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in 2009 with funding from
University of Toronto
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MEMORIAS
Seto Cienúica “Antonio Alzado.
MÉMOIRES
SOCIE SCOENTIAIOO
“Antonio Alzate.”
Publiés sous la direction de
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN,
Secrétaire perpétuel.
—TOME 29
1909-1910.
MEXICO
IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL.
1909
Úlc_o_-4 LALALA VALLAN ras
U SINO
MEMORIAS
y
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eZ.
/
DE LA
SOCIEDAD CIENTIFICA
“Antonio Alzate.”
Publicadas bajo la dirección de
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN,
Secretario perpetuo.
TOMO 29
1909-1910.
I4THS 6
| S ) hi "NES
MEXICO Jo
IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL
(4? de Revillagigedo núm. 47).
1909
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”
FONDÉE EN OCTOBRE 1884.
Membres fondateurs.
MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo B. y Puga, Ri-
cardo E. Cicero et Manuel Marroquín y Rivera
Président honoraire perpétuel. ol
na
M. Ramón Manterola. ía
Secrétuire général perpétuel. + '/ |
M. Rafael Aguilar y Santillán.
Conseil directif.—1909.
PRÉSIDENT.—Dr. Eduardo Licéaga.
ViceE-PRÉSIDENTS.—Ing. Gabriel M. Oropesa et Dr. Daniel
Vergara Lope.
SECRÉTAIRE.—Prof. Manuel Moreno y Anda.
VICE-SECRÉTAIRE.—Ing+ Jorge Méndez.
TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal.
<> —
La Bibliothéque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte
au public tous les jours non fériés de 4 h.á 7 h. du soir.
Les “Mémoires” etla “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82
de 48 pags. tous les mois.
La correspondance, mémoires et publications destinées á la Société, doi-
vent étre adressées á la Sociedad Científica “Antonio Alzate”
Ex-Volador.—MÉXICO (Mexique).
Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits.
Les membres de la Société sont désignés par les lettres M. S. A.
SOCIETÉ SOIENTIFIQUE ''*ANTONIO ALZATE.' MÉMOIRES, T. 29. 5
CONFIGURACIÓN GEOGRAFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO
hd POR EL INGENIERO
PASTOR ROTAIX, M. $, A,
El Estado de Durango se encuentra comprendido de Po-
niente á Oriente, entre las llanuras costeñas que constituyen
el Estado de Sinaloa y los áridos desiertos de la parte Norte
de la Mesa Central Mexicana.
Formal el territorio del Estado cuatro fajas paralelas di-
rigidas del N.W.alS.E., perfectamente determinadas cada una
por su distinta configuración topográfica, altitud, formación
geológica, clima y vegetación. La zona occidental está forma-
da por el flanco de la Sierra Madre y se denomina “Región
de las Quebradas;” las zonas medias comprenden el macizo
montañoso de la misma Sierra y la faja central del Estado,
que podemos llamar “Región de los Valles,” y la oriental se
forma con los terrenos áridos característicos de los Estados
fronterizos.
Primera Zona.—*“Las Quebradas.”
Al terminar las llanuras sinaloenses, que tienen una an-
chura media de 70 kilómetros, se yergue majestuoso el enor-
me macizo montañoso de la Sierra Madre, que como sabemos, -
6 PASTOR ROVAIX.
>
es la parte que á México corresponde en la inmensa cordille-
ra que extiende la cadena de sus montañas desde los hielos
del círculo polar ártico á los del antártico, y que se conoce
con los nombres de Montañas Rocallosas, Sierra Madre y Cor-
dillera de los Andes.
El levantamiento de la Serranía en el extremo de la cos-
ta es sumamente brusco. Giganteseos cantiles forman la im-
ponente gradería de su flaneo occidental extraordivariamente
cortado por una serie no interrumpida de profundísimas ba-
rrancas, conocidas en la región con el nombre de “Quebradas,”
por las cuales, en rápida pendiente, se precipita el agua de la
Sierra para formar los Ríos de Sinaloa. Todo el flanco occi-
dental está formado únicamente por contrafuertes y quebra-
das, sin más espacios planos, que las limitadas vegas del le-
cho de las barrancas. Entre la llanura y las cumbres de la
Sierra hay de 2,200 42,500 m. de diferencia de nivel; aun cuan-
do la zona que propiamente debe llevar el nombre de “Las
Quebradas” y que corresponde á Durango, se extiende sola-
mente de los 500 á los 1,800 metros de altura sobre el mar.
Las alturas inferiores á 500 m. corresponden, en lo general,
á Sinaloa, y las de más de 1,800 tienen todos los caracteres de
la Sierra Madre. La anchura horizontal del flanco de la Sie-
rra puede fijarse en 50 kilómetros por término medio.
Para dar una idea de la abrupta configuración de las que-
bradas, y al mismo tiempo de su grandiosa belleza, cito como
ejemplo la de Huyapan, después llamada Río de Tahuehueto'
y en Sinaloa Río de Humaya, que se encuentra en la Munici-
palidad de Tepehuanes, Santiago Papasquiaro. En un punto
denominado “El Pila” la distancia horizontal entre las cum-
bres de La Quebrada, que se elevan, á 2,600 metros, es de siete
kilómetros y el lecho del río se encuentra solamente á 800 me-
tros de altura. La profundidad de La Quebrada es, por lo tan-
to, de 1,500 metros, que se descienden en tres y medio kilóme-
tros solamente. Arriba del rancho del Chapote forman las
Mem. Soc. Alzate.
El principio de una Quebrada, Durango.
T- 291617 1.
CONFIGURACION GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO. 7
márgenes del río, cantiles verticales que pasan de 200 metros de
altura y “El Pilar” debe su nombre al grandioso obelisco, eu-
ya imagen figura en una de las vitrinas del Instituto Geológi-
co de México, que es una columna monolítica, casi circular,
de 5 m. de diámetro y 40 m. de altura, que se levanta ente-
ramente aislada frente á una enorme roca cortada á pico.
Semejantes á la Huyapan son las demás quebradas del
Estado, aun cuando,en lo general, para igual profundidad, pre-
sentan siempre mayor distancia horizontal entre sus cumbres.
Cada uno de los afluentes del río principal al descender de la
Sierra forma otra nueva quebrada que precipita sus aguas en
una serie de cascadas. y
Las Quebradas principales del Estado son la de Huyapan,
de Tamazula, Basís, Piaxtla, Ventanas, San Diego y el extra-
ordinario Cañón del Mezquital, de que después hablaremos,
que forma la más gigantesca quebrada del Estado. Le sigue
en magnitud la de Huyapan.
En la formación geológica de la región dominan las rocas
rhyolíticas. Las canteras que tan abundantes son en el centro
de la Sierra, ocupan aquí un lugar secundario. Esta zova es
extraordinariamente rica en vetas metalíferas de todas clases,
dominando las de plata con altas leyes de oro.
La constante diferencia de altitudes produce la más com-
pleta variedad de climas. Lis cumbres tienen el frío de la Sie-
rra y el fondo de las quebradas el calor del trópico, La vege-
tación varía con la temperatura, siendo el lecho de las barran-
cas, un girón de los bosques tropicales.
Colocada la Sierra Madre en una dirección normal á la de
los vientos dominantes del Estado que son los de S. W., la re-
gión de Las Quebradas, es el frente de la enormo trinchera co-
locada por la Naturaleza para detener la humedad de los vien-
- tos que soplan del Océano Pacífico, y por lo tanto, esta zona
es la única que puede llamarse húmeda en el Estado. Las nie-
blas son muy comunes, y tanto en el invirno como en las llu-
8 PASTOR ROUAIX.
vias, las precipitaciones son muy abundantes. Carecemos en
absoluto, de datos meteorológicos de esta región, lo que uni-
do á la inmensa variedad de climas, hace imposible señalar
un dato medio para temperatura y lluvias, aun cuando solo
fuera aproximado.
La zona de Las Quebradas es la porción del Estado que
encierra las bellezas naturales más imponentes, la más exube
rante vegetación y las riquezas mineras más fabulosas; pero
al mismo tiempo, su escarpadísima topografía opone extraor-
dinarias dificultades al desarrollo del progreso. Hasta la fecha
el hombre ha sido impotente para construir un simple cami-
no de herradura en buenas condiciones, que permita explotar
las riquezas mineras de la región y dar paso fácil al comercio
con el Pacífico.
Segunda Zona. —La Sierra.
Una vez aleanzadas las cumbres, se extiende el macizo
montañoso de la Sierra Madre con una altura media de 2,400
á 2,600 metros sobre el nivel del mar. La faja de terreno ocu-
pada por la cordillera, desde su arranque sobre las costas has-
ta su descenso á la Mesa Central, tiene una anchura de 1204
130 kilómetros. Las montañas más elevadas de la Sierra lle-
gan á 3,000 y 3,200 metros sobre el nivel del mar, entre las
cuales citaremos los Altos de Flechas y Buena Vista en Gua-
navecí, las Cumbres de Topia y Carboneras, el Cerro Prieto,
el Huehuento y el Cerro Blanco. El Cerro de Muignora, en el
Estado de Chihuahua, inmediato al lindero de Durango, es la
cima más elevada de esta parte de la Sierra, pues llega á.-.
3,500 metros sobre el nivel del mar y en varios años conser-
va su envoltura de nieves de un invierno al otro.
Desde la frontera de los Estados Unidos hasta el Cañón
del Mezquital al Sur de Durango, la Sierra presenta un eje
continuo que divide las aguas en dos vertientes, oriental y
T. 29, lám. IL.
Un acantilado de 200 metros de altura
en la Quebrada de Huyapan.
Fondo de la Quebrada de Huyapan,
Durango
3 >
e CONFIGURACION GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DEL DURANGO. B
occidental, y desprende vigorosos contrafuertes en todos sen-
tidos, más notables muchas veces que el eje mismo. En la par-
te Norte, el eje y sus ramales forman cordilleras escarpadas
que producen una configuración topográfica sumamente que-
brada; mientras en la parte central, tanto el eje como los con-
trafuertes, se ensanchan produciendo grandes mesetas pla-
nas, como son los Llanos de Otinapa, Llano Grande, las enor-
mes planicies del Salto y la Ciudad y muchas otras.
La vertiente occidental, por medio de las quebradas vier-
te su agua directamente al Océano. La Oriental forma dos
cuencas hidrográficas principales: en el Norte, la del Río Na-
zas formada por los Ríos del Oro, Tepehuanes y Santiago Pa-
pasquiaro, y en el centro y Sur, la del Río del Mezquital, que
reune las aguas del Río del Tunal, su verdadero origen, con
las de los Ríos Chico, Canatlán, Santiago Bayacora, Poanas,
Súchil y Gracoros. z
Verdaderamente notable es el curso del Río del Mezqui-
tal. Todos sus afluentes tienen su origen en las cumbres de la
Sierra y casi todos corren en la primera parte de su curso de
Sur á Norte. Bajan á los Valles centrales del Estado, que por
término medio tienen una altura de 1,900 metros, se reunen
y unidos toman el camino del Norte al Sur por el centro de la
cuenca, en dirección contraria á la de su primitiva corriente.
Al tomar el Río del Mezquital esta dirección, encuentra en
su camino las mismas cumbres de la Sierra que fueron su ori
gen, elevadas á cerca de 3,000 metros; mientras el río, al en-
frentarse con ellas, solo está ya á 800 metros de altura sobre
el mar. El paso del Río del Mezquital á través. del macizo to-
tal de la Sierra constituye una obra maravillosa de la Natura-
leza, que muestra la potencia del agua como factor geológico.
Por grandes espacios el fondo del barranco profundísimo que
lleya las aguas, afecta la forma de verdadero túnel, pues las
rocas de sus cumbres casi se unen, habiendo un lugar en que
puede atravesarse el precipicio, varios centenares de metros
Mem. Soo. Alzate México. T 29. (1909-1910).—2
10 PASTOR ROUAIX. A
arriba de su fondo, por medio de un puente formado con el
tronco de un pino. Al cruzar las cumbres de la Sierra el fon-
do de La Quebrada se encuentra ya á 500 metros sobre el ni-
vel del mar solamente, es decir, cerca de dos kilómetros y me-
dio más bajo que los picos de la cordillera. Apenas puede
imaginarse la abrupta configuración de la región eruzada por
el río y por sus quebradas afluentes.
El Cañón del Mezquital es la barranca más colosal del Es-
tado y quizá en la República entera no se encuentre otra que
iguale la majestad de su grandeza. Habitada esta región por
indígenas semi-salvajes y defendida su agreste virginidad
por el encrespado hacinamiento de sus montañas, muy pocos
seres civilizados han tenido oportunidad de admirarla y com-
prenderla. Cuando el progreso conquiste estas regiones, el
Cañón del Mezquital, ahora desconocido hasta del geógrafo,
se eitará como una de las maravillas de la Nación.
En la formación geológica de la Sierra Madre dominan las
tobas rhyolíticas (canteras) habiendo también grandes super-
ficies formadas por rhyolitas ó cubiertas por lavas volcánicas
modernas. Las ealizas son desconocidas por completo. Suma-
mente pobre es la parte alta de la Sierra en vetas metalíferas
y las pocasique se conocen daníleyes incosteables.
La considerable altura á que se eleva la cima de la Sierra,
produce en nuestras latitudes una temperatura muy baja, re-
gistrándose en todos los inviernos mínimas de 10 4 12 grados
bajo cero. Menos húmeda que la primera zona es, sin embar-
go, más favorecida por las lluvias aue lasidos zonas del orien-
te, tanto en intensidad como en la regularidad de sus precipi-
taciones en los diversos períodos. Es raro el invierno en que
no son abundantes las aguas-nieves y nevadas y en la esta-
ción de lluvias, además de los agnaceros torrenciales. se regis-
tran lloviznas continuadas por días enteros. Creo que un pro-
medio anual de 1000 4 1200 milímetros para la precipitación
debe acercarse á la verdadera, lo que es considerable compa-
Mem. Soc. Alzate. T. 29, lám. 111.
P.Baruetche. fot
Los Pilares de Covadonga, Peñón Blanco, Cuencamé, Durango.
a
CONFIGURACION GECGRÁFICA_Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO. 11
rado con las zonas orientales; pero muy corto con relación á
las lluvias de la Sierra Madre Oriental sujeta á los vientos del
Atlántico; puesto que en Necaxa (Sierra de Puebla) por ejem-
plo, el promedio de siete años resultó de 2536 mm.
La vegetación dominante es la que corresponde á estas al-
titudes, coníferas y cupulíferas y en sus géneros pinus y quer-
cus (pinos y encinos) cuya madera constituye la principal ri-
queza de la Sierra. El piso está cubierto por completo por las
gramineas (zacates).
Tercera Zona.—Los Valles.
El flanco oriental de la Siorra Madre ó sea su descenso á
la Mesa Central, es incomparablemente más suave que su
repentino levantamiento sobre las costas, pues además de la
considerable diferencia de altura que tienen, por bajarjal Orien-
te á un terreno elevado ya á 1900 m. sobre el mar, y en el
Occidente erguirse en toda la plenitud de su grandeza; los con
trafuertes que desprende la cordillera para el lado de la Mesa,
son cadenas montañosas poco accidentadas que vienen á mo
tir en lomeríos de suave pendiente. Los arroyos y ríos orien-
tales bajan por barrancas profundas, que no presentan las
abruptas asperezas le las quebradas. Estas condiciones han
permitido abrir buenos caminos carreteros hasta el centro de
la Serranía.
Al pie de la Sierra Madre se extiende la zona central del
Estado, que debe considerarse en realidad, como una sola y
única meseta plana, en medio*de la cual se levantan, cortando
su monotonía, cordilleras aisladas, que al fraccionar la meseta
forman los diversos valles enteramente planos que caracteri-
zan la zona. La altura del punto central de todos los valles es
sensiblemente igual, de 1900 m. sobre el nivel del mar; sin
que se note en el conjunto de la meseta una pendiente gene-
ral que incline las llanuras en determinado sentido, puesto que
12 PASTOR ROUAIX.
las aguas de cada valle reconocen cuencas muy diversas, ha-
biendo algunos, como el Valle de Guatimapé y parte del de
Tapona, cuyas aguas se depositan en lagunas formando cuen-
cas cerradas. La uniformidad de su altura y formación geoló-
gica produce la más completa identidad en los demás ca-
racteres de las diversas llanuras. Los Valles y Llanos más
notables del Estado son: los de la Zarca y Canntillo en Indé;
Guatimapé, Cacaria y Guadiana ó de Durango en el Partido
de este nombre; los de la Noria en San Juan del Río; Tapona
y Purísima en Cuencamé, y las diversas llanuras del Partido
de Nombre de Dios. La altitud de algunos puntos de estos
Valles se ve en la siguiente tabla:
Lugares Altitud. Observadores.
Estación de Guatimapé. 1976 m. F.-C. Internacional.
y Cacaria. 1922, > 5
Dufango... 1892 ,, e E
Ss y Uhorro == LOA ., 5 5
» Tapona...= 198%. ,, a. E
5 » Yerbanís 1896 ,, E E
Graceros (N. de Dios).. 1955 ,, Ing. Leandro Fernández.
” y
Juana Guerra (id.). -.. 1863 ,, ee E S
BELO ro. -...-: PAS 1871 ,, Juan Mateos.
Tizonazo (Indé) ..- . 1981 ,, se he
La Zarca (Indé)....... 1830% >,
.
He citado los datos anteriores con el objeto de hacer no-
tar la completa uniformidad de altura que presenta la Zona
Central del Estado. Del pueblo del Tizonazo en la llanura de
Indé á Graceros, en Nombre de Dios, hay 270 kilómetros en
línea recta, encontrándose todos los demás puntos que indico
sen el intermedio de esos lugares extremos.
Mem. Soc. Alzate. T. 29, lám. IV.
P.Baruetche,fot
Los Pilares de la Joya de Covadonga, Peñón Blanco, Cuencamé, Durango.
E
TEE
UA
CONFIGURACION GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO. 13
Las cordilleras que se levantan en el centro de esta zona,
presentan también identidad de caracteres y una tendencia
marcada á situar su eje paralelo al de la Sierra, es decir del
N. W. al S. E. por lo que todas quedan paralelas entre sí. Se
asemejan también á la gran cordillera en la configuración es-
pecial que presentan casi todas, teniendo su flanco occidental
más escarpado que el oriental. Elevan sus cumbres, en lo ge-
neral, de 440 á 600 metros sobre la llanura, es decir 4 2,300 ó
2,500 metros sobre el nivel del mar, lo que produce en ellas
una vejetación semejante á la de la Sierra. Citaré como cor-
dilleras notables de esta Zona, los enormes macizos montaño-
sos de La Candela y Canoas cuyos picachos pasan de 3,000
metros de altura, y que por su proximidad á la Sierra Madre
y su completa semejanza con ella, se les supone g neralmen-
te como un simple ramal, siendo en realidad cordilleras en-
teramente independientes. De menor potencia que las anterio-
res, pero también cubiertas de la vegetación propia de la Sie-
rra Madre, son las Sierras del Oso y Guajolotes en Indé; San
Francisco y La Silla entre Durango y San Juan del Río, el Re-
gistro en Durango, la de Gamón en Cuencamé y la de Santa
María en Nombre de Dios. La Sierra del Yerbanís, más baja
que las anteriores forma en el Partido de Cuencamé el límite
de esta zona. Las Sierras de Cacaria y Magdalena en Duran- -
go y la Cordillera de Urica en Nombre de Dios, son única-
mente ramificaciones de la Sierra Madre. Como montañas no-
tables solo citaré el Alto del Hipazote en la Sierra de la Mag-
dalena, que se eleva á 3,200 metros sobre el nivel del mar, el
Picacho de los Altares en la Sierra de Gamón, y el enorme
bloque de granito que forma el Cerro Blanco de Covadonga,
origen de la Sierra del Yerbanís. *
Dominan las rhyolitas en la constitución geológica de estas
cordilleras, Las tobas rhyolíticas (canteras) forman la mayor
parte de los lomeríos que desprende la Sierra Madre. Verda
deramente notable es el inmenso campo de lavas volcánicas
14 PASTOREROUAIX.
(basaltos) de 200,000 hectaras de superficie en los Partidos de
Durango y Nombre de Dios, que forma “La Breña” y “Los
Malpaises,” que es como se le denomina en la región, Las ca-
lizas se presentan en los límites de esta zona con la tercera,
sirviendo de intermedio con las rhyolitas las tobas calizas (lla-
madas “caliches”) que forman la corteza de todos los lomeríos
planos en que terminan las llanuras hacia el Oriente. Las pla-
nicies están formadas por aluviones modernos.
Interponiéndose normalmente al camino de los vientos do-
minantes del Pacífico, la Sierra Madre con sus 130 kilómetros
de anchura, y también detenidos por las pequeñas trincheras
que les oponen las demás cordilleras paralelas, las zonas orien-
tales del Estado se caracterizan por su atmósfera seca y por
la gran irregularidad de sus precipitaciones pluviales. En cam-
bio, la Zona de los Valles, por su latitud, fuera del trópico,
vero muy cerca de él, y por su altitud, goza de un clima en
extremo benigno, con temperaturas medias de 18 á 190 sin
que. las mínimas bajen mucho de 0 y las máximas pasen de
350 centesimales
Tanto en esta Zona como en la del Oriente, presenta el
año tres estaciones solamente, que son: el invierno de media
dos de Octubre á mediados de Febrero, las secas de Febrero
á mediados de Junio y las lluvias de Junio á Octubre. La tem-
peratura media del invierno debe ser de 12 grados, sin que ba-
je demasiado en sus mínimas, como ya dijimos. Ofrece en lo
general lloviznas de corta magnitud, y solo en los lomeríos al-
tos han llegado á registrarse nevadas. La estación de las se-
" cas está caracterizada por vientos sumamente fuertes y.cons-
tantes durante Febrero, Marzo y parte de Abril, y por calo
res relativamente altos en Mayo y Junio. Tanto los vientos
del principio como los calores del fin de la estación, producen
la más completa resequedad en el suelo y la atmósfera. Las
lluvias se presentan siempre en la forma de aguaceros torren-
ciales de muy limitada extensión superficial y muy irregular
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CONFIGURACION GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO. 15
distribución, tanto en el tiempo como en el espacio que abar-
can. El promedio de las lluvias anuales en esta Zona debe re-
sultar de 500 4 550 milímetros.
En la dora dominan por completo las gramíneas (zacates)
que cubren, casi exclusivamente, el suelo de todas las llanu-
ras y forman la planta característica de la Zona. Algunos lla-
nos, sobre todo en los lugares sujetos á inundaciones, se desa-
rrollan bosques de mezquites (Prosopis juliflora) y de huisaches
(Acacia farnesiana) demasiado extendida esta última especie
para no ser indígena del país. En los malpaises y en la base
de las montañas se produce en abundancia el nopal durazni-
llo (Opuntia leucotrica). Ya dijimos que las cordilleras en sus
cimas presentan la misma vegetación que la Sierra Madre.
De todas las regiones del Estado, la más admirablemente
dotada de todos los elementos necesarios para la vida del hom-
bre, es esta Zona. Los arroyos, que bajan de las cordilleras
en avenidas caudalosísimas durantelas lluvias, prometen en un
porvenir no lejano, transformar las ahora estériles llanuras pas
tales, en campos de verdura y fuentes de riqueza incalcula
ble. Ofrecen los Valles tierras vírgenes de fertilidad descono-
cida en el centro del país y agua en abundangia que solo es-
pera el dique que en su curso le oponga el progreso, para servir
de poderosísimo auxiliar al hombre. Dueño el Estado de Du-
rango de la Zona de los Valles, pnede esperar tranquilo el
eurso de los siglos.
Cuarta Zona.—La región árida.
La enarta zona forma un gran plano inclinado dirigido ha-
cia el Noreste, con alturas que varían de 1,000 á 1,600 metros
sobre el nivel del mar. El paso de la Meseta de los Valles á
los terrenos de esta Zona se verifica por medio de lomeríos
poco escarpados ó por la interposición de una cordillera que
sirve de límite perfecto á los terrenos de ambas Zonas, como
16 PASTOR ROUAIX.
pasa con las Sierras del Yerbanís y de Palotes, en el Partido
de Cuencamé, que tienen sus faldas orientales en la región ári-
da y las occidentales corresponden á la tercera Zona. La Es-
tación de Yerbanís al Poniente de la Sierra, se encuéóntra, co-
mo ya dijimos, á 1,896 metros de altura y la de Pasaje, 24 ki-
lómetros después, está solo á 1,595, 300 metros más baja,
encontrándose ya al Oriente de la Sierra. Atendiendo á la di-
rección en que se inclina esta Zona, el punto más bajo de
ella corresponde al extremo N. E. del Estado, que forma par-
te del árido desierto del Bolsón de Mapimí, donde se encuen-
tra la altura de 1,000 m. sobre el nivel del mar.
Toda la parte Oriental de la Zona se extiende en las gran-
des llanuras de la frontera, y aun cuando está cortada por va-
rias cordilleras, no forman valles verdaderos como en la ante-
rior; sino que presenta enormes planicies ilimitadas en algún
sentido, como los llanos de San Juan de Guadalupe, que son
el extremo Norte de inmensa llanura del Estado de Zacate-
cas, y los de La Laguna, La Cadena y Bolsón de Mapimí que
se continúan sin interrupción por el Estado de Chihuahua has-
ta la frontera de los Estados Unidos,
Varias cordilleras de montañas se levantan bruscamente
en medio de la llanura, con su eje dirigido siempre, como en
todo el Estado, del N. W. al 5. E., paralelo al gran macizo de
la Sierra Madre. Su altura es considerable con relación al te-
rreno en que se levantan; pero más bajas que las Sierras de
la Zona anterior, puesto que sus cumbres más elevadas ape-
nas llegan á 2,000 metros sobre el nivel del mar. Son notables
las Sierras de la Campana, Tlabualilo y Mapimí, en el Parti-
do de este nombre; la del Rosario, entre Mapimí y Nazas; la
de San Lorenzo y Palotes en Cuencamé, y la de Ramírez, úni-
ca cuyo eje más bien se dirije del Oriente al Poniente, en el
Partido de San Juan de Guadalupe. Cerca del lindero del Es-
tado con el de Coahuila, se levantan las Sierras de Jimuleo y
la Candelaria.
Mem. Soc. Alzate. 'T. 29, lám. VI.
El Río de Durango, antes de formar el Cañón
del Mezquital.
,T. 29, lám. VII.
Mem. Soc. Alzate.
Fondo del Cañón del Mezquital, Durango.
CONFIGURACION GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DURANGO. 17
Algunos de los puntos de esta Zona, de que tengo datos
comprobados de su altura, son los siguientes:
Lugares. E Alturas. Antoridad.
Torreón (Coah.).......... 1134 m. F.C. Internacional.
AOma- Co... c-- ANI O E di :
ETA MCOTO Lmioloceci ide 1306 ,, > SS
ES 1308 ,, 3 e
Velardeña ........ A 1379 ,, a a
EDS AS JN 15090 10 Ss hi
E A es 1273 ,, Ing. Juan Mateos.
San Juan de Guadalupe... 1570 ,, A a
Ea 1665 ,, A iS
MIO io 1368 ,, Wislizenus.
Toda la región árida está formada por calizas eretácicas y
jurásicas. Se encuentran también grandes extensiones de te-
rreno cubiertas de lavas volcánicas (basaltos en lo gémeral),
siendo una de las más extensas la región situada en el linde-
ro de las Municipalidades de San Bartolo (Pdo. de San Jnan
de Guadalupe) y Santa Clara (Cuencamé).
El clima de esta Zona es bastante cálido y extremoso. Lia
temperatura media anual debe resultar de 22 423 grados, con
máximas de más de 40 y mínimas de O, Lo característico del
clima es la más completa falta de humedad en la atmósfera,
que produce uva vegetación raquítica y seca. Los vientos del
S. W. ó sean del Pacífico, que son los dominantes en el Esta-
do, como ya hemos dicho, tienen que recorrer para llegar al
extremo de esta Zona, 500 kilómetros, interponiéndose nor-
malmente es su camino la potente anchura de la Sierra Ma-
dre y todas las cordilleras del Estado. Los vientos del Atlán-
tico, que son los que soplan en la estación de lluvias, encuen-
tran esta región extraordinariamente seca y ardiente, y pasan
Mem. Soo. Alsate México. 1 20. (1909-1010).—8
18 . PASTOR ROVAIX.
á condensar sus nubes á la Zona de los Valles. Por eso las
lluvias son muy escasas y sumamente irregulares en sus pre-
cipitaciones, que se verifican siempre en la forma de aguace-
ros torrenciales, presentando los años un reducido número de
días de lluvia. Torreón, por ejemplo, registró en 1908, 17 días
de lluvia solamente. El promedio anual de las lluvias puede
fijarse en 400 mm. para la parte occidental de la Zona y, 300
para el Bolsón de Mapimí, cantidades que si se precipitaran
en otra forma, producirían mejores condiciones higrométricas
en la atmósfera y en el suelo.
Consecuencia natural de la falta de humedad es la fuerte
evaporación que absorbe por completo la corriente de todos
los arroyos y ríos, y hasta el mismo Nazas, á pesar de sus
37,000 kilómetros cuadrados de cuenca hidrográfica, en su ma-
yor parte en terrrenos de la Sierra Madre, pierde su caudal
en los meses de seca al penetrar á esta Zona. Los escasos ma-
nantiales que se encnentran son de muy corto gasto.
Dos arbustos forman la vegetación dominante y típica de
estas estepas: la gobernadora (Larrea mexicana) y el hoja sén
(Casalpinia exostemma). Los terrenos montañosos están tapiza-
dos por completo con la lechuguilla (Agave heteracantha), cuya
fibra cuando pueda extraerse de un modo económico y rápido,
será una gran fuente de riqueza para el Estado. El guayule
quese produce en los lomeríos, antes sin utilidad, ha dado gran
valor á los terrenos de esta Zona.
Todas las llanuras desiertas y áridas de esta región, están
formadas por uva capa de tierra vegetal de algunos metros
de espesor, cuya fertilidad es asombrosa cuando cuentan con
agua suficiente para el riego. La Laguna, por ejemplo, rega-
da por las aveniadas del Río Nazas, solo es comparable en fe-
racidad á las más ricas tierras de las costas. Desgraciadamen-
te el agua de los ríos con que cuenta, por las condiciones es-
peciales de su atmósfera, es muy corta para la gran extensión
Mem. Soc. Alzate. T. 29, lám. VIIL.
Fondo del Cañón del Mezquital, Durango.
CONFIGURACIÓN GEOGRÁFICA Y CLIMAS DEL ESTADO DE DUHANGO.
19
de sus llanuras; y tratar de utilizar el caudal de los ríos cen-
trales, como se pretende ahora, es un bello proyecto en la
teoría; pero imposible en la práctica por las condiciones topo-
gráficas del Estado, y porque ninguna razón hay para privar
á los Valles centrales de las aguas que en ellos nacen.
Tal es en rápido bosquejo la configuración del Estado de
Durango, una de las regiones más desconocidas del país.
Durango, Agosto de 1909.
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SOCIÉTE SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. zl
APUNTES PARA LA HISTORIA DE CHIAPAS
POR EL LIC.
RAMON MENA, M. $, A. E
EL IDIOMA ESPAÑOL.
Sabido es que el Estado de Chiapas es un teatro casi in-
explorado para el lingíista y que más de media población ha-
bla lenguas indígenas, muy dignas de ser estudiadas por su
alto valor etnológico; sin embargo, ahora trataré del idioma
español que es la lengua oficial y que reviste importancia psi-
cológica é histórica; con efecto, en Chiapas no se habla el es-
pañol como en el resto de la Nación; abí ha sido conservado,
en parte, el español del siglo XVI, tal como lo enseñaron los
conquistadores, á lo que se agregan los modismos hijos de las
lenguas de cada lugar y es por eso por lo que el español de
Chiapas constituye casi un dialecto. De mí sé decir, que fre-
cuentemente ví hablar á hijos de Chiapas sin entenderlos, no
obstante que hablaban en español; yo conocía las palabras pe-
ro con valor diverso.
Mi práctica de Juez en aquel Estado, me trajo serias difi-
cultades, dado que por razón del valor inexacto de las palabras
los deudores resultaban acreedores; pues la palabra “prestar”
vale tanto como “pedir prestado.”
22 - RAMON MENA.
Ya el Gobernador D. Emilio Rabasa había parado mientes
en el asunto y durante su gobierno, inició ante la Legislatura,
la promulgación de un Decreto, prohibiendo terminantemente '
el uso de palabras y frases con acepciones erróneas. Dicho
Decreto existe publicado, yo lo ví en el Archivo oficial de Tux-
tla Gutiérrez.
A continuación doy lista de las palabras y locuciones que
he podido retener; pues el vocabulario es riquísimo y juzgo di-
fícil extirparlo de la región.
La Onomatología es tan interesante como el Vocabulario
y aunque de ella poco he conservado, es, sin embargo, bastan-
te á formar un concepto.
Entiendo que aun existe D. Astrolabio Tercelino Guerra;
conocí á una Doña Témpora, á un Ariosto, á D. Andarivel y
me platicaron de Porfirina Diquiz.
Los nombres de personas son tomados de las novelas ó
bien de las palabras que se oyen y llaman la atención y no es
remoto que sean hijos de los más extraños caprichos; así, en
el caso de Porfirina Diquiz, me refirieron que el padre había
determinado que su primer hijo fuera llamado Porfirio Díaz;
más aconteció que no tuvo hijo sino hija y entonces para no
variar su determinación, formó el femenino de nombre y ape-
llido, de donde, Porfirina Diquiz. *
Por de contado que la gente culta, no usa de todo el Vo-
cabulario y se expresa en un castellano limpio y fijo como
quiere la Academia y hasta censura los gazapos de la gente
del interior, como llaman á toda aquella persona que no es de
Chiapas.
No un sentimiento de crítica zambona me lleva á este es-
tudio, sino la importancia del modo de hablar de un pueblo,
importancia que para mí sube de punto, por cuanto de tiempo
* Existe el apellido Culebro. A los Tiburcios, se les dice Chobolos.
¿Quién no conoció á Tío Chobolo en el Partido de la Frailesca? Es común
al uso del nombre Espatolino,
APUNTES PARA LA HISTORIA DE CHIAPAS. 23
Agápito
. Agengible
Aguadar
Ah, bien
Ah, malbaya:
Al saber
Alzáte
Andá ligero
Aparente
Aúto
Azarear
Bajareque
Bilma
Bien puede
Blando
Bolo
Bombillo
Cabo
Cacahuatal
Casero
Cajué
Carreta
Candela
Canillón
Centro Ñ
Coche
Cochada
” Véase t. 24, p. 427.
atrás vengo dando á esta meritísima Sociedad, algunos Apuntes *
para la Historia de Chiapas.*
Agapito
Jengibre
Echar agua
Loc. afirmativa
» "uegativa
y» Aubitativa
Levantáos
Andad de prisa
Apropiado
Auto
Hacer mal de ojo
Bajarec.—Palabra de la lengua zo-
que. (Es un carrizo para
la construcción de chozas)
Bizna
Contestación al “Con permiso”
Recado de Escribir, papel secante
Ebrio.—La palabra es de lengua
tzotzil
Quinquet
Extremo
Cacaotal.—Plantío de cacao
Huesped
Café
Carrete de hilo
Vela
Flaco y alto
Flux
Cerdo
Piara
De donde cojés vos?
De por sí
Desde hoy
Desinfestar
Divierta
Donde
Don Ex....
El
Enjaguar
Emprendarse
Emprestar
Escabel
24 RAMON MENA.
_ Coma Comadre.— En el tzotzil y en el tzen-
dal, es frecuente apoco-
par las palabras; de ahí
tomaron los chiapanecos
el sistema, pues usan del
apócope principalmente
en los nombres de per-
sonas.
Cómo no! Loc. familiar
Compa Compadre
Contiemplar Contemplar
Costurar Coser
Cuando es viaje? Cuando marcha usted?
Choco Tuerto
Chucho Perro
Chus Jesús
Cual es vuestro apellido?
(Loc. usada en primera persona) Yo
soy “de por sí” flatoso. Vine
“desde hoy.”
Hace un momento
Desinfectar
Diversión
En casa de....
Difunto.—Donde Don ex-Juan Al-
varez.
(Usan este artículo antepuesto á
nombres de personas de don-
de resultan, el Juan, el Chus,
etc. )
Enjuagar
Presentación matrimonial
V. Prestar
Taburete
APUNTES PARA LA HISTORIA DE CHIAPAS, 25
Es propio
Estoy llegando
Faústo
Flato
Flojo
Fresco
Fortunoso
Fuez
Galán, galono, a
Grabiel
Gustar
Hagás
Hagás presto
Hilera
lo, ía
Tlusión
Íngrima
Y de áhi?
Jalar
Jalarse
Jaragán
Jimbar
Juncia
La bruta
Lucear
Manda
Manijar
Meco
Mero bueno
Molestoso
Mem. Soo. Alzate México.
Contestación al “Con permiso”
Acabo de llegar
Fausto
Disgusto, mal humor
Cobarde
Refresco
Afortunado
Juez
Simpático, hermoso, a.—Se aplica
así mismo á animales y á co-
sas.
Gabriel
Divertirse
Hagáis
Hagáis pronto
Hilo
Ito, ico, illo
Panorama, vistas
Solitaria (persona)
Loc. ilativa
Traer pronto
Hacer caer
Haragán
Hacer caer
Follaje del ocote
El colmo.—Fulana es “la bruta” de
inteligente.
Iluminar
Mande usted
Manejar
Color huero, rtubio.—Se dice: ojos
mecos, á los ojos claros.
Bien criado, decente
Molesto
T 29. (1909-1910),—4
26
Molote
Mulito
Nagás
No muy me
Ojála
Oscurana
Palillo
Palillero
_Para
Pasar á traer
Pasear
Patojito
Perezosa
Picarse el ojo
Porquería
Poner baile
Prestar
Príneipio -
Pringue
Prohibir
Qué ha de ser?
Querés?
Qué ya?
Rejeguería
Ruano
Ruín
Salera
Saludes
RAMON MENA.
Mitote
Guajolote, pavo
No hagáis
(Forma negativa incorrecta)
Ojalá
Crepúsculo vespertino
Porta plumas
Aparato que tiene porta plumas
(Se antepone al verbo agradar y así
dicen: Que animal para agra-
darme
Atropellar
Embriagarse
Niño.—Y así preguntan ¿Cuantos
patojitos tenés vos?
Mecedora
Chasquearse
(Es un despectivo)
Dar un baile
Pedir prestado.—Presté cinco pe-
sos, Pedí prestados 5 pesos,
Principio
Pequeña gota de agua.—Y a pringa;
lloyizna.
Evitar
(Dubitativo)
Quieres?
(Acompaña á las negaciones como
para darles fuerza).
Lechería
Color amarillento
Flaco
Recamarera
Saludos
APUNTES PARA LA HISTORIA DE CHIAPAS. 27
Sentir Opinar
Sequía Sed
Será? (Dubitativo)
Sestear Reposar á la sombra en el campo
Sin el (Respuesta al “Con permiso”)
Sí, pues Loc. familiar muy común; equivale
al all right de los americanos »
Sisote Pan francés, telera.
Sólido Solitario (lugar)
Somatar Medio matar
Sos Sóis
Susté Es usted.—Susté malo
Taburete Silla
Tapadera Cobertor, zarape, manta
Tengusté Tenga usted
Tío, tía (Es aplicado á los ancianos)
Tierno De poca edad
Todavía Desde
Tueser Toser
Triquis Cohetes chinos
Un (Es antepuesto á los posesivos, tu,
su, etc.)
Vení vos Venid
Violineta Organillo de boca
Vos Usted
Vuelvo otro Regreso pronto
México, Agosto de 1909.
E oo E
SOCIETÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOIREs, T. 29. 29
¿Por qué no han dado un resultado satisfactorio los ahonos químicos?
POR
RAPAEL M. TELLO, M, $, A,,
Ingeniero y Perito Agrícola.
Hoy que por primera vez tengo el honor de presentar ante
ustedes mi modesto trabajo del cual no dejo de reconocer sus
deficiencias, les suplico me permitan su atención en el des-
arrollo de mi tema, el cual si me atrevo á tratar aun conocien-
do mis ineptitudes, es por que á remejanza del agua crista-
lina que después de horadar una roca edifica al través de los
siglos una hermosa estalactita, así mi limitada, pero constan-
te observación, mis deseos por cooperar en algo en nuestra
querida y respetada Sociedad, me obligan á exponer mis de
ficientes ideas en un tema como el que me he impuesto y que
deseo pueda ser de utilidad para nuestra Agricultura Nacional.
Ligeros datos históricos sobre los abonos.
Varios historiadores dicen: que el arte de cultivar el sue-
lo, ya sea para obtener alimentos ó productos necesarios para
(1) Datos tomados de diversos autores.
30 RAFAEL M. TELLO.
el hombre y los animales, es una de las más antiguas OCcupa-
ciones de la humanidad.
Una de las pruebas que presenta Griffiths, es la pirámide
egipcia “Gize,”” en cuyos dibujos representan higueras y reco-
lectores de higos. Dice que la erección de esta pirámide data
de unos 1,500 años autes de Jesuerislo; mas como esta cons-
trucción supone un desarrollo en la civilización, es evidente
que el arte agrícola sea anterior á esta época algunas centu-
rias.
Según Bretschneider y otros, manifiestan que el arroz, el
trigo, el mijo y las batatas, se cultivaban en China 3,000 años
antes de la Era Cristiana.
Estos enltivos fueron después introducidos en Europa por
los egipcios y los fenicios que cultivaban en las costas del Me-
diterráneo; se extendieron después considerablemente en tiem-
po de los griegos y del Imperio Romano. aunque los progre-
sos realizados fueron muy pequeños.
Para los abonos hay que citar á Teofrasto, Catón, Plinio,
Homero y Columela. Los abonos usados por los antiguos fue-
ron los estiércoles de las aves y de los animales domésticos, y
los romanos pusieron (el arte) de obtener los abonos, bajo la
advocación del dios “Stercutius.”
Consta también en las obras de Plinio, de Virgilio y de
Columela, que los antiguos agricultores sabían ya que los abo-
nos *
minerales” (cenizas de plantas) producían los mejores
efectos en las tierras y fué usada la cal como abono por dife-
rentes tribus de la Galia Transalpina en tiempo de Plinio.
El sabio agrónomo gaditano Columela que vivió en tiem-
po de Jesucristo y que escribió su obra “De Re Rustica,” de-
plora el atraso agrícola de su tiempo y habla del empobreci-
miento de las tierras hasta la esterilidad, por el abandono é
jgnorancia de las necesidades de los cultivos. ;
En la Edad Media escribieron algunos autores, pero en na-
da influyeron sus trabajos en medio de la barbarie de la épo-
cea, que aniquiló las antiguas filosofías de Egipto y Grecia,
impidiendo todo desarrollo intelectual.
Después, el Emperador Carlomagno, estimuló el desarro-
llo (científico) de la agricultura en la Europa Occidental, diri-
giendo personalmente la explotación de 70 granjas de su pro-
piedad.
En 1534 apareció la obra inglesa más antigua, de alguna
importancia, titulada: “The Book of Husbandrie” (El libro del
agricultor), de Sir Anthony Fitzherbert, donde se dan ins-
trueciones para el laboreo de las tierras y trata del uso de las
margas.
Veintiocho años después, Martín Tusser dió á luz su obra:
“Five hundred points of Husbandrie” (Quinientas cuestiones
agrícolas), en las que recomienda la rotación de los cultivos.
En 159, Hugh Platt, publicó su obra: '“Diverse sort of
Soile not yet brougth into any Public nse for Manuring both
of Pasture and arable Ground” (Diversas clases de estiércoles
no conocidos aún del publico, para abonar lo mismo los pra-
dos que las tierras cultivadas), en la que cita: la sal, cabellos,
lodo de calles, heces de la cerveza, cenizas vegetales y desper-
dicios de pescado, p
En los siglos XVII y XVIII se escribió poco acerca de los
abonos, pues los agricultores fijaron su atención en el mejora-
miento de la ganadería.
Durante los primeros 20 ó 30 años del siglo XIX, los es-
eritos de Saussure sirvieron de base á los tratados agrícolas;
éste creía que la sal y la potasa encontradas en las cenizas de
las plantas, procedían de la acción del ázoe durante la com-
bustión.
Esta teoría fué mantenida por varios sabios como Voigt,
Taer, Bousingault, Mulder, etc., quienes la defendían como
Saussure.
Mas como eran erróneas, el mismo Saussure las reconoció
32 RAFAEL M. TELLO.
así y fué uno de los primeros que probó: que el humus no po-
dría sublir todo lo que una buena cosecha requería.
Finalmente, el propio fundador de la doctrina, M. Saus-
sure, llegó á convencerse de que el carbono de las plantas pro-
cedía de la atmósfera y que los elementos mineralógicos del
suelo desempeñaban un papel importante en la nutrición de
las plantas.
En 1839, el Dr. Esprengel publicó un trabajo en el cual
defendía la idea de que ciertos suelos eran estériles por efec-
to de la ausencia de los constitutivos minerales necesarios pa-
ra el desarrollo de las plantas.
Al año siguiente fué cuando apareció la gran obra de Liebig:
“La química orgánica en sus aplicaciones á la agricultura y á
la fisiología.” La importancia de ésta fué demostrar: que el
humus del suelo era pobre é insuficiente para facilitar los ma-
teriales que constituyen los tejidos de las plantas. Liebig sos-
tuvo que el ácido carbónico de la atmósfera era el depósito
del carbono de las plantas; que su hidrógeno lo tomaban del
agua y el nitrógeno del amoniaco del aire y del suelo; el azu-
fre, que es uno de los componentes del protoplasma (puede
decirse: la vida) de las plantas, procedía de los sulfatos con-
tenidos en el suelo y las restantes materias orgánicas que se
hallaban en las cenizas de la planta, procedían del suelo don-
de ellas se desarrollan; Liebig demostró que las plantas no po-
dían vivir sin estos ingredientes minerales y que el humus no
podría ser el único material nutritivo de las plantas.
La fertilidad de un suelo no puede permanecer inalterable
sino se le restituyen las substancias que las plantas le han to-
mado para su desarrollo, y estas substancias son: “Los Abo-
nos,” aplicados convenientemente. Las tierras vírgenes, lo mis-
mo antiguas que modernas, perdieron su vigor y todos los
pueblos han visto la necesidad de los abonos, reconociendo su
importancia; pero la manera racional y oportuna de-aplicarlos
¿POR QUÉ NO HAN DADO UN RESULTADO SATISFACTORIO LOS ABONOS QUIMICOS? 33
==
no se ha comprendido aún, no obstante que desde Liebig y sus
sucesores estudiaron la fisiología vegetal.
No me ocuparé por ahora de estudiar en detalle los ele-
mentos constitutivos de las plantas, las funciones de sus ór-
ganos y las condiciones necesarias para su desarrollo, puesto
que no es mi objeto, y sí voy á exponer lo defectuoso del sis-
tema de aplicación y uso de los abonos y en particular de “Los
Químicos” que tienen una gran importancia en nuestra agri-
cultura, dependiendo mucho de ellos, el progreso de la misma
y el aumento de producción,
Igualmente, no entraré en estudio de clasificaciones de
abonos, ni de cada uno de ellos, por no hacer muy extenso mi
presente trabajo.
¿Por qué no han dado un resultado satisfactorio
los abonos químicos?
Difícil es en verdad dar una contestación firme y segura á
tal pregunta que es de bastante trascendencia, pero como ya
llevo dicho: mi limitada y constante observación, mi amor á
la Ciencia Agrícola y mis ardientes deseos por nuestro pro-
greso nacional, me obligan á citar los puntos que me parecen
más culminantes del tema que me he impuesto y que espero
llene mi vehemente deseo.
Es innegable que los abonos químicos darán un resultado
magnífico, cuando éstos sean aplicados de una manera cientí-
fica, práctica y económica,
Mas al haber yo sido testigo en diferentes puntos de nues-
tra República de la manera como se verifica esta aplicación y
no conforme eon ella, ocurrí al establecimiento donde se ex-
penden estos abonos, que á mi humilde criterio son los mejo-
res, puesto que ellos son concentrados. Tal establecimien-
to es el Sindicato de Potasa Alemán, representado por los
Mem Soo. Alzate. México, 'P' 29, (1909-1910), —5
34 RAFAEL M. TELLO.
Sres. Bode y Rosenstein, quienes á su vez me permitieron el
honor de ser su representante en los diversos Estados que he
recorrido.
Ya así me fué más fácil ver de cerca la manera de mani-
pulación de los abonos y los métodos que siguen tanto para
su aplicación como para su venta.
Principié por ver, no sin sentimiento, que dicho Sindica-
to tiene ya fórmulas fijas y determinadas de abonos, para cada
una de las diversas especies de plantas que se cultivan en
nuestra República, y de las cuales reproduzco algunas:
Para Maíz.
140 Kilos Superfosfato.
150 ,, Cloruro de potasio.
180 ,, Sulfato de anonia-
Co.
30 ,, Huesos molidos.
Para Trigo, Cebada y Centeno.
130 Kilos Superfosfato.
Para Caña,
200 Kilos Cloruro de potasio.
300 ,, Sulfato de amonia-
co.
130 ,, Superfosfato.
30 ,, Huesos Molidos.
Para Alfalfa y Trébol.
140 Kilos Superfosfato.
80 , Cloruro de potasio. 130 ,, Cloruro de potasio.
160 ,, Sulfato de amonia- 80 ,, Salitre de Chile.
co. 200 , Huesos molidos.
30 , Huesos molidos.
No satisfecho con esto y deseoso de cerciorarme del resul-
tado, salí por diversos puntos del Estado de Puebla, del que
soy hijo, y allí tuve oportunidad de aplicar dichos abonos (en
el Rancho Colorado y otros) según las instrucciones del Sin-
dicato, los cuales no han dado resultado, como lo comprobé
también personalmente.
Así mismo tuye el sentimiento de escuchar quejas de va-
rios agricultores, por el mal resultado de sus abonos; en cam-
¡POR QUE NO HAN DADO UN RESULTADO SATISFACTORIO LOS ABONOS QUIMICOS? 35
bio, en el Rancho “La Rosa” (Puebla), propiedad del Sr. Pe-
tersen, ha ocurrido todo lo contrario, pero debido á su constante
estudio, á la inversión de algún capital en provecho de sus
tierras y las contínuas experiencias que ha hecho por sí pro-
pio, sin atender á los consejos de aplicación que da el Sindi-
eato, como me lo manifestó el mismo señor.
Regresé de mi Estado lleno de tristeza por ver el mal sis-
tema llevado en la aplicación de los abonos y manifesté las
innovaciones que á mi propio criterio debían introducirse, las
cuales por lo visto no fueron atendidas, pues hasta hoy conti-
núan de igual manera, expendiendo los abonos sin antes sa-
ber ó indagar, si ellos serán benéficos al aplicarlos.
Ahora, que como ya dije, deseo exponer mis creencias des-
pués de mi constante observación, paso á citar los puntos que
deberían tenerse en cuenta para que los abonos químicos den
á nuestros agricultores todo el provecho necesario que ellos
desean, así como que las tierras los reciban de una manera
tanto científica, como provechosa.
¿Cuál es el punto primordial del que debían partir para sa-
ber el abono que una tierra necesita?
Es indiscutible que su análisis, tanto físico como químico,
pues por él se vendrá en conocimiento de las substancias de
que está compuesta la tierra que se trata de abonar; cuáles
de ellas le faltan ó le son necesarias para que la producción
sea favorable y en qué cantidad necesita éstas, puesto que si
cada tierra es un individuo distinto, por consiguiente será tam-
bién distinta su composición.
Así es: que si nuestra tierra que vamos á abonar tiene por
ejemplo la cantidad suficiente de potasa, ¡¿i qué ponerle más?
que es lo que se hace aplicando las fórmulas que da ya el Sin-
dicato. De nada le serviría á nuestra tierra ese exceso de po-
tasa, puesto que la planta por cultivar no tomaría sino la indis-
pensable para su crecimiento y desarrollo.
No poniendo más se evita: ya el gasto en vano de tal subs-
36 RAFAEL M. TELLO.
tancia que quizá sería arrastrada por los agentes naturales, ó tal
vez perjudicaría las condiciones físicas ó químicas de la tierra,
¿Cómo evitar esto? Haciendo, como ya dije, un análisis tan-
to cualitativo, como cuantitativo de cada una de las tierras,
cosa que nunca ha hecho el Sindicato, ni las demás casas ex-
plotadoras de abonos y que deberían hacer para obtener resul-
tados ciertos y seguros, así como para evitar las fórmulas ge-
nerales que nunca podrán dar buenos resultados. También
deberían preocuparse todos los que se dedican á la explotación
y manufactura de abonos, en indagar la naturaleza del suelo,
su origen, composición, altitud, latitud, situación topográfica,
sistemas de riegos, sistemas de cultivos y naturaleza del sub-
suelo, y no como Jo hacen; que para que todas las tierras sean
ricas ó pobres en principios fertilizantes y estén en el lugar
que sea, ellos aplican ó encargan se aplique el abono de una
manera general, sin atender á ninguna de las cireúnstancias
ya citadas; así por ejemplo: para el cultivo del maíz, lo mismo
les da que el terreno sea arcilloso, calcáreo, arenoso Ó humí
fero, como que esté situado en Sonora, México ó Yucatán, ete.,
ellos dan para tal cultivo la fórmula que ya iudiqué (para maíz)
(pág. 34), cuyas canti lades señaladas son por hectárea, sin an
tes preoeuparse por ver si conviene ó nó aplicar dicha fórmula
y en las cantiiades expresadas. Lo que digo con este cultivo
lo diría para todos, en que el sistema es el mismo.
Todo esto lo he confirmado en el Estado de Puebla, don-
de no se ha logrado obtener resultados satisfactorios con los
abonos.
De aquí que todo lo que procede, no solo al Sindicato de
Potasa Alemán, sino que lo hago extensivo para todas las ca-
sas que se dediquen á la explotación de toda clase de abonos,
quienes deberían por medio de propagandas, como lo hacen
para anunciarse, propagar también los medios para que los
mismos agricultores hicieran sus análisis y ellos mismos vie-
ran también lo que hace falta 3 sus tierras.
¡POR QUÉ NO HAN DADO UN RESULTADO SATISFACTORIO LOS ABONOS QUIMICOS? 37
Me permito decir esto, porque en varios de mis viajes ha
habido quienes me hagan las siguientes observaciones, me
han dicho: Los abonos químicos serán muy buenos, pero ¿có-
mo sabremos si al aplicarlos no perfudicamos nuestras tierras
y hacemos un gasto que nos traería otros para modificar lo
hecho?
Agregaron, además, que los comerciantes en abonos dirían
que á sus tierras les faltaban varias substancias, ya para ven-
der éstas mejor y á buen precio, sin que ellos supieran si efee-
tivamente les serían necesarias. Hubo quién me dijera: ¿cómo
sabe usted si el abono que me recomienda puede ser útil á mi
tierra si no la conoce?
Efectivamente que tenían razón y de aquí el que demos-
tré mi interés por remediar estos inconvenientes, lo cual no
conseguí en esa época y es lo que hoy deseo dar á conocer.
¿Cómo podrá lograrse? Haciendo un manual enteramente
práctico de “Análisis Químico Cualitativo,” para que el agri-
cultor con los conocimientos de química elemental que tuviera,
6 aun sin ellos, pudiera darse cuenta de la carencia de subs-
tancias que tuviera su tierra y de esta manera, ya por convie-
ción propia, él pediría aquellas substancias que viera le hacían
falta, restando solo á la casa comercial el hacer un análisis
cuantitativo para indicarle las cantidades en que fuere nece-
sario aplicar dicho abono.
Esto no aumentaría gran parte del trabajo de dichas casas
y sí, en cambio, sería benéfico tanto para nuestros agriculto-
res, como para las mismas casas expendedoras.
Felizmente cada día va en progreso la civilización agríco-
la, pues con gusto vemos que en la mayor parte de las hacien-
das de nuestra R+pública, han iio reemplazando el antiguo
arado “egipcio” por el modsrno de fierro, como se está hacien-
do también: ¡Con la “rutina” y el estudio!
Tiempo es ya de que nuestros agricultores no se dejen sor-
prender por la carencia de conocimientos, y que ellos mismos,
38 z RAFAEL M. TELLO.
á quienes debe preocupar también el progreso de nuestra que
rida patria, analicen sus campos, ejecuten experiencias, for-
mulen ideas provechosas y verifiquen sus cultivos y operacio-
nes de la manera que la ciencia lo aconseja.
Aplicación de los abonos químicos.
Los métodos que deberían seguirse para una buena apli-
cación de los Abonos Químicos, dependen: de la naturaleza
del terreno, considerando el suelo y subsuelo, de su situación,
de los vientos dominantes, de las épocas de lluvia y sequía,
del clima, del sistema de irrigación, así como de la siembra,
laboreo y la planta que vaya á cultivarse.
Aplicar un abono sin tener en consideración todo lo que
antecede, es como aplicar á un enfermo un medicamento “ca-
sero” (como se dice vulgarmente), el cual su resultado es du-
doso y la mayor de las veces perjudicial.
La tierra, como ya dije anteriormente, puede compararse
con un individuo, y como tal, necesita de cuidados, alimentos,
calor, luz, aire, agua y, además, todas las atenciones que exi-
jiría el primero, para su desarrollo tanto físico como moral.
También la tierra sufre enfermedades que la inutilizan pa-
ra la producción y pueden traerle la muerte, volviéndola esté-
ril si antes no se le prodigan los cuidados y medicamentos que
le sean necesarios (los abonos), siempre que al aplicarle ta-
les abonos sea hecha esta aplicación de una manera racional,
con lo cual se logrará obtener el mejor provecho y abundante
producción.
Los métodos de aplicación que aconseja la “Guía” del ya
dicho Sindicato, me parecen muy deficientes y defectuosos,
pues como para los abonos, tratan este punto tan importante
de una manera general y no en detalle como deberían hacer-
lo, siendo que de ello depende la parte principal del resultado
apetecido.
¿POR QUÉ NO HAN DADO UN RESULTADO SATISFACTORIO LOS ABONOS QUÍMICCS? 39
El ya tantas veces dicho Sindicato expone en su guía un
párrafo que dice: “es condición indispensable como ha queda-
do comprobado en la práctica, para que los abonos ejerzan
mayor efecto, se usen juntos y vayan previamente mezclados
entre sí, antes de aplicarse á la tierra” Á continuación sigue
diciendo: “Para facilitar á los agricultores el uso de los abo-
nos, los proporcionan ya mezclados y listos para su inmediata
aplicación, hechas las mezclas con arreglo á las “fórmulas” se-
ñaladas para determinada siembra ó planta.”
_¿Pozrá esto dar buen resultado? Indudablemente que no,
pues el mismo Sindicato no ignora que existen algunas subs-
tancias que no deben mezclarse (sulfato de amoniaco y esco-
rias Thomas); otras que se mezclarán únicamente cuando estén
inmediatas para ser aplicadas (cal y sales potásicas); y las úl-
— timas que es indistinto hacer la mezcla ó no.
Como demostración de mi dicho reproduzco un dibujo que
recibí del mismo Sindicato, titulado: “¿Cuáles substancias de
abono pueden ser mezcladas?” el cual no á todos los agricul-
tores se les muestra.
Mas, ¿por qué no aclaran esto en su “Guía”? ¿No les daría
mejor resultado tanto comercial como instructivo? Como creo
que sí, por eso hoy me permito reproducirlo y exponerlo,
40 RAFAEL M. TELLO.
JSuperfosfatos
Escorias
A T10mMIas
Jullato de Amoniaco
Queng 0/021948 7
Pe
> De O
PAÍS
NO
Pilrato ode Sosa
Soles
Potosicos Wi
Las substancias ligadas en este dibujo con líneas gruesas
e...) no deben ser mezcladas; las ligadas con líneas do-
bles (===) pueden mezclarse únicamente cuando estén
inmediatas para ser aplicadas, y las ligadas con líneas simples
(————) pueden mezclarse á cualquiera hora.
Si todas las causas y modificaciones que llevo dichas se
tuvieran en cuenta para el caso que nos ocupa, veríamos con
verdadero placer nuestros campos fértiles y productivos, y no
escucharíamos las justas quejas que varios agricultores en-
vían, atribuyéndolo á los abonos, cuando que éstos aplicados
debidamente, que es lo que no se ha hecho, serían el mejor
e
¿POR QUÉ NO HAN DADO UN RESULTADO SATISFACTORIO LOS ABONOS quimicos? 41
recoustituyente de los suelos y el mejor alimento de las plan-
tas, unidos á los que el suelo y la atmósfera les proporciona
para su crecimiento y madurez.
Ojalá y el Sindicato de Potasa Alemán, lo mismo que las
demás casas manufactureras de abonos, tomaran en cuenta
esta mi pequeña recopilación de datos para la buena aplicación
de los abonos químicos, así como que todos nuestros agricnl-
tores pudieran ver que no hay que culpar á dichos abonos,
puesto que ellos en sí no son sino el instrumento material,
aplicable á producir su efecto, y que la falta de estudio y de
experiencias, son las causas fundamentales que han dado ori-
gen á que el resultado de los ya tantas veces dichos abonos
químicos no sea satisfactorio,
Espero sean atendidas estas mis humildes proposiciones,
con lo cual me sentiría feliz y se habría logrado dar un paso
inmenso en el progreso agrícola nacional.
Convocatoria.
Fuera del tema que me he propuesto, pero relacionado con
el mismo objeto, propongo á todos los agricultores mexicanos,
se estudie con detenimiento un proyecto adecuado, para la
construcción é instalación de una Fábrica Nacional de Abonos
Químicos, sabiendo que nuestra República es tan rica en ele-
mentos que podrían servir de base para llevar á efecto tal pro-
yecto, pues siendo, además, que cada día se ve la necesidad de
ellos en nuestro suelo, de esta manera nos evitaríamos el que
nos llegaran de naciones extranjeras, pudiéndose fabricarlos
en la nuestra y resultar de este modo beneficiados, tanto en
su fácil transporte como en su valor que sería muy económico
y al alcance de todos los agricultores.
Ojalá y llegara á ver realizado este mi vehemente deseo,
que de efectuarlo, traería grandes ventajas á nuestra agri-
cultura en general, siendo que existen tantos campos que por
Mem Soo, Alzate, México, T 29. (1909-1910).— 6
42 RAFAEL M. TELLO.
£
falta de abono se encuentran como aletargados é improdue-
tivos.
Para finalizar diré: que yo, un humilde hijo de la Escuela
Nacional de Agricultura y Veterinaria, deseo que esa juven-
tud que hoy ocupa las aulas de esa mi querida madre Escuela,
fije su atención sobre los puntos que á grandes rasgos he ci-
tado en este mi modesto trabajo, para que cuando ya se encuen-
tren en el extenso campo de la lucha, puedan vencer con sus
conocimientos las dificultades qne á su paso se presenten, y
podamos ver en no lejano día á nuestra querida Patria alzarse
orgullosa entre las demás naciones, por su adelanto agrícola
que está llamado á ser su porvenir.
México, 3 de Mayo de 1909,
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.'' MÉMOIRES, T. 29. 43
A __ —_—__—____—_—_ ___——__
Sur la vie apparente de corpuscules obtenus par éraporation
de solutions de silice
el de carbonate de calciam dans de lea saturóe dacide carbonique
PAR
A, L, HERRERA, M, $. A.
Chef Professeur de Biologie A l'Institut Médical de México.
Apercu historique.—Rainey en 1868 et Harting en 1872 ont
fait connaítre les figures celullaires préparées par diffusion lon-
te de carbonate et de bicarbonate desodium dans diverses subs-
tanees colloidales, en présence de chlorure de calcium et de quel-
ques autres sels calcaires. Ces travaux sont bien connus et ont
été répétés derniérement par Butler Burke, Dubois etKuckuck,
Le premier a mis du chlorure de baryum raditére dans la gélati-
ne, mais Dubois a observé que le chlorure de baryum non radi-
fóre donne aussi des corpusenles. Kuekuek a publié un ouvrage
remarquable sur les cellules ou corps de baryum, obtenus avec
44 A. L. HERRERA
le chlorure de baryum et des bouillons divers. J'ai fait des
centaines d'expériences avec ces divers procédés. En 1906 j'ai
dit, dans mon ouvrage “ Biologie et Plasmogénie,” que ces
corpuscules étaient dús á une cristallisation incomplete des
carbonates terreux au sein de la graisse. En effet, bouillis
avec de l'eanils produisentune couche flottante de graisse. Mes
recherches ultérieures ont démontré que cette graisse est ac-
cidentelle et accessoire et que les corpuscules bouillis long-
temps se purifient de la graisse sans perdre leur forme.
Is persistentaprésineinération ebaussi dans les dissolvants
des graisses, par exemple, dans un mélange de chloroforme, ben-
zine et éther. D'autre part, les graisses incinérées lentement
laissent un résidu de silice, qui provient probablement des al-
bumines ce qui explique la formation de corpuscules caleai-
res-siliciques au sein de l'huile et de Pacide oléique.
Interprétation des calcosphérites ou radiobes.—Ainsi que je
Pai dit dans mon. article “Sur les phénoménes de vie ap-
parente observés dans les émulsions de carbonate de chaux et
silice gélatineuse,” ces corpuscules sont dús á une cristallisa-
tion incompléte des sels caleaires ou barytiques dans la silice.
Slack a observé que le sulfate de cuivre et autres substances
inorganiques donnent des figures spéciales dans la silice, par
une cristallisation incompléte. J'ai vu que le bicarbonate de
sodium et le chlorure de calcium en se diffusantlentement dans
la silice colloide montrent les corps de Harting et Rainey. Se-
lon Paul Ganbert, les deux causes principales qui font varier
le facies d'un cristal sont la vitesse de eristallisation et Pab-
sortion de matiéres étrangéres dissoutes dans l'eau mére. Cet-
te derniére cause doit intervenir dans la production des eris-
taux artificiels possédant les mémes formes que le minéral
considéré. Ainsi, les cristaux de gypse, qui dans une eau-mé-
re pure sont toujours allongés suivant Paxe vertical et limivés
par les faces gl (010), m (110) et al (101), apparaissent, com-
me dans le cas de cristaux naturels, allongés suivant Paxe b
SUR LA VIE APPARENTE DE CORPUSCULES UBTENUS PAR EVAPOBATION, 45
si Von ajoute 4 Veau mére du bleu de méthyléne. De méme, tan-
dis que dans Veau-mére pure, le nitrate de plomb eristallise en
octaédres parfaits, laddition de bleu de méthylene le fait eris-
talliser en cubes, avec des stries analogues á celles de la pyrite
triglyphe; par analogie, on peut penser que la forme en cubes
de la pyrite naturelle est due á la présenes d'une matiére étran-
gére. (“Comptes-rendus de PAcadémie des Sciences. Paris.
28 déc. 1908).
Jannettaz a décrit aussi les sphérolithes, eristallites, pola-
risation d'aggrégats ceristaux colloides et inclusions de eris-
taux. 0 ]
Gaubert a observé que les cristaux Vacide phtalique peu-
vent absorber pendant leur aceroissement une certaine quan-
tité de matiére étrangére, qui exerce une influence sur leurs
formes et sur leur grosseur. Les différentes faces n'ont pas
la méme faculté de se laisser pénétrer par ces substances; aus-
si les eristaux montrent-ils la structure dite en sablier, dont
la signification est ainsi fixée. *
Les eristaux de chlorhydrate de conicine ont souvent 'ap-
parence de la mousse. Exposés pendant quelque temps á Pair
ees eristaux se modifient, les prismes disparaissent, et, si la
eristallisation avait Vapparence de la mousse on voit se pro-
duire en certams points, des formes qui rappellent celles des
sporanges; peu á pen apparaissent des cristaux jaunes. *
a
(1) Les roches, p. 210, Paris. 1900.
(2) P. Gaubert. De l' influence des matiéres colorantes d'une eau-mé-
re sur la forme des cristaux qui s'en déposent. C. R. Acad” Sci. 22janvier
1906. Voir aussi: J. H. Bowman. Société anglaise des Industries chimi-
ques. Section Canadienne. 19 Octobre 1905 —Rev. Gén. Sciences. 1906,
p. 301. Selon Bowman le mélange V'un colloide á une substance cristalli-
ne fgadue modifie beaucoup la cristallisation et forme des cristaux, par
des modifications dans les lignes de force et dans Vapport de matiére an
eristal en formation.
(3) Dragendorff. Manuel de Toxicologie. 1886, p. 374,
46 , A. L. HERRERA,
Les cristaux liquides.—Un grand nombre de travaux ont été
publiés sur les cristaux liquides. Pai étudió les eristaux li-
quides Voléates alcalins % et présenté un mémoire sur les
mouvements serpentiformes et amiboides des oléates alcalins
et de Pacide oléique flottant dans Peau de chaux ou dissous
dans le sulfure de carbone et se mouvant et déplagant au-foud
de Peau ammoniacale.
Lehmann prétend que ces eristaux représentent un état
nouveau de la matiére, mais Quincke, Tammannt et Nernst les
ont envisagé comme des émulsions.
C'est Pexplication exacte. On r'obtient pas une séparation
de liquides et solides par la centrifugation des eristaux liqui-
des mais cela arrive toujours avec les émulsions de consis-
tanee trop ferme, surtout avec celles de carbonates et phos-
phates calcaires ou barytiques dans la silice coagulée. Quant
aux différences optiques entre les émulsions et les eristaux
liquides, elles ne sont pas si profondes qwon la dit et Jai
vu les eroix á la lumióre polarisée dans les cristaux de carbo-
nates terreux impregnés de silice. Or, ces complexes ne sont
pas des états nouveaux de la matiére, des cristaux liquides.
L'acide oléique, qui intervient pour un part si importante dans
la formation des cristaux liquides ne donne pas toujours les
formes myéliniques.
(1) Adami et Aschoff. Sur les myélines. Soc. Roy. Lond. Proc. 526.
B: Lehmmann. Archiv, f. Entwickelungsmechanik. n. 21, 1906; Les eris-
taux liquides. Rev. Sei. Avril 1909, p. 537; P. Gaubert. Les cristaux li-
quides. Rey. Sei, 9 janvier 1909, p, 32; voir aussi les publications et ou-
vrages de Lehmmann, Vorlánder, Quincke.
(2) Notions de Biologie et plasmogénie, p. 83, et plusieurs publi-
cations dans les “Mémoires de la Société Alzate,” “La Naturaleza,” “Re-
vista Médica,” €. On donne les travaux de Lehmann comme des nou vgau-
tés. Mes recherches datent de 1898 et Drumond et Virchow ont décrit les
formes myélinoides des 1825 et 1862. “Monthly Journal.” Robin. Traité
du Microscope, p. 472.
'
e A
SUR LA VIE APPARENT DET CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION, 47
Celles-ci se produisent surtont sous Vinfluence du carbona-
te neutre de sodium ou de potassium, qui sont trés solubles
et qui, probablement, donnent des carbonates barytiques, cal-
eiques, ete., au sein de P'acide oléique. Celui-ci renferme de Pa-
cide silicique et des traces de sels de baryum, calcium ete., dues
au procédé de préparation et á origine organique de cet acide.
En effet, un acide oléique presque pur, préparé par mon ami, le
professeur Ricardo Pérez, etquifútpurifié de toute trace de sels
barytigues et plombigues ne donna aucune structure myéli-
noide. Schenk prétend avoir opéré avee des corps absolument
purs, mais cette afirmation est contraire aux observations de
tous les microchimistes. Au microscope on observe qu'il y a
pas de substances absolument pures. Toutes sont souillées de
mierobes et de leurs sécrétions, de graisses des opérateurs et fa-
bricants. Les ouvrages classiques de chimie sont pleins d'er-
reurs á propos des silicates, que J'ai trouvé méme dans Pale-
ooletdansles graisses. Ramsay méme, le chimiste bien connu, a
été une victime de ces impuretés quand il a dit que le radium
transforme les métaux...... etil s'agissait des impuretés du
yerre.
Chaque fois que lon opérera avec des réactifs de laboratoire
etsurtout avec des substances extraites des organismes, on de-
yra avoir en considération que méme les cristaux renferment
un grand nombre d'impuretés dont influence est négligeable
pour les chimistes, mais une importance énorme pour les mi-
ero—-chimistes, puisque une dose infinitésimal d'impuretés ap-
parait inévitablement sous un grossissement de 1000 diamé-
tres, leur influence étant amplifiée, exagérée 1000 fois. Eh
bien je ne trouve dans aucune publication sur les cristaux
liquides la description des méthodes employés pour purifier
les réactifs. Au contraire, on dit que les formes se produisent
ayec une variété spéciale de réactif et Adami et Aschoff se de-
mandent s'il y a plusieures myélines de pureté variable. Un
fait est curieux á remarquer: de deux préparations d'un méme
48 A. L. HERRERA.
composé, Vune présentera la double réfraction et Vautre pas.
Parfois elle se présente, mais temporairement et on voit
les globules disparaítre pour faire place á des eristaux, ce
que Jal vu dans les émulsions de carbonates terreux quand
la réaction du liquide est trop alcaline, Paleali dissolvant la
silice. C'est inconciliable avec Pidée un état nouveau de la
matiére. Les calcosphérites incinérées conservent leur forme
et traitées par un acide faible elles laissent un résidu silici-
que. 1 Yy a done pas de eristaux liquides, mais des cristaux
impurs, anormaux, impregnés de colloides empéchant une eris-
tallisation parfaite.
Imperfections de la technique de Harting et Rainey.—Ces au-
teurs font diffuser lentement le bicarbonate de sodium et le
chlorure de calcium dans de la gomme ou de Palbumine. J'ai
obtenu les mémes résultats en diffusant ces sels dans la sili
ce. Les calcosphérites se forment avec une grande irrégula-
rité. Plusieurs cireonstances ont une grande intluence sur les
résultats:
Concentration dela pseudo-solution eolloide, température,
proportions des sels, distance des sels, volume du liquide, im-
puretés organiques et inorganiques, agitation, forme des va-
ses, vitesse de la diffusion, état moléculaire des sels et consis-
tance des mémes ainsi que leur solubilité, le chlorure de eal-
cium compact se dissolvant plus lentement que le chlorure
spongleux.
Dans la méme préparation on trouve une grande variété
de sphérocristaux, de membranes, ce quí est dú aux condi-
tions de précipitation du carbonate de calcium et de coagula-
tion de la silice dans les différentes régions et zones de con-
centration du liquide. La concentration est plus grande au voi-
(1, Mr. Kuckuek m'a communiqué que les eristaux de Lehmann sont
des alliages d'un solide et d'un liquide.
e
«>
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION, 49
sinage des sels et elle présente des variations selon un grand
nombre de facteurs. La siliee se coagnle en présenee du bi-
carbonate de sodium solide ou en solution concentrée, du chlo-
rure de calcium solide on en solution faible et du carbonate
de calcium. C'est la cause de la coagulation á Pintérieur et
á la surface des eristaux ou en dehors Veux, les flocons du
gel siliciques, impregnant plus ou moins de cristaux.
C'est le moment de donner Vexplication des formes obser-
vées.
M. Kuekuek accepte Pionisation des sels par Veau des gels.
Pour moi Vexplication est plus simple. >
Tout d'aborá quelques eristaux de ealcite en formation
sont entrainés par les traces de graisse vers la surface de la li-
queur. 1ls renferment une trace de silice se dissolvant bientót
dans les traces Vacide ou Valcali et la force de eristallisation
Vemporte alors sur la force opposée, c'est-á-dire, sur la cohé-
sion des molécules de graisse et le silice coagulée empéchant
le rapprochement des molécules cristallines. D'ailleurs, lagrais-
se soxyde au contact de Pair et les eristaux de calcite se for»
ment plus ou moins rapidement, conservant souvent une partie
arrondie. Cette eristallisation est plus rapide au soleil ou á
une température de 50 a 60 degrés.
Dans les profondeurs du liqueur les molécules de calcite
en formation s'associent ayec les granules colloides de silice
ou du colloide organique, le coagulent, et alors le réseau eris-
tallin subit laction disruptive du gel et il en résulte, des dé-
formations et des phénoménes de croissance et de. division.
On sait que la formation des .gels s'accompagne d'un gonfle-
= (1) Graham. “L/acide silicique est coagulé en quelques minutes eos
úne solution 'contenánt un 100008 Vún carbonáte alcaliñ! ón terrenx.'
ales de Chimie et rl dl Paris: 1862, 3e. “serie. "Tome LXV;
p: 170.- bl
Mem. Soc. Alzate. México. T 29. (1909-1910), —7
50 A. L. HERRERA.
ment considérable.“! Le silicate de sodium sirupeux étendu
Veau et traité par un acide ou par un sel eoagulant solide ou
en solution concentré, augmente de volume, par absorption
d'eau. La preuve de cette explication est que si Pon fait dif-
fuser le chlorure de calcium sur le carbonate neutre de sodium
en présence de silice eolloide, on observe parfois, dans des con-
ditions eompliquées de concentration et de contact, queles eris-
taux de carbonate de sodium en voie de dissolution s'impreg-
nent de silice et le carbonate de calcium se forme entre le ré-
seau cristallin lui donnant Paspect des amibes. Les fragments
et les figures de cerrosion des cristaux de carbonate neutre de
sodium conservent leur forme, se gonflant lentement et présen-
tant des monvements amiboides.
On observe aussi dans les ceristaux de calcite un grand
nombre de particularités intéressantes. Souvent un globoide
renferme dans son intérieur un grand nombre de petits eris-
taux se gonflant lentement. J'ai vu, dans les solutions diluées
la structure du spath caleaire décrite par Huygens % c'est-4-
dire, des sortes de cubes remplis de files paralléles de globu-
les symétriques.
Des vacuoles s'observent souvent au centre des sphérocris-
taux, si bien décrites par Kuckuek: elles sont dues á la disso-
lution de l'émulsion silico-calcaire.
Ces sphéro—eristaux forment les conostats de Harting, sur-
tout en présence de colloides organiques, mais généralement
ils meurent par eristallisation, ainsi que Pa dit M. Dubois.
C'est dí á ce que les membranes de silice coagulée sont trop
fines et solubles et la force de cristallisation, de plusieurs cris-
taux associós, lemporte sur la résistanee opposée par le gel
á la cristallisation.
(1) La pression osmotique des sels englobés a aussi une grande in-
fluence sur le gonflement par le gel.
(2) Fluid and apparently living crystals. “Scientific American.”
Suppl. January 30, 1909, fig. 1.
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBT£NUS PAR ÉVAPORATION, 51
Si les granules colloides se trouvent en grand nombre au-
tour de eristaux en formation excessivement petits, il y a émul-
sion des miero-cristaux dans le gel silicique. On a alors Vap-
parence d'un protoplasma gravuleux. Ce résultat se produit
quand on précipite des solutions trés diluées et c'est le point
le plus intéressant de mes recherches.
On sait, d'ailleurs, qw'il y a une grande variété de carbona-
tes calcaires et de formes cristallines de ces sels, selon les con-
ditions de préparation, ce qui explique plusieurs autres détails
des figures obtenues.
Modifications diverses 4 la technique de Rainey et Harting.
Le carbonate neutre de sodium donne les figures amiboi-
des que je viens de signaler, mais il renferme un excés daleali
et la préparation et conservation de ces figures est trés diffici-
le. Avec les mémes réactifs et doses on obtient souvent des
résultats décourageants.
La précipitation des solutions diluées, des grandes masses
de liquides, la diffusion lente par diverses moyens, á travers
de filtres de collodion ou de parchemin, donne des résultats
trop variables. Les contacts des liquides et des solides, les lig-
nes de contact des solutions sont trés inégales et la diversité
décourageante des organoides ainsi préparés est étonnante.
Souvent la silice se coagule séparément et le gel renferme
seulement des cristaux bien formés et sans intérét,
La chaux vive, purifié des alcalis par des lavages á Peau
distillée et mise dans une solution Vacide carbonique et sili-
ee, fournit des membranes délicates et une espéce de proto-
plasme, mais ici encore le contact est variable entre la chaux
et la solution et les résultats trop irréguliers.
La techniqueidéale consistera en déterminer la coagulation
du colloide et la cristallisation simultanément, de la maniére
la plus réguliére et dans les proportions nécessaires pour évi-
ter un excés de réactifs. Il faudra aussi éloigner les chances
52 A. L. HERRERA,
-de dissolution des flocons dans les traces d'aleali ou dYacide,
-ce qui est le plus grand écuiel dans co genre Vexpériences.U
- Technique perfectionnée. Emploi des solutions de silice et carbo-
nate de calcium.—Ces considérations et Pobservation des figu-
res plasmogéniques préparées dans plus de 1000 expériences
soigneusement décrites dans les livres de notes de mon labo-
ratoire et qwil serait inutile de copier ici, "ont suggéré Vidée
de la technique suivante:
Dans un siphon “Sparklets” á charge Vacide carbonique
liquide on introduit 1700 c.e. Veau distillée dans un alambie
métallique, aditionnée de 4 grammes de carbonate de calcium
pur et lavé. On ajoute aussi 20 centimétres enbes de silice eo-
lloide á 0,2 pour cent. On ferme le siphon, on injecte Pacide
carbonique et on abandone pendant 24 heures. Apres on fait
jaillir 100 centimétres cubes de solution et on évapore á 50
ou 60 degrés, dans une capsule de Petri de verre de léna.
T"emploi des vases en verre ordinaire est trés nuisible pour.
les expériences de plasmogénie, parce que le verre se dissout
plus ou moins dans Peau, et la proportion-de silice augmente,
mais Pincouvenient le plus redoutable est que les liqueurs pren-
nent une réaction alealine et les figures les plas fines ne se
forment pas, par dissolution. Les vases métalliques s'échauf-
fent trop sur leurs parois, ou le carbonate cristallise sans s'é-
mulsioner.
Jai observé que la silice, dans la proportion indiquée (0,2
q > P )
pour cent) ne se coagule pas avec Pacide carbonique. Graham
-dit que la silice est trós sensible a Paction de cet acide, quel-
q ,
ques bulles étant capables de la coaguler, mais cela a lieu avec
la silice en solution concentrée á 14 pout cent.
(1) La méthode de Vesque pour produire les raphides artificiels con-
siste á faire diffusser deux solutions, de chlorure de calcium et d'oxalate
de potassium dans de Peau sucrée a 5%, á Vaide de cordons de papier bu-
vard. (Ann. des Sc. nat. sér.:5, t. XIX, 1874, p. 300).
>
$
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES UBTENUS PAR EVAPORATION. 53
On sait que la silice et le carbonate de calcium son dis-
sous par Vean chargés d'acide carbonique et cette dissolution
áune influenee géologique bien connue. Opérant dans les con-
ditions indiquées, sous pression, Pacide ou anhydride carboni
que se dissont en grande quantité, selon la table suivante:
í
Pression Solubilité á
Atmosphéres 0C. 12.43 C
1 ETT, 1.086
5 8.65 5.5
lO. 16.03 9.65
15 21.95 13.63
20 26.65 17.11
25 30D 20.31
30 33.74 23,25 Selon Wroblewsky!"
Solubilité du carbonate de calcium dans leau contenant
de Pacide carbonique á différentes pressions, selon Engel, Y
Pression - CaCO» par litre CaCO3 par litre, calonlé
al Milligrammes Milligrammes
1 1,079 1,085
2 1,403 1,471
4 1,820 1,834
6 2,109 2,139
La résultat de cette technique est trés important. L'éva-
poration lente du liquide détermine un dégagement ménagé
(1) The action of water and aqueous solutions upon soil carbonates,
by Y. Cameron and James M. Bell. U. S. Dep. Agriculture. 1907. p. 9,
(2) Ibid, p. 41. >
54 A. L, HERRERA.
du dissolvant de la silice et du carbonate de calcium, c'est-á=
dire, de Vacide carbonique, eb il y a formation lente aussi d'une
émulsion de carbonate de calcium dans la silice. Ici il Wy a
pas de diffusions rapides, de courants bouleversant 'émulsion
etla désagrégant. Il y a pas de sels artificiels, puisque Pon
peut agir sur le carbonate de calcium naturel le plus pur et
le bicarbonate ou carbonate neutre de sodium et le chlo-
rure de calcium ne sont pas employés. Il ne faut craindre non
plus Paction dissolvante d'un excós Yaleali. Seulementles flo-
cons les plus délicats peuvent étre attaqués par Pacido silici-
que en excés ou par Vacide carbonique. Je nal observé enco-
re la dissolution des flocons par VPacide silicique, eb quant á
Pacide carbonique leur action est óvidente sur les ealeosphéri-
tes préparées par la méthode de Harting, avec le bicarbonate
de sodium et le chlorure de calcium. On remarque, en effet,
que ces globoides sont attaquées aprés deux á trois jours par
Pexcéós Vacide carbonique et il reste des charpentes siliciques,
décrites dans mon article précédent. “ L'évaporation de la so-
lution silicique-carbonique réduit beaucoup ce danger, parce
que Vacide carbonique se dégage au fur et á mesure de la for-
mation de lPémulsion. :
Dans ces conditions les flocons se forment en grand nom
bre, avec une grande uniformité, pérsistant plusieur. jours.
Tls montrent á peine dans leur surface des calcosphérites ou
des eristaux de calcite en petit nombre et souventils sont com-
plétement homogénes. %
Ces flocons, observés avec un grossissement moyen, pré-
sentent aspect granuleux des amibes et du protoplasma en
général. Avec un grossissement de 1000 a 2000 diameétres et
surtout á la lumiére polarisée ou dans les photographies, ils
ont une structure sphérulaire des plus nettes, semblable á ce-
lle qui ont décrit Kunstler et Bousquet et qui s'observe sans
(2) Phénoménes de vie apparente, 6. “Mém. Soc. Alzate.” t. 26, p.277.
SUR LA YIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION. 55
diffículté dans les cellules des tuniques externes des oignons,
ete.
Dans les flocons les moins fins on trouve des granules
sphériques, de moins d'une miera, entourés de silice coagulée.
On peut méme les compter: il y a des focons constitués par
12420 granules. Quelques-uns sont de forme irreguliére, com-
me nouex ou vermiformes, et Pensemble montre plutót une
structure vermiforme ou réticulée, comme de cordons péloton-
nés, rappellant une maniére frappante VPaspect du noyau vu
sans coloration préléable et dans une cellule vivante végétale.
J'ai observé aussi cette strueture vermiculaire dans le proto-
plasma des insectes.
Quand Vévaporation se fait á la température ordinaire et
dans une grande masse de liquenr, alors que toutes les causes
de dissolution sont évitées et que la silice existe dans la solu-
tion en la proportion exacte, Vailleurs difficile á fixer, il y a
formation d'émulsions excessivement remarquables.
Elles sont trés réfringentes et dificiles á observer sans
VPemploidelalumiére oblique on la lumiére polarisée. Elles mon-
trent des mouvements amiboides, des pseudopodes hyalins;
prolongés en tous sens. On dirait qwelles sont des rhizopodes
naturels et Pillusion Yun étre artificiel y est compléte. Mal-
hereusement je ne suis arrivé encore á (ixer tous les détails
de ces préparations. Quelquefois fai yu ces rhizopodes tritu-
rant avec une baguette de verre, sur le fond une coupe Ves-
sai, un grain de chlorure de calcium dans Vean distillée adition-
née de bicarbonate de sodium et une goutte de silicate de
sodium sirupeux. lls se produisent aussi, parfois, aiusi que
je Pai indiqué auparavant, á Vaide des eristaux de carbonate
neutre de sodium dans Vean silicique et en présenee du chlo-
rure de calcium solide.
- Ces amiboides ont probablement la structure alvéolaire,
puisqueles calcosphérites y sontultramieroseopiques etla mem-
brane silicique qui les entoure á une délicatesse extréme, per-
56 A. L. HERRERA.
mettant les changements osmotiques actifs. C'est la premiére
fois que Pon produit une imitation si parfaite du protoplasma
avéc les réactifs inorganignes.
Le moment n'est venu encore d'étudier les propriétés phy-
sico-chimiques et physiologiques de ces corpuseules organi-
sés. Je me suis voué á Pétude de tous les détails nécessaires
pour les préparer en grande échelle et sans hésitations.
Je dois ajouter seulement que les émulsions siliciques=ear-
boniques prenent les colorantes basiques, par exemple la fus-
chine aleoolique.
En présence de matiéres colloides organiques, les flocons
ne montrent pas un progrés appréciable, ainsi que Vexigerait
la théorie albuminoide. En effet, j'ai préparé diverses solutions
de cerveau, de chair museulaire, voire móme dun organisme
complet, un petit poisson (Girardinus poeciloides) dans une les-
sive de soude. Aprés J'ai ajouté des grains de chlorure de cal-
cium. Les matiéres colloides inorganiques et organiques se
sont coagulées formant un caillot de composition chimique
tres complexe, mais avec les caractéres des émulsions silici-
ques. Tout naturellement la structure délicate du cerveau v'a
pas réapparu. C'est que le genre du colloide, leur nature or-
ganique ou inorganique n'a pas dans cette expérience un róle
prédominant. La techuique des coagulations a une influence
beaucoup plus grande, puisque J'ai mis en présence doses énor-
mes de réactifs comparativement aux doses infinitésimales qui
absorbe la cellule vivante par des pores ultramieroscopiques.
Clest comme si nous táchons de dessiner une fourmi de
grandeur naturelle, avec un pinceau énorme.
Symmétrie des corpuscules émulsionés.—51 Vémulsion est trés
fine et sest constitués lentement, les corpuseules caleaires
englobés montrent une symmétrie parfaite et qui rappelle Yu-
ne maniére frappante la structure sphérulaire du protoplasma.
Rien v'empéche que les émulsions encore plus fines wWaient
pas les propriétés diastasiques caractéristiques de l'émulsion
SURLA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION, 57
protoplasmique. Et en effet, j'ai vu quelquefois, ainsi que je
Pai dit dans les lignes précédentes, des óémulsions excessive-
ment délicates, douées de mouvements amiboides expansion
et de contraction.
On suppose que les diastases ou ferments sont la base de
la vie, mais il est plus probable que la fonetion diastasique
soit un tésultat de Pactivité osmotique de 'émulsion protoplas-
mique, qui produira les ferments par un mécanisme inconnn.
La preuve en est que les ferments digestifs, par exemple, sont
produits par les glandes et probablement par le noyau des cel-
lules glandulaires. On ne peut pas admettre que les glandes
soient produites par les ferments.
Emulsions et sphérocristaux de sels autres que la calcite —Un
fait important pour la biogénése, est que l'on peut produire ces
figures avec les phosphates de chaux.et de baryum, les sulfa-
tes et fluorures terreux, le carbonate de cuivre, " et en général,
tous les selsinorganiques ou organiques cristallisables, dont la
eristallisation est modifiée par la prósence de colloides,% Har-
ting a étudié les conostats eb membranes formées par dif-
fusion de fluorures et sulfates dans l”albumine. Kuckutk,
dans son remarquable ouvragesur le problóme de la génération
primitive, a décrit les corps de baryum, dús aux sels de ba-
ryum et les bouillons, ete.
La formation de eytodes et óémulsions rest done un rara
avis du carbonate de calcium, de móme que les formes et strue-
(1) Wieler, A. Ueber das Auftreten organismenartiger Gebilde in
chemischen Niederschlagen. Ber. d. deutschen. bot. Ges. XXII, 1904, p.
541-544.
(2) Voir: Slack. On the employement of ceolloid silica in the pre-
paration of erystals for the polariscope. “Monthly Microscopical Journal.”
Vol. V, p. 50.
Mem. Soo, Alzate. Móxico, ' 20. (1909-1910).— 8
58 A. L. HERRERA.
tures organiques ne sont pas Papanage exclusif des matiéres
protéiques.
Les carbonates seraint-ils la base du protoplasma primitifi—
J'ai trouvé que les carbonates sont pour ainsi dire plus sou-
ples que d'autres sels terrenx pour la préparation des sphéro-
eristaux mais C'est peut-étre une simple question d'anpré-
ciation personnelle. Moi méme, j'ai fabriqué des coquilles et
des carapaces phosphatiques, des globules organoides de fuo-
Tures, etc.
D'ailleurs, les carbonates terreux existent partout dans la
nature organique et inorganique, quoique leur analyse ne soit
pas toujours facile,
Selon Melnikoff" il fant faire agir un acide énergique, trás
rapidement, sur les organes ou organismes, pour obtenir, dans
les réactions microchimiques, un dégagement de bulles; sans
cela, Pacide carbonique reste dissons. J'ai vu que les infusoi-
res et autres animalcules de l'eau cronpissante et P'eau en gé-
néral, de sonrce ou de puits, dégagent de lacide carbonique
si Pon fait diffuser de Pacide acétique faible entre la lamelle et
le porte—objet.
On ne voit pas bien le lieu de sortie des bulles et probable-
ment une grande part de Pacide carbonique reste dissous.
IT y a en outre, des sels composés de carbonates et phos-
phates % et peut-étre encore lémulsion primitive de carbona-
tes s'impregne t-elle de grandes quantités de matiére organi-
que, et le carbonate y reste t-i1 dissimulé, comme dans la glo-
buline calcique de Harting.
(1) Untersuchungen uber das Vorkommen des Kohlensáuren Kaikes
in Pflanzen. Dissertation inaugur. Bonn. 1877, p. 30.
(2) A Barillié. Carbonophosphates du lait. C. R. Acad. Sci. 2 aoút
1909.
+ SURLA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION. 59
Circulation des sels ealcaires dans la nature et dans les organis-
mes. On sait que le carbonate de calcium ainsi que le phos-
phate sont solubles dans lean renfermant de Pacide carbo-
nique. J'ignore si Von a étudié le dégagement ultérieur de
Pacide carbonique des solutions de phosphates et la précipita-
tion ou eristallisation du phosphate de chaux. Quant au car-
bonate il est bien connu comme lagent de la formation des
stalactites et stalagmites et d'énormes formations, d'une gran-
de variété. Sans aucun genre de doute, dans les sources in-
erustantes, il devra y avoir formation de quantités colossales de
figures organoiles, semblables á celles que j'ai produit dans
mon laboratoire, puisque les eaux naturelles renferment tou-
jours une dose variable de silice ou de silicates alcalins dilués.
Par conséquentil y aura dans la nature deux sortes de for-
mes amiboiles et eytodiques: les formes vivantes, albuminoi-
des selon Vécole, et les formes non vivantes. Quel est le róle
de celles—ci? Je Vignore. Peut-étre les formations oolithiques
sont elles souvent dues á cette cause.
Les sels calcaires se trouvent partout dans les organismes
animáux et végétaux; les sels de baryum dans les Xenophiyo-
phora mentionnées dans Vouvrage de M. Kuckuck. Le carbo-
nate de calcium existe dans les myxomycétes, " les polypes, les
foraminiféres, les mollusques, eto., ete. Selon Loeb, le calcium
existe dans le noyau des cellules et cela explique Paction nui-
sible de Vacide oxalique sur les spyrogyra.
Je me demande quel sera le procédé naturel de la forma-
tion des carapaces et des coquilles. Il se peut que les liquides
órganiques, sang, séve, lymphe..... lasssent déposer le carbo-
nate de calcium dissous dans Vacide carbonique de la respi-
ration. ou bien que des précipitations lentes se produisent au
sein des tissus, par la lécithine ou les ferments. Supposant
(1) G. Massee. A Monography of the Myxogastres. London. 1892,
60 A. L. HERRERA.
que les premiers étres aient par origine une émulsion silicico=
calcaire, ce quí est probable mais non prouvó encore, il faudra
supposer aussi que les bicarbonates ou carbonates alealins en-
trainés par les fleuves et dus á la dócomposition des felds=
paths, se trouvent en présence des sels calcaires de leau de
mer et de la silice, colloide universel et primordial, ef don-
nent ainsi naissance á des monériens semblables au Bathybius
etau Protoamoeba de Mary.” La dificultó pour cette théorie
consiste en admettre que la diffussion de ces sels a 6tó len-
te et dans des conditions évitant la dissolution dans Pexcés
Valcali.
Or, J'ai vu parfois, avec ces sels, des carapacos, de faux
radiolaires et de fauses amibes une délicatesse extróme. Ils
ne présentent pas encore les phénoménes vhimiques de la vie.
Peut-étre aussiles deux mécanismes sont-ils associós: préci-
pitation des sels calcaires dissous dans des liquides organi-
ques renfermant de Pacide carbonique et précipitations et coa-
gulations lentes dans les cellules et tissus, par conflit des sels
apportés de Vextérieur et de ceux qui se sont accumulées dans
certains organes ou cellules (cartilages, ete.)
Le Cladothrix chromogenes et Vautres espéces similaires,
peuyent détermiver dans certains cas la précipitation du fer
que contient Vean, sous forme Vox yde de fer qui se fixe sur la
membrane et la teint en brun plus ou moins foncé. Dans le
méme ordre Vidées, 1l est trós probable qu il faut leur atéri-
buer une grande part dans la formation des concrétions cal--
caires ou des dépóts ferrugineux qui se déposent dans les tu-
yaux de conduite de certaines eaux et peuvent en diminuer
singuliórement le diamétre; la colonie filamenteuse s'accole
(1) The Cytods, by A. Pratelle. “The Scientific Monthly.” July €
August. 1909, p, 9, —Albert et Alexandre Mary. Evolution el transformis-
me. Paris. 1907, p. 149.
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION. 61
aux parois, comme un le yoit sonvent dans les cultures, et dé-
termine, autour de ses longs éléments, la précipitation du cal-
caive ou du fer ds Peau, de la, méme maniére que le Leptothrix
buccalis oczasionne la précipitation des sels de chaux de la sa-
live et la formation du tartre dentaire.“
Importance des microcristauz pour Uorganisation des colloídes.
- Selon les recherches classiques de Bitsehli, il faut triturer
Phuile avec du sel ou du sucre ou lépaissir avec du carbonate
de potassium pour obtenir les mousses protoplasmoides. Rhum-
bler prépara des émulsions analogues á Paide de gélatine et
de corps pulvérulents insolubles. De la sorte, les particules du
gel ou du savon huileux sont séparées á une distance conveua-
ble etil y a formation d' alvéoles, agissant comme des ntri-
cules osmotiques. Les mierocristaux de sels terreux ou métal-
liques ont une fonetion semblable dans les cas des gels silici-
ques ou albumineux. En effet, j'ai étudié un grand nombre
- de gels albumineux, de plus de 1000 sédiments Vurine humai-
ne, et divers gels, encore plus nombreux, de silice et de silica-
tes, et J'al vu que si les microcristaux d'un sel ne se sont pas
insinués entre les micelles du gal il aura seulement Paspect dé-
crit pour Bútschli á propos des gels siliciques.%
Van Bemmelen, Bútschli et Hardy ont démontré que les
gels des colloides, particuliérement des gels siliciques, selon
les conditions de coagulation, forment un tissu de mailles ou-
vertes ou bien une structure alvéolaire, les alvéoles ayant, 1,4
miera á 1,5 micra et les parois 0,3 a 0.2 Or, ces gels sont trop
(1) Macé. Bactériologie. 1901, p. 1079.
(2) Van B-mmelen. Die Einwirxung der Hitze auf dás Gewebe des
Hydrogels der Kieselsáure. 18 nov. 1901. Archiy. Néerland. des Sciences
Exactes er Naturelles. Absorption. 7th. Abhand. --Biitsehli. Untersuchun-
gen úber die Mikrostruktur kunstlicher und natúrlicher Kieselsiure-
Gallerte. (1900) Verhandl, des Heidelberger Naturhist, Verein. N. F. S.
341.
62 A. L. HERRERA.
consistants et incapables Vévolution et de mouvement. Mal.
gré mes efforts je ne suis pas arrivé á les faire évoluer, mais
aussitót qu'ils Simprégnent de macrocristaux, ¡ls prennent des
allures protoplasmiques des plus nettes et montrent méme des
mouvements. Par exemple, le gel silicique produit á Vaide de
la chaux lavée et la silice colloide a Vaspect de flocons trans-
parents plus ou moins durcis eb ayant une grande tendance a
se contracter.
Leur forme est irréguliere et leur densité est plus grande
que celle de Veau.
Mais si la chanx calcinée et lavée soigneusement pour lui
enlever toute trace Palcali agit sur la móme silice collvide en
solution faible aditionnés Vacide carbonique, il y a produc-
tion de membranes une grande délicatesse, oscillantes, se
mouvant sous influence du souffle et rappellant la structure
et l'aspect du protoplasma. Les solutions silico-calcaires déssé-
chées sur une lame de platine montrent Vaspect de coquilles
eb carapaces microzeopiques, tandis que la silice colloide dés-
sechés dans les mémes conditions, a seulement Vaspect d'écail-
les. Les eristaux microscopiques modifient donc la consistan-
ce du gel et séparent les mailles du réseau jusqu'a former une
émulsion capable de mouvements quand les parois siliciques
des caleosphérites sont d'une épaisseur trés petite.
Les microseristaux probablement se divisent, comme les
eytodes de Kuckuek, ce qui expliquerait la croissance du pro-
toplasma observée par Kúnstler.
Il y a encore une autre difículté pour la théorie albumi-
niste de origine de la vie. 1 faudrait accepter la formation
spontannée de matiéres protéiques a Vétat de pseudo solution
colloidale et depuis leur coagulation par un sel et Penglobe-
ment des microcristaux par le gel. Combien de difficultés et
de coincidences!
Dans un autre ordre d'idées je me demande si le gel silici-
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES UBTENUS PAR EVAPORATION, 63
que n'aura pas le pouvoir de dissocier les molécules d'acide
carbonique, puisque il dissocie les cristaux de divers corps.
Il faudra, pour étudier ce problema, déterminer lPétat de Paci-
de earbonique ayant coagulée la silice collvide, On sait que
les locons entraínent une partie du corps coagulant, le modi-
fiant, emparant de Pacide d'un sel.... L'argile a la faculté
de polymériser les pétroles. Cela serait, par conséquent, le
procédé le plus simple et le plus naturel de la formation des
premiéres molécules de matiére organique dans les milieux pri-
mitifs.
México. le 5 septembre 1909,
Observations complémentaires. Novembre 1909.—La pression
osmotique a une influence énorme sur le gonflement des sphé-
rocristaux et cela nous a suggéré Vexpérience suivante:
Sur des écailles de silice colloide déssechée on dépose
du carbonate neutre de sodium renfermant quelques traces
de carbonate de potasium. On recouvre avec le couvre—-ob-
jet. Quelques jours aprés, le sel a absorbé 1”humidité de
Pair et il y a eu formation de gouttelettes sur les écailles.
La silice est dissoute lentement et aussitót coagulée par les
carbonates en voie de cristallisation. “? Le gel silicique s'opo-
se á une cristallisation parfaite.
(1) Peut-étre y a-t-il aussi du silicate alcalin en voie de cristallisation.,
Une solution de silice en carbonate de sodium abandonne des cristaux so-
lubles de silicate alcalin.
64 A. L. HERRERA.
On observe des cellules complétes, avec un noyau, des
radiations, des blastoméres se comprimant fortement, des ovu-
les, des microbicides, des fignres mitosiques .....- une ri-
chesse remarquable de formes organoides des deux régnes.
Je me demande si les sels du protoplasma naturel ne se-
raient pas la cause de leur structure, par une espéce de eris-
tallisation incompléte, puisque les selssontindispensables pour
la vie.
On peut aussi faire dissoudre les carbonates alealins dans
une solution de silice et faire évaporer. Il y a des trace de
matiére organique, mais ces cellules résistent á Vincinéra-
tion. Elles sont solubles dans Veau. On peut les obtenir par
des solutions trós complexes eau de mer, eau saturée d'aci-
de carbonique et de carbonate de chaux, ete.
La variété des figures est trés grande, surtout quand on
évapore quelques grammes de silice colloide et sels dans une
boíte de Petri, a 15 degrés. Quelques cellules se conservent
trés bien, mais en général elles sont dissoutes par Vexcés
WValeali ou déformées par la dessication ou les réactions sub-
séquentes.
Pendant un voyage á Veracruz, sur la Cóte de VPAtlan-
tique, J'ai observé que les roches sont enduites d'une couche
verdátre dalgues diverses, de Protocoques assez semblables
á ces cellules. L'eau de mer évaporée laisse un résidu déli-
quescent (par le chlorure de magnésium) et 1l faudra étudier,,
ce procédé de biogénése (?) puisqué les roches renferment des
silicates capables d'étre attaqués par leau, les sels et Pacide
carbonique.
Cette nouvelle hypothése a lavantage de la production de
parcelles mieroscopiques, de corpuscules sur la surface des
roches, sans prétendre, comme la théorie photosymhétique
classique, que la mer, un milieu de masse énorme, sous Pin-
o
SUELA VIE APPARENTE DES COBPUSCULES OBTENUS PAR ÉVAPORATION,
65,
fluence de la lumiére, donne des corpuscules limités, sans s'or-
ganiser en leur totalité.
M. $. Ledue a publié une brochure sur “Les Croissances
Osmotiques,” oú Pon trouvera un excellent résumé de la ques-
tion, des notes historiques sur les corps de Harting, sur la na-
ere artificiel, etc. (Nantes, 1909).
o
Vem. Soc, Alrate México. T 29. (1909-1910). 9
66 A. L. HERRERA.
Explication des planches IX, A, XI et XUL
PLANCHE IX,
Figs. 1 et 2.—Cellules naturelles, selon Heckel (L'origi-
ne de la vie. 1908, p. 135, figs. 5 y 6).
Fig. 3.—Cellules artificielles de carbonates de sodium et
potassium en voie de cristallisation sur la silice.
PLANCHE X.
Fig. 1.—Noyaux excessivement petits de carbonates de
sodium et potassium et silice colloide, ayant une grande ana-
: 3 a
logre avec les noyaux des cellules végétales. Zeissp py
Fig. 2.—Les mémes, plus grossis. Structure sphérulaire.
PLANCHE XI.
2
DD
Ces aspects sont dus á la tension superficielle de P'émul-
sion silicique-saline agissant en combinaison avec la force de
cristallisation. La tension superficielle fait prendre aux gout-
tes d'émulsion la forme sphéroidale et par la concentration la
Fig. 1.—Cellules en division. Zeiss
silice se moule sur les micelles ou sur le résesu des eristaux, -
en se coagulant. Ces Águres résistent á Paction du chlorofor-
me, de lP'alcool et de Vean.
Fig. 2. —Emulsion silicique saline déssechée. Par la con-
centration et la tension superficielle on obtient Paspect Pun
tissu, avec cellules en division.
SUR LA VIE APPARENTE DES CORPUSCULES UBTENUS PAR EVAPORATION, 67
PLANCHE XII.
Fig. 1.—Phosphate tribasique de sodium.. 0.10
Carbonate de potassium......... 0.05
Silice colloide á 2 p. 100......... 10 00
On évapore lentement entre le porte-objet et le couvre-ob-
jet. L'émulsion semi-liquide se segmente par effet de la con-
centration et la tension superficielle. Les mémes causes pro-
duiront,dans 'intimité des solutions et des liquides organiques,
les corps de baryum de Kuckuck, les globules de Rainey eb
Harting ou radiobes de Burcke (éobes de Dubois) et méme
les cellules vivantes et segmentations directes ou indirectes.
Fortement grossie. Zeiss
Fig. 2.—La méme préparation moins grossie.
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'T. 29, pl. XIL
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*“ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 29, 69
Nombres (ieowráficos del Estado de Tabasco,
de la. República Mexicana,
Origen lingiiístico, estructura original y significación de los nombres
de lugares de Tabasco
que no corresponden á la lengua castellana,
POR EL PROF.
MAROOS E. BECERRA, M. $, A.
En memoria de mi generoso protec-
tor y amigo el insigne pedagogo, pro-
fesor D. Alberto Correa
PROLOGO.
Cuando emprendimos el presente trabajo no llegamos á
suponer que sus dimensiones pasaran de las de una simple lis-
ta de nombres, que debíamos agregar á unos apuntes geográ-
ficos de Tabasco que para la enseñanza primaria estábamos
escribiendo. Sugiriónos la idea de agregar á un trabajo sobre
Geografía una lista así, la experiencia que teníamos del gusto
con que los niños se interesan por conocer el significado y ori-
gen de los nombres de los lugares que estudian, y la convic-
ción de que el maestro puede proyectar, con el análisis de ta-
les nombres, alguna mayor luz sobre sus lecciones de Histo-
ria. Por desgracia, la generalidad de los autores de textos de
70 Marcos E. BECERRA.
Geografía han olvidado este recurso tan valioso para el interés
y amenidad de sus libros. Fuera del texto de Geografía de Mé-
xico, del Profesor D. Alberto Correa, en donde tal recurso se
utiliza, no conocemos ningún otro que lo haya empleado.
Sabiendo que existían dos fuentes de donde tomar esa lis-
ta, que eran el libro intitulado “Nombres Geográficos de Mé-
xico,” del Dr. D. Antonio Peñafiel, y el folleto “Nombres Greo-
gráficos del Estado de Tabasco,” del Ing. D. José N. Rovirosa,
nos pareció tarea facilísima la de seleccionar en ambas la men-
cionada lista.
Sin embargo, formada ésta y comparada con los nombres
que traen las cartas del Estado y el Indice Alfabético de Lo-
calidades que resultó del Censo de 1900, y que publicó la Se-
cretaría de Fomento, notamos entonces que el número de los
que faltaban era considerable, lo que nos obligó á emprender
él trabajo de completar la repetida lista y de investigar, por
consiguiente, el origen lingúístico, la estructura original y el
significado de esos otros nombres. No”era esta la parte de la
lista más fácil de hacerse, porque, precisamente, las palabras
omitidas debieron de serlo por la dificultad que presentaban.
' Cunduacán, Nacajuca, Huimango, Puscatán, Tenosique, Jonuta,
no podrían haber pasado inadvertidas.
Así, pues, tuvimos necesidad de emprender una labor no
prevista, y en el curso de ésta hemos necesitado también re-
considerar algunas palabras ya tratadas, bien porque nos pa-
reciera errónea su identificación lingiiística, ora porque creyé-
ramos incorrecta su restauración, ó ya porque, aun dando por
buevas una y otra, juzgáramos inexacta la interpretación re-
sultante.
Perdónesenos tal osadía, si lo fuere, á que nos ha movido
un deseo sincero de acierto, y permítasenos hacer, á este res-
peto, una aclaración que nos importa. Entre las palabras re-
consideradas, las más son las del Señor Rovirosa, y no podría
ser de otro modo, puesto que éste escribió especialmente sobre
”
A /
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 71
los nombres de Tabasco. Poco tratamos á aquel distinguido
naturalista, honra de nuestro terruño, pero su reputación, pa-
ciente y legítimamente conquistada, nos inclinó siempre á res-
petar su nombre y á acatar sus enseñanzas, disemivadas en
numerosos escritos suyos, que esperan la mano diligente que
los reuna. No deberá pensarse, pues, que, al referirnos á él en
este trabajo, tengamos el propósito de menoscabar esa repu-
tación, ni creemos que nuestro trabajo, aun juzgado como
perfecto, viniera á dar ese triste resultado. Bueno es recor-
dar, desde luego, que nuestro sabio conterráneo dedicó la ma-
yor parte de sus energías á la Historia Natural, y que el estu-
dio de las lenguas indígenas deben de haber sido para él una
ocupación secundaria, á que, tratándose de la lengua mejica-
na, ó nahoa, debe de haberlo inclinado el estudio de la “His-
toria de las Plantas de Nueva España,” del Doctor Hernández.
En segundo lugar, solamente hay una clase de gentes que pue-
dan decir, ó quizá pensar, que el hecho de expurgar las obras
de nuestros antecesores de los yerros inherentes á toda obra
humana, constitaye una falta de consideración hacia aquellos.
Esas gentes defienden el árbol no por respeto al que lo sem-
bró sino por el arrimo que les presta, la sombra que les da y
los frutos que les prodiga. O seengañan ó pretenden engañar
á los otros con su actitud, en la que no hay más que un vil
egoísmo. ¡Ouánto más honrarían al plantador procurando mul-
tiplicar el árbol, aunque á veces tuvieran que podarlo, para
que fructificara, ó recortarlo, para sembrar sus vástagos? Por
nuestra parte, creemos que el mejor medio de honrar la me-
moria de los hombres que nos han precedido en una obra cual-
quiera, es tomar esa obra, y procurar pulirla, y perfeccionarla,
al grado que ellos habrían querido hacerlo. Esto no menosca-
ba su derecho á nuestro respeto, pues, si, cada vez que se rec-
tificase una opinión ó se declarase falso un concepto emitido
por algún gran hombre, sufriera su prestigio, Moisés sería un
72 Marcos E. BECERRA
desconocido, Tolomeo un insignificante y Aristóteles un eual-
quiera,
Nos hemos desviado un tanto de nuestro objeto al escribir
estas líneas, el cual era dar una somera razón de este estudio.
Volvemos, pues, al asunto principal. ,
Aparte del interés, meramente lingiístico, que despiertan
en la enseñanza de la Geografía los significados de los nom-
bres de lugar, los conocimientos de esta clase son de un va-
lor inapreciable para hacernos ver, de una sola ojeada, y adi-
vinar á veces, los grandes fenómenos históricos. Bástanos, v,
g., saber que el nombre de “Zaragoza” la heróica ciudad ara-
gonesa, es una alteración del de la antigua Cesar—Augusta,
para tener la intuición del inmenso influjo latino en el mundo
antiguo. Leyendo la obra del Dr. Membreño, “Nombres Geo-
gráficos de la República del Salvador,” se comprende cuán ex-
tenso radio de acción tuvo la civilizacion nahoa en nuestro
continente. Es suficiente enterarse de que en mejicano el mar
se llama atlan y la voz teotl se aplica á la divinidad, y recordar
ála vez que la Atlántida fué citada por Platón y que en griego
theos eva también la divinidad, para que del informe fondo de
las conjeturas emerjan las hipótesis, revestidas con el ropaje
de la realidad y de la certidumbre.
Son los nombres de lugar algo así como una petrificación
del lenguaje, que es mdispensable á las futuras investigacio-
nes de la ciencia, euyo grosero y primitivo afán de tocar para
creerjamás se satisface. Cuando ya los acontecimientos ó gir-
eunstancias que impusieron estos nombres han pasado, cuan-
do los pueblos sobre los que se estamparon yacen cubiertos
por los sedimentos de otros pueblos, á su vez disueltos y re-
constituidos en forma nueva bajo la oleada incesante del tiem-
po, basta levantar los estratos que los cubren y defienden, pa-
ra enterarse de tales acontecimientos. Es así como, en las are-
niscas triásicas del Connecticut, aves enormes, que La siglos
pasaron por allí, nos dejaron en la huella minuciosa de sus
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 73
trancos gigantescos, noticia de su existencia, detalles de su
estructura é indicación de sus costumbres.
Por eso la profesía del gran Víctor Hugo, “esto matará á
aquello,” no ha podido cumplirse; no podrá cumplirse nunca,
quizá. La piedra no ha muerto; no puede morir ni ceder un
ápice de su imperio-al papel. Cada uno ha menester lo suyo.
Para conservar el conocimiento de los hechos que atañen á
los seres, son indispensables, son insubstituibles, la piedra de
Champolion, los tableros de Palenke, y la caliza litográfica en
que las aves con dientes ó los reptiles con alas nos dejaron es-
tampada su quimérica figura. Hasta el agua, cuando se petri-
fica, nos guarda testimonio de una fauna, á que apenas hubié-
ramos permitido la existencia al encontrarla, ruda pero fiel-
mente retratada en la cueva de los hombres primitivos.
Si los nombres de lugar se refieren á los de nuestro terri-
torio y han sido puestos por gentes de que llevemos sangre y
hablemos lengua, la importancia de su estudio sube de punto
hasta el grado de constituirse en necesidad. Es tal el caso nues-
tro. Nuestra vida étnica no empieza, como algunos han dado
en insinuar. con los primeros y profundamente ignorados po-
bladores de América; ni siquiera se le puede atribuir como
principio el advenimiento histórico de los aztecas ó de los ma-
yas. Tampoco tiene origen, como algunas gentes vanas que-
rrían, en los pueblos autóctonos de que España proviene, ibe-
ros ó éuskaros, ni en los invasores celtas, fenicios, romanos,
visogodos ó árabes que le dieron su fisonomía actual, Nuestra
vida étnica, nuestra raza, nació, fisiológicamente, el día en que,
tras la unión, fortuita pero fecunda, del conquistador europeo
con la india sometida, nació el primer mestizo, é históricamen-
te, el día en que la Conquista se consumó, :
Nuestra historia empezó ayer, como nuestra vida. Diga-
mos esto de paso, á los ignorantes ó pesimistas que nos tachan
de degenerados porque no hemos crecido á su gusto; que, al
contemplar nuestras enfermedades sociales y políticas, las con-
Mem. Soo. Alsate. México 'T. 29. (1909-1910) —10
74 MARCOS E, BECERBA,
sideran decrepitud; que nos cantan la sensatez y la cireuns-
pección de un pueblo viejo trasplantado á la América.
Pero así como cada individuo no es absolutamente distin-
to de sus padres, ni la biografía de éstos le es absolutamente
indiferente, puesto que á ella refiere la ley de la herencia la
causa de formas y hechos en los hijos, tampoco nos es extra-
ña ni la historia de los aborígenes de América ni la de los con-
quistadores españoles, portugueses y franceses.
D. Pelayo y D. Julián, son personajes que nos interesan,
Ó que nos deben interesar, tanto como Netzahualeoyotl y Max-
tla. Así se ha comprendido con respecto á los hombres, pero
no así con respecto al idioma. El castellano que hablamos aquí
es, aunque no quieran darse por entendidos de ello los respe-
tables académicos españoles, también un mestizo. La influen-
cia de los idiomas de México sobre el castellano traído por los
conquistadores ha sido tal, que el erudito Sr. Robelo ha podi-
do hallar en el número de los aztequismos material suficiente
para un diccionario. Este mestizo que ha hecho lo que el otro:
ha vestido el traje europeo de su padre y reclama un lugar en
la vida. Digno es de ello por la resistencia material de sus as-
cendientes. Remi Simeón, hablando de la lengua nahuatl dice:
“Esta fuerza vital de la lengua de los vencidos está igualmen-
te atestiguada por los numerosos préstamos que han tenido
que hacer los conquistadores á los descendientes de aquellos.”
Digno también por lo culto de ese abolengo, que no envidia á
la más culta manifestación moderna de la palabra. ¿Cuándo
en el griego científico se llama miriápodo (diez mil patas) al
cienpiés, ó cuando se da el nombre de polyglottus (muchas le-
guas) al senzontle es acaso más deseriptivo que el mejicano
que lós denomina sentsonmaye (cuatrocientas manos) al uno y
sentsontlatoli (cuatrocientas lenguas) al otro?
Quédese el aprendizage del griego, del latín, del mejicano
ó del maya, para los especialistas en literatura, filología, his-
toria, arqueología, jurisprudencia ó sociología. Pero, así como
NoMBRES GFOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 75
el estudio de las raíces latinas y griegas del castellano se han
considerado hasta ahora como un apoyo indispensable para el
buen empleo de nuestra lengua nacional, deben estudiarse tam-
bién las raíces americanas, eon que, tan hondamente como
con aquellas y con igual fuerza, se añanza dicha lengua en el
terreno histórico-filológico.
Volviendo á nuestro agunto de los nombres que contiene
este trabajo, nótese que la simple interpretación de algunos
de ellos, como Tabasco, Onohualco, Potonchán, Huimango y Teno-
sique, así como las referencias á Jicalango, Agualulco, Quetzala-
pa, Ayacachapa, Cimatán y Zahuatlán, proyectan nueva luz so-
bre conceptos históricos ó geográficos de nuestra región, poco
dilucidados hasta ahora. En general, de acuerdo con las ati-
nadas consideraciones del Sr. Rovirosa, debemos señalar el he-
cho de que, habiendo estado habitado nuestro territorio por
gentes de filiación étnico-linguística maya ó tsoque en su ma-
yor parte, y mejicana en una parte muy pequeña, los nom-
bres con que se conocen los lugares desde el primer día de la
Conquista son casi todos mejicanos.
Dos explicaciones pueden aventurarse ante tal fenómeno:
una es la de que, habiendo acompañado constantemente á los
conquistadores intérpretes ó lenguas mejicanos, éstos decían
en mejicano á,los españoles los nombres que los indígenas de
cada lugar les hacían saber en su lengua propia, y por ello se
quedaron dichos nombres en mejicano como están ahora; otra
es la de que esos nombres mejicanos, de poblaciones cuyos ha-
bitantes hablaban otro idioma, ya estaban impuestos á éstas
cuando los españoles arribaron á nuestras tierras. Daría pro-
babilidades á la primera hipótesis aquella volubilidad con que
los hispanos vinieron imponiendo nombres á los lugares que
descubrían, cosa de que dan buen ejemplo las tres expedicio-
nes de Hernández de Córdova, Grijalva y Cortés; pero algu-
nos otros hechos quitan fuerza á esa suposición. Son estos:
que, según Bernal Díaz, cuando Grijalva llegó á Tabasco y los
76 MARrcos E, BEOERRA.
indígenas le dieron á saber el nombre del lugar, el nombre da-
do fue Tabasco, nombre mejicano indiscutible, según vere-
mos cn el artículo que le corresponde en este trabajo; que ese
nombre se lo comunicó á Grijalva un intérprete que no sabía
más que el castellano y el maya (Julián ó Melehorejo); que á
Bernal Díaz no se le podría tachar de poner nombres indíge-
nas á su arbitrio pues con claridad se nota que los nombres de
la región exclusivamente maya los dice siempre en maya (Co-
zumel, Catoche, Champotón) mientras que desde Tabasco los
nombres son mejicanos (Tabasco, Agualuleo, Tonalá, Coatza-
coaleos, Papaloapan); y, por último, que aun en la expedición
á Hibueras, en que iban miles de mejicanos, entre los que de
cierto se encontraban algunos intérpretes además de Malint-
zin, los nombres que se consignaron sólo son mejicanos hasta
ciertas regiones, mientras que de ellas en adelante se expre-
san nombres que no corresponden á esta lengua.
De todo lo expuesto brota la convicción de que, aunque se
ha afirmado que nuestra región no estuvo bajo el dominio de
los mejicanos, tal afirmación es infundada. Para ella no ha
habido más que un dato negativo: la ausencia de los nombres
de lugar de Tabasco en el Códice de los Tributos. A nuestro
juicio ni esa ausencia está definitivamente probada, puesto
que Puscatlán Aztoapan, Huexolotlán, Ocoapan, Otatitlán, pue-
den referirse á lugares de Tabasco, ni, aunque lo estuviera,
tiene ella el valor que se querría darle, pues, á pesar de que
Cimatlán y Jicalango pertenecían á los mejicanos, tampoco
aparecen en el Códice. Si la región tabasqueña estaba, ó no,
sojuzgada por los mejicanos, al tiempo de la llegada de los eu-
ropeos, no nos sería fácil resolverlo;.lo que sí nos creemos au-
torizados á suponer es que, en general, los nombres de lugar
fueron impuestos por aquellos, que eso fué antes de la Conquis-
ta, y que no pudo ser más que á título de dominio. Fueron esos
nombres mejicanos sobre poblaciones que hablaban en su ma-
NoMBRES GEOGRAFICOS DEL ESTADO DE TABAS0O. 71
yor parte el chontal ó maya y el tsoque, como el sello que se
estampa sodre un papel ya escrito.
No fué, sin embargo, tan superficial como esto la penetra-
ción de la influencia mejicana sobre los nativos, puesto que,
infiltrados en el vocabulario castellano de rancios pero hidal-
gos moldes que habla el pueblo campesino de la región tabas-
queña, junto á palabras de origen maya, como chuchumo, jolo-
che, leque, macal, chinchín, bush, encontramos un numerosísimo
contingente de palabras de origen mejicano, como palanque,
totolote, cacalote, guapaque, jaguacte, guacta, puscagua, tutupana,
tamular, pepenar, quelite, toloque, quequeste, juil, ete., y es de no-
tarse que un gran número de estas palabras se buscarían inútil-
mente en los vocabularios escritos por los aztequistas más dis-
tingnidos, por la sencilla razón de que, habiéndose juzgado,
generalmente, que Tabasco era región extraña á tal lengua,
nadie se ocupó en estudiarla en aquel medio. Jicalango y Ci-
matlán, admirablemente puestas para encerrar la región, de-
ben de haber sido los centros de donde la influencia mejicana
se extendió sobre toda ella.
Bueno es, empero, que pongamos á nuestros lectores so-
bre ayiso, acerca de algunos nombres que, por ser, probable-
mente, recientes los lugares á que se aplican, deben de ser tam-
bién recientemente impuestos. De estos son Jicoténcatl, DMi-
choacán, Tapachula y otros que, como á estos, hemos marcado
con asteriscos, á in de que el juicio de cada lector decida. A
este respecto, y en general creemos, salvo el caso de Jicotén-
catl, que los nombres que se aplican á cosas permanentes, co-
mo ríos, arroyos y lagunas, y á poblaciones urbanas, como
ciudades, villas y pueblos, son originarios. Hay en Tabasco,
además, alguuos otros nombres de lugar que no pertene-
cen al castellano, por ejemplo Jersey, Nueva Zelandia, Liman-
tour, Chicago, ete. Se comprende que son de reciente imposi-
ción también y, tanto por esto como por su propio origen, es-
tán fuera del objeto de esta Toponimia.
78 MARCOS E. EECERRA.
Con respecto al uso que hac»mos de las letras ese y she, en
vez de la ce, la zeta y la equis, así como á la supresión de la ha-
che en algunas palabras mejicanas que habitualmente se han
venido escribiendo con ella, remitimos al lector á las razones
que ponemos en las notas que acompañan á las palabras Agua-
cate, Astapa y Bush.
Algo debemos decir acerca de las denominaciones que da-
mos á las lenguas de donde provienen las palabras objeto de
este estudio, y de la ortografía con que escribimos esas deno-
minaciones.
Llamamos mejicana, maya y tsoque á las mencionadas len-
guas porque, aunque los dialectos que ahora se hablan en Ta-
basco, tienen las denominaciones de agualulco (derivado de la
lengua mejicana), chontal, tsental ó tsendal (derivados de la len-
gua maya) y tapijulapa (derivado de la lengua tsoque), los re-
feridos nombres de lugar parecen haber sido impuestos en épo-
ea en que estos dialectos no estaban aún diferenciados de las
lenguas madres. Además, aun cuando realmente provinieran
de los dialectos, no nos parecería indebido llamarlos con el
nombre de familia en vez de hacerlo con el de género ó espe-
cie, como no es indebido decir que una rosa es una Rosácea y
que un perro es un Cánido.
A este respecto debe tenerse presente que el sabio D. Fran-
cisco Pimentel llama lenguas ó familias lingiísticas á la mejica-
na, á la maya y á la tsoque. Según él, de la primera se derivan
dos idiomas, el nahuatl y el cuitlateque, que son en tal caso gé-
neros, y del nahuatl proviene el dialecto agualuleo, que es es-
pecie.
La lengua ó familia tsoque dará, pues, como idiomas ó gé-
neros al mije y al tapijulapa, y el maya, al tsental y al chontal
(aunque dicho señor, erróneamente, niega que este último ten-
ga parentesco con el maya).
Escribimos con jota el nombre de la lengua mejicana por-
que nos atenemos á las razones que expresamos en la referi-
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 79
da nota de la palabra Bush. Creemos que la única razón que
haya para escribir este gentilicio, y su primitiva, con equis, es
una de acatamiento á un decreto, según el cual el nombre de
nuestro país deberá escribirse México. Nosotros, tratándose de
lugares ó cosas relacionadas con nuestra denominación políti-
ea, nos veríamos obligados á escribir las respectivas palabras
con equis, pero si no se tratare de eso, nos creemos en liber-
tad de escribirlas conforme á la ortografía que, con tanto acier-
to, prescribe la Real Academia Española. La razón de poner
tsoque con ese, y no tzoque ó zoque, con zeta, está en el hecho de
que este último sonido no existe en esta lengua.
"Cumple á nuestro deber mencionar aquí las principales
fuentes escritas que nos han servido para llevar á cabo este
trabajo. Han sido éstas: 1” las obras citadas “Nombres (Greo-
gráficos de México,” del Dr. D. Antonio Peñafiel, y “Nombres
Geográficos del Estado de Tabasco,” del Ing. D. José N. Ro-
virosa; 22 el “Diecionario de Aztequismos” del Lic. D. Cecilio
A. Robelo; 3* el libro “Archivo Histórico-Geográfico de Ta-
basco” del Dr. D. Manuel Mestre Ghigliazza; 4? “El Censo Ge-
neral de la República Mexicana, de 1900,” en lo correspondien-
te á Tabasco; 5” el Mapa de Tabasco, formado por Melchor
de Alfaro Santa Cruz, é incluido en el tomo 11-1. de la obra
“Colección de Documentos Inéditos, relativos al Descubrimien-
to, etc”, de la Real Academia de la Historia, de Madrid; 6%
otro Mapa de Tabasco, hecho bajo la dirección del Profesor
D. Alberto Correa, y 7* otro Mapa, ejecutado bajo la del Sr.
D. Arcadio Zentella.
Naturalmente, hemos tenido que recurrir á otras fuentes
de información para obtener datos, rectificarlos ó corroborar-
los, tales como la “Historia Verdadera de la Conquista de la
Nueva España,” de Bernal Díaz del Castillo; la “Colección de
Documentos para la Historia de México,” de D. Joaquín Gar-
cía Icazbalceta; la “Historia de las Conquistas de Hernan Cor-
tés?” de López de Gomara; el “Diccionario de la Lengua Ma-
s
80 MARCOS E, BECERRA.
ya,” de D. Juan Pío Pérez; el “Vocabulario de la Lengua
Mexicana,” de Molina; los “Anales del Museo Nacional;” las
“Antiquities of Mexico,” de Lord Kingsborougth; el “Diecio-
nario Histórico-Geográfico” de García Cubas, y muchas otras.
Pero un auxilio mayor que el de los libros hemos tenido en la
bondadosa é incansable ayuda que nos ha prestado nuestro
amigo el Sr. D. Mariano J. Rojas, Profesor de Lengua Meji-
cana en el Museo Nacional de Historia y Arqueología, así co-
mo en las indicaciones que nos ha hecho otro amigo nuestro,
muy respetable, el Profesor de Lenguas D. Francisco Rivas.
Gracias á sus valiosos concursos, algunas palabras realmente
difíciles, tales como Istapangajoya, Tabasco, Onohualco, Poton-
chán, han quedado, á nuestro parecer, satisfactoriamente inter-
pretadas.
Y terminaremos con las frases con que el Sr, Rovirosa da
fin á su trabajo, haciéndolas nuestras: “Otras personas nos
seguirán en la vía ya comenzada, con la fe que para estas la-
bores comunica el alto mérito que en sí entrañan; á ellas toca
rectificar nuestros errores.
México á 16 de septiembre de 1909.
-
A
E NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 81
1.—ACACHAPA (vecindario de la Municipalidad del Centro y
nombre antiguo de un brazo del río Dos Bocas).—“Ri-
bera delos ayacatehos.”—“Ayacach-apan” (de ayacachtls,
cierta ave; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
La palabra mejicana ayacachtli, que equivale á la castellana sonaja, se
aplica como nombre á una ave (campylorhyncus zonatus, Bp., Troglodítidos)
la cual tiene también los nombres de 'sonaja, matraca y carricoche.
En la obra “Nombres Geográficos de Tabasco” se restaura la palabra
en la forma “Aca-cha-pan” (de acatl, caña; chantli, casa; y pan, en) pero en
vista de las “Relaciones de Tabasco,” insertas en el “Archivo Histórico—
Geográfico de Tabasco,” creemos que el nombre haya sido “Ayacachapa”
y entonces la interpretación que proponemos es la más apropiada.
El actual Acachapa debe de haber sido el punto en que confluían el
antiguo río Ayacachapa y el hoy llamado Grijalva, pues en las citadas “Re-
laciones” dice: “ayacacapa sale de dos bocas, atraviesa lo mas de la tierra
y biene a entrar en este rio de grixalva diez y ocho leguas de esta villa”
(Santa María de la Victoria). En el mapa que acompaña á la obra original
se ve la confluencia indicada, que corresponde, aproximadamente, á la que
expresa el texto y 4la que hay entre el paso ó vuelta de Acachapa y el pun-
to en que estuvo Santa María de la Victoria, que era, según la misma obra,
sobre el río Grijalva y 4 media legua de la mar.
Interpretamos por ribera los elementos a-pan, que literalmente dicen
“sobre el agua” ó “en el agua” (de atl, agua; y pan, sobre ó en), porque es
más racional pensar que las cosas nombradas estaban á las márgenes de las
«corrientes y no sobre estas mismas. Debemos fijarnos, á este respecto, que
aun ahora se da en Tabasco el nombre de riberas á los vecindarios rura-
les, y que tal denominación no puede tener más origen que el de las signi-
ficaciones parciales de las poblaciones que constituyen esos vecindarios, ubi-
cadas casi siempre á las orillas de los ríos.
2.—ACUMBA (laguna y hacienda, en la Municipalidad de Ma-
Mem. Soo. Alzato, México. T. 29. (1909-1910) —11
x
82 ; MARCOS E, BECERRA
cuspana).—“Lugar de tinajas. ”—“Acom—paw” (de aco-
mitl, olla para agua, tinaja; y pan, terminación toponími-
ca).—Mejicano.
El significado propuesto en “Nombres Geográficos de Tabasco” es “lu-
gar del agua amarilla,” suponiendo que la estructura original de la pala-
bra era “Acozpan” (A-coz-pan; de atl, agua; coztic, amarillo; y pan, en),
pero nosotros creemos que en ellos hay un error, y hemos procurado en-
contrar otra restauracion.
La suposición de que la zeta, ó mejor dicho la ese, primitiva se haya
cambiado en una ene ó en una eme, no tiene precedentes en hechos de es-
ta clase ni fundamento en ley de afinidad fonética entre una y otra letra.
Por un caso excepcional podría suponerse que, habiendo existido la ese, ó
la zeta que el autor supone, se la hubiera suprimido, elidido, en la pronun-
ciación, pero entonces la palabra sería 4cuba y no Acumba. Habiendo una
eme, no es prudente desconsiderarla, siendo, como es, de importancia en
la lengua mejicana. En cuanto al cambio de la pe antigua por la be actual,
sí estamos de acuerdo con el autor de la obra mencionada, porque para ello
sí existen antecedentes y fundamentos.
Dice el Sr, García Icazbalceta que el nombre de este lugar aparece es-
erito con o (Ocumba) en la carta de Cortés referente á la expedición á Hi-
bueras, publicada en la colección de Gayangos, y que en otras versiones de
la misma carta se lee Acumba y Acumbra. Es fácil comprender que el po-
ner Ocumba, en vez de Acumba que es el nombre debido, proviene de un sim-
ple error de lectura del manuscrito original.
El Dr. Hernández, en su obra “Historia de las Plantas de Nueva Es-
paña” (tomo III, pág. 364) menciona una planta llamada acumba como pro-
pia de Michoacán.
3.—AGUACATE (rancho, en la Municipalidad de Montecristo).
—Aztequismo, derivado de auacatl, nombre de cierta
planta (persea gratissima, Gaertn., Lauríneas).
Se acostumbra poner con hache la palabra mejicana de que proviene
el aztequismo aguacate, escribiendo ahuacatl, pero, aparte de que el más
respetable de los mejicanistas, Fray Alonso de Molina, en su “Vocabula-
rio de la Lengua Mexicana,” pone esta palabra, como otras muchas análo-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 238
: gas, sin hache, creemos que la razón fonética que algunos pretenden en-
contrar, para emplear dicha letra, es completamente ilusoria.
. Se dice, en efecto, que esa hache no es muda sino que es algo pareci-
da á una ge, á cuya pronuaciación se suele caer cuando se articula con un
ligero descuido, como pasa con lá palabra ahuacatl que, por ese camino, se
ha convertido en aguacate. Y nosotros decimos que esa razón es ilusoria,
porque lo mismo se cae á la ge, en el caso de la palabra de que se trata, es-
cribiéndola con hache (ahuacatl), que sin ella (auacatl), pues lo que hace
caer á la ge no es la hache sino el diptongo ua. Una afinidad idéntica con
la misma letra tienen los diptongos con u inicial ue, ui, como se ve en las
— palabras hueso, hueco, huipil, euya lectura ó pronunciación correcta es ueso
ueco, vipil, y de donde, descuidando ésta un poco, resultan gueso, gueco, gui-
pil. En cambio, los diptongos con i inicial, ¿e, no tienen afividad con la ge
sino con la ye, como es fácil notarlo en las palabras hierba, hielo, que pro-
sódicamente son ierba, ielo, y se convierten en yerba, yelo, por la absorción
de la i del diptongo. :
Se ve, pues, que la hache no tiene oficio fonético de ninguna clase en
6 estas palabras, y que tampoco hay un uso invariable y autorizado que la
imponga como simple letra gráfica.
4.—AGUALULCOS (región constituida por los pueblos de Pechu-
calco, Huimango, Anta y Cúlico, en la Municipalidad de
Cunduacán).— “Lugar rodeado de agua.”—““A -yaualol—
co” (de atl, agua; yaualol, rodeado; y co, terminación to-
ponímica).—Mejicano.
Los Agualulcos actuales son poblaciones que hablan lengua mejicana.
(Véase “La Municipalidad de Cunduacán.” Breves apuntes Geográficos,
por el Prof. Rosendo Taracena.—Cunduacán. Tabasco. 1907).—De allí el
llamar agualulco al dialecto derivado del mejicano que se habla en dichas
poblaciones.
+ Las gentes que habitan las cuatro poblaciones citadas deben de haber
inmigrado á ellas, ó haberlas fundado, viniendo de la región situado entre
el río Tonalá y las actuales Municipalidades de Cunduacán, Comalcalco y
Paraíso, región que, según se inficre de los relatos de Hernan Cortés y de
Bernal Díaz, y de la Memoria del ilustre tabasqueño Dr. Cárdenas, Dipu-
tado á las Cortes Españolas en 1811, llevaba dicho nombre antiguamente.
Hernán Cortés llama río Agualulco á lo que los descubridores llaman
río de la Rambla y hoy es Barra de Santa Ana; Bernal Díaz dice que, al re-
.
84 MARCOS E, BECERRA.
tornar á Coatzacoalcos de su expedición á Chiapas, pasó el “río agualulco,”
y que Cortés, cuando marchaba á Hibueras, pasó por un pueblo llamado
Ayagualulco, El Dr. Cárdenas aclara estos datos, precisando que los Agua-
luleos pertenecían, en su tiempo, políticamente á la subdelegación de Aca-
yucan, y eclesiásticamente al Obispado de Oaxaca, y que estaban constitui-.
dos por cinco poblaciones de las que era la principal Huimanguillo. Proba-
blemente las otras cuatro eran las actuales de Ocuapan, Tecominuacán, Me-
catepec y Zanapa. :
En las “Relaciones de Tabasco” (1579) no se encuentra el nombre de
Agualulcos ni otro semejante, pero sí los de las cuatro poblaciones que ac-
tualmente forman el grupo. Las Relaciones expresadas dicen que había
“entonce en Tabasco ocho poblacisnes de naguatatos (mejicanos) y señalan co-
mo una de ellas a Huimango, pero no á las otras siete. Nosotros, por otros
pasajes de la misma obra, inferimos que eran mejicanas, además de la ci-
tada, Cimatlán y Jicalango.
Bernal Díaz hace mención de Huimango como primera población de la
Chontalpa.
5.—AMACOITE (arroyo, en la Municipalidad de Huimanguillo,
afluente derecho del río Mezcalapa).—Aztequismo deri-
vado de amacuauitl, nombre de cierta planta.
No es fácil precisar de qué género ó especie de planta se trata.
El autor del “Diccionario de Aztequismos” considera que las palabras
vulgares amate y anacahuite, nombres actuales de dos plantas que pertene-
cen á familias muy diferentes, no son más que alteración de! primitivo ú
originario nombre amacuauitl ó amaquahuitl, que él juzga aplicable al árbol
de cuya corteza hacían su papel los mejicanos.
Los Sres, D. Gumesindo Mendoza y D. Alfonso Herrera, en su mono,
grafía intitulada “El Anacahuite” (“La Naturaleza;” tomo III, pág. 151),
opinan que la planta de que se hacía el papel era el anacahuite actual, alte-
ración según ellos, del amaquahuitl antiguo.
El Sr. Orozco y Berra (“Historia Antigua y de la Conquista de Méxi-
o;” tomo I, pág, 337) opina como los Sres. Mendoza y Herrera, á quienes
cita, .
Nuestra opinión difiere de las de estos respetables escritores, y creemos
que haya error en las suyas. Expondremos las razones en que nos parece
que se apoyan éstas y las que dan fuerza á la nuestra.
NoMBRES GEOGRAFICOS DÉ£L ESTADO DE TABASCO. 85
Los que opinan que las palabras 4matl y amacuanitl designaban á una
sola planta se fundan, según creemos, en que esta última palabra significa
etimológicamente “árbol del papel” (amacuauitl; de amatl, papel, y cuavitl,
árbol) y juzgan que realmente al decir amatl no se hacía más que cometer
una apócope con la palabra correcta amacuauitl, El Dr. Hernández. en su
obra sobre las plantas de Nueva España da lugar á confirmar este parecer
cuando dice (“Hist. Plant. Nov. Hisp.”; tomo L., libro IL, pág. 165): “Ama-
quahuitl, seu arbore papyri.” Más tarde Clavijero, al afirmar, sin más acla-
raciones, que el papel mejicano se hacía del árbol llamado amacuahuitl, se
apoyó en esta frase de Hernández y le dió fuerza con su autoridad.
Pero, á pesar de lo anterior, y aun con el apoyo del mismo Hernández,
nosotros opinamos que amail y amacuavitl, palabras de donde provienen
los respectivos aztequismos actuales amate y amacoite, designaban á plun-
tas distintas, aunque ambas utilizables, una principal y otra secundaria-
mente, en la fabricación del papel. Tres fundamentos damos á nuestra opi-
nión.
Primero: el dicho del P. Motolinia, mejor informado, sin duda algu-
na, que Hernández y Clavijero. Dice aquel cronista (García Icazbalceta.
—“Colece. de Doc. para la Historia de México;” tomo I., pág. 246) que en
Tlaxcala se hacía papel de maguey, y agrega: “Otros árboles hay de que
se hace en tierra caliente, y de estos se solía gastar gran cantidad: el árbol
y el papel se llama amatl y de este nombre llaman á las cartas y á los libros
y al papel amate.”
Segundo: la consideración de que la palabra amatl que designaba al pa-
pel, se originó, según el mismo P, Motolinia nos lo hace saber con toda ela-
.Yidad, del que llevaba la planta de cuya corteza empezó algúu día á fabri-
carse el papel y no el de la planta del de éste. No de modo diferente se ori-
ginaron las palabras papiro y cálamo, que han llegado hasta nosotros, de
los nombres de las plantas de donde se sacaron aquellos primitivos útiles
de escritura. Así, para designar en mejicano á la planta de donde provenía
el papel no era necesario agregar la palabra cuavit! (árbol) pues por sí mis-
mo el árbol tenía un nombre: amatl. La prueba de este aserto existe en la
actualidad. Los amates, plantas de clima cálido, como Motolinia lo dice, se
llaman simplemente amates, y no hay lagar en la República en donde lle-
ven un nombre siquiera semejante á la palabra amacuauitl.
Tercero: Hernández, hablando del amaquahuitl en el pasaje descripti-
yo cuyo epígrafe hemos copiado más arriba, dice “Arbor est magna: Mali
Medicae folis, flore ac fruetu candido, in corymbos composito, sapore et
odore fere nullo, trigidaque et sicca natura. Tepoztlanicis provenit monti-
bus ubi frequenter interpollatur ex ea papirus.-..” Lo que traducimos
así: ““Arbol grande, con hojas de manzano, for y fruto muy blancos, for-
86 - MARCOS E. BECERRA.
mando corimbos, sabor y olor casi nulos, de naturaleza fría y seca. Provie-
ne de los montes de Tepoztlán, en donde frecuentemente se le mezcla en
el papel.”
En donde se ve que el amaquahuitl de que se trata no daba la corteza
principalmente empleada para el papel, sino que servía para mezclarla con
alguna otra; y que ese amaquahuitl tampoco era un amate (amatl, amacos-
tic, amaesquite, tepeamate, teshealamate, y samatito) pues, siendo éstas plan-
tas del género ficus (familia de los Urticáceas), ninguna de ellas da inflor-
escencias en corimbos, como se dice del amaquahuitl referido.
Y que el ye dadero árbol del papel era el amate actual, queda probado
con el dicho de Montolinia y con la persistencia del nombre, tal como an-
taño se castellanizó, en los numerosos ficus indígenas. Corrobóralo el he-
cho de que en tarasco el amate se llama siranda, palabra que quiere decir
papel. El Dr. Urbina, en su monografía sobre los amates (“Anales del Mu-
“seo Nacional;” 1% época, tomo VII, pág. 93-114), opina “que los antiguos
mexicanos daban el nombre de amates á las plantas de la familia de los Ur-
ticáceas, del género Ficus,” y en la misma monografía el autor del “Dic-
cionario de Aztequismos” afirma, en una carta dirigida al Dr. Urbina, lo
siguiente: *“Todos-los indios viejos de Tepoztlán dicen que el papel lo sa-
caban del amazquitl.” (ficus complicata, H. B. K.)
Probado que el amatl y el amacuauitl eran plantas diferentes, veamos
si el anacahuite puede ser alguno de ellos. :
El anacahuite, según sabemos, es una planta del género cordia de la
familia de las Borragináceas, mientras que el amatl ó amate es del género
ficus de la familia de las Urticáceas. Los caracteres aparentes y efectivos
que separan, pues, una de otra esas dos plantas son tan considerables que
motivan una separación de familias. Más, aún: las Borragináceas son Co-
rolifioras entre las Diclamídeas, mientras que las Urticáceas son Monocla-
mídeas. Cualquiera persona que examine las dos plantas, aún sin hacer el
análisis de sus formas florales, las considerará perfectamente diferenciadas.
Así, pues, los mejicanos no pudieron dar, por semejanza, un mismo nom-
bre á plantas en sí tan diferentes. De haber sido así no faltaría algún cor- *
día que llevara el nombre de amate, que es la castellanización del antiguo
amatl y que, como sabemos, solamente se aplica á los ficus indígenas. .
Si Hernández, al decir amaquauhuitl, no quiso hablar de un amate ó
amatl, ¿pretendió, entonces, designar al anacahuite? Las bases que pue-
den darse para una resolución afirmativa á esta cuestión han sido: una no-
table coincidencia entre los caracteres que Hernández consigna y los que
tiene el anacahuite; una semi-coincidencia entre las letras de ambos nom-
bres.
Con respecto á lo primero, necesario es declarar que los caracteres que
NomMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 87
el botánico español atribuye al amaquahuitl corresponden con los que tie-
ne el anacahuite: hojas, por la textura y quizá por la forma; flores, por la
disposición y por el color. Preciso es también advertir que, aunque nues-
tros colectores botánicos no han identificado al anacahuite entre la flora
del Estado de Morelos, al menos, que sepamos (véase “Sinonimia de Plan-
tas Mexicanas,” por el Dr. José Ramírez), nosotros hemos encontrado en
los alrededores de Tepoztlán una planta que, de no ser dicho anacahuite,
por lo menos es del mismo género que éste, pues su porte, foliescencia y
madera acusan una gran afinidad con el bojón, tambor, ó palo María (cor-
día gerascanthus, Jacq.) Esta planta tiene sus flores blancas y en corimbos
según se nos ha informado (pues nosotros no hemos tenido ocasión de ver-
las) y. aunque se la conoce con otro nombre mejicano que luego diremos,
algunos opinan que es el anacahuite, y así la llaman. No obstante todo lo
expuesto, la descripción hecha por Hernández es tan superficial que no se-
ría difícil, si se quisiera, aplicarla á otra ú otras varias plantas de muy dis-
tinto género ó familia que el anacahuite. Por eso, sin negar la coinciden-
cia de caracteres que hemos señalado, y aun en el caso de que en Tepoz-
tlán exista el cordia anacahuite, tal coincidencia no es bastante para jus-
tificar la afirmación de que Hernández quiso describir dicha planta.
Véamos, ahora, qué valor puede tener la semicoincidencia de letras en
tre ambos nombres.
Dos casos pueden suponerse, al dar por cierto que el médico de Feli-
pe II quizo, realmente, hablar del anacahuite (anacuauitl?): 12 dicho autor
tuvo el propósito de consignar este nombre, pero al escribirlo se equivocó,
6, bien, lo escribió con la ene pero el tipógrafo cambió dicha letra, ponien-
do una eme equivocadamente; 22 el nombre debido era amaguahuitl y la
palabra ha sufrido alteración de entonces áacá Evidentemente que la pri-
mera suposición carece de valor, puesto que el mismo Hernández dice:
““Amaquahuitl, ó sea árbol del papel,” en donde la eme del elemento amatl
(papel) está en su papel. La segunda suposición es, pues, la posible. Pero,
¡en qué condiciones ha sido necesario que se efectuara tal fenómeno? Cree-
mos que la corrupción ó alteración de la estructura de una palabra se pue-
de atribuir á dos factores aislados ó concurrentes, que son, distancia de
tiempo y distancia de espacio entre la época ó el lugar en que la palabra ha-
ya tenido su mayor ó más genuino empleo y aquellos en que se esté usan-
do. En el caso dela palabra amaquahuitl, ésta podría haberse alterado: (a)
por ser empleada en comarcas alejadas del radio de acción de la lengua me-
jicana, á que pertenece; (b) por ser empleada en tiempos muy distantes de
aquel en que tuyo su más intenso uso; (€) por la concurrencia de ambas cir-
eunstancias. Por ejemplo: en Tamaulipas, en Nuevo León, ó en Coahuila, —en
88 Marcos E. BECERRA,
donde el anacahuite abunda y se le conoce con tal nombre,— podría haber
sucedido que lasupuesta palabra mejicana originaria se hubiese convertido
en laactual. A tal supuesto podría dar fuerza la observación de un hecho
más, á saber: la palabra anacahuite, —ó amacahuita, como otros dicen, — por
su estructura, sugiere laidea de un diminutivo castellano, y de allí, quizá,
pudo venir la palabra anacua, ó anagua, con que se digna en aJguno de aque-
llos Estados otra planta que corresponde á un género que tiene afinidad con
el cordia (eheretia elliptica, DC., Borragináceas). En los nombres de lugar de
aquellaregión,—que de seguro provienen delos de estas plantas, --se advierte
más claramente esa deformación gradual de la palabra anacahuito, según
se ve á continuación: Anacahuite,. ..-- Anacahuita, - .--- Anacuita, - ----
Anacua, -..- Ánacuas....
Pero es el caso que la corrupción de la palabra amaquahuitl,—si ella
hubiera de ser considerada como verificada,— se presenta también en co-
marcas y en tiempos de completa actividad de Ja lengua mejicana; como,
“ por ejemplo, en Tepoztlán. Si las palabras amatl y amacuantl tienen como
raíz un mismo elemento, por qué una de ellas, aun castellanizada, no ha
perdido la eme, de modo que se dijera anate y no amate, ¿Por qué la otra
nose mantiene en la misma línea de variabilidad de su compañera? ¿Por qué,
finalmente, la planta que hemos visto en Tepoztlán lleva otro nombre en me-
jicano, con el que es conocida allí, en vez del nombre de anacahuite que,
aunque altérado, vendría á ser el más apropiado á su antigua aplicación?
Tal planta, lo repetimos, tiene allá otro nombre y es éste el de micacuauitl,
que quiere decir “árbol de la tos mortal” (de micatlatlasisti, tos mortal, —
tos ferina, — y cuanill, árbol), y que alude al empleo que se hace de sus
flores y de su corteza para la curación de las afecciones bronquio-pulmo-
nares. '
De todo lo expuesto se puede inferir con toda exactitud que la pala-
bra anacahuite no es una corrupción ó alteración de amacuauitl y que, por
consiguiente, el amaquahuitl de Hernández no es aquella planta de las Bo-
rragináceas. Quedan, por lo mismo, sin identificar la planta descrita por
el botánico español así como el amacoite que ha dado nombre al lugar de
Tabasco y que, con toda probabilidad, es el antiguo amacuauitl.
6.—AMATAL (hacienda, en la Municipalidad del Centro).—Co-
lectivo castellano, derivado del aztequismo amate, nom-
bre de cierta planta (véase “Amacoite”).
7.—AMATÁN (río, en la Municipalidad de Tacotalpa, afluente
del de la Sierra). —“Donde abundan los amates.”—““Ama-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 89
tlán” (de amatl, amate, cierta planta; y ¿lan, colectivo
toponímico).—Mejicano (véase “Amacoite”).
8.—AMATE (rancho, en la Municipalidad de Jonuta).—Nombre
de cierta planta (véase “Amacoite”).
9.—AMATITÁN (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa, y punto
del río Usumacinta, en la de Jonuta).—“Lugar entre
los amates.”—““Ama-titlan” (de amatl, amate; y titlan, en-
tre). —Mejicano.
10.—ANAtTÉ (hacienda, en la Municipalidad de Tenosique).—
“Cuadro, ó cuadrado.”—“Amayté.”—Maya.
11.—ANTA (pueblo, enla Municipalidad de Cunduacán) —“Lu-
gar de recandación.”—“Aanta” (de aanta, ir recogiendo).
- —Mejicano.
12.—APAZTLA (pueblo antiguo de la Chontalpa, ya extinguido).
“Donde abundan los apastes."”—“Apas -tla” (de apastli,
cierto utensilio para agua, lebrillo; y tla, colectivo).—Me-
jicano.
Aunque en las “Relaciones de Tabasco” aparece el nombre de esta
población no hemos podido hallarlo en el mapa que las acompaña. ¿Será
quizá, el actual Atasta, cuyo nombre haya sufrido alteración de entonces
á acá? No es posible resolverlo. El dicho Atasta no figura en el mapa ni
en el texto de la obra citada.
13.—ASTAPA (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa). —“Ribe-
va de las garzas. ”—“Ast--apan” (de astatl, garza; y apan,
sobre el agua). —Mejicano.
Los más autorizados y antiguos mejicanistas, si no es que todos, han
establecido la costumbre de escribir con zeta las palabras mejicanas en
que la zeta ó la ese deba ponerse. Si hubiéramos de seguir esa costumbre,
la restauración de la palabra que motiva esta nota sería Azt-apan y no Ást
-apan y uno de sus elementos aztatl y no astatl. Sin embargo, mantenemos
en ese particular, la forma que la palabra tiene en la ortografía geográfica
oficial, porque la consideramos correcta, fundados en estas razones: 1? por-
Mem, Soc.Alsate. México, T. 29. (1909-1910)—12
PAN %
A
90 MArcos E, BECERRA
4 5
que se acostumbra pronunciarla con ese y no con zeta; 2? porque nunca se
ha pronunciado con zeta (tal como esta letra se pronuncia hoy en caste-
llano), pues en la lengua mejicana nunca ha existido dicha letrá.
Don Eufemio Mendoza, mejicanista de autoridad, dice que en mejica-
no “la ce suave se pronuncia casi igual á la ese un poco más silvada,” y
que “lazeta poco se parece á la castellana, pues tiene un sonido semejan-
te á la ese.” En el maya tampoco existe la zeta, según Don Juan Pio Pé-
rez, y tampoco en el tsoque, según hemos podido advertir al oírlo hablar
frecuentemente. Más, aún: entendemos que no hay lengua indígena de
América que tenga tal sonido.
Pero, entonces, —se nos dirá, —¿por qué los primitivos escritores espa-
ñoles mejicanistas, ó mayistas, hicieron un uso exclusivo de los signos zeta
y tezeta, cuando lo indicado habría sido precisamente desecharlos, emplean-
do la ese ó la esse que también existían entonces en el castellano?»
Para encontrar la causa de ello precisa saber que que el sonido zeta fué
introducido en la lengua castellana por los dominadores musulmanes de la »
península ibérica. En efecto, este sonido no existió, —según lo prueba D.
Julio Cejador y Frauca en su obra “Gérmenes del Lenguaje, ”— ni en el
latín, ni en el griego, ni en el éuskero, ni existe en el francés ni en el ita-
liano, mientras que sí se encuentra en el árabe, el hebreo, el siriaco y el
albanés. Puede, pues, darse por cierto que su introducción al castellano se
debe á los árabes y que en la época de los descubrimientos y conquistas de
América ya su empleo estaba tan generalizado como lo está hoy, aun en
regiones en donde el dominio político de los musulmanes no pudo pene-
trar. Pero como la literatura estaba en tal época en manos del elemento
hostil á judíos y mahometanos (los clérigos, casi siempre). éste no había
admitido la tal zeta arábiga en su fonética, y el signo que hoy le correspon-
de representaba entonces el sonido latino algo parecido al de la ese actual.
Así se explica perfectamente que aplicaran la repetida zeta á un sonido de
nuestras lenguas de América que tenía mucha semejanza con la consonan-
te latina.
Un hecho que tiene relación con lo anterior, pero que no puede atri-
buirse á la misma causa, sino á otra distinta, es el de que en el castellano
que se habla en América no se pronuncia absolutamente por ninguna per-
sona nacida aquende el Atlántico la zeta castellana. Todas las personas,
de éstas, medianamente instruídas, saben que, por ejemplo, las palabras
cereza y ceniza se pronuncian con sonidos en que no entra la ese y, sin em-
bargo, todas esas personas las pronuncian como si se eseribieran con dicha '
ese: seresa, senisa. Si los españoles conquistadores empleaban ya en su épo-
ca la zeta arábiga, necesario es suponer que su empleo se debió sostener en
$
EN
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 91
América como se ha:sostenido en España hasta ahora, á no haberse pre-
sentado otra causa distinta de la influencia literaria á que hemos hecho
referencia antes. Esta causa fué, á nuestro parecer, la fonética americana,
en donde la zeta no existía. Las madres ó las nodrizas que amamantaron
á la raza criolla no la pronunciaban y por esta causa esa raza se independi-
zó del influjo árabe con respecto á la letra consabida, pero introduciendo
su propia influencia étnica en la lengua de sus progenitores masculinos, de
tal modo que la ese que ahora pronunciamos difiere de la ese española que
estamos acostumbrados á oír de labios de los españoles contemporáneos,
pues nosotros la emitimos sumamente delgada y la que ellos emplean es
más gruesa, más voluminosa, por decirlo así, teniendo cierta aproximación
á la she que antes tuvo el castellano.
Volviendo sobre el asunto de la ortografía usada por los primero me-
jJicanistas ó mayistas, un examen dela fonética de la zeta, y de su afines
la te y la de, nos servirá para corroborar las ideas expuestas al principio.
Dichos primeros escritores ponían algunas veces antes de la zeta una
te, como se ve en las palabras tzupotl, tzanatl, tzopilotl. Pues, bien: haciendo
el intento de pronunciar estas palabras en su legítima, íntegra y correcta
forma prosódica mgderna, se tropieza con una insuperable dificultad de lo-
grarlo, debido ello á que, siendo la te y la zeta miembros de una misma se-
rie orgánico—fisiológico de sonidos (te, de, zeta), la diferencia de ellos, cuan-
do se les une así, escapa á nuestro órgano vocal ó á nuestro oído. Igual
dificultad tendríamos en pronunciar íntegramente las letras de las siguien-
tes sílabas, constituídas con sonidos que también forman serie entre sí: dze
ó zde, eya ó gra, ycha ó chya (ye consonante), ssha ó shsua, vfa ó fea, bpa ó
pba. En todos estos casos una de las dos absorve indefectiblemente á su ve-
cina, oyéndose solamente la inmediata á la vocal.
Por el contrario, considerando aquel signo zeta como representante de
una ese, no es difícil pronunciar las combinaciones citadas de las palabras
tzapotl, tzanatl, tzopilotl, que deben leerse tsapotl, tsanatl, y tsopilotl y caste-
llanizarse sapote, sanate, sopilote. El latín botánico se ha visto obligado á
transcribir con ese la palabra tzapotl, y ha llamado al chicozapote achras sa-
pota, y á la familia de estas plantas Sapotaceae, de donde la Real Academia
ha tenido necesidad de escribir Sapotáceas.
Antes de terminar esta nota, haremos una observación acerca de la au-
tenticidad del nombre Astapa como palabra mejicana.
Entre las muy importantes notas con que.dos distinguidos escritores
tabasqueños enriquecieron la segunda edición de la “Historia de Tabasco,”
del Sr. Pbro. D. Manuel'Gil y Sáenz, hay una en que se emite la opinión
de que la palabra Astapa no es mejicana sino genuinamente castellana, pues-
92 Marcos E, BEOERRA.
to que una antigua población española se llamó así. Creemos errónea tal
opinión, porque, si bien es verdad que existió en España una población de
ese nombre, eso fué antes de la época de las conquistas de América. Dicha
población tiene ahora el nombre de Estepa y ese nombre ya lo tenía tam-
bién en la época expresada. En la relación de la “Conversión del Piritu,”
impresa por primera vez en 1690, y reproducida en la *“Colece. de Libros
raros ó curiosos que hablan de América” (vol. VIL—Madrid.—1892), se lee
el siguiente pasaje: ““---.el padre fray Matías Ruiz Blanco, natural de la
villa de Estepa ----” Por otra parte, en las “Relaciones,” escritas en 1579, es
decir, cineuenta años después de la Conquista, ya se menciona á ** Aztapa—
Zaguatán” como parte de un grupo de poblaciones llamadas “los tres Za-
guatanes.”
14,—ATASTA (villa, en la Municipalidad del Centro).—“Gar-
zal del agua.”—“At-astla” (de atl, agua; y astla, garzal).
—Mejicano.
La restauración de este nombre consignada en los “Nombres Geográ-
ficos de Tabasco,” no es la que ponemos aquí sino “Az-ta-tla,” significan- *
do “en donde abundan las garzas.” Tal vez el distinguido autor de la obra
estaba enterado de que en Oaxaca existía una población con el nombre de
Astatla ó Astata, y creyó, con tan atendible fundamento, que nuestro Atas-
ta era una alteración del nombre que lleva la población oaxaqueña. Nos-
otros desechamos tales restauración é interpretación porque en las “Rela-
ciones” yemos que desde 1579 el nombre se empleaba exactamente con la
estructura que ahora tiene, y no es probable que en cincuenta años hubie-
ra sufrido esa alteración, cuando luego en más de trescientos no ha sufrido
ninguna.
Hay que advertir que el Atasta de que hablan las “Relaciones” no era
la actual población, objeto de esta nota, sino otra, hoy ya extinguida, cer-
ea de Jicalango, de Campeche. Quedaba esa población ubicada cerca de la
laguna de Atasta, hacia la parte de aquel Estado próxima á nuestro límite
y que antiguamente nos pertenecía. ,
Bernal Díaz la llama Gueyatasta, diciendo que quedaba cerca de Xica-
lango.
15.—ATLÁN (hacienda, en la Municipalidad de Nacajuca).—
“Donde abunda el agua.”—“A—tlan” (de atl, agua; y tlan,
colectivo toponímico).—Mejicano.
ES
NOMBRES GEOGRAFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 93
16.—AYAPA (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa). —“Lugar
de neblinas.”—“Ayau-pan” (de ayauitl, neblina; y pan,
terminación toponímica).—Mejicano.
17.—BALANCÁN (villa, cabecera de la Municipalidad desu nom-
bre).—“Lugar abandonado á causa del fuego. ”—“Balan—
kan” (de balan, haberse huido; y kaan, apócope de kakaan
pp. del verbo arder, quemarse, incediarse).—Maya.
18.—BALLASUS (laguna, en la Municipalidad de Nacajuca).—
Mejicano?
La estructura de esta palabra, —si realmente fuere mejicana, — pare-
ce muy alterada.
19, —BASLUNTIC (arroyo, afluente del río Chinal, en la Muni-
cipalidad de Macuspana).—“Lugar ó región especial de
saraguatos.”— Bats-lum-t” (de bats ó baats, saraguato;
lum, tierra; y ti, lugar señalado ó determinado).—Maya,
20.—BOQUIAPA (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa).—“Lu-
gar de neblinas.”—“Po-quia-pau” (de poctli, humo; qui-
auitl, lluvia; y pan, terminación toponímica).—Mejicano.
21.—BULUJÍ (hacienda, en la Municipalidad de Tacotalpa).—
“Lugar de ahogados. ”—“Bu-luc-3i1” (de buluc, ahogado,
que se ahoga; y Júl, haber sido, del verbo jal, ser). —Maya.
La hacienda está á la margen del río de Puscatán, llamado también río
de Bulují ó de los Bulujfíes, el cual tiene su origen en el Departamento de
Chilón, Chiapas, en donde también existe un lugar de tal nombre.
22.—BUsH (laguna, en la Municipalidad de Nacajuca).—“Ca-
labazo.”—Maya.
El nombre de bush se aplica en Tabasco á Ja planta que produce los ca-
94 Marcos E. BECERRA.
labazos, bules, acocotes, alacates ó guajes (layenaria, vulgaris, Ser., Cucurbi-
táceas), al fruto de ésta y al utensilio ó vasija que se obtiene del epicarpo
de dicho fruto, _ :
El Lic. Don Eustaquio Buelna, en su estudio sobre los “Nombres keo-
gráficos de Sinaloa,” considera que el nombre de bule, que allá se da al uten- ,
silio indicado, es de la lengua cahita que allá mismo se habla. La cireuns-
tancia de que esa palabra no sólo se use en Sinaloa sino también en otras
regiones muy distintas de aquella, la de que en Tabasco se use una palabra
tan semejante á bule y que tiene más apariencia de indígena que ésta, y la
del significado de bush en lengua maya (*“cosa hinchada, ó cosa engrosada”)
hacen suponer que bule no es más que una alteración del originario maya
bush, el cual puede haberse propagado á los lejanos puntos en que ahora es
usual por la vía de las Huastecas que, como se sabe, son de origen maya.
Es oportuno llamar la atención del lector sobre que, aunque ha sido
costumbre representar el sonido she, que exite en esta y en otras palabras
mayas ó mejicanas, con una equis (bux, en vez de bush), nosotros represen-
taremos ese sonido siempre con la letra inglesa she. Nuestro objeto es no
fomentar más el error (muy frecuente y explicable en quienes no estén al
corriente de la ortografía histórica del castellano, ó de la fonética antigua
del mejicano ó del maya), de que en el mejicano ó en el maya había el so-
nido equis, —tal como lo tienen las palabras actuales máximo, luxar, Xo-
chimileo, Xóchitl, — cuando no hubo nunea tal sonido gutural en esas dos
lenguas. En ese error han caído los extranjeros, —franceses é ingleses—eon
respecto á nuestra denominación gentilicia y nacional, pues nos llaman
mecsicanos, Ó Mérsico, cuando, realmente, nunca nos hemos llamado así.
La equis, —cuyo empleo en la palabra México tanto se ha discutido, —
se usaba en el castellano del tiempo de la*Conquista como la she del inglés
ó la cre del francés ahora.
La gran ciudad azteca tenía dos nombres, según es bien sabido: uno
era el de Tenochtitlán. y el otro era el que, modificado por la evolución grá-
fico-fonética del castellano, ha llegado hasta nosotros. Este último no se
pronunciaba con el sonido de la jota con que nosotros lo pronunciamos aho-
ra, pero tampoco con el sonido de la equis (e-s) que algunos creen, sino que
se pronunciaba Méshico, así como con she inglesh ó che francesa. Los cas-
tellanos consignaron exactamente los sonidos de la palabra escribiendo Mé-
xico. De igual manera escribían Xalapa, Oaxaca, Tlaxiaco, palabras indí-
genas, 6 Guadalaxara, Ximénez, palabras españolas, que se pronunciaban
Shalapa, Oashaca, Tlashiaco, Guadalashara, Shiménez. Transcribieron, pues,
la palabra correctamente, puesto que aplicaron al sonido la letra que le co-
rrespondía.
Había, sin embargo, elf el castellano y por la misma época, —según lo
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL EsTADO DE TABASCO. 95
adviérte Cejador y Frauca, en su obra “Gramática y Diccionario del Qui-
jote,"— otra letra cuyo sonido era análogo al que la equis tenía entonces.
Esa letra era la jota, que sonaba como nuestra ye actual. ¿Cómo y cuándo
empezaron á usarse ambas con el sonido gutural que tiene ahora la jota?
No podríamos decirlo, pero es lo cierto que, andando el tiempo, vinieron á
pronunciarse, tanto la jota como la equis, con el referido sonido gutural,
desapareciendo del castellano el sonido que tenía la equis y quedando sólo á
la ye el palatal que ya desde entonces tenía y que aun tiene. El sonido que
tenía en el antiguo castellano la equis, existe, —ya lo hemos dicho, — en el
inglés y en el francés, como se encuentra en los nombres Sheldon y Cham-
pionet. Nosotros emplearemos aquí el signo inglés que es el que menos se
presta á confusiones. Si empleáramos la equis seguiría sucediendo lo que
ya hemos indicado, á suber: que los que no saben qué sonido se daba á esa
letra en tiempos de la Conquista, la pronunciaban como c-s, y creen que
ese era el sonido mejicano.
Se ve, pues, que los que recomiendan el empleo de la equis en vez de
la jota para las palabras Méjico, Jalapa, Oujaca, ete., alegando que el ori-
gen de esas palabras lo justifica, aducen un argumento notoriamente falso,
si se refieren al origen mejicano. Mal se invoca el origen en cuestiones or-
tográficas, para palabras que no tenían alfabeto. Si tan amigos son del ori-
gen, ¿por qué no lo reivindican para la restauración ortográfica de los nom-
bres de Guadalajara, Jiménez, Jerez, cuya ortografía actual tiene el mismo
origen que tuvieron las que antes hemos dicho? ¿Por qué no abogan por
la restauración fonética de las palabras mejicanas, cosa que tal vez sea más
fundamental pero que es menos factible, y que se diga Méshico, Oashaca,
Shalapa, etc?
Por lo demás, y puesto que para este otro objeto sería preciso una ver-
dadera regresión, nosotros ponemos la restauración ortográfica de todas es-
tas palabras con la simple intención de restaurador, es decir; no para que
se use de nuevo la cosa restaurada, sino para que se vea como era. Los pa-
lacios del Palenke deben restaurarse, pero fácil es comprender que eso no
se hace para habitarlos.
Ñ
23.—BUusHiÁ (laguna, en la Municipalidad de Montecristo).
—““El que se hincha ó crece por sí solo.” —'“Bush-inaj”
(de bush, cosa hinchada, engrandecida, hinchar, engran-
decer; é inaj, sufijo verbal que indica auto-acción, es de-
cir, la acción sin el auxilio de agente extraño ó externo).
—Maya.
96 MARCOS E. BECERRA.
24. —BUtzIJÁ (río, afluente del Usumacinta, en la Municipali
dad de Tenosique).—“Humo de agua, neblina.”—“Butsi-
34” (de dutsil, humo; y ja, agua).— Maya,
Nuestro amigo el Prof. D. Elías Aguilar nos informa de que este río
tiene una cascada, en donde se forma la neblina á que debe atribuirse su
nombre. También podría significar agua negra, de boshil, negrura, y ja,
agua.
25.—CAMOAPA (arroyo, afluente del Mezcalapa, y vecindario
de Huimanguillo). —“Ribera de los camotes.”—Camo-
apan (de camotli, camote ó batata; y apan, sobre el agua).
—Mejicano.
26.—CAMPECHE (hacienda de la Municipalidad de Comalcalco).
—“Culebra y garrapata.”—Kam-pech (de kan, culebra;
y pech, garrapa).—Maya.
27.—CANIZÁN (vecindario, en la Municipalidad de Tenosique).
—“Víbora astuta. ”—Can-itzab (de kan, culebra, víbora;
é itsat, astuto, artero, cauto).—Maya.
Se ha emitido la opinión de que este nombre es una alteración de Xt-
zancamac, nombre de le capital de la antigua provincia de Acalan, en que se
supone que fué sacrificado el estóico é indomable Cuauhtémoc, y de allí ha
nacido la creencia vulgar de que en ese lugar fué aquel acontecimiento.
Todo ello no puede pasar de una conjetura desprovista de verosimili-
tud, pues, además de que los nombres son diferentes, el lugar en que pu-
diera suponerse que estuvo Fizancanac no sería, en ningún caso, el que ocu-
pa el actual Canizán. En efecto: aunque los dos derroteros que puede re-
construírse con los datos que se encuentran en la carta de Cortés consabida
y en la Historia de Bernal Díaz, difieren grandemente, y aunque, en tales
condiciones, sólo los de Cortés nos merecen entera confianza, tanto éstos
como los de Bernal Díaz coinciden en consignar el hecho de que entre Ci-
guatezpan ó Ciguatepecad (Tenosique) é Itzancanac había más de tres jor-
nadas hacia el interior, lo que equivale, según la celeridad posible en aque-
lla marcha, á decir que había más de quince leguas. Ahora, bien: el actual
5
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. ; 97
Canizán queda río abajo del pueblo de Usumacinta que, según el dicho
bien claro de Cortés, estaba abajó de Ciguatezpan, entre esta población y
Tatahuitalpun (Balancán).
Si Canizán es el asiento de alguna antigua población, no es probable
que ésta haya sido el histórico Itzancanac.
Los dos nombres de Itzancanac y Hueiacalan, maya el uno y mejicano
el otro, con que en los relatos de Cortés y Bernal Díaz, respectivamente, se
alude á una misma población, vienen á significar lo mismo. Tltzancanac sig-
nifica “cosa ingeniosa que flota, ó fotante” (de itzat, ingenioso, hábil, indus-
trioso; y kaanac, cosa flotante). Hueiacalan quiere decir “Acalan, grande,”
y Ácalan “lugar de canoas” (de acali, canoa; y lan, terminación de nombre
de lugar). De paso debemos notar que la palabra kaanac (cosa flotante) es
una prueba del parentesco de los idiomas del Continente con los antillanos,
puesto que la palabra canoa, tan parecida á kaanac, es antillana.
28.—CANTEMÓ (rancho, en la Municipalidad de Jonuta y arro-
yo en la de Tenosique).—Nombre de cierta planta (aca-
cia filicina, Willd, Leguminosas).—Maya.
29.—CANTUC (hacienda, en la Municipalidad de Tenosique).
—*“Coyol ó eocoyol, amarillo. "—“Kan-tuk” (de kan, ama-
rillo; y tul, coyol, eocoyol, ó cuaucoyoli, cierta planta).—
Maya (véase “Cocoyo!”).
*30.—CAOBANAL (vecindario, en la Municipalidad de Jalpa).—
Colectivo castellano, derivado de caóbano, ó caóbana,
cierta planta. (Véase “Caóbano”).
*31.—CAÓBANO (arroyo, afluente del río Butzijá, en la Munici-
palidad de Tenosique).—Nombre de cierta planta llama-
da también caóbano, caobo y caoba (swietenia mahogana,
Lin,, Meliáceas).
Esta palabra es de la lengua caribe, según el Diccionario de la Real
Academia Española.
32.—CATEC (arroyo, afuente del río San Pedro, en la Munici-
palidad de Balancán).—“El que pasa ó atraviesa rápida-
Mom. Soc.Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—13
5
08 MARCOS E, BECERRA
mente.”—“Ka-tec” (de hat, atravesa ó estorbar el paso;
y tec, breve, pronto, presto, rápidamente). —Maya.
*33.—CEIBA (vecindario, en la Municipalidad de Paraíso, y la-
guna y arroyo en la del Centro).—Nombre de cierta plan-
ta (eriodendron occidentale, Tr. et Pl. Malváceas).—Hai
tiano.
34.—CENTLA (ciudad del Tabasco precortesiano, ya desapare-
cida).—“En el maizal."—“Sen-tla” (de sentli, mazorca de
maíz; y tla, colectivo.—Mejicano.
Los autores que han hablado de esta población han alterado de diver-
sos modos el nombre de Sentla, ó Centla, pero la mayor parte de las varian-
tes se pueden atribuir ó á la afinidad fonética de la e con la i, como de Cen-
tla Cintla, ó á un error de lectura, al tomar por una u lo que en los manus-
eritos era una ene, como de Centla Ceutla.
Esta población estaba situada cerca del mar y próxima á la que más
tarde fué Santa María de la Victoria, segín los cronistas de la Conquista.
35.—CIMATÁN (barrio de la ciudad de Cunduacán, antes pue-
blo de Santiago-Cimatán).—“Donde abundan los cima-
tes ”—“Sima-tlan” (de símatl, cierta planta; y tlan, colee-
tivo toponimiceo).—Mejicano.
Bajo el nombre de cómatl, comapalli, ayecocimatl, cicimatic, cuahtoccimatl,
tecimall, y tlalcimat!, describe Hernández varias plantas que corresponden
generalmente, sezún el Dr. Urbina (*“Anales del Museo Nacional;” segun-
da época, tomo III, pág. 157-162), á diversas especies y géneros de Legu-
minosas, principalmente al del frijol (phaseo/us). Lo que se utilizaba de
todas ellas para usos alimenticios ó medicinales era la raíz tuberiforme, del-
gada. Son, en lo general, plantas del medio cálido. z
El cicimatic (canavalia villosa, Bent.), se encuentra en Teapa y en los
alrededores de San Juan Bautista, en donde se le da el nombre vulgar de
frijolillo. Creemos que el nombre Zimapán, lugar en donde existen esta
planta y el cónatl (desmodium amplifoltvtum, Hewmls.), aluda á alguna de ellas
(Zima-pan ).
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 99
El P. Sahagún (“Historia General de las Cosas de Nueva España;” to-
mo III, pág. 232-237) dice: “Hay una raíz que se llama cimatl; la yerba de
esa raíz se llama quarecoc y también cimatl; esta yerba hace unas habas que
son como frijoles grandes y son éstos pero silvestres; la raíz si se come eru-
da ó mal cocida provoca á vómito y mata; es menester cocerlas dos días
y que hierban consecutivamente.”
Según se deja comprender por el relato de Bernal Díaz, bajo el nombre
de Cimatán se entendía no una población sino un grupo de poblaciones, que
dieron mucho quehacer, por su indomable carácter, á los primeros enco-
menderos, de los cuales fué el mismo Bernal uno. Este dice que “los de
Cimatán no querían venir á la villa (de Coatzacoalcos) ni obedescer manda-
mientos.” Con este motivo el Capitán Luis Marín comisionó al mismo Ber-
nal Díaz para ir con otros tres españoles á procura» reducirlos por la buena,
pero los indios, lejos de entender, salieron agresivamente al encuentro de
los comisionados hasta cerca del río Mazapa (hoy cauce del río Seco), ma-
tando á dos de ellos, hirieron gravemente á Bernal Díaz y haciendo “tomar
las de Villadiego” (como ingenuamente dice el soldado historiador) al otro
compañero. Tal estado de insurrección dió origen á la expedición á Chia-
pas hasta Chamula, pasando por Tepuzutlan (?), Cachula (Quechula), Ez-
tapa (Istapa) y Cinacantlan (Zinacantlán). De regreso por Tapelola (Tapi-
lula), Silosuchiapa (Solusuchiapa), Coyumelapa (?), Estapanguaxoya (Ista-
pangajoya ), Tecomayacate ( Tecomajiaca) y Ateapan (Teapa), quisieron
tomar venganza de los cimatecas, cosa que no lograron del todo, pues, por
lo contrario, losindios “hirieron sobre veinte soldados y mataron dos caballos,”
huyendo luego de la población. Posteriormente, cuando Cortés pasó por
Tabasco, rumbo á Centro-América, ordenó á Bernal Díaz adelantarse á Iqui-
nuapa (población principal de los Cimatanes) con treinta españoles y tres
mil indios mejicanos, á fin de que los alojaran, cosa que, naturalmente, lo-
gró, pero volvieron á alzarse tan luego como los españoles salieron. La su-
jeción definitiva no se efectuó, quizá, sino hasta la época del Adelantado
Montejo.
Los Cimatanes ó Cimatecas estaban constituídos, probablemente, por
las poblaciones de Conhuacán, Cimatlán, Cueultiupa, Iquinuapa y quizá
algunas otras. En el mapa de Melchor de Alfaro aparece esta última (Te-
noapa) pero las demás no, viéndose, en cambio, hacia el interior una ins-
cripción que dice: los tres Cimatanes.
Los de Cimatlán eran de filiación mejicana, pues en las “Relaciones”
se dice: “motezuma tenía en esta provincia (Tabasco) dos fuerzas de mexi-
canos que eran xicalango e cimatlán” (Véase Zaguatán).
En Oaxaca existe la población “San Lorenzo Zimatlán,” nombre que
el Sr, Martínez Gracida traduce por “lugar de la raíz del cerro” (?).
,
100 MARCOS E, BECERRA.
36.—CoBÁ (laguna en la Municipalidad de Tenosique). —“En-
roscado sobre sí mismo”.—“Cop-ba” (de cob, enroscarse;
i da, desinencia reflexiva).—Maya.
*37.—COCOHITAL (arroyo en las Municipalidades de Paraíso y
Comalcalco). —Colectivo castellano del aztequismo coco-
hite 6 cocuite (cuacuauitl en mejicano), nombre de cierta
planta (robinia, sp? Leguminosas).
38.—CocoNnÁ (montaña, en la Municipalidad de Teapa).—
“Agua honda”.—“Kook-né", (de kook, hondo; 1 naá agua).
—Tsoque.
De esta montaña baja un arroyo llamado en castellano “Arroyo Hon-
do.”
39.—CocoYoL (hacienda, en la Municipalidad de Nacajuca).
—Aztequismo, derivado del mejicano cuauhcoyoli, noma-
bre de cierta planta (cocus guacoyule, Liebm., Palmeras).
40.—CoMAL (arroyo, en la Municipalidad de Nacajuca).—Az-
tequismo derivado del mejicano comali, nombre de cier-
to utensilio de cocina.
41.—COMALCALCO (ciudad, cabecera de la Municipalidad de
su nombre).—“Casa de los comales”.—““Comal-cal-co”
(de comali, comal, cierto utensilio de cocina; cali, casa; 1
co, terminación toponímica).—Mejicano.
Cerca de esta población existen las ruinas llamadas de “Comalcalco” y
que han sido descritas por M. de Charnay, quien las visitó. Opina este arqueó-
logo que corresponden á la antigua Centla, pero esa opinión, fundada en una
falsa identificación del río Grijalva, fué ampliamente refutada por el Sr. Ro-
virosa en su “Ensayo Histórico sobre el Río Grijalva.” Los datos que se
encuentran en las “Relaciones de Tabasco” corroboran absolutamente lo
asentado en dicho “Ensayo.” Ni la población ni las ruinas aparecen en las
NoMBRES GEOGRAFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 101
“Relaciones,” ni en el mapa de Melchor de Alfaro. En un mapa antiguo en-
H)
contramos una población con el nombre de “Los Comales,” ubicada en la
región de los Agualulcos, antiguamente de Veracruz.
Como se ad vertirá, hemos escrito las palabras comali, cali (comal, casa),
con ele y no con elle (comalli, calli) porque en mejicano no había elles, co-
mo ahora tampoco las hay. Creemos que la costumbre de escribir con elle
las palabras que se pronuncian con ele no sea más que un hábito de lati-
nistas, que sería muy bueno in ¿llo tempore, y para palabras de abolengo la-
tino, pero no para las del mejicano.
42,—CoNGO (laguna, en la Municipalidad de Macuspana).—
“Lugar de fiebres”.—“Com-co” (de comic, calentura re- *
cia, fiebre; i co, terminación toponímica).—Mejicano.
43.—CoNJÁ (arroyo, afluente del río Usumacinta, é isla, en la
Municipalidad de Montecristo).—“Agua de la hondona-
da”.—“Kon-já” (de kon, barranco, valle, hoya; i ja, agua).
—Maya.
44.—CoPÓ (rancho, en la Municipalidad de Tenosique). —Nom-
bre decierta higuera parásita (ficus rubiginosa, Desf. Urti-
cáceas).—Maya.
45,—CUATAJAPA (río, afluente del Sanapa, en la Municipali-
dad de Huimanguillo). —“Ribera del bosque ó arbole-
da”.—“Cuatlaj-apan” (de euatlajtli, bosque; y apan, sobre
el agua).—Mejicano.
46.—CUBILÍN (rancho, en la Municipalidad de Balancán).—
“Majada ó rastro de pumas”.—Coj-bilín” (de coj, puma;
1 bilín, rastro ó majada).—Maya.
47. —CUCULTIUPA (barrio de la ciudad de Cunduacán, antes
población separada).— “Templo de la enfermedad”.—Co-
col-teopan” (de cocolistli, enfermedad; 1 teopan, templo).
—Mejicano.
48, —CUCUYULAPA (río, laguna y vecindario, en la Municipali-
102 MARCOS E. BECERRA.
dad de Cundnacán).—“Ribera de los eoyoles ó cocoyo-
les”.—“Cnaucoyol-apan” (de cuaucoyoli, cocoyol, cierta
planta; i apan, sobre el agua). —Mejicano (véase “Coco-
yol”).
*49.—CUERNAVACA (hacienda, en la Municipalidad de Comal-
ealeo).—“Lnugar junto al bosque”. —“Cuau nauac” (de
cuautla, bosque; y nauac, cerca).—MeJicano.
50.—CÚLICO (pueblo, en la Municipalidad de Cunduacán).—
“Lugar de los abuelos”.—*Culi-co” (de culi, abuelo; y co,
terminación toponímica).—Mejicano.
51.—CUMUAPA (vecindario, en la Municipalidad de Cundua-
cán).—“Luyar que tiene ollas”.—“Com-ua-pan” (de co-
mitl, olla; ua, posesivo; i pan, terminación toponímica).—
Mejicano.
52.—CUNDUACÁN (ciudad, cabecera de la Municipalidad de su
nombre). —“Lugar que tiene ollas”.—“Com-ua-can” (de
comitl, olla, ua, posesivo; y can, terminación toponími-
ca).—Mejicano.
53.—CUPILCO (pueblo, en la Municipalidad de Comalcalco; ba-
rra ó desembocadura, entre Cárdenas i Paraíso, 1 vecin-
dario, en esta última Municipalidad).— “Lugar de copi-
lis”.—-*Copil-co” (de copli, cierta pieza del vestido azteca,
propia de principales; y co, terminación toponímica).—
Mejicano.
En el mapa de Tabasco formado bajo la dirección del Sr. Prof. Alber-
to Correa, en 1891, se ven dos lugares con el nombre á que se refiere esta
nota, y son Cupilco, la barra ó desembocadura citada, y Cupilco, el pueblo
jurisdicción de Comalcalco. En el mapa formado, posteriormente, bajo la
dirección del Sr. D. Arcadio Zentella se ven tres, cuyos nombres están al-
go diferentes allí, pero que son realmente los mismos: Tupileo, pueblo de
Comalcalco, Tupilco, barra, y Tupilco vecindario de la Municipalidad de Pa-
- NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 103
raíso. El nombre que aparece como nuevo es el del vecindario, que proba-
blemente no siempre se ha tenido en cuenta, quizá por su poca importan-
cia en lo antiguo ó por ser de reciente fundación.
En la carta relativa de Hernán Cortés á Carlos Quinto, se menciona á
Cupilco (Copileo ó Copilcon) como designando una provincia ó región. En
las “Relaciones de Tabasco” hablando de la barra de Cupilco, se lee: “es
despoblado este rrio,” .... “estan uno poblezuelos arrendados deste rrio la
tierra adentro como quatro leguas seis y ocho que se dicen los copileos.” AMNí
mismo dice que había dos poblaciones: Teotitlán—Copileo, 6 Copileo-Teuti-
tlán, y Copileo-Zacualco. En el mapa que acompaña á dichas “Relaciones”
se ve este último hacia la costa y el otro hacia el interior.
*54. —CUPILQUILLO (laguna, en la Municipalidad de Paraíso).
—Diminutivo castellano de “Cupiico” (Véase).
En el mapa del Sr. Zentella están Tupilco y Tupilquillo en vez de Cu-
pileo y Cupilquillo. Muchas personas usan en esas otras formas ambos
nombres. ]
55.—CUSHCUCHAPA (rio, en las Municipalidades de Cundua-
cán, Comalcalco y Paraíso, y vecindario en la de Cun-
duacán). —“Ribera del agua dormida, amarilla”.—“Cos-
eochi apan” (de costic, amarillo; cochi, dormir; y apan, so-
bre el agua). —Mejicano.
56.—CHaBLÉ (hacienda, en la Municipalidad de Montecristo).
—"“Trampa de hormigueros” —“Chab lé” (de chab, hor-
miguero, cierto mamífero; y lé, lazo, trampa en que se
usa lazo).—Maya.
57.—CHACaJ (rancho, en la Municipalidad de Balancán).—
Nombre de cierta planta, llamada en castellano palo mu-
lato (burseru gummifera, Jacyg., Burseráceas).—Maya.
58.—CHACALAPA (vecindario, en la Municipalidad de Jalpa,
y nombre antiguo de uu río brazo del Dos Bosvas).—“Ri-
104 MARCOS E. BECERRA,
bera de los camarones”.—“Chacal apan” (de chacalin, ca-
marón; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
En las Relaciones se lee: “un río que entra por los cimatanes, atravie-
sa por el medio de la chontalpa viene á Chiltepec;” y en otra parte: “Cha-
calapa entra por los cimatanes, sale á la laguna de taxagual y á Chiltepec.”
Probablemente era el río hoy llamado de Nacajuca ó de Cunduacán.
59. —CHACALÍN (laguna, en la Municipalidad de Macuspana).
—Nombre del camarón, cierto crustáceo.—Mejicano.
60.—CHAcamás (río, afluente del Usumacinta, en la Municipa-
lidad de Montecristo). —“Río que se derrama con fuer-
za”.—“Shaa-kamach” (de shaa, derramamiento; kamach,
recio, grande).—Maya.
61.—CHACUIBA (arroyo, afluente del río Teapa, en la ciudad
de Teapa).—““Arroyo enchaparrado”. — “Cha-cui-bae”
(de chaco, bajo; cui, árbol; y bac, arroyo).—Tsoque.
62. —CHACHOO (laguna, en la Municipalidad de Montecristo).
““Alcalino y salado”.—Chan-choo” (de chaaj, alealino, li-
xípido; y chooch, salado). —Maya.
63.—CHANCcALÁ (arroyo, afluente del río Chocoljá, en la Muni-
cipalidad de Tenosique).— “Víbora ó culebra venenosa,
pequeña.” —Chan-calam” (de chan, pequeño; y calam,
serpiente ó víbora de color negro y rojo, venenosa).—
Maya.
64.—CHANSAYAB (hacienda, en la Municipalidad de Tenosi-
que). —“Pequeño manantial”.—“Chan-sayab” (de chan,
pequeño; y sayab, manantial, vena de agua).—Maya.
65.—CHAPULTEPEO (rancho y hacienda, enla Municipalidad de
Huimanguillo, y hacienda, en la de Tacotalpa).—“Cerro
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL EsTADO DE TABASCO. — ” 105
del chapulín.”—“Chapol-tepec.” (de chapolin, langosta,
cierto insecto; tepell, cerro; y c. terminación toponímica).
—Mejicano.
66.—CHAQUILPÁ (arroyo, afluente derecho del río Usumacinta,
en la Municipalidad de Tenosique).—“Aguada formada
por los aguaceros ó lluvias. ”—Chaac il-paa” (de chaac,
lluvia, aguacero; ¿l ser; y paa, aguada, alberca, estan-
que).—Maya.
67.—CHAYALA (pueblo ya extinguido, próximo á la costa).—
“Lugar en que se esperabas” —“Chiaya-lan” (de chiaya,
pretérito del verbo chia, esperar; y lan, terminación topo-
nímica).—Mejicano.
Las Relaciones dicen que esta población estaba “obra de media legua”
de la boca del río Grijalva, “en medio de la montaña” y enfrente de Santa
María de la Victoria.
68.—CHASPA (arroyo, afluente del río Teapa, en la ciudad de
este nombre).—“Arroyo que tuerce. ”—“Shats-bac” (de
shats, torcer; y bac, arroyo).—Tsoque.
69.—CHICOCÁN (arroyo, afluente del Mexcalapa, y hacienda y
vecindario, en la Municipalidad de Huimanguillo). —
“Seis lugares. ”—Chicoa-can” (de chicoase, seis; y can, ter-
minación toponímica).—Mejicano.
*70.—COHICOZAPOTE (hacienda, en la Municipalidad de Tenosi-
que). — Aztequismo derivado del mejicano shicotsapotl,
nombre de cierta planta (achras sapota, L., Sapotáceas).
71.—CHICHICASTE (laguna y arroyo, en la Municipalidad de
Frontera).—Aztequismo derivado de tsitsicastli, nombre
de cierta planta urticante (gronovia scandens, L., Loáseas).
Mem. Soc.Alsate. México. T. 29. (1909-1910)—14
106 MARCOS E, BECERRA
72.—CHICHICAPA (pueblo, en la Municipalidad de Comalcal-
co).—“Ribera de las aguas amargas. ”—“Chichic-apan”
(de chichic, amargo; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
73.—CHICHIGOBAC (arroyo, afluente del río Amatán, en la Mu-
nicipalidad de Tacotalpa).—Tsoque.
74.—CHICHILTE (arroyo, en la Municipalidad de Tacotalpa,
afluente del río Teapa).—“Piedra colorada ”—“Chichil-
te e (de chichiltic, colorado; tetl, piedra; y Cc, terminación
toponímica).—Mejicano.
En “Nombres Geográficos de Tabasco” se traduce este nombre por
chichiltic, que por sí solo significa colorado, Nosotros ereemos que en la pa-
labra hay los tres elementos que expresamos.
*75.--CHICHONAL (vecindario, en la Municipalidad de Jalapa).
—Colectivo castellano, derivado del tsoque, chichum, nom-
bre de cierta planta (bactris horrida? Palmeras).
Según Gagini (“Dice. de Barbarismos y Prov. de Costa Rica”) en Cen-
tro América se lama guiscoyol (““coyol espinoso” en mejicano) á “una pal-
mera muy espinosa cuya madera negra y durísima se emplea generalmente
en la fabricación de bastones.” Creemos que sea la planta á que alude este
artículo,
76.—CHILAPA (nombre de un pueblo ya extinguido, en la Mu--
nicipalidad de Macuspana; río, en las de Macuspana,
Centro y Frontera, afluente del Grijalva; vecindario, en
la de Frontera; y hacienda, en la de Macuspana).—“Ri-
bera de los chiles ”—“Chil-apan” (de chili, chile ó pimien-
to; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
*77,—CHILAPILLA (vecindario y hacienda, en la Municipalidad
del Centro, y río, en las de Macuspana y del Centro,
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 107
afluente del Grijalva). —Diminutivo castellano de Chila-
pa (véase).
*78,—CHILAR (hacienda, en la Municipalidad del Centro).—
Colectivo castellano, derivado del aztequismo chile (cap-
sicum annuum, L., Solanáceas).
79. —CHILATEUPA (pueblo, ya extinguido, próximo á Nacaju-
ca). —“Templo del chilar.”—“Chila-teopan” (de chili, chi-
lar, sembrado de chiles; y feopan, templo). —Mejicano.
80.—CHILTEPEC (vecindario, en la Municipalidad de Paraíso).
—“Lugar de chiles.”—“Chil-tepes” (de chili, chile; y te-
pec, terminación toponímica).—Mejicano.
81.—CHINIQUIJÁ (arroyo, afluente izquierdo del río Usumacin-
ta, en la municipalidad de Tenosique).—“Arroyo de pie-
dras ligeras para hondas.”—“Chin-ikil-já” (de chin, piedra
de honda; ¿kil, ligero, aéreo; y já, agua).—Maya.
*82.—CHIPILINAR (vecindario, en la Municipalidad de Jalapa).
—Colectivo castellano, derivado del mejicano chipilin,
nombre de cierta planta (crotalaria guatemalensis, Bent.,
Leguminosas).
83.—CHIQUIHUITE (laguna, en la Municipalidad de Macuspa-
na).—Aztequismo, derivado de chiguivitl, nombre que
significa cesto ó canasta.
84, —CHISMUC (arroyo, afluente del río Usumacinta, en la Mu-
nicipalidad de Tenosique).—“Agua que se escurre á so-
tierra.”—“Tsits-muc” (de tsifs, escurrir el agua; y muc,
enterrar, sepultar, soterrar).—Maya.
85.—CHocoLJÁ (río, afluente del Usumacinta, en la Municipa-
lidad de Tenosique). —“Río de agua tibia ó caliente. ”—
108 Marcos E, BECERRA.
“Chocol já” (de chocouol, color, ó chocou, caliente; y Ja,
agua).—Maya.
A este río afluye un arroyo llamado en castellano “Agua Tibia,” lo
cual confirma la interpretación propuesta.
*86.—CHOLULA (rancho, en la Municipalidad de Comalcalco).
—“Lugar de asilo ó huída.”—“Cholo-lan” (de choloa, huir,
y lan, terminación toponímica).—Mejicano.
87, —CHONTALPA (región, que comprende varias Municipalida-
des).—“Región extranjera.”—“Chontal pa” (de chontlali,
extranjero; y pan, terminación toponímica).—Mejicano.
Este nombre fué puesto por los mejicanos á la región tabasqueña ne-
tamente maya.
En Oaxaca existe la región de los Chontales, que suponemos es gente
distinta de los chontales de Tabasco, porque según Pimentel hablan una
lengua ajena á la lengua maya.
88.—CHUCHUMBAC (arroyo, en la Municipalidad*de Jalapa,
afluente izquierdo del río Tacotalpa).— “Arroyo de los
chichones”—“Chichum bac” (de chichum, chichón, cierta
palmera espinosa; y bac, arroyo). —Tsoque.
*89.—CHUCHURUMBEL (hacienda, en la Municipalidad de Na-
cajuca). (4?)
Esta palabra parece ser una alteración de la castellana churumbel, nom-*
bre de cierto instrumento musical.
NomBRES GEOGRAFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 109
90,—CHURUB (hacienda, en la Municipalidad de Paraíso).—
“Chulub.”—Maya.
En maya se llama chulub al depósito, 4 modo de estanque, para agua
Movediza, y también á la misma agua llovediza,
91.—CHurYipÁ (rancho, en la Municipalidad de Montecristo).
“Aquada de los gavilanes.”—“Chuy-paa” (de chuy, ga-
vilán; y paa, aguada).—Maya.
*92.—ESQUIPULAS (barrio de la ciulad Capital del Estado).—
Plural castellano del aztequismo hipotético esquipula,
derivado del mejicano ¿isquipoloa, “escobas grandes. —
“Ixqui poloa” (de ¿squitl, escoba; y poloa, desinencia au-
mentativa).—Mejicano.
Este nombre se aplica, además, á un barrio de la ciudad de Teapa y á
seis haciendas y dos ranchos de las Municipalidades de Jonuta, Frontera,
Cárdenas. Cunduacán y Comalcalco. Existe, con respecto á él, la particu-
laridad de que, á pesar de ser una palabra mejicana, no se encuentra, fue-
ra de Tabasco y de Chiapas, en otros lugares de nuestro país. Eso provie-
ne de que el primitivo nombre ha sido traído de de Guatemala en la advo-
cación de un Santo Cristo llamado de Esquipulas. El hallarse en Chiapas
se explica unas veces por su proximidad a Guatemala y otras por su cerca-
canía á Tabosco.
Según lo refiere el Sr. Gil y Sáenz, en su “Historia de Tabasco,” en
1774 falleció en San Juan Bautista el Obispo D. Diego de Peredo, quien
- traía consigo un Santo Cristo de la advocación mencionada, originario de
Guatemala. Al morir lo donó á su capellán, el P. D. Francisco Barrera,
también guatemalteco, y éste inició la devoción al crucifijo con la cons-
trucción de un templo, que después fué núcleo del actual barrio de Esqui-
pulas. Es seguro que de entonces data, por la propagación del culto á la
imagen referida, el empleo del nombre para designar lugares de Tabasco.
El Sr. Canónigo D. Vicente de Paula Andrade, en su opúsculo “Mes
Histórico de la Preciosa Sangre,” dice, —apoyándose el Juarros, historia-
dor de Guatemala, — que “cerca de Chiquimula, de la provincia del Petén,
en Guatemala, “se encuentra el célebre Santuario de Esquipulas, de tres
naves,” y que ““en la cabecera de la nave principal se ve la imagen de Cris-
110 MARCOS E. BECERRA.
to crucifijado, que esculpió el 1595 Quirino Cataño.” Agrega el Sr. Andra-
de que ““este Cristo se venera también en la Cruz, de Querétaro,” Con res-
pecto a esto último, ha tenido la amabilidad de darnos á conocer el pa-
saje de la obra en que este dato se consigna, en el cual también se dice que
el culto de Esquipulas fué llevado de Guatemala á Querétaro por Fray Mar-
gil de Jesús.
D. José Milla (Historia de la América Central.”—Guatemala.—1989.
—Tomo 1, pág. 220), siguiendo probablemente á Juarros, dice que Esqui-
pulas era corte de un cacique poderoso. En la misma región quedan Chi-
quimula y Zacapulas.
*93.—ESTAPILLA (pueblo, en la Municipalidad de Balancán).—
Diminutivo castellano de Estapa, alteración de Istapan.
—“Istapilla” (véase “Istapan”).
94.—ETAPA (arroyo, afluente del río Tacotalpa, y hacienda,
en la Municipalidad de Jalapa).—“Ribera de los frijo-
lares.” — “Etl-apan” (de etla, frijolar; y apan, sobre el
agua).—Mejicano.
95.—GUACAPA (vecindario, en la Municipalidad de Gundua-
cán).—“Ribera seca 6 enjuta.”—Uac-apan” (de uacqui,
seco ó enjuto; y apan, sobre el agua). —Mejicano.
96.—GUACBAC (arroyo, afluente del río Amatán, en la Muni-
cipalidad de Tacotalpa).—Tsoque.
97.—GUACTA (vecindario, en la Municipalidad de Jalapa).— .
Aztequismo, nombre de cierta planta (pachira aquática,
Aubl., Malváceas).—Mejicano.
La palabra guacta, con que ahora se designa esta planta, parece ser
una alteración de uactla, que significaría “colección ó conjunto de flacos ó
delgados” (de uacgui, enflaquecido, y tla, colectivo) y que alude, induda-
dablemente, al aspecto que ofrecen los cercados vivos en que este árbol se
emplea, y que cuando nuevos aparecen, en fila ó hilera, delgados y altos.
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 111
98.—GUAITALPA (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
—“Sobre tierra extensa. ”—“Uei-tlai-pan” (de ued, gran-
de; tlali, tierra; y pan, terminación toponínica).—Meji-
cano.
*99 —GUANAJAY (hacienda, en la Municipalidad de Paraíso).
—Nombre de cierta población y riachuelo de la isla de
Cuba.—Antillano.
*100:—GUANAL (hacienda, en la Municipalidad de Nacajuca,
laguna y. hacienda, en la del Centro, y vecindario, en la
de Jalapa).—Colectivo castellano, derivado de la pala-
bra guano (véase “Guano”).
*101.—GUANO (laguna y hacienda, en la Municipalidad de Ma-
euspana).—Nombre de cierta palma (coripha, sp? Pal-
meras).
Esta palabra es de la lengua peruana, según el Diccionario de la Real
Academia.
*102.—GUANASOLO (hacienda, en la Municipalidad de Paraí-
so). —Nombre compuesto, híbrido, formado por la pala-
bra peruana guano, cierta planta, y la castellana solo
(véase “Guano”).
*103.—GUAO (laguna, enla Municipalidad de Frontera). —Nom-
bre de cierto reptil del orden de los Quelonianos.—An-
tillano.
En las Antillas existe una planta dañosa del mismo nombre.
*104.—GUACAPACAL (hacienda, en la Municipalidad de Hui-
manguillo, y vecindario, en la de Jalapa).—Colectivo
112 Marcos E. BECERRA.
0
castellano, derivado del aztequismo guapaque, nombre
de cierta planta (ostrya virginica, Willd., Cupulíferas).
Molina no trae en su vocabulario el sustantivo mejicano de donde se
origina la palabra guapaque, pero es indudable que ese sustantivo existe ó
ha existido, porque en el dicho autor se halla el adjetivo uapactic que de
seguro proviene de tal sustantivo. Nuestra opinión tiene por fundamento
el hecho de que muchos adjetivos mejicanos de esta estructura provienen
de un sustantivo en que la cualidad que aquellos aluden es caracterís-
tica. Camotic (morado) viene de camotl (camote), quiltic (verde) se deriva
de quilitl (yerba), neshtic (cenizo) de nestli (ceniza), y así otros varios.
El que sepa que el guapaque es un árbol que tiene una madera durísi-
ma y que, además, uapactic quiere decir endurecido ó duro, comprenderá lo
atinado de nuestra hipótesis. ,
*105.—GUARUMA (laguna, en la Municipalidad de Macuspana).
—Nombre de cierta planta (cecropia mexicana, Hemsl, ó
cecropia peltata, Lin., Urticáceas).—Haitiano?
En Michoacán llaman saruma á la planta indicada, en Costa Rica gua-
mmo y en Colombia yaruma. En esta última forma la mencionan los anti-
guos escritores Las Casas, López de Gomara y Fernández de Oviedo.
*106.—GUÁSIMO (laguna, en la Municipalidad dJonuta, yran-
cho, en la del Centro).—Nombre de cierta planta (gua-
zuma polybotrya, Cav., Esterculiáceas).—Cuausimatl? Ua-
zuma? Cuaushima?—Mejicano?
En Tabasco se da dos nombres á la planta: uno es el ya expresado, y
otro es pihoy ó pishoi, palabra maya con que también se la conoce en Cam-
peche y Yucatán. En Veracruz y Tampico se le llama guasima ó guásimo,
y en Michoacán vasima, que es indudablemente una variante de lás dos pa-
labras anteriores. En Costa Rica se llama también guasimo.
El hecho de ser estas palabras, excepto pixoy, tan semejantes á las pa-
labra mejicana buasuma, y quizá á cuausimatl, ó 4 cuaushima, así como su
área de dispersión, nos inclinarían á juz¿ ala un aztequismo, pero nos abs-
r
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 113
tienen de ello: 19 el hecho de que la palabra se usa en las Antillas y en la
América del Sur; 2? la opinión de Macías (“Diccionario Cubano”) que la
juzga castellana de origen arábigo, y la de Gagini (Dicc. de Barb. y Prov. de
Costa Rica) que la considera haitiana; y 3” la circunstancia de que la plan-
ta tiene otro nombre mejicano, que es cuaulote ó cuauilote (Morelos y Gue-
rrero).
El Padre Las Casas dice que de la madera de este árbol sacaban fuego
los indios.
107.—GUATACALCO (pueblo, en la Municipalidad de Nacaju-
ca).—“En la antigua casa de piedra. ”—“Ue-te-cal-co”
(de ueue, antiguo; tetl, piedra; cali, casa; y co, termina-
ción toponímica).—Mejicano.
108.—GUAVILCALCO (pueblo de la Chontalpa, ya extinguido).
—'“Lugar de casas de madera.”—“Cuauitleal-co” (de
cuauitl, madera; cali, casa; y co, terminación toponímica).
—Mejicano.
*109.—GUAYAL (rancho y vecindario, en la Municipalidad de
Tacotalpa).—Coleetivo castellano, derivado del maya ua-
yaj, nombre de cierta planta (chamaedorea ernesti-augusti,
Went., Palmeras).
110.—GUBAC (arroyo, afluente del río Oxolotán, en la Munici-
palidad de Tacotalpa).—Tsoque.
111.—GUEZALAPA (nombre antiguo del río Grijalva), —“Ribe-
ra de los quetzales.”—“Quetzal-apan” (de quetsali, cierta
ave; y apan, sobre el agua).—Mejicano, (Véase “Aca-
chapa”).
El nombre consta en la Carta de Hernán Cortés referente ála expedi-
ción á Hibueras.
*112.—HUIMANGUILLO (villa, cabecera de la Municipalidad de
Mom. Soo. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—15
114 Marcos E, BECERRA
sunombre).—Diminutivo castellano de Huimango, nom-
bre de cierta población (véase).
113.—HUIMANGO (pueblo, en la Municipalidad de Cunduacán,
y río, en las de Jalpa y Nacajuca).— “Lugar de autorida-
des grandes.” —“Uei-man-co” (de uei, grande; mani, los
que gobiernan; y co, terminación toponímica).—Mejicano.
114.-.-IquINuAPaA (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa).—
“Lugar de gentes piadosas ó compasivas.”—“Tenoa-pan”
(de ienoa, piadoso ó compasivo; y pan, terminación topo-
nímica).—Mejicano.
115.—IsMATE (rancho, en la Municipalidad de Macuspana, y
laguna y vecindario, en la del Centro). —Aztequismo, de-
rivado de ¿tsmatli, nombre de cierta planta.
116.—IsTATEL (vecindario, en la Municipalidad de Tacotalpa).
—“Piedra blanca. "—“Ista-tetl” (de istac, blanco; y tetl,
piedra).—Mejicano.
El punto llamado Istatel era, antes de que el Gobierno de la Unión
mandara construir el camino carretero entre Tacotalpa, de Tabasco, y Ama-
tán, de Chiapas, un Ingar del río Tacotalpa peligroso para las canoas que
por allí bajan cargadas, por haber en ese punto un erizamiento de peñas-
cos, en los cuales era fácil chocar al bajar embarcados. El nombre “piedra
blanca” proviene de que desde ese lugar se divisa al frente una gran peña
blanca de la montaña “Madrigal,” á cuya falda pasa, más abajo, el río. Era
como un punto de referencia para los canoeros.
El 10? Batallón de Infantería y parte del 142, que allí cerca estuvieron
acampados, ejecutando las obras del camino, lograron quitar aquel peligro
de enmedio del río, á fuerza de dinamita, y hoy es un paso seguro. El lu-
gar denominado “Poposá” (“piedra blanca” en tsoque) está más abajo, pe-
ro su denominación se refiere también al peñasco blanco del “Madrigal,”
y hace alusión, sin duda, á que, cuando se sube embarcado, en ese punto
principian á notarse á la vez el peñasco de la montaña y los primeros impor-
tantes raudales del río Así ““Istatel,” por arriba, y “Poposá,” por abajo,
constituyen dos puntos de referencia hacia un tercero situado en la mon-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO 115
taña que desde ellos se divisa. Las haciendas y ranchos ubicados en la pro-
ximidad de esos puntos forman el vecindario de “Istatel.”
117.—IsTAPANGAJOYA (montaña próxima á la cindad de Tea-
pa).—“En donde se hiends el euajiote.”—Ishtlapan-cua-
shio-yan” (de ¿shtlapana, hender; cuashiof!, enajiote, cier-
ta planta; y yan, terminación verbal toponímica).—Meji-
cano.
El nombre de la montaña viene del de una población próxima perte-
neciente á Chiapas. La planta á que se refiere, el cuajiote (bursera sp?, Bur-
seráceas), produce, por incisiones en su corteza, cierta resina ó copal. Pró-
xima á la población hay una hacienda llamada desde tiempos antiguos “El
Estoraque,” nombre que alude, con toda certeza, á la misma circunstancia
de existir por allí alguna planta de las que producen copal ó estoraque. La
planta llamada cuajiote es del mismo género del palo mulato, que, como se
sabe, produce también cierta resina, siendo, como éste, propia de las regio-
nes calientes.
En “Nombres Geográficos de Tabasco” se restaura así la palabra: “Ista
—pan-cualo-yan,” y se interpreta con el significado de “Ingar sobre la sal.”
El autor indica, prudentemente, que le parece poco segura la interpreta-
ción. Efectivamente, la suposición de que las actuales sílabas ga y jo sean
adulteración de las seudo—originarias cua y lo no nos parece lógica más que
por lo que respecta á la primera de ellas. Bernal Díaz del Castillo, que pa-
só por esta población cuando su expedición á Chamula, la llama Estapan-
guazoya, en donde se ve que lajo actual es la originaria xo, 6, mejor di-
cho, sho,
e
118.—IXTACOMITÁN (río, en la Municipalidad del Centro).—
“Lugar de los huesos blancos.”—“ Istac omi-tlán” (de
istac, blanco; omitl, hueso; y tlan, colectivo toponímico).
—Mejicano.
Este río viene de las montañas próximas á la villa de Ixtacomitán, Es-
tado de Chiapas, y de allí su nombre.
116 MARCOS E, BECERRA.
119,—IZTAPAN (población ya extinguida, á la margen del río
Usumacinta, y abajo del pueblo de este último nombre).
—“Lugar del agua blanca. ”—“Ist-a-pan” (de ¿stac, blan-
co; atl, agua; y pan, terminación toponímica).—Mejicano.
120.—JAGUACAPA (pueblo, en la Municipalidad de Jalapa).—
“Ribera de los jaguactes.”—“Shauac-apan” (de shauac-
topili, ó quizá shauactli, jaguacte, nombre de cierta planta;
y apan, sobre el agua).—Mejicano.
El Sr. Rovirosa interpreta este nombre como “lugar de los huacales de
arena,” considerando que su estructura se puede descomponer así: Sha—-
--huaca—pan, y que estos elementos proceden de shali, arena, huacali, hua-
cal, y pan, lugar. Hemos ereído más acertado restaurar la palabra Jagua-
capa á la forma Shavac-apan atribuyéndole los elementos shauactli y apan,
La terminación apun se justifica por estar la población á margen de río, el
otro elemento por ser la planta indicada por él una palmera indígena pro-
pia de la región y de la comarca (véase “Jaguacte”).
*121.—JAGUACTAL (lugar histórico, próximo á la ciudad de
Cunduacán, y rancho en la Municipalidad de Tenosique).
—Colectivo castellano, derivado del aztequismo jaguacte,
nombre de cierta planta (véase “Jaguacte”).
122.—JAGUACTE (arroyo, afluente del Usumacinta, en la Mu-
nicipalidad de Jonuta).—Aztequismo derivado deshauac-
tli, nombre de cierta planta (bactris, sp? Palmeras).
El nombre científico de esta planta, bactris, de corresponderle, vendría
á significar en griego lo mismo que significa el nombre mejicano que he-
mos consignado. Bactris quiere decir bastón, aludiendo ála utilización que
se hace, dealgunas especies de este género de plantas, en bastones. El nom-
bre mejicano shauactli se deriva, á nuestro parecer, de shauactopili, que,
según Remí Simeón, era un “bastón negro que los comerciantes, particu-
larmente, llevaban como adorno,” de shauac, obscuro, y topili, bastón.
NOMBRES GEOGRAFICOS DÉL ESTADO DE TABASCO. 117
123.—JALAPA (villa, cabecera de la Municipalidad de su nom-
bre). —“Ribera de arena.”—“Shal-apan” (de shali, arena;
y apan, sobre el agua).—Mejicano.
*194. —JALAPITA (vecindario, enla Municipalidad de Nacajuca).
—Diminutivo castellano de Jalapa (véase).
125.—JALPA (villa, cabecera de la Municipalidad de su nom-
bre). —“Sobre la arena. ”—-Shal-pan” (de shali, arena; y
pan, terminación toponímica).—Mejicano.
126.—JALUPA (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa).—“So-
bre el camino de arena. ”— “Shal-o-pan” (de shali, arena;
otli, camino; y pan, terminación toponímica).—Mejicano.
127.—JICALANGO (pueblo, ya extinguido, próximo á la laguna
de Términos, Campeche).—“En donde abundan las jíca-
ras.”—Shica-lan-co” (de shicali, jícara, cierto vaso; lan,
abundancial; y co, terminación toponímica).—Mejicano.
Jicalango perteneció 4 Tabasco, según las “Relaciones,” y fué un pues-
to militar de los mejicanos antes de la Conquista. La palabra Hibueras, con
que los conquistadores designaron una región centroamericana, tiene en
la lengua antillana igual significación que Jicalango, pues gúiro, jigúera,
ó hibuera, son variantes del nombre de la planta que produce la jícaras ó
tecomates.
*128.—JICOTÉNCATL (pueblo, en la Municipalidad de Tacotal-
pa).—“El del labio burlón”.—“Shico-ten-catl” (de shicoa,
burlar á otro; tentli, labio; y catl, terminación nominal
de persona)-—Mejicano.
Este nombre ha sido puesto en memoria del valiente tlaxcalteca, céle-
bre en la historia de la Conquista. La población es reciente, y sus prime-
ros habitantes han sido indígenas, originarios de Chiapas, de sangre y len-
guá que vienen de Jos mayas.
118 Marcos E. BECERRA.
*129.—JIMBAL (rancho, en la Muvicipalidad'de Jonuta, y arro-
yo, afluente del río Tortuguero, en la de Comalcalco).—
Colectivo castellano, derivado del maya jimba, cierta
planta (bambusa guadua, L., Gramíneas).
Este nombre jimba se aplica, según nos informa un amigo nuestro, en
algunas partes de Veracruz y Guerrero, á la planta llamada en Tabasco ca-
ña—brava (gynerium sagittatum? Gramíneas). Igualmente lleva el nombre
“de jimba el fruto de cierta planta que no conocemos. Son estos frutos del
tamaño de un huevo y semejantes en la forma á una avellana, duros y hue-
cos. Atravesándoles un palillo, á manera de eje-longitudinal, y abriéndo-
les lateralmente dos agujeros opuestos se convierten en trompos que, al
bailar, producen un zumbido agradable, de que la palabra jimba parece ser
una onomatopeya. La palabra jímba significa en maya “el que zumba sobre
sí mismo,” de jim, zambido de la cosa que se arroja, tira ó lanza; y ba, par-
tícula reflexiva. En Chiapas se usa el verbo jimbar en la acepción de lanzar
con fuerza á distancia alguna cosa.
*130.—JOBO (hacienda, en la Municipalidad de Macuspana, y
rancho, en la de Montecristo).—Nombre de cierta plan-
ta (spondias lutea, Lin., Anacardiáceas).
Esta palabra no es de las lenguas de México, pero tal vez sea de algu-
na de América. En algunos lugares llaman á esta planta hobo ó cupu varian-
tes de jobo. En mejicano la llaman costishocotl y atoyashocotl y en tarasco
pompoaqua.
131.—JOGOBAC (arroyo, afluente del río Amatán, en la Muni-
cipalidad de Tacotalpa).—“Arroyo que humea.”—“Joco-
-bac” (de joco, humo; y bac, arroyo). —Tsoque.
132.—JONUTA (villa, cabecera de la Municipalidad de su nom-
bre).—“En donde abundan losjonotes.”—“Shono-tla” (de
shonotli, jonote; cierta planta; y tla, colectivo). —Meji-
cano.
Esta planta (heliocarpus americanus, L., Tiiláceas), tiene en Tabasco
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 119
otro nombre, jolosín, que, á nuestro parecer, también es de la lengua me-
Jicana. Su significado, arrugadito (sholochoa, arrugar, y tsin, terminación
diminutiva), es aplicable al frito, pequeña cápsula aplanada, lentioide—
oyal, corrugadita, provista de cilios plumosos, caracteres que le han valido
á la planta que los produce el nombre científico de heliocarpus (sol-fruto)
por simular un sol con sus rayos. La verdad es que tan descriptivo nos pa-
rece el nombre jolotsin como heliocarpus, pues si á unos ha podido parecer el
fruto un sol con sus rayos, á otros bien pudo parecerles una carilla arru-
gada.
133.—JUIBA (arroyo, afluente del río Teapa, en la ciudad de
este nombre).—“Arroyo que rodea. ”—“Jui-bac” (de juib,
al rededor; y bac, arroyo).—Mejicano.
*134,—JUILERO (arroyo, afluente del río Santa Ana, en la Mu-
nicipalidad de Cárdenas).—Colectivo castellano, deriva-
do del aztequismo juil, nombre de cierto pez (leucus sp?
Ciprínidos).
135.—JULIATENGO (arroyo, afluente del río Teapa, en la Mu-
nicipalidad de Jalapa).—““En la orilla del agua de los jui-
les ”—““Shuil-a-ten-co” (de shuilin, juil, cierto pez; atl,
agua; tentli, orilla; y co, terminación toponímica).—Meji-
cano.
136.--JULIVÁ (laguna, en la Municipalidad de Nacajuca).—
“Lugar en donde hay juiles.”—“Shuili-ua” (de shuilin,
juil, cierto pez; y ua, partícula interfija ó posfija que ex-
presa la idea de tener ó haber). —Mejicano.
137.—LACaAMJÁ (arroyo, laguna y río que ésta forma, afluen-
tes izquierdos del río Lacamtún, y ranchería, en la Muni-
cipalidad de Tenosique).—“Agua grande ó extensa. ”—
“Lacam-já” (de lacam, prefijo aumentativo; y já, agua).
—Maya.
La significación de esta palabra, que debe atribuirse á la laguna, de
donde, seguramente, el río toma su nombre, nos pone en condiciones de
120 > Marcos E. BECERRA,
identificar el lugar en que el Nohháa (véase) de que nos habla Cogolludo es-
tuvo ubicado, pues este último nombre significa exactamente lo mismo
Simatlán.—4. Onoualeo 6 Nonoualco.
1. Pushcautlán.—2. Camotlán —3.
que Lacamjá. La distancia entre el pueblo de Usumacinta y Nohháa, con-
jeturable por el relato del historiador expresado, coincide con la que pue-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABA£CO, 191
de calcularse que exista entre aquella población y la laguna de l:acamjá.
Esta laguna queda, aproximadamente, á la altura de las ruinas de Menché.
138.—LAcaAmMTÚN (río, afluente izquierdo del Usumacinta, en
la Municipalidad de Tenosique). —“La gran roca. ”—“La-
cam-tun” (de lacam, prefijo aumentativo; y tun, piedra).
—Maya.
El nombre de este río se origina, indudablemente, del de la antigua
comarca llamada “El Lacandón,” situada en el territorio que se encuentra
á las márgenes derecha é izquierda del río Alto Usumacinta y de sus afluen-
tes Lacamtún, Chixoy, ó Salinas, y Pasión. La comarca, á su vez, lo toma,
según el abate Brasseur de Bourbourg (“Dictionnaire et Grammaire et
Chrestomathie de la Langue Maya.”—París.—MDCCCLXXI.—Pág. 278),
de una localidad así llamada, de la cual dice: “Lacamtún: localidad anti-
gua, hoy abandonada, situada sobre un peñasco, dominando un lago, en el
país de los Lacandones, en las soledades del Petén; de esto es de donde se
deriva el nombre.”
Bernal Díaz y Villagutierre citan una población del trayecto entre Te-
nosique y Petén, que tenía guerra con los lacandones. Esto da idea del ra-
dio de extensión que éstos tenían por el Oriente. En las cartas de esas re-
giones se señala el limite del Sur hasta cerca de la cumbre de Ixbul, pun-
to de nuestra línea de límite con Guatemala. Por otra parte, M. de Char-
nay (“Les Anciennes Villes du Nouveau Monde”) considera lacandones á
losindios que encontró desde el paso de Yaxchilán hasta las ruinas de Men-
ché, lugares que, como se sabe, están cerca de Tenosique, y no puede ne-
garse que lo eran, pues las descripciones y dibujos no dejan lugar á duda.
*139.—MACAYarL (vecindario, próximo á la Capital, en la Muni-
cipalidad del Centro). —Colectivo castellano, derivado de
macayo, nombre de cierta planta (véase “Macayo”).
140.—MACAyo (arroyo, afluente derecho del río Mexcalapa, en
la Municipalidad de Huimangnillo).—Nombre de cierta
planta (andira excelsa, H. B. K., Leguminosas).—Meji-
cano?
Tiene esta planta, medicinal y constructiva, otros tres nombres vulga-
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—16
122 MARCOS E, BECERRA
Tes que son: moca, maca y pacai. Este último es maya, y los otros dos tie-
nen tal semejanza con la palabra macayo que sugieren la certeza de que no
son más que variantes unas de otras. La palabra maca y Macaua son ver-
bos mejicanos que significan, respectivamente, “dar algo á otro” y “otor-
gar algo, ó conceder, ó soltar algo de la mano.” La terminación yo se em-
plea en mejicano agregándola á sustantivos para expresar la abundancia ó
conjunto de las cosas designadas por dichos sustantivos. Las palabras aca-
yo, nacdyo, istayo, teyo, derivadas de acatl, nacatl, istatl, tetl (caña, carne,
sal, piedra), significan: cañaveral ó carrizal, carnoso, pedregoso ó pedregal.
El nombre pacai significa en maya, “el que paga ó retribuye,” de pac, pa-
gar, retribuir, y a, sufijo sustantivante.
141.—-Macurás (laguna, en la Municipalidad de Jonuta).—Az-
tequismo, nombre de cierta planta (tabebuia leucoxyla, D.
C., 6 tab. pentaphylla, Hewmsl., Bignoniáceas). :
Este nombre de la planta, macuilis, resulta tan descriptivo como el
nombre que la ciencia botánica le ha impuesto, y aún, quizá, más. En efec-
to: pentaphylla ó leucoxyla, del griego, quieren decir, en castellano, cinco
hojas ó madera blanca, respectivamente; macuilís es corrupción de maeui-
lishtli, que significa cinco nudos (de macuili, cinco, é ishtli, el nudo de la ca-
ña, Ó cosa semejante) y que alude á la articulación que tienen sobre el pe-
cíolo común las cinco lacinias de sus hojas digitadas.
142.—MACULTEPEO (vecindario en la Municipalidad del Cen-
tro). —“Sobre los cinco cerros. ”—Macuil-tepec” (de ma-
cuili, cinco; y tepec, sobre el cerro).—Mejicano.
143.—MACUSPANA (villa, cabecera de la Municipalidad de su
nombre). —“Lugar de las cinco barreduras ó limpiezas.”
—““Macui-chpana” (de macuili, cinco; y chpana, barrer,
limpiar). —Mejicano.
Nuestro historiador Gil y Sáenz atribuye el origen de la población y
del nombre que ésta lleva á un suceso del orden religioso acaecido por los
or cierto que por entonces tuvo principio la pobla
IR ==
años de 1665, dando p
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 193
ción, y por probable que el nombre fué una composición de los de dos per-
sonas. —Marcos y Juana, — que en el lugar vivían, pero el Sr. Rovirosa,
en una nota reproducida en la última edición de la “Historia de Tabasco,”
impugna acertadamente la opinión de aquel historiador, aunque la etimo-
logía que propone tampoco es probable. Cree el Sr. Rovirosa que la. pala-
bra Macuspana venga de los elementos macu—pane, del tsoque, que querrían
decir, en castellano, “lugar á donde va el padre ó sacerdote,” y que afudi-
rían á la circunstancia de que, antaño, el cura de Jalapa tenía bajo su ju-
risdicción una comarca que se extendía hasta Tepetitán.
Para aceptar como buena la etimología propuesta por el Sr. Rovirosa,
sería necesario: 12, que las gentes que pusieron el nombre y las que lo lle-
vaban hubieran sido tsoques; 22, que se conociera alguna población, tsoque
ó no, que llevara actualmente, ó que se supiera que lo había llevado, un
nombre en esa lengua; 3%, que la estructura actual ú originaria de la palabra
no dejara duda con respecto al origen lingiíístico que se le atribuye; 42, que
la palabra Macuspana no tuviera ninguna analogía estructural con nom-
bres de alguna otra lengua de las que hayan privado para las denominacio-
nes geográficas de la región; y 5%, que, efectivamente, la población hubiera
sido fundada en tiempos poscortesianos.
En cuanto á lo primero, si bien hay huellas ligúísticas é históricas de
que la región tsoque comprendió á Jalapa, no conocemos datos que permi-
tan considerarla extendida hasta Macuspana. El Señor Rovirosa, en la no-
ta mencionada, maniñesta que, después de escrita su obra “Nombres Greo-
gráficos de Tabasco,” en cuyo prólogo limitaba la región tsoque hasta Ta-
cotalpa y Jalapa, nuevas investigaciones suyas lo habían convencido de
que los tsoques se extendian hasta Macuspana, pero, por desgracia, no sa-
bemos que el expresado investigador haya publicado ningún escrito á tal
respecto, y mientras nos sean desconocidos los fundamentos de su criterio,
debemos constrenirnos al concepto de que.la región de los tsoques no pa-
saba de Jalapa, y. en este caso, la hipótesis de que los de Jalapa nombra-
ran en tsoque á los de Macuspana es admisible, pero no lo es la de que és-
tos se denominaran á sí mismos en una lengua qae no era la propia. Y, si
no eran tsoques los de Macuspana y llamaban con este nombre á su pobla-
ción, es preciso resolver que tal palabra tampoco era tsoque.
En cuanto á lo segundo, fácil es advertir que no lleva nombre tsoque
ninguna otra población, pues aun las poblaciones cuyos habitantes son ó
han sido tsoques, como Teapa, Tapijulapa, Oxolotán, Amatán, Istacomi-
tán, Solusuchiapa, Tapilula y Tecpatán, se conocen con estos nombres que,
como se ve, son de la lengua mejicana. Es cierto que los habitantes indí-
genas que aún hay en varias de las poblaciones citadas suelen emplear en-
124 MARcOs E. BECERRA.
>
tre sí nombres tsoques para apéllidar las poblaciones cercanas, llamando,
p. e., Shosponó á Solusuchiapa, pero estos nombres no trascienden para na-
da fuera de las relaciones que entre sí tienen los mismos indígenas. La pa-
labra Macuspana, de ser tsoque, constituiría la única excepción.
- Conrespecto á lo tercero, nótese que la estructura actual de la pala-
bra que venimos estudiando no acusa con exactitud los elementos macu—
pane que se le suponen. Dividiendo de esa manera dicha palabra, resultan
dos elementos que no son los supuestos sino macus-pana, diferentes de
aquellos otros, uno por sobra y otro por cambio de letra. La diferencia por
cambio de e en a no es inaceptable, pero la diferencia por aumento sí lo es.
La existencia de una ese en la palabra actual podría achacarse á una inter-
polación corruptiva, pero tal interpolación no puede invocarse sin tener
como apoyo de su probabilidad una ley fonética ó un hecho filológico aná-
logo, cosas que no es fácil presentar. Por otra parte, las Relaciones” nos
prueban que desde 1579 á acá no se ha efectuado variación alguna en esos
elementos de la palabra pues allí se encuentra el nombre en estas tres for-
mas: Macuiepana, Macuirpana y Macuopana. Basta ver manuscritas es-
tas tres formas juntas para comprender que en el manuscrito original de-
ben de estar todas con equis y que el copista equivocó la segunda y la ter-
cera. En el mapa correspondiente se lee perfectamente Macuspana.
En cuarto lugar, si la palabra Macuspana no dá con exactitud los ele-
mentos tsoques que se suponen, en cambio, tiene una muy ostensible ana-
logía estructural con nombres mejicanos de lugar, como Mucuzxtepetla, Ma-
cuitlacatl, Tlaxrpana, y es fácil observar que todos los otros nombres de lu-
gar, antiguos y modernos, de esa región (Acumba, Chllapa, Tepetitán,
Tepecentila) son mejicanos, pues sólo hasta las riberas del Usumacinta,
nombre que es todavía nahoa. empiezan los nombres mayas.
Por último, la certeza de que la población haya sido fundada en tiem-
pos posteriores á la Conquista ho puede basarse en un dato negativo, cual
sería el no encontrarse mencionada entre las poblaciones que citan Cortés
y Bernal Díaz en sus relatos. Ya en 1579 existía Macuspana (lo hemos vis-
to por las “Relaciones') y, sirviendo este dato para fundar la presunción
de que es una población precortesiana, en nada la rebaja el hecho de que,
no habiéndola tocado los conquistadores, á su paso por Tabasco, no la ha-
yan citado.
*]144 —MAJAGUA (paso sobre el río Mezcalapa, en la Munici-
palidad del Centro).—Nombre de cierta planta (hampea
NOMBRES GEOGRAFICOS D£L ESTADO DE TABASCO. 125
integerrima, Shl., Malváceas).—“Mashauatl”?— Meji-
cano?
En el “Diccionario de Aztequismos” se considera que el origen proba-
ble de esta palabra es la mejicana mazahua. Sólo por el respeto que nos me-
rece la opinión de un aztequista como el autor de la obra citada. daríamos
esta palabra como derivada del mejicano, pero nuestro parecer se inclina-
ría mejor á considerarla como traída de las Antillas á México por los pri-
meros españoles. Otros nombres de plantas, como jagua, tagua, pagua, y
yagua, y la palabra jua, que tampoco son del mejicano y que correspon-.
den, de seguro, á una misma lengua, dan fuerza á nuestra opinión, y la co-
rrobora el hecho de que el nombre majayua se aplica á otra planta, textil
como la de que venimos tratando, de cultivo y no indígena: la thespesía po-
pulnea (Corr. Malváceas). Es probable que se haya dado el mismo nombre
por analogía, 4 plantas textiles indígenas de México. En Jalisco se llama
así á otras dos plantas diferentes: el heliocarpus americanus (Lin., Tiliáceas)
y el hibiscus tiliaceus (Lin., Malváceas). En Veracruz se da igual nombre al
helicteres guazumarfolia (H. B. K., Esterculiáceas), y en el mismo Estado
y el de Morelos se llama jocuiste-majagua á una Bromeliácea: la bromelia
karatas de Linneo. Todas las dichas plantas producen fibras textiles.
145.—MaJáÁs (rancho, en la Municipalidad de Cárdenas): —
Nombre de cierta planta.—Maya.
En Tizimín, de Yucatán, existe una hacienda de este mismo nombre.
En Tabasco hay una planta llamada majás grande (cordia sp?, Borraginá-
ceas) y Cogolludo cita otra con el nombre de majás, que, según su decir, se
utilizaba para el chocolate. No podemos suponer qué planta sea esta úl-
tima.
146.—MArLUuco (haciendas, en las Municipalidades del Centro
y de Jonuta, y arroyo y sabana, en la de Macuspana).
—“Lugar restituído.”—“Maluco” (maluco, daralgo á otro,
restituir). —Mejicano.
Aunque este nombre parece ser mejicano en su conjunto y en sus ele-
mentos, debemos advertir que pudiera no serlo.
126 MARCOS E. BECERRA.
Maluco es el nombre con que Fernández de Oviedo, en su “Historia
General y Natural de las Indias” (libro XX, capítulo XXXIV), designa una
de las islas de la Especiería ó quizá un grupo de ellas, las que hoy llamamos
Molucas, próximas á las Célebes, en la Melanesia (Oceanía). En los pasa-
jes en que consta tal nombre se dice £l Muluco, y no Maluco simplemente.
También se llama maluco al natural de dichas islas. Por último, se denomi-
na así á cierta planta alimenticia indígena de Filipinas (+ordía olítoria, Blan-
to, Borragináceas). Como la cireunstancia de que, al mencionar alguno de
los lugares que llevan tal nombre en Tabasco, se hace anteponiéndole el ar-
tículo en la formaen que Oviedo lo hace, debemos pensar que ello pudiera
provenir de que se haya puesto á esos lugares de Tabasco dicho nombre co-
mo una repetición del de la isla, ó por existir allí algún árbol idéntico
al que lleva el repetido nombre en Filipinas. Así, sedice “El Nopal,” “El
Naranjo,” “Los Alcanfores,” ete.
*147.—MANATINERO (rancho, junto á la laguna Machona, en
la Municipalidad de Cárdenas, y arroyo en la de Macus-
pana).—Colectivo castellano, derivado del antillismoma-
natí ó manato, nombre de cierto mamifero acuático.
*148.—MARICHE (laguna, arroyo y rancho, en la Municipalidad
de Montecristo). —“*Lugar de maderas. ”—“Mari-tsi” (de
mari, madera; y tsi, lugar).—Cabita.
La lengua cahita es propia de Sinaloa. El autor de los “Nombres Geo-
gráficos Indígenas de Sinaloa” dice que la terminación tzise ha transforma-
do, por corruptela, en che ó chi. De ahí Mariche en vez de Maritei.
149.—MAZzALTEPES (hacienda, en la Municipalidad del Cen-
tro).—'Cerro de los venados.”-—"Masal-tepec” (de ma-
satl, venado; y tepec, sobre el cerro). —Mejicano.
150.—MazapA (nombre primitivo del río qne posteriormente
fué “Dos Bocas,” hoy “Río Seco”).—“Ribera de los ve-
nados.”—“Mas-apan” (de masatl, venado; y apan, sobre
el agua). —Mejicano.
151. —MAzaTEU£A (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTÁDO DE TABASCO. 197
—“Templo del venado.”—“Masa-teopan” (de masatl, ve-
nado; y teopan, templo).—Mejicano.
152.— MEcATEPTC (pueblo y laguna, en la Municipalidad de
Huimarguillo).— 'Cerro de los cordeles.”— “Meca te-
pec” (de mecall, cordel; y tepec, sobre el cerro).—Meji-
cano.
153.—MECcOAcÁN (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa, y la-
guna, en la de Paraíso).— “Lugar en que hay cordeles.”
—“Meca-ua-can” (de mecatl, mecate, caerda; ua, interfi-
jo que expresa posesión, haber, tener; y can, termina-
ción toponímica).—Mejicano,
154.—MENCHÉ (ruinas prehistóricas, ubicadas sobre la mar-
gen izquierda del río Usumacinta, en la Municipalidad
de Tenosique).—“Artífices en madera”—“Men-ché” (de
men, artífice ó artesano; y che, madera).—Maya.
M. de Charnay. en su obra ““Les Anciennes Villes du Nouveau Mon-
de” (pág. 370-380), ha descrito estas notables ruinas, á las cuales impuso el
nombre de “Ciudad Lorillard.” Antes de M. de Charnay las habían visi-
tado ya Dupaix y Castañeda, en 1805-1807; Suárez, de Tenosique, én
1872; Edwin Rockstroh, Director del Instituto Nacional de Guatemala,
en 1881, y después de éste el inglés Mandslay; y el Ing. D. Luis Valay ha-
bía bosquejado el plano de ellas.
Según la carta de esa región, levantada por la Comisión de Límites
con Guatemala, dichas ruinas están sobre los 16%55' de latitud Norte, y los
90%56' de longitud Occidental de Greenwich, equivalentes, según la carta
del Sr. Zentella, á los 897' de longitud Oriental de nuestro meridiano.
155.—MEXCALAPA (río, en las Municipalidades de Huimangui-
llo, Cárdenas, Cunduacán y Centro).—“Ribera de los
mexcales ”—“Meshcal-apan” (de meshcali, maguey eoci-
do; y apan, sobre el agua). —Mejicano.
*156.—MIAHUATLÁN (vecindario, en la Municipalidad de Cun-
128 MARCOS E. BECERRA,
duacán).—“Donde abundan las espigas del maíz.” —
“Miaua-tlan” (de miaua, espiga ó flor de maíz; y tlun, co-
lectivo toponímico).—Mejicano,
*157.—MICHOACÁN (rancho, en la Municipalidad de Huiman-
guillo).—“Lugar de pescadores. ”—Mich-ua-can (de mi-
chín , pescado; ua, interfijo de posesión; y can, termina-
ción toponímica).—Mejicano.
158.—MIsIcaB (hacienda, é isla del río,Usumacinta, en la Mu-
nicipalidad de Balancán).—“Terreno barrido.”—“Misib-
cab” (de misib, escoba, ó mis, barrido; y cab, tierra ó te-
rreno).—Maya.
*159.—MISTECA (laguna, en las Municipalidades de Macuspa-
na y Centro). —Aztequismo derivado del gentilicio mish-
tecatl, aplicable á los habitantes de Mishilán.
160.—MoOGosHra (arroyo, afluente izquierdo del río Puyaca-
tengo, en la Municipalidad de Teapa).—Tsoque.
161.—MuLTÉ (pueblo, enla Muvicipalidad de Balancán).—“Lu-
gar de peones de labranza. ”—“Mol-te-c” (de moleua, amo-
llentar ó ablandar la tierra; tecatl, posfijo gentilicio; y c,
terminación toponímica).—Mejicano (véase “Popane”).
En el mapa de 1579 no aparece este nombre pero sí el de Popane, pa-
labra maya que tiene el mismo significado.
162.—NACAJuca (Villa, cabecera de la Municipalidad de su
nombre).—“Lugar de las carnes pálidas ó descoloridas.”
—“Naca shushu-can” (de nacatl, carne; shushuctic, desco-
lorido, pálido; y can, terminación toponímica).—Meji-
cano.
En las “Relaciones” se lee Nacazuzuca y también Anaxuxuca; Cortés
dice Anaxuxuca y Bernal Diaz Nacaxuxuyca.
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABAE£CO 129
163.—NAHUATES (rancho, á la margen izquierda del río Cha-
camás, en la Municipalidad de Monteeristo).—“Lugar de
mejicanos. ”—“Nahuatl” (de nauatl, mejicano).—Meji-
cano.
164.—NocBac (arroyo, afluente del río Oxolotán, y rancho, en
la Municipalidad de Tacotalpa).-——Tsoque.
165.—NOHHÁA (nombre de una antigua población, cerca de Te-
nosique).— “Extensión de agua; laguna. ”—“No-ja” (de
noj, grande; y ja, agua).—Maya.
López de Cogolludo, en su “Historia de Yucatán,” publicada en 1688,
refiere las peripecias de la Conquista del Reino del Próspero, emprendida,
hacia 1646, por el caballero de Calatrava, D. Diego Ordóñez Vera y Villa-
quirán. Este Reino parece haber abarcado la extensa é inculta comarca li-
mitada, al Norte, por Tabasco y Yucatán, al Oriente y al Sur, por el Petén
y Verapaz, y al Oeste por Chiapas. Nohkáa parece haber sido el nácleo de
aquella conquista, población que estaba fundada á la orilla de una laguna,
como el nombre mismo lo confirma, y que distaba cerca de veinte leguas
de Tenosique.
Esta circunstancia de ubicación y distancia, la coincidencia de signifi-
cados entre el nombre Nohháa y el de la laguna de Lacamjá (véase) situa-
da hacia la margen izquierda del río Usumacinta, y el hecho, consignado
también por Cogolludo, de que para venir de Nohháa á Tenosique había ne-
cesidad de eruzar un río en canoas, dan fundamento para considerar que el
antiguo Nohháa estuvo á la margen de la laguna expresada de Lacamjá.
Petenecté, ubicado á la margen del Usumacinta, y arriba de Tenosique, no
quedaba lejos de Nohháa.
*166.—NOPAL (hacienea, en la Municipalidad del Centro).—
Aztequismo, derivado de nopali, nombre de cierta plan-
ta (opuntia hernandesi, OD., Cactáceas).
167.—NOPALAPAN (hacienda, en la Municipalidad de Paraíso).
“Ribera de los nopales.”—“Nopal-apan” (de nopali, nopal,
cierta planta; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—17
130 MARCOS E, BECERRA
168.—NOHSAYAB (hacienda, en la Municipalidad de Tenosi-
que).—“Manantial grande.”—“No-sayab” (de moj, gran-
de; y sayab, manantial, vena de agua).—Maya.
169. —OCELOTEUPA (pueblo de la Chontalpa, ya extinguido).—
“Templo del tigre. ”—“Ocelo-teopan” (de ocelotl, ocelo-
te, tigre mejicano; y teopan, templo).—Mejicano.
El nombre de ocelote se aplica en México lo mismo al jaguarete ó ja-
guar (leopardus onza, Moore) de Sur-América, que al tigrillo ó frijolillo (leo-
pardus pardalis, Moore), ambos existentes en nuestro país. Hay en la re-
gión tabasqueña un segundo tigrillo, el mijilote ( felis mitis, Fed. Cuv.), más
pequeño.
170.—OCUAPAN (pueblo, en-la Municipalidad de Huimangui-
llo).—“Ribera de los ocotes.”—“Oco-apan” (de ocotl, oco-
te. cierto pino; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
El nombre no puede referirse á la circunstancia de que en el lugar ó
en su proximidad haya árboles silvestres de ocote ó pino, porque, siendo
esta conífera propia de otres altitudes, en ninguna parte de Tabasco se da
si no es por medio de trasplante. Quizá, entonces, aluda á pinos plantados
exprofeso, como ahora los hay.
171.—OCUILTZAPOTLÁN (pueblo, en la Municipalidad del Cen-
tro).—“Donde abundan los zapotes con gusanos. ”—
“Oecuil-tsapo-tlán” (de ocuilin, gusano; tsapotl, zapote; y
tlan, colectivo toponímico).—Mejicano.
172.—OGOIBA (arroyo, afluente del río Puyacatengo, y vecin-
dario, en la Municipalidad de Teapa).—“Arroyo de la
bebida.”—“Ocui-bac” (de ocui, bebida, derivado del ver-
bo oc, beber; y bac, arroyo).—Tsoque.
173.—OLCUATITÁN (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 131
“Lugar entre los árboles de hule.”—“Olcua-titlán” (de
olcuauitl, árbol del hule; y titlan, entre).—Mejicano.
Aunque no se sabe que exista actualmente en estado silvestre en algún
lugar del país el árbol que produce el hule ó caucho (castilloa ellastica, Cerv.,
Urticáceas), es lo cierto que esta planta es indígena de esta parte de Amé-
Tica, pues en ella conocieron por primera vez los europeos el látex que pro-
duce, empleado en el famoso tlachili ó juego de la pelota. En Michoacán se
da una especie de este mismo género de vegetales, y se añírma que en Gua-
temala y Honduras se da espontáneamente la que motiva esta nota.
174 —OMmITLÁN (nombre de un pueblo de la Chontalpa ya des-
aparecido). —“En el osario.”—“Omi-tlán” (de ómitl, hue-
so; y tlan, colectivo toponímico).—Mejicano.
175.—ONGaxY (arroyo, afluente izquierdo del río Chacamás, en
la Municipalidad de Montecristo).— “Reunión de pesca-
dos. ”—“On-cai” (de on, reunión, algunos, varios; y cai,
pescado).—Maya.
176.—ONOHUALCO (nombre antiguo de la región comprendida
porel actual Estado de Tabasco, y quizá parte del de Cam-
peche).—“Lugar de extensión ó llanura."—“Ono-ual-co”
(de onouali, lo yacienteó echado; y co, terminación topo-
nímica).—Mejicano.
Clavijero, hablando de la provincia de Guazacualcos, dice: “Esta con-
finaba por Oriente con el vasto país de Onohualco, bajo cuyo nombre com-
prendían los mejicanos el Estado de Tabasco y los de la península de Yuca-
tán, los cuales no estaban sometidos á su dominio. Los españoles le llama-
ron Tabasco.” En ningún otro autor antiguo hemos hallado el nombre de
Onohualco, aunque suponemos que Clavijero lo haya tomado de alguno dig-
no de crédito. En cuanto á la interpretación tampoco la hemos visto en
ninguno.
Pensando, nosotros, que quizá en los elementos del nombre Nonoalco,
tan parecido á Onohualco, hallaríamos alguno de los de esta última palabra,
nos dimos á averiguar qué significación tendría ésta en las obras de topo-
132 ) MARrcoOs E, BECERRA.
nimia, no obteniendo ningún resultado en tal tarea, á pesar de que las pa-
labras Nonoalco y nonoalca sí son frecuentes en los historiadores.
El reputado historiador D. Alfredo Chavero afirma ( “Anales del Museo
Nacional,” 2? época, tomo TI, pág. 66-69) que Tabasco llevó en tiempos
próximos á la Conquista los nombres de Nonoaleo ó de Onohualro, indistin-,
tamente, y opina que el nombre Nonoalco es el toponímico correspondien-
te al gentilicio mejicano nonoalca, plural de noalcatl que, á su vez, es una
variante eufónica de noholcatl y noholtecatl, habitante ó gente del Nohol 6
Sur. Dice, además, que esta palabra Nohol, netamente maya, corresponde
á la designación étnica de las gentes que, antes de la venida de los ulme-
cas, ocupaban la región que existe entre el Usumacinta y Tehuantepec.
Esta nacionalidad ó gente se expandió hacia el centro de nuestro territorio,
penetrando hasta Veracruz, Puebla, Hidalgo y Oaxaca, en donde dejaron,
como señal de su permanencia, las pirámides de Cholula y Teotihuacán, y
las fortificaciones de Kinoxteki ó Monte Alván, y en donde los ulmecas
los encontraron. Eran ellos los kinames que, al mezclarse con los u/mecas,
dieron origen á la raza ó gente ronoalca como son llamados en varios có-
dices. Los nombres Vonoalco y Nonvalcos, aplicades á lugares de México y
de Centro- América (véanse el **Dic. Geograf. Hist. y Biograf. de los Es-
tados Unidos Mexicanos,” por Antonio García Cubas; tomo 1V, pág. 183;
y la “Colece. de Libros y Doc. referentes á la Historia de América;” to-
mo VIII, pág. 455 ), aludirán, en tal caso, á los grupos en que aquella gente
se encontró en tiempos posteriores.
Un pasaje que se encuentra en la obra “Colece. de Doc. para la His-
toria Mexicana,” del Dr. Penalfiel. podría coadyuvar á establecer la iden-
tidad ideológica entre Onohualco y Nonoalco. Reprodúcese allí (ler. cua-
derno, pág. 41) el manuscrito número 4 de la Biblioteca Real de Berlín, en
el cual se ve el jeroglífico que, á nuestra vez, nosotros publicamos con esta
nota. Es el dibujo de una tinaja, ó de una ol/a, en cuya boca se ven unos
circulitos que sobresalen. Junto á este jeroglífico, arriba, está escrita la
palabra Nonohualco. El texto en mejicano puesto al pie del dibujo empieza
así: “*Texomotl, yntlal nemac, ynonohualeo quin cahuilli, tiuh. ..” Desde lue-
go se nota que. si el texto ha debido mencionar á Nonohualeo, que es lo
que está escrito arriba de la figura, entonces abajo ha sido mal puesto, y
en donde dijo yn—onohualeo debería haber dicho yn—nonohualeo. Lo prime-
ro equivale á la frase castellana: de Nonohualco ; lo segundo se traduce: de
Onolhualco. Puede conjeturarse que la falta de esa ene provenga de un error
del escribiente del texto mencionado, pero también podemos suponer que
ha sido omitida para decir intencionalmente yn—onohualco.
A lo primero podría inclinarnos el hecho de que más adelante, en la
NoMBRKS GEOGRAFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 133
=— —-=
página 51, se alude al lugar con la palabra nonohualca. Podría decidirnos
á lo segundo la consideración de que los mejicanos hacían gran mérito de
la eufonía en sus composiciones, y habiendo en la frase yn—nonohualco una
concurrencia de dos enes, el escribiente la evitó suprimiendo una de ellas,
En tal caso, Onohualco vendría, por razón eufónica, á ser lo mismo que No-
nohwalco. Si el autor en donde «Clavijero leyó este nombre escribió ynono-
hualco, fácil es comprender que, desintegrando el sabio jesuita la preposi-
ción yn, resultó una palabra que sin duda equivalía, como en el manuscrito
de Berlín, á Nonohualco. >
Por nuestra parte, seguimos el parecer del sabio historiador del *Mé-
xico á Través de los Siglos,” en cuanto á que Onohualco y Nonohualco sean
una misma palabra, pero desechamos la suposición de que aquella forma
exa una alteración de ésta, y que ésta tenga su origen en la palabra maya
nohol. Creemos, por el contrario, que Nonoalco sea alteración de Nonoualco y
ésta variante de Onohualco, palabra netamente mejicana. El verbo onoc (ya-
cer estar echado) con el pronombre ni (yo) se escribe nonoc (ni-onoc, yo yaz-
go); la forma impersonal del verbo es onova, á lo que, por lo mismo, se le
ha qnitado la,ene que representa el pronombre.
Si estuviéremos equivocados, la interpretación del jeroglífico y su com-
paración con las esculturas podrán servir para dar la más cierta traducción
de la palabra.
*177.—OTATAL (laguna, en la Municipalidad de Macuspana).
—Colectivo derivado del aztequismo otate y éste de la
palabra mejicana otatl, (bambusa arundinacea, Roxb., Gra-
míneas).
178.—OTATITLÁN (hacienda, en la Municipalidad del Centro).
—“Entre los otates.”—“Ota-titlán” (de otatl, otate; y
titlán, entre).—Mejicano.
179.—OJIACAQUE (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
—“Lugar de las cañas de ungivento.”—“Oshi-aca-c” (de
oshitl, ungúento; acatl, caña; y c, terminación toponími-
ca).—Mejicano.
Puede referirse al carrizo que crece en ciertos lugares próximos al agua
que aún se acostumbra vender llenos de trementina para usos medicinales.
134 MARrcos E. BECERRA.
180.—OxoLOTÁN (pueblo, en la Municipalidad de Tacotalpa.)
—“Donde abundan los tigres.”—“Oselo-tlán” de oselotl,
tigre; y tlan, colectivo toponímico).—Mejicano.
181.—OsrITÁN (vecindario, en la Municipalidad de Huiman-
guillo).—“ Entre las cuevas.”—“Osto-titlán” de ostotl,
cueva; y titlán, entre.) —Mejicano.
182, —PALINÁ (rancho, en la Municipalidad de Montecristo).
—“Descascarar semillas.”—“Ppaalinaj” (de ppaal, des-
cascarar; é inaj, semilla.) —Maya.
183.—PamPusÚ (laguna, en la Municipalidad de Nacajuca).
—“Canal espumoso.”—“A pan—pusun” (de apantli, canal;
y pusunqui, espumoso).—Mejicano.
184.—PEcH (arroyo, en la Municipalidad de Macuspana).—
“Garrapata.”—“Pech.”—Maya.
185.—PAsanTÓ (arroyo, afluente derecho del río Usumacinta,
en la Municipalidad de Tenosique).—“Abertura ó cavi-
dad de zanja atascosa.”—“ Paac—-tsam-—thol” (de paac,
abierto, cavado; tsam, hundirse, atascarse; y thol, zanja,
cuneta, foso ).—Maya.
186.—PECHUCALCO (pueblo, en la Municipalidad de Cundua-
cán).—“Lugar de casas embarradas.” —“Pecho-cal-co”
(de pechoa, apócope de pepechoa, tapar ó cerrar con pie-
dra y lodo los agujeros de la pared; cali, casa; y co, ter-
minación toponímica).—Mejicano.
El Sr. Rovirosa, en su obra tantas veces mencionada, considera que
este nombre es alteración del de Pichucalco, población de Chiapas. Exis-
ten, en efecto, en la misma región geográfica que constituye la llanura ta-
basqueña, dos poblaciones cuyos nombres, ligeramente diferenciados, pa-
recen tener un mismo significado: una es la que motiva esta nota y que
pertenece á Tabasco; la otra es Pichucalco, primitivamente Pueblo Nuevo
de Pichucalco, correspondiente al Estado de Chiapas. Pero la más antigua
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 135
es Pechucalco (de Tabasco) pues en 1579, á raíz de la Conquista, ya apa-
rece en las “Relaciones, ” mientras que Pichucaleo no se encuentra sino
hasta fechas posteriores y la misma denominación de Pueblo Nuevo indi-
ca que es reciente. Esto último también indica que los que fundaron á Pi-
chucalco eran habitantes de alguna otra población del mismo nombre. Por
consiguiente, si la hipótesis de que Pechucalco y Pichucalco tienen un mis-
mo significado fuera probable, debería darse por seguro que la última fué
fundada por inmigrantes salidos de Pechucaleo, población que era y aún
es de agualulcos, es decir de mejicanos. Estas inmigraciones de poblado-
res costeños hacia al interior se efectuaron frecuentemente, como lo atesti-
guan Jonuta, formado por inmigrantes venidos de Jicalango, Pueblo Nuevo
de las Raíces, llamado primitivamente Pueblo Nuevo de Ojiacaque, forma-
do por gentes venidas de la Chontalpa, y San Francisco Estancia Vieja ó de
Guatacalco, San Carlos Oleuatitán y San Fernando Ocuilzapotlán, que tu-
vieron el mismo origen. Y, en tal caso, el nombre Pichucalco sería una co-
rrupción de la palabra Pechucalco, y no viceversa. A corroborar tal eriterio
concurriría la consideración de que la evolución fonética de e á ¿, operada
de Pechucaleo á Pichucaleo, es más probable que la de ¿á e, que sería ne-
cesaria de Pichucalco á Pechucalco. No por distinto modo se originó del
fuemos y del domeñó antiguos el fuimos y el dominó modernos, y se originan
ahora de los correctos y cultos pedir, decir, medir, los vulgares pidir, dicir,
midir, tan comunes en el lenguaje infantil.
Bernal Díaz, empero, menciona una población que llama Coyumelapa,
ubicada entre Solusuchiapa é Ixtapangajoya. Si se supone que el autor de
la “Verdadera Historia de la Conquista” escribió equivocadamente este
nombre, debiendo haber escrito Coyamelapa, o que, si lo escribió de esta
manera dicho autor, al copiarse del manuscrito se equivocó el nombre cam-
biando una letra, entonces si podría, también, suponerse que los primitivos
habitantes de Pichucalco (Chiapas) eran originarios de dicho Coyamelapa,
y entonces Pichucalco no sería alteración de Pechucalco, y la significación
que el Sr. Rovirosa da á la primera resultaría muy acertada (Pitzo—cal-
co, “en la zahurda de los puercos,” de pitzotl, puerco; cali, casa; y co, ter-
minación toponímica ), puesto que Coyamelapa significa casi lo mismo (Co-
yamel—apan, “ribera de los puercos monteses,” de coyametl, puerco mon-
tés; y apan, ribera). Remesal cita á Cuyamelapa, de los tsoques, lo que da
certeza á esta suposición. En cualquier caso, Pechucaleo no es palabra de-
rivada de Pichucalco,
187. —PeLJÁ (laguna, en la Municipalidad de Tenosique).—
136 MARrcos E. BECERRA
“Agua única ”—“Pel-34” (de pel, único, singular; y Já,
agua).—Maya.
188.—PETENECTÉ (nombre de una población antigua, ya ex-
tinguida, á la margen del río Usumacinta).—“Isla del
palo de tinte. ”—“Peten—ek-té” (de petén, isla; eck, palo
de tinte, cierta madera; y té, árbol).
Maya.
Cortés cita esta población como ubicada arriba de Zagoatezpan (Teno-
sique). En el mapa de Melchor de Alfaro se ve abajo de Tenosique, y en
la lista de poblaciones correlativa, se cita antes de esta población, arriba
de Usumacinta. Por Cogolludo, que escribió en el siglo siguiente al de la
fecha del mapa, se viene en conocimiento de que Petenecté quedaba, real-
mente, hacia arriba de Tenosique, pues dice el mencionado historiador que
distaba veintidós leguas de Usumacinta, y da á entender que Nohháa, si-
tuado arriba de Tenosique, no quedaba lejos de Petenecté.
El palo de tinte ó palo de Campeche ( hematoxylon campechianum, Lin.,
Leguminosas ) es una planta propia de la región.
189.—PICTUN (rancho, en la Municipalidad de Tenosique).—
“Mojón ó señal de término. ”—“Pietun.”—Maya.
190.—PICHIJÁ (arroyo, afluente del río Chacamás en la Mu-
nicipalidad de Montecristo). —“Arroyo de los tordos.” —
“Pich-34” (de pich, tordo; y já, agua).—Maya.
191.—PIMBA (arroyo, cerca de Astapa, en la Municipalidad
de Jalapa).—“Arroyo de moscas. ”—“Pin=bac” (de pino,
mosca; y bac, arroyo).—Tsoque.
192.—PoaAwNÁ (río, afluente del Puscatán, y vecindario, en la
Municipalidad de Tacotalpa).—“Río de los jolosines ó
jonotes.”—““Poa—ná” (de poa, jolosín; y náa, agua).—
Tsoque.—(Véase “Jonuta”).
193.—PocvIcuc (hacienda, en la Municipalidad de Montecris-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 137
to).—“Ardilla de color tostado.”—“ Poe-bi-cuc” (de poc,
tostado, asado; bi, semejante, parecido; y cuc, ardilla).
—Maya.
194, —PocHoTE (laguna, en la Municipalidad de Montecristo).
—Aztequismo, derivado de pochotl, nombre de cierta
planta.
En Tabasco se llama pochote no á la ceiba ó ceibo (eriodendron occi-
dentale Tr. et Pl, Bombáceas) como sucede en otros puntos de nuestro
país, sino á otra planta que, como ésta, produce cierto algodón; el co-
chlospermun hibiscoides, H. et B., de la familia del achiote ó bija ( Bixíneas).
195.—PoLEVvÁ (arroyo, afluente del río Usumacinta, en la
Muvicipalidad de Tenosique).—“Agua de macerar cor-
tezas."—“Poo-leb-á” (de poo, lavar, purificar; leb, corte-
za; y ú, agua).—Maya.
196.—PomoNá (arroyo, afluente izquierdo del río Usumacin-
ta, en la Municipalidad de Tenosique). —“Arroyo de es-
puma espesa. ”—“Pom—mon-á” (de pom, espuma; mon,
espeso; y á, agua).—Maya.
197.—PoOPANE (población antigua, á la margen del Usumacin-
ta). —“Lugar de peones de labranza. ”—“Poec-pav” (de
pocché, terreno; y pan, escarbar, trabajar la tierra). Ma-
ya (véase “Multé”).
En el mapa de Melchor de Alfaro aparece esta población ubicada, con
Istapa y Jonuta, abajo del punto de bifurcación del río Usumacinta en sus
dos brazos, Usumacinta y Palizada, y en el terreno que abraza dicha bifur-
cación, es decir, á la margen derecha del brazo Usumacinta y á la izquier-
da del Palizada. Como por los relatos de Bernal Díaz y de Cortés, se sabe,
con toda seguridad, que, por lo menos, Istapa estaba en 1524 á la margen
izquierda del tronco fluvial que se bifurca, se comprende que, por esta par-
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—18
138 MARCOS E, BECERBA
te de la región tabasqueña, las ubicaciones del mapa de Melchor de Alfaro
no fueron hechas concienzudamente. Creemos que Popane haya estado
arriba de la bifurcación.
Actualmente no se conoce ninguna población de Tabasco con este nom-
bre, pero existe, á la margen del mismo Usumacinta, y en la mismo situa--
ción topográfica relativa que con otras poblaciones tenía Popane, el pueblo
de Multé, cuyo nombre significa en lengua mejicana lo mismo que Popane
198.—Poposá (hacienda, en la Municipalidad de Tacotalpa).
—“Piedra blanca. —““Popo-tsá” (de popo, blanco; y tsá,
piedra).—Tsoque (véase “Istatel”).
_199.—PoTONCHÁN (nombre de la primitiva población indíge-
na que después fué Santa María de la Victoria). —“Lu-
gar que hiede, que huele mal.”—“Poton—chán” (de potoni,
heder, oler mal; y chan, terminación toponímica).—Me-
jicano.
El nombre Potonchán, de una antigua población de Tabasco, se ha con-
fundido, por todos los historiadores modernos y por muchos de los anti-
guos, con el de Champotón, antigua y actual población de Campeche. Así,
cada vez que, en los relatos históricos referentes al Descubrimiento ó á la
Conquista de Nueva España, se encuentra la palabra Potonchán aplicada
á Champotón, se ha pensado que se cometía un error sobre el concepto sim-
plemente prosódico ú ortográfico del nombre, y no sobre el concepto geo-
gráfico; y, por el contrario, enando se ha visto aplicado el mismo nombre
á Tabasco, se ha creído que se cometía un error geográfico. Examinemos
la cuestión. '
Cuando Bernal Díaz dice Potonchán se refiere á Champotón. La lec-
tura de este autor induce, empero, á pensar que, en la época en que escri-
bió su obra, las ideas de ambos nombres no estaban muy precisas en su
memoria, pues no sólo llama indistintamente con uno ú otro nombre á la
población campechana sino que, al hacer mención de ésta en su relato de
la expedición dé Cortés, la menciona como tocada después de haber pasa-
do por Boca de Términos (hoy “Isla del Carmen”).
Esta confusión de Bernal Díaz no puede explicarse más que conside-
rando que la diferencia de las ideas que entrañaban las palabras Poton-
chán y Champotón se había hecho vaga en la memoria del historiador, no
NOMBRES GEOGRAFICOS DEL EsTADO DE TABASCO. 139
E
quedando más que el recuerdo del sonido, y que, habiendo leído, Bernal
Díaz, en Gromara, que escribió antes que él, los nombres de Champotón y
de Potonchán, como aplicables á Tabasco, quiso rectificar la parte de error
que esta aseveración traía, y cayó él, á su vez, en otro error, aplicando am-
bos nombres á Champotón. El error de Gomara indujo, pues, á Bernal Díaz
al suyo, y el de aquel se explica porque, habiendo escrito su obra en Espa-
ña, sin ser testigo y sólo por informes (aunque éstos le fueron comunica-
dos por los mismos conquistadores), entre 1540 y 1552, confundió los dos
nombres, de por sí ya muy semejantes. Fernández de Oviedo, que aunque
estuvo en América muchos años nunca vino á México, cae en el error de
Gomara, mientras que nuestro erudito Orozco y Berra llama, como Bernal
Díaz, Potón—Chán á Champotón. En resumen: todos ellos dan por cierto
que hay dos nombres para un solo lugar.
El examen de otros documentos bastará, empero, para convencernos
de que en esta cuestión hay yn motivo más fundamental para equivocar-
se, y es la existencia de dos lugares con dos nombres diferentes singular-
mente parecidos. Esos documentos son: 1?, el “Itinerario de la Armada
de Juan de Grijalva,” escrito por el clérigo Juan Díaz, capellán mayor de
dicha Armada, publicado en toscano, en Venecia, en 1522, y reproducido
por el Sr. García Icazbalceta en su “Colección de Documentos para la His-
toria de México” (tomo 1); 22. las “Relaciones de Tabasco,” escritas en Ta-
basco mismo en 1579, publicadas en la obra “Coleecc. de Documentos Iné-
ditos, relativos al Descubrimiento,” que mencionamos en el prólogo de este
trabajo, y reproducidas en el “Archivo Histórico-Geográfico de Tabasco,”
allí mismo citado; 3%, una cédula de encomienda á Bernal Díaz, extendida
por Hernán Cortés en 1522, y publicada por D. Justo Zaragoza entre las
Adiciones y Aclaraciones que agregó á la Historia de Guatemala” de Don
Francisco de Puentes y Guzmán (Madrid.—1882); y 42 un mapa, impreso
según nos parece en el siglo XVII, que tiene en su poder, y que bondado-
samente nos ha permitido examinar, nuestro respetable amigo el Profesor
D. Francisco Rivas. ;
En el primero se citan con toda claridad y distinción uno y otro lugar,
habiendo tenido el Sr. García Icazbalceta el acierto debido al restituir á
su indudable estructura original los nombres algo variados que se consig-
narón en el textoitaliano (Champontón, Campontón y Champotón, para el uno,
y Protonta, para el otro), de modo que aplica á cada población el nombre.
que le correspondía.
En-el segundo, escrito, como hemos indicado antes, por personas que
vivían en Tabasco, se da repetidas veces el nombre de Potonchán á la po-
blación indígena sobre cuyo asiento se había fundado más tarde Santa Ma-
ría de la Victoria.
140 Marcos E. BECERRA.
En el tercero, la cédula de Cortés, existe un pasaje, que ha reprodu-
do en parte el afanoso bibliógrafo Lic. Genaro García en el prólogo de su
fidelísima edición de Bernal Díaz del Castillo, y que dice ask “...... de-
posito en vos Bernal Díaz, vecino de la villa del Spíritu Sancto, los seño-
res é naturales de los puebios de Tlapa é Potuchán, que son en la provin-
cia de Cimatán.....- ” Fácil es comprender, por lo que luego veremos,
que al poner lapa se quiso poner Teapa, población antigua y actual de
Tabasco, y que esta equivocación provino de un error de lectura, ya sea
éste del autor mismo de las Adiciones, al hacer en sus manuscritos la trans-
cripción de la cédula de Cortés, ó ya, quizá, del editor de la obra en que
se dieron á luz. Una e pudo confundirse con un ele; esto es palmario.
Decimos que se trata de Teapa, porque el propio Bernal, en las pro-
banzas de méritos que promovió en 1539 (Fuentes y Guzmán.—“Historia
de Guatemala.” —Adiciones y Aclaraciones), dice que “el pueblo de Tlapa
tenía más de mil casas,” y esta aseveración coincide con dos pasajes de su
“Historia Verdadera de la Conquista.” El primero, al referir la expedición
á Chiapas, dice que Teapa, por donde pasaron al retornar, era una pobla-
ción de gran importancia. El segundo, al narrar Jo acaecido en la expedición
á Hibueras, expresa que Teapa y Tecomajiaca (ésta es hoy sólo un barrio
de aquella) eran poblaciones de su encomienda.
La otra población dada á Bernal Díaz por Cortés no pudo ser Cham-
potón, porque ésta, en el tiempo en que la cédula fué otorgada, no había
sido aún sojuzgada por los españoles, y las encomiendas mal podían ser si-
no sobre poblaciones Óó comarcas sujetas, siquiera nominalmente. De de-
recho, y según sus capitulaciones con el monarca español, ese dominio co-
rrespondía á Montejo; de hecho, solo él lo fundó con los suyos y con lo
suyo. Bien es cierto que Tabasco, —y por consiguiente, Cimatán, —también
estuvo sometido á Montejo, pero eso fué después del tiempo en que se dio
la cédula, y, aunque lo hubiera sido durante esta nueva jurisdicción, Cor-
tés, que habra sujetado á Tabasco primeramente, y que-había comisionado
a Montejo para pucificarlo, tenía perfecto derecho para dar encomiendas
en aquel territorio, mientras que en Yucatán no lo tenía.
En el cuarto documento, que consiste en el maya que hemos tenido á
la vista, se marc: n como dos lugares comp!etamente diferentes á Cham-
potón y á Potonchán, ubicando al primero en Campeche y al otro en Ta-
basco. E
A la convicción que se forma en vista de tales documentos debemos
agregar la opinión, digna de ser considerada, del notable americanista el
Dr. Brinton, quien fundándose, indudablemente, en el cotejo de los escri-
tos de los diversos cronistas de la época de la Conquista, aplica el nombre
Potonchán á la que más tarde se llamó Santa María de la Victoria.
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL EsTADO DE TABASCO, 141
En cuanto al significado del nombre, el que da el mismo Dr. Brinton
nos parece acertado, pero no como perteneciente al maya, —pues los ele-
mentos que él pretende hallar son muy forzados, — sino al mejicano, que
los tiene apropiadísimos Nombres de lugar mejicanos, análogos á Poton-
chán, son: Coatinchán, Cuautinchán, Ayotinchán, en donde el elemento chan
es siempre posfijo. En los nombres mayas es prefijoinvariablemente: Cham-
potón, Chanchén, Chancabal, Chan—Miguel, Chan—-Santacruz, etc. El prefijo
maya significa cosa distinta que el posfijo mejicano.
- 200.—PULINTÉ (rancho, en la Municipalidad de Montecristo).
-- —*“Polem-té” (de polem, hinchado; y té, árbol, madera).
—Maya.
La estructura de esta palabra es análoga á la de los nombres mayas de
varios plantas: munité, canisté, pucté, chacté, chacauanté. Tal vez lo sea
de alguna que no conozcamos. En Chiapas existe un lugar llamado Pu-
lenté.
201.—PuscaTÁN (pueblo, en la Municipalidad de Tacotalpa).—
“Lugar de pusheaguas”—“Pusheau-tlan” (de pusheaua,
cierto modo de envoltorio ó paquete; y tlan, colectivo
toponímico).—Mejicano.
En los “N mbres Geográficos de México” está reproducido el jeroglí-
fico de una población de «ste nombre, sacado del Códice Mendocino, así
como la restauración y la interpretación del nombre significado en el di-
bujo, hechas por el 5r. Orozco y Berra. Este profundo historiador opina
que el jeroglífico representa una cabeza de adormidera y que su significado
es el de 'lugar de moho” (de pushcauhqui, mohoso, y tlan, en), pero el Se-
nor Peñafiel no está de acuerdo con esto, y cree que el nombre tiene como
elemento principal la palabra poshcauhcamotli, sinónimo, según el Dr. Her-
nández, de camotli (camote). Por nuestra parte, no nos parecen acertadas
ni la apreciación del jeroglífico ni la restauración é interpretación del nom-
bre resultantes, propuestas por el Sr. Orozco y Berra, pero tampoco las
del Sr. Peñafiel, y por eso nos atrevemos á proponer otras que difieren de
ellas,
Juzgamos, en primer lugar, que el jeroglífico no representa un fruto
142 MARcOs E, BECERRA.
sino una hoja. Basta observar cómo están representados estos dos Órganos
vegetales en todos los otros jeroglíficos del Códice para convencerse de esto,
En segundo lugar (y en esto seguimos el dictamen del Sr. Peñafiel), la
adormidera, propiamente dicha, como pláfita exótica que es, no pudo haber
sido tan común, cuando se escribió el Códice (años cercanos á la Conquis-
ta), que sirviera de signo de la idea que se supone expresada en el jeroglí-
fico. Por último, la interpretación de “junto al moho” ó “junto á lo mo-
hoso” no podría considerarse fundada, en tanto que no pueda saberse á qué
circunstancia topográtea siquiera probable aludía.
En cuanto á la interpretación que propone el Sr. Peñafiel, diremos
que, si poshcauhcamotli fuera el principal elemento del nombre, la estruc-
tura de éste sería Pushcauhcamotlán ó, por abreviación, Camotlán, pero no
Pushcautlán, porque no habría razón para abreviar la palabra á tal extremo
que desaparecieran las letras que expresan la idea fundamental del nom-
bre, Sobre todo, el jeroglífico lo confirmaría, cosa que no sucede, pues, si
la figura no parece representar un fruto de adormidera, menos se asemeja
á un camote. El jeroglífico del nombre Camotlán, representando un camo-
te, es típico, como puede verse en la copia que hemos sacado de la misma
obra del Sr. Peñafiel y que reproducimos con este trabajo.
Si este respetable autor, al hacer el examen del jeroglífico consabido,
hubiera tenido en cuenta una idea que él mismo consigna en otra parte de
su obra, habría podido acertar con el significado de la figura, dando, á la
vez, la más perfecta comprobación á dicha idea y determinando con clari-
dad un hecho importante de la gráfica mejicana.
En efecto: al analizar el nombre de 4huatziizinco, en aquella parte de
su libro, advierte que el elemento ahuatl (encino) se representa con dos
signos combinados: a-huatl, de atl (agua) y huatl (hoja), tal como se ve en
el jeroglífico de esta palabra. Conforme á eso, y á semejanza de lo que pasa
con el signo del agua, el dibujo esquemático de la hoja viene á ser no ya
un ideograma sino un fonograma, es decir, no una figura que nos recuer-
de la cosa que represente en sí y únicamente, sino un signo que tiene por
objeto hacernos recordar esa cosa para rememorar en seguida su nombre
y después un determinado sonido que exista en éste, Podría, por consi-
guiente, agregarse el fonograma de uatl á los otros, ya bastante numero-
sos, que tuvo la escritura mejicana, con la notable cireunstancia de que
este diptongo marca un paso entre los fonogramas silábicos (tlan, pan,
cuau) y los alfabéticos (atl, etl, otl). Esta idea se confirma con el examen
de otros tres jeroglíficos del Códice Mendocino: Ahuatepec, Capulhuac, Cua-
huacán, En todos ellos para encontrar uno de los elementos del nombre
(ua) se hace ineludible considerar que él está representado por el signo de
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 143
la hoja, pues, de lo contrario, no sería ¡ osible encontrarlo, ni se sabría
aplicar una significación racional á ese detalle del dibujo.
Ahora bien: aunque en mejicano la idea de hoja se expresa con la pa-
labra izuat!, un análisis detenido de esa y de algunas otras palabras nos lle-
va á comprender que, en realidad, la raíz lingitística de ellas es uatl: izuatl
(hoja de maíz verde ), miauatl (espiga y flor del maíz), oautl (espiga de
maíz), auatl (espina), euatl (corteza, cuero para curtir), tlashouatstli (hoja
seca), tepustlacanauali (lámina ú hoja de metal).
En conclusión: puede darse por exacto que el jeroglífico de una hoja
no sólo puede tener el valor ideológico de aquel vegetal (uatl) ó el de la
partícula posesiva ua, sino que vale como simple sonido que puede entrar
en composición de palabras. La clave y punto de partida de esta evolución
fonogramática está en la palabra pushcauatl, que es la única que tiene re-
presentación en el jeroglífico de Pushcautlán, pues la terminación tlan no
la tiene. Siendo éste una hoja con los signos del moho (como lo hace notar
el Sr. Orozco y Berra), fácil es leer pushea—uatl, hoja mohosa, de pushcauh-
quí, mohoso, y uatl, hoja. Pero,—se nos preguntará, —¿qué cosa es push-
cagua ó pushcanatl? En Tabasco todo el mundo lo sabe: es lo que hemos
dicho al principio, “cierto modo de envoltorio ó paquete” el cual se hace
comunmente, con cierta hoja. Esta es la llamada hoja-blanca (calatea dis-
color, G. T. Meyer, Musáceas) que tiene en su revés un polvillo blanco co-
mo moho.
202.—PUTSBAC (arroyo, afluente del río Oxolotán, en la Mu-
nicipalidad de Tacotalpa).— “Arroyo de basura.”—“Puts-
bac”4de putsi, basura; y bac, arroyo ).—Tsoque.
203.— PUYACATENGO (río, afluente del Teapa, y vecindario, en
la Municipalidad de este nombre).—““En la orilla del agua
salada. ”—“Poyac-a-ten—co” (de poyac, salado; atl, agua;
tentli, orilla; y co, terminación toponímica).—Mejicano.
204, —QUETZALTEPEC (rancho, en la Municipalidad de Huiman-
guillo).—“Sobre el cerro de los quetzales.”—“Quetsal-
tepec” (de quetsali, cierta ave; y tepec, sobre el cerro).—
Mejicano.
Existió antiguamente una población de éste nombre en esta región,
144 MARCOS E. BECERRA.
gún se desprende de una de las cartas de Cortés 4 Carlos Quinto, en que
habla de ella diciendo: “..... la provincia de Tabasco, y la de Chimaclán
(Cimatán) y Quechula y Quizaltepec (Quetzaltepec), y otras que por pe-
queñas no expreso...... ” (“Cartas y Relaciones de Hernán Cortés,” por
D, Pascual de Gayangos.—París.—1866.—Pág. 275).
205.—SABUCOCH (arroyo, afluente izquierdo del río Usuma-
cinta, en la Municipalidad de Tenosique).—“Agua que
no debe beberse.”—“Sab-uk-och” (de saban, veneno de
la víbora, ó tsabcan, serpiente de cascabel; uk, beber; y
och, expuesto, en peligro). —Maya.
206.—SAGUINÓ (arroyo, afluente del río Tacotalpa, en la Mu-
nicipalidad de este nombre).—“ Arroyo de los monos —
“Tsagúi-nó” (de tsagúi, mono; y ró, agua).—Tsoque.
207. —SALOYA (vecindario, en la Municipalidad de Nacajuea).
—“En donde se camina sobre arena.”—“Shal-o-yan”
(de shali, arena; otli, camino; y yan, terminación verbal
toponímica).—Mejicano. .
208.—SANAPA (pueblo, y río, confluente con el Tancochapa,
en la Municipalidad de Huimanguillo). —“Ribera de los
sanates.”—“Tsan-apan” (de tsanatl, sanate, cierta ave;
y apan, sobre el agua).—Mejicano.
209.—SAQUILÁ (laguna y arroyo, afluente del río Chacamás,
en la Municipalidad de Montecristo).—“A gua blanca.”
“Sakil-4” (de sakil, blanco, blancura; y 4, agua).—Maya.
Algunas ci.cunstancias históricas sobre la fundación de la actual villa
do Montecristo, así como la identidad de significaciones entre la palabra
Saquilá y el nombre de lztapan, nos hace conjeturar que esta antigua gran
población, de que nos hablan los historiadores de la Conquista, estuvo asen-
tada primitivamente cerca de este lugar, próxima á Saquilá y 4 Monteeris-
to. Los habitantes del antiguo Zztapan, poblaron, probablemente, después
el pueblo de Estapilla (Istapilla) más arriba del sitio en que estaban, mien-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 145
tras que los que, posteriormente, poblaron Montec.isto fueron llegados de
Macuspana.
210.—SAYÁ (arroyo, afluente del río San Pedro, en la Munici-
palidad de Balancán).— “Fuente, manantial, vena de
agua —“Sayab.”—Maya.
211.—Saratí (rancho, en la Municipalidad de Tenosique).—
“Añadido, empalmado, maneornado.”—“Tsayajlín” (de
tsayajlín, pp. del verbo tsayaj, añadir, coser, surcir, man-
cornar, empalmar).—Maya.
212. —SEJÁ (laguna, en la Municipalidad de Montecristo).—
“Poca agua ”—“Tse-já” (le tsets, pequeño, poco; y Já,
agua).—Maya.
213.—SoPoG (arroyo, afluente izquierdo del río Usumacinta,
en la Municipalidad de Balancán).—“ Atolladero.”—
“Tsopoc” (de tsopoc, futuro del verbo tsopol, atollarse,
atascarse).—Maya.
214. —SOYATACO (pueblo, en la Municipalidad de Jalpa). —“En
el palmar."—“Soyatla-co” (de soyatla, palmar; y co, ter-
minación toponímica).—M ejicano.
215.—SUCHE (arroyo, en la Municipalidad de Macuspana).- —
Aztequismo, derivado de shochitl, que significa for.
216.—SUBIQUINÁ (laguna, en la Municipalidad de Montecris-
to).—“Donde se rodea ó se da vuelta.”—“Sutbi-kenaj”
(de sutbil; dando vuelta; y kenaj, torcer, doblando).—
Maya.
217.—SUMINÁ (rancho, en la Municipalidad de Balancán).—
“Lugar desaparecido por sí solo.”—“Tsum-inaj” (de
tsumi, pretérito de tsumul, desaparecer, acabar; $inaj, su-
Mem. Soo. Alaate. México. T. 29. (1909-1910)—19
146 MARCOS E, BECERRA
fijo adverbial queindica que la acción se efectúa sin agen-
te extraño ó ajeno).—Maya.
218.—SHAGABITO (arroyo, afluente del Etapa, en la Municipa-
lidad de Jalapa).—“Arroyo frío que se cruza salvándo-
lo."—“Shakab-its” (de shakab, pasar sobre algo; 6its, frío,
fresco, helado).—Maya.
219.—SHANABCU (cerro ó cumbre, en la Municipalidad de Te-
nosique).—“Sandalia ó zapato asentado ó echado.”—
“Shanab-cub” (de shanab, sandalia, zapato; y cub, cosa
asentada, echada).—Maya.
220.—SHANCABAL Ó CHANCABAL (rancho y hacienda, en la Mu-
nicipalidad de Balancán).—“Palmar de abajo.”—“Shan
-kabal” (de shaan, guanal, donde abundan los guanos ó
palmas; y kabal, abajo). —Maya.
221.—SHIMOMÉ (arroyo, en la Municipalidad de Jalapa).—
“Arroyo que da vuelta sobre su origen. ”—“Shim-omí”
(de shim, raíz, tronco, origen; y omí, presente de om, tor-
nar sobre sí, envolverse).—Maya.
222.—TABASCO (nombre actual del Estado). —“Lugar que tie-
ne dueño.”—“Tla—uash-co” (de tla, prefijo pronominal
indeterminativo, alguno; uashca, dominio, propiedad; y
co, terminación toponímica).—Mejicano.
Según Bernal Díaz, el nombre de Tabasco era el del cacique que go-
bernaba la región al tiempo del Descubrimiento ó de la Conquista. Según
el historiador tabasqueño Gil y Sáenz, el nombre es una combinación de
palabras del idioma maya, que quieren decir “hemos sido engañados.” Al-
gún otro autor ha opinado que el nombre de Tabasco viene de la palabra
tabaco, que es antillana. El Sr. Rovirosa juzga, con más acierto que todos,
que el expresado nombre es de origen nahea. Por último, el Dr. Berend
NoMBRE8S GKOGRAFICOS DEL EsTADO DE TABASCO, 147
en su manuscrito de nombres geográficos mayas, citado por Brinton, cree
que Tabasco viene de los elementos mayas tab-uaxac-coh (Tabuashacoj,
Tabuasaco, Tabuasco, Tabasco?), que significan “nuestro señor el de los
ocho leones,” queriendo así conciliar el dicho de Bernal Díaz, de que el
nombre venía del cacique de la región, con el hecho de ser los habitantes
gentes de origen maya.
En general, el parecer del Sr. Rovirosa, de que la palabra sea de la len-
gua mejicana, nos parece acertado. Pero no estamos de acuerdo con la res-
tauración que hace del nombre ni, por consiguiente, con la respectiva in-
terpretación. Por lo que se refiere á lo primero, bastará dar una ojeada á
los elementos silábicos de la palabra Tabasco para tener la certeza de que
es mejicana. La primera sílaba, ta, y la terminación co, características de
la toponimia mejicana, son de decisivo alcance para la verosimilitud de tal
suposición. Otros hechos la corroboran. En Zacatecas existió, hasta hace
pocos años (1840), una población llamada Tabasco y que es hoy la villa del
Refugio, del Partido de Villanueva (véanse, el “Diccionario Histório Geo-
gráfico de la República Mexicana,” por García Cubas, y el “Mapa de los
Departamentos de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes,” por D. José Ma-
ría Navarro.—1840), y un Partido denominado Tavasco (véase el ““Mapa
del Distrito de Villanueva,” por J. G. de la Cortina).—A esos lugares de-
be de referirse Don Alberto Santoscoy (“Anales del Museo Nacional,” 1*
época, tomo VII, pág. 311-314), quien apoyándose en la crónica del P. Te-
llo, referente á las lenguas de Nueva Galicia, dice que los caxcanes ó “rús-
ticos mexicanos” fundaron los pueblos de Tenánco, Jalpa, Mecatabasco,
ete., y cita más adelante, como de raza tocha ó mejicana, á los pueblos de
Mecatabasco, Jalpa y Ahualulco. En el mismo Estado de Zacatecas existe
un rancho llamado Temoluasco; en Veracruz existe Tlecuasco; Apipilhuaxco
es un rancho del Estado de Hidalgo, y Apipilhuasco un pueblo del Estado
de México.
En cuanto á que la palabra original haya sido T/lapalco, como opina
el Sr. Rovirosa, repetimos que no estamos de acuerdo con aquel respeta-
ble autor (aunque pensemos, con él y con el ya citado Dr, Brinton, que
geográficamente sería apropiadísima), porque los elementos fonéticos ac-
tuales de la palabra Tabasco (Ta-bas-co) no acusan como antecedentes más
que á una parte de los que se suponen en Tlapalco (Tla-pal-co, de tlali,
tierra, paltic, húmedo, y co, terminación toponímica).
La sílaba en que difieren esencialmente la palabra actual y la que se
supone originaria es la de enmedio. ¿Pudo, pues, la pseudo-originaria pal,
convertirse en bas, bajo la acción deformadora del tiempo, y á favor de cir-
cunstancias gráficas ó fonéticas lógicas?
148 Marcos E. BECcKÉRA.
Con respecto á la acción del tiempo, ella queda absolutamente descar-
tada con el hecho de que ningún escrito autiz 10 trae la palabra Tlapalco.,
Ea Bernal Díaz dícese Tabasco, y éste escribió poco después de la Con-
quista. Las circunstancias gráficas tampoco han sido favorables, pues ni
en la antigua letra española ni en la inglesa actual pueden confundirse una
pe con una be, ni una cle con una ese. Las circunstancias fonéticas han si-
do completamente favorables á la substitución de la pe antigua con la be
actual (puesto que ambas letras son afines y, además, pueden invocarse otros
hechos análogos en la historia de estas palabras), pero la substitución de la
ele con una ese sí ya no está en igual caso. La ese que actualmente haya
en las palabras de origen mejicano no puede provenir más que de los so-
nidos she, che, tze, ó tse, ó quizá de la misma ese que los primitivos aztequis-
tas representaron generalmente con una zeta. Así, pues, la sílaba bas no
puede provenir de la sílaba pal. ,
Dicha sílaba puede venir de alguna de las siguientes: pash, pach, patz
ó pats, y paz ó pas (Tapashco, Tapacheo, Tapatseo, Tapasco); pero también
puede originarse de alguna de estas otras: wash, uach, uatz, ó uats, y uaz ó
uas (Tauasheo, Tauachco, Tauatsco, Tauasco). Nosotros hemos opinado que
venga de uash, según se ve en el artículo arriba.
En efecto: leyendo á Bernal Díaz es frecuente encontrar la palabra
Tabasco, así con be, pero otras veces se encuentra con ve: Tarvasco. En las
“Relaciones” se encuentra indistintamente con be, Tabasco, con ve, Tavasco,
y con u, Tauasco. Esta misma imprecisión ortográfica se nota en otras pala-
bras puramente castellanas; así, se ve escrito, indiferentemente, estaba, esta-
va ó estaua. Tablas o, pues, viene, por una senda perfectamente lógica, de
Tlauashcol. Lo confirma su significado, que coincide, en el fondo, con la
interpretación que Bernal Díaz, atribuye á tal palabra, y con la respuesta
dada por los tabasqueños á Grijalva (cuando éste les proponía la sujeción
al Rey de España)¡de que no necesitaban nuevo señor, puesto que ya lo tenían.
En resumen: la existencia de silabas características del mejicano en la
palabra Tabasco; el encontrarse ésta en otra colonia de mejicanos tan dis-
tante, como estaba Zacatecas; el estar escrito Tauasco en alguna obra; el
existir aún, actualmente, en otras regiones de nuestro país nombres meji-
canos con la terminación uasco; la relación entre el significado que hemos
propuesto, el que Bernal Díaz consigna y el pasaje á que hemos aludido;
todo ello, en fin, concurre á darnos la convicción clara de que el nombre
Tabasco es de origen mejicano, que la restauración que hemos propuesto es
acertada, y que, como lo hemos dicho al principio de este trabajo, Tabasco
estuvo bajo el dominio de los mejicanos.
Por lo demás, y en cuanto á que la palabra Tabasco fuera el nombre
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 149
del cacique, como dice Bernal Díaz, debemos tener en cuenta que éste es-
eribió su obra muchos años después de los acontecimientos y estando en
Guatemala. Se comprende que, al querer recordar algunas circunstancias
6 detalles secundarios de esos acontecimientos, su memoria no se los haya
suministrado con entera fidelidad. De tal clase de detalles es el de la signi-
ficación del nombre de Tabasco, y es seguro que, al consignarlo, aquel ve-
rídico historiador, recordó solamente la idea general y fundamental de él,
que es la de dominación ó señorío, y la expresó en su obra dándole la for-
ma conereta que le pareció más en consonancia con esaidea. Pero, aun de-
sechada esa suposición, y dando por probable el que, cuando escribió su
“Historia,” Bernal Díaz hubiera recordado con precisión la idea asentada por
él, es necesario advertir que la fuente que le sirvió, al tiempo de los suce
sos, para obtener tal noticia no pudo ser muy exacta. En efecto: ¿cómo pu-
do él obtener la noticia entonces si no fué por medio de intérpretes que so-
lo sabían el maya? Es probable, pues, que. al valerse de Melchorejo ó de
Julián, éstos, que no entendieron exactamente el significado de la palabra
mejicana Tabasco ó Tauashco, la intepretaran por el nombre del que man-
daba.
*223.—TABASQUILLO (antigua población, ya extinguida, y lagu-
na y arroyo, en la Municipalidad de Frontera), —Dimi-
nutiyo castellano de “Tabasco” (véase).
224. —TACOTALPA (villa, cabecera de la Municipalidad de su
nombre). —“Tierra de breñas.”—“Tlaco-tlal-pan” (de tla-
_cotl, breña; tlali, tierra; y pan, terminación toponímica).—
Mejicano.
225.—TACUTA (laguna, en la Municipalidad de Nacajuca).—
“Breñal.”—“Tlaco—tla” (de tlacotl, breña; y tla, sufijo co-
lectivo). —Mejicano.
*226.—TACUTILLA (hacienda, en la Municipalidad de Nacaju-
ca).—Diminutivo castellano de Tacuta (véase).
227.—TAMACAZTEPEQUE (nombre antiguo de Tepetitán, pue-
150 Marcos E, BECERRA.
blo, en la Municipalidad de Macuspana).—“Cerro de los
ministros ó servidores del templo. ”—“Tlamacas-tepe-
e” (de tlamacasque, ministro ó servidor del templo; tepell,
cerro; y c, terminación toponímica).—Mejicano.
Hernán Cortés, hablando de esta población, dice: “...... Tepetitán ó
Tamacaztepeque, como se llama por otro nombre...... z
228.—TaAMULTÉ (pueblo, en la Municipalidad del Centro, y
pueblo y laguna, en la de Frontera).—“Lugar de peones
de labranza”—“Tlamol-te-c” (de tlamoleua, ablandar,
amollentar la tierra; tecatl, sufijo gentilicio; y c, termina-
ción toponímica).—Mejicano.
Las dos poblaciones actuales, Tamulté de la Barranca (del Centro) y
Tamulté de la Sabana (de Frontera) ya existían en 1579. Esta última apa-
rece en el Mapa de Melchor de Alfaro con la palabra Tamultecal, en que,
como se ve, entra la terminación gentilicia que hemos considerado.
229.—TANCOCHAPA (río, afluente del Tonalá, en la Municipa-
lidad de Huimanguillo). —“Ribera de las dentaduras.”—
“Tlancoch-apan” (de tlancochtli, dientes molares; y apan,
sobre el agua). —Mejicano.
230.—TANGOBAC (arroyo, afluente del río Oxolotán, en la Mu-
nicipalidad de Tacotalpa).—“Arroyo de los caracoles.”
—“Tanco-bac” (de tanco, cierto caracol; y bac, arroyo).—
Tsoque.
*231.—TAPACHULA (rancho, en la Municipalidad de Comalcal-
co).—“Lugar que se riega ó aniega.”—“Tlapacho-lan”
(de tlaapacholi, anegado, regado; y lan, colectivo toponí-
mico).—Mejicano.
Y
Nombres GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 151
232, —TAPIJULAPA (pueblo, en la Municipalidad de Tacotalpa).
“Ribera de majar ó despedazar cántaros de algo”.—“Tla—
pil-sholo-apan” (de tla, prefijo sustantivo indefinido, al-
go; apiloli, cántaro; sholouya, majareon mano de morte-
ro; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
Para conocer la significación probable del nombre Tapijulapa, nos ha
servido de clave segura el hecho de que la población que lo lleva es de ori-
gen tsoque, y el conocimiento de que todas esas poblaciones, aunque tie-
nen un nombre en mejicano, llevan otro, de igual significación, en la len-
gua de sus primitivos habitantes. Tapijulapa lleva el nombre tsoque de
““Majcuibac,” palabra que quiere decir “agua ó río del cántaro.” Esta cir-
cunstancia, que el autor de los “Nombres (Geográficos de Tabasco” apro-
vechó para acertar con alguna otra restauración ó interpretación, nos in
clinó á desechar la que en dicha obra propone el expresado autor para la
palabra de este artículo. La considera una alteración de Tlapihuilapan,
significando “río que se acrecienta ó se crece,” de los elementos tlapihuilo,
acrecentarse, y apan, río (?); pero, si realmente el elemento tlupihuilo fue-
ra originario, la palabra no se habría convertido en Tapijulapa sino en Tapi-
gúilapa, porque la afinidad del diptongo ui es hacia la ge y no hacia la jota
(véase “Aguacate”), como vemos que sucede en gúisache, agúegúete, agúi-
zote, que provienen de uishachin, aucuetl, auisotl.
En cuanto al significado, y á la parte lógica de éste, creemos que el
Investigarlo pueda dar gran luz sobre el origen de los bailes y juegos lla-
mados de piñata (pignatta, olla, en italiano) que probablemente sean origi-
narios de América. Siendo esto así, como nos parece, á ello podrían refe-
rirse los nombres Tapijulapa y Tapijuluya.
Los indígenas del Departamento de Simojovel (Chiapas), que hablan
un dialecto del maya, llaman á Tapijulapa con el nombre de “Kibalucum,”
que tiene por elementos las raíces mayas kibal, cántaro, y uleum, río
233.—TAPIJULUYA (arroyo, en la Municipalidad del Centro).
—“En donde se majan ó despedazan cántaros de algo.”
—“Tla—pil-sholo-yan” (de tla, prefijo sustantivo indef-
nido; apiloli, cántaro; sholouya, majar con mano de morte-
ro; y yan, terminación verbal toponímica). —Mejicano.
152 MARCcOsS E. BECERRA.
234.—TAPOCINGO (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
“Zapotlán el chico, ó Zapotlancito.”—“Tsapo-tsinco”
(de Tsapotlán, cierta población; y tsinco, terminación di-
minutiva toponímica).—Mejicano.
235.—TASISTE (hacienda, cn la Municipalidad de Macuspana,
y arroyo, en la del Centro).—Aztequismo, nombre de
cierta planta (chamaedorea sp? Palmeras).—“Tlashichtli.”
—Mejicano?
Tlashichtli, según Molina, es “pasador (?) que se tira con ballesta.” El
historiador Gomara dice: “..-... hay palmas de ocho á diez maneras; -...
Hacen los indios lanzas y flechas de palmas, por ser tan recias que sin hen-
der, ni remachar, ni les poner pedernal, entran mucho.”
236.—TATAHU/TALPAN (nombre de una población antigua, á
la margen del río Usumacinta).—“Llanura quemada. ”—
“Tlatla-uei-tlal-pan” (de tlatlac, quemado; uei, grande;
tlali, tierra; y pan, terminación toponímica).—Mejicano.
La carta de Cortés á Carlos V., referente á la expedición á Hibueras,
menciona una población á la margen izquierda del Usumacinta, cinco le-
guas arriba del antiguo Istapan. Esa población llevaba el nombre de Ta-
tahuitalpan, nombre que no consigna Bernal en su “Historia” y que tam-
poco figura posteriormente en las “Relaciones.” Como el significado de la
palabra'mejicana motivo de esta nota tiene analogía con el de la palabra
maya Balancán, y ambos nombres se relacionan con el relato de Cortés, re-
ferente á la primera de éstas, y como, por otra parte, Balancán no aparece
todavía en 1579 en las “Relaciones,” es de suponerse que esta última po-
blación haya sido fundada posteriormente con los restos de la antigua Ta-
tahuitalpan, 6 Tlatlaucitlalpan. Actualmente Balancán está ubicado en la
margen derecha del Usumacinta, pero se comprende que no ha de haber
estado siempre allí, pues en la izquierda, arriba de Montecristo y de la con-
fluencia de los ríos Chacamás y Usumacinta, se ve un arroyo llamado de
“Balancán Viejo.” Los habitantes de Tatahuitalpan quemaron la población
y huyeron hacia la otra parte del río, según el relato de Cortés.
237.—TAXAGUAL (nombre de un pueblo, ya extinguido, y de
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 153
- ciertas laguvas, próximos á la costa). —“El desgranade-
ro”—“Tlashacnalololoyan” (de tlashacualololoyan, lugar
donde desgranan semillas).—Mejicano.
238.—TAXcCO (arroyo, en la Municipalidad de Nacajuca)—
“Lugar del juego de la pelota.”—“Tlach-co” (de tlachtli,
juego de la pelota; y co, terminación toponímica).—Me-
jicano.
239.—TEAPA (cindad, cabecera de la Municipalidad de su nom-
bre), —“Ribera de las piedras. ”—“Te-apan” (de tetl, pie-
dra; y apan, sobre el agua).—Mejicano.
Esta población, que, con Tecomajiaca, fué dada en encomienda á Ber-
nal Díaz, tenía más de mil casas en tiempos de la Conquista, según el di-
cho del propio Bernal.
Los habitantes primitivos eran tsogues, de índole levantisca. Bernal
Díaz refiere que, cuando regresaban á Coatzacoalcos él y los demás españo-
les que fueron á la conquista de Chamula bajo las órdenes de Luis Marín,
los de Teapa y Tecomajiaca los recibieron en son de guerra, á pesar de que
eran gente ya sometida. Trabaron combate con los indios y, vencidos és-
tos, uno de los consejeros del capitán propuso que se marcara con hierro
como á los esclavos á los prisioneros. Opúsose cristiana y noblemente Ber-
nal Díaz, y á causa de eso tuvo un serio altercado con el otro español, lle-
gando por poco á las armas entre sí. El capitán Marín atendió á las razones
de Bernal Díaz, y con ello terminó el disgusto. Tal hecho, si es una prue-
ba de las violencias cometidas por los conquistadores hispanos, nos hace
ver que no puede medirse con un solo patrón la talla de aquellos.
Siendo el autor de este trabajo originario de Teapa, aprovecha la oca-
sión para lamentar que en Teapa no exista un lugar, calle, jardín ó sitio
público, que lleve el nombre de aquel valiente soldado é historiador.
240.—TEcoLPÁ (rancho, en la Municipalidad de Montecristo).
—“Donde milpean en mancomún.”—“Te-col-pac” (de te,
lugar; col, milpear, sembrar milpa; y pac, juntamente, en
tropa).—Maya. - :
Mem. Soc. Alsate. México. T. 29. (1909-1910) —20
154 MARCOS E, BECERRA
241, —TECOMAJIACA (barrio de la ciudad de Teapa, antes pue-
blo de Tecomajiaca).-—“Lugar de las máscaras de teco-
mate.”— “Tecoma-shayaca-c” (de tecomatl, tecomate,
cierto utensilio como vasija; shayacatl, máscara ó adorno
de la cara; y c, terminación toponímica).—Mejicano.
Bernal Díaz dice en un pasaje Tecomayacate, pero en otro dice Tecoma-
jayaca. En las “Relaciones” dice Tecomariaca.
En Tabasco los tecomates se fabrican del epicarpo del fruto de la plan-
ta llamada jícaro (crescencia cujete, Lin., Bignoniáceas).
249,—TECOMINUACÁN (pueblo, en la Municipalidad de Hui-
manguillo).—“Lugar en donde hay cazadores de fieras.”
“Tecua-min-ua—-can” (de tecuani, fiera; mina, cazar; ua,
partícula que denota haber ó tener; y can, terminación
toponímica).—Mejicano.
243.—TECOLUTA (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuca).
“En donde abundan los tecolotes.”—“Tecolo-tla” (de
tecolotl, tecolote, cierta ave nocturna; y tla, colectivo).—
Mejicano,
*244 —TECOLUTILLA (pueblo, en la Municipalidad de Comal-
calco). —Diminutivo castellano de Tecoluta (véase).
-
245.—TECPATE (arroyo, afluente izquierdo del río Ixtacomi-
tán, en la Municipalidad del Centro).—“Lugar de peder-
nales ”—“Tecpatl” (de tecpatl, pedernal).—Mejicano.
246.—TENOSIQUE (villa, cabecera de la Municipalidad de su
nombre).—“Casa del deshilador, ó del hilandero.”—“Ta-
na-tsiic” (de tana, casa, habitación, morada; y tsitc, deshe-
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASOO. 155
ME
brar, deshilar, contar hilos).—Maya (véase “Zagoatez-
pan”).
El significado de esta palabra nos da la clave para identificar un punto
del itinerario de Cortés á su paso por estas regiones, pues dicho significa-
do es el mismo que el de la palabra mejicana Zagoatezpan (Tsaua-tecpan)
con que el Conquistador designa á una población ubicada en las márgenes
del río Usumacinta.
247. —TEPETITÁN (pueblo, en la Municipalidad de Macuspa-
na).—“Entre los cerros. ”—“Tepe-—titlán” (de tepetl, ce-
rro; y titlan, entre).—Mejicano.
El primitivo Tepetitlán estuyo en sitio distinto del actual, junto á la
sierra, según lo dice Hernán Cortés.
248. —TEPECENTILA (pueblo ya extinguido, y arroyo, en la Mu-
nicipalidad de Macuspana).—“Ladera del cerro.”—“Te-
pe-tsintla” (de fepetl, cerro; y tsintla, ladera).—Mejicano.
*249.—TEQUILA (vecindario, en la Municipalidad de Jalpa).—
“Lugar de tributos.”—“Tequi-lan” (de teguitl, tributo; y
lan, terminación toponímica).—Mejicano.
250.—TILAPA (punta, en la laguna de Mecoacán).—“Ribera
del agua negra ”—“Tlil-apan” (de tliltic, negro; y apan,
sobre el agua).—Mejicano.
251.—ToNará (río, en el límite de Huimanguillo con el Esta-
do de Veracruz).—“Lugar de calor.”—“Tona-lan” (de
tonali, calor; y lan, terminación toponímica).—Mejicano.
252.—Tucra (pueblo, en la Municipalidad de Nacajuea).—
“Donde abundan los sembrados.” —“Tuc-tla” (de toctls,
sembrado; y tla, colectivo).—Mejicano.
156 marcos E. BECERRA,
253.—TULACAL (rancho, en la Municipalidad de Tenosique).
—“Lugar lleno de ciénagas ó lagunetas.”—“Tul-aakal”
(de tul, lleno, repleto; y aakal, laguneta, aguaje, ciénaga).
—Maya.
*254,—TULAR (arroyo, en las Municipalidades de Cárdenas,
Cunduacán, Comalealeo y Paraíso). —Colectivo castella-
no, derivado del aztequismo tule, en mejicano tulin, nom-
bre de diversas plantas palustres ó acuáticas.
255.—TuLuÁ (río, en la Municipalidad de Macuspana).—“Río
que se desbordaba ó rebosaba.”—“Tuli-já” (de tuli, pret.
de tul, rebosar, desbordar; y já, agua).—Maya.
256.—ULAPA (pueblo de la Chontalpa, ya extinguido, próximo
á la costa). —“Ribera del agua negra. ”—“Ul-apan” (de
uli ú olin, hule; y apan, sobre el agua). —Mejicano.
El sustantivo olín se emplea metafóricamente para dar idea de la cua-
lidad de lo negro, como en la palabra ulcvate (ul-coatl, culebra prieta). En
los pictoglifos se representa el hule (el látex, no la planta) con una man-
cha negra. Tal vez el lugar llamado actualmente Tilapa (con igual signifi-
cación) sea el antiguo Ulapa.
257.—USUMACINTA (río, en las Municipalidades de Tenosique,
Balancan, Montecristo y Jonuta, y pueblo en la de Te-
nosique).—“Lugar de monitos.”—“Osoma-tsin=tla” (de
osomatl, mono; tsintli, diminutivo; y tla, colectivo).—Me-
jicano.
*258.—XOTAL Ó CHOTAL (arroyo, afluente del río San Pedro,
y rancho en la Municipalidad de Tenosique; arroyo,
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 157
afluente del río Chacamás, en la de Montecristo, y ve-
cindario, en la de Jalapa). —Colectivo castellano, deriva-
do de shote, nombre de cierto caracol fluvial.—Del me-
jicano? : a
Parece que la palabra shote tiene una área de dispersión bastante ex-
tensa, pues lo mismo en Costa Rica (Gagini.—““Diccionario de Barbaris-
mos y Provincialismos de Costa Rica”) que en el Salvador y en Honduras
(Membreno.—“Nombres Geográficos de la República del Salvador” y ““Az-
tequismos de Honduras”) se usa la palabra castellanizada jute (shute), signi-
ficando cierto “molusco fluvial en forma de caracol.” El señor Membreño
le atribuye un origen mejicano á la palabra, suponiendo que venga de shotl,
pie, á causa de no tener más que un pie dicho molusco. La cireunstancia
de existir el nombre Jutiapa (Jute-apun, Shute-apan, Shote- apun), corres-
pondiente á un río del Salvador, y la de haber ese molusco en sus aguas,
dan una gran probabilidad á la opinión del señor Membreño, de que dicha
palabra es de origen mejicano. Nos parece, sin embargo, que, al serlo, y al
provenir de shotl, como él supone, esta palabra s/hute ó shote, necesita, foné-
tica y lógicamente, tener algún elemento además del que significa pie. Lo
aclararemos. ,
Fonéticamente, shotl, ó shutl, no sería suficiente más que para consti-
tuir alguna de estas formas del nombre: Jutlapan (Shutl-apan), Jutapan
(Shut-apan), Suapan (Shu-apan). Esta última manera de composición se
ve en shopili (sho-pili, dedo del pie), shocpali (sho-cpalr, planta del pie), sho-
temol (sho-temol, cojo del pie). Cuando shute se conserva íntegro en Jutea-
pan, es ello, de seguro, porque hay algo más que shotl en esa primera par-
te de su composición.
Lógicamente, para denominar al animal es necesario poner algo más
que la idea de *pie;” algo más que determine la particularidad del animal
con respecto á este órgano, supuesto que los mejicanos erau maestros en
sus denominaciones. '
La palabra shvute podria venir de los elementos mejicanos shotl (pie) é
utetl (barriza ó vientre), Shoitetl, que, por absorción de la i, se ha conver-
tido en shotetl, castellanizada en shute, y cuya significación es exactamente
igual á la de la palabra gasterópodos (yuster, estómago, y podós, pies) con
que la Zoología designa estos moluscos.
De no tener origen mejicano la palabra shote, podría tenerlo maya, de
shot, “pellizcar, cortar,” por la práctica indispensable de cortar la punta de
la concha para poder sacarlo por succión al comerlo, ó, bien, de chot, ““tor-
158 MARCOS E, BEOERRA.
cer, como hacen á la ropa para exprimirla,” porla forma típica de estos mo-
luscos,
En Veracruz y en Tamaulipas se conoce bajo el nombre chote el fruto
llamado en otras partes cuajilote (parmentiera edulis, D. C., Bignoniácéas).
Probablemente sea, también, de origen maya esta palabra. y su significado
aluda á la forma de estrías retorcidas que afecta la superficie del fruto indi;
cado.
259.— Y ASTUNTJÁ (arroyo, afluente del río Usumacinta, en la
Municipalidad de Tenosique).—“A gua de las piedras ver-
diosas.”—“Y ash-tuni-3á” (deyaash, verde; tunich, piedra;
y já, agua).—Maya.
260.—YAXCHILÁN (paso sobre el río Usumacinta, arriba de las
ruinas de “Menché,” en la Municipalidad de Tenosique).
—“Límite primitivo. ”—“Y ash-tsilan” (de yaash, ó yash,
primero, antes; y tsilaan, pp. de tsil, dividir tiempos, ca-
minos, etc.) —Maya.
M. de Charnay (“Les anciennes villes du Noveau Monde;” pág. 370—
380) menciona bajo el nombre de Faxchilán un arroyo (cuya dirección no
expresa) á la margen derecha del río Usumacinta, y bajo el de Yalchilán
el paso de que trata este artículo. En la carta de Tabasco del Profesor Don
Alberto Correa, formada sobre la base de otra muy incompleta que formó
(con motivo de comisión oficial) el Lic. Don Adolfo Alomía, figura un arro-
yo llamado Yaxchilán como afluente izquierdo del río San Pedro, que es, á
su vez, afluente derecho del citado Usumacinta. Por último, en la carta
del Sr. García Cubas, formada con motivo de la, hoy definitivamente termi-
nada, cuestión de límites con Guatemala, se ven con el mismo nombre de
Yaxchilán dos arroyos, uno que afluye en el Usumacinta y otro que desem-
boca en el San Pedro.
Como se ve, la determinación de cuál era el verdadero Faxchilán no es
cosa fácil, tratándose de referir la denominación á una dada corriente de
agua. Esa dificultad proviene, á nuestro juicio, de que realmente el nombre
no se aplicaba á una sola cosa sino á varios de los puntos señalados en la
primitiva línea con Guatemala, pues debe recordarse que, en cuantas cues-
tiones se suscitaron por entonces entre ambos países, se invocó á Yaxchil-
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 159
lán como límite tradicional. La interpretación que damos á esta palabra
nos aclara tal punto.
Actualmente, carece de importancia para nosotros el saber que, efee-
tivamente, hay dos arroyos que llevan el nombre de Yaxchilán ó Yalchi-
lán, uno que sale al San Pedro y otro al Usumacinta. Esos puntos de nues-
tros antiguos límites han sido substituídos por líneas geográficas naturales
más precisas, aunque por ellas hemos perdido, pues el arroyo de que nos ha-
bla Charnay, que era el más avanzado sobre nuestro país, ha quedado in-
ternado en territorio guatemalteco.
Sin duda por la proximidad á tales antiguos puntos se ha dado el nom-
bre de Faxchilán á las ruinas de Menché (véase).
261.—YAXUM (laguna y arroyo, afluentes derechos del río La-
camtún, en la Municipalidad de Tenosique).—Nombre
de cierta planta de follaje muy verde.—“Yash-uw” (de
yash, verde; y um, contorno, en derredor).—Maya.
262.—YOLOSHO"HIL (vecindario, en la Municipalidad de Cun-
duacán).—Aztequismo derivado de yoloshochitl, nombre
de cierta planta (talauwma mexicana, Don., Magnoliáceas).
263.—YOoMEL (hacienda, en la Municipalidad de Balancán).—
“Comarca quemada. ”—“Yum-el” (de yum, al rededor,
en contorno, á la redonda; y el, quemar).—Maya.
264.—ZAGUATÁN Ó ZAGUATLÁN (región antigua, formada por
las actuales poblaciones de Jalapa, Jaguacapa y Asta-
pa).—“Lugar de hilanderos ó hiladores.”—“Tsaua-tlan”
(de tsauani, hilandero ó hilador; y tlanm, terminación co-
lectivo-toponímica).—Mejicano.
Nuestros escritores han confundido el nombre de Zaguatlán con el de
otra región, también de Tabasco, Cimatlán, creyendo que este nombre es
una corrupción ó variante del primero, y que ambos corresponden á lo que
160 MArcos E. BECERRA.
fué el pueblo de Santiago-Cimatlán y que hoy es un barrio de la ciudad de
Cunduacán. De este error ha resultado que se erea que Cortés pasó por
Cunduacán, al ir á Hibueras.
Una lectura algo detenida de varios pasajes de la “Historia Verdade-
ra” de Bernal Díaz bastan, sin embargo, para desengañarnos de este error.
En primer lugar, se ve que Cimatlán, ó los Cimatanes. como dice el histo-
riador expresado, era comarca demasiado conocida por él. y que si hubiera
querido mencionarlo cuando, en su relato de la expedición aquella, habla
de Zaguatlán, lo habría precisado, pues, como hemos dicho al tratar de Ci-
matán (véase), los cimatecas le habían dado motivo para recordarlos. En
segundo lugar, por el mismo Bernal se sabe que, mientras Cortés avanzaba
sor la costa hacia los Cupileos, en aquella expedición, Bernal Díaz marcha-
ba por el interior, ó se adelantaba, hacia Cimatlán, á tomar alojamiento,
saliendo luego á incorporarse á Cortés antes de que éste llegara á Cupilco,
de modo que á Nacajuca ya llegó junto con él. Todavía más adelante eru-
zóse el río Quetzalapa (río Grijalva). y es, por consiguiente. absurdo su-
poner que, yendo hacia el Usumacinta como iban, llegaran á Cunduacán,
que ya queda muy atrás. En tercer lugar, los Zaguatanes estaban á la ori-
Ma del río Quetzalapa, por el cual subieron hasta allí canoas que venían de
Santa María de la Victoria y de Teapa y Tecomajiaca, cosa que se explica
fácilmente, tratándose de Jalapa. Jaguacapa y Astapa. pero que no podría
comprenderse si se tratara de Cunduacán. Bernal Díaz menciona las ca-
noas venidas de Teapa y Tecomajiaca, y no pudo haberse equivocado en
tal respecto porque eran, como hemos dicho en otro lugar, pueblos de su
encomienda en donde él había estado-ya (véase “Teapa”). Por último, Cor-
tés en su carta á Carlos V. dice que desde la población de Zaguatlán en que
estuvo se divisaba una sierra como á diez leguas de allí, junto á las cuales
quedaba la principal población de Chilapa, que era la región á donde se di-
rigían. Tal circunstancia geográfica resulta fácil de identificar desde Jala-
pa, Jaguacapa ó Astapa, ó desde algún punto próximo á estas poblaciones,
pero es imposible hacerlo desde Cunduacán ó algún punto cercano á esta
otra población.
Cortés dice que la población en que él estuvo estaba dividida por un
río, cosa que corrobora Bernal Díaz, y que el barrio más chico, que fué el
único que conoció, por no haber podido eruzar á los que quedaban del otro
lado, tenía más de doscientas casas. Según las “Relaciones,” los tres Za-
guatanes estaban “juntos el uno del otro,” de lo cual se infiere que lo
que Cortés juzgó un barrio era en realidad una de las tres poblaciones, y
que tal ubicación no había variado aún en 1579, fecha de dichas “Relacio-
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADI) DE TABASCO. 161
nes.” En el mapá que acompaña á éstas se ven los tres nombres escritos
hacia la punta ó península que forman, al confiuír, los ríos de Teapa y Ta-
cotalpa. Como actualmente están, Jalapa, Jaguacapa y Astapa, notablemen-
te separadas, se comprende que han sido cambiadas de lugar, y no podría-
mos señalar su precisa ubicación antigua, pero por los datos oro-hidrográ-
ficos ya aducidos, creemos que no será difícil identificarla más tarde.
265.—ZAGOATEZPAN (nombre de una población antigua, á la
margen del río Usumacinta).—“Palacio de hilanderos,
ó hiladores.”—“Tsaua-tecpan” (de fsauani, hilador ó hi-
landero; y tecpan, palacio).—Mejicano.
Según puede verse en el relato de Hernán Cortés, con respecto al via-
je á las Bibueras, Zagoatezpan quedaba río arriba del pueblo de Ozuma-
zintlan (hoy Usumacinta) y río abajo del de Petenecté (hoy desaparecido).
Cogolludo que habla de estas dos poblaciones, con motivo de la misión re-
ligiosa á Nohháa, cita 4 Tenosique entre ambas. Esta circunstancia, así
como la identidad de significados de ambos nombres, Tenosique y Zagoa-
tezpan, prueba que se trata de una misma población, con dos nombres dis-
tintos, uno maya, actual, y otro mejicano, antiguo, consignado por el Con-
quistador.
266.—ZAPOTE (hacienda, en la Municipalidad de Cárdenas,
ranchos, en la del Centro y Balancán, y vecindario, en la
de Nacajuca).—Aztequismo, derivado de tsapotl, nombre
de cierta planta (lucumma mammosa, Gaertn. fil., Sapotá-
ceas).
267.—ZUMPANGO (arroyo, afluente del río González, en la Mu-
nicipalidad de Nacajuca).—'“ Lugar de colorines.”—
“Tsompan-co” (de tsompantli, colorín; y co, terminación
toponímica). —Mejicano,
Háblase de las simientes ó frijolitos rojos de la llamada madre de ca-
cao ó madre chontal (erythrina coralloides, DC., Leguminosas).
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—21
162 Marcos E, BECERBA
APENDICE.
268.—AZUM (arroyo, afluente izquierdo del río Lacamtún, en
la Municipalidad de Tenosique). — “Arroyo de cauce es-
trecho. ”—“A-zuwm” (de a, agua; y sum, estrecho, apre-
tado).—Maya.
*269.—CARIBE (laguna y arroyo, en la Municipalidad de Jo-
nuta).—Americanismo que se aplica, corruptivamente,
como gentilicio á los indios lacandones (véase “Lacam-
tún”).
Los indios caribes eran, propiamente, sólo los habitantes de la comar-
ca llamada Caribana, en la América del Sur, gente de índole bárbara é in-
dómita, según se infiere de los relatos de los primeros descubridores y con-
quistadores, pero después se hizo extensiva la denominación de “caribes,”
“comedores de carne humana,” “infieles,” “apóstatas,” á todos aquellos
nativos que lograron por algún tiempo mantenerse libres de la sujeción á
los europeos, y por eso se dió tal nombre á los lacandones. En Alcedo
(Dicc. Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales.”—Madrid.— 1739.
Tomo 1,) se lee: “Caribes, Nación bárbara de Indios feroces, comedores de
son los más crueles que infestan los Pueblos de las Misiones del río Orino-
co, y los mismos que también llaman Galibis: . ... el nombre de Caribes no
sólo se da á éstos y á los de las Antillas sino á los demás bárbaros que co-
men carne humana.”—“Caribana, País grande llamado hoy Guayana Mari-
tinia (Marítima?) ó Nueva Andulucía Austral, se extiende desde la boca
del río Orinoco hasta la del Marañón. ..?
*270.—CARIBAL (diversos parajes habitados por indios lacan-
dones, en la Municipalidad de Tenosique).—Colectivo
castellano, derivado del americanismo caribe (véase).
dida ARE
NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO. 163
*271.—CHAYOTAL (isla del río Lacamtún, en la Municipalidad
de Tenosique). — Colectivo castellano, del aztequismo
chayote, en mejicano chayutli, cierto fruto (sechiuwm edule,
Sw., Cucurbitáceas).
272.—CHUMCHEJÉ (paraje, en la Municipalidad de Tenosique).
—““Donde roen ó minan los chejés.”—“Chum-chejé” (de
chum, ó chúrum, roer, minar; y chejé, cierta ave).—Maya.
El chejé es el picus scalaris, Wagler, de los Pícidos, según el Señor Ro-
virosa.
273.—CHINCHIL (arroyo, afluente izquierdo del río Chacamás,
en la Municipalidad de Tenosique). —“Troje 6 granero
de maíz."—““Shim-chil” (de shim, maíz; y chil, troje ó gra-
nero).—Maya.
*274.—GOGUAL (hacienda, en la Municipalidad de Jalapa).
—Colectivo castellano, derivado de gogo, goco, ó guoguo,
nombre de cierta planta (salasia elliptica, Pery, Celastrí-
neas).—Filipino?
275. -IxcÁn (río, afluente derecho del Lacamtún, en la Muni-
cipalidad de Tenosique).—“Lugar fuertemente frío.”—
“Tts-kan” (de its, frío, helado, fresco; y han, fuertemen-
te, reciamente).—Maya.
276.—JAYAQUÉN (arroyo, afluente izquierdo del río Usuma-
cinta, en la Municipalidad de Tenosique). —“Arroyo que
se extiende en su asiento.”—“Jay—-aken” (de jay, ancho,
extendido, tendido; y aken, asentado, colocado).—Maya.
*277.—JÍCARO (arroyo, boy desecado, que cruzaba la ciudad
164 mMARcos E. BECERRA.
de San Juan Bautista).—Aztequismo, nombre del árbol
que produce las jícaras ó tecomates, derivado de shicali
(véase “Jicalango”).
278.—JIJIPÁ (arroyo, afluente izquierdo del río Usumacinta,
en la Municipalidad de Tenosique). —“A guada de los ga-
vilanes.”—“Jii—páa” (de j¿i, gavilán; y páa, aguada, es-
tanque).—Maya.
*279.—JOLOCHERO (isla del río Lacamtún, en la Municipalidad
de Tenosique). — Colectivo castellano, derivado del ma
yismo joloche, en maya joloch, la bráctea de la mazorca
del maíz.
280.—MURE (manantial y arroyo, en la ciudad de Teapa).—
Tsoque?
En tsoque “manantial” se dice muta, y “Mmanar agua” mui-pa.
*281.—MUSTAL (barrio de la ciudad Capital del Estado).—Co-
lectivo castellano derivado de musté, nombre maya de
cierta planta (clerodendron ligustrinum, R. Br., Verbe-
náceas).
282.—PUJUM (arroyo, afluente izquierdo del Usumacinta, en la
Municipalidad de Jonuta).—“Rodeado de espadañas ó
eneas.”—“Puj-um” (de puj, enea ó espadaña, cierta plan-
ta; y um, rodeado).—Maya.
283.—SANES (arroyo, afluente derecho del río Blanquillo, en
la Municipalidad de Teapa).—Plural castellano del tso-
que tsan, gusano.
El P. Sánchez, en su “Gramática de la Lengua Zoque,” dice que tzan es
culebra y tzuguin gusano, pero Grasserie, en su “Langue Zoque et Langue
Mixe” trae la palabra tzan como equivalente de gusano. Nuestra opinión es
NoMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABAECO, 165
también esta última, pues la palabra poatsán, que se aplica como nombre á
cierta larva de mariposa, quiere decir “gusano del jolosín ó jonote” (véase
“Jonuta”), de los elementos tsoques poa, ““jolosín ó jonote,” y tsan, gusano.
284. —TUTUNIJÁ (arroyo, afluente izquierdo del Polevá, en la
Municipalidad de Tenosique). —“Piedra en el agua. ”—
“Tu-—tunich-3á” (de tu, en; tunich, piedra; y ja, agua).—
Maya
*285.—ZENDALES (río, afluente del Pedregal, en la Municipali-
dad de Tenosique).—Plural castellano, del mayismo zen-
dal, en maya tsental, gentilicio aplicado á ciertas gentes
de filiación maya, y que significa “apaciguado” (de tsem,
apaciguar, calmar, y tal, posfijo de participio pasivo).
RESUMEXN-.
Nombres mejicanos, originales ó ligeramente variados . 143
Nombres castellanos, derivados de la lengua mejicana... 18
Nombres mayas, originales ó ligeramente variados... .. 76
Nombres castellanos, derivados de la lengua maya.....- 5
Nombres tsoques, originales ó ligeramente variados.... 20
Nombres castellanos, derivados de la lengua tsoque-- - 1
Nombres de otras diversas lenguas, y derivados de éstas. 12
Nombres de origen lingúístico dudoso. ....... IO,
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NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO, 167
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NOMBRES GEOGRÁFICOS DEL ESTADO DE TABASCO,
171
Corrección de erratas y errores notables.
Página. Línea.
69 4
ER 9
1 009
74 18
82 7
83 12-13
84 19
95 10
95 31
104 17
107 7
108 1
109 10
110 5-6
112 25
112 30
122 1819
124 25
126 7
145 10
148 26
153 20
158 19
Errata ó Error.
de lugares
Champolión
Palenke
que ha hecho
en ellos
gueso, gueco, guipil
derecho
Championet
Palenke
“Chan-choo”
chili
color
“escobas grandes”
Fray Margil
pihoy
buasuma
macuilishtli
Chllapa
eordia
SFJÁ
Tauashcol
como á los esclavos
á la margen
Corrección.
de lugar
Champollion
Palenque
ha hecho
en ello
gúeso, gúeco, gúipil
izquierdo
Championnet
Palenque
“Chaa-choo”
chila
calor
“escoba grande”
Fray Antonio Margil
pixoy
uasuma
macuilishtli
Chilapa
cordia
SEJÁ
Tauashco
como á esclavos
hacia la margen
Los nombres AMATAL, CAMPECHE y CHAPULTEPEC, cabezas
de artículo, deben ir señalados con asterisco.
yl st f e
SOCIÉTE SCIENTIFIQUE ''ANTONIO «ALZATE.” MÉMOTRES, T. 27. * 173
LA' LUCHA DEL ESTOMAGO CON EL INTESTINO,
POR EL DR.
ALEJANDRO M, DEL CAMPO, M, $, A.
Sed sobrios y vivireis sanos, dice un proloquio mas 'antiguo
que la Biblia y los transgresores de este hiziénico precepto
provocan un conflicto entre su estómago é intestino que se tra-
duce por empanzamiento, acideces, contracciones dolorosas
del estómago y otros transtornos nerviosos del trisplágnico y
de pneumogástrico.
; La sensación del hambre parte de la mucosa gástrica, Jle-
ga al centro cerebro espinal por el pneumogástrico y se refle-
ja por el trisplágnico para convertirse en movimiento.
El pneumo gástrico es el encargado de gritar tengo hambre
y si nosotros acudimos con el alimento, lo calmaremos; pero
podemos equivocarnos de dos maneras: 1? dándole mas de lo
que necesita para la satisfacción precisa de su necesidad ó 22,
ingiriendo alimentos que lo estimulen demasiado: licores espi-
rituosos, alimentos condimentados con exageración.
Este nervio es el encargado de estimular las glándulas se-
eretoras del jugo gástrico, líquido ácido, que convierte los ali-
mentos nitrogenados; carne, leche, etc., en peptonas.
La digestión estomacal se opera pues en un medio ácido
y este medio puede hacerse excecivamente ácido por exceso de es-
tímulo, proveniente de exceso de alimentos ó exceso de condi-
mentos.
=> E PA
174 * ALEJANDRO M. DEL CAMPO.
A la digestión intestinal concurren tres jugos alcalinos:
bilis, jugo pancreático é intestinal que digieren las grasas y
las féculas, emulsionando á las primeras y transformando á las
segundas en d-xtrina y luego en glucosa. No hay que olvidar
que esto se verifica en un medio alcalino.
Lo dicho, por lo que ve á la parte química de la digestión,
que se ej=cuta bajo la presidencia del pneumogástrico; pero
falta la parte mecánica, encomendada al trisplágnico, que la
favorece por los movimientos peristálticos y antiperistálticos
del tuto digestivo, con los cuales logra también expulsar el
residuo dejando expedita la vía para la siguiente labor,
El duodeno, que es el vertedero de la bilis y del panereas,
tiene una sensibilidad exquisita; pero es tol+rante con los al-
calis é intolerante con los ácidos. Además, es el encargado de
abrir ó cerrar la puerta inferior del estómago—el píloro—de
la cual conserva la llave.
Un estómago repleto de alimentos es como una matriz
ocupada por el producto de la concepción, con las diferencias
de que el estómago tiene que verificar su parto pocas horas
después de ocupado y la matriz á los nueve meses y de que el
primero, en el estado sano, expulsa sin dolores y la segunda
casi nunca se libra de ellos.
Pero el estómago tiene á veces sus partos dolorosos y se
presentan también sus casos de distocia. Y como hay un por-
tero intolerante que en echando la llave provoca un conflicto,
hay que estudiarle el genio para no exarperarle y tenerle grato.
Un estómago no se vacía de golpe sino por pequeñas por-
ciones es expulsada una parte del qunimo ácido, el duodeno
percibe esta acidez, se exita y provoca una contracción del pí-
loro y la puerta queda cerrada; pero luego acuden la bilis, el
jugo pancreático é intestinal para neutralizar con su alealini-
dad esta acidez; entonces el duodeno cesa de ser exitado y de
nuevo abre la puerta. Llega una segunda porción de líquido
ácido, segunda exitación, segunda clausura, segundo fujo de
LA LUCHA DEL ESTOMAGO CON EL INTESTINO. 175
líquidos alcalinos, segunda nentralización, calma subsecuente
del duodeno, ausencia del reflejo trisplágnico, apertura del pí-
loro y repetición sucesiva de los fenómenos de la serie.
Pero cuando por exceso de acidez ó por exceso de alimen-
tos, los jugos alcalinos se agotan por mayor gasto que el re-
querido para una digestión norma); ¿qué sucederá? Q 10 el duo-
deno, para no sufrir la acción del líyuido quemante, cerrará
la puerta y el estómago seguirá repleto, hasta que el hígado
y el pancreas, con un trabajo extraordinario, elaboren nuevas
cautidades de líquidos alcalinos. Y si en el entre tanto, el es-
tómago, de ordinario to'erante con los ácidos, seirrita y se ha-
ce sensible hasta el dolor, protestará contra su contenido y
tratará de expulsarlo por medio de contracciones exageradas
y dolorosas; pero la puerta está cerrada y he aquí el caso de
distocia.
Alguna vez sucederá que no pudiendo hacerse la expul-
sión por abajo se haga por arriba y se produzca el vómito, pre-
cedido de palidez, enfriamiento, sudores y estado sineopal, pro-
pio de la nausea, efectos todos de los reflejos trisp'ágnicos.
Otras veces el vértigo estomacal será el resultado, con ó
sin palpitaciones, ó bien la modorra con sus entorpecimientos
y regúrllos.
En las crisis dolorosas, pronto es llamado el médico y en
tal conflicto, la terapéutica que este siga puede ser de dos ma-
neras: etiocrática ó sintomática. La primera es la mas racio-
nal, por que, quitada la causa se quita el efecto. La segunda
tendría por objeto calmar, por medio do los narcóticos, el sín-
toma mas molesto, el dolor; pero esto se consigue también su-
primiendo la hiperacidez por medio de los alcalinos.
Yo asocio, con muy buen éxito, tres carbonatos: de sodio,
de magnesio y de calcio con 10 gotas de amoniaco, en una: po-
ción aromatizada con alcohalado de hinojo, para tomar en eu-
charadas cada cuarto de hora, hasta dominar el conflicto.
Para prevenir los siguientes accesos dolorosos se necesi-
176 ALEJANDRO M, DEL CAMPo.—LA LUCHA DEL ESTUMAGO CON EL INTESTINO.
tan medidas higiénicas y terapéuticas: Las primeras consis-
ten: 12 en la abstinencia por las horas restantes del día, ó ca-
taplasma de hambre como yo la llamo; 2? en imponer el révimen
lacto-vegetariano mientras desaparece la susceptibilidad dolo-
rosa, á fin de no hacer trabajar mucho al órgano enfermo: 3?
después se permite el régimen mixto: carne cocida y por úl-
timo asados, todo con legumbres verdas y sopicaldos. >
Nada de licores, á título de aperitivos, nada de chile, ni
especies aromáticas, ni vinos de mesa, que exageran la hiper-
clorhidría.
Como medios terapénticos, habrá que dar al enfermo el
tricarbonato, dos horas después de las comidas, hora en que
generalmente prende el dolor ó antes si comienza, por que no
hay que dejarlo crecer. dad
En los casos rebeldes es muy conveniente calmar la con-
gestión de la mucosa, antes de la ingestión de los alimentos,
para lo cual es muy útil el condurango: 10 gotas de extracto
fluido media hora ant=s de cada alimento.
La asociación de la morfina, cocaina y belladona debe re-
servarse para los casos que no hayan sido dominados con los
remedios anteriores; pues los recientes casi nunca requieren
este supremo recurso.
La Higiene, como en todo, debe ser la preferida, por que
vale más precaver que enrar, y el mejor de todos los preven-
tivos es la observancia del precepto: “sed sobrios y vivireis sa-
mos”
Lagos, Septiembre 29 de 1909,
SOCIETÉ SCIKNTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 29. 177
SINTESIS TEORICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEOROS,
» CINCO AÑOS DE OBSERVACIÓN,
POR EL PBRO.
SEVERO DIAZ, M. $. A,,
Director del Observatorio del Seminario Conciliar de Guadalajara.
Trabajo presentado en la sesión del 4 de Octubre de 1909,
en la que bajo la presidencia
del Señor General Don Porfirio Díaz, Presidente de la República,
celebró la Sociedad el 25? aniversario de su fundación.
La ley que en México, lo mismo que en todo el mundo,
preside al desenvolvimiento de los fenómenos de la atmósfe-
ra, es la que vacilante aún exponía en el Primer Congreso Me-
teorológico Nacional, celebrado en esa ciudad en noviembre
de 1900: la ley de la Coexistencia de los valores extremos de los
diferentes elementos de observación meteorológica. En ese
estudio refería cómo, en invierno, las mínimas de temperatu-
ra coexistían siempre con las bajas de la presión, las que si
eran suficientemente profundas venían acompañadas de llu-
vias menudas y penetrantes, tan características de nuestros
elimas. Los calores de estío se normaban siempre por las al-
Mem. Soo. Alzate. México T. 20. (1909-1910)—23
178 SEVERO DÍAZ.
tas presiones; y las lluvias estivales, que por su importancia
no solo presentan interés científico, sino principalmente eco-
nómieo, pues deciden para nosotros el problema de las cose-
chas anuales, se regularizaban siempre por las variaciones de
la presión, siguiendo una especie de cielo que ameritaba un:
estudio minucioso y profundo. Exponía además otros no me-
nos curiosos ó importantes hechos de muy notables coinciden-
cias, en lo referente al período otoñal.
Posteriormente á esto publiqué unos “Estudios de Meteo-
rología Mexicana” en dond» me extendía un poco más sobre
estas mismas coincidencias, señalando muy pormenorizada-
mente, y según el orden cronológico de nuestro año meteoro-
lógico, estas mismas coexistencias, estudiando hasta algunas
de sus causas; pero sin hacer el desarrollo científico de mis
presunciones, dejando para ulteriores tiempos la ampliación
de este que considero como fecundo pensamiento.
No se me olvida, y aún estoy gratamente impresionado por
la favorable acogida que esta Sociedad “Alzate” dispensó á la
primera demostración de estos mis particulares modos de ver
en nuestros fenómenos meteorológicos, cuando probé fotográ-
ficamente, si we es permitido hablar así, la verdad de lo que he
llamado temporales de invierno, que en realidad son los fenó-
menos más previsibles de todos los de la atmósfera y los úni-
cos que hasta el presente se sujetan á una ley de matemática
precisión en el seno de la movible y desesperante sucesión de
meteoros: en esto influye, es cierto, un dato enteramente lo-
cal y por lo mismo aplicable á sólo nuestro territorio, cual es
la forma especial de él y su situación con relación á los cen-
tros de acción meteorológica en los E. U., lo que reduce mu-
cho su aplicación á la Meteorología general; pero es algo de
regla en lo que hasta el presente no parecía tenerla y por esto
me he congratulado en exponerla y lleva mi entusiasmo en
medio de mis muy estimables consocios.
- SÍNTESIS TEÓRICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEOROS. 179
Si pues, es un hecho que existe algo regularizable en la at-
mósfera, y además que, según nos lo hacen presumir estos pri-
meros resultados, estamos en el camino que verosímilmente á
ello conduce, me he animado á proseguir en este sendero ya
parcialmente fecundo, y ereo que he llezado ya á dar un paso
más, no ya para establecer un hecho aislado, sino más bien en
el sentido de edificar la verdadera teoría de nuestros meteo-
ros, facilísima en verdad á causa de los adelantos presentes de
la Meteorología.
Muchas veces he hecho para mí este raciocinio: si dos me-
teoros coexisten invariablemente, es claro que si uno de ellos
es dinámico, es decir, se enlaza con las cansas que hacen mo-
ver el aire, puede muy bien ser este causa del otro; luego solo
nos queda estudiar algo para establecer entre ellos la tal cla-
sificación, que una vez realizada, nos conducirá indefectible-
mente á dar la más-completa y satisfactoria explicación del
meteoro desconocido. Ahora bien, encontrada la explicación
se tiene la base más firme para proceder á lo que constituye
el ideal de la Meteorología, á saber, la previsión. El verdade-
ro trabajo pues, del meteorólogo en la actualidad, es identificar
los hechos que observa con las más probables causas que se co-
nocen influyen en la atmósfera y establecer las más seguras
correlaciones: después vendrá indefectiblemente la ley de su-
cesión que es en realidad la previsión.
El barómetro, he aquí el aparato por excelencia de la Me-
teorología. Los encargados de observarle diariamente están
perfectamente enterados de que en nuestros climas, este apa-
rato marcha con una pasmosa regularidad de modo que casi
nunca desobedece las leyes estrictas de su variación diurna:
siempre está en alta y en baja á las horas trópicas del día: ra-
= rísimo es aquel día en que hay una subida extraordinaria en
los intervalos de dichas horas, lo que acontece sólo en los mo-
mentos críticos de las tempestades estivales que ordinaria-
180 SEVERO Diaz.
mente son entre cuatro, tres ó dos de la tarde. ¿Cuáles la ra-
zón de este hecho que nos separa profundamente de los climas
templados de la tierra en donde hay subidas y bajadas extra-
ordinarias de la presión, á la entrada de los temporales, en
todo el año? Pues precisamente esta es la causa de tal fenó-
meno: la lejanía en que nos encontramos de los centros per-
turbadores de la presión.
En una región en donde el barómetro solo obedece á la
acción que en el momento actual está con más preponderan-
cia sobre de él y en que la acción perturbadora pasa á milla-
res de kilómetros de distancia, es más seguro que se obedezca
á la primera y se nulifique casi la segunda: no es el período
diurno el más á propósito para descubrir la acción lejana de
los centros perturbadores de la presión: lo único que se puede
observar es que á la primera aproximación de estos centros la
mínima ó la máxima del día se hacen más ó menos profundas,
se debilita ó amplía la oscilación, pero nunca se extenderá su
perturbación á destruír totalmente aquella máxima ó mínima.
Tales son los hechos que la observación recoge.
El célebre meteorologista D. Juan N. Contreras, de feliz
memoria, llamaba variaciones de período irregular á las que él
observaba en el barómetro siguiendo la curva que se dibujaba
en la cuadrícula de abcisas y ordenadas que tanto usamos en
nuestros estudios, y consideraba como de mucha “trascenden-
cia su estudio, pues ninguno de los meteorologistas mexica-
vos podrá negar que con ellas y solo con ellas están enlazados
todos nuestros meteoros. Este sabio tan poco conocido, aun-
que inmerecidamente, fingió una hipótesis ingeniosa como to-
das las suyas, para explicarlas, diciendo que eran debidas á
una ondulación provocada en los polos de la tierra en el mo-
mento de la descarga eléctrica de las auroras, la que para rea-
lizarse necesitaba enrarecer el aire cireunvecino, enrarecimien-
to que originaba una onda que luego se propagaba de norte á
1
SINTESIS, TEORICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEQROB. 181
sur llegando al cabo de algunos días á gravitar sobre nuestros
barómetros no sin primero dejar huellas de su paso en los de
los E. U. La descarga se dejaba sentir inmediatamente en
nuestras agujas magnéticas y había un intervalo entre esta
conmoción de la brújula y la llegada de las ondas de presión.
He aquí la razón de su previsión y la teoría de sus célebres
pronósticos.
Si esta teoría es un tanto imperfecta á causa sin duda de
lo reducido de las observaciones, no me atrevo á calificarla
de falsa, antes por el contrario me parece genial como todas
las suyas, pues se sabe ahora que entre las modificaciones que
meteorologistas eminentes han juzgado del caso llevar á las
teorías que se tenían autes acerca de la circulación general de
la atmósfera, figura en primera línea la que se llama del tor-
bellino polar y que supone que en el polo de la tierra se ejerce
una misteriosa atracción de todo el aire de la atmósfera obli-
gándole á girar á su alrededor y llevando envuelto en esta ro-
tación á todos los torbellinos secundarios que nos es dado ob-
servar en las bajas regiones de la atmósfera. ¿No podrá la
intensa descarga polar que produce las auroras ser la causa de
ese centro de atracción ya que no es inverosímil el enrareci-
miento previsto por el sabio mexicano? Esta sería una prueba
más de que nuestro célebre meteorólogo guanajuatense se ade-
lantó á su época en el establecimiento de sus métodos de ob-
servación y en lo atrevido de concepciones respecto de la cien-
cia de la atmósfera? z
Pero sin elevarnos nosotros demasiado, prácticamente nos
parece que las variaciones de período irregular del barómetro
en nuestros climas tienen toda su razón de ser en la aproxi-
mación á nnestro territorio de los centros de acción, de baja
ó de alta presión, que pasan cerca de él, ya de los E. U. del
Norte, como de los ciclones del Atlántico y del Pacífico. Tal
382 SEVERO DÍAZ.
es la teoría que siempre he venido sosteniendo. Con ella eo-
mo se recordará hice la síntesis de todos nuestros meteoros
en mi opúsculo titulado “Estudios de Meteorología Mexicana,”
la demostración de cuyos modos de ver me he comprometido
á traer al seno de esta docta corporación. Ahora pues voy á
intentar esta demostración, para lo eual he preparado las cur-
vas que acompañan al presente trabajo. Daré pues primero
una idea del método que al presente voy á emplear, lo que cons-
tituye la explicación de la manera como preparé estas cur-
vas.
Se sabe que, mes por mes, el Observatorio Central de
Washington publica en su Revista dos cartas geográficas del
Territorio de la Unión Americana en que constan las trayec-
torias de los centros de alta y baja presión. Es evidente que
no todos esos centros tendrán efecto notable sobre nuestro
barómetro, sino solo aquellos que se aproximen suficiente-
mente al nuestro y en especial á la localidad escogida para es-
tudiarlo, como en el presente caso lo es Guadalajara. Por lo
mismo he tomado una de estas cartas y “sobre ella he escogido
y señalado los lugares más apropiados para que los centros
tengan acción en mi barómetro por su mínima distancia: 10
fueron estos lugares, como consta en la carta adjunta. Por
allí vamos distinguiendo la sílaba Gu, abreviatura de nuestra
Guadalajara, y de allí, conforme á la distancia, se ven los nú-
meros de 1 4 10. O de otro modo: la red de meridianos y
de paralelos .está puesta en la carta de cinco en cinco grados
y nuestros números tienen las cifras características siguien-
tes:
SÍNTESIS TEORICA DE NUESTROS PRINCIPALLS METEOROS. 183
1 entre los paralelos 25 y 30 y los meridianos 93 y 100
2 5 30 y 35 0 100 y 105
3 > 30 y 35 + 95 y 100
4 33 30 y 35 AS 105 y 110
5 ES 30 y 35 $ 900 y 95
6 da 35 y 40 > 95 y 100
7 A 35 y 40 A 100 y 105
8 57 25 y 30 > 90y %
E O A en el Golfo.
10 entre los paralelos 35 y 40 y los meridianos 105 y 110
Dicho esto, en el gráfico de las curvas del barómetro para
los cinco años que comprende este estudio, he marcado con
un cuadrito el día en que se ha visto que un centro ha tocado.
alguno de los lugares anotados con los números en la parte
más próxima de sn curso, poniendo abajo del cuadrito, prime-
ro el número correspondiente á los arriba anotados y á un la-
do el valor de la presión tal como lo trae el círculo pequeño
de la carta: Adentro del cuadrito hay un puntito que marca
el lugar preciso en que se encuentra el centro del canevá geo-
gráfico de la carta. También he dibujado la lluvia tomando
simplemente las alturas en milímetros y transladándolas á los
milímetros de la cuadrícula en líneas verticales. Adverterimos
por fin que los cuadritos de abajo son las bajas y los de arriba
las altas presiones.
La primera consecuencia que resalta, que se impone á la
simple inspección de estos gráficos es que la mayoría, que la
inmensa mayoría de nuestras presiones altas ó bajas, corres-
ponde exactamente á la presencia de un centro similar en los
E. U. del Norte; que este hecho es exclusivo en todo el año y
domina por sobre todas las influencias y que por fin da el ca-
rácter á nuestras variaciones barométricas, que son profundas,
que son ligeras, que son como el centro lo quiere. Las deduc-
ciones que de este hecho se desprenden son de trascendental
importancia: aparte de la que apuntamos, á saber, de que no
184 SEVERO DÍaz.
debemos buscar otro origen á las variaciones de la presión, que
éste; se tiene la que se enlaza con el sistema de vientos que en
esta ó aquella región deben de soplar ya que los vientos son
función necesariamente dependiente de los centros ciclónicos
ó anticieclónicos que en una determinada región dominan; y
por fin con tal origen en la presión se puede establecer toda
la teoría de nuestros meteoros los que no tienen otra causa
que la que del hecho apuntado depende, ni se revisten de otro
carácter que del que ellos les asignan.
Vamos, pues, á hacer la síntesis de estos meteoros fundán-
donos en el hecho trascendental de que nos venimos ocupan-
do. Primero el invierno. En este tiempo encontramos estable-
cido el verdadero imperio de los centros americanos; la pre-
sión por lo mismo es en este tiempo notablemente oseilatoria
por no decir irregular: es entonees cuando se acumulan á ori-
llas de nuestro territorio el mayor número de tales centros y
también cuando más cerca de nosotros están. En consecuen-
cia, el tiempo del invierno debe ser de variantes térmicas no-
tables, los grandes fríos que observemos estarán acumulados
al rededor de los días en que estos centros son más intensos
ó más próximos. Para esto he tomado en todos los cineo in-
viernos estudiados las temperaturas menores de cinco grados
que aquí son las de los grandes fríos, y tomando una línea de
las horizontales de mi cuadrícula la hago servir de línea de
partida, entonces llevando para arriba las temperaturas mayo-
res y para abajo las menores de cinco grados, señalo con lí-
neas proporcionales en mílimetros á los grados de frio, como
puede simplémente notarse con solo ver mis gráficos.
El invierno de 1904 fué apenas sensible, tocó los límites
de lo insignificante: la presión á su vez no bajó ni siquiera á
un mílimetro: nada de lluvias invernales, tan solo se observa-
ron las clásicas formaciones de blanquísimos Ci. en forma de
plumas rizadas con su tradicional dirección del W. ó+en sus
alrededores: Es tambien tradicional en ellas la evolución de
a dl
SÍNRESIS TEORICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEOROS. 185
estas nubes desde los Ci., hasta los Cu. Ni, como en otras ve-
ces lo he prabado hasta.la evidencia y lo he repetido hasta el
cansancio. En el año de 1905 ya tiene algnnos descensos de
la temperatura abajo de cinco grados y de la presión á un milí-
metro, se observan ligeras lloviznas, y es más profunda y más
marcada la oscilación barómetrica.
Hay que llegar al invierno de 1906 para conocer hasta
donde puede llegar la acción perturbadora de los centros tan-
tas veces mencionados: en este año estuvo en su apogeo esta
acción. Ya desde diciembre de 1905 notamos en la última
decena una fuerte mínima de la presión con lluvia muy nota-
ble y un período de frío considerable: dos centros están allí
para monumento. ¡Yque enero tan inmortal como el de 1906!
Abrase mi opúsculo de los “Estudios” y lo tendremos allí es-
tudiado pormenorizadamente. Para no repetir señalemos tan
solo á la pasada el profundo descenso de la temperatura y de
la presión en la última decena, con el clásico temporal de in-
vierno estudiado allí en las tres formas que he dado para este
fenómeno á saber el frío preparativo que he Jlamado de causa,
el ascenso de la presión eon sus correspondientes vientos del
N. E. y la segunda mínima con la lluvía y por fin el frio de
efecto que lo cierra. Las lluvias invernales llegan también á
su apogeo.
El invierno de 1907 es una repetición del anterior por una
ley que no parece extraña á la irregularidad de la atmósfera.
Hay el frío y la llnvia en fines de diciembre y los apretados
temporales en enero, uno de los cnales me sirvió para la de-
mostración fotográfica de lo que dije el año anterior; como la
presión en el año siguiente de 1908 no tiene los descensos con-
siderables de los años anteriores, el invierno de este es una
repetición del primero de 1904. No dejaremos de advertir que
los intensos inviernos de 05, 06 sobre todo y 07 descendiendo,
corresponden al máximo de manchas solares en el período un-
decenal porque atravesamos.
Mem. Soc. Alzate. México T. 29. (1909-1910)—24
186 SEVERO DÍAZ.
No estudiaremos el tiempo de aguas por que quiero ser
breve en estas demostraciones y porque necesito otros datos
á más de los que he transcrito en este gráfico; pero no desper-
diciaremos esta ocasión para apuntar desde luego el hecho de
que en este tiempo se debilitan notablemente los centros ame-
ricanos, hecho que se explica facilmente por la aproximación
del sol que en su camino anual pasa en este tiempo á nuestro
hemisferio, retirando más al norte el ordinario camino que es-
tos centros acostumbran recorrer en el invierno que es suando
están más cerca de nosótros; sin embargo no faltan: este hecho
es fundamental en mi teoría del tiempo de aguas que expon-
dró á esta Sociedad próximamente. La presión á la vez es
imenos oscilatoria y casi de la altura media que en todo lo res-
tante del año.
Por último, dije en mis “ Estudios” que cuando en el tiem-
po de aguas se agota el material de vapor que los calores acu-
mularon en nuestra atmósfera, sobrevenían lo que llamábamos
calmas de agosto, muy conocida por estos rumbos con el nom-
bre de canicula, tiempo en que se exacerba el calor y se re-
sienten mucho las cosechas, si es de consideración; entonces
para suplir lo que falta á nuestros campos entran en nuestra
atmósfera los ciclones del Atlántico y del Pácifico que dan un
buen contingente de lluvias menudas en septiembre y oehlu-
bre llamadas lluvias de S Miguel ó cordonazo de S. Francisco.
En septiembre de 1904 tenemos un ciclón del Pácilico, que
apenas está apuntado por lo poco estudiado que nuestra me-
teorología tiene á esa vegión. A fines de septiembre de 1905
tenemos un ciclón del Atlántico, de menor efecto y anotado
con la cifra 8 que pertenece, así, como la 9, al Golfo. En dos
de octubre de 1906 sopló en estas regiones formidable el cor-
donazo, una de las más grandes lluvias se nota entonces y en
algunas regiones de la costa habo verdaderos desastres: en
Zapotlán se recogieron aves marinas. 1907 y 1908 no presen-
tan ciclones notables, pero me constan que han existido y se
a *
SÍNTESIS TEÓRICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEOROS. 187
puede de ello dar un indicio porque las mínimas de esos tiem-
pos en la presión no tienen todas su correspondiente centro
que las explique, El cielón que acaba de destruir casi á Mon-
terrey es una triste confirmación do lo que llevamos apuntado.
Respecto del calor dijimos que era muy natural en estas
reglones del trópico; pero en cuanto á los exacerbamientos de
él, coincidían con las altas presiones. Lo probaremos. En 1904
basta la simple vista, pnes arriba de los centros de alta pre-
sión anotados para los meses de calor, se ven en pequeñas lí-
neas verticales los grados en que el termómetro superó la tem-
peratura de 30 que es la que regulariza entre nosotros las má-
ximas de calor. En 1905 no tenemos centros de alta presión:
el calor no se matiza, sube y sube siempre en plena evolu-
ción: es su tiempo. Estúdiense los años siguientes y se tendrá
de esto las mismas demostraciones. El hecho más importan-
te que del estudio del calor se desprende es que puede muy
bien servir para anunciar la temporada de aguas definitivas
ó sean las primeras tormentas, pues se notará que precisamen-
te llegan cuando el calor culmina en su curva.
De estos hechos se deduce inmediatamente la verdadera
teoría de nuestros meteoros. lwos centros de acción de la at-
mósfera, como ordinariamente se llaman á los centros de alta
y baja presión, tienen ya establecido su merecido puesto en las
ideas generales de los meteoros del mundo entero, y nosotros
no podiamos salirnos del campo de estas conquistas sino que
por el contrario juzgamos que nuestro único deber es hacer
simplemente la aplicación de ellas á los nuestros. Se sabe que
la teoría termodinámica de los dichos centros gana cada día
más terreno: al centro de baja concurre el aire y se comprime
allí en su centro: y del centro de alta sale aire que por su su-
cesiva expansión se enfria; luego los grandes frios no pueden
ser indiferentes á los grandes contrastes de la presión entre
nosotros. Por otra parte la mezela de aires de distintas con-
diciones físicas siempre ha sido considerada como generadora
188 SEVERO Diaz.
de nubes y de lluvia. Por consiguiente, cuando en invierno,
en el que siempre tenemos centros sucesivos en nuestro terri-
torio, esa mezcla debe ser muy importante, y tanto más cuan-
to que algunas veces se nos aproximan mucho y son ellos de
una más intensa acción: los temporales de invierno reciben así
la más completa explicación que debe en mi concepto cerrar
con esto toda discusión. Advertiremos por fin que, según lo
últimamente descubierto, son los centros de alta los que arras-
tran en su paso á los de baja, lo que hace necesariamente de-
pendientes las bajas temperaturas de los abatimientos de la
presión entre nosotros, lo que está plenamente confirmado por
la observación.
Que los grandes calores de nuestro prematuro estío coin-
cidan con las altas presiones no puede ser obstáculo á la ante-
terior teoría, pues además de que en ese tiempo no es notable
el influjo de dichos centros á causa de que entences es cuando
se van retirando de nosotros, debe necesariamente preponderar
la acción local que está en plena posesión de su imperio y al
apretarse el aire bajo la acción de la alta presión es evidente
que la radiación no se ejerce y el calor que llega, todo se em-
plea en hacernos más insoportable la ya candente atmósfera
que disfrutamos.
Pasamos por alto como lo hemos dicho el tiempo de aguas
para establecer con datos más completos su verdadera teoría;
igualmente omitimos otros detalles de los fenómenos apunta-
dos por que de no haberlo hecho así, hubiéramos entrado en
el campo más detallado de la climatología local y no en el de
la teoría pura y general, aplicable á otras lecalidades de nues-
tro territorio, ó mejor á todo él. Este trabajo elimatológico lo
estoy completando y en los diferentes pasos que hasta el pre-
sente he dado, no he encontrado un hecho solo que contradi-
ga en lo más mínimo la teoría general que acabo de exponer:
estos dos trabajos se complementan recíprocamente y espero
. SÍNTESIS TEORICA DE NUESTROS PRINCIPALES METEOROS. 189
que de ellos como punto de partida se desprenda una serie de
trabajos entre nuestros colegas de la República para dejar
perfectamente conocidas las leyes que rigen á nuestros meteo-
ros y deducir al fin la ley de sucesión, que será el ideal supre-
mo á que aspirar debemos los que tenemos á nuestro cargo
seguir las hermosas cuanto interesantes manifestaciones de
nuestro esplendoroso cielo. .
Guadalajara, septiembre 3 de 1908.
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SOCIÉTÉ SOIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 29. 191
PANTEONES DE MEXICO Y SEPULCROS DISPERSOS,
Extracto del prólogo de una obra que llevará el título anterior,
POR
: JESUS GALINDO Y VILLA, M. $, A,
Antiguo Profesor en el Museo Nacional de México, ete.
Leído en la sesión solemne que, bajo la presidencia
del señor General D. Porfirio Díaz, Presidente de la República,
celebró el día 4 de Octubre de 1909,
la Sociedad Científica “Antonio Alzate,” al cumplir el vigésimoquinto
año de su fundación.
s
Recogemos con amor y veneramos casi como cosas san-
tas, los objetos de uso personal de los séres amados que pasa-
ron por el mundo imprimiendo en nuestras almas su huella de
luz; coleccionamos con respeto en los escaparates de los Mu-
seos históricos las prendas que llevaron en vida guerreros in-
victos, escritores excelsos, ciudadanos beneméritos, á manera
de reliquias, á enya sola vista se despierta el recuerdo de pa-
sadas grandezas, y reviven el amor y la admiración por quie-
nes emergen del nivel sobre el enal no pueden asomar ni to-
dos los hombres, ni todas las inteligencias, ni, por desgracia,
la mayoría de los humanos esfuerzos.
En la imaginación del viajero que alcanza á contemplar,
enmudecido en Aquisgram, el austero trono de los viejos em-
peradores germanos, surge, como por extraño sortilegio, la
poderosa efijie de Carlo-Magno; como ante los desgarrados
192 J. GALINDO Y VILLA,
estandartes de los Inválidos aparece á la mirada extraviada y
delirante el rudo batallar de léna, de Austerlitz, de Friedland
y de Wagram; más intenso aún ante la tumba del guerrero
cuyo sol se ocultó bajo el horizonte de Waterloo.
Conservo frescos exí mi memoria (y de esto hace ya dieci-
seis años largos), mis hondas impresiones y el mundo de re-
cuerdos agolpado á mi mente, á la vista, en un Museo de Ma-
drid, de la levita ensangrentada que llevaba el General Prim
al ser herido de muerte por las balas homicidas, en el rápido
drama de la calle del Turco; pero mayor fué mi emoción cuan-
do, tan lejos de la Patria ausente, palpé en el propio Museo
un retrato de Morelos y otras piezas del inmortal héroe de
Cuautla.
»
Y, si tal nos acontece ante semejantes objetos, ¿cómo no
avivar la llama de nuestros sentimientos al encontrarnos jun-
to álos sepuleros mismos que contienen los míseros despojos
de nuestros héroes homéricos; de nuestras patrias glorias, ó
de-personalidades más ó menos notables en nuestros anales?
La Historia euyos juicios emanan de las fuentes de la Verdad
y que para nadie tiene distinciones, recoge todos los hechos
de los hombres públicos, y con el resumen de la vida de cada
uno de ellos forma la trama de sus narraciones. La política,
el arte, la ciencia, las letras, llenan períodos intensos con ilus-
tres nombres; y siempre señalan una época ó un siglo los in-
mortales de Alejandro, de Miguel Angel, de Kepler ó de Ali-
ghieri.
Por eso estas páginas que ofreceré á la publicidad, no son
el resultado de la simple curiosidad ó del mal gusto—si se
quiere,—de vagar por entre las tumbas solitarias y al través
de las tristes y silenciosas necrópolis. ¡No! Sus fines son más
altos y más nobles; ya que para unos, el olvido—según se ha
PANTEONES DE MEXICO Y SEPULCROS DISPERSOS. 193
==
dicho en corriente frase, —empieza al borde de la fosa, y para
otros, que son los menos y los elegidos, les cobija desde ese
instante el ángel luminoso de la Gloria.
-
*
E
Cuando con patriótico empeño decidió nuestro Gobierno
—como ha hecho la nación francesa bajo las bóvedas de San-
“ta Genoveva, —ofrecer sagrado asilo á todos los despojos de
nuestros hombres insignes, mandando construir el Cenotafio
en la antigua huerta de San Hipólito y proyectar la vía públi-
ea al través del Panteón de San Fernando, no vacilé en tra-
bajar durante un año entero, arrebatando no pocas horas al
natural descanso y aprovechando la mayor parte de los días
festivos, para acumular, afanoso, datos acerca de los persona-
jes allí inhumados; y me eupo al fin la satisfacción de que esa
modesta, pero ingrata labor, se diera á la estampa con toda li-
beralidad en las prensas del Museo Nacional.
Por ser de “calidad,” es notabilísimo el Panteón de San
Fernando, no sin razón llamado de los “Hombres Ilustres.”
Allí hay nada menos que seis Presidentes de la República,
que evocan otras tantas épocas de nuestros anales: Guerrero,
Lombardivi, Carrera, Herrera, Comonfort y Juárez. Numero-,
sos políticos de la talla de don Luis de la Rosa, de Lafragua
y don Manuel Ruiz; Generales como Parrodi, Zaragoza y Lean-
dro Valle, al lado de don Tomás Mejía; periodistas inolvida-
bles como Zarco; historiadores como Zerecero y.Don Carlos
María de Bustamante; artistas como Joaquín Ramírzz.
Concluida la tarea relativa á San Fernando, y al recorrer
innumerables veces los corredores de ese cementerio ó discu-
rrir entre las huesas, muchas veces iluminadas por la lívida
loz de la luna ó por la linterna del celoso guardián de aquella
habitación de la Muerte, tomó forma en mí la idea de hacer
un estudio especial de los demás panteones del Distrito Fede-
Mem. Soc, Alzate, México. T 29. (1909-1910).—25
194 J. GALINDO Y VILLA.
ral, y así lo he ido llevando á cabo, también á ratos perdidos,
en los panteones de Dolores, del Tepeyac, Francés, Español
y algunos otros.
Un brevísimo resumen dará á conocer la importancia hn
estas fúnebres excursiones.
Descuellan en el cementerio de Dolores, tres lotes prinei-
pales: el llamado “Rotonda de los Hombres Ilustres,” el del
Colegio Militar y el de los “Defensores de 1836 á dl >” hay
además otro grupo de sepuleros aislados.
En la Rotonda están cuatro Presidentes de la República,
y uno que lo fué interino: Arista, Peña y Peña, Lerdo de Te-
jada, Méndez J. N., y González. Dos héroes de la Independen-
cia: Quintana Roo y Leona Vicario. Once militares que figu-
ran, respectivamente, en diversa escala, en la Historia Patria:
Letechipía, Corella, Miñón, Calixto Bravo, González Ortega,
Pacheco, Ceballos, Donato Guerra, Rocha, Berriozábal y Es-
cobedo (los menciono en el orden en que fueron sepultados).
Doce letrados ú hombres públicos: Miguel Ruelas, Basilio Pé-
rez Gallardo, Pedro Ogazón, que también fué militar; Eligio
Ancona, Juan José de la Garza, Vallarta, Espinosa de los
Monteros, Melchor Ocampo, José María Mata, Ponciano Arria-
ga, Manuel Azpíroz; un hombre de ciencia: el Doctor don Fran-
cisco Montes de Oca. Un político, más popular por su musa
y por su oratoria parlamentaria: Guillermo Prieto.
Cansada sería la enumeración de los que yacen en el lote
del Colegio Militar y entre los defensores del 47: el General
Miguel María Echagaray, Lorenzo Pérez Castro, Eleuterio
Méndez, y Cortés y Frías, figuran en el primero: Ciriaco Váz-
quez, Miguel Andrade, Miguel Negrete, José Justo Alvarez,
figuran en el segundo.
Pero no menos interesante es el grupo de sepuleros aisla-
dos, en el mismo Panteón de Dolores. Las biografías de quie-
nes voy á citar ocuparán un apretado volumen que estoy pre-
parando: Leopoldo Río de la Loza, Luis Hidalgo Carpio, Gra-
PANTEONES DE MEXICO Y SEPULCEOS DISPERSOS. 195
e
bino Barreda, Manuel Acuña, Miguel Auza, Aureliano Rive-
ra, José Simeón Arteaga, Matías Romero, José María Vigil y
y otros varios.
En gran manera es fatigoso el trabajo biográfico-neero-
lógico queá la investigación presenta el Panteón del Tepeyac.
_Miguel María Azcárate, los hermanos Agea, Rafael Angel de
la Peña, aquel “Peñita” maestro de numerosas generaciones;
Manuel María Contreras, Alfredo Chavero, Emilio Dondé, Ma-
nuel Gargullo y Parra, Vicente García Torres, (padre), Luis
Gutiérrez Otero, Lorenzo de la Hidalga, don Antonio López
deSanta-Anna (cuyos restos eubren un modestísimo monumen-
to), Rafael Lucio, Manuel Orozco y Berra, Anselmo de la Por-
tilla, Protasio Tagle, el General Régules, José Sebastián Se-
gura, Féliz Zuloaga, Gumesindo Mendoza, allí se encuentran,
como se encuentran también en aquel cristiano recinto, el cé-
lebre Coronel Miguel López y el General guatemalteco don
Manuel Lisandro Barillas, cobardemente asesinado.
-.
+ +
Por de pronto, no me es fácil indicar nada acerca de los
demás panteones, porque una vez concluida toda la parte bio-
gráfica ya señalada, entraré de lleno al estudio de los hombres
notables que descansan en los demás cementerios del Distrito
Federal.
Pero no solamente en éstos los hay eminentes. En nues-
tra propia ciudad de México, casi junto á nosotros, los encon-
tramos. ¿En dónde? En los templos, que antaño sirvieron de
cementerios.
Bastarán para el objeto algunas citas.
En la pequeña cripta de la Catedral se conservan los res-
tos del General Barragán, que murió ocupando la Primera
Magistratura de la República. .
En el Presbiterio descansan varios de los Arzobispos me-
196 J. GALINDO Y VILLA.
e
tropolitanos, cuyos sepuleros se descubren el Viernes Santo,
cuando se quitan las alfombras y desnudan los altares.
Las capillas ostentan numerosas lápidas sepulerales. La
del Venerable Fr. Juan de Zumárraga, el cual encabeza la se-
rie de Prelados de México; las de los Arzobispos Aguiar y
Seijas y Don Lázato de la Garza. En otra están las cenizas
del célebre ermitaño de Santa Fé, Gregorio López, cuya vida
misteriosa dió margen á la conseja de que era nada menos que
el desequilibrado Príncipe don Carlos, hijo de Felipe IL.
En la capilla de San Feiipe todos pueden contemplar la
urna que, bajo sentido epitafio, guarda los restos del injusta-
mente olvidado Libertador Iturbide. Otra urna de cristal, eo-
locada en la capilla de San José, contiene los restos de Hidal-
go, de Allende, de Mina, de Jiménez, de Morelos, de Matamo-
ros; y cercana á aquélla, otra urna más que encierra la osa-
menta del benemérito General don Nicolás Brayo.
La Iglesia de Jesús Nazareno, que ha custodiado los res-
tos de Hernán Cortés, piadosamente cubre los de don Lucas
Alamán, del insigne ñlólogo Fray Manuel de San Juan Cri-
sóstomo, apellidado Nájera, en el siglo; y los del artista cata-
lán don Manuel Vilar, fundador y director de la que se llamó
Nueva Escuela de Escultura en la Academia de Nobles Artes
de San Carlos, en México.
Las cenizas de algunos Virreyes de la Nueva España se
conservan aún: bajo magnífica plancha metálica, en la Basfíli-
ca de Guadalupe, las del buen Bucareli; en San Cosme, las del
piadoso Marqués de Casafuerte, y en el Santuario de la Pie-
dad, las del noble Duque de la Conquista.
*
* *
Otras muchas huesas han desaparecido; y algunas, que se
han buscado con empeño, como la del “Pensador Mexicano”
Fernández de Lizardi, ni rastro han dejado. ¡Cuántos restos
PANTEONES DE MEXICO Y SEPULCROS DISPERSOS. 197
mortales de personajes meritísimos yacen en la fosa común!
Empero, puesto que es físicamente imposible recobrarlos, con-
servaremos solícitos los de aquellos á quienes ha cabido suer-
te mejor; y á ese fin se encaminan todos los esfuerzos del pre-
sente cansado estudio; porque si es un hecho incoutrovertible
que todos los séres humanos somos iguales ante el implacable
rasero de la Reina de las Sombras, y, si todos, también, somos
polvo y nada en la Eternidad, justo es que, en el Tiempo, los
vivos hagamos porque se conserve perdurable la memoria de
los muertos, cuando éstos en vida se consagraron al bien de la
Patria y de sus semejantes.
México, 4 de Octubre de 1909,
TU ES Ley
¿Cs am A E
7 SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 29. 199
LA GRUTA DE SANTA ANA
POR
O, CONZATTI, M. $. A,
Regiamente hospedados desde ayer (Junio 22 de 1909) yo
y mi buen hijo Hugo, en la casa de nuestro común amigo, Prof.
Don Isaac Cancino Gómez, de Cuyamecalco, Distrito de Cui-
catlán, decidimos invertir algunos días de nuestras vacacio-
nes veraniegas estudiando la flora de esta exuberante región.
El pueblo de Cuyamecalco, cuya altura sobre el nivel del
mar puede estimarse en 1,8060 metros, visto desde la cercana
eminencia que tiene al Este, denominada “La Loma,” presen-
ta un aspecto en verdad encantador con su lindo caserío cir-
cuido de grandes. cuadros cultivados que miran, por el Norte,
hacia el profundo barranco por donde se abre paso el cauda-
loso Quiotepec, en tanto que por el lado del Sur tienen la cum-
bre del “Cerro de la Raya” que no mide menos de 3,000 metros
de elevación.
Los moradores distínguense por su carácter hospitalario,
apacible y trabajador.
A pesar de que pertenecen á dos cultos diversos—católi-
co y protestante—entréganse ásus prácticas religiosas con to-
da tranquilidad, no habiéndose dado el caso de que, por razón
de creencias, los unos molesten á los otros: notable ejemplo
de verdadera tolerancia que deberían imitar otras poblaciones
que se precian de cultas sin serlo de verdad.
200 C. CONZATTI.
Su actual Presidente Municipal, Sr. Don Nicolás Pérez,
nos participa que en el vecino pueblo de Santa Ana existe
una gruta digna de ser visitada, y bondadosamente se ofrece
para servirnos de guía. Aceptamos de buen grado este ofre-
cimiento, pero como nosotros pensamos herborizar en el tra-
yecto, convenimos en adelantarnos, á cuyo efecto emprendi-
mos sin demora la marcha, deseosos de aprovechar las horas
más propicias del día.
El camino que de Cuyamecaleo conduce á Santa Ana es có-
modo, amplio y pintoresco, y no obstante lo poco que ha llovi-
do hasta hoy por este rumbo, las plantas interesantes no esca-
sean á uno y otro lado del mismo. Así, pues, con bastante fre-
cuencia nos vemos obligados á hacer alto para guardar en el
portafolio de que estamos provistos, las especies que más
atraen nuestra atención.
De esta manera logramos colectar un hermoso Lycopodium
de bifurcaciones gruesas, resto viviente de una flora singular
que lleva muchos siglos de haberse hundido en las profundi-
dades del pasado y que ahora sabemos encontrar de vez en
cuando en las entrañas del planeta transformada en estra-
tos de carbón;varios Polypodium epifíticos, uno de los cuales
interesantísimo por la curiosa venación de sus frondas; dos
Gloichenias, con notable ramificación dicotónica superpuesta;
algunas Orguídeas, entre ellas al Epidendrum vitellinum majus,
muy.apreciado por sus flores salmón intenso de larga duracion;
muestras de un Liguidambar tal vez nuevo para la ciencia; la
enana Chimaphila maculata, con sus guapas anteras poricidas;
un Dendropanax, una Urera, un Psidivm, una Calliandra, un
Galium, un Solanum, un Physalis, con otras muchas cuya exac-
ta determinación propóngome reservar para otra ocasión.
Como á la una de la tarde llegamos al pueblo de Santa Ana
— para el cual nuestro aneroide de bolsillo acusa una altura
máxima de 1,300 metros sobre el nivel del mar—y mientras es-
peramos al Sr. Pérez que quedó en alcanzarnos para servirnos
LA GRUTA DE SANTA ANA. 201
de guía en nuestra visita á la gruta, nos disponemos á comer
sin dilación.
Con gusto observo que en mi buen Hugo acrecióntase el
entusiasmo por la proyectada visita á medida que los minutos
transcurren, al grado de ponerse á investigar—motu propri—
el lugar preciso en que se encuentra. Da finalmente con él, y
allá nos dirigimos todos sin demora.
El pueblo de Santa Ana—distante apenas unas dos leguas
de Cuyamecalco—se halla sembrado, como la mayor parte de
los del rumbo, sobre una rápida vertiente en cuya base, por el
lado del Sur, corre precipitado el torrente de San Miguel al
través de un barranco profundo y sinuoso, para aumentar más
tarde el caudal del Río Quiotepec, con el cual confunde sus
aguas un poco más allá de Chiquihuitlán.
La gruta que pretendemos visitar se halla á la entrada de
la población, á unos cuantos metros tan sólo de su arteria prin-
cival, única que merece llamarse calle, pues las otras no pasan
de ser callejuelas bastante angostas y tortuosas. A no estar
en antecedentes, nadie que viera este lugar por primera vez
pensaría que en él se esconde una joya natural.
Por delante de la reducida abertura redonda que conduce
á la gruta, vése una pequeña explanada sobre la cual —según
los vestigios que todavía se distinguen—se levantó algún po-
bre jacal. Aquí supimos qué sus moradores huyeros despavo-
ridos tras el descubrimiento que, motivado por algunos extra-
ños ruidos, hicieron de la caverna que se encontraba á sus es-
paldas. :
La abertura mencionada se encuentra á flor de tierra, pe-
ro es tan pequeña que no vemos manera de franquearla. La
oportuna llegada del Sr. Pérez vino á sacarnos de vacilaciones,
pues provisto de lo necesario procedió luego á ampliar la en-
trada.
No queriendo perder tiempo, dedícome entretanto á exami-
nar las rocas que forman el techo y la pared anterior de la
Mem. Soc. Alzate. México, T 29. (1909-1910),—26
202 -- C. CONZATTI.
gruta, y con relativa facilidad, no obstante la tierra y maleza
de que están cubiertas, descubro aquí y acullá algunas crista-
lizaciones formales de carbonato de cal—según pude compro-
bar más tarde — pertenecientes al sistema romboédrico, de las
cuales permítome el honor de acompañar algunos ejemplares
con este eserito, destinados á ilustrarlo.
Terminado el trabajo de ampliación y hallándonos impa-
cientes por penetrar al interior, procedemos á deslizarnos por
aquella boca incómoda y estrecha que se prolonga por algu-
nos metros con una inclinación no menos de 45 grados. El
primero en verificarlo es el Sr. Pérez, sigue luego el que habla,
en tercer término el niño Hugo, y, por último, el Prof. Can-
cino.
Desde un principio noto con satisfacción que el aire inte-
rior es perfectamente respirable: así lo patentizan, al perma-
necer escondidos, los ocotes y la linterna que llevamos, lo mis-
mo que la absoluta libertad con que respiramos. En cuanto á
su temperatura no difiere sensiblemente de la exterior.
No bien hemos avanzado unos cuantos pasos sobre un pi-
so en extremo difícil por lo desigual y ya estamos frente á un
espectáculo grandioso que nos deja perplejos de admiración.
Ante nuestra investigadora mirada se ofrece la caverna en to-
da su magnificencia con sus caprichosas colgaduras y sober-
bias columnatas, inconformes ciertamente con los órdenes at-
quitectónicos conocidos, pero no por eso menos hermosas y
llamativas; con sus innúmeras estalactitas y estalagmitas de
todas formas y tamaños, unas toscas y gruesas, otras esbel-
tas y delgadas; en fin, con sus múltiples recodos y escondri-
jos que imprimen al conjunto un aspecto imponente y fantás-
tico á la vez.
Las luces de nuestras antorchas son reflejadas de mil mo-
dos diversos por las facetas de los infinitos cristales que ta-
pizan literalmente la gruta entera, de tal modo que, sin po-
derlo evitar, antójansenos sus paredes como constituidas por
pedrería.
1
LA GRUTA DE SANTA ANA. 203
La sala en que nos encontramos es muy espaciosa, pero
bastante irregular.
El piso muy desigual y lleno de protuberancias es suma-
_Mmente escabroso, y en su parte central presenta una excava-
ción cónica y profunda que conduce á un piso inferior, pero
que nosotros no visitamos por lo avanzado de la hora y, más
que nada, por lo peligroso del descenso.
Correspondiendo casi á esta depresión, cuelga de la bóve-
da una gigantesca estalacticta, rodeada de magníficos corti-
najes y bifurcada en su mitad inferior en dos enormes pier-
nas que imprimen al todo un aspecto por demás macabro. En
atención á esta cireuntancia denominamos el lugar “Sala del
Ajusticiado.”
Un poco más allá encuéntrase una colosal columna—evi-
dentemente constituida por una estalactica unida en su par-
te media á la estalagmita respectiva—más delgada en su me-
dianía y mucho más gruesa en sus extremidades, destinada—
en apariencia cuando menos—al sostén de la pesada bóveda
que gravita sobre ella con el peso incalculable de quién sabe
qué número de siglos acumulados.
Detrás de ella obsérvase un segundo ensanchamiento de
la gruta, más reducido que el anterior, sin duda, por lo que
_ respecta á dimensiones, pero no inferior á él en cuanto á be-
lleza natural.
En honor del intrépito guía que nos precede, damos á es-
te lugar el nombre de “Alcoba del Presidente.” De su techo
que en ocasiones suele ser muy bajo, desprendo sin esfuerzo
apreciable una hermosa estalactita tuberculosa, ligeramente
cónica, de 45 centímetros de largo por unos 3 de diámetro en
su parte media, que logro hacer llegar incólume á la casa.
Como otras muchas examinadas, ésta también presenta
en su punto de origen una pequeña perforación excéntrica con
unos 17 centímetros de profundidad, que revela claramente su
manera de formación y cuyo proceso consiste en que las pri-
204 C. CONZATTI,
meras gotas de agua cargadas de materias en disolución que
llegan á la bóveda de la cavidad, dejan—merced á la evapo-
ración—un pequeño aro de sustancia lapídea que las gotas
sucesivas aumentan sin cesar, formándose de este modo el.
tubito central que no tardará en desaparecer á su vez á medi-
da que la estalactita se alarga.
El silencio aterrador, propio de sitios semejantes, es aquí
interrumpido de vez en cuando por el seco chasquido que pro-
ducen al caer las gotas de agua que á intervalos regulares se
desprenden de las extremidades libres de las estalactitas, des-
pués de haber atravesado el considerable espesor de la techum-
bre, lo que demuestra con toda evidencia la ininterrumpida
formación de esta ignorada maravilla natural.
Ignorada, decimos, y así es en efecto; de las muchas Greo-
grafías que se han publicado en estos últimos años, no hay
una siquiera que mencione la Gruta de Santa Ana, á pesar de
merecerlo.
La forma general de ésta—abstracción hecha de las si-
nuosidades comunes á todas las cavernas —es la de un bote-
llón ventrudo, de cuello largo y angosto, acostado sobre un
plano algún tanto inclinado en dirección del meridiano, y abra-
vesado en su tercio posterior por un soporte vertical que co-
rresponde á la columna de que se hizo mérito no ha mucho.
Esparcidos donde quiera, por el suelo vense numerosos
fragmentos de estalactitas y columnas, cuya existencia allí
sólo puede explicarse por desprendimientos espontáneos ó por
movimientos seísmicos, toda vez que la gruta permaneció com-
pletamente desconocida hasta la fecha, y por tanto es poco
probable que el hecho se deba á destrucción deliberada del
hombre, ó bien á alguna otra causa distinta, tanto más cuan-
to que, según parece, los lugareños atribuyen á arte diabóli-
co esta obra maestra de la naturaleza, para la cual abrigan un
santo horror que sólo una cultura sostenida sería tal vez ca-
paz de combatir y dominar.
LA GRUTA DE SANTA ANA, 205
Muy sencillo sería, por lo demás, practicar una entrada que
diera fácil acceso al interior, haciendo que lo que es ahora mo-
tivo de superstición se convirtiera luego en fuente de luz, pues
tenida cuenta de los muchos transeuntes que atraviesan por
Santa Ana en su paso para las fincas cafeteras de más abajo,
tales como “Unión Ibérica,” “El Faro” y otras, ó para Tuxte-
pec, se podría imponer una cuota módica, á cambio del dere-
cho de visitar la gruta, euyo producto cabría destinarlo á la
ereación y fomento de la Escuela del lugar.
Bien valdría la pena que el H. Municipio de Santa Ana
procurase implantar una mejora que nada ó muy poco cuesta,
no exigiendo más que alguna buena voluntad, mejora tanto
más plausible cuanto que la población no obstante su impor-
tancia, carece de Escuela Oficial.
Algo más de una hora invertimos en esta visita subterrá-
nea, donde tantas emociones nuevas nos aguardaban, y ya sa-
tisfechos de ella—como bien claro lo dicen nuestros semblan-
tes— tras largo y difícil batallar logramos franquear la salida
todavía en tiempo hábil para contemplar una vez más y en
plena luz el variado y multicolor paisaje de esta agreste natu-
raleza, envuelto ahora en los dorados haces de un sol que
muere.
* Oaxaca de Juárez, Junio de 1909.
OLA
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOTRES, T. 29. 207
EL “SALITRE” Y EL GANADO,
POR EL ING.
ROMULO ESCOBAR, M, $, A,
Necesidad de las substancias minerales
en la alimentación.
Todos los animales, como las plantas, necesitan consumir
en su alimentación cierta cantidad de substancias minerales
cuyos efectos no están bien aclarados todavía.
Se sabe que en los vegetales la cantidad absorbida es pe-
queñísima y se reduce á la ceniza que se obtiene en la inci-
neración; pero no obstante la pequeñísima proporción de esos
componentes minerales se ha demostrado que algunos de ellos
son enteramente necesarios para la vida del vegetal. La acción
del fósforo, del potasio, del calcio, del sodio (que parece des-
empeñar el papel del potasio cuando este falta) y de otras
substancias minerales es tan marcada en la vida vegetal que
en ella está fundada una gran parte de las prácticas agrícolas
que se refieren al uso de los abonos y á la fertilización de las
tierras por otros medios.
En los animales aumenta la proporción de las substancias
208 - ROMULO ESCOBAR.
minerales y el papel de muchas de ellas es un enigma para la
ciencia tan obscura como lo es tratándose de los vegetales.
La formación del esqueleto y de los diversos tejidos en que
el carbono se encuentra en proporción menor que en los pro-
ductos puramente vegetales, como_los hidratos de carbono
(celulosa, almidón, azúcares) hace que en los animales sea
igual ó más imperiosa que en las plantas la necesidad de con-
sumir ciertas substancias salinas.
Los carnívoros encuentran satisfecha esta necesidad, has-
ta un punto más avanzado, en su alimentación natural más
cargada de sales, como que está formada por el cuerpo de
otros animales; los animales que consumen gran proporción
de granos ingieren con ellós, igualmente, una gran cantidad de
sales; por último los herbívoros, y muy especialmente los ru-
miantes, ingieren en su alimentación natural menor cantidad
de substancias minerales, y así se explica el hecho bien cono-
cido de los ganaderos y perfectamente comprobado, de que los
animales rumiantes, como el ganado bovino y el ovino, sean
los que suelen sufrir más por la falta de sales en su alimenta-
ción ó en sus bebidas.
Hechos vulgares que indican esa alimentación.
*
Para apreciar la intensidad con que se manifiesta en los
organismos animales la necesidad de ciertas substancias in-
orgánicas, examinemos ciertos fenómenos que son bien cono-
cidos, haciendo caso omiso de las necesidades semejantes de
las plantas.
La mujer en cinta, que tiene la necesidad de formar en
sus entrañas un nuevo ser que debe consumir en la formación
de su esqueleto una gran cantidad de materias minerales, ad-
quiere frecuentemente un deseo irresistible por las substan-
cias terrosas y no son raras las que comen arcilla y las que se
A
qe
EL ''GANADO” Y EL SALITRE. - 209
deleitan comiendo magnesia calcinada, yeso ó substancias se-
mejantes.
En los niños que comienzan su desarrollo es muy común
el vicio de comer tierra, por el cual reciben cruelmente mu-
chos castigos injustos debidos á la ignorancia de sus padres,
y ese vicio no es sino la mavifestación de una necesidad im-
periosa de sus organismos, nacida de la falta de substancias
minerales en los alimentos que ingieren.
La administración de fosfatos y de substancias calcáreas,
empleados como medicamentos, curan en el organismo huma-
no una gran variedad de enfermedades que no son sino esta-
dos patológicos debidos á una alimentación en que falta la
proporción conveniente de esos alimentos minerales que son
tan necesarios como los orgánicos, no obstante la pequeña
cantidad en que intervienen.
En las haciendas ganaderas se ven frecuentemente reses
que comen huesos (muy especialmente vaquillas en la prime-
ra gestación) que dejan de pastorear y aún de beber agua por
andar mascando un hueso durante días enteros y manifestan-
do ante los ojos del vulgo que un vicio muy arraigado las obli-
ga á hacerlo. No es un vicio, sino una necesidad tan impe-
riosa como la que obliga al niño á comer tierra.
En algunas regiones del país, lo primero que busean los
ganaderos cuando tratan de juzgar las cualidades de una finca
es si tiene terreros donde los animales puedan tomar las eflo-
rescencias que vulgarmente se llaman salitre, sin serlo en la
mayoría de los casos.
Conozeo haciendas con buenos aguajes, con abundantes
pastos y que, sin embargo, tienen el grandísimo defecto de ca-
recer de terreros.
Mem. Soc. Alzate. México. T 29. (1909-1910).—27
210 e RomuLo EscoBAR.
El derecho de terrear los ganados como servidumbre.
En algunas regiones, como en el Distrito de Guerrero, del
Estado de Chihuahua, he visto que el derecho á terrear es una
servidumbre que algunas veces se estipula en las translacio-
nes de dominio de fincas ganaderas y recuerdo haber oído de
un caso en que se vendió una parte de una hacienda donde
estaban los terreros, reservándose el dueño de la otra parte el
derecho para terrear sus ganados en la primera, con lo cual
quedó siempre como verdadero dueño de toda la finca porque
no hay poder humano que pueda detener'á los animales en
los sitios en que faltan terreros y recorren grandes trayectos,
derriban las cercas de piedra suelta y no respetan las cercas
de alambre cuando sienten aquella necesidad imperiosa y sa-
ben donde se encuentran los terreros.
Muchos ganaderos, preocupados con la denominación erró-
nea de salitre, que se da á substancias que no son el nitrato de
potasio, y conociendo la esencia del fenómeno de la nitrifica-
ción, quieren satisfacer las necesidades de sus ganados pre-
parando aquella substancia en salitreros artificiales y es sabi-
do de algunos que los hacen matando cerdos para enterrar los
cuerpos con sal común y cal apagada en montones de tierra
húmeda que hacen al efecto, para que el salitre se forme, co-
mo tiene que formarse y lo tomen allí las reses vacunas. Es
inútil decir que esos ganaderos recurren, en este caso, á un
procedimiento de fabricación demasiado costoso.
Las ovejas adquieren verdadero hábito de comer sal cuan-
do se tiene cuidado de suministrarles esta substancia y todos
los animales, desde el hombre hasta las aves, necesitan con-
sumir no solo esa, sino otras substancias salinas.
Antes de la construcción de nuestros ferrocarriles, los co-
merciantes que se internaban á las regiones pobladas de in-
a
EL “GÁNADO” Y EL SALITRE, 211
dios en la frontera Norte del país, preferían llevar sal de coci-
na y chaquira de vidrio para hacer sus compras porque sabían
que esos artículos tenían más demanda entre los indios que el
mismo dinero. -
Es curioso citar á este respecto una estadística que toma-
mos de una revista extranjera de la cual resulta que los ingle-
ses son los mayores consumidores de sal en el mundo, pues
mientras cada inglés toma 72 libras de sal por año, los fran-
ceses solo consumen 36 libras, los alemanes 35, los españoles
31 y los rusos 33 libras.
El Sr. H. Carrascosa, de San Cristóbal las Casas, E. de
Jhiapas, en carta que nos dirijió en Abril 2 de 1899 nos ha-
bla de una-cueva ó gruta que existía en su finea donde se veían
llegar continuamente palomas, en gran número, queiban á co-
mer una tierra salina que alli había y es sabido que estos ani-
males, como las aves de corral, se benefician mucho comiendo
polvo de huesos, sal común y otras substancias salinas, y que
cuando les hacen falta adquieren el vicio de comer sus propios
huevos ó de desplumarse.
Animales que comen hueso.—Sal para los animales.
En el Manual del Ganadero Mexicano, por el Sr. Dr. Dill-
mann hay un capitulo que dice lo siguiente:
“Una de las cosas en que debe ser muy severo y cuidalo-
so el encargado de una hacienda, es en la limpieza del campo,
á fin de que no queden huesos desparramados, pues el ganado
vacuno se acostumbra á comerlos, y esto lo enteca y lo mata.
“No están de acuerdo las opiniones respecto de las causas
que inclinan á los animales vacunos á comer huesos. Algunos
creen que esto solo lo hace el ganado enfermo con objeto de
curarse, y después adquiere esa costumbre.
“Nosotros no participamos por completo de esta opinión,
212 ROMULO ESCOBAR.
porque el animal solo busea en su alimentación aquellos ele-
mentos indispensables á su organismo, y fuera de toda duda,
únicamente la falta de sales en los pastos y en las aguas, es lo
que los obliga á buscar en el hueso ó fosfato de cal, ese ele
mento que les es tan necesario.
“Las ovejas no pueden comer hueso, pero en algunas épo
cas es tanta la necesidad de la sal que se han visto manadas
que se comían los corderos en el acto de nacer; cuando esto
sucede, todas las ovejas lo rodean y lo lamen; empiezan luego
por mascarle los huesitos de la cola, después las patas, ya así
siguen hasta mascarlo todo.
“Este peligro existe cuando el campo no tiene pastos ni
aguas salobres, y el mal no se evita sino proporcionándoles sal
á los animales.
“Ellos mismos se lamen los unos á los otros cuando están
sudados, buscando las substancias minerales contenidas en el
sudor. Al lamerse los animals vacunos, es cuando tragan el
pelo con que se forman esas bolas de cerda llamadas egagrópi-
las, que se les encuentra á veces en la panza (rumen). :
“La sal facilita la digestión, evita muchas enfermedades,
mantiene siempre sano al animal, le hace producir mas carne
y mejora el cuero.
“Un ganado naturalizado en campo salobre que pasa á
otro donde no hay sal ninguna, no se aquereneia sino con mu-
chísima dificultad.
“Para enseñarle rodeo y hacer que venga con gusto á su
parada, lo mejores bañar con ssl el palo que se pone en el me-
dio del rodeo, ó atarle algunas bolsitas de sal que el ganado se
entretiene en lamer.
“En todas partes del mundo se da sal á los ganados; pues
si todos los animales la necesitan, está probado que los rumian-
tes como son: la vaca, la oveja, la cabra, la necesitan mucho
más.
“Esa costumbre data de los más antiguos tiempos, y en la
EL “GANADO” Y EL SALITRE. 213 7
historia del arte agrario de todas las naciones, se encuentra
establecida desde épocas remotas.
“Entre los griegos era general el uso de la sal y se la pro-
porcionaban á sus ganados cada 5 días.
“Los romanos seguían la misma costumbre, y entre los
árabes, pueblo esencialmente esmerado en los cultivos, se es-
tableció el empleo de la sal reconociendo sus ventajas.
“Un agrónomo árabe, de hace más de 18 siglos, prescri-
biendo minuciosamente á los de su nación las reglas para el
mejor cuidado del ganado, dice lo siguiente: “La oveja á quien
se dé á beber agua salada, se hará preñada antes que las otras.”
“Debe dárseles sal para que engorden, repartiendo á cada 100
ovejas dos almudes cada 5 días en el verano.”
“Creemos excusado hacer más citas á este respecto; y de-
jando los tiempos antiguos para yenir á épocas más modernas,
diremos que en Europa varios gobiernos han tomado sus dis-
posiciones respecto de la cantidad de sal que es obligatorio
proporcionar á los ganados, y las Corporaciones científicas
que vigilan las exigencias de la industria y riqueza nacional,
hacen estudios repetidos y frecuentes publicaciones demos-
trando la necesidad del uso de la sal, y las cantidades en que
debe ser proporcionada á los animales, con relación al alimen-
to que sele summistra.
“Debemos decir de, paso, que la ganadería más primitiva
es la de los mexicanos.
“Antiguamente casi todos los hacendados acostumbraban
aquí poner sal en los rodeos.
“En aquel tiempo, para proporcionársela, los habitantes de
los campos se reunían y hacían grandes expediciones para
traerla en carreta de las salinas. :
“Hoy, tan útil costumbre, puede volver de nuevo, pues la
sal es barata y de esta manera, á la vez que se haría al gana-
do un gran beneficio, se evitaría el peligro de que coma hueso.
“Cuando un animal come huesos, sino los encuentra en el
214 ROMULO ESCOBAR,
campo, se viene como loco á buscarlos cerca de las casas. De-
ja de comer pastos, y suele andar dos ó tres días con el hueso
en la boca. :
“Al animal que prineipia á comer hueso, pronto se le ye
mancar ó renguear, y en seguida empieza á secarse por los
cuartos.
“Sigue secándose y al fin se muere.
“El hueso no es fácilmente digerible, y no estando bien
mascado, le uleera los intestinos y el animal muere entecado.
“Cuando está bien mascado es digerible, pero se introdu-
ce en la sangre y se deposita en los bofes, dándoles á estos
.
una consistencia huesosa, por lo que á los animales que comen
hueso, se les encuentran los bofes duros, hasta el punto de no
poderse cortar con el cuchillo, y grandes ulceraciones en los
intestinos. (?)
“Algunas veces el ganado pierde la costumbre de comer
hueso y vuelve á engordar, pero esto no sucede generalmente,
y lo mejor es evitar el mal, pues el ganado que come hueso,
pasa el tiempo caminando de un lado al otro, buscándolos en
el campo.
“Concluiremos este capítulo repitiendo que el uso de la
sal influye en la salud de los animales, mejora la calidad de
la carne, precave y disminuye los efectos de las epizootias y
ayuda favorablemente todas las principales funciones del or-
ganismo.
“La sal gusta mucho á todos los animales. Las aves la
buscan con empeño.
“Las gallinas que no comen sal, comen sus propios huevos.
“En Inglaterra es prohibido el uso de la sal en los palo-
mares pue3 todas las palomas de la comarca se vienen al pa-
lomar en donde la encuentran, dejando abandonados los suyos.
“La sal de roca es una piedra que puede colocarse en el
rodeo ó en el campo en el paradero de los ganados.
EL “GANADO” Y EL SALITEE. 215
“La sal común se coloca haciendo un pequeño pozo, y allí
se hecha para que pueda comerla el ganado, y no se la lleve
el agua. Puede también emplearse, y la emplean algunos, en
otras partes: haciendo un montón de sal, cubriéndola comple-
tamente de paja, y prendiéndole fuego en seguida, á fin de
que derretida la capa superior, forme una costra gruesa y que-
de así, como un mogote de sal que no derriten las lluvias.
“Quizá nuestros hacendados no desatenderán estas indi-
caciones, y se vuelva á la buena costumbre antigua, y aban-
donada por causas superiores á toda voluntad, como se aban-
donan y se olvidan tantas cosas buenas.”
La sal y los ganados.
De un colega profesional, tomamos lo siguiente:
“Cuando les falta la sal á los ganados, sufren una aberra-
ción del gusto; buscan las materias saladas, lamen las piedras
y muros, devoran la madera y la corteza, comen tierra y ex-
erementos. La cantidad deficiente de sal hace disminuir las
secreciones y la digestibilidad de los alimentos.
“Sila falta de sal es peligrosa, no lo es menos el exceso;
hacerla beber demasiado, perjudica las funciones normales de
los órganos digestivos, provoca la desasimilación de las subs-
tancias albuminoides: la sal en fuertes dosis produce irrita-
ción y diarrea,
“Si el exceso y la falta de sal en la alimentación producen
los resultados que se indican, cuando se encuentra en buena.
proporción, su influencia es muy benéfica, excita la sed, el ape-
tito y el celo, pone brillante el pelo de los animales. Produ-
ciendo sed, aumenta la cantidad de agua ingerida, cireuns-
tancia favorablo para las vacas lecheras cuando tienen el agua
á su disposición para podérla tomar á cualquiera hora, sin pe-
ligro de excederse en su uso.
216 ROMULO ESCOBAR.
“Los pastos poco apetitosos, los mejora notablemente, per-
mitiendo utilizar los alimentos que los animales rechazan en
un principio. Actuando sobre la mucosa de la boca, la sal au-
menta la secreción salivar, favoreciendo así el principio de la
digestión. La acción estimulante y el aumento de jugo gás-
trico, facilitan la digestibilidad de algunas substancias poco
asimilables. Las funciones seeretoras de la piel son facilita-
das. Cuando el heno ha sido amontonado húmedo y presenta
un principio de fermentación, es prudente adicionarle de 5á
10 gramos de sal por 100 kilos de pasto, con la que se previe-
nen algunos accidentes digestivos que pueden ocasionar.
“Los forrajes provenientes de terrenos húmedos insalu-
bres, se mejoran igualmente con la adición de sal. La canti-
dad de sal que se debe dar diariamente á cada vaca, es de 40
gramos más ó menos. Cuando los animales pastan libremente
en el campo, se colocan algunas piedras de sal en los corrales,
ó también se pueden poner en bolsas colgadas de los árboles
de los potreros. A los animales mantenidos en establos se les
da la sal disuelta en los alimentos líquidos ó espolvoreada so-
bre los forrajes. Es buena práctica disolver una pequeña can
tidad de sal en el agua que se pone en los bebederos.”
Ansias de roer.
Copiamos en seguida lo que dice un autor desconocido
acerca de esta manía que puede considerarse como una ver-
dadera enfermedad.
“Ansias de roer. — Esta enfermedad se manifiesta por la
propensión, peculiar al animal atacado de ella, de lameró mor-
der los objetos que están á su alcance, especialmente las subs-
tancias saladas. Cuando el mal ha llegado á su período eulmi-
nante, es acompañado de notable decaimiento. Esta ansia de
absorberlas substancias de reacción alcalina, de lamerlos mu-
ros, comer la paja empapada de orina en putrefacción, ete. pa-
_
“EL “SALITRE” Y EL GANADO. 217
rece demostrar con evidencia que existe en el estómago una
formación exagerada de ácidos, que obliga al animal á absor-
ber materias anti-ácidas. Por consecuencia, el mal empeora
hasta tal punto que las vacas atacadas de él devoran con tal
avidez las sustancias calcáreas y arcillosas, las argamasas, los
trozos de tejas, las cuerdas, los trapos, los pedazos de made-
ra podrida, y las materias más asquerosas, á la vez que desde-
ñan los alimentos sanos y el agua pura.
“Esta enfermedad produce poco á poco la frialdad de los
huesos, un decaimiento completo y un estado eaquéctico, al
cual los animales sucumben al cabo de algunos meses ó de más
largo tiempo. Esta afección se encuentra solamente en la es-
-pecie bovina, y especialmente en las vacas ricas de leche: ra-
ra vez es epizoótica ó enzoótica, y ataca primero á los anima-
les aislados, y más tarde, algunas veces, á caballerías enteras.
“En los carneros que habitan caballerizas sucias ó que se
alimentan con forrajes agrios húmedos ó de pantanos, la en-
fermedad se manifiesta por la depravación del apetito, que im-
pele á dichos animales á comer la lana.
“Causas. — Esta afección se atribuye á una alimentación
dañada, y á la de juncos y hierbas de las lagunas: á bebidas
de mala calidad, falta de forraje ó impureza de él, suciedad de
las caballerizas, acumulación de estiércol en las mismas, aire
viciado y fétido, poco aseo de los pesebres y de los vasos que
contienen los alimentos, ete.
“Tratamiento.—Ante todo, alejamiento de las causas que
se presume hayan ocasionado la enfermedad, y el cambio de
localidad.
“Después se administrará al animal el remedio siguiente:
“Bicarbonato de potasa... .... 3 Onzas.
Raíz de genciana en polvo. .....-.... NT
Raíz de acoro en polvo..... A ES ISA
Co o AR co 00 Ars
Raíz de valeriana en polvo........--. e
Mem, Soo. Alzate. México. T 29. (1909-1910), —28
218 RomuLo EscoBAR.
“Se mezclan, administrándose en dosis de una cucharada
sopera tres veces al día. Por este medio se obtendrá una cu-
ración radical en pocos días, á condición de proscribir las cau-
sas de la enfermedad. :
“Dicho polvo debe conservarse en una botella bien tapada,
á fin de evitar que el bicarbonato de potasa caiga en delicues-
cencia.
“El agua de cal es también un remedio excelente para cu-
rar en corto tiempo y en casos poco graves. Por ejemplo, se
dará á beber al animal durante algunos días, cada vez 5 azum-
bres de agua de cal pura. El cuarto día se suspenderá este
tratamiento, y se reemplazará con la receta siguiente:
Raíz de valeriana en polvo .......-.-- 5 ONZAS.
Raíz de genciana en polvo........-... De Ea
Rarzide acoro A. A y
Aceite de cuerno de clervo..........- LA
“Se mezclan y se administra un puñado tres veces al día.
Es raro que sea preciso repetir este tratamiento.
“Se han obtenido también curaciones radicales con el uso
del ácido elorhídrico (muriático), 1 4 onzas en 3 de agua, ad-
ministrado tres veces al día.
El sulfato de sodio en ganadería.
Copiamos en seguida un artículo del Sr. Alfredo Ramos
Montero que publicó “El País” de México el 21 de marzo del
año en Curso.
“EL SULFATO DE SODA EN GANADERIA.
SUS USOS Y APLICACIONES.”
“La forma de completa libertad en que viven por lo gene-
ral nuestros ganados, no permite emplear prácticamente va-
5
EL “SALITRE” Y EL GANADO. 219 2
rias substancias tóxicas condimentarias ó medicinales, que pro-
ducen excelente resultado sobre el estado general de los ani-
males, fortaleciendo su organismo y evitando muchas enfer-
medades más ó menos perjudiciales,
“Sin embargo, las cabañas y demás establecimientos de
animales finos hacen excepción de esta regla, lo mismo que las
estancias que adquieren reproductores perfeccionados para re-
'finar las haciendas y en uno y otro caso interesa á los hacen-
- dados conocer ciertas substancias de uso sencillo y práctico,
“cuya necesidad se hace sentir en el cuidado ds los ganados fi-
nos que á causa de su mismo perfeccionamiento son cada día
más delicados y exigentes.
“Entre estas substancias de fácil y útil aplicación en el
campo, tenemos el “Sulfato de soda” conocido también “Sal
de Glauber,” que puede adquirirse en todas las boticas á un
precio reducido.
“El sulfato de soda es una sal cristalizada, sin olor, de sa-
bor freseo y un poco amargo, soluble en el agua fría y que al-
canza el máximum de solubilidad en el agua de 33 grados de
temperatura.
“Los efectos del sulfato de soda sobre los ganados son muy
variables y dependen principalmente de la cantidad en que se
administra, pues esta substancia puede tener propiedades *con-
dimentarias, tónicas, refrescantes y purgativas.”
“Las propiedades condimentarias y tónicas son semejan-
tes á las de la sal común, desde que activa las funciones di-
gestivas por la excitación que produce sobre la mucosa gastro—
intestinal.
“En dosis mediana, los efectos del sulfato de soda son re-
frescantes, á causa de su acción sobre las vías intestinales y
cuando las dosis se elevan, esta sal obra como purgante pero
sin producir perturbación alguna en el organismo animal, co-
mo sucede en otros medicamentos que hacen perder el apetito,
220 RomuLo ESCOBAR.
ocasionan cólicos, ete. Es uno de las purgantes más sanos y
económicos para los ganados.
“En los animales herbívoros los efectos purgativos del sul-
fato de soda se manifiestan después de las 24 horas, pero en
los carnívoros se hacen sentir de 2 44 horas después de haber
sido administrado.
“El sulfato de soda influye también sobre las secreciones
del hígado y los riñones y es un buen remedio contra las in-
flamaciones é irritaciones internas.
“Y para concluir con las propiedades del sulfato de soda,
sañalaremos que los estudios modernos demuestran que esta
sal es también un verdadero alimento, cosa que no es s de ex-
trañar, teniendo en cuenta su composición.
“Para obtener los resultados que hemos indicado, es ne-
cesario administrar el sulfato de soda á los animales en dosis
adecuadas y de acuerdo con ciertas indicaciones que aseguran
benéfica acción en cada caso.
“He aquí las dosis é indicaciones reconocidas por el Pro-
fesor Terry, conocido médico veterinario francés;
“DOSIS CONDIMENTARIA.
Vacunos y caballares......... 15 4 20 gramos.
Ovinos y porcinos ---........ A RS
“Estas dosis se emplean por ración y en esta forma el sul-
fato de sodio es tan apetecido como la sal común.
“DOSIS TONICAS Y REFRESCANTES.
WEIR TA 100 á 150 gramos.
Caballaros: JE as 504100 ,,
Oyinos. 3424. 22202 IA ALA
“Administrado en esta dosis es muy bueno para los arti-
males fatigados por un trabajo excesivo, faltos de apetito ó
debilitados por alguna enfermedad.
EL “SALITRE” Y EL GANADO. 291
“DOSIS CONTRA INFLAMACIONES.
AA RE 50 á 100 gramos.
ODANOLOS LOS Cao a SIA
Ovinos y porcinos. .-.-....-.. dE!
“Estas dosis deben administrarse á los animales 2 á 4 ye-
ees cada 24 horas.
“DOSIS PURGATIVAS.
Calballares.--- == 2o=. . 500 á 1,000 gramos
ICAnOS acne ass E 2504. 5005 -,,
TO AA LOW AZDES
ECOS: o 16 ss nos 20120004 100
“Cada una de estas dosis corresponde á 24 horas.
“En cuanto al modo de administrar el sulfato de soda á
los ganados, se puede recurrir á varios medios que en cada ca-
so tendrán su aplicación y sus ventajas ó inconvenientes.
“Indudablemente el procedimiento más sencillo consiste
en disolver la dosis de sulfato de soda en el agua que se ha de
dar á beber á los animales, los cuales la toman generalmente
sin inconveniente, sobre todo cuando tienen sed y la dosis no
es exagerada.
- “Cuando los animales se resisten á tomar el sulfato en es-
ta forma puede disolverse en una pequeña cantidad de agua,
que se hace beber á los animales por los medios forzados co-
nocidos para administrar medicamentos y también puede ad-
ministrarse mezclado con miel ó melaza, es decir, en forma
de “electuario,” nombre que reciben en medicina humana y
veterinaria los medicamentos así preparados. Como se ve, no
hay dificultades para emplear el sulfato de sodio, que se di-
suelve perfectamente en el agua fría, pudiendo disolver el
agua calentada á 330 tres veces su volumen de esta sal.
222 RomuLo EscoBAR
“El sulfato de soda puede tener todavía otras aplicaciones
en el campo, dignas igualmente de ser apreciadas, pues una
vez que se le disuelve en agua fría mezclada eon un poco de
ácido clorhídrico, constituye un refrigerante, que puede reem-
plazar al hielo—imposible de encontrar en nuestros campos—
en las aplicaciones sobre las contusiones externas con infla-
mación y en los demás usos de esta substancia en la economía
doméstica.
“De todo lo que hemos expuesto se desprende que el sul-
fato de soda es una substancia de muchas aplicaciones en la
ganadería moderna, muy practica por sus bueuas propiedades,
su costo reducido y su fácil empleo, exento de toda clase de
peligro, aún en las manos más inexpertas, cosa que no puede
decirse de la mayor parte de las substancias medicinales y
que aumenta el valor práctico del sulfato de soda.”
Origen de este estudio.
El conocimiento de estos y otros muchos hechos semejan-
tes nos hizo comprender la importancia que en la alimenta-
ción de nuestros ganados tiene la administración de substan-
cias salinas y lo que más nos llamaba la atención era que esa
necesidad fuera mucho más marcada en unas regiones del país
que en otras.
Sabemos bien que en los pastos y en el agua encuentran
los animales satisfecha esa necesidad en muchos casos, y es
bien conocido el experimento que puede hacerse para evitar
el crecimiento y producir el reblandecimiento del esqueleto en
un cerdo pequeño al que se le dé puramente agua destilada,
pero el caso es que, en fincas con iguales aguas y pastos en
la apariencia, notábamos una enorme diferencia entre las ne-
cesidades que para la sal y el salitre tenían los ganados.
Recogimos cuantos datos pudimos recoger acerca de las
condiciones de las fincas en que el uso de la sal ó del salitre
EL “'SALITEE” Y EL GANADO. 223
es una n2cesidad y á cada paso encontrábamos una confusión
mayor en el asunto y esto nos inclinó á emprender en la Esta-
ción Agrícola de C. Juárez una investigación más extensa por
medio de la distribución de tres á cuatro mil cuestionarios
que mandamos á agricultores de todo el país en los cuales ha-
ciamos preguntas que al parecer eran inconducentes, pero que
esperábamos que nos permitieran aclarar algunos puntos du-
dosos y quizás establecer algunas reglas.
Cuestionarios contestados.
Un gran número de ganaderos de todo el país nos hizo el
favor de resolver las pregurtas que contenían nuestros cues-
tionarios y eliminando en ellos todo lo no conducente é inter-
pretando en muchos casos los hechos consignados hemos for-
mado los siguientes cuadros.*
Consideraciones acerca de los cuestionarios.
Desde luego es lógico suponer que la mayoría de las per-
sonas que contestaron los cuestionarios son ganaderos que
comprenden la importancia del asunto y, más que eso, gana-
deros que viven en fincas donde la necesidad de sal ó salitre
para los animales es patente, porque, como hemos dicho an-
tes, hay muchos lugares donde los pastos y el agua contienen
bastantes substancias salinas para que no se sienta la necesi-
dad de dar esas substancias artificialmente.
Es fundado suponer, igualmente, que una gran cantidad
de los cuestionarios que repartimos fueron á dar á manos de
agricultores que no se dedican á la ganadería, de personas
“ que no quisieron tomarse la molestia de devolverlos ó de in-
1 Se omiten los cuadros en este estudio presentado á la Sociedad ““An-
tonio Alzate” por no ser necesarios.
224 ROMULO ESCOBAR,
dividuos que carecían de datos para dar contestación á las pre-
guntas que se hacían.
Al estudiar los cuestionarios que se nos devolvieron he-
mos procurado hacer algunas interpretaciones que nos pare-
cen razonables, por ejemplo: hemos considerado que el terre-
no es calcáreo donde el interesado no contesta la pregunta
relativa á la naturaleza de las montañas, pero sí dice que la
cal se consigue cerca de la hacienda, y donde no se contesta
de una manera categórica la pregunta relativa á si sufren los
ganados por falta de sal ó salitre, la hemos considerado afir-
mativamente contestada cuando se nos dice que se da sal ó
sal tierra á los animales, puesto que al seguir esa práctica es
porque hay una necesidad no satisfecha naturalmente,
Datos importantes contenidos en algunos cuestionarios.
El Sr. José C. González, de Camotlán, Colima, dice que
dan sal 4 sus ganados cada ocho días porque no kay salitre y
que de no hacerlo los animales se llenan de garrapatas.
El Sr. J. J. Saldívar Luna, de Garza García, N. León, di-
ce que cuando se da poca sal 4 los ganados buscan con ahineo
los terreros.
El Sr. P. A. Gaitán, de Congregación, Hidalgo, consigna
un dato curioso al decir que sus animales tuvieron el vicio de
comer huesos el año pasado en que hubo mucho pasto y que
no lo tienen ahora que hay poco pasto, fenómeno que podría
tener relación con la cantidad de lluvias que en un caso po-
drían haber lavado los terrenos salitrosos y en otro haber for- *
mado bastantes eflorescencias en el suelo.
El Sr. Ramón A. Saenz, de Guerrero, Chih., dice que en
su finca hay terreros que dan tequesquite y que en vez de sa-
lirse sus animales de la finca llegan á ella de las fincas veci-
ans.
EL “SALITRE” Y EL GANADO, 225
El Sr. Fortunato Santos, de Zaragoza, Coah., dice que en
terrenos con buen pasto, donde las montañas calcáreas están
á 28 kilómetros, sufren mucho los ganados por la falta de sal
Óó salitre y que comen huesos aunque se les dé sal.
El Sr. Cleofas Vega, de Milpillas, Chih., dice que cuando
falta salitre, comen tierra los animales y sufren daños porque
no engordan.
= ElSr. Cruz Vega, del mismo lugar, dice que sus ganados
terrean en tiempo de secas y no terrean en tiempo de aguas,
lo que se explica porque en el primer caso existen las eflores-
cencias sobre el terreno y en el segundo son disueltas esas sa-
les por las aguas de lluvia.
El Sr. Flavio Castro, de CO. Fernández, San Luis Potosí,
dice que al Norte no se necesita dar al ganado sal, mientras
que al Sur y al Oeste si tienen los ganaderos que dar sal ó sa-
litre. E
El Sr. Serafín Legarreta, de Zaragoza, (Distrito Hidalgo)
Chih., nos dice que hay terreros en su finca y que ésta se
mantiene invadida por ganados que llegan en busca de aque-
llos y que el yicio de comer huesos se nota donde no hay sal.
Cita el caso de un rancho llamado el “Salitre” donde el gana-
do vacuno no engorda mucho y donde el asnal sufre enferme-
dades que atribuyen á aquellas snbstancias.
El Sr. Francisco Medina, de Irapuato, Guanajuato, nos
dice que usan 120 gramos de sal común por cabeza de ganado
mayor cada 15 días.
El Sr. C. Grijalva, de Pedernales, Chih. cita el caso de
unas reses que ¡se envenenaron el año pasado comiendo ó la-
miendo los huesos de un animal envenenado.
El Sr. Crescencio Rodríguez, de Saltillo, Coah., nos dice
que al ganado menor hay que cubrirle con ramas espinosas los
terreros para evitar que coman tierra con exceso.
El Sr. M. A. Charles, de Venado, Coah., nos dice que hay
en su finca agua y plantas saladas y que solo terrean los ani-
Mem, Soo. Alsate. México. 'T. 29. (1909-1910).— 29
226 ROMULO ESCOBAR,
males que no comen Jauja y Saladillo, así como que comen
huesos los animales que viven donde no hay salitre. La plan-
ta llamada Saladillo no la encontramos citada en ninguna
obra sobre nuestra Flora; pero la Jauja es la Sueda difusa,
que como todas las Quenopodiaceas contienen gran cantidad
de sales.
El Sr. Pantaleón Orozco, de la Primavera, Jalisco, dice
que en media hacienda hay salitreras y agua salada, pero que
en la otra mitad hay que dar sal ó salitre á los ganados cada
8 días.
El Sr. Santana Pérez, de Yepómera, Chih., dice que los ga-
nados terrean más en tiempo de aguas, lo que depende proba-
blemente de ser una región seca donde solo en "ese tiempo se
forman las eflorescencias de sales, condición que aquí es pro-
bablemente distinta de la que existe en Congregación Hidalgo,
El Sr: Lic. J. M. Dávalos, de Zamora, Mich., nos dice que
gastán 120,000 kilogramos de salitre al año para 4,000 cabe-
zas de ganado vacuno, lo que equivale á 30 kilogramos al año
por cabeza, ó sean 82 gramos al día. Esta cantidad que parece
exagerada si se tratara de sales puras no lo es en realidad por
las impurezas que el salitre ó sal tierra pueden contener.
El Sr. Ignacio de la Torre, de La Sauteña, Tamaulipas,
nos dice que los ganados no sufren por falta de sal ó salitre
porque hay la planta llamada Saladilla que suple á aquellas
substancias.
La testamentaría de J. Oliveros, de Celaya, Gto., nos dice
que hay salitre en los terrenos y que los animales no comen
sal aunque se les dé, lo que parece indicar cierta preferencia
por la primera substancia.
El Sr. F. R. Betancourt, nos dice que los animales solo co-
men huesos en tiempo de secas, en un lugar donde hay mu-
cho salitre.
El Sr. Miguel Pier, de Padilla, Tamaulipas, dice que hay
EL “SALITRE” Y EL GANADO, 227
en aquel lugar un zacate muy salado llamado Zacahuistle,
planta que no encontramos en la Sinonimia de Plantas Mexi-
canas.
El Sr. Albino Fernández, de Boquerón, Puebla, dice que
dan sal á los ganados en tiempo de aguas.
El Sr, Ramón Galván, de Jaumave, Tamaulipas, dice que
los ganados sufren por falta de sal ó salitre en los terrenos
montañosos pero no en los terrenos planos, lo que concuerda
con lo que pasa en el Estado de Chihuahua, donde hay mayor
necesidad de sal y salitre en la región montañosa que en la re-
gión de las grandes llanuras.
Como se vé, entre los datos anteriores y en los demás con-
signados en la condensación que hemos hecho de los cuestio-
narios, hay muchos informes importantes; pero se nota des-
acuerdo entre algunos de ellos y por su simple lectura no se
puede llegar á conclusiones de ningún genero.
Hemos querido, pues, hacer una condensación mayor, agru-
pando los datos de diversos modos, para ver si podían descu-
brirse algunas relaciones fijas y hemos formado los siguientes
cuadros:
Condensación de los datos.
Estudio de los diversos fenómenos consultados respecto
á la existencia de cal para construcciones en la misma finca ó
en lugares lejanos:
228 ROMULO ESCOBAR. -
AA IE AAA
CASOS DONDE LLEVAN LA CAL DE- .
Menos Ñ De más
e 2 De244 Detas Desá 16 de 16
A Ii kilómetros. |kilómetros, kilómetros.
|
E E A
Dan sal, salitre Ó sal tie:
rra á los ganados, pro-
bablemente porque no
hay manera de que to-
men esas substancias
expontáneamente en su-||.
ficiente cantidad......[| 5!
(31
(311
(9/9)
o
15
No acostumbran dar sal,
salitre, ni sal tierra á los
ganados, porque terrean
expontáneamente -..-.|| 64 8 21 16 18
Casos en que los animales
comen huesos. .....-.[| 49 1 10
-]
o
,
Casos en que es notable
que los animales salgan
de los fundos en busca
de terreros. 2.2... 51
gl
1.
fund
Co]
dl
o
pu
=]
Las rocas calizas abundan en nuestro territorio y es pro-
bable que si se recogieran datos acerca de la frecuencia de
los casos en que la cal pueda fabricarse cerca de la hacienda
ó finca de campo y de aquellos en que hay que traerla de gran-
des distancias, resultarían más numerosas las fincas que se en-
contraran en el primer caso, lo cual explica la magnitud de las
cifras dela primera columna. Hay que considerar igualmente
que tenemos datos de fincas donde el uso de salitre ó sal se
considera importante, pero no tenemos en la misma propor-
ción de aquellas donde no se considera importante este asun-
to, como lo hicimos notar antes.
,
EL “SALITRE” Y EL GANADO. 299 5
Por consecuencia, deben hacerse estas consideraciones al
interpretar los resultados de esta investigación y tener en cuen-
ta el reducido número de contestaciones recibidas, así como la
forma en que se hicieron las preguntas y se dieron las contes-
taciones, comenzando por desprenderse de las prejuicios que
uno tuviera sobre el asunto.
Debemos confesar que, dado el carácter de nuestras ex-
plotaciones ganaderas, en que los animales se mantienen ge-
neralmente libres, nosotros esperábamos encontrar alguna re-
lación notable y directa entre la distancia á que se obtuviera
cal para construcciones y la necesidad de dar sal ó salitre á
los animales, así como entre esa distancia y el vicio de comer-
huesos.
Deducciones respecto á la abundancia ú rareza de cal.
Z Sin embargo, se vé porlos datos anteriores que esa rela-
ción marcada no existe y parece:
1.—Que es indiferente que se encuentre cal á menos de
2 kilómetros para que sea necesaria ó innecesaria la adminis-
tración de sal ó salitre á los ganados.
2.—Que en caso de haber alguna diferencia es en el sen-
tido de que la existencia de cal cerca de la finca coincide con la ne-
cesidad de dar sal ó salitre á los ganados porque
. 55 casos cuando tienen la cal á menos
: de 2 kilómetros, y en
Z >? ” z
Dan sal ó salitre en | 37 casos cuando tienen la cal 4 más de 2
kilómetros.
64 casos cuando tienen la cal á menos
No dan sal ni salitre de 2 kilómetros, y en
O o eii a e | 63 casos cuando tienen la cal 4 más de 2
kilómetros.
230 ROMULO ESCOBAR
3.—La existencia de cal cerca de la hacienda no es moti-
vo para que el ganado no coma huesos ni para que deje de sa-
lirse del easeo en busca de terreros.
4.—Parece que hay más casos de que los animales coman
huesos en los lugares donde sufren por falta de sal ó salitre,
que donde no sufren, pues las contestaciones de que existe ese
vicio corresponden á ]
52 casos en que los interesados consideran que los gana-
dos sufren por falta de sal ó salitre, y
23 casos en que consideran que no sufren.
Esto parecería indicar que donde faltan sales alcalinas y
sufren por eso los ganados, adquieren el vicio de comer huesos.
Naturaleza de las montañas.
Por otra parte hemos querido arreglar los datos teniendo
en cuenta la naturaleza de las montañas que existen en las di-
versas localidades, previendo que hubiera alguna diferencia en
los fenómenos que se notan cuando estas son de tal naturale-
za que pueda su desagregación producir sales alcalinas, como
sucedería, tratándose de rocas graníticas ó volcánicas, ó cuan-
do fueran de naturaleza calcárea.
Desde este punto de vista pueden agruparse del siguiente
modo las contestaciones que tenemos recibidas:
EL “SALITRE” Y EL GANADO. 231
LOS ANIMALES
e Safren porfalta! Terrean Salen del casco
e sal enel en busca de Comen
óÓ salitre. Campo. terreros. huesos
Dondelas montañas mas|| sí no | sí no | sí no | sí no
cercanas son calcá-
reas solamente..... || 41 35|60 16/30 45|31 44
Además de haber mon-|
tañas calcáreas hay
de otra naturaleza, co
mo graníticas, volcá-
nicas, etc. 1-46 22152 8/3L 36/23 45
Donde las montañas son
de diversa naturaleza, |
pero no calcáreas....|| 41 16/45 11/33 21/12 42
Donde no hay montañas.|| 3 4| 3 5| 1 5| 0 7
Dende luego podemos hacer caso omiso de los datos rela-
. tivos álos casos en que se dice que no hay montañas y redu-
cir los otros á relaciones centesímales para que se aprecien me-
jortodas la diferencias y de ese modo formar la tabla siguiente:
Donde las montañas son
puramente calcáreas...
Donde hay montañas
calcáreas y de otra na-
UILALOZA Vio ci ia
Donde no hay montañas
calcáreas.....-.
CASOS EN QUE LOS ANIMALES *
Sufren, Terrean. Salen Comen huesos.
del casco.
53.9% | 78.9% | 40.0% | 41.3%
67,6% | 86.6% | 46.20% | 33.8%
719% | 80.39% | 61.1% | 22.2%
232 RoMULO ESCOBAR.
Hacemos notar que en el grupo de las rocas no calcáreas
están incluidas las rocas graníticas y las volcánicas, las cuales
contienen generalmente feldespatos que pueden descomponer,
se produciendo sales de potasio y de sodio. S
Es curioso observar cómo cambian las cifras aumentando
ó disminuyendo regularmente en la primera, tercera y cuarta
columna, pero en cambio podemos decir que las variaciones
de la segunda columna, que se refiere á si terrean ó no los ani-
males, no indican nada claramente.
Deducciones.
Parece que puede deducirse de los datos de las otras tres
columnas, primera, tercera y cuarta, lo siguiente:
1.—Que los ganados sufren menos donde las montañas son
de naturaleza calcárea y más donde no son calcáreas, es decir,
donde su composición haría presumir la abundancia en los pas-
tos, en las aguas y en las tierras de las .sales alcalinas. Nos
parece que en este caso es de mneho más peso y más clara la
relación, que en la deducción 2 anotada anteriormente tratán-
dose de la existencia de cal para construcciones cerca ó lejos
de la finca, que es enteramente contraria.
2.—En los terrenos donde las montañas son celcáreas hay
menor tendencia en los ganados para salirse del casco en bus-
ca de salitre, y esa tendencia es mayor donde las rocas son fel-
despáticas. :
3.—Donde las rocas son calcáreas es mayor la proporción
de los casos en que los animales comen huesos y es menor don-
de las rocas no son calcáreas; en otras palabras, parece indi-
car el examen de esta columna que hay una relación inversa
entre el vicio de comer huesos y el hecho de que sufran los
animales porfalta de sal ó salitre, conclusión que está de acuer-
do con la número 3 anotada anteriormente, pero en desacuer-
do con la número 4-
EL SALITRE” Y EL'GANADO. pl 233
Resumiendo puede decirse que estos datos indican que la
necesidad de dar sal ó salitre artificialmente á los ganados au-
menta de los lugares donde las rocas son calcáreas á donde
no lo son y que el vicio de comer huesos está en sentido con-
trario.
Es esta otra conclusión inevitable si se atiende, sin per-
juicio alguno, á los resultados numéricos de los datos que te-
nemos y contraria á la opinión que teníamos de que esa nece-
sidad disminuyera donde las rocas pueden dar en su desagre-
gación mayor cantidad de sales potásicas y sódicas.
¿Los animales que terrean, en virtud de una necesidad de
su organismo, buscan en ese acto sales alcalinas (potásicas y
sódicas) como se eree generalmente ó sales calcáreas?
Parece que lo que buscan son sales calcáreas ú otra subs-
tancia que puede ser el fósforo.
¿Los metales alcalinos tienen en el organismo un papel
distinto que el calcium?
Parece qne sí, como lo veremos más adelante, al menos
cuando se ingieren al estado de carbonatos.
¿Los animales que comen huesos lo hacen por la necesi-
dad que sienten de ingerir sales calcáreas?
Parece que no, puesto que donde más se nota ese vicio es
donde la cal abunda en los terrenos y quizá lo que buscan sea
el fósforo solamente, que también contienen los huesos y que
es de las substancias más necesarias.
¿En la practica puede el ganadero satisfacer la necesidad
de sus animales suministrando sal común ó cloruro de sodio
únicamente?
No obstante la contestación que hemos dado á la primera
pregunta y la creencia de que en muchos casos lo que se ne-
tesita es el fósforo creemos que sí, apoyándonos en la prácti-
ca de todos los ganaderos que dan á sus animales sal, y, lo que
si podemos afirmar, es que esa práctica no puede producir ma-
les en ningun caso, porque los ganados no tomarán esa subs-
Mem. Soo. Alzate. México. T 29.(1009-1910).—30
234 RoMULo ESCOBAR.
tancia cuando no la necesiten y en cambio se logrará beneficio
en la mayoría de los casos,
Papel de las sales en el organismo animal.
Las materias salinas contenidas en el cuerpo de los anima-
les no desempeñan ningún papel como fuentes de energía y
parece que su función más importante es mantener una com-
posición normal y una presión osmótica uniforme en los teji-
dos del organismo.
El Sr. F. C. Cook, fisiologista de la oficina de química del
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, dice lo
siguiente en un estudio importantísimo que se titula “Meta-
bolismo de Fósforo orgánico é inorgánico.”
“La importancia especial de sales de calcio en la coagula-
ción de la sangre y en la formación del coágulo de la leche es
bien conocida, así como la acción peculiar de las sales de cal-
cio, de potasio y de sodio en las contracciones rítmicas del eo-
razón y enla irritabilidad delos tejidos muscular y nervioso.”
“Forster alimentó á perros con grasas é hidratos de carbo-
no libres de substancias salinas y con carnes lavadas hasta re-
ducirles la cantidad de sales que contenían. Los animales es-
taban moribundos de los 26 á los 36 días. Es probable”que
hubieran vivido más tiempo si se les hubiera privado por com-
pleto de alimentos, dándoles pura agua, puesto que el metabo-
lismo de la abundante comida que se les dió ayudó á aumen-
tar la pérdida de las sales contenidas en el cuerpo”.....-...
“El metabolismo del calcio ha sido extensamente estudia-
do. Hay dos formas de calcio que entran en la composición
de nuestros alimentos y bebidas: la forma orgánica en la le-
che, huevos, semillas, ete., y la forma inorgánica que consiste
principalmente en carbonato de calcio, sulfato de calcio y fos-
EL “SALITRE” Y EL GAxaDo, 235
fato de calcio. Anibas formas son absorbibles, dependiendo la
cantidad absorbida de que los alimentos se tomen simultanea-
mente.”
“Entre otros factores que influyen sobre la absorción del
calcio puede mencionarse el cloruro de sodio, que aumenta, y los
álealis que disminuyen la cantidad de calcio que se absorbe. Como
se ha dicho antes, existe una relación íntima entre el calcio
y el ácido fosfórico.”
“Según Bunge y Bertram el calcio del alimento vegetal no
es tan facilmente absorbido como el del alimento animal.”
“Da propiedad más característica de la caseína es la de
coagularse con cuajo en presencia de una cantidad suficiente-
mente grande de sales calcáreas. En soluciones privadas de
sales calcáreas la caseína no se coagula con el cuajo, ete.”
“En estados patológicos como en la raquitis y en el reblan-
decimiento de los huesos, se ha encontrado una oseína que no
produce nada de gelatina típica al hervirlos con agua. En otras
palabras, estos estados patológicos-parecen afectar principal-
mente la composición cuantitativa de los huesos y muy espe-
cialmente la relación entre las substancias orgánicas y las inor-
gánicas.”
“La importancia del calcio para la actividad del sistema
nervioso y de los músculos ha sido estudiada por muchos in-
vestigadores. Las conclusiones á que han llegado son que si
la cantidad de calcio se disminuye aumentará la irritabilidad
nerviosa y muscular y que esta disminuye cuando se aumen-
ta la cantidad de calcio. Ringer demostró que él corazón de
una rana puede mantenerse latiendo por largo tiempo en una
mezcla de eloruro de sodio, cloruro de potasio y fosfato ó elo-
ruro de calcio, atribuyendo especial influencia á la sal de cal-
cio.
236 RomULo ESCOBAR.
“El calcio produce un estado de contracción mientras que
el sodio y el potasio producen un estado de relajación.
Tigerstedt afirma en su obra que las sales de calcio favo-
recen las contracciones del corazón mientras que las de pota-
sio influyen en sus relajamientos.
“Los huesos pueden, sin duda alguna, servir como alma-
cenes de calcio y quizá también de magnesio. La cantidad de
calcio en los huesos disminuye cuando un animal se sujeta á
una alimentación pobre de calcio.
Explicación de los hechos que resultan
de esta investigación.
Hemos querido copiar estas afirmaciones del estudio del
Sr. Cook porque nos dan mucha luz en el asunto que estudia-
mos.
Al pensar en la diversa acción de las sales alcalinas apun-
tada por el Sr. Cook hay una diferencia en propiedades que
nos interesa mucho para explicar los resultados contenidos en
nuestras investigaciones. Ñ
Los cloruros de sodio ó de potasio, así como los nitratos,
tienen la propiedad de escapar á la acción absorbente de la
tierra y la atraviesan con el agua subterránea, razón por la
cual, en el curso de los siglos, se van almacenando esos cloru-
ros en el agua del océano, lagos y mares interiores. Los car-
_bonatos de potasio y de sodio, que son á los que se refiere el
Sr. Cook con la palabra álcalis, no tienen esa propiedad y la
tierra los detiene de cualquiera solución que la atraviese.
En los terrenos formados por rocas que contienen feldes-
pato, que es un silicato doble de aluminio y de potasio ó de so-
dio, deben encontrarse las sales de estos dos últimos metales,
más en la forma de sales que la tierra retiene que en la for-
4
EL “SALITRE” Y EL GANADO. * 937
ma de cloruros ó nitratos, que son arrastrados por las aguas,
porque escapan á la acción absorbente de la tierra.
Si el eloruro de sodio, euyas propiedades sou muy seme-
jantes á las del cloruro de potasio, aumenta la asimilación del
calcio en el organismo y los carbonatos alcalinos la disminu-
yen, como lo dice el Sr. Cook terminantemente, parece que
quedan explicados tres hechos: Primero: que nuestros gana-
dos sufren más eu los terrenos que provienen de rocas feldes-
páticas, donde falta el calcio y donde la naturaleza de las sa-
les alcalinas (carbovatos), hace que disminuya ó se dificulte la
absorción del calcio.
Segundo: que no son sales alcalinas las que buscan nues-
tros ganados al terrear, sino sales calcáreas, cuyo metal, el cal-
elo, tiene una relación íntima eon la absorción del fósforo.
Tercero: que el cloruro de sodio, facilitando la absorción
del calcio, puede bastar en la práctica, como lo afirmamos an-
tes, para satisfacer las necesidades de nuestros ganados, por-
que sirve de una manera indirecta.
Faltaría explicar el hecho de que la frecuencia de anima-
les que comen huesos sea mayor en los terreos donde las
montañas son caleáreas, fenómeno que parece resultar com-
probado del resumen de nuestros datos.
Debemos confesar que no encontramos explicación á esa
relación inversa que parece existir entre el vicio de comer hue-
sos y la necesidad reconocida ¡por los hacendados de dar sal ó
salitre á los animales y creemos que pueda deberse ese resul-
tado obtenido en nuestra investigación ó bien á mala natura-
leza de los datos que se nos ban comunicado ó á algún fenó-
meno fisiológico que desconocemos. -
La sal común para corregir el vicio de comer huesos.
En todo caso, el interés práctico que tiene este asunto pa-
va nuestros ganaderos, queda satisfecho indicando que para co-
rregir el vicio de comer huesos debe recurrirse á la adminis-
228.» Roxmrr.o EscoBAR
tración del eloruro de so:lio:ó sal común, según se d-sprende
de la eficacia de esta substancia para aumentar la asinmil+ción
del calcio y del fósforo, así como de la opinión, casi u: ánime,
de los señores ganaderos que han tenido la bondad de contes-
tar nuestros cuestionarios.
El uso de la sal común debe ser general.
Además, puede establecerse como general la siguiente re-
gla: conviene dar sal común á los ganados en todos los casos,
seguros de que solamente la tomarán los animales que la ne-
cesiten, y aunque haya en la finca lugares llamados salitrosos,
donde se ven etlorescencias de substancias salinas, porque
bien pueden ser estas de las que impiden ó disminuyen la asi-
milación del calcio en vez de ser de las que la favorecen.
Osteomalacia.
De la naturaleza de esta enfermedad y de los medios que
se recomiendan para combatirla resulta una comprobación de
gran peso para las deducciones é hipótesis que hemos hecho
en el curso de este estudio.
Está enfermedad consiste en un estado de fragilidad es-
pecial ó reblandecimiento de los huesos de los animales adul-
tos, debida á la reducción de las substancias calcáreas conte-
nidas en ellos, reducción que puede ser originada por falta de
nutrición calcárea ó por desasimilación de ella por la acción
del ácido láctico producido en el organismo, según una teoría
que ha sido bien definida aunque no aceptada en lo general.
Es común esta enfermedad en las vacas muy lecheras, y
en las vaquillas en los períodos avanzados de la gestación.
Está acompañada generalmente, de enflaquecimiento, ca-
tarro gastro-intestinal y de una aberración del gusto que ha-
ce al animal comer estiércol, tierra, hilachas, madera y huesos.
Hay debilidad muscular, temblores y apoyo intermitente
EL “SALITRE” Y EL GANADO. 239
del cuerpo en los miembros posteriores, marcha díficil y con
frecuencia se nota un sonido especial con el juego de las arti-
culaciones,
Las fracturas de los huesos son muy frecuentes y la solda-
dura es díficil.
El Médico Veterinario V. T. Atkinson en un estudio que
titula; “Huesos: enfermedades y accidentes” relativo á enfer-
medades del ganado vacuno, dice lo siguiente:
“La enfermedad (osteomalacia) en los Estados Unidos es-
tá limitada á ciertas zonas localizadas en el Suroeste, conoci-
das con el nombre de distritos alcalinos (Alkali districts) (sic)
y á las regiones de Nueva York donds se ha explotado desde
hace mucho tiempo la industria lechera. La causa de está en-
fermedad es la insuficiencia ó falta completa se sales calcá-
reas en la alimentación, así como el consumo de heno produ-
cido en lugares bajos y pantanosos, desechos de las cocinas,
papas y la excesiva cantidad de ganados en los agostaderos.
desprovistos de sales calcáreas y se ha observado después de
los períodos de sequía.”
Vemos por lo anterior que la presencia de carbonatos al-
calinos en las tierras puede tener gran influencia en el mal de
que nos ocupamos.
El mismo autor recomienda para combatir esta enferme-
dad un cambio de alimentación, y la administración de sales
terrosas, como el fosfato de cal y de magnesio; el uso de fo-
rrajes ricos en substancias minerales como los granos, el sal-
vado y la harinolina.
Puede recurrirse al polvo de huesos ó al fosfato de cal pu-
to, agregándoles en pequeñas dosis en los piensos, así como
el agua de-cal agregada á las bebidas.
Termina el citado autor diciendo: “El cambio del ganado
á agostaderos donde la enfermedad no se presenta y el empleo
liberal de sal común y de la harina de huesos son los mejores
240 ROMULQ ESCOBAR.
/
recursos para combatir esta enfermedad en el ganado de las
grandes haciendas.”
Los Sres. Gagny y Grobert en su Diccionario de Vete-
rinaria tratan extensamente de esta enfermedad y concuer-
da lo que dicen con las opiniones que hemos citado del Sr.
Atkinson.
Ciudad Juárez, Chihuahua, Noviembre 12 de 1909.
SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ,, ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29, 241
Observations sur la morphogénese en Plasmologie,
ALBERT et ALEXANDRE MARY.
Les organismes rudimentaires dont la structure rappelle
le mieux les imitations protoplasmiques réalisées par Biits-
chli avee des mélanges Veau, 'huile, et de soude ou de chlo-
rure de sodium, les Myxomicetes, changent de forme et se dé-
placent á la maniére de ces imitations elles-mémes. Ils par-
courent quelquefois des distances considérables; et la vitesse
de raptation, d'aprés Cienkowski et Van Tieghem, dépasse
03 par minute chez Physarum et 0""4 chez Didymium leuco-
pus. Pendant cette marche, mille courants traversent la subs-
tance fondamentale: microscopiques “ riviéres de protoplasma,”
qui confluent au point oú le mouvement a commencé.
Il n'est pas diffcile de reproduire artificiellement ce mode
Vactivité, qui existe également dans les cellules animales ou
végétales. De trós intenses courants, accompagnés de con-
“tractions vacoulaires, se manifestent dans tout melange récent
Valcool et Vean, ou de silicate de potasse. Une goutte de fu-
ehsine, en diffusion dans le silicate de potasse, laisse des la-
eunes ou intervalles, du bord desquels se détachent des glo-
bules arrondis limités par une membrane et pleins de granu-
lations de fuchsine; ces corpuscules nagent dans les lacunes
Mem. Soc. Alaate, México. T. 20, (1909-1910) —31
242 ALBERT¿ET ALEXANDRE 1 ARY.
par contractilité générale, comme les amibes des eaux dor-
mantes. 4
La morphogénie (on évolution de la forme) et la motilité
élémentaire tiennent Pune et Pautre á la nature des courants
Vosmose ou de diffusion.
Si ces courants sont équipotentiels et d'orientation symé-
trique, la forme est réguliére, et la motilité, nulle.
L'ensemencement, avec des cristallites de sulfate de zine,
Vune goutte de solution gélatineuse et salée de ferroeyanure
de potasium (avec traces de silice), engendre des formes ra-
diaires une idéale regularité. 11 en va de méme pour le sul-
fate Vammoniaque pur daus le silicate de potasse dilué. Le
sulfate de euivre ou le sulfate ferreux dans une solution aqueu-
se de phosphate de soude, ou le phosphate de soude dans une
solution de cacodylate de magnésie, produisent des cellules
rondes invariables. La précipité Fe (C Az)" FeK?, déseché, pul-
verisé et semé dans le silicate de potasse sirupeux, donne des
lépocelles sphériques souvent pourvues une noyau avec nu-
cléole, etc.....- .
Si, au contraire, les champs de diffussion ne sont pas com-
posés de lignes de force symétriques et équipotientelles, la
morphologie se ressent de ces inégalités. C'est es que démon-
tre Vétude: 12 des diffusions proprement dites; 2% des émul-
sious; 32 des ervissaneces osmotiques.
a) Difusions —Une goutte Venere noive prend une forme
amiboide lobée dans Peau fortement gommés, Diffusion ami-
boide, encore, cells du bichromate de potasse dans une disso-
lution aqueuse de soude a Palcool et de ferrocyanure de potas-
sium. -
Parfois, les actions pólaires produites par les différences
osmotiques des liquides en présence, se manifestent par un
seul courant ou faiseean de courants centrifuges. Un cristal
de phosphate de soude se dissolvant dans Peau colorée par l'en-
eve noire, difínse d'un seul cóté. Les figures coméntaires de
OBSERVATIONS SUR MORPHOGENESE EN PLASMOLOGIE. 243
permanganate de potassium du célebre professeur mexicain
A. L. Herrera, Y et celles de sulfate de cuivre dans le cinna-
mate de sodium, sont dues au méme phénoméne.
b) Emulsions.—Ce genre de préparations plasmogéniques
a été particuliérement étudié par A. L. Herrera.
Derniérement, le savant biologiste nous signalait une tech-
nique dont il avait obtenu d'excellents résultats. On introduit,
dans 10 e.e. Veau saturée d'acide carbonique, 0.10 de silicate
de soude, puis 0.50 de chaux en bouillie épaisse. On agite aus-
sitót. Chaque particule de chaux s'enveloppe d'une aire de car-
bonate et silice coagulée, et reproduit des aspects d'Infusoires,
spores, protoplasma granuleux.
En modifiantles conditions de lexpérience, nous avons no-
té de non moins curisuses morphologies. On prend:
ORNATO 20d ta io 5 C.C.
Eau distillée...... A 10
Solution saturée de phosphate
ESO ES A 5
Silicate de potasse sirupeux... 0,50
Chaux lavée, en bouillie ...... 1
On dépose une goutte du mélange sur le porte—objet. Aprés
une demi-heure environ, la préparation acquiert une grande
netteté et peut étre examinée avee profit. Comme dans les
essais de Herrera, ce sont les formes de protoplasme granu-
leux, de spores et VInfusoires (Kolpodes, Paramécies), qui se
montrent les plus abondantes. 5i Pon ajoute une goutte Veau
de mer sur le porte objet, il se dessine autour de chaque cor-
puscule une large zóne de diffusion formée par 'émulsion gra-
nuleuse extravasée: des formes cellulaires, des formes radiai-
(1) Ct. Boletin del Comité Nacional Mexicano de la Alianza Científica
Universal, Suin 1908, planches 1 et Il.
244 ALBERT ET ALEXANDRE MARY.
res, de magnifiques amibes, apparaissent alors 5 pon á peu dans
le champ du microscope.
c) Croissances osmotigues.—Les précipités de double décom-
position ont fournila matiére premiére des meilleures manipu-
lations de biologie synthétique. Mais les méthodes suivies par
les auteurs pour en rechercher les propriétés, cnt été tres di-
vergentes.
Herrera place á une cerlaine distance, au sein de la mé-
me goutte d'eau (faiblement silicatée), un petit cristal de deux
sels susceptibles d'agir Pun sur Pautre. Les cristaux se dissol-
vent lentement, leur surface de diffusion s'étend, et, vers Pin-
tersection des deux solutions, naissent une foule de figures
organoides précipitées. U
La techuvique de Bóttger, Traube, S. Leduec, Gariel, ete.,
consiste á utiliser lun des sels en granules, comme semences,
Pautre en dissolution, comme milieu nutritif. C'est ee procédé
que nous avons appliqué aux observations micrographiques.
Les publications du Dr. S. Leduc ont révélé que Pon peut,
en agissant sur la pression osmotique, modifier lintensité ou
la direction des courants, et diriger la morphogénie. -Les orga-
nes terminaux sphériques des pseudophytes (ou plantes artifi-
cieJles, metallsalzvegetationen), *obtiennent en diluant la solution
dans laquelle S'effectue la eroissance, c'est-á-dire en dimi-
nuant la pression osmotique; si Pon augmente ensuite, cette
pression, la eroissance reprend en hauteur, et Pon a des orga-
nes terminaux piriformes. €
Nous avons rappelé, daus nos Etudes expérimentales sur la
génération primitive, la “fexibilité morphologique” des pseudo-
phytes. En aditionnant la solution-mére de diverses substances
(1) Cf. A. L. Herrera, Fenómenos de vida aparente; in Boletin del Co-
mité Nacional Mexicano de la Alianza Científica Universal, T. 1, N? 1 (Mars
1908) p. 19 et suiv.
(2) S. Leduc, Essais de biologie synthétique, in Biochemische Zeitschrift,
1908, p. 283,
OBSERVATIONS SUR MORPHOGENESE EN PLASMOLOGIE, 245
chimiques, on réalise autant “Vespéces” typiques: vermifor-
mes avec le chlorure de sodium sans gélatine, épanouies aux
extrémités avec le chlorure d'ammonium, épineuses avec l'azo-
tate de potassium, ete ... On influe aussi facilement sur les
éléments pseudo—histologiques, qui s'effilent aux deux bouts
dans le sulfite de sodium, deviennent variqueux dans le bisul-
fite de sodium, fibri laires dans le sulfure de sodium, eylindri-
ques eb conrts daus le bichromate de potassium. Y
Les pseudoeytodes que nous avons préparés, en 1908, avec
des eristallites des sulfates ferreux dans une solution de sul-
fate Vammoniaque et de ferrocyanure de potassium (avec tra-
ces de silicate), eroissent abondamment et confusément quand
le sulfate Vammoniaque fait défaut, émettent des pseudopodes
allongés si la proportion en est assez forte, demeurent sphéri-
ques et inertes lorsqwil se trouve en excós. Ameba quarta ne
se comporte pas autrement si on ajoute des traces de chloru-
re de sodium á Peau ot elle vit. %
Voici quelques résultats nouveaux obtenus dans notre la-
boratoire:
Sulfaté8 de cuivre dans soude á Palcool: amides;
Sous-azotate de bismuth dans carbonate de soude: cellules
nuclées;
Sulfato ferrique dans silicate de potasse trés dilué; cellules
sans pseudopodes, bourgeonnant avec intensité;
Sulfate de zinc dans ferrocyanure de potassium (solution
faible): cellules 4 pseudopodes réticulés analogues á ceux des
Radiolaires; ¿
Soude pure dans sulfate de cuivre (solution faible): ami-
des;
(1) $. Leduc. La diffusion et losmose, in C. R. Association frang. pour
Pavancement des Sciences, 1907.
(2) Alb. et Alex, Mary, Efudes expérimentales sur la génération primi-
tive, Paris, 1909, p, 41 et 42.
246 ALBERT ET ALEXANDRE MARY,
Sulfate ferreux dans carbonate de soude: cellules avec erois-
sance linéaire unique et multicellulaire;
Sulfate de cuivre danssilicate de potasse dilué: cellules a
développement unilatéral; émission finale de pseudopodes dé-
liés; ruptures d'équilibre et motilité générale;
Sulfate ferreux._dans eau marine (65%) et silicate de po-
tasse (35%): bourgeonnement actif et émission de pseudopo-
des trés réduits; ete....
Mentionnons surtout ici nos plus récentes tentatives d'0v0
eytose plasmogénique, pour le moins aussi satisfaisantes que
les expérienees du Dr. Martin Kuekuck sur les sels de ba-
ryum. z
La cellule engendrée par un trés petit cristal de sulfate fe-
rreux dans une dissolution de ferrocyanure de potassium, res-
te arrondie, sans pseudopodes, si Pon ajoute au milien de cul-
ture une solution de phosphate de sonde; mais elle se multi-
plie, et les cellules-filles Sagglomérent en une superbe morula,
stade embryologique commun á tous les Métazoires. La eolo-
nie aceroit par karyokinese A Pintérieur et par bgurgeonne-
ment á la périphérie. L'énergie du processus s'aceroit si Pon
substitue á Peau distillés de Veau marine étendue.
Trop saturée, la solution ferroeyanique phosphatée ne per-
met que Pémission de pseudopodes. Trop diluée, elle donne
lien A de grandes cellules rondes, incapables de se multiplier.
Pour obtenir une morula, on peut opérer dans les conditions
indiquées ci-aprés:
Eau de mer diluée........ 3 101c:6:
Ferrocyanure de potassium (so-
lution saturée)........... 0.50
Phosphate de soude (sol. sat).. 0.50
»
(1) Kuckuck. Die Lósung des Problems der Urzeugung, Leipzig, 1907.
OBSERVATIONS SUR MORPHOG£NESE EN PLASMOLOGIE. 947
Ainsi, le composé phosphaté semble jouer un róle pure-
ment osmotique, mais prépondérant, dans la multiplication et
le groupement des cellules, et Phérédité de la forme morula se
rapporterait á la loi de constance osmotique de R. Quinton.
Quelques faits biochimiques appuient cette proposition.
I'hérédité (ou conservation intime des conditions matérielles
de lévolution des étres, de leur milieu formateur), a pour sióge
précis le boyau nucléinien, ou, chez les eytodes á noyau diffus
ou sans noyau, les granules phosphorées du paraplasma. Un
organisme unicellulaire á nucléine localisée, le Stentor, par
exemple, étant divisé en deux fragments, lun nucléé, Pautre
privé de noyau, le segment nucléé seul est apte á la reprodue-
tion (la nucléine n'est qu'un plasma phosphoré). Le liquide
séminal est trés riche en phosphates. Pour 100 parties de cen-
dres, le sperme humain laisse 25 parties de sels divers et 75
de phosphate de calcium (Vauquelin et Kólliker). La laitance
de carpe, dans les mémes conditions, donne 13.4 parties de
sulfates alealins, 36.5 de chlorures alealins et 5U de phospha-
tes de calcium et de magnésium ((Grobley). L'évolution des
cellules-germes primitives et la procréation actuelle des orga-
nismes sont done probablement conditionnées en partie par
les dérivés du phosphore. “Point de phosphore,” a dit L.
Bichner, “point de pensée.” Point de phosphore, devons—
nous ajouter, point de reproduction. Etrange confirmation
technique de la eroyance populaire á la solidarité de la matiére
nerveuse et du liquide fécondant! Si, en raison d'excés véné-
riens, les phosphates de Porganisme se trouvent soutirés pour
constituer un sperme surabondant, les éléments nerveux, par
contre—coup, subissent une dégénérescense rapide: la patho-
logie nerveuse wen est Vailleurs plus á apprendre le parti
qwelle peut tirer de Pétude des antécédents sexuels des ma-
lades.
T'adjonetion, an liquide ferrocyanique phosphaté, de pe-
tites quantités de chlorure de sodium, sulfate de magnésie et
248 ALBERT ET ALEXANDRE MARY,
carbonate de chaux, produit (toujours avec des eristallites de
sulfate ferreux), des colonies ramassées sur elles-mémes et
pourvues d'une cavité en cul-de-sac, communiquant au-
dehors par un méat (blastopore) caractéristique de la forme
embryologique gastrula. Les quelques premiéres cellules im-
médiatement issues de Vélément original, sont assez grosses eb
demeurent les moins nombreuses. Par bourgeonnement, nais-
sent ensuite un plus ou moins grand nombre de cellules d'un
diamótre bien moindre; ees deux productions distinctes répon-
dent á la différenciation embryonnaire des blastoméres en
deux groupes, ou feuillets germinatifs.
Des essais prócédents, comme des innombrables reconsti-
tutions histologiques, botaniques et zoologiques de Herrera,
Ledue, Kuckuck, Harting, etc., se dégagent des apercus théo-
riques d'une valeur biologique inestimable.
Tls renforcent le bien—fondé de la .doctrine Moniste, en
montrant Punité et Pluniversalité de la Vie, la faculté de va-
riabilité de Pespéce minérale et Pévolutivité des pseudo-orga-
nismes.
Tls attestent que les mouvements et les formes traduisent
uniquement les relations des corps avec leur ambiance.
Tls prouvent,—contrairement á ce que pensent beaucoup
d'évolutionistes, —que point n'est besoin de longs siéeles
pour bátir une morphologie complexe, si le milien s'y préte
des Pabord.....-.
Une fois ces conclusions admises, —et comment ne pas
admettre des conclusions qui sont des groupes de faits ?—il de-
vient indiscutable que les morphologies organisées sont au
moins partiellement louvre directe de Pinorganique, et que la
OBSERVATIONS SUR MORPHOGENESE EN PLASMOLOGIE. 249
genése des formes animées ne connait Vautres lois que celles
de la diffusion et de P'osmose.
Echanges de matiére et en méme temps d'énergie, recher-
che un équilibre sans cesse poursuivi, jamais définitivement
atteint, telle est la grande tendance qui préside á la vie et
aux transformations des organismes comme A l'activité et aux
mutations de 1' Univers.
Beauvais (France), ce 28 Aoút 1909.
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29.(1909-1910). —32
250 ALBERT ET ALEXANDRE MARY.
Désignation des figures.
(Planche XV).
a, Diffusion amiboide Vun cristal de bichromate de potas-
sium dans une dissolution de soude a Valeool avec ferrocyanu-
re de potassium.
1.—Infusoires et spores produits par des émulsions calciques
en présence du silicate de potasse et du phosphate de soude.
2 4 4.—Amiles, cellules et forme radiaire (suite de Vexpérien-
ce précédente),
5.—Amibes (sulfate de cuivre, soude á Valeoo!).
6.—Cellules nuclées (sous-azotate de bismuth dans carbona-
te de sodium).
" 7.—Exemples de bourgeonnement (sulfate ferrenx dans eau
de mer et silicate de potassium).
8.—Pseudo—morules.
9.—Pseudo-gastrules.
fo
Mem, Soc. Alzate. Ab OE
Albert Mary del!.
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. 251
EL ISURGENTE FRANCISCO AYALA,
POR
MIGUEL SALINAS, M, $. A.
No siempre salen á luz las acciones meritorias de los hom-
bres, ni siempre, por consiguiente, puede la posteridad re-
crearse con el recnerdo de ellas. Miriadas de actos de valor
sublime, de abnegación heroica y de otras excelsas virtudes
han quedado y quedan de continno sepultados en el olvido.
Sin embargo, todos aquellos cuyo heroísmo no ha logrado de-
jar huella en la memoria delas gentes, han contribuído al me-
joramiento y bienestar de sus semejantes, y bien "merecerían
que se alzase un gran monumento á su memoria, con una ins-
eripción que, imitando la que Esquiros propuso para los már-
tires anónimos de la Libertad, dijera: 4 los héroes ignorados la
humanidad agradecida.”
Algunos mexicanos heroicos no han podido sustraerse á
esa ley. Entre los que se sacrificaron en la guerra de Inde-
pendencia, algunos han alcanzado fama, han sido cireundados
por los fulgores de la gloria, mientras otros han pasado inad-
vertidos.
Entre estos últimos se cuenta Francisco Ayala, que fué el
primero que derramó su sangre por la independencia patria
en el territorio que hoy forma el Estado de Morelos. Ya el Sr.
D, Francisco Sosa que ha emprendido la tarea loable y meri-
252 MIGUEL SALINAS.
toria de sacar á luz á muchos mexicanos ignorados, escribió
la biografía de Ayala; en “México á través delos siglos” se re-
latan y ensalzan las hazañan de este luchador abnegado; y la
Legislatura del Estado de México, por decreto de 13 de mayo
de 1868, mandó dar al pueblo de Mapastlán el título de Villa
de Ayala.
No obstante esto el nombre de Ayala no es tan popular co-
mo debiera; y para procurar su popularidad, para llevar el re-
lato de sus hazañas y de su martirio á los hogares morelénses,
voy á escribir la presente relación en un momento propicio,
cuando el país todo se apresta á celebrar el primer centenario
de la Independencia. Tal celebración es testimonio elocuente
de que la obra emancipadora de nnestros padres es conside-
rada por nosotros como obra justa, santa y gloriosa; y por en-
de, consideramos dignos de loa á todos aquellos que contribu-
yeron á ella con alteza de miras y la honraron con acciones
heroicas y egregias virtudes.
.” hd
Al Sur de la H. Cuautla, como 4 8 kilometros de distancia,
se encuentran hoy las ruinas de un antiguo ingenio quese lla-
mó Hacienda de Mapastlán. Al $S. O. del arruinado ingenio, á
cuatrocientros metros de distancia, está la Villa de Ayala, an-
tes pueblo de Mapastlán, en la orilla de un riachuelo ó barran-
ca que atraviesa la comarca de Norte á Sur, y que se llama
Chiconahuapan, quizá por que recibe las aguas de varias ha-
ciendas, pues según el distinguido filólogo Don Cecilio A. Ro-
belo, la voz significa nueve aguas. Esta barranca pasa al Po-
niente de Cuautla, y antes de llegar á la Hacienda de Mapas-
tlán, da varias vueltas ó hace curvas, y en su margen izquier-
da se alza el pueblo de Anenecuilco. El Sr. Robelo descompone
así este vocablo; A—nenecuil-co: viene de atl, agua; nenecuiltic,
torcido; y co, en: donde el agua da vuelta.
0
EL INSURGENTE FRANCISCO AYALA. 253
Al otro lado del riachuelo que tambien llaman de Anene-
euilco, y cerca del arrninado inzenio, está un establecimiento
de beneficiar metales, llamado El Mortero de Mapastlán. En
él, en distintas épocas y desde hace sig'os, se han molido los
minerales sacados de las minas de Huautla.
El pueblo de Mapastlán es relativamente moderno. En un
mapa de Cuautla, levantado en 1743 por orden del virrey con
de Fuenclara, se ve el ingenio de Mapastlán, pero no el pue-
blo; y en la relación que acompaña al mapa, se dice que al Sur
del ingenio, á un tiro de escopeta, y en la orilla del río, hay
una ranchería compuesta de seis familias de mestizos y quin-
ee de mulatos libres. Esta-anchería era ya en 1810 la congre-
gación de Mapastlán que fué erigida en pueblo por la Legisla-
tura del Estado de México en 1834,
El Sr. D. Octaviano Palacios, Diputado varias veces á la
Legislatura d+l Estado de Morelos y originario de la Villa de
Ayala, me ha referido que en su familia hay la tradición de
que á principios del siglo XVIII se verificaban frecuentes ro-
bos y asaltos cerca de la Hacienda, precisamente en el paso
del río, llamado entone=s Puso de la Gallina, y que para evitar-
los, un antepasado del Sr. Palacios propuso al administrador
de la finca que le permitiese ir á vivir, con otros vecinos de la
vieja Hacienda de Mapastián, al lugar de los robos, para que
éstos cesaran. Se establecieron, en efecto, allí algunas fami-
lias que en 1743 formaban la ranchería mencionada en el do-
cumento antes citado, y que después formaron el pueblo de
Mapastlán hoy Villa de Ayala.
El relato que hago en estas líneas difiere en algunos pun -
tos importantes del que hacen los Sres. Sosa y Robelo, uno en
la biografía de Ayala y otro en unas revistas del Estado de
Morelos. No sé donde tomarían sus datos estos señores; yo to-
251 MIGUEL SALINAS.
mé los míos de un manuserito que existe en Cuautla en poder
de Don Lucio Montero, y que acaba de ser publicado por el
Dr. Antonio Peñafiel en una compilación de documentos y fo-
lletos, titulada “Ciudades Coloniales.”
El autor del manuscrito fué Don Felipe Benicio Montero,
natural de Cuautla y testigo de los sucesos que narra. Cuen-*
ta éstos con nimios detalles, lo enal prueba que estaba bien
enterado; y escribió pocos años después de los acontecimien-
tos, cuando estaban fre=cos en la memoria de sus conterráneos,
y podía haber encontrado muchos que rectificarán sus errores.
Según parece, el escrito de Montero fué hecho con motivo del
título de heroica ciudad, dado á Cuautla en 1829. El historiador
Alamán, antes de escribir su Historia, levó el referido manus-
crito. Creo, pues, verosímil lo que dice Montero.
*
* *
No se sabe si Francisco Ayala era nativo de Mapastlán ó
de alguna otra población del Plan de Amilpas; pero todos es-
tán de acuerdo en que era hombre honrado, de valor extraor-
dinario y de gran actividad. En los primeros años d+ siglo
pasado vivía en el pueblo antes citado econ sa mujer y sus hi-
jos. Algunos de éstos eran sin duda hombres ya formados,
pues tomaron parte en la guerra y murieron heroicamente al
lado de su padre. Este ejercía el cargo de Capitán de Acorda
da y lo había desempeñado con tal celo, que limpió de ladro-
nes la comarca. **?
El cumplimiento de sus obligaciones le granjeó la estima:
(1) Eran tantos los ladrones que infestaban los caminos de la Nueva
España, que el gobierno virreinal acordó autorizar, en cada comarca, la for-
mación de grupos de vecinos que, mandados por uno de representación,
persiguiesen á los ladrones. Las fuerzas formadas en virtud de este acuer-
do y las cárceles donde se encerraban á los ladrones se llamaron acordadas.
EL INSURGENTE FRANCISCO AYALA, 255
ción de muchos y también la malevolencia de no pocos, pues
desgraciadamente los comerciantes y hacendados españoles y
criollos, sin duda con la mira de cuidar sus intereses, han fa-
vorecido más ó menos disimuladamente á los ladrones. Esto
lo saben bien los que han leído los informes virreinales, el del
duque de Linares, por ejemplo, y los que han vivido en pueblos
y haciendas en las épocas aciagas en que se ha desarrollado
el bandidaje.
En 1810 había en Mapastlán tres españoles, Martínez, Pue-
bla y Pimentel, que aparentemente eran amigos de Ayala, pe-
ro que en realidad le profesaban cierta inquina por la perse-
cución que hacía á algunos ladrones favorecidos por ellos, y
quizá con más razón por haberse negado Ayala á formar par-
te de las fuerzas que los españoles de las Amilpas estaban or-
ganizando para combatir á los insurgentes.
Esta circunstancia hizo que Ayala se hiciese sospechoso á
los realistas, aunque no hubiese llevado á cabo un solo hecho
que justificase sem-jantes sospechas. Tal era el estado de los
ánimos en mayo de 1811.
En aquellos días, una fuerza insurgente fué derrotada en
Jalmolonga, según el Sr. Sosa, ó en Nostepec, según el manus-
erito que sizo; y en la correspondencia quitada al enemigo, se
encontraron cartas dirigidas á Morelos por un Sr. Ayala. Es-
te no era Don Franciseo el de Mapastlán, sino un brigadier lla-
mado Ignacio; y ya sea por equivacación, ó porque se supu-
siese que había parentesco entre ellos, un español apellidado
Moreno fué mandado desde la hacienda de San Gubriel, á la
cabeza de una fuerza, para que cayera sobre Ayala y lo apre-
hendiera.
Llega Moreno á Mapastlán; rodea con su gente la casa de
Ayala; quiere hacerlo prisionero; éste resiste; cambia algo-
nos tiros con sus aprehensores y queda herido lo mismo que
su mujer, la cual, en ess momento, amamantaba á su hijo.
El pueblo, al escuchar las detonaciones, se alarma; se en-
256 MIGUEL SALINAS.
tera del asunto, se arma, corre á la defensa de Ayala, arreme-
te contra Moreno y los suyos y los pone en fuga. Entre tanto
los españoles de Mapastlán que podían haber intervenido para
calmar los ánimos, no lo hicieron y salieron para Cuautla á
dar parte del escándalo y á decir que Ayala se había insurrec-
cionado.
La noticia causó en Cuautla gran sensación, y los espa-
ñoles de ahí, unidos á los de las vecinas haciendas, levantaron
á toda prisa una fuerza y la pusieron al mando de Don Ansel-
mo Rivera, anciano español, jurado enemigo de los insurgen-
tes y administrador de Rentas Reales. Esa tropa se dirigió á
Mapastlán que, como hemos dicho, dista 8 6 Y kilómetros de
Cuautla. El pueblo la recibe en son de guerra y la ataca furio-
samente con armas de fuego, machetes, garrochas y hasta con
coas, y la hace retroceder en desorden á la Hecienda de Mapas-
tlán y emprender luego la fuga hasta Cuautla. En la precipi-
tación de la fuga, se le cayó la peluca al jefe Rivera, y, según
dice el manuscito, dicho Rivera iba gritando: “¡mi peluca, mi
peluca!”
La esposa de Ayala murió á causa de las heridas que le
infirieron los de Moreno; y su hijito quedó en poder de Don
Vicente Pastrana y de Doña Estefanía su esposa, padres de
la muerta. El general Guerrero, que pudo apreciar las cuali-
dades de Ayala, mandó poner en un colezio, años más tarde,
al mencionado niño.
Al retirarse la fuerza de Cuautla, Ayala, que no pudo ó no
quiso entrar en explicaciones con el Gobierno, se retiró á Ane-
necuilco, donde pasó la noche en una casa ó viejo convento con-
tiguo á la iglesia dei pueblo.
Los de Cuautla volvieron al día siguiente sobre Ayala, al
mando de Don Joaquín Garcilazo que, según parece, era el sub-
delegado; pero por precaución y para evitar una sorpresa, si-
guieron un camino indirecto, el de la Hacienda del Hospital; y
al llegar á Anenecuileo, vieron que algunos hombres asoma-
EL INSURGENTE FRANCISCO AYALA. 957
ban la cabeza por las ventanas del viejo convento y se ocul-
taban después. Esto y el ver detrás de la iglesia unos caballos
ensillados, á la sombra de unos árboles y atados á éstos, hizo
comprender á Garcilazo que allí estaba Ayala. Comenzaron
el ataque desde lejos, dirigiendo algunas descargas á las ven-
tanas del edificio. Los de adentro contestaban una que otra
vez.
No faltó entre los asaltantes un muchacho que, como el
Pípila de Granaditas, fuera bastante osado para acercarse al
convento. Ese atrevido fué un mozo llamado Ramón: dijo que
si le daban los caballos amarrados detrás ds la iglesia iría por
ellos. Se lo prometieron, y desde luego puso en obra su inten-
to. Despreciando las balas, se llegó á los caballos, desató uno
de ellos y se lo llevó. Ufano con su triunfo, volvió por los de-
más; pero al desatarlos,una bala dirigida con precisión le atra-
vesó las sienes de la cabeza (dice el manuscrito) y lo dejó sin vi-
da á los pies de los animales.
Los sitiadores no osaron acercarse mucho; sólo tres jóve-
nes de Cuautla, Miguel Reyes, Mariano Alvear y Mariano Ochoa
llegaron á las bardas del atrio, y desde allí invitaban á los es-
poñoles á que se acercasen. “Vengan, les decían, al fin la gue-
rra es por ustedes y no por nosotros.” Nadie se acercó. Los tres
valientes eran excitados á hacer un esfuerzo más y echarse
sobre las puertas del edificio; pero no lo hicieron por la con-
sideración de que los encerrados eran mexicanos como ellos, y
algunos eran amigos. Al fin volvieron á unirse á los sitia-
dores. ,
Garcilazo pretendía pasar la noche en Anenecuileo para
impedir que Ayala se escapase; pero su fuerza que no estaba
muy disciplinada, se fué desbandando poco á poco, y él mis-
mo se vió obligado á regresar á Cuautla. Ayala, viéndose libre
y pensando que mucha gente estaba ya comprometida por ha-
ber tomado su defensa, que los de Mapastlán habían saqueado
y destrozado las casas de Pimentel, Puebla y Martínez, y que
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—33
258 MIGUEL SALINAS.
A
los españoles del rumbo lo verían siempre con ojeriza, resol-
vió seguir el partido de la insurrección é irse en busca de Mo-
relos. En la madrugada del martes anterior al jueves de la As-
censión de 1811, salió de Anenecuilco, y pasando por San Vicen-
te, Olintepec y Moyotepec, y caminando de rancho en rancho, llegó
á Huitzuco y se puso en comunicación con Trujano que estaba
en Tepecoacuileo. Al principio no fué bien recibido, pues se
dudó de la sinceridad de su adhesión á la causa de la Indepen-
dencia; pero al ser tratado, al escuchar su relato de los suee-
sos de Mapastlán y al ver sus heridas, de las cuales no había
sanado aún, se disiparon los temores y se le dió franca hospi-
talidad.
Los Sres. Sosa y Robelo dicen que Ayala, al verse rodea-
do de gente enemiga en el convento de Anenecuilco, abrió las
puertas, montó á caballo, apostrofó enérgicamente á sus con-
trarios, y, seguido de los suyos, rompió el cerco y salió rumbo
al Sur.
Tales acontecimientos conmovieron toda la comarca é hi-
cieron que los españoles de Yautepec enviaran á Cuautla un re-
fuerzo de setenta lanceros al mando de Don Ignacio Cardona.
Este jefe se puso á la cabeza de las fuerzas unidas de Cuautla
y Yautepec y se dirigió á Anenecuilco; pero ya no encontró á
Francisco Ayala.
En virtud de un acuerdo que Trujano tuvo econ otros jefes,
Ayala se retiró á Zimatepec, donde se creyó seguro y al abrigo
de cualquier ataque, y donde tomó reposo y se dedicó á curar
sus heridas. Sus hijos Francisco y Rafael, unidos á los mapas-
tecos que los acompañaban, se dirigieron á Chilpancingo; allí
fueron presentados á Morelos como valientes y sufridos, por
lo cual quedaron agregados al ejército del Gran General.
El grupo de mapastecos, entre los cuales sobresalió Don
José Rafael Sánchez, se batió siempre con mucha bizarría y
se distinguió en varias acciones, sobre todo en las que Morelos
libró en Tecualoya y Tenancingo á Porlier y Michelena, enuna de
EL INSUEGENTE FRANCISCO AYALA. 259
las cuales murió este último al tratarde apoderarse de un cañón.
El artillero que lo manejaba era el enautleño Juan Domínguez
(a) el Herrero; y otro euautleño, un muchacho apellidado Car-
tera, fué el que disparó la bala que mató á Michelena.
Mientras Ayala se enraba en Zimatepec, Morelos seguía su
marcha triunfal de Chilpancingo á Chilapa, de aquí á Tlapa, y
luego á Chiautla, donde derrotó y fusiló al jefe español Musi-
tu. Al día siguiente de esta derrota, se presentó Ayala en Chiau-
“tla, ya curado de sus heridas. Incorporado al ejército indepen-
diente, marchó con él hacia Izúcar y tomó parte en el comba-
te que se libró á Soto Maceda, en el cual fué mortalmente he-
rido este jefe. Al retirarse Morelos rumbo á Cuautla, dejó la
plaza de Izúcar bajo la custodia de Ayala.
Allí permaneció éste todo el tiempo, muy corto por cierto,
que el Ilustre General tardó en ir á Cuautla, Tlaltizapán, San
Gabriel, Taxco, Tecualoya y Tenancingo, obteniendo por doquie-
ra aplausos y triunfos, pues lucían entonces para él los días
prósperos de su brillante carrera militar. Al regresar Morelos
de Tenancingo, pensó dirigirse á Izúcar, donde Ayala lo espe-
raba; pero al pasar por Cuernavaca, supo que Calleja se apres-
taba á buscarlo, y salió para Cuautla, donde resolvió esperar
al ejército realista, porque ya no había tiempo de llegará Zzú-
car.
Fortificada Cuautla á toda prisa, son llamadas á ella todas
las partidas de insurgentes que se encontraban cerca, y entre
ellas, acudió la de Ayala, para sufrir con estoica resignación
las calamidades del sitio y tomar parte en los mil combates
que sufrieron los incomparables defensores de la Sagunto me-
xicana.
Algunas acciones de guerra demostraron que Ayala care-
cía de habilidad y de dotes estratégicas: no era un jefe ca-
paz de salvar situaciones difíciles con los recursos que nunca
faltan al talento militar; pero en cambio poseía corazón gene-
roso; miraba cara á cara á la muerte con gran indiferencia; en
260 MIGUEL SALINAS.
los combates, su bravura rayaba en temeridad y en absolu-
to desprecio de la vida; y su abnegación llegaba al heroísmo.
Estas cualidades le valieron la amistad y cariño de Galeana.
El 2 de Mayo de 1812, cuando Morelos rompió el sitio de
Cuautla, cuando en medio del numeroso y bien pertrechado
ejército realista, salieron los diezmados batallones insurgen-
tes, que más bien parecían falanges de espectros salidos de las
tumbas, espectros que ostentaban en el rostro la palidez de la
muerte y en los ojos el brillo de la bravura y del orgullo, en-
tonces salió también Ayala; y salió en el lugar que correspon-
día á los hombres de su temple, en la vanguardia, al lado de
su amigo Galeana, el ilustre Aguiles de los combates americanos.
En los últimos días del sitio, una fiebre terrible estuvo á
punto de acabar con la vida de Ayala; débil y convaleciente,
montó á caballo y salió de Cuautla con todos los sitiados. Mon-
tero, el autor del manuscrito, lo encontró en Tecajee y cruzó
con él algunas palabras. En Chiautla se reunió con sus hijos
y con su grupo de mapastecos, atravesó la sierra en que se en-
cuentra el mineral de Huautla y llegó á Tlaltizapán. La fiebre
volvió á apoderarse de él.
Entre tanto, los realistas organizaron una fuerza que pu-
sieron al mando de Don Gabriel de Armijo, cuyo objeto era
cuidar delas fincas azucareras y procurar que siguieran éstas
sus labores interrumpidas por la guerra. Armijo se situó en
Yautepec y estuvo espiando los movimientos de Ayala. Cuan-
do éste comprendió que iba á ser atacado, se retiró á la hacien-
da de Temilpa, muy cerca de Tlaltizapán, situada en la margen
izquierda del hermoso riachuelo que viene de Yautepec, y que
aumenta su caudal con el agua de los manantialas de Las Es-
tacas.
(1) El Sr. Sosa le llama hacienda de Teneguilpan y dice que está cer-
ca de San Gabriel. La equivocación en el nombre es sin duda una errata
de imprenta: Temilpa dista como 40 kilómetros de San Gabriel. Desde la
guerra de Independencia quedó arruinada, hasta que el ministro D, Car-
EL INSURGENTE FRANCISCO AYALA, 261
En Temilpa, Ayala encerró al fundidor de la Hacienda de
Treinta, Don Juan Rendón, y áotros operarios, con el objeto
de que fundiesen cañones; y él, enfermo y con pocos hombres,
decidió hacerse fuerte en la hacienda y esperar á los realistas.
El Coronel Don José Rafael Sánchez manifestó á Ayala que
era una temeridad esperar al enemigo cuando se coutaba con
tan pocos recursos, y le instó y rogó que se salvara; pero Aya-
la se ofuscó y se mantuvo en la idea de entablar una lucha
desigual. Ya estaba Sánchez montado á caballo y listo para
alejarse de aquel sitio peligroso, y todavía exitaba con ardor
á su amigo para que lo siguiera y abandonara Temilpa; pero
Ayala se mostró sordo á tales exitativas.
Pronto llegó Armijo, rodeó la hacienda y comenzó el ata-
que. Ayala, como siempre, se defendió con heroísmo y tena-
cidad increibles. Cansado el realista de tanta resistencia, man-
dó prender fuego á la finca. El fundidor Rendón, sus opera-
rios, y Francisco el hijo de Ayala que estaba con ellos, no
pudieron salir de suencierro y murieron abrasados por las lla-
mas. Estas, al fin, hicieron que Ayala, su hijo Rafael y sus
compañeros se rindieran al terrible vencedor.
Fué para los insurgentes una verdadera desgracia el error
en que incurrieron casi todos sus jefes, de encerrarse en fuer-
tes donde forzosamente debían ser aniquilados. ¡Con cuánta
amargura se recuerda la toma del Fuerte del Sombrero, defen-
dido por el héroe Moreno! ¡Cuánto dolor causa el fin tristísi-
mo de Ayala!
Aunque éste declaró que sólo él era culpable, y que los
demás eran peones, encerrados en la hacienda contra su vo-
luntad, Armijo dispuso qne los jefes españoles Acha y Sara-
chaga se llevasen al joven Rafael y á otros de los rendidos pa-
los Pacheco la compró é hizo construir en ella un edificio para escuela re-
gional de agricultura. No llegó á establecerse la escuela: la hacienda fué
vendida y perteneció después al coronel D. Manuel Alarcón.
262 MIGUEL SALINAS,
ra la villa de Tlaltizapán. Al pasar el río, fué fusilado uno de
los prisioneros; otro á la entrada de la villa, y Rafael Ayala
en la plaza de la misma. Su cadáver fué colgado de un mez-
quite que había en dicha plaza.
Armijo, con los demás prisioneros, signió la cañada que
pasa por Barreto, Tecumán, Xochimancas y Atlihuayán; y llegó
á Yautepec. A la entrada de esta población, en el barrio de San
Juan, fué fusilado Ayala y colgado de un árbol su cadáver.
Hay en el atrio de la pequeña iglesia de San Juan un ár-
bol secular, una hermosísima ceiba, que no tiene jgual en aque-
llos contornos. Tal vez de una de las ramas de ese coloso de
la vegetación, estuvo suspendido el cuerpo del épico luchador
Ayala, padre infortunado de una familia de mártires.
Cuernavaca, diciembre 4 de 1909
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIREs, T. 29. 263
Conferencias sobre Historia. de Querétaro dadas al Cuerpo docente
del Estado,
á solicitud de la Dirección de Instrucción Pública.
POR
VALENTIN PF, FRIAS, M. $. A,
Querétaro en los tiempos pre-Cortesianos.—Su Conquista.
Su posición topográfica.
Jerarquía Civll.—Instrucción pública.
Según el común sentir de los historiadores, Ixtacmixco-
huatl é llancuey, su consorte, fueron los progenitores de aque-
llos seis indios caciques que vinieron del Norte, del lugar lla-
mado de las siete cuevas, á poblar esta América.
Otomitl, el menor de éstos, fué á quien le tocó en suerte
poblar la zona en donde mucho tiempo después vendríase á
fundar el pueblo, hoy ciudad de Santiago de Querétaro.
La ambición del dominio y señorío, provocó entre los pue-
blos una erano interrumpida de guerras entre mexicanos, taras-
cos y otomies chichimecas, hasta que Moctezuma Hilhuicami-
pa vino á poner el hasta aquí, señalando como lindero, según la
tradición, una cerca ds Sur á Norte que aún existe, naciendo
264 VALENTÍN F.'FRÍAS.
de la ex-Garita de “Pinto” hacia el Sur, sobre el monte llama-
do “El Picacho.” Esto fué en 1446.
De esta época para acá, quedaron sujetos los chichimecas,
que después formaron el pueblo que nos ocupa, á la Provincia
de Jilotepec.
En el primer tercio del siglo XVI, merodeaba por estos
cerros un indio noble y rico llamado Conin (palabra que sig-
nifica ruido) originario de Nopala, el cual comerciaba con las
tribus dispersas de Chicbimecas, dándoles sal, mantas y ce-
reales en cambio de pieles, plumas y otros productos de estos
bosques.
Su carácter ladino y perspicaz hizo que poco á poco fuera
captándose su simpatía, al grado que llegó á dominarlos.
En sus correrías encontró con el hermoso paraje tan rico
en manantiales como en feracidad, hoy “La Cañada,” y con-
vocó á las tribus Chichimecas errantes á reunirse en aquel lu-
gar, y trayendo consigo varias familias de sus consanguíneos,
fundó un pequeño pueblo al que dió por nombre “Ndamaxey”
que significa “Lugar en que se juega á la pelota.”
Como la bondad de Conin y la esplendidez que gastó en
los repartimientos atrajo algunos mexicanos y tarascos á ave-
cindarse en aquel lugar, los otomíes decíanle “Ndamaxey,” los
tarascos “Querétaro” y los mexicanos “Tlaxtli” que después se
corrompió en “Tlaxcho” y más tarde en “Taxco.” Todas estas
palabras significan lo mismo: “Lugar en donde se juega á la
pelota.” Por qué prevaleció la voz tarasca, no lo dicen los his-
toriadores.
Se le puso así, porque aún se ve en un tramo de la cordi-
llera de cerros lado Sur, entre Hércules y la Cañada, un fron-
tón de peñas entre las que se halla una taladrada, y sin duda por
su semejanza con el “Uli” ó como hoy decimos “Frontón” en
que acostumbraban ellos jugar á la pelota, le dieron tal título.
También se le nombró “Queréndaro,” que siguifica “Lu-
gar de peñas;” pero este nombre no prevaleció.
CONFERENCIAS SOBRE HISTURIA DE QUERÉTARO, 265
Querétaro, según el sanserito, significa “Familia sagrada;”
““Quereta,” “Familia” y “Haro” “Sagrada.”
Hernán Pérez de Bocanegra á quien perteneció esta enco-
mienda, ayudado de su eriado Juan Sánchez de Alaniz, hizo
bautizar á Conin y le dió por nombre Fernando en memoria
del Conquistador Don Hernando Cortés, y le apellidó de Ta-
pia, en memoria de su compañero en lides Don Andrés de
Tapia.
Bautizado Don Fernando de Tapia, emprendió la conquis-
ta pacífica de los indios en unión de Alaniz, doctrinándolos é
ilustrándolos, dedicándose también con ardor á la explotación
de las aguas, zanjearlas y hacer el reparto equitativo de ellas
entre los indios.
Como era vasallo fiel de la Corona y sostenía á sus expen-
sas 500 indios de arco y flecha, se unió con Don Nicolás de
S. Luis Montañés, indio cacique y rico de Tula é invitaron á
otros caciques de Jilotepec, y pusieron sus personas, bienes y
guerreros á disposición del Virrey D. Luis de Velasco, el pri-
mero, quien aprovechando aquel espontáneo ofrecimiento, les
mandó se internasen por el bajío sometiendo á todos estos
pueblos á la Corona de Castilla.
En efecto; organizado su ejército compuesto de mexica-
nos, tlaxcaltecas y de algunos españoles, salieron de Tula rum-
bo á San Juan del Río, en donde entraron el 24 de Junio de
1531, sin derramamiento de sangre, haciendo las paces con
Mexici el Capitán de los Chichimecas de aqual lugar, y á quien
pusieron por nombre Juan al darle las aguas del bautismo.
El R. P, Fr. Francisco Rengel que venía con los conquis-
tadores celebró el Santo Satrificio y diósele por título el de
San Juan del Río en memoria del Precursor cuya fiesta era,
y del Río, por el que corre aún á orillas del pueblo.
En aquel lugar permanecieron un mes, entretanto toma-
ban arreglos con los otomíes de Querétaro para hacer la en-
trada del ejército conquistador; porque si bien es cierto que
Mem. Soc. Alsate. México. T. 29. (1909-1910) —34
266 VALENTÍN F. FRÍAS.
los vecinos de la Cañada, entonces Querétaro, estaban sujetos
á Don Fernando de Tapia, también lo es que otras muchas
tribus errantes de estos contornos no lo estaban; principal-
mente la tribu existente á la falda del “Sangremal” (hoy Ha-
cienda de “Carretas” y “La Quinta”) á orillas de la laguna que
existió entre Pathé y el acueducto, capitaneada por los caci-
ques Don Juan Criado y su mujer Doña Juana Chichimeca.
Consumados los convenios del modo de entrar el ejército
conquistador, entre los caciques Don Fernando de Tapia y
Don Nicolás de S. Luis Montañés con Don Juan Criado, éste
convino en permitir la entrada y sujetarse á la Corona, á con-
dición de tener un combate á brazo partido con el ejército
conquistador, á fin de probar con ello que si se sometían no
era por falta de valor sino por convicción.
La víspera del día señalado para la entrada, se avistaron
ambos ejércitos en el lugar donde hoy existe la casa de la Ha-
cienda del “Colorado,” en euyo lugar los chichimecas de Que-
rétaro ofrecieron al ejército conquistador un abundante al-
muerzo de pavos silvestres, como señal de amistad y acepta-
ción.
A la puesta del sol se despidió el ejército de Don Juan
Criado, regresando á Querétaro á prepararse para la lucha del
día siguiente, en que el valor de ambos contendientes debería
quedar muy alto ante la historia.
*
* €
El 25 de Julio de 1531, á la salida del Sol, estaban ya am-
bos ejércitos frente á frente en la loma del “Sangremal;” y al
grito de ¡¡“Santiago”!! dado por D. Nicolás de S. Luis Monta-
ñés, y que era la señal convenida, traboce encarnizada lucha
á patadas, manazos y mordidas, que duró once horas.
Los historiadores están contestes en que eclipsó el Sol y
se vieron las estrellas, así como que los chichimecas se rindie-
CONFERENCIAS BOBRE HISTORIA DE QUERÉTARO. 267
ron al aparecer en el cielo una eruz luminosa y Santiago Após-
tol á caballo; y de aquí los símbolos que tiene nuestro Escudo
de armas y el origen de la Cruz de piedra que aun hoy venera-
mos en la iglesia de su nombre.
Los chichimecas rendidos de fatiga y llenos de asombro
pidieron la paz y las aguas del bautismo, con lo cual terminó
el combate.
Al día siguiente, fiesta de Señora Santa Ana se celebró la
primera Misa, no en el lugar donde hoy está la iglesia llamada
“El Calvarito,” como vulgarmente se cree, sino donde hoy es-
tá asentada la iglesia de la Cruz.
Debido á la citada aparición y por haber sido en tal fecha
la conquista, más tarde cuando en 1655 diera el Rey Felipe IV,
el título de “Muy noble y muy leal ciudad” al pueblo de Que-
tétaro, le dió por titular á Santiago, anteponiéndolo á su nom-
bre, por lo cual hasta hoy se titula “Santiago de Querétaro.”
Con este motivo el entonces Virrey de México, Duque de
Alburquerque agregó á sus armas las de Querétaro concedi-
das antes por el Rey Carlos V.
Dejando establecido el nuevo pueblo de Querétaro á la fal-
da Sur Este de la loma del “Sangremal,” (hoy barrio de San
Francisquito) hasta “Carretas” y el acueducto, continuaron los
conquistadores su empresa conquistando el Pueblito, San Bar-
tolomé, San Miguel, etc., etc., hasta Acámbaro.
Volvió Don Fernando de Tapia y en unión de Juan Sán-
chez de Alaniz trazaron el nuevo pueblo de Querétaro para es-
pañoles y cuya traza fué del hoy Jardín Zenea hacia abajo,
quedando entre el Querétaro de Indios y el nuevo de españo-
les un buen pedazo de monte que poco á poco se fué poblando
hasta quedar completamente unido con aquel á fines del si-
glo XVII.
Ayecindados ya algunos españoles, comenzaron á hacer,
con ayuda de los Religiosos que habían estado llegando, el tem-
268 VALENTIN E. Friás.
plo grande de San Francisco; pues otros Religiosos de la mis-
ma Orden, habían hecho ya el templo y Hospedería de San
Buenaventura después convento de erucíferos, cuyo templo
lo administraron desde la conquista y por algún tiempo los Sa-
cramentos, y cuya obra corrió á expensas del Conquistador
Don Fernando de Tapia.
*
* *
Hecha la conquista y ya asentados los españoles en su ba-
rrio, quedó como primer Gobernador de indios el mismo de Ta-
pia y como Alcalde Mayor de los españoles, Juan Sánchez de
Alaniz; y más tarde, cuando la población de estos aumentó no- *
tablemente, fué nombrado en 1578 el primer Corregidor, sin
jurisdicción in solidum, sino dependiendo de México, pero eon
facultades para nombrar Alcaldes Mayores (hoy Prefectos) y
Menores, (hoy Guardacuarteles).
En 1770 fué nombrado Don Ignacio Ruiz Calado, primer
Corregidor eon jurisdicción in solidum (hoy Gobernador) y él
fué quien publicó las primeras Ordenanzas de las que han ema-
nado las que hasta hoy nos rigen.
Este Corregimiento fue notable por lo acertado de sus dis-
posiciones y por haberse ceñido extrictamente á lo mandado
por el Virrey, Conde de Revillagigedo, en lo relativo al aseo
y embanquetado de las calles, así como la nomenclatura oficial
de las calles.
Siguieron otros cuatro Corregidores cuya administración
no ofrece cosa notable hasta llezar al Lic. Don Miguel Domin-
guez euya esposa se hizo célebre en la historia de México por
su virilidad y demás cireunstancias concurrentes á la festina-
ción de nuestra emancipación.
El último Corregimiento solo tuvo de memorable la encar-
nizada persecución á los adeptos á la Independencia.
CONFERENCIAS SOBRE HISTORIA DE QUERETARO. 269
El 27 de Junio de 1821, capituló Luaces en el convento de
la Cruz, y el Libertador Don Agustín de Iturbide, consuma-
dor de nuestra Independencia, nombró como Encargado inte-
rino de esta plaza al Coronel Miguel Torres, el cual gobernó
hasta Agosto de 1822, que el Gobicrno Constituyente decretó
debía nombrar cada Provincia tres personas que lo goberna-
sen, por lo que gobernaron desde esa fecha hasta Agosto 24
de 1825, los Sres. Don Manuel Septien, Don Juan José Pas-
tor y Don Andrés Quintanar.
La Carta Magna crió los Estados, por lo cual gobernó el
Estado como primer Gobernador Don José M. Diez Marina
hasta igual fecha de 1829.
De aquella fecha á hoy, ha tenido el Estado ochenta y dos
Gobernadores, inclusive los provisionales; y de estos solo cua-
tro han terminado su período, habiendo no pocos que han go-
bernado días, y alguno solo unas cuantas horas, debido á las
agitaciones políticas de los partidos, que tanto desvastaron el
país.
Los Gobiernos más notables han sido: el del General Don
José M. Arteaga por el impulso que prestó á las letras y por
la publicación de las llamadas Leyes de Reforma,
El de Don Francisco Berdusco, porque en su tiempo hu-
bo dos días en que á la vez tuvo esta ciudad tres Gobernado-
res, por los distintos Partidos que se discutían el Poder, y por
la chusca manera como este señor salió depuesto del Palacio,
derrotado por Mesa.
El de Don Angel Cabrera por el pronunciamiento que fes-
tinó su caída el 19 de Agosto de 1855.
El de Don Juan Manuel Fernández de Jáuregui, por el res-
tablecimiento de la Compañía de Jesús, negado por su ante-
cesor.
El de Don Francisco de P. Mesa, por haber existido en su
época los Poderes Nacionales en esta ciudad y por los trata-
dos de paz con los Estados Unidos.
270 VALENTÍN F. FRÍAS.
Los de Arteaga, Ríoseco, Echegaray y Zenea, por que les
tocó en suerte gobernar en los agitadísimos tiempos de la exal-
tación de los partidos y las persecuciones religiosas; épocas
de luto y desolación en que fueron celausurados los conventos,
derribados los templos á cañonazos, quemadas las imágenes
veneradas en la vía pública, exclaustradas las religiosas y
perseguido el clero.
El imparcial escritor tiene que pasar sobre estos hechos
como por ascuas, sintiendo el alma afligida por aquellas con-
tiendas fratricidas, que gracias á Dios y al Héroe de la Paz
que nos gobierna, pasaron ya á la historia, quizá para no vol-
ver más.
Continuemos: El del Coronel Julio M. Cervantes, por la
plaga de ladrones y plagiarios que entonces asolaron el Esta-
do, sin contar con elementos para afrontar la situación.
El de Don Manuel Domínguez, por la época no menos la-
mentable del memorable Sitio.
Y por último el largo período de nuestro actual gobernan-
te el Sr. Ing. Don Francisco González de Cosío, en cuya épo-
ca se han levantado la mayor parte de monumentos públicos,
y se ha dado impulso á todos los ramos.
Juan Sánchez de Alaniz, español entendido é ilustrado,
fué el primero que con ayuda del Misionero que vino con los
conquistadores, dió principio en esta ciudad á las tareas de
enseñanza, dando comienzo con la Doctrina cristiana, así co-
mo la agricultura y medicina prácticas, sin olvidar los rudi-
mentos decanto religioso para el servicio delos Divinos Oficios.
Ya en el último tercio del siglo XVI, existía en el conven-
to de franciscanos una escuela de instrucción primaria para
indios mestizos y españoles; y aún cuando también había en-
NIATRIPA
CONFERENCIAS SOBRE HISTORIA DE (QUERÉTARO. 2971
señanza superior, regularmente los hijos de españoles pasa-
ban á México á recibir allá esta; ya sea por que aquí sólo se
hacía la carrera eclesiástica, ó bien con objeto de hacer una
lucida carrera y volver ásu patria borlados en ambos derechos
y con el título de Licenciados, en lo cual consistía la mayor
gloria de los estudiantes de aquella época.
En el primer tercio del Siglo XVII, tenemos ya un buen
colegio fundado en la casa de la Compañía por los RR. PP.
Jesuitas, del cual salian los alumnos para las Universidades
de la Capital del Reino.
También los RR.PP Agustinos tuvieron un buen colegio en
el Siglo XVIII, pero los alumnos que se hacían religiosos allí
quedaban, rmás los que no satisfacían sus aspiraciones, pasa-
ban al Real de San Ildefonso y al Mayor de Santos de la Ca-
pital, en los cuales lucían sus dotes.
Al finalizar el siglo XVII, fundó nuestro conterráneo el be-
nemérito Br. Don Juan Caballero y Osio, de sus propios, el
Colegio de San Javier, (hoy Colegio del Estado) y desde en-
tonces quedaron unidos los dos colegios, el de San Ignacio y
el de San Javier con el título de “Reales Colegios de San Ig-
nacio y San Javier.”
Ambos eran regenteados vor RR. PP. de la Compañía; en
el de San Ignacio solo se hacía carrera eclesiástica, y en el de
San Javier otras carreras, á manera dé nuestros tiempos cuan-
do el Seminario y el Liceo estuvieron unidos.
De aquellos colegios salieron muchas lumbreras que die-
ron mucho lustre á Querétaro. Entre otros, recordamos un ac-
to público en el que el alamno que lo presentó, lo sostuvo to-
do el día tratando varias materias y con aplauso de la concu-
rrencia.
Con la expulsión de los Jesuitas, quedaron ambos Cole-
gios abandonados, hasta la reapertura del de San Javier por
el primer Cura clérigo Dr. Don Antonio de la Vía en el últi-
mo tercio del siglo XVIII.
272 VALENTÍN F. Frías.
Apenas entrado el siglo XIX, la V. Tercera Orden de San
Francisco con la cooperación del Coronel Don Juan Antonio
del Castillo y Llata, fundó el edificio de la Academia destina-
do á Escuela de primeras letras y enseñanza de dibujo; y aún
cuando ya existía tiempo ha la Escuela de Beatas Carmelitas
para niñas, y otras seis de segunda orden, no obstante, esta
Escuela ocupó el primer lugar por su selecto cuerpo de pro-
fesores, sus materias, y quizá hasta por la elegancia de su edi-
ficio.
Razón de más tuvieron los que bautizaron el siglo pasado
con el mote de “Siglo de las Luces,” porque efectivamente se
desarrollaron en él, de una manera vertiginosa, las ciencias,
dejándose sentir su influjo hasta en nuestro suelo.
En el primer tercio del siglo pasado dió principio la evo-
lución de las ciencias, y el ahínco del saber; y así vemos como
á la par que los niños se multiplican en las aulas, estas au-
mentan en número; pues á fines del segundo tercio existían ya
como superiores profesionales: un Seminario de clérigos, el
Colegio del Estado para Ingenieros, Abogados, Farmacénti-
cos, ete., ete., tres colegios para preparatorios, entre estos uno
regenteado por sacerdotes Oratorianos, y una veintena de es-
cuelas de instrucción primaria. El provecho y adelanto que
de ello resultó es incalculable.
Entró el siglo XX, y con él el decadentismo; pues ya sea
por indolencia de los padres de familia, por la ambición prema-
tura del lucro, por las exigencias de la época, pluralidad de
materias, falta de individuo, debido á la materia decadente, ó
por lo que se quiera, la ciencia se ha estasionado desgracia-
damente; y así vemos que la ¡juventud actual lejos de procu-
rar obtener un título, ocupar un puesto público obtenido á
fuerza de constantes afanes, estudios y desvelos, que lo hon-
raría sobre manera, cifra toda su ambición y anhelo en ganar
dinero para derrocharlo luego en un redondel ó en una can-
e
ina A AR o a E AIR a
CONFERENCIAS SOBRE HISTORIA DE QUERETARO. 273
Conste que esta digresión tiende, no á denigrar la juven-
tud actual, sino á lamentar sinceramente la situación, y más
aun, el mañana de mi querido suelo.
Es cierto que el profesorado procura en cuanto puede ayu-
-dar á levantar ese desaliento; máxime, si tenemos en cuenta
el sistema moderno que tanto ayuda á la inteligencia, pero
nuestra juventud solo desea dinero y más dinero, importándo-
le un bledo el triste porvenir que con tales preliminares se le
espera el tan querido terruñO....ooooocooooccoconorrooo..
Santiago de Querétaro, Julio 9 de 1909.
Mem. Soo. Alzate. México. T. 29. (1909-1910) —35
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SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '“ANTONIO ALZATE.” MÉMOIREs, T. 29. 275
Breve estudio sobre las condiciones que deben llenar
los planos de los terrenos nacionales
que van á levantarse con motivo de la nueva ley de tierras,
POR EL ING.
EDUARDO BEAVEN, M, $, A,
(Sesión del 7 de Febrero de 1910).
Tuve oportunidad de explorar minuciosamente los terre-
nos nacionales de los Estados de Zacatecas, San Luis Poto-
sí, Durango y Coahuila y con ese fin la Secretaría de Fomento
me dió los planos de dichos terrenos, y leí en la Sección de
Tierras de la misma Secretaría, los expedientes de los deslin-
des, para conocer principalmente los informes de los ingenie-
ros que habían efectuado los levantamientos.
Con los planos y datos que tomé de los expedientes, fuí
á hacer la exploración de los terrenos nacionales, y me costó
muchísimo trabajo, dinero y tiempo dar eon ellos porque los
planos no estaban referidos á ningún punto bien definido, vi-
sible, de duración indefinida, y fácil de encontrarse. Esta di-
ficultad me ha sugerido la idea de que lo primero que deberá
hacerse al emprender el levantamiento de planos de los terre-
nos nacionales será buscar puntos notables, los más próximos
de los referidos terrenos, con el objeto de referir el levanta-
miento á dichos puntos.
Estos puntos que se pudieran llamar puntos de referencia,
“banco de referencia ú origen de las coordenadas, deberán ser:
J
276 EDUARDO BEAVEN.
edificios en una ciudad, el pico de una montaña, la torre de
una catedral, un poste kilométrico de vía férrea, un puente
sobre río ó barranca, el céntro de la plaza de un pueblo, ete.,
ete. La referencia de los terrenos nacionales á dicho punto, se
hará por medio de un caminamiento ó de una poligonal, si-
guiendo algún bien de dominio público como, por ejemplo, una
carretera, camino ó vereda, el banco ú orilla de un río navega-
ble ó flotable, y pasando también por los puntos más notables
y visibles del terreno hasta llegar al punto de referencia.
Se puede asegurar categóricamente que ninguno de los
planos de deslinde que generalmente existen son localizables
con exactitud por el más hábil y sabio de nuestros ingenieros,
á menos que alguna persona de los que trabajaron en la época
de deslinde acompañe al ingeniero para indicarle uno de los
puntos vértices del levantamiento.
Aún esta indicación pudiera no ser exacta, pues desde la
época del deslinde hasta la fecha han pasado muchos años,
quizás veinte; y es muy improbable que alguno de los que asis-
tieron al deslinde conserven en la memoria el lugar exacto de
los vértices ó de un vértice, pues hay que advertir que los te-
rrenos nacionales que existen son los terrenos más malos que
se deslindaron, y que fueron dejados por las empresas deslin-
dadoras al Supremo Gobierno. Todos esos terrenos naciona-
les estaban y aún están despoblados, en su mayor parte eran
áridos, y siguen siéndolo por falta de agua. Todas estas cir-
cunstancias hacían que tanto los ingenieros como las autori-
dades judiciales que intervenían pasaran rápidamente por los
linderos y á donde se detenían más, era en los vértices del pe-
rímetro del terreno que se mensuraba. Las líneas de dicho
perímetro, la mayor parte, eran de grandes longitudes cierta-
mente, pero á pesar de esta circunstancia favorable, cualquiera
variación en la colocación del teodolito, ó en otros términos,
cualquiera excentricidad de estación al ir á localizar nueva-
mente los terrenos, tendría que acarrear grandes errores de
locación.
Los PLANOS PARÁ LA NUEVA LEY DEJTIERRAS, 277
En ninguno de los terrenos nacionales existe una mojone-
ra, y aunque se dijo alguna vez que en algunos vértices se
habían puesto montones de piedras, éstos no se encontraron
ni por algunos de los que habían intervenido en el deslinde.
Esta otra observación me hace aconsejar que para lo futuro al
ir á hacer el levantamiento, mejor dicho, simultáneamente con
las operacionas del levantamiento, deben venirse colocando
mojoneras de mampostería de piedra, ó preferentemente de
concreto. Estas mojoneras deberán tener una forma cónica,
piramidal, troncónica ó cilíndrica; pero en el eje vertical de-
berá existir un pedazo de tubo para poder insertar en él, en
cualquiera época posterior al deslinde, jalones, balizas ó ban-
deras para nuevas medidas, ocasionadas por fraccionamien-
tos ó relocación de los linderos. Las líneas del perímetro, en
su mayor parte eran de gran longitud y como no se estable-
cieron mojones intermedios entre puntos distantes, no se pue-
de determinar cuál es el lindero de dicha línea, á menos de
un nuevo trazo con instrumentos topográficos. Es casi se-
guro que siempre los colindantes irán metiéndose en los te-
rrenos nacionales tanto más cuanto que, no hay persona que
se los impida. Estos abusos no siempre pueden descubrirse
pues aunque la ley de tierras vigente en este momento, orde-
na la creación de empleados vigilantes de los terrenos nacio-
nales, atendiendo á la conservación de sus bosques, etc., és-
tos no tienen el don de obicuidad, ni son tan numerosos que
puedan vigilar todos los terrenos; y aun suponiendo que lo fue-
ran, entre dos yértices distantes, tal vez diez kilómetros ó vein-
te á través de un terreno accidentado y con vegetación, no es
posible que ellos señalen la línea recta que une esos dos vér-
tices.
Este estado de cosas perjudica únicamente al Gobierno
porque los colindantes de los terrenos nacionales han ido inva-
diendo e-os terrenos y están ejerciendo el derecho de propie-
dad, la mayor parte de mala fé. Muchos de ellos han enajena-
278 EDUARDO BEAVEN,
do parte de esos terrenos, y otros ya son dueños, de esos mis-
mos, por prescripción, puesto que han ejercido dominio de pro-
piedad por mayor número de años del que fija la ley.
Esta observación de los hechos vuelve á sujerir una nue-
va idea, y es ella, que deben colocarse mojoneras intermedias
en las grandes líneas del perímetro, de manera que una perso-
na colocada en una de ellas pueda mirar á simple vista las eolo-
cadas inmediatamente atrás y adelante. Naturalmente estas
mojoneras intermedias, no serán ni tan grandes ni tan bien
construidas como las que se coloquen en los vértices del perí-
metro.
Hasta donde sea posible deben en lo futuro preseribirse
los llamados linderos naturales, pues casi todos los pleitos en-
tre colindantes, sobre todo entre colindantes de grandes pro-
piedades, se deben á la vaguedad de las líneas de los llamados
linderos naturales. Es muy frecuente que dos grandes pro-
pietarios esten 5 6 6 años litigando porque no pueden poner-
se de acuerdo sobre eual es la linea que va sobre las cumbres
de la sierra que separa las dos propiedades, y es que al con-
venir que sus linderos eran la cumbre de la sierra, ereyeron
que iba á ser una línea definida, olvidando que la arista de la
serranía que se proyecta en el horizonte es quizás la proyección
de grandes mesas que están en la parte alta de la misma se-
rranía.
Las corrientes de agua, los ríos, los torrentes, los talwegs,
se modifican constantemente por aterramientos y deslaves
que aprovechan ó perjudican á un colindante; y en nuestra
historia se tienen casos, que dan lugar á contiendas interna-
cionales, como por ejemplo las modificaciones de los cursos
de los ríos de las fronteras Norte y Sur. Esta observación
hace pensar que conviene en lo futuro procurar que los linde-
ros sean siempre líneas rectas y que ose acepten en los nue-
vos fraccionamientos linderos naturales. Por otra parte, un
colindante poderoso álas márgenes de un río que corriese en
Los PLANOS PARA LA NUEVA LEY DE TIERRAS 279
un lecho movible, por medio de espolones, diques, presas y
obstáculos de cualquiera naturaleza, podría hacer que insen-
siblemente el lecho de un río cambiase en su beneficio y con
perjuicio del ribereño colindante.
Las mojoneras de los terrenos nacionales creo que deben
ser construidas á expensas del Estado y esto debe hacerse
por las cireunstancias especiales en que se encuentran los
mismos terrenos nacionales euya ubicación es en las partes
más áridas y despobladas de la República y porque la ma-
yor parte de los colindantes no cultivan sus propiedades, y,
en consecuencia, no perciben utilidades.
El lindero entre dos propiedades es una línea virtual que
no tiene latitud. El que es dueño de un terreno es dueño de
lo que está abajo y de lo que está arriba de la superficie y
tiene derecho de usar ó de servirse de ella, de percibir sus
frutos, de transformarla, enajenarla ó destruirla; y en con-
secuencia ereo que á un propietario pobre no se le puede obli-
gar á que construya mojoneras especiales, costosas, en un pla-
zo determinado y algunas veces hasta violando las leyes de la
equidad, porque pudiera suceder que un colindante que tuvie-
ra una hectárea de terreno adquirido en 10 ó 15 pesos le co-
rrespondiera poner la mojonera del vértice expensando la mi-
tad de los gastos, y esa mojonera pudiera costar 100 ó 200
pesos, ya por el valor intríseco de los materiales empleados en
su construcción, ya por la naturaleza del suelo en que tuviera
que cimentarse. Está bien que la ley pueda someter el dere-
cho de propiedad á diversas restricciones; pero deben de ser
equitativas, y así al dueño de la hectárea de terreno de este
ejemplo se le debería obligar á poner unos estacones de madera
ó un montón de piedras y estas clases de mojoneras se compren-
de bien que tienen una cortísima vida y que no llenan el ob-
jeto que se persigue.
En el Derecho Civil francés se acepta la doctrina que to-
4
do propietario puede obligar á su vecino al amojonamiento,
280 EDUARDO BEAVEN,
haciendo los gastos á expensas comunes; pero no hay que ol-
vidar que Francia es el país de la pequeña propiedad, que la
riqueza está mejor distribuida que en nuestro país, y que el co-
nocimiento y el respeto á las leyes está más generalizado que
en el nuestro.
A pesar de lo manifestado anteriormente, convendría mu-
cho una ley ó reglamento para que en las futuras adquisicio-
nes de terreno se marque la obligación en los contratos de
venta, de amojonar sus terrenos los compradores, en todas las
esquinas.
Una de las cosas más difíciles con que tropieza el inge-
niero es la identificación de los terrenos, porque la mayor par-
te de las propiedades que existen en el país no tienen forma
regular, sino que, por el contrario, parece que los vendedores
de terrenos ó el gobierno colonial, se propusieron darles las for-
mas más irregulares, con el objeto de dar lugar á que en lo £u-
turo hubiera muchos litigios en los Tribunales.
El Distrito Federal ofrece un ejemplo muy elocuente,
pues en las decenas de miles de predios rústicos que hay en
él, no se encuentra uno que tenga una forma regular y que sus
lados estén orientados en la dirección del meridiano y su per-
pendicular.
Esto lo puede comprobar con unos 800 planos de predios
rústicos que existen en mis archivos.
En el Distrito Federal también, en su mayor parte, los pre-
dios rústicos están sin amojonar, y los linderos dizque señala-
dos por zanjas irregulares, por bordos de tierra, por setos, por
líneas de magueyes, por hileras de árboles y por caminos. Es-
tos linderos tan poco precisos frecuentemente motivan pleitos
de todo género entre los propietarios y, á decir verdad, sin sa-
ber en ocasiones qué discuten, ó discutiendo fajas de terreno
de valor insignificante.
En mi práctica dos veces he sido árbitro amable compo-
nedor entre dos indígenas que disputaban uno 8 metros cua-
Los PLANOS PARA LA NUEVA LEY DE TIERRAS. 281
drados y otro 23 en la serranía del Ajusco. Todos estos ca-
sos justifican la circunstancia de que todas las propiedades
queden amojonadas y que se dé una Ley.
No trato por ahora, de seguir determinado orden lógico
en estos apuntes.
Sería conveniente que el plan de estudios de la Escuela
de Ingenieros para la carrera del Topógrafo se modificara li-
geramente, para que pudiera cumplir mejor con los trabajos
que en la práctica se presentan en nuestro extenso territorio.
Por ser la carrera de Topógrafo la más corta, hay más in-
genieros de esta clase, también son los que ganan menos, y los
que por la naturaleza de su trabajo viajan más por la Repú-
blica y se alejan de las grandes ciudades. Todo esto hace que
el Topógrafo sea quizás el más solicitado por el propietario ru-
ral, quien le consulta los trabajos que más le interesan en la ex-
plotación de sus fincas, y con el plan de estudios actual, el
Topógrafo no siempre puede resolver las consultas constantes
que enel campo se le hacen. Convendría en mi opinión que se le
den algunas reglas para la redacción de informes. algunas cla-
ses de irrigación que abarque el arte práctico de hacerlas, el
arte de construir caminos de explotación que son indispensa-
bles en toda finca agrícola: que sele den también algunos apun-
tes sobre los rendimientos de los eultivos, de la ganadería, ete.,
y sobre el valor predial, principalmente del rústico. Tambiénse
deben enseñar las leyes de tierras y las correlativas que rigen
la propiedad, así como todas aquellas que rijan los contratos
relativos á bienes rurales, á ventas, etc. También que se le
instruya sobre el régimen de las aguas, y algo de drenaje. Al-
gunas nociones de construcción rural y de albañilería le se-
rían muy útiles, pudiendo así en partes alejadas construir sus
mojoneras, instalar vertedores, ete.
Como el Topógrafo de nuestro país es frecuentemento nom-
brado por las autoridades perito para valorizar una propiedad,
necesita conocer lo que anteriormente he manifestado y tam-
Mem. Soc. Alzate. México ; T. 29. (1909-1910)—36
282 EDUARDO BEAVEN.
bién en el caso de que sea nombrado árbitro, perito tercero
en discordia ó árbitro amable componedor. En resumen, ereo
que convendría estudiar los planes de estu- dio de los Geóme-
tras rurales europeos y amerie:mos, y hacer uno comparativo
con el plan de estudios de nuestra Escuela de Ingenieros. Los
conocimientos complementarios que he señalado en la carrera
del Topógrafo, los considero indispensables para secundarlas
patrióticas miras del Gobierno al tratar de fomentar la agri-
cultura,
Aunque la enumeración de estos estudios es larga, creo
que la instrucción indispensable se podría condensar en un to-
mo en octavo de 300 páginas. En el estado actual de nuestro
país no se necesitan sabios ingenieros al estilo de los que sa-
len de las universidades alemanas ó francesas, sino ingenieros
que ejerzan el arte del ingeniero, aplicando las mejores reglas
para hacer bien las cosas, aunque se desconozcan las profun-
das teorías ó doctrinas en que se basan las reglas. Dentro de
50 años convendría ir innovando la enseñanza técnica, en el
sentido de profundizar teorías y doctrinas.
Los conocimientos complementarios á que me refiero
se pueden entresacar de tratados de Topografía, de Agricul-
tura, de Hidráulica agrícola y de nuestras Leyes codificadas
(Código Civil, Leyes de tierras y aguas, Ley minera, Código
de Comercio, ete,, ete.).
Los terrenos nacionales que he recorrido tienen una vegeta-
ción, en su mayoría, formada por arbustos ó árboles de poca
altura y sólo los que están en el partido del Mezquital (en Du-
rango) tienen bosques de árboles altos. El levantamiento de
estos terrenos tendrá que ser costoso, y por eso conviene que
se escoja un medio que déla exactitud suficiente, y que sea
sin embargo el más económico. Hay también enlos Estados del
Norte terrenos nacionales con tierras blanquizcas donde la
refracción es muy fuerte y las visuales dirijidas á las estacas
que se van clavando en los alineamientos, cuando se hacen '
Los PLANOS PARA LA NUEVA LEY DE TIERRAS. 283
medidas directas, fatigan mucho al ingeniero y más aun á los
que van cadeneando, y resulta en la práctica, que los ingenie-
ros, en los primeros días, ponen gran «tención en sus alinea-
mientos y en las medidas; pero después se desatienden y al
efectuar el cierre de los polígonos se encuentran grandes erro-
res. También al hacer medidas directas resulta que para ha-
cerlas bien hay forzosamente que desmontar, y estos desmon-
tes no siempre son perfectos, y lo son menos en los terrenos
nacionales que exploré porque las plantas que abundan más
son las espinosas. Además en las medidas directas hay una
gran causa de error, porque materialmente es imposible lle-
var las cadenas horizontales ó sin catenaria. Estas considera-
ciones hacen indicar como el medio más apropiado, econó-
mico y exacto, el de medir con estadia. Lia exactitud de estas
medidas depende únicamente de la determinación exacta de
las constantes y ds la buena graduación de la mira.
Citaba el hocho de que en esos terrenos hay mucha refrae-
ción y con las medidas con estadia se aminora ésta, porque la
* visual va aproximadamente como á un metro cuarenta centí-
metros del suelo. Los terrenos nacionales no tienen en sí gran
valor y la exactitud del levantamiento no debe de ser tan gran-
de como la que se emplea en los trabajos de ciudad, y por lo
tanto propongo que sea de '/¿sy que es el promedio obtenido en
el error de cierre de 141 líneas por la U.S. Lake Survey.
La longitud de las visuales no deben pasar de 60U metros
y un promedio de las mínimas debe ser de 250 metros.
Entre los ingenieros de gabinete estas apreciaciones pu-
dieran parecer poco justificadas; pero hay algunos hechos elo-
cuentísimos como el levantamiento de la línea limítrofe con
los Estados Unidos, en que hubo una bella comprobación de
- la exactitud de la estadia. Se midió una línea de 100 millas
de longitud con cadena, se hizo la misma medida con estadia
y también se calculó esa línea por medio de triangulación; y
al comparar los datos, resultó que: la medida hecha con la es-
2584 EDUARDO BEAVEN.
tadia era la mejor, pues se acercaba más á la obtenida por la
triangulación.
Respecto de los errores angulares se debe aceptar 0/596
de error de cierre por cada kilómetro de línea recorrida, que es-
tá de acuerdo con el obtenido en una serie de experiencias
efectuadas en los Estado Unidos en 118 líneas que sumaban
826 kilómetros.
El método que en la generalidad de los casos se debe em-
plear es el de rumbo y distancia, pues heeho con cuidado da
muy buenos resultados. No es un método tan preciso de le-
vantamiento como el de triangulación, pero este último es muy
eostuso y dilatado y los terrenos nacionales que se van á me-
dir tienen un valor muy bajo.
Una vez obtenido el perímetro del terreno de cada uno de
los terrenos nacionales, éstos deben fraccionarse en lotes eua-
drados cuyos lados estén orientados de Norte á Sur y de Este
á Oeste y ereo que una cosa importantísima es que el Gobier-
no Mexicavo adopte á nuestro sistema de medidas, el sistema
de fraccionamiento que con un éxito asombroso han empleado
hace 120 años los americanos.
Los terrenos públicos de los Estados Unidos son infinita-
mente más extensos que los nuestros, y todos ellos han sido
divididos en lotes cuadrados con lados orientados en el senti-
do del meridiano y su perpendicular, teniendo cada lote de-
signación especial conforme á una clasificación sencillísima,
y se puede asegurar que en los 120 años que ha funcionado
este sistema no ha habido nunca conflictos de ningún género
y menos de identificación. En cambio con el desorden nuestro
y principalmente por la falta de clasificación, la regla general
es que nunca se pueda identificar un terreno nacional.
El sistema americano de fraccionamiento es un modelo en
su género, pues su funcionamiento ha evitado ó prevenido que
los terratenientes hubieran gastado millones de dólares, en li-
tigios como habría pasado si la adjudicación de tierras se hu-
r
Los PLANOS PARA'LA NUEVA LEY DE; TIERRAS, 285
bieran hecho caprichosamente con el sistema de los antiguos
13 estados de la Colonia, :
Ahora que la Comisión Geodésica Mexicana está trazando
un meridiano, convendría que se estudiara por dicha comisión
los 24 meridianos que se han fijado en los Estados Unidos pa-
ra el fraccionamiento de los terrenos públicos con objeto de
que nuestro meridiano llene las eondiciones que ha motivado
ese trabajo, y pueda á la vez servir para relacionar el levanta-
miento de algunos de nuestros terrenos nacionales.
Esa Comisión Geodésica Mexicana podría al mismo tiem-
po trazar una línea de base, que en el sistema americano de
fraccionamiento es un paralelo de latitud.
En caso de que el meridiano que está trazado esté muy le-
jos de donde están ubicados los terrenos nacionales, en obvio
de tiempo convendría trazar otros ejes coordenados, pero igual-
mente orientados.
Para aclarar más la importancia de estos ejes coordena-
dos deseribiré el sexto meridiano principal de los Estados Uni-
dos. Este coincide con la longitud de 9709-22 Oeste del meri-
diano de Greenwich y la línea principal de base corta el meri-
diano en el 400 de latitud Norte. Este meridiano está locali-
zado hasta encontrar el río Missouri, y hacia el Sur hasta los
370 latitud Norte, y este meridiano y su base sirve para refe-
rir todos los planos topográficos de los Estados de Kansas;
Nebraska; del Estado de Dakota que está al Sur y al Oeste
del río Missouri; del Estado de Wyoming; del Estado del Co-
lorado exceptuando el valle del río Grande del Norte al Sur-
oeste del Culorado, porque esos terrenos del valle están referi-
do al meridiano secundario llamado de Nuevo México que
tiene una longitud de 1060%-52'-09 Oeste de Greenwich y cu-
ya línea de base está 10 millas abajo de la confluencia del río
Puerco con el río Bravo del Norte. Estos ejes secundarios
coordenados, controlan los levantamientos de Nuevo México
y del valle del río Grande del Norte, del Colorado.
286 EDUARDO BEAVEN.
Los americanos usan para el trazo de meridianos y para-
lelos que se apoyan en los 24 sistemas de ejes coordenados
que mencioné unos aparatos llamados accesorios solares ó
brújulas solares y sí como espero en lo futuro se trazan las
líneas de división de tierras en el sentido de los rumbos Nor-
te Sur y Este y Oeste será conveniente que en la elase de To-
pografía de la Escuela Nacional de Ingenieros se estudien
los aparatos señalados y se practique su uso.
Estoy seguro que todas las oficinas de terrenos ubicadas
en Washington y en diversas partes de la Unión facilitarían
con gusto toda clase de informaciones referentes á la legis-
lación detierras, trabajos técnicos topográficos y presupuestos.
Tengo la creencia que en un país nuevo y pobre como el nues-
tro no deben hacerse ensayos para parecer original, sino que es
más sencillo y económico copiar lo bueno donde quiera que se
encuentre. Las oficinas que pueden suministrar mejores da-
tosson: General Land Office, Washington, D. (y; United States
Coast € Geodetic Survey, y Mississippi River Commission.
Porúltimo, el levantamiento de planos de los terrenos na-
cionales no se debe hacer por comisiones nombradas por el
Gobierno, ni por compañías ó empresas poderosas que contra-
ten dichos levantamientos. No deben ser hechas por comisio-
“ nes del Gobierno porqus saldrían demasiado costosos y tar-
darían mucho en hacerse. Los empleados de planta, con suel-
do fijo, no siempre son los más prácticos y competentes ni
tienen interés en hacer pronto los trabajos que se les enco-
mienden, sino al contrario su interés está en que se alarguen
lo más que sea posible para percibir durante más tiempo sus
sueldo. Además, como los nombramientos no son el resulta-
do de competencias, sino en la mayoría de casos de recomen-
daciones ó favoritismos; resulta también que en la mayoría de
los casos los empleados no son los mejores. No quiere decir
esto que en las oficinas del Gobierno no haya hombres de mu-
chos méritos y que ocupan puestos muy merecidamente,
1 Los PLANOS PARA LA NUEVA LEY DE TIERRAS 287
No conviene que sean empresas ó compañías poderosas
las que contraten estos levantamientos, porque probablemen-
te no lo harían por las utilidades propiamente del trabajo de
levantamiento, sino para combinaciones ulteriores, con el ob-
jeto de acaparar terrenos valiosos por sus riquezas naturales
aunque inexplotadas. Tampoco conviene, porque las empre-
sas ó compañías poderosas disponen de un círculo de acero de
amigos influyentes, abogados y empleados, y solamente pro-
curarían respetar la forma de sus contratos aunque los viola-
ran en el fondo.
Mi opinión es que los levantamientos se deben contratar
con ingenieros de una edad de 30 á 45 años, porque en este
período de vida se tiene ya experiencia adquirida en los tra-
bajos profesionales, se ha formado el carácter, y hay bastan-
te resistencia física para soportar las penalidades de los tra-
bajos de campo.
Comprendo que la Secretaría de Fomento ha de desear
tener informes técnicos completos desde muchos puntos de
vista, como por ejemplo, el de la Hidráulica, Hidrografía,
Agricultura, Minería, Industria, Orografía, Geografía, Polí-
tica, Comercio, Climatología, Estadística, Militar, etc., ete.;
pero el ingeniero que contrate el levantamiento puede tener
la consulta de especialistas en cada uno de estos ramos, ó bien
organizar un cuerpo de ingenieros que puedan resolver todas
esas cuestiones-con la misma competencia que los haría una
comisión nombrada por el Supremo Gobierno,
Los trabajos hechos por comisiones del Gobierno depen-
dientes quizás de una seceión no tienen propiamente respon-
sabilidad, ya que no se les puede exigir más sino que lleguen
á sus horas de oficina, salgan á las mismas y hagan trabajos
útiles ó inútiles. Las opiniones del Jefe de la sección ó de los
jefes directos de dicha comisión son las que prevalecen aun-
que algunas veces sea bien notorio que dichos jefes sean nu-
lidades. Esto que digo, es en tesis general pues para honra de
988 EDUARDO BEAVEN.
de
nuestro Gobierno, hay muchisimos jefes dignos de todo en-
comio y de la consideración nacional. q
Muchas otras cosas se me ocurren; pero no son tan esencia-
les como las que he indicado, y por eso las omito; más antes
de coneluir deseo precisar que estos apuntes están escritos
sin pretensiones de ningún género, y estoy cierto que hay mu-
chos errores en ellos, y que son muy deficientes; pero á pesar
de esto quiero contribuir con mi grano de arena á los profun-
dos estudios que hace la comisión encargada para formular las
bases á que deben sujetarse los levantamientos de los terre-
nos nacionales de la República.
México, Enero de 1910.
SOCIETÉ SCIENTIFIQUE , ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. 289
L'anydrobiose el. les plasmas slciques artificial
PAR
ALBERT et ALEXANDRE MARY,
(Note présentée par A. L. Herrera, M. S. A. dans la séance du 7 Février 1910).
On a depuis longtemps observé les faits de reviviscence
chez nombre d'animaux Infusoires enkystés ou Rotiféres des
séchés qui avaient perdu toute activité physiologique, et qui-
se réveillent á la vie au contact d'une goutte d'eau. On con-
nait aussi la curieuse influence de l'anhydrobiose ou privation
momentanée d'humidité, sur les ceufs vierges des organismes
sexués. Jacques Loeb desséche des ovules dastéries sur du
papier buvard. Replacées ensuite dans Peau, ces ovules se
segmentent, et produisent des morules comme sous l'influence
de la fécondation.
Les plasmas artificiels de Ledue et de Herrera jouissent
de propriétés analogues. Les croissances osmotiques sont “re-
viviscentes:” desséchées lentement, avec précaution, puis re-
placées dans un milieu salin analogue á leur milieu généra-
teur, elles reprennent leur aceroissement provisoirement inte-
rrompu. Les plasmas siliciques du professeur Herrera donnent
souvent des figures d'ovules d'abord trés simples, mais suscep-
tibles d'évoluer en magnifiques blastoméres, si on les soumet
á une technique appropriée.
Prenons: 1* Silicate de potasse; 2% Carbonate de soude.
Mem. Soc. Alsate. México. T. 29. (1909-1910)—37
290 ALBERT ET ALEXANDRE MARY.
Une goutte de cette solution, évaporée rapidement a la
lampe ou á Pétuve abandonne des pseudo-cellules granulaires,
microscopiques, peu apparentes, des sphéro—eristaux qui sem-
blent définitivement fixés á ce stade de développement, Si on
les soumet de nouveau á "action du silicate, mais cette fois
non dilué, et qui aprés deux minutes de repos, on évapore
Explication des figures.—1, cellule.—2, division binaire.—3, morula.
4, tissu épithélial.—5, tissu,
derechef rapidement la préparation, ces pseudo—cellules se
montrent trés fortement acerues par Vintervention du silicate,
et gráce au retrait provoqué par 1'évaporation, leur masse
pseudo-—vitelline s'est segmentée, de telle sorte qu'elles ont
créé pour la plupart, une morula, plus ou moins avancés dans
son évolution, depuis la division binaire jusqu'au degré plus
élevé de multiplication. Cette seconde épreuve, mais par
deuxiéme évaporation lente, donne aussi des figures d'épithé-
lium, Vécailles épidermiques d'une remarquable fidelité. Une
L'ANHYDROBIOSE ET LES PLASMAS SILICIQUES ARTIFICIELS. 291
seule goutte de la préparation renferme les figures par di-
zaines.
Le retrait dans les roches produit des effets analogues A
la eristallisations. Dans les solutions, il engendre des formes
analogues á celles de la diffusion, et la diffusion, c'est losmose,
mais sans membrane. On pourrait dire du retrait que c'est
une difusion négative. Herrera a obtenu par évaporation, c'est-
á-dire par retrait une foule de formes organoides merveilleuses,
notamment des pseudo-carapaces de radiolaires et ces fameux
embryons humains dont la morphologie mérite d'attirer vive-
ment Pattention.
Mais, depuis que Pon poursuit Panalogie qui existe entre
les plasmas artificiels et les naturels, albuminoides, qui ne
Poublions pas, renferment une lrame silicigue importance ca-
pitale, il West pas sans intérét de rapprocher le retrait mor-
phogenique des pseudo—vitellus, de lanhydrobiose fécondante.
ÉK—_— e
SOCIÉTE SCIENTIFIQUE ''*ANTONIO ALZATE.'”” MÉMOIRES, T. 29. 293
¿CONO FUE TRAZADA LA PIEDRA DEL SOL?
POR EL LIO.
RAMON MENA, M. $, A.
(Sesión del 7 de Febrero de 1910).
Siempre he creido que los nahoas poseyeron medios téc-
nicos ingeniosos y sencillos para desarrollar su plástica admi-
rable; perdidos tales medios, es preciso arrancarlos á los Có-
dices y á los monolitos que los contienen.
Cuando en 1908 llevé al Museo Nacional los interesantes
monolitos que guardaba la casa Boker y C*, hice un estudio
superficial de aquellos, pero pude encontrar en uno, de carác-
ter funerario y penitencial, huellas evidentes de factura. Se
trata de una figura trazada y principiada á esculpir en la su-
perficie superior del pequeño monolito; ahí quedaron pegotes
de una pasta caliza extendida para dibujar en ella y ahuecar
«después con el itztli, como se ve en otros sitios de la misma
superficie,
Ahora, en la Piedra del Sol, comunmente conocida por Ca-
lendario Azteca, creo haber descubierto la manera de proce-
der del lapidario, en lo que se refiere al trazo de figuras geo-
métricas. Veamos:
Aun cuando el perímetro “de la piedra está desportillado,
conserva en el lado derecho y en la porción superior de la iz-
quierda, lo bastante á sugerir que la figura fué la de un cua-
drilongo, en el centro del que, está inscripta la circunferencia
del cilindro esculpido.
294 . RAMON MENA.
Con líneas de puntos he continuado los lados de la piedra
sobre la calca de una de las últimas y mejores fotografías que
hice tomar por el fotógrafo del citado Museo. Reconstruido
el cuadrilongo, uní sus ángulos con diagonales y el punto de
intersección de éstas, me dió el centro de la piedra y el de la
circunferencia inscripta, con ese centro, pude seguir correcta-
A A TT A
mente las circunferencias de la piedra, las que fijó la fotogra-
fía; después, tomando la bisectriz de los ángulos formados por
las diagonales A, B y C, D, al cortarse, encontré que fijan el
eje de las 4 puntas de pie vuelto ó grándes rayos solares de la
piedra, Y que son diametralmente opuestas; he marcado estas
primeras bisectrices, con las líneas 1 J, y KL que al cortar-
(1) Véase una fotografía cualquiera de la piedra, que por ser muy
conocidas no es preciso reproducir aquí.
¿COMO FUE TRAZADA LA PIEDRA DEL SOL? 295
se engendran 4 ángulos rectos cuyas bisectrices sirven de eje
á las otras 4 puntas ó rayos que no tienen pie vuelto y que
señalo con m. Nos resultan 8 ángulos; sus 8 bisectrices, dan
el eje de las 8 figuras designadas comunmente como aspas, las
que señalaré econ e.
En la porción plana de la piedra, sobre la que se levanta
el cilindro esculpido, hay ocho perforaciones que siguen á la
cireunferencia y que son oponibles.
De cuantos han estudiado este gran monumento, solamen-
te Gama, en 1792 y Abadiano en 1889, han hecho hincapié
en tales perforaciones.
El ilustre Gama, creyó que servían pora recibir gnómones,
euyas sombras indicaban las horas.
A más de un principio de erítica defectuoso, Gama partía
de un supuesto: el de que la piedra estuvo colocada vertical-
mente y mirando á rumbo determinado. Estudios posteriores,
apoyados por testimonics antiguos, el de Durán entre otros,
establecen, sin lugar á duda, la posición horizontal de la pie-
dra, en su templo, con lo que viene por tierra el edificio levan-
tado con habilidad exquisita por Gama.
Abadiano pensó que en las perforaciones se levantaban
gnómones, que se unían con hilos, á uno central y que entre
unos y otros hilos se colocaban travesaños, constituyendo el
todo un aparato de observación astronómica y ritual. Este sis-
tema parece suponer la situación vertical de la piedra y en si-
tio despejado, así es que por la razón que el anterior, viene
por tierra; además, entre los aparatos de observación, toma-
dos de los códices é inteligentemente explicados por la Sra.
Nuttall, en un estudio presentado á la Sociedad de Geografía
de esta Ciudad, no aparece algo que remotamente se asemeje
al complicado mecanismo ideado por Abadiano.
Ahora mi explicación: Yo creo que ante todo, hay que
cerciorarse de si las perforaciones son de mano indígena, re-
296 "RAMON MENA.
sultado de instrumentos indígenas y pertenecientes al monu-
mento.
La manera de hacer el taladro, su forma misma, aún te-
niendo cuenta el deterioro por los agentes exteriores, res-
ponden afirmativamente. Resuelto este punto, y dado que to-
do en el monumento tiene su objeto, cabe preguntar. ¿Con qué
fin fueron hechos tales taladros?
rr as
cdo rr
A
mn a aa a a
Hemos visto que no pudieron servir para reloj solar ni pa-
ra armar un aparato astronómico; luego su destino debe de ha-
ber sido de otro orden. Para explicarlo, debemos fijarnos en
la colocación de las perforaciones y en que no llevan jeroglí-
fico ni adorno alguno.
Los taladros siguen á la curva de la circunferencia y están
en la porción baja ó rebajada de la piedra, resulta que fueron
hechos posteriormente á la cireunnferencia y después de hecho
¡COMO FUE TRAZADA LA PIEDRA DEL EOL? 297
el rebajo. En la fig. 2, tenemos marcadas las perforaciones
con las letras a, b, c, d, e, f, 9, h; si unimos con hilos las a e,
hd, vemos que pasan por el centro de la cireunferencia y co-
mo en los puntos ¿, 4, tenemos unas rayas paralelas á la cir-
cunferencia, parece que se quizo rectificar ésta; por otra parte,
uniendo la bf, ella y la a e, pasan marcando las líneas del NAO-
LLIN; además, fijando por medio del eruce de cuerdas, un bas-
toncillo en el centro como punto fijo y de él partiendo un hilo
que termine en otro bastoncillo móvil que pueda penetrar en
las perferaciones, encontramos un excelente tiralíneas para el
trazo de la gran cantidad de rectas que hay.en los relieves;
por el mismo pracedimiento, pero sustituyendo el bastón mo-
vible por un itztli, se trazaron todas las circunferencias y ar-
eos de la piedra; así lo he repetido sobre la calca, siendo asom-
brosa la coincidencia; así debieron haberlo hecho los nahoas:
las mismas causas, engendran los mismos efectos.
¿De qué modo pudieron trazar cireunferencias perfectas
sin compás y sin señalar aparentemente un centro en la pie-
dra, si no es con el procedimiento que he explicado? Procedi-
miento sencillo, casi primitivo, como tuvieron que ser los de
aquellos hombres, dado su medio y su situación con respecto
á los demás países del globo.
México, Febrero de 1910,
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1909-1910)—38
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SoctÉTÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.' MÉMOIRES, T. 29. 299
Pormes organiques artiicielles- vasculariséos.
PAR
ALBERT et ALEXANDRE MARY,
(Note présentée par M. A. L. Herrera, M. S. A. Séance du 7 Mars 1910).
Leduc a défini les organismes: des solutions separées par des
membranes. La vie et Posmose, c'est tout un. 1l apparait méme
que les albuminoides ne juissent de la propriété de constituer
des organismes qu'á cause de la facilité avec laquelle ils for-
ment des membranes osmotiques.
T'albumine, nous le savons, n'est pas nécessaire á la ma-
nifestation de la vie élémentaire. Les silicates colloídes, et tou-
tes autres substances salines sous le méme état se cellulisent
et vivent en vertu des mémes processus que les protozoaires.
Mais il semble que Palbumine, gráce á lambiance osmoti-
que qwWelle conditionne, joue un trés grand róle dans la vascu-
larisation, dans Vapparition de canaux circulatoires au sein
une colonie cellulaire,
Si Pon sóme des cristallites de sulfate de cuivre dans une
solution de silicate de potasse, on obtient des cellules sans ca-
ractóres particuliers.
Si Pon sóme les mémes cristallites dans une simple solu-
tion aqueuse Valbumine de blanc oenuf, Valbumine se préci-
pite en flocons alvéolaires sans noyau ni membrane, analogues
par la texture, aux éléments obtenus avec le sulfate ferreux
dans le phosphate de soude.
300 ALBERT El ALEXANDRE MARY.
Mais les résultabs sont bien différents en semant les cristal-
lites de sulfate de cuivre dans une solution aqueuse d'albumine
mélée de silicate de potasse. Les cellules obtenus ont alors
des noyauz magnifiques, souvent aussi complexes que ceux
des cellules animales ou végétales les plus perfectionnées et
se multiplient soit en bourgeonnant, soit par karyokinese. Les
colonies sont parcourues de courants une trés grand intensi-
sité, dessinant des valsseaux circulatoires trés nets.
Ainsi paraissent, dans la solution, de véritables villosités
artificielles, semblables en tous points aux dillosités intestinales
de lhomme et des animaux. Les cellules oecupant la périphé-
rie, a la maniére Yun épithélium dont elles prennent aspect,
et le centre du groupe est représenté par un ramuscule vas-
oulaire terminé en cul-de-sac.
Ces expériences nous mettent sur la voie Vune explica-
tion mécanique de la formation des vaisseaux circulatoires: Ce
sont des squeletles osmotiques dont la forme, Vétendue, les rap-
ports, sont déterminés par les courants de liquides dont les
organismes sont le siége. Ici encore, la forme organisée est
un cadavre de solution. :
Remarquons enfin: 1? Que sans la silice, on n'obtient pas,
dans les précedents essais, de formes nettes, ce qui eorrobore
les vues du savant professeur Herrera, au sujet du róle de la
silice colloide dans la production des phénoménes vitaux. 2*
Que les formes complexes obtenues par nos procédés se pro-
duisent des que lambiance réalise des conditions osmotiques
déterminées, sans avoir besoin du concours de longues lignées
organiques, résultat conforme á la loi d'Hérédité simulée, qui
fait aujourd'hui la base de la théorie, soutenue dans tous nos
ouvrages, de la formation rapide des prototypes, déjá com-
plexes, des séries organisées.
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.”” MÉMOIRES, “p. 29. 301
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ESC a Pes
CANTIDADES DE LLUVIA RECOGIDA
EN LA
CAJA DEL AGUA DEL MOLINO DEL REY
- EN EL BOSQUE DE SANTA FE Y EN EL EX-CONVENTO DEL DESIERTO
DURANTE EL AÑO DE 1909.
Observaciones ejecutadas bajo la dirección del Ingeniero
GUILLERMO BELTRAN Y PUGA, M. $. A.
Director General de Obras Públicas.
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29. (1900-19810)—39
| Cantidades de lluvia recogida en la Caja del Ayna del Molino. del Rey,
dorante el año de 1909,
9 00 1D) DIH 010
| Días. |
Enero.
Febrero,
AS
MR A Es A AAA IS
DEL MOLINO DEL REY, DURANTE EL ANO DE 1909. 307
Cantidades de llfvia recogida en la Caja del Agua del Molino del Rey,
durante el año de 1909,
Agosto. |Septiembre.| Octubre.
Noviembre, | Diciembre.
Total de lluvia en el año 474mm0,
308
CANTIDADES DE LLUVIA RECOGIDA EN EL BOSQUE
durante el año de 1909,
| Cantidades de lluvia recogida en el Bosque de Santa Pé,
Días.
90-004 0N-=
Sumas.
Enero Febrero. Marzo.
E
ls
a
E
A bril.
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00+
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CC PRONpaADRA A:
18.3
Mayo.
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Junio.
0.6
,
; PRADO,
CARIDAD
A
DE SanTa FE, DURÁNTE EL AÑO DE 1909. 309
j z ; 7
Cantidades de lluvia: recogida en el Bosque de Santa Fé,
durante el año de 1909.
Días. Julio. Agosto. |Septiembre.| Octubre. | Noviembre. | Diciembre.
1 1.8 E 06 ea ==
2 0,2 1.0 14.2 ge e
3 7.2 160 13.1 ES >
4 2.8 3.3 0.9 de Es
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13 as 13,4 6.3 AE
14 a 7.4 0.8 SE be
15 54 7.0 1.0 2.7 E
17 144 Ze 6.3 AA 2.7
18 6.9 ES 0.6 0.2 So
19 18.7 OS EE 49 E.
20 40 Me ze 12.2 4.8
21 8.9 12.2 8 88 ¿ SS
22 E 2. 8.1 Ez
23 hoz E 0.2 15
24 4.7 AA 2.8 0.6
25 <3bS er 53 152
26 3.8 = eS 12,2
27 17.9 3.1 ea
28 25.7 5.3 >
29 m1 0.2 =
30 0.4 2.0 S
31 38 0.4 > E
Sumas.|| 135.7 80.3 60.9 42.8 8.7
A]
Total de lluvia en el año 444mm2,
310
CANTÍDADES DE LLUVIA RECOGIDA EN EL EX-CONVENTO
Cantidades de lluvia: recosida. en el ex-Convento del Desierto,
durante el año de 1909,
Febrero.
Marzo.
3
y AAA SS
'* DoOoomuoonUo: »
Mayo.
Junio.
.s
PND
ooo. oou
'* NINSO:
noe Rs
e. Me
TT A
DEL DESIERTO DURANTE EL AÑO DE 1909. 311
Cantidades de lluvia: recogida en el ex-Convento del Desierto,
durante el año de 1909,
Días. Julio. Agosto. |Septiembre. | Octubre Noviembre. | Diciembre.
1 E 1.5 10.5 4 ai e
2 6.5 20.0 21.5 des 1.5 Sr
E 2:5 30.0 54.0 qa AS SS
4 2.0 12.5 25.0 ES E ES
5 12.0 12.0 6.5 ES da
6 15 10.0 NA zz SS ESSd
7 11.0 7.0 11.0 E 1.0
8 2.0 ná 1.0 E - as
9 A 3.0 EEN a 2.0
10 a TA 0.5 E a
11 3.0 2.0 2.0 a E 0.5
12 e 18.0 23 0.0 > OS
13 0.5 A 1.5 2.0 53 Je
14 sa 27.5 26.0 11.5 2
15 AE 29.0 12.5 AN Ma
16 1.0 5.0 6.5 E mE
17 0.5 ¿2 2.0 rs Ho
18 6.0 e 13.5 ez A 3.5
19 9.5 En a L5 SE ESE
20 8.5 9.0 a 25.0 b 23
21 1.5 1.5 E 4.0 E e
22 25 9.0 3.5 4.0 Sa 4.0
23 2.5 e 51.0 lt HS
24 5.0 3.0 AS 4.5 Ebro
25 0.5 a 25 5.0 e
26 7.5 a a 2.5 AS IE
27 oz 1.0 Sa 0 == E
28 3.0 11.0 Es 3.0 E 24
29 49.0 3.0 qe ade E 0.5
30 22.0 1.6 a E LAS
31 28.0 25.0 eE
PA | EA —— oo | eo qx[j"L-- A A |
Sumas.|| 188.0 241.5 251.0 71.0 1.5 11.5
Total de lluyia en el año 970mm5.
j
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1
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. 313
A _ O ___—o A __—__ —<-—A————
Teodolito Magnético Mexicano y observaciones ejecutadas con él
en Teotihuacán el 28 de Diciembre de 190%,
POR
M, MORENO Y ANDA, M. $, A,
En la sesión del 6 de Diciembre de 1909 tuve la honra de
presentar ante esta Sociedad el teodolito magnético ideado por
mí y que el Sr. Ing. Don Angel Anguiano, Director de la Co-
misión Greodésica Mexicana, se había servido mandar cons-
truir por la acreditada casa Troughton dv Simms, de Londres
(N* 100). Anticipadamente desde la sesión del 7 de Agosto de
1905 había hecho una breve exposición del dispositivo que ha-
bía dado al teodolito.
Aunque las figuras que se acompañan dan idea clara del
instrumento, voy á dar unas ligeras explicaciones acerca de él.
Es un teodolito astronómico de 5 pulgadas, con 1 minuto
de aproximación en sus dos círculos.
Quitando el telescopio de sus montantes, se pone en su lu-
gar y sobre los mismos montantes, pues tiene muñones igua-
les á los del telescopio, una caja rectangular de madera que
en la parte superior lleva fijos un nivel, un tubo metálico pa-
ra la suspensión de las agujas, y el termómetro para anotar
la temperatura en las observaciones de oscilación. El tubo de
Mom. Soo. Alzate. México. 'T. 20. (1909-1910) —40
314 M. MORENO Y ANDA.
suspensión tiene una cremallera que sirve para acortarlo ó alar-
garlo y remata en la parte superior en el casquillo graduado
para medir la torsión.
La lectura de las escalas de los imanes, se hace por me-
dio de un microscopio fijo en el extremo del lado menor de una
barilla doblada en ángulo recto, la que en el lado mayor tiene
una abertura circular en que entra un pivote horizontal fijo
en uno de los montantes del instrumento: en el extremo de di-
cho lado mayor hay un contrapeso para equilibrar el sistema.
El microscopio gira en un plano vertical paralelo á las divi-
siones verticales de las escalas de las barras. En la figura
núm. 4 el microscopio se ve en una posición inclinada, pero
bien se comprende que para hacer las lecturas debe encontrar-
se horizontal, siguiendo el eje magnético de los imanes.
Las agujas imanadas son tres: una para la declinación, otra
para las oscilaciones y la tercera, pequeña, es la auxiliar en
las observaciones de desviación.
El instrumento fué estudiado en el Observatorio de Kew
en el mes de Agosto de 1909 y trae los certificados de sus cons-
tantes y las tablas de corrección.
Explicación de las figuras:
Fig. núm. 1.—Disposición del instrumento para recibir el
telescopio.
Fig. núm. 2.—Teodolito arreglado para las observaciones
astronómicas.
Fig. núm. 3.—Retirado el telescopio, ocupa su lugar la ca-
ja de madera con sus accesorios para la
observación de declinación y oscilaciones.
(Por una distracción no se colocó el mi-
eroscopio, el que se ve en la parte infe-
rior de la figura).
Mem. Soc. Alzate.
Fig. 3.
Teodolito magnético mexicano.
T. 29, lám. XVL
3
Mem. Soc. Alzate, EA AE
Fig.
Teodolito magnético mexicano.
e die is
es
q
Mem. Soc. Alzate. T. 29, lám. XVIIL
Fiz. 4,
Teodolito magnético mexicano
TEODOLITO MAGNÉTICO NÚMERO 100. y 315
Fig. núm. 4.—Instrumento dispuesto para la medida del
ángulo de desviación. La regla metálica
entra en dos correderas fijas en la parte
inferior de los travesaños horizontales de
los montantes.
Con el fin de probar la bondad y exactitud del instrumen-
to hice con él observaciones magnéticas en Teotihuacán, el 28
de Diciembre de 1909.
A 44 kilómetros al NE de la ciudad de México se encuen-
tra la estación de Teotihuacán, del Ferrocarril Mexicano, y
3 kilómetros al N. de dicha estación la gran pirámide del mis-
mo nombre.
Esta pirámide, según las observaciones de la Comisión cien-
tífica de Pachuca, se halla situada á
19041 267 latitud N.
6*35"18*3 long. W. de Gr.
La altitud de Teotihuacán según la nivelación del Ferro-
carril Mexicano, es de 2,282 metros,
El lugar elegido para hacer las observaciones fué un pun-
to situado cerca de la arista Sur de la fase Oriental de la gran
pirámide.
Puesto el círculo horizontal en el O de la graduación y di-
rigido el anteojo á la señal, que era el remate de la Iglesia de
San Martín situada al Norte, hice 4 observaciones de Sol en
las dos posiciones del instrumento, obteniendo los resultados
siguientes:
316 M. MORENO Y ANDA.
Hora Cir. hor. Señal.
zo 00D e 2850042215
29 205-2002. 285 5507 5 0900/00
23111 3:42 203 286 4115 0
WI cobos 287 2830 0
9 31 08 6 286017190
Los tiempos se tomaron por medio de un buen reloj de
bolsillo, contador de segundos, el que comparado con el pén-
dulo del Observatorio de Tacubaya antes y después del viaje,
en el momento de la observación de Sol tenía un atraso de..
9'4; por consiguiente la hora media verdadera de la observa-
ción es: 9*31”180.
Con los elementos:
h=9'31"18— ¿=23018/03/"1— y =19041/271"
y haciendo uso de las analogías de Napier para calcular el
azimut, obtuve para indicación del meridiano geegráfico.....
149046'52/”, y para el meridiano magnético, observado á las
12:13", 157016/'30"".—Resulta entonces:
Meridiano geegráfico. ..... 149046'52/:
Meridiano magnético.....-. 15701630"
D= 702938" (4 12:13")
Componente horizontal (H)
Dos series de oscilaciones dieron para valor de una osci-
lación 4'9488, el que corregido por marcha del cronómetro,
torsión, temperatura é inducción, quedó igual á 4'9128.
TEODOLITO MAGNÉTICO NÚMERO 100. 317
Los ángulos de desviación, medidos á las distancias de 20
y 30 centímetros, que en el caso de nuestro teodolito son las
más convenientes, fueron 5939/15 y 1042/52, — Haciendo
las correcciones respectivas, resulta lo siguiente:
mH log=1.63734
5 log=2.62829
HB” log =9.00905
H log=9.50452
H=0.3195 — (á 303” p. m.)
NoTA.— Teotihuacán se asienta enmedio de unas lomas te-
petatosas que insensiblemente van ascendiendo hacia el Nor-
te, y el terreno en su mayor parte está cubierto de toba vol-
cánica y de basalto escoriaceo, llamado vulgarmente tezontle.
México, Enero 12 de 1910.
ds Pl cda exar e
SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ,, ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 29. 319
La carrera de Metalurcista y su separación de la. carrera
de Ingeniero de Ninas
POR EL ING. DE MINAS
JOSE 0. HARO, M. $, A.
(Sesión del 2 de Mayo de 1910).
El actual plan de estudios de la Escuela Nacional de In-
genieros para las diversas carreras que allí se estudian, pro-
mulgado en 7 de Enero de 1902 por la Secretaría de Justicia
é Instrucción Pública, hace una distinción completa entre las
carreras del Ingeniero de Minas y la del Metalurgista, que con
anterioridad al citado plan, siempre habían estado unidas, ex
presándolo así mismo los títulos que se expedían al terminar
la carrera; de manera que con toda justificación, las personas
que se dedicaban al importante ramo de la industria minera,
se titulaban “Ingenieros de Minas y Metalurgistas.”
La ley ha cambiado ese estado de cosas, y debemos de
preguntarnos: ¿Se ha aventajado algo en la práctica? ¿La se-
paración indicada ha sido justificada? ¿Conviene que las co-
sas sigan en el estado actual, ó debe de volverse al régimen
anterior?
Preguntas son estas que para las personas extrañas á la -
carrera del Ingeniero, y sobre todo del Ingeniero de Minas, pa-
recen no tener gran importancia; pero que en realidad encie-
320 Jos£ C. HARO.
rran un asunto de mucho interés, precisamente para el públi-
co que es casi el único que ocupa á los Ingenieros de Minas
y 4 los Metalurgistas, en las dos ramas naturales de la indus-
tria minera.
Examinemos la cuestión -4 fondo, ya que hasta hoy es-
te estado de cosas ha pasado desapercibido.
1? ¿Qué se ha aventajado con la separación de las dos ca-
rreras?
Desde luego se podrá objetar que en todo orden de ideas,
la subdivisión del trabajo es conveniente; y que concretándo-
se al asunto presente, el individuo que posea las dos carreras,
vunca podrá sobresalir en las dos á la vez, porque es muy di-
fícil que además de los conocimientos teóricos que se requie-
ren en ambas, llegue 4 adquirir todos los conocimientos prác-
ticos necesarios 6 indispensables para el buen desempeño de
los trabajos que se le encomienden; de manera que ni será
buen Ingeniero de Minas, ni buen Metalurgista, sino un me-
diano enciclopedista en asuntos de minas, incapaz de contri-
buir al adelanto del negocio que se le encomiende; y menos
aún de las ramas que profesa de la ingeniería.
Sin negar las ventajas de la subdivisión del trabajo, el ra-
zonamiento anterior se hace sin tener en cuenta las circuns-
tancias que nos rodean; y lo mismo se puede aplicar al caso
concreto que analizamos, que á las demás ramas de la inge-
niería, y en general al de todas las profesiones. En efecto,
porqué no subdividir la cárrera de Ingeniero Civil en Ingenie-
ros de Puentes y Calzadas, de Caminos de Fierro, de Canales
y Vías Fluviales, y por último de Puertos y Faros? Porqué
no exigirque el médico se especialice en la curación de las en-
fermedades de cada uno de los principales órganos del cuerpo
humano? Porqué el abogado ha de ser igualmente apto para
"tratar los asuntos de derecho civil, los de derecho criminal y
los de derecho internacional? Los ejemplos serían numerosí-
simos, y si no se procede de esa manera, es porque sin duda
LA CARRERA DE METALURGISTA Y LA DE INGENIERO DE MINAS. 321
alguna nuestro estado social no ha llegado todavía al grado
de adelanto que impone por sí sola esa subdivisión en las pro-
fesiones, sin necesidad que la ley intervenga. Esta solo debe
de expedirse para reglamentar y ordenar lo que la costumbre
ha establecido con prioridad; y de ninguna manera debe de
anticiparse á las costumbres sociales reconocidas como prove
chosas, porque entonces no solo quedará como letra muerta,
sino que será perjudicial para los mismos ivtereses que trata
de proteger.
Como confirmación de esto último, me bastará asentar
que desde la expedición del actual plan de estudios para la
Escuela Nacional de Ingenieros, ni un solo alumno se ha de-
dicado, nimenos aún recibido de Metalurgista; y esto en el es-
pacio de ocho años, tiempo más que suficiente para juzgar de
la bondad de la disposición de la ley. En cambio son bastan-
tes los ingenieros de minas recibidos en todo ese período, pe-
ro sin los conocimietos del metalurgista; y por lo tanto el per-
juicio para la sociedad es patente, puesto que el público acos-
tumbrado á ocupar á los ingenieros de minas indistintamente,
ya en asuntos propios de la explotación, ó ya en el beneficio
de los minerales; y garantizado de la competencia de los inge-
nieros por los títulos que el Gobierno expedía; no podrá distin-
guir cuales son los competentes para asuntos de metalurgía,
y se expondrá á ocupar á ingenieros que no sean metalurgis-
tas, como podría ocupar tal vez con más provecho, simples
prácticos en el beneficio de los minerales.
Sin referirme á las personas que hoy figuran como inge-
nieros de minas y metalurgistas, y cuya competencia en am-
bas materias está fuera de toda duda, me bastará mencionar
á los profesionistas que tan hábiles fueron en asuntos propios
de minas, como en los de beneficio: así pues, los ingenieros
Don Miguel Velázquez de León, Don Pascual Arenas, Don
Manuel María Contreras, Don Ramón Almaraz, Don Guiller-
mo Segura y Pesado, y tantos otros, han dejado asentado el
Mom. Soo. Alzate. México. T. 20.(1909-1910)—41
322 JosÉ C. HARO.
hecho no solo de la compatibilidad, sino también de la conve-
niencia dela reunión de las dos carreras actuales en una sola.
22 Existe alguna justificación para quela antigua carrera
de Ingeniero de Minas y Metalurgista se dividiera en dos ca-
rreras distintas? ñ
Desde luego aparece que de las ocho carreras que figuran
en el artículo 1? de la ley, sólo á cuatro de ellas se les concede
el título de Ingeniero, y estas son la de Civil, de Industrial,
de Minas y de Geógrafo. Las cuatro siguientes que son las de
Topógrafo, de Electricista, de Metalurgista y de Ensayador,
no ameritan el título de Ingeniero, y esto por sí solo basta pa-
ra que los estudiantes las consideren como carreras de segun-
do orden, y tengan poco empeño en seguirlas.
Por otra parte, tampoco se concibe que pueda haber alum-
nos que saliendo con un título de la Escuela Nacional de In-
genieros, no sean ingenieros; y si bien es cierto que antigua-
mente tampoco los ensayadores se consideraban como inge-
nieros, también lo es que se había hecho constumbre y se te-
nía como forzoso el haberse recibido de Ensayador para soli-
citar el examen de Ingeniero de Minas; de manera que este
título implicaba el de Ensayador, y por esa causa, la mayoría
de los alumnos se recibían en esa rama de la ingeniería.
Pero sigamos: las materias de estudio para el ingeniero
de minas y para el metalurgista en el plan actual de estudios,
son las siguientes que pongo enfrente una de otra para su
comparación.
Minas. Metalurgista,
ler. Año. 1er. Año.
Matemáticas superiores. Química analítica y Doci-
Geometría descriptiva. masia.
Topografía é Hidrografía. Mineralogía.
Dibujo topográfico. Economía política y ele-
LA CARRERA DE METALURGISTA Y LA DE INGENIERO DE MINAS.
323
Minas.
1er. Año.
Dibujo arquitectónico.
2 Año.
ler. Curso de Mecánica.
Estructuras de hierro, Es-
tereotomía y Carpintería.
Física matemática.
Dibujo topográfico.
Dibujo arquitectónico.
3er. Año.
20. Curso de Mecánica.
Hidráulica y sus aplicacio-
nes
Estabilidad de las cons-
trucciones.
Procedimientos de cons-
trucción, conocimiento y resis-
tencia de materiales.
Dibujo arquitectónico.
Dibujo de máquinas.
4% Año.
Química analítica y Doci-
masia.
Mineralogía, Geología y
Paleontología.
Economía política, etc.
Dibujo de máquinas.
5% Año.
Laboreo de minas y admi-
nistración minera, durante seis
meses en la Escuela Práctica
de Pachuca (que ya no existe).
Metalurgista.
ler. Año.
mentos de derecho en lo que
se relaciona á la práctica de in-
geniería.
2 Año.
Metalurgía durante seis
meses en la Escuela Práctica
de Pachuca (que ya no existe).
324 Jos£ C. Haro.
Además la ley señala al ingeniero de minas las prácticas
parciales siguientes:
ler. año de Topografía durante dos meses.
20. año de Topografía subterránea durante un mes.
3er. año de Mecánica aplicada durante dos meses.
40. año de Geología durante dos meses.
y para Metalurgista las siguientes:
ler. año en la Casa de Moneda duraute dos meses.
Las prácticas generales son:
Minas: Seis meses en los centros mineros del país.
Metalurgista: Seis meses en las haciendas de beneficio y
principales fundiciones.
Así pues, la simple comparación de los estudios que se
requieren para las dos carreras enseña: que mientras la del
minero abarca la totalidad de los conocimientos exigidos al
ingeniero (con excepción de los especiales al civil); la del me-
talurgista solo comprende los muy indispensables para el es-
tudio de una sola parte de la metalurgía, y que la totalidad
de las autores comprenden bajo la denominación de “Meta-
lurgía especial.” Y lo más curioso del caso es que los metalur-
gistas comienzan sus estudios profesionales-precisamente con
las principales materias que figuran en el cuarto año para los
mineros; de donde se infiere que la ley considera que los es-
tudios de los tres primeros años del minero, son completamen-
te inútiles para el metalurgista. Véamos si es cierto,
Desde luego las matemáticas superiores á mi juicio, se im-
ponen para todos los estudios de la ingeniería, no tanto por
las continuas aplicaciones que de ellas deban de hacer, pues que
los conocimientos de álgebra superior y de cáleulo infinitesi-
mal pocas veces se aplican; sino por el hábito que con ellas
se adquiere del raciocinio, y la precisión para plantear los pro-
blemas tan variados de la práctica.
La geometría descriptiva es indispensable al ingeniero,
puesto que siendo la base del dibujo empleado en la ingenie-
LA CARRERA DE METALURGISTA Y LA DE INGENIERO DE MINAS. 325
ría, éste á su vez es el lenguaj= apropiado para transmitir sus
ideas; y no se concibe que un metalurgista que tiene que em-
plear toda clase de aparatos mecánicos, y servirse de cons-
truecciones de todas clases, ignore esa aplicación tan importan-
te de la geometría. Baste saber que en Europa todo operario
de cualquiera industria relacionada con la construcción, como
carpinteros, canteros, herreros, mecánicos, ete., conocen la
geometría descriptiva, para que se encuentre absurdo que de
la Escuela Nacional de Ingenieros salgan profesionistas que
la ignoren.
*
- La Topografía pudiera parecer inútil para el metalurgista,
así como el dibujo topográfico; pero no debe de olvidarse que
este puede ser llamado para proyectar algún establecimiento
metalúrgico, para dirigir su instalación, ó para levantar pla-
nos de un conjunto de oficinas de beneficio; y en tales casos,
si los procedimientos de alta precisión de topografía, saldrían
sobrando, no así los métodos comunes de levantamientos de
planos; de manera que esta es otra materia que el metalurgis-
ta no debe de ignorar.
Así es que del primer año de estudios del minero, el di-
bujo arquitectónico es la única materia que no consideramos
necesaria para el metalurgista.
El segundo año de estudios del minero comprende la me-
cánica analítica, las estrueturas de hierro con la carpintería
y la esteorotomía, la física matemática y los dos dibujos del
primer año. Y en el tercer año están la mecánica aplicada, la
hidráulica, la estabilidad de construcciones, resistencia de
materiales, y los dibujos arquitectónicos y de máquinas. De
todas estas materias, solamente la física matemática y el dibu-
jo arquitectónico podrían omitirse en la carrera del metalur-
gista; pero no se concibe que este ignore por completo la me-
cánica, la hidráulica, las aplicaciones de la descriptiva, la me-
cánica aplicada á las construeciones y el dibujo de máquinas.
Y aun la física matemática, si como he sabido, su estudio
326 Josf C. HARO,
consiste en el de la electricidad, tampoco se debe de ig-
norar.
Aquí debo de manifestar que en los treinta años que lle-
vo de ejercer la carrera de Ingeniero de Minas y Metalurgis-
ta, diez de ellos los he pasado al frente de haciendas de bene-
ficio, y durante ese tiempo he tenido que ocuparme no solo
de metalurgía especial, es decir de la parte esclusivamente
química del tratamiento de los minerales; sino también, y de
una manera constante, de asuntos de mecánica, de construe-
ción, de resistencia de materiales, de levantamiento de planos,
de nivelaciones, de dibujo de máquinas, ete. Cómo hubiera yo
podido atender á ocupaciones tan variadas, si solo hubiera te-
nido los escasos conocimientos que hoy se exigen á los meta-
lurgistas? Recuerdo aún que en una de las haciendas que tu-
ve á mi cargo, el consumo de combustible semanario era de
75 á SO toneladas, que al precio de $25.00 que entonces cos-
taba la tonelada de carbón puesta en la hacienda, representa-
ba un desembolso de $2,000.00 por semana; es decir la utili-
dad que debía tener la hacienda. Fué pues, necesario hacer
un estudio detallado de la producción de fuerza motriz, que
motivó el cambio de calderas, la construcción de una chime-
nea de tabique de 40 metros de altura, y la instalación de
una nueva máquina de vapor; con todo lo cual se logró dis-
minuir el gasto de carbón á menos de la mitad. Y en casos
semejantes se encuentran hoy día todos los compañeros dedi-
cados á la profesión.
Coneretándome ahora á los estudios especiales que la ley
exige al metalurgista, se ve con toda evidencia que esta no
ha tenido en cuenta más que los conocimientos de química ne-
cesarios para el tratamiento de los minerales; y que quien ideó
el plan actual de estudios, ignoraba por completo las exigen-
cias de la metalurgía.
Lógicamente la metalurgía puede dividirse en “general” y
LA CARRERA DE METALURGISTA Y LA DE INGENIERO DE MINAS. 397
“especial;” y ya tengo dicho que así la consideran todos los
autores. Es natural que primero se estudien los procedimien-
tos generales empleados para el tratamiento de los diversos
compuestos de los metales, y que después se estudie en lo
particular el beneficio de cada uno de ellos, y los variados pro-
cedimientos empleados en la industria para conseguir los fines
deseados.
Entre los conocimientos de metalurgía general, deben de
entrar el de los múltiples aparatos de granceo y de molienda,
como son las quebradoras de quijada, los cilindros de granceo,
las baterías de mazos, los molinos chilenos, los de tubo, ete.;
los aparatos de clasificación, los de concentración, los ventila-
dores para el soplo de los diversos hornos, las bombas de to-
dos sistemas, ete., ete.; y como todos los aparatos menciona-
dos requieren una fuerza motriz, el estudio de la metalurgía
general debe ser posterior al de la mecánica en todas sus apli-
caciones. í
Igualmente la construeción de estanques para agua ó la-
mas, la de los hornos, chimeneas, edificios de todas clases,
ete., requiere también el conocimiento de los diversos proce-
dimientos de construeción, y el cálculo de la resistencia de los
materiales empleados.
Por consiguiente la práctica general que durante seis me-
ses se exige á los alumnos de metalurgía, se reduce á bien po-
ea cosa, si se piensa que los estudiantes solo irán á ver en gran-
de, las operaciones químicas que en los libros de estudio están
condensadas en pocas hojas, y reducidas á unas cuantas reac-
ciones químicas; puesto que todo lo demás que encuentren en
las haciendas de beneficio y fundiciones, no tendrá para ellos
ninguna importancia práctica, ignorando los fundamentos de
Na carrera, y autorizados por la ley que deberá de expedirles
el título de metalurgistas.
Así pues, creemos haber demostrado que de ninguna ma-
328 JosÉ C, Haro.
nera ha sido justificada la separación de las carreras del in-
geniero de minas y la del metalurgista; y solo queda por re-
solver la tercera pregunta que desde el principio planteamos
y que es la siguiente:
3% ¿Conviene que las cosas sigan como están, ó debe de
modificarse el plan de estudios y en qué sentido?
Todo lo asentado en las líneas anteriores resuelve la pri-
ra parte de la pregunta. De ninguna manera y por ningún mo-
tivo es conveniente para la sociedad, que nuestros metalurgis-
tas salgan de la Escuela con conocimientos tan deficientes. La
prueba está hecha ya; y ella demuestra que los mismos jóve-
nes, que no tienen más criterio para juzgar la importancia y
bondad de la profesión, que el plan de estudios vigente, han
considerado la metalurgía como una carrera sin valor, y en la
cual nunca podrán prosperar, puesto que hasta la fecha no
existe ningún metalurgista de cuño nuevo, permitiéndoseme
el término.
Tengo la creencia que no hay un solo ingeniero de minas
que no se haya ocupado en más ó menos escala de asuntos de
metalurgía; y es de esperarse que los que han obtenido su tí-
tulo con posterioridad á la separación de las dos carreras ten-
drán el buen sentido de completar por sí solos los estudios de
metalurgía, para poderse ocupar también de ella, corrigiendo
de esa manera el vacío de la ley.
De no seguir las cosas como están, no caben pues más de
dos soluciones: ó se establece la carrera de metalurgista com-
pleta, con todos los conocimientos que hoy le faltan y que ya
he mencionado, ó se vuelve al antiguo régimen, uniendo la in-
geniería de minas con la metalurgía.-
Si se optara por lo primero, tendríamos dos clases de pro-
fesionistas que no se diferenciarían sino en una sola materia:
la explotación de minas para los mineros, y la metalurgía pa-
ra los metalurgistas; y francamente no hemos llegado á ese
LA CARRERA DE METALUEGISTA Y LA DE INGENIERO DE MINAS. 329
grado de adelanto; debiendo advertir que ni en les naciones
más cultas se encuentra esa subdivisión.
No queda pues más de la solución última que sería la más
acertada, y que es de esperarse se tome en consideración por
las personas que tienen á su cargo el importante ramo de la
enseñanza profesional, si.alguna ocasión llegaren á sus manos
estas mal trazadas líneas.
México, Abril de 1910.
Mem. Soc. Alsate. México. e T. 29. (1909-1910) —42
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SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRBES, T. 29. 331
SUR LES OXIDASES SILICIQUES ARTIPICIELLES,
PAR
A. L, HERRERA, M. $. A.
(Séance du 2 Mai 1910).
On sait que Bertrand et Petit ont synthetisé les oxydases
par fixation d'un sel de manganése sur P'albumine séche. Or,
Jai observé que plusieurs des propriétés physico- chimiques
de Palbumine d'ceuf sont dues á leurs sels et composés organi-
ques siliciques. La coagulation, par exemple, est analogue á
celle de la silice colloide renfermant du chlorure de sodium
et soumise A Pinfluence de la chaleur. Le coagulum, de méme
que celui de lalbumine, est soluble dans Peau alcaline á 15000
ou aprés une ébullition de 30 a 40 heures, dans eau pure.
On trouve la silice dans les cendres de Valbumine et des
diastases. Par conséquent, j'ai eu Vidée de synthétiser les oxy-
dases de Bertrand par la silice et un sel de manganése, né-
gligeant d'une maniére compléte les substances organiques.
EXPÉRIENCES.
N? 1288. 18 Mars. 1910.—On précipite une solution de
silicate de sodium par le chlorure de manganése et on lave sur
le filtre jusqwá non précipitation par le sulphydrate. Le fil-
332 A. L. HEREERBA.
trat donne du vert avec la teinture de gaiac, si 'on ajoute le
silicate de manganése humide.
Mars 21.—Le precipité adhérant au filtre donne du bleu
“ avec le gañac.
N? 1290.
A.—Silice colloide........ 5 e. e.
EE IPS A, " 5e. ce. Mn Cl?
C:—HEPO0 distillés:-..2:--. 5 e. e.
D— ,, po NAS 5 e. e. + Mn Cl?
On ajoute 1 c* de solution de Mn C1* a 1% en B et en
D. On ajoute a A, B, C, D de la teinture de gaiac. Sur le
champ coloration bleu obscure en B.
Ce résultat indique que les granules de silice colloide ont
absorbé le Mn C1” et activé la réaction.
N'* 1295. Mars 26.
Lavage sur le filtre jusqu'á non précipitation par le sulphy-
drate. La silice donne une coloration intense avec le gañac.
0,02 de silice et 5 e. e. de H*0”:
Mars 28.—Décomposition active.
” 29.— ” ”
” 30.— ” ”
” 31.— ” ”
Ayril 4.— y ES
N> 1296. Mars 28.—On ajoute du Mn C1' pulverisé sur
SUR LES OXIDASES SILICIQUES ARTIFICIELLES. 333
le silicate de sodium+-H*0?. Plantes de Traube (Fig. 1): les
bulles Voxygóne brisent les parois des pseudo—phytes.
N* 1297. Mars 29.—On ajoute de Peau oxygenée au si-
licate de sodium et Mn C1* en cristaux. Production de pseu-
do—phytes de Traube remplies de bulles doxygéne. Il y a
parallélisme de la croissance, de la morphogénie et de la fer-
mentation. Des bulles d*oxygéne entraínent le silicate de
manganóse gélatineux. (Fig. 2).
N* 1299. Mars 30.—Silicate gélatineux de manganése, fin,
lavé 2 jours sur le filtre. Décompose activement H*0?. Les
flocons entraínés par les bnlles arrivent á la surface de la li-
queur et forment une espéce de voile de fermentation. (Fig. 3).
N?* 1302.—Du silicate de manganése est mis en macéra-
tion avec un excés de silicate de sodium sirupeux. Dissolu-
tion, On filtre et dyalise pendant 20 heures, aprés dilution et
addition de HC1. Le silicate de manganése colloide ainsi ob-
tenu décompose H*0”. De la méme fagon on devra préparer
Vautres ferments et des silicates terreux ou métalliques, dont
la coagulation par les sels donne des amibes et des globules
pseudo—vivants. Probablement, dans la nature, l'eau alcaline,
de la décomposition des feldespaths aura aussi une action dis-
solvante sur les silicates terreux et métalliques. J'ai observé
en outre que la potasse a une action dissolvante sur ces sili-
cates plus intense que la soude.
N* 1304. Avril 8.—Oxydase de silicate de manganése fin,
préparée aveo:
Silicate de sodium sirupeux....... 10 gr
a 100 ,,
EOS LU PA TO
A o de 100 ,,
Précipitation et lavages. Dessication.
334 A. L, HERRERA.
On prend de cette oxydase ......... 0,05
Bam SHE AS 7 II MO 40,00
aa OXy gone io A 5,00
On place dans le flacon d'un uréométre, a 10*20, jusqw'a
120. :
Dégagement Voxygéne........-.- 10 e. e.
'C'estrá-dire que 0,05 de cette ozydase présentent une ac-
tivité considérable.
Le dégagement d'oxygéne a persisté pendant quelques
jours.
Je vai pas eu le loisir nécessaire pour comparer ces oxyda-
ses avec les ferments de Bredig et Bertrand et pour instituer
des expériences sur des animaux et des malades,
L'empoisonnement des oxydases siliciques par Piode et
.le sulphydrate d'ammoniaque exige le coneours de quelques
jours. Introduites dans Porganisme elles ne seront pas em-
poisonnées par les toxines ou microbes, au moins d'une ma-
niére subite, et cette cireconstance présente un grand intérét.
CONCLUSIONS.
1? Les silicates de manganese présentent les deux pro-
priétés principales des oxydases naturelles: coloration bleu
avec la teinture de gaiae et décomposition de l'eau oxygenée.
2% On obtient des oxydases synthétiques de Bertrand sans
albumine, á Vaide de substances inorganiques,
3 Les formes artificielles de plantes produites par Traube
et, en général, limmense série de structures organoides pro-
duites par Harting, Rainey, Vogt, Leduc, les fróres Mary, He-
rrera, Kuckuek, etc., présenteront, en outre des similitudes
Mem. Soc. Alzate. T. 29, pl. XIX.
= es
Silicate gélatineux de manganese, fin, lavé 2 jours sur le filtre: dé-
5 0)
composition active d'eau oxygénée. Oxydase. Zeis q
+
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*
1d
P
j
í
2
4
E
Silicate de soude+ H0»+Mn Cl... Coucordance du plasmoge-
nie et fermentation.
LS
SUR LES OXYDASES SILICIQUES ARTIFICIELLES. 335
morphologiques, structurales, physiologiques ---... des simi-
litudes chimiques au cas oú Pon ajontera aux silicates des tra-
ces de sels de manganése.
4o La vie ne saurait avoir une base physique (colloides
inorganiques) et une base chimique (albumine). Il se peut que
les gels inorganiques soient la base des diastases, agents de
Pactivité chimique de la cellule.
Mexico, le 29 Avril 1910.
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SOCIETÉ SCIENTIFIQUE ,, ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRBES, T. 29. 337
APA
Algunas. causas que infloyen en la variación del censo en León.
POR EL PROF.
MÁRIANO LEAL, M. $, A.
(Sesión del 6 de Junio de 1910).
Para completar nuestra nota de mayo del año anterior so-
bre fluctuación de la población y sus causas principales en
esta ciudad, según nuestro entender, damos hoy este trabajo
que tendrá su valor relacionándolo con su tronco.
Como para el anterior tomamos nuestros datos de naci-
mientos, de los curatos, por las razones expuestas ya.
Aplicada la regla al caso de 1909 para llegar á obtener un
quinquenio nuevo y poder hacer la comparación por quinque-
nios completos, le encontramos un número total de habitan-
tes igual á 81,667, muy bajo, comparable á los anteriores, á
1873, 1874, 1889, 1893 y 1897; pero queriendo, como dejamos
dicho, hacer la comparación por períodos que pueden estimar-
se como regulares, hemos reunido los. datos del período en
grupos de á cinco años, dando principio con el de 1865 á 1869
y obtenemos los resultados siguientes, es decir que se encuen-
tran en el cuadro adjunto, donde hemos hecho figurar algu-
nas comparaciones que pueden tener alguna importancia,
En la gráfica salta más á la vista el camino que deseamos
sea considerado: se observa un aumento continuo de 1865 á
Mem. Soc, Alzate, México. T. 29, (1909-1910) 43,
338 - MARIANO LEAL.
1884; sigue un descenso también continuo hasta 1894, es de-
cir en diez años, para volver á elevarse hasta 1904, desde don-
de vuelve el descenso sostenido. ñ
1810-74
120,000
110,000
Jo0,o00
%a,0o0o
30,000
o
Queriendo ver si se podía tener alguna regla que nos per-
mitiera predecir los aumentos y bajas sólo nos encontramos
con lo siguiente, que puede estimarse como la causa de la va-
riación: el primer aumento, es decir, el de 1865 á 1884 con-
cuerda con la llegada del Ferrocarril Central y mantenimiento
de fin de línea en esta ciudad, lo que le trajo un progreso que
fué pasajero; en el primer descenso está comprendido el año
de 1888 en que tuvo lugar la inundación de la ciudad, vino es-
casez de ciertos elementos y por consiguiente hubo emigra-
ción, uniéndose á lo dicho la prolongación de la vía férrea y
por consiguiente la terminación de estación final. Pasados los
efectos de la inundación vuelve el progreso y el aumento que
EL CENSO EN LEON. 339
se sostiene hasta 1904; viniendo luego descenso continuo,
que bien se puede explicar por los efectos de la crisis gene-
ral y por la emigración hacia los Estados Unidos de mucha
de nuestra gente de campo. Muy probable es que viéndose el
mal trato y las decepciones que por allá se experimentan se
remedie el mal y terminando los efectos de la crisis vuelva el
aumento de la población que hasta hoy no se hace sensible;
pero que sin embargo nos acusa un censo mayor que los de
los primeros años de nuestro estudio.
Muy mucho deseamos llegue el recuento de octubre próxi-
mo y conocer lo que dé para podernos pronunciar definitiva-
mente sobre el valor de la regla.
Censo de León en 1909,
Parroquia del Sagrario.. 2,090
Nacimientos.. < Parroquia del Coecillo... 514
Parroquia de San Miguel. 336
A 36 por mil habitantes, hacen un total de 81,667,
Comparaciones.
Censos. Diferencias. e
Promedio de 15 años.... 106,352
En el año de 1909... -.. 81,667 24,685
Promedio de 45 años.... 106,352
Promedio de 1905 á 1909. 115,139 8,787
Promedio de 1900 41904. 117,744
Promedio de 1905 4 1909. 115,139 2,605
Promedio de 1880 á 1884. 115,150
Promedio de 1905 4 1909. 115,139 11
Notable por verificarse á los 25 años justos.
340 MARIANO LEAL.
Por años.
Años. Censos. Diferencias.
397411.) HON SA oy DIR 11,000
1889.. NI e a es 13,888
1003. 5638 2 3,971
oeste IEA 14,740
En los años de 1864, 1866, 1867 y 1868 el censo fué infe-
rior al del año actual; en los demás superior, oscilando entre
102,028 el año de 1879 y 131,972 el de 1903.
Por quinquenios.
De 1865 4 1869..... 81.267. ... 33.872
De 1870 41874..... Sn 18.678
De 1875 4 1879..... 1O0NSDG RES: 5.333
De 1880 á 1884. ... 115.150..... 11
De 1885 á 1889..... 114.661. ... 478
De 1890 4189%..... 104-189 24 950
De 18154 13997 AOS O 7.122
De 1900 á 1904..... VNIA E 2.605
- De 1905 4 1909..... ADO E de
León, Mayo de 1910.
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '**ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. 341
NOUVELLES FORMES ORGANISEES ARTIFICIELLES
PAR
ALBERT et ALEXANDRE MARY,
(Note présentée par M. A. L. Herrera, M, S. A. Séance du 6 Juin 1910).
Il West pas douteux que toute cellule organisée est due á
la formation d'une membrane précipitée autour 'un cristal.
lite salin, ou Vune gouttelette acide, dans une solution. L'al-
bumine, étant donnée complete, c'est-á-dire impregnée de sels et
de sílice, se peuple spontanément de leucocytes et de phago-
eytes dés qu'une cause quelconque y détermine la production
de molécules d'acide formique, ou de formiates. Lies molécu-
les formiques coagulent autour delles la membrane de la jeune
cellule. L'ovule se forme de la méme facon. La fusion de la
vésicule de Purkinje avec celle de Balbiani détermine une
double décomposition chimique, donnant naissance á un for-
miate; ce formiate, cette particule saline microscopique, donne
naissance, par simple précipitation, á une membrane vésicu-
laire: Povule est né.
Le spermatozoide renouvelle le composé formique ayant
perdu de sa vigueur.
Dans la fécondation par le gaz carbonique, il-y-a encore
production d'un formiate, car l'eau, le gaz carbonique et le
potassium (tous les liquides organiques en contiennent) don-
nent naissance á des eomposés formiques.
342 ALBERT ET ÁALEXANDRE MARY.
Ainsi tout Porganisme se construit par des procédés analogues
a ceux de la plasmologie expérimentale.
Ce sont les observations du docteur Garrigue qui nous
ont mis sur la voie de cette importante découverte. .
Dans Vorganisme déja construit, le sang este liquide plas-
mogéne par excellence. 1l-y-a plusieurs types de sangs. Dis-
tinguons: 1? Le sang á base de fer (vertébrés). 2? Le sang á
base de cuivre (céphalopodes). 3? Le sang á-base de manga-
nése (mollusques). eo
Les métaux indiqués sont dits respiratoires. 1ls permettent
la combustion vitale. En prenant pour substratum un ferro-
eyanure ammoniaco-silicique, et pour nucléole un sel de fer
(sulfate ferrique) on obtient des résultats sur la nature des-
quels toutes nos études ont jusqu' ici porté. .
Notre but, présentement, est de faire connaitre qu un nu-
cléole cuivrique, dans un milieu ad hoc, reproduit également
des formes organisées. Ces formes sont brunes, deviennent
violacées comme le pigment du sang des céphalopodes,. lors-
qwWelles restent longuement exposées a Pair. 4
Pour les obtenir, on prend un mélange des trois o
suivants: eau de mer; ferrocyanure de potassium; trartrate de sou-
de. On sóme dans ce liquide complexe des cristallites de sul.
fate de cuivre. Il: se constitue de magnifiques amibes finement
granuleuses. y
Les noyaux sont trés apparents, Le mode: de gónération
de ces pseudo-cellules est la gemmation. De gros bourgeons,
restant attachés á la cellule-mére, se forment pendant.la pre-
miére heure. Il se dévoloppe aussi de petits bourgeons super-
ficiels ayant tout Paspect de nouvelles cellules et qui faisant
Vabord partie des éléments primitifs, conquiérent, en 48 heu-
res, une indépendance totale: La génération par bourgeonne-
ment, s'explique trés, facilement,
Le centre du cristal qui sert de nucléole 10 en méme
A
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Mem. Soc. Alzate. 129 PL XXI
Bourgeonnement des cellules artificielles
Légende.—Fig. 1: les produits du bourgeonnement restent réunis en série
linéaire. Fig. 2, Stade de début du bourgeonnement Fig. 3: la cellule-mére et
ellule-fille se sont séparées.—c, e”, e”, centres hypertoniques successifs de
diffussion; m, membrane précipité zónes de diffussion.
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A
NOUVELLES FORMES ORGANISÉES ARTIFICIELLES. 343
temps le centre des zones de diffusion du précipité qui cons-
titue le corps cellulaire.
Ces zones de diffusion sont donc assimilables á des sur-
faces sphériques concentriques. Mais, la membrane osmotique
précipitée qui limite la cellule artificielle n'est pas une ré-
sistance uniforme. Elle est sensible á la rupture, sur des points
de moindre résistance.
Le point médian de toute ligne idéale de rupture devient,
pour la matióre nueléaire saline qui cherche 4 s'échapper á
Vexterieur, un nouveau centre de diffusion dans la solution
gónératrice.
De ce centre partent de nouvelles ondes sphériques con-
centriques, donnant naissance á un bourgeon qui grossit,
jusqu'au moment oú il se reproduit lui-méme par le procédé
quí vient d'étre indiqué. Des séries entiéres de bourgeons
peuvent naítre de cette maniére. Si la tension, ou la disten-
sion superficielles sont assez fortes, suivant les cas, les bour-
geons se séparent les uns des autres. Dans le cas contraire,
ils restent associés, imitant le thalle de la levúre de biére et
des autres champignons inférieurs.
Les explications qui viennent d'étre données sont parti-
culiérement vérifiables sur les fausses cellules cuivriques.
Mais elles rendent intelligibles une foule de phénoménes ana-
logues étudiés sur d'autres préparations, et elles sont applica-
bles á un leucocyte naturel qui bourgeomne, et dont le for-
miate nucléaire cherche une issue au-dehors par un hiatus
de la membrane dVenvoloppe distendue par les forces osmo-
tiques.
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SociéTÉ SCIENTIFIQUE '' ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. 345
NOTAS ACERCA DE XOCHICALCO
POR EL LIC.
RAMON MENA, M. $, A.
(Sesión del 6 de Junio de 1910).
BIBLIOGRAFIA DE XOCHICALCO.
En los “Tres Diálogos Latinos ó México en 1554,” de
Cervantes Salazar, reimpresión de Icazbalceta, 1875, se hace
alusión á Xochicalco en el tercer Diálogo.
Otra cita referente á Xochicalco, nos la proporciona Saha-
gún, hacia 1569, en su célebre “Historia de las Cosas de Nueva
España” y con la siguiente frase: “ -- ....las ruinas de Xo-
chicalco, que se encuentra en los confines de Quauhnahuac,”
nos enseña que ya en el siglo XVI, el monumento estaba re-
ducido á ruinas.
El P. Durán en su obra, “Historia de las Indias de Nue-
va España,” 1590 (Cap. III, págs. 27 y 28, ed. del Museo
Nacional) dice, refiriéndose á la manera como los mexicanos
fortificaron el cerro de Chapultepec, que éste ha de haber pre-
sentado un aspecto semejante al de Xochicalco.
La primera descripción formal de Xochicalco y segura-
mente la primera visita á las ruinas, con un fin cientítico, son
las del distinguido polígrafo D. José Antonio Alzate, cuyo
Mem. Soo. Alsate. México. T. 29 (1909-1910)--44
346 RAMON MENA.
nombre lleva con legítimo orgullo esta Sociedad. (Gacetas.—
1791, Supl.)
El P. Márquez en su “Due antichi monumenti di archi-
tettura Messicana.”—Roma, 1804, da una buena descripción
del monumento.
El Barón de Humboldt, en “Vue des Cordilléres,”” ed, de
1816, vol. 1, págs. 129 4 137 y lám. IX del Atlas, describe Xo-
chicalco.
Nebel, en su Viaje Pintoresco, 1835, describe la lámina.
Branz Mayer, “Mexico asitwas and as it is” 1844, pág.
178, hace una completa descripción del monumento y sus cer-
canías. Kingsborough.
Robertson, en su obra, vol. 111, nota XXXIX, vol. IV, ha-
bla: de do 2 un templo cerca de Cuernavaca, en el camino
que va de México á Acapulco.”
También el Capitán Dupaix, vol. VI, pág. 430, se detiene
ante Xochicalco.
E Taylor, en “Anahuac,” cap. VII, pág. 186, hace estudio
de las ruinas ya mencionadas.
Orozco y Berra, en su clásica “Historia de la Conquista,”
vol. 2, pág. 369-70;1880. consagra algunas importantes líneas
al célebre monumento.
D. Alfredo Chavero, en el tomo 1 de “México á Través de
Siglos,” se ocupa en el estudio arqueológico de Xochicalco.
Batres en el periódico “La Nature,” volumen correspon-
diente á 1886, segundo semestre, dedica pocos párrafos á gra-
bados, de fotografía directa de las ruinas.
El arqueólogo D. Cecilio A. Robelo, publicó una completa
descripción del monumento, en el periódico “La Semana,” de
Cuernavaca, año de 1887, En 1888 y en la misma ciudad im-
primió un tolleto con la descripción citada.
El Dr. Antonio Peñafiel, en su obra capital “Monumen-
tos del Arte Mexicano Antiguo,” Berlín, 1890, produjo un es-
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 347
tudio original y de recopilación, acerca de Xochicalco, profu-
samente ilustrado.
El mismo, publicó un estudio militar de Xochicaleo, por
el Teniente Juan B. Togno, 1892, Ed. Secretaría de Fomento.
El Dr. Ed. Seler, en “Gesammelte,” vol. II, 1908, Berlín,
hace el estudio arqueológico de los relieves de Xochicalco.
La Srita. Adela Breton, publicó un artículo ilustrado con
fotografías y pinturas tomadas directamente, para una publi-
cación americana de etnología. U. S. A. 1908,
El último estudio que conozco, relativo 4 Xochicalco, es
del Dr. Peñafiel, en su “Ciudades Coloniales.” Estado de Mo-
relos. 1909, Tip. y Fot. del Ministerio de Fomento.
Humboldt, Nebel, Orozco y Berra y Chavero, no conocie-
ron de visu las célebres ruinas.
Excursiones de carácter científico á las ruinas de Xochi-
calco, se cuentan:
La del P. Alzate en 1791; la del Dr. Peñafiel en 1887, ba-
jo los auspicios del Ministro de Fomento, General Carlos Pa-
checo (en esta excursión se contó el Dr. Seler); la organizada
por el E. de Morelos, 1888, presidida por el Ing. José C. Se-
gura y la organizada por el Museo Nacional, er Marzo de 1909,
presidida por el autor de este nueyo trabajo.
348 RAMON MENA.
Detalles de construcción del Monumento de Xochicalco,
Conservo en cartera algunos apuntes de la excursión que
con mis alumnos de Arqueología hice en Marzo del año ante-
rior á las ruinas del interesantísimo monumento arqueológico
de Xochicalco, región de los tlalhuica, en el actual Estado de
Morelos.
Cualquiera que sea la importancia de estos apuntes, tie-
nen la de haber sido tomados frente al monumento, antes de
que fuera reconstruido, perdiendo su originalidad y sufriendo
en su simbolismo.
El teocalli propiamente dicho, está levantado sobre la pla-
taforma de una eminencia artificial en el Cerro de Xochicaleo
y que constituye el patio, de la forma y dimensiones que se
expresan en la fig. 1. Este patio estuvo cubierto de ladrillos,
según el P. Alzate ó de adobes, según el Dr. Seler. Ambas
opiniones parecen inadmisibles, porque no las confirma la ex-
ploración y por que lo común en estas construcciones, era el
revestimiento con lajas ó con un mortero comparable al hor-
migón. Yo encontré una superficie plana de tierra apretada.
El núcleo de la construcción era un montículo de canto ro-
dado, texcaltetl (piedra negra con infiltraciones de sílice) y lo-
do; las soluciones de continuidad, fueron rellenadas con grava
y lodo; las caras del montículo, afectando aquellas que había
de tener el monumento, fueron aplanadas con grava y morte-
ro de cal y arena de barranca, en gran proporción la primera.
Sobre tales superficies fueron colocados directamento los blo-
ques de piedra ya cortados, andesíticos unos y de arenisca
otros, arrancando directamente del suelo y sin cimiento, pues
2 decímetros de tierra floja que ocultaba dicho arranque, fue-
ron llevados indudablemente por los agentes exteriores.
- DETALLES RE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOOHICALCO. 349
La dimensión media de los bloques es de 1 metro de lon-
gitud, 60 centímetros de latitud y 40 de espesor; los de las es-
quinas, son más grandes que éstos. Entre unos y otros, no hay
lodo ni mortero y están colocados de tal modo que hacen un
amarre fuerte, Fig. 2.
Tengo por inconeuso que los bloques fueron esculpidos
después de colocados, asílo confirman las líneas del dibujo y las
fallas del lapidario, entee uno y otro bloque, fallas corregidas
con pequeños bloques ó con mortero que completa la piedra
desportillada.
Esculpidas las caras, recibieron una imprimación blanca,
de cal y creta, especie de estuco, sobre el que fueron aplica-
dos colores, de los que quedan huellas ciertas de rojo, verde,
azul, amarillo y negro. Aquí cabe advertir que se conservan
fallas ó enmendaturas del pintor, por las que se ve, que colo-
cado un color por otro, se le recubrió con laimprimación blan-
ea y sobre esta se colocó el color definitivo. Esto proporciona
un dato de factura y hace ver que no hubo en Xochicaleo su-
perposición simbólica de colores,
El Dr. Seler creyó que el cuerpo del monumento era hue-
eo y que comunicaba con cámaras subterráneas. Hay en el nú-
eleo dos excavaciones, de adelante á atras, hechas sin cuida-
do y con el fin de buscar t»soros imaginarios, estos hoyancos,
hechos en la época de Maximiliano, contribuyeron á la caída
del segundo cuerpo, visto aún por el P. Alzate.
Precisamente los hoyancos me enseñaron que el núcleo
fué macizo y me ministraron detalles de construcción.
La altura del primer cuerpo, basamento propiamente dicho,
es de 3 metros 89 y la del segundo, de 1 metro 68, por mane
ra que la altura total dei teocalli, en Marzo de 1909, era de 5
metros 57; la inclinación del talud del basamento, 73 grados
y la del segundo, 66 grados 70; El paseadero que hay entre
la corniza del primer cuerpo y el talud del segundo, es de 47
centímetros.
350 RAMON MENA.
De las 4 caras del teocalli, la que mira al poniente, lleva
al centro la escalinata de acceso, entre dos ancones que avan-
zan y que están esculpidos en sus caras externas, llevando
en el pasamano relieves ornamentales de escama de culebra.
Se conservan los primeros peldaños de Y metros 53; 40
centímetros de peralte y 30 de huella. Un explorador alemán,
asignó á la escalinata 15 peldaños, el Dr. Seler, 11 yo le se-
ñalo 13, tomando una base absolutamente ritual.
El primer peldaño, lleva al centro y adelante un pequeño
sillar que hace presumir estuvo la escalinata dividida, lo que
parece tener confirmación en el hecho de haber sido adoradas
dos deidades en este Teocalli.
Dos deidades fueron adoradas en el Gran Teocalli de Te-
nuehtitlan y tuvo su escalinata dividida en dos.
El P. Alzate, en 1,791, cuando visitó las ruinas de Xochi-
calco, tuvo informes de ancianos, asegurando que el teocalli
tuvo 5 cuerpos.
Los Doctores Peñafiel y Seler, dan solamente 2 cuerpos á
la construcción. La solución de este problema es extraña á la
índole de las presentes líneas; más no creo ocioso apuntar que
la observación de pinturas y alfarerias tlalhuicas en lo concer-
niente á casas de Dios, proporcionarán la última palabra.
La altura media de los relieves de las caras del Teocalli
es de 6 centímetros; la del cuerpo de los grandes cipactli es de
1 decímetro.
Todo el material empleado en el monumento, existe en su
comarca: el canto rodado, la arena y el agua en las barrancas
inmediatas; la piedra calcárea y la creta, en las cercanías de
Apatlasco, no lejos de Tetlama; rocas andesíticas, en el Te-
yotzin, al N. E. del monumento y cinabrio en las minas de
Cuintepec y Tepeyoculco, 6 kilómetros al W. de Tetlama.
México, Junio de 1910.
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 351
Las Fortificaciones,
Como 6 kilómetros al S. de Cuernavaca, está el cerro de
Xochicalco, de caliza, con una altura de 117 metros sobre el
llano y de 1,585 sobre el nivel del mar; tomada ésta sobre el
- teocalli.
De la base á la cima, se encuentra un ancho foso no muy
profundo, rodeando el cerro unos 4 kilómetros é interrumpido
al N. E. por un maciso á manera de puente que conduce por
ancha calzada al castillo; de estos dos monumentos hablaré
adelante.
Salvado el foso, una serie ascendente de paseaderos y ta-
ludes, cortados en las mismas vertientes del cerro, lo rodean.
Las dimensiones de esta gran gradería, son diversas y cada ta-
lud tiene revestimiento de piedra pequeña, cortada en una ca-
ra. Á manera de contrafuertes, hay á grandes trechos mon-
tículos piramidales de caras revestidas como los taludes y que
semejan bastiones.
Prosiguiendo la serie de paseaderos ó terrrazas, se advier-
te que el ascenso es en espiral. De arriba á abajo, el primer
talud es irregular, según se ve en el perímetro de la fig. 1.
En los taludes al N. del Teocalli, hay abiertos subterra-
neos, de paredes revestidas de piedra de cal, piso de hormigón y
que presentan puertas trapezoidales de piedra gris, actualmen-
te (1909) tapadas y que es posible comuniquen unos subterra-
neos con otros; 7 contó la excursión del E. de Morelos.
A uno de ellos fueron Maximiliano y Carlota y para que
pudieran pasar cómodamente, fué mandada ampliar la entra-
da y colocar dos peldaños, destruyendo el pavimento, acto de
barbarie que presagiaba la era de las reconstrucciones arqueo-
852 RAMON MENA.
lógicas. Este subterráneo , de paredes onduladas como el cuer-
po de una serpiente, sigue de N. á S. como con dos metros de
claro y 1.75 de altura y después de casi 20 metros se llega á
un lugar en que el techo se amplía y eleva, la ampliación es
como un casquete hemiesférico que se va estrechando en tubo
de chimenea; tanto el casquete como el tubo llevan revesti-
miento de piedra pequeña cortada, se les llama vulgarmente
las “chimeneas”, porque hay otros. 'Dogno los estima comuni-
nicaciones entre fuerzas colocadas en las terrazas y en el teo-
calli y otras de reserva Ó para sorpresas, en los subterráneos,
es decir, les atribuye un objeto exclusivamente militar. Se les
ha tomado también por ventilas de los subterráneos y si tales
usos tuviera, no hay que perder de vista el meramente astro-
nómico, dadas las referencias astronómicas que arrojan los je-
roglíficos del teocalli y la facilidad de observación en esa es-
pecie de telescopios con su cámara obscura en el subterraneo.
Togno le da á la situación y terrazas de Xochicalco un al-
to valor estratégico, las considera inexpugnables y crée que
aun podían ser artillados, pues la disposición responde á los
conocimientos clásicos actuales del arte de fortificar.
El teocalli está ligado por una calzada, al castillo: la cal-
zada tiene el tipo de una vía romana, es muy ancha y sigue la
pendiente de un cerro, hábilmente suavizada; grandes lajas de
superficie plana y contornos no picados, sirven de sólido pa-
vimento; el ascenso no es fatigoso. La calzada es, pues, un
gran monumento, único en su género. (Figura 5).
El Castillo, así se le llama á la fortificación piramidal de
una base y dos cuerpos en la que remata la Calzada y que do-
mina perfectamente el teocalli y las fortificaciones hacia el
S. W.
Por el talud superior del Castillo, hay fragmentos de si-
llares andesíticos con restos de pintura roja; se encuentra tam-
bién un block de ornato y que parece una flor estilizada.
Aun cuando el teocalli encerraba en sus relieves toda una
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 353
Cosmogonía y dos grandes y veneradísimas deidades, aun
cuando su factara y sus colores hicieran de él riquísima joya
del arte tlalhuica, no cabe pensar que se le rodeara de un ver-
dadero lujo de fuerza, de poder, de resistencia, no; las fortifi-
caciones de Xochicalco, responden á una defensa nacional ¿de
quién? de las poderosas tribus de lo que hoy es Estado de Gue-
rrero, porque Xochicalco es un punto montañoso que franquea
el paso al grapo de montañas de Guerrero.
Singular idea, la de coronar los baluartes de la Nación con
el templo de sus deidades, de su ciencia y de sus letras, lo más
caro al corazón de los hombres!
Y que los tlalhuica guerreaban con los de Guerrero, lo con-
firma un mapa jeroglífico de Tetlama, visto por Alzate y del
que, acaso es copia el que posée el Illmo. Sr. Plancarte, Obis-
po de Cuernavaca, en su colección particular. Ahí, en el lugar que
ocupa Xochicalco, hay dos indios combatiendo y que llevan
estos nombres con letra española antigua: Xochicatetli, Xicate-
tli, aludiendo el primero á la región de Cuauhnahuac y el se-
gundo á la de las jícaras (xicalli) que es la de Olinalá y Aca-
petlahuaya, lugares manufactureros, aun en nuestros días, de
xicalpeteti, jícaras pintadas.
Mem. Soc. Alsate. México. T. 29 (1909-1910)--45
354 RAMON MENA.
Deidades de Xochicalco,
Dos eran las deidades adoradas en el teocalli de Xochi-
calco: Chicomexochitl y Chalehiuhtlicue, para decirlo de una vez:
el dios de las flores y los mantenimientos y la diosa de los ríos
y las fuentes.
El P, Alzate, alcanzó á ver el primero hacia atrás y á la
derecha de la plataforma que servía de piso al llamado segun-
do cuerpo del teocalli; en la región, por aquel entonces, decían
que era una silla (chimotlalli) y ese nombre le da el Padre; con
efecto, el perfil del monolito trae el recuerdo de un ¿cpalli. La
diosa fué arrancada de su sitio y llevada con otras piedras
grandes á la cercana Hacienda de Miacatlán, con anterioridad
á la excursión del Padre Alzate. El sitio es evidentemente, el
paralelo al del anterior, pues no tiene otra explicación la colo-
cación de éste. Fortuna y grande ha sido el que una y otra
deidad no hayan sido destruídas.
Corre válida la tradición de que los de Miacatlán bajaron
á Chicomexochitl para llevárselo y que los de Tetlama se los
quitaron por la fuerza y lo colocaron sobre la loma de “La In-
dia”, nombre que tomó desde entonces; una partida de solda-
dos franceses de la intervención, derribó el monolito y enton-
ces sufrió las desportilladuras que presenta. Visto esto, los de
Tetlama llevaron á la deidad y la colocaron en el atrio de la
iglesia del pueblo, lugar adonde la vió y fotografió en 1909 el
que esto escribe.
Paso á esbozar el estudio arqueológico de ambas deidades:
Chicomexochitl.
Está esculpido en una roca andesítica muy obscura, sien-
do muy notable el feldespato. Tiene 1 m. 90 de altura por
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO, 355
1 m. 08 de ancho, econ un espesor de O m. 40 arriba y Om. 41
abajo.
Frente. Ocupa el centro un joven sentado á la oriental con
las manos sobre las piernas; se raconoce el sexo por el max-
tlatl que baja de la cintura y cae entre las manos; abajo, una fa-
ja de 4 flores polipétalas y 5 frutos ó espigas; 3 de estos fru-
tos hay en cada lado y siendo espigas de maiz (xilotl) se explica
su presencia por la dependencia de Cinteotl con este Dios.
Enmarcando el cuerpo del joven hay unas figuras en lo-
sanges, que son estilizaciones del signo malinalli que tiene
relación con Xochiquetzal, deidad femenina de esta en que
me ocupo.
A los lados de la cara hay dos grupos de 4 flores circula-
res cada uno; arriba de la frente, hay una banda de 5 flores
circulares que se continúa á los lados con una flor en cada uno:
total 7 flores en la banda y esto da la lectura chicome, siete y
zxochitl, for; que es el nombre del Dios. Sobre la banda que en-
cierra este ombre, hay otra, ancha, y en ella aparecen 5 dan-
zantes, danza característica de estas deidades; encima toda-
vía una banda de flores y coronando esta cara, dos series de
plumas, que parecen de águila.
Perfil. Las caras laterales están ocupadas por una planta
en flor, y arriba un pie entre 4 flores coronado por 2 flores,
cireulares como las anteriores en un lado, y en el otro, no el
pie, sino un conejo; uno y otro simbolismo, parecen referirse 4
la tierra florida.
La planta florida, es emblemática de este Dios, y así apa-
rece en el Códice Magliabechiano.
Al relacionar esta deidad y sus simbolismos con aquellos
de los relieves del basamento de su teocalli, veremos que re-
memora á uno de los creadores del Calendario en la región de
Cuauhnahuac, misma en que se encuentra el monumento en
estudio.
356 RAMON MENA.
Chalchiuhtlicue,
Está esculpida en pórfido traquítico, pesa 109 k. 500 gr.;
tiene de altura O m. 91, por 0. m. 41 de ancho y 0. m. 26 de
espesor.
Toda la cara anterior, está ocupada por una mujer joven,
de pie; el sexo se reconoce en el traje caractarístico y en los
senos; entre las manos, tiene la deidad un receptáculo. La ca-.
ra aparece entre las fauces de una coatl, Ó mas bien cipactli,
La diosa lleva grandes nacochtlis (orejeras). Hay un corona-
miento superior de plumas.
Por el tocado y por el vaso, así como por estar junto 4 una
deidad de mantenimientos ó producción de la tierra, la he cla-
sificado como Chalchiuhtlicue, la diosa femenina de Tlalloc y
la indispensable para la producción de la tierra. Se sabe que
esta diosa era adorada unida á otras que lo eran de mante-
nimientos y no cabía otra cosa entre un pueblo eminentemen-
te agricultor como el tlalhuica. ;
Hacia el centro de la cara Oriente del Teocalli y en el fri-
so hay una pequeña deidad que parece Xochiquetzal y en la
cara interna de uno de los blocks que prineipia el llamado
segundo cuerpo del teocalli, en la cara Poniente, ó sea la que
lleva la escalinata de acceso, aparece una pequeña deidad que
por sús grandes orejeras y llevar por tocado un apantli inverti-
do coronado como de gotas, parece ser del agua; tiene el cuer-
po cubierto de tiras de papel y reposa sobre 3 grandes plumas
risadas; está bajo un guerrero de pie, del que se ven las pier-
nas y los flscos del Chimalli. Las proporciones humanas de
otras figuras de los relieves, aplicadas á estas piernas, podría
dar el alto del resto del cuerpo y por tanto del block superior,
acercándonos así fundadamente á la altura del techo del teo-
calli.
Cuanto al sentado á la oriental, del Chicomexochitl, cabe
advertir que es el mismo de los Sacerdotes del basamento y
que en Tetlama, los indígenas se sientan en esa misma forma.
DETALLES DE CONSTEUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 357
Los Cipactl
De los relieves del basamento, llaman desde luego la aten-
ción unas grandes figuras á manera de serpientes, 2 en cada
Cara.
Las de la cara del Poniente son de menor longitud que
las de las otras caras y están separadas por la escalinata; el
relieve, trabajado con primor, alcanza Om. 1 de altura. No
parece sino que el escultor quiso que estas figuras fueran las
principales, las que resumieran el simbolismo del monumento;
así pues, debemos dedicarles atención sostenida.
Las cabezas, no son de coatl, como se ha creído, por que
los dientes, los cuernos superiores y el tipo, establecen mar-
cada diferencia y fijan el carácter del cipactli. Se alega que
estas cabezas son del mismo gálibo que la esculpida en la ta-
lonera de una de las colosales piernas de Tula, existentes en
el Museo, pero esa cabeza, sin examen detenido, ha sido toma-
da por eoatl, cuando no es sino cipactli y ahí está el cuerno
distintivo.
En el Codice Vaticano B, 3773, láms. 26 y 16 y en el Pie-
tórico, lám. 14, encontramos el cipactli con el tipo de los de
Xochicalco. El Dr. Peñafiel, encuentra la identidad entre el
de la lám. 25 del Códice Vaticano y los de Xochicalco (V.
“Ciudades Coloniales”—E. de Morelos, artículo Xochicalco—
1909).
La importancia del cipactli en la Cosmogonía nahoa es
grandísima (Véase la palabra en el Sahagún y en el Dicciona-
rio de Mitología Nahoa, de Robelo).
Humboldt, dice del cipactli (Voyages, págs. 157 y 58)....
“la idea del animal marino cipactli, se encuentra ligada en la
“Mitología mexicana, á la historia de un hombre que cuando
358 RAMON MENA.
“la destrucción del cuarto sol, despues de haber nadado lar-
“go tiempo se salvó alcanzando la cima de la montaña de Cul-
A espadarte es nombre español del narval euyo gran
“diente es conocido bajo el nombre de cuerno de licornio. Bo-
“burini ha tomado este cuerno por un harpón, y traduce falsa-
“mente, cipactli, por serpiente armada de harpón.”
El origen de la palabla cipactli es maya y arroja esto un
dato para la comunidad genésica de los calendarios maya y
nahoa,
Pero volvamos á las figuras: Las cabezas de la cara Po-
niente, no llevan adornado el belfo superior con plumas que
caen hacia adelante, como sucede en los demás; mas esto obe-
dece á razones de estética, pues en estos cipactli, el cuerpo no
serpea como en los otros y las plumas de la cola casi tocan las
fauces, porque la porción larga del cuerpo queda abajo y la ca-
beza y la cola suben.
En todos estos cipactli, el cuerpo está integrado por plu-
mas rectas al centro y rizadas en los bordes, interrumpidas
las primeras por figuras corazonadas, de un amplio simbolis-
mo. Son el corte de un caracol y pueden recordar el origen
marino del animal, el joyel de Quetzalcoatl, ó el agua. Las
he encontrado, entre las plumas que caen á la espalda de una
Chalchiuhtlicue de la colección del British Museum (Kings-
borugh, IV, lám. 2) sobre el pie de un danzante esculpido en
un teponaztle de ébano rojo (Museo de Tepoztlán); este dan-
zante lleva flores en las manos y en una piedra cosmogónica
del Museo, procedente de las calles de México y que el Dr.
Seler estimó procedentes de Chalco. Hace pues, alusión en
Xochicalco, á las producciones de la tierra y á Quetzalcoatl
como una representación de Cipactonal.
Las colas de los cipactli de la cara Poniente, tienen 5 plu-
mas, 3 al centro y 2 laterales, rizadas. Las de los de la cara
Oriente, tienen 6 plumas, 4 al centro y 2 laterales, rizadas. En
/
DETALLES DE CONSTRUCCIÓN DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 359
.
los de las caras N. y S., la misma disposición que en la ante-
rior. Los cipactli de estas tres caras, tienen la cabeza hacia
arriba, el cuerpo serpea varias veces y las colas están vueltas
hacia abajo, tocando el signo malinalli que separa los dos mons-
truos. Como se trata de cipactli ó cipactonal, su relación con
Xochiquetzal es palpable y de ahí el signo malinalli.
Los cipactli de todas las caras, llevan sobra el belfo supe-
rior,enmarcando el cuerno característico el signo en S, xonecui-
Ni, lo que les da carácter astronómico, y tanto es así, que del
signo, en los cipactli de las caras Oriente, N. y S. arranca una
flor xochitl, de la que bajan plumas, quetzal, dando el nombre
Xochiquetzal, una de las deidades inventoras del Calendario
astronómico.
Hasta la figura serpentina de estos cipactli, encierra un
simbolismo, el de la tripa retuerta, de la hartura, de los man-
tenimientos, en fin, por la relación estrecha entre Chicomecoatl,
Chicomexochitl y Xochiquetzal.
Los Sacerdotes.
Entre las volutas de los cipactli de las caras Oriente, N. y
S. hay individuos humanos, sentados á la manera usual toda-
vía en Tetlama, tienen maxtlatl, lo que fija el sexo masculino;
las cabezas con rico tocado de cabezas de cipactli y plumas;
llevan una de las manos sobre el suelo y con la otra, sobre la
cara anterior del tronco, señalan: los de las caras N. y $. se-
ñalan al Oriente, y los de esta cara, señalan al N. y al S.; algu-
nos de estos individuos llevan frente á los labios el signo de
la palabra. Por el casco y la actitud reverencial de tomar pol.
vo, me parecen Sacerdotes, por el casco, entiendo que son Sa-
cerdotes de Chalchiuhtlicue, una de los deidades del teocalli,
según dije en su lugar.
En el friso hay Sacerdotes, más caracterizados que los an-
teriores, por llevar en una mano la bolsa de picietl de los Sa-
360 l RAMON MENA.
cerdotes; están sentados á la misma usanza que los anteriores,
llevan al cuello un pinjante, y el tocado es diverso: una ban-
da frontal con 5 flores circulares, rematada adelante-y atras
por tiras de papel. Arriba de la banda, formando el cuerpo del
casco, el emblema del año, rematado por una flor, de la que ba-
jan plumas de Quetzal, son pues, Sacerdotes de Xochiquetzal
y Chicomexochitl, la otra deidad del teocalli.
Me refirieron los nativos de Xochiltepec, pueblo cercano
á Xochicalco, que tanto ahí como en Tepoztlán, hace pocos
años, durante la Semana Mayor, los Sayones llevaban gorros
semejantes á los de estos últimos Sacerdotes.
Es de notarse, que el tipo antropológico de los relieves,
persiste en la región.
Fechas del Monumento.
Cara Poniente: V calli; 1 acatl; INN tochtliz 11 ozomatli; 4
coatl.
En los signos acatl y tochtli, parece comprendido el tec-
patl.
Cara Oriente: IT acatl; 3 ozomatli; 1 ollin.
Cara Norte: 3 cipactli.
Cara Sur: IV acatl; VIII acatl; VI calli.
En 1435. (VII acatl) fué la sumisión de los tlalhuica á los
mexica.
En 1469 murió el gran Ilhuicamina y ocupó el trono Axa-
yacatl. La fecha IV tochtli, corresponde á 1469.
En 1446 hubo' una irrupción de langostas que consumie-
ron las sementeras; el monumento arroja (V Calli, 1445), este
mismo signo tiene la equivalencia 1497 en que los mexica pl-
dieron fuerte contingente á las provincias conquistadas para
someter á Tecuantepec.
A más de las fechas, se encuentra 6 veces el símbolo del
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 361
fuego nuevo, que como se sabe, era encendido cada 52 años.
Hay otras muchas figuras rituales y astronómicas en el
monumento y el estudio de ellas, demanda nueva excursión á
las célebres ruinas, pero muchas de ellas, (de las figuras), han
de haber sido colocadas fuera de sitio y algunas otras recons-
truidas, en la inteligencia de que conservar es reconstruir. De-
finir este punto, no es de la índole de estas notas.
Mem. Soc. Alzate. México. T. 29 (1909-1910)—46
362 RAMON MENA.
Cerámica de Xochicalco,
La manufactura de objetos de tierra, no ofrece en Xochi-
calco, á lo menos superficialmente, tipos abundantes. La ties-
tería que yo recojí, es la que en parte, ilustra estas líneas; su
escasez no indica fuera en corto número y mediocre entre los
tlalhuica. Explorando en el patio del teocalli, en los montícn-
los que lo rodean, en los paseaderos de las fortificaciones y en
el Castillo, así como en Miacatlán, habrían de encontrarse te-
soros de cerámica, pero ya lo he dicho, explorando: hacer ex-
cavaciones á tontas y á locas, seguir las huellas de un hallaz-
go, eso no es explorar, arqueológicamente hablando. Hasta
hoy, no se ha hecho una sóla exploración arqueológica en la
República.
Volviendo á la tiestería, las piezas a, b, c, d, e, fueron en-
contradas en el lado N. del Teocalli, 4 un decímetro de pro-
fundidad, en un yacimiento de tierra vegetal, acarreada por
los vientos. Las piezas f, 9, h, pertenecen al primer paseade-
ro de la fortificación del Poniente, frontera á la escalinata.
Las piezas ¿, son vasos encontrados por el Dr. Seler, al S.
de Xoxicalco, sobre el Mirador de Miacatlán.
La pieza j, es un cántaro moderno de Xochicalco.
Sentado lo que precede, cabe ir determinando cada pieza:
a. Fragmento del bocal de un vaso; lleva ornamento de la
tripa retuerta, en relieve (no es pastillaje) lo que hace enten-
der que el vaso fué destinado á las deidades delas cosechas.
La pasta es de arcilla amarilla, bien batida y de cocción
completa. Espesor 7mm. Una franja de pintura negra decora
el borde que es redondeado.
b. Fragmento de un molcajete ápodo. El estar decorado
TE
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO, 363
en su interior, indica que no fué utilizado en usos domésticos.
El fondo es de una imprimación calearea, blanca y encima fran-
jas negras, siendo de advertir, cerca del labio, dos signos as
tronómicos, los xonecuilli, forma igualmente, de unos paneci
llos ofrecidos á las deidades de las flores.
La pasta es de arcilla obseura, bien batida y coceión com-
pleta. Espesor, 5ma. ;
- C. Fragmento de un vaso decorado en rojo y negro; deco-
ración absolutamente arcaica, lo que hace contraste con la fi-
nura de la arcilla, la cocción perfecta y el pulimento antes de
recibir la pintura Las tribus del Sur empleaban ese procedi-
miento y aun los caracteres decorativos, los he encontrado en
dicha región. Como tales tribus eran las enemigas directas de
los tlalhuica, á ellos debe de haber sido arrebatado este vaso
y por eso el fragmento lo encontramos junto al teocalli y no
en las fortificaciones. Espesor 8mu.
“—d. Cabecita de arcilla amarilla, cara posterior plana puli-
mentada, lo que manifiesta que no perteneció á un vaso, Lle-
va un tocado en relieve, de granos de maiz. Fué un penate.
Confirma lo que tengo asentado en mi estudio “Cabecitas de
Teotihuacán” respecto á procedencia de estos tepitoton.
e. Fragmento de molcajete, de piés llenos. La pasta es mez-
ela de arcilla y ereta; sin pulimento ni pintura; la curva del
vientre y labios es elegante. Cocción completa. Espesor
10mm
f. Fragmento de un tlemaitl; el mango llevaba perforacio-
nes y es hueco, para contener esferillas y agitarlo. Arcilla muy
obseura, cocción de primer grado. Espesor, 1lum
y. Fragmento de un vaso de sección trapezoidal; ornamen-
tado con salientes como de alguna fruta. Pasta de arcilla y
creta, dominando la última. Cocción completa. Espesor de las
paredes 12m. del fondo, 23m Las salientes están aplicadas
por el procedimiento del pastillaje.
h. Fragmento de molcajete de pies huecos para sonaja.
364 Ramon MENA.
Pasta muy obscura de arcilla y arena. El pie está quebrado.
Cocción de primer grado. Espesor de las paredes, 9mm.
Tanto en los fragmentos que presentan superficies curvas,
como en el cántaro moderno j se advierte desde luego, la fal-
ta de torno en la manufactura, característica de la cerámica
antigua de nuestras familias indígenas y "de las que han que-
dado retrasadas.
Los vasos encontrados por el Dr. Seler, son toscos y pare-
cen hechos en dos porciones, la superior y el pie, con estre-
chamiento para empuñarlo. Lástima que no tengamos detalles
de pasta, cocción y espesor.
DETALLES DE CONSTRUOCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 365
La palabra Xochicalco,
“En la casa de las flores”, he ahí lo que arroja literalmen-
te la palabra Xochicaleo; pero este nombre es simbólico; ya
Robelo ha dicho que cuando Xochicalli, “casa de flores”, es el
nombre de un edificio, lleva la posposición co, que significa:
“en”, “lugar de”; así, tendremos en la casa de Xochitl, en el lugar
de Xochitl, siendo aquí, lugar y casa, sinónimos de templo y
Xochit!, aludiendo á la tierra florida, á las deidades del teocalli.
El 66* edificio, de los comprendidos en el Gran Teocalli de
México, tenía el nombre de Xochicalco, por estar dedicado á
uno de los Dioses del maíz y á la Diosa del agua.
Se ve bien clara la relación del nombre en los dos casos
á que me contraigo.
Cerca de las ruinas existe un pueblo, de nombre Xochilte-
pee, y tanto ahí como en Tetlama se conserva una tradición
referente á los Señores de Tepoztlán y Xochicalco, quienes
llegaron á las armas, porque el hijo del Señor de Tepoztlán
fué devorado por uno de los cipactli del monumento de Xochi-
calco y á estos cipactli llaman Xochimecatl, cuerda de fores,
hilo en el que eran ensartadas flores y que asían mujeres que
se entregaban al baile en las fiestas, tepeilhuitl, durante las
que era sacrificada la esclava Xochiquetzalli; pero entiendo
que el nombre dado á los cipactli es posterior á la conquista
hispánica y sin relación con la danza mencionada; acaso valga
tanto como “mecate de Xochicalco”, por la longitud y moyi-
miento de los monstruos, según se puede ver en su lugar.
Tanto en la deidad Chicomexochitl,* como en piedras suel-
* Todos los relieves del monolito, convienen tanto 4 Xicomexochitl
como á Xochiquetzal, dioses varon y hembra, á virtud de la dualidad mí-
tica. Generalmente se le interpreta por Xochiquetzal, pero ya he dicho
que yo le yeo maxtlatl, signo de varon y nombre escrito en la banda
frontal; es decir, fundo mi dicho, al separarme del sentir de los Maestros.
366 RAMON MENA.
tas del monumento, hay diversos tipos de flores, como se ve-
rá adelante, explicando la lámina relativa.
1. Tres tipos de flores; figuran en relieve en el monolito
de una de las deidades del teocalli. La flor puramente circu-
lar, es una estilización, como se ve, es el centro de las otras
flores.
2. Uno de los blocks caídos (1909) al pie del basamento
lleva dos flores pentapétalas; el block es fragmentario y pa-
rece de ornato. :
3. Block como el anterior; parece una planta florida; el
monolito, por su corte, indica ser del cuerpo superior.
4. Como los anteriores, es un sillar ornamental; tiene dos
flores pentapétalas, algo desportillada una de éstas.
5. Fuste de columna andesítica blanca; una de las bases
lleva una flor pentapétala en relieve; hay otro fragmento igual
sólo que en vez de flor, presenta una vírgula.
6. Encontrado este monolito cerca del Castillo. ¿Es una”
flor?
Un estudio de la flora regional sería preciso para estable-
cer comparaciones con los relieves, y así, fijar la clasificación
botánica; otro tanto pudiera hacerse con'la fauna, de la que
hay tipos entre los relieves, como el tlalcoyote, especie de tejón.
que ha sido considerado ya como coyote, ya como zorra; mas
no es un canidio, así me lo ha comunicado nuestro hábil na-
turalista D. Alfonso L. Herrera.
DETALLES DE CONSTRUCCION DEL MONUMENTO DE XOCHICALCO. 367
CONCLUSION.
Lentamente se conquistan las verdades en la Arqueología
Nacional; por eso, bien tarde hemos llegado á determinar la
civilización á que pertenece Xochicalco.
El Dr. Antonio Peñafiel, el Lic. Robelo, el Dr. Seler y el
que esto escribe, todos, hemos llegado á la conclusión de que
el monumento de Xochicalco es nahoa y todos, cada uno en
su esfera, hemos aducido pruebas que nadie ha contradieho
todavía, que nadie refutará seguramente. He aquí un paso de-
cisivo para estudios ulteriores, pues mucho queda por estu-
diar en Xochicalco. Aquello de que «ahí se lee como en un li-
bro abierto» no pasa de ser una frase de esas que empujan
suavemente á la sonrisa, según decir de un historiador.
Ya la toltecomanía y Quetzaleoalismo, no son tomados en
consideración por nadie que estudie, por nadie que tenga una
mediana disciplina intelectual.
Nada serio es el atribuir la obra colosal de Xochicaleo á
los tolteca, á los maya, á los palencanos; se llega á ver en las
célebres ruinas el tipo antropológico y aun los caracteres grá-
ficos de aquellas civilizaciones, pero la verdad dice desde la
piedra lo contrario; todo eso esla resultante necesaria del Quet-
zalcoalismo y de la toltecomanía.
En el teocalli de Xochicaleo, palpita un extenso simbolis-
mo mitológico y cosmogónico: la formación, el origen de la
tierra, el nacimiento de los dioses, el cómputo del tiempo: las
observaciones astronómicas, la unión de la tierra madre y del
368 RAMON MENA.
agua madre para producir cereales que sustenten y flores que
embellezcan; y á todo esto, agregada la conmemoración de acon-
tecimientos determinados, como la renovación del fuego prin-
cipalmente, como que dicha renovación implicaba el renaci-
miento, la continuación de la vida, de los cereales, de las flo-
res.
Distraídamente sin duda, los Maestros Robelo y Seler,
han llamado prehistóricas las ruinas de Xochicalco, y digo dis-
traídamente, porque el sólo hecho de reputarlas nahoas, les
quita el carácter de prehistóricas, dando por supuesto á esta
palabra la correcta acepción científica que le corresponde.
Yo que no soy partidario de las reconstrucciones de los
monumentos de la antigúedad, deploro el que Xochicalco haya
sido reconstruído; sin embargo, algo queda intocado, por su
naturaleza misma, y ahí habla la sabiduría y queda resellado
el carácter de la gran familia nahuatlaca.
XXI!
'T. 29, lám.
Alzate.
Mem. Soc.
Corte vertical.
ZE
EA
2
S
ES
E
calli y Montículos.
Patio, Teo
Verdadero corte
m :
del I eocalli.
Fortificación W.
del Teocalli.
1909,
Corte vertical.
del block superior,
lieves
Re
Xochicaleo
Mem Soc.
Alzate. T. 29, lám. XXI.
Grandes Cipactli, Cara Sur.
Escalinata del teocalli. Caras W. y $.
Xochicalco.
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Mem. Soc. Alzate. TT. 29, lám.
Xochicalco. Cipactli, Cara Sur.
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'P. 92, lám. XXIX,
Mem. Soc. Alzate.
2168
Tipos de flores de Xochicalco.
SocfÉTÉ SCIENTIFIQUE ''ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29. -369
PARASITOS VEGETALES DE LA ALFALFA (Medicago saliva)
POR
GUILLERMO GANDARA, M, $, A,
Profesor en la Escuela N. de Agricultura.
(Sesión del 6 de Junio de 1910).
Las plagas de la alfalfa, debidas á parásitos vegetales, son
las siguientes:
La Cúscuta.
(Cuscuta americana ?)
La Cúscuta es una planta fanerógama de la familia de las
Convolvuláceas, cuyos tallos son delgados, volubles, amarillen-
tos, violados ó rojizos, parecidos á una cuerda de violín.
Vulgarmente se le conoce con los nombres de zacatlaxca-
li, cuerda de violín, cabellera del diablo, etc.; los indígenas
saben extraer de ella una materia colorante.
Sus hojas están atrofiadas, y como los tallos carecen de
elorofila, la planta no asimila el ácido carbónico por medio de
la función clorofílica y por esto se vé obligada á parasitar, emi-
tiendo sus tallos una especie de raíces adventicias que intro-
duciéndose en la corteza Ó raíces gruesas de suculentas plan-
tas son verdaderos chupadores de la savia de éstas.
Las flores son blancas, penduculadas, con estigmas globu-
Mem. Soo. Alzate. México T. 29 (1909-1910)—47
370 4 GUILLERMO GÁNDARA.
losos y llevan una bráctea en su base; la semilla es parecida
á la de la alfalfa y como en los alfalfares plagados por la Cús-
cuta, fácil es colectar la semilla de ambas plantas, sucede con
frecuencia que al sembrar la primera se siembre á la vez la
segunda,
En los alfalfares plagados de Cúscuta se nota esta pará-
sita rastreando entre las matas y trepando en los tallos en que
parasita.
En el Valle de México se ha desarrollado mucho esta pla-
ga la cual ha causado ya considerables pérdidas, por lo que es
urgente que los alfalferos pongan en práctica las siguientes
medidas.
Tratamiento.
1* Al sembrar la semilla de la alfalfa, es preciso cercio-
Fig. 1.—La Cúscuta atacando un tallo.
rarse que ésta dependa de casas que garanticen su pureza, ó
PARÁSITOS VEGETALES DELA ALFALFA. 371
bien, consúltese sobre esto á la Estación Agrícola Central,
donde con ayuda de anteojos de aumento y otros aparatos es-
peciales, fácilmente se descubrirán las semillas intrusas. Pa-
ra esto sólo basta enviar una muestra de la semilla que se quie-
ra escudriñar.
2* Si la plaga se halla ya desarrollada en los cultivos, des-
pués de un corte de la alfalfa, rastríllense los tronquitos pa-
ra entresacar los tallos de la Cúscuta y quemarlos en seguida.
Después pulverícese el alfalfar por medio de una bomba pul.
verizadora, con una solución de sulfato de hierro al 5 por cien-
to,
Si al segundo corte de la alfalfa se notan aún huellas de
la parásita, pulverícese otra vez el alfalfar con la misma solu-
ción, pero al 6 por ciento.
La Orabanca de la alfalfa.
(Orobanca rubens).
Esta fanerógama de la familia de las Orobancáceas, es pa-
rásita de la alfalfa cuyos perjuicios no son de consideración
por ser muy rara en los alfalfares.
Como de 15 ó 20 centímetros de altura la Orabanca ru-
bens, es de flores sesiles y rojizas, estambres mny vellosos y
estigma amarillento; cáliz compuesto de dos sépalos cortos;
corola bilabiada, con el labio inferior escotado y de tres lo-
bos; flores dispuestas en espigas y con una bráctea en la base;
fruto capsular con dos valvas que quedan adherentes en la
base y en la cima en la Jehiscencia. Tallo carnoso, dirigido,
simple, amarillo rojizo y grueso en la base.
372 . GUILLERMO GÁNDARA.
El Chahuixtle de la alfalfa,
(Uromyces striatus),
Caracteres exteriores de la enfermedad.
Esta plaga es parecida á la que se conoce con el nombre
vulgar de “tizón” y sólo difiere de ésta por ser las manchas
más pequeñas y obscuras; dichas manchas no son aureoladas
y se presentan como cojinetes formando verdaderas pústulas
que á su madurez se abren para expulsar las fructificaciones
del parásito.
Causa de la enfermedad.
La plaga se debe al parasitismo de
¿A : E un hongo del orden de los Uredinomi-
AB! cetos, de la familia de las Uromíceas,
del género Uromyces y de la especie-
Striatus.
Estudio del hongo.
Esta Uromiceácea es heteroica; pro-
duce sus ecidiolos y ecidios en los Titi-
malos (Euphorbia cyparissias) y las ure-
Pie A rio a y teleutosporas en el Trébol y
de hoja mostrando las pús- más comúnmente en la Alfalfa.
Perro ad El carácter esencial del género de
ras del Uromyces striatus. este hongo es la forma de la teleutospo-
ra, unicelular, más ó menos ovalada; obscura de color y con
membranas que se engruesan hacia el ostiolo. El carácter
esencial de la especie, se halla en las estrías longitudinales que
á manera de crestas existen en la superficie de la teleutos-
pora.
A s
pure
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 373
Las uredosporas son casi esféricas, amarillentas, con mem-
branas gruesas y con dos poros.
Tratamiento.
Desde luego convendría destruír los Titimalos que se ha-
llen cercanos á los alfalfares para cortar el ciclo generativo
del hongo. Evítese un exceso de humedad en el terreno, y en
Otoño córtese la alfalfa plagada y quémese; cuando comien-
ce á retoñar pulverícese el alfalfar con caldo bordelés.
En México no se conocen los Titimalos y sería provecho-
so que se buscara la planta ó plantas nodrizas del hongo pa-
ra que destruyéndolas se corte el ciclo generativo del parásito
y librar por ese medio á la alfalfa de la plaga. Existe la Eu-
forbiácea Euphorbia latyris, pero hasta ahora no se le han reco-
nocido los ecidios correspondientes.
El Blanco de la Alfalfa,
(Peronospora trifoliorum)
Caracteres exteriores.
Las hojas y los tallos de la alfalfa se cubren de un polvi-
llo blanquizeo dando al alfalfar el aspecto de ceniciento. Des-
pués de 15 ó 30 días, el follaje se marchita y decolora y los
tallos se doblan y se secan. Mientras tanto se producen las
conidias del parásito y aunque se corte la alfalfa, éstas caen
sobre los retoños, contagiando al cultivo, atacándolo y evitan-
do el crecimiento de la planta cuyas hojas quedan pequeñas y
amarillentas, aunque abundantes.
Causa de la enfermedad.
Esta enfermedad es debida al parasitismo de un hongo
del orden de los Ficomicetos, de la familia de las Peronospó-
reas, del género Peronospora y de la especie Trifoliorum de De
Bary.
374 GUILLERMO GÁNDAKA.
Estudio del hongo.
La característica de
este hongo, en primer
lugar es, que en los te-
jidos produce huevos ú
oogonos en invierno y
por lo cual puede pasar
de año en año, reprodu-
ciéndose por éstos; los
huevos son globulosos,
lisos y de color castaño.
En segundo lugar es,
que puede desarrollarse
por un simple micelio y
por conidias; éstas son
elípticas, de color gris y
producen 200sporas, que
dotadas de flagelo y mo-
vimiento, se introducen
por los estomas dela ho-
ja germinando y dando
lugar al nacimiento de
los micelios; éstos son
Fig. 3.—a, conidióforos y bh conidias del p E
Peronospora trifoliorum (muy aumentado). de calibre variable en
sus distintas zonas granulosas, de eolor gris y hialinos en
sus extremidades. En un punto de tejido de la hoja los mi-
celios forman un estroma y de éste nace un conidióforo, que
como si fuera un arbolito microscópico, sale por los estomas,
ramificándose en cima de 6 ó 7 divisiones y llevando un par
de conidias en cada una de las extremidades últimas, que son
sabuladas y bífidas. El crecimiento de las ramas del conidiófo-
ro es definido y no como en los hongos del género Phytophthora,
que es indefinido.
PÁRASITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 375
El hongo de que tratamos, ataca también á los tréboles y
á otras leguminosas.
Tratamiento.
1? Córtese la alfalfa en cuanto se note el color blanco en
sus hojas y retirándola del cultivo sin regarla por el suelo, de-
be destruírse por medio del fuego. El objeto es destruír las
conidias y micelios del hongo.
2 Pulverícese el cultivo recien cortado, con la prepara-
ción bordelesa.
-32 En el invierno tómese la precaución de cortar con tan-
ta frecuencia como sea posible, la alfalfa, para no dar lugar á
la formación de los huevos ú vogonos, que también se llaman
esporas de invierno.
4% Cuídese el cultivo lo más esmeradamente posible, abo-
nándolo, regándolo y deshierbándolo oportunamente para dar
más vigor á la planta y ponerla en condiciones de resistir la
acción del parásito.
Otro Blanco de la Alfalfa,
(Erysiphe polygoni).
Caracteres exteriores de la enfermedad.
En las hojas de la alfalfa se nota un polvillo blanquizco
que desde luego detiene el crecimiento y lozanía del follaje.
Después, entre ese polvillo aparecen puntitos negros y por fin
el follaje languidece y las matas mueren.
Esta plaga ataca también al Trigo Sarraceno, á los Trébo-
les, al Tomate y á las Cucurbitáceas.
376 GUILLERMO GÁNDABA.
Causa de la enfermedad.
Esta enfermedad es debida al parasitismo de un hongo de)
orden de los Ascomicetos, de la familia de las Carpoáceas, al
género Erysiphe y á la especie Polygoni. D. C.
Estudio del hongo.
Los micelios hialinos y tabicados, forman una especie de
red en la superficie de las hojas, nutriéndose de las células su-
perficiales cuyas membranas desgarran para absorber el pro-
toplasma por medio de chupadores y produciendo hacia la at-
mósfera gruesos filamentos llamados conidióforos, en cuya ex-
tremidad aparecen las conidias en gran número, como lo indi-
ea la figura número 4 letra a. A esto se debe el polvillo blan-
quizeo que se observa sobre las hojas.
A fines del verano y principios del otoño, aparecen los
puntitos negros que no son sino las peritecas del hongo. Es-
tas son obscuras, con fuleras alargadas, hialinas primero y
Fig. 4.—Carácter microscópico del Erysiphe yoligoni. a, conidióforos.
b, ascas con esporas. c, conidia desprendida. d, micelio con chupadores. €,
conidia germinando. f, periteca.
grises después; enteramente cerradas y contienen de tres á
cuatro ascas elipsoidales con 3 ó 4 esporas ovoides cada una.
Las esporas y las conidias germinan produciendo los micelios.
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA, 317
Tratamiento.
Por medio del fuelle de Vermorel “Torpille”,% aplíquese
polvo de azufre sobre el follaje.
Fig. 5.—Azutrador.,
El Tizón de la Alfalfa,
(Pseudopeziza trifolii var. medicaginis).
Caracteres exteriores.
Las hojas de la alfalfa presentan manchitas gris-amari-
llentas, aureoladas y como de un milímetro de diámetro cuan-
(1) Estos aparatos se venden en la casa de Balme, de esta Ciudad.
Mem. Soo. Alzate. México T. 29 (1909-1910)—48
378 GUILLERMO GÁNDARA.
tamaño de las manchitas sino por el
número de ellas en las hojas. e
Vistas estas manchitas con aumen-
núm. 7.
Fig. 6.—Hojas de alfalfa Esta enfermedad es contagiosa pa-
atacadas por el “Bega ra, la Alfalfa y para el Trébol y se ha
presentado devastando los alfalfares, tanto en Europa como -
en América. Las matas no crecen, las hojas son raquíticas
manchadas y eloróticas.
Causa de la enfermedad.
La plaga es debida al
parasitismo de un hongo
del orden de los Discomi-
cetos, de la familia de las
Pezizáceas, del género
Pseudopeziza, de la especie
Trifolii y de la variedad
Medicaginis.
Fig. 7.-——Fragmento de hoja de al-
falfa con las apotecias aumentadas.
Pe
ESE
5
PRIÓZ YE
EAS
Ñ
Fig. 8.—Carácter microscópico de una apotecia. Corte vertical
mostrando las ascas y parafisas] (muy aumentado).
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 3879
Estudio del hongo.
Rastreando los micelios del hongo entre las células de los
tejidos, salen á la superficie de la hoja para formar un estro-
ma sobre el cual se produce un disco peridional en euyo inte-
rior, se desarrollan verdaderas picnidias cuyas esporas son
alargadas y parecidas á las ascas ya conocidas, ó bien, y este
es el caso más común, se forman estas mismas ascas que al
madurar rompen la pared interna del disco, quedando éste co-
mo un cajetito y recibiendo entonces el nombre de apotecia.
Las ascas contienen $ esporas generalmente y éstas son
ovaladas y tiene un núcleo en cada foco.
- Fig. 9.—a, micelio; b, asca con esporas; C. espora germinando.
o
Tratamiento.
Si el alfalfar es propenso á plagarse del hongo, suspén-
danse por algún tiempo los abonos nitrogenados que como los
estiércoles favorecen mucho el desarrollo del hongo.
Córtese la alfalfa plagada y quémese procurando no de-
jarla en los campos del cultivo. Por medio de una bomba pul-
verizadora, irríguense los troneos de las matas cortadas tan
pronto como comiencen á retoñar. Puede repetirse esta ope-
ración después de un mes si vuelven á aparecer las manchi-
tas en las hojas.
380 GUILLERMO GÁNDARA.
La pinta de la alfalfa,
(Cercospora helvola var. medicaginis).
Caracteres exteriores de la enfermedad.
La plaga se presenta con pequeñas manchas en las hojas,
visibles por ambos lados de éstas, de color de tabaco obseuro,
casi circulares ó elípticas, de contorno irregular y esfumado
y como de medio milímetro más ó menos de diámetro. Las
manchitas causan á las hojas una clorosis, amarilleándolas y
después la muerte secándolas.
Ataca también á los tréboles.
Causa de la enfermedad. .
Esta enfermedad se debe al parasitismo de un hongo del
orden de los Pirenomicetos, de la familia de las Esferiáceas,
del género Cercospora, de la especie Helvola de la variedad
Medieagines. Fué estudiado por Chester en 1889 en Delaware,
E. U.
Fig. 10.—a, Tufa de la Cercospora Helvola; b, detalles de las esporas.
Estudio del hongo.
Los micelios existen entre las células de los tejidos ab-
sorbiendo su contenido y ocasionando por esto la decoloración
La 1
PAÁRASITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 381
del follaje; después, se acumulan en un punto de la hoja, de-
bajo de la epidermis. Dichos micelios originan la mancha; y
aprovechando un estoma salen á la superficie de la hoja pa-
ra seguir creciendo y formar los conidióforos, que más tarde,
en su extremidad producirán las conidias ó esporas. Estas son
alargadas y están divididas transversalmente por varios ta-
biques. +
Tratamiento.
Como la enfermedad aparece en el alfalfar, en mancho-
nes, es preciso cortar la alfalfa del área plagada y quemarla.
Además, se recomienda abonar el lugar con cal. La irrigación
de caldo bordelés en el lugar del corte, será muy provechosa
para matar las esporas caídas á las cuales se debe el contagio,
y para prevenir al cultivo de la invasión de otro hongo.
La Antracnosis de la Alfalfa,
(Colletotrichum trifoliz).
Caracteres exteriores.
En los tallos, peciolos y hojas de la alfalfa aparecen unas
pequeñas manchas de color obscuro en las cuales se notan dis-
persos pequeñísimos puntos negros. Cuando las matas contie
nen muchas manchas, comienzan á decaer y poco después se
secan. Esta enfermedad ataca también al Trébol rojo.
Causa de la enfermedad.
Este mal es debido al parasitismo de un hongo del orden
de los Pirenomicetos, de la familia de las Esferiáceas, del gé-
nero Colletotrichum y de la especie Trifolíiz de Bain.
382 GUILLERMO GÁNDARA.
Estudio del hongo.
Este hongo fué estudiado en
1906 por los Sres. S. M. Bain y
S. H. Essary, en Tennessee, E. U.
A., donde en ese año la plaga pro-
AZ A ¿- dujo considerables pérdidas. El
parásito en cuestión ha sido en-
Fig. 11: harta longitudinal abi o Sn Esta
del Colletotrichum, mostrando Arkansas, Virginia y, Ohio. En
conidióforos, conidias y cerdas. México no se ha reconocido esta
enfermedad.
Los acérvulos son abultados, los conidióforos hialinos, ci-
líndricos ó fusiformes y juntos ó separados; las conidias son
hialinas, rectas, romas en sus extremidades y de 3-4 x 11-13 y;
Fig. 12.—a, apotecias; b, asta con esporas y parafisas; c, espora
germinando y esporidias.
las cerdas son contínuas ó uniseptadas, pocas ó numerosas, de
color de hollín y con la extremidad pálida, sinuosas ó nodulo-
sas y de 4-7 X 39-62 1.
HA
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 383
Tratamiento.
Siéguese la alfalfa atacada y destrúyase en el fuego sin
dejar nada de ella regada en el suelo y pulverícese el cultivo
con caldo bordelés después de 8 días de la siega.
El mejor remedio sería sembrar variedades de alfalfa re-
sistentes á la plaga. Esto se ha practicado con todo éxito en
Tennessee y de allá podría conseguirse semilla de alfalfa in-
mune á la enfermedad.
Los Esclerotos de la !Alfalfa.
(Sclerotinia trifoliorum).
Caracteres exteriores.
La alfalfa comienza 4 amarillarse y después de algunos
días muere, formándose manchones eu los alfalfares, que se
extienden irregularmente. En seguida aparecen en el nudo
Fig. 13.—a, micelios; b, otra forma de micelios.
vital de las matas, cuerpos negros más ó menos del tamaño
de un frijol, llamados esclerotos y más tarde, de éstos, unas sa-
384 GUILLERMO GÁNDARA.
lientes en forma de copa cuya parte superior es cóncava co-
mo el vidrio de un reloj y á las cuales se les llama apotecias.
Cuando la alfalfa muere, sus hojas se cubren de un polvo
ceniciento. Esta plaga ataca también á los tréboles y hasta
ahora no se ha reconocido en México.
Causa de la enfermedad.
,
Esta enfermedad se debe al parasitismo de un hongo del
orden de los Discomicetos, de la familia de las Pezizáceas,
del género Selerotinia y de la especie Trifoliorum de Eriksson.
Estudio del hongo.
El micelio penetra en los tejidos de la raíz y en la prima-
vera aparece en el exterior para formar un estroma compacto
que constituye los esclerotos. De éstos se desprende un pedi-
celo cuya extremidad abultada es el himenio en forma de co-
pa que constituye la apotecia. Como hemos dicho, la parte su-
perior de ésta, es cóncava como el vidrio de un reloj, es decir,
sin tener depresión central como un embudo. En esa conca-
vidad nacen las ascas sin opéroulo, y las parafisas que no son
sino aseas abortadas. Las esporas que son ovoides, salen del
asea por un poro que ésta lleva en su extremidad superior, y
al aire húmedo ó en el agua, germinan, hinchándose primero,
alargándose y dividiéndose después por medio de tabiques y
arrojando por fin pequeños cuerpecillos esféricos llamados es-
poridias. Estas germinan y producen los micelios que se intro-
ducen en los tejidos de las raíces de la alfalfa.
Tratamiento.
Si el mal comienza á notarse, habrá que extraer de raíz
las matas de los lugares atacados, para quemarlas en el acto,
resembrando después el terreno que ocuparen; pero si el mal
¿E
PARÁSITOS VEGETALES DELA ALFALFA. 385
estuviere muy desarrollado, lo mejor será arar el terreno pro-
fundamente para extraer las matas econ raíz y todo, y destruír-
las en el fuego, dejando el terreno para cultivar, por varios
años, otras plantas que no sean Leguminosas forrajeras á las
cuales ataca de preferencia el parásito.
Gangrenosis de la raíz de la Alfalfa,
(Rhizoctonia violacea). .
Caracteres exteriores.
_ Enlos alfalfares se notan círeulos más ó menos grandes
de alfalfa que al principio no erece parejo con la de todo el
cultivo y después se va marchitando y amarillándose hasta
que muere. Si se examina la planta enferma se notará que las
raíces, sobre todo en la 20na de los pelos radicales, se hallan
gangrenadas, es decir, destruída la corteza al parecer por un
exceso de humedad, quedando sólo la parte leñosa del cilin-
dro central.
También se observan en la región atacada unos filamen-
tos obseuros como pelos que se enredan en las raíces y tam-
bién unos cuerpos esféricos del mismo color y hasta del tama-
ño de un grano de trigo, que se hallan adheridos á la corteza
por medio de filamentos radiados.
Causa de la enfermedad. .
Este mal es debido al parasitismo de un hongo aun no bien
conocido y que se ha colocado provisionalmente en el orden
de los Pirenowmicetos, familia de las Esferiáceas, del género
Rhizoctonia y de la especie Violacea de Tulasne.
Estudio del hongo,
Los filamentos obseuros que se notan en las raíces, son
los micelios del hongo. Dichos micelics son cilíndricos, rígi
ds
Mem. Soo. Alzate. México T. 29 (1909-1910)--49
386 GUILLEEMO GÁNDARA.
dos, tabicados, de color blanquizco primero y después violeta
si se ven con mieroscopio, y ramificados generalmente en án-
gulo recto por lo cual se sueldan unos con otros formando
Fig. 14, —Esclerotos ó cuerpos miliares. Tamaño natural.
una red espesa que se adhiere á las raíces, penetrando á sus
tejidos para atacarlos y provocar la gangrenosis expresada.
Fig. 15,—Corte vertical de un escleroto visto con aumento.
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA, 387
Los cuerpos esféricos indicados se llaman tuberoides y es-
tán formados por un micelio de tabiques muy cortos y célu-
las casi globulosas y que enredándose como estropajo sobre
sí mismo, forman un estroma esférico cuyo objeto es desco-
nocido.
Además de éstos cuerpecillos, se forman otros llamados
esclerotos ó cuerpos miliares, de estructura diferente y de obje-
to casi ya bien definido. Estos cuerpos adheridos también en
la superficie de las raíces, sobre todo en las más gruesas, es-
tán formados por haces de filamentos más ó menos tabicados,
que encontrando un estoma ó una parte débil del tejido de la
planta, se introducen en esta para absorber el contenido de
las células, según Prillieux.
La superficie del escleroto, está constituída por una espe-
sa red del mismo material y casi se le nota la tendencia á
transformarse en peridion ó membrana de periteca. Algunos
micólogos aseguran haber visto las peritecas ya formadas del
hongo de referencia; pero esto aun no está bien comprobado.
Este hongo ataca también al azafrán, al trébol, zanaho-
ria, nabo, remolacha y espárrago.
Tratamiento.
Se han hecho experimentos para cambatirla Rhizoctonia
de la remolacha y se han visto los buenos resultados que pa-
ra esto ha dado la cal viva, poniendo un puñado de esta mate-
ria en polvo, al pié de cada mata. Pudiera ser que para la
Rhizoctonia de la alfalfa, el procedimiento diese los mismos
resultados. Para practicarlo será preciso sujetarse á las re-
glas indicadas en el tratamiento contra la Sarna de la Raíz.
(Véase la siguiente enfermedad).
Si á pesar de este remedio el cultivo no se compone, en-
tonces será preciso practicar la desinfección del terreno, pues
se ha visto que los micelios del hongo pueden vivir entre la
385 GUILLERMO GÁNDAHNA.
tierra húmeda por mucho tiempo y se desarrollan así hasta
encontrar las raíces para atacarlas.
Para la desinfección de los terrenos se conocen dos proce-
dimientos: uno seguro y otro dudoso.
El primero consiste en cuadricular el terreno por metros
cuadrados y en 5 partes de cada nna de estas superficies cua-
dradas, se pone una inyección de 10 gramos de bisulfuro de
carbono, á 30 centímetros de profundidad y por medio de una
bomba inyectora de Velmorel. (Pídanse informes de estas
bombas en las casas expendedoras de materiales hortícolas,
de esta Capital).
Este procedimiento como se ha dicho es muy seguro en
sus resultados, pero es muy costoso por lo cual no podrá apli-
carse en terrenos extensos.
En cuanto al segundo procedimiento, consiste éste, en ha-
cer 5 agujeros repartidos en cada metro cuadrado, por medio
de una barreta, también á 30 centímetros de profundidad y
arrojar en cada agujerillo una piedrita de 10 gramos de carbu-
ro de calcio, tapaudo con tierra las perforaciones y regando *
después el terreno escasamente.
Con la humedad, el carburo se descompone produciendo
gases venenosos de acetileno que son los que constituyen el
elemento activo de la desinfección.
Este tratamiento ha sido ensayado en México con buen
éxito, para combatir las anguílulas de las raíces; pero aun no
se ha ensayado para la desinfección de parásitos vegetales.
Conviene pues hacer los experimentos consiguientes ya que
el carburo de ealeio no es muy costoso.
Sarna de la raíz de la Alfalfa,
4 (Urophlyctis alfalfae).
Caracteres exteriores.
Desde un poco arriba del cuello ó nudo vital de la planta
hasta las raíces gruesas y delgadas de ésta, se notan superá-
AA
PÁRASITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 389
cialmente unas verrugas claras al principio, negras después y
que llegan á ser del tamaño de un arvejón. Estas verrugas
son irregulares y su coloración obscura es debida á la presen-
cia de grupos de esporas-huevos entre las células hipertrofia-
das. Naturalmante en una planta atacada así, se perturba se-
riamente la función nutritiva, comenzando por no crecer la
mata, después sus hojas se amarillean y la muerte es inmi-
nente. Esta enfermedad se ha encontrado en los alfalfales del
Ecuador, Estados Unidos del Norte, Suiza, Italia y en la Al-
sacia. En México no se ha llegado á descubrir.
Causa de la enfermedad.
Esta enfermedad es debida al parasitis-
mo de un hongo del orden de los Ficomice-
tos, de la familia de las Quitrídeas, del gé-
nero Urophlyctis y de la especie Alfalfae de
Lagerheim.
Estudio del hongo.
La característica de este parásito vege-
tal es, que se reproduce por medio de espo-
A De Die ras-huevos ú oogonos, los cuales son de 40 á
tis alfulfae. Tamaño 50 y, de forma hemisférica y de color obsen-
Pa ro. Los micelios son finos y ramificados y
no se ha observado que sus conidias se transforman en 200
sporangios como pasa con el hongo Urophlyctisleproides que
produce la sarna de la Remolacha y con el Chrysophlyotis endo
biotica de la sarna de la papa de Inglaterra, muy distinto del
primero.
Tratamiento.
Si la plaga comienza á desarrollarse, puede ser benéfica la
práctica de descubrir un poco las raíces con arado ó con aza
da, y regar en el surco abierto un puñado de cal viva en pol-
y Pp
390 GUILLERMO GÁNDARA.
vo para cada dos ó tres matas, tapando después el surco. Ha-
bría también que suspender el abono de estiércol y moderar
los riegos. Pero si la plaga se halla muy desarrollada, lo me-
jor sería sacar la alfalfa arando el terreno profundamente,
juntar las raíces descubiertas con mata y todo para quemat-
las y dejar destinado el terreno durante dos ó tres años á la
siembra de Gramíneas.
Necrosis de las raíces de la Alfalfa,
(Asterocystis radicis).
Caracteres exteriores.
Esta enfermedad ataca á las raíces de la alfalfa, especial-
mente en la zona de los pelos radicales. Alterada la estructura
de la raíz, sufre gravemente la función nutritiva de la planta
la cual muere por inanición. El mal aparece por el mes de ma-
yo en los alfalfares, en manchones circulares más ó menos
grandes, los cuales se notan porque la alfalfa no crece y las
hojas se amarillean, doblándose hacia abajo los retoños al mar-
chitarse.
Esta enfermedad ataca también al lino, nabo. colza, lechu-
ga y otras plantas.
Causa de la enfermedad.
Esta plaga se debe al parasitismo de un hongo del orden
de los Ficomicetos, de la familia de las Quitrídeas, del géne-
ro Asterocystis y de la especie Radicis de Wildeman.
Estudio del hongo.
La característica de este parásito vegetal es que se repro-
duce por zoosporas, las cuales son nucleadas y tienen una lar-
ga pestaña vibrátil colocada en su extremidad. Estas zoospo-
PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA. 391
ras se forman por división del protoplasma dentro de bolsitas
membranosas llamadas zoosporangios que no tienen cuello co-
mo las del Olpidium y se localizan en las células de las raíces
que hipertrofian y desgarran para dar salida á las zoosporas.
Como en el Olpidium Brassicae que ataca las raíces de la col,
Fig. 17.—Detalle del Asterocystis radicis. a, célula
de la raíz, con plasmodio y esporangio.
b, célula radical con zoosporangios arrojando las Zoosporas; c,
pelo radical con quistes; d, zoosporas muy aumentadas.
no se ha llegado á ver la fecundación por oogonos en el hon-
go de que tratamos, no obstante que como en aquél, se le no-
ta la formación de oogonos ó esporas de invierno de paredes
muy resistentes y contenido protoplasmático enquistado. Tan-
vo las zoosporas como los oogonos ó esporas de invierno, se
han observado dentro de los pelos radicales.
Tratamiento.
El mismo que se recomienda para combatir la Sarna de la
raíz de la alfalfa. (Véase la pág. núm. 389).
392 GUILLERMO GÁNDARA,
Un nuevo hongo de la Alfalfa,
(Pleospora alfalfae ?)
En un alfalfar del Distrito Federal, se ha encontrado últi-
mamente una nueva plaga. Se trata de un hongo que causa
sus perjuicios en la alfalfa importada de la Provenza.
Caracteres exteriores.
Las hojas de la alfalfa atacada se presentan con manchas
grises de contorno obscuro; aisladas, necróticas y más ó me-
nos circulares, hasta de dos milímetros de diámetro y con pun-
tos obseuros muy pequeños distribuidos en el área.
Per estos caracteres la plaga á que aludimos puede con-
fundirse con “el tizón”; pero difiere de esta enfermedad, en que
las manchas son más grandes y no abultadas como las de la
primera enfermedad,
Las hojas más atacadas se amarillean y mueren por gan-
grenosis.
Causa de la enfermedad.
Esta plaga se debe al parasitismo de un hongo del orden
de los Pirenomicetos, de la familia de las Esferiáceas, del gé-
nero Pleospora y como aún no encontramos una especie cono-
cida con la que resulte bien identificada, la denominamos pro-
visionalmente con el nombre de alfalfae, pues es posible que
se trate de una especie nueva.
Estudio del hongo.
Vistas las manchas con aumento, se notan en ellas unos
casquetes esféricos con un cireulito claro en el centro. Hecho
el corte microtómico correspondiente, se observa que dicho
casquete esférico es parte de una periteca con ostiolo, por lo
» PARÁSITOS VEGETALES DE LA ALFALFA, 393
que el hongo puede colocarse entre los del orden de los Pire-
nomicetos, y como las peritecas son globulosas, delgada y obs-
eura su membrana y están encajadas en los tejidos de las ho-
jas, el hongo corresponde á la familia de las Esferiáceas. Las
aseas son hialinas, claviformes y pezonadas en su extremidad
superior; contienen hasta 8 esporas y se producen en número
de 3 6 4. Las esporas son de 30x15 y, más ó menos ovales,
hialinas y septadas como 5 veces transversalmente, notándose
A
Fig, 18—a.—Hoja de alfalfa atacada. b.-Fragmento de una mancha
vista con aumento y mostrando los casquetes esfé-
ricos. c.-Corte vertical de una periteca.
d.—Asca vista con aumento. e.—Es-
poras (joven y adulta).
también tabiques verticales. No se ven los micelios ni las di-
, versas formas que produce el Pleospora herbarum ó el Sphaerella
Tulasne, cuyas formas ascóforas presentan algunas analogías
con las que corresponden al hongo que estudiamos. (Fig. 18).
Mem. Soc. Alzate. México T. 29 (1909-1910)—50
394
El corte frecuente de la alfalfa en verano para destruirla
en el fuego y la irrigación del caldo bordelés con bombas pul-
verizadoras sobre el corte, ereo que darán los mejores resul-
tados. Además, habría que evitar un exceso de humedad y los
abonos nitrogenados que favorecen sin duda el desarrollo de
la plaga.
GUILLERMO GÁNDARA.
Tratamiento.
Escuela N. de Agricultura, Agosto 5 de 1910.
INDICE.
Antracnosis.....-.. E pág.
Blancos to. pesas A
Cúscutao. Lai a A
Chabuca A
HSClSTO LOA io oo .
(Gangrenosist o a A
Necrosis de las raíces.....-.. y
NuevO0/hongos- aos E
Orobanca...-.--... AE 34
Emite. ns O E
Sarna de la tama 1
Dize e a TEE $
381
373, 375
369
372
383
385
390
392
371
380
388
377
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '** ANTONIO ALZATE.'” MÉMOIRES, T. 29. 395
—______—_—_—_—_—_—z24A<á<áAáAáAá en el agua. Mas como no en todos los depósitos es posible ex-
tender este aceite, se utilizó otro medio: el de cubrir los depó-
sitos de agua para uso doméstico, con una tapa formada de
tela metálica, que impide á los mosquitos llegar hasta la super-
ficie del líquido. Por último, hay pantanos que no es posible
- petrolizar ni menos cubrir eon las tapas de que se acaba de
hablar, y entonces se recurre á canalizar el terreno ó á relle-
_nar dichos pantanos.
También se procede á la destrucción de Jos mosquitos que
hay en el interior de las habitaciones, por medio de la fumi-
gación. :
400 EDUARDO LICÉAGA.
He aquí cómo se ha resuelto el problema de destruir el
mosquito vector de la enfermedad.
TIT.
Protección de los no-inmunes.
Si fuera posible evitar que las personas no-inmunes fue-
ran picadas por los mosquitos, sería otro medio eficaz de con-
tribuir á la disociación. Este medio se realiza haciendo que
los hombres vivan en casas que tengan sus puertas y venta
nas alambradas, ó por lo menos encerrándose en ellas desd -
la caída de la tarde, y en último caso eubriéndose eon pabe
llones, pues la misma Historia Natural ha demostrado que los
mosquitos aprovechan la puesta del sol y la noche para alimen-
tarse con la sangre humana. Este medio de defensa es muy
eficaz, pero va siendo aceptado muy lentamente; no el de los
pabellones, pues antes de que se supiera que los mosquitos te-
nían la funesta facultad de que acabamos de hablar, en todos
los. lugares en donden existen, las gentes se han protegido
siempre con pabellones, para dormir; pero únicamente con el
objeto de evitarse la molestia de la picadura de los mosquitos.
El problema de la disociación de los tres elementos queda
por tanto, prácticamente resuelto. Véamos ahora como hemos
puesto en ejecución estos preceptos.
IV.
Cómo combatimos la fiebre amarilla.
En donde se trata de extinguir la fiebre amarilla, se divi-
de la localidad en distritos; cada distrito se pone bajo la vigi-
lancia de un médico profundamente penetrado de la doctrina
de la transmisión de la enfermédad; á sus órdenes hay cierto
COMO SE HA LUGRADO DESTERRAR LA FIEBRE AMARILLA 401
número de agentes sanitarios, que se encargan: unos, de ha-
cer el padrón de todos los no-inmunes; otros, de vigilar al que
se enferma de calentura, para aislarlo desde el primer momen-
to, como sospechoso de tener la fiebre; otros más, de visitar
los depósitos de agua, para vaciar el agua que contenga lar-
vas, limpiar cuidadosamente la vasija en que estuviere dicha
agua, llenarla con agua limpia y cubrirla con la tapa de tela
metálica de que hemos hablado; otros agentes se destinan A
extender capas de petróleo sobre las superficies de agua que
no pueden ser cubiertas de otro modo; agentes dependientes
de un ingeniero, se ocupan de hacer desaparecer los charoos
y pantanos, rellenando unos, para que la oquedad quede cu-
bierta, y canalizando otros, para que el agua corra y no que-
de estancada. Por último, agentes destinados al efecto, se en-
cargan de destruír los mosquitos que se infectaron antes de
que las autoridades sanitarias hubieran descubierto al primer
enfermo de fiebre amarilla.
La operación de desinfectar los locales, que para el easo
no tiene más objeto que el de destruir los mosquitos, es tam-
bién un acto muy interesante en el combate contra la fiebre
amarilla: en el cuarto que se ha de desinfectar se cubren las
rendijas, de cualquier dimensión que sean, por medio de papel
engrudado; se cierran las puertas y ventanas, cubriendo tam-
bién las rendijas que tengan, y cuando todo está así prepara-
do, sobre una bandeja que contenga agua se pone un peque-
ño brasero, encima de él una hojalata, sobre ésta el azufre,
tan extendido como sea posible, é impregnado de alcohol: el
azufre ha de estar, por lo menos, en la proporción do veinte
gramos por cada metro cúbico de capacidad del cuarto. En-
tonces se enciende el alcohol, se cierra la puerta; se cubren
con papel con engrudo las hendeduras que esta tenga, hasta la
bocallave de la cerradura; arde el azufre; se convierte en áci-
do sulfuroso; este gas se extiende por todo el interior del cuar-
to y mata no sólo á los mosquitos, sino á todos los demás in-
Mem. Soc. Alsate. México . T. 29 (1909-1910) —51
402 EDUARDO LICÉAGA.
sectos que pudiera haber en la pieza. Cuando el ácido sulfu-
roso ha penetrado por todos los rincones, la destrucción de los
mosquitos es infalible; pero es preciso poderla comprobar, y
para esto se ponen mosquitos testigos: en un tubo de ensaye
se introducen mosquitos vivos, que se han tomado de fuera de
la habitación; se cubre el tubo con un pedazo de tarlatana y se
coloca en el lugar del cuarto á donde parezca que llegarán más
difícilmente los vapores del ácido sulfuroso. Terminada la fu-
migación, se abre la puerta poco á poco, dejando entrar el ai-
re exterior, y se va á ver la probeta con los mosquitos testigos:
si se les encuentra á todos muertos, es prueba de que lo esta-
rán igualmente los demás que había en la habitación y que es-
taban en condiciones más favorables para ser alcanzados por
el ácido sulfuroso.
Esta operación que, como se acaba de oír, es muy sencilla,
necesita una condición expresa: que todas las hendeduras por
donde pueda entrar la luz, estén cubiertas, porque los mosqui-
tos, en el momento en que sienten el olor del ácido sulfuroso,
tienden á escaparse por donde ven luz. Pues bien, esta cir-
eunstancia hacía imposible la desinfección de las casas que
tienen techo de zacate y con más razón tratándose de jacales.
Durante la epidemia de 1903 nos encontramos con esta di-
fienltad en Ciudad Victoria, capital del Estado de Tamanlipas.
Estaba de Jefe de la brigada que hacía el cambate contra la
fiebre amarilla en esa población, el Dr. Narciso del Río, que
era un médico muy sagaz y enteramente posesionado del in-
terés que había en destruir los mosquitos infectados, y me avi-
só que era imposible desterrar la fiebre amarilla de aquella
ciudad, porque no se podían destruir los mosquitos infectados
en las casas que tenían techo de zacate ó con grandes hende-
duras, como son la mayor parte de las habitaciones de esa ciu-
dad. Me empeñé vivamente en que no abandonara la pobla-
ción sin encontrar antes el modo de poder desinfectar los
jacales, y entonces le ocurrió forrarlos de manta por el exte-
COMO SE HA LOGRADO DESTERRAR LA FIEBRE AMARILLA. 403
rior. La manera de ejecutar esta operación se fué perfeccio-
nando poco á poco, hasta que el citado médico llegó á resolver
el problema del modo siguiente: ponía una tira de manta, de
la anchura que tiene este género, fijada con clavos en el suelo,
junto al muro exterior de uno de los costados dal jacal; la le-
vantaba á lo largo de ese muro, y cuando llegaba debajo del
alero del techo de zacate, fijaba la tela en el fondo por medio
de una varilla de madera colocada transversalmente, y esta
varilla la sujetaba por medio de un puntal; entonces continua-
ba aplicando la manta debajo del alero, después por encima
de él, hasta el vértice del ángulo que forma el techo de dos
aguas; la bajaba por el otro lado; le daba vuelta por debajo
del alero y la fijaba por medio de otra varilla transversal, sos-
tenida también por un puntal, como en el lado opuesto; la ha-
cía descender á lo largo del muro y la fijaba con clavos en el
suelo. Imbricada sobre aquella tira, ponía otra, colocada de
la misma manera, y otra y otra, hasta el extremo del jacal,
Quedaban por eubrir las partes anterior y posterior: entonces
cosía las tiras de manta, una al lado de otra, hasta cubrir las
paredes que faltaban, sujetando esas tiras de manta con la pri-
mera y con la última de las imbricadas; y dejaba sólo una aber-
tura frente á la puerta, por donde pudiera pasar para encender
en el interior el azufre, y una vez hecho esto, cerraba la puer-
ta y cosía la abertura. De esta manera logró hacer de un jacal
lleno de aberturas, una pieza enteramente cerrada, y desde en-
tonces se pudieron desinfectar los jacales lo mismo que las ca-
sas de material más perfectamente unido.
El Dr. del Río dió á esta funda el nombre de “Victoria”,
por la ciudad en donde la había hecho, y yole doy el nombre
de funda inventada por el Dr. Narciso del Río.
Cuando traté del modo de descubrir al enfermo que tiene
calentura y que no es inmune contra la fiebre amarilla, hablé
de la visita domiciliaria; pero no traté de otro procedimiento,
que sólo en México usamos, y es éste: toda la zona en donde
404 EDUARDO LICÉAGA.
reinaba habitualmente la fiebre amarilla, está cruzada por fe-
rrocarriles, muy especialmente el Estado de Veracruz y el Ist-
mo de Tehuantepec, y con frecuencia sucedía que un indivi-
duo que ya comenzaba á estar enfermo, tomaba el tren para
escapar á la vigilancia de la brigada sanitaria; llegaba á otra
población donde no existía la enfermedad y se convertía en un
foco, de donde irradiaba la fiebre amarilla, que se extendía
hasta presentar la forma epidémica. Entonces me ocurrió es-
tablecer agentes sanitarios viajeros, que caminan en los trenes.
Toman el nombre y apellido de cada pasajero; averiguan el
punto de donde partió y aquél á donde va y si es inmune ó no
contra la fiebre amarilla; si tienen la más ligera sospecha de
que la persona interrogada esté con calentura, le ponen el ter-
mómetro; si este instrumento demuestra elevación de tempe-
ratura, cubren al enfermo con un mosquitero, si está acostado,
y si aún puede permanecer sentado, le ponen un sombrero
cubierto con un velo, en cuyos bordes se fijan pequeños cilin-
dros de plomo, que lo obligan á quedar constantemente ajus-
tado sobre el cuerpo, y de esa manera el no-inmune sospecho-
so no puede ser picado por los mosquitos, y así protegido, se
le conduce hasta el primer lazareto que se encuentre en el ca-
mino que lleva. Se le hace bajar y se le sujeta al aislamiento.
Los agentes viajeros se distribuyen de esta manera: uno va de
Córdoba á Veracruz y otro camina en sentido contrario; uno
de Córdoba á Santa Lucrecia, eruzamiento del ferrocarril del
Istmo, y otro de Santa Lucrecia á Córdoba; un agente va de
Joatzacoalcos á Salina Cruz y otro á la inversa
Cuando la epidemia ha existido en los lugares intermedios,
se ponen otros agentes entre Veracruz y Tierra Blanca y en-
tre Progreso y Mérida, en ambas direcciones, y cuando hubo
la epidemia entre Tampico y Monterrey, se hacían viajar agen-
tes sanitarios entre dichos puntos. Este sistema ha dado ex-
celentes resultados y no ha sido imitado todavía en ninguna -
otra parte.
Com6 SE HA LOGRADO DESTERRAR LA FIEBRE AMARILLA. 405
1.
Medidas tomadas en los Puertos.
Como comprenderéis, no basta hacer esta defensa en el in-
terior del país; es preciso hacerla también en los puertos; pero
allí no necesitamos de agentes especiales, pues los Delegados
del Consejo Superior de Salubridad están encargados de ha-
cer esta vigilancia en todos los buques que llegan á nuestros
puertos. Cuando desgraciadamente llega un enfermo de fiebre
amarilla á un puerto, se le conduce desde el buque hasta el la-
zareto, en una camilla provista de alambrado, que no permita
que los mosquitos stegomya que se encuentren en el camino,
le puedan picar; llegado al lazareto, se coloca al enfermo en
una sala con alambrados.
Esta es ya ocasión de hacer conocer una práctica que tam-
bién nos es peculiar, en asuntos de policía sanitaria interna-
cional, En México no establecemos cuarentena contra los puer-
tos en donde existe fiebre amarilla, sino que nos basta hacer
la visita sanitaria. Si al verificar esta operación se encuentra
un enfermo ó un sospechoso de fiebre amarilla, se lo envía al
lazareto, en la camilla alambrada de que acabamos de hablar;
pero á los que están sanos se les deja entrar. Si van destina-
dos á algún lugar de la Meseta Central del Anáhuac, los agen-
tes sanitarios los acompañan hasta que llegan á una altitud
mayor de mil doscientos metros; si se han de quedar en los
puertos, en donde ha sido endémica la fiebre amarilla, se les
visita todos los días, durante seis, para sorprender el momen-
to en que comenzaran á enfermarse, si por desgracia trajeran
en incubación la fiebre. Si yan destinados á un lugar en don-
de ha sido endémica esta enfermedad, se avisa por telégrafo
á la autoridad respectiva, para que los vigile durante seis días
y los aisle en el caso que tengan calentura.
Esta práctica, que es tan liberal; que no pone obstáculos '
er
406 EDUARDO LICÉAGA,
al comercio; que no estorba la libre comunicación de los hom-
bres, nos ha sido suficiente para defendernos de la fiebre ama-
rilla que pueda venir del exterior. Nuestro proceder hace con-
traste con el que siguen en los puertos de la Isla de Cuba y
de los Estados Unidos, en donde se detiene á todas las perso-
nas sanas que proceden de un puerto en donde existe la fiebre
amarilla, y se les encierra en un lazareto hasta que pasan los
días de la incubación de la enfermedad. Esta práctica la he-
mos desechado en México por las dificultades que impone al
comercio, á la navegación y á la libre circulación de los hom-
bres y porque es enteramente innecesaria. Esperamos que,
tarde ó temprano, nuestro modo de proceder sea adoptado por
todas las naciones que pretendan defenderse de la fiebre ama-
rilla. y
He aquí, señores, el sistema que ha empleado la Repúbli-
ca Mexicana durante los últimos seis años, y que ha dado por
resultado la desaparición de la fiebre amarilla en toda la ex-
tensión del territorio nacional, pues el último caso que hubo
en Tampico data del 3 de Noviembre de 1903; en Veracruz fué
el 11 de Febrero de 1909 y en Mérida no se ha vuelto á pre-
sentar otro caso desde el 20 de Diciembre del mismo año.
Podemos decir, pues, que la fiebre amarilla está desterra-
da de la República Mexicana.
México, Julio 4 de 1910,
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE '*ANTONIO ALZATE.” MÉMOTRES, T. 29, 407
Prévision du temps. Probabillés saisonnieres
PAR
LÉON DESOROIX, M. $, A.
(Séance du 4 Juillet 1910).
Dans le tome XIV de nos Memorias, (page 295, année
1900) j'ai donné les formules obtenues d'aprés la discussion
des observations faites á Paris de 1806 a 1872, d'une part, pour
le vent, la température et la pluie; et de 1873 a 1595 pour ces
élements etla nébulosité, la radiation, 'humidité, lévaporation,
la pression barométrique et P'état orageux,
J'ai prolongé jusqu'á ce jour cette statistique et vérifié
chemin faisant, Putilité réelle et bien précieuse de la formule
quí permet d'avertir, soit de mois en mois, soit de trimestre
en trimestre, du caractére que pourrait exceptionnellement
présenter la situation générale du temps: pour la Ville de Pa-
ris tout au moins, dont la statistique météorologique a servi
de base á tous ces calculs.
Dans Vespoir de trouver des imitateurs, j'ai remis a 'Aca-
démie des Sciences, le 20 mai 1905, le résultat de mon long
travail pour ce qui regarde la série de Montsouris depuis 1873.
Il aurait done sufd qu'on tint ájour ce répertoire en essayant
Papplication de cette méthode originale de prévision globale
du temps á longue échéance. Je v'ai pas réussi á convaincre
mon monde; tout'au plus ai-je constaté que mes confréres en
cherchant la solution du probléme dans une autre voie, Wétai-
ent plus rebelles á lidée qu'on y pouvait parvenir,
408 LÉON DESCROIX.
Or, voiei que 'hiver 1910 nous a fourni un nouvel et frap-
pant exemple du secours que Von peut tirer de la discussion
mathématique des longues séries observations des quelleson
Wa guére tiré parti jusqu'á présent, si ce est pour tracer les
grandes lignes*de la climatologie générale.
Nos collégues de la Société “Alzate” qui ont inséré mes
précédentes communications voudront pent-átre faire un peu
de place á Pexposé suivant qui est qu'un type de caleul, moins
compliqué qu'on a paru le eroire.
Nous extrayons des tableaux contenant les valeurs undé-
cennales dites hypothétiques, et se rapportant á la période mo-
yenne de 66 années, les chiffres ralatifs á la fréquence ainsi
qu'au volume de pluie pour les trois mois d'hiver: Décembre,
Janvier, Février. j :
Paris.-Pluviosité Vhiver. Valeurs moyennes undécennales
hypothétiques.
D.—La date terminale de la période undécennale envisagée,
T.—Le total de la pluie pour le trimestre d'hiver.
F.-La fréquence ou nombre de jours pluvieux.
|)
H
H]
|)
el
H]
|)
H
H
1880| 113.7 (58.4 [11890/| 114.1 51.5/1900| 112.0 [52.0
811 114.0 [60,1 91 111.5 (53.3 [| 01/ 115.3 [52.0
82, 114.6 (61.5|| 92 108.4 (52.2 || 02 118.0 (51.7
83| 1157 [61.511 93| 106.6 (51.81; 08| 119.6 [511
S4| 117.1 (61.3 [| 94 106.6 50.4 ||. 04 121.2 [50.7
85 117.5 |60.2 | 95| 107.2 '50.2 || 05| 124.4 [50.5
86| 118.1 [59.1[P- 96| 109.0 (50.5| 06| 124.5 [50.3
87 117.4 (57.5|| . 97, 109.0 (51 1[[ 07| 123.5 [50.2
88| 117.2 (56.1[|. 98 110.6 (51.5|| 08| 120.6 [50.4
89| 114.8 (55,2 [| 99| 110.8 [51.8 /[1909| 118.7 |50.6
C'est ce que représente le diagramme que voiei.
PRÉVISION DU TEMPS 409
Voyons maintenant ce que furent en réalité les résultats
de Pobservation pour la période undécennale se terminant Van-
née présente:
Paris. Pluviosité réelle.
Époque Fréquence Coefficient Récolte FxC TxC
totale
D F C de
1900 59 10, 1995. 59.0' 199.5
0d > 58 34 90.6 1802 308.0
02. 47 57 140.7 267.9 8020
03. 45 18 679 3510 5296
04 49 96 1436 4104 1378.6
Mem. Soo. Alzate. México, T. 29 (1909-1910)-.52
410 LÉON DEsCROIx.
Époque Fréquence Coefticient Récolte FxXC TxC
totale
D F C de
1905 50 110 1238 550.0 13678
960061 96 138.7 585.6 13315
07 52 78 93,7 405.6 7309
08 52 57 991 2964 564.9
09 47 34 90.3 1598 307.0
1910 1 10 7 + E.
Motanx 1 55660 7 32259 75338
+x +x
La valeur x cherchée pour l'hiver 1910 devait étre celle
qui dans les limites d'approximation que comporte la probabili-
té une forte anomalie, manquerait au total des produits de
la décade antérieure pour obtenir ''équivalent de la valeur un-
décennale hypothétique correspondante. On est conduit a cet-
te derniére par extrapolation, gráce aux artifices de caleul
ordinaires, auxquels on peut se confier sans crainte d'erreur
abusive sur le sens de Vécart exceptionnel qu'on veut prévoir.
Dans le cas présent, les valeurs hypothetiques undécen-
nales paraissaient devoir étre 512 et 117""1, qui, multipliées
par 66.0 donnent 3379.2 et 7728.6; Voú Pon conclut que Vhiver
de 1810, pour cadrer avec les 10 années précédentes devait four-
nir des quantités voisines de' 53 jours et 215mm. C'était une
forte présomption de précipitation tont á fait excessive pour
une fréquence á peu prés normale. Si 'on ajoute que, par des
procédés identiques, on concluait a Pextróéme fréquence des
vents Vouést comme á la douceur de Pair on comprendra qw'on
ne pouvait se défendre de redouter que le régime des cours
Veau ne nous exposát á des inondations. Quant á la détermi-
nation des valeurs mensuelles isolées, lindication, des plus
inquiétantes, wen était que plus accentuée. En réalité nous
avons recueilli 235 mm en 59 jours et Pon sait que la Ville de
>
PRÉVISION DU TXMPS. 411
Paris eút á souffrir Vun débordement de la Seine qwon r'avait
pas vu depuis deux siécles et demi.
Je rappellerai que notre formule est basée sur la concor-
dance trés approchése des variations de lVactivité physique du
Soleil et des variations d'amplitude de Poscillation magnétique
(déclinaison) telles que nous les voyons dans les tables de W olff
prolongées jusqu'á ce jour.
La périodicité, que nous estimons soumise á des fluctua-
tiones dont les limites seraient comprises entre 60 et 72 ans,
(Voú notre point de départ de 66 ans pour le calcul des inéga-
lités) ne nous paraít pas encore avoir regu de meilleure expli-
cation que celle qui fait dépendre “ces oscillations periodiques
auxquelles est assujetie la figure d'équilibre ellipsoidale prise
par une masse fluide” (Dirichlet). Cette application de la mé-
eanique analytique n'a comme on Va déja fait remarquer “rien
á voir avec Pinfluence des planetes ou action du milieu tra-
versé par le Soleil”.
On comprend qu'il ne s'agit pas Vespacements réguliers
comme ceux qu'on a vainement atteudus de confrontations
synchroniques. Cela ne pourrait étre qu'en envisageantla mas-
se entióre de notre atmosphóre. Il y aura toujours quelque
chose d'indéterminé dans le caleul de la fonetion pertubatrice
á cause des interférences; mais pour un lieu donné le flotte-
ment général y raménera, comme pour obéir á la loi des com-
pensations, des événements identiques á ceux du passé, Voú
ressortira la périodicitó mise en évidence par un calenl d'équi-
valences. 11 nous a paru suffisant d'admettre que l'équilibre hy-
grométrique de la Terre est la conséquence du pouvoir électro-
magnétique solaire et que toute cause capable dVinfluencer
tel élément, á certaine date, agit avec un poids qui décroit de
méme á des intervalles égaux et convenablement limités de
cette date.
Paris, 3 Juin 1910.
p % YE
ÓN 7
E N y E de
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VITA
e PS ¿OS le
dia
SOCIETE SCIENTIFIQUE , ANTONIO ALZATE.” MÉMOIRES, T. 29, 413
UNA SOCIEDAD PARA EL ESTUDIO DEL FOLKLORE CHILENO
Por el Prof.
JORGE ENGERRAND, M. $, A.
(Sesión del 4 de Julio de 1910).
La progresista República de Chile acaba de manifestar una
vez más el interés y la importancia que da al desarrollo de la
ciencia. Se sabe que la inmigración extranjera es bastante con-
siderable en Chile y que los alemanes, los vascos franceses y
los vaseos españoles son los que acuden en mayor número á la
suriana república. Los unos y los otros se funden fácilmente
en la población local á la cual la mezcla con los araucanes ha
dado ese temperamento enérgico que tan fácilmente se nota
entre los chilenos: así se va formando poco á poco una na-
cionalidad nueva, bien caracterizada, que difiere netamente de
los pueblos vecinos.
Los alemanes han tenido y tienen una influencia muy mar-
cada sobre la evolución de Chile. Varios de ellos son directo-
res de Museos de Historia natural, profesores de universida-
des ó miembros de sociedades científicas locales, Entre ellos,
tengo el gusto de citar el nombre de Rodolfo Lenz, autor de
obras notables sobre su país adoptivo y especialmente sobre
las razas indígenas que allí viven y sobre los idiomas que ha-
blan; citaré solamente sus tan apreciados “Estudios arauca-
414 JORGE ENGERRAND. » ,
nos” y sus trabajos sobre el orígen de las voces chilenas deri-
vadas de lenguas indígenas americanas.
El Sr, Rodolfo Lenz es el sabio que acaba de establecer en
Santiago de Chile la “Sociedad de Folklore Chileno” con cuyo
programa ha tenido á bien obsequiarme.
Ese programa comprende además un estudio muy intere-
sante del mismo señor Lenz sobre “Etnolojía 1 Folklore” cuyo
título escribo como lo hacen los mismos chilenos. El conside-
ra el folklore como una rama de la etnología, lo que se puede
discutir, puesto que como lo saben los miembros de la Socie-
dad Alzate, las opiniones sobre lo que son la etnología y la et-
nografía son muy diversas y contradictorias. Según él, “el
folklore es aquella rama de la ciencia del hombre que recoje
los mitos y todas las manifestaciones de las creencias popula-
res, las leyendas, las consejas, los cuentos, cantos y prover-
bios, las supersticiones y costumbres.” Insiste, con justa ra-
zón, sobre lo interesante que ha de ser el folklore de todas las
repúblicas latino-americanas en las que se mezclan tantos
elementos de procedencias diversas. El estudio del folklore me-
xicano, por ejemplo, sería de una importancia capital por la
influencia considerable que ha de ejercer en él la historia de
las antiguas civilizaciones en nuestro país. Pero para realizar
tal estudio, si el apoyo de los poderes públicos que deben fo-
mentar ante todo la instrucción primaria no es absolutamen-
te indispensable, debe contarse sobre la ayuda eficaz de todos
los que observan el pueblo y que viven en contacto con él, es
decir los profesores, sacerdotes,etc. Lo que falta es más bien
el entusiasmo y el gusto por el estudio.
El programa para el estudio del folklore chileno del Sr.
Lenz está dividido del modo siguiente:
UNA SOCIEDAD PARA EL ESTUDIO DEL FOLKLORE CHILENO. 415
I. LITERATURA.
A. Poesía.
B. Prosa.
II. MÚSICA Y COREOGRAFÍA: ARTES PLÁSTICAS Y
ORNAMENTALES.
III. COSTUMBRES Y CREENCIAS.
A. Fiestas y diversiones.
B. Costumbres y creencias relacionadas con la vida del
individuo.
C. La vida material del individuo en general.
D. Las ocupaciones sociales y los artesanos.
IV. EL LENGUAJE VULGAR.
A. Teoría del idioma.
B. El material del idioma.
No quiero entrar en los detalles de tal programa porque,
como es natural, se aplica especialmente á la región chilena.
El Sr. Lenz acaba su trabajo dando las reglas para la trans-
eripción de documentos en dialecto chileno y comunica obser-
vaciones sobre la fonética chilena. Bien es sabido que el
español que se habla en las diversas repúblicas nispano-ame-
ricanas difiere bastante del castellano académico y en la mis-
ma España el idioma hablado de una provincia á otra difiere
también mucho. Hay quienes digan que es en Colombia en
donde se habla el mejor castellano, pero habría que probarlo.
Por otra parte los idiomas tienen que modificarse considera-
blemente en los diversos centros de civilización latino-ameri-
canos y eso en relación con las exigencias de la vida local to-
mando palabras de los idiomas locales y adulterando las del
mismo español. Es probable que sea en Chile en donde se ha-
ble el español más transformado, superando quizás á las alte-
416 JORGE ENGERRAND.
raciones que los brasileños han hecho sufrir al portugués, mo-
dificando considerablemente su pronunciación y agregándole
muchas palabras guaranís, tupis, etc.
El estudio de esas transformaciones del lenguaje popular
está en relación directa con el folklore. Citaré algunas usadas
entre el pueblo bajo chileno según Lenz: Dentrar por entrar;
alimarse por animarse; querís por quieres; ruvulución, eumu-
nica, turrumoto, ete., por revolución, comunica, terremoto; 'a-
gua, Phora por el agua, la hora; un gúevo, er huevo, los hue-
voh por un huevo, el huevo, los huevos; preúto por producto;
quierida mía por querida mía; corazoneito mído por corazon-
cito mío; la yerra por la guerra; precetol por preceptor; Con-
ceuceón ó Concección por Concepción; decil-lo por decirlo;
sordao por soldado; sar por sal; reitir por derretir; trompecé
por tropecé; insáme por exámen, etc.
Este rápido estudio del programa de la Sociedad de Fol-
klore chileno bastará, ereo, para dar una idea de su importan-
cia y de lo que se puede esperar de ella para el estudio del
pueblo chileno. Esperamos que alguno de nuestros colegas se
inspirará en sus proyectos para establecer en la Sociedad An-
tonio Alzate una sección de Folklore mexicano.
México, Julio de 1910
A >
Indice del tomo 29 de Memorias.
—_—- o
Table des matiéres du tome 29 des Mémoires.
Beaven (Eduardo).
PÁGINAS.
Breve estudio de las condiciones que deben llenar los pla-
nos de los terrenos nacionales. -.oooooooonooooces===o-- 275-288
Becerra (Marcos E )
Nombres geográficos del Estado de Tabasco. (Noms yéogra-
phiques de U' Etat de Tabasco) -oooooooormm====on.=.---- 69-171
Beltrán y Puga (Guillerma10).
Cantidades de lluvia en el Molino del Rey, en el Bosque de
Santa Fe y en el Ex-Convento del Desierto durante el
CA e OS NETAS 305-311
Camaipo (Alejandro M del).
La lucha del estómago con el intestino. (La lutte de Vesto-
ORO A A Y
Conzatti (Casiano).
La Gruta de Santa Ana, Cuicatlán, Oaxaca. (La Grotte de
A ss aid a cel sas aja => > 5), 1 L99=205
Descroix (Léon).
Prévision du temps. Probabilités saisonniéres. .....----. 407-411
Diaz (Severo).
Síntesis teórica de nuestros principales meteoros. Cinco
años de observación. Láms. XIII y XIV. (Synthese théori- s
que de nos principaux météores. Pl. XT et XIV).....-... 177-189
Mem. Soc. Alsate. México T. 29 (1909-1910) -—53
418
Engerrand (Jorge).
PÁGINAS.
Una Sociedad para el estudio del Folklore chileno. (Une So-
ciété pour Uétude du Folklore chilien) -.ooccocomoo-=. 2. 113416
Escobar (Rómulo). *
El “Salitre” y el ganado. (Le “Salitre” et le betail)...--... 207-240
Frías (Valentín PF).
Conferencias sobre Historia de Querétaro... ---. es 263-273
Galindo y Villa (Jesús).
Panteones de México y sepulcros dispersos. (Cimetiéres de
México et sépultures dispersées). o ooocicococococo acne ono 191-197
Gándara (Guillermo)-
Parásitos vegetales de la alfalfa. (Medicago sativa)-.. -... 369-394
Haro (José C).
La carrera de Metalurgista y su separación de la carrera de
Ingeniero, de MiNaS... 222202 occasion re ooo 919329
Herrera (Alfonso L)-
Sur la vie apparente de corpuscules obtenus par évapora-
tion de solutions de silice et de carbonate de calcium dans
de leau saturée Vacide carbonique. Pl. IX-XIT ........ 43-67
Sur les oxydases siliciques artificielles. Pl. XIX....... 331-335
Leal (Mariano)-
Algunas causas que influyen en la variación del censo en
RIN E o A AO A 337-340
Licéaga (Dr Eduardo)
Cómo se ha logrado desterrar la fiebre amarilla de la Repú-
blica Mexicana. Comment on est arrivé d faire disparaítre
la fiévre jaune au MexniQUlrocooncccaccco A 395-406
Mary (Albert et Alexandre)-
Observations sur la morphogénése en Plasmologie. Pl. XV. 241-250
L'anydrobiose et les plasmas siliciques artificiels... .-.. 289-291
Formes organiques artificielles vascularisées. .......-.. 299-300
Nouvelles formes organisées artificielles Pl, XX et XXI. 341-343
419
Mena (Ramón).
Apuntes para la Historia de Chiapas. El idioma español.
(Votes pour U Histoire de Chiapas. La langue espagnole) - ..
¿Cómo fué trazada la Piedra del Sol?..__....-.=------
———Notas acerca de Xochicalco. Láms. XXIEXXIX......-
Moreno y Anda (Manuel)
Teodolito magnético mexicano y observaciones ejecutadas
con él en Teotihuacán. Láms. XVIE-XVUI
Rouaiz (Pastor).
Configuracion geográfica y climas del Estado de Durango.
Láms. I-VHL. (Configuration géographique et climats de
tarde Durango. Pl. INTI ooo. == 2--
El arbusto llamado “Hoja-sen” en los Estados fronteri-
zos. (Flourencia cernua D. Cho iocomoconooonoamo---
*
Salinas (Miguel).
El insurgente Francisco Ayala - --oooommoo== === =====-.--
Tello (Rafael IM)-
¿Por qué no han dado resultado satisfactorio los abonos quí-
micos? (¿Pourquoi les engrais chimiques n'ont pas donné de
IS os jUisamiar). Lata cedo a
ERRATAS.
Pagina. Línea. Dice. Debe decir.
7 5 5m 9 m
Ss 8 (ase.) Cerro Blanco Cerro Gordo
12 11 (asc.) 1955 1965
PÁGINAS.
21-27
293-297
345-368
313-317
5-19
301-303
251-262
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REVISTA CIENTIFICA Y BIBLIOGRAFICA
Société Scientifique “Antonio Alzate.”
EY UE
NCIENTIFIQUE ET BIBLIOGRAPHIQUE
PUBLIÉE SOUS LA DIRECTION DE
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLAN
Secrétaire perpétuel.
1909-1910.
MEXICO
IMPRIMERIE DU GOUVERNEMENT FÉDÉRAL
1909
Sociedad Científica “Antonio Alzate.”
REVISTA
CIENTIFICA Y DIBLIOGRAFICA
PUBLICADA BAJO LA DIRECCIÓN DE
RAFAEL AGUILAR Y SANTILLÁN
Secretario perpetuo
1909-1910.
MÉXICO
IMPRENTA DEL GOBIERNO FEDERAL
(4% de Revillagigedo Núm. 47).
1909
SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE “ANTONIO ALZATE.”
MEXICO.
FONDÉE EN OCTOBRE 1884.
Membres fondateurs.
MM. Rafael Aguilar y Santillán, Guillermo B. y Puga, Ri-
cardo E. Cicero, Manuel Marroquín y Rivera et Dr. Da-
niel M. Vélez.
Président honoraire perpétuel.
M. Ramón Manterola.
Secrétuire général perpétuel.
M. Rafael Aguilar y Santillán.
Conseil directif. —1909.
PRÉSIDENT.—Dr. Eduardo Licéaga.
V1ICE-PRÉSIDENTS.—Ing. Gabriel M. Oropesa et Dr. Daniel
Vergara Lope.
SECRÉTAIRE.—Prof. Manuel Moreno y Anda.
VICE-SECRÉTAIRE.—Ing+ Jorge Méndez.
TRÉSORIER PERPÉTUEL.—M. José de Mendizábal.
La Bibliothéeque de la Société (Ex-Mercado del Volador), est ouverte
au public tous les jours non fériés de 4 h.á 7 h. du soir.
Les '““Mémoires” etla “Revue” de la Société paraissent par cahiers in 82
de 48 pags. tous les mois.
La correspondance, mémoires et publications destinées á la Société, doi-
vent étre adressées á la Sociedad Científica “Antonio Alzate”
Ex-Volador.—MÉXICO (Mexique).
Les auteurs sont seuls responsables de leurs écrits.
Les membres de la Société sont désignés par les lettres M. S. A.
Sociedad Cientifica “Antonio Alva,”
MEXICO.
roo.
Revista Científica y Bibliográfica,
Núms. 1-4. Tomo 29. 1909-1910.
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
JULIO 5 DE 1909.
Presidoncia del Sr. Dr. D. Vergara Lope, Vicepresidente.
TRABAJOS. —Prof. Juan S. Agraz. Nuevo método para obtener los car-
buros de hidrógeno gaseosos.
Dr. J, Alemán. Estudio químico de la Tronadora (Tecoma mollis Juss. ),
- (Memorias, t. 27, p. 275).
Prof. M. Leal. Lapoblación de León, Gto. Regla para determinar el cen-
s0. (Memorias, t. 27, p. 265).
M. Pérez Amador. La oxidación del fósforo como fuente de radioactivi-
dad.
Dr. Paul Waitz., Principios de clasificación y comparación de las rocas
macizas ígneas. (Memorias, t. 28, p. 53).
NOMBRAMIENTO.—Miembro titular:
Dr. Ernesto Wittich.
PosTULACIÓN.—Para miembro titular:
Ing. Horacio C. Symons.
El Prosecretario,
JORGE MÉNDEZ.
AGosTo 2 DE 1909.
Presidencia del Sr. Dr. D. Daniel Vergara Lope, Vicepresidente.
FALLECIMIENTOS.—El Secretario perpetuo dió cuenta de la sentida
muerte de los socios honorarios'Sres. Lic. 1). Joaquín Baranda, antiguo Mi-
nistro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Ing. D. Manuel Fernández
Leal, antiguo Ministro de Fomento, de quienes la Sociedad recibió valiosos
servicios y muestras de estimación; Almirante G. Neumayer y el eminente
sabio Simón Newcomb.
TRABAJOS.—Prof. R. Mena. El idioma español en Chiapas, (Memorias,
t. 29, p. 21).
Prof. M. Miranda y Marrón. Los terremotos ee 1908. (Conclusión). (Me-
morias, t. 28, p. 93).
Ing. P. C. Sánchez. Experimentos de mediciones lineales con invar.
Prof. José €. Zárate. Ensaye volumétrico del estaño.
NOMBRAMIENTO. —Socio honorario:
Ing. Juan D. Villarello, Subdirector del Instituto Geológico Nacional.
Miembro titular: Ing. Horacio C. Symons.
PosTULACIONES.—Para miembros titulares:
Sres. Urbano Aldrete y Pedro González, jr., Ingenieros de Minas; y
Eduardo Rodríguez, Ingeniero agrónomo.
El Secretario anual,
M. MORENO Y ANDAa.'
SEPTIEMBRE 6 DE 1909.
Presidencia del Sr. Ing. G. M. Oropesa, Vicepresidente.
TRABAJOS.—Ing. J. Galindo y Villa. Las puertas de medio punto en el
costado Norte del Palacio Nacional:
Dr. J. M. de la Fuente. Arbol genealógico del Cura D. Miguel Hidalgo.
Prof. G. Gándara. Enfermedades criptogámicas del Naranjo. (Citrurus
aurantium). (Memorias, t. 28, p. 155).
Prof. A. L. Herrera. Sur la vie apparente de corpuscules obtenus par éva-
poration de solutions de silice et de carbonate de calcium dans de U'eau saturée
Vacide carbonique (Memorias, t. 29, p. 43)...
Ing. Pastor Rouaix. Configuración geográfica y climas del Estado de Du-
rango, (Memorias, t. 29, p. 5).
MÍA
7
NOMBRAMIENTOS.—Miembros titulares :
Urbano Aldrete y Pedro González, jr., Ingenieros de Minas, y Eduar-
do Rodríguez, Ingeniero agrónomo.
PosTULACIONEs.—Para miembros titulares:
Ing. Luis G. Córdova y Ambrosio Romo, Zacatecas; Y. S. Bonillas,
geólogo y Enrique C. Guillaumet, químico.
El Prosecretario,
JORGE MÉNDEZ.
Sesión solemne del 4 de Octubre de 1909.
25% Aniversario de la Pundación de la Sociedad.
Presidencia del Señor General de División
DON POREFTRIO DIAZ,
Presidente de la República,
Acompañado de los Sres. D. Ramón Corral, Vicepresidente de la Re-
pública, Ministro de Gobernación, Ing. D. Leandro Fernández, Ministro de
Comunicaciones y Obras Públicas, Dr. D. Eduardo Licéaga, Presidente de
la Sociedad y del Consejo Superior de Salubridad, é Ing. D. Guillermo Bel-
trán y Puga, Director General de Obras Públicas.
Abierta la sesión á las 6.45 p.m. el Secretario general perpetuo, después
de la lectura del acta de la sesión anterior, dió cuenta de haberse recibido
especialmente para esta sesión los trabajos siguientes, además de los que se
leerían conforme al programa:
L—Nombres geográficos del Estado de Tabasco, por el Prof. Marcos E.
Becerra.
IL.—La lucha del estómago con el intestino, por el Dr. Alejandro M. del
Campo,
TUL.—Síntesis teórica de nuestros principales meteoros. Cinco años de ob-
servación, por el Pbro. Severo Díaz.
TV.—El origen y la evolueión de la nimbus. La cumulización horizontal,
por el Pbro. Severo Díaz.
V.—Observations sur la morphogénese en Plasmologie par MM. Albert et
Alexandre Mary.
VI.—Tablas matemáticas y astronómicas calculadas para la división deci-
mal de la circunferencia, por el Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel
S
VU.—Estudio de saneamiento de una colonia rural, por el Ing. G. Mur
Oropesa.
VUL—Estudio de la formación de los elementos agronómicos del suelo, po
el Ing. R. M. Tello. ,
IX.— Una inclusión de silicato en el fierro metéorico de Toluca, por el Prof.
Dr. G. Tschermak.
A continuación el mismo Secretario propuso se nombrara Socio Pxo-
TECTOR HONORARIO al Sk. GENERaL D. PORFIRIO Díaz, lo que fué acep-
tado por aclamación. (Aplausos).
El Sr. Dr. Licéaga leyó el siguiente informe:
SENOR PRESIDENTE:
SEÑORES:
Me cabe la honra de dirigiros la palabra en la presente ocasión, por la
benevolencia de mis consocios, que se han dignado elevarme á la Presiden-
cia de esta Sociedad, sin merecimiento alguno de mi parte.
La Sociedad Científica “Antonio Alzate” ha vivido tan modestamente
que casi pasa desapercibida para la mayor parte delos habitantes de la ciu-
dad, debiendo ser tan conocida y apreciada en México como lo es en el ex- >
tranjero.
Ha tenido una historia muy original, que me voy á permitir condensar
en pocas líneas.
Unos estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria, en reducido nú-
mero, cursaban historia natural en 1884 bajo la dirección del Sr. Prof. D.
Alfonso Herrera. Los domingos se dirigían á diversos lugares del Valle de
México, procurando aplicar los conocimientos que habían adquirido duran-
te la semana, en la recolección de plantas y animales, que estudiaban en
sus detalles y clasificaban en los grupos que les corresponden en lainmen-
sa serie de los seres vivos; sin dejar de observar el terreno en donde se des-
arrollaban, las condiciones meteorológicas que les rodeaban, el suelo en que
habían nacido y las rocas que formaban el cimiento de ese suelo. Con el
caudal adquirido, los estudiantes se reunían para comunicarse sus obser-
vaciones, en los corredores de la Escuela Preparatoria, y en el mes de Oc-
tubre del año que dejo citado resolvieron formar una Sociedad que tendría
por objeto cultivar diversos ramos de la ciencia, formar y conservar colee-
ciones de historia natural, adquirir instrumentos para perfeccionar sus ob-
servaciones y una biblioteca que les permitiera ampliar sus conocimientos.
El primer acto de la nueva Sociedad fué comunicar al Sr. Herrera los fines
_que se proponía, y este maestro inteligente, que comprendía desde el pri-
9
* mer momento el partido que podía sacarcarse de aquellos entusiastas ini
ciadores, puso á su disposición el museo de historia natural, los gabinetes
de física y de química y la biblioteca del establecimiento, proporcionándo-
les así los elementos que les faltaban.
Cuando el Sr. Herrera se separó de la Escuela Preparatoria, no pudo
contar ya la Sociedad con aquellos elementos y fué á abrigarse en un mo-
desto asilo, que le proporcionó el Subdirector del Observatorio Meteoroló-
gico Central. Allí comenzó verdaderamente el trabajo de aquellas abejas,
que lleyaban la miel á su panal en la forma de ejemplares de historia na-
tural, de libros y de instrumentos. A la formación de la biblioteca contri-
buyeron muchas personas, especialmente el Sr. D. Miguel Pérez, Subdirec-
tor del Observatorio citado.
Pero como el material aumentaba constantemente, ya no cupo en aquel
pequeño departamento y la Sociedad tuvo que emigrar á la Escuela Nacio-
nal de Ingenieros, á otro pequeño local que le proporcionó el Sr. Ing. Ugalde.
Al poco tiempo fué ya insuficiente este nuevo local y de aquí se origi-
nó la separación de los objetos adquiridos: los libros quedaron al cuidado
del Sr. D. Rafael Aguilar y Santillán, Secretario de la Asociación; los ins-
trumentos, fueron encomendados al Sr. D. Guillermo Beltrán y Puga y los
ejemplares de historia natural los conservó el Sr. D. Daniel M. Vélez.
Después, con fondos propios, oenparon un local en la calle del Puente
de la Leña y de allí pasaron á otro de la calle de la Palma.
Em Enero de 1891 el Sr. Lic. D. Ramón Manterola proporcionó aloja-
miento á la Sociedad en la Biblioteca Pública “Romero Rubio.” de Tacu-
baya, á fin de que los libros adquiridos fueran puestos á disposición del pú-
blico.
Allí permaneció la Sociedad hasta Septiembre de 1894 en que pasó á la
calle de la Cerbatana; después á la de Chavarría, y por último, en 1896 se
instaló en el local en donde la encontramos.
La Sociedad, que no solamente trataba de acopiar libros é instrumen-
tos, sino que deseaba dar á conocer sus trabajos, publicó su primer cuader-
no á fines de 1885, que el Sr. Pérez hizo imprimir en un número del Bole-
tín de la Secretaría de Fomento, obsequiando un sobretiro de 200 ejempla-
res á la Sociedad. Esta publicó después por su cuenta los dos primeros nú-
meros de sus Memorias, en Septiembre de 1886 y en Febrero de 1887, y
por fin, desde Julio de este último año se han seguido publicando regular-
mente las Memorias en la Imprenta del Gobierno, patrocinadas por la Se-
cretaría de Gobernación.
El número publicado en 1886 lo encabezó el Sr. D. Miguel Pérez'con
la siguiente introducción, que pinta mejor de lo que yo pudiera hacerlo,
los primeros pasos de la Sociedad : ¡
Reylsta (1909-1910).—2
10
“La Sociedad Científica “Antonio Alzate” tiene la honra de presentar -
al público por primera vez sus humildes trabajos sin pretensión de ningún
género, y antes bien con sobra de temor, porque hace apenas sus primeras
armas, dando á luz algunas de las Memorias leídas en sus sesiones. Culti-
var los estudios, principalmente en lo que á las ciencias de observación se
refiere, tal es el fin de la Sociedad. Con dificultades serias ha tropezado du-
rante su corta existencia, pero sus jóvenes miembros, perseverantes como
todo el que tiene fe en el éxito de sus obras, mucho más cuando son éstas
de levantados fines, han ido salvando uno á uno los obstáculos.
“Es'por desgracia un hecho, que numerosas Corporaciones han nacido
al calor del más estrepitoso entusiasmo; la nobleza de su objeto, el número
de sus adeptos, la pompa de su instalación, la brillantez de sus comienzos
y el esplendor de sus programas ha hecho concebir alagadoras esperanzas,
pero, flores de un día, han muerto casi al nacer, el entusiasmo y los pro-
pósitos se han evaporado; los adeptos se dispersan para repetir después pa-
recidad escena bajo distinta forma, y solo queda en pie una decepción. Y
así obrando, es ilusión el progreso. y la perfección ideal tras el que en va-
no se corre porque huye y huye siempre. La Sociedad “Alzate” á pesar de
estar formada por jóvenes de quienes pudiera esperarse también algo pare-
cido á lo antes dicho, ha procedido con prudencia extremada. Ha huído de
toda ostentación; nació en pobre obscuridad y en ella ha vivido, elaboran-
do grano á grano el material que comienza á presentar al público; es muy
severa, severísima en sus labores; mucho más seguramente que algunas
Sociedades formadas por hombres maduros y veteranos científicos, muy so-
bría en preceptos reglamentarios, emplea en útiles discusiones el tiempo
que en algunas corporaciones se gasta lamentablemente en dar y combatir
trámites. Es halagador á la verdad, que los miembros de la Sociedad ““Al-
zate” moderen los ardores de su juventud con los consejos de su razón. Pru-
dentes hasta ahora, y pensadores y hombres en una palabra, á pesar de sus
pocos años, van pisando terreno firme. Será lenta su marcha todavía du-
rante algún tiempo, poco importa; su obra no será deleznable, ni los frutos
de sus vigilias serán efímeros.
“¿Cualquier paso que signifique adelanto científico patrio es digno de
aplauso y de congratulación; pero doble placer me causa en esta ocasión la con-
ducta de los mencionados jóvenes, y la aparición de sus primeros trabajos
porque á mi lado he visto formarse algunos de ellos, desde que comenzaron
á nutrir su espíritu con el sagrado pan de la ciencia.
“A nombre de ellos pide, pues, al público su idulgencia, el último de
los Miembros Honorarios de la Sociedad. — Miguel Pérez.”
La profecía del Sr. Pérez se ha realizado, y lo que él dijo en el año de
1886 lo podemos repetir hoy que la agrupación cumple veinticinco años de
11
existencia: “La Sociedad “Alzate” ha huído de toda ostentación; nació en
pocre obscuridad y en ella ha vivido, elaborando grano á grano el material
que presenta al público; es muy severa, severísima en sus labores; muy so-
bria en preceptos reglamentarios, emplea en útiles discusiones el tiempo
que en algunas corporaciones se gasta lamentablemente en dar y combatir
trámites... .... Su obra no ha sido delezneable, ni los frutos de sus vigilias
efímeros.”
Si me permito hablar en estos términos que parecen poco modestos en
boca de uno de los asociados, es porque soy el último de los que han ingre-
sado al seno de la corporación; es porque á mi pesar, no he podido traer un
solo grano de arena al edificio que ellos han levantado; es porque me sien-
to con el valor de decir la verdad. No es, pues, el espíritu de corporación
el que me induce á hablar así, sino un sentimiento de justicia y de admi-
ración por los que trabajan con tanto éxito y hacen tan poco alarde de sus
estudios, y porque debo presentar la Sociedad al Primer Magistrado de la
Nación, tal como ella es.
Pero no quiero pasar adelante sin daros á conocer los nombres de aque-
llos jóvenes, casi adolescentes, que iniciaron la creación de esta Sociedad:
eran Rafael Aguilar y Santillán y Guillermo Beltrán y Puga, á los que se
reunieron como fundadores Ricardo E. Cicero, Manuel Marroquín y Rive-
Ta, Agapito Solórzano y Solchaga y Daniel M. Vélez.
Pero debo hacer especialísima mención del Sr. D. Rafael Aguilar y San-
tillán, que no solamente fué fundador de la Sociedad, sino que por su cons-
tante afán y su laboriosidad incansables, se ha convertido en el centro de
la Sociedad, alentando siempre á sus compañeros, arreglando las labores,
conservando como un tesoro cuanto pertenece á la corporación. Todos sus
consocios, apreciando justamente los méritos del Sr. Aguilar, desean demos-
trárselo en esta solemnidad, suplicando á usted Señor Presidente, que se
digne presentarle é nombre de ellos, esta placa que se ha mandado grabar
con su nombre y con una inscripción alusiva, para que la conserve en re-
cuerdo de la apreciación que hacen de sus extraordinarios méritos los miem-
bros de la Sociedad Científica “Antonio Alzate.”
Para dar una idea de los trabajos de que se ocupa la Sociedad, permi-
tidme que enumere los que han hecho el objeto de sus labores en el pre-
sente año:
Algo que se ha descuidado en el problema de la educación, por Y. En-
gerrand y F. Urbina. a
Elementos del cometa Morehouse, por J. M. Chacón.
Abastecimiento de aguas en la ciudad de Morelia, por P. Ortiz Rubio.
Purificación y abastecimiento de aguas potables de las grandes ciuda-
des, por 1. Pérez (ruzmán. >
12
Cantidades de lluvia recogidas en el Molino del Rey, el Desierto y el
Bosque de Santa Fe, por G. Beltrán y Puga.
La actividad solar durante el mes de Diciembre de 1908 y primer tri-
mestre de 1909, por £. G. León.
Nombres de los Reyes de México. Estudio etimológico, por C. 4. Ro-
belo,
Los peligros de las aplicaciones terapéuticas de los rayos X, por R. E.
Cicero.
La navegación aérea, por R. Mallén.
Xochiquetzal. Diosa de las Flores, por R. Mena.
El levantamiento magnético en la República, por M. Moreno y Ánda.
Los grandes terremotos del año de 1908, por M. Miranda y Marrón.
Métodos clínicos de laboratorio aplicables al diagnóstico de las enfer-
medades, por 4. J, Carbajal.
¿Por qué no han dado resultados satisfactorios los abonos químicos? por
R. M. Tello,
Descripción de un toracógrato, por D. Vergara Lope.
Nuevo método de obtener los carburos de hidrógeno gaseosos, por Y, $.
Ágraz.
Estudio químico de la Tronadora, por J. Alemán.
La población de León. Regla para determinar el censo, por M. Leal.
La oxidación del fósforo como fuente de la radio-actividad, por M. Pé-
rez Amador.”
Principios de clasificación y comparación de las rocas macizas ígneas,
por P. Waitz.
El idioma español en Chiapas, por R Mena.
Experimentos de mediciones lineales con ¿nvar en los trabajos geodé-
sicos, por P. 8. Sánchez.
Ensaye volumétrico del estaño, por J. €. Zárate.
Las enfermedades del naranjo, por G. Gándara.
Corpúsculos de vida aparente que se obtienen evaporando una sctabtOs
de sílice y carbonato de cal, por-4. L. Herrera.
Configuración geográfica y climas del Estado de Durango, por P.
Rouaix.
Esta simple enumeración de los trabajos ejecutados en el año actual
basta para dar idea de la diversidad de los estudios de que se ocupa la Aso-
ciación: los hay de astronomía, meteorología, geografía, física, química, his-
toria natural, biología é historía antigua de México, y como estudios prác-
ticos se ocupó de la provisión de aguas de las ciudades y de la manera de
hacer el censo de la población, Se ve, pues, que todas las ciencias citadas
y algunas de sus aplicaciones tienen aquí representantes.
13
= Como en cada paso que da la ciencia amplía la extensión de los. conoci-
mientos anteriores, abre nuevos caminos á losinvestigadores y nacen como
por encanto ramas nuevas del saber humano; es imposible que la inteli-
gencia de ningún hombre, por vasta que fuera y por muy feliz que fuese
su memoria, pudiera abarcar todos los conocimientos humanos, como su-
cedía en aquellos siglos muy remotos en que había hombres que tenían tal
privilegio. De aquí viene la necesidad de la división del trabajo y del e.tu-
dio: mientras más crece la ciencia más precisa dividirla y subdividirla, pa-
xa que la inteligencia limitada de cada hombre se ocupe de cultivar deter-
minado género de conocimientos.
Inspirándose en el amor al estudio que inculcó á los mexicanos el sabio
con cuyo nombre se honra esta Sociedad, sus miembros se dedican al cul-
tivo de la ciencia, dividiéndose las labores entre muchos: en efecto, cuenta
en el país con 214 socios y con 204 en el extranjero.
Los veintisiete tomos de Memorias y Revista que ha publicado son
tan estimados, que le permiten hacer el canje incesante de ellas con 75 de
los cuerpos científicos establecidos en el país y con 875 en el extranjero,
entre los cuales se cuentan las sociedades doctas más reputadas del mundo.
Con el producto de ese canje y con las donaciones de las sociedades se
ha enriquecido la biblioteca, pues solamente la Academia de Ciencias de Pa-
vís le ha enviado los 154 tomos que lleva publicados de sus Actas y los 95
de sus Memorias. La biblioteca cuenta actualmente con 21,300 volúmenes,
siendo una de-las más ricas de la República en colecciones y monografías
modernas de las ciencias físicas, matemáticas, naturales y geográficas. Cuen-
ta además con 977 cartas y planos y con 628 retratos de sabios modernos y
- contemporáneos y recibe mensualmente de 400 4.500 publicaciones.
Véamos ahora los elementos de que esta sociodad puede disponer pa-
ra su subsistencia y progreso: desde luego este local, compuesto de dos
piezas, que no pueden contener ya los libros y las colecciones, con la va-
liosa ayuda de la Secretaría de Gobernación, á la que debe la Sociedad la
impresión de sus memorias, y por último, con los escasos donativos que
voy á enumerar:
La Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, cada mes. $20 00
La Secretaría de Fomento le proporciona mensualmente....... 35 00
La de Instrucción Pública y Bellas Artes........---» Deben 50 00
Término medio del producto de cuotas de los s0ci0S-......-.-.- 80 00
otal: 222300 207» $ 185 00
14
Como. veis, esta cantidad no es por sí misma considerable, y si se atien-
de á que la Sociedad debe sostener el canje con los 1,100 ejemplares que
se imprimen de sus memorias, se comprenderá que la mayor parte de los
ingresos se emplea en gastos de correo y en la pequeña gratificación que
se da al empleado encargado de la correspondencia. Queda el resto para
gastos de escritorio, alumbrado, ete. No se retribuye, por tanto, la suma
de labor que implica la enorme cantidad de objetos recibidos, su clasifica-
sión y arreglo, la correspondencia con las Sociedades científicas del país y
del extranjero, las citas á los socios, ete., etc.
Por breve que sea la reseña que hago de la Sociedad “Alzate,” me es
imposible dejar de mencienar la prueba de vitalidad que ha dado, reu-
niendo, como lo ha hecho, los tres Congresos meteorológicos que se han
verificado en los años de 1900, 1901 y 1902 y publicando los dos tomos
que contienen las actas, memorias y resoluciones de los dos primeros con-
gresos.
Señor Presidente:
Si esta Sociedad, con el modesto auxilio que recibe de las Secretarías
de Estado y con el pequeño contingente de sus socios ha podido llegar al
estado en que se encuentra, casi por sus solas fuerzas, se puede decir; si se
ocupa de cuestiones que interesan á todos y ha procurado poner la meteo-
rología al servicio de la agricultura; si ha logrado reunir la más vasta co-
lección de libros y objetos que ninguna otra Sociedad; si ha llegado á le-
vantar nuestro crédito científico en el extranjero: qué no podría hacer si
recibiera la poderosa ayuda que habéis dado, señor, á tantas otras socieda-
des; si el Gobieano la tomara bajo su protección, ya no en la forma de mo-
destas subvenciones de las diversas Secretarias, sino con una subvención
bastante amplia, para que adquiriera un local capaz de contener y recibir
su numerosa biblioteca, que sin cesar crece, sus colecciones de cartas geo-
gráficas, mapas, retratos do sabios, fotografías de la luna, etc., ete? Si el
local en donde su biblioteca se colocara estuviera más accesible al públi-
co y se dotara á la Sociedad con mayor número de elementos para los al-
tos fines que se propone; ésta alcanzaría en muy breve tiempo el auge á
que está llamada por el extraordinario tezón y constancia de sus fundado-
res y por el envidiable lugar á que ha llegado en el mundo científico.
Señor: Vos, mejor que nadie, sabéis que el progreso social de los pue-
blos toma su origen en los laboratorios, en los gabinetes científicos, en los
museos, en las bibliotecas. Alentad, señor, á esta Sociedad con el apoyo
15
del Gobierno y agregaréis un lauro más á los muchos que lleváis conquis-
tados como el más entusiasta protector de los estudios científicos de nues-
tra Patria.
Al hacer en esta reseña mención del Secretario general pe-petuo, el
Sr. Dr. Licéaga suplicó al Señor Presidente de la República le entregara
en nombre de la Sociedad la medalla de oro que como un homenaje por su
abnegación y trabajos durante 25 años en pro de la Corporación, habían
acordado sus consocios presentársela en esta sesión. *
El Señor Presidente de la República entregó dicha medalla al mencio-
nado Secretario, felicitándolo y dirigiéndole frases de aliento (Aplausos).
El Sr. Aguilar y Santillán en extremo conmovido, dió las gracias manifes-
tando que solo había trabajado por cariño á la Sociedad que exhortaba á
los socios para que procuraran por todos los medios posibles su mayor en-
grandecimiento y dió las gracias más sinceras á tadas las personas que de
cualquier manera tomaron parte en esta manifestación. (Aplausos).
En seguida se leyeron los trabajos siguientes:
L Apuntes acerca de la acción fisiológica del foripondio (Datura corni-
gera), por el Dr. E. Armendaris,
IL. La extensión geográfica de la raza fósil de Lagoa Santa, por el Prof.
J, Engerrand.
IM. Panteones de México y sepulcros dispersos. por el Ing. J. Galindo y
Villa. s
IV. Una nueva é interesante aplicación de la ortodiagrafía, por el Dr. D.
Vergara Lope. Con este trabajo el autor presentó los resultados gráficos ob-
tenidos.
Quedaron nombrados miembros titulares los Sres. Y. S. Bonillas, geó-
logo, Ings. Luis G. Górdoba y Ambrosio Romo, Zacatecas, y Enrique C.
Guillaumet, químico.
Con lo que terminó la sesión á las 8.15 p. m. á la que asistieron ade-
más de los mencionados al principio, los socios J. S. Agraz, R. Aguilar
* Al fin de esta ñcta se publica la lista de las personas que se dignaron correspon-
der á la iniciativa de la comisión, contribuyendo para el costo de la medalla,
Do 30 LE
ES
16
y Señora, U. Aldrete, M. F. Alvarez, E. Armendaris, J. M. Arreola,
E. Beayen, M. Bloch, E. Bóúse, C. Burckhardt, S. Díaz, G. Durán, J.
Engerrand, F. Fernández del Castillo, J. M. de la Fuente, J. Galin-
do y Villa, G. Gándara, J. C. Haro, T. L. Laguerenne, E. Landa, F.
Lentz, A. Membreño, J. Méndez, Joaquín de Mendizábal, José de Men-
dizábal, Sra. Z. Nuttall, M. Olivares, G. M. Oropesa, T. Paredes, L Pé-
rez Guzmán, F. M. Rodríguez, Leopoldo Salazar, P. Salinas y Delgado,
E. E. Schulz, F. Sierra, Julián Sierra, R. M. Tello, M. Uribe Troncoso, D.
M. Vélez, D. Vergara Lope y M. M. Villada; la Sra. de Galindo y Villa,
Sritas. Mirassou y Ross; Sres. L. Ahuayo, Porfirio Díaz, jr., S. García Cue-
llar. Ph. Gracieux, J. Hurtado, F. Licéaga, O. Licéaga, J. Monjarás, N.
del Moral, J. Ortiz Monasterio, E. Peimbert, M. Pérez Amador, Alberto y
Xavier Rojas y el Secretario que subscribe.
El Secretario anual,
M. MORENO Y ANDA.
Lista por orden alfabético de las personas que se sirvieroncon-
tribuir para la medalla de oro entregada «l Sr. Rafael
Aguilar y Santillán, Socio fundador y Secretario per-
petuo de la Sociedad.
Prof. Juan S. Agraz, Químico en Jefe del Instituto Geológico
Nacional. Profesor en la Escuela Nacional de Agricultura.$ 10 00
Ing. Leopoldo Ahuayo, Ayudante de topógrafo del Instituto Geo-
Jprco Naciona A 2 00
Lic. Rafael de Alba, Profesor en la Escuela Nacional de Comer-
CO ers a A o TAE 5 00
Ing. Roberto Hay AndersoN. ----0ooomo==noooocooron varo 5 00
Pbro. J. M. Arreola, Profesor en el Seminario Conciliar de Gua-
dalajaraoo. 2 as A A A za 2 50
Ing. Eduardo pBeaveno esas oa cs oo ts ds al 5 00
Ing. Luis G. Becerril, Primer Dibujante del Instituto Geológico
Nacional. Profesor en la Escuela Nacional Preparatoria... 3 00
Ing. Guillermo Beltrán y Puga, Director General de Obras Pú-
E CT IO NA 5 00
Dr. E. Bóse, Geólogo Jefe de Sección del Instituto Geológico Na-
A A Jabon a Horas a 10 00
ALFEOMTSUTTNAAAE 47 50
ON
Y
Del frente ............$ 4750
Dr. C. Burckhardt, Geólogo Jefe de Sección del Instituto Geoló-
ICO Nacional 2 -0=2=./.ee- cos sacos 10 00
Ing. Juan Camacho, Ayudanté de Eopógrato del Instituto Geoló-
TOSCO acional sano ES 00 once ocio nit co ener 5 00
e O A 5 00
au Capilla: a ele a a cae Doo 3 00
Sr. Francisco de P. Carbajal. Fotógrafo del Instituto Geológico
Nacional TS 5 oct coi có Dios uE 1 00
Dr. Ricardo E. a o, Profesor en la Esc ia N. de Menivina 10 00
Prof. C. Conzatti, Director de la Escuela Normal para Profeso-
AO A E AI 10 00
Pbro. Severo Díaz, Director del Observatorio del Seminario de
il A O SS 2 50
Dr. Alfredo Dugés, Profesor en el Colegio del Estado de Guana-
A A A AA TS TNA 6 00
Prof. J. Engerrand, Geólogo del Instituto Geológico Nacional,
Profesor en el Museo Nacional de Arqueología -. ..-..-.-. 15 00
Ing. Rómulo Escobar, Director de la Estación Agrícola Experi-
mental de Ciudad Juárez, Chih ....-... AS edo 5 00
Ing. Leandro Fernández, Ministro de Comunicaciones y Obras
A SN A SEEN 5 00
Ing. Teodoro Flores, Geólogo Jefe de Sección del Instituto Geo-
io E e A SS 10 00
SuiValentin E. Frías. QUerÉtato Lhoiovecooocconecconsonano> 2 00
os Mide la Puente tados oooooocoomonasao nc. 2 00
Ing. José de las Fuentes, Director de le Oficina de Patentes y
Marcas, Profesor en la Escuela Nacional Preparatoria .... 5 00
Ing. José Galán y Ainslie, Inspector de las Obras de Saneamien-
a MA DA AAA A, LACA 5 00
Ing. Vicente Gálvez, Topógrafo del Instituto Geológico Nacional 5 00
Ing. Angel García Conde, de la Comisión Geográfico-Exploradora 3 00
Ing. Antonio García Cubas, Ingeniero consultor de la Secretaría
PARIO Rs ateo sat e To a e as 5 00
Gral. Angel García Peña, Director de la Comisión Geográfico-Ex-
e A A RO 30 00
Ing. Francisco Garibay, Subdirector de la Comisión del Catastro 10 00
Pre Jesús Gasca, GUAMaJUaÍo e coman ooo came amado nan... 5 00
Ing. Roberto G. Gómez, Aspirante á Geólogo del rocio Geo-
ABBIdO Nacional > osos ce acaos oia adan o 5 00
Ala yuella cancoosco==n $ 212 00
Reyista (1909-1910).—8
18
De la vuelta edo $
pa Pedro González, jr., Topógrato del Instituto Geológico Na-
cional parce 2 a OR
Prof. Alfonso L. Herrera, Jefe de Sección en el Instituto Médi-
20 Nacional: -.. o os
Ing. Luis Híjar y Haro . oc coa A
Ing. Teodoro L. a es Ao
Sr. Hermión Larios, Ayudante de Tea del a Geológi-
co Nacional...
Ing, ¡EdmundoLeal, León; Cho rauricao cero sn cios ed
Prof. Mariano Leal, Director del Observatorio Meteorológico de
León GEA o AA
Dr. Federico Lentz, químico
Dr. Eduardo Licéaga, Presidente del Consejo Superior de Salu-
lubridad y Director de la Escuela Nacional de Medicina. ..
Lic. Víctor J. bizardi, Guanajuato... O ON
Ing. Gabriel Mancera, Diputado -.o-oooss===9sopoesoosospe nó
Lic. Ramón Manterola, Diputado, Profesor en la Escuela Nor-
mal para Profesores. - > eoe=== pulsiones
Ing. Jorge Méndez, Primer Ingeniero de la Dirección General de
Obras ¡Eúblicas as e
Ing. Joaquín de Mendizábal, Ingeniero de la Comisión Geodési-
CaMexicana: e o ÓN
Sr. José de Mendizábal, Bibliotecario y Tesorero de la Sociedad.
Brof. Manuel Miranda:y Marrón:-.-----e0sas pee usas
Ing. Francisco Nicolau, Director General de Faros ..--.-.-.---.
Sra. Zelia Nuttall, Profesora honoraria del Museo Nacional de
'AFQUEolO DÍA ea ss a o A
Ing. Macario Olivares, Jefe de la Sección Técnica de la Dirección
Generalide Obras Públicas. na. - esco ae o
Ing. Gabriel M. Oropesa, Director de las obras de saneamiento
de¡Guadalupe Hidalgo DD. haste
Ing. Pascual Ortiz Rubio, Morelia, Mich... .ooooooooorooo----
Ing. Trinidad Paredes, Geólogo del Instituto Geológico Nacional
Dr. Antonio Peñafiel, Director General de Estadística .......--
Ilmo. Dr. Francisco Plancarte, Obispo de Cuernavaca, Mor. ....
Lic. Cecilio A. Robelo. Cuernavaca, Mor. .2ooooo ooo. =.-.--.
Ing. Francisco M. Rodríguez, Profesor en la Academia NN ictonal
dolBellastArtes a a a E E
212 00
5 00
1 00
20 00
500
2 00
5.00
5 00
8 00
5 00
1 00
.
4 00
2 00
5 00
3 00
5 00
19
Del frente ......... $
Sr. Francisco Javier Rojas, Ayudante en la Biblioteca de la So-
A ld E io a O O e e
Prof. Miguel Salinas, Director del Instituto Pape—Carpentier.
Merrnavacal Mor o o colo a
Ing. Pablo Salinas y Delgado, Jefe de Sección de la Dirección
Senoraldo Obras tDúblicaniao >> 222 cb aser nao
Timo. Dr. Atenógenes Silva, Arzobispo de Michoacán.....---.-.
Sr. Fernando Urbina, Ayudante de Geólogo del Instituto Geoló-
A o
Ing. Bartolo Vergara, Director de la Oficina Impresora de Estam-
pillas, Profesor en la Escuela Nacional de Ingenieros. .....
Dr. Daniel Vergara Lope, Jefe de Sección del Instituto Médico
Nacional y Profesor en la Escuela Nacional de Medicina ..
Dr. Manuel M. Villada, Profesor en el Museo Nacional de Histo-
ria Natural y en las Escuelas Nacionales Preparatoria y de
a or AS UA ES > PEE
Dr. Paul Waitz, Geólogo del Instituto Geológico Nacional. ..-..
Ing. Francisco de P. Zárate, Gobernador del Estado de Zacatecas
Prof. José C. Zárate, Ayudante de químico del Instituto Geoló-
gico Nacional ....--. Escipaoso cu opero de
A La Comisión:
Ramón Mena. Joaquín de Mendizábal.
Macario Olivares. * Gabriel M. Oropesa,
400 00
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EA IS EE e A A
BIBLIOGRAFIA,
Savants du jour. Henri Poincaré, Biographie, Bibliographie
analytique des écrits, par Ernest Lebon, Agrégé de lUniversité,
Lauréat de l'Académie Francaise, Correspondant de 'Acadé-
mie Royale des Sciences de Lisbonne, Membre honoraire de
lPAcadémie de Metz. Un volume in-8 (28-18) de vi-80 pa-
ges, papier de Hollande, avec un portrait eu heliogravure. ler.
Juillet 1909. 7 fr. Librairie Gauthier—Villars.
Cet Ouvrage a été signalé a l Académie des Sciences par M. G. Darboux,
Secrétaire perpétuel (Séance du 12 juillet 1909), et á Y Académie Frangai-
se par M. Thureau—Dangin, Secrétaire perpétuel (Séance du 15 juillet
1909).
“¿Cet Opuscule est le prémier d'une Collection que je me propose de pu-
blier sur les Savants du Jour. la paru convenable de mettre mon entre-
prise sous l'égide d'un nom dont la réputation est mondiale.
J'ai eru quil serait attrayant de reproduire la partie biographique du
spirituel Discours prononcé par un profond historien en recevant M. Hen-
ri Poincaré á l'Académie Frangaise.
» — Afin de donner une idée nette des profondes et multiples recherches
de ce penseur, J'ai, d'une part, présenté les jugements portés en Science,
avec une haute compétence, par deux éminents sayants dont le devoir a été
Ven résumer, devant un public d'élité, les principales directions et les nom-
breuses conséquences; d'autre part, inséré, sur son récent Ouvrage relatif
á la Philosophie scientifique, une fine analyse spécialement composée par
Yun de ses collégues á la Sorbonne et á l'Académie Frangaise.
En faisant précéder chacune des cing principales sections de mon tra-
vail d'appréciations dues á des hommes ilustres, il me semble que j'y ai in-
troduit des éléments qui font oublier la sécheresse inévitable de suites ana-
lytiques d'énumerations de titres d'écrits, bien que les titres vagues soient
accompagnés de sobres explications.
C'est pourquol jose me flatter d'étre parvenu á composer un ouvrage
qui soit á lafois intéressant pour les personnes qui désirent connaítre, seu-
lement dans son ensemble, lEuyre de M. Henri Poincaré, trés utile a
celles qui se librent á d'ardues recherches dans quelqu'une des larges et
nombreuses voies qwil a ouvertes.
a
a :
LN 88
Je crois avoir signalé tous ses Ecrits originaux et les principales ana-
lyses dont ils ont été le sujet. Ce west qw'aprds les avoir lus ou parcourus
que j'ai donné les références et les renseignements qui s'y rapportent, On
rendrait servicie á la Science en m'indiquant les omissions. Beaucoup de
ces Ecrits ont été reproduits en diverses langues: j'en ai cité les traductions
que J'avais yues ou dont j'étais certain.
Enfinilimporte de faire remarquer que M. Henri Poincaré, aprés avoir
lu la partie de mon manuscrit relative á Analyse mathématique, a bien
voulu me donner de précieux conseils pour le classement analytique des
Mémoires et des Notes, et qwil a aussi lu et approuvé la derniére épreuve
Vimprimerie de cet Opuscule. ”
] Etude sur 1'Espace et le Temps, par Georges Lechalas. Deu-
xiéme édition revue et augmentées. 1 vol. in-8 de la Bibliothe-
que de philosophie contemporaine, 5 fr. Féliz Alcan, éditeur, Pa-
ris. 1909. ;
La premiére édition de cette Etude, parue vers la fin de année 1895,
se trouvant épuisée, Vauteur en a préparé une deuxiéme édition.
Il convient de signaler les points ou cette nouvelle édition differe le
plus de la premiére. Tout d'abord Vétude de lespace géométrique s'est
notablement étendue, ayant plus que doublé. C'est quen effet les bases
logiques de la géométrie ont fait Vobjet de travaux fort importants dont
il était indispensable de tenir compte, et cela a amené lauteur á con.a-
erer deux chapitres distincts aux géométries non métriques etaux géomé-
tries métriques; un peu plus d'extension a d'ailleurs été donnée aux consi-
dérations d'ordre historique.
La mécanique a motive de moindres modifications; toutefois des indi-
cations d'ordre historique sur le croix des repéres auxquels on rapporte les
mouvements ont été empruntées a M. Duhem, et Von a signalé tout Vin-
térét que présente la maniére de voir de M. Painlevé sur le róle que joue
y dans se choix le principe de causalité.
A Toccasion du plobleme de la géométrie de notre univers, les objec-
tions de principe opposées par M. Poincaré á tout essai de détermination de
cette géométrie ont dú étre discutées.
Enfin la critique de Vinfini et du continu a dú étre revue, pour tenir
compte de la théorie des ensembles infinis de George Cantor.
24
La théorie des courants alternatifs par Alexandre Russell,
M. A., Maítre de Conférences de Mathématiques appliquées
et Directeur de la Section des Mesures, á Faraday House,
London. Traduit de Vanglais par G. Séligmann-Lui, ancien Ele-
ve de Ecole Polytechnique, Inspecteur général des Télégra-
phes. Tome II. Volume de 1v-551 pages, avec 209 figures;
1910, 18 fr. Librairie Gauthier—Villars.
Dans ce deuxiéme Volume sont abordés les sujets relatifs á Voutillage
des stations électriques á courant alternatif, génératrices et réceptrices,
ainsi qw'a la transmission de l'énergie: la théorie des alternateurs et mo-
teurs, et les procédés d'analyse des ondes qui permettent de confronter
les prévisions théoriques et les résultats d'observation; les conditions de
stabilité de marche entre machines se commandant ou entre machines
attelées á une charge commune; la théorie des transformateurs sans fer
et avec fer dans leurs différents modes d'emploi, celle des fuites magnéti-
ques, -celle des moteurs d'induction, moteurs á collecteurs, commutatri-
ces et convertisseurs á rotation; enfin la théorie et la comparaison des sys-
temes de transmission de l'énergie.
Annuaire du Bureau des Longitudes pour l'année 1910. In-
16 de plus de 900 pages avec figures: 1 fr. 50 net. Franco, 1
fr. 85. Gauthier-Villars.
Si précieux par le nombre de documents qw'il contient, vient de pa-
raítre. Cet excellent Recueil renferme cette année, aprés les documents
astronomiques, des Tableaux relatifs á la Physique et á la Chimie. On y
trouve: éléments magnétiques, correction et comparaison des barombótres
et des thermomeétres, dilatation des liquides, tensions de vapeur, élasticité
et frottement des solides, viscosité des gaz, longueurs d'ondes, solubilité,
etc., etc. e.
Cet Ouvrage ne se trouvera pas seulement sur la table du technicien,
du physicien, du mathématicien; les laies eux-mémes le consulteront vo-
lontiers pour avoir sous les yeux la liste des constantes usuelles, et aussi
pour lire les intéressantes Notices de cette année: celle'de M. Baillaud sur
la Réunion du Comité international de la Carte photographique du Ciel et
celle de M. Lallemand sur les Marées de VEcorce terrestre.
ds:
Sociedad. Ciniiea. “Anton Alzate,
MEXICO.
Pa...
Revista Científica y Bibliográfica,
Núms. 5-6. Tomo 29, 1909-1910.
UNA INCLUSION DE SIEICATO EN El. FIERRO METEORICO DE TOLUCA
> POR
G, TSCHERMARK, M, $, A.
En los fierros meteóricos, designados como fierros de Toluca, se han
encontrado varias veces en el estudio del residuo después del tratamiento
con ácidos, mínimas partículas de carácter semejante á piedra, que han
sido determinadas mineralógicamente (1). Inclusiones más grandes de si-
licatos no se habían observado, en cuanto yo se Pero semejantes inclusio-
nes se mostraron en una laja de Xiquipileo, que recibí hace algunos años
de la casa de Wappler, de Freiburg. Es una sección de unos 14 mm. de es-
pesor de un bloe plano que mide cerca de 14 cm. en su longitud y 6 em. en
su mayor ancho.
En el fierro octaédrico se encuentran algunas inclusiones arredondadas
y esquinadas, que tienen un diámetro hasta de 15 mm. y que representan
úna masa granulosa y pedregrosa ó que se componen de troilita compacta,
Ambas están íntimamente ligadas, de modo que las masas pedregosas casi
siempre están rodeadas por troilita.
En el fierro aparecen además en la cercanía de las mencionadas tam-
1 Cohen und Weinschenk, Ann. d. Naturhistor. Hofmuseums, 1891, VI, pág. 141,
159. —Cohen, Meteoritenkunde,*I, pág. 216, 317, 319, 321, II, pág. 258. — Laspeyres,
Zeitschr. f. Krystollogr. Bd. XXIV, pág. 489 (1895), Bd. XXVII, pág. 586 (:897).
Revista (1909-1910).—4
26
bién algunas inclusiones de Schreibersita hasta de 1 em. y en un punto si-
tuadas paralelamente á las laminitas del fierro.
El carácter del fierro se parece perfectamente al de la mayoría de los
blocs del fierro de Toluca. Las laminitas octaédricas muestran generalmen-
te un ancho de 14 mm.
Las inclusiones de silicato son de grano fino, de color pardo-verduzco.
En la lámina microscópica se ve muy bien la textura granulosa, pero rega-
das'entre los granos transparentes se encuentran también muchas acumu-
laciones opacas y ordenadas más ó menos en forma de red. (Véase la lámi-
na). Estas acumulaciones se componen en su mayor parte de troilita, en
el resto habrá una mezcla de vidrio obscuro. En el límite de las inelusio-
nes de silicato y separados de ellas se observan frecuentemente granos
aislados de silicato en la troilita que las encierra, pero no en el fierro cer-
tano; los gránulos transparentes tienen casi todos el mismo color verde—
parduzco y á la luz natural apenas se nota diferencia. El crucero, frecuen-
-
temente reconocible, corresponde á los miembros del grupo de las pyroxe-
nas. Pero en el estudio óptico uno de estos componentes se determina
fácilmente como broncita por sus colores de polarización débiles, la extin-
ción derecha respecto á las grietitas finas, y por la orientación óptica de
las secciones transversales. La broncita contiene frecuentemente inclusio-
nes, en parte gránulos opacos (probablemente troilita ), así como agujas
delgadas opacas que aparecen truncadas transversalmente en los extremos,
pero á veces también agudas en un lado y cuadradas en el corte transyer-
sal, otras veces están ordenadas paralelamente á las grietas del crucero,
otras oblícuas con éstas, y por fin se encuentran también inclusiones ví-
treas arredondadas que se componen en parte de vidrio negro en parte
de vidrio verdoso claro.
Los otros granos de igual color se determinan como augita por sus co-
lores de polarización vivos y la extinción oblícua, que se desvía de la diree-
ción de las grietas del erucero en los cortes longitudinales en un máximum
de 389, y por la existencia de un eje óptico en las secciones transversales.
La augita está muy agrietada en las secciones transversales, en los cortes
longitudinales muestra mucho menos grietas de erucero que la broncita,
pero es también más pobre en inclusiones, que son del mismo carácter que
aquellas, con excepción de las agujas que faltan en la augita. La broncita
predomina claramente en la mezcla, mientras que la augita forma solamen-
te una cuarta hasta una tercera parte del total. De una manera muy se-
cundaria se encuentran gránulos incoloros aislados, que se distiuguen tam-
bién por su refracción que se acerca á la del bálsamo de Canadá, Por el
estudio óptico se determinan como plagioclasa por su fino estriamiento en
fajas gemelas y los colores de polarización débiles. El estudio más detalla-
Rev. Soc. Alzate. T. 29.
FIERRO METEORICO DE TOLUCA.
Un lugar en la lámina á través de una inclusión de silicato en el fie-
rro de Toluca. Luz polarizada. Amplificación Xx 31. Fotografía en placa
ortocromática ejecutada por el Sr. Prof. A. Pelikan. En el centro de la
mitad derecha de la figura se ve un grano de plagioclasa, así como un po-
co más abajo uno más pequeño. Las manchas completamente negras co-
rresponden á las partículas opacas, las otras á la broncita y á la augita.
y
54
sed
yA Ag |
]
' >
SR
(e
e do, bondadosamente ejecutado por el Sr. Prof. Becke, dió en una sección
de por casualidad casi vertical á la primera línea media a un ángulo de extin-
3 ción de 42 con la traza de 010. El verdadero ángulo de los ejes ópticos
E pudo medirse dando aproximadamente $5”. En un corte por un gemelo de
Karlsbad pudo determinarse el ángulo entre los ejes ópticos B en los dos
mo individuos en 379, mientras que según los diagramas de M. Lévy, este án-
: gulo es para AbyAn=27" y para Ab» An—=4305, Así es que la plagioclasa
E -se tendrá que designar como una oligoclasa muy cercana á la andesina. Su
cantidad es pequeña, forma apenas el 5% de la masa del silicato. Mezcla
de olivino ó de cuarzo no se observó. y
1] En el residuo de la disolución del fierro de Toluca reconocieron Cohen
, y Weinschenk, si no con seguridad por lo menos con gran probabilidad,
tanto broncita como augita. Laspeyres calculó por el análisis de ese resi-
duo, al lado de otros componentes, también una plagioclasa parecida á la
andesina. Los mismos silicatos que observé en las inclusiones grandes pa-
recen pues también encontrarse en menor cantidad y distribución más fina
en el fierro. 4
; La parte del fierro, en la cual las inclusiones están una al lado de la
otra, recuerdan algo el fierro meteórico brechoso de Copiapó descrito por
Haidinger (1). También en este caso varias de las inclusiones granulosas
Ñ de silicatos están ligadas con troilita, pero la mayoría no, tienen todas aris-
, tas agudas y fuera de las inclusiones de silicato más grandes están distri-
- buídas en el fierro también muchas partículas pequeñas y diminutas de es-
ta clase.
(Traducido de Tschermaks Mineraloyische und Petrographische Mit-
teilungen, XX VIII, 1909, 1. 62, Heft).
Note préliminaire sur un gisement préhistorique découyert
a Concepción, État de Campeche,
PAR MM.
J. ENGERRAND, M. $, A, et F. URBINA, M, $, A.
(Résumé extrait du Bol. de la Soc. Geol. Mex.)
Le gisement préhistorique de Concepción se trouve dans E de
Campeche, á une journée de cheval de la frontiére guatemaltéque, sur la
1 Sitzungsber. d. Wiener Akad. Bd. XLIX, pág. 490 (1864),
y
28
route qui va de Flores (Petén) a Champotón (Etat de Campeche), pres
Vun hameau qui port le nom de Concepción.
Il y'agit d'un véritable atelier de taille de la pierre qui se trouve pré-
cisement placé sur une bande d'afieurement du silex déja signalée par K.
Sapper qui en a rencontré le prolongement horizontal dans son itinéraire
paralléle au nótre, de Icaiché á Mérida. (1) ,
A notre connaissance aucun autre yéologue n'a fait ce voyage que le
Guatemaltéque Pánfilo Cambranes (2) dont nous ne connaissons aucune
observation écrite. q
Le gisement que nous avons eu la bonne fortune de découvrir n'avait
jamais été signalé par personne et v'était pas connu dans la région.
Il est probable que d'autres ateliers doivent se rencontrer sur la méme
bande de silex si nous en croyons la description de pieces rencontrées par
Bellamy dans le Honduras Britannique, description qui s'accorde assez
bien avec les caractéres des objets rapportés par nous. (3)
Le gisement préhistorique de Concepción se trouve sur la route méme,
un ¿eu aprés le hameau de méme nom, en descendant vers la Tuxpeña
mais on rencontre déja des piéces isolées en sortant de la Esperanza, c'est-
á-dire avant Varriver á Concepción.
Les silex travaillés sont extrémement nombreux. Nous n'avons pu
malheureusement recueillir que trente-huit piéces, quelques-unes d'un
poids considérable, car nos chevaux étaient tres chargés et fatigués par un
voyage long et pénible.
Leur type est nettement ehelléen et acheuléen bien que nous ne vou-
lons pas les faire synchroniques des époques chelléenne et acheulénne de
VEurope occidentale et du pourtour de la Méditerranée.
Le gisement est á fleur de sol. D'ailleurs, dañs la plus grande partie
de la péninsule yucateque, le calcaire tertiaire est directement recouvert
par une couche de terre végétale. Il n'y a pas, á proprement parler, -de
quaternaire car la circulation des eaux s'y fait, probablement depuis le
pliocéne, d'une fagon purement souterraine. La constitution du sol emp3-
che de méme la formation de dépóts éoliens.
Si nous avons de bonnes raisons pour croire que les piéces rapportées
1 K. Sapper: Ueber Gebirgsbau und Boden des ncrdlichen Mittelamerika. (Er-
gánzungsheft N? 127 zu Petermanns Mitteilungen.—Gotha 1899). Carte N? 2. Le méme
auteur a d'ailleurs rencontré d'autres gisements jusqu'aux environs de Ticul (Yuo.)
2 K. Sapper. Loc. cit. p. 1.
3 E. Giglioli. Materiali per lo studio della “Eta della Pietra” P. 169 et 170.
> 99
, par nous sont trés anciennes, nous ne pouvons done pas cependant affirmer
qwWelles soient quaternaires,
Néanmoins, il est trés probable qw'elles représentent la plus ancienne
manifestation de Vexistence de homme dans la péninsule yucatéque et
peut-étre dans tout le Mexique.
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
NOVIEMBRE 8 DE 1909,
Presidencia del Sr. Dr. D. Eduardo Licéaga.
NECROLOGIA.—El secretario perpetuo dió cuenta con el fallecimiento
de los Sres. Dr. Federico F. Villaseñor, miembro titular; Dr. Jesús Ale-
mán, socio corresponsal en Guanajuato y Prof. César Lombroso, socio ho-
norario.
TRABAJOS. —Ing. G. Durán. Ligeras consideraciones acerca de la de-
terminación de las superficies por medio de la cuadrícula. (Memorias, t. 28,
p. 241).
Dr. J. M. de la Fuente. La Genealogía de las familias Hidalgo Costilla,
Gallaga Mandarte y Villaseñor.
Ing. R. G. Gómez. Importancia de las observaciones pluviométricas y sus
aplicaciones á la agricultura.
Prof. L. G. León. Nueva fórmula para determinar aproximadamente la
altitud. ;
NOMBRAMIENTOS. —Socios honorarios: Sir George Howard Darwin,
PF, ER. 5. (Cambridge ), Alfred Angot ( París ), Ch. Lallemand (París ), Per-
cival Lowell (Flagstaf ), G. Tschermak (Viena ), O. D. Chwolson ($. Pe-
tersburgo ), G. Cantor (Leipzig) y M. Wolf ( Heidelberg ).
PosTULACIONEs. —Para miembros titulares: Prof. Marcos E. Bece-
rra é Ing. Modesto C. Rolland.
30
DICIEMBRE 6 DE 1909.
Presidencia del Sr. Dr. D. Eduardo Licéaga,
TRABAJOS. —Prof. C. Conzatti. La Gruta de Santa Ana, Cuicatlán,
Oaxaca. (Memorias, t. 29, p. 199). .
Ing. Luis Espinosa. Extracto de una memoria acerca de la riqueza mi-
nera de América por R. M. Raymond y W. R. Ingalls.
Dr. J. M. de la Fuente. Genealogía de las familias Hidalgo Costilla,
Gallaga Mandarte y Villaseñor. (Continuación ).
Prof. M. Moreno y Anda. Nuevo teodolito magnético.
Dr. M. Uribe Troncoso. Las condiciones higiénicas del mobiliario es-
colar.
Dr. E. Wittich. Notas mineralógicas sobre el Distrito de Guanajuato. L
Existencia del estaño en la Sierra de Santa Rosa. (Memorias, t. 28, p. 247).
NOMBRAMIENTOS. — Miembros titulares: Prof. Marcos E. Becerra é
Ing. Modesto C. Rolland.
Socios honorarios: L. Fletcher, F. R. S. (Londres), E. Metschnikoft
(París ), S. Cannizzaro (Roma), J. B. A. Chauveau (París), E. Fischer
(Berlín ), H. Rosenbusch (Heidelberg), A. Haller (París), H. Douvillé
(París), A. D'Arsonval (París ), Ch. Dépéret (Lyon), Albert Heim (Zu-
rich ), D. Ehlert (Laval), J. Bergeron (París) y S. Ramón y Cajal (Ma-
drid ).
PosTULACIONES. —Para miembros titulares: Ing. Manuel Schwarz y
Dr. G. R. Wieland. ha
El Secretario anual,
M. MORENO Y ANDA.
BIBLIOGRAFIA de
La evolución de la tierra y de sus habitantes, con cortes geo-
lógicos, fósiles característicos y reconstrucciones de paisajes
representados en siete láminas coloridas por el Prof. Dr. E.
Fraas, Conservador en el Museo Real de Historia Natural de
31
Stuttgart. Edición castellana por el Dr. E. Bose, Geólogo Je-
fe de Sección del Instituto Geológico de México.—K. G. Lutz,
Editor. Stuttgart. Texto 115 p. 8” y 7 láminas en cromolito-
grafía (25 x 125 cm.) 41 fr. 25 e.
La presente obra se compone de dos partes, una de ellas consiste de 7
grandes láminas murales que ilustran: I, las formaciones paleozóicas anti-
guas; IL, las formaciones paleózoicas modernas; II, la formación triásica;
IV, la formación jurásica; V, laformación cretácea; VI, la formación tercia-
ria y Vil cuaternaria. En cada lámina se veen primer lugaruna reconstruc-
ción del paisaje que se tiene que suponer para aquella formación; estas re-
construcciones han sido ejecutadas por el Prof. Fraas de Stuttgart junto
con un pintor de animales y representan realmente una combinación de
nuestros conocimientos actuales de la estratigrafía del mundo. Al lado de
las reconstrucciones se encuentra un corte transversal típico de las capas
de la época, que indica al mismo tiempo la subdivisión de ella, así como las
dislocaciones que ha sufrido principalmente en Europa. Los diferentes pi-
sos se distinguen por colores y en el lado izquierdo de la lámina se encuen-
tran figurados los fósiles más característicos, cada uno colorido con el co-
lor que caracteriza su horizonte en el corte geológico. Para la designación
de los pisos fueron aceptados los términos universalmente empleados, de-
jándose aparte hasta donde fué posible los nombres puramente locales. La
ejecución artística de las láminas es verdaderamente de primer orden y es-
pecialmente los paisajes delas formaciones triásica, jurásica, cretácea y ter-
ciaria parecen inmejorables tanto en el sentido científico como en el ar-
tístico.
La segunda parte de la obra consiste en un librito que sirve de expli-
cación para las láminas. El texto original se refería principalmente á las
condiciones geológicas de Europa; pero la edición castellana, hecha por
nuestro consocio el Dr. Exilio Bóse, añade á cada capítulo general otro so-
bre las condiciones estratigráficas en los diferentes países de América, reu-
niendo así de una manera concisa todo lo que sabemos actualmente sobre
nuestras formaciones . El texto comienza con un capítulo sobre la geo-
logía dinámica, da después la subdivisión de los sedimientos de la cor-
teza terrestre, explicando brevemente también el desarrollo de los seres vi-
vos En los capítulos siguientes se discuten una por una las diferentes for-
maciones, viniendo al principio la descripción de las formaciones en gene-
ral, la de sus fósiles característicos y la del paisaje que se tiene que supo-
ner para aquella época y después sigue una breve indicación del desarrollo
de cada formación en América; estos últimos capítulos tienen un orden por
32
pisos y en segunda línea por países, a descripción siempre
con Canadá y terminando con la Patagonia. En cada piso y cada país es-
tán indicados los apellidos de los autores que principalmente estudiaron
la estratigrafía en aquella parte de América.
Después de cada época siguen cuadros comparativos que demuestran
el desarrollo de los pisos en los diferentes países de América, según.el es-
tado actual de nuestros conocimientos. Estos cuadros representan un tra-
bajo enteramente nuevo, cosa semejante no se encuentra ni en los manua-
les más grandes.
Las láminas con su texto están destinados al uso de las escuelas; el
contenido de las primeras es enteramente elemental, y lo mismo se puede
decir de los capítulos generales estratigráficos y de las descripciones del
paisaje, mientras que la descripción del desarrollo de las formaciones en
América es un poco más detallado y necesitará quizá en parte una expli-
cación del profesor.
En general podemos decir que la obra será muy útil para la instrue-
ción en geología en nuestras escuelas, especialmente porque la edición es-
ta hecha en castellano, cosa bastante rara en las láminas murales,
Pécheux (H.), Docteur és Sciences, Professeur á 'École
nationale "Arts et Métiers d'Aix,—Le Pyrométre thermo-élec-
trique pour la mesure des températures élevées. Petit in-8S (28
fig); 1909. (Encyclopédie scientifique des Aide-Mémoire). Broché
2 fr. 50 c. Librairie Gauthier—-Villars.
Dans les diverses branches de lIndustrie qui emploient les tempéra-
tures élevées (industries métallurgiques, industries chimiques ), on a be-
soin de connaítre avec une exactitude suffisante-les températures auxque-
lles on opére; température des gaz d'une cheminée ou d'un foyer, tempé-
rature d'une sole, d'un creuset, température du fusion d'un metal ou d'un
alliage, température d'ébullition un liquide.
Pour de telles déterminations, il est nécessaire d'avoir á sa disposition
un appareil de mesure facile á construire, et d'usage commode: le pyro-
métre thermo-électrique répond a la queseion. L'Auteur, dans ce petit
Ouvrage, a voulu vulgariser l'emploi de cet appareil de mesure.
33
Congrés International des Applications de l'électricité. Mar-
-seille, 1908. Trois beaux volumes in-8* (25-16) publiés par les
soins de H. Armagnat. Ces Volumes se vendent ensemble 60
fr.—ler. Partie: Rapports préliminaires. Volume de vi-709
pages, avec nombrenses figures; 1909. 24 fr.—ITe. Partie: Rap-
ports préliminaires. Volume de Iv-784 pages, avec nombreu-
ses figures; 1909. 24 fr.—Ille. Partie: Organisation du Congrés.
Volume de Iv-550 pages, avec figures et planches; 1909. 24 fr.
Librairie Gauthier— Villars, Quai des Grands—Augustins, 59.
Paris.
Dés ses premiéres réunions, la Commission d'organisation reconnut
la nécessité de donner une base aux discussions des séances en faisant pré-
parer des Rapports préliminaires sur un certain nombre de questions ehoi-
sies; mais, en présence du délai trés court entre ses réunions et l'ouvertu-
re du Conerts, elle décida de laisser toute initiative aux rapporteurs choi-
sis par elle, en leur indiquant seulement le but á atteindre.
Les Rapports préliminaires contenus dans les deux premiers Volumes
sont done bien l'oeuvre personnelle des rapporteurs et, si Von veut avoir
une idée des diverses opinions régnantes au moment du Congrés, il fait se
reporter au troisieme Volume qui renfe-me les procés-verbaux sommaires
des séances et les Annexes.
Afin de faciliter ee travail de comparaison, la Table des matiéres de
chacun des deux premiers Volumes renferme, outre le titre et la page de
chaque Rapport préliminaire, lVindication des pages du troisiéme Volume
oú se trouve la discussion correspondante, ainsi que les Mémoires présen-
tés en séances et insérés en Annexes.
Les procés-verbaux des séances ont été rédigés par les secrétaires des
sections et complétés quelquefois par des Notes un peu plus étendues re-
mises par les auteurs.
Un certain nombre de Mémoires répondant aux Rapports préliminai-
res ou tout á fait distincts ont été publiés sur la demande des présidents
de sections; ils forment la plus grande partie du Tome IT, oú ¡ls sont clas-
sés sous le titre d'Annexes,
Post et Neumann, Traité complet d'analyse chimique appli-
quée aux essais industriels. Tome second, deuxiéme fascicule:
Revista (1908-1909).—5.
34
Sucre de betterave. Sucre de canne. Amidon et fécule. Dex-
trine. Glucose. Documents officiels concernant les produits
alimentaires sucrés, Gr. in-8 (17-25) de 300 pages compactes,
avec 120 fignres dans le texte 8 fr.—Paris. Libraire Scientifi-
que A. Hermann et Fils, 1909.
Dans cet ouvrage les traducteurs se sont efforcés, tout en respectant
le texte original de Vauteur allemand, de le complétes par Vintroduction
des méthodes plus spécialement employées en France, et des procédés d'a-
nalyse les plus recents, Le fascicule allemand correspondant comprenait
toute la série des industries agricoles, MM. Chenu et Pellet ont cru bon,
étant donné Pimportance de leurs aciditions, de le diviser en deux parties
et le présent fascicule ne comprend que le Sucre de betterave, 1'Amidon,
la Fécule, la Dextrine et le Glucose auxquels ils ont ajouté un chapitre
sur le Sucre de canne et un appendice donnant tous les documents officiels
concernant les produits alimentaires sucrés.
Ciudades Coloniales y Capitales de la República Mexicana
por el Dr. Antonio Peñafiel. Se imprime por acuerdo del Sr.
Gral. D. Porfirio Díaz, Presidente de la República. siendo Se-
cretario de Fomento el Sr. Lic. D. Olegario Molina.—Estado
de Morelos.- —-México. Imp. y Fototipía de la Secretaría de Fo-
mento. 1909. 1 vol. fol. vin-192 págs. 41 láms.
Como los tomos de los Estados de Guerrero y Tlaxcala, de que ya nos
hemos ocupado en esta Revista, el presente tomo contiene interesante ma-
terial acerca del Estado de Morelos. He-aquí un sumario: El Estado de
Morelos, datos geográficos y estadísticos. Gobernantes.—Conquista de Cuer-
navaca, por Bernal Díaz del Castillo.— El Lagarto de S. Antón, por el Li-
cenciado C. Robelo.— La piedra del escudo ó Chimal de Cuernavaca, por
el Lic. R. Mena.—Las ruinas de Xochicalco, por el Dr. E. Seler.—Xochical-
co, por el Teniente Coronel J. B. Togno. — Cuauhtla, la ciudad y su sitio,
ete., por el Sr. D. Manuel Orozco y Berra, etc. — Apuntes biográficos del
Sr. Cura D, José M. Morelos.—Algunos doc umentos originales de su cau-
sa.—Manuscrito de la historia del sitio de Cuauhtla, por D. Felipe B. Mon-
tero.
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37
Estado que manifiesta el número de kilómetros terminados
hasta 30 de Junio de 1908,
por las siguientes Empresas de Ferrocarriles.
+ (De la Memoria de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, 1907-1908).
Kilómetros
Nombre del Ferrocarril. construídos.
AA a a a O EOS 470.750
Ometusco á Pachuca ( Ferrocarril Mexicano)... .---=- 45.750
Nacional de Tehuantepec. ==> =22-<=.2=<--=“bos=.-=- 303.500
Distrito Federal ( Compañía Limitada de-Tranvías Eléctri-
E RON e Si 256.588
O AA O EE 422.302
A A A A A 777.800
Puebla á Izúcar de Matamoros ( Ferrocarril Interoceánico)- 76.393
San Marcos á Tecolutla (Ferrocarril Oriental Mexicano.— :
etrocareil Interoceánico).. tooo ooo nroan 126.500
Matamoros á Tlancualpican (Ferrocarril Interoceánico ).- - 40.000
Cuautla á Chietla (Ferrocarril Interoceánico ).----- ----.. 67.582
Oriental Mexicano ( Ferrocarril Interoceánico)....<- 22 100.389
IS MEXICO ocacion ooo e pon 2,234,525
Potrero, Vanegas y Matehuala ( Ferrocarril Nacional de Mé-
O A e le a 65.180
Michoacán y Pacífico ( Ferrocarril Nacional de México)..-- 91.917
Salamanca al Jaral (Ferrocarril Nacional de México )..--.. 35.275
Guanajuato á Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz ( Ferro-
Ca a cronal do MEXICO Yo 22 toto caldo 59.900
Salamanca á San Juan de la Vega (Ferrocarril Nacional de
ICO E >, 72 A A 45.047
a A EN 70.410
Meratra a Boca del=RÍO'-- ¿2202 0oceconoconononnamo 1.340
s SA AA AAA 28.340
A la vuelta ....-.- Lose 5, 319.488
38
Kilómetros
Nombre del Ferrocarril. construídos.
De la vuelta ......-... 5,319,488
Weracruzal Pacifico) le o e ti e al 420.851
Compañía Constructora Nacional Mesmane os 142.000
CentralpMexicano. to SS 3,609.795
División de Monterrey (Ferrocarril Central Mexicano) .-- 594.800
División del Pánuco (Ferrocarril Central Mexicano ). . ----- 193.591
Tula 4 Pachuca (Ferrocarril Central Mexicano). --.----=-- 70,200
México á Cuernavaca y el Pacífico ( Ferrocarril Central Me-
E e e DO A 291.122
Villa Lerdo á San Pedro de la Colonia (Ferrocarril Central
Mexicano es a os 63.600
Mexicano de Unión (Ferrocarril Central Mexicano). -.-..--- 17.070
Industriales (Ferrocarril Central Mexicano). .oooo=o===-- 9.572
San Bartolo á Río Verde (Ferrocarril Central Mexicano )..- 42.356
San Pedro de la Colonia á Paredón (Ferrocarril Central Me- p
A ds = TE A 295.306
Edalpo ra o la 195.640
Nordeste de México. otto o cas 52,589
Mérida á Progreso (Ferrocarriles Unidos de Yucatán )...... 36.456
Peninsular (Ferrocarriles Unidos de Yucatán ).-.------=--- 199.228
Mérida á Valladolid con ramal á Progreso (Ferrocarriles Uni-
dos de YUCA) e ua a O a ES 240.324
Mérida á Izamal (Ferrocarriles Unidos de Yucatán).-.----- 65.848
Mérida á Muna (Ferrocarriles Unidos de Yucatán).-.------ 78.000
Tehuacán á Esperanza (Ferrocarril Mexicano del Sur). ...- 51.092
Mérida lá Boo o iS 193.000
Campeche á orma DUST E Ss PEE 6.000
Internacional Mea A A o a 1,456.161
San Juan Bautista al Paso del Carrizal (Tranvías Tabasque-
O O A - 5.750
San Andrés Chalchicomula....- 3 IS NS DO 10.353
Orraba al e o ES 7.550
Santa Ana Mas cal ES 8.500
Cárdenas:al ¡Río Grigalva 2e.seeo ae said 7.500
Toluca 4 San Juan de las Huertas. -.- o ooooo=ror=roromne===-- 91.358
AO o 25.500
Celaya á Roque y Plancarte y Santa Cruz. oooooomoooo=--- 30.000
IA Ga Locas 22 en efes > 125,400
O A A IO ÍS 60.100
A A A A AS e 68.765
Ocotlán á Atotonilco el Alto (Ferrocarril Central Mexicano). 35.260
Occidental de MÉxicO--- oooooooro=-oo==---- anos paas 61.000
A A OS 34,877
San Juan Bautista y el Playón (Forma parte de los Tranvías
IAN poso ejes e. pasoo ode z 1.188
REO A a a : 31.000
San Juan Bautista al Río González (Compañía Industrial de
A A A OS 5.425
Río Grande, Sierra Madre y PacÍfiCO --...--. 15.900
AitOneatalde Vucatán cciocolotocccodococococcnodon» 5.000
IRENE PTICtaB cocoa rca oo 2 33.000
Menanco ada Drmdad: - 220 ecooo=neo 20 omo nn 47.000
San Rafael y Atlixco (Xico y San Rafael) ---.o.-o-oo.--.. 139.423
Zacatepec á Jojutla (Agrícola de Juárez) .-.--.omooooo---- 7.530
San Luis Potosí á Río Verde oooooocomooooncocoooooooon-> 60.000
A AAA A 73.282
Otumba á CuautengO...omooom===.- A 10.420
A A A 86.048
CA AA A A 10.817
; Compañía Mexicana de Tracción. .ooooooooooomomm==--=" 5.500
Mineral de Chihuahua..-......- O 29,544
Marfil á San Gregorio é Irapuato. -... TN NS Y ISA 30.000
Coahuila y Pacífico (Ferrocarril Central Mexicano) --.. ---- 319.500
A E A A 32.840
5 : Ala uote... 2... . as 16,612.332
40
" Kilómetros
Nombre del Ferrocarril, construídos
Dela vuslta As 16,612,532
Naco ss a OS a E 123.500
Comerciales del Distrito Federal. .2oooooooiceooomo 2. 10.740
Chtmalhuacán"4 Texcoco: e. os e 15.552
Mota del Cura y Carrizo en Coahuila (Carbonífero de Coahui-
la, Ferrocarml Internacional) daa ti ias 43.500
PigdadiCabadas is IS O a E 5.300
Sierra Pinta á la Bahía de San Jorg0. .ooooocooocccoonoo-- 19.000
Cananea, Rio"Yaqul y Pacificomes. ocio te a 381.780
Pan Americano a ca 450.000
Tranvías Eléctricos de Ciudad Juárez -.oooocooorioon..o-. 1.932
Hacienda de Hornos: 4 ViezCA SST ocios cos 23,000
Tlalnepantla México. o as 16.608
Ayalos:á San Pedro Oca a 27.500
Castillo/AJuanacatlón cd OS 7.500 -
Porvenir de Matehuala ca E 11.890
Circultode Banos ta 4.834
DelDesaguo e o n 43 484
CarploáTeprógachlci Sas e IS 88.000
Atlamajac al Ferrocarril MexicaDO-..oooomonoceccooro.o-- 30 000
Sur Pacífico" (Inter California). -....oo0oooococccenacocoos 52,000
Linares al Mineral de San JOSÉ... -ooceooococoroamodenos 61.791
Oaxaca Tlacolula E a NS 11.460
Aoricola do Dar OS 26.130
Zitácuarolá JOcOnUSCO a cneccccass odos os 16.000
San Martín San Juan Tela AS 11.600
El Guarde a Nepanapacid uo ldens slds ts 25.000
Hacienda del Refugio á BrisbiD....-ooeomo===oo==o=-=-. 6.000
“The Cananea Consolidated Copper Co., S. A.” (Sierra Ma- 2
dr ase ts 51.160
Yondesé6ió TOLUCA. cancerosas pra AS 12.000
Estación de San Lázaro al Ferrocarril de San Rafael y Atlixco. 4.711
Minatitlán al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec... ...-.. 10.735
Colomba anta nt o E NS 31.500
Marfil á Guanajuato (Ferrocarril Central Mexicano)... .... 6.400
México/A Chalco. oe bobn dass sien e Pe 33.000
Alamos á Guadalajara (Sur PacíficO)..ooooommeo==--.o=-=. 353.276
DM 18,629,215
Seiedad. Cientlica. “Antonio Alza.
MEXICO.
Srs
Revista Científica y Bibliográfica.
Múms. 7-8. Tomo 29. 1909-1910.
NECROLOGIA.
DR. DON ALFREDO DUGES.
Tenemos el penoso deber de informar á la Sociedad “Alzate” que el
día 7 de Enero del presente año, falleció en Guanajuato nuestro innolvida-
ble amigo y maestro, el sabio naturalista y reputado ginecólogo, Dr. Don
Alfredo Dugés, consocio nuestro,
La amistad que unió á este sabio esclarecido con los señores miembros
de la Sociedad “Alzate” y eus virtudes y grandes méritos de hombre cien-
tífico, investigador concienzudo y profesor, nos autorizan para hacer, á
grandes rasgos, una biografía del finado, extractando lo que publicamos en
la Revista de la Sociedad “Antonio Alzate” (1902, núm. 2, p, 5).
*
* *
Alfredo Augusto Delsescautz Dugés nació el 16 de Abril de 1826, en Mont-
pellier, Erancia. Hijo del eminente profesor Antonio Imis Delsescautz Du-
gts, heredó el talento de su padre y su afición al estudio de la naturaleza.
Sus primeros estudios escolares los hizo en Montpellier, así como los mé-
dicos, los cuales continuó en París, en donde se recibió de Doctor en Medi-
cina. Vino á México, en Mayo de 1853 y casi toda su vida la pasó en Gua-
najuato, donde fué Profesor de Historia Natural del Colegio del Estado,
Inspector Sanitario, etc.
Revista (1909-1910).—6
42
Obtuvo más de 40 títulos honoríficos, perteneciendo á los sociedades
sabias de México, Academia de Medicina, Sociedad “Alzate,” y otras, y á
varias extranjeras, como las de Biología y Zoológica de Francia,
Dr. Alfredo Duges.
(1526-1910).
Desde 1885 desempeñó el cargo de Agente Consular de Francia, ha-
biendo obtenido las Palmas Académicas. En nuestro concepto merecía la
Cruz de la Legión de Honor, que no le fué concedida, por un olvido, quizá,
43
de sus compatriotas. Felizmente, en México encontró una segunda patria,
que reconoció y premió la labor del Maestro. Nuestra Sociedad “Antonio
Alzate” le consagró una sesión, en la que fué leída su biografía, publicán-
dose con el retrato de este ameritado Profesor.
Sus trabajos publicados hasta 1908, llegaron á 137 y se refieren princi-
cipalmente á Zoología, Botánica y Paleontología. (1) El Dr. Dugés estudió
con verdadera pasión y éxito, los Reptiles y Batracios de México, y sus pu-
blicaciones acerca de medicina, zoología y botánica médicas han sido huni-
versalmente aceptadas, traducidas á varios idiomas y utilizadas como base
de numerosos estudios sobre la fauna y flora nacionales, Los “Elementos
de Zoología” del Dr. Dugés han sido y serán indispensables en muchas Es-
cualas Superiores é Institutos Científicos de México.
Durante 24 años nos honró el Dr. Alfredo Dugés con su amistad y co-
rrespondencia científica, justo es que dediquemos estas palabras á su me-
moria, haciendo público nuestro duelo, que lo es también para la ciencia
en general y para los centros científicos de México, y expresando, á la vez
nuestra más sincera condolencia á la familia del finado.
' México, Febrero 7 de 1910.—A. £. Herrera.
THE NEWLY DISCOVERED CAVE OE ATOYAC, VERACRUZ,
A contribution to the Study of Cave-development.
By M.M, ALLORGE, L, és-Sc,, F, E. $,
Introduction. —When we follow the railway line from Veracruz to the
City of Mexico we eross, first, a line of dunes behind wich extends a swampy
plain of Pleistocene sands. Ata slinghtly higher level stands another plain
of Pliocene age, built chiefiy by the mud streams coming down from the
“neighbouring volcanic cones. After Paso del Macho we meet for the first
time a longitudinal ridge of limestone, which is a spur of the Western
Sierra Madre, The limestone contains a number of hippurites and rud-
[1] La mayor parte de los trabajos del Dr. Dugés se publicaron en '“La Naturale-
za,” períódico de la Sociedad Mexicana de Historia Natural y en las *“Memorias y Re-
vista” de la Sociedad Científica ''Antonio Alzate.” Después de 1898 siguió publicaddo
sus estadios, que no interrumpió sino pocos meses antes de morir,
44
istae, establishing its Middle Cretaceous age. The railway runs over this
limestone from the S0th kilometre across Orizaba as far as the 180th ki-
lometre near the station of Esperanza, atter jvich the country is completely
covered by volcanic ejecta. ;
Upon this calcareous bed, sink—holes swallowing up rivers are of very
frequent occurrence. The Spanish name for a funnel-sapped depression
of this kind is sumidero, and one of the railway stations has been called by
this name. These sumideros correspond to an extensive system of subter-
ranean. channels: the deepest are still used by underground streams,
whereas the higher ones are mostly dry, and haye reached a state of old
age, characterised by the deposition of sinter and the formation of stalact-
ites tending to obstruct them again. The cave of Atoyac is an instance of
this class,
Location. — The mouth of the cave is located amidst steep slopes 900
metres east of the station at Atoyac, about 70 metres below the railway,
and 26 metres above the present level of the river flowing at the bottom
of the gorge. The opening was discovered during the summer of 1906 by
Senor Sánchez when hunting big game among these recipices. During
the following autumn the writer had an opportunity of visiting it with
Professor C. dle la Torre (Havana University), and of making a rapid surv-
ey of it. The entrance is partielly closed by the fall of debris. The strike
of the cretaceous limestone at this point is north to south, the dip is about
75 degrees east, and the jointing is aproximately perpendicular to the
strike. A glance at the plan of the cave shows that the succession of chan-
nels and chambers is not random, but presents a rectangular arrangement,
The main passages run in a north to south direction, according to the
strike; the may be called subsequent. They are connected by smaller trans-
verse corridors corresponding to the joint planes and obsequent to the
direction of the strata
The features of the interior were briefly described and accounted for.
A transverse corridor is partially closed by a high ridge which has been
probably formed by the blocks of limestone falling from the roof, damming
back the water and slowly covered by the sinter deposited by the cascade.
Near the top of the cave is a series of narrow tortuous passages, recalling
to the mind the worm of a still. They are superposed one above another,
and suggest the progressive tunnelling down of the waters. All these
narrow tunnels run to the bottom of a vertical shaft, which the writer was
not able to explore; but a constant current of fresh air (temperature 209
centigrade) gives evidence of a direct communication with the surface of
the soil. It corresponde in all probability to a chimey by which the surface .
waters were formerly engulfed.
*
45
Conclusion.—A careful analysis of the succession of chambers compos-
ing the cave of Atoyac proves that the work of excavation of the limestone
by the waters has been controlled, down to its most minute details, by
the planes of bedding and by the system of joints and the fractures. Sub-
terranean waters always take advantage of these natural planes of division
in dissolving or in eroding calcareous rocks.
Up to the great dam, pottery has been found, and thereis evidence ofthe
utilisation of this cave by the Indians some five centuries ago. The situa-
tion is so favourable that it has probably been used as a rock shelter at a
much earlier period. The author thinks that if the actual sinter floors
were carefully removed, and methodical investigations conducted, they
would lead to valuable additions to our knowledge of American pre—his-
tory. The proximity of a railway station would greatly facilite this res-
earch.
(Rep. Tith British Assoc. adv. Sc. 1907).
LE MATLACUEYATL
(MALINTZI)
PAR
M. E. ORDOÑEZ, M. $, A.
Anucune montagne isolée, dans wimporte quelle autre partie du Pla-
teau Central du Mexique, ne se dresse plus majestueusement belle que le
“Matlacueyatl” ou “Malintzi,” s'élevant a environ 2300m. au—dessus de sa
base, au Nord—Est de Puebla. Il se trouve au milieu des vastes plaines
limitées, á VEst, par la Sierra du Pic d'Orizaba et, á VOuest, par la Sierra
Nevada; il est placé dans de si favorables conditions que Von peut, du haut
de ses sommets nus, á la silhouette fantastique, admirer un panorama des
plus intéressants et des plus instructifs.
Quoique s'élevant au centre d'une contrée riche et peuplée, le Matla-
cueyatl est demeuré jusqw'á ce jour presque inconnu de la science. Son
isolement, cependant, luí a permis d'étre contourné par des chemins de
fer, et e'est toujours avec admiration que les voyageurs contemplent cette
46
énorme masse conique, recouverte de foréts et couronée de rochers, sou-
vent revetue de neiges pendant l'hiver, ou enveloppée dans des nuages
noirs, apportés par les vents froids du Nord qui soufflent á la méme épo-
que. H. de Saussure, (1) incidemment, a déja parlé de cette montagne,
dont il avait estimé la hauteur bien au-dessous de Valtitude réelle déter-
minée récemment, en analysant son influence sur le climat des contrées
avoisinantes. D'autres explorateurs se sont contentés de la citer parmi les
plus hautes du pays, mais sans préciser son importance dans Vensemble
de nos vieux volcans. J. Felix et H. Lenk (2) ne lui eonsacrent que quel-
ques notes, tres courtes d'ailleurs, notes qui leur ont été fournies verbale-
ment par M, H. Topf, de Jalapa. Us y décrivent quelques pies du sommet
et, entre autres détails, y mentionnent Vabsence de cratére. M. Topf as-
signe une hauteur de 4059 m au pic le plus élevé; mais Valtitude est no-
tablement supérieure. Les deux auteurs cités ont fait une assez bonne
description microscopique des échantillons de roches fournis par M. Topt,
et cela constitue une trés précieuse contribution á létude de cette mon-
tagne. Il est probable que les échantillons dont ¡ls traitent proviennent
des differents pics du sommet, car leur description correspond exactement
á celle des specimens recueillis par nous dans cette partie du volcan.
Dans les quelques pages qui suivent, nous exposons le résultat de
deux ascensions trés rapides que nous avons effectuées au Matlacueyatl.
La premiére date du mois de mars 1898; nous avions essayé de gagner le
sommet; mais, malheureusement, une pluie tenace et froide, aceompagnée
dun vent trés fort, nous en empécha. La seconde, faite en compagnie de
quelques membres du “Club Hípico” de Puebla, le 25 noyembre 1906, fut
plus heureuse, car, outre que le beau temps nous favorisa, nous eumes le
plaisir d'escalader les pies en compagnie Vexcellentes alpinistes. (3)
Gráce aux données, encore trés incomplétes cependant, que nous avons
pu recueillir dans ces deux courtes visites au Matlacueyatl, nous avons im-
médiatement compris sa grande importance au point de vue de Vétude
générale de nos volcans, aussi bien de leur pétrographie que de leur strne-
ture. Par leffet de l'ceuvre avancée de Vérosion, Von peut examiner la
structure du massif, dans ses parties tres profondes, sur les parois de
(1) H. de Saussure, Coup d'«xil sur 1'hydrologie du Mexique, principalement de la
partie orientale, acompagné de quelques observations sur la nature de ce pays. (Mé-
moires de la Saciété de Géographie de Genéve, HI, 1862, p. 5-196, passim). ;
(2) J, Felix u. H. Lenk, Beitráge zur Geologie und Paláontologie der Republik
Mexiko, I, Leipzig, 1890, p. 50.
(3, Nous adressons nos remerciements les plus chaleureux á MM. José et Carlos
Dorenberg, de Puebla, qui ont bien voulu nous préter leur aide personnelle pour pouvoir
effectuer cette excursion,
47
grands ravins dont lorigine se trouve trés proche du sommet. Nous avons
Vintention de continuer nos explorations, aussitót que cela nous sera pos-
sible, ces premisres recherches nous ayant vivement intéressé.
Les coordonnées géographiques du Matlacueyatl ont déja été determi-
nées par la “Comisión Geográfico - Exploradora” (1) et donnent 199 13/48"
lat. N. pour le pic culminant. :
Ainsi que nous Vavons dit plus haut, Valtitude anciennement assignée
au point culminant du Matlacueyatl est erronée, si nous en jugeons d'aprés
les mesures barométriques prises par ladite **Comisión Geográfico-Explo-
radora” et d'apres les nótres, assez rapprochées de ces deniéres, á savoir:
4461 m., selon les caleu]s de la “Comisión” et 4440 m. selon les nótres. Ce
chifire dépasse de 180 m. la hauteur du Cofre de Perote. La montagne,
sur une circonférence de S0 km. et suivant une pente tres douce, se de-
tache comme un grand cóne sillonné de profonds ravins, qui lui donnent,
tout au moins pres da sommet un aspect de vieillesse rendu plus frappant
par la vue des restes de rochers, á moitié détruits par les agents d'éro-
sion, qui subsistent encore au voisinage de la cime.
Le róle du climat est si important dans les montagnes du méme genre
eb du méme áge que celle que nous décrivons, qu'il suffirait, á lui seul,
duns certainsecas, pour déterminer les rapports de parenté et de synchro-
nisme existant entre elles. En effet, nos volcans monogénes, tels que
l'Ajusco, le Cofre de Perote, le Xinantecatl, le Tancítaro, le Zirate, qui res-
semblent tous au Matlacueyatl aussi Vien au point de vue pétrographique
quau point de vue tectonique, ont leurs sommets dans un état de destruc-
tion bien plus avancé sur les pentes exposées aux vents dominants, aux
orages et a la neige que sur les pentes oposées, soumises á un climat plus
uniforme, ce qui prouye que ces facteurs excercent une influence sur la
forme de ces massifs.
De ce fait, et bien que les flanes de la montagne soient sillonnés d'une
facon assez régulitre sur tont le pourtour á partir du sommet, les ravins
les plus profonds prennent toujours naissance au Nord ou 4 1'Est; ils y for-
ment de véritables incisions, commengant au coeur de la montagne; leurs
escarpements gigantesques, par leur forme en fer-a-cheval, rappellent un
peu de puissants talus de débris, qui s'augmentent sans cesse par Veffet de
nouveaux éboulements, comme nous en avons vus lors de nos visites.
11) Nous devons faire observer que la longitude du Matlacueyatl publiée par “P'Ob-
servatorio Meteorológico Central.” (Posiciones y alturas de algunos puntos de la Re-
pública Mexicana, México, 1901) a été probablement mal copiée sur les documents de
la “Comisión;” en effet, on a écrit 02 4/45“, ce qui représent la longitude orientale par
rapport au méridien de San Miguel Canoa, et non la longitude par rapport á celui de
Alóxioo, qui donnerait 1% 6/35",
48
Mais le Matlacueyatl ne présente qw'á V'Est et au Nord, pres du som-
met, ces escarpements et ces talus de débris que prolongent des barrancas
tres profondes; au contraire, si l'on regarde vers l'Ouest, on ne voit que
des talus á pentes trés raides (352 a 389) et uniformes, partant de la créte
pointue, rocailleuse, orientée N.-S., sur laquelle se dresse le pic le plus éle-
vé de la .montagmne. “Cette créte, déchiquetée par Vérosion, est formé de
coulées de lave superposées, qui constituent fout au moins la région su-
périeure du massif. Autre différence entre la région escarpée du Nord et
de T'Est et le talus régulier de 'Ouest et du Sud: ici les ravins, moins pro-
fonds, prennent naissance á quelque distance du sommet, en formant une
coupure aussi abrupte, mais sillonnée d'étroites arétes, qui convergent vers
le fond.
Les escarpements du sommet des entonnoirs se prolonzent; en descen-
dant la montagne, par des ravins dont les bords, déconpés á pic, sinclin-
nent d'une maniére uniforme en suivant la pente générale du cóne; leurs
parois forment de hautes murailles entiérement á pic, soutenues quelque-
fois par d'étroits contreforts, et lon peut y voir, vers le haut, dans toute
leur nudité, les laves massives plus ou moins alterées; au milieu, sur ce-
lMes-ci, qn apergoit des matériaux désagrégés, arrachés du sommets, parmi
lesquels se trouvent de grosses pierres qui ont roulé jusque lá; en bas, re-
couvrant le tout, s'étend une épaisse couche de tufs de couleur jaune ou
une blancheur éblouissante.
Au sujet de la descente reeulitre des parois des ravins, 11 faut, cepen-
dant, faire une exception pour le bord de la grande coupure qui s'ouvre, á
VEst, dans la direction de la Hacienda del Pinar et qui, partant du sommet
opossée aux plus hauts pics, forme une aréte peu inclinée qui va rejoindre,
á 3 km. de distánee á Est, une autre éminence conique, le Cerro de Xal-
tonal. Vus d'une certaine distance, au Sud, par exemple, de la ville de
Puebla, les rochers du sommet et les bords de la barranca se raccordent
au Cerro de Xaltonal et produisent l' impression que l'on a en face de soi-les
bords d'une grande caldera.
Revenons aux talus de l'Ouest et du Sud: on peut y distinguer tos par-
ties quoique la différencene soit pas trás tranchée. D'abord, on voitune pente
de 35% 4 382 d'inclinaison, sur 300 4 400 m. de hauteur, qui part des ro-
chers du sommet; cette pente est remplacée plus bas par une autre, tres
adoucie, qui va mourir sur une espece de terrase dont les bords, brusque-
ment coupés, descendent par des contreforts escarpés jusqwiá la limite de
la végétation arborescente (3900 m.) et, lá, se confondent avec les flanes
en pente plus douce de la montagne. Deux fois déja, cette pente reguliére,
qui ya mourir presque insensiblement dans la plaine, a été recouverte
d'une forét vigoureuse, dont il ne reste plus que des arbres de petite taille,
oñoru 9p ejugo sun seada *e[q9n q op 91pa UB 9P UA (ZULIA) [Pp LÁ900U JU or]
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68 L
49
que dévorent sans pitié, depuis des années, les chemins de fer et la ville
de Puebla. Celle—ci, par suite de sa situation privilégiés á une courte dis-
tance de ce massif, juite d'un spectacle attrayant: pendant les beux jours
du printemps et de V'été, on y voit se jouer les nauges orageux, et pendant
Vhiver, on peut admirer les pies du sommet recouverts de neige.
Le sommet du Matlacueyatl a la forme d'une créte dentelée, qui s'al-
longe, sur une distance d'un kilométre environ, dans une directión N.-S.
Un des pies, ou plutót un bloc ou une table de lave, dépasse en hauteur
tout les autres: c'est le “Pico Mayor,” comme nous Vappelons; son altitu-7
de absolue, selon nos caleuls, est de 4440 m. Le bloc de lave du Sud, le
“Pico Meridional,” rugueux, comme le sont tous les rochers du sommet de
la montagne, ressemble d'une fagon frappante á celui du sommet du Cofre
de Perote; de méme que ce dernier, il repose sur des bréches et des agglo-
mérats rouges, á demi calcinés. Sur cette base peu solide et instable, le
bloc ce désagrdge peu á peu du cóte de l'Est, et ses débris, en s'accumu-
lant, forment des talus au pied des escarpements disposés en entonnoirs
Voú de grosses pietres de détachent presque constamment.
Au Sud du “Pico Mayor,” la créte descendante est surmontée de deux
gros pics; le plus méridional, séparé des autres par des cols ondulés, est,
sans contredit, le plus intéressant de tous: il sert de couronnement á un
gouffre en forme de fer-i—cheval, de 400 m. environ de profondeur, dont
le fond donne naissance á un énorme ravin. L'extrémité Nord de cette
créte est entourée d'un talus de débris et de rochers. Elle s'abaisse trés
rapidement; mais, avant qwelle rejoigne la pente uniforme de la montagne,
un pic pointu, trés haut, s'y dresse encore: la “Chichita.”
Ontre la séparation en coulées, la roche qui constitue le sommet du
Matlacueyatl montre une structure columnaire imparfaite, qui West visi-
ble que sur les parois des grandes murailles formant les bords des ravins;
on y voit aussi des amas irréguliers d'agglomérats volcaniques, intercalés
entre les différentes masses de roche dure, dans leurs parois verticales;
leur présence accélére de beaucoup la destruction des pics. 1 faudrait se
placer sur le bord le plus bas d'un des entonnoirs situés en face des grands
pics pour pouvoir admirer ces énormes murailles verticales de 400 m. et
se faire une idée de la structure des roches, en observant les progrús de
Valtération produite par Vaction des fumerolles et les conditions atmos-
phériques.
Quoiqu'on soit obligé d'examiner de trés loin les parois á pie de la mon-
fagne, on peut se rendre compte des divers états d'altération des laves, á
partir des roches encore fraíches du sommet. Ce qui frappe tout V'abord,
c/estla coloration bigarrée des murailles, formant un mélange harmonieux,
des plus agréables á V'ceil. Le blanc, le rouge sang, le jaune, le gris et le
Revista (1909-1910).—7
50
»
noir prédominent, tantót bien délimités, tantót se fondant eusemble et
donnant des nuances intermédiaires. Par un soleil d'hiver, ce spectacle est
Vun effet saisissant.
La disposition des laves en minces coulées successives n'est bien visi-
ble qw'á la partie supérieure du massif, lá ou Vérosion a pu se faire une
fagon active, par suite de l'interposition de lits 'agglomérats; mais ses con-
ches ne présentent aucune régularité. De méme, l'inclinaison des laves est
trés variée, et il est impossible de déterminer le point de départ des con-
lées. Cependant, les épaisses conches de lave morcelée qui forment la cré-
te de la montagne présentent une inclinaison vers VOuest, contraire á la
pente des entonnoirs; chaeun de ces cirques produit lVimpression Vétre un
centre Véruption, une caldera. Mais, si ces apparences ne nous permettent
pas de nous former une conviction certaine, nous devons remarquer que la
montagne ne présente aucun cratére. D'un autre cóté, dans les ravins si-
tués á V'Est des murailles escarpées, les couches de lave s'inclinent en sens
opposé: Voú Pon peut conclure que Vorifice de la cheminnée déruption a
du étre placé non loin du point de départ des entonnoirs, de telle sorte que
la eréte rochense du sommet représenterait les bords d'une grande caldera
que Verosion aurait fait reculer vers l'Ouest, en déterminant ainsi une di-
minution de hauteur de la montagne.
A mesure que lV'on descend dans les profondeurs des gouffres, des en-
tonnoirs et des barrancas, ou voit augmenter l'épaisseur der conches de la-
ve, en méme temps que diminue celle des lits d'agglomérats et de débris.
A un certain moment méme, par suite de cette augmentation de puissan-
ce, les nappes-superposées cessent de paraítre distinctes, comme si le noyau
de la montagne avait été formé d'une seule masse, d'une fagon absolument
pareille 4 beaucoup des sierras éruptives monogénes semées sur le Platean
Central mexicain. Par suite de ce changement, la structure columnaire
imparfaite, si saisissante au sommet, disparaít, soit parce que vraiment elle
n'existe plus, par suite de Valtération des surfaces exposées, soit encore
parce qwelle est cachée sous les debris qui recouvrent le fond des cirques
torrentiels, restes des matériaux qui remplissaient autrefois l'intérieur de
li"cheminée d'éruption.
L'étude de la disposition des matériaux volcaniques est rendue trás dif-
ficile par Vabondance de dykes de roches altérées, qui croisent en tous sens
les roches de la partie inférieure. Un grand nombre de ces dykes, chose
curieuse, s'arrétent avant V'atteindre les conches de lave du sommet. Da
dá y avoir, Vaprés ce qw'on sait de la structure du Matlacueyatl, une in-
terruption dans Vaectivité du volean, qui passa une période d'action conti-
nue, pendant laquelle toute la montagne se serait formée, á une période
Vaction intermittente avec émission de laves, éruptions explosives de pro-
.
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51
duits détritiques, bombes, ete,, sans oublier les débris cinéritiques que Von
trouve actuellement sur le flanes de la montagne. A vrai dire, les produits
cinéritiques qui couyrent sa base et qui lui appartiennent en propre sont
mélés, aux produits des volcans beaucoup plus jeunes qui forment le grou-
pe de l'Acajete, tout pres á VEst; car ce volcan, comme tous les autres
géants mexicains, est accompagné de son cortege de cónes de bréches, dont
les cratéres surmontent des coulées basaltiques. De cette association fré-
quente des vieux massifs monogénes avec des volcans plus jeunes vient
Vabondance des ““malpays” au Sud du Plateau Ceutral.
Les roches du Matlacueyatl, Vune couleur gris ou brun rouge, sont
des andésites 4 hornblende et hypersthéne, avec un peu de mica biotite.
Elles sont toujours á structure porphyritique, avec cristaux de labrador
abondants. Dans leur páte microlitique, uvec, des aiguilles de plagioclase
ef souvent d'hornblende altérée, subsiste un résidu vitreux incolore, gra-
nulé ou brun. L'hypersthéne forme de petits cristaux. Ces roches res-
semblent beaucoup a celles du Cofre de Perote et du volcan Nevado de
Toluca. .
(Annales de Géographie, Paris. N? 100. Juillet 1909).
SESIONES DE LA SOCIEDAD.
ENERO 3 DE 1910.
Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel,
ELECCIONES de la Junta Directiva para 1910:
“Presidente: Ing. Joaquín de Mendizábal.
Vicepresidentes: Ing. Macario Olivares y Dr. Manuel Uribe 'fron-
coso.
Secretario anual: Ing. Gustavo Durán.
Prosecretario: Dr. Everardo Landa.
TRABAJOS.—Ing. Rómulo Escobar. El “Salitre” y el ganado. (Memo-
rias, 29, p. 207).
Ing. J. de las Fuentes. Empleo de la hidrazina y de sus sales en el pro-
cedimiento de beneficio de minerales por amalgamación.
V. F. Frías. Conferencias sobre la Historia de (Querétaro, (Memorias,
* 29, p. 263).
Prof. M. Salinas. £l insurgente Francisco Ayala. (Memorias, 29, p.
251).
52
NOMBRAMIENTO.—Socio honorario:
Prof. D. Rafael Altamira. 2%,
POosTULACIONES.—Para miembros titulares :
Prof. L. Fourton é Ing. Higinio Zúñiga.
FEBRERO 7 DE 1910.
Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel,
FALLECIMIENTO.—El Secretario perpetuo dió cuenta con la sensible
muerte del Sr. Dr. D. Alfredo Dugós, Socio honorario, que dejó de existir
en Guanajuato el día 7 de Enero próximo pasado, á la edad de S4 años. Le-
yó el elogio remitido por el Sr. Prof. A. L. Herrera (Revista, p. 41).
TRABAJOS.-—-Ing. E. Beaven. Breve estudio sobre las condiciones que dez,
ben llenar los planos de los terrenos nacionales que van á levantarse con motivo
de la nueva ley de tierras. (Memorias, 29, p. 275).
Albert et Alexandre Mary. L'anhydrobiose et les plasmas siliciques arti-
Fficiels. (Memorias, 29, p. 289).
Lic. R. Mena. Como fué trazada la Piedra del Sol. (Memorias, 29, p.
293).
Dr. J. L. Ortiz. No es la luz el agente de la fotografía.
NOMBRAMIENTOS.—Socios correspondientes:
Lic. D, Cleto González Víques, Presidente de la República de Costa '
Rica; D. Ricardo Fernández Guardia, Secretario de Relaciones Exteriores;
Lic. D. Alberto Echandi, Secretario de Hacienda y Comercio; Lie, Alfre-
do Volio, Secretario de Relaciones Interiores; Ilmo. Dr. D. Juan Gaspar
Stork, Obispo de Costa Rica; Coronel Dr. W. C. Gorgas, Panamá.
Miembros titulares:
Prof. L. Fourton é Ing. Higinio Zúñiga.
PosTULACIÓN.—Para. miembro titular:
Ing. Juan E. Reyna, Cuernavaca.
MARZO 7 DE 1910.
Presidencia del Sr, Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel.
TRABAJOS. —Ing. G. Beltrán y Puga. Cantidades de lluvia recogidas en*
el Molino del Rey, Bosque de Santa Fe y Ex-Convento del Desierto, durante el
año 1909. (Memorias, 29, p. 305).
53
Prof. L. Fourton. Destrucción de las manchas de yodo. Acción de las
mezclas de agua oxigenada y de amoníaco sobre el yodo. (Memorias, 28, p. 25).
Albert et Alexandre Mary. Formes organiques artificielles vascularisées.
(Memorias, 29, p. 299).
Ing. P. Rouaix. El arbusto llamado Hoja+sen en los Estados fronterizos.
(Memorias, 29, p. 301).
NOMBRAMIENTO.—Miembro titular:
hng. Juan E. Reyna, Cuernavaca.
El Secretario anual,
GUSTAVO DURAN.
BIBLIOGRAFIA.
Savants du jour. Publication honorée Vune souscription
de la Académie des Sciences. Gaston Darboux. Biographie, bi-
bliographie analytique des écrits, par Ernest Lebon, Agrégé de
PUniversité, Lauréat de Pl Académie Frangaise, etc. Un volu-
me in-8 (28-18) de vin-80 pages, papier de Hollande, avec
un portrait en héliogravure. 10 Janvier 1910, 7 fv.—Paris. Li-
brairie Gauthier—Vallars.
Cet Ouvrage a été signalée á l'Académie des Sciences par M. Van
Tieghem, Secrétairie perpétuel (Séance du 17 Janvier 1910).
. En présentant ce Livre á l' Académie dans la méme séance. M. Emile
Picard, Président, s'est exprimé en ces termes:
“Je dépose sur le Bureau, de la part de M. Ernest Lebon, un Ouvra-
“ge intitulé Gaston Darboux, qui renferme une Biographie et une Biblio-
“graphie analytique des écrits de M. Darboux. M. Lebon a entrepris de pu-
“blier une série de petits volumes de nature analogue, sous le titre géné-
“yal des Savants du Jour. Déja, il y a quelques mois, le premier volume
“Je cette série, consacré a M. Henri Poincaré, a été présenté a 1 Académie.
“Dans YVOpuscule actuel, on trouvera une tres intéressante Biographie
“de notre Secrétaire perpétuel, avec une vue générale sur son ceuvre scien-
“fifique. La liste des Mémoires et Ouvrages, qui ont été distribués en sept
“sections, a été établie avec un soin extréme. Leur énumeration consti-
“tuerait déjá un document précieux, mais M. Lebon ne s'en est pas tenu
«la, ll donne quelquefois un court résumé du travail mentionné, et indi-
“¿que les analyses dont il:a fait Vobjet. La collection, dont M. Ernest Le-
“bon vient de publier les deux premiers volumes, rendra certainement les
¿“plus grands services aux chercheurs et aux historiens de la Science.”
Producción de cobre en el mundo de 1907 á 1909,
en toneladas,
1907 1908 1909
Estados Unidos ....-.. 392,520 423,300 490,310
Méxicd=> osas 56,565 "39,990 - 56,240
Can 25,615 28,570 24,105
Newfoundland .......- 1,730 1,430 1,380
Coba. A a 3,000 9,675
América del Norte. 476,430 496,290 574,110
AFgOOtIDA 023022 .. 220 225 600
Bolivia. tee 2,500 2,500 2,000
Chil cocos 26,685 38,315 35,785
Perico id. 10,575 15,000 16,000
América del Sur .. 39,980 56,040 54,385
ATEOMADIA . ===. .... 20,490 20,200 22,455
A a aaa 920 1,575 1,615
España y Portugal .... 49,675 52,585 52,185
Hungría .-.----=-===-= 125 2,240 4,505
Inglaterra oe 022.. 700 700 700
Tala e 3,306 2,975 2,275
Noruega. ----- 232 7,010 9,190 9,080
RU as 15,000 20,085 17,750
SUScie. sa 2,000 2,000 2,000
DOrquía. === ====22-. 1,250 1,050 800
A A 100,470 112,600 113,815
JAPO A 48,935 43,000 47,000
LAA duce 6,800 6,880 14,945
- Australasia...-...7--- 41,150 39,500 34,400
IS SOS 713,865 754,310 839,225
(The Enginnering and Mining Journal, según Henry R. Merton € Co.
Londres).
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Speiedad Cientíica Anton Alzate.
Revista Científica y Bibliográfica.
Núms. 9-10. Tomo 29. 1909-1910.
Estación Biolóvica Marina de Roscoll, anexa á la Universidad de París.
Secretaría de Estado y del Despacho de Instrucción Pública y Bellas
Artes. —México.—Sección de Educación Secundaria, Preparatoria y Pro-
fesional.—Mesa 2?—Núm. 5575.
El C. Secretario de Relaciones Exteriores me dice lo que sigue en nota
fechada el 22 de enero último:
“El Ministro de Francia en esta capital, en nota de fecha 20 del mes
en curso me dice lo que á continuación tengo la honra de transcribir á us-
ted, para los efectos á que hubiere lugar:
“De acuerdo con las instrucciones del Señor Ministro de Negocios Ex-
tranjeros de mi país, tengo la honra de adjuntar á usted un ejemplar de la
noticia relativa al funcionamiento de la estación de zoología marítima de
Roscoff.
Gracias al empeño y á la actividad de su Director Señor Delage, Pro-
fesor de la Facultad de Ciencias de París y miembro del Instituto, se han
llevado á cabo mejorasimportantes en la Estación de Roscoff, y se han crea-
do laboratorios particulares que se ponen á disposición de los trabajadores.
Para alquilar cierto número de estos laboratorios, el Señor Delage sos-
tiene relaciones con varios sabios extranjeros, y ya varios Estados han
acordado subvenciones al establecimiento Roscoff. El precio del alquiler
de cada laboratorio es de 1500 fr. al año.
Mucho estimaría yo 4 Vuestra Excelencia que se sirviera comunicar
los informes contenidos en la noticia de referencia á las sociedades y á los
sabios mexicanos á quienes pudieran interesar, con el fin de que eventual-
Revista (1909-1910).—8
38
mente,se pongan en contacto con el Señor Delage directamente, ó por me-
dio de esta Legación ó de la de México en París.”
Y lo transcribo á usted para su conocimiento y fines que procedan,
acompañándole la noticia sobre el funcionamiento de la Estación Biológi-
ca de Roscoff.
Libertad y Constitución. México, 26 de febrero de 1910.—Por orden
del Secretario. El Subsecretario, E. A. Chávez.—Al C. Presidente de la
Sociedad Científica “Antonio Alzate”.—Presente.
Estación Biológica Marina de Roscoff, anexa á la Universidad
de París.
Fundada en 1872, por H, de Lacaze-Duthiers, esta estación no era al
principio más que una instalación rudimentaria. Pero la elección muy jui-
ciosa del lugar era la garantía segura para su desarrollo posterior. Allá,
en efecto, se encuentran en su vecindad inmediata, todas las naturalezas
del fondo, (arena, limo, yerbas, conchas rotas, moerl, rocas. helechos, ete. ),
con las faunas y las floras particulares á cada una de ellas. Hay pocos lu-
gares sobre las costas que puedan compararse como ése, en cuanto á rique-
za y variedad de la fauna, ya sea en Francia, ya en el extranjero. Además
las mareas son allí muy fuertes (cerca de 1U metros) y descubren exten-
ciones considerables de playa, de tal manera que es muy fácil cosechar allí
una multitud de animales. Por eso también, los progresos de la estación
han sido incesantes.
Hoy es un vasto edificio que mide más de media hectárea y se halla
cubierto de construcciones.
COMPRENDE:
Un gran acuarium de 300 m. cuad. de superficie con veinte arcas
de circulación constante, de agua de mar y con dos grandes hoyas igual-
mente de circulación;
Un vivero de cerca de 1,000 m. cuad, de superficie y de 4 m. de pro-
fundidad alimextado por la marea:
Unas cubetas elevadas de 180,000 litros, en donde llega el agua
por medio de una bomba puesta en movimiento por un motor, y de donde
se esparce por las arcas y los tanques del acuarium, y en las pequeñas ar-
cas de los salones de estudio:
22 salones de trabajo para los sabios que se entregan á investigacio-
nes originales;
59
Un salón de colecciones que contiene todos los animales de la región
determinados por especialistas;
Una gran sala común para los estudiantes, á quienes se dan dos series
de conferencias y manipulaciones de 30 sesiones cada una;
Una biblioteca;
Una sala para la física;
Un salón para la química;
Dos gabinetes de fotografía;
Un salón para las máquinas;
Un taller;
20 recámaras en las cuales se admiten á los trabajadores que tienen
interés especial en quedar cerca de su trabajo.
Los útiles comprenden diversas embarcaciones de vela pequeñas y
una lancha con motor de 18 toneladas, con la cual ha podido llevarse á ca-
bo una excursión hasta Inglaterra.
El número de trabajadores, que durante varios años, había variado de
30 á 40, habiéndose duplicado en estos últimos tiempos, ha habido la ne-
cesidad de hacer nuevos aumentos para recibir á todos los que vienen aho-
ra al laboratorio pidiendo hospitalidad.
Se han demolido y vuelto á coustruir según nuevos planos el acua-
rium y las antiguas sillas movedizas, y se han edificado 24 laboratorios
nuevos, alumbrados todos por medio de amplios vanos de vidrio y dotados
con todos los aparatos científicos que reclama la técnica moderna; estos
salones están cerrados y constituyen para los trabajadores que los ocupan,
laboratorios personales en donde pueden aislarse cómodamente. Estos la-
boratorios personales se ponen á la disposición de los sabios de los Esta-
dos extranjeros, mediante una pensión anual de 1500 francos pagaderos
á la Facultad de Ciencias de París. ls un precio notablemente inferior
bajo el cual se alquilan las piezas de la estación zoológica de Nápoles. Con-
viene notar que la estación de Roscoff no hace un doble empleo con ésta.
En etecto, colocada á orillas de un mar de mareas, cuya fauna es del to-
do diferente á la del Mediterráneo, constituye por el contrario su comple-
mento natural.
60
RIQUEZA MINERAL DE AMERICA
POR
E, W. RAYMOND Y W, R. INGALLS,
Fué mi intento dar lectura ante esta honorable reunión á un extracto
del interesante trabajo de los Señores R. W. Raymond y W. R. Ingalls pre-
sentado en una sesión del Instituto Americano de Ingenieros de Minas,
en el mes de febrero de este año, con el título: “La riqueza mineral de
América”. Pero la información que este trabajo contiene es tan precisa, y
está tan hábilmente presentada, que me he visto en la necesidad de trans-
eribir, más que de estractar, mucha parte de su texto, en cuanto tiene re-
lación directa con el papel que los yacimientos minerales de metal precioso
han hecho como estimulantes en la exploración y conquista de América.
Dicho lo anterior, no necesito agregar que en lo que sigue nada hay
que no proceda del trabajo de dichos Sres. Raymond é Ingalls, y que no
me pertenece más que el deseo de llamar la atención de esta Sociedad so-
bre él. *
Contando con vuestra benevolencia entro en materia.
Los recursos minerales de una región, según el testimonio de la histo-
ria, han sido el origen de su primer desarrollo y la base de su ocupación
subsecuente por agrupaciones civilizadas y prósperas.
Los hombres de la edad prehistórica, viviendo de la cuza y de la pes-
ca, no pudieron utilizar ni valorizar los depósitos minerales pero el paso
dado en la civilización, representado por las manufacturas y el comercio
dió ya ocasión para que se comenzase á realizar el valor nacional de los de-
pósitos por el intercambio que hacían de sus productos las tribus más re-
motas que los poseían. Entre otros ejemplos está el de losindios del Lago
Superior de Norte América que cambiaban su cobre nativo por la mica de
Carolina del Norte, y así otros. :
En los tiempos modernos los metales preciosos han sido el estímulo
para la exploración y la Conquista y esto es del todo aparente en la histo-
ria de Norte y Sur-América.
Fué la perspectiva.de tener oro y plata la que condujo los aventure-
ros Españoles á las costas de América: las conquistas de México por Cor-
tez y del Perú por Pizarro fueron inspiradas por los relatos de las rique-
zas de los Aztecas y de los Incas. Las exploraciones que se sucedieron á
* Transactiones of the American Institute of Mining Engineers. Vol. XL. 1309
(1910).
61
la Conquista descubrieron muchas famosas bonanzas de metales preciosos;
la primera plata enviada á Europa de México se obtuvo en las minas de
Tasco, descubiertas por los Españoles en 1522 próximamente, un año des-
pués de la conquista. Estas minas, lo mismo que las de Pachuca, se han
reputado como las más antiguas en México, pues algunas de ellas habían
sido, de tiempo atrás, trabajadas por los Aztecas, cuando tuyo lugar el arri-
bo de los Españoles.
Es muy interesante el notable desarrollo de las minas de oro y plata
en los tres siglos que siguieron y merece por tanto hacer de él la siguiente
reseña cronológica.
En 1537, cinco años solamente después de la conquista del Perú, co-
menzó la explotación de las minas de oro por los Españoles en Nueva Gra-
nada, (Estados Unidos de Colombia). En 1540 comenzó en México la de
las minas de plata en Zacatecas. En 1545 se dsscubrieron las famosas mi-
nas del Potosí en Bolivia; y en 1548 se hizo el primer descubrimiento en
Guanajuato, México.
En 1557 tuvo lugar un acontecimiento importantísimo: Bartolomé de
Medina, de Pachuca, México, inventó el procedimiento de amalgamación
que se ha llamado beneficio de patio.
En 1571 la mina de mercurio de Huancavelica, Perú, comenzó á pro-
ducir abundante metal y fué este un suceso de grande utilidad para el be-
neficio de los metales de Potosí.
En 1574 se introdujo en Perú el beneficio de patio. Las minas de pla-
ta de Oruro en Bolivia, fueron descubiertas en 1575. Los placeres del Bra-
sil lo fueron en 1577. pero pasaron 100 años sin que se trabajaran activa-
mente y su producto vino á adquirir importancia en 1695. En 1590 inven-
tó Alonso Barba en Potosí, Bolivia, la amalgamación de cazo.
Después de los descubrimientos narrados sobrevino un período de cal-
ma de 50 años en el cual no se registró hallazgo digno de anotarse; pero en
1630 se dió con las minas de Cerro de Pasco, Perú; y en 1633 el peruano
L. S. Barba inventó el horno de Aludeles para obtener la reducción y des-
tilación del mercurio, el primero por su eficiencia para el objeto, pues que
permitió dar gran impulso ála metalurgia de los metales preciosos que por
aquél tiempo y por tres siglos después se han obtenido con la agencia del
mercurio En 1666 se desenbrieron las minas de plata de Cusihuiriachic de
Chihuahua, México. En 1695 comenzaron á producir con abundancia los
ricos placeres de oro de Geraes, Brasil, La famosa mina de Santa Eulalia,
Chihuahua, fué hallada en 1704. La gran bonanza de Real del Monte, Mé-
xico, se descubrió en 1762 y en 1771 las ricas minas de plata de Hualga-
yoc, Perú. En 1778 se abrieron las minas de Catorce, México, y fué reco-
62
nocida su riqueza. Las históricas minas de Guarisamé, Durango, se ha-
lHaron en 1783 y en 1792 la famosa bonanza de Sombrerete, Zacatecas.
Hasta 1793 vinieron á utilizarse en México las mulas y caballos para la
incorporación de los agentes químicos con las lamas en el procedimiento
de patio, ahorrando con esto el 25 por 100 en el costo del beneficio; antes
de esta fecha la operación se hacía enteramente con trabajo humano.
Todos estos grandes descubrimientos y explotaciones tuvieron su asien-
to en la cadena de montañas, ó serie de cordilleras que localmente se les
ha designado: Montes Rocallosos, Sierza Madre, Los Andes, etc. y de una
manera general, Cordilleras Americanas, que se extienden casi sin inte-
rrupción desde Alaska á la Patagonia, considerando como una dependen-
cia suya la Sierra Nevada de California. La extensión y variedad en ri-
queza mineral contenida en los depósitos diseminados de oro y plata en to-
da la asombrosa extensión geográfica de esta formación de montañas no tie-
nen paralelo con la riqueza mineral que se haya podido manifestar en los
Alpes, los Urales, los Carpatos ó los Balkanes, ni en cualquiera que pueda
revelarse en lo sucesivo en el Himalaya, Montes de la Luna, ú otros imper-
fectamente representados en las cartas de Asia y Africa.
Los conquistadores Españoles tuvieron la buena fortuna de atacar el
Continente donde la gran cordillera metalífera quedaba más cerca del mar,
de aquí la temprana explotación de México y de partes de Centro y Sur-
América. La colonia Inglesa en James Tower, la expedición de Ponce de
León y otros en la región de los Appalachian fracasaron, por que inspira-
dos en la esperanza de encontrar ricos depósitos de oro, se dirigieron lejos
de las Cordilleras, y quedó reservado para los últimos siglos revelar las ri-
quezas de los Montes Rocallosos en los Estados del Pacífico y territorios
British Columbia, Yukon y Alaska, por donde aquellos se extienden.
Con todo no pueden considerarse como completamente exploradas las
Cordilleras Americanas. Especialmente en Centro y Sur-América, se ha-
llarán, indudablemente, depósitos minerales que igualen á las famosas bo-
nanzas del pasado.
Pero la historia de cuatro siglos pone de relieve un principio que de-
be tomarse en seria consideración, á saber: que mientras la minería puede
ser inspirada en cada región por el deseo de obtener metales preciosos, es-
te ramo de industria no puede establecerse en modo permanente, y ningún
comercio substancial puede asegurarse hasta que la explotación de los me-
tales inferiores y de los minerales voluminosos, especialmente el carbón,
ha comenzado. La explotación de los metales preciosos está caracterizada
por campamentos efímeros; la de los metales inferiores se distingue por la
creación de poblaciones permanentes, y á menudo ciudades con una pobla-
ción persistente. Esta ha sido la historia de los Estados Unidos; ha veni-
63
do áser la de México y será la de Sur-América. No tenemos que ir lejos
para hallar la razón.
Los metales preciosos pueden extraerse por métodos imperfectos, el
oro se obtiene hoy en Alaska lavando la grava en bateas. La plata se ex-
trajo por más de tres siglos en México y Sur-América por el procedimien-
to de patio que no ha requerido más que el trabajo de hombres auxiliados
por animales, pero con escasa maquinaria, y las barras obtenidas pudieron
transportarse á largas distancias por veredas en las montañas en las que
sólo había lugar para un hombre ó una mula. Esta era la situación en el
Oeste de los Estados Unidos cuando las minas de la veta de Comstock se
estabatrabajando, antes del advenimiento del Ferrocarril del Pacífico. Los
exploradores han cateado sobre muchas partes de Colorado, Utah y Neva-
da, descubriendo crestones de minerales de plomo y cobre; pero sin dispo-
ner de un transporte barato estos descubrimientos fueron inútiles. El fe-
rrocarril citado permitió extraer los metales inferiores de la región Occi-
dental de los Montes Rocallosos y llevarlos á los mercados del mundo,
implantar grandes centros de fundición y unaindustria minera permanen-
te; asimismo desarrollar las industrias manufacturera y agrícola requeri-
das para el sostén de la minería. La ciudad de Virginia, dependiendo solo
de las minas de oro y plata del Comstock ha decaído hasta ser una endeble
sombra de sí misma; pero Denver, Lago Salado y Helena con grandes cen-
tros de fundición alimentados con los metales inferiores que llegan á sus
hornos, han llegado á ser por el contrario, centros prominentes de pobla-
ción.
El rejuvenecimiento de México como país minero data de 1886, cuando
los minerales plomosos, especialmente de los Sierra Mojada, comenzaron á
ser importados á los Estados Unidos en cantidades importantes. Y fué so-
lo tres años más tarde en 1889 que la minería del plomo condujo al esta-
blecimiento de fundiciones en México. Este hecho no sólo estimuló á la
construcción de ferrocarriles sino que promovió la explotación de minera-
les de plata que los fundidores pedían como fundentes. Por ejemplo, las mi-
nas del Parral producen mineral de plata muy silizoso que requería ser so-
metido al procedimiento de lexiviación por el hiposulfito. Y de este modo la
explotación del distrito se hacía en una pequeña escala. Pero ahora el Pa-
rral es una gran ciudad minera, respecto á tonelage: Sus metales se embar-
can en fuertes volúmenes consignados á los fundidores, quienes los mez-
elan con otros minerales y los tratan con menor costo que cuando lo hacían
por el antiguo método de lexiviación, Aun cuando en el caso de algunos
minerales las fundiciones tienen ahora la competencia del procedimiento
de cianuración no puede negarse que Monterrey, San Luis Potosí, Aguas-
calientes, Terreón y Velardeña, como centros de fundición, constituyen el
nucleo real de la prosperidad minera de México.
64
Así ha sucedido en Sur-América. En años recientes, Chile ha sido una
nación comercial muy importante del Continente Sur, no por razón de su
producción de oro y plata sino más bien por la de cobre y salitre. Chile
está indudablemente destinado á tener una grande alza como país minero,
acometiendo la explotación de sus recursos por métodos más modernos,
que resultaron de la construcción de ferrocarriles, la erección de fundicio-
nes centrales, el desarrollo de sus minas de carbón, etc. Semejantes re-
sultados serán seguidos de la reapertura de Cerro de Pasco en Perú, como
mina de cobre, y de una creciente explotación de los depósitos estaníferos
de Bolivia que puede llegar á ser el primer país productor de estaño en el
mundo. El Brasil fué famoso originariamente por ser manantial de diaman-
tes y por sus ricos depósitos de oro; pero los diamantes han escaseado y le
queda una célebre y productiva mina de oro, San Juan del Rey, pero en la
industria minera del Brasil lo que tiene superior importancia son los mi-
nerales de manganeso y la arena monazítica.
El objeto de este trabajo al encarecer la importancia de la explotación
de los metales inferiores ha sido hacer aparente la íntima relación entre
esa clase de minas y el desenvolvimiento de transportes perfectos con el
corolario de que los intereses industriales no pueden asegurar ningún ade-
lanto real hasta disponer de las comodidades que trae consigo un medio
de transporte barato. En ausencia del transporte barato la minería de los
metales inferiores es impracticable en general; pero la posesión de depósi-
tos de tales metales y minerales inspira la construcción de ferrocarriles
que se desarrollan luego por el orden natural de las cosas. En regiones pri-
vilegiadas ha sido posible explotar metales inferiores de tiempo atrás co-
mo en el interior de los Estados Unidos, que disponiendo de vías fluviales
para llevar sus productos á los mercados del mundo, pudo explotar sus
recursos en metales inferiores sin la influencia estimulante de depósitos
de metales preciosos. Pero es indudable que la falta de vías navegables y
el carácter accidentado de la costa Occidental de Sur-América ha retar-
dado la explotación de metales inferiores en espera de la tediosa construe-
ción de ferrocarriles en las pendientes de los Andes.
Se tienen estadísticas en lo concerniente á América, sobre Estados Uni-
dos, Canadá, México, Bolivia, Brasil, Chile y Perú, con las que se acredita
que estos países poseen las especies minerales que demandaría forzosamen-
te el establecimiento de una minería que tenga por base la explotación de
los metales inferiores. Faltan esos documentos para los demás países de
la América del Sur y los de la América Central; pero se sabe que hay una
industria minera de importancia en Guatemala, Nicaragua y Honduras,
igualmente en Colombia, Venezuela y Argentina.
En un ensayo sobre industria minera, la cuestión de supremo interés
65
concierne al futuro; pero pende este mucho del pasado y aun del presente.
La experiencia del mundo por muchos siglos enseña: que si los depósitos
de minerales preciosos han producido por largos períodos de tiempo ,suce-
de que en una ocasión dada odrá estimarse lo que puedan durar y el pro-
ducto de que sean susceptibles si no es por solo unos cuantos años más. Al
contrario: podemos formarnos buena idea de los depósitos de fierro, aún
sin labrados, en Michigan, Wisconsin y Minnesota que yacen cerca de la
superficie y cuya extensión puede determinarse por medio de cateos ó son-
das; igualmente podemos medir aproximadamente los depósitos de carbón
mineral, que aparece en capas de extraordinaria extensión, marcada por co-
nocidos fenómenos geológicos. Por otra parte aun en países en donde la
minería está bien desarrollada como en México y los Estados Unidos na-
die podría aventurar una indicación cuantitativa de las existencias mine-
rales de cobre, plomo y zine en esos criaderos. Así y todo, si es cierto que
las minas individualmente dejan de producir lo es también que son reem-
plazadas por nuevas y que la extensión y capacidad productiva de los dis-
tritos aumentan, como lo reflejan las estadísticas.
En cuanto á nuevos distritos, las probabilidades con que cuenta la ex-
ploración de nuevos depósitos minerales son cada vez más diminutas. De
1849 á 1879 los descubrimientos eran comunes en los Estados Unidos, des-
pués de 1879 han sido cada vez menos frecuentes; lo cual debe provenir de
que la superficie ha sido tan cuidadosamente escudriñada que pocos cres-
tones han podido quedar desapercibidos ó no han ofrecido interés á los ex-
ploradores juzgándolos de escaso ó ningún valor. Hay también distritos
en donde la exploración es en extremo difícil por cuanto á que las vertien-
tes montañosas están pobladas con intensos montes. Se concibe que en
México y Sur-América se verifiquen estas condiciones.
Pero no obstante la escrupulosidad con que la superficie de Norte y
Sur-América se haya explorado es lo probable que solo una pequeña par-
te de la riqueza mineral de sus tierras se ha descubierto. Muchos depósi-
tos minerales de metal precioso ocurren en lo que se llama Vetas Ciegas,
(las que no llegan á la superficie).
El descubrimiento de minerales es grandemente casual. Sin embargo,
la práctica y ciencia geológica ha reforzado la capacidad de los explorado-
res.
Nadie podría juzgar hace 5 años de las inmensas cantidades de cobre
que se hallaron en Ely, Nev., bajo la masa casi estéril que con el carácter
de criadero aurífero había dado lugar á trabajos infructuosos por unos
treinta años. Este descubrimiento fué análogo á la revelación casi contem-
poránea de que bajo las grandes masas de terreno aurífero del Mont Mor-
Reyista (1909-1910).—9
66
gan en Queensland, Australia, se hallaba un inmenso depósito de mineral
de cobre.
Estos descubrimientos, además de constituír un aumento importante
en el abasto de cobre, significan acaso más por la enseñanza de nuevos he-
chos en la ciencia que trata de los depósitos minerales.
Por ejemplo, el descubrimiento de ricos minerales de plata en una for-
mación caliza en White-Pine, Nev,, fué la primera causa de una atención
reiterada en la mineralización de la misma clase de roca en Eureka, Nev.
El descubrimiento de las bonanzas de Eureka impresionó mucho.
Semejantemente el descubrimiento del oro en la andesita y fonolita de
Cripple Creek, Colorado, en 1891 Antes de esafecha los exploradores ame-
ricanos no sabían que el oro se encontraba en andesitas y no distinguían
á ojo desnudo el mineral que contenían, sino hasta que por el ensaye pu-
dieron determinarlo. Pero los actuales exploradores aprendieron la lección,
De los hechos citados se desprende otro de importancia científica y es
que en Ely y Mont Morgan se hayan encontrado depósitos de mineral de co-
bre debajo de extensas masas de terreno que contenían algún oro sin ma-
nifestar ninguna indicación de la existencia del cobre. Así es que por la
generalización de tales hechos y su aplicación á la exploración futura la
Geología aplicada á este ramo será el guía de los futuros exploradores.
Nos adelantamos aun á decir que en años venideros los triunfos de los
geólogos serán más y más frecuentes y que acaso nuestros sucesores de
la próxima generación puedan decir que el descubrimiento de un mineral
de casual que era se ha convertido en un problema de pura deducción
científica. Pero cualquiera que sea el progreso en esta dirección sentimos
la seguridad de que la riqueza mineral de Norte y Sur-América después de
cuatro generaciones de exploración estará aún lejos de ser conocida y que
en el curso del tiempo, las minas de Sur-América traerán á sus pueblos un
desarrollo material de la clase del que Canadá, México y Estados Unidos
han experimentado.
Queda por hablar del carbón, que es la médula de toda industria, del
cual Norte-América es tan rico. La impresión popular de que los Estados
del Centro y Sur-América no poseen importantes abastos de carbón no es-
tá bien fundada; es más bien una confusión de la falta de explotación con
la no existencia.
De hecho, el carbón y la lignita aparece en muchos puntos de México,
América Central y del Sur; y realmente se explota en Chile, Perú y la Ar-
gentina, aunque su producción no baste aún para llenar las exigencias do-
mésticas.
En cuanto á los Estados Unidos, según un informe del perspicaz es-
tadista Abraham S. Hewitt, poseen un tesoro tan vasto, en los Estados del
67
Centro y el Este, que el mundo puede extraer de él su abastecimiento por
siglos futuros, pues que el carbón todo del resto del mundo puede deposi-
tarse dentro de la cuenca que poseen sin que sus millas cuadradas ocupen
una cuarta parte del area carbonífera de los Estados Unidos considerada
en dicho informe en el cual sin embargo no se comprenden los terrenos
carboníferos del Colorado, que han sido estimados con una extensión igual
á todos los otros campos del carbón de los Estados Unidos.
Si el carbón de las Repúblicas sur-americanas ocupa una relación
geográfica peculiar con sus otros recursos minerales, tal como fueron re-
conocidos en 1868 por los Estados Unidos, las exploraciones futuras tienen
que determinarlo.
En 1876 el gran ferrerista inglés Lowthian Bell declaró que los manu-
factureros americanos de fierro y acero seguirían contrariados sin esperan-
za alguna por razón de las distancias á que tenían que transportar sus mi-
nerales fundentes y combustibles, comparando esta situación con la suya
en la que sus materiales los tienen casi en justaposición completa. Pero
la inventiva y empresa de los americanos ha obliterado estos supuestos
impedimentos de tal modo que una tonelada de mineral de fierro puede
transportarse á millares de millas sin la intervención del trabajo humano.
Los ríos y los océanos considerados antes como obstáculos para el comer-
cio se han convertido en vías de comunicación y el transporte barato por
los ferrocarriles ha aniquilado las distancias.
El progreso científico por su lado, ha reducido mucho la importancia
decisiva que se daba antes á las diferencias en la cualidad de los materia-
les erudos. El uso de productores de gas y de las máquinas de gas ha he-
cho desaparecer el limbo de superioridad d+ ciertos combustibles; y el ade-
lanto de la metalurgia ha reducido el interés de la composición y ley especial
de los minerales. En suma el progreso científico ha permitido utilizar un
mineral erudo que posea algún valor, y la practicab:lidad de ello no de-
“pende del dictado absoluto de la naturaleza, sino de la decisión económi-
ca del hombre.
En esta decisión más que las condiciones naturales funcionan el cos-
to del transporte del material erudo al punto de su reducción y manufac-
tura, y el subsecuente para entregar el producto á los consumidores.
Aplicando á Sur-América el abaratamiento del transporte como se
hizo antes en los Estados Unidos y muchas partes del Canada, á saber:
estableciendo ferrocarriles para desarrollar los recursos de muchas regio-
nes no es dudoso que la minería sur-americana llegaría al extremo de
que dentro de pocos años acreciese el bienestar y multiplicase la industria
de sus habitantes.
Además hay otro aspecto de la influencia del hombre sobre la natura-
68
leza que merece ser aquí considerado. Si es cierto que las ciencias y el
arte utilizan las fuerzas y materiales que ministra la naturaleza lo es tam-
bién que el método de tal utilización está dentro de la elección del hom-
bre. Y el moderno desarrollo del uso de las corrientes eléctricas como ve-
hículo de natural energía invita á transformar la vida industrial del mun-
do. Sin entrar en detalles juzgamos suficientemente justificado decir que
la transformación y transporte de energía por este medio para utilizarla en
puntos distantes, como calor ó fuerza motriz, hace de cada caída de agua
un recurso natural para prolongar la existencia de los criaderos de carbón
y la de las maderas. Desde este punto de vista las elevadas cimas de las
cordilleras americanas y los innumerables torrentes que concurren á for-
mar los ríos que descienden á uno y otro océano ministra un inextinguible
manantial de energía para las generaciones venideras.
Este bosquejo general sería incompleto si no se reconocieran también
los motivos y facilidades que ofrecen las topografías de Norte y Sur-Amé-
rica para el futuro tráfico interior. Que cada nación debería ser árbitra
por gobernar, dentro de sus propios límites, los productos de todo el mun-
do, es una noción basada en la experiencia histórica de la guerra. Acaso
ningún país como los Estados Unidos se aproxime tanto á este objeto y
sin embargo, carece y uecesita de muchos productos del trópico, que no
puede cultivar y que los pagaría con gran complacencia.
Hasta aquí, por razones que no es necesario referir, el curso del trá-
fico ha sido Este-Oeste; pero se aproxima el tiempo en que se inaugure un
importante intercambio comercial entre Norte y Sur. A este fin el pro-
yecto de un ferrocarril intercontinental, por largo tiempo perseguido, ya
ofrece llegar al fín de una poderosa promesa; y cuando se llegue á comple-
tarlo, las cordilleras americanas, que inspiraran la conquista de este he-
misferio á la civilización europea, habrán venido á sér el eslabón que una
á sus dos mitades en una permanente paz y progreso.
México, Diciembre de 1909.
LUIS ESPINOSA, M. $. A,,
Ingeniero de Minas,
Coordenadas reográficas y altitudes del Estado de Puebla,
tomadas de la lista que acompaña á la Carta mural de ese Pstado,
publicada por la Comisión Geográfica Exploradora, (1908).
Abreviaturas: C, ciudad, H, hacienda, P, pueblo, R, rancho, Y, villa.
A
a SS A
Amalucan (Cerro)... O A os pao
OO Vamo: =.-- Had
AAA AO
A A
y E A CA
Batán (El), H
Buenavista (San Juan), H.ooooocooooroo----.
Buenavista (Santa María), H.--. PEA
Costocráan (Cerrar ns a
Coyotzingo, P.....-.
Cruz (Fábrica). -...---
Cuautlancingo, P...
Esperanza (F. C. M.
Gallinero, H.....-.
Huauchinango, C...
Huejotzingo, C.....
Hueyotlipan, P.....
pl o. ACB > A
Ixtaccihuatl (roca más alta pechos) -........--
Manzanilla (Cerro).
Matamoros Izúcar, €.
Matlalcueyatl (Malinche, cerro Xaltonallin)...
Metlaltoyuca, P....
Molcajac, V..-.. ---.-
Ú
Momoxpan, P.oooooioocoo.o.-- Adler
Moyolzmnco ue. E MES is eS ed
Nextetelea Bao los oia o sa)
Nopalucan etc asen aos
Ocotal ooo
Ocoyucan, P.....-..
Pantepec; Dies. e ¿bnsio a A A
Popocatepetl (punto más alto del cráter) Volcán
Puebla Ms ec e
Rancho Colorado -.oo2mc.0oooo=ooo=oosoz==o=>
Resurrección, V....
Sanctóram; Eo oi lan a San
SN En E lao dos cbo toos dpO id
San" Baltasar. Prot ao dios e
San Juan del Río, P..
Santa María, R.....
San Martinito, H....-
San Miguel Atlixco
A
(Corro) eos oa tete
Sam Pablo (Cerros o a aoa ee
dr SES
Tecamachalco, C....
Lat. N.
18 58 45
19 02 19
19 07 11
19 14 35
19 11 49
19 04 07
19 05 16
18 51 42
19 00 57
20 1051
19 09 28
19 05 06
19 10 44
19 05 34
18 36 12
19 13 48
90 44 05
18 44 09
19 04 12
19 1435
19 07 13
19 1259
19 08 36
18 58 31
20 31 29
19 01 17
19 02.30
19 04 35
19 06 04
19 05.51
19 06 03
19 0124
18 10 01
19 05 06
19 01 02
18 54 42
19 06 25
18 53 58
18 5257
Long. E. Altitud
de México
0 53 43
0 53 02
0 49 56
0 42 02
0 4135
0 52 57
0 51 40
1 45 39
0 54 37
1 04 59
0 43 45
0 55 22
0 29 33
1 0000
0 4016
1 06 07
1 1653
1 13 46
0 52 01
0 43 43
0 47 33
1 18 44
0 5051
0 49 56
1 11 40
0 30 20
0 56 06
0 54 56
1 0018
0 52 46
0 58 23
0 55 36
0 37 09
0 56 00
0 52 48
0 41 44
0 56 36
1 09 56
1 24 05
m.
2068
2490
2200
2404
2322
2180
2452
2133
1490
2280
2206
5286
2301
1309
3911
390
1838
2159
2271
71
Tecajete (extremo S. del cráter)......--..- ..
O A ANS
Menextlaltiloyan; Pro pnas oops E
nO O SS
ener (Cerro) ci es= ccoo oeaaia m2 dejo Se
A A o O
Tepuxzochitl. ((erro)--.->22=ceoo-o-===-=-<.
Tetela de Ucampo, V.oooooomcooorancoo ooo:
ME ca Dio aa e 0 lame as
Cl O Roto ES
DEE esa =o IESO
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A A
Iliana Prato caes mientos
A
Puzapam, HH... ...-.:. TS lol o
IEA (COITO) 22 coa a ea e
Villa de Libres (San Juan de los Llanos)......
ARA E
-Xilotzingo, AMA AR
A A
A A AN
an ore, (AA ANA - ES ARO
A E OS
A O SOS
AENA AA A
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ATSC o ao loo rior ase esse
Lat. N.
19 04 04
18 27 51
19 05 22
18 57 43
19 06 08
18 34 47
19 641 07
19 49 15
19 16 55
19 49 30
18 40 54
19 10 10
38 58 07
18 25 41
19 01 44
20 28 19
19 04 44
19 27 54
19 12 32
18 58 36
19 05 23
19 05 12
19 52 49
19 56 05
19 04 27
18 19 56
19 03 26
18 19 57
Long. E. Altitud
xico m.
e
0 44 08 2496
1 4434 1660
0 5508 2183
11346 2242
0.5648 2304
11209 1750
0.5831 2329
11945 1790
0.4146 2310
1 4637 1990
12845 1950
0 47 17 2280
10215 2443
026 16 1100
0.5130 2157
12541 438
05311 2198
2651 2380
4508 2248
OOO ae
56 02 2220
0146 2361
3252 1890
1037 2050
0 47 16 2407
13938 1521
0.5252...
15322 1109
Rh hHhoocor
72
SESIONES DE-LA SOCIEDAD:
ABRIL 4 DE 1910.
Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel.
TRABAJOS. —Ing. Valentín Gama. Teoría de las ocultaciunes de estrellas;
métodos gráficos para su predicción. Su aplicación 4 la determinación de las
longitudes y para las correcciones de las coordenadas de la Luna. (Memo-
rias, t. 28, p. 297).
Jorge Griggs. Bosquejo de los fósiles de Chihuahua.
Ing. H. G. Guerrero. Tratamiento metalúrgico de los minerales de cobre
en la “American Smelting and Refning Company en su planta de Aguasca-
lientes (Memorias, t. 28, p. 285).
Prof. M. Moreno y Anda. Teodolito magnético mexicano y observaciones
ejecutadas con él en Teotihuacán el 28 de Diciembre de 1909. (Memorias, t.
29, p. 313).
NOMBRAMIENTOS.—Socios correspondientes:
M. Eric Boman (París) y D. Víctor Delfino (Buenos Aires).
Mayo 2 DrE 1910.
Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel.
FALLECIMIENTOS.—El Secretario perpetuo participó las sentidas muer-
tes del distinguido naturalista ALEJANDRO AGASSIZ, acaecida el 27 de Mar-
zo pasado á la edad de 75 años y del Prof. Enrique H. Giglioli, socios ho-
norarios. 4
TRABAJOS. —Prof. G. Gándara. Parásitos vegetales de la alfalfa (Medi-
cago sativa). Memorias, t. 29, p. 369).
Ing. F. Gómez Mendicuti. Resumen general de las observaciones meteo-
rolégicas de Mérida, Yucatán, durante 15 años. (Revista, t, 29, p. 35).
Ing. J. C. Haro. La carrera de Metalurgista y su separación de la carre-
ra de Ingeniero de Minas. (Memorias, t. 29 p. 319.
Prof. A. L. Herrera. Sur les oxydases siliciques artificielles. (Memorias,
t. 29, p. 331).
POSTULACIÓN. —Para Miembro titular:
Prof. Alberto M. Carreño.
4
73
JUNIO 6 DE 1910.
Presidencia del Sr. Ing. Joaquín de Mendizábal Tamborrel.
NECROLOGIA.—El Secretario perpetuo dió cuenta del sensible falleci-
miento del ilustre Dr. Prof. ROBERTO KocH, socio honorario, eminente bae-
teriologista, descubridor del esporo carbonoso, del bacilo de la tuberculo-
sis y del vibrión colérico, muerto á la edad de 67 años el 27 de Mayo pró-
ximo pasado.
TRABAJOS.—Ing. G. Durán. Ventajas del nuevo estereotrazador en los le-
vantamientos estereofolográficos.
Prof. M. Leal. 4lgunas causas que influyen en la variación del censo en
Leon, Gto. (Memorias, t. 29, p. 337).
Albert et Alexandre Mary. Nouvelles formes organissées artificielles. (Me-
morias, t. 29, p. 341). .
Lic. R. Mena. Notas acerca de Xochicalco, Mor. (Memorias, t. 29,
p. 345).
NOMBRAMIENTOS. —Miembro titular:
Prof. Alberto M. Carreño.
Socio correspondiente:
Prof. Dr. Guido Valeriano Callegari, Padua.
El Secretario anual,
GUSTAVO DURAN.
B:BLIOGRAFTA.
Savants dujour. Publication honorée d'une suseription de
VPAcadémie des Sciences. Emile Picard. Biographie, Bibliogra-
phie analytique des écrits, par Ernest Lebon, Agrégé de P"Uni-
versité, Lauréat de l'Académie Francaise.—Un volume in-8
(28-19) de vui-80 pages, papier de Hollande, avee-un por-
trait en héliograyure. ler. Juin 1910. 7 fr. Librairie Gauthier— -
Villars, Quai des Grands—Anugustins. 55, á Paris (6*).
En présentant ce Livre á Académie des Sciences, dans la séance du
20 juin 1910, M. Gaston Darboux, secrétaire perpétuel, s'est exprimé en
ces termes:
Revista (1909-1910).—10.
74
¡
“J'ai Vhonneur de présenter á l'Académie un nouveau volume de la
“Collection des Savants du Jour entreprise par M. Ernest Lebon. Ce vo-
“Lume est consacré au Président actuel de l'Académie des Sciences, M.
“Emile Picard.
“¿Comme les volumes précédents, celui—ci serecommande parune abon-
“dance dans les informations, une súreté dans les renseignements de tou-
“te nature qui feront de la Collection de M. E. Lebon le guide le plus
“précieux pour les futurs historiens de la Science.
“J'y signalerai plus particulidrement la charmante Notice biographi-
“¿que qui ouvre le volume. Elle nous fait conaítre la jeunnesse de M. Emi-
“le Picard, ses premiéres études et ses suecés, puis ses découvertes et les
“principaux incidents de sa belle carriére scientifique. Elle insiste, comme
¿41 convient, sur les incursions que notre Président a faites dans le do-
““maine de la philosophie des sciences et plus particulierement sur le beau
“Rapport qu'il fut amené á écrire en 1900 sur Vensemble du progrés scien-
“tifique, á la demande du Commissaire général de Exposition universelle
“internationale, notre cofrére Alfred Picard.”
The Thrust-Masses in the Western District of the Dolomites
(South Tyroi) by Mrs. Maria M. Ogilvie Gordon, D.Sc., Ph.D. —
Transactions of the Edinburgh Geological Society. Vol. IX.
Special Part. 1910. 8? 91 pages, 2 geological maps, 18 coloured
geological sections, and a number of original photographs and
sketches.
Mrs. Gordon describes a series of gigantic thrus-masses composed, in
that district, of Permian, Triassic, Jurassic, and Cretaceus rocks that
have travelled from east to west above the older erystalline rocks of the
Central Alps, and have subsequently been downthrown along with the
older rocks and suffered further deformation in the region of the Dolomites.
The base of the series is composed of brecciated rock-material belonging
to the floor over which the subjacent mass has passed and to the lower
layers of the subjacent mass The lower layers of each mass differ from
place to place, as they were masses that had been already plicated in east
and west direction, and in the course of the overthrust movyements new
plicational forms were superinduced both in north and south and in east
and west directions. Similarly the cross-faults intersect, or eoalesce with,
the east-west, E.N.E-W.S.W, and W.N. W.—E.S.E. faults, and form fault-
networks which completely isolate the adjacent areas in the crust. The
75
- chief Dolomite mountains, such as the Langkofi and Plattkofl Massive and
Sella Massive, are areas of inthrow surrounded by faults, within which
the higher thrust-slices have been preserved.
One of the geological maps shows four successive thrust-masses—(1)
a basal thrust-mass mainly composed of the Permian Quartz Porphyry
and Gróden Sandstones. the Lower Trias, and the “Calcareous facies” of
Muschelkalk and Marmolata Limestone; (2) a thrust-mass comprising
fragments of the older strata and widely extended exposures of the porphy-
ritic layas and tufaceous and dolomite facies of Middle Trias; (3) a thrust-
mass belonging to the same facies as (2), but mainly composed of Schlern
Dolomite, with varying thicknesses of the lavas and tuffs below it and of
Upper Trias and younger horizons above it; (4) a thrust-mass mainly
composed of Upper Triassic Dolomite associated with infolds of younger
Mesozoic strata. The other geological map shows the datailed stratigraphy
of the Langkofi and Plattkofi Massive. This mountain has been regarded
as a “Coral-Reet” of Middle Triassic age, but the supposed “reef” peculiar-
ities are interpreted by Mrs. Gordon upon the basis of the overthrust
structures typical of the whole area. The outstanding deformational feat-
ure of all the thrust-slices is the rapid variation in the thickness of the
various horizons of strata. Otlrer features are the brecciated or nodular
structure of the rock—material in the crush-zones, passing into gneissose
and schistose structure, and the close cleavage penetrating the rocks in
intersecting directions. The outward dip of the strata noticeable in the
chief mountain—massives is a dip participated in by the subjacent thrust-
masses and associated with steep flexures towards leading faults of the
later period of downthrowing and horizontal displacements. Mrs. Gordon
interprets the leading strike in the district as a curve round the north,
west and south, and the transversal directions as N.N.W.-S.S.E., N.S.,
and N.N.E.-S.S.W., the system being essentially an interference system
produced in virtue of the coalescence of plicational effects during the
interaction of north-south and east-west pressures
76 :
Eneyclopédie industrielle, fondée par M. C. Lechalas. Tein-
ture, corroyage et finissage des cuirs par M.—C. Lamb, F. C. 5S.,
Directeur de la Section de Teinture au Collége technique de
la “Leatheasellers Company” de Londres. Traduit par Louis
Meunier et Jules Prévot. Librairie Gauthier—-Villars, Quai des
Grands—Augustins, 55.—Paris. (6e.) In-8 (25-16) de vi-470
pages, avec 203 fig. et 4 pl. d'échantillons; 1910. 20 fr.
“Depuis vingt ans, Vapparition du tannage au chrome et le dévelop-
pement rapide de Vemploi des extraits tanniques ont déterminé un chan-
gement d'orientation complet dans lindustrie de la tannerie et de la mé-
gisserie. Esclaves jusqw'á cette époque de la routine et de Vempirisme le
¡plus étroit, ces deux industries se sont brusquement émancipées et se sont
placées rapidement sous la protection de la Science eb sous son contróle
rigoureux. Ce mouyement s'est manifesté principalement en Angleterre
etil na cessé de s'y déyelopper, gráce au magistral enseignement crée
á Université de Leeds par le professeur Procter, des lVannée 1891, et
quia servi de base á 'un de nous pour l'organisation scientifique de Ecole
frangaise de Tamnerie installée a Université de Lyon.
“L'enseignement supérieur des Universités de Leeds et de Lyon ne
s'adresse forcément qw'4 un public d'étudiants assez restreint, ayant déja
recu une préparation scientique relativement élevée, et il restait á créer
un enseignement plus populaire et plus pratique. Cette création a été fai-
te en Angleterre par notre excellent collégue et ami le Dr. Parker, fort
bien secondé par des collaborateurs de premier ordre en téte desquels il
convient de citer M. M.-C. Lamb,
“Notre traduction s'adresse tout particuliérement aux contramaítres et
aux chefs d'atelier; nous espérons qu'elle rendra service également aux chi-
mistes et aux éleves de l'Ecole frangaise de Tannerie. Is y trouveront,
exposés sous une forme simple á cóté des questions qui leur sont familié-
res, des indications nouvelles sur les méthodes de travail et les tours de
mains usités en Angleterre pour certaines spécialités encore peu dévelop-
pées en France.
“En ce qui nous concerne, la seule récompense que nous ambitionnons
pour notre effort, c'est de contribuer á nouveau, dans une certaine mesu-
re, si petite qw'elle soit, aux progrés de Vune des plas importantes et des
plus difíciles industries frangaises.
Table des matiéres.—I. Généralités sur les opérations préliminaires.—
Il. Blanchiment proprement dit.—III. Agents de démontage.—IV. Mé-
thodes de teinture.—V. Matiéres colorantes artificielles —VL Matiéres
TT
colorantes maturelles.—VIL Mordants.—VIN. Couleurs, comment les as-
sortir. —IX. L'eau.—X. Teinture á la brosse.—XI. Essorage et mise au
vent aprés teinture.—XII. Préparation et application des “fat-liquors” et
des émulsions.—XIIL. Essorage et séche.—XIV. Palissonnage et parage á
la lunette. —XV. Substances employées pour le finissage des cuirs.—
XVI, Meulage ou dolage.— XVI. Appréts, glacage, finissage.—XVIL
Empreintes et reliefs. —XIX. Brosgage, roulettage, repassage et calandra-
ge.—XX. Grainage ou liégeage.—XXI. Nouveauté et cuir fantaisie.—
XXI. La teimture et le yernissage du cuir au chrome.—XXII5L. Corroierie
«du cuirau chrome combiné.—XXIV. Teinture et finissage du cuirá Valun.
—XXV. Teinture et finissage des cuirs tannés á 'huile.—XXVL Corroie-
rie. —XX VI. Teinture des tapis de laine et des fourrures. —XX VIT. Com-
paraison des produits tinctoriaux et essai de ces derniers. z
Mission Seientifique G. de Créqui Montfort et E. Sénéchal
«de la Grange. Antiquités de la Région Andine de la République
Argentine et du Désert d'Atacama par Éric Boman. Tome 1.
XI-388 pages, 2 cartes, 32 planches et 28 fig. Tome II. 561
pages, 1 carte, 51 planches et 45 fig. Paris, Imprimerie Na-
tional. Librairie H. Le Soudier, Boulevard Saint-Germain,
174. 1908. 2 vol. gr. in-8,
Esta interesante obra contiene el resultado de las investigaciones lle-
vadas á cabo durante el año 1903 en la región noroeste de la República Ar-
gentina que abarcó el Valle de Lerma, la Quebrada del Toro, la Quebrada
de las Cuevas, Puna de Atacama, Puna de Jujuy, Quebrada de Humahua-
ea y Jujuy, añadiéndose á los estudios de esta expedición las efectuadas
por el mismo autor dos años antes con la expedición sueca al sur de Boli-
via, así como á las provincias de Catamarca y Tucumán.
Nuestro ilustrado consocio principia por un estudio etnogeográfico de la
región interandina de la República Argentina y un resumen de los conoci-
mientos arqueológicos que se tienen hoy día de esa comarca, ocupándose
después en una descripción de los importantes hallazgos hechos en Lapaya
en el Valle Calchaquie.
vEl autor establece que en su concepto los antiguos habitantes de las
altas mesetas de la Puna de Jnjuy pertenecían á un pueblo diverso de los
Diaguitos llamados ““Calchaquis” de los valles interandinos. El estudio
del precioso material hallado-por M. Sénéchal de la Grange en el Cemente-
rio de Calama, y otros sepulcros en el Desierto de Atacama, le permiten
-asignar la extensión geográfica de aquellos pueblos que antes ocupaban la
amplia zona que abarca desde la Puna de Jujuy hasta el Océano Pacífico.
78
Para cada una de las regiones tratadas se da una breve reseña geográ-
fica, así como notas de lo que puedan tener de interés la flora y la fauna,
desde el punto de vista etnográfico.
Nuestro infatigable explorador añade á los resultados de su última ex-
pedición, los descubrimientos arqueológicos hechos por la misión Sueca
en el oriente de la provincia de Jujuy en los límites del Gran Chaco.
Al fin del tomo Il se verá con especial interés una carta arqueológica
bastante completa, que el autor formó siguiendo las convenciones del Con-
greso Internacional de Arqueología y Antropología prehistóricas de Esto-
colmo (1874), pero haciendo las modificaciones necesarias por tratarse de
antigiedades de América que tiene diferencias con las de Europa.
Vemos que en muchos casos están citados pueblos de nuestro Anáhuac,
con los cuales hace acertadas comparaciones.
Terminamos esta muy breve reseña dando los títulos de las principa-
les materias que contiene la obra.
Tome 1. Carte ethnique de la région andine de l'Amérique du Sud en-
tre le 22e. et le 33e. degré de latitud Sud, au XVlIe. siécle. Antiquités de
la région Diaguite dit “Région Calchaquie.” Lapaya (Vallée Calchaquie).
Vallée de Lerma. Quebrada del Toro.—Tome Il. La Puna et ses habitants
actuels. Archéologie de la Puna de Jujuy, du Désert d'Atacama et de la
Quebrada de Humahuaca. Région extra-andine de la province de Jujuy.
Analyse chimique des objets préhispaniques en métal. Bibliographie et
table des matiéres.
Les Mathématiques en Portugal. Par Rodolphe Guimaries,
Capitaine du génie, etc. Deuxiéme édition sojgneusement re-
vue et trés considérablement augmentée —Coimbre. Impri-
merie de Université. 1909. 1 vol. gr. in-8, 656 pages.
La interesante obra de nuestro ilustrado consocio es una excelente con-
tribución á la bibliografía matemática internacional.
Comienza por una reseña histórica que comprende desde los trabajos
del rey Don Ajfonso VI en-1338 hasta la época presente. Viene en seguida
“la extensa bibliografía general matemática portuguesa clasificada en las tres
secciones: análisis matemático, geometría y matemáticas especiales; dando
acerca de la mayor parte de los escritos interesantes análisis y resúmenes.
Contiene igualmente suplemento, notas, apéndice y lista de las abreviatu-
ras usadas en las series citadas.
Por este útil libro puede juzgarse del envidiable lugar que los mate-
máticos portuguesas ocupan en el mundo científico.
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Revista (1909-1910).—10*
82
MAPOTECA MEXICANA,
Carta general del Estado de Nuevo León, levantada á iniciativa de su
actual Gobernador, General de División Bernardo Reyes, por la Comisión
Geográfico-Exploradora. 1906. Escala de 1:500,000 (2 hojas).
Carta general del Estado de Puebla, levantada á iniciativa de su actual
Gobernador C. General Mucio P. Martínez, por la Comisión Geográfico-
Exploradora. 1908. Escala de 1:250,000. (Publicada en 1909 en los talleres
de Zincografía de la Comisión). (4 hojas).
Carta general del Estado de Tamaulipas, levantada á iniciativa de su
actual Gobernador C. Pedro Argiielles, por la Comisión Geográfico-Explo-
radora. 1908. Escala 1:500,000. (Talleres Z:ncográficos de la Comisión).
(8 hojas).
Carta general del Estado de Tlaxcala, levantada á iniciativa del Señor
Secretario de Fomento Lic. Olegario Molina, por la Comisión Geográfico-
Exploradora, 1908. Escala de 1:100,000. (Talleres de Zincografía de la Co-
misión). (4 hojas).
Carta general del Estado de Veracruz, levantada á iniciativa de su ac-
tual Gobernador C. Teodoro A. Dehesa, por la Comisión Geográfico-Explo-
radora. 19083. Escala de 1:400,000. Publicada en 1909 en los talleres de Zin-
cografía de la Comisión. —(Con planos de las ciudades de Jalapa, 1907; Ori-
zaba, 1899 y Veracruz, 1907, á la escala de 1:10,000). (9 hojas).
Memoria del Gobierno del Estado de Zacatecas. 1904-1908.—Contiéne
los planos siguientes:
1. Croquis de las vías de comunicación telegráfica y telefónica eu el
Estado de Zacatecas hasta Junio de 1908.
2. Croquis de la ciudad de Zacatecas, levantado por disposición del €.
Gobernador del Estado Lie. E. G. Pankhurst, por los Ingenieros Luis C. Es-
pinosa y Francisco López ton lá cooperación del Sr. Ing. Luis G. Córdo-
va. 1908. 4:5,000.
3, Plano de la ciudad de Fresnillo, levantado por Carlos Krauss. 1908.
1:5,000.
4. Plano de la ciudad de Sombrerete, por el Ing. Alberto C. Jaime.
1908. 1:5,000.
5. Plano de Ciudad García (Jerez), por el Ing. Rafael F. Rosales.
1908. 1:5,000. A
6. Croquis de la ciudad de Nieves, por Ernesto Compeán. 1908. 1:5,000.
7. Plano de la ciudad de Mazapil, por Primitivo Padilla. 1908. 1:5,000.
8. Plano de la ciudad de Juehipila por el Sr. Ing. R. F. Rosales. 1908.
1:5,000.
9. Plano de la Ciudad de Pinos, por el Ing. Adolfo Palacios. 1908.
1:5,000.
10. Plano de la Ciudad de Villanueva, por Pasenal Ortega. 1908, 1:5,000.
11. Croquis de la ciudad de Nochistlán, por el Prof. Pablo F. Durán,
1908. 1:5,000.
12. Plano de la Ciudad de Tlaltenango, por José M. Caballero. 1908.
1:5,000.
13. Croquis de la ciudad de Ojocaliente por Agustín Hernández. 1908.
1:5,000.
INDICE: DE EA REVISTA.
TOMO 29.—1909-1910.,
Table des matiéres de la Revue.
Actas de las sesiones (Comptes rendus des séances). Julio 1909 á
A A O A AS OS 5, 29 y
Allorze M. M.—Te newly discovered Cave of Atoyac, Veracruz
Engerrand J, et Urbina F.—Note préliminaire sur un gisement
préhistorique découvert 4 Concepción, Campeche (Résumé)
Estación biológica marina de Roscoff, anexa á la Universidad de
Ferrocarriles de la República Mexicana hasta Junio de 1908....
Necrología: Dr. Alfredo Dugés .—o=o=oooombcm==ccoteniano.»
Observaciones meteorológicas:
IO OS
La A AA
A AN A
Mérida, Yucatán, 1895-1909 22.o0ooocooeoonocanoa =>
a AA NAAA A A
Morelia, Michoacán, 1909 ..-.....---- ART TN TEN:
AMEN A
Ln IA A A
IA A
Ordóñez F.—Le Matlacueyatl (Malintzi) 1 planche......-----
Producción de cobre en el mundo de 1907 á 1909 .-.ooocooooo.-
Raymond R. W. é Ingalls W. R.—Riqueza mineral de Amé-
a a mn o ln o a .
Tschermak 6.—Una inclusión de silicato en el fierro meteóri-
ROS Tolica (E TÁ) eo os a
PÁQISAS
Ss4
Bibliografía.
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Grimaráes, Les Mathématiques en Portugal ----0ooooo.0oo-.
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LE SE coo,
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Lechalas, Etude sur l'espace et le temps... 20ooooooccococoo..
Pécheux, Le pyrométre thérmo-électrique pour la mesure des
temperatules eloyé0s oocososss oca aa
Peñafiel, Ciudades coloniales y Capitales de la República Mexi-
cam. ¿Estado de Morelos.