les 410; de Joaquín 147; de Pilato 449 517; del sanedrín 462; de Santiago 41.

Bálsamo de Matarieh 341. Bandidos 340; milagro de los

334; cf. ladrones. Banqueros 123.

Banquete en honor de María 155; Jesús en los banquetes 257.

Barro, figurillas de, 348.

Bautismo 45; necesidad del 424; padrinos del 722 ; de los apóstoles 119; de Jesús 44 47 55 121 305 492; de los muer- tos 482 ; de la pasión 84; de Tiberio 565; Tito 550.

Bendición de Cristo a María 638; de los sacerdotes a María 156 158 166.

Beta 308 316.

Beth 354 355.

Bigamos 607.

Blasfemia 439 597.

Boda 340.

Buey y asno en la natividad 6 9 225. Burlas a Jesús 405.

Cabalísticas, fórmulas, 58. Cabritos, milagro de los, 350. Cancerbero 366. Cáncer de Tito 546. Canon 1 3 69 102. Canónicas, horas, 206. Canonicidad 38.

Canónicos, libros, 71; evange- lios 102 113 114 115 422.

Cántaro, milagro del, 248 313 353.

Cárcel, José de Arimatea en la, 450 541 ; Pilato en la 523 556 558.

Carpintería, Jesús en la, 349.

Carpintero, oficio de San José, 362 429.

Casa de María 635 650; milagro de

la 635. Castidad 59 202 605 606. Castigo de Herodes 519; de los

judíos 524; de Salomé 223. Centurión 448. Ceñidor de María 696 698. Ciego, milagro del, 442. Circuncisión 226 329; reliquia de

la 330. Comadronas 138 178 222 279 281

284 286 289 329. Comunión 124; de María 657. Concepción de Juan Bautista 92;

de María 133 139; conceptio per aurem 380.

Concupiscencia 59 60 128 139. Contumacia hebrea 103. Conversión de María 207 ; de Satán y el Infierno 473 490 578. Cosmogonía 58. Cosmos ni.

Criada de Ana 134 148 149 199.

Crímenes de Dimas 534; de Ges- tas 533.

Crucifixión, clavos de la, 409.

Crurifragium 407.

Cruz 125; ambulante 413; del Buen Ladrón 481 542; en los infiernos 498 ; señal de la 470 480 488.

Cuerpo de Dimas 541 ; de Ges- tas 541; de Jesús 541; de María 638 677 687; atentado de los judíos contra el de Ma- ría 662 694; —de Pilato 531;

psíquico 305.

Cueva de la natividad 6 9 141 178

280 283 381.' Cuna, Jesús habla en la, 328. Curación de Salomé 180 223; de

Tiberio 564; de Tito 550.

Daleth 355.

Danza de María en el templo 1 59. Defensa de Jesús por Nicodemo 441 . Desesperación de Judas 449. Desposorios de María y José 212

258 436. Desierto, Joaquín en el, 147. Destrucción de Jerusalén 117 122 I 553; de las sinagogas 514.

Γ>) DE MATERIAS

755

Detención de Jesús 534 535. Deuterocanónicos, libros, 2. Diablo, pacto con el, 74. Diadema 148; de Herodes 288. Docetismo 54 138 398 399 408. Dolores de José 370. Don de los Magos 290; de He- rodes 289. Doncellas de María 621 567. Dualismo 72 114. Duelo por la muerte de San José 374.

Ebionitas, tendencias, 139.

Edad de Ana profetisa 227; de

José 162; de María 640. Edicto de César 220. Educación de María 140 267. Efod sacerdotal 153. Embarazo de María 169 170. Empadronamiento 173 364. Empanada 54.

Encratísticas, tendencias, 57.

Encuentro del alma con los genios malignos 658 659; de los após- toles en casa de María 625 ; de Joaquín y Ana en la Puerta Do- rada 134 153 203 266; de Pe- dro y Pablo en casa de María 585 ;

de Pedro y Pablo en Roma 47. Endemoniada 335 336 346 347. Endemoniado 110 333. Enfermedad de Abgaro 703 711-

de Bartolomé 344; de Ti- berio 528 546.

Engaños del demonio 598. Entierro de María 642 678; mila- gro en el 641 679 682 695. Eón ni; décimocuarto 66. Escarlata, María hila la, 163 164. Escatología 58.

Escuela, Jesús en la, 67 242 244 245 252 253 307 315 316 354 355.

Espinas, corona de, 405.

Espíritu Santo 280; en el bautis- mo de Jesús 55; como fuente 44; como madre de Jesús 38 41 ; venida del 1 19.

Establo 225 277.

Estandartes, milagro de los, 432 433·

Estanque de David 86. Estatura 62.

Esterilidad de Ana 148 197; de Raquel 263; de Sara 263.

Estrella de la cueva 224; de los Magos 182 287 289 291 292.

Estudio de Jesús 357; de María 207.

Eucaristía 1 19.

Fantasma 42 45 264.

Fatiga de María 279.

Fe 88 110; pecado contra la 606.

Físico, Jesús y el, 356.

Flautistas 87.

Fornicación 434 436.

Fortaleza 127.

Fuego 123; príncipe del 73. Fuente de María 341.

Gallo 91 ; milagro del 576.

Garbanzos, milagro de los, 390.

Generación 59 61; eterna de Je- sús 55.

Generosidad 119.

Ghimel 355.

Gigantes 413.

Gloria de la divinidad 109.

Gnosis 58 75 76 77.

Gnósticas, doctrinas, 39 74 300; tendencias 64 66 79 110.

Gnosticismo 62 67 298 309.

Gorriones 323.

Gradas del templo 267.

Guardia del sepulcro 50 411 412 452 619.

Hechicerías 597. Hemorroísa 510 528. Herejes 71 651 652; tienen mu- chos evangelios 51. Herejías 63 70. Herido, milagro del, 312. Hermanos de Jesús 71 137 140 161. Hiél 407.

Hijo (El) 109 122 272. Hijos de José 137 362. Hinduísmo 298 300. Hólam 95.

Holocausto de Joaquín 201. Horno, milagro del, 347. Hospitalidad 109.

Huida a Egipto 8 92 232 435 445 448 688; traslado milagroso en la 235 333-

Húmedo, príncipe de lo, 73.

Humildad 120 129.

756

ÍNDICES

Iconografía 133 301. Idolatría 445.

Idolo, milagro del, 333; ídolos 522;

en la huida a Egipto 9 ; milagro de los 235 236.

Imagen de Jesús, leyenda de Ana- nías 703 ; leyenda de la Veró- nica 528 529 530 555 558 559 563.

Incienso, María quema, 624 631 637.

Incredulidad de Salomé 179 223.

Infiernos 479 489; descendimiento de Cristo a los 421 423 477 496 542 577 580.

Inmaculada concepción, dogma de la, 27 139.

Inocencia de Jesús 45; de Ma- ría 220.

Inocentes, matanza de los, 183 184 230.

Jacinto 163.

Jardín, Ana en el, 198.

Jesús a los cinco años 303 ; a los seis 313; a los doce 320; nombre de 165 264; rey 350.

Joaquín despreciado por Isacar 261 ;

distribuye sus dones 196; jus- tificación de 154; ofrendas de 134 141; rechazado por Rubén 198; sacerdote 198.

José a los cuarenta años 367; a los ochenta y nueve 367; edad avanzada de José 269 ; muerte de 372; tumba de 375.

Judaismo 93 715.

Juegos de Jesús 203 237 240 304 348 354·

Juicio final, tendrá lugar en domin- go, 636; contra Pilato 521 523. Jumento, milagro del, 327. Justicia original 81.

K-oiné 408 428. Korbán 50.

Ladrones 406 448 481 533; mila- gro de los 231. Lamentos de José 368. Langostas 54.

Lapidación de Anás y Caifás 561;

de Jesús 104. Laurel 149 198. Lavatorio de Pilato 403.

Lecho, milagro del, 251 314.

Legisperitos 104.

Leones, milagro de los, 232 249.

Lepra de Tiberio 549.

Leprosa, milagro de la, 336 345;

leproso, curación del, 102 105 337

443 ; leprosos, curación de los, 1 10. Ley 56 78; cumplimiento de la

55; de Moisés 544. Leyenda de Abgaro 703 ; de la

Verónica 706. Liberación de Adán 581. Lienzo de Jesús 446. Limosna 63 110 125. Lino 163. Lirios 82.

Literatura apocalíptica 574; cop- ia 397 573- Lobos 125. Lujuria 56.

Maestro de Jesús confundido 309 ;

expulsa a Jesús 323. Magia 74 298 300 430. Magnanimidad 122.

Magos, ofrenda de los, 229; escri- turas de los 291. Mahar 43. Maná 54.

Maniqueísmo 1021 72 89. Mano seca, milagro de la, 510. Mar, Jesús anda sobre el, no. Marcionitas, tendencias, 72. María betlemita 260 ; cáliz del mundo 589; fervor de 205;

como fuerza 49 ; llena de gracia 584; madre de los que se salvan 666; nazaretana 260; padres de 260 ; pretendientes de 208 ; reina de las vírge- nes 604; saludos de 207; siete primeros pasos de 155; ta- bernáculo del Altísimo 585 ; en el templo 362; trato de con los ángeles 207 ; a los tres años 204; a los doce años 362; a los catorce años 268 ; vaso de elección 588; Mariam, nombre de la Virgen 154.

Martirio de Zacarías 137 185 186.

Matrimonio 607 ; primer de José 137 258; de José y María 273 274; planta amarga 60; ter- cer — 607.

Π) DE MATERIAS

757

Mazdeísmo 331.

Mediación universal de María 639. Mensajero 219; deferencia de un

para con Jesús 430; mensajeros

de Ana 152. Mercaderes, expulsión de los, 50. Meretrices 87.

Milagros de la asunción 631; de Jesús 548 561.

Misericordia, obras de, 46.

Mística aritmológica 114.

Modestia 100.

Monaquismo 189.

Mordisco de Judas 247.

Mortaja de María. 662 667 678.

Mortificación 128 130; de la car- ne 63.

Muda (joven), milagro de la, 335.

Mudez de Zacarías 75 163.

Muerte, aguijón de la, 109; de Anás 506 ; de Arquelao 506 552; de Caifás 505; castigo de la 376; duración de la 59;

de Filipo 506; de Herodes 187 364 514; de Herodíades 518; de Jesús 541; de José 271 360 365 ; de Longinos 520;

de María 694 ; de Pilato 506 525 531; de Procla 526;

de Zacarías 136.

Muerto, milagro del, 238 241 255 3f9-

Mujer, obras de la, 59; de Pila- to 434; mujeres 128; en el sepulcro de Cristo 415.

Mulo, milagro del, 338 339.

Mundo 95 109 129; apariencias del 124; fin del 59 120.

Murmuración 445.

Nacimiento de Jesús 221 283 ; tu- vo lugar en domingo 636; Eva en el 381.

Nahasch 168.

Natividad de María 141 154 203. Naturaleza 88; silencio de la 176 282.

Negaciones de Pedro 50 90 91 400.

Nube, Bartolomé en la, 630; Juan en la 622 627 ; Mateo en la 629; Pablo en la 628; Pedro en la 625 628; Santiago en la 629 ; Tomás en la 629.

Obediencia de Jesús 321.

Oficio de José 215.

Ofita, sistema, 76.

Oleo de Set 473 492.

Olvido de María 166.

Oración 101; de Bartolomé 591 603 ; del Buen Ladrón 539 ; constancia de la 38; domi- nical 43; de Jesús 372; de José 366; de Juan 622; de María 282 587 621 630 639 656 667 689 ; de Pedro 665 ; de Pilato 525; del sumo sacer- dote 211 269; de Tiberio 564;

de Tomás 696 ; de Zacarías . 160.

Oratorio de María 140 155 156 157. Ovejas 91 125.

Paciencia 122.

Padre (El) 88 95 100 109.

Pájaros, .milagro de los, 239 303 ; *

nido de los 150. Palma de la asunción 584 649 654

656 663. Palmera, milagro de la, 232 234. Palo seco, milagro del, 391. Paloma 211; sobre la vara de

José 162; María como en el

templo 160. Palominos 226. Pan de los Magos 182. Pañal de Jesús, milagro del, 332 334. Parábola de los criados 670; del

sembrador 73. Paraíso 480 540 582 638; terre- nal 591; el Buen Ladrón en el

543·.

Paralítico, milagro del, 442 ; para- líticos, milagro, 110.

Parteras 177 328 (cf. comadronas).

Paulinos, escritos, 68.

Pecado 45; clases de 597; de los ángeles 601; carnal 606;

contra el Espíritu Santo 606 ;

de Eva 603 ; muerte del al- 60 ; de los profetas 46 49 ;

del vecino 63. Pérdida de Jesús 356. Perdón de las injurias 46. Persecución del Bautista 183; de

Jesús 322. Perseverancia 127. Petrinos, escritos, 68.

758

ÍNDICES

Pez, milagro del, 322.

Pináculo del templo 541.

Piscina de las ovejas 203 ; de

Siloé 86. Pneumáticas, semillas, 305. Pobreza 96 130; de los ebioni-

tas 52.

Poder satánico, duración del, 121. Posada 105.

Preguntas de Bartolomé a Jesucris- to 5771 de Bartolomé a Sata- nás 594; de María a Jesús 687.

Preocupaciones 82.

Presentación de María en el templo 141 158 204 330; fiesta de la 9.

Primado de San Pedro 585 663 664 665 678 716.

Promesa de Cristo a María 640 657 667 676 688.

Prosélito, Pablo, 78; prosélitos 435.

Protocanónicos 2.

Prudencia 50 83.

ψΕυδεττίγραφα 19.

Puercos 127.

Purificación interior 84; de Ma- ría 140; en la encarnación 380; purificaciones rituales 84 124; lu- gar de las 85 86.

Púrpura, María hila la, 163 165.

Querella contra Pilato 451. Quiliástico, influjo, 351 375.

Rayo de sol, milagro del, 392. Rebaños de Joaquín 196. Refugio de Isabel 184. Reglamento de María en el templo 206.

Reino 123 ; de los cielos 66 95 100 110 126; llaves del 83; de los santos 125.

Resplandor de María 206 640.

Resucitados con Cristo 469 484 512 513·

Resurrección de Cristo 42 121^413 513 515 561 ; de Lázaro 441.

Revelación 101 ; revelaciones del Se- ñor a Felipe 68.

Reyes de Judea 552.

Rigidez farisaica 94.

Riña de José a Jesús 306.

Ríos del paraíso 604.

Riqueza 47 56; de Joaquín 145.

Risa de Jesús 310. Ruah 38. Rubor 81.

Sábado 78 94 95 508; Jesús juega

en 303. Sabiduría 127; de Jesús 321. Sabios 127 129.

Salmodia 640 ; de María 206. Salvación 123.

Salvador 70 73 85 86 88 1 12 126.

Sancta sanctorum 160.

Sanedrín 155; en casa de Nico- demo 460.

Secreto 122; secretos de Cristo re- sucitado 67; de Jesús confia- dos a María y a Juan 661.

Seda 163.

Sencillez 83.

Seno de Abrahán 471 476 494 583.

Sepulcro de Abgaro 707; de Cris- to 6 1 9 ; de María 643 683 ; de Pilato 532.

Sepultura de Cristo 404 409 449.

Serpiente que habló a Eva 77; en- gaña a Eva 168; milagro de la

, 351-

Sexual, diferencia, 81; indiferen- cia — 60.

Sicómoro de Matarieh 341.

Siembra en el Jordán 102 106.

Sinagoga de Cafarnaúm 80.

Sinópticos, evangelios, 79 84 85 93 98 116.

Soborno de la guardia 454; de los

discípulos 456. Sobriedad 129. Soldados con Jesús 385. Solteros 123 210. Sóm 95.

Sonrisa de María 175 281 ; de Je- sús 284.

Sortilegio 338 597.

Sueño de Joaquín 202 ; de José 169 274 332 ; de Satanás 602.

Suicidio 598.

Taburete de la comadrona 279.

Tarsense, San Pablo 78.

Temor de María 167 385; temores

de José 169. Tentaciones 124; de Jesús 38. Teología, elasticidad de la, 570. Terraza, milagro de la, 274 311 353.

d) de materias

759

Terremoto 513 321. Testamento de María 570. Tinieblas, fuerza de las, 109. Tintorero, milagro del, 348. Torre, milagro de la, 388. Tórtola 226.

Tradición 64 70 71 92 102 141 422;

judaica 39 ; oral 133; oral asuncionista 61 1 614 653.

Traición de Judas 76 535 536.

Travesuras de Jesús 384.

Tributo de los reyes 105.

Trigo, milagro del, 249 313 389.

Trinidad (Santísima) 61 604.

Tristeza de Adán 583; de Joa- quín 147; de María "175; pe- cado de 45.

Trono, milagro del, 349.

Túnica de Jesús, milagro de la, 538;

de María 663.

Ubicuidad 93 96.

Vanidad 130.

Vara de José 161 211 270.

Vasos sagrados 86 87.

Vegetarianas, tendencias, 54; vegete -

rianos, ebionitas, 152. Velo del templo 44 163 408. Venganza de Tito 550; de Tito y

Vespasiano 560 562. Venida de Santiago a España 27. Verdad 438. Vergüenza 82.

Vestido 82 406; de los Magos 287. .

Viaje a Belén 1 74 278 328 ; a Egip- to 231; a Galilea 365; a Is- rael 342; de los Magos 228;

a Nazaret 324; de Herodes a Roma 230.

Víbora, milagro de la, 265 318 353. Vida eterna de Jesús 246; futu- ra 128. Vigilancia 120 122. Vigilia de María 206. Vinagre 407.

Vírgenes 139; compañeras de María 140 155 270; -que de- fienden a María 215; en el tem- plo 136 163 210 268.

Virginidad 601 670; de Abel 208;

de Elias 208; de María 133 139 170 272 276; constatación de la de María 180; ante par- tum 140; in partu 138 140 165 285; post partum 140.

Visión de los judíos 633; de Ma- ría 220; de Zacarías 75 137.

Visitación a Santa Isabel 166.

Viudez de Ana 148; de José 136.

Viudos de Israel 161.

Voluntad del Padre 50.

Voto de Ana 151 199; de Joa- quín y Ana 261; de María 268; de Santiago 410.

Zodíaco, signos del, 73.

Ε ) INDICE ARQUEOLOGICO Ε ICONOGRAFICO

Aix-la-Chapelle, caja de las grandes reliquias 222. Alonso Cano 657. Baño de Cristo 179 222. Bañólas, colegiata 615. Belén 214.

Comunión de María 657. Bobbio, disco de, 184.

British Museum, miniatura del ms. Ñero CIV de la Bibl. Cotton 362. Cairo, iglesia copta de Abu Sargah 342. Dafnis, mosaicos 159 615.

El-Hadra, fresco del monasterio siríaco de Deires-Sourjani 615. Florencia, evangeliario siríaco de la Bibl. Laurenziana 467.

mármol carolingio del museo 233. Florentino (Nicolás) 686.

Genova, Palazzo Bianco 657. Giotto 615.

Iviron, monasterio del Monte Atos, evangeliario n.i p.615. Londres, marfil del Victoria and Albert Museum 214. Jerusalén, iglesia Probática 197 203.

puerta Dorada 203 204.

puerta Judiciaria 203 264.

Kiev, fresco de Santa Sofía 199 203 215.

Lyversberg, maestro de la Pasión de, 203.

Magos, vestimenta 287.

Metz, sacramentarlo de, 222.

Milán, ambón de la Basílica Constantiniana 226.

Minden, píxide de, 221.

Montecassino, miniatura del ms. H.H. 98 p.615. Moscú, catedral de la Trinidad de, 719.

Moscú, miniatura del ms. Grigor Β 510 de la Bibl. Nacional 184.

Theotokos de Vladimir en el monasterio de Daniel 214. Munich, pinacoteca de, 203.

Nazaret 204.

Padua, cappella degli Scrovegni 615. Pamplona, Portada Preciosa de la catedral 615. Panaghia Kapulu 649. Petrov, Theotokos de, 214. Prepucio (santo), reliquia del, 330. Raquel, tumba de, 364.

Ravena, cátedra de Maximino 173 214 221 367.

Roma, Arco Triunfal de Santa María la Mayor 215 228 367 384.

* Bibliografía, cf. 16-17.

Τ) ARQUEOLÓGICO Ε ICONOGRAFICO

761

- cementerio de Domitila 228.

cementerio de Pedro y Marcelino 228.

- cementerio de San Sebastián en la Via Apia 226.

cementerio de Saturnino 228.

cementerio de Thrason 228.

grafito del Palatino 75.

iglesia de Santa María Antigua 197 467. -marfil del campo santo Tedesco 214.

medallón de las catacumbas de Priscila 214.

mosaicos del papa Juan VI en la Basílica de San Pedro 479.

mosaico de la capilla de San Zenón en la iglesia de Santa Práxedes 479.

mosaico de la iglesia de San Clemente 479.

sarcófagos de Letrán 226 528.

sarcófagos de Plácido y Romualdo 226. Rubliov 719.

Sacramental de Drogon 222. Salamanca, catedral Vieja 686. Salomé con la mano quemada 179. Sepulcro de José 375. Theotocópulos (El Greco) 718. Tiziano 159.

Toqali-Kilissé (Capadocia), fresco asuncionista 615. Venecia, catedral de San Marcos 173.

ciborium de San Marcos 431 479. Viterbo 330.

Werden, píxide de, 205 367.

Zaragoza, sarcófago de Santa Engracia 614.

LAMINAS

LAMINA 1

Fio. 2. Prueba de las aguas amargas (cf. Protoevangelio ció ; Pseudo Mateo c.12). Silla de marfil en San Maximino de Ra vena (s. VI). Diseño de L. D. Chaves según fotografía

LA Μ ISA lll

LAMINA IV

Fio. 5. .Martirio de Zacarías y persecución de Isabel (cf. Protoeyan- gelio c.22 y 23). Capilla de San Eustacio, en Gueurémé (s. X), igle- sia rupestre de Capadocia. Diseño de L. D. Chaves según fotografía

FiG. 6.— Adoración de los Magos y ofrenda del Libro de los miste- rios (cf. Evangelio armenio de la Infancia cío). Arco triunfal de Santa María la Mayor de Roma (s. V). Diseño de L. D. Chaves según fotografía

Fio 7.-^Afrodisio sale al encuentro de la Sagrada Familia (cf. Pseu- do Mateo c.24). Arco triunfal de Santa María la Mayor de Roma (s. V). Diseño de L. D. Chaves según fotografía

LA Μ ISA V

LAMINA VI

Fig. ίο. Joaquín ν Ana son echados del templo por no tener des- cendencia (cf. Proloevangelio 1,2 ; Picudo Mateo 2,1 ; De nativitate Marine 2,1). Retablo mavor de la iglesia parroquial de Quintanilla de Abajo (Valladolid) (s. XVI)

LAMINA Vil

FlG. ii. Un ángel anuncia a Joaquín la natividad de María (cf. Pio- toevangelio c.4 ; Pseudo Mateo c.3 ; De nativitate Mariae c.3). Tabla de la escuela valenciana (s. XV) Museo provincial de Valencia

LAMINA VIH

FiG. 13. Caricias a la Virgen niña ; banquete en su honor (cf. Pro- toevangelio 6,2). Pintura bizantina del siglo XIV perteneciente al monasterio de Vatopediu. Monte Atos, Grecia (MilletR p.88 n.2)

LAMINA IX

LAMINA Χ

LAMINA Μ

LAMINA XII

FlG. 17. Labores de la Virgen en el templo (cf. Protoexmn-^eU^- c.io; Pseudo Mateo c.6). Retablo de L. Borrassá (fines del s. XIV), perteneciente a la iglesia de San Francisco. Villafranea de! Ta- nadés (Barcelona)

LAMINA XIII

FiG. 18. María proclamada «Reina de las Vírgenes» (cf. Pscudo Mateo 8,5). Retablo de L. Borrassá (fines del s. XTV), perteneciente a la iglesia de San Francisco. Villafranca del Panadés (Barcelona)

LAMINA XIV

FiG. 19. Labores de la Virgen en el templo (cf. Pseudo Mateo c.6). Tabla castellana de principios del siglo XVI. Barcelona (en comercio)

LAMINA XV

LAMINA XVI

l ie. ai. La Virgen recibe el mensaje de la Anunciación mientras (está hilando (cf. Pr oto evangelio 9,1-2 ; Pseudo Mateo 9,2). Pintura bizantina del año 1568, perteneciente al monasterio de Dochiariu. Monte Atos, Grecia (MilletR p.238 11.3)

LAMINA XVII

FiG. 22. Anunciación en la fuente (cí. Protoevangelio 11,1 ; Pseudo Mateo 9,1). Miniatura del manuscrito griego 120^ perteneciente a la Biblioteca Nacional de París (s. XII).

LAMINA XVIII

Fig. 23. Nacimiento de Cristo; la cueva y los dos animales fcf. Pro- toevcmgelio 18,1 ; Pseudo Mateo c.14). Retablo de P. Serra (a. 13Q3) dedicado al Espíri'.n Santo. Catedral de Manresa (Barcelona)

LAMINA XIX

Fir,. 24. Episodio de las comadronas (cf. Protoevangelio c.19 y 20; Pscudo Mateo 13,3-7^. Obra dei_ IMaestro de Mérode (s. XV). Museo de Dijon

LAMINA XX

LAMINA XXI

LAMINA XXII

FlG. 27. Muerte de San José (cf. Historia de José el Carpinte- ro c.13 y siguientes). Lienzo de Goya (a. 1787), conservado en la iglesia de Santa Aria. Valladolid

LAMINA XXIII

LAMINA XXI.V

Fig. 20. Cristo libera a Adán (cf. ibid.). Pintura bizantina del si- íjlo XIV, perteneciente al monasterio de Protaton. Monte Atos, Grecia (MilletR p.18 11.3)

LAMINA XXV

Fig. 30. María recibe la comunión de manos de un apóstol (cf. Li- bro de ]uan, arzobispo de Tesalónica c.4, nota 10). Retablo de San Lucas (s. XV), perteneciente al palacio episcopal de Segorbe

LAMINA XXVI

LAMINA XX Í U

Fio. 32. Los apóstoles rodean el lecho mortuorio de María ; Cristo recibe el alma de la Virgen (cf. Libro de San Juan Evangelista c.12 y siguientes ; Libro de Juan, arzobispo de fesalóniea c.8 ν ss. ; Pseudo José de Arimatca cu). Tabla de J. Ferrer (s. XV). Colec- ción Muntadas, Barcelona

LAMINA Χ Χ VI 11

LAMINA XXI. Κ

LAMINA XXX

LAMINA XXXI

Fio. 36. Entierro de María ; Jefonías pretende profa-mr el féretro (cf. Libro de San Juan Evangelista 0.46-47 ¡ Libro de Juan, arzobispo de Tcsalónica c.13 : Ρ sendo José de Arimatea c.14). Tabla aragonesa del siglo XV. Iglesia parroquial de ( hitiñena (Huesca)

LAMINA Χ XX 11

,'IG; 37·— María asunta envía el ceñidor a Santo Tomás (ef Pseudo José de Arimatea c. 17-21). Tabla de Nicolás Florentino (s. XV). Catedral Vieja de Salamanca

ACABÓSE DE IMPRIMIR ESTE VOLUMEN DE LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS, DE LA BI- BLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, EL DIA 25 DE ABRIL DE 1956, FESTI- VIDAD DE SAN MARCOS EVAN- GELISTA, EN LOS TALLERES DE LA EDITORIAL CATÓLI- CA, S. Α., ALFONSO XI, NÚMERO 4, MADRID

LAUS DEO VIRG1N1QUE MATRI

Biblioteca de Autores Cristianos

VOLUMENES PUBLICADOS

I SAGRADA BIBLIA, do Nacar-Colunga, 6.* ed., corregida en el texto y co- *■ piosamente aumentada en las notas. Prologo de] excelentísimo y reverendí- simo Sr. D. Gaeuno Cicognani, Nuncio de Su Santidad en España. 1955. LXXV1 + 1583 págs en papel biblia, con profusión de grabados y 7 mapas.—

90 pesetas tela, 130 piel.

o sUMA POETICA, por José MarIa PemAn y M. Herrero García. 3.· ed. 1950.

XVI +800 págs 50 pesetas tela, 90 piel. O OBRAS COMPLETAS CASTELLANAS DE FRAY LUIS DE LEON. EdiciÓP

revisada y anotada por el P. Fr. Félix García, O. S. A. 2.* ed. 1951. XII + 17ος págs en papel biblia.— 95 pesetas tela, 135 piel.

Λ SAN FRANCISCO DE ASIS : Escritos completos, las Biografías de sus con- ^ temporáneos y las Floreciltas. Edición preparada por los PP. Fr. Juan R. Di Lxgísima y Fr Lino Gómez Cañedo O F M. 2.· ed. 1949 XL + 867 págs., con

profusión de grabados.— (Agotada. Se prepara la 3.· ed.)

I? HISTORIAS DE LA CONTRARREFORMA, por el P. Ribadexeyra, S. I.

Vida de los PP Ignacio de Loyola, Diego Lainez, Alfonso. Salmerón y Fran- cisco de Borja. Historia del Cisma de Inglaterra Exhortación a los capitanes y soldados de la ^Invencible*. Introducciones y notas del P. Eusebio Rey, S. I. 1945 "XXVI + 1355 págs., con grabados— 50 pesetas tela, 90 piel, g OBRAS DE SAN BUENAVENTURA. Tomo I : Introducción. Breviloquio. 0 Itinerario de la mente a Dios. Reducción de las ciencias a la Teología. Cristo, maestro único de todos. Excelencia del magisterio de Cristo. Edición en latin y castellano, dirigida, anotada y con introducciones por los PP. Fr. León Amorós, Fr. Bernardo Aperribay y Fr. Miguel Oromí, O. F. M. 2.* ed. 1955 XLVIII + 755 páginas.— 80 pesetas tela, 120 piel.— Publicados los tomos II 19), III (19), IV (28), V (36) y VI y último (49).

7 CODIGO DE DERECHO CANONICO Y LEGISLACION COMPLEMEN- TARIA, por los Dres. D. Lorenzo Miguélez, Fr. Sabino Alonso Mo- ran, O. P., y P. Marcelino Cabreros de Anta, C. M. F., profesores de la Uni- versidad Pontificia de Salamanca. Prólogo del Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. Fr Jos* López Ortiz, Obispo de Túy. 5.· ed. 1954. XLVIII + 1092 págs.— 85 pesetas tela, 125 piel.

O TRATADO DE LA VIRGEN SANTISIMA, de AlASTRVEY. Prólogo del ° Excmo. y Rvmo sr L)r ü Antonio García y García, Arzobispo de Valla- dolid 3." ed 1952. XXXVI 4- 978 págs.. con erabados de la Vida de la Virgen.

de Durcro.— Agotada en tela, 110 pesetas piel.

Q OBRAS DE SAN BUENAVENTURA. Tomo II : Jesucristo en su ciencia ** divina y humana. Jesucristo, árbol de la vida Jesucristo en sus misterios: il En su infancia. 2) En la Eucaristía 3) En su Pasión. Edición en latín y cas- tellano, dirigida, anotada y con introducciones por 'os PP. Fr. León Amorós, Fr. Bernardo Aperribay y Fr. Miguel Oromí, O. F. M. 1946. XVI +847 págs.— 40 pesetas tela, 80 piel. —Publicados los tomos III (19), IV (28), V (36) y VI (49!. utíKAs DE SAN AGUSTIN Tomo I: Introducción general y blbliogra- fia Vida de San Agustín, por Posidio. Soliloquios. Sobre el orden. Sobrt la vida feliz Edición en latín y castellano, preparada por el P. Fr Victorino Cap.ínaga, O. R. S. A. 2.* ed. 1950. XII + 822 págs., con grabados. Agotada en tela, 90 pesetas piel. Publicados los tomos II ln), III (21), Ιλ' '30), V (39), VI (so), Vil (53), VIII (69), IX (79), X (95), XI (99), XII (121) y XIII (139).

II OBRAS L>E SAN AGUSTIN lomo 11. Contestones ien latín y castellano).

** Edición critica y anotada por el Ρ Fr. Angel Custodio Vega, O. S. A. 3.* ed. 1955. VIII -)- 740 págs. 75 pesetas tela, ns piel. Publicados los to- mos ni (21), iv (30), v (39), vi (50), vil (53), vni (69*. IX (79), X (95). XI (99),· ΧΠ ("i) y ΧΙΠ (139).

12-13 OBKAS COMPLETAS DE DONOSO CORTES (dos volúmenes). Re- copiladas y anotadas por el Dr. D. Juan Juretschke, profesor de la Facultad de Filosofía de Madrid. 1946. Tomo I : XVI + 953 págs. Tomo II : VIII + 869 págs— (Agotada. Se prepara la 2.' ed.)

14 BIBLIA VULGATA LATINA Edición preparada por el Ρ Fr. Alberio *^ CoiüNGA, O. P , y D Lorenzo Turrado, profesores de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia de Salamanca. 1953. Reimpresión XXIV + 139a + 122· págs en papel biblia, con profusión de grabados y 4 mapas.— En tela,

80 pesetas ; en piel, 130.

1C VIDA Y OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ. Biografía, *** por el P. Crisógono de Jesús, O. C. D. Subida del Monte Carmelo. Noche

oscura. Cántico espiritual. Llama de amor viva. Escritos breves y poesías. Pro- logo general. Introducciones, revisión del texto y notas oor el Ρ Lucinio do.

SS. Sacramento, O. C. D. 3.· ed. 1955— XXXVI + Ί400 págs., con grabados.— 90 pesetas tela, 130 piel.

í g TEOLOGIA DE SAN PABLO, del Ρ José María Bover, S. I. 195». Reim-

^ presión XVI + 971 págs. pesetas tela, io* piel 17_1Q TEATRO TEOLOGICO ESPAÑOL Selección, introducoionee y cu> *«~aO tas de Nicolás González Ruiz Tomo I: Autos sacramentales 2.· ed. 1953. LXXII + 924 págs. Tomo II: Comedias teológicas, bíblicas y de vidas de santos 2.' ed. 1953 XLVITI + 024 oágs Cada tomo. 60 pesetas tela, roo piel |Q OBRAS DE SAN BUENAVENTURA Tomo III : Colaciones sobre el He- xaémeron Del reino de Dios descrito en las parábolas del Evangelio. Tra- tado de la plantación del paraíso. Edición en latín y castellano, dirigida, anota- da y con introducciones por los PP Fr León Amorós, Fr Bernardo Aperribay y Fr. Miguel Oromí, O. F. M. 1947. XIT + 79* págs.— 45 pesetas tela, 85 pie!.— Publicados los tomos IV (281. V (36) y VI uu>

2Q OBRA SELECTA DE FRAY LUIS DE GRANADA : Una suma de la vida cristiana. Los textos capitales del Ρ Granada seleccionados por el orden mismo de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, por el Ρ Fr. Antonio Trancho O P., con una extensa introducción del Ρ Fr Desiderio Díaz di Trjana, O. Ρ Prólogo del Excmo ν Rvmo Sr Dr Fr Francisco Barbado Vnj- jo. Obispo de Salamanca. 19« Reimpresión LXXXVIII + 1162 págs —70 pe- setas tela. 110 piel

OI OBRAS DE SAN AGUSTIN Tomo III : Contra los académicos Del Ubre albedrío. De la cuantidad del alma. Del maestro Del alma y su origen De la naturaleza del bien- contra los maniaueos. Texto en latín y castellano Versión, introducciones y notas de los PP Fr Victorino Capínaga, O. R S A ; Fr. Evaristo Seijas, Fr. Eusebio Cuevas, Fr Manuel Martínez y Fr. Mateo Lan seros, O S. A. ix)<;i Reimpresión XVI -I- 1047 págs.— 65 pesetas tela, 105 piel Publicados los tomos IV (30). V ítol. VI (50), VII (53), VIII (69), IX (79), X (95), XI (99), XII (121) y XIII (139I.

09 SANTO DOMINGO DE GUZMAN Orígenes de la Orden de Predicadores Proceso de canonización. Biografías del Santo. Relación de la Beata Ce- cilia. Vidas de los Frailes Predicadores. Obra literaria de Santo Domingo. In- troducción general por el Ρ Fr José María Garganta, O Ρ Esquema biográ- fico, introducciones, versión y notas de los PP Fr Miguel Gelabert y Fr. Jos* María Milagro, O. P. 1947. LVI + 955 págs., con profusión de grabados.— (Agotada. Se prepara la 2.· ed.)

no OBRAS DE SAN BERNARDO Selección, versión, introducciones y notas del Ρ Germán Prado, O S B. 1947. XXIV + 1515 págs., con grabados, f Agotada. Véase núm no de este catálogo.)

24 OBRAS DE SAN IGNACIO DE LO VOLA Tomo I : Autobiografía y Dio-

rio espiritual. Introducciones y notas del Γ. Victorino LarraSaga, S, T. 1947 XII + 881 pázs \s pesetas tela, 7S piel

25-26 SAGRADA BIBLIA, de Bover-Cantera Versión critica sobre los tex-

tos hebreo y griego 3 edición, en un solo volumen. 1953 XVI + 2057 págs. en papel biblia, con profusión de grabados y 8 mapas. 90 pesetas tela, 130 piel.

27 LA ASUNCION DE MARIA. Tratado teológico y antología de textos, por *■*' el P. José María Bover. S I 2.' ed., con los principales documentos pon- tificios de la definición del dogma 19.S1 XVI + 482 págs. 40 pesetas tela, 80 piel. 2«i OBRAS DE SAN BUENAVENTURA. Tomo IV : Las tres vías o incendio ΛΟ de amor. Sollloauio Gobierno del alma Discursos ascético-místicos. Vida perfecta para religiosas Las seis alas del serafín. Veinticinco memoriales de perfección. Discursos mariológicos. Edición, eo latín y castellano, preparada por los PP Fr Bernardo Aperribay Fr Miguel Oromí y Fr Miguel Ol- tra, O. F. Μ. 1947 VIH + 975 págs.— 45 pesetas tela. 85 piel.— Publicados loe tomos V (36» y VI (49)

2Q SUMA TEOLOGICA de Santo Tomas de Aquino Tomo I : Introducción general por el Ρ Santiago Ramírez, O P., y Tratado de Dios Uno. Texto en latín y castellano Traducción del Ρ Fr Raimundo Suarez, O P., con in- troducciones, anotaciones y apéndices del Ρ Fr Francisco Muñiz, O. Ρ io47

XVI -f 238* + 1055 págs., con grabados.— Agotada en tela, 95 pesetas piel.— Pu- blicados los tomos II (41), III (56), IV (126), V (r;2), IX (142), X (134) y XII (131).

UBRAS DE SAN AGUSTIN Tomo IV : De la verdadera religión De las costumbres de la iglesia católica Enauiridión. De la unidad de la Iglesia. De la fe en lo Que no se ve.' De la utilidad de creer. Versión, introducciones y notas de los PP Fr Victorino Capínaga, O. R S. A. ; Fr. Teófilo Prieto. Fr. Andrés Centeno Fr Santos Santamaría y Fr Herminio Rodríguez. OSA 1956. Reimpresión. XVI + "09 págs. 70 pesetas tela, im piel. Publicados los tomos V (39), VI (so), VII (53), VIII (69), IX (79), X (95), XI (99), XII (12Σ) y XIII (139).

«31 OBRAS LITERARIAS DE RAMON LLULL : Litro ae Caballería. Libro de Evast ν Btanauerna Félix de las Maravillas Poesías (en catalán y cas- tellano). EdicióD preparada y anotada por los PP Miguel Batilori, S. 1., y

Miguei Caldentey, Τ. O. R., con una introducción biográfica de D. Salvado» GtLIMa y otra aJ Blanauerna del Ρ Καγαο. Ginard BaujA. ϊ. υ. Κ. i<m* XX + 1147 págs.. con grabados —55 pesetas tela, 95 piel.

00 ν IDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, por Ρ Andrés Fernaj»- uti, S. I. 1.' ed 1954 XXXII +65· +760 págs., con profusión de gra- tados ν 7 mapas— 75 pesetas tela. 115 piel

OO OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES. Xomo 1 : Biogralía y Ept»- ",«* tolario. Prólogo del Excmo y Rvmo. Sr. Dr D Juan Perelló, Obispo de Vich 1948. XLIV + 898 págs. en papel biblia, con grabados.— 50 pesetas tela, 90 piel.— Publicados los tomos II |J7), III (43), IV (4«>, V (51), VI (52), VII (57) y VIII (66)

OA lOS GRANDES TEMAS DEL ARTE CRISTIANO EN ESPAÑA. Tomo I: »" Salimiento e infancia de Cristo, por el Prof Francisco Javier Sanche» Cantón 1948 VIII + 192 págs., con 304 láminas —70 pesetas tela, no piel.— "ublicados los tomos II (64I y III (47)

OC -MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO, del Ρ FRANCISCO ScAREZ, S. L Volumen i." : Misterios de ία Virgen Santísima Misterios de la infancia y vida pública de Jesucristo. Versión castellana por el Ρ Galdos. S. I. 1948. XXXVI +915 págs.— 45 pesetas tela. 85 piel.— Publicado el volumen 3 (55). OC OBRAS DE SAN BUENAVENTURA. Tomo V : Cuestiones disputadas so- bre el misterio de la Santísima Trinidad. Colaciones sobre los siete iones del Espiritu Santo Colaciones sobre los diez mandamientos Edición en latín y castellano, preparada y anotada por los PP Fr Bernardo Aperribay, Fr. Mi- guel Oromí y Fr. Miguel Oltra, O. F. M. 1048. VIII + 754 págs— 40 pesetas tela. Ό oiel. Publicado el tomo VI 149).

Oy OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES lomo II : Filosofía funda- mental. 1948. XXXII + 9S4 págs. en papel biblia. 50 pesetas tela, 90 piel. Publicados los tomos ΠΙ (42). IV 48). V (51), VI (521. Vil 157) ν VIII (66i. OQ MISTICOS FRANCISCANOS ESPAÑOLES. Tomo I : Fray Aloxso db Madrid: Arte para servir a Dios y Espejo de ilustres personas, Fray Francisco de Osuna : Ley de amor santo Introducciones del Ρ Fr Joan Bau- tista Gomis. O F. Μ 1948 XII + 7oo págs. en papel biblia— 45 pesetas tela, 85 piel —Publicados los tomos II (441 y III (46).

OQ OBRAS DE SAN AGUSTIN Tomo V : Tratado de la Santísima Trinidad. **** Edición en latfn ν castellano Primera versión esrwfiola, oon introducción y notas del P. Fr. Luis Arias, O. S. A. 2.* ed. 1956. XX + págs., con gra- bados.— So pesetas tela, 120 piel.— Publicados los tomos VI (50), VII (53), λ'ΙΙΙ (69), IX (79), X (95), XI (99), XII (i2i) y XIII (139).

4Q NUEVO TES1 AMEN ΙΌ, de NACar-Colünga Versión directa del texto oru ^w ginal griego (Separata de la Nácar-Colunga.) 1048 VIII + 451 págs. en papel biblia, con profusión de grabados y 8 mapas —(Agotada.) ,ΛΛ SUMA TEOLOGICA de Santo Tomas DE AQUINO. Tomo II : Tratado i* la Santísima Trinidad, en latín y castellano; versión del P. Fr Raimundo

SuArbz, O. P., e introducciones del Ρ Fr Manuel Cuervo, O P. Tratado de la creación en general, en latín y castellano; versión e introducciones del Pa- dre Fr Jesús Valbuena, O Ρ 2." ed 1953 XX + 594 págs— 65 pesetas teda. 105 piel.— Publicados los tomos III (56), IV (126), V (122), X (134) y XII (131). ¿O OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES. Tomo III : Filosofía elemen-

tal y Ei Criterio. 1948 XX + 755 págs. en papel biblia.— 50 pesetas tela, 90 piel Publicados los tomos IV (48), V (51), VI (53), VII (57) y VIII (66). 43 NUEVO TESTAMENTO Versión directa del griego con notas exegética», ** por el P. José María Bover. S I (Separata de la Bover-Cantera.) 1948. VIII 4- 622 págs. en papel biblia, con 6 mapas.— Agotada en tela, 70 pesetas piel. ΛΛ MISTICOS FRANCISCANOS ESPAÑOLES. Tomo II : Fray Bernardino

de Laredo : Subida del monte Sión; Fray Antonio de Guevara : Orato- rio de religiosos y ejercicio de virtuosos; Fray Miguel de Medina : Infancia espiritual; Beato Nicolás Factor: Doctrina de las tres vías. Introduccionea del Ρ Fr. Juan Bautista Gomis, O F. Μ 1948 XVI + 837 págs. en papel biblia.— 50 pesetas tela, 90 piel —Publicado el tomo III y último (46). AC LAü VIRGENES CRISTIANAS DE LA IGLESIA PRIMITIVA, por el

V. Francisco de Β. Vizmanos, S. I. Estudio histórico-ideológico seguido de una antología de tratados patrísticos sobre la virginidad. 1949. XXIV + 1306 pá- ginas en papel biblia.— 65 pesetas tela, 105 piel.

4g MISTICOS FRANCISCANOS ESPAÑOLES Tomo III y último : Fray Diego de Estella : Meditaciones del amor de Dios; Fray Juan de Pineda: Declaración del tPater nosten; Fray Juan de los Angeles: Manual dt vida per- fecta y Esclavitud mariana: Fray Melchor de Cetina: Exhortación a la ver- dadera devcción dt la Virgen; Fray Juan Bautista de Madrigal : Homiliario evangélico Introducciones del Ρ Fr Juan Bautista Gomis O. F. M. 1949. XII + 868 págs. en papel biblia.— 50 pesetas tela, 90 piel.

LOS GRANDES TEMAS DEL ARTE CRISTIANO EN ESPAÑA. To- mo III : La Pasión de Cristo, por José Camón Aznar. 1949. VIII + 106 pa- mas, con 303 láminas 60 pesetas tela, 100 piel.

47

ΛΟ OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES Tomo IV El protestantismo

comparado con el catolicismo. 1949 XVI + 76« pégs eo papel biblia 50 pesetas tela, 90 piel Publicados los tomos V 151 1, VI (52), VII 157) y VIII 1661.. AQ OBRAS DE SAN BUENAVENTURA Tomo VI y filtimo : Cuestione!

disputados sobre la perfección evangélica Apología de los pobres Edición en latín y castellano, preparada y anotada por los PP Fr Bernardo Aperribay. Ft. Miguel OhomI y Fr Miguel Oltka. O F Μ 1949 VIII +4«· + 779 pégs. 50 pesetas tela, 90 piel

CQ OBRAS DE SAN AGUSTIN Tomo VI : Del espíritu y de la letra. De la

naturaleza y de la gracia. De la gracia de Jesucristo y del pecado original. De la gracia y del libre albedrío De la corrección y de la gracia De la pre- destinación de los santos Del don de perseverancia Edición en latín y cas- tellano, preparada y anotada por los PP. Fr Victorino Capánaga, O R S Α.; Fr Andrés Centeno. Fr. Gerardo Enrioue de Vega, Fr. Emiliano López y Fr. Toribio de Castro, O. S. A. 1949. XIT + 943 págs.— Agotada en tela, 90 pe- setas piel.— Publicados los tomos VII (53), VIII (69), IX (79), X (95), XI (99), XII (121) y XIII (139).

C1 OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES. Tomo V : Estudios apologi- ticos. Cartas a un escéptico. Estudios sociales Del clero católico. De Ca- taluña. 1949 XXVIII + 1002 págs. en papel biblia. 50 pesetas tela, 90 piel. Publicados los tomos VI (52), VII (57) y VIII 1661.

Μ OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES Tomo VI : Escrttos políti- ΟΛ eos: Triunfo de Espartero Caída de Espartero Campaña de gobierno. Mi- nisterio Narváez Campaña parlamentaria de la minoría balmista. rpso XXXII + 1061 págs. en papel biblia— so pesetas tela. 90 piel.— Publicados los tomos VII (57) y VIII (66).

CO OBRAS DE SAN AGUSTIN Tomo VII: Sermones. Edición en latín y cas- tellano. preparada por el P. Amador del Fueyo, OSA 19SO XX + 945 páginas.— so pesetas tela, 90 niel —Publicados los tomos VIII (69), IX (79),

x (95), χι (99), xii (121) y xiii (139)·

EJ4 HISTORIA DE LA IGLESIA CATOLICA. Tomo I : Edad Antigua (i-oSi): *** La Iglesia en el mundo grecorromano, por el Ρ Bfrnardino Llorca. S I.

2.* ed. 1955. XXXII + 961 págs., con grabados. 85 pesetas tela, 125 piel.— Publicados los tomos II 1104) y IV (76)

CE MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO, del Ρ Francisco Suárez. S. I. **** Volumen 2 · ν último : Pasión, resurrección y segunda venida de Jesucris- to. Versión castellana por el Ρ Galdos. S I rqso. XXIV 4- Γ226 págs —60 pese- tes tela, roo piel

Cfi SUMA TEOLOGICA de Santo Tomás de Aouino. Tomo III : Tratado de los Angeles Texto en latí ν castellano Versión del Ρ Fr Raimundo SuArez. O Ρ , e introducciones del Ρ Fr Aureliano Martínez. O Ρ Traíado de la creación del mundo corpóreo Versión e introducciones del Ρ Fr Alber- to Coiunga O Ρ rqso XVT + 941 págs., con grabados —so pesetas tela. 90 piel; Publicados los tomos IV (126I, V (122), Χ (134I y XII (131). C7 OBRAS COMPLETAS DE JAIME RALMES Tomo VII ESCRITOS Poi.f- *" ticos- El matrimonio real: Campaña doctrinal Campaña nacional Cam- paña internacional Desenlace Ultimos escritos políticos 1950 XXXII + ro53 páginas en papel biblia so pesetas tela, qo piel —Publicado el tomo VIII 1661 BQ OBRAS COMPLETAS DE AURELIO PPUDENCIO Edición en latín y castellano, dirigida, anotada y con introducciones por el Ρ Fr Isidoro Rodríguez. O F M., y D José Guii.lén. catedráticos en la Pontificia Universi- dad de Salamanca toso VIII -1- 84* + 82* págs —so pesetas tela, oo piel CQ COMENTARIOS A LOS CUATRO EVANGELIOS, por el Ρ Juan de Mal- **** donado. S. I Tomo I Evangelio de San Mateo Versión castellana, intro- ducción ν notns del Ρ Luis María Jiménez Font S I. Introducción btobiblio- gráfica del P. José Caballero, S. I. 1950. VIII 4- T159 págs. en papel biblia. Agotada en tela, 95 pesetas piel.— Publicados los tomos II (72) y III (112). C(\ CURSUS PHILOSOPHICUS, por una comisión de profesores de las Kacul- tades de Filosofía en España de la Compañía de Jesús Tomo V : Theolo- gta Naturalis. por el P. José Heuín S I. 19S0 XXVIII 4- 928 págs —65 pesetas itjia. ros piel

C| SACRAE THEOLOGIAE SUMMA, por una comisión de profesores de las °* Facultades de Teología en España de la Compañía de Jesús Tomo Γ In- troductio in Theologiam. De re.velatione rhristiana De Ecclesia Christi De sacra

Scriptura por los PP. Miguel NicolAu y Joaquín Sai.averri, S. I. 3.* ed. 1955. XX + 1191 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel.— Publicados los tomos II (90I, III (62) y IV (73)

CO SACRAE THEOLOGIAE SUMMA, por una comisión de profesores de las σώ Facultades de Teología en España de la Compañía de Jesús Tomo III: De Verbo tncarnato Mariologia unirla Christi De virtutihus infusls por los PP. Jesús Solano. José A df Αιγ.·« v Sf-trino González S I 2 * ed 1953

XXIV + 902 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel.— Publicado el tomo IV (73). CO SAN VICENTE DE PAUL: BIOGRAFIA V ESCRITOS Edición prepara- da por los PP José Herrera y Veremundo Pardo, C. M. 2.' ed. 1955.

XVI + Q76 páginas «η papel biblia, con profusión de grabados.— 85 pesetas tela, 125 piel

CA LOS GRANDES TEMAS DEL ARTE CRISTIANO EN ESPAÑA. Tomo ΙΓ Cristo en el Evangelio, por el Prof Francisco J. SAnchez Cantón. 1950 VIII + 124 págs., con 255 láminas. —60 pesetas tela, 100 piel. Publicado el tomo III (47).

CP PADRES APOSTOLICOS : La Dldaché o Doctrina de los doce apóstoles.

Cartas de San Clemente Romano. Cartas de San Ignacio Mártir. Carta y martirio de San Policarpo. Carta de Bernabé Los fragmentos de Papias. El Pas- tor de Hermas. Edición bilingüe, preparada y anotada por D. Daniel Ruiz Bu»- no, catedrático de lengua griega y profesor a. de la Universidad de Salaman- ca. 1950. VIII + itjo pégs. en papel biblia. 65 pesetas tela, 105 piel. Cfi OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES. Tomo VIII y último: Biogra- οσ tías. Misceláneas. Primeros escritos. Poesías. Indices. 1950. XVI + 1014 pa- ginas en papel biblia —50 pesetas tela, 90 piel.

gy ETIMOLOGIAS, de San Isidoro de Sevilla. Versión castellana total, por * vez primera, e introducciones parciales de D. Luis Cortés, párroco dt San Isidoro de Sevilla. Introducción general e índices científicos del Prof San- tiago Montero Díaz, catedrático de la Universidad de Madrid. 1951. XX 4- 88· + 563 págs.— 55 pesetas tela, 95 piel.

CO EL SACRIFICIO DE LA MISA. Tratado histórico-litúrgico. Versión e-pa- 00 fióla de la obra alemana en dos volúmenes Missarum sollemnia, del P. Jungmann, S. I. 2.· ed. 1952. XXVIII + 1264 págs.— 80 pesetas tela, 120 piel. CQ OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo VIII : Cartas. Edición en latín y cas- οσ tellano, preparada por el P. Lope Cilleruelo, O. S. A. 1951. VIH + 931 ρΛ- ginas.— 55 pesetas tela, 95 piel.— Publicados los tomos IX (79), X (95), XI (99), XII (12Γ) y XIII (139).

"ΤΛ COMENTARIO AL SERMON DE LA CENA, por el P. José M. Bo- ' ver, S. I 2.· ed. 1955. VIII + 334 págs 60 pesetas tela, 100 piel. ■TI TRATADO DE LA SANTISIMA EUCARISTIA, por el Dr. D. Gregorio ' x Alastruey. 2.· ed. 1952. XL + 426 págs., con grabados.— 45 ptas. tela, 85 piel. 70 COMENTARIOS A LOS CUATRO EVANGELIOS, por el P. Juan de Mal- ' ^ donado, S. I. Tomo Π : Evangelios de San Marcos y San Lucas. Versión castellana, introducción y notas del P. José Caballero, S. I. 19S4 Reimp. ΧλτΙ + 88i páginas en papel biblia.— 65 pesetas tela, 105 piel— Publicado el tomo III y último (112).

SACRAE THEOLOGIAE SUMMA, por una comisión de profesores de las Facultades de Teología en España de la Compañía de Jesús. Tomo IV: Dt Sacramentis. De novissimis, por los PP. José A. de Aldama, Francisco de P. SolA, Severino GonzAlez y José F. SagOés, S I. 2.· ed. 1953. XXIV + 11 10 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel.

OBRAS COMPLETAS DE SANTA TERESA DE JESUS. Nueva revisión del texto original con notas críticas. Tomo I : Bibliografía teresiana. por el P. Otilio del Niño Jesús, O. C. D. Biografía de Santa Teresa, por el P. Efrén de la Madre de Dios, O. C. D Libro de la Vida, escrito por la Santa. Edición revisada y preparada por los PP. Efrén de la Madre de Dios y Otilio del Niño Jesús. 1951. XLI + 904 págs. en papel biblia.— Agotada en tela, 100 pesetas piel.— Publicado el tomo II (120).

ACTAS DE LOS MARTIRES. Edición bilingüe, preparada y anotada por D. Daniel Ruiz Bueno, catedrático de lengua griega y profesor a. de la Universidad de Salamanca. 1951. VIII + 1185 págs. en papel biblia.— Agotada en tela, 120 pesetas piel.

HISTORIA DE LA IGLESIA CATOLICA. Tomo IV y último : Edad Mo- •u derna: La Iglesia en su lucha y relación con el laicismo, por el P. Fran- cisco Javier MontalbAn, S. I. Revisada y completada por los PP. Bernardino Llorca y Ricardo García Villoslada, S. I. 1953. Reimpresión. XII 4- R51 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.

SUMMA THEO LOGICA Sancti Thomae Aquinatis, cura fratrum eiusdero Ordinis, in quinqué volumina divisa. Vol. I : Prima pars. 1955. Reimpre- sión. XXIV + 851 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.— Publicados los tomos U (80). III (81), IV (83) y V (87).

OBRAS ASCETICAS DE SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO. Tuno I: Obras dedicadas al pueblo en general. Edición crítica. Introducción, ver- sión del italiano, notas e índices del P. Andrés Goy, C. SS. R. 1952. XVI + 1033 Págs. en papel biblia.— 70 pesetas tela, 110 piel.— Publicado el tomo II y último (113).

OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo IX : Los dos libros sobre diversas cues- tiones a Simpliciano. De los méritos y del perdón de los pecados. Contra las dos epístolas de los pelagianos. Actas del proceso contra Pelagio. Edición en latín y castellano, preparada y anotada por los PP. Fr. Victorino CapAnígi y Fr. Gregorio Erce, O. R. S. A. 1952. XII + 799 págs —60 pesetas tela, 100 piel. Publicados los tomos X (95), XI (99), XII (121) y XIII (139).

73

74

75

77

78

79

ΟΛ SUMMA THEOLOGICA S. Thomae Aquinaiis, cura fratrum eiusdem Or- dinis, in quinqué volumina divisa. Vol. II : Prima secundae. 1955. keimp. XX + 848 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.— Publicados los tomos III (81), IV (83) y V (87).

OI SUMMA THEOLOGICA S. Thomae Aquinatis, cura fratrum eiusdem Or- OA dinis, in quinqué volumina divisa. Vol. III: Secunda secundae. 195».

XXVIII + 1230 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel —Publicados los tomos IV (83) y V (87).

OO OBRAS COMPLETAS DE SAN ANSELMO. Tomo I : ilonologio. Pros- 0£t logio. Acerca del gramático. De la verdad. Del Ubre albedrío. De la caída del demonio. Carta sobre la encarnación del Verbo. Por Qué Dios se hizo hombre. Edición en latín y castellano, con extensa y documentada introducción general, preparada por el P. Julián Alameda, O. S. B. 1952. XVI + 897 pági- nas.—70 pesetas tela, 110 piel.— Publicado el tomo II y último (100). OO SUMMA THEOLOGICA S. Thomae Aquinaiis, cura fratrum eiusdem Or-

dinis, in quinqué volumina divisa. Vol. IV : Tertia pars. 1952. XX + 798 págs.— 80 pesetas tela, 120 piel.— Publicado el tomo V (87). 04 LA EVOLUCION HOMOGENEA DEL DOGMA CATOLICO, por el

P. Francisco Marín-Sola, O. Ρ Introducción general del P. Emilio Sao- ras, O. P. 1952. VIII + 831 págs.— 60 pesetas tela, 100 piel.

OC EL CUERPO MISTICO DE CRISTO, por el P. Emilio Sauras, O. P. °" 1952. VIII -f 921 págs.— Agotada en tela, 105 pesetas piel. QC OBRAS COMPLETAS DE SAN IGNACIO DE LO YOLA. Edición crítica. 00 Transcripción, introducciones y notas de los PP. Cándido de Dalmases e Ignacio Iparraguirre, S. I. 1952. XVI + 80* + 1075 págs. 85 peseta» tela, 125 Piel

Qf SUMMA THEOLOGICA S. Thomae Aquinatis, cura fratrum eiusdem Or- °* dinis, in quinqué volumina divisa. Vol. V: Supplementum. Indices. 1952. XX + 652 + 389* págs. 90 pesetas tela, 130 piel.

OQ TEXTOS EUCARISTICOS PRIMITIVOS. Edición bilingüe de los conte- nidos en la Sagrada Escritura y los Santos Padres, preparada por el P. Jesús Solano, S. I. Tomo I : Hasta fines del siglo IV. 1952. XL + 754 págs., con grabados. 75 pesetas tela, 115 piel. Publicado el tomo II y último (ri8). OQ OBRAS COMPLETAS DEL BEATO MAESTRO JUAN DE AVILA. Edi- ción crítica. Tomo I : Epistolario. Escritos menores. Biografía, introduc- ciones y notas del Dr. D. Luis Sala Balust, catedrático de la Pontificia Univer- eidad de Salamanca. 1952. XL + 1120 págs. 75 pesetas tela, 115 piel. Publicado el tomo II (103).

QQ SACRAE THEOLOGIAE SUMMA, por una comisión de profesores de las Facultades de Teología en España de la Compañía de Jesús. Tomo II : De Deo uno et trino. De Deo creante et elevante. De peccatis, por los PP. Josi M. DalmAu y José F. Sagúes, S. I. 2.· ed. 1955. XXXII + 1066 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel.— Publicados los tomos III (62) y IV (73).

Q| LA EVOLUCION MISTICA, por el P. Mtro. Fr. Juan G. Ariniero, O. P. σ 1952. LXIV + 804 págs.— 70 pesetas tela, no piel.

QO PHILOSOPHIAE SCHOLASTICAE SUMMA, por una comisión de profe- σώ sores de las Facultades de Filosofía en España de la Compañía de Jesús. Tomo III : Theodicea. Ethica, por los PP. José Hellín e Ireneo González, S. I. 1952. XXIV + 924 págs. 90 pesetas tela, 130 piel.

QO THEOLOGIAE MORALIS SUMMA, por los PP. F. Regatillo y M. Zal- βλ, S. I. Tomo I : Theologia moralis fundamentalis. Tractatus de virtu- tibus theologlcis, por el P. Marcelino Zalba, S. I. 1952. XXVIII + 965 págs.— 90 pesetas iela, 130 piel.— Publicados los tomos II (106) y III y último (117) QA SUMA CONTRA LOS GENTILES, de Santo Tomas DE Aquino. Edición bilingüe, con el texto crítico de la leonina. Tomo I : Libros I y II: Dios: su existencia y su naturaleza. La creación y las criaturas. Traducción dirigida y revisada por el P. Fr. Jesús M. Pla, O. P. Introducciones particulares y nota» de los PP. Fr. Jesús Azagra y Fr. Mateo Febrer, O. P. Introducción general por el P. Fr. José M. de Garganta, O. P., 1952. XVI + 712 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.— Publicado el tomo II y último (102).

QC OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo X : Homilías. Edición en latín y cas- ^*3 tellano, preparada por el P. Fr. Amador del Fueyo, O. S. Α. XII + 94J

páginas.— 70 pesetas tela, no piel.— Publicados los tomos XI (99), XII (121) y XIII (139).

Q£? OBRAS DE SANTO TOMAS DE VILLANUEVA. Sermones de la Virgen María (primera versión al castellano) y Obras castellanas. Introducción biográfica, versión y notas del P. Fr. Santos Santamarta, O. S. A. 1951- XII 4- 665 págs 65 pesetas tela. 105 piel.

Qy LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el este- ' dio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comisión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Málaga. Tomo I : Adviento y Navidad: El juicio final. La misión del Precursor. El tes- timonio de Juan a los judies. Predicación del Bautista. Presentación y purifica-

clón tn el templo. El Dulce Nombre de Jesús. 2.' ed. 1955. XXIV + 948 págs.— 80 pesetas tela, 120 piel.— Publicados los tomos II (119), III (123), IV (129), V (133), VI (138), VII (140) y VIII (107).

QO PHILOSOPHIAE SCHOLASTICAE SUMMA, por una comisión de profe- **® sores de las Facultades de Filosofía en España de la Compañía de jesús. Tomo I : ¡ntroductlo in Philosophiam. Lógica. Critica. Metaphystca generalis, por los PP. LSOVIGILDO Salcedo y Jesús Iturrioz, S. I. 1953. XXIV + 893 págs.— 80 pesetas telo, 120 piel.— Publicados los tomos II (137) y III y último (92). QQ OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo XI : Cartas (2.°). Edición en latín y castellano, preparada por el P. Fr. Lope Cilleruelo, O. S. A. 1953. VIII + 1100 págs. 70 pesetas tela, 110 piel. Publicados los tomos XII (121) y XIII (139)·

1 r\r\ OBRA9 COMPLETAS DE SAN ANSELMO. Tomo II y último : De la concepción virginal y del pecado original. De la procesión del Espí- ritu Santo. Cartas dogmáticas. Concordia de la presciencia divina, predestina- ción y gracia divina con el libre albedrío. Oraciones y meditaciones. Cartas. Edición en latín y castellano, preparada por el P. Fr. Julián Alameda, O. S. B. 1953. XVI + 804 págs.— 70 pesetas tela, no piel.

1Λ1 CARTAS Y ESCRITOS DE SAN FRANCISCO JAVIER. Unica pubil- *V cación castellana completa según la edición critica de «Monumenta His- tórica Soc. Iesui (1944-1945), anotadas por el P. Félix Zubillaga, S. I., redactor de ·Μοη. Hist. Soc. Iesu». 1953. XVI + 578 págs. 60 pesetas tela, 100 piel. 102 SUMA CONTRA LOS GENTILES, de Santo Tomás de Aquino. Edición w bilingüe con el texto crítico de la leonina. Tomo II : Libros III y IV: Dios, fin último y gobernador supremo. Misterios divinos y postrimerías. Traducción dirigida y revisada por el P. Fr. Jesús M. Pla, O. P. Introducciones I>articulares y notas de los PP. Fr. José M. Martínez y Fr. Jesús M. Pla, O. P. 1953. XVI + 960 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.

■ΙΛΟ OBRAS COMPLETAS DEL BEATO JUAN DE AVILA. Edición crítica. IKJtJ Tomo U : Sermones. Pláticas espirituales. Introducciones y notas del Dr. D. Luis Sala Balust, catedrático de la Pontificia Universidad de Salamanca. 1953. XX + 1424 págs. 85 pesetas tela, 125 piel.

1Q4 HISTORIA DE LA IGLESIA CATOLICA. Tomo II: Edad Media: La cristiandad en el mundo europeo y feudal, por el P. Ricardo GarcIa Villoslada, S. I. 1953. XII + 1006 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.— Publicado el tomo IV (76).

1QC CIENCIA MODERNA Y FILOSOFIA. Introducción fisicoquímica y ma- temática, por el P. José M.' Riaza, S. I. 1953. XXXII + 756 págs., con profusión de grabados y 16 láminas.— 75 pesetas tela, 115 piel. 106 THKOLOG1AE MO RALIS SUMMA, por los PP. Eduardo F. Regatillo y Marcelino Zalba, S. I. Tomo II : Theologia moralis specialis: De mandatis Dei et Ecclesiae, por el P. Marcelino Zalba, S. I. 1953. XX + 1104 páginas.— 9> pesetas tela, 130 piel.— Publicado el tomo III y último (117).

LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el es- tudio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comi- sión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Má- laga. Tomo VIII : Pentecostés (4.·) : La parábola de los invitados a la boda. La curación del hijo del régulo. El perdón de las ofensas. El tributo al César. Re- surrección de la hija de ¡airo. Cristo Rey. La última venida de Cristo. 1953. LXXII + 1368 págs.— 85 pesetas tela, 125 piel.

108 TEOLOGIA DE SAN JOSE, por el P. Fr. Bonifacio Llamera, Ο. P., con la Suma de los dones de San José, de Fr. Isidoro Isolano, O. P., en

edición bilingüe. 1953. XXVIII + 663 págs.— 65 pesetas tela, 105 piel.

109 ODRAS SELECTAS DE SAN FRANCISCO DE SALES. Tomo I: In- troducción -a la vida devota. Sermones escogidos. Conversaciones espi- rituales. Alocución al Cabildo catedral de Ginebra. Edición preparada por el P. Francisco de la Hoz, S. D. Β. 1953. XX + 800 págs.— 65 pesetas tela, 105 piel. Publicado el tomo II y último (127).

110 OBRAS COMPLETAS DE SAN BERNARDO. Tomo I: Vida de San Ber- nardo, por Pedro Ribadeneira, S. I. Introducción general. Sermones

d$ tiempo, de santos y varios. Sentencias. Edición preparada por el P. Grego- rio Díez, O. S. B. 1953. xxxvi + 1188 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.— Publi- cado el tomo II y último (130).

Ι*! OBRAS DE SAN LUIS MARIA GRIGNION DE MONTFORT. Cartas.

El amor de la Sabiduría eterna. Carta a los Amigos de la Cruz. El secreto de María. El secreto admirable del Santísimo Rosario. Tratado de la verdadera devoción. Escritos destinados a los misioneros de la Compañía de María y a las Hijas de la Sabiduría. Preparación para la muerte. Cánticos. Edición preparada por los PP. Nazario Pérez (t) y Camilo María Abad, S. 1 I0S4 XXVIII +084 págs.— 70 pesetas tela, ito piel.

112 COMEN™11105 A LOS CUATRO EVANGELIOS, por el P. Juan

Maldonado, S. I. Tomo III y último : Evangelio de San Juan. Versión

116

castellana, introducción y notas del P. Luis María Jiménez Foni, S. I 1954. VIII + 1064 págs. 70 pesetas tela, no piel.

113 OBRAS ASCETICAS DE SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO.

Tomo II y úütirno : Obras dedicadas al clero en particular. Edición critica. Introducciones, versión del itaiiano, notas e Indices del Ρ Andrés Coy, C. SS. R. 1954. XXIV + 941 págs. en papel biblia— 75 ptas. tela, 115 piel.

11 4 TEOLOGIA DE LA PERFECCION CRISTIANA, por el P. Antonio

* *^ Royo Marín, O. P. Prólogo del Eicmo. y Rvdmo. Dr. Fr. Auino C Menéndez-Reigada, obispo de Córdoba. 2.· ed. 19*5. XL + 904 págs pesetas tela, 115 P'd-

115 SAN BENITO- Su vida y su Regla, por loa PP. García M. Colomba*,

León M. Sansegundo y Odilón M. Cunill, monjes de Montserrat. 1954. XX + 760 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.

PADRES APOLOGISTAS GRIEGOS (s. II). Edición bilingüe, preparada por D. Daniel Ruiz Bueno, catedrático de lengua griega y profesor a. de la Universidad de Salamanca. 1954. VIII + 1006 págs. en papel biblia 80 pesetas tela, 120 piel.

117 THEOLOGIAE MORALIS SUMMA, por los PP. Eduardo F. Regahuo y Marcelino Zalba, S. I. Tomo III y último: Theologia moralls spe-

cialis. De sacramentis. De delictis et poenis, por el P. Eduardo F Regati- llo, S. I. 1954. XVI + 1000 págs.— 90 pesetas tela, 130 piel.

118 T.EXTOS EUCARISTICOS PRIMITIVOS. Edición bilingüe de los conte- nidos en la Sagrada Escritura y los Santos Padres, preparada por el

P. Jesús Solano, S. I. Tomo II y último : Hasta el fin de la época patrística. •954· XX + 1013 págs., con grabados.— 85 pesetas tela, 125 piel.

119 LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el ee-

* i¿* tudio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comi- sión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Málaga. Tomo II : Epifanía a Cuaresma: La Sagrada Familia. El milagro de las bodas de Caná. La curación del leproso y la fe del centurión. Jesús calma la tempestad. La cizaña en medio del trigo. Parábola del grano de mostaza y de la levadura. Los obreros enviados a la viña. La parábola Jcl sembrador. El anuncio de la pasión y el ciego de Jericó. 1954. XL + 1275 págs. 85 pesetas tela,

125 piel.— Publicados los tomos III (123), IV (129), V (133), VI (138), VII 1140) y VIII (107).

OBRAS COMPLETAS DE SANTA TERESA DE JESUS. Nueva revisión del texto original con notas críticas. Tomo II : Camino de perfección. Moradas del castillo interior. Cuentas de conciencia. Apuntaciones. Meditaciones sobre los Cantares. Exclamaciones. Libro de las Fundaciones. Constituciones. Visita de Descalzas. Avisos. Desafío espiritual. Vejamen. Poesías. Ordenanzas de una cofradía. Edición preparada y revisada por el P. Efrén de la Madre di Dios, O. C. D. 1954. XX + 1046 págs. en papel biblia.— 80 pesetas tela, 120 piel.

OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo XII: Del bien del matrimonio. Sobre la santa virginidad. Del bien de la viudez. De la continencia. Sobre la paciencia. El combate cristiano. Sobre la mentira. Contra la menti- ra. Del trabajo de los monjes. El sermón de la montaña. Texto en latín y castellano. Versión, introducciones y notas de los PP. Fr Félix García, Fr. Lo η Cilleruelo y Fr. Ramiro Flórez, O. S. A. 1954. XVI + 995 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel. Publicado el tomo XIII (139).

SUMA TEOLOGICA de Sajjto Tomás de Aquino. Tomo V : Tratado de los hábitos y virtudes en general, en latín y castellano ; versión. Intro- ducciones y apéndices del P. Fr. Teófilo Urdánoz, O. P. Tratado de los vicios y pecados, en latín y castellano; versión del P. Fr. Candido Aniz, o p., e introducciones y apéndices del P. Fr. Pedro Lumbreras, O. P. 1954. XX +■ 975 páginas 75 pesetas tela, 115 piel.— Publicados los tomos Χ (134I y XII (131).

LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el es- tudio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una ami- sión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Má- laga. Tomo III : Cuaresma y tiempo de Pasión: Las tentaciones de Jesús en el desierto. La transfiguración. Curación del endemoniado ciego y mudo. La mul- tiplicación de los panes. Los fariseos acusan a Cristo. La entraba en ¡erusa- lén. 1954. XXXII + 1210 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel— Publicados loe to- mos IV (129), V (133!, VI (138), VII (140) y VIII (107).

SINOPSIS CONCORDADA DE LOS CUATRO EVANGELIOS Nueva versión del original griego, con notas críticas, por el P. Juan Leal, S. 1. I9S-». XX + 353 págs.— 55 pesetas tela, 95 piel.

LA TUMBA DE SAN PEDRO Y LAS CATACUMBAS ROMAN' AS, por los Dres. Engelberto Kirschraum, Eduardo Junyent y José Vives. 1954. XVI + 616 págs., con 127 láminas. 90 pesetas tela, 130. piel.

126 SUMA TEOLOGICA de Sanio Tomas de Aqüino. Tomo IV: Tratado dt la bienaventuranza y de los actos humanos, en latín y castellano; ver- sión e introducciones del P. Fr. Teófilo Urdínoz, O. P. Tratado de las pasio- nes, en latín y castellano; versión e introducciones de los PP. Fr. Manuel Ubb-

120

121

122

123

124

125

130

da y Fr. Fernando Soria, O. P. 1954. XX + 1032 págs.— 80 pesetas tela, 130 piel. Publicados los tomos V (122), X (134) y XII (131).

|p7 OBRAS SELECTAS DE SAN FRANCISCO DE SALES. Tomo II y úl- ί£·* timo: Tratado del amor de Dios. Constituciones y Directorio espiritual. Fragmentos del epistolario. Ramillete de cartas enteras. Edición preparada por el P. Francisco de la Hoz, S. D. B. 1954. XXIV + 983 págs.— 75 pesetas tela, Ή5 piel.

1 00 DOCTRINA PONTIFICIA, lomo IV: Documentos moríanos, por el P. Hilario Marín, S. I. 1954. XXXII + 893 págs.— 80 pesetas tela,

IZO piel.

i oq LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el estu- *^·' dio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comisión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Málaga. Tomo IV : Ciclo pascual: La resurrección del Señor. t/Señor mió y Dios míolt El Buen Pastor. tVuestra tristeza se volverá en gozo». La promesa del Parácli- to. «Pedid y recibiréis'. Persecución y martirio. 1954. XXIV + 1375 págs.— 85 pe- setas tela, 125 piel. Publicados los tomos V (133), VI (13«), VII (140) y VIII (107).

OBRAS COMPLETAS DE SAN BERNARDO. Tomo II y último: Ser- mones sobre el Cantar de los Cantares. Sobre la consideración. De las costumbres y olidos de los obispos. Sobre la conversión. Del amor de Dios. Del precepto y de la dispensa. Apología. De la excelencia de la Nueva Milicia. De los grados de la humildad y de la soberbia De la gracia y del Ubre albe- drio. Sobre algunas cuestiones propuestas por >iugo de San Víctor. Contra los errores de Pedro Abelardo. Vida de San Malaauias. Cartas. Edición preparada por el P. Gregorio Díez, O. S. B. 1955. XVI + 1360 págs.— 85 pesetas tela, 125 P'el

ΙΟΙ SUMA TEOLOGICA de Santo TomAs de Aqtjino. Tomo XII: Tratado de

■«** |a vida de Cristo, en latín y castellano. Versión e introducciones del 1*. Fr. Alberto Colu.nga, O. P. 1955. XVI + 684 págs. 70 pesetas tela, 110 piel. 109 HISTORIA DE LA LITURGIA, por Mons. Mario Righetti, abad mi- **** trado de la Pontificia Colegiata de Nuestra Señora del Remedio (Ge- nova). Tomo I : Introducción general. El año litúrgico. El Breviario. Edición preparada por D. Cornelio Urtasun, prof. de Liturgia en el Seminario Metro- politano de Valencia. 1955. XX + 1343 págs. en papel biblia, con profusión de grabados. 95 pesetas tela, 135 piel.

I OO LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el es- tudio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comi- sión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Málaga. Tomo V : Pentecostés (ι.'): La venida del Espíritu Santo. La Santísi- ma Trinidad tSed misericordiosos*. La gran cena. La oveja perdida. La pesca milagrosa. 1955 XXIV + 1100 págs.— «o pesetas tela, 120 piel.— Publicados los tomos VI (1381, VII (140) y VIII (107).

134 SUMA TEOLOGICA de Santo Tomas de Aquino. Edición bilingüe.

Tomo X : Tratado sobre la templanza. Versión e introducciones del P. Fr. Cándido Aniz, O. P. Tratado sobre la profecía. Versión e introducciones del P. Fr. Alberto Colunga, O. P. Tratado de los distintos géneros de vida y estados de perfección. Versión del P. Fr. Jesús García Alvarez, O. P., e intro- ducciones del P. Fr. Antonio Royo Marín, O. P. 1955. XX + 887 págs.— 75 pe- setas tela, 115 piel.— Publicado el tomo XII (131).

|OC BIOGRAFIA Y ESCRITOS DE SAN JUAN BOSCO. Memorias del Ora- torio. Ideario pedagógico. Ascética al alcance de todos. Extractos artículos y discursos. Vidas de Domingo Savío y Miguel Magone. Epistolario. Edición preparada por el P. Rodolfo Fierro, S. D. B. 1955. XXIV + 990 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.

1 36 DOCTRINA PONTIFICIA. Tomo I : Documentos bíblicos, por Salvado* Muñoz Iglesias. Prólogo del Excmo. y Rvdmo. Dr. D. Leopoldo Eijo

Garay, patriarca de las Indias Occidentales y obispo de Madrid-Alcalá. 1955. XXXII + 705 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel. Publicado el tomo IV (138).

137 PHILOSOPHIAE SCHOLASTICAE SUMMA, por una comisión de pro- fesores de las Facultades de Filosofía en España de la Compañía de

Jesús. Tomo II : Cosmología, Psychologia, por los PP. José Hellín y Fernán- do M. Palmes, S. I. 1955. XX + 845 págs. 85 pesetas tela, 135 piel.— Publicado el tomo III y último (92).

1 00 LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el estudio de las homiLías dominicales y festivas, elaborado por una co- misión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Málaga. Tomo VI: Pentecostés (ι.'): Reconciliación fraterna. Segunda mul- tiplicación de los panes. Lobos con piel de oveja. El mayordomo infiel. Llan- to sobre Jerusalén. El fariseo ν el publicano. El »oriOmudo 1951; Wiv 1301 págs.— 85 pe-setas tela, 125 piel.— Publicados los tomos VII (140) y VIII (107). •i oq OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo XIII : Tratados sobre el Evangelio •1017 ¿e San Juan (1-35). Texto en latín y castellano. Versión, introducción y notas del P. Teófilo Prieto, O. S. A. 1955. VIII + 800 págs.— 75 pesetas tela, 115 piel.

140 LA PALABRA DE CRISTO. Repertorio orgánico de textos para el es- tudio de las homilías dominicales y festivas, elaborado por una comi- sión de autores bajo la dirección de Mons. Angel Herrera Oria, obispo de Má- laga. Tomo VII : Pentecostés (3.°). El buen samaritano. Los diez leprosos. iBuscad primero el reino de Dios y su justicia.... Resurrección del hijo de la viuda. La curación del hidrópico. El más grande y primer mandamiento. El paralítico de Cafarnaúm. 1955. XXIV + 1244 págs.— S5 pesetas tela, 125 piel.— Publicado el torno VIII (107).

141 OBRAS DE SAN JUAN CRISOSTOMO. Tomo I : Homilías sobre San Mateo (1-45). Edición bilingüe, preparada por D. Daniel Ruiz Bueno,

catedrático de lengua griega y profesor a. de la Universidad de Salaman- ca. 1955. XVI + 894 págs. en papel biblia.— So pesetas tela, 120 piel.

142 SUMA TEOLOGICA de Sanio Tomás de Aquino. Edición bilingüe. Tomo IX : Tratados de la religión, de las virtudes sociales y de la for- taleza. Versión bajo la dirección del P. Fr. Teófilo Urdánoz, O. P. Introduc- ciones y apéndices del P. Fr. Pedro Lumbreras, O. P. 1955. XX + 906 págs.— So pesetas tela, 120 piel.

OBRAS DE SANTA CATALINA DE SIENA. El Diálogo. Edición pre- parada por D. Angel Moría Prólogo del excelentísimo y reverendí- simo Sr. Dr. Fr. Francisco Barbado Viejo, obispo de Salamanca. 1955. XXXII + 642 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.

144 HISTORIA DE LA LITURGIA, por Mons. Mario Righetti, abad mi trado de la Pontificia Colegiata de Nuestra Señora del Remedio (Geno- va). Tomo II y último: La Eucaristía. Los sacramentos. Los sacramentales. Edición preparada por D. Cornelio Urtasun. 1956. XX + 1192 págs. en papel biblia, con grabados. 95 pesetas tela, 135 piel.

" SUMA TEOLOGICA de Santo Tomás de Aquino. Edición bilingüe. Tomo XV : Tratado del orden. Versión e introducciones del P. Fr. Ar- mando Bandera, O. P. Tratado del matrimonio. Versión e introducciones del P. Fr. Sabino Alonso Moran, O. P. 1956. XX + 645 págs.— 70 pesetas tela, no piel.

OBRAS DE SAN JUAN CRISOSTOMO. Tomo II: Homüías sobre San Mateo (46-00). Edición bilingüe, preparada por D. Daniel Ruiz Bueno, catedrático de lengua griega y profesor a. de la Universidad de Salamanca. 1956. XII + 800 págs. en papel biblia. 75 pesetas tela, 115 piel.

147 TEOLOGIA DE LA SALVACION, por el P. Antonio Royo Marín, O. P. Tí** Prólogo del Exemo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. Francisco Barbado Vie- jo, O. P., obispo de Salamanca. 1956. XX + 660 págs.— 70 pesetas tela, 110 piel.

148 LOS EVANGELIOS APOCRIFOS. Colección de textos, versión crí- " tica, estudios introductorios, comentarios e ilustraciones, por Aure- lio de Santos Otero. 1956. XVI + 761 págs., con 32 lám.— 80 pesetas tela, 120 piel.

143

145

146

DE PROXIMA APARICION Y EN PREPARACION

SUMA TEOLOGICA DE SANTO TOMAS DE AQUINO. Tomo VT. OBRAS COMPLETAS DEL BEATO JUAN DE AVILA. Tomo III y último. OBRAS COMPLETAS DE SANTA TERESA. Tomo III y último.

OBRAS DE SAN AGUSTIN. Tomo XIV.

HISTORIA DE LA IGLESIA. Tomo III. (Aparecidos ya el I, el II y el IV y último.)

Este catálogo comprende la relación de obras publicadas hasta el mes dt

abril de igjó.

La BAC viene publicando, al menos, doce volúmenes nuevos cada año.

Al hacer su pedido haga siempre referencia al número que la obra solicitada tiene, según este catalogo, en la serie de la Biblioteca de Autores Cristianos

Dirija sus pedidos a LA EDITORIAL. CATOLICA, S. A. Alfonso XI, 4. Madrid