IA i y ¿NA q, Her . JAN t yde ÍA m0 Ab a+ dE ye A y EA = pos 5 DIA A Aoe da E 7 IÑAS LGA » A ; Pd pe ae Cu NuUS! IE % RR II ES ea Le dd Pe 1 e Digitized by the Internet Archive in 2009 with funding from University of Toronto http://www.archive.org/details/memorias26acad MEMORIAS veredad Cientilca “Antonio Alzalo,” MEMOIRES 0 SOCIETESCIENTIFIOD SAntonio Alzate” Publiés sous la direction de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN, Secrétaire perpétuel. TOME”" 26 1907-1908. MEXICO ÍMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL. 1907 MEMORIAS DE LA A OGILDAD CIENTIFICA “Antonio Alzate.” Publicadas bajo la dirección de RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN, Secretario perpetuo. TOMO 26 190'7-—1908. MEXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (32 de Revillagigedo núm. 3). 1907 SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MEXICO. FONDÉE EN OCTOBRE 1884. y Membres fondateurs. MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo B. y Puga, Ri- cardo E. Cicero et Manuel Marroquín y Rivera. Président honoraire perpétuel. M. Ramón Manterola. Secrétaire général perpétuel. M. Rafael Aguilar y Santillán. Conseil directif.—1907., PRÉSIDENT.—Dr. Antonio J. Carbajal. ViceE-PRÉSIDENT.—Ing. G. M. Oropesa. SECRÉTAIRE.—Prof. E. E. Schulz. VICE-SECRÉTAIRE.—Pro. M. Lozano y Castro. TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal. La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte au public tous les jours non fériés de 4 h.a 7 h, du soir. Les “Mémoires” et la “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82 de 64 pags. tous les mois. La correspondance, mémoires et publications destinés á la Société, doi- vent ótre adressés au Secrétaire général á Palma 13.—MÉXICO (Mexique). Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits. Les membres de la Société sont désignés avec M. $. A. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIBES, T. 26. ESTUDIO SOBRE LA SUPERESTRUCTURA DE LAS VIAS PERREAS, Observaciones hechas en el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec POR EL INGENIERO CIVIL ANGEL PEIMBERT, M. $, A. DURMIEN TES. 1.—Las maderas empleadas á la fecha para durmientes en el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, pueden considerarse naturalmente agrupadas en dos clases diversas: Maderas del país. Maderas norte-americanas. (a.) En cuanto á las primeras existen en una variedad in- mensa, pero las que pueden considerarse de primera clase y cuya duración ó eficiencia en la vía está comprendida entre cuatro y cinco años, son las siguientes: Primera clase. Encino, Guayacán, Moral, Cocuite, Chipi- le, Grisiño, Nazareno, Macaya (corazón), Tepesuchil, Nacax- tlo (corazón), Palo-María, Granadillo. Las que pueden estimarse de segunda clase y cuya dura- bilidad oscila entre tres y tres y medio años, son las que si- guen: Segunda clase. Chico Zapote, Ubero, Solerilla, Picho, Da- 6 ANGEL PEIMBERT. game, Roble, Caoba, Cedro, Caobilla, Texhuate, Tepozontle, Huesillo, Sangregado. Deben considerarse como inútiles las siguientes cuya du- ración no excede de un año: Inútiles. Jonote, Palo Mulato, Ceyba, Rabo Lagarto, Pa- lo Blanco, Lecherillo, Manzanilla, Tepe-Cacao; Mala Mujer, Macayita, Espino Blanco, Chicharrón, Chancarro y en gene- ral aquellas maderas blandas y que carecen de lo que vulgar- mente se llama corazón; entendiéndose por “maderas de co- razón” aquellas cuyo duramen ó albura se encuentra coloreado de un tinte generalmente oscuro, de gran dureza y den-idad, Generalmente estas maderas no crecen en los pantanos, en los cuales de preferencia abundan las maderas blandas y de poca resistencia, sino que más bien abundan en las partes altas. Comparadas las maderas que se producen en las tres regio- nes principales del Istmo, es decir, la Norte, la Central y la Sur, se encuentra que la misma clase de madera varía según que se produzca en cualquiera de las tres regiones menciona- das aumentando su consistencia y duración gradualmente del Norte al Sur. Considerando climatéricamente las condiciones de las tres regiones, podemos clasificarlas como sigue: Región Norte. Coatzacoalcos á Río Jaltepec km. 0 á 127. Clima cálido y excesivamente húmedo, (abundan las regiones pantanosas). Región Central. Río de Jaltepec á Cañón de Malatengo, km. 127 á 20U. Clima cálido y húmedo, (existen pocos panta- nos). Región Sur. Rincón Antonio á Salina Cruz. km. 2004 305. Clima cálido y seco, aumentando la sequedad con la proximi- dad al Pacífico, (no hay pantanos). Si se comparan estas condiciones de clima en su relación con la duración de las maderas, resulta, como indiqué ante- riormente, que la mejor calidad se obtiene cuando la madera se produce fuera de las zonas pantanosas, en los terrenos ele- SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 7 vados, ó en la región Sur bajo la influencia de un clima exce- sivamente cálido y seco. En los últimos contrafuertes de las sierras que circundan la costa del Pacífico, y del lado de este Océano, se encuentran algunas maderas resinosas que bajo la influencia de los yien- tos marítimos, adquieren una consistencia y dureza verdade- ramente excepcionales. Se han usado muy poco en el Ferro- carril en virtud de lo diseminadas y escasas que se hallan y en la dificultad consiguiente de transportarlas á la vía á pre- cios razonables, (b.) Respecto á las maderas americanas se han usado en el Ferrocarril las siguientes: Pino Amarillo (Yellow Pine), Cedro Colorado de Califor- nia (Red-wood). 2.—Según acabamos de ver en el cuadro de las maderas del país, la duración máxima de los de primera calidad no excede de 5 años. En cuanto al cedro colorado no hay toda- vía experiencia en los colocados últimamente, pero parece que esta madera resiste mucho á la acción combinada del calor y de la humedad que son los agentes atmosféricos que originan la destrucción de la madera, pues aún se han encontrado en algunos de los tramos mejor drenados de la División Sur, dar- mientes de esta clase desde la época de la construcción, los que seguramente vivieron 8 años por lo menos. 3.—En cuanto á las maderas preparadas, la única que á la fecha se ha usado en la vía es el pino creosotado. 4,—El procedimiento para la creosotización ó alquitrana- miento de estos durmientes, consiste en sumergirlos primera- mente en un recipiente ó caldera cerrada en la cual se hace el vacío para desalojar en lo posible el agua de los vasos capila- res de la madera y después por medio de llaves especiales se hace entrar el creesote caliente, comprimiéndose después el aire para que la penetración sea más rápida y perfecta. Los durmientes ó pilotes que se trata de creosotizar entran al re- 8 ANGEL PEMBERT. cipiente por medio de un carrito sobre rieles á propósito y tan- to el vacío como la compresión posterior se verifican por me- dio de bombas especiales, Teniendo de este modo la madera sujeta á una presión de 100 libras por pulgada cuadrada ó sean 7.27 kilos por centímetro cuadrado durante 24 horas, se logra que el creosote penetre por lo menos una pulgada, lo que se juzga suficiente para preservar la madera por un período de 8 á 10 años. El creosote tiene además la ventaja de preservar la made- ra en el agua salada, contra los insectos que como la “broma” ó el “teredo” la destruyen rápidamente en condiciones nor- males, y es por esta razón que se usan de preferencia los pi- lotes preparados con este sistema en la construcción de mue- lles provisionales, viaductos, etc. 5.—Pueden preservarse las maderas inyectándoles sulfato de zine ó cobre ú otros antisépticos, para lo cual se procura desalojar previamente, como en el procedimiento anterior des- flemando previamente las maderas la savia de los vasos; pero con respecto á estos sistemas no se han usado en el Ferroca- rril de Tehuantepec. | La alteración principal de los durmientes en los climas tro- picales se debe, como indiqué anteriormente, á la acción com- binada del calor y la humedad, agentes que en estos climas obran casi de una manera constante y refiriéndome al Istmo, con mayor intensidad en la región Norte, decreciendo la hu- medad gradualmente hacia el Sur. Respecto al calor solar, puede en parte amortiguarse su efecto de oxidación ó combustión lenta, cubriendo el durmien- te por una pequeña capa del mismo balastre que se use en la vía, en la forma adjunta; esto evita la acción directa de los rayos solares y aunque las chispas ó rescoldos de las locomo- toras incendien los durmientes como frecuentemente acon- tece. En cuanto á la humedad, esta puede ser de dos naturale- SUPERESTRUCTURA DE LAS vIAS FÉRREAS. 9 zas; atmosférica ó subterránea. La primera no puede evitar- se su efecto, el cual por otra parte es transitorio, en tanto que dura la precipitación acuosa; pero la segunda, resultado direc- to de la primera, puede ser más ó menos permanente y es in- dudablemente la que más perjudica al durmiente que se en- cuentra de este modo parcialmente sumerjido en un terreno húmedo ó fangoso. Esto acontece naturalmente en vías que carecen de balastre permeable y que los durmientes asientan directamente sobre el terreno natural, el cual por su natura- leza arcillosa ó barreal es poco permeable y retiene por lo mis- mo la humedad de las precipitaciones acuosas, lluvias, rocíos, nieblas, ete.; y viene de aquí precisamente la necesidad de ais- lar al durmiente drenando el lecho inferior de la vía, para lo cual una capa de balastre permeable, incompresible y elástico que generalmente no exceda de 12” ó sean 0.30 cm., es sufi- ciente. La grava de río bien limpia ó en su defecto la roca quebrada, son balastres de primera calidad. El objeto del ba- lastre no es solo, como pudiera creerso, el verificar el drenado completo de la superestructura, reparte á la vez la presión ejercida por las cargas rodantes en una superficie mayor, im- pide por consiguiente el hundimiento de los durmientes espe- cialmente en los terrenos blandos ó pantanosos indicados, ha- ciendo que los rieles y durmientes trabajen propiamente, evi- tando los esfuerzos exagerados de flexión y aun torsión; cons- tituye por consiguiente el cimiento de la vía. Dadas las anteriores consideraciones se compren de la im- portancia del balastre para la duración ó eficiencia de los dur- mientes en las vías férreas y refiriéndome especialmente al Ferrocarril de Tehuantepes, diré que aún no tenemos datos sobre la via de los durmientes en tramos de vía balastrados, puesto que relativamente hasta una época reciente (cinco años á la fecha) es cuando se ha comenzado á balastrar el camino de una manera definitiva y constante; por lo tanto los datos anteriormente consignados se refieren exclusivamente á tra- Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908),—2. 10 ANGEL PEIMBERT. mos de vía no balastrados y sujetos completamente á la ac- ción destructora de los agentes atmosféricos. Siendo la División Sur del Istmo en general bastante seca, la duración de los durmientes es mucho mayor que en la divi- sión Central 6'Norte, ayudando también la naturaleza del sub- suelo mucho más permeable. Como el drenado de la superes- tructura es enteramente necesario para la buena conservación del durmiente, es de aconsejarse perfiles análogos á los adjun- tos para el fácil esenrrimiento de las aguas, perfiles que sería conveniente adoptar en general para la vía ancha y que aun- que está de acuerdo con las dimensiones adoptadas comun- mente, difieren sin embargo en lo que respecta á los talu- des de escurrimiento, los que he procurado acentuar así co- mo las cunetas de desagiie para asegurar el drenado perfecto de la vía. (6) Hay en el Istmo y en general en toda la costa de Sota- vento un detalle aunque curioso, de exactitud perfectamente comprobada. Las maderas que no se cortan cuando la Luna está en cuarto menguante, son atacadas rápidamente por los insectos, especialmente por el comejón. Este fenómeno orgá- nico queda aparentemente explicado por las influencias que nuestro satélite ejerce sobre los movimientos ascencional y descencional de la savia, la cual es necesario desalojar de los vasos para que la madera se conserve por más tiempo. Hay otra cireunstancia que influye mucho para la dura- ción de estas maderas: Como naturalmente se paga á los con- tratistas un tanto por durmiente labrado con hacha, resulta que el trabajador escoje las ramas de los árboles que menos trabajo de desvaste le originen para obtener pronto el dur- miente y es bien sabido que la madera de las ramas no presta la misma consistencia que la de los troncos, cuya albura se encuentra en condicionés de perfecto desarrollo y endareci- miento. Para obtener buenos durmientes con las maderas du- rísimas del Istmo, sería preciso instalar sierras mecánicas ade- SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 11 cuadas, con el objeto de aprovechar los gruesos troncos que no pueden labrarse con hacha de una manera económica, No sucede lo propio con las maderas americanas blandas, como el cedro colorado y pino; si estas se aserraran resultaría que la superficie de la madera, no quedando lisa sino más bien porosa y áspera por el efecto de la sierra, absorbería gran can- tidad de agua. Por esta razón estos durmientes de cedro colo- rado y pino se han pedido “splitted,” es decir, cortados con hacha al hilo de la madera, pues de esta suerte se disminuye en gran parte la absorción del agua y se facilita su escurri- miento sobre la superficie del durmiente. Respecto á las cargas que han circulado sobre estos dur- mientes, si se tiene en cuenta que el tonelaje trasportado en el último año fiscal de 1905 á 1906 fué un total de 121,438 to- neladas, que en la vía hay aproximadamente 556,200 durmien- tes y que la distancia media recorrida por tonelada fueron 107 kilómetros, resulta que por durmiente circuló una carga me- dia de 42,116 toneladas. Suponiendo que el material rodante que trasportó la carga esté en relación al peso de la carga mis- ma en una proporción de 130%, resulta que su peso fué de 54,750 toneladas, ó sea un total de carga anual sobre el men- cionado tramo de 96,866 toneladas por durmiente. Respecto al peso de cada tren puede decirse que el máxi- mo nunca excedió de 400 toneladas incluso el material rodan- te y en cuanto á su velocidad tuvo como límites para los tre- nes de carga 25 ó 30 kilómetros por hora y para los trenes de pasajeros 35 á 40 en las Divisiones Norte y Central y 45 450 kilómetros por hora en la División Sur. Respecto al peso de las locomotoras el cuadro que se halla adelante, resume los pesos sobre los ejes y el de los tanques respectivos de los usados para el tráfico de carga y pasajeros de este Ferrocarril. (7). Los durmientes de maderas del país comienzan á des- truirse siempre del exterior al interior, siendo el centro ó co- 12 ANGEL PEIMBERT. razón lo último que se pudre, permitiendo esta cirennstancia que su eficiencia sea la máxima; varias veces se rajan longi- tudinalmente y casi siempre concluyen por quebrarse trans- versalmente. No sucede lo propio con las maderas americanas, pino amarillo (yellow pine) y el cedro colorado (red wood); en virtud de su porosidad la alteración es casi simultánea en la totalidad de la sección y por lo mismo comenzando á hacerse sentir la alteración puede decirse que el durmiente no durará mucho tiempo. Los durmientes generalmente se hienden longitudinal- mente. La alteración sufrida por los durmientes siempre es ma- yor en la cara inferior ó de asiento que en la cara superior y se hace más sensible esta diferencia de alteración especialmen- te en vías que carecen de balastre y en las cuales el durmiente asienta directamente sobre el terreno natural. Los durmientes sufren además ciertas alteraciones debi- das á la influencia de los trenes. Desde luego el riel tiende á hundirse en el durmiente bajo la acción de las cargas rodan- tes y á deslizarse lateralmente en las curvas en virtud de la fuerza centrífuga. Además, en las vías no balastradas ó balas- tradas imperfectamente la vía se hunde al peso de los trenes, produciéndose cierta flexión del riel en un plano vertical, fle- xión que tiende á aflojar los clavos. Los dos primeros ineon- venientes se destruyen en gran parte empleando placas de trasmisión que distribuyen la presión en una superficie mayor é impiden que el riel penetre en la madera del durmiente. Además, como las placas en las curvas tienen tres agujeros y por consiguiente tres clavos, resulta que en realidad quedan éstos hechos solidarios por el intermedio de la placa, y el riel para deslizarse transversalmente necesitaría arrastrar estos tres clavos y la placa misma, En caso de no existir lá placa, un solo clavo es el que se opone al deslizamiento transversal ó dos si acaso la curva se ha reclavado del lado exterior. (Véan- SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS, 13 se los dibujos adjuntos de las placas Servis usadas en el Fe- rrocarril Nacional de Tehuantepec, para rieles de 56 y 80 libras por yarda). Con respecto á los movimientos de flexión que tienden á aflojar los clavos, estos solo pueden evitarse conso- lidando el lecho de la vía con un buen balastre, pues solo de esta manera el durmiente trabaja con propiedad. (8). Para complementar este estudio diré algo respecto á la colocación de los durmientes, sus dimensiones y costo de conservación. Las dimensiones comunes adoptadas han sido en medidas inglesas 8 x6"x8" ó sean en medidas métricas 2.44 X0.15 x 0.20. Con rieles de 80 libras por yarda se ha seguido la prác- tica de espaciar los durmientes 0.80 ms. centro á centro ó sean 0.60 ms. de claro, lo que da por kilómetro un número de 1400. De un modo práctico se han colocado 13 á 14 durmientes por riel de 30“ de largo lo que da un promedio por kilómetro de 1,498 durmientes. Con el riel de 56 libras por yarda se ha re- ducido ls separación 0.60 ms. centro á centro ó sean 0.40 ms, de claro por riel, resultando por kilómetro una proporción de 2,000, ó sean de un modo práctico 18 durmientes por riel de 30, ó una proporción de 1,998 durmientes por kilómetro. Respecto al costo anual de conservación de los durmien- tes usados en el Istmo, presento los cuadros siguientes que he calculado teniendo en cuenta su costo actual y comparán- dolos con el correspondiente á los durmientes de acero de for- ma “Gamellon” experimentados en el F. C. Mexicano y cuyos resultados entre Orizaba y Veracruz pueden considerarse co- mo típicos para las regiones tropicales de nuestras costas y manifiestan las ventajas que se obtienen en favor de dichos durmientes de acero, aunque su uso exije, como condición in- dispensable, lechos de vía bien consolidados y balastrados. 14 ANGEL PEIMBÉRT. Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. Costo comparativo de durmientes. Calidad, Duración. Costo. Costo por Año. Maderas del país 2* clase..... 3años $1.00 $0.333 ARA A EN BE 1.50 0.300 ¡»americanas Pino ama- AA as 1.90 0.316 Ds Si Cedro eo- TORA. 00" 7) 2.40 0.300 2 33 Pino creo- sotado.. 10 ,, 2.90 0,290 A, A 50 3.90 0.116 > Costo comparativo tomando como unidad un período de 30 años ó sea la duración de un durmiente de acero. Costo en 30 Costo de coloca- Calidad. años, cien en30 años. Costo Total. Costo por año. Maderas del país 2* clase. $9.99 $10.00 $19.99 $0.66 A, A NA IE 40, 6.00 15.00 0.50 » Pinoamarillo.. 948 5.00 1448 0.48 > Cedro colorado. 9.00 3.66 12.66 0.42 » Creosotados.... 8.70 3.00 1170 0.36 a E 350 100 450 015 Para los durmientes de maderas americanas hay que aña- dir el costo de las placas de trasmisión “Servis” que es de $0.17 por placa; resulta que la proporción de conservación se aumenta de 4f centavos por año, suponiendo que la placa con- tinúe sin alteración. ES SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 15 Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. Peso del material de tracción. Clase. Peso sobre la Peso sobre las Peso Total. Peso del Tanque Carretilla. Ruedas Motrices. Libras. Libras. Libras. 7 20 y 22 30,800 56,500 87,300 62,400 21 359,900 67,000 102,500 62,400 60465 15500 114,700 130,200 82,300 66 y 67 15500 114700 130,200 82,300 68471 15500 114,700 130,200 82,300 15 y 16 27,900 84,380 112280 60,500 30432 26,960 82,800 109,760 80,000 50455 10,000 100,000 110,000 80,000 40443 25,000 84,000 109,000 110,100 MÉTODOS DE CONSERVACIÓN. (9). El rápido desarrollo de nuestras vías férreas exige el uso cuantioso de maderas para emplearse como durmientes, los bosques cercanos á las vías férreas han ido desaparecien- do rápidamente á consecuencia de esta explotación y llegará un futuro no muy remoto en que las Compañías Ferrocarrile- ras se preocupen seriamente sobre la manera de obtener ó reemplazar dentro de condiciones económicas este importante elemento de la superestructura. Por lo que al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec respec- ta, puedo decir que las maderas á los lados da la vía están prácticamente agotadas, es necesario ahora para conseguir los durmientes del país que se utilizan en la vía el internarse en el interior á largas distancias, no pudiéndose lograr el obtener en un momento dado un cierto número importante de durmien- tes, pues además de las dificultades naturales de la región y a A RA RN AI 16 ANGEL PEIMBERT. de la escasez indicada de maderas, existe la no menos impor- tante de la escasez de brazos que puedan dedicarse á este tra- bajo. Estas dificultades han producido como resultado natu- ral una alza de consideración en el costo de los durmientes á tal grado que hace diez años, por ejemplo, cuando el que sus- cribe estuvo encargado de la construcción del Ferrocarril del Juile á Sau Juan Evangelista, ramal bien conocido del Ferro- carril Nacional de Tehuantepec, pudo obtener durmientes de maderas duras de primera calidad á razón de $0.60 á $0.70 cada uno, en tanto que ahora, debido á las circunstancias an- tes mencionadas, ha sido preciso pagar de $1.50 á $1.75 por durmiente de la misma calidad ó quizá inferior, es decir que el aumento en costo ha sido de 250%. Esta escasez de durmientes, ha obligado á la Compañía á usar maderas norteamericanas traídas de los E. U., como in- diqué anteriormente, pero el precio también creciente cada día de estas maderas y su eficiencia quizá no muy satisfactoria pa- ra el uso especial de nuestros climas tropicales, hace pensar en la necesidad urgente de buscar otros medios que puedan hacer frente á las demandas constantes del Ferrocarril, En Nueva York el precio de la madera llamada “hemlock” ó sea una variedad de Pino del Canadá ha aumentado en los úl. timos diez años un 95 por ciento, el pino amarillo del Sur, un 110 por ciento, el encino blanco está agotado en los Estados del Nordeste y se cree que el consumo general de durmientes de pino y de encino muy pronto excederá á la producción de los Estados del Sur y hará del todo punto imposible á los ea- minos del Este el usar durmientes de primera calidad, proce- dentes del Sur. El consumo annual de mádoras es en los E.U. $ 1.000,000.000 y aiscals un 25% de esta cantidad se con- vierte en productos labrados, el resto puede decirse, se em- plea como madera de construcción. En México, el consumo de durmientes en toda la red fe- e r p SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. AS rrocarrilera, debe variar aproximadamente de 5á 6 millones de durmientes por año y aunque si bien es cierto que aún exis- ten bosques casi vírgenes que podrían perfectamente atender este consumo, el hecho real es que por lo común las distancias de transporte van siendo cada día más grandes y llegará un momento en el que verdaderamente sea imposible el obtener estos durmientes á precios razonables. Un examen somero de esta situación ligeramente descrita, nos demuestra palpablemento la necesidad que hay de preo- cuparse seriamente, sobre la manera de sustituír la madera por algún otro material más permanente, hierro ó concre- to y aungue con este último se han hecho numerosos ensayos, especialmente usando el concreto armado, hasta la fecha no se ha llegado aún á obtener un resultado satisfactorio, la difi- cultad principal consiste en la unión entre el riel y el durmien- te, la cual es sumamente difícil de obtenerse y de conservar- se en buenas condiciones de seguridad en los durmientes de concreto armado. Respecto álos durmientes de acero, he mostrado en el cua- dro anterior los resultados obtenidos en el F. €. Mexicano de Veracruz, los enales son bastante satisfactorios, pero lo ele- vado del costo hace pensar en algún otro medio más económi- co, es decir, en los diversos procedimientos empleados para la esnservación de las maderas por medio de la inyección de sus- tancias antisépticas, las cuales en tanto que su costo no exce- da al costo del durmiente presentan ventajas, pues desde lue- go, suponiendo que la vida ó duración del durmiente se duplica el costo de mantenimiento se reduce, eliminándose el relativo á la sustitución del durmiente. La adopción de balastres de buena calidad en las vías fé- rreas, es también un factor importantísimo que influye esen- cialmente en la duración de los durmientes, siendo natural- mente el mejor de ellos, la grava limpia Ó piedra quebrada, Mem. Soc. Alzate, México T. 28 (1907-1908) —3. 18 ANGEL PEIMBERT. pues es el que asegura la permeabilidad más completa y el que garantiza más la vida del durmiente. 10.—Creo conveniente indicar á continuación las reglas ge- nerales que deben seguirse para la preparación de las made- ras, ya sea que éstas se usen solas ó inyectadas con sustancias antisépticas. La madera no debe usarse si no está bien desarrollada y sazonada, es decir, cuando la albura ó durámen está en pleno desarrollo, pues en estas condiciones su resistencia y duración son mucho mayores. Cuando la madera está tierna ó verde las paredes celulares son blandas en tanto que con la evaporación del agua de la savia, se secan las sustancias minerales y se consolidan dichas paredes celulares aumentándose la resisten- cia. Además si la savia queda encerrada en las celdillas, eo- mo acontece cuando las maderas tiernas se entierran ó se pin- tan, se producen fermentaciones muy favorables al erecimien- to de ciertos hongos que rápidamente atacan la materia orgá- nica y destruyen la madera. Por otra parte si la madera debe inyectarse con sustancias antisépticas, es enteramente nece- sario desalojar la savia de los vasos celulares á fin de que este espacio sea ocupado por la sustancia inyectante Ó preserva- tiva. Los métodos más usuales para preparar la madera, es de- cir, para secarla convenientemente son los tres siguientes: 12—Apilar ó entongar la madera al aire libre en pilas ó tongas de tal manera que las piezas queden espaciadas unas de otras á fin de asegurar el libre acceso del aire, teniendo so- lamente cuidado de proteger las hiladas superiores contra la lluvia, ya sea por medio de piezas inclinadas ó ya con algún otro material á propósito. 2— Secar la madera en un horno especial por medio de aire caliente. Este procedimiento es rápido, pero tiene el in- conveniente de que la madera se tuerce ó hiende fácilmente y solo puede usarso para piezas de gran escuadría., SUPERESTRUCTURA DE LAS yIAS FÉRREAS. 19 3%—Sujetar la madera en un recipiente cerrado ó caldera á la presión del vapor, la cual desaloja la savia y después á un vacío en el mismo recipiente á fin de extraer el agua de las celdillas. Una vez la madera preparada y seca por alguno de los pro- cedimientos anteriores puede sujetarse á la inyección de las sustancias antisépticas por cualquiera de los métodos siguien- tes que son los más en uso actualmente en los ferrocarriles americanos y europeos. MÉTODO DE PRESERVACIÓN DE LAS MADERAS, 11.—(4). Procedimiento del cloruro de zine sin vapor. El procedimiento es enteramente semejante al que se usa para la inyección del creosote. Los siguientes datos correspon- den á un ensaye recientemente hecho en la instalación de Las Vegas, Santa Fe, E. U. A. Se colocaron durmientes de madera de pino perfectamen- te sazonada y seca: Se practicó el vacío en el recipiente á las 5.50 p. m. Se alcanzó un vacío de 21” 650 » 6.50 Se alcanzó una presión de SU libras ,, 7.15 Se principió á disminuír la presión ,, 10.15 Se concluyó la operación » 10.35 Tiempo total del tratamiento 3 hs. 45 ms. Los durmientes se pesaron cuidadosamente antes y des- »” Se bombeó el eloruro de zinc ” pués del tratamiento, acusando al final un aumento de peso de 81.22%. La solución que se usó, penetró completamente la madera. Los ensayes se repitieron con el mismo resultado sa- tisfactorio. Hay que hacer notar que este procedimiento exi- je el uso de madera perfectamente seca. Se recomienda por su economía y por no exijir el uso del vapor. (B). Procedimiento del creosote. 20 ANGEL PEIMBERT. El procedimiento del creosote es indudablemento el más eficiente de todos los conocidos para preservar las maderas. A la fecha se hace de este procedimiento un uso cada vez más creciente y es indispensable la necesidad de inspeccionar cui- dadosamente el creosote. Han habido largas discusiones para determinar con exactitud cuales deben ser los componentes de un buen creosote, pero el ideal indudablemente consiste en aquel cuyos componentes permanezcan en la madera por tiempo indefinido. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos da para el creosote ó alquitrán las siguientes especificaciones: (a). El alquitrán debe ser claro, es decir no debe contener sustancias en suspensión. Esto puede ensayarse colocando una gota sobre papel filtro, la mancha resultante debe ser limpia y transparente. (b). El peso específico debe ser 1.04 á 1.05 á la temperatu- ra de 20%. (c). Puntos de ebullición. Hasta 154% nada debe evapo- rarse. A 200% debe haber una pérdida por ebullición no su- perior á un 10%. Hacia 235% debe perderse una cantidad no mayor de un 25%. A 355% debe haber una pérdida por lo me- nos de un 904. (d). El ulquitrán debe ser absolutamente soluble en benzi- na ó alcohol absoluto. Respecto al procedimiento de inyección del creosote ya indiqué anteriormente el más usado; existe sin embargo el si- guiente enteramente moderno y que puede presentar algunas ventajas; es como sigue: (C). Procedimiento Rúping de Creosotado. El procedimiento tiende esencialmente á economizar el creosote inyectado á la madera y por consiguiente á baratar su costo. Puede describirse brevemente como sigue: la made- ra absolutamente seca y bien sazonada se coloca en un reci- piente en el que se inyecta aire comprimido hasta la presión 5 SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 21 de 5 atmósferas; esta presión se conserva durante una hora. El alquitrán se inyecta luego bajo una presión de cerca de 80 libras por pulgada cuadrada hasta que se llene el recipiente y se continúa elevando la presión hasta alcanzar 14 ó 15 atmós- feras. Esta presión se mantiene hasta que la madera no pueda absorber más cantidad de alquitrán. Entonces se baja la pre- sión, se vacía el alquitrán y se hace el vacío en el recipiente. El aire comprimido contenido en las cel dillas, expulsa el exce- so de aceite mineral no absorbido por las fibras de la madera. Se pretende que el procedimiento ahorra un 50 á 60% de la cantidad de creosote usado en el método ordinario. Los ensa- yes hechos cerca de Berlin atestiguan estos resultados. (D). Procedimiento del Cromo-Alumbre. Este procedimiento ha sido inventado por el Sr. Kester de Munich. La teoría del procedimiento brevemente descrita es como sigue: El inventor asienta que la dificultad principal que se en- cuentra con las diversas sales usadas para la preservación de la madera, es su mayor ó menor solubilidad en el agua y por consiguiente su pérdida gradual bajo la acción del agua atmos- férica. Para su preservativo emplea el alumbre de cromo y el sulfato de sosa ácido. Estas dos sales disueltas y mezcladas en frío no se combinan, pero si se calisntan á 80% se unen for- mando un compuesto insoluble (Sal de Cromo). La manera de emplearlo es como sigue: La sales se mezclan en frío disueltas y se inyectan á la ma- dera bajo presión de 4 atmósferas. Se inyecta en seguida el vapor de agua al recipiente hasta elevar la temperatura á 80%c, entonces las sales se combinan y el precipitado insoluble se deposita en las celdillas. El único ensaye hecho fué en 25 dur- mientes de los Ferrocarriles del Gobierno de Baviera, durante el año próximo pasado. (E). Procedimiento de Giussani. 22 ANGEL PEIMBERBT. En los ferrocarriles italianos, está actualmente este proce- dimiento en pleno uso y su descripción general es como sigue: La base consiste en calentar el aire interior de las celdillas de la madera, de suerte que éste en virtud de la dilatación es- cape formándose un vacío parcial. La madera se sumerge en- tonces en una solución fría de alquitrán ó eloruro de zinc, lo que trae como consecuencia una penetración del preservativo. La manera de operar es la siguiente: Los durmientes se sumergen por medio de un mecanismo automático en un baño caliente de alquitrán lo que produce la dilatación y expulsión parcial del aire en las celdillas, después rápidamente se arrojan á un baño frío de la misma sustancia, lo que produce una penetración de 2 á 3 pulgadas. Los resul- tados obtenidos con este procedimiento han sido satisfactorios y se recomienda por no requerir planta especial y por su ma- nipulación rápida, sencilla y económica. RIBES. 1.—Los rieles usados en el Ferrocarril Nacional de Te- huantepec en un principio fueron de 56 y 60 libras por yarda (27.78 y 29.8 kilos por metro) y en cortos tramos de 70 libras por yarda (34.7 kilos por metro). Adjuntos pueden verse los dibujos de las secciones al tamaño natural. Estos antiguos rie- les en virtud de su estado defectuoso y de ser verdaderamen- te inadecuados para el tráfico pesado que se espera en el Fe- rrocarril, se han ido sustituyendo gradual y progresivamente por rieles de mayor peso (80 libras por yarda, 39.7 kilos por metro) comprados á la acreditada Compañía “Carnegie Steel Co.” Las secciones adjuntas de estos rieles y planchuelas al ta- maño natural pertenecen á las aprobadas como Standard por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles. SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS, 23 En cuanto á las especificaciones generales, composición química, fabricación, etc., de estos rieles puede decirse lo si- guiente: 2.—Composición química: A Al MR 0.50 % Fósforo no excediendo de...... 0.10% Siliza ón a RSU 0.20% EE A dl de 1.05% Sección: La sección, como indiqué anteriormente es de las acepta- das como Standard. Se aceptan como límite de tolerancia pa- ra la altura de esta sección los siguientes: Límite inferior 1.64" ó sean... .... 0.004 mm. EUperioc II OR 0.008 ,, »” Respecto á las planchuelas se exije siempre un ajuste per- fecto al riel. Peso: Con respecto al peso se ha permitido una tolerancia de 4 á 1 por ciento, respecto al tonelaje total de cada pedido, pro- curándose naturalmente ajustar el peso individual de los rie- les lo más posible al prescrito por la sección. Longitud. La longitud Standard de los rieles es de 30' (9m144) Co- munmente se acepta un 10% del pedido en longitudes pares decrecientes de 28”, 26/ y 24” (7m315 y aun algunas veces, sobre todo si van á usarse curvas de corto radio, convie- ne pedir algún corto número de rieles de 16' ó 18' con el ob- jeto que indicaré adelante cuando se trate del sistema de jun- tas. Con referencia á las longitudes para riel, se admite una tolerancia de 4” ó sean 0.0064 ms. con relación á los largos in- dicados antes. 24 ANGEL PEIMBERT. Perforado: Los agujeros circulares deben de estar de acuerdo con los de las planchuelas correspondiendo con ellos perfectamente y quedar exentos de rebabas. Acabado y perfeccionamiento: Los rieles deben enderezarse cuando estén fríos, pulirse bien en las cabezas, cortarse á escuadra en las extremidades, las cuales deben quedar perfectamente limpias y libres de las rebabas que deja siempre la sierra. No delen tener ninguna clase de defectos como grietas, fallas ó torceduras de cualquier naturaleza que sean y que revelan defectos interiores que pue- den comprometer su resistencia. Marca: Cada riel debe traer en letras realzadas sobre el alma la marca de la Fábrica Constructora, así como el mes, año y tem- peratura de la fabricación. Inspección: Generalmente las Compañías de Ferrocarriles recurren á Inspectores especialistas para vigilar la fabricación de sus rie- les. El Inspector que en este caso representa al comprador, tiene acceso libre á los talleres y vigila que los rieles se cons- truyan de acuerdo con las especificaciones estipuladas. El constructor suministra diarizmente al Inspector los ensayes cuantitativos que se hacen respecto al carbón existente en ca- da hornada, y cada 24 horas, un análisis completo represen- tando un promedio de los demás elementos contenidos en el ACTO, La Compañía de este Ferrocarril ha empleado para la ins- pección de sus rieles al Ing. F. Stuart Williamson, de New York, En cuanto á la fabricación de los rieles, sin entrar en de- detalles que serían verdaderamente objeto de un estudio es- pecial, puedo decir en conjunto lo siguiente que he tomado de SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 25 un informe presentado últimamente á la Sociedad de Ingenie- ros Mecánicos en New York por el Sr. J. Kennedy. “La mayor parte de los rieles hechos en los Estados Uni- dos son de acero Bessemer, aunque algunos provienen de ace- ro obtenido por el procedimiento del “open—hearth” y la ten- dencia general consiste en obtener un grano fino y natural. mente mayor resistencia. En los convertidores “Bessemer” el carbón en exceso y otras impurezas del hierro se queman en virtud de una fuerte corriente de aire que se inyecta á la ma- sa fundida. La combustión hace que el hierro se eleve en el convertidor á una alta temperatura. Cuando las impurezas se han quemado, lo cual puede juzgarse por el aspecto de la fla- ma al salir del convertidor, se añade nuevamente hierro con una proporción conocida de carbón, de tal manera que la mez- cla resultante contenga el tanto por ciento de carbón deseado. Es de desearse siempre eliminar en lo posible el azufre y el fósforo que hacen el acero quebradizo. La cantidad de fósfo- ro depende de la calidad del mineral que se use, y el azufre generalmente proviene del carbón ó coke que se use en el pro- vedimiento de reducción. El metal pasa en seguida á las rieleras sucesivamente has- ta enfriarse. Para producir un riel de grano fino que posea buenas cualidades de resistencia, es necesario que el metal se trabaje á una temperatura baja. Las secciones actuales domi- nantes en los rieles, dice Mr. Kennedy, han sido aparentemen- te dibujadas por los ingenieros para obtener las mejores con- diciones con respecto á resistencia y á la adaptación al mate- rial rodante, pero nunca en cuanto á las facilidades para su manufactura. La preponderancia del metal en la cabeza ú hon- go del riel, obliga á esta parte á conservar por más tiempo el calor que el alma y el patín, los cuales se solidifican y enfrían primero. Los rieles no pueden laminarse en las rieleras con buenos resultados, atendiendo á esta cireunstancia, que obli- ga á darles la última pasada por la rielera cuando la tempera- Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908),—4. 26 ÁNGEL PEIMBERT. tura del hongo es todavía relativamente alta. Para obtener mejores resultados la “E, Thompson Steel Works” emplea el procedimiento siguiente antes de dar á los rieles la última la- minada: cuando se enfrían el alma y el patín de un riel, se co- loca este sobre el suelo. En seguida otro riel en las mismas condiciones se coloca sobre este procurando que la cabeza que- de sobre el patín frío del nuevo riel. De esta manera se obtie- ne una cama de rieles, en las cuales estando en contacto los hongos con los patines, la temperatura se hace uniforme y la última pasada por la rielera puede darse con una temperatu- ra casi constante y uniforme en la masa del riel, obteniéndose de esta suerte mejores resultados.” 3.—Con respecto al metal que deba recomendarse para los rieles, he indicado ya la composición química del que se usa por la Carnegie Steel Co. para los rieles de 80 libras por yar- da y estas proporciones las hace variar la mencionada fábrica según la sección del riel, de acuerdo con el siguiente cuadro: Rieles de Rieles de Rieles de Rieles de Rieles de Componentes, 50 á 60 libras. 60 4 70 libras. 70 á 80 libras. 80 á 90 libras. 90 á 110 libras. Carbón.... 35445% 38448% 40450% 43453% 45455% Fósforo ... No excediendo No excediendo No exeediendo No excediendo NO excediendo o/ o >) 3 o' de 10% de 10% de 10% de 10% de 10% SUIZA -.-.. ídemde20 ídemde20 ídemde20 ídemdé20 ídem de 20 Manganeso. ,,.7041.00 ,.7041.00 ,,,7541,05 ,,.8041.10 ,,804á 1.10 El cuadro y las especificaciones anteriores son las acepta- das por la Carnegie Steel Co. Examinando las últimamente adoptadas por la Sociedad de Mantenimiento de Vía (Maint- enance of Way Association) resulta que en general son las mismas difiriendo en los puntos siguientes: Ensaye á la ruptura: Se practicará también un ensaye á la ruptura dejando caer un peso de 2,000 libras sobre una longitud de riel de 4 á 6' elegida de cada fundición, procurándose escojer la pisza de en- IN A Se SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 27 tre los últimos rieles de la hornada. El riel se colocará con el hongo hacia arriba sobre los soportes de una máquina de en- saye especial, que consiste en un yunque pesado de 20,000 li- bras con soportes especiales para recibir el riel. El peso de 20,000 libras se dejará caer de alturas variando según el si- guiente cuadro: Peso del riel. Altura de caída del peso. 45 á 55 libras por yarda ........... 15 50465 ,, AN Te Ea 16' 65475. ,, a RI 17 POSO, OA E De 18' 854100 ,, O e REN 1 Estas alturas pueden aumentarse como máximo á las si- guientes: 45 á 559 libras por yarda.........-.. 15 55465 ,, A AS a 16' 65475 ,, O A 18' AA e a 20/ 854100 ,, AS ES 22' Si la pieza no resiste la prueba se repetirá por dos veces más y si falla nuevamente será esto suficiente para recha- zar toda la hornada de rieles de la cual se tomó la pieza para ensayo. Longitud de los rieles. La longitud Standard de los rieles será de 33 ó sean 10.065 metros. Un 10% del pedido se aceptará en longitudes más cor- tas variando según los números impares hasta 27/ ó sean 8.235. Se admitirá una variación de 4” como límite de tolerancia pa- ra estas longitudes. Ignoro si á la fecha estas nuevas longitudes han sido acep- tadas de hecho por todos los fabricantes ó si prevalece toda- PA ARANA 2 RI ' ” Nx . 28 ANGEL PEIMBERT. vía el antiguo Standard de 30”. El Ferrocarril Nacional ha usa- do esta nueva longitud Standard de 33/ para sus rieles. En cuanto á la composición química, bien sabido es que el manganeso, el cobalto y especialmente el níquel, aumentan las cualidades resistentes del acero, por lo cual se hace crecer la proporción de estos metal-s en los rieles de grandes seccio- nes para compensar en parte los defectos inherentes á las di- ficultades que existen para fabricar estos rieles de gran peso. En cuanto al azufre, fósforo y siliza hacen al acero quebradi- zo, de donde viene la tendencia á eliminar, hasta donde sea posible estos componentes. 4.—Las juntas usadas en este Ferrocarril en los antiguos rieles han sido de dos naturalezas : Planchuelas planas y planchuelas de ángulo, y con los rie- les modernos de 80 libras por yarda se han usado exclusiva- mente planchuelas de ángulo. Refiriéndome á estas últimas, cuya sección al tamaño natural está anexa al dibujo del riel, tienen 6 pernos pesando cada par 59.3 libras ó sean 26.9 kilos. Respecto á los pernos ó tornillos de unión, su peso es 200 li- bras ó sean 90.7 kilos, por cuñete de 240 pernos, con sus tuer- cas. Las especificaciones requeridas para estas planchuelas, son las siguientes: Composición química. Carbón no excediendo de...... 0.15% Fósforo 4 cd e: OCRE Manganeso ,, EN . 0.40 4 0.60% Propiedades fisicas. La pieza de ensaye que se corte de la extremidad de una planchuela cualquiera debe satisfacer los siguientes requisi- bos: Resistencia á la tracción (carga de ruptura) 54,000 á..... , Vie SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 29 64,000 libras por pulgada cuadrada ó sean 3,800 á 4,500 kilos por centímetro cuadrado. Límite de elasticidad. Este no debe ser inferior á la mitad de la carga de ruptura. Alargamiento. No debe ser inferior á un 25% medido en un largo de 8” ó sean 0.203 metros. Flexión. La pieza podrá doblarse sobre sí misma 1800 sin acusar fractura del lado exterior de la parte doblada. General. Todas las planchuelas deberán estar libres de grietas ó de- fectos y ajustar perfectamente al riel á que están destinadas. El nombre del constructor y el año de la manufactura debe- rán constar en letras realzadas. Por juzgarlas de interés adjunto las especificaciones rela- tivas á los pernos y tuercas para estas planchuelas, que son co- mo sigue: Composición química, El material será acero Bessemer blando con una propor- ción de carbón que no exceda de 0.15%. Propiedades físicas. Las piezas que se corten para ensaye, tomadas de una ba- rra destinada para pernos, deben ajustarse á lo siguiente: Resistencia á la tracción (carga de ruptura) 52,000 á 62,000 libras por pulgada cuadrada ó sean 3,660 á 4,360 kilos por cen- tímetro cuadrado. Límite de elasticidad. No debe ser inferior á la mitad de la carga de ruptura. Alargamiento. No debe ser menor que un 25% medido en un largo de 8 ó 0,203 metros. Las tuercas deben hacerse de hierro dulce correoso y de la mejor calidad. Flexión. La pieza de ensaye podrá doblarse sobre sí mis- 30 ANGEL PEIMBERT. ma 1800 sin acusar fractura en la parte doblada del lado ex- terior. Trarrosque. La rosca igual en longitud á la de la tuerca deberá resistir la destrucción del perno por ruptura á la trac- ción sin romperse. Cabeza. Las cabezas de los pernos deben resistir cuando sedoblen estos haciaatrás para demostrar que están firmemen- te soldadas al cuerpo del perno. General. Todos los pernos deben quedar bien pulidos, de- rechos, de tamaño uniforme, con una variación en longitud que no exceda de 2“ ó 0m0032 de las dimensiones estipuladas. Las cabezas deben ser bien formadas, concéntricas y sólida- mente unidas al cuerpo del perno y libres de rebabas salien- tes. Los tornillos serán del “United Ptates Standard” y las - tuercas deben atornillar justo ó apretado. Con respecto á los clavos de vía para estos rieles de 80 li- bras por yarda, creo del caso indicar las especificaciones y de- talles siguientes: Composición química. Acero Bessemer blando, con una cantidad de carbón que no exceda de 0.15%. Prepiedades físicas. Resistencia á la extensión. (Carga 4 la ruptura) 54,000 á 64,000 libras por pulgada cuadrada ó sean 3,800 á 4,500 kilos por centímetro cuadrado. Límite de elasticidad. No debe exceder de la mitad de la carga de ruptura. Alargamiento. No debe ser inferior á un 25% medido en una longitud de 8””, 0m203. El clavo acabado debe resistir las siguientes pruebas: Flexión. Deberá doblarse sobre sí mismo 1809 sin acusar fractura del lado exterior de la parte doblada. Torsión. Debe resistir dos vueltas completas sin romperse. Cabeza. Colocado el clavo horizontalmente la cabeza po- drá doblarse en la dirección del cuerpo del clavo con un golpe de martillo sin acusar ruptura. SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 31 Clavado. Podrá ensayarse el clavo prácticamente en un durmiente de madera dura como encino, sin que acuse ningún signo de fractura. 5.—Con los rieles antiguos de 56 y 60 libras por yarda, se han usado los dos sistemas de juntas, suspendidas ó apoyadas, pero, el hecho de no haber estado la vía bien balastrada y de ha- ber sido estos rieles demasiado ligeros, atendiendo al tráfico y á la poca resistencia del subsuelo, dió como resultado final el que las juntas en estos rieles eran pésimas. Acontecía que si se quería apretar alguno de los tornillos, se quebraba antes de que la tuerca pudiese deslizar. Con las planchuelas nuevas de seis pernos para rieles de 80 libras por yarda, se ha usado exclusivamente el sistema de junta suspendida, es decir colo- cando la planchuela sobre dos durmientes extremos. A la fe- cha y sobre los tramos balastrados los resultados han sido ex- celentes. Los rieles de 80 libras por yarda han sido tendidos en una longitud de 247 kilómetros ó sean en un 81% de la longi- tud total de la vía, 305 kilómetros. 6.—En los rieles nuevos se ha usado el sistema de juntas alternadas (Broken Joints) pero en algunos de los antiguos tramos con rieles Krupp se encuentra el sistema de juntas apa- readas, es decir, una frente á otra (Even Joints). Tecnicamente es difícil resolver cual de los dos sistemas es el que presenta ma- yores ventajas; la mayor parte de los autores americanos reco- miendan el primer sistema, indicando que compensa mejor el movimiento del material rodante y evita el golpe seco que pro- ducelajunta pareada; en cambio los autores ingleses son exclu- sivamente partidarios del segundo sistema, indicando como ra: zón principal que uniformiza la marcha de los trenes evitan- do el movimiento lateral que producen los hundimientos de las juntas impares (golpes), movimiento que los ffanceses deno- minan de “lancet” ó de lanzadera. Considerando el asunto desde el punto de vista práctico para la construcción, especialmente en las vías de nuestro país, 32 ANGEL PEIMBERT. que tienen curvas forzadas en las cuales el riel exterior difie- re notablemente en longitud ó desarrollo del riel interior, re- sulta que para emplear el sistema inglés se necesitaría usar rieles exteriores de una longitud especial para cada curva, con el objeto de que las juntas quedaran una frente á otra, coinci- diendo en este caso con el mismo radio. Fig. A. Esto no resulta práctico ni mucho menos cortar los rieles en cada caso especial. De aquí proviene la necesidad de adop- tar de preferencia el sistema americano absolutamente prácti- _co y es por esta razón por la que se piden rieles de longitudes variables entre 24' y 30/ 6 33 y aun algunos cortos de 16' ó 18' pues de esta manera al tenderse la vía con el sistema de jun- tas alternadas, como este sistema por otra parte no requiere la exactitud precisa del sistema inglés, las diferencias que resul- tan en las curvas en virtud de los distintos desarrollos del riel exterior é interior, se compensan fácilmente intercalando un riel más corto. Atendiendo á esta circunstancia creo de acep- tarse este sistema en nuestras vías férreas. 7.—La única manera de reducir el número de las juntas, es aumentando el largo delos rieles. Hemos visto ya que ultima- mente se ha adoptado la nueva longitud de 33 como Standard en lugar de 30. Con esta última longitud resulta que por ki- lómetro hay aproximadamente 216 juntas siempre que sea en línea recta, aumentando lijeramente el número según sean las curvas que pudiera haber, aunque por lo general hay compen- sación en virtud de que las curvas alternan sucesivamente de la derecha á la izquierda. Con la nueva longitud de 33' resul. tarán 189 juntas por kilómetro, es decir, que se obtendrá una reducción de 12% en el número actual. 8.—Con respecto á los deslizamientos pueden ser de dos naturalezas: transversales á la vía ó en el sentido de la vía misma. A.—En cuanto á los primeros producidos principalmente por la acción de la fuerza centrífuga en las curvas y por la . SUPERESTRUCTURA DE LAS VIAS FÉRREAS. 33 fricción que no quedan lo suficientemente destruídas por el peraltamiento del riel exterior, es decir por la componente (P sen. a) en la cual P es el peso rodante y a el ángulo de in- clinación del plano de la curva. Para destruirlo se usan las placas de trasmisión, las silletas, el reclavado del riel exterior, ete., ete., y sobre todo el peraltqmiento bien calenlado tenien- do en cuenta la velocidad y el peso del material rodante que va á circular. Supongamos que un tren de peso P, circula en una curva de radio R con una velocidad V, la expresión de la fuerza cen- trífuga es: ; E Es y sustituyendo el valor conocido de M=-G en la cual M es la masa y G la aceleración debida á la presantez, resulta: En la figura B si a es el ángulo de inclinación del pla- no de la curva, resulta, que el peso rodante P puede descom- ponerse en dos componentes, una normal al plano de la vía y que queda destruida por la resistencia de ésta y otra paralela y precisamente opuesta á la fuerza centrífuga. Igualando el valor de esta última á la expresión anterior para establecer la ecuación de equilibrio, resulta: P sata sen a Mem. Soc. Alzate, México. T. 26 (1907-1908)-—-5. 34 ANGEL PEIMBERT. e de la cual sen La y como tratándose de ángulos tan pe- queños puede tomarse el arco por el seno, queda para el valor del peraltamiento: _ V? peraltamiento, “GR calibre de la vía fórmula enteramente práctica con la cual pueden calcularse los peraltamientos de las curvas. B.—Hay también otra clase de deslizamientos transver- sales producidos por el riel mismo, cuando este ha sido tendi- do encorvándolo en el momento de clavarse con barreta, es - decir, que el riel continúa en virtud de su elasticidad ejercien- do un esfuerzo sobre los clavos para volver á su forma primi- tiva. Para destruir este efecto es conveniente doblar los rie- les con un aparato especial (Rail Bender) antes de tenderlos; de esta suerte cada riel llevando ya la curvatura permanente que debe tener en la vía, no ejerce ningún esfuerzo transver- sal debido á su elasticidad y por consiguiente no puede haber deslizamiento por esta causa. C.—En cuanto á los deslizamientos longitudinales, no ha sido posible el observarlos en este Ferrocarril, en virtud de las malas condiciones generales que guardaba la vía, que hacían infructuosas esta clase de observaciones, esencialmente deli- cadas, pero en los tramos de vía que van balastrándose y con- cluyéndose actualmente, podrán hacerse en lo sucesivo estas observaciones. Generalmente estos deslizamientos se producen en el sen- tido de mayor tráfico y en las pendientes pero no pueden ex- cederse de cierto límite natural (el que permite el juego de las planchuelas á lo sumo) y parecen no tener importancia direc- ta sobre el movimiento de los trenes. Si se usan planchuelas grandos de ángulo de los tipos modernos, que bajan hasta el SUPERESTRUCTURA DE LAS VIAS FÉRREAS. 35 durmiente, que tienen huecos especiales para recibir los clavos, quedan en mi opinión completamente destruidos estos desliza- mientos, pues para deslizar el riel y la planchuela necesitaría arrastrar el durmiente. Con las antiguas planchuelas planas el riel y la planchue- la podían deslizarse independientemente del durmiente, pues los clavos ejercen solamente esfuerzo de retensión cuando es- tán recientemente clavados por la adherencia de las cabezas al patín del riel; más como acabo de indicar, empleando los sistemas modernos de planchuelas en los que éstas quedan li- gadas directamente á los durmientes por el intermedio de los elavos, quedan completamente estruidos estos delizamientos longitudinales. DATA STE El balastre constituye propiamente el cimiento de las vías férreas y sus condiciones para satisfacer debidamente su ob- jeto, son: desde luego resistencia suficiente á las cargas rodan- tes, permeabilidad lo más perfecto posible para facilitar el es- currimiento de las aguas pluviales ó de precipitación é inalte- rabilidad relativa ante la acción de los agentes atmosféricos. Satisfechas estas tresindicaciones generales puede decirse que el balastre es bueno, es decir, que distribuirá uniformemente las cargas rodantes sobre el lecho de la vía, que drenará las aguas superficiales ó de lluvia con rapidez, manteniendo seca la superestructura, y que, resistiendo á los agentes atmosféri- cos, su eficiencia será siempre la misma en todas las épocas del año, y su duración más ó menos indefinida. En el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec se han usado diversos materiales para balastre, y pueden considerarse na- turalmente agrupados como sigue: 36 ANGEL PEIMBERT. Balastre arenoso, procedente de medias aguas, km. núm. 97. Balastre de grava arenosa, km. 19J—290, ríos Malatengo y Tehuantepec. Balastre de grava arcillo-arenoso, km. 17 y 131. Balastre de roca arenisca, km. 190 á 195, cañón de Ma- latengo. Balastre de roca calcárea, km. 96, 164 y 212, Medias Aguas, Paso de Buques y Niza Conejo. Balastre de roca porfírica, kim. 290, ramal á las canteras de Santa María. Trataré de examinar los resultados prácticamente obteni- dos con estos diversos materiales. BALASTRE ARENOSO DE MEDIAS AGUAS. Al Oeste de la estación de Medias Aguas, kilómetro 97, se encuentran á unos ciento cincuenta metros de la vía, unas co- linas de arena de 8 á 10 metros de elevación. La arena es fina ligeramente arcillosa, con densidad variable, de 1,950 á 2,100 kilogramos el metro cúbico. Su facilidad de extracción y la economía de su manejo, han hecho que este material se haya usado en los sitios cercanos como balastre para levantar la vía sobre los terrenos pantanosos en que está localizada. Para cal- zar y levantar la vía, así como para las operaciones relativas al cambio de durmientes, la arena se presta perfectamente, pe- ro tiene la desventaja de deslavarse eon facilidad bajo la ae- ción de las lluvias. Además, la proporción de arcilla que con- tiene es suficiente para dar margen al crecimiento de cierta vegetación que rápidamente invade la vía, siendo perjudicial como es bien sabido para la fácil circulación de los trenes y para la conservación de los durmientes por la humedad que re- tiene. Con la circulación de los trenes, es decir, bajo la presión de las cargas rodantes, la arena se hunde en el subsuelo pan- SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 37 tanoso y ha sido preciso reforzar este material al cabo de dos ó tres años de servicio, tanto por esta causa como por los des- laves que experimentan en la estación de lluvias. Además, su permeabilidad no es satisfactoria, pues el escurrimiento de las aguas pluviales á través de su masa, no es tan rápido como fuera de desearse y se hace más lento debido á la ligera pro- porción de arcilla que contiene. Está por consiguiente lejos de satisfacer lar condiciones de un buen balastre y solo se ha usado provisionalmente como el material más á mano y econó- mico de que podía disponerse para atender las necesidades más urgentes de la conservación de la vía. BALASTRE DE GRAVA ARCILLO-ARENOSO, KILÓMETROS 17 y 131. El balastre de grava, en general, es el material más comun- mente usado en la vías férreas, tanto por su economía como por su relativa facilidad de manejo. Comparado con la piedra quebrada es inferior en algunos conceptos, pero es superior. en otros muchos á este material y cuando la proporción entre le grava y la arena está dentro de buenos límites, 35 á 40% de arena y 60 4 65% de grava, puede decirse que es el mejor ma- terial que puede encontrarse para balastre; su manejo es mu- cho más fácil que el de la piedra quebrada, es decir que las operaciones de nivelación de la vía, cambio de durmientes, dz, se facilitan mucho más con este material que con la piedra quebrada y hace, por consiguiente, que los gastos de manteni- miento de la vía sean menores. En el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec se ha usado una grava arcillo arenosa, procedente de unos yacimientos ubi- cados en los kilómetros 17 y 131. Este material está consti- tuido por cantos cuarzosos rodados ó sea aluviones, mezclados con arena gruesa y quizás pequeños, con proporciones varia- bles de arcilla ferruginosa y de limos. Por lo que respecta al tamaño de la grava, este es variable entre $” y 34", predomi- 38 ANGEL PEIMBERT. nando el de 2" 4 3"; está por consiguiente dentro de buenos límites. El inconveniente de este material consiste en la ines- tabilidad de la proporción de arcilla que contiene, pues algu- nas veces llega hasta un 30%, lo cual hace que el material pierda su permeabilidad y aun su resistencia á las cargas ro- dantes, pues humedecida la arcilla con las lluvias hace que la grava deslice bajo la presión de dichas cargas y se producen hundimientos á veces de consideración. Es ligeramente des- lavable bajo la acción de las lluvias y no es perfectamente per- meable; no puede pues considerarse, atendiendo álo autes ex- puesto, como un balastre de primera calidad. BALASTRE DE GRAVA ARENOSA, RÍOS TEHUANTEPEC Y MALATENGO. Se ha usado también como balastre la grava arenosa de los ríos Tehuantepec y Malatengo, el cual está constituido por grava y arenas porfíricas mezclados en proporciones variables entre un 40 4 50% de arena y el resto de grava. En el balas- tre del río de Tehuantepec la proporción de arena llega algunas veces hasta un 60%, lo cual es excesivo y aminora su eficiencia. Este material de los ríos tiene la ventaja do que casi carece de arcilla y como se ha empleado de preferencia eu la región Sur del Istmo en donde poco llueve, resulta que no ha sufrido des- laves de importancia y se ha mantenido bien. En el tramo de víasituado entra Tehuantepec y Salina Cruz el camino ha estado sujeto á un tráfico considerable en virtud del transporte de la piedra que ha sido preciso llevar á Salina Cruz para la cons- trucción de los rompeolas. Como es bien sabido, esta clase de tráfico es el que más seriamente perjudica á las vías, pues la piedra en bruto ó sea en blocks, con pesos hasta de 45 tone- ladas, carga muy desigualmente sobre los trueks, y sin embar- go el balastre en cuestión ha soportado favorablemente este tráfico pesado, manteniendo la vía en buenas condiciones. SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 39 BALASTRE DE ROCA. PIEDRA ARENISCA DEL CAÑÓN DE MALATENGO. En el cañón de Malatengo existe una roca arenisca bastan- te dura que se ha empleado con algún éxito como balastre en esa zona; tiene el ideonveniente de que en algunos casos en- cierra cierta proporción de arcilla que la hace quebradiza. s PIEDRA CALCÁREA, MEDIAS AGUAS, PASO DE BUQUES Y NIZA CONEJO. En estos lugares existen yacimientos calcáreos, carbonatos de cal, con una densidad media de 2,400 á 2,700 kilos por me- tro cúbico, de dureza conveniente y muy á propósito para usar- se como balastre después de haber sido triturados especialmen- te. Tanto en Medias Aguas como en Paso de. Buques, se ins- talaron máquinas quebradoras que trituraron este material, coa un límite máximo de 23" á 3” y se-ha usado en la vía con un éxito satisfactorio. Atendiendo á las condiciones generales expuestas relativas á los otros materiales aprovechables para balastre y existentes en el Istmo, puede decirse que este ba- lastre de roca calcárea triturada, es indudablemente el mejor de todos y el que ha dado mejores resultados prácticos, aun- que resulta evidentemente el más costoso, tanto por los gastos de extracción y trituración especial, cuanto por las dificultades inherentes al manejo y colocación de esta clase de material en la vía, gastos que resultan superiores por lo menos en un 80% á los relativos á la grava. Su permeabilidad, resistencia á las cargas rodantes, y á los agentes atmosféricos es perfecta, re- sulta pues ser el material ideal que mantiene la superestrue- tura seca, sobre base firme é inalterable á la acción de las llu- vias torrenciales de aquella zona tropical. 40 ANGEL PEIMBERT. Como una combinación de tres clases de balastre que ha dado excelentes resultados puedo mencionar la siguiente: la vía ha sidolevantada primeramente sobre los terrenos pantano- sos á fuerza de arena hasta obtener cierto grado de cansolida- ción, es decir hasta que la arena hundiéndose según sus talu- des naturales llega en el fondo á alcanzar una base suficiente- mente amplia para soportar la carga rodante, transformada en carga estática, á un coeficiente igual á la reacción del subsue- lo; una vez alcanzado este resultado se ha usado el balastre de grava arcillo-arenosa durante dos ó tres años hasta obtener una consolidación mejor de las capas superiores y finalmente se ha colocado una capa superficial con un espe.or variable de 10" 4 12” de piedra calcárea triturada, perfectamente permea- ble y resistente. Los inconvenientes de la piedra quebrada como balastre son los siguientes: desde luego su alto costo y las dificultades para su manejo material en la vía misma, la nivelación no pue- de hacerse sino desencajonando la vía y no permite como la grava ó arena, hacer levantes pequeños. En caso de haber hun- dimientos los rieles quedan sujetos á deformaciones perma- nentes en vista de la rigidez ó resistencia del subsuelo balas- trado con roca y esta misma rigidez hace que el material ro- dante se deteriore mucho más en vías balastradas con roca que en vías balastradas con materiales arenosos mucho más elásticos; además los durmientes de madera colocados sobre la superficie angulosa de la piedra quebrada se deterioran bajo la acción de las cargas y cuando comienzan á decaer por la in- temperie se rompen pronto; puede decirse que la duración de los durmientes se limita por solo esta causa, por lo menos en un 10%. No es pues aconsejable, en general, en terrenos pantano- sos el usar desde luego la piedra quebrada como balastre; el mejoramiento gradual y progresivo de la resistencia del sub- suelo trae consigo como consecuencia natural el uso de balas- SUPERESTRUCTURA DE LAS VÍAS FÉRREAS. 41 tres de mejor calidad que de una manera igualmente progre- siva ponen la superestructura en las mejores condiciones para soportar el tráfico á que se destina. Las condiciones anteriores ligeramente expuestas sobre los tres elementos constitutivos de la superestructura de las vías férreas, y especialmente las observaciones relativas á los re- sultados obtenidos en el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, muestran claramentela vital importancia que tiene para el buen uso de ellos, el conocimiento exacto de las condiciones locales del medio en que se va á construir la vía, las cuales no siem- pre es posible tener en cuenta antes de haber operado en la región de que se trate ó en otra análoga. Quizá lo anterior- mente indicado pudiera servir en algo para ayudar en casos semejantes á los mencionados. México, Mayo de 1907. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908),—6. MEAR MAMA ds % pe ATT SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26. EXPÉRIENCES DE PLASMOGÉNIE. Infiltrations d'acide chorhydrique dans un silicate alcalin. Pseudo-végétaux et animaux inférieurs. —Pseudo-noyaux et chromatine. Structures granuleuses. PAR LE PROF. A, L, HERRERA, M. $, A, HISTOIRE.—J'ai dit dans mon ouvrage “Biologie et Plasmo- génie” (Berlin. 1906, p. 196, traduit par G. Renaudet) que “le phénoméne morphogénique se complique une maniére éton- nante lorsqw'on laisse tomber une goutte de silicate á 400B, dans de Pacide chlorhydrique. “Le croútes de silice gélatineuse laissent infiltrer lexcés Vacide. Celui-ci pénétre sous la forme de gouttelettes infini- ment petites, du dehors en dedans, vers lPintérieur. 1l en ré- sulte la formation de mamelons, dont la partie supérieure se dégage parfois et prend Paspect Vinfusoires granuleux. Com- me ces mamelons ont une structure granuleuse et striée, on peut aussi proposer une explication différente, les attribuant á des gouttelettes de silicate se mettant en contact avec lP'aci- de infiltré ou inclus dans les sinus des croútes siliceuses. Cet- te explication est beaucoup moins acceptable. Voici pourquoi: 44 A. L. HERRERA. Los sels á base insoluble, comme le ¿hlorure aluminium, ino- culés dans le silicate á 409, avec un tube capillaire, produisent aussi des mamelons et “infusoires.” Les mémes sels atowmi- sós sur le silicate prennent des formes sphéroidales et radiées, Par contre. le silicate, inoculé on atomisé sur les solutions con- centréss de chlorure de calcium ou Valuminium, ne se dilate point, se consolide et se solidifie rapidement, par excés Vacide silicique coagulé. J'ai dit que Pacide chlorhydrique s'infiltre par les pores des croútes de silice coagulée. A lPintérieur des sinus, des labyrinthes, des puits, des lacunes ouvertes dans les sinuosités des eroútes, on retrouvera des phénoménes sembla- bles á ceux que manifeste le grain de sel ou la goutte de solu- tion déposés sur le silicate sirupeux.” “Mais il faut considérer ici que les réactifs se sont un peu modifiés. DP'acide chlorhydrique s'est emparé de la base du si- licate, pour former un chlorure de sodium avec excés Vacide mélangé. Il a aussi absorbé de Peau. Le silicate renfermé dans les sinus des croútes sS'est affaibli en base et en acide, et enrechi en eau. La preuve en est évidente. A Pintérieur on ob- serve souvent des masses sarcodoidiques finement granulées, comme celles qui se préparent par précipitation des solutions tros étendues de chlorure de magnésium et de silicate de sodium (voir fig. 100, p. 202), On remarque aussi des formes amiboi- des du type de P'Amoeba coli, finement granuleuses et exacte- ment égales á celles que donnent Véther et le silicate, dont le mólange se fait une maniére spéciale (voir fig. 18, p. 202).” Nouvelles observations. Technique. On répand une couche de silicate alcalin 4 400B, sur un porte—objet et on expose á Paction des vapeurs d'acide chlorhydrique á 1.17 jusqw/á la formation d'une membrane de silice coagulée ridése. On comprime alors le silicate sur Pacido, lentement. On lave dans Peau distillés, évitant le dé- collement des deux porte-objets (Pacide chlorhydrique a été EXPÉRIENCES DE PLASMOGÉNIE. 45 mis aussi dans un porte-objet). On observe au microscope, en humectant la préparation de temps á autre, pour empécher sa dessication. Pour y appliquerles objectifs 4aimmersion, on subs- titue un des porte—objets á un couvre—objet, ce qui fait perdre souvent quelques figures organoides. On peut aussi délayer la silice coagulée dans Veau et observer les éclats et les détails ainsi séparés dans une goutte eau. Les moindres détails de concentration, pression, etc., ayant une grande influence sur les résultats, je conseille de multiplier les expériences jusqu' á ce que Pon obtienne une grande variété de figures organoides. On ajoutera de Veau distillée au silicate, avec une pipette graduée, pour étudier lentement l'influence de la concentration dans diverses préparations. Résultats. Tres variés et tres intéressants. Chaque goutte mieroscopique de Pexcés Pacide Yinfiltre au travers des pores et des crevasses ou des fentes de la membrane silicique et s'entoure aussitót, comme Povule fécondé, d'une mince mem- brane de précipitation au contact de Pexcés de silicate contenu dans les croútes.' Les mémes phénoménes se continuent alors sur une échelle encore plus microscopique; la pénétration de Pacide augmentant peu á peu, la goutte s'allonge de ce chef, la membrane se dissout, se reforme bientót; le silicate passe alors par endosmose au travers de la membrane et se coagule avec Pexcós d'acide renfermé dans celle-ci. Des granulations de silice apparaissent de bonne heure dans Pintérieur des gouttes acides. Parfois une partie de Pacide tend a s'échapper par la par- tie la plus faible de la poche osmotique et il y a formation 'un anneau, Vun noyau ou d'une couche ou zone de granulations plus serrées. Le noyau est souvent central, comme dans les cellules na- turelles ou a seulement cet aspect en projection. On observe (1) Móme les écailles de silice coagulée renferment souyent du silicate dissous ayant échappé á la coagulation. vE 5 4 Pa ue — SEO 46 A. L, HERRERA, alors, avec Vultramicroscope, que chaque figure est formée par une membrane contournée en bouteille ou amibe du type de Pamibe coli et ayant un noyau de la méme forme. On a done Pimpression de deux bouteilles emboitées lune dans Pautre. D'espace compris entre elles est oceuppé par des granula- tions plus fines encore et á peine visibles. Les figures obtenues imitent tres bien l'aspect microscopi- que des infusoires. Souvent les cils sont représentés par des prolongements radiaires granulés, spatulés, claviformes, plus ou moins réguliers. Fréquemment on remarque des pseudo- asques, des pseudo—teleutospores, des pseudo-spores munis Vune ou deux cloisons, isolés ou en chaínes courtes, des rides transversales, les inférieures granuleuses, rappelant quelques formes d'involution des bactéries. On assiste aussi ála formation dVune imitation surprenante du champignon de la luzerne. (Pseudopeziza trifolium). Les figures amiboides en bouteille se présentent pres- que toujours et quelques unes semblent avoir un noyau gra- nuleux. Il y a aussi des imitations de la sporulation. Parfois on dirait que les noyaux se trouvent en pleine division indirecte. Vus avec un fort grossissement, ils montrent un contenu sem- blable ú la chromatine, comme vermiforme, mais trop consistant, et ne se colorant pas par le vert de méthyle, Is ont enfin, une espóce de membrane. Composilion chimique. J'ai hésité longtemps avant de me prononcer, une maniére définitive, sur ce sujet délicat, lacide chlorhydrique renfermant toujours des impuretés organiques mais maintenant la nature silicique des figures me semble évidente: 12 Elles sont insolubles dans P'alcool et Véther, méme aprés une macération prolongée. . EXPÉRIENCES DE PLASMOGÉNTE. 47 2% Elles sont solubles, au contraire, dans un des dissolvants les plus caractéristiques de la silice: les lessives. On voit dis- paraítre alors lentement toutes les figures, les plus fines Sal- longeant un peu et se dissolvant les premiéres, ce qui les rap- proche assez des infusoires et du protoplasma en général, 3% Elles sont invariables, dures, insolubles dans Peau, jaunátres quand leur consistance est trop compacte. Elles ne se forment pas avec l'acide chlorhydrique et la soude ou la po- tasse caustique, sans silice en excés. 40 Elles résistent á la calcination, quoique elles se défor- ment beaucoup. 5% Triturées dans l'eau elles arrivent á s'soler des écailles de silice. 6% Elles se forment aussi avec Pacide azotique, Vacide acé- tique et la formaline. Importance de ces résultats. L'organisation artificielle des colloides organiques ou inorganiques est trés difficile. Les si- licates et les réactifs sont combinés dans le laboratoire, d'une maniére grossiére et trop rapide, comparée aux processus cel- lulaires agissant lentement sur de petites doses de substances. I'atomisation des solutions, la pulvérisation et tamisation sont des perfectionnements importants, mais encore inférieurs aux infiltrations chlorhydriques: celles-ci donnent souvent des figu- res si délicates que s'impose alors lemploi de PVultramicrosco- pe. Je ai méme pas pu définir encore quelques détails exces- sivement fins. Toutefois ces figures sont encore trop consistantes et ont un excés de silice. Peut-étre arrivera-t-on á les faire plus gé- latineuses, douées de propriétés d'adsorption maxima, par une porosité convenable, pouvant méme grandir par condensation des silicates et des sels du milieu et par précipitation interne de ceux-ci á Pétat de sels riches en eau. 48 A. L. HERRERA. Application de la technique aux albumines. Le blane d'ceuf in natura soumis aux vapeurs d'acide chlor- hydrique et comprimé sur celui-ci donne seulement des mem- branes (riches en silice) n'ayant pas la tendance des silicates á la différenciation. Cette tendance des silicates me semble étre due á la formation de membranes de précipitation, si né- cessaires pour les phénoménes osmotiques et pour éviter des diffusions violentes qui désorganisent les figures. Ce dernier phénoméne s'observe aussitót que le silicate est trés étendu Veau. Il y a alors production de flocons non différenciés. Remarque importante: les figures sont analogues et multi- ples dans un point limité, malgré la diversité des résultats dans lensemble une préparation. Cela est dú á ce que ces orga- noides sont aussi le produit du milieu et qu ils sontégaux dans des conditions de pression ou de concentration idéntiques. Structure. Les figures les moins compactes ont une strue- ture alvéolaire; les plus compactes ont une structure plutót sphérolithique. Propriétés d'adsorption. Vam Bemmelen a bien étudié les propriétés Vabsorption des silicates, % Il me semble qu'avant d'étudier plus profondément cette question il faut perfectionner la technique pour obtenir des figures plus molles, plus délicates et plus poreuses. Infiltrations dans les roches. Peut-étre des infiltrations d'eau de mer dans des feldspaths superficiellement hydrolysés, abou- tiraient elles á la formation d'organoides semblables aux pré- códents. (1) Voir important travail de Biitschli. Untersuehungen úber die Mikrostruktur kiinstlicher und natúrlicher Kieselsiure-Gallerte. (1900). Verhandl. es Heidelberger Na - turhist. Vereins. N. F. S. 341. (2) Van Bemmelen. L'absorption d'eau par lVargile. Arch. Néerl. Sc. Ex. et Nat. Sér. IL, t. X, p. 266.—Die Einwirkung von hóheren Temperaturen auf das Gewebe des Hydrogels der Kieselsáure, ibid 18. Noy. 1901. EXPÉRIENCES DE PLASMOGÉNIE. 49 Selon Cushman quelques roches se recouvrent d'un en- duit pectoide silicique au contact de Peau. La biogénése exige non seulement la synthese d'un colloide (albumine) ou la présence un colloide inorganique (silice): mais il faut encore, de toute nécessité, les organiser pour obte- nir un appareil Vabsorption excessivement délicat. Méme les ferments, selon la derniére théorie de M. Henri et de Mad. Pil- touche, agissent par absorption. Laboratoire de Biologie de Ecole Normale. Mexico, le 26 juin 1907. (1) A. S. Cushman. The Effect of Water on Rock Powders. U.S. Dep. of Agr. Washington. 1905. pp. 5-23; figs. 8-16. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)—6*. >, ' Wi Vi AITOR RAS ACTO NET AIDA! 0 A 5 | y YE? j Y IE AA te STA . y : y dl n 5 1 "a a 4 M ñ i * Í "o. . TR l 4 5 , : O de t PILA : á ' 2421 E p - VI . Ú E PRADA A DOE VAL A IO 1 MS 11410043 / h b j ' h Ny LIDO O ' n JA y j EPA LATA Ñ á > ¿a de e y o AA AAA >) 4 o . 4 e A 4 $ 14% j (17) , , FO MU 1007HR A 'á YA Ñ. p 3 Ibi p ; 4 . WN , e 2 us á í a sel! b s $ » ' % sr . A r s Y ) o E e E á LA Memorias de la Sociedad Alzate.- Tomo 26. Lámina Y. Acide chlorhydrique s'infiltrant dans silicate. Pseudo-spores (necidies) durcies. yariq p Memorias de la Sociedad Alzate.—Tomo 26, Lámina VI. Les mémes figures de la Planche 1 plus grossies. pi te ES ” . us . E A e e > “>, a E LA: E »'/ Memorias de la Sociedad Alzate.—Tomo 26. Lámina VIT. Acide chlorhydrique s'infiltrant dans silicate. Pseudo-cellules et pseudo-mitose. Figures durcies. Memorias de la Sociedad Alzate. —Tomo 26, Lámina VIII. Acide chlorhydrique s'infiltrant dans silicate Pseudo-formes d'involution microbioides, durcies, solubles dans lessive. Memorias de la Sociedad Alzate.— Tomo 26. Lámina IX. Acide chlorhydrique £'infiltrant dans silicate. Pseudo-spores Jurcis Memorias de la Sociedad Alzate.—Tomo 26. Lámina X. Acide acétique s'infiltrant dans silicate. Formes fungoides, durcies, solubles dans lessive. e 4 o Y j =. A Vi La”? 1. dl ú pr + > E IS - > SS IB e a e A 21 po l y =tr 5 MS > A OS : == e Memorias de la Sociedad Alzate.—Tomo 26, Lámina XI. Acide chlorhydrique s'infiltrant dans silicate alcalin. - 1. Pseudo-noyau et pseudo chromatine.—2. Pseudo-amibes granuleuses. - 3, 4, 5. Pseudo-amibes.—6. Pseu- do-asques de champignon. Figures persistantes, solubles dans lessive. ' - e = fe ñ ; O O A MALA = A e mí d ¡(A es poa ea nd A yn D M wi S Nel EA O aim e omo LA DSPACEnAL. e AS - =N A k > E ho 4 a] ¡ j r A, Vo Ds ers reed po e 4 dal to Í DE an aa) UN A Ñ a E el EN "e í > » + ya W pea OS e. p e AL pl Le US e! y , 1% | ; $ eS + 5) pa j * + ' ñ -l " SS e E B E SER ' p $; » ' , +4 . Po ho h mn "E : . ' 3 ) á E A 5 Ñ ñ pa all ' iy a damils ent META 7 Ma A air 4 b Se qe 20/% pl Pis] 401 TE q Du Nal mA ya cg q > e t 1) Mi Ll Y $ y = Ne Memorias de la Sociedad Alzate. Tomo 26—Lám. XII. 2 5 = a) 0 " INFILTRATIONS D'ACIDE CHLORHYDRIQUE DANS SILICATE ALCALIN (Tres grossies). 1. Pseudo-cellules hyméniales de Basydiomycete (Ibiza. Hongos comestibles, p 18, fig. 3); aussi pseudo-spores de Marsonia. (Prillieux. Maladies plantes agricol. t. II, p. 331.) 2. Pseudo-asques d'Ezxoascus (ibid. t. TI, p. 402). 3 Pseudo-urédospores de Puccinia rubigo-vera (ibid. t 1, p. 229); 4=1; 5, Pseudo-diatomée. Biddulphia. (Diatoms Alba- tross Voy. by A. Mann. Washington. 1907. U.S. Nat Mus XLVII, fig 47); 6. Pseudo- diatomées. Navicula (1d 1.53, fig, 1-7); 7. Pseudo-asques de Sphaerincée. 8. Tres semblable a Pseudopeziza trifolii de la luzerne (Prillieux. ibid. t TI, p. 390); 9á 1%. Pseudo- «sques et pseudo-amibes granuleuses; pseudo-hématies; 13, pseudo-amibes granuleuses; 14. Pseudo-diatomées; 15, pseudo—plasmodies; 16, pseudo-hyménium. Toutes les figures dur- cies et persistantes, solubles dans les lessives. e Ñ A 3 / al : 4 is O E SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRESs, T. 26. A a - €qEqgtgL A SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS, POR EL LIC. OECILIO A. ROBELO, M. $, A. A mi apreciable amigo el Sr. D. Salvador Gutiérrez dedico este pequeño trabajo, en testi- monio de grande estimación. “No se contentaba el demonio, enemigo antiguo— dice el P. Mendieta —con el servicio que éstos (los indios) le hacían en la adoración de cuasi todas las criaturas visibles, hacién- dolu de ellas ídolos, así de bulto como pintados, sino que de- más de esto, los tenía ciegos de mil maneras de hechicerías, excoramentos y supersticiones.” > Después de describir las ceremonias en que hace consistir los sacramentos de los indios, dice: “Brujos y brujas también decían que las había, y que pensaban se volvían en animales, que (permitiéndolo Dios, y ellos ignorándolo), el demonio les representata. Decían aparecer en los montes como lumbre, y que esta lumbre de presto la veían en otra parte muy lejos de donde primero se había visto, El primero y ¿Santo Obispo de México tuvo preso á uno de estos brujos ó hechiceros que se decía Ocelotl, y lo desterró para España, poríser muy perjudi- cial, y perdióse la nave cerca del puerto y no se supo más de él. El santo varón Fr. Andrés de Olmos, prendió otro discí- pulo del sobredicho, y teniéndolo en la cárcel, y diciendo el Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908),—7. 52 CEcILIo A. ROBELO. mismo indio á dicho Padre, que su maestro se soltaba de la cárcel cuando quería, le dijo el Fr. Andrés, que se soltase él si pudiese; pero no lo hizo porque no pudo. Viniendo á los agúeros que tenían, digo que eran sin cuento. Creían en aves nocturnas, especialmente en el buho (tecolotl, de que se ha for- mado el aztequismo “tecolote”); y en los mochuelos y lechu- zas y otras semejantes aves, Sobre la casa que se asentaban y cantaban, decían era señal que presto había de morir algu- no de ella. También tenían los mismos agiúeros en encuentros de culebras y alacranes, y de otras muchas sabandijas que an- dan rastreando por la tierra, y entre de ellas de cierto escara- bajo que llaman pinauiztli. Tenían asimismo que cuando la mujer paría dos criaturas de un vientre, había de morir el pa- dre ó la madre. Y el remedio que el demonio les daba, era que matasen á alguno de los dos mellizos, á los cuales en su len- gua llamaban cocoua (á los dos los llamaban así, á uno solo lo llamaban coatl, de donde se formó el aztequismo “coate” ó “cua- te”), que quiere decir “culebras,” porque dicen que la prime- ra mujer que parió dos, se llamaba Coatl, que significa culebra. (La razón ha de haber sido porque las culebras vivíparas pa- ren dos). Y de aquí es que nombraban culebras á los mellizos y decían que habían de comer á su padre ó madre, si no ma- tasen al uno de los dos. Cuando temblaba la tierra donde ha- bía mujer preñada, cubrían de presto las ollas ó las quebraban, porque no moviese. Decían que el temblar de la tierra era se- ñal de que se había de acabar presto el maíz de las trojes. Si perdían alguna cosa, hacían ciertas hechicerías eon unos maí- ces y miraban en un lebrillo de agua, y decían que allí veían al que lo tenía, y la casa donde estaba; y si era cosa viva, allí les hacían entender si era ya muerta ó viva. Para saber si los enfermos habían de morir ó sanar de la enfermedad que te- nían, echaban un puñado de maíz lo más grueso que podian haber, y lanzábanlo siete ú ocho veces, como lanzan los dados los que los juegan, y si alguno de los granos quedaba enhies- SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS, 53 to, era señal de muerte. Tenían por consiguiente unos corde- les, hecho de ellos un manojo como llavero donde las mujeres traen colgadas las llaves, lanzábanlos en el suelo, y si queda- ban revueltos, decían que era señal de muerte. Y si alguno ó algunos quedaban extendidos, teníanlo por señal de vida, di- ciendo: que ya empezaba el enfermo á extender los pies y las manos. Si alguna persona enfermaba de calenturas recias, to- maban por remedio hacer un perrillo de maza de maíz, y po- níanlo en una penca de maguey, que es el cardón de donde sa- can la miel, y sacábanlo por la mañana al camino, y decían que el primero que por allí pasaba llevaría la enfermedad del paciente pegada en los sancajos. Tenían por mal agiiero el temblar los párpados de los ojos, y mucho pestañear. Cuando estaban al fuego y saltaban las chispas de la lumbre, temían que venía alguno á inquietarlos, y así decían: Aguinyenitz, que quiere decir: “ya viene alguno” ó “¿quién viene?” A los niños cuando los trasquilaban les dejaban la guedeja detrás del co- gote que llaman ellos y pioch (“su piocha,” de donde se formó el aztequismo “piocha”), diciendo que si se la quitaban enfer- martía y peligraría. Y esto hoy día lo usan muchos sin mala intención, más de por el uso que quedó, y por ventura otras co- sas de las dichas, sino que no las vemos como estas del pioch- tli que no se puede encubrir. Otros innumerables agiieros te- nían, que sería nunca acabar quererlos contar, y poner por escrito.” El P. Sahagún, bajo el nombre de agúeros ó pronósticos, tra- ta de los medios que empleaban los Indios ó se les ofrecían, antes de la Conquista (y después), para adivinar las cosas fu- turas; y estos presagios bien pueden considerarse también co- mo supersticiones, y á ese título extractaremos aquí los princi- pales. I. Cuando alguno oía bramar en el monte á alguna fiera ó cuando escuchaba algún sonido que zumbaba en la montaña, ó en el valle, creía que en breve le sucedería alguna desgracia 54 CECILIO A. ROBELO. en su persona, ó en sus parientes, ó en su casa, ó que moriría en la guerra ó de enfermedad, ó que caería en esclavitud él ó alguno de sus hijos. El que tal agiero sufría, iba en busca de un tonalpouhqui, adivino, para que se lo aclarara. Este adivino consolaba y esforzaba al espantado, diciéndole: “Hijo mío po- ““brecito, pues que has venido á buscar la declaración del agúe- “ro que viste, y veniste á ver el espejo donde está la aclara- “ción de lo que te espanta, sábete que es cosa adversa y tra- “bajosa lo que significa este agiíero; esto no es porque yo te “lo diga sino porque así lo dejaron dicho y escrito nuestros “viejos y antepasados; por tanto, la significación de tu agiie- “fro es que te has de ver en pobreza, ó en trabajos, ó que mo- “rirás. Por ventura está ya enojado contra tí Aquél por quien “vivimos, y no quiere que vivas más tiempo. Espera con áni- “mo lo que te vendrá, porque así está escrito en los libros de “que usamos para declarar estas cosas á quien acontecen; y “no soy yo el que te pongo espanto ó miedo, que el mismo Se- “for Dios quiso esto te aconteciese y viniese sobre tí, y no “hay que culpar al animal, porque él no sabe lo que hace, pues “carece de entendimiento y de razón, y tú pobrecito no debes “culpar á nadie, porque el signo en que naciste tiene consigo “estos azares, y ha venido ahora á verificarse en tí la maldad “del signo de tu nacimiento. Esfuérzate porque por experien- “cia lo sentirás, mira que tengas buen ánimo para sufrirlo, y “entre tanto llora y has penitencia. Nota lo que ahora te di- “go que hagas para remediar tu trabajo; has pues penitencia, “busca papel para que se “aparejo la ofrenda que has de hacer, “cómpralo é incienso blanco, y ulli (hule), y las otras cosas que “sabes son menester para esta ofrenda. Después que hayas pre- “venido todo lo necesario, vendrás tal día que es oportuno para “hacer la ofrenda que es menester al señor dios del fuego. En- “tonces vendrás á mí, porque yo mismo dispondré y ordenaré “los papeles y todo lo demás en los lugares, y en el modo que “ha de estar para hacer la ofrenda: yo mismo lo tengo de irá SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 55 “encender y quemar en tu casa.” Tal era la respuesta que da- ban los adivinos. IT. El segundo agiiero lo sacaban del canto de un ave que llamaban Oactli Oacton. Si el ave cantaba como que ríe, el can- to era de buen agiiero, porque parecía que decía yeccan yeccan, que quiere decir buen tiempo, buen tiempo, y no temían que les sobrevendría algún mal, antes bien se alegraban al oírle, por- que esperaban que algo favorable les había de suceder. Pero como cuando el ave cantaba como quien rie recio y á carcaja- das, como si tuviera gran regocijo, entonces el agúero era ma- lo, y los que habían oído al ave, enmudecían y aun se desma- yaban, porque esperaban enfermarse ó morir en breve, ó caer en cautiverio en el lugar á donde iban. Si los caminantes que oían el canto del ave, eran mercaderes (pochteca), decían entre sí: “Algún mal nos ha de venir, alguna avenida de algún río “$ creciente nos ha de llevar á nosotros, ó á nuestras cargas, “$ habemos de caer en manos de algunos ladrones que nos han “de robar, ó saltear, ó por ventura alguno de nosotros ha de “enfermar, Ó le hemos de dejar desamparado; Ó por ventura “(nos han de comer bestias fieras, ó nos ha de atajar alguna “guerra para que no podamos pasar.” Cuando se comunicaban entre sí sus temores, el jefe ó principal de los mercaderes, sin dejar de caminar, les decía para esforzarlos: “Hijos y herma- “nos míos, no conviene que ninguuo de nosotros se entristez- “Ga ni desmaye, porque el agúero que habeis oído, ya lo te- “níamos entendido cuando partimos de nuestras casas, y de “nuestros parientes, y sabíamos que veníamos á ofrecernos á “la muerte, y sus lágrimas y lloros que en su presencia derra- ““maron, bien las vimos, porque se acordaron y nos dieron á “entender que por ventura en algún despoblado, ó en alguna “montaña ó barranca habían de quedar nuestros huesos, y sem- “brarse nuestros cabellos, y derramarse nuestra sangre, y es- ““to nos ha venido, y no conviene que nadie se haga de peque- “o corazón como si fuese mujer temerosa y flaca. Aparejaos 56 CEcILIO A. ROBELO, “como varones para morir: orad á Nuestro Señor Dios, no cu- “reis de pensar en nada de esto, porque en breve sabremos “por experiencia lo que nos ha de acontecer: entonces llorare- “¿mos todos, porque esto es la gloria y fama que hemos de dar “y dejar á nuestros señores y mayores los mercaderes nobles “y de gran estima de donde descendemos, porque no somos “nosotros los primeros, ni los postreros á quien estas cosas “han acontecido, que muchos antes que á nosotros, y á mu- “chos después de nosotros les acontecerán semejantes casos, “(pues por esto esforzaos como valientes hombres, hijos míos.” Donde quiera que llegaban á dormir aquel día, ya fuese de- bajo de un árbol, ó debajo de una peña, ó en alguna cueva, luego juntaban todos sus bordones ó cañas que llevaban, y los ataban todos juntos en una gavilla, y decían que aquellos topiles, así atados, eran la imagen de su dios Yecatecutli, y después, con gran humildad y reverencia, delante del dios, se herían las orejas hasta derramar sangre, y se agujeraban la lengua, pasando por ella mimbres, los cuales, ensangrentados, los ofrecían á la gavilla de báculos, y hacían propósito de re- cibir con paciencia, por honra de su dios, cualquier cosa que les aconteciese, De allí adelante no curaban de pensar más en que alguna cosa les había de acontecer adversa por el agúe- ro que habían oído del ave llamada Oactli, y pasando el térmi- no de aquel agiero, si ninguna cosa les acontecía, consolá- banse, tomaban aliento y esfuerzo, porque su espanto no tu- vo efecto; pero algunos de la compañía todavía iban con te- mor, y así ni se alegraban, ni hablaban, ni admitían consuelo, é iban como desmayados y pensativos, meditando que si no les había acaecido algo de lo que pronosticaba el canto del ave, podía acontecerles después, y se mantenían dudosos, por- que el agúero era indiferente á bien y á mal. TIT. Cuando alguno oía de noche golpes como los de un leñador sobre los árboles, lo juzgaban de mal agúero, al cual llamaban tovaltepuztli, yohualtepuztli que significa “hacha noe- SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 57 turna.” Generalmente este ruido se oía al “primer sueño de la noche” cuando todos “duermen profundamente y ningún ruido de gente suena.” Este sonido lo oían los tlamacasque, sa- cerdotes, que iban á ofrecer de noche cañas y ramos de pino. Acostumbraban hacer esta penitencia en lo más profundo de la noche y presentaban las ofrendas en los lugares señalados en los montes; y cuando oían golpes de quien hiende un ma- dero con hacha, espantábanse y lo tomaban por mal agiiero, pues creían que esos golpes eran ilusión del dios Tezcatlipoca, con los que espantaba y burlaba á los que andaban de noche. Cuando el que oía era hombre esforzado y valiente ó ejercita- do en la guerra, no huía, sino que seguía el sonido de los gol. pes que se habían oído. Cuando el que lo seguía, lograba al- canzarlo, le metía la mano en el pecho y lo asía del corazón y tiraba de él como si fuera á arfancarlo. En esta postura le de- mandaba una merced, como riquezas, salud, ó valor en la gue- rra para hacer muchos cautivos. El fantasma les daba á algu- nos lo que pedían, y á otros lo contrario, pues estaba en ma- nos de Tezcatlipoca dar lo que quisiere, próspero ó adverso. Al responder á la demanda el fantasma, les decía: *“Gentil y va- “liente hombre, amigo mío, fulano, déjame, ¿qué me quieres? “que yo te daré lo que quisieres,” y la persona á quien se ha- bía aparecido, decíale: — “No te dejaré que ya te he cazado,” y el fantasma le daba una espiga de maguey, diciendole: “Ca- ta aquí esta espina, déjame;” pero el que había asido al fan- tasma del corazón, si era valiente y animoso, no se conforma- ba con una espina, y no lo soltaba hasta que le daba tres ó cuatro espinas. Estas eran señal de prosperidad en la guerra, haciendo tantos cautivos cuantas espinas había recibido, y de que sería además reverenciado por sus riquezas, honores é in- signias de valiente guerrero. El que le arrancaba el corazón al fantasma, echaba á correr y se escondía con él, lo guarda- ba envuelto y atado con algunos lienzos, y en la mañana del día siguiente lo desenvolvía y miraba qué era lo que había arrancado; y se encontraba una pluma floja, algodón ó espi- 58 CECILIO A. ROBELO. nas de maguey, señal era de buena ventura, y si hallaba en el envoltorio carbones, ó algún andrajo, ó pedazo de manta sucio, conocía que le vendría miseria y adversidad. Si el es- pantado por el fantasma era cobarde, ni lo perseguía, ni iba tras él, sino que temblaba de miedo, se echaba á gatas porque no podía correr ni andar, y sólo pensaba en que le iba á suce- der alguna desgracia de enfermedad, muerte ó pobreza. IV. Cuando oían cantar en el techo de su casa ó en algún árbol, al tecolotl, (buho), se atemorizaban y creían que á ellos, ó á los parientes, Ó á su casa les vendría algo adverso, como en- fermedad, muerte, miseria, fuga de sus esclavos, asolamiento de su casa que quedaría convertida en muladar, y pensaban que de su familia y de su casa dirían: “En este lugar vivió “una persona de mucha estima, veneración y curiosidad, y “ahora no están sino sólo las paredes; no hay memoria de “* quien aquí vivió.” El que oía el canto del tecolote acudía in- mediatamente á consultar á un tonalpouhqui, adivino, como ha- se dicho al tratar del primer agúero, para que le dijese lo que había de hacer. Los españoles, con motivo de este mal agúero, decían y todavía se dice hoy: “El tecolote canta Y el indio muere; No será verdad, Pero sucede.” Don Carlos M. Bustamante, en una nota al pasaje de Sa- hagún, dice: “Aun creen los indios en este agúero, y lo tienen “por tan cierto, que hay un adagio que dice: '*El tecolote canta, ““el indio muere; ““ello es abuso; “pero sucede.” SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 59 V. También el grito de la lechuza lo tomaban los indios por mal agiiero, sobre todo si chirreaba dos ó tres veces sobre el techo de la casa; y si en ella había algún enfermo, tenían por seguro que iba á morir, pues consideraban á la lechuza co- mo mensajera de Mictlantecutli, el dios, señor de la mansión de los muertos, que iba y venía al infierno, y por eso la llama- ban Yauteguihua, “mensajera del dios y de la diosa del infier- no.” Si cuando chirreaba la lechuza, percibían que escarbaba con las uñas, el que la oía, si era hombre, le decía: “está que- do, bellaco vgihundido, que hiciste adulterio á tu padre;” y si era mujer le decía: “vete de ahí puto, has agujerado el cabe- llo con que tengo de beber allá en el infierno, antes de esto no puedo ir.” Creían que con este exhorcismo injurioso, pero ininteligible, evitaban el mal agiiero, pues ya no estaban obli- gados á acudir al llamamiento del dios de los muertos. VI. Cuando veían que una comadreja ó mostolilla entra- ba á su casa, Ó se les atravesaba á su paso en el camino ó en la calle, también se espantaban los indios, pues creían que si emprendían algún viaje, caerían en manos de los ladrones, ó los matarían, ó que les levantarían falso testimonio, “por esto ordinariamente—dice Sahagún—los que encontraban con es- te animalejo, les temblaban las carnes de miedo, y se extre- mecían, y se les espeluzaban los cabellos: algunos se ponían yertos ó pasmados, por tener entendido que algún mal les ha- bía de acontecer.”—A la comadreja la llamaban los indios en- zamatli. VII. La gente muy rústica tomaba por mal agiero el que un conejo entrara á la casa. Temían que cayeran ladrones en la casa, ó que alguno de ella se ausentara y fuera á esconder- se en un bosque ó en una barranca. Luego iban á consultar al adivino, como se ha dicho al hablar del primer agiero, pa- ra que se los declarase. También en España, en el siglo XVI, había una preocupa ción semejante. Don Quijote, al entrar en su aldea, tomó mal Mem. Soc. Alzate, México. T. 26 (1907-1908) —8. 60 CeciLiO A. ROBELO. agúero de ver huir una liebre que se agazapó debajo de los pies del rucio....--..-- Malum signum, malum signum— dice Don Quijote—liebre hulle, galgos la siguen, Dulcinea no parece. VII. Cuando entraba á la casa de alguno, ó éste encon- traba una sabandija llamada pinalmiztli, lo tomaban por señal de próxima enfermedad, ó de que serían afrentados ó avergon- zados, y para eludir cualquiera de estos peligros, hacían lo si- guiente. Hacían en el suelo dos rayas en cruz tomaban el ani- malejo, lo ponían en medio de las rayas, lo eseupían, y luego le decían: ¿á qué has venido? quiero ver á qué has venido; y luego se ponían á mirar acia que parte se iría aquella sabandija; si se dirigía al norte, era señal segura de que iba á morir el hom- bre que la había mirado; y si tomaba otro rumbo, creían que no era cosa de muerte el encuentro, sino de algún infortunio de poca importancia, y le decían al animalejo: anda vete donde quisieres, no se me da nada de tí, ¿he de andar pensando por ven- tura en lo que quisieres decir? ello se parecerá antes de mucho, no me curo de iilcii de tomaban después la sabandija, la po- nían en la división de los caminos y allí la dejaban; algunos la ensartaban por medio del cuerpo con un cabello y la ataban á un árbol, y si al día siguiente no la encontraban allí, se atemo- rizaban, pues esperaban algún mal; pero si la encontraban en el lugar que la habían atado; se consolaban y ya no temían mal alguno, escupían al animalejo ó le echaban un poco de pulque, á lo que llamaban emborracharlo. El P. Sahagún, describiendo el pinahuiztli, dice: “Esta sa- bandija es de hechura de araña grande, y el cuerpo grueso, tiene color vermejo y en partes obscuro de negro, casi es ta- maña como un ratoncillo, no tiene pelos, es lampiña.” Molina en su diccionario dice: pinauiztli. Escarabajo que tenían por mal agúero. IX. Cuando un épatl, zorrillo, cuya orina es muy hedionda, entraba en una casa, ó paría en algún agujero dentro de ella, lo tomaban por mal agúero, y creían que el dueño de la casa » SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 61 moriría, porque ese animal no suele parir en casa alguna, sino en el campo, entre los maizales, entre las piedras, ó entre los magueyes, y nopales. Tomaban á este animal por el dios Tez- catlipoca, así es que cuando expelía la materia hedionda por la orina, por el estiércol ó por la ventosidad, decían: Tezcatlipoca ha ventoseado. ¡Quién no ha olido el pedo del zorrillo? Sin em- bargo, oigamos la curiosa relación del P. Sahagún: “Tiene la propidad este animalejo, que cuando topan con él en casa ó fuera, no huye mucho, sino anda zancadillando de acá para allá, y cuando el que lo persigue va ya cerca para asirle, alza la cola, y arrójale á la cara la orina ó aquel humor que lanza muy hediondo, pero tan recio, como si lo echase con una ge- ringa, y dicho humor cuando se esparce, parece de muchos co- lores como el arco del cielo, y donde da queda aquel hedor tan impreso, que jamás se puede quitar, ó á lo menos dura mucho, ya de en el cuerpo, ya en la vestidura, y es el hedor tan recio y tan intenso, que no hay otro tan vivo, ni tan penetrativo, ni tan asqueroso con que compararlo.” D. Carlos M. Bustamente, en una nota al pasaje preinser- to, ice: “tiene además mucha electricidad, de modo que en las tinieblas de la noche el chisguete de orines que arroja es de chispas pequeñas y fosfóricas.” Por esto el vulgo dice que mea lumbre. Continúa la relación de Sahagún: “¿Cuando este hedor es reciente, el que le huele no ha de escupir, porque dicen que si escupen como asqueando, luego se vuelve cano todo el cabello; por esto los padres y madres amonestaban á sus hijos é hijas que cuando oliesen este he- dor no escupiesen, mas antes apretasen los labios. Si este ani- malejo acierta con su orina á dar en los ojos, ciega al que lo 01 IN SA z X. También era para los indios de muy mal agiúero encon- trar en la casa hormigas, ranas, sapos, ó ratones llamado tezauh- quimchtzin, “ratoncillo espantoso.” Creían que algún malévo- 62 CECILIO A. ROBELO. lo 6 envidioso los había echado dentro de la casa para que les acaeciese enfermedad, ó muerte, ó pobreza, ó desasosiego, pues estos males auguraba la presencia de tales animales; y luego iban á consultar á un divino. XI. Cuando de noche veían estantiguas, esto es, visiones y fantasmas, no se inquietaban mucho, porque las creían ilu- siones ó apariciones del dios Tezcatlipoca. Pero algunos lo to- maban por mal agiiero, y temían morirse ó caer en cautiverio. Cuando el que veía la estantigua era soldado valiénte, procu- raba asirla y le pedía espinas de maguey, que comunicaban valor y fortaleza, y se prometían hacer en la guerra tantos cau- tivos cuantas espinas había recibido. Cuando el que veía la visión era un hombre simple y de poco saber, se contentaba con escupirla ó con arrojarle una suciedad; y éste no recibía ningún bien, sino algunas adversidades. Cuando era medroso ó pusilámine el que encontraba al fantasma, perdía las fuer- zas, se le secaba la boca, enmudecía, y procuraba alejarse, y mientras iba andando sentía que el fantasma lo iba persiguien- do para cogerlo por detrás, y al llegar á su casa, abría preci- pitadamente la puerta, entraba, cerraba con violencia, y, á ga- tas, pasaba sobre los que estaban durmiendo, lleno de espan- to y de pavor. XII. Había otros fantasmas, ilusiones también de Tezca- tlipoca, .. .... no tienen pies ni cabeza, las cuales andan rodan- do por el suelo, y dando gemidos como enfermo—dice Sahagún. A. estos fantasmas los llamaban Tlacanexquimilli (V.) siempre los tomaban por mal agiúero, y esperaban morir en breve en la guerra ó de enfermedad, ó sufrir algún contratiempo. Los soldados viejos no temían encontrarse con estas visiones, an- tes bien salían á buscarlas, y luego que las veían procuraban asirse de ellas, y les decían: —“¿quién eres tu? háblame. mira que no dejes de hablar, pues ya te tengo asida y no te tengo de soltar.” Y esto lo repetía varias veces, andando el uno con el otro á la sacapella, y después de haber luchado mucho, ya cer- SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 63 ca de la mañana, hablaba el fantasma y decía: —“Déjame que me fatigas, dime lo que quieres y dártelo hé;” y el soldado re- pondía, diciendo: “¿qué me has de dar?” y contestaba el fan- tasma: “cata aquí una espina,” y el soldado le decía: “no la quiero, ¿para qué es una espina sola? no vale nada,” y aunque le daba dos, tres ó cuatro espinas, no lo soltaba hasta que le daba tantas cuantas él quería, y le decía el fantasma: “doite toda la riqueza que deseas para que seas próspero en el mun- do.” El soldado soltaba á la visión y se iba muy satisfecho. XIII. También veían de noche otros fantasmas diversos. En los muladares, cuando iban á exonerar el cuerpo solía apa- recérseles una mujer enana, que llamaban cuitlapaton ó cuitla- pachton (V.) Era una mujercita con el pelo largo hasta la cin- tura, y con andar de pato. El que veía á esta enana, si quería cogerla no podía, porque luego desaparecía, y tornaba á apare- cerse en otra parte, casi junto á él, y si otra vez tentaba asirla, escabullíasele, y siempre que lo procuraba quedaba burlado, y, por fin, dejaba de porfiar. Se les aparecía también de noche un fantasma en forma de calavera, les salta ba golpeándoles las pantorrillas, ó iba tras ellos saltando y haciendo gran ruido. Si se paraba el persegui- do, se paraba también ella y si se esforzaba en cogerla; ya que la iba á tomar, volábale dando un gran salto á otra parte, y así seguían, él persiguiéndola y ella dando saltos hasta que el perseguidor se cansaba y lleno de miedo se iba á su casa. Solía aparecérseles un fantasma en forma de cadáver ten- dido y amortajado y dando lastimeros gemidos. Los valientes que trataban de coger á este muerto, sólo tomaban un terrón ó pedazo de césped. Este muerto, que era de muy mal agúe- ro, era una transformación de Tezcatlipoca. También creían que Tezcatlipoca se transformaba en el animal llamado cóyotl, coyote ó adive, que se paraba en los ca- minos, como atajando á las gentes, para advertirles que si se- guían aquel camino les acaecería desgracia. Por último, el oír 64 ] CEcILI6 A. ROBELO. silbar un pito en la montaña era signo cierto de próxima des- gracia. * k Además de los agiíeros que quedan explicados, que pode- mos llamar precortesianos ó anteriores á la Conquista, tuvie- ron después los indios y los mestizos, y tienen aún, otros mu- chos que sería largo enumerar. Sólo referiremos el del salta— pared. Se cree que cuando este pajarillo se presenta en las ca- sas á comer arañas Ó gusanos, y á purificar la atmósfera de- vorando los insectos que en ella pululan, viene á anunciar con su canto á los maridos que su mujer está amancebada y le es infiel, así es que cuando los pajaritos empiezan á chiflar sal- tando en las paredes, las mujeres tiemblan y apedrean al pa- jarito. En cambio, los que gimen en las cárceles consideran al salta-pared como ave de buen agúero, pues su alegre canto so- bre los altos muros de la prisión es anuncio de la próxima li- bertad de algún reo. es El P. Sahagún, después de hablar de los agúeros, trata de las abusiones, pero antes dice: “Aunque los agúeros y abusio- nes parecen ser de un mismo linage; pero los agoreros por la ma- yor parte atribuyen á las eriaturas lo que no hay en ellas... Las abusiones son al revés, pues que toman á mala parte las impresiones ó influencias que son buenas en las criaturas.... Y porque los agúeros y las abusiones son muy vecinos, pongo este tratado.......... A Esta consideración de Sahagún y la definición que de abu- sión trae el diccionario castellano, diciendo que es “agúero ó superstición,” nos han decidido á tratar de las abusiones en este artículo. De ellas explicaremos las principales, porque, SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS, 65 como dice Sahagún, “.......... no están todas las abusiones de que usan mal, porque siempre van multiplicándose estas cosas que son malas, y hallarán algunas que no estén aquí puestas. ” Creían que el que olía, orinaba ó pisaba la flor llamada omi- xochitl, “for de hueso,” por tener este color, padecería almo- rranas. Creían también que la mujer que olía la flor llamada cue- tlaxochitl, ó se sentaba sobre ella ó la pisaba, contraía la enfer- medad llamada también cuetlaxochitl, que consistía en un pa- decimiento del clítoris. Las madres advertían á sus hijas que no oliesen la tal flor, ni se sentasen sobre ella, ni aun la pisa- sen. La cuetlaxochitl, “flor de cuero curtido,” por su color y con- sistencia, tiene hojas de un árbol muy coloradas. Decían los viejos que las flores que se componen de otras muchas, los ramilletes, con que bailan y dan sus convidados, no deben olerse en el centro, porque éste está reservado al dios Tezcatlipoca, y que los hombres sólo pueden oler la orilla. Acostumbraban antes de echar el maíz en la olla para co- cerlo, resollar sobre él para darle ánimo y que no tema los her- vores. El que veía maíz regado en el suelo, estaba obligado á re- gerlo para no hacerle injuria, pues creían que si no lo hacían, se quejaba el maíz delante de Dios, diciéndole: Señor, casti- gad ú éste que me vió derramado y no me recogió, ó dadle hambre porque me menospreció. Decían también que el que pasaba sobre algún niño que estaba sentado ó acostado, le quitaba la virtud de crecer y siempre quedaría pequeñito, y para impedir esto, volvían á pa- sar sobre él en sentido contrario. A esta abusión la llamaban tecuencholhuiliztli, que significa la acción de pasar sobre alguno. Si alguno comía en la olla sopeando en ella 6 tomando con la mano la comida, sus padres le decían: si otra vez haces esto, munca serás venturoso en la guerra, ni nunca cautivarás á nadie. 66 CECILIO A. ROBELO., Si bebían los hermanos y el menor bebía primero, el ma- yor le decía: no bebas primero que yo, porque si bebes no crecerás más, sino quedarte has como estás ahora. A esta abusión la llama- ban atlitiztli, que sólo significa la acción de beber agua, aun- que Sahagún diga que significa “beber el menor antes del ma- yor.” Cuando se pegaba un tamal en la olla al estar cociéndose, decían que el que lo comía, si era hombre, no dispararía con acierto las flechas, y si mujer, nunca pariría bien, porque se le pegaría el niño adentro. Cuando cortaban el ombligo á los recién nacidos, si era varón, le daban el ombligo á un soldado para que lo llevara al lugar donde daban las batallas, porque creían que con esto el niño sería aficionado á la guerra, y si el recién nacido era mu- jer, enterraban el ombligo cerca del tlecuilli, el hogar, porque así sería la niña adicta á la familia y á estar en la casa y en- tendida y diligente para preparar la comida. Para que las mujeres incintas ó preñadas pudieran andar de noche en la calle sin estar expuestas á ver fentasmas, creían que debían llevar un poco de ceniza en el seno ó en la cintura junto á la piel. Cuando una mujer visitaba á una recién parida y llevaba niños, al llegar á la casa iba al tlecuilli Ó brasero, tomaba, ee- niza y con ella les frotaba las sienes y las coyunturas. Creían que si no hacían esto se les debilitarían las coyunturas y les crujirían al moverse. Cuando temblaba la tierra, tomaban á los niños con am- bas manos oprimiéndoles las sienes y los levantaban en alto. Creían que si no hacían esto, no crecerían los niños y se los llevaría el terremoto. Cuando temblaba la tierra, hacían un buche de agua y ro- ciaban sus alhajas y los postes de las puertas para que el tem- blor no se llevase las casas. Para avisar que temblaba la tie- rra, daban de gritos y se golpeaban la boca con la mano. SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 67 Decían que el hombre que povía un pié sobre el tenamaz- tli, sería desdichado en la guerra, pues no podría huír y caería en manos de sus enemigos. Por esto los padres prohibían á sus hijos que pusiesen los pies sobre un tenamaztli. Dan este nom- bre á cada una de las tres piedras que se ponen en el tlecuilli ó fogón, sobre las cuales se colocan las ollas, comales, etc., en que se cuecen los alimentos. Cuando al echar la tortilla de maíz sobre el comal, queda- ba doblada, era señal de que alguno iba á llegar á la casa; y si la molendera era casada y el marido estaba ausente, era se- ñal de que iba á llegar el marido. Decían que al que lamía el metate, metlatl, se le caerían pronto los dientes y las muelas; y por esto prohibían los pa- dres á sus hijos que lamiesen los metates. Decían que el q ue se arrimaba á los postes, sería mentiro- so, porque los postes lo son, y hacen mentirosos á los que se arriman á ellos; y por esto los padres prohibían á sus hijos que se arrimaran á los postes. Decían que las jóvenes que comían estando de pie, no se casarían en su pueblo sino en lugar extraño; y las madres no permitían que sus hijas comiesen paradas. Donde había una mujer recién parida, no quemaban en el fogón los olotes Ó sea el corazón de las mazorcas del maíz, por- que decían que el reción nacido se pondría pecoso y cacarizo; y cuando había necesidad de quemar los tales olotes, lo hacían pasándolos primero por la cara del niño; pero sin tocarle la piel. La preñez de la mujer daba ocasión á mil preocupaciones. La mujer preñada no había de ver ahorcar á ningún reo, porque si lo veía, nacería el niño con una soga de carne en la garganta. Las preñadas se abstenían de ver al sol y ála luna duran- te un eclipse, porque si los veían, nacería el niño con los la- bios partidos; á tal niño lo llamaban tencua, “labio comido.” Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908), —9. 68 CrEcILIO A. ROBELO, Todavía hoy subsiste este error: cuando ven á un niño con los labios partidos, dicen:......... se lo comió el eclipse. Otros creen que la luna los maltrata, y huyen de ella cuando está llena. Para evitar las preñadas el daño de los eclipses en sus hijos, se ponían en el seno una navaja de obsidiana á raíz de la carne. Si la preñada mascaba chicle, decían que el niño padecería mozezuelo ó sea embarazo en la respiración, de que moriría; y esta enfermedad la causaba también el sacarles de la boca la teta repentinamente cuando están mamando, pues lastíma- se el paladar y luego queda mortal. Decían que si la mujer embarazada andaba mucho de no- che, el niño saldría muy llorón; y si el padre era el que anda- ba y se le había aparecido algún fantasma, la criatura padece- ría mal de corazón. Para evitar estos daños, la mujer cuando salía se ponía en el seno unas chinas, ó ceniza, ó un poco de estafiate, y los hombres se ponían también chinas ó un poco de tabaco silvestre. Los mercaderes, y especialmente los que vendían mantas, conservaban en su poder una mano de mona, porque creían que con ella venderían pronto su mercancía. Cuando no ven- dían las mantas, sino que las volvían á la casa, ponían antre ellas unas vainas de chile, porque creían que dándoles á cenar chile, las venderían todas al día siguiente. Los jugadores de pelota ponían el métlatl, (metate) y el co- malli (comal) boca á bajo en el suelo, y el metlapilli (meclapil) lo colgaban en un rincón, y creían que con esto no perderían en el juego. En la casa donde abundaban los ratones, ponían fuera el metlapilla (meclapil) para que cayesen en las ratoneras, pues creían que el meclapil les avisaba donde estaban las trampas. Creían que cuando los ratones roían en una casa los peta- tes, los chiquihuites, ó los tompiates, era porque en la easa vi- vía una mujer amancebada. Si le roían las naguas á la mujer SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 69 casada, era señal de que le era infiel al marido, y si le roían el ayate ó manta al marido, era indicio de que él era adúltero. Si se acercaba al nido de una gallina un hombre calzado con cacles, decían que los pollos no nacerían, ó saldrían enfer- mizos y morirían pronto: y para evitar este daño ponían jun- to á los nidos de las gallinas unos cacles viejos. Cuando en una casa babía una gallina en el nido, si vivía en ella algún amancebado, ó á ella entraba, los pollos se mo- rirían al nacer y caían patas arriba. Esto, que llamaban tlazol- mique, muerto por mancilla, era señal de mancebía. Si al tejer una tela, ya fuese para manta, ya para ¿zincueitl. (chincuil ó chincuete,) ó ya para huipilli (gúipil,) se afloja de una parte más que de otra, decían que la persona á quien se destinaba, era de mala vida, y que se parecía en que la tela se paraba bisconada (?) Los que tenían sementera de maíz, de frijoles, de chía, ó de chile, luego que empezaba á caer granizo, sembraban ceni- za en el patio de su casa. Para que no entraran los brujos á las casas, ponían den- tro de un cajete con agua un cuchillo de obsidiana y lo colo- caban detrás de la puerta, y, de noche, en el patio. Decían que los brujos veían su imagen en el agua, y que, al verse con el cuchillo, huían y no volvían á la casa. Después de la Con- quista creían ahuyentar á los brujos rodeándolos de mostaza, ó trazándoles una raya de carbón. Creían que si comían algo que hubieran roído los ratones, serían víctimas de un falso testimonio de robo, adulterio ú otro delito. Cuando se cortaban las uñas las echaban en el agua para que les crecieran bien por influjo del animal llamado ahuitgotl, que gustaba mucho de comérselas. (Véase mi Diccionario de Aztequismos ). Cuando estornudaban creían que álguien hablaba mal de ellos. 70 CECILIO A. ROBELO, Cuando comían ó bebían delante de algún niño que estu- viese en la cuna, le ponían en la boca un poco de lo que co- mían ó bebían. Y esto hacían para que cuando comiese ó be- biese el niño no le diese hipo. Decían que el que comía de noche caña verde de maíz, tendría dolor de muelas ó de dientes; y creían evitar el daño calentando las cañas en el fogón. Cuando se quebraba un madero de los que sostenían la ca- sa, temían que se enfermara, ó muriera alguno de la propia casa. Cuando al estar moliendo el maíz, se quebraba el metate, era señal de que moriría la molendera ó alguno de la casa. Cuando alguno acababa de construír su casa, convidaba á sus parientes y vecinos, y en su presencia sacaba fuego nue- yo frotando dos maderos, según acostumbraban. Si tardaba mucho tiempo en brotar el fuego, decían que la habitación se- ría desdichada y penosa; y si el fuego salía presto, era señal de que la casa sería buena y apacible. Creían que si un coatl, gemelo, estaba cerca de un baño ca- liente, se enfriaría el agua, y más, si el gemelo era el que se iba á bañar. Para impedir esto, el mismo gemelo mojaba con su mano cuatro veces las paredes del baño, y el agua se calen- taba demasiado. Decían que si un gemelo entraba donde había tochomitl, (tochomite, pelo de conejo,) se dañaría el color y la tela saldría manchada, sobre todo si el tochomite era colorado. Para im- pedir este daño, dábanle á beber al mellizo un poco de agua de la con que teñían. También decían que si entraba un gemelo donde estaban haciendo tamales, le hacía mal de ojo á la olla y á los tamales, pues que éstos no se cocerían aunque estuviesen en el fuego todo el día, y saldrían ametalados ó 4 medio cocer. Para evitar esto, obligaban al mellizo á que hiciera fuego echando leña bajo la olla. Si echaban los tamales dentro la olla, delante del SUPERSTICIONES DE LOS INDIOS MEXICANOS. 71 coate, éste tenía que echar un tamal para que todos se cocie- ran. Cuando mudaban dientes los niños, sus padres los echa- ban en un agujero de ratón, porque creían que si no lo hacían así, no les nacerían los nuevos dientes á los muchachos. Esto lo hacen hoy, no solo los indios, sino las mujeres mejor edu- cadas; pero lo hacen, no por abusión, sino por simple costum- bre. Dice el P. Sahagún que las supersticiones mencionadas son como una sarna que daña á la fe católica. Nosotros creemos que sólo es una urticaria que daña al que la padece, pues co- mo dice D. Carlos M. Bustamante, es digno de compasión es- te pueblo que viviría atemorizado con tal cúmulo de errores que le haría molesta y empalagosa la vida. Cuernavaca, Julio de 1907. MN Re ERAS ' Uy Y Ñ h lo ka 4 » 1 v SAN / Ñ má s í : 4 * , | q « a US Aaa e de e RV y er au ¡de a A 4 7 * ” , Moby , y A, EN HITA ¿A ó PRA 157? ys 7) y r 7 fo 4 y 3 4 PA E de: y” SE: y f tu % AA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 26. LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN TAMAULIPAS, POR EL INGENIERO ALEJANDRO PRIETO, M. $. A. III. Algunas observaciones conducentes á la mejor interpretación de los Autos de Visita. Por lo común se encuentra consignado en todos los Autos de la General Visita, ó sean Títulos de adjudicación de terre- nos á los pueblos de Tamaulipas, fundados á mediados del si- glo XVIII, que antes de proceder al señalamiento de porcio- nes parciales para los agraciados con dicha adjudicación, or- denaba el Visitador Osorio y Llamas que se practicara en cada pueblo un reconocimiento de sus límites jurisdiccionales, y se demarcaran por los rumbos principales, Norte, Sur, Este y Oeste, los términos hasta donde debía llegarse con las opera- ciones de apeo y deslinde, relativas al reparto y adjudicación de porciones, entre los colonos fundadores del pueblo. Así, por ejemplo, se lee en los Autos de Visita de Giiemez, que se designaron á dos vecinos, como agrimensores por par- te del Rey, á otros dos por parte de la Villa, y á otros dos co- 74 ALEJANDRO PRIETO. mo peritos conocedores de los terrenos en que se iba á operar, y que todos ellos reconocieron y demarcaron los linderos ge- nerales de la jurisdicción de Giíemez, con las fundaciones ve- cinas de Aguayo y Padilla, antes de comenzar á subdividir los terrenos en las porciones que debían adjudicarse á vecinos. Con fundamento de tal proceder, parece lógico deducir que los linderos que se señalaban como divisorios jurisdiccio- nales entre dos pueblos, debían servir á la vez, para normar á ellos, en lo relativo á rumbo ó dirección, las líneas linderos de porciones que les viniesen á ser adyacentes. En seguida de haberse practicado el señalamiento de los límites de la jurisdicción, con situación de los vecindarios de las villas cireunvecinas, se continuaba á demarcar el ejido de uso común, lo que se hacía midiendo líneas de una legua de longitud por cada rumbo, á partir del centro de la plaza, y en los extremos de estas se trazaban otras que les fuesen perpen- diculares, resultando de aquí que se formaba un cuadro de una superficie de cuatro leguas cuadradas. Esta extensión fué señalada uniformemente como ejido, á cada uno de los pue- blos fundados entonces en Tamaulipas, y cuando por alguna circunstancia no se designaba el ejido con tal superficie en un solo lote de tierra, se concedía al Municipio alguna otra frac, ción, en lugar separado, igual en superficie á lo que faltara á la primera para el completo de las cuatro leguas cuadradas. También antes ó después de proceder á la medida y adju- dicación de porciones entre particulares, se designaba el terre- no necesario al establecimiento de la Misión, en la cual se ins- talaban los indios reducidos al nuevo orden de cosas, bajo el consejo religioso espiritual del sacerdote encargado del culto en la villa. Ese delineamiento de terreno para Misión no se hizo de modo general en todos los pueblos, sino solamente en aquellos que quedaban rodeados por tribus indígenas, las que era necesario ir reduciendo al orden gubernamental estableci- do por los colonizadores españoles, en cuyo trabajo, era por lo LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN TAMAULIPAS. 75 común el sacerdote el que realizaba la parte principal y de más importancia. Reasumiendo los anteriores datos en el orden en que se han mencionado, se ve, que primero se demarcaban las líneas generales, divisorias entre pueblos cercanos, después se pro- cedía á la medida del ejido, de uso común á los vecinos del po- blado, luego se designaba la tierra de Misión antes de las por- ciones de particulares, ó en otros casos se medían éstas de pre- ferencia á aquélla. Todas estas observaciones relativas al or- den en los procedimientos, consignado con suficiente claridad en los Autos de Visita, son de suma importancia, porque en estricta justicia, habrá que proceder de la misma manera, al tratarse en el día de repetir las operaciones que aparecen cons- tantes en los Autos de Visita, cuando se trate de aclarar la verdadera situación en que se consideró localizado el total de tierras concedido á la jurisdicción de una Villa ó se quieran de- terminar de nuevo las condiciones geométricas en que se de- signó un ejido, ó bien las relativas á la tierra de Misión, ó á una porción ó serie de porciones adjudicadas á particulares. Se ve por esto, que hay un enlace histórico-legal, que ha- biendo servido de base para la demarcación de tierras en Ta- maulipas hace 150 años, no puede hoy ser desoído ó desdeña- do, para hacer lugar á procedimientos extraños que se sepa- ren de aquellos. La base jurídico—histórica en que descansa esta cuestión, es una sola, se plega y sujeta á la legislación de su época, y no hay que temer de nuestras autoridades actua- les nada contrario á ese edificio inquebrantable, del derecho que nos han legado nuestros antepasados, á la propiedad de aquella tierra. Hace doce años un alto funcionario de la Secretaría de Fo- mento, al enterarse de la tradición respecto á títulos de tierras en Tamaulipas, indicó como necesario que fuesen presentados á Fomento, para su estudio, ratificación ó confirmación. El Gobierno del Estado no viendo en ello perjuicio alguno para Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)—-10. 76 ALEJANDRO PRIETO. los propietarios, sino antes bien un nuevo apoyo en su favor, accedió á hacerlo, y fueron presentados al efecto, los Autos de Visita de Altamira, que se reconocieron como perfectamente legítimos por el Ministerio, pero uno de los propietarios de tierras en la demarcación de Altamira, el Sr. Gral. Don Ma- nuel González, declaró su inconformidad con el procedimien- to, sus abogados demostraron la validez inquebrantable de los Títulos llamados Autos de la General Visita, y por tanto lo inútil de la pretendida confirmación, porlo que el procedimien- to dejó de seguirse con los demás documentos relativos á las otras villas tamaulipecas. Pasaré ahora, siguiendo el lema del presente artículo, á consignar algunas observaciones respecto á la manera como puedan ser tomados en consideración y aceptarse en la prácti- ca, los rumbos que los Autos de Visita indican ó consignan, relativos á las líneas auxiliares ó linderos, de las medidas y fraccionamientos á que se contraen. Por muchos años, se creyó en la antigiiedad, que la aguja imantada indicaba precisamente el polo terrestre, y fué el des- cubridor de la América, Cristóbal Colón, quien por primera vez observó, al atravesar el Atlántico, que declinaba de la es- trella Polar, formando un ángulo de algunos grados con la me- ridiana terrestre. Mas tarde quedó esto comprobado por navegantes holan- deses, que á principios del siglo XVII, observaron el ángulo existente entonces entre el meridiano geográfico y el plano vertical de la aguja imantada, al que se llamó declinación; que esta declinación variaba en los diversos lugares del globo te- rrestre, y que, aun en un mismo sitio, sufría cambios á inter- valos de tiempo más ó menos largos. En los estudios consecutivos, practicados por eminentes sabios de los siglos 18 y 19, se fueron comprobando los varios fenómenos físicos que tienen lugar con la aguja imantada; y quedó asentado que sus variaciones se manifiestan de dos ma- DAA “pa LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN TAMAULIPAS, 7 neras, las unas en períodos iguales de tiempo, ó de duración muy aproximada, y las otras con duración diversa é irregular. A las primeras se les ha llamado variaciones regulares y á las segundas irregulares ó accidentales. En algunos climas, principalmente en los tropicales en que se hacen sentir grandes calores, se observa durante el día, que el extremo austral de la brújula recorre un arco de círculo de pocos minutos, ya para el Oriente ó bien al Poniente, que es- te movimiento oscilatorio se verifica y llega á su máximo, en las horas de mayor temperatura, y retrocede, quedando la agu- ja en su situación normal, con el descenso del calor atmosfé- rico, para volver á experimentar al día siguiente y demás, os- cilaciones análogas. Tales variaciones no son las mismas en las diversas estaciones del año, pues durante el invierno son menos notables que en la época del verano, de donde fácil- mente se infiere que reconocen por una de sus causas princi- pales, el calor solar. Un notable escritor francés, autor de un tratado de física, al ocuparse del fenómeno de la declinación magnética, se ex- presa en los siguientes términos: Si se determina en un lugar cualquiera la declinación media del año y se comparan entre sí las medias de varios años sucesivos, se nota una oscilación que ha recibido el nombre de “variación secular.” Las obser- vaciones hechas en París, desde el año 1580, han comprobado los siguientes resultados: En 1580 la declinación era Orien- tal, é igual á 119 30% ésta fué disminuyendo hasta 1663 en que llegó á ser nula; después pasó á ser Occidental, y continuó au- mentando en este sentido hasta en 1814 en que alcanzó un máximo de 22234', comenzando en seguida á decrecer. En 1885 la declinación media era Occidental y de 169 15'; decre- ce próximamente 7/.4 por año y si esta ley continúa, la deeli- nación llegará á ser nula hacia mediados del presente siglo, pasando después á ser oriental.” “Las variaciones de la declinación de la aguja imantada 78 ALEJANDRO PRIETO. no se someten á ninguna ley al pasar de un lugar á otro de la tierra, y son, si no caprichosas; por lo menos bien irregulares. Es Occidental en Europa, es Oriental en la China, en el Ja- pón y en América, y las diferencias pueden elevarse en un mis- mo paralelo, á treinta ó cuarenta grados.” “Es de creerse que no está suficientemente estudiado el fenómeno de la declinación, y que las considerables é irregu- lares diferencias que se observan en varios puntos, obedezcan á influencias de clima ó altura, ó á la proximidad de cerros ó cordilleras de montañas.” Con marcada intención me he extendido en este particu- lar, para dejar bien esclarecida y lo mejor fundada, la idea de que los rumbos de que hablan los títulos terrenales de Tamau- lipas, aun en el supuesto de que hubiesen sido perfectamente observados y de igual modo consignados en las actnaciones de las medidas, siempre quedaron sujetos sin lugar á duda al- guna, á sufrir las extrañas influencias, indeterminadas ó des- conocidas, que generalmente impresionan á la aguja imanta- da, y le imprimen las variaciones que quedan indicadas. Y por consiguiente no será posible en el día volver á fijar en el te- rreno aquellos rumbos, con la precisión suficiente á restable- cer los linderos primitivos, tal como fueron trazados en la épo- ca de la adjudicación de porciones. Si hubiera sido posible seguir en Tamaulipas una serie de observaciones análogas á las. que el autor á que acabo de re- ferirme, ha relatado en su obra de física, podríamos ahora con alguna aproximación, precisar la diferencia en grados ó minu- tos, entre la declinación que se tuvo en 1768 y la que hoy se tiene en aquella comarca, y por ese medio, haciendo la correc- ción á que hubiese lugar, establecer hoy los mismos rumbos que en aquella fecha se fijaron á los linderos, y trazarlos de nuevo con aceptable exactitud, pero no habiendo hecho tales observaciones, el caso es actualmente, por completo indeter- minado. LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN TAMAULIPAS. 79 En uno de mis anteriores artículos, dejé explicados los fun- damentos que existen para afirmar que los rumbos de que ha- blan los Autos de la General Visita fueron rumbos magnéti- cos y de ninguna manera astronómicos, y en ese concepto aca- ba de verse las influencias físicas á que quedaron y han estado sujetos, cireanstancia importante que los hace ahora inadmi- sibles, de un modo concreto y absoluto, en el restablecimiento de linderos, y que obliga en el día á tomarlos en cuenta con las reservas á que dan lugar tales antecedentes y siempre su- jetándolos á las modificaciones que exijan otros detalles que mencionen los títulos. Para terminar con estas consideraciones, veamos por últi- mo, lo que haya podido suceder, en lo concerniente á la decli- nación magnética regular en Tamanlipas, á juzgar por los da- tos más antiguos que puedan traerse á la vista. El año de 1859, el Agrimensor Don Apolinar Márquez, de- terminó la declinación de la brújula, en la Villa de Santa Bár- bara, sita en el Distrito del Sur de Tamaulipas, cuando fué nombrado en comisión por el Gobierno del Estado, para prac- ticar la remedida general de tierras en aquella municipalidad, conforme á las constancias de los títulos que les son relativos. Dicha declinación la fijó en 80 11' al Este. Después, en 1892, el Ingeniero Don Manuel Canseco, cuan- do practicó la medida y deslinde de la hacienda de San Juan en jurisdicción de Giiemez, la determinó en 8203' al Este. Más tarde en 1904, el!/Sr, Ing. José Duvallón, actual Di- rector General de caminos en el Estado, la determinó en 89 01' al Este, cuando fué comisionado para trazar la línea divisoria jurisdiccional entre las municipalidades de Victoria y Grúemez. Por estos datos se vé, que la declinación magnética en la mitad Sur del territorio tamaulipeco, ha venido decreciendo diez minutos en 45 años, á razón de 13/.333 por año. Y si con- sideramos separadamente el período de 33 años, desde 1859 á 1892, encontraremos que la declinación aminoró en ese inter- 80 ALEJANDRO PRIETO.—LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN TAMAULIPAS, valo de tiempo á razón de 14,545 por año. Si en seguida se toma en consideración el intervalo de 12 años, desde 1892 á 1904, veremos que en él tuvo lugar una diminución de dos minutos, lo que da un resultado de 10” por año para la varia- ción regular de la declinación magnética en aquellos lugares. Con cualquiera de esos tres supuestos, podría retroceder- se hasta la fecha de los Autos de la General Visita, y obtener una declinación para aquella época; pero por vía de ensayo, tomemos como tipo en el cáleulo, el promedio de 13.333 de que se ha hecho mención, y obtendremos el resultado, de que el año de 1768, el valor angular de la declinación magnética en el Estado, era de 89 31'13".288. A primera vista aparece de estas consideraciones, que en- tre los rumbos observados en la época del primitivo reparti- miento de tierras á los pobladores españoles de Tamaulipas, y los rumbos magnéticos que en el día se tomaran, conforme á los títulos, para practicar la remedida de algún terreno, sólo se tendría una diferencia de medio grado, de la que no resul- taría gran trastorno en la situación correlativa de las propie- dades, si no fuera porque se interponen en la cuestión otros incidentes contrarios. Pero esto será dilucidado en el siguien- te artículo. ue SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 24. LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO O FIEBRE AMARILLA Considerada desde el punto de vista bacteriológico. POR EL DOCTOR ANTONIO J. CARBALAL, M. $, A, Jamais la Médecine n'a serré de plus prés le but supréme qu'elle poursuive dépuis de siécles, au prix de tant de labeurs et á travers tant des vicissitudes doctrinales, á savoir: combattre et prévenir les ma- ladies en s'adressant directement á leur cause. A. KaIsoH. Traitó des maladies épidémiques, 1894, pág. 14. La fiebre amarilla siempre ha sido reputada como una en- fermedad infecciosa y producida por algún germen particular. Efectivamente, Jacecoud la define así: “La fiebre amarilla es una enfermedad esencialmente infecciosa, que se desarro- lla bajo la influencia de un miasma particular, cuya naturale- za nos es desconocida y que se origina en localidades limita- das y especiales condiciones.” (Jaccoud. Dict. de Médec. et Chirurg. prat., art. Fiévre jaune, pág. 615). “La fiebro amarilla es debida á un miasma végeto-animal, cuyo origen primitivo es, probablemente, telúrico, que se trans- mite por el hombre enfermo á los objetos contaminados.” (Diet. Encyel. des Sciences Méd. A. Dechambre, 1878; art. Fié- vres por L. Lerebonllet). Estas eran las opiniones aceptadas en la ciencia, antes de 82 ANTONIO J. CARBAJAL. que se hubieran emprendido los estudios modernos, de los cua- les voy á hacer una reseña en el presente escrito. * * * Esta enfermedad terrible, cuya desaparición tanto intere- sa á América y especialmente á México, ha sido objeto de nu- merosos trabajos. La bibliografía anterior á los trabajos modernos que he podido consultar, como la más completa, es la de Jaccoud, y da cuenta de 249 obras, artículos ó monografías que se ocupan de ella, comenzando con la de Raymond Breton. Dictionnaire Caraibe: Auxerre, 1655, y terminando con la de Pettenofer: Ueber die Verschleppung und die Nicht-Contagiositát des Gelbfiebers. (Viertj. f. ófentl. Gesusnheils pílege, 1873). De estas obras se ocupan, especialmente, de etiología, 26, y su número total es de 249, como sigue: Publicadas en Inglés.............. 104 A a e E e 89 AN ¿Aloma 1 es 38 2 A AO 7 y si DSpanolid cala 5 pa DO es E 8 3 e sy: POFPLUDyÓS. - => his s 3 F 249 Se ve, por lo anterior, que los ingleses y americanos han producido la mayor parte de publicaciones en su idioma. Y Entre nosotros, el Dr. Carmona y Valle escribió una serie de artículos bajo el título de “Estudio etiológico de la Fiebre Amarilla,” que presentó y leyó en la Academia de Medicina, es los que dió cuenta de las investigaciones que lo conduje- (1) Jaccoud. Traité de Path. Int. Tomo II, pág. 646. (5% ed. 1877). LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO Ó FÍEBRE AMARILLA. 83 ron á admitir, como cosa indudable, el descubrimiento de un pa- rásito que llamó “Peronospora lutea,” ” y que, á su juicio, era el agente causal de la enfermedad; aun llegó á pretender ha- ber descubierto una vacuna preventiva. La importancia del asunto, su novedad y el gran prestigio profesional del autor, fueron motivo para que la academia de- dicara una atención especial y nombrara una comisión para que emitiera dictamen sobre estos trabajos. El ponente de di- cha comisión fué el eminente Dr. I. Alvarado. Este nombra- miento tan acertado, se imponía por sus honrosos anteceden- tes. Efectivamente, aparte de ser un sabio médico, ya se ha- bía ocupado en Veracruz del estudio del vómito y había diri- gido á la Academia, desde 1878, dos informes muy notables, en los cuales demostró haber adquirido un conocimiento elí- nico profundo de la enfermedad. * El dictamen fué absolutamente desfavorable al trabajo del Dr. Carmona: la crítica concienzuda, profundamente científi- ca; con una fuerza de lógica incontrastable, el Dr. Alvarado demostró que no podía aceptarse el descubrimiento; y aun se negó al autor una recompensa pecuniaria que, vista la modi- cidad de la suma, tan sólo podía estimarse como honorífica; pero tenía el grave inconveniente de comprometer el nombre de la Academia, pues equivalía á otorgar una sanción muy va- liosa. Fué tan acertada esta determinación, que pocos años des- pués se tuvo la prueba de que en Europa dichos estudios no tuvieron resonancia, y un autor, Hallopeau, dijo en su Trata- do de Patología Greneral, “que el descubrimiento mexicano no tenía base científica,” lo cual era verdad. Igual suerte corrió el Dr. D. Freire con su “Criptococus Xantogenicus.” Los descubrimientos que se habían hecho des- de 1876-80, sobre el carbón bacteridiano, por Koch, Pasteur, (1) Gaceta Médica, Tomo XVI, 1881, p, 385. (2) Gaceta Médica, Tomo XIII, Noviembre 15, 1878. Mem. Soo. Alzate, México. 'P. 26 (1907-1908) —11. 84 ANTONIO L. CABRAJAL. Chamberland, Roux, Toussaint y otros colaboradores; el ca- rácter de enfermedad infecciosa, y para otros de infecto-con- tagiosa, hicieron presumir á todos los autores que se ocupa- ban del vómito, que un mierobio especial debería ser su agen- te patógeno, el contagium vivum de los antiguos ó el seminium. Siempre se reputó la enfermedad como originada por un virus, un miasma ó un veneno; así Sternberg, que probablemente es el investigador americano que ha estudiado más la patogene- sis del vómito, publicó en 1873 un trabajo titulado “Inquires into the nature of yelow fever poison, with an account of the disease as ib occurred at Governor's Island New York Har- bow” (Am. Journ. of Med. Sciences, 1873), y posteriormente otros artículos de que hablaremos adelante, encaminados al descubrimiento de dicho germen. El mismo Dr. I. Alvarado, “” en uno de los informes de que antes hice referencia, dice: “El veneno que cansa la fiebre ama rilla no mata directamente, porque convierta la sangre en un líquido impropio para la nutrición, sino porque provoca una meningitis cerebral, y probablemente raquidiana, sui generis, que es la que causa directamente la muerte.” En otro artículo ratifica lo dicho, diciendo: “la causa de la muerte en el vómi- to, es una meningitis cerebral.” En otro posterior, titulado: “Sugestiones sobre la Patoge- nesis de la Fiebre amarilla,” asienta la siguiente hipótesis: Y “La fiebre amarilla es un envenenamiento autóctono de la san- gre, ya sea por el fosfato ácido de sosa de la misma sangre— que de básico se ha convertido en ácido,—ó ya por el ácido fosfoglicérico desprendido de la lecitina, en virtud, en ambos casos, de las reacciones que ha producido el microbio al vivir á expensas de los elementos del líquido sanguíneo.” Jaccoud, en 1877, todavía habla de veneno, *? “El veneno generador de la fiebre amarilla no es más conocido que el del (1) Gaceta Médica, Tomo XIII, 1878 (Agosto 11). (2) Gac. Méd. Tomo XXII, Noviembre 1? 1887, pág. 439. y (3) Path. Int., Tomo IT, pág. 646, LA ETIOLOGIA DEL VOMITO (U FIEBRE AMARILLA, 85 cólera; todo hace creer que es de naturaleza animal y que su origen primitivo es telúrico, pero no podemos ir más allá de estas dos afirmaciones.” Las investigaciones originales más importantes que en el orden bacteriológico se han emprendido en América, comen- zaron con los estudios del Dr. G. Sternberg y del Dr, G. Sa- narelli, y fueron seguidas por otras de que haremos mención, y tenían por objeto ratificar ó no las comunicaciones sensacio- nales del Dr. Sanarelli, que pretendió haber descubierto, no sólo al agente patógeno del vómito, sino la suero-terapia de la enfermedad. Todo esto ocurrió hasta el año de 1900, en que el asunto tomó otro giro, á pesar de que el verdadero método de investigación experimental fué trazado en 1881 por el Doe- tor Finlay, al emitir la hipótesis de la transmisibilidad por el mosquito. .* * El Dr. G. Sternberg; el leader de los bacteriológos norte- americanos, que descubrió el pneumococo, fué, como hemos dieho, el primero que se dedicó al estudio profundo, higiénico y bacteriológico de la fiebre amarilla. En una comunicación que dirigió al Congreso de Philadelphia, verificado en Octu- bre 26-29 de 1897, '" hace un resumen de sus previos estu- dios, y dice que se ha ocupado en esta cuestión desde el año de 1888 en Decatur Alab, y en la Habana en 1888-89, en don- de estudió 40 casos, habiendo publicado su primera Memoria en 1890, bajo el título de “Report on the Etiology and Preven- tion of Yelow Fever.” (Washington, 1890. 8*) El resultado que obtuvo fué: aislar un bacilo anaerobio que llamó “X,” y que bien pudiera ser el agente patógeno buscado, pero no lo afir- ma, á pesar de que dicha bacteria ha sido patógena, en inyee- ción intra-abdominal, para los conejos. (1) Public Health, vol. XXIII, 1898. Recent Researches relating to the Etiology and specific treatment of Yelow Feyer. 86 ANTONIO J. CARBAJAL. Otras bacterias aisladas de los cadáveres de enfermos que han fallecido de vómito, ó han sido identificadas entre las co- nocidas, ó se han encontrado fuera de la área en donde exis- tía la fiebre amarilla, ó por último, sólo se han aislado en nú- mero muy reducido de casos. De manera que, antes de la apa- rición de la primera Memoria del Dr. Sanarelli, nadie acepta- ba que el germen del vómito hubiera sido descubierto. Ni el “peronospora lutea” del Dr. Carmona, ni el “eriptococeus xan- thogenicus” de Freire, que se reconoció ser el Staphilococ- cus albus (Gibier, 1887), ni el Bacillus X de Sternberg, podían ser reputados como el agente buscado de la fiebre amarilla. En estas circunstancias apareció la primera Memoria del Dr. Sanarelli. En ésta, el autor comienza por hacer un resumen de los conocimientos que se tenían sobre la patogenesis y etiología de la fiebre amarilla, omitiendo los trabajos de los Dres. Car- mona y Freire, sin duda por no considerarlos dignos de men- ción, y los del Dr. C. Finlay, de Cuba (que no merecían tal ol- vido), Unicamente hace referencia á los del Dr, Sternberg, por estimarlos como más completos y metódicos, y dice que el mismo Dr. Sternberg ha declarado que: “el mierotio específi- co de la fiebre amarilla está por descubrir, y que toda la cues- tión debe tratarse ab initio.” El autor comenzó sus trabajos en 1896, en Montevideo, en un Lazareto instalado en la Isla de Flores, situada en el Río de la Plata. El primer caso estudiado fué el cadaver de un in- glés, de 17 años de edad, muerto al 6” día, en Febrero de 1896. Autopsia á las 18 horas. Con la sangre y las vísceras hizo una gran cantidad de siembras en diversos medios de cultivo, y después de un laboriosísimo trabajo de selección, llegó á aislar y caracterizar siete especies de bacterias. 1. Proteo vulgar. . (1) Etiologie et Pathogenie de la Fiévre Jaune par le Dr. G. Sanarelli, Directeur de l'Institut d'Hygiéne Experimeutale á l'Université de Montevideo. Ann. de l'Inst. Pasteur, tom. XI, 1897, pag. 432, 9 láms. LA ETIQLOGIA DEL VOMITÓ O FIEBRE AMARILLA. 87 2. B. Coli. 3. Bacilo fluidificante. 4. Un diplococo. 5. Un ba- cilo pseudo-tífico, que presentó los caracteres del de Eberth. 6. Bacilo piociánico. 7. Un bacilo cromógeno. Continuó sus pesquisas en cadáveres y en el enfermo, has- ta llegar á aislar, después de tres meses de incesante labor, una bacteria que llamó “Bacilo icteroides,” el cual le sirvió pa- ra inoculaciones á los animales, y que reputó como el agente patógeno de la fiebre amarilla. Refiere trece observaciones de- talladamente. En el siguiente capítulo hace la descripción de las principales lesiones anatómicas, producidas en el hombre por la enfermedad, y la investigación del microbio que ha en- contrado en los tejidos. Pasa después á los detalles de la mor- | fología y biología del Bacillus icteroides, bacteria nueva aun no descrita, y al diagnóstico rápido del mismo bacilo. Continúa con la experimentación en los diversos animales de laborato- rio: ratón, cuy, conejo, perro, carnero, cabra y mono, para ter- minar con un resumen, del cual hacemos un extracto. 1? La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa, debi- da á un micro-organismo bien definido, que se puede cultivar en los medios artificiales, comunmente usados, y que llamó Bacillus icteroides. Se puede obtener del enfermo y del cadá- ver, aunque á veces con dificultad, por ser escaso, ó por la pre- sencia constante de otras bacterias. 22 Las bacterias más frecuentemeute encontradas han sido el B. Coli, el proteo, el estafiloco y el estreptococo, que pue- den explicar las diversas formas de la enfermedad. Dichas in- fecciones secundarias ocurren en el vivo y no solamente en el cadáver. " 32 Sólo en los casos de marcha regular y crítica, se puede encontrar el bacilo con facilidad relativa, 40 Los sitios electivos del bacilo, son: el riñón, el hígado y el intestino; siendo el primero el órgano más precozmente alterado. por una nefritis parenquimatosa aguda. 5 Las causas de la muerte, son: A. Una infección sépti- . 88 ANTONIO J. CARBAJAL. ca, y entonces el bacilo se encuentra en el cadáver en cierta cantidad, en estado de relativa pureza. B. Una septicemia por otros microbios, que se origina en el curso del padecimiento. C. La insuficiencia renal: entonces no se descubre en el cadá- ver la bacteria específica. 6 El bacilo presenta un notable pleoformismo, pero se puede reconocer fácilmente en 24 horas. 7% Es patógeno para la mayor parte de los animales do- mésticos, y reproduce en ellos las principales lesiones y sínto- mas de la fiebre amarilla, en grado más ó menos completo, se- gún la especie animal. El perro da el cuadro sintomático y anatomo-patológico más perfecto. 8 Los conejos y cuyes pueden ser infectados por las vías respiratorias, por lo cual es posible que la transmisión del vi- rus amarillo puede efectuarse por intermedio del aire. 9 Este virus posee tres principales propiedades patóge- nas, cuyo conjunto le da una fisonomía especial. A. De prefe- rencia esteatógenas en el hígado; lo que explica la ieteria. B. Propiedades congestivas y hemorragíparas, que explican la ce- falalgia, raquialgia, hepatalgia, el vómito negro y las otras he- morragias. CU. Eméticas, que, aunque no tan especiales como las anteriores, constituyen, no obstante, algo de patognomó- nico, por su rapidez, intensidad y persistencia. Dicha memoria va acompañada de numerosas láminas, en donde están ilustrados los caracteres del bacilo icteroides, y las lesiones histológicas principales de las vísceras. Un trabajo tan concienzudo, completo y correcto, desde el punto de vista técnico, no podía menos de llamar la aten- ción del mundo científico, y cuando tuve conocimiento de él, en París, 4 fines de 1897, por el Dr. Metehnikoff, en el Insti- tyto Pasteur, adonde el Dr. Sanarelli había remitido su traba- jo, la impresión general era la de que había resuelto la cues- tión: yo también así lo creí y lo dí á conocer en México en un trabajo que presenté en la Sociedad de Medicina interna, á pro- LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO O FIEBRE AMAIRLLA. 89 ———_, pósito del tratamiento médico de la fiebre amarilla, que había tenido oportunidad de conocer en Córdoba, Veracruz, por los años de 1873-75. La discusión de los trabajos y conclusiones del Dr. Sana- relli, siguió inmediatamente á su publicación. El Dr. Sternberg fué el primero que la comenzó, como era de esperar, y dirigió al Congreso de Rusia, verificado en Mos- cou en Agosto de 1897, una extensa Memoria con el título de “The bacilus icteroides of Sanarelli.” " El autor comienza por recordar que se ha ocupado de la etiología de la fiebre amarilla en investigaciones que ha em- prendido en la Habana (1879, 1888-89), en Río Janeiro (1887) en Veracruz (1887), en Decatur, Alabama (1888), que termi- naron en 1889. En seguida refiere cómo encontró un bacilo que designa el B. X. Fué aislado del hígado de un cadáver, el 13 de Mayo de 1889, y obtenido en perfecto estado de pu- reza, después de dos inoculaciones á euyes, que sucumbieron. Esta bacteria fué sometida á un estudio profundo en cuanto á sus caracteres morfológicos y biológicos, y le sirvió para una serie de experimentos. Hace un paralelo entre los caracteres de ambos bacilos y declara que son uno mismo, y dice: “Unless this identity is conceded it will be difficult to admit that the bacillus of Sanarelli is the veritable yellow fever germ.” Sin embargo, él ha encontrado otras diferencias en los resultados de la experimentación. Si el bacilo estuviera constantemente en la sangre y tejidos de los cadáveres, debería ser mortal pa- ra los cuyes y conejos, y esto no ha ocurrido de una manera invariable en sus experimentos. En cuanto á la presencia del bacilo en los tejidos, principalmente del hígado y del riñón, que, como se sabe, son los órganos más comprometidos, las investigaciones histológicas han sido estériles. En casos muy excepcionales los cultivos de estos órganos han dado resulta- do positivo, y entonces, el bacilo ú otra bacteria se podía des- cubrir por los métodos apropiados de coloración. Insiste el au- (1) C. R. Congr. int. de méd., t. II, 1999, 120-137. 90 ANTONIO J. CARBAJAL. tor, con más detalles, en los resultados de la experimentación, tanto los obtenidos por Sanarelli como por él, manifestando que no ha tenido ocasión de ejecutarla en el hombre, como el primero lo hizo, con cultivos filtrados del B. Icteroides. Termi- na su Memoria deseando que nuevos investigadores repitan los experimentos sobre el perro, el mono y el hombre, que son los más interesantes para ratificar ó rectificar las conelusiones de Sanarelli. Es manifiesta la tendencia del autor en reclamar la priori- dad del descubrimiento, si se confirma con toda evidencia que el B. Icteroides es el agente patógeno del vómito, por declarar- lo idéntico con su B. X. En México se han hecho algunos trabajos bacteriológicos sobre la fiebre amarilla, posteriormente á los ya citados con motivo de una epidemia ocurrida en la Ciudad de Monterrey, por el Dr. Ismael Prieto, y de Anatomía Patológica, por el Dr. D. Mesa. " Los autores fueron á estudiar dicha epidemia, sobre cuya naturaleza habían emitido diversas opiniones los médicos de la localidad, pues el vómito era desconocido en Monterrey, que está fuera de la zona de la endemia. En su informe, bas- tante extenso y detallado, llegaron á la conclusión de que la enfermedad en estudio era positivamente la fiebre amarilla, y por lo que concierne á la bacteriología, establecieron lo si- guiente: Exámenes de sangre: “Bacterias escasas, bastoncitos tres veces más largos que anchos y de extremidades ligeramente arredondeadas.” Anutopsias: “En todos los casos he encontrado, en uno ó en varios órganos, hígado, bazo, pulmón, micro-organismos: unos, vulgares de la putrefacción; y otros, que quizá tengan (1) La fiebre amarilla en Monterrey. Informe de los Dres. J. Mesa é Ismael Prie- to. Diciembre 15 de 1898. Revista de Anaomía Patológica y Clínicas, Tomo III, págs, 873-918. LA ETIOLOGIA DEL VOMITO O FIEBRE AMARILLA. 91 importancia: bacilos semejantes á los descritos por Sanarelli, diplococos parecidos á los de Cornil y Babés y á los descritos por el Dr. Matienzo.” Estas son las conclusiones del Dr. Mesa. En cuanto á las del Dr. 1. Prieto, fueron: En la sangre y secreciones de los enfermos y en la sangre y vísceras de los cadáveres, descubrió: 1? El diploeoco encontrado por el Dr.Matienzo, casi en to- dos los casos de fiebre amarilla. 2% Un bacilo, casi idéntico al de Sanarelli y encontrado en el mayor número de casos. 3 El diplo estreptococo de Cornil y Babés y el bacilo cur- vo de Gibier, también encontrado en la fiebre amarilla. Los autores estaban bajo la impresión general de que el agente patógeno de la fiebre amarilla se había descubierto; sin embargo, el Dr. Prieto, que era de un juicio sereno y maduro, no lo afirmó terminantemente, con tanta más razón, cuanto que sus investigaciones fueron muy incompletas. 1? El núme- ro de casos que estudiaron él y el Dr. Mesa, fué reducido. El Dr. Mesa practicó cuatro autopsias y el Dr. 1. Prieto hizo sus investigaciones en cinco casos. 22 No practicaron inoculacio- nes en los animales. El objeto de la Comisión simplemente fué hacer el diagnóstico de la enfermedad; el tiempo y elemen- tos con que contaron fueron muy limitados. No tengo á la vista, ni he podido procurarme, el trabajo del Dr. Matienzo, al que se refieren los Dres. Mesa y Prieto, haciendo alusión á un diplococo descubierto por él. Sin em- bargo, creo que hubiera tenido más publicidad dicho descu- brimiento si hubiera logrado demostrar experimentalmente que era el agente causal del vómito. En Junio de 1900, llegó á la Isla de Cuba una Comisión, nombrada por el Cirnjano general de los E. Ú., y constituída por los Dres. W. Reed, James Carroll y A. Agramonte, con el objeto de estudiar la etiología de la fiebre amarilla, y buscar Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908),—12. 92 ANTONIO J. CARBAJAL. los medios de prevenirla. Fué favorecida dicha empresa por una epidemia que ocurrió en la ciudad de “Quomados,” cerca de la Habana. En Octubre del mismo año, presentó una Nota Preliminar de sus trabajos en el Congreso de Idianápolis, Es- tados Unidos.” Después de la introducción, en su parte primera se ocu- pan del Bacillus icteroides de Sanarelli y dicen: En 18 enfermos se estudió la sangre, intentando cultivos en caldo y agar, con resultados negativos. En 11 cadáveres se tomaron diversas vísceras, hígado, ba- zo, pulmón, intestino, para buscar por medio de cultivos, las bacterias, y sus resultados fueron igualmente infructuosos. Como el Cr. Agramonte había logrado aislar el bacilo de Sanarelli en una epidemia de Santiago de Cuba, les extrañó no haberlo conseguido en esta: y lo mismo ha sucedido á otros observadores. Creen que es muy posible haya habido error, pues siendo muy semejantes las colonias del Zcteroides y del Coli, se pueden tomar una por otra. En consecuencia, es ne- cesario caracterizar bien, y por todos los otros cultivos, el Ze- teroides. Citan, además, los trabajos de Pothier, de N. Ornelas, que sólo consiguió aislar dicho bacilo tres veces en cincuenta y una autopsias. (Jour. of Amer. Med. Assoc. Abril 16 de 1906), Recuerdan la opinión del Dr. Lutz, de Río Janeiro, de que hablaré más adelante in extenso, y terminan con las siguientes conclusiones: : 1* El bacilo ¿cteroides de Sanarelli no puede reputarse co- mo el agente causal de la Fiebre Amarilla. Cuando existe, es una causa de infección secundaria. 2: El mosquito sirve de huésped intermediario al parásito de dicha enfermedad. Esta segunda conclusión se desprende de los experimentos (1) Public Health Papers and Reports, Vol. XXVI, 1901, pag. 37-39. LA ETIOLOGIA DEL VOMIBO O FIEBRE AMARILLA. 93 qué hicieron para rectificar ó ratificar la teoría del Dr. C. Fin- lay,” del cual no me ocuparé al presente, pues merece un es- tudio especial la Memoria del expresado médico cubano, que fué el punto de partida de la experimentación en el hombre, y que vino á resolver el problema de la transmisibilidad del vómito. Esta nota preliminar fué el preludio de otras que poste- riormente publicaron los autores mencionados en*1901,% y otros trabajos del Dr. Reed y del Dr. Gorgas, en los cuales ya no se trata del microbio causal de la fiebre amarilla desde el punto de vista bacteriológico, sino de transmisibilidad por el mosquito Stegomya fasciata Fabr.* En 1897, el Dr. Huvelburg, de Río Janeiro, publicó una nota en los Anales del Instituto Pasteur (pág. 515, tomo cita- do), en la cual refiere sus investigaciones experimentales so- bre la fiebre. Pretendió haber descubierto un bacilo diverso del de Sanarelli. Lo obtuvo del contenido estomacal de cadá- veres de vómito: patógeno para el cuy, lo es poco ó nada para el perro. Cree que es una variedad intermedia entre el bacilo coli y el de la Septicemia hemorrágica. El Dr. Sternberg, en 1899'* resume la última opinión que de él conocemos, diciendo: “Al presente no encuentro buenas razones para cambiar de opinión respecto á las conclusiones que he manifestado anteriormente, á saber: que aun no está firmemente establecida la relación etiológica del bacilo de Sa- narelli.” Las objeciones más serias y fundadas en trabajos más com- pletos que se han dirigido en contra del descubrimiento de Sanarelli, fueron hechas por el Dr. Lutz, Director del Ins- tituto Bacteriológico de San Paolo, Brasil, y que fueron pu- (1) The etiology of yelow fever. An additional Note. (2) Journ. Amer. Med. Assoc. Feb. 1901. (3) Experimental yellow feyer. Amer. Med. July 1901. (4) The Medical News. Dic. 9, 1899, A II A . ” Pen . Me * - 5 LE Y e P va 5 94 ) ANTONIO J. CARBAJAL. blicadas en una carta al Prof. Perroncito, de Turín (1900). Se- gún dicho autor, el bacilo de Sanarelli no se encontró en los tejidos de sesenta cadáveres que fueron examinados con los me- jores métodos de coloración. El bacilo no se puede obtener en más de la mitad de los casos, y cuando se logra es en colonias escasas. La enfermedad está caracterizada por la facilidad con que es invadido el organismo por microbios que evidentemen- te no tienen con ella relación específica; es decir, que ocurren infecciones secundarias, y tal puede ser la que produzca el B. de Sanarelli. La sangre, en el primer período de la enferme- dad, es constantemente estéril y rara vez da una aglutinación franca. De acuerdo econ otros observadores imparciales, el Dr. Lutz asienta: que el suero de Sanarelli no ha dado resultados favorables á los enfermos que han sido tratados por ese méto- do. Su acción preventiva ha sido nula. Tampoco han sido pro- tejidos los animales contra los efectos de inoculación. El sue- ro carece de poder bactericida y antitóxico, y no debe reco- mendarse su empleo. El autor ha visitado veinte focos independientes de epide- mia. Ha visto más de quinientos enfermos y practicado cien autopsias. Termina diciendo: que “de admitir el papel etiológico del B. de Sanarelli, todavía queda mucho por estudiar respecto á su traosmisión y el mecanismo de la enfermedad. El trata- miento nada ha ganado con oste descubrimiento, y todavía es tarea difícil el modo de evitar la fiebre amarilla.” Los doctores franceses aceptaron el descubrimiento de Sa- narelli, como anteriormente hemos dicho, y los Dres. Proust y Wiirtz enviaron un artículo al Congreso de Indianápolis," el cual fué incluido en el Informe de la Comisión para el estu- (1) Public Health. Indianapolis, 1900. Report of Committee on the etiology of ye- llow fever by Henry Hollberg. LA ETIOLOGIA DEL VOMITÓ O FIEBRE AMARILLA. 95 dia de la fiebre amarilla, que fué enteramente favorable á la nueva doctrina. No obstante, la Comisión Americana, advirtiendo la dis- cordancia de los investigadores, opina: “que la etiología del vó- mito estaba aun lejos de haber sido dilucidada de una mane- concluyente, y que ninguna medida profiláctica nueva había resultado de los estudios recientes. Como antes, es necesario recurrir al aislamiento y á la desinfección para evitar la fiebre amarilla.” Visto el éxito alcanzado por la Comisión Americana de Cu- ba, el Cirujano General de los Estados Unidos nombró una que se dirigió á Veracruz en Mayo de 1902. Fué formada por el Dr, H. B. Parker, del Laboratorio de Higiene de Washing- ton, en unión de los Dres. G. E. Beyer y O. L. Pothier, tenien- do como colaboradores en la parte clínica, 4 los Dres. mexica- nos Matienzo, del Río é Iglesias. Inauguraron sus trabajos en el mismo mes de Mayo y rindieron su Informe general en Fe- brero 17 de 1903." El objeto cardinal del estudio era “la identificación y ela- sificación del organismo específico que produce la fiebre ama- rilla.” Estando muy adelantado el estudio bacteriológico, pre- tendieron repetirlo para su propia información, especialmente durante el período en que la enfermedad es transmisible por el mosquito. La sangre fué examinada antes y durante el cur- so de la enfermedad, así como en la convalecencia. Los teji- dos también lo fueron histológicamente, para reconocer si con- tenían en las celdillas ó substancia intercelular algún micro organismo ó cuerpo extraño, al que puediera atribuirse la cau- sa del padecimiento. Las siembras en caldo de la sangre, fueron estériles, En un solo caso obtuvieron una bacteria del género Coli: fué el de (1) Report of Working Party n?1. Yellow Fever Institut. A study of the etiology of Yellow fever by Herman B. Parker, Assist Surxy, George E. Bayer, act. Assist. Sur geon, O. L. Pothier, and Act. Assist. Surgeon. Washington. 1903. 96 ANTONIO J. CARBAJAL. un anciano en el período agónico, por cuyo motivo no le die- ron importancia alguna. Los exámenes bacterioscópicos de sangre fresca tampoco denunciaron la presencia de bacterias. Buscaron la reacción aglutinante con los siguientes baci- los: 1, el icteroides de Sanarelli; 2, el B. typhosus; 3, el B. disen- tere de Shiga; 4, el B. Coli communis. Los ejemplares de estas bacterias, perfectamente genuinos, procedían del Laboratorio Higiénico de Washington. Los resultados fueron absolutamen- te negativos en diez casos. En cuanto al examen bacteriológico cadavérico, hicieron siembras en los medios ordinarios de cultivo con productos tomados del bazo, riñón, hígado y sangre del corazón de casos no complicados, y recogiendo dichos productos una hora des- pués de la muerte, su conclusión fué: que no se encontró bae- teria alguna con regularidad suficiente para cumplir el postu- lado de Koch. En una autopsia, en la que encontraron marcada infiltra- ción hemorrágica en los pulmones, aislaron un diplococo que se tiñó por el Gram, lo reconocieron en la sangre y otros ór- ganos, excepto los riñones. Un mosquito alimentado con la sangre del enfermo, fué matado á los tres días y se encontró el mismo diplococo con restos de sangre en el estómago. En resumen, la sangre y órganos de los cadáveres de in- dividuos jóvenes adultos, que habían sucumbido de fiebre ama- rilla típica, no complicada, no denunciaron la presencia de mi- cro-organismos; habiendo sido practicadas las autopsias inme- diatamente después de la muerte. Se propusieron entonces estudiar más á fondo el mosqui- to contaminado, y después de muy delicadas y laboriosas ma- nipulaciones, creyeron encontrar el parásito. Sus mejores resultados los obtuvieron con mosquitos con- taminados durante el segundo, el tercero y el cuarto día de la enfermedad. Incluídos en parafina, practicados cortes sagita- les en serie y mediante coloración, de preferencia la hema- LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO O FIEBRE AMARILLA. 97 toxilina ferruginosa de Heidenhein y el moreno Bismarck, en- contraron en el estómago unos cuerpecillos fusiformes, aisla- dos y en grupos. El nombre genérico que proponen darle y su clasificación, son los siguientes (textual): “Mixococcidium Parker Beyer Pothier. 1903. Diagnóstico genérico. Orden incierto. Hemosporidia: Fase esquizogónica. desconocida. Fase esporogónica: husos de 3 á 4 y de largo por 1442 y de ancho, situados en la cavidad del estómago y di- vertículo del exófago del mosquito que ha picado á un enfer- mo dle fiebre amarilla á los 3 días de enfermedad, provistos de núcleos. Fase globular: (oócistes) en el divertículo del exófa- go, envueltos en una masa albuminosa de origen y naturaleza desconocida. Estos glóbulos se maduran, se abren y dan sali- da á numerosos cuerpos ovalados y alargados de 3 por 2 y (esporoblastos?) que penetran en las celdillas de las glándulas salivares, en donde quedan en reposo (esporas?), fraccionán- dose después en numerosos y excesivamente pequeños cuer- pecillos (esporozoitos?)” El nombre específico que proponen, es el de Stegomye. RESUMEN. Diagnóstico específico: Mixococcidium. Habitat, Mosquitos de la fiebre amarilla. Stegomye fasciata, en Veracruz. México. Ejemplares. Ti- pos. Colección del Laboratorio Higiénico de los E. U. Servi- cio de Salubridad Pública y del Hospital de Marina. Los autores describen minuciosamente la situación del pa- rásito y sus diversas fases de desarrollo en el estómago, el di- yertículo exofagiano y las glándulas salivares del mosquito. El estómago se hipertrofia, los cuerpecillos conjugados, for- mando un zigote, atraviesan la pared estomacal, para pasar al divertículo del exófago, en donde se encuentran envueltos en de AE e E A E A 98 ANTONIO J. CARBAJAL. una masa de apariencia albuminoidea. Allí aumentan de vo- lumen, el núcleo se fragmenta, los gránulos que resultan de esta división, crecen, maduran, penetran en las celdillas de las glándulas salivares, allí dejan en libertad otros cuerpecillos que funcionan como esporozoitos, los que finalmente pasan al conducto salivar mismo para ser eliminados. Los autores creen que todas estas fases corresponden al ci- elo esporogónico de un protozoario, muy semejante al de la Ma- laria, y consideran muy probable, que debe tener otro ciclo esquizogónico, como el del Plasmodium, no obstante que reco- nocen la objeción que pudiera hacerse de no haberse demos- trado la presencia de ninguna forma parasitaria en la sangre, pues ellos mismos, y los Doctores Sternberg, Reed, Carroll y otros, no han podico descubrirlos. La reproducción experimental de la fiebre amarilla, la ob- tuvieron por intermedio de dos mosquitos infectados, hacién- dolos picar á un hombre de 26 años, de Jalapa, que fué de esta manera inoculado el 4 de Septiembre. El día 7 tuvo cefalalgia frontal, dolores en los hombros y rodillas, vómitos, inyección conjuntival, hinchazón de las encías, elevación de la tempe- ratura y aumento en la frecuencia del pulso, (no dan la tabla respectiva); luego sobrevinieron hemorragias por las encías, vómitos negros, icteria y albúmina en las orinas. El caso fué reputado como de fiebre amarilla grave. No obstante, el en- fermo salvó, y á fin de mes estaba completamente restableci- do. Hicieron un estudio bacterioscópico y hematológico de la sangre y no encontraron parásitos. En el experimento núm. 2 emplearon directamente el sue- ro de la sangre del enfermo anterior, con la cual inocularon á un hombre de 27 años; el resultado fué negativo durante los seis días que siguieron á la inyección. Lo mismo ocurrió en el experimento núm. 3, inyectando 1 ce. c, de una mezcla de solución fisiológica, 2 partes, y 1 de suero, en lugar de 0.1 usado anteriormente. LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO Ó FÍEBRE AMARILLA 99 Finalmente, ejecutaron un 4? experimento para saber si el agua infectada con mosquitos triturados podría determinar la enfermedad por la vía estomacal. El sujeto no tuvo el menor malestar durante nueve días que se tuvo en observación. Los autores, en conelusión, ratificaron la hipótesis de Fin- lay y sus experimentos, así como los de la Comisión de la Ha- bana. La fiebre amarilla se transmite por el intermedio del mos- quito, y creen que el parásito sea el que han descrito con el nombre Mixococcidium Stegomye, un Protozoario. Ya que no una bacteria, ó sea un germen de naturaleza vegetal, podría creerse, después de la lectura de la Memoria de la Comisión Americana, que trabajó en Veracruz, que un Protozoario sería el verdadero virus ó agente causal de la fie- bre amarilla. Mas todavía no podemos aceptar esta conclusión con toda certidumbre. El año de 1901 se emprendieron en Río Janeiro investiga- ciones sobre el aludido tema. Los Dres. Marchoux, Salimbe- ni y Simond, del Instituto Pasteur, de París, trataron de rec- tificar estos puntos referentes á la etiología del Vómito. Y Sus investigaciones sobre la sangre, cuidadosamente pro- seguidas, sin resultado, les condujeron á admitir que el miero- bio de la fiebre amarilla debe pertenecer á esa categoría de gérmenes, llamados invisibles, de los cuales ya se conocen al- gunos. Sus tentativas para infectar directamente con la sangre los diversos animales del Laboratorio, y aun cinco especies de monos, fueron vanas. Por lo cual orientaron sus trabajos en el sentido de la transmisión por los mosquitos, confirmando plenamente la teoría. El Stegomye fasciata es uno de los culicidas más propensos á ser infectado por variados parásitos. Los que son alimenta- 1 La fiéyre Jaune. Rapport de la Mission Frangaise compossée de MM. Marchoux, Salimbeni et Simond. Ann. de l'Inst. Pasteur. Tom. XVII, 1903. Mem. Soc. Alzate, México. T. 26 (1907-1908) —13 100 ANTONIO J. CARBAJAL. dos con substancias azucaradas, presentan, sobre todo, en el gran saco de aire, masas esferoides que se pueden tomar por esporozoarios. En los tubos de Malpighi se encuentran á menudo espo- roquistes, una gregarina, cuyas esporas son arrojadas al me- dio exterior. Se le encuentra en su fase libre en el tubo diges- tivo y en el coeloma, en el insecto perfecto, y aun en la Pupa. En ninguna época el stegomye es capaz de arrojar las esporas por la trompa para inocularlas por medio de una picadura. Microscoporidias. Parásito del género Nosema, se le encuen- tra en la larva y en el insecto. No lo han visto constantemen- te: 40 veces sobre 300 insectos de Enero á Junio de 1902, y 3 sobre 200 individuos de Enero á Junio de 1903. Se le encuen- tra bajo forma de cuerpecillos reniformes y piriformes, que los autores llaman esporas, semejantes á las del Nosema Lo- phii, en el tubo digestivo, en los sacos aéreos, en el coloma, en los ovarios, en el ganglio nervioso de la cabeza, en la trom- pa, aun en su interior, ó en las piezas que la forman. Hacen una descripción muy minuciosa de estas esporas, que dividen en dos clases; incoloras y morenas así como de su evolución, perteneciendo ambas á la misma especie. Estos parásitos no tienen relación de causa ó efecto con la fiebre amarilla, como lo han comprobado por numerosos ex- perimentos. Sospechan que este parásito sea el mismo descrito por los americanos con el nombre de Mixosporidium Stegomya. Si esta identificación se confirma de una manera precisa, dicen: “ótera á nos collegues americaines Vilusion qu'ils sont en faire á agent de la fiévre jaune. Cette opinion qui'ls émet- tent, Vailleurs, sous toutes reserves, nous surprend, d'autant moins que nous avons été tentés de comettre la méme erreur les premiéres fois que nous avons observé le sporozoaire de Finlay.” Así como los experimentos antes referidos de las Co- LA ETIOLOGÍA DEL VOMITO O FIEBRE AMARILLA. 101 + misiones de la Habana y Veracruz; los últimos aumentaron la suma de conocimientos ya adquiridos. *” En cuanto al descubrimiento de la Comisión de Veracruz, creen que el Mixococcidium Stegomya no es un protozoario, si- no los plasmodios del “Nosema” que ellos han descrito, pues las figuras son muy semejantes á las de las esporas de esa pe- brina. * * k * Resumiendo lo anterior, venimos á la conclusión, que los laboriosos y dilatados estudios bacteriológicos no han permi- tido aún conocer con certidumbre el parásito del vómito; pues los trabajos más completos de Sternberg y Sanarelli, no han sido ratificados: y los últimos, sobre todo, han encontrado una oposición imparcial, sería y justificada. Además, si el bacilo icteroide existiera en la sangre, que indudablemente es la ma- teria virulenta, los mosquitos, al absorberla, para después ino- cularla, contendrían dichos bacilos y nadie los ha encontrado. Si las excreciones del enfermo, vómitos, orina ó evacua- ciones fueran el vehículo del germen, estas substancias serían agente de transmisión, y está demostrado por las Comisiones de la Habana y la de Río Janeiro, que solamente los mosqui- tos son el medio indispensable para la infección. Lo único que con certeza, y de una manera concluyente está demostrado, es: que el Mosquito Stegomya fasciate trans- mite la enfermedad de un sujeto á otro: La materia virulenta no es otra sino la sangre. La experimentación lo ha demostrado y los resultados fa- vorables de las medidas sanitarias que se han puesto en prác- tica para evitar el vómito, basadas todas ellas en dicha teoría, la han confirmado plenamente en la Habana y en México. 1 Ann. del Inst. Pasteur, Tom. XVII, 1903. 2 Loc. cit., pag. 728. 102 ANTONIO J. CARBAJAL. Como el descubrimiento de los miembros de la Comisión de Veracruz no ha sido ratificado por la de Río Janeiro, según hemos visto por las descripciones de los franceses, queda la duda aún respecto al esporozoario, con tanta más razón, cuan- to que nadie lo ha visto en la sangre, como ocurre en el pa- ludismo y en la hemoglobinuria, Tristeza ó ranilla del ganado bovídeo, con el Plasmodium Malaria y el Piroplasma bigeminum. No obstante, es de creer que sea un parásito de este gé- nero el verdadero agente patógeno de la fiebre amarilla. México, Junio 1907. SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26, ¡$xX_ E _ o _n — _— _— _— —_ _— _—— —__—_ — _— — _—_—— A 2 2 2 A S/< SUR LA THEORIE AMOEBIENNE DE LA GELLULE, PAR LE PROF. A, L, HERRERA, M. $, A, 1.—La partio essentielle de chaque cellule est probable- ment une amibe. 2.—On peut supposer que les amibes ont été les premiers organismes apparus sur la Terre. Ils sont les plus simples. 3.—Les monéres de Haeckel sont problématiques et cet auteur les a abandonées pour les Chroococcus: les algues ne saur- aient étre les organismes primitifs, étant donnée leur com- plexité.'Elles ont une membrane et de la chlorophylle, produits Vun protoplasma antérieur. 4.—A TPintérieur de toute cellule animale ou végétale, on trouve un corps protoplasmique (figs. 9 á 12) nucléé, ayant les caracteres bien connus des amibes: contraectilité, structure, mo- tilité, courants, changements de forme, déplacements (noyau), division directe ou indirecte, contraction par plasmolyse, ab- sorption, nutrition, labilité ..... 5.—On va pas observé jusqwici la production de matiére organique par les amibees exposés au soleil. Mais cette produe- tion me semble étre une propriété générale du protoplasma, due á Pabsorption et á la catalyse. Le protoplasma renfermé dans des enveloppes opaques (Coccidies) a parfois la faculté de produire Pamidon. Les parasites et les animalcules herbi- Mem. Soo. Almate. Móxico. T. 26 (1007-1908) —14. 104 A. L, HERRERA, vores ou carnivores ne se contenteraient pas de la petite quan- tité de matiére organique qui peut étre serait capable de pro- duir leur protoplasma, trés catabolique, et ils empruntent la quantité nécessaire aux aliments. D'autre part, on trouye des organismes (nitrobactéries) prenant Vazote de préférence dans leurs aliments, mais qui sont aussi capables de fixer Pazote de Pair. Je suppose done que les amibes primordiales avaient la faculté de fabriquer la matiére organique avec les éléments de Pair et de Peau et que cette fonction s'est activée lors de la formation de carapaces ou membranes pigmentées (chloro- phylle). 6.—La chlorophylle et les pigments analogues sont trós délicats et ne sauraient apparaítre en dehors d'un protoplas- ma sans membrane. lls sont des sensibilisateurs Vune fone- tion générale du protoplasma. L'on a remarqué en effet Pin- fluence excitante des rayons chimiques sur tous les orga- nismes et pas seulement sur le protoplasma végétal. 7. Avec les réactifs plasmogéniques inorganiques purs on ne forme, dans des conditions analogues aux conditions de la nature, que des flocons amoeboides, sans membrane et ayant peut-étre un noyau. On ne produit globules semblables aux Chroococcus qu' avec des atomisateurs, ou á PVaide d' infiltra- tions acides, procédés en somme trop artificiels. Par contre, aprés évaporation de Peau de mer et traite- ment du résidu par Veau distillés on obtient des flocons silici- ques, (Vargile) de 24 3 z, tremblants, difficilement observa- bles sans coloration et ressemblant d'une maniére merveilleu- se aux petites amibes des eaux croupissantes, bourrées de diatomées. Or, ces flocons se remplissent aussi de diatomées par absorption et Pon a peine a distinguer les flocons siliciques des amibes, dans une méme gouttelette eau observée au mi- Croscope. L'albumine du blane d' oeuf, qui renferme toujours des si- $ ] SUR LA THEORIE AMQEBIENNE DE LA CELLULE. 105 licates, donne encore des flocons plutót siliciques, sous Vac- tion des sels mótalliques. Les corpuscules de Harting ont certes aspect de cellules et Jal hésité longtemps avant de me prononcer définitivement sur sa composition, mais ils donnent toujours un dégagement de CO” sous Vinfluence des acides, ce qui wWarrive pas avec toutes les cellules. En outre, ils meurent bientót par cristal- lisation. Ils sont dus á la coagulation des colloides albumineux etsiliciques dans le réseau cristallin. '? Les graisses y ont une influence 'importante. 8.—Les figures 1 á 12 montrent Vévolution théorique de Vamibe nue á la cellule, une maniére schématique. Je n'ai guére la prétention Vétablir ici les espéces et les transitions réélles, ayant réalisé le passage entre Pamibe et la cellule. Je me préoccupe seulement de démontrer la possibilité de cette évolution au moyen de types existants aujourd'hui, La figure 1 montre les flocons siliciques du résidu de Peau de mer traité par Peau distillée. La figure 2 montre une ami- be naturelle, selon Gage. On peut y voir des dilatations pseu- dopudiques dans la figure 3. Figure 4.—Plakopus (?) que J'ai observé dans une eau crou- pissante. Cette amibe a des épines ou pseudopodes durcis, comme une ébauche d'écusson. Fig. 5. Pseudochlamys patella. I'écusson de défense n'enveloppe pas encore le dessous. Fi- gure 6. Arcella vulgaris. Carapace resistant aux alealis, colo- rée en jaune et agissant peut étre par la couleur comme un sensibilisateur. Fig. 7. Cochliopodium pellucidum. Une espéce de cloche ou carapace á ouverture trés large, laissant passer de trés nombreux pseudopodes simples ou ramifiés. Fig. 8. Quadrula symetrica. La carapace est percés un orifice arron- di par lequel sortent un petit nombre de gros pseudopodes. *” (1) On accepte que chaque crystal est formé d'un réseau. Les corpuscules de Har- ting se produisent avec les cristaux de carbonate de chaux dans du blanc d'oeuf. (2) Lanessan. Protozoaires, p. 52. 106 A. L. HERRERA. La figure 9 représenterait une algue, un Protocoque sorti une amibe presque enveloppée par une membrane ou par une carapace pigmentée. Fig. 10. Cellule végétale ronde. Fi- gs. 11 et 12. Cellules végétales complétes, formées par une amibe emprisonée dans une membrane!! 9.—On trouve dans la nature une multitude de cas oú les transitions se font brusquement entre la forme amiboide em- bryomnaire et la forme enkystée ou cellulaire: Protomyxa au- rantiaca, les spores se transforment en amibes. Plus fréque- ment les formes amiboides montrent une évolution rapide: Plasmodies des myxomicétes, larves d'éponges, Gregarina. 10,—Le Cycle cellulaire commence, selon Greddes, dans la phase amiboide et passe par les phases ciliée et enkystée, chez les Protozoaires, les Fougéres, les cellules animales en général. (Voir le Diagramme du Cycle cellulaire. Geddes et Thomson. Dévolution du sexe, p. 172, fig. 32, que nous copions ici.) 11.—Les diverses formes des cellules et tissus s'expliquent par les actions physico-chimico-mécaniques, ainsi que nous Payons dit dans notre dernier ouvrage de Biologie et Plasmo- gónie. Remarques. Les plasmodesmes ou comunications interce- llulaires serailent des pseudopodes modifiés. Le mouvement ciliaire, le tournoiement des infusoires seraient une variante des mouvements amiboides modifiés par la consistance et les conditions d'équilibre des cils, des flagellums, des carapaces, mails obeissant toujours á des causes osmotiques activées par le métabolisme. La cellule est une colonie de ehromidies, de microsomes, mais cette complication se trouve aussi chez les amibes, ainsi que la complication du noyau et des phénoménes mitosiques. La présence des phagocytes, plasmod'es, spores et larves amiboides partout dans les étres organisés, implique Pimpor- tance phylogénétique des amibes. Tous le cyeles cellulaires SUR LA THEORIE AMOEBIENNE DE LA C£LLULE. 107 consisteraient en la sortie et la rentrée des amibes dans des prisons membraneuses, chitineuses, calcaires, siliciques. ---- L'évolution des ferments, albumines, graisses, le chimis- me etle métabolisme, auraient pour sióge les amibes libres ou emprisonnées. Observation importante: les phagocytes de Vaxolotl en plei- ne déformation amiboide peuvent étre déssechés et incinerés lentement dans un porte-objet chauffé par une lampe á alcool et soutenu par une grille métallique et cela en conservant leur forme et leur structure, avec une précision remarquable, com- me sils ótaient formés principalement de silicates. Le méme résultat s'obtient avec les amibes et j'ai adressé les micro- photographies des cendres organisées á divers correspondants. “Boveri est conduit par son idée de Pindividualité des chromosomes a une théorie suggestive, dans laquelle il con- sidóre ceux-cil comme des individus ayant eu, peut-étre, á Porigine de la phylogénie, une vie indepéndante, á la maniére des monéres, et qui auraient pénétré un autre individu (!!), le protoplasme cellulaire, pour constituer avec lui une individua- lité symbiotique; il est possible que, dans la cellule, d'autres parties encore aient une origine indépendante. 1] tire de cette notion nombre d'idées concernant la représentation des qualités dos ótres par les chromosomes, 4. Tout cela est trós des séduisant, mais bien difficile á concilier avec légrenement chromosomes et la dispersion de leurs éléments au repos.” (D'Année biologique. Neuviéme année. 1904, p. XIILD), Les chromosomes n' existent pas chez les microbes. La théorie de Voeuf inorganique se simplifie plutót si Pon accepte que les premiers organismes—oeufs ont été des amibes, le noyau se formant par des concentrations de substance, com- me dans le cas de amibes artificielles de silicates et acide chlorhydrique. La Chlamydomysca labyrinthuloides découverte par Archer en 1875, se compose d'une masse de protoplasme entouré Vune ola de cellulose: donc végétal. Acertains mon ES de la journée, elle déchire Venveloppe, Séchappe sous pr: a amibe et se met á capturer certaines algues microscopiques qwelle mange et digére; puis elle se renferme de nouveau dans son enveloppe cellulosique. Légitime. “Le monde, ' homme et les sciences.” Port-au—Prince. 1907, p. 51. ll Mexico, le 2 aúut 1907. y —_———A A AAA » Ñ - a 5 y “EA 3 - > W he . ae AN, E Moa $ Mem. Soc. Alzate. E, 26, 14m: 26 EI; Hivolution de la cellule, Voir le texte, De Y Es A sabido dl 44 AA e id ; 1 « RA OR EA 9 Mena, Soc. Alzate. T. 26, lám. XIV, Diagramme du Cycle Cellulaire, ¡phases enkystée, ciliée et amiboide]. E.C.A.I, II, ILL, chez les Pro- tozoaires. ! V. (Euf et Spermatozoide du Prothalle ' Liod de la Fougére. V. Cellules enkystée, ciliée et ami- boide, animales. VI. Cellule animale ciliée deve- nant amiboide puthologiquement. VII, Sperma- tozoide amiboide. VIII. CEufs amiboide et enkis- té, D'apres Geddes. E ¿a e AVE do . p di SOCIÉTE SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 26 RESULTADOS DE LOS. ANALISIS DE TIERRAS ARABLES, POR EL DOCTOR FEDERICO F. VILLASEÑOR, M, $, A. PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES. Estado de Jalisco Peso de un litro de tierra secada Cantón 1” Guadalajara al aire 0.95266. Municipalidad: Tonalá Agua higroscópica. 13.595 por mil. Pueblo: Tololotlán Poder absorbente=530,3048 por mil. Hacienda Cima A." Reacción: Alcalina. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca=1013.7732 de tierra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.478 daron sobre el ta- o E 0.500 ms de) mm. 4.314 Guijarros 2. cocida 3.336 Residuos que que- Materia e 3 volátil 3.655 daron sobre el ta- Calcáreo vu. coo. 2. 0.780 ME deL mm... ea L9S UTA... hucda o ales 8.703 Agua higroscópica!” - IAE Materia orgánica y volátil 24.358 Calesrobc oe se ae 1.735 gruesa* 100.809 Tierra fina 982.548 Arena: 871224 fina.... 200.145 polvosa. 544.943 E A A 34.384 1000,000 1000.000 (1) Esta tierra presenta color gris plomizo; no tiene masas compactas y contiene gran cantidad de restos vegetales. (2) De donde se deduce que 1000 de tierra fina seca, equivalen á 1033.313 de húmeda. (3) Separadas por tamices de 0.5 y 0.2 de milímetro. 110 F, F. VILLASEÑOR. ANALISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 13.595. Materias combustibles y volátiles 77.313 comprendiendo: AZO8 OPQÁMICO + 3... 20l eco a 2.740 Azoe amoniacal.-.. UCA IU a o O 0,402 AZOO HÍÁMIOO A a a O 0.078 Azoe total: Ml ORAL DO AN 3.220 Elementos solubles en frío en HCl 76.300 comprendiendo: Oxidos de hierro y alumini0.......o....oooo-.... 24.068 Dai as O ITESO O A 2.900 Magtresl, CUESTA IE Ll A 0.065 SODA Ut A A 5,460 Potasa. Su a MU AS 1.028 ¡ACTO FOBLÓTICO: MUDO AITOR 0.370 Acido -SOÍTUTICO.:. a e IE IN 0,232 Acido carbónigo....-.....---- e 0.763 'Acido siMelco 2.1 AUGURA E 0.180 ClorO aha o E 0.160 Insolubles en frío 832.792 comprendiendo sol. en HFl: Oxido de hierro y aluminio...... o 59.794 E ARA ES A A 1.495 Magnesia ..... e ea rt is de IN 0.217 TA e a MARTI A 5.663 OLAS eN dE A a 0.200 Acido fosfórico. 02 Li IN 6.336 Conteniendo ácido fosfórico soluble en citrato de AMONÍADO. qn do. de o a ii os O huellas. RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILABLES INMEDIATOS ELEMENTOS DE RESERVA. ARNO ae 3.220 Acido fosfórico..-.. 6.356 Acido fosfórico..... huellas. Potasa. .:. AS 0.200 Doha bien ide 1.028.032 0 1.495 Ai mars 2900 Mapneria AS 0.217 ANALISIS DE TIERRAS ARABLES. 111 PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES, Estado de Jalisco Peso de un litro de tierra secada al Cantón 1* Guadalajara. aire 952.66. Municipalidad: Tonalá Agua higroscópica 26.981 por 1000. Pueblo: Tololotlán Poder absorbente 528.530 por 1000. Hacienda Cima B.'” Reacción ligeramente alcalina. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca =1027.729 de tie- rra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.000 dan sobre el ta- Calodreo iio Rs 0.000 miz de 5 mm. DI000"CULJAErOS > apa a a Ela ia 0.000 Residuos que que- Materia erro: y volátil 0.613 dan sobre el ta- Calciraos ah ae UG miz de 1 mm. DOTA eds A 0 Agua higroscópica 2... 36.923 Materia orgánica y volátil 230.481 Calcfrbora asias oros 1.097 gruesa 4 43.509 Tierra fina 997.711 Arena 583.444 fina. .... 51.945 polvosa.. 487.990 Arc 145.766 1000.000 1000.000 (1) Esta tierra presenta color rojo ladrillo y contiene pedruzcos sumamente com- pacto: (2) De donde se deduce que 1000 de tierra fina, seca, regio á 1038.430. (3) Separados por tamices de 0.5 y 0,2 de milímetro Mom. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —15. 112 F, F. VILLASEÑOR. ANÁLISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 37.008. Materias combustibles y volátiles 231.112 comprendiendo: AZOB O FPÚCO Lc A DS e e 1.378 Azoe 'Amoniabalic. co A a oo IS 0.161 AizZoS mbrdo LA AA 0.001 Azos'bobal. ME ¿ASCO 0 1.540 Solubles en frío en HC] 214.800 comprendiendo: Oxido de'hierro y alúmina. UNI, 0. ER 105.896 CAMA A AA 7 3.966 Magnesia A VEA ON 2.178 OB 100: e PA do A RS A A 2,804 POB AA AR A RS O de 0.233 Acido fosfórico... 12 QUO IU APO A 0.540 ¿A'CIOO SULLÓFICO* a NA ON 1.043 Alida carbónico Lala laa o 0.483 AMAN ECO nd RAE el A EA 0.640 E AR A A 0.550 Insoluble en frío en HCl 517.080 comprendiendo: soluble en HF. 1000.000. Oxido de hierro y aluminio. ................... 127.512 OA AU a IAN 1.332 Magnesio cert da a A o 0.558 PA os A 4.912 Potasa 0. e A os EDS 2.306 ING rr A PO 0.093 Acido fosfórico soluble en citrato de amoníaco.. 0,043 RESUMEN, ELEMENTOS ASIMILABLES INMEDIATOS. ELEMENTOS DE RESERVA. Azoe.. ento o. 1,540 Acido fosfóriGO: +. =. 0.497 Acido fosfórico Ma So 0.043 .Potása .- ¿Deu IN 2,306 OA o a o E e 0.233 Onl. IGi..r 1.332 EA JA 3.966 Magnesia ....... ... 0.558 Ñ NN ts ANALISIS DE TIERRAS ARABLES. 113 A os ERA A e E PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES, Estado de Jalisco. Peso de un litro de tierra secada al Cantón 1” Guadalajara. aire 1.02347. Municipalidad: Tonalá. Agua higroscópica 75.021 por 1000. Pueblo Tololotlán. Poder absorbente 484.075 por 1000, Hacienda Cima C. Reacción: Neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca == 1081.105 de tierra húmeda. ANALISIS FISICO-QUIMICO. Residuos que que- Materia posi y volátil * 0.000 daron sobre el ta- Calcáreo.....-..- . 0.000 miz de 5mm.... 0.000 Guijarros........-- 0.000 Residuos que que- Meteria orgánica y volátil 0.089 daron sobre el ta- Calciroo btt 0.020 do Emma... OLBLO: OPA do aa? ato 0.307 Agua higroscópica”.... 35.615 Materia orgánica y volátil 87.713 Calefreoi + Hoc 0.530 Tierra fina 999.584 gruesa. 13.297 Arena!” 448.707 fina. 64.168 polvosa. 371.239 ¿ARMS AO 427.022 1000.000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina seca, equivalen á 1036.947. 2) Separadas por tamices de 0.5 y de 0.2 de milímetro. b 114 F, F, VILLASEÑOR, ANALISIS QUIMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 35.631. Materias combustibles y volátiles 86. 660, comprendiendo: IA OB OP RADIO. Los acto Enric de apo aia SO 1.092 'A7Z00/AMDNIACAL: . ¿LE e dos A E 0.150 AZO00- DÉCADA AIR O A 0.018 PAN MARA A A ID 1.260 Soluble en frío en HC] 170.700, comprendiendo: Oxido de hierro y alumina.........ooo. <.oo..... 10.850 TARMA A a E 0.676 Magnesla .....-.-... E E A o EG 0.071 DONA A LN RR A 0.942 OA oi O da ta EC 0.126 ¡Acido fosfórico” Linus UA ON 0.026 Acido sulfúrico......... -.-. A E 0.064 Acido carbónico....-....-... a 0.233 Acido BUÍCICO. ae aa eo o 0.326 A O A RN A A 1.920 Insoluble en frío 707.009 no'comprendiendo ácido clorhí- drico soluble en HF. A: 1.821 Magnosta y. e e a ds Ia Ae Is 0.194 AA NP O E, e ALA AS 8.307 Potaga. ad ri a CN 0.442 Acido EOBÍÓTICO a o SN huellas RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILABLES INMEDIATOS. ELEMENTOS DE RESERVA. AE As a 1.260 Acido fosfórico...... 0.026 Acido fosfórico... .- huellas. Potasa ....uma dae 0,442 Boba tit aos 0726 + Oaldlcionaa. TAN 1.821 1 CA SAA 0.676 Magnesia....... ...-. 0.194 Marne co. cds 0.071 (1) Acido fosfórico soluble en citrato de amoníaco, huellas. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRESs, T. 26. o A A A A A A A A A A A Geolozta. química. de los eriaderos de azutre de Mapu, Estado de Durango. POR EL INGENIERO DE MINAS JUAN D. VILLARELLO, M. $, A. La metalactología, ó sea la rama de la geología aplicada que trata de los eriaderos metalíferos, se encuentra actual- mente en una época de verdadera evolución. Ahora, y en varias partos del mundo, muchos sabios se dedican á la observación detallada y á la interpretación juiciosa de los hechos obserya- dos en diversos criaderos metalíferos; y á sus esfuerzos y de- dicación es debido, sin duda, el rápido progreso alcanzado re- cientemente, en esta rama tan importante de la geología apli- cada. Antes eran muy pocas las teorías aceptadas para explicar la formación de los criaderos metalíferos; y aun cuando mu- chas veces, la observación detallada de algunos criaderos in- dicaba, que no eran aplicables á ellos las teorías genéticas aceptadas como generales, los partidarios de cada una de es- tas teorías, en su afán de sostenerlas siempre victoriosas, des- preciaban los hechos contrarios á ellas, callaban las observa- ciones desfavorables, é impedían así el progreso de esta rama tan importante de la ciencia geológica. Pero al fin, llegó la época de desechar las generalizaciones absolutas en asuntos 116 JUAN D. VILLARELLO. de geología aplicada; y ahora, cada caso que se presenta es considerado como un problema local, que para resolverse ne- cesita la observación concienzuda de los hechos locales, la in- terpretación juiciosa y el estudio detenido de estos hechos, para llegar, como conclusión, al conocimiento más aproximado de la génesis de ese criadero. Singularizadas así las teorías genéticas, ha podido llegarse á hacer el estudio pormenoriza- do de la formación de los criaderos metalíferos; se ha tratado de distinguir las diferentes fases de su mineralización; y se ha indicado la posibilidad de la emigración de las especies mine rales primeramente depositadas en ellos, para concentrarse después en determinadas zonas, diferenciándose así el relleno de los referidos criaderos. Ultimamente, la experimentación sintética de la formación de los minerales, en condiciones de temperatura y presión semejantes tal vez á las que existieron durante su formación natural, ha proporcionado una base más firme á las teorías genéticas de los criaderos metalíferos. Mu- cho es lo que se publica actualmente sobre metalactología; muchos son los observadores científicos dedicados hoy á tan interesante estudio; y gracias al cambio mutuo de ideas entre estos sabios, mediante la publicación activa de sus importan- tes observaciones, llegará el día, tal vez no lejano, en que con gran aproximación pueda indicarse la génesis de los criaderos metalíferos, con todos sus múltiples detalles. México, país hasta ahora principalmente minero, pues su suelo casi todo se encuentra enriquecido con criaderos meta- líferos de toda especie y de gran valor comercial, se encuentra por lo tanto verdaderamente interesado en todo lo relativo á la metalactología; y no ha permanecido inactivo en lo que á es- te estudio se refiere, ni se ha limitado tan solo á seguir con atención los progresos de esta rama de la ciencia; sino que también, aunque no en gran escala hasta ahora, ha contribui- do á ese progreso con muchas observaciones é interesantes estudios. En efecto, hace varios años que el Instituto Geoló- Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 117 gico Nacional está llevando á feliz término estudios encami- nados al objeto indicado; y también, varios mexicanos inge- nieros de minas han publicado estudios mineros de mucho mérito. Todos los mexicanos ingenieros de minas, tanto los que abnegados recorren estudiando las escabrosas y ricas se- rranías que atraviesan á este país, como los que con verdadero empeño procuran el éxito de las negociaciones mineras á su pericia encomendadas, todos más ó menos poseen muy intere- santes datos relativos á los criaderos metalíferos que han es- tudiado, todos conocen la importancia que estos datos tienen para el progreso de la ciencia, y para bien de la industria mi- nera en el país; pero por desgracia, somos pocos todavía los que nos atrevemos á publicar nuestros datos y nuestras ideas, somos pocos los que nos decidimos á presentar nuestros pe- queños trabajos á las Sociedades Científicas, solicitando la gra- cia de que sean publicados, no porque los creamos académicos y de gran valor, sino únicamente por saber que de este modo contribuimos, con nuestros pobres datos, á una grande obra que significa progreso para este país. Esto último explica por qué «dije antes que, hasta ahora, México ha contribuido en pe- queña escala al progreso de la metalactología; pero creo, y fir- memente lo espero, que en un porvenir muy próximo, mis apre- clables compañeros, abandonando la antigua costumbre de no publicar sus informes mineros, nos darán á conocer todas sus interesantes observaciones de los criaderos metalíferos que ha- yan estudiado; así como, sus idoas relativas á la génesis de esos criaderos. Entonces, reunidos en un Congreso Minero, podremos discutir todas esas observaciones, todas esas ideas, todos los hechos estudiados en los criaderos metalíferos de es- to interesante país minero; y entonces podremos decir que, hemos contribuido en gran escala al adelanto de una ciencia, de la cual dopende en mucha parte el mejor éxito de la indus- tria minera en México. La metalactología ha prestado siempre poderosa ayuda á 118 JUAN D. VILLARELLO. la industria minera, ha sido su única y verdadera guía, el fun- damento único de la exploración razonada de los criaderos metalíferos, y también la única garantía para el capital inver- tido en esa industria. Es cierto que no puede ser considerada como la rama de una ciencia exacta; pero con la observación atenta de los criaderos ya explorados; con la interpretación juiciosa de los hechos generalmente observados en ellos, y con la ayuda de otras ciencias, principalmente de la química, se ha llegado á tener una idea bastante aproximada de la génesis de los criaderos metalíferos. Las teorías genéticas de los criaderos mencionados han encontrado una base firme en que apoyarse, como dije ya, con la experimentación sintética que en estos últimos tiempos se está haciendo en los laboratorios de geofísica; y si antes la química no fué un poderoso auxiliar para la metalactogenia, se debió esto á que el geólogo no sabía química, y á que el quí- mico no estudiaba geología. Las teorías químicas del geólogo acostumbrado solo á la observación, estaban generalmente en pugna con la experimentación; y las teorías geológico-quími- cas del químico, acostumbrado á experimentar en su labora- torio, estaban en oposición con los hechos observados en la naturaleza. Una teoría geológico-química para ser aceptable necesita: estar de acuerdo con los principios de la química y estar fun- dada en hechos geológicos; de lo contrario, su impartancia es muy secundaria y muy dudosa su utilidad industrial. En las siguientes líneas me voy á ocupar en discutir, no en criticar, las dos teorías geológico-químicas que han sido propuestas para explicar la génesis de los criaderos de azufre de Mapimí, en el Estado de Durango, é indicaré también una nueva teoría. El objeto de este estudio no es bacer simple- mente un ejercicio científico, sino llegar á una conclusión in- dustrial. En efecto, si de este estudio pudiera concluirse cuál teoría es la más aceptable para explicar la formación de esos Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 119 criaderos, se podría predecir con grandes probabilidades; si el azufre continúa en ellos á gran profundidad, ó si se encontra- rá solamente en la parte superficial; y en el primer caso, si la cantidad de este metaloide aumentará ó disminuirá con el au- mento de profundidad. Me he decidido á hacer este estudio en vista de la impor- tancia que tiene para México, el conocimiento de sus recursos naturales para la fabricación del ácido sulfúrico, ácido que ca- da día tiene mayores aplicaciones, que es indispensable para muchas manufacturas, y que prestará en México poderosa ayu- da á la agricultura; puesto que con él, cuando se obtenga á ba- jo precio, podrán transformarse con economía los fosfatos tri- cálcicos naturales encontrados ya en Tlalpujahua, del Estado de Michoacán, y en Concepción del Oro y Mazapil, del Esta- de de Zacatecas, en fosfato ácido de cal soluble en el agua, compuesto que constituye la parte esencial«de los superfosfa- tos empleados como abono en la agricultura. Los criaderos de azufre de Mapimí ocupan una zona bas- tante extensa, algunos han sido explotados ya hasta cierta pro- funcidad, y en otros solo existen labrados mineros enteramen- te superficiales. En vista de esto, y teniendo en cuenta los mo- tivos antes indicados, ereo que es interesante, y también oportuno industrialmente hablando, ocuparse del estudio de esos criaderos, sobre todo en lo relativo á su manera de for- mación. Para explicar la formación de los criaderos de azufre de Mapimí, sólo he encontrado publicadas las dos teorías geoló- gico-químicas que voy á estudiar, comenzando por la más an- tigua. * k Y La primera teoría puede expresarse en los siguientes tér- minos. La eyección de las rocas igneas terciarias de la región vino acompañada de aguas termales, que circularon por las ca- Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908), —16. DN, 4 hs a RA TRE.» PUB AS NR DY INS q , / Ki 120 JUAN D. VILLARELLO. lizas. Estas aguas termales cargadas de ácido sulfhídrico di- solvieron á la caliza formando cavidades, las cuales se relle- naron con el sulfato de cal, producido por la acción del ácido sulfhídrico sobre el carbonato de cal. El sulfato de cal así for- mado, fué descompuesto por la acción reductora de la mate- ria orgánica contenida en las calizas, dando azufre, como re- sultado de esta reducción. La teoría anterior no es aceptable considerándola desde el punto de vista químico, ni está de acuerdo tampoco con los he- chos observados en los criaderos de azufre de Mapimí, por las razones que paso á mencionar. En esta teoría no se hace mención del oxígeno, sino que de acuerdo con ella, es el ácido sulfhídrico sólo el que al obrar sobre el carbonato de cal produce sulfato de cal. Esta reacción química no es exacta, pues el ácido sulfhídrico al obrar sobre el carbonato de cal produce ácido carbónico, sulfhidrato de cal- cio (CaS,H.,) y agua. Esta reacción exotérmica está limitada por la reacción inversa, ó sea, la descomposición del sulfhidra- to de calcio por el ácido carbónico, con formación de carbona- to de cal y ácido sufhídrico; y por lo tanto, las transformacio- nes anteriores terminan por llegar á un límite, estableciéndo- se un equilibrio químico entre las dos reacciones contrarias. Como se ve, no se forma sulfato de cal por la acción del ácido sulfhídrico sobre el carbonato de cal; pero aún hay más, no se produce azufre al reducirse el sulfato de cal por la ma- teria orgánica, sin la presencia del oxígeno, sino que se forma: sulfuro de calcio y ácido carbónico. Esta reacción la estudié ya en detalle, y está publicada en la memoria que titulé: Gé- nesis de los yacimientos mercuriales de Palomas y Huitzuco, en los Estados de Durango y Guerrero. * Por otra parte, la teoría anterior, inaceptable desde el punto 1. Bol. Inst. Geol. de México. Núxms. 4, 5 y 6, pág. 224. 2. Mem, Soc. Antonio Alzate. Tom. XIX. (1903), págs. 130 y 132. Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAP1MÍ. 121 de vista químico por las razones ya indicadas, está en contradic- ción con los hechos observados en estos criaderos de azufre. En efecto, si la formación del azufre hubiera dependido de la acción reductora de la materia orgánica contenida en las cali- zas al obrar sobre el sulfato de cal, la mayor cantidad de azu- fre se encontraría en el contacto del sulfato de cal con la ca- liza, que es la que contiene á la materia orgánica, es decir, se encontraría en los “respaldos” del criadero, y no en la parte central de este último. El sulfato de cal que estuviera en es- ta parte central no podía ser reducido, por la materia orgáni- ca de la caliza de los “respaldos,” por no estar en contacto, Pues bien, todo lo contrario es lo que se observa en esos eria- deros: la parte del relleno que se encuentra junto á los “res- paldos” está generalmente formada por yeso cristalizado; y en la parte central de los criaderos se encuentra la mayor canti- dad de azufre, hasta quedar constituído el relleno en esta par- te por azufre puro y eritalizado. Por desgracia, la teoría anterior no es aceptable para ex- plicar la formación de los criaderos de azufre de Mapimí, en vista de los motivos ya expuestos; y digo por desgracia, por- que si fuera aceptable se podría asegurar, de acuerdo con ella, la presencia del azufre en esos criaderos hasta la profundidad de donde vinieron las aguas sulfhídricas, puesto que estas aguas y la materia orgánica, que se encuentra en las rocas sedimen- tarias de esa región á toda profundidad, son las únicas subs- tancias que se hacen intervenir en la formación del relleno de esos criaderos de azufre. * k La segunda teoría geológico-química supone dos fases en la formación de estos criaderos: se dice que durante la prime- ra se formó el yeso y la siliza con azufre en polvo muy fino; y que durante la segunda se depositó el azufre puro cristaliza- do. Como esta teoría está muy detallada, me ocuparé de ella por partes, para no incurrir en muchas y canzadas repeticiones. Durante la primera fase se supone la circulación por las grietas del terreno de aguas termales conteniendo ácido sulf- hídrico. Al penetrar estas aguas en las partes superiores de la montaña se dice que: el ácido sulfhídrico se descompuso en agua y azufre libre; el azufre en “statu nascendi” se oxidó in- mediatamente y formó bióxido de azufre; y este bióxido se combinó en parte con el oxígeno y el agua y formó ácido sul- fúrico, bajo la presencia de la substancia orgánica contenida en la caliza. Este ácido atacó inmediatamente á la roca de los “respaldos,” es decir, á la caliza que contiene cierta propor- ción de silicatos y de siliza finamente distribuida, y de este ataque resultó la formación del sulfato de cal y del ácido car- bónico. La oxidación del ácido sulfhídrico contenido en disolución en las aguas, ni pasa por los estados intermedios, que indica el autor de esta teoría, ni llega tampoco al estado final que él menciona. En efecío, dice Wurtz que: la solución de ácido sulfhídrico se altera al contacto del aire, el azufre se deposi- ta, y pronto la solución contiene un poco de ácido sulfúrico; Y es decir; que la mayor cantidad del azufre del ácido sulfhídri- co se precipita, y sólo una pequeña cantidad se oxida hasta transformarse en ácido sulfúrico. Este es el resultado que se obtiene en los laboratorios, y es también el que se observa en la naturaleza; pues las aguas sulfhídricas al salir por los ma- nantiales, y ponerse en contacto con el aire, depositan azufre en gran cantidad, y es muy pequeña la del ácido sulfúrico que se forma por la oxidación de este azufre. Como se ve, es en- teramente contrario el resultado al que se indica en la teoría propuesta; y por lo mismo, ésta no explica porqué junto á los 1. Guide des excursions du Xe. Congrés Géologique International, Núm. XIX. (1906), págs. 74 11. 2. Ad. Wurtz. Dictionnaire de Chimie. (1876). Tomo 2?, 2* Parte, pág. 1602. Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 123 “respaldos” del criadero se encuentra el yeso casi puro; pues según ella debería encontrarse en este primer depósito mayor cantidad de azufre que de yeso. Por otra parte, decir que el bióxido de azufre se combina con el oxígeno y el agua para formar ácido sulfúrico, en presencia de la materia orgánica con- tenida en las calizas, es indicar una reacción química entera- mente contraria á la verdadera. En efecto, es el ácido sulfú- rico el que se reduce, por la acción de las materias orgánicas carbonosas, con formación de bióxido de azufre, ácido carbó- nico y agua. Esta reacción es empleada en la industria para la fabricación del ácido sulfuroso, y es suficiente para obtener este compuesto, calentar el ácido sulfúrico con la materia or- gánica, en una vasija de barro ó de cristal. Continúa el autor de esta teoría diciendo que: una vez que el ácido sulfúrico hubiera desaparecido por haberse combina- do con la cal de la caliza, el ácido carbónico comenzó á com- binarse con el carbonato de cal que existía en exceso, y lo pu- so en disolución. La solución resultante debió disolver á su vez la siliza y los silicatos de la caliza atacada. La desaparición del ácido sulfúrico, que supone el autor de esta teoría, no es explicable por la misma teoría; y los he- chos observados en los criaderos de azufre de Mapimí son en- teramente contrarios á esta suposición. En efecto, según la teoría que estoy estudiando, las aguas sulfhídricas al penetrar en las partes superiores de la montaña, y por la oxidación del ácido sulfhídrico, se transformaron en aguas sulfúricas; pues bien, esta transformación no ha de haberse verificado por com- pleto sólo 4 determinada profundidad del criadero, sino en to- do el trayecto ascensional de esas aguas desde el lugar en que empezaron á encontrar aire, ó aguas aereadas que pudieran oxidar al ácido sulfhídrico, hasta la superficie del terreno. En toda esta zona de oxidación pudo transformarse el ácido sulf- 1. Wagner y L. Gautier. Chimie Industrielle. (1878). Tomo I, pags. 460 y 461. Wurtz. L. c. pág. 1615. y A NS ia Dodo E e des 124 hídrico en sulfúrico, de acuerdo con la teoría que estudio. Pe- ro esta transformación creo que debió ser más completa en las cercanías de la superficie del terreno y no á la profundidad; porque é medida que las aguas termales se acercaran más á esta superficie, irían encontrando mayor cantidad de aire, y por lo tanto la reacción propuesta podría alcanzar mayor ex- tensión. Según esto, y como esas aguas termales ascendían continuamente, el ácido sulfúrico se estaría formando también continuamente en toda la zona de oxidación, hasta la superfi- cie del terreno; y no desaparecería de esta zona en todo el tiem- po en que la oxidación del ácido sulfhídrico se hiciera de acuet- do con la reacción indicada. Pero suponiendo, sin conceder, que hasta determinada profundidad concluyera por completo la transformación del ácido sulfhídrico en sulfúrico, es decir: que las aguas termales á la profundidad eran sulfhídricas, á me- nor profundidad sulfúricas, que á este nivel desaparecía el áci- do sulfúrico al atacar á la caliza transformándose en sulfato de cal, y que desde esta última profundidad hasta la superficie del terreno circularon sólo aguas carbónicas conteniendo carbona- to de cal en disolución; entonces, estas aguas debieron depositar en la parte superior de los criaderos carbonato de cal, calcita, que debería encontrarse formando parte del relleno de esos criaderos, en la zona superior de estos últimos. Pues bien, es- to no se observa en la región de Mapimií, allí no se encuentra la calcita formando parte del relleno de los criaderos de azu- fre. Por otra parte debo decir que: el ácido silícico se disuel- ve en el agua pura; *” y la siliza en el agua que contiene áci- do carbónico, * aunque en esta solución no exista el carbona- to de cal, compuesto este último que el autor de la teoría en estudio parece que cree indispensable, para la disolución de la siliza en aguas carbónicas. 1. Arthur M. Comey. Dictionary of chemical solubilities. (1896), pág. 360. 2. Id. Id. L.c. pág. 368. SS Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 125 Continúa la teoría en los siguientes términos : el resultado fué entonces, una solución saturada de yeso y menos concen- trada de siliza. Una vez efectuada la concentración de la so- lución de yeso, éste debió precipitarse por el enfriamiento, la evaporación de las aguas, y otras causas físicas. Así se expli- ca porqué el primer depósito sobre las paredes de las grietas se formó con yeso casi puro. Más tarde se produjo también la saturación de la solución de siliza, y entonces se precipitó és- ta mezclada con el yeso. Como dije ya, esta teoría no explica en realidad, aunque su autor diga que sí, porqué el primer depósito sobre las pare- des de las grietas está formado generalmente, en esos criade- ros, de yeso casi puro; pues al oxidarse el ácido sulfhídrico con- tenido en una solución, la mayor parte del azufre se precipita, y por lo tanto este azufre debería encontrarse mezclado con el yeso, desde el primer depósito formado sobre las paredes de las grietas. Por otra parte. cuando las aguas que contienen si- liza en disolución circulan por las grietas de las rocas, al dis- minuír la temperatura ó la presión, depositan en esas grietas siliza cristalizada ó en forma de calcedonia; ? pues bien, en los criaderos de azufre de Mapimí no se encuentran venas de cuarzo ó de calecedonia, dentro del relleno de los referidos eria- deros. Continúa el autor de la teoría que estudio diciendo : estos depósitos formaron sobre los “respaldos” del criadero una cu- bierta casi impermeable, de suerte que la materia orgánica con- tenida en las calizas no pudo ser arrastrada ya por la solución. Esta cincunstancia, y la diminución de oxígeno en el aire de las grietas, fueron la causa de que el ácido sulfhídrico no se oxidara sino hasta el grado de formar azufre libre y agua. El azufre debió precipitarse en forma de polvo fino en los depó- sitos anteriores, formados por yeso y siliza, y los cuales se en- contraban impregnados por el agua que contenía al ácido sulf- 1. S. Meunier. Les Méthodes de Syntheése en Minéralogie, Paris. [1891], pág. 31. 126 JUAN D. VILLARELLO. har. hídrico Aquí concluye, según esta teoría, la primera fase de la formación de los criaderos de azufre de Mapimí. Respecto á lo anterior debo decir en primer lugar: que en esta teoría se ha cambiado por completo el papel que pudo ha- ber desempeñado la materia orgánica contenida en las calizas; pues como dije antes, la materia orgánica no facilita la forma- ción del ácido sulfúrico, sino que por el contrario, la impide; y por lo tanto, la ausencia de la referida materia orgánica no podía ser circunstancia favorable para que no se produjera el ácido mencionado. Además, suponer que disminuía la canti- dad de oxígeno conterido en las grietas de la caliza, cuando terminaba esta primera parte de la formación de los criaderos, parece contrario á lo que en realidad pudo haber sucedido. En efecto, el aire debió tropezar sin duda con mayor dificultad pa- ra descender, por las grietas de la caliza, cuando comenzó la formación de los criaderos, que cuando terminaba la primera fase de esa formación. Al principio, la circulación de las su- puestas aguas termales fué mucho más activa que al finalizar esta primera fase; pues, como se verá luego, esta teoría supo- ne que las referidas aguas desaparecieron por completo al eo- menzar la segunda fase de la formación de los criaderos. Se- gús esto, si disminuyó la actividad en la circulación ascenden- te de las aguas por las grietas, el aire pudo descender entonces con menor dificultad; y por lo tanto, hubo mayor cantidad de oxígeno en estas grietas al finalizar la primera fase de la for- mación, y no al comenzar esta última. De lo anterior se dedu- ce: que el azufre pudo depositarse en mayor cantidad al comen- zar, y no al finalizar esta primera fase; y que el ácido sulfúrico pudo haberse formado en mayor cantidad al fin, y no al prin- cipio de la misma fase. Todo esto es enteramente contrario á lo que se propone explicar la teoría de que me ocupo. Antes de seguir adelante debo decir que: si los eriaderos de azufre de Mapimí se hubieran formado por la circulación de aguas termales conteniendo ácido sulfhídrico, las reaceio- Los CRIADEROS D£ AZUFRE DE MAPIMÍ. 127 nes químicas habrían sido mucho más complicadas, de lo que supone el autor de la teoría que estoy estudiando; pues como dije antes, el ácido sulfhídrico al atacar al carbonato de cal produce sulfhidrato de calcio, y este compuesto entra en varias reacciones, de las cuales no me ocuparé ahora, porque su es- tudio detallado se encuentra en mi memoria titulada: “Géne- sis de los yacimientos mercuriales de Palomas y Huitzuco.”'” Solamente agregaré que: como el sulfhidrato de calcio disuel- ve al azufre transformándose en polisulfuro de calcio; y que estos polisulfuros, al oxidarse producen azufre; este metaloi- de tendería á emigrar de la profundidad hacia la superficie del terreno, y se concentraría en zonas cercanas de esta superficie. Continúa el autor de la teoría que estudio diciendo: Se en- cuentra frecuentemente en el centro del criadero, azufre puro criptocristalino ó eristalizado. Este azufre no puede precipi- tarse de soluciones; y no puede formarse sino por sublimación, -Ó por la descomposición del ácido sulfhídrico y del bióxido de azufre que se escapaban en forma de gas. Acerca de lo anterior diré: que no es exacto que el.azufre precipitado de soluciones no pueda cristalizar; pues el preci- pitado lechoso de azufre amorfo que se produce por la acción de los ácidos diluídos sobre las soluciones de polisulfuros alca- linos ó alcalino-terrosos, se reune primero en granos, y con el tiempo cristaliza. % Esto que se observa en los laboratorios se produce también en la naturaleza, y puedo citar el siguiente caso. En las canteras de Woolmith, del condado Monroe, en la península de Michigan, brota agua que contiene ácido sulf- hídrico; y esta agua deposita un precipitado, blanco pulveru- lento, de azufre que resulta de la oxidación del ácido sulfhí- drico en solución. Este precipitado adquiere con el tiempo el 1. Mem. Soc. Antonio Alzate. Tomo XIX. (1903), págs. 113 á 130. 2. Wurtz. L. c. pág. 1600. Mem. Soc. Alzate, México. T. 26 (1907-1908) —17. 128 JUAN D. VILLARELLO, color amarillo, y pasa gradualmente de pulverulente á crista- lino. Y Concluye la teoría que he estudiado, con los siguientes tér- minos. Suponiendo que la cantidad de agua hubiera disminuí- do, hasta desaparecer por fin completamente, en tanto que con- tinuaban las exhalaciones de ácido sulfhídrico, se puede ex- plicar fácilmente la formación del azufre cristalizado de la si- guiente manera. El ácido sulfhídrico en la zona de oxidación encuentra al oxígeno, y se forma agua y azufre libre. El azufre en el “statu nascendi” se combina de nuevo con el oxígeno pa- ra formar bióxido de azufre; y éste, al ponerse en contacto con el ácido sulfhídrico, forma otra vez agua y azufre libre. Este azufre se deposita poco á poco en los “respaldos,” formando ca- pas y también cristales. Las'reacciones anteriores, que aisladamente y en determi- nadas circunstancias son exactas, ligadas como se encuentran en esta teoría, representando estados intermedios de una reac- ción química que llega á un estado final, idéntico á uno de sus estados intermedios, sólo pueden considerarse como un juego de imaginación, para hacer aparecer el bióxido de azufre obran- do sobre el ácido sufhídrico; reacción ésta que, según el autor de la teoría, es la única que puede producir azufre cristaliza- do. Pero, ahora pregunto yo: ¿qué al formarse el azufre como resultado de esta última reacción no se encuentra en “statu nascendi?” Seguramente que sí; pues entonces: ¿por qué este azufre no se oxidó transformándose en bióxido, como el que resultó de la oxidación del ácido sufhídrico, cuando este áci- do se transformó en agua y azufre libre? Por otra parte, si el agua había desaparecido completamente en esta segunda fase de la formacion del criadero, como lo supone la teoría, y los gases bióxido de azufre y ácido sufhídrico estaban secos, en- 1. W. H. Sherzer. Geological Report on Monroe County, Michigan. Geol. Sury. of Michigan. Tomo VII. (1900), págs. S0, 212 y 213. LOs CRÍADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ, 129 tonces no hubo reacción química entre estos compuestos; (” y por lo tanto, no hubo formación de azufre. Por todas las razones anteriores, se puede concluír con fun- damento que: esta segunda teoría tampoco es aceptable con- siderándola desde el punto de vista químico; y que está en con- tradicción con los hechos observados en los criaderos de azufre de Mapimí, hechos que se propuso explicar detalladamente, pe- ro que por desgracia no pudo conseguirlo. De acuerdo con esta teoría, el azufre se encontrará sola- mente en la zona de oxidación de esos criaderos, es decir, que el referido metaloide desaparecerá á una profundidad relativa- mente pequeña; y según dice su autor, los criaderos de azufre de Mapimí se irán empobreciendo á medida que aumente la profundidad. El anterior resultado industrial es completamente contra- rio al que se deduce de la primera teoría geológico-química, que estudié antes; y en vista de esta diversidad de resultados industriales, he creído conveniente indicar una nueva teoría, como resultado de las observaciones personales que he hecho en esos criaderos de azufre, en diversas ocasiones. Conocida esta nueva teoría, el lector podrá elegir la que á su juicio pa- rezca mejor fundada. Los hechos geológicos que servirán de fundamento á la teoría que voy á indicar son los que he observado, tanto en las sierras de Banderas y la Campana, como en el Puerto del Ja- boncillo, lugares todos en los cuales se encuentran criaderos de azufre, y que están comprendidos en el Partido de Mapimí del Estado de Durango. 1. Wurtz, L. c. pág. 1603. 130 JUAN D. VILLABELLO, Los hechos anteriores en su parte substancial son los si- guientes. Todos los criaderos mencionados son de forma muy irregular; pues á veces son venillas angostas, paralelas ó entre- cortadas, de rumbo variable, y otras veces tienen la forma de grandes bolsas. Todos estos criaderos “arman” en calizas me- socretácicas, las cuales se hallan en bancos gruesos, de color gris azulado. Las calizas contienen materia orgánica, siliza y silicatos diseminados en su masa y tienen un rumbo medio Norte-Poniente. Las superficies de separación entre los cria- deros y la caliza de los “respaldos,” no son planas y bien defi- nidas, sino rugosas y muy irregulares. El relleno está consti- tuido por yeso, siliza blanca, pulverulenta ó gelatinosa y azu- fre libre. No se encuentran en este relleno: la calcita, la ara- gonita, la anhidrita ó karstenita, ni hay hilos ó venillas de cuarzo ó calcedonia, ni se encuentra tampoco ningún sulfuro metálico. La estructura del relleno no es brechosa simple ni compuesta, no es en peine, ni en bandas planas ó concéntricas bien definidas, sino que pasan estas insenciblemente de una á otra. Las bandas están formadas generalmente: por yeso casi puro, y á veces eristalizado, junto á las calizas que forman los ““respaldos;” después se encuentra el yeso, generalmente pul- verulento con siliza y azufre aumentando en esta mezcla las cantidades de siliza y azufre á medida que se halla más cerca del centro del criadero; y en esta parte central se encuentra azufre eriptocristalino y cristalizado. Aparece también el azu- fre irregularmente distribuido en diversas partes del relleno, sobre todo en las cavidades que se encuentran en este relleno. La “potencia” de las bandas simétricas anteriores es muy irre- gular, no solo porque varía mucho como dije antes el ancho total del criadero, sino porque no todas están igualmente des- arrolladas en todos los lugares del mismo criadero. En cambio en lo que se observa más constancia, es en la diminución de las cantidades de siliza y azufre mezcladas al yeso, á medida que esta mezcla se encuentra más cerca de los “respaldos” del LOs CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 131 criadero. La caliza en estos “respaldos” no ha sufrido el me- tamorfismo conocido con el nombre de marmorosis; pero se encuentra en ella sulfato básico de alumina en los lugares cer- canos del criadero. El relleno de estos criaderos está consti- tuido principalmente por el yeso, y el azufre se encuentra re- lativamente en mucha menor cantidad. En los lugares en que se cruzan varias vetillas la estructura del relleno, en bandas mal definidas, se complica algo más. Es indudable que los criaderos de azufre de Mapimí son epigenéticos, es decir, que se formaron posteriormente á la ro- ca de los “respaldos,” puesto que cortan á los estratos de ca- liza. También puede decirse: que fué baja relativamente la temperatura á que se formaron esos criaderos; pues la roca de los “respaldos” no presenta metamorfismo alguno debido, ni á la acción del calor solamente, ni á la acción de vapores á elevada temperatura. La sulfatación que experimentó la cali- za transformándose en yeso no exije elevada temperatura, si- no que puede verificarse á la temperatura ambiente." Por otra parte, la elevación de temperatura produce siempre una tendencia á la deshidratación, % y en los criaderos de azufre de Mapimí no se encuentra la karstenita ó anhydrita. Por úl- timo, la ausencia de la aragonita indica la baja temperatura á la cual se formaron esos criaderos. '* En vista de los hechos geológicos anteriores creo: que los criaderos de azufre de Mapimí se formaron más bien por un procedimiento neumatogénico que hidratogénico, es decir, que más bien fueron formados por la acción de vapores calientes de agua é hidrógeno sulfurado (ácido sulfhídrico), que por aguas termales sulfurosas. Esos vapores, en relación genética con la eyección de andesitas de esa región, se escaparon por (1) A. Daubrée. Les Eaux souterraines á l'époque actuelle. Paris. (1887) pag. 69. (2) S. Meunier. L. c. pag. 256. (3) L. Baldacci e Mazzetti, Nota sulla serie dei terreni nella Regione solfifera di Sicilia. Bold. R. Comitato Geol. d'Italia. Tomo XI. (1880) pag. 18. 132 JUAN D. VILLARELLO. fracturas exokinéticas y de presión, sulfataron y silicificaron á la caliza de los “respaldos,” y originaron también la forma- ción del azufre. Este metaloide se depositó principalmente en las cercanías de las fracturas mencionadass, ó sea, en la par- te central de la masa de yeso formado por la sulfatación de la caliza en los dos “respaldos” de las referidas fracturas. El estudio de la asociación de los minerales que constitu- yen el relleno de un criadero, es el procedimiento más acerta- do para conocer con bastante aproximación cual fué el méto- do elegido por la naturaleza entre los diversos procedimientos para la formación de un criadero. Ese estudio en el presente caso, autoriza á decir que los criaderos de azufre de Mapimí se formaron por la acción del vapor de agua conteniendo hi- drógeno sulfurado. En efecto, no se encuentra en el relleno de esos criaderos ningún sulfuro metálico. compuestos que pudie- ron haber estado disueltos en las aguas termales mineralizan- tes, si estas hubieran circulado por las grietas de las calizas en las cuales se formaron los criaderos de azufre; sulfuros me- tálicos que se habrían depositado en los mismos criaderos, co- mo se les encuentra en los muchos criaderos metalíferos de esa región. Además, no se hallan en ninguna parte del relle- no incrustaciones, formando bandas planas ó concéntricas, ni cristales desarrollados normalmente á los “respaldos” de los criaderos de azufre, estructura que es la característica de los depósitos formados por la acción de soluciones termominera- les que han rellenado cavidades preexistentes. No se encuen- tra una separación perfecta entre el relleno del criadero y la roca de los “respaldos,” ni se encuentra la caliza en estos úl- timos con la corrosión característica que presenta esa roca cuando ha sido sometida á la acción lixiviadora de algún líqui- do. En las cavidades que existen dentro del relleno de estos criaderos no se enouentran las incrustaciones de cuarzo ó cal- cedonia que forman las aguas termales, ni se hallan estos mi- nerales formando hilos 6 venas dentro del relleno, sino que la Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 133 siliza se encuentra en estos criaderos pulverulenta ó gelatino- sa y de color blaneo. Por último, la presencia del sulfato bási- co de alumina'” en las partes de la caliza que se hallan cerca de los criaderos de azufre, compuesto que no se encuentra en el resto de la roca mencionada, es una prueba clara de que esos eriaderos no fueron formados por la acción de aguas ácidas. En efecto, el referido sulfato de alumina es muy soluble en los ácidos minerales diluidos y aun en frio;“% y por lo tanto, las aguas ácidas en-su circulación ascendente no depositarían sino que disolverían al referido compuesto, para llevarlo has- ta la superficie del terreno. Las razones anteriores me parecen suficientes para fun- dar la opinión de que: los criaderos de azufre de Mapimí no fueron formados por la acción de aguas termominerales, sino por vapores calientes de agua é hidrógeno sulfurado (ácido sulfhídrico). Aceptado esto último, paso á indicar la parte quí- mica del procedimiento de formación de los referidos cria- deros. El hidrógeno sulfurado, gaseoso y húmedo, en contacto con el oxígeno del aire se oxida, y produco compuestos diver- sos según sean las proporciones relativas de los dos gases, y la temperatura á la cual se verifica la reacción. En el presen- te caso debe considerarse al hidrógeno sulfurado siempre en exceso y en mayor cantidad que el vapor de agua; al oxígeno aumentando en cantidad de la parte profunda de las grietas hacia la superficie del terreno; y la temperatura un poco su- perior á 100%c. En las condiciones anteriores, el hidrógeno sulfurado ga- (1) Calcinando la caliza que se encuentra junto á los criaderos de azufre de Mapimí y tratando por agua el producto calcinado, se obtiene una solución que da las reacciones químicas de la alumina y del ácido sulfúrico. La experimentación anterior se hizo con caliza de las minas de azufre de la sierra de Banderas perteneciente á Mapimí. (2) Arthur M. Comey. L. c. pag. 411. 134 JUAN D. VILLARELLO. seoso y húmedo, en su movimiento ascendente por las grietas de la caliza, llegó á ponerse en contacto con el aire; y enton- ces, se oxidó en parte produciendo ácido sulfúrico, de acuerdo con la siguiente reacción: (1) n H,5+4 O=H5 O,-H(n-1) HS que desprende +188.4 calorias, "? como se va por el siguiente cálculo: Estado inicial. Estado final. 2H+5 = HS gas, des- 2H +534-40=H.80, arrolla....... +4.6C. líquido, desarrolla + 1930. Diferencia: +193.0—4.6= +188.4 Esta reacción exotérmica se verifica aun en frio con los gases húmedos; pero su velocidad es mucho mayor á tempe- ratura poco elevada.” El ácido sulfúrico, formado según la reacción anterior, atacó desde luego á la caliza de los “respaldos” de las grietas, y produjo: sulfato de cal, ácido carbónico y agua: (2) H.S 0,+ Ca CO,=Ca S 0,+0 0. + H,0 (1) La unidad de medida aceptada en este estudio es la gran caloría, y los datos térmicos están tomados de Berthelot, Essai de Mécanique chimique fondée sur la Ter- mochimie. Paris. 1879. Tomo I. (2) Wurtz. L. c. pag. 1,603. Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ, 135 reacción exotérmica que desarrolla+13 calorias, de acuerdo con el siguiente cálculo: Estado inicial. 2H+8+4 O=HB5S O, líquido, desprende: + 193 calorias. Ca+0+3 O=Ca C 0), sólido, Ae + 269.2 ” Suma= + 462.2 Pa ——— Estado final. Ca+8S+4 O=Ca S O, sólido, desarrolla: 320 calorías. -C42 0=0 O, gas; de 97 » 2H+0=H,0 gas, ” 38,2 ” Suma 475.2 PA Diferencia: 475.2-—462.2=-+13.0 calorías. Por la acción química anterior, que se verifica aun en frío, la caliza se transformó en yeso. Esta yesificación se fué pro- pagando: de las grietas por donde circuló el vapor húmedo de hidrógeno sulfurado, hacia el interior de los dos “respaldos” de las mismas grietas. Por otra parte, como las calizas de Mapimí contienen ma- teria orgánica, el ácido sulfúrico caliente, al atacar á la caliza atacó también á la materia orgánica contenida en ella, y se for- mó bióxido de azufre, agua y ácido carbónico.” El bióxido de azúfre húmedo, que resultó de la acción química anterior, se (1) Wurtz. L, c. pag. 1,615. Mem. Soc. Alzate. México. . T. 26 (1907-1908), —18. l 136 JUAN D. VILLARELLO. transformó en agua y azufre libre, al ponerse en contacto con el hidrógeno sulfurado gaseoso que penetraba por los “respal- dos” de las grietas junto con el ácido sulfúrico. Esta última reacción se verifica aun á la temperatura ordinaria, cuando es- tán húmedos los gases mencionados. Las reacciones anterio- res pueden representarse como sigue: Estado inicial. Estado intermedio. 2 H,S 0,+0=2 S 0,+2 H,0O+C O, Estado final. 4 H,S=4 H,O+6 $ ó sea: (3) 2 H,S 0,7044 H,S=6 H,0+0 0,+685 reacción exotérmica que desarrolla + 41.8 calorías, según el siguiente cálculo: Estado inicial. 2 (2 H+544 0)=2 H,8S O, líquido, _ desprende: 2Xx193= -+386.0 Calorías 4 (2 H+5)=4 HS gas a 4x 46=+ 18.4 ” Suma =-+404.4 $e LA E Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 137 Estado final. 6 (2H+-0)=6H.0 gas, desprende: 6X58.2=+-349.2 calorias. C4+20=C 0, gas, da + 97.0 Suma +446.2 »” ” Diferencia: +446.2—404.4= +41.8 calorias. La cantidad de azufre formado por las reacciones anterio- res debió ser pequeña, porque es también pequeña relativa- mente la cantidad de materia orgánica contenida en las calizas de Mapimí; pero como esas reacciones se verificaron dentro de la caliza, el azufre debió depositarse íntimamente mezcla- do con el yeso. Además, en las cercanías de las grietas por donde circulaban los vapores calientes, el depósito de azufre, formado según las reacciones anteriores, debió ser en mayor abundancia relativa. En efecto, al penetrar el ácido sulfúrico en la caliza de los “respaldos” de las grietas, se alejaba late- ralmente de estas últimas; y por lo mismo, se iba enfriando lentamente. Al enfriarse, podía seguir transformando el yeso á la caliza, porque esta reacción se verifica aún en frío; pero no atacaría ya á la materia orgánica, reduciéndose á bióxido de azufre; y por lo mismo, no se depositaría azufre en los lugares á donde llegara frío el referido ácido sulfúrico. Esto explica claramente porqué se observa en los criaderos de azu- fre de Mapimí mayor cantidad de este metaloide en el yeso que se encuentra en la parte central del criadero; cantidad de azufre que va disminuyendo hacia los “respaldos,” hasta en- contrarse en éstos, generalmente, el yeso casi puro, es decir, 1. Wurtz. L.c. pág. 1615. 138 , JUAN D. VILLARELLO. sin azufre y con pequeña cantidad de siliza. En la parte cen- tral del criadero el yeso se encuentra pulverulento, porque es- tuvo siempre en contacto con los vapores sulfurosos. *? En cambio, en las cercanías de los “respaldos” el yeso se formó por la acción del ácido sulfúrico líquido y frío; y en presencia del agua líquida, que resultó de la condensación de su vapor al enfriarse, por haberse alejado lateralmente del trayecto que seguían los vapores calientes. En estas condiciones el yeso pudo cristalizar, como se le encuentra en los “respaldos” del eriadero, porque no estuvo en contacto constante con los ya- pores sulfurosos, ni con aguas en cirenlación. Y Por otra parte, como las calizas de Mapimí contienen di- seminada en su masa cierta cantidad de siliza, y como el áci- do sulfúrico no ataca á esta substancia, la siliza pulverulenta quedó diseminada en el yeso y simplemente mezclada con él. Además, es bien sabido que el vapor de agua tiene la propie- dad de disolver á la siliza para depositarla después, cuando se enfría ese vapor. Esta propiedad, en el caso de que me oen- po, permitió tal vez la emigración de la siliza de la profundi- dad hacia la superficie del terreno; y la silicificación del yeso y la caliza, situados en los “respaldos” de las grietas por las cuales circularon los vapores calientes. Estos vapores, á la profundidad, pudieron disolver á la siliza pulverulenta que se hallaba mezclada al yeso; y más arriba, al penetrar por la ro- ca de los “respaldos,” la depositaron al estado gelatinoso. Co- mo estos vapores en su trayecto lateral por los “respaldos” de las grietas se fueron enfriando y condensando poco á poco, á medida que se alejaban de estas últimas, la siliza debió depo- sitarse de preferencia en las cercanías de esas grietas. Así se explica porqué la cantidad de siliza contenida en el yeso de 1, M. Cussy. Quelques notes relatives au sel marin et aux mines de soufre en Sici- le. Bull. Soc. Géol. de France. 2% Serie, Tomo IV, pág. 257. 2. S. Meunier, L, c. pág. 24. Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 139 estos criaderos, va disminuyendo: de la parte central hacia los “respaldos” de los mismos criaderos. Por último, como las calizas de Mapimí contienen arcilla, aunque en pequeña cantidad, al atacar á la caliza, el ácido sul. fúrico caliente atacó también á la arcilla, y se formó sulfato de alumina. Este sulfato disuelto en el ácido sulfúrico siguió el trayecto lateral de este último; y al llegar á los “respaldos” del criadero, en donde el ácido sulfúrico libre acabó por desa- parecer transformándose totalmente en yeso, el sulfato bási- co de alumina se depositó, impregnando á la caliza, en las cer- canías de su contacto con el criadero. De esta manera queda explicada la presencia del sulfato básico de alumina, alunita, que se encuentra en la parte de la caliza cercana de los cria- deros de azufre de Mapimí. Al transformarse la caliza en yeso debieron obstruírse, en parte ó totalmente, las grietas por las cuales circularon los va- pores calientes de agua é hidrógeno sulfurado. in efecto, de acuerdo con un principio bien conocido: el volumen del com- puesto original es al volumen del compuesto producido, en ra- zón directa de sus pesos moleculares, y en razón inversa de sus pesos específicos. Según esto, llamando V y V” respeeti- vamente, al volumen de la caliza atacada y al del yeso produ- cido por ese ataque, la proporción será: '” 247, .. 99.31 . 170.87 AO A y por consiguiente: ARONA TÍ qa Weno 1-98 V 1. C. R. Van Hise. A Treatise on Metamorphism. XLYIT Monograph, U.S. Geol. Surv. (1904). pags. 196 y 197. 140 JUAN D. VILLARELLO. es decir, que un metro cúbico de caliza al transformarse en yeso ocupa dos metros cúbicos. “? Este aumento de volumen debió ocasionar: hendeduras en el yeso; y también, convexida- des en los “respaldos,” % las cuales obstruyeron á las grietas, total Ó parcialmente, durante esta fase de la formación de los criaderos de azufre de Mapimí, fase que llamaré: de la sulfa- tación * de las calizas que formaban los “respaldos” de las grietas, por donde circularon los vapores calientes de agua é hidrógeno sulfurado. La formación progresiva del sulfato de cal fué impidien- do, poco á poco, el contacto directo entre la caliza y el ácido sulfúrico, que sin interrupción continuaba formándose por la oxidación del hidrógeno sulfurado gaseoso, de acuerdo con la reacción (1). Entonces, no pudiendo ya el ácido sulfúrico ata- car á la caliza, por falta de contacto directo, debió obrar sobre el hidrógeno sulfurado que existía en exceso, reacción quími- ca por la cual se produce: agua, bióxido de azufre y azufre li- bre. ' El bióxido de azufre húmedo y en contacto con un ex- ceso de hidrógeno sulfurado, se transformó desde luego en agua y azufre libre. Las reacciones químicas anteriores pue- den representarse como sigue: Estado inicial. Estado intermedio. H,S 0,+H,5S=2 H,0+85S 0,+8 A Estado final. 2 H,S=2 H,0+35 Ó sea: (4) ES 0,+3 H.S=4 H.0+48 1. Bull. Soc. Géol. de France. 2* Serie, Tomo IV, pág. 848. 2. H. Coquand. L. c. pág. 115. 3. C. R. Van Hise. L. c. pág. 205. 4, Wurtz. L. c. pág. 1603: : Los CRÍADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ, 141 reaeción química que desarrolla: +26 calorías, como se ve por el siguiente cálculo: Estado inicial, 2H+54+40 = H.S O, liquido, desprende: +193 Calorías 3 (2H4+58)=3 HS gas » 3X46=-+ 13.8 ” Suma= + 206.8 ” Estado final. 4 (2H+-0)= 4 HO gas, desprende: 4X58.2 =-+-232.8 calorías. Diferencia. Estado final —Estado inicial =>+232.8—206.8=-+26.0 calorías, El azufre producido por las reacciones anteriores (4) se depositó en las partes de las grietas no obstruidas por el yeso v por las cuales continuaban circulando los vapores calientes. Se depositó también, en las hendiduras y cavidades existentes en el yeso que formaba las paredes de esas grietas, siempre que estuvieran comunicadas con estas últimas. Lo anterior explica: porqué en la parte central de los eria- deros de azufre de Mapimí se encuentra principalmente con- centrado este metaloide; y porqué va disminuyendo en canti- dad, de la parte central para los “respaldos” del criadero, en donde por lo general el yeso no contiene azufre. La cristalización del azufre se verifica siempre al aire libre ó en cavidades subterráneas que estén en comunicación con 142 JUAN D. VILLARELLO. el aire atmosférico; *? por lo tanto, no es notable el que se en- cuentra en Mapimí azufre cristalizado en las grietas por don- de salieron los vapores calientes, grietas que estaban en comu- nicación con la superficie del terreno. En muchas localidades se encuentra el azufre cristalizado en las grietas por donde salen vapores calientes; y entre otras mencionaré: los criade- ros de azufre de Kalamaki% y de Péreta.'* Estos últimos se formaron de una manera semejante á la que acabo de indicar." En esta segunda fase de la formación de los criaderos de azu- fre de Mapimí, fase que llamaré: de precipitación principal del azufre las reacciones (4) fueron las que alcanzaron mayor ex- tensión. En efecto, el ácido sulfúrico ataca fácilmente á la ca- liza, y con mayor rapidez á medida que es más grande la ex- tensión de caliza expuesta á la acción del ácido; pero la velo- cidad de esta reacción disminuye notablemente cuando la caliza se cubre con el yeso formado, lo cual impide su contac- to con el ácido sulfúrico. * Según esto, la sulfatación de la caliza debió alcanzar su mayor amplitud durante la primera fase de la formación del criadero; y aunque también las reac- ciones (4) pudieron verificarse en esta fase, su extensión debió ser menor que durante la segunda; porque en la primera, una parte del ácido sulfúrico se empleó en yesificar á la caliza. El azufre, que de acuerdo con las reacciones (4) pudo precipitar- se al comenzar la formación del criadero, se depositó también de preferencia en las grietas, ó en las cercanías de las grietas por las cuales circularon los vapores calientes. Digo esto, por- que las referidas reacciones alcanzan su mayor extensión: en caliente, y en presencia de un exceso de hidrógeno sulfurado, (1] Breislack. Voyages physiques et lithologiques dans la Campanie (2) D. T. Ansted. On Solfataras and Deposits of Sulphur near the Istmus of Corinth. Quart. Journ. Geol. Soc. of London. Tomo XXIX. 1873, pag. 363. (3) H. Coquand. L.c. pag. 111. (4) Ia., id. pags. 106-118, (5) James Bottomley. Memoirs and Proceedings of the Manchester ¡Literary d Phi- losophical Society. 1899, 4* Serie. Tomo Il. pag, 170. NA E a NA DA ] Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ 143 S y esa temperatura y este exceso existían principalmente, en las cercanías de las grietas por las cuales circularon los vapo- res calientes antes mencionados. A medida que los vapores anteriores se acercaban á la su- perficie del terreno, iban encontrando mayor cantidad de oxí- geno en las grietas por las cuales ascendían. Este aumento en la cantidad de oxígeno permitió que las reacciones (1), (2) y (4) alcanzaran mayor extensión cerca de la superficie del terre- no; y por lo tanto, en la parte superior de los criaderos de Ma- pimí la sulfatación debión ser más amplia; y pudo ser también relativamente mayor el depósito de azufre. Lo anterior pare- ce estar comprobado en los criaderos de Mapimí; pues la can- tidad de azufre contenida en ellos disminuye al aumentar la profundidad. Sin embargo, la desaparición de este metaloide á la profundidad, en determinada parte del criadero, no puede servir de fundamento para asegurar que el azufre no se encon- trará ya, al profundizar más los trabajos. En efecto, esa zona estéril puede ser solamente una parte de la grieta obstruida por el yeso, durante la fase de sulfatación de la caliza; y á ma- yor profundidad puede encontrarse el azufre, en los lugares por donde continuó la circulación de los vapores calientes, du- rante la segunda fase de formación de los criaderos mencio- nados. La teoría que he indicado, ereo que explica satisfactoria- mente todos los hechos observados en los criaderos de azufre de Mapimí. Sin embargo, esta teoría sólo es aplicable á la par- te superior de esos criaderos, es decir, á la parte comprendida entre la superficie del terreno y las cercanías del nivel hidros- tático A este nivel comienza el agua, y allí se encontrarán tal vez algunos sulfuros metálicos, probablemente: pyrita, cina- brio, y galena en pequeña cantidad, Este cambio en la natu- raleza del criadero, que nada tendría de raro pues se ha obser- 144 JUAN D. VILLARELLO. vado ya en otras localidades, *? será objeto de algunos párrafos de una Memoria que publicaré próximamente, con el siguiente título: Diferentes fases en la mineralización de los alrededo- res de Mapimí. Como resultado de la nueva teoría indicada, pueden for- mularse las siguientes conclusiones científico-industriales. Los criaderos de azufre de Mapimí, son terciarios epigené- ticos, y “arman” en calizas mesocretácicas. Están en relación genética con la eyección de las andesi- tas terciarias de la localidad, y son muy irregulares. Se formaron por un procedimiento neumatogénico princi- palmente; y la precipitación del azufre fué debida á la acción del oxígeno del aire sobre vapores calientes de agua é hidró- geno sulfurado, vapores que ascendieron por fracturas exoki- néticas y de presión. La mayor cantidad de azufre se encuentra en la parte cen- tral de los criaderos, cantidad que va disminuyendo hacia los “respaldos,” hasta encontrarse en estos, generalmente, el yeso casi puro. El azufre se encuentra mezclado con el yeso, se formaron en parte simultáneamente; y el yeso será, por lo tanto, una buena guía para encontrar al azufre en esos criaderos. La cantidad de azufre disminuye generalmente al aumen- tar la profundidad; sin embargo, la desaparición de este meta- loide en determinado lugar del criadero, no es indicio de que á la profundidad ya no existe azufre; y al profundizar más los labrados puede volvérsele á encontrar, siempre que continue el yeso á la profundidad. (1) G. F. Becker. Geology of the Quicksilver Deposits of the Pacific Slope. XIII Manograph, U. S. Geol, Surv. pag. 253. Los CRIADEROS DE AZUFRE DE MAPIMÍ. 145 El azufre se encontrará solamente en la zona de oxidación de los criaderos; y abajo del nivel hidrostático aparecerán pro- bablemente algunos sulfuros metálicos, con especialidad: py- rita, cinabrio y galena en pequeña cantidad. Los cruzamientos de las grietas y las zonas agrietadas an- teriormente á la formación de esos criaderos, serán probable- mente zonas de enriquecimiento en azufre de los criaderos mencionados. México, Octubre 7 de 1907. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 24. Infuence sénérale des erandes altitudes sur Porsanisme des, fnberculenx, Mémoire présenté au lleme. Congrés de Physiothérapie, áa Rome PAR LE DOCTEUR DANIEL VERGARA LOPE, M, $, A, -On a assurément discuté bien des fois la question des avan- tages présentés par les climats Valtitude, au point de vue du traitement de la tuberculose mais j'ai le devoir et la possibi- lité, gráce á mes études antérieures et aux conditions spéciale- ment avantageuses du pays que j'habite, d'insister encore plus, WVattirer votre attention sur ce sujet, et de pénétrer bien plus profondément dans le cosur de la question. D'ai!lleurs, au sujet de limportance du róle absolument supérieur que peut jouer la raréfaction de Pair, á légard de Vaction directe que ces fac- teurs exercent dans la biologie de "homme vivant sur les al- titudes, on ne trouve pas assez de documents dans les travaux classiques pour que vous puissiez me dispenser d'exposer ici les résultats que j'aj acquis pendant plusieurs années Vétu- des, consacrées á Papprofondissement de questions si intéres- “santes. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)—20. E MS A o e E 0 4 » A! - els " . J * A 148 DANIEL VERGARA LOPE. Ce court mémoire renferme, ainsi qu'on le verra, expli- cation scientifique claire, incontestable, de Paction si remar- quablement bienfaisante, que la climat Valtitude exerce sur Vindividu tuberculeux. Dans des mémoires spéciaux et dans un livre qui a obtenu une trés—-haute récompense dans un concours international, *? Jai démontré, au moyen Pun trés grand nombre d'observa- tions et Vexpériences, que lorganisme de "homme vivant sur les altitudes est le siége de modifications importantes, néces- sités par son adaptation á un milieu sec et raréfié. Les appareils respiratoire et circulatoire sont surtout ceux qui se modifient, et ces modifications consistent: 1*—Dans Vaugmentation, proportionnelle a Paltitude, du nombre des mouvements respiratoires et des pulsations. 2—Dans Vaugmentation proportionnelle de la capacité respiratoire des poumons et du sang. 3—Dans l'amplitude plus grande de Pextension thora- cique. - 4%—Dans la densification proportionnelle du sang et de tous les liquides de Porganisme. 5—Dans la diminution proportionnelle de la tension in- travasculaire du sang. Plusieurs de ces phénoménés ont été déja confirmés par des expérimentateurs européens et américains du Nord. Je vous prie de consulter excellent ouvrage du Docteur Knopf, de New York, sur les sanatoriums:” voir le tableaux des ef- fets produits par la chambre pneumatique á air rarófié: on ve- rra qwil y a une grande ressemblance, presque identité, dans les phénoménes observés. Je v'aurais pu désirer une confir- 1. Herrera € Vergara Lope.— ““LA VIE SUR LES HAUTS PLATEAUX. *—En frangais. México, 1899. Un volume in 4%, de 792 pages. Ouvrage couronné au Coucours Hodgkings ouvert par la Smithsonian Institution de Washington, E,U.A. qui a eu lieu en 1895. 2. Les Sanatoria: Traitement et prophylaxie de la phtisie pulmonaire, par S. A. KNoPFr. Deuxiéme édition, Paris, 1900. Un volume in-S, avec illustrations. Consulter l'édition américaine, en anglais' du méme ouyrage, page 226, As INFLUÉNCE DES ALTITUDES SUR L'ORGANI1SME DES TUBERCULEUX. 149 Y mation plus brillante de mon livre “La vie sur les hauts pla- teaux.” Il est médecin, qui, par le seul examen des cing propo- sitions citées ci-dessus, ne comprenne, sans explication, com- ment et de quelle facon, nécessairement, et dans un sens des plus favorables, le tableau clinique présenté par un tubercu- leux, doit se modifier, surtout dans les cas de tuberculose pul- monaire. Le déploiement plus facile et plus considérable des pou- mons; la circulation plus active de Pair et du sang a: travers les voies respiratoires et les cellules pulmonaires; l'arrivée dans tous les tissus de léconomie d'un sang plus concentré, C'est-a—dire, plus riche á volume égal, en hématies et en pha- gocytes; la tendance á la dessication des muqueuses, spécia- lement de la muqueuse respiratoire sont suffisantes pour dé- terminer des changements organiques extrémements favora- bles. Ces changements nous expliquent, comment, dans la pratique médicale chez nous, sur le Plateau Central du Mexi- que, á 2,280 métres au-dessus du niveau de la mer, nous ob- servons des cas de tuberculose, dans lesquels, il a sufí aux patients de se transporter, des bas niveaux des cótes á nos al- titudes, pour que leur maladie guérisse radicalement; á condi- tion que les malades ne soient pas arrivés aux périodes les plus avancés de lévolution du mal, et ne présentent pas de complications secondaires graves. Ceux qui, en Europe, ne donnent pas toute Pimportan- ce que les climats Valtitude possódent súrement pour la gué- rison de la tuberculose, et méme en doutent, commettent une trós grave erreur. Dans la plupart des cas la raison de cette erreur saute aux yeux: il ne leur est pas donné Vobserver des climats Valtitude situés á une aussi grande hauteur que les nótres, oú les effets de ce facteur peuvent et doivent se mani- fester necessairement au plus haut degré, sans qu'aucun au- tre ólément s'oppose á l'obtention des résultats. 150 DANIEL VERGARA LOPE. En effet, il "y a qu'une seule chose qui puisse s'opposer au succós, la diminution de la température, sujet sur lequel je reviendrai tout-á-'heure car je dois insister encore á cet en- droit sur les effets qui dépendent de deux autres facteurs des climats Valtitude et dont action biologique se montre sur les organismes, et produisent les modifications physiologiques auxquelles il faut attribuer la guérison des tuberculeux. Ces deux facteurs sont: Pabaissement de la pression barométrique et la sécheresse de Vair. La décompression atmosphérique active nous Pavons dit ci-dessus la circulation de Pair dans les poumons. A Mexico, par exemple, oú la pression moyenne de Pair est de 58 centi- .métres, le terme moyen de respiration par minute est,22, tandis qu'á Paris, dont la pression est de 75 centimétres, on donne comme ce terme moyen, la chiffre de 17 par minute. Cherchez la relation mathématique parmi ces quatre nombres et vous trouvérez qwils sont presque exactement proportionnels. Cet- te méme décompression de Pair augmente la capacité respira- toire des poumons, les dilate, et oblige les parties paresseuses á fonctionner. Jaccoud, le premier, a soutenu cette thése et mes expériences personnelles ne nous permettent plus d'en douter. En outre, la décompression fait afluer aux poumons une plus grande quantité du sang. On a observé, que Pair raréfié améne une congestion de la surface cutanée et respiratoi- re, eb qwil permet ainsi une distribution plus uniforme, dans les poumons pour ainsi dire, dans la presque totalité des orga- nes, et en régularisant la circulation de Pair et du sang, en augmentaut la superficie ou s'opérent les échanges osmoti- ques, on combat par cela méme la congestion des parties ma- lades. 1l y a done une dérivation du sang comme le ferait un vésicatoire ou une ventouse; seulement, dans «e cas, au lieu de se porter vers le tézument, le sang se porterait vers le pou- mon, des parties malades aux parties saines, et tout cela INFLUENCE DES ALTITUDES SUR L'ORGANISME DES TUBERCULEUX. 151 nous donne Vexplication du soulagement presque immediat expérimenté par les phthisiques, quand ils sont transportés des bas niveaux aux grandes altitudes. D'ailleurs, la décompression de Pair fait diminuer la pres- sion intrapulmonaire, en particulier, et la tension intravascu- laire du sang; en général on peut súrement, par ce moyen, combattre l'hémoptysie. 11 n'est pas rare de voir les malades victimes de cet accident, avant leur départ des bas niveaux, arriver au plateau central déja délivrés et sans trace de sang dans leurs crachats. Le sang disparait au fur et á mesure qwils montent vers le susdit haut plateaux. I'abaissement de la tension intravasculaire, phénoméne Vordre physique, auquel sont assujettis tous les organismes vivant sur les altitudes, a été aussi démontré par nombre d'ex- périences faites dans mon laboratoire, oú j'ai trouvé que, “a conditions égales, la tension vasculaire est en raison directe de la pression barométrique.? Aprés ces phénoménes qui sont la conséquence directe de la raréfaction de Pair, il faut considérer ceux qui dépendent plus spécialement de la sécheresse de Pair. Il est parfaitement établi que sur les altitudes, la séche- resse de Pair augmente. Or, Vinfluence de Pétat hygrométri- que sur la transpiration entanée et pulmonaire, a été Pobjet de recherches dignes du plus grand intérét. William Edwards s'est efforcé de prouver que la transpiration qui s'effectue á la surface de la peau ou de la muqueuse respiratoire, doit ébre classée parmi les phénoménes physiques, et peut étre compa- róée á ceux que présenteut certains corps poreux impregnés Veau et placés dans les mémes circonstances oú se trouvent les organismes de homme et des animaux dans les altitudes. Unesécheresse extraordinaire dans air provoque le maximum Vintensité de la transpiration. Le Docteur Denisson, de Den- yer, a prouvé aussi, au moyen d'observations et Vexpériences trós—bien faites, que par la transpiration on perd le double 152 DANIEL VERGARA LOPE. d'eau á Denver, (E. U. A.) 45,350 pieds au-dessus du ni- veau de la mer, que dans une région basse presque au niveau de la mer. Véraguth a démontré aussi par Vexpérimentation la réalisation du méme phénoméne. On a prouvé déja que laugmentation des éléments figurés du'sang est un des faits des plus importants et des plus cons- tants parmi ceux qui ont lieu chez les habitants des altitudes. Les observations de Moeller á Davos, celles de Reinert Stier- lin, Wolff, Kópe, Egger, Viault et les miennes, á Mexico, ont ajouté déja un nombre suffisant de données sur ce sujet si im- portant de la biologie des altitudes. Eh bien, voiei un phéno- méne directement lié á la sécheresse des altitudes, les expé- riences que J'ai faites tendent á le prouver: le sang perd plus Veau sur les altitudes, il est aussi plus épais, plus dense. Tan- dis qu'en Europe, et en général pour les hommes habitant des niveaux inférieurs, on a signalé comme moyenne pour la den- sité du sang, de 1,058 á 1,060, (maximum), j'ai trouvé á Mexi- co de 1,060 á 1,067.5, et comme moyenne, 1,063.2, le nombre de globules rouges par millimétre cube, étantá Mexico Vaprés mes observations personnelles, de 6.500,000, comme moyenne. Or bien, Moeller a montré á Davos, comment Porganis- me des tuberculenx est beaucoup plus sensible aux échanges de la pression atmosphérique; il suffit d'un léger abaisse- ment du mercure, pour observer tout-de-suite, l'augmenta- tion des hématies dans les malades du sanatorium. Moi, j'ai montré aussi, comment dans homme sain qu'on soumet aux variations des pressions obtenues au moyen de la chambre pneumatique, on peut faire varier aussi le nombre des globu- les rouges dans un temps trés court, aprés un délai de deux ou trois heures seulement, les modifications de la densité du méme liquide ainsi que celles de la tension intravasculaire, ayant suivi paraléllement le méme cours. La rapidité selon laquelle se présentent ces phénoménes, est seulement en rapport, avec la nature des causes physiques AA A EA A A e AS A SES E - INFLUENCE DES ALTITUDES SUR L'ORGANISME DES TUBERCULEUX. 153 qui les produisent. Le sang perd plus eau sur les altitudes, et par conséquent, il y a une augmentation fictive de tous ses principes fixes. En réalité, le nombre de globules rouges est le méme, mais on dirait cependant qu'il a augmenté si nous parlons en rapport du volume. Pour la discussion des expériences fondamentales de cet- te théorie, et tout ce qui se rattache au méme sujet, je vous prie aussi de consulter mon livre. A présent, la série de faits surlesquels j'ai attiré votre attention doivent suffire, je lespére, pour expliquer pour quelle raison je vous ai rappelé la vieille question de traitement de la tuberculose par les climats d'al- titude, et si, je suis arrivé au moyen de Pobservation et de lP'ex- périence physiologiques, á trouver la vraie explication á l'ég- ard de Paction favorable que les altitudes exercent sur les ma- lades victimes de la phthisie, je vous dirai avec le grand Clande Bernard: “La Physiologie doit étre la base nécessaire d'une médecine súre Yelle méme, et comme toujours, elle est appelée á contribuer au bien—étre de 'hygiéne et de la thérapeutique.” J'ai dit dans ce mémoire, que le seul facteur qui puisse s'opposer dans les altitudes pour obtenir Pamélioration des tu- berculeux, est l'abaissement de la température atmosphérique, quí se produit au fur et á mesure qu'on s'éléye sur le niveau de la mer. Certes, les sanatoriums européens qui, cependant, Watteignent pas au-dessus du niveau de nos vallées, sont pres- que inhabitables pendant l'hiver pour la foule des malades dé- licats, qui ne peuvent sans péril affronterle froid de ces régions. A Davos, par exemple, (1,550 métres daltitude), pourtant une des stations les plus réputées de Europe pour les bons résul- tats que Pon y obtient au point de vue de la guérison de la tu- berculose, le froid est si vif, vous devez le savoir, que le ter- mométre s'abaisse parfois 4 240 ou 309 au dessous de zéro. Il neige en toute saison, méme au mois Vaoút. L'époque de la fonte des neiges, qui commence vers le mois de mars, est une période tres désagreable, fort redouté des pensionnaires du 154 DANIEL VERGARR LoPE. sanatorium et, par contre, au cours de l'été, la colonne du ther- mométre monte jusqw'á plus de 330 centigrades. Mais cet- te température et cette variation du thermométre v'exis- tent jamais sur les hauts plateaux des endroits inter tropie- aux, comme le vaste Plateau Central mexicain. Jé dois insis- ter, Vune facon particuliére sur le climat de ce dernier, parce qwil est absolument impossible aux personnes qui n'ont pas séjourné dans ce pays, de se faire une idée exacte sur ce que je dis. L'anecdote suivante nous fournit la preuve de la véri- tó de cette derniére afirmation: M. le Dr. Licéaga, qui est une de nos gloires médicales, 4 Mexico, assistait pendant le mois Vaoút 1890, au Congrés de la tuberculose, á Berlin *). On sait la chaleur qui régne en cette ville pendant la période caniculaire. Un des savants européens, assitant au Congrés, ditá Mr. Licéaga. “Vous, qui habitez un pays situé sous le tropique, sous le 19%" degré de latitude, vous devez trouver quil fait trós frais en comparaison avec la ville de Mexico, qui je suppose, en ce moment doit ressembler á une fournaise.” “¿Quelle erreur est la vótre répondit le Dr. Licéaga.— A Mexico, oú par contre, il ne fait jamais froid pendant ''hi- ver, au cours des plus chaudes journées de Pannée la tempé- rature maxima ne dépasse pas ordinairement, 24 á 25 degrés centigrades; la moyenne de la journée ne s'éléeve jamais á plus de 16 á 17 degrés, est-á-dire, á la température moyenne des jours les plus agréables de votre printemps et de votre au- tomne.”—Le savant européen ne pouvait eroire ce qwon lui disait. j En effet, dans mon pays, dans la plus grande partie du haut platau mexicain, oú depuis le commemcement avril á la fin de septembre, on voit le soleil au zénith, la moyenne de la tem- pérature annuelle, moyenne déduite des chiffres fournis par (1) Ox il présenta un trós intéressant rapport sur la Vallée de Mexico, considérée comme station sanitaire pour les tuberculeux. INFLUENCE DES ALTITUDES SUR L'ORGANISME DES TUBERCULEUX. 155 lObservatoire Météorologique Central de Mexico, au cours de 30 années observations, est de 1505, Dans les pays tempérés, situés par des latitudes plus bas- ses, froides en hiver, chaudes en été, les chiffres correspon- dant aux moyennes annuelles, déduits comme la moyenne á Mexico, par le calcul, ne s'observent presque jamais dans la réalité. Il en est pas de méme á Mexico, oú la moyenne des 24 heures, pendant toute Pannée et en toute saison est d'en- viron 160 cent. Ce fait est déjá extrémement remarquable: mais ce qui Pest plus encore c'est que les moyennes des 24 heures ne s'élé- vent jamais au dessus de 279, aux jours les plus chaudes de lPannée, et ne s'abaissent jamais audessous de 14, aux jours les plus froids. Ces conditions météorologiques sont si diffé- rentes de celles que les hommes sont habitués á observer dans les pays tempérés de Europe, qu'¡ls sont incapables de se les représenter s'ils "ont pas vécu toute une annéeá Mexico. La raison principale de ces conditions exceptionnelles, c'est que la Vallée de Mexico, si elle ne voit jamais le soleil s'éloigner sensiblement de la verticale, est située, á prés de 2,309 m. au— dessus du niveau de la mer. C'est la, ne Poublions pas, Palti- tude des sommets alpestres et pyrénéens, qui restent en toute saison couverts de neige. Sous cette méme latitude au niveau de la mer, sur les bords du golfe du Mexique ou du Pacifique, la température reste torride méme en hiver, et devient extré- mement pénible á supporter, dés le printemps. Mais, au fur et ájmesure, que lon s'élóve vers limmense plateau central mexi- cain, la combinaison de ces deux facteurs, basse latitude une part, altitude du terrain de Pautre, produit ces singuliéres et multiples combinaisons climatologiques que Pon rencontre de- puis la cóte jusqu'au plateau central, en parcourant un nom- bre relativement restreint de kilométres. Toutes ces données sont suffisantes pour faire disparaítre la croyance á Pexistence de cet obstacle, abaissement nui- Mem. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —21. 156 DANIEL VERGARA LOPE. sible de température par la hauteur, puisque nous avons de trós grandes altitudes avec ces conditions climatériques, vra- iement paradisiaques, oú les malades peuvent s'établir avan- tageusement, et se promener en tout temps et sans crainte, au milieu de bosquets embaumés, baignés dans les flots d'un so- leil qui ne fait jamais défant. Il y a aussi dans les climats dVPaltitude d'autres facteurs qui viennent contribuer aussi aux bienfaits que peuvent en retirer les tuberculeux, mais ils ont été déja parfaitement étu- diés, et j'en ferai seulement mention. Je me rapporte á la plus grande luminosité comme conséquence dun air plus léger qui permet lParrivée des rayons du soleil en quantités plus gran- des et aux pittoresques paysages qui, par leurs conditions spé- ciales de beauté ont été toujours si renommés, si admirés par tout le monde, et servent aussi á relever les forces de Vesprit. Comme vous Paurez remarqué, ce mémoire a eu seulemenrt pour but, 'explication que je trouve véritable, sur la fagon dont les climats Paltitude opérent dans Porganisme des tubercu- leux, et produisent des changements physiologiques qui amé- nent toujours un soulagement pour ces pauvres malades, et quelque fois méme leur guérison. Les observations cliniques du Dr. Licéaga ont déjá confirmé chez nous cette action dans la pratique journaliére, et il a presenté ses études si importan- tes devant le monde médicale. Par conséquent, nous ne devons jamais mépriser le traitement climatérique de la tuberculose par lPaltitude, surtont, quand il y a sur la terre de grandes éléva- tions si avantageusement situées comme la Vallée de Mexico; laquelle, á mon tour, et comme Pa fait mon savant maítre á Ber- lin, en 1890, je vous offre comme une station idéale, pour y établir des sanatoriums pour les phtisiques. Mais loin de moi l'idée de vous recommander ce traitement comme le seul qui puisse atteindre la guérison de la maladie. Nous devons avoir toute notre espoir dans la séramthérapie, dont le complet succéós n'est pas trés éloigné, j'en suis pres- que súr. Dans les altitudes et au niveau de la mer, je suis un INFLUENCE DES ALTITUDES SUR L'ORGANISME DES TUBERCULKUX. 157 partisan décidé du traitement par réclusion dans les sanato- riums spéciaux. (Le “closed treatement” des Anglais). Comme résumé de ce mémoire, j'ai 'honneur de vous pré- senter les suivantes conclusions. COPCETUSIODS. 1.—Les climats d'altitude ont toujours une action bienfai- sante et certaine sur lorganisme des tuberculeux, surtout, quand les endroits sur lesquels on cherche cette action, ont une altitude tres élevée, et que les autres facteurs de ces cli- mats: température, etc., sont aussi favorables que celles qu'of- re la Vallée de Mexico. II.—Cette action bienfaisante dépend de linfluence direc- te que Valtitude exerce sur Vorganisme de "homme vivant dans les altitudes, développant des modifications importantes, néces- sités par son adaptation á un milieu sec et raréfié. Les appa- reils circulatoire et respiratoire sont surtout ceux qui se mo- difient, eb ces modifications consistent: A. Dans Paugmentation, proportionnelle á Valtitude, du nom- pre des mouvements respiratoires et des pulsationes. B. Dans laugmentation, proportionnelle aussi, de la capacité respiratoire des poumons et du sang. C. Dans Pamplitude plus grande de l'extension thoracique. D. Dans la densification proportionnelle du sang et de tous les liquides de Vorganisme. F, Dans la diminution proportionnelle de la tension intravas- culaire du sang. TIT.—Sans cesser de faire usage des austre traitements conseillés jusqu'á présent comme les plus utiles, nous devons recommander aux malades de tuberculose, leur établissement dans les sanatoriums des grandes altitudes, et s'1l n'était pas possible, recourirá Papplication de bains de pression á air ra- rófié, dans la chambre pneumatique. Octobre 1907. OUR MAL AIAD LEDO UTA ho 4 e Ed ” r-Ñ A r M A 4 he a Hitanod HA0 GWTIA Y 81100 ñ Y mn y A a y y ¿ » j , p . $2 + k Ñ me > A : pó; yl ,.) e P i y . H ' ' Jj ? . r 6 : ES pl , s hd . Ñ sol A O A o - y 4 Pr y “0 1551 E 1114 ' y , y 5 UNEN ) , 1 ES y ' + y Le | ui A , Ñ he de Ñ . * 3 4 Ñ 4 BA, . | ñ ' , A ; hol" » mé q ll Ñe NE cast HI Ñ , E de u i y e he ; a . Ñ A o E k roda , EAS pl :() DAS F SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*'ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26 RESULTADOS DE LOS ANALISIS DE TIERRAS ARABLES, POR EL DOCTOR FEDERICO F. VILLASEÑOR, M, $, A. PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES. Estado de Guanajuato Peso de un litro de tierra secada Distrito: Apaseo al aire 1 k. 222,496. Municipalidad: Apaseo Agua higroscópica. 34.678 por mil. Hacienda Mayorazgo 1. Poderabsorbente=488,127 por mil. Reacción: Neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca = 1035.962 de tierra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- daron sobre el ta- miz de 5mm.... 0.000 Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.917 daron sobre el ta- Calcñreo toy aia 0,274 Adel mm... >> 6:98) -Grava. 00 5.694 Agua higroscópica” ... 43.277 Materia orgánica y volátil 100.635 STA e 1.927 gruesa” 15,894 Tierra fina 993.115 Arena: 601.977 HA... 2 119.087 polvosa. 567.996 AMA a a o 245.299 1000,000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina seca, equivalen á 1045.563 de húmeda. (2) Separadas por tamices de 0.5 y 0.2 de milímetro. 160 ls F. F. VILLASEÑOR. ANALISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 43.577. Materias combustibles y volátiles 144.909 comprendiendo: IN OBNONBÁDICO: ee at ld ae ON 0.328 Azoe armoniagal.L Ed la e Id. ALLE A 0.070 ¡AZOOIDTTOO e sr o aa ed 0.162 ¡Ape toba. caos pie ls a a E AN 0.560 Parte soluble en frío en ácido clorhídrico 91.650 compren- diendo: Oxidos de, hierro y aluminio, - -....<--==% == 3. 0ud 2.948 MI A O aaa da a dE AS 0.932 Magnet... par e at ÓN 0.345 E OS rs e e E 0.195 E Ma E E A e AR 0.002 JAGIAO TOBLONLCO Udo di A SAPO Aa 0.009 ¿Acido SulfUricos-. ase oia cs e e ad SN 0.032 ICAO CAT DODIOO = tia a loo de NN 0.623 Artio ¡silÍCIGO ea aaa to aci io E Ed 0.102 DIO. so tac as as eN 0.140 Parte insoluble en frío en ácido clorhídrico 719,864 com- prendiendo sol. en ácido fluorhídrico: Oxido de hierro y aluminio...... co 104.351 EN A RS RA E E 0.119 E AA A y 2.281 IRA E A, A 19,239 A A 20.444 Acido LostÓrIGO «¿nar saeta cd 0,115 (1) Conteniendo ácido fosfórico coluble en citrato AN A NA A 0.003 RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILABLES INMEDIATOS ELEMENTOS DE RESERVA. Ad A E 0.560 Acido fosfórico..-.. 0,121 Acido fosfórico..... 0,003 Potasa. nadia 20.444 OMAR rn o 0.002. Cal... 2 0.119 DA ia dos 0.932 Magnesla.......-.. 2.281 ANALISIS DE TIERRAS ARABLES, 161 PROCEDENCIA- CARACTERES GENERALES, Estado de Guanajuato. Peso de un litro de tierra secada al Distrito Apaseo. aire 1 k. 273.496. Municipalidad: Apaseo Agua higroscópica 78.807 por mil. Hacienda Mayorazgo 2 Poder absorbente 609.083 por mil. Reacción ligeramente alcalina. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca =1085.541 de tie- rra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.052 dan sobre el ta- Calo dde alada 0.022 miz de 5 mm. DOSO GOARLOS A LE Odo A 0.456 Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.772 dan sobre el ta- Calcóroo esp a 0.044 miz de 1 mm. LAR AAA 8.326 Agua higroscópica " ... 52,778 Materia orgánica y volátil 89.387 ; Arenoso.... 1.327 9) Caráeo 1,921 4 Impalpable, 0.594 gruesa ? 29.528 Tierra fina 990.328 Arena 690.541 “fina..... 30.077 polvosa.. 630 936 APA a a 255.701 1000.000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina, seca, equivalen á 1056.294. (2) Separados por tamices de 0.5 y 0,2 de milímetro. 162 F, F, VILLASESOR. ANÁLISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 53.294. Materias combustibles y volátiles 103.100 comprendiendo: IAZOO DEBÁRICO. 7 blico de td a lA 1.697 INZOOVATIÓNIACAL 4D a da a PA 0.112 AROS DICO Pa a O IN 0.011 ZOO MOL IS a ca AS AE 1.820 Parte soluble en frío en ácido clorhídrico 103.100 compren- diendo: Oxido -de hierro y aLUMIDIO «o 42.217 Malo. re ES IAPMIAMIO, y 6 6 0 a 8.831 Manos NA RI UN 2.723 A LR e E 2.128 PO a 0.053 Arido fosfórico (lid. tr 0.030 Acido. SUÍTÚTICO c1054 ti Di A ÓN 1.063 ACIO: CAPDÓDICO: A 0.275 ¿Arido BUÍCICO 2 ti A DE 1.190 TE O A A E 0.320 Parte insoluble en frío en ácido clorhídrico 753.324 com- prendiendo sol. en ácido fluorhídrico; Oxido de -hierro:y aluminio; Lo... ¿UL 27.621 Cal 2. trino AUGE SN Ea 0.146 Magnesla....-.. -- RI o TIPA AN Fo 0.110 OB DOME AA MAI ON 1.599 1 A A A 2.713 ¡ora Lor EGO VS li e an lo a ON 0,301 (1) Conteniendo acido fosfórico soluble en citrato de amoníaco....... A A 0,016 RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILABLES INMEDIATOS. ELEMENTOS DE RESERVA. Pa AS A 1.820 Acido fosfórico...... 0.315 Acido fosfórico...... 0.016 ¿Potasáa.:: au o AR o AO 0.053 Cal... EN 0.146 dd o e 8.831 Magnesia ....... ... 0.110 A WE ANALISIS DE TIERRAS ARABLES. 163 PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES, Estado de Guanajuato. Peso de un litro de tierra secada al Distrito Apaseo. aire 1 k. 145466. Municipalidad: Apaseo Aguahigroscópica 33.854 por mil. Hacienda Mayorazgo 3 Poder absorbente 554.986 por mil. Reacción: Neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca = 1033.970 de tie- rra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- dan sobre el ta- miz de 5 mm. 0.000 Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.51 dan sobre el ta- Calcáreo. ---.. 2410220 miz de 1 mm. 190" Gravatar 7.454 Agua higroscópica Y .. 43.875 Materia orgánica y volátil 184.875 ; Arenoso.... 0.711 Caleáreo 1,785 Impalpable. 1.074 gruesa Y 17.779 Tierra fina 991.810 Arena 536.123 fina..... 16.363 polvosa.. 501.981 AA A LA ds 225.340 1000.000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina, seca, equivalen á 1046.298 de húmeda. (2) Separadas por tamices de 0.5 y 0,2 de milímetro. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) — 22. . 164 TF. F. VILLASEÑOR. ANALISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 44.237. Materias combustibles y volátiles 186.577 comprendiendo: Azoe Orgánico --....--... lt a A 2.781 'AZOS 3 monmaral. usa dei dí oa de ÓN 0.140 ¿AUZOB DÍTTICO hs de e O 0.019 AGO botal: as os PA ic AA 2.940 Parte soluble en frío en ácido clorhídrico 96.100 compren- diendo: Oxidos de hierro y alumini0...-.......ooooooo.... 37.100 EA AR PA NR RS Me Dl y a 8.893 MADE Dd O Se 3.633 TO NT AN O a A 1.133 Potasa o II 0.065 ¿Acido fosfórico... 2. ias lo 0.056 Acido BOlfÚrICO nl do oO AS 0.274 Acido carbónico............-- É 4.767 Acido silícico ...... Y eN e e 1.006 CIDO «E a AA 0.160 Parte insoluble en frío en ácido clorhídrico 673.086 com- prendiendo sol. en ácido fiuorhídrico: Oxido de hierro y aluminio...... A 22.077 A A 0.014 Magnesia e Se o AN 0.242 A A AAA A 9.154 POLA io IAE 2.692 Acido fosfórico . - A 0.000 -(1) Conteniendo PEE end SIE en cita DO AOUÍROO + abr sa mt oca ars e ÓN 0.018 RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILA BLES INMEDIATOS ELEMENTOS DE RESERVA. A ida 2.940 Acido fosfórico. -.. 0.038 Acido fosfórico..... 0.018. - Potasa .¿.emicisas CN PObaBA ui. a... "0065. Cali. e A 0.014 os ..- 8893 Magnesia ..... .... 0,242 IMARDORÍA «o issnoo 3.633 ANALISIS DE TIERRAS ARABLES. 165 PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES. Estado: Veracruz. Peso de un litro de tierra secada al Cantón: Córdoba. aire: 1k 04832. Municipalidad: Córdoba. Agua hidroscópica: 26.7 por mil. , Hacienda: San Migueli- Poder absorbente: 394,420 por mil. to A, Reacción: neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada: ? 1000 de tierra seca=1027,432 de tie- rra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO. Residuos que que- dan sobre el ta- miz de 5 mm. 0.000 Residuos que que- Materia orgánica y volátil 0.110 dan sobre el ta- Calcáreo: sz PAN LA 2.100 Acido fosfórico....-.- 0.068 Acido fosfórico... 0.009 . Potasá .:.. ce 5.114 Potasa. . EN, 0012 Ca ui: AS 7.492 CUERO 0.849 Magnesia........... 8324 Magnesia .......... 0.122 ANÁLISIS DE TIERRAS ARABLES. 167 PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES. Estado de Veracruz. Peso de un litro de tierra secada Distrito: Córdoba al aire 1 k. 15462. Municipalidad: Córdoba Agua higroscópica. 15.3 por mil. Hacienda San Miguelito 8 Poder absorbente: 474,080 por mil. Reacción: Neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca= 1015.538 de tierra húmeda. ANALISIS FÍSICO-QUÍMICO, Residuos que que- Materia orgánica y volátil 1.402 daron sobre el ta- Galoáreo)-2 30 dali 1.674 miz de 5mm.... 44.610 Calcáreo --............ 41.534 Residuos que que- Agua higroscópica” ... 4,176 daron sobre el ta- Materia orgánica y volátil 3.866 Made Lina... CODOS CAVA ocacion oo 47.866 arenoso. 0.090 Calcareo 1.169 < impalpa- ble... 1.079 ruesa”? 62.972 Tierra fina 899,482 Arena: 428.392 « fina...... 66.644 polvosa. 298.776 A o a a 314.090 1000,000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina seca, equivalen á 132,028 de húmeda. (2) Separadas por tamices de 0.5 y 0.2 de milímetro. 168 F. F. VILLASEÑOR. ANÁLISIS QUÍMICO. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua higroscópica 31.034. Materias combustibles y volátiles 141.300 comprendiendo: INTO OFERDICO - a ara de ei a e e E UN 1.055 Ir ¡A A 0.182 AZOB MÍNCO 2-2 0 a aa do arm ati ota E 0.023 AZOOCobal do o A de EN 1.260 Parte soluble en frío en ácido clorhídrico 136. 500 compren- diendo: Oxido de hierro y aluminio” --.. --.-Br2a 400% 16.762 00 cal e el ele aa ds dl DR da 0.112 Magnesia A E A 0.093 CN nn ln > A e 0.139 A O A or aa rai Airis A 0.112 Acido Losforwo (17. EGEL A 0.080 IS a OS A 0.237 Acido: CARDÓNICO. ¿2 deso bn ae Aa TEN 0.177 Acido SUÍCICO. ¿a EN 0.556 COOL O SI ÓN 0.150 Parte insoluble en frío en ácido clorhídrico 691.166 com- prendiendo sol. en ácido fluorhídrico: Oxido de hierro y. alumindo. ves y. 2 ee 154.683 ALIS A q A IN A E 8.372 IIASRERÍA: 0 ae 00a e ADAN 0.149 OMA e coa LS ARAN DS e - 50.731 YE AA E E 5.529 Aseido; fosToridO.. Lippi dd To De AS No hay. (1) Conteniendo acido fosfórico soluble en citrato TAMOS rr o A TON 0.009 RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILA BLES INMEDIATOS. ELEMENTOS DE RESERVA. ARO + ESOS 1.260 Acido fosfórico 0.071 Acido fosfórico Ue 0,009 Potasa. 2... oee ol 5.529 POS os PI E 0112 Cal... 7 A 8.372 Cale ici ta DIAZ. MARA AS 0.149 eye Jar lod! 0.093 ANALISIS DE TIERRAS ARABLES. 169 PROCEDENCIA. CARACTERES GENERALES, Estado de Veracruz. Peso de un litro de tierra secada al Cantón Córdoba. aire 1 k. 00838. Municipalidad: Córdoba. Agua higroscópica 14.5 por 1000. Hacienda San Miguelito C Poder absorbente 512.160 por 1000. Reacción: Neutra. Espesor de la capa de tierra anali- zada? 1000 de tierra seca = 1014.713 de tierra húmeda. 1 ANALISIS FISICÓ-QUIMICO. Residuos que que- daron sobre el ta- miz de 5 mm. .. 0.000 Residuos que que- Meteria orgánica y volátil 0582 daron sobre el ta- els y AO dal rg 0.372 iisdeL mam «9.104 Gravacicémia all 2.210 Agua higroscópica”.... 22.721 Materia orgánica y volátil 188.801 ( Arenaso. 0.176 Calcáreo 0.469 ) impalpa- ble... 0.293 gruesa”! 50.910 Tierra fina 996.836 Arena 313.410 < fina.... 78.869 polvosa. 183.631 Puyo IEA E o TAO 471.435 1000.000 1000.000 (1) De donde se deduce que 1000 de tierra fina seca, equivalen á 1023.325 húmeda. 2) Separadas por tamices de 0.5 y de 0.2 de milímetro. 170 F. F. VILLASEÑOR.— ANÁLISIS DE TIERRAS ARABLES, ANÁLISIS QUÍMICA. 1000 partes de tierra fina secada al aire, contienen: Agua hidroscópica. 22.794. Materias combustibles y volátiles 189.400 comprendiendo: AUTOR MOTRÁDICO. «52 pco ace tl a EN 3.514 'Azgee 'amomiacal 2. 0.252 AZzO08 NÍÉTICO... ...---.. A E 0.014 AZOO tt A SAO LAY ds RA RA 3.780 Parte soluble en frío en ácido clorhídrico 199,800 compren- diendo: Oxido de hierro y alumini0...............-. ed 36.795 IN MUESTRA A E 0.140 Magnesia.- 3... vut: ES AA AN 0.002 ro E AI E 0.204 PoOtaaa. O O 0.028 Aoido fosfórico (IIA no so a a ON 0.026 AO SUI taria dde BR A o 0.048 Acido carbónico... de aia da eN 0.040 ÁGISO SIÚÍGICO 2 oie a ON 1.566 koro Va o e lA 0.100 Parte insoluble en frío en ácido clorhídrico 588.006 com- prendiendo sol. en ácido clorhídrico: Oxidos de hierro y aluminio.....-....oooooo... 95.022 A O 7.056 MAR TEOSTe,: RIOS O NAS O IÓN 0.941 e RS RE O E 5.174 Pola a od 0.188 Acido fostOribo UE UA TA No hay. (1) Conteniendo ácido fosfórico soluble en citrato do AMONIO. encia nit e hala dl dd CN 0.005 RESUMEN. ELEMENTOS ASIMILA BLES INMEDIATOS. ELEMENTOS DE RESERVA. ARO o ES CA, 3.180 Acido fosfórico.....-. 0.021 Acido fosfórico...... 0.005: 'Potasá . «subi eeh 0.188 POTS 0.028 “Cal... ¿. ¿la a 7.056 Calico dl» 0.140 Magnesia..........-. 0.941 SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE,” MÉMOIRES, T. 26. A AAA A KE O PA IRTE EAT IVAR PORTANTE TTD SIA Antas complementarias 4 las “Breves reglas de Cronología práctica,” POR EL PRESBITERO CALIXTO DEÍ R. ORNELAS, M. $, A, Que también las ciencias nacen, crecen y se desarrollan, es una verdad palmaria que nadie puede negar. Precisamente en nuestros días, vemos como las ciencias naturales se desa- rrollan admirablemente, así como la filosofía en la floreciente Grecia de otro tiempo. Pero en medio de ese maravilloso concierto, encontramos á la ciencia cronológica, aunque inseparable de la Historia y de la Astronomía, que se le llama ciencia obscura, un cam- po abrupto, é inaccesible, y respetables autores están de acuerdo en decir, que la cronología, aun está en pañales. Y por cierto que ha tenido una infancia no solo secular sino mi- lenaria, con una confusión de diversos cómputos de eronolo- gías que cada nación presenta la suya con mil sinuosidades ó cuestiones problemáticas tan intrincadas, que hasta hoy día no se pueden resolver. Esto ha hecho que los científicos modernos perdiendo to- da esperanza, y como último recurso han apelado á la Geolo- gía y á la Arqueología en busca de la edad del mundo, ya que ni de los códices más antiguos del Egipto, ni de la misma Mem. Soc. Alzate. México. T., 26 (1907-1908),—23. 172 C. R. ORNELAS. Biblia han podido arrancar una edad cronológica y exacta del hombre sobre la tierra. ¿Acaso este cúmulo de dificultades sean las que impidan la vida y el desarrollo de la "Cronología, para que llegue á su más elevado apogeo y desempeñe el importantísimo papel que debe en el teatro de las ciencias, como la antorcha soberana de la Historia? Veamos en conjunto las dificultades y precicemos los pun- tos”más culminantes. La Cronología Bíblica, aun en la misma ciencia se ha teni- do por la más cierta quizá hasta hoy, para único punto de apoyo respecto de la edad del hombre, como veremos adelan- te. Antiguamente la Cronología Bíblica, se le creía incluída en la revelación divina; pero actualmente los exégetas mo- dernos dicen clara y terminantemente, que de los libros de Moisés, no se desprende una perfecta cronología. El Padre Juan Mir en su obra de la creación, 3* edición, tomo IT, cap. XLV dice:...... ““que las genealogías bíblicas no son conti- nuas, sino discontinuas, que faltan fechas numéricas en el será si se llega á reconocer que las tablas eronológicas de la Biblia, están incompletas y mermadas? Que desde Adán has- ta Abraham, apenas, disponemos de ramas sueltas y mutila- das, tales, conviene á saber, cuales eran menester y no más” - EA “* que hay razones para sospechar que en la Biblia se omiten generaciones”...... “4 causa de las omisiones que pue- dan suponerse...... 44 El esclarecido Rougé dice: “La Biblia en ningún lugar afirma que el mundo tenga cuatro, cincoó seis mil años (A. C.); nosotros somos los que hemos creido poder, con ayuda del cálculo, llegar á estos guarismos, que al fin expresan sumas cuyos sumandos no tenemos enteramente conocidos.” Según esto, —dice el Padre Mir,—no hay cronología bíblica, es decir, contenida material ó formalmente en la escrituras; lo que sí 7 == NOTAS'Á LAS REGLAS DE ORONOLOGÍA. 173 hay, es grandísima variedad y confusión de cómputos hechos por los escriturarios con el artificio de sus sistemas; cómputos sujetos á discusión é inciertos por resultar de combinaciones dudosas, etc.” Mortillet, dice: “La Biblia, ese aclamado fruto de la revela- ción y depósito de toda verdad, ha sembrado grandes discordias entre los cronólogos, de suerte que no han podido entenderse acerca del tiempo transcurrido desde la creación de Adán has- ta el Nacimiento de Cristo.” Y en seguida dice el Padre Mir: —“¿Qué culpa tiene la Bíblia de las discordias de los cronó- logos? En el mismo capítulo dice el P. Mir:.... “la tolerancia de la Iglesia en tanta diversidad de cálculos dan luz y persuación para concluir fundadamente que es incompleta y mermada la cronología bíblica.” También dice: “No puede ponerse en duda, repetimos, en que la cronología bíblica, vaga, incierta....” Por el estilo, mucho se dice que no hay continuidad en la narración de los hechos y en las genealogías de los libros sa- grados. En mi humilde concepto, solo es una la dificultad "funda- mental de tanta cuestión; solo un problema y es: encontrar la edad del hombre sobre de la tierra. De la dificultad de este problema nacen otros dos más y son: 1? ¿De la falta de solución de este problema de la edad del mundo se infiere que no haya cronología bíblica? 2 ¿Hay ó no, discontinuidad y falta de fechas en las genealogías bí- blicas? Aunque no es mi propósito tratar cuestiones tan delica- das, guardando aquel consejo de San A gustín que dice: “Serya- ta semper moderatione piae gravitatis nihil credere de re obs- cura temere debemus” (P, Mir, Creación, tomo II, pág. 462), me limitaré á hacer de paso varias observaciones: Primera.—No son los problemas ni la solución de ellos los 174 C. R. ORNELAS. / que constituyen la vida de una ciencia, sino sus principios só- lidos é incontrovertibles. Luego, por la falta de [solución de uno ó más problemas no podemos inferir la no existencia de una ciencia. Luego porque se ignora la edad del mundo que constituye un problema, no puede inferirse que no haya ero- nología bíblica. Segunda.—Como la revelación divina está velada por la incomprensibilidad de la sabiduría infinita, hasta hoy, no le ha sido dado al hombre entresacar y distinguir la cronología sa- grada que necesariamente debe desprenderse de los libros de la Biblia, como obra perfectísima del Creador. También los raudales de luz divina, deslumbran al hombre para demostrale su incapacidad. Si en el mundo corpóreo nos encontramos ro- deados de la realidad material y ésta misma es un conjunto de misterios para el hombre; nuestro mismo organismo y nues- tra vida es un misterio en todas sus funciones. Pues ¿qué di- remos de la revelación divina nacida de la fuente inagotable de Sabiduría infinita? Solamente la ignorancia, dice con razón M. Hebert, es capaz de imaginar que la ciencia humana es todopoderosa. Entonces ¿qué culpa tiene la Biblia de la incapacidad del hombre? Tercera.—Ahora, si por el más ó menos conocimiento de hechos históricos, ó de la subrepción de tiempo y de genealo- logías, ete., se mide ó se manifiesta la vida y desarrollo de una ciencia ¿qué diremos de la ciencia Astronómica? ¿cuánto le fal- ta por conocer? Hasta hoy no le ha sido dado al hombre ras- gar con su pupila ese zafir hermoso del firmamento para con- tar siquiera, esa pléyade infiinita de mundos sidéreos y cam- pear por aquellos arcanos de luz, para contemplar de cerca las grandiosas maravillas y las bellezas del Soberano Artífi- ce. Si del pequeño planeta la luna todos los días estudian los astrónomos: el fondo de sus mares, sus cráteres volcánicos AO dt ds NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 175 y sus montañas, sin que hasta hoy tengan un conocimiento elaro de ella; qué, por ésto debieran esclamar los astrónomos. ¡No hay Astronomía! Pués ¿por qué ignoramos la solución de un problema, po- demos decir, no hay Cronología? Cuarta.—De la discontinuidad de las listas genealógicas: ¿qué razones tienen los exégetas modernos para demostrarlo? Ninguna prueba que tenga positividad y evidencia necesarias nacen de razones puramente negativas é hipotéticas, de temo- res y sospechas, y ni éstas cree el Padra Mir, sean evidentes como se desprende de sus palabras, que....“hay razones para sospechar” Más adelante....“de las omisiones que puedan supo- nerse” en fin, todas las razones que tuvieren, vagan más en la incertidumbre que aun la misma cronología sagrada; pues és- ta por más problemas que presente, y dificultades, de hecho existe formada y basada en la verdad de hechos históricos, de fechas y lugares, etc. Ahora ¿que de los temores y sospechas, deberemos inferir una consecuencia cierta y positiva? El Car- denal Macella exclama: “Yo no entiendo porqué han de po- nerse al abrigo de semejantes efugios, cuando tenemos pa- tente y á la vista un camino derecho que podamos seguramen- te seguir. Porque á cuantos atribuyen al genero humano in- definida ancianidad, podemos decirles: vuestras razones nada prueban ni concluyen el intento, luego no es posible apartar- nos de la referida cronología.” Pues de hecho, se han inventado muchos sistemas, pero ninguno ha arrancado el aplauso unánime de los exégetas mo- dernos, ni tienen el visto bueno de la conciencia, todos ellos han muerto eclipsados por el sol explendoroso de la misma ciencia. El Padre Mir dice: “Si es fácil arbitrar sistemas no es si- no muy arduo apoyarlos en razones macizas; que el piélago de la hipótesis es anehuroso pero malo de vadear y muy expues- to á peligro de naufragio. Los exégetas católicos tienen bien 176 C. R. ORNELS, consultados y examinados todos los códices, tienen vistos y pasados los senos del vasto mar de las Escrituras; y así no es creible que anden, tocando á la suma de años tan errados y mentirosos como la arrogante interpretación quiere suponer.” Quinta.—En fin, si porque se acusa á la cronología bíbli- ca de incompleta y mermada, que no nos da la edad exacta del mundo, se infiere que no hay cronología bíblica, esto mismo entonces, se podría inferir de la cronología universal de todos los pueblos, porque ni la cronología Egipcia nos la suministra; más, como la cronología es ciencia, vendríamos á concluír, no hay ciencia cronológica; lo cual sería un absurdo. Pues como antes he dicho, la ciencia cronológica descan- sa y tiene vida por sus sólidos principios; basta la edad, los hechos y las genealogías que le suministra la historia, aunque fuera un número de años supuesto, ahí se desarrollaría y vivi- ría la cronología. Las matemáticas, aun en una cantidad sn- puesta aplican sus reglas y principios; allí demuéstrass la vida de una ciencia exacta. Porlo tanto la cuestión de la edad del mundo, aunque se relaciona con la ciencia, pero interesa más á la historia que á la ciencia, pero frecuentemente se confun- den las cuestiones puramente históricas con las cronológicas Ó viceversa. Sexta.—Ni del silencio de la Iglesia en cuestión tan ardua creo que se infiere lo incompleto y mermado de la cronología bíblica, ni sería esta la única conclusión, y sí creo que fuera la menos lógica; porque aun en los puntos de dogma, la Igle- sia ha guardado silencio por siglos enteros, y jamás lo ha guar- dado porque los haya juzgado faltos de pruebas; pues al fin de tanto estudio y tanta controversi» los ha definido dogmas de fé. La Iglesia católica, según yo entiendo, ha recibido de sus agniógrafos 6 exégetas sagrados los diversos cómputos de los Hebreos, de los Samaritamos y de los setenta; y ella sigue con prudencia el de Natal Alejandro, que concede al mundo la edad NOTAS Á LAS REGLAS DE CRÓNOLOGÍA, - 177 a de cuatro mil años hasta Jesucristo. Pero guarda silencio, aun- que una pléyade de hombres sapientísimos le siguen, tanto exé- getas sagrados como profanos, sin embargo, ella se precave de dar un fallo en cuestión tan ardua y delicada, y solo la ha pues- to ante el tribunal de la ciencia para que ella le forme el pro- ceso más riguroso á la cronología sagrada; y después la Igle- sia forme sus conelusio: += y defina conforme á la ciencia y á la revelación, cuál sea l: dad del mundo. Repito, no ha sido mi ánimo tratar cuestiones tan delica- das y menos contrariar en lo más mínimo el dicho y las opiniones de autores respetabilísimos, apenas sobrecogido del temor que inspira un asunto tan serio, me atrevo á dar mis observacio- nes, en cuanto que, dicha cuestión se relaciona con la ciencia así como para demostrar, que en el gran problema de la edad del mundo, ni la discontinuidad de las genealogías de la Bíblia, ni lo intrincado de las listas de las dinastías del Egipto, ni las de todos los pueblos, son un obstáculo para la vida y el desarro- llo, de la cronología en general, porque descansa en sus sóli- dos principios y no en el más ó menos conocimiento de fechas históricas. Entonces ¿cuál puede ser la causa del más completo ma- rasmo en que por tanto tiempo ha permanecido la ciencia cronológica? Para penetrar en las tinieblas hay que llevar antorchas, luces indeficientes é ir quitando los escollos y los tropiezos. Pues para penetrar por la cronología en que hay tanta obscuridad, hay que establecer muchas reglas; éstas serán las luces que no faltarán y así, ir disipando los errores que son los que verdaderamente impiden su vida y desarrollo, Así lle- gará á crearse un nuevo horizonte y una nueva aurora en el cielo de la cronología; entonces, se presentará esta ciencia her- mosa, llena de vida y de luz, sin las sinuosidades que hasta hoy presenta. Aunque no seré yo quien señale los errores de una ciencia 178 C. R. ORNELAS. como es la cronología, soy un neófito sin la instrucción sufi- ciente, solo con un amor decidido por ella. Sin embargo, con la antorcha de la ciencia misma iremos penetrando á ese santuario, hasta hoy casi inaccesible, dejan- do en sus puertas y llevando en la mano una luz, una enseña de verdad, que nos sirva de guía en cuestión tan delicada. Aunque el hombre, hasta hoy, no haya podido arrancar de los libros sagrados una cronología exacta, sin embargo, Dios, siendo infinitamente providencial, no abandonó al hombre en lo alto del piélago de su revelación sin dejar una barquilla pa- ra conducirlo á puerto seguro de verdad. Será hasta hoy un lampo de luz quizá imperceptible y de escaso valer ante los cronólogos, pero en medio de tanta va- riedad de cómputos y del pánico introducido en el mundo cien: tífico por tan contrarias y desfavorables opiniones, hay que apelar á cuantos medios estén al alcance para abrirnos brecha y salir avantes en la ciencia haciendo un esfuerzo sobrehumano. El libro del Génesis nos refiere que Dios verificó la erea- ción del Universo en seis días, y que el séptimo descanzó; és- te fué el Sábado, santificado por el pueblo judío, como Dios lo había ordenado. De aquí podemos inferir, que si el día séptimo fué Sábado, el primero fué Domingo, conforme al orden hebdomadario que hemos conocido; ya lo dije en mis “Breves reglas de Cronolo- gía práctica.” Pues yo entiendo, que el sagrado escritor, Moisés, ya que se le considere inspirado por Dios, ó con todo el conocimiento de las ciencias naturales que hasta hoy se ha alcanzado, co- mo el sabio Ampére, no cabe duda, que todo lo escribió por mero peso y medida, nada supérfluo, nada defectuoso. Por con- siguiente; esa división septenaria bajo cualquier sentido que se le considere" y la referencia del Sábado como séptimo día (1) Trato únicamente de probar que el primer día de los 4,000 añes antes de J. C. fué Domingo; más no en manera alguna del sentido de los días examéricos ó sea de la acepción de la palabra “yom.” NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 179 no están por demás y hay que hacer aplicación de la ciencia y veremos si están ó no en la más perfecta armonía. Así es que, por lo pronto, podemos asentar esta verdad, según el texto sagrado y es: que el primer día de vida, ó en el que comenzó á vivir el Universo, fué Domingo, según ésto des- de luego podemos inferir que para saber cuál de los cómputos sea el más exacto, una de las condiciones, si no es la principal que debe tener, es que haya comenzado en Domingo, y este día debe estar en relación con el día presente en que vivimos, se- gún el cómputo de los años de las semanas, días y fechas res- pectivas. En el curso de este estudio, probaré hasta donde me sea posible, que entre los cómputos de los Samaritanos, el de los Hebreos y el de los Setenta; el de Natal Alejandro, Marco An- tonio, Cappelli, ete., es el único que debió comenzar en Domin- go, y es el que concede al mundo cuatro mil años de existen- cia desde la creación hasta Jesucristo. Este es el cómputo más seguido aun por los exégetas pro- fanos. Además: el segundo punto fundamental, en el cómputo de los tiempos es la fecha del nacimiento de Jesucristo; este es el punto más culminante de la historia sagrada, que mira tan- to al origen como al ocaso del mundo; que parece confundirse con el primero de los cuatro mil años porque precisamente en esta fecha nació Jesucristo; pero no, porque esta fecha se- para á la Era antes de Cristo de la Cristiana que comenzó en su nacimiento. Contamos además con el ingenioso período Juliano com- puesto por el célebre José Escaligero que encierra tanta pre- cisión y sabiduría que ha sido un faro luminoso y norte segu- ro en la solución de los problemas y cómputo de los tiempos. Pero luego ocurre esta pregunta: ¿Por qué teniendo los Cronólogos en las manos y ante los Mem. Soc. Alzate. México. : T. 26 (1907-1908), —24. 180 C. R. ORNELAS. ojos esta antorcha, andan en tanto desacuerdo en la solución de diversos problemas? ¿Acaso depende de que el Período Juliano sea poco eficaz, ó depende de los cronólogos? Ciertamente no parece sino que dicho Período Juliano no ha sido bien comprendido ó que los científicos no se han penetrado bien de muchas cuestiones ó puntos que aparecen de bien poca importancia. Pero hay que tener en cuenta que en cuestión de números, no hay parvedad de materia que pueda despreciarse; porque de una sola unidad ó del modo de contar, resulta un error imperdonable. Así es que hay mucho que estudiar, que explicar y que ir poniendo cosa por cosa en su lugar, comenzando precisamente por lo más pequeño. Hay otros varios períodos menores ó pequeños, como son los ciclos lunar, solar é indieción romana que de la multiplica- ción de estos ciclos resultó el Período Juliano de 7,980 años. Así también hay otras muchas reglas que la ciencia ha inven- tado. Después de sentadas estas preliminares ya podemos entrar en materia. Repito, no vengo á enunciar errores, vengo á pre- sentar las demostraciones que resultan de mis ensayos, por vía de aplicación Ó notas á mis estudios de “Breves reglas de cronología práctica,” basado en el supuesto de que el mundo haya contado cuatro mil años hasta Jesucristo. Una vez vistas mis pruebas y soluciones conforme á mi nuevo sistema de in- vestigaciones eronológicas, ó sean las reglas que esta Socie- dad conoce, y que hace siete años publicó en sus Memorias, comprobando cada día más, la facilidad, brevedad y precisión para resolver cualquier problema, aún en disz segundos de mi- nuto, ya después vosotros formaréis vuestras concluisones. Nota primera.—En mi tratadito de “Breves reglas de Bro- matología práctica,” página 30 dije: “De paso diré que en el curso de veintiocho años que forman el ciclo solar, sucede que al cabo de los cinco, de los seis, de los once y luego otra vez de NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 18] los seis años, el 1? de Enero comienza en igual día de la se- mana. Ciertamente: No es nevesario esforzarse uno para probar esta verdad. El año de 1901 comenzó en martes, después de seis años el 1907 comenzó en martes y así el 1918 y el 1924. De suerte que, en un período de 28 años, cuatro veces comienza Enero en igual día de la semana, y 14 6 15 en un siglo, (véase el cua- dro cronológico). Todos los años que están en un sector, co- mienzan en igual día, en el curso de un siglo. Algunos cronologistas afirman que solo cada 28 años se verifica esta coincidencia. Mendoza y Romero en su obra in- titulada “Cronología Universal” pág. 59 dicen: “Cielo solar ó terrestre es un período de 28 años, al cabo de los cuales el año comienza por los mismos días.” El padre Cappelletti en su “Tratado Elemental de Cosmo- grafía” pág. 136, dice: “El ciclo solar actualmente viene á constar de cuatro veces el período de los Hebreos, á saber, de 28 años, es decir, que si antes, al cabo de siete años empeza- ba Enero por el mismo día, ahora sucede esto solo después de 28 años.” Nota segunda: Frente á la pág. 34 do las breves reglas es- tá una tabla llamada de las eras, estableciendo gráficamente la diferencia exacta de la Era verdadera y la vulgar. Por lo tanto, probaré la necesidad que hay de expresar en cual de las dos está basada la solución de un problema, que se relacione con ellas; sin esta distinción resultaría ambigua y quizá con- tradictoria. Nota tercera.—Ibidem. pág. 59, dije: “710 años antes de la creación, se comenzó á contar el Período Juliano y por consi- guiente Jesucristo nació el 4710 del mismo Período Juliano.” Nota cuarta.—Ibidem. pág. 41, dice: Podemos inferir que el día primero del mundo fué Domingo. 182 C. R. ORNELAS. Nota quinta.—Solución del problema del año en que murió Alejandro el Grande. Nota sexta.-—En el mismo tratado antes citado pág. 33 dije: “Tercero: que del nacimiento del Salvador, al principio de la Era vulgar solo hay cuatro años de diferencia ó sean tres años intermedios. Probaré que para el cómputo de los tiemvos y la solución de problemas que se refieren á antes del nacimiento de Cristo se deben contar cuatro años de diferencia, y desde el primer año de la Era vulgar, solo deben contarse tres. La solución de este problema será la llave para la solución de los contenidos en las cuatro notas anteriores, quedando desvanecidas todas las dificultades que treen consigo. Fijémonos bien y planteemos el problema: Si cuatro años son de diferencia de la Era Cristiana, con el error de Dionisio “el pequeño” ó sea con la Era vulgar, ¿Des- de este primer año se deben contar los mismos cuatro años? No señores, cualquiera que fuese el número de años del error, se debe contar un año menos. Una sola unidad es bastante para traer en continua coutradicción á los cronologistas, de donde resulta muchas veces que la oscuridad de la cronología depende del artificio deuna mala computación. Por consiguien- te si cuatro años son los del error en la Era vulgar, se deben contar solo tres. Pruébese: Según la cronología sagrada, Jesucristo nació el año cuatro mil del mundo, habiendo eomenzado “el Exiguo” á contar, cuatro años después, así es que el 4004 lo contó por 1* de la Era vulgar, y solo quedaron sin contar el 4001, el 4002 y el 4003; pues si contamos al 4004 por 1* de la Era vul- gar y 4? del error, resulta contado dos veces, flotando por de cirlo así, en la superficie de todos los problemas, una unidad que impide el acuerdo y la uniformidad de los cronólogos en la solución de ciertos problemas. El año 1” de la Era vulgar propiamente hablando, es el 4? NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA, 183 de la Era verdadera, y si al 1% de la Era vulgar le agrega: mos 4 años como pretenden los eronologistas, resulta ser el 5” de la Era verdadera y no el cuarto. De otro modo, decimos: 1+3=4, los mismos de diferencia y solo contados tres. Dije “propiamente hablando” porque el año 4000 fué el que se contó por 1? de la Era verdadera, pero del cuatro mil al cuatro mil uno, se cuenta un año solo, pues si contamos 4000 por 1? de la Era verdadera, en todo caso quedarían solo 3999 años antes de Cristo y no 4000 y entonees sí eran cino años los del error y se contarían 4 años, pero sería no darles á los años el lugar que les corresponde, y entrañarían serias difi- cultades. EJEMPLO. Era verdadera 1% año 4000 (de la Cración), último del siglo. 5% 5 29 Ey. E0UL z ide > Ñ + 3 4 4002 a 20 Ñ E AS 42 ,, 4003 > 3o 41 es $ da TOD e 40 del error y 1* de la Era vulgar. En una palabra, en orden progresivo de los siglos, el 4901 fué el 1? de la Era verdadera y entonces el 1% de la Era val- gar fué el 4004, enarto del siglo, En:orden al nacimiento de Jesucristo, el 4000 fué el primero de la Era verdadera y el 5 fué el 1* de la Era vulgar como se ve en el ejemplo anterior. Pero de todas maneras, solo quedaron sin contar tres uni- dades del 1? al 32 6 del segundo al cuarto años. Luego si al principio de la Era vulgar decimos: 143=4, así debemos contar siempre 19024+3=1905. 18464 3=1849, 19074 3=1910. Bergnier en su Diccionario Teológico dice: “Esto además de lo que se acaba de leer, es pues lo que adelanta 4 años en 184 C. R, ORNELS. la Era vulgar: de suerte que en vez de decir ahora 1846 que se cuentan según la Era vulgar ó común deberemos contar 1850 desde la verdadera época del nacimiento.” Esto según hemos visto, no es exacto. Otra demostración de que solo 3 años deben contarse. Al año 4004 le correspondió el A? número 2 por haberse comen- zado á usar un año antes, por consiguiente, si decimos: 1907 + 1=1908=19=8, Este es el áureo número del presente año. Ahora, me supongo que todos los cronologistas están de acuerdo en la data que he visto en el calendario de Galván, de que el presente añe de 1907 es el 6620 del Período Juliano por que 6,620 divididos por 19 nos dan el mismo áureo número 8. Los 6620 se componen de 710 del Período Juliano antes de la creación, 4000 antes de Jesucristo, 3 años del error, y 19074+4000+-34+710=6620. Claro es, que si á 1907 aumentamos 4 y no 3, resulta una unidad más en el áureo número y no el 8 que es el propio de este año. Aunque de aquí se podría objetar lo signiente: que siendo 709 años del Período Juliano de antes de la creación y no 710 daría igual resultado aumentando 4 años del error y no daría el mismo áureo número 8. Esto querría decir, ó que el error habría sido de 5 años y por eso se contaban 4 años, ó que el Período Juliano comenzó á contarse 709 años antes de la crea- ción. Y no puede ser ni lo primero ni lo segundo. Porque se- gún el texto sagrado del Génesis, se desprende como antes he dicho, que el primer día del mundo fué Domingo, y en la ma- yor parte de los pueblos reconocen este día como el primero, en orden á los siete días que componen la semana; y poniendo el Domingo como el primer día de los 4000 años de la Crea- ción resulta esta solución conforme con el Período Juliano ó sea con la ciencia, Luego si decimos que el Período Juliano comenzó 709 años antes de la creación y no 710, resulta, que el 4710 comenzó en NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 185 Sábado y no en Domingo, y el séptimo día habría sido viernes y no sábado, lo cual no está conforme con la ciencia como ve- remos en seguida. Además: está probado que el áureo núme- ro 8 le tocó al primer año de los 4000 antes de Cristo y para saber cual es el del presente año, tenemos que aumentar 7 uni- dades y así 59074+3+7=5917=19=53, el mismo A? n? y si aumentamos una unidad más, no da la solución. Nota séptima.—Vamos á ver si científicamente hablando, el período de años que llevamos contados desde la creación co- menzaron en Domingo. Creo probado que en la Era vulgar no podemos contar más de 3 años del error de Dionisio: por lo tanto del principio del mundo á esta fecha son 5909 años, hasta el día 31 de Diciem- bre de 1906. Si nos ponemos á computar el número de días de los 4000 años de la creación y los 1907 de la Era vulgar con los 3 años del error de Dionisio, ateniéndonos á lo que refiere la Historia y según el modo de contar de los pueblos antiguos, no acaba- ríamos nunca. Pero una vez que por medio dei Período Ju- liano hemos alcanzado á saber que estamos en el año 6520, es- tos años deben estar completos con el número de días que les corresponde, según el orden establecido por Dios y el conoci- miento que la ciencia nos proporciona; según esto, computa- remos los días que componen 4003 de la creación, un año an- tes de la Era vulgar, según la ciencia en conformidad con la Historia. Pues una es la ciencia cronológica y otra es la His- toria: ésta nos da fechas históricas únicamente y la cronología las preceptúa y ordena. Mas como el mejor modo de contar los años según la cienaia es ajustado al Calendario Gregoria no que es hasta hoy lo más perfecto que está en uso y confor- al Período Juliano, así contaremos. En la pág. 63 de “Breves reglas, etc.,” dejó asentado que el Período Juliano comenzó en Lunes, según esto computare- mos las días de 710 años del Período Juliano antes de la crea- » 186 C. R. ORNBLAS. == de — ción, multiplicando 710 por 365 días que tiene el año. Ahora, como en el Calendario Gregoriano, cada 400 años el último es bisiesto, resulta que en 7 siglos, 6 tienen 24 días bisiestos y solo uno tiene 25, más dos días de los dos años bisiestos de los 4? y 8% de los 10 más de los 700. Así decimos: 710 X36= 259,150. Ahora, seis siglos por 24. 6<24—144, más los 25 del siglo cuarto, más los dos del 4” y del 8” años, 259,150+144+ 25 + 2=259,321 --7=3,745 semanas y */,. Es decir, como el 710 años antes de la creación comenzó en Lunes, desde este día debe contarse la semana hasta el Do- mingo, por eso es que dividida la cantidad por siete días da el número de semanas y */, ó sean 6 días más, que contados desde Lunes, el sexto es Sábado, último día de los 710 años an- tes de la creación. Luego otro día, 1? de los 4000 antes de Cris- to, fué Domingo. De la misma manera computaremos los 4000 años de la ercación hasta Jesucristo más los tres años antes de la Era vulgar que comenzó en sábado; así es que el último día de los 4003 años del mundo fué viernes. Haremos el cómputo 4003X365 =1.461,095. Ahorá 40 si- glos entre 4=104+25=250 días bisiestos de 10 siglos bisiestos más 30 de 24 días bisiestos, 30X24=720 y 1 día bisiesto del año 4003 para que el 4007 que fué el 4” de la Era vulgar le corres- pondiera ser bisiesto, y otro día que se forma en el curso de 3600 años. Por lo tanto: 1.461,095 + 250 +720+2=1.461,067 días de 4003 años. Ahora, 1.461,067=7=28,623 semanas y */; ó sean 6 días. Como los 4,003 comenzaron en Domingo debe contarse la semana desde Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes; seis días; el viernes fué el último de los 4003 años del mundo, otro día Sábado, fué el 1? de Enero del pri- mer año de la Era vulgar, 4” del error. Consúltense las “Bre- ves reglas,” pág. 31 y todos los cronólogos están conformes en que Sábado fué el 1? (de Enero) de la Era vulgar. y AS —, a - NoTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLQGÍA. 187 Hagamos igual ensayo con los 1906 años que se cuentan hasta el 31 de Diciembre del presente año. Antes diré que el calendario que nos rige tiene un día de diferencia con el Calendario Gregoriano, si nos hubiera regi- do al menos desde Jesucristo, por ejemplo, al año de uno de este siglo le correspondía haber sido 1? de Enero, lunes y no martes. Véase la tabla milenaria Gregoriana en las “Breves reglas,” por ejemplo en la segunda columna de las dominica- les en la línea horizontal 901 su dominical es G. y debía haber comenzado en lunes. Este mismo día debía haber sido el 1? del presenté siglo. Y respecto de este Calendario Gregoriano, con el cómpu- to que hago, hay de diferencia no uno sino dos días; así es que resulta ser día último de Diciembre del año de 1906, no lunes ni domingo, sino sábado. Por lo tanto en mi cómputo respecto del día en que comenzó 1901, hay dos días de diferencia, y res- pecto del día en que debiera de comenzar hay un día; después de hecho mi cómputce daré la razón de esta diferencia. Así y en todo conforme. saldrá el cómputo de días de 1906 años; 19 siglos divididos por 4 son cuatro bisiestos. 4X25= 100. Ahora 15X<25=360. Ahora 1906X365=696,150+1 día bisiesto del 4* año de este siglo son 697,151 días=-7= 9945 se- manas y un día. Como el 1* de la Era vulgar fué sábado con- taremos la semana de sábado á- viernes, luego, si resulta un día más le corresponde al sábado ó lo que es lo mismo, día úl- timo de Diciembre de 1906 en lugar de lunes que fué. Esta diferencia de dos días es la prueba de la exactitud de mi cóm- puto, como y según las razones que expondré en seguida, del porqué de esta diferencia. Es bien sabido que en la corrección Juliana, suponiendo que haya sido el 3960, como opinan algunos. Sosígenes, fijó el Equinoccio de Primavera el 25 de Marzo. Desde entonces co- menzó á regir el Calendario Juliano. También es cierto que los padres del Concilio de Nicea Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908), —25. AA 188 í C. R. ORNELAS. fijaron el Equinoccio el 21 de Marzo desde el año de 325 de la Era vulgar. Cierta es también la diferencia de este Calendario con el Gregoriano, ó lo que aquel se atrasa. Por consiguiente, con bastante razón de la corrección Juliana al Concilio de Nicea había ya un atraso de consideración, pues según esto, supone muchos antes la corrección Juliana; pero haciendo á un lado esta cuestión, sabido es que, en 2,000 años hay de atraso en el Calendario Juliano 15 días ó cerca de 3 en 400 años. De la corrección Juliana al Concilio de Nicea habían transcurrido cerca de 400, había ya dos días y horas de diferencia. Ahora del Concilio, 325 al 1582 habían transcurrido 1250 años y por lo tanto, respecto del Equinoccio había 10 días de diferencia y como el único punto de divisa que tuvo la Iglesia fué fijar el Equinoccio en 21 de Marzo, solo se descontaron 10 días, pero respecto del Calendário había 12 y no 10: pues es- tamos en el último siglo de los 2,000 de la Corrección Juliana y solo tenemos trece días de diferencia ¿dónde están los otros dos días? Los tiene aun el Calendario Juliano. Así es que, si en lugar de contar el viernes 5 de Octubre de 1582 por 15 se hubiera contado por 17 entonces, el sábado 29 de Diciembre de 1900 y del 1906, hubiera sido 31 y no 29, ó lo que es igual el 1 de Enero de 1901 y 1907 hubiera sido domingo conforme al Calendario Gregoriano, y no martes co- mo lo fueron dichas fechas. Entonces el Equinoccio hubiera quedado fijo el 23, sería el mismo día pero contado por 23 en lugar de 21; pero es jus- tamente 23. De tal suerte que hoy, día 2 de Septiembre debe- ría ser 4 del mismo, descontados esos dos días. Esta es la razón porque mi cómputo da el resultado ya co- nocido. Ahora, sumemos los tres cómputos de 710 años, el de los 4,003 y de los 1906, ó sea el número de días que los compusie- RANAS NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 189 ron, según la ciencia: 259,321+1.462,066+-696,151 =2.417,538 días en 6620 años del Período Juliano. El Calendario de Galván pone 2.417,567—2.417,538=39 días de diferencia. He aquí un cómputo tomado no solo de la Historia sino de la ciencia, y que está en el más perfecto acuerdo con la - misma Historia. | Luego el primer día de los 4,000 antes de Jesucristo fué domingo. Luego según este cómputo es más probable que de las Sa- gradas Escrituras se desprenda una cronología perfecta, que el que haya discontinuidad en las listas genealógicas, y fal- ta de fechas numéricas. Nota octava.—¡En qué año del Período Juliano, á los cuán- tos de la creacion y cuántos años antes de Cristo murio Ale- jandro el Grande? Según todo lo dicho hay que expresar con claridad si la solución del problema en el tercer punto se refiere al nacimien- to de Cristo ó al primer año de la era vulgar. O de otra manera: queda demostrado que hay Era verda- dera y Era vulgar, con 4 años de diferencia una de otra, y cuando se dice antes de Uristo, yo entiendo, antes de su na- cimiento ó sea de la Era verdadera y no antes de la Era vnl- gar. César Cantú en su “Historia Universal,” tomo 7%, pág 8 dice: —Que el primer año de la Era vulgar fué el 4.714 del Período Juliano;” y este año según el mismo autor, corres ponde al 776 de la primera Olimpiada. Luego 4 años antes, el 4,710 del Período Juliano fué el 772 de la primera Olimpiada ó sea el 4,000 del mundo. Por lo tanto, si Jesucristo nació el 4* año de la 193 Olim- piada, multiplicadas por 4 decimos: 193 X4="772años. Además los exonologistas é historiadores están de acuerdo en que Ale- 190 C. R. ORNELAS, jandro el Grande murió el año 4390 del período Juliano, que fué el 1* de la 114 Olimpiada, que multiplicando 113X4 =452. Admitidos estos puntos de apoyo, pasaremos á resolver el problema, de cuántos años antes de la Era verdadera, y cuán- tos antes de la vulgar murió Alejandro. Si Jesucristo nació el 4710 del Período Juliano, que co- rresponde á los 4000 del mundo y á los 772 de la primera Olim- piada, decimos: 4710—772=3938. A esta cantidad agregamos los 452 de las 113 olimpiadas, 39384+-452=4390. Ahora resta- mos de 4710—4390=320. Luego murió Alejandro á los 4390 del Período Juliano, á los 452 años de la primera olimpiada y á los 320 autes de Cristo, de su nacimiento ó sea de la Era verdadera. Ahoraresolveremos el mismo probleima según la Era vulgar: Como hay 4 años de diferencia de un: á otra Era ya no deci- mos 4710 sino 4714, ni 772 sino 776. +714—776=39384-452 =4390 del Período Juliano. Pero ahora decimos: 4714—-4390 —324 años antes de la Era vulgar y no antes de Cristo. Lme- go Alejandro el Grande murió el 320 antes de la Era verdade- ra y 324 antes de la Era vulgar. Cesar Cantú. “Historia Universal, tomo 7* pág. 8* resuel- ve así el problema: “El primer año de la Era vulgar fué el 4714 del Período Juliano: por consgiuiente, si se nos dice que la 1* Olimpiada co rresponde al año 776 antes de Cristo, restando 776 de 4714 se tendrá el año 3938 del Período Juliano. Divídanse sucesiva- mente, 3938-19, por 28 y 15, resnltará que en dicho año habrán sido 5 el ciclo lunar, 18 el ciclo solar y 8 la indicción: Ale- jandro murió en el año 1? de la 114 Olimpiada, ó el 113x4= 452 después de la primera Olimpiada; á lo que corresponde con el Período Juliano 3938 4+-452=4390. Para referirse á la Era vulgar, se resta 4390 de 4714, y se halla que la muerte de Ale- jaudro ocurrió en el año 324 antes de la Era Cristiana.” Nota novena.—Resueltas todas las dificultades anteriores NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA, 191 tenemos ya un campo bastante amplio para resolver un pro- blema de palpitante importancia y seriamente debatido por los historiadores y los cronologistas y es en qué fecha murió Jesucristo. Ya en mis “Breves reglas,” pág. 62 dejé suscintamente comprobado, que Jesucristo murió el viernes 19 de Marzo del año 34 de la Era vulgar y la Pascua ó Resurrección fué el Do- mingo 21 del mismo. Según el método de Gauss, el Padre Cappelletti resuelve que la Resurección se verificó el domingo 28 del mismo, así es que 7 días antes fué domingo ó sea el 21. No cabe duda que lo fué también según mis reglas y mi cuadro cronológico. Expuse la razón de que el plenilunio marcial se verificó el jueves 18 de aquel mes y año dichos, de conformidad con el texto sagrado" Y ahora mi propósito es ampliar y confirmar mis pruebas y mi resolución. Veremos, no según la ciencia astronómica (porque no soy astrónomo), sino por medio de los ciclos y período que la «ro- nología pone nuestras manos, como la regla ó norte más segu- ros que hasta hoy conocemos; que el plenilunio de la luna de Marzo del año 34 de la Era vulgar, 78 de Julio César, 4747 del Período Juliano, fué el jueves 18 de Marzo, puesto que la epac- ta nos da la edad de la luna, Y ahora vengo á probar que XXVI fué la epacta del año 34 de la Era vulgar. Demos principio: si no con una precisión astronómica, pe- ro sí es cierto que la epacta de cualquier año, nos da la edad de la luna. Admitida esta verdad, es cierto que multiplicando el cielo solar 28, por el cielo lunar 19, resulta la cantidad de 532 años, y aunque no se quiera, al cielo solar corresponden los siete días de la semana en combinación con las letras dominicales; así como el ciclo lunar está en íntima correspondencia con 192 C. R. ORNELAS. el cielo epactal, de tal suerte que después de 532 años, coin- ciden el mismo aureo número, la misma epacta, cielo solar, la misma dominical y principia el año en igual día de la semana. Este ciclo de 532 años, después, he visto que fué el mismo que inventó Victorio Aquitano, y aunque se ha tenido por im- perfecto, pues que Dionisio el Exiguo quizo perfeccionarlo po- niéndolo de 533 años. (Asílo dice el P. J. Gomar. Diccionario de Ciencias Eclesiásticas, Tomo 8, pag. 58). Sin embargo, en mis demostraciones se verá que coinciden perfectamente to- dos los ciclos que he citado con los días de la semana. Aunque después de la Corrección Gregoriana se tienen que descon- tar ó más bien aumentar á las epactas, los días de diferencia que hay con el Calendario Juliano, habiendo sin embargo al- gunas veces, diferencia de 2 unidades. Pues bien: la prueba de que la epacta del año 34, en cues- tión, fué XXVI, su aureo número 16, su ciclo solar 15, sn le- tra dominical € y comenzó en viernes; es que después de cada período de 532 años, se ha venido verificando el mismo fenó- meno cronológico. Así es que, año 344-532 =566: busquemos el aureo número, Como este se comenzó á usar un año antes de la Era vulgar, decimos: 5664+1=567<19= 16. El aureonú- mero 16 en el Calendario Juliano, corresponde siempre á la epacta XXVI; luego fué la misma. El cielo solar se comen- 76 Y años antes de la misma Era, y decimos: 566+4+9=575 +28=15. En las “Breves reglas de Cronología” pág, 32 cons- ta que la dominical del año 501 de la Era vulgar fué G. la sép- tima de las comparativas; más, como. en el presente siglo la ci- fra 66 se encuentra en el sector núm. 6 letra B. y la séptima de las dominicales de este sector es €. luego fué la misma del año 34, y comeuzó en viernes y el 19 de Marzo fué también viernes y la epacta nos da el pleniluvio en el mismo día. Siguiendo este procedimiento, en los siguientes períodos se verá igual resultado, aumentando 532 así: 5664-532=1098 4+532=16304+532=2162. lin este año descontando los días NOTAS Á LAS REGLAS DE CRONOLOGÍA. 193 de diferencia del Calendario Juliano se encuentra el mismo día viernes y la misma letra dominical, aunque en la epacta á pesar de aumentar los días de diferencia resultan dos unida- des más. Todo lo dicho viene á probar en mi concepto aue la epac- ta del año 34 fué XXVI y que si hay que creer en este ci- elo, con el aureo námero, que están conformes con el Período Juliano, hay que concluir que esta epacta nos da con una exactitud cronológica la edad de la luna en el año 34 de la Era vulgar, y entonces es cierto que el plenilunio de Marzo fué el jueves 18, luego la Resurrección fué el 21 del mismo. Por lo tanto, cualquiera otra fecha en que se quiera colocar la muer- te del Salvador se tendría primero que probar, que el jueves víspera de su pasión fué el plenilunio de Marzo. De todas las demostraciones expuestas podemos formar las siguientes conclusiones: Primera.—Que no son los problemas difíciles ni sus solu- ciones los que impiden la vida y el desarrollo de las ciencias eronológicas, sino algunos puntos que necesitan aclararse, de la cronología misma. Segunda.—Que no solo cada 28 años sino 4 veces en este período y 14 ó 15 en 100 años, el mes de Enero comienza en igual día de la semana. Tercera.—Que el Período Juliano se debe contar 710 años antes de la creación y que, por lo tanto, Jesucristo nació el año 4710 del Período Juliano y 4714 fué el 1? de la Era vul- gar, y el 776 de la 1* Olimpiada. Cuarta.—La necesidad que hay de distinguir la Era vulgar de la verdadera en la solución de los problemas. Por lo cual, Alejandro el Grande murió 24 años antes de la Era vulgar y 20 antes de Cristo. : Quinta.—Que siendo 4 años del error de Dionisio el peque- ño en la solución de problemas y cómputos de los tiempos, ¿E 194 C. R. ORNELA8.—NOTAS8 Á LAS REGLAS DE CRONOLOGIA. desde el primer año de la Era vulgar se deben contar solo 3 y no 4 años. Sexta.—Que el día 1? de los 4000 años antes de Jesucris- to fué domingo. Séptima.—Que según mis reglas, mis ensayos y mis demos- traciones, resulta que Jesucristo murió el viernes 19 de Mar- zo del año 34 de la Era vulgar; 37 de la Era verdadera; el 4747 del Período Juliano y 78 de la Corrección del Calendario Juliano. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 26. NUEVA TEORIA ESTATICA DE LAS CONSTRUCCIONES: “De los momentos vírtuales,”” y sistema de construcciones en Cemento Armado ““El Fénix.”” POR EL INGENIERO RAFAEL MALLÉN. I.—PRELIMINARES. 1.—Como una consecuencia de la ley del progreso que nos ha impuesto la Naturaleza, no podemos irnos acercando á la verdad absoluta en nada, sino muy poco á poco, y creyendo sin embargo á cada paso dado haberla alcanzado ya; y de don- de resulta que la negación de una teoría lejos de ser un golpe infamante á sus autores es, por todo lo contrario, su verlade- ra glorificación, puesto que ello significa que se rinde culto á su talento, cuidando de que sus frutos no se atrofien. Casi to- da la física de Newton ha sido reformada; y sin embargo, Newton sigue siendo el mismo. 2.—Venimos pues ahora á delatar como errónea á la teo- ría del “Eje Neutro” en la Estática de las Construcciones, ante la autoridad científica más prestigiada de nuestra Patria, ante la Sociedad Científica “Antonio Alzate,” y á la cual tuvimos antes el honor de pertenecer, habiéndola dejado por haber sa- lido largo tiempo del País; pues no hay tal eje neutro, y por lo tanto, esa teoría, como todas, solo ha sido un paso á otras Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —26. 196 RAFAEL MALLÉN. superiores, y cumplida su misión debe ya pasar á la historia, con todos los honores con que van pasando á ella todos nues- tros ideales de transición. 3.—Peéro como si bien nada es más fácil que decir lo que otros dicen, y por lo cual abundan tanto ya los autores de re- producción que se empieza á necesitar la selección en las bi- bliotecas, lo difícil es hallar verdades nuevas, aunque adquiri- dos los principios que exponemos uno á uno y prácticamente en una serie de evoluciones, como puede verse por nuestros fo- lletos anteriores, es probable que al reunirlos para formar al fin una nueva teoría lógica, coherente y sólida, cometamos al. gunos errores; y para ellos pedimos la indulgencia de los pe- ritos, y aun su cooperación para corregirlos si se acepta en ge- neral lo que se propone. II.—SOBRE El EJE NEUTRO. 4.—El carácter distintivo de la verdad es la sencillez, por- que ella no necesita que se le testifique, bastándole su simple exposición al talento para que la acepte; y en consecuencia, he aquí la fácil explicación de la no existencia del eje neutro: Figura 1. 5.—Si contra dos muros a y b, fig. 1, empotramos una viga a b, el eje neutro será ec, según la teoría que rebatimos, y descargada la viga e e será una línea recta, ó al menos sen- siblemente recta, si la viga es corta. Pero si á esa viga pone- mos sobre el centro una carga P, fig. 2, tomará la forma allí NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 197 es indicada y e e” ya no será una línea recta, sino la línea curva e, €; y entonces la Geometría nos dice: ee, >eed Ó sea: No hay tal capa de fibras invariables; ni, en consecuencia, tal eje neutro, 6.—Sin embargo, mucho se acerca á la verdad la teoría del eje neutro, y por eso ha sido suficiente hasta la fecha; pe- ro como con el mayor progreso vienen mayores exigencias y para satisfacerlas mejor, más próximas á lo absoluto han de ser nuestras verdades, puesto que la perfección es el objetivo haci el cual marcha la humanidad, resulta que tal teoría ya no basta por dos razones de suma importancia: 11—La Economía Política protesta ya contra los excesivos coeficientes de seguridad en las construcciones, porque dar 2,3,4,5 y hasta 10 veces los espesores calculados, y para estar seguros de la resistencia, es gastar 2, 3, 4, 5 y hasta 10 veces más de lo estrictamente necesario; y no podremos satis- facer á la Economía Política reduciendo el coeficiente de se- guridad á un mínimun, sino cuando conozcamos la verdad á un máximun. 22—Y la otra razón es, la de que urgidos por las necesi- dades del progreso, nos vamos atreviendo á construír con nue- vos materiales, y algunos de ellos, como el cemento y el vidrio, tan diferentes de la madera y el fierro y desempeñando no obstante sus mismas funciones algunas veces, que cada vez 198 RAFAEL MALLÉN. se hace más necesario conocer la verdad lo más exactamen- te posible, para aplicar bien á cada caso y material su fórmu- la especial. 7.—Aún no se ha generalizado una estática especial para el cemento armado, y deducida de la general, como era de es- perarse; y esto, sobre estarlo deteniendo en su progreso y no obstante ser el sistema del porvenir, por el próximo agotamien- to del fierro, está indicando precisamente la existencia de al- gún vicio en la Estática General de las Construcciones: Y es- te vicio no es otro, que el de la errónea y seductora concep- ción del eje neutro; porque si fuera exacta, lo repetimos, al generalizarla para los concretos, sus indicaciones serían co- rrectas. 111. —TEORÍA DE LOS “MOMENTOS VIRTUALES.” 8.—En sustitución á la teoría del eje neutro, proponemos pues la de los “momentos virtuales;” y la cual pasamos á ex- poner: 9,—Si en un muro A, fig. 3, empotramos una pieza a e, y que por alio- ra y por sencillez supon- dremos de sección rectan- gular, y si la cargamos con el peso P, en el extre- mo, resultará: 1*— Que las molécu- las, “no las fibras,” cerca de a, trabajarán por trac- ción. Fig. 3. 2%—(Que las próximas á a”, lo harán por compresión. 3"—Que si ceden las de a, la viga caerá girando sobre a. 4—Que si ceden las de a” la viga caerá girando sobre a. NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 199 5'—Que e e”, será no el “eje neutro,” sino el de “transi- ción,” entre los esfuerzos por tracción y por compresión; y cu- yo eje de transición hasta hoy llamado de las fibras invaria- bles, y hasta hoy también indiferente casi de llevarse en cuen- ta con la madera y el fierro, en el cemento armado tiene una importancia capital, como lo vamos á ver. 6"—Que ese eje ó “plano de transición,” dividirá á la see- ción de superficie S del sólido en dos complementarias: s, pa- ra trabajar á la tracción; y s', á la compresión. 719—Que si s y s' tienen sus centros de tensión, por ejem- plo, en o y 0' al principio de una carga P, al aumentar ésta, y existiendo la compresibilidad de la materia, ésta se comprime de a' á e/', avanzando e,” hácia ee”, hasta llegar allí á la ruptu- ra, y que así, 0” es el centro de los momentos en la compre- sión; pasando cosa semejante en la tracción, cuyo centro de los momentos es 0, para que trabaje la compresión. 8—Que si son k y k' las resistencias de la materia á la tracción y compresión, como promedios geométricos para to- da la sección en s y s' y aplicados esos promedios en o y o”, las resistencias de estas secciones serán s k y s' k', respecti- vamente á la tracción y compresión directas ó según e e”. 92—(Que en tal virtud, y si h y h' son los brazos de palan- ca, con los centros de.rotación en o y 0”, skhys' k! 1 serán los “momentos virtuales,” ó aparentemente de resistencia exis- tiendo el fenómeno de la elasticidad de la materia, y que, co- mo veremos más tarde, modifica esta primera expresión de los » momentos; y que se debería de tener en fin, para el equilibrio, SA == RE E je si la elasticidad referida no existiera. 10.—Que existiendo la elasticidad, la extensión y compre- sión van avanzando de e, y e”, hacia el plano de transición e e”; y al reunirse e, y e allí, en ee, aparecerá el fenómeno del ex- 200 RAFAEL MALLÉN. trujamiento, arrastrando en direcciones opuestas á las seccio- nes de compresión y de tracción. 11—Y en fin, que en ese “momento crítico,” todo el sóli- do habrá entrado en tensión; y que, en consecuencia, e el será el eje de todo el sistema de las fuerzas en juego, y sobre ello se deben de establecer para las resistencias de s y s' las ecuacio- nes condicionales del equilibrio contra P. Con un el plano de transición; pero no fijo como se supone al eje neutro, sino va- riable con las cargas, y con los coeficientes, “no solo de re- sistencias á la tracción y compresión, sino también de aleja- miento y compenetración de las moléculas.” 12.—Como una transición de la teoría del eje nentro, ésta la recuerda; pero con estás diferencias radicales: 17—En la teoría del eje neutro, como inspirada en lo anti- guo por el estudio sobre piezas de madera, como lo indica el empleo de la palabra “fibras,” se supone que hay fibras for- mando el sólido, y dispuestas á lo largo de su longitud como en líneas contínuas de tensión, independientes unas de otras lateralmente, no influenciándose á sus costados ni siquiera por el fenómeno del frotamiento; y en esta de los momentos virtuales, como revelada por el cemento se admiten moléenlas yuxtapuestas por su recíproca atracción en todos sentidos. La nueva teoría está pues más de acuerdo con la constitución po- sitiva de la materia; y en consecuencia, aceptada y desarrolla da debidamente, se marchará á la unidad científica, más fácil- mente con ella que con la del eje neutro. 2:—En la teoría del eje neutro, y de longitud invariable este, sobre él está el centro de los momentos de resistencia de la sección; y en la de los momentos virtuales, el equilibrio de estos momentos se establece fuera del eje de transición, por ser variable con las cargas, y aseendiendo al extradés; y se es- tablece la ecuación condicional, en la posición inicial del eje, ó supuesta sin sobrecarga anormal la pieza. 3"—En la teoría del eje neutro, se supone, y se supone ló- NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 201 gicamente dada la hipótesis de la constitución del sólido por líneas de tensión, que las fibras en ese plano del eje neutro colocadás, no trabajan al flexionarse la pieza; en la de los mo- mentos virtuales, aún diremos que negamos tal neutralidad de la materia al trabajo allí, en el llamado eje neutro, sino que también trabaja, haciéndolo por el fenómeno llamado de “es- trujamiento:” Pues las secciones de tracción y compresión tienden á resbalar la una sobre la otra en direcciones opues- tas, y precisamente sobre ese plano, y lo cual, no obstante no llevarse hasta hoy en cuenta, para el fierro y la madera, tiene en el cemento armado una importancia suma. 4” y última; y la más importante: En la teoría del eje neu- tro, nos conformamos con que la suma de los momentos de re- sistencia de las secciones por tracción y compresión, haga equi- librio al momento flexionante de la carga, sin preocuparnos gran cosa de que tales momentos se hagan ó no equilibrio recí- proco; y en la de los momentos virtuales, tal equilibrio recípro- co es una condición esencial á la resistencia, suponiendo en la ecuación condicional para él, que bajo la carga P, fig. 3, los efectos de la tracción y compresión que llegan hasta e” y e, vienen á reunirse sobre el plano de transición e e”, y á la vez cada uno de esos momentos debe ser capaz por sí solo de re- sistir al momento de la carga. o Figura 4. 202 RAFAEL MALLÉN. 13.—El olvido de esta última condición, no tiene conse- cuencias graves, sino muy raras veces, para la madera y el fierro, por tenerse para tales materiales k = k', con muy gran- de aproximación, y darse siempre un fuerte coeficiente de se- guridad; pero él ha sido de muy funestas consecuencias para el cemento armado, tanto porque para él k y k' son muy dife- rentes, cuanto porque en su lucha contra los sistemas comu- nes de construcción, más que á la mecánica ha pedido hasta hoy su consejo á la economía vulgar, reduciendo más que sus enemigos, y empíricamente como ellas, el coeficiente de segu- ridad. 14.—Se ve ahora fácilmente, que como para los concretos se tiene, en general %' = 10 k, y no casi k = k', como para el fierro y la madera, ni como una muy tosca aproximación se les puede aplicarles la teoría que rebatimos con simples mo- dificaciones; y respecto á la duda que pueda quedar sobre esta última aserción, ó sea, de si tales momentos se deben ó no sumar, es cosa muy fácil de aclarar por la simple fig. 4. 15.—5S1 suponemos en el muro M un albortante fijo A €, llevando una polea metálica en C, y que de R fija al muro sal- ga una varilla metálica R e sobre la polea, y llevando el peso P, claro es: Que para el equilibrio se debe tener R = P, si lla- mamos KR á la resistencia de la varilla; que C, se halla some- tido á una tensión P; y por último, que ambas barras metáli- cas R e y A €, deben de ser de igual sección, en el fierro y pa- ra el supuesto en él de = X'. Y si ahora soldamos la varilla á la polea, la pieza Re C A no será sino otra pieza del todo comparable á la de la fig. 3, haciendo la barra R e las veces de zona de tracción y la A C las de la zona de compresión, y es- tando ambas sometidas á la tensión P; y ambas, en momen- tos conjugados, equilibrando al momento de flexión P 1 16.—Esta es pues la disyuntiva: NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 203 Para el eje neutro, con k = k' y sus consecuencias h = h' y h + h'= H, resulta, ó para los momentos virtuales, siendo s y s' las secciones, PTSsbKk H=s MX H y debiéndose de tener, s =bh;s'=bWM, y s +s' = 6, y siendo h y N las distancias del plano de transición al extradés é intradés, como en la teoría del eje neutro, y H la distancia de los centros de tensión por compresión y por tracción, y va- riando la posición de ese plano con la carga, al compenetrar- se con ella las moléculas que trabajan por compresión; porque por asta, ese plano avanza á la zona de tracción al aumentar la carga. El centro de tensión por compresión al contrario, se retira más y más del de tracción marchando al intradós, fig. 3; y así, van cambiando á cada incremento de P, los ele- mentos h, h' y H; cuyo último valor va creciendo con P. 17.—Completando la teoría, diremos que autores hay, y que antes nosotros lo creíamos con ellos, que se puede refor- zar la zona de compresión con un herraje; pero que no hay tal cosa, por lo siguiente: a No se debe de atender solamente á la resistencia de la ma- teria á un esfuerzo dado, sino también á su capacidad para transmitir tal fuerza; y siendo esta capacidad de transmisión ó sensibilidad por decirlo así, mayor en el fierro que en el con- creto, á causa de su mayor cohesión, es evidente que recibien- do él las tensiones por el intermedio del concreto, resulta que: Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908) —27. 204 RAFAEL MALLÉN. Si al concreto se da una escuadría suficiente para resistir una carga, sale sobrando el herraje; y si no, se desagrega el con- creto antes de la carga máxima, cambia el brazo de palanca del herraje, y éste cede. 18.—Se debe pues aceptar como principio radical: A la compresión, hacer trabajar al concreto solo; y á la tracción al herraje, no caleulando al concreto que lo envuelve sino eo- mo una camisa que lo libre de la oxidación por la humedad del aire, y por lo cual en las costas, tal camisa debe de ser im- permeable, ó con mezclas de 1 X 2, lo menos, y de 2 em. de grueso la capa, ó más. 19.—Si así no se hace, los penetrará el aire húmedo y sa- litroso del mar, y esto hará que se formen costras de óxido sobre el herraje, y las cuales rompiendo la capa de concreto lo descubran; como ya se empieza á observar en algunas obras de Veracruz con vigas de fierro l, mal revestidas con mezclas de cemento ó de cal, muy pobres en aglomerante, 20.—Ya hemos dicho que las grietas no comprometen la estabilidad de las obras en cemento armado, mientras el he- rraje se halle en buen estado y bien anclado, pero si de nin- guna manera se quieren tolerar, entonces ningún fierro debe de sufrir una tensión, por tracción, superior á la de 1,000 ki- logramos por cm.”?, según cáléeulos en nuestras experiencias personales, y para fierros colocados de 2 4 3 em. del intradés; y lo cual depende de que los alargamientos del fierro bajo esas tensiones ya correspondan, seguramente, á una separación tal en las moléculas del concreto, que ya con ella se rompe su cohesión. 21.—Pero en obras baratas, y guiados por estas mismas indicaciones, claro es que no hay inconveniente en llegar á k = 1,600 kilogramos X cm.?”, que es el límite de la elasticidad para el fierro, y si las grietas se presentan, cubrirlas con la pintura del decorado. 22.—Estas cifras dan los coeficientes lógicos de seguri- NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 205 dad, para el cemento armado y para sus cargas permanentes; porque siendo su resistencia á la tracción de 3,800 kilogramos X em.”, ese coeficiente resulta: De 1000 = 3, 8, para las 3,800 grandes obras; y de 1.600 = 2, 5 para las pequeñas ó baratas. , 23.—Sobre estos mínimos seguros ya, el Ingeniero puede en cada caso aumentarlos hasta donde juzgue conveniente, según el objeto de la obra, su tráfico, cuidado con que se pue- da contar para su conservación, etc., ete. 24. —Establecido todo lo anterior, fácil es ver ahora, que si en una viga de cemento sin herraje y bajo una carga P, apa- recen las grietas hasta c” fig. 2, y que si con un pequeño in- cremento en P ya se rompe, la carga para el equilibrio está antes de P, pero muy cerca de este valor; y que así, e” es como el límite de la zona de tracción. 25.—Ahora bien, auxiliada la zona de tracción con el he- rraje, ya con este cambia el brazo de palanca de los mo- mentos: y es evidente también, que cambia á cada cambio del valor de la carga, porque la reacción de la pieza será pro- porcional á ella; y de allí el nombre de “momentos virtuales” que hemos dado á tales momentos. Más claro aún: A la car- ga P se oponen las resistencias s l y s' k”, y si cambia P, re- sulta que sl y s' k” también deben de cambiar, porque no siendo iguales l y k', si las secciones son s y s' al aumentar P aumentará más la de la menor tensión entre % y k'; desalo- jándose el plano de transición. 26.—Habiendo tantas teorías sobre el cemento armado, y buscando á nuestra vez la verdadera, consideramos que según la fig. 2, la máxima fatiga de la viga está en el centro, y en- tonces para determinar su extensión reforzamos allí el herra- je en algunas y á extensiones diferentes; y probadas, resultó lo siguiente: La parte reforzada permanecía recta é intacta; 206 RAFAEZ MALLÉN. la viga se flexionaba solamente en sus extremos; la ruptura es hacía, apoyadas las vigas y con la carga en el centro, lejos del centro, en las cabezas de los refuerzos; y en fin, en las ruptu- ras, se levantaban capas de concreto en el extradés, como se indica en c c/c”. 27.—Como siempre, la experiencia ha sido la reveladora de la verdad, diciéndonos que en lugar del plano neutro ó de fibras invariables, y en donde se dice que la materia no traba- ja, existe el de transición, y en el cual se efectúa precisamen- te uno de los trabajos más fuertes que se operan en el seno de un sólido sujeto á la flexión; pues allí se aplican íntegras, y en direcciones opuestas, las tensiones de tracción y com- presión, y para producir el estrujamiento. 28.—Dado un sólido bajo una fuerza, no hay pues en él parte alguna que permanezca indiferente en la lucha del todo para resistir ó trasmitir á la fuerza, sino que trabaja toda la materia que lo constituye entre los puntos de apoyo y de apli- cación; y lo cual aun es un paso más á la unidad científica á que marchamos, y según ese criterio nada permanece ni pue- de permanecer ocioso. 29.— Y en efecto, sometida al peso P la viga de la fig. 2, pe- ro estando apoyada solamente, así se observó la marcha de su ruptura en las varias experiencias: Primero, apareció la grieta c, bajo una de las cabezas del herraje de refuerzo, y desde el in- tradós; á un incremento de P, subió la grieta más, rebasando á ese herraje como unos dos ó tres milímetros; á otro incremento subió hasta contra el herraje común; y por último, á otro y pa- ra la ruptura que entonces se verificó, la grieta dió casi un salto rebasando á ese herraje común sobre unos 2 em., y fué detenida en su carrera ascendente al saltar la costra cc”, de- bida al estrujamiento según c c”. Esa costra se rompió en o, saltando hacia c””; y en o dejó en el estradós de la viga la se- ñal del apachurramiento por compresión, indicada por una lí- nea de pequeñas caspas. NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES, 207 30.—Al saltar la costra c c”, cayó la viga resbalando sobre sus apoyos doblándose el herraje común en donde terminaba el de refuerzo; y el cual conservó á la viga recta é intacta, en todo en lo que él se extendía. 31.—Ninguna zona de una pieza cargada, permanece pues sin tensión, sino que ésta se va repartiendo por toda ella, in- vadiéndola y saturándola de tensión por todas sus moléculas y á medida que sea resistida, y rompiendo su cohesión por las líneas de menor resistencia cuando sea menor que la tensión, y produciéndose entonces la fractura según la resultante de to- das las fuerzas en acción: Manifestándose en grietas por aquí; más allá por apachurramientos; entre las zonas de ambos es- fuerzos por grietas horizontales indicando el estrujamiento; si todos estos esfuerzos son resistidos, tendiendo á producirse el esfuerzo cortante en las cabezas de las vigas y sobre los pla- nos de empotramiento; si este esfuerzo es resistido, compri- miendo los muros; y en fin, si aun estos resisten comprimien- do el terreno. 32.—Hay pues que atender á todos los fenómenos en jue- go, y si hasta hoy no se ha llevado en cuenta el estrujamien- to para la madera y el fierro, es porque la resistencia á la trac- ción y compresión de estos materiales, y más con los fuertes coeficientes de seguridad empleados, le son notablemente su- periores, y satisfechas esas tensiones se estaba seguro de re- sistir al estrujamiento. De allí el no poderse formular todavía una teoría para el cemento armado, queriendo aplicarle los mis- mos principios que se aplican al fierro y la madera sin más que con pequeñas modificaciones de adaptación; siendo así, que lo que se necesita es una reconstrucción completa aún de la mis- ma Estática General. 33.—Para proseguir, hilando bien las ideas, recordemos si- quiera sea á grandes rasgos, cómo se establece la ecuación de equilibrio en la teoría del eje neutro, fig. 3; y puesto que en parte la vamos á emplear, para determinar á hen sh k=3S'/' k. 208 RAFAEL MALLÉN. 34,—Aceptados el centímetro y el kilogramo como unid?- des de distancia y de tensión, y el eje neutro como el centro de los momentos para las resistencias de las secciones s y 8”, y estando sobre él también, en su intersección con el plano de empotramiento, el centro del momento flexionante P1 de la carga P, se establece que ese momento debe ser equilibrado por la suma de los momentos de resistencia de s y s”. 35.—Ahora bien, y en la misma teoría del eje neutro, al pretender girar el sólido sobre el plano de empotramiento, fig. 3, las fibras más fatigadas tanto por tracción como por com- presión son las más lejanas al eje neutro, y por esto no se de- ben de rebasar en ellas las tensiones k y k'; y en consecuen- cia, para cada zona de tensión se debe de satisfacer á tal con- dición. 36.—Claro es, pues, dada la teoría de la neutralidad, ó de la no fatiga de la materia en ese eje referido, que allí, aunque capaz la materia de las tensiones k y k? no proporciona ningu- na reacción contra P, y que así, si se toma e =1 em. por uni- dad de distancia, á las distancias e, 2€e,3 €, ...... e, y siendo e, para la zona de compresión la distancia de la fibra más le- jana al eje neutro, las tensiones para esa zona, y para el patín b=1 em., serán e, 2e, 3 e . dE apa Mpal AOS DE LJ, por la compresión, e, 1 e e y e J Le , Je k] e 1 , . —R, ZP, EP on 1. ?, por la tracción; e; 1 e; 1 y con esto los momentos serán, y sumándolos de una vez, NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 209 ek Le k 2 : , e PIB e Er e 11 (7 (31 e; y Py) D, k 3 k? de ) ek ANA dh ES €1 (8 (7 €1 371.—Así pues, se deberá tener, con e,=2 €, Por (14 224 34 ....1 e*;) por la compresión. 15] e ) pia le E (12 4 22 +34 ....1 e*.) por la tracción. 1 38.—Pero como 1? 4 24 3+:.... a etDb»To aun resulta, que con k=4* para la madera y el fierro, y por lo tanto también con e=e' =4 h, si es h el peralto de la pieza, y de una vez para un patín cualquiera hb, y sumando ambas ex- presiones, ya iguales, se deduce, . A YA IA 2. 39.—Esta fórmula difiere de la clásica; pero si en el cáleu- lo infinitesimal se pone dx=0, para pasar al límite siendo de la magnitud elemental, y en la ecuación anterior se tiene de= 1 210 RAFAEL MALLÉN. en los términos 3 h + 1 y h+ 1, bien se puede poner en ella, y en esos términos, 1 =dx=0, para pasar de las fibras de 1 cm *? de sección á las de sección 0, ó á las líneas de tensión, y en- tonces ya queda, despejando á P, y cuya fórmula es la usual. 40.—Por lo demás, hemos recurrido á la Algebra y la Greo- metría solamente, tanto por sencillez, como principalmente en obsequio de los no muy versados en el cálculo diferencial, y para poner este estudio al alcance de los más; y con cuyo fin lo completaremos con solo tales elementos, para que pueda ser- vir en las aplicaciones de la nueva teoría, aun á los neófitos en el cemento armado. Y entre tanto, nótese que la asignación del valor de dx no es arbitraria, sino particular á cada proble- ma, y de lo cual pronto daremos aquí mismo un ejemplo prác- tico. : 41.—Y no debe de olvidarse que el presupuesto du = 0, significa que l: y k” deben de medirse para secciones muy pe- queñas, y tanto más pequeñas cuanta más exactitud se quie- ra; pues por ejemplo, en máquinas muy finas ó débiles que se quieran construír, para calcular la resistencia de las piezas se deben de emplear á % y l” no para el cm? sino para el mm?, para que en las secciones irregulares, calculándolas también al milímetro, se llegue á resultados más exactos y se pueden reducir los espesores á lo indispensable. Pero á la vez, es ne- cesario ver si los coeficientes de resistencia convienen al va- lor elegido para dz. 42.—Si tal exactitud puede parecer exagerada para el ce- mento armado, porque en último caso bastará con aumentar el coeficiente de seguridad, reflexiónese que para las mayores NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 211 , necesidades del futuro, se presentarán casos en los cuales tal rigor se haga indispensable; como por ejemplo: Para el de la navegación ásrea; y en cuyos vehículos, á semejanza que en las aves, cada Órgano debe tener una resistencia máxima ba- jo un peso mínimo. 43.—En la teoría de los momentos virtuales no se deben pues de sumar los momentos de las resistencias por tracción y compresión, sino que cada uno de ellos debe de hacer equi- librio al otro y á la vez al momento flexionante; ó sea, se de- be de tener, siendo H la distancia de los centros de tracción y de compresión, 44,—En el cemento armado, y según lo expuesto, se debe pues hacer abstracción completa de la resistencia del con- ereto ála tracción, y establecer la ecuación de equilibrio, entre el herraje y la zona de compresión, y cuyo principio se haya en la generatriz más alta del herraje, ó en donde termina el fie- rro; y por lo cual, si llamamos r al radio del redondillo del he- rraje, ó la distancia del centro del herraje al principio de la zona de compresión, b al patín de esta y e á su peralte, la ecua- ción de equilibrio entre estos elementos será, con % y k”, 45.—De esta ecuación doble se deduce; Mem. Soo.Alzate, México. 'L, 26 (1907-1908) —-28. A JS 212 RAFAEL MALLÉN. 3 7 có da les 0 Nk (3r+2e) | 36 Pl > e= ER 1d DIRA Para el peralte total de una viga, se tomará, en centíme- tros, y dando siempre 2 em. de grueso á la capa de concreto bajo el herraje, en el intradós, h=2r+€+%Y....--8. 46.—No parece necesario demostrar que el centro de pre- sión se encuentre á los 3 del peralte e de la zona de compre- sión, pero como hubo ya quien lo negara, por de pronto al me- nos, creemos conveniente hacer notar, sencillamente, fig. 5, y para evitar vacilaciones, que si sobre una línea az obran las y Y? [ero ap? Y prisa o RAN 7 Py EN Fig. 5. NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 213 fuerzas paralelas p, 2p, 3p, y cuya ley siguen las tensiones de que nos ocupamos, párrafo 36, y uniformemente espaciadas, y se van buscando los resultantes de p hasta la última que se quiera considerar, siempre se hallará que tales resultantes pa- san á los 4 de la distancia considerada á partir del punto a; y esto hacemos notar, porque e ó r se pueden asignar á priori, en el cemento armado; y sobre todo r, por depender del ra- dio r, ó lado «a de la sección, de los fierros del comercio, y de entre las cuales está uno obligado á elegir. Sin embargo, con esta teoría siendo r la incógnita, no hay desperdicio alguno de fierro, como sucede frecuentemente con la del eje neutro, á causa de las vaguedades á que da lugar al aplicarla al cemen- to armado. 47.—Aun falta llevar en cuenta al fenómeno del estruja- miento, generalmente olvidado para el fierro y la madera; y para esto, para asignar un límite inferior á b, y de una mane- ra lógica, es necesario tener en cuenta las enseñanzas de la experiencia, y por las cuales hemos visto que las costras que saltan debido á ese fenómeno, y cuando se presenta, c c”, fig. 2, tienen casi siempre la inclinación de unos 15 á 200 con el eje longitudinal de la viga, y siéndole paralela en los pri- meros elementos de la fractura, que se verifica escalonada ha- cia el estradós; y de cuyos datos se puede partir, para intro- ducir el fenómemo en los cálculos. 48,—En efecto, ese zigzag con sus primeros elementos pa- ralelos al eje de la viga, y empezando sobre el plano de tran- sición, claro está diciendo que la fractura seguiría por todo ese plano, si no se le opusiera el resto de la materia; y que así, para que el fenómeno no se presente ni siquiera iniciándose en lo más leve, es necesario que la resistencia %” del concreto al estrujamiento y por cm”, y sobre la “línea de estrujamien- to,” que se halla en c” horizontal y normal á e e”, y sube con este centro al aumentar la carga, sea suficiente al esfuerzo de ésta. A A, 214 RAFAEL MALLÉN. 49.—Así las cosas, al aumentar la carga, c' va pues subien- do á medida que el concreto se comprime, y que de c' á c” au- menta la compenetración de las moléculas, ó el estrechamien- to de sus distancias; y de donde se deduce que en el último instante de las resistencias, y si todo está bien calculado y bien hecho, c” se confundirá con c,”, y los momentos virtuales pa- sarán á ser momentos conjugados cediendo la resistencia al llegar á ese límite, puesto que se habrá llegado en el estradós al límite de k'. 50.—Entonces b, en el equilibrio de la tracción y compre- sión, y magnitud del patín de la viga supuesta de sección rec- tangular, viene á ser precisamente la magnitud de la línea de estrujamiento; y no debiéndose de rebasar en ella á k”, por- que no puede transmitir el esfuerzo sin desalojarse resbalan- do sobre el plano de transición, y á lo cual no se debe de lle- gar, resulta que su brazo de palanca respecto al herraje será 3 e, y que así, la ecuación de equilibrio será, DEUxze=P1 y de donde 51.—Fácil es ver que este valor de b, no se necesita en to- do el peralte de la viga; y por esto es que nosotros lo reduci- mos hacia el intradós dando á la sección la forma de un tra- pecio, como lo venimos haciendo desde hace algún tiempo. 52.—Y ahora es el tiempo de ver que dx, para estrujamien- to, debe ser la magnitud á la cual cede el concreto bajo tal f? NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 215 esfuerzo sin trasmitir parte alguna de él al resto de la masa. Por ejemplo: Si hechas tablitas de 1, 2, 3 centímetros de grue- sas, y rompiéndolas por estrujamiento se nota que en las de 1 y 2 ems., la ruptura es casi plana y normal á las caras de las tablitas, y en la de 3 ya deja un borde al lado opuesto á la fuerza que la rompió, claro es que de =2 cm. Para mezcla de 1 X 2, parece que se tiene de = 1, cm. 59.—Respecto al herraje múltiple, lo creemos inferior al unitario; porque siendo las varillas casi rigurosamente unas verdaderas líneas de tensión, para que al deformarse las vigas bajo las cargas todas las varillas trabajasen á igual tensión, sería preciso colocarlas muy exactamente concéntricas, y esto es al- tamente difícil en la práctica. 54,—Por lo demás, claro es que de usarse varias varillas, en las más lejanas no se debe de rebazar á k; y que esto se conseguirá, multiplicando en cada una á l para hallar la resis- tencia que dará, por la relación de su distancia al centro de los momentos elegido, con la distancia á ese mismo punto de las varillas más lejanas, y luego tomando sus momentos y sus sumas, para equilibrar al momento de flexión Pl de la carga, y al de compresión y, bex3eXx0?' del concreto. 55.—Para techos comunes, siendo por lo regular pequeña la sección de tales varillas, en toda ella se puede suponer cons- tante á k; y por igual razón, no se puede establecer preferen- cia alguna sobre las formas circular ó cuadrada; Son pequeñas; y cerca del O todo tiende á confundirse, á dar iguales resul- tados. 56.—En el techo del sistema nuestro anterior al presente, y probado en la Escuela Nacional de Ingenieros, de la Capi- tal, en 1903, con más de 6,000 kilogramos por metro cuadrado, y sin caer ni aun con esa carga, la sección de las varillas del herraje era circular en unas y cuadrada en otras, y no se notó diferencia ninguna en sus efectos; y habiendo sido muy bien " a 216 RAFAEL MALLÉN. examinadas, puesto que se pusieron exprofesamente así por por vía de estudio. 57.—Por último, sobre la ecuación de equilibrio: Parece que los momentos conjugados debén ser los empleados para caleular la estabilidad, pero esto, lo repetimos, solo es una apa- riencia; pues con ellos, con los momentos conjugados, los bra- zos de palanca serían mayores que con los momentos virtua- les, y así resultarían menores las escuadrías, y desde luego más débiles, y entonces el herraje cedería más fácilmente, y el cen- tro de rotación para él subiría muy rápidamente hasta el es- tradós de la viga. 58.—““Los momentos conjugados, son pues el límite de los virtuales;” y solamente se deben usar, en casos como el de la fig. 6, través de fierro ó madera formadas con vigas con eru- ceros, y en general, y aun en el cemento armado, cuando estén perfectamente definidos los centros de tracción y compresión, y que no puedan variar sin la ruptura de la pieza. 59.—Por último, sobre esta parte de la teoría: Notemos que ella permite hacer muy grandes través en cemento armado, para puentes, pasaderas, y otros usos industriales, y con el herraje completamente descubierto, fig. 6, preservándolo con la pintura; y con lo cual las piezas aun resultarán más ligeras y esbeltas, y hasta podrán hacerse por fracciones, con dovelas de concreto. 60.—En este caso, el centro de los momentos virtuales es- tará en la clave; pues el caso equivaldrá á una gran viga en la cual se hubiesen presentado grietas, y para quitarlas, quitado todo el concreto inútil á la resistencia. 61.—Respecto al círculo de fierro entre el tirante y la cla- ye, fig. 5, tendría por objeto, así como con otros ornatos, dar al tirante una gran' tensión, lo menos de 1,000 kilogramos por cm”; y aunque apareciesen grietas sobre el piso del puente, y porque algo se levantase al restirar el tirante. Aun agrietada NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 217 la clave de parte á parte, resistiría su carga perfectamente; pues así lo hemos confirmado en vigas de estudio. 62.—Para completar esta teoría, recorreremos los princi- les casos del modo de fijar las vigas y de cargarlas: 1? —Elmomento fleccionan- te en la fig. 3, es P 1; pero si la Fig. 6. carga está uniformente repartida, fig. 7, como la suma de los momentos de las componentes Pp, P, P, --+---- ,es igual al mo- mento de la resultante P, y esta pasa por 4 1, su momento se- rá 4 Pl, y se tendrá. . 3 Pl=shk=3h?. ó bajo la forma más usual, 218 RAFAEL MALLÉN. Pl=pa+p.2a+p.34+...... La resistencia de la pieza es pues doble en este caso que en el anterior; y así, sobre este particular no hay diferencia alguna entre la vieja y la nueva teoría. 22—Si la pieza está apoyada en sus dos extre- 4 ¿ P | E mos, fig. S, las reacciones 1 en sus extremos son 3 P; os y como puede suponerse á la pieza empotrada en su ' centro o, y solicitada en sus extremos por las fuer- Fig. 8. zas 4 P, se ve que cada rama tendrá la resistencia de la pieza en el caso anterior, y el doble en toda ella, y que por lo tanto 4 P se puede llevar hasta P, y la carga en el centro á 2 P. Se tendrá pues, NUEVA TEOBÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 219 3".—Si la pieza está empotrada én sus dos extremos y car- gada en el centro, fig. 9, se puede suponer como antes, empo- trada en el centro O, y luego cada una de las dos mitades por sus puntos de inflección ¿é 7; pues ello equivale, fig. 10, á que 7 to a GU? ls tado cds ds 7, Y) Y pS it e | 77 hy — — a —> a D TRA E "S/1 17 cada de esas mitades se halle empotrada en un muro, y el ele- mento central en 0. Iguales P,, P,, P3, y Py resulta que P, y P., hacen converger á las secciones respectivas de la pieza al pun- to de inflección ¿, y los P, y P,, á sus partes respectivas sobre que obran, á 7. La resistencia de la viga será pues, en este caso, para cada una de esas partes lo mismo que en el caso de la fig. 8, y por tanto para toda la viga, Y si está uniformemente cargada, y por razones análogas á las dadas en el caso primero. de la fig. 8, Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908) —29. 220 RAFAEL MALLÉN. 63.—Se habrá notado que en el último caso, se presupone que los puntos de inflección están al 4 y 3 de la longitud de la viga; y que así, para que los hechos estén de acuerdo con los cálculos, es necesario encorvar las varillas según tal con- dición. 64.—Pero aun haremos notar, que las vigas probadas em- potradas en sus dos extremos y cargadas uniformemente, casi siempre se nos han roto, á causa del esfuerzo cortante, y á unos 30 cm. de los planos de empotramiento, y de lo cual se deduce el trazo siguiente para el herraje; y que es el que no- sotros usamos, fig. 11. Q 1 A A A LN ' ig " | ! Pi ¡71 yal —Á+ > ¡— | E; : | 1 1 / | ' | O: FS ) Ñ e iy : 7 le, de PA INE ale 1 0 pE--—» | e Elo | NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 991 * , 65.—Esto es, dado el claro 1, se le resta el doble de 30 em. óde la distancia de ruptura á los planos de empotramiento, y 4 del resultado es la mitad de la cuerda c del arco central, admi- tiendo circular la curva, como en la teoría del eje neutro, y lo cual basta como aproximación para el caso, por hacercarse mu- cho, en efecto, á tal forma; después, calculada la viga según la carga que se le asigne, y así conocido su peralte efectivo, ó sin los aplanados con cuyo único objeto es revestir al herra- je, en el intrados y extrados, párrafo 42, y que sin tales reves- timientos será, y f será la flecha. Con c y f, y restituyendo á l, ya se tiene pues, _ (1-60'<+16f* 0 EE Ef y en centímetros todo. 66.—En cuanto á los ojos, figura 11, se doblan en calien- te, y tienen por objeto, pasarles unos cruceros de fierro para el anclaje, y del cual nos ocuparemos después; respecto á la longitud (Ag. 11,) para el empotramiento, y contada desde el paramento del muro, será la mayor posible, cuatrapeando las cabezas de las vigas, si las hay en ambos lados del muro; y si está muy delgado, poniendo á tope las cabezas, pero uniendo sus cruceros.de anclaje, de cada dos vigas á tope, con eslabo- nes de fierro. 67.—Antes de concluir esta parte de nuestra exposición, diremos que en los cálculos hemos hecho absoluta omisión del coeficiente de elasticidad E, para los concretos, debido á su infinita “variabilidad”: Infinita, decimos, porque con todos los elementos iguales, como las barricas de cemento por cien- tos á la mano, la arena en la playa del mar, el agua de éste, 2224 RAFAEL MALLÉN. con los mismos obreros, y hastacon nuestra personal y directa vigilancia, siempre lo hemos hallado sin embargo muy dife- rente, hasta de una batida á la siguiente; y por lo cual se de- duce que los varios elementos de confección, de traspaleo, du- ración de éste, apisonado, etc., lo hacen variar notablemen- te. 68.—Pero esto no importa, porque él queda tácitamente llevado en cuenta, no tomando para el fierro más que k=1000 kilogramos por cm”; pues con este límite, como límite de elas- ticidad para el fierro, y en obras de importancia, ó k=1600 pa- ra las baratas, ya hemos dicho que se puede estar seguro de no rebasar los límites de elasticidad de los concretos, para que no aparezcan grietas en el primer caso, y para que ape- nas se inicien en el segundo. 69.—Por último, por las pruebas hechas en la Escuela Na- cional de Ingenieros, á que antes nos hemos referido, y cuyo certificado oficial, consta en la pág. 73 del folleto descriptivo de nuestro sistema anterior de construcción en cemento arma- do, se vé que las grietas no aparecen en las vigas bien hechas de 1x2 y fuertemente apizonadas, sino más allá de una flecha mayor del milésimo del elaro; y esto, con cualquiera herraje que se use se observa, explicándose el fenómeno, por el prin- cipio á que hemos aludido, de la Mecánica general, sobre la independencia de los efectos de las fuerzas, y que aplicado al cemento armado, hace que el fierro y el concreto solo puedan llegar á sus límites máximos de resistencia, estén asociados ó no. ; 70.—Si hay veces que en los concretos con herraje no se notan grietas, aun pasado ese límite de elasticidad para el fie- rro, no es como algunos autores creen, porque en ese límite se refuerce con el herraje el coeficiente E del concreto, sino porque muy bien repartidos los esfuerzos al llegar al límite, en vez de una grieta visible se forman muchas invisibles al ojo desnudo, pero que con un atento examen descubre el mi- eroscopio. NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 223 q A A>———_————_——— — A eo 71.—Sobre este particular, creemos que hay un prejuicio en la Ciencia; y que es: El de suponer qne desde que se apli- ca á un prisma una fuerza sobre su eje, y por pequeña que sea, hay extensión ó contracción en el prisma; y lo cual duda- mos, á reserva de que se hagan estudios experimentales. Por ahora dudamos, porque pensando en estos fenómenos ha ve- nido á nuestra mente este recuerdo: En los Estados Unidos y en una fábrica de modelos vimos que para ostentar lo bien que los hacían, tomaban dos placas planas de fierro, y juntán- dolas hasta expulsar el aire, la presión atmosférica las rete- nía juntas con gran fuerza, la de esa presión. Ahora bien: Si para separarlas era necesario la fuerza F, que se podía cal- cular según las superficies en contacto y la presión baromé- trica en el instante de la prueba: ¿Antes de llegar al esfuerzo F' había ya separación? ...... ¡No! Porque entonces penetra- ría el aire entre ellos, y se despegaría antes de llegar á F. Luego: ¿Si es F la fuerza de cohesión molecular, antes de llegar á F: Hay ó no hay separación de las moléculas......? Este es un problema que importa mucho, no solamente al cemonto armado, sino á la Ciencia toda; pero como solamen- te se puede resolver con pruebas delicadas y costosas, lo de- jamos á las Academias. Pero de existir el fenómeno, “de la no alteración mole- cular antes de vencer á su cohesión,” coma “nada se crea ni se pierde” ni “nada se puede hacer sin gasto de energía,” re- sulta que las primeras tensiones se gastan en la extensión y compresión de las primeras capas solamente, al intradós y es- tradós de las piezas; y que, en consecuencia, y de ser cierta esta sospecha, repetimos, aún se tendrá en este nuevo fenó- meno una nueva armonía en pro de la teoría de los momen.- tos virtuales. Pues entonces, con mayor razón aun se debe de renunciar al eje neutro; porque no será un eje, sino una zona la neutra; pero solo en los primeros momentos de la carga, y marchando después á su encuentro las zonas de tracción y 224 RAFAEL MALLÉN. compresión, al reunir en el plano de transición, señalarán la máxima resistencia de la pieza de una manera permanente; indefinida, ó hasta que causas del todo ajenas á la carga le al- teren su naturaleza ó manera de ser. Será ésta, el caso de las piezas antiguas de exageradas dimensiones. IV.—MANIPULACIÓN DEL CEMENTO ARMADO. 72.—Siendo el hombre el mismo en la Ciencia, "que en la Religión, en Sociología, y en cualesquiera otra actividad co- * mo en ellas, en el cemento armado también se fanatiza; y de allí ha resultado el prejuicio de que siendo el mejor de los sis- temas de construcción, es, no obstante el más fácil, barato y rápido de todos. 73.—El cemento armado es pués, y en efecto, el mejor de todos los sistemas de construcción, pero en cambio, no es tan sencillo, ni tan barato, ni tan rápido, como sus idólatras lo creen; pues al contrario, él necesita obreros aptos, un sobres- tante inteligente, y una asidua vigilancia del mismo ingenie- ro director de los trabajos. Ponerse á trabajar el cemento ar- mado sin previa y cuidadosa preparación, y sin un programa -. definido hasta sobre la misma sucesión en que se deben de des- arrollar las operaciones, para no deformar las partes frescas con sobre—cargas prematuras, y no andar improvisando mol- des, pisones, cinceles, y hasta de los peones un herrero que corte y doble las varillas, es un error que solamente se conci- be por los neófitos que aún somos todos los Ingenieros en el cemento armado. Pues no olvidamos, que aún no hay una teo- ría sobre él universalmente reconocida y aceptada, si no como la verdadera, al menos como la mejor. Vamos pues á ocuparnos ahora, de tres grandes y muy importantes detalles en la práctica de este sistema de cons- trucción: 74.—Anclajes.—Los concretos de cemento no se “pegan” NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES, 225 al fierro como hasta hoy lo afirman los autores; al menos en general, puesto que aun no hemos visto uno solo que lo nie- gue; sino que, comprimiendo las varillas por su fuerza de trac- ción, las “agarran,” por decirlo así. Coja quien guste un cuchillo de mesa, por ejemplo y lim- piándolo bien, ponga sobre una hoja un pegoste de mezcla de cemento, y aguardando á que esté bien seco arránquelo; y en- tonces, y repitiendo muchas veces la experiencia, verá que tal fenómeno no existe. 75.—Puede creerse, y así lo creen muchísimos, que lo mis- mo es pegarse que agarrarse: pero no hay tal cosa, fig. 12: En efecto: Siel fierro se pegara al concreto, al alargarse la varilla y bajo una fuerza P, y proporcionalmente á ella, según su coe- ficiente de elasticidad E=200.000 kg X em?, y por el cual un metro de varilla bajo un kg. se alarga 0”0000005, y en el em? de sección, resultaría que al alargarse, formándosele en el cen- tro desu longitud la garganta correspondiente, ó estrechamien- to, el concreto lo seguiría, y por lo tanto, le ayudaría con su cohe- sión estando aquí pegadas las mo- léculas del concreto al fierro y ála vez con las del resto del concreto, y no simplemente yuxtapuestas, y por lo cual, en el caso de estar pe- gadas, el fierro recibiría ese auxi- lio del concreto para resistir á los esfuerzos de tracción; pero si no hay tal pegadura, sino una simple yustaposición, y agarrando el con- creto al fierro solamente por su contracción, y obrando esta fuer- Fig. 12 za por el fenómeno de frotamien- a da) to, que se puede suponer de fierro contra fierro, por la capa 226 RAFAEL MALLÉN. de óxido de fierro que se forma y siempre dejan las varillas sobre el concreto resbalando sobre ella, el concreto quedará sin deformarse, ni ayudar al fierro, y éste saldrá libremente y luchando con su propio y solo esfuerzo. 76.—De ahí la necesidad de los cruceros ec, para los anclajes; y por lo cual es necesario calcularlos bien. 77.—Siendo r el radio del crucero ce, y 1 su longitud, el rectángulo 2r 1 será el de resistencia á la salida de la varilla solícita por P, y si cm.=p, es la profundidad del anclaje y k” la resistencia del concreto, al estrujamiento, la superficie de trabajo del prisma engendrado por 2r l, y si saliese, sería (4r+-2 1) p, y su resistencia (4r+-2 1) p k”; y por lo cual se de- be de tener, P=(4r4+2 ) pk", y de aquí, E pe ar 78.—Pero no es esto todo, sino que también se necesita que el crucero no se doble bajo las reacciones 4 4 fig. 12, apli- cadas á la mitad de sus brazos, y cuya condición dará á su se- milongitud dado su radio, á éste si aquella se da, ó en fin, áp, si esta se quiere tomar por incógnita. 79.—En todos casos, convienen cruceros gruesos y profun- damente anclados; y siendo tan barato este detalle, poco im- porta pecar en su longitud. 80.—Al ahogar con mezcla á estos cruceros, son indispen- sables dos condiciones: Juntar con fuerza el crucero contra la vuelta de la varilla, para que desde las primeras tensiones que esta sufra bajo las cargas, empiece el crucero á trabajar; y además, poner allí mezcla aun más rica en cemento que en NUEVA TEORIA ESTÁTICA DÉ LAS CONSTRUCCIONES, 227 el resto de la obra, y para darle al crucero la posible estabili- dad repartiendo mucho su esfuerzo sobre la masa que debe de ayudarlo. 81.—Respecto á las varillas, no creyendo en el fenómeno rebatido desde 1905, en ese año patentamos el “fierro ranura- do,” que consiste en imprimir á las varillas, una serie de ranu- ras normales á su longitud, para repartir mejor los esfuerzos; y á cuyo fierro nos referimos en la página 10 de nuestro folle- to impreso entonces, “Sistema Mallén de Arquitectura.” De paso, conste pues, que tal fierro nos pertenece, según puede verse en el certificado de novedad de la Oficina de Patentes, pág. 10 de ese folleto; y lo cual decimos, como una protesta á su empleo en el país sin nuestro permiso: Pues lo hemos visto desembarcar en Tampico, y sí bien fuera de aquí lo pue- den hacer y usar, por no haberlo patentado en el extranjero, aquí nadie tiene el derecho de explotarlo sin nuestra autori- zación, y en consecuencia, esperamos de la honorabilidad de los importadores que, dada esta noticia, procedan con la debi- da corrección, y para lo cual nos ponemos á sus órdenes. 82. —Mezcla y concretos. —Salvo en remiendos, en toda obra de cemento armado debe hacerse éste con batidoras mecáni- cas, á mano ó con motor. según la magnitud de la obra; pues el batido con pala no solamente resulta muy caro, sino tam- bién muy defectuoso, y por lo cual consideramos á este deta- lle como uno de grande importancia, y digno de figurar como elemento de la misma Estática de la construcción en cemento armado, puesto que de él depende que se realicen los princi- pios aceptados. 83.—Con nuestros obreros y trabajando á la mano, seis hombres apenas han podido batir 2 metros en la jornada de 8 horas, y teniéndolo todo al pie de la obra; bien que haciendo trabajo bueno. Con nna batidora á mano, hemos visto hacer 6 metros al día, y por solamente 4 hombres. 84.—Rellenos.—Respecto á los rellenos, siempre deben ha- Mem. Soc.Alzate, México. T. 26 (1907-1908) —30. 228 RAFAEL MALLÉN. cerse por capas y cuatrapeándolas; porque si de los dos mo- dos de la construcción de un muro formando un circuito ce- rrado, ya por capas horizontales ó bien por gajos verticales, se calculan sus espesores, se hallará que la generación por gajos los requiere mayores: Y lo cual, interpretado filosófica- mente para los rellenos y por lo que á la ejecución se refiere, es una indicación de que se debe de procurarse huír de tal ge- neración por gajos, no vaciando el concreto dentro de los mol- des formando montones, sino al contrario, repartiéndolo por capas delgadas. 85.—Soldaduras de los concretos. —Respecto á la unión de un concreto nuevo con otro ya viejo; es necesario reconocer que nunca es perfecta, y que en consecuencia, en toda pieza tra- bajando á la tracción debe procurarse hacerla de una sola ba- tida; pues de lo contrario las juntas de unión de un día para otro, en la reanudación de los trabajos, serán otras tantas frac- turas bajo los grandes esfuerzos. 86.—Y esto se explica fácilmente (una vez que á fuerza de desengaños, se ha visto uno obligado á descubrirlo). El fra- guado del cemento al formar los concretos no es más que una combinación química con la sílice de la arena en presencia del agua, como lo demuestra el calor desarrollado en su seno mien- tras él se verifica; y por lo tanto, y empezando esa combinación desde que se pone el agua á la revoltura, y no terminando ca- si sino hasta los siete días y del todo como al año, resulta que cuando sobre una masa de concreto con el fraguado ya en pro- ceso se pone otra fresca, ya encuentra á la primera más ade- lantada en su combinación, y no concordando los movimien- tos moleculares, la perfecta adherencia es imposible. 87.—Para corregir en lo posible tal defecto, nosotros em- pleamos dos artificios: 1? Para pisos, los dividimos en secciones cuyos límites á priori aceptamos que serán después otras tantas grietas, y si es posible, si el piso se ha de rayar, hacemos coincidir á tales NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 299 juntas con algunas rayas; y ya hecho el fraguado, reabrimos esas grietas al cincel y á 1 cm. de ancho, y las rellenamos con mezcla de uno por uno, casi seca y muy bien apretada, y lavan- do antes las grietas con una escobeta y lechada de cemento solo, para quitar á las superficies una capa de cal y sílice que se les forma, y la cual aun impide más la soldadura de un con- creto nuevo con otro viejo. 2% Y para rellenos de una grande y uniforme resistencia, al concluir el trabajo de la tarde sembramos clavos en su su- perficie, fresca aún, y saliendo algo sus cabezas; y por la ma- ñana siguiente, para reanudar el trabajo, lechadeamos como queda dicho para las grietas, barriendo fuertemente con una escoba y lechada de cemento. 88.—Estos dos procedimientos, los hemos empleado en el faro de Isla de Lobos. El primero, para el piso de cemento de la casa; y el segundo, para unas dos grandes cisternas, de 3,6x2X1X1,8 =13 m* en números redondos. 89. —Respecto al espaciamiento de los clavos, lo calculamos como sigue: Sean: 1 su longitud; p, el perímetro de su sección, un poco arriba de su centro; p”, el perímetro de su cabeza; c y €, las lon- gitudes de las partes enterrada y libre, y teniéndose c=-c=1; k, la resistencia del fierro, 1000 kilogramos por em”; L', la trac- ción del cemento, y que será la fuerza con que comprima el clavo; f, en fin, el coeficiente de fricción del concreto contra el fierro, y que se puede tomar de fierro contra fierro, 0,13, pues- to que los fierros en el cemento armado y al resbalar en el con- ereto siempre dejan una capa de óxido de fierro. Con estos datos resulta: 1% pc, superficie lateral del agujero hecho por el clavo; p c k, la fuerza del concreto que lo detendrá; y pc kf, la fuerza efectiva que de allí resulta. 22 p' e, superficie del agujero que haría la cabeza del cla- vo si este se saltase; p' c *, la fuerza del concreto, que se opon- dría á la salida del clavo. a Mio A 230 RAFAEL MALLÉN. 3? Igualando pues los dos valores anteriores, resulta: pekf=yp € E; y que con c+c=1 nos da, MESS A 00 EFD" ría PO 4% Seguros de que las dos partes del concreto cojen al cla- vo con igual fuerza, si su sección en donde se midió el perí- metro p cs s' su resistencia será s l; y entonces, si es k, la re- sistencia del concreto á la tracción, y s =4* la superficie de ese conereto que tenga una resistencia igual á la del clavo, resul- tará, s k=a* k, y de aquí, para el espaciamiento del clavo. 90.—Respecto á la calidad del cemento nada creemos ne- cesario decir; pero sí haremos notar que no es raro hallar pe- queños grumos en la masa, ó cemento eon un principio de fra- guado, y lo cual se debe probablemente, á su empaque en días brumosos y con mucha humedad ambiente, en los países del Norte. Y como hemos visto algunas veces emplearlo así, ha- remos notar, y como fácilmente puede verificarlo quien guste" que si no se toma la precaución de cernirlo, en la misma mez- cla, y pasando la cuchara de albañil sobre ella, se verá que quedan vetas de cemento puro á causa de tales grumos; y lo cual implica que no desbaratándolas se disminuirá notable- mente la resistencia del concreto. 91.—Llamamos “forjado” en un concreto, á cierto estado que toma á los 6, 8 6 10 minutos, según su clase, en el cual ya pierde su “plasticidad,” reconociéndose esto, porque si se le quiere cambiar de forma “se desmorona,” y dejamos la pa- labra “fraguado,” á su estado cuando ya no se desmorona si- no que se quiebra; y esta clasificación hacemos, para hacer observar: que no se debe trabajar sobre las partes frescas, NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES, 231 sino cuando han fraguado, para que no se deformen; y que ya la soldadura no es perfecta después del forjado, y por lo cual cuando tal perfección se necesite, se deben arreglar los mol- des para un solo relleno, ó poner el claro si se hacen varias batidas. 92.—Moldes.—Aparte de la necesidad de que los moldes para el cemento armado sean fuertes y bien hechos, es nece- sario tomar dos precauciones en su manejo: 1? Calcularlos para que el apisonado no los flexione, y re- sulten los paramentos alabeados. Para esto se puede tomar como dato medio, que la fuerza ejercida por la masa contra ta- les moldes con un pisón común y un hombre de fuerza media es de un gramo por centímetro cuadrado en toda la extensión de la zona á que el efecto del golpe se extiende, y que es de unos 25 em. de radio, para concretos de mediana compacidad y de cuyo dato se puede partir para calcular las partes elemen- tales de los moldes en su extensión y grueso, y según las dis- tancias de los puntos de apoyo que se considere como fijos, ó indeformables bajo el pisón. Esto es: Calculada la superficie s del molde, y el número » de golpes de pisón, que en el relle- no recibirá el concreto, se tendrá P=ns, en gramos, como fuer- za acumulada, y para calcular la flecha de la tabla; ó asig- nado f, calcular el grueso de esa tabla. 2% Que no quede ningún aguj” o de escape de mezcla, pues por allí escurrirá el agua y arrastr á al cemento, producién- dose verdaderas vetas pobres en él, y que serán más tarde las líneas de fractura. 93.—Antes de concluir, y llevándose poco en cuenta hasta hoy el esfuerzo de estrujamiento y la resistencia contra el de los concretos, creemos conveniente, y como siempre en obse- quio de personas versadas en la materia, hacer notar que él tiene cierta afinidad con el esfuerzo cortante y por lo cual hay que cuidar de no confundirlos. En el esfuerzo de estrujamien- to, las dos partes que tienden á separarse se comprimen fuer- 232 RAFAEL MALLÉN. te y recíprocamente, como por ejemplo, la zona de tracción con la de compresión en una viga que se flexione bajo una car- ga, mientras que en los esfuerzos de tracción, una parte per- manece fija y la otra tiende á separarse. 94 —Siendo este punto muy importante al calcular las vi- gas, terminaremos haciendo notar que el esfuerzo cortante que las rompe por sus cabezas bajo una carga exagerada y uni- formemente repartida, se debe de contrarrestar por la resis- tencia á la tracción, bajo una línea cuya dirección media es de 450 con el eje de la viga; pues poco más Ó menos, así se nos rompieron todas las vigas en la cámara de estudio á que antes nos hemos referido, y en la mayor parte de las que después hemos probado con carga uniformemente repartida. 95.—Esta grieta nace como á los 30 em. del plano de em- potramiento, y dirigiéndose á él del estradós al intradós. De esta manera, y con el patín y peralte de la viga, así como con su coeficiente de resistencia, fácil será caleular su sección pa- ra resistir á este esfuerzo y poner á sus diversos elementos en armonía; pues como en la figura 10 queda supuesto el equilibrio en cada uno de sus cuatro elementos, en los extremos se tiene el caso de la figura 3, y por lo tanto si son b, h y k el patín, el peralte y la resistencia de la sección, en la hipótesis de que no se flexione la pieza bajo la carga, sino que se rompa como si la cortasen por presión, se tendrá á cada extremo el peso 3 P, 1_bhk o P cos 450 y de ayuí, muy próximamente, P=3bhk 21 96,—Como se ve, en todo rigor cada parte de una viga de- bería de tener escuadras y herraje diferentes; pero no siendo ello práctico por costoso, calculadas todas las secciones se de- be elegir la más resistente. +. A NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 233 97.—En cuanto al modo de fractura señalado, él no es más que una consecuencia de la estructura granular del concreto; porque si en un muro con él cede algún tramo por faltarle el cimiento, por ejemplo, la sección que caería tendría la forma de un arco en su contorno, y del cual no sería más que un ele- mento la fractura de la viga á sus cabezas. 98.—Por lo que á las aplicaciones de nuestro sistema de construcción importa, y por lo que á nosotros hace, aun cre- emos conveniente hacer notar, que en un empotramiento solo se llega á un resultado satisfactorio cuando las cabezas de las vigas forman parte íntima del muro; y que así, en el cemento armado, al ahogar las cabezas de las vigas con los rellenos pa- ra formar los muros, deben de lechadearse bien y de llevar un anclaje proporcionado á las cargas, formado por varillas que entran en los muros de apoyo y se ligan á las de las vigas. 99.—Por lo demás, en casas de varios pisos tales anclajes no son necesarios, bastando el peso de los muros y techos su- periores, pero si se ponen citarillas al techo de un solo piso, y con solo ellas, sin anclaje, se quiere hacer el equilibrio, enton- ces su peso p con la mitad 4 a del empotramiento a, por brazo de palanca, debe de hacer equilibrio al momento de la mitad de la carga, y tenerse 4 PX 3 l=j P 1, y con lo cual 4 P lI=pXj3 a, y de donde, El CAN 22; 277 ) y con lo cual dada la carga, el grueso del muro, el claro, el es- paciamiento de las vigas y la densidad del concreto, se puede ya determinar la altura de la citarilla. Así lo hicimos en el fa- ro de Isla de Lobos, con anclaje las vigas, pero sin llegar las varillas hasta los cimientos; pues habiendo quedado en el cen- tro de un bosque, por citarilla se le puso un simple ornato á su frente. 100.—Antes de concluír, recomendamos á los que nos hon- 234 RAFAEL MALLÉN. ren con su atención aplicando esta teoría y nuestro sistema de construcción en cemento armado, que nunca hagan nada sin determinar antes personalmente los coeficientes de resistencia de los varios concretos que vayan á emplear; pues los datos que proporciona el Comercio generalmente son inexactos, exa- gerándolos. Con unas cuantas marquetas de prueba mientras se hacen los trabajos preparatorios, y rompiéndolas según los coeficientes que se busquen, aplicándoles las fórmulas del ca- so en cada prueba, se obtienen resultados tan exactos prácti- camente y dado el coeficiente de seguridad, que no vale la pe- na perder más tiempo que el de tales pruebas buscando datos más exactos, á no ser que se trate de grandes obras. 101.—Finalmente se habrá notado que nada hemos dicho sobre el momento de inercia; pero ello es porque no lo hemos necesitado, ni se necesita para la Estática. 102, —En efecto: Al estudiar en mecánica el movimiento circular, y para éste, “se llama momento de inercia, á la masa de un cuerpo multiplicado por el cuadrado de la distancia de su centro de gravedad á su centro de rotación,” y por analo- gía, en Estática dan los autores clásicos ese. mismo nombre, “momento de inercia,” á la sección de las zonas por compre- sión y tracción multiplicadas por sus peraltes, y lo cual es un error muy grave; 1% Porque entre una “masa” y una “sección” media una distancia enorme: la primera es un cuerpo; y la segunda, una simple concepción, y que no puede por lo mismo desarrollar como la masa ninguna fuerza, y menos fuerza viva, en la ro- tación de la pieza en el supuesto de que ésta caiga. 2% Porque esa lejana analogía, del producto de la sección por el cuadrado de su peralte, ni siquiera resulta como una condición del movimiento, sino precisamente de la condición de que éste no se verifique, y expresada en la ecuación de equi- librio; y por lo que tal coincidencia, no es más que casual. 3% Porque ese cuadrado del peralte, no es tampoco “la dis- e NUEVA TEORÍA ESTÁTICA DE LAS CONSTRUCCIONES. 220 tancia del centro de gravedad de la sección al eje neutro,” si- no de éste al límite exterior de la sección; y por lo cual seme- jante analogía apenas se reduce á la presencia del cuadrado de una distancia contada desde el eje neutro: Y cuyo eje, de paso, ya hemos visto que tampoco existe. 4% y último.—Porque el momento de inercia, para estable- cer la condición de equilibrio y siendo este equilibrio estático, y no dinámico, nada tiene que hacer en su expresión; y menos cuando precisamente se renuncia al peso de la materia que constituye á la viga, para simplificar los cálculos, y por su pe- queñez ante las cargas: Y con lo cual tácitamente se renuncia á la influencia del momento de inercia sobre ella, aún en el caso de que existiera, 103.—Como pudiera alegarse, que al considerar toda la pie- za dicho queda que se lleva en cuenta si no su masa al menos su volumen, á nuestra vez diremos que 1, su longitud, que in- terpreta á ese “toda la pieza,” entra en las fórmulas finales pa- ra el cáleulo P, precisamente dividiendo á la sección y no mul- tiplicándola, y por lo cual, según las reglas de la homogenei- dad, el resultado es una línea y no un volunmen que pudiera tomarse por la masa, si no con lógica siquiera sí con sus apa- riencias; y que, por lo visto, sólo se reducen á la presencia de h* en la expresión del momento de resistencia de la sección, -— 104,—No hay pues en Estática tal momento de inercia y como la precisión en el lenguaje es la base de la Ciencia, ya es tiempo de empezar siquiera en ella, á ser lo más riguroso que podamos en él. De otra manera, la Torre de Babel dividirá á los sabios; y la Ciencia, lejos de ser el primer peldaño para lle- gar la orden social perfecto del futuro, será el laberinto de Creta en donde ni ellos mismos se puedan encontrar. Demos pues siquiera en ella, y como un preludio para ha- cerlo más tarde en el lenguaje social: un nombre á cada cosa; y á cada sentencia una sola significación. Veracruz, 1907. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908) —31. A 5% i AN ARS ho peer id) A L:di0 pee ; el 4 h IO Ñ 1d GN ¿ MN Añiós RES ind | 40" 250! , J mn ¿ añ % re PH SEDES HEY Te TIM TM Sn e ¿ y EY UA id! ep BARA 20 4 aa PARTI a HITA UAG i DA OL? añ ARO y PALQUGETAS y LOA DA soe ADUANA ADA AiO ¿yla T FAA Meios e 1 SÍ LO paran L:d 0): AENA Cristal ssladn ' TN A A A A iia sat / Po cae Ñ A Eu FP 0 ad tl ñ A int | a q! AAA ria IN o Af ¡¡ E 4 / HOYO RATA E d > ET Ar HAGA MAR rad A PT $ Hui ya INAMU hn ds a ALDF 1 De - v no Mad de OA lipra pat, de el 4 e, mor 1 , WI IAN AA atoburáriak 1048 sá ix RO TO A! eo . ; SV Cde E AMAEGA MINA A y 214% dE TL y lu raros A : s ; . Aa Apr Í Storni di 01/16 0 1 JA A ATA A LI O 05 Al ¡A a, R 1 n ] 0 AA AO MS O 1 Ha 45d ni ik aid Mp » Ú Mr ra Al ml le IAS Ces y a yy LE boss (NE ds ¿dect ip soja h ONSAS 14) 4y JU sn A" Nets m Ajád, lisa «das, ADN ON o A ¿insano i Y % DATO Si los TS OY de e O a : 1 1 ss y ls ' o 4 tia AR » in E % , h AA AO E 4 % A y ds 51 ENT Ñ í b PA > INV IS a 4 y ' Aa, 0d ) y e Ñ ; ' . ñ > 2 A Ñ v fs e A SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRBES, T. 26- A E E DAN PE a El A A A e Note sur un cas de radiodermite tres intense du cuir chevelu AYeo Pepousse compléte des cheveux chez une enfant atteinte de trichophytie. Mémoire présenté au Il*me Congrés International de Physiothérapie. PAR LE DR. RIOARDO E. CIOERO, M. $, A,, Professeur á la Faculte de Médecine de Mexico. Pour peu que lon ait traité des cas de trichophytie de la téte, on sait trés bien combien cette maladie est rebelle. Aussi a été un des plus beaux triomphes de la Physiotérapie que le traitement de cette maladie au moyen des rayons X et Pon doit étre particuligrement obligé á Mr. le Dr. Sabouraud qui plus que personne a conduit cette méthode de traitement á un degré de perfection remarquable. Les régles qu'il a posées pour lPappliquer sont si bien déterminées, ont été basées sur des observations si nombreuses et si précises que Pon doit con- sidérer comme une faute de ne pas s'y tenir rigoureusement. Quant á moi, Javoue franchement que je ne me suis décidé á traiter mes cas de trichophytie parla róntgenothérapie que le jour oú j'ai eu en mon pouyoir le chromoradiométre de Holzk- necht, cette autre éminence de la róntgenologie. 238 RICARDO E. CICERO. A li Ce West done pas d'un cas de ma pratique personnelle dont je vais moceuper, car je n'ai jamais provogué de la radioder- mite et quoique ma statistique ne fasse que commencer, elle m'a démontré que les régles de Mr, Sabouraud ont la force des vé- rités mathématiques. Le fait que je vais relater appartint á un collégue, le Dr. Jofre, qui avait le meilleur cabinet d'élec- tricité médicale qwil y ait jamais eu á Mexico et qui, malheu- reusement pour la science, mourut encore jeune, an mois d' Avril dernier. Voici le cas: L'enfant P. D., de 9 ans, fille d'un illustre confrére, fut atteinte vers la fin de année dernitre de trichophytie vulgai- re du cuir chevelu. Mon confrére me fit 'honneur de me la montrer et d'en appeler á mon opinion au sujet du traitement par les rayons X. Naturellement celle-ci fut tout á fait favo- rable, non seulement parce que je le connaissais théoriquement mais encore parce que je savais que le Dr. Jofre avait guéri deux enfants que J'avais traités avant par les procédés classi- ques sans obtenir autre chose qW'une amélioration trés lente comme c'est la regle avec ces procédés—-lá, et que plus tard J'avais remis directement entre ses mains deux autres enfants de ma clientéle. Le suecées fut complet aussi dans ces deux autres cas; néanmoins J'avertis le Dr. D. que j'avais quelque apréhension au sujet du procédé que le Dr. Jofre suivait car J'avais eu Poceasion de le voir travailler lors du deuxiéme cas que je lui avais confié et 'avais vu qu'il s'écartait trop des ré- gles du Dr. Sabouraud qui ayaient déja óté publiées á cette époque. Je eraignais la radiodermite sur laquelle 'opinion de Mr. Sabouraud est si formelle et si terrible: “Toute radiodermi- te, méme légere,” dit cet auteur, “entraine au cuir chevelu Ualopécie définitive presque loujours complete.” Je regrettais alors plus que jamais que Pagont de la Kny Scheerer Co., de New York, qui wavait fourni trós peu de temps avant un bon appareil pour les applications de rayons X et les courants de haute tension UN CAS DE RADIODERMITE. 239 et de haute fréquence veút pu me procurer de suite le chromo- radiométre, ' Ainsi donc Venfant fut traitée par le Dr. Jofre. Je ne sau- rais entrer dans les minuties de sa technique car je ne la con- nus pas dans tous ses détails mais voici les points essentiels du traitement et de ses résultats d'aprés les donnes que le Dr. D. ma obligeamment fournies. Le traitement par les rayons X commengca vers le milieu du mois de Février. Les séancés furent journalióres et une durés de 5 minutes chacune. L'amponle était appliquée á une certaine distance du sommet de la téte sans aucune protec tion. On voit que la technique était bien imparfaite. Vers la cinquiéme séance un érythéme comenca á faire son apparition. L'opérateur, il faut le dire, n'y attacha pas Vimportance et con- tinua les séances. Ce west que vers la dixiéme que les cheve- ux commencérent á tomber; Pon fit cependant encore cinq au- tres séances jusqu'a compléter le nombre de 15. La radioder- mite alla augmentant en étendue et en intensité; elle envahit outre la téte, le front, les joues et la nuque, elle devint exuda- tive et desquamative, se couvrant de squames et de croútes. Le pére de Penfant tout éploré, me la montra dans cet état; la- lopécie, il n'y a pas á dire, était compléte; elle affectait la for- me Vune calvitie trés étendue sur laquelle la radiodermite était fortement développée, la dépassant le tous cótés. La désespoir du pére était immense, Vautant plus qwil avait lu la tarrible phrase du Dr. Sabouraud que j'ai transcrite; mon opinion, que Jómis timidement fut cependant qu'il pouvait y 1voir quelque espoir de voir la repousse et ce qui me le faisait croire c'était que par-ci par-lá en voyait quelque mince cheveu erratique dans la plaque alopécique et en y regardant attentivement á la lou- po on apercevait les orifices correspondant aux follicules pi- leux. Ceci se passait vers la fin du mois de Mars. Je communi- quai mon vague espoir au Dr. D., que erutsans doute que mon objet était seulement Vamoindrir sa peine de pére pendant 240 RICARDO E. CICERO. un certain temps, que je ne lui manifestais mon opinion un peu rassurante que par suite d'un sentiment d'amitié pourne pas trop Paffliger du premier coup. Moi-méme, je me méfiais beaucoup, car Popinion du Dr. Sabouraud est si formelle, que je craignais de me faire des illusions. Tout le mois d'Avril et le commen- cement de Mai se passérent et la radiodermite v'était pas fini etmon vague espoir était loin de devenir une réalité. Le Dr. D. avaitVobligeance de me montrer son enfant de temps en temps. Mais vers la fin de Mai, il v”y aváit plus de radiodermite sur les parties glabres ot elle s'était étendue et sur le cuir chevelu elle était réduite4une fine desquamation En méme temps un fin du- vet commengait a recouvrir toute la partie alopéciée. On pent bien com- prendrelajoie aveclaquelle nous vimes ce duvet; le Dr. D. avait des tressaillements dans son cosur de pére et quantá moi, j'a- vais Ja satisfaction de voir mon pronostic confirmé, d'avoir fait une observation clinique exacte, de ne pas avoir donné de vains espoirs, Vétre súr que ce n'était pas sous linfluence d'un sen- timent d'amitié et de pitié que j'avais émis mon opinion mais sur une observation vraiement scientifique. Dés ce jour la re- pousse alla de plus en plus ferme et au mois de Juillet, alors que J'écris cette note, elle est complete; les cheveux sont drus, vigoureux, touffus, méme plus qu'avant; c'est Vimpression du pére et des sosurs de Penfant, surtout au vertex oú la radio- dermite fut plus intense et il n'y a sans doute qu'á attendre quelques mois, que les cheveux aient suffisamment erá pour que Venfant puisse montrer avec ostentation sa trés belle che- velure, Voici maintenant quelle est pour moi Pinstruction qui se dégage du cas que je viens de rapporter. 1l n'y a aucun doute que la radiodermite doit étre crainte et qu il est inutile de la provoquer quand il ne s'agit, comme c'est le cas dans le traite- ment des trichophyties que de produire une alopécie tem- poraire; pour moi, je me tiens et me tiendrai toujours, sauf en cas qwun plus graud perfectionnement (chose difficile á UN CAS DE RADIODERMITE. 241 attendre) vienne plus tard,á la technique si précise et bien étudiés du Dr. Sabouraud et c'estce que je conseillerai á tous les techniciens; mais aux cliniciens auxquels des cas pour- raient se présenter oú la radiodermite aurait fait son appa- rition je leur dirai: Il faut faire un amendement á la proposi- tion de M. Sabouraud au sujet du danger des radiode rmites; elle ne doit pas revétir la forme d'une proposition universe- lle car ce genre de propositions sont détruites par un seul'cas s'en éloignant; il faut se comporter dans chaque cas particulier en vrai clinicien et baser son pronostic sur les conditions par- ticulióres du cas individuel, mais sans oublier qwil wy a peut-étre pas au monde un médecin qui ait autant Vexpé- rience á ce sujet que le Dr. Sabouraud, dont Popinion est indubitablement basée sur un grand nombre de faits, et dont la proposition pourrait trés bien revétir cette forme: “Toute radiodermite, méme légere, doit étre crainte; elle risque énor- mément Ventrainer pour le cuir chevelu Palopécie définitive presque toujours complete.” México, Juillet 1907, mn" OA de de Dl eS | UE 7 Er Jal bl A Ed, pup PO sao pr , dE 4 UA Ñ E MS E lot eds Eo ¿Bo 1. 24383 co eh bib ph mee A ES: pi . r o DADOS O io IIA AS q 4) e 5 e 4 ¿ OPTA MUDO IRON OO NS AS v « A A y K Ñ 10% LLL A j hare? TOR TT Y se ny 7 PARRAS ER ' Calo BOU AO , . A 4 , > 4 s á TA 155 8H ROSE ¡$ LAN e Focus Es : ao 4 "a fi aya EM UN SE AS o 10 | AA AA O AD AO Sind de ai Alar; MIRE PINTA JE 11 ' 5 Ce y e A , pan á . > Ñ ATA í eN 164 TY Un sl Gl y APIO e IR ACA, AAA, LES AS * ” P * , " E e E O O y 4 a R EY MA DAN A AS MS Ea Mo?! My , e tl Ses | A AN cold 08: N 0 Aj CY Y o A el y : , Ne y j ' Y v " y ' y / Pis y 1 Í , 1 . y db ul Qe A á : ; ) Es . y ' A y Ñ "] Y J] > 1 e ni " » 4 ia PE DO A Í TN e 1 ko” US 4 h EL k ¿TN . ] í e Ja J / í ' Ñ ' , 7 e ' q” ha » 5 A y . 14 Y á . y Á Pm h el ' Y SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. LA CHINA POBLANA. Apunte histórico. POR EL LIC. R. MENA, M. $, A. AlSr. D. Teodoro A. Dehesa, Gobernador del Estado de Vera- cruz, Siempre tuve por asunto digno de estudio y de investiga- ción, el origen de estas dos palabras: China Poblana, por lo que, cuando estuve en la ciudad de Puebla, dí principio á mis labo- res y escuchando aquí leyendas, recojiendo allá notas y visi- tando Iglesias, el día más inopinado, me encontré en la de la Compañía, con la tumba de la mismisíma China Poblana. Inmediatamente á la izquierda de la puerta que comunica el presbiterio con la Sacristía y empotrada en la pared, hay una pequeña lápida con la inscripción siguiente: Mem. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —32. 244 R. MENA. D. O. M. Condit Hice tumulus Venerandam in Christo Virginem Catharinam de San Juan. Quam Mogor mundo Angelopolis coelo dedit, Postquam Per virtutem omnium cumulum Deo imprimis ominibusque dilecta Regio sanguini illustris Servitute tamen pauper € humiles Vixit annos LXXXII Obitus eius magna populi «y cleri Aclamatione fuit ipso per vigilio triunfus San....R..num Anno MDOCLXXX VIII Inscripción que traduzco así: “Dios, Bueno, Grande. Guarda este sepulero á la venerable en Cristo, Catarina “de San Juan, á quien el Mogol dió á la tierra y Angelópolis “al cielo. Por un cúmulo de todas las virtudes, fué amada pri- “ramente de Dios y también de los hombres. Ilustre por su “real prosapia, fué sin embargo pobre y humilde por esclavi- “tud. Vivió 82 años. Su muerte por gran aclamación del clero “y del pueblo, fué un verdadero triunfo desde la víspera. “Santo Reino Año de 1688.” La lápida que es de piedra calcárea amarillenta, tiene la forma de un cuadrilongo que no puede ser medido exactamen- te, por estar muy embutido en el muro; la inscripción corre pa- ralela al lado mayor y fué seguramente, obra de un mal lapi- A ARE LA CHINA POBLANA 245 dario; en el hueco de las letras, se advierte algo de pintura negra y en las tres que encabezan la inscripción, rojo y oro. El sitio actual de la lápida, no es aquel en que fué inhuma- da la China, pues la inhumación tuvo lugar en la bóveda que está en el respaldo de Nuestra Señora del Pópulo en la Iglesia mencionada; de ahí fueron transladados los restos, al piso de la Sacristía, de donde los transladó al lugar que hemos descripto, el Superior de los Jesuitas en Puebla, Sr. Mas, á quien entre- visté. Dice el Sr. Mas, que al pavimentar la Sacristía, se encontró con varias sepulturas y entre ellas esta en que nos ocupamos y que, como las otras, tuyo que transladar; que se conservan de la “china” algunos huesos largos, que son pequeños, y el cráneo, de cortas dimensiones, de frontal huido y givas parie- tales prominentes; que la lápida que hoy existe, es la misma que cubría el sepulero primitivo. Como se verá, la estatura de la China fué poco menos que mediana y su cráneo denuncia un origen oriental. ¿Cómo llegó á Puebla una descendiente del Gran Mogol? Vamos á explicarlo: Durante el Virreinato del Excelentísimo Sr. D. Tomás de la Cerda y Aragón, pululaban los piratas en los mares de Nue- va España; Dampier y Towunley, de nacionalidad inglesa, ha- bíanse hecho temibles en las costas del Pacífico y á tanto lle- garon en audacia, que pretendieron tomar el puerto de Aca- pulco: de ahí fueron rechazados é hicieron rumbo á Manila, en la travesía toparon con un buque, chino, según creyeron y lo abordaron y robaron: alhajas, telas y dinero fué el botín de los piratas; Towunley se apoderó además, de una dama noble, que viajaba por recreo y que se decía ser princesa, y descen- diente del Gran Mogol, su nombre era: Mir—rá. Llegados á Manila los piratas, Towunley vendió como es- clava á la Princesa del Mogol y la hubo un mercader que en las famosas naos, llegaba frecuentemente 4 Acapulco; trajo 246 R. MENA. consigo á Mir—rá y la vendió á un comerciante de la Puebla de los Angeles, al Capitán Don Miguel Sosa, quien á la sazón se encontraba en Acapulco; concluidos sus asuntos pudo el Ca- pitán, llevando consigo á la real esclava, regresar á Angelópo- lis, adonde no se hablaba sino de la “China.” El Capitán Sosa dió libertad á su esclava y la hizo bauti- zar en la Iglesia del Santo Angel Analco con el nombre de Catarina de San Juan; el Cura, Dr. D. Francisco Valdés y Sie rra, asociado de Sor María de Jesús Tomellín, enseñó el idio- ma español á Catarina y la instruyó en la religión cristiana. Ardiente en su nueva fé, consagrose á visitar y á socorrer á los pobres, habiendo llegado en diversas ocasiones á despojar- se de sus ropas para remediar á los menesterosos, entre quie- nes se hizo altamente popular por virtuosa y caritativa. La China Poblana, como la llamaba el pueblo, vestía de zan- gala de vivos colores durante los meses calurosos y templados y en el invierno, de ásperas telas de lana ó de cabral; en el calzado, conservó siempre la forma del que llevara cuando fué capturada, Enfermó al fin, la “china” y es probable que haya falleci- do de agotamiento nervioso. Desde antes de morir, fué constantemente visitada por las clases más humildes, y una vez muerta, fueron las Comunida- des, los Cánonigos y los Regidores quienes se disputaron el honor de llevarla en hombros á la Compañía, San Ignacio ó el Espíritu Santo, que con todos estos nombres era conocido el templo de los Jesuitas; se hicieron grandes honras fúnebres, en las que el P. D. Francisco Aguilera, pronunció el elogio de la finada, que murió en olor de santidad, según el decir de las buenas gentes de aquel entonces. '* Con la desaparición de la “China Poblana” acabó el ángel bueno de las clases desheredadas de la Puebla de los Angeles; (1) La oración del P. Aguilera fué impresa, pero no me fué dable encontrar un solo opúsculo. LA CHINA POBLANA. 947 pero el pueblo siempre grato, siempre noble y siempre grande conservó la memoria de su Santa, la imitó en el vestir y de ahí el origen de las “Chinas” que dieron con frecuencia, asunto y fatiga á las plumas de Fidel, de Juvenal y de Facundo. Aun existe en Puebla una Calle de las Chinitas, nombre popular que rememora á Mir-rá, á Catarina de San Juan. En el Museo de la misma ciudad, se conservan trajes auténticos de la buena época de las “chinas poblanas” (fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX). '” El segundo vendedor de Mir—rá, y el Capitán Sosa, fueron incuestionablemente quienes la llamaron china; pero si aten- demos á su nombre y descendencia, bien claros en la lápida, re- sulta, que ella era de la India, pues en esta fué jefe el Gran Mo- gol y no en la China. México, Noviembre de 1907. (1) Hubo “chinas” enriquecidas que hicieron del traje humilde, un traje de gran lujo, y así la zangala fué sustituida porla seda, y los bordados y broches de las zapatillas, por brillantes, que en las de los trajes del Museo, fueron arrancados antes de vender al establecimiento aquellas prendas. ; > i A . AR; e AN , | eS . ATA dl Ed A RIO SON 0% áTy Si Y 181 ye ADA ON ee in EN as PL ao Ja qe Pa ae a ? eS: CA iS ASE ANTo e on ida p A e vb PR pa Cd Al UR caí AMC PE 8h Ad PAN lor A Y PA Y ade A + | il É ¡ qua : 7 kl port 1 Ñ 1. de qorRtl amiEs DEDO pa 3 ONE 1d” di e EN És DA yE o ARAS AOS RA ODA ATAN SES A YI Ñ CTO ESAS ya ' : á O e LS 4 b Mi Ñ en y) Te AA IAB Td ID > al dos E AO pi ta a 1 e diri 4 > . EN Mad e a Po DE : A o a IC pois ye DN : ¿ A 5 O A II, dios ¿40 NS br, z 7 Y ? ,-. ' - Ms 5 OS ACA e ; E TE Y A 1 > E ñ , ' e : 4 e 7% 15 A p Ñ ts ' Eo Ls yu h e y Fo (AI AGA PE 1 ) > eb Dd qe ' ab yo ' 4 4 % y v A A y e É +a £ JA o ¿IA e : Lee p ca AN A dt E creia 2 dy Dig: ñi 1944 e a nl W1OA ef e dd TM cord Ñ Ai yu, | 1 ¿O il 4 Pp Ai ; í La 1 ba Ap a ESA IAS CA epic ( AAA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIREfS, T. 26. Una. visita 4 las obras de provisión de aguas potables para la Ciudad de México, POR EL INGENIERO JESUS GALINDO Y VILLA, M, $. A. E ANTECEDENTES. El agua es la savia de las poblaciones. Es al par alimen- to y bebida. Proust asienta que el agua forma parte de todos nuestros órganos; y que no somos—dice Bordeu—más que una acumu- lación, una especie de niebla espesa encerrada en varias veji- gas. - Algún higienista ha escrito también que el hombre es lo que come, pudiendo asegurarse que el hombre es lo que bebe; con- cepto que pudiera parecer exagerado sobre la importancia de la clase de agua que se ingiere, pero que es de inmenso valor si se reflexiona que el agua forma casi un 75 por ciento de las substancias que componen el mísero cuerpo humano. Luego es fácil comprender cuán grave es la necesidad de que la prin- cipal materia de que estamos formados sea de buena calidad. 250 J. GALINDO Y VILLA. De primer orden ha sido, por lo mismo, en todos tiem- pos, y lo es todavía, el problema de surtir de agua potable á las poblaciones; con razón se denomina á ésta el precioso líquido. No es mi propósito hacer historia de diccionario enciclopé- dico, ni remontar esta somera reseña á tiempos anteriores á los actuales, para poner de relieve el gran cuidado que tuvie- ron los moradores de Tenochtitlan para surtirse de aguas crista- linas que circulaban por dos admirables cañerías de cal y can- to, “la una ocupada por la corriente, y la otra en prevención para cuando había necesidad de limpiar la que estaba funcio- nando”, según escribía Cortés en 1520 al Emperador Carlos V; ni tampoco describir con viva frase aquellas grandes cons- trucciones coloniales, que, á semejanza de los erguidos acue- ductos que llevaban sus límpidas aguas á la vieja Roma, cons- taban de dilatadas y costosas arquerías desparecidas á nues- tra vista, para ser substituidas por tuberías subterráneas que, si es verdad que protegen el agua dentro de la Capital, el lí- quido llega á ésta enturbiado, á causa de su largo paso por conductos abiertos; y es notorio que en épocas de lluvias, en vez del agua que llamamos delgada recibimos lodo para beber y para lavarnos. En tales condicions, no era posible que continuara la Ciu- dad de México surtiendo á sus habitantes, ya en número de 400,000, con agua de mala calidad, circulante poruna defectuo- sa red de cañerías ó por acueductos no cerrados y sin protec- ción alguna. ¿Y cómo lograr introducir agua potable y pura, y cómo acrecentar el caudal? Este fué el problema que se presentó á la consideración de la Corporación Municipal. Afortunadamente, no faltaron hombres de buena volun- tad que pusieron sus talentos y sus luces al servicio de una causa de tan alta importancia. Bien merece un elogio since- ro, en este particular, nuestro querido amigo el Dr. D. Anto- nio Peñafiel. Él fué el primero que inició en detenido estudio, UNA VISITA Á LA8 OBRAS DE PROVISION DE AGUAS POTABLES. 251 que corre impreso, “? la idea de traer á la Capital las aguas de los manantiales de Xochimileo, cuya potabilidad había sido demostrada por el análisis químico. Comprometido el Tesoro del Ayuntamiento por las ince- santes atenciones municipales, habíale faltado el poderoso au- xilio del Gobierno Federal, que en tiempos aciagos apenas te- nía fondos para cubrir las más apremiantes atenciones del momento; y hubo de esperarse á esta época de paz y de bien- estar económico, para emprender una obra de alientos y que por su misma importancia requería el cuantioso desembolso de varios millones de pesos. Ante todo, era muy importante para la Capital concluir las obras del desagie del Valle, y rea- lizar la construcción de su nueva red de atargeas, para librar- la de los incalculables daños que sufría con las anegaciones anuales de sus calles en tiempo de lluvias, y aun de las inun- daciones que la amenazaban, y que en otras épocas habían can- sado muy serios estragos. Por eso hasta 1900, la Corporación inició formalmente el estudio de la trascendental cuestión de la provisión de aguas para todos los servicios y en 13 de Noviembre de ese año, apro- bó el contrato con nuestro consocio el señor Ingeniero D. Ma- nuel Marroquín y Rivera, para la formación de un proyecto general de servicios de aguas, que debería comprender estos puntos: 1*—Cantidad y calidad de las aguas que producen los ma- nantiales que pertenecen á la Ciudad de México, así como los que conviniera adquirir, para que la dotación sea de 500 litros por habitante; 2%—Trazo de las obras de captación y conducción de las aguas que ahora tiene la Ciudad; 3—Obras necesarias para la captación y conducción de las aguas que conviniera adquirir; Memoria sobre las aguas potables de la Capital de México. Tip. Secretaría de omento. 1884, y Mem. Soc. Alzate, T. XI, 1897, p. 251. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908)—33. 252 J. GALINDO Y VILLA. 4"—Caídas aprovechables para fuerza motriz; 0"—Mitración y purificación de las aguas potables; 6”—Examen del proyecto del Director de Aguas para la distribución en la Ciudad; 7—Bosques que fuera conveniente adquirir para la con- servación de los manantiales. El señor Marroquín se puso inmediatamente á dar cum- plimiento á su contrato; y sin tregua operó, ora en el campo, ora en el gabinete, con un cuerpo de ingenieros muy compe- tente, y un grupo de alumnos próximos á recibir sus respec- tivos títulos de ingenieros civiles. Vasto era el terreno que se debería explorar, y aparte de los reconocimientos llevados á cabo más allá de los confines del SW. del Valle de México, en la zona estudiada se compren- dió, principalmente, un conjunto de 80 kilómetros de trazos y otros 35 kilómetros de líneas auxiliares para completar la to- pografía de los planos. En el estudio de las aguas de Xochi- milco, se llevó una línea de 15 kilómetros por encima de las lo- mas de Tacubaya y San Angel, hasta cerca de los manantia- les de Peña Pobre, que se abandonó por consideraciones eco- nómicas. En todas estas líneas de trazos y auxiliares, se hizo una topografía minuciosa en una faja de más de 200 metros deanchura, y secciones transversales de terreno cada 20 metros. También, aunque por procedimientos menos exactos en cuanto á los ángulos y la topografía, pero con precisión en cuanto al perfil, se practicó un reconocimiento de la línea de conducción para las aguas del río de Tlalnepantla, que tiene una longitud de 12 kilómetros. Aparte de todas estas operaciones, se hicieron medidas de agua, numerosos reconocimientos con aneroide, ete., labor muy grande si se tiene en cuenta el corto plazo que tuvo el señor Marroquín para sus trabajos. Coneluídos éstos, dicho entendido Ingeniero presentó al Ayuntamiento un extenso es-. tudio, en 21 de Julio de 1901, que se sometió al examen de una Comisión compuesta de los señores Ingenieros D. Gil- UAA VISITA Á LAS OBRAS DE PROVISION DE AGUAS POTABLES. 253 berto Montiel Estrada, entonces Regidor de Aguas, D. Luis Espinosa, D. Alberto Robles Gil, D. Roberto Gayol y D. Ed- mundo Girault, agregándose á ella para sólo cuestiones higié- nicas, el Dr. D, Nicolás Ramírez de Arellano; si bien es cier- to que dado el actual estado de la Ciencia, no es lícito al In- geniero Civil desconocer las más elementales cuestiones de Higiene Pública, como en el caso actual. El proyecto del señor Marroquín fué aceptado con algu- nas modificaciones, y esencialmente consta de las siguientes obras fundamentales: Primera: Captación de las aguas de los manantiales de Xochimilco; Segunda: Construcción del acueducto de Xochimileo á México; Tercera: Depósito ó tanques de almacenamiento en las lo- mas del Molino del Rey; Cuarta: Distribución en la Capital; Para poder libremente dar cima al proyecto, la Secreta- ría de Comunicaciones cedió á la Municipalidad de México los manuantiatiales de Xochimilco. Sería largo, y además quedaría fuera de los límites que me propongo dar á esta breve reseña, detallar los estudios del señor Marroquín, y traer á la memoria los no menos intere- santes del señor Peñafiel. Basta, en mi concepto, dejar apun- tado lo anterior. No tocó, empero, al Ayuntamiento de la Capital, llevar á feliz término estas obras transcedentales: concluída su secu- lar gestión administrativa, en 30 de Junio de 1903, conforme á preceptos legales, el Ejecutivo Federal nombró en Julio si- guiente, de acuerdo con la Ley de Organización Política y Municipal del Distrito, de 26 de Marzo del propio año, una Junta Directiva, que se encargara de la ejecución del proyee- to del señor Marroquín, Junta que hasta la fecha funciona, teniendo como Presidente al señor Licenciado D. José Yves Limantour. 254 L. GALINDO Y VILLA. ¿Y en qué estado se encuentran los trabajos, y qué se ha realizado hasta el presente? Un grupo de miembros de la So- ciedad Cientifica “Antonio Alzate” acaba de saberlo, exami- nando de visu todas las obras, en la mejor compañía: en la de nuestro distinguido consocio el señor Marroquín director ge- neral de ellas, y uno de los fundadores de la propia Sociedad ““ Alzate.” ¡EA NUESTRA VISITA Á LAS OBRAS. Eran las nueve de la mañana del 11 de Octubre último, cuando nos reuniamos en el hoy amplio paradero de Dolores, contiguo al Bosque de Chapultepec, las siguientes personas, todas de la “Alzate:” D. Rafael Aguilar Santillán, nuestro Se- cretario Perpetuo; D. Manuel Francisco Alvarez; D. Carlos Burekhardt, del Instituto Geológico; D. Antonio J. Carbajal, actual Presidente de la Sociedad; D. José C. Haro, D. Fede- rico Lentz, químico; D. Manuel Marroquín y Rivera; D. Ra- món Mena; D. Jorge Méndez; D. Macario Olivares; D. Gabriel M. Oropesa; D. Alejandro Prieto, antiguo Gobernador de Ta- maulipas; D. Francisco M. Rodríguez, ex-Subdirector del Mu- seo; D, Enrique Schulz, D. Juan Villarello, Subdirector del Instituto Geológico; D. Paul Waitz; los jóvenes D. Francisco Carbajal y D. Fernando Urbina, armados de cámaras fotográ- ficas, y el que esto escribe. Una flamante locomotora de las Obras de Provisión, re- molcaba un cómodo y muy pintado tren de verano: esperában- se las órdenes de marcha, una vez instalada la impaciente caravana, pletórica de buen humor y ávida de contemplar en detalle cuanto iba á presentarse á nuestra vista. Al fin, 15 minutos después, la máquina lanzando al viento su penacho de humo de carbón de piedra, que huele á trabajo, á indus- tria y á progreso, ascendia por amplias curvas de acero por las lomas del Molino del Rey; la vía férrea va por el antiguo UNA VISITA Á LAS OBRAS DE PROVISION DE AGUAS POTABLES. 255 Camino de Madereros, pasa por las inmediaciones meridiona- les del Rancho de la Hormiga; entra por unas callejas de un barrio de Tacubaya, y derechamente sube por la cuesta hacia el Norte; cruza el ferrocarril de Cuernavaca, y se detiene cer- ca de los grandes receptáculos actualmente en construcción. Más al Poniente, aparecen las blancas y extensas bardas del Panteón de Dolores. Cuatro serán los inmensos tanques de almacenamiento y distribución, localizados en este elevado sitio, con relación al plano de la Capital: hoy en dia está para concluírse uno de éstos, y muy adelantado otro. Cada receptáculo es circular, de 100 metros de diámetro y 9 de profundidad, econ capacidad para 50,000 litros; de suerte que los cuatro podrán contener, reunidos, y en un momento dado, 200,000 litros de agua, que podrá también renovarse luego, á fin de que el líquido esté el menor tiempo posible en los depósitos. Para toda la estructura de estos vasos gigantescos, se ha empleado el material de moda, que tantas ventajas presen- ta en esta clase de construcciones: el cemento armado. Son de ésta, el revestimiento general y las 384 columnas de cada depósito, que sostendrán la techumbre, también de cemento para que los tanques queden completamente cubiertos. La comunicación se hará por el centro, mediante una torre octa- gonal que se alza en medio de cada depósito, dispuesta de tal suerte que por la parte inferior de ella penetrará el agua; por la media se ventilará el vaso, y por la parte superior se vi- gilará. Además, la torre servirá para entrar al interior del tanque y poder limpiarlo ó hacer en él las reparaciones que se necesiten. Los receptáculos se comunicarán entre sí por medio de compuertas; y se hallarán, los cuatro, sensiblemente á 50 metros sobre el nivel medio de la Ciudad de México, lo que asegura para lo futuro el ascenso del agua hasta las azoteas de todos los edificios, sin necesidad de bombeo. 256 J. GALINDO Y VILLA. Cerca de estas obras hay en explotación una mina de are- na, de excelente calidad. El cemento se hace allí mismo con unas mezcladoras, para aplicarlo in situ. Un puente girato- rio de hierro montado sobre el primer receptáculo, facilita el trabajo de los operarios. e pa Vistas las obras, nos regresamos á nuestro tren especial, que nos condujo por el mismo camino, hasta los talleres esta- blecidos en la Condesa, y en los cuales resalta el espíritu or- ganizador y disciplinado del Director de las obras. Después, el tren siguió su marcha acelerada rumbo al Sur, y atravesado el río de la Piedad, se detuvo á corta distancia de su cauce. Aquí se ha ejecutado una obra importante que tiene por objeto poder escapar el agua del acueducto á un ca- nal, cuando sea menester: consta de un departamento de com- puertas por donde pasa el acueducto. De éste visitamos un tramo: es todo de cemento armado, de sección ovoide, de 1m. 90 de altura y de 1m. 80 en su mayor anchura, con un espesor de Om. 18 en la bóveda y de Om. 30 en la cuneta; descansa so- bre cimiento mamposteado y drenado. A cada 333 metros de distancia, se levanta sobre el acueducto una columna hueca ó chimenea, cubierta en su extremidad superior por una reja; es- tas columnas sirven para ventilar el acueducto, marcan la cifra kilométrica correspondiente, y están provistas, lateralmente al zócalo sobre que descansa el fuste, de nnas compuertas y pozos para penetrar al conducto. El ferrocarril de las Obras sigue poco más ó menos el tra- zo del mencionado acueducto. Este tiene su punto de llegada al SW. de la Capital, en la Condesa. La vía sigue de frente hasta Coyoacán; después pasa por San Antonio, cerca del cual se encuentra una interesante instalación para quebrar piedra del Pedregal, que visitamos á nuestro regreso; cruza la calza- UNA VISITA Á LAS OBRAS DE PROVISIÓN DE AGUAS POTABLES. 257 da y la vía eléctrica de Tlalpan, y se dirige directamente al S E. hasta los manantiales de La Noria y de Natívitas, término de nuestra agradable excursión. Rápida avanzaba nuestra locomotora, no sin dejarnos re- crear en el bello panorama que se extendía ante nuestra vista: la pintoresca orografía de esa región privilegiada del Valle, se delineaba con sus contornos poderosos, su tupida vegetación arbórea, y el blanco caserío de los pueblos tendidos en las fal- das. La serranía del enhiesto Ajusco limitaba el horizonte por el SW. y Mediodía, mientras que por nnestra izquierda se des- tacaba ese curioso grupo de pequeñas eminencias aisladas de San Nicolás, Santa Catarina y la cortada Caldera. Debió ha- ber sido incomparable esa región de nuestro Valle, cuando se reclinaba en el fondo de la natural depresión del terreno, el límpido espejo de los lagos de Chaleo y Xochimilco, hoy trans- formados. Apenas de este se conserva una débil imagen de las verdes chinampas...... Al fin llegamos á la antigua hacienda de la Noria, más allá de Tlalpan y de Tepepan, y sobre el camino carretero pa- ra Xcchimilco. El acueducto construido marca en La Noria 19 kilómetros desde este punto á la Condesa. 18 pozos se han abierto para conducir el agua de los ma- nantiales al depósito de comento armado construido en La No- ria, y que acaba de terminarse. Este depósito consta de tres departamentos: uno de vertedores, otro de pozos profundos (central ) y el tercero de bombas. Los pozos producen al re- dedor de 300 litros de agua por segundo; y del depósito el lí- quido entra al acueducto que, por gravedad, lo conducirá has- ta la planta de bombas de la Condesa, que á su vez lo eleva- rán á los receptáculos del Molino del Rey, y de aquí se distri- buirá por la futura red de tuberías al interior de la Ciudad. Después de La Noria, donde todos rodeábamos al Sr. Ma- rroquín para escuchar con atención sus interesantes explica- 258 J. GALINDO Y VILLA. ciones, seguimos en nuestro carro rumbo á Natívitas, donde llegamos á las 12 y 20m. Natívitas está situado al pie de las eminencias que bordan por el Sur las márgenes meridionales del lago de Xochimilco, en sitio pintoresco y ameno. Sus manantiales son de aguas purísimas y transparentes: diversas monedas arrojadas al fon- do, se distinguen con toda claridad al través de la espesa ca- pa líquida. Están ya captados, y producen 700 litros por se- gundo. En este lngar y en un senador donde pocos días antes el Ministro Americano Mr. Root había comido, almorzamos ale- gremente. Después se inició la vuelta á la Metrópoli. 8] * k * Hasta esta fecha, se lleva gastada en estas importantes obras la considerable suma de unos $3.000,000 en números redondos, según informes del Sr. Marroquín, y falta todavía otro pico considerable de unos $2.000,000, sin contar con las obras de entubación total y sus accesorios, en la Capital; que en tiempo no remoto volverá á sufrir algunas molestias y la ruptura de sus pavimentos, pero á cambio de los incalecula- bles beneficios de que gozarán los habitantes, al contar con agua abundante limpia y pura, y con el suficiente caudal de líquidd para todos los usos requeridos por una gran Ciu- dad. Con estas obras, habrá una provisión normal de 500 litros por habitante, calculando una población de medio millón de almas. Actualmente recibe cada persona de 100 á 150 litros diarios. La Ciudad podrá, pues, aumentar su dotación con las aguas de Xochimilco, en 2,300 litros por segundo, únicamente de estos manantiales. Ahora México recibe unos 35,000 litros por minuto; Xo- chimileo producirá 150,000 litros por minuto, con la perspec- UNA vIsiTA Á LÁS OBRAS DE PROVISION DE AGUAS POTABLES. 259 tiva de poder recoger mayor volumen, una vez practicada la captación del agua de los demás veneros del Sur. Las aguas que hoy entran á México provienen de 385 manantiales de va- rio producto, principalmente de Salazar, Río Hondo, el Desier- to, Los Leones, Santa Fe y Chapultepec; sin contar con los 1,517 pozos artesianos que, á su vez, dan 23,834 litros por m.i- nuto, según datos que abarcan hasta el día de hoy. Despréndese de todo lo anterior, que el refuerzo de Xochi- mileo, en las espléndidas condiciones en que recibiremos ol precioso líquido, será de vital importancia. Para ello, el Gobier- no Federal no omite sacrificio ni gasto alguno. Hay pues, que batir palmas. Ajeno á la lisonja, y sobre todo á la lisonja en público, no me haré sospechoso al tributar mis ovaciones á nuestro consocio el Sr. Marroquín, trabajador modesto, inteligente y entendido, que con tan singular acier- to va llevando á su término semejantes obras; en medio de es- ta paz bendita que ha derramado sobre nuestra Patria queri- da una lluvia incesante de bienes. México, 4 de Noviembre de 1907. Mem. Soc.Alzate, México T. 26 (1907-1908)— 31. E do RE nm ÓN Hr? E 1% ' pon AS pes Sins 12 pea TE 6 DATA ¿iran ha a tia pu 0 ¿MA . y ñ Med | banjy2 als pla > ; p : REY / 20 ' 073 1y)e A biae 0 e E % q » Te de ide 4 48 y ' ES Ñ ' t Era 4 AL Ey mi $ 07 y * 2 Y o . «¿1 wutior lo 800 105907 É 1 % a AB y MID ' 4 17 A , Y / Pl y Ñ ' [ IA OO BA ROA j p.. p : , 4 14] vt E 1 > Y e] " : y ñ 330 ALORA. 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Or, c'est lá une erreur qui repose sur les idées total- ment fausses que nous donne P'histoire, telle qw'elle est en- seignée, sur lévolution des sociétés. Au Moyen-Age, ceux qui portaient les armures vivaient dans des conditions relati- vement hygiéniques; á défaut de travail, le pillage et Vexploi- tation des paysans leur procuraient une nourriture abondan- te et comme ils se mariaient entre eux, l'élévation de la taille se conservait. Lie populaire d'alors n/aurait jamais pu porter les armures du seigneur; misérable, rangonné saus merci, as- treintá untravail rude et sans repos, vivant dans d'horribles ta- 262 G. ENGERRAND. niéres, il est aisé de comprendre que la moyenne de sa taille devait ótre trás faible, caractéristique que conservaient les intermariages. Par conséquent, la moyenne de la taille d'une caste privilégiés au Moyen-Age ne peut nullement nous fai- re conclure á une dégénerescence de lespéce humaine á cet égard. Les préjugés populaires ont leurs racines dans des faits mal observés et mal interpretés. Daus plusieurs églises 'Enu- rope " ily a des ossements énormes qui sont vénérés avec fer- ycur comme ayant appartenu á des saints. Ailleurs, les mé- mos ossements lorsqu'ils sont extraits du sol qui les renferme sont attribués á Teutobochus, par exemple. On sait mainte- nant que ce sont des restes d'animaux de la période quater- neire et du Tertiaire supérieur, élephants fossiles ( Elephas me- ridionalis Nesti, antiquuus Fale., primigenius Blum. etc.), á des rhinoceros (Rhinoceros Mercki Jáger, tichorrhinus Fisch. etc.) á los hippopotames (Hippopotamus major Fale etc.) % | Ces données font comprendre combien il était facile a Po- pinion populaire d'étre trompése sur nos ancétres dantant plus que des savants eux mómes ne craignaient pas de publier sur ce sujet des travaux qui sont bien plus des dissertations que des observations. La cólébre dispute de Riolan et de Ha- bieot á propos des ossements de Romans (Dauphiné) est bien connue. En 1718, c'est-á-dire il n'y a pas deux siécles, Henrion présentait á PAcadémie des Iuscriptions, une note que Pon (1) A. Cracovie, notamment. “Rappelons á titred' exemple, le cas cité par von Zittel: on vénére a Valence comme une relique de Saint Christo- phe, la dent molaire d'un mammouth” J. Finot: Le préjugé des races. Paris 1905, P,. 155, (2) Les traditions et les légendes nous montrent combien est enra- cinée dans le populaire opinion que nos ancétres furent des géants. Ra- ppelons seulement les titans, fils de la Terre, escaladant le ciel et aussi ces géants de bois et de carton que l'on proméne dans certaines oceasions á Douai, a Lille, á Mons, á Bruxelles, á Metz, á Dunkerque, á Bayeux, á Barcelone et ailleurs encore. Les VARIATIONS DE LA TAÍLLE HUMAÍNE. 263 qualifiait admirable et dans laquelle il prótendait démontrer que les tailles de quelques personnages du passé avaient été les suivantes: o ide to CADA. IOIBO oa qm ne a E A ip EE ... 38"475 Hercule...... INS DI a ra oa aaa AJEXAandre. Juanas. 17948 ATADO sor ccs 9094 JJ, Céósal.....oom... 1620 Il est facile de comprendre, qu'au contraire, la taille hu- maine doit avoir augmenté, les conditions hygiéniques actue- lles étant incomparablement supérieures aux anciennes. La préhistoire peut VPailleurs nous apporter, á cet égard, des ren- selgnements peu nombreux, il est vral, mais qui ne sont pas sans valeur. Ainsi la race humaine la plus ancienne connue, cello de Neandertal ou de Spy avait une taille qui variait probablement entre 1"55 et 160, alors que la moyenne ac- tuelle de 'humanité est de 1765, " On connait cependant un certain nombre de cas indivi- duels qui montrent combien la taille peut s'éloigner grande- ment Ce la moyenne surtout sous Vinfuence de causes pa- thologiques. L'Empereur Maximin avalt 2250, un Ecossais 2062, le Finlandais Cajanus 283 et enfin les savants mentio- (1) On sait qu'on peutreconstituer, á peu pres, la taille par la men- suratio des os longs. Ainsi; Taille=lo0ng du fémur x3,66 chez l' homme í Rollet. AO eh: FR X3,11 ,, la femme ] Mensuration ”» = ,, de Phumérusx5,06 ,, lhomme ) des os longs. AE A 5 x5,22 ,, la femme | Lyon 1889 Consulter: P. Topinard: Procédé de mensuration des os longs dans le but de re- constituer la taille. Bull. Sté Anthr. Paris 1885, P, 73. J, Rahon: Recherches sur les ossement shumains anciens et prehistori- ques en vue de la reconstitution de la taille. Mém, Sté, Anthr, Paris 1893, P. 403. A, Dastre; The Stature of Man at various Epochs. Ann. Report Smith. Inst. for 1904. P. 517-532. 264 G. ENGERRAND. nnent le cas d'un Russe nommé Louchkinn, qui aurait atteint une hauteur de 2999. Il est regrettable qu'un fait aussi ex- traordinaire soit signalé sans que Pon donne, en méme temps, les moyens de vérifier cette assertion. Quoi qwil en soit, et le cas de Cajanus étant considéré comme certain, nous nous tronu- vons en présence de déformations purement pathologiques sur lesquelles nous reviendrons plus loin. Les cas de nanisme sont tout aussi nombreux. Nous nous contenterons d'en signaler quelques-uns puisque nous n'avons pas, pour le moment, lVintention d'approfondir ces questions. Jeffery Hugdson avait 056, á 20 ans, le Général Mite 0”50, á 19 ans, Lilie Edwards, 0745 á 16 ans, et enfin un nain cité par Buffon avait 043, probablement á Váge adul- te. Il y a évidemment a distinguer différentes formes de na- nisme, détails dans lesquels nous ne pouvons entrerici. Nous rappelerons seulement que Manouvrier a exprimé fort claire- ment les rapports probables entre le nanisme et la miero- cóphalie, *? Les variations raciales de la moyennoa de la taille sont elles mémes remarquablement étendues. Las limites extrómes se- raient de 1”38 pour des Akkas et de 179 pour les Ecossais de Galloway. Le premier chiffre se rapporte á un groupe de pygmées africains dont on retrouve les analogues avec une tai- lle un tant soit peu plus élevésaux Andamans (Mincopies), dans la péninsule malaise (Sakays, Sémangs ete), aux Philippines (Aetas..) etc. “ Ce méme groupe a Vailleurs été représenté (1) Manouvrier: Sur le nain Auguste Tuaillon et sur le nanisme sim- ple, avec ou sans microcéphalie. Bull. Sté. Anthr. Paris 1896. P. 264-290 (voir spécial, p. 287). Ce nain vient justement de mourir. L. Manouvrier: Obser- vations sur quelques nains. Idem 1897. P. 654, (2) L. de Quatrefages. Les pygmées.—Paris 1887. Hellmuth Panckow: Uber Zwergvólker in Afrika und Sid Asien. Zeitschr. Gesellsch. f. Erdk. zu Berlin.—1892. P. 75. A. Grubauer: Lin Besuch bei den Ureinwohnern Innermalakkas.— Peterm. Mitt. 1905. P. 271. LES VARIATIONS DÉ LA TAILLE HUMAINE. ] 265 parmi les populations néolithiques de Europe centrale. Le second chiffre est suivi de prés par les Patagons, dont la mo- yenne est de 178. Il ne faudrait Vaillours pas croire que ces moyennes puissent toujours donner une bonne idée de Paspect des po- pulations auxquelles elles Sappliquent. Les écarts, en ceci, sont quelquefois extraordinaires. Sur 537 Iroquois, Gould a constaté un écart de 36 centimétres, sur 147 Néo Zélandais, Thomson trouve 46 centimétres, sur 59 Lapons, Mantegazza reléye, 38 centimétres. * W. L. H. Duckworth: Note on a Skull of an Andaman Islander. Some anthropological Results of the Skeat Ex- > A pedition to the Malay Peninsula. , > Note on a Skull labelled “Soemangschádel” sE sa ““Bukit-Sapi” upper Perak 1902; now in the en sl Museum of the Royal College of Surgeons. AN a lies trois notes in “Studies from the anthro- pological Laboratory of the anatomy School of Cambridge.”—Cambridge 1904—P, 237.-259. J. Morgan: Negritos de la peninsule malaise. Y Homme 1885 V. Jacques: Les nains-Bull. et Mém. Sté. Anthr. Bruxelles 1897-98 Sievers: Die Zwergvólker in Afrika: Achtundwanzigster Ber. der Ober- hess. Gesellsch. f. Nat. und Heilk. 1892. P. 114 L. Lapicque: La race négrito et sa distribution géographique. Ann. de Géogr. 1896. P. 353 Blumentritt: Beitráge zur Kenntniss der Negritos-Zeitschr. Ges. Erdk zu Berlin 1892. P. 63 W. Allan Reed: Negritos of Zambales. Ethnol. Surv. Publ. Vol. TI BATE H. H. Johnston; The Pygmies of the Great Congo Forest: Rep. Smith. Inst. for 1902-P. 479-491 Luschan (F. von): Vorstellung von sechs Pygmden vom Ituri—Zeitschr fir Ethnologie-1906-I P. 716 Miiller (K): Pygmiensuge in Japan—Zeitschr. fir Ethnologie. 1906 etc, etc. (2) E. Pittard. Ethnologie de la péninsule des Balkans. Le Globe-Mémoi- res. Tome 43—Sept. 1904—P. 72 La taille n'obeit pas seulement au facteur race mais elle subit linfluence du milieu d'une facon tres nette. Certains des végétaux européens transportés au Brésil s'y aceroissent considérablement. L'influence de la Inmiére sur le développement des plan- tes est également bien connue. Ces deux observations, faltes sur des étres oú le phénoméne est beaucoup plus facilement perceptible conduisent á des conclusions vraies pour les ani- maux et pour homme. '” Le róle de Valimentation, á cet égard, est tout-A*fait évi- dent. Certaines substances comme Valcool, lorsqu'elles sont ab- sorbées abondamment et réguliórement, abaissent la taille. Plusieurs villages de Normandie, oúla consommation de Paleool est énorme, sont incapables de fournir un conscrit. Les petits chiens, á la mode, sont obtenus gráce á des pátées alcolisées. Par contre, les hommes dont VPalimentation est normale augmentent de taille en un laps de temps naturellement assez considérable, Cela se voit bien dans les quartiers oú intervien- nent diverses conditions hygiéniques meilleures. “A Paris, dans le XX*"* arrondissement, celui de Ménilmontant, la tai- lle moyenne est de 1657 alors qu'elle s'éléve á 1660 dans le VIIT"*, celui de PElysée”. % (1) Geoftroy-Saint Hilaire (1): Recherches zoologiques et physiologi- ques sur les variations de la taille chez les animaux et dans les races humai- nes. Mém. présentés....etc a Y Ac. des Se. etc. 1832-T. HIT. P. 503. Ad. Kemna: La taille des animaux. Ann. Sté roy. malac. et zool. de Belg. (Bull. des séances)-1903. T. XXXIX-P. LI—LXXXI. (1) G. Lagneau: Influence des milicux sur la race. Modifications mé- sologiques des caracteres ethniques de notre population. Bull. Sté d'Antbhr, Paris 1895-P. 147.—Sur 5134 enfants (6 á 14 et 19 ans), toutes choses égales, la taille est plus grande de 5 á 6 centimétres et le poids supérieur de 24 5 kgs. dans la classe aisée. La valeur absolue du périmétre thoraci- que serait également plus faible de 3 cents chez les pauvres: E. Rietz: Das Wachsthum Berliner Kinder wahrend der Schuljahre—Archiv fir Anthr. Neue Folge—1903—P. 30. Consulter aussi: E. Pittard: Infuence du milieu LES VARIATIONS DE LA TAÍLLE HUMAINE, 267 Dans un méme quartier, on pent remarquer lPinfinence de métiers insalubres sur la répartition de la taille (Mertillon). L'a=sainissement d'une région peut avoir une influence facile á comprendre. Le relévement de la stature, en Hollande, dans de semblabies conditions, a é'é signalé par Carlier. La différence entre la taille moyenne de 'homme et de la femmas qni est de 12 cantimétres " tendrait a s'atténuer lá oú la via de la femme peut relativement se comparer á celle d>» Phomme. Ce serait le cas pour les familles des multimillion- naires américains. Y Diffé :ents auteurs ont encore fait intervenir des modifica- tions économiques, comme la création une ligne de chemin de fer, par les avantages matériels qw'elle apporte, dans V'aug- mentation de la taille % mais le fait est discutable et dis- cuté. 2 Le milisn géologique, dans certains cas, serait nettement, par ses variations favorables ou défavorables á la culture des plantes, en relation avec la talle hamaine. Dans le départe- ment de Aveyron, les terrains siliceux sont habités par des variétes d' homma et de monton de petite tailla et dossature gréla tandis que dans la régions calcaire, Vun et lautre ont une taille tres superieure et ur squelette massif. * géorraphique sur le développement de la taille humaine. C. R. Ac, Se. 1906- T. 143-P. 1186. Le travail suivant, plus ancien, est également á lire: P. Topinard: Etude sur la taille considérée suivant UPáye, le sexe, Pindividu, le milieu et les races. Rev. d'Anthr. 1876. T. IV—P. 34-83 (1) Chiffre donné par P. Topinard: Eléments d' Anthropologie géné- rale Paris 1885.—P. 459 et accepté par J. Deniker: Races et peuples de la Terre.—Paris 1900. P. 40 (2) J. Finot. Loco cit. P. 15] (3) Collignon: L'.Inthropologie au conseil de révision—Bull. Sté Anthr. Paris 1990. P. 764. (4) Zaborowoski, Manouvrier, G. de Mortillet.—Bull. Sté. Anthr. Paris. 1895 P. 152. et 153, (5) Durand (de Gros): Artion des milirux géologiques dans T Aveyron— Bull. Soc. Anthr. Paris 1869—P. 135, 188, 228. Mem. S00. Alante. México. y 20 (1007 -1908)—35. e 268 G. ENGERRAND. Il Yen faut de beauconp que Yon ait démélé la part qui revient á chaque facteur dans la réalisation de la taille. Que Vinconnues encore et que de causes Verreurs! L'áxe des pa- rents a aussi son influence. ? Giuffrida Ruggeri propose, Vautre part, Vajoutor aux deux facteurs, race et milieu. un troisiéme qu'il nomme endogamie locale, par lequel, les maria- ges répétés entra gens de méme famille abaisseraient la taille des enfants. % Biologiquement, ce fait est parfaitement connu. D'ailleurs, "oublions pas qwil s'agit ici de la taille considé- rée “en bloc” mais que deux hommes de méme taille peu- vent avoir chacun une composition trés différente de celle-ci mais nous laissons de cóté, dans ce travail, les questions an- thropometriques, pour lesquels nous renvoyons á un travail tres complet. *> Un fait sur lequel Pattention na pas été suffisamment attirée jusqu'á maintenant, c'est celni de la taille des nou- veaux—nés dans les différentes races. Vuici un tableau qui don- ne quelques chiffres intéressants á ee point de vue mais qui ne peuvent pas étre considérés comme définitifs. Gargons Filles A A A .. 474m 464m Russes de St. Pétersbourg........ ....o 477 473 Allem,.de Golagne .:derdiias ee se ..... 486 434 Amér. de Boston...... e tés Lada 111490 482 Anglaibsi Aa IES ¿ua IATA 491 Prantais de Daria" dai. t she e 12077099 492% (1) Béla Révesz: Der Einfluss des Alters der Mutter auf der Kórper- hohe.—Arech. fín Anthr. Bd IV. H. 2 u. 3.—Aussi dans A. F. A. $, 1906. P. 160. (2) Giuffrida--Ruggeri: Cause probabile di la bassa statura in Italia Arch. di Psichiatria Vol. XXIV,—Fasc. V--VI, (3) L. Manouvrier: Etude sur les rapports en général et sur les princi- pales proportions du corps. Mém. Sté Anthr. Paris Tome TL. (3 éme Série) Je Fasc. 202 pages. (4) L. Deniker. loc cit P. 31, 6 LES VARIATIONS DE LA TAILLE HUMAINE, 269 Comme nous n'avons nullement lPintention d'étudier la taillo Vune facon détaillée mais seulement de rappeler cer- tains faits, nous aborderons maintenant l'étude des variations pathologiques de la taille dans le sens du gigantisme. * kk Le livre récent de MM. P. E. Launois et P. Roy intitulé: Etudes bivlogiques sur les géants “" a été une contribution fon- damentale á la connaissance de ces phénoménes si curieux au point de vue anthropologique. Le professeur Brissaud a dit quw'on devenait géant par “arrét de développement”, "expression, toute paradoxale qwelie paraisse, correspond á la réalité des faits. Pour cela, il suftit de rappeler de quelle maniére se produit la erois- sance, La croissance longitudinale se fait gráce a Vactivité géné- ratrice des carulayes de conjugaison C'est-á-dire des disques de ce tissu qui séparent les diaphyses des épiphyses. Cette activité donue naissance á du tissu osseux qui augmente la longueur de Pos. U'est lá ce que lon nomme lostéogenése en- chondrale. La croissance transversale se réalise par Pactivité du pé- rioste Voú le nom qui lui est donné Vostéoygenése périostique. Comme la taille, á Pétat normale ne s'aceroit pas indéfini- ment mais qu'elle parait généralement fixée aux environs de vingi-cinq ans, il faut en conclure, qua cet áge, les cartila- ges de conjugaison doivent avoir cessé de fonctionner. Un examen montre facilment en effet qu'1ls se sont ossifiés. Si par contre, la taille continue á s'aceroitre au delá des li- mites acceptées, en fait d'ág», nous devrons en conclure qwil ya continuation de Postéogenese enchondrale on persistance de la macroplastie normale. Nous devrons done retrouver, se (1) Paris 1904 (Masson) Ce travail, du plus haut intérét est la base des notes qui suivent. . 270 G. ENGERRAND. maintenant, les cartilages de conjugaison et nous serons au- torisés á dire qw'il y a ar:ét de développement. La cessation de Vostéogenése enchondrale ne se fait pas en méme temps, pour tous les os longs. La variabilité indivi- duelle pour ce qui concerne lépoque de la soudure des épi- physes aux diaphyses est Vailleurs trés grande et les auteurs sont loin d'étre accord sur cette époque. L+s chiffres que Yon donne devront done toujours étre consi lé-é3 comma non entiérement satisfaisants, tant qu'on n'aura pas approfondi un sujet aussi important á plasisurs points de vue. Pour Rambaud et Renaud, tout est fini á la colonne vertébrale á 30 ans tandis que pour Sappey Cest á 25 ans! Epoque de soudure des épiphyses au corps de Pos “? Corps vertébraux (Epiphyses sup. et infér, dorso-lombai- 7 A A 22 426 ans Premiére vertébre sacrés á deuxiéme. ....---. 23426 ,, Clavicule-Extrómité interne.....oomo-..... 20425 ,, Faromon e A ES A Eos tg e 14105 ACEON AOS EE A E RE IT 194.20 ,, | Epiphyse marginales inf. et post.... 22424 ,, Epiphyses supérienre ......o.o o... 2112 ,, ele iad Cundyle, trachée A Epiphyse inf. < et tub. exb... -.. 15416 ,, ( Tubérosité interne 16417 ,, A EXxtrómitó BUPOP. soe... que. e) Radius ! a E A io 18125 e j Eixtrámitó Super. 2 reacio ah piel 14419 Cubitas E DO ¿do amos PE 21142 sy Réunion des trois points primitifs.. 15418 .,, Os coxal Points complementaires divers ... 14428 ,, | Extrémité marginale supérieure. .. 19416 ,, (1) P. Topinard: loc. cit. P, 1028 O Na A As Ai. LES VARIATIONS DE LA TAILLE HUMAINE. 271 Extrémité SUper......o oo... a A Fémor ! A de dd Ae A A me Extrémité sup*T .....o.o..... pai eds 18/4124: 5 Tibia | sf o A a O O ALT Extrémité super...... IS PO LN Péroné. 4 e CN 18419 ”, SEDA ci e a ltd dais 16:34:18. ., Les caractéres du gigantisme pathologique peuvent étre trós bien rendus á Vaide de Pobservation Pun cas de giganto— infantilisme, celui du “grand Charles,” étudié par divers au- teurs (” Le sujet est né de parents petits (1m45 et 1748), ses fre- res et sceurs sont également petits. Son poids, á sa naissance, aurait été de 21 livres 4% A 1l ans, il eút une lióvre typhoide A 2l ans, il a 1786, á 24 an», (1896), 194. Au régiment, son appétit était extraordinaire au point quon dút lui donner deux doubles rations et deux pains reglementaires par jour. Il était vigonreux. Puis se manifestent de violentes dou- leurs aans les jambes et dans la téve, il perd ses forces et s'a- maigrit. La production un genu valgum Poblige á 'aider de béquilles; ce est plus qUYun infirme. L'aceroissement a continué: ADA AA en AO o PS AA TO dramas e v2/1114999 e Mpilrio? a RA IRA PIU DA - 25,3 a a E aa ye Le 204 (1) E. Papillault: Mode de croissance chez un géant. Bull. Soc. Anthr. Paris 186 P. 426. Surtout P. E. Launois et P. Roy loc. cit. (2) La contradiction entre les renseiznement, qu'il a donnés á L. Capitan et alx autres observatears fynt quoa ny peut accorder grande confiance á ce dire. L, Capitan: Présentation d'un géant. Bull. Soc. Anthr. Paris 1899 P. 381. 272 G. ENGERRAND. Quand on a cessé de l'observer, il gran:lissait encore. Il y avait donc ¡4 un phénoméne complétement anormal qui ne pouvait s'expliquer que par la persistance des cartilages de conjugai- son, persistance que lexamen radiographique viut prouver de la facon la plus évidente. Mais Vexamen de ce sujet montre autres caracteres du plus haut interét. Les organes sexuels sont ceux d'un garcon de quinze ans. Le pénis est peu développé, les testicules sont rudimentaires, la prostate est absente, les poils sont presque nuls, il y a impuissance. A noter ceprndant que la voix est normale, La tigure est celle d'un jeune gargon. Or, Cest justement sur le squelette des eunuques que nous remarquons la non soudure de nombreux cartilages de conjugaison ainsi d'autre part que le grand allongs=ment “” des membres particuliérement des inférieurs. caractere que nous retrouvons chez le “graud Charles” % L'apparence juyé- nile tout comme les modifications dans les relations propor- tionnelles des membres se montrent trés bien aussi chez les Skoptzi. > (1) Les segments distaux étant plus développés que les proximaux. (2) Le bassin du géant du Museum de Paris rapyelle le pelvis fe- minin, d'apres R. Verneau, autre caractére intéeressant. (3) Les Skoptzi sont une secte russe d'hommes et de femmes qui se chátrent plus ou moins complétement pour arriver á un grand état de pureté. Elle parait avoir pour inventeur le paysan André Ivanov qui, en 1771, chátra lui--méóme treize disciples. Un de ceux--ci, Sfelivanov, est considéré par les adeptes comme ¡e fils de Dieu qui reviendra pour cas- trer tout le monde quand le nombre des Skoptzi aura attemnt le chiffre de 144.000. Au commeuncement, on enlevait les testicules (la clef de Venfer) et une partie du scrotum á l'aide d'un fer chauffé au rouge. Ensuite, on employa le rasoir ou d'autres moyens. C'est lá la* premiére purification ” qui donne seulement le droit de monter le cheval pie (Apocalypse) La deuxiéóme consiste á enlever la verge (Ciet de labime, celui--ci étant le vagin); alors on a le droit de monter le ch-val blanc. Chez la femme, il y a ablation d'un mamelon ou de deux puis d'une partie ou de la totalité des seins, puis résection des petites lovres et du clitoris, enín des grandes lé- LES VARIATIONS DE LA TAILLE HUMATNE. 9273 “Les animaux castrés montrent également la non soudure des epiphyses. Ch-z la truie, il "y a jamais ossification com- plóte des os longs. A quatre ans, le bosuf présente le méme caractére alors que Possification des cartilages de conjugai- son est déjá comp'éte chez le taureau á deux ans. Le bosuf montre de méme un allongement caractéristique des mem- bres postérieurs par rapport au taureau. Des observations analogues ont été faites sur des chiens, L'examen du cráne montre un ressaut postlambdoidien que Pon retrouve fréquemment chez les géants. L'observa- tion radiographique permet de mettre en évidence Pénorme développement de la selle turcique correspondant á une hy- pertrophie de Phypophyse également trés générale dans le gi- gantisme (44 cas sur 48 anutopsies de géants ou d'acroméga- liques Vapres Wuods Hutchinson) “? et sur laquelle nous re- viendrons. Tels sont les caractéres du giganto-infantilisme, détermi- né par 'hyperostéogenése enchondrale qui n'est elle méme que lexagération de la macroplastie normale, De nombreux cas bien observés et résumés dans le livre des auteurs sur lesquels nous nous appuyons corroborent d'une facon trés satisfaisante les dédnetions théoriques exposées plus haut á la suite de létude du “grand Charles”. Mais le gigantisme simple ne tarde pas á se compliquer vres. Il y a encore d'autres mutilations. Ces pauvres gens, qui sont géné- ralment exceilents, ont été chassés de Russie. Les hommes exercent la profession de cochers á Bucarest, oú on les reconnaít souvent á leur figu- re juvénile, Beaucoup de travaux ont paru sur cette secte. Signalons seu- lement: E. Pelikan: Gericihtlich-medicinisrhe Untersuchungen úber das Skopzenthum in Russland. 1876 et un mémoire trés interessant, surtout au point de vue anthropométrique, de E. Pittard: Les Skoptzys. Modifica- tions anthropométriques apportées par le castration. Bull. de la Sté des Scien- ces de Bucarest. 1903 (1) cité par P. E. Launois et P. Roy. 274 G.ENGERRAND. Vacromégalie, ? hypertroyhie et déformation qui porte sur certaines parties du squelette et aussi snr les parties molles, face, nez, langue, verg», mains, pieds etc. Les organes inter- nes peuvent en ótre affeetós; ainsi, par exemple, dans le cas que nous allors étudier, ¡ly avait véritable splanchnoméxalie. Cette affection est Pentrée en scóne, en ce quí concerne le squelette, une nouvelle hyperactivité, Phyperostéogenése y é- riostique qui west que lexagération morbide de l'euryplastie normale. Le tambour-major K...., dont Vobservation minutieuse est relatée par nos auteurs, appartient á une famille oú les grandes tailles sont fréquentes. A 18 ans, il a 1776; 4 2l ans, il a 2712. Comme la taille de 1776, á 18 ans, West pas absolu- ment gigantesque alors qWelle atteint 2712 cn trois ans ce qui est un acceroissement considérable, nous devons en conclure que le trouble qui est prodnit dans sa “maecroplastiv” a dé- buté aux environ de 18 ans ou aprés, Ceci est furtement appu- yó par la constatation que les organes génitaux sont normaux. Du fait que, marié il 1'a pas enfants, on ne peut pas inférer qwil soit infécond. La déformation acromégalique parait avoir été trés rapi- de chez lui. La téte est celle du polichinelle avee menton en galoche, nez arqué, enfoncement des fosses temporales, sail- lie des prommettes, protubérance occipitale etc. Les doigts sont gros et de la méme largeur. Le sujet est rapidement at- teint de diverses affections. Il a des maux de téte, est atteint du diabáte et finalement meurt dans des crises épileptiformes (né en 1866, mort en 19: 2.) D'autopsie de K....faite par les mémes savants observa- teurs, est du plus haut interót. Le cráne est considérablement (1) Un travail récent de M. Buschan (article Akromegalie in Real-- Encycl. der gesamten Heilkunde--4. Aufl) donnant une bibliographie. P. 306, compléte de la question de 1900, (4 la suite de celle de Sternberg) jus- qwá 1905, j'y renvoie le lecteur. E DS LES VARIATIONS DE LA TAILLE HUMAINE, 275 et inégalement épaissi, il y a un grand développement des si- nus frontaux. L'encéphale est ordinaire mais le corps pituitai- re, énormément grossi, porte une tumeur considérable qui pé- nétre á lintérieur du cerveau. Nous avons vu la fréquence de Phypertrophie hypophysaire dans le gigantisme. Elle est sou- vent assez forte pour exercer une pression sur le chiasma des nerís optiques ce qui explique que des troubles visuels se cons- tatent souvent chez les acromégaliques. La méme hypertro- phie par sa pression sur le tuber cinereum provoquerait, si 'hy- pothése de Loeb est vrai, le diabéte également constaté chez les géants et précisement dans le cas présent. Il est tout-á—fait inutile de poursuivre par examen d'au- tres cas puisque les personnes qui veulent approfondir cette étude ont á lire les ouvrages récents de P. E. Launois et P. Roy et de G. Buschan, * Mon point de vue est ici purement théorique. Notons seulement que Placromégalie ne se manifeste que quand la macroplastie ou 'hypermacroplastie sont définitive- ment enrayées par la soudure des cartilages juxtaépiphy- salres. Les relations entre le gigantisme et Vacromégalie paral- ssent done clairement mises en lumiére par les travaux ré- cents. Ajoutons encore, fait bien interessant, que plusieurs au- teurs (parmi lesquels Allemand Freund et Anglais Cam- pbell) ont vu dans Vacromégalie une évolution régressive vers le type anthropoide. Le róle joué par certaines glandes, dans Vaceroissement du corps, voit préciser de plus en plus son importance déja appreciés Vailleurs. L'hypertrophie de 'hypophyse dans le gigantisme est un fait hautement intéressant puisque nous savons V'autre part que son ablation entraine un moindre développement de la (1) loc. cit. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —36 276 G. ENGERRBAND. taillo. Chez le géant K .., elle atteignait un poids de 31 gr. et était modifiée dans sa structure. Pour la thyroide, les constatations sont analogues. On connait les expériences sur des animaux ayant subi lablation de cet organe. La thyroide de K... .pesait dix fois son poids normal. Le thymus persiste on bien entre en reviviscence ainsi que cela a été observé chez des acromégaliques. Enfin le róle de la sécrétion interne des glandes sexuelles apparait considérable á la suite des modifications squeletti- ques constatées chez les castrés on chez les individus dont les organes gónitaux ne se développent pas. Pour finir ces quelques considérations, il ne sera peut- ótre pas mauvais de rappeler les tentatives qui ont été faites pour augmenter la taille humaine par des croisements en- tre individus de hauteur exceptionnelle. Frédéric Guillaume, en bon despote, contraignait au mariage ceux qui paraissaient aptes á lui donner des grenadiers géants. Plus récemment un brave rentier rouennais qui croyait bon Vaugmenter la taille des Frangais—voilá une forme imprévue de nationalis- me—-laissait á sa citó natale une somme d'argent destinée a doter des couples de géants. Heureusement que dame Nature a décrété l'inaptitude á la reproduction de ces anormaux. _Mexico, 1907. LAA SOCIETÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26. Sur les phénoménes de vie aparente observés dans les émulsions de carbonate de chaux dans la sille- »élabineuse PAR LE PROFESSEUR A. L, HERRERA. M. $, A. A Mr. le Professeur Léon de Rosny, fondateur de Pl Alliance Scientifique Universelle. Diverses considérations m'ont suggéré Vidée de répéter Pexpérience classique de Rainey et Harting, avec la silice eo- lloide et le carbonate de chaux, substances existant partout dans la nature inorganique. Technique. Dans une boíte pour counvre-objets on met 30 grammes de silice colloide á 0.8 ou 0.6 pour 100. On prépare cette silice avec: Silicate de potasse 440 B ............ 10 e. e. IIA 111 pde > A E 50 e. €. D'autre part: Acide chlorhydrique...... Cc. Cc. A de a RETA E Rd 50 e. e. On mélange peu á peu et en agitant et on dialyse pen- dant deux ou trois jours jusqu'á non prévipitation par le ni- trate Yargent et jusqu'a limpidité parfaite des écailles obte- nues par la dessication de la silice, vues au microscope. 278 A. L. HERRERA. On ajoute aux 30 grammes de silice mis dans la boite pour couvre-objets: Chlorure de o calcium Tondu:.- ¿000 de dnd 1 gramme. Bicarbonate de soude pur .......... -» --... 1 gramme. Les sels devront étre mis á une distance de 1 centimétre. Aprés quelques heures on observera au microscope les flocons formés. Bien entendu, la silice et les solutions seront filtrées et stérilisées á 160 degrés, une ou deux fois. Résumé des résultats. Pseudo—cellules nuclées présentant tous les aspects de la karyokinése et ses variations et amo- malies. Division indirecte des pseudo-cristaux. Toute espéce de formes amiboides en mouvement et déformation lente, pendant plusienrs jours. Structure sphérulaire du protoplas- ma, membranes granuleuses. Formation de tétraédres (sarci- na). Pseudo-infusoires ciliés. Pseudo-streptococeus, ete. Probablement les résultats de Harting, Rainey, Dubois, Burke, Kuekuck, sontdus aux impurétés terreuses et siliciques des albumines, gélées, sels, bouillons, graisses employés par ces observateurs. Les amibes de Biitschli au carbonate de potasse et huile vieillis, alnsi que mes oléates, métaphosphate de chaux (graisseux) et eristaux mous, sont aussi dus aux eristaux des impurétés des réactifs, ne pouyant pas se former dúment au sein de la silice colloide, selon les anciennes ob- servations de Slack. La preuve en est évidente: les cristaux se réforment dans la silice diluée. Les acides attaquent le car- bonate de chaux et il en reste des charpentes siliciques géla- tineuses, prenant les anilines. Les amibes se formeront par Pémulsion des eristaux de carbonate de chaux les plus petits dans la silice, celle-ci se coagulant dans la surface des cris- taux, selon les anciennes observations de Graham, et se cons- tituant de la sorte un parfait appareil osmotique rempli aus- sitót de protoplasma calcaire. Fréquemment on observe de eristaux grands remplis de petit cristaux Á moitió gonflés. Quant aux impuretés organiques, elles existent certes et Pon “ALZATE.” SOC. MEM. / ; = Ñ Y) / ; ¿ AR A $ o Í Porn TO o) Loa: EE a. - oo 0 3 lo) : A ES 0, | o o oe, XA So 8 90 o at 20 O« o o e ho. 0009 o? ox eS 7] / $ o, o 5 O) o o | 08 0.0% ¿2 AE o 900 %0y0 o / 4 Do go : Ta Di 0 9 / Sa o 7 Q io o o y Á y 4 Hay % o 7 a á A O YR go E S > Sl Ñ po SA e A A 4 e S = e = , EIA a. LS E 5 o. e s a SA E e.” N A | > * - ! j s SAO e, AO f a 3 - .. je 2029 > E — SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. lenres organoides de carbonate calcanre ou barvbhuque dans silice colloide ou dans howllons, Planches V et VL Figs. 1 a 12 et 14 selon A, L. Herrera; figs. 13, 15, 16, 17 et 18 selon Kuckuck (de San Pétersbourg). 1. Pseudo-cellules de calcite en silice colloide, Les granu- les colloidaux de silice stemparent des ions et.se coagulent et impregnent de calcite.—2. Solutions faibles; figures plus fines. —3. Globules, membranes, pseudo-amibes en mouvement, mitose,—4. Pseudo-spores nuclées. —5.a. Squelette silicique avec quelques corpuscules non attaqués par la solution acide. —6. Action plus intense de la solution acide enlevant le car- bonate caleaire et laissant le squelette silicique.—7. Figures cellulaires en évolution et eroissance, attaquées par un acide faible en les figs. 8 et 10.—Fig. 9. Quelques globoides en dé- hiscence.—Fig. 10. Pseudo—-cellules á noyau réfringent, atta- quées par un acide.—11 et 12. Croissance et mitose.—13. Mo- rula.—14. Globoides á la lumiére polarisés.—15. Mitose ob- servés par Kuckuck.—16, Coupes des globoides.—17 et 18. Colonies de corps de baryum. Dans toutes les figures on re- marque que la force de cristallisation a été vaincue par P'in- terposition des granules colloides. Or, la forme cristalline est une des propriétés les plus intimes et importantes des corps. HG y d Ñ Ñ o . 0 EA y v . CUOTA PA 4 4 3 * y Y e 4 y ¿ 1 a dd a 0 2 SN b Y AA, E A y e d r x AY Y PA » y 2 . ; 4 de ch ñ f á ” Y Y > . ” £ me. - ' Y a y Le “y E * >? e ri, » i o e ' o E « ] pr ' í á : 1 y 4 aná " > Ñ Y A » 4 p dá Pe . d r A A Ñ p S á A és - o ' y ; ¿a d > 4 de 4 A hd / ' A AS | . S y a CE . - 7 ¿ o d ' ( s A t . ñ Ñ Un + TIA: de: y 4 ? e o y . ; A » < : b y + a * pa , 0 E, e " X , Ñ ; ., z De í = Ñ » A 1 , sn Ñ eE: » A e TS Ae A Y S E IN 1 ets 4 ke ha, ' EA Ñ Ñ p AS EN hee E ' E ' x "e dE Ú o o 7 ' ' CIP! Ae e+ e yA p . Í 1d . RS 1 wa y a Tk y > Ñ e ' n pa Y Dt ed a h mM Í 3 A hs : ' . e ”. o xi ay 07 j A Ñ A b * 2 SES es y Sur] € ELA , Ñ 4 A 1 e 4 " EA > sr? LIN VAS y y , y 4 ES y sx ” y o . q — q £1 y A ' $ Y A z bn ¿e + » > > y Ñ ' K N! Ñ . 22d Via - Ys PRE : .t , e f Ñ dl e TES RN / pl h pl -= $ , / a y e » ' ix % A o 14 p 1 .. AA] y 4 2 2. pe 0 í 1, ' Ñ , y ' N 3 * Ys J yr 4 07 , $ ' ' ' y i ) P » LAN e k LAA ' " em A ñ AÑ » - . «ly DL AA ? A t o a « - / «ty í a 4 Pe DO A $ ñ 4 k TW iMIVE E ¡Ade Mis * A á Ñ . o K y » v p - 4 ' » £ ol . vr . ' se £ r s e. ) El J , - , Ñ o " » MEM. Soc ENTZATDE?” >. RN EEN HA pS 5 NE e Y / Fe Le Fa O 93-12-4907. 3 3 $ IIS > p > nu e 93 s z Edd Ej $, oy 2 » Me 9 A 9 mo 0009 > Do En Y Lim e (b Ca - SUR LES PHÉNOMENES DE LA VI£ APPARENTE. 9279 trouve des mycéliums, des monadiens dans les préparations anciennes, mais les graisses, les albumines renferment des tra- ces de silice colloide qui apparait dans les cendres. Il faut étudier Pinfluence de ces impuretés, quoique 'huile ne donne pas des résultats spécifiques avec le carbonate calcaire. Les amibes ainsi formées, dans la silice, ont exactement aspect des amibes naturelles. Dans les plasmodies naturels on a trouvé un excés de carbonate de chaux. Probablement les étres vivants sont formés d'émulsions diverses de carbonate de chaux dans la sili- ce gélatineuse et dans les matiéres organiques absorbées vu sécrétées? Technique simplañée. Eau distillée conservé dans flacons de verre et ayant o A 300 cc. iras de calcium paradise see e 0.10 iparbonate de SO0UÑO sunno ds A 0.10 On ajoute les sels á Peau. On sépare les flocons amiboides par décantation. On filtre si les flocons sont trop consistants et on ajoute les sels, répétant la filtration jusqw á obtenir des amibes Vune grande réfringence et mobilité (X 400 d.) Mexico, le 2 janvier 1908. And Ea cat 0d ie Fe Ys Drs -1 bio) 20 Es 107 4 ES ALUDIDA TAO yl lr A rábl cdo arto irartaijóa xt, AR abia 0 mb eacdilaoY 24 AE / e dee wuiós ANA y is ik Cola Pi ¿Aoi pepa? él 3 witerty au mb 4 lA! TOTO Ace es ? 205) ¿E vai PULSAR UCERO 1 DA O opor avere! 2157 la? GUEVARA NOIR qe: adi A 480 AN A era ya LUCA 7 cir $ hs 1 ñ hz A oa >. Nr de E a E bs 16 - a pia day Aso) NA EUA 2 de O AO Mmub as ete 0. o . LAMA AT “3 y + ' ' Ñ E ml o y nt A HAS E Ñ . y á ' A MOOIA 1 151 PASIVA OU , 1 Ñ . E - 4 * noted ron PR CRONO A A coma PAE AS 1819003 ¿AAA 1 .>os y ha , . . , 0 de . $ 4 ' J AY - / ú - > e . y £ le y ' 4 ' A Ml me y > . EN ' SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. LA FOTOGRAFIA DE LOS COLORES. EN MEXICO POR EL LIC, RAMON MENA, M. $. A, La fotografía de los colores es en estos momentos la cues- tión palpitante en los principales centros científicos del mun- do, y cabe á México la satisfacción de haber podido resolver los problemas de técnica operatoria á que dan lugar nuestra atmósfera y nuestra luz. Es, pues, de un asunto nuestro, de lo que vengo á hablaros en esta sesión. En Julio del año que acaba de pasar, los Sres. Lumióre de Lyon, lanzaron al mundo su descubrimiento de placas au- tocromas y en Octubre, eran ensayadas por un reducido gru- po de artistas y de aficionados, me refiero á los Sres. Cassou- Ingeniero Martínez y Guillermo Peñafiel, fotógrafo, quienes bien pronto quedaron convencidos de que las instrucciones de los Sres. Lumiére, no daban resultado en México: dedicá- ronse entonces á buscar el por qué y esto constituye su in- vento en la fotografía de los colores; pero para describirlo, necesito entrar un tanto al terreno histórico-técnico. Desde la primera mitad del siglo XIX, viene preocupan- do la fotocromía, pero no es sino en 1896 cuando Lanchester hace las primeras pruebas verdaderamente científicas por el procedimiento espectral, y tres años después, expone Wood el procedimiento de las redes de difracción. Dos años habían 282 R. MENA. transcurrido del siglo actual, cuando Neuhauss y Worel en- sayaron su sistema por decoloración. En 1903 y 1906 toma gran incremento el sistema espectral; en 1904 da Lumiére su invento de la fotocromía por elementos yuxtapuestos granu- lares y en 1907, fabrica y emplea sus placas autocromas. Olvidábamos el procedimiento de Lippmann que fué un pa- so de importancia en 1905: se trataba de la fijación de imáge- nes interferenciales en capas de gelatina bicromatada. Volviendo al sistema actual, diré que consiste en fécula de patata sumamente dividida por máquinas especiales; de di- cha fécula se toman tres porciones y se coloran con los tres co- lores complementarios de los tres primarios bien conocidos; á cada porción, se le da uno de esos colores, las porciones se mezclan y aplican sobre el eristal por medio de una máquina que aplana y prensa á fin de no dejar intersticios; así el color, es cubierto con un barniz impermeable al agua y sobre el bar- niz, se pone una emulsión paneromática de gelatino-bromuro de plata. Tales son las placas autocromas. Entre otras muchas, dan los fabricantes, las siguientes instrucciones: La placa debe ser colocada en el chassis con el cristal hacia el objetivo y la preparación será cubierta con un cartón negro. Las lentes deben ser incoloras. Las lentes deben llevar antepuesta ó pospuesta una pan- talla que proporciona la casa La exposición debe ser en la forma siguiente: SR AA 0.15 segundos a a era, IÓ ¿e PU . FO y E e o e ÓS 0.4 e DN e in O do so 1.0 e: 0 ANA RN A 1.3 e La FOTOGRAFÍA DR LOS COLORES, 283 7 LIA Mea EQ o E 2.2 segundos IA AS Oo id Y ST OS ARTE 7 AN 4.0 ó Y AAPURA RAIN PARES 1 Ly UN E dc e rc li 6.3 ; F' representa la parte útil de lente en centímetros ó la relación entre la lente y el diafragma. Para las manipulaciones de desarrollo, inversión de la imágen, etc., aconsejan los Sres. Lumióre 10 baños. Tiempo es ya de ver lo que han hecho los Sres. Cassou, Martínez y Peñafiel: Han descubierto la substancia colorante de la fécula. Han reducido el cuadro de exposición á 4 de tiempo en esta ciudad y en una mitad en lugares de alturas de 2500 m. Han reducido notablemente el número de baños; pues en muchos casos bastan tres y se baruiza para la conservación indefinida de la placa y, más bien dicho, del color. Han suprimido el alcohol á uno de los baños. Montan las placas. Y han descubierto que cuando la placa resulta azul, se pasó de tiempo y que cuando resulta verde, le faltó tiempo. Han hecho finalmente dos descubrimientos más, sin el co- nocimiento de los cuales, es imposible obtener éxito en Méxi- co, pero dar á conocer esto valdría tanto como poner al alcan- ce de todos, lo que mucho trabajo, tiempo y dinero ha costa- do á los tres inteligentes amigos que bondadosamente nos lle- varon á su laboratorio sin ocultarnos absolutamente nada. Ultimamente he visto á los expresados señores tomar fo- tografías á colores acaso en menos tiempo que el empleado én los procedimientos ordinarios de fotografía Por de contado, que los colores solamente han sido fija- dos en cristal, pues del papel ocúpanse ya los inventores de las placas. Mem. Soo. Alzate. México. 'T. 26 (1907-1008)—36. * 284 R. MENA.—LA FOTOGRAFÍA DE LOS COLORES. Calcúlese el prodigioso número de aplicaciones que en las ciencias tenga la fotografía en colores. El Sr. Presidente de la República ha visto ya la pruebas y estuvo considerando la importancia del invento; el fué quien manifestó la aplicación á la Medicina y á la enseñanza. Es consolador, señores consocios, consolador para la Pa- tria, que su primer mandatario, se interese en los grandes in- ventos de este siglo. Os presento dos placas, de las que, una queda á esta So- ciedad. El inventor mismo desconfía de la bondad de sus placas fuera de París y así es como no quizo enviarlas á la casa Pho- to Supply de esta ciudad que giró 1500 francos para tal ob- jeto. En dicha casa se exhibe ya una placa de 18 por 24 y que es obra de los mismos Sres. Martínez, Cassou y Peñafiel. Si he fatigado vuestra atención, dispensadme en gracia de la importancia del asunto. México, Enero 6 de 1908. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. Les phénomenes de la télégonie el de la. xénte sont-ils mexplicables? PAR G, ENGERRAND, M, $, A. Il y a bien longtemps que les phénoménes de télégonie et de xénie *? ont précoecupé les savants et qu'on a tentéd” en don- ner une explication: dont le moindre défaut á été de varier avec chaque auteur. On pourrait done considérer comme par- faitement inutile de revenir sur le méme sujet si des expé- riences récemment faites par Y. Delage, á la. suite de celles de Loeb, ne permettaient Vespérer, á leur égard, uve inter- prétation, sinon parfaite, du moins entrant dans le domaine de la possibilité. Les faits mémes sur lesquels s'appuient ceux qui croient que les régles de la fécondation ne sont peut-étre pas aussi fixes qu/on Paffirme, sont bien connus. Je me permettrai ce- pendant Ven rappeler quelques-uns d'une part parce que les observations auxquelles ils ont donné lien sont dispersées dans divers recueils, Vautre part pour la raison que notre socióté (1) Nous dirons xénie, au singulier, avec M. Y, Delage, bien que ce soit une traduction de l'allemand xenien. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907 -1908)—-37. 286 G. ENGERRAND. réunit des membres cultivant les branches les plus variées de la science et que par conséquent une bonne partie Ventre eux ne connaít probablement pas le sujet que je désire succinte- ment trait er ici. Nons pourrons, sans diffienlté me semble-t-il, réunir les phénoménes de télégonie et de xénie qui son susceptibles une méme explication. On entend par télégonie, Vinfluence que peut avoir un má- le, fécondant une femelle, sur les produits de la méme feme- lle avec un antre mále. La xénie, c'est Vinfluence de Pembryon sur les organes qui ' envoloppent, ceci pouvant ótre pris dans un sens fort étendu. Les phénoménes se rattachant á la xónie sont ceux qui peuvent étre appuyés sur le plus grand nombre d'observations présentant les apparences de la certitude. Le régne végétal nous en fournira immédiatement des exemples. Il y a longte mps que les cultivateurs évitent de placer leurs melons prés de variétés de ces fruits dont le goút est inférieur parce que, afirment-ils, il en résulterait une influen- ce néfaste sur leurs produits. Nous ne savons pas si des expé- riences, á cet égard, ont été effectuées par des savants, mais il est bien probable que ces dires comportent une part de vé- rité. Fréquemment, nous remarquons, dans les épis de mais, des grains de couleurs différentes. Ces variations se produisent se- lon certaines régles que nous »'avons pas á etudier ici mais elles sont incontestablement dues á ce que la fécondation a été opórés par du pollen Vespadces dont les graines avaient une au- tre couleur que celles normales de la plante fécondée Il y a donc lá une influence directe et semblant trés claire de P'em- bryon sur le fruit, Parmi les autres cas de xénie on peut en citer plusieurs Les PAÉNOMENES DE LA TÉLÉGONIE. 287 reunis par Ch. Darwin.” Laxton, en fécondant le Grand Pois sucré par le pollen du Pois a Cosses pourpres a obtenu une cos- se nuancée de pourpre sur une certaine étendue. De plus, la cosse était épaisse comme celle de la seconde variété alors que dans la premiere, elle est toujours mince — or, depuis vingt ans que Laxton cultivait le Grand Pois sucré, il n'avait jamais ob- servé ces apparences á titre de variations accidentelles. * Le plus beau cas est celui que rapporte Darwin, d'aprés Gallesio. Celui-ci “en fécondant des fleurs Voranger par du pollen de eitronnier obtint une orange dont la peau était tras- formée sur une bande longitudinale en zeste de citron recon- naissable á tous ses caractéres de couleur, Vaspect et de goút” (3) C. J. Maximowiez fécondant réciproquement Lilium tubi- ferum L. et Lilium dauricum Gawl, obtint chez le premier une capsule de la forme du second et vice-versa. % Je citerai encore un cas emprunté a Pulliat et pnblió par F, X. Lesbre.” LorsqwWon eroise une vigne blanche avec une vigne noire ou réciproquement, il arrive que Pon obtienne sur une méme pied: a) des grappes blanches, des grappes noires et de grappes roses. b) sur certaines grappes, des grains blanes, des grains noirs et des grains roses. (1) Ch. Darwin. De la variation des animauzx et des plantes a Vétat do- mestique. Paris 1879-1880. (2) Cité par Y, Delage: La structure du protoplasma et les théories sur Uhérédité et les grands problemes de la Biologie générale. Paris 1895-P. 234. (3) Y. Delage—Loco cit. P. 234. On connait aussi les cas de pómme- poire. (4) Y. Delage. Loc. cit. P. 233. (5) F.X. Lesbre: Contribution d U'étude de la télégonie ou imprégnation de la femelle par un premier géniteur, mésalliance initiale, hérédité fraternelle. Bull. Sté. Anthr. Lyon T.XV-1896 -P. 37-47 avec discussion P. 47-49 et 104--106. 288 G. ENGERRAND. c) des grains pies, c'est-a-dire sur lesquels, se trouvent associées deux ou trois couleurs (loc. cit. P. 40). Or, la méme plante montrera la méme apparence Pannée suivante, en lPabsence de tout croissement nouveau et une bouture et méme un semis perpétueront la variété obtenue (P. 41). Telles sont les meilleurs cas, autant que je sache, que Pon puisse citer en faveur Vune influence bien nette exercée par Pembryon sur le fruit. Tous ces cas sont cependant suscepti- bles d'une objection que l'on ne pouvait manquer de leur op- poser, c'est qu'il s'agirait lá de variations ataviques. Nous pen- sons bien qwil est impossible de nier ces derniéres dans de nombreux phénoménes bien connus, mais il paraitra peu pro- bable que ces variations concordent toujours aussi exactement avec ce que Pon peut attendre de Vinfluence que Pon fait agir. O. vom Rath cite cependant un exemple de cette concordance admirable étudié et sur lequel nous reviendrons. Il est néan- moins impossible de conclure de cela au rejet de tous les faits que nous venons d'énumerer et nous croyons que influence de Pembryon sur ses enveloppes naturelles est sufisamment bien établie pour que nous puissions posser maintenant, en les expliquant, aux phénoméves de télégonie observés dans la série animale. L'influence d'un premier mále gur les produits de la"feme- lle fécondée par lui, avec autres máles est admise pour ainsi dire sans conteste par les éleveurs. Par contre, les savants sont loin d'étre tous de cet avis et ils insistent, á juste raison, pour que de semblables observations soient entourées de tou- tes les garanties désirables. Je ne puis songer á rappeler tous les faits connus; j'en citerai seulement quelques-uns. Une truie (Giles) est saillie par des verrats de sa race et donne des petits noirs et blanes comme elle, Couverte par un sanglier, elle donne des métis. De nouveau fécondé par un LES PHÉNOMENES DK LA TÉLÉGONIE. 289 verrat de sa race, elle a, dans sa portés, des petits á robe mar- ron uniforme. (” Darwin rapporte le cas d'une chienne de race turque, sans” poils. qui saillie par un épagneul donna des métis, les nns sans poils comme elle, les autres á poils eourts. Couverte plus tard par un chien ture de sa race, elle donna des petits á peau nue, de pure race turque et des analogues aux premiers métis, á poils courts.* Une chienne d'Artois fécondée par un mátin á yeux vairons et plus tard par un mále de sa race eút avec lui un petitá yeux valrons. (* Une chienne de chasse, de race pure, couverte une premié- re fois par un bouledogue et une seconde par un mále de mé.- me race, eút un bouledogue dans sa portée et encore dans les cinq Ou six portées suivantes. (% Les juments ayant servi á produire des mulets donnent quelquefois avec un étalon des poulains ayant certains carac- teres de Páne: oreilles longues, croupe anguleuse, pieds étroits, chátaignes postérieures rudimentaires ou nulles. * Le cas le plus célebre, parmi les animaux est celui de la jument de lord Morton. “” Une jument arabe saillie, en 1815 par un couagga donna un hybride. Couverte ensuite par un étalon noir, de méme saug qwWelle, elle fit en 1817, puis, en 1818, deux petits qui avaient autant de ressemblance avee le couagga que síils eus- (1) Y. Delage: loc. cit. P. 231. (2) Y. Delage: loc. cit. P. 231. X. Lesbre: loc. cit. P. 37. (3) X. Lesbre: loc. cit. P. 37. (4) Mathis. Bull. Sté. Anthr. Lyon-T, XV. 1896-P. 48 (5) X. Lesbre. Loc. cit. P. 37. (6) A. Morton: A communication on a singular fact in Natural History. Philos. Trans. of. Royal Sy. 1821.-III. P. 20-22. sent eu /,, de sang de cet animal. En 1823, elle fit encore un petit qui rappelait le premier pére, Les poulains portaient des taches foncées disséminées, des bandes noires, une le long de Véchine, les autres snr les épanles et sur les parties postérieures des jambes, comme le couagga. Enfin, de méme que cet animal, ils avaient une criniére rude et dressée. Uette observation étant déjá ancienne a donné lien á de nouvelles expériences faites par J. Cossar-Ewart. Ce savant livre une ponette noire de West Highland, á un zébre de Burchrll, dans la généalogie de laquelle on ne trouve aucun individu zébré, Cette union produit un hybride ayant les ca- ractóres du pere et de la mére avec des zébrures trés mar- quées. Couverte ensuite par un cheval arabe á robe grise, elle donna un poulain á robe baie foncée uniforme qui, aprés sept jours, se montra pourvu de zébrures trés nettes. Elle produi- sit encore trois poulains, ne présentant pas ce caractére, avec le méme étalon. *” Les cas tirés de Pespéce humaine offrent naturellement un trés vif intérét mais, comme nous le verrons, ¡ls prétent facilement le flanc á la critique. Des blanches mariées Vabord á des négres auraijent donné par union avec des blanes, des enfants présentant des carac- téres négroides. La veuve Vun hypospade a donné avec un second mari, normal celui-lá, des gargons hypospades dont deux auraient transmis ce défaut á leurs descendants. La veuve un sourd-muet, ayant eu avec lui un enfant (1) L'auteur a conclu a Vatavisme, á la fin de ses observations: J. Cossar- Ewart: The Panyenick experiments London 1899-Voir aussi: The Veteri- nian LXIX-P.755-769-Le compte rendu de cette observation ainsi que Vindication de ces deux notes bibliographiques sont tirés de: R. Anthony: A propos de la Telégonie. Bull. et Mém. Sté. Anthr. Paris 1900-P. 19-37. Lkzs PHÉNOMENES DE LA TÉLÉGONIE, 291 sourd-muet eút d'un second mari, normal, un enfant sourd- muet. I"objection que font á tous ces cas, les savants qui n'ad- mettent pas la télégonie, c'est qwils peuvent s'expliquer par une évolution atavique. O. vom Rath '" en cite un exemple fort remarquable. Deux chats venus de Tunisie a Baden en 1887, était lune normale, alors que Pautre, le chat, présentait une oreille atrophiée. En- semble, ces deux animaux firent des petits entre lesquels, dans chaque portée, se trouvait un jeune á oreille atrophiée. Le mále fut castré Avec des máles allemands normaux, la fe- melle produisit, á chaque portée, un sujet anormal, C'était un magnifique cas de télégonie. L'auteur cependant, aprés des recherches attentives, constata qwil s'agissait lá d'un couple appartenant á un grupe de chats chez lesquels cette tendan- ce ótait héréditaire; dans le cas présent, le caractére se trouvait a Vétat latent chez la femelle. Le méme auteur fait remarquer qu'0n va jamais signalé qWune femelle couverte par un mále de race supérieure, puis par un autre de race inférieure ait alors donné des jeunes pré- sentant des caracteres du premier. Nous ne voyons pas que ceci soit une objection péremp- toire. D'autre part, le cas de vom Rath prouve avec quelle prudence il faut conelure á la télégonie mais ne démontre pas Pimpossibilité de celle—ci. En ee quí concerne la jument de Morton, le fait que Pon admet généralement que Vancétre des équidés devait avoir une robe zébrée semble donner du poids á Pobjection de Patavisme. Cependant, il n'est pas démontré que cette robe ait été ainsi, VPautre part, puisque ce retour en arriére est rare, Voú vient qwon le constata sur trois portées successives, avec des peres (1) O. vom Rath: Un pseudo-cas de télégonie Revue scientifique 1895. P. 714-718. 292 G. ENGERRAND. différonts. Los zóbrures ótaient fort nettes alors que dans les faits d'atavisme, elles sont páles. Ce sont surtout les chevaux gris pommelé chez lesquels on constate cette évolution ré- gressive, ce qui n'ótait pas le cas, Enfin, les jeunes avaient aussi la criniére rude et dressée du couagga. Pour Vespéce humaine, Vautres questions sont en jeu et on peut toujours se défier de ce qui est dit par des personnes qui peuvent avoir intérét á cacher quelque évenement. Peut étre pourrait=on faire des expérienees, dans certaines condi- tions avee des individus attachant de Vimportance á la connais- sance de la vérite scientifique. *” Nous disions au début de cette note que les théories des- tinées á expliquer les phénoménes de télégonie sont nombreu- ses. Nous n'en rappellerons que quelques-unes (D'aprés Y. Delage). Buffon croyait á Vinfluence de Pimagination. Il pensait que si une femme durant Pacte sexuel imagine avec force Pi- mago Vun premier mari, ses nouveaux enfants pourraient avoir quelque caractére de celui-ci. Sous cette forme, il sem- ble bien yue Popinion de Buffon ne concorde pas avec une réalité possible. Les caractéres moraux ayant cependant pour substratum nécessaire des caractéres physiques, il est incon- testable que les modifications qui ont pu se réaliser dans le moral 'une femme au contact Vun premier mari se transmet- tront dans une mesure tres faible sans doute mais qui parait difficilement niable á des enfants nés d'un second mariage. C'est ainsi, comme le dit Papillault que “le premier homme avec qui une femme aura congu (cette derniére condition ne parait pas indispensable lei) reste le collaborateur obligé de ceux qui pourront la rendre mére dans la suite” (Bull. Sté Anthr. Paris 1900. P. 37). D'ailleurs, Pinfluence que je signale en ce (1) On a opposé á la télégonie un grand nombre de faits négatifs (sur- tout Sanson) mais ce ne sont que des faits négatifs. LES PHÉNOMENES DE LA TÉLÉGONIR, 293 moment rentre dans le cadre général des influences du mi- lieu sur Pindivida qui west le résultat des qualités hérédi- taires que durant le stade cenf mais qui dés les débuts de la division jusqu'á la mort verra se modifier son capital héredi taire par les apports extérieurs. Weissmann (” pense á la fécondation incompléte d'osufs non múrs ce qw'on pouvaiteroire complétementimpossible tant que Pon se refusait á admettre que la fécondation ponvait se faire sans le concours de spermatoz yides (il n'est pas question ici de la parthénogénése an sens ordinaire du mot mais des expériences de Loeb et Delage). Ryder fait intervenir le métabolisme général de Vindividu et la répereussion des variations sur les organes sexuels. Spencer admet Pinfluence du fostus métis sur la mére. Pour Turner, la modification porte surles cenfs non múrs par les échanges nutritifs entre elle et son foetus. Romanes suppose que la substanze du sperme serait ab- sorbée par les cenfs et les modifierait. Bard, Darwin, Haacke expliquent la télégonie par des théories qui se rattachent á Phypothése des gemmules mais alors comme:le dit Delage, on ne s'explique pas pourquoi elle se manifieste si rarement. Bouchard, Cornevin, ete. croient á Pinfluence du fostus, Cl. Bernard á une modification de Povaire. La netteté des phénoménes de xénie dans le régne végétal ¿nous conduit á admettre que c'est véritablement le foetus qui modifie Porganisme maternel. Cette opinion qui a déja été dé- fendue par divers auteurs n'a pas rencontré d'objection séri- euse. On sait bien par exemple que Pembryon peut vacciner (1) Weissman: Das Keimplasma lena 1892, et en réponse aux objec- tions de Spencer: Die almucht des Naturziichtung—1893. (2) H. Spencer: The inadeguacy of natural selection Contemp. Re- view. 1893. Menm. Soo. Alzate. México. Y. 26. (1907-19U8)- -38. 294 G. ENGEKRAND. Porganisme maternel contre la syphilis. Papillanlt fait obser- ver que dans Punion d'une brune avec un blond, le foetas blond aurait amené une certaine dépigmentation de la móre: Enfinquand on admet que certaines femmes se portentmieux aprés une parturition, cela ne pourrait-il s'expliquer par cette influence de Vembryon et dans le cas contraire ne serait-eé pas le pére qwil fraudrait soigner. LO, O Le Dr. Chapnis observa une pigeonne qui fécondée par un bouland et puis par un pigeon de sa race donna alors un bon- land. % On se récria disant que par suite du court séjour de Pem- bryon dans le corps de la móre il ne pouvait y avoir en Pina ence du premier. En supposant qwil en soit ainsi, c'est que le sperme peut modifier également les organes sexuels de la mé- re et cela ne peutsurprendre quand on songe á Pinfluence con- sidérable des sécrétions sexuelles dans Porganisme. Le cas cité par Hermann C. Bumpus, % Paprós Bulman selon lequel les oeufs pendus par une femella Voiseau fécondéa par un mále Vespéce différente ressemblent souvent parleur coloration aux caufs de Vespéce á laqueJlo appartient le mál» ne peut s'ex- pliquer que par une modification des parois de Poviducte par le sperme ou par xénie. pe Done les faits que nous venons d'étulier et ceux que ne manquerait pas «le signaler un > obsservation attentive pauyent. en généraltres bien 'expliquer par influence de Pembryon sur Porganisme maternalle,e'estrácdive par hérédité fraternelle. Sans doute, y a-t-il un départ a préciser entre eertains de ces faits et Pautres pour lesquels il faut voir une influence du /sperme (1) Papillault, loe. cit. P. 35. (2) Le Pigeon-Voyayeur b-lge—1865 (cité par Ch. Darwin). (3) Facts and Theories of Telegony, The American Naturalist. Déc. 1899—Cité par R. Anthony, loc. cit. p. 31. ¡AL LES PHÉNOMENES DI LA TÉLÉGONIK, 295 lui méme sur les organes sexuels maternels et par suite sur Pindividu tout entisr. 1l nous paraittrós probable que les eu- rivuses expériences de Delage qui ont déjá montré combien les phénoménes de la férondation sont plus complexes qw'on ne Pimaginait, permettront de déterminer sous quelle forme - cette influence se fait sentir. Les interprétations sont toujours relatives et ce qui était aberrant hier sera peut -ébre normal demain. México, 1907. [q YO E e POSÓ ARA a AP boe A ¿O Te, le Quisioi e Ario ss ' ad “5 PA vd 4 a 19 e sidgJor ATA Erie ¿enifimos ¿130 sa só do sl O 2) DE o vs ob » » A ali go: HOR It Do BL la 9 mi Lal ¡Ronat. EN e buno? Lap asto a mom py vol) f y TAE ¡TAO 1 Harp is rán 5 ZAnoruo H dd próLE 111 pil el MEE PONIA ¿0% PRAGTO cr et ) Dad Paz std 1041190) 11039 ta : e A y ? * tah. A y 13 y cd : y e PN A E 4 p Us; y Or á . $ A pa . / 3 y> 4 y ( ' u h , A ' Ñ 1 bo 1 A 1 d A 1d » - > bar E , . Z lo fe y 3 ' La 4 > E . p | a ' 4 ' ú v $ ' 112 1 / / - Y > ro ) A , " 1.) y A . de £ es / > : y : S A _ ñ Pon 2 an « :- . y e 1 ta : vowL AA / , ] . » h «ut m , « ó 3 3 Y y ' prl ? s p , 0) E ve + pan SOCIÉTE SCIENTINIQUE '*ANTONIO ALZATE.”” MÉMOIRES, T.. 26. Projel «nn Institul Intesmational de Biologre iénórade et de Plasmogénte Universelle PAR LE DOCTEUK —JULES FÉLIX, M.S. A. Professeur á "Université Nouvelle de Bruxelles. Le XIX siécle a été le siócle des spécialités scientifiques: gráce á la méthode expérimentale dans tous les domaines de Pactivité humaine, des laboratoires ont été 'créés partout, et les progrés des sciences naturelles ont étonné le monde par les dézouvertes scientifiques qui ont fait connaítre et ont pu expliquer, méme trés simplement á tons, les phénoménes les plus mystérieux de PUnivers. L'inconnaissable et les mystéres d'autrefois, qui furent la base du dogmatisme et du mysticisme, sont devenus, gráce á Vobservation et lexpérimentation, le cognoscible, et les limites immenses de Pinconnu se rétrecissent chaque jour de plus en plus devant les découvertes incessantes de la science expéri- mentale. Les lois de Véternel et leurs applications á Pindustrie, au commerce, á l'hygiene publique et privée et á la sociologie, ouvrent á 'humavité des horizons nouveaux et lui font entre- voir, dans un avenir prochain, le régne de la science positive, - préparant le bonheur, la liberté et la paix universelle par Pin- ternationalisme et la solidarité humaine. Tout ce qui existe 298 JuLes FÉLIx. aujourd'hui reléve de la science positive et expérimentale, dont les rayons Jumineux et vivifiants, comme canx du soleil, éclai- rent le monde, franchissent les espaces, et passent á travers les continents et les océans pour montrer á tous les humains dans leurs plus vif éclat et leur marche triomphale, la verité et la justice. La physique, la chimie, Vastronomie, la paléon- tologie, la géologie et la biologie sont aujonrd'hui des sciences soeurs et solidaires. Lew perfectionnement de Poutillage des observatoires et des laboratoires nous font découvrir la syn- these universelle de tous les étres, minéraux, végétaux et ani- maux, dans leur transformation perpétuel et dans leur évolu- tion constante, et 'harmonie de la nature, dont les trois réegnes se confondent dans un senl régne, c'est-á-dire, la vie univer- selle. Cette vie universelle, qui paraissait naguére encore une émanation surnaturelle et particuliere 4 chaque étre ou chaque in- divida, rest plus aujourd-hui que la résultante de Dactivité physico= chimique du protoplasma universel, c'est-á-dire, de PEther infini qui anime et pénuétre, par réactions physico=chimiques; tont ce qui existe, et dans lequel naissent, vivent et meurent en se transformant sans cesse tous les étres (formes caduvériques des solu- tions protoplasmiques d'apres Herrera) pour constituer "Univers éternel et incréé, évoluant par sa perpetuelle gravitation moléculuire. Voilá, me parait-il, le vaste champ du grand probleme de la biologie générale et de la plasmogénie universelle, tel quiil doit ótre posé dans le monde scientifique et Vaprés les lois, les décom vertes et les innombrables travaux de tant de savants, connus ou inconnus, des chimistes, des physiciens, des géologues, des astronomes, des naturalistes et des biologistes, qui ont illustré lo XVILI" et le XIX* siécies. [1 serait impossible de citer les noms de tous les savants et de tous les pionners des sciences” naturelles, qui gráco á la méthode expérimentale, mise en hon- neur et en pratique dans les sciences qui se rapportent A la physiologie et á la biologie par Villastre Ciaude Bemard (1813- Jr PROJET D'UN INSTITUT DE BIOLOGIE. 299 1878) qui, dis-je, ont contribué dans toutes les branches de Pactivité seientifigue á sonder le mystére de la vie univérselle etá en pénétrer les origines et les fonctions. Mais pendant que tous ces travailleurs intellectuels parviennent dans leurs laboratoires particuliers á la solution des problémes les plus ardus et aux découvertes les plus étonnantes jetant une vive clarté sur les mystérieux phénoménes de la vie universelle et les lois de Punité de la matiére et de léternelle harmonie dans la nature, la société, Phumanité toute entiére ignoraient ces travaux admirables et les conséquences importantes et prodi- gleuses, qui doivent en résulter pour la prospérité des nations et le bonheur des penples, par Porganisation d'nne humanité nouvelle, basés exclusivement sur la scienee positive, sur la solidarité, le travail et la paix mondiale. Toutes les connais- sauces et. ces découvertes étaient point dans le domain public. Parfois méme les travaux les plus 1emarquables et les plus importants des pionners obscurs de la science expérimentale ont pu arriver ála notoriété publique, et l'on a vu méme sou- vent les novateurs scientifiques conspirés, méme persecutés et honnis par le monde scientifique officiel. Quoiqwil en soit, la science expérimentale á tracé sa route lumiueuse et belle á travers les brouillards épais de Pobscurantisme et les nauges noirs du dogmatis me et du doctrinarisme séculaires. Les tra vaux, de Lavoisier, de Dumas, de Haeckel, de Harting, de Berthelot, de Huxley, de W. Crookes, de Norman Lockyer, de Moissan, de Uurie, de Gustave Lebon, d'Armand Gautier, de Charles Monren, de Thomson, de Ramsay, de Benedikt, de Traube, de Eftront, de Moureux, de Richet, de Foveau de Courmelles et de tant V'antres ont ouvert une, voie nouvelle aux sciences biologignes et sociologiques. 4 Les travaux de Von Sehroen, de Harting, de Leduc, et partienlierement de la formation spontanée Vorganoides dans les solutions minérales, et. du róle de la silice, eolloide univer- sel, dans Porganisation des étres, faites par notre ami Herrera 300 JuLes FÉLIx. le sgvant et infatigable professeur á "Ecole Normale de Me- xico, dont le remarquable ouvrage: “Notions de Biologie et 1e plasmogénie comparées” traduit en francais et parfaite ment com- menté par Mr. G. Renaudet, fera époque, ouvrent Vére d'une conception seientifique et philosophique nouvelle de PEternité de PUnivers organisé, de PUnité de la matiére dans tous ses Etats allotropique et moléenlaires, et de la vis universelle, Ce sont ces considérations qui nous ont fait comprendre limportance de rassembler, de celasser, de syntétiser en une oeuvre unique, tous les travaux relatifs á la biologie et á la plasmogénie, bélas, trop peu connus aujourd'hni, trop sonvent méme méconnus et trop éparpillés dans le monde des savants et des intellectuels. C'est ce qui nous a engagé á étudier le projet de la création Unn Institut International de Biologie générale et de plasmogénie universelle, que nous avons l'hon- neur de vous présenter. T'oeuvre que nous avons conque estimmense et peut pa- raítre au premier abord impossible et irréalisable. Certains esprits doctrinnaires ou timorés ne voudront pas en compren- dre Putilité'ou en exagéreront les dificultés, A ceux qui m'ont fait observer qu'il était un pen tard pour moi, á 68 ans, de son ger á la réalisation un projet aussi grandiose, j'ai répondu que ma personnalité était quantité nésligeable devant Vavenir de Poeuvre réservés á de plus jeunes, animés de la méme foi scientifique et de la méme résolution, et qui si au temps du bon Lafontaine les octogénaires plantaient, il était bien permis á un séptuagénaire de semer la bonne graine au XX”. siécle. pour préparer aux jeunes les moissons Vor de la science ¡pe tive et expérimentale. Voilá pourquoi expose, avec pleine confiance dans Pave- nir, mon projet VInstitat international de biologia et de plas- mogénie universelle. Le XIX" siécle a vu naítre une scieneo nouvelle: la Biologie expéri: imentale et la plasmogénie générale. Son importance est considérable au point de vue scientifique, PROJET D'UN INSTITUT DE B1OLOGIE. 301 philosopique économique, moral et social. Il est donc néces- saire de pouvoir rassembler, condenser, classer tous les tra- vaux qui s'y rattachent et qui sont trop peu connus ou trop éparpillés et dontla synthése, 'harmonie sont indispensables A Vétude compléóte des phénoménes dela vie universelle et á Papplication sociale des lois qui les régissent. Les relations scientifiques doivent devenir Internationales, dans Pintérét du progrés, du bien-étre social et de la paix uni- verselle. Pour atteindre ce but il faut créer un organismo in- ternational oú tous les savants et tous les intellectuels dési- reux de s'instruire et de connaítre la science de la vie, puissent se réunir, instruir mutuellement, échanger leurs idées, leurs connaissances, leurs travaux, avec la plus grande facilité et la liberté la plus complete. C'est a Institut International que tous ¿pourront communier sous les auspices de la science libre et in- depéndante. Mais comme la plupart des savants et des intellec- tuels, avides de s'instruire et d'enseigner, sont généralement pauvres ou trás peu aisés, il fant avant tout que VInstitut In- ternational de Biologie et de Plasmogénie posséde des reve- nus annuels considérables, pour les aider á vivre et pour Pins- titution et Ventretien: 1? Des Laboratoires; 2% Des musées; 3* Des bibliotheques; 4% Pour la rémuneration convenable du personnel et des savants, qui viendront chaque année, á certaines périodes, don- ner des cours on des conférences sur leurs travaux, leurs dé- couverts et les résultats de leurs études. 5 Pour aider par des subsides et des bonrses d'études aux voyages, aux étudiants pauvres, de toutes les parties du mon- de, qui viendront faire lcurs études á Institut international et qui seront la pépiniére da professorat mondial. 6” Pour faire les frais des publications des travaux de l'Ins- titut consignés dans une revue périodique, et aider á la diffu- sion universelle des sciences biologiqnes appliquées á P'écono- mie sociale. Mem. Soc. Alzate. México. T. 24 (1007-1908).— 39 > 302 JULKS FÉLIX. Pour arriver a réunir chaque année les sommes considé- rables nócessaires A Institut International, il suffirait du con- cours général de toutes les personnes et de, tous les pouvoirs publics qui sintéressentá instruction etá Péducation du mon- de par la diffusion des sciences naturelles, dans Vintérét du bonheur de 'humanité, sans aucune distinction de classes, de castes ou de nationalités. C'est pour cela que je vóudrais que l'Institut de Biologie et de plasmogénie jonisse de la plus gran- deindépendance et de la plus complete autonomie, c'est-á-dire qu'il soit absolument international, á exemple et sous les aus- pices de V Alliance Scientifique Universelle fondée á Paris, en 1876, par Mr. Léon de Rosny, Véminent orientaliste, profes- seurá la Sorbonne, dans le but de faciliter les relations des hom- mes de science disseminés dans toutes les contrés du globe; de leur assurer dans leurs voyages aide et protection pour la poursuite de leurs recherches et de leurs études, et de leurfour- nir les moyens d'entrer en relationsimmédiates avecles savants les artistes, les littórateurs, et de procurer tous les renseigne- ments utiles á leurs travaux. Combien vexiste-t-i1l pas au monde de personnes riches, des millonaires et des milliardaires qui pourraient, s'ils vou- laient, s'intéresser á PInstitut Internationnal, lui accorder cha- que année une portion notable de superflu de leurs richesses et de leurs revenus. a Pourquoi les richissimes américains ne partageraient-ils pas les trop nombreux millions qu'1ls donnent aux Universités, déja trop riches, et n'en donneraient-ils pas une petite portion a PInstitut International de Biologie? Et si par le monde des gens aisés il y avait seulement cent mille personnes qui s'engageraient á lui donuer chaque année deux frances, VInstitut International se trouverait assuré d'un revennu annuel de deux cent mille francs. 11 ne serait done pas si difficile de cróer cette oeuvre grandiose et unique au monde, si par Pintermediaire des comités de P'Alliance Scien- -— EA PROJKT D'UN INSTITUT DE BIOLOGIL. 303 tifique Universelle, opinion publique devendrait sympathique á Poeuvre et lui assurait pécuniairement Pexistence. Quant á Porganisation technique et administrative de Poeuvre mondia- le á créer, elle me parait trés simple et tres facile. La direc- tion et Porganisation générale scientifique et technique des la- boratoires seraient confiées á Mr. A. L. Herrera et auraient leur siége á Mexico. Pas west besoin de détailler ici les méri- tes de Mr. Herrera et les titres scientifiques qui désiguent sa haute et sympathique personnalité a 'honneur de ces fone- tions. La Belgique me paraít par sa situation géographique cen- trale, son caractóre de neutralité politique, tres favorable á de- venir le siége de Y Administration centrale de PInstitut inter- national. Une avantage encore, c'est qne Bruxelles étant le siége de Université Nouvelle et Internationale, fondée il y a 14 ans, sur le principe de Vindépendance et de la liberté ab- solue de Penseignement des sciences, et étant frequentée as- sidument par un graud nombre d'étudiants et de professeurs étrangers, quí viennent de toutes les parties du monde pour s'instruire et pour enseigner, Institut International de Bio- logie et de plasmogénie se trouveralt dans un milieu scientifi- que cosmopolite favorable á sa réputation et á son suecés. D'Institut, tout en conservant son entiéra autonomie et son indépendance scientifique, économique etadministrative, pour- rait méóme étre affilió á Université Nouvelle de Bruxelles, comme le sont déjáa: 1? P'Institut de Géographie fondé par Elisée Reclus et di- rigé par Mr, Paul Reclus, son neveu, et ses collaborateurs: Mesdames Dumesnil, Willers et Sochaezevska; Messieurs J. Boons, Maes, Patesson et Schoonaers. 2% L'Institut des Fermentations dirigé par Mr. le Dr. Ef- front. 3? "Extension universitaire de Belgique, Société absolu- ment indépendante de Université Nouvelle, sous la Présiden- 304 JOLES FÉLIX. —ProJr D'UN INSTITUT DE BLOLOGUE. y ce du Sénateur Houzeau de Le Haie et de Mr, Piraron, mem- bre de la Chambre des Répresentants et tous deux Professeurs a PUniversité Nouvelle de Bruxelles. Telles sont les grandes lignes et les bases fondamentales du projet de Institut international de Biologie générale et de Plasmogénie universelle, que j'ai Vhonneur de soumettre á Pap- préciation du Comité central de PAlliance Scientifique Uni- verselle de Mexico. . La science positive eb expérimentale sera, en Van deux mille, la réligion mondiale, par ce que la Biologie et la plas- mogénie appliquées á la sociologie scéleront définitivement - par la solidarité humaine, la fraternité des peuples, Vunion des nations et la paix universelle. Voilá pourquoi Institut doit étre international. SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 26- Observaciones macnólicas y meteorológicas en el Cerro de San Miguel, 0. +, M, MORENO Y ANDA, M. $, A. En la primera quincena de Septiembre del año de 1903, se me presentó una oportunidad propicia para efectuar algunos estudios, especialmente magnéticos, en una de las elevadas montañas que circundan el hermoso Valle de México; oportu- nidad debida á la bondadosa invitación que recibí de mi ami- go el Sr. Ingeniero Pedro C. Sánchez, adjunto de la Comisión Geodésica, para que con el carácter de auxiliar en los trabajos de triangulación que en el vértice del Cerro de San Miguel, iba á emprender, lo acompañara en la acordada expedición. Concedido el pesmiso para mi separación temporal del Ob- servatorio Astronómico, por el entonces Director interino, Sr. Rodríguez Rey, de grata memoria, me ocupé desde luego en el arreglo del material científico que habría de llevar, de acuer- do con el plan trazado de antemano y que comprendía obser- vaciones de magnetismo terrestre y meteorología. Para el amante de los estudios de la física terr-stre, los dos puntos del programa no dejaban de tener sus atractivos: el pri- mero, por tratarse de determinaciones en una altitud muy ra- ras veces visitada econ instrumentos magnéticos que funciona- 306 M. MORENO Y ANDA. rían como en una estación fija; el segundo, porque bajo todos conceptos es siempre interesante la recolección de datos en las grandes montañas, allí donde ante su magestuosa y severa grandiosidad el espíritu experimenta sublimes impresiones; allí, donde se comprende, porque se palpa, el papel regulador que ellas desempeñan en el proceso físico de importantes meteo- ros, tan poco apreciado por el habitante de las llanuras ó des- conocido casi en lo general. Hechos todos los preparativos, el día 8 de Septiembre á las 7 de la manaña, salimos por la vía del Ferrocarril Nacional, el que dejamos en la estación de Salazar, continuando luego en caballos el resto de la jornada, y cerca de las 3 de la tarde nos encontrábamos en el cómodo y abrigado alojamiento que de antemano se nos había dispuesto en la propia cima del Cerro de San Miguel. En la enhiesta cumbre que por algunos días íbamos á ha- bitár, existe una pieza octogonal, abovedada, capilla que data, según refieren, de la época en que los frailes Carmelitas edifi- caron el antiguo Convento del Desierto; de construeción muy sólida, pero que ya empieza á sentir la mano destructora del tiempo. ia] En el interior de dicha capilla, de unos 5%X5", se colocó una ampliatienda de campaña; el piso quedó cubierto con grue- sa alfombra de mullida gramínea, y para templar el rigor de las bajas temperaturas que en la noche y en la madrugada se de- jan allí sentir, una estufa nos envolvía en sus cálidos ein: vios. ' El Cerro de San Miguel, de forma piramidal y rugosos con- tornos en el sentido de la altura, se halla aislado de sus veci- nos por dos profundas lepresiones en cuyo accidentado fondo, ora agitadas é impetuosas en rápidos ó saltos de mayor Ó me- nor cuantía, ora serenas y tranquilas en remansos de aparente inmovilidad, corren las cristalinas aguas del río de la Magda- lena, en la del Sur, y la de los Leones en la del Septentrión. / Y a) OBSERVACIONAS EN EL CERRQ DE SAN MIGUEL- 307 e Al Poniente y á pocos pasos de la parte posterior de la ca pilla, un hermoso crestón de acantiladas andesitas se cierne sobre uu gran precipicio de escasos 300 metros, á cuyos pies saltan las bulliciosas aguas del arroyo delos Hongos que van á verterse en el río de la Magdalena. Desde la cúspide del Cerro, la vista goza de un panorama encantador: al Oriente la extensísima planicie en que se asien- ta la ciudad de México, orlada por la cinta de plata que á lo lejos figura el lago de Texcoco, teniendo por fondo la sierra en que descuellan los níveos penachos de los dos grandes vol- canes; al Surla gigantesca mole del Ajusco; al Oeste el Valle de Toluca y al Norte las rugosidades y quebradas de la sierra de Monte Alto. > ) Y en aquel tan vasto escenario de incomparable hermosura cuanto variado detalle que recreando la absorta mirada trae al cansado cerebro por rutinaria y perenne labor con aires pu- ros, oxigenados y vivificantes, renuevos. de vitalidad é ideas sanas y justas acerca de las grandes bellezas que por doquier ostenta la pródiga naturaleza. Er. efecto, en aquella altura, en plena región de los pinos, aspirando auras embalsamadas y fortificantes, el observador menos atento encuentra sobrados motivos para gozar en la contemplación de las bellezas naturales. Los cerros limítrofes, de abruptas pendientes, cubiertos de feraz vegetación tropi- cal, cáyo color verdinegro se interrumpe á trechos para mos- trar ya un claro de bosque que permite ver en apretadas filas los troncos de los pinos y oyameles; ya un peñasco aislado de grandes proporciones, que asoma su cenicienta cabeza cirnién- dose sobre el abismo, y allá en una hondonada y descollando entre el ramaje de la obscura selva los derruídos muros del edificio monacal que fundara la piedad de Melchor de Cuéllar. Y luego, más abajo, en el panorama oriental, extensos lome- ríos que van perdiendo gradualmente en altura hasta ir á se- pultarse en los confines del Valle, ostentando en algunos de 308 | M. MOKENO Y ANDA. sus declives risueños pueblecillos que con sus frondosas arbo- ¡ledas y caserías de techos rojos prestan mayor encanto al ' paisaje. Al SE., ó mejor dicho en el segmento limitado por el se- gundo cuadrante del horizonte, los conos truncados de los va- rios volcanes que existen en esa región proyectándose sobre el manchón obscuro que forma el pedregal de San Angel. Al Sur la gigantesca mole del Ajusco que tocada por los postreros rayos del Sol, en las tardes de atmósfera transparen- te, se nos mostraba con los detalles que á aquella distancia la vista podía alcanzar: frentones acantilados apoyados en ver- tiginosas pendientes, barrancos sinuosos de bordes desgarra- dos, caballetes ascendentes en cuyos flancos la vegetación ar- bórea va paulatinamente escaseando; y arriba, más arriba y destacándose sobre el fondo azul pálido de la bóveda celeste, el contorno deprimido de la escueta y solitaria cima. Al W, y después de ir rasando sobre montañas de altura decreciente, la vista va á perderse en el extenso Valle de To- luca, mostrando el curso del río Lerma; la ciudad capital en- vuelta en la sutil gasa de las nieblas bajas y allá en el fondo el majestuoso Nevado y las ramificaciones que de él parten, limitando el horizonte. Y es en aquella modesta construcción, en aquel improvi- sado observatorio de montaña que se eleva á cerca de 4,000 metros sobre el nivel del mar; envueltos casi constantemente en las densas nieblas, que bajo condiciones especiales se for- man 6n el fondo de las cañadas y que arrastradas luego por las corrientes aéreas ascendentes van á posarse en las alturas, don de permanecimos 8 días haciendo las observaciones cuyos re- sultados constan en esta memoria. La siguiente nota, que se ha servido comunicarme el Sr. Ing. Pedro C. Sánchez, dará idea de la situación y caracteres geológicos del Cerro de San Miguel. “El Cerro de San Miguel se encuentra situado al WSW. de OBSERVACIONES EN £L CERRO DE SAN MIGUEL, 309 la Ciudad de México, correspondiendo próximamente al vértice formado por la unión de las sierras de las Cruces, Monte Alto y Ajusco. Las dos primeras limitan el Valle por el W. tenien- do la dirección NW.-SE., y la tercera lo cierra por el SW. con un rumbo casi del W. al E. La constitución geológica de las primeras es exclusivamen- te andosítica mientras que la tercera en su mayor parte está formada por basaltos sobrepuestos en corrientes de distintos espesores. La estructura de los cerros de las Cruces y Monte Alto, hace suponer que su emergencia se verificó por grietas, en tan- to que la de Ajusco tuvo lugar á favor de los innumerables co- nos ó volcanes que tan característico sello dan á la región. Como no es nuestro ánimo entrar en detalles geológicos, para nuestro objeto basta señalar los rasgos anteriores, mar- cando la importancia de la toba que cubre los flancos de estas serranías hasta llegar al Valle. En la región del W. y SW. no hay cenizas volcánicas, materia abundantísima en el S. y SE.” PRIMERA PARTE. Magnetismo Terrestre A espaldas de la Capilla y á pocos pasos del crestón ande- sítico, coloqué el magnetómetro en su tripié con el propósito deliberado de no removerlo de allí una vez determinados los valores de ciertas constantes, pues temí, como en efecto suce- dió, que el mal tiempo no permitiera repetir algunos de ellos. Así, para el meridiano geográfico, sólo pude hacer una ob- servación del Sol en las primeras horas de la mañana del día 11, sirvióndome del espejo de pasos que para este objeto tiene el magretómetro; y como en el radio visual del telescopio del instrumento no habí1 una señal que sirviera como punto de mira, con el azimut encontrado determiné la línea verdadera Mem. Soc. Alzate. México. T. 24 (1907-1908) — 40 310 M. MORENO Y ANDA, N.-$. en el círculo horizontal, la que se tomó como constante en todos los días de observación. Pongo en seguida los datos suministrados por dicha obser- vación del Sol. CERRO DE SAN MIGUEL. vV==190 16' 06'* ¿=990 19 17" Sep 11 de 19037 Hora del! Paso Lectura deb Círculo. Le Lg 134014/50" | 13 29.0 136 46 40 15 14.5 134 27 50 16 09.5 133 58 35 17 34.5 134 40 40 18 37.5 134 12 50 20 03.0 134 52 00 91 34.5 134 25 40 Media ULA AMA At=— 6 35.44 7 10 17.69. Con estos datos y haciendo uso de las conocidas fórmulas es 009 q (030) T9. $ A+B)= j PA C 7 _sen 4 (a—b) Tg y A ñ ad C A =3 (A+B)+3 (4—B) Obtengo para azimut del Sol en el momento de la obser- vación . OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, 311 A=91032/40" Lectura del círculo al Sol= 13101953" Azimut= 91 32 40 Angulo con el N =225052/33" —180 00 00 Meridiano geográfico sobre el círculo=45052/33"" Con este valor 4595233" correspondiente á la línea meri- diana N.-S. sobre el círculo azimutal del instrumento, hice to- das las reducciones'de la declinación como en seguida se ve: Sep. 10 á 2 p. m. Meridiano magnético=53013/45" p geográfico =45 52 33 D. = 7021'12. Sep. 11á 8 a. m. Meridiano magnético= 53014'00" ” geográfico =45 52 33 D.= 7021/27" Sep. 11á 2 p. m. Meridiano magnético =53008/05" sé geográfico =45 52 33 D.= 7015/32" Sep. 124 8á. m. Meridiano magnético =53012/15" » geográfico =45 52 33 — _— _— D.= 7019/42" 312 M. MORENO Y ANDA: y Sep. 12 á 2 p. m. > Meridiano magnético = 5304/43! ó geográfico =45 52 33 D.= 7012/10“ Sep. 13á 8 a. m. Meridiano magnético = 5309/40" ” geográfico =45 52 33 == D.= 1910 Sep. 134 2 p. m. Meridiano magnético =53206/101 an geográfico =45 52 33 D= ICLS NS Jomponente horizontal (H) . Para determinar este elemento seguí el método usual de :zy A AO A las desviaciones que dan la relación, y las oscilaciones con H las que se obtiene el producto M H, El día 10 de Septiembre hice una serie completa de ángu- los de desviación á 30 y 40 centímetros de distancia el imán desviador, cuyos datos figuran en seguida: Sep. 10-1903. Observaciones de desviación. na t =603 = 40 ( gh 16" a. n. 1 =71 5 7195 =8 7 OBSERVACIONES EN EL CERRQ DE SAN MIGUEL- 313 á 30. Imán al E Palo NAL ata sé 6004540" EA A ON 49 51 00 Imán al W. Pol dido e idad 49032/'00 E Ad AE 60 44 50 á 40. Imán al E. Polo ARA a 57018'00 , ESTE O 52 36 20 Imán al W. PoR a 52027'50. 5 O 57 0730 Caleulando la semi-diferencias medias, resulta gy =5031'08" Uso =2 20 20 que representan los ángulos de desviación á la distancia de 30 y 40 centímetros. Con estos datos y haciendo las correcciones necesarias' por inducción, temperatura y distribución del mag- netismo en las barras suspendida y y desviadora, obtengo los m H siguientes valores para la relación 314 M. MORENO Y ANDA. m nó A AS 3.12099 A OE a BO 3.12101 H El promedio de estas dos cantidades, 3.12100, lo aplico co- mo constante en el cálculo de las oscilaciones del que se de- duce el valor de H. Oscilaciones. El período ó duración de 1 oscilación, se determinó midién- do los tiempos que tardaba el imán en hacer 100 oscilaciones de la manera que con toda claridad explica el siguiente ejemplo: Sep. 10-1903. h =10 02.9 (a) ¿ 196 RO 1164 10%07%a. m. +, 2024 19.9 Movimiento aparente del Duración de 100 Movimiento aparente del Duración de 100 imán de E. á W. oscilaciones. imán de W. á E. oscilaciones. Oscilaciones. Oscilaciones. A RA Dion. O UIO CS 10....329 8D mide a 0 20... DiBovira. Zed.” EU 30....£ 4 Dm... On... 0 00 0 A e AA O A OBSERVACIONES KN EL CERRO DE SAN MIGUEL. * 315 » Movimiento aparente del Duración de 100 Movimiento aparente del Duración de 100 imán de E. á W. oscilaciones imán de W. á E. oscilaciones. Oscilaciones. es Oscilaciones. DU O IE da .. 6 11.5 0062.83 DES “BHD... 109... 9 1150. 0%59.7 IDE 9 320.046 :0002. 115-629 47,5, 5.59 5 -.. 10240 600.5 135 ... 11000 600.0 1 5.0 .000:0 120....10' 5.5 600. 190. 5410 42.0. 600. 140....11 1890 600. NOOO — 159) Ol 11570 ARAGIA ña e DA 7 Ez LAA A a ata 6”00*.398 1 O 5 59 940 POMBO. 2 6"00*,169 Duración de 100 oscilaciones. .... 6"00*,169 l oscilación....... 3.6017 ” Pongo en seguida los principales resultados obtenidos en cada día de observación. Sep. 11. h =9 24.8 A a t =20,.1) * m9 341/9295 e 935) 218 Duración de 100 oscilaciones..... 5”59*.08 l oscilación....... 3.5908 Efecto 900 de tensión = 3/47 Se repite la observación. Duración de 100 oscilaciones. .... 559", 41 l oscilación....... 3.5941 »” 316 . M. MORENO Y ANDA. 4 , Sep. 12. h =9.30 ds t=QA7 le—939 y M85ta mm. Tg0j 89 Duración de 100 oscilaciones..... 5”58*,48 ho l oscilación....... 3.5848 Se repite la observación. h =39*48" t =904 Duración de 100 oscilaciones..... 5"b8'%51 as l oscilación....... 3.5851 Sep. 13. h =9*24"6 t =709 Duración de 100 oscilaciones...-. 5"58' .35 * + loscilación....... 3.0835 Se repite la observación. h E 94368 t del 7.8 Duración de 100 oscilaciones. .... 2"58:,34 d l oscilación.. ...... 3.0834 El valor de una oscilación, corregido por temperatura, tor- sion é inducción, como lo expresa la fórmula relativa. * PE PA - OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, 317 TT? = dd 1+ po (1 (At, ) —2 H, ] , Se convierte en el siguiente: Sep. 10...... log. T*=1.10912 log. T=0.55456 T=3.5856 A 1.10589 0.55299 3,5727 A 1.10562 0.55281 '3.5712 MEAIDE E 1.10836 0.55418 3.5825 e = <> - 1.10830 0.55115 3.5822 1 1.10835 0.55418 3.5825 [A -3,10831 20.55416 3.5823 Con el log. 7” K, variable con la temperatura de la barra, y el de T”, encuentro en seguida el producto MH, naciendo TK MH= mp? TK dde MH A 1.10912 2.13616 E ES 3.24530 1.10589 2.13941 ii 3.24533 1.10562 2.13971 1 PLA SN 3,24516 1.10836 2.13680 Li a a ADO 1.10830 2.13686 DOTA Lic esoo 3.24515 1.10835 2.13680 OS A 3.24515 1.10831 2.13684 . Del cociente de H M porzy resultará inmediatamente H” Mem. Soc. Alzate. México. T. 24 (1907-1908).—41 318 M. MORENO Y ANDA, A ON 11 EOS H* log.=9.01516 e 9.01841 ALT lo OS AA 9.01871 AR: IN LOA 9.01580 lA Aa 9 01586 O y a AS ali: 9.01580 A ' 9.01584 Por último haciendo H=yH? obtendremos desde luego el valor de la componente H. pets pas Sep MU ae 9.50758 0.32180 A Es CE 9.50921 0.32301 A do E UA 0.32312 A A 9.50790 0.32203 0 AS 9.50793 0.32206 ES AT A 0.32203 y AVERIA IO TOR 0.32205 Inclinación. Las medidas de este ángulo fueron hechas con un inelinó- metro construído por Fanth, modelo de Kew, que se colocaba en un viejo tronco de pino mandado cortar á la altura conve- niente. * El instrumento cuenta con-una sola aguja, por lo que ha- cía dos series completas de observaciones, como si se hubiera tratado de dos agujas. OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, — ' 319 No obstante esto al calcular posteriormente los resultados, aparecen diferencias algo fuertes en las inversiones de la agu- ja sobre su eje y entre la primera y la segunda imanación, por lo que creo que hay algún defecto en dicho eje. Sin merecerme plena confianza pongo en seguida los re- sultados obtenidos: la. SERTE. 2a, SERIE. on. Hora. 4 Polos L Polos D.. : Polos D. Polos L Sep. 10...... 927 45.58.15 47.58.49. 47.43.00 45.42.34 o 8.55 45.58.23 48.00.30 474834 45.53,30 » 183.. ... 850 45.54.45 471241 47.41.45 45.50.19 la. Serio; 2a. ¡Serie. Sap: LO: arto 46053/32 4604947 NE. ELA 5927. 51 02 LÍA AD: 33 43 46 02 Resumiendo los principales resultados, formo la siguiente tabla: Declinación. . 8 8, m. 2 p.m. ; Media: Variación. BOOPIO!. 250. 20-080 loa TO UIY edi. ADMITO <2UL: 7021/27" 7.1532 7018/29" 555 12 200.101 TI90:42 7 1210 1556 732 ¡TO 7 1707 7 1337 1522 330 320 M. MORENO Y ANDA. Componente horizontal. H. Hora Temperatura pb yd H Sopla 1007" 1999 3'5856 0.32180 A 929 218 35720 0.32306 o 9 35 89 3.5823 0.32204 a Llera cidad 9 25 78 3.5821 0.32204 > imán A O A A 425.19 id a 426.85 IN ar A, LIS 425.52 O a A 425.50 Inclinación. SAT IS A 4648'10"" A O E 39015 e Bi O e 39 52 e Los resultados obtenidos en el Cerro de San Miguel, eon- siderados así aisladamente, no pueden dar más que una idea general del estado magnético en la altitud de que se trata. Sin embargo, como tenemos observaciones hechas en Cua- jimalpa, estación situada á unos 1000 metros abajo del vértice de San Miguel, y en el flanco oriental, digamos así, de la refe- rida montaña; haciendo una comparación entre ambos, podre- mos tal vez formarnos un juicio acerca de los primeros. OBSERVACIONES EN EL CERRQ DE SAN MIGUEL- 321 O Es verdad que las observaciones no fueron simultáneas en uno y otro Ingar, pues el 14 de Septiembre descendí del cerro y el 15 hice las de Cuajimalpa. Pero ateniéndonos á las cur- vas del magnetógrafo de este último lugar, que no acusan nin- gún cambio de importancia en los días aníeriores, podemos dar como sentado que el campo terrestre se mantuvo uniforme y por lo mismo que los resultados, como obtenidos en un esta- do medio de calma maguética, son perfectamente compara- bles. Declinación. D a Cua] mal. o cae aleta 70232 is San Miguel Ba. ME AA 7166 Di=+ 66 Componente horizontal. H E o A 0.32874 0 A Ad 0.32221 Dif.=+ 000650 Po Guanare ASA 0.32624 An Md reacia ia are; gra 034311 Dif.=+ 0.01687 322 M. MORENO Y ANDA, Intensidad total. En Cuajimalpa O A 046315 y añ Miente «cruda ARE 0.47080 Dif. = —0.00765 Por lo anterior se ve que la declinación y la componente horizontal fueron menores en San Miguel; y que la componen- te vertical y la intensidad total, por el contrario, alcanzan va- lores más altos: Difiriendo apenas las posiciones geográficas de las dos lo- calidades, pues San Miguel se encuentra á unos 5/—de latitud y á 1”10* + de longitud, respecto de Cuajimalpa, las discre- pancias que notamos no seexplican entonces por un cambio tan insignificante en la posición r-lativa de las dos estaciones, sino por causas locales en San Miguel, que como se ve claramente vienen á modificar el valor absoluto de los tres elementos. De otra manera, sin la existencia de dichas causas, la comparación nos habría dado, y esosólo en+1 valor de la intensidad total, di- ferencias debidas únicamente, á la diferencia de altitud, que aunque no demostrado plenamente todavía, ciertas observa- ciones hechas en diferentes montañas, parece que acusan una . . . LA . . EA 1 diminución en el campo magnético terrestre igual á 100 Por -- vU 1000 metros de desnivel próximamente. ' 1 “Conforme á la teoría de un imán central parece que el campo te- rrestre no puede disminuir de un modo tan rápido, ¡ues como cada una de las componentes están en 1azón inversa del cubo de la distancia r al centro, M. MORENO Y ANDA. ez€ Por lo que respecta á la declinación é inclinación, tratán- dose de un campo uniforme, no hay razón para que se modi- fiquen con la altura, puesto que dichos dos elementos sólo dan la dirección de la fuerza maxnética terr=st e; el 1” su azimut y el 22 el ángulo que ella forma sobre el horizonte. Así pues, atendiendo únicamente á la intensidad total, ya hemos visto que el valor en San Mignel exce.le en 0 00765 al de Cu:jimal¡ a; es decir, qne eu un desnivel justo de 1000 me- tros hay un aumento de A lo que está en desacuerdo con la teoría y las observaciones le montaña de que habla el ilustre sa- bio francés á que antes me referí. Desacuerdo, por otra parte, perfectamente explicable si se tiene en cuenta que la inclina- ción, elemento que entra en el cálculo de T, es 20 mayor en la estación de San Miguel que en la de Cuajimalpa. En efecto las observaciones dan Inclinación. En San Miguel...... o TS 46047'8 CUA SES .. .s os 44 469 —2000'9 su variación relativa para la altitud ó r, es—3 $. Puesto que el radio me- E dio de la tierra es 6371 km, la diminución del campo no pasará de para una altura de 1000 metros; mientras que las observaciones de monta- ña, á que antes hago referencia, indican una fracción casi 10 veces mayor.”— Mascart. Traité de Magnétisme Terrestre, pág. 342. 324 OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. Y como T no se determina directamente por medio de los instrumentos, sino por la fórmula T= cos I A H menor y cos. de I mayor, el cociente indefectiblemen- te tiene que ser más alto que dond» H mayor y cos. de I me- nor, como expresan los resultados de las observaciones que han servido para hacer la comparación. Ahora bien suponiéndole á I en San Mignel, un valor igual al'de Cuajimalpa y caleulando Z y T con la H del primero, en- contramos: Z En Cuiimalpa ¿20 ISA 0.32624 y Saa Miguel <= LLCUAR + 0.0645 T En Cuajimalpa io IRIDI 0,46315 ¡Dan Mio NITO MAA 0.454..0 + 0.00915 En este caso han cambiado los signos de las diferencias, pero la diminución es tan fuerte que se aleja todavía de lo ob- servado en otros lugares. Porlo expuesto podemos concluír que nuestras observacio- nes en San Miguel están afectadas por una causa local, cuya influencia se manifiesta palpablemente en los elementos obser- vados y en las componentes que de ellos se deducen. OBSKRVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, 325 ¿Dicha causa reside en las andesitas superficiales que cu- bren toda aquella región, en rocas interiores de magnetismo propio 6inducido por el campo terrestre, ó bien en alguna falta de continuidad en la estructura de las capas geológicas? Según la clasificación de Riicher y Thorpe ¿el cerro de San Miguel es un pieo magnético, puesto que la componente vertical Z es máxima con relación á la del plano inferior? Difícilmente podríamos contestar 4 cuestiones que están fuera de nuestro alcance y ni siquiera podremos precisar si la anomalía se localiza en el solo cerro de San Miguel, por falta de datos magnéticos en la zona que éste comprende. Por otra parte, ¿de la anomalía comprobada debe deducir- se que las observaciones de San Miguel no son de utilidad? Creemos todo lo contrario, pues en los estudios de la física del globo, en general, y del magnetismo terrestre, en particular, es indispensable tomar nota de todos los accidentes que de al- gún modo perturban determinada ley general, por que ellos pueden ser un guía precioso que conduzca á la solución de va- rios é importantes. problemas. SEGUNDA PARTE. METEOROLOGÍA. Dos termómetros hipsométricos, un psicrómetro y termó- metros de máxima y mínima, fueron los únicos instrumentos de que hice uso en esta expedición. Los dos primeros, provistos como estaban de sus respecti- vas calderas, se obrervaban simultáneamente á cada hora en el interior de nuestro alojamiento. Mem. Soc. Alzate. México. T. 24 (1907-1908). — 42 326 “Y. MORENO Y ANDA. El psicrómetro y los termómetros de máxima y mínima quedaron instalados fuera de la capilla, á la sombra de un abrigo improvisado con ramas do pino y techos de zacate Con éste, y en una gran extensión, se cubrió también la superficie desnuda del terreno. En las tablas que siguen figuran los resultados de las ob- servacicnes practicadas los Cías 9, 10, 11, 12 y 13 del expre- sado mes de Septiembre, para la inteligencia de cuyos datos basta con una ligera explicación. La primera columna contiene las indicaciones dadas por uno de los termómetros hipsométricos, es decir, la temperatu- ra de ebullición del agua. La segunda, marca la presión atmosférica correspondiente á aquella temperatura, pero aplicada ya la corrección que se le determinó á dicho termómetro hipsométrico. La tercera, cuarta y quinta, expresan las indicaciones del psicrómetro y el enfriamiento producido por la evaporación. La sexta y séptima, dan el valor del estado higrométrico del aire, ó sea la tensión del' vapor de agua y la humedad re- lativa, obtenido por cálculo directo de las fórmulas. Tensión=F =—0.00079 H. (t—1') A H le he dado el valor medio de todas las presiones ob- servadas, que resulta ser 489""51, F Huniedal= ES — . — Tensión máx. correspondiente á É, OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, Hora. de 9.. 88.30 10 21 1». 26 12 26 d 25 a. 22 9 20 20 21 ae 22 do E Me 24 Temperatura máxima = 992 7... 88.21 MES Y 188 13 ás 12 E 15 0 20 ER min 491.58 91.01 90.82 90.82 90.64 90.07 89.69 89 88 90.07 90.45 Sep. 9. Termómetro AAA Seco. 6.8 6.2 7.1 7.9 8.2 8.3 8.2 7.0 7.0 6.2 5.3 Sep. 10. Húm. 6.5 6.1 6.7 7.6 11 de 711 6.9 6.7 6.2 3.9 Termómetro. ARA A P Seco, 489.83 5.6 89.50 43.2 88.37 9.6 88.19 6.2 88.15 5.1 89.69 6.0 Húm. Dif. 0.3 0.1 0.4 0.3 05 0.6 0.5 0.1 0.3 0.0 0.0 0.5 Sa SS DD -HONO?»D0DSOSO NO —J] —] O) 328 M. MORENO Y ANDA. Temperatura máxima Hora. T, —: 7.. 88.16 ¡Je 17 Moo pta a 20 PAD 15 A A SO 00m 3 de 1 po Seco. Ham. 488.94 7.0 5.5 89.13 10.3 7.8 le 12.9 8.9 89.69 11.9 9.0 88.15 8.6 1.2 A 9.8 71.4 A 6.5 88.19 6.8 6.4 88 75 6.0 5.5 89.31 5.2 5.8 Temperatura máxima yy mívima Ose. 7 88.14 8 15 o A 17 RA . Is bo pos mínima = Sep. 11. Termómetro. A Sep. 12, Termómetro. 14.1 9.5) Ose. = 10.8 AI E — e ed ú N p Seco. 488.56 5.0 88.75 6.0 89.13 6.0 A 8.6 Tall Húm 49 6.0 6.0 8.0 710 Dif. Y. mn 6.0 86 69 74 63 63 14 72 71.1 $4 67 75 6.7 82 7.0 96 6.6 9 03-99 E E 6.4 99 7.0 100 7.0 100 718 Y OBS=ExXVACIONES EN EL CERRQ DE SAN MIGUEL. Termómetro. Hora. nde P. sees Húm, DH. E H 12.. 88.16 83,94 8.0 7.6 0.4 7.6 96 Z.. 12 ¿0:19 6.2 6.0 0.2 6,9 - 97 A q E da 7.4 0.8 LA 94 130 10 87,81 6.8 6.4 0.4 70 95 + CINE AA 63 0,2 70 E 7 y pan 14 88.56 5.5 5.3 0.2 6.0. 94 A 5.2 2.1 0.1 06.0.:97 9 16 88,94 4.8 4.6 0.2 6.3 94 Temperatura máxima = 999 p mínima = 3 9 Ose. = 6% pu ]DHRO0NOS 0 EA AG o AS o Sep. 15. Termómetro. rm. A A A II MUS $8.19" "200381 9.2 32 0.0 3.1 100 Sd pl dj 3 4.0 3.3 0.7 9.9 91 A 2 je 8.2 y 6.6 81 06 87.06 9.9 [0 ER >! 714 81 Me el 7.0 0.) ¡Uds 1d: 00 10 87.81 5.4 5.1 03 6.4 96 13 88.37 5.2 45 0.7 6.0 90 de 4.0 28 1.2 5.1 84 A a 4.5 1.9:'2.6 4.2 67 20 89.69 4.8 1.2 3.6 3.6 56 O 00 Temperatura máxima = 1205 ER mínima = 29 Osc. = 90% 330 M. MORENO Y ANDA. * k Examinando las cifras de los anteriores cuadros, no lla- mará, por cierto la atención el significado real de algunas de ellas, siendo el que corresponde á una altitud cercanaá los 4,00 metros. En efecto, las indicaciones barométricas, por ejemplo, dado el considerable desnivel que hemos salvado entre el Va lle y la cima del Cerro, aparecen con una diminución próxima á 160 milímetros respecto á las r-gistradas »imultáneamente en el Observatorio Meteorológico Central. Sin embargo, con el objeto de precisar ciertas particulari- dades que de por +í presentan, y que no será por demás deje- mos consignadas en este estudio, vamos á analizarlas un poco en detalle á reserva de que otros trabajos más minuciosos y completos nos permitan varificar ó comprobar ésta que damos como primera aproximación. Tomando como punto de comparación los datos que á las horas correspondientes nos proporciona el Observatorio Me- teorológico Central, y calculando por un procedimiento gráfico la distribución media horaria de la presión y la temperatura desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche en el cerro de Sau Miguel, encontramos en primer lugar que el desnivel barométrico P—P”, rigue una marcha inversa á la diferencia de las temp: raturas t-1”, lo que tenía naturalmente que suceder, puesto que el peso de la capa de aire comprendida entre las dos estacion+s representa la diferencia de presión, y como di- cha capa va disminuyendo en densidad á medida que aumenta la temperatura, de aquí que el desnivel sea mayor en las pri- meras horas de la n.añana, bajo al mediodia y suba de nuevo con el enfriamiento nocturno. Es sabido que la variación diurna del barómetro, con am- plitud decreciente del Ecuador á los Polos, y que se traduce por un primer mínimo en la madrugada, un primer máximo OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, 331 hacia las 9 de la mañana, un seguudo mínimo al derredor de las 3 de la tarde y un segundo máximo entre las 10 y 12 de la noche, conserva sus caracteres generales hasta una altitud cer- cana á los 3,000 metros; pero más allá de este nivel sufre una modificación notable consistente en que sólo presenta dos ex- tremos, un mínimum entre las 4 y las 6 de la mañama y un má ximum hacia las 9 de la noche, según lo comprueban las ob- servaciones barométricas hechas en el Monte Blanco ,en dos estaciones situadas á 3021 y 4359 metros do altitud. Pues bien, el cerro de San Miguel, cuya cima se eleva á unos 3800 metros, está ya dentro de este régimen de variación y no obstante, en ninguno de los 5 días que Auraron nue-tras observaciones, encontramos la más ligera traza de una marcha semejante. Más bien parece ser paralela á la observada en el Valle, distinguiéndose en un ligero detalle, que su amplitud es de 1”"4 menor. En efecto, mientras en el Observatorio Meteo- rológico Central la diferencia entre los extremos matutino y vespertino es de 2”"84, en San Miguel sólo es de 143, lo que indica que la enrva de la variación diurna se deprime aseme- jándose á la que corresponde á la latitud de 3859 próxima- mente. Por lo que respecta á la temperatura del aire, el cólenlo de las medidas correspondientes á los cinco días, da lo siguiente: México. San Miguel. Dif. Sep. 9 co 17,3 7.2 10.1 LS (SI 15.1 7.7 7.4 po oralM 15.6 8.1 7.5 O 15.8 Ei ad tc id 8 5.7 11.9 ” 332 M. MORENO Y ÁNDA. -Notaremos, desde luego, que no hay correspondencia en los cambios que de un día á otro presenta la temperatura de Mé- xico, tomada como punto de comparación; resultado nada ex- traño en verdad, puesto que se trata de dos lugares separados por una distancia horizontal de cerca de 40 kilómetros y en condiciones enteramente disímbolas: uno en pleno valle y el otro en el vértice de una gran montaña; el termómetro de Mé- xico, fuera de otras causas accidentales, influenciado yor la aglomeración de la ciudad” y el de San Miguel por la evapo- ración y las reacciones químicas consiguientes á los fenómenos vitales de una abundante veget«ción. Así se explica que las diferencias entre las temperaturas medias de cada día discre pen hasta 405, y Careciendo de datos horarios completos en el vértice del cerro, no podríamos precisar la marcha de la variación diurna de la temperatura; sin embargo, á juzgar por las observaciones hechas desde las 7 de la mañana á las 9 de la noche, parece que el máximum del día, único extremo que encontramos en ese período, se anticipa á la hora en que ordinariamente se ve- rifica en el Valle, Estudiando ahora el abatimiento termométrico entre las dos estaciones, los resultados vienen á confirmar lo que ya ha- biamos notado en nuestra expedición al Tlaloc Y y que está enteramente conforme con la naturaleza misma del fenómeno y las circunstancias en que se produce: una diminución de la temperatura inversamente proporcional á la marcha de la onda diurna, es decir. muy lenta en las horas de mínima y rápida en 1 Conforme á un estudio comparativo entre la temperatura de Méxi- co y la de Tacubaya (publicado hace ya algunos años en las Memorias de la Sociedad Científica “Antonio Alzate”), y considerada ésta, por las con- diciones de la localidad como la temperatura rural del Valle, resulta que aquélla es 194 más alta. (2) “Decrecimiento de la temperatura con la altitud.” Memorias y Revista de la Sociedad ''Antonio Alzate,” tomo XIX, pág. 137. OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL, 333 las de máxima. En efecto, haciendo el cálculo para las 3 horas típicas de observación, 7 de la mañana, 2 de la tarde y 9 de la noche, encontramos como distancia vertical para que la tem- peratura disminuya 1, las siguientes cifras: O A veo RS E IO - 021 A A e ad 122 ALO A A o a LA a Dadas los condiciones de abundancia de agua y vegetación -rica y exhuberante, no es de extrañar el estado higrométrico vecino de la saturación que en general indican las observacio- nes. Las corrientes de aire que suben del Valle de México, más frías á medida que van ascendiendo, al internarse entre las cañadas de la Sierra condensan el vapor acuoso que en es- tado invisible se encuentra en suspensión y dan origen á las nieblas muy densas que por días enteros cubren toda aquella región, así como á la formación de nubes de los tipos inferiores. Basada en tan corto número de datos, la discusión que an- - tecede carece del rigor que prestan las series prolongadas de observaciones, y por esto decía al principio que la presentaba como una primera aproximación. Ojalá y conforme á mis de- seos y disponiendo de mejores elementos, pueda más tarde hacer un estudio bien docugnentado respecto al clima en nues- tras grandes montañas. * Xx * Aunque ya en 1897-98 la Comisión Hidrográfica creadapor el Ayuntamiento de la Ciudad de México y puesta bajo la di- rección del señor Ingeniero Guillermo B. y Puga, por nivela- ción trigonométrica había determinado la altura del Cerro de Mem. Soc. Alzate. México. 'T. 26 (1907-1908) — 43 334 M. MORENO Y ANDA, San Miguel. con el fin de dar una aplicación práctica á mis ob- servaciones hipsométricas y estudiar de paso la distribución horaria de una diferencia de nivel obtenida por medio del ba- . rómetro, he emprendido el cálculo de dicha altura empleando las observaciones hechas en el cerro y las correspondientes ve- rificadas en los Observatorios de México y Tacubaya. Dije antes que la presión en San Miguel se observó por me dio de dos termómetros hipsométricos: uno marcado con el n? 44762, N 8% Z, perteneciente al Observatrrio Astronómico, y el otro sin indicación de su procedencia, comprado en la casa de Calpini Sues., de la propiedad de la Comisión Geodésica; y que cada uno de ellos tenía su aparato de ebullición de mane- ra que pudieron observarse simultáneamente. Dichos termómetros fueron comparados con prolija aten- ción antes y después del viaje con el gran barómetro normal del Observatorio Astronómico; y á juzgar por los resultados obtenidos, el 44762 por su bondad acreditada en anteriores ex- pediciones, parece no sufrió alteración alguna, y por consi- guiente los valores que de sus lecturas se deducen para el ce- rro, deben representar la verdadera presión en aquella altitud. - En cuanto al termómetro sin marca, dada la inferior calidad de su construcción, no puede afirmarse en absoluto que haya marchado mal; sin embargo, acusa diferencias que vienen á justificar el estudio y rectificación que más adelante hago de él. Antes de dar á conecer el resyltado de las comparaciones, debo advertir que al hacer éstas con el barómetro de mercu- rio, tuve en cuenta la influencia que sobre la columna baromé- - trica ejerce la variación de la gravedad con la altitud, caleulan- do la corrección por medio de la fórmula OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. 335 en la que H es la presión observada. k un coeficiente que en el caso de una meseta elevada co- mo es la: de México, tiene por valor */,. 3 2 la altitud del lugar, y R el radio de la tierra igual á 6367388 metros, cuyo loga- ritmo es 6.8039613. | - Con los valores 2= 2300 metros. H = 584 milímetros. resulta k H A mm A R = ue 0 pd) 6 que se aplicó á todas las presiones, previamente reducidas á 09 y corregidas del error instramental, que sirvieron para hacer la comparación los de dos termómetros, TERMÓMETRO NÚMERO 44762. Corrección en milímetros. Antes AO NA e tia dei — (0.88 Después del viaje............ — 0.77 Media =— 0,825 Se ve que está enteramente conforme la corrección deter- minada antes con la que resulta después. 3360 M. MORENO Y ANDA. TERMÓMETRO SIN MARCA. Corrección en milímetros. Antes del viaje......- A + 16.02 Después del viaje........... + 15.64 En el cerro y aplicando al 44762 la corrección media —-0.825, el termómetro anónimo da como diferencia el valor + 15210 La corrección en San Miguel difiere 0'"S1 de la obtenida en Tacubaya antes de la expedición; y aun tomando el prome- dio de ésta y la determinada al regreso, que resulta un poco menor, todavía la primera es 0””62 más baja, por lo que las presiones relativas á las lecturas del termómetro en cuestión, corregidas con cnalquiera de los dos valores, son siempre in- feriores á las suministradas por el 44762. Con fundamento, podemos, pues, inferir que el aludido termómetro adolece de algún defecto variable, por lo menos en la parte de la escala que comprende las presiones observadas en Tacubaya y la ci- ma de la montaña, es decir, entre los 879 y las 920, De las varias causas de error á que están sujetas las lec- turas hechas con los termómetros hipsométricos* mencionaré las siguientes: (1) Las cifras que representan las correcciones son promedios de va- rias lecturas, cuyo número es: Antes Diana ide ia 11 Después ...¿=sriayia A 2 En el cerro. icon A PPP 37 (2) Me refiero aquí á los termómetros de uso corriente, pues los muy «delicados que se construyen en estos tiempos, se estudian y corrigen por UBsERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL- 337 a) Variación del cero debida á un cambio en el volumen primitivo del depósito. b) Falta de correspondencia entre las divisiones de la es- cala y capacidades iguales del tubo capilar. c) Falta de exactitud al estimar la posición del extremo de la columna mercurial. Esta última causa es de difícil eliminación, si conforme á la costumbre seguida hasta ahora entre nosotros, se emplea una lente de mano para hacer las lecturas. En efecto, como tales lentes tienen un campo visual muy amplio y la dirección de los rayos no es suficientemente fija, se está expuesto á co- meter errores, que en determinados cases pueden ser de im- portancia, teniendo presente que en la escala ordinaria de los termómetros hipsométricos 1 centésimo de grado equivale á unos 2 décimos de milímetros en la escala barométrica.'”” La única manera de evitar los errores de lectura, es va- liéndose de un anteojo unido al aparato de abullición y pro- visto de micrómetro ó simplemente de un hilo de araña con el que se estiman las fracciones de división, las variaciones del cero, del intervalo fundamental y del calibre; por el efecto de las fuerzas capilares, por la falta de sensibilidad y por la parte de la columna que sobresale del aparato de ebullición. El Observatorio Astronómico últimamente ha adquirido tres de estos instrumentos cuyo estudio fué hecho en la oficina de Pesas y Medidas de Francia. (1) Un observador ejercitado puede hacer las lecturas á la simple vis- ta con una incertidumbre de = 0.1 en los termómetros comunes, y de = 0.01 en los hipsométricos. Con el empleo de la lente, la incertidúmbre debe ser mayor sin duda alguna. q Y cuando se tiene poca costumbre de leer termómetros, con toda se- guridad el error puede ser de consideración. Conociendo por propia experiencia lo difícil que es hacer buen uso de las lentes de mano, en las últimas veces que me he servido del termóme tro hipsométrico, la estimación de las fracciones ha sido hecha á la sim ple vista. 338 M. MORENO Y ANDA, Respecto á las otras dos causas de error, tratándose como ya dije de termómetros hipsométricos de uso corriente, la primera puede considerarse como constante .y la segunda va- riable, con las desigualdades de la división y del tubo ca- pilar. : El valor que á dichos dos errores corresponde, se deter- mina fácilmente siempre que se disponga de varias correc- ciones obtenidas en distintos puntos de la escala termomé- trica. Como en el caso del termómetro, objeto de este estudio, sólo contamos con dos comparaciones, una en el Observatorio Astronómico y la otra en la cima del cerro, la corrección va- riable que resulte debe referirse únicamente á las divisones comprendidas entre 920 y 870 de la escala, que fueron las tem- peraturas anotadas en uno y otro lagar. Los datos de la comparación Barómetro. EA poGiIeteO. Darren San Miguel..... 489""26 474""05 + 15”"21 Tacubaya.... "589. 99 567.97 MOE nos suministran dos ecuaciones de la forma a+by=c en la que c, es la corrección total para el punto de la escala cuya in- dicación es y a, una constante fija, relativa al desalojamiento del cero. b, la constante propia al calibre y división de la escala. Sustituyendo los datos encontrados, las dos ecuaciones quedan expresadas así: OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. 339 a +0474.05 = + 15.21 a + 1583.99 = + 16.02 de cuya resolución obtenemos: aL. 78 b= 0.00737 La fórmula que expresa la ley del error, será entonces: C =.11""72 + 000737 y que aplicada á cualquier punto de la escala hipsométrica den- tro de los límites de qua antes hice mérito, permite convertir, así rectificadas, las indicaciones del termómetro sin marca, á. las que proporcionó el 44762, Por lo tanto, podemos concluír que los datos de la pre- sión atmosférica observados en el cerro de San Miguel, son lo suficientemente precisos para hacerlos figurar al lado de sus correspondientes del Valle en el cáleulo de la diferencia de nivel. El problema de la determinación de alturas por medio del barómetro, que nació, puede decirse con el célebre descubri- miento de Pascal y estudiado después por Halley, Newton y Deluc, no fué establecido en toda su complexidad sino hasta que el genio del gran Laplace dió la fórmula general que lleva su nombre. . Es ourioso observar á este respecto, y que da idea de la tendencia humana á imponer siempre lucubraciones propias, 340 M. MORENO Y ANDA. aunque ellas estón basadas en principios ya sentades y admi- tidos, que la mayoría de las naciones civilizadas tienen fórmu- las barométricas amparadas con el nombre de sus principales geómetras, ' y de aquí el sin número de tablas que para sim- plificar los cálculos han sido propuestas. Basta fijar la vista en cualquiera de las publicaciones especialistas, y encontraremos, desde luego, ya las del fundador, digámoslo así, de la nivela- ción barométrica, Laplace; ó bien las de Bessel, las de Riihl- mann, de Guido Grassi, de Radau, Delcros, Babinet y otras más que sería cansado enumerar. Y entre la diversidad de fórmulas como se han dado, ¿hay alguna que resuelva satisfactoriamente y en todos los casos el problema de la nivelación? ¿Con cuál de ellas se obtienen re- sultados que representen la verdadera distancia vertical entre los puntos en que el barómetro fué observado? Partiendo de datos que en general están afectados por múl- tiples cansas, y de hipótesis que difícilmente pueden tener ye rificación práctica rigurosa, no es exajerado afirmar que nin- guna de las fórmulas propuestas hasta ahora conduce al cono cimiento exacto de la diferencia de alturas entre dos ó más lugares. Es verdad que si con unos mismos datos caleulamos tna diferencia de nivel empleando las distintas fórmulas que exis- ten, los resultados podrán ser poco discrepantes ó aun estar de acuerdo; pero esto no arguye bondad en las fórmulas ni mucho menos que el valor encontrado sea el verdadero, sino que como todas ellas están basadas en un supuesto estado medio de la capa atmosférica comprendida entre los dos lugares enyo des- nivel se trata de encontrar, en determinadas circunstancias será, sin duda, indiferente el uso de cualquiera de las aludidas fórmulas. Angot, uno de los meteorologistas contemporáneos de más (1) Nosotros en México contamos con la del señor Ingeniero Francís- co Díaz Covarrubias. OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. 341 bien sentado y merecido renombre, en una interesantísima Me- moria Sobre la fórmula barométrica, * después de demostrar la complexidad del problema y discutir detalladamente la que se conoce como dada per Laplace, que corresponde al caso más sencillo en que la temperatura y demás elementos se suponen constantes en toda la capa de aire cousiderada, llega á las si- guientes conclusiones: Que propiamente hablando no hay una fórmula barométri- ca, sino ura infinidad de fórmulas correspondientes á cada una de las diversas hipótesis que pueden hacerse sobre las leyes de variacion de la temperatura, de la humedad y la pesantez con la altura. Que todas estas fórmulas parten del supuesto de que el aire está en equilibrio estático, es decir, que se desprecia la influen- cia que sobre la presión pueden tener los movimientos de la masa fluida. Que la verificación de la fórmula barométrica es imposi- ble, porque para ello es preciso el conocimiento riguroso que no poseemos, de las leyes de variación de aquellos elementos. Que la fórmula barométrica debe ser considerada como un medio para calcular aproximadamente las alturas, sin que sea dable valuar la aproximación obtenida, ni designar las causas de error debidas al aire en movimiento. Sin embargo, advierte que teniendo en cuenta las condiciones múltiples que en un momento dado se representan en la atmósfera, en muchos ca- sos podrá aumentarse la exactitud de las medidas. Por último, Angot da como definitiva la siguiente fórmula: Z=18400 14 22% 22 (140) log a 0 1 Annales du Bureau Central Météorologique de France. Année 1896. Mémoires, pág. 159-1898. Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908).—-44 349 M. MORENO Y ANDA, es la que ho, es la altura del barómetro en la estación inferior cuya altitud es z, h, la altura del barómetro en la estación superior cuya di- ferencia de nivel con la primera es Z. R, el radio de la tierra. ' k, el coeficiente que entra en la fórmula que da el decreci- miento de la gravedad con la altura. a, el coeficiente de dilatación del aire, igual á 0.00367. 0, la temperatura corregida por latitud y humedad. Valiéndome de esta fórmula es como he caleulado la dife- rencia de nivel entre el Valle y la cima del cerro de San Mi- guel. Y sin entrar en todoslos pormenores que consigna el au- tor acerca de la significación precisa y el valor de las diferentes cantidades que ella representa, sólo haré mención de uno que otro detalle necesario para la inteligencia del cálculo aritmé- tico. Como la columna mercurial del barómetro está sujeta á los cambios de la gravedad con la altura, á las presiones de Ta- cubaya y México se ha aplicado la corrección que resulta de que vimos ya en anteriores páginas. Con respecto á las indicaciones de San Miguel, que fueron observadas con termómetros hipsométricos euya columna no es influenciada por las variaciones de la pesantez, sólo corre- gidas de los errores instrumentales, representan desde luego las tensiones máximas del vapor de agua correspondientes á las temperaturas de ebullición. Al número que representa la temperatura media de la capa OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. 343 aérea, comprendida entre los dos lugares, se agregan las co- rrecciones por latitud y humedad, así: y? f HN 0 = AD — ó 9 A 5 .e y 3 9 0.71 cos + 51.36 ki + d, la latitud; t,, f, y hy, la temperatura, la tensión del vapor y la presión en la estación baja; t, f y h, las cantidades corres- pondientes en la estación alta. El cálculo de la altura Z se hace entonces de la manera que en seguida se explica: Determinados los valores de hy, h y 0, la formula queda Z=(18400 log. h,—18400log.h) (140) 1+ Ss (Z+22) ) * Véase discusión de la fórmula. Loc. cit, pág. 167. 0.00259 _ 0.71 a 0.377, 0:379 109.72 a a y como : 2 e h de aquí 51036 ES + 5136 a y 344 M. MORENO Y ANDA. Haciendo Z, = (18400 log. h, — 18400 log h) tendríamos una primera altura aproximada Z, que sería la ver- dadera siempre que la temperatura fuera ignal á 09, y si se hi- ciera caso omiso del último factor relativo á la variación de la gravedad. Corrigiendo, pues, por temperatura, tendremos Ll, =4,(14+ 40) =Z%,+a%,0 Z, será la altura ya corregida por la dilatación de la capa aérea que media entre las dos estaciones, á influencias de la” temperatura 0. Finalmente, por medio del término de corrección A el en función de Z, y 2, altitudes de las dos estaciones, llegare- mos al valor defiditivo de Z. Un ejemplo tomado del expediente origidal, dará idea bien precisa de la secuela de estos cálenlos. Diferencia de altura entre el Cerro de San Miguel y el Observatorio A. Nacional, Altitod-,.% PL AA 2327 metros. e PI Ei e ADS OBSERVACIONES EN £L CERRO DE SAN MÍGUEL, 345 Datos directos de la observación: Exemóns Temperatura, del vapor. IAGODADA. e yaaa nao 583.23 20.2 10.6 pan Mist... a 490.07 8.3 6.7 1? Cálculo de la temperatura 0. y as A EN OS E 14.25 2 ad... AN OS PELAS I1OD: 1H + 0.55 e + 0.99 ho 41 36 E A oe LOS ed + 0.77 0 + 16.49 22 Cálculo de la altura. 583.23....... E EA 14091.45 18400 log h,—18400 log h DOT A 12700.74 Z, = 1390.71 1000 60.56 Corrección de temperatura por 16.49 y 300 18.17 90 5.46 0.7 0.05 8424 84.24 Za = 1474.95 Corrección por 2,=2327 y Z,=1475 1,4] Z = 1476.36 346 M. MORENO Y ANDA. Debo hacer constar que aunque Angot en su Memoria ci- tada da unas tablas que contienen todos los elementos que en- tran en la determinación de Z, en este trabajo sólo he emplea- do la que da los valores de 18400 log h, — 18400 log h En todo lo demás he hecho el ráleulo directo por medio de las fórmulas respectivas, con el único fin de evitar los peque- ños errores que se cometen siempre que se trata de muchas interpolaciones. Pongo en seguida todos los resultados que arroja la nive- lación. Diferencia de altura entre el cero del barómetro del Observatorio Astronómico y la cima de San Miguel. Ta mm 2p mm. 9 pm. AO ICA 1476.36 1465.71 10.. 147326 1501.08 1461.60 11... 1477.43 1474.64 1474.86 12... 1480.42 1484.08 1489.75 13.. 1489.72 1518.84 1471.67 14... 1476.42 Considerando únicamente los días que tienen completas las tres observaciones, resultan los siguientes valores medios: Media diurna. A PI 1478.7 OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL- O O E TO 1484.8 E O y AIN 1493.4 Ma 1483.1 E Mn o E AR A 1480,2 A IAEA 1494.7 ES AA AAA 1474.5 ME To A AO A 1483.1 Meteorológico Central y la cima del San Miguel. Sep. 9 LS TR lr RN UNO TA St OA 1504,2 IAS A 1512.6 LARA ADE yr PA ACERA IRA NON 1515.3 1 A EST A O, A 1511.7 A a O 1512.0 A O a da ys 1517,8 DAN NT SS as 1511.8 - A E RA 1507.3 EIA ADA O EIA 1501.1 IS ata daria do a 1498.4 Sep. 10 7 ¡Copa RES a 08 A 1500.2 IAS LATA RA LA AS 1544.7 347 Diferencia de ultura entre el cero del barómetro del Observatorio 348 M. MORENO Y ANDA. eo A A A A 1520,4 A A A SAA 1518.6 Dec o e Ae e E NA 1499.3 Sep. 11 VIA o le a o la e O EEN 1528.2 SAM o das e DE e ES 1539.6 VA a cria E 1541.4 DO e 1536,4 Do a SA 1526.4 ARS IC PE O 1530.9 Do E a SN 1521,4 Sep. 12 (PA E a de A 1524,4 A IA O 1531.5 E A A A 1536.1 E MA A A Ns NO 1544.8 A A 1533,2 SIDO e e RA EE 15442 ALICE ds dt E AD 1532.8 A IN IPN, 1530.4 Sep. 13 A RS E a E 1527.5 DI a E e O IN 15737 Mia poc AUS OR 1545.0 ART O AA 1535.2 AA 1527.6 OBSERVACIONES EN EL CERRU DE SAN MIGUEL, 349 ; Sep. 14 E VI A O As 1517.2 Resumen. Según todas las observaciones ....... p 1525.8 Suprimiendo la del día 13 4 2 p. m..... 1524.5 Según las 7a.m.2 y 9 p.m. CTO dd RD 1519.50 VO AT o DA 1539.36 dp moosa Deo aa 1515.42 A O 1524. 8 Adoptamos este último valor para hacerlo comparable con el de Tacubaya. Los desniveles referidos tanto á Tacubaya como á México, acusan muy bien la influencia de la temperatura, manifestada econ un aumento en las horas de máxima y una diminución en las de abatimiento de la columna termométrica; circunstancia que debe tenerse presente siempre que en la determinación de alturas se haga uso de los procedimientos barométricos. Ahora, examinando un poco los resultados individuales, se notan desde luego algunas discordancias, ya en los relativos á las diferentes horas de un mismo día, ya en los promedios que de éstos se deducen; los que se explican, con toda verosimili- tud, porla diversidad de condiciones que en un momento dado pueden existir en la capa atmosférica que media entre dos lu- gares separados por no escasa distancia horizontal. En efecto, Mem. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)— 45 350 M. MORENO Y ANDA. mientras la región inferior puede encontrarse dentro de una área de alta ó baja presión, modificada así por los efectos de tal estado anómalo, y la superior quedar fuera de ella, ó vice- versa; Ó bien que las dos estaciones queden situadas sobre dos líneas isobáricas distintas, sin mucho esfuerzo se comprende que alterados entonces parcial ó totalmente los elementos que entran en el cálculo de la diferencia de nivel, el resultado tie- ne que modificarse y discrepar más ó menos según que las cau- sas accidental=s hayan obrado con mayor ó menor intensidad. Infiérese de lo dicho, que en esta clase de nivelaciones es di- fícil que todos los resultados sean concordantes, de manera que el promedio general se considere exento de errores. Para fijar la altitud del Cerro de San Miguel referida á los Observatorios de Tacubaya y México, hago las siguientes ope- raciones: Desnivel'con “Pacubaya:.-: e. s a. . UE 1483.1 Altitud de Tacubaya......--.--.. e TOS 2327,3 Altitad de San Miguel. -+:.. ¿eo ¿L 3810.4 Desnivel con México..-..-...... A 1524.8 Altitud*de México armor e os UN 2280.0 Altitud de San Miguel. -.......on0occició. 3804.8 Promediando las dos cantidades, tendremos: 38076 Según la nivelación trigonométrica de la Comisión Hidro- gráfica, resulta para altitud del San Miguel, la cantidad 31994 OBSERVACIONES EN EL CERRO DE SAN MIGUEL. 351 Para comprobar si nuestras medidas mérecen alguna con- fianza, recurramos á una nivelación que con observaciones ba- rométricas de 6 años hicimos entre los observatorios de México y Tacubaya. * La nivelación actual da: San Miguel —MéxicO-..ooomoocoo... 2 15248 San Miguel —Tacubaya............- IA 1484.1 Racubaya—MóXICOS La lu ecnaaa de he aci 41.7 Nivelación antigua: Tacubaya—México....- AS AN PEA 40.9 Diferencia Gite A e AMAN E SATA Este resultado no puede menos que considerarse como sa- tisfactorio si se tiene en cuenta que la nivelación antigua se hizo con promedios mensuales de 6 años de observaciones co- rrespondientes, y que la actual no es más que el valor que se deduce de unas cuantas determinaciones. Por otra parte, debe también tenerse presente que esta úl- tima fué verificada en una época del año en que debido á las condiciones normales de la presión durante el Estío, las dife- rencias de nivel calculadas con ellas resultan mayores que las que se obtienen en la Primavera y el Otoño, así como las de todo un año normal de observaciones. Para concluír y desechando en el valor final los decímetros que no tienen significación real y hasta las unidades que bien pueden considerarse dentro de los errores del procedimiento barométrico, adoptamos como altitud del cerro de San Miguel la cantidad de 3800 metros. Tacubaya, Junio de 1906. 1 Véase Boletín del Observatorio A. Nacional. Tomo I, pág. 152. e yA. ES $ , Je MY" el EE AA Y AAA e A AAA “sE iO de SA ADOS ! E A a A dil 107 ue us 5 Ue e Y AENA pq , GA 4 ¿AAN 07 ;c7O 1 » » E A a Ñ ) y 5 A 0. » E y / y ! Y y , F A el ed A 3 y ' E % , N » ó A y - e - ey JU -* Ñ * Ñ o 4 ' D 4 ' da MENA O O ARA ER USO re pe N REIS ASI TOILS I AE q are e PIEAR pe ld h 3 . ' ' TAM f COMA Aa A ES IAS O * k hs 1% 55 e TO 004 AE po pes APS ESA de 0 4 PSA ATT A AA y e a des Pe nl ) “9 ? E ' y ¿ 4 0 $ y Aj ARA LA $ AA PO rt 98 y £ f * “ A H A j CB IOO RA A A! ¿ HAL AA Po PAI AA TUE, Pa IA is DITA VAS: ME E ANS sde Hs o 04d HDN E O Bird RS ' 4 30H 167 . rr e E a i y Ley NA La A > OIT , 44 ¡A ¡ PUNO TODO EG a o A Ls IM SUOMI e a , , ' á E 1 » 4 ' TO ep 2008 * y Ni A RT A Moras fa 8 ypinirda dal HE A "e $ 3 A ER ? p Pa 147 SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26 ——_ o -- ____ ____—__—— _ _2< XK LOS YACIMIENTOS POSILIFEROS DEL VALLE DE OAMAGA, POR EL PROF. C, CONZATTI, M. $, A. Si en alas de la imaginación nos transportamos á las pos- trimerías de la edad terciaria, por la que atravesó nuestro pla- neta, presenciaremos un panorama muy distinto del que esta- mos acostumbrados á admirar. E En aquel tiempo la gran Cordillera de los Andes no había surgido aún del seno de los mares, y las aguas de los Océanos Atlántico y Pacífico entremezclábanse íntimamente en un gran beso convulsivo al través de la región que constituye hoy el Istmo de Tehuantepec y que en aquella época—muy lejana ya, si se cuenta en años el espacio de tiempo desde entonces trans- currido, pero bastaute próximo á nosotros, geológicamente in- terpretada—hallábase cubierta todavía por el líquido elemento. Entre los hechos que apoyan en gran manera la opinión que antecede se encuentra la observación de algunos naturalistas encaminada á demostrar que numerosas producciones mari- nas, vegetales y animales, de lascostas orientales del Continen- te Americano tropical, son específicamente idénticas Ó casi idénticas á las producciones similares de las costas occidenta- les, fenómeno que, —dentro de la teoría de la descendencia con modificación —no puede explicarse más que por la suposición de que ambos mares estuvieron comunicados alguna vez al nivel de la América Istmeña. Mem. Soc. Alzate. México. P. 26 (1907-1908)—46. 354 C. CONZATTI. A la sazón, en el Viejo Mundo tenía lugar el penúltimo gran cataclismo experimentado por nuestro globo, consistente en el levantamiento del sistema de los Alpes y quién sabe si tam- bién del Himalaya. Posible es que semejante catástrofe haya contribuído á un cambio más ó menos sensible en las condi- ciones físicas del planeta, como parece indicarlo—antre otras cosas—la gran diferencia existente entre la temperatura de la edad terciaria que concluye y la de la cuaternaria que comienza. En aquélla todo es vida y lozanía; en ésta, por el contrario, to- do es desolación y muerte. El calor que es vida, en la una; el frío que es muerte, en la otra. La flora y la fauna estrictamente tropicales que en la edad terciaria poseen las florestas del Canadá y del Labrador, de la Rusia y de la Siberia, con sus gigantescos mamíferos que pe- rezosamente pasean ála sombra de esbeltas y elevadas Palme- ras, de frondosos y arborescentes Helechos, quedaron poco me- nos que totalmente aniquiladas en estas latitudes al iniciarse, con el período glacial, la edad cuaternaria, y sus pocos restos tu- vieron que buscar refugio emigrando hacia climas más benig- nos que, cuando menos parcialmente, hallaron en los países ecuatoriales, so pena de correr la misma suerte que sus con- géneres. Pero, á pesar de esta emigración, numerosas especies y no pocos géneros, lo mismo vegetales que animales, se extinguie- ron íntegramente sin dejar progenie á medida que el frío au- mentaba, y ésta debió haber sido, sin duda, si no la única, sí la principal causa de la completa desaparición de los colosales hervíboros— Mastodontes, Elefantes, Caballos, Rinocerontes, Lla- mas, Bisontes—que en este período pululaban por el Anáhuac. Porque para la extinción absoluta de una especie cualquiera no es forzoso iuvocar grandes cataclismos: basta para ello que por algún tiempo cambien las condiciones físicas de la región, una gran sequía, por ejemplo, ó el descenso de unos cuantos grados en la temperatura del ambiente, y la especie desapare- rm Los YACIMIENTOS FOSILÍFEROS DEL VALLE DK OAXACA. 355 cería ineludiblemente, imposibilitada como está para propor- cionarse el sustento indispensable. Y si, en las condiciones su- - sodichas, la especie aludida es, vervigracia, alguno de los gran- des mamíferos mencionados, el peligro de la extinción para él, no obstante su poderosa fuerza física, y acaso en virtud de ella misma, será mucho mayor, en cuanto que la cantidad de ali- mento que necesite para vivir estará en razón directa de su mole. Sin embargo, la extinción del caso concreto á que hacemos referencia bien pudo determinarla el último cataclismo habido en la tierra: pretendemos aludir al levantamiento de la Cordi- llera de los Andes que tuvo lugar en la edad cuaternaria y coin- cidió con la aparición del Etna y el Vesubio, hecho que tal vez explica—sen parte por lo menos—las misteriosas relaciones que á veces se ha creído existen entre los volcanes de la Península Italiana y los de la Cordillera Andina. Los yacimientos fosilíferos de estos colosos de nuestra fau- na prehistórica no escasean en la República, siendo frecuentes en los depósitos terciarios y post--pliocenos de ambas(costas, y también de mesas y mesetas del interior. Los pertenecientes al último grupo—post -pliocenos Ó cuaternarios—casi siempre se encuentran en terrenos de aluvión ó acarreo. Que nosotros sepamos, en el Valle de Oaxaca sólo dos yaci- mientos de esta naturaleza se han descubierto hasta la fecha, ambos agotados ó poco menos actualmente, uno correspon- diente á la vecina Hacienda de Guadalupe, en un fajo natural de terreno manifiestamente cuaternario, originado por aveni- das sucesivas del Jalatlaco, y el otro perteneciente á un barran- quito situado á corta distancia del pueblo de San Pablo Etla. De este último lugar son los fósiles que aparecen en el gra- bado adjunto, de los cuales procuraremos dar una sucinta idea. 1. —Representa una vértebra, cuyo pésimo estado de con- servación dificulta en gran manera decidir á qué región de la columna pertenezca. Mide 10 ems. en su diámetro lateral. 306 CU. CONZATTIL. 2.—Pieza muy deteriorada, imposible de determinar. Pre- senta como particularidad notable dos perforaciones naturales asimétricas, distantes 94 cm. de centro á centro una de otra. 3.—Probablemente es una vértebra caudal. El diámetro la- teral de su cuerpo mide 9 cm. 4.—Es una pieza completa y bastante bien conservada. Mide 31 centímetros de longitud y presumimos que represen- ta una falange. 5.—Astrágalo (?) completo, muy bien conservado, con su- perficies articulares perfectas. Mide 27 centímetros de largo. Su peso es de 2,480 gramos. 6.—Tibia izquierda (?) bien conservada, de 53 centímetros de longitud. 7.—Calcáneo izquierdo. (?) Mide 38 centímetros de largo y 61 de perímetro en el borde de la superficie articular. Pesa 4,960 gramos y está perfectamente conservado. Esta y la nú- mero 5 son las piezas más interesantes de la colección, 8.—Húmero (?) muy deteriorado. 9. —Fragmento de costilla. Mide 55 milímetros de ancho. Decir á qué animal ó animales pertenecieron los fósiles en cuestión es sumamente difícil para nosotros, si se atiende á nuestra falta de experiencia en estos trabajos y también á la circunstancia que no obstante las minuciosas pesquisas prac- ticadas en el lugar del hallazgo no pudimos encontrar ni la más pupueña porción de sistema dentario que es, come saben todos, el que suministra los caracteres genéricos y específicos de más valor para la clasificación en este caso. En consecuen- cia nos abstendremos de ello mientras no estemos en posesión de mejores datos que nos permitan decir algo con probabili- dades de acierto. Por lo demás cuando se piensa en lo singularmente favo- rables que deben haber sido en este Valle las condiciones de vida para plantas y animales durante los diferentes sistemas del terciario—tenida cuenta de su privilegiada situación geo- BIVXPO BL LIA UYBS 9]? S9|150] SOSIN |] 'AX NV'T “93 ONO L «¿ALVZTY,, 908 "HAN a LOs YACIMIENTOS FOSILÍFEROS DEL VALLE DE VAXACA. 357 gráfica—es cosa que admira ver la extremada esterilidad de las capas sedimentarias de todas las estribaciones derivadas de los macisos que lo circundan. En este caso se encuentran los contrafuertes de Las Sedas, Monte Albán, San Antonio de la Gal, El Fortín y San. Felipe, por entre los cuales corre tranquilo el Atoyac que, á la sazón y cuando el rey de la na- turaleza no hahía hecho aún su aparición en este suelo, ali- mentaba con sus aguas la laguna que ocupaba toda la parte meridional del propio Valle. (Véase “Historia de Oaxaca” por el P: Gay). Consideramos que la ausencia casi absoluta de restos or- gánicos en dichas capas se debe principalmente al pronuncia- do metamorfismo que—cual más cual menos—han sufrido to- das al través de los tiempos, como por otra parte parece evi- denciarlo su manifiesto estado de cristalización. A veces, sin embargo, suelen encontrarse en ellas impre- siones incompletas ó deterioradas en diversos grados, aunque patentes, de organismos que fueron y que revelan muy clara- mente su origen; pero este es un caso bastante accidental y del tedo insuficiente para que sea posible establecer con tan exiguo auxilio el lugar que á tales huellas corresponde en la serie sucesiva de los pisos geológicos. La verdad es que á este respecto faltan en absoluto las ob- servaciones, y mientras estas no se hagan seguiremos perma- neciendo en el campo de las conjeturas y en la más completa ignorancia de la naturaleza que nos cerca, Y este resultado, así como otros muchos estrechamente relacionados en particular modo con la Minería y la Agricultu- ra, principales fuentes de nuestra futura prosperidad, solo po- dremos obtenerlo cuando en nuestros establecimientos de en- señanza, lo mismo primaria que superior—abandonando ruti - nas perniciosas—consigamos dedicar atención más prolija al estudio de las Ciencias físico-naturales, único medio propia- mente práctico y eficaz para cultivar y desarrollar en nuestros 358 C. CONZATTI.—LOS YACIMIENTOS FOSILÍFEROS DEL VALLE DE OAXACA. A A A A A A A A A A educandos ese espíritu de observación y experimentación que ha permitido suprimir las distancias por medio del vapor y de la electricidad; fijar las imágenes por medio de la fotografía; reproducir el sonido con fidelidad pasmosa por medio del fo- nógrafo, y enriquecer las artes, las industrias, las ciencias to- das con un sinnúmero de descubrimientos é invenciones que tantas comodidades nos proporcionan y que constituyen la ca- racterística sobresaliente de la vida actual. Oaxaca de Juárez, Febrero de 1908. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26. UN TEMPORAL DE INVIERNO, Primeros pasos en la Meteorología de precisión, POR EL PRESBITERO SEVERO DIAZ, M, $, A,, Director del Observatorio Meteorológico del Seminario Conciliar de Guadalajara. En mi opúsculo titulado “Estudios de Meteorología Mexi- cana” he analizado los diferentes fenómenos de nuestra atmós- fera buscando para ellos una explicación Óó por lo menos una interpretación científica de acuerdo con las enseñanzas de la Meteorología moderna. Paso en revista, por orden cronológi- co, en nuestro año meteorológico, desde el fenómeno del frío que comienza con el nacimiento de dicho año, hasta el de las lluvias otoñales que lo cierran; y encuentro en todos ellos ade- más de la explicación que nos da perfecta cuenta de todas las cireunstancias de que se revisten, otros caracteres de sucesión tan marcados, tan lógicos que es'fácil, descubiertos los prime- ros, esperar los siguientes que vendrán con matemática pre- cisión después. Y este resultado no ha podido menos que es- 360 SEVERO DÍAZ. timularme á continuar por esta vía que se inicia fecunda, y que por lo mismo, para mí, augura ya la solución del magno problema de la previsión del tiempo, no en las probabilidades de que se revisten ahora sino con aquella certeza que parece ser exclusiva de las ciencias matemáticas. Y tanto más me entusiasma este resultado, cuanto que sé que todos los meteo- rologistas dignos de este nombre, consideran incierto el tiem- po que sobrevendrá no de aquí á un mes ni á ocho días, sino para el día siguiente, según algunos párrafos que cito en la obra mencionada. : El carácter de la obrita á que hice referencia no me per- mitió entrar en el desarrollo completo de mis ideas; tan solo me limité á enunciar los hechos recogidos en un lenguaje que se prestara á una más llana y perfecta inteligencia aun de per- sonas no versadas mucho en la técnica meteorológica; casi quice hacer una obra popular; y era que desde entonces pen- só en nuestra querida Sociedad “Alzate,” que ha sabido abri- gar en su seno casi maternal, todas las tentativas de origina- lidad que en el orden científico tiempo ha se producen en sue: lo mexicano. Me propuse entonces hacer la demostración científica de lo que allí consignaba como hechos de observa- ción, estudiando en detalle y descendiendo hasta el resorte ín- timo que les da carácter y su ser. Ahora pues me presento con más confianza que temor, no porque crea que traigo en es- te escrito la evidencia, sino más bien porla perspectiva de una cordial acogida de parte de mis ilustrados consocios, cuya be- nevolencia es para mí desde hace tiempo conocida, alta y gra- tamente sentida. Hoy más que en ninguna ocasión siento en mí la convicción de que nos encontramos aquí en el seno de una familia donde hacemos unas todas nuestras ilusiones, perspee- tivas Ó esperanzas, É Comienzo, pues, por indicar que ahora me ocupo de los temporales de invierno, ampliamente expuestos en mis “Estu- UN TEMPORAL DE INVIERNO. ; 361 dios” y á donde remito é mis oyentes en obvio de largas é in- útiles repeticiones. Tan solo para fijar los términos de lo que cae baja la presente demostración, diré que un temporal de invierno es un fenómeno que comprende tres partes extricta- mente ligadas, de modo que puesta la primera con todos sus caracteres, necesariamente vendrán las otras dos, la última de las cuales es una lluvia que viene con certeza seis ó hasta diez días después. La primera parte del fenómeno presenta estos tres caracteres: baja, muy baja presión; cielo enteramente des- pejado, y fría, muy fría la temperatura, la mínima quizá del año. Si en un invierno hemos encontrado un día con estas citr- eunstancias, es segurísimo que-al día siguiente soplará débil- mente el viento norte y se acentuará el frío, no por un descen- so más notable sino por la continuidad de su acción, y por la tarde veremos un velo de Ci.s con base en el horizonte y que manda al cielo largas fajas de Ci.. Este velo se extenderá más y más en los siguientes días en que sube la presión pasando por las especies A. s. y A.cu. gradualmente hasta que con una mínima presión, la siguiente, que es relativa tan solo, viene el Nimbus. No es raro también que á los caracteres de la pri- mera parte del fenómeno, se añada un viento algo intenso del Sw. Debemos igualmente advertir que siempre lo hemos obser- vado es estos lugares casi inmediatos á la costa del Pacífico: quizá aquí nomás se observe esto; pero será siempre de inte- rés que se dé un llamamiento á los meteorologistas mexicanos para que nos ilustren en este orden de ideas ya que en ellos se cifra el progreso de nuestra Meteorología. Pues bien, el día 12 de Diciembre de 1907 fué uno de esos días descritos arriba con los caracteres de la primera parte del temporal de invierno: el cielo era enteramente despejado, in- tensos, intensísimos los vientos australes, considerablemente baja la presión no tanto como en otros fenómenos que he es- tudiado; y á la mañana siguiente un frío intenso, el mayor del Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908)--47. 362 | SEVERO DIAZ. año se dejaba sentir de modo que el termómetro á sombra to- maba el valor de 491 que es para nosotros muy baja sin ser extrema. Á la intemperie fué 19 bajo cero. La mínima baro- métrica del 12 fué de 629”"47 siendo la média general de 635”. Estábamos pues en el centro de acción de un temporal de in- vierno, no tan marcado ni tan intenso como lo hubiera desea- do; pero como estos fenómenos son raros y me interesaba to- mar tiempo y adelantar estas demostraciones, me apresuré á estudiarlo y he aquí el resultado de este estudio. (La prensa nos dice que en el Estado de 5. Luis Potosí, el viento del 12 tomó alarmantes proporciones). Qué debía ser pues lo que caía bajo el estudio? Si ya co- nocía yo lo que tendría que venir según lo asentado antes, se- gún lo escrito en mis “Estudios,” según la continuada obser- vación de más de 12 años en estas zonas, qué podría esperar de nuevo para traer á esta Sociedad? Ciertamente que no se trataba de venir aquí con nuevas cifras que siempre tendría el carácter de enojosa repetición, con nuevas descripciones fuera de las que ya he hecho hasta el cansancio en otras oca- siones y parece no han llamado la atención de los meteorolo- gistas; erá necesaria la prueba sujestiva, la que habla á los ojos, la que es irrefutable porque mejor consigna el hecho y vo podía encontrar otra que la fotografía. Tenía la seguridad (nótese seguridad meteorológicamente hablando) de que sobre- vendría un Nimbus, la nube de lluvia, el objeto de los afanes de todos los meteorologistas por adivinarla tras de los obseu- .ros horizontes de lá mañana de la Meteorología cubierta por las nieblas de las confusas teorías que apenas nacen en esta ciencia; el tal Nimbus no aparecería de improviso habría de prepararlo una larga serie de formas nubosas que entreveía ya en mi horizonte comenzando por los finos Ci. y continuan- do por los A. s,, los A.cu. hasta el Nimbus; pues á retratarlos me dije, y ahora me presento con el contingente de esta labor que ha venido una vez más á confirmar estas previsiones y de- UN TEMPORAL DE INVIERNO. 363 jarlas como un monumento de un desarrollo nuboso matemá- ticamente previsible. ¡Ojalá que la Sociedad “Alzate” acoja como suyo este que considero como un triunfo en el estado actual de la Meteorología. Así pues, pasados los días 13. y 14 en continuo cielo des- pejado con baja presión, viento regular del SW y temperatu- ra baja también, el domingo 15 á las 4 p. m. asomó en el NW el esperado baneo de A.s. que tenjendo su base en el horizon- te mandaba basta cubrir todo ese cuadrante, unos Ci. desga- rrados: no se pudo tomar fotografía. El viento dominante era todavía occidental, pero hizo entrada ya al NE. á medio día. El día 16 se extendió el velo por tado el cielo aunque ligero y desgarrado aun: el viento oriental sopla toda la mañana, el ba- rómetro toca su máxima. El 17 el A.s. está perfectamente for- mado; y como es difícil fotografiarlo esperamos la hora de la puesta del sol en que resaltan tan bién la forma y constitución de las nubes obteniendo la prueba que figura con el núm. 1. El barómetro empieza á bajar, por la noche se ve halo lunar en el velo que ha disminuido en densidad. Hermoso fué el día 18. La mañana despejada y fresca so- lo dejaba ver al SE. unos nacientes A.cu. Entre 10 y 11 a, m. el cielo se revistió de hermosísimas nubes que he visto siem- pre caracterizar á este período de la evolución descendente del Nimbus: ya eran finísimos y rizados Ci., ya placas tersas de Ci.s con bordes del Ci.eu., ya amplias y bien formados A.ecn. y en pleno zenit á medio día se notaba una como efervescen- cia de caprichosas y hermosísimas nubes que se teñían con los colores del iris en irregular y magnífica combinación: nadie que sea amante del cielo puede dejar de impresionarse ante tanta variedad y hermosura. Tengo recogidos muchos documentos de tan característicos estados meteorológicos que en ocasión oportuna expondré y discutiré: ese día tomé cuatro pruebas. Las señaladas con los num:s. 2a y 2b eran un característico y celá- sico A.cu. que nacía apenas: en toda la tarde los glóbulos que 364 SEVEROJDÍAZ. y lo formaban se unían entre sí y las sombras se desprendían dando origen á un apretado y doble velo de aspecto ame- nazador que no dejó de producir su ligera precipitación á las 9 p. m. El 19, siete días después de la grán mínima ba- romótrica fué todo ocupado en el desarrollo del Nimbus: de 8 á 9 a. m. lloviznó en regular cantidad; y el aspecto general del velo que envolvía nuestro cielo fué el de un Nimbus que se hacía y deshacía dejando ver en los intervalos, aborregados gruesos de buen aspecto y de intensa constitución, Utilizando siempre el crepúsculo tomé la fig. núm. 3 que da idea de lo que digo. El día 20 continuó más denso aun el Nimbus de lo que da idea la fig. núm. 4.-El barómetro continúa bajando. El 24 es más débil la formación, y el 22 solo quedan ligeros Ci. 5* y última fotografía: hay plena mínima, lo que nos dice que viene en seguida otro fenómeno semejante de menor intensidad. Tales son los hechos objetivamente representados, y que se han desarrollado en matemática sucesión, como ya se es- peraban. Dejo á la consideración de mis ilustrados consocios las trascedentales consecuencias que ellos sugieren y me con- eratulo en esperar un fallo favorable respecto de lo que sig- nifican para la demostración que me propuse hacer. Pero quie- ro oeupar un poco más su atención para entrar en especulacio- nes meteorológicas que quizá arrojen una luz sobre tan im- portante objeto. Yo me atrevo á afirmar que estos fenómenos se deben observar en casi toda la extensión de la Sierra Ma- dre Occidental y en algunos puntos de la Mesa Central; y su causa en mi concepto, estriba en los eentros de baja presión que se mueven á lo largo del amplio territorio de los Estados Unidos de W. á E, Sin embargo como el fenómeno es de lar- ga duración, mayor sin duda que la que se necesita para ex- perimentar en estas regiones la influencia de dichos centros, siempre he creído que son dos, el primero de los cuales cau- sa la mínima del origen y el segundo la mínima del Nimbus. Voy á evidenciarlo. MEM. Soc. ANTONIO ALZATE. Tomo 26, Lám. XVI. MEM. Soc. ANTONIO ALZATE. Tomo 26, Lám. XVIL MEM. Soc. ANTONIO ALZATE Tomo 26, Lam. XVIJI. SI AT A. A A pd y vo Y A P . pe a y 7 A ye e * » e la, ea d e ¿E DL > E Í ] A. e ¡E '"G UN TEMPORAL DÉ INVIERNO. 365 Supongamos que tenemos un centro de baja presión en territorio de los Estados Unidos muy próximo á nuestras fron- teras; la línra del gradiante barométrico es muy aproximada mente $. á N. y la tangente isobárica W. á E., el viento pues será SW., tanto más intenso cuanto más enérgico sea el cen- tro ó más inmediato á nosotros se encuentre. Tendremos tam- bién baja, muy baja presión. Después de 1 4 3 días el centro habrá traspuesto el territorio norteamericano, en Tejas y en los Estados del S. E. de E. U. habrá los clásicos nortes que se internarán en el Golfo soplarán con rudeza en Veracruz y en el litoral mexicano viniendo á afectar también, conforme la experiencia lo dice, á nuestras regiones trayendo consigo las bajas temperaturas, las profundas mínimas termométricas que siguen inmediatamente á nuestros profundos descensos barométricos en invierno. Algunas veces coexisten, pero en lo general las mínimas del termómetro siguen á las de la pre- sión: se comprende que esto es explicable con facilidad. El ingreso de los nortes y su permanencia en nuestra at- mósfera. además de purificarla y secarla á causa de sus con- diciones de baja temperatura y sequedad relativa, (quizá en Veracruz ocasionarán lluvias), determinarán en ella un es- tado meteorológico excepcional que se caracterizará por las supradichas condiciones, dando lugar á que el siguiente cen- tro de baja presión que lanza vientos que penetran en esta at- mósfera, vayan formando nubes paulatinamente descendentes según la mayor aproximación de dicho centro: estaremos en- tonces en pleno temporal que se estacionará cuando el segun. do centro estó próximo á nosotros, para retirarse á poco y de- terminará otros nortes de una relativa menor importancia. En cuanto á la presencia de ese segundo centro no encontramos dificultad alguna por ser de notoria evidencia ia continuidad ' y casi simultaneidad de ellos en el territorio de la nación ve cina. Tengo en preparación la demostración de estos impor- tantes puntos. 366 SEVERO DÍAZ, La explicación ahora de esas formaciones nubosas paula- tinamente descendentes viene lógicamente á deducirse de lo expuesto. Se sabe que según el criterio de la nomenclatura internacional de nubes, á cada altura corresponde una forma especial de nubes: desde los Ci. hasta los Stratus, tenemos una escala de formas en la correspondiente de alturas; si pues el centro se acerca á nuestro cielo y sus vientos se mezclan con nuestra atmósfera, cuanto más próxima esté, más baja será la formación y pasaremos de este modo por toda la esca- la de las nubes. Sea, en efecto, a, b, e, la porción de arco que une á nuestro lugar a en la superficie de la tierra, con el cen- tro c de baja presión; la tangente en c alcanzará nuestro cie- lo en su punto a/ que estará en la región de los Ci. Si lleva- mos las tangentes a/ c”, a” e”, se tocarán sucesivamente las regiones a/, 4”, que pertenecerán á los A. s., álos A. en., 4 lo inde Nimbus. Las fotografías adquieren de este modo una plausible explicación. He concluído por ahora mi propósito, entiendo que mis ilustrados consocios se habrán interesado por estos fenóme- nos, quizá característicos, de nuestra atmósfera y que permi- tirán plantar y resolver sobre bases firmes, sobre las bases de los hechos minuciosamente comprobados, el deseado proble- ma de la previsión matemáticamente segura del tiempo. Una vez más hay que convenir en que nuestra atmósfera, nuestra clásica atmósfera tropical, en que tan sólo de lejos se tocan las influencias de la dinámica meteorológica, tiene la clave de UN TEMPORAL DE INVIERNO. 367 aquella regularidad de las energías físicas del planeta. Las re- glas meteorológicas fallan en las zonas temp.adas, porque la inmediata influencia de los centros los envuelven en las com- plicaciones de su confusa dinámica; pero acá, bajo este sol que todo lo abrasa, que limplia y purifica la atmósfera se ven me- jor los perturbadores ramales de los nebulosos centros y su acción és más clara, más lógico su desarrollo y previsible su perturbador efecto. Yo he encontrado estos fenómenos espaciados en todos nuestros inviernos: casi ninguna formación de nubes me llega intempestivamente, las lluvias están á mi alcance y creo que más tarde daré para ellas un orden de sucesión; pero es nece- sario dejar bien establecidas las primeras demostraciones, y hoy que traigo la primera, me congratulo anticipadamente de poder así servir á mi patria y al buen nombre de esta ya ilus- tre y bien conocida Sociedad “Alzate.” % Notas extraídas de las Cartas del tiempo del Observatorio Central de México. Diciembre 10. Se observa descenso de la presión en la re- gión norte de la Baja California. Diciembre 11. El descenso de la presión iniciado ayer se há propagado á todo el país acentuándose en los Estados de la frontera. Diciembre 12. Se inicia un fuerte ascenso de la presión én la región norte de la Vertiente del Pacífico; en el resto del país continúa descenso barométrico que se acentúa en la re- gión norte de la Vertiente del Golfo. Soplan vientos austra- les. Avisos á los puertos: Vientos australes fuertes prevale- cerán hoy en las costas de Tamaulipas, mañana soplará en las mismas costas norte algo fuerte y frío. Aviso de onda fría: Onda fría intensa se sentirá del ..... (está borrado el origi- nal) en la Sierra Madre Occidental y en puntos altos de los Estados de la frontera norte. 368 SEVERO DÍAZ. —UM TEMPORAL DE INVIERNO. + — Diciembre 17. Ayer se inició un descenso de la presión que se ha propagado á casi todo el país acentuándose en la re- gión norte de la Vertiente del Golfo. Norta.—El norte anunciado el día 12 sopló en los puertos del Golfo con la intensidad anunciada; pero fué de corta du- ración. Onda fría. La onda fría se sintió moderada en las zo- nas altas de la Mesa Central, en el resto del país continúa des- censo barométrico. Diciembre 19. La carta del tiempo trae sombra de lluvia en la Mesa Ceutral y Vertiente del Golfo. Diciembre 20. La presión está en descenso en casi todo el país, se observa ascenso en la Vertiente del Pacífico. Con excepción del norte de la República todo el territorio está sombreado de lluvia, Diciembre 21. Contivúa la presión en descenso en casi todo el país; se observa ascenso en la Vertiente del Pacífico. La indicación de lluvia es general, pero escasa. Guadalajara, Febrero 1908. SOCIRTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. ENOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA 0 VOMITO PRIETO, Considerada desde el punto de vista de su transmisión por la picadura del mosquito, POR EL DOCTOR ANTONIO J, CARBAJAL, M. $, A, Desde el año de 1884, el Dr. Patrick Manson había sospe- chado que el paludismo podía transmitirse por intermedio de los mosquitos, hipótesis que también habían sostenido King (1883), Koch y Laveran (1884). La demostración experimen- tal de este hecho importante, fué adquirida por los experi-* mentos de R. Ross (1895). Ya desde 1880, P. Manson ha- bía demostrado la transmisión de la Filaria por el mosquito. En 1898 quedó sancionada la doctrina relativa al paludis- mo, en una comunicación dirigida por el mismo Manson ante el Congreso de la Asociación Médica Británica, verificada en Edimburgo. Un distinguido médico cubano, el Dr. C. Finlay, tuvo la misma idea respecto á la Fiebre Amarilla, y emitió la hi- pótesis desde el año de 1881, de que esta enfermedad po- (1) Mosquito brigades and how to organize them by R. Ross, 1895, Mem. Soo. Alzate. México. 'T, 26 (1907-10908)—48. 370 ANTONIO J. CARBAJAL. dría tener este origen, con cuyo motivo escribió una memo- ria.) Este notable trabajo merece algo más que una breve men- ción histórica. Al terminar su lectura, por tercera vez, me ocurrigron varias reflexiones, siendo la más importante desde los puntos de vista, no sólo práctico ó de aplicación, sino cien- tífico ó especulativo, la siguiente: cuánto tiempo y cuánto di- nero, cuántas laboriosísimas y estériles investigaciones se hu- bieran economizado, si se hubiesen tomado en consideración las conclusiones á que el autor había llegado desde 1881, á propósito del modo de transmisión de la fiebre amarilla. Pero no anticipemos, y veamos cuáles eran hace veinti cinco años las ideas del Dr. Finlay sobre la etiología del “vó- mito prieto” ó fiebre amarilla. * Xx * “El asunto de este trabajo, dice el Dr. Finlay en la memo- ria citada, nada tiene que ver con la naturaleza ó la forma en que puede existir la causa morbígena de la ñebre amarilla: me limito á admitir la existencia de una causa material transpor- table que podrá ser un virus amorfo, un germen animal ó ve- getal, una bacteria, etc., ete., pero no constituye, en todo caso, un algo tangible, que ha de comunicarse del enfermo al hom- bre sano, para que la enfermedad se propague. Lo que me propongo estudiar es el medio por el cual, la materia morbíge- na de la fiebre amarilla, se desprende del cuerpo del enfermo y se implanta en el hombre sano. La necesidad de admitir una intervención extraña á la enfermedad para que ésta se (1) El mosquito, hipotéticamente considerado como agente de trans- « misión de la Fiebre Amarilla, por el Dr. Carlos Finlay, Miembro de núme-- ro de la Real Academia de Ciencias, de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana y de la **Socióté Scientifique de Bruxelles,” Habana, 14 de Agos- to de 1881. ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 371 transwita, resulta de numerosas consideraciones, algunas de ellas formuladas ya por Rush y Humboldt á principios del si- glo, y confirmadas luego por observaciones más recientes. La fiebre amarilla, unas veces atraviesa el Océano para ir á pro- pagarse á ciulades muy distantes y de condiciones meteoro- lógicas muy diferentes de las del foco de donde ha provenido la infección; mientras que, en otras ocasiones, la misma en- fermedad deja de transmitirse fuera de una zona epidémica estrecha, por más que la meteorología y la topografía de los lugares cireunvecinos no revelan diferencias que expliquen ese comportamiento tan diverso de la misma enfermedad, en dos localidades al parecer iguales. Admitida la ingerencia ne- cesaria de un agente de transmisión, que explicara las anoma- lías señaladas, es claro que sobre ese agente abría de recaer la infuencia de todas las condiciones hasta ahora reconocidas como esenciales para que la fiebre amarilla se propague. No era, pues, posible, buscar ese agente entre los microzoarios ni los zoófitos, porque en esas categorías ínfimas de la naturale- za animada, poco ó nada influyen las variaciones meteorológi- cas que más suelen afectar el desarrollo de la fiebre amarilla. Para llenar esta primera consideración, fué preciso ascender hasta la clase de los insectos, y teniendo en cuenta que la fie- bre amarilla está caracterizada clínica, y también, según tra- bajos recientes, histológicamente por lesiones vasculares y al- teraciones físico-químicas de la sangre, parecía natural bus- car el insecto que hubiese de llevar las partículas infectantes del enfermo al hombre sano, entre aquellos que penetran has- ta el interior de los vasos sanguíneos, para chupar la sangre humana. En fin, en virtud de consideraciones que fuera ocio- so repetir, llegué á preguntarme si no sería el mosquito el que transmite la fiebre amarilla.” Continúa el autor, después de breve digresión sobre la im- portancia que tienen las nociones de la Historia Natural, so- bre el estudio y adelanto de las ciencias médicas, econ la dis- 4 A 372 ANTONIO J. CARBAJAL, , tribución geográfica de los mosquitos, que se hallan disemina- dos por todas latitudes, y no son especiales, como algunos creen, á las regiones tropicales. Nótase, sin embargo, la pre- ferencia que tienen á extenderse en los continentes, antes que en las islas. En México, Juan de Grijalva, al ocupar la isla que llamó San Juan de Ulúa, el año de 1518, tuvo que edificar sus chozas en los más altos médanos de arena, para huír de la importunidad de los mosquitos. En Cuba, el autor estudió dos especies de mosquitos y da su descripción zoológica, así como la de sus hábitos y costumbres, con bastante minuciosidad, es- pecialmente en lo que se refiere á la fecundación, picada y aoma- ción ó postura de huevos, que constituye, dice “el cielo inelu- dible, dentro del cual habrá de girarla existencia del mosquito.” Insiste en la descripción anatómica de la trompa y las lancetas, de la vaina, es decir, de todo el aparato que sirve para la pun- ción de la piel y absorción de la sangre, y demuestra cuán apropiado es para producir una inoculación intravascular, transportando la materia virulenta. Explica por la inverna- ción de los mosquitos, ciertos casos de reproducción de epide- mias de fiebre amarilla, en localidades que eran consideradas inmunes, y sin que hubiere precedido importación de nuevos mosquitos, con cuyo motivo recuerda las palabras, del Dr. Taschenberg: “las hembras fecundadas dela última genera- ción, invernan en los más diversos escondrijos, principalmen- te en las cuovas de las casas, para luego propagar su especie en la siguiente primavera.” Así se podría explicar cómo pue- de ser transmitido á larga distancia el germen del vómito, que un mosquito, después de haber picado á un enfermo, puede ser transportado en la ropa, en una maleta de viaje ú otro objeto. ¿De qué medios podría valerse el mosquito para comunicar la fiebre amarilla, si esta enfermedad fuese realmente trans misible por la inoculación de la sangre? se pregunta el autor. “Lo más natural, dice, es pensar en la sangre virulenta que el mosquito ha chupado, y que puede ascender á 5 y hasta 7 ú ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 373 8 milímetros cúbicos; los mismos que, si el mosquito muriese antes de haberlos digerido, quedarían en excelentes condicio- nes para conservar durante largo tiempo sus propiedades in- fectantes.” En cuanto á la patogenia el Dr. Finlay compara la fiebre amarilla á una fiebre eruptiva. Este es, á mi juicio, uno de los puntos más débiles de la Memoria citada, que por el momen- to no me propongo analizar, y por lo mismo, no la expondré, sino paso de largo para llegar á lo más esencial, que se resuú- me en dos puntos: el primero, la teoría de la transmisibilidad de la fiebre amarilla; el segundo la comprobación experimen- tal. Primero: “Tres condiciones serán, pués, necesarias para que la fiebre amarilla se propague: 1.* Existencia de un enfer- mo de fiebre amarilla, en cuyos capilares el mosquito pueda clavar sus lancetas é impregnarlas de partículas virulentas, en el período adecuado de la enfermedad. 2* Prolongación de la vida del mosquito entre la picadura hecha en el enfermo y la que debe producir la enfermedad; y 3" Coincidencia de que sea un sujeto apto para contraer la enfermedad, alguno de los que el mismo mosquito vaya á picar después.” Esta es la teoría que el autor apoya en los siguientes he- chos: 1% En la Habana las enidemias que han causado mayores estragos, han coincidido siempre con las tres condiciones enun- ciadas. 2% La fiebre amarilla no fué conocida en la raza blanca si- no después del descubrimiento de América, y es opinión tradi- cional que en Veracruz ha existido dicha enfermedad desde que arribaron por primera vez los españoles, quienes señala- ron la presencia de los mosquitos en San Juan de Ulúa. 3% Las razas más expuestas á contraer el vómito, son aque- llas que más sufren de las picaduras por los mosquitos. 4% Las condiciones meteorológicas que más favorecen el 374 ANTONIO J.. CARBAJAL. desarrollo de la fiebre, son las mismas que aumentan el núme- ro de dichos insectos. 5% Los límites en altura, hasta donde se observa la fiebre, son los mismos que corresponden á cierta especie de mosqui- tos. 6% Las importaciones de la enfermedad por un navío, €o- mo el caso atribuido al vapor “Plymouth,” se explican por la invernación de los mosquitos, que después de haber picado á algún enfermo, conservaran «l germen, y saliendo de su letargo picaran á alguna persona no inmune. Segundo, La prueba experimental. Observación núm. 1.—F. B., individuo sano, no aclimata- do, fué picado por un mosquito que previamente se había he- cho picar á un enfermo de vómito al 5? día de enfermedad y que falleció al 7? día. Al 9% día comenzó á sentirse mal; y 5 días después entró al hospital, con una fiebre amarilla benig- na, perfectamente caracterizada por el ictero y la presencia de la albúmina en la orina, la cual persistió desde el 3? al 9' día. Observación núm. 2.—A. L. C., individuo sano, fué pica- do por un mosquito que había extraído sangre de un caso de vómito grave al 4* día; la segunda picada la efectuó al 6? de la primera. Cinco días después entró el sujeto al hospital, econ fiebre, dolores fuertes de cabeza y de cintura, inyección de la cara. El mal duró tres días y no se observó albúmina en la ori- na. Fué diagnosticado el caso de fiebre amarilla abortiva, por el médico del hospital. Observación núm. 3.—D. L. F., individuo sano, fué pica do por un mosquito dos días después de haber picado á un en- fermo grave de fiebre, al tercer día de enfermedad. A los cin- co días presentó síntomas de fiebre amarilla ligera, sin albú- mina. Fiebre amarilla abortiva. Observación núm. 4.—D. G. B., fué picado por un mos- quito dos días después de haberlo hecho á un enfermo grave, ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 375 , al 5” día de enfermedad, y que murió. al día siguiente. A los 15 días, el individuos manifestó que hacía 6, venía padeciendo dolores de cabeza, inapetencia y malestar general. Tuvo una fiebre ligera, y luego que desapareció, continuaron solo por al- gunos días los dolores de cabeza. Observación núm. 5.—I. C., fué picado por un mosquito dos días después de haberse llenado de sangre en el brazo de un enfermo al 5 día de vómito. Estuvo dos días enfermo du- rante el 9 y 10? después de la inoculación, pero no fué obser- vado á causa de lo leve de la enfermedad. Hecho este breve resumen de las observaciones, pasemos al final, que son las conclusiones. 1* Queda comprobado que el Culex mosquito, pica por lo regular varias veces en el curso de su existencia, no tan solo cuando su primera picada ha sido accidentalmente interrum- pida, sino también cuando ha podido saciarse por completo, transcurriendo en este caso dos ó más días entre sus picadas. 2* Como quiera que la disposición de las laucetas del mos- quito, se adaptan muy bien á retener partículas que se encuen- tran suspendidas en los líquidos que el insecto ingiere, no pue- de negarse la posibilidad de que un mosquito conserve en sus lancetas “? partículas del virus contenido en una sangre enfer- ma, y con él mismo inocule á las personas á quienes en lo su- cesivo vaya á picar. 3* La experimentación directa para determinar si el mos- quito puedetransmitir la fiebre amarilla, se ha reducido á cinco tentativas de inoculacien, con una sola picada, y estas dieron por resultado: un caso de fiebre amarilla benigna, pero perfec- tamente caracterizada con albuminuria é ietero; dos casos ca- lificados de fiebre amarilla abortiva por los facultativos de asis- tencia, y dos de fiebres efímeras ligeras, sin carácter definido. (1) O en sus órganosinternos, como las glándulas salivares, etc. (No- ta del autor). 376 ANTONIO J. CARBAJAL. pe EI ES —a - De lo cual se infiere, que la inoculación por una sola. picada no es suficiente para producir las formas graves de la fiebre amarilla, debiéndose aplazar el juicio respectivo á la eficacia de la inoculación, para cuando sea posible experimentar en condiciones absolutamente decisivas, esto es, fuera de la zona epidémica. 42 Si llegase á comprobarse que la inoculación por el mos- quito no tan solo puede reproducir la fiebre amarilla, sino que es el medio general por el cual la enfermedad se propaga, las condiciones de existencia y de desarrollo de ese díptero, expli- carían las anomalías hasta ahora señaladas en la propagación de la fiebre amarilla, y tendríamos en nuestras manos los me- dios de evitar, por una parte, la extensión de la enfermedad, mientras que, por otra parte, podrían preservarse con una ino culación benigna, los individuos que estuviesen en aptitud de padecerla. Hasta aquí, la men.oria del Dr. Finlay, que, como se aca- ba de leer, marcaba á los investigadores un nuevo derrotero: “la experimentación en seres humanos por medio de los mos- quitos, con el objeto de averiguar si podían ó no trasmitir el padecimiento, en cúyo caso se llegaría á demostrar que la san- gre era la materia virulenta, punto capitalísimo. No obstante, se esforzaron los sabios en buscar directamen- te el supuesto mierobio, y ya hemos visto en el escrito ante- rior"? que los Dres. Freyre, Carmona, Sternberg, Sanarelli y otros más, se empeñaron en esta falsa vía, sin lograr otra co- sa que retardar la ratificación del descubrimiento primordial. Veamos cómo se llegó á esta sanción, y por qué medios se obtuvo. (1) La etiología del vómito, considerada desde el punto de vista bue- teriológico, p. 81-102 del presente tomo. ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 3171 PO Con el objeto de continuar los estudios sobre la patogo- nia de la Fiebre Amarilla, fué nombrada la Comisión de Mé- dicos Americanos, que se dirigió á la Habana y comunicó el resultado de sus investigaciones el año de 1900. (The etiology of Yellow Fever. A preliminary Note by W. Reed, M. D., Sur- geon, U.S. A. and James Carroll, M. D., A. Agramonte, M. D. and Jesse A. Lazear, M. D., A. Ass. Surgeon, U. $. A.) Después de laboriosas investigaciones bacteriológicas, se llegó á la conclusión de que el bacillus icteroides de Sanarelli, no tiene relación causal con la fiebre amarilla, y que cuando existe, se debe considerar como un germen accesorio ó secun- dario. Se propusieron estudiar experimentalmente la transmi- sión por los mosquitos, de acuerdo con la hipótesis de Finlay, con tanta más probabilidad de éxito, cuanto que á ello les in- vitaban los brillantes trabajos de Ross y los médicos italia- nos, sobre la propagación de la malaria, de que antes he hecho mención. El Dr. Finlay había eserito, además de la nota que he extractado en los puntos principales, numerosos trabajos, cuya bibliografía anotaré más adelante. Las opiniones del Dr. Finlay, pueden resumirse en lo si- guiente: Primero: Reproducción de la enfermedad en su forma benigna, por la picadura del mosquito, dentro de un período de 5 425 días, transcurrido desde la contaminación á perso- nas susceptibles, Segundo: Inmunidad parcial ó completa contra la fiebre amarilla, cuando no se han producido manifestaciones pato- lógicas después «de la inoculación. (Medical Record, Mayo 27 de 1899). Los Médicos Americanos, exp>arimentaron sobre 11 indi. Mem. Soc. Alzate, México, T. 26 (1907-1908)—49. 378 ANTONIO J. CARBAJAL, viduos, no inmunes. El mosquito empleado fué, en todos ca- sos, el Culer fasciatus (Fabricius). Se obtuvieron Y resultados negativos y 2 positivos. «De éstos, uno fué el mismo Dr. Carroll. Observación 1? Este médico, de 46 años de edad, fué pi- cado por un mosquito el 27 de Agosto de 1900; previamente había picado á cuatro enfermos de fiebre amarilla. El día 29 en la tarde, se sintió indispuesto y el 31 fué á la cama. La en- formedad consistió en calentura, abatimiento, inyección oeu- lar, icteria y albúmina en la orina. El estudio de la sangre no demostró la existencia de los parásitos del paludismo; la enfer- medad duró 7 días, aparte de la incubación, y el sujeto se res- tableció. Observación 2% Americano, de 24 años de edad, inocula- do por un mosquito. Calentura, hemorragias por las encías, icteria, albúmina en la orina. La enfermedad fué grave y el enfermo sanó. Observación 3? El Dr. Lazear fué picado accidentalmente por un mosquito, y como lo había sido antes por otro que creía contaminado, no temió malos resultados, y esperó á que el mosquito, que tenía en el dorso de la mano, se retirara espon- táneamente. El resultado fué fatal, pues á los cinco días so- brevinieron los síntomas de la fiebre amarilla, con icteria y albúmina en la orina: el paciente sucumbió el día 25; 12 días después del piquete y 7 del principio del mal. Los autores concluyen asentando: que el mosquito sirve de huésped intermediario al parásito de la fiebre amarilla. El año siguiento de 1901, los Dres. Reed y Carroll, dirigie- ron al Congreso de Búffalo, otro escrito, titulado: “ fhe pre- vention of Yellow Fever.” (Public Health Papers Reports.— Tomo 27, pág. 1130—1901). Comienzan por recordar sus anteriores Memorias “The etiology of Yellow Fever,” “An additional note. Journal of ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 379 American Medical Assn. Feb. 1901.” “Experiment Yellow Fever. American Medical Assn. July 1901.” Como resultado de todas sus investigaciones, aseguran ya de una manera positiva, que la propagación de la fiebre ama- rilla se verifica por intermedio del mosquito Stegomya Fasciata nombre dado recientemente por Theobald al Culex fasciata, y que la teoría del contagio por los excreta del enfermo, sus ropas ú objetos contaminados, se ha desvanecido completa- mente, Burst like « bubble, “como revienta una burbuja de ja- bón;” ante los experimentos efectuados. Por esta razón, se fijan, sobre todo, en el estudio del mosquito, su distribución geográfica, sus costumbres, la fecundación y postura de hue- vos, la influencia de la temperatura, ete., ete.; así como las me- didas profilácticas que se deben poner en vigor para evitar la propagación de la enfermedad cuando ha sido importada; y más especialmente las que, con este fin, deberán adoptarse en su país. Habiéndose, pues, logrado la comprobación experimental, evidente, de la teoría de Finlay, el Consejo de Salubridad de la Habana, aprobó el plan propuesto por la Comisión presidi- da por el Dr. Reed y el Dr. Gorgas, dando cuenta de ello en una Memoria titulada: “The results of Yellow Fever Sanita- tion in Habana, Cuba, for the year 1901 up to September car- ried on upon the bases that the Stegomya mosquito is the sole me? ns of its transmission by W. €. Gorgas” M. D. Mayor de Surgeon U. S. Army.” Chief Sanitary Office. Habana, Cuba, Public Health Reports 1901. vol. 26, pág. 130. No entraré en los detalles, ya muy conocidos, de la mane- ra como se realizan esas medidas profilácticas para evitar la contaminación por los mosquitos, por ser asunto extraño á mi objeto. El resultado obtenido en"la Habana, se hizo sentir desde luego, pues la mortalidad descendió de una manera brus- ea, según los datos comunicados por el autor, Efectivamente, 380 ANTONIO J. CARBAJAL. las defunciones ocurridas desde el mes de Abril, hasta el fin de Agosto, fueron las »¡guientes: Año 18971 1:74 A .- 603 defunciones > IO da O ELE " y AO A aa 18 a A E 60 da A 6 O A EA A ys y + Una segunda Comisión Americana, formada por los Dres. Parker; Beyer y Pothier, vino 4 México y se fijó en Veracruz, durante varios meses del año de 1902. Ya he dado noticia en mi artículo anterior, de lo infructuoso que fueron sus investi- gaciones bacteriológicas, y algo he dicho acerca del parásito que encontraron en los mosquitos; voy ahora á referir sus ex- perimentos. Observación núm. 1. A. G., herrero, nativo de Jalapa, de 26 años de edad: ha residido en Teocelo, pueblo situado en el monte; nunca ha estado en la Costa. Vino á Veracruz y acep- tó la proposición que se le hizo de sujetarse á un experimento. Se le encontró sano y se le alojó? en un cuarto bien acondi- cionado para evitar que fuese picado por algún mosquito, Se examinaron la sangre y la orina. Examen de sangre: HomáDIAS 0 e A 4. 650. 000 (Hóbulos blaneos ..... ñ 6... 3800 Hemoglobina...... ds UNA (1) Report of Working Party n? 1. Yellow Fever Institute, A Study of the Etiology ot Yellow Fever by Hermann B. Parker, Ass. Surg., George E. Beyer, Ac. Ass. Surg., O. L. Pothier, Ac. Ass. Surg. March 1903. ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 381 A. Linfocitos, por ciento..........-. 19.4 B. Mononncleares grandes, por ciento.... 8.8 C. Polinueleares, por ciento ......-....... 67.4 D. Eosinofilos, por ciento... .....«o=...... 44 La orina nada presentó de particular. Al día siguiente de su arribo, fué picado por un mosquito, el 4 de Septiembre, á las 9.30 a. m. Este mosquito había chu- pado la sangre á un enfermo de vómito, el día 13 de Agosto, álas8 a. m., y cuarenta y una y media horas después del ca- losfrío, el caso era grave. El mosquito fué alimentado duran- te veintidós días con agua azucarada. La temperatura, el pulso y el estado del paciente, fueron observados á las S a. m. y 4 p. m. hasta el 6 de Septiembre. Al día siguiente, el 7, á las 11 a. m., el enfermo no tiene ape- tito, á las 11,30 se queja de dolores vagos en los hombros y las rodillas y acusa cefalalgia frontal. A la 1 p.m. los dolorés se hacen más intensos y sobrevienen calosfrío y náusea. La temperatura es 3798, y el pulso 98. Han transcurrido 74 horas desde la picadura hasta el momeato en que vino la cefalalgia. Algunos vómitos se repitieron el día siguiente: el pulso y la temperatura subieron rápidamente, aparecieron inyección con- juntival y congestión en las encías. El conjunto de síntomas era el de la fiebre amarilla vrave. El enfermo fué debilitán- dose gradualmente; la ieteria se hizo aparente y las encías san- graban; vino el vómito negro característico; la orina era albn- minosa y llegó á tener 5% gramos por litro, y bajó á 4 por litro el día 19: la temperatura volvió ese día á la normal: es decir, que duró 11 días. El enfermo estuvo sumamente gr-.ve y se restableció á fin del mes. El día S de Septiembre se aplicaron varios mosquitos en los puños para que chuparan sangre y se contaminaran; va- rias veces se le extrajo sangre para estudio; pero no se encon- tró nada especial, 382 ANTONIO J. CARBAJAL. Este caso demostró coneluyentemente, que la fiebre ama- rilla se transmite por la picadura de un mosquito previamen- te infectado. Observación núm. 2. Hombre de 27 años, zapatero, de Ja- lapa, fué inoculado con suero de la sangre tomada de la vena del caso anterior. El suero fué diluido con dos volúmenes de solución fisiológica y el todo filtrado á través de un Berkefeld- Seempli, 0.1 ce. de la mezcla El experimento fué considera- do negativo, porque después de seis días no apareció síntoma alguno. Sin embargo, desde el 11” día sobrevinieron cefalal. gia, dolores en las rodillas y tobillos y calentura, pero no hu- bo vómitos, albúmina en la orina, ni otros síntomas. Además no era de admitir que la inenbación hubiera tardado 11 días. Observación núm. 3. A. C., de 21 años, de San Antonio, Tlaxcala, fué inoculado eon 1 c.c. del suero que se-empleó en el caso núm. 2, el día 9 de Septiembre. Hubo una ligera reac- ción de 3796 al día siguiente, sin otra novedad. Después de 10 días regresó el sujeto á Jalapa, de donde había venido. El resultado fué negativo. Observación núm. 4. P. L., de 22 años, nativo de Celaya, nunca ha estado en la Costa. El día 11 de Septiembre se le dió á beber agua, en donde se habían triturado 4 mosquitos infee- tados, del mismo lote que sirvió para el primer experimento. Ningún síntoma sobrevino y el resultado fué completamente negativo. La Comisión Americana de Veracrnz, demostró experi: mentalmente, que el mosquito Stegomya transmite la fiebre amarilla. Inútil es decir que se tomaron todas las precauciones ne- cesarias para evitar las causas de error; los individuos no eran inmunes, se colocaban en cuartos á prueba de mosquitos, es decir, que no podían entrar á picar al sujeto en estudio, ete., ete. El resto del informe de dicha Comisión, trata extensamen- » > ETIOLOGIA DE LA FIEBRE: AMARILLA. 383 te de los mosquitos que se encontraron y clasificaron en Ve- -racruz, que fueron catorce especies, así como de la técnica más apropiada para hacer el estudio histológico de los mosquitos, así como de las lesiones que se supone produce el Miuococi- dium encontrado y los caracteres de éste, del cual he dado por- menores en mi anterior artículo. En 1901, emprendió sus investigaciones sobre la causa de la fiebre amarilla la Comisión francesa, enviada á Río Janeiro por el Instituto Pasteur, de París, y constituida por los Dres. Marchoux, Salimbeni y Simond. Sus investigaciones sobre la sangre, cuidadosamente per- -— seguidas, sin resultado, los condujeron á admitir que el miero- bio de la fiebre amarilla, debe pertenecer á esa categoría de vérmenes, llamados invisibles, ó ultramieroscópicos, de los cua. les ya se conocen algunos. Sus tentativas para infectar direc- tamente, con la sangra de los enfermos, los diversos animales de laboratorio y aun cinco especies de monos, fueron infrue- buosas, (Annales de PInstitut Pasteur.—Novembre 1903.—Vol, XL, puge 665). Después de numerosos experimentos y dejando ya á un lado los estudios bacteriológicos propiamente tales, llegaron á las siguientes conclusiones: Primera: el suero de la sangre de un enfermo, al tercero día de enfermedad, es virnlento. Al cuarto día ya no contiene virus, aun cuando la fiebre sea elevada. Segunda: el suero virulento inyectado en cantidad de '/,, e.C. bajo de la piel, puede producir la enfermedad. Aplicado simplemente este virus en una escoriación de la piel, no la"pro duce. Tercera: el virus contenido en el suero de la sangre. La Comisión francesa, formada por los Dres. Marchoux, Simond y Salimbeni, enviada por el Instituto Pasteur, según 384 ANTONIO J. CARBAJAL. . dije en mi anterior artículo, ? se dirigió á Río Janeiro en 1901 y se propuso determinar: 1% Si el mosquito Stegomya es en la naturaleza el agente de transmisión de la fiebre amarilla, y si es el único medio para que se verifique. 2 Las condiciones que favorecen su aparición, multiplica- ción y desaparición. 3% Qué condiciones se necesitan para que el mosquito se infecte y pueda transmitir la enfermedad. 4" Por cuáles medios puede el hombre protegerse contra el mosquito infectado. Consideraron como suficientemente demostrativos los ex- perimentos verificados en la Habana y San Paolo (no hemos hablado de los segundos por falta de documentos), y citan con elogio un trabajo del Dr. Hilario Greova, titulado “Les mous- tiches et le Fiévre Jaune”% publicada en el Bulletin medical Octubre 12 de 1901, y por lo mismo dirigieron sus investiga- ciones en sentido de ampliar nuestros conocimientos sobre otros puntos importantes. No obstante, provocaron infeccio- nes directamente con mosquitos, como en la observación 2* Experimento núm. 1. Adulto que recibió 1 e.c. de suero tomado cinco horas antes de un caso benigno de fiebre amari- lla al tercero día de la enfermedad. A los 5 días y 5 horas el sujeto fué atacado de fiebre, que evolucionó como la amarilla benigna. Este hecho comprobó que el virus circula en la san- gro al tercero día. Experimento núm. 2. Adulto picado por dos mosquitos in- fectados hacía 46 días por un caso de vómito al 2” día. A los 3 días 18 horas sobrevino la fiebre amarilla y fué grave. (1) La Etiología de la fiebre amarilla. Loc. cit. (2) La Fiévre Jaune. Rapport de Mission Frangaise compossée de MM, Marchoux, Salimbeni et Simond, Ann. de VInst, Pasteur. Tom. XVIL 1903, pág, 650 y siguientes. a, - ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 385 Experimento núm. 3 Adulto. Se le inyectaron sucesiva- mente 5 c.c. de suero ealentado á 55%. durante 20 minutos. A los 5 días se inyectaron 10 c.c. de suero calentado 10 minu- tos, y 7 días después se le inyectó sangre de un caso grave de fiebre amarilla al tercero día. Fué atacado de la fiebre á los 12 días:y dos horas y tuvo un carácter benigno. Otros dos experimentos, hechos también con suero, se hi- cieron igualmente para conocer los efectos preventivos óinmu- nizantes del suero. Y además, otros que creo inútil citar, y aun los mismos autores no los detallan. Inútil es decir que tomaron todas las precauciones de ri- gor y operaron con individuos inmunes. Sus conclusiones fue- ron: 1* La fiebre amarilla no se transmite en la naturaleza, ni “por el contacto directo con el enfermo ó sus excreciones, ni por el de otros objetos. + 2% Dicha transmisión se efectúa por la picadura de los mos- quitos, y en Río Janeiro la única especie que puede hacerla es el Stegomya fasciata. : 3* Esta transmisión sólo se verifica de día, autes de que el Sol se oculte bajo el horizonte. En cuanto á los otros asuntos que fueron motivo de nume- rosos experimentos, quedaron establecidas las conclusiones siguientes: | Primera: El suero de un enfermo, al 3” día es virulento y debe de serlo al 4*, aun cuando exista calentura. Segunda: La cantidad de '/,, de c.c. inyectado bajo de la piel basta para producir la enfermedad; esta cantidad es in- ofensiva aplicada sobre la piel despojada de su epidermis. Tercera: El virus del suero de la sangre del enfermo, atra- Mem. Soc. Alzate. México. T. 26. (1907-1908) —-50. 386 - ANTONIO J. CARBAJAL. . viesa la bujía F' de Chamberland sin dilución. Y en las mis- mas condiciones no filtra á través de la bujía B. Cuarta: el suero virulento conservado al aire, á una tem- peratura de 200 á 300 c., es inactivo á las 48 horas. Quinta: en la sangre desfibrinada, conservada bajo de acei- te de vaselina, á una temperatura de 240 á 390 e., el'germen do la fiebre amarilla está vivo al cabo de 5 días. A los 8 ya no es activo. Sexta: el suero virulento pierde su-actividad, calentado á- 550 e., durante 5 minutos. Séptima: una inyección preventiva del suero anterior, co- munica una inmunidad relativa que, seguida de la inooulación de una pequeña cantidad de virus, puede ser completa. Una iumunidad relativa se puede obtener con la inyección de san-* gre desfibrinada, conservada en el laboratorio bajo aceite de vaselina durante S días. Octava: el suero de un convaleciente, posee propiedades netamente preventivas. Esta inmunidad es apreciable todavía al cabo de 26 días. Este suero también parece gozar de pro- piedades terapéuticas. Novena: Como lo han demostrado Reed, Carroll y Agra- monte, la fiebre amarilla se produce por la picadura del Ste-. gomya fasciala: para lo cual, el insecto de haber sido previa- mente infectado, absorbiendo sangre de un enfermo atacado de fiebre amarilla, durante los tres primeros días de la enfer medad. Décima: El piquete no comunica fatalmente la enferme: dad, y cuando esto ocurre no proporciona la inmunidad, con- tra una inoculación virulenta. Undécima: El mosquito infectado no es peligroso sino des- pués de un intervalo de 12 días por losmenos, transcurrido des- de que chupó la sangre virulenta, y estando más peligroso cuanto más tarde pique, á partir del momento en que fué in- fectado. | Ñ E eS MN ty | E , : 14 0 pe 4 1 o 4 ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 387 Ñ Undécimaprimera: La picadura de dos mosquitos infecta- dos, puede producir una enfermedad grave. Undécimasegunda: En la region de Río Janeiro, así como de Cuba, ningún otro culicida produce la enfermedad del Ste- gomya fasciata., A Undécimatercera: El contacto con el enfermo, sus excreta ú objetos de otra naturaleza, son incapaces de transmitir el padecimiento, pues la única manera de ocasionar la enferme- dad, aparte de la picadura por el mosquito, es la inoculación en los tejidos de un individuo sensible, de la sangre proceden- te de un enfermo y recogida durante los tres primeros días de la enfermedad. Undécimacnarta: La fiebre amarilla no puede afectar ca- rácter cantagioso, sino en las regiones en donde existe el Stegomya fasciata. Undécimaquinta: La profilaxis de la fiebre amarilla, de- be apoyarse completamente en las medidas que se deben to mar para impedir la picadura del Stegomya fasciata al hombre enfermo y al sano. Undécimasexta: El período de inenbación suele prolon- garse hasta 13 días. Undécimaséptima: El Stegomya fasciata puede recibir co- mo parásitos, hongos, levaduras y esporozoarios. Ninguno de estos parásitos tiene relación con la fiebre amarilla. -- Undecimaoetava: Ni en la sangre, ni en el mosquito, pn- do descubrirse el agente causal de la enfermedad. *? Los autores ejeentaron sus experimentos en 27 hombres y abandonaron completamente las experimentaciones en los animales de Laboratorio, tal vez tomando en consideración que la enfermedad no se observa de una manera espontánea en los animales domésticos y que era inútil preseguir, siguien- (1) Annales de l'Institut Pasteur.—Novembre 17, 1903, page 1930, 388 ANTONIO J. CARBAJAL, Ñ do este método, que ya había fracasado, tanto en sus manos, coro en las de otros experimentadores. Por su parte, el Dr. James Carroll, presentó una nota que se publicó en 1903, con el título de “The etiology of Yellow Fever. An addendum, vol. 29, página 407. Public Health pa- pers and reports, 1903.” I. El estado fusiforme de los llamados mixococcidium Ste- gomya, de Parker, Beyer y Pothier, no tiene relación con la fiebre amarilla. ae II. Este organismo párece ser un hongo y no un protozoa- rio. En su face fusiforme, única en la que se encuentra con alguna constancia en el mosquito, presenta los botones, vacuo - los y esporas, así como las propiedades de coloración de los blastomicetos. Se encuentra con regularidad en los mosquitos machos y hembras que han sido alimentados con plátanos ma- 4 duros ó pasados, á los cuales se ha añadido algún enltivo puro de levadura silvestre. TIL. No se ha encontrado dicho organismo en mosquitos del género Stegomya que han picado á enfermos de fiebre en el primer período de la enfermedaú y han sido solamente ali- mentados con sangre, agua y azúcar. Esta conclusión concier- ne á los mosquitos que han reproducido la enfermedad en los seres humanos. Para terminar esta exposición de 1odes los trabajos que han llegado á mi noticia, sobre el asunto de este escrito, debo mencionar la sanción pública que ha obtenido este notable des- eubrimiento en el último Congreso de la Habana, verificado en Enero de 1905. ; Esta Asamblea fué presidida por el mismo Dr. Carlos Fin- lay, quien tuvo la satisfacción de presenciarla, El Dr. B. Lee, leyó una nota titulada: “A tribute=to Carlos Finlay for his distinguished services to Science and humanity in the mode of propagation of Yellow Fever,” y pronunció las e siguientes frases: Ñ . 3 ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 389 ' y . Los nombres de Reed, del heroico Carroll y del mártir La- zear, de Gorgas y Guiteras, deben inscribirse igualmente en el blasón que conmemorará este episodio histórico de la medi- cina, en Cuba; pero no es menos grande el honor á quien es deudora de la inspiración primera y que paciente y valerosa- mente ha sostenido su tesis durante largos años de lucha y , murmuraciones y burlas.” México, que proeura con grande anhelo utilizar los adelan- tos asombrosos de la Ciencia, «particularmente en lo que á la higiene se refiere, como lo atestigua la admirable campaña que se emprendió contra la Peste bubónica y fué coronada con el éxito más lisonjero, no podía permanecer en la inacción, tra- tándose de la fiebre amarilla, enfermedad endémica en el puerto principal de nuestro país, Veracruz, en donde desde ha- ce siglos se encuéntra el foco más virulento; pero que también se extiende á otras ciudades como Córdoba y otras poblaciones del mismo Estado y de los vecinos. Así fué como, á la mayor brevedad, el Consejo Superior de Salubridad de México y por iniciativa de sn digno y esclarecido Presidente, el Sr. Dr. E. Licéaga, se dió á conocer los trabajos verificados en la Haba- na por la Comisión Americana, y las medidas profilácticas que se deberían emplear para impedir la propagación de la fiebre amarilla, en una Memoria publicada en 1902. En el año si- guiente, el Supremo Gobierno (Agosto de 1903) aprobó el pro yecto que el mismo Dr. E. Licéaga dirigió á la Secretaría de Gobernación, en el cual propuso un verdadero plan de “Do- fensa contra la fiebre amarilla,” y comprendía la Organiza- ción de un Servicio Sanitario especial para combatir la enfer- medad en Veracruz y que debía realizar los siguientes precep tos higiénicos. "1% Evitar la formación de pantanos. 390 ANTONIO J. CARBAJAL. 2% Darles corriente, siempre que sea posible, ya sea porel drenaje ó haciéndolos desaparecer por medio del relleno, 32 Destruir las larvas de los mosquitos, principalmente por el uso del petróleo. 4% Evitar que se desarrollen los mosquitos en los depósi- tos de agua tapando éstos econ una red fina de alambre ó con tapas de madera. 5 Evitar la picadura de los mosquitos, colocando en las puertas y ventanas de las habitaciones, un doble alambrids; tupido, y haciendo uso del pabellón ó mosquitero. Para llevar á cabo un programa tan complicado, aunque á primera vista parece sencillo, era necesario contar con todos los recursos pecuniarios y de personal idóneo; así como con el apoyo de las autoridades y la cooperación misma del público. Todo ello se ha ido consiguiendo gradualmente, mediante la activa é ilustrada gestión del Consejo de Salubridad. Con es- te fin fueron redactadas por el Sr. Dr. Licéaga, varias Memo rias y fueron perfeccionándose los detalles del programa pri- mitivo, según las enseñanzas que la experiencia sugería. En 1903 se publicó un nuevo plan de campaña contra la fiebre amarilla, más vasto que el primitivo, aunque fundado siempre en los mismos principios. Siendo importante, como antes dijimos, la cooperación de las antoridades locales, de los médicos que ejercen en Ingares en donde existe ó puede des- arrollarse la fiebre amarilla y de los gerentes, empleados su- periores y Médicos de las Empresas de Ferrocarriles, de los Hacendados y Agricultores y del público, se publicaron circu- lares é Instrucciones para ilustrar la opinión pública y empe- ñarla á la realización de tan noble objeto, eual es el de extin- guir una enfermedad que ha sido una rémora para el bienes- tar y progroso de Veracruz y las otras poblaciones, en que, ya de una manera endémica ó epidémica, existe. Transcurridos dos años, ya pudo el Sr. Dr. Licéaga anun- ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 391 ciar ante el Congreso Higienista de Boston, verificado en 1905, los notables resultados obtenidos en nuestro país. En el año de 1904, se presentaron en varias poblaciones de los Estados de Veracruz, Yucatán y Oaxaca, 635 casos de de vómito con 197 defunciones, y en el año de 1905, de Enero á Agosto, solamente ocurrieron, en los mismos Estados, 70 ca- sos con 33 defunciones. En la Memoria referida, hace una exposición detallada de la manera cómo se practican en México: 1? El aislamiento del enfermo, 2% La desinfección de las habitaciones ocupadas por el en- fermo. 97 La destrucción de las larvas de los mosquitos. 4% La asistencia á los enfermos, incluyendo las visitas de observación. € Termina con las siguientes frases: “Comparando las cifras de casos registrados en el año anterior, con los de la actual hay una diferencia de 565, eomo resultado de la campaña hecha durante este período de tiempo.” “Por todo lo expuesto se verá el éxito alcanzado hasta aho- ra en México, en la lucha contra la Fiebre Amarilla, y la so- guridad de que, en porvenir no lejano, la enfermedad quedará definitivamente extinguida, como lo ha sido en la Isla de Cuba.” * Y k Como se ve por todo lo referido, ha quedado comprobada la hipótesis del Dr. Finlay, no sólo por los experimentos de las Comisiones de la Habana, Veracruz y Río Janeiro, sino por los excelentes resultados que, tanto en la Habana como en Méxi- do, han dado las medidas profilácticas basadas en esta teoría, que, como la del paludismo, se puede reputar como una ver- dad definitivamente adquirida para la Ciencia. No terminaré este escrito sin dar las más expresivas gra- 392 ANTONIO J. CARBAJAL. Es -s PA E A cias á mi buen amigo el Sr. Dr. J. E. Monjaraz, por la ama- ble deferencia con que se sirvió proporcionarme todos los do- - cumentos que me han servido para redactarlo. Bibliografía de los trabajos del Dr. Finlay, tomada de la Memoria del Dr. B., Lee. 1881.—Extract from the Protocol of Session held Feb. 18, by the Washington Sanitary Conference. Jan, and Febr. 1881. —See Dr. Coronado y Pamphlet (Dr. Lárión Finlay and his theory Engl. Text.) 1882.—Patogenia de la Fiebre Amarilla, Anales de la Aca- demia de Ciencias de la Habana. Vol XIX, pág. 160. 1883. - Sur une nouvelle theorie de la fiévre jaune. Arch. de medic. naval, Paris, vol. XXXIX, pags, 67, 90, 307. 1884. —Fiebre Amarilla experimental comparada con la natural benigna. Reimpresa por la Sociedad de Estudios Clí- vicos (1904) y con un apéndice del autor, en el cual se refie- ren todos los experimentos de inoculación practicados desde 1900. 1886.—Yellow Feber, its transmission by means of the Culex mosquito. American Journal of medical Sciences Oct. 1886, pag. 295. 1891.—Imoculation for Yellow Fever by means of con- taminated mosquitoes. Amer. Jour of Med. Science. Sep. 1891. 1893.—Climatological factors concerning the produdioó and expread of Yellow Fever. Forwarded to Dr. L. B. Hay- mann. Secret. of Medico-climatology of the Worlds Congress Exposition as a contribution to the Congress. 1894. —Yellow Fever inmunities Med. Jour-Nov, 1894. * 1898.—A plausible method of vaccination against Yellow Fever, The Philad. Med. Journ. Tom. 11-18598. 1899.-—Mosquitoes considered as transmitters of Yellow / ml > NS TO APA ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA. 393 Fever and Malaria. N. York Med. Record. May 27-1899, pag. 737. . 1900.—Gelbes fieber. Hand der Prakt. Med. Dr. Ebstein and Dr. Schalbe. 1901.—Yellow Fever and its transmission Four. Amer. Med. Ass. April 15-1901. 1901.—Finlay's mosquit Theory, before and after its offcial investigation. Med. Record. Aug. 31, 1901. 1901.—Two diferent ways by which Yellow Fever may ba transmitted by the Culex mosquito. Jour. of Amer. Med. Ass. April 19, 1902. 1901.—Epidemología primitiva de la Fiebre Amarilla. Cró- nica Médico-Quirúrgica de la Habana. 1902,—Is the mosquito the only Agent from which Yellow Fever is transmitted? Trans. of the First General Intern. Con- vention of the American Republics held in Washington, D. C. Dic. 24, 1902, pag. 67. 1902.—Method of stamping out Yellow Fever suggested since, 1899. Read before the Conference of State and Provin- cial Boards of Health. New Haven, Connecticut. Oct. 28, 1902. (Med. Phila, March. 1903). 1903.—An inedit Paper of Dr. Finlay, preliminare note by Dr. Juan Guiteras transmission of Yellow Fever by the Culex Mosquito dated 1891. (See. Revista de Medicina tropi- pical. Jul. 1903. Engl. text, pag. 132-143). 1903.—New Aspects of Yellow Fever etiology read at 31 annual meeting of the American Public Health Association. Oct. 29, 1903. The Journal Amer. Med. Ass. Feb. 13, 1904. 1904.—Yellow Fever Historical Sketch. Its etiology and mode of propagation in reference. Hand book of the Med. Science, 1904, vol. VII, pag. 322-332. Mem. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)— 51. 394 ANTONIO J. CARBAJAL BIBLIOGRAFIA MEXICANA. Ñ 1902.—Publicaciones del Consejo Superior de Salubridad de México, por el Dr. E. Licéaga. Instrucciones para precaverse de la Fiebre Amarilla y de las intermitentes ó paludismo, México, 1902. | 1903.—“Nuevo plan de campaña contra la Fiebre Amari- lla.” México, Noviembre 13 de 1908. I. “Defensa contra la Fiebre Amarilla.” denon Julio 1% de 1903. II. La Fiebre Amarilla, Memoria leída en la reunión de la Asociación Americana de Salubridad Pública, verificada en Boston, Mass, E. U. A., del 25 al 29 de Septiembre de 1905, por el Dr. Eduardo Licéaga, Delegado de la República Me- xicana. TIT. 1905.—Instrueciones á los Señores Gerentes, Em- pleados Superiores y Médicos de las Empresas de Ferrocarril que tienen por objeto contribuir á los trabajos emprendidos por el Consejo Superior de Salubridad, para combatir la Fie- bre Amarilla y procurar su extinción en la República, Noviem- bre, 1905. IV. Circular á los Señores Médicos que ejercen en las localidades en donde existe y puede desarrollarse la Fiohro Amarilla. Noviembre, 1905. V. Instrucciones para defenderse de la Fiebre Amari- lla, 6 impedir la propagación de esta enfermedad, Noviembre 1905. VI. Circular á las autoridades locales de las poblaciones on donde existen la Fiebre Amarilla y la Malaria, ó donde pue- dan desarrollarse estas enfermedades. Noviembre, 1905. ETIOLOGÍA DE LA FIEBRE AMARILLA, 395 VII. Instrucción á los Médicos y Agentes Sanitarios del servicio contra la Fiebre Amarilla, Diciembre, 1905. VIII. Instrucciones á los Señores Hacendados y Agricul- tores de la República Mexicana, por medio de las cuales pue- den ayudar eficazmente á.combatir el desarrollo de la propa- gación de la Fiebre Amarilla. Noviembre de 1905. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26, Los fenómenos eléctricos observados durante los últimos. temblores, POR EL PROF. L. (+, LEON, M, $, A. Durante el temblor ocurrido en la noche del domingo 14 de Abril de 1907, muchas personas tuvieron ocasión de obser- var un fenómeno en extremo enrioso que consistió en que de diversos puntos del horizonte se levantaban unas luces á ma- nera de relámpagos que llegaban hasta cerca del zenit desapa- reciendo súbitamente para volver á aparecer momentos des- pués. No tuve yo la oportunidad de observar dichos curiosos fe- nómenos, pero voy á citar las relaciones de dos personas que me merecen entera fe. La Srita. Dolores Pérez Muro, que vive en esta capital, en la calle del Hospicio de San Nicolás N? 17, tan pronto como empezó el temblor salió á la calle y se estacionó con otras personas en el crucero de las calles de Vanegas y de la citada calle del Hospicio de San Nicolás. Como en esos momentos se apagó la luz d> la calle, la ciudad quedó sumida en la más pro- funda óbseuridad lo que favoreció la observación del fenómeno admirable. Nos refiero la Srita. Pérez Muro que todo el tiem- po que duró el temblor el relampagueo fué constante, tenien- do las luces un color anaranjado. La Sra. D* Refugio Barragán de Toscano, antigua profe- sora de la Escuela Normal, me dice que encontrándose sola en 398 : L. G. LEON. su casa, dejó abiertas las puertas de madera de las ventanas con objeto de levantarse álas primeras luces de la aurora. Con los movimientos ocasionados por el temblor despertó la Sra. Barragán y dice que lo que más le impresionó fué la luz ana- ranjada que se desprendía á intervalos del horizonte y que ilu- minaba fantásticamente su habitación. En el temblor ocurrido en la noche del jueves 2% de Marzo próximo pasado se observaron fenómenos luminosos análogos. Yo me encontraba en una visita y en el momente del temblor - varias personas nos situamos en una puerta que comunica con un pasadizo provisto de ún tragaluz. Fué á travez de los vi- drios de ese tragaluz por donde pude percibir el constante re- lampagueo de color rojizo anaranjado. : Antes de exponer alguna teoría aceptable para explicar el fenómeno en cuestión recordaremos un experimento de física sitado por Gaston Planté en su interesante obra titulada: “Los fenómenos eléctricos de la atmósfera.” Supongamos un vaso lleno de agua destilada en la que se ha introducido de ante- mano el electrodo negativo de una batería de 800 pares secun- darios. Si se aproxima la superficie del líquido el electrodo po- sitivo, antes de que salte la chispa se ve que el líquido se eleva en forma de cono. Realmente es el mismo experimento yeri- ficado por los académicos de Florencia y que consistió en acer- car una barra de cristal frotada á la superficie de una peque- ña vasija conteniendo aceite: el aceite saltaba en diminutos chorros. La única diferencia consiste en que en el experi- mento de Planté se hace uso de una corriente eléctrica de alta tensión. Considerando á la tierra eomo un cuerpo electrizado en to- da su masa y encontrándose frente á frente de nubes podero- samente electrizadas se establece una tensión considerable en- tre dichas nubes y las masas líquidas que existen debajo de la costra terrestre. Los temblores de tierra ocurridos sobre las costas del Me- * > FENOMENOS OBSERVADOS DURANTE LOS ÚLTIMOS TEMBLORES. 399 diterráneo, en Francia y en Italia en el mes de Febrero de 1887 fueron acompañados de fenómenos eléctricos y de perturba- ciones magnéticas de gran intensidad. Se concibe según el ex- perimento citado antes, que nubes de gran extensión y fuerte- mente cargadas de electricidad puedan ejercer sobre la masa fundida que se encuentra abajo de la delgada costra terrestre efectos de atracción bastante intensos para producir un débil movimiento en la masa licuada y como resultado de ésto deter- minar dislocaciones de la costra terrestre. No cabe duda que la electricidad atmosférica es una fuer- za muy caprichosa y que no siempre tiene su máximo de inten- sidad; sus manifestaciones no se producen sino cuando ese agente físico está temporalmente acumulado en un lugar. Y si con la electricidad artificial que producimos con nuestras má- quinas podemos obtener poderosos efectos mecánicos y calorífi- cos fácilmente sé comprende la extremada potencia que puede desarrollar la electricidad atmosférica, fuerza notablemente su- perior ála que nuestros aparatos pueden producir. Resulta de lo anterior que la electricidad acumulada en una gran masa de nubes, y este hecho está perfectamente re- conocido como ocurrente en las regiones ecuatoriales y tropi- cales donde la evaporación es muy abundante, puede ser causa directa de algunos temblores, pero suponiendo que ésto no sea, sí creo que pueda admitirse que esas luces fantásticas, que por cierto jamás han estado acompañadas de truenos se deban á ura verdadera descarga lenta ó sea una serie de efluvios entre las nubes poderosamente electrizadas y la capa líquida situa- da abajo de la costra terrestre. Debo hacer notar que tanto en el temblor del 14 de Abril de 1907 como en el del 26 de Marzo próximo pasado, el cielo ha estado enteramente nublado y por nubes del tipo nimbus que como se sabe son nubes bajas y por lo tanto de influencia más eficaz bajo el punto de vista eléctrico. Para terminar indicaró cómo obtuve el seismograma que y E . A Yi e y 400 L.G. LEON.—FENOMENOS OBSERVADOS DURANTE LOS ÚLTIMOS TEMBLORES, q fué publicado por el Imparcial y el Diario de esta ciudad, po- cos días después del temblor del 26 de Marzo próximo pasado. El seismógrafo que empleo fué inventado por el Sr, Pbro. D. Gustavo Heredia, S. J. miembro de esta sociedad, miem- bro de la Real Sociedad Astronómica de Londres y Director del Observatorio del Colegio Católico de Puebla. El aparato se compone de una varilla de fierro con delica- da suspensión á la Cardan; la varilla sostiene en su parte in- ferior una esfera de latón llena de plomo y que lleva en su par- te inferior una pequeña hélice de alambre muy delgado de hierro. La extremidad del alambre apoya suavemente sobre un disco de cristal muy bien nivelado y cubierto con una capa de humo producida por la combustión de un pequeño trozo de alcanfor. Al producirse el temblor el péudulo oscila, la punta del espiral del alambre marca en la capa de humo la huella del movimiento y después la lámina de cristal hace veces de nega- tiva para sacar todas laspositivas que se desee sobre papel sensibilizado. México, 4 de Mayo de 1908. SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRESs, T. 26. A EL MONOLITO DE ACATLAN. Xiuhtecuhtli-Tletl (Dios del fuego) POR EL PROFESOR BAMON MENA, M. $. A, A Mrs. Zelia Nuttall, M. S. A. La nueva orientación de los estudios arqueológicos nacio- nales, hace que nos aproximemos hoy más que ayer, al medio social de nuestros antepasados. Fruto de aquella orientación es la preferencia que se dá al monolito, cuando entre éste y el Códice nos encontramos; la clasificación de la roca, la ubica ción ó locación del monumen- to, la descripción, la interpretación, el estudio comparativo y finalmente la clasificación. Es procediendo así como desaparece la niebla que envuel- ve á nuestra Arqueología, es procediendo así, como se llega á la verdad y se facilita la discusión. Por de contado que las galas literarias no tienen, no deben tener cabida en la exposición arqueológica; son ellas las que hacen intervenir la fantasía y tornan en torbuoso el camino recto. Mem. Soo. Alzate. México». 'P, 26 (1907-1908)—52. 402 RAMON MENA. Dolorosos ejemplos nos hacen hablar así, mas nunca lo bas- tante á destruir el edificio de la imaginación fatalmente levan- tado en el sereno campo de la Arqueología. Dicho esto, pasaremos á ocuparnos en el estudio de un ejem- plar notable. Tenemos la suerte de encontrarnos frente á un monolito. Sus dimensiones son: Longitud de la piedra......... PERO A . 4 m. Latitud" ii io da a Espesor Y. JeSino (pis e dao eN EN 2 Longitúd de la figura.....-.==-...... . ¡1 20 Petrografía. La roca de este monumento es granítica (?) y abunda en la región; así me lo dice el Ingeniero Pablo Solís que midió y fo- tografió este monolito. Yo no lo conozco de visu y por lo tanto, no puedo proporcionar detalles petrográficos siempre intere- santes. Descripción. La figura que tenemos al frente, es reproducción de la fo- tografía directa del monolito. La figura es un bajo relieve bian acabado, no obstante la dureza de la roca. Se trata de una figura humana ligeramen- te inclinada hacia delante; tiene un rico tocado que remata arri- ba en penacho de plumas; lleva máscara, venda en los ojos, nacochtli (orejera), un tlachieloni en la mano derecha y un chi- malli en la izquierda. Viste faldellín orlado de tecpatl, gasta cactli y á la espalda una figura simbólica. EL MONOLITO DE ACATLÁN. 403 E! chimalli, tiene la misma máscara y la misma venda que la figura á que pertenece. Atrás del penacho, derecha del observador, hay el gerogli- fo de una fecha. Locación. El monolito se encuentra en la Municipalidad de San Pa- blo, jurisdicción de Acatlán, Estado de Puebla; al pie del Ce-' rro Gordo y aseguran haberse desprendido de roca mayor, en la que se advierten restos de geroglifos. Interpretación. Los tecpatl, colocados unos al lado de otros, son la repre- sentación de tletl, el fuego, y recuerdan la manera primiti- va de obtenerlo; así pues, nuestra figura lleva su nombre en el faldellín y ese nombre es tletl, el fuego. La máscara, el tlachi- eloni, la venda y la figura simbólica de la espalda, nos dicen 404 RAtON MENA. que se trata de una deidad, estamos por tanto, frente al Dios del Fuego de los mexica, Dios llamado Xiuhtecuhili-tletl. Los historiadores primitivos, que recojieron los conoci- mientos históricos y mitológicos de los nobles y tecuhtlis que sobrevivieron á la toma de Tenuchtitlan, describieron á Xiuh- tecuhtli-tletl llevando máscara, venda, orejera, tlachicloni, en la mano derecha y escudo en la mano izquierda y á cuestas, un dragón fantástico. Como se ve, todo éstá representado en nuestra figura y por lo tanto, la interpretación resulta exacta. La fecha es nahui xochitl equivalente al 20 de Junio y ha- ce alusión á una de las fiestas de la deidad. Es frecuente, encontrarse en las deidades, su nombre y la fecha de sus fiestas, de modo que el Dios eza juntamente para los mexica, un libro ritual particular. Quiero llamar la atención acerca de esta fecha, acerca de su factura. No es desde luego el tipo del geroglifo xochitl, es una variante que trae ála memoria la representación de tec- pactl; no es la primera vez que encuentro este caso, frecuen- to con el signo acatl. Se puede establecer como regla gene- ral, yue cuando el signo tecpatl va incluído en alguna fecha, hace referencia á sacrificios humanos. Era extraño no encon- trar tal referencia en esta deidad, toda vez que lleva nombre y fecha de su fiesta. Cabe aquí advertir, que las rayas transversales, que en los geroglifos de divinidades, parecen sin oficio, indican así mis- mo sacrificios, ni más ni menos que las borlas de pluma. La palabra Xiuhtecuhtli-tletl es mexica y su traducción, vale tanto como: “fuego: Señor del año.” El dragón simbólico que lleva á cuestas la deidad, tiene es- te nombre Xiuhcoatl-“nahualli Ó sea, “la divina culebra del año”. Esta relación estrecha entre el fuego, la culebra y el año * He respetado la escritura de esta palabra, por ser ya común. La es- critura correcta es: xihucoatl (de xihuitl año.) EL MONOLITO DE ACATLAN. j 405 / es de grandísima utilidad para la interpretación del soberbio monumento conocido con el nombre de Calendario Azteca. Arqueología comparada. En el fondo del cuauhxicalli ocelotl-tezcatlipoca, del Museo Nacional está un Sacerdote con las vestiduras de Xiuhtecubh- tli y podemos reconocerle los atributos de esta deidad que es- tudiamos. ' En el Tonalamatl de Aubin y en los Códices, aparece esta deidad con variantes, que traen vacilaciones al que estudia, pero es conveniente fijarse en que nunca falta el Xiuheoatl- nahualli ni la venda, estos son constantes y para no citar con exceso, remito al Códice Borbónico, por ser de los más claros. En los Códices, la figura aparece con colores y son: plumas del penacho, verdes; tlachicloni, máscara y xiuhcoatl, amari- llo; nacochtli de varios colores, barba negra y chimalli, cuan- do lo lleva, orlado de amarillo y al centro verde. Clasificación. El monolito en estudio, pertenece á la civilización azteca. El año no consta en el monumento, pero averiguando bajo qué Rey se procedió á incluir el tecpatl en otros signos, tendremos el dato; más de aquí, surge nuevo estudio que reservo para otra ocasión. " México, Mayo de 1908, NOTA.—Quiero hacer presente mi gratitud al Sr. Dr. Peñafiel, quien bondadosamente se ha servido facilitarme los originales de sa monumental obra inédita: El Templo Mayor, obra que está llamada á revolucionar in- teligentemente nuestra Arqueología. SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26 DIPODOMYS PHILLIPSI, Gray, POR EL DOCTOR A, DUGES, M. $, A, La adaptación al salto se observa en varios mamíferos de góneros y órdenes bien diferentes, y su explicación parece di- fícel de hallar. Un lemuriano (el tarcero), unos incectívoros (los macrocélidos), unos roedores (gerboas helamys, etc), entre los mar- supiales los kanguros están organizados para el salto como el Dipodomys que hace el objeto de este artículo; y sin embargo, no, se encuentra ni en las circunstancias donde viven ni en sus costumbres, particularidades aplicables á tados ellos: unos son nocturnos, otros diurnos; éstos viven en grandes llanos, aque- llos en reducidos espacios; los hay en parajes estériles y en otros puntos donde la vegetación abunda; la alimentación es á veces insectívora y otras vegetal. Si se quiere hablar de con- vergencia, se tropieza con las mismas dificultades.* Dejaré, pues, este punto de vista y pasaré á la descripción del Dipo- domys. Los dibujos queacompañan esta nota, tomados con Li exactitud, ayudarán á comprender el texto. Este roedor pertenece á la gran sección de los simpliciden- tados: es de la familia de los seudostomídeos ó saccomyídeos ca- racterizados porla presencia de enormes abazones ó bolsas cu- * El Dipodomys vive en los mismos puntos que otro gran roedor, el Neotoma Mexicana, que no salta y anda como las ratas comunes. 408 A. DUGES. táneas cuya abertura simula una gran boca, mientras ésta es al contrario muy pequeña: es notabilísimo entre los de la mis- - ma familia por la grarr desproporcion que exista entre sus pa- tas posteriores y las anteriores; la cola es larga y delgada. Se diferencía de un género muy parecido (Dipodops) en que no tiene más que 4 dedos posteriores. Los dipodops, Ó mejor, por prioridad, Perodipus, tienen cinco dedos posteriores; no se en- cuentran-en los mismos lugares. Este animal es llamado Rata Jabalí ó Rata de San Luis, por los campesinos, pero también aplican este nom- bre á los Neotomas que difieren bajo todos aspectos. A pe- sar de la aserción de Lydekker no tiene nada de elegan- te como se puede ver por su retrato hecho sobre el ani- mal vivo; es al contrario recogido y se mantiene encorvado hacia adelante, actitud que he observado siempre en los mu- chos individuos de ambos sexos que he tenido en jaula. Sus dimensiones ordinarias son como sigue: cuerpo con la cabeza 10 ena; cola 17 em; tarso econ los dedos un poco más de 4 em. El ojo es negro y algo proominente. Las orejas casi desnudas, pardo rosado claro, á veces con el borde negro. El cuerpo es aleonado parduzco: los flancos tiran á aleonado rojizo: las par- tes inferiores son de un blanco puro, bien separado de los eo- lores de las regiones superiores y laterales; de este mismo co- “lor son las patas anteriores con los dedos teñidos de rosa; al través del muslo se extiende una faja blanca que se continúa sobre el resto del miembro posterior hasta los dedos pero el tarso lleva por debajo una línea negra. La cola es parda por encima y por debajo, y blanca en los lados, así como el fleco que la termina. El pelo le forma una cresta. En derredor del ojo y en los lados del hocico blanco algo amarillo. Una man- cha negra encima de la punta del hocico, nariz color de rosa. Los dos sexos y los jóvenes no difieren. El esqueleto presenta particularidades notables que permi- “ DIPQDOMYS PHILLIPS1. 409 A A A A AAA A AA _- ten reconocerlo á primera vista. El cráneo (véanse las figuras) DIPODOMYS PHILLIPSI, GRAY. + tamaño natural. Cráneo, tamaño natural. se asemeja á un triángulo cuyo ángulo anterior está adelgaza- do y la parte posterior formada de dos globitos alargados y di- vergentes que son las bulas auditivas con su orificio auditivo externo muy ancho: los zigomas delgadísimos: la mandíbula in- Mem. Soc. Alzate. México. 'T. 26 (1907-1908)—53. 410 ' A. DUGEs. ferior tiene el ángulo ancho y torcido hacia afuera. Las claví- culas son perfectas. El tórax, de forma cónica, es muy angosto en su porción anterior y se ensancha por atrás hasta voltearse hacia afuera, y viene á ser como la tercera parte del tronco. El cuello es muy corto porque las 3*, 4%, 5? 61, y 7* vértebras cer- vicales son muy deprimidas y como soldadas y sin apófisis es- pinosos. El fémur en su mitad proximal ofrece una lámina muy saliente y filosa: el peroné, muy delgado, se suelda en la mitad del hueso: los cuatro metatarsianos están bien distintos uno de otro, pero en una parte de su longitud, manifiestan una tenden- cia á la coalescencia que recuerda la soldadura de estos huesos en el Gerboa alactaga. El cerebro es liso. El pelo, muy suave. He recibido la Rata Jabalí de una hacienda ubicada entre León y Silao, de Comanjilla y de la Quemada. Parece que se ha hecho rara, pues hace años que no he podido conseguir un solo individuo. Estos roedores se alimentan de toda clase de semillas y de plantas verdes, pero parece que abundan en los chilares, y se les acusa de causar pérdidas en ellos: yo creo que, debido á la pequeñez de sus incisivos, han de ser poco nocivos, y que el daño debe atribuírse sobre todo á los meotomas que sno muy fuertes, voraces y numerosos, y tienen grandes incisivos. Observados en cautividad los dipodomys son interesantes. He visto la cópula: el macho abraza á la hembra por delante de los muslos como lo hacen los perros, y cuando ella se niega á sus deseos, él la muerde cerca de la cabeza: es de creer que esta mordedura no le duele mucho porque no grita; y yo mis- mo puedo asegurar por experisncia que es poco sensible y no saca sangre. Estos animalitos son de una agilidad extraordina- ria, muy juguetones y hacen saltos enormes para su tamaño, con frecuencia hacen maromas hacia atrás. Porlo general son mansísimos y no tratan de morder más que cuando se les mo- lesta, pero sueltan un chorro de orina clara amarilla é inodora. Son muy friolentos, y casi todo el día lo pasan dormidos entre DiPODOMYsS PHILLIPSI. . 411 sus abrigos. Tienen un grito especial que parece el ruido de un beso. Me he extendido un poco sobre la historia de estos roedo- res porque no han sido estudiados hasta ahora con cuidado, y porque sus particularidades anatomo-fisiológicas presentan interés. Queda planteada la cuestión de las dimensiones extra- ordinarias de las extremidades posteriores; es un problema de biología que pide explicación y no me parece tan sencillo si se refiere uno á las reflexiones que encabezan esta pequeña bio- grafía. Guanajuato, Abril de 1908. p 0d x da SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 26. DANTCONTAN, DE MIS NOTAS DE VIAJES. POR EL DOCTOR J, M, DE LA FUENTE, M, $, A. La Capital gentílica del poderoso y floreciente Reino de Michoacán, la populosa Corte de los Reyes Tarascos, que con- taba en sus tiempos gloriosos con una población de 40,000 ha- bitantes, hoy es un pueblo insignificante que apenas cuenta con unos 3,000 vecinos que viven muy pobremente de la agri- cultura, de la pesca y de la alfarería. Tzintzuntzan, está situada en la margen Sur del hermoso lago de Pátzcuaro á cuatro kilómetros de Quiroga; sus calles son anchas, tiradas á cordel, de Sur á Norte y de Este á Oeste, y están formadas, en su mayor parte, de altas cercas de piedra laja sin ninguna argamasa. Inmediatos al pueblo, están dos elevados cerros, uno al Poniente y el otro al Oriente, los que proyectando sus sombras, mañana y tarde, sobre la población hacen que ésta sólo disfrute de muy pocas horas de sol, de lo que resulta que los días parecen demasiado cortos; y esta fué precisamente una de las razones de mayor peso de las que ale- 414 J. M. DE LA FUENTE. gó el venerable Obispo D. Vasco de Quiroga para trasladar su silla Episcopal á Pátzcuaro en 1540. El Rey D. Felipe II, en su cédula fechada en Valencia el 28 de Septiembre de 1534, le otorgó 4 Tzintzuntzan el título de ciudad y le concedió el escudo de armas que hasta hoy se conserva en el Juzgado de la población. En el Sur de la población, y muy inmediatas á ella, exis- ten dos grandes Y ácatas construídas de piedra laja sin labrar y superpuestas sin ninguna argamasa. Según cuentan allí, so- bre la Yácata del lado del Este, estaba el Templo y sobre la del lado Oeste el Palacio del Rey; pero yo creo, que dado lo deleznable de estas construcciones, deben haber tenido otro objeto, pues no parece posible que hayan podido soportar el peso de ningún edificio, por ligero que haya sido, y más bien me inclino á creer que sean túmulos. Por la calle que conduce al camino que va á Quiroga, so- bre una barranca que atraviesa la población de Surá Norte y - va á desaguar al lago, hay un puente de cal y canto en el que sé leen estas dos inscripciones que ostenta en sus dos cortinas grabadas en relieve sobre dos lápidas de cantera; la del lado Sur, dice: “SIENDO GOBERNADOR D. MIGUEL JOSEPH EN EL AÑO DE 1736. A COSTA DEL COMUN. Y SE FINALIZÓ EL 15 DE JUNIO DE 1756 N. S. SDO. ALCALDES D. PHEAEDO 1. D. PASCUAL GUA- CUJAN D. GENCIA 20. e 0 (aquí está rota la lápida y no se puede leer lo que sigue.) La inscripción del lado Norte, dice: “REYNANDO EL REY N. S. D, FERNANDO VI. Q. D. G, SE REDIFICÓ ESTE PUENTE EN LA CIUDA DE TZINTZUNTZAN.” Esta última inscripción, me recuerda aquella famosa leyen- da que cuentan se leía en un puente de cal y canto en Lagos, que decía: “ESTE PUENTE SE HIZO AQUÍ.” De capital del Reino de Michoacán, ha venido Tzintzun- tzan, áquedar convertido en Tenencia perteneciente á la Muni- cipalidad de Quiroga. PAY 3 'TZINTZUNTZAN. 415 Los elementos de vida con que cuentan actualmente los ha- - bitantes de Tzintzuntzan son tan exiguos, que apenas les bas- tan para vivir muy pobremente, pues el comercio local está representado por dos únicos y miserables tendajones que só- lo giran unos cien pesos cada uno, incluso el ramo de panade- ría que también explotan. La industria más productiva del pue- blo es alfarería, pues la loza que fabrican goza de gran fama, no solo en Michoacán, sino en todos los mercados á donde se la lleva fuera del Estado. De este artículo, se elaboran 1,440 cargas al año, las que, una con otra, según clase y tamaño, se venden á razón de un peso la carga, de lo que resulta un pro- ducto anual de $1,440. La agricultura se reduce á: 3,000 cargas maíz; 100 de frijol, 50 de haba y 200 de cebada, las que se venden: á $3.00 $8.00 $5.00 y $2.00 carga, respectivamente, lo que da un producto anual de $14,050 y agregando, á esta suma, el producto de la loza, tendremos un total de $15,490: suma tan exigua, que no se comprende cómo puedan vivir con ella los 3,000 habitantes que tiene la población. Los Miércoles y los Sábados, tienen lugar los tianguis los que se efectuán en el Desembarcadero, al estilo primitivo; allí no cireula moneda de ninguna clase solo se cambian efectos por efectos, las familias tienen que proveerse de loza, de la que allí se fabrica, la cual les sirve de moneda para hacer sus com- pras. Tzintzuntzan, es curato de la Mitra de Morelia, y tiene ac- ,tualménte cuatro templos abiertos al culto católico, que son: la Parroquia, la Soledad, el Hospital y el Santuario de Gua- dalupe. La Parroquia, que fué el primer convento que los Francis- canos erigieron en Michoacán, es una hermosa construcción de cantería; en el cementerio, que es bastante extenso, se vén los cimientos de la catedral que comenzó á construír el venerable 416 J. M. DE LA FUENTE. Obispo D. Vasco de Quiroga, cuya obra abondonó cuando tras- ladó su Silla Episcopal á Pátzcuaro. A la derecha de la puer- - ta de la Parroquia, está una pequeña Capilla de cantera la que apenas mide unas cinco varas de largo por cuatro de ancho, en el fondo tiene un altar también de cantera: esta fué la pri- mera Capilla que se construyó en Michoacán, en el mismo lu- gar donde se dijo la primera misa, y allí fué tambien donde su primer Obispo D. Vasco de Quiroga tomó posesión de su Obis- pado, pues en aquella época, era la única iglesia que había en Tzintzuntzan. Esa pequeña Capilla, además de recordar el si- tio donde se dijo la primera misa y el lugar donde tomó pose- sión de su Obispado el primer Obispo de Michoacán, recuerda también un hecho maravilloso que refiere la tradición. Se cuenta, y yo lo refiero aquí á título de curiosidad, que una vez en que los misioneros dispusieron que los neófitos que estuvieran ya suficientemente instruídos recibieran la prime- ra comunión, seleccionaron de entre ellos los más capaces y como, por su mala estrella, no tuvo la dicha de encontrarse en- tre estos una india llamada María Francisca, se deshizo en llan- to, pues tenía ardientísimos deseos de recibir la primera comu- nión; pero no había remedio, tenía que resignarse y esperar hasta tener la instrucción requerida para el caso. Llegó por fin el día en que los neófitos elegidos iban á recibir la primera co- munión, y para darle á aquel acto mayor esplendor se dispuso una solemne y magestuosa función de iglesia; mas como en la diminuta Capilla, 4 duras penas cabían los sacerdotes ofician- tes, toda la inmensa multitud de fieles ocupaba el cementerio - y confundida entre ellos, allá, entre los más lejanos, se encon- traba María Francisca compungida y llorosa. Llegada la hora de repartir el pan encarístico, al toque de la campanilla, todos los fieles se ponen de rodillas y el Sacerdote da principio á la sagrada ceremonia; de repente, una hostia se escapa de sus de- dos y vuela por sobre la asombrada multitud hasta la boca de 'UZINTZUNTZAN. 417 María Francisca quien la recibe llena de júbilo, con unción y recogimiento. Ante tan estupendo prodigio, los frailes se abren paso por entre la muchedumbre, van hasta donde se encontra- ba María Francisca y la conducen en triunfo hasta la Capilla, en seguida levantan una acta y forman un voluminoso expe- diente con las declaraciones de los innumerables testigos que presenciaron aquel prodigio, y eon él dieron cuenta al Papa, quien dispuso que María Francisca y todos sus descendientes, usaran para siempre el apellido de Feliz. Con este apelativo, conocíen Tzintzuntzan, unos tres individuos que se decían des- cendientes de María Francisca. En la Sacristía de la Parroquia, que es una pieza chica, y obscura, y por lo mismo la más inadecuada para el objeto, fué donde se les ocurrió colocar el hermoso cuadro del descendien- teque Felipe II regaló á4 Tzintzuntzan, cuya pintura se atribuye al Ticiano, loque no se puede confirmar porla falta de firma; pe- ro sea quien fuere el autor, ella es una óbra bellísima y de gran mérito, á juicio de cuantos inteligentes la han visto, tanto na- cionales como extranjeros. El cuadro mide unas cinco varas de largo por tres de an- cho; en segundo término, está representada la escena en que Felipe II hace entrega del Lienzo á los frailes que lo han de conducir á Tzintzuntzan; Felipe II está de pie y frente á él dos frailes Franciscanos y uno de éstos tiene en la mano un ro- llo que se supone ser el lienzo que acaba de recibir del Mo- narca. ; La iglesia de la Soledad, está contigua á la Parroquia y es un hermoso templo de cantera, amplio, con bastante luz y de arquitectura más moderna que San Francisco, pues su cons- trucción terminó á principios del siglo pasado según se ve en una de las dos inscripciones que están á la entrada de la esca- lera que conduce á la torre, en una de éstas dice: “SE HIZO LA DEDICACIÓN DE ESTE TEMPLO EN EL MES DE MARZO DE 1811.” Mem. Soc.Alzate, México. 'T., 26 (1907-1008) -54 418 J. M. DE LA FUENTE, L 9 ., Z yA Ñ ; y en la otra inscripción, que está frente á ésta, se lee: “SE BLANQUEÓ ESTA IGLESIA EN EL MES DE JULIO DE 1817.” Esta iglesia, con todos sus altares, imágenes y paramentos, - fué costeada por el Canónigo D. Manuel Leso, de la Catedral de Morelia, quien fué originario de Tzintzuntzan. Llama la atención en este templo, ana primorosa urpa de carey armada sobre una armazón de plata y con aplicaciones del mismo metal sobre el carey en el que forman bellísimos y artísticos dibujos. Esta rica urna encierra una magnífica es- cultura del Santo Entierro, del tamaño natural. En el Presbiterio, al lado del evangelio, hay una bóveda subterránea á la que se baja por una escalera de madera, y mi- de cinco varas de largo por cuatro de ancho y tres de alto, el pavimento es de mezela sin pulir, y allí, sin caja vi cosa algu- na que lo resguarde, reposan los restos del Canónigo D. Ma- nuel Leso cuyo cráneo sorprende, verdaderamente, por sus de- formes y colosales dimensiones. La iglesia del Hospital, fué fundada por el inolvidable Obis- po D. Vasco de Quiroga, y de la del Santuario de Guadalupe no existen ningunos datos que nos dén á conocer su historia ni la época de su fundación; pero, á juzgar por su arquitectu- ra, debe ser el templo más moderno de ¡os que existen en Tzin- tzuntzan. Antiguamente, había mayor número de templos en la po- blación según se ve por las ruinas que todavía existen en las las iglesias del Tercer Orden, San Nicolás Tolentino y San- tiago. Contigua al cementerio de la Parroquia, está ana casa de adobe de construcción muy primitiva, la que se conoce por “LA KENGUERÍA” (de KENGUE, Mayordomo.) esta casa es la ofi- na de los Mayordomos de' los Santos y allí se reunen al fin de cada año los ancianos y vecinos principales del pueblo para elegir los Mayordomos que deben funcionar en el si- guiente. , TZINTZUNZAN. 419 Tuve oportunidad de presenciar una de estas juntas elec- torales, y no puedo resistir la tentación de describirla. La sala donde se efectúa la reunión, es una pieza baja de techo, larga, angosta y muy obscura, pues solo recibe luz por dos diminutas ventanas, que más propiamente podrían llamar- se troneras, el suelo es el de tierra y allí no hay sillas, me- sas, ni mueble alguno; los electores se sientan en el suelo, con las piernas dobladas al estilo oriental, formando dos hile- ras á lo largo de la sala, una frente de otra; pero dejando en- bre ellas y la pared, un espacio suficiente para que pueda tran- sitar libremente el mozo, quien se ocupa, durante la sesión, de repartir cigarros á los electores y hacer circular entre ellos una botella con aguardiente; pero parece que esto es solo una ri- tualidad, puesto que terminada la sesión, que por cierto fué bas- tante larga, noté que la botella conservaba más de los dos ter- cios del aguardiente que contenía al principio; no obstante las frecuentes libaciones que habían hecho los Señores Elec- tores. El peor jugado de los mayordomos que allí se eligen, es el de Santa Elena de la Cruz (madre de Constantino) y sin em- bargo de ello, es la mayordomía más codiciada. Este mayordo- mo, se elige un año antes de aquel en que debe funcionar á fin de que tenga tiempo de construír una casa enteramente nueva en la que, según la tradicional costumbre, tiene obligación de recibir la:imagen de la Santa. Diez días antes de la fiesta de Santa Elena, esto es, el día 8 de Agosto, transladan la imagen, de la casa del mayordomo saliente á la Parroquia, y allí, con intervención del Párroco y el Mayordomo Mayor y en presencia de los demás Mayordo- mos, hace formai entrega el Mayordomo saliente al entrante de la imagen y todo cuanto le pertenece, incluso el numerario que tiene en caja, y desde ese momento corren ya por cuenta del nuevo Mayordomo todos los gastos del novenario y de la gran e EN 420 J. M. DE LA FUENTE. y; función que se celebra en honor de Santa Elena, y al día si- guiente de terminada la función, llevan con gran solemnidad, la imagen á la casa nueva que le tiene preparada, y bien ador- nada, el Mayordomo nuevo, y allí permanece todo el año reci- biendo la veneración y las limosnas de los fleles. A esta original costumbre debe Tzintzuntzan tener una Ca- sa nueva cada año, pues esas casas son propiedad de los Ma- yordomos que las fabrican y pasados seis meses de haberlas abandonado la imagen de la Santa, pueden disponer de ellas y dedicarlas al uso que quieran, solo á condición de que perma- nezca en ellas, á perpetuidad, una imagen de Santa Elena. Algunas noches en que la Luna lanzaba sus pálidos rayos desde el zenit sobre la rizada y cristalina superácie del lago, solía yo embarcarme de paseo, ya rumbo á los pueblitos de Santa Fe ó San Gerónimo, fundados por el inolvidable Obispo D. Vasco de Quiroga á orillas del lago, frente á Tzintzuntzan, ó bien bogábamos hacía las históricas islas de Janicho ó la Copanda; y cuando allá de lejos, dirigía la vista hacia á Tzin- tzuntzan, débilmente alumbrada por la luz melancólica de la Luna, y veía destacarse en el horizonte las torres de sus tem- plos y sus blancas Casas diseminadas aquí y allá sobre un fon- do negro en el que se adivinaban sus anchas calles formadas de altas cercas de piedra enegrecida por el tiempo, y más allá, tras el puéblo, las gigantescas sombras de las Yácatas; al con- templar aquel cuadro, en medio del profundo silencio de la no- che tan sólo interrumpido por el acompasado ruidó de los re- “mos; veía pasar por mi mente, en tumultuoso tropel, todos los recuerdos del pasado y se apoderaba de mi alma una pavorosa melancolía al pensar en el porvenir de aquel pueblo que tres- cientos años antes había sido la capital del poderoso reino de de Michoacán, y me decía, para mí: Quién sabe, si á pesar de la casa nueva que cada año proporciona á Tzintzuntzan la de- voción de Santa Elena, no pasen tal vez dos siglos sin que an- TZINTZUNTZAN. - 421 den los sabios en disputas tratando de identificar el lugar don- de se asentó la ciudad que fué la Corte de los poderosos Reyes Tarascos, pues su actual decadencia, hace pensar, con tristeza, que tal vez esté destinada á desaparecer para siempre, como para siempre desaparecieron hasta los huesos de su último Mo- 'narea y de sus nobles, cuyas cenizas hizo arrojar al río el am- bicioso é infame Nuño de Guzmán, después de haberles roba- do sus tesoros. México, Junio 1% de 1908 p J _ e ¡ E E ME á A ' red , - ? +» 4 E e » , e 4,” A á Lo. a * E , AS Y sos bite E pe A A ee a ¿Ai pp » ma a ll A e dial 0 la 100 dor PROA, eutoquiias EA parrot) Loro dde RAS 2 14 soto AO MORO A AA O isesgad Bio 608] O y piden NS a AA OA OO epi ato pe od lat ER atunes My E k EN e U y * 5 - % ? J Es e el o ey z Y PE sa ] 3 TANTA h 7 y p' Pa IN ' y . , *s k y 14 . N ñ p Y > y Ae 1 TAS EGaA: cala > ed q ) N . y E 5 ys - / " E e 2 É f de le FEA en E a Me BAY ISA yA A pd YN ADN MIT MW CU A LE SOCIÉTE SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 26 SUR LE RENPLISSAGE DE QUELQUES GISEMENIS METALLIPERES, PAR JUAN D, VILLARELLO, M. $, A, Ingénieur des mines. Les dernióres années du XIX? siécle et les premióres du XX* marquent, pour la géologie appliquée, une époque de dé- veloppement et de progrés, surtout dans la partie relative a la ““métaiactogénie.” Des notabilités scientifiques européennes et américaines ont consacré toute leur énergie á Pétude de la genése des gi- sements métallifóres et la lumiére produite par leurs savants ouvrages nous illnmine á nous tous qui, au Mexique, nous dé- dions avec ardeurá Vétude de cette branche de la science géo- logique qui captive le savant et sert de guide A Pindustriel. Un travail assidu, poursuivi pendant un bon nombre d'années, a déjá indiqué le chemin qwil faut suivre dans Vétude des questions de gé>logie appliquése. Ce chemin est laborieux, sans doute, car il exclutles généralisations absolues, mais c'est 1 Terme proposé par J. G. Aguilera. Bol. Soc. +eo1, Mex. Tome L., pag. 100. Note. 424 JuAn D. VILLARELLO. le senl qui puisse nous conduire á des résultats approchant de la vérité. > Beaucoup de théories génétiques se lévent orgueillenses sur l'horizon de la science géologique; bien qu'elles sojent fort différentes, cependant elles se trouvent basées sur de solides fondations, sont confirmées par des faits tres nombreux, et sont applicables á des cas particuliers. En conséquence, Pheure n'est pas encore venue pour les généralisations absolues, et C'est pourquoi Punification des idées sans distinguar les cas, la génóralisation des théories sans étudier les faits locaux, 18 peut former la régle de nos études ou investigations génétiques. Au contraire, chaque cas quí se présente doit étre considéré comme. un probléme local qui demande á étre étudié á fond afin que de ces faits locaux ainsi observés, on puisse déduire la théorie gónétique, claire, précise et applicable aux cas par- ticuliers. Les faits locaux étudiés avec attention pourront nous con- duire á une théorie génétique acceptable pour lexplication de ce cas particulier et, en échange, beaucoup de théories con- nues jusqu'ici seraientinjustement anéanties si on les forgait á expliquer les faits locaux observés. L'observatioy directe, P'étude spéciale de chaque gisement métallifóre et Punion entre tous ceux qui se dédient á cette classe de recherches, voilá le chemin súr que nons devons sui- vre pour arriver plus tard á la possession de la vérité en ce qui concerne la genése des gisements métalliféeres: Dans ce petit travail et sans chercher á généraliser des idées, je vais essayer Vexpliquér la maniére d'aprés ¡aquelle, probablement, s'est formé le remplissage que nous observons actuellement dans certains gisements métallifóres du Mexique. Ces gisements ont appelé Vattention de Pindustriel, mais bean- coup Ventre eux n'ont pas encore été suffsamment étudiés au point de vue scientifique. RUMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 495 La théorie Vaprés laquelle les minéraux métalliques se ren- contrent dans les magmas en fusion ignéo-aqueuse et que les gisements métallifóres se forment principalement pendant le - refroidissement et la consolidation des roches éruptives qui les avoisinent, est une théorie parfaitement acceptable pour expliquer, comme on le verra plus tard, la génése d'un grand nombre des gisements métalliféres qui se trouvent au Mexi- que. Les minéraux caractéristiques du métamorphisme de con- tact sont des silicates dús, comme on le sait, á Paction qu'exer- centprincipalementsurles roches sédimentaires, les liquides et les vapeurs qui se séparent des magmas en fusion ignéo-aqueu- se, pendant le refroidissement et la consolidation de ces der- niers. Or, beaucoup de gisements métalliféres du Mexique se rencontrent dans des roches sédimentaires, parfois jurassi- ques es presque toujoms erétaciques et ils se trouvent dans la zone métamorphisée par le contact de quelque roche éruptive, zone qui a souffert le métamorphisme de silicatisa- tion." Dans ces gisements, les minéraux métalliques se ren- contrent unis si intimement avec les minéraux caractéris- tiques du métamorphisme de contact que Pon peut dire qwil existe une relation génétique entre tous ces minéraux et que tous se sont formés pendant la période de refroidissement et de consolidation de la roche érnptive voisine. Comme exem- ples de cette classe de gisements je pourrais citer entre au- tres: les gisements cupriféres de San José, dans le Tamaulipas; (1) C. R. Van Hise. A treatise on Metamorphism. XLVII Mono- graph. U, S. Geol. Surv. 1904, pag. 168-205 et 677, Mem. Soc. Alzate. México. T. 26 (1907-1908)—-55. 426 JUAN D. VILLARELLO. les gisements semblables de Aranzazu et de Santa Rosa," les plombo-argentiféres de Salaverna, Albarralón et San Eligio, ceux de fer de Concepción del Oro; tous ces derniers se trou- vent dans PEtat de Zacatecas. Ces gisements se trouvent dans des calcaires jurassiques et crétaciques, roches qui sont coupées par des diorites quartziféres. Un grand nombre: de gisements métalliféres se rencon- trent au Mexique, dans des calcaires crétaciques, dans des en- droits trés rapprochés de roches éruptives tertiaires, Vandé- sites ou de rhyolites, en général. Dans le voisinage de ces gi- sements, les calcaires ont souffert parfois une simple recris- tallisation sans aucun changement dans leur composition chi- mique, métamorphisme connu sous le nom de marmorosis. Ce changement, comme on le sait, ést dí généralement á Paction de Veau á une température élevése, % comme celle qui se sépa- re un magma pendant le refroidissement de ce dernier. Ce métamorphisme et la proximité des roches éruptives font croi- re qu'il existe une relation génétique entre les gisements mé- talliféres mentionnés et les roches éruptives voisines. Comme exemples de ces gisements je puis citer: les gisements plom- bo-argentifóres de Mapimi” et de Velardeña, dans VEtat de Durango; ceux de mercure de la Cruz!” et de la Bella Union” á Huitzuco, dans l'Etat de Guerrero, ainsi que ceux, aussi de (1) J. D. Villarello. Le Minéral d'Aranzazu. Livre-Guide du Xe. Congrés Géologique International. México. (2) C. R. Van Hise. A treatise on Metamorphism. XLVIL Mono- graph. U. S. Geol. Surv. 1904. pag. 202. (3) J. D. Villarello. Le Minéral de Mapimí. Livre-Guidedu Xe. Con- grés Géologique International. ' (4) J. D. Villarello. Yacimientos mercuriales de Palomas y Huitzu- co. Mem. Soc. Antonio Alzate. Tomo XIX, pág. 95. (5) J. D. Villarello. Description des Mines La Bella Unión. Gentse des gisements de mercure, Mem. Soc. Ant. Alzate. Tomo XXIII, pag. 395. REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 497 mercure de Chiquilistlan”, dans PEtat de Jalisco. Tous ces gisements sont renfermés dans des calcaires mésocrétaciques, coupés par des andésites tertiaires. Quelques gisements métalliféóres se rencontrent au Mexi- que dans des schistes erétaciques et trés pres d'une andésite tertiaire, roche dans laquelle on distingue deux parties: Pune intrusive et Pautre effusive. Ces gisements ne pénétrent pas dans la partie effusive de landésite et ils ne sont pas noa plus coupés par la partie intrusive de cette roche, bien qwelle se se trouve trás rapprochée; c'est pourquoi on peut supposer que les dits gisements se sont formés pendant le refroidissement et la consolidation de la partie intrusive de Vandésite. Comme exemples de ces gisements je puis citer: les gisements auro— argentiféres du Mineral del Oro, dans P' Etat de Mexico et ceux de móme caractere, de Santiago”, dans VEtat de Michoacán. D'autres gisements métalliféres, et 1ls sont nombreux au Mexique, se rencontrent dans les roches éruptives tertiaires. Considérant que leur remplissage est postérieur á la consoli- dation et au crevassement de quelques-unes de ces roches, et en méme temps antérieur á Papparition d'autres roches égale- ment éruptives on peut dire que les gisements ci-dessus men- tionnés se sont formés pendant la période Vactivité éruptive de la région. Ce fait établit une rélation génétique entre les gisements mentionnés et quelques-unes des roches éruptives voisines. Comme exemples de ces derniers, je citerai: les gi- sements argentiferes et auro-argentiferes du Minéral de Gua- najuato;'*” les argentiféres et les plombo-argentiféres de Ga- (1) J. D. Villarello. Descripción de los criaderos de mercurio de Chi- quilistlán. Mem. Soc. Antonio Alzate. T. XX. pág. 389. (2) J. D. Villarello. Descripción de las Minas de Santiago y Anexas. | Mem. Soc. Antonio Alzate. Tomo XXIL pág. 125. (3) J. D. Villarello, T. Flores et R. Robles. Le Minéral de Guana- juato. Livre-Guide du Xe. Congrés Géologique Internat. 428 JUAN D. VILLARELLO, món, la Silla, Pánuco de Coronado y Avino, dans P'Etat de Durango, lesquels sont postérieurs á la diabase et landésite et sont_en relation génétique avec la rhyolite mais sont an- térieurs au basalte de la région; les auro-argentiféres du Mi- neral de Taviche, dans 'Etat de Oaxaca, qui sont postérieurs á Vandésite amphibolique tertiaire de cette localité et sont en relation génétique avec une tosca également tertiaire; les gisements de mercure de Palomas'” dans VEtat de Durango, qui sont renfermés dans la rhyolite et sont antérieurs au ba- salte du voisinage. enfin les gisements auro—argentiféres du Mineral de Providencia, dans 'Etat de Guanajuato, postérieurs á la diabase tertiaire et en relation génétique avec une roche dacitique également tertiaire. Il est certain que tous les gisements métalliféres qui en- richissent le sol du Mexique ne se trouvent pas en relation gónétique étroite avec les roches éruptives qui les ayoisinent . mais comme on peut le voir par ce qui précéde, beaucoup de ces gisements, et probablement la plus grande partie entre eux, paraissent s'ótre formés pendant la période de refroidis- sement et de consolidation des roches éruptives tertiaires du voisinage. En suivant une clasification génétique” j'ai donné á ces gisements le nom de: magmatogéniques, dús á la déshy- dratation magmatique et c'est á eux seuls que je ferai allusion dans ce petit travail. * E * Pendant le refroidissement d'un magma, en fusion ignéo- aqueuso, leau qwil contient-s'en sépare; cette eau entraine (1) J. D. Villarello. Los yacimientos mercuriales de Palomas y Huit- «zuco. L,. c. pág. 95. (2) J. D. Villarello. Reseña del Mineral de Arzate. Mem. Soc, An- tonio Alzate. Tomo XXIII, pág. 235. REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIF£ERES. 429 » avec elle, en dissolution, non seulement une certaine quanti- té de silice, mais aussi une quantité considérable d'agents chi- miques'” et de différents composés métalliques solubles dans Ces eaux magmatiques. L'état physique de eau, au moment oú elle se sépare d'un magma, varie avec la température et la pression mais cette eau liquide ou en vapeur, et toujours á une haute températu- re, pénétre dans les roches voisines du magma par leurs par- ties perméables, c'est-á-dire par les parties poreuses ou frac- turées. A mesure que l'eau ainsi séparée s'avance vers les ro- ches avoisinantes, en s'éloiguant du magma, sa température diminue quand elle entre en contact avec des roches plus ou moins froides et quand elle se mélange avec les eaux Vorigi- ñe météorique qui se rencontrent dans les fractures et les po- res de ces roches. Quand les eaux magmatiques se mélent aux eaux météo- riques, la température de ces derniéres s'éléeye et en méme temps les eaux météoriques s'enrichiront en composés méta- lliques. Cette élévation locale de température donnera origine á des courants ascendauts de ces eaux ainsi mélangéos qui arriveront á atteindre le niveau hydrostatique de la région, et parfois, dépasseront ce niveau. Pendant ce trajet qui est sur- tout ascendant, bien qwil puisse étre partiellement horizontal, les eaux météoriques réchauffées et enrichies, comme je Pai dit plus haut, déposeront des minéraux pour des causes entre lesquelles je mentionnerai les suivantes: par leur mélange avec des solutions de composition différent, qui circulent dans des fractures transversales au cours de leur trajet principal; par des substitutions métasomatiques entre ces eaux minéralisan- tes et les roches des épontes; et par la diminution de tempé- (1) C. R. Van Hise. L. c. pág. 1032. 430 j JUAN D. VILLARELLO. »R rature et de pression qui permet la cristallisation'” de quel- ques composés en dissolution auparavantjusqu/á saturation de ces eaux, et les espéces minérales en se déposant, incrustent, dans ce cas, les parois des fractures. Ce qui a été dit antérieurement peut expliquer d'une fa- gon générale la mauiére probable dont s'est formé le remplis- sage primaire du plus grand nombre des gisements métalliféres du Mexique, auquel je fais allusion dans ce travail, Mais, dans le but Vexpliquer plus en détail le procédé de ce re nplissage et de distinguer ses différentes phases, il est nécessaire de pré- senter 1ci quelques autres raisonnements. Pour quun composé métallifére se précipite de la solution quí le renferme et puisse se déposer dans les cavités ou frac- tures daus lesquelles circule la solution minéralisante, il fant que dans la dite solution setrérifie un certain changement phy- sigue ou chimique; que ce changement de conditions occa- sionne P'insulubilité de ce composé métallifére dans la dite so- lution et par conséquent sa stabilité dans la méme solution. Alors le minéral se déposera, constituant ainsi une partie du remplissage métallifére du gisement. Mais ce minéral ne res- tera pas deposé dans la fracture ou dans les cavités qui ser- vent á la circulation des eaux, s'il n'est pas stable dans les con- ditions auxquelles il doit rester assujetti, tant que continuera ou que pourra continuer la circulation des eaux dans les dites cavités. En conséquence, pour qu'un minéral reste déposé, constituant une partie du remplissage Yun gisement, il faut qwil soit insoluble et inaltérable dans les eaux qui circuleront postérienrement dans la fracture ou la cavité oú il 'est dépo- sé ou bien que ces eaux ne puissent entrer en contact avec lui. y (1) H. F. Bain. Preliminary report on the Lead and Zinc Deposits of the Ozark Region. 22d. Ann. Rep. U. S. Geol. Surv. Part 2d. 1901. Pag. 103. REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 431 D'un autre cóté, les agents chimiques qui se séparent de Peau pendant le refroidisement d'un magma, varient lente- ment, comme on a pu Pobserver dans les émanations voleani- ques. En effet, dans les fumerolles tres chaudes dominent en général les acides fluorhydrique et clorhydrique; si la tem- pérature est moins élevée les acides sulfureux et sulfhydrique sont trés abondants, tandis quw'á une basse température, on trouve dans les fumerolles Vacide carbonique.” Cette varia- tion lente dans la composition des eaux magmatiques séparées et la diminution également lente de la température de ces der- nióres, á mesure que le magma se refroidit, constitue un chan- gement de conditions qui oceasionne Venlevement de quelques- unes des espéces minérales déposées auparavant sur le trajet que sulvent ces eaux, solt seules, soit mélangées avec celles Vorigine météorique. Ces enlevement se produiront surtout: dans les endroits oú le remplissage métallifére n'a pas obstrué complótement les fractures ou cavités par od circulent les eaux déjá mentionnées ou dans les endroits perméables de ce rem plissage. Las enlévements antérieurs peuvent étre dús principale- ment aux causes suivantes: l'appauvrissement des eaux ther- mo-minérales en quelqu'un des composés métalliques qwaupa- ravant elles renfermaient en dissolution, ou á un changement dans la quantité ou la nature des agents chimiques contenus dans ces ezux. Dans le premier cas, les minéraux qui se sont déposés par cristallisation dans des solutions supersaturées du composé relatif, cessoront Vétre stables ou insolubles dans la solution devenue pauvre en ce composé, mais qui contient les mómes agents chimiques permettant la dissolution du dit composé. Dans le second cas, les minéraux déja déposés peu- (1) S. F. Emmons. The Mines of Custer County, Colorado. 17th. Ann. Rep. U. 5. Geol. Surv. Part 2, pag. 436. (2) C. R. Van Hise. L. c. pag. 491. 432 JUAN D. VILLARELLO. vent bien n'ótre pas tous stables dans une solution qui contien- drait des agents chimiques divers et distincts de ceux qui exis- taient dans les premiéres eaux circulant dans la fracture ou la cavité oú se trouvent déposés ces minéranx et alors ces der- niers seront dissous et transportés jusqu'a Pendroit oú chan- geront les conditions chimiques ou physiques de cette dissolu- tion, ce qui permettra le dépót du minéral ainsi transporté, ou bien, les minéraux déposés en premier lieu sonffriront des subs- titutions métasomatiques, quand ils seront lavés par les nou- velles eaux minéralisantes, et cela donnera lieu á la formation Vautres spéces minérales. L'émigration des minéraux dans un gisement métallifore, ses enlévements, ses changements, ses concentrations et ses substitutions métasomatiques avec les eaux minéralisantes qui circulent en contact avec eux, atteindront une étendue beaucoup plus grande et seront beaucoup plus complets dans les cavités ou fractures supercapillaires que dans les capillai- res, c'est-á-dire dans les roches de grande perméabilité et non dans celles de perméabilité restreinte. En effet, dans ces der nióres, comme les roches poreuses, les minéraux se déposent dans les petites cavités, les remplissent complétement, et alors la roche qui Vabord était poreuse et pérmeable devient ainsi imperméable. Par conséquent, la circulation postérieure des eaux minéralisantes sera empéchées aussitót dans ces endroits et ainsi, les minéraux qui y sont déposés ne seront plus ex- posés á souffrir des enlovements postérieurs. Les eaux miné ralisantes continueront ensuite á circuler dans des espaces distincts des roches poreuses et selon que continuera á varier la composition aussi bien que la température de ces eaux, et par conséquent leurs conditions minéralisantes, se déposeront des espóces minérales plus ou moins différentes sur les divers trajets qwelles parcouront, Comme conséquence de ce qui vient d'étre expliqué, dans les gisements contenus dans des ro- REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES, 433 ches poreuses, il sera difficile d'établir les relations paragéné- tiques entre les minéraux qui y sont deposés; il en résultera de mémo que la distribution des différentes espéces minéra- les qui se rencontrent associées dans ces gisements métallifó- res sera trés irreguliére. Dans les fractures ótroites ou diaclases capillaires, le rem- plissage peut aussi s'effectuer rapidement quand les espéces minérales s'y déposent et une fois que celles—-ci se trouvent séparées de la circulation des eaux minéralisantes, elles 'au- ront plus á souffrir d'enlóvements postérieures; au contraire, les eaux minéralisantes continueront á circuler par autres endroits qui seront restés libres ou vides dans les dites diacla- ses ou par Vautres fractures de formation ultérieure aux pre- mióres. Ces secondes fractures peuvent se remplir d'espéces minérales tout á fait différentes de celles qui forment le rem- plissage des premiéres diaclases car la composition et la tem- pérature des eaux minéralisantes peuvent avoir subi une mo- dification. C'est ainsi que Pon peut expliquer pourquoi souvent Pon rencontre une minéralisation différente dans des fractu- res trás rapprochées les unes des autres; ainsi s'explique éga- lement pourquoi est si différent le remplissage que Pon ren- contre dans les réouvertures des gisements, si on le compare avec le premier remplissage de ces derniers. Je pourrais citer de nombreux exemples entre les gise- ments métalliféres du Mexique, qui ont la forme de “filons- diaclases étroites,” et dans lesquels on ne peut établir de re- lations paragénétiques entre les minéraux qui constituent leur remplissage. Je me limiterai á mentionner seulement les filons _des fonds miniers Providencia et La Fortuna, dans le Miné- ral de Zacualpan, Etat de Mexico, ensuite beaucoup de “f- lons—diaclases étroits” que je connais au Mexique, et qui, bien (1) J. D. Villarello. Descripción de algunas minas de Zacualpan. Mem. Soc. Ant. Alzate. Tomo XXIIL, pág. 253. Mem, Soo. Alzate. México, T. 26 (1907-1908)— 56. 434 JUAN D. VILLARELLO. que paralléles et trés rapprochés les uns des autres, sont rem- plis Vespéces minérales fort différents. Parmi ces derniers, je puis citer les filons du Rosario et la Víbora, dans le Minéral de Pánuco de Coronado, dans VEtat de Durango; le premier est constitué par des pyrites de fer et des sulfoantimonites Vargent, tandis que le second ne renferme que de la blende argentifére, espéce minéral qui se rencontre dans ce filon de- puis la surface du sol. Ces faits peuvent s'expliquer par les raisonnements que j'al indiqués plus haut. Dans'es fractures ou cavités supercapillaires, les eaux mi- néralisantes peuvent cireuler pendant une période beaucoup plus longue que quand elles parcourent des fractures capillai- res qui se remplissent en peu de temps. C'est pour cette rai- son que dans la formation du remplissage métallifóre Vune fracture supercapillaire on peut distinguer différentes phases dont je m'occuperai plus loin. Cette longue circulation des eaux minéralisantes occasione, comme on la verra bientót, une série trós variós enléóvements, de concentrations Vespéces mi- nérales et 'enrichissements partant de la profondeur pouraller vers la surface du terrain; de telle sorte que cette “différen- ciation primaire” dans le remplissage métalliféere est la plus stable dans les dernióres conditions auxqueiles fut assujetti ce remplissage sous le niveau hydrostatique de la région et - particuliérement en ce qui concerne la composition chimique des dernióres eaux thermo-minérales qui aient parcouru cha- cune des parties du gisement métallifóre. * X* * Quand le refroidissement d'un magma commence, les mi- néraux les plus basiques sont ceux qui, en général, commen- cent á se cristalliser, parce qwils sont les plus insolubles dans 1 REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 4d la partie fluide du magma,“ qui devient de plus en plus acide á mesure que progresse la solidification des composés basi- ques. Durant cette période de la cristallisation d'un magma la quantité de silice qui s'en sépare avec Peau doit étre tres grande, tant en raison de la haute température de Peau, que parce que ces conditions sont peu favorables á la cristallisation du quartz comme élément constitutif de la roche. Cette solu- tion concentróe de silice, dans laquelle peuvent se trouver des composés métalliques séparés également du magma, en circulant par les fractures des roches voisines et en perdant par conséquent sa température et sa pression, peut arriver á présenter quelques fois un caractére semi-visqueux. Cette so- lution colloidale, en se gólatinisant, remplira la fracture par oú circule la solution, avec un dépót de quartz amorphe, dans lequel resteront emprisonnés les composés métalliques conte- nues dans la dite solution. Ces espéces minérales, plus ou moins diffórentes, resteront distribuées d'une maniére irrégu- liére dans le quartz qui leur sert de matrice. C'est de cette maniére que l'on peut expliquer la formation du remplissage métallifóre de plusieurs gisements du Mexique parmi lesquels je pourrais citer: les auriféres du Cerro de la Gloria, á El Pa- rian, dans VEtat de Oaxaca. Quand la température du magma baisse, les minéraux moins basiques se eristallisent, puis enfin le quartz.4 Alors, la solution de silice et des composés métalliques, séparée du magma, pourra devenir une solution aqueuse normale relati- vement moins concentrée en silice que la précédente et dans laquelle pourront se cristalliser les espóces minérales. Alors (1) J. H. Prat. The Ocurrence, Origin and Chemical Composition of Chromite with especial renference to the North Carolina Deposits. Trans. Am, Inst. Min. Eng. Vol. XXIX, p. 18. (2) J. E. Spurr. Geology of the Yukon Gold District. 18th. Ann, Rep. U. 5. Geol. Surv. Part 3d p. 309. (3) J. E. Spurr. L. c. p, 309. 436 JUAN D. VILLARELLO. aussi, le remplissage métallfiére, ainsi formé, présentera une structure distincte de celle qu'il présente dans le cas antérieur. Cette solution aqueuse normale circulera par les espaces vides réunis qui seraient restés dans le remplissage amorphe cité plus haut dans les révuvertures de ce remplissage ou bien par d'autres fractures. Dans le premier cas, le second remplis- sage formera des lentilles plus ou moins réunies entre elles, comme céelles que Pon rencontre dans quelques—-uns des gise- .ments du Minéral de Curucupaseo dans l'Etat de Michoacán. Dans le second cas, le remplissage postérieure formera les vei- nules (“hilos,” “cintas” ou “cordones”) que Pon rencontre sou- vent richement minéralisées dans plusieurs des veines argen- tifóres du Mexique et parmi lesquelles je citerai celles du Mi- nóral de Noxtepec, dans 'Etatde Guerrero et, dans le troisiéme cas, il se formera des rameaux diagonaux ou satellites, son- vent mieux minéralisés que la veine principale, comme on peut Pobserver dans un grand nombre de mines du Mexique. Ainsi qwon le voit par ce qui précede, la structure du rem- plissage Yun gisement métallifóre dépend en partie de la tem pérature á laquelle il s'est formé et aussi de la composition de la roche éruplive qui se rencontre en rélation génétique avec le dit gisement. En effet, les roches basiques se cristallisent comme on le sait, á une température plus élevée que les aci- des; et par conséquent, la formation du remplissage métalli- fére des gisement en relation avec les premiéres roches, pou- rra commencer á s'effectuer á une température plus élevése que celle des gisements qui se trouvent en relation génétique avec les secondes. D'apres cela et pour les raisons indiquées anté- rieurement, le remplissage primaire des gisements en relation avec des roches basiques, pourra étre plus ordinnirement de structure massive et, en général, plus quartzeuse que le rem- (1) J. E. Spurr. Loc. cit. pag. 309. REMPLIS8AGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 437 plissage des gisements qui se trouvent en relation génétique - avec des roches acides. Le refroidissement de la partie profonde d'un magma étant excessivement lent, il se passera un laps de temps trés long, pendant lequel continuera á se réaliser la séparation des eaux magmatiques minéralisées, le réchauffement et la minéralisa- tion des eanx Vorigine météorique, par leur mélange avec les eaux magmatiquas et la circulation, dans les fractures des ro- ches, de ces eaux ainsi méólangées. Tout ce qui vient d'étre dit facilitera le remplissage complet des cavités dans lesquel- les S'effectue la circulation des dites eaux. D'un autre cóté, comme le refroidissement d'un magma est beaucoup plus lent dans les profondeurs qu'á la surface du terrain, la roche peut déjáa étre solidifiés á la surface et méme fracturée, alors que dans les profondeurs, le magma est encore chaud et qu'il sen sépare encore des eaux magmatiques minéralisées. Ces eaux peuvent oceasionner le remplissago métallifóre des nouvelles fractures formées á la surface du terrain; de méme elles peu- vent, avec leur dépót métallifere, remplir les réouvertures des gisements déja formés. Ces réouvertures permettront que les eaux minéralisantes recommencent á suivre le trajet qu'elles parcouraient auparavant, pendant la premiére phase de la for- mation du gisement. Mais, comme entre la premiére phase et la seconde, la température et la composition des eaux minéra- lisantes ont pu varier, les espéces minérales déposées pendant la seconde phase, peuvent étro distinctes de celles qui se trou- vent dans le remplissage antérieur. Comme exemples de gise- ments métallifóres du Mexique qui se sont probablement for- més pendant le refroidissement de la partie profonde du mag- ma qui oecasionna la formation de la roche dans laquelle sont renfermés les mémes gisements, je pourrais citer entre autres: ceux de mercure de Palomas, dans Etat de Durango et les 438 JUAN D. VILLARELLO. auriféres du Minéral Arzate,” 6galement dans "Etat de Du- rango. Je n'ai pas Vintention de décrire maintenant en détail les diverses phases de la formation du remplissage d'un gisement métallifére mais J'indiquerai simplement les changements qui peuvent se produire dans le dit remplissage, pendant la pério- de oú dominent dans les eaux minéralisantes Vhydrogéne sul- furé, (acide sulfhydrique) et le bioxyde de carbone (acide car- bonique). 4 * k k Quand les eaux magmatiques seules, ou mélangées avec celles origine météorique, contiennent les acides sulfhydri- que et carbonique, elles attaquent les roches feldspathiques ou calcaires dans les cavités desquelles elles circulent, etde cet- te attaque résulte une solution dans laquelle se trouvent, en équilibre chimique: d'un cóté, Pacide carbonique, les sulfures et sulfhydrates alcalins et alcalino-terreux et dun autre cóté Vacide sulfhydrique et les carbonates alcalins et alcalino-ter- reux.!” L'acide sulfhydrique étant peu soluble dans Peru, il faut une température et une pression élevées pour que, dans la so- lution antérieure, existe Vacide sulfhydrique libre, en grande quantité. Mais alors, dans la dite solution pourront se dissou- dre les sulfures de plomb, de zine et Vargent. Ces sulfures sont insolubles dans les sulfures et sulfhydrates alcalins et al- calino-terreux et, par conséquent, quand, dans la solution an- térieure diminue la quantité d'acide sulfhydrique qu'elle con- tient, les sulfures métalliques que je viens Vindiquer se préci- (1) J. D. Villarello. Reseña del Mineral de Arzate. Mem. Soc. An- tonio Alzate, Tomo XXITI, pág. 211. (2) J. D. Villarello. Génesis de los yacimienios mercuriales de Palo mas y Huitzuco. L. c. pág. 98. REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES, 439 piteront. Cette diminution de la quantité Vacide sulfhydrique libre contenue dans la solution sera due: á la diminution de la température et de la pression, ou bien á Paction chimique qwexerce cet acide sur le calcaire ou résulte la formation de sulfure de calcium et Yacide carbonique libre. Ce qui précé- de semble expliquer pourquoi les gisements plombo-argenti- féres sont plus fréquents dans les roches calcaires que dans les roches éruptives et aussi pourquol est si commune lasso- ciation de la galóne et de la blende dans ces gisements ainsi que dans les gisements argentiféres. Au Mexique, les gise- ments de plomb se rencontrent généralement dans les calcai- res et beaucoup d'entre eux sont, en réalitó, des gisements mix- tes de plomb et de zinc. Cette association est si constante que méme dans les filons d'argent de ce pays, la présence du sul- fure de plomb'est un indice certain de celle du sulfure de zinc, et vice versa." Ñ Quand diminue la température de la solution minéralisan- te déjáa indiquée, la quantité Vacide sulfhydrique libre diminue ainsl par conséquent que son aptitude á former des gisements de plorb. Mais en échange, les sulfures, sulfhydrates et car- bonates alcalins permettront la dissolution des sulfures dar- senic et d'antimoine, et les sulfosels ainsi formés oceasionnent la dissolution des sulfures d'argent et de cuivre. De cette so- lution pourront se précipiter des sulfoantimonites de cuivre et - Vargont, pour les causes suivantes, entre autres: par crista- llisation, quand la solution est supersaturée; par diminution de température, quand la solution approche de la surface du +terrain; par oxydation de cette móme solution, quand elle se méle aux eaux Vorigine météorique contenant de Poxygéne et circulant dans des fractures transversales: en effet, cette oxy- (1) J. G. Aguilera. Geographical and Geological Distribution of the Mineral Deposits of Mexico. Trans. Am. Inst. Eng. Vol. XXXII, 1902, pag. 512. 440 JUAN D. VILLARELLO dation transforme les sulfures et sulfhydrates alcalins et al- calino-terreux, en thiosulfates correspondants (hyposulftes), dans lesquels sont insolubles les sulfures et sulfoantimonites métalliques déjá mentionnés. Si la température des eaux sulfureuses minéralisantes di- minue encore davantage, ces eaux pourront encore dissoudre les sulfures de fer, de mercure et d'antimoine, et surtout ces derniers et alors ces sulfures se précipiteront de la solution pour des raisons identiques á celles qui ont été mentionnées plus haut. Comme on le yoit, la galéne et la blende sont des miné- raux qui, en général, se déposent dans les gisements métalli- féres á température plus élevée que les autres minéraux men- tionnés auparavant et, en conséquence, ce sont eux qui, le plus ordinairement, constituent le remplissage le plus ancien des gisements métalliféres. Ou peut les rencontrer depuis la sur- face du sol jusqu'á de grandes profondeurs, comme on peut Pobserver dans les gisements plombo-argentiféres du Minéral de Mapimí, dans Etat de Durango. e La galóne et la blende rétant pas solubles dans la solu- tion sulfureuse quand diminue la température de cette dernié- re, on peut dire que ces minéraux seront stables dans les con- ditions postérieures auxquelles ¡ls seront soumis et que, par conséquent, leurs changements postérigurs ne sont pas de grande importance. Les sulfures Vargent et de cuivre qui se seraient déposés avec ceux de plomb et de zinc, pendant la premiére phase de la formation du remplissage métallifére d'un gisement, ne se- ront pas stables dans les conditions postérieures auxquelles ¡ls seront soumis, surtout dans les parties perméables du premier remplissage et en général dans toutes les parties oú ces miné- raux pourront se trouver en contact postérieur avec les eaux thermominérales ascendantes. En effet, bien que la tempéra- ture de la solution sulfureuse ait diminué, aussi bien que la ZEMPLISSAGE DES GISEMENTS MÚTALLIFERES, 441 py ci a la a — e Z =- o quantité Vacide sulfhydrique libre qwelle contient, cependant cette solution peut encore dissoudre les sulfures Vargent et de euivre, parce que ees derniers sont solubles dans les sul- foantimonites et les sulfoarsenites alcalins qui peuvent se ren- contrer dans la solution sulfureuse, pendant cette période de son refroidissement. Pour cette raison, les dits sulfures méta- lliques pourront émigrer pour se déposer ensuite sous la for- me de sulfoantimonites Vargent ou de cuivre, dans une situa- tion plus rapprochée de la surface, dans les endroits ou va” rient les conditions physiques ou chimiques de la solution sul- fureuse ascendante. Cette émigration des sulfures mentionnés de la profondeur vers la surface du terrain, oceasionna une concentration des sulfoantimonites d'argent ou de cuivre dans une zone relativement peu profonde du remplissage métalli- fére du gisement. Au Mexique, on observe, dans une multitude degisements, que au bas de la zone des “colorados” c'est-á- dire en bas de la zone Voxydation et aussi au bas du niveau hydrostatique de la région, les sulfoantimonites Vargent sont trós abondants et qwils se rencontrent á une profondeur plus ou moius variable. Mais á une profondeur plus considérable ces minéraux VPargent disparaissent presque complétement et on voit apparaítre la galéne et la blende, qui, en général, sont trés pauvres en ce dernier métal. Comme exemples de cette classe de gisements, je pourrais citer: ceux du Minéral de Tax- co, dans Etat de Guerrero. Ces gisements sont trés riches en argentjusqu'á une profondeur V'environ 300 métres, mais con- tiennent fort pou de ce métal á une plus grande profondeur. En effet, a 400 métres on rencontre seulement la blende noire et un peu de galéne mais avec un alliage trés pauvre Vargent. Quand diminue la température de la solution sulfureuse ascendante et qu'en méme temps, diminue la quantité de sul- fosels alcalins déjá mentionnés qu'elle contient, les sulfoanti- monites de cuivre ou d'argent qui s'ótaient déposés auparavant resteront stables mais le cas sera différent pour les sulfures Mem. Soc. Alzate. México. N T. 26 (1907-1908) 57. PA Pr. 442 JUAN D. VILLARELLO. E Ea * A AA o ai de mercure et Vantimoine qui auraient pu se déposer pendant Pune des deux phases antérieures de la formation du rem- plissage métallifóre du gisemeut. En effet, ces sulfures sont solubles dans les mélange de sulfures et de sulfhydrates al- calins, méme si le température de la solution sulfureuse est relativement basse. C'est pourquoi, le cinabre et la stibnite auront une tendance á émigrer de la profondeur vers la sur- face du terrain pour recommencer á se déposer durant ce tra- Jet, alors qu'il se produit un changement dans les conditions physiques ou chimiques de la dite solution. Cette émigration sera cause que le cinabre se concentre de préférence dans une zone superficielle du gisement et aussi que parfois ce minéral en enveloppe Vautres qui se seraient déposés pendant quelqu'une des phases antérieures de la formation du remplissage métal- lifére, Au Mexique, on peut observer que la partie utilisable industriellement, dans les gisements de mercure, est généra- lement superficielle et que la quantité de mercure diminue con- sidérabloment á mesure qwaugmente la profondeur des tra- vaux dans le gisement. En outre, quand le cinabre se rencon- tre dans les gisements argentiféres ou plombo-argentiféres du Mexique, ce West que dans la partie superficielle de ces gisements et alors aussi il enveloppe les minéraux Vargent ou de plomb. Comme exemples de cette derniétre sorte de gise- ments, je pourtais citer: les gisements argentifóres de San Juan de la Chica; ceux de Pozos, dans VEtat de Guanajuato et les gisements plombo -argentiféres du Minéral de Pregones dans les environs de Taxco, Etat de Guerrero. ll est un fait généralement observé, á savoir que: les.mi- néraux de plomb ne se rencontrent pas associés au einabre, méme quand au voisinage des gisements de mercure se ren- contrent parfois des gisement de plomb, comme c'est le cas dans les environs de Huitzuco, Etat de Guerrero. Ce fait pa- raút expliqué par ceo que nous avons dit antérieurement. En effet, les gisements de plomb exigent, pour leur formation, REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 443 une température élevée et la présence d'une grande quantité Vacide sulfhydrique libre, dissous dans la solution sulfureuse minéralisante, conditions dans lequelles le cinabre rest pas stable, Au contraire, les gisements de mercure se forment graduellement á basse température, quand la quantité dVaci- de sulfhydrique contenue dans la solution est relativement pe- tite et quand on rencontre dans cette méme solution les sulfu- res et sulfhydrates alcalins en proportion réduite, Il semble que le fer se sépare du magma pendant toutes les póriodes de refroidissement de ce deruier; en conséquence méme quand la pyrite est, comme le cinabre, soluble dans le mélauge de sulfures et de sulfhydrates alcalins, le sulfure de fer peut se déposer au cours de "importe quelle phase de la formation du remplissage métallifere un gisement, et il peut en outre, se rencontrer associé avec toute espéce de minéraux; en effet, il-semble que les eaux thermominérales, en général, sont ferrugineuses pendant toute la formation des gisements métallifóres, Dans les gisements argentiféres du Mexique, on observe généralement qua une grande profondeur, et quand ont disparu déja les minéraux argentifóres, le remplissage du gisement est contitué de quartz ou calcite avec de la pyrite sans aucun alliage Pargent. Comme exemples de cette sorte de gisements, je puis citer coux du Minéral de Zacualpan, dans PEtat de Mexico. De méme, á uue grande profondeur, continue la pyrite de fer parfois associés á de Parsénopyrite (mispikel), dans les gisements plombo-argentifóres du Mexi- que et parmi eux je puis encore citer ceux de Mapimí et de Velardeña dans PEtat de Durango. : Quand diminue la quantité Pacide sulfhydrique libre en dissolution dans les eaux thermominérales, il se produit un bouleversement dans Péquilibre chimique entre les composós que j'ai cités plus haute, c'est-á-dire: entre Pacide carbonique et les sulfures alcalins et alcalino-terreux d'un cóté, et Pacide sulfhydrique et les carbonates alcalins et alcalino-terreux, de 444 JUAN D. VILLARELLO. Pautre. Alors diminuera, dans la solution minéralisante, la quantité de ces derviers sulfures et augmentera celle des car- bonates jusqw'á ce que la solution arrive A étre plutót carbo- nique que sulfureuse. Cette solution carbonique peut dissou- dre le carbonate et le sulfate de chaux ainsi que la silice, et, en conséquenco, durant cette phase de la formation du rem- plissage métallifére, la calcite, le gypse et le quartz pourront émigrer des profondeurs vers la surface du terrain. Pour que les émigrations dont je viens de parler puissent s'effectuer facilement, il faut que le remplissage métallifere soif perméable, afin quil puisse ótre Jessivé par les eaux ther- mominérales qui circuleront postérieurement á la formation de ce remplissage, dans la fracture ou cavité qui esten train de se minéraliser- Dans le cas contraire, c'est-á-dire quand le remplissage antériéor estimperméable, les eaux minéralisan- tes ne pourront continuer á circuler que dans les espaces vi- des contenus dans le remplissage déja formé ou bien par les réouvertures de ce remplissage; ou bien encore par des frac- bures de formation postérieure, plus ou moins rapprochées des antérieures; ou encore par les surfaces de contact entre le gi- sement 6t la roche des épontes. Daus ce dernier cas, se for- ment les (“hilos”) veinules minérales du “*toit” ou du “mur,” qui sont trés communes dans les gisements argentiféres du Mexique. Comme on peut le voir par tout ce qui vient d'étre dit, il semble que les diverses phases da la formation d'un gisement métalliféra dépendent principalement: de la température de la solution thermo—minérale; des changements dans l'équilibre chimique oú se trouvent dans la dite solution, Pacide sulfay- drique et les carbonates alcalins Pune part, et de Pautre, Paci- de carbonique et les sulfatos alcalins. En outre, il semble que + la nature du remplissage métallifére d'un gissement dépende principalement de la température des solutions minéralisantes; de la quantité dacide sulfhydrique libre en solution dans > REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES. 445 ces dernióres et de la composition de la roche éruptive qui se rencontre en étroite union génétique avec le gisement métal- lifére. La “diffórenciation primaire du remplissage métallifóre” d'un gisement est le résultat des enlévements, concentrations, et enrichissements de ce remplissage, partant de la profondeur vers la surface du sol et qui sont dús á la lessive ascendante des eaux thermominérales, en partie origine magmatique. La zone de cette différenciation primaire se rencontre A pré- sent dans les gisements métalliféres au—-dessous du niveau hy- drostatique de la région en général; nous pouvons la diviser en trois parties: la plus profonde est “la zone primaire de ré- sidus” dans laquelle se trouvent les sulfures primaires qui fu- rent stables ou insolubles dans les derniéres eaux minéralisan- tes qui circulórent en contact avec eux. De cette zone, en re- montant, nous arrivons á la “zone principale de précipitation primaire”” dans laquelle se trouvent des sulfures primaires ainsi que la concentration principale de sulfoantimonites et de sulfoarsénites métalliques. Enfin plus haut, au—-dessus de cet- te deriiére, nous trouvons la “zone de précipitation primaire,” composée, comme la précédente, mais oú ne se rencontrent pas en aussi grande abondance les sulfoantimonites et les sul- foarsénites métalliques. Cette zone se prolonge ordinairement jusqu'au voisinage du niveau hydrostatique de la région. La “différenciation secondaire du remplissage métallifére Vun gisement,” est le résultat des enlévements, des concen- trations et enrichissements de ce remplissage partant de la surface du terrain vers la profondeur et qui sont dús a la les- sive descendante et latérale des eaux plus ou moins froides Vorigine météorique. Cette zone de différenciation secondaire nous la trouvons dans les gisement métalliféres depuis la sur- face du sol juscw'au niveau hydrostatique de la région et par- fois un peu au-dessous de ce niveau. Nous pouvons la diviser en quatre parties, dont généralement la plus superficielle est 446 JUAN D. VILLARELLO. Ñ d “zone secondaire de résidus” oú se trouvent les oxydes, les sul- fates les carbonates et métaux primaires qui sont restés com- me résultat de Poxydation et carbonatisation de la dissolution des minéraux primaires par les eaux Vorigine météorique; au- dessous de cette zone, vient la “zone de précipitation secon- daire” dans laquelle on rencontre, outre les minéraux déjá men- tionnées, des sulfures et des métaux secondaires, dont la for- mation a ó6tó déja parfaitement étudiés par plusieurs anteurs distingués. Plus bas encore, sous cette derniére zone, se trou- ve la “zone de transition” dans laquelle on rencontre les mi- néraux déjáa mentionnés et aussi des sulfures primaires en pe- tite proportion. Enfin, plus bas encore, dans le voisinage du niveau hydrostatique de la région est située la “zone princi- pale de précipitation secondaire” oú Pon trouve, principale- ment á Vétat concentré, les sulfures Vorigine secondaire, mé- langés aux sulfures primaires qui appartiennent á la “différen- ciation primaire” du remplissage métallifóre du gisement. Le nivéau hydrostatique'” établit la séparation entre la dif- férenciation primaire et la secondaire du remplissage métal- lifére d'un gisement. Mais cette surface de séparation n'est pas régulióre, car le niveau hydrostatique est fort irrégulier, com- me l'ont prouvé de récentes observations faites par des auteurs distingués. Un grand nombre de gisements métalliféres du Mexique pourraient ótre citós comme exemples pour prouver la division en zones que je viens V'indiquer mais je me bornerai á citer: les gisements de Taxco, dans l'Etat de Guerrero; ceux de Za- cualpan, dans PEtat de Mexico; ceux d'Avino dans P'Etat de Durango. (1) J. D, Villarello. Distribución de la riqueza en los criaderos me- talíferos primarios epigenéticos. Bol. Soc. Geol. Mex. Tomo I. pág. 197, (2) F. S. Emmons. The Secondary Enrichment of Ore Deposits. Trans. Am. lost, Min. Eng. Vol. XXX, pag. 182. . REMPLISSAGE DES GISEMENTS MÉTALLIFERES, 447 Sans doute, on ne pourrait pas trouver, dans tous les gise- ments, toutes les zones mentionnées mais ce sont celles que Pon trouve le plus ordinairement dans les gisements argenti- féres du Mexique. * Xx x% Il est certain que Pon ne peut considérer la géologie com- me une science exacte mais, en échange, gráce á une observa- tion attentive des gisements déja explorés, a Pinterprétation judicieuse des faits qui s'observent généralement dans ces gisements et gráce aussi á Paide d'autres sciences, surtout de la chimie, on arrivera plus tard á la possession de la véri- té, en ce quí concerne la genése des gisements métalliféres. Ce résultat ne se devra pas au travail d'un seul individu mais il sera la conséquence un grand nombre dVécrits transmis á la postérité, Mexico, Septembre 1906. VR EAU AA eds Pd ey Le ., E ARTS TA O PO AA lo ios Pe pa a Bs A dp 0! ¡A 1904 JA. A SBS , pa A ACA AA TAR Js 20 164, A Gt cis ANA AS Y SAO RINA ES lord ei A AULA 104 yes UA Sab Mo , PA de ¡ ] E A antes FUI AS e SE . P VB REA ici E 15% A, ña 0 ARIAS xa Hi : AA Il UE ee dai E E pon Mara 2 AS : e St ; E y E ¿pRar Le E Al A Ys LI ) a al 5) 4 ol , . . o A ñ y $ ' y . - 0 | s . AN AR «EA ' y “ : ' 14 ) qe . í v * p . 7 AE pe cad ES dE a, PESAS o j Lp HN e ¿ LS » ' y de E y Ms ho S SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 26. BROMATOLOGIA. Alteración, adulteración y falsificación de los alimentos ante la salubridad pública y la ley sanitaria, POR SUSANO HERNANDEZ. Muy importantes á la vez que difíciles son los estudios so- bre higiene: lo primero, porque los beneficios que de ellos re- sultan se manifiestan en toda la humanidad; lo segundo, por- que exigen vastos conocimientos tanto médicos como socioló- gleos; de ambos carezco yo, y no me atrevería á presentar este pequeño trabajo ante el elevado criterio de mis jueces, si no tuviera la convicción de que al juzgarlo tendrán en cuenta mi insuficiencia y las muchas dificultades con que tropieza el que, como yo, seiniciaen trabajos detan magnaimportancia y llega, no con las pretensiones del saber, sino con el deseo de cumplir con un deber que nuestra ley impone al que aspira al noble ejer- cicio de lamedicina. Bien comprendo, señores, que es ardua esta labor y muy superior á mis fuerzas, pero me animan á in- tentar realizarla, por una parte, las palabras de L Bruyere, Mem. Soo.Alzate, México. T. 26 (1907-1908)-—58 450 SUBANO HERNÁNDEZ. quiea ha dicho: “El que escribe para lucir su talento, tiene que conformarse con la severidad de sus críticos; pero el que lo hace para cumplir con un deber, tiene derecho á la indulgen- cia de sus lectores y de sus jueces,” y por otra, la poderosa ayuda que he tenido con los sabios consejos del Sr. Dr. D. Luis E. Ruiz á quien hago pública manifestación de grati- tud. Sabemos que la higiene “es el arte científico de conservar la salud y aumentar el bienestar;” para lo primero, que es lo que para el caso nos interesa, se necesitan la integridad y el funcionamiento perfecto del organismo, así como un medio ade- cuado á las importantes funciones que debe verificar; entre ellas resaltan por su grandísima importancia las funciones de nutrición, y al referirme á ellas lo hago principalmente consi- derando al orgarismo en completo estado fisiológico y coloca- do en un medio adecuado al funcionamiento regular de sus ór- ganos. Uno de los factores importantes que influyen pode- rosamente para conservar ó no la salud, lo es sin duda la ali- mentación, pues bien sabido es que la privación absoluta de alimentos es incompatible con la vida, la que no puede durar más allá de cierto tiempo que varía con la edad, el vigor, las circunstancias exteriores y la depresión moral más ó menos in- tensa del individuo que la sufre. Una alimentación insuficiente no causa la muerte en poco tiempo, pero sí debilita, agota la constitución y pone al orga- nismo en condiciones de perder la salud, de adquirir las enfer- medades. De paso señalaré, que una alimentación copiosa, demasia- do estimulante, produce también perturbaciones en la salud: obesidad, plétora, gota, tendencia á las congestiones, ete. Para que la salud se mantenga, deben pues, ser ingeridos alimentos en cantidad suficiente, en especie variados y ser de buena calidad lo que constituye el ideal de esta parte de la hi- giene. po BROMATOLOGÍA. 451 Teóricamente qué fácil parece realizarlo, pero cuántas di- ficultades se presentan en la práctica! y me refiero, no á los casos en que el médico á la cabecera del enfermo se vé en la precisa necesidad de prescribir especificando los alimentos que deba ingerir su enfermo ó convaleciente, y en los que la pure- za de los alimentos es más urgente todavía, sino á aquellos, más frecuentes aún, cuando están destinados á reparar las pér- didas normales que sufre el organismo. Los progresos efectivos realizados en todas las ramas de la ciencia han hecho sentir también sus beneficios en esta par- te de la higiene. Desde la aplicación del vapor á la locomoción se ha efectuado una verdadera revolución en las condiciones económicas de los pueblos; gracias á la facilidad de comunica- ciones, los productos necesarios á la alimentación son trans- portados á grandes distancias con una prontitud y una regula- ridad que tienen por objeto, igualar hasta lo posible el precio de allos y allegarlos con oportunidad al lugar de mayor con- sumo. Muy benéfico sin duda es este resultado y casi bastaría para realizar nuestro ideal, si no hubiera factores tan perjudi- ciales en sumo grado; la evolución de las grandes ciudades al aumentar sus recursos económicos y realizar su progreso ma- terial y moral, hacen crecer también los elementos nocivos de que me ocupo, porque aumentando sucesivamente el número de habitantes aumenta también el consumo de comestibles que son traídos en grandes cantidades y que “si no se realizan des- de luego ó elinterés pecuniario hace aplazar su venta, muchos de ellos sufren en su composición” siendo, no obstante, pues- tos al consumo con grave perjucio para la salubridad pública; sucede también y con mayor frecuencia, que á fin de ocultar la descomposición sufrida por los alimentos ó de aumentar las utilidades que ofrece su consumo, se recurra á quitarles parte ó partes de su composición normal, lo que produce un cambio considerable en su valor nutritivo, ó agregarles substancias extrañas, muchas veces tóxicas que no sólo, como en el caso - 452 SusANO HERNÁNDEZ. anterior, disminuyen su valor nutritivo, sino que se convierten en peligrosas para el organismo; punible es semejante proce der que no puede justificarse por ignorancia (lo que es excep- cional), y menos aún por la mira de evitar ó atenuar pérdidas pecuniarias ó aumentar indebidamente el luero (lo que es muy frecuente), con grave perjuicio de la sociedad. La legislación sanitaria. apreciando la importancia de este asunto, ha podido con ayuda de la ciencia precisar los hechos á fin de poder formular los preceptos legales á que deba suje- tarse el comerciante en este asunto; así es, que está ya defini- do que se llama alteración á la descomposición que sufren los alimentos por solo el transcurso del tiempo y sin que para ello haya intervención; adulteración es el cambio que sufren los ali- mentos por añadirles substancias extrañas, ó substraerles par- te ó partes de su composición normal, ó verificar ambas cosas á la vez. Falsificación que es el hecho de dar una substancia por otra. l Diversas son las modificaciones de composición que pre- presentan los alimentos por sólo la alteración, dependiendo tan- to de su calidad como del inedio en que se les coloca á fin de ser conservados en estado de aceptación comercial; casos hay en que la modificación es tal, que es verda leramente imposi- ble ponerlos á la venta resultando beneficiado el consumidor. Voy á citar algunas de las descomposiciones que sufren los alimentos por alteración, adulteración ó falsificación, por- que ellas nos dan idea, aunque sea vaga, de los trastornos que por su causa sufre la salubridad pública. Leche. Sabemos que la leche es el líquido secretado por las glán- dulas mamarias de las hembras de los mamíferos después de yerificado el parto. Es un líquido opaco, blanco mate, amarilloso ó ligeramen- BROMATOLOGÍA. 453 te azulado, de un olor especial y de un sabor azucarado. Está esencialmente formada por agua que mantiene sea en disolu- ción, sea en emulsión; lactosa, mantequilla, caseina y ciertas sales, principalmente fosfato de calcio. Me referiré sobre todo á la leche de vaca por ser la que más comunmente se emplea en la alimentación. Entendere- mos por leche de vaca la obtenida por extracción ú ordeña re- gular, comenzada por lo menos cinco días después del parto, ininterrumpida y completa de vacas sanas y bien alimentadas. Sabemos que la composición de la leche varía no solamente según la especie animal que se considere, siny también según el individuo, y según las estaciones, los climas, el número de ordeñas practicadas al día, la alimentación, etc. Se considera como composición media de la Jeche de vaca, la siguiente: densidad.... entre 1,028 y 1,036 A. o O o ajo 87.00 Extracto a 950, ..:..-. Apio) pes 1.30 ConizH8; Ada dle ba as 10:00 ea AA 4.00 PACUaa ar etnia 5.00 Caseina..... ad et IA cd A: 3.40 Alteraciones.—La leche es eminentemente alterable; si se deja en “un lugar aereado, poco á poeo se va cubriendo de una capa amarillenta, untuosa y de espesor variable que forma la crema; el líquido que queda abajo es más denso, menos eon- sistente y por lo común blanco azuloso.” Bien sabido es que la leche constituye para los mieroorga- nismos un excelente medio de cultivo; asíes que viven en ella muy bien determinando diversas alteraciones: el vibrión lúeti- co, transformando el azúcar de leche en ácido láctico determi- na la fermentación láctica; otras bacterias pueden igualmente determinar dicha fermentación; diversos microorganismos la hacen sufrir una fermentación viscosa; otros, el micrococo 454 Susano HERNÁNDEZ. prodigioso, el bacilo syneyanus, el bacilo gynxanthum, le dan coloración diversa pero en relación con el microorganismo que obra: rojo, azul, amarillo. Leche patógena.—La leche puede contener microbios pa- tógenos, ya porque provenga de animales enfermos: fiebre ti- foidea, carbón, fiebre aftosa ó porque accidentalmente lleguen á ella; en todo caso, en la práctica debemos considerarla como transmisora de dichas enfermedades. Adnulteraciones.—En cuanto á las adulteraciones, diré des- de luego comprendiendo á todos los alimentos, que muchos son los medios y diversas las substancias empleadas para rea- lizar la adulteración y falsificación de ellos; señalaré en cada caso algunos solamente de que he podido tener conocimiento, sin que tenga la pretensión de poder señalarlos todos porque son muchos y muy variados, y aún creo poder decir que cada individuo modifica más ó menos sus procedimientos emplea- dos, según los conocimientos que va adquiriendo en su puni- ble proceder. Respecto á la leche, con la mira de ocultar algu- na práctica fraudulenta se agrega lactosa, azúcar de caña, glucosa, dextrina, materias feculentas, lo que produce una di- minución del valor nutritivo de este precioso líquido, aumen- tando el perjuicio causado cuando se añaden substancias anti- sépticas. En higiene, se llama antiséptico á todo cuerpo que empleado á pequeña dosis es capaz de impedir, ya sea por al- gún tiempo, la fermentación de las materias orgánicas; ahora bien, la adición de substancias antisépticas á las materias ali- menticias disminuye su poder nutritivo y no deja de ser per- judicial. á la salud; sin duda por eso se ha dicho: la adición de antisépticos á las substancias alimenticias, constituye una falsificación, (Brouardel), que para nosotros es una adulte- ración. De estas substancias las más comunes empleadas en la leche son: el bicarbonato de sodio, el ácido bórico, el bó- rax, con menos frecuencia se emplean el formol, los croma- tos, ete.; se ha dicho que un gramo de agua oxigenada por li BROMATOLOGIA, 455 tro de leche basta para conservarla sin que pierda sus cuali- dades nutritivas; pero nada podemos decir á. este respecto, porque se halla actualmente en estudio por el Consejo Supe- rior de Salubridad. Con el fin de ocultar el descremaje se agregan substancias colorantes tales como el azafrán, la cúr- cuma. La leche descremada, es decir, la parte de la leche pobre - en materia grasa que queda después de la separación de la crema, es á veces entregada al consumo; si bien en ciertos casos el uso de esta leche suele preferirse al de la leche car- gada de materia grasa, no está autorizado el comerciante á . efectuar dicha maniobra porque constituye adulteración. Respecto ála leche que se sxpende en esta ciudad, basta- rá hacer la consideración siguiente semejante á la que hace el Sr. Dr, L. E. Ruiz al hablar del pulque, como se verá des- pués, para tener idea de las múltiples alteraciones de que es objeto: en los establos se vende dicho líquido á 20 centavos litro y en los expendios á 14 y 16 centavos, lo que demuestra su impureza. Coaservación.—La leche conservada ó condensada, es leche á la que se ha privado de agua por concentración en el vacío hasta el cuarto ó quinto de su volumen primitivo, con ó sin adición de azúcar de caña. Parece que el empleo de esta le- che en los niños produce algunas perturbaciones gastro-intes- tinales; pero afortunadamente es empleada solo en casos ex- cepcionales. ES La leche conservada es leche esterilizada por el calor en- tre 105% y 1200C. Entre nosotros se emplea con buen éxito en los niños la leche preparada por el Dr. A. Ortega, preparación fundada en este principio y en la dificultad que presenta el niño para digerir la leche de vaca al estado normal, por lo que también se agrega cierta cantidad de agua en relación con la edad de: niño. : El polvo de leche es leche evaporada y desecada que para 456 SUSANO HERNÁNDEZ. emplearse, se disuelve en agua caliente formando un líquido semejante á la leche. Mantequilla. Con el nombre de mantequilla se comprende exclusiva- mente la grasa que se retira de la leche de vaca por solo ope- rasiones mecánicas. : La cantidad de grasa contenida en una mantequilla debe de ser, según Breteau, de 85 por ciento, solo tolerándose pa- ra su conservación, la adición de sal común, práctica consa- grada por el uso sin inconveniente. Alteración. —La mantequilla es naturalmente poco colori- da; por su composición química constituye un excelente me- * dio para el desarrollo de ciertos microorganismos cuyos gér- menes pululan en ella; los cuerpos grasos en presencia del aire y de la luz absorben notable cantidad de oxígeno expli- cándonos así el fenómeno que tiene como primer resultado, hacer desaparecer el perfume y sabor delicados de las mante- quillas frescas bien preparadas. Bajo la acción de los microorganismos se a la caseina con formación de amoníaco, yendo esta alteración del exterior al interior y siendo la acidez muy elevada, Adulteración.—Con frecuencia se emplean en la fabrica- ción de la mantequilla los aceites vegetales, principalmente los de algodón, de avellana, etc. Se le mezclan también diver- sas grasas: margarina, manteca de coco, vegetalina. Voy á ci- tar dos procedimientos de P. Breteau para reconocer la adi- ción de grasas de origen animal ó vegetal á la mantequilla, por ser muy prácticos y considerar que traerán para el caso alguna utilidad; cierto es que son empíricos y necesitan com- probarse, pero ponen en vía de conocer el fraude. Los gases que se despreuden cuando se apaga rápidamente la mantequi- lla encendida, poseen un olor á sebo quemado cuando contie- ne margarina; para poder comprobar este olor, se vierten al- ia BROMATOLOGÍA. ; 457 gunos centímetros cúbicos de la mantequilla fundida y filtra- da en una cápsula, se sumerge en ella una mecha de algodón cuidando de que un extremo sobrepase el borde de la cápsula para que pueda serencendido; en esas condiciones, la mantequi- lla arde en el extremo de la mecha ascendiendo por capilari- dad; si entonces se sopla bruscamente para apagar la flama, se reciben los vapores que se desprenden en un tubo de en- saye y se aspiran fuertemente estos vapores por la nariz, se podrá apreciar el olor á sebo quemado, indicio de la presen- cia de margarina en la mantequilla. El otro procedimiento consiste en fundir la mantequilla lentamente y á una temperatura poco elevada, 4009 poco más ó menos, transformándola así en un aceite que es perfecta- mente límpido cuando no contieno margarina y algo lechoso ú opalecente si la contiene. Esta obsorvación debe hacerse poco tiempo después de la fusión y sin tener en cuenta los cúmulos grasosos ó las materias caseosas que pueden nadar en forma de copos. A veces se colora la mantequilla con azafrán, cúrcuma, zamahoria, y lo que es peor aún, con colores de anilina que son tóxicos. También se emplean los antisépticos en la conser- vación de esta substancia. Quesos, El queso es un producto que se extrae de la leche, del sue- ro ó de la crema. Se distinguen los quesos grasos obtenidos de la leche no descremada y los magros que provienen de la leche descrema- da. En cada una de estas divisiones se hace también la distri- bución entre quesos cocidos, quesos erudos de pasta dura y crudos de pasta blanda. La composición es variable según el método empleado pa- ra su fabricación. Mem. Soo. Alzate. México. T. 26 (1907-1908) —59. 458 : SUSgAÑNO HERNÁNDEZ. Alteración, —Los quesos son suceptibles de sufrir altera- ciones bajo la influencia de microorganismos, de hongos y de acarianos. Por el hecho de la vida microbiana en ellos pueden formarse ciertas ptomainas muy venenosas, que ingeridas dan lugar á intoxicaciones violentas. Adulteración.—La adulteración consiste generalmente en la adición de féculas, de materias minerales y muy á menudo de margarina; entre nosotros se suele agregar, sobre todo al queso llamado fresco, cierta cantidad de lo que nos es bien co- nocido con el nambre de maza, (maíz cocido por ebullición prolongada en agua que contiene cal y sometido después de en- friamiento á trituración hasta formar una pasta), constituyen. do en todo caso un fraude que perjudica al consumidor. Huevos. Los huevos para alimentación son producidos por aves, tortugas ó pescados, llamándose los de estos últimos hueva; en- tre nosotros los de gallina son los más empleados, prefiriéndo- se frescos. El huevo fresco presenta los caracteres siguientes: ser transparente, esto es, interpuesto entre la luz y el ojo del observador se percibe una aureola rojiza cuando se agita parece estar lleno; si se deposita en una solución de sal ma- rina al 10 por 100 va al fondo del agua; aplicando un extremo de su mayor eje al labio inferior y en seguida el otro extre- mo, se notará diferencia en la temperatura. Sin duda el me- jor procedimiento para saber si un huevo está bueno es rom- perlo, pero no se puede recurrir á él en la práctica y nos con- formamos con saber que es reciente para tener probabilidades de que no esté alterado. Alteración.—Los huevos alterados contienen productos tó- xicos (ptomainas) algunos, con apariencia de ser de buena ca- lidad, contienen venenos alcaloídicos producidos probablemen- BROMATOLOGÍA. 459 te por una transformación de la clara bajo una influencia des- conocida. Adulteración y falsificación. —Propiamente no se cometen estos fraudes, pero si es muy frecuente emplear en la prepa- ración de alimentos que deben contener huevo, alguna otra substancia que les dá la coloración que tomarían si se les hu- biese puesto dicho huevo; las substancias más comunmente empleadas son: azafrán, cúreuma, ecromato de plomo, berbe- rina. . Carne. % Se da el nombre de carne “4 alimentos constituidos prin- cipalmente por la porción muscular de los animales. Los ma- míferos, las aves, los reptiles, los batracios, los peces, los erus- táceos y los moluscos dan abundante contingente” (Dr. Ruiz). La carne y sus preparaciones no deben contener ninguna im- pureza nociva á la salud; ni materias antisépticas, compuestos metálicos, ptomainas, toxinas, materias infecciosas, ni parási- tos. Debe provenir de animales sanos y bien alimentados. Ligeramente me referiré primero á la carne fresca y en se- guida á la carne conservada. Carne fresca. Alteración. —Diversos parásitos no miero- bianos pueden encontrarse en ella; transcribo el cuadro de P. Kretau porque él nos enseña con claridad los casos más fre- cuentes y los peligros á que está expuesto el consumidor: SUSANO HERNÁNDEZ. "SISOUINDLL Y, 'opedrg [9P sep UYpiH '0ld9d [op sad - nun» 109 L “Odd -ad ¡op eze u 131+*]1 v1ue UNOS *1ua y, "82 -2uides ere J, Pa -adse *uIxoJ, *1OPrUANSUOI [9 231109 aNb so1319 q "011 -od ¡ep “oo1and ]ep sisouinbia f. *s1i809 0D0UIMbH 'SISONUD() € O) -10d SISODADOISI) "BULA -0( SISODIO9D1ISL) "eixenbe) :(£enq) “Sexe L 9Pp 91q914 :(o[[eqeo) “euro q :(£enq) “osjas L, “vUIu1939p anb S9PRpaULI9JUT "(o11od £ ovaend) “so[nosny '(oouend) “ope31H “(o19U4e9) “uo oy *(£enq) 'seuow¡ud 'ope3r *(od9u4e») *01q919/) :(Xanq 4 ovda1end “o19u -189)'041yunfuoo opte J, '(odJond) “s9¡e9500910) -UL Y SODIJBUUIBIJRIp 'S9]4ULULOPQE SO|NOSN IN (£enq) “sooerpaeo Á S910pB91]58 1 SO|NISNIN “(01 -ouago “Lenq) “ope3:H solo1 so¡0qo1e) 'O9ULUJUPS PLUSP|J "oysgaed 19p ura [ipald ep 183n7 "SIA -1dg9 eurnbra y, «snsodou mb "81/8191 -99 SNINUD() “19 L 091991I81() *9eso[n] -99 091991ISI/) "919 UI 0919919ISI() “41031 "SeIp -11058038 19H “SB UL -osouedia J '0118yA8d [ap 91qUON “"sOUB ste) “SOLI -2070)013J NS 19p odn11 BROMATOLOGÍA, 461 A más de estos parásitos suele contener diversos micro- bios: el bacilo de la tuberculosis, la bacteridia carbonosa, etc. La carne fresca, principalmente aquella que proviene de animales fatigados poco antes de la muerte, asfixiados, san- grados en extremo, etc., es invadida rápidamente por los agen- tes de la putrefacción que elaboran productos tóxicos y dan lugar á intoxicaciones alimenticias violentas. Carne conservada.—El frío es comunmente empleado para la conservación de la carne fresca; después de descongelación lenta y progresiva se ve que ha conservado, no sólo el aspec- to, sino también el vlor y aún el sabor y no parece nociva á la salud siempre que su conservación no se prolongue por mu- chos días. Las carnes conservadas por esterilización en vaso cerrado, son sometidas previamente á procedimientos especiales de con- dimentación relacionados al nombre con que se les eonoce en el comercio. Ya en el consumo no deben presentar ningún olor fétido, ningún signo de reblandecimiento. Una carne conservada puede ser peligrosa por haber sido fabricada con carnes mal sanas, (animales agotados ó enfer- mos) ó porque esté fabricada sin limpieza, con carnes descom- puestas, Óó porque los procedimientos de fabricación no reali- cen en ellos una perfecta esterilización. (Vaillard). En est último caso quedan gérmenes vivos en la conserva; los anae- robios, en condiciones favorables, desarrollan una fermenta- ción pútrida que se traduce por el abombamiento de la caja bajo la presión de los gases producidos; la alteración es ma nifiesta, todos los sabemos. Pero hay otra alteración microbia- na que se produce sin determinar ningún cambio en el olor, la coloración, el aspecto exterior, por lo que el consumidor no puede apreciar el peligro á que se expone; cierto es que la la ciencia nos da medios para descubrirlo y se descubre de hecho cuando el accidente se ha efectuado; pero es imposible prevenirlo. conformándonos sólo con señalar la inconvenien- 4452 SusANno HERNÁNDEZ. cia de poner á la venta conservas muy antiguas que no eare cen de peligro. Suelen encontrarse algunos compuestos metá- licos de plomo, de estaño, que' provienen de la caja que los contiene y que algunas veces existen en cantidad suficiente para producir perturbaciones gástricas y aún verdaderas in- toxicaciones, Chocolate. El chocolate es una preparación alimenticia compuesta de semillas de cacao decorticadas, torrificadas y trituradas á una temperatura moderada con caña de azúcar pulverizada. Se aromatiza con vainilla ó canela. Un buen chocolate debe tener color moreno, sabor espe- cial, olor agradable, debe fundir en la boca y adquirir poca consistencia cuando se cuece con agua ó leche. “El verdade- ro chocolate es una mezcla de azúcar y almendras de cacao aromatizada con canela ó vainilla.” (Dr. Orvañanos). Las principales adulteraciones consisten en mezelarle biz- cocho, pepita de calabaza, substraerle una parte de manteca de cacao remplazándola por grasas extrañas. adicionar ó subs- tituír la envoltura de la almendra á la almendra misma, y por último, agregarle materias minerales, con la mira de au- mentar el peso. Todo esto contribuye cuando menos á dismi- nuír su valor nutritivo, Vegetales, Muy empleados son los vegetales en la alimentación y ge neralmente necesarios en ella; contienen los mismos princi- pios que los alimentos de origen animal, pero en proporción y repartición diferentes. Los cereales más empleados entre nosotros son: el maíz, el trigo, el arroz, el frijol y la lenteja. BROMATOLOGÍA. 463 El maíz entre nosotros se consume en grande escala, prin- cipalmente por nuestra población rural, formando parte muy importante de la alimentación; en época de cosechas, (octu- bre y noviembre, en los lugares donde es anual), baja su pre- cio considerablemente, por lo cual, los comerciantes en él lo almacenan para venderlo á mejor precio; si el lugar en que se tiene no reune condiciones favorables, (buena ventilación, suelo perfectamente seco y remoción frecuente) sufre una al- teración que lo ha hecho llamar maíz picado, observándose es- to generalmente por el gorgojo que tomaparte importante del grano, que á más de atenuar su valor nutritivo da á la tortilla, forma bajo la cual es más frecuentemente ingerido, un sabor desagradable. La misma alteración se observa en el frijol y la lenteja. El trigo se utiliza produciendo harina que es empleada en la fabricación del pan, de pastas para sopas y para postres. La harina de buena calidad debe ser de un blanco lijeramen- te amarilloso, sin manchas rojas y negras (indicio de estar envejecida); seca, pesada, suave al tacto, de olor agradable, apslotonarse cuando se comprime en la mano y dr un exce- lente pan. La harina envejecida tiene un olor y un sabor des- agradables, poca cohesión, y da al tacto una sensación de pe” queños grumos. Se adultera mezclándola con otras de inferior calidad; se emplean con este fin las de centeno, de arroz, de maíz y la fécula de papa. Suele agregársele también yeso, carbonato de cal, substancias nocivas á la salud. La harina de centeno suele ser invadida por el hongo lla- mado cuernecillo dando origen, cuando es ingerida en ese es- tado, al ergotismo ahora afortunadamente raro. Legumbres.—Con este nombre se designan las hojas, los frutos ó las raíces de vegetales que entran en la alimentación; en general son poco nutritivos y dejan bastante residuo, cir- 464 SusANo HERNÁNDEZ. cunstancia que se utiliza á veces en terapéutica. Se distribu- yen en feculentas y herbaceas. Para ser introducidas al lugar de consumo se someten á lavados con agua que eon freénencia es de mala calidad y aún contiene substancias orgánicas en descomposición, (agua de acequias), por lo que se recomienda lavarlas cuidadosamente con agua limpia antes de someterlas á la condimentación que deban sufrir. En cuanto á los hongos comestibles debo decir, atendien- do por una parte á que son alimentos medianos ó nulos, de difícil digestión y algunos muy venenosos, y por otra, á que no tenemos hasta hoy medios seguros para distinguir los bue- nos de los malos, que: lo mejor será abstenerse de ingerirlos, ó tomarlos de latas francesas cuyos hongos provienen de cul- tivos especiales. Café, El café, bebida estimulante que se obtiene por infusión ó cocimiento de los granos de café previamente tostados y pul- verizados; es una bebida agradable, excitante y tónica; hablo de él por ser muy empleado en la alimentación y ser objeto de muchos fraudes, principalmente ya tostado y pulverizado. Entregado al consumo en esta forma se le mezcla chicoria, diversos cereales y aún el polvo de café que ya ha servido. Estos productos no contienen cafeina, lo que, bajo el punto de vista fisiológico puede tener ciertas ventajas, Te. El llamado te en el comercio está constituído por las ye- mas y las hojas del árbol de te sometidas á diversas manipu- laciones y de las cuales depende el que se obtenga te verde ó te negro, .BROMATOLOGIA, 465 Se utiliza en infusión constituyendo una bebida excitante cuya substancia principal es la teina, análoga á4la cafeina, que va siendo muy empleada entre nosotros debido al buen núme- ro de fondas establecidas en la Capital por los hijos del Ce- leste Imperio. Se adultera mezclando al te de buena calidad hojas de es- pecies inferiores, te que ya ha servido y hojas de diversas plantas (de cafeto, de fresno, etc., etc.) Se le suele agregar también yeso, sulfato de bario, etc., con la mira de aumentar el peso. El te verde se colora á veces con azul de prusia:y yeso. Bebidas. y Voy á referirme sólo á aquellas que entre nosotros son más generalmente ingeridas con los alimentos. Agua. Bien sabido es que el agua constituye no-sólo uno de los elementos esenciales para la vida individual, sino también un factor importantísimo en la salubridad pública; su estudio es por lo mismo muy extenso, muy importante, y bien constitu- ye por sí sólo tema especial; pero para el objeto que me pro- pongo, creo que bastará hacer algunas consideraciones del agua principalmente como bebida, citando también los traba- jos verificados con objeto de dotar de agua potable á la «ciu- dad de México, por ser éste, asunto que atañe en alto grado á la salubridad pública de nuestra capital. El agua forma parte esencial en la alimentación y sirve también para otros usos: aseo personal, de la ropa, regado de calles y jardines, lavado de atarjeas, ete., ete., que contribu- yen al mismo fin; sabemos también que el agua pura y abun- dante es el factor que más contribuye á alargar la vida media; Mem. Soc.Alzate, México. T. 26 (1907-1908) —-60. 466 SusANo HERNÁNDEZ. RE E =— AA o o o así es que todo poblado, enalquiera que sea su importancia, deberá procurarse por cuantos medios estén á su aleanee agua pura, de buena calidad y en suficiente cantidad para que sa- tisfaga con exceso Áá estas necesidades. En general podemos decir que las grandes ciudades son las que más procuran pro- veerse de este precioso líquido, ya por su gran consumo, el mayor número de elementos pecuniarios de que disponen ó ya, lo que es más exacto, porqne cuentan con elementos cien- tíficos que hacen comprender los beneficios que reporta á la la salubridad pública el disponer de agua abundante y buena, señalando también los mejores medios de adquirirla. Cuando se trate de apreciar su bondad es importante ha- cer varios análisis porque, como se sabe, las estaciones. la temperatura y las condiciones meteorológicas pueden influir en la composición del agua de una misma fuente; si es posi- ble se compararán los resultados obtenidos con los de aguas de la misma región y reputadas ya de buena calidad. El agua al estado natural, aquella de que se hace uso dia- rio, contiene generalmente sales, materias en suspensión, gases disueltos y microbios; de la mayor ó menor cantidad de estos componentes dependerán su mal sabor, enturbiamiento y gra- do patógeno. Las sales que se encuentran con más frecuen- cia y en mayor proporción en el agua son: cloruro de sodio, de calcio, de magnesio, carbonato de cal, de magnesio, sulfato de estos mismos metales, encontrándose también siliza, alú- mina, fierro y otras muchas materias minerales, pero con me- nor frecuencia y en menor proporción. Una agua puede ser potable aún conteniendo estas substancias, si su grado hidro- trimétrico no pasa de 30, siendo mejor cuanto más se acerque al límite inferior. Diversas materias pueden encontrarse en suspensión en el agua: orgánicas y minerales, lo que debe siempre evitarse va- liéndose para ello de algunos de los muchos medios de filtra- tración de que en la actualidad se dispone, porque el agna BROMATOLOGÍA. 467 para alimentación no debe contener ninguna materia en sus- pensión, debe ser límpida, transparente, no tener sabor ni olor; así lo indica la naturaleza misma con la repugnancia que se tiene al ingerir aún por necesidad agua turbia. El gas que se encuentra con más frecuencia en.el agua es el aire, aunque pueden también encontrarse el sulfhídrico, sul- furoso, carbónico, hidrógeno carbonado, Diversos microorgabismos se han encontrado en las aguas siendo algunos de ellos patógenos; pero para el análisis de una agua, sin negar la conveniencia que habría en determinar ca- da especie microbiana encontrada, creo que en general basta- rá determinar el número de microorganismos contenidos en un centímetro cúbico de dicha agua; así, los autores que más se han ocupado en este género de estudios ereen, y con razón, que una gran cantidad de microorganismos es un mal indicio respecto á las buenas cualidades de una agua potable. Miquel ha propuesto una escala para apreciar el grado de pureza de una agua en relación con la cantidad de bacterias contenidas en ella. Esta escala es la siguiente: Grado de pureza. ¿ Número de bacterias por centímetro cúbico. Agua excesivamente pura de........ EI 10 ANA Y PUTA A o A y AA Rd ALA 100 PE DULA 20 A AA et A A . 1,000 E Modan o Ue => E AS 10,000 PESMAPULa VIII .de....10,000 ...á ....100,000 y muy impura más de ......-..100,000. Como se ve este es ya un cartabón de mucha utilidad en la práctica. El agua excesivamente pura de la escala Miquel, suficien- temente aereada y con el mínimo de sales en solución sin que estas le den sabor, es la bebida por excelencia en la alimenta- ción: el Sr. Dr. Ruiz, en sus preceptos generales sobre ali- 468 SUSANO HERNÁNDEZ. . mentación dice: “con excepción del agua, proscribo toda clase de bebidas y de esta digo: con la comida debe tomarse agua pura, limpia, agradable y fresca.” La gran trascendencia que tiene para la salubridad públi- ca de toda población disponer de agua suficiente y de buena calidad, no ha ¡asado inadvertida por nuestro Gobierno quien, en su afán de completar el saneamiento de la ciudad de Mé- xico, después de terminadas las magnas obras del desagie por tantos lustros soñadas, pensó en aumentar la cantidad de agua que llega á México, y mejorar los medios de conducción y captación muy deficientes como se podrá ver por las apre- ciaciones que siguen: el agua que se utliiza en la actualidad proviene de pozos artesianos y de manantiales. Los pozos artesianos podemos considerarlos unos poco profundos y muy profundos los otros. Xl agua de pozos poco profundos es im- propia para la alimentación, pues baste decir que está expues- ta á recibir las filtraciones de albañales, letrinas antiguas, ca- nales de desagúe, etc., atravesando delgadas capas superficia- les de terreno que están en condiciones nada satisfactorias desde el punto de vista higiénico. En general se puede decir que el agua de pozos artesia- nos muy profundos y bien entubados, una vez aereada, es bastante aceptable; la ciudad cuenta con buen número de ellos, 1,743 hasta la fecha que ayudan en buena párte á satisfacer sus necesidades. Las aguas que provienen de manantiales se dividen en gordas y delgadas; aquellas son tomadas del manantial situa- do en Chapultepec por tres bombas que la conducen á dos es- tanques de donde llega por tubos de fierro á la ciudad para ser distribuida á las habitaciones de la parte sur. El agua del- gada viene de diversds lugares: del Desierto, Santa Fe, con- cesión Chousal, Río Hondo y los Morales; para ser reunida en el Molino del Rey, de donde se envía á la ciudad por tubos de fierro, se emplean las llamadas canoas (canales de madera) ó BROMATOLOGÍA, 469 acueductos abiertos que tienen grandes inconvenientes porque reciben los polvos atmosféricos y, lo que es peor todavía, al- gunas de las corrientes formadas por el agua de lluvia con to- das sus impurezas (substancias terrosas, materias organizadas muchas de ellas en estado de descomposición) lo que produce el enturbiamiento del agua y la hace repugnante y peligrosa para ser ingerida, pues aumenta en mucho el número de mi- eroorganismos contenidos en ella. Por importante que sea es- ta causa de enturbiamiento y exaltación patógena de las aguas debo decir que es la única, porque como lo hace notar con jus- ticia el Sr. Ing. Manuel Marroquín y Rivera en su “Proyecto de Abastecimiento y Distribución de aguas potables para la ciudad de México” presentado al H. Ayuntamiento con objeto de dotar de agua potable á la ciudad, durante las lluvias hay deslaves, derrumbes de consideración, siendo estas substan- cias unidas á materias orgánicas, despojos de animales muchas veces en estado de putrefacción, acarreadas por las aguas su- perficiales que van á mezelarse con las de los manantiales. Era, pues, una necesidad evitar hasta lo posible estos in- convenientes, lo que creo quedará realizado con la termina- ción de las magnas obras emprendidas y ya muy avanzadas para introducir á la ciudad el agua de los manantiales situa- dos al Sur de ellas, siendo en cantidad bastante para cubrir aun necesidades futuras. Por el gran beneficio que resultará á la salubridad pública con la terminación de estas obras que reunen á su indiscuti- ble utilidad, belleza y magnitud que mucho honran á su autor y al Gobierno que las está llevando á término, voy á procurar dar una idea de ellas, siquiera sea muy general, porque creo que nunca está por demás hacer resaltar los muchos puntos que estos trabajos presentan en relación con la higiene de la ciu- dad más populosa de nuestra República. Casi todos los datos son tomados del proyecto presentado por el Sr. Ing. M. Ma- rroquín y Rivera. 470 SusANO HERNÁNDEZ. Al Sur de la ciudad y muy cerca de las pintorescas pobla- ciones de Natívitas y Xochimilco, brotan unos manantiales alimentados en su mayor parte por las aguas de lluvia que in- filtran los terrenos permeables del Ajusco y una pequeña par- te de los de la Sierra Nevada. Se han dividido en tres grupos: “Un grupo occidental constituido por los manantiales de las Fuentes y Peña Pobre; que nacen en la vertiente oriental de los cerros de Zacatepec y Zacayucan cerca de Tlalpam. Se- ¿gundo. Un grupo central constituido por varios manantiales de gran importancia que alimentan el lago de Xochimilco, y que nacen en los contornos de un circo bien determinado por el pie de las faldas de la sierra del Ajusco, y que queda limi- tado al Oeste por la Sierrita de Xochiltepec y al Este por el cerro del Teutli, y Tercero: Un grupo oriental en el cual es- tán. comprendidos los manantiales que alimentan el lago de Chalco, situados al pie de la Sierra de Ayotzingo y en toda la región oriental de la cadena del Ajusco, y además los manan- tiales de Xico y Tlapacoyan, que nacen al pie de pequeñas eminencias aisladas en el centro de este lago.” De estos manantiales situados á nivel poco elevado para dar velocidad conveniente al agua, se captará esta en condi- ciones apropiadas para que no pierda sus buenas cualidades naturales, instalando las bombas aspirante-impelentes nece- sarias para elevarla hasta el acueducto. Este pasa por la loma contigua á la en que se halla establecido el panteón de Xochi- mileo, continuando por Tepepan, San Antonio, Coapa, Coyoa- cán, San Borja, la Condesa y Chapultepec; ha sido construido de tal manera que es impermeable, poca ó ninguna influencia tendrán sobre el agua que conduzca los cambios atmosféricos y se han establecido cada 333 metros chimeneas que permi- tan renovar el aire contenido en su interior; tiene forma casi circular, cuyo diámetro medio es de 1m.90 y un desnivel de 30. centímetros por kilómetro que, según los cálculos, puede produ- BROMATOLOGÍA. 471 cir uua velocidad en la corriente de 80 centímetros por se- gundo. El acueducto termina en la calzada que va de Chapulte- pec á Tacubaya, muy cerca de la calzada de la Refurma y por lo mismo, cerca también del tubo número 1, que con diámetro de 60 pulgadas partirá desde grandes receptáculos estableci- dos en la loma de Dolores, hasta la sexta glorieta de la Refor- ma y será el nacimiento del sistema de distribución reticular adoptado para la ciudad. En la terminación del acueducto se establecerá una segunda instalación de bombas qu» llevará el' agua, ya á los receptáculos de distribución que para el nivel superior del agna contenida en ellos, tendrá una acotación de 58 metros ya directamente del tubo número 1 de la distri- bución. Como se ve por estos ligerísimos apuntes tomados de los estudios verificados por el Sr. Ing. M, Marroquín y Rivera, son grandiosas estas obras é implican gastos considerables que el Erario de la Nación debe cubrir en bien de la higiene de la ciudad. 1 ¿Qué calidad presentan las aguas de los manantiales del Sur? Muy excelente á juzgar por las condiciones hidrográfi- cas en que se encuentran, por sn aspecto y, sobre todo, por los análisis que de ellas se han efectuado. Todas carecen de olor, no tienen sabor, su temperetura media es de 1300, la máxi- ma no pasa de 18, y su limpidez, su transparencia, es tan gran- de, que en el manantial de San Juan, por ejemplo, “se pueden observar objetos de muy pequeñas dimensiones á través de una capa de agua de 12 metros de grueso” siendo igual duran- te todo el año. Los resultado de los análisis efectuados por el. Sr. Dr. E. Armendaris, son los siguientes: 472 SUSANO HERNÁNDEZ. Agua del manantial de Natívitas: * Contiene 0,0025 de ácido carbónico libre. MATERIAS BOLIDAS. GRAMOS. Bicarbonato de calcio......... 0.0188 Bicarbonato de magnesio...... 0,0176 Cloruro de s0diO-....o...o.... 0,0450 Siliza, alúmina y fierro........ 0,0300 Materia orgániCA......oo.o.... - 0,0186 Residuo por litro............- 0,1300 Se encontraron huellas de nitratos, nitritos y sales amo- niacaldk en el agua tomada en la superficie, huellas que so- lo aparecen con los reactivos después de varias horas en el agua que se tomó con un frasco especial del fondo del ma- nantial. Las bacterias contenidas en un centímetro cúbico nume- radas en una sola operación fueron 8. Agua del manantial de Quetzalapa: MATERIAS SOLIDAS GRAMOS. Bicarbonato de calci0......... 0,0206 Bicarbonato de sodi0......... 0,0020 Cloruro de calci0............. 0,0018 Cloruro de magnesi0.......... 0,0250 Cloruro de S0di0.....oooooo.. 0,0530 Siliza, alúmina y fierro........ 0,0286 Residuo fijo porlitro.......... 0,1600 a e ds a O e > . BROMATOLOGIA, 473 Se encontraron huellas de nitratos, nitritos y sales amo- niacales. Los primeros se acusan por el ácido sulfo-fénico y el amo- niaco; los segundos por el ácido sulfo-anílico y el cloruro de fenil-amino únicamente. El agua que se tomó para el examen bacteriológico del fon- do del manantial acusa apenas la presencia de materia orgá- nica, mientras que en la superficie es bien sensible la reacción que revela dicha materia orgánica. Lo mismo sucede con los nitritos: mientras en el agua de la superficie del manantial la reacción se manifiesta en diez minutos, en la que se tomó á cierta profundidad, no aparece ni en doce horas. El reconocimiento bacteriológico sólo dió diez bacterias por centímetro cúbico. De estos análisis resulta que: el agua de Xochimilco es de suprema calidad, que podemos colocarla por su contenido en bacterias, recordando la escala de Miquel, como excesivamente pura ó muy pura; si á esto se agrega el gran rendimiento de los manantiales, tendremos que convenir en el gran beneficio que recibirá la higiene pública de la ciudad con la terminación de estas obras, así como también en los honores que en justicia corresponden al Gobierno que inicia y pone los medios para . llevarlas á feliz término y al entendido señor ingeniero por su trabajo y constancia en obras de tanta utilidad pública. Pulque. Al pensar en el estudio de este líquido del que se hace gran consumo entre nosotros, aparece la necesidad de verificarlo desde dos puntos de vista: sociológico é higiénico. Muy impor- tante es el primero y de gran trascendencia para la sociedad, pero no lo es menos el segundo del que resultan grandes be- neficios para la salubridad pública. Mem. Soc.Alsate, México. TT. 26 (1907-1908) —61 474 SUSANO HERNÁNDEZ. Los diversos estudios que se han hecho de esta bebida, de su modo de preparación y del aguamiel de que proviene, me permiten hacer algunas consideraciones en relación con el objeto que me he propuesto; llamo especialmente la atención del estudio presentado por el Sr. Prof. J. Donaciano Morales, al Congreso Médico, convocado por la Sociedad “Pedro Esco- bedo,” en Enero de 1906. Sabemos que el pulque es el líquido que proviene de la fer- mentación del aguamiel dado por el maguey (agrave mexica- no) después de preparaciones especiales á que se somete esta planta. Preparado primeramente por los toltecas, fué al principio fabricado en la cavidad misma del maguey obteniéndose un producto fermentado puro y limpio. El procedimiento que se sigue en la actualidad para la fa- bricación de esta bebida es desaseado é incorrecto, como lo de- muestra bien el estudio del Sr. Prof. Morales, del que cito al- gunos puntos que me parecen de capital importancia para el caso. El tlachiquero al aspirar el aguamiel con el sucio aco- cote, mezcla cierta cantidad de saliva que puede contener, no sólo los microbios de los diversos padecimientos de la cavidad bocal, sino también, y especialmente el de la tuberculosis; el cuero en que se hace la recolección del aguamiel para ser lle- vado al tinacal y depositado en las tinas, y estos mismos reci- pientes de fermentación, son inadecuados para ser aseados convenientemente. El modo de preparación de la semilla no puede ser más inconveniente y asqueroso como lo demuestra el Sr. Prof. Morales después de haber verificado, por reco- mendación del Sr. Dr. E. Licéaga, el análisis de 18 semillas de pulque; “toda la flora de las fermentaciones, dice, todos los mi- crobios se encuentran allí reunidos, ó por lo menos su presen- cia es posible; además, celdillas de epitelio que bien pueden ser de la boca del tlachiquero, ó provenir del intestino del pe- rro (por la canina); porque debo advertir que en todas esas se- - 4 $ " O A O BROMATOLOGÍA. ) 475 millas he encontrado una proporción de sales de cal y espe- cialmente he dosificado proporción de ácido fosfórico, y en unas más que en otras he comprobado una cantidad que no existe en el aguamiel. El ácido fosfórico se encuentra allí triplicado ó cuadruplicado, y tengo el derecho de sospechar que uno de los secretos de los preparadores de esas semillas consiste en agregarles escremento de perro, rico en sales de cal y que se conoce con el nombre de canina de perro.” Malísimo es el procedimiento empleado en la fabricación de esta bebida, pero lo que resulta es pulque todavía, con los inconvenientes de las bebidas alcohólicas un poco aumenta- dos por su acidez. Ingerido en exceso como se hace en algu- nos lugares, 10 á 15 litros y á veces en menor cantidad según la suscestibilidad del individuo, produce primero alegría, lo- cuacidad, exageración de los afectos y por último sueño in- tenso. Se altera con facilidad y tanto más de prisa cuanto más mezclado está. Adulteración.—Para llevar á cabo este fraude se siguen infinidad de procedimientos constituyendo, muchos de ellos, , secretos y aún especialidad del que los practica; pero podemos decir que todos ellos tienen por objeto agregar la mayor can- tidad posible de agua á un volumen dado de pulque y ocultar la alteración que forzosamente sufre dicha sustancia, á fin de que pueda ser llevada al consumo y rinda mayores utilidades; así es que se agrega: agua de la primera que se encuentra, al- cohol de la peor especie, sacarina, aguamiel, almidón, el jugo hilante de algunas plantas, corazones de membrillo, bicarbo- nato de sosa, restos de pan sin grasa y ya enmohecido y aún productos orgánicos asquerosos. Para apreciar la verdad de estos hechos, transcribo la consideración de orden económico que hace el Sr. Prof. Dr. Ruiz: “la carga de pulque vale en la hacienda $ 4.50, en la garita $8.00 y en las pulquerías se ex- pende á razón de $6.00,” Lo que se expende con el nombre 476 SUSANO HERNÁNDEZ. de pulque, es pues, un líquido cuya composición es muy di- versa de la de aquel que salió del tinacal con dicho nombre. Ingerido en gran cantidad exita mucho, impulsa á la riña, al crímen, produce enfermedades gastro-intestinales, hepáticas y contribuye sin duda á la degeneración de la raza. | Como se ve, la adulteración de esta bebida se hace en gran- de escala y produce mayores trastornos en la salubridad pú- blida que los que causaría si se expendiese al estado de pure- za. Sin duda el ideal para evitar los inconvenientes ya citados sería suprimir esta bebida del consumo; pero ya que esto no es posible, tanto por los grandes intereses económicos relacio- nados con ella, como por la costumbre que se tiene de inge- rirla durante la alimentación, sí sería de desear que después de estudios concienzudos realizados por nuestros hombres de ciencia, se fije por la ley una composición media para el pul- que que deba entregarse al consumo, siquiera sea en tanto llega el convencimiento de la necesidad de realizar una refor- ma completa en el modo de recolección del aguamiel y de fa- bricación de esta bebida nacional. Ya el Sr. Prof. Morales, en su trabajo antes citado, con gran acopio de datos ha trazado el camino que conduce á obtener un pulque aceptable, y es de lamentar el olvido en que parece haber quedado trabajo tan importante. * x* * Como se puede ver, aun juzgando por solo las ligeras con- sideraciones que he hecho de unas cuantas sustancias, pero | quizá las más importantes entre nosotros, es de grandísima utilidad para la higiene pública poner en juego todos los me- dios disponibles á fin de evitar el consumo de alimentos en es- tado de descomposición, ya sea por alteración, adulteración 6 falsificación. El Gobierno que nos rige, en su tarea indiscuti- ble de mejorar la higiene pública iniciada años ha, dictó las leyes que norman en este santido la conducta del comercian- BROMATOLOGÍA. 4T te; así, en el Código Sanitario de los Estados Unidos Mexica- nos, vemos respecto á este asunto los artículos siguientes: 117. Bajo el título de Comestibles y Bebidas, se compren- de todo lo que se come ó se bebe, con excepción de los medi- camentos. 118. Los comestibles y bebidas que se destinan para la venta serán puros, sanos y en perfecto estado de conservación y corresponderán siempre, por su composición y caracteres, á la denominación con que se les vende. 119. Los expendedores que comercien en comestibles ó bebidas que estén alterados ó adulterados (excepto el caso previsto en el artículo 22), quedan sujetos á las penas que se marcan en el capítulo respectivo de este Código ó en su caso á las señaladas en el Código Penal. 120. La leche y sus derivados, el pan, las tortillas, la car- ne y la manteca se expenderán siempre en estado de pureza. Las excepciones que se toleren constarán expresamente en un reglamento; pero respecto á la leche en ningún caso se per- mitirá la adición de agua. 121. Se considera adulterado un comestible ó bebida cuan- do contiene alguna ó varias substancias extrañas á su compo- sición natural ó conocida y acepíada; cuando se le ha sustraí- do alguno ó varios de sus componentes en totalidad ó en parte, ó cuando no corresponda por su naturaleza, composición ó calidad, al nombre con que se le venda. 122. Quedan exentos de la pena, salvo el caso previsto en el artículo 120, los expeudedores de comestibles ó bebidas que estén adulterados, ya sea por substracción, en totalidad ó en parte, de alguno de sus componentes, ó por la adición de subs- tancias que de ningún modo pueden alterar la salud, siempre que en las fábricas y expendios de dichos comestibles ó bebi- das se anuncie al público constantemente y de una manera clara y terminante la adulteración; y que se acompañe á cada 478 ) SUSANO HERNÁNDEZ. efecto una etiqueta ó impreso en donde conste únicamente la naturaleza y composición de dicho comestible ó bebida. 123. Se consideran alterados los comestibles ó las bebidas: primero, cuando se hallen en estado de descomposición pútri- da; segundo, cuando estén agrios, picados, rancios ó hayan sufrido alguna otra modificación, la cual cambie notablemen- te su sabor ó su poder nutritivo ó los haga nocivos para la salud. 124, Se considera que una substancia es nociva ó que puede alterar la salud y, por consiguiente, que en ningún ca- so es lícito mezclarla con los comestibles ó6 bebidas, no sólo cuando esté demostrado que puede determinar algún daño en el cuerpo humano, sino también cuando la ciencia conserve dudas acerca de su inocuidad, ya sea en sus efectos inmedia- tos ó tardíos. 125. Se equipará á la adulteración y se castigará con igua- - les penas, según los casos, la falsificación ó substitución de un comestible ó bebida por otro. 129. En los expendios de leche se osas el uso de uten- silios ó recipientes de cobre sin estañar, latón, zinc, metal con esmalte plúmbico ó loza mal barnizada. 130. Queda prohibida la venta de la leche que provenga de vacas que tengan menos de quince días de paridas; la de la leche alter? da por productos infecciosos ó de fermentación; la de la que provenga de animales que hayan tomado medica- mentos tóxicos ó en cuya alimentación hayan entrado plantas venenosas, y la de animales atacados de las enformedades que marca el reglamento de comestibles y bebidas. 131. Las carnes destinadas al consumo, cualquiera que sea el animal de que provengan, deberán ser sanas y estarán en perfecto estado de conservación, Se prohibe estrictamente vender, cambiar ó regalar para comestibles la carne de anima- les que hayan muerto de afección contagiosa, infecciosa ó de cualquiera otra que pueda perjudicar á la salud, así como la o > BROMATOLOGÍA. 479 de animales que se hayan matado estando atacados de alguna de estas enfermedades. 132. No podrán prepararse ó ponerse en venta en un mis- mo establecimiento las bebidas ó los comestibles puros y los adulterados ó falsificados que marquen los reglamentos de la materia. Los diversos establecimientos en que se preparen ó se haga la venta de unos y otros no tendrán entre sí otra co- municación que la vía pública. . 134, Queda prohibido estrictamente adulterar, colorear ó modificar la materia propia de los comestibles con substancias venenosas ó nocivas á la salud, ya sea el efecto tóxico ó noci- vo inmediato ó tardío. 135. La venta de substancias colorantes nocivas á la sa- lud sólo se hará poniéndoles una etiqueta en la que se expre- se que son venenosas y que no sirven para colorear comesti- bles, dulces, juguétes, etc. 136. Sólo podrán emplearse para teñir, pintar ó colorear las bebidas ó los comestibles y los papeles que sirven para en- volver estos últimos, las substancias que marquen los regla- mentos, ó aquellas inofensivas para cuyo uso ó venta tengan autorización especial expedida por la Secretaría de Goberna- cion, previo informe del Consejo Superior de Salubridad, los industriales que desearen mantenerlas en secreto. 137. Queda prohibido terminantemente emplear substan- cias venenosas Ó nocivas para pintar, barnizar, estañar ó vi- driar vasijas y trastos de cualquier género que sean, siempre que la pintura, barniz, estañado ó vidriado puedan ser ataca- dos por los comestibles y las bebidas. 140. Los propietarios ó encargados de establecimientos en qne se expendan comestibles y bebidas están obligados 4 no impedir ni estorbar en manera alguna que esos establecimien- tos sean inspeccionados por los empleados de la Inspección de Comestibles. Como se ve, existen y están vigentes las leyes que deben 480 SUSANO HERNÁNDEZ. —BRQMATOLOGÍA. guiar la conducta del comerciante; existe y está en función el Cuerpo de Inspectores encargado de vigilar la pureza de los alimentos y hacer las consignaciones del caso; pero siendo ár- dua y difícil la tarea de ellos, necesario es que los mismos consumidores presten su valiosa ayuda señalando el fraude; mas para que esto último se realice, es importante difundir entre las gentes los peligros á que expone la ingestión de ali- mentos descompuestos por cualquiera de los medios ya indica- dos, así como también las garantías que prestan las leyes á este respecto. E México, Julio de 1908. SOCIÉTE SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.”” MÉMOIRES, T. 26- 4 CLIMAT DE PARIS. Perturbations barométriques accidentelles. Relation entre la vitesse et lamplitude des oscillations orageuses ou eycloniques, p PAR LEON DESCROIX, M. $. A. C'est á Vaide de Penregistrement continu des variations de la pression atmosphérique, á Paris, durant 21 années, de 1884 a 1904, pour une altitude de 78 métres, que j'ai pu trouver la formule empirique qui relié la vitesse des oscillations baromé- triques á leur amplitude. Voici le tablean des valours moyennes mensuelles qui con- duit á P'équation: A=6,8+4+7,45 V+96,5 V: A c'est lamplitude Vune oscillation de durée moyenne D y'effectuant á la vitesse moyenne horaire V, que, par défini- tion, Pon suppose identiques á la montée comme á la descente. Mem. Soc.Alvate. México. 'T. 26 (1907-1908) —62 482 LEON DEsCROIx. Oscillations accidentelles. e, Mois a apitado Mt mum. mm. mm. heures. Dec ra Dt 156,12 +16,6 0,300 55,2 ATA MD 756,64 16,6 0,304 54,1 A AN 756,53 159 0282 + 54,6 MATe: 000 aaR 753,68 14,8 0,252 56,9 Avril Mo 7193.15 126 0,215 61,0 Mai. oia 764,24 TL 6 IN Amt. 155,61 11,0 0,179 64,0 E O 755,20 102 0,1172. 588 0 a) 1 A ea 195,37 10,2 0,180 56.3 PEO 756,48 125 020 580 E AOS: 75395 141 0242 609 Now o. olei 755,72 158 0266 600 Il y ade 44 6 de ces oscillations accidentelles par mois une année dans VPautre. La fréquence plus ou moins grande des perturbations orageuses ou cyeloniques entraine nécessaire- ment une instabilité des conditions hygro-thermiques dont Vagricnlture supporte immédiatement les effets. Plus grande est Pinstabilité, moins favorable est la tem- pérature. Il est remarquable que ce soit en les caractérisant á ce point de vue que les années semblent se succéder, bonnes ou mauvaises, parallélement á la fréquence ou Pimportance des troubles physico-solaires. On peut conclure de la possibilité établir une telle formule numérique, qui s'applique indistinctement á toutes les saisons, qu'il doit y avoir une autre raison que celle de la variation de densité de Pair pour expliquer la genése Vune perturbation. : C'est vraisemblement, comme on Pa déjá dit, aux conditions Véquilibre électrique, modifiéss brusquement par les déchar- >, A > CLIMAT DE PARIS. 483 ges extra—terrestres, que se rattache origine du mouvement perturbateur dont la propagation sera subsidiairement réglée par les phénoménes consecutifs de précipitation, de conden- -—sation de la vapeur eau. C'est parceqwil en est ainsi qui nous avons pu jadis constater que la boussole est Pinstrument qui nous fournit les premiers signes avant-coureurs de Papproche Vune temvéte, ou de la formation des orages. Le champ magnétique ne peut en effet, manquer de se modifier si la perturbation doit nous intéresser. Paris, 11 Juin 1908. Fin del Tomo 26 de Memorias. Indice del tomo 26 de Memorias. —_—— A Table des matieres du tome 26 des Mémoires, Carbajal (A. J.) PÁGINAS La etiología del vómito ó fiebre amarilla. (L'étiologie de la RUROJAUNO) 1 NS a O ITESO ls Ia 81-102 y 369-395 Cicero (R. E.) Note sur un cas de radiodermite trés intense du cuir che- velu avec repousse compléte des cheveux chez une enfant atteinte de tnohophyl8d. ho -c202 amoo cocoa nino 237-241 Conzatti (C.) Los yacimientos fosilíferos del Valle de Oaxaca. Lám. XV. (Les gisements fosiliferes de. la Vallée de Oaxaca). Pl. XV. 353-358 Díaz (S.) Un temporal de invierno. Lams. XVI-XVHI. (Les tempe- O a A AO RS AA A ... 359-368 Duges (A.) Dipodomy8S PRIDE OTAY iconos sos done ais 407-411 Engerrand. (G-) Les variations de la taille humaine, le giganto-infantilisme o ar Vit MECA PO A AA 261 -276 Les phénomeénes de la télégonie et de la xénie sont-ils in- explicables?. c.ooocnocnocorocccinoncocoocnc mp o” 80D -2DÓ Félix (J.) Projet d'un Institut International de Biologie générale et de Plasmogénie Universelle........oooooommocoooomoo=... 297 -304 486 Puente (J. M. de la)- DAMON Pida IA aa Galindo y Villa (J.) Una visita á las obras de provisión de aguas potables para la Ciudad de México, (Les travauz dUY'approvisionnement V'eaux potables pour la ville de Mexico)... o... ooo... Hernández (S). Alteración, adulteración y falsificación de los alimentos ante la salubridad pública y la ley sanitaria... ........- Herrera (A. 1) Expériences de Plasmogénie. Infiltrations d'acide chlorhy- - drique dans un silicate alcalin, pl. V-XTIL. ..........-... Sur la théorie amcebienne de la cellule, pl. XMT-XTV.. Sur les phénoménes de vié apparente observés dans les émul- sions de carbonate de chanx dans la silice gélatineuse, pl. PS A O León (L. G.) Los fenómenos eléctricos observados durante los últimos temblores. (Les phénoménes électriques observés dans les der- niers tremblements) .-.cooonneonconncoo o reronacncanos Mallén (R.) Nueva teoría estática de las construcciones. (Nouvelle théo- rie statique des conglrucilons) .c.nacoooncomrotorr ooo Mena (E.) De China Pobla. oo.icao oo por=o ao aa La fotografía de los colores en México. (La photographie des coulours au: Mexique) Senna eco dae ON El Monolito de Acatlán .....+c0iió=o=oooomans 22 Moreno y Anda (M ) Observaciones magnéticas y meteorológicas en el Cerro de San Miguel, D. F. (Observations magnétiques et météorolo- giques dans le Cerro de San Miguel, D.F.) ocoocoaneoo.... ' PÁGINAS 413-421 249 -259 397 -400 195 -235 243-247 281-284 401- 405 h A Ornelas (C. ER.) Notas complementarias á la “Breves reglas de Cronología A RS e E IN A Peimbert (A.) Estudio sobre la superestructura de las vías férreas. Obser- “vaciones hechas en el F. C. N. de Tehuantepec. Láms. I-IV. (Observations faites dans le F. C. N. de Tehuantepec). P1.1-IV. Prieto (A.) La propiedad territorial en el Estado de Tamaulipas. III. (La propriété territoriale dans 1 Etat de Tamaulipas, TIT)... Robelo (CC. A.) Supersticiones de los indios mexicanos. (Superstitions des VICIETS MNEAACUNA NE A o a sE acia Ma, o de Vergara Lope (D.) Influence générale des grandes altitudes sur lorganisme A A A E ES EN Villarello (J. D.) Gealogía química de los criaderos de azufre de Mapimí, Du- rango. (Géoloyie chimique des yisements de soufre de Mapimá). Sur le remplissage de quelques gisements métalliféres .... Villaseñor (PF. EF.) Resultados de análisis de tierras arables. (Resultats des ana- lajses (de tertER¡OFQDIEZ) cra aa onda codo 109-114 y Pisnias. 171-194 5-4Y 73|-80 51-71 147 -157 115-145 423-448 159-170 , AN ACTI S: ero ; $e tí ASE A NA ale i Y 101 d AA CESE RAN iv Y y lo E 1 . ó , q 4 y a Ñ , y hs y / de E Y , Re. pa 3 HATE ¡EN SA Ñ pos 4, Vis IA i > “ 14 La Ñ 0 AI y ==, 4 o » ' o S SIA q q M , + o" A AY , Y EN Ib NA y 1 J » .” ATA A * NS UA Ei h AA : , p ARA ú ' Li e . i LA Las Es A Y » v » y 4 ¿La? MÁ r e 1] S e. ds AER $e y Ves Al FUEL ¿e e Vox . h , ru y p A 73 / e a Heb Ñ h 7 +», 198 * sh ; ( e Ñ "jo e 4 ASA ES EN AS , RA A AS Erratas notables. Al En la pág. 136 las fórmulas relativas á los estados inicial, intermedio y final, deben ser substituidas por las siguientes: Estado inicial. Estado intermedio. 2 H.S 0,+0=2 S 0,+2 H,0+C O, Els 4 H.S=4 H,0+6S Estado final. En la pág. 140 las fórmulas relativas á los estados inicial, intermedio y final, deben ser substituidas por las siguientes: Estado inicial. Estado intermedio. H.S 0,+H.5S = 2 H,O+ S 0.+ S E 2 H,S=2 H,0+38 Estado final. TY ” 151 * AN A / Y Al POSE TS , , í h (7 E : o E dl ts y LARES pto A a Ed 2 3 S. IS 4 ( y he CAR e e NI Y. ER PAST TE RV «hi DS YH q 2 $ A va Ñ da e al OIL IAN Ad Y nl ys Ñ V 4 Me TA OMT a A . A JA 5 MITA y 1 sE > Í 4 Ñ y ' A 243 É REVISTA CIENTIFICA Y BIBLIOGRAFICA Société Scientifique “Antonio Alzate.” EEG AUR NCIENTIFIQUE ET DIBLIOGRAPMIQUE PUBLIÉE SOUS LA DIRECTION DE RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN Secrétaire perpétuel. 1907-1908: MEXICO IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL 1906 LAFSA «Aa 1 Le q * El Sociedad Científica “Antonio Alzate.” RENO TA MENPIFICA Y DIDLIOGRAFICA PUBLICADA BAJO LA DIRECCIÓN DE RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN Secretario perpetuo 1907 —L9OS. MÉXICO IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL (3% de Revillagigedo Núm. 3). 1907 oeredad Cienilica Antomo Alale. MEXICO. Ar Irro Revista Científica y Bibliográfica, Núms 1-2. Tomo 26. 1907-1908. SESIONES DE LA SOCIEDAD. SULIO 8 DE 1907. Presidencia del Sr. Dr. Antonio J. Carbajal. TRABAJOS. —Prof. A. L. Herrera. Experimentos de Plasmogenia. A. Mac Donald. Marcas morales de degeneración. Estudio antropoló- gico. (Memorias, 24, p. 447). Ing. A. Peimbert. Durmientes, rieles y balastre. Observaciones hechas en el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. (Continuación). Lic. C. A. Robelo. Supersticiones de los indios mexicanos. Prof. E. E. Schulz. Reseña geográfica de las Repúblicas de Centro-Amé- rica. (Continuación). PUBLICACIONES.—El Secretario perpetuo presentó las obras enviadas por la librería Dunod 6 Pinat, de París, y los números 10 y 11 del tomo 24 y 1 del tomo 25 de las Memorias de la Sociedad. PosTULACIÓN.—Para miembro titular: Prof. Jorge Engerrand. El Secretario anual, ENRIQUE E. SCHULZ. AGOSTO 5 DE 1907. Presidencia del Sr. Dr. Antonio J. Carbajal, Presidente. NEcROLOGIA.—El Secretario perpetuo dió parte de la muerte del dis- tinguido geólogo Angelo Helprin, M. $. A., acaecida el 17 de Julio próxi- = mo pasado á la edad de 54 años. PUBLICACIONES.—El Sr. Prof. Dr. H. Credner, M. S. A., remitió la décima edición de sus Elemente der Geologie. El Secretatio perpetuo dió cuenta del número 12 del tomo 24 de Me- morias. TRABAJOS.—Dr. A, J. Carbajal. La etiología del vómito desde el punto de vista bacteriológico. Prof. A, L. Herrera, Teoría amiboide de la celdilla. Ing. R. Mallén. Teoría y sistema Mallén de construcción en cemento ar- mado. Dr. F. F. Villaseñor. Análisis de tierras arables. NOMBRAMIENTOS. —Miembro titular: Dr. Jorge Engerrand, Geólogo del Instituto Geológico Nacional de Mé- xico. Socios correspondientes, Dr. Tempest Anderson, F. R. G. S. York, Inglaterra. —Prof. M. B. Porter. Universidad de Texas. Anstin. PosTULACIONES.—Para miembros titulares: Ing. Eduardo Beaven y Dr. Francisco Hurtado. El Secretario perpetuo, R. AGUILAR. BIBLIOGRATFIA, - Traité du Paludisme par A. Laveran, Membre de l'Institut | et de VAcadómis de Médecine. 2me. édition.—Paris. Masson et Cie. 1907. 1 vol. gr. in-8?, vri-622 pages, 58 figs. 1 pl. en couleurs. 12 fr. La premiére édition de cet ouvrage a été publiée en 1898. Depuis lors lhypothése émise par le Docteur Laveran, dés 1884, sur le róle des mous- tiques dans la propagation du paludisme, a été vérifiée, Il est aujourd'hui démontró que l'hématozoaire du paludisme accomplit plusieurs phases de N son évolution dans le corps des moustiques du genre Anopheles et que les Anophéles qui se sont infectés eu sugant le sang de sujets atteints de pa- ludisme transmettent la maladie par leurs piqúres. Cette découverte, si importante au point de vue de la prophylaxie, a entrainé des remaniements nombreux dans cette nouvelle édition Un chapitre a été consacré á l'étu- de de Vévolution de Homameba malarix dans les Anopheles et i Vexposé des notions élémentaires que le médecin doit posséder aujourW'hui sur Vanatomie, la biologie et la systématique des culicides qui propagent, en outre du paludisme, la fiévre jaune et la filariose.—Le chapitre relatif á la prophylaxie a dú étre considérablement augmenté; d'empirique qw'elle était, la prophylaxie du paludisme est devenue rationnelle et a déja donné Vexcellents résultats. Tous les autres chapitres de l'ouvrage ont été mis au courant de la science. Le praticien qui aá compter avec les manifestations polymorphes du paludisme, les médecins de la marine, des colonies et des pays chauds trouveront dans cet ouvrage toutes les données utiles pour re- connaítre et combattre le redoutable fléau. Étude minéralogique des produits silicatés de 1éruption du Vésuve. (Avril 1906). Conséquences á en tierer á un point de vue général. Par A. Lacroix, Membre de Institut, Professeur au Muséum d'Histoire Naturelle. (Extrait des Nouvelles Ar- chives du Muséum. 4e. série. Tome IX).—Paris. Masson et Cie. 1907. 4* 172 pages, 10 pl. “¿Ce travail est spécialement consacré á létude de la composition chi- mique et minéralogique des roches du Vésuve et de celle des roches plus anciennes de la Somma. Plusieurs Chapitres traitent des modifications métamorphiques présentées par les blocs rejetés par l'éruption de 1906 et une facon plus générale par ceux des éruptions plus anciennes du méme type (1822, 1839, 1850, 1872). Ces observations nouvelles apportent des notions précises sur le mécanisme des phénoménes de contact des magmas éruptifs et des phénoménes d'autopneumatolyse présentés par ceaux—ci: elles sont susceptibles de généralisation.” (C. R. 4c. Sc. ler. Juillet 1907). Anales del Museo Nacional de Buenos Aires. —Buenos Aires. Imp. de Juan A. Alsina, Calle México, 1,422. 8? SERIE HI. Tomo VI. 1906. 555 pags. 8 láms., 222 figs. —F. Ameghino. La perforación astragaliana en Priodontes, Canis (Chrysoecyon) y Typo- therium. La perforation astragalienne sur quelques mammiféres du Miocóne moyen de France. La perforación astragaliana en el Orycteropus y el ori- gen de los Orycteropidae. Enumeración de los Impennes fósiles de Pata- gonia y de la Isla Seymour, 8 láms. Les Édentés fossiles de France et VAllemagne.—f". F. Outes. Sobre un instrumento paleolítico de Luján. Los supuestos Túmulos del Pilar. Instrumentos y armas neolíticos de Cochicó. Instrumentos modernos de los indios Onas.—4. Gallardo. L'interpretation bipolaire de la division karyocinétique.—J. Brethes. Nuevos Euménidos argentinos. Sarcofaga Caridei, una nueva mosca langosticida. Véspidos y Eumenídidos sudamericanos.—T. Stuckert. Distribución geográfica de la Flora Argentina; Géneros de las familias de las Compuestas. Segunda con- tribución al conocimiento de las Gramináceas argentinas —L. M, Torres. Clasificación y exposición de colecciones arqueológicas en museos argen- tinos. Tomo-VIII. 1906. 568 págs. 3 láms , 358 figs. —F. Ameghino. Les For- mations Sédimentaires du Crétacé supérieur et du Tertiaire de Patagonie. Résistance des Carenes par M. Fricker, Ingénieur civil des Constructions navales. —Encyelopedie Scientifique des Aide— Mémsoire. Paris. Gauthier—Villars. 1907. 8 170 pages, 22 figs. 2 fr. 50. Dans cet Ouvrage, lauteur passe en revue les résultats acquis rela- tifs a la partie de Varchitecture navale qu'on nomme résistance des carénes. Le lecteur y trouvera l'exposé des théories de la houle trochoidale, de la dérive et du gouvernail et des développements trés étendus sur les es- sais des modéles de navires. Enfin de nombreux résultats d'expériences et formules complétent le volume et en rendent 'emploi utile á tous ceux qui s'occupent de la construction et de la conduite des bátiments en mer. Bibliothéque du Conducteur de Travaux Publics. Ports Ma- ritimes. Tome premier. Mer, Vents, Ondes, Vagues, Marées, Courants, Barres et Deltas, Dragages, Protection des Cótes, Ports, Fleuves et Estuaires, Phares, Bouées, Notions de Cos- mographie, de Navigation et d'Hydrographie, Navires, par de 9 Cordemoy, Ingénieur des Arts et Manufactures. Librairie H. Dunod et E. Pinat, éditeurs. Paris. 1907. Un volume grand in-16 (12,5X 19) de 576 pages, avec 327 figures. Belle reliure pleine en peau souple, 15 fr. Le programme primitif de la Bibliotheque du Conducteur de travaux publics comportait deux volumes pour la partie technique des ports de mer: Ports Maritimes—Phares et Balises. Au cours de la rédaction de louvrage le Comité de la Bibliothéque, Vaccord avec Vauteur, a jugé nécessaire de modifier Vordre prévu en réu- nissant ces deux livres sous un seul titre: Les Ports Maritimes, Tome 1 et Tome II. De telle sorte que la question des phares et balises, beaucoup moins importante que létude de la mer et la construction des ports, se trouve traitée dans deux chapitres du tome l, Le second volume, du méme auteur, dont impression se termine en ce moment, paraítra trés prochainement. Il traitera : les procédés d'éxé- cution; la construction des jetées, móles, digues, ouvrages extérieurs; luti- lisation des ports et des écluses; les murs de quai et leurs fondations; les ponts mobiles; les ports naturels, les ports de refuge et les ports mi- litaires. Ce nouvel ouvrage, ainsi d'ailleurs que tous les autres volumes de la Bibliotheque du Conducteur, se recommande par son caractére pratique, par les nombreux exemples qw'il donne a Vappui de ses descriptions et aus- si par la clarté et Vexactitude de ses nombreux dessins. Bibliotheque Practique du Colon. Agriculture, Industrie, Commerce. Ouvrage honoré d'une souscription du Ministére des Colonies. Le Bananier, Etablissement de Bananeries. Ba- nanes, Fruits, Bananes séches, Farine de Bananes, Fibres, Devis raisonnés, Étude industrielle, Exportation, Commerce, Probléme économique par Paul Hubert, Librairie Ramlot Fre- res el Seurs. 25 rue Grétry, Bruxelles. 1907. In-8 de x-222 pages, avec 46 figures. Cartonné, 5 fr. Il wy a pas longtemps encore que la “Culture des Fruits.” aux pays tropicaux, 'avait autre but que la consommation locale. Revista (1907-1908).—2. 10 Aprús quelques essais d'exportation, on se rendit compe que certains spécimens pourraient atteindre, “Au naturel,” les zones tempérées; qu'en outre, les “Conserves,” sous toutes formes, provoqueraient un réel engoue- ment. Alors furent erées “Champs de production” aux Colonies et “Mai- sons de vente” aux Métropoles. Les résultats déjá obtenus ne laissent aucun doutte sur la réussite de Y “Industrie nouvelle.” C'est sur elle que nous désirons, aujourd'hui, at- tirer Vattention du public. ----Bien qw'au premier abord le sujet puisse paraítre de peu d'impor- tance, il est, en réalité tellement intéressrnt que nous avons dú scinder cette étude. L'analyse chimique en sucreries et raffineries de cannes et betteraves par Charles Fribourg, Ancien éleve de PEcole de physique et de chimie industrielles de la ville de Paris chimis- te á la Société des sucreries et raffineries d'Egyyte. Preface de Henri Pellet, Vice-Président de Association des Chimistes de Sucrerie et de Distillerie de France et des Colonies. Ouvra- ge honoré d'une Médaille d'or par le Congrés de l Association des Chimistes de Sucrerie de France et des Colonies (Amiens, Juillet 1906). Librairie H. Dunod et E. Pinat, éditeurs. Paris. 1907. Grand in-8 de x11-390 pages, avec 51 figures. Broché, 12 fr. 50; cartonné, 14 fr. Premiére Partie.— Quest-ce que le suere et d'oú il provient.—Le la- boratoire de sucrerie ou raffinerie. —Détermination de la réaction dans les produits sucrés.—Détermination générale des matiéres séches totales et de Veau contenues dans les produits sucrés.—Méthodes de détermination du sucre dans les produits sucrés.—Détermination des glucoses ou rédue- teurs dans les produits sucrés. —Détermination des matiéres minérales ou cendres dans les produits sucrés.—Dosage de la chaux dans les produits sucrés. —Colorimétrie des produits sucrés.—Vérification générale des ins- truments en usage dans un laboratoire de sucrerie ou rafinerie. Deuxiéme Partie.—Analyse des matiéres premiéres et de leurs résidus directs. Anal- yse de la canne á sucre.—Analyse de la betterave á sucre.—Analyse gé- nérale de tous les jus.—Analyse des sirops, masses cuites, égouts et mé- lasses.—Analyse des sucres bruts.—De l'échantillonnage.—Analyse des produits de raffinerie. 11 Troisiéme Partie. Analyses diverses.—Le calcaire. La chaux. Le gaz carbonique. Le lait de chaux.—Recherche du sucre dans les eaux de retour ou de condensation.—Les incrustations dans les appareils d'évaporation.— Analyse des combustibles. —Albumine de sang.—Noir animal ou noir d'os. —Bleus Voutremer,—Analyse des engrais phosphatés.—Analyse des en- grais azotés—Analyse des engrais potassiques. + Traité complet d'Analyse chimique appliquée aux essais in- dustriels par J. Post, Professeur honoraire a Université de Gaettingue et B. Neumann, Professeur á la Technische Hoch- schule de Darmstadt. Ayec la collaboration de nombreux chi- mistes et spécialistes. Deuxiéme édition francaise entiórement refondue. Traduite d'apres la troisiéme édition allemande et augmentée de nombreuses additions par le Dr. L. Gautier, To- me I. 1re. fascicule. Paris. Librairie Scientifique A. Hermann. 6, Rue de la Sorbonne. 1907. 8* gr. 217 pages, 104 figs. 6 fr. 50. Esta importante obra estará formada por dos grandes tomos de cerca de 900 páginas cada uno, que aparecerán en ocho fascículos. El primero que acaba de publicarse y que tenemos á la vista, contiene las materias si- guientes: Agua y aguas de resíduos, por el Dr. J. H. Vogel (Berlin). (Agua pa- ra la industria y aguas de resíduos industriales).—Combustibles por el Dr. Langbein (Niederlóssnitz-Dresden).—Pirometría por el Dr. B. Neumann. —Gases de humos, de calefacción, de motores y de minas, por el Dr. B, Neumann. Lowell Observatory. Flagstaff. Arizona. Bulletin. 4* No. 26. The South Polar Cap. of Mars in 1905. Percival Lowell. 1906. 3 fig.—No. 27. A Photographic Study of the Spectrum of Saturn. V. M. Slipher. 1906. 1 pl.—No. 28. Solis Lacus. Mars 1907,—No. 29. South Po- lar Cap of Mars 1907. P. Lowell. —No. 30. North Polar Cap of Mars, March- June 1907. P. Lowell. 12 Mitteilungen der Nicolaie-Hanptsternwarte. Pulkowo. 4” Bd. IT. 1907. No. 14. Ueber die Einwirkung zweier Bilder auf einan- der bei astrophotographischen Aufnahmen von S. Kostinsky. 2 Taf.—No. 15. Ueber eine Eigentúmlichkeit des objectivs des 30-zólligen Refractors von A. Belopolsky. Ueber das Spectrum der Sonnenflecken von A. Belo- polsky.—No. 16. Ueber Bewegungen von Niveaublasen von llmari Bons- dorff. —Beobachtungen von ¿ Cassiopejae mit dem grossen Zenittelescop von Oct. 1996 bis zum Márz 1907 von IL. Bonsdorff —Observations de co- mótes et de petites planétes faites au réfracteur de 15 pouces, par L. Ocon- litch.—No. 17. Beobachtungen von d Cassiopejae am Passageninstrument im I. Vertical im Jahre 1905-1906 und ihre Vergleichung mit gleichzeit- igen Beobachtungen am Zenitteleskop. Von S Kostinsky. 1 Taf. Astronomical Observatory of Harvard College. Cambridge, Mass, Edward C. Pickering, Director. Annals. Vol. XLI, No. VI. Forims of Images in Stellar Photography. By. E. $. King. 1 pl.—Vol. XLVII, Part I. A photographic Study of Va- riable Stars forming a part of the Henry Draper Memorial, prepared by Williamina P. Fleming. 1907. Vol LIT, Part I. Eclipses of Jupiter's Sa- tellites. 1878 -1903.— Vol. LV, Part I. Second Catalogue of Variable Stars by Annie J. Cannon. 1907. —- Vol LVII, Part I. Observations of 75 Va- riable Stars of Long Period during the years 1902-1905. Preparad for publication by Leon Campbell. 1907. 2 pl. — Vol. LX, No. HI. Positions of Phoebe, 1898 -1904.—No. IV. 1777 Variables in the Magellanic Clouds. By Henrietta S. Leavit. 2 pl. — No V. The Variable Stars of the Algol Type. By H. $. Leavit. 4 pl. —Vol. LXII, Part I. Determination of Cons- tants for the Reduction of Zones observed with the Meridian Circle during the years 1888-1898 by A. Searle. 1907. Circulars. No. 119. Observations of Phoebe.—No. 120. 31 new Variable Stars.—No. 121. 105,835 Nova Velorum. H. 1,268. — No, 122, 36 new varia- ble Stars.—No, 123. Photographs of faint Stars.—No. 124, Stars having peculiar Spectra. 18 new variable Stars.—No. 125. Standars Stellar Mag- nitudes. — No. 126. Two variables discovered by M. Baillaud. — No. 127. 13 New variables Stars in Harvard Map, Nos. 3and 6.— No. 128. Missing Durchmusterung Stars.—No. 129, 15 new variable Stais in Harvard Maps Nos, 31 and 32.—No. 130, 71 new variable Stars in Harvard Maps Nos. 9, 12, 21, 48 and 51. Annalen der Sternwarte in Leiden. Herausgegeben von Dr. H. G. Van de Sande Bakhuyzen. Haag. 4? 1906. Neunter Band. Heft 1 Beobachtungen zur Bestimmung der Breiten- variation in Leiden nach der Horrebow Methode angestelt von Juni 1899 bis Juli 1900 von J. W. J. A. Stein, S. J.—Détermination de la différence de longitude Leyde--Ubagsberg par H. G. Van de Sande Bakhuyzen et J. H. Wilterdink. Encyclopédie industrielle. Fondée par M. C. Lechalas. Traité Général des automobiles á pétrole par Lucien Périssé, Ingénieur des Arts et Manufactures, Secrétaire de la Com- mission technique de l'Automobile-Club de France Grand in-8 de I1v-503 pages avec 286 figures. Paris. Librairie Gau- thier- Villars, 1907. 17 fr. 50. “¿Dans cet Ouvrage nous nous sommes efforcé de présenter au public scientifique des éléments d'études, sinon des études complétes, pour per- mettre aux ingénieurs, aux techniciens et á tous ceux qui ont quelque notion de Vart de lingénieur de se mettre rapidement au courant des prin- cipaux éléments des calculs et de la fabrication des vehicules automobiles. Nous avons éloigné systématiquement tout ce qui n'avait pas été sanction- né par la pratique ou qui avait un caractere V'actualité ou de nouveauté destiné á se trouver modifié par les circonstances postérieures. Nous avons cherché á étre tres concis, tout en étant aussi complet que possible. La tá- che que nons avons entreprise a été facilitée par l'amabilité des construc- teurs et ingénieurs spécialisés dans cette partie. La plupart des grandes usines ont bien voulu collaborer á notre travail en nous communiquant des ducuments souvent inédits et destinés á Vilustration de notre Ou- vrage.” 14 NOTAS DIVERSAS. El 4? Congreso Internacional de Matemáticas tendrá lugar en Ro- ma del 6 al 11 de Abril de 1908, bajo los auspicios de la R. Accademia dei Lincei y del Circolo Matematico di Palermo. La Asociación Científica de Esperanto organizada en el Congreso de Esperanto de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), eligió el siguiente Consejo directivo: Presidente, Adolfo Schmidt, del Observatorio Meteoro- lógico de Potsdam; Vicepresidentes, Prof. J. J. Thomspon, (Cambridge) René Benoít (Sévres); Secretario general, René de Saussure (Ginebra). H. Le Chatelier fué nombrado Profesor de Química en la Facultad de Ciencias de Paris, en substitución de M. Berthelot. Ed, C. Pickering, Director del Observatorio Astronómico de Har- vard College (Cambridge, E. U.), fué electo correspondiente de la Aca- demia de Ciencias de Paris en la sesión del 29 de Julio, en lugar de Rayet, que murió. A la Plaza del Colegio de Francia, en Paris, se le ha dado el nombre del ilustre químico Marcellin Berthelot. El Dr. C. Vogel, Director del Observatorio Astrofísico de Potsdam falleció el 13 de Agosto. El distinguido mineralogista J. F. C. Klein, Profesor en la Univer sidad de Berlin, murió el 23 de Junio á los 65 años de edad. Oposición del planeta Marte en el mes de Julio de 1907. De los días inmediatamente precedentes y siguientes á la oposición de Marte, solamente se pudieron aprovechar para la observación, los días 5, 6, 8, 10, 12 y 13 de Julio; pues en los restantes estuvo el cielo cubierto de nubes. El día 8, á las 9.35 pm., la atmósfera estaba excepcionalmente clara y transparente, y se pudo hacer una muy buena observación del planeta. El polo austral se distinguía con toda claridad y aparecía con preci- ción el casquete blanco y brillante de la nieve. Como á unos 209 de latitud sur, empezaba una faja sombría en la dirección del paralelo, la cual tenía una forma casi recta en el espacio de 507 de longitud, recurvando después en el limbo oriental hacia el lado del ecuador. Del lado del polo, la faja era notablemente irregular y sinuosa, notándose claramente algunas bifurca- 15 ciones obscuras y algunas manchas luminosas de desigual intensidad. Si- guiendo la nomenclatura de Schiaparelli, la faja sombría debía estar for- mada por el Mare Erythraeum, comprendiendo el Syrtis Major (Mar de Kaiser - Proctor), el Margaritifer Sinus y el Sinus Aurorae, hasta la tierra de Ophir. El Syrtis Minor ( Mar de Hook- Proctor) se dejó ver, aunque muy vagamente, los días 12 y 13 hacia el limbo oriental. De las porciones más brillantes del hemisferio austral, solamente me fué posible distinguir la Re- gio Deucalionis (Isla de Phillips - Holden) y la Ausonia (Tierra de Cassini - Proctor). Todas las regiones más obscuras presentaban un color azul - ver- doso muy ténue; y las porciones más brillantes aparecían teñidas de un co- lor rosado, también muy suave. Hacia el polo boreal, la superficie de Marte era de un color ligeramen- te rojizo y uniforme, interrumpido únicamente por una sombra aislada, entre los paralelos 30 y 50 de latitud Norte. La forma de esta mancha era aproximadamente la de un triángulo isóseles, con uno de sus lados parale- lo al ecuador, y su color era también azul - verdoso, como el de las manchas del hemisferio austral. Por su posición, correspondía, sin duda, al Sinus Acidalius del llamado Mare Boreum. A pesar de las excelentes condiciones de observación en que se presen- tó Marte, el día 8, no me fué posible distinguir con el ecuatorial de este observatorio, ninguna de las delicadas sombras de apariencia lineal, lama- das vulgarmente “canales,” cuya existencia é interpretación acaban de ser magistralmente discutidas por el Prof. Simon Newcomb, F. R. A. $S., en su artículo: “The optical and psychological principles involved in the interpre- tation of the so- called Canals of Mars.” (1) Sin embargo, pude afortunada- mente observar con claridad y comprobar la existencia de la Tierra de Tem- pe, bajo la forma de una mancha casi circular y brillante, al oeste del Sinus Acidalius; la Tierra de Cydonia al este; y la Thymiamata en el ecuador. Observatorio Astronómico del Colegio Católico. Puebla, Agosto de 1907. GUSTAVO HEREDIA, S. J., M.S, A., F. R. A. S. Director del Observatorio. 1 Astrophysical Jouwrnal.—July 1907. 16 NECROLOGIA. MARCELLIN BERTHELOT. En las actas de nuestras sesiones hemos ya dado cuenta del sensible fa- llecimiento de este ilustre químico acaecido el 19 de Mazxzo, á la edad de 79 años. Habríamos deseado honrar nuestra Revista cun una noticia acerca del emi- nente sabio, pero lo han hecho de una manera maestra la mayor parte de las publicaciones francesas y extranjeras, consignando detalladamente la vida y trabajos de nuestro distinguidísimo Socio honorario, quien entre otras co- sas tiene para nosotros el recuerdo de haberse empeñado en conseguir que la Academia de Ciencias de París nos hi- M. Berthelot. ciera el magnífico regalo, que recibi- 1827 -1907. mos en 1892, de la colección de sus Comptes Rendus y Mémoires. Nos limitamos pues, en estas líneas á rendir un profundo y sincero ho- menaje á la memoria del insigne Secretario perpetuo de la Academia de Ciencias, á la cual perteneció desde 1873, como miembro de la sección de física, electo en lugar de Duhamel, y substituyendo en el alto puesto de Secretario perpetuo al ilustre Pasteur, en 1889. » ' K ociedad Cientíica Antonio Arale. MEXICO. Revista Científica y Bibliográfica. Núms 3-4. Tomo 26. 1907 -1908. MAURICE LOEW Y. “«Depuis notre dernidre séance un denil aussi cruel quimprévu a frap- pé l'Académie. Notre éminent confrére M. Lo wy, Vun de nos doyens, s'est éteint subitement mardi dernier pendant qwil parlait dans le Con- M. Loewy. Revista. (1906-1907).-—3. vA s 18 seil des Observatoires astronomiques; belle mort d'un travailleur qui ne connut jamais le repos. Pour respecter une volunté formellement exprimée, aucun discours ne fut prononcó sur sa tombe; nous lui rendrons plus tard l'hommage qu'a mérité le savant. Aujourd'hui, avant de reprendre nos travaux, je veux seulement rap- peler en quelques mots ce que fut le confrére que nous regrettons tous. Né en 1833 a Vienne, en Autriche. Maurice Lowy avait vingt-sept ans lorsque Le Verrier l'appela á 'Observatoire de Paris; il devint Fran- gais quatre ans plus tard et fit honneur á sa nouvelle patrie. Des études sur les cométes et les planétes, lidée d'un nouvel instru- ment équatorial, qu'il devait réaliser plus tard, la détermination précise des longitudes entre Paris et les villes d'Alger, de Marseille, de Berlin et de Vienne, le conduisirent en 1873 A VAcadémie des Sciences dont il fut nommé membre en remplacement de Delaunay, A partir de ce moment ses travaux se multiplient et prennent une importance pratique tout á fait remarquable. Il imagine, pour déterminer la flexion astronomique des lunettes, un dispositif aussi simple que précis dont application fournit la solution de ce probléme capital pour 1'Astro- nomie de position, : + L'originalité de son esprit d'observateur se révéle dans des métho- des qui permettent de déterminer rapidement les coordoné+s absolues des étoiles avec une exactitude que les méthodes antérieures atteignaient seu- lement au prix des plus patientes observations. Par un artifice ingénieux il détermine directement les variations des positions relatives de deux étoiles, dont les images, réfléchies sur deux miroirs solidaires, viennent se former dans le plan focal d'un méme ins- trument, et la méthode nouvelle s'applique á la mesure de la constante de Vaberration et á Vétude si délicate de la réfraction astronomique. Nous connaissons tous, pour les avoir vus ici méme, les admirables clichés de la Lune obtenus avec le bel équatorial coudé que Lo wy avait fait construire sur ses plans, et dont il avait étudié minutieusement tous les détails. La collaboration de M. P. Puiseux a permis d'amener les ima- ges et leur interprétation au dernier degré de perfection qu'il semble pos- sible de réaliser aujourd'hui. Sans insister davantage sur les soins apportés á la publication de la Connaissance des Temps et sur d'autres travaux nombreux et utiles, je vous dirai encore que, la veille de sa mort, notre confrére avait donné le bon á tirer d'un important Mémoire sur une méthode permettant de déterminer avec un minimum de travail, les erreurs de division d'un cercle. Depuis Bessel, Lo wy fut un de ceux qui contribudrent le plus aux pro- gros des méthodes de haute précision dans les observations astronomiques, 10% 19 Doué d'une persévérance qui ne se laissait décourager par aucun obsta- ele il avait cette grande force de savoir concentrer son activité intellectuelle sur un seul objet, jusqu'á ce qu'il eút atteint le but qu'il s'était proposé. Rappellerai-je enfin Vélévation du caractére et la bienveillance du cosur de notre confrére regretté, dont la belle vie de continuité dans le tra-. vail laisse non seulement une ceuyre, mais un exemple.” H. BECQUEREL, Président de l'Académie des Sciences. (Séancedu 21 octobre 1907). BL CENTENARIO DE LA SOCIEDAD GEOLOGICA DE LONDRES, Bajo la presidencia de Sir Archibald Geikie, K. C. B., la celebración del Centenario de la Sociedad Geológica de Londres se verificó con nota- ble éxito. Mientras que las anteriores se han caracterizado en todo por la so- Sir Archibald Geikie, F. R, $. + ” RNA +20 Ds 20 ¿ ledad, un sentimiento de entusiasmo tranquilo predominó en las reunio- nes. En ninguna otra se habían reunido tantos geólogos distinguidos de todas partes del mundo, y el carácter distintivo digno de nota en la reu- nión fué la presencia de muchas señoras que se han distinguido en el estu- dio de la geología. Aunque la fecha de la fundación de la Sociedad fué el 13 de Noviem- bre de 1807, hubo necesidad de celebrar las reuniones del centenario un poco antes del actual aniversario, con el objeto de que pudiesen asistir tan- to los miembros y corresponsales extranjeros, como los visitantes de fue- ra y de todas partes de las Islas Británicas para quienes sus tareas en las universidades principiaban en el mes de Octubre. Los departamentos de la Sociedad Geológica en Burlington House su- frieron un gran cambio. Sillones cómodos, cortinas y adornos florales sir- : vieron para dar atractivo á los cuartos que de otro modo parecen sombríos. La sala de consejo, con sus cuadros geológicos, fué arreglada para las se- ñoras, El museo, en lo general desierto, fué la sala principal de recepción, y llegó á ser un lugar bullicioso y animado donde la conversación y escri. tura eran razonadas con el fragante olor del tabaco. Documentos de certi- ficados de elecciones de miembros de algunos de los grandes maestros en geología, al principio adherentes, mapas publicados y otros documentes de interés eran extendidos ó colgados en las paredes. Por todos estos arreglos tan felizmente llevados á cabo, la sociedad es deudora por sus trabajos á los infatigables secretarios Prof. Watts y Prof. Garwood, al ayudante de se- cretario Mr. Belinfante, á los otros miembros oficiales y 4 Mr. F. W. Kudler. El martes 26 de Septiembre fué señalado para las ceremonias princi- pales del centenario y para la recepción y discurso del presidente; la her- mosa sala de Juntas de la Institución de Ingenieros Civiles fué cortesmen- te puesta á disposición de la sociedad. A las 11 a. m. los delegados fueron recibidos en el orden alfabético de sus respectivos países y se arregló que solamente un representante de ca- da país debía hablar. La falta de espacio no permite dar una lista comple- ta de los delegados que asistieron ni un extracto de las elocuentes y calu- rosas notas que acompañaron á sus discursos de felicitación al presidente á su presentación. ' Es de sentirse que ni tiempo ni oportunidad puedan darse para presen- tar estos hermosos y acabados documentos, pero sin duda alguna una ex- hibición especial de ellos será hecha en una futura reunión de la So- ciedad. Austria-Hungría estuvo representada por el Dr. Tietze, Director de la Comisión Imperial Geológica; la Confederación Argentina por el Prof. 21 Aguirre, de la Universidad de Buenos Aires, Bélgica por M. Mourlon, Di- rector de la Comisión Geológica; Dinamarca por el Dr. Steenstrup; Egipto por el Cap. Lyons, Director de la Comisión Geológica; Francia por los Profs. Gosselet, Barrois y de Lapparent; Alemania por los Profs. Zirkel, Credner y Rothpletz; Grecia por el Prof. Skouphos; Holanda por el Prof, Wichmann y Dr. Molengraaf; Italia por el Prof. Hughes (que habló por ausencia del Prof. de Lorenzo); Japón por el Prof. Umori; México por el Sr. Ing. J. G. Aguilera, Director del Instituto Geológico y miembro de la Sociedad “Al- zate;” Noruega por el Prof. Brógger y el Dr. Reusch, Director de la Co- misión Geológica; Portugal por el Prof. de Lima; Rusia por el Dr. Tcher- nyshew, Director de la Comisión Geológica, Prof. Pavlow, Prof. Le winson-Lessing y Dr. Sederholm, Director de la Comisión Geológica de Finlandia; Suecia por el Prof. Nathorst y Dr. Gunnar Andersson, Direc- tor de la Comisión Geológica; Suiza por el Profesor Heim y Prof. Baltzer; Estados Unidos por el Dr. Hague, Prof. Iddings y Prof. W. Morris Davis; Canada por el Prof. Adams; India por Mr. La Touche; Sud-Africa por el Sr. Rogers y Dr. Hatch; Australia por el Prof. Hill y Mr. Johnston; Nue- va Zelandia por Mr. Denbam. Numerosos delegados representaban las universidades, sociedades cien- tíficas, instituciones y “fields-clubg” de Gran Bretaña é Irlanda y acerca de su representación los Profs. Sollas y Hughes hicieron breves notas; el úl- timo pronunció en latín el discurso de felicitación en nombre de la Uni- versidad de Cambridge, Mr. A. B. Kempe representó á la Sociedad Real, y Lord Avebury á la Sociedad de Anticuarios. Un incidente interesante fué el premio á Sir A. Geikie con la medalla de uso de la Institución de Minas y Metalurgía, la cual le fué puesta por Mr. C. J. Alford, en recompensa de los servicios prestados á la Industria minera por la Sociedad Geológica. En la tarde el presidente leyó su discurso acerca de “El Estado de la Geología en la Epoca de la Fundación de la Sociedad Geológica.” Trató es- pecialmente acerca de la importante ayuda dada á la fundación de la cien- cia geológica por Guettard y Desmarest en Francia, por Werner en Alema- nia, por Hutton y Jameson en Escocia y por William Smith en Inglaterra. Los resultados de sus trabajos poco á poco llamaron la atención, así como las controversias que hubo entre los partidarios de Werner y Hutton. Una escuela (la de los Neptunistas) atribuían mucho á la influencia del agua, la otra (la de los Plutonistas) atribuían mucho á la intervención del calor. Esto dió por resultado que cierto número de estudiantes entusiastas y bien versados en mineralogía determinaran reunirse con el objeto de lle- gar á tener hechos que ilustraran la nueva ciencia de la geología. En toda forma establecieron la Sociedad Geológica de Londres, cuyo origen é his- toria pueden leerse en las páginas de Nature (Septiembre 26, p: 537). 199 e Su primer presidente fué G. B. Greenough, uno de los fundadores, y su martillo geológico con un mango hecho de una tira de esque:eto de ballena fué exhibido por uno de sus parientes, la Sra. Bowen-—Colthurst, de Dripsey Castle, co Cork. Sir Archibald Geikie menciona brevemente esta interesante reliquia. En su discurso habla con orgullo de las publicaciones y de las socie- dades y termina expresando su opinión de que pueden tener confianza en el éxito y utilidad que en lo sucesivo tendrán y que ahora celebran. El Prof. de Lapparent secundado por el Prof. Rothpletz, propuso que se diera al presidente un voto sincero de gracias. En la tarde en los salones de Whitehall del Hotel Metropole tuvo lugar el banquete. La concurrencia fué escogida y en número de 291. El presi- dente fué colocado en medio de dos geólogos veteranos, teniendo á su de- recha al Prof. Gosselet y á su izquierda al Prof. Zirkel. Es digno de nota, que entre los miembros de la sociedad ó sus invitados no hubo un solo par barone ú obispo, La oración breve de antes de comer fué pronunciada por el Prof. Bonney, honorable canónigo de Manchester y luego la reunión dió principio al menú. Las tarjetas estaban adornadas con los retratos de Gre- enough, primer presidente, y de Sir Archibald Geikie, pero lo más curioso era que la fecha de la reunión en lugar de ser 1807 era 1907. Al fin de la comida se pronunciaron varios brindis. Los del Rey y de los Jefes de Es- dos extranjeros los propuso el presidente. Luego, el Prof. de Lapparent brindó por la Sociedad Geológica de Londres y contestó el presidente; el Prof, Bonney por las Universidades é Instituciones de Educación, contes- tado por el Dr. Credner; el Prof. Miers por las Academias y Sociedades cien- tíficas, contestando el Prof. Barrois; el Prof. Lapworth por las Comisiones Geológicas, contestado por el Prof. Heim; el Prof. Hughes por las Institu- ciones de Ingeniería y Minas, contestado por el Prof. Beck; el Dr. Marr por los Delegados y otros invitados. contestando el Prof. Stevenson; y el Prof. Watts por las señoras y contestado por el Prof. Walther. El viernes 27 de Septiembre, se visitaron: el Museo Británico en Blo- omsbury, el Museo de Historia Natural en South Kensington, la Comisión Geológica y el Museo de Geología Práctica en la Jermyn Street y el Mu- seo de Victoria y Alberto en South Kensington. Explicaciones sobre asun- tos interesantes fueron dados por los empleados de estos establecimientos y se mostró especial interés en el nuevo modelo de Assynt situado al nor- oeste de Highlands (récientemente agregado al Museo de Geología Práeti- ca) y dando el Dr. B. N. Peach una explicación de él. Una parte de los visitantes extranjeros y coloniales fueron invitados á la Catedral de San Pablo, sirviéndoles de guías el canónigo Scott Holland y el Dr. Grabham (delegado nombrado por el Colegio Real de Cirujanos). Ln la tarde el Dr. Grabham dió un té en la Chapter House. - 23 Por la noche el Club de la Sociedad Geolóvica dió un banquete en el restaurant Criterion á los delegados extranjeros y coloniales. Este Club fué fundado en 1824 por Buckland, Fitton, Greenough. Lyell, Warburton y otros, con el objeto de comer juntos después de las sesiones de la socie- dad. En esta ocasión faltó algo de la alegría y animación que hemos leído en las primeras crónicas del club, enando Buckland, sedgwick y otros gran- des geólogos las hacían alegres. En la presente ocasión las conversaciones * tenían que abreviarse. Se tomó una fotografía de la reunión, como se hizo también en la co- mida oficial, y un telegrama de felicitación fué enviado al distinguido ve- terano y anterior presidente, Dr. H. Clifton Sorby, de 82 años de edad y aún dedicado á las investigaciones científicas. Otros miembros veteranos de la sociedad, como el Prof. T. Rupert Jones, de 88 años de edad y el Rev. Osmond Fisher, de 90 años, prueban el carácter saludable de los tra- bajos de geología. No debemos olvidar que el padre de la sociedad, el Rey, W. H. Egerton, hermano del último Sir Philip Egerton, fué electo miem- bro en 1832 y á la edad de 96 años es aún rector de Whitchurch, en Shropshire. En el museo de la sociedad, durante el presente año, se exhi- bió una carta en la que menciona haber sido discípulo de Buckland. Después de la comida la reunión se entregó á la conversación que tu- vo lugar en el Museo de Historia Natural. Allí fueron recibidos por el presidente en la sala central y los números del programa fueron ameni- zados por una buena música ejecutada por la banda de Ingenieros Reales, Durante la semana anterior á la recepción del centenario, algunas ex- cursiones fueron hechas con el objeto de enseñar á los miembros extranje- ros, corresponsales y otros que vinieron de fuera, los principales rasgos de la geología de Bretaña. Las excursiones más largas se arreglaron de manera que solo se em- pleara una semana. Se vieron las formaciones paleozoicas en el Distrito del Lago Inglés, célebres por las primeras investigaciones de Sedgwick; en Gales del Sur, donde Murchison estableció algunas de sus divisiones del Silúrico; y en Bristol, en Weston-super-Mare y en Cheddar, rodeados por las escenas geológicas descritas por Buckland y Conybeare. Las rocas jurásicas y cre- tásicas fueron vistas á lo largo de la costa de Dorset en Lyme Regis, en Bridport y en Weymouth; y en la Isla de Purbeck en Lulworth y Sw- nage, donde Tomás Webster descubrió tan admirablemente la estructura geológica. La excursión á la Isla de Wight no se efectuó, y la propuesta al Distrito de Edinburgo fué cambiada por una al noroeste Highlands, á Assynt, 4 Inchnadamph y á Loch Glen Coul con el objeto de estudiar las masas de rocas desalojadas por los empujes del Valle de Coul y Moine. 24 Esta última excursión fué la más apropiada teniendo en cuenta que la memoria de la Comisión Geológica, acerca del noroeste de High- lands, comprendiendo las investigaciones de los Dres. Horne, Peach, Teall, Mr. Clough y otros colegas acaba de ser publicada bajo la dirección de Sir Archibald Geikie. Algunas excursiones más cortas se hicieron á May Hill, á Westbury- on-Severn y á la Selva del Dean, á Derbyshire y al Distrito de Crag de Suffolk. El sábado 28 de Septiembre, hubo una serie de excursiones al Distrito de Northampton (minerales de fierro), á Aylesbury, á Dover, á Box Hill, á Leatherhead y Dorking, á Reading, á Erith, á Crayford y á Sudbury. Así hubo oportunidad de ver cortes geológicos muy importantes é intere- santes. El lunes 30 de Septiembre, y los días siguientes, los visitantes extran- jeros y coloniales visitaron las Universidades de Oxford y Cambridge. En Oxford el grado de Doctor en Ciencia honoris causa les fué concedi- do al Prof. Carlos Barrois, de Lille; al Prof. Alberto Heim, de Zurich; al Prof. Alfredo Lacroix, de París; al Dr. Albrecht Penck, de Berlín; al Dr. Hans Reusch, Christianía; y al Prof. Consejero Fernando Zirkel, de Leipzig. En Cambridge, el mismo grado, honoris causa les fué concedi- do al Prof. Waldemar Christofer Brógger, de Christianía; al Prof. Con- sejero Hermann Credner, de Leipzig; al Prof. Louis Dollo, de Bruse- las; al Prof. Alberto de Lapparent, de París; y al Prof. Alfredo Gabriel Nathorst, de Stockholm. El Prof. Dr. Enrique Rosenbusch desgraciadamen- te no pudo asistir. Todos los que recibieron sus grados son miembros extranjeros de la Sociedad Geológica. De este modo el honor se hizo á la sociedad y á mu- chos de sus distinguidos representantes en el exterior. E BA (Traducido de Nature, por F. Urbina, M. $. A.) 25 SESIONES DE LA SOCIEDAD. SEPTIEMBRE 2 DE 1907. Presidencia del Sr. Dr. Antonio J. Carbajal. CENTENARIO DE Río DE LA Loza.—El Secretario perpetuo dió cuenta con una carta del Sr. Dr. Alfonso Pruneda, en que propone á la Sociedad que tome la iniciativa para dirigirse á las demás sociedades científicas de la capital á fin de que reunidas efectúen una peregrinación á la tumba del distinguido químico mexicano Don Leopoldo Río de la Loza, el día 15 de No- viembre próximo, con ocasión del centenario de su nacimiento. Quedó aprobada por unanimidad tal moción, agregando además la Jun- ta Directiva de la Sociedad, como propia, la de iniciar ante quien corres- ponda que se dé el nombre de ese sabio á alguna de las calles de nuestra capital, como se ha hecho ya con motivo de la reforma de la nomenclatura con los de otros distinguidos hombres de ciencia. Fueron nombrados para que concurran á la manifestación citada en representación de la Sociedad los Sres. Ing. Gabriel M. Oropesa, Vicepresidente de ella, Dr. Alfonso Pru- neda, Ing. Joaquín de Mendizábal Tambor:el y Fernando Urbina. EXCURSIÓN DE ANIVERSARIO.—El Sr. Ing. J. D Villarello propuso por conducto del Secretario perpetuo, que además de la sesión solemne con que se celebra anualmente el aniversario de la fundación de la Sociedad, se organice una excursión para estrechar lós lazos de confraternidad entre los socios, aprobándose desde luego la idea, y por gestiones hechas de an- temano con el socio fundador Sr. Ing. M. Marroquín y Rivera, se acordó que dicha excursión se hiciera á las obras de Provisión de Aguas de la Ciu- dad de México que se ejecutan actualmente de Xochimilco á Dolores bajo la dirección del citado Sr. Marroquín, quedando desde luego abierto un re- gistro para la inscripción de 25 socios, que es el número de concurrentes que podrán asistir á la excursión, por indicación del mismo Sr. Marroquín. TRABAJOS.—Dr. A. J. Carbajal. La etiología del vómito ó fiebre amari- lla, considerada desde el punto de vista bacteriológico. (Memorias, t. 26, p. 81). Prof. G. Engerrand. L'enseignement et la position universitaire de Pan- thropologie. Pbro. C. R. Ornelas. Notas complementarias á las Reglas de cronología práctica. (Memorias, t. 26, p. 171). Prof. E. E. Schulz. Reseña geográfica de las Repúblicas de Centro-Amé- rica. (Continuación). Revista (1907-1908).—4. 26 NOMBRAMIENTOS.—Socio honorario. Lic. Don Olegario Molina, Minis- tro de Fomento. Miembros titulares: Ing. Eduardo Beaven y Dr. Francisco Hurtado. Socio correspondiente: Prof. M. B. Porter, Universidad de Texas, Austin. OCTUBRE 7 DE 1907. 23% Aniversario de la Fundación de la Sociedad. Presidencia del Sr. Ing. D. Andrés Aldasoro, Subsecretario de Fomento. El Secretario perpetuo hizo una breve reseña concerniente al estado de la Sociedad. TRABAJOS.—Dr. A. J. Carbajal. La etiología de la fiebre amarilla des- de el punto de vista de su transmisión. Prof. G. Gándara. Enfermedades criptogámicas de la papa. Ing. L. Urquijo. Reconocimientos y elección de vértices en las triangula- ciones trigonométricas y geodésicas. (Memorias, t. 25, p. 170). Dr. D. Vergara Lope. Influencia general de las grandes altitudes en el organismo de los tuberculosos. (Memorias, t. 26, p. 147). Ing. J. D. Villarello. Geología química de los criaderos de azufre de Ma- » pimí, Durango. (Memorias, t. 26, p. 115), Dr. F. F. Villaseñor. Resultados de análisis de tierras arables. (Memo- rias, t. 26. p. 109). Antes de concluir la sesión el Sr. Aldasoro expresó que el Sr. Olega- rio Molina, en cuya representación presidía la sesión, deseaba haber asisti- do, pero que por ocupaciones urgentes no pudo hacerlo. Terminó felicitan- do á la Sociedad por sus importantes trabajos y por su vida ya larga entre las corporaciones mexicanas. * * »* Asistieron á la sesión los socios A. Aldasoro, M. F. Alvarez, R. Agui- lar y Santillán, R. E. Cicero, J. Galindo y Villa, G. Gándara, J. C. Haro, T. L. Laguerenne, F. Lentz, R. Mena, J. Méndez, Joaquín de Mendizábal Tamborrel, G. M. Oropesa, A. Peimbert, F. M. Rodríguez, F. Urbina, J. D. Villarello, P. Waitz, F. de P. Zárate y el Secretario que subscribe. 27 NOVIEMBRE 4 DE 1907. Presidencia del Sr. Ing. G. M. Oropesa. FALLECIMIENTO.—El Secretario perpetuo dió cuenta de la sensible muerte del eminente astrónomo Maurice Loewy, Director del Observatorio de París, que dejó de existir de una manera violenta el 15 de Octubre. TRABAJOS. —Prof. G. Engerrand, Le giganto-infantilisme dans ses re- lations avec 'acromégalisme. Ing. J. Galindo y Villa. Reseña de la visita á las Obras de Provisión de Aguas de la Ciudad. Prof. G. Gándara. Enfermedades criptogámicas de la papa. (Continua- ción). Ing. A. Prieto. La propiedad territorial en el Estado de Tamaulipas, (Continuación). NOMBRAMIENTOS. —Miembro titular: Ing. Pablo Salinas y Delgado. PosTULACIÓN.—Para socio de igual clase: Ing. Marcos E. Bayley, Subinspector del ler. Distrito del Servicio de Faros, Veracruz. i El Secretario anual, ” ENRIQUE E. SCHULZ. BIBLIOGRAFIA. Les industries électrochimiques. Traité pratique de la fabri- cation électrochimique des métalloides etde leurs composés, ete. par Jean Escard, Ingénieur civil, Ancien élóve du Laboratoi- re Central de la Societé internationale des Electriciens.—Pa- ris. Librairie Polytechnique, Ch, Béranger. 1907. 1 vol. gr. in-8, 793 pages, 332 figs. 25 fr. relié. Esta importante obra no solo es industrial, sino que contiene con bas- tante extensión las investigaciones técnicas que han hecho á la electroquí- mica aplicable á la industria. Principia con un capítulo consagrado á es- tudiar la electroquímica desde el punto de vista técnico, así como á pre- sentar las mejores condiciones de fabricación de las substancias químicas 28 por electrolisis, con el mejor rendimiento. Otro capítulo del más grande interés es el que se refiere é la preparación del ácido nítrico por el método de los hábiles químicos noruegos Birkeland y Eyde. | Cada fabricación va acompañada da una extensa bibliografía en donde el lector puede puede ver desde el origen de la cuestión hasta profundizarla con los trabajos más extensos. Diez capítulos tiene la obra que tratan las materias siguientes: Fenómenos electroquímicos de las mejores condiciones de fabricación industrial por electrolisis de las substancias químicas. Preparación electro- química industrial de los metaloides y de sus compuestos (hidrógeno, oxí- geno, fluor, yodo, azufre y ácido sulfúrico, etc.) Fabricación del cloro, de los álcalis y de los compuestos oxigenados del cloro. Ozono y sus aplicacio- nes industriales. Fabricación electroquímica del ácido nítrico. Extracción de los metales alcalinos y alcalino-terrosos. Metales usuales (zinc, plomo, estaño, hierro, antimonio). Cobre y níquel. Matales raros ó destinados á usos especiales (oro, paladio, platino, plata, mercurio, manganeso, tungs- teno, cromo, molibdeno, vanadio, cadmio, magnesio, glucinio, aluminio). Compuesto orgánicos (hidrocarburos, cloroformo, yodo-timol, almidón, an- tracena, alizarina, etc.) Introduction á l'étude ue lélectricité statique et du Magné- tisme par E. Bichat, Doyen de la Faculté des Sciences de Nancy, Correspondant de Institut et R. Blondlot, Professeur á la Facultéó des Sciences de Naney, Correspondant de PIns- titut. Deuxiéme édition, entiérement refondue. Paris. Librai- rie Gauthier—- Víllars. 1n-8, vii-188 pages, avec 80 figures; 1907.:5.£k. Le présent Ouvrage traite comme l'indique son titre, de l'Electricité en équilibre. Dans la pensée des auteurs, il est destinée á établir une tran- sition entre l'enseignement élémentaire et l'étude approfondie de la Scien- ce; il contient le développement des questions d'Electricité statique qui peuvent ótre exigées des candidats á la Licence es sciences physiques. Dans la partio théorique, on a développé les calculs indispensables pour l'in- telligence des phénoménes, en laissant de cóté les questions qui présen- tent un intérét exclusivement mathématique, Dans la partie expérimen- tale on a donné la description des différents appareils en s'attachant sur- 29 tout aux organes essentiels, de fagon á en faire comprendre le fonctione- ment, sans insister sur les détails de construction et de manipulation. L'un des auteurs de ce Livre, M. le doyen E. Bichat, a été enlevé ala Science le 27 juillet 1905. Les deux collaborateurs étaient en communion d'idées assez étroite pour que celui qui survit puisse affirmer que les modi- fications et remaniements apportés á l'Ouvrage dans cette seconde édition eussent eu Vapprobation entiére de celui qui n'est plus. Ces changements (on ce croit en droit de dire ces améliorations) ont été opérés d'apres des notes prises, tant par M. Bichat que par celui qui écrit ces lignes, au cours des 21 années écoulées depuis la premiére édition; on a aussi mis á profit les Vorlesungen de Kirchhoff, le Cours de A. Potier á 1'Ecole Polytechni- que et les Leitfaden der Physik de M. E. Mach. Le caractére du Livre est demeuré le méme, c'est-á-dire relativement élémentaire. On s'est efforcé de justifier davantage encore son titre d'In- troduction a Vétude de VElectricité statique et du Magnétisme. La construction d'une Locomotive moderne par le Dr. Robert Grimshaw, Ingénieur, Auteur des “Procédés mécaniques spé- .ciaux.” Traduit surla 2*, édition allemande, par P. Poinsignon. Ingénieur E. C. L.—Paris. Librairie Gauthier— Villars. In-8, de xIv-64 pages, avec 42 figures; 1907. 3 fr. 75 es. Cette brochure a pour but la description des différents stades de la construction d'une locomotive moderne, tels qu'ils se succedent dans le ateliers de construection de locomotives, les plus importants du mond en- tier. Les différentes phases de la construction sont non séulement intéres- santes pour les initiés, mais elles le seront encore plus, pensons—nous, pour le grand public. Le procédés de construction mis en ceuyre, teut comme leur succession, sont tres américains et donnent un excellent exemple de la direction pratique des ateliers, dans un pays oú le prix du salaire horai- re de la main-d'wuvre est le triple de celui payé en Allemagne, oú les ouviers travaillent pendant moins d'heures effectives par jour et sont en outre bien plus exigents. Le taux d'intérét usité aux États-Unis est aus- si une des raisons qui poussent á travailler tres rapidement et dans des ateliers plus resserrés qu'en Europe. Voici ce qui caractérise lusine en question: 1% Chaque ouvrier a été apprenti de la maison; 22 Aucun ouvrier ne peut faire travailler ses fils dans latelier oú il travaille lui méme; 30 - 32 Lorsqu'un membre du personnel meurt ou quitte lusine, sa part dans la societé n'est pas transmissible, mais est décomptée en espéces aux ayants droit. 42 Jamais Vusine v'a vu de gréve. Les aciers spéciaux par L. Révillon, Ingénieur des Arts et Manufactnres. Petit in-8 (19x 12) avec 36 figures; 1907. (En cyclopédie scientifique des Aide-Mémoire ). Paris, Gauthier—-Vi- ars. 2 fr. 50. Ce petit opuscule est éminemment pratique et cherche á tirer des con- clusions des études présentés jusqu'ici et des expériences des différents auteurs sur cette question trés á ordre du jour. Chaque Chapitre envisage un nouvel élément introduit dans de l'a- cier; il rappelle les travaux théoriques, puis le schéma de la fabrication, Vanalyse des produits, leurs propriétés, enfin Vutilisation industrielle avec la composition et le traitement des meilleurs d'entre eux. Manuel de céramique industrielle: matiéres premiéres, pré- paration, fabrication, par D. Arnaud, céramiste, ancien direc- teur Vusines, et G. Franche, ingénieur des arts et manufactu- res, 1 vol. in-8 de 674 pages, 306 figures. Paris. H. Dunod et E. Pinat, éditeurs. 1906. 12 fr. Cet ouvrage est un vaste recueil de documents que l'on peut considé- rer comme vécus, eu égard á la grande expérience des auteurs. Ceux—ci passent en revue tout ce qui coneerne les manipulations céramiques, quel- que soit le produit á fabriquer, avec d'autant plus de compétence que lun deux, M. Arnaud, est un vieux professionnel qui a passé par toutes les étapes du métier: ouvrier, contremaítre, chef de fabrication, directeur d'usines. Quant á M. G. Franche, les qualités de ses précédents ouvrages lui ont valu une notoriété de premier ordre. Lelecteur trouvera dans ce livre une foule de renseignements précieux sur les tours de main ou sur les recettes du métier et, plus particulidre- ment, des séries de compositions d'émaux, qui lui indiqueront comment s'y prendre á coup súr en face de telles ou telles difficultés. 31 Les procédés terre á terre d'autrefois, aussi bien que les machineries, fagons d'opérer, fours, méme les plus modernes et les plus écon»miques, ete., etc., sont décrits de maniére á étre á la portée de tous. The Copper Mines of the World. By Walter Harvey Weed, Geologist, U. S. Geological Survey, 1883-1906; Member of the Institution of Mining and Metallurgy, etc., etc. —With 159 illustrations.—New York and London. Hill Publishing Co. (The Engineering and Mining Journal). 1907. 8” 375 pages. $ 4,00. This book is the only one, in any language, in which the facts con- cerning occurrence and geological conditions of all the workable copper mines of the world have been brought together. Information of this kind has only been obtainable for particular loca- lities, and by search of government reports, scientific journals or mining reviews, In this volume one may find a concise statement concerning all the mines of any particular country, grouped together geographically, and alphabetically arranged, The first half of the book is a general treatise on the production of copper, is mineralogy, occurrence and the character of the ore deposits in whien it occurs—the only treatise of this kind published. The second part gives carefully written, concise descriptions of the copper deposits of each continent, arranged by countries. This will be fo- und particulary useful to mining engineers generally, as it presents full information concerning the geological relation of the ore bodies, a feature of the importance of which is becoming better recognized each year as a factorin determining methods of working, exploration, etc. The author is an eminent authority on mining geology and during his long career in the U. $. Geological Survey has visited ther copper loe- alities and mines of both American and foreign countries. Some of the features are: Geographic Distribution, Production of Copper. Mineralogy of Copper Ores. Geologic Distribution and Ocurrence, General Features of Copper Deposits. Genesis of Copper Deposits. Clas- sification of Copper Deposits. Copper Deposits of Europe. Copper Depos- its of Africa. Copper Mines of Asia, Oceanica and the East Indies. Cop- per Mines of Australasia. Copper Mines of South America. Copper Depos- its of the West Indies. Copper Deposits of Canada and Newfoundland. AA 32 Copper Deposits of Mexico (Sonora, Baja California, Chihuahua, Zacate- cas, Chiapas, Coahuila, Durango, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí). Copper Deposits of the United States. Itis a Baedeker of Copper. Manuel de Pouvrier mécanicien. Guide du monteur. Par Jules Merlot, Ingénieur mecanicien, etc. Paris et Liége. Li- brairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 8* gr. 283 pages, 306 figs. 10 fr. relié. Destinada esta obra á los mecánicos, obreros, jefes de taller, aprendi- ces, alumnos de escuelas industriales, etc., contiene interesantes y amplias descripciones de los aparatos usados en el montaje de las máquinas, ejecu- ción de los diferentes géneros de empalmes, arreglo de los conductos, mon- taje de los órganos de las máquinas, localización y corrección de los defec- tos en el montaje, arreglo de los mecanismos de distribución, instalación de transmisiones y sus accesorios, etc. Traité théorique et pratique des explosifs destiné aux exploi- tants de mines et de carriéres et comprenant une étude spé- ciale sur la question du grisou et des poussiéres dans les mines de charbon par F. Heise, Professeur á ''Académie Royale de Mines de Berlin. Traduit de PAllemand et adapté par J. Au- brun, Ingénieur au Corps National des Mines.—Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 8* 295 pages, 146 figs. 12 fr. relié. Este libro será de gran utilidad á los ingenieros de minas, y en gene- ral á toda persona que tenga que manejar explosivos en la explotación de canteras, perforación de túneles, ete, En la primera parte del libro, después de la historia de los explosivos, un capítulo está consagrado á generalidades acerca de ellos, estudiando su temperatura de explosión, deflagración, detonación, presiones, potencia, efecto útil, etc. Otro capítulo da monografías de explosivos especiales co- 33 mo la pólvora, dinamita, Dahnemita, Roburita, Westphalita, carbonita, ex- plosivos de seguridad, etc. La segunda parte trata del uso de los explosivos en las minas por me- dio de mechas, de estopines, por electricidad, etc. Elements de Sidérologie par Hans Baron von Jiiptner, Pro- sesseur á Ecole des Mines de Leoben. Traduits de l'allemand par E. Poncelet et A. Delmer, Ingénieurs. Troisiéme partie. Actions réciproques entre le fer et différents élóéments. Procé- dés métallurgiques. — Paris. Librairie Polytechnique, Ch. Bé- ranger. 1907. 8% gr. 445 pages. 72 fig. et 20 pl. 20 fr. relié. Este tomo termina la importante obra de la cual ya hemos dado á co- nocer los dos primeros tomos. Principia por estudiar desde un punto de vista general las leyes de la físico-química que rigen las reacciones recíprocas del fierro metálico y de los diversos elementos, como son el oxígeno, carbono y sus compuestos oxigenados, fósforo, azufre, manganeso, silicio, arsénico, cromo, tungste- no, molibdeno, titano, cobre y níquel. Estudia después los procedimientos metalúrgicos para la extracción del metal y la fabricación de los aceros. Termina la obra con una buena bibliografía. Exploitation du pétrole. Historique, extraction, sondages, géographie et géologie, recherches des gites, exploitation des gisements, chimie, théories de la formation par L. C. Tassart, Ingénieur des arts et manufactures, ancien répétiteur 4 P'Eco- le centrale des arts et manufactures, ingénieur Vexploitations de pétrole.—Paris, H. Dunod et E. Pinat. 1907, Grand in-8S de 726 pages, 310 fig. et 17 pl. Broché, 35 fr. Cet ouvrage vient heureusement compléter la bibliographie frangaise oú, jusqw'a ce jour, il y'existait aucun ouvrage sérieux et documenté sur VIndustrie du Pétrole. 1'auteur de ce livre, M. Tassart, ancien éloye de VEcole Centrale, dont il fut un des plus brillants éloves, et ou il fut méme Revista. (1906-1907).--5. K q AV A 2 A e” . M "a 4 , ¿NR ' - A : a 270 » rr 34 "A répétiteur des le début de sa carriére, a étudié et pratiqué d'une fagon tout a fait spéciale cette industrie. Ses nombreux séjours aux Etats-Unis, en Russie, en Galicie, en Roumanie, en Italie, en Algérie, en Allemagne, lui ont permis de recueillir sur la question du pétrole, tant au point de vue géologique qu'au point de vue de Pexploitation, des documents aussi nom- breux qu'intéressants qui ont servi á la publication de Vouvrage qui sera bien accueilli du public. I est en effet surprenant qu'une industrie aussi importante que celle de l'extraction, du transport et du rafinage du pétro- le, qui représente un chiffre d'affaires annuel de trois milliards de frances, compte aussi peu d'intéresses francais. Faire connaítre á fond cotte industrie, afin de leur permettre d'appré- cier en toute connaissance de cause ses avantages, ainsi que les aléas qu'el- le peut présenter; mettre á la portée de Vexploitant des reinseignements précis sur les méthodes de sondages employées, la fagon d'entamer et de conduire les recherches, ainsi que les précautiones á prendre pendant l'ex- ploitation: tel est le but de ce livre. Les industries chimiques qui, de prés ou de loin, touchent au pétro- le (Industrie du gaz, etc.), y trouveront des indicationes complétes et pré- cises sur la chimie des pétroles bruts et les corps qui le constituent. Enfin, á une époque oú le pétrole entre de plus en plus dans la prati- que du chauffage, surtout pour les navires et les locomotives, cet ouvra- ge ne peut manquer Vinterésser les ingénieurs des chemins de fer et des constructions navales. Les constructeurs d'automobiles s'y intéresseront également, pen- sons-nous, car il leur indiquera les sources d'approvisionnement d'essen- ces dont la consommation augmente chaque jour dans des proportions con- sidérables. L'illustration de louvrage est trés abondante. En dehors des 17 plan- ches, comprennant de grandes cartes et plans et ensembles d'installations, il renferme dans le texte un grand nombre de cartes de gisements et des = photographies inédites du plus haut intérét documentaire, Voici un apergu de la table des matióres: I. Historique général aux époques anciennes.—I[. Procédés employés pour extraction du pétrole brut. Puits creusés á la main. Procédés de sondage. Tubage des trous de sonde. Vitesse d'approfondissement et prix de revient des forages avec les différents systémes de sondage.—IIL. Dis- tribution géographiqne et géologique du pétrole. Amérique. Europe. Asie. Afrique. Australie.—IV. Recherches des gites pétrolitéres.—V. Exploi- tation des gisements péótroliféres. Surveillance des sondages en approfon- dissement. Extraction du pétroles des forages.—VI. La chimie des pétro- 35 les. Les Carbures d'hydrogéóne. Propriétés physiques et chimiques des pé- troles bruts. —VII, Les théories sur origine du pétrole. Formation orga- nique du pétrole. Formation inorganique du pétrole (théories chimiques). Remarques sur les théories précédentes. CENTENARIO DE RIO DE LA LOZA, En cumplimiento de la iniciativa presentada á la Sociedad Científica “¿Antonio Alzate” por el socio Dr. Alfonso Pruneda, y aprobada en la se- sión del 2 de Septiembre de 1907, para que las Sociedades Científicas de Mé- xico rindieran un homenaje á la memoria del distinguido químico D. Leo- poldo Río de la Loza, con motivo del primer centenario de su nacimiento; se organizó una peregrinación al Panteón de Dolores á depositar ofrendas florales ante la tumba de tan esclarecido compatriota. A las 9 de la mañana del 15 de Noviembre, en un tren especial, salie- ron las personas que se indican á continuación, representantes de la Socie- dad “Alzate” y de las Corporaciones que correspondieron á la invitación que les dirigió aquella Sociedad: Sres. Dres. José Ramos, Tobías Núñez y Joaquín G. Cosío, por la Aca- demia Nacional de Medicina; Prof. R. Aguilar y Santillán y D. Fernando M. Urbina, por la Sociedad Geológica Mexicana; Dr. Antonio J. Carbajal, Lic. Manuel de la Peña y D. Luis de Balestrier, por la Sociedad Agrícola Mexicana; Ing. Alejandro Prieto, Ing. Lucio Gutiérrez y Lic. Ramón Me- na, por la Sociedad de Geografía y Estadística; Ings. Ignacio Molina, Nico- lás Mariscal y Mariano Téllez Pizarro, por la Asociación de Ingenieros y Arquitectos; Pbro. José M. Troncoso, por la Alianza Científica Universal; Dr. Constancio de la Peña Idiáquez, Cap. Luis Aguillón y Prof. R. Agui- lar y Santillán, por la Asociación del Colegio Militar; Prof. José D. Mora- les, Prof. Juan M. Noriega, Dr. Enrique L. Abogado y Prof. Adolfo Olmedo, por las Sociedades Médica “Pedro Escobedo” y Farmacéutica Mexicana; Dr. José I. Saloma, por la Sociedad de Medicina Interna; Ing. Manuel F. Alvarez y D. Carlos G. Gutiérrez, por la Asociación “Río de la Loza;” Profs. Emilio Bustamante, Eliseo J. García y Guillermo de la Rosa, por el Cole- gio de Profesores Normalistas; Ing. Gabriel M. Oropesa, Prof. R. Aguilar y Santillán y F. Urbina, por la Sociedad “Alzate.” Estuvieron también ante el sepulcro los Sres. D. Juan y D. Leopoldo Río de la Loza, que de antemano habían adornado la tumba de su ilustre padre. 36 El Sr. Dr, D. José Ramos, en nombre de la Academia Nacional de Me- dicina, pronunció el discurso siguiente: SEÑORES: Un siglo ha transcurrido, desde el día venturoso en que vió la luz pri- mera, el hombre venerable, cuya memoria venimos á evocar en torno de esta huesa, y más de 31 años han pasado, desde la triste fecha, en que atra- vesando los umbrales de la eternidad, se ocultó entre los insondables mis- terios del no ser. Desde que vino al mundo hasta nuestra época, cuántos acontecimien- tos de importancia se han sucedido; en aquel tiempo, el radiante sol de la independencia, no derramaba todavía sus fulgores sobre el suelo de nues- tra amada patria. Las ideas dominantes en esa época, diferían por extremo de las de ahora; toda una serie de formidables convulsiones se ha registra- do desde entonces en nuestra historia, para llegar al modo actual de ser. Desde el año menos remoto de su sentida muerte, hasta nuestros días, cuán radical transformación se nota en la ciencia que nuestro ilustre quí- mico estudiara, con éxito asombroso, y qué evolución tan trascendental se advierte en todo orden de cosas. Durante esos prolongados lapsos, cuántos recuerdos se han perdido, y cuántos sucesos se han olvidado; la memoria de innúmeros seres, hundidos en el profundo abismo de la nada, hase perdido para siempre; el tiempo, más poderoso que las aguas del Leteo, ha hecho poner en olvido á muchos que se fueron, ha enjugado copiosas lágrimas y consolado numerosas penas; pero ese tiempo que á tantos arrastra en su torrente, hundiendo implaca- ble, á las multitudes ignoradas, ese mismo tiempo que arrebata en su vo- rágine el recuerdo de tantas existencias, es impotente para arrancar de la humanidad agradecida, la perdurable memoria de los que transitan por el mundo, derramando los tesoros de la virtud y del saber, Muy lejos de desvanecerse el recuerdo de esos seres privilegiados, se aviva con el tiempo y á medida que transcurren los años, más se aquilatan y enaltecen los méritos de los ilustres finados, La temida muerte, que tan pronto hace olvidar á los que llevaron una vida estéril, no alcanza á destruir la memoria de los benefactores y sabios. ““La muerte no es más que una gloriosa transformación,” ha dicho Cha- teaubriand. Podemos aún asegurar, que es el crisol, en que se depuran las humanas acciones, pues como aseveró Tucidides: “ELLA hace des- aparecer la envidia y coloca en su merecido lugar á los que han sido grandes.” 37 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? podemos exclamar, ante la tum- ba del varón egregio; sentimos que EL no ha muerto, que su espíritu mag- nánimo flota entre nosotros y nos anima con su inmortal esencia. Puede la flor fragante doblegar su tallo, puede arrancarle sus pétalos el inclemente cierzo, pero el cercano ambiente queda impregnado de bal- sámico perfume. Puede concluír la existencia material de un ser supe- rior, pero el aroma celestial de sus virtudes persiste á través de las edades. El hombre inolvidable, á quien ahora deificamos, se hizo acreedor á justa gratitud; esta sentida manifestación, en el centésimo aniversario de su nacimiento, es prueba palpitante de sus méritos, y debe servirnos de sa- ludable enseñanza y de consolador ejemplo; este acto de espontaneidad, de- muestra que existen los sentimientos generosos, y que la humanidad, en medio de sus extravíos, profesa cariñoso culto, al alma del que ya no exis- te y de quien no puede esperar nuevos servicios, como los que en su tiem- po prodigara. Trascendental fué la obra del insigne Dr. Río de la Loza; careciendo de los elementos indispensables, en una época de no interrumpidas agita- ciones, y rodeado de un medio poco adecuado para sus energías, tuvo que sostener constantes luchas, de las que siempre salió triunfante, merced á la firmeza de su carácter, al profundo amor que profesaba á la ciencia y á su sereno y práctico talento. Se hizo sucesivamente cirujano, farmacéutico y médico. Siendo ad- mirador de las ciencias naturales, dedicóse á la contemplación minuciosa de los seres organizados; pero profundizó de preferencia el estudio de la química. La estructura íntima de la materia, de sus reacciones atómicas, y de sus combinaciones múltiples, constituyeron el tema principal de sus profundas y filosóficas meditaciones. Su privilegiado cerebro, nutrido con sanas y fructuosas doctrinas, llegó á adquirir un caudal vastísimo de cono- cimientos. En este punto su mayor timbre de gloria consiste en que se ade- lantó á su tiempo, como acontece al verdadero genio; fué un vidente que asombró por sus avanzadas concepciones. Fué el primero que en este país fundó sólidamente las bases de un ramo del saber, que dejando el carácter empírico, recibió en esa época un vigoroso impulso, iniciado por los esclarecidos químicos del Viejo Mundo. No sólo comprobó los descubrimientos realizados hasta entonces, sino que enriqueció á la ciencia, con nuevos é importantes hechos, que le va- lieron universal renombre. Sus lucidas investigaciones y sus brillantes triunfos eran velados por su genial modestia, que rayaba en humildad. No era el deseo inmoderado de fama, lo que estimulaba sus energías. De complexión delicada, y de poca floreciente salud, consumía abnegadamente sus escasas fuerzas físicas, en 38 el estudio austero y prolongaio, sin desear otra recompensa sino la satis- facción incomparable, que proporcionaba la sabiduría á su espíritu gene- roso y amplio, encerrado en los estrechos límites de un organismo ende- ble. Amó á la ciencia por la ciencia misma, y por el bien que por medio de ellaimpartía á sus semejantes; empero si él despreciaba los mundanos hono- res, la fama, á su pesar, lo pregonaba con insistencia, que como dijo Plinio el Menor: “no son nuestras acciones las que han de correr en pos de la glo- ria, sino la gloria las que debe seguirlas.” Las sociedades científicas, así nacionales como extranjeras, se encontraban satisfechas de contarlo entre sus miembros. y las autoridades le conferían delicados y honoríficos cargos. Si fué distinguido como sabio, debe llamarse heroico, en su calidad de médico altruista y desprendido. Hubo un tiempo calamitoso, en que el te- rrible “viajero de Ganges” visitó nuestra Metrópoli, dando lugar á tétricas escenas. La muerte cernía despiadada sus negras alas sobre la ciudad; las víctimas rodaban á millares, en medio de crueles sufrimientos, y el luto se apoderaba de numerosos hogares. Como sucede en esos casos, el fatídico cuadro de exterminio, despertó los sentimientos egoístas; los habitantes huían despavoridos, y los que caían atacados por la mortífera epidemia, eran abandonados á ocasiones, aún por los seres más queridos, que se alejaban con espanto, por el inven- cible temor del contagio. El pánico cundía por todas partes, y se exaltaba en todos, el arraigado instinto de la conservación individual. El entonces joven Dr. Río de la Loza, que acababa de ingresar á las nobles filas de la medicina militante, inauguró su campaña en esas aflictivas circunstan- cias, encontrando en ellas vasto campo para el ejercicio de su elevado wi- nisterio. Se le vió entonces trabajar sin descanso; día y noche se encon- traba al lado de los pacientes, cualquiera que fuese su condición social; se multiplicaba en la lucha y desañando á la muerte, como otros abnegados médicos mexicanos, llevaba á todas partes el consuelo, calmando los dolores y secando el llanto con ardiente caridad evangélica. ¡Qué papel más noble, y más digno de imitarse! ¡Qué temple de alma se necesita para cumplir de tal manera con un deber voluntariamente impuesto! La humanidad es deu- dora dé gratitud ilimitada á los héroes sublimes, y á veces ignorados de la ciencia y de la caridad. Terminuda la asoladora plaga, el Dr. Río de la Loza, volvió á las habi- tuales tareas de su profesión y á la elevada práctica del profesorado. ¿Qué decir de él como maestro? Puede asegurarse que nació para enseñar; la cla- ridad y sencillez de sus exposiciones; el método esencialmente práctico que seguía en la cátedra; el estilo ameno y natural que empleaba en sus leccio- nes; todo esto lo acreditó como un profesor de primer orden. Si á todo se añade el amor tan grande que profesaba al magisterio, y el paternal cariño 39 que dispensaba á sus discípulos, fácil es comprender que sus clases se veían . constantemente concurridas por numerosos alumnos que lo escuchaban con filial respeto y se nutrían con las maduras doctrinas del venerado cate= drático. Los resultados fueron exceleutes; sediento de saber, no se conformó con su propia instrucción, antes bien, experimentó una necesidad imperio- sa de transmitirla; sembró hábilmente el germen, que cultivado con es- mero, produjo abundantes y doradas mieses, que hoy proporcionan el pan intelectual á nuestra patria. ¿Qué blasón más brillante es de desearse? y ¿qué mayor nobleza es concebible? Por eso el docto y honorable profe- sor sobrevive á su fecunda y humanitaria empresa, tan acertadamente con- ducida. Pudo probar en épocas aciagas, el culto ferviente que rendía á la pa- tria. Un enemigo extraño avanzaba en nuestro territorio, y en su invaso- ra marcha, aproximábase á la capital; los buenos hijos de México, se apres- taron á la defensa de la patria, y entre ellos, se encontró el ilustre maestro que formaba parte de una compañía del Batallón “Hidalgo” la que fué or- ganizada por profesores y alumuos de la Escuela Nacional de Medicina; y llamada por tal motivo “compañía médica.” El distinguido químico, de- jando los reposados estudios del laboratorio y los tranquilos trabajos de las aulas, tomó las armas con el noble fin de hacer respetar los sagrados derechos, que como buen patriota, estaba obligado á defender. Transfor- móse entonces en soldado de la patria, de soldado de la ciencia que antes fuera, dispuesto á dar su sangre por la cara integridad nacional; y abrien- do un paréntesis en su humanitaria tarea, dejó los libros y empuñó el ace- ro, pues como dice Víctor Hugo, “hay horas en que la mejor manera de amar á la humanidad, es amar á la patria.” La fatalidad hizo pesar su fé- rrea mano sobre la nación sin que fueran parte á conjurarle los denodados esfuerzos de sus hijos, los'que pudieron repetir con dolor las resignadas pa- labras del esforzado Cuauhtemoc, cuando exclamaba: “hice cuanto pude para defender á mi patria, pero la suerte me fué adversa.” Restituida la calma, tras de prolongadas desgracias, el respetablé pro- fesor reanudó sus estudios favoritos. Una serie no interrumpida de triun- fos escolares y académicos, se registró durante su vida científica; los im- portantes servicios que prestó á la administración pública y á la enseñan- za, le rodearon de una brillante aureola de prestigio; su preciosa existencia se deslizó tranquila, dividida entre los trabajos mentales y los tiernos afec- tos del hogar. Habiendo sido un hijo modelo, se convirtió más tarde en cariñoso jefe de familia, siendo reputado como una de las más valiosas jo- yas de la sociedad mexicana. Cuando comprendió que no estaba lejano su fin, pues que en breve su es- píritu iba á despojarse de su frágil envoltura, se concentró en sí mismo y 40 ; prescindiendo de todos los asuntos temporales, preparóse como creyente firme y sincero, para comparecer ante su Creador, no habiendo olvidado jamás las sentenciosas palabras de Kempis: “Trata de vivir de tal modo, que si te sorprende la muerte, te halle siempre prevenido.” Sin prescindir de la habitual modestia. que fué su compañera inseparable, ordenó termi- nantemente que se suprimiesen en sus funerales las aparatosas ceremonias que por su rango científico le correspondían, deseando que su cadáver fue- se sencillamente amortajado, y recibiese humilde sepultura. Justamente mereció por sus excepcionales prendas, los muy honrosos títulos de padre modelo, excelso sabio, benefactor insigne, eximio profesor, preclaro ciudadano. La Academia Nacional de Medicina, representada en esta inolvidable-solemnidad, se siente orgullosa de haberlo contado entre sus dignos miembros fundadores. Perdona venerado maestro, que interrumpamos, siquiera sea por bre- ve tiempo, el augusto silencio que circunda este fúnebre recinto! Nuestra presencia en este sitio no obedece al deseo de vanidosa pompa; hemos venido aquí con fin más noble, cual es el de ofrecerte un testimonio de admiración profunda y de gratitud sincera. Protestamos en este acto imponente, que tu amado nombre será trans- mitido por nosotros á la posteridad, mostrándote como un ejemplo digno de ser imitado por las futuras generaciones. ¡Y en tanto que tus despojos materiales, yacen en ese sepulero, sujetos á las leyes que tan admirable- mente estudiaste,'tu espíritu inmortal, disfrute en la celeste morada, el eterno premio que por tus grandes virtudes mereciste! * k * En seguida el Sr. Prof. J. D. Morales, habló acerca de la influencia que tuvo Río de la Loza en la implantación y desarrollo en México de muchas industrias químicas y farmacéuticas. ' A continuación el Sr. Dr. A. J, Carbajal, Presidente de la Sociedad “Alzate,” y uno de los delegados de la Sociedad Agrícola, recordó breve- mente los trabajos de Río de la Loza, con relación á la agricultura, y dió las gracias en nombre de la Sociedad “Alzate” á los señores que se digna- ron concurrir á esta manifestación. Terminó el acto á las 11 de la mañana. Sueredad Cientíica Antonio Alzate. MEXICO. Revista Científica y Bibliográfica. Núm. 5. Tomo 26. 1907-1908. SESIONES DE LA SOCIEDAD. Ñ DICIEMBRE 2 DE 1907. Presidencia del Sr. Ing. G. M. Oropesa. El Secretario perpetuo hizo un breve informe relativo á la manifesta- ción que organizó la Sociedad con motivo del Centenario de Río de la Lo- za, (Véase Revista, p. 35). En seguida dió cuenta con la circular de la Junta Directiva de la So- ciedad Mexicana para el Cultivo de las Ciencias, en la que propone que las Sociedades científicas del país abran un concurso científico para el Cente- nario de nuestra Independencia. Quedó aceptada en lo general la invita- ción, siendo nombrados los socios Dr. D. Vergara Lope, Ing. Macario Oli- vares y Lic. R. Mena, para formular el tema que debe proponer la Socie- dad y bases respectivas. TRABAJOS.—Dr. J. Alemán. Notas relativas al oxígeno. Dr, R. E. Cicero. Note sur un cas de radiodermite trés inten e du cuir chevelu avec repousse complete des cheveuzx chez une enfant atteinte de tricho- phytie. (Memorias, 26, p. 237). Prof. +. Engerrand. Les phénoménes de télégonic et de xénie sont-ils in- explicables? Lic. R. Mena. Noticia histórica sobre la China poblana. (Memo p. 243-247). . Revista (1907-1908).—6. 1 42 NOMBRAMIENTO.—Miembro titular: Ing. Marcos E. Bayley, Veracruz. PosTULACIONES.—Para socios de igual clase: Dr. Carlos Barajas é Ing. José Villafaña. El Secretario anual, ENRIQUE E. SCHULZ. BIBLIOGRAFIA Traité complet d'analyse chimique appliquée aux essais in- dustriels par J. Post, Professeur honoraireá Université deGoet- tingue et B. Neumann, Professeur á la Technische Hochschule de Darmstadt. Traduit par le Dr. L. Gautier. Tome II, lre. fascicule.—Paris. Librairé Scientifique A. Hermaun,6, Rue de la Sorbonne. 1908. 8” gr, 202 pages, 99 figs. 6 fr. Después del ler. fascículo del tomo I de que ya hicimos mención (pá- gina 11 de esta Revista) aparece ahora el ler. fascículo del tomo Il consa- grado al estudio de las cales, morteros, cementos, yesos, productos cerámi- cos y vidrios, tratados en tres capítulos especiales por los Dres. H. Seger y E. Cramer, de Berlín, dando excelente acopio de enseñanza práctica res- pecto á los yacimientos, ensayos, fabricación de productos, máquinas em- pleadas, resistencias, etc. Traité pratique d'électricité industrielle par E. Cadiat et L. Dubost. Septiéme édition entiérement refondue et mise á jour par H. Boy de la Tour, Ingénisur, Chef du service électrique de la Compagnie de Fives- Lille. — Paris. Librairie Polytechni- que Ch. Béranger. 15 Rue des Saints-Péres. 1907. 8” gr. 666 pages, 299 figs. 16 fr. 50 relié. La nueva edición de esta importante obra conserva el mismo plan y di- visiones que la anterior que se publicó en 1902, pero la presente encierra numerosas y grandes modificaciones en el texto, substituyendo máquinas, aparatos, métodos ó procedimientos poco usados ó ya abandonados, por to- 43 do lo correspondiente más moderno é interesante. El libro, en fin, tiene igualmente un carácter más bien práctico que científico, y por consiguien- te puede ser consultado con grandes frutos por los industriales, obreros, etc. Contiene los capítulos siguientes: Principios generales. Unidades. Me- didas. Aparatos productores de electricidad. Pilas. Máquinas eléctricas. Acumuladores. Alumbrado eléctrico. Focos luminosos. Instalaciones. Transmisión eléctrica de la energía, Galvanoplastía y Electro-Metalurgía. Telefonía. Unidades eléctricas. Cinématique des mécanismes par Louis Wéve, Ingénieur, Professeur á VÉcole supériture des Textiles et á VÉcole pro- fessionnelle de Verviers et a PÉcole industrielle de Namur.— Paris. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 8" 475 gages, 402 figs. 10 fr. relié. Esta útil obrita que sirve de introducción á un curso de construcción de máquinas, analiza detalladamente los mecanismos tan solo desde los puntos de vista geométrico y gráfico; constituye un tratado de los elemen- tos ó partes componentes de las máquinas. Comprende lo siguiente: Introducción. Movimientos. Cinemática de los mecanismos. Transmisión por líneas rígidas. Mecanismos de bielas. Sistemas articulados. Guías por cuñas. Detenciones. Transmisión por con- tacto inmediato. Mecanismo de corredera. Excéntricos. Mecanismos de tornillo. Empalmes. Ruedas de fricción y engranajes. Transmisión de ve- locidad variable. Transmisión por correas y bandas. Mecanismos especia- les, Embragues. Modificadores del sentido y de la velocidad de los movi- mientos. La locomotive actuelle. Étude sur les types récents de lo- comotives á grande puissance. Complément au Traité prati- que de la machine locomotive par Maurice Demonlin, Ingénicur de la traction, Compagnie des Chemins de fer 1'Ouest.—Paris. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1906. 1 vol. gr. in-8, 333 pages, 132 figs. et 22 pl. 40 fr. relió. Esta obra forma el complemento del gran tratado práctico del mismo autor publicado en 1897, 44 Contiene una descripción de los tipos de locomotivas puestas al servi- cio desde 1900 en Francia y en los otros países, con las generalidades re- lativas á su funcionamiento, á sus proporciones, construcción, perfeccio- namientos y adaptaciones en los diversos países, pues en unos diez años la locomotiva ha sufrido transformaciones notabilísimas en cuanto á potencia, estabilidad, etc. Presenta un estudio general y comparativo del sistema compound y una monografía también"comparativa de los tipos en voga en Est : s Unidos y Europa. Essais des machines á courant continu et alternatif suivi des Réglements actuellement publiés concernant les essais des ma- chines, par P. Bourguignon, Ingénieur des Arts et Manufac- tures, Chef des travaux á "École Supérieure d'Électricité.— Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 8 gr. 298 pages, 247 figs. 15 fr, relié. Trata esta obra con amplios detalles y resultados numéricos; el exa- men de los diferentes frenos destinados á absorber y á medir la energía mecánica; los procedimientos de separación de las diferentes pérdidas en las dinamos de corriente continua, así como el análisis de las curvas de fuerza electromotriz alternativa y la determinación previa de las caídas de tensión de los alternadores. Precisa de una manera práctica la aplica- ción del método del diagrama circular de Blondel á los motores asineronos y resume la teoría de los motores monofásicos de colector. Termina con un estudio comparativo de los reglamentos para ensayes. The Ziegler Polar Expedition, 1903-1905. Anthony Fiala, Commander. Scientific Results obtained under the direction of William J Peters, Representative of the National Geogra- phic Society in charge ofthe scientific work. Edited by John A. Fleming. Published under the auspices of the National Geo graphic Society by the Estate of William Ziegler. Washington, D. C. 1907. 1 vol. 4* vin-630 pp. 56 pl. and 4 maps. Los trabajos científicos que da á conocer esta importante obra están clasificados en las siguientes secciones: 45 A. Observaciones magnéticas y reducciones por W. J. Peters y J. A. Fleming. (23 láminas). B. Notas y dibujos de auroras boreales, por A. Fiala. (19 láminas). C. Observaciones meteorológicas y compilaciones por W. .J, Peters y J. A. Fleming (6 láminas). D. Observaciones de mareas y reducciones por W. J. Peters y L. P. Shidy (5 láminas). E. Observaciones astronómicas y reducciones por W. J. Peters, R. W. Porter y J. A. Fleming (3 láminas). F. Construcción del mapa y levantamientos por R. W, Porter, 4 ma- pas (Rubini Rock and Bay; North Polar Region by G. H. Grosvenor; Franz Josef Archipelago, 1:750,000; Part of Franz Josef Archipelago surveyed by the Ziegler Expedition, 1903-4-5; 1:600,000). El mayor número de observaciones magnéticas fueron ejecutadas en Camp Abruzzi, (Teplitz Bay, Rudolph Island, Franz Josef Archipelago), á 819175 lat. N. y 3 h. 52 m. (58909) long. E. de Greenwich. de 28 de Sep- tiembre de 1903 á 1? de Julio de 1904. El promedio de las determinaciones hórarias de la declinación en ese período de tiempo fué de 22038/5 E. y de la inclinación 83912'4 N. Se hicieron también observaciones en la estación de Alger Island (819215 N.) de Junio 2) á Julio 30 de 1905, obteniendo 20028' E. y 82046' N. Las principales observaciones meteorológicas dan los promedios si- guientes: En Teplitz Bay (Octubre 1903 á Abril 1904): Presión á 02 753.87, —Temperatura media—24922.—Temp. máx. —21939. Temp. mín.—27"22. Precipitación total 219mm 96, En Cabo Flora 79957'N. (Junio 1904 4 Junio 1905): Presión á 02 732035, —Temp. máx.—10.83. Temp. mín.—15-67. Pre- cipitación total 617 ""m 98. Las observaciones y dibujos de las auroras polares son de grande in- terés y presentan á ese notable meteoro en todas sus faces con anotaciones originales y cuidadosas. Los mapas que acompañan á la obra dan á conocer las diversas expe- diciones á las regiones árticas conforme á los mapas de Bayer, Leigh, Smith, Jackson, Nansen, Wellman y Duque de los Abruzos, dando también los correspondientes á la Expedición Ziegler y á las renombradas de Parry (1819) Franklin y Richardson (1821 € 1826), Franklin (1845-1848), McClu- re (1850-53), 2? expedición alemana (1869-70), Expedición austro-húngara (1872-73), Nordenskióld (1878-79), De Long (1880-81), Greely (1881-84), Nansen (1893-96). Duque de los Abruzos (1900), Svendrup (1898-1902), Amundsen (1903-1906) y Duque de Orleans (1905). 46 Annales de l'Observatoire Astronomique, Magnétique et Mé- téorologique de Toulouse. Tome VII renferment une partie des travaux exécutés jusqu' en 1906, sous la direction de M. B. Bail- laud, correspondant de Institut et du Burean des Longitudes, Doyen honoraire de la Faculté des Sciences de Toulouse.— Toulouse, E. Privat,—Paris. Gauthier—Villars, 1907. 1 vol. in-4* XX-582 pages. Este tomo lo forman por completo las investigaciones sobre magnetis- mo terrestre por E. Mathias, Profesor de física en la Facultad de Ciencias y Director del servicio magnético del Observatorio. Comprende: Primera Parte. Medidas absolutas hechas en Tolosa de 1893 á 1905. I. Historia de los instrumentos y de los métodos. IL. Cuadro de las medidas absolutas de 1893 á 1905. III. Estudio de la diferencia (To- losa-Parc) de 1893 á 1905. Segunda Parte. Medidas absolutas hechas en la región de Tolosa. 1. Jonstrucción y utilización de las cartas magnéticas. IL. Manera de operar en el campo. III. Descripción de las medidas hechas en la región de Tolo- sa. IV. Exploración magnética del Abismo (Gouffre) de Padirac. Tercera Parte. Investigación de la ley de distribución regular de los elementos magnéticos de una comarca en una fecha fija. Exposición his- tórica y crítica de la cuestión. Primeras investigaciones personales. Mé- todo de la fórmula previsoria. Aplicaciones del método de los distritos en Francia, en las Islas Británicas y en Holanda. Algunas conclusiones, Influencia de la altitud. Influencia de la capa terrestre superficial. Esta última parte presenta á nuestro juicio grandísimoy interés, pues el autor hace importantes investigaciones con relación á las dos cuestiones siguientes: 1? Para una misma capa superficial, en cien estaciones, cuál es el pro- medio de elementos magnéticos regulares y anormales, y cómo son las ano- malías desde el punto de vista de su signo y de su valor medio. 2? En qué relación están los números anteriores cuando la naturaleza de la capa geo- lógica superficial varía desde los terrenos azoicos basta los aluviones cua- ternarios. 47 La Science Séismologique (Les Tremblements de Terre), par le Comte de Montessus de Ballore, directeur du Service séismologique de la République du Chili. Préface par Ed. Suess, Associé étranger de Institut. Un vol. in-8* raisin (26*x 16") de 560 pages, avec 187 figures dans le texte et 32 planches hors texte Paris, Librairie Armand Colin, 5, rue de Méziéres. 1907, 16 fr, broché. . Cet ouvrage vient compléter la remarquable Géographie Séismologi- que (Les Tremblements de Terre), que le comte de Montessus de Ballore, notre éminent confrére, a publiée il y a deux ans. C'est une synthése de toutes les connaissances acquises par les séis- mologues du monde entier, auxquelles lauteur ajoute le précieux apport de sa science personnelle. “Metre en lumiére une plus exacte compréhension de la nature géolo- gique des tremblements de terre quant á leur dépendance intime avec la formation du relief terrestre et la surrection des chaínes de montagnes, telle est la táche qw'avait remplie le comte de Montessus de Ballore dans sa “Géographie Séismologique.” Il poursuit le méme but dans la Science Séismologique. Il montre que la nature mieux observée des tremblements de terre conduit á la conception, conforme aux faits d'observations de sur- faces en mouvement. 1l a ainsi mérité la reconnaissance des observateurs et forcé Vattention du monde de la science.” Ainsi s'exprime Véminent géologue Ed. Suess, dans la préface qw'il a écrite pour ce nouvel ouvrage. Il semble donc bien que, gráce aux travaux de M. de Montessus, la notion de Vorigine tectonique des tremblements de terre soit définitivement acquise. Il n'est pas nécessaire de dire quel inté- rét cette acquisition présente pour la science; mais nous attirons l'atten- tion de nos lecteurs sur la haute importance de ses résultats pratiques. Elle servira en effet de base aux études ultérieures, et c'est par elle que nous pouvons concevoir Vespoir que, dans un temps plus ou moins éloi- gné, Von pourra, dans une certaine mesure, prévoir les tremblements de terre et parer á leurs terribles dungers. Voici Vextrait de la table des matiéres: Préface de M. Suess. Introduction. Histoire de la Séismologie.—Ire. Partic. Les macroséismes ou les tremblements sensibles. Séismologie d'ob- servation directe. Intensité du mouvement séismique. Direction du mou- vement. Epicentre et foyer. Séismicité et fréquence. Répliques et choes prémonitoires. Les bruits séismiques. Séismes sous-marins et tsunamis. Relations avec autres phénoménes.—2e. Partie. Les microséismes ou les 48 tremblements instrumentauzx. Séismologie instrumentale ou théorique. Appa- reils séismographiques. Les séismogrammes Le mouvement séismique. La constitution interne du globe, Les microséismes.—3e. Partie. Les mé- gaséismes ou les tremblements destructeurs. Séismologie appliquée. Effets géo- logiques des tremblements de terre. Des constructions en pays instables. Effets sur les éléments des constructions. Habitations en pays instables. Constructions diverses en pays instables. Note sur la théorie tectonique des tremblements de terre. NOTAS DIVERSAS. El Dr. G. Hellmann fué nombrado Director del Instituto Real Meteo- rológico de Prusia y Profesor de Meteorología en la Universidad de Berlín, en susbtitución del Prof. Dr. W. von Bezold. que falleció. El Gobierno del Brasil ha creado un Servicio Geológico y Mineralógico, cuyo director es el Dr. Orville A. Derby. Ha quedado instalada en Italia la Societá Italiana per il progresso delle scienze, siendo su centro en Roma (Vía del Collegio Romano, 26), Un Congreso de Química y Física en memoria del célebre químico ru- so D. I. Mendéléeff, que murió el 2 de Febrero, se verificará del 2 al 12 de Enero próximo en la Universidad Imperial de San Petersburgo. Necrología.—El distinguido paleontólogo Prof. Dr. Edmundo Mojsi- sovics, Subdirector del Instituto Geológico de Viena, falleció el 2 de Oc- tubre pasado á la edad de 69 años El sabio astrónomo norteamericano Asaph Hall, que en 1877 descubrió los dos primeros satélites de Marte, murió el 22 de Noviembre á la edad de 78 años. El ilustre sabio Lord Kelvin (Sir William Thomson) falleció en Ayr- shire (Escocia) el 17 del corriente á la avanzada edad de 83 años. El eminente astrónomo francés J. Janssen, Director del Observatorio de Astronomía Física de Meudon, dejó de existir el 23 del presente, á los 83 años de edad. Diciembre 1907. yoeredad Cientílica “Antonio Alrale. MEXICO. e. Revista Científica y Bibliográfica. "SESIONES DE LA SOCIEDAD. ENERO 8 DE 1908. Presidencia de los Sres. Engs. G. M. Oropesa, Joaquín de Mendizábal Tamborrel y M. Marroquín y Rivera. ELECCIONES. —Junta Directiva para 1908: Presidente: Ing. M. Marroquín y Rivera. Vicepresidente: Ing. Alejandro Prieto. Secretario anual, el subserito. Prosecretario; Lic. Ramón Mena. TRABAJOS.—Ing. M. F. Alvarez. El piso de la ciudad de México y el núel del lago de Texcoco á través de los siglos. Prof. A. L. Herrera. Emulsiones de carbonato de cal en sílice gelatinosa. Lic. R. Mena. La fotografía de los colores en México. NOMBRAMIENTOS. —Miembros titulares: Dr. Carlos Barajas é Ingeniero de Minas José Villafaña. PosTULACION.—Para socio de igual clase: Dr. Rafael Carrillo. El Secretario anual, MACARIO OLIVARES. Revista (1907-1908).—7. 50 BIBLIOGRAFIA, Memento du Chimiste (Ancien Agenda du Chimiste) Re- cueil de tables et de documents divers indispensables aux la- boratoires officiels et industriels publié sous la Direction de A. Haller, Membre de Institut, Professeur á la Faculté des sciences de Paris, Directeur de "École de physique et chimie de la Ville de Paris et Ch. Girard, Directeur du Laboratoire Mn- nicipal de Paris, avec la collaboration de MM. de Brevans, Charon, Génin, de Grammont, Griner, Loroche, Persoz, Pons, de Raczkowski, Rocques, Sanglé-Ferrióre, Truchon.—Paris. Librairie H. Dunod et E. Pinat, éditeurs.—In-8” de xx-758 pa- ges, avec nombreux tableaux et figures. —Cartomné toile souple 12 fr. 1907. Tous les chercheurs de la chimie, sont unanimes á reconnaítre les si- gnalés services qu'ont rendus, etque rendent encore, les différentes éditions de l'Agenáa du Chimiste, dont le premier volume, paru en 1877, eut une suite ininterrompue de successeurs jusqu'en 1897 inclusivement. Imaginé et élabore au laboratoire de Wurtz par un groupe de disciples de Pillustre Maítre, parmi lesquels nous ne citerons que G. Sálet, qui en fut Pinitia- teur, Henninger, Ch. Girard et Pabst, ce petit livre fut recommandé aux chimistes, physiciens, essayeurs, pharmaciens, métallurgistes, ete., par le vaillant professeur de la Faculté de Médecine. A la mort de Wurtz, Ch. Friedel prit le petit livre sous son égide et plus tard, G. Salet eut pour successeur Alphonse Combes, qui apporta de larges contributions person- nelles á l'oeuvre de ses devanciers et de ses collaborateurs. Cette nouvelle direction fut, hélas ! également éphémere, et lédition de 1897 fut publié sous les auspices de Charles Girard, G. Griner et Pabst. le vingt et unié- me volume marqua la fin de la carriére de ' Agenda. 1 devait clore la serie. Dix années, fécondes en découvertes et en inventions utiles, se sont écou- lées depuis l'aparition du dernier Agenda. Il a paru á M. Charles Girard, un des rares survivants de cette phalan- ge de jeunes savants d'alors qui furent les promoteurs de l' Agenda, que le moment était venu de ressusciter, sous un autre nom, l'excellent petit li- vre. S'adressant á quelques savants de bonne volonté et á ses fidóles colla- borateurs du Laboratoire municipal, il a reussi á constituer un comité de 51 rédaction qui s'est aussitót mis á loenvre. Le présent volume, fruit de cet- te collaboration, tout en ayant pour certaines de ses parties des points de ressemblance avec son aíné, en différe cependant sous bien des rapports. Son chapitre 1 renferme, comme Y 4genda, des documents physiques aux- quels on a joint, avec raison, des tables de logarithmes, un abrégé du sys- teme C. G. $. et quelques données thermochimiques. Dans le chapitre UH, on a reuni des documents indispensables de chimie pure et de minéralogie. *. Quant au chapitre Il, il comprend, sous une forme claire, précise et succincte, les meilleurs procédés d'analyse appliqués aux matiéres alimen- taires et aux produits usités dans les industries les plus diverses. Cette partie de lonvrage se recommande tout particuligrement á attention des praticiens. Les méthodes choisies et décrites ont été, les unes élaborées entiérement, et les autres soumises au contróle le plus minutieux par les savants analystes du Laboratoire municipal. Toutes on recu la sanction Vune longue pratique. y Temperaturas del agua del mar mí Veraeruz y la. salida del Estrecho de Florida, POR EL DOCTOR GUSTAV W, von ZAHN, De Berlin. (Traducido de 4nnalen der Hydrographie und Mavitimen Meteorologie; 1907, 1X). El viaje de vuelta del Congreso Geológico Internacional en la Ciudad de México, de Veracruz á Hamburgo en el vapor “Kronzprinzessin Cecilie”, de la Hamburg-America Linie, me proporcionó la agradable oportunidad de hacer algunas observaciones oceanológicas. Si bien en general, estas obser vaciones se hicieron para conocer los métodos, sin embargo creo que las temperaturas de las aguas superficiales que doy en seguida, no carecen de cierto interés. En efecto, ó bien presentan una excepción notable en las condiciones normales, si se siguen las opiniones actuales en vigor, ó bien parecen comprobar las ideas manifestadas por John C. Soley en su artículo sobre el Golfstrom en el Golfo de México, publicado en el Cuaderno II del año corriente de estos Anales. Las temperaturas se tomaron con un termómetro de agua de superfi- cie de C. Richter, de Berlín. El instrumento asegurado en una bolsa for- 52 mada de tela para velas, se sumergió en el agua. A cansa de la velocidad del buque, 14 nudos por hora como promedio, sin esta precaución el ter- mómetro no podría servir, como había quedado probado durante el viaje de ida en el vapor “Bliicher”, puesto que el golpeo repetido é inevitable contra el agua aflojaba rápidamente los tornillos; sobre todo el tornillo de ajuste, de manera que fácilmente podía perderse el termómetro. Pero el uso del termómetro flotante tiene la ventaja de la mayor exac- titud en comparación con el método adoptado á bordo, es decir, sacándose agua en la bolsa de tela y midiéndola luego. Por una parte, las indicacio- nes del termómetro del buque fueron en general inferiores; y, por otra parte, observaciones cuidadosas hechas con dos termómetros patrones com- parados entre sí exactamente, dieron una diferencia media de 092, 4 favor de la medida con el termómetro flotante, así que éste indicaba temperaturas más altas. La diferencia puede explicarse fácilmente por la evaporación du- rante la subida de la bolsa de tela. De esta manera se obtuvieron los resultados que constan en el cuadro adjunto. Las observaciones entre Veracruz y 85 long. W, dan á reconocer fácil- mente dos rasgos característicos. En primer lugar la división marcada en tres regiones, á saber: 1. -El Golfo de Campeche.—Observaciones 1 á 4, con una temperatura de 2792 á 2892, ó bien, si se renuncia á las indicaciones del termómetro del buque del núm. 1, de 2798 á 2892. 2.—Banco de Campeche.—Observaciones 5 á 12 con temperaturas de 2502 á 2802, ó sea un promedio de 25%5, y por consiguiente 2% más frío que el golfo del mismo nombre. La medida con el termómetro del buque indicada bajo el núm. 8, de 2794, es sin duda alguna el resultado de un error del observador. 3.—El Estrecho de Yucatán.—Observaciones 13 á 16, con temperatu- ras de 2699 á 2793, es decir una temperatura media de 195 más caliente que la del Banco, pero 19 más fría que la del Golfo de Campeche. El segundo rasgo característico es la relación de la marcha de la tem- peratura con el relieve de la región recorrida. Por esto en el cuadro se han añadido las profundidades tomadas de las cartas marinas inglesas; reduci- das á metros. Las altas temperaturas del Golfo de Campeche toinciden con la curvatura meridional de la profunda cuenca del Golfo de México, pues se encuentran sobre unas profundidades de 1800 á 2500 m. Entre las observaciones 4 y 5, que presentan un cambio de temperatura de 2798 á 2505, se encuentra la rápida elevación del fondo del mar, que pasa de unos 2500 m. á unos 50 m. Las temperaturas bajas se midieron todas en la región del Banco de Campeche, con una profundidad media de 48 m, La observación 12 con 25%4 está precisamente sobre el declive del Banco hacia 53 (0% 99% | £ “08 ch 0 99% | 31 08 €T -33 c 9% 318 | C£ “08 06 “PG z , E '"pLO[g 0p 0yo3jeg a o a ENE =| Pp "18 Gh “Ez 009% 1:48 9 “78 CT “£z 7096 ¡13088 | ¡TTo£z va 58 059 "NM "BDNO'T £08 A "N (LV'I SHS3 VISVI VNVaIvV: 8 'G% : 39 38 PT ES "eqn;) ep “13 des *yso() 0O8T “* 19% 33 “ES c'9T “EG 00637 “* S'cG TG "ES PI Ez f. 00P3 “ 09% 6 “93 39 'P8 3 “€ 0003 “ CG “LG ez “98 90 "EG “URJe0n 1 9p 099.195 OOTT 9 “9% e L3 PC "C8 0933 006 “ 0 23 OS vP zz 03p 9 6-98 +03 PC "98 6€ "ZE [E 6 CG CG "18 8€ 36 | Sp C cz 3"C6 CS "18 87 33 op 393 13 "88 13 'z3 'eqoedury) ep o0urg [4 8t PP a 89 "88 ST “ZE | Sp 9 “cz LS '68 + 3 18 C “9% 8 "9% 96 06 TP TG Ue C "9% S 9% PC 16 8T “13 € 23 8-16 00 '£6 0S “03 0087 38 3:83 ES “£6 07 “07 "eyoedurx() 9p 030%) ) LE 1088 gh 'P6 8 “61 “UL OST ol ¡TPoS6 ¡93061 Peprpunjolg Aa exmguaoduio, | "mM POguorT “N prue 19p “duo L, “YNVYVaAavH A ZOYXOVuUIHA AHAALNTI-—I CL 8 'u ep VIOH HMALNT—TII rm NA MA FHIN Y Et '91q0Y90 TE 81 LT "9190990 03 | 91 et vI €l GT 1 OT 6 8 2 "91qUYO 6T | 9 G p € ó '91qnyO 81 | T 1994 ON 54 el Estrecho de Yucatán, siendo este más suave que la pendiente occiden- tal, y el resto de las observaciones con temperaturas considerablemente más altas incluye la región del mencionado estrecho, con una profundidad que varía entre 900 y 2400 m. Estos dos rasgos característicos están en contradicción con la opinión aceptada actualmente sobre las condiciones de las corrientes del Golfo de México. Si se sostiene esta como exacta, entonces la distribución de tem- peraturas que se ha observado constituye una excepción cuya causa debe investigarse. Por lo demás esta distribución está de acuerdo con las ideas de Soley. Al Para llegar á una decisión, es mejor basarse primero en condiciones que ofrecen una absoluta seguridad, sobre las cuales las dos opiniones es- tán de acuerdo; es decir, en la corriente del Estrecho de Yucatán. Aquí, la corriente que viene del Mar Caribe, se dirige hacia NW y NNW, como precursora de la corriente de la Florida. Las observaciones 13 á 16 se hicieron en esa región, y las temperaturas corresponden perfec- tamente á los datos que se han suministrado hasta el presente con respee- to á ella. 5 En lo que sigue, en todas las descripciones publicadas hasta hora acerca de las condiciones de corrientes en el Golfo de México (1) se supone que una corriente que se separa de la mencionada, pasa sobre el Banco de Cam- peche, siguiendo una dirección hacia el Oeste. Mientras que en lo general las opiuiones son tan divergentes que llegan á veces á una completa contra- dicción, parece existir en este caso un acuerdo completo. El “Dampferhan- buch fiir den Atlantischen Ozean” y el “West Indian Pilot” declaran que la corriente prosigue entonces á lo largo de la costa mexicana, miéntras que la citada carta de Kriimmel indica aquí dirección opuesta. Al contrario, Soley dice que un brazo circunda el Banco, el cual denomina la corriente principal del Golfstrom Esta corriente cireundante parece estar de acuerdo con el hecho de que cada vez más se encuentra una íntima dependencia de las corrientes y la configuración, lo que se expresa por el hecho de que las corrientes pasan al rededor de los obstáculos que encuentran. Como tal debe (1) Dampferhandbuch fir den Atlantischen Ozean herausgegeben von den Deut- schen Seewarte, Hamburg, 1905, p. 246 y 247 y lám. V. Kriimmel O., Algemeine Meeresforschung. (Eu Neumayer, A, schaftlichen Beobachtungen nuf Reisen, t. 1, Karte der Meeresstrómungen). : Segelhandbuch fir den Atlantischen Ozean, herausgegeben von den Deutschen Seewarte. 2% Edición. Hamburg. 1902. Atlas, lám. 3. y The West-India Pilot. Vol. I, 6th Ed. Hydrographic Oftice. London. 1903. p. 52 y 441 Cabo Catoche hasta Sisal, 446 Progreso, 454 Arrecife del Alacrán, 466 Leyuna de Términos y 475 Coatzacoalcos. 55 considerarse el Banco de poca profundidad que se levanta repentinamente con una pendiente rápida. Suponiendo ahora que Soley tenga razón, fácilmente puede explicarse la diferencia entre la temperatura de las tres regiones. La temperatura del agua en el Estrecho de Yucatán no corresponde á la latitud sino que, de acuerdo con su origen meridional es demasiado alta para estas regiones. El Banco de Campeche mismo debería considerarse como una región de aguás relativamente poco azotadas, sólo movidas ligeramente por los vientos cambiantes, es decir, como región sin cor:iente. Así, la tempera- tura correspondería á la latitud y también al mes de la observación, y por lo tanto debería ser inferior á la del Estrecho de Yucatán, y de la parte occidental, donde la corriente volvería á ejercer su influencia calentadora. Pero en contra de ésto hay el hecho de que aquí se trata de una sola observación y el mayor número de informaciones indica de una manera uniforme una corriente occidental sobre el Banco de Campeche, de manera que no obstante la suposición de Soley, por lo pronto, ésta debe conside- rarse como el estado normal. Entonces la distribución observada únicamente presenta un estado excepcional, puesto que semejantes diferencias de temperatura no pueden ocurrir en la misma corriente. Esto puede explicarse bien del'modo si- guiente: Los vientos dominantes de esa región, por motivo de su situación en la región del monzón, son los del cuadrante NE, que quedan interrumpi- dos solo desde Noviembre hasta Abril, por los famosos Nortes ó Northers. Quizás puede suponerse que los vientos del NE sean la verdadera causa de la corriente occidental sobre el Banco de Campeche, y el mismo Soley hace observar, de una manera especial, que los Nortes dirigen la corriente so- bre el Banco. Pero, si en lugar de esos vientos regulares llegan alguna vez otros del Sur ó del Oeste, entonces, en caso de que duren algún tiempo y tengan alguna fuerza estos vientos pueden muy bien ocasionar un cambio en las condiciones de la corriente y, por tanto, en la distribución de tem- peratura de esas aguas del Banco que tienen poca profundidad y deben ser fácilmente influenciadas. La corriente occidental, de por sí no muy fuerte queda desviada de este Banco y reemplazada por una corriente en sentido contrario, hacia el E ó el NE la que, de otro modo solo se encuentra en la proximidad de la costa. (1) (1) Véase Dampferhandbuech fúr den Atlantischen Ozean, p. 247: Sobre el Baneo de Campeche corre cerca de la costa y aun á una distancia de 20 millas, una corriente á veces bastante fuerte, á lo largo de la costa hacia el W. 56 El agua caliente de la corriente occidental queda desalojada por otra agua más fría. A esto probablemente debe referirse la observación de Soley de que después del fin de un norte, la corriente vuelve á retroceder del Banco, y que en éste se hace sentir una fuerte diminución de la tempera- tura del agua. Los vientos dominantes durante la observación confirman lo que aca- bo de decir. Desgraciadamente no tengo datos sobre los días anteriores al 18 de Octubre, fecha en que emprendi mí viaje. Pero en ese día, el dia- rio del buque indicó hasta las doce del día, un viento del Sur con una fuer- za de 2-3; desde ese momento hasta las 4 de la mañana del 19 de Octubre, un viento SE con la misma fuerza y que se cambió entonces en viento del W. El 19 de Octubre, el punto era N 222 W. 5 millas por 10 horas, á 209 20' lat. N y 932 53' long. W. El día siguiente el punto dió, en el Banco de Campeche S 46% E. 3 millas por 7 horas. y calculado desde Alacrán marcó 220 28' lat. N. y 879 55' long. W. Así. estos datos parecen apoyar la suposición que en la distribución de temperaturas se trata de una excepción en las condiciones normales, cau- sada por los vientos y el agua desviada. Las temperaturas más altas en el W. del Banco de Campeche concuer- dan con ambas opiniones. Según Soley se llega aquí otra vez al brazo prin- cipal del Golfstrom; según la teoría, hasta hoy admitida, se alcanza aquí la corriente occidental que quedaba desviada solo temporalmente. Por con- siguiente, debían tenerse las temperaturas más altas quese han encontrado. Las otras observaciones de temperatura 17 á 19, desde la Habana has ta la salida del Estrecho de Florida no ofrecen ninguna particularidad en cuanto á las ideas hoy aceptadas. Dejan reconocer claramente (17, 19, y IT 1) una diminución de temperatura en la costa de la Habana, que pro- bablemente es el resultado de una corriente de compensación, que Soley llama la Contra corriente Cubana. Continuamos la observación de temperaturas más adelante de lo indi- cado, pero en esa región bastante conocida, ofrecieron poco de notable; por regla general, indicaron una diminución regular de temperatura Sólo en dos lugares se encontraron irregularidades: primero el 22 de Octubre al mediodia, en 29 23' lat, N y 789 08' long. W, un aumento de tempera- tura de 259 6 (á las 8 de la mañana) á 26” y un descenso igual á 259 6 (á las 4 de la tarde); y lo mismo ocurrió el 23 de Octubre, cuando el termóme- tro del buque había marcado 23? 8' á las 4 de la mañana, encontramos 2596 á las 8 de la mañana, á 31" 56' lat. N., y 73 20' long. W; á las 12, 25%4 á 320 17' lat. N., y 72? 32' long. W. Después, á las 4 de la tarde, el termó- metro volvió á indicar 24? 3, Sociodad Cienc. “Antonio Abate” MEXICO. Revista Científica y Bibliográfica. Núáms. 7-8, Tomo 26. 1907-1908. SESIONES DE EA SOCIEDAD: FEBRERO 3 DE 1908. Presidencia del Sr. Ing. G. M. Oropesa. FALLECIMIENTO.—El Secretario perpetuo dió cuenta de la sentida muurte del socio honorario D. Mariano Téllez Pizarro, Ingeniero Civil y Arquitecto. MEDALLA MolssaN.—El mismo Secretario presentó la medalla con- memorativa del descubrimiento del fluor por el ilustre químico H. Mois- san, que la Sociedad recibió como subscriptora á la manifestación hecha á ese sabio por sus discípulos y amigos con motivo del Premio Nobel que le otorgó la Academia Real de Ciencias de Suecia. AGRAPDECIMIENTO.—Asimismo leyó las cartas que los Sres. Ch. Warren . Hunt y W. G. Moler, le dirigen, remitiéndole una elegante y artística tarjeta iluminada en la que la American Society of Civil Engineers hace presente su agrademiento á esta Sociedad y á otras corporaciones por la participación que tomaron en la acojida que tuvo en México al celebrar en Julio de 1907 su 39* Convención anual. (Véase adelante p. 59). TRABAJOS.—Ing. J. Galindo y Villa» Reseña de una visita á la insta- lación hidroeléctrica de Necaxa, Puebla. Prof. A. L. Herrera. Imitación de protozoarios por medio de emulsiones de sílice coloide y carbonato de cal. Revista (1907-1008).— 8. 58 a TrEmA.—Para el concurso que ha iniciado la Sociedad Mexicana para el cultivo de las ciencias, quedó aprobado +] siguiente: “ Estudio acerca de las cualidades, condición sociológica, defectós y educación del pueblo mexicano, tomando por base datos antropológicos y antropométricos y de psicología experimental de las diversas razas que lo constituyen.” NOMBRAMIENTOS.—Miembro titular: Dr. Rafael Carrillo. PosTULACION.—Para socio de igual clase: Ing. Marcelo Bloch. El Secretario anual, MACARIO OLIVARES. Tema aprobado por la Sociedad “Alzate” para el Concurso Científico iniciado por la Sociedad Mexicana para el Cultivo de las Ciencias. “Estudio acerca de las cualidades, condición sociológica, defectos y educación del pueblo mexicano, teniendo por base datos antropológicos y antropométricos y de psicología experimental de las diversas razas que lo constituyen.” Bases del Concurso: a.—Todos los habitantes de la República pueden optar al tema pro- puesto. pe b.—El plazo para admisión expira el día 31 de Diciembre de 1909. c.—Los estudios pueden ser hechos en colaboración ó individual- . mente. d.—Los estudios deberán ser presentados en papel tamaño ministro, escritos por una sola cara y con letra de máquina ó impresos, y venir acom- pañados de una copia. e.—Deberán venir firmados con pseudónimos ó con un lema, y acom- pañados de un pliego en sobre cerrado que contendrá el mismo pseudóni- mo ó lema, el título del estudio y la firma ó firmas del autor ó“autores, así como sus direcciones El sobre de este pliego solamente contendrá el pseu- dónimo ó lema, y éste surá abierto una vez que sean calificados los tra- bajos. 59 | f.—La Sociedad publicará en sus Memorias los trabajos premiados, y se reserva también el derecho de publicar los que no sean premiados. 9. —Los trabajos serán dirigidos á la Sociedad Mexicana para el Culti- vo de las Ciencias (Sepuleros de Santo Domingo, núm. 519) ó á la Socie- dad “Alzate” (altos del Volador). h.—El Jurado Calificador será formado por tres personas que designa- rá la Sociedad en junta general, y se dará á conocer un mes antes de ce- rrarse el plazo para admisión de los trabajos. 1¿.—El Jurado tendrá tres meses de plazo para dictaminar acerca de los estudios presentados. j-—La Sociedad otorgará un primer premio para el mejor trabajo pre- sentado y un segundo premio para el que así lo acuerde el Jurado. El primer premio consistirá en lo siguiente: Los 16 últimos tomos de las Memorias y Revista de esta Sociedad, un ejemplar de la im, ortante obra “La vie sur les hauts plateaux” y una me- dalla cuyo material, dimensiones y leyenda serán acurdadas oportunamen- te, y el diploma respectivo. El segundo premio consistirá en los 8 últimos tomos de las Memorias y Revista de esta Sociedad y el diploma respectivo. The American Society of Civil Engineers, to all its Mexican brethren, greeting and thanks. The Board of Direction, iu behalf of the Society as a body and of its individual Members, hereby tenders hearty thanks for the many courtesies received in connection with its Thirtyninth Annual Convention, held in the City of Mexico during July 1907. Your cordial invitation to visit MeExICO was accepted in the belief that the ENGINEERING PROFESSION would gain strengh through the asso- ciation of men of practical science of different nationalities. Mexican Hospitality is so spontaneous, unbounded and overwhelming, that it is difficult to express adequate appreciation of the heartiness of your wellcome, and of the well arranged aud brilliantly executed pro- gramme, which brought to the attention of our Members many wond- ers of Nature, as well as interestiny work of Man. To acknowledge individually the courtesies extended by so many is impossible, but it is especially desired to emphasize the obligation of the Society to GENERAL PorrIrRIO Diaz, President of the Great Republic of Mexico, whose interest was so graciously made evident. Warmest thanks are also tendered to the Mexican Society of Engineers 50 d and Architects; to the Association of the Military College; to the Sociedad Científica “Antonio Alzate,” to the Electric Street Railway Company of Me- xico: to the City Water Works Commission; to the Hydrographic Commission of the Republic; to the Mexican Light and Power Company Ltd.; to S. Pear- son $ Son, Ltd.; to the Mexican Railway Company; to the Mexican Central Railway Company; and to the Spanish, British, Country, and American Clubs, of the City of Mexico. Grateful acknowledgement is also made of the special indebtedness of the Society to the Hon. Leandro Fernandez; to Señores J. Ramon Iba- rrola, Ignacio de la Barra, and General Joaquin Beltran; to the members of the Society resident in Mexico, and particulary to the members of the Local Commitee cf Arrangements, all of whom hade much to do with making the meeting one of the most successful the Society has ever held. Itisthe hope of the Society that this Convention may be the forerruner of others which will foster a More Intimute Professional relation between the Engineers of ¿he Great Republics of North America, and that in the near future a similar meeting make be held in This Country from which the Engineers of Mexico may derive some measure at least of the profit and pleasure which in this instance have «ecrued to their American Bre- thren. G. H. Benzenberg, President.—Ch. Warren Hunt, Secretary. BIBLIOGRAFIA Vulitch (Vladimir de), Ancien Directeur de distilleries de goudrous.—Les produits industriels des goudrons de houilles et leurs applications. Petit in-S (19-12) de 168 pages avec 5 figu- res; 1907 (Encyclopédie scientifique des Aide-Mémoire). Broché 2 fr. 50.—Paris. Gauthier—Villars. Cet ouvrage, complément nécessaire á toute étude générale de chimie organique, contient, en un nombre de pages relativement restreint, toutes les données concernant les produits industriels et marchandsdes goudrons. Données d'exploitations et rendements; marchés et cours; spécifications des marchandises et leurs applications; principales conditions exigées des 61 consommateurs; maniéres de reconnaítre les produits au point de vue pu- reté et falsifications; leurs inconvénients et dangers s'y trouvent exposés - avec une rare compétence. Ananas. Plantations, entretien, fruits, récolte, conserva- tion, devis raisonués, conserves, produits industriels, étude générale, exportation, commerce, avenir par Paul Hubert. In-8 de 192 pages, avec 52 fig, Cartonné 5 fr. (Forme le 3*, volume de la Fibliothéeque pratique du Colon). H. Dunod et E. Pinat, éditeurs, 49 quai des Grands-Augustins, Paris, VI". 1907. M. Paul Hubert, qui a entreprise la publication de la Bibliotheque Pra- tique du Colon, destinée á vulgariser les diverses cultures colaniales et les industries qui en dérivent, vient du publier une monographie de l'Ananas. Il avait déja publié. dans la méme collection, deux intéressantes monogra- pies pratiques sur le cocotier et sur le bananier. Le nouveau volume étudie d'abord l'ananas au point de vue botanique et indique la répartition de ses diverses variétés dans les différents pays du globe. M. Hubert examine ensuite avec soin toute ce qui concerne la plantation, la culture et Ventretien de lananas. Il donne méme des de- vis raisonnés d'installations. Puis il aborde la question industrielle, Vex- ploitation du fruit, les conserves d'ananas, les boissons qu'on fabrique avec ce végétal, Vutilisation des fibres d'ananas, etc. Aprés un apergu du com- merce de ces divers produits, il termine par des renseignements pratiques á lusage des colons qui voudront tenter la culture de Vananas, Le Mécanicien industriel, manuel pratique, par Paul Blan- Carnoux, ingénieur-mécanicien. In-8 de 820 pages, avec 400 fig. Broché, 12 fr.; cartonné 13 fr. 25. H. Dunod et E. Pinat, éditeurs, 49, qual des Grands-Augustins, Paris, VI". 1907. Cet ouvrage est un véritable aide-mémoire consacré á la mécanique industrielle. Il forme comme une encyclopédie, á la fois complete et sue- cinte, sans descriptions trop chargées et saus formules trop séches, á l'u- sage des mécaniciens de lindustrie. Apprentis, éléves, ouvriers, dessina- 62 : teurs et contremaítres, ingénieurs et directeurs méme, tout le monde y trouvera matiéres á consulter, chacun dans sa sphere. M., Blancarnoux a successivement conquis les divérs grades de la hié- rarchie industrielle, depuis sa sortie des Arts et Métiers et aprés un stage dans la Marine. Il était done partaitement qualifié. avec son style clair et concis, pour traiter les questions relatives aux mathématiques usuelles, aux chaudiéres, aux machines á vapeur et autres muteurs modernes, y compris les nombreux mécanismes V'ateliers—toutes questions fort in- téressantes. Le remblayage á l'eau par Otto Piitz, Ingénienr des mies diplomé. Traduit de Pallemand par Jules Francois, Ingénieur des mines. Paris et Liége. Librairie Polytechnique Ch. Béranger. 1908. 12* 89 pages, 44 fig. 5 fr. El autor después de una breve introducción, hace la descripción com- pleta del sistema de terraplenado al agua, que hoy día tiene tanta impor- tancia en los trabajos de minas, tratando de los materiales, su extracción, trituración y transporte, depósitos de los materiales; mezcladoras, tube- rías y parrillas, aparatos para la cenducción de agua, su manejo y provi- sión; disposición de los locales; trabajo de terraplenar y su marcha; adap- tación del terraplenado á los diversos sistemas de explotación, y por fin el costo de este útil sistema. Presenta el antor al último algunas conelusio- nes que ponen de relieve la bondad del sistema y huce ver el futuro que le está reservado. Les Pyrites (pyrites de fer, pyrites de cuivre), par P. Tru- chot, ingénieur-chimiste, chef de laboratoire á la Société fran- qaise des pyrites de Huelva. In-8 de vin-348 pages avec 77 fig. et'1 carte. Broché 9 fr. 4. Dunod et E. Pinat, éditeurs, 49 quai des Grrands-Augustins, Paris, VI". 1907. La pyrite est devenue la base essentielle de la fabrication moderne de Vacide sulfurique, ce puissant générateur des réactions chimiques, tout en restant la source productive et privilégiée du cuivre lui-méme, dont Vemploi se développe de jour en jour. > 63 Le travail de M. Truchot répond doue á un double besoin: pour les mineurs et les métallurgistes, il traite des gisements de pyrite cuivreuse du globe et des méthodes hydrométallurgiques d'extraction du cuivre; pour les fabricants de produit3 chimiques, il étude les divers procédés de grillage des pyrites et décrit les nouveaux fours crées á cet eftet, De nombreux auteurs d'ouvrages de métallurgie générale ont déja trai- té, sans doute, de la question de V'utilisation des pyrites, mais aucun jus- quiici ne Pa fait avec autant de largeur et plus de clarté que M. Truchot. Cet exposé vient á son heure, dans un moment oú, par le développe- ment de la consoromatióh du cuivre et de Vacide sulfurique, ce genre de minerai est de plus en plus recherché. Le Détroit de Panama. Documents relatifs á la solution par- faite du probleme de Panama (détroit libre, large et profond), par Philippe Bunau-Varilla, ancien'ingénieur en chef des ponts et chaussées, ancien ingénieur en chef du canal de Pa- nama (1885-86), ancien ministre plénipotentiaire de la Répu- blique de Panama á Washington (1903-1904). Gr. in-8 de 305 pages, avec fig. et une planche 10 fr. H. Dunod et E. Pinat, édi- teurs, 49 quai des Grands-Augustins, Paris VI". 1907. La jonction des denx grands océans a soulevé et soulevéra encore les problemes politiques, internationaux et économiques les plus graves et les plus complexes, mais ces problemes sont tous dominés par la question tech- nique. Aussi, M. Ph. Bunau-Varilla, ancien ingénieur en chef de la Com- pagnie frangaise du Canal de Panama, a-t-il réuni, dans ce volume, le ré- sultat de ses travaux sur la solution parfaite de la question, qui ne peut étre que Vidée francaise primitive, c'est-áa-dire un détroit libre, large et profond. M. Bunau- Varilla publie V'abord les résultats des travaux du Gouvernement américain de 1904 a 1907'et les compare avec ceux des tra- vaux de l'ancienne Compagnie francaise de Panama de 1581 á 1888. L'auteur nous donne le texte de ses conférences techniques á la So- ciety of Arts, au Board of consulting engineers et au Consulting Board et de ses diverses letres á M. Roosevelt. 1l réfute les objections américaines et conclut naturellement en faveur de la réalisation du projet francais. Les nombreux détails techniques que renferme ce travail consciencieux, le plus complet et le plus étudié paru sur la question de Panama, lui asu- rera certainement un succés mérité. 64 Les Découvertes Medernes en Physique. Leur théorie et leur róle dans lhypothése de la constitution électrique de la ma- tiére par O. Manville, Docteur és sciences. Paris. Librairie Scientifique A. Hermann. 6, Rue de la Sorbonne. 1908. 8* 186 pages, 5 fr. El autor reune en este libro todos los hechos experimentales que tien- den á establecer la teoría de la constitución eléctrica de la materia, dando buen acopio de las razones que los físicos invocáh para formularla. En siete capítulos están desarrolladas las siguientes materias: I. La descarga eléctrica á través de los líquidos. Disociación electrolí- tica. Teoría de Arrhénius. Conductibilidad eléctrica de los electrólitos. Conductibilidad molecular y grado de disociación de una solución. Carga eléctrica de un ion. Velocidad de los iones. IL Descarga á través de los gases. Rayos catódicos. Desviación magnética delos rayos catódicos. Los rayos X y los rayos de Lénard.—III. lonización de los gases. Acción de los rayos catódicos, de los rayos X y de los rayos secundarios de Sagnac. Acción de las flamas y de los gases calientes. Acción de la luz ultra-vio- leta. Primera manera de explicar el mecanismo del transporte de la elec- tricidad bajo la acción de los rayos ultra-violetas. lonización de los gases - por el choque de los iones formados contra las moléculas del gas. Hipó- tesis de la ionización de los gases.—IV. El electrón. Determinación de la velocidad y número de los iones producidos en los gases. J. J, Thom- son y los núcleos eléctricos. Wilson y la medida de la condensación nebulosa. Stok+s y la caída de las esferas. Determinación de la masa de los iones. El electrón.—V. Introducción á la teoría eléctrica de la mate- ria. Cuerpos radioactivos. Rayos Becquerel. Propiedades de las substan- cias radioactivas. El radio manantial de electricidad y de calor.—VI Radio- actividad inducida de la materia. La emanación. Hipótesis sobre el origen del radio. Hipótesis de Rutherford y Soddy sobre la radioactividad de la materia. —VII. Teoría electrónica de la materia. Principio de la teoría elec- tromagnética de la luz. Generulización de las ideas de Faraday y de Mossoti. El problema de la esfera cargada en movimiento. Campo eléctrico debido á un imán corto en movimiento. Caso de la esfera cargada ó del imán ani- mados de un movimiento muy rápido. Aplicación de las teorías preceden- tes al ion en movimiento. El fenómeno de Zeemann. Hipótesis de la mate- ria formada de electrones. 65 , Recherches expérimentales sur la résistance de lair exécn- tées á la Tour Eiffel par G. Eiffel, Ancient Président de la So- ciété des Ingénieurs Civils de France. Paris. L. Maretanx, Im- primeur. 1, Rue Cassette. 1907. 1 vol. in-4, vi-98 pages, 3 heliogravures, 17 pl. 17 fig. El autor ha experimentado durante tres años en la Torre Eiffel con apa- ratos á propósito muy ingeniosos. Consigna en esta interesante y elegante publicación los experimentos ejecutados, la descripción de las disposiciones especiales que ha adoptado y da los resultados obtenidos. Para las velocidades de 18 á 40 m. por segundo que han comprendido las experiencias, la resistencia del aire son casi proporcionales al cuadrado de la velocidad. Tratándose de superficies planas que caen ó que quedan perpendienlares á la dirección de la caída, el coeficiente de proporcionalidad es de 0.07 40.08 á la presión de 760 mm. y á la temperatura de 122. La pre- sión del aire sobre las placas aumenta con la superficie y perímetro. Cuando se sobreponen dos placas tiene grande influencia una sobre otra, de tal manera que la resistencia total del, aire sobre el par es menor que la ejercida sobre una sola placa aislada. A unidad de superficie la resistencia del aire se reduce mucho para superficies terminadas en punta, y aumenta para superficies cóncavas, Todos los resultados se hallan expresados numéricamente y en dia- gramas. Twenty fifth Annual Report of the Bureau of American Ethnology to the Secretary of the Smithsonian Institution. 1903-04. Washington. Government Printing Office. 1907. 4" XxIX-296 pages, 129 pl., 70 fig. A continuación del informe de carácter administrativo se hallan las dos memorias siguientes que tienen gran interés: Los aborígenes de Puerto Rico é islas adyacentes por J. Walter Fewkes, págs. 1-220, láms. 1-93, figs. 1-43. —Algunas antigiiedades del México orien- tal por J. Walter Fewkes, págs. 221-284, láms. 94-129, figs. 44-70. Este último trabajo trata especialmente de las ruinas de Cempoalan, describiendo sus construcciones; los objetos arqueológicos encontrados, etc. Revista (1907-1908).—9. 66 S de los montículos cerca de la antigua; las ruinas de Xicochimaleo y la po- blación moderna; objetos é ídolos de Xico, Tampico, Altamira; alfarería de la Huasteca. L'industrie aurifere en Colombie par A. Demangeon, diree- recteur du placer hydranlique de San—Carlos. In-8? de 232 pages, avec fig. 6 fr. (H. Dunod et E, Pinat, éditeurs. 49 quai des Grands-Augustins, Paris VI".) 1907. Aucun ouvrage de ce genre n'existait sur la Colombie. C'est á dire que celui-ci est conga sur un plan entidrement neuf. Il ne contient ni compi- lation, ni emprunts. Texte et dessins sont inédits, Pauteur ayant dirigé des entreprises miniéres pendant 12 ans dans le pays. Il renferme bean- coup de renseignements, frnits de Vexpérience et d'une longue pratique. Voici, Vailleurs, le sommaire des principaux sujets traités; 1 Historique des découvertes aurifóres. 22 Description des divers gi- sements d'or. 32 Monographie des principaux districts miniers, alluvion- naires et filoniens. 4? Recherches, découverte et prospection des mines. 5” Exploitation et traitement des mines d'allnvions et de filons de toutes espéces. (Alluvions basses, hantes, de plateaux. Lits de riviéres. —Filons. —Broyagé, Concentration, Clean up, etc ) 62 Recherche, découverte et exploitation des anciennes sépultures et trésors indiens. 7? Considérations économiques. —Organisation du travail, main d'couvre.—Recrutement des ouvriers, salaires.—Rations. Transports. —Frais d'expédition. Poids et me- sures.—Monnaies.—Bois de construction employés dans le pays, ete. 89 Législations. Obtentigu et conservation de la propriété. Régles á suivre et modéles pour toutes les formalités nécessuires á la déclaration et á la mise en possession d'une mine. 9% Glossaive technique franco-colombien contenant toutes les expressions usuelies, espagnoles ou locales, employées dans lindustrie minióre. Anuuaire pour Pan 1908 publié par le Bureau des Longitu- des. Avec des Noticas scientifiques. Prix: 1 fr. 50 cent. Paris, Gauthier-Villars. 1 vol in-16, 958 pages, fig. et pl. Suivant Valternance adoptée, ce Volume, de millésime pair, contient, outre les données astronomiques, des Tableanx relatifs á la Pysique, á la 67 Chimie, á Art de lIngénieur. Cette année, nóus signalons tout spéciale- ment les Notices de M. G. Bigourdan: la «dlistance des astres et en parti- culier des étoiles fixes, et celle de M. F. Guyou: L'École d'Astronomie pra- tique de l'Observatoire de Montsouris. Les fours électriques. Production de chaleur au moyen de Pénergie électrique et construction des fours électriques par W. Borchers, Professeur de métallurgie et Vélectrométallurgie A PÉcole des Hautes Études techniques de Aix-la-Chapelle. Édition francaise publié d'aprés la deuxióme édition allemande par le Dr. L. Gautier. Avec 292 fig. dans le texte.—Paris et Liéxzo, Librairie Polytechnique Ch. Béranger. 1908. 1 vol, in-8 245 pages. 15 fr. relié. Este importante libro es una monografía relativa no solo á los hornos elétricos que pueden emplearse en experiencias de laboratorio, sino tam- bién á los que en grande escala se utilizan en la industria, sobre todo en la electrometalurgía y la electroquímica. Trata detalladamente del calentamiento por resistencia, directo é in- directo; por el arco voltaico y algunos otros modos. Describe en seguida la construcción de los hornos eléctricos, sus aplicaciones y rendimiento: más de ciento veinte hornos están descritos y estudiados en esta importan- te obra. Formules, tables et renseignements usuels. Partie pratique de PAide-mémoire des Ingónieurs, architectes, entrepreneurs agents voyers, dessinatenrs, etc., par J. Clandel, ingénieur: 11* édition, entigrement refondue, revue et corrigée sous la diree- tion de G. Daries, ingénieur de la Ville de Paris. 2 forts vol. in-8 de 2,450 pages, avec 1,23) fiz. Brochés 30 fr. (H. Dunod et E, Pinat, éditeurs, 49 quai des Grauds-Augustins, Paris, VI>). Le succés prodigieux de cet Aide-Mémoire—55,000 exemplaires ont été vendus—A fait un devoir aux éditeurs de refondre complétement la e 65 onzieme édition de cet ouvrage désormais a«chevé. Cetimportant travail a été fait par M. Dariés, ancien Conducteur, maintenant Ingévieur de la Vil- le de Paris, connu par ses remarquables travaux sur les mathématiques, la mécanique, Vhydraulique, la résistance des matériaux et les terrasse- ments. Aussi. la nouvelle édition se présente-t-elle d'une facon parfaite, tant au point de vue du texte qu'au point de vue mautériel, car les éditeurs ont apporté tous leurs soins á la bonne impression de l'ouvrage. C'est une vaste encyclopédie que les Ingénicurs et les Constructeurs auront a consulter journellement. Par raport á la précédente, la 11e. édition comporte 868 nouvelles figu- res et 250 pages de texte en plus, avec des mudifications et ajoutés d'une importance considérable. Tous les chapitres ont été revus et complétés avec le plus grand soin, notamment: l'ydraulique, les moteurs hydranli- ques, la distribution des eaux, Vélectricité, l'éclairage, les machines et les chandiéres A vapeur, les turbines á vapeur et á gaz, les rontes, les ponts, les chemins de fer, les automobiles, les construetions métalliques, le ei- ment armé, etc. Fabrication des colles animales, par V. Cambon, ingéniur des arts et manufactures. In-9 de 216 pages, avec 50 fig. Broché 6 fr. H, Dunod et E. Pinat, éditeurs, 49, quai des Grands—Au- gustins, Paris, VI") 1907. Cet ouvrage es l'ceuvre lun autenr particulierement compétent puis- quíil futlongtemps a la téte d'une des plus importantes fabriques frangaises de colle et de gélatine. Dl a été bien inspiré en v'alourdissant pas son livre par la description de procédés de fabrication anciens plus ou moins empiriques et démodés. Par contre, ila rassemblé les méthodes scientifiques nouvelles se ulesá con- seiller. Nons n'hésitons pas á affirmer que la lecture de cet ouvrage, le plus complet qui existe sur la matiére, marquera l'origine d'une ére de progrés our cette délicate industrie. ] REV. SOC. “ALZATE.” MÉXICO. El Coronel A. Laussedat. 1825-1907. 69 Congres Géologique International. Compte Rendu de la X""" Session. Mexico. 1906. Mexico. Imp. de la Secretaría de Fomento. 1907. 1" et I1*"" fascicules, gr.-in-8, 1,358 pa- ges, 74 pl. et fig. «Acaba de aparecer esta importante publicación, perfectamente impre- sa, y que contiene las siguientes .partes: 1%. Preparación del Congreso. —2* Reunión de los congresistas duran- te la sesión —3*? Composición del Congreso (707 miembros de los cuales 321 estuvieron presentes). —4* Actas de las sesiones del Consejo y de las sesio- nes generales.—5% Informes de las Comisiones. —6*% Memorias científicas presentadas en las sesiones (Contiene los 47 trabajos cuya lista dimos en es- ] ta Revista, tomo 25, pág. 1). - 7? Reseña de las excursiones hechas antes, durante y después del Congreso. A estos tomos acompaña la Carte Géologique de l'Amérique du Nord, que recibieron los miembros que asistieron á las sesiones, y de la cual tam- bién dimos cuenta en esta Revista (tom. 24, pág. 31.) ] NECROLOGIA. EL CORONEL A. LAUSSEDAT. Este ameritado sabio falleció el 18 de Marzo de 1907 á la edad de 88 años, Durante su larga carrera científica se distinguió como soldado, como profesor y como administrador. En la Escuela Politécnica fué profesor de Astronomía y Geodesia y di- rector de estudios y de 1881 á 1900 director del Conservatorio de Artes y Oficios. En 1851 aplicando la fotografía al levantamiento de planos inventó el fototeodolito y creó la Fototopografía en la que hasta sus últimos días, á la edad de 87 años, no dejaba de trabajar y de perfeccionar. La obra que pu- blicó Les instruments, les méthodes et le dessin topoygrajiques (2 vol. 1898-1904) da á conocer la importancia de su creación. Perteneció á la Academia de Ciencias de París como académico libre y desde 1897 era socio honorario de nuestra Sociedad. A uno de nuestros es- 70 timables consocios que le visitó en París, al verle nuestro distintivo en la solapa de la levita le dijo con entusiasmo: Yo también soy miembro de la Sociedad Alzate! Ñ XVI" Coneres International des Americanistes. Vienne (Autriche) 1908, Conformément á la décision prise á la XV* session du Congrés Interna- tional des Américanistes tenu á Québec en Septembre 1906, désignant Vienne (Autriche) comme lieu de la prochaine réunion, et confiant Por- ganisation de cette réunion á Messieurs Franz Heger, Eugen Oberhummer et Emil Tietze, le XVI* Congrés International des Américanistes se tien- dra a Vienne (Autriche) du Mereredi 9 au Lundi 14 Septembre 1908. , ll está désirer que les souscriptions et les communications concernant les propositions de conférences ou sujets de discussions se fassent de bonne heure afin que le programme détaillé puisse étre préparé et expédié aussi- , tót que possible. PROGRAMME GÉNÉRAL. Selon les statuts décidés á la session de Paris en 1900 le Congrés In- ternational des Américanistes a pour objet V'étude historique et scientif- que des deux Amériques et de leurs habitants. En Po les travaux du Congrés porteront sur: a) les races indigénes de 1'Amérique, leur origine, leur distribution géo- graphique, leur histoire, leurs caractéres physiques, leurs langues, leur civilisation, mythulogie, religion, leurs moeurs et coutumes; d) les monuments indigénes et l'archéologie de 1'Amérique; e) histoire de la découverte et de l'occupation européenne du Nouveau- Monde. On est prié de faire purvenir les adhésions au Secrétaire général de la Commission d'organisation, M. Franz Heger, k. u. k. Regierungsrat. — Vienne (Autriche), I. Burgring 7. La cotisation des Membres est 20 couronnes (4 dollars, 17 marks). Les membres ont le droit de voter dans les délibérations du Congrés, de prendre part aux dispositions générales préparées par celui-ci et recevront gratuitement les publications du Congrés, y compris un ouvrago spécial en préparation á loccasion du Congrés. Les personnes qui ont l'intention d'assister au Congrés á titre de par- 71 ticipants peuvent lo faire moyennant une cotisation de 5 couronnes (1 dollar, 4 marks). En cette qualité elles ont droit de prendre part aux séances et á tout ce qui sera arrangé par le Congrés, mais elles n'ont pas voix aux délibérations et ne regoivent pas gratuitement les publications du Congrés. ; La cotisation peut se payer directement, par mandat de poste ou par chéque sur Vienne á Vordre du T:ésorier de la Commission d'organisa- tion, M. le Dr. Karl Ausserer. —Vienne (Autriche), VII 1. Lenau- gasse 2. La carte de membre ou de participant sera envoyée dés le regu du montant prévu. Selon l'usage des Congrés antérienrs, les langues admises sont lalle- mand, le francais, l'anglais, espagnol et litalien. + Les communications seront orales ou écrites et ne pourront durer plus de 20 minutes; exceptions pourront étre accordées lorsque les sujets á traiter seront d'une importance capitale. Les discussions ne pourront dépasser 5 minutes. Tous les mémoires sont publiés aprés approbation de la Commission de publication, dans le compte rendu du Congrés. Les membres du Congrés sont priés de vouloir bien faire parvenir au Secrétaire général, aussitót que possible, les titres de leur conférences en disant, si les conférences seront accompagnées de projections. Pour chaque communication insciite au programme Pauteur devra remettre avant le 1% juillet 1908 un résumé destiné á étre imprimé dans le Bulletin quotidien du Congrés; le résumé est limité á 1000 mots au plus. / Les motions á faire au Congrés ne seront acceptées que si elles sont formulées par écrit jusqu'au 1% juillet 1908 et bien motivées. On est prié Vadresser toute la correspondance au Secrétaire général. Les séunces générales et des sections auront lieu dans les salles de Université Impériale Royale. Un appareil á projection est mis á disposi- tion pour illustrer les mémoires présentés. Tous les détails concernant l'arrangement du Congrés seront donnés dans un programme détaillé qui paraítra au commencement de Pété pro- chain. , COMMISSION D'ORGANISATION. Président: M. Wilhelm Baron von Weckbecker, conseiller aulique et chef de Voffice du Grant-Chambellan de Sa Majesté Impériale et Royale. Vice-Présidents: M. le Dr. Karl Toldt, conseiller aulique et professeur á PUniversitó de Vienne, président de la Société d'Anthropolegie de Vienne. 72 M. le Dr. Emil Tietze, conseiller aulique et directeur de l'Institut Géologique de PV Etat, président de la Société Impériale et Royale de Géo- graphie. Secrétaire général: M. Franz Heger, conseiller de régence et directeur du démartement anthropologique et ethnographique du Musée Impérial d'Histoire Naturelle. Seerétaire: M. le Dr, Leo Buchal. Secrótaire remplacant et Trésorier: M, le Dr. Karl Ausserer. (Tous a Vienne). MEMBRES. M. le Dr. Ferdinad Baron von Andrian-Werburg, président d'honneur de la Société d'Anthropologie de Vienne et de la Société Allemande d'An- thropologie, á Nice.—M. le Dr. Eduard Briiekner, professeur á 1Univer- sité de Vienne.— M. le Dr. Karl Diener, profeseur á l'Université de Vien- ne.—M. le Dr. Viktor Ebner Ritter von Rofenstein, professeur et recteur de VUniversité de Vienne.—M. le Dr. Josef Ritter von Karabacek, con- seiller aulique, professeur á VUniversité de Vienne et directeur de la Bi- bliotheque Impériale.—Son Excellence le Comte Karl Lanckoronski- Brzezie, conseiller privé, Vienne.—M. le Dr. Oskar Lenz, conseiller aulique et professeur á Université de Prague.—M. le Dr. Karl Lueger, bourg- mestre de la Ville de Vienne.—M. le Dr. Matthius Much, conseiller de régence Vienne.—M. le Dr. Eugen Oberhummer, professeur á 1'Universi- té de Vienne.—M. le Dr. Leo Reinisch, conseiller aulique et professeur en r. de Université de Vienne.—M. le R. P. Wilhelm Schmidt, S. V.D, professeur, éditeur de la revue “Anthropos” a Módling,—M. Paul Ritter von Schoeller, Vienne.—M. le Dr. Hugo Schuchardt, conseller aulique et professeur en r. d+ Université de Graz.—M. le Dr. Robert Sieger, pro- fesseur á "Université de Graz. —M. le Dr. Josef Siemiradzki, professeur á Université de Léopold.—M. le Dr. Franz Steindachuer, conseiller auli- que et intendant du Musée Impériale de l' Histoire Naturelle.—M. Josef Szombathy, conseiller de régence, Vienne.—M. le Dr. Richard Wallas- chek, professeur á Université de Vienne. —Mr. le Dr Franz Wieser Ritter von Wiesenhort, conseiller aulique et professeur á l'Université d'Inns- bruck.—Son Excellence le Comte Hans Wilezek, conseiller privé, Vienne. PO" > Y 1477 PA Setedad. Cientifica “Antonio Alzate. MEXICO. -LPLLLIGILI LILLE IIAIAIIL Revista Científica y Bibliográfica. Núms. 9-10. “ Tomo 26. 1907-1908. IV CONGRESO CIENTIFICO (17? Pan-Amerieano) QUE SE REUNIRÁ EN SANTIAGO EL DÍA 27 DE DICIEMBRE : DE 1908, BASES Y PROGRAMA. Art. 1? Con arreglo á lo resuelto por el Tercer Congreso Científico La- tino-Americano de Río de Janeiro, se reunirá en la Ciudad de Santiago, bajo los auspicios del Gobierno de Chile, el Cuarto Congreso Científico (Primero Pan—-Americano), en el mes de Diciembre de 1908. - Su inauguración se verificará el día 25 de dicho mes de Diciembre y su clausura diez días después. Art. 22 Los trabajos de organización y funtionamiento del Cuarto Con- greso quedan á cargo de una Comisión Directiva, compuesta: 1% de los miembros nombrados por el Tercer Congreso, en asamblea plena de 16 de Agosto de 1905; 2? de los miembros elegidos por la misma Comisión. Art. 32 La Comisión Directiva elegirá la Mesa que ha de presidir sus trabajos, la cual se compondrá de un Presidente, dos Vicepresidentes, un Secretario General, uno ó dos Prosecretarios, un Tesorero y un Viceteso- rero. á = Habrá, asimismo, los intérpretes, oficiales de Secretaría y demás em- pleados que se juzguen necesarios. Kevista (1907-1908).—10. 74 La mencionada Comisión nombrará los Presidentes honorarios que ten ga á bien, Art. 42 La Comisión Directiva se subdividirá en subcomisiones, cada una de las cuales se compondrá de un Presidente y dos vocales nombrados por ella. Art. 5% Son atribuciones de la Comisión Directiva: 12 Llevar á efecto la realización del Cuarto Congreso y representarlo ante el Gobierno de Chile y ante las Universidades y demás corporaciones científicas, nacionales Ó extranjeras. 2% Nombrar en las capitales de los Estados americanos Comisiones en- cargadas de coadyuvar á la realización del Congreso, de formar la lista de personas á quienes haya de invitarse á tomar parte en sus trabajos, de pro- curar la adecuada representación de sus respectivos países y de indicar las cuestiones que, por su manifiesto interés americano, hayan de ser someti- das al Congreso. 4 3% Acordar los gastos y aprobar las cuentas antes de ser presentadas al Tribunal respectivo. 49 Organizar el cuestionario definitivo, de acuerdo con los trabajos presentados por la subcomisiones. 5% Formar la nómina de los miembros del Congreso, en conformidad con lo dispuesto en el art. 10. 62 Nombrar los relatores que sean necesarios para exponer, ante las respectivas Secciones, el estado de la cuestión en los temas oficiales que considere de especial interés. , Art. 6% Elegida que sea la Mesa Directiva del Congreso, la Comisión suspenderá el ejercicio de sus funciones, para reasumirlas cuando el Con- greso haya sido clausurado. Tomará, entonces, á su cargo la publicación de los trabajos presentados y enviará poderes suficientes á los miembros de la nueva Comisión que se nombre para organizar el Quinto Congreso Científico Americano. Art. 72 Las subcomisiones á que se refiere el art. 49 corresponderán á otras tantas Secciones del Congreso, y serán las siguientes: 1? De matemáticas puras y aplicadas.—2* De ciencias físicas.—3% De ciencias naturales y antropológicas. —4" De ingeniería.—5?* De ciencias médicas é higiene.—6* De ciencias jurídicas. —7* De ciencias sociales. — 81 De ciencias pedagógicas y filosofía. —0 De agronomía y zootecnia. Cada una de estas subcomisiones podrá subdividirse en dos ó más, cuando lo juzgue necesario. Asimismo, podrán dos o más de ellas reunir- se en una sola. j Art; 8% A cada una de las subcomisiones incumbe: 1% Organizar el cuestionnrio de la respectiva Seccion.—2% Formar la 153) nómina de los miembros de la misma.—3? Recibir y clasificar los infor- mes, estudios y comunicaciones que se envíen á la Sección y designar el relator que deba dar cuenta al Congreso de las conclusiones adoptadas por ella.—4% Cuidar de que se dé cuenta de los trabajos que se le envíen y que no hayan de ser leídos por sus autores.—5? Instalar la respectiva Sección. —67 Recibir de la Sección correspondiente los trabajos y ordenarlos para su publicación. Art. 97 El Congreso se reunirá dentro de los tres días anteriores al de su inauguración, á fin de aprobar su reglamento interior y elegir la Mesa definitiva. En estas reuniones preparatorias funcionará la Mesa de la Comisión Directiva, Art. 10. Serán considerados miembros del Congreso: 1% Los delegados oficiales de los paíees que concurran.—2” Los dele- gados de las Universidades, Institutos, Sociedades y Centros científicos, tanto nacionales como de otros países de la América.—3? Las personas que concurrieren al Congreso invitadas por la Comisión Directiva, 4 propuesta de las respectivas subcomisiones ó de las Comisiones de los diversos países. 4% Los adherentes al Congreso que contribuyan con la cuota de una libra “esterlina (£ 1) y sean aceptados por la Comisión Directiva. Art. 11. To:0s los miembros del Congreso tendrán derecho á concu- rrir á las sesiones, á tomar parte en los debates y á un ejemplar de las pu- blicaciones que se hicieren por la Comisión Directiva. Art. 12. El pago de la cuota á que se refiere el número 4* del art. 10, se hará efectivo al Tesorero de la Comisión Directiva, previa nota de la Se- cretaría General ó de las respectivas subcomisiones y antes de expedirse la respectiva tarjeta de incorporación. Art. 13. De las sesiones plenas que celebre el Congreso serán solem- nes las de inauguración y clausura. Las subcomisiones celebrarán, ¡or separado, las reuniones que creye- ren necesarias para la discusióh de los asuntos á ellas sometidos. Art. 14. Podrán ser nombrados miembros honorarios del 4? Congreso los americanos de notoriedad cientifica que para esta distinción sean pro- puestos por la Comisión Directiva, z Art. 15. Los trabajos para el Congreso serán recibedos hasta el día 30 de Septiembre de 1908. Los autores que no hayan alcanzado á enviar oportunamente sus tra- bajos, deberán remitir á la Secretaría General el título de los mismos den- tro del término fijado. Art. 16. Cada subcomisión señalará, oportunamente, los puntos, ins- 76 tituciones ó establecimientos especiales en que hayan de verificarse las visitas y excursiones que deban hacer los miembros del Congreso. é indi- cará los medios de realizarla. A SESIONES DE LA SOCIEDAD. ABKIL 6 DE 1908. Presidencia del Sr. Prof. M. Moreno y Anda. CORRESPONDENCIA.—Se recibió la invitación para el 4? Congreso Cien- tífico (12 Panamericano) que tendrá lugar en Santiago de Chile en Diciem- bre del presente año. La Socied 1d acordó inscribirse y nombrar su repre- sentante al socio Conde F. de Montessus de Ballore, Director de la Red Seismológica de Chile. TRABAJOS. —Prof. A. L. Herrera. Estudio experimental de los fuoruros, fosfatos y carbonatos de cal, emulsionados en sílice yelatinosa. Prof, S. Navia. Las especies mineralógicas del Estado de Guanajuato. A esta lista acompañó una colección de 206 ejemplares de minerales. G. E. Trousson. Las Ruinas de Quiengola, Oaxaca. PUBLICACIONES. —El Secretario perpetuo presentó los dos expléndidos tomos de Compte Iiendu del X? Congreso Geológico Internacional (Méxi- + co, 1906) editado por la Secretaría de Fomento. NOMBRAMIENTOS.—Miembros titulares: Prof. Juan S. Agraz, Ing. Gustavo Dirán y D. José Galán y Ainslie. El Secretario anual, MACARIÓ OLIVARES. "VS “AL 1697 OUBLIBA 8061 9p 0.9199 4 Y 2061 9P OZAÉ[N 9p [euolsejs3 usunsoy a e - 'gug621 vINAVY 19 "M 9'S3p "ug_p "Y9 “Suor] ¿ "N 08 ,/68 :20 olé WI | 00IXIN— OLVACVNVO [8'93 | 06"PI [02'G1 [09"€3 [LO'6T |*""*""* ** OUIOTAUT 0887 [08 €IT [8C| 6"? | “HN | € "1 | 6'PI S 0€'8 | LFTE| LE [PUE] 06161 | OSTL | 28 "PG [12 [6"243 | 2081 [09"PI ¡08*12 [09"81 |*"""** E OO OP"0P [89"99€ ¡8S| S'9 | “HS | 4'0 | P'9L 'S LF 11] 2€'88 | 106 [6'8£| L0'33 | 42"PT | 24'23 [931 /0"F8| LS'13 [00 PL [04'38 |99"81 [7 0ccctco..*. "OSA | 072 joc'6r [IP 6E| MS | TIL LT | MNIN]|L20'6 | 28'P8 | 6'T [2'8€| 0913 | EP TT | 28"82 [2p [8"£6|.03'1G [00"PL [0S'EZ |[D6'ZT |*"**""***BIOABUULIJ +009 |+009 [-+009 z Bm ol y pla y = S 1EB|B5B] A E 0 EN O E E E BLE lBE la El E le EE 215] E 2 18/58] 8 E. 14 Es = E. ¡e E [a 3 144 E Le E A, Es LEE LEE EE AE AAA Ea 3 0 e See :| Ss > ES 5 ls dlls 5 5 z 5 0 0 E E IES : 5 s z e ES A | 2 El a hb 1] = El Mies E , e a RO A E "NOLO VISA - y "SVIDON. — |en3nposqy “SBIPO MX $0J0]08q Y IZ EE EE REA GO || sorous ya 9.1qos ¡PUPrgOJo A GI TANALNI VI Y 'ODIUAIV "IV ¡SVLATOSTV 80139121 Y | “ | “OJO WIOLANTA “S9(NN | SOJUOTA 'QAVADILNAIO OM.LAMNOJLN UAT | "QUA MON VA =1 om BIBLIOGRAPIA. Encyclopédie des travaux publics fondée par M. C. Lecha- las, Inspecteur générale des Ponts et Chaussées, en retraite. Chemins de Fer á Crémaillere par A. Lévy-Lambert, Inspecteur principal au Chemin de fer du Nord. Trace. Types de Cré- maillére. Sistemes Riggenbach, Abt, Strub, Locher, etc. Ma- tériel roulant, Traction électrique, exploitation. Deuxiéme édition, revue et augmentée (ouvrage entiérement refondu). Volume in-8 (25-16) de 479 pages, avec 137 figures.—Paris. Librairie Gauthier—-Villars, 1908. 15 fr. Le temps n'est plus oú le chemin de fer était considéré comme un mo- de de transport uniquement applicable aux grandes artéres, se développant en pays plat ou faiblement accidenté. Peu á peu Vinstrument s'est assou- pli, des pentes plus raides et des courbes á plus faibles rayons ont été ad- mises, la largeur méme de voie a été réduite, et Pon est arrivé á desservir des pays plus pauvres et des régions plus accidentées. Mais alors qu'on a re- connu l'utilité d'adopter des types spéciaux pour les chemins de fer secon- daires ordinaires, on n'a fait que peu efforts, en France au moins, pour faciliter le développement de ces voies secondaires en pays de montagne. Le prebléme présente du reste une infinité de cas tres différents les uns des autres. A cóté des lignes d'intérét général, départemental ou mé- me vicinal, il y u une quantité de petites lignes, de tres faibles longuenrs, dont la nécessité s'explique par importance du trafic voyageurs ou mar- chandises, et qui répondent á des besoins d'un ordre tout á fait différent de ceux qu'on est habitué á considérer dans l'éstablissement des voies fér- rées ordinaires. Introduction.—I. Historique. Tracé des chemins á crémaillére. Prin- cipe historique. Du tracé au point de vue des courbes et des pentes. Des- cription du tracé des lignes á crémaillóre; chemins entidrement á erémai- llére. Chemins mixtes. Terrassements et travaux d'art.—Il. Voie et eré- maillére. Voies á crémaillére, généralités. Description des divers types de crémaillére. —UI. Locomotives des chemins á crémaillóre, Locomotives á vapeur. Traction électrique. Matériel roulant. Génaralités. Description des principaux types de machines. Locomotives á vapeur. Détails de cons- 79 truetion des locomotives pour chemins a crémaillére. Détails de construe- tion du mécanisme á crémaillére. Roues dentées. Calenls de traction. Eftet utile. Freins. Frais de traction. Matériel roulant. Traction á vapeur. Trac- tion électrique. Dépenses de premier établissement. —IV. Exploitation. Documents annexes. Zoologie appliquée en France et aux Colonies par J. Pelle- grin, docteur és-sciences, secrétaire de la Société zoologique de Paris, et V. Cayla, ingénieur agronome.—Paris. H. Dunod et E. Pinat, éditeurs. 1907. (Fait partie de la Bibliothéque du Conducteur de travaux publies).—1 vol. gr. in-16, 614 pages, 281 fig. 12 fr. relié toile souple. | Le traité de Zoologie appliquée de MM. J. Pellegrin et Cayla est di- visé en quatre parties. La premiére, quí peut servir d'introduction, est un excellent résumé de zoologie générale, oú se trouvent condensées toutes les notions néces- saires concernant l'anatomie et la physiologie des animaux et leur clasifi- cation naturelle basée sur des principes réellement scientifiques et philo- sophiques. , ; La deuxiéme partie, de beaucoup la plus développée, traite de Véle- vage des speces indigénes utiles. Les méthodes les plus rationelles et les plus récentes employées en pisciculture, ostréiculture, sériciculture, api- culture, ete., y sont exposées avec le plus grand soin et d'une fagon sim- ple etfacile á saisir. La troisiéme partie est consacrée aux collections zoo- logiques et á Vart de les former; la derniére aux produits animaux des colonies francaises. D'une forme claire et précise, illustré de nombreuses figures qui faci- litent encore la compréhension du texte, le Traité de Zoologie appliquée renferme Vensemble des connaissances pratiques vraiment indispensables «pour la mise en valenr des ressources si variées qw'offre le régne animal. The History of the Geological Society of London by Horace B. Woodward, F. R. S.—London. Geological Society. Bur- lington House. 3907, 8? xIx-336 pages, 28 ill. ) Esta interesante obra, publicada con motivo del centenario que la So- ciedad Geológica de Londres celebró en Octubre de 1907, ha sido distribui- 80 da como recuerdo á todas las corporaciones que estuvieron representadas en aquella fiesta de la ciencia. Para dar una idea de la importancia y atractivo que presenta este li- bro, nos bastará hacer mención de las materias de que tratan los dieciseis capítulos que la forman. Introductory. Academies and Learned Societies. Early Geological Researches. —Origin, foundations, and early History of the Geological So- ciety.—The old Masters. The publication of the “Transactions ”—Geologi- cal Maps. New Series of ““Transactions'”—The Charter. Somerset House. The “Proceedings. ”—Early geological Books The Wollaston Medal and the Father of English Geology. Sedwick and Murchison on Cambrian and Silurian, —The Geological Survey. The Devonian System.—Catalogues of Fossils. Early discoveries of Vertebrata.—The Glacial Period. The Cam- bro-Silurian Controversy.—The “Quarterly Journal."—The Rise of Pet- rology. Close of the Cambro-Silurian Controversy. — The Southern Uplands and the North-West Highlands of Scotland. —Antiquity of Man. Palaeontological Nomenclature. —Eozoon Canadense and Laurentian rocks The older rocks of Pembrokeshire. Petrology.—The Devonian Question. Denudation. Origin of Scenery. Glacial Geology.—Attendance of Ladies. The Museum and Library. Medals and Funds. Geological Literature. En Apéndices se hallan la Carta de la fundación de la Sociedad, listas de miembros fundadores, Presidentes, etc., los sabios que han recibido en premio de sus trabajos las medallas Wollaston. Murchison, Lyell; Bigsby Prestwich, ete. Adornan la obra los retratos de los eminentes geólogos Buckland, Babington, Phillips, Murchison, Fitton, Serope, Lyell, Austen, Falconer, Prestwich, Geikie, etc. The Physical Basis of Civilization. A Demostration that Two Small Anatomical Modifications Determined Physical, Men- tal, Moral, Economic, Social and Political Conditions, with Appendix Notes on Articulate Speech Memory, Altruism and a Search for the Origin of Life, Sex, Species, Etc., by T. W. Heineman.—Chicago, 1908. Forbes and Company. Cloth, 12mo. 242 pages $ 1.25. A work which clears up many mysterious phases of evolutionary the- ory. In a pragmatic method, it traces from the earliest ages the progress of man, physically, morally and socially. No other author has attempted so comprehensive a eorrelation of human activities. Clear, exact and sti- e 81 mulating, the book will appeal to all readers interested in the vital problems of ethics and Philosophy. Contents. Part. 1 Natural selection of human intelligence. Brute- Maw's Helplessness. Extent of the Era of Helplessness. Forcing Intellig- ence.—Part. IL. Social, moral, and economic progress. Separation of Sexes. Natural Selection of Man's Devotion. Natural Selection of Family Relat- ions. The Family, Monogamic Marriage, Economic Dependance of Woman, the Home. Mental and Msthetic Complementariness of the Sexes. How Perversion of Race Character Originated Warfare, Groups, Hordes, etc. A New Factor Initiating a New Era.—Appendix. Articulate Speech. On Memory. On Altruism. A Search for the Origin of Life, Sex, Species, etc. On the Relations of Brain Weight to Intelligence. Atlas Météorologique pour l'année 1906 d'aprés vingt-deux stations francaises par Q. Eiffel, ancien Président de la Socié- té des Ingénieurs Civils de France.—Paris. L. Maretheux, im- primeur. 1907. 1 vol. in—folio. Esta excelente obra, que tanto su parte material como su parte cientí- * fica son verdaderamente notables, contiene una sinopsis numérica y grá- fica del clima de Francia en veintidós estaciones elegidas por la Oficina Central Meteorológica. Estas estaciones en que están comprendidas una en Cabo Pertusato (Córcega) y otra en Argel, se extienden desde las lati- tudes 5093 (Dunkerque) hasta 36948" N (Argel). Para cada estación se dan los cuadros y curvas de los siguientes ele- mentos atmosféricos: presión, temperatura, estado higrométrico, lluvia, di- rección é intensidad del viento, nebulosidad. Estos valores se hallan com- parados con los normales deducidos d$ treinta años en Parc-Saint-Maur. La obra va acompañada de dióptricos generales para la comparación de los elementos meteorológicos y de dióptricos especiales para la comparación de las temperaturas, de la lluvia y del viento. Como se comprenderá por la breve reseña que hacemos de este libro, es de una importancia grandísima y abre un nuevo sistema interesante y útil para esta clase de trabajos. Revista (1907-1908).—11. 82 Department of Commerce and Labor. Report of the Sup- erintendent ofthe Coast and Geodetic Survey showing the progress of the work from July 1, 1906 to June 30, 1907. Washington. Government Printing Office. 1907. 4% 565 pp. Pl. $ maps. Contents: Report of the Superintendent, p. 7-20.—Appendices; Details of field and offices operations, p. 21-66.—The earth movements in the Ca- lifornia earthquake of 1906, by J. F. Hayford.and A. L. Baldwin, p. 67- 104 (2 maps in colors).—Six primary bases measured with steel and invar tapes, by O. B. French, p. 105-156,—Results of magnetic observations made by the Coast and Geodetic Survey between July 1, 1906, and June 30, 1907, by R. L. Faris, p. 157-230.—Manual of Tides. Part V. Currents, shallow-water tides, meteorological tides, and miscellaneous matters, by R, A, Harris, p. 231-546 (23 diagr. 7 charts.) —Long wire drag, by N. H. Heck, p. 547-561 (7 diagr. 7 illustr.) Sur la constitution intime des calcaires par E. Leduc, Chef de la Section des Matóriaux des Construction au Laboratoire VEssais au Conservatoire national des Arts et Métiers.—(Bu- lletin du Laboratoire d'Essais. N? 10).—Paris. Librairie Poly- technique, Ch. Béranger. 1907. 8? 98 pages, 4 pl. 38 tableaux. 20 fr. En este interesante libro están reunidos los resultados de los experi- mentos ejecufados en una gran variedad de cales, cementos y morteros, de manera que presenta muy importantes datos acerca de las propiedades fí- sicas y composición química de esos materiales, sobre todo lo relativo á su cocimiento, apagado, fraguado, resistencia á la tracción, á la flexión y á la compresión, expansión, plasticidad, deformación, ete. . A Dictionary of Spanish and Spanish American Mining, Me- tallurgical and allied terms to which some Portuguese and Portuguese—A merican (Brazilian) terms are added by Edward Halse, A. R. S. M., Miembro correspondiente de la Sociedad 83 Científica “Antonio Alzate,” etc. — London, Charles Griffin d Co. Ltd. Exeter Street, Strand. 1908. 12? 380 p. 76 fig. Esta obrita como se comprende es de gran utilidad, pues contiene de una manera exacta y amplia los términos usados en los países de la América latina en las importantes industrias á que se refiere. Su ilustra- do y competente autor residió durante varios años en nuestro país y en Co- lombia al frente de explotaciones mineras, de manera que se identificó per- fectamente con el tecnicismo. Traité théorique et pratique de Métallurgie. Cuivre. Plomb. Argent. Or. Par C. Schnabel, Conseiller supérieure des mines A Berlin, Ancien professeur de métallurgie et de chimie tech- nologique á 'Académie des mines de Clausthal (Harz). Deu- xiéme édition francaise publiée d'apres la deuxiéme édition allemande. Revue et augmentée des travaux les plus récents par le Dr. L. Gautier.—Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 1 vol. gr. in-8, 1,200 pages, 757 fig. 45 fr. reliéó. Esta edición aparece notablemente aumentada con los recientes per- feccionamientos para la extracción y afinación del oro, plata, cobre y plo- mo El traductor ha tenido á la vista todo lo publicado en las revistas des- de 1901 en que salió la segunda edición alemana hasta la fecha de la publi- cación de la traducción francesa. Mitteilungen der Nikolai--Hauptsterawarte zu Pulkowo. 4 Taf. ! Band II. 1907. N? 18.—Die Expedition der Nikolai-Hauptsternwarte nach Turkestan zur Beobachtung der totalen Sonnenfinsternis am 13-14 Januar 1907. 1 Taf, Sur Vapplication de la máthode photographique de M. Kapteyn á la détermination des parallaxes des étoiles brillantes, par E. A. Tikhoff. N? 19.—Étude des photographies de la couronne solaire faites avec la 84 lunette de 13.28 m pendant léclipse dn 30 aoút 1905 á Alcocébre en Es- pague, par A. Hansky. 4 pl. N? 20.—Le spectre de la cométe de 19074 par A. Bélopolsky. Obser- vations photographiques de la comete 1907d (Daniel) á Poulkovo au moyen' de Vastrographe de Bredikhine, par G. A. Tikhoft. 1 pl. Ueber ein fiir Polhóhenbeobachtungen in Johannnesburg bestimmtes Zenitteleskop. Von J. Bonsdorff, Ueber die Bewegungen von Niveaublasen von,A. Or- loff. o N? 21 (1908). —Deux méthodes de recherche de la dispersion dans les espaces célestes par G. A. Tikhoff. 4 pl. N? 22.—Untersuchung der Radialgeschwindigkeit des verinderli- chen Sterns Algol (f Persei) in den Jahren 1905-1907 von A. Belo- polski, Smithsonian Institutivn. Bureau of American Ethnology. W. H. Holmes, Chief. Bulletin 8? pl % fig. Bulletin 29. Haida Texts and Myths. Skidegate Dialect. Recorded by John R. Swanton. 1905. 448 p. 5 fig. Bulletin 30, Handbook of American Indians of North Mexico. Edited by Frederick Webb Hodge. In two parts. Part 1. 1907. 972 p. Interesantísima y curiosa obra escrita por cuarenta y seis autores, arre- glada en forma de diccionario y profusamente ilustrada. El primer to- mo comprende hasta el fin de la M; el Boletín 31 formará el tomo se- gundo. Bulletin 32. Antiquities of the Jemez Plateau, New Mexi- co, by Edgard L. Hewett. 1906. 55 p. 17 pl. Bultetin 33. Skeletal Remains suggesting or atributed to early man in North America by Ales Hrdlicka. 1907. 113 p. 21 pl. 16 fig. Discute los hallazgos en Nueva Orleans, Quebec, Lake Monroe, Soda Creek, Charleston, Calaveras, Rock Bluff, El Peñón (México), Trenton, Lansing, Florida, Nebraska, etc. 85 La construction des machines électriques par Jules Dalémont, Ancien ingénieur de la Gesellschaft fúr Elektrische Industrie (Karlsruhe), Professeur agrégé Vélectrotechnique á 'Univer- sité de Fribourg, Professeur au Technicum.—Paris et Liége. - Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 1 vol. gr. in-8. 134 pages, 139 fig. 12 fr. 50 relié. Describe este libro con amplios detalles desde la instalación de un buen taller de electricidad, los diversos materiales empleados en la construcción de las máquinas eléctricas, la manera de hacer los carretes, los colectores, ete,, hasta el montado completo y perfecto de las máquinas. Al tratar del taller se ocupa de su organización general, horas de tra- bajo, remuneraciones á los obreros. comprobación de las labores, ensayes de máquinas, conservación de la herramienta, etc. L'automobille a essence. Principes de construction et cal- culs par Ed. Heirman, Ingénieur civil, Expert des Trihbunaux. —Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1908. 1 vol. gr. in-8, 261 pages, 70 fig. 12 fr. 50 relié. Obra escrita expresamente para las personas que conociendo ya prác- ticamente un automóvil, deseen profundizar los métodos de cálculo y los principios de la construcción. Estudia con detalle la técnica de cada uno de los aparatos necesarios á un automóvil, El autor da en este libro disposiciones y cálculos que le son peculiares. Prescriptions de l' Association des Électriciens allemands pour Pexécution des Centrales de distribution d'énergie électrique. Régles d'exécution. Traduit de Vallemand par E. Allain-Lau- nay —Paris. Librairie Polytechnique, Ch. Béramger. 1908. 122 89 pages, 3 fr. Contiene las prescripciones para el establecimiento de las plantas cen- trales de distribución de energía, las reglas normales para la instalación de 86 conductores y de canalizaciones al aire libre, y los comentarios á los cua- dros de cargas admisibles para cables aislados y para lineas subterráneas. Prix de revient et prix de vente de l'énergie électrique suivi Yun essai de tarification rationnelle par Gustave Siegel,, Ingé- nieur Électricien. Traduit de Vallemand par Robert Ellissen et E. Allain-Launay.—Paris et Liége. Librairie Polytechnique, Ch. Béranger. 1907. 8* 213 pages. 8 fr. relié. Es este un libro lleno de originalidad y que presenta grande interés y utilidad. Principia por consideraciones relativas á la demanda de energía eléc- trica, analizando el valor del alumbrado eléctrico, según su producción y su consumo, los gastos de las instalaciones diversas, explotaciones y de la producción de la energía; los gastos de las empresas y la influencia de la demanda, etc., acompañando cuadros que dan los valores concernientes á todos los puntos tratados, así como bibliografías de los asuntos, POSICIONES GEOGRAFICAS Y ALTITUDES DEL ESTADO DE NUEVO LEON DETERMINADAS POR LA COMISION GEOGRAFICO-EXPLORADORA. DIRECTOR: GENERAL BRIGADIER A. GARCIA PEÑA, M. S.A. ¡Tomadas de la Carta General del Estado de Nuevo León publicada á iniciativa del Gobernador del Estado, Gra!. D. Bernardo Reyes). LUGAR. Latitud Norte, Longitud de México. Altitud. P del ini am AYUAIOUDAS dies odos e 26%18'38" 0525'05'"W 204 ARA > PS Dd en E 27 29 42 1 04 14 Y 232 Pa io 09 a A AS 24 06 10 0 4105 W 1077 Boquillas ¿LL BI 23 33 27 11148 W 1607 Cadereyta Jiménez ........o ooo... 25 35 34 0 5157 W 360 Calla tica o eee le 25 12 00 10400 W 1237 Corralro uimon! ¿Ud e 2d a d 26 05 32 0 2832 W 345 China calce. lelcinp és lid e 25 42 30 0 0557 W 163 Santa EugraciA.-..oo.oocooo-..oos + 87 LUGAR. Latitud Norte. Longitud de México. Altitud. Caolombiaro diu ha denasidlo ae 27042111 0037'29""W 205 Cuartos de Abajo ...... MN A NS EA 26 25 07 1372 W 653 Digctor ATTONO th-ioo-- Edda 23 40 23 1 0251 W 1706 Doctor González-... ........ lAs 25 51 33 0 4840 W 404 A A AA 25 37 02 0 08 05 E 189 A IN A A 24 58 34 0 4142 W 566 AA A A O 27 12 12 0 4135 W 208 II A E PAR 26 16 15 1 58 42 Y 839 IAN o o o NS 24 49 41 0.5555 W 1655 E E e 9 25 48 49 1 27 2 W 697 E AA A A 26 43 01 1 2205 W 444 Gruadalapo. as 5 dd. Ud 15 25 10 11 0 1050 W 205 Hediordilla Ju. dobrperidl- 3. 38 24 57 30 13415 W 1906 A A o o o os 27 25 48 0 4001 W 205 srondida o as 26 15 42 0.3745 W 346 Laguna de IndioS.... «o. ooon.<-.. 25 29 05 4 ¡heads 124 Lampazos de Naradj0-..ooo.oo.--.. 27 01,32 1 2235 W 335 A a a o ia 26 0947 14148 W 984 A TA A A 24 51 39 02607 W 360 AOS AICAmÁás. e ds y atera 26 03 58 0.0329 W yo bs MO RAS rc dt site 25 41 41 0 2915 W 226 Mesa del Nopal. ...... A edo 25 22 02 11856 W 2133 Maty Noriega ile ma io imrédoa 23 25.19 05911 W 1681 Mojarras .....-... ie a 25 51 44 01117 E 135 Montemorelos ¿tank les 25 1134 0 4133 W 432 A A 25 40 11 1 1028 W 538 (jito de Apualo Hon es 25 40 06 0 27 36 E 210 Bablllo3 2 44s IAE SRA 24 35 57 0 5051 W 2065 EaloiBlnaoc in os bed 26 16 50 11451 W 570 A A e 26 3005 * 02308 W 165 BEA CUAMLOS a ica 26 49 59 i 04 14 W 352 Basgoudel Alamojt 0 de Sn lee 26 23.19 0 5010 W 272 Boldt dx o la 24 50 54 AN 1908 Purísima de ConchoS....-..o oo... 24 55 39 0 0759 W 195 OEA ARA 23 53 48 SS 1735 A LL E e dp id 27 13 59 1 0004 Y 195 Sabinas Hidalgo ic: too da dejas 26 29 59 10211 Y 313 Salinas: MICLONA als Le a ini me a 25 57 34 1 1003 W 464 San Antonio Peña Nevada ........ 23 44 37 0 5101 W 1504 A 25 25 03 0 25 33 W 197 pe 1 UN 88 LUGAR. Latitud Norte. — Longitud de México. Altitud. Santiago HuAJUCo --.o..2moocoo=ooo 2502535"! 1200'20"W 445 SA JOB Is e 24 28 54 1-20 29. W 1809 San José de Ruíces.... -.2.:-..-... 24 34 34 1 (0531 W 1902 ¡San Patritlo 2 IA E 27 15 00 13120 W 326 Bata A E O A A 24 1229 4 1691 Old A E 24 00 36 0.5541 W 1596 Mean: ARIAS 24 2307 02046 W 580 Vallecillo eS e A] PAE 26 39 41 0.5005 W 274 Vaillaldada OL A 0 26 29 49 1:17 52 W 469 Le tremblement de terre du 26 mars 1908 (Chilapa, Mexique), enregistré a Paris. Note de M. G. Bigourdan, M. $. A. Ce tremblement de terre a été enregistré (1) á lObservatoire de Pa- ris par le'sismographe Milne, á deux pendules horizontaux, qui ont os- cillé Vun et Pautre; mais un seul a donné une inscription suffisante: c'est Je pendule droit, dirigé du Nord au Sud, et d'apres lequel les mouvements se sont produits aux heures (2) suivantes dans la nuit du 26 au 27 mars 1908. La phase initiale a débuté d'une maniére á peu pres subite á 23225m20s et sa premiére section (1, )s'est prolongée jusqw/a 23h33m50s. Alors a com- mencé sa seconde section (Ll, ) qui s'est terminée á 23h56m0s et pendant laquelle se sont manifestées quatre secousses importantes qui ont eom- mencé respectivement á 23h36m0s, 23h41m405, 23h47m30s, 23h52m30s. A 23h56m0s a commencé la phase principa'e, pendant la premiére par- tie de laquelle les mouvements étaient si grands que le pendule allait buter contre ses arréts. Ces oscillations de grande amplitude ont duré pendant 13 minutes, puis les mouvements se sont éteints peu á peu pour finir vers 2h305. Déja une petite secousse avait été enregistrée la veille, á 19h48m, et deux autres se sont produites dans la matinée du 27: une, assez faible, a été enregistrée á 4h22m, et Vautre, plus forte, de 4h40m á 4150m; les mouvements plus faibles qui ont suivi celle-ci ont cessé de se marquer vers 5h30m, (Extrait des C. R. de l'Ac. des Sc., 30 mars 1908). (1) Le fonctionnement de P'appareil est surveillé par M. Guénaire. (2) Tontes les heures sont données en temps moyen de Paris, et comptées de 0h á 24h A partir de minuit. Soeredad Cientílica “Antonio Alralo, - MEXICO. -SPLrLIL Revista Científica y Bibliográfica, Núms. 11-12. Tomo 26. 1907-1908, SESIONES DE LA SOCIEDAD. MARZO 3 DE 1908.* Presidencia del Sr. Ing. M. Marroquín y Rivera. NECROLOGÍA.—El Secretario perpetuo participó la muerte de los so- cios A. Lancaster, Director del Servicio Meteorológico de Bélgica y J. Chapuis, Inspector de la enseñanza técnica del Ministerio de Comercio de Francia. TRABAJOS.—Prof. C. Conzatti. Los yacimientos fosilíferos del Valle de Oaxaca. (Memorias, 26, p. 353-358). Pbro. $. Díaz. Un temporal de invierno. Primeros pasos en la Meteoro- logía de precisión. (Memorias, 26, p. 359-368). NOMBRAMIENTO.—Miembro titular; Marcelo Bloch, Ingeniero de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza. PosTULACIONES.—Para Miembros titulares: Ing. Gustavo Durán y D. José Galán y Ainslie. * Por un error no se insertó esta acta en el lugar correspondiente. Revista (1007-1908).-—12. a. Das > CAE a A RO Ad > a, ' Vis Dd a e rá o ES Sd Sá 15 . 3 E Le E . Y a e e A “dl Ús Pin DN LS e Pe DA . Pr ra ve * FR ñ da; 1 xn ná ES e 4 be A: E AAA o Er TA a , » 4 A A dé ) AR O a ! A A s Az . E UA vi% 54 y 90 O A | Y Vie HS . Ú 700) 4 k NU ” vi 144, . k 4 A . e o yes mM + .. MAYO 4 DE 1908. A . E e . | e Presidencia del Sr. Ing. M. Marroquín y Rivera. TRABAJOS.—Dr. A. Dugés. Dipodomys Phillipsi Gray. Prof. L. G. León. Los fenómenos eléctricos durante los últimos te - ia Prof. R. Mena. El Monolito de Cerro Colorado, Acatlán, Puebla. ; e 3 El Sr. Ing. L Pérez Guzmán, presentó unas cartas del Estado ao México, consistiendo en carta de bosques, carta de razas y carta geoló- gica. > 2 El secretario perpetuo presentó una colección de fotografías dema obras hidroeléctricas de Necaxa, Puebla, que obsequia el Sr. Dr. F. 203 x mirano. » Ls Se, NOMBRAMIENTO.—Socio honorario: po y General de División D. Bernardo Reyes, Gobernador da Estado de , Nuevo León. , ; 5 e cn JUNIO 1 DE 1908. ' Presidencia del Sr. Ing. Manuel F. Alvarez. NEcROLOGÍA.—El Secretario perpetuo anunció la muerte del distin- guido geólogo A. de Lapparent, socio honorario, acaecida el 4 de Mayoá la edad de 69 años. . e BIBLIOTECA.—El socio Ing. Mariano M. Barragán obsequió i im porta tes obras de historia patria en 18 tomos. 'TraBaJos.—Prof. Juan S. Agraz, Teoría analítica de la combina de parte). Dr. J. M. de la Fuente, Apuntes sobre Tzintzuntzan, Mich. - NOMBRAMIENTO—Socio honorario: Dr. D. Francisco Plancarte y Navarrete, Obispo; de Cuernavaca, PosTuLACIÓN:—Para miembro titular: q Prof. Miguel Salinas, Cuernavaca, Mor. 3 MACARIO OLIVARES. 91 BIBLIOGRAFIA, Annales de l'Observatoire Rogal de Belgique editées aux frais de lEtat. Nouvelle Série, Physique du Globe: Tome III. Fascicule 111. Travaux publiés par les soins de G, Lecointe, Directeur scientifique du Service Astronomique.—Bruxelles. Hayez, Imprimeur de l'Obseryatoire. 1907. 4? pl. Observations magnétiques faites 4 Ucele en 1906.—Température du sol observée a différentes profondeurs, á Uccle, en 1906.—Observations séismologiques faites en Belgique en 1904, 1905 et 1906.—Descriptions des installations et des appareils de séismologie en usage á l'Observatoire Royal. —Carte des courbes isodiastématiques pour Uccle suivant la projection de Mercator, par E. Lagrange.—Las Stations séismiques de Quenast et de Frameries par E. Lagrange. La Terre et la Lune. Forme extérieure et structure interne par P. Puiseux, Astronome á 'Observatoire de Paris.—Pa- ris, Librairie Gauthier—Villars, Quai des Grands—-Augustins, 55. In-8 (25-16) de 1v-176 pages avec 28 fig. et 26 planches; 1908. 9 fr. La riche collection de documents photographiques dont la Lune a fourni les éléments dans ces derniéres années a rendu possible et oppor- tune létude comparée de notre planéte et de sont satellite. M. Puiseux, que sa collaboration au grand Atlas photographique de VOb- servatoire de Paris désignait pour entreprendre ce travail, a d'abord résu- mé en sept Chapitres d'une lecture attachant les résultats généraux obte- nus sur le relief et la constitution interne du globe terrestre. Ces études trouvent dons l'interprétation des photographies lunaires leur application la plus directe et la plus súre, en méme temps qu'un con- tróle précieux. Les modifications constatées par les astronomes sont si 92 rares et si lentes qu'il est prómaturé de vouloir en définir la marche. Mais les traits actuels du relief lunaire, convenablement interrogés, racontent eux-mémes leur histoire. C'est ainsi que Varchitecte. mis en présence d'nn édifice écroulé, n'a pas besoin d'avoir assisté á la construction pour réta- blir le plan primitif et pour déterminer les causes de ruine. M. Puiseux s'est attaché au probléme passionnant de cete reconstitu- tion historique avec une sagacité qui lui a valu le suffrage d'astronomes et de naturalistes éminents, et que de plus nombreux lecteurs seront main- tenant á méme d'apprecier. Table des matitvres.—Ire. Partie. La Terre. La notion de la figure de la Terre, de Thalés a Newton. L'aplatissement du globe. Essais de théo- rie mathématique de la figure de la Terre. Résultats généraux des mésu- res géodésiques. Variations observées de la pesanteur á la surface. Les grands traits du relief terrestre et du dessin géographique. L'histoire du relief terrestre; les principales théories orogéniques. La structure interne Vapres les données de la Mécanique céleste et de la Physique. La strue- ture interne d'aprés les données de l'Astronomie et de la Géologie.—Ile, Partie. La Lune. La configuration de la Lune étudiée par les méthodes graphiques et micrométriques. Les cartes lunaires. La genése du globe lu- naire et les conditions physiques á sa surface. La figure de la Lune étudiée sur les documents photographiques. Les traits généraux du relief. Les cir- ques lunaires et les principales théories sélénologiques. L'intervention du volcanisme dans la formation de lécorce lunaire. Les formes polygonales sur la Lune. Témoignage apporté par la Lune dans le probleme de l'évolu- tion des planétes. Annals of the Astrophysical Observatory of the Smithsonian Institution. Volume II. By C. G. Abbot, Director, and F. E. Fowle, Jr., Aid.—Washington: Government Printing Office. 1908. 4” 245 pages, 29 pl. Annals of the Astrophysical Observatory 1900-1907.-—-PArT I. De- termination of the intensity of Solar Radiation outside the Earth's Atmo- sphere vtherwise termed “The Solar Constant of Radiation.” Methods and apparatus. Sample observations and computation of Solar Radiation out- side of the atmosphere. Investigation of sources of error in the determi- nations of “solar constant.” Results of measurements of the intensity of solar radiation. Applications of solar radiation measurements. The causes of disagreement between the “solar constant” determinations of different ES RE NT A 93 observers.—PART H. Radiation and terrestrial temperature. Dependance of terrestrial temperature on soiar radiation. The effect of the atmosphere on the direct beam of the sun. The reflecting power of clouds Indirect solar radiation. Income and outgo of heat from the earth, and the dep- endance of its temperature thereon. The temperature of the moon. Varia- tions of solar radiation and their effects on the temperature of the earth.— PArT III. The radiation of different parts of the sun's disk. The pheno- menon of varying brightness of the solar disk, and possible explanations of it. Arrangement for observing the distribution of radiation over the sun's disk. Results of observations of the brightness of the solar disk. Sum- mary and conclusion. Instituto Geológico de México. —Parergones.—México, Im- prenta de la Secretaría de Fomento. 1907. 8? Tomo 1I, núm. 1.—Explicación del Plano Geológico de la región de San Pedro del Gallo, Estado de Durango, por el Dr. Ernesto Angermann, p. 5-14 (con un plano). Sobre la Geología de la Bufa, Mapimí, Estado de Durango, por Ernesto Angermann, p. 17-25 (con un plano). Notas Geoló- gicas sobre el Cretáceo en el Estado de Colima, por el Dr. E. Angermann, p- 29-35 (con una lámina). —Tomo II, núm. 2.—Sobre algunos fósiles pleis- tocénicos recogidos por el Sr. Dr. E. Angermann, en la Baja California, por e) Dr. E. Bóse, págs. 41-45. Sobre la aplicación de la potasa cáustica á la pre- paración de fósiles, por los Dres. E. Búse y Víctor von Vigier, págs. 49-59. Sobre las rocas fosforíticas de las Sierras de Mazapil y Concepción del Oro, Zacatecas, por el Dr. Carlos Burckharat, págs. 63-67. (Con un plano).— Tomo 1, núm. 3.— El Volcán de Jorullo, Michoacán, México, por el Ing. Andrés Villafaña, págs. 73 á 130. (Con 8 láminas). The Study of Stellar Evolution An Account of Some Mo- dern Methods of Astrophysical Research by George Ellery Hale, Director of Mount Wilson Solar Observatory, Carnegie Institution.—Chicago. The University of Chicago Press. 1908.. 8vo. 250 pages, 104 plates. Cloth: $ 4,27 postpaid. The introduction of photographic methods, the improvement of te- lescopes, and the rapidly increasing appreciation of the value to astronomy 94 of physical instruments and processes, have revolutionized the observa- »tory. From a simple observing station, it has been transformed into a great physical laboratory, where images of the Sun and Stars are stu- died with many powerful instruments, and celestial phenomena are expe- rimentally imitated with the aid of electric furnaces and other sources of intense heat. The result has been a great gain in our knowledge of the origin, development, and decay of stars. This book gives an account of the work of the last few years in the Yerkes and Mount Wilson Observa- tories, and thus initiates the reader into the whole study of the stupend- ous problem. 104 half-tone plates, made from the best astronomical neg- atives, show the most recent resulta of celestial photography in most of its phases. Professor Hale has shown a most unusual skill in the adapting of difficult material to the comprehension of those who are not specialists in the subject. CONTENTS.—The Problem of Stellar Evollution. The Student of the New Astronomy. The Sun as a Typical Star. Large and Small Telescopes. Astronomical Photography with Camera Lenses. Development of the Re- flecting Telescope. Elementary Principles of Spectrum Analysis. Grating Spectroscopes and the Chemicai Composition of the Sun. Phenomena of Sun's Surface. The Sun's Surroundings. The Spectroheliograph. The Yerkes Observatory. Astronomical Advantages of High Altitudes. The Mount Wilson Solar Observatory. The Snow Telescope. Some Uses of Spectroheliograph Plates. A Study of Sun Spots. Stellar Temperatures. The Nebular Hypothesis. Stellar Development. The Meteoritic and Plane- tesimal Hypotheses. Does the Solar Heat Vary? The Construction of Large Reflecting Telescopes. Some Possibilities of New Instruments. Op- portunities for Amateur Observers. Les récents progres du Systeme Métrique. Rapport présenté ála quatriéme Conférence Générale des Poids et Mesures, rén- nio á Paris en Octobre 1907, par Ch.-Ed. Guillaume, Direc- teur-adjoint du Bureau international des Poids et Mesures. In-4, 94 pages, 4 figures; 1907. 5 fr.—Paris. Librairie Gauthier— Villars, Quai des Grands-Augustins, 55. La réunion de la quatridme Conférence générale des Poids et Mesures offrait, á la suite des grands progrés réalisés par le Systéme métrique dans ces dernióres années, une occasion toute naturelle d'en faire un exposé hr" Y5 succinct. Le Systéme métrique v'est point, en effet, comme on pourrait le penser, un organisme rendu rigide et incapable (une évolution, par la perfection méme avec laquelle il fut réalisé des le début. Les exigences de plus en plus élevées de la Science nécessitent des garanties sans cesse accrues, á la fois pour la précision de la définition matérielle des unités du Systéme, et pour la sécurité de leur conservation. De plus, sa diffusion mondiale et sa pénétration dans toutes les industries exigent une élabora- tion de plus en plus minutieuse des détails de son organisation, en méme temps que le contróle international de son identité dans le monde entier. Cesont ces divers aspects du Systéeme métrique—métrologique, tech- nique, législatif, administratif—-que M. Guillaume expose dans ce Rap- port, présenté ala derniére Conférence générale des Poids et Mesures et dont le Comité international a voulu aceroítre Vutilité, en ordonnant son impression. Puisant á la source méme de documents de premiére main, Pauteur expose les travaux du Bureau international des Poids et Mesures relatifs á la comparaison répetée des étalons de premier ordre; puis il reproduit les résultats obtenus récemment dans leur comparaison avec les phéno- ménes naturels: longueur des ondes lumineuses, masse du décimétre cube d'eau; les législations récemment promulgées sont ensuite passées en re- vue; enfin les applications du Systéme métrique aux diverses industries pour lesquelles une élaboration et une entente étaient nécessaires sont brievement résumées. C'est dans cette quatrieme Partie de ce Rapport qu'on trouve lV'exposé de la question du carat et de son unification inter- nationale a 200 mg., du numérotage des filés, du systéme international des filetages, etc. Table des matiéres. Avertissement.—Ire. Partie: Stabilité des étalons Métres prototypes. Kilogrammes prototypes. Thermométres étalons.— He. Partie; Détérminations fondamentales relatives aux unités du Syste- me métrique. Détermination des longueurs d'ondes fondamentales. Volu- me du kilogramme d'eau. Les échelles thérmométriques. La valeur nor- male de Vaccélération de la pesanteur et la pression normale.—Ille. Par- tie: Progrés dans les législations. France, Hongrie, Roumanie, Etats-Unis, Grande-Bretagne, Japon, Russie, Danemark, Portugal. Résumé. Notes. —IVe. Partie: Les progrés dans les applications du Systéme métrique. Progrés dans les pays anglo-saxones Réforme du carar Unification des filetages. Numérotage des textiles. Le Systéme métrique en Optique. Nu- mérotage des plombs de chasse. Les unités secondaires de la force, de la pression, du travail, de la puissance. Aéronautique. Horlogerie. Le Sys- teme de mesure des températures. —Résumé et Conclusions, 96 Gotha, Janvier 1908, IN y a a présent douze années, qu'un géodésiste et géographe éminent le lieutenant-général russe, Alexander von Tillo chercha á convier au tra- vail commun tous ceux quí vouent leurs forces ou leur intérét spécial á la fixation cartographique de la surface du globe, táche qui avance de plus en plus. Le premier but qu'il poursuivait était la fondation d'une “Asso- ciation cartographique internationale” sur le modéle des organisations iu- ternationales pour la géodésie et la statisque. Les trois derniers congrés géographiques internationaux, au forum desquels von Tillo présenta ses projets premiérement á Londres, se sont loyalement occupés de Taffaire, en réalité cependant ce fut sans aucun succés: on ne parvint pas au-delá de la nomination de trois petites commissions. Le fondateur de lVidée mon- rut lorsqu'il venait de présenter personellement ses propositions au con- gros de Berlin en 1899, Le général Steinmetz, en ce temps-lá chef de la to- pographie royale prussienne, se retira aprés s'étre démis de cette charge. Le troisigme membre de la commission originale, M. F. Schrader á Paris, fit ses efforts pour assurer á une telle association le concours des régions officielles des diftérents États. mais ses efforts échonérent presque entiére- ment devant les serupules qui se présenterent. "affaire étant en cet état, le congrés de Washington 1904 ne put que nommer une nouvelle commis- sion qui outre M. Schrader comptait MM. .J. von Schokalsky á S5t.—Pé- tersbourg, Henry Gannetá Washington, E. Oderhummer á Vienne et .). G. Bartholomew á Edinbourg. Pour le moment, il ne s'agit que de ne pas laisser disparaitre Vaffaire des délibérations des congrés géographiques et celui de année prochaine, a Genéve, traitera la question de nouveau. ll est néanmoins, d'apres toutes les expóriences, difficile de croire qu'elle y fera des progres quelcongges, aussi longtemps du moins qu'on tiendra á la création d'une organisation aussi générale. Il semble vraiment que le temps n'en soit pas encore venu, Il faut WVabord qu'on s'entende sur l'essence et les buts de la représentation figu- rative de la surface du globe, sur les méthodes des tentatives actuelles pour faire droit á ces buts, eu égard aux diflérents degrés de précision ou á Vabondance de la matidre géographique á lever, enfin sur les différents procédés de la reproduction en correspondance avec la technique quí de jour en jour se perfectionne. Au fond, il ne s'agit souvent que d'une con- Pe 97 naissance générale de ce qui a déja été fait. Car il est évidert que surtout la matiére géographique fondamentale, en tant mémé qu'elle est livrée á la publicité du pays particulier, n'est en aucungfagon aussi généralement connu que Pautre littérature géographique pom laquelle il y a déja des répertoires et recueils excellents. Dans ces circonstances il paraít désirable que, en reprenant Vidée de Tillo mais en la Jimitant, on se contente pour le moment de créer un or- gane international qui fasse connaítre vite et authentiquement les publications nouvelles dans le domaine de la cartographie aux, carthographes et aux géo- graphes intéressées á la cartographie de tous les pays. Il estindubitable que, ceci fait, un des points essentiels de "VAsgocia- tion cartographique internationale” projétée serait réalisé. Car tous ses adherents ont. pour employer les mots de Tillo, toujours mis en avant “des repertoires cartographiques et des catalogues de la cartographie pour tous les pays et pour chaque région géographique.” Et personne ne pourra nier qu'avec tout l'estimable concours de quelques revues géographiques, telles que, avant tout, “The Geographical Journal,” il manque jusqwici une telle répertoire cartographique. La littérature sur les cartes estinfini- ment plus dispersée et moins accessible que celle sur la géographie en gé- néral et sur la géographie des pays particuliers. A ce point de vue les soussignés saluent vivement la décision de l'ins- titution géographique de Justus Perthes, d'ajouter désormais aux '“Pe- termann Geograpischen Mitteilungen,” un rapport mensuel particulier (“Kartograpischer Monatsberischt”), qui donnera le rapport le plus com- plet possible de la littérature cartographique toute entiére pour faire droit a la demande la plus proche et la plus pressante, exposée plus haut. La personne de l'éditeur, M. le docteur Hermann Haak, nous garantit qu'il ne s'agira pas de suivre un tendance exclusive á la géographie ni de se bor- ner aux productions d'une certaine origine. Ses rapports annuel des pro- gros de la projection cartographique, cartographie et reproducction, ainsi que du mesurage des cartes dans le “Greographisches Jahrbuch” le font re- connaítre par tous comme un homme d'interéts étendus et de profondes connaissances spéciales, ef Vactivité de sa nature est témoignée par ses autres publications telles que, avant tout, le *Geographen—Kalender.” Une telle tentative dans un domaine relativement nouveau ne peut avoir de la consistance que par Vassistance universelle et permanente des spécialistes. Les soussignées, convaineus de Vutilité de Venterprise, se réunissent done dans le désir que cette aide leur vienne de la part des di- rections et membres des bureaux topographiques et des institutions carto- graphiques officielles des différents États aussi bien que de la part des ins- titutions privées et des géographes de tous les pays. Revista (1947-1008).—13. 98 J. G. Bartholomew, F. R. $. E., Hon. Secretary R. S. G. S., Edin- burgh. s , J. Scott Keltiz, LL. D., Secretary of the Royal Geographical Society, London. . F. Becker, Oberst im Generalstab, Prof. der Topographie únd Kar- tographie am eidgenóssischen Polytechnikum in Ziirich. Dr. E. Oberhummer, Professor der Geographie an der Universitát Wien. W. M. Davis, S. D. h. c., Ph. D. h. c. Prof. Harvard University, Cam- bridge (Mass. U. S. A.) Dr. Albrecht Penck, Professor der Geographie an der Universitát Berlin. Otto Frank, k. u. k. Feldmarschalleutnant und Kommandant des k. * u. k, Militárgeographischen Institutes in Wien. Dr, Karl Peucker, Leiter der Geographischen Arbeiten des Verlages Artaria 6 Co., Wien. Dr. Karl von Haffner, Vorstand des K. Wiirtt. Statistischen Landes- amts, Stuttgart. Carl von Porro, Generalmajor, Kommandant der Scuola di Guerra, Florenz. Dr, E. Hammer, Professor der Geodisie au der Technischen Hosch- schule Stuttgart. J. de Schokalsky, Général Major et Président de la Section de Géo- graphie Physique et de la Commission Cartographique de la Société Impé- riale Russe de Géographie, St. Petersburg. Dr. Hermann Wagner, Professor der Geographie an der Universitát Góttingen. Declinación magnética en algunos puntos del Estado de Nuevo León. (Comisión Geográfico-Exploradora). Cadereyta Jiménez........--.. 8029'01"73 E (Mayo 1893). Doctor ATTOYO ..-.+2--32--02=> 4 5625 48 E (Mayo 1896). El Meco... > conve rodcadooo- 8393902 E . (Agosto 1897). 8] Ad A A A A 0710 00 E (Mayo 1905). IA VA ETA IA 1 2029 35 E (Junio 1596). Log. ALQQmas neones vesctes eo aa 7 4319 00 E (Ovtubre 1897), Mier y "NorlegraA.. cojgónema o =0..- S 1037 78 E (Sept. y Oct. 1905). Montemorelos ...oooooo.=...-. 7 5619 32 E (Agosto 1896). Montertoy! 3.» .¿to mee ss moot 8 290200 E (Noviembre 1896). AA PI e e 8 1643 81 E — (Octubre 1897). SAM ANIONO Pc ace apulaelas caos 8 3940 70 E (Noviembre 1897). Vallecillo Tara uke RL 71106 66 E (Octubre 1897). . ASAPH HALL. Este eminente astrónomo norteamericano falleció el 22 de Noviembre de 1907 á la edad de 78 años. AE AE k AO Nacido en Goshen, Conn. el 15 de Octubre de 1829, estuvo de asisten- te en el Observatorio Harvard de 1857 á 1862, Ayudante en el Obgervato- rio Naval de 1862 4 1863, roto Cea AS dado 180 yA en el Harv ard de 1895 4 1941, Megando á distinguirse por brillar jos astronómicos, sobre todo por el descubrimiento de los satéli t te en 1877. Publicó: Observations vf the Satellits of Mars ( Parallax of a Lyrae and 61 Cygni (1882), The six inner Satel i turn (1886), Observations for stellar parallax (1886), Saturn and (1875-1879), Observations of double :tars (1875-1891), etc. ¿FS Perten: ció á nuestra Sociedad como socio honorario desde 1896 y igualmente de las Academias de Ciencias de Nueva York, París, $. 7) burgo, pt ete. : : dr ”. ' y , 6 A y - ERRATAS NOTABLES. a Pág. +0, línea 18, dice razonadas léase sa . y » 21, - PA AS de uso A de ora > ” 29, qa 20,* ”. 1807 . SA > 19085 : y Ñ > 8 v, s y A por INDICE DE LA REVISTA. 1907-1908. (Tomo 26). Table des matieres de la Revue. PÁciyas. Actas de las sesiones de la Sociedad. (Comptes rendus des séances,) Ju- lio 1905 4 Junio de 1908... coommooooo-. .---9, 29, 41, 49,57 y 89 American (The) Society of Civil Engineers to all its Mexican bre- fan; presting and thadko...oqocesss paros domos poa 59 Bigourdan G,—Le tremblement de terre du 26 mars 1908. (Mexi- A A IS OO 88 Centenario de la Sociedad Geológica de Londres... -0oooo-o.onoo.. 19 Mentenario de Río dela Loza..2omenaccooos 20: cadena cdadenas . - F r y í 5 s Y e E ñ » Ñ . y to ha " + Dl ] q : A . . e y > 4 pa . a ' ' (de! y y y ZA 0 e , o 4 á q a - * í e $ pa. - - , 1D 1 - CT a ' ñ A E ' ] . 4 dd s G) Y, Qs - - "e p 3 +. e q “ r id ' v 2 . . e h > ¿ : : e p e y Y a , Í E - 5 mL - AZ » y a - pa Academia Nacional de Ciencias 23 Antonio Alzate, Mexico A6 Memorias Physical Applied Sci, Serials PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY 3 PS 7 ns e pe We y he Ple A A ana Ea dls EAS ui JA A 40 A ve qee A A! Le E MEE! Ys IA y Mr pure DA ' E A : á A AGA nia POLOS oia: ds E MANS II Da AE ASE y Y . eds . bip pee A iS, APRA PLA A ce AAA ves . y ALEA ptr eat pd yá) ) de peña Po e $ y AA y € DN